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Unexpected Consequences

Summary:

Non-chan tomará la peor decisión de su vida y lo que parecía ser algo de un momento, tendrá consecuencias irreparables que la atormentarán por siempre ¿o tal vez hay forma alguna de remediarlo?

Las cosas no siempre son como uno quiere o cree.

Notes:

BanG Dream! no me pertenece. De ser así, todo sería altamente lésbico y hasta las dejaría venir a este lado del mundo para que disfrutemos de su música ('?

Hola de nuevo. Otra vez os traigo un YukkiNon con mucho drama. Van a suceder muchas cosas en esta historia, de verdad si espero que les guste.

Sin mas, disfrutad de esta nueva lectura.

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

La noche estaba haciendo presente, con muchas personas por la calle camino a casa o algún lugar para descansar del largo día laboral o de estudios. Se sentía una sensación de frío en el ambiente o por lo menos era para cierta joven pianista.

Non-chan caminaba a pasos lentos, con la mente inundada de preocupaciones, sobretodo por lo ocurrido el día anterior.

El sonido de su móvil la casó temporalmente de su mar de pensamientos. En la pantalla pudo ver que quien llamaba era amiga y compañera de banda, Megu Sakuragawa o como ella la llama con toda la confianza del mundo, Meguchi.

—¿Bueno?, ¿Meguchi-san? —contestó la llamada de su amiga—. Estoy cerca de mi casa, ¿ya vienes? —preguntó para cerciorarse de la ubicación de su amiga.

—Sí, estoy bastante cerca. En diez minutos estoy ahí —respondió la amiga sin más, tratando de no mostrar su preocupación.

Non-chan llegó a casa y dejó su bolso en la pequeña mesa de la entrada. Cerró la puerta y pasó de largo hacia el sofá, sentándose pesadamente sobre el.

—¿Cómo es que hablaré con esto con Meguchi-san? Tengo miedo —habló para sí misma, intentando no romper en llanto.

Minutos después, el timbre del departamento sonó. Non-chan sabía quien era, así que se tranquilizó un poco, se dirigió hacia la puerta e hizo pasar a su amiga. Nuevamente estaban en el sofá, frente a frente, aún no tenía la menor idea de como contarle lo ocurrido.

—¿Qué pasa Non-chan, por qué estás evitando a Yukki? —preguntó la mayor, directo al grano como siempre.

—Hice algo de lo que me arrepiento y si se lo digo, probablemente ya nada vuelva a ser como antes —habló cabizbaja, realmente se notaba que algo andaba mal.

—Si es algo que no quisieras que te hicieran, entonces sólo hay una opción. Hablar con la verdad —aunque no supiera realmente que pasaba, ameritaba seriedad por su parte.

Non-chan no tenía otras opciones desde luego, una parte de si misma siempre supo que decir la verdad o enfrentar las cosas directamente era lo mejor. Se estaba pensando las palabras exactas para describir la situación, de todos modos, no había forma de que sonara bien.

—Tú sabes que siempre he querido a Yukki y aún la quiero pero… —dudó. Realmente no quería echarse para atrás.

—¿Es grave? —la baterista preguntó con cautela.

—Si —respondió Non-chan—. Fue algo de una noche y cuando desperté sólo podía arrepentirme, ya no puedo ni mirar a Yukki a los ojos.

—Oh my gah —era una frase típica de Megu para situaciones cotidianas, pero esta vez no sabía que decir o pensar al respecto.

Non-chan se quebró en llanto, aunque su amiga no podía decir más, entendió que lo que hizo fue terrible, las palabras estaban demás.

—Mira, yo conozco a Yukki y podrá ser todo lo que tú quieras, pero jamás cometería un error como este y no es por defenderla pero… —cortó sus palabras para mirar a Non-chan— Esto será un golpe muy duro para ella.

No hubo respuesta, tan sólo sollozos. Megu continuó hablando.

—Sobretodo porque ha dejado de lado a sus amigas y ya no les sigue el juego —explicó, ella había hablado con Yukki respecto a esas cosas.

—Querías que te diera tu lugar, bueno ya lo tenías, ¿que pasó? —increpó, trataba de entender que pasaba por la mente de su joven amiga.

—No lo sé, realmente no lo sé. Tal vez no soy como ustedes creían —respondió, aunque estaba empezando a sentirse alterada, quería llorar otra vez.

—No te estoy juzgando, sólo quería saber si había un motivo de por medio —esta vez la mayor habló con cautela, no quería alterarla o lastimarla más de lo que ya estaba.

—¡Pues no lo hay y eso es lo que me está matando! —Non-chan alzó la voz, ya no podía seguir controlando sus emociones.

—Me lleva ¿por qué no le hablaste a alguien más? —se habló Megu mentalmente.

Silencio total. No hubo palabras por un largo rato, no era incómodo, de hecho era algo que necesitaban para pensar en que hacer luego. Si es que había algo, por supuesto.

—Entonces, no hay otra opción, ¿verdad? —preguntó Non-chan, con algo de cuidado.

—No la hay, pero probablemente ella esté pensando que te ha hecho algo malo, cuando no ha sido así.

—No quiero perderla —habló la pianista, intentando no llorar esta vez.

—Ni yo sé cómo va a reaccionar, pero si he visto que si un juego le aburre o algo parecido, jamás lo vuelve a jugar.

Dicho esto, Megu abrazó a Non-chan. Tal vez no fue buena con las palabras, pero quería hacer llegar su apoyo de alguna manera. Luego de unos minutos, deshizo el abrazo y se levantó. Sabía que por el momento no había más que decir, sólo dejar que las cosas siguieran su curso. Ambas eran sus amigas, las menores del grupo, pero a las que quiere con todo su corazón.

Se despidió de Non-chan y fue a casa o a caminar y pensar en como ayudarlas con lo que sea que siguiera.

*/

Casi un par de horas después Yukki llega a casa de Non-chan, estaba bastante feliz por verla. Encuentra el lugar a oscuras y a penas pudo distinguirla sentada en el sofá.

