Chapter Text
Han Seo se arrastró hasta su habitación con dificultad, su celo había llegado y no quería estar expuesto cuando Han Seok llegará a su apartamento para supervisar que Han Seo se memorizará el discurso que tenía que dar para anunciar el nuevo proyecto de Babel.
Su despertar fue bastante tardado a comparación de otras personas, normalmente una persona tenía su despertar a una edad temprana mayormente entre los 12 y 13 años.
Han Seo había tenido su despertar cuando cumplió 20 años y contra todo pronóstico había resultado ser un alfa. A Han Seok no le gustó porque no creía que Han Seo fuera digno de ser un Alfa cuando él era un Beta.
De igual manera Han Seo había sido criado como un beta hasta los 20 años, por lo que no era un Alfa 'normal' muchos Alfas suelen ser; seguros de sí mismos, son altos, son fuertes, son líderes natos y por sobre todo son bastante inteligentes.
Han Seo no era nada de eso.
Después de la muerte de su padre (o después de que Han Seok asesinó a su padre) al enterarse de que era un Alfa lo obligó a tomar supresores e inhibidores de olor para aparentar que era un Beta y poder usarlo como su presidente marioneta.
Todo porque en Corea había una ley donde los Alfas no podían ocupar cargos de poder como ser presidentes de empresas o postularse para candidatos, todo gracias a que al ser considerados 'Seres inestables' podrían abusar de su estatus para salirse con la suya.
Cómo si los betas y omegas con dinero no abusaran de su poder.
Han Seo cerró su habitación con seguro y se tiró al suelo buscando en los cajones de su mesita de noche los inhibidores de olor y sus supresores.
Una vez que se los tomó se subió a la cama y se colocó en posición fetal, era tan doloroso pasar el celo. Sus glándulas de olor le picaban y su piel se volvía demasiado sensible.
Para su suerte el dolor se detiene media hora después por lo que puede dormir un rato antes de que Han Seok llegué y lo moleste con cosas de Babel.
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Al parecer hay algo que salió mal con la nueva droga que Babel planeaba sacar al mercado y había gente muriendo de leucemia causada por la exposición prolongada a la droga.
Si Han Seo fuera el verdadero presidente habría detenido todo en cuanto se hubiese enterado pero no lo era y tenía que seguir las órdenes de su hermano mayor y continuar aún con todas las consecuencias graves que tendrían los trabajadores al ser expuestos.
Lo único que aliviaba a Han Seo era que Han Seok estaba obsesionado con una tal Hong Chayoung de la firma legal Wusang, así que Han Seo podía tener al menos una noche libre al mes lejos de su hermano.
Un bar exclusivo donde Alfas podían encontrarse con otros Alfas que buscaran saciar su celo o simplemente acostarse con otro Alfa por una única noche.
Nadie podía liberar información sobre los Alfas que iban a ese lugar porque todos tendrían algo que perder, ya fuese estatus o puestos de trabajo por ocultar que son Alfas.
Han Seo había aprendido el código de los pañuelos que se usa para detectar cuando un Alfa va abajo, arriba o es versátil. Lo había aprendido una noche con un Alfa que se había tomado la molestia de explicarle al ver que era un novato.
El pañuelo de color debe ir en el bolsillo derecho si el Alfa va abajo, en el bolsillo izquierdo si va arriba y atado en el cuello si es versátil.
Hay un código amplio para cosas más específicas como el pañuelo Azul claro: Sexo oral, Azul oscuro: Sexo anal, Blanco: Masturbación, Naranja: Cualquier práctica, Negro: práctica BDSM y muchos otros.
Han Seo tiene muchos pañuelos de colores para diferentes ocasiones pero nunca usaría uno negro, era demasiado cobarde para hacer esa clase de cosas y además ya tenía suficiente de golpes e insultos en su día a día de parte de su hermano.
Usualmente utiliza el pañuelo azul oscuro en el bolsillo derecho de su saco, pero esa noche usa el pañuelo verde fuerte.
Porque no quiere sentir dolor esa noche, esa noche solo quiere sentirse bien, esa noche quiere a alguien que lo cuide y lo mime con halagos y caricias.
El bartender le sirve un cóctel que no pidió, al notar la interrogante en el rostro de Han Seo, señala a un hombre atractivo. —El extranjero de allá lo pidió para usted.
Han Seo puede ver al hombre a unos asientos de dónde está al igual que puede notar el pañuelo verde fuerte en el bolsillo izquierdo de su visiblemente costoso traje.
A señas el hombre le pide permiso para ir a sentarse a su lado, Han Seo acepta y el extranjero camina hasta él con un aire de seguridad y elegancia por la cual el menor no puede evitar sentirse atraído.
—¿Gustas de ir a un lugar más privado?
Han Seo asiente y se levanta para seguir al hombre fuera del bar, hay un auto lujoso y después un hotel aún más lujoso.
La suite es linda y muy elegante, tiene una cama grande y una vista realmente buena de la ciudad.
El hombre le sonríe y se coloca a su lado. —¿Te gusta?
—Es lindo.
—Tu sei di più Bello.
Han Seo siente curiosidad al escucharlo. —¿Qué significa eso?
El extranjero lo mira fijamente mientras acaricia su mejilla con suavidad. —Tú eres más hermoso.
Han Seo acorta la distancia entre sus rostros y lo besa, el beso es suave y tierno y ninguno de los dos quiere parar porque se siente tan bien, tropiezan hasta la cama y pronto la ropa termina tirada en el suelo.
Se reparten caricias y besos suaves, el hombre no deja de murmurar halagos para Han Seo mientras besa cada centímetro de su cuerpo magullado por los constantes castigos de Han Seok.
El hombre no pregunta cómo se lastimó y Han Seo lo agradece mentalmente porque no tiene ganas de hablar sobre ello con un extraño y menos cuando va a tener sexo.
Por ello Han Seo tampoco pregunta por las cicatrices que pintan el cuerpo del extranjero, al menos tienen algo en común además de ser Alfas piensa Han Seo.
—¿Necesitas que te cuiden? ¿Por qué no le dices a Daddy lo que quieres?
Han Seo suspira cuando el aliento cálido roza su oído, su voz es tan seductora y grave que lo hace estremecerse.
—Quiero, quiero que me haga sentir bien. Por favor, Daddy.
El hombre le sonríe tan encantadoramente a Han Seo mientras besa su frente. —Muy bien, Daddy te hará sentir bien, te hará olvidarte de todo.
Y lo hace, esa noche Han Seo se olvida hasta de su propio apellido, se olvida de todo y de todos, se llena completamente del extranjero entre sus piernas y recibe todo lo que el hombre tiene para darle.
—Buen chico, prendi il mio cazzo così bene. Eres perfecto, Sei così bella, mio dolce Alpha.
El nudo es doloroso pero Han Seo puede soportarlo porque la polla del extranjero parece estar hecha a su medida y recibe más halagos en el idioma extranjero que Han Seo promete aprender porque suena tan sexy.
Notes:
Traducción:
prendi il mio cazzo così bene. (tomas mi polla tan bien).*
Sei così bello, mio dolce Alpha. (Eres tan hermoso, mi dulce Alfa.)*
Chapter 2: Segundo encuentro
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Son las 7 de la mañana cuando Han Seo se despierta en la gran cama del hotel con un hermoso hombre extranjero sentado en el sofá tomando lo que parece ser café.
—Estás despierto.
Han Seo se estira en la cama, su cadera le duele un poco pero puede soportarlo porque ha sufrido peores cosas, afortunadamente no hay marcas ni nada que indique que ha pasado la noche con alguien.
—No supe que comida te gustaba así que pedí un desayuno sencillo de huevos con tocino y jugo de naranja. —El hombre dijo señalando la puerta del baño. —Tal vez quieras ducharte antes de desayunar.
Han Seo sonríe, este hombre es uno de los Alfas más amigables que ha conocido en su vida. Los otros se iban sin despedirse en cuanto terminaban de tener sexo.
Se siente agradable.
Se duchó rápidamente y se puso su ropa, revisó su teléfono checando si tenía llamadas perdidas o mensajes sin leer y afortunadamente no había señales de que Han Seok lo estuviera buscando tan temprano en la mañana.
—Gracias por la comida.
Han Seo no sabe si debe preguntar pero tiene curiosidad sobre el nombre del hombre. Habla coreano bastante bien y apenas se nota un ligero acento extranjero.
—¿Como te llamas? —Finalmente pregunta, muerde el pan tostado y espera la respuesta, tal vez no quería decirle su nombre, eso Han Seo lo entendía, porque al fin y al cabo esto solo fue una aventura de una noche. —Lo siento no debí preguntar.
—Puedes llamarme Tae Yeong.
Un nombre falso seguramente piensa Han Seo pero no importa porque al menos pude tener un nombre para ponerle a ese hermoso rostro cuando lo recuerde.
En cambio dice. —Te queda bien.
—¿El tuyo?
Han Seo duda pero ¿Qué más da? No lo volverá a ver. Probablemente el hombre regrese a su país y no vuelva a Corea.
—Seo Han Seo.
Seo hacía bastante que no usaba ese apellido. Era su apellido antes de que su padre lo alejara de su madre y lo llevara a vivir a la casa Jang, o la prisión Jang que era básicamente lo mismo.
Cuando terminan de desayunar Han Seo llama a su conductor y le da la dirección de un restaurante cercano para que lo recoja.
—Bueno, gracias por todo Tae Yeong. —Han Seo se inclina levemente. —Que tengas un lindo día.
El hombre parece que va a hablar pero el teléfono de Han Seo lo interrumpe y Han Seo sabe que es su hermano quien lo llama.
Vincenzo quiere hablar pero Han Seo lo interrumpe con un "Por favor no hagas ruido." Y él le hace caso porque parece realmente asustado.
Vincenzo siente curiosidad sobre ¿Quién podría llamar al menor y ponerlo de esa manera? Había algunas cosas de las que el italiano pudo darse cuenta pero no estaba 100% seguro de sus teorías sobre las cicatrices en el cuerpo del más pequeño.
Se acerca a la puerta del baño con la intención de escuchar la plática del otro Alfa pero solo escucha un "Sí, Hyungnim estaré allí pronto" que hace saber que posiblemente sea el hermano de Seo Han Seo.
Vincenzo se aleja de la puerta cuando escucha que el hombre va a salir y se queda de pie en la habitación.
—Lo siento, ya tengo que irme. Gracias por todo señor Tae Yeong.
Vincenzo lo ve irse y se siente algo intrigado por la situación del bonito y tierno Alfa que acaba de irse pero es probable que Vincenzo se olvide del hombre después de unos días como siempre sucedía con los demás.
Porque un hombre como el no merecía poder amar a alguien. Porque Vincenzo tiene un lema y ese es que 'Un villano no merece amar'.
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Bueno, no podía sacar el oro con esos inquilinos y esos monjes negándose a moverse a otro lado.
¿Por qué no querían irse a un mejor lugar? Sería gratis y no pagarían nada más que los servicios básicos de luz, agua y gas.
Prácticamente Vincenzo les ofrecía regalarles un nuevo edificio. Uno mejor que en el que estaban.
Mientras está allí se entera por Hong Yoo Chan que Babel ha estado intentando comprar su edificio para construir una torre y que hay víctimas por el RDU-90 que la compañía está tratando de sacar al mercado.
—No les importan las víctimas, las culpan y luego las dejan morir. —Dice el abogado.
Vincenzo no quiere involucrarse en eso porque ya tiene muchos problemas con tratar de recuperar su oro gracias, pero termina involucrado de todos modos porque al parecer Babel considera que sí no pueden obtener el edificio por las buenas lo obtendrán por las malas. Hong Yoo Chan muere y Él termina herido.
Bueno, Vincenzo no se los iba a permitir porque ese es SU edificio tal y como se lo dijo al tipo con cara de nutria: "Questo edificio è mio"
Y nada ni nadie se iba a quedar con el y menos si no lograba recuperar su oro.
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—¿Cómo has estado?
Han Seo salta en su asiento, no había escuchado al otro acercarse por lo que lo había tomado desprevenido.
Han Seo se calma al ver que es Tae Yeong quien se sienta frente a él con una sonrisa.
—¿Me recuerdas?
¿Qué sí lo recuerda? Han Seo no había podido olvidar sus besos y sus caricias aunque quisiera, se había sentido un poco patético porque había pasado la noche con el hombre una sola vez y ya se había aferrado fuertemente a las sensaciones que le había causado esa noche maravillosa.
Han Seo solo asintió.
Vincenzo lo escaneó de pies a cabeza. Han Seo se hundió incómodo en su lugar ante la mirada del Alfa.
—No estás usando pañuelo hoy.
Cuando Han Seo bebe el licor de su vaso el alcohol quema su garganta, Han Seok lo había castigado esa mañana y por ende Han Seo no se sintió con ánimos de sexo. Solo le apetecía beber hasta que se sintiera relativamente mejor e irse a su apartamento a dormir.
—No tenía ánimos de nada más que beber. —Dice, no es una mentira pero tampoco le dice el motivo.
Tae Yeong le pregunta. —¿Problemas en el trabajo?
—Algo así. —Murmura Han Seo, los problemas en el trabajo para llevar a cabo las órdenes de su hermano habían sido la razón del castigo que Han Seok le había dado.
Han Seo jura que todavía puede sentir el metal caliente quemando su pecho.
—¿Podría invitarte algo en otro lugar? En mi habitación de hotel, tal vez.
Han Seo quiere decirle que sí, que le encantaría pero es regresado a la realidad cuando su teléfono suena y el pánico lo inunda.
Han Seok debería estar en la fiesta de empleados de Wusang ¿Por qué estaba llamándolo?
—Lo siento, no puedo.
Vincenzo lo ve irse y sabe que hay algo allí o alguien más bien que está manejando al tierno Alfa. Probablemente el hombre sea solo una marioneta.
Tendría que averiguar la identidad del verdadero jefe de Babel si quería vengarse y recuperar su oro para irse de corea lo más pronto posible.
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Vincenzo se sentó frente a los papeles esparcidos en la mesa de la sala, papeles que el señor Cho le había dejado con toda la información que el Italiano le ordenó conseguir sobre Babel y la familia Jang.
Una fotografía de Han Seo asumiendo el cargo de presidente resaltó por sobre los papeles blancos.
—¿Con que Jang Han Seo?
Vincenzo levantó la fotografía para admirarla con detalle, Han Seo usaba un traje azul hecho a medida con una camisa blanca de cuello alto, Vincenzo debería halagar la belleza del Alfa, era ciertamente un rostro bonito.
Pero no era el verdadero presidente.
—¿Quién es el que mueve tus hilos? —Preguntó al aire.
El Italiano bebió el vino de su copa con una sonrisa mientras continuaba observando al Alfa de Babel. Al falso presidente.
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Han Seo se derrumbó en el suelo de baldosas frías, las heridas de sus piernas seguían sangrando y le ardían con cada roce de la tela en su piel abierta.
Desde la puerta del baño Han Seok le sonrió a su hermano, masticando ruidosamente los ositos de gomita.
- Dongsaeng , asegúrate de no cometer otro error ¿Entiendes?
—Entiendo Hyungnim. —Respondió.
Han Seok se agachó junto a Han Seo para acariciar su cabello. Han Seo tembló de miedo, Han Seok sonrió complacido. —Sabes que no te castigaría si no cometieras errores ¿Verdad? Después de todo eres mi única familia.
Han Seo supo que eso era mentira, a Han Seok le gustaba castigarlo solo por diversión, el cometer errores solo lo hacía peor.
¿Familia? Han Seok no entendía completamente el significado de esa palabra. Después de todo había matado a su padre, quién también era (técnicamente) su familia.
Una vez solo Han Seo se meterse en la bañera para lavarse la sangre seca, el sudor y las lágrimas.
Las heridas se veían factibles y le ardían horribles cada que se tallaba con el jabón. El agua se volvió roja con rapidez por lo que tuvo que cambiarla.
Han Seo contuvo la respiración y cerró los ojos hundiéndose en el agua, los sonidos de la televisión en la sala de debajo y los ruidosos pasos de Han Seok se apaciguaron.
Han Seo deseó quedarse así para siempre.
Pero eso era imposible. Al menos era imposible cuando Han Seok estaba merodeando.
Y hablando de diablo, cuando Han Seo abrió los ojos se encontró a Han Seok mirándolo sobre el agua.
- Dongsaeng , ya ha pasado tiempo. Sal ahora.
Han Seo se levantó rápidamente, sentándose se acurrucó ocultando su desnudes lo más que pudo en la esquina de la bañera, lo más lejos posible de su hermano.
—Vístete y vete a la cama. —Ordenó. —Más te vale no salir a ningún lado.
—S-Sí H-Hyungnim.
Han Seok se fue como siempre dejando a Han Seo encerrado en la habitación.
Una vez que vio el auto irse Han Seo se apresuró a buscar la madera suelta debajo de su cama donde escondía la llave de repuesto que había mandado a hacer.
Se vistió rápidamente con los pantalones holgados que solía usar para ejercitarse y su chaqueta deportiva.
Se puso los zapatos, una gorra y tomó su cartera antes de salir de la habitación, necesito comprar más vendas y surtir su botiquín de primeros auxilios.
Desafortunadamente para Han Seo la farmacia no estaba cerca de su casa, por lo que tenía que caminar hasta la avenida principal.
¿Debería pasar por el supermercado? Estaban esas galletas de chocolate que se anunciaron en la televisión antes de que se hablará sobre la muerte del investigador de Babel que había escapado.
Han Seo lo lamentaba por el hombre pero gracias a eso había podido ver la televisión en paz por al menos unos minutos antes de que Han Seok irrumpiera en su penthouse y lo obligará a poner las noticias.
Se había quedado a mitad de la primera temporada de Lucifer, ¿Sería que podría retomarla cuando llegara a casa?
—¡Han Seo!
—¡Lo siento Hyungnim volveré a casa, lo prometo! ¡No volveré a salir sin permiso! —Han Seo se agachó en el suelo.
Vincenzo arqueó una ceja. —¿Ya no soy "papi"?
Han Seo asomó la cabeza levemente. ¡Oh, era el guapo extranjero! Han Seo se dejó caer por completo en el suelo suspirando de alivio.
—Lo siento, creí que eras ... olvídalo. —Han Seo se acomodó la gorra. —¿Qué haces por aquí? ¿Vives cerca?
—¿Qué tal si antes de responder te ayudo a levantarte del suelo primero? —Ofreció el Italiano.
Han Seo se sintió apenado, había olvidado ese detalle, agradeciendo la ayuda tomó la mano del mayor y se impulsó hacía adelante.
Las heridas de sus piernas no apreciaron mucho el esfuerzo, Han Seo sintió la sangre tibia escurriendo de ellas.
—¿Estás bien?
Tentado a respondedor que no, no estaba bien Han Seo asintió con la cabeza. —Estoy bien, no es nada.
Vincenzo no pasó por alto que el menor estaba temblando y sudaba frío, lo acercó más hacia su cuerpo en un intento por ayudarlo a sostenerse.
