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Español
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Published:
2022-01-02
Words:
12,481
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1/1
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233

¿Dónde está Akaashi Keiji?

Summary:

Una noche desapareció sin dejar rastro, su ultima llamada había sido a las 17:59, llegaría tarde a casa pues le toco cerrar la cafetería en donde trabajaba medio tiempo. Pasaron apenas 30 minutos después de las 10 y su novio partió por él pero solo encontró una gafas rotas.

Work Text:

Día 0

-Hoy quizás llegue tarde, Kou, me pidieron cerrar la tienda hoy.

-¡Ahh!¡Pero Ji! Es nuestra noche de películas...

-No te pongas así, volveré antes de las 10:30, ¿Si? Te amo y cuídate en el entrenamiento.

Akaashi le dió un beso a su novio y cerró la puerta, bajo por las largas y antiguas escaleras, solo hacía un deporte y ese era bajar y subir esas escaleras siete días a la semana. Se encaminó a la universidad, el sol brillaba como nunca y respiró hondo sintiendo como la suave brisa de primavera le inundaba la nariz, una mezcla de olores llegó a él, entre comidas, plantas y flores. Se subió sus gafas que se resbalaban por su nariz y llegó al gran establecimiento, tomó sus clases normalmente hasta las 14:00hrs y se fue a su trabajo, debía mantenerse a base de ese pequeño empleo que le proporcionaba comida, su matrícula y su vivienda que compartía con su pareja, el cual entrenaba en las ligas mayores de voleibol, ya era todo un profesional pero aún no les alcanzaba para todo lo que querían. Llevaban ahorrando un año para viajar por todo Japón y luego que Keiji terminara sus estudios se mudarían a Osaka, sede de las ligas mayores para seguir el sueño de Kotaro.

Ninguno de los dos tenía un apoyo familiar sustentable, Keiji tenía a Kotaro y Kotaro tenía a Keiji, y así las cosas estaban bien.

Ambos venían de ambientes muy conservadores, los padres de Kotaro son personas de grandes influencias, tenían todo en las palmas de sus manos pero tenían un lugar que no podían manejar ni manipular...su rebelde e incontrolable hijo menor, quien no quería seguir con el negocio familiar, él quería jugar voleibol. Fue el gran escándalo cuando lo encontraron teniendo relaciones con su novio en su cuarto, claro que ambos adolescentes solo habían sentido la adrenalina del momento y les dió igual, al llegar a la casa del menor solo siguieron lo que habían dejado en el otro hogar. Por parte de Keiji, sus padres querían que fuera un abogado, porque asi seguía su línea familiar, abogado tras abogado tras abogado, claro que de no muy buena reputación, los Akaashi eran conocidos por tener mucho dinero a través de estafas, fue el gran escándalo familiar cuando Keiji dijo que se quería dedicar a la literatura, que era muy bueno y sus profesores de preparatoria le habían recomendado buenas universidades, esa tarde los golpes le llovieron en cascada, ¿Literatura?¿Qué acaso era un marica?

Ambos adolescentes llegaron el uno al otro siendo las ovejas blancas de sus familias oscuras, una vez que se encontraron nunca más se separaron. Al terminar ambos la preparatoria, se largaron, dejaron todo atrás, se llevaron un par de cosas y se fueron al departamento más barato que pudieron encontrar, hicieron un hogar en ese viejo edificio de cinco plantas, no era el mejor pero el verdadero hogar estaba entre ambos, algo que sus familiares no aceptaban, ¿Qué diría el mundo de ellos? No era más que un romance tonto de jóvenes, pronto volverían a sus casas pidiendo a gritos y súplicas un poco de ayuda...pero han pasado ya cinco años. En esos cinco años ambas familias solo juntaban odio, odiaban que ninguno de los dos volviesen, odiaban que estuvieran juntos, odiaban su rebeldía, los odiaban. ¿Cómo se puede odiar un hijo? El narcisismo era mayor que el amor por un hijo, les daba igual que ambos tuvieran éxitos, ellos habían roto sus reglas y debían pagar por ello.

-Kou, hey, ¿Quieres que lleve algo? Quizás encuentre alguna tienda abierta.

-Uhh...podrías traer refrescos, ya llevo yo cosas para comer ya salí de entrenamiento, iré al centro con Kuroo y luego volveré a casa, llegaré antes que tú. -Le respondió su novio por teléfono.

-Esta bien, mándale saludos de mi parte.

-Te amo, Ji, nos vemos a la noche.

-También te amo, nos vemos.

Llamada terminada a las 17:59.

Akaashi siguió su día normal, recibiendo clientes y limpiando mesas, las propinas ese día habían sido buenas y de seguro podrían darse algún gusto esa semana, como comprarse ropa nueva o algunas cosas para su pequeño departamento, dejó a un lado lo que pondría en la gran botella de vidrio que tenían en un mueble con sus ahorros para el viaje. Ya eran las 21:26, apagó la luces, se puso sus zapatillas y cerró el lugar, su trabajo estaba apenas a 6 calles del departamento, ya se había ido a esa hora antes y se sabía de memoria el recorrido, era una calle vagamente iluminada y siempre estaba el mismo gato sobre un muro, Keiji le dejó un poco de comida como cada día y el gato le agradeció con una caricia.

Quedaban 5 calles aún cuando un sentimiento le invadió la espalda, no sentía pasos, ni ruido, apenas el ruido de una corriente eléctrica, el sentimiento le siguió una calle más y decidió mandarle un mensaje a Kotaro.

"¿Podrías acercarte a buscarme? Creo que me vienen siguiendo..."

Iba a presionar enviar pero no alcanzó, le taparon la boca y lanzó su teléfono a unos arbustos, no alcanzó a emitir un ruido cuando un fuerte golpe en la nuca lo hizo desmayarse, sus gafas negras cayeron al piso y fueron aplastadas por un zapato. Keiji no había logrado escuchar el auto que iba detrás de él, no pudo evitar nada...era el día 0.

22:15
"Jii, ¿Ya vienes?"
"Hey hey, ¿Tienes el teléfono en silencio?"

22:26
"Keiji, ¿Pasó algo?"
"Voy por ti"

Kotaro tomó sus llaves y teléfono, cerró la puerta del viejo departamento y bajó las escaleras rápidamente, conocía muy bien el camino al trabajo de su novio, seis calles, vacías, silenciosas y oscuras, caminó cuatro calles y no había rastros de su novio.

-¡Ji!

Su grito se hizo eco, caminó una calle más y decidió marcar el teléfono, el ruido del tan conocido tono de llamada lo alertó, se movió entre los arbustos y tomó el teléfono de carcasa azul, tenía la pantalla rota, en el inicio tenía la llamada perdida y el fondo de pantalla que eran ambos en una cancha. Desbloqueó el teléfono y estaba en el chat con él, estaban los mensajes que le había enviado pero el que le heló la sangre fue el que no había sido enviado.

Miró a todos lados desesperado, buscando algún alma que lo ayudase, pero no había nadie. Miró a todos lados, la calle tenía unas llantas marcadas y en la acera unas gafas rotas, él las levantó y sintió como el alma se le iba del cuerpo, esas eran las gafas de Keiji.

-¡Ji! -Gritó desesperado- ¡Keiji!

Corrió hasta la cafetería donde trabajaba el menor, estaba cerrada, se pasó las manos por el pelo y solo logró marcar a emergencias.

-Hola, ¿Cuál es su emergencia?

-¡Mi novio desapareció!¡Por favor!¡Ayúdeme!

-Cálmese, por favor, ¿Cuando fue la última vez que lo vio?

-Hoy por la mañana, él, ahm, fue a la universidad y luego a trabajar, por favor, no se donde está, encontré su teléfono en unos arbustos, se lo suplico, mande a alguien, por favor.

-Tiene que calmarse, probablemente lo asaltaron y se asustó...no puede asegurar que ha desaparecido.

-¡Él dijo que lo estaban siguiendo!¡Por favor!¿¡Que le cuesta enviar a alguien?!

-Reitero, cálmese señor, se puede constatar de presunta desgracia solo 48 horas después, por el momento no le puedo mandar a nadie, espere a que llegue y luego va a poner la denuncia.

-¡Ugh!¡Malditos inútiles!

Colgó con rabia y llamó a su mejor amigo, él tenía voluntad y lo ayudaría, sonó tres veces antes que contestara.

-Bo, ¿Qué pasa?

-Tienes que ayudarme, Akaashi desapareció.

-¿Cómo?

-Kuroo, Akaashi desapareció, botó su teléfono, sus gafas estaban en la calle rotas, la policía no me quiere ayudar y estoy desesperado, me dijo que volvería antes de las 22:30 -Sollozó- ¡Por favor!¡Ayúdame!

-¡Tranquilo!¡Iré a tu casa!

Colgó el teléfono y corrió a casa, las lágrimas no le tardaron en salir, ¿Dónde estaba, Keiji? Si le dijo que volvería para que vieran películas como cada jueves, gritó por cada calle el nombre de su novio pero se vio respondido por el silencio de la noche. Al llegar al departamento volvió a desbloquear el teléfono de Keiji, entró a su Instagram y miró lo que había hecho, le había mandado memes a Sugawara, había hablado con Konoha y había subido una foto a su historia, hace apenas una hora.

"Al fin a casa"

Pero no había llegado a casa, no sabía que hacer, por donde empezar, estaba en blanco...tocaba el celular porque era lo más cercano que tenía a él, su corazón se estrujaba por cada segundo que pasaba, los golpes en la puerta lo sacaron de su trance, se levantó rápidamente pensando que sería Keiji pero eran Kuroo y Kenma, ambos amigos de la pareja.