—Kanon-chan, ¿por qué estás a oscuras? —pregunta, mientras busca el interruptor de las luces.

—Yukki, t-tenemos que hablar —habló con voz entrecortada.

—¿Pasó algo? —preguntó extrañada por ese tono de voz—. Puedo ayudarte a resolverlo si quieres.

Cada palabra de Yukki eran como dagas que golpeaban directamente a su corazón. La bondad con la que le hablaba sólo la hería y más aún el saber que la iba a lastimar como no tenía idea en tan poco tiempo.

—Yukki, hice algo malo, muy malo —volvió a hablar, mientras la abrazaba y descansaba su cabeza sobre el hombro de la mencionada.

—¿Qué es…? —Yukki quería seguir hablando, pero lo siguiente que dijo Kanon la dejó en shock.

—Yo… me acosté con Misawa-san.

—¿Eh? —la bajista abrió los ojos con mucha sorpresa.

Los segundos pasaban lentos, ¿había escuchado bien? La respuesta era sí. Definitivamente lo había hecho, pero no lo creía, no quería hacerlo.

—Es una broma ¿verdad? —se alejó de Non-chan, estaba que no se lo creía.

Sin respuesta, Kanon estaba cabizbaja.

—Kanon-chan —llamó Yukki.

Otra vez silencio, ni se atrevió a mirarla tampoco. En respuesta, Yukki apretó sus puños.

—Kanon-chan, mírame —nada, seguía callada.

—¡Shizaki Kanon! —gritó Yukki esta vez.

—Lo siento, yo… —por fin Kanon respondió, pero al verla pudo notar las lágrimas que intentaban salir de los ojos de Yukki.

—¿Lo sientes? Dime ¿por qué? Yo… simplemente no puedo pensar en algo siquiera —la voz de Yukki comenzó a quebrarse y apretó sus puños con más fuerza, lastimándose en el proceso.

—¿Hice algo mal? ¿Qué pude haber hecho para que me hicieras esto? —continuó haciendo preguntas, estaba dolida.

—¡No es eso! ¡Tú no hiciste nada malo! —alzó la voz Non-chan, estaba desesperada porque no entendía como pasó todo.

—¡¿Entonces por qué?! —Yukki sollozaba. Ella realmente amaba a Non-chan con toda su alma, haría hasta lo imposible sólo por ver esa cálida sonrisa después del trabajo, pero ahora el sólo verla la destrozaba.

—Yo… no lo sé —Non-chan trataba de contener sus lágrimas, se sentía frustrada y sumamente arrepentida.

—No te atrevas a llorar Shizaki. Te divertiste, ¿verdad? —habló despectivamente y aunque por dentro no quería, era su dolor quien actuaba por sobre su razón— Dime, ¿qué es lo que te llevó a usarme de forma tal vil?

Las palabras de Meguchi pasaron por la mente de Kanon "tienes que decir la verdad"

—Sólo quería tener tu atención —respondió Non-chan, pero dejó de mirarla.

Yukki se limpió las lágrimas con su brazo, no podía soportar más estar ahí, no en ese estado, así que tomó sus cosas.

—Tengo que salir de aquí —se colocó la mochila a su hombro y dio media vuelta para irse.

—Yukki, espera —Non-chan la tomó de la mano, pero le fue apartada bruscamente.

—¡No me toques! Yo… yo no… —Yukki comenzó a llorar otra vez.

A pesar del estado en que estaba, la bajista fue hacia la puerta y la azotó al salir, dejando a Non-chan atrás. Tras unos segundos en trance, esta cayó hincada al suelo y se tapó el rostro con sus manos mientras lloraba desconsoladamente.

Yukki corrió tan rápido como pudo sin rumbo alguno, sin embargo, en algún momento tenía que parar o al menos el cansancio se encargaría de ello. No le importaba si la gente la veía con el rostro demacrado por el llanto, daba igual, no es como que lo que pase a su alrededor sea de su interés. Fue a la estación y tomó el metro que la llevaría a casa, necesitaba estar sola por ahora.

*/

Había pasado casi una hora desde el desastre que ocurrió en su departamento. El llanto de Non-chan había cesado mas aún no la culpa que la carcomía por dentro. Por inercia, revisó su teléfono, tenía muchas llamadas de Meguchi, así que para no preocuparla le envió un mensaje.

—"Lo sabe todo. Deberías buscarla, por favor."

Meguchi se quedó helada. Era algo que sospechaba, a veces no le gustaba ese "superpoder". Anteriormente ya había intentado contactar a Yukki mas no obtuvo respuesta alguna, por lo que decidió ir a su casa. Tenía que corroborar si estaba bien o por lo menos haya llegado a salvo, en el estado en que estaba sólo hacía que se preocupara.

Llegó lo más pronto posible y tocó el timbre, sin embargo, Yukki no salía. Siguió intentando y la puerta no se habría, ya había pasado media hora.

Megu no tenía idea de que rayos había pasado, sin embargo, tenía la seguridad que Yukki estaba ahí, por algunas de las luces encendidas y por el ligero aroma de su perfume.

—¡Yukki, abre la puerta, por favor! —gritaba, haciéndose notar en lo posible, tenía que escucharla.

No hubo respuesta. Se sentó resignada, esperando señal alguna, pensando en si hablar con AiAi. Después de todo, ella era la única de la banda quien podía tirar o hacer pedazos una puerta.

Se estaba animando a hacer dicha llamada, pero fue sorprendida por Yukki, que inesperadamente abrió la puerta. Su semblante era terrible, estaba muy mal, su rostro completamente rojo y con los ojos hinchados.

—¿Qué pasa Meguchi? —dio una media sonrisa para mostrarse calmada, pero la mencionada casi llora al escucharla tan herida.

—Antes que nada, quería pedirte disculpas, porque no sabía lo que estaba sucediendo con Non-chan —habló, guardándose las lágrimas para después.

—No por favor, no necesito más traiciones hoy— decía mientras intentaba no derrumbarse, otra vez.