El alfa dentro de Vincenzo detectó algo, Han Seo olía a sangre. Han Seo estaba herido.
—No puedes mentirme, ¿Olvidaste que soy un Alfa?
¿La verdad? Sí, lo había olvidado.
-Lo siento.
—Te perdonaré sí me dejas tratar tus heridas. —Contestó el Italiano. —No puedo dejarte así, ¿Qué tan lejos queda tu casa?
Han Seo negó rápidamente. —¡No, mi casa no!
Apenas y puede pagarle al portero para que no le diga nada a Han Seok sobre sus escapadas nocturnas ¡No podía hacer que el hombre guardara silencio si lo veía llegar en los brazos de un hombre al penthouse!
—¿Por qué no?
—Vayamos a otro lugar. Cualquier lugar está bien, pero mi casa no.
La reacción de Han Seo hizo que Vincenzo pensara si el hermano abusivo estaba en casa de Han Seo.
¿No había Han Seo actuado asustado cuando pensó que era su hermano y le dijo que no volvería a salir sin permiso? ¿El hermano de Han Seo realmente le prohibía salir de la casa?
—¿Entonces qué hay de mi apartamento? Mi auto está cerca.
Han Seo (que seguía temblando) se apartó un poco. —Antes necesito comprar algo en la farmacia.
—Dime que es y lo compraré por ti. No creo que puedas estar de pie mucho más tiempo sin que te sostengas de mí.
Vincenzo lo ayudó a llegar hasta su auto en el estacionamiento, lo sentó en el asiento de pasajero y le puso el cinturón de seguridad.
Al ver que el Alfa no se movió después de haber abrochado el cinturón, Han Seo sintió una mano sobre su muslo derecho.
Han Seo soltó un quejido.
Vincenzo apartó la mano con cuidado. —Estás sangrando.
—Estaré bien, he pasado por cosas peores.
—¿Esto no es lo peor? Han Seo ¿Quién te ha lastimado?
—¡N-Nadie! ¡Es solo que soy torpe! Nadie me hizo esto.
Han Seo se sintió estúpido, "He pasado cosas peores" ¡Idiota! ¿No quieres revelar más sobre lo que te hace Han Seok? ¿Qué solo eres un juguete al que le gusta romper? O aún mejor ¿No quieres revelar de una vez ¡Qué no eres el presidente real de Babel !?
Vincenzo acarició con cuidado la mejilla del menor. —No tienes que mentirme Han Seo, sabes que los Alfas tenemos sentidos más agudos. Está bien sí no quieres decirme quién te hizo esto pero al menos déjame ayudarte.
Cuando Han Seo le dió al Italiano una pequeña lista con las cosas para su botiquín este se fue de inmediato, volviendo después de unos minutos.
Han Seo se había quedado dormido esperando.
Vincenzo sonrió acariciando con cuidado el cabello de Alfa, Han Seo lucía relajado aunque de vez en cuando hacía muecas de dolor.
Aunque le causaba conflicto interrumpir el sueño de Han Seo tuvo que despertarlo cuando llegaron a la Plaza.
—¿Vives en Geumga plaza?
Han Seo miró alrededor buscando a los matones que su hermano había contratado. No había señal de que estuvieran cerca.
Vincenzo le tendió la bolsa con los suministros, y antes de que Han Seo pudiese preguntar el Alfa mayor lo alzó en sus brazos cargándolo como sí estuvieran recién casados.
Han Seo se sonrojó de solo pensar en la posibilidad de estar casado con el Italiano
.
El apartamento que tenía el Italiano en Geumga plaza no era el más elegante pero Han Seo se sintió extrañamente a gusto en esas paredes con tapiz beige.
El Italiano había dejado a Han Seo en la cama mientras se cambiaba. Han Seo estuvo tentado a mirar aunque ya lo había visto todo aquella noche.
El hombre tenía cicatrices al igual que Han Seo, pero contrario a él, el extranjero las hacía lucir como algo sexy.
—Quítate los pantalones. —Ordenó.
Han Seo se sonrojó ante sus palabras. -¿What?
- Bambino , necesito ver las heridas para poder curarlas. —Aclaró. —Quítate los pantalones.
-Oh…
Han Seo hizo lo que pudo para quitarse los pantalones, Vincenzo esperó pacientemente mientras disfrutaba de la vista trasera del Alfa.
Pero su buen humor no duró mucho tiempo cuando pudo ver claramente las heridas en los muslos del menor.
Habían dejado de sangrar pero se veían peor de lo que Vincenzo esperaba. Eran una atrocidad en esa hermosa piel pálida, Vincenzo mataría a quien sea que le haya hecho eso a su pequeño.
—¿Tae Yeong? —Han Seo llama.
- Scusate , —Contestó volviendo en sí. —Esto podría arder demasiado. -Aviso.
Han Seo soltó un quejido.
Notes:
Traducción:
Bambino: Bebé.
Scusate: Lo siento.
Chapter 4: Sueño imposible
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Vincenzo estaba tentado a preguntar sobre las heridas del alfa menor una vez que terminó de vendarle las piernas. Si su intuición no le fallaba (y claramente nunca lo hacía) el hermano abusivo Jang Han Seok por razones obvias debía estar en Corea.
—¿Qué hora es?
—Las 9, ¿Por qué?
Han Seo respondió. —Necesito volver al apartamento antes de las 12.
—¿Te convertirás en calabaza sí no llegas a tiempo? —Bromeó el Italiano.
—Más bien en una calabaza aplastada —Murmuró.
—¿No puedes quedarte y pasar la noche aquí?
Oh, eso sonaba bien. Recostarse y hundirse en los fuertes brazos del extranjero era algo demasiado tentador.
Un mensaje a su teléfono le dió luz verde para aceptar.
Al parecer Han Seok estaba ocupado y no volvería a su apartamento esa noche.
Han Seo sonrió. —Bueno, creo que acepto la oferta sí es que sigue en pie.
Vincenzo mostró su familiar sonrisa ladina subiéndose a la cama con Han Seo se recostó a su lado disfrutando del calor que desprendía el Alfa menor, el olor de la tristeza y el dolor se había atenuado por el olor de la comodidad y la calma.
Han Seo se acurrucó contra el pecho del Italiano quedándose dormido en poco tiempo.
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Cha Young arrugó la nariz.
Joonwoo sonrió. —¿Sucede algo malo?
Ella frunció el ceño, mirando la puerta del apartamento donde se quedaba Vincenzo, había un olor a sangre y desinfectante muy fuerte.
¿El Italiano estaba herido?
—Todo está bien, es solo que huele raro.
—¿Huele?
—Olvidaba que eres un beta, a veces envidio que no puedan oler lo que nosotros los Omegas y Alfas sí podemos.
Joonwoo se encogió de hombros mostrando una sonrisa inocente y despreocupada. —Es una ventaja que tenemos los betas. No debemos preocuparnos por destrozar nuestro olfato con olores fuertes y desagradables.
Cha Young asintió silenciosamente. —Aunque también podemos controlar nuestros sentidos. Es cuestión de práctica solamente.
—Interesante.
Una vez que llegaron al apartamento Cha Young se deshizo de los zapatos incómodos y se tumbó en el sofá. —¿No habías dicho que tienes un hermano Alfa? Cuéntame sobre él.
—¿Por qué? ¿Estás interesada en enlazarte con un Alfa?
—¡Tal vez!
—¿No funcionó con el abogado italiano? Me pediste que lo investigará, ¿No fue por eso?
Cha Young lo golpeó ofendida. —No fue por eso que te pedí buscar información sobre él. Solo quería saber quién era en realidad ese tal Vinchenzo Quassano.
—¿Entonces él no es tu tipo?
—Oh, sí lo es. Pero yo no soy su tipo sí sabes a lo que me refiero, al tipo le gustan de su misma casta.
—¿Qué? —Han Seok frunció el ceño.
—No pongas esa cara, al ser extranjero deberías estar más familiarizado con eso, escuché que en América y Europa son más abiertos sobre ese tipo de relaciones.
—Es raro, se supone que la base de las relaciones es la reproducción para la conservación de la especie.
—¿Es en serio? No pensé que fueras de los que tiene pensamientos tan anticuados, el que unas cuantas personas no sigan la norma impuesta por la sociedad no quiere decir que nos vayamos a extinguir. El porcentaje de la población es extremadamente alto. Además con quién se acuesten las demás personas no es de nuestra incumbencia.
—Igual es raro. —Contestó Han Seok. ¿A Han Seo también le gustarían los de su misma casta?
Cha Young bufó molesta. —De todas maneras, ellos son ellos y nosotros somos nosotros. —La abogada le lanzó su bolso golpeándolo en el pecho. —¿Puedes dormir en la habitación de invitados? no tengo muchas ganas de estar sola desde que esos tipos entraron a mi casa.
Han Seok manteniendo la falsa apariencia de ser el interno enamorado asintió sonriendo. —Claro, le enviaré un mensaje a mi hermano y le diré que no llegaré a casa está noche.
Cha Young sonrió enternecida. —Que buen hermano mayor eres, ¿Sabes? me habría gustado tener un hermano como tú, adorable y algo tonto.
Sí tan solo supieras como soy realmente… Pensó Han Seok burlándose, la gente era tan pero tan fácil de engañar que era divertido jugar con ellos.
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Han Seo salió del apartamento del Italiano durante la madrugada, muy a su pesar tenía que volver a su propia 'casa' antes que su hermano, afortunadamente cuando llegó el portero estaba medio dormido y pudo entrar sin preocupaciones.
Han Seo se fue directamente a su habitación, cerró la puerta, guardó la llave en su escondite y se dejó caer en la cama con una sonrisa de satisfacción.
Su mente pensando en Tae Yeong, su sonrisa, sus labios, sus fuertes brazos y su aroma a seguridad y sobre todo la sensación de protección que le brindaba.
Su estómago revoloteando al recordar la manera en la que el hombre lo había tratado, esas manos ásperas acariciando su piel como sí fuera lo más valioso y precioso en el mundo, como si tuviera miedo de que Han Seo se esfumará si llegara a tratarlo más brusco.
—¿Qué estoy haciendo? —Se regañó. —No puedo darme el lujo de pensar en tener algo con él.
Porque no podía, no con Han Seok vigilando y controlando cada movimiento, no podía permitirse el lujo de enamorarse mientras su hermano estuviera vivo.
Una vida libre y llena de amor junto al Italiano se quedaría en lo que era; un sueño imposible.
—Un sueño que no puede cumplirse. —Susurró con tristeza y anhelo.
¿Por qué había tenido que nacer como un Jang? ¿Por qué su madre había dejado que su padre lo reclamará como su hijo? Han Seo estaba cansado.
Si tan solo alguien pudiera ser capaz de enfrentarse a su hermano y derrotarlo de una vez por todas, Han Seo podría abandonar todo y vivir como realmente quiere.
Añorando una vida mejor Han Seo se quedó dormido, sueños dulces de él y el hombre extranjero viviendo lejos de todo el mundo, sonriendo, siendo felices, días soleados, un jardín enorme y sobre todo un lugar sin Han Seok.
Soñando sin querer despertar.
Chapter 5: Cuarto encuentro
Summary:
Químicos Babel se incendia.
ª y también:
Han Seo y Vincenzo tienen Sexooooo🔥
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
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Han Seok llegó en la mañana gritando y exigiendo que se levantará, Han Seo hizo caso con gusto, porque la noche anterior seguía en su mente.
Estaba de buen humor.
Cuando lo dejó en el trabajo Han Seok se fue a Wusang a hacer su papel de interno, sí la gente supiera que su hermano había adoptado la personalidad de Han Seo para crear a Jang Joonwoo no sabía que pensarían.
—Probablemente que soy un tonto. —Se dijo a sí mismo mientras firmaba los papeles que Han Seok le había dicho, no entendía mucho pero lo poco que sí era que el RDU-90 estaba completamente listo. —Eso es una mentira.
Pero de nuevo ¿Qué podia hacer? Ni siquiera era el verdadero presidente.
—¡Señor! Hay un incendio en Químicos Babel.
-¡¿What?!
Han Seo se apresuró a tomar su teléfono para llamar a Han Seok, subiendo al coche le gritó al conductor que se apresuró al almacén de Babel.
Han Seo miró su teléfono con la pantalla resaltando el número de "Hyungnim", un incendio era algo malo, aunque sí la investigación de RDU-90 se perdía entonces no tendrían nada más que retrasar la producción, no saldría al mercado, no moriría más gente.
Han Seo colgó y esperó hasta llegar al almacén para llamar a su hermano, porque: ¿Qué eran solo unos minutos?
Aparentemente mucho, porque para cuando Han Seok llegó al almacén explotado y no quedó nada para rescatar.
—¡Déjame esto a mí! ¡Me aseguraré de castigar a los culpables!
En realidad no lo haría, tal vez les daría una exageración y les agradecería por eso, nadie se había atrevido a hacer algo contra Babel como incendiar un almacén.
Claro, a Han Seok no le gustó que insinuara que quería hacer algo por sí solo y le dejó en claro una vez más que era únicamente una marioneta para él.
Le seguramente que llamara a una junta en la tarde para hacerles saber a Choi Myung Hee y al abogado Han quien era el verdadero presidente de Babel.
No era que a Han Seo le importaría en realidad, pero sí antes lo verían como un tonto ahora lo verían como un inútil.
No le gustó que lo vieran así.
Pero hizo lo que le dijo, llamó a Wusang y agendó una cita con los dos abogados una hora después de su tiempo en el gimnasio.
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Entonces Tae Yeong apareció frente a él con una sonrisa a ayudar con las pesas que se le habían caído en el pecho cuando sus brazos decidieron que ya no pudieron soportar más.
—Qué casualidad. —Dijo el extranjero. —Nos encontramos mucho últimamente.
-Oh yes. —De hecho era algo demasiado extraño, nunca se había topado con sus aventuras tantas veces antes como con él. —¿No estás siguiéndome o sí?
Tae Yeong le sonrió.
¿Eso era un sí? Porque ya tenía suficiente con un psicópata como hermano como para tener otro siguiéndolo.
—Tal vez.
Han Seo frunció el ceño. —¿Tal vez?
—No en realidad, estaba aquí y de casualidad te ví, supe que se incendió un almacén de Babel, —Señaló a Han Seo con una sonrisa. —Y eres el presidente —Contestó sentándose más cerca de Han Seo en la banca. —, quería saber sí los rumores de que fue provocado eran reales.
Han Seo no se movió. —¡Fue una falla! —No en realidad, pero tenía que decir eso a quien quisiera que preguntase. —Algo en un circuito.
—Mmmh, parece que algunos no lo creen y ya están vendiendo sus acciones.
—¡¿Qué?!
Han Seok estaría tan enojado.
—Escuche... —Contestó señalando detrás de ellos a los vestidores. — a unos tipos en los casilleros diciendo que venderían porque Babel estaba perdido.
Han Seo frunció el ceño, Babel mata a sus investigadores y como consecuencia Babel pierde su almacén en un incendio provocado y unos tipos cualquiera estaban alegando que vendrían sus acciones, ¿Babel realmente podría terminar perdiendo contra quién sea que está tratando de derribarlos?
Porque sí pueden hacer todo eso por sí solos, entonces...sí Han Seo podría ayudar ¿Lo lograrían de verdad?
—Soñar no cuesta nada. —Murmuró para sí mismo.
Vincenzo lo miró de reojo, ¿Han Seo estaba feliz de que Babel cayera? ¿Podría hacer que el hombre trabajara para él como espía?
—¿Qué tal sí te ayuda con el dolor? Hay un masaje que puede ayudar. —Ofreció al ver que el hombre se quejaba cuando flexionó su brazo.
Han Seo lo miró con curiosidad, un brillo travieso en sus ojos dejándose ver a través de sus finas pestañas. —¿Podrías?
Vincenzo sonrió. —Claro, vayamos a las duchas. Primero necesita un baño.
Han Seo lo siguió a una distancia que hacía ver como sí no se conocieran. Vincenzo se preguntó si eso era por su hermano abusivo.
Para fortuna del Italiano el gimnasio contaba con duchas VIP, le destaca a Han Seo que entrará y lo seguirá dentro cerrando la puerta.
El baño no era muy grande porque estaba destinado a ser usado por una persona pero eso no importó demasiado una vez que ambos se quitaron la ropa y se metieron a la ducha.
El agua caliente fue como una bendición para los músculos adoloridos de Han Seo, pero nada comparado a las manos del Alfa que recorrieron desde su espalda hasta sus brazos.
Masajeando suavemente, acariciando, sus labios dejando rastros de besos en su cuello, susurrando palabras en la lengua extranjera que Han Seo no entiende.
' Bello' 'Perfetto' 'Un angelo peccato fatto uomo'
Para cuando menos lo esperado Han Seo ya estaba completamente abierto siendo complacido por 3 dedos húmedos frotando su interior.
Su espalda pegada al torso desnudo y mojado del italiano que le seguía susurrando al oído palabras suaves ahora tanto en coreano como en italiano.
—Dios mío, eres tan hermoso. Podría hacer un altar solo para tí.
Han Seo murmuró algo incoherente retorciéndose al sentir que los dedos tocaban su próstata.
—Más, más. —Pidió, quería estar bien, quería estar en las estrellas. -Por favor.
—Ah, ah, ah, ¿Ha sido un niño bueno?
Han Seo se quejó moviendo sus caderas, Vincenzo como castigo sacó sus dedos dejando a Han Seo completamente vacío.
—No, no, vuelve a ponerlos, por favor Alfa.
—No has respondido a mi pregunta, Han Seo ¿No quieres contarle a Daddy cómo te ha portado? ¿Acaso ha sido un niño malo?
—He sido bueno, he estado portandome lo mejor que puedo, por favor.
—Por favor ¿Qué? —Preguntó Vincenzo frotando su miembro en los muslos de Han Seo, sintiéndose molesto al recordar las heridas del menor. —No me dijiste quien te hizo eso, ¿Se lo dirás a Daddy ahora? Podría castigarlo por lastimarte, sea quien sea.
¿Podría? ¿Este guapo hombre extranjero podría alejar a Han Seok para siempre? Han Seo dejó de pensar en eso una vez que la mano del extranjero envolvió su pene y le dió la atención que tanto ansiaba.
—Ningún me ha respondido, Han Seo. ¿Quién fue?
Oh, a la mierda todo , a la mierda Han Seok . Han Seo solo quería perderse con el gran pene del italiano.
—¡Fue mi hermano! —Grito. — Ahora por favor, por favor hazme sentir bien, por favor Papi .
Vincenzo sonrió, finalmente tenía la comprobación de que Han Seok estaba en Corea. El verdadero presidente.
Eufórico hizo que Han Seo se diera la vuelta para poder besarlo, Han Seo lo aceptaron gustoso recibiendolo con desesperación y anhelo.
Vincenzo cerró la llave de la regadera que hasta ahora había permanecido abierta y guió a Han Seo hasta la pared donde había una barra de soporte.
Han Seo se aferró a ella una vez que el Italiano se alejó para buscar un condón en su ropa abandonada fuera de la ducha, a un lado del inodoro.