-¿Que pasó? -Preguntó Kuroo asustado.

-Akaashi no está, me dijo que volvería antes de las 22:30 y no llegó, salí a buscarlo y yo...¡Debí ir por él!¡Es tarde!¡Ya no se donde está!

-¿Y su teléfono? -Preguntó Kenma y Kotaro se lo tendió- ¿Que...?

-¡Vamos a buscarlo! No debe estar lejos.

Kotaro tomó sus cosas y se subieron al auto, cruzaron la zona más cercana gritando el nombre de Keiji pero no pasaba nada, recorrieron todo Tokio hasta las 7am cuando ya casi no tenían voz de tanto gritar, Kuroo propuso volver pero Kotaro quería buscar, debía buscar, era todo lo que tenía y no podía dejar las cosas así.

-Bo, debemos descansar, llevamos horas buscando en todo Tokio.

-¡No!¡Mientras descansamos quizás que le estén haciendo!

-Bokuto, debemos aclarar ideas, ¿Y quien sabe si Akaashi no volvió a casa en toda la noche?

Ante el comentario de Kenma se subieron rápidamente al auto y fueron hasta el departamento de los búhos, no habían ni parado el auto cuando Kotaro ya se había bajado, subió rápidamente y con la respiración agitada, con las manos temblorosas abrió la puerta y se encontró con el silencio total.

-¿Ji?¿Estas en casa?

Entró al cuarto donde dormían y estaba vacío, revisó el baño y la cocina, ni un rastro de Keiji, el mayor miró el teléfono de su novio que dejó cargando, no tenía ni una sola notificación, de repente sonó y era un mensaje de la jefa de Keiji, preguntándole si podía cerrar de nuevo la tienda hoy, Kotaro tomó el teléfono y llamó a la jefa.

-¿Akaashi-kun?¿Pasó algo?¿No puedes venir hoy?

-Soy Bokuto Kotaro, la pareja de Akaashi...

-¡Ah!¿Le pasó algo a Akaashi-kun?

-Él no llegó anoche a casa...

-¿...Qué?¿C-Como que no llegó?¡Pero si se había ido a las 21:30!

-¿Tiene cámaras en la puerta de la cafetería?

-Si, claro...las revisaré ahora.

-Voy para allá.

Kotaro cortó, miró la puerta y estaban sus dos amigos, les dió la información y fueron hasta el trabajo de Keiji, una sencilla cafetería con pocos clientes, como era tan temprano aún no llegaban personas. Entraron al pequeño lugar que tenía una cámara por encima de la puerta y una que daba a la calle, justo en la dirección que usa Keiji para ir a casa, la mujer los recibió y los llevó hasta la parte de atrás, revisaron las cámaras y adelantaron hasta que las luces sé apagaron.

-¡Ahí está!

Kuroo señaló la cabellera de Keiji que cerraba la puerta, el joven miró a los dos lados y caminó en dirección a su hogar, pero no vieron nada sospechoso hasta que vieron un auto qué avanzó lentamente pero no se le veía la matrícula, de ahí no se veía nada más que la soledad de la calle.

-Bueno...al menos se ve que se fue en dirección a casa -Comentó la mujer- Dioses, ¿Quién desaparece así como así?

Nadie lo hacía.
Kotaro le pidió el cd y se fueron hasta la comisaría de Tokio, iba con paso imponente hasta el mesón donde había un joven en la computadora. El de pelo bicolor puso el cd, el teléfono y gafas de Keiji sobre el mesón fuertemente creando un eco y haciendo que todos saltaran.

-¿Disculpe?

-No voy a esperar 24 horas, mi novio lleva desaparecido desde anoche y no fue que se atrasó. ¡Quiero que me ayuden, carajo!

Hubo un silencio, otros policías que pasaban por ahí se le quedaron mirando, Kuroo le tocó la espalda a Kotaro para que se calmase pero nada en una situación así puede ser calmado fácilmente.

-¿Sucede algo? -Preguntó un policía.

-Por favor, se lo suplico, llevamos toda la noche buscando y no podemos hacer esto solos, mi novio desapareció anoche y no vuelve.

-Esta bien, ¿A qué hora desapareció?

-A las 21:30 salió del trabajo, este cd tiene la constancia de ello pero no deja ver qué pasa unas calles más adelante luego que un auto pasara, por favor...no me niegue esto, conozco a Keiji y no se iría así como así...

-Síganme.

Los tres siguieron al policía, era un hombre que se veía mayor y tenía una contextura física grande, llegaron al despacho con las cosas y el policía cerró la puerta.

-Soy Nakahara Isamu, haremos la denuncia por supuesta desgracia, ¿Como se llama el desaparecido, que llevaba puesto y como es?

-Akaashi Keiji, tiene 22 años, estudia en la universidad central de Tokio, tiene el cabello negro desordenado y medianamente largo, tiene los ojos azules, ayer llevaba...una camisa azul, encima tenía su sudadera roja -Piensa- Unos...pantalones negros y sus zapatillas blancas favoritas a las cuales les pintó un búho, dígame qué hará lo mejor que pueda para buscarlo...

-Haré todo lo que tenga a mi alcance para encontrarlo, ahora, necesito ver esa grabación y saber donde fue que desapareció.

Los tres guiaron a la patrulla que cerró la calle de la desaparición, preguntando tienda por tienda si es que tenían cámaras para ver si tenían algo hasta parar en el lugar donde Kotaro encontró el teléfono y las gafas, Nakahara se fijó en el lugar mientras otros forenses tomaban muestras, el policía miró hacia arriba y había una cámara, era de una tienda de antigüedades, entró al local junto con uno de sus compañeros y estaba el dueño muy enojado.

-¿¡Qué sucede?!¿¡Por qué cerraron el paso?!¡Pierdo clientes!

-Lo lamento mucho señor, soy el Jefe de estación Nakahara Isamu, anoche desapareció un chico y su último rastro está frente a su local, me fijé que tiene una cámara y quisiera mirarla si me lo permite.

Luego de pensarlo, el dueño les mostró la grabación, adelantaron hasta las 21:37 que es cuando aparece la silueta de Akaashi Keiji, quien se paró para escribir un mensaje pero al instante vieron que un auto se le paró al lado y dos siluetas se le pusieron por detrás, agarraron al joven haciendo que reaccionara tirando su teléfono y que se le cayeran las gafas, intentaba zafarse pero el otro le dió un golpe en la nuca haciendo que cayera noqueado al piso, lo tomaron y lo echaron en al maletero del auto para irse, en ningún momento se pudo ver la patente del auto.

-Avisa a la estación que no tenemos una desaparición...tenemos un secuestro.

Las alarmas se encendieron, confiscaron la grabación y se la llevaron a la estación, el policía llamó a Kotaro pero no le mostraría el video, sería demasiado.

-¿Encontró algo...?

-No desapareció, a tu pareja lo secuestraron, esto es peor de lo que creí...discúlpame, yo...había pensado por un momento que se había fugado.

-¿Secuestrado...?¡N-No!¡Ni Keiji ni yo nos llevamos mal con nadie!¡Somos buenas personas! -Tiritó Kotaro- Nosotros...somos buenos...

-Tranquilo, hijo, voy a encontrarlo, no pararé hasta encontrarlo.

Día 5
Las calles de Tokio estaban llenas de carteles con la cara de Keiji, en postes, en negocios, en las estaciones de trenes y en lugares públicos.

-La policía busca desesperadamente al estudiante de 22 años Akaashi Keiji, desapareció la noche del jueves a las 21:37 hora local, su último paradero fue en la calle de comercio 45, el joven salía de su trabajo cuando fue emboscado por dos hombres que lo golpearon y lo metieron a su auto. Recuerde dar aviso a la policía si es que ve al joven, su pareja y amigos lo buscan desesperadamente.

La cara de Akaashi se vió por todo el país, un país asustado por el repentino secuestro de un joven que solo se iba a su casa. Kotaro llevaba ya dos días sin dormir pues solo buscaba y buscaba sin parar, Kuroo y Hinata lo obligaron a ir a casa, pero ya no sentía que era un hogar...no sin Keiji.

Ya no podía dormir en su cuarto porque le recordaba a él, durmió en el sofá abrazando una de las camisetas de Keiji, la cual tenía su aroma impregnado y solo pensaba en lo mucho que lo extrañaba, ya no iba a entrenar solo buscaba día y noche sin parar, ya había pasado por tantas casas que ya sentía que conocía a medio Tokio. Tenía miedo, pero también tenía esperanza, temía que le hicieran algo malo, que lo lastimaran, eso jamás lo perdonaría.

Estaba solo en casa, miró su teléfono y estaba lleno de mensajes de apoyo, ignoro todo eso y comenzó a ver videos antiguos de Keiji y él, fotos que siempre le sacaba para mostrarle lo lindo que se veía cada día, la ultima foto era de ese fatídico día...Keiji le sonrió esa mañana y Kotaro le sacó la foto.

Quería a Keiji ahí...¡Lo necesitaba!¡Necesitaba saber si estaba bien! Pero nada de eso era posible, nadie llamaba para una negociación como había supuesto Nakahara, ¿Que podría darle él a un secuestrador?¡No tenían nada de valor! Lo más valioso que tenía Kotaro era Keiji...y se lo habían quitado, pensaba en él siempre todos los días, miraba el teléfono esperando que lo llamaran y le dijeran que lo habían encontrado, pero nada.

Día 20

-Hemos confirmado que las zapatillas encontradas cerca del mercado pertenecen a Akaashi Keiji, luego de unas pruebas de adn y confirmación de la pareja, se pudo llegar a esa conclusión. No puedo dar más detalles por el momento pero cada día estamos más cerca de encontrarlo -Dijo Nakahara y apuntó un periodista- ¿Qué pregunta tiene?