Megu la tomó del brazo y la llevó hacia el sofá, que muchas veces había sido testigo de alegría. Ahora el ambiente era diferente, se había congelado y Meguchi intentaba explicarle que trató de ayudar a Non-chan cuando requirió de su ayuda.

Luego de escuchar su versión de la historia, Yukki comprendió y entendió que sólo actuó como una amiga realmente debería.

—Entonces, ¿cómo debería siquiera a empezar a procesar todo esto?, ¿tal vez la presioné?, ¿quizás es mi culpa después de todo? No se realmente —lanzó las preguntas que invadían su mente, también se sentía culpable.

—¡No es tu culpa! Tú… tú no sabes lo que las personas sienten o piensan, nunca lo sabrías del todo.

—Pero, quizás no le puse la atención necesaria, la que debía ser, quizás yo… —no pudo continuar, las lágrimas brotaban nuevamente de los ojos de Yukki.

Meguchi sólo atinó a abrazarla fuertemente, ¿qué más podría decirle?, ¿qué debería hacer en momentos como este?

—Tal vez AiAi pueda consolar a Yukki mejor que yo, a fin de cuentas, ellas son como hermanas —pensaba para si misma— ¿Cómo tomaría Aiai esta situación?, ¿sería el fin de Roselia?

Ahora las dudas y la preocupación invadían la mente de Megu, sabía que Yukki no quería ser vista cuando llorase. ¿Es que acaso nadie de Roselia debían enterarse, salvo las involucradas? Eso era básicamente llevarse el secreto a la tumba.

—No, realmente no puedo permitir algo como eso —se hizo una nota mental al respecto.

*/

Raychell se despierto por un mensaje en su móvil. Era de Non-chan.

—"Ya no sé qué hacer, la lastimé."

Tenía el presentimiento de que era muy grave, así que se vistió y fue a casa de Non-chan y hacer las averiguaciones respectivas.

Al llegar, abrió la puerta con la llave que le había dado en una anterior ocasión. En la sala, vio a Non-chan sentada en el suelo. Realmente nunca pensó que el día de ver en una muy mala situación a su kohai, sería tan pronto.

—Raychell-san, yo… la perdí —se cubrió el rostro, mas no hubo lágrimas, tal vez ya habían sido suficientes.

Con cuidado, Raychell la ayudó a levantarse e hizo sentarse en el sofá, para luego abrazarla. Non-chan le contó la situación en que se encontraba.

Raychell quedó sorprendida, pues era quien velaba por su bienestar al igual que Megu. Lo que aparentemente iba bien dio un giro inesperado en tan poco tiempo.

—Perdóname Kanon pero, ¡¿Eres idiota?! ¿Acaso Yukki no te demostró lo que valías para ella? —increpó—. No debiste hacer eso, aunque ya no sirve de nada lamentarse. Lo hecho hecho está.

—No quiero perderla, no quiero que se vaya de mí lado —

—Voy a serte sincera, si algo he aprendido de las relaciones, es que los problemas se pueden superar o al menos la mayoría, pero no es lo mismo con la infidelidad —hizo una pausa y luego del pequeño ademán de Kanon, continuó—. La confianza nunca se restaura, creerán que están bien, pero eso solamente les creará más problemas a futuro.

Raychell suspiró, no quería seguir, la expresión de la menor le daba a entender que podría romper en llanto, así que le dio unos minutos para poder componerse.

—Dale un tiempo, aunque no te puedo asegurar que su relación pueda repararse, si tienes suerte, serán simples compañeras de trabajo.

—Pero yo no quiero… —sus palabras fueron intervenidas por Raychell.

—No importa lo que quieras, ponte en el lugar de Yukki. Si aceptaras tus sentimientos por alguien e hicieras un esfuerzo para corregir los errores que cometiste, para que pudieran ser felices y un día llega esa persona diciéndote que estuvo con alguien más ¿qué sentirías?

—Yukki… —Non-chan lloró otra vez, se arrepentía desde el fondo de su corazón. Antes pensaba que tal vez Yukki no la merecía, pero ahora las cosas eran al revés.

—¿Tienen trabajo juntas en una fecha cercana? —preguntó Raychell, de forma casual.

—El viernes tenemos práctica para el siguiente live.

—Bien, ese día quiero que te disculpes y nada de intentar justificarte, porque lo dejarás peor. Lo siento Non-chan —ordenó tajante la líder de la banda rival. No era algo que quería, pero era lo mejor de momento.

*/

El fuego apenas estaba creándose, pero un evento cercano terminaría por avivarlo. El día de la práctica estarán tres bandas en el edificio. Dos ensayando y una en un programa de radio, pero esta última consistía en tres miembros de Afterglow.

*/

Llegó el viernes por la mañana. Yukki llegó bastante temprano al edificio, se sentía pésima y no había estado durmiendo bien desde aquella fatídica noche, sin embargo, no podía descuidar su trabajo.

En el camino se topó con Raychell, Natsume y TsumuTsumu.

Raychell no les había contado nada de lo ocurrido, pero por el estado de Yukki, suponían que algo pasó e involucraba a cierta pianista. Las saludó y escuchó su platica, de vez en cuando ella respondía, aunque con palabras cortantes. Momentos después, la puerta se abrió y dos personas pasaron a saludarlas.

—Buenos días chicas —saludó Ayaneru, miembro de Afterglow.

—Bue- oh, Yukki… —Sachan quizo saludar, pero se quedó sin habla. No pensaba encontrarse tan pronto con ella.

Yukki sintió su pecho arder, justamente en esa pésima semana tenía que encontrarse con la segunda persona que menos quería ver en este mundo, una de las causantes de su corazón hecho pedazos.

No le dirigió la mirada, no quería verla y la tristeza se apoderaba de su alma así como también la ira. Todo se desbordaba, respiraba pesadamente, apretó sus puños y se mordió el labio.

—Yo… creo que tal vez debería… —Sachan se intentó darse la vuelta para irse, pero sintió como alguien tiraba de su brazo.