La corbata del extranjero acarició sus labios obligándolo a abrir la boca. —No querrás hacer mucho ruido, esto ayudará. —Explicó Tae Yeong cuando vio la pregunta no pronunciada en los ojos de Han Seo.
Para fortuna de Han Seo no tardó mucho atando la corbata ni poniéndose el preservativo, y tardó aún menos en entrar en su ya, muy preparado, agujero.
Entonces cumplió al pie de la letra la petición de Han Seo, lo corrompió con su magnífico pene hasta que sus piernas temblaron y tuvo que afirmar su agarre en la barra para no caerse.
Fue difícil contener sus gemidos, aunque la corbata en su boca le impidió hacer mucho ruido, para Han Seo era asombrosa la precisión que tenían las estocadas del Italiano para encontrar sin dificultad ese punto que lo hacía ver estrellas, en su caso lo hizo ver la galaxia entera.
Notes:
Traducción:
'Bello' 'Perfetto' 'Un angelo' 'peccato fatto uomo'
'hermoso' 'perfecto' 'un angel' 'un pecado hecho hombre'
Chapter 6: Chispa de esperanza
Chapter Text
—Entonces, te dije dónde encontrar al presidente Jang. ¿Por qué querías verlo?
—Me gusta conocer al enemigo antes de una batalla, me da algo de paz.
Aunque cuando los conocía normalmente no se habría acostado con ellos, Jang Han Seo había sido una excepción a la regla, pero eso no era algo que iba a revelarle a Hong Cha Young.
Cha Young se burló. —Tienes una manera muy rara para conseguirla. —Bebió de su americano con felicidad, era un buen regalo por una información tan valiosa como la agenda de Jang Han Seo. —¿Y entonces qué piensas del presidente Jang?
Es alguien lindo, algo tonto pero de una manera adorable. Pensó Vincenzo. —Pienso que no es el verdadero jefe.
—¿Qué?
—Es solo una marioneta, un chivo expiatorio del verdadero presidente.
—¿Y quién puede ser el verdadero presidente?
Vincenzo sonrió. —Jang Han Seok.
Cha Young frunció el ceño. —Creí que estaba en Estados Unidos.
—Él está en Corea. Ya lo confirmé.
—¿Cómo?
Vincenzo no respondió. Cha Young le dió una mirada, la curiosidad estaba picándole el cuerpo.
.
La reunión con los dos abogados de Wusang pasó tan rápido para Han Seo, se sintió como un borrón escuchar a su hermano hablar y hablar, Han Seo solo sonrió y se quedó en silencio.
Los días se fueron y Han Seo no tuvo más encuentros con Tae Yeong, debía admitir que se sentía vacío sin el apuesto extranjero en su vida.
—¡Avispones! —Espetó Han Seok, el fastidió y la sorpresa eran notorios en su voz. — ¡¿Puedes creer eso?! Ese Vincenzo me sorprende cada vez más.
Han Seo no sabe quién es ese tal Vincenzo pero asiente en silencio y le da la razón a su hermano cuando éste le sigue hablando de Vincenzo y Cha Young.
—Para el siguiente juicio debes estar presente, haz tu papel de presidente y ponte bonito para las cámaras.
—Sí, Hyungnim.
Aunque en realidad no quiere ir Han Seo se traga su opinión y se va a su Penthouse, se deshace del traje y de la camisa de cuello alto que ha estado asfixiándolo todo el día por su ropa casual, un suéter rosa y un pantalón de chándal blanco.
Se permite descansar y sueña con manos ásperas acariciando su espalda y labios cálidos que dejan besos húmedos en su cuello, en su sueño, se permite a sí mismo añorar las palabras de alabanza en un idioma extranjero.
.
El día del juicio Han Seo se sentó pretendiendo jugar con su teléfono, interpretando su papel de presidente egocéntrico y despreocupado.
Todo parece ir bien por lo que parece que será otra victoria para Babel, hasta que cierto aroma familiar inunda sus sentidos, Han Seo voltea discretamente hacía atrás buscando a Tae Yeong.
—Su señoría, quiero citar un testigo sorpresa.
—¿Tiene información sobre el caso?
El juez no parece muy contento pero parece que a la abogada Hong eso no le importa en lo más mínimo. —¡Sí, señor! Tiene información precisa.
A regañadientes el juez le permite presentar a su testigo y Han Seo hace uso de todo su autocontrol al ver a Tae Yeong aparecer junto a un policía en la sala del tribunal.
Cuando él lo ve le da una sonrisa y Han Seo siente que su corazón va a salirse de su pecho. ¡Había estado durmiendo con el tipo que trata de destruir a Babel!
¡Le había confesado que su hermano estaba en Corea y que abusaba de él!
—Él es Vincenzo Cassano, mi testigo sorpresa.
Entonces, es ahí cuando la imagen de Tae Yeong su extranjero atento y cariñoso, pasa a ser Vincenzo Cassano el hombre que puede ser su perdición y al mismo tiempo su salvador.
.
Cha Young arrugó la nariz esperando a que Vincenzo hablará, había notado el olor que desprendía del Alfa cuando se sentó al lado del presidente Jang.
—Hable ahora Señor Cassano. ¿Qué fue ese espectáculo de feromonas Alfa?
Cha Young quiso gritar al ver que el Italiano solo sonrió bebiendo su café instantáneo.
—¡Sé que hay algo raro! Será mejor que me lo digas ahora o encontraré la manera de saberlo.
—Puedes intentarlo. No encontrarás nada.
Cha Young se levantó furiosa, había algo allí y no iba a descansar hasta saber el chisme completo.
¡Se enteraría o dejaría de llamarse Hong Cha Young!
.
Han Seo se sintió terriblemente molesto consigo mismo y con Tae Yeong, Vincenzo Cassano se corrigió.
Se sentía usado y era una sensación horrible, lo hizo miserable. Había caído ante palabras bonitas y un buen pene.
¡Era tan vergonzoso!
Después del juicio Han Seo se planteó la posibilidad de decirle a su hermano lo que había pasado con Vincenzo Cassano.
Al final optó por permanecer en silencio. Incluso cuando su hermano una noche llegó a su Penthouse gritando emocionado que Vincenzo casi descubre su identidad justo cuando se deshizo de los matones que envió detrás de él y consiguió el teléfono del inepto líder.
—¡Estaba allí! ¡Justo en mi bolsillo!
Ignorando el hecho de que Han Seo sentía preocupación por Vincenzo (o por el Tae Yeong de que se encariño) sintió algo orgullo por el Italiano.
Nadie había salido con vida de cualquier plan que tuviera Han Seok, y que Vincenzo Cassano lo hubiese logrado había reavivado en Han Seo la chispa de esperanza que se había estado debilitando.
Aunque seguía dolido por haber sido utilizado, Han Seo sabía que Vincenzo era una llama de esperanza para su libertad. Era una apuesta arriesgada pero por primera vez en la vida Han Seo decidiría de que lado estar.
Y ese era el lado de Vincenzo Cassano.
Chapter 7: Han Seo y Jipuragi
Summary:
Han Seo visita Jipuragi y forma una alianza con el equipo Cassano.
Chapter Text
Entonces, Han Seo tuvo una oportunidad de ir a Geumga Plaza con Han Seok ocupado en Wusang hablando cosas con la mujer aterradora y el abogado Han, Han Seo usó su hora de gimnasio para escaparse de su chófer.
Estaba tan nervioso, a pesar de que ya había estado en Geumga Plaza antes, se sintió totalmente diferente.
Y más porque estaba solo, sin un guapo extranjero a su lado.
Por fortuna no se topó con ningún inquilino y pudo llegar al bufete Jipuragi en solo 3 minutos, ahora, realmente esperaba que Vincenzo no le escupiera en la cara y rechazará su ayuda.
Su mente no tardó en empeorar su miedo. Bueno, sí te rechazará sabrás que sus palabras fueron tan falsas como su preocupación por tí.
Con el corazón al punto de una taquicardia abrió la puerta y entró a la oficina.
La mirada de Vincenzo se alzó de los papeles que tenía en las manos para ver a Han Seo parado en la entrada, el joven no estaba usando su disfraz habitual de presidente sí no que usaba ropa deportiva, la misma que vestía aquella vez en el gimnasio .
La misma que usaba esa tarde en la que Vincenzo le ayudó a relajarse.
Cha Young fue la primera en interrumpir cualquier cosa que estuviera pasando por la cabeza del Italiano al ver a Han Seo con esa ropa casual y configurada. —¿Jang Han Seo? ¿Qué haces aquí?
—Yo, les traje café.
Vincenzo alzó una ceja ante la respuesta del menor y soltó una pequeña risa. Cha Young no parecía muy divertido.
—¿Es una nueva técnica para espiarnos? —Cuestionó la abogada. —No funcionó, no faltó con aquella planta que nos dió la bruja Choi y no funcionó con tu café.
Han Seo parpadeó confundido. —Ni siquiera sabía que ella había hecho eso. Solo quería traer un regalo, no quería llegar con las manos vacías.
—¿Entonces qué quieres? —Preguntó Cha Young. —Habla, estamos muy ocupados.
—No te agrado mucho ¿Verdad?
Cha Young arrugó la nariz ante el sutil olor de ansiedad que emanó de alfa. —No, no me gustas, ni siquiera un poco. Ni tú ni tú café.
Vincenzo se acercó a ellos tomando la bolsa que Han Seo tenía en sus manos con una sonrisa y sí rozó por accidente sus dedos al tomar la bolsa nadie más que él lo sabría. —A mi sí.
Cha Young lo miró enojada. —¿Qué?
—El café.
El señor Nam soltó una risa aunque se calló y volvió a "limpiar el escritorio" inmediatamente después de que Cha Young le diera una mirada de advertencia.
Vincenzo la ignoró y le hizo una seña a Han Seo para que se sentara en la silla.
—Gracias.
Cha Young hizo una mueca y se sentó del otro lado de la mesa, esperando que Vincenzo se sentara a su lado solo para que al final el Italiano eligiera sentarse al lado del Beta. Se sintió traicionada incluso aunque el señor Nam se sentó a su lado.
—¿Qué te trae a Jipuragi, Han Seo?
Al menos Vincenzo no parecía estar en contra de que Han Seo estuviera allí. Eso fue un alivio para su ansiedad.
—Yo quiero ofrecer mi ayuda.
Cha Young soltó un "¿Qué?" que fue ignorado tanto por Vincenzo y Han Seo como por el señor Nam.
—Ustedes quieren derribar Babel, quieren derrotar a Babel, pero no saben quién es Han Seok —Han Seo suspiró. —Es obvio que saben que soy un presidente falso, una marioneta que no tiene poder real alguno. Son inteligentes y es claro que se dieron cuenta.
Cha Young hizo una mueca, aunque había sido engañada por su fachada durante su tiempo en Wusang ella respondió. —Bueno, sí.
—Han Seok está más cerca de ustedes de lo que piensan. — Cha Young iba a responder pero Han Seo no le dió tiempo. —Jang Joonwoo.
—¿Qué tiene que ver mi ex-pasante con…? —El estómago de la abogada se retorció con brusquedad, no podía ser verdad, su tierno Joonwoo no podía…¡Él la acompañó en el funeral de su padre! —Mientes.
Han Seo negó. —Es verdad, él es Jang Han Seok, es mi hermano.
—¡Mientes! ¡Él estuvo en el funeral de mi padre! ¡Me consoló e incluso me acompañó a visitar su tumba!
—Lo siento.
Cha Young golpeó la mesa y aunque estaba tan enojada, confundida, dolida y triste no pasó por alto como Han Seo se había encogido sobre si mismo protegiendo su cabeza. Aún así ni Cha Young ni los otros dos hombres de Jipuragi mencionaron nada.
Han Seo volvió a sentarse correctamente. —Quiero unirme a ustedes. Los ayudaré a derrotar a mi hermano, los ayudaré a matarlo. Pero tengo una pregunta que hacerles.
Vincenzo lo miró con atención. —¿Qué es?
—¿También quieren matarme?
El señor Nam lo miró, luego miró a Cha Young y luego a Vincenzo, ¿Querían matar a Han Seo?
—Buscamos hacer justicia. Puede que no seas el presidente real pero aún así eres culpable por todas las muertes. —Contestó. —Pero, Han Seok es el más podrido de todos. —Señaló la abogada.
—¿Eso que quiere decir?
—No confío en ti, no todavía. Ninguno de aquí lo hace. —Vincenzo miró alrededor evitando la mirada que le dió Hong Cha Young al pronunciar lo último. —Sin embargo, puedes demostrar que podemos confiar en ti dándonos algo con lo que trabajar. ¿Alguna debilidad que Babo tenga?
Han Seo trató de ocultar su sonrisa. —¿Babo?
—Es el apodo que le pusimos a Jang Han Seok, —Contestó el señor Nam. — Babo y Babel, son similares.
—Es gracioso.
—Entonces, te escuchamos. Háblanos sobre Jang Han Seok.
Han Seo no supo por dónde empezar.
—Fue diagnosticado con Psicopatía cuando era joven, mató a 4 compañeros de clase simplemente porque no le agradaban. —Han Seo recordaba haber visto a uno de ellos ser empujado por Han Seok desde la azotea. —Nuestro padre lo mandó a Estados Unidos porque se estaba volviendo un problema y no quería que se volviera un asesino en serie, volvió cuando nuestro padre estaba muy enfermo y murió ese día cuando Han Seok estaba en la habitación.
—¿Él…?
Han Seo asintió. —Él lo mató y yo lo sabía, el piensa que soy un tonto y que no me di cuenta esa tarde, pero lo supe. Y no hice nada. El doctor que estaba en el juicio es el mismo que lo ayudó a cubrir su asesinato y el de los trabajadores de Químicos Babel.
Cha Young estaba horrorizada. —Es un completo monstruo.
—Me había resignado a vivir como un cobarde inútil desde que era niño, nunca pudo ayudar a nadie porque no era tan valiente o inteligente como para enfrentar a mi hermano. —Han Seo los señaló. —Pero ustedes si lo son. Ustedes son la única esperanza que queda para derrotar a mi hermano.
El señor Nam se secó las lágrimas. —Me siento conmovido. ¡Haremos nuestro mejor esfuerzo!
—Solo nos confirmó que Babo es aún peor de lo que pensábamos. —Cha Young bufó. —No es mucha información.
—Pero ya sabemos quién es Jang Han Seok. —Vincenzo le sonrió a Han Seo. —Ahora sabemos cómo luce gracias a tí.
Han Seo hizo todo lo posible para no sonrojarse. —Ajam, me alivia haber podido ayudar en algo.
—Supongo que algo es algo. —Se quejó la abogada. —¿Alguna otra cosa?
Han Seo lo pensó y asintió. —Sobre el incendio del almacén de Químicos Babel, mi hermano ha estado rastreando a los culpables y sabe que fueron las familias de las víctimas. Aún no toma medidas pero es preferible que traten de proteger a esas personas, traten de esconderlas.
—Eso sí es información valiosa. —Contestó Cha Young. —Nos encargaremos de mantenerlos a salvo.
—Una cosa más. —Han Seo miró a Vincenzo. —¿Puedo hablar contigo a solas?
Vincenzo asintió teniendo una idea de lo que Han Seo quería hablar. —Claro, vamos a mi apartamento.
—¿Podríamos hablar aquí?
Cha Young les dió una mirada de sospecha tratando de adivinar porque quería hablar a solas con Vincenzo. El señor Nam se levantó y arrastró a Cha Young con él. —Vamos, vamos por la comida, ustedes hablen tranquilos.
—¡Pero, hey, yo!
—Vamos, vamos, dejémoslos solos.
—¡Ya! ¡Señor Nam!
Cuando estuvieron solos Vincenzo esperó a que Han Seo hablará primero.
—Quería preguntarte algo.
—Dime.
—Aquella noche en el Bar, ¿Ya estabas luchando contra Babel? ¿Fue por eso que te acostaste conmigo? ¿Para obtener información?
—¡No, no es así! Esa noche ni siquiera sabía quién eras, solo sabía que lucías tan hermoso y que me gustaría pasar la noche contigo.
—¿Y las otras veces?
—Yo…
Han Seo sonrió decepcionado. —Está bien, me lo imaginaba pero de todas maneras es algo difícil de escuchar.
—Pero cada palabra fue real, todas esos cumplidos, esos halagos, la preocupación que comencé a sentir por ti fue todo real.
—Eso es difícil de creer, pero es lindo de tu parte. —Han Seo se levantó inclinándose a modo de despedida. —Gracias por cuidar de mí aquella vez, tratando mis heridas.
—Lo haré las veces que quieras, cuidare de ti si me dejas hacerlo. Podemos seguir como hemos estado haciendo hasta ahora.
—Yo creo que no, fue bonito y me sentí en un sueño cada vez que estaba contigo, —Han Seo corrigió. —con usted señor Vincenzo. Pero cuando me di cuenta de que me usaste y te aprovechaste de mi necesidad por el afecto y el cuidado, me sentí tan… —Vincenzo se sintió mal al escuchar la voz del menor quebrándose. Han Seo aguantó las lágrimas. —Me sentí tan herido, me sentí avergonzado de mi mismo por creer que alguien tan hermoso y amable como tú podría llegar a ser así conmigo de verdad.
—Han Seo…
—Estoy bien, solo quería desahogarme, lo que pasó entre nosotros no afectará mi decisión de ayudar a derrotar a mi hermano. —Contestó. —En todo caso me ayudó a decidirme finalmente a luchar por mi libertad. Ya dije lo que tenía que decir así que ya me voy.
Han Seo se despidió deseándole una linda tarde y se apresuró a la salida topándose en el pasillo al señor Nam y a la abogada Hong quienes volvían con la comida.
—Con permiso.
Cha Young lo vio irse sintiendo una enorme curiosidad por saber de qué había hablado con el Italiano, ¿Por qué había pedido estar solos? ¿Por qué parecía que iba a llorar? ¿O solo se lo estaba imaginando?
—Huele a qué algo pasa o pasó entre esos dos y Vincenzo no quiere decirme nada.
El señor Nam negó con la cabeza, a veces Cha Young no era consciente de que sí Vincenzo y Han Seo tuvieran algo, eso no sería de su incumbencia.
—Voy a averiguar lo que se tienen esos dos! ¡Créeme señor Nam!
El señor Nam la ignoró.
Chapter 8: Las acciones son lo que importa
Chapter Text
Resultó que Han Seok fue más rápido de lo que Cha Young y Vincenzo habían pensado. Las familias de las víctimas habían sido asesinadas durante el viaje que habían planeado.
La mañana siguiente de que Han Seo les hubiera dado la información, Cha Young estaba enojada, los policías no la escucharon.
Vincenzo no dijo nada en todo el camino, en silencio recordó a aquella niña pequeña que había asesinado por accidente. La niña no debería haber estado en ese coche, no esa noche, se suponía que el hombre al que iba a asesinar estaría solo en el auto con sus dos guardaespaldas y el chófer.
Aún tenía pesadillas de esa noche y la escena de esas personas en la vagoneta no hizo más que recordarle su error. Debió haber estado más alerta.