-¿Se ha descartado la idea de encontrarlo con vida?

-No, aún creo que Akaashi Keiji sigue con vida y mientras no hayan más pruebas, seguiré buscando a este chico vivo o vivo.

Kotaro miraba la televisión en ese momento, ayer encontraron las zapatillas de Keiji cerca del mercado de verduras de Tokio, tenían sangre y tierra, sangre que le pertenecía al dueño de las prendas. El mayor solo pensaba en hacerle daño a aquel que le hiciera daño al amor de su vida.

Las cosas no se resuelven con golpes, Kou.

Él lo sabia, eso le había dicho Keiji cuando lo defendió de unos chicos mayores que lo habían molestado. Keiji siempre había tenido un gran corazón y perdonaba lo imperdonable, pero en esta situación, ¿Existe el perdón? No, Kotaro haría pagar a cada uno de esos bastardos que tenían a Ji.

Miró la botella de ahorros y la tomó, sacó un martillo y rompió la botella de vidrio en mil pedazos, dejando que monedas y billetes se cayeran estrepitosamente al piso, junto todo el dinero y lo separó, sus amigos lo obligaron a ir a casa nuevamente pero cada minuto que estaba ahí lo estaba perdiendo en buscar a Keiji.

-Voy a buscarte, Keiji, volverás a casa con vida.

Tomó su bolsó con cosas y cerró el departamento con llave, bajó y se subió a su camioneta, el asiento de atrás estaba lleno de carteles con la gran palabra "Se busca", partió en dirección al sur, si Keiji no estaba en Tokio, debía estar en alguna otra ciudad. Su primera parada fue a ponerle gasolina al auto, puso el cartel en la tienda de la bencinera, siguió su camino hasta que una llamada interrumpió su cena a mitad de la carretera.

-¿Hola?

-¿Donde mierda estás?

-Mmm...creo que a 400km de Tokio.

-¿Que carajo?¡Vuelve ahora!¡Debes descansar, Bo!¡De nada nos sirve que estes por allá!

-Kuroo...Akaashi está en alguna parte y no es en Tokio, lo buscaré por todo el país.

-¿¡Estás loco?!¡Vuelve ahora!

-Te llamaré mañana.

Kotaro colgó y terminó de comer, paró de dejar carteles y conducir a eso de las 3am, se sentó en el capó del auto y miró la noche, tenía tantas estrellas...miró a su lado esperando encontrarse con los azules ojos de su novio pero esta vez fue la soledad que lo acompañó.

-Dónde sea que estes, Ji, voy a encontrarte con vida.

Despertó a las 6am con la salida del sol, recorrió un par de ciudades y pueblos, preguntando pero solo obteniendo negaciones y buenas vibras, una anciana le dió un amuleto de la buena suerte, agradeció y continuó su camino. Paró en un restaurante para comer y justamente dieron las noticias.

-Grandes multitudes se han reunido en distintos puntos del país, la desaparición forzosa de Akaashi Keiji fue calificado como crimen de odio y se busca justicia.

-Han pasado 21 días desde el secuestro del joven estudiante, las grabaciones, sus zapatillas y teléfono son las únicas pistas que tiene el caso, aún hay esperanza de que el joven se encuentre con vida.

-Lo que debe estar pasando esa pobre madre...

Kotaro escuchó eso y suspiró, si tan solo supieran que quizás esa familia esté celebrando que su dolor de cabeza desapareció, no dirían eso. Terminó de comer y pagó, preguntó si podía dejar el cartel y le dijeron que si, al parecer supieron quién era porque le miraron con lástima, continuó su camino otros kilómetros más hasta parar a descansar nuevamente. Ha pasado ya mucho tiempo y las noticias sobre Keiji se hacían menos, la gente lo buscaba pero veía como la policía se rendía a excepción de Nakahara que cada día se esmeraba más y más.

Día 29

Kotaro había viajado por todo el país, estaba cansado pero sus ganas encontrar a Keiji eran mayores, un país entero buscaba al joven, lo que más enojó a Kotaro fueron las "fake news" de que se había visto al azabache por no se donde y eso le enfadaba un montón y le daba falsas esperanzas.

-Hoy, a las 16:25 hora local, se ha encontrado el bolso del joven cerca de la salida sur de Tokio, las pertenencias seguían intactas, se encontró su billetera, una botella con agua, un bolsito de emergencias y unas pastillas. Se le están haciendo pruebas de adn al bolso y esperamos encontrar algunas pruebas que ayuden con el caso.

Kotaro estaba en la sala de forense mirando las cosas de su novio, su identificación, su botella, sus cosas, quería llorar...¿Que significaba todo esto?¿Es bueno?¿Es malo? No quería que la siguiente cosa fuera una parte de Keiji o en si el cuerpo sin vida, ¿Se acercaban?¿Se alejaban?

El mayor ya no dormía mucho, lloraba más y tenía constantes ataques de pánico, ya no podía estar solo porque se hacía daño, quería frenar el dolor que sentía, quería a Keiji, lo quería ahí y ahora. Extrañaba su risa, su cara, sus ojos, su olor, su constante presencia, lo extrañaba tanto que dolía, muchos le llamaban cobarde por no hablar pero si apenas le mencionaban algo se ponía a llorar desconsoladamente y a hacerse daño, eran ya muchos días y temía encontrar un simple cuerpo malherido por ahí.

-No quiero encontrarlo muerto, Kuroo.

-Llegará con vida...debe llegar.

Miraban las noticias, Hinata se les acercó y le dió un té a Kotaro, se le venían tantas cosas encima luego de hablar con el oficial Nakahara, había recibido las peores noticias que de a poco mataban su esperanza.

-Luego de 29 días de búsqueda sin parar...se ha llegado a la conclusión de que lo más probable es encontrar a Akaashi Keiji sin vida, es un día triste y me apena tomar esta decisión, hoy buscamos al joven vivo o muerto, pido ahora...sensibilidad ante la situación...

-¡MALDITO HIJO DE PERRA!

Kuroo y Hinata contenían a Kotaro de tirarse sobre el policía, habían ido hasta la estación luego de la conferencia de prensa. El oficial estaba realmente apenado y avergonzado, había roto su promesa pero ante la violencia con la que fue secuestrado Keiji y dado el tiempo de búsqueda...ya no quedaba de otra.

-¡ME DIJO QUE LO IBA A ENCONTRAR!

-No sabes cuánto lo lamento, Bokuto...pero hicimos todo lo posible.

-¡YO FUI EL QUE VIAJO POR TODO EL PAÍS BUSCÁNDOLO!¡PUEBLO POR PUEBLO!¡Y USTEDES SOLO SE QUEDARON AQUÍ!

-Dimos aviso a otras estaciones...

-¡ME PROMETIÓ QUE LO IBA A ENCONTRAR CON VIDA!

El joven dió un grito desgarrador que hizo que algunos policías se sintieran avergonzados y dolidos, Kotaro lloraba a gritos y trataban de contenerlo, pero el dolor era muy grande...¿En serio había perdido todo?¿Que sentido tenía el mundo sin Keiji?

-Él solo iba a casa...-Sollozó Kotaro- ¡SOLO IBA A CASA!

-Ya, ya, Bo, yo no me he rendido, ninguno de nosotros lo ha hecho, ven, vamos a buscar.

Kotaro miró a Kuroo quien derramaba algunas lágrimas, se levantó y se fueron, Nakahara fue a su despacho y se lanzó a llorar...tenía tanta impotencia como Kotaro, él también había perdido a alguien pero nunca perdió la esperanza.

Día ??

Las hojas se quebraban a su paso lento, se tropezó varias veces con las piedras del camino, su respiración era todo lo que escuchaba al correr. Miraba hacia atrás asustado, sentía pasos tras él y eso lo mantenía despierto, no sabía dónde estaba ni a donde iba pero estaba lejos de donde lo habían llevado. Se tropezó y cayó colina abajo, se levantó torpemente y siguió corriendo lento, le dolía todo y sentía que en cualquier momento iba a desmayarse, las luces hicieron que se despertara, había llegado hasta la carretera, sus manos estaban llenas de sangre...que no era de él.

Camino por la orilla, los autos que pasaban le tocaban la bocina pero él quería irse, no conocía esa parte de la carretera de Tokio...caminó hasta llegar a una gasolinera, era de madrugada pero las luces del pequeño local estaban encendidas. Miró a para atrás y no vió a nadie, corrió como pudo y se apoyó en la ventana. Un cartel quedó frente a él y lo leyó como pudo.

Se Busca.
Akaashi Keiji.

Entró al local y cerró la puerta temblando, la campana del lugar hizo que su presencia fuera notada, no había nadie y las fuertes luces le molestaban la vista.

-Hola, ¿en qu¡¡AAAHHHH!!

Si, su aspecto no era el mejor, tenía la ropa rasgada llena de tierra y sangre, tenía sus manos peladas y quemadas, su cara tenía muchos moretones y le faltaba por lo menos 3 muelas, tenía su nariz dislocada y su ojo morado, tenía cortes por el cuello y mejillas, y su cuerpo...era la peor parte.

-¡DIOSES!

Intentó hablar pero recordó que no podía, se acercó a la ventana y sacó el cartel, se lo mostró al chico y se apuntó.

-¿Akaashi...Keiji...?

El golpeado joven asintió muchas veces, el trabajador lo sentó tras el mostrador mientras le daba un agua y llamaba a la policía.

-¿Como llegaste tan lejos...? -Keiji ladeó su cabeza- Estás en Sendai.

