Chapter 1: Introducción
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.Introducción.
En la actualidad
-Porque tú eres yo… - Jungkook no terminó la frase.
-Y yo soy tú. – Jimin lo hizo por él.
Park Jimin sintió como las lágrimas rodaban por sus mejillas, a juego con las que adornaban el rostro del que iba a ser su marido. Su marido. Se estaban casando. Era increíble.
Miró las galaxias que existían en los ojos del hombre que estaba a su lado. Como casi cada vez, su sola presencia le dejó con la boca abierta. Jungkook siempre había sido atractivo para él, pero en esos momentos su belleza simplemente era de otro mundo.
El traje negro, en contraste con el blanco que llevaba él. Su pelo, también oscuro (que pronto habría que cortar, pero se había empeñado en dejarse crecer para la ocasión) abierto en el frente y estilizado hacía atrás. Jungkook le sonrió, con esa expresión llena de dientes que le hacía rejuvenecer. Jimin pensó que nunca se acostumbraría a todo lo que sentía cuando estaban juntos. Y, ¿sinceramente?, tampoco es que quisiera hacerlo.
…
Mientras recitaba sus votos, Jeon Jungkook pensó que se iba a desmayar. Tenía la garganta cerrada por la emoción, y las manos le temblaban sin control. Cuando Jimin terminó la frase por él y le miró, los ojos llenos de amor y lágrimas corriendo por sus mejillas, por fin sintió que podía volver a respirar y le sonrió. En el instante en el que su inminente marido le devolvió la sonrisa, de nuevo sintió que era el hombre más afortunado del mundo por haber conseguido una segunda oportunidad con él.
Y lo suyo le había costado. Aunque cada segundo había valido la pena para llegar a ese momento. A su lado tenía al hombre más maravilloso que alguien podría desear. Su belleza solo era comparable con el tamaño de su corazón. La chaqueta blanca que se amoldaba a su entallada cintura. Su pelo, rubio, peinado hacía un lado, lo que le daba el aspecto de un gran ejecutivo. Sus ojos que brillaban, convertidos en pequeñas ranuras debido a su amplia sonrisa. Ese era uno de sus Jimin favoritos. Aquel que no podía ver por la felicidad. Y se encargaría de que fuese ese Jimin durante el resto de su vida.
Intercambiaron los anillos. Dentro de cada uno de ellos una sola palabra, Perfectamente en el de Jungkook. Imperfectos en el de Jimin. Unidas formaban su frase.
…
Unos minutos después la ceremonia había terminado. Estaban oficialmente casados. Jimin se puso de puntillas para besar a su marido con esa timidez que a veces lo embargaba, pero este lo cogió de la cintura y lo apretó contra él para unir sus bocas. Profundizaron el beso hasta que los gritos de sus amigos les hicieron separarse.
Jungkook se rascó el cuello, ahora su turno de sentirse avergonzado. Jimin le golpeó suavemente el brazo, las mejillas sonrojadas. Y en ese instante fueron absorbidos por la efusividad de sus mejores amigos, que los rodearon en un tumulto de felicitaciones, abrazos y gritos. Todos y cada uno de ellos los habían acompañado durante su historia de amor. Y eran parte indispensable en su final feliz.
Se hicieron todas las fotos protocolarias con la familia, invitados y todo lo inevitable en un evento de esas características. Hacía unas semanas se habían hecho las fotos prenupciales en un maravilloso palacio en las afueras de Seúl. En esa ocasión Jimin había llevado la chaqueta negra y Jungkook era el que portaba la camisa blanca. Siempre en contraste. Y posaron con elementos coreanos, como un abanico acompañado por una suave tela que ondeaba al viento. Y los hilos rojos y azules como mandaba la historia tradicional.
…
Los recién casados entraron al salón de bodas al ritmo de su canción “There for you” de Troye Sivan. Les hicieron lo que parecían cientos de fotos mientras llegaban a su mesa. En ese punto habían roto un poco la tradición, ya que decidieron compartirla con sus 5 amigos más íntimos. Eso sí, las mesas con las familias de cada uno eran las más cercanas a la principal.
Jimin miró a su soulmate, su mejor amigo, Taehyung, quien lo esperaba con una mano en el corazón y su típica sonrisa cuadrada de felicidad. A su lado, Hoseok aplaudía entusiasmado intentando que Yoongi lo acompañase. Este intentaba mantener su típica fachada de indiferencia, pero su amplia sonrisa lo delataba.
Al otro lado de las dos sillas que estaban reservadas para ellos estaban los demás. Jin, el mayor apoyo de Jungkook, quien a duras penas contenía las lágrimas mientras su pareja, Namjoon le daba palmaditas en la espalda con cara de circunstancias. Se colocaron en sus respectivos sitios. Eso sí, después de haber abrazado de nuevo a todos los demás. Jungkook se burló de la emoción de su amigo, quien intentó pegarle y golpeó en su lugar el centro de mesa, lo que hizo que todos rompieran a reír mientras las orejas de Jin se volvían completamente rojas. Eran su familia.
...
Mientras esperaban a que empezasen a servir el menú de boda, Jimin apoyó la espalda en su asiento y respiró hondo. El día estaba siendo tan perfecto como siempre lo había imaginado o más. Pero su camino hasta llegar aquí no había sido de rosas. De hecho, habían estado a punto de perderse el uno al otro en más de una ocasión.
-Jiminssi, ¿estás bien? – le preguntó Jungkook con voz preocupada.
-Más que bien. Soy muy feliz, Jeon– Su marido unió sus manos – Estaba pensando en el día en el que te volví a ver en aquella fiesta y las ganas que tenía de largarme… -Jungkook rio - Y ahora estamos aquí. – continuó Jimin. Sintió que volvía a emocionarse.
Jungkook levantó sus manos unidas y le besó los nudillos. Entendía lo que quería decir su marido. Por suerte, todo eso formaba ahora parte de su pasado. De hecho, la suya era una gran historia. De esas que se podría escribir sobre ellas. No pudo evitar recordar el momento en concreto que Jimin había comentado.
Y eso que aquel ni siquiera era el verdadero día en el que todo empezó…
Chapter 2: Capítulo 1
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3 años antes de la introducción
Jeon Jungkook podría gritar de felicidad en esos momentos, pero consiguió llegar a su coche antes de hacerlo. Lo había conseguido. Dos inversores que eran pareja, Kim Gaon y Kang Yohan habían aceptado financiar su nuevo proyecto. La adaptación libre de Black Swan en versión musical, protagonizada solo por hombres, o Black Swan (Jungkook´s version) como a él le gustaba llamarla.
Desde la primera vez que se puso detrás de una cámara y se dio cuenta de que su vocación era desarrollar historias a través de esta, supo que lo haría de una forma no convencional… tal y como él veía el mundo. Le había costado hacerse un nombre. Un director joven, abiertamente gay. No lo habría conseguido sin la ayuda de su mentor, Gong Yoo, quien lo había acogido y le había enseñado el funcionamiento de la industria. Tenía que llamarle también.
Pero mientras arrancaba llamó a Kim Yugyeom, su ayudante. Necesitaba a Kim Seokjin como uno de los protagonistas. Había conectado mucho con Jin durante la película que había hecho que Jungkook se diese a conocer, “Still With You”, y sabía que sería perfecto para lo que tenía pensado.
- ¿Cómo ha ido? – soltó su ayudante nada más descolgar.
-No muy bien - contestó con voz apagada, aguantando la risa.
-Oh – hubo una pausa – No pasa nada Jungkook, lo conseguiremos. Ahora mismo concertaré una cita con un productor musical que…
-Yugy…
-Ya estoy escribiendo un mail mientras hablamos.
-Yugy…
- ¿Qué?
-Lo hemos conseguido – hubo una nueva pausa.
- ¡Oh dios mío! Maldito… - ahora sí, Jungkook se echó a reír.
-Envíale el mail acordado a Kim Seokjin. Necesito contactar también con Kim Namjoon para la parte musical del guion.
-En ello. ¿Y qué hay del otro protagonista? – preguntó su ayudante.
-No sé. Los inversores me han dicho que tenían alguien en mente, un tal Kim Taehyung.
- ¿El idol?
-No tengo ni idea, Yugy. Solo necesito a alguien que esté a la altura.
-Ok. Concretamos cuando llegues.
-Perfecto.
Cortó la llamada y se centró en la carretera. Sabía que cualquiera que lo viese se preguntaría porque ese tío trajeado estaba sonriendo como un maníaco mientras conducía, pero le daba igual.
…
- De acuerdo, gracias. Les diré algo lo antes posible.
En cuanto Taehyung colgó el teléfono se lanzó a los expectantes brazos de Jimin en el sofá, apoyando la cabeza sobre su regazo.
- ¿Y bien? – preguntó este.
- Me han ofrecido un papel en un musical – dijo pensativo.
- Pero eso es genial ¿no?
- Es una especie de versión solo con hombres. No estoy seguro que ese sea el papel ideal para lanzarme a la actuación...
- Lo estás haciendo otra vez – le cortó Jimin. Tae se incorporó en el sofá, cruzando las piernas para mirar a su amigo de forma interrogante – Poner excusas para no hacerlo, TaeTae. - le aclaró - Tienes una voz maravillosa, siempre has querido probar en la actuación. Te sentirás más seguro si tienes que cantar en vez de solo actuar.
- ¿De verdad crees que soy capaz?
- Por supuesto – contestó Jimin sin perder un segundo.
Taehyung sonrió ampliamente y lo abrazó, haciéndolo caer. Y así fue como los encontró Hoseok cuando llegó a casa. Acurrucados el uno contra el otro en el estrecho sofá.
…
Unas semanas después, Park Jimin entraba en el set de rodaje como si el suelo que pisaba fuera una pasarela de moda. Taehyung tenía la primera lectura de guión de su musical antes de dar inicio oficialmente al rodaje. No tenían que estar allí todavía, pero Hobi y él habían viajado junto a su amigo para apoyarle. Jimin sabía bien que Tae estaba inseguro y se sentiría intimidado. Al parecer el director era alguien enrollado y no había puesto pegas a las exigencias del actor de estar acompañado por sus coreógrafos, pero aun así era algo muy nuevo para el idol y querían apoyarlo.
Se fue directamente hacia la sala de ensayo donde sabría que encontraría a su compañero. Había sido una suerte conocer a Jung Hoseok, Hobi para los amigos, cuando Jimin estaba a punto de rendirse. Después de años trabajando juntos creando coreografías, este musical era su gran oportunidad. Por eso Jimin le había pedido que no añadiese su nombre cuando hicieron la presentación. Lo importante era que consiguieron el trabajo. Con la ayuda de Tae.
Como suponía, allí estaba dándolo todo con unos pasos de hip hop. Las coreografías que habían creado para Black Swan eran mucho más el estilo de Jimin que el de Hobi, pero con el control que este tenía sobre su cuerpo y como se movía, nadie lo diría.
- Hey – dijo despacio para no asustar a Hoseok.
- Hey – le contestó mientras se limpiaba el sudor. - ¿Sabemos algo? – Jimin volvió a mirar su teléfono.
- Nop. Supongo que tardará un rato. ¿Estás preocupado? – Hobi se encogió de hombros fingiendo indiferencia, pero Jimin lo conocía bien. - ¿Te hace un ensayo general, jefe?
- Jimin, te he dicho mil veces que no soy tu jefe – dijo mientras se dirigía hacia el equipo de música.
- Ok, jefe – se echó a reír ante la mirada amenazante de Hoseok y se puso a estirar.
Cuando el tono del teléfono de Jimin resonó en la sala, ambos estaban completamente empapados. Taehyung había terminado y los esperaba en su caravana. Apagaron todo y fueron a reunirse con él. Esa misma noche era la fiesta de inicio de rodaje y querían saberlo todo antes.
…
Min Yoongi salió de la lectura de guion renegando por lo bajo. Un idol ¿en serio? Esas marionetas de las grandes compañías no tenían ningún respeto por la música. Se dedicaban a lucir guapos en cámara y rimar sol con caracol, y eso si escribían sus propias letras.
Antes de haberse ganado su fama como productor musical y poder elegir, le había tocado lidiar con unos cuantos de esos. Había sido agotador morderse la lengua ante los comentarios. Como ese guaperas (Yoongi podía admitir que lo era) le pusiera pegas a sus creaciones para este Black Swan, no le iba pasar ni una. Se paró junto a la puerta para esperar al que lo había metido en ese lio, Kim Namjoon.
Se conocían desde que compartieron habitación en la universidad. Namjoon no solo respetó desde el principio su lado introvertido, además compartía con él la pasión por la música y la composición. Prefería quedarse en la habitación leyendo o cuidando de su bonsái que salir de fiesta, lo que le convirtió en la compañía perfecta para Yoongi. No se habían separado desde entonces. De hecho, Yoongi siempre se jactaba de que eran amigos desde hacía más de diez años.
Sacudió la cabeza al ver a dicho amigo perdiendo la compostura ante el protagonista de la obra, Kim Seokjin. En su defensa, Namjoon se había visto todos los dramas en los que el actor y cantante había salido. Y no solo lo admiraba por sus visuals perfectos, sino por su talento para fingir ante la cámara. Jin era un verdadero profesional.
Yoongi aun recordaba el final de aquel drama en el que el personaje de Seokjin terminaba muriendo y lo mal que Namjoon lo había pasado. Durante días no había hablado de otra cosa, y no podía hacerlo sin llorar. La verdad, puede que Yoongi también se emocionara un poco ante el final de aquella serie, aunque nunca lo admitiría.
Cuando, por fin, Namjoon llegó a su lado y se fueron hasta su caravana, Yoongi no hizo ningún comentario sobre sus mejillas sonrojadas o cuando se giró para saludar una última vez al actor, que por suerte seguía mirándolo, antes de salir de allí. Tenía meses por delante para meterse con él.
…
Jungkook llevaba solo unas horas en la fiesta por el inicio del rodaje y ya estaba cansado. Había sido un día muy largo y para no mentir, aún tenía nervios en el estómago. Mañana empezaba el verdadero trabajo y aunque estaba satisfecho tras la lectura de guion y la química entre Jin y Taehyung, todavía estaba por ver cómo funcionaban las canciones y los bailes ante la cámara.
Cuando Jung Hoseok, el coreógrafo que Taehyung había pedido como requisito para aceptar el papel, le presentó sus ideas después de enviarles el storyboard con todo lo que tenía pensado, lo había dejado tan boquiabierto que no había puesto ninguna pega a aceptar las condiciones del idol. Estaba a punto de arrepentirse de ello.
Se sentó en un taburete junto a la barra y pidió otra bebida. Se giró en cuanto se la sirvieron y barrió la sala con la mirada. El vaso se quedó a mitad de camino hacía su boca cuando junto a su bailarín principal, Lee Taemin, reconoció a la persona que había rondado por su cabeza más veces de las que querría admitir en los últimos diez años, Park Jimin.
Lo primero que pensó era que estaba aún más atractivo de lo que recordaba. Sin poderlo evitar recorrió su rostro, más maduro y con la mirada endurecida. Además, estaba esa boca que incitaba al pecado y que había aparecido en sus sueños en más de una ocasión. Lo que más rabia le dio al director fue que lo más atractivo de Jimin era ese aura que desprendía, que te hacía querer acercarte a él. A pesar de la distancia, Jungkook sabía que al menos eso no había cambiado ni un ápice. Qué pena que tanta belleza quedase eclipsada al llevar la ambición por los caminos incorrectos.
¿Qué hacía allí? Pensó que al final era un alivio que Gong Yoo, su mentor, no hubiese podido venir a la fiesta. Seguro que le habría hecho daño encontrarse con aquel que se quiso aprovechar de él para lanzar su carrera y había intentado destruir la suya en venganza cuando no lo consiguió.
- Jungkookah, bonita fiesta.
Desvió la mirada de Jimin para fijarla en su protagonista, que se sentó en el taburete junto al suyo, tambaleándose ligeramente.
- Me alegro de que alguien disfrute – renegó, volviendo a mirar hacía Taemin y compañía. Seokjin siguió su línea de visión.
- Por favor, dime que no estás mirando a Taemin con esa concentración. -
- ¿Qué? ¡No! – exclamó, atragantándose con su bebida. Jin le dio unas palmaditas en la espalda.
- Menos mal. De todas formas, parece que ya ha hecho buenas migas con Jimin.
- ¿Lo conoces? – La pregunta salió de su boca antes de poder pararla. Jin lo miró con suspicacia.
- ¿Al coreógrafo de la película que vas a rodar? – hizo un ruido sarcástico - ¡Más me vale! Ahí donde lo ves tan adorable, es un sargento en la sala de baile. No da tanto miedo como Hobi, pero casi. Normal que sean socios – Jin se echó a reír ante su propio comentario.
En la mente de Jungkook apareció, con letras de neón, la cláusula en el contrato de Taehyung en la que decía que solo aceptaba rodar el musical si podía elegir la compañía encargada de las coreografías. Sacudió la cabeza con desprecio. Así que eso era lo que hacía allí Park Jimin. Al final había conseguido engatusar a alguien. Pues Jungkook no pensaba ponérselo nada fácil. Ni de coña.
…
- Y creo que si estiras más el brazo en ese paso... - hizo el movimiento despacio.
- Venga ya, Jimin – protestó Taemin – Dame una tregua, esto es una fiesta. - Jimin se sonrojó.
- Tienes razón. Perdona. Es que hasta ahora solo he estado ayudando a Hobi a crear las coreografías en la sombra. Es el primer proyecto de verdad en el que voy a dar la cara. Necesito que cada detalle sea perfecto.
- No te preocupes, también es la prueba de fuego para nuestro director. Su anterior peli fue un pelotazo y ahora se quiere tirar a la piscina con su versión gay de Black Swan. Por eso eligió a Seokjin como prota, hicieron muy buenas migas en Still With You.
El corazón de Jimin se saltó un latido cuando escuchó el título de la película anterior del director de Black Swan. Sabía perfectamente quien era. La había visto más veces de las necesarias. No podía ser verdad. Ahora que después de tanto tiempo se sentía preparado... !Maldita sea!. Debía haber prestado atención cuando Taehyung le había hablado del director. Estaba tan centrado en sacar el proyecto adelante, que no se había parado a pensar ni por un momento que fuese la misma persona que mató sus ilusiones antes de que crecieran y no le dio ni una oportunidad. El primero que le hizo darse cuenta de que iba a perder su pelea contra Gong Yoo, que nadie lo iba a creer. Jeon Jungkook.
Sintió un escalofrío recorrer su espalda y levantó la mirada para encontrarse con la de aquel que ocupaba sus pensamientos. Alzó la barbilla en un intento de mostrar una seguridad que no sentía. Esos ojos fijos en él lo hacían sentirse como si no hubiese pasado el tiempo.
Estaba más alto, más maduro. La mandíbula cuadrada, la envergadura de sus hombros dejaba entrever una fornida espalda. Recordó a ese joven Jungkook de 18 años, tímido y con los ojos llenos de ilusión. Esos ojos que ahora le estaban analizando con frialdad, revisándolo de arriba abajo. Qué pena que unos ojos tan vivos estuviesen ahora llenos de fingida indiferencia. Aun así, seguía siendo irremediablemente atractivo.
Cuando la cara de Jungkook mostró el despreció que sentía, Jimin no pudo más. Se alejó de un Taemin que lo miraba perplejo y salió de la fiesta sin rumbo fijo. Sentía una presión dolorosa en el pecho. Se soltó un par de botones de la camisa y se sentó en el primer banco que encontró, intentando controlar su respiración.
Estaba jodido.
…
Taehyung entró hecho una furia en su caravana cerrando la puerta con fuerza y sorprendiendo a sus dos amigos. Habían quedado en esperarlo allí antes de empezar el rodaje, ya que lo habían llamado para una reunión de emergencia con el director y los inversores a primera hora.
- Es que no entiendo nada ¿pero de que va?
- TaeTae – le llamó Jimin mientras le hacía sentarse delante de su tocador – ¿Qué ha pasado?
- Ese maldito director… - Jimin sintió un pinchazo en el pecho al escuchar a su amigo – ¿Pues no me ha dicho si no podíamos olvidar la cláusula de mi contrato en la que pone que vuestra compañía sea la encargada oficial de las coreografías?
- ¿Qué? – exclamó Hobi - Pero si Jungkook estaba muy satisfecho con nuestro trabajo. Todos los vídeos que le enseñé y las veces que me reuní con los bailarines, siempre se mostró entusiasmado. No entiendo nada.
- Pues algo ha cambiado. Pero vamos, le he dicho que me niego. Además, los inversores estaban de mi lado. Nunca me he alegrado más de mi colaboración con Kim Gaon cuando aún era idol y no un famoso inversor.
- Tae, no deberías poner tu carrera en peligro por nosotros. Estoy seguro de que...
- Jimin. Ni lo pienses.
- Pero…
- Te dije aquel día que siempre te apoyaría. Además, es que vuestro trabajo es impecable. Seguro que es cosa de ese productor musical que me juzga con la mirada.
- Vuelvo enseguida… - Hobi y Tae se quedaron mirando la puerta por la que Jimin acababa de salir.
- ¿Pero qué mosca le ha picado a todo el mundo hoy? – se quejó el idol.
…
Jungkook volvía hacia su caravana completamente frustrado. Era un error de novato no haberse asegurado de conocer a todo el equipo involucrado en su rodaje. Se había centrado tanto en perfeccionar el guion y las canciones con Yoongi y Namjoon que se había descuidado. Maldita sea.
Los inversores le habían dejado bien claro que:
1) No iban a dejar escapar a Kim Taehyung, el idol con más éxito en la actualidad y,
2) No pensaban correr con los gastos de retraso en el rodaje si tenían que buscar nuevos coreógrafos sin ninguna razón aparente.
Por supuesto no pensaba admitir los motivos de su cambio de opinión. Y no le había quedado más remedio que ceder.
- ¡Tú! – escuchó a su espalda.
Se dio la vuelta justo a tiempo para ver acercarse a él a un aparentemente enfurecido Park Jimin. Cuando llegó a su altura y vio el nombre del director en la puerta de la caravana, lo cogió del brazo y lo hizo entrar a regañadientes.
- ¿Pero qué…? – Jimin no le dejó terminar la frase.
- Tenemos que hablar.
Chapter 3: Capítulo 2
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Namjoon estaba listo. Podía con ello. Había pasado un rato relajado peinando la arena de su bonsái. No había nada que pudiese con él… excepto la belleza de Kim Seokjin. En cuanto el actor entró a la sala de grabación todas sus frases motivacionales saltaron por la ventana.
-Buenos días, Namjoon – le dijo un sonriente Jin.
-Buenos días – se dio una palmada mental en la espalda cuando consiguió devolverle el saludo sin tartamudear.
-Me ha dicho Jungkook que tengo que grabar primero mi solo y luego ya grabaré el tema con Tae.
-Sí, pensamos que sería la mejor forma de empezar. Cuando quieras – le dijo señalando la cabina de grabación.
Jin se metió a su lugar y se puso los cascos. Miró al productor musical al otro lado del cristal y sonrió al ver que este era incapaz de mirarlo. Adorable.
-¿Me oyes? – dijo al micrófono para comprobar. Namjoon levantó un pulgar como afirmación. – Oye, Namjoonie – El mote consiguió su misión cuando el productor musical por fin lo miró a los ojos – No estés tan serio, ¿vale? – le soltó, guiñándole un ojo. -Desvió esta vez él la mirada cuando vio el color subir a las mejillas del otro. Poco a poco, Seokjin. No lo asustes.
…
Taehyung entró a la sala de grabación nº 2 con el ánimo por los suelos. La reunión con el director lo había enfadado tanto que le había hecho perder parte de la confianza que tenía, que no era mucha para empezar. La principal razón para lanzarse a esta aventura había sido saber que iba a tener a su lado a Jimin… y a Hobi, claro. Suspiró.
Intentó despejar su mente para meterse en el papel cuando se dio cuenta de que le había tocado trabajar con Min Yoongi. Lo que faltaba. Estaba convencido de que había sido el productor musical el que se había quejado de ellos al director. Nadie más tenía motivos, y Tae era consciente de las miradas de superioridad que le dedicaba. Pues le iba a demostrar de lo que era capaz.
O no. Media hora después no habían avanzado más de media canción.
-Vas fuera de tiempo – le recriminó Yoongi. Tae apretó los dientes y volvió a probar - Ahora vas demasiado deprisa – le dijo el productor musical a través del altavoz.
-¿Por qué no me dejas acabar la canción por lo menos una vez antes de seguir criticando?
Yoongi no dijo nada. Volvió a empezar la canción desde el principio y se echó atrás en la silla para dejar claro su desinterés. Taehyung rodó los ojos ante el gesto, pero luego los cerró. Se centró en fusionarse con su personaje, en como cantaría esa canción desde la frustración de no haber sido elegido el cisne protagonista. Ignoró por completo la presencia de Min Yoongi.
Abrió los ojos y empezó a cantar. No miró al productor musical hasta que hubo terminado. Por supuesto, Yoongi tenía los suyos clavados en él. Cuando sus miradas se cruzaron, este solo asintió y volvió a empezar la canción.
Desde el principio – dijo secamente, pero Tae sonrió.
Taehyung 1 Yoongi 0.
…
Jimin hizo a Jungkook sentarse en el sofá nada más entrar en su caravana. El director abrió la boca para protestar, pero la cerró cuando Jimin lo señaló con un dedo como advertencia mientras intentaba calmarse.
-Escúchame bien, directorucho de pacotilla. No sé si es que nos os bastó con joderme la vida una vez o qué. Pero si eres tan idiota como para no ver el talento que tienen tanto Tae como Hobi por encima de una obsesión enfermiza, ese es tu puto problema.
¿Os? ¿Obsesión? Pensó Jungkook. No tenía ni idea de lo que estaba hablando el bailarín, mejor dicho, el coreógrafo.
-El único problema que tengo es que no quiero cerca gente como tú. Que se gana el trabajo… ya sabes – el gesto que acompañó las palabras del director fue como una bofetada para Jimin. Le había dejado claro que lo despreciaba hacía años, pero verlo tan claramente dolía como el demonio.
-¿Y cómo se supone que es eso? – quería oírselo decir a pesar de todo.
Jungkook hizo un ruido sarcástico y cogió su tablet para enseñarle a Jimin el artículo que había visto esa misma mañana. Tenía una alarma para cualquier comentario que se hiciese sobre la película. El corazón del coreógrafo empezó a latir con fuerza cuando lo leyó:
BANGTAN NEWS
PARK JIMIN ATACA DE NUEVO
¿El amor está en el aire?
El idol en ascenso, Kim Taehyung, ha sido visto en el set
de la que será su próxima película “Black Swan” muy cariñoso con el ex bailarín Park Jimin.
Fuentes cercanas al rodaje nos confirman el romance hasta el punto de que el idol exigió que su amante, ahora reconvertido en coreógrafo, fuese incluido en el contrato como principal condición para aceptar el papel.
¿Habrá aceptado obligado el director de la película, Jeon Jungkook, su participación a pesar de que Park sea enemigo público de su mentor? ¿O se habrá ganado Jimin su lugar con su ya conocido “estilo”?
No quiso leer nada más. No podía. Pensó en todo lo que sus amigos se habían esforzado para que su carrera siguiera ascendiendo, y ahora él iba a arrastrarles al fango con su pasado.
-Ya no tienes tanta fanfarronería, ¿no? Seguro que creías que después de tanto tiempo te ibas a salir con la tuya otra vez.
-No tienes ni idea… - Su respiración se aceleró. Tenía que salir de allí.
Se dirigió a la puerta, pero se detuvo cuando Jungkook volvió a hablar.
-No voy a parar hasta verte fuera de mi película, Park Jimin.
Asintió, saliendo de la caravana sin darse la vuelta. No quería darle al director la satisfacción de ver sus lágrimas.
Jungkook se pasó la mano por la cara. Había visto como los hombros de Jimin se sacudían antes de marcharse. Una sensación extraña se instauró en su interior. ¿Por qué le afectaba si hacer que se fuera era su plan desde que supo de su presencia en la película? La expresión en la cara del coreógrafo había cambiado tan deprisa de la furia al dolor, que era imposible que lo hubiese fingido.
Por suerte para él, Yugyeom le avisó de que las grabaciones de la mañana para la banda sonora habían terminado y era hora de rodar algunas escenas. No podía perder de vista la meta. Su versión de Black Swan debía ser un éxito.
…
Durante los días siguientes casi todo estaba saliendo rodado, valga la redundancia. La química de Jin y Taehyung, entre ellos y con la cámara, era indiscutible. Hasta parecía natural. Los movimientos de los bailarines encajaban casi a la perfección en la escena. Jungkook no lo iba a admitir en voz alta, pero las coreografías se amoldaban a la obra como anillo al dedo.
Si no fuese porque su bailarín principal no había dado una desde que habían empezado, habrían podido avanzar. Justo en el momento en que esos pensamientos poblaban la mente del director, Taemin se volvió a parar en seco.
-¡Corten! – gritó Jungkook. - ¿Algún problema, Lee? - la irritación era palpable en la voz del director.
-Lo siento… yo… no recuerdo la siguiente parte – bajó la vista, avergonzado.
Buscó a su ayudante para que localizase al coreógrafo cuando vio a Hobi hablando con Taehyung, así que se acercó a ellos. La mirada seria que le envió el idol le recordó los acontecimientos de esa mañana. Lo ignoró por el bien del rodaje.
-Hoseok. ¿Podrías ayudar a Taemin a refrescar la escena? –
-Dame un segundo – contestó sacando el teléfono – Tengo que llamar a Jimin, toda la parte de clásico es suya.
A ninguno de los dos amigos les pasó desapercibida la cara de sorpresa del director, quien volvió a su silla enfurruñado. Se sentó, cruzándose de brazos.
-¡Cinco minutos de descanso! – exclamó, sumergiéndose en su tablet.
Jimin llegó al set antes de que transcurriese ese tiempo. Le lanzó una mirada de reojo al director, quien se quedó parado en su silla cuando observó los ojos hinchados del coreógrafo. Estaba claro que había estado llorando y aunque no estaba seguro, lo más probable es que hubiese sido debido a la escena en su caravana esa mañana.
Jungkook observó cómo la cara del otro se iluminaba cuando llegó al lado de Taemin y le daba unas palmadas de ánimo. El bailarín se hizo a un lado mientras el coreógrafo se ponía en posición y realizaba todos los pasos de la escena requerida sin tener ni siquiera la música que los acompañaba.
¿Cómo podía ser que alguien con ese talento no tuviese más presencia en la industria? Recordó la razón cuando, mientras Taemin repetía los movimientos bajo la atenta mirada del coreógrafo, Taehyung se acercaba a este para abrazarle por detrás y Jimin dejaba caer su peso sobre el del actor. Por supuesto, no tenían ninguna intención de ocultarlo.
-¡Todo el mundo a sus puestos! – bramó Jungkook, haciendo que algunos de los operadores lo mirasen con recelo. Hasta ahora no había sido otra cosa más que educado.
Sonrió satisfecho cuando Taehyung se alejó de su amigo para volver a su punto señalado y Jimin salía de la zona de rodaje, aunque se quedó cerca del lado de los bailarines. Cuando se retomó la grabación de la escena repitió todos los pasos para que Taemin pudiese seguirlo. El director era consciente de que, sin él, habrían perdido toda la tarde repasando con el bailarín principal. Lo que no tenía tan claro era porqué le había importado verlo en plan cariñoso con Taehyung.
Un par de repeticiones después Jungkook se quedó paralizado en su sitio cuando a mitad de escena Jimin dejó de bailar y lo miró, retándolo. Se dio cuenta entonces de que había estado mirando al coreógrafo todo el tiempo en lugar de a los actores y bailarines en el escenario. Aún a esa distancia y a pesar de los ojos hinchados, el director podía ver el fuego en los ojos de Jimin cuando se dio la vuelta para salir del set.
…
Taehyung había salido volando del plató en cuanto Jungkook había dado el rodaje por terminado. No se había podido quitar de la cabeza los ojos enrojecidos de Jimin. No le tenía que haber contado lo que había pasado en la reunión sabiendo lo inseguro que era su amigo. Entró a la caravana que Hobi y Jimin compartían sin tocar a la puerta. Lo encontró en el pequeño sofá mirando su móvil.
-¡Hey Jiminah!
-Hello my alien – contestó el coreógrafo sin pensarlo. Ambos sonrieron ante su broma interna. Tae se sentó a su lado sin decir nada, solo apoyándolo en silencio.
Jimin suspiró y le enseñó el artículo del Bangtan News a su amigo. Se asustó cuando este se levantó de golpe mientras agitaba el teléfono en su mano.
-¿Pero qué? Sabía que había rumores sobre nosotros porque salimos mucho juntos, pero esto es el colmo. Yo nunca te daría un trabajo, aunque fueses mi pareja y aunque lo hiciese, no lo aceptarías.
-Tae ya lo sé, pero escucha…
Jimin se interrumpió cuando Hoseok entró en la caravana. Este miró a Tae plantado en el medio con el móvil en la mano, visiblemente alterado. Miró después a Jimin en el sofá y su cara de preocupación.
¿Qué pasa? - Tae le tendió el teléfono para que también leyese el artículo.
Hobi leyó con atención y se sintió un hipócrita cuando el corazón le dio un pinchazo al ver las fotos que acompañaban al artículo. Tae y Jimin, sin ningún espacio personal entre ellos, como siempre. Como si fuesen pareja. No era algo que no estuviese habituado a ver, pero así impreso le daba otro significado, casi lo hacía real. No le extrañaban los rumores, por muy falsos que fuesen.
-Bueno, al menos hablan de la película. – dijo con sarcasmo.
Jimin levantó la mirada al notar el desprecio en la voz de su amigo. La decisión que le rondaba la mente desde hacía un rato se hizo más clara. Siempre lo estropeaba todo.
-Voy a dejar el rodaje.
-¿Qué? – Soltaron Hobi y Tae a la vez - ¡Ni de coña! – añadió este último.
-TaeTae – intentó.
-No. Jimin, no. Ni de coña. Si tú te vas, yo me voy.
Hobi hizo un ruidito sarcástico.
-Gracias por la parte que me toca.
-Esto no va sobre ti, Hobi – le replicó el idol.
-Oh, perfecto. ¿Y cuándo va sobre mí en este pequeño mundo de soulmates en el que vivís? ¿Acaso no me afectan vuestras decisiones?
Antes de que ninguno de los otros dos pudiese decir nada, Hoseok siguió hablando:
-Tú – dijo señalando a Jimin – Eres un idiota si dejas que un director novato y la mala prensa te digan lo que vales en tu trabajo. Si tú no hubieses estado hoy aquí no habrían podido terminar ni el primer día de rodaje. Pero que sabré yo, que solo soy tu compañero desde hace más de 5 años. – Jimin bajó la cabeza.
-Lo siento. – murmuró.
-Y tú, don nopuedohacerestosinvosotros. Será sin Jimin, ¿no? ¿Qué importa que la gente piense que sois pareja? No estamos aquí por eso, ¿o sí? Porque empiezo a pensar que el que sobra soy yo. ¿Cómo creéis que me hace sentir que hasta para marcharos de aquí me dejáis fuera? – Se le quebró la voz – ¡A la mierda! - Se dio la vuelta y se marchó de la caravana.
- ¡Hobi! – llamó Tae. Se movió para seguirlo, pero Jimin le detuvo posando una mano en su hombro.
-Déjame a mí – apretó el hombro de Taehyung cuando este asintió y salió detrás de su amigo.
Lo encontró sentado en las escaleras de entrada. Se sentó a su lado y le hizo una pregunta. Hacía tiempo que tenía sus sospechas, pero ahora lo había visto claro.
-¿Desde cuándo? – No obtuvo respuesta.
-No sé de qué me hablas – contestó rápidamente.
-¿Desde cuándo, Hobi? – repitió.
-Desde siempre, joder. Desde siempre – admitió con voz derrotada. Jimin le pasó el brazo por encima del hombro y lo pegó a él.
-Lo siento – le dolía que su amigo se hubiese sentido desplazado.
-Jiminah, no tienes porqué sentirlo – En el fondo, Hoseok sabía que no tenía derecho a meterse en la relación de esos dos. Jimin no debía tener que pedirle perdón por hacer de Tae su prioridad. Si alguien podía entender justamente eso, era él.
-No me iré. – le susurró. Hobi lo miró.
-No me importa eso.
-Lo sé… por eso lo hago. Tienes razón. No puedo dejar que me aparten, no otra vez. – Si ese no era el motivo para quedarse, sus amigos no tenían que saberlo. Podría aguantar. No solo estaban en juego sus carreras, también sus vidas. Lo había visto claro.
Cuando volvieron a su caravana, Taehyung ya no estaba. Jimin vio la pesadumbre en el rostro de su amigo.
-Mañana hablaré con él. Y tú también – le dijo señalándolo con el dedo.
Hobi asintió, sonriendo. Haría que Tae le perdonara y que todo siguiera como antes, supuestamente.
Él también era capaz de fingir.
Chapter 4: Capítulo 3
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Yoongi iba camino al estudio de grabación con un café americano en la mano. No podía dormir y no quería despertar a Namjoon. Entró despacio y se puso a probar con alguna de las bases que tenía creadas. Su sueño era ser rapero y sacar su propia mixtape. Sabía que nunca se atrevería, pero aun así le gustaba crear sus temas e imaginar que se hacía realidad.
"A to the G, to the U, to the STD
sending listeners to Hong Kong with my rap
my tongue technology"
-Wow – se dio la vuelta sobresaltado para encontrarse a Kim Taehyung mirándolo desde la puerta. Paró la canción al instante.
-¿Quién era ese? Era muy pegadizo.
¿-Qué haces aquí? – preguntó Yoongi lo más secamente que pudo.
-No podía dormir, quería componer algo – levantó tímidamente su agenda. Siempre que tenía un mal día se refugiaba en sus canciones.
-¿Componer? ¿Tú?
-¿Perdona? – Tae no sabía si lo había ofendido más la pregunta o el tono con el que había sido hecha. Yoongi se encogió de hombros.
-Ya sabes. Como todos esos idols que lucís guapos ante la cámara y luego hacéis entrevistas diciendo lo importantes que son las letras para vosotros cuando no habéis escrito nada en la vida.