El oficial estaba harto de la insistencia de la abogada. —Le enviaron una nota de suicidio, ¿Por qué dice que fue homicidio?
—¡No fue escrita a mano, cualquiera pudo haberlo escrito! —Cha Young le mostró su teléfono. —¡¿Por qué iban a suicidarse sí ellos mismos me enviaron está fotografía ayer?! ¡Es ridículo! ¿Parecen personas suicidas?
—La gente suicida es muy impulsiva. —Contestó el policía fastidiado. —Un día ríen y son felices y al siguiente se quitan la vida.
—¿Cuatro personas? —Cha Young se burló, eso era ridículo, ellos no habrían hecho algo así. —¿Dice que cuatro personas se suicidaron por impulso?
—Estaban mal psicológicamente, con el juicio, sus familiares muertos y toda la gente los criticaba. Me parecen motivos suficientes para suicidarse.
Cha Young tomó el brazo del detective. —No le pedí su opinión. Quiero que hagan una autopsia.
El oficial que estaba detrás del detective contestó. —El informe preliminar de los forenses no muestra señales para pensar otra cosa. Fue suicidio.
—Sí sigue molestando la arrastraremos por obstrucción a la justicia ¡Puede demandarnos sí quiere, haga lo que desee, pero dejé de molestarnos!
Vincenzo se cruzó de brazos y finalmente habló. —¿Podemos hacer lo que queramos?
El detective asintió con desinterés. —Hagan lo que quieran.
Asintiendo el Italiano sacó a Hong Cha Young de la estación, obviamente ella protestó pero se rindió eventualmente al darse cuenta de que Vincenzo estaba ignorándola.
—Debemos recoger las cenizas. —Dijo la abogada limpiándose las lágrimas que había comenzado a derramar. —Esta será la última vez que voy a llorar.
Vincenzo asintió. —Debes ocupar ese tiempo pensando en algo más productivo. No nos lamentemos que nos hayan ayudado a incendiar el almacén de Babel, querían hacerlo y los consoló.
—Tienes razón. —Contestó. —La policía seguramente cerrará el caso y no harán justicia. —Vincenzo la miró.
—Eso no importa, porque yo daré el veredicto. Siempre luché contra villanos, era matar o morir. Pero ellos 4, no eran villanos, no estaban ni cerca de serlo. Han Seok mató a inocentes y pagará por lo que hizo.
Vincenzo ya había decidido que el oro debía esperar un poco más, al menos hasta que pudiera vengar a las familias de las víctimas.
—¿Qué hay de él? —Preguntó la abogada. Vincenzo supo que se refería a Jang Han Seo. —¿No es culpable también?
—Está tratando de redimirse, tú misma lo has visto.
—¿Cómo saber sí es sincero? ¡Puede ser una farsa!
—Farsa o no, la información de las familias era real, averigüemos sí lo de Jang Han Seok también lo es.
—¿Qué estás planeando?
Vincenzo no respondió.
En Jipuragi colocaron la fotografía de las familias de las víctimas, sus cenizas guardadas en un columbario no muy lejos de Geumga Plaza, el mismo lugar donde estaban las cenizas de Hong Yu Chan.
—¿Cómo lo harás pagar todo lo que hizo?
—Cuando lo atrapemos, voy a matarlo.
Cha Young sintió una punzada en el pecho, imaginarse a Joonwoo su tierno ex pasante, muerto la hizo titubear.
Vincenzo lo notó. —Cuando eso pase, no me detengas. —Cha Young asintió en silencio masajeando su corazón. —Puedes ir a descansar, yo tengo que hablar con el Señor Cho.
—Bien, mantente en contacto.
Vincenzo asintió silenciosamente mientras llamaba al señor Cho.
Decirle al señor Cho que lo del oro tomaría más tiempo no fue lo único que hizo esa noche, Han Seo se había encargado de informarle el lugar donde le dejarían el dinero los de Wusang a los policías como pago por haber cerrado el caso de las familias de las víctimas.
—Y de verdad siento mucho lo de las víctimas, Vincenzo. Díselo a la señora Hong.
—Las palabras no significan mucho, las acciones si Han Seo-ah. —Vincenzo sonrió aunque el más joven no podía verlo. —No nos hagas desconfiar de ti.
—No lo haré.
—Eso espero, bambino. —Murmuró el Italiano después de que Han Seo ya había colgado.
Tal como Han Seo lo dijo, encontró a los dos policías en la azotea de un edificio abandonado recogiendo el soborno.
—¿Qué hace aquí?
Vincenzo guardó su teléfono después de comprobar que la fotografía que había tomado saliera perfecta. —Soy muy bueno rastreando el dinero podrido. —Contestó.
Pelear contra dos hombres desarmados fue pan comido al igual que moverlos y amarrarlos, incluso sí estos dos fueran oficiales de policía.
—Me entregarán el informe completo del caso, tanto como grabaciones, posibles sospechosos, los registros de los forenses y el informe de las autopsias. —Les dijo cuando finalmente se despertaron media hora después.
—El caso se cerró así que solo hay información simple.
—Entonces van a completarlo, —Ordenó. —Van a investigar de nuevo.
—¡No podemos hacer eso!
—No me dejan opción entonces. —Vincenzo sonrió guardando su encendedor. —Espero que sepan volar.
—¿Qué?
.
Vincenzo regresó a la plaza cuando dieron las 12 de la noche, hablando por teléfono con Luca se enteró que había un hombre en Italia recolectando información sobre él.
—Tenga cuidado, Consigliere.
—Tu también Luca.
Entonces Han Seok ya estaba usando a su gente para buscar más profundo en el pasado de Vincenzo. Sí es que el tipo que había contratado tenía éxito, Vincenzo tranquilamente podía deshacerse de él cuando lo encontrará.
Por ahora quería descansar y tal vez admirar un rato las fotografías de Han Seo que tenía en su habitación.
— Welcome!
—¿Cómo entraste a mi casa?
Hong Cha Young sonrió sacando unas llaves de su bolsillo. —Tengo una copia de tus llaves.
—¿Por qué?
—Bueno, encontré tus llaves en el escritorio y mandé a hacer una copia.
Vincenzo arqueó una ceja. —De nuevo, ¿Por qué?
—No quería quedarme sola después de que esos tipos entrarán a mi casa y ya no puedo llamar a Joonwoo para que venga a cuidarme sin pensar en todo lo que hizo.
—¿Por qué no te quedas con la señora Kwak?
—¡No seas así y deja que me quede! No es complicado, incluso traje Makgeolli. —Vincenzo rodó los ojos pero accedió a dejarla quedarse e incluso le ofreció la habitación para que durmiera en la cama. —Sobre eso, no creo que se pueda.
El familiar sonido de Inzaghi volando por la habitación se escuchó claramente.
—Abrí la ventana para limpiar y voló dentro. No pude sacarlo.
No estaba de humor para luchar contra esa paloma así que tomó el pijama que Cha Young había sacado de la habitación antes de que llegara y se cambió en el baño.
—¿Y entonces? ¿De que hablaron tú y Jang Han Seo aquella vez? Parecía tan triste y apunto de llorar.
—No es de su incumbencia, Señora Hong.
Cha Young arrugó la nariz. —Sé que te gustan los de tu misma casta, así que ¿Por qué te acostaste con él? Jang Han Seo está registrado como un Beta.
—Que yo sepa, mi vida personal no debe estar en discusión y la casta del presidente Jang tampoco debería estarlo.
—¿Entonces no te acostaste con él?
Sí, sí me acosté con él, es tan hermoso cuando se retuerce en la cama o cuando su boca se abre y suelta esos sonidos tan placenteros pidiendo más. —No.
—Mmh, ¿Ni siquiera porque es hombre te acostarías con él?
—Sí sigues así voy a echarte a la calle. —Advirtió.
—¡Bien, bien! No hablaré más sobre eso. —La abogada sonrió. —¿Sabes? Joonwoo dijo que su hermano era un alfa. —Cha Young se burló de Vincenzo al verlo ahogarse con el Makegolli. —Y sí…Jang Han Seok es Joonwoo entonces eso hace a Jang Han Seo un alfa.
—¿A sí? —Preguntó Vincenzo tratando de sonar indiferente. —No sabía.
Cha Young entrecerró los ojos fingiendo que le creía.
Chapter 9: El celo de Han Seo. Parte 1
Chapter Text
Han Seok soltó una carcajada ante la información que el hombre le mostró, el estómago de Han Seo se revolvió por las imágenes tan explícitas de cadáveres que parecían divertir a Han Seok.
—¿Todo esto es obra de Vincenzo Cassano? —Preguntó Han Seok.
—Sí, señor. Vincenzo Cassano es el Consigliere de la familia Cassano, una familia de mafiosos poderosa en Italia. —Respondió. —Ha matado a varios líderes de otras familias.
Fue una revelación algo fuerte para Han Seo, en su mente todavía guardaba los momentos tiernos de Tae Yeong (Vincenzo Cassano) donde era alguien considerado, cariñoso y amable.
Las sus suaves caricias en su piel y los besos dulces terminaron eclipsados por las imágenes que Han Seok le puso en la cara.
—¡Mira! Las agujas en la almohada pudo ser un buen detalle para ti. —Comentó Han Seok con una sonrisa. —Para recordarte cuando te drogabas, ¿No sería genial?
No, no lo era. —Sí, Hyungnim.
Durante la mayor parte de la noche Han Seo tuvo que aguantar los comentarios de su hermano sobre intentar replicar algunas de las fotografías con él.
—Una lastima que no pueda dañarte tanto, ¿Quién más sería mi juguete favorito sí llegas a morir?
Han Seo se abstuvo de contestar, limitándose a asentir con los nervios a flor de piel.
—Llama a Choi Myung Hee y dile que mande esto a la estación donde compramos a los policías y que se encarguen de Vincenzo Cassano. —Ordenó. —Así podemos deshacernos de él de una vez.
Han Seo hizo lo que le pidió y una vez que se fue le envió un mensaje al Italiano con el teléfono nuevo que le había dado.
.
A la mañana siguiente Han Seok llegó a la oficina seguido de Choi Myung Hee y Han Seung Hyuk, al parecer su plan de eliminar a Vincenzo nuevamente había fallado.
—Se lo llevaron para vigilarlo por un asunto de seguridad nacional. —Informó la mujer.
—¿Qué? ¿Por qué…? —Eso no podía ser posible, le había informado a Vincenzo de los policías pero no sabía nada acerca del Servicio de Seguridad Internacional.
Los 3 en la habitación lo miraron interrogantes sobre su reacción.
—Digo, ¿Para que lo querrían? —Aclaró. —Arruinaron la oportunidad de mandar lejos al tal Vincenzo. —Se quejó aunque en realidad estaba preocupado.
¿Vincenzo estará bien? ¿Podría seguir en Corea para ayudarlos a derrotar a Han Seok o Han Seo y Jipuragi tendrían que hacerlo solos?
—No sabemos porque lo quieren pero seguramente es algo importante. —Respondió Han Seung Hyuk.
Choi Myung Hee agregó. —Debemos concentrarnos más en proteger su identidad. —Dijo mirando a Han Seok.
—Nos enfrentamos a una agencia de seguridad, en cuanto a información son mucho mejores que nosotros. —Asintió el abogado Han. —Se dedican a eso.
Sí supiera… pensó Han Seo. Que ya revele la identidad de Han Seok. —Claro, tienes razón. —Han Seo chasqueó los dedos asintiendo. —Son como los espías de las películas. —Agregó festejando internamente cuando la señora Choi le dió una mirada de incredulidad por su comentario tan tonto.
En cambio el abogado Han le dió la razón con una sonrisa nerviosa. —¡Sí, como los de las películas!
—¿Creen que Vincenzo podría ser un espía? —Preguntó la señora Choi. —Podría ser la razón por la que se lo llevaron.
A Han Seok no pareció gustarle esa teoría.
.
Aunque Cha Young seguramente tenía la intención de ayudar a Vincenzo con la policía no hizo mucho a diferencia de Ahn Gi Seok el Omega que había llegado a Geumga Plaza para ser aprendiz de Toto, Omega que al parecer trabajaba para los servicios de seguridad internacional.
Y estuvo espiandolos todo ese tiempo.
Pero qué al menos habían conseguido su ayuda para derrotar a Babel a cambio de 3 condiciones pequeñas.
Una era un abrazo de Vincenzo el cual fue incómodo para el Italiano ya que no le gustaba ser marcado por las feromonas de los omegas, también porque Ahn Gi Seok olía bastante dulce, muy empalagoso.
—Esas fotografías…
—¿Qué tienen?
—Un fiscal no pudo haber obtenido esas imágenes, —Señaló Vincenzo. —El hombre que Han Seok envió a Italia ¿Crees poder encontrarlo?
Ahn Gi Seok asintió emocionado. —¡Claro que sí! Lo que quiera Consigliere.
Al menos era útil, y eso compensaba el terminar oliendo a chocolate y vainilla por el resto del día o hasta que se diera una ducha larga en cuanto llegara a Geumga Plaza.
Cha Young le entregó su teléfono una vez que subieron a su coche.
—Ha estado sonando durante un tiempo, un número desconocido.
Vincenzo contestó cuando el teléfono vibró, conocía ese número. —¿Qué sucede?
—¿Estás bien? Supe que te llevo el servicio de seguridad internacional, juro que no sabía eso, te informe de la policía pero no pude informarte lo del servicio internacional…
Han Seo sonaba muy alterado. —Hey, respira. Estoy bien, alguien que conocía hizo lo del arresto para librarme de la fiscalía.
—Oh, oh, eso es inteligente, es genial. —Han Seo suspiró aliviado. —Me alegro que estés bien.
Vincenzo sonrió. —¿Puedes reunirte hoy en el bar? —Ante la falta de respuesta el Alfa agregó. —No tiene que pasar nada, solo nos reuniremos y tomaremos algo.
—...lo siento, mi celo está por llegar y no creo poder soportarlo.
—¿Otra noche entonces?
—Seguro, adiós Vincenzo.
Cha Young le dió una mirada astuta. —¿Una cita? ¿Te rechazaron?
—Pon la vista en el camino, sí tanto te gusta el chisme ¿Por qué no fuiste periodista?
—Oye, no solo a los periodistas les gusta el chisme. —Se quejó la abogada. —Además ¿Por qué cambias de tema?
Vincenzo la ignoró el resto del camino a la plaza, e incluso la dejó sola en Jipuragi para irse a bañar y quitarse el olor empalagoso del Omega.
Chapter 10: El celo de Han Seo. Parte 2
Notes:
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Chapter Text
Han Seo tomó sus supresores y se recostó en la cama, le dolía todo el cuerpo y estaba tan caliente que sentía que podría morir en cualquier momento de la noche.
En un acto de tratar de aliviar su dolor se encontró recordando aquellos encuentros con Vincenzo.
Se había sentido tan bien en los brazos del Alfa que deseaba volver a sentirse de esa manera, quería que lo mimara y lo llenará con su semen.
Quería que el italiano tuviera su nudo dentro de él, lo anhelaba tanto.
Han Seo llevó su mano a su pene acariciando la punta con su pulgar, se imaginó a Vincenzo acariciándolo mientras le susurraba al oído lo bien que se portaba y lo hermoso que era.
Se imaginó a Vincenzo entre sus piernas mostrando su gran pene alzado con orgullo preguntándole sí lo quería dentro de una vez o sí lo quería lento.
—Todo, lo quiero todo.
—Bien, bebé lo que tú quieras.
Han Seo gimió arqueando su espalda, Vincenzo lucía esa sonrisa coqueta agarrando el miembro de Han Seo en su mano apretando con fuerza a un ritmo tortuosamente lento.
—Dile a Daddy lo que quieres, dime qué quieres correrte.
Han Seo sollozó suplicante. —Yo quiero, yo necesito…Daddy por favor.
—Eres tan bueno, mi bebé es perfecto ¿No es así? Eres tan hermoso. —Alabó el italiano aumentando sus embestidas a un ritmo más rápido y errático.
Han Seo lo tomó con gusto gimiendo y llorando por más se retorció en las sábanas meciendo sus caderas, sus dedos rozaron su próstata empañando su vista.
—Date la vuelta Han Seo, ponte de rodillas para Daddy.
Han Seo le hizo caso enterrando su rostro en la almohada, su trasero expuesto hacía arriba recibió nuevamente el gran pene del Italiano.
El movimiento se reanudó inmediatamente, Vincenzo acarició el miembro de Han Seo al ritmo de sus embestidas llevando a Han Seo a tener un orgasmo seco.
Han Seo respiró con dificultad jadeando. —Mierda. —Murmuró, acababa de correrse pensando en Vincenzo. —Mierda, mierda, mierda.
Y lo peor de todo era que eso no hizo nada para bajar su calor.
.
Vincenzo gimió acariciando su miembro erecto, no se suponía que su celo llegaría esa noche, algo raro porque nunca había tenido un celo irregular en toda su vida.
—Han Seo, eres tan bueno para mí.
Por supuesto, Han Seo inundó su mente. Al principio Vincenzo había pensado en un rostro y un cuerpo al azar, que poco a poco se fue convirtiendo en Jang Han Seo.
Vincenzo no se quejaba, Han Seo era el Bebé más hermoso y jodidamente sexy que Vincenzo había conocido.
Con su sonrisa que mostraba sus encías, sus ojos de ciervo, su cuerpo levemente marcado y tonificado, piel lechosa y un pene perfecto.
Era toda una belleza.
Recordó esa vez en el baño del gimnasio dónde lo amordazó con su corbata, se veía tan provocativo de esa manera, jadeando y suplicando.
—Oh Bambino, prega per papà. —Jadeó.
Han Seo gimió. —Daddy, Daddy te necesito.
Vincenzo se corrió manchando la sábana, descansó su cabeza en la almohada sin apartar la mano de su pene (que ya había vuelto a erguirse)
—Merda…
Su teléfono vibró indicando que tenía un mensaje de Han Seo. Vincenzo se levantó de la cama rápidamente leyendo el mensaje.
HS
.
Encontrémonos
en el hotel de la vez pasada. Habitación 69.
Después de responder afirmativamente Vincenzo se cambió, aunque todavía le dolía el cuerpo y sentía que sus huesos estaban siendo aplastados salió del apartamento pidiendo un taxi.
Llegó al hotel en media hora desesperado por encontrar al Alfa, el tiempo en el elevador fue lento y tedioso.
Han Seo abrió la puerta de la habitación jalandolo dentro y cerrando con seguro mientras se encargaba de desvestir a Vincenzo.
—Hueles a feromonas de Omega. —Gruñó el Alfa de Babel.
—Me duche 5 veces, el olor no se va.
Han Seo arrugó la nariz con molestia. —No me gusta, lo odio.
—Puedes perfumarme con tu aroma. —Ofreció Vincenzo devorando la boca de Han Seo soltando sus propias feromonas. —Mezclemos nuestros aromas Bebé, Daddy estuvo pensando en ti todo el día.
Han Seo le quitó los pantalones con manos temblorosas. —Yo también pensé en ti, te necesito tanto.