Todo pasó en segundos, ninguna de las demás supo como reaccionar cuando vieron el puño de Yukki impactar en la el rostro de Sachan.

La susodicha cayó al suelo y quiso cubrir con su mano su ojo golpeado, pero sintió como se abalanzaban sobre ella con otro golpe. Volvió a cubrirse esperando un tercero, pero nunca llegó, quitó su brazo y vio a Natsume sujetar a Yukki.

—¡Suéltame! —gritó Yukki, estaba hecha un manojo de ira mezclada con dolor.

Ayaneru ayudó a su compañera a levantarse y vio que su ojo estaba ligeramente más rojo por el golpe.

—Ara~ creo que alguien sigue molesta. —Sachan se burló— No te preocupes, Non-chan no me ama, aunque debo admitir que para no hacerlo, sus besos se sentían geniales.

—¡Eres una…! Yukki alzó la voz e intentó zafarse del agarre de Natsume, pero le fue imposible.

—¿Una qué? Ni siquiera te atreves, no puedes decirme nada a la cara. Claro, que vas a poder, si ni pudiste hacerlo con Non-chan —Sachan respondió burlescamente.

Eso fue suficiente, Yukki hizo uso de toda su fuerza, potenciado por la ira y logró deshacerse de quien la retenía para lanzarse nuevamente sobre su ahora enemiga.

Los puños caían donde pudieran, Sachan a penas y podía cubrirse.

Ayaneru estaba asustada, tenía que sacarla de ahí, a como de lugar. Intentó meterse pero temía también ser lastimada, así que entre ella y Natsume empujaron a Yukki.

Ayaneru sacó a una Sachan muy golpeada y Natsume estaba sobre Yukki para que evitara salir corriendo e intente empezar nuevamente otra pelea.

—¡Quítate!— gritó Yukki, incluso intentó levantarse, mas no pudo por la falta de fuerzas.

—Necesitas calmarte un poco, no lograrás nada con los golpes— respondió Natsume, estaba ciertamente asustada por todo lo ocurrido, aún así se mantuvo serena y alerta, sólo por si su colega intentaba algo.

Ambas se quedaron así por un momento. Yukki sólo quería salir de ahí e ir se a casa. Todo estaba muy mal, se sentía fatal y más ahora con esta gresca. Su razón había vuelto y sabía que su actuar no la llevaba a ningún lado, tan sólo le traía problemas.

Para suerte de Yukki, Meguchi llegó junto a KDHR. Todo estaba en silencio, rápidamente la baterista se acercó a Yukki y vio como sus manos estaban lastimadas.

—¡¿Qué paso?! —dijo Kudoharu algo alterada.

—Hubo una pelea entre Yukki y Sachan. No sé los motivos, créeme yo estoy tan sorprendida como ustedes —habló de inmediato Natsume, para ponerlas al tanto.

Mientras decía eso, Megu estaba revisando la condición de Yukki. Esta permanecía cabizbaja sin decir ni una sola palabra.

—Lamentamos lo que pasó, más tarde nos disculparemos con las demás y gracias por cuidar de nuestra Yukki —dicho eso, las tres integrantes de Roselia se fueron del lugar.

Se dirigieron a casa de Megu, era un lugar seguro por el momento. Al ingresar, Yukki caminó directo al sofá y se dejó caer sobre este, pareciera que recién estaba sintiendo los efectos de aquellos golpes en sus manos. Las miró fijamente y habló en voz alta.

—¿En qué demonios estaba pensando?— dijo en forma de lamento.

—Sabes que nuestras manos son indispensables en nuestro trabajo, así que trata de recordar eso la próxima vez que intentes meterte en una pelea —habló KDHR, su intención no era regañarla, pero un recordatorio no estaba de más– aún así, ¿por qué hiciste tal cosa? Es decir, me lo esperaba de Aiai pero de ti, de la gentil Yukki, jamás.

—Oye KDHR, ¿no crees que ya tiene suficiente? –intentó intervenir Megu, no quería que las cosas se encendieran otra vez.

—No, no me malinterpretes. No lo decía como si estuviera dando un sermón, sólo que me da coraje que algo o alguien haya llevado hasta este límite a nuestra Yukki.

—Bueno creo que no tiene caso, voy a tener que decírselo todo ¿estás de acuerdo, Yukki? —giró hacia su amiga para obtener su permiso.

Yukki asintió con la cabeza mientras seguía viendo sus manos. Había caído en cuenta de lo que era capaz y eso le daba miedo. Esto estaba sobrepasando sus límites.

—¡Momento! ¿Tendrás alguna bebida alcohólica? —habló otra vez KDHR, dirigiéndose a Megu y rompiendo en el proceso, con los miles pensamientos de su otra compañera.

—Tengo sake, pero no es necesario aquí, tengo mi equipo de primeros auxilios –respondió, se le hacía raro semejante petición.

—No. Me refería a que traigas unos vasos y el sake. Mientras me cuentas que está pasando y tampoco podemos dejar a Yukki así, tiene que calmar su mente más que su cuerpo. El alcohol funcionará como anestesia.

—No sé si será una buena idea KDHR, pero si tu lo dices —dudó un poco, pero fue a por ello.

Buscó el sake, además de los vasos y se acercó a sus amigas para servirles. Dejó la botella en la mesa y fue por el equipo de primeros auxilios, tenía que limpiar las heridas creadas por los golpes, para luego recién vendar las manos de Yukki. Terminando con ello, trajo un poco de hielo envuelto con una tela para esos moretones que tenía. En un punto, Sachan también lanzó uno que otro golpe para defenderse.

Mientras realizaba la última tarea pensaba en como todo había terminado de esa forma, En parte se sentía culpable por que ella alentó a su amiga a ser más atenta con Non-chan, sin embargo, no sirvió para nada.

Una vez que Megu terminó, KDHR ofreció un pequeño vaso con sake a Yukki, pero antes que esta pudiera agarrarlo, fue tomada de su barbilla, levantando ligeramente su cara. KDHR la miró de cerca.