Keiji dejó caer su agua y comenzó a temblar, ¿Sendai...?¿Que hacia allá? Su mente dió mil vueltas, sentía que los paramédicos le hablaban pero no escuchaba nada, ¿Cuánto tiempo había estado lejos? Sintió que lo ponían en la camilla y reaccionó cuando llegó al hospital.

-Viene muy deshidratado. Sus pupilas reaccionan bien, no veo daño neurologico.

-Tiene hemorragias internas.

-Su nariz y su hombro están dislocados, además creo que la cadera también y veo que tiene roto el pie derecho y algunos dedos de la mano izquierda.

-¿Puedes hablar?

Negó suavemente, su garganta había una sido víctima del calvario que vivió, había escapado a duras penas y con mucho esfuerzo, le dolía todo pero quería vivir, era todo lo que quería, quería volver a casa. Pensó en sus amigos y en Kotaro, ¿Que será de ellos?¿Lo habrán buscado?

-Haremos lo urgente primero que será arreglar la hemorragia de tu estómago, esperemos que tu cuerpo resista y tu apoderado decidirá por ti, ¿Si?

Sintió una caricia en su cabello y asintió levemente. "Aún nos queda mucho por vivir, debo aguantar".

Día 34

Por fin había logrado dormir en la cama pero Kuroo dormía a su lado, el suave olor de Keiji estaba en la almohada y eso lo quería hacer llorar, ¿Y si nunca lo encontraban? No era justo, ¿Por qué a ellos?¿Que habían hecho? Ellos tenían una vida completamente normal, iban al supermercado, se amaban, pensaban en viajar, pensaban en el futuro que se les venía cuando se fueran a vivir a Osaka, la sonrisa de Keiji se iba desvaneciendo de su mente y debía siempre mirar una foto de él para recordarlo, el dolor no se iba y sus ataques de pánico solo iban en aumento. Eran las 2:48am cuando sintió el teléfono en la sala, se levantó y tomó el teléfono con miedo.

-¿Hola?

-¡Bokuto!¡Lo encontraron!

Se le paró el mundo entero, empezó a respirar rápido, ¿Era en serio...?¿Keiji había aparecido? Su corazón le latió a mil por hora y sintió un alivio tan grande que se le bajaron los hombros.

-¿D-Dónde está?

-Ese es el problema, Akaashi apareció en Sendai.

-¿¡EN SENDAI?!

Sendai estaba a 10 horas de Tokio, era un viaje largo, pero él había viajado por todo Japón y esto, sería un pequeño viaje. ¿Pero por qué apareció allá?¿Como llegó allá? Esas preguntas ya eran secundarias, estaba decidido a viajar esa misma noche para ir a buscar a Keiji.

-No pueden trasladarlo a Tokio aún, está muy débil, yo ya voy en camino para allá para tomar constancia de donde apareció y a las personas que lo vieron, creo que no está muy bien que digamos.

Le colgó a Nakahara, miró a su costado y Kuroo lo miraba esperanzado, a Kotaro se le llenaron los ojos de lágrimas y se lanzó contra su amigo que lo alcanzó y lo abrazó fuertemente, los sollozos y una pequeña sonrisa salió del teñido.

-¡Está en Sendai!

-¿Y que estamos esperando? Toma tus cosas, llamaré a Kenma y nos vamos.

Se sintió esperanzado, se duchó rápidamente y tomó un bolso para meter ropa, y se fueron al departamento de Kuroo en donde Kenma los esperaba con dos bolsos. Su viaje partió a las 3:35am y llegaron a Sendai cerca de las 14pm, llegaron hasta el hospital que Nakahara les había dicho y ya estaba llegando la prensa, las noticias corrían muy rápido. Se metieron entre medio y fueron hasta el cuarto piso, donde estaban los cuidados intensivos, a Kotaro se le cortó la respiración apenas tocó el piso, fueron hasta el mesón y soltó su bolso.

-Hola...me dijeron que aquí estaba Akaashi Keiji. -Dijo Kotaro suavemente.

-Llamaré al doctor, deme un segundo.

"Código azul, habitación 26, código azul"

La enfermera que buscaba al doctor se movió rápidamente y fue hasta la habitación mientras todos se movían, Kotaro tuvo miedo, ¿Y si ese era Keiji?¿Que le estarían haciendo? Luego de unos minutos la enfermera volvió con cara de muerte y se sentó en la silla frente a ellos en el mesón.

-Lamentó eso...ehm, Akaashi Keiji está en cirugía ahora, el doctor saldrá a darles noticias.

Se sentaron en la sala de espera, se sintió aliviado que no fuera Keiji el que murio en la 26 pero sintió lástima por la familia que perdió a alguien.

-¿Familiares de Akaashi Keiji?

Los tres se levantaron de sus asientos y se acercaron, Kuroo dijo que Kotaro era el novio pero ellos también querían saber, eran también familia después de tantas cosas.

-Hola, soy el doctor Mori Umi, soy especialista en cirugía general, hicimos una cirugía de emergencia en Akaashi debido a que encontramos hemorragia y mucho daño en su estómago, arreglamos el gran daño que había, no sé cómo se hizo eso pero era grave, no queremos tocarlo mucho más porque no sabemos qué efecto pueda tener al recibir cirugías tan grandes, el doctor de traumatología encontró dislocaciones en su hombro izquierdo, cadera y nariz, tiene roto un pie y algunos dedos de la mano, se le están tratando quemaduras en manos, brazos, torso y sus piernas, su garganta tiene un gran daño pero las cuerdas vocales están intactas, sus ojos están intactos al igual que el cerebro, la tomografía mostró que no hay daño ni en el cerebro ni la columna lo cual es algo bueno.

-¿Él está despierto...?

-Recién salió de cirugía, no sabemos si despertará ahora o en unos días, su cuerpo está realmente débil y su corazón trabaja más débil , esperamos que eso mejore, ¿Quieren verlo? -Asintieron- Les recuerdo que él no está como las fotos que tienen...es, muy fuerte de ver y es mejor que se preparen.

Caminaron despacio tras el doctor, algunos enfermeros tapaban la vista de Kotaro cuando llegaron frente a la camilla. La cama estaba rodeada de maquinas que sonaban sin parar, Kenma escondió su cara en el cuerpo de Kuroo y este tocó el brazo de Kotaro ante la persona que tenían al frente...era un desconocido. Estaba intubado, rodeado de cables, golpeado, estaba hinchado, tenía vendas en la cara y cabeza, sus manos que alguna vez habían sido suaves ahora estaban vendadas, tenía los ojos cerrados, le habían arreglado la nariz pues tenía unos tubos de algodón metidos en esta.

-¿Puedo...entrar?

-Claro, debes desinfectarte primero, debido a las quemaduras no puede entrarle ninguna bacteria.

-¿Puedo tocarle el brazo?

-Claro, intenta que sea despacio.

Se lavó las manos y se puso una mascarilla, se puso unos guantes y se cambió la camiseta, entró al cuarto y el olor a tratamientos médicos y alcohol invadió su nariz, Keiji ya no olía a vainilla como solía, un recuerdo invadió su mente, Keiji de espaldas, desnudo y estirándose, su rostro se giró levemente y le regaló una dulce sonrisa.

Se sentó al lado de la camilla y miró a su novio, se veía que tenía ojeras moradas, su cabello estaba seco, quería acariciarle la cara y besarlo pero no podía, quería llorar de impotencia, Keiji no merecía esto...no lo merecía, ¿Por qué todo es tan injusto?

-No tienes idea de lo mucho que te he extrañado, Keiji.

Apenas tocó su brazo, el ritmo cardíaco aumentó, se asustó ante ello pero no era alarmante, miró nuevamente a su novio y lo acarició suave, al menos ahora estaba ahí y no lo iba a dejar solo.

Los días pasaban y Keiji aún no despertaba, pero cada vez que su novio le hablaba, el ritmo cardiaco le aumentaba, como si tratara de despertar o hacer algo, para Kotaro significaba todo que estuviera respondiendo a estímulos pero nada que esos bellos ojos azules se abrieran.

Sus amigos, en distintos puntos de Japón, se acercaban a los templos a pedir por él, pedían su recuperación y que despertara, algunos lo hacían desde sus casas, desde los patios, desde el parque, desde una cancha, desde el otro lado del mundo, un país entero esperaba que despertara, todo el mundo se conmovió por la historia del crimen de odio, gente alrededor del país marchaba por buscar justicia, su cara estaba por internet y televisores avisando de su aparición muy lejos de casa, ahora solo quedaban dos cosas: que despertara y saber qué pasó.

-Has estado mejorando, Ji, el doctor dijo que si sigues así te podremos llevar a Tokio pero sólo si despiertas, ¿Puedes...despertar hoy?

No recibió respuesta alguna, el pecho de su novio subía y bajaba lentamente, sus manos intactas y sus ojos cerrados, así llevaba ya 8 días.

-Quizás cuánto tiempo estuviste sin dormir...lamento ser tan egoísta y solo querer que despiertes pero te necesito, no te mueras...

Se apoyó en la cama mientras estaba sentado en la silla, se quedó dormido sin darse cuenta. Apenas cerró los ojos, otro los estaba abriendo.

Su vista estaba nublada, parpadeó un par de veces pero seguía sin ver muy bien debido a la falta de sus gafas, los ruidos de las máquinas eran constantes, su habitación no tenía luces fuertes, no podía oler nada y sentía molestia en su boca. Miró hacia el lado y los ojos se le llenaron de lágrimas de golpe, ¿Ese era acaso...?