Vincenzo sonrió cuando Han Seo lo aventó a la cama. —Es una suerte que Daddy esté aquí, ¿No? —Vincenzo sostuvo su polla. —Muéstrame qué tan bueno eres con tu boca Bebé.
Han Seo se arrodilló entre las piernas del Italiano, Vincenzo había pensado que Han Seo iba a ir lento pero al parecer estaba tan necesitado que lo engulló de una vez.
—Dio mio. sei un bambino così cattivo. —Gimió, la boca de Han Seo era tan húmeda y caliente, era tan maravillosa como Vincenzo había imaginado. —Te ves tan hermoso justo ahora.
Los gemidos de Han Seo ante el cumplido enviaron corrientes de placer a través de la polla de Vincenzo.
—¿Te gusta cuando te doy elogios? ¿Te gusta que Daddy te diga lo maravilloso que eres?
Han Seo respondió con un 'Mmh' mientras seguía chupando el miembro del Italiano como sí quisiera exprimirlo hasta dejarlo seco.
Vincenzo sonrió tomando en un puño el cabello de Han Seo. —Entonces te daré lo que quieres. —Dijo follandose la garganta de Han Seo.
—Mmmh, Mmgh.
—¿Puedo?
Han Seo parpadeó con un brillo travieso en sus ojos, eso era lo único que Vincenzo necesitó para ir más profundo en la garganta de Han Seo.
Fue asombroso cómo Han Seo lo tomó entero hasta la base de su polla, sin ningún reflejo nauseoso. —Eres un Bebé tan travieso. —Gimió.
Con esas palabras Vincenzo se corrió en la boca del Alfa. Cuando estaba apunto de decirle a Han Seo que lo escupiera este ya se había llevado dos dedos a su boca para tomar su semilla y ponerla en su entrada.
—No podemos desperdiciar un lubricante tan especial.
Vincenzo se atragantó al ver cómo Han Seo se abría a sí mismo. —Gesù Cristo, tu sarai la mia morte.
—No necesito prepararme mucho, lo hice en mi apartamento pensando en ti.
Ante esa declaración el Alfa ronroneó colocándose sobre Han Seo para besarlo, se saboreó a si mismo en la boca de Han Seo, su semen tenía un gusto algo agrio.
—Por favor, Alfa, te necesito. —Suplicó el menor.
Vincenzo lo complació gustoso, entrando con una estocada profunda, el interior de Han Seo ya estaba bastante caliente y flojo, no había duda de que ya se había preparado a sí mismo antes de llamar a Vincenzo.
Han Seo lo abrazó por el cuello y aferró sus piernas alrededor de su cadera. —Más, más, Alfa más rápido por favor. —Gimió en el oído del Italiano.
—Han Seo, eres tan bueno para mí, eres todo lo que necesito.
—Tu también Alfa, eres lo único que necesito, te necesito tanto.
Con esas palabras Vincenzo se corrió con fuerza en el interior de Han Seo sorprendiendose al sentir que su pene se hinchaba.
Han Seo abrió la boca jadeando ante la sensación de ser estirado más allá de lo que creía posible.
—¿Estás…? —Preguntó Han Seo con dificultad, ni siquiera podía hablar sin soltar un quejido de dolor.
—Eso parece. —Respondió el Italiano. —Eso no me sucede con mucha frecuencia.
—Que yo recuerde la primera vez que lo hicimos también anudaste. —Comentó Han Seo.
—Normalmente no lo hago, nunca he anudado con alguien antes de tí. —Respondió.
—Mmm, ¿No pasas tus celos con gente en bares al azar?
—La mayoría sí, pero nunca he anudado con ellos. —Contestó enderezandose después de que Han Seo lo liberará de su abrazo de koala.
—¿Por qué olías a Omega antes?
—¿Estás celoso?
—No, no tengo porque estarlo. —Respondió Han Seo, aunque sí se sintió algo molesto en un inicio. —Tengo curiosidad.
—El conocido de Servicio de Seguridad internacional que mencioné cuando llamaste es un Omega. —Han Seo asintió. —Me pidió un abrazo como una condición para ayudarnos a pelear contra Jang Han Seok.
—Mmmh, ya veo.
—Dices que no estás celoso pero tu tono de voz te delata, —Se burló el Italiano. — al igual que tus feromonas.
—No se crea tan importante señor Vincenzo, es por mi celo.
—¿Ah, enserio?
—Sí.
Vincenzo le dió una sonrisa traviesa moviendo su cadera para molestarlo.
Han Seo se quejó. —¡Aah, no te muevas! siento que me vas a desgarrar. No recuerdo que la primera vez que lo hicimos fuera tan doloroso, tu nudo no era tan grande y no duró más de 5 minutos.
—También es nuevo para mi, podemos hablar de cualquier cosa en lo que se baja el nudo. —Sugirió Vincenzo.
—Las fotos que Han Seok envió a la fiscalía, ¿Sí fuiste tú quien mató a esas personas?
—Entonces sí las viste.
—Han Seok me obligó a verlas, incluso dijo que quería recrear algunas conmigo. —Han Seo arrugó la nariz con desagrado. —Dijo que las jeringas en la almohada habrían sido un detalle perfecto para mí.
Vincenzo frunció el entrecejo. —¿Por qué?
—Tuve problemas con las drogas cuando era joven, eran lo único que me hacía olvidar todo y me quitaban el dolor después de una golpiza.
—Ese maldito, voy a matarlo lentamente cuando tenga la oportunidad. —Han Seo se rió. —¿Qué? ¿Por qué te ríes?
—Es solo que me parece divertido como te enojas por mi, nunca nadie se había portado así conmigo. —Han Seo sonrió. —Me hace sentir cálido.
—Te lo dije, me preocupo por ti. —Vincenzo ocultó su rostro en el cuello de Han Seo, tentado a darle la mordida. —Aunque las últimas veces que me acerqué a ti fue para obtener información, también fueron porque me comencé a preocupar por tí. —Vincenzo se separó para mirar a Han Seo a la cara. —Te tomé cariño, Han Seo. Esa es la verdad.
—También te tomé cariño, Vincenzo. —Respondió ahuecando el rostro del Italiano con sus manos. —Me haces sentir tan seguro y amado que duele.
—Perdóname por haberte utilizado, Han Seo.
Han Seo sonrió dándole un beso en la frente. —Ya te había perdonado cuando te llamé en la mañana. —Dijó acariciando las mejillas enrojecidas del Alfa.
Vincenzo le sonrió de vuelta depositando un beso rápido en los labios rosados e hinchados de Han Seo.
Han Seo lo acercó uniendo sus labios nuevamente, sonriendo en medio del beso cuando Vincenzo liberó sus feromonas.
Notes:
Traducción:
'Oh bebé, ruega por Papá' 'Mierda' 'Dios mío, eres tan provocativo' ' Jesucristo, tú serás mi muerte.'
Chapter 11: Herido
Chapter Text
Dos días después Han Seo fue convocado por su hermano en su casa, al parecer quería adelantar la subasta de la torre Babel y quería dejarla en sus manos.
—No esperaba que Vincenzo viniera a buscarme para amenazarme. —Han Seok parecía divertido. —Ese detective lo arruinó todo.
Han Seo sabía que el detective que le había llevado las fotografías a Han Seok fue encontrado por Vincenzo con ayuda del Omega Ahn.
También sabía porque Vincenzo había ido a la casa de Han Seok para amenazarlo con un arma.
—¿Cuál crees que es el mayor miedo de tu hermano? —preguntó el Alfa mientras todavía estaban enlazados por el nudo.
Han Seo lo pensó unos segundos. —Morir como un don nadie. —Respondió. —No le teme a la muerte, teme ser olvidable, ser insignificante.
—Entonces tengo el plan perfecto para que salga a la luz y revele su verdadera identidad.
Han Seo agachó la cabeza esperando las siguientes palabras de su hermano.
—Encargate de la subasta por mi. —Dijo Han Seok sentándose en el sofá perezosamente mientras masticaba ruidosamente los osos de gomita que tenía en la mano.
—Sí, Hyungnim.
Han Seok lo miró. —Antes me preocupaba que fueras un idiota, viéndote ahora me preocupa que seas tan responsable.
—Es...es solo que estoy estudiando más, —Respondió el Alfa con voz temblorosa, realmente no quería hacer enojar a Han Seok, su celo todavía no terminaba y eso significaba más dolor de lo normal sí Han Seok llegaba a golpearlo. —estoy esforzándome para poder ayudarte Hyungnim.
—No te sobreexijas, solo eres una marioneta ¿Recuerdas? Que no se te suba a la cabeza solo porque dejé algo en tus manos.
—Lo que digas, Hyungnim.
—Bien, ahora vete a lucir bonito y finge trabajar en la oficina.
Han Seo se tragó el orgullo y salió de la casa con la bilis en la garganta, realmente esperaba que Vincenzo se encargará de Han Seok lo más pronto posible.
.
—Señor Cassano.
Vincenzo le dió una mirada al recién llegado, el Señor Cho le sonrió como si ignorara que el Italiano estaba enojado por lo que había hecho.
—La denuncia que enfrenta el templo Nanyak, fuiste tú.
El Señor Cho asintió admitiendo que había sido él quien reportó el templo a la policía porque quería sacar a los monjes y recuperar el oro lo más rápido posible.
—Lo siento, fui imprudente.
—Retira la denuncia. —Ordenó el Mafioso posando su mano en el hombro del beta aplicando presión, seguramente dejaría un moretón. —Escriba que todo fue falso, y hablemos antes de hacer cualquier otra cosa. Somos amigos ¿No?
—...Sí, Señor.
—Tengo un plan, pronto le revelaré los detalles. —Dijo dándole palmadas en el hombro, el Señor Cho fue obligado a retroceder varios centímetros por la fuerza que el Italiano aplicó. —No vuelva a hacer algo así, ¿Está bien?
Cho Yeong Woo asintió silenciosamente ante la mirada feroz del Alfa.
Seo Mi-Ri subió las escaleras sorprendiendo al Alfa y al Beta quienes no habían distinguido su presencia hasta que la mujer hizo ruido.
—Podría ayudarlos a sacar el oro. —Dijo. —Pero solo sí me dan una parte. —Seo Mi-Ri levantó una mano callando al Alfa. —No diga que no hay oro porque yo fui una de las programadoras que trabajó en la seguridad para la bóveda.
Así que no todos los que sabían del oro estaban muertos. Vincenzo debió haberse cerciorado mejor cuando el mafioso Chino mandó a eliminar a todos los trabajadores involucrados.
—No pido mucho. —Aclaró la Beta. —Solo deme el 20% y me daré por servida.
—¿Y sí te asesino y no te doy nada? —Vincenzo sonrió. —Estoy cansado de escuchar que la gente quiere poner sus manos sobre el oro que me pertenece. ¿Quieres ser la primera en desaparecer?
La chica se encogió dando tres pasos hacia atrás, había olvidado que Vincenzo era parte de la mafia. Un Alfa poderoso que puede destruirla con sus manos sí quisiera.
—¿Cómo puedes ayudarnos a abrir la bóveda? —Preguntó el Alfa, pensando en darle una oportunidad. —Habla y trata de salvar tu vida.
—C-Cuando trabajaba en la seguridad de la bóveda me asegure de que pudiera abrirla sin necesidad del reconocimiento de iris. —Informó. —Puedo ser de ayuda, solo necesito 5 minutos para abrirla.
Vincenzo miró al señor Cho, luego miró a la Beta asintiendo. —Bien, pero te daré solo el 10% ¿Alguna objeción?
—¡Ninguna!
—Entonces tenemos un trato. —Dijo el Alfa extendiendo su mano a la mujer quien la tomó agradecida. —Les informaré el día y la hora en la que vamos a extraer el oro.
Ambos Betas asintieron y se despidieron del Alfa. El señor Cho se marchó a su auto explotando de ira, ahora con la mujer agregada al plan del oro sería más difícil traicionar a Vincenzo para conseguir el archivo guillotina.
Se preguntó sí valía la pena arriesgarse a conseguirlo antes.
La respuesta fue que sí, valía la pena.
.
Han Seok le lanzó uno de los vasos a la cara, vaso que se estrelló directamente en la cabeza de Han Seo quien no pudo moverse a tiempo. —¡Maldito Vincenzo!
Han Seung Hyuk miró con horror como Han Seo cayó al suelo de rodillas sosteniendo su cabeza sangrante.
Choi Myung Hee se quedó quieta esperando que la rabieta del Jang mayor cesará antes de hablar.
No había forma de decirle al hombre que Vincenzo no solo había encontrado la manera de entrar a su apartamento y casi asesinarlo, sin que el hombre explotará más de lo que ya lo estaba haciendo.
—Lo mejor sería contratar personal extra para la seguridad.
Han Seok le dió una mirada furiosa a la abogada parándose frente a ella a modo de intimidación.
—¿Eso crees? ¡Casi muero! Me, Jang Han Seok! —Se señaló a sí mismo golpeándose el pecho. —¡Como un simple asociado de Wusang! ¡No como un presidente poderoso! Sino como Jang Joonwoo.
Han Seung Hyuk quien todavía estaba debatiendo entre sí moverse y ayudar a Han Seo o quedarse quieto hasta que Han Seok se fuera se encogió en el sofá cuando Han Seok le dirigió la mirada.
—Preparen todo para mí revelación. —Ordenó. —Es hora de que me muestre cómo lo que soy. El verdadero presidente del Grupo Babel.
Choi Myung Hee asintió. —Sí, señor.
Han Seok la miró y sonrió, luego miró a Han Seo con fastidió y se acercó a su figura desplomada en el suelo para darle golpecitos con la punta de su pie en la cabeza.
—¿Por qué sigues allí tirado sin hacer nada? —Han Seok se agachó examinando el cuerpo inmóvil de su hermano. —¿Moriste? ¿Por un simple golpe? Creí que eras más resistente.
Han Seo no respondió y eso molestó aún más a Han Seok porque se suponía que su marioneta no podía morir hasta que Han Seok lo permitiera, y todavía lo necesitaba.
—Oye, tú. —Dijo mirando al abogado Han. —Llevalo al hospital, en el que compramos a los médicos, no necesito noticias especulando lo que le paso.
El abogado se levantó con pies temblorosos y la frente llena de sudor. —S-Sí señor.
—Y toma una ducha, te ves asqueroso.
—Que vergüenza, soy tan vergonzoso señor, no volverá a pasar, no voy a transpirar de nuevo sí es lo que desea señor.
—¿Estás burlándote de mí? —Han Seok lo miró alzando sus cejas con burla. —No puedes dejar de transpirar solo porque dices que lo harás. Vete de una vez.
Han Seung Hyuk asintió silenciosamente y se acercó al cuerpo de Han Seo revisando sí seguía respirando, Han Seok se fue siendo seguido por Choi Myung Hee.
El abogado suspiró aliviado cuando detectó la leve respiración de Han Seo, el charco de sangre no era grande pero era alarmante por el simple hecho de ser sangre.
Esperaba que no tuviera consecuencias graves.
Chapter 12: La nueva arma: El archivo guillotina.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Vincenzo, Cha Young y el señor Nam se sentaron en la oficina de Jipuragi escuchando las noticias de la mañana. Babel lo había hecho de nuevo, mató a otra persona más, está vez el líder del sindicato de Químicos Babel.
—Para poder seguir matando a la gente así, necesitan conseguir matones y sicarios, ¿De dónde sacan tantos? —Se quejó Cha Young. —Pareciera que los tienen guardados en un sótano y que los sacan cada vez que los necesitan.
—El poder de la ley. —contestó Vincenzo. —Ofrecen reducir condenas o impedir que los encarcelen. Es efectivo en la mayoría de los casos.
—¿Tú también haces eso? —preguntó la abogada alzando una ceja.
Vincenzo sonrió sin responder bebiendo su café. El señor Nam se movió en el sofá alejándose de Vincenzo con cautela.
Cha Young bufó irritada de que Vincenzo nunca respondiera adecuadamente a sus preguntas, por supuesto que Vincenzo había contratado sicarios para eliminar gente, era de la mafia después de todo.
A veces, Cha Young olvidaba ese dato.
—¿Y por qué Jang Han Seo no nos avisó de esto? —dijo, recordando al bobo pero adorable Jang menor. —¿No era nuestro informante más cercano? ¡Puede que ya nos haya traicionado!
—No hay que sacar conclusiones apresuradas. —sugirió el señor Nam. —Tal vez él no lo sabía, después de todo Han Seok ya reveló su identidad a Han Seung Hyuk y a Choi Myung Hee, posiblemente ya no lo toman mucho en cuenta.
Cha Young arrugó la nariz pensando en esa posibilidad, después de todo Han Seo era solo un tonto debajo de su fachada de presidente por lo que parecía bastante posible que Choi Myung Hee no lo tomara en cuenta al momento de conversar sus planes de bruja malvada.
—¿No se ha comunicado contigo? —le preguntó a Vincenzo al notar que este seguía pendiente de su teléfono, esperando una llamada o mensaje de parte de Jang Han Seo.
El italiano negó con la cabeza, volviendo a guardar su teléfono en el bolsillo de su saco.
Vincenzo comenzó a sentir un dolor de cabeza desde hacía 3 días, al principio fue fuerte como si le hubieran dado un golpe y luego simplemente se volvió un dolor leve, el no poder contactar con Han Seo por precaución para qué Han Seok no los descubriera estaba haciendo sufrir a Vincenzo.
El dolor de cabeza empeoró cuando el señor Tak Hong Sik y la señora Kwak Hee-Soo entraron a Jipuragi para decirle que no lo molestarían más con el oro porque habían conseguido a un profesional.
Vincenzo quería matarlos a ambos porque ahora Hong Cha Young y el señor Nam sabían sobre el oro también.
¡Cómo sí no fuera suficiente que la mayoría de la plaza lo supiera! Malditos inquilinos que quieren llevarse su oro.
—¡¿Por qué no nos dijiste?! —Le gritó Cha Young luciendo indignada.
Ni siquiera somos tan cercanos respondió Vincenzo en su mente. —No hay oro, están delirando.
—Ahora entiendo porque parecías tan ansioso por detener la construcción de la torre Babel. —dijo ella, acusándolo con su dedo juzgón. —No fue por querer ayudar a la plaza, fue para tomar el oro e irte.
Justo ahora, Vincenzo odiaba lo inteligente que podía ser Hong Cha Young.
Ella sonrió de oreja a oreja. —¿Cuánto hay? ¿Cuánto es?
Un billón 50 mil millones de wones.
—Maledette persone che vogliono i miei soldi. —Murmuró con enojo. —¡No hay oro, ¿Por qué no entienden eso?!
—¡No te creemos! —contestó la Omega con el ceño fruncido. —¿En dónde está el oro?
Vincenzo quería matarlos a todos, iba a quemar la maldita plaza hasta los cimientos si tenía que hacerlo. —¡No hay oro!
Al final no pudo hacer que ninguno de los dos abandonará la idea de que había oro en la plaza y tampoco supo nada de Han Seo en lo que quedaba de la mañana, por lo que bautizó ese día como el segundo peor de su vida.