—Aunque no lo he demostrado, sabes que me preocupo por ti. Sé que siempre te estoy molestando, pero es que eres mi ojisan favorito —hizo una pausa— eres la que con sólo ver, pones de buen humor a las demás y aunque nadie lo sabe, dependes mucho de mí.

Le fue recordando las muchas veces que recurría a ella:
—"Kudoharu se me olvidó esto", "Kudoharu, ¿dónde queda está dirección?", "Kudoharu cómprame el regalo que se me olvidó, después te lo pago"

—Soy la confiable KDHR, así que por favor, no te guardes todo para ti misma. A partir de hoy, ¿me entendiste?

No eran dichas esas cosas sólo para sacarle en cara, sino porque Yukkí había olvidado que tiene a sus amigas para lo que sea que necesite, en especial a KDHR.

Yukki la miraba con ojos llorosos, después de todo era verdad, no se dió cuenta de las veces que llamaba a la guitarrista para pedirle algún favor y aunque está solo le decía "Ok" nunca se negó. Tampoco preguntaba el por qué era tan despistada, eso sí, cada que tenía oportunidad le hacía bromas con el "ojisan"

Yukki recordó de que trataba ello y era que KDHR siempre andaba diciendo "Osu! Osu! Osu!" como un viejito confiable. Recuerda también que le causa mucha gracia. Es por eso que a Yukki nunca le molestó que ella la viera de esa forma, después de todo la hacía reír, a esa enigmática Kudō Haruka.

Esta vez tomó el vaso ofrecido por su amiga, lo observó y le dio un gran sorbo. Sintió el amargor en su paladar y el calor de la bebida en su garganta, al parecer era lo que ahora necesitaba.

Mientras, Megu le contaba lo que había pasado a KDHR. Esta, a medida que iba escuchando, no podía evitar abrir los ojos de la sorpresa y desconcierto que estaba sintiendo.

—Vaya, es que no se ni que decir. Lo único que se viene a mi mente ahora es que nada ni nadie merece que se exponga de esa manera —miró a Yukki.

Después de dar el segundo y último sorbo a su trago, habló Yukki.

—Por favor no le cuenten a AiAi. No quiero que haya más problemas por mi culpa —se sentía preocupada por la reacción de su amiga.

—Mira, nosotras conocemos a Aiai mejor que nadie y ocultárselo la va a lastimar más de lo que imaginas. Sabes cuánto te quiere, eres como su hermanita.

—Precisamente por eso, no quiero que vaya a tomar esto en contra de… —intentó mencionar su nombre— de…

Yukki ni siquiera podía mencionar el nombre de la persona que hasta hace unos días, era la que más quería en su vida.

—Yo se lo diré, no te preocupes. Es mejor aclarar esto y tratar de sobrellevarlo de la mejor manera —intervino KDHR.

—Estoy de acuerdo —apoyó Megu.

Justo acaba a de decir eso, es cuando escucharon la voz de Aiai, venía de las afueras del departamento.

—Chicas, ¡¿qué pasó?! —alzó la voz para que la escuchasen.

KDHR se acercó a la puerto y la abrió. Más atrás estaba Megu con una clara expresión de incomodidad por el ruido que ocasionaba AiAi.

—Oye, si sabes que hay timbre, ¿verdad? —la regañó.

—Es una emergencia, ¿dónde está Yukki? —AiAi a penas había dado unos pasos de la puerta.

—Oh no —la mencionada sintió pánico. Esto podría ponerse peor.

—Y luego dicen que no tengo poderes de invocación — dijo la baterista, mientras hacía un puchero.

AiAi dejó caer su bolso de la impresión al ver a Yukki en ese estado. Corrió junto a ella y le dio un gran y fuerte abrazo. Yukki no pudo contener sus lágrimas y de nuevo comenzó a llorar y con ella, Aiai. Pasaron algunos minutos en esa posición, todas de alguna manera terminaron llorando. Quizá por el deplorable estado en que se encontraba su compañera.

—Ahora dime ¿quién fue el miserable que te hizo esto? —Aiai se veía más que molesta, apretó sus puños, ejerció presión en su mandíbula.

—Yo te diré todo, pero te pido que te calmes y me escuches con atención —habló KDHR, tocándole el hombro y distraerla por un momento.

AiAi siempre hacia caso a la guitarrista decía, de alguna manera era ella la que ponía orden en la banda y está no era la excepción. Después de contarle lo sucedido, AiAi pasó del enfado a una enorme tristeza, tal cual como Yukki.

—Voy por otra botella de sake — KDHR se fue por ello, pensaba que esto iba para largo.

—¡¿Otra?! No creo que sea necesario — Megu fue tras su amiga. Tenía un mal presentimiento de esto.

—¡Lo es! —dijo esto KDHR, mientras se acercaba sigilosamente y susurraba— Tenemos otro problema aquí, AiAi parece calmada pero en cualquier momento puede salir y hacer alguna locura. Es mejor anestesiarla al igual que Yukki.

—Ok… Hagamos esto rápido —apresuró el paso al regresar.

—No puedo imaginar lo que estás sintiendo, pero yo estaré contigo siempre y aún si quiero ir a desquitar está rabia, no puedo, por que sé lo que es querer a alguien y no poder odiarle.

Yukki la miró sorprendida, ¿acaso había pasado una situación similar antes?, ¿cómo es que no sabía sobre ello? Tal vez pudo hacer algo.

—Ah, no te preocupes, ya he sanado esas heridas — le dio una pequeña sonrisa para que no se siga preocupando.

—Oh sí, me acuerdo bien de aquello —se metió Megu a la conversación.

—Pero tienes prohibido hablar de eso ahora — AiAi lanzó su advertencia.

—Lo sé — suspiró. Mientras, acomodaba los vasos de sake para cuando KDHR se apareciera con uno, lo sirviera.

—Bueno, ¿qué vamos a hacer? —con la botella en mano y ya abierta, KDHR se apresuró a servir y entregarlos.