Movió sus dedos levemente, seguido por su brazo, eran movimientos torpes pero delicados, tomó las suaves mechas del cabello de su novio e intentó sonreír pero no podía, él estaba ahí, a su lado y quería gritarle que estaba ahí pero no podía, siguió con sus caricias hasta que sintió movimientos del contrario.

-¿Mmm?

Kotaro giró su cabeza y se encontró unos cansados ojos azules mirándolo, se miraron unos segundos hasta explotar en lágrimas y él rió fuertemente.

-¡Keiji!

Juntó su frente con el contrario en forma de cariño, llamó al doctor y este llegó seguido de enfermeras, detrás estaban Kuroo y Kenma abrazados llorando de felicidad.

-Tranquilo, voy a quitarte esto para cambiar el respirador, ¿Está bien?

Le quitaron los tubos de algodón de la nariz, quitando cada resto, le quitaron suavemente el tubo de la garganta pero eso le significó un enorme dolor a Keiji que apretó los ojos fuertemente y se quejó sonoramente.

-¡Pero le hace daño! -Se quejó Kotaro.

-Tiene un daño muy grande en la garganta, el más pequeño toque y le dolerá igualmente, lamento eso -Dijo una enfermera cambiando el respirador.

Kotaro pudo apreciar la cara de su novio, estaba menos hinchado que antes, tenía cortes y vendas por las mejillas, tenía marcas de que algo lo había tomado por el cuello, miró sus manos vendadas y se dió cuenta que le faltaban dos uñas de la mano derecha, sintió como un odio crecía en él.

-Veamos, tus pupilas se ven bastante bien, reaccionas bien ante el ruido, pero no te trasladaremos aún, debemos acomodarte primero -Keiji hizo un gesto confuso- ¿Me estás diciendo que no sientes tus dislocaciones? Intenta mover una pierna.

Lo intentó y un enorme dolor le invadió la cadera sacándole un quejido que le dolió la garganta, todo era dolor tras dolor, pero si había despertado recién, Kotaro le tocó el brazo tratando de contenerlo. El mayor le hablaba tratando de calmarlo mientras venía el siguiente doctor, sería una recuperación lenta y dolorosa pero era lo que se necesitaba para estar bien.

-Me alegro tanto que hayas despertado, soy Miyake Isao, soy el doctor de traumatología, como te habrán dicho tienes una serie de dislocaciones por el cuerpo, trataré de acomodarte cada parte para que sientas alivio porque ahora mismo tu cuerpo se ve bastante tenso. Empezaré por el dolor más grande que está en tu cadera y seguiremos por el hombro.

Un enfermero llegó y con las sábanas cruzaron la cadera de Keiji, el cual se puso nervioso y respiraba rápido acelerando su ritmo cardíaco, Kotaro lo abrazó con un brazo rodeándole la cintura, que estaba muy delgada, Keiji apoyó su cabeza en la de su novio y respiró hondo.

-¿Listo? -Keiji asintió y cerró los ojos- Perdóname, seré rápido, muy bien, uno, dos y...

El tirón, el sonido de la cadera acomodándose y el grito desgarrador que se le salió a Keiji fue lo que se escucho por el pasillo, la garganta le quemó y respiró agitadamente, Kotaro le acarició el cabello y trató de no llorar.

-Permiso.

El doctor le tomó las piernas y lo movió suavemente, Keiji sentía el movimiento sin dolor alguno, se las recogió y estiró, las movió en círculos de manera suave y lo volvió a tapar.

-Quedó en excelentes condiciones, ya en Tokio podrás empezar tu tratamiento de volver a caminar, respira un poco para que acomode tu hombro.

Luego de que le acomodaran hombro pudo descansar, sentía alivio pero su garganta era el gran problema, le dolía ante todo, trataba de tomar agua pero era peor, y el remedio que le daban le quemaba hasta los pies, pero aliviaba gran parte de su dolor. Pasó exactamente doce días en cuidados intensivos, poco a poco podía digerir alimentos sin sentir dolor, ahora solo era una leve presión que sentía, esa tarde sería transferido a Tokio.

Se fue en helicóptero con Kotaro, iba en la camilla mirando el techo, ¿Que seguía ahora? Ya lo habían abierto y hecho sufrir, tocaba lo más difícil, rehabilitarse, volver a hacer lo que hacía antes y en eso debían buscar justicia. Fue trasladado a un cuarto privado, la única ventana daba al centro y el sol solo llegaría por las tardes, debía estar en el hospital un tiempo pues su trauma era aún severo y debía empezar su tratamiento psicológico por su TEPT, estaba en el cuarto con Kenma quien le dió una tableta para que se comunicara porque lo único que había logrado para comunicarse era "Si", "No" y gritos.

-Solo escribes y ya, no tienes que devolvérmela todavía, no hasta que puedas decir por lo menos "Kou deja de hacer eso"

Kenma se rió y Keiji hizo un intento por reírse pero la voz aún no le salía bien, el más pequeño le tocó la mano y se miraron.

-Te extrañé demasiado...

Se abrazaron y Kenma le conversó un rato hasta que llegaron Kuroo y Kotaro con cosas, decoraron el lugar con plantas y algunas cosas que le habían mandado a Keiji desde Miyagi y algunos de Tokio. Le habían recomendado a Kotaro que le diera un peluche a Keiji para cuando se sintiera estresado ante alguna situación, encontró un peluche mediano de búho y se lo entregó a su novio, quien lo tomó y abrazó al instante.

Había dejado atrás las batas de hospital y podía usar su ropa normal, sus quemaduras no eran tan graves así que solo debía untarse cremas y hacerse masajes para que no le quedaran tan feas sus cicatrices. La pareja se quedó sola en la habitación, estaban esperando al psiquiatra y psicólogo del hospital, la policía estaba buscando a los culpables, luego de que Keiji mencionara el lugar donde había estado, la policía fue en busca de pruebas y encontraron muchas, sangre de Keiji, huellas digitales de los involucrados, zapatos, chaquetas e incluso una billetera.

-Buenas tardes, te ves muy bien hoy, ¿Te gusta dónde estás? -Preguntó el psiquiatra y Keiji asintió- Que bien, soy Utagawa Rio, seré tu psiquiatra determinada, ¿Está bien? Ella es Todō Tetsu y será tu psicóloga, vamos a comenzar tu tratamiento y además debemos crear tu testimonio.

-¿Eh?¿Testimonio? -Preguntó Kotaro.

-Cuando sea el juicio, el testimonio más importante será el de Keiji, si bien no puedes hablar pero puedes escribirlo y si aún no estás en condiciones, asignaremos a alguien que lo lea por ti. -Dijo Todō.

Esa era la parte que temía Keiji, tener que volver a recordar todo lo que le hicieron, porque lamentablemente recordaba todo, cada detalle, cada nombre, cada sensación y cada desesperación. Apretó su peluche y respiró rápido, ¿Y si lo descubrían? Van a matarlo a él y a Kotaro, esa era una de las tantas amenazas que recibió, tenía miedo y sentía vergüenza por las cosas que le hicieron.

-No tiene que ser exactamente ahora, pero debemos construirlo pronto, ya tienen a tres detenidos tras encontrar su adn en el lugar donde estabas...-Dijo Utagawa.

-Hablaremos con la fonoaudiologa para que empecemos a trabajar con tu voz también, nuestra prioridad es que hables de nuevo, descansa por ahora y ponte cómodo.

Ambas se fueron dejándolos solos. Kotaro miró a Keiji quien se tapó la cara con una mano y se lanzó a llorar, el mayor se hizo un espacio en la cama y lo abrazó, el menor siempre había se había mantenido fuerte en todo esto y solo lloraba por el dolor físico, esta vez se estaba quebrando de tan solo pensar que debía recordar todo y que todos iban a saberlo. Kotaro lo hizo a un lado, y luego de casi dos meses, se acostaron juntos, los sollozos eran lo único que sonaba en la habitación, el mayor acariciaba el cabello de su novio y lo contenía, le hizo cariño un rato hasta que lo vió durmiendo y se quedó con él así hasta que también se durmió.

Al otro día, Kotaro estaba sentado en la taza del baño esperando que su novio terminara de ducharse, aún necesitaba ayuda para caminar y desplazarse, él tenía toda la voluntad y además aprovechaba de mirarle el trasero.

-Tienes lindo trasero.

-Tch.

Tocó dos veces la puerta de la ducha y le entregó la toalla, lo ayudó a salir y le entregó su ropa, Kotaro le secó el cabello con la toalla y salieron del baño, le rodeó el torso con los brazos caminaron lentamente a la cama, lo soltó apenas a centímetros de esta y lo ayudó a subirse, le gustaba incluso mirar cuando Keiji leía, le había traído sus libros e incluso unos nuevos que le regaló Konoha y Sarukui.

-Hola, hola, ¿Listo para decir las vocales hoy?

La fonoaudiologa era una chica demasiado alegre para el gusto de Keiji, estaba muy esmerada en hacerlo hablar, ya había empezado a hacer más ruidos que antes y ahora solo tocaba formar palabras.

-Empecemos con algo sencillo, ¿Si? -Saca una tarjeta- Ave

-....e.

-Vamos otra vez, abre bien la boca y ahora, Ave.

-...ve.

-Vamos, Akaashi-kun, te falta la A, tu puedes.

-....mmm...aaaaav...e.

Kotaro se sentía orgulloso de ver como su novio trataba cada día de mejorar, hablaba muy bajito y raspado, pero ya pronto podría hablar normalmente. Tenía una hora y media de terapia, luego ella se va y tiene que almorzar, le sirvieron de postre por primera vez un puré de manzana, Kotaro levantó su mirada y Keiji miraba el plato, el menor lo tomó y lo estampó contra la pared rompiendo el bowl en varios pedazos ensuciando la pared y el piso.