Pensó en que tal vez debería colarse en el Penthouse de Han Seo para asegurarse de que estaba bien o hacer que el señor Choi, Ahn Gi Seok y Seo Mi-Ri buscarán por todo Corea hasta encontrar al Alfa.
Afortunadamente no tuvo que llamar a ninguno de ellos, ya que Ahn Gi Seok apareció unos minutos después por las puertas de Jipuragi con información útil del servicio de seguridad internacional, les dijo que todos los actos corruptos de toda la gente importante estaban en un solo archivo, el archivo guillotina, y presumía ser algo muy valioso.
Vincenzo lo quería, en ese archivo habría información sobre los crímenes de Babel y Jang Han Seok, habría pruebas y Vincenzo ya sospechaba dónde podría estar.
Que el señor Choi se mostrara tan desesperado por abrir la bóveda cuando Vincenzo le pagaba bastante bien ya era muy sospechoso, y si el hombre anteriormente había sido un agente era obvio que debía saber que el Archivo Guillotina estaba en la bóveda de Wang Zhaolin.
—Antes de que te vayas, quiero que averigües qué está haciendo Jang Han Seo. No se ha comunicado todavía y necesito saber cómo está.
—¡Claro, Consigliere! —Ahn Gi Seok se sentó en el escritorio abriendo su laptop con rapidez, Vincenzo volvió a checar su teléfono y lo guardó de nuevo al no tener ninguna noticia relevante. —Debe estar enamorado, ¿Verdad, Consigliere?
El Alfa carraspeó evitando la mirada que Cha Young le lanzó ante las palabras del Omega Ahn. —¿Ya tienes algo sobre Han Seo?
Cha Young frunció el ceño y señaló a Vincenzo con una sonrisa burlona. —Ese Han Seo, lo tiene a sus pies Gi Seok. Lo conquistó con sus ojitos bonitos y su-
—Oh, no es bueno…
—¿Qué tiene? ¿Qué? —preguntó la abogada, al ver la expresión en el rostro del otro Omega. —¿Le pasó algo a Jang Han Seo?
El Omega tragó saliva con pesar. —Está en el hospital. Ingresó hace 3 días.
Cha Young y el Señor Nam dieron un paso atrás lejos de Vincenzo quién definitivamente parecía que iba a matar a alguien.
—¿Sabes por qué? —le preguntó el Alfa a Ahn Gi Seok. —¿En qué hospital? ¿Qué número de habitación?
—Fue llevado por Han Seung Hyuk, el número de su habitación es el 24, es una habitación VIP así que es bastante privada.
—¿Crees que esté bien? —Preguntó la abogada, ahora se sentía mal por pensar que Han Seo no había hablado con ellos porque los había traicionado.
—Se de alguien que no lo estará sí tiene que ver con esto. —dijo el Alfa, sacando su encendedor. —Y estoy seguro de que tiene mucho que ver con qué Han Seo esté en el hospital.
Cha Young trago saliva, a veces, había momentos en los que Vincenzo la asustaba. Ese era uno de ellos.
.
Cuando Han Seo se despertó estaba solo, la habitación estaba casi a oscuras iluminada únicamente por una lámpara en la mesa a su lado.
La bata del hospital nunca fue muy cómoda y Han Seo la odiaba con toda su alma, además, que tampoco tuviese idea de qué día era no hacía que estar en el hospital fuera mejor.
Tal vez habían sido días o semanas y Vincenzo ahora creía que los había traicionado o que su hermano lo había asesinado.
Pensó en llamar por teléfono a Vincenzo, pero el teléfono que le había dado estaba a salvo en el penthouse, en el escondite junto a la copia secreta de la llave de su habitación.
Estaba tentado a usar el teléfono que estaba en la mesita junto a su cama pero decidió que no iba a arriesgarse a qué su hermano hablara con el hospital y ellos le informaran que había llamado a alguien.
Encendió la televisión esperando toparse con algo que lo ayudará a saber qué día era y qué hora, porque por la oscuridad debía ser algo tarde.
—El nuevo presidente de Babel, Jang Han Seok fue víctima de un atentado mientras daba una conferencia de prensa dónde anunciaba que tomaría las riendas del negocio formalmente.
¿Qué él qué? Han Seo estaba asombrado. ¿Eso fue obra de Vincenzo? Pensó al ver las imágenes de la conferencia de prensa, su hermano fue impactado por una explosión y lanzado en el aire fuera del podio, Choi Myung Hee corrió a ayudarle, curiosamente no había señales del abogado Han.
—El sospechoso todavía está siendo buscado mientras el presidente Jang Han Seok se encuentra en terapia intensiva. —Informó la mujer de las noticias. —Los abogados de Wusang informaron que el ahora ex-presidente de Babel, Jang Han Seo fue víctima de un asaltó en la mañana del Lunes por lo que hasta el momento se encuentra herido en el hospital, se especula que fue ocasionado por el mismo hombre que atentó contra la vida del presidente Jang Han Seok.
¿Qué?
—Esa es la razón por la que el hermano menor del presidente de Babel no estuvo presente en la conferencia de prensa.
Han Seo no tenía idea de que demonios estaba pasando pero lo de su supuesto 'asalto' le causó gracia, porque era culpa de Han Seok que estuviera en el hospital. No de un hombre al azar que trató de asesinarlo.
De todas maneras, ¿Realmente fue Vincenzo quien estaba detrás del atentado contra Han Seok?
—Estás despierto.
Han Seo sonrió y trató de levantarse. Vincenzo se apresuró a empujarlo de vuelta a la cama.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?
—Tengo a un agente del servicio de seguridad internacional y a una Hacker, puedo entrar aquí sin dejar rastro en las cámaras.
—Vaya…eso es…wow.
—Estaba planeando dejarte sin palabras con otra cosa pero parece que la habilidad de los nuevos integrantes de mi equipo lo hicieron antes.
Han Seo estaba tentado a preguntar con que otra cosa iba a dejarlo sin palabras pero no le dió tiempo de formular nada cuando Vincenzo lo besó con desesperación.
Se recostaron en la cama con Han Seo debajo de Vincenzo, sus manos recorrieron con cuidado el cuerpo de Han Seo deteniéndose en sus caderas, sin aliento Han Seo le sonrió al separarse del beso y le dio a Vincenzo una sonrisa que le quitó un peso de encima.
Con cuidado, Vincenzo acarició la herida vendada en la cabeza de Han Seo y frunció el ceño. —Tengo tantas ganas de matar a tu hermano por haberte lastimado.
Han Seo sonrió atrayendo al Alfa
para besarlo de nuevo con sus brazos envueltos alrededor de su nuca.
—No me importa Han Seok en este momento, papà, me importas tú.
Notes:
Traducción:
'Maldita sea la gente que quiere robarse mi dinero'
Chapter 13: El juicio de Han Seok
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Lamentablemente después de su breve sesión de Besos, Vincenzo tuvo que irse y aunque prometió visitar más seguido a Han Seo eso no impidió que se sintiera un poco solo durante toda la noche.
Días más tarde Han Seo pudo dejar esa horrible bata de hospital cuando le dieron el alta y pudo volver a usar ropa más cómoda (ropa por la que agradecería a Vincenzo porque en la nota que iba en la bolsa, la 'V' dejaba muy en claro a quién la había entregado al hospital)
Afortunadamente la misma noche en la que salió del hospital se encontró con la sorpresa de poder tener a Vincenzo Cassano en su cama vistiendo ese pijama de seda azul que le quedaba bastante bien.
—¿Hay alguna razón en especial por la que hayas entrado a mi penthouse?
—Hay algo importante que quiero discutir —Contestó el Italiano. — y que no tiene que verme dejándote sin aliento. —Han Seo se sonrojó. —Claro que sí estás de humor, podemos hacer eso y después hablamos de lo que quería hablar.
Han Seo hizo una mueca como sí estaba pensando y se lanzó a la cama directo a los brazos firmes y musculosos de Vincenzo Cassano para besarlo.
Por supuesto después de besarse y otras cosas Vincenzo le explicó lo que había ideado con lo que encontró en los días que Han Seo estuvo en el hospital.
—Entonces tú tienes el archivo guillotina.
Vincenzo ascendió. —Así es.
—Y quieres usarlo para exponer a Han Seok y enviarlo a la cárcel.
—Sí, pero eso implicaría revelar el abuso que te ha infligido desde que llegaste a la casa Jang.
Han Seo le agradeció que hubiera preguntado primero antes de ir y llevar a cabo su plan. No había nada que Han Seo quisiera más que Han Seok recibiera su castigo.
—Lo haré, tenlo por seguro. Con esto podemos hacer que lo encierren por mucho tiempo.
—¿Y qué tengo que hacer?
—Habrá vários juicios, tendrás que testificar. —Vincenzo lo miró durante unos instantes antes de agregar. —A menos que quieras que lo mate mientras esté en el hospital.
Y aunque Han Seo había sido tratado como nada más que basura por Han Seok, Han Seo no se atrevía a odiarlo tanto como para quererlo muerto.
Porque era su hermano después de todo, la única familia con vida que le quedaba.
—Es tu decisión, Han Seo.
—Quiero creer que Han Seok todavía puede aprender que sus malas acciones le pueden traer castigos, quiero que vaya a la cárcel.
Han Seok todavía estaba en coma siendo vigilado por la hacker Omega Seo Mi-Ri y por el Omega de servicio de seguridad internacional llamado Ahn Gi Seok al que Han Seo le había gruñido cuando detectó el aroma familiar que antes había estado en Vincenzo.
—Lo siento, es que mi nariz es algo sensible. —Se excusó cuando el Omega se encogió sobre sí mismo al sentir las feromonas Alfa que Han Seo había liberado. —Lo siento.
—Está bien, no te preocupes. —Respondió el Omega dándole una palmadita en la espalda.
Para Han Seo fue algo casi irónico el ver a Han Seok allí tumbado en la cama de un hospital conectado a las máquinas tal y como lo había estado su padre cuando Han Seok lo había matado.
—Pronto tendrás tu castigo Hyungnim. —Le dijo con un intento de sonrisa. —Y está vez nadie te ayudará a escapar de él. —Han Seo se sentó a los pies de la cama observando el rostro dormido del que era su hermano. —Pronto Cha Young meterá a Choi Myung Hee a prisión, y ya que Han Seung Hyuk decidió dejar de protegerte y se unió a Vincenzo su condena se ha reducido. Realmente espero que ésto te enseñe que las malas acciones eventualmente te llevan a un castigo.
Porque en la ilusión de Han Seo, sí tan solo su padre hubiera dejado que su hermano obtuviera sus castigos y no lo hubiese ayudado a esconder todo debajo de la alfombra Han Seok podría haber sido una persona diferente.
.
El primer juicio había sido unos días después, amigos y familiares de las víctimas de Babel así como varios inquilinos de Geumga Plaza estaban sentados en la sala del tribunal junto a unos pocos reporteros que pudieron estar presentes para cubrir la noticia.
—Procedamos con la audiencia. —dijo el Juez. —El tribunal escucha el caso del pueblo de Corea del Sur contra Jang Han Seok y el Grupo Babel, por los siguientes cargos: asesinato, corrupción corporativa, obstrucción de la justicia, y organización criminal.
El Juez señaló a la abogada Choi para que comenzará.
—Su señoría, mi cliente, no está en condiciones de enfrentar un juicio. El Señor Jang Han Seok está en coma y no puede testificar, ni puede defenderse, este juicio carece de legitimidad procesal.
Hong Cha Young se acercó a su micrófono, Choi le dirigió una mirada de enojo que ella le respondió con una sonrisa.
—Su señoría, el estado actual del acusado no borra los crímenes que ha cometido. Este juicio no es sólo sobre él como individuo, sino sobre el sistema de impunidad que construyó con el Grupo Babel y el bufete de abogados Wusang.
El Juez asintió inclinándose sobre su escritorio.
—Lo que dice la abogada Hong tiene mérito —dijo, señalando con el dedo a Hong Cha Young—. Este tribunal ha decidido continuar con el juicio en ausencia del acusado principal, centrando la atención en los actos del Grupo Babel, sus cómplices y de su conducta criminal.
Varios murmullos resonaron en la sala y el Juez golpeó con su martillo ordenando que guardarán silencio, Han Seo observó a los familiares de las víctimas y notó que sus rostros mostraron expresiones de alivio al saber que el juicio seguiría adelante.
—Su señoría, los derechos de mi cliente… —Choi Myung Hee intentó replicar.
—Han sido tomados en cuenta —interrumpió el juez con firmeza, casi fastidiado. —. Si el señor Jang Han Seok recobra la conciencia se le dará la oportunidad de ser juzgado directamente. —al notar que la abogada Choi quería volver a replicar el juez levantó su mano para callarla—. Hasta entonces, esta corte no permitirá que su estado físico impida revelar la verdad y otorgar justicia a las víctimas. Por favor, abogada Hong, siga adelante.
Hong Cha Young asintió y dirigió su mirada a la primera fila de la sala donde Vincenzo y Han Seo estaban sentados, ambos mantuvieron la mirada fija en ella, y con una leve inclinación de cabeza le dieron permiso de continuar.
—Mi primer testigo es alguien que conoce el infierno que es Babel desde dentro y que conoce a la perfección al acusado Jang Han Seok. Su hermano menor, ¡El Señor Jang Han Seo!
La sala se llenó de murmullos nuevamente mientras Han Seo se levantaba de su lugar y se dirigía al estrado, mientras juró decir la verdad Han Seo no apartó la mirada del Alfa que le dio el valor para subir a testificar.
—Señor Jang Han Seo ¿Es verdad que usted fue solo un presidente falso y que era Jang Han Seok quién estaba detrás de las acciones ilegales que el grupo Babel cometió?
—Es verdad.
—También ¿Es verdad que su hermano Jang Han Seok es quién lo envió al hospital el día antes de que él se presentará como el ‘nuevo’ presidente del grupo Babel?
—Sí, es verdad.
La sala volvió a llenarse de murmullos y el Juez los hizo callar. Cha Young asintió y pasó a su siguiente pregunta.
—¿Es correcto decir que no ha sido la única vez que ha terminado en el hospital por culpa de su hermano?
Han Seo asintió con la cabeza y con voz temblorosa dijo. —He estado entrando y saliendo del hospital desde que comencé a vivir en la casa Jang, como ya se ha revelado mi hermano fue diagnosticado con psicopatía, siempre que se aburría me golpeaba y yo terminaba en el hospital con huesos rotos, contusiones y moretones. Después de que mi hermano matará a golpes a varios de sus compañeros en la escuela mi padre decidió cubrir sus crímenes y enviarlo a Estados Unidos.
—Dígame, ¿Jang Han Seok, los líderes de equipo de desarrollo del grupo Babel y su equipo de abogados de Wusang estaban enterados de que los trabajadores no tenían el equipo de protección adecuado y que debido a la exposición continua al RDU-90 se estaban enfermando?
—Sí, estábamos al tanto de todo, sabíamos que los trabajadores que entraban en contacto prolongado con el RDU-90 comenzaban a presentar síntomas y a enfermarse, mi hermano en lugar de detener el desarrollo del químico decidió despedir y culpar a las víctimas acusándolos de no ‘cumplir con sus contratos’ y no ‘cuidar su salud’ así que para que Babel no perdiera dinero le pagó a un doctor que falsificaba los expedientes de los trabajadores y les inventaba adicciones para invalidar sus seguros médicos y así impedir que se les diera indemnización a sus familiares si llegaban a morir.
Los familiares de las víctimas comenzaron a gritar y maldecir al grupo Babel, algunos también insultaron a Han Seo por ser cómplice de todo, Han Seo sintió que merecía los insultos así que simplemente asintió con la cabeza y los ojos nublados de lágrimas.
—¡Orden! ¡Orden en la sala!
—De verdad lo siento mucho, —dijo Han Seo, limpiándose las lágrimas que ya no pudo contener. —Tenía tanto miedo de mi hermano que no pude hacer nada, antepuse mi vida antes que la de sus familiares e hice cosas de las que me arrepiento. Ni siquiera era el verdadero presidente pero fui cómplice guardando silencio. Lo siento mucho, de verdad.
—Muchas gracias, señor Han Seo. —Hong Cha Young sonrió. —Es todo de mi parte su señoría.
—La defensa puede contra interrogar.
Choi Myung Hee se levantó de su lugar y caminando con seguridad se paró frente a Han Seo dándole una mirada fría, Han Seo tragó saliva.
—Señor Jang Han Seo —comenzó Choi—, dijo que no pudo actuar por miedo a su hermano, ¿Es eso correcto?
Han Seo respondió sin dudar. —Sí.
—Entonces, ¿Usted espera que la corte crea que un adulto como usted que tuvo durante años el título de presidente del grupo Babel, fue simplemente una víctima? —ella soltó una risa de burla. —¿Quiere que creamos que usted NO tenía poder para actuar? —Choi Myung Hee señaló a Han Seo con el dedo, acusándolo. —¿Por qué no denunció antes el maltrato que sufrió bajo el ‘yugo’ de su hermano?
—¡Quise hacerlo! Pero mi padre nunca me dejó hacer nada, siempre se la pasaba cubriendo todo lo que hacía mi hermano.
—¿Y cuándo su padre murió por qué no hizo nada para denunciar a su hermano? ¿No será que en realidad su hermano nunca abusó de usted?
—¡Tenía miedo de que si decía algo terminaría como nuestro padre! —la voz de Han Seo tembló.
—¡Señor Han Seo, su padre murió de causas naturales! El informe de la autopsia lo dice.
—¡Mi padre no murió de causas naturales, Han Seok fue quien lo mató!
La abogada Choi se cruzó de brazos. —¿Tiene pruebas de eso?
—El mismo médico que falsificaba los expedientes de las víctimas fue el mismo que le ayudó a mi hermano a ocultar que él había asesinado a nuestro padre.
—Entonces, por su propia admisión, usted no sólo dice ser una víctima, ¡sino que también admite ser un cómplice! —La abogada Choi hizo un gesto exagerado acusando a Han Seo. —¡Que conveniente que justo cuando el Grupo Babel está a la deriva usted decide hablar para salvarse!
Cha Young se levantó, golpeando su escritorio en una expresión molesta. —¡Objeción, está hostigando al testigo!
El Juez miró a ambas mujeres por encima de sus lentes, su mirada se posó levemente sobre Vincenzo en la primera fila y tragó saliva sintiendo que el sudor le corría por la sien.
—Concedida. Abogada Choi, modere su tono.
—Entendido, su señoría. —Choi volvió su mirada hacia Han Seo, sus ojos llenos de promesas silenciosas de venganza amenazaron a Han Seo. —Dígame, señor Jang… si su hermano no estuviera en coma… ¿Habría testificado?
Han Seo abrió la boca pero las palabras se le atoraron en la garganta, había estado pensando en eso desde que había visitado a su hermano en el hospital, el Han Seo de antes de conocer a Vincenzo nunca se habría atrevido a alzar la voz pero el Han Seo de ahora…Vincenzo le sonrió desde su lugar y Han Seo finalmente encontró su voz.