—Por favor, les pido que no le digan nada a… —otra vez Yukki no pudo mencionarla— no la molesten, no quiero que se sienta mal. Más de lo que ya está.

—Ahí vas otra vez –se quejó KDHR y dio un sorbo a su sake—. Pero tienes razón, ella es nuestra amiga y compañera también, no es como si la fuéramos a odiar, todos nos equivocamos alguna vez.

—Es por eso que no es bueno salir con compañeros de trabajo —pensó Megu.

—No le diré nada, pero no te aseguro que lo deje pasar así tan fácilmente. Los errores tienen consecuencias y si no aprendes de ellos, entones las lágrimas que estás derramando ahora, no servirán para nada.

—A todo esto, ¿Non-chan estaba ahí? —preguntó Megu.

—No —dijo AiAi— para entonces ya se había ido. Al parecer Raychell se hizo cargo y la escoltó a casa.

—Vale, confiamos en Raychell. Hay que ir por partes.

—¿Qué quieres hacer Yukki?, discúlpame si mi pregunta suena fuera de lugar ahora —consultó AiAi, trataba de tener cuidado con sus palabras.

—Quiero seguir en la banda con todas, incluso con ella. Trataré de olvidar esto y voy a tratar de ser lo que éramos antes, amigas y compañeras. No voy a dejar que esto afecte a Roselia.

—Justo como de esperaba de ti —aprobó Megu.

—Sin duda es una buena elección —secundó KDHR, por ahora era lo mejor.

—¡Joder! quiero golpear algo. No es justo que personas como tú tengan que replantearse algo así, pero haremos lo que tú decidas — AiAi, ciertamente estaba enojada, pero respetaba la decisión de su amiga.

Para calmar un poco el ambiente agregaron más rondas sake, de todos modos lo que KDHR había advertido respecto a AiAi, seguía en pie.

Al caer la noche ya habían acabado dos botellas de sake, AiAi cayó dormida sobre el sofá. Megu había bebido a penas, KDHR estaba ligeramente ebria, ni se notaba. Yukki era el problema ahora porque quería seguir bebiendo, sin embargo, ya no había más. Para Megu fue más que suficiente, era hora de que se fueran a sus casas, habían pasado muchas cosas y tenían que descansar.

—Parece que AiAi no es buena bebiendo, mírenla ahí.

Yukki se ríe ligeramente, mientras intenta ponerse la casaca, se le estaba haciendo algo difícil. KDHR le echó una mano.

—¿Deberíamos tomarle una foto? digo, para el recuerdo —sugirió burlescamente Yukki.

—Oh cierto, vamos a ponerle estas orejas de gato –KDHR le siguió la broma, no iba a desaprovecharla de todos modos.

Por unos minutos, jugaron con una AiAi dormida. La acomodaron para tener mejores ángulos en las fotos y aparte, para que durmiera bien.

—Yo llevaré a Yukki a su casa y luego iré a la mía. Cuida de AiAi por mientras —habló KDHR luego de guardar las fotos que había tomado y editado en su movil.

Yukki trató de dar unos pasos hacia la salida, pero tambaleaba demasiado, así que KDHR ofreció su hombro y se fueron a tomar un taxi.

Megu se quedó a cargo de AiAi, probablemente amanezca con una terrible resaca y va a tener que atenderla.

*/

Luego de llegar a casa de Yukki, KDHR se retiró luego de darle un abrazo, ya se verían nuevamente en los ensayos y ver como se desarrollarían las cosas. No iba a ser fácil pero por algo se tenía que empezar.

—No sé por qué aun tengo ganas de beber, creo que dejé algunas pequeñas botellas de vino de ciruela —Yukki cerró la puerta y camino tambaleante hacia la cocina en busca de las bebidas.

Mientras daba grandes sorbos, los recuerdos volvían a su mente, atormentándola de nuevo. Caminaba por la sala de su casa tratando de hacer caso omiso, pero resultaba cada vez más difícil.

Era demasiado doloroso y las palabras de Kanon la golpeaban con fuerza, pero la gota que derramó el vaso fue el recuerdo de la expresión de Sachan, cuando esta habló de esos besos y algo más que compartió con Kanon.

Tomó el último sorbo de la botella, lo dejó a un lado y rápidamente salió de su casa en busca de Kanon. Estaba completamente enojada y necesitaba explicaciones.

Al llegar al departamento de Kanon, tocó la puerta fuertemente. La dueña de casa había estado intentado dormir luego de llorar hasta el cansancio.

—¡Kanon! ¡Sé que estás ahí, abre! —gritó enojada.

—¡Kanon…!

Iba a dar otro golpe más, cuando la puerta se abrió abruptamente.

—¡Yukki! ¿Qué…? —fue interrumpida por el empuje de la mencionada.

—Vamos a hablar, ahora —ingresó violentamente, cerrando la puerta de golpe.

Kanon estaba ciertamente asustada, nunca había visto a la bajista tan enojada y agresiva, y tal vez ¿muy ebria? No podía identificar eso.

Yukki daba vueltas como perro encerrado, tratando de ordenar su mente, pero le era imposible. Parece que Kanon intentaba hablarle y eso sólo empeoraba las cosas.

—¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí en ese estado? Hueles a alcohol ¿por qué bebiste demasiado? —Kanon soltaba las preguntas sin cesar, no sabía que sucedía ahora.

Fue un impulso o un estallido en su interior. Había acorralado a Kanon contra la puerta, dando un fuerte golpe en el proceso. A decir verdad, la joven pianista pensó que iba a ser golpeada, así que por inercia se cubrió el rostro. Volvió a llorar, estaba muy asustada. Esta no era la Yukki que conocía, ¿A dónde se fue? Sólo se sintió más culpable por todo.

—¿Acaso pensaste que te golpearía, Kanon-chan? —se había acercado lo suficiente a su oído para susurrarle— ¿a tal punto desconfías de mí?

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—¡No! — gritó desesperadamente, estaba agitada y la adrenalina iba a mil por hora.