-Tú no me conoces – replicó Tae apretando los dientes.
-No me hace falta – Yoongi fingió indiferencia. Se dio la vuelta en la silla dándole la espalda al cantante.
Fue la gota que colmó el vaso para Tae. Primero el director, luego Hobi y ahora… se acabó. En dos zancadas estaba junto al productor musical. Dejó la agenda sobre la mesa y le dio la vuelta a la silla, apoyando ambas manos en los reposabrazos.
-Mira, Min Yoongi. - el idol puso retintín al decir el nombre del otro - Puede que seas un productor musical maravilloso. No sé lo suficiente sobre ti para decir lo contrario – dijo con sarcasmo – pero puedo imaginarlo solo con las canciones que has creado para la película. Pero eso no te da derecho a juzgar a los demás. No tienes ni idea de lo duro que he tenido que trabajar para llegar aquí. Ni los listillos como tú a los que me he enfrentado para defender mi música y mi estilo. ¿Sabes qué? - Se incorporó. Yoongi tragó saliva – No vale la pena. Pero gracias por pensar que luzco bien en cámara.
El productor musical se quedó mirando la puerta por la que había salido el idol, dándole vueltas a sus palabras. En el fondo tenía razón. Se avergonzó al recordar el último comentario de Taehyung. Tendría que estar ciego para no darse cuenta de lo atractivo que era. Y ahora que lo había visto tan de cerca, y a cara lavada, podía afirmar que no solo era guapo en cámara.
…
Namjoon estaba tratando de hacer un café en la máquina de catering, pero algo no funcionaba bien. Llevaba un rato haciendo un ruido raro y nada salía. A lo mejor tenía algo que ver con la manija que se le había quedado en la mano al girar con demasiada fuerza. La escondió en la parte de atrás y estaba a punto de marcharse cuando vio que Seokjin se acercaba a él. Vaya manera de empezar el día.
-Buenos días, Namjoonie – le dijo el actor al llegar a su lado.
-Buenos días, Seokjin – quiso que la tierra se lo tragara cuando Jin cogió la manivela que había escondido y la colocó en el lugar correcto de la cafetera.
-¿Qué vas a tomar? – le preguntó mirándolo sonriente.
-Uno bien cargado, por favor.
-Bien cargado, justo como me gustan a mí.
Namjoon se atragantó con su propia saliva ante el comentario. Jin dejó el café para darle unas palmaditas en la espalda. Al menos la tos ocultaría su sonrojo.
-¿Mejor? – Le dijo cuándo recuperó la compostura, tendiéndole su café.
-Sí, gracias. Nos vemos…
-Pero… después de todo el esfuerzo ¿no te lo vas a tomar conmigo?
-¿Yo? ¿Contigo?
-Tú. Conmigo. No veo a ningún chico guapo más.
Jin se apiadó de él cuando los ojos del productor musical se abrieron como platos.
-Venga. Prometo no tontear más contigo hasta dentro de un rato.
El actor se anotó una victoria en su mente cuando Namjoon sonrió tímidamente y esos bonitos hoyuelos que había notado en la lectura de guión, aparecieron por primera vez gracias a él.
Casi una hora después Jin miró el reloj sorprendido cuando uno de los ayudantes fue a buscarlo porque lo estaban esperando en el set. A pesar de la indiscutible timidez del otro, había conseguido que se soltara un poco y ahora, además de que le gustaba todavía más, sabía que los cangrejos tenían la sangre azul. Si algún día le salía esa pregunta en el Trivial podría ganar gracias a sus conocimientos.
…
Jeon Jungkook se consideraba un hombre muy paciente. Pero cuando durante los días siguientes tuvo que volver a cortar el rodaje una y otra vez porque Taemin seguía perdiendo el paso, empezó a creer que igual estaba equivocado. Llevaban días de retraso.
Recordó la llamada de la noche anterior con su mentor quien le comentó que sus dudas sobre el bailarín eran infundadas, que le faltaba experiencia como director para saber sacar el mejor partido de su plantilla.
-¿Puede alguien traer a Park Jimin? – rugió, frotándose las sienes. – ¡Jin, Taehyung! Vamos a repetir desde la parte sin bailarines en cinco. – Ambos asintieron. La tensión que emanaba del director era más que obvia.
-¿Qué? – Jungkook abrió los ojos ante la pregunta para encontrarse a un Jimin con la mano en la cadera que lo miraba desafiante.
-Necesito que hagas TU trabajo y consigas que Taemin aprenda los pasos de una puta vez. Y si os tenéis que quedar todo el día ensayando no es mi problema. Si no eres capaz o no puedes con esto... ya sabes dónde está la puerta.
Jimin iba a decirle al director por donde podía meterse sus formas cuando vio que Tae daba un paso hacia ellos. Se había prometido a sí mismo que no iba a perjudicar más a sus amigos.
-Sin problema. “Gilipollas” – murmuró la última parte. Aunque no lo suficiente bajo porque cuando ya salía con Taemin detrás de sus talones escuchó un: ¡Que sepas que lo he oído! que le hizo sonreír con satisfacción.
Yugyeom que había observado toda la escena se acercó a Jungkook.
-¿Estás bien? - le preguntó bajito. Jungkook lo miró con la réplica en la punta de la lengua, pero se suavizó al ver la preocupación en los ojos de su amigo.
-Esto es un desastre Yugy. Solo llevamos unas semanas y no hago más que perder tiempo. No sé por qué mi mentor se empeñó en que contratase a Lee Taemin de bailarín principal. Tenía que haber seguido mis instintos y elegir a otro.
Jungkook no iba a admitir que desde su conversación hacía unos días tenía una extraña sensación en el cuerpo. No podía reconocer que se había dejado guiar ya que, en ninguno de los castings que había hecho, había encontrado a alguien a la altura de la imagen que ya existía en su cabeza de lo que era un bailarín completo. Lo había tenido delante 10 años atrás.
*10 años antes*
Jungkook estaba mirando a través de la lente de la cámara. El director a cargo del videoclip se había tomado un descanso y él estaba aprovechando para saber lo que se sentía. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de que alguien más había entrado a la sala hasta que este se colocó frente a la cámara y lo saludó tímidamente.
Desvió la mirada a la persona delante de él y volvió a mirar a través del objetivo. La cámara no engañaba. Ese chico era la persona más atractiva que Jungkook había visto en sus dieciocho años de vida. Dejó la cámara a un lado.
-¿Eres el director? -
-Ojalá. Solo estoy haciendo prácticas. -
-Pues se te veía muy bien ahí detrás – le replicó. – Park Jimin – comentó mientras le tendía la mano.
-Jeon Jungkook – devolvió el gesto, apretándole la mano.
Antes de la llegada del resto del personal, incluido el verdadero director, a la sala de grabación, Jimin y Jungkook ya habían intercambiado los teléfonos en medio de un coqueteo incesante que no paró aun durante la jornada laboral.
Jungkook intentaba absorber toda la información posible sobre cómo funcionaban las cosas, pero no podía evitar que su mirada se desviase al bailarín en su hábitat natural. Lo que Park Jimin hacía no era bailar, era magia. Descalzo, completamente vestido de blanco, realizaba su danza una y otra vez sin perder ni un ápice de sentimiento, la belleza de sus movimientos era etérea. Jungkook estaba hipnotizado.
Por su parte, Jimin había notado los ojos del director en prácticas sobre él durante todo el rodaje, pero eso solo le hizo poner aún más empeño en su baile. En alguna de las pausas habían cruzado miradas y hasta había conseguido sonrojar a Jungkook solo con sonreírle. Pensaba escribirle esa misma noche y si las cosas salían bien quizá podrían quedar a tomar algo al terminar el rodaje.
A la mañana siguiente un sonriente pero ojeroso Jungkook llegó al set de con dos cafés en la mano. Los dejó junto a su mesa y se dirigió al armario para dejar el abrigo cuando escuchó ruido en el interior. Miró por la puerta entreabierta aún sabiendo que no debía y se arrepintió al instante.
Ahí estaba Park Jimin, con el que había estado tonteando hasta bien entrada la madrugada, besándose con su mentor y director del vídeo, Gong Yoo, quien lo tenía aprisionado contra la pared.
Se dio la vuelta sin dejar el abrigo y volvió a su mesa. Tiró el café de vainilla que había comprado para el bailarín según los gustos que habían compartido la noche anterior sintiéndose un completo idiota.
***
Esa semana, el rodaje se había paralizado para reestructurar el set. El director había decidido posponer las escenas con bailarines (principalmente con Taemin en ellas) hasta poder ver avances en su coreografía. Todo el staff podía ver la frustración en Jungkook. Incluso los que lo conocían poco notaban ese cambio de la persona atenta y respetuosa que los había contratado a una tensa y con el ceño fruncido buena parte del día.
Dicho director había ido a la máquina expendedora a por una banana milk (que él mismo le había recordado a su ayudante que era necesario tener) y decidió pasar por el estudio de grabación. Para aprovechar la tarde habían decidido grabar el dúo principal
"It´s Definitely You” así que Jin y Tae debían estar ensayando juntos.
Le dio un sorbo a su bebida y se asomó por la ventana cuando escuchó risas. Efectivamente, Taehyung y Jin estaban dentro de la cabina, pero en lugar de cantando estaban haciendo una competición a ver cuál de los dos llegaba a un tono más alto, mientras Namjoon, cuyo crush por Seokjin era de todo menos discreto, reía a carcajadas y hasta el mismísimo Min Yoongi tenía una sombra de sonrisa en su cara.
-¿Desde el principio? – comentó Tae desde la cabina.
-¿Seguro que queréis hacerlo otra vez? – comentó Namjoon – Llevamos casi dos horas. Yo creo que suena decente.
-Pero no quiero que solo sea decente. Quiero que mi voz esté a la altura de la película que Jungkook ha montado.
-Taehyung, lo está y lo sabes – le aseguró Jin.
-¿Un par de veces más? – preguntó el idol poniendo cara de niño bueno.
Jin suspiró y le hizo una seña a Namjoon de aceptación. Este miró a Yoongi, quien estaba realmente impresionado con la implicación de Taehyung en su trabajo. Recordó la agenda que tenía en su caravana y sonrió un poco más.
-Solo porque lo estoy pasando bien.
-¡Oh dios mío! – exclamó Jin desde la cabina. – Estamos haciendo que Min Yoongi admita que está disfrutando. ¿Dónde está la cámara oculta?
Todos volvieron a reír cuando el actor empezó a fingir buscar dichas cámaras por la cabina. Cuando Jin vio como el director se alejaba de la puerta sonrió para sus adentros, tenía que tener una charla con él. Volvió a ponerse serio cuando escuchó el: “¿grabamos o no?” de Yoongi aunque no había ningún deje de enfado en su voz. Eran un gran equipo.
…
Hobi observaba pegado al cristal los intentos de Jimin para que Taemin consiguiera caer con gracia. No era experto en clásico, pero hasta él podía decir que eso no iba a pasar. Sonrió al ver la frustración cruzar el rostro de su amigo cuando el bailarín volvía a levantar el brazo incorrecto. No debería reírse, estaban perdiendo un tiempo valioso, pero es que era digno de ver. Jimin ni siquiera estaba poniendo esfuerzo, solo marcaba los pasos. Aun así, sus movimientos estaban a años luz del mejor intento de Taemin.
Se puso recto cuando vio llegar al director, quien lo miró con cara de: ¿mejor? A Hobi hasta le dio un poco de pena ver la esperanza en los ojos de Jungkook desaparecer cuando sacudió la cabeza para negar. No iba a mentirle. Además, con lo mal que había tratado a Jimin y Tae no se merecía su compasión.
Le sorprendió cuando el director se quedó junto a la puerta para observar la milésima repetición de los pasos por parte de Jimin. Reconoció esa expresión. A todo el mundo le pasaba cuando Jimin bailaba. Era inevitable. Él mismo, que tenía un control total de su cuerpo al bailar, no podía hacerlo parecer tan fácil como cuando Park Jimin se movía.
De nuevo, intentó no reír cuando Taemin tropezó con su propio pie y estuvo a punto de darse de bruces contra el suelo. Por suerte, Jimin estaba cerca y lo estabilizó cogiéndolo de la cintura. Miró al director para ver si estaba conteniendo la risa igual que él y volvió a sorprenderse cuando vio como este chasqueaba la lengua contra la mejilla y se marchaba de allí con gesto serio.
“Interesante” pensó.
…
Jungkook fue hacia su caravana con paso rápido. Igual debía aprender a dejar de cotillear lo que hacían los demás. Primero se le había encogido el corazón al ver el esfuerzo de los otros para grabar la banda sonora, la implicación a pesar de sus constantes gritos. Además, le había dado envidia ver como disfrutaban de su trabajo sin descuidar la calidad. Hasta Taehyung, que lo conocía menos y debía odiarlo por cómo había tratado a su novio, quería esforzarse por la película. A lo mejor su mentor tenía razón y no estaba haciendo bien su trabajo como director.
Y luego, el desastre que era Lee Taemin. Era imposible que pudiese estar al nivel como bailarín principal. Al menos parecía estar feliz con las clases particulares con Jimin, al que tampoco se le veía incómodo. ¿No se supone que salía con Taehyung? Sabía que lo más probable era que la presión estuviera pudiendo con él y estar en el centro no era lo suyo. Tomó nota mental para darle una vuelta a ese asunto con los inversores. Tenía que hacer algo.
Se detuvo de golpe al ver a alguien sentado en las escaleras de subida a su caravana. Era Seokjin.
-¿Cómo ha ido la grabación? – preguntó.
-Ya has visto que bien – el director tuvo la decencia de sonrojarse – No estoy aquí por eso, solo quería charlar contigo.
Jungkook suspiró y abrió la puerta, haciéndole a Jin un gesto para que entrase primero. Sabía que el actor le iba a pegar la bronca. Durante el rodaje en el que se conocieron no había dejado de mostrarle su apoyo a pesar de ser novato. Incluso lo ayudó a ganarse el respeto del personal. Necesitaba algo de eso en esos momentos.
Las cosas tenían que cambiar.
Chapter 5: Capítulo 4
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Taehyung entró en la caravana que Hobi y Jimin compartían. Se encontró con el primero preparando un oufit sobre la cama para hacer unas polaroids. El coreógrafo había cogido esa costumbre cuando abrió su cuenta de Instagram. En poco tiempo había conseguido millones de seguidores. Una locura.
-Jimin no está – dijo sin girarse mientras cogía la cámara.
-¿Dónde está? – se arrepintió de su pregunta cuando Hobi hizo un ruido sarcástico aún sin mirarlo – Venía a que pasáramos un rato los tres, solo me preocupa que esté trabajando demasiado.
-Claro.
-Hobi…
-Déjalo Taehyung. Sé que lo vuestro es especial. Ojalá pudiera decidir no sentir lo que siento, pero no puedo evitar que me duela verme excluido en ciertos momentos.
-Tú también eres especial para nosotros – Por fin, su respuesta hizo que Hobi lo mirase. La tristeza en los ojos de su amigo lo desarmó.
-Oh. ¿Ya hay un nosotros oficialmente? – dijo haciendo referencia al artículo de hacía unas semanas.
Taehyung detuvo los pasos que estaba dando hacia Hobi. Sus palabras lo enfadaron tanto como lo hirieron. Le importaba una mierda lo que el resto del mundo pensase de su relación con Jimin. ¿Pero su propio amigo?
-A lo mejor si no estuvieses tan ocupado compadeciéndote de que tus amigos no te hacen caso, podrías ver de una vez lo que está delante de tus narices. Que te atrevas a bromear sabiendo como lo ha pasado Jimin… ¿Sabes qué? No vale la pena.
Hobi se estremeció cuando escuchó el portazo y los pasos de Tae resonando mientras se alejaba de allí. De un plumazo barrió toda la ropa que había colocado sobre la cama y se sentó sobre ella. Daba igual lo que hiciese o dijese, siempre terminaba metiendo la pata.
…
Jungkook apoyó los codos en sus rodillas y se pasó las manos por la cara. Estaba agotado.
-Venga, empieza ya. Estoy muy cansado.
-No voy a darte una charla, Kookah. Ya eres mayorcito. – El director lo miró sorprendido.
-Mierda. Pensaba usar tu bronca para pedir pollo frito para cenar.
-Niñato. Dalo por hecho. – Jungkook sonrió. Hacer que el actor le comprase comida era una de las aficiones que había cogido desde que se conocían – Y ahora empieza tú.
-No tengo ni idea de lo que estoy haciendo…
-Eso no es verdad.
-Vale. No hago más que cagarla. ¿Satisfecho?
-Algo – Jin sonrió cuando Jungkook le lanzó una mirada matadora – Jungkookah, el rodaje apenas acaba de empezar. Tienes tiempo para arreglar las cosas.
-Pero es que…
-Deshazte de Taemin. Es un buen chico, pero no es su momento.
-No puedo, Jin. Le prometí a mi mentor que lo escogería a él.
-Por supuesto – replicó Jin secamente. Habían tenido esta discusión antes. Por el bien de su amistad el actor prometió no volver a hablar de Gong Yoo con Jungkook. - Mira – Jin cambió de tema rápidamente – Tú no eres el director que he visto estos últimos días. No eres la persona que desprecia el trabajo de los demás como has hecho con los coreógrafos, con Tae e incluso a veces, conmigo. Todos te respetan. Por ahora.
Por ahora – repitió el director en tono de burla. - Tienes razón. Lo sé. Tengo que empezar a tomar las riendas. Voy a hablar con los inversores respecto a Taemin, ya he ignorado en varias ocasiones sus mensajes sobre ello. Haré una reunión y paralizaré la producción si es necesario. No sé lo que tardaré en dar con otro bailarín principal que pueda sacar esas coreografías – su pensamiento volvió a Jimin y su forma de fluir, pero no lo dijo. A Jin no le hizo falta.
-Hazlo.
-¿Qué?
-Sé que has pensado en él, Jungkookah. He visto como lo miras. Pídeselo.
-Nunca aceptará.
-No lo sabrás si no lo intentas.
-Su novio me odia. Si la cago me cargo la película.
-¿Su qué? – el actor se echó a reír, sacudiendo la cabeza. - Me rindo contigo. Tengo que irme. Pediré que traigan el pollo a tu caravana.
-Gracias, Jin.
-No me las des. Dame una buena película con la que ganar el Oscar por fin. - Ambos se echaron a reír esa vez.
Cuando el actor se marchó, Jungkook no paró de darle vueltas al tema hasta que llegó la cena y lo hizo desconectar por un rato. Las palabras de Seokjin resonaban en su cabeza. En su interior sabía que Park Jimin estaba hecho para el papel, pero no quería aceptar ese pensamiento. Porque eso significaba admitir que había basado la obra de sus sueños en un bailarín al que había conocido brevemente diez años atrás. Patético.
Recibió confirmación de Yugyeom para la reunión temprana con los dos inversores al día siguiente. La suerte estaba echada.
…
-No te soporto – exclamó un sonrojado Namjoon haciendo a Yoongi sonreír. Ambos estaban en su caravana compartida tras la grabación de la canción con los dos actores.
-Por favor, Joon. Lo miras con corazoncitos en los ojos y por alguna extraña razón parece que a Jin le va eso.
-Es imposible.
-Y dale. Namjoon, en serio. Se ha pasado semanas lanzándote indirectas, por no hablar de que hoy solo te miraba a ti para dar las señales. Como si yo no estuviese.
-¿Tú le has visto? Es el hombre más guapo del mundo.
-¿Y?
-Y yo soy yo.
-Gilipolleces – su amigo lo miró, ofendido. - Joon, no. Eres una persona maravillosa, con talento. Aunque me joda admitirlo, eres alto. Y estás fuerte. Kim Seokjin tendrá suerte si consigue que te dejes de tonterías y lo invites a salir.
-Oh, Min Yoongi. Ven aquí… - exclamó Namjoon acercándose para abrazar al aludido, que, por supuesto puso cara de que la situación no le agradaba, pero tampoco hizo nada para zafarse de los brazos de su compañero – Admítelo, me quieres.
-¡Ni lo sueñes! – replicó, ahora sí alejándose de su amigo quien a pesar de todo sonreía. Ya estaba acostumbrado al lenguaje de amor de Min Yoongi.
…
Jimin no había pegado ojo. Él había visto a Lee Taemin en otros castings, en otros trabajos y sabía que era un gran bailarín. No entendía qué le estaba pasando con este musical. Vale que Jungkook como director no había estado acertado para hacer que se relajase, pero se notaba que tenía también pasión por el arte y respetaba el baile. Recordaba más de lo quería la admiración con la que un joven Jungkook le había mirado en aquella época que tanto odiaba. Aún dolía. Y todavía dolía más lo que pasó después y como un Jimin de 20 años no pudo con ello.
*10 años antes*
Jimin se miró en el espejo del baño. Su reflejo le devolvió una mirada inyectada en rojo. Se había hecho sangre en el labio de tanto lavarse, aun así, se sentía sucio. Pero no podía seguir llorando. Tenía que terminar el trabajo. Por encima de todo, era un profesional. Además, también estaba Jungkook y no quería estropear eso que fuera que estaba naciendo entre ellos.
Se apoyó en ese último pensamiento para darse fuerza. Se recompuso la ropa, metiendo por dentro la camisa que ese monstruo había sacado en su afán por tocarlo. Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar en ello de nuevo. Iba a ser un día muy duro.
Entró en la sala convencido de que todo el mundo podía notarlo. Buscó al director en prácticas con la mirada, pero se quedó congelado ante la frialdad en los ojos del otro. Su corazón, que estaba herido tras los sucesos de esa mañana, se rompió en pedazos cuando Jungkook apretó los labios y desvió la mirada.
Hizo de tripas corazón para hacer un último intento de acercarse a él, pero antes de que pudiese hacerlo Gong Yoo entró en la sala. Jimin apretó los puños sobre sus muslos para evitar temblar. Se colocó en posición para empezar a grabar, toda su habitual confianza desaparecida. Ya no se sentía tan profesional después de todo.
Unas horas después, tras infinitas repeticiones, ninguna lo suficientemente buena para el director, un dolorido y avergonzado Jimin salió de allí con las lágrimas rodando por sus mejillas. Se paró junto a la puerta para dirigir una mirada de auxilio hacia Jungkook. Quizá se había dado cuenta de lo que pasaba.
La imagen de Yoo posando la mano en el hombro de su aprendiz mirando a Jimin con una sonrisa de medio lado, mientras Jungkook lo miraba con desprecio pobló sus pesadillas durante los siguientes años.
***
Volvió al presente mientras se dirigía a la sala de baile cuando aún no había ni amanecido. Le había dado vueltas al tema durante la noche en vela. Algo le pasaba al bailarín y decidió que debía modificar la coreografía para que fuese más fácil para Taemin. Tenía mucho trabajo por delante.
…
Jungkook entró a la reunión con el estómago hecho nudos. Si le retiraban la financiación, adiós a su sueño. Se relajó un poco cuando encontró a los dos inversores mirándose sonrientes. Rodó los ojos, eran las 7 de la mañana por Dios.
-Buenos días – soltó haciendo que se separasen de golpe.
-Buenos días, Jeon – replicó Yohan siempre más frío mientras Gaon tenía la decencia de sonrojarse, saludándolo con la cabeza. – Queremos a Lee Taemin fuera.
-Veo que vamos directo al grano.
-Jungkook, sabemos que esto es tu sueño y por eso decidimos apoyarte – dijo Gaon poniendo una mano en el brazo de su socio y pareja – pero las cosas no están funcionando – el director asintió, sabía que tenían razón - Cada día que no rodamos lo que toca nos cuesta dinero. Búscale un sustituto. Ni siquiera entiendo cómo pudiste elegirlo. No se sabe los pasos, cuando los sabe lo hace a medio gas… es penoso verle sobre el escenario. Ahora tendremos que paralizar la producción hasta que encuentres a alguien, más días perdidos, más dinero…
-Quizá podemos ahorrarnos todo eso – comentó Jungkook.
-¿Podemos? – contestó Yohan, pero el director no se rindió. Ahora lo veía claro.
-Yohan… - le riñó Gaon - ¿Qué tienes pensado, Jungkook?
-Park Jimin. Él es nuestra salvación.
...
Jungkook estaba muerto de miedo. Podía admitirlo. Veía todo su sueño peligrar justo cuando estaba al alcance de su mano. Ahora, no solo tenía que hablar con Lee Taemin para decirle que estaba fuera, tenía que convencer a Park Jimin de que aceptase ser el protagonista. No, eso no era lo peor. Debía convencerlo de que volviese a bailar. Hasta donde Jungkook sabía, Jimin no había vuelto a bailar desde aquel rodaje del vídeo hacía ya 10 años. De hecho, ni siquiera había tenido conocimiento de que era coreógrafo hasta unos días atrás.
Fue a la sala de baile en busca de Taemin, pero no estaba. En su lugar encontró a la persona que había estado ocupando sus pensamientos, Jimin. Bailando. Creando arte en movimiento.
El coreógrafo llevaba un suéter blanco y un pantalón deportivo negro con los laterales en rojo y blanco. Se había recogido el pelo en una pequeña coleta. Los ojos del director lo siguieron mientras daba pequeños pasos y giraba, acompañando el movimiento con un levantamiento de piernas. Jungkook no pudo evitar exhalar una expresión de asombró cuando Jimin dio un salto mientras volvía a girar, aterrizando con agilidad.
Sus miradas se cruzaron en el espejo cuando Jimin escuchó a Jungkook. Su cuerpo se tensó inmediatamente, el sudor brillaba sobre su piel. Debía llevar un buen rato bailando a pesar de lo temprano que era.
-Yo ya me iba – fue a recoger sus cosas cuando el director lo detuvo.
-Espera, Jimin.
-¿Qué? – se sacudió de su agarre.
-La forma en la que bailas, yo…
-Director, si esto no tiene nada que ver con la obra me gustaría marcharme.
-La verdad es que he tenido una reunión con los inversores –
Jimin lo observó cruzándose de brazos. Las siguientes palabras de Jungkook lo sorprendieron tanto que tuvo que luchar consigo mismo por mantener la entereza.
-Quiero que seas mi Black Swan.
Los siguientes segundos en silencio fueron una eternidad para ambos.
-No. – respondió escuetamente Jimin. – No puedo. No quiero. Y aunque quisiese, nunca le haría eso a Taemin – intentó marcharse una vez más.
-Taemin está fuera. Contigo o sin ti. Lo he intentado. Te necesitamos - Eso hizo que Jimin detuviese su salida.
-Sigue siendo un no.
-Jimin, yo…
-¡No te atrevas! – exclamó.
Esta vez Jungkook lo dejó salir al distraerse con el sonido de la alarma de su teléfono. Le dio al enlace sin pensar y toda esperanza de salvar el musical desapareció tras leer el titular: “¿Problemas en el lago?” ¿Cómo narices se había corrido la voz tan deprisa?
Se apoyó en uno de los cristales del estudio, pero las piernas le flojearon por la tensión. Se dejó resbalar y apoyó la cabeza contra el cristal mirando fijamente el techo. Una solitaria lágrima rodó por su mejilla mientras pensaba que era mejor rendirse.
BANGTAN NEWS
¿PROBLEMAS EN EL LAGO?
Al parecer no solo el cisne es negro en el debut musical del director, casi novato, Jeon Jungkook. Según nos confirman nuestras fuentes el set de rodaje es un desastre mayor que la caída del escenario con los concursantes encima de OT2. Gritos. Un director prepotente. Bailarines principales que no se saben los pasos con el rodaje ya iniciado... Pero la cuestión es ¿nos sorprende esto sabiendo que el coreógrafo principal es el infame Park Jimin? Al parecer el ex bailarín y el director han tenido sus roces y la tensión se podía...
Jimin había vuelto a la sala para recoger sus cosas. Con el ímpetu de alejarse de Jungkook se lo había dejado todo. Cuando vio al director en el suelo, llorando en silencio, algo en él se rompió. Debería odiarlo, debería dejarlo tirado. Pero no podía. Sabía que se arrepentiría siempre si lo hacía. Además, estaban sus amigos. Y Taemin. No lo merecían. > -¿Jungkook? – el director lo observó un instante para volver a fijar la vista en su teléfono. Jimin le quitó el móvil de la mano y leyó la noticia. Otra vez su nombre estaba involucrado.
No iba a parar. Jimin no supo de dónde le vino esa fuerza repentina. Quizá de los ojos brillantes del director ante él. No habría mejor momento. No sabía si sería capaz, pero tenía que intentarlo. Tenía que pararlo.
-Lo haré – Jungkook lo miró con ojos asustados cuando lo escuchó hablar – Con una condición – El director asintió – Taemin se queda en el cuerpo de baile.
-Hecho. Jimin…
-No lo hago por ti, ahórratelo. – se arrepintió un poco cuando vio como el director se encogía un poco más en su posición. – Llámame cuando tengas las condiciones.
-De acuerdo, pero es… pera – terminó en voz baja ya que el bailarín había salido por la puerta antes de que pudiese terminar la frase.
Chapter 6: Capítulo 5
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En cuanto salió del estudio Jimin se metió en los baños más cercanos. La presión en su pecho fue aumentando por segundos. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué le había dicho que sí? Cogió su móvil y envió un mensaje al grupo que tenía con Hobi y Tae. Solo incluía su ubicación.
Cuando sus amigos entraron por la puerta de los aseos, Jimin ya estaba en pleno ataque de pánico. Sudaba a mares y a su garganta cerrada se unía la taquicardia. Podía escuchar los latidos de su corazón. No podía respirar, sentía que iba a morir.
-¡Jimin! ¡Hey! – Taehyung suavizó el tono cuando su amigo por fin lo miró – Toma. Le dio una de sus pastillas. Tanto él como Hobi las llevaban siempre encima por lo que pudiese pasar. Jimin había mejorado mucho pero nunca se sabía que podía provocarle un ataque. – Vamos Jimin, respira. Concéntrate en tu respiración, mantente en el presente.
Poco a poco el coreógrafo empezó a tranquilizarse notablemente.
-Vamos, te llevaremos a la caravana. – ofreció Hobi, cogiéndolo del brazo. – Despacio, venga que tú puedes.
Por suerte, la medicación hizo su efecto y en cuanto lo dejaron en el sofá Jimin se quedó dormido.
-¿Qué habrá pasado? Hacía tiempo que no le pasaba – comentó Hobi mirando a su socio dormir plácidamente.
-No tengo ni idea – Tae le apartó un mechón de pelo de la cara a Jimin, mirándolo preocupado.
-Mejor me voy – dijo Hoseok, no quería hacerse daño – si necesitas algo, llámame.
-Hobi, quédate. – pero este ya estaba negando y salió de su propia caravana.
Se sentía como una mierda. Debería quedarse a apoyar a las dos personas más importantes de su vida en esos momentos. Pero no podía. Los celos lo comían por dentro. Intentó alejarse lo más rápido posible, pero tuvo que volver sobre sus pasos cuando recibió un mensaje del director:
REUNIÓN GENERAL EN EL SET 1 LO ANTES POSIBLE
…
-¿Has visto el mensaje del director? – comentó Namjoon a su compañero volviendo a dejar el móvil en la mesa. Yoongi asintió.
-Probablemente van a cancelar el rodaje. Con ese bailarín principal es imposible que salga algo decente a pesar de nuestras grandes canciones. – Namjoon sacudió la cabeza.
-Empatía, Min Yoongi. Deberías aprender – Yoongi lo miró ofendido.
-Solo digo la verdad. Claro que me da cosa ver al chaval intentarlo. Pero esta industria va de dinero, Nam. Lo sabes.
-Sí, pero…
-¡Namjoonie! ¿Vamos juntos a la reunión? - La voz de Seokjin se escuchó fuera de la caravana. Namjoon abrió la puerta rápidamente y asintió. Volvió a entrar a por su chaqueta y miró a Yoongi.
-Ve tú, tengo que guardar esto – señaló a la pista en su ordenador.
-No tardes.
-¡Vete ya! – Namjoon sonrió ante la exclamación de su amigo, pero salió de la caravana para dejarlo terminar.
-Hola – saludó con timidez. Menos mal que Jin estaba dispuesto a avanzar por los dos. Se acercó a él y lo cogió del brazo para dirigirse al set 1.
-Namjoon – el productor musical lo miró de lado – Vamos a hacer un trato. Si Jungkook cancela la película te invito a un café a solas y si seguimos teniendo trabajo, tú me invitas a mí.
-Pero…
-¿Hay trato?
-Trato – contestó Namjoon, sonriendo.
Caminaron juntos hasta el set sin decir nada más. Todos los observaron al entrar. Jungkook, en el medio del escenario le lanzó una mirada a Jin y sonrió. Namjoon intentó alejarse del actor al darse cuenta de que todos los miraban, pero este solo apretó el agarre.
-Es una cita – constató Seokjin, haciendo que el productor musical se sonrojase aún más.
…
-Jiminie, despierta – Taehyung sacudió a su amigo suavemente.
-¿Qué pasa? – se restregó los ojos. Estaba agotado. Se sentía como si hubiese corrido una maratón – Gracias – se bebió de golpe el vaso de agua que le acercó el idol.
-Jungkook ha convocado una reunión general. Tengo que irme, ¿estarás bien?
-¡Oh, mierda! – No le había dado tiempo a poner a sus amigos al día – Voy contigo.
-Minie, quédate a descansar. Te lo voy a contar todo igual.
-No, no, voy. ¿Y Hobi? – a pesar de su cansancio se dio cuenta de cómo se endurecía la expresión de su amigo.
-Estará allí ya, supongo…
-Vamos. – Se miró en el espejo de su caravana. Otra vez iba a llegar al set con los ojos hinchados. Genial.
…
Todos miraban al director que estaba plantado en medio del set junto a los dos inversores. Casi toda la plantilla estaba ya allí. Las miradas, incluida la de Jungkook, se desviaron hacía Taehyung y Jimin cuando hicieron su entrada.
El director frunció el ceño cuando vio la cara de su ahora bailarín principal. Era obvio que había vuelto a llorar. Quería pensar que era por la emoción, pero la seriedad del idol que lo acompañaba le hacía suponer lo contrario. Empezamos bien. Respiró hondo y cogió el micrófono.
-Hola a todos. Antes de dar paso a los inversores quería decir unas palabras como director. Sé que hemos empezado con mal pie y que no he sabido estar a la altura – miró de reojo a Jimin, quien lo observaba con expresión sorprendida – Quiero pedir perdón por haber pagado con vosotros, mi equipo, los nervios y frustraciones de tener tan cerca y tan lejos mi sueño. Os aseguro que a partir de ahora voy a trabajar duro para ser el director que merecéis, mejor y más fuerte. Espero que estéis conmigo hasta el final. Gracias.-
Se sintió mejor cuando vio que la mayor parte del staff asentía, incluso Yugyeom le hizo una señal con los pulgares hacia arriba. Volvió a mirar a Jimin y le pareció ver una leve sonrisa. No supo por qué eso le hizo sentir bien. Dio un paso atrás para dejar que los inversores ocuparan el centro. Respiró aliviado al ver que era Gaon el que iba a hablar con el personal.
-Gracias Jungkook por tu sinceridad. Desde el principio confiábamos en ti y estamos convencidos de que tú Black Swan nos va a aportar grandes éxitos a todos. Dicho esto, vamos a tener muchas novedades a partir de ahora. La primera que Park Jimin será el bailarín principal de la película.
Jungkook miró otra vez a Jimin, que le devolvió la mirada, parecía no solo decepcionado si no también enfadado. Luego miró a sus inversores, no habían acordado comunicarlo de esa forma. Los murmullos aumentaron entre el personal cuando Lee Taemin se puso de pie.
-Seguirá habiendo un lugar para ti, Lee. Para todos. Esta es nuestra última oportunidad de sacar el proyecto adelante. Habrá que hacer algunos cambios, pero…
El ruido de la puerta del set resonó con fuerza cuando Taemin la cerró tras salir por ella. Jimin corrió tras él. Sabía cómo se podía sentir y no quería que hubiese ningún malentendido entre ellos. También sabía lo que era que te dejasen fuera después de esforzarte mucho.
-Taemin, espera.
-No me lo puedo creer, Jimin. Creía que éramos amigos.
-No es lo que piensas. Déjame explicarte.
-Él me prometió, después de… yo ni siquiera quería este papel ¡Maldita sea! – rompió a llorar desconsoladamente – Yo no quería…
Jimin no sabía qué hacer, así que hizo lo que hubiera deseado que alguien hiciese por él cuando lo necesitó. Lo abrazó con todas sus fuerzas. Taemin se dejó hacer. Su cuerpo se movía debido a los sollozos que le recorrían. No paraba de repetir la misma frase: Yo no quería.
-Escúchame – le dijo Jimin cuando notó que empezaba a calmarse – Estoy aquí para ti si necesitas hablar, y estaré contigo a cada paso de tu nueva posición. Además, voy a necesitar tu ayuda con alguna coreografía.
-¡Jiminah! – dijo Taemin con incredulidad.
-Hablo en serio. Ahora puedes quitarte todo ese peso de encima y demostrar lo que vales en el cuerpo de baile. No habría pedido que te quedases si no confiase en ti.
-¿Qué?
-Sé que está mal que lo diga, pero no quiero que dudes de mí, ni pienses que quería tu puesto. Lo hago por Tae y Hobi. Por ti. Pero también por mí. Me lo debo.
-No sé qué decir, Jimin. Gracias.
-No tienes que dármelas, solo demuéstrales lo que vales.
Jungkook encontró a los dos bailarines abrazados, Taemin con la cabeza en el pecho de Jimin mientras este le acariciaba el pelo. Se escondió cuando vio que se separaban.
-Además, ahora no tendrás que aguantar al gruñón del director. Esa será mi pesadilla. Así que no te quejes.
Ambos rieron mientras volvían al set 1 para saber el resto de novedades. Jimin no pudo evitar extrañarse al ver que el director no estaba.
…
En cuanto había terminado la reunión, Min Yoongi había vuelto a su caravana. Había dejado a Namjoon yéndose a tomar un café con Seokjin. Esperaba que su amigo se soltase un poco más, porque al actor le faltaba hacer una escena con carteles tipo Love Actually para declararse. La sutileza no era una de las virtudes de Jin, eso seguro. Sacudió la cabeza, riéndose.