—...se que no habría seguido callado, finalmente encontré el valor para enfrentar a mi hermano y sobre todo para enfrentar mi propio castigo.
Choi Myung Hee lo miró con desprecio pero en solo unos segundos su expresión se volvió neutral y luego se dio media vuelta para volver a su lugar, revisó uno de los papeles del escritorio y sonrió como si se hubiera sacado la lotería.
—Jang Han Seo, díganos ¿Es usted un beta, cierto?
—...yo…
—¿Por qué un Beta tendría varías recetas de supresores para Alfas? Díganos ¿Es usted un Beta, sí o no?
Hong Cha Young se levantó de su lugar. —¡Objeción, eso no es relevante!
—Denegada, conteste la pregunta Señor Han Seo, ¿Es usted un Beta, sí o no?
Han Seo negó con la cabeza. —No su señoría, soy un Alfa.
La multitud comenzó a cuchichear y Choi Myung Hee sonrió con suficiencia.
—Los Alfas como todos saben son conocidos por su temperamento explosivo, el señor Jang Han Seo ha estado mintiendo sobre su verdadera casta ¿Y quiere que creamos que fue su hermano un simple Beta lo ha forzado a cometer crímenes en nombre de Babel? ¿Que un Beta fue la mente desalmada detrás de los crímenes de Babel?
—¡Su señoría, es una mentira que los Alfas sean todos violentos! —Cha Young protestó inmediatamente, señalando a la abogada Choi. —Ya existen investigaciones que prueban que no es verdad que los Alfas sean inestables y no puedan ocupar cargos de poder, así como no todos los Omegas son indefensos ni los Betas son inútiles.
La sala estalló en gritos dándole la razón a la abogada Hong, algunos gritaron a favor de Choi.
El juez levantó la voz. —¡Orden! ¡Orden en la sala! Se admite el testimonio del señor Jang Han Seo. —el hombre sacó un pañuelo y se limpió el sudor. —Tomando en cuenta las nuevas revelaciones el tribunal está en receso. Volveremos a las 2:30 P.M. para continuar con los siguientes testigos y escuchar el veredicto final del jurado.
.
Han Seo tomó el agua que Vincenzo le había comprado de la máquina expendedora, el nudo del estómago le hizo sentir náuseas pero también aceptó la Magdalena que Hong Cha Young le ofreció.
—Tranquilo, el que seas un Alfa no debería afectar la decisión del jurado.
—La abogada Choi parece pensar que sí. —le señaló Han Seo a la Omega haciendo un gesto a su propia cara imitando la sonrisa burlona de Choi Myung Hee. —La sonrisa que tenía en su cara lo dejó muy en claro.
—Tenemos pruebas de que tu hermano te forzó a ocultar tu casta, es otro crimen más del que acusar a Han Seok. —respondió Vincenzo acariciando el cabello de Han Seo para darle ánimos.
Cha Young asintió con seguridad. —Tu no te preocupes por nada, tenemos todo cubierto.
Han Seo les sonrió a ambos abogados agradeciéndoles por tratar de hacerlo sentir más tranquilo.
El señor Nam corrió hacia ellos con su café instantáneo casi derramándose en el suelo cuando sus pies se enredaron. —¡El juicio está por continuar! ¡Rápido!
Han Seo no le presta mucha atención a lo que sucede en el juicio y sinceramente no entiende mucho de lo que pasa, hay varios testigos más, algunos son los matones que Babel había enviado a Geumga para intimidar a los Inquilinos (y que ahora también viven en la plaza), el abogado Han también testifica y les cuenta a todos cómo era Jang Han Seok y el temperamento que tenía, además de confirmar que fue testigo de cómo lastimó a Han Seo y asesinó a miembros de la junta directiva de Babel por considerarlos 'Inservibles'.
Luego están los tipos atención que trabajaron para Choi Myung Hee y hacían sus trabajos sucios, lo que lleva a qué ella obtendrá su propio juicio la siguiente semana, pero cuando Vincenzo toma la mano de Han Seo y le susurra que ya van a dar el veredicto final para Han Seok, Han Seo presta toda la que puede.
—Tras revisar las pruebas, el historial médico certificado, y los argumentos de ambas partes, este tribunal llegó a la conclusión de que el acusado, Jang Han Seok, es declarado culpable de múltiples cargos de homicidio premeditado, tortura, abuso físico y psicológico, corrupción a gran escala, conspiración criminal, distribución de sustancias médicas letales, secuestro y obstrucción de la justicia, es así que este tribunal ha decidido sentenciarlo a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante un mínimo de 30 años. Los bienes adquiridos mediante actividades ilegales serán confiscados por el Estado, y su nombre quedará registrado como símbolo de corrupción corporativa y crimen organizado.
Han Seo, Vincenzo y Cha Young sonrieron al escuchar el veredicto.
—Sin embargo, debido a la condición actual del acusado se ordenará vigilancia permanente en el hospital y se ordenará su detención inmediata tras su recuperación.
Han Seo saltó directo a los brazos abiertos de Vincenzo Cassano y se permitió celebrar que finalmente su hermano iba a recibir su castigo.
Ahora, le tocaba recibir a Han Seo el suyo.
Es así que tan pronto como pudo ser entregado a la policía y siendo representado por Hong Cha Young en su juicio, Han Seo fue condenado a 1 año de prisión condicional (con libertad supervisada), 200 horas de servicio comunitario y una asistencia obligatoria a un programa de terapia psicológica.
Y aunque se sintió un poco triste al haber sido desplazado del Grupo Babel una vez que su verdadera casta fue revelada al público, Han Seo no pudo evitar sentir un peso menos sobre sus hombros.
Notes:
Okey, entonces decidí modificar este capítulo para darle más protagonismo al juicio decisivo, estuve investigando las leyes de Corea (otra vez) y me basé en lo poco que he visto de juicios en programas de televisión/Kdramas.
No hay mucha terminología legal porque es obvio que no soy una experta.
Aún así espero que disfruten este capítulo. Me siento mucho más contenta con el desarrollo de ésta versión que con el de la primera.
Chapter 14: La oficina de la actividad física
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Con Han Seok atrapado en la cama de un hospital y con Choi Myung Hee en juicios por sus propios crímenes la vida de Han Seo fue más pacífica.
Y acaparada por Vincenzo Cassano.
No es que Han Seo estuviera quejándose en realidad era todo lo contrario, amaba tener al italiano en su penthouse haciéndole compañía y amaba mucho más tenerlo en su cama abrazándolo y haciendo otras cosas.
Pero Han Seo todavía no estaba seguro de que era para Vincenzo, no habían hablado de ello todavía y Han Seo no sabía cómo traer el tema a flote sin ponerse nervioso de tan solo pensar que Vincenzo podría irse.
Están esas posibilidades de que Vincenzo podría decirle que su relación es algo simplemente casual o podría decirle que va en serio y que quiere ser su compañero.
También está la otra opción donde Vincenzo le dice que jamás podría pensar en él como su compañero e irse de Corea para siempre.
Todo eso lo asusta terriblemente.
En Babel todavía tiene cosas que hacer ahora que es el verdadero presidente, con todo lo que pasó Han Seo también terminó contratando a Jipuragi cómo su bufete dejando a Wusang fuera.
Hong Cha Young se había mostrado desconfiada al principio pero el señor Nam se encargó de convencerla sobre que Han Seo de verdad quería hacer las cosas bien.
Le tomó cerca de 3 meses a la abogada poder bajar sus defensas con Han Seo y le tomó menos de mes y medio encariñarse con el presidente de Babel.
Con Jipuragi trabajando para Babel significaba que Han Seo veía a Vincenzo pasar por su oficina con mucha frecuencia, a veces siendo citas para comer, otras veces con cosas relacionadas al trabajo y muchas otras para hacer actividad física en la oficina de Han Seo.
Para estás alturas no había rincón en la oficina de Han Seo que él y Vincenzo no hayan utilizado para sus sesiones de sexo.
Está vez estaban en el escritorio.
Los papeles que habían estado leyendo terminaron en el suelo al igual que cualquier otra cosa que estorbara, Han Seo necesitaría pedirle a su secretaria que comprara una nueva computadora.
Han Seo todavía no sabía cómo era que las manos de Vincenzo fuesen tan hábiles para encontrar esos lugares que lo hacían sentir tan bien.
Dejando que sus propias manos vagaran por el pecho del italiano Han Seo se deleitó con los pectorales de Vincenzo, tan firmes y grandes, Han Seo quería probarlos.
Así que lo hizo.
Puso su boca en uno de ellos y lamió con lentitud deleitándose con la sensación de esa piel semi bronceada sobre su lengua.
Vincenzo llevó su mano hasta el cabello de Han Seo y lo invitó a seguir con lo que estaba haciendo. Han Seo obedeció y chupó el pezón del Alfa jugando un poco con su lengua.
— Oh piccola, non hai idea di come mi fai sentire.
Bien, eso fue tan caliente admitió Han Seo admirando el rostro sonrojado que Vincenzo le ofreció, animado Han Seo se volvió al otro pezón e hizo casi lo mismo que había hecho antes solo que está vez lo mordió con suavidad.
Vincenzo arqueó su espalda acercando más su pecho a la boca de Han Seo gimiendo su nombre en un susurro suplicante.
Han Seo dejó que su mano bajara hasta el pantalón todavía abrochado de Vincenzo y le quitó el cinturón con desesperación.
Vincenzo sonrió ayudándole a quitarle los pantalones, después de todo era justo ya que Han Seo era el único de los dos que ya estaba casi desnudo pues solamente estaba usando su camisa completamente abierta para que Vincenzo se deleitará con ese pecho lechoso y tonificado.
Con el miembro del Alfa Italiano ya completamente libre Han Seo jadeó en la punta antes de engullirlo por completo hasta el fondo de su garganta.
Las feromonas de Vincenzo se liberaron, eran tan fuertes que Han Seo se sentía intoxicado, se sentía tan caliente y necesitado, necesitaba tenerlo todo, lo quería tanto.
Vincenzo comprendiendo el mensaje tomó a Han Seo del cabello empujándolo lejos, lo suficiente como para poder embestir la boca del Alfa joven hasta la garganta una y otra vez con fuerza y rapidez.
Vincenzo se sentía con la cordura colgando de un hilo, la boca de Han Seo era tan perfecta, estirándose lo suficiente como para permitirle entrar pero lo suficientemente apretada como para envolverlo deliciosamente sin lastimarlo con los colmillos.
Solo unos segundos después Vincenzo se corrió a borbotones sobre el rostro de Han Seo manchandolo con su semen, impregnando cada parte del Alfa más joven con su aroma.
—Déjame encargarme de ti Han Seo. —Le dijo acariciando con suavidad sus muslos.
—No es necesario. —Respondió el joven con las mejillas enrojecidas y los labios entreabiertos pintados de un hermoso rojo brillante por el abuso anterior.
Fue allí donde Vincenzo se dio cuenta de que Han Seo ya se había corrido también, Han Seo se había corrido solo porque Vincenzo le había follado la boca.
Vincenzo se preguntó sí era posible encontrar aún más sexy y encantador a Han Seo, la respuesta fue que sí, porque Han Seo era perfecto para él, perfecto para ser su compañero.
Solo quedaba preguntarle a Han Seo sí estaba de acuerdo en unirse a él como tal.
Notes:
Traducción:
oh bebé, no tienes idea de lo que me haces sentir.
Chapter 15: La unión
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Vincenzo sonrió tomando el rostro de Han Seo entre sus manos durante unos segundos, los rastros de semen en su cara lo hicieron una vista maravillosa.
Y su olor impregnado en el otro Alfa era deliciosamente fuerte.
Vincenzo lo dirigió con suavidad sobre el escritorio nuevamente. —Han Seo, tengo algo que preguntarte. —El italiano sonrió cuando Han Seo inclinó su cabeza de una manera que le hizo verse tan adorable.
—¿Qué es?
—¿Me darías el honor de ser tu compañero?
Han Seo parpadeó con incredulidad, ¿Vincenzo acababa de preguntarle sí lo dejaría ser su compañero? ¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Era un sueño?
Le dieron ganas de llorar porque darse cuenta que toda la inseguridad y el miedo que sintió sobre Vincenzo abandonandolo en un futuro no era más que una simple y absurda jugarreta de su cerebro.
Porque Vincenzo estaba aquí frente a él preguntándole sí podían unirse como era debido.
Cuando Han Seo asintió abrazándolo con fuerza Vincenzo le acaricio la espalda mientras dejaba que las lágrimas del Alfa le empaparan el pecho.
Lastimosamente un mensaje interrumpió su momento.
—¿Qué pasa?
Han Seo se separó del Alfa al sentir el leve aroma de arrepentimiento pensando en que tal vez había hecho algo que no le gusto, que tal vez Vincenzo no quería que Han Seo se uniera a él.
—Han Seok ha despertado. —Informó dándole a Han Seo una mirada que no pudo descifrar. —Lo siento.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Sigo sintiendo que debí haberlo matado, dijiste que querías que Han Seok pagará por sus crímenes en vida pero todavía me arrepiento de no haberlo matado mientras estaba en el hospital.
Han Seo acarició con suavidad la mejilla del Alfa.
—Y yo agradezco que hayas respetado mi decisión… hyung .
El corazón de Vincenzo se aceleró al escuchar la dulce voz de Han Seo llamarlo 'Hyung', solo el Alfa joven podría afectarlo de esa manera con una sola palabra.
—Soy tan afortunado de tenerte Han Seo.
Han Seo se rió suavemente con vergüenza. —Y yo soy afortunado de tenerte también hyung.
.
El señor Nam se concentró en limpiar mientras Vincenzo le enseñaba a la señora Hong el regalo de unión que había preparado para Han Seo.
—¿Está bien? No estoy familiarizado con estas cosas, en Italia las uniones son diferentes.
—¿Cómo son?
—Hacemos un nido y nos recostamos en él durante toda la noche...—Cha Young soltó un 'Eso es lindo' y Vincenzo agregó: —mientras estamos completamente desnudos.
El señor Nam se tropezó con la maceta al escucharlo.
—Ayuda a mezclar nuestras feromonas y formalizar nuestra unión ante la sociedad. Luego dejamos nuestra marca para que el vínculo que ya formamos se vuelva aún más fuerte.
—Los extranjeros son tan raros con sus costumbres. —Dijo la Omega. —¿Me presentarás a uno?
—No podría castigarlos así.
—Bastardo, todavía que te ayude contándote sobre las uniones en Corea.
—Técnicamente no te pedí ayuda, solo te pregunté porque quería comprobar si era verdad lo que leí en internet.
—Y eso es técnicamente pedir ayuda. —Cha Young arrugó la nariz. —Pobre de Han Seo que va a unirse a este Alfa tan ególatra.
—A él le gusta mi ego —Respondió el Alfa con seguridad. — ,a muchos les gusta de hecho. Es parte de mi encanto.
—Es verdad. —Afirmó el señor Nam encogiéndose en su lugar cuando Cha Young le dió una mirada asesina. —Pero es verdad. —Murmuró.
—Bueno, espero que tú encanto no haga que tú regalo parezca tan soso.
—¿Qué?
Vincenzo miró el regalo con una mueca, ¿Soso? ¡Han Seo nunca pensaría así de su regalo! O no lo diría al menos.
Cha Young volvió a darle una mirada al regalo arrugando la nariz al ver lo bonito que era. —Bueno, no es soso, es lindo en realidad. Solo quería hacerte enojar.
Vincenzo la ignoró pensando en opciones nuevas.
—¿Debería comprarle otra cosa? ¿Un edificio? ¿Un yate?
Cha Young bufó con burla ante las ideas extremas del italiano. —Ya te dije que está bien, la sorpresa es linda.
—¿Y sí no le gusta?
Cha Young se permitió rodar los ojos con fastidio, lidiar con el Alfa estaba siendo una ridiculez. Ya no era divertido.
—Incluso sí le regalarás basura Han Seo te miraría como sí le estuvieras regalando la Luna y las estrellas y todo solo porque se la diste tú. Tranquilízate un poco.
La Omega lo empujó fuera de Jipuragi harta de su muy leve olor a inseguridad.
—Ahora vete y entrégale ese regalo de unión.
.
Han Seo se sobresaltó con el ruido de la puerta, había estado tan inmerso en los papeles que estaba leyendo que el ruido lo hizo levantarse con el corazón en la mano.
La puerta se abrió con lentitud dejándole ver una mano.
Hasta ahora había pensado que todos se habían ido a casa ¿Alguien se había quedado a trabajar también?
—¿Me extrañaste? —Vincenzo abrió la puerta completamente mostrando una sonrisa. Han Seo se apresuró hasta el Alfa para envolverlo en un abrazo. —Parece que sí. —Comentó el Italiano balanceando con felicidad a su futuro compañero.
—¿Pensé que te vería en el restaurante? —Dijo Han Seo separándose un poco para poder mirar a su Alfa.
—No podía esperar más para verte.
—Oh, me hubieras avisado. Así podría haberme apurado para terminar antes y arreglarme más.
De hecho después de trabajar Han Seo había planeado ir a casa a cambiarse por ropa más apropiada, ropa más elegante que su ropa de trabajo.
—Eres perfecto tal y como estás, cualquier cosa que te pongas te hará ver hermoso. —Contestó el Alfa acercándose para poder inhalar el cuello de Han Seo. —Y he de decir que te ves aún más perfecto sin ropa.
Han Seo se apartó con las orejas rojas. —Bueno, puedes verme sin ropa está noche en casa.
—Cuento con eso. —Vincenzo sonrió dulcemente. —¿Nos vamos?
—Sí hyung.
.
La cena en el restaurante fue muy linda y divertida, Han Seo había pedido una pizza al estilo coreano y vino de arroz aunque al principio no parecía muy convencido ya que no era una comida muy romántica.
Vincenzo lo tranquilizó diciéndole que cualquier comida a su lado sería romántica, que incluso el ramen preparado en una tienda de conveniencia sería romántico sí lo comiera con Han Seo.
Bebieron sin emborracharse y pidieron un taxi al penthouse de Han Seo quien antes de dejarlo pasar le cubrió la nariz con uno de sus pañuelos (que olía deliciosamente a Han Seo) y le tapo los ojos con sus manos.
—Investigue mucho sobre las uniones en Italia y le pedí ayuda al señor Nam para poder conseguir la llave de tu apartamento sin que lo supieras. —Contó mientras lo guiaba por el pasillo hasta su habitación.
—¿Entonces aquí es adonde ha llegado mi ropa sucia?
—En parte sí, puedo decir que Hyung tiene un pequeño problema con su ropa interior.
—En parte es un poco tu culpa, ¿No hemos tenido muchas reuniones rápidas últimamente?
Han Seo se rió al recordarlas.
Naturalmente siempre que podían estaban el uno sobre el otro devorándose a besos y caricias en todos lados. La cocina, la ducha, la cama, la sala, en Jipuragi cuando la señora Hong y el señor Nam se iban por la comida, en el armario de limpieza de Geumga Plaza, en el de Babel, en su oficina, en el auto y muchos más que Han Seo no iba a nombrar.