Non-chan despertó abruptamente y muy asustada, esa sensación de miedo se sentía demasiado real. A penas eran las 3:40 de la madrugada.

Se levantó de la cama, aunque con cierto pesar y dolor de cabeza, pues horas atrás había bebido un poco más de la cuenta. Tuvo una reunión con dos miembros de su banda y otras dos de Afterglow. Al final Yukki fue quien la escoltó a casa, pero no recuerda bien si se despidió apropiadamente de su novia, aunque tenía la sensación de haber dado un beso.

Caminó por la casa buscando su bolso, donde estaba su móvil, quería llamar a Yukki. Se lo pensó un poco, era demasiado tarde, ella estaría durmiendo de todos modos y no quería irrumpir sus sueños.

Regresó a la cama, intentó dormir, pero era molesto. Las imágenes de aquella pesadilla volvían y sólo la hacían sentir mal. ¿Cómo es que llegó a soñar algo tan terrible como eso? Las personas involucradas eran sus amigas, unas más cercanas que las otras, incluso su novia. Se preguntaba si podría mirarlas a la cara ya por la mañana.

No pudo dormir mucho, aunque tampoco es que no estuviera acostumbrada. A diferencia del brusco despertar de la madrugada, ya no tenía mareos o dolor de cabeza alguno.

Tenía la necesidad de hablar de una vez con Yukki, no soportaría más si no hablaban de la pesadilla lo mas pronto posible, quería sacarlo de su mente. Antes de salir de casa, escribió un mensaje corto pero suficientemente claro para entender la urgencia.

—"Yukki, buenos días. Necesito verte ya, muero por contarte algo, aunque es terrible."

Tanto los miembros de RaS y Roselia llegaron temprano para sus respectivos ensayos matutinos, algo que ya están más que acostumbradas. Yukki y Non-chan cruzaron miradas pero no tuvieron tiempo de hablar, salvo saludarse rápidamente para ponerse a practicar.

Yukki estuvo muy preocupada durante todo el ensayo, el mensaje de Non-chan la tuvo casi con el corazón en la mano, pero no podía distraerse de su labor.

—Kanon-chan, ¿qué sucede? Casi me da un ataque porque no podía hablar contigo y tu mensaje me dejo con mucho suspenso — Yukki le habló a su novia.

—Yukki… perdón, es que es importante, vamos a otro lugar para hablar. Creo que me tomará tiempo.

Sin más se fueron a un lugar un poco más apartado de los ojos y oídos de sus amigas. Yukki no sabía de que trataba todo, era demasiado suspenso para su corazón, pero prefirió ser paciente. A fin de cuentas, se trata de Non-chan y esta siempre tendrá todo su tiempo y atención.

Le había escrito muy temprano, que necesitaba verla y hablar urgentemente. Aprovecharon el hecho que tenían ensayo con Roselia, por lo que finalizando, fueron a una de las oficinas vacías para platicar.

Non-chan estaba llorando en los brazos de Yukki, parecía que no acabaría, así que sólo se quedó ahí con ella. Escuchó su relato atentamente. Para ser sincera, Yukki pensaba que los sueños de su novia eran demasiado realistas. No era la primera vez que pasaba algo así, aunque el tema de este sueño o más bien pesadilla, si era totalmente nuevo.

—Y-yo jamás te haría algo así Yukki, esto fue terrible —hablaba entrecortado por el llanto— Perdóname.

—Ah, Kanon-chan, está bien. Sólo fue un sueño, uno muy malo —le acariciaba la espalda, tratando de consolarla.

—P-pero… Yukki, aún así…

—Shh… Tranquila, no fue real —le habló suavemente— Sé que nunca me lastimarías de esa forma, así como yo tampoco lo haría. Jamás pondría una mano sobre tí, al menos no de esa forma.

La voz calmada de Yukki estaba dando resultado en tranquilizar a Kanon. Esa era su amada Yukki, como su eterno caballero en armadura blanca, que iba a su rescate cuando corría peligro, incluso si un muy mal sueño la atormentaba.

Cuando Kanon se sintió mejor, Yukki sacó un pañuelo de su casaca para limpiar los restos de lágrimas del rostro de su amada. No debía quedar evidencia de llanto o todo mundo iba a hacer muchas preguntas y tal vez invocarían a AiAi para que todo termine en un ring con muchas llaves de lucha de por medio. Pensar en eso le dio escalofríos.

—Será mejor que vayamos a casa, si nos ven así, van a pensar mal. Mi cuello no está listo para las llaves de AiAi, nunca lo estarán de hecho —mencionó la bajista, recordando las bromas que hacía su amiga y terminaban con llaves o cosas por el estilo.

—Está bien —intentó no reir por lo que dijo su novia, pero fue en vano.

—Así que te parece gracioso que me agarren de saco de box, ¿uh? —se acercó peligrosamente a los labios de Non-chan.

—Ah, n-no, pero tampoco es como que pueda ayudarte cuando AiAi-san está en modo luchadora… —dirigió la mirada a los labios y luego a los ojos. Su mirada era penetrante y seductora, ¿es que Yukio-kun estaba de vuelta?

—Kanon… —Yukki usó aquella voz grave que le encantaba a su chica— ¿vamos a casa? Chun-Chun nos está esperando.

Kanon no iba a negarse, ciertamente extrañaba tenerla cerca y exclusivamente para sí. Fueron por sus cosas y sin perder el tiempo, volvieron a casa de Yukki.

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A penas llegando y cerrando rápidamente la puerta, la lluvia de besos llegó. Eran lentos pero con una necesidad casi insaciable. Así también, los abrazos y suaves caricias iniciaron. Estaban en su pequeña burbuja de amor, pero la falta de aire atacó, por lo que hubo una pequeña pausa.

—Yukki, te amo, como no te imaginas —soltó Non-chan esas dulces palabras y que nunca se cansaría de decir.

—También te amo, mi pequeña Kanon-chan —respondió acariciando su rostro y acercándose nuevamente para besarla.