-¡Keiji!¿¡Por qué hiciste eso?!¿¡Estas bien?!

Le revisó las manos pero no tenía nada, llamó a alguien que le ayudara a limpiarlo y le llevaron otra cosa para comer, se llamó a la psicóloga y la psiquiatra quienes miraron a Keiji que comía tranquilamente un pudín de chocolate que le habían llevado.

-Dices que tiro el plato, ¿Sin decir nada? -Preguntó Todō.

-Miro el plato y lo lanzó, pero le dieron ese pudín en el mismo plato, mismo diseño me refiero -Respondió Kotaro- No había pasado algo así antes...

-¿Que le dieron? -Preguntó Utagawa.

-Puré de manzana.

-Keiji. -Dijo Todō y el menor quitó su atención de la tableta- ¿Que sientes cuando te digo puré de manzana?

El menor abrió los ojos y se tocó la garganta, miró su plato pero este contenía otra cosa, sintió cosas inexistentes en su boca y alejó rápidamente la mesa, agachó su cabeza y empezó a hacer arcadas.

-¡No!¡Espera!¡Tranquilo!

Ambas doctoras trataban de calmarlo mientras Kotaro miraba la escena impactado, le tocó las pantorrillas para ver si se calmaba, pero Keiji seguía haciendo arcadas a propósito, quería vomitar, quería sacar el supuesto puré de manzana que había ingerido.

-¡Escúchame!¡Tranquilo!¡No has comido manzana!¡Lo juro! -Le decía Utagawa.

-Mira, ¿Lo ves? Es chocolate, no hay nada que temer, solo es chocolate...

El menor paró sus arcadas porque no llegaba a nada, miró el plato frente a él y era cierto, no había nada, solo pudín pero no confíaba...

-Mira, Ji -Dijo Kotaro comiendo una cucharada- ¿Lo ves?¡No tiene nada!

-¿...n...ad...a?

El menor tomó el plato y siguió comiendo lentamente, Kotaro se le acercó y lo abrazó pegándolo a él, ¿Que había pasado?¿Que fue esa reacción? Keiji terminó su plato y su novio le limpió la boca suavemente, el menor quedó muy tembloroso después de ese ataque de angustia, su novio le entregó su peluche mientras se iba a hablar con las doctoras.

-No se por lo que haya pasado pero debió ser peor que el infierno...

-¿Que pasará con el testimonio? Yo no lo quiero arriesgar a otro ataque -Dijo serio Kotaro- Esto solo demuestra que le hará peor.

-Por eso lo haremos con él, tú estarás cerca también, eres una gran contención, por la tarde vendrá la policía a tomar su testimonio pero solo detalles que les importen, mantente con él.

Cuando llegó la policía, ambas doctoras se quedaron para estudiar el comportamiento de Keiji durante la ronda de preguntas.

-Hola, ¿Que tal? Soy Nakahara Isamu, soy el policía a cargo de tu investigación, sé que no puedes hablar pero espero puedas contestar mis preguntas con la tableta, tómate el tiempo que necesites, ¿Esta bien?

Keiji miró a Kotaro y este le asintió, el menor puso su búho entre sus piernas y tomó la tableta con fuerza.

-¿Recuerdas algún nombre?¿Una descripción?¿Detalles?

Keiji pensó un poco y se tardó en escribir, describió a cuatro hombres, como era el lugar donde estaba, los lugares a los cuales fue llevado, describió la ropa, el aroma, las cosas y los ruidos, él recordaba todo.

-¿Conocías a alguno de ellos? -Negó- Vale, ¿Crees que ellos solo te secuestraron porque si?

Keiji negó nuevamente, su novio lo miró atento, ¿Había una razón?¿Había hecho algo malo?¿Se metió con gente que no debía? No entendía, si ellos no hacían nada malo. Keiji hizo señas como si estuviera jugando ajedrez y todos lo miraban.

-¿Eran peones? -Preguntó Nakahara y Keiji asintió frenéticamente- ¿Hay alguien detrás de esto?¿Quien?

El menor se quedó en blanco, sabía quien era pero no sabía si decirlo, si lo decía y no ganaban justicia probablemente lo matarían, tembló un poco y el policía que anotaba le entregó su tableta, pensó un poco más...quería que todos ellos pagaran por lo que le hicieron pero tenía miedo. Sintió como la mano de su novio se le ponía encima y se relajó un poco, apretó su peluche y se dio valor. Todos los presentes fijaron su mirada en los torpes toques de los dedos de Keiji, quien al terminar lo giró y se los entregó a las autoridades.

Bokuto Kentaro.

-¿Estas seguro?

Keiji asintió, escuchó a ese hombre diciendo que lo mataran, que ya no servía de nada que todo hubiera sido mejor si Kotaro y él no se hubieran conocido. Todos se fueron dejando a la pareja solos de nuevo, se acostaron juntos sin decir nada, Kotaro estaba ahí para calmarlo no para estresarlo pero ese odio a su padre se hizo aún mayor, le besó la frente a su novio y este le tomó la cara, bajó su mirada y después de tanto, se besaron.

Los dos dejaron caer algunas lágrimas, se extrañaban como nunca y no lo sabían, se besaron por un rato, no era nada lujurioso, solo se extrañaban mucho, Keiji estaba listo para las muestras de afecto, no le temía al contacto humano y menos si se trataba de su pareja, con quien compartía todo desde hace cinco años. Se durmieron así y esa noche, ninguno de los dos tuvo pesadillas.

Llevaban apenas tres hojas de escritura cuando ya iban por el segundo ataque de pánico, pero debían insistir con el testimonio. El mayor contenía a su novio quien lo apretaba y trataba de respirar con más calma, ni las doctoras ni Kotaro podían leer lo que Keiji escribía, solo podían mirarlo y contenerlo ante los ataques de pánico, Kotaro quería pararlo pero no podía, apenas iba por la mitad.

-Ya queda poco, Keiji, te lo prometo...

-N-No...más...

-¿No se puede tomar un descanso o algo?¡Lo están poniendo peor!

Las doctoras aceptaron y dejaron el escrito a un lado, le dieron unos dulces al joven y los dejaron solos, Kotaro acarició a su novio y le habló unos momentos.

-Podemos seguir mañana, Ji, esto te hace mal...

-M-Me hici...er...on much...o d...año -Dijo suavemente y con la voz rasposa.

-Lo sé...no sabes cuánto lo lamento, si tan solo...no nos hubiéramos conocido, no tendrías que estar aquí sufriendo y...-Solloza- ¡Perdóname Keiji!

-¿A-Ah? Pero si t..u ere...s la ra...razón por la cual in..tentaba viv..ir, eres mi felicidad.

Kotaro se lanzó a llorar, su novio le acarició el pelo y se acostaron juntos, pero Kotaro debía ir a casa esa noche, para revisar y traerle ropa limpia a Keiji, se despidieron y la habitación quedó en silencio, el menor leyó un rato y se apagaron las luces, prendió la lámpara de noche y continuó su lectura, eran ya la 1:26 pero no tenía sueño, dejó el libro de lado y miró los papeles con su testimonio, debía terminar eso...respiró hondo y tomó los papeles junto a la mesa que usaba para comer, tomó su pequeño estuche y continuó con su testimonio, tener qué recordarlo todo lo tenía en la cuerda floja entre tener un ataque de pánico y mantenerse cuerdo, tuvo una guerra consigo mismo esa noche, siempre tuvo compasión por aquellos que alguna vez le habían hecho daño pero esa noche sentía más odio que nunca, por ellos y por él mismo.

Un enfermero entró al cuarto cerca de las 8am con el desayuno, vió la cama vacía y sintió la ducha, dejó la bandeja y tocó la puerta.

-¿Está bien?¿Akaashi?

Sabía que el joven aún tenía problemas de movilización por lo que consideró extraño que la ducha estuviera abierta y se estuviera bañando, intentó abrir la puerta pero esta estaba cerrada con seguro.

-¡Akaashi!¡Abra la puerta!¡No puede encerrarse solo!

Fue rápidamente al mesón, las doctoras venían hablando con Kotaro en el pasillo cuando vieron a dos enfermeros entrar al cuarto de Keiji apresuradamente, los tres corrieron y vieron como abrían la puerta del baño.

-¿¡Qué pasó?!

Keiji estaba bajo la ducha, con ropa y sentado en el piso, miraba el piso sin emoción alguna, cuando la ducha se paró levantó su mirada para encontrarse con cinco personas mirándolo preocupado. Kotaro se acercó y lo levantó, lo envolvió con una toalla y los cuatro funcionarios salieron del baño para acomodar el cuarto.

-¿Que te sucedió?¿Por qué estás aquí?

-Lo lamento...

Kotaro le quitó la ropa y lo secó suavemente, le puso ropa seca y que olía a lavanda, lo siguió por detrás con las manos cerca del cuerpo del contrario por si se caía. Keiji se sentó en la cama y jugó con su peluche, esperaban sus palabras y se decidió.

-Ter..mine mi testi...mon...io -Dijo suave y rasposo.

-¿Que hiciste que? -Preguntó enojada Utagawa.

-¡No debías hacerlo solo! -Le dijo Todō.

Kotaro miró a su novio, tenía los ojos hinchados y temblaba, lo admiro en ese momento...tuvo la capacidad psicológica de escribir todo lo que tuvo que sufrir durante 34 días, Keiji siempre fue de gran fortaleza y gran corazón, se preguntaba como un ser humano tan maravilloso y hermoso era su pareja, pero ahora mismo debía quitarle ese papel a Akaashi, él ahora mismo debía ser fuerte por ambos y dejar que el menor llorara, gritara y pataleara, debía dejar salir toda esa tristeza y dejar que se quebrara y cuando eso terminara...él volvería a armarlo y pegarlo.