Estaba a punto de ponerse con su mixtape cuando tocaron a la puerta. Se levantó a abrir, extrañado. ¿Habría ido mal la cita? Se sorprendió al ver allí a uno de los coreógrafos.
-Yoongi, soy…
-Hoseok. Sí, lo sé.
-Umm – Hobi no se esperaba que el productor musical supiera quién era - Quería hablar contigo sobre la música, bueno con vosotros. Tengo unas ideas en mente ahora que Jimin será el protagonista ¿Namjoon no está?
-Está con Jin.
-¡Por fin! Verlos tontear es doloroso – A Yoongi le encantó su desparpajo.
-Dímelo a mí. Pero pasa, podemos hablar sobre tus ideas en lo que vuelve mi compañero.
-¡Genial!
Namjoon miró de nuevo el letrero con los nombres de la caravana. No se había equivocado, esa era la que compartía con Yoongi. Se había quedado parado al escuchar risas en el interior.
La imagen que se encontró al entrar hizo que Hoseok se convirtiera en su amigo inmediatamente. Hacía meses que no veía a Min Yoongi tan relajado, más aún que no lo veía sonreír tan sinceramente. Le encantó.
-¡Namjoon! – exclamó Hobi con excitación - ¿Cómo ha ido tu cita? – El aludido miró a Yoongi que solo se encogió de hombros. Se rindió y se dejó caer en el sofá.
-Ha sido maravilloso. Jin no solo es guapo, es inteligente, gracioso, amable… y por alguna extraña razón se ha fijado en mí. No me lo creo.
-Tú también eres todas esas cosas – comentó Yoongi de forma casual. Hobi lo miró, sonriendo. Le había bastado un rato a solas para saber que el productor musical llevaba una coraza exterior de frialdad que no correspondía con la realidad.
-Yo también te quiero, Min Yoongi – Hobi y Namjoon se echaron a reír cuando este rodó los ojos ante el comentario de su compañero - ¿Y qué estabais haciendo?
-Oh – exclamó Hobi excitado – Vas a alucinar. ¡Pónselo Min! –
Namjoon se sorprendió cuando Yoongi, no solo no se quejó del mote, si no que obedeció a la primera y le puso la pista en la que al parecer habían estado trabajando. Sonaba de maravilla.
…
Jungkook no sabía muy bien si estaba enfadado, dolido, celoso… ¿Por qué iba a estar celoso? Park Jimin no era más que un embaucador. Había conseguido que su novio le consiguiera ese trabajo, y ahora estaba tonteando con Taemin tras “quitarle” su puesto. ¿Quizá ese era su plan desde el principio? Le había parecido tan sincero en el estudio…
-¡Jeon! – rodó los ojos al ver a su bailarín estrella acercarse a él.
-¿Qué quieres ahora, Park?
-¿Tenías que avergonzar a Taemin de esa forma delante de todos? ¿Es para castigarlo porque pedí que se quedara? – Jimin estaba furioso.
-Para empezar, no sabía que los inversores iban a anunciarlo así. Pensaba tener una reunión con vosotros y tratar el tema. Además, me importa una mierda con quien te acuestes, no tengo porqué castigar a nadie.
Jimin sintió el comentario de Jungkook como un puñetazo en el estómago. La sorpresa dio paso a la rabia.
-¿De qué cojones hablas? Estás mal de la cabeza… - se acercó a él para encararlo.
-Eso mismo le dijiste a mi mentor, ¿no? – Jimin se quedó helado ante el comentario de Jungkook.
-Y... yo… – tartamudeó.
-Venga, Park Jimin. Que nos conocemos. Te acuestas con Tae y consigues esta película, Taemin sigue tonteando contigo, aunque le hayas quitado su papel. Seguro que algo va a ganar a cambio.
-Jungkook, no sigas. – intentó respirar hondo - Yo solo quiero hacer mi trabajo. No tenemos que llevarnos bien, solo quiero estar tranquilo – se le quebró la voz. Jungkook estuvo a punto de echarse atrás, pero recordó los artículos de la prensa sobre su película, el abrazo de Jimin con Taemin y dejó que su enfado le ganase.
-Claro – escupió– Ya tienes el papel. No necesitas “llevarte bien” conmigo – hizo el gesto de las comillas con los dedos - Supongo que Gong Yoo tuvo más suerte.
Jungkook escuchó el sonido de la bofetada antes de sentir el picor en su cara. Se llevó la mano a la mejilla, incrédulo. Dio un paso hacia el bailarín dispuesto a devolvérsela cuando vio que este luchaba por controlar su respiración, la cabeza agachada. Toda pelea parecía haber abandonado su cuerpo.
-Jimin – Le puso la mano en el brazo, pero este se sacudió como si quemase.
-¡No me toques!
Antes de que el director pudiera reaccionar, Jimin se dio la vuelta y se marchó corriendo del lugar. Volvió a tocar su mejilla caliente, la imagen de los ojos llenos de dolor del otro antes de marcharse, idéntica a la que recordaba hace diez años atrás. Alguien que era como se suponía que era Jimin, no reaccionaría así ¿O sí?
Se fue hacia su caravana intentando ignorar la pesadez que sentía en el estómago. Las palabras que habían salido por su boca daban vueltas en su cabeza junto a los ojos tristes de Jimin. Se sentía un hipócrita. Solo unas horas antes había prometido ante toda la plantilla ser mejor director y persona. Y ya había fallado.
Necesitaba hablar con su mentor.
Chapter 7: Capítulo 6
Summary:
Perdón por la tardanza.
Chapter Text
Taehyung fue directo a por las fresas en la mesa del catering. Estaba masticando feliz cuando escuchó resonar la risa de Hobi. Casi se atraganta cuando lo vio desayunando nada más y nada menos que con Min Yoongi. ¿Desde cuándo eran amigos? Además, ese atractivo productor musical solo había sido frio con él y ahora estaba ahí escuchando hablar a Hobi como si le estuviese contando la historia más interesante del mundo. Aunque lo entendía, Hoseok tenía ese carisma hipnotizador.
¿Acabas de pensar que Yoongi es atractivo, Kim Taehyung?, le preguntó la voz de su cabeza. Sacudió los pensamientos y se llevó otra fresa a la boca. Intentó no volver a mirar hacía la mesa donde estaban los otros, pero no pudo evitarlo. Esta vez, Hobi le devolvió la mirada. Tae le sonrió, pero su amigo desvió la vista sin devolverle el gesto. Joder.
Como siempre, Park Jimin apareció para salvarle. O al menos para desviar sus pensamientos porque las ojeras que portaba su amigo eran dignas de Levi, su personaje favorito en Ataque a los Titanes. Estaba claro que las pesadillas habían vuelto esa noche. Le hizo un gesto para que se acercase y le preparó un café con un toque de vainilla, como al bailarín le gustaba.
-¡Hey!
-Minie, siéntate. Toma – le entregó el café y su amigo le miró agradecido. - ¿Pesadillas? – Jimin asintió y a Tae se le estrujó el corazón.
-Hoy vamos a hacer algo tú y yo solos. Soulmate time. Hay que aprovechar el día libre.
-No sé...
-Venga, ya sé dónde podemos ir. Seguro que nos distraemos – volvió a mirar hacia la mesa donde Hobi y Yoongi seguían charlando – Lo necesitamos.
…
Jin se derritió al ver la forma en la que a Namjoon se le iluminó la cara cuando fueron a alquilar unas bicicletas. Cuando acordaron pasar el día libre juntos después del éxito de su primera cita y el productor musical sugirió dar un paseo en bici a orillas del Han, no pudo resistirse.
-Siempre quise tener un así – comentó Namjoon de su bici – pero no fue posible.
-Te queda bien – replicó Jin haciendo que el otro se sonrojase.
Mientras pedaleaba detrás del actor Namjoon intentaba relajarse y parecer una persona segura, pero casi se sale del carril cuando Jin se giró y le sonrió. En el momento en el que esa sonrisa se convirtió en carcajadas cuando Namjoon casi se come los arbustos de la orilla, supo que se estaba pillando, y rápido.
El actor frenó de golpe cuando vio que el otro se ponía serio.
-¿Estás bien? – se acercó a él con su bici.
-Eres guapísimo – soltó Nam dejando a Jin, por una vez, sin palabras.
-Gracias - contestó por fin, bajando la mirada.
Namjoon no supo de donde le vino la valentía, pero usó sus dedos para levantar la barbilla del actor con suavidad. Cuando sus miradas se unieron, Namjoon se acercó a él lentamente, dándole todo el tiempo del mundo para apartarse. Cuando Jin no lo hizo, recorrió la distancia entre ellos para dejar un suave beso en sus labios.
-Ven a cenar a mi casa – exclamó el actor de repente. Jin se mordió el labio cuando Namjoon puso cara de susto – Quiero decir, que doy una cena en mi casa y he pensado que podrías venir ¡Jungkook también viene! Sería un buen momento para hacer piña. Puedes comentárselo a Yoongi, o a quien quieras ¡Cuantos más mejor! –
-Vale, pues… - Namjoon no entendía porque Jin se había puesto tan nervioso de repente ¿Se había equivocado al besarle? – Puedo decírselo a Hobi, hemos hecho buenas migas. Si te parece bien, claro.
-Sí, por supuesto.
-Jin…
Seokjin se dio la vuelta sin responder y empezó a pedalear. No sabía por qué el hecho de que el pequeño beso del productor musical hubiese activado a todas las mariposas de su estómago le había puesto tan nervioso. Se había sacado de la manga una cena que no tenía planeada, y encima tendría que pedirle el favor al niñato de Jungkook, ya podía oírle reírse.
Namjoon tardó unos segundos en reaccionar. Estaba claro que había malinterpretado las señales. ¿Cómo iba alguien como Jin estar interesado en él de verdad? Aceleró para alcanzar al actor que pedaleaba a toda velocidad. No se volvió a girar a mirarle. El productor musical perdió la poca confianza que había ganado. Solo quería irse a casa.
…
BANGTAN NEWS
LA NUEVA ERA DE PARK JIMIN
Y Park Jimin lo consiguió de nuevo. En tan solo unas semanas de rodaje el coreógrafo y al parecer ahora de nuevo bailarín se ha “ganado” a Jeon Jungkook y será ahora el bailarín principal de Black Swan. Está claro que el director no es un buen alumno ya que su mentor, Gong Yoo, tuvo que despedir a Park Jimin después de esquivar sus intentos de índole sexual hace más de diez años. Jimin nunca se pronunció al respecto, pero el hecho de que desapareciera de la industria dejó claro que...
Estaba leyendo por enésima vez la noticia del periódico cuando su teléfono sonó. Era su mentor.
-¡Jungkookah! Ya tenía ganas de hablar contigo.
-Y yo hyung – El director seguía dándole vueltas a la noticia. Él sabía que eso era falso, porque les había visto besarse. Jimin no había forzado nada, igual que ahora no se había acostado con él para conseguir el papel. ¿Y si todo lo que llevaba años considerando la verdad era mentira?
-He visto la noticia. ¿Park Jimin? ¿En serio? ¿Acaso no le recuerdas? - “Claro que me acuerdo” pensó Jungkook.
-Es complicado… - el director seguía sintiendo la necesidad de justificarse ante su mentor.
-Solo te traerá problemas. Te dije que Taemin era la mejor opción. No sé qué estás haciendo la verdad.
-Taemin no ha dado pie con bola desde que empezamos. Yo creo que no le interesa ni el papel.
-A lo mejor tú no sabes motivarle. – dijo con retintín. No era la primera vez que le decía algo así, pero la frase de Yoo dio en el clavo ya que Jungkook se sentía culpable por cómo había empezado el rodaje. – A lo mejor debería hacerte una visita y enseñarte como se hace.
-Claro, hyung. Cuando quieras…
-Haré que mi ayudante hable con el tuyo. ¡Nos vemos pronto, Jungkookah!
Se quedó con el teléfono en la mano un rato después de que su mentor hubiese colgado. Siempre había confiado ciegamente en él, pero esa forma de hablar de Jimin, incluso de Taemin. Algo no encajaba. Se sobresaltó cuando su teléfono volvió a sonar. Esta vez era Jin.
…
Por suerte, la V Comic Shop estaba casi vacía cuando llegaron. A Taehyung le encantaba especialmente el nombre de esa tienda. A Jimin le gustaba lo tranquila que solía estar. Aun así, Tae se había puesto una sudadera gris con capucha, no dejaba de ser un idol. Jimin había optado por una chaqueta de chándal amarilla y negra.
Lo primero que hicieron fue sentarse juntos en uno de los sofás, el rojo concretamente, y aunque se supone que habían ido a leer algo terminaron acurrucados hablando de tonterías. Un rato después decidieron comer, era otra de las razones por las que disfrutaban ese lugar, podías comer en la misma tienda, sin tener que salir.
Tae eligió unos caphagetti mientras que Jimin fue a por el siempre socorrido ramen picante. Pidieron un plato de arroz Spam-Mayo que Jimin se empeñó en que compartieran, pero era tan pequeño que decidieron añadir unos perritos con patatas. Tras una pequeña pelea sobre si añadir aliñado de sopa de cebolla o no, que Jimin ganó, arrasaron con todo.
-No puedo más – Jimin se echó hacia atrás en la silla, acariciándose el estómago.
-¿Nos echamos una siesta? – Tae señaló uno de los pequeños cubículos de forma hexagonal que ocupaban una de las paredes del comic café. Eligieron el que tenía el borde morado, les daba buena vibra.
Como no podía ser menos acabaron acurrucados viendo vídeos en el móvil de Tae hasta que el sueño les alcanzó. Al menos habían pasado una mañana agradable ajenos a todo el caos que les venía encima.
…
Tras colgar con Jungkook, Jin volvió al lugar en el que Namjoon había preparado todo el picnic en la parte con césped que había en el Yeouido’s Hangang Park justo al lado del cartel turístico de I Seoul U. El productor musical estaba serio. Recordó las palabras del director cuando le había contado a toda pastilla lo de la cena por si alguien le preguntaba. “¿Y le has soltado eso después de que te besara? Joder Jin” y previsiblemente se había echado a reír. “Eres un desastre. Ahora estará súper inseguro. Tienes que rectificar y hacer algún movimiento tú”. ¿Desde cuándo era Jungkook su consejero sentimental?
Pero estaba claro que tenía algo de razón. El productor musical estaba apagado, toda la luz que la ilusión del viaje en bici había aportado, había desaparecido de sus ojos. Ambos empezaron a comer en silencio.
-Esto es agradable – dijo el actor, incapaz de soportarlo por más tiempo.
-Mhhm – Namjoon seguía sin mirarle. Así que Jin se levantó para sentarse a su lado.
-Namjoonie, mírame – el productor musical no tuvo más remedio que hacerle caso. – Me gustas, ¿Vale? – los ojos de Namjoon se abrieron cómicamente y Jin no tuvo más remedio que echarse a reír. Tanta tensión le estaba matando.
-Pero…
El actor entendió que Namjoon todavía dudase de sus palabras después de lo que había pasado. Así que decidió que era el momento de hacer ese movimiento que Jungkook le había recomendado. Cogió a Namjoon de la camiseta y le acercó a él, sus narices rozándose.
-Joonie, bésame. – cerró los ojos esperando lo mejor, pero preparándose para el rechazo. No tuvo que esperar mucho. Los suaves labios del productor musical se unieron a los suyos con más fuerza que la vez anterior pero igual de brevemente.
Tiró de nuevo del otro para volver a unir sus bocas y sonrió cuando Namjoon suspiró en el beso. Aprovechó ese momento para profundizar el mismo hasta que recordó que estaban al aire libre en una de las zonas más turísticas y se separó de golpe. Antes de que cualquier duda pudiese volver a germinar entre ellos. Le sonrió y le cogió de la mano.
-Volvamos al set, Joonie. – Los famosos hoyuelos volvieron cuando Namjoon asintió, sonriendo. Y Jin pudo respirar tranquilo de nuevo. Todo arreglado.
…
Tenía que reconocer que se había sorprendido cuando Yoongi tomó la iniciativa de pedirle trabajar en esa nueva pista, aunque tuviesen el día libre. Habían desayunado juntos y Hobi había pasado un rato estupendo, hasta que había visto como Tae y Jimin se marchaban, por supuesto sin incluirle en el plan fuese el que fuese.
Yoongi le devolvió a la realidad al volver a poner la base que había creado esa misma noche. Le fascinaba el sentido del humor del productor musical pero aún más su talento. Con cuatro cosas que habían hablado ya tenía prácticamente la melodía.
Decidieron comer en la caravana así que Hobi fue hacia la zona de catering mientras Yoongi seguía dándole vueltas al tema. Le sorprendió encontrarse allí al director comiendo solo.
-Señor director – le saludó haciendo una reverencia mientas reía.
Le caía bien, al contrario de los demás. Hobi había sabido ver más allá del manojo de nervios de Jungkook los primeros días. Además, como coreógrafo, él sabía lo frustrante que era cuando un bailarín no estaba a lo que tenía que estar. Y lo de Lee Taemin había sido un desastre.
-Hoseok – Jungkook respondió a su saludo también sonriendo - ¿Comes conmigo?
-Ostras, pues es que estoy trabajando con Yoongi en un nuevo tema. ¡Ups! A lo mejor no debía haberte dicho eso hasta saber si podremos conseguirlo.
-¿Trabajando en vuestro primer día libre en semanas? Impresionante. Estoy deseando escucharlo.
Hobi sacó su móvil y envió un mensaje. En cuanto recibió la aprobación volvió a dirigirse al director.
-¿Por qué no vienes conmigo? Podemos enseñarte lo que tenemos y a lo mejor puedes aportar algunas ideas. Si tienes tiempo, claro.
Jungkook no tenía nada que hacer. Hasta Yugyeom había aprovechado el día para marcharse con su novio. Pero le daba vergüenza admitir eso.
-Bueno, puedo mover un par de cosas para más tarde – confirmó recogiendo su comida mientras Hobi cogía para él y para Yoongi.
Si Namjoon hubiese llegado esa tarde, esta vez no le habría sorprendido el escuchar las risas desde fuera, pero a lo mejor si lo habría hecho el encontrase a su amigo Yoongi, rodeado de varias botellas de soju vacías, muriendo de la risa mientras el director intentaba levantar a Hobi en el aire para completar la acrobacia que habían pensado para la que iba a ser la canción principal del musical. Un tema con el título que daba nombre a la película.
…
Goon Yoo estaba intranquilo desde la llamada con su pupilo. Cuando Jungkook le había contado que por fin tenía financiación para su musical soñado, su mente ya había empezado a rodar. No podía dejar que le quitase su lugar en la industria.
Desde que le había cogido como ayudante y aprendiz había sido consciente del diamante en bruto que era Jeon Jungkook, por no hablar de su belleza. Bastante le había costado controlarse. Menos mal que siempre había algún aspirante a mano.
Solo Park Jimin se le había resistido. En un principio ni siquiera era su objetivo, pero cuando vio la química que tenía con Jungkook y las miradas que compartían. Si él no podía tenerle, nadie podría.
Pensó que Jimin cedería para tener fama, pero no pudo. En cuanto el bailarín consiguió zafarse y huir de él, no perdió el tiempo en contarle a Jungkook como el otro se le había lanzado encima para adelantarse. No supo por qué su pupilo le creyó tan deprisa, pero mejor para él. Aun así, tuvo la suerte de su lado cuando Jimin estaba tan alterado y no dio una en todo el día, haciendo que todos perdieran la paciencia.
Cuando por fin se rindió y se marchó del rodaje, le vio lanzar una mirada suplicante a Jungkook. Pero ya era tarde, apoyó la mano en el hombro de su pupilo que miraba a Jimin con desprecio.
Puede que no se lo hubiese tirado, pero igualmente había ganado.
Chapter 8: Capítulo 7
Chapter Text
Guardó el móvil en el bolsillo trasero de su pantalón después de leer el mensaje de Gong Yoo.
“Vas muy lento. La próxima noticia con mejores fotos. No me falles”.
Suspiró. Estaba cansado de tener que jugar ese doble juego, pero no podía dejar que ese vídeo saliese a la luz. Prefería seguir a su merced a que todo el mundo supiese su secreto. Esperaría al momento adecuado para sacar unas fotos, si conseguía acabar con esta película al menos podría volver a casa.
…
Jungkook se levantó con una resaca horrible, pero en cuanto recordó lo bien que lo había pasado con Yoongi y Hobi, se le olvidó todo. Además, habían creado una canción con una coreografía espectacular que el bailarín tendría que rematar. No podía esperar a ver como Jimin la ejecutaba, aunque eso tendría que esperar ya que tenía unas escenas que rodar primero. Empezaba la nueva era.
A pesar del dolor de cabeza entró al set sonriendo. Jin y Taehyung ya estaban listos para la primera parte del día. Habían acordado seguir el plan de hacer las escenas de solo los actores primero para dejar a Taemin tiempo para acoplarse al cuerpo de baile y lo más importante, a Jimin para revisar bien todas las coreografías adaptándolas a su estilo.
Según habían hablado, Hobi y Yoongi le mostrarían a Jimin esa misma tarde la canción y el cambio de planes. Además de la coreografía, por supuesto. Namjoon iba a adaptar una parte del guion para incluirla. Jungkook ya lo podía ver en su mente cinematográfica.
En parte gracias al buen humor general y a la profesionalidad de sus actores, el rodaje fue como la seda. Hasta en las caras del personal se podía notar la satisfacción de un trabajo bien hecho. La hora de la comida llegó antes de que se dieran cuenta.
…
-Por cierto, el sábado cenamos en casa de Jin – le comentó Namjoon a Yoongi en cuanto se sentaron en la zona de catering.
-¿Cenamos? ¿Plural?
-Sí, por lo visto quiere organizar algo con la gente más cercana, me dijo que te invitase. Además, puedes decírselo también a Hobi – levantó las dos cejas varias veces haciendo que Yoongi rodara los ojos.
-Paso.
-Oh venga, he visto como le haces ojitos.
-Para nada.
-Aja aja…
-Namjoon.
-Yoongi.
La conversación podía haber durado horas si no fuese porque justo el sujeto de su discusión apareció por allí con su comida.
-Hobi – dijo Namjoon tan efusivamente que Yoongi le envió una mirada asesina. – Justo estábamos hablando de ti.
-¿De mí? Yo no he sido – dijo riéndose.
Namjoon le dio una patada a Yoongi por debajo de la mesa. Este intentó devolvérsela, pero estaba lejos de su alcance y los dos tuvieron un reto de miradas que hizo a Hobi aguantar la risa de nuevo.
-¿Y bien?
-El sábado hay una cena en casa de Jin. Que si quieres venir – soltó Yoongi todo seguido.
-Una cena gratis ¡Claro! – se apretó las sienes, se habían pasado bebiendo anoche, no entendía como el productor musical estaba como una rosa.
-¡Genial! Puedes traer a quien quieras – afirmó el actor sorprendiéndoles a todos. Se sentó al lado de Namjoon y le dio un beso en la mejilla. – Como a ellos, por ejemplo – añadió señalando a Tae y Jimin que acababan de entrar.
-Sí, claro. – Yoongi miró a Hobi extrañado de su repentina seriedad. Siguió su mirada hasta la de los dos amigos y notó como el coreógrafo desviaba la mirada cuando el idol se la devolvió. Empezaba a entender muchas cosas.
-¡Jimin! ¡Tae! – llamó Seokjin – Comed con nosotros. – Estamos hablando de una cena el sábado, en mi casa, solo gente especial. Aunque bueno el director también viene – se echó a reír de forma tan ruidosa que hasta a Jimin, a quien no le apetecía nada ver a Jungkook fuera del trabajo, le hizo gracia.
Dio un repaso con la mirada al resto de las mesas de la zona de comida y le extrañó que el director no estuviese. Claro que él también había leído la noticia de cómo se suponía que había conseguido el papel. Jimin estaba tan cansado que ni siquiera le dolió, y era casi más triste que ya estuviese acostumbrado a eso.
…
Jungkook había decidido comer en su tráiler. A pesar de la excitación necesitaba prepararse para enfrentarse a Jimin. Su último encuentro había terminado en él escuchando como el otro le odiaba como director y luego él llamando al bailarín aprovechado en pocas palabras.
El último artículo le había dejado trastocados sus pensamientos y la conversación con su mentor no había ayudado.
Podía notar que Jimin no era así. Sin embargo, le había visto con Taemin cuando estaba saliendo con Taehyung. No tenía lógica ninguna.
Era la hora de ir a la sala de ensayo. Se hizo el remolón un poco. No quería parecer desesperado.
Cuando ya no podía demorarse más se encontró respirando hondo al otro lado de la puerta. Llevaban poco tiempo y esa ese estudio ya le hacía alterarse. Entró para observar que Hobi le estaba enseñando la intro en pareja, pero cuando llegó el momento de darle la mano para hacerle girar, el coreógrafo perdió el paso y Jimin se cayó de culo.
-Ouch – exclamó.
-Joder Jimin, perdona. Es que tengo un dolor de cabeza insoportable. Déjame tomar algo y retomamos. No podemos perder la tarde. Joder, creo que voy a vomitar – y salió de la sala desesperadamente.
-¿Estás bien? – preguntó Jungkook. El bailarín no le contestó. Tampoco lo esperaba. Le vio empezar a repasar los pasos sin pareja – Yo puedo ayudarte si quieres. Hobi me enseñó ayer los pasos. – Eso hizo que el otro le mirase.
-Seguro – soltó con retintín.
Jungkook se sintió retado. Se quitó la chaqueta y en dos zancadas se colocó en posición detrás de Jimin, quien rodó los ojos y empezó a moverse.
Marcó los pasos que daría siendo ayudado por el cuerpo de baile y dio el paso atrás sin mirar. Sintió la electricidad recorrer su cuerpo cuando Jungkook agarró su mano. Dejó que el baile le llenase y levantó la pierna en el momento en el que el director se agachaba tal y como correspondía. Se tensó cuando sintió la mano de Jungkook en su cintura, pero mantuvo la pose durante el porté, mientas este le giraba sin apenas dificultad. Tuvo que hacer un poco más de fuerza de lo normal, pero es que el director no era bailarín y aun así mantuvo su cuerpo en alza hasta el final.
Sin perder el ritmo Jungkook le dejó en el suelo y se puso en posición. En el instante en que Jimin rodó sobre su espalda y saltó, se suponía que el director tenía que ayudarle a impulsarse, pero no llegó a tiempo. Aun así, el bailarín se impulsó y acabó su parte. Pensó que Jimin se burlaría de él, pero se asombró al ver cómo le miraba con respeto.
-Wow. Para ser un gilipollas eso no ha estado nada mal.
-¿Gracias? – dijo el director sin ofenderse.
-El “pas à deux” es un movimiento que hasta los bailarines profesionales tienen problemas para ejecutar sin dificultad, y sin experiencia en el baile... Si lo llegas a hacer perfecto, me retiro.
-Podemos intentarlo de nuevo, si quieres.
-Prefiero esperar a Hobi…
-¿Qué pasa Park Jimin? ¿Tienes miedo de que lo haga mejor que tú? – el bailarín alzó una ceja
-Voy a acabar contigo.
Después de varios intentos, Jimin se negaba a reconocer lo asombrado que estaba. Si Jungkook se lo hubiese propuesto podría haberse dedicado al baile.
-¿Una vez más? Necesito perfeccionar la posición de mis brazos – Jimin ya había olvidado todo rencor para centrase en su trabajo. Jungkook asintió y se colocó en posición.
Ni una sola vez hasta esa Jungkook había conseguido llegar a tiempo al movimiento final. Esa vez, le impulsó con tanta fuerza que Jimin que no lo esperaba, perdió el pie y cayó hacia atrás, apoyándose en el pecho del director. Sintió escalofríos al sentir la respiración del otro en su cuello. Estaban completamente pegados. Hasta podía notar los latidos acelerados de su corazón tras el esfuerzo.
Jungkook le ayudó a enderezarse y Jimin se dio la vuelta. Su cara a escasos centímetros de la del director. Notó como este miraba su boca, luego sus ojos, luego su boca de nuevo y aunque debería alejarse, no pudo. Jungkook le pegó más a él, sus alientos uniéndose.
-Joder, he echado hasta la primera papilla.
La voz de Hobi volviendo al estudio hizo que se separaran de golpe. Jimin se colocó frente al espejo mientras el director intentaba recuperar el aliento. El coreógrafo ni dijo nada.
-Tengo que irme – Jungkook salió por la puerta sin esperar a que ninguno de los dos le pudiese contestar.
…
Jimin y Hobi llegaron a la caravana para encontrase a Taehyung desmaquillándose.
-¿Para qué tienes tu propia caravana? – soltó Hobi sin pensar.
-¿Te molesta? ¿Por qué no te vas con tus amigos músicos?
-Esta es MI caravana.
-Si quieres que me vaya…
-¡Basta! – exclamó Jimin haciéndoles callar a los dos. – Esto es absurdo. Somos todos amigos. Ya tenemos bastante mierda encima. No soporto que estéis así. Soy yo el que se va a marchar y cuando vuelva quiero que hayáis hablado las cosas. ¡Idiotas!
Tae se cruzó de brazos frente al tocador mientras Hobi se dejó caer en el pequeño sofá.
-Si te quieres ir detrás de tu novio, no me importa – dijo con sarcasmo.
-Eres un imbécil, Jung Hoseok.
-Pues muy bien – esta vez fue el coreógrafo el que cruzó los brazos. Tae le observó a través del espejo. Suspiró.
-No me lo puedo creer – se levantó el idol, frustrado – ¿Cuántas veces voy a tener que repetirte lo mismo? Me da igual que la gente lo piense, pero que lo hagas tú... – perdió la fuerza - Duele Hobi, joder.
El coreógrafo levantó la mirada para encontrarse con la de Tae. Sus ojos brillaban por las lágrimas no derramadas.
-No tienes ni idea de cómo me siento yo. ¿Vale?
-¿Y porque no me lo dices? Joder Hobi. Vale, lo admito. Puede que Jimin y yo estemos más unidos, pero eso no significa que no te queramos.
-Es muy fácil decirlo cuando no eres tú el que se siente desplazado.
-No tienes ni puta idea…
-¡Ilumíname, Kim Taehyung!
-¿Sabes qué? Si no eres capaz de verlo, no te lo mereces – a Tae se le quebró la voz.
-Taehyung…
-No. Por el bien de Jimin voy a decirle que todo está bien, pero…
-Por supuesto, todo empieza y acaba en Jimin. Hasta nuestras peleas.
-No entiendes nada – dijo con voz queda, se rindió al sentir como las lágrimas calientes empezaban a rodar por sus mejillas así que se dirigió hacia la puerta, antes de salir murmuró: – Nunca ha sido Jimin.
…
Viernes por la tarde y Seokjin estaba en el supermercado recordándose a sí mismo que no tenía que sacarse cenas de la manga para conquistar a alguien. En vez de estar dándose un baño estaba haciendo la compra porque además se había propuesto cocinar para impresionar a Namjoon.
Por suerte tenía una asistenta que le limpiaba la casa, pero quería ocuparse de todo lo demás. Al final iban a ser seis invitados más él, o sea 7 en total. El número perfecto. Sonrió cuando añadió a la cesta un bote nuevo de lubricante. Si tenía la posibilidad de convencer a Namjoon para que pasara la noche, mejor usar uno nuevo.
Ahora solo le hacía falta un poquito de suerte.
Chapter 9: Capítulo 8
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Ese sábado no había rodaje, pero los inversores habían preparado una rueda de prensa y por supuesto el director debía estar presente. Taehyung y Jin como protagonistas también se encontraban en la mesa. La idea era comunicar el cambio de bailarín principal oficialmente, ignorando que ya sabían enterado de alguna forma.
Jimin tenía que salir cuando su nombre fuera pronunciado. Se encontraba detrás del escenario temblando como un flan. Se había tomado una de sus pastillas porque no podía permitirse tener un episodio delante de los periodistas. Se estaba arrepintiendo de haber aceptado la propuesta de Jungkook cuando la rueda de prensa empezó.
Los inversores llevaban un rato con preguntas y respuestas a las que Jimin no estaba prestando atención. Hasta que escuchó que era el turno de Jungkook.
-Mi pregunta es para el director. Ha habido numerosos rumores desde que el rodaje de Black Swan empezó. ¿No será una estrategia para crear expectación sobre la película?
La carcajada de Jungkook llenó el tenso silencio ante la agresiva pregunta.
-Siguiente, gracias.
-¿Y qué hay de Park Jimin? – interrumpió el mismo periodista – ¿también vamos a ignorar los reportajes sobre sus varios romances en set?
-Jimin y yo… - empezó Taehyung.
-Lo siento, pero Jimin no es mi tipo. Me gustan altos – Los presentes en la sala se echaron a reír ante la respuesta de Jungkook. Mientras, tras un gesto de cabeza de Yohan, seguridad se ocupaba del periodista irrespetuoso.
-¿Entonces todos los rumores son falsos? – preguntó alguien más.
-No todos – intercedió el otro inversor – Park Jimin si se ha ganado su puesto en la obra, pero con su talento. Por ello queremos presentarle como nuestro “Black Swan”.
Los primeros acordes de la canción que Hobi, Yoongi y Namjoon habían creado con ayuda de Jungkook empezaron a sonar mientras, por fin, Jimin salía de detrás del escenario.
El director se quedó boquiabierto. Había visto los bocetos, por supuesto. Pero nada le había preparado para la majestuosidad de Jimin con ese vestuario. De negro de los pies a la cabeza. El pelo ondulado y estilizado de medio lado con la frente despejada. Un corsé de cuero marcaba la silueta de su cintura y unas grandes alas de plumas negras completaban el atuendo. Realmente parecía un ángel.
Tras contestar a varias preguntas que, por suerte, no tocaron el tema personal (al parecer ya habían sido advertidos) pasaron a la parte que había sido preparada para realizar la sesión de fotos posterior a la rueda de prensa.
Jungkook no podía quitarle la vista de encima a Jimin. Le habían colocado encima de un taburete cuadrado para realizar las fotos con el outfit de las plumas y por fin se le veía cómodo. Posaba tan natural que el director se preguntó por qué no había sido modelo.
Para las siguientes fotos tenía que ponerse un look de cisne blanco, Jungkook pensó que sería más fácil aguantar el tipo. Oh, que equivocado estaba. Los pantalones holgados caían sobre sus caderas y la camisa que llevaba dejaba ver demasiada piel cuando posaba con los brazos elevados. Cuando echó el cuello hacia atrás, el director se imaginó pasando la lengua por esa columna de piel y algo se removió en sus pantalones. Intentó centrarse en su cara para recuperarse, pero esa boca sonrosada le provocaba. Cuando Jimin fijó la mirada en él se quedó sin respiración.
Intentó tranquilizarse porque sabía que el último outfit era un traje negro, pero el calor le golpeó cuando el bailarín en lugar de camisa llevaba un arnés formado solo por una ancha cadena que iba desde el cuello hasta su estrecha cintura. Jungkook notó que Jimin sabía el efecto que le provocaba. La forma en la que se pasó la lengua por los labios mientras se echaba el pelo hacia atrás, haciendo que la chaqueta se abriese y uno de sus pezones quedará al descubierto se lo terminó de demostrar. No había dejado de mirarle ni un segundo.
-Pues menos mal que no soy tu tipo, señor director – le susurró el bailarín cuando se juntaron para hacer las fotografías finales con el resto del elenco.
Toda la prensa se echó a reír cuando Jungkook le cerró la chaqueta alegando que él no había aprobado esa clase de comportamiento, pero la mirada de superioridad de Jimin le dejó claro que este sabía la verdad. No quería verse tentado.
En cuanto la sesión de fotos se dio por terminada, el director salió disparado hacia la parte de atrás.
…
Taehyung estaba preocupado por Jimin, así que le siguió al backstage cuando terminaron con las fotos del reparto. Al menos se había librado de las peores preguntas, pero sabía que igualmente le afectaría.
Se quedó parado cuando vio que este iba a toda velocidad detrás del director y le arrastraba hasta el improvisado vestuario que le habían montado para la sesión de fotos. Ya le contaría como le había cantado las cuarenta cuando saliera de allí. Hasta donde Tae sabía, Jungkook aún no había visto al Jimin enfadado y menos aun después de haber pasado tantos nervios y con la adrenalina a mil.
…
Jungkook intentó salir de la habitación en cuanto Jimin cerró la puerta, pero este se lo impidió.
-Apártate, Jimin.
-No – el director no entendía la sonrisa del bailarín.
-Park Jimin.
-No.
-Te lo advierto...
-Ah ¿sí? Que me vas a hacer ¿Desnudarme con la mirada? ¿Excitarte con mi outfit? Creo que eso ya ha pasado, señor director – Desvió la mirada a la entrepierna de Jungkook que, efectivamente, estaba abultada.
Se dio la vuelta avergonzado. Jimin luchaba con su propio interior. Todavía estaba dolido con él, pero la forma en la que Jungkook le había mirado le había hecho sentirse deseado por primera vez en años. Claro que había tenido sus citas, pero nadie le había despertado ese calor en el interior solo con mirarle. Sabía que se iba a arrepentir, pero lo deseaba tanto como el director.
Le cogió por los hombros y le dio la vuelta, empujándolo contra la puerta. Jungkook abrió los ojos sorprendido. Estos se oscurecieron cuando Jimin se arrodilló frente a él y le desabrochó los pantalones con rapidez, sacando su excitado miembro lo justo para acariciarle hasta endurecerlo por completo. Jungkook no quería mirar, pero no pudo evitarlo. Su polla vibró en las manos de Jimin cuando este le miró desde abajo, lamiéndose los carnosos labios que ahora brillaban por la saliva.
-La altura no te importa tanto ahora, ¿verdad?
La réplica de Jungkook se quedó en su garganta cuando Jimin se lo introdujo en la boca por completo. Se alejó para pasar el pulgar por la punta y humedecer un poco más toda la superficie antes de volver a engullirle. Sus gemidos llenaron la habitación al instante.
Tan solo unos minutos después Jungkook estaba embarazosamente cerca de correrse, Jimin no tenía límite y el calor le envolvía sin parar, la presión aumentando por momentos. Cuando acompañó los movimientos de su boca con las manos en aquella zona que no podía cubrir, Jungkook perdió la batalla.
