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- vas a ir a cenar hoy a casa? -
- uhm!? Claro , no quiero rechazar al tío -
Aoko se acomodo en la mesa del castaño quien le sonrió de igual forma, hoy era un día especial. El señor Nakamori estaba de cumpleaños.
- se merece este descanso, realmente Kid lo tiene desgastado -
La chica se fue a su asiento y observó la ventana con el ceño levemente bajo, molesta. Pero no estaba enojada así que Kuroba sabia que era algo que se podía arreglar.
- que es lo que te molesta Aoko? -
Con suavidad Kaito jugo con el cabello de ella, trenzado de horrible forma su cabello y ella solo rodo los ojos.
- solo estoy preocupada por él... Y por ti -
El tapir levantó las orejas con solo escuchar eso, ahora pegado a la ventana aun que por otro lado el mago levantó su rostro con suave impresión.
- realmente? -
Estos momentos que tenían en el receso eran casi cómodos, Kuroba dejó la trenza desgastada en la mesa de la dueña y se estiró tomando en brazos a Tapirmon.
Aoko no hizo nada más que mirarle con ojos suaves, la comisura de sus labios se dobla en una amable mueca hacia ambos.
- claro que si Kaito , eres mi amigo... Y aun que aveces me saques de quicio te quiero -
Su rostro demostraba una ceja fruncida y la otra siguió igual, casi recordando todas las veces en las que el otro se porto así de mal y desagradable.
- un lo siento basta para que no me tires la mesa en la cabeza... Supongo? , ¿ No? -
Ella solo se trono los dedos, dejando a Kaito con la intriga.
- Kai-chan, yo digo que deberías hacer una reverencia -
El castaño se mostró convencido suave nervios antes de reír por los mimos, si. Una reverencia parecía buena idea.
- no es necesario eso, aun que creo que si merezco que te comportas mejor conmigo -
La de ojos azulados le mostró su total ser de " te estoy regañando " y Kuroba no hizo más que hacerse el loco mirando su cualquier lado menos ella.
- uuuuh parece que hoy Tapirmon esta más suave que de costumbre -
Dijo desviando la mirada, ella prefirió darle un leve golpe con un paquete de galletas.
- hazme caso tú o veras como la sufres -
Como el mago apreciaba su vida, le hizo caso y hasta Tapirmon también lo hizo.
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Tenían las bolsas en las manos y Tapirmon una caja con pastel sobre su cabeza, espero paciente a que la sacaran y dejaran en la mesa.
Se siente feliz cuando observa las velas que compraron.
- crees que a tú Papá le guste que unas palomas traigan su regalo? -
- de donde sacaras las palomas? -
Ya se veía venir un truco de Kaito y le genera alegría verlo emocionado por esto, son sólo cumpleaños pero Kaito cada día es más parte de la familia Nakamori.
A decir verdad, Aoko no niega que sería lindo que fueran hermanos.
De todas formas, observó con calma como es que de la ropa de Kaito unas cuantas palomas blancas asomaban. Fue tierno.
- me parece que si le gustara, aun que ten cuidado con las ventanas -
- lo tendré en cuenta, Tapirmon me ayudará a evitar eso... Cierto ? -
El tapir levanta los hombros para llevarle la contraria y pronto recibe con coscorrón en la nuca.
Es evidente que sueltan una risa tonta después de eso.
- mejor terminemos de ordenar, se que va a llegar en unos cuantos minutos -
- vamos contra el reloj! -
- contra reloooj! -
Aoko se pregunta como sería su vida sin ellos, realmente no se ve sin ellos.
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La llave crujio amablemente en la cerradura, chirriando la puerta y mostrando la sombra suave de el señor Ginzo y un digimon sobre su cabeza que parecía estar empezando a dormir.
- ya llegue a casa -
Dijo con su voz grave y cansada, su toque por alguna razón cómico y cálido lo hizo ser fácilmente identificable.
Unas palomas volaron hasta sus hombros junto a una bolsita de regalo de parte de Tapirmon y Kaito.