-Ji...

-¿Mmm?

-Llora.

Akaashi estaba cansado de llorar y sufrir, quería irse a casa, olvidar todo y volver el tiempo atrás, dejar que Kotaro lo fuera a buscar, aprender a decir no...estaba cansado de recordar y volver a vivir cada momento horrible de su mente, siempre quiso vivir pero ese día sí había pensado lanzarse por la ventana, golpearse la cabeza, lo que fuera para evitar que su mente se lo comiera vivo.

-Estoy...tan cansado...

-Lo sé...

-Quiero morir...

El corazón de Kotaro se estrujó como un paño mojado, ese Keiji de hace unos días que le sonreía suavemente ya no estaba...tener que volver atrás le hizo muy mal, el menor miró sus manos y se dejó caer cansado. Los dos días siguientes no mejoraron, Keiji se negaba a bañarse, a comer e incluso a hablar, el juicio sería dentro de tres días y el mayor se negaba a dejarlo, pero ese día era testigo clave y debía ir.

El día antes tuvo su revisión psicológica diaria y llegaron a la conclusión obvia, depresión. Keiji no tenía ánimo ni siquiera para abrazar su reconfortante peluche, parecía hecho de trapo, su cabello estaba ya muy largo, su higiene no era precisamente buena, se negaba a comer o levantarse.

-Mira, incluso hoy hicieron estos ricos fideos, ¿En serio me dejarás comiendo solo?

Kotaro miró a su novio quien tenía la mirada perdida, estaba tapado y respiraba lento, el mayor miró la habitación y se dió cuenta lo triste que era, ya era mucho tiempo que estaban en el hospital y ya no daba más.

-¿Irse? No, estamos ahora tratando una depresión severa. -Dijo Todō.

-Creo que es una buena idea, el ambiente solo contribuye con su depresión, quizás el llegar a casa le haga bien, después de todo, él iba a casa el día que lo secuestraron. -Dijo Utagawa.

-Keiji no es mucho problema, haré que se tome todos sus medicamentos y se como tratar sus ataques de pánico, estará mejor en casa....por favor, quiero a mi novio de vuelta.

Todō finalmente aceptó, harían el alta para esa misma tarde, Kotaro entró al cuarto y arregló todas las cosas que tenían, guardó la ropa y libros del menor, el cual no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

-Oye, cariño, nos vamos a casa, ¿No es genial? Ven.

Kotaro lo levantó como pudo y le quitó la ropa, lo vistió, lo quería bañar en casa, le puso las zapatillas y lo levantó una vez listo para subirle bien los pantalones. Lo llevó al baño y le lavó la cara y las manos, incluso le lavó los dientes, le limpió la boca y le sonrió.

-Una vez que te bañe y te cortemos ese cabello te verás incluso más hermoso.

Al rato le llevaron una silla de ruedas y los papeles que Kotaro firmó, le puso la capucha a Keiji y se fueron a casa, el día estaba fresco y el sol tenía unos débiles rayos, el menor no veía el sol desde hace mucho y respirar aire fresco y no olores hospitalarios hizo levantar su vista. Su novio lo ayudó a subir al auto y fue a dejar la silla de ruedas, el menor miró que del espejo retrovisor colgaba un llavero de pelota de voleibol y una foto de ellos de hace un año en ese campo de flores que tanto adoraba Keiji.

Kotaro subió al auto y vio que su novio jugaba con sus dedos, tal como hacía en la preparatoria, el camino al departamento no era tan largo y la música lo hizo más llevador, el mayor evitó la calle donde habían secuestrado a Keiji y llegaron por otra parte, se bajaron y el mayor le puso la mochila a su novio y lo llevó en su espalda, lo bajó despacio apenas llegaron a la puerta, el mayor abrió y se quitaron los zapatos. Keiji miró el lugar y quiso llorar, al fin había llegado a casa y olía a hogar, miró a todos lados y todo seguía igual, tal como lo había dejado el día antes de la tragedia, siempre le gustó tener todo limpio y ordenado, fueron al cuarto y se quitó la mochila, se sentó en la cama mientras Kotaro le elegía ropa, luego lo llevó al baño y abrió la bañera, el menor jugaba con sus manos mientras tenía la toalla.

-Ya está, ven.

Kotaro quiso desvestirlo pero el menor se le adelantó, pues ya se había quitado la sudadera, el mayor sonrió y le quitó los calcetines, lo metió a la bañera una vez ya desnudo y tomó el jabón favorito de Keiji, le limpió los brazos, las piernas, las uñas, dejó que el menor limpiara sus partes bajas por si acaso había una reacción no precisamente buena, le mojó el cabello y se lo lavó, el menor disfrutaba como pasaba los dedos su novio, era relajante y placentero.

Se sentaron en el sofá, Kotaro tomó con una pinza el cabello de la cara de el menor, tenía sus ondas naturales y despeinadas, su novio le ofreció una taza de café con leche y unas galletas, lo tomó pero no los tocó más luego de dejarlos en la mesa. Su novio llegó y se apoyó entre sus piernas, el menor lo miró y el otro le sonrió, pasó sus manos suavemente por la cara de Kotaro y este agradeció el cariño. Se resignó y bebió el contenido de la taza, estaba delicioso y muy cremoso, tal como le gustaba.

-Mañana Kenma estará contigo todo el día, podrían ir a comer o no lo sé, pasear, lo que sea.

-Ahí veremos.

Escuchar esa dulce voz hizo que el corazón del mayor palpitara rápido y sintió felicidad, era lo primero que decía en días. A la noche, Kotaro le dio sus remedios y un vaso de agua, se acostaron y esa era la primera vez que dormían juntos en su propia cama en meses. El menor lo tiró hacia él y lo abrazó, estaba calientito y le hacía sentir seguro, ambos durmieron abrazados esa noche y Keiji pudo dormir con un alivio en su pecho.

El reloj sonó temprano, el juicio comenzaría a las 12, Kotaro estaba preparado para hablar pero no para escuchar todo lo que había tenido que pasar Keiji. Se levantó y también levantó a su novio quien no tenía el ánimo para bañarse solo aún, se bañaron juntos y se fueron a desayunar. Ya eran las 10am cuando Kenma y Kuroo llegaron, el menor se había ofrecido a quedarse con Keiji pues no quería estar en el juicio, no tenía el corazón.

-Pidan comida si tienen hambre y a las tres se debe tomar los remedios del vasito, asegúrate que se los tome, por favor, volvemos a la tarde.

-Kou.

Los tres se giraron a ver al azabache que quitó la vista de su libro, su novio se acercó y ambos se miraron a los ojos.

-Cuando escuches mi relato...no me mires con lástima después...

Kotaro se quedó callado, le tocó la mano y lo miró nuevamente.

-...está bien, te amo.

Le dió un beso en la mejilla y se fueron, el establecimiento era enorme, Kuroo le arregló bien la corbata y entraron a la sala, el jurado ya estaba presente, había público y se sentaron junto a Hinata y Konoha, los cuales les hicieron el lugar y esperaban impacientes. Washio le había dado el dato de un excelente abogado, tendría que pagarle con tres de sus sueldos pero todo valdrá la pena una vez que se hiciera justicia. Apenas llegó su abogado se fueron a sentar en una de las mesas del frente.

-Todos de pie para recibir a la honorable jueza Jūjõ Hanae.

Todos se pusieron de pie y pasó la jueza, una mujer empoderada y mayor, tenía el cabello con algunas canas y usaba un traje gris, apenas se sentó todos lo hicieron, se puso sus gafas y miró a los demandantes y demandados.

-Empieza el juicio del secuestro del estudiante Akaashi Keiji, que desapareció el día jueves 27 de octubre a las 21:37 hora local y apareció 34 días después en la ciudad de Sendai, por favor, abogado proceda. -Dijo la jueza.

Ambos abogados pusieron las versiones de esos días por partes distintas, Kotaro revivió cada momento en cada uno de esos días, desde la mañana a la noche, recordó la soledad y el dolor, pero pensó en Keiji que tuvo que escribir y recordar la pesadilla que vivió durante 34 días y sintió que lo suyo no era nada comparado con lo de su novio.

-Pasa al estrado Bokuto Kotaro.

Tomó aire y caminó hasta el lugar correspondiente, hizo el juramento y se sentó esperando que lo bombardearan con preguntas.

-¿Cuánto tiempo lleva de pareja con Akaashi Keiji?

-Cinco años.

-¡Ah! Bastante tiempo, ¿Hace cuánto que viven juntos?

-Mmm...dos años más o menos, nos mudamos apenas juntamos el dinero y Keiji entrara a la universidad.

-¿Usted estudia?

-No, soy jugador de los MSBY Black Jackals.

-O sea, ¿Ustedes no tendrían motivos para que un ataque de esta magnitud les ocurriese?

-No, ninguno de los dos se metía en cosas malas, trabajamos para viajar y estudiar, Keiji solo quería volver a casa esa noche como cualquier otra.

-¿Akaashi siempre llegaba del trabajo a esa hora?

-No, solo cuando se lo pedían. Él es confiable y su jefa casi siempre lo dejaba cerrando a él.

El abogado dejó de preguntar y ahora tocaba el otro, por primera vez vió la mesa contraria, el abogado no era nada menos que el padre de Keiji y su propio padre lo miraba con odio pero él lo miraba asesinándolo.