Ahora los besos eran más intensos y el calor en sus cuerpos aumentaba, así como la necesidad de tocarse más allá de lo que otros tenían permitido ver.

De a pocos Yukki fue guiando a su amada pianista a su dormitorio, creyó conveniente que si iban a dar rienda suelta a su amor, no podía ocupar el sofá. Detrás de ella, cerró la puerta con seguro, sólo por si acaso. Sus amigas suelen hacer locuras y en cualquier momento.

Uno a uno, las prendas de ambas iban cayendo al piso. Non-chan fue por el cuello de Yukki, bajando un poco, cerca de su clavícula. Amaba explorar esa parte del cuerpo de su novia, porque era uno de sus punto débiles. Logró empujarla hacia la cama y continuar con la sesiones de besos, dejando marcas en el camino.

Yukki estaba demasiado excitada, pero no iba a dejar que su adorada novia hiciera todo el trabajo. Dio media vuelta quedando sobre ella y sin perder el tiempo, fue directo a los pechos, quitando antes la prenda que los cubría.

Era uno de los atributos físicos que le gustaba de Kanon, además de sus labios y ojos. Curiosamente, sus manos y largos dedos encajaban perfectamente con ellos.

Empezó a masajearlos suavemente, para después acercarse a uno de ellos y tomarlo con su boca. Non-chan soltó un ligero gemido. Yukki iba por buen camino.

Beso a beso fue bajando hasta su vientre, dando ligeras mordidas en el camino.

Con una de sus manos libres, trazó un camino hacia la falda de su chica y así poder quitarlo. Así, sólo quedaría una prenda que dividía entre la aparente calma y el placer que le quería brindar.

—Kanon-chan, amor, ¿estás lista para mí? —habló Yukki, estando su cara bastante cerca de la zona íntima de la mencionada.

—Si… —la voz de Kanon era apenas audible, estaba conteniendo sus ganas. La necesitaba urgentemente.

Sin mas, la ropa interior que estorbaba, fue quitada de en medio. La humedad de la zona era visible y sin perder tiempo, Yukki introdujo dos dedos en el.

Los movimientos al inicio eran lentos pero muy placenteros, pero, Kanon necesitaba más. Yukki se percató de ello y se acercó a los labios de su amada, mientras aumentaba el ritmo en sus manos.

Los gemidos de la pianista eran más audibles. Esta se aferró a su novia, puesto que la velocidad aumentaba al mismo tiempo que el placer estaba cerca de su punto máximo.

—Yukki… —intentaba hablar– más…

No hubo necesidad de más palabras, obediente, bajó nuevamente a los pechos de su novia, para besarlos y succionarlos con más intensidad. Ella también estaba excitándose cada vez más, pero primero tenía que complacer a su chica.

No pasó mucho tiempo para que el clímax llegara y una agitada Non-chan yaciera sobre la cama, completamente sudada. En su mente estaba la idea de satisfacer también a Yukki, pero primero necesitaba recobrar el aire.

Yukki se acercó a dar pequeños besos en el rostro de Kanon, de paso, asegurarse de que estuviera bien.

—Parece que alguien se quedó sin aliento — se burló con su comentario.

—Es tu culpa, fuiste muy intensa esta vez —respondió haciendo un adorable puchero.

—Tú querías más y yo cumplí con mi deber de buena novia —contestó guiñándole el ojo.

No le dio tiempo a nada, Non-chan ya estaba sobre Yukki quitándole la ropa que le quedaba. Los jeans volando por los aire a un lado y el resto de prendas íntimas por otro.

Si al inicio de su relación había sido diferente, algo que amaba sin duda de Kanon, era esa intensidad con la que se expresaba. Ya sea con palabras o actos en público, así como estando a solas en situaciones similares a la que se encontraban en este preciso instante.

Hacer el amor con Kanon, no era sólo sexo, era amor en su estado más puro, intenso y muy pasional. Se tomaba el tiempo de explorar cada parte de su cuerpo con cada beso y caricia. No siempre necesitaba de sus manos en su intimidad, la mayoría de veces llegaba al clímax con sus toques y ligeras mordidas en zonas de su cuerpo que ni ella sabía que podría hacer que se sintiera tan bien.

Yukki muchas veces se sintió insegura de su cuerpo. Comparado al de su novia, no tenía tantos atributos que pudiera atraerla, pero a los ojos de esta, era lo más hermoso que podía ver y tocar.

Piernas largas y suaves, piel blanca y sumamente sensible a las caricias. Tal vez no tenía pechos voluminosos, pero a Non-chan le gustaba así, podía besarlos y lamerlos, e inmediatamente habría una reacción.

No tuvo que esperar mucho, Non-chan estaba entre las piernas de su novia, lista para darle el mayor placer en ese día.

Jugaba con su lengua en el interior de su chica, la excitación era tal que la humedad iba en aumento, el líquido desbordaba en exceso de ella y el clímax estaba cerca.

Yukki quedó completamente agotada, de cuenta nueva, Non-chan había ganado la batalla. Su intensidad siempre era más.

—Bien… tu ganas… —intentaba recobrar un poco de aire.

—Yo siempre gano cariño —habló Non-chan dándole un beso en la frente a su cansada novia.

Todo el tiempo era así, la intensidad de Non-chan siempre era más, pero era con todo el amor que le tenía y estaba claro que Yukki nunca cambiaría eso por nada.

Se acurrucaron juntas para dormir, quedaban muchos más días donde podían entregarse amor intenso una a la otra, sea en complicidad con sus fieles amigas o a solas y por su cuenta.

Notes:

Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias por leer.
Quiero pensar que se fueron de cara cuando vieron el final de esta historia xD

De nuevo, agradezco infinitamente a mi hermana y beta reader, Tenshi Everdeen (buscadla en fanfiction y seguidla, os gustará sus historias) ella continúa con su apoyo y me anima a escribir más.
También a mis amigos de internerds, que administramos una página y un grupo en honor a este bello y algo desconocido ship. En el chat armamos unas teorías bien locas. Así nacen los fics (?