Al hombre esto le sacó una sonrisa y más al ver cómo las luces se prendian. Por fin fue recibido con una gran sonrisa.
- bienvenido a casa y feliz cumpleaños! -
El pastel en la mesa se veía cuidadosamente mandado a hacer, habían otros dos regalos en la mesa , Goromon hubiera dormido más si no hubiera sido por la calida bienvenida.
- señor Nakamori, esto es muy tierno -
Tan formal como siempre el digimon hablo y bajo con cuidado hasta al suelo dando saltos hasta los otros.
- muchas gracias por darle este honorable festín al señor Nakamori -
- eres muy dulce, Goromon... Te tengo un regalo tambien -
El pequeño digimon se ruboriza ante el acto de la hija de su jefe, aun que el regalo sea simple .
Aun que en realidad el regalo fue una cama para perro, perfecta para que Goromon descansará, para tapirmon quien también pasaba tiempo con el otro era una verdadera alegría.
- vamos Goromon! -
Los digimon corrieron con la cama peluda entre sus osicos y buscaron un lugar cómodo para acurrucarse.
Por otro lado Kaito se sintió bien consigo mismo por brindarle alegría aun sabiendo que el también era culpable de que el señor Nakamori hubiera Estado tan cansado y descuidando a su verdadera familia.
Kaito se sintió como un pequeño parásito.
-ven papá, para que podamos soplar las velas y luego abrir otros regalos -
- chicos... No tenian por qué... Me conformo con que estén bien -
Estiró sus brazos atrapando a ambos adolescentes, su abrazo cálido y despreocupado le envió a ambos menores un sentimiento de aprobación que habían estado esperando.
- bien, vamos que ese pastel se ve muy bueno -
- Goromon, Tapirmon! Vengan a cantar el cumpleaños -
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El cumpleaños había terminado hace varias horas, el señor Nakamori dio un suspiro suave mientras aun comía un pedazo nuevo de pastel que decidió servirce.
Su computadora esta en la mesa de la Sala mientras rellena algo en el papeleo , leyendo informes y etc.
Tapirmon y Goromon duermen en el segundo piso, Aoko descansa plácidamente en su habitación por otro lado Kaito , este descansa en un futon en el suelo de la sala.
Se mantiene el silencio de forma cómoda, son las 2:30 de la mañana .
Realmente desearía tener ahora unas vacaciones pero si hace más días de trabajo podría conseguir varios días más de vacaciones.
La sola idea lo hace sonreír, se siente un poco mal por no haber podido pasar tiempo con su hija como se debe.
Ella sabe que el lo hace para mantener a la gente segura, incluyéndola a ella, su querida hija es una razón para levantarse e intentarlo uno y otra vez.
Siempre que volvía a casa tenía la seguridad de que ella estaría aquí y el la apoyaría en todo lo que fuera necesario .
Sus manos se quedan su cabeza dando un bostezo al estirarse.
Bien, mañana puede continuar con este trabajo, solo le quedaría rellenar unas casillas y revisar que le enviaron bien las cosas.
- uhg... Me duele el cuello -
Dijo con pesadez, dió un ligero masaje en la zona dolorida.
La idea de irse a dormir ahora se veía como el mejor alivio que el hombre pido haber tenido pero su suave silencio mientras apagaba la computadora escucha un ruido.
No sabe describirlo, es como una respiración, un suspiro o un sollozo quizá un gemido de dolor o molestia.
- Kaito? -
Fue su primer pensamiento y lo que se deslizó por su lengua. Pero no hubo ninguna respuesta.
Otro quejido, ahora más fuerte. Una queja silenciosa que le recuerda a un bebé que se prepara para el llanto en sueños.
El adulto se extraño por el ruido, así que camino hasta el muchacho que descansaba en el suelo lo vio enroscarse en las mantas y empezar a sollozar.
No sabe que hacer exactamente, teme que si hace un ruido o una acción lo incómodo .
Oh quizá esta durmiendo y podría asustarlo.
Lo que menos quiere Ginzo es que Kaito este aterrado.