-Jimin… - gimió como advertencia, pero el bailarín ahuecó aún más los mofletes y chupó con fuerza hasta que Jungkook explotó en su boca. No sobró ni una gota.
El bailarín se levantó, lamiendo sus labios de nuevo mirando al director con suficiencia.
-Para no ser tu tipo, has aguantado muy poco. – Jungkook se sonrojó mientras Jimin le apartaba de la puerta, suponía que para salir de allí. De eso nada, pensó.
Tiró de la cadena del arnés que el bailarín aún llevaba puesto y le besó con fuerza, notando su propio sabor en la boca del otro. Colocó a Jimin en la posición que él mismo había dejado y metió la mano dentro de su pantalón sin soltar la cadena. Sus alientos mezclándose.
Jimin echó la cabeza hacia atrás cuando la mano del director llegó a su polla y Jungkook vio su fantasía cumplida al recorrer su cuello con la lengua, sintiendo como al bailarín se le erizaba la piel.
-Joder Jungkook… cabrón - gimió cuando Jungkook estranguló su miembro para luego volver a comerle la boca. No había espacio entre sus cuerpos, sus pezones se rozaban con la ropa del director dándole ese extra de estimulación que hizo que en nada se corriese en los pantalones.
Intentó recuperar la respiración mientras Jungkook se alejaba y sacaba su mano, sucia con su semen, para llevársela a la boca. Joder con el director.
Jungkook sonrió al ver la expresión de Jimin mientras se limpiaba. Estaba satisfecho de conseguir que se corriese aún más deprisa que él. Volvió a acercar sus cuerpos, pasando su mano por debajo de la cadena y acercó sus caras. El bailarín cerró los ojos pensando que iba a besarle otra vez. Sintió un escalofrío cuando a cambio sintió los labios del otro en su oído.
-De nada – le soltó.
Para cuando Jimin consiguió reaccionar Jungkook ya se había marchado del vestuario, dejándole restos de su propio semen en el pecho además de en su ropa interior. Maldito.
…
Taehyung confirmó que lo que había estado oyendo dentro del vestuario eran gemidos cuando el director salió de la habitación metiéndose la camisa dentro del pantalón, colorado y con la boca hinchada. Aunque nada comparado al aspecto de su amigo cuando salió un minuto después con el pelo revuelto y los labios enrojecidos.
Mientras se acercaba hacia él le miró con una sonrisa de complicidad, alzando las dos cejas varias veces.
-Ni una palabra – fue la respuesta de Jimin a su gesto.
Ninguno de los tres se dio cuenta de que había otra persona al fondo del pasillo.
…
Mientras se duchaba, Jimin no pudo evitar recordar los toques del director, su sabor… Estaba completamente duro, pero se negaba a tocarse. Ahora que se había tranquilizado se arrepentía de haberse dejado llevar por esa tensión sexual que había entre ellos cada vez que estaban juntos. Esa química había existido desde el primer día que se vieron diez años atrás. Por eso le había dolido tanto su rechazo.
Salió de la ducha y se envolvió la cintura con una toalla. Seguía excitado. Su reflejo en el espejo le miró con lástima. Jimin apretó los dientes. Jodido Jungkook.
Con un gesto de enfado lanzó la toalla al suelo y empezó a masturbarse con toda la rabia que estaba sintiendo en su interior. No podía llegar a la cena en casa de Jin medio cachondo. Sin embargo, el orgasmo le dejó completamente insatisfecho y mordiéndose el labio para no gemir el nombre de determinado director. Lo que aún le dio más rabia.
Se puso su chaqueta de punto azul con ribete blanco a juego con la camiseta que llevaba puesta. Optó por unos pantalones negros en lugar unos vaqueros para darle un toque más formal y remató con sus brillantes zapatos negros. Se dio el visto bueno y se marchó a buscar a Tae. Hobi iba directamente con los productores musicales.
El idol ya le estaba esperando en las escaleras de entrada a su caravana. Estaba espectacular con una camisa en tono granate con estampado de flores, sus típicos pantalones anchos y una chaqueta marrón para completar el conjunto.
-Wow, Kim Taehyung. Qué pena que los rumores de que eres mi sugar daddy no sean ciertos.
-Cállate, idiota – rio su amigo – Y ni se te ocurra decir algo así delante de Hobi – su semblante se puso serio.
-¿Vas a hablar con él?
-¿Vas a contarme lo que ha pasado con Jeon? – Hubo unos segundos de silencio.
-¿Y qué crees que habrá para cenar? – soltó Jimin como si la conversación anterior no hubiese pasado, empezando a andar.
Taehyung sacudió la cabeza y siguió a su amigo. No quería forzarle, pero no le hacía ninguna gracia lo que fuese que estaba pasando entre él y el director. Y más con el pasado que tenía Jimin y que era obvio que aún no había superado.
Tendría que estar atento a cada movimiento.
…
Jungkook llamó al timbre de la casa de Jin. Llegaba tarde, pero había tenido algún problemilla antes de poder dejar su caravana. De hecho, al final no había podido ponerse las lentillas y había tenido que acudir con sus gafas redondas, esperaba que el anfitrión no se burlase mucho de él, pero no fue este quien abrió la puerta.
Sintió como se sonrojaba mientras Park Jimin le repasaba de arriba abajo. Alzó una ceja cuando por fin le miró a la cara. El bailarín tuvo la decencia de sonrojarse y desviar la mirada.
-Llevas gafas – comentó.
-¿En serio? - soltó Jungkook con sarcasmo.
-No sé por qué lo intento. Eres insoportable.
-Lo mismo digo.
-¡Jungkookah, llegas tarde! – escucharon gritar a Jin desde el interior de la casa. Jimin se apartó para que Jungkook pasase y cerró la puerta.
Le había sorprendido el look del director. Unos vaqueros claros con rotos en las rodillas y una sencilla sudadera negra con capucha. Le daba el aspecto de un adolescente en su primer año de universidad. Y esas gafas redondas haciendo que sus ojos destacasen aún más. Ese Jungkook le recordaba más a aquel joven aprendiz dispuesto a comerse el mundo que al tenso y frustrado director en el que se había convertido.
-¡Por fin estamos todos! – exclamó Jin mientras llenaba unos chupitos de soju y los repartía – Antes de que empecéis a degustar mi exquisita cena, que he preparado yo mismo, por cierto, un brindis. ¡Por Black Swan!
-Jungkook´s versión – remató el director.
-Que síiii – Todos rieron ante el tono de burla del actor mientras se bebían el chupito.
-¿Os ha dicho ya Seokjin que se sacó esta cena de la manga porque le entró el pánico en su cita con Namjoon? – contraatacó Jungkook.
-¡Jungkookah! – replicó el actor, sonrojándose. Miró a Namjoon que también estaba colorado, pero sonreía. Era bonito pensar que a los dos les afectaba lo que estaba pasando entre ellos.
Todos estaban sentados ya en la mesa, así que Jungkook no tuvo más remedio que sentarse en el lugar que quedaba libre. Al lado de Jimin, que a su vez estaba al lado de Taehyung. Que divertido, justo cerca de la parejita. El director rodó los ojos ante su propio pensamiento mientras se sentaba. Jimin no volvió a mirarle.
-¡A comer! – de nuevo Seokjin le sacó de sus pensamientos para centrarse en la comida. La pizza tenía una pinta increíble.
Si había algo de lo que Jungkook disfrutaba más que estar detrás de una cámara, eso era la comida.
Chapter 10: Capítulo 9
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Tras unas cuantas rondas de Soju, Taehyung había decidido que Min Yoongi y su suéter verde de lana le ponían. Y eso le asustaba. Pero también había decidido que el productor musical era un idiota que le estaba quitando a su Hobi, y eso no le hacía ninguna gracia. Él llevaba años amándole y Yoongi, que acababa de llegar ya le tenía comiendo de la palma de su mano.
Jimin, que había bebido lo mismo que su soulmate , vio como Tae apretaba el puño sobre su muslo y siguió su mirada hasta Yoongi y Hobi que conversaban divertidos. La forma en la que el productor musical miraba a su amigo, que reía a carcajadas dejaba poco a la imaginación. La cosa se complicaba por momentos. Posó su mano sobre la de Tae, intentando que este se relajara, pero no funcionó. Así que hizo lo que hacían siempre en casa y se sentó en su regazo torpemente.
Hacía un par de rondas que debían haber parado.
-Luego os quejáis de que os confunden con una pareja – soltó Hobi que había dejado de reír.
-¿Es que no lo son? – Jungkook se llevó la mano a la boca creyendo que había dicho en voz alta lo que había pensado. Hasta que se dio cuenta de que había sido Yoongi el que formulara la pregunta.
-¡Qué no, joder! – exclamó Tae mirando fijamente a Hobi y bebiéndose otro chupito. El coreógrafo entrecerró los ojos desviando la mirada hacia Jimin, que seguía sobre el regazo del idol – Jimin vuelve a tu sitio. – murmuró entre dientes.
-Diminie no quiere…
-Ay dios – exclamaron Hobi y Tae a la vez. Volvieron a enfrentar miradas, pero las desviaron rápidamente.
-¿Quién es Diminie? – preguntó Namjoon que estaba alucinando con la tensión palpable en la mesa.
-Es el alter ego de Jimin. Sale cuando se pasa con la bebida. No bebe mucho por la médica… - Hobi cortó la frase ante la nueva mirada de Tae, furiosa esta vez – no suele beber y la afecta mucho.
-Voy a traerle un vaso de agua – comentó el director.
-No, déjalo. Voy a llevarle al baño – contestó Tae secamente – a ver si puedo refrescarle un poco.
Tambaleándose, bajó a Jimin de su regazo y le llevó al baño siguiendo las indicaciones de Jin. A pesar de la negativa del idol, Jungkook les siguió. Hobi se levantó para hacer lo mismo, pero volvió a sentarse. No quería cabrear más a Tae tal y como estaba. Se sentó de nuevo y suspiró. No se dio cuenta de que Yoongi había observado toda la escena con semblante serio.
…
Tae sentó a Jimin en el lavabo y se mojó su propia cara para intentar despejarse, pero estaba demasiado mareado.
-Toma – se sobresaltó cuando Jungkook le puso una toalla húmeda en la nuca y le hizo sentarse en el suelo, apoyado contra la bañera.
Observó como el director cogía a Jimin y le acercaba al lavamanos para mojar otra toalla y pasársela también por el cuello. Le sorprendió la delicadeza con la que le estaba tratando. Jimin se dejó hacer, sintiendo el frescor del agua en su piel caliente. Gimió bajito. El director levantó la vista hacía el espejo, y se encontró con la mirada vidriosa de Jimin, quien sonreía con picardía.
-Diminie está caliente, Jungkook.
-Oh, por dios. Jimin, ¡Cállate! – exclamó Tae desde su posición. Intentó levantarse, pero todo le daba vueltas.
Sin hacerle caso a su amigo Jimin se dio la vuelta para enfrentarse a Jungkook y tiró de su sudadera para acercarle a él.
-¿Quieres terminar lo que empezamos, director? –
-Jimin…
-¡Jimin! – exclamó Taehyung a su vez.
Jungkook intentaba aplacar al bailarín mientras Tae no quería seguir escuchándole tontear con el director. Jimin pensaba que estaba susurrando al oído del director, pero probablemente lo habían escuchado los demás desde la mesa.
-Jimin – intentó de nuevo Jungkook. Cuando este le miró, empezó a hablarle como si fuese un niño pequeño – Vamos a volver al comedor, vas a beber un poco de agua y a ver si así te despejas un poco, ¿Vale?
-Pero Diminie está cansado… - se quejó Jimin pasando sus brazos por el cuello del director.
Jungkook tragó saliva. Jimin estaba adorable mirándole con esos ojos de cachorrito después de haberle susurrado guarradas. Empezaba a entender eso de la dualidad maldita de la que tanto hablaban las fans del kpop. No pudo evitarlo y le apartó un mechón de pelo de los ojos y Jimin le sonrió agradecido.
Se dio la vuelta y se agachó delante de Jimin.
-Venga Diminie, ven aquí – Jimin rio mientras Jungkook le cogía entre sus brazos. Toda la piel del director se erizó al sentir esa risa en su nuca. El bailarín se agarró con fuerza a su cuello y se dejó llevar. – Ahora vuelvo a por ti. – le dijo a Tae que solo contestó con un gesto.
…
Hobi vio llegar a Jungkook con Jimin entre sus brazos y frunció el ceño. ¿Dónde estaba Tae? El director vio su expresión y señaló con la cabeza por donde habían venido. El coreógrafo se levantó y fue hacia el baño.
Se encontró a Tae sentado en el suelo, la espalda apoyada sobre la bañera. Se estaba tapando la cara con las manos, pero las abrió al ver que alguien llegaba. Volvió a cerrarlas deprisa al ver que era Hobi. Este sonrió.
-Taehyung.
-No.
-TaeTae.
-No me llames así. Y no es por lo que crees.
A Hobi no debería sorprenderle como le conocía el idol. Iba a renegar diciendo que si es que solo Jimin podía llamarle así y el otro ya había dado su respuesta.
-¿Entonces por qué?
-Porque estoy enfadado contigo. – le miró a través de sus dedos, como si estuviera viendo una peli de terror y Hoseok volvió a reír.
Se sentó a su lado en el suelo y le empujó con el hombro. Su amigo estaba demasiado borracho para poder hablar nada serio ahora.
-Venga Tae, no te enfades. Déjame que te lleve a tu caravana y descansas. Y si quieres mañana podemos hablar.
-Solo quieres librarte de mí para quedarte a solas con Yoongi.
Por segunda vez Hobi se quedó sorprendido por las palabras del idol. No podía negar que la conexión con el músico había sido inmediata pero no pensó que alguien pudiese notarlo desde fuera. Menos aún Tae, y que además pudiese importarle.
-¿Qué? - No sabía qué decir.
-¡Ugh! – renegó Tae – No te hagas el loco. He visto como le miras. Yo solo…
-¿Solo… - le animó Hobi.
-Solo quiero que me mires así a mí también – terminó muy bajito. Sus manos volvieron a tapar su cara por completo.
-Taehyung… - el corazón de Hobi latía a toda velocidad. No sabía si lo decía solo porque estaba borracho. Deseaba con todas sus fuerzas que no fuera así. El idol no le contestó – TaeTae, por favor.
Cuando tampoco obtuvo respuesta se puso de rodillas frente a él y le apartó las manos de la cara. Los ojos humedecidos de su amigo le miraron con tristeza.
-Déjame, por favor – contestó intentando soltar sus manos, pero el coreógrafo no le dejó.
-Escúchame, Tae – continuó cuando este le miró – Estás borracho y te vas a arrepentir de lo que puedas decir.
-¡No estoy borracho! – exclamó, lo que hubiese quedado mejor si no se hubiese mareado con el ímpetu que puso para contestar – Vale, un poco. Pero sé lo que digo – confesó derrotado – Vete, Hobi.
-No voy a dejarte solo.
-¡Vete, joder! ¿Cuántas veces más vas a ningunear mis sentimientos? ¿Cuántas veces más vas a rechazarme? – Su voz se quebró y Hobi no pudo más.
Tiró de las muñecas de Tae que aún tenía entre sus manos y juntó sus bocas en un beso desesperado. Cuando el idol lanzó una exclamación de sorpresa Hobi aprovechó para unir sus lenguas, convirtiendo el beso en algo húmedo y Tae se dejó hacer, gimiendo en la boca del otro.
El gemido de Tae volvió a Hobi a la realidad y se apartó bruscamente. Esto no estaba bien.
-¿Qué? – preguntó el idol, confuso.
-Esto es un error, Tae. Estás borracho y…
-¡Que no estoy borracho, joder! – Se levantó a trompicones y salió del baño antes de que Hoseok pudiera reaccionar.
Tras recuperarse de la sorpresa el coreógrafo se incorporó y salió detrás de él. Escuchó el: ¡Taehyung, espera! de Jin y la puerta de entrada cerrarse. Llegó a donde estaban los demás. Cogió su chaqueta. Miró al director y luego a Jimin a su lado comiendo pizza.
-Yo me ocupo. Ve tras él. – le dijo Jungkook. Hobi le dirigió una mirada de disculpa a Yoongi quien le miraba fríamente y se marchó. Ya se ocuparía de eso más adelante.
-Tengo que decir, Jin. Que tus cenas son todo un espectáculo – comentó Namjoon intentando rebajar la tensión.
Jungkook rio, alargando la mano para coger un trozo de pizza, pero ya no quedaba. Se echó hacía atrás en el asiento, resignado. Jimin, que había observado la escena desde su sitio, sin pensar llevó el trozo de pizza que tenía en su mano a la boca del director para que le diera un bocado. Lo que este hizo tras un segundo de duda. Diminie sonrió satisfecho.
-Creo que voy a marcharme ya – comentó Yoongi sacándolos de su burbuja.
-Sí, creo que ya es hora – contestó Namjoon ante la sorpresa de Jin, que también se había venido arriba con el Soju esa noche.
-Namjoon, creo que deberías quedarte a ayudar a recoger y todo eso – le dijo Yoongi lanzándole un mensaje con la mirada a su amigo. – Verdad, ¿Jin?
-No me vendría mal la ayuda, pero si no…
-Entonces me quedaré encantando – dijo Namjoon apresuradamente antes de que el actor se arrepintiese.
-Jungkook – siguió Yoongi – si quieres me llevó a Jimin.
-¡No! – exclamó el aludido – Diminie quiere quedarse con Kookie – Le agarró del brazo para añadir énfasis a sus palabras.
-Está bien, Yoongi. Pero si que nos vamos a ir también – contestó el director.
No sin dificultad, consiguieron meter a Jimin en el coche. Jungkook se despidió de Yoongi y le abrochó el cinturón al bailarín, que llevaba un rato intentando acertar con el cierre. Por supuesto, en cuanto arrancó el coche Jimin se quedó dormido. Jungkook sacudió la cabeza y se centró en la carretera. Menos mal que la casa de Jin no estaba lejos del set de rodaje y con ello de la zona de caravanas.
Jungkook intentó despertar a Jimin, en vano. Le cogió de nuevo en brazos y se dirigió hacia la caravana que el bailarín compartía con Hobi. La puerta estaba cerrada. No podía dejar a Jimin en el suelo para buscar la llave, así que optó por la opción más rápida y terminó yendo hacia la suya propia.
De camino a su caravana, Jimin se despertó brevemente.
-¿Jungkook? Estoy mareado.
-Ya casi estamos. – empezó a maniobrar con el bailarín para intentar ponerle en pie, pero este se aferró a él.
-Deja de moverme.
-Jimin, tengo que abrir – El bailarín no replicó, pero mientras Jungkook metía una de sus manos en su pantalón para sacar su llave, Jimin llevó su boca al cuello del otro y le mordió. La maldición que iba a soltar se perdió por el camino cuando Jungkook sintió como el otro lamia y chupaba la zona que acababa de morder. Eso iba a dejar marca.
No supo cómo consiguió abrir la caravana y llevar a Jimin hasta su cama. Ya medio dormido de nuevo. Le quitó los zapatos y le metió bajo la colcha para que estuviera cómodo. Iba a marcharse cuando Jimin le llamó.
-Jungkook.
-¿Sí? – contestó sonriendo.
-Te odio.
-¿Qué? – La sonrisa se había congelado en el rostro del director.
-Todo hubiese sido más fácil si no te hubiese conocido.
Jungkook se quedó paralizado, miró a Jimin que ya se había quedado dormido y fue a sentarse en el sofá que había cerca. Era obvio que su relación no era buena, pero no esperaba unas palabras así de crueles del bailarín. Pensaba que gran parte de su tensión era debido a que se sentían atraídos el uno por el otro. ¿Tanto le odiaba? Estaba claro que no lo había entendido bien. Le daría a Jimin el espacio que necesitaba. Lo que había pasado tras la rueda de prensa había sido un error.
…
Yoongi suspiró al entrar en su caravana. No esperaba que la noche acabase así. Justo cuando empezaba a pensar que había algo entre Hobi y él, la realidad le había sido lanzada a la cara. Esas miradas, el lenguaje corporal. La forma en la que había salido detrás de Tae, era obvio que había algo entre ellos.
Tampoco le extrañaba, el idol era la persona más atractiva que Yoongi había visto tan de cerca. Y aunque le había prejuzgado, en las semanas que llevaban de rodaje había quedado claro que su corazón era igual de bonito que su cara, o más. Incluso había notado alguna que otra mirada esa misma noche.
Se tumbó en la cama y vio en su mesita la agenda que el idol dejó en su estudio el primer día de grabación. Al principio, no quería devolvérsela por orgullo. Luego los días pasaron y ya era tarde para que no se notase que la había leído de arriba abajo. Se sentía tan identificado con las letras de Taehyung que, desde entonces, cuando no podía dormir, creaba melodías en su cabeza para acompañar esas letras e imaginaba cómo sonarían con la voz de Tae.
Cerró la agenda con fuerza y volvió a dejarla a un lado al recordar lo acontecido esa misma noche. Había abarcado tanto que se había quedado sin nada. Lo que era nuevo para él, la verdad.
-Ay Min Yoongi, no das una – dijo en voz alta. Se dio la vuelta para intentar dormir.
Si soñó con voces profundas y coreógrafos hiperactivos… no se acordaría.
Aunque tampoco lo iba a reconocer.
Chapter 11: Capítulo 10
Chapter Text
Hobi salió de casa de Jin gritando el nombre de Tae y mirando hacia todos lados. Empezó a desesperarse cuando no lo encontró por ninguna parte. Por mucho que lo negase estaba borracho, probablemente desorientado y además hacía mucho frío.
Sacó su móvil para llamar a los demás. Leyó un mensaje de Jungkook y fue entonces cuando lo vio. Estaba sentado en un bordillo, temblando y abrazándose a sí mismo. A Hobi se le encogió el corazón ante la imagen. Se acercó a él y le colocó su chaqueta por encima de los hombros. El idol se sobresaltó e intentó apartarse, pero Hobi le sujetó por los hombros.
-Tae, escúchame. Por favor – añadió cuando este empezó a negar con la cabeza.
-¿Para qué? Ya lo he pillado con lo de que besarme era un error ¿Vale? Puedes irte tranquilo. Y si vuelves a decir que estoy borracho Hoseok, te juro que…
-El error no ha sido besarte.
-¿Qué? – Chilló Taehyung. Hobi suspiró.
-El error ha sido besarte… así. No había imaginado que nuestro primer beso sería sentados en el suelo de un baño, medio borrachos. ¡He dicho medio! – añadió ante la mirada de Tae.
-¿Habías imaginado antes nuestro primer beso? – susurró Taehyung.
-No sabes cuantas veces – Hobi abrió los ojos al máximo al darse cuenta de que había contestado sin pensar. La misma expresión de sorpresa pasó por la cara de Taehyung.
-Lo he estropeado todo ¿verdad?
-No has estropeado nada, TaeTae. Si todavía quieres, podemos hablar mañana cuando hayamos descansado.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo – contestó solemnemente – Anda, vayámonos.
-¿Y Jimin? Y solo lo pregunto porque estoy preocupado y no…
-Jungkook me envió un mensaje, se lo ha llevado a su caravana. Y no pasa nada por preguntar por él. Siento mucho cómo me he comportado.
Tae se dio cuenta de que ahora era el coreógrafo quien estaba temblando. Le había dado su chaqueta y él había salido sin nada. Y seguían en medio de la calle en la fría noche. Se puso en pie.
-Llévame a casa, Hobi.
…
Jin esperó a que Namjoon dijese algo mientras recogían la mesa, pero eso no pasó. De hecho, aunque no dejó de mirarle intensamente no hubo manera de que Namjoon le devolviese la mirada. No lo entendía. Habían dejado claro que se gustaban, !si hasta se habían besado!. Y aun así, el productor musical no parecía sentirse cómodo a su lado.
-No tenías que quedarte si no te apetecía – soltó cuando no pudo más. Esta vez, Namjoon si le miró debido a la sorpresa.
-¿Qué? Yo… claro que me apetecía – Jin suspiró, acercándose a él.
-Joonie, ¿Qué tengo que hacer para que estés a gusto conmigo? Si he ido demasiado rápido. Si no quieres esto, lo entenderé. Podemos ser amigos…
-¡No! – Una expresión de dolor cruzó por la cara del actor. Namjoon rectificó al momento, sonrojándose – Quiero decir que no quiero ser tu amigo… No solo tu amigo me refiero.
-Entonces, ¿Cuál es el problema?
-Tú – Esta vez Jin le miró alzando una ceja, cruzándose de brazos. Esperó la explicación que sabía que llegaría. Estaba empezando a entender cómo funcionaba la mente de Namjoon. – O sea, tú, que eres tú y yo, que soy yo.
-¿Ajá? – Vale, quizá no lo entendía tanto.
-¡Venga ya, Jin! Todo el mundo que nos ve juntos lo piensa. Tú eres Kim Seokjin, el actor. Alto, guapo, gracioso. Le caes bien a todo el mundo. Haces que la gente gire la cabeza cuando pasas. Y yo soy yo. Un don nadie que escribe guiones y canciones – terminó.
-Menuda gilipollez. ¿Qué pasa? – añadió cuando Namjoon le miró, dolido – Yo también puedo decir tonterías ¿No?
-Pero…
-Pero, nada. Todo lo que has dicho que soy, podría decirlo yo de ti. Y añadir además esos hoyuelos que me vuelven loco. Así que, si has acabado con tus argumentos de mierda, ¿podemos irnos ya a la cama?
Cuando Namjoon, como era habitual, casi se atraganta con su propia saliva, Jin se echó a reír.
-¿Demasiado? – Namjoon negó con la cabeza – Bien. Voy a buscarte algo cómodo para dormir… luego. – Se acercó a él y dejó un corto beso en sus labios antes de salir.
“Venga Namjoon, esta es la tuya. Tú puedes”. El productor musical empezó a darse ánimos al ver que solo la insinuación de Jin le tenía medio erecto. “Si ves que vas a llegar muy rápido, piensa en cangrejos tristes y bonsáis solitarios”. No recordaba la última vez que había estado con alguien.
...
Jungkook no podía dormir. Las palabras de Jimin daban vueltas y vueltas en su cabeza. Era curioso. Cuando empezaron el rodaje, él mismo se había planteado quitarse a Jimin de encima en cuanto pudiese y al final le había convertido en el bailarín principal como siempre había pensado. Aunque Jimin no lo supiese. No es que se hubiese olvidado de lo que había pasado con su mentor, pero el Park Jimin que estaba conociendo no se parecía en nada al de diez años atrás.
Pero todo eso no importaba, porque al parecer el bailarín no solo le odiaba, si no que preferiría que no existiese en su vida. Le debería dar igual. Él también le odiaba ¿no? ¿Por qué tenía que importarle su opinión?
Se sobresaltó cuando Jimin empezó a removerse en la cama, soltando pequeños lamentos. Miró hacia el otro lado como un niño petulante. Iba a ignorarlo. Pero los quejidos aumentaban. Estaba claro que el bailarín estaba teniendo una pesadilla.
Se acercó a la cama y pudo ver como Jimin tenía el ceño fruncido en una expresión de sufrimiento. Pequeñas perlas de sudor poblaban su frente. Se sentó a su lado y las secó con la manga de su sudadera. No sabía qué hacer. Tenía que despertarle, pero había leído no sé dónde que no era bueno despertar a alguien así de golpe. ¿O eso era a los sonámbulos? Dejó las dudas a un lado cuando Jimin empezó a luchar contra algo en su pesadilla. Gimiendo de dolor.
-Jimin – le sacudió – Hey, Jimin. Jiminssiiiii
-Nooooo – gritó este despertándose desorientado, sus ojos perdidos mirando a su alrededor frenéticamente hasta que se posaron en Jungkook. Se apartó rápidamente de él, llevando sus rodillas al pecho, haciéndose lo más pequeño posible.
-Tranquilo, solo ha sido una pesadilla.
Por fin, la realidad empezó a traspasar la niebla en la cabeza de Jimin. Esa sensación de desasosiego aún clavada en su interior. Flashes de como Jungkook había cargado con él aparecieron en su mente. Se tumbó en la cama y se dio la vuelta, le daba vergüenza. El director entendió su gesto como uno de rechazo y se levantó. Al notar la cama moverse, Jimin se volvió a girar rápidamente cogiéndole de la muñeca para que no se alejara.
-Quédate, por favor. – El miedo a que las pesadillas volviesen era superior al arrepentimiento que sentiría a la mañana siguiente.
A pesar de su tumulto interior Jungkook no pudo negarse a esos ojos que le miraban desesperados. No dijo nada, pero se dejó caer contra el cabecero. Jimin se relajó al instante. Su mano no soltó en ningún momento a Jungkook.
Las pesadillas no volvieron, al menos por esa noche.
…
Hoseok no podía moverse. Taehyung había caído rendido en cuanto llegaron a su caravana y se habían tumbado en la cama. Juntos. Aunque habían acordado hablar las cosas al día siguiente, ninguno de los dos quería separarse del otro tras los acontecimientos del día. Y sabían que Jimin estaba a salvo con Jungkook.
En menos de cinco minutos Tae se había dormido. Pero ese no era el problema. Lo malo era que se había aferrado a Hobi como un koala a su eucalipto y era imposible para el coreógrafo el pensar en moverse y romper esa paz. Además, le encantaba mirarle, para que mentir.
Se dedicó a unir los lunares de su cara con la mente, pensando en cómo le gustaría besarlos y entonces recordó que también tenía en las manos. En esas largas manos que acababan en largos dedos y que le encantaría ver alrededor de su… salió de su sucia mente cuando Taehyung apoyó la rodilla sobre su entrepierna, dolorosamente. Por un instante Hobi dudó si no le habría leído el pensamiento y se sonrojó ante lo que había estado poblando su mente.
-Pervertido – se dijo a sí mismo.
-¿Mhh? - murmuró Tae entre sueños.
-Nada, cariño. Duérmete.
Si Hobi notó como la respiración de Taehyung se saltó un paso en ese instante o Tae notó como el corazón del otro empezaba a latir con fuerza ante el apelativo que había usado. Ninguno de los dos dijo nada.
…
Namjoon se observó en el espejo del baño de Jin. Las mejillas enrojecidas, los labios hinchados. Esto era real, acababa de enrollarse con Kim Seokjin. De hecho, había tenido que decirle que mejor iba a ponerse cómodo porque estaba a punto de correrse solo con los intensos besos y las leves caricias. En cuanto Jin le había acariciado sobre los vaqueros, Namjoon había dado un respingo.
Cogió la ropa que el actor había sacado para él y se metió corriendo en el baño. Y ahí estaba. Esperando a que se le pasase un poco la erección aun cuando sabía perfectamente que volvería estar duro en segundos en cuando volviese a tener a Jin delante de él.
Objetivamente, aunque habían pasado semanas flirteando, solo se habían quedado a solas un par de veces. Pero siendo realistas era absurdo seguir perdiendo el tiempo. Eran los dos adultos. Habían reconocido que se gustaban. Se habían besado. Si ya estaban listos ¿por qué debían perder el tiempo?
El reflejo de Namjoon en el espejó asintió con valentía. Se echó el pelo hacía atrás y salió del baño con paso decidido en busca de Jin para… taparle con la colcha al ver que estaba completamente dormido.
El actor ya le había comentado antes que se había levantado muy temprano para preparar con calma los ingredientes para los platos de la cena. Como bien había dicho durante esta, lo había preparado todo él solo. Y además también había bebido mucho Soju para que engañarse.
A Namjoon no le quedó otra que meterse en la cama junto a él. Se tumbó bocarriba con los brazos detrás de la nuca, mirando al techo. Esperaba que Jin no se hubiese molestado por haber tardado tanto en salir del baño que hasta había caído rendido. Cuando el actor se movió y rodeó con uno de sus brazos su cintura para además apoyar la mano sobre su pecho, Namjoon contuvo la respiración. Al ver que Jin no se movía y se relajaba sobre él, suspiró aliviado.
Pensó que lo mejor sería compensarle al día siguiente.
…
Yoongi se despertó en mitad de la noche con una melodía destacando entre los ruidos en su cabeza. Cogió la agenda de Tae y buscó entre las páginas la letra en concreto que le había venido a la mente. Sabía que no iba a conseguir volver a dormir así que tras asegurarse de que Namjoon no había vuelto (buena señal). Se levantó y empezó a preparar todo su equipo. Grabaría una demo con su propia voz y si algún día se sentía capaz, quizá podría enseñársela al idol.
Unas horas después, notó como la luz empezaba a entrar por las ventanas de la caravana. Cerró todas las persianas y volvió a su silla. Se estiró, sus músculos completamente agarrotados. Al menos la música amortiguaba sus otros pensamientos. Cogió un boli y escribió encima de una de las primeras páginas de la agenda de Taehyung lo que le pareció el título ideal para la canción que “habían” creado. Winter Bear.
…
Ya estaba en la cama, abrazado a su novio cuando recibió el mensaje de confirmación.
Las fotos son perfectas.
Te has ganado un descanso.
Le entraron ganas de echarse a llorar. No quería hacer nada de eso. Había visto como todos luchaban por sacar adelante la película a pesar de sus intentos para boicotearla. Pero tenía que proteger a la persona que dormía entre sus brazos, ajeno a todo a su alrededor. Jungkook tendría que comprenderlo.
Por ahora.
Se odió más que nunca.
Chapter 12: Capítulo 11
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Namjoon abrió los ojos y se encontró abrazando a Jin por la espalda. Debían haberse movido durante la noche. Suspiró aliviado por haber despertado primero y se levantó para ir a asearse. Estaba feliz y relajado.
Entró a la cocina y se puso a fregar los platos mientras se calentaba la cafetera. No era un experto en la materia, pero para hacer un par de tostadas y un zumo tampoco hacía falta estudiar álgebra.
Se preparó un café para coger fuerzas y sacó su móvil para entretenerse. Tras pasar un rato en twitter se encontró con que las entrevistas de la rueda de prensa de la película habían salido. Menudo elenco de tíos buenos. Desde Jungkook a los inversores y por supuesto los actores principales, todos eran atractivos. Taehyung estaba espectacular, Yoongi se iba a derretir. Pero sus ojos, obviamente, se pararon sobre Kim Seokjin.
Pasó su dedo por la pantalla riéndose al darse cuenta de que parecía un adolescente. Su crush con Jin venia de largo y ahora que le conocía no había hecho más que aumentar su admiración por él. Le parecía increíble que alguien así hubiese podido fijarse en él. Estaba en su casa, en su cocina. Había dormido en su cama. Y seguía esperando el momento en que el actor se iba a dar cuenta de que merecía algo mejor y que todo había sido un error. Su buen humor desapareció.
Se había saltado toda la parte sobre la película (perdón Jungkook) para ir directamente a las entrevistas de los protagonistas y aunque no era más que la confirmación a todas sus sospechas, se le cayó el alma a los pies ante la respuesta de Jin a una de las preguntas.
* Cuéntanos Kim Seokjin ¿Alguien que ocupe el corazón del actor más adorado?
. *¿Has visto esta cara? – El actor se ríe mientras pone una mano bajo su barbilla – No hay nadie a la altura. No me llaman el World Wide Handsome por nada.
No quiso ver nada más. Para qué. No era como si no tuviese razón. Recogió sus cosas y se marchó antes de que Jin pudiese llegar a despertarse. No quería saber nada más.
…
Lo primero que Taehyung notó al despertar fueron las palpitaciones de la resaca en sus sienes. Lo segundo, que no estaba solo en su cama. Y lo tercero, aunque ya lo sabía, volvió a golpearle en la cara casi como la primera vez. Estaba completamente enamorado de Jung Hoseok, quien dormía a su lado boca arriba. Probablemente para evitar molestarle ya que el cuerpo de Tae estaba agarrado a él con piernas y brazos. Ups.
Se separó de él y efectivamente, Hobi se giró hacia el lado, sus caras a centímetros. Si no fuese por el aliento mañanero, Tae le habría besado en ese mismo instante. Se levantó para lavarse y aprovechó para beber un poco de agua y tomar una aspirina. Salió justo a tiempo de ver al coreógrafo desperezándose sobre el colchón. Se echó a reír cuando se quedó parado a mitad de estiramiento al verle. La sonrisa que recibió de vuelta hizo que el día mejorase.
-Tienes el baño libre – dijo señalando la puerta con la cabeza. Hobi asintió y se metió dentro sin decir nada más.
Las dudas empezaron a asaltar a Tae ante la falta de comunicación de su habitualmente parlanchín amigo. Para su vergüenza, recordaba muy bien el numerito de la noche anterior. Se sentó en el borde de la cama. Estaba a punto de un ataque de nervios cuando la puerta del baño se abrió y un todavía sonriente Hoseok salió para dejar un pequeño beso en su cabeza.
-Enseguida salgo – y volvió a esconderse.
De nuevo, ese pequeño gesto fue para Taehyung como un rayo de sol entrando por la ventana para iluminarlo todo. Iban a estar bien. Eran Hobi y Tae.
Pidió que les trajeran algo de desayuno, ventajas de ser el actor principal y repasó mentalmente todo lo que quería decir. Su cara de concentración debía ser épica porque lo primero que Hoseok hizo cuando salió del baño fue pasar el pulgar por su ceño fruncido.
-Todo está bien – Taehyung casi se echa a llorar ante las palabras de su amigo. Casi idénticas a las que acababa de pensar. Hobi se asustó al ver sus ojos humedecerse – De verdad, Tae. Habíamos bebido y...
-Jung Hoseok no te atrevas – le cortó, aunque sin malicia en su voz.
-Solo intentaba darte una salida – contestó levantando las manos en señal de rendición. Se sentó a su lado en la cama.
Durante unos segundos ninguno de los dos habló. Tantas cosas que decir que no sabían por dónde empezar, pero cuando Hobi posó su mano sobre la del idol en el colchón, este recibió el impulso de confianza que necesitaba.
-Lo siento mucho, Hobi. – Al coreógrafo le sorprendió que eso fuera lo primero que le dijo. Tae entrelazó sus manos y se giró para mirarle a la cara. – Siento haber tenido tanto miedo de acercarme más a ti y refugiarme en Jimin, haciéndote sentir desplazado. – Hoseok empezó a negar con la cabeza – Déjame terminar, por favor. Siento ser un cobarde incapaz de dar el primer paso hasta que pensé que podía perderte. Adoro a Jimin. Pero lo que te dije aquel día era verdad. Nunca ha sido Jimin, no de esa forma. Siempre has sido tú.
Esta vez fue el turno de Hoseok de notar cómo las lágrimas se agolpaban en sus ojos. Quería responder algo acorde a la confesión de Taehyung así que hizo lo que su cuerpo le pedía. Se lanzó sobre él y le tumbó sobre la cama y le besó. Cuando el idol abrió la boca para darle paso, le besó con más ansia. Le besó volcando en ese gesto todo lo que no podía expresar, todo lo que llevaba guardando años en su interior. Todo el amor que sentía.
-No me quejo – dijo Tae cuando pararon para recuperar el aliento – Pero me gustaría recibir algún otro tipo de respuesta. No es que no lo tenga un poco claro, pero... – dijo moviendo la pierna y rozando la zona íntima de Hobi, donde podía notar lo duro que estaba sobre él.
Avergonzado, Hoseok intentó alejarse, pero Tae no le dejó hacerlo.
-Lo quiero, Hobi. Pero lo quiero todo. Dime que tú también. – Le puso una mano en el pecho cuando vio que iba a volver a besarle. Necesitaba saber que algo más que lo físico.
Esa vez, cuando se volvió a separar de él, Tae le dejó ir. El corazón palpitando con fuerza en su pecho. Se dejó caer contra el colchón cuando Hobi le dio la espalda. Mierda. La había vuelto a cagar con su ímpetu.
-Hobi, yo…
- Te quiero – soltó el coreógrafo – Te he querido desde que puedo recordar. Me cautivaste desde que ser un idol era sólo tu sueño. Desde que viniste emocionado a mí estudio para la coreografía de Singularity. -Taehyung se quedó sin habla. Singularity había sido su primer single. Hacía casi 7 años de aquello. - Te quería cuando me contaste que eras número uno. Te quería entonces y te sigo queriendo ahora. – Ahora que había empezado a hablar ya no quería parar – Te quiero. Es que no hay más. Te quiero.
Desde su posición en la cama, Taehyung vio caer los hombros de Hobi al terminar de hablar. Sin pensar, tiró de él para hacerle tumbarse y colocarse sobre él. Imitando la posición anterior, pero a la inversa. Se miraron intensamente.
-Hobi… - colocó su trasero sobre la entrepierna del coreógrafo.
-Quiero oírtelo decir. Necesito oírtelo decir.
-Yo también te quiero, joder – terminó la frase lanzándose hacia el otro para volver a unir sus bocas desesperadamente. Sus lenguas pelearon por la dominación del beso hasta que Taehyung se rindió y se dejó hacer. - Todavía tenemos que hablar de Yoongi – comentó Tae entre besos, observando la reacción del otro.
Hobi hizo un sonido sarcástico y sonrió.
-Vale, pero luego. Yo estaba primero.
El idol gimió cuando Hoseok le hizo tumbarse a su lado y metió la mano en sus pantalones, utilizando su propia humedad para repartirla sobre su miembro y empezar a masturbarle con fuerza mientras seguía atacando sus mullidos labios. Decidió contratacar empujando suavemente a Hobi. En el momento en que este le miró sorprendido, Tae sonrió con picardía y le hizo mover el culo para bajar un poco sus pantalones.
Sin dejar de mirar a Hobi lamió la palma de su mano varias veces, satisfecho al ver los ojos del otro oscurecerse y unió sus miembros para bombearlos al mismo tiempo. El sonido que salió de la garganta del coreógrafo fue gutural. Echó la cabeza hacia atrás intentando respirar, pero ya era tarde. En cuanto el idol giró la muñeca expertamente un par de veces, Hobi se corrió entre sus cuerpos con el nombre de Taehyung en los labios.
En cuanto bajó de la nube vio que Tae seguía masturbándose mientras se mordía el labio. La imagen casi hizo que su miembro volviese a la vida. Recuperó la compostura y apartó la mano de Tae de su propia polla para ocuparse él del resto. Taehyung hizo un ruido de protesta que se rompió cuando Hobi pasó el pulgar por su punta como único momento de tregua, ya que luego estranguló su pene con fuerza y no paró de mover su mano hasta que Tae explotó también haciendo que la pegajosidad entre ellos aumentase.
Unos minutos después Tae, que había cerrado los ojos, notó como Hobi le limpiaba y los abrió para mirarle a los ojos. Los dos sonrieron con timidez, algo sorprendente cuando el coreógrafo estaba limpiando los restos de su semen mezclado.
Hoseok volvió a tumbarse contra él y Tae le agarró como lo había hecho la noche anterior para dormir, suspirando satisfecho. Hobi empezó a acariciarle el pelo, despacio, metiendo los dedos entre los mechones, como sabía que le gustaba.
Todo iba a estar bien.
…
Las sabanas a su lado estaban frías cuando Jin se despertó, pero sonrió al notar el aroma a café en la casa. Namjoon debía estar en la cocina.
Fue en su busca en cuanto salió del baño, pero le extrañó no encontrarle allí. La cafetera estaba llena, de hecho, había una taza usada sobre la encimera.
Miró en la nevera y luego en el suelo por si le había dejado alguna nota y se había despegado. A lo mejor había surgido algo. Cogió su teléfono y vio la notificación de que el reportaje sobre la rueda de prensa ya había salido. No tenía tiempo para mirarlo ahora. No había ningún mensaje de Namjoon.
Una sensación extraña se instaló en su estómago. Algo pasaba. Nervioso, buscó su último chat con el productor musical y envió un escueto mensaje.
Namjoon?
Al momento apareció el doble click azul que marcaba que lo había leído. La frase superior de “escribiendo” nunca le había dado a Jin tanto miedo. Pero ningún mensaje llegó. Intentó llamarle, pero solo ponía marcando.
-¿Me has bloqueado, Nam? – se preguntó en voz alta.
Nam?
Sus sospechas fueron confirmadas cuando el solitario símbolo se quedó en gris. Joder.
No sabía qué hacer. Todo parecía bien por la noche. ¿Se habría enfadado por haberle calentado y luego quedarse dormido? ¿Le había presionado demasiado?
Volvió a mirar su teléfono y recordó la notificación de la entrevista. Se puso un café y se apoyó contra la encimera para darle un vistazo a su parte. “Que guapo estás Seokjin” pensó sonriendo. Su expresión cambió rápidamente cuando llegó a la parte de las preguntas personales. Y lo entendió todo.
Maldita sea.
Habían cortado la parte donde luego bromeaba y decía que si tenía alguien en mente pero que era reservado y no quería ponerle en un aprieto porque era muy reciente.
Joder.
Ni siquiera habían hablado de lo que eran. Pero Jin ya conocía buena parte de la personalidad de Namjoon. Sabía que las inseguridades le habrían golpeado en cuanto lo hubiese leído.
Tenía que arreglarlo.
Dejó el café y fue a la habitación a vestirse con lo primero que encontró. Era domingo, pero lo que necesitaba estaría abierto.
Ahora solo tenía que conseguir que Namjoon quisiera escucharle.
…
Jungkook apoyó la cabeza en la pared de la ducha. Sus músculos por fin se estaban relajando después de la noche que había pasado. Se mantuvo en alerta por si Jimin volvía a tener una pesadilla, además de que el otro le seguía para agarrarse a él cada vez que cambiaba de postura. Llegó un punto en que dejó de moverse para evitar despertarle ahora que por fin descansaba.
Terminó de lavarse y salió del baño con una toalla en la cintura y otra en la cabeza, secándose el pelo. Se hubiese echado a reír por la forma en la que los ojos de Jimin, ya despierto, se abrieron cómicamente para luego dirigirse a su pecho. De nuevo a su cara, y de nuevo a su pecho. Pero recordó las palabras del bailarín la noche anterior. Tenía que alejarse de él.
-Tu teléfono y tu chaqueta están en el sofá – le soltó fríamente.
-Gracias – le contestó Jimin haciendo una mueca de dolor. La cabeza le estaba matando.
Sin decir una palabra más, Jungkook volvió al baño y le llevó una pastilla y un vaso de agua, que Jimin tomó con avidez.
-Gracias – repitió. El director no dijo nada. – Jungkook…
-Jimin, tengo mucho trabajo. Si no te importa – señaló hacia la puerta.
-Pero es domingo… - susurró el bailarín.
El director sacó algo de ropa del armario y miró a Jimin con una ceja alzada. El bailarín lo entendió y se levantó para ir al baño y desaparecer de su vista.
-Genial, Park Jimin – se dijo mirándose al espejo. Recordaba vagamente lo acontecido la noche anterior. Sabía que Diminie había salido a pasear, pero no pensaba que hubiese dicho nada que pudiese molestar a Jungkook. ¿O sí?
Cuando salió del lavabo vio al director sentado en el pequeño sofá, móvil en mano. La expresión de su cara le hizo entender que no iba a conseguir nada hoy. Entonces algo llamó su atención, Jungkook tenía un chupetón en el cuello. Y en la cena no lo llevaba. ¿Habría sido él? Oh dios.
No supo por qué, pero se acercó a él y alargó la mano para tocarle la marca. En cuanto notó su contacto Jungkook se apartó como si quemara y le agarró de la muñeca. El gesto asustó a Jimin, pero lo peor fue la forma en que lo miró.
El bailarín sacudió el brazo para librarse del agarre en cuanto sintió que su garganta empezaba a cerrarse. Con manos temblorosas se puso los zapatos y recogió la chaqueta y el teléfono que estaban donde Jungkook le había dicho.
Intentó controlar la respiración mientras se dirigía hacia la puerta y miró de lado al director, que volvía a estar inmerso en su móvil como si nada. Solo la tensión en su mandíbula dejaba entrever que estaba afectado. Su mirada volvió al chupetón y el pinchazo en su pecho aumentó. Tenía que irse.
En cuanto escuchó el sonido de la puerta al cerrarse Jungkook echó la cabeza atrás en el sofá. Joder. De nuevo esa mirada de terror en los ojos del bailarín. Sí que debía odiarle.
Era momento de enterrar lo que fuese que Park Jimin despertaba en él.
Lo había hecho hacía 10 años. Podía hacerlo ahora.
Chapter 13: Capítulo 12
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Namjoon entró a su caravana y tuvo que encender la luz. Lo que le preocupó.
Encontró a Yoongi dormido encima de su mesa de trabajo. Con los cascos puestos y una agenda llena de garabatos al lado. Su amigo solo trabajaba así cuando sus demonios internos estaban despiertos. Los surcos en las mejillas del otro le partieron el corazón. Hasta se olvidó de Jin por un momento.
Abrió todas las persianas para dejar entrar la luz. Fue hacia la mesa y le quitó despacio los cascos. Lo sacudió para despertarlo. Los ojos inyectados en rojo de Yoongi le miraron intensamente.
-Vamos a la cama, Yoons. – Su compañero se dejó hacer sin rechistar. Lo que aún le preocupó más. Debía estar agotado para no renegar.
Después de arroparlo se sentó junto a él hasta que vio que las arrugas de su frente se disiparon. Min Yoongi era un genio, y como casi todos los genios parte de su talento venía de su alma desgarrada. Sus padres nunca apoyaron su sueño por la música. Luchó contra sí mismo desde joven y su última relación le había dejado tocado y hundido.
Su móvil se iluminó. Era un mensaje de Jin. Empezó a escribir para contestarle, pero ahora tenía otras preocupaciones. Después de todo no iba a estar a la altura. Bloqueó el contacto para evitar distracciones y se dispuso a recoger un poco. A Yoongi le vendría bien el orden cuando despertase.
Tras comprobar el ordenador de su amigo que había guardado todos los cambios, lo apagó. Aun recordaba aquella vez que lo cerró sin hacerlo y el otro estuvo días tratándolo con la Ley del Silencio. No quería una repetición.
Observó con más detenimiento la agenda. No era la letra de Yoongi. Pasó las páginas y aunque había muchas frases sin coherencia. No estaba nada mal. Busco el inicio y se quedó asombrado cuando encontró una anotación realizada por el verdadero dueño de esas letras.
Namjoon no era tonto. Había notado cómo había cambiado el comportamiento de su amigo alrededor del idol, pero no se había dado cuenta de hasta qué punto le estaba afectando. Y además estaba el coreógrafo. La escenita de la noche anterior entre Tae y Hobi debía haber desencadenado algo en su interior. Si Yoongi estaba empezando a sentir cosas, después de cómo había terminado todo la última vez… estaban los dos bien jodidos.
…
Hobi y Taehyung estaban terminando su desayuno cuando Jimin entró en la caravana respirando con dificultad. En cuanto lo vieron ambos se levantaron para ir a ayudarle. Por suerte, el bailarín lo tenía casi controlado. Cerró los ojos en cuanto notó que le sentaban y su mente no pudo evitar volar.
*10 años antes*
Jimin se acurrucó en el frío suelo de la bañera. Estaba tiritando, el agua fría golpeando su cuerpo enrojecido. Se había frotado hasta el dolor, pero al igual que esa misma mañana se seguía sintiendo sucio. Llevó las rodillas a su pecho y sollozó.
La bañera estaba casi llena y Jimin seguía observando el agua del grifo caer. Le gustaría no sentir nada, pero aún podía notar la presión de las manos de Gong Yoo sobre sus caderas. La invasión de la lengua del otro cuando su boca se había abierto por la sorpresa. Su corazón rompiéndose en pedazos junto a sus sueños.
Los rumores tenían razón. Solo era bueno para una cosa. Desde que había empezado a bailar había tenido que escuchar las mismas cosas. Primero fue el “maricón” de la clase y cuando empezó a destacar pasó a ser el “chupapollas” que lo conseguía todo con su cuerpo. Lo más irónico era que, por aquel entonces, Jimin todavía era virgen. Aun así, había escuchado en los castings más veces lo de: “Con esa boca que tienes” que su propio nombre.
Cuando había conseguido ese trabajo a través de una audición en vídeo, había sido el más feliz del mundo. Al empezar el rodaje y conocer a Jungkook, sintió que su suerte empezaba a cambiar. Qué iluso.
Volver a pensar en Jungkook le devolvió al dolor. Se dejó hundir, sumergiendo la cabeza en el agua. No podía respirar, los pulmones le quemaban, pero lo agradeció. Prefería eso al dolor en su interior.
Cogió la polaroid y el mechero del borde de la bañera. Jungkook y él se la habían hecho al final del día anterior. Jimin siempre llevaba su cámara para capturar sus momentos favoritos. La encendió y la vio arder hasta que sintió el lametazo del fuego en sus dedos.
La mirada del Gong Yoo con su mano en el hombro de Jungkook mientras este le miraba con desprecio grabada en su mente como el fuego que le quemaba.
No podía dejar que todo acabase así.
***
Abrió la boca para tragar la pastilla que le estaba dando Tae, devolviéndole a la realidad. Abrió los ojos para encontrarse con la mirada preocupada de sus amigos.
-Estoy bien – dijo con voz pastosa. No había sido un ataque de pánico total. -
-¿Qué ha pasado? – preguntó Hobi.
-¿Ha sido Jungkook? – dijo Tae a su vez. La expresión que pasó por la cara de su amigo le dio la respuesta que necesitaba.
Hobi le detuvo cuando ya estaba a punto de llegar a la puerta.
-Cariño, espera.
“¿Cariño?” Pensó Jimin. “¿Cuánto tiempo he estado dormido?” miró a Tae que ya le estaba mirando de vuelta con las mejillas coloradas. Por fin algo de lo que alegrarse.
-Solo voy a hablar con él, Hobi.
-Si vas hacía allí en caliente puedes decir o hacer cosas de las que te arrepientas. Y ni siquiera sabemos qué ha pasado. Puedes hablar con él luego.
-Pero Hobi…
-Por favor, Tae – suplicó Jimin. Ambos le miraron – Déjalo por esta vez. Quédate conmigo.
No por primera vez a Taehyung le dolió ver así a su soulmate. Sí había alguien que no merecía sentirse mal, ese era Jimin. El cuerpo le pedía ir hasta la caravana del director y explicarle unas cuantas cosas, pero su amigo le necesitaba. Hobi tenía razón, eso podría esperar. No pensaba quedarse quieto.
Se sentó a un lado de Jimin y apoyó la cabeza sobre su hombro. Entonces cayó en la cuenta y miró a Hobi por si estaba enfadado al comportarse así con el bailarín. Pero su corazón se aceleró al ver el amor con el que les estaba mirando.
Guiñándole un ojo a Tae, Hobi se sentó al otro lado de Jimin en el sofá, apoyando su cabeza en el otro hombro del bailarín. Este suspiró. Nunca podría agradecerles a esos dos tontos enamorados lo mucho que habían hecho por él. Así que hizo lo que se le daba bien. Burlarse de ellos.
-Así que cariño ¿eh?
…
Jin siguió golpeando la puerta de la caravana. Sabía que Namjoon estaba dentro. Ya llevaba un rato, pero no pensaba moverse.
-Namjoon, sé que estás ahí. No pienso irme. Voy a quedarme aquí, llamando a tu puerta hasta que salgas a hablar conmigo.
-Vete – le contestaron por fin desde el interior.
-No me iré. Ábreme – volvió a golpear la puerta. Casi se cae cuando esta se abrió de golpe.
-Jin. Basta. Ahora no. Al final vas a despertar a Yoongi.
El actor siguió su mirada hasta ver al otro productor musical en la cama. Observó la preocupación en el rostro de Namjoon.
-¿Qué le pasa? – Su pregunta le recordó su presencia a Namjoon que intentó cerrar la puerta mientras le contestaba.
-No es de tu incumbencia.
-Joonie, por favor. – Jin había metido el pie para evitar que cerrase la caravana - ¿Esto es por esa entrevista de mierda? Yo no… - se interrumpió cuando Namjoon empezó a reír con sarcasmo.
-Así que ya lo sabías…
-¡No! – exclamó – O sea, sí. Claro que sabía lo que dije, pero no sabía que iban a cortar mis palabras. Ni que tú ibas a verlo y sacarlo de contexto. Te he buscado por todas partes al despertar. No estaba seguro si estabas enfadado por eso.
-¿Enfadado? No estoy enfadado. No has dicho nada que no piense cualquiera.
-¡Basta ya, Namjoon! – El productor miró sorprendido a Jin tras escucharle gritar – Nadie piensa así. Y aunque lo hiciesen. Yo no lo hago. Quiero intentar esto contigo, pero tú también tienes que quererlo. Sé que es pronto y que aún no hemos hablado de nada en serio, pero yo creo en que puede haber un nosotros…
-Jin…
-Espera, primero tengo algo para ti.
El actor bajó las escaleras de entrada a la caravana y desapareció por un lado de la misma. Cuando Namjoon lo vio aparecer de nuevo, todo su enfado desapareció al ver lo que tenía entre las manos.
Era una bicicleta. Su bicicleta soñada que le contó a Jin que siempre alquilaba porque era su favorita. Pero ahora tenía una cesta delante, con un lazo rojo de regalo de adorno y además parecía que tenía ruedas nuevas en tono naranja.
-¿Qué me dices, Joonie? ¿Nos das una oportunidad?
Namjoon se dio la vuelta para entrar en la caravana y Jin bajó la cabeza. Mierda.
-¿No entras? – el actor levantó la mirada para encontrar la puerta completamente abierta y los hoyuelos del productor musical a la vista. Sonrió y apoyó la bicicleta en el lateral antes de acortar la distancia entre ellos y abrazar a Namjoon. Volvió a respirar cuando el otro le devolvió el abrazo.
-No es por la bici.
-Sí, seguro. – contestó el actor separándose para mirarle a los ojos.
Desvió la mirada hacía su boca, pero no estaba seguro. Pero ahora Namjoon si lo estaba. Así que le dio un corto beso y le hizo pasar, cerrando la puerta tras ellos.
Jin observó a Yoongi de nuevo. Parecía dormir apaciblemente, aunque había bolsas bajo sus ojos.
-Cuéntame para que pueda ayudar. Sé lo importante que es Yoongi para ti.
Si aún no lo hubiese estado, Namjoon se habría enamorado de Seokjin en ese mismo instante. Había cosas de Min Yoongi que era su lugar contar, pero si podía ponerle al día con parte de su pasado sin traicionar la confianza de su amigo. Y eso fue lo que hizo.
…
BANGTAN NEWS
EL CASTING DE PARK JIMIN
El titular ya era una mierda. Pero las fotos que acompañaban al reportaje eran peores. Jungkook volvió a verse a sí mismo. El pelo revuelto, la ropa descolocada. Pero en el caso de Jimin aún era peor. Su boca hinchada no dejaba lugar a dudas de lo que habían estado haciendo ahí dentro.
A Jungkook no le importaba eso, los dos eran libres. Pero se volvía a insinuar que Park había conseguido su papel a cambio de favores sexuales. Además, remover el tema de su mentor después de todo el daño que le hizo en su día. Lo dicho, todo era una mierda.
*10 años antes*
Abrió el chat en su teléfono una vez más. Durante los últimos días, Jungkook había pensado en escribirle a Jimin en numerosas ocasiones. Nunca lo hizo.
La última mirada del bailarín antes de marcharse estaba tatuada en su mente, pero aun veía con más fuerza el beso que le había visto compartir con su mentor en el despacho. No entendía nada.
En cuanto el bailarín había salido por la puerta, Gong Yoo se había puesto en marcha para buscar un sustituto en la grabación del vídeo. No parecía afectado para nada. Jungkook quiso preguntarle si le gustaba Jimin como no le preocupaba la forma en la que se había marchado de allí. Él mismo estaba enfadado y aun así no había dejado de pensar en ello.
-El show debe continuar, Jungkookah.
Esa había sido la única respuesta a todas sus preguntas.
Cuando unos días después llegó la noticia de que Jimin había denunciado por despido improcedente a la productora ya que Gong Yoo había intentado obtener favores sexuales y él se había negado consiguiendo después que le despidieran. Jungkook se enfureció.
Sabía a ciencia cierta que Jimin mentía. Él mismo los había visto besarse y había visto a Jimin fallar una y otra vez. Y su mentor no había sido otra cosa que paciente.
No hizo caso a la mirada de súplica de Jimin que volvió a la superficie en su mente.
Volvió a abrir el chat en su teléfono, pero esta vez para borrarlo. Fue a los contactos y eliminó también el número. Ojos que no ven, corazón que no siente.
A partir de ahora sería como si Park Jimin no hubiese aparecido en su vida.
***
Gong Yoo observó las últimas noticias de Black Swan con una sonrisa en la cara. Ya había destruido a Park Jimin una vez. Podría hacerlo de nuevo. No era relevante para él siempre y cuando se mantuviera lejos de Jungkook.
Miró la foto de su pupilo en el periódico. Seguía siendo tan atractivo con el primer día. Gong Yoo había estado satisfecho solo con tenerle a su lado como aprendiz. Su ego se inflaba cuando Jungkook le miraba con admiración y esos ojos de cordero llenos de vida.
Lo tenía todo controlado hasta que Jungkook dirigió “Still with you”. No le pareció una amenaza ya que pensó que no podría sacarla adelante sin su ayuda. Pero subestimó su talento. Con ayuda de Kim Seokjin la película no solo salió a flote, sino que fue todo un éxito.
Después de aquello, ni cerrarle la puerta a varios inversores a Jungkook sirvió de nada. Tras semanas de llamadas decepcionadas donde su pupilo le contaba que nadie aceptaba su proyecto, llegó la más temida. Había encontrado unos inversores independientes dispuestos a financiarle.
Que Park Jimin terminase formando parte del proyecto, fue solo la gota que colmó el vaso.
Jungkook tenía que acabar en sus brazos, destrozado. Costase lo que costase.
Chapter 14: Capítulo 13
Chapter Text
Jungkook iba camino del set cuando Kim Taehyung le interrumpió. El director supo que nada bueno iba a pasar al verle plantado delante de él con los brazos cruzados y mirada furiosa. A ver qué escena querían cambiar ahora, pensó.
-Aléjate de Jimin – las palabras de Taehyung le sacaron de sus pensamientos. ¿Qué?
-¿Qué? - repitió esta vez en voz alta.
-Aléjate.De.Jimin. – el idol puntualizó cada palabra para darle énfasis.
-Oye Taehyung…
-No. Escúchame tú. Jimin ya ha pasado por bastante. Ya sé que a vosotros los directores eso os la suda. Pero le ha costado años ponerse en pie. Que narices, aún está luchando contra ello. La medicación ayuda – Algo en su cabeza le dijo que se estaba pasando de bocazas, pero llevaba demasiado tiempo aguantándose – pero no sé cuántos ataques de pánico le has generado ya. Déjale en paz. Seguro que tienes alguien más con quien entretenerte.
-Espera un momento… - Jungkook sabía que algo pasaba con Jimin, pero no hasta qué punto el bailarín estaba sufriendo.
-No quiero tus excusas de pacotilla. Cuando Jimin llegó a nosotros le costó meses volver a bailar, aunque fuese para crear una coreografía. Aún tiene pesadillas. Hace años, pero todavía le sigue afectando.
Jungkook pensó que el idol estaba hablando del suceso en la grabación de aquel vídeo. El director tampoco lo había olvidado, al fin y al cabo.
-Pero yo no tengo nada que ver con lo que pasó hace diez años – Las palabras de Jungkook interrumpieron la furia de Tae.
-¿Cómo sabes…? – El director agachó la mirada y Tae recordó todo lo que Jimin les había contado el día que Hobi y él le conocieron.
El director se quedó pasmado cuando, tras dirigirle una última mirada desprecio, el idol se dio la vuelta y se marchó sin decir nada más.
*7 años antes*
-Nombre – dijo una voz desde la mesa.
-Park Jimin – contestó nerviosamente. La mirada de reconocimiento que le dedicó el director del casting le hizo perder la seguridad. No debía haber venido.
-Bien. Enséñanos que has preparado.
Jimin tragó saliva y se centró en bailar. Después del desistimiento de su demanda contra Gong Yoo hacía unos meses. Le había costado volver al terreno del baile. Al principio mantenía la cabeza alta ante las miradas y los cuchicheos, pero cada vez era más difícil. En el mundo del espectáculo estás un poco preparado para que te miren como a un objeto o un trozo de carne. Pero ver la mirada lasciva en los directores de casting, las de superioridad de tus propios compañeros de profesión. Se había dicho que iba a hacer un último intento. Ahora se estaba arrepintiendo.
Aun así, bailó. Bailó poniendo en ello todo el dolor que sentía. Todo por lo que había luchado. Todo lo que había perdido. Bailó pensando en esos ojos llenos de estrellas que le habían mirado antes de que todo se oscureciera. Realizó la pirueta con la que acababa su baile y mantuvo la postura. Solo se escuchaban sus jadeos mientras recuperaba la respiración.
-Bien, bien… – Escuchó – Preséntate en media hora en la sala B para la siguiente fase. -
Un poco antes de la media hora comentada, Jimin se dirigió a la sala que le habían indicado. Le extrañó que no hubiera nadie más esperando. No era habitual. Se sentó en una de las sillas de fuera esperando a que se hiciese la hora, pero el director del casting anterior se asomó por la puerta y al verle allí le hizo pasar.
Jimin se quedó de pie preparado para repetir su baile cuando las palabras del hombre hicieron que la sangre se le congelase.
-Desnúdate, Jimin.
-¿Perdón? – preguntó con voz temblorosa. En su interior, rezó para que lo hubiese escuchado mal, aunque sabía que no era así.
-Ya me has oído. No tengo todo el día.
-Pero…
-Mira. He hablado con Gong Yoo y me ha dicho cuánto querías este trabajo así que no te hagas el estrecho y quítate la ropa. Ya.
¿Cómo se había enterado Yoo de que Jimin estaba allí? Probablemente el pervertido que tenía delante le había llamado al reconocerle en el casting. Toda la esperanza que había sentido unos minutos antes se convirtió en una losa de realidad que le golpeó con toda la fuerza.
Estaba acabado en ese mundillo. No podía pasar por esto una y otra vez. No volvería a bailar.
En el momento en que esa última frase se abrió paso, Jimin se dio la vuelta y salió de la sala. Intentó buscar un lugar tranquilo pero las lágrimas no le dejaban ver, caminó a ciegas hasta que tropezó con un cuerpo y cayó al suelo.
-Perdón – murmuró intentando marcharse.
-Tranquilo – el desconocido le ayudó a levantarse - Eres Park Jimin, ¿verdad? Soy Jung Hoseok, coreógrafo. Te he visto bailar antes. Ha sido mágico - Jimin volvió a mirarle, el pánico volviendo a él al escuchar su nombre, el resto de palabras diluidas por el miedo –Me ha extrañado que te citasen tan pronto ya que el segundo casting es mañana, pero… oh no.
Hoseok no era nuevo en la industria. Había oído la historia de Gong Yoo y del bailarín que le había intentado denunciar por acoso. Sabía que Yoo era muy amigo del director de este vídeo y cómo funcionaban las cosas. El estado de Park Jimin le dijo todo lo que el bailarín no podía decir con palabras.
-Jimin, ven conmigo. – El bailarín temblaba de tal forma que no era capaz ni de escapar. Miró al desconocido con la súplica en sus ojos. – Te llevaré a un sitio tranquilo ¿Vale? Te prometo que en cuanto te calmes podrás marcharte.
Jimin asintió porque no podía hacer nada más. Su acompañante le llevó a una habitación que parecía un camerino. La persona que estaba allí dentro maquillándose en el espejo se dio la vuelta cuando entraron y se levantó alarmado al verlos.
-Hobi, ¿Qué pasa? - Eso fue lo último que escuchó Jimin antes de perder el conocimiento.
***
Jimin y Hobi estaban en su caravana. Acababan de ver el artículo y las fotos que dejaba más que claro que algo había pasado entre el bailarín y el director. Lo peor no era que la gente pensase que realmente había conseguido “así” el papel, si no saber que alguien les estaba vigilando. A estas alturas, estaba más que claro que había un topo entre el personal.
-¿Crees que Taemin tenga algo que ver? – comentó Hobi mirando su teléfono.
La respuesta de Jimin no llegó porque un Kim Taehyung furioso apareció por la puerta.
-¿Qué pasa Tae? – preguntó Hobi levantándose.
-Esto no va contigo – contestó el idol sin mirarle. Sus ojos fijos en Jimin, que le miró interrogante. - ¿Conocías a Jeon Jungkook antes de esta película, Jimin? – La pregunta dejó al bailarín completamente descolocado.
-¿A qué viene eso?
-Te he hecho una pregunta, Jimin.
-Chicos…
-¡Quédate fuera, Hobi! – exclamó Tae. La rabia en su voz hizo que Jimin también se fuese enfadando.
-No entiendo porque es asunto tuyo si conocía a Jungkook o no…
-Jimin – dijo Taehyung entre dientes - Contesta a la puta pregunta.
-¿Y que si le conocía? – replicó, levantando la barbilla en un gesto retador.
-¿Y qué? ¿Y qué? ¿Cuantas… - se pasó la mano por la cara - ¿Cuántas noches has pasado en mis brazos llorando por lo que te pasó? ¿Cuántos ataques de ansiedad has tenido delante de mí? ¿Qué te hizo? Me dejaste aceptar este trabajo sabiendo que…
-¡No lo sabía! ¿Vale? No sabía quién era el director de tu dichosa película. Y cuando lo supe… no iba a dejar que renunciaseis por mí. Ninguno de los dos. Además, él no me hizo nada. No hizo nada, de hecho – Su voz se rompió al recordarlo de nuevo.
-Jimin… - Taehyung se desinfló, la rabia esfumándose para dejar paso al dolor.
-El no hizo nada, Tae. Simplemente se quedó allí mirando cómo me marchaba, después de… - movió las manos en un gesto, pero ambos sabían de qué hablaba.
Jimin les había contado su historia tanto a Hobi como a Taehyung el mismo día en que les había conocido. Quizá porque entonces llevaba dos años luchando con ese dolor dentro de él. Quizá porque nadie le había creído cuando dijo la verdad. Fue una locura, pero se rompió y las palabras salieron a borbotones al ver a dos desconocidos preocupándose por él más que nadie en los últimos tiempos.
*7 años antes*
Jimin abrió los ojos y se encontró tumbado en un sofá en una habitación desconocida. Se sentó despacio y vio como el chico que le había ayudado antes se acercaba a él con un vaso de agua en la mano.
-Toma, bebe. Te ayudará. – Jimin cogió el vaso y fijo la vista en el. Estaba avergonzado.
-Yo… tengo que irme.
-Espera un poco más. Taehyung ha ido a finiquitar unos asuntos y seguro que querrá al menos hablar un momento contigo.
¿Taehyung? ¿Kim Taehyung? ¿El idol para cuyo vídeo era el casting al que se había presentado? Ahora sí que la había jodido. Como si les hubiese escuchado, Tae entró por la puerta en esos momentos.
-Ya está. Le he despedido. Vamos a dejar claro que no quiero volver a trabajar con esa agencia en mi vida. – Se dio cuenta de que su “invitado” estaba despierto – Oh, Jimin, perdona. ¿Qué tal estás?
-Bien, yo. Tengo que irme.
-Claro, pero espera un poco. Ese director está montando un escándalo porque un “rookie de mierda” – hizo la señal de las comillas para luego señalarse a sí mismo – le ha despedido. No quieres ver eso.
Jimin estaba alucinando. ¿Habían despedido al director que había intentado aprovecharse de su posición? Como si de nuevo le leyese el pensamiento, Taehyung contestó a las dudas que ni siquiera había formulado.
-Mira, no tienes que decir nada. Pero Hobi me ha puesto al día sobre tu “incidente” hace unos años. Aunque todo el mundo sabe la influencia que tiene Gong Yoo en la industria, no pensé que era tanto. Este es mi primer comeback tras mi debut hace unos meses. En cuanto hemos atado cabos no pensaba dejar que ese ser dirigiese el casting de mi vídeo. Si quieres denunciarlo, nosotros podemos ayudarte.
-¡No! – exclamó Jimin rápidamente – No puedo pasar por esto otra vez. Yo…
Hoseok que no había dicho nada, pero seguía en el sofá a su lado, le puso la mano en el hombro y le dio un ligero apretón, diciéndole sin palabras lo que más necesitaba. Y empezó a hablar.
Les contó lo que había pasado de verdad con Gong Yoo en aquel rodaje hacía un lustro. En como la ansiedad no le había dejado trabajar y las pesadillas no le dejaban descansar. Habló sobre los comentarios, los gestos… sobre lo que había pasado hacía solo unas horas. Pero no dijo nada sobre ese ayudante que no le ayudó, que pasó de él. No porque no lo considerase importante, sino porque no podía.
Cuando terminó su relato y consiguió dejar de llorar, Hobi le hizo prometer que iría al pequeño estudio de baile que tenía al día siguiente y luego comería con él y con Taehyung en la casa de este último para hablar de negocios.
Como prometió, Jimin acudió a su cita. Taehyung quería que saliera en su nuevo MV, Jimin se negó. No estaba listo. Entonces, Hoseok le ofreció un puesto de ayudante en su compañía. Le habían visto en acción y no iban a dejar que desperdiciase su talento durante más tiempo.
Tras pensarlo unos días, Jimin aceptó.
El resto era historia.
***
Yoongi se despertó por el olor a bacon frito dentro de la caravana. Esta tenía una pequeña cocina, pero apenas la usaban. Él por pereza y Namjoon porque era un desastre para ello… oh no. Se levantó pensando que tendría que apagar un fuego y se encontró a Kim Seokjin en los fogones y a Namjoon añadiendo ese bacon a unos huevos revueltos que ya estaban repartidos en otros platos. Fue este último el que se percató de su presencia.
-¡Yoongi! Justo a tiempo para el desayuno.
-No tengo mucha hambre – le contestó a su amigo.
-Lo sé – La voz de Namjoon había bajado de tono – pero necesitas alimentarte.
-Puedo prepararte otra cosa si quieres – añadió el actor que había estado observándoles.
-No, gracias Jin. Esto está bien.
Cogió el plato que Namjoon le ofreció solo por no decepcionarle. Le miraba con esperanza. Siempre queriendo cuidar de él. Yoongi sabía que tenía mucha suerte de haberle encontrado.
-Guardé todos tus archivos ayer. No sabía lo que podría ser de valor o no.
“Mierda” pensó Yoongi. Había olvidado que había estado componiendo ayudándose de la agenda de Taehyung. Iba a preguntarle a Namjoon si lo había visto pero la mirada desviándose a la mesa donde estaba dicha agenda cerrada y guardada sobre su portátil le dio la respuesta. Si la apatía no le estuviese consumiendo por dentro se habría avergonzado.
-Gracias, Nam. Creo que me voy a acostar un rato más antes de tener que grabar.
-Oh, tranquilo. He hablado con Jungkook y le he dicho que te encontrabas mal. Que yo me ocuparía.
-Nam… -protestó, aunque estaba agotado.
-Solo por hoy, ¿vale? Necesitas dormir. Mañana puedes hacer lo que quieras, pero prométeme que hoy vas a descansar.
-Pero… - intentó volver a protestar.
-Yoongi…
-Está bien – Se le había cerrado el estómago. Odiaba ser una carga. – Voy al baño.
Namjoon observó el plato casi lleno de Yoongi y suspiró. Tomó nota mental de pedir unas brochetas de cordero a los del catering. Eran sus favoritas y a lo mejor así conseguía que comiese bien. Notó como la mano de Jin se posaba sobre la suya y le miró. El actor le estaba mirando con ojos visiblemente emocionados. Namjoon se sonrojó.
-Perdona, es que…
-Ni lo pienses. Tienes un corazón de oro Kim Namjoon. Si acaso, ahora te admiro un poquito más - dejó un beso sobre su mejilla y siguió con su plato.
Terminaron de desayunar de esa forma. En silencio y con sus manos unidas sobre la mesa.
Chapter 15: Capítulo 14
Summary:
No sé sí esto se podría considerar spoiler, pero... van a pasar cositas entre el Jikook.
Chapter Text
Llegó a la sala de baile exhausto. Les había contado a Hobi y Tae todos los trozos de información respecto a su relación con Jungkook que les faltaban El flechazo instantáneo hacía 10 años, su tonteo, su rechazo… hasta lo que había pasado tras la rueda de prensa, pero Taehyung no lo entendía.
El idol, aunque más tranquilo al saber que el director no había participado activamente en el acoso a Jimin, le había hecho prometer que se alejaría de él en todo lo que no fuese profesional. A esas alturas, todos se jugaban demasiado como para abandonar el proyecto, pero le importaba más la salud mental de su amigo.
Jimin agradecía que se preocupasen por él. Estaría en deuda con ellos para siempre. Pero con quien quisiese relacionarse, no era asunto suyo. No podía negar que tenía una conversación pendiente con el director, vale, unas cuantas. Pero lo que había pasado entre ellos después de la rueda de prensa le había hecho sentir más vivo que ninguna otra cosa en los últimos años. No era solo un calentón, Jungkook hacía despertar a cada fibra de su cuerpo y de su mente. Aunque él mismo no quisiera.
Además, no le gustaba nada que le dijesen qué hacer.
Empezó a estirar el cuello despacio para desentumecer su cuerpo. No tenía que grabar nada hasta más tarde así que tenía tiempo para relajarse primero, o eso creía. Yugyeom, el asistente del director asomó la cabeza por la puerta:
-¡Jimin! Yoongi está enfermo y se han cancelado las grabaciones de la mañana. Así que te toca en 10.
-¿Qué? Pero no estoy listo.
-Órdenes del director, ya sabes – Se encogió de hombros cuando Jimin suspiró.
-De acuerdo.
El bailarín siguió estirando, le daba igual lo que dijese Jungkook. No iba a arriesgarse a una lesión por precipitar su trabajo.
…
Taehyung iba camino de la sala de grabación medio enfadado. Le daba la sensación que se pasaba todo el tiempo así desde que el rodaje de Black Swan había empezado. Y ahora además tenía que estar pendiente de Jimin. Mejor dicho, más pendiente de Jimin porque él siempre se preocupaba por su soulmate.
Conocerse bien tenía sus ventajas, pero también sus inconvenientes y Tae lo había visto en la mirada de Jimin. Jungkook le gustaba. Y aunque le había explicado su implicación en el pasado, a los ojos del idol seguía siendo un cobarde. Además, tampoco se le había escapado la mirada de dolor de su amigo al contar cómo el otro había dejado de responderle. Había sido breve, pero había dejado huella en Jimin, ya tocado por las inseguridades del pasado. Taehyung no estaba dispuesto a que eso pasase de nuevo.
Se encontró a Seokjin y Namjoon en el estudio sentados en el pequeño sofá de cuero.
-¿Y Yoongi? – preguntó al ver que el productor musical no estaba en su lugar.
-No se encuentra bien – dijo Namjoon fríamente. A Tae le extrañó el tono, solía ser de lo más amable – No vamos a grabar así que puedes irte.
-Namjoon… - le susurró Jin por lo bajo, tocándole el brazo para tranquilizarle.
-Lo siento – contestó el productor musical pero el idol sabía que lo hacía por Jin y no por él. No entendía que podía haber hecho para enfadar a Namjoon.
-Si puedo hacer algo… – intentó una última vez. Vio las ganas de contestar en el productor, pero Jin también lo hizo y se le adelantó.
-¿Sabes? Deberíamos hablar con Jungkook a ver que cambiamos del plan de rodaje de hoy. Le va a encantar con lo relajado que va el rodaje – el sarcasmo era palpable en su voz. – Te veo luego, Joonie. – le dio un pequeño beso en los labios y se llevó a -Taehyung de allí.
Namjoon los vio alejarse y se sintió culpable. Sabía que no era culpa del idol lo que Yoongi sentía o no sentía o el no corresponderle. Pero no había podido evitar pagar con él un poco de la frustración de no poder ayudar a su amigo. Menos mal que tenía a Seokjin a su lado.
…
Jungkook miró el reloj otra vez. La frustración aumentando por momentos. Hacía rato que Yugy había ido a avisar a Jimin y ni rastro del bailarín. Volvió a mirar la hora y se levantó de un salto de su silla de director para ir en dirección a la sala de ensayo.
-Quiero todo listo para cuando vuelva – dijo señalando a su ayudante.
-¡Oído cocina! – añadió un saludo militar que hizo a Jungkook sacudir la cabeza.
-Entró sin avisar y se encontró a Jimin estirando en medio de la sala. Todo de negro y con el pelo recogido en una pequeña coleta. Estaba doblado por la mitad, con las manos en las caderas y la espalda recta, destacando ese trasero ya de por sí llamativo y… se encontró con el dueño de dicho trasero mirándole a través del reflejo, esta vez con los brazos cruzados.
-Estamos esperándote.
-Necesito estirar, director. – A Jungkook le daba muchísima rabia la forma en la que el otro pronunciaba siempre esa palabra.
-No creo que sea necesario tanto rollo para dar cuatro saltos, Park Jimin.
-¿Perdona? – El bailarín, que había vuelto a su posición, se dio la vuelta para enfrentarse a Jungkook, esta vez cara a cara. – Que tú no sepas hacer tu trabajo no significa que yo no quiera hacer bien el mío.
La respuesta de Jimin fue como recordar de nuevo aquella bofetada que le había propinado una vez. Siempre le subestimaban.
-¡Ugh! No sabes lo mucho que te odio – remató Jimin.
Se dio la vuelta para recoger sus cosas cuando escuchó que Jungkook murmuraba: “Si lo sé”. Un recuerdo de la noche de borrachera le vino a la memoria de repente. El director llevándolo en brazos, ayudándole con las pesadillas y como le había dicho en pocas palabras que desearía no haberle conocido.
-Si hubieras sabido hacer tu trabajo Taemin seguiría en su puesto – sonrió al ver la rabia bailar en los ojos de Jimin. Golpe bajo devuelto con éxito.
-Si tú fueses un buen director él no habría estado muerto de miedo.
-¡Vete a la mierda! – Jungkook se dio la vuelta para marcharse.
-Eso, haz lo de siempre. Desaparece en cuanto la cosa se pone difícil. Maldito cobarde.
Jungkook sintió el calor de la rabia subir a su cara. En dos zancadas tenía a Jimin contra el cristal de la sala.
-Repite eso si te atreves.
-Co.bar.de. Eres un puto cobarde Jeon Jungkook. – repitió Jimin sintiendo como las pulsaciones aumentaban. El director le tenía acorralado con su cuerpo y debería sentir miedo, pero todo lo que sentía era anticipación. Con la respiración acelerada miró al otro sonriendo con satisfacción cuando vio que estaba igual de alterado. Se pasó la lengua por los labios y su entrepierna dio un salto cuando los ojos de Jungkook se oscurecieron.
El director sabía que debía alejarse. Este juego que tenían entre ellos era peligroso, pero la forma en la que el bailarín se lamió los labios, retándole con la mirada.
-Jimin… – pronunció su nombre en un último intento de mantener la cordura. Si veía una sola señal de que el bailarín daba un paso atrás, se alejaría como se había prometido a sí mismo.
-Director – respondió el otro arqueando su espalda para pegar más sus cuerpos. Se estaba metiendo en la boca del lobo, pero en esos momentos todo le daba igual. Le demostraría a Tae que lo tenía todo controlado.
Durante unos segundos no pasó nada. Solo sus alientos mezclados mientras se retaban con la mirada. Cuando Jimin se volvió a echar atrás y sonrió como si hubiese ganado la batalla, Jungkook perdió la suya contra la razón. Tiró del bailarín para juntar sus bocas con toda la rabia que sentía. Fue más un choque de labios que un beso. Por supuesto, ninguno de los dos cedió el dominio del mismo hasta que el director perdió la paciencia.
Con un movimiento rápido le dio la vuelta y se pegó de nuevo contra él haciendo que Jimin apoyase las manos contra el cristal. Tuvo que ladear la cara para no estamparse este cuando, de un tirón, el director le bajó los pantalones y la ropa interior. Intentó mirar cuando dejó de sentir el peso de Jungkook sobre él, pero este volvió a ponerle la cara con el cristal. El gesto seco, pero a la vez delicado para evitar que se hiciese daño, enfadó a Jimin.
-¿Perdiendo las fuerzas ya, director? No me... ¡joder! – Su discurso acabó en exclamación cuando, sin más preámbulo, Jungkook pasó la lengua por toda la zona de su orificio varias veces, haciéndole perder el hilo de pensamiento y retorcerse contra el húmedo musculo.
Su aliento empezó a empañar el cristal y sintió las piernas flaquear cuando Jungkook introdujo la lengua en su interior por completo repartiendo humedad por toda la zona y preparándole. Intentó torcer la cabeza para mirar y casi se corre ante la imagen de Jungkook, de rodillas en el suelo, lamiendo sus propios dedos mientras la saliva brillaba en su barbilla.
-Joder, Jungkook.
-Estoy en ello – replicó el director sin perder un segundo. El ruido de indignación que salió de la boca de Jimin le llenó de satisfacción.
Volvió a colocarse frente al trasero del bailarín para que su lengua continuase con el trabajo, esta vez acompañada por uno de sus dedos. En nada, los gemidos de Jimin llenaban la sala mientras eran tres los dedos en su interior. Sintió los primeros latigazos de su orgasmo acercándose cuando...
-¡Nooooo! – exclamó cuando Jungkook paró por completo – Te juro que te mato.
Se dio la vuelta cuando vio que Jungkook se alejaba de él para sacar un preservativo de su cartera. Joder, iban a hacerlo de verdad.
Jungkook vio la duda en la mirada de Jimin y a pesar de que su polla iba a explotar dentro de sus pantalones, se acercó a él despacio y le miró a los ojos. Por un momento, el bailarín vio reflejado en esos ojos a aquel chico de 18 años que se sonrojaba cuando tonteaba con él y, la rabia le consumió por completo. Si pensaba que le iba a calentar para luego ganarle sobre su propio terreno, la llevaba clara.
Cuando lo tuvo delante, empezó a desabrochar el pantalón y cuando tuvo su miembro a la vista empezó a arrodillarse, pero Jungkook le detuvo.
-Jeon Jungkook te juro por dios que si paras ahora…
-Joder, ¿es que no te callas nunca?.
Apartó a Jimin y se deshizo de sus propios pantalones y su ropa interior. Era una imagen un poco cómica verlo desnudo de cintura para abajo completamente duro, poniéndose el preservativo con los calcetines aun puestos.
La risa se borró de la cara de Jimin cuando el director le cogió en volandas y pegó su espalda contra el frío cristal. El bailarín colocó las piernas alrededor de las caderas y sus brazos alrededor del cuello del otro justo en el momento en que el director se introducía en él, gruñendo contra su boca.
El malestar fue instantáneo para Jimin. Hacía demasiado tiempo que no hacía nada parecido. Clavó las uñas en la espalda del director para devolverle el favor, mordiéndose la lengua para no quejarse cuando este salió de él para volver a embestir con firmeza. Jungkook se movió lentamente hasta que notó que el gesto de incomodidad desaparecía de la cara del bailarín.
En cuanto Jimin echó la cabeza hacia atrás apoyándola contra el cristal, Jungkook atacó su cuello mientras, ahora sí, aumentaba el ritmo de sus movimientos. Cuando el bailarín apretó dolorosamente las uñas en su espalda supo que estaba en el punto acertado. Aceleró todavía más sus embestidas, estaba cerca, pero era cuestión de orgullo que Jimin llegase al final primero.
El bailarín se mordió los labios para no gritar el nombre del director mientras se corría entre sus cuerpos. Sin ni siquiera tocar su polla. Rendido, dejó caer el peso sobre Jungkook apoyando la cabeza en su pecho mientras este buscaba su propio clímax. Unas cuantas embestidas después, Jungkook llenaba el preservativo con su arrollador orgasmo.
Tras recuperar el aliento dejó que los pies de Jimin tocaran el suelo y salió de él para deshacerse del condón y colocarse la ropa, mientras el bailarín hacía lo propio con la suya.
…
Hobi se había enterado de que Yoongi estaba enfermo. Así que tras pedir ayuda a los de catering iba hacia la caravana del productor musical con una ración de chicken noodle soup recién hecha.
Todas las persianas estaban bajadas. Había llamado ya varias veces, pero no le abrían. Tenía que haberle pedido a Namjoon su llave. Llamó a Yoongi al móvil y lo escuchó sonar dentro de la caravana.
-No me lo puedo creer. Min Yoongi, ¡ábreme ahora mismo! – Hoseok era una persona muy paciente pero el límite estuvo a punto de sobrepasarse cuando el productor musical abrió un poco la puerta. Hobi extendió la comida que traía y se quedó ahí plantado cuando tras cogerla, Yoongi le cerró la puerta en la cara. – Pero será…
Estaba a punto de aporrear la puerta de nuevo cuando esta se abrió de nuevo y un Min Yoongi despeinado y en pijama apareció tras ella
-¿Qué quieres, Hoseok? No me encuentro bien.
-Lo sé, por eso te traje la sopa so cabezota. ¿Puedo pasar ya?
-Hobi.
-Yoongi. – Este suspiró y viendo que el coreógrafo no iba a rendirse, le dejó pasar.
Lo primero que hizo fue abrir las persianas para que entrase la luz, fue a la cocina y buscó una cuchara como si fuese su propia caravana. Yoongi le miraba desde su posición al lado de la puerta. Hobi fue a por él y le hizo sentarse. Le puso la cuchara en la mano y destapó la sopa.
-Sabes que no soy un niño, ¿verdad?
-Pues no te comportes como tal. Ahora, come.
Hobi se sentó enfrente de él y cruzó los brazos. Yoongi dudó unos segundos, pero no tenía fuerzas para seguir discutiendo así que empezó a comer. El coreógrafo aprovechó para observarle bien, la verdad era que tenía aspecto cansado. Las ojeras resaltaban en su piel aún más pálida de lo normal, sus ojos completamente apagados, sin embargo, no parecía enfermo.
-No pareces resfriado – soltó sin poder evitarlo. Yoongi detuvo la cuchara a mitad de camino a su boca.
-¿Y quién te ha dicho que estaba resfriado?
-Tae me dijo que Namjoon había dicho que te encontrabas mal… yo pensé.
-Ya – dijo Yoongi secamente alejando el plato de sopa – Gracias por la sopa, pero necesito descansar.
El coreógrafo no era alguien que se rindiese a la primera. Estaba claro que Yoongi necesitaba ayuda, y se la iba a dar. La quisiese o no.
-Hagamos un trato. Me dejas quedarme un rato, podemos ver alguna serie o escuchar música. Y yo no diré ni una palabra más, solo me quedaré aquí y te haré compañía. Seré como tu cargador.
-Hobi.
-Yoongi.
-Eres insufrible.
-Gracias. Y ahora, ¿Qué me dices? ¿Un poco de Netflix and Chill? – le guiñó un ojo y se sintió satisfecho cuando un atisbo de sonrisa apareció en la cara del otro.
Ni una hora después Hobi no podía moverse, Yoongi se había quedado dormido con la cabeza en su regazo y su cara estaba tan relajada que no era capaz de despertarle. Le acarició el pelo despacio, aprovechando que el otro no podía quejarse y sus pensamientos volaron a Taehyung.
Había conseguido estar con la persona de la que llevaba años enamorado y sin embargo, sabía que lo que estaba sintiendo en ese mismo momento por ese gruñón productor musical no era ninguna tontería. No pondría su relación con Tae en peligro por nada del mundo, pero quería destapar todas las capas de Yoongi. Le consolaba que era obvio que el idol también se sentía atraído por el productor musical. Tenían muchas cosas que trabajar.
Su mirada se paseó por la caravana. Sonrió al ver el desastre que era el “estudio” pero algo llamó su atención. Era una agenda. La agenda de Taehyung, Hobi la reconocería en cualquier parte. Hacía semanas que el idol lloró su perdida y aun lo recordaba de vez en cuando.
Si la tenía Yoongi todo ese tiempo. ¿Por qué no se la había devuelto? ¿Debería decírselo a Tae?
Esperaría a hablar con el productor musical primero, tenía unas cuantas explicaciones que dar.
Chapter 16: Capítulo 15
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Tras colocarse la ropa, el silencio se alargó entre ellos. Jimin se había sentado en el suelo apoyado contra el espejo en el que aún se podía ver la marca de su cara y del sudor de su espalda restregado por toda la superficie. Jungkook le observaba sin decir nada, no se podía creer lo que habían hecho aun cuando acababa de pasar.
Se sentó al lado del bailarín dispuesto a disculparse:
-Jimin, yo… – Este le miró, la boca roja de morderse los labios con tanta fuerza y el director olvidó su línea de pensamiento cuando sintió un deseo irrefrenable de besarle. Se acercaba a él lentamente cuando su teléfono empezó a sonar con fuerza. Lo sacó del bolsillo y colgó en cuanto vio el nombre de su mentor en la pantalla. Pero ya era tarde.
Jimin se levantó de golpe, alejándose de él.
-Mierda, esto ha sido un error. Joder, Jungkook ¿En que estabas pensando? – La tregua implícita que se había creado entre ellos se rompió en pedazos.
-¿Yo? No he visto que te quejarás excepto cuando te has corrido sin ni siquiera tocarte.
-Eres un puto gilipollas. Nunca cambiarás. De tal maestro, tal alumno.
Jungkook sintió la furia crecer en su interior. Jimin no le conocía.
-¿Qué se supone que significa eso?
-Nada, olvídalo – Jimin empezó a recoger las cosas, pero Jungkook le cogió del brazo.
-Claro, por qué no. Eso es lo que he intentado hacer estos diez años. ¿No voy a tener yo también un beso de despedida? ¿O solo Gong Yoo tiene ese privilegio?
Se arrepintió de sus palabras cuando Jimin retrocedió como si le hubiese abofeteado. Su postura había cambiado por completo. Los hombros hundidos, la mirada baja.
-No tienes ni puta idea – el bailarín se dio la vuelta. Sentía las lágrimas picar en sus ojos y no pensaba darle a Jungkook la satisfacción de verle romperse otra vez.
-A lo mejor puedes engañar a Taehyung, a Hobi o a quien quieras con esa cara preciosa que tienes. Pero yo lo vi con mis propios ojos, Jimin. Nadie me tiene que contar ningún rumor. Os vi aquella mañana y aun así… ¿Sabes qué? Tienes razón. Esto ha sido un puto error. A partir de ahora nuestra relación será estrictamente profesional. Tienes escenas que rodar, Park Jimin. No tardes.
El bailarín asintió sin darse la vuelta. Dio un respingo cuando Jungkook cerró la puerta de la sala de ensayo con fuerza. Una pieza del rompecabezas del pasado acababa de encajar en la mente de Jimin. Ahora entendía esa frialdad en la mirada de Jungkook cuando salió tras conseguir zafarse de Gong Yoo. Probablemente el director llegó en la parte en la que él estaba tan en paralizado que había “dejado” que el mentor de Jungkook le besase por unos instantes.
Mierda.
…
Namjoon estaba revisando las últimas grabaciones, aprovechando que Yoongi no estaba para editar algunas partes y adelantarle trabajo, cuando Jin apareció por la puerta con varias bolsas en la mano.
El actor se acercó a él y le dio un pequeño beso en los labios.
-¡Jin! – le regañó el productor musical mirando por encima de su hombro si había alguien más.
-¿No puedo darle un beso al chico más adorable del mundo?
-Si puedes – Namjoon puso una mano en el pecho del otro cuando se agachó para besarle de nuevo – pero no aquí donde nos puede ver cualquiera.
-¿Y qué pasa si nos ven? – El actor no quería darle importancia, pero cuando Namjoon rechazaba alguno de sus gestos, siempre dolía.
-No quiero que haya ningún rumor, Jin. Ya has visto los artículos que están saliendo.
Seokjin se centró en lo adorable que estaba Namjoon preocupándose por él. Además de que tenía un poco de razón. A él no le importaba que la gente supiese que estaban saliendo o algo parecido, pero tampoco le apetecía ver fotos de ellos en la prensa del corazón.
-Vaaale – replicó por fin - ¿Puedo al menos almorzar contigo? Traje unos sándwiches.
-¿Y café? – le miró con unos ojos que Jin sintió que se derretía. Frenó sus ganas de volver a besarle para evitar un nuevo regaño.
-¿Por quién me tomas? – dijo mientras sacaba un termo con café caliente y un par de vasos.
Namjoon se echó a reír y Jin se dijo a sí mismo que tenía que ser un poco más paciente. Valía la pena.
…
Taehyung estaba aburrido. Jimin estaba grabando, Jin se había ido a almorzar con Namjoon, y no encontraba a Hobi por ningún lado. Decidió irse a almorzar a su caravana.
Un rato después, estaba tumbado en la cama cuando llamaron a la puerta para luego entrar sin esperar respuesta. Su soulmate le saludó con la cabeza y se sentó en el sofá poniendo una mueca de dolor al hacerlo.
-Estoy agotado. Jungkook no me ha dado tregua – Tae se mordió la lengua para no soltar ningún comentario al respecto. No funcionó.
-Ya veo – dijo en broma subiendo una ceja, pero la expresión en la cara de Jimin le mostró la verdad - ¡No me jodas!
-Antes de que me des la charla, ni yo sé cómo ha pasado.
-Joder Jiminie.
-Lo sé, vale. Pero es que…
Taehyung lo entendía. No terminaba de fiarse de Jungkook ahora que sabía que había trabajado con Gong Yoo tantos años. Pero sabía lo que era luchar contra una atracción que no quieres sentir, pero no puedes evitar. Le había pasado con Hobi antes de enamorarse, y ahora le estaba pasando con Yoongi. Además, Jimin era tan cabezón que Tae sabía que, si seguía oponiéndose a lo suyo, era capaz de casarse con Jungkook solo para demostrar que podía.
-¿Te gusta? – No hubo respuesta. La falta de negativa de Jimin le dijo a Tae lo que necesitaba saber. Podría no estar de acuerdo con su amigo, pero le apoyaría hasta el final.
-Cuéntamelo todo. Ha debido ser muy bueno cuando no puedes ni sentarte bien.
-TaeTae, que tú me hayas contado todas las veces que te has acostado con Hobi desde que estáis juntos, cosa que iug por cierto, no significa que yo vaya a hacer lo mismo.
El idol se echó a reír y dio unas palmaditas en el espacio libre a su lado. Jimin obedeció al instante y se tumbó a su lado. Al menos podía descargar todo eso que llevaba en el estómago desde que había visto el nombre de Gong Yoo en el móvil del director. A veces se le olvidaba que era su mentor.
…
Yoongi se despertó notando la sensación de que alguien le estaba acariciando el pelo, quizá ese mismo alguien sobre cuyo pecho estaba apoyado. Un momento… Se levantó de golpe cuando recordó lo que había pasado un rato antes y la llegada de Hobi con la sopa.
-Buenos días – dijo Hobi, sonriendo al ver la cara de desconcierto de Yoongi - ¿Has descansado bien?
La verdad era que sí, se sentía relajado por primera vez en días, y así se lo hizo saber:
-Va a ser verdad que eres un buen cargador. A partir de ahora cuando necesite energía voy a llamarte.
-Y vendré encantado, pero ahora creo que tengo que irme, seguro que Tae me está buscando.
Yoongi vio que había estado más de una hora durmiendo. Se avergonzó al pensar que había pasado todo ese tiempo en el regazo de Hobi.
-Debiste haberte marchado. Lo siento.
-¿Y perderme lo guapo que te veías ronroneando cuando tocaba tu pelo?
-¡Yo no ronroneo!
Hobi se echó a reír mientras se dirigía a la puerta.
-Lo que tú digas pequeño gatito.
-¡Lárgate ya!
A pesar de sus protestas Yoongi sonrió al escuchar las risotadas de Hobi resonando aun cuando ya había salido de la caravana.
…
Jungkook esperó a estar encerrado en su caravana para devolverle la llamada a Gong Yoo. Tenía que admitir que había estado retrasando ese momento durante toda la mañana. Ya tenía bastantes cosas en la cabeza.
Jimin había llegado al set para grabar solo unos minutos después que él, sin dedicarle ni una sola mirada. No le había discutido ni una de las órdenes que le había dado como hacia el resto de los días. En teoría eso debería ser bueno, pero para el director. No después de lo que había pasado en la sala de ensayo.
Y no era por el sexo, le había dicho a Jimin que era un error solo para devolvérsela. Se había pasado toda la mañana sin poder evitar sonreír cuando el bailarín hacía alguna mueca de dolor en según qué postura y sabía que era por su causa. A él todavía le escocía la espalda. Estaba seguro de que habría sangre en algunos de los arañazos.
No sabía porque le seguía importando aquel dichoso beso entre su mentor y Jimin. Peor aún, se lo había echado en cara al bailarín como un novio celoso. Cada vez que veía el malestar que la mención de Gong Yoo provocaba en Jimin se arrepentía de sacar el tema. Sin embargo, la frustración y la rabia hacían que no pudiese evitarlo. No paraba de meter la pata.
Al final su mentor iba a tener razón y todo esto le venía grande. A lo mejor no estaba tan preparado como creía para este proyecto.
Con esos deprimentes pensamientos rondando su cabeza finalmente hizo la dichosa llamada. Cuando colgó se sentía aún peor.
No sólo las palabras de Gong Yoo habían confirmado lo que ya pensaba. “ No estás a la altura Jungkookah, pero no pasa nada. En mi próxima película te volveré a contratar de ayudante y será como siempre hemos soñado. Juntos de nuevo.” Además, su mentor le había pillado desprevenido preguntándole por Jimin y Taemin. Sin saber cómo había terminado confesando lo que había pasado con el bailarín.
El silencio que había traspasado la línea había sido peor que la bronca que esperaba. Las palabras que escuchó después se clavaron en su corazón “ Oh bueno, estoy seguro que lo tiene todo bien atado. Como me hizo a mí. Y Taemin es un gran alumno. Será cuestión de tiempo que te acusen de abuso de poder. Como a mí. Seguro que intentan convencerte de que yo también les hice algo. Creo que me necesitas Jungkookah”
La sensación amarga no desapareció después de colgar. Había aprendido tanto de él durante los últimos años, pero las cosas que decía… “ … de que yo también les hice algo ” se repetía en su mente.
Porque Jungkook no les había hecho nada. Vale que había sido un poco duro con ellos, pero había intentado solucionarlo casi inmediatamente.
También . Ese también le daba más miedo que sus sentimientos por Jimin. Y no tenía ganas de enfrentarse a ninguna de las dos cosas.
…
Hobi entró en la caravana de Taehyung para encontrarlo en la cama con Jimin, pero ahora que su fase de celoso tóxico había pasado la escena le pareció tan tierna como siempre. Se quitó los zapatos y se tumbó al lado de Tae.
-Hola precioso- dijo pegando sus caras.
-Hola guapo ¿Dónde estabas? – preguntó el idol con voz tierna, dándole un corto beso. Ante el sonido Jimin saltó de la cama.
-Ah no. Tenemos que poner límites. Nada de besos conmigo en la cama.
-Vale, adiós Jimin. – contestó Tae girándose para apretar a Hobi contra él y volver a besarle. El coreógrafo sonrió contra su boca.
-Me gustabais más cuando no estabais juntos – salió de la caravana, pero antes de cerrar la puerta asomó la cabeza y soltó: - Es broma, sois adorables – y entonces sí se marchó de allí sin estar seguro de si los tortolitos le habían oído.
Se besaron lánguidamente durante un buen rato.
-Te he echado de menos – confesó Tae entre besos.
-Estaba con Yoongi.
-Oh.
-Le he llevado sopa.
-Ajá. – Respuestas escuetas. “Esta es la mía”, pensó Hobi.
-Te quiero, Tae.
-Yo también te quiero.
-No estés celoso.
-No lo estoy.
-Me gusta Yoongi.
-A mí también… ¡mierda! – Tae se incorporó, sorprendido ante su propia confesión – Maldito tramposo – se lanzó sobre Hobi para hacerle cosquillas. Ambos rodaron sobre la cama hasta que Hoseok se puso encima del idol y atrapó sus manos sobre su propia cabeza.
Se observaron el uno al otro unos instantes, retándose con la mirada. Hobi supo que el comentario de Tae iba a escocer cuando vio la expresión pícara en su cara.
-Así que no querías compartirme con Jimin y ahora vas a compartirme con Yoongi.
-Ouch – comentó Hobi
-¿ Too soon ?
-Tienes suerte de que te quiera tanto – Volvieron a besarse. Taehyung no se cansaría nunca de escuchar al coreógrafo decir que le quería, aun así, todavía tenía ganas de provocarle.
-Suerte eh… Te voy a enseñar yo a ti quien tiene suerte - pillando a Hobi por sorpresa hizo que sus cuerpos girasen para quedar esta vez él encima del coreógrafo.
Movió su pelvis lentamente rozando su entrepierna con la de Hobi que ya se encontraba a media asta. Repitió el movimiento despacio mientras unía sus bocas de nuevo, esta vez de una forma mucho más pasional. Sus lenguas empezaron a jugar al ritmo de sus movimientos hasta que Hobi hizo un ruido de protesta cuando dejó de sentir el peso de Tae sobre su cuerpo, ya que este se había levantado.
-Tae…
-Shhh – Se agachó para besarle de nuevo, riendo cuando Hobi siguió buscando su boca cuando se alejó de él de nuevo. Empezó a bajarle los pantalones lentamente hasta que Hobi se incorporó levemente para quitárselos por completo acompañados de su ropa interior.
-Alguien está un poquito desesperado – bromeó mientras se colocaba entre las piernas abiertas del coreógrafo. Antes de que pudiese protestar, cogió su miembro con una de sus manos rodeándolo con sus largos dedos.
Tras acariciarlo hasta que Hobi estuvo completamente duro, se inclinó para metérselo en la boca por completo, succionando con fuerza desde el primer momento.
-Joder Tae… - las manos de Hobi volaron a la cabeza de Tae, enredándose entre los rizos de su pelo. Tirando de los mechones cuando el idol le dejó ir para pasar su lengua por toda la superficie antes de engullirle de nuevo.
El coreógrafo no pudo evitar levantar sus caderas para llegar más profundo en la boca de Tae, la humedad y la presión sobre su polla volviéndole loco, pero las manos del otro sobre sus caderas le mantenían pegado a la cama. Se retorció mientras la lengua de Tae acariciaba sus venas antes de aumentar los movimientos todavía más. Tiró del pelo del otro como único aviso y este solo siguió succionando hasta que Hobi se corrió en su boca gritando su nombre. Lamió los restos hasta que el coreógrafo protestó por la sobrestimulación y le dejó ir para tumbarse a su lado y abrazarse contra él.
La dureza del pene de Tae contra su cadera le recordó a Hobi que era de bien nacidos ser agradecidos así que él también se puso de lado para meter la mano en los calzoncillos de Tae que soltó un gemido de satisfacción al aliviar un poco de la presión que sentía. Aumentando la velocidad de sus movimientos Hoseok llevó su otra mano a la nuca de Tae para mordisquearle el cuello hasta que sintió que Tae se tensaba y tras un débil: Oh, Hobi – sintió como su mano se empapaba del semen de Taehyung que se derrumbó contra él tras el orgasmo.
Se estaban limpiando cuando Tae recibió un mensaje de que le tocaba grabar una escena con Jin.
-Tengo que irme. Me toca rodar.
-Mhmm- murmuró Hobi como respuesta, los ojos cerrados.
-Puedes quedarte aquí, volveré en cuanto acabe para la segunda parte, hace como dos días que no lo hacemos. Se echó a reír cuando Hobi abrió uno de sus ojos para comprobar que hablaba en serio. Se acercó a la cama y le dio un corto beso. – Te quiero.
-Yo más.
-Eso le dirás a todos.
-¡Taehyung! – El idol esquivó la almohada que Hobi lanzó contra él y se marchó hacia el set con una sonrisa de oreja a oreja.
Hoseok repasó mentalmente la conversación previa a la mamada que le había dejado el cuerpo hecho gelatina y se dio cuenta de que una gran parte del peso que sentía desapareció al saber que Taehyung estaba en el mismo barco que él. Lo que no significaba que el oleaje no le marease.
Ahora faltaba que Yoongi quisiera subir a bordo.
Algo le decía que esa parte no iba a ser tan fácil.
Chapter 17: Capítulo 16
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-No me puedo creer que haya sido tu cumpleaños y no hayas dicho nada, Min Yoongi. Muy mal. – el productor musical se encogió de hombros ante las palabras de Seokjin. Por fin, tras unos días malos había vuelto a la normalidad, aunque ahora se arrepentía de haber acompañado a Namjoon a desayunar con su novio – Tenemos que hacer algo para celebrarlo.
-Paso. Además, ya hace semanas.
-No me importa.
-Namjoon – el productor musical le pidió ayuda a su amigo. Supo que estaba perdido cuando vio como este miraba a Jin y el actor hacía puchero con su boca.
-Venga, Yoongi. Podría ser divertido, ¿Qué se te ocurre, Jin?
-Pues justo hace unos días un amigo me ofreció una cabaña que tiene a las afueras de Seúl. Podríamos hacer una escapada los siete.
-¿Qué siete? – preguntó Yoongi.
-Ya sabes. El director, Jimin, Tae y Hobi. Nuestra pandilla.
-¿Desde cuándo somos una pandilla? – Las cosas con Hobi y Tae estaban un poco raras últimamente. O sea, el coreógrafo seguía siendo su fuente de energía y buen rollo con su entusiasmo y las grabaciones con Tae eran amenas y divertidas. Pero no podía dejar de notar como le observaban y las miradas furtivas que compartían después.
-Pues desde la cena con espectáculo en mi casa #drama – Jin se empezó a reír de su propio chiste y su enamorado le acompañó. Yoongi rodó los ojos. Típico.
-No lo tengo nada claro Jin.
-Tarde.
Los móviles de Namjoon y Yoongi sonaron a la vez solo para ver que habían sido agregados a un nuevo grupo de whatsapp: Seokjinnie y sus babies. El primer mensaje enviado por el actor fue en plan telegrama: Cabaña. Este finde. No se aceptan negativas.
El primero en contestar fue el director: ¿Qué? ¿Por qué?
Jin sonrió. No era un no: La excusa es celebrar el cumple de Min Yoongi.
Antes de que enviase el siguiente mensaje llegó el de Tae: Hobi y yo nos apuntamos. Y Minie también, seguro.
El bailarín no tardó en protestar; Puedo contestar por mí mismo TaeTae, pero claro, porque no.
El director leyó los motes que se dedicaron los amigos con el ceño fruncido. No era idiota, había notado que algo pasaba entre el idol y su coreógrafo y aun así no podía evitar sentir celos de la intimidad de estos con Jimin.
No sabía si era una buena idea, pero no iba a ser el único que se echase atrás: Hecho.
-¡Genial! – exclamó el actor dejando su móvil sobre la mesa – Esta tarde tendremos que ir de compras Joonie.
-¡Ja! – exclamó Yoongi al ver la cara de su amigo, sonriendo con satisfacción cuando este le mató con la mirada.
…
Y allí estaban. Viernes, tras un largo día de rodaje. Listos para obedecer el plan de Seokjin de llegar y dormir para poder aprovechar el sábado por completo.
Jin y Jungkook se habían ofrecido a llevar sus coches. Bueno, el director no había tenido opción, el actor lo había dado por hecho. En cuanto Jin vio acercarse a Namjoon y Yoongi con sus respectivas bolsas empezó a dar órdenes… o, mejor dicho, siguió con ellas.
-Vale, obviamente Joonie va conmigo. Así que…
El director no pudo evitar mirar de reojo a Jimin, con el que por supuesto no había cruzado palabra desde su “encuentro” excepto para temas laborales. Le pareció ver que el bailarín también le estaba observando, pero desvió la mirada demasiado rápido.
Por su parte, Hobi y Tae sí compartieron una mirada y ante el asentimiento del coreógrafo, el idol se apresuró a soltar:
-Pues nosotros y Yoongi podemos ir con Jungkook – hizo como que no notaba el gesto de indignación de Jimin por dejarlo fuera.
-Ok, pues…
-De eso nada, Yoongi va conmigo – Todos miraron a Namjoon, extrañados por su comentario. Tae ya sospechaba que había hecho enfadar al productor musical por algo, pero no había encontrado el momento. Quizá ese fin de semana de relax le daría la oportunidad.
-Entonces… - intentó Jungkook señalando al resto. Jimin rodó los ojos.
-Me pido copiloto – y enfiló hacia el coche del director sin esperar confirmación.
-Va a ser un viaje muy ameno, lo veo – murmuró Jungkook haciéndoles reír, lo que hizo que el ceño de Jimin se frunciera aún más en la distancia.
Se dividieron según lo acordado y como Jin era el que sabía a donde iban, Jungkook solo tenía que seguirle. En teoría eran menos de tres horas de camino, pero cuando el director subió al coche y se encontró a un Jimin con los brazos cruzados y la mirada fija en la ventana y los otros subían en el asiento de atrás para sentarse completamente pegados, supo que le iba a parecer más largo.
-¿Os importa si pongo música? – dijo para intentar evitar realizar el trayecto en silencio.
-Sin problema – solo Hobi contestó a su pregunta. No podía fijarse bien al ir conduciendo, pero le daba la sensación de que el bailarín no se había movido desde que habían salido.
-Jiminssi, me puedes pasar el cable que está en la guantera.
La forma de llamarle hizo el efecto que esperaba y el otro le miró sorprendido mientras Taehyung reía por lo bajo en la parte de atrás.
-¿Perdona?
-Es que estoy casi sin batería. El cable de la guantera, por favor – añadió para apaciguarle.
Sin una palabra más, Jimin sacó el cable y se lo dio a Jungkook que consiguió conectarlo al teléfono, pero no podía ponerlo en el puerto adecuado. El bailarín suspiró con fuerza antes de coger el cable para ayudarle, pero al rozarse sus manos sintió tal latigazo de energía que las apartó como si se hubiese quemado. Estaba seguro de que Jungkook había sentido lo mismo, ya que por fin colocó el cable en su lugar y carraspeó.
- Gracias.
Jimin hizo un ruido, pero siguió mirando por la ventana como si le diese igual. Hasta que la música empezó a sonar. ¿Era una broma?
Cuando las primeras notas de Everytime we touch de Cascada empezaron a sonar, Jungkook quiso que le tragara la tierra. Justo esa canción después del momento que acababa de compartir con el bailarín... el latigazo de energía le había recorrido la espina dorsal.
- Ha sido sin querer, lo juro - exclamó el director. Jimin le miró de reojo y le vio tan avergonzado que no le quedó otra que echarse a reír. Estaba claro que no había sido aposta.
La pequeña risa se convirtió en carcajada cuando el director pasó la canción y se escuchó el inicio de Make It Right de BTS. La exclamación del director hizo que Jimin no pudiese contenerse, todo su cuerpo se sacudía de la risa.
-!Venga ya!- Jungkook no podía creer su suerte, pero la vergüenza de la situación valió la pena cuando vio que el bailarín por fin se relajaba de la risa. Al menos estaba claro que el otro conocía las canciones de su playlist favorita. Eso era bueno.
- Si la próxima canción va sobre un asesinato, me bajo del coche – afirmó Jimin mirando a Jungkook de reojo. El director le devolvió la mirada, sonriendo de esa forma que le recordaba a un conejito.
Pero no, la siguiente canción (a la que irremediablemente los dos prestaron atención) no fue otra que Savage Love en la versión de Jason Derulo también con BTS. Sin pensar, Jimin soltó su comentario:
- Bueno, a esta vamos a darle un par de semanas – Las palabras no habían terminado de salir de su boca y Jimin ya quiso morir. ¿De verdad había dicho eso en voz alta? La cercanía con Jungkook siempre le dejaba desarmado. Ignoró el ruido de sarcasmo que llegó desde el asiento de atrás, tomando nota mental de “collejear” a Tae más tarde.
La canción hablaba de esa relación secreta que no puedes mostrar al mundo pero que lo estás deseando. Jungkook y él estaban muy lejos de eso... ¿verdad?
Por suerte para ambos, el resto de las canciones fueron más o menos inocentes, lo bueno fue que, incomprensiblemente, Jimin se sintió mucho más cómodo después de esos momentos raros.
Hasta que por fin llegaron a la cabaña y había que repartir las 3 habitaciones, dos dobles y una simple entre los siete. Cuando había dos parejas entre ellos. Mierda.
- Bueno - empezó Jin – Namjoon y yo vamos a coger la habitación grande. Los otros tortolitos - señaló a Tae y Hobi – podéis coger la de al lado, que también es doble. La individual pues la podemos echar a suertes y los otros dos en el sofá cama del salón comedor. ¿Hecho?
-Jimin, ¿te parece bien? - Tae se acercó a él para susurrarle la pregunta. Había una posibilidad de que tuviese que compartir sofá con Jungkook.
-No pasa nada, TaeTae.
Jungkook, Jimin y Yoongi se jugaron la habitación individual con el método más efectivo del mundo. Piedra, papel o tijeras. Cuando el director ganó, a Jimin le dieron ganas de borrarle su sonrisita de superioridad, pero estaba ocupado enterrando la sensación de decepción que le produjo el resultado del juego. Y no porque le importase dormir en un sofá.
Una vez todos instalados y colocadas las provisiones que habían traído, que, por supuesto les daba para un mes y no solo un fin de semana, decidieron cenar algo ligero e irse a descansar. Ya era tarde y Jin tenía una excursión programada para la mañana siguiente.
...
Jungkook fue el primero en despertarse al día siguiente. Después de ir al baño bajó para hacerse un café y salir al porche a terminar de ver amanecer. El lugar al que les había llevado el actor era maravilloso. Cogió la taza, estaba muy relajado hasta que tuvo que pasar por el salón para acceder al porche y se le ocurrió mirar hacia el sofá cama.
Jimin estaba durmiendo bocarriba, destapado. La mano de Yoongi, que estaba de lado, sobre el estómago del bailarín. Una sensación amarga se instauró en Jungkook. Si la primera noche ya amanecían así, ¿qué iban a dejar para el domingo?
Se dirigió a la puerta, su buen humor había desaparecido, pero antes de salir dio unos cuantos pasos rápidos hacia la cama, cogió la colcha y cubrió a Jimin con ella. Eso sí, primero le quitó la mano de Yoongi de encima.
Jimin no se atrevió a abrir los ojos hasta que escuchó cómo se cerraba la puerta. Había notado como alguien le tapaba con la colcha, pero le daba miedo saber quién podía ser. Aunque lo más probable es que fuese Tae.
Vio por la ventana que ni siquiera se había hecho de día. Y algo en su interior dio un vuelco cuando observó que no era otro que el director quien, con cara de pocos amigos, observaba el horizonte con una taza de café en la mano balanceándose en el porche. Tras unos segundos de duda, cogió una de las mantas y salió al porche también.
- Hey – dijo con timidez sentándose al lado de Jungkook en el balancín. El otro no dijo nada. - Si prefieres estar solo... - hizo el ademán de levantarse y solo entonces el director reaccionó, aunque no de la mejor forma.
-Eso, no te dejes a Yoongi solito.
-¿Qué? - a Jimin le dejó alucinado la inquina en el tono del otro - Déjalo - se levantó de nuevo.
-Quédate - soltó Jungkook sin mirarle.
No supo por qué, pero el bailarín volvió a sentarse. De reojo, vio como un escalofrío recorría el cuerpo del director, que había salido al porche solo con una camiseta de manga corta y un ligero pijama. Sin pensarlo, se acercó a él en el balancín y pasó la manta por encima de los hombros del director, quedando los dos pegados bajo ella.
-Solo para que no te quedes helado, pero no me gusta tu tonito.
-No tengo...
-Jeon - advirtió Jimin. El director fue sabio por una vez y cerró la boca.
Y allí los encontró el sol al nacer. Juntos bajo la manta, compartiendo el calor. Sin decir una palabra. Solo disfrutando del paisaje ante ellos y del silencio compartido. En una especie de paz temporal por primera vez en mucho tiempo.
…
Estaba solo en el sofá cama cuando despertó. Ya había amanecido. Se estiró al levantarse y se acercó a la ventana. Yoongi sonrió al ver a Jimin y Jungkook juntos en el balancín bajo una manta. Era tan evidente que había algo entre ellos que era entretenido ver como intentaban evitarlo.
Tras ir al baño se dirigió a la cocina para prepararse un buen café en el tranquilo silencio de la casa. Había una larga encimera en forma de ele que servía de barra, adornada como un tablero de ajedrez. Le dio un sorbo a su bebida y se sobresaltó cuando Hobi y Tae entraron juntos a la cocina.
Hobi le sonrió mientras Tae se sentaba junto a él. ¿Ese era su aspecto por la mañana? Joder. El idol tenía el pelo revuelto y los ojos hinchados de dormir y aun así era la persona más atractiva que Yoongi había tenido tan cerca.
-Buenos días, Yoongi – dijo mirándole desde su taburete. La forma en la que repasó todo su cuerpo con los ojos hizo que el productor musical diese otro sorbo a su café para ocultar su sonrojo. Murmuró un saludo de vuelta.
-¿Así que tú también eres de los que no son personas por la mañana, como mi Tae?
-¿Tú Tae? - dijo el aludido. Hobi se dio la vuelta para que no notasen lo avergonzado que estaba. Lo había dicho sin pensar. Carraspeó.
-¿Qué tal huevos revueltos? ¿Tú quieres un poco Yoongi? - empezó a sacar las cosas necesarias para hacer un rápido desayuno. - ¿Jimin sigue durmiendo?
-No. Está en el porche con Jungkook.
-Oooooh - exclamó Tae haciendo que los otros dos riesen. - A ver lo que les dura la tregua. ¿Y los anfitriones?
-Estarán durmiendo todavía, supongo - contestó Yoongi encogiéndose de hombros.
-Mejor, más intimidad para nosotros – dijo Hobi guiñandole el ojo cuando dejó un plato delante del productor musical y otro delante de Tae.
-Gracias, MI Hobi - soltó el idol con retintín.
-¡Calla y come! - Le replicó el coreógrafo.
Yoongi había reído por lo bajo ante la broma del idol, pero casi se atraganta con los huevos cuando le escuchó soltar entre dientes: “ Tú también serás nuestro.”
Levantó la mirada, pero ninguno de los otros dos le estaba observando. Quizá no había escuchado bien.
…
-Oh joder, Namjoon. Métela ya.
-Paciencia – el productor siguió moviendo los dedos en el interior de Jin mientras el agua de la ducha caía sobre ambos. Aunque aún estaba dilatado de la noche anterior quería hacerle sufrir un poquito.
-Estoy más que listo, venga. - El actor apoyó las palmas de las manos en la pared y separó más las piernas, sacando aún más el culo hacía Namjoon. Se giró para mirarle por encima de su hombro para que viera la desesperación en sus ojos. Consiguió el efecto deseado.
Namjoon sacó los dedos, puso un poco de jabón en su polla y la metió de un empujón. Entre la humedad y la preparación, se deslizó en el interior de Jin como la seda, pero sintió como el actor le apretaba al instante, estrangulándolo con su calor.
-¡Dios! - gruñó - como puedes seguir tan apretado después de lo de anoche.
-Es un don - afirmó Jin con sorna. - Ahora muévete... - gimió cuando Namjoon le dio una palmada en el culo.
-Estás muy mandón para tu posición - le golpeó el otro cachete mientras aceleraba sus movimientos. Llevaban demasiado rato jugando bajo el agua para aguantar mucho más. Supo que Jin estaba igual cuando ni siquiera replicó a su comentario.
Posó las manos en las caderas del actor, empujando con la misma fuerza que los gemidos de Jin resonaban en las paredes de la ducha. Cuando notó que le quedaba poco se dejó caer sobre la espalda del actor, aprisionándolo contra los húmedos ladrillos. Mientras dirigía una mano hasta el miembro de Jin para empezar a masturbarle al mismo ritmo de sus embestidas, empezó a mordisquear la nuca del mismo, disfrutando de cómo la piel de la zona se erizaba.
-Nam, no puedo más. Voy a... - antes de que pudiese terminar la frase, el actor se estaba corriendo, manchando las paredes de la ducha, el agua llevándose los restos casi de inmediato. Antes de que pudiese recuperarse, sintió como Namjoon terminaba dentro de él, gruñendo su nombre sobre su nuca.
El productor musical salió de su interior y le dio la vuelta. Volvió a apretarlo contra la pared de la ducha, esta vez de espaldas y le besó con fuerza. Jin sintió que se derretía. Acababan de follar y aun así besar a Namjoon le hacía sentir mil cosas en el estómago. Estaba empezando a enamorarse.
…
Ninguno de los dos sabía cuánto rato llevaban sentados en el balancín del porche, y a pesar de que no habían vuelto a decir nada más, algo en el ambiente había cambiado. Quizá era ese lugar. La naturaleza, la tranquilidad.
-Jungkook...
-Oye, Jimin...
Se miraron y se echaron a reír. Ambos habían hablado a la vez
El director casi se queda sin respiración. Jimin sonreía, sus ojos las típicas medias lunas, la luz del sol iluminando su cabello. Joder, era precioso. Algo volvió a cambiar en el ambiente. El bailarín dejó de reír y miró a Jungkook. Este desvió la mirada a su boca y luego a sus ojos. De nuevo a su boca cuando Jimin se lamió los labios inconscientemente. Sin darse apenas cuenta, la distancia entre ellos, que ya era poca, fue disminuyendo. Jimin podía sentir el aliento de Jungkook contra su boca cuando... sus tripas empezaron a sonar con fuerza. Los ojos del director se abrieron cómicamente y echando la cabeza hacía atrás soltó una carcajada que hizo que Jimin no pudiese enfadarse con él por reírse. Su mirada recorrió el cuello de Jungkook mientras este reía, su mandíbula marcada. Joder. Esa vez dio las gracias cuando sus tripas volvieron a rugir.
- Anda vamos a desayunar – dijo Jungkook, levantándose. Jimin asintió, no confiaba en su propia voz.
Cuando entraron a la cocina vieron que todos estaban ya allí. Algunos con café, otros incluso con platos ya vacíos.
- ¿Habéis desayunado sin nosotros? - Los demás se echaron a reír ante el tono de ofensa de Jungkook.
-Nunca - contestó Jin entre risas - Además, ¿dijiste algo de hacer tus famosas tortitas?
El director rodó los ojos, pero se dirigió hacia la nevera para sacar los ingredientes necesarios mientras Jimin se sentaba junto a Tae. Ya tendrían tiempo para hablar más tarde. O eso esperaba.
Chapter 18: Capítulo 17
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Mientras Jin les explicaba a todos la ruta que iban a andar en un rato Jungkook terminaba de hacer las tortitas. Con la poca masa que le quedaba preparó una un poco más grande que las demás y la colocó en la cima del plato repleto con el resto. En cuanto lo puso delante de los demás, Taehyung estiró la mano para coger la enorme tortita, pero solo recibió un golpe con la espátula que el director tenía en las manos.
-Esa es para Jimin – No necesitó mirar al otro para saber que seguro que se había sonrojado. Él mismo notaba el calor en sus mejillas ante las miradas de los demás. - Mi bailarín principal necesita fuerzas - añadió para intentar restarle importancia. Colocó la tortita en un plato y lo dejó delante de Jimin.
-Gracias – dijo este en voz baja, dirigiéndole una corta mirada que le sirvió para constatar el destacado rosa de sus mejillas.
Terminaron de desayunar entre planes y bromas hasta que Jin les recordó que en media hora empezaría su paseo, por lo que todos se levantaron para prepararse.
-Yoongi, puedes utilizar nuestra ducha – le comentó Namjoon, nosotros ya nos hemos duchado.
-Mierda, se nos ha adelantado – se escuchó comentar a Tae. Fulminó a Jimin con la mirada cuando este se echó a reír y al ver que Yoongi miraba al suelo se dio cuenta que no se lo había susurrado a Hobi tan bajito como creía.
-Tú puedes usar mi baño, Jimin - soltó Jungkook como si cualquier cosa – Me ducho mientras te acabas el café y luego puedes ir tú.- El bailarín solo asintió.
-¿Ves, Tae? Así se adelanta uno a las circunstancias - afirmó Jin haciendo que Jungkook le diese un golpe.
Mientras se alejaba hacia la habitación aun podía escuchar su característica risa por el pasillo.
…
Jungkook se duchó lo más rápido que pudo, no quería dejar a Jimin sin tiempo para prepararse. Salió del baño con la toalla enrollada en la cintura y el pelo húmedo goteando sobre su pecho. Se sobresaltó cuando se encontró con el bailarín sentado en su cama, haciendo que la toalla resbalara de su cadera y estuviese a punto de abrirse, pero le dio tiempo a apretarla de nuevo con fuerza.
De nuevo, sin poder evitarlo, Jimin dejó que su mirada bajase por el pecho del director. Esta vez, permitió que ésta siguiese bajando hasta las marcadas abdominales de Jungkook. Joder. Tragó saliva y volvió a subir la mirada para encontrarse con los ojos del director fijos en su cara. Una ceja levantada sarcásticamente. Se levantó de golpe y se dirigió hacia el baño.
-¿Te gusta lo que ves, Jiminssi? - preguntó Jungkook a su espalda.
-Los he visto mejores - contestó sin darse la vuelta.
-Seguro - escuchó la risa de Jungkook y notó como una toalla húmeda le golpeaba la espalda mientras abría la puerta. El director estaba desnudo.
A toda velocidad, se metió en el baño y cerró la puerta, apoyándose contra ella. La tensión con Jungkook iba a acabar con él.
...
-Tae, cariño. Nos están esperando – La frase de Hobi hubiese tenido más fuerza si no la hubiera terminado gimiendo, ladeando aún más la cabeza para que el idol tuviese mayor acceso a su cuello.
-Lo sé - contestó, pero siguió lamiendo y mordisqueando a Hobi.
-Tae... - volvió a advertir al sentir como la polla del otro crecía entre ellos. Le dio un ligero empujón y Taehyung se dejó, ajustándose el pantalón.
-Mierda, tienes razón. Vale, umm – Hobi se echó a reír mientras Taehyung se sentaba en la cama para intentar que “todo” se calmase.
-Te prometo que te compensaré esta noche – le dijo el coreógrafo acercándose a él.
-Ni un paso más - contestó el idol apuntando la palma de su mano hacia el otro – Si quieres que estemos listos para ir con los demás en la hora acordada, no te quiero cerca.
Hobi volvió a reír y esta vez Taehyung se unió a él.
Unos minutos después, como era de esperar, todos los demás les estaban esperando para comenzar el paseo. Jimin sonrió al ver la cara de circunstancias de sus amigos, y las marcas recientes en el cuello de Hobi.
…
-Esta vista es una maravilla, Jin. Ha valido la pena el esfuerzo – Namjoon agarró al actor por la cintura desde atrás, apoyando la cabeza en su hombro. Jin estaba apoyado sobre la valla de madera que rodeaba el mirador casi natural que había al final del camino por el que les había llevado.
-Me alegro que te guste - comentó el actor dándose la vuelta entre los brazos de Namjoon.
-No tanto como tú - replicó el productor sin perder un segundo. La risa que apareció en la cara de Jin hizo que valiese la pena la vergüenza ante su propia cursilada.
Se besaron lentamente contra la valla hasta que...
-Nada de cochinadas – interrumpió Jungkook mientras se paraba junto a ellos para observar la montaña - No hay que comer delante de los pobres.
-Te lo recordaré cuando te vea tonteando con Jimin otra vez - contraatacó Jin y Namjoon dejó escapar una risita.
-Menos risas y más preocuparte por tu amigo – dijo el director ignorando lo que el actor le había soltado.
-¿Eh? - Namjoon se giró para ver como Yoongi llegaba prácticamente resoplando a lo alto del camino. Sonrió al ver a Hobi y Tae franqueándolo, pero luego recordó que no podía fiarse del todo de esos dos, así que soltó a Jin y fue hacia su amigo.
-Lo digo en serio, Jungkookah. La tensión sexual se podía notar en el ambiente.
-Ya...
-Jungkook.
-Lo sé, la película... - Se interrumpió cuando el actor soltó una carcajada. Le miró con la interrogación en su expresión.
-No es la película, aunque también - añadió al ver la cara del director – Es Jimin. No le hagas daño.
-Otro… ¿Y por qué tendría que hacerle daño? ¿Tan mala persona creéis todos que soy?
-¿Quién más...? Da igual. Sabes que estoy de tu parte, siempre – Jin le puso una mano en el hombro para dar énfasis a sus palabras. Pero es obvio que hay algo entre vosotros, Jungkookah y también está claro que a lo mejor Jimin no está preparado para ello. Follar es fácil - el director hizo una mueca ante las palabras de su amigo – cuidar de otra persona no lo es tanto.
-Pues entonces perfecto que no vaya a pasar nada entre nosotros ¿verdad? - soltó Jungkook con acritud. Solamente estaban tonteando un poco. Le habían molestado las palabras de Jin tanto como esa sensación extraña en su interior al pensar en Jimin pasándolo mal. Sobre todo, porque el actor tenía razón aun sin saberlo. Él ya le había hecho daño.
Se alejó justo cuando el bailarín llegó hasta ellos y lanzó una exclamación de admiración ante las vistas. El paisaje ya no le parecía tan bonito.
…
Namjoon llegó al lado de Yoongi, quien dejaba casi por completo su peso sobre Taehyung y tiró de su cuerpo para apoyarlo contra él. Su amigo le miró, agotado.
-Odio a tu novio, Nam. - El productor sonrió y alejó a Yoongi de allí, prácticamente arrastrándolo hasta la cima, donde le hizo sentarse en la manta que Jin había preparado para almorzar.
-¿Pero qué problema tiene ese...?
-Tae...
-Joder Hobi, no empieces. A veces me gustaría que tuvieses algo de sangre en el cuerpo.
-Por qué no te tranquilizas.
-Por qué no estábamos haciendo nada malo, solo intentar ayudarle. Y me fastidia que no confíe en nosotros, y tampoco en Yoongi que se supone que es su amigo.
-¿Confías tú en Jimin y Jeon?
-No es lo mismo.
-¿Por qué no? - le preguntó Hobi.
-Pues... porque no - soltó Tae.
Bufó y se alejó de allí lo más deprisa que pudo mientras Hobi le seguía sacudiendo la cabeza. Iba a tener que hablar con Namjoon a solas en cuanto tuviese ocasión.
…
Durante el almuerzo, Jimin dividía su atención entre Tae y Hobi, ya que era obvio que había pasado algo entre ellos, y Jungkook, quien permanecía extrañamente abstraído aun cuando Jin no paraba de intentar hacerle reír, a él y a todos.
Terminaron de comer y tras descansar un rato decidieron emprender la bajada hacía la casa para ir sin prisa. Jungkook aprovechó mientras recogían para volver al mirador unos segundos más. Estaba hecho un lío. Su cabeza le pedía alejarse de Jimin, pero una fuerza irresistible le arrastraba hacía él. Tenía que intentar evitarle. Como siempre, el universo se rio en su cara:
-Una tortita por tus pensamientos – A pesar de su tumulto interior, el director no pudo evitar sonreír ante las palabras de Jimin.
-Entonces tú me debes los tuyos, te he dado la más grande – Se dio cuenta del doble sentido cuando el bailarín levantó ambas cejas mientras repetía su última frase.
-Pues estoy pensando que me gustaría saber que pasa por esa cabeza de director. Por qué de repente estás tan callado...
-No es nada.
-Vale.
-De verdad. No es nada, Jimin.
-Vale.
-!Ugh! No te soporto.
-Vale. Que nooo, ya paro. – añadió el bailarín ante la mirada matadora que le lanzó Jungkook. Si no quería hablar con él, no podía forzarle. -Anda, vamos con los demás. Es hora de volver.
...
Taehyung hizo un nudo a la bolsa de residuos para poder tirarla en cuanto llegasen a la zona preparada para ello. Vio que Jimin estaba hablando con Jungkook en el mirador y eso lo hizo pensar en que se había pasado un poco con Hobi mientras subían. Le buscó con la mirada y sonrió cuando vio que este ya estaba andando hacia él.
-Hola, guapo. - dijo el coreógrafo.
-¿Hablas de ti mismo? - contestó el idol tirando de las cuerdas de la sudadera de Hobi. Este iba completamente de negro. Su ropa contrastaba con la camisa clara que Tae había acompañado con un chaleco rojo. Pero al igual que con sus personalidades. Ese contraste hacía que la combinación de ambos fuera perfecta.
El coreógrafo se echó a reír y Tae sintió que se enamoraba un poco más.
-Hobi, siento haberme puesto así antes.
-Está olvidado.
-No, cariño. He pagado contigo mi frustración. Sabes que adoro como eres. Yo...
-Lo sé, Tae. Hablaré con Namjoon, ¿Vale? - puso sus manos en la cintura del idol mientras este asentía - ¿Podemos besarnos ya? No quiero desperdiciar este paisaje...
Taehyung puso una mano en el cuello del coreógrafo acercándose hasta él para unir sus bocas en un beso lento, suave, lleno de perdón y de amor.
…
En el trayecto de bajada, Namjoon no se separó de Yoongi en todo el camino. Incluso cuando este no paraba de decirle que no era un crío y Jin reía ante su comportamiento.
Taehyung y Hobi les seguían de cerca cogidos de la mano. El idol luchando contra las ganas de entrometerse. El coreógrafo tranquilizándolo sin decir una palabra.
Y así, sin decir nada, unos metros más atrás Jungkook y Jimin cerraban la comitiva. Ya se veía la gran casa al final de la colina cuando Jimin pisó una piedra y se dobló el tobillo.
-!Au, au, au! - gimió cojeando.
-¿Estás bien? - el director se acercó a él.
-Me he doblado el tobillo, no es nada.
-¿Puedes andar? Ya casi estamos.
-Creo que sí... ¡ouch! - exclamó en cuanto su pie tocó el suelo – Vale, mejor espero aquí un poco antes de seguir.
Jungkook se dio la vuelta y Jimin se tragó la sensación amarga pensando que iba a marcharse. Pero el director se giró para mirarle y le soltó:
-Venga, a qué esperas, ¡sube! - señaló su propia espalda.
-Jungkook, !que dices!. Solo déjame apoyarme en ti. Además, no podrías conmigo.
-¿Me estás retando? Sube de una vez, cabezón.
Jimin intentó volver a andar y el latigazo de dolor que le subió por la pierna le hizo apretar los dientes. Renegando, subió a la espalda de Jungkook y se enganchó a su cuello. El director empezó de nuevo el camino hacia la casa cargando con Jimin. El bailarín podía notar como se tensaban los músculos de la espalda... y que espalda. Con cada movimiento y roce, todo su cuerpo estaba empezando a emocionarse un poco. Si fuese un omega probablemente estaría mojado. Sacudió la cabeza ante su propio pensamiento.
-¿Todo bien ahí arriba?
-Solo rezando para que alguien no me deje caer.
-No voy a dejarte caer, Jimin.
-No voy a dejarte caer, Jimin – repitió el bailarín con tono burlón. Aunque la frase se convirtió en chillido cuando Jungkook hizo el ademán de hacer justo lo contrario.
La risotada del director fue tan contagiosa que Jimin no tuvo más remedio que unirse. Apenas se había calmado cuando Jungkook le estaba sentando en el balancín que habían compartido ese amanecer.
-No te muevas, vuelvo enseguida.
-Sí, señor. – Los ojos del director se oscurecieron y Jimin no pudo evitar sonrojarse por enésima vez.
¿Por qué todo parecía tener una connotación sexual entre ellos?
Chapter 19: Capítulo 18
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Jungkook fue directamente a la cocina para preparar un poco de hielo para el tobillo del bailarín. Se encontró a Yoongi dormitando en uno de los taburetes.
-Yoongi, ¿Por qué no subes a mi habitación y te echas un rato?
-Pensaba echarme en el sofá.
-Seguro que te despertamos al preparar la comida. Si quieres luego te aviso para que te dé tiempo a asearte.
-Gracias, Jungkook.
-Sin problema.
Terminó de envolver el hielo en un paño mientras el productor musical se marchaba.
…
Yoongi subió las escaleras casi arrastrando los pies. La maldita caminata le había dejado agotado. Se dirigió a la habitación que Jungkook había ganado, pero se detuvo en seco al escuchar gemidos en la puerta del otro lado del pasillo.
Dio un paso más dispuesto a ignorarlo todo cuando la persona volvió a gemir y reconoció la indiscutible voz de Taehyung. Antes de pararse a pensarlo se asomó por la puerta entreabierta y la escena que se encontró hizo que su polla diera un brinco dentro de sus pantalones.
Hobi estaba sentado en un enorme sillón bajo la ventana. Taehyung, sentado sobre él, pero dándole la espalda, arqueándola cada vez que el coreógrafo le pellizcaba uno de sus pezones y con la otra mano le preparaba para él con sus dedos.
Llevó la mirada a la cara del idol cuando gritó mientras Hobi empujaba hacia arriba haciendo que su miembro le penetrara por completo.
Debido a la posición, Yoongi podía ver perfectamente como las piernas de Taehyung temblaban mientras el coreógrafo esperaba a que se adaptara bien a él. Volvió a gemir cuando Hobi retorció ambos pezones esa vez. La cabeza hacia atrás apoyada en el pecho del otro. Yoongi metió la mano en sus pantalones.
Fijó la mirada en el punto en el que la polla de Hobi se entraba y salía del cuerpo de Tae cuando empezó a moverse. El idol abrió las piernas, formando una V con ellas, consiguiendo así que Yoongi tuviese una imagen aún más clara de cómo se lo estaban follando.
-Más fuerte Hobi, estoy cerca – le escuchó murmurar.
Cuando este obedeció al instante el ruido obsceno de sus empujones resonó en la habitación. El productor aceleró los movimientos de su mano al mismo ritmo que Hobi penetraba a Tae sin darle un respiro. Parecía que él también estaba al borde.
Se mordió el labio para no gemir estaba a punto de correrse. Echó un último vistazo a la pareja cuando Hobi gritó el nombre de Tae y le llenaba por completo. Buscó con la mirada al idol y se corrió en el mismo instante en que sus miradas se cruzaron mientras Taehyung empapaba su abdomen con su propio semen. Cuando este sonrió, Yoongi fue consciente de lo que acababa de pasar y se marchó a toda velocidad hacía la habitación de Jungkook.
...
El director se arrodilló frente al balancín para colocar el paño húmedo en el tobillo de Jimin.
- ¿Cómo vas?
-Me molesta, pero estoy bien.
-Esperemos a que se enfríe y a ver si baja la hinchazón. Si sigues teniendo molestias iremos al hospital más cercano.
-Jungkook, no es nada,
-Jimin, eres mi bailarín principal. No puedo dejar que te lesiones.
-Ah, claro. - siseó cuando Jungkook apretó más el hielo sobre su tobillo.
-Eso por decir tonterías – exclamó el director.
-No puedo evitarlo.
-Jimin...
-No, Jungkook – El director le miró. Jimin apartó la mirada – Por favor. No quiero discutir. No quiero pensar en nada. Déjame disfrutar el fin de semana. Te prometo que, si quieres, hablaremos de todo cuando volvamos al set. Solo quiero olvidarme de todo y disfrutar con mis amigos.
- ¿Ahora somos amigos?
-Por algo hay que empezar...
Jungkook sonrió ante las palabras del bailarín.
-Está bien. Hagamos un descanso este par de días. Pero tenemos que hablar.
-Lo prometo – afirmó Jimin.
-Entonces... ¿Tregua? - Jungkook estiró la mano hacia el otro.
-Tregua – confirmó el bailarín apretándole la mano.
…
Jin empezó a preparar la comida bajo la atenta mirada de Namjoon. El productor musical se había ofrecido a ayudar, pero Jin ya sabía que era mejor no aceptar. Se dedicó a disfrutar de los músculos de la espalda del actor mientras trabajaba en la cocina.
-¿Cómo puede ser? - comentó en voz alta.
-¿Qué? - preguntó el actor girando la cabeza para mirarle.
-Que alguien como tú se haya fijado en mí – Jin suspiró al escuchar su respuesta.
-¿Otra vez, Nam? Me gustas por cómo eres y además el sexo es...
-Na na na, no te oigo – exclamó Jungkook entrando en la cocina.
Jin señaló a Namjoon con el cuchillo que llevaba en la mano, el mensaje de “luego hablamos” escrito en gesto.
-Que tu vayas a paso de tortuga con Jimin no significa que todo seamos como así, Jungkookah.
Namjoon rio por lo bajo mientras Jungkook dejaba el paño que había usado en el tobillo de Jimin dentro de la pila.
- ¿Cómo va su tobillo? - preguntó Namjoon.
-Parece que bien. Aun así, voy a ponerle un poco de crema antiinflamatorio y a ponerle una de las vendas que hay en el botiquín de arriba.
-Muy bien, así seguro que llegas a segunda base – bromeó Jin.
-Si tú supieras... - replicó Jungkook mientras salía. Sonrió cuando escuchó el “fantasma” que le lanzó el actor desde la cocina.
…
Yoongi se despertó al escuchar a Jungkook trastear en el cuarto de baño. El director le vio con los ojos abiertos al salir del mismo con todo lo que necesitaba.
-Perdón. Necesitaba unas cosas para Jimin – movió las manos para que el otro viera que llevaba las manos ocupadas.
-Tranquilo.
-Jin ya se ha puesto a preparar algo de comer, así que baja cuando quieras.
-¿Está Namjoon con él? ¡Oh no! – Exclamó cuando Jungkook asintió – Debería ir a ayudarle antes de que él quiera hacerlo y se corte un dedo.
Los dos se echaron a reír mientras Yoongi se levantaba y el director se marchaba en busca de Jimin.
Al salir al pasillo, la puerta de enfrente estaba ahora cerrada por completo. Recordó lo que había pasado un rato antes. Debería sentir vergüenza, pero hacía meses que no se corría con esa fuerza. La mirada de Taehyung mientras llegaba al final le iba ayudar por la noche durante una temporada.
...
Hobi y Tae se miraron al escuchar las voces de Jungkook y Yoongi en la habitación asignada al director. Esperaron a que los dos se fueran para salir ellos de la suya. No querían abrumar a Yoongi.
Cuando el idol le había contado lo que había pasado, además de rabiar porque se lo había perdido, el coreógrafo se dio cuenta de que tendría que tener esa conversación pendiente con Namjoon antes de lo que pensaba. Ambos tenían muchas ganas de Yoongi, pero lo querían hacer bien.
Habían hablado mucho del tema aun sin saber si el productor musical quería estar con ellos, pero ahora que tenían confirmación de que, al menos, se sentía atraído por ellos. Era el momento de entrar en acción.
…
Jimin apretó los dientes mientras Jungkook terminaba de ponerle la venda en el tobillo. El director estaba exagerando, pero no iba a mentir, le encantaba que estuviese cuidando de él. La sensación de nervios en el estómago le estaba enviando señales que su cerebro no quería reconocer. Sin embargo, cuando Jungkook se sentó de nuevo en el balancín y maniobró su cuerpo para colocar el pie herido sobre su regazo, el corazón le dio un vuelco.
-¿Estás cómodo así? - le preguntó el director sin mirarle.
-Sí, gracias – fue una suerte que Jungkook no le estuviera mirando y no notase la expresión de su cara.
Se quedaron en silencio unos minutos, disfrutando de la tranquilidad del campo y de la compañía. Jimin pensó que era la primera vez que estaba tan relajado en la presencia del otro, de hecho, en mucho tiempo.
-Esto es muy relajante, ¿verdad? - rompió el silencio el director.
-Sí que lo es – no por primera vez, al bailarín le golpeó lo sincronizados que estaban incluso en los pensamientos – Me hacía tanta falta...
Jungkook le miró de reojo, Jimin tenía la vista fijada al frente. La curiosidad le comía por dentro, pero habían firmado una tregua que no pensaba romper. Era un gran paso el poder estar los dos juntos sin pelear o echarse cosas en cara. Le gustaba el cambio.
-¿Crees que hay tema entre Yoongi y tus amigos? - soltó el director de repente. Esta vez, fue Jimin el que se giró a mirarle ante el drástico cambio de tema. La sonrisa pícara en la cara del director le hizo echarse a reír.
-Joder que si hay tema. Les conozco y están loquitos por él. Estos dos tontos han estado años sin confesarse sus sentimientos. Ahora que por fin han espabilado, ya no hay quien los pare. A veces voy hacía mi caravana y tengo que irme por las cosas que escucho... ya sabes.
-Uff, no sigas. Como si no fuese bastante con los tortolitos de Jin y Nam. Estamos rodeados. Siempre puedes venir a la mía, ¿sabes? - El bailarín le miró sin entender a qué se refería – A mi caravana, quiero decir. Cuando la tuya esté ocupada... podemos ver una peli o jugar una partida de algo... - su voz fue bajando al ver que Jimin no decía nada – Olvídalo, es una tontería.
Jimin se recuperó del asombro al notar como Jungkook iba perdiendo la confianza.
-Solo si yo elijo la película.
-Hecho.
Justo en ese instante Namjoon asomó la cabeza desde el interior de la casa.
-Venga, que ya está lista la comida.
-Gracias, Nam – contestó el director levantándose. Extendió los brazos hacía Jimin.
-Jungkook, puedo andar – le dijo el bailarín sacudiendo la cabeza, pero sonriendo.
-Al menos déjame que te ayude – le tendió la mano y cuando Jimin la aceptó y se levantó, Jungkook tiro de él y le pegó a su cuerpo cogiéndole de la cintura.
El bailarín no dijo nada, pasó su brazo por el cuello de Jungkook para entrar a la casa sin apoyar el pie. Solo esperaba que el otro no escuchase los latidos de su corazón.
…
La comida se alargó hasta bien entrada la tarde. Parecía que el fiasco de la cena en casa de Jin nunca hubiera pasado y fueran amigos de toda la vida. Las bromas y sobre todo las risas fueron el plato principal.
Decidieron retirar todo y prepararse para una sesión de juegos de mesa, ya que había varios en la cabaña. Eligieron uno de cartas, el Uno. Al fin y al cabo, era solo una excusa para poder empezar a beber.
-Mientras preparáis todo voy a ocuparme de fregar los trastes – comentó Namjoon dirigiéndose ya hacia la cocina.
-¡Te ayudo! - exclamó Hobi que vio la oportunidad perfecta. Antes de que el productor pudiese quejarse, le apretó la mano a Tae por debajo de la mesa, asintió cuando este le devolvió el apretón sin decir nada y se levantó para seguir a Namjoon a la cocina.
-Puedo apañarme solo.
-Lo sé – contestó Hobi – pero quiero ayudarte.
El productor musical no dijo nada más, la tensión palpable entre ellos. Hobi no sabía por dónde empezar. Le daba vueltas en su cabeza a la mejor forma posible de romper el hielo. Al final pensó en que haría Tae y optó por ser honesto. Y directo.
-Me gusta Yoongi. Nos gusta Yoongi – dio énfasis en el “nos”.
El sonido de un plato golpeando el fondo de la pila resonó en la cocina. La mirada que Namjoon le dirigió fue helada. Habitualmente era una persona tan amable que resultaba todavía más duro ver al productor así.
-Ya imagino – dijo Namjoon finalmente, el sarcasmo patente en su voz.
-He estado años enamorado de Taehyung sin decirle nada, ¿sabes? - El otro no dijo nada así que el coreógrado decidió seguir – He perdido años por ser un cobarde. No voy a dejar que eso me vuelva a pasar.
- ¿Y qué tiene eso que ver con que os queráis follar a Yoongi? - Los nervios que Hobi tenía se transformaron en rabia ante la forma despectiva de hablar de Namjoon.
-Una cosa te voy a decir. Te admiro – Namjoon le miró con sorpresa – Proteges a Yoongi como nosotros lo hacemos con Jimin. Y eso dice mucho de la clase de persona que eres.
-Hoseok...
-Pero– le interrumpió – para empezar no me conoces. No nos conoces y no tienes ni idea – Si Tae y yo hubiésemos querido echar un polvo, no estaríamos teniendo esta conversación. Yoongi es mayorcito y no necesita tu permiso, y nosotros menos – Namjoon abrió la boca para protestar, pero la ceja alzada de Hobi le hizo callarse – Pero como queremos hacer las cosas bien es por lo que necesitamos tu ayuda.
Miró al productor esperando una respuesta y cuando este asintió, Hobi siguió hablando. Tenía que sacarlo todo.
-Si algo he aprendido de Jimin, es a detectar cuando alguien está herido. Y lo último que queremos es hacerle daño a Yoongi. Puede que nuestra relación sea reciente, pero Taeyhung y yo nos amamos y es un regalo del destino que los dos nos hayamos sentido atraídos por Yoongi. Por todo Yoongi – añadió para tranquilizar al otro – La verdad, ni siquiera sabemos si él querrá estar con nosotros. Pero lo que tenemos claro es que queremos intentarlo. Hay algo en él, en su aparente seriedad que solo es una coraza. En cómo finge no estar interesado, pero sabes que te está escuchando porque luego recuerda cualquier detalle de lo que le dijiste. En los gestos que hace sin hacer alarde de ellos, como si no fuese importante. Desde traerme un café porque pasa por el estudio y ve que es tarde a coger dos de azúcar para el café, aunque él no toma, porque ya sabe que a Tae le gusta así... es que nos gusta, Namjoon. Cuando está en lo alto y cuando quiere esconderse. Nos gusta. No hay más.
-Joder Hobi – el productor suspiró. Cerró el grifo al terminar con los platos.
Secándose las manos con un trapo se sentó en la mesa de la cocina e hizo un gesto para que el coreógrafo hiciera lo mismo.
-No sé si debería decirte esto. Y no voy a hablar por él porque es asunto suyo, pero creo que como mínimo se siente atraído hacia vosotros – Hobi se forzó a no reaccionar, aunque ya lo sabía. - ¿Recuerdas hace poco cuando estuvo varios días sin querer dejar la caravana? - El coreógrafo asintió – Creo que precisamente fue por vuestra causa.
-Namjoon. Nosotros no...
-Lo sé. No me refiero a que fuese vuestra culpa. Pero el hecho de que le gusten dos personas ha removido cosas del pasado que, obviamente, Yoongi aún no ha superado. - El productor dudó si continuar o no, pero el interés en los ojos de Hobi le hizo darse cuenta de que era necesario. Esperaba que Yoongi le perdonase – En resumen, Yoongi salía con alguien. Él le hacía muy feliz y prácticamente se pasaba media vida en nuestro apartamento. Un día, Yoongi conoció a una chica en una cafetería. En principio fue algo casual, a veces ella se les unía en la cama, pero sobre todo eran ellos dos. Pero, en poco tiempo, los tres empezaron a salir de manera más formal y empezó a enamorarse de ella también. Su relación ya era cosa de tres para todo. Yoongi estaba dispuesto a todo. Hasta que... - hizo una pausa.
-No tienes que contarme nada más– le aseguró Hobi.
-Quiero hacerlo, solo que es muy duro recordar cómo le afectó. Un día llegué de mi estudio y todo estaba a oscuras. Pensaba que no había nadie en casa, hasta que escuché los sollozos. Lo encontré en su habitación, todo estaba destrozado. Yoongi estaba sentado en la cama, en cuanto me vio terminó de romperse. Nunca lo olvidaré. La expresión de su cara... - se le quebró la voz.
Hobi le miró sin decir nada. Estaba claro que estaba siendo muy duro para el productor contarle todo aquello y necesitaba su tiempo para hacerlo.
-Cuando conseguí que se calmase me lo contó cómo pudo. Los otros dos se habían enamorado y querían intentarlo. Sin él.
- ¿Qué? - El coreógrafo no daba crédito.
-Yoongi no ha vuelto a ser el mismo. Al día siguiente el muro ya se había creado. Dijo que estaba bien y se negó a volver a hablar del tema. Pero dejó de dormir bien. Se olvidaba de comer, se quedó en los huesos. Fue la peor época de nuestra vida. Por suerte, la mayor parte del tiempo está bien. Le riño cuando se duerme, pero en el fondo estoy feliz de verlo descansar. Pero, de vez en cuando, la inseguridad le gana y vuelve a cerrarse durante unos días – miró a Hobi directamente a los ojos – No puedo verle volver a pasar por ello. No QUIERO – dijo con énfasis - que vuelva a pasar por ello. Me niego.
-Eso no va a pasar – afirmó Hobi con vehemencia.
-No puedes saberlo.
-Vale, no puedo. Pero tú tampoco lo contrario. ¿Acaso quieres que Yoongi siga solo el resto de su vida? - Namjoon negó con la cabeza – No sé lo que pasará en el futuro. A lo mejor es él quien no quiere nada con nosotros. Pero si hay algo que tenemos claro, es que lo queremos intentar. Por favor, danos una oportunidad. Puedes partirme la cara si le hacemos daño.
Namjoon iba a replicar cuando Jin irrumpió en la cocina junto a Jungkook.
-Tú los chupitos, yo el soju -dijo el idol. El director asintió dirigiéndose al armario de los vasos.
-Nam, cariño. Deja a Hobi en paz y vamos al comedor. Os voy a pegar una paliza a todos.
-¡Ja! Vas a morder el polvo, Kim Seokjin – replicó Jungkook.
-Menos hablar y más demostrar, niñato.
Los dos salieron de la cocina picándose como lo harían dos hermanos mientras los otros dos les miraban sonriendo desde la mesa de la cocina.
-Te partiré la cara – dijo Namjoon, aunque el tono no era amenazante. Había una pequeña sonrisa en su rostro. Por el contrario, la que se formó en la cara de Hobi ante lo que implicaban esas palabras del productor fue tan grande que Namjoon pensó que no se arrepentiría de haber sido tan sincero.
Al final la película de Jungkook les iba a cambiar la vida a todos.
...
Hobi y Namjoon entraron al comedor y vieron que la mesa ya estaba preparada con las cartas y las sillas para los siete. Namjoon se sentó en la silla vacía junto a Jin. Hobi hizo lo mismo al lado de Tae, que estaba sentado con Yoongi. Jimin estaba cerca de Jungkook con el que estaba discutiendo que estaba bien para poder beber.
Al productor no le pasó desapercibido la forma en la que la cara de Tae se iluminaba cuando Hobi asintió con la cabeza mientras sonreía abiertamente. Tampoco la forma en la que su amigo les miraba en la silla de al lado. Se echó atrás en la silla, terminando de relajarse.
-Cada vez que alguien diga Uno, ¡Chupito! - exclamó Jin.
-Pero para eso aún falta mucho... - replicó Jimin.
-¿Estás seguro? - el bailarín le miró con el ceño fruncido - ¿A qué vamos a jugar? - preguntó el idol.
-¿Al Uno? - contestó de forma interrogante.
-¡Chupito! - gritó el idol pasando la botella de soju para que todos llenasen sus vasos.
Todos se echaron a reír. La fiesta acababa de empezar.
Chapter 20: Capítulo 19
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Habían dejado de jugar al Uno para evitar que Jin y Jungkook llegasen a las manos después de que el director ganase 3 partidas seguidas. Las botellas de Soju se vaciaban rápidamente.
Jimin había dejado de beber cuando empezó a sentirse mareado. No quería que Diminie volviese a salir a pasear delante de los demás, de Jungkook, sobre todo. No habían parado de buscarse durante toda la tarde. Cuando no era el director el que chocaba sus hombros o rozaba su brazo, era él mismo el que se lanzaba sobre él mientras reía. De hecho, había impedido que acabase con su culo en el suelo en uno de los ataques de risa al sujetarle de la cintura. El escalofrío que había recorrido su cuerpo había sido tan fuerte que Jungkook le preguntó si tenía frío. Negó con la cabeza, agradeciendo que el alcohol que todos habían consumido disimulara el color de sus mejillas.
El que no tenía problemas de vergüenza era Jin, quien se había colocado en el regazo de Namjoon poniendo morritos tras perder la última partida, y no se había movido de allí desde entonces.
Sonrió al posar la vista en sus amigos, las miradas de complicidad con Yoongi eran más que obvias. Como lo era el que fuese lo que fuese lo que preocupaba a Namjoon, Hobi lo había arreglado. Tomó nota mental de tener una conversación con ellos cuando volvieran al set. Pero estaba feliz por ellos. Estaba feliz en general.
-Joder. Estoy feliz – exclamó en voz alta sin darse cuenta. Para su suerte, el escándalo alrededor de la mesa hizo que pasase desapercibido. Excepto para la persona que estaba pendiente de él, claro.
-Me alegro – respondió Jungkook, sobresaltándolo. Lo miró y se echó a reír al ver la sonrisa de bobalicón del director. Los ojos le brillaban por el alcohol – Porque un poco es por mí, ¿verdad, Jiminssi?
Pronunció esa última pregunta bajando la voz y acercándose a su oído. Jimin forzó su cuerpo a no estremecerse de nuevo. Asintió y los dientes de conejito de Jungkook hicieron su aparición. Adorable, pensó Jimin y apartó la mirada en cuanto fue consciente de ese pensamiento. Aun así, notó la mirada de satisfacción del director, quien apoyó su brazo en el respaldo de la silla de Jimin, acercándose aún más a él.
…
Yoongi fue asignado como chef de la barbacoa ya que, junto a Namjoon, era el que más sobrio estaba. Jin protestó hasta que lo nombraron jefe de las pinzas para la carne y se colocó junto a la parrilla sonriendo y abriendo y cerrando dichas pinzas sin parar.
Hobi y el director, que estaban contentos, pero no sabían si debían asistir a Yoongi en lo que fuese necesario. Jimin quería ayudar, pero Jungkook, de nuevo, le dijo que nada de apoyar el pie hasta comprobar al día siguiente que de verdad no tenía nada malo, así que se sentó en una de las sillas con una cerveza en la mano, arrastrando con él a un Tae que lo más cerca que había estado de cocinar era hacer ramen instantáneo. Namjoon cogió una cerveza y se sentó junto a ellos, sorprendiéndolos.
-Al final, ser torpe tiene sus ventajas – comentó el productor dándole un tragó a su botellín mientras los otros dos reían.
- ¡Por los torpes! - exclamó Tae haciendo chocar sus cervezas. Jimin negó con la cabeza, apartando la suya.
-Hablad por vosotros, yo soy completamente capaz de preparar una barbacoa.
-Pero tu caballero andante no te deja, así que estás en el Team Desterrados. ¡Por los desterrados! - chilló Tae mientras Namjoon chocaba de nuevo la cerveza con él. A Jimin no le quedó más remedio que unirse entre risas.
…
Contra todo pronóstico, la preparación de la cena terminó sin ningún incidente.
Por supuesto, Jungkook le puso el plato delante a Jimin para que no tuviese que ir a por él, aprovechando para sentarse de nuevo a su lado. El gesto llenó de calor al bailarín. No iba a admitirlo, pero le encantaba la forma en la que seguía pendiente de él a pesar de la bebida.
Yoongi mostró su lado chulesco sonriendo con suficiencia cuando lo felicitaron por lo deliciosa que estaba la carne. El ambiente era completamente desenfadado. Se sentía bien. Al principio pensó que no iba a poder mirar a Hobi y Tae a la cara tras lo que había visto. No se dio cuenta de lo mucho que necesitaba el apoyo de Namjoon, hasta que después de salir de la cocina, había notado cómo cambiaba su comportamiento con los otros dos. Tenía miedo, pero quería dejarse llevar.
-¡Deberíamos montar un grupo! - exclamó Jin de repente.
-Qué pereza... -renegó Yoongi.
-Si hacemos un grupo que no baile, ¿te apuntas? - le replicó el actor.
-¿Un grupo sin coreografías? ¡Me niego! - soltó entonces Jimin.
-Pues baila tú.
-Pues bailo yo – Jimin le sacó la lengua a Yoongi.
-Aún no hemos montado el grupo y ya estamos discutiendo – Namjoon sacudió la cabeza.
-¡Ha sido él! - exclamaron los dos a la vez haciendo que el resto estallara en carcajadas.
-De todas formas, seguro que no habríamos triunfado. No tenemos una gran compañía detrás – aportó Tae.
-Acabamos de disolver el grupo más corto de la historia – comentó Jungkook y las risas volvieron a recorrer la mesa.
…
Ya era bien entrada la noche cuando Yoongi forzaba su cuello a quedarse recto, fallando en el intento. Cuando se sobresaltó a sí mismo tras casi quedarse dormido, decidió que era hora de irse a la cama. Habían entrado al salón para terminar la noche viendo una película cuando había empezado a refrescar, había demasiada humedad.
-Yoongi, deberías irte a dormir – le comentó Namjoon – Yo también voy a llevar a Jin a la cama en cuanto acabe– Señaló con la cabeza al actor quien, a su lado, estaba haciendo un pulso con Jungkook que ninguno de los dos ganaba porque no paraban de reírse y tenían que volver a empezar. Sin hacer ni caso a la película que habían puesto.
-Nah, si ocupo el sofá se acabará la noche. No quiero estropear la diversión a los demás.
-Puedes dormir en mi cama – soltó Jungkook sin pensar. Levantó la mirada cuando se dio cuenta del silencio en la habitación – Si a Jimin no le importa, claro. Solo lo digo para que no tengas que esperar... bueno... que podemos irnos todos si quieres... yo solo...
-No me importa – respondió Jimin para salvarle de su miseria.
-¡Claro que no! ¡Ouch! - exclamó Hobi cuando Jimin le dio un codazo.
-¿Seguro? - preguntó Yoongi.
-Seguro. - la respuesta de Jimin no dejaba lugar a dudas. Jungkook lo miró y le sonrió. El bailarín le devolvió la sonrisa antes de desviar la mirada. No se sentía tan seguro como había querido expresar, pero se moría por compartir el sofá con el director.
-Pues, buenas noches. - finalizó el productor musical. Estaba agotado, y además no quería que fuesen a quitar la tele antes de acabar y fastidiar el momento a Jungkook y Jimin. Estaba claro que querían dormir juntos.
…
Poco más de media hora después, la película a la que nadie había hecho caso terminó. A lo mejor había sido un error poner la tele después de todo el día comiendo y bebiendo. Pero también les había venido bien el relax. Estaban agotados.
Entre todos recogieron las botellas y vasos vacíos. Menos Jimin, al que el director le había prohibido hacer nada por lo que fue al pequeño aseo que había en la planta para prepararse para dormir.
Los demás ya se habían marchado cuando salió. Jungkook miraba el sofá con la mirada perdida. Jimin iba a preguntarle lo que pasaba cuando de repente el director exclamó:
- ¡Mierda!
- ¿Qué pasa? - preguntó Jimin bajito. Pensaba que quizá el director se había arrepentido.
-Mi pijama está arriba.
-Oh. - Jungkook arqueó una ceja ante el elocuente comentario de Jimin. - Puedes dormir con la camiseta – añadió el bailarín intentando aparentar indiferencia. Llevaba mirando los brazos del director desde que este se había quitado la sudadera hacía unas horas. Y qué brazos...
- ¿Estás seguro? - le preguntó el director.
-Jungkook, has estado dentro de mí. Si me asustara el hecho de que duermas a mi lado sería algo muy curioso – se echó a reír cuando el director se sonrojó al recordar aquel día. Jimin aprovechó para meterse bajo las mantas y dar unos toques con la mano en el lado vacío. La sonrisa volvió a la cara de Jungkook.
El director se quitó los pantalones y se metió en el sofá. No era pequeño, pero tampoco dejaba mucho espacio. Jimin se dio cuenta de que el otro estaba completamente rígido, así que se tumbó y se giró para dejarle más espacio, quizá el director no quería estar tan cerca.
Su corazón empezó a acelerarse cuando Jungkook se movió con él para pegarse a él, convirtiéndolo en la cucharilla pequeña. En un impulso, Jimin se echó hacía atrás pegando su culo a la entrepierna del director. El sonido que este hizo al contener el aliento resonando en la casa, ahora silenciosa.
-Jimin... - el bailarín tuvo que ahogar un gemido al notar el aliento de Jungkook en su nuca. Sus labios rozando su piel. Lo volvía loco.
-Jungkook... - contestó, retándolo. Por si no quedaba claro, volvió a echarse hacia atrás. El director ya estaba semi duro. Le encantó saber que estaban igual de afectados.
-Estás jugando con fuego...
-Uy, qué miedo. - volvió a rozarse contra él, lentamente. Sonrió al notar la polla de Jungkook crecer dentro de su ropa interior.
-Había olvidado que nunca te callas.
-Lo haría si alguien no fuese un...
La frase se quedó a medias cuando Jungkook se alejó de él. Iba a darse la vuelta para disculparse cuando Jungkook volvió a pegarse a él para meter directamente la mano dentro de su pijama.
-!Joder¡ – exclamó. Estaba casi igual de duro que el director solo por haberlo provocado.
-No podemos, que estás lesionado – Jimin quiso reír, pero Jungkook pasó el pulgar por su polla, esparciendo la humedad por toda la superficie para empezar a acariciarlo despacio. El bailarín acompasó los movimientos de su culo con la mano del director para que los dos se estimulasen a la vez.
-Más rápido, por favor... -
-¿Ves qué fácil es ser un poco educado? - se burló el director ante la desesperación de Jimin. Antes de que pudiese replicar, apretó el miembro del bailarín con más fuerza mientras obedecía a su petición y aceleraba al máximo sus movimientos.
Tras la sorpresa inicial, Jimin empezó a mover su pelvis más rápido para volver a igualar sus movimientos. No quería ser el único en correrse. Echó la cabeza hacía atrás, gimiendo cuando Jungkook aprovechó para dejar pequeños mordiscos en su cuello.
-Estoy a punto...
-Córrete, Jiminssi – le susurró el director al oído. Como si ese fuera el último empujón que le faltaba, se mordió el labio mientras manchaba la mano de Jungkook que siguió moviéndose hasta que Jimin se apartó de él para huir de la sensibilidad. El gemido del director le hizo recordar que este aún no había terminado.
Aprovechando el espacio que se había creado entre ellos, se movió para bajar sus pantalones y ropa interior lo justo para que su trasero quedase al descubierto.
Cogió la mano de Jungkook y la llevó hasta su propio estómago, apoyando la suya encima para que no pudiese alejarse. Su estómago se manchó con su propio semen, pero le dio igual. Su único objetivo era hacer que Jungkook se corriese también.
Se pegó de nuevo a su entrepierna y empezó a moverse rápidamente, esta vez sin alejar su culo del cuerpo de Jungkook. Perdió el ritmo durante un segundo cuando Jungkook entrelazó los dedos de sus manos. Un gesto que le pareció lo más íntimo de toda la situación.
-Jimin... - Jungkook volvió a decir su nombre, la desesperación enredada en su voz – ¿Qué estás haciendo conmigo? Jiminssi…
La forma en la que el director pronunciaba su nombre hizo que la polla de Jimin quisiese volver a la vida. El bailarín sintió como el director presionaba sus manos deshaciendo, aún más si cabe, la distancia entre sus cuerpos. Sintió a Jungkook palpitar contra su culo justo antes de notar la humedad sobre su piel. El director se había corrido sin sacar su miembro de los calzoncillos.
Jimin notó como el otro se levantaba, pero estaba demasiado cansado para girarse. Notó el sofá hundirse otra vez y el director le hizo ponerse boca arriba para limpiarle el estómago y toda su entrepierna.
El bailarín vio la mancha en la ropa interior de Jungkook y se sintió culpable.
-Hay unos calzoncillos en el bolsillo de mi maleta. No duermas incómodo.
-Vaya, vaya, ¿Así que el truco para que te preocupes por mí es hacer que te corras? - la sorna en la voz del director provocó al bailarín.
-Si quieres dormir con tus calzoncillos manchados como un adolescente pajillero tú mismo.
-Pues sí que dura poco la luna de miel...
-¡Cállate, Jeon!
El director soltó una carcajada y tras cambiarse se metió en el sofá cama. Por supuesto, el bailarín había vuelto a darle la espalda. Así que no le quedó más remedio que pegarse a él de nuevo. Jimin no dijo nada.
-¿Qué tal el tobillo?
-Estoy bien. Duérmete, director – Jungkook se rio de nuevo.
-Buenas noches, Jiminssi.
El bailarín no replicó. Por alguna razón, el brazo de Jungkook rodeándolo de nuevo le daba una tranquilidad a la que no estaba acostumbrado. Se encontró deslizándose hacía el descanso antes de lo que esperaba.
-Buenas noches, Jeon.
La satisfacción que le invadió al notar como el director sonreía a su espalda fue lo último que sintió antes de quedarse dormido.
Chapter 21: Capítulo 20
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Jimin despertó completamente relajado. La luz del ventanal golpeándolo en la cara. ¿Ya era de día? La noche que llegaron a la cabaña, cuando había dormido con Yoongi, no había parado de dar vueltas. No es que estuviera incómodo, pero tenía miedo de tener una de sus pesadillas. Por eso le había dado tiempo a ver amanecer con Jungkook...
Los recuerdos de la noche anterior aparecieron en su mente y se dio la vuelta para darse cuenta de que el otro lado del sofá cama estaba vacío. Mientras rumiaba si debía sentirse decepcionado o no, el director que ocupaba sus pensamientos le quitó la opción.
-Venía a despertarte – le dijo Jungkook, alargándole una taza de café – No hay vainilla, pero te he puesto doble de azúcar – añadió pasándose la mano por la nuca.
-Si está es tu idea de desayuno en la cama, vaya birria – Su frase hubiera tenido más fuerza si no hubiese soltado un suspiro de placer tras dar el primer sorbo.
- ¿Alguna vez me vas a dar una tregua? - Jimin negó con la cabeza - ¿Ni siquiera en nuestra primera cita?
Jungkook se echó a reír cuando el bailarín casi escupió el trago de café al escucharlo.
- ¿Qué?
-Verás, Jimin. Una cita es cuando dos personas que tienen química quedan y cenan y... - movió las dos cejas arriba y abajo.
-Ya sé lo que es una cita, Jungkook – escondió su sonrisa tras la taza - ¿Tú y yo?
-Bueno, si quieres invitar a alguien más en plan Tae y Hobi...
-No, gracias. - La sonrisa se borró de la cara del director, Jimin se dio cuenta de que Jungkook pensaba que se refería a la cita – No a invitar a nadie. Sí a la cita. - rectificó.
Antes de que pudiesen decir nada más, Jin asomó la cabeza desde la cocina:
-Jungkook, ¿has despertado ya a.…? - se interrumpió al ver que sí, Jimin ya estaba despierto – Pues venga, a desayunar. ¿Qué haces ahí plantado sonriendo como un idiota?
El director se dio la vuelta para marcharse hacía la cocina, no sin que Jimin notase el rubor en sus mejillas. Pero no dijo nada.
-Y tú – le chilló Jin – A desayunar, ¡ya!
-Señor, sí señor – replicó mientras se levantaba. Apoyó el pie y sonrió al ver que no le dolía nada.
…
Aprovecharon el buen día que hacía para hacerse algunas fotos todos juntos en los exteriores de la cabaña. Iban a tardar mucho en poder volver a disfrutar así de la naturaleza.
Tras un almuerzo tardío, se repartieron en los coches tal y como lo habían hecho dos días antes y tomaron rumbo al set de rodaje.
Por razones obvias, el ambiente en el coche del director era mucho mejor que la vez anterior. Aunque iban en silencio no había un ápice de incomodidad. Jungkook pensó que Jimin debía haberles contado a sus amigos sobre su tregua. Y su futura cita.
Estaba claro que no había secretos entre esos tres. Sin saberlo, Taehyung confirmó los pensamientos del director cuando soltó de repente:
-Yoongi nos vio follando ayer. Nos corrimos a la vez.
- ¡Taehyung! - exclamaron a la vez Hobi y Jimin. Jungkook no pudo hacer otra cosa que echarse a reír.
-Solo quería acabar con este silencio. Además, Jungkook tiene que empezar a acostumbrarse a nosotros si ahora va a estar cerca. ¿No?
Jimin observó de reojo a Jungkook. Sus mejillas coloradas. Por supuesto su soulmate no había encontrado un tema para romper el hielo que no fuese el sexo. Aun así, le calentaba el interior el hecho de que estuviesen dispuestos a darle una oportunidad al director sin más rodeos.
-Doy por hecho que Namjoon no lo sabe puesto que seguís vivos – aportó el director, mirándolos por el espejo retrovisor. Sonrió cuando Tae le sacó la lengua en el reflejo.
-Pues se equivoca en parte, señor director. Aquí mi novio tuvo una charla de hombre a hombre con el guardaespaldas de Yoongi y consiguió su aprobación. Pero no, no entramos en detalles sexuales porque no es un tema adecuado para romper el hielo.
- ¿Pero si lo es conmigo? - contraatacó Jungkook.
-Bueno, como sabemos de quién es la ropa interior que llevas puesta hoy, pensamos que...
-Kim Taehyung, voy a matarte – Jimin se giró dispuesto a enfrentarse a su pronto ex soulmate cuando el director posó su mano sobre su muslo. Se tensó durante un segundo para luego relajarse y volver a sentarse correctamente. Ya se lo explicaría todo bien a ese bocazas cuando llegaran al set.
-Esto... ¿y qué plan de rodaje hay para esta semana? - preguntó Hobi para desviar el tema a algo más formal.
Jungkook les explicó lo que tenía pensado con mucho entusiasmo. Jimin lo observaba, admirando su perfil y su pasión al hablar de su trabajo. La mano del director no se movió de su lugar sobre el muslo de Jimin.
En el otro coche, se estaba tocando prácticamente el mismo tema, pero de una forma completamente distinta.
-Tengo que reconocer que Hobi tiene valor – aportó Jin – Tal y como los tratabas, a mí me habría dado miedo acercarme a ti.
-No era para tanto – se defendió Namjoon.
- ¿Qué no? Pensaba que te había abducido el espíritu de Jungkook cuando empezó el rodaje.
Los tres rieron ante el comentario del actor. Hasta Namjoon tuvo que rendirse a la evidencia.
-¿Y qué piensas hacer, Yoongi? - preguntó.
-No sé, yo...
-No tienes que contestar. Soy un cotilla, perdona – añadió Jin al verlo dudar.
-Puedes decir lo que sea Yoongi. Puede que reniegue, pero siempre respetaré tus decisiones.
-Oh Namjoonie, eres tan tierno.
El comentario del actor hizo que el coche volviera a llenarse de carcajadas. Era único relajando el ambiente.
-No voy a hacer nada – contestó Yoongi finalmente.
-Pero...
-No es eso, Nam. Pero ellos tienen una relación, cosa que no me interesa. Ahora ya saben que hay atracción mutua, así que creo que la pelota está en su tejado. Si algo así encaja con lo suyo y me buscan, puede que me deje llevar... pero nada más que sexo.
- ¿Has hablado con ellos del tema? - Namjoon lo dudaba.
-Que va – confirmó Yoongi.
-Pues deberías. No quiero que sufras, los mataré si te hacen daño, pero tampoco quiero que tú les hagas daño. La comunicación es la clave en cualquier relación, no quiero imaginar en una de tres...
-Además – añadió Jin - ¿Cómo estás tan seguro de que saben que te atraen? Que tú les atraes a ellos no hace falta que lo digan...
Yoongi no respondió. Namjoon se giró para mirarlo y sus ojos se abrieron como platos al ver que este, no solo era incapaz de devolverle la mirada si no que estaba completamente sonrojado.
- ¡Oh dios mío! - exclamó, sobresaltando a Jin.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué me he perdido?
-No es lo que crees, Nam.
El aludido se dio la vuelta para volver a mirar al frente y cruzó los brazos.
-Ya.
- ¿Alguien que me ponga al día? ¿Hola? - Jin intentaba volver a relajar el ambiente. Por suerte, Yoongi se apiadó de él.
-Namjoon cree que me he acostado con ellos. Y no lo he hecho – añadió cuando vio que su amigo iba a protestar – Solo puede que...
- ¿Qué qué? - exclamó Jin totalmente intrigado.
-Puede que los viese hacerlo a través de la puerta. Y puede que me tocase. Y también puede que Tae me viese.
-Joder Yoongi. - exclamó Namjoon.
-Ahora entiendo porque Hobi tenía tanta seguridad. ¡Así cualquiera! - La risotada de Jin obligó a los otros dos a sonreír.
Yoongi miró a Namjoon, quien seguía mirando al frente. Puso una mano sobre su hombro
-Nam...
-Solo ten cuidado, ¿sí? - posó su mano sobre la de Yoongi, dándole un ligero apretón.
El productor musical no dijo nada, solo devolvió el apretón y se echó hacía atrás en su asiento. Sabía que Namjoon solo intentaba evitar que volviese a sufrir como en el pasado. Pero Yoongi estaba convencido de que eso no iba a pasar. No iba a mentir, tenía ganas de ver a dónde los llevaba esta situación. Pero lo tenía clarísimo. Sin ataduras.
…
Jimin cerró la puerta de la caravana e inmediatamente se sentó en el suelo, pegando las piernas a su pecho. Ni siquiera podía llorar. Se sentía tan vacío que no tenía fuerzas ni para eso.
10 años. Llevaba 10 años fortaleciendo ese muro que había creado en su juventud. Un insulto. Un ladrillo. Un empujón. Un ladrillo. Y a seguir peleando. Hasta que Gong Yoo había llegado con su martillo y lo había reventado. Jimin lo había intentado recomponer, pero algunos ladrillos simplemente ya no encajaban.
Una vez, una sola vez en esos diez años alguien se había acercado. Y lo peor de todo es que no había necesitado un arma para acabar con él. Con un soplo, Jungkook lo había derribado todo como si fuese un castillo de naipes. Ya no quedaba nada. Era hora de rendirse.
Apoyó la cabeza contra la pared y miró al techo. No quería pensar en ello. Pero era inevitable. En el momento en que había reconocido a Gong Yoo junto a un visiblemente afectado Taemin en el aparcamiento, no tuvo tiempo ni de pensarlo. Había tenido que enfrentarse a él, y como siempre Jungkook lo había dejado solo.
*Un rato antes en el aparcamiento del set*
-Park Jimin, siempre un placer verte – soltó Gong Yoo en cuanto el bailarín se colocó entre él y un tembloroso Taemin.
- ¿Estás bien? - le preguntó ignorando al otro. Taemin miró a Gong Yoo con los ojos llenos de miedo y asintió. Pero estaba claro que había sido una pregunta absurda. Céntrate Jimin.
- ¿No vas a saludarme? Ya sabes que los amigos de Jungkook son mis amigos.
-No lo metas en esto– gruñó. No pensaba dejar que metiese al director en esto.
Gong Yoo se echó a reír. Por el rabillo de ojo vio que el nombrado se acercaba a ellos.
-Joder, Jimin. Siempre tan fácil. Un polvo contra los espejos de la sala de ensayo y ya lo estás protegiendo. Sí que debe ser bueno.
Jimin se encogió como si alguien le hubiese dado un puñetazo. La cuestión era que lo había sentido como uno. Solo el director podía haberle dado esa información a Gong Yoo.
- ¿Qué coño está pasando aquí? - preguntó Jungkook al llegar a su lado.
-Oh, Jungkookah. Estaba hablando con Taemin mientras te esperábamos y Jimin ha llegado como un loco a meterse. Pensaba que después de tantos años habría cambiado. Y ya veo que no. Como si no me hubiese hecho suficiente daño.
Jungkook observó a su mentor. Era verdad que lo había visto sufrir más de una vez por la historia con el bailarín. Pero esos recuerdos no encajaban con el Jimin que ahora sí conocía. No sabía qué pensar.
-Eres un hijo de puta – La exclamación del bailarín sorprendió a Jungkook.
-Jimin, vámonos. - Taemin puso la mano en su brazo y tiró de él para marcharse del aparcamiento.
-Taemin, tú sabes que yo solo me preocupo por ti. No quiero que nadie te meta ideas y te perjudique – Gong Yoo dio un paso hacia ellos con cara compungida. A Jimin le dio asco lo bien que era capaz de fingir.
- ¡No te acerques a él! - gritó, volviendo a interponerse – Jungkook - El bailarín no dijo nada más, pero sus ojos llenos de dolor se posaron en los del director. Necesitaba su apoyo.
El grito de Jimin había dejado a Jungkook petrificado. Lo había visto enfadado, pero nunca hablar con esa rabia. ¿Qué demonios se estaba perdiendo? Solo reaccionó cuando vio como Jimin se daba la vuelta y se marchaba de allí, llevándose a Taemin con él.
-¡Jimin, espera! - intentó seguirlos, pero Gong Yoo paró su avance cogiéndolo del brazo.
-Déjalo ir. Tengo algo mucho más importante que decirte.
Jungkook se rindió. Pensó que sería buena idea escuchar lo que su mentor tenía que contarle antes de hablar con Jimin de todo eso. Algo no encajaba con lo que creía que era la verdad desde hacía 10 años.
Iba a averiguarlo costase lo que costase.
***
No sabía cuánto tiempo llevaba sentado en el suelo desde que había vuelto a su caravana tras hablar con Taemin. Les había dicho a unos preocupados Tae y Hobi que necesitaba tiempo para estar solo. El sonido del teléfono lo sacó de sus pensamientos.
Abrió la notificación y lo cerró en cuanto vio el titular y la foto.
Era una suerte que ya se hubiese rendido o eso le habría afectado. Ahora le daba igual.
La lágrima solitaria que rodó por su mejilla demostraba lo contrario a esos pensamientos. Jimin reprimió los sentimientos en su interior. Ahora no tenía tiempo para eso, tenía una película que rodar.
Todo estaba bien.
Chapter 22: Capítulo 21
Notes:
WARNING:
Tengo que advertir que hay una escena non-con (de Taemin) en la parte del flashback que empieza aquí:
*Unos meses antes del inicio del rodaje de Black Swan*.
Si a alguien le puede resultar desagradable puede saltarla y volver a leer a partir de los tres asteriscos ***
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Jungkook le hizo un gesto a su mentor para que se sentase en el sofá. Fue hacia la pequeña nevera para sacar una botella de agua y ganar algo de tiempo. La cabeza le iba a explotar. Venían tan relajados en el coche hasta que Jimin se había bajado de repente sin decir nada. Ni siquiera había apagado el motor del coche cuando el bailarín se había marchado corriendo.
Bajó del coche, preocupado. Se quedó helado cuando vio a Jimin hablando con Gong Yoo. Taemin escondido detrás de él. Solo Gong Yoo aparentaba no estar alterado mientras charlaba con el bailarín.
Estaba desconcertado ante el comportamiento de ambos. Cuando Jimin insultó a su mentor y este se dirigía a Taemin, el tono de condescendencia de Gong Yoo le dio repelús. Taemin temblaba y parecía a punto de llorar. Su cuerpo escondido detrás de la postura amenazante de Jimin.
En el momento en el que el bailarín gritó y luego dijo su nombre, Jungkook cortocircuitó. El Jimin que tenía delante no era el Jimin con el que había pasado el fin de semana. El mentor que tenía ante él no era la persona que lo había cuidado y enseñado. Y la cagó.
Quiso reaccionar, pero Jimin ya se había marchado con Taemin. Gong Yoo lo retuvo y el director pensó que era mejor tratar el tema con su mentor antes de aclarar las cosas con Jimin.
- ¿Sabes que pienso, Jungkookah? Deberías deshacerte de Park. ¿No has visto los problemas que tiene? Qué miedo. Un director de verdad pondría orden. Si necesitas mi ayuda...
Jungkook no sabía qué pensar. Estaba bloqueado.
-Ya sabes cómo son de ambiciosos esos bailarines. Taemin me amenazó con inventarse que lo acosaba, por eso te pedí que lo metieses en esta película. Estoy seguro de que Jimin está detrás de todo esto. Quizá ese fue su plan desde el principio. No lo ves porque te tiene...
-Eso es imposible – interrumpió el director. Ahora que por fin estaba abriendo los ojos, veía a su mentor bajo otra luz.
-Jungkookah. A mí también me engañaron. No te avergüences. Te dije que no estabas preparado para volar solo. Me necesitas. Yo puedo ayudarte a sacar esta película adelante.
- ¡Cállate, joder! - Si al director le quedaba alguna duda de la verdadera naturaleza de su mentor, la forma en la que su cara se transfiguró cuando se enfrentó a él la despejó. Se recompuso enseguida, pero Jungkook ya había visto la rabia en su rostro. ¿Cómo podía haber sido tan idiota?
- ¿Ves? Nunca hubieses usado ese tono conmigo antes de que apareciese en tu vida. Sé que es un buen polvo, pero te estás pasando...
Jungkook le cogió de la chaqueta y lo levantó del sofá.
-Si vuelves a hablar así de Jimin no sé de lo que puedo ser capaz.
-Jungkookah... – Por primera vez en su vida, el director vio el miedo en los ojos de su mentor.
-Dime la verdad. Por favor. - Lo soltó y se pasó las manos por la cara. Necesitaba un gesto que le demostrase que Gong Yoo podía recapacitar. Que se podía arreglar. No dijo nada.
-Vete. - Esta vez el tono del director era tranquilo.
- ¿Qué? Jungkookah... - repitió.
- ¡Que te largues! No puedo con esto ahora mismo.
Se dirigió a la caravana y abrió la puerta con fuerza. El otro no se movió. Lo miraba con incredulidad.
-Si no te vas de una vez, te juro por Dios...
-Jungkook – el tono frío de Gong Yoo le hizo mirarlo – Si me marcho, esto no va a quedar así.
El director hizo un gesto con los dos brazos señalando la salida con sus manos.
El semblante de Gong Yoo se endureció. Sin decir una palabra más salió de la caravana sin mirar atrás. Jungkook lo vio sacar el móvil. Obviamente desde su posición no pudo ver como su mentor escribía:
“Publícalo. Ya.”
Cerró la puerta de su caravana y se sentó en su sofá. Estaba agotado. Toda su vida se acababa de derrumbar. Algo no encajaba. Aunque Gong Yoo mintiese. Aunque Taemin mintiese. Él los había visto besarse. Faltaban piezas. Cogió el móvil para hablar con Jimin y vio que tenía una notificación. Una maldición salió de su boca cuando vio las fotos. Jimin y él en el balancín del porche. Los dos bajo la manta. Él arrodillado frente a Jimin. Era cuando le había estado tratando el tobillo, pero casi parecía que le estaba pidiendo matrimonio.
Tenía que buscar al bailarín.
…
Lee Taemin siempre quiso ser bailarín. Bueno, pasó una época mientras crecía en Dongbong-gu en la que quiso ser piloto. Hasta que un