Por obvias razones siempre trataron de mantener la ropa puesta por sí tuvieran que apresurarse para cubrirse.
Y la ropa interior siempre terminaba hecha un lío de semen y baba debido a los juegos previos.
—Soy culpable de los cargos señor abogado, ¿Cree usted que podría defenderme?
—Tengo un precio bastante alto pero al ser tú te lo dejaré barato. —Contestó el Alfa colocando sus manos sobre las de Han Seo que todavía le cubrían los ojos. —Déjame ver lo que preparaste. —Pidió.
Han Seo respondió con un 'Lo que usted diga apuesto Alfa' antes de dejarlo ver el nido que había preparado para su unión.
En el centro de la habitación estaban montones de ropa tanto de Han Seo cómo de Vincenzo entrelazadas unas con otras así como varias mantas y almohadas que también eran de Vincenzo.
Y encima de estás estaba una pequeña cajita de terciopelo azul marino que Han Seo tomó con cuidado para abrirla frente a Vincenzo y mostrarle un encendedor Zippo de oro en su interior.
—En Corea damos un regalo, no importa que sea siempre y cuando se dé el mismo día de la ceremonia de unión —Explicó acercándose a Vincenzo para retirarle el pañuelo de la nariz y entregarle su regalo. —,en sí es similar a la ceremonia de los betas con la diferencia de la mordida de unión y la falta de la notoria ceremonia con un sacerdote.
Vincenzo recibió el encendedor con una sonrisa, el grabado en el exterior eran las firmas de Vincenzo y Han Seo dentro de un corazón.
—Se que no fumas pero siempre tienes un encendedor contigo y vi que tienes una colección así que pensé que sería algo bueno para regalarte.
Vincenzo se acercó para poder darle un beso en la frente. —Es perfecto Han Seo, te amo. —Buscando en su saco Vincenzo sonrió. —Yo también tengo algo para ti.
Han Seo tomó la pequeña cajita de regalo encontrando un par de anillos de oro con sus iniciales grabadas.
Con cuidado Vincenzo tomó la mano libre de Han Seo para poder colocarle el anillo con las iniciales 'V.C'. Han Seo sonrió tomando el otro anillo para poder ponérselo a Vincenzo.
Se desvistieron el uno al otro tomándose el tiempo de admirar y adorar cada centímetro de sus cuerpos, repartieron besos y caricias mientras se recostaban en el nido impregnado con el aroma de ambos.
Sus feromonas se liberaron conforme sus besos se volvían más intensos.
Vincenzo acarició los muslos de Han Seo trazando con delicadeza las cicatrices que Han Seok había dejado en la piel de Han Seo.
Se apartó del beso para poder depositar pequeños besos en cada cicatriz que adornaba la piel de Han Seo.
Cuando terminó Vincenzo volvió a besar los labios de Han Seo con suavidad.
—Marcame tu primero Han Seo.
Sintiéndose honrado el Alfa más joven se acercó al cuello de Vincenzo y perforó con cuidado la piel con sus colmillos lamiendo la poca sangre que logró sacarle.
Vincenzo hizo lo mismo y luego ambos sintieron un cosquilleo que les recorrió todo el cuerpo, se sintieron más fuertes, más felices, se sintieron completos.
La unión se había completado y sus olores se mezclaron formando uno solo.
Ahora estaban oficialmente enlazados y nadie podría separarlos.
Notes:
¡FINALMENTE Se volvieron compañeros!
Estuve pensando mucho como serían las ceremonias de unión y me decidí por hacerlas diferentes para cada lugar.
Entonces lo único en común es que tienen que darse la mordida en la nuca.
( ꈍᴗꈍ) Me gustó bastante este cap ya que es uno de los más largos en este fic jsjsjsj nos vemos en otro capítulo (。•̀ᴗ-)✧
Chapter 16: De pesadillas, aceites de coco y Bizcochos.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Vincenzo entró a la habitación del Psiquiátrico observando a Jang Han Seok quien estaba esposado tanto de manos como de piernas.
Han Seok le dió una mirada de odio que hizo a Vincenzo sonreír solo por la satisfacción de hacerlo enojar.
—Se supone que no me dejan tener visitas. —Dijo con evidente desinterés. —¿Sobornaste a los guardias?
Y aunque Han Seok parecía creer que su voz no sonaba cansada, Vincenzo sabía de sobra que las enfermeras ya le habían dado algo de sedantes para mantenerlo lo más inofensivo posible.
Vincenzo se sentó en la silla frente a la ventana, Han Seok resopló.
—¿Qué? ¿Crees que han ganado? —El Jang mayor arrugó la nariz con una mueca. —Cuando logre salir de aquí iré por ustedes. En especial por el inútil traidor de mi hermano.
—Inténtalo —Incitó el Alfa. —, a ver qué pasa.
Han Seok se burló recostandose cómodamente, su atención se dirigió al reloj que el italiano llevaba en la muñeca.
Era el reloj que él le había regalado a Han Seo.
—¿Qué pasa? —Vincenzo miró su propia muñeca sonriendo al notar que Han Seok reconoció el reloj. —Ah, parece que te interesa saber porque lo tengo.
Han Seok soltó un resoplido pero no lo negó.
—Han Seo iba a tirarlo. —Vincenzo sonrió al notar que Han Seok apretaba la mandíbula tratando de ocultar su enojo. —Le sugerí que me lo diera. Puedes ser una escoria pero sabes elegir buenos relojes.
—Recuperaré ese reloj cuando te mate. —Amenazó.
Vincenzo se inclinó y usando su voz de Alfa incitó al beta nuevamente.
—Inténtalo, si es que sales con vida de aquí.
—¿Qué?
—Ya sabes, hay toda clase de gente en el mundo pero la mayoría haría lo que fuera por dinero. —Vincenzo hizo un gesto hacia la puerta donde los guardias deberían estar. —¿Cómo crees que me dejaron entrar? Ni siquiera revisaron sí traía armas conmigo, podría matarte justo ahora y nadie diría nada.
Y por un leve momento el miedo se reflejó en los ojos de Han Seok.
—Pero no te mataré hoy, no sería divertido que supieras cuándo lo haré. —Vincenzo se levantó de la silla sacudiendo la suciedad invisible de su traje. —Hasta pronto, Jang Han Seok.
Han Seok gritó amenazando con vengarse, Vincenzo se despidió con un movimiento de su mano y salió de la habitación dándole una sonrisa de superioridad que hizo enfurecer a Han Seok aún más.
.
Han Seo se recostó en la cama con el corazón acelerado, había tenido una horrible pesadilla sobre Vincenzo, Han Seok y la señora Hong.
Y sobre su propia muerte.
Se sintió tan real que lo asustó.
La sangre en su pecho se sentía tibia y sorprendente, no dolía, era un dolor sordo, sabía que debía dolerle pero no podía sentirlo realmente.
Se había interpuesto entre el arma y protegió a Vincenzo, podía sentir el miedo y la impotencia pero no eran suyos, eran de Vincenzo.
Con su ceremonia de unión completada podían sentir lo que el otro sentía si era una emoción o un pensamiento fuerte.
Vincenzo tenía miedo de no poder proteger a Cha Young y sentía impotencia por no poder moverse para ayudarlo, Han Seo sabía que Vincenzo por segunda vez en su vida estaba paralizado por el miedo.
Han Seo recordó que Vincenzo le contó sobre sus padres. La vez que se quedó paralizado mientras eran asesinados mientras estaba escondido en el armario de la habitación.
Vincenzo salió del baño sonriéndole mientras se secaba el cabello, una toalla envuelta alrededor de su cintura dejando su torso descubierto.
—¿Tuviste una pesadilla?
Han Seo asintió encogiéndose en su lugar, abrazando sus rodillas.
Vincenzo se sentó junto a él en la cama liberando un poco de sus feromonas para hacerlo sentir mejor. Hacerlo sentir a salvo.
Han Seo se relajo recargando su cabeza en el hombro de su Alfa antes de tomarle la mano para sentirlo más cerca.
Estuvieron en silencio durante un rato hasta que Vincenzo consideró que era prudente preguntar lo que lo había asustado tanto.
—Estabas asustado.
Vincenzo parpadeó confundido. —¿Yo?
Han Seo asintió con una sonrisa tensa.
—Tanto que estabas paralizado, iban a dispararte y luego yo salté frente al arma y la apunte a mi.
Vincenzo se giró para mirarlo. Una expresión ilegible en su rostro.
—Me atravesó una bala y luego…
—No quiero escuchar más. —Interrumpió el Italiano. Tan solo imaginarlo...Han Seo muriendo en sus brazos fue una imagen tan horrible que Vincenzo no quería volver a pensar en ella. Nunca.
Han Seo afirmó su agarre y le dió una mirada de reojo al Alfa.
Entonces empujó a Vincenzo fuera de la cama y salió corriendo fuera de la habitación.
—¡Vístete ya!
Le gritó desde la cocina. Vincenzo sonrió y salió detrás de su Alfa todavía vestido únicamente con la toalla blanca en su cintura.
Han Seo se sonrojó cuando las manos de Vincenzo se envolvieron alrededor de su cintura y lo acercó a su cuerpo.
La temperatura se elevó a temperaturas tan altas que Han Seo sintió que podría quemarse en ese instante.
Una de las manos de Vincenzo (sí era honesto Han Seo no tenían idea de qué mano era) se aventuró dentro de sus pantalones de pijama y se metió entre sus boxers.
Han Seo soltó un jadeo y se arqueó hacia adelante disfrutando de la sensación de la mano callosa del Alfa detrás de él acariciando deliciosamente su pene duro.
—Vamos a la cama.
Han Seo podía jurar que sintió a Vincenzo sonreír con maldad antes de responder: —Ensuciemos la cocina un poco.
Entonces Vincenzo le bajó los pantalones y lo inclinó más sobre el lavabo.
El olor a Coco le hizo saber que Vincenzo había alcanzado el aceite de Coco que habían comprado la noche anterior cuando fueron de compras al centro comercial.
Sí lo hubiese sabido habría comprado más.
Ahora no tendría suficiente para poder preparar apropiadamente el bizcocho de almendras que tenía en mente cuando compró el aceite.
Entonces los dedos de Vincenzo se enterraron profundamente en él y cualquier preocupación sobre postres se fue lejos.
Al final terminaron comprando un bizcocho en una cafetería como desayuno.
Notes:
Finalmente traje un nuevo capítulo.
Es un poco de trama (y relleno (*guiño, guiño*)) para lo que se viene más adelante.Para quienes han visto el booktrailer (que está en Youtube: https://youtu.be/OlmE6M51iJw ) las cosas seguirán como en el ep 19 pero definitivamente no tendrá el mismo final que el drama.
Entonces no tienes que preocuparte mucho sobre si es un final feliz o no. Te aseguro que es uno feliz.
Para cosas más tristes tengo mis otros fics VinSeo 🤭
Chapter 17: La verdadera Hermandad no requiere lazos de sangre
Summary:
Cha Young y Han Seo teniendo un momento lindo como hermana y hermano.
Chapter Text
Cha Young arrugó la nariz ante los papeles que tenía en las manos, un reporte de la prisión para mujeres en la que estaba encerrada la bruja Choi, aparentemente Choi Myung Hee se había suicidado en la cárcel.
—Estoy segura de que no es un suicidio. —Dijo la abogada mirando de reojo a Vincenzo quién solo le sonrió. —¿Tuviste algo que ver con esto Cassano ?
—No negaré nada, después de todo ya estás sospechando de mí. —Contestó Vincenzo antes de darle un sorbo a su café. —Si digo que no ¿Me creería Señora Hong?
Cha Young hizo una mueca. —No, no te creería nada.
Vincenzo ocultó su sonrisa detrás de su taza de café y volvió su mirada a la televisión (una nueva que Vincenzo había financiado después de la que la mujer había roto la anterior) Las noticias estaban hablando sobre el Presidente de Babel Jang Han Seo y sus planes para dirigir Químicos Babel de manera correcta comenzando con la destrucción del proyecto RDU-90.
—Sé que no es un secreto que no tenía mucha fe en él, —Dijo Cha Young señalando la televisión con su bolígrafo y una sonrisa orgullosa. —Aún estoy sorprendida de lo bien que lo está haciendo.
—Han Seo es inteligente, era Han Seok quien lo frenaba. No podía demostrar ser demasiado listo si quería sobrevivir.
—Y aún así Han Seo fue tan listo fingiendo ser un idiota. —Cha Young sonrió. —Es un buen hombre, ¿Cómo es que lo atrapaste para ti? ¡Maldito!
—Bueno, creo que es obvio que mis encantos le ganarían a cualquiera.
—Mmh, ¿Y por qué te negaste a utilizar tus encantos con el hijo del banco Shinwa cuando lo sugerí?
Vincenzo le dió una mirada asesina a la mujer. —Simplemente tu solicitud era absurda.
Recordar esa absurda solicitud le dio malestar estomacal, para ese tiempo ya estaba cautivado por Han Seo y su alfa interior había protestado tan fuerte ante la idea de 'cortejar' a alguien que no fuera el bonito alfa de Babel por lo que naturalmente Vincenzo le hizo caso y se negó al plan de la loca omega.
A cambio, logró conseguir enviar a prisión a Hwang Min Seong y su madre con las pruebas que se encontraban en el archivo Guillotina y si como resultado la Señora Oh Kyung Ja fue liberada Vincenzo no se mostró nada afectado.
Incluso si ella era su madre todavía no la había perdonado por completo pero al menos ahora ella estaba libre descansando en el hospital y recibiendo su tratamiento (financiado por Vincenzo)
—Pues a mí me parecía una buena idea aunque bueno, ¿Qué podría esperar de ti sí ya estabas apegado a Han Seo?
Cha Young sonrió cuando la ceja del Italiano se movió como un tic, se puso de pie y le dió tres golpecitos en la espalda al Alfa.
—Como sea, me tengo que ir. Le prometí a Han Seo que iría con él a comprar ropa.
—¿No sería más bien que lo obligaste a ir contigo? —Evidenció Vincenzo.
—Me gusta más 'persuadir' pero sí, de todas maneras no puede decirme que no porque ahora soy como su hermana mayor.
—También lo obligaste a eso.
—¿Y qué importa? Yo lo veo muy feliz cuando me llama 'Noona'. —Cuando Vincenzo no lo negó Cha Young soltó un 'Hum' y se fue colgando su bolso encima de su hombro. —¡Te lo devolveré en la noche!
Vincenzo suspiró lamentando el destino de su esposo, con lo animada que estaba la omega no sería una sorpresa que Han Seo llegará a su apartamento en Geumga con pies adoloridos y con dolor de cabeza.
Pensando en eso Vincenzo decidió que le prepararía la tina y le daría un masaje cuando lo escuchara llegar a casa.
.
Han Seo ha estado caminando (siendo arrastrado) de un lado a otro durante al menos 3 horas, Hong Cha Young ha entrado a cada tienda para probarse ropa y zapatos para al final terminar con menos cosas de las que se ha probado.
Cuando cree que la omega finalmente va a decidir terminar sus compras ella se gira para mirarlo. —Necesitamos comprar algo para ti también, no es divertido probarme ropa yo sola.
—Pero…yo no necesito más ropa.
—Ni yo, pero nunca está de más tener suficiente ropa. —Dijo la abogada, su mirada se movió alrededor del centro comercial buscando una tienda a la que no hubiese entrado ya y luego lo tomó del brazo arrastrándolo a la tienda que había elegido. —Elige lo que te guste, yo te lo voy a pagar.
—Tengo dinero para pagarlo yo mismo.
Cha Young resopló y rodó los ojos. —Sé qué tienes dinero, pero ahora eres como mi hermano menor, es usual que las hermanas mayores le compren ropa a sus hermanos menores.
Han Seo sintió que su corazón se aceleró ante la emoción de experimentar una verdadera hermandad, aunque todavía se sentía un poco intranquilo e inseguro sobre cómo actuar, tenía miedo de hacer algo mal y que Cha Young le gritara y lo odiara.
—Probemos con algunas camisas, el celeste te iría muy bien.
Siguiendo su recomendación Han Seo se dispuso a elegir algunas camisetas celestes y uno que otro pantalón de mezclilla azul, la tarde se pasó con rapidez mientras se probaba la ropa y dejaba que Cha Young lo viera una vez que estaba listo, ella le dio varios cumplidos cada vez que le gustaba alguna combinación que Han Seo improvisaba, sintiéndose más relajado Han Seo dejó que ella también le eligiera algunas prendas.
Como una broma ella incluso había elegido ropa a juego de un estante con ropa para familias después de pagar ella le pidió que fuese a cambiarse la ropa por la que había comprado para ambos y una vez que ambos se pusieron la ropa combinada ella lo llevó hasta un estudio fotográfico que habían visto al entrar al centro comercial.
—No estoy seguro sobre esto. —Dijo Han Seo mientras la familia que estaba delante de ellos se preparaba para su propia foto, Han Seo hizo una mueca cuando el niño más alto empujó al que supuso Han Seo era su hermano menor fuera de la foto.
Cha Young tratando de hacerlo sentir mejor tomó su mano y le dio un suave apretón. —Me gustaría tener aunque sea una foto familiar contigo, se que no tuviste al hermano o la familia que merecías pero ahora que eres libre ¿No te gustaría tener una foto?
Han Seo suspiró y asintió, en realidad sería bonito tener una fotografía familiar que de verdad se sienta como una, además, siempre había querido un hermano (o una hermana) que lo quisiera y si Cha Young estaba de acuerdo con tratarlo como su verdadero hermano ¿Cómo podría Han Seo negarse?
Cha Young sonrió con alegría cuando Han Seo pidió que el fondo fuera algo divertido y se pusieron a ver el catálogo para elegir uno que les gustara, cuando llegó su turno le pidieron al fotógrafo cambiar el fondo de una de las fotografías por uno donde ambos estuvieran sobre un elefante, el hombre se rió ante la petición pero lo anotó en su libreta y les indicó cómo posar.
También tuvieron algunas fotos con un fondo más tradicional, sentados muy derechos el uno al lado del otro, luego en la última fotografía con una sonrisa feliz Han Seo pudo haber llorado un poco cuando Cha Young lo abrazó.
Han Seo tratando de aguantar sus propias lágrimas no notó que Cha Young también estaba luchando por no derramar las suyas.
Eran cerca de las 7 de la tarde cuando decidieron ir a comer algo, charlaron sobre muchas cosas triviales y sobre Vincenzo, ambos tenían unas sonrisas tan llenas de felicidad que todo lo demás a su alrededor se esfumó.
Lastimosamente eran ignorantes a la figura que los había estado siguiendo desde que habían salido de Geumga Plaza, estaba enojado de verlos tan felices mientras el había estado en coma y encerrado en ese maldito psiquiátrico, la capucha negra de su sudadera y el cubrebocas negro ocultaron su cabello y su rostro pero eso no cambiaría el hecho de que Jang Han Seok había escapado y ya estaba planeando su venganza.
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