-Dime, Bokuto, si era tarde, ¿Por qué no fuiste por él?

-Porque ese camino lo había repetido un montón de veces y los vecinos ya lo conocían, además que quienes se lo llevaron no eran de un lugar cercano a nosotros.

-¿Y por qué crees que lo secuestraron? Quizás no conozcas al 100% a tu....pareja, ¿Y quien sabe dónde andaba metido?

-Odio, ¿Que otra razón? Sus heridas sólo eran por odio, y si lo conozco, sé que es una maravillosa persona que quizás no me merezco, y me lo quitaron, ¿Y ahora que? Keiji tendrá que vivir siempre con el recuerdo de lo que le pasó y ningún remedio podrá quitarle eso.

Luego de que pasaran más testigos, de un escándaloso reencuentro familiar y un descanso, llegó el momento crítico.

-Pasa al estrado, Akaashi Keiji.

Una chica seria pasó a sentarse junto a una carpeta, hizo el juramento y procedió.

-Debido al diagnóstico de Akaashi Keiji y su estado actual, se me ha encomendado leer su testimonio, no lo conozco personalmente pero he leído estas hojas tres veces y no he podido evitar llorar, no es apto para gente sensible y es muy fuerte...

"Mi nombre es Akaashi Keiji, tengo 22 años, casi 23, fui secuestrado el 27 de octubre del presente año, ese día había tenido un examen importante y fui a trabajar, nunca me metí en problemas hasta que mencioné en mi hogar que era gay y además no quería estudiar derecho, yo era el problema de mi familia. Pero a ustedes no les interesa eso, quieren saber lo que viví en esos días de mi secuestro, trato de juntar las ideas en mi mente y cuando lo hago siento que me voy a desmayar.

Recuerdo haber despertado en la oscuridad, estaba en el maletero de un auto, me sacaron de ahí y no pude apreciar bien el lugar pero seguía en Tokio. Me empujaron hasta una casa y apenas entrar me tiraron escaleras abajo en un sótano, ellos cerraron la puerta y pensé que habían ido a buscar algo con lo cual matarme, jamás pensé lo que se me venía encima. Cuando volvieron ya había aceptado mi muerte pero solo me golpearon, trataba de cubrirme la cabeza pero las patadas y golpes me dificultaban mi tarea, no sé cuánto rato me habrán golpeado pero se sintió una eternidad, me dejaron a mi suerte y no podía moverme, me dolía todo y eso era solo el principio.

Perdí la noción del tiempo, pues el lugar donde estaba no tenía ventana, no sé cuántos días estuve ahí hasta que me trasladaron, en ese punto no sabía cuánto llevaba sin comer pero el dolor era más grande que mis necesidades básicas. Fueron muchas horas en auto, no tenía idea donde estaba o a donde iba, por eso me sorprendí cuando supe que estaba en Sendai, porque estaba tan sumido en todo que no me fijé. En el otro lugar solo eran golpes, aquí se me dió agua de retrete y me daban comida de perro, que simplemente tuve que aceptar porque sino me iba a desmayar y quizás que me harían si es que cerraba los ojos.

El peor día fue cuando abusaron de mi, diciendo que si era gay por que no me gustaba que metieran sus penes en mi boca, me sentía sucio y solo quería irme, me metieron un fierro hasta lo más profundo de mi garganta haciéndome vomitar, metieron comida cruda, se masturbaban encima mío y yo no podía hacer nada, me golpearon más y me quemaron, creí que me violarian por les daba asco y no los culpo, en ese punto ya no valía nada, deseé morir cada uno de esos malditos días, que me pegaran un tiro o cortarán mi garganta pero ya no deseaba más.

Un día me dieron comida normal, un simple puré de manzana pero no me confié, pero me obligaron y comí, pero tenía pedazos de vidrios, me obligaron a comerlo todo y apenas se fueron lo vomité todo, me obligué a hacerlo, saqué cada pedazo de vidrio de mi boca y tosí sangre mucho tiempo, ya no podía hablar por la cantidad de daño que tenía, ya no recordaba la ultima vez que dormí, quería morir, deseaba morir, pensé que nadie me estaría buscando ya en ese punto pero pensé en todo lo que aún me faltaba hacer.

Quiero terminar de estudiar, quiero viajar, quiero casarme, quiero tener hijos, quiero muchas cosas, quiero vivir. Sabía que en algún punto ellos me dejarían ir, vivo o muerto, y así fue, me habían mandado a matar, nada menos que Bokuto Kentaro, él dio la orden de matarme. Me hice el inconsciente y me tomaron para llevarme al auto, no me amarraron y ese fue el error, tenían un enorme cuchillo en el maletero y apenas lo abrieron apuñale a uno en el pecho y al otro en el estómago, no sé de dónde saque la fuerza pero corrí. Corrí y corrí sin dejar de mirar atrás por si me perseguían, la adrenalina era la que me mantuvo despierto, era de noche, encontré una gasolinera y me metí al local, ahí comencé a vivir nuevamente."

La chica se secó las lágrimas y se tapó la cara con una mano, habían menos personas en la sala, nadie decía nada y el sonido del reloj era el único presente, la jueza acomodó unos papeles y llamó a un receso para que el jurado deliberara.

-Llévame al baño, Kuroo. -Le dijo Kotaro sin expresión.

El azabache aún en estado de shock llevó a su amigo al baño, el cual se quitó la corbata y se largó a vomitar, Kuroo le tocó la espalda y también sentía que iba a vomitar, se lavaron la cara y no se dieron el lujo de dejarse caer, aún no, debían esperar el resultado. Volvieron a la sala y se pusieron de pie cuando llegó la jueza y se sentaron a la par con ella.

-En todos mis años...ningún caso me había hecho tan mal como este, este joven se pudo haber muerto y hoy está luchando por vivir, no lo conozco pero ha de ser el más fuerte de todo el planeta y debe tener un gran espíritu, es simplemente admirable pero no debió haber pasado por todo esto, no lo merecía. Por favor, el veredicto.

-Encontramos a los acusados culpables de intento de homicidio, tortura y secuestro.

-Que así sea, serán condenados a 15 años en prisión, además de una indemnización de 46 millones de yenes al joven por parte de Bokuto Kentaro, la paga será inmediata y tendrá que hacerlo su apoderado legal, se cierra el caso.

El sonido del martillo dio fin a una pesadilla, Hinata, Konoha y Kuroo abrazaron a Kotaro quien se lanzó a llorar, quería irse a casa y solo estar con Keiji, era todo lo que quería ahora mismo, quería olvidarse de juicios, de dinero, de trabajos, de todo, solo quería a su novio.

-Kotaro.

Una mujer lo miraba enfadada, llevaba un lujoso vestido negro con una chaqueta blanca, tenía joyas caras, en realidad, todo lo que tenía era caro.

-Espero que estés contento, nos dejaste en la ruina.

-¿¡QUÉ YO LOS DEJÉ EN LA RUINA?!¡NARCISISTAS DE MIERDA!¡NO ME INTERESAS TÚ O TU ESTUPIDO DINERO!

-Cálmate, Bokuto, no valen la pena. -Le dijo Konoha.

-¡NI 20 MILLONES LOGRARÁN DEVOLVERME A MI NOVIO!¡SIEMPRE TENDRÁ QUE VIVIR CON EL HECHO DE QUE ESTO LE PASÓ!¿¡Y TÚ TE PREOCUPAS POR TU DINERO Y REPUTACIÓN?!¡ME ENFERMAS!¡ME DAS ASCO!

La mujer, que era hermana mayor de Kotaro, se vio sorprendida ante la reacción, todos los de ahí se vieron sorprendidos pero no por el joven sino por las palabras de la mujer presente, tenía tan poco corazón como su progenitor que se fue a prisión. El joven se fue a su departamento y Kenma estaba fuera de este esperándolo, el más pequeño le dió un abrazo y bajo las escaleras, Kotaro tomó aire y entró a su hogar, un cálido olor a comida lo invadió e hizo que su estómago sonara, ¿Será posible...?

-¿Ji?

Se asomó a la cocina y vio a su novio cortando vegetales y metiéndolos a la olla, se giró y tenía los ojos entrecerrados, aún no tenía sus gafas listas y veía poco, el mayor sonrió y se le acercó.

-¿Que haces?

-Ramen...tenía antojo, ¿Qué tal...el, ahm, juicio? -Preguntó con la voz quebrada.

-¿En serio quieres saber? -El menor asintió sin mirarlo- Ganamos.

Keiji se tapó la cara y lloró, su novio lo abrazó y lloraron en el piso de la cocina, se sintió un alivio en ambos corazones. Justicia, ¿Pero a que costo? El dinero no curaría recuerdos y pesadillas, pero al menos les daría algo de paz.

-Quiero irme...

-Nos iremos.

Se abrazaron y esa noche durmieron más pegados que nunca. A los días se fueron a ver casas a Osaka, ya tenían el dinero suficiente para irse y sustentarse un tiempo hasta que ambos recuperasen su vida normal, el atardecer los atrapó a mitad de camino y pasaron por el maravilloso y extenso campo que Keiji amaba, Kotaro miró de reojo y se orilló sorprendiendo al menor.

-¿Mmm?

-Vamos.

El mayor se bajó invitando al azabache, este se bajó y fueron hasta la mitad, Keiji llevaba un lindo vestido blanco de flores con las mangas anchas y transparentes, tenía cicatrices blancas en sus piernas y cara, sus ojos azules brillaron al encontrarse en medio de un montón de flores blancas que bailaban con la suave y cálida brisa, miró hacia atrás y había dejado a su novio a unos metros, y tras mucho tiempo...

Le sonrió.