Prefirió sentarse a su lado, esperando paciente y con la preocupación agarrando sus tripas tirando de estas haciéndole sentir un vacío terrible.
Observó el bulto que era el niño entre las mantas y lo vio por fin salir de ellas con un llanto bastante fuerte, jura que eso despertó a su hija.
Nakamori dio un suave salto antes de atrapar a Kuroba, quién solo se queda contra su pecho ocultandose del mundo.
No recuerda la última vez que estuvo para su hija en una pesadilla tan horrible.
Puede ver cómo las luces de la escalera se prenden y ella baja medio dormida, el adulto hizo una señal de silencio que ella respetó.
Su mano dio un masaje en círculos en la espalda de Kuroba, quién se sigue lamentando sin poder tomar aire para formular palabras coherentes.
Incluso tiene hipo acompañado de su amargo rostro, Ginzo siente su corazón exprimido.
- pensé... Pensé que... Que les había pasado -
Escucha entre los mocos, la baba y el llanto de Kaito.
Solo recibe un abrazo mientras se apoya contra su pecho, es como si estuviera hecho para estar allí.
- no te apresures Kaito... Tomate tú tiempo , yo estaré aquí para tí -
Le dice suave, cerciorándose de que sus palabras fueran bien escuchadas.
Dio su mejor abrazo , tratando de indicarle que estaría seguro y que nada malo pasaría.
- lo siento... Yo- tenía mucho miedo -
- lo se... Esta bien tener miedo me alegra que me lo cuentes Kaito -
Es tan suave y ligero su tono de voz, tan comprensivo y amable que hace que Kaito lloré sin razón.
Aoko baja las escaleras esta vez yendo a tomar asiento a la mesa de la cocina, pero su padre le da una leve mirada antes de volver a masajear la espalda de Kuroba.
- Hey , hey, hey con calma... Solo respira, tengo todo el tiempo del mundo pero necesito que trates de regularte -
Sus palabras parecen ser omitidas por que Kaito niega y lo abraza, parece que ya no es miedo quizá Kaito llora feliz al saber que puede confiar en alguien .
En alguien más que no sea su compañero digimon.
Kaito se siente alegre por poder ser abrazado por un padre, extrañaba el abrazo sincero y amoroso de un padre.
Cuando los minutos pasan y kaito esta calmo, el señor Ginzo toma asiento con el en la mesa de la cocina.
Aoko le a entregado una manta, una almohada y algo para beber, fue su último aporte antes de subir para darles privacidad a ambos.
Con un gran suspiro la almohada es estrujada entre sus brazos, se relaja y acurruca su cabeza con suavidad.
- quieres contarme que soñaste ? -
Ginzo usa su tono de voz amable y aún calmado , Kaito confía en el hombre frente a él así que se alista a hablar.
- soñe... Que te pasaba algo malo y.. Y que a Aoko también y me dejaban solo -
Responde, es pausado y Nakamori decide dejar que siga hablando sin interrupciones.
- yo no... No lo encontraba, no encontraba a tapirmon y sentía que era mi culpa -
- como... Un pequeño parásito que.. Que consumía vidas para su propia supervivencia egoísta -
Kaito odia estar solo, se deprime de solo pensar en la idea de no ser suficiente de que podría ser arrojado fácilmente los obliga a hacer muchas cosas.
No puede estancarse para siempre en ser un pony de un solo truco, no puede negar que quiere arreglar los problemas para que lo miren.
Quiere que lo reciban en casa. Que le tengan una cena lista o que le pregunten como le a ido en la Academia.
Sus lágrimas derramadas y sus lamentos son silenciosamente aceptados, procesados y cuidadosamente archivadas por el adulto.
- oh Kaito... No eres un parasito, eres prácticamente mi hijo -
Sus palabras fueron dulces y a a kuroba quien nunca pensó escuchar eso desde la boca de Ginzo fue gratificante.
- gracias...-
- esta es tu casa Kaito , si es que así lo deseas... Siempre serás bienvenido -
Kuroba se muestra alegre aún sabiendo que es su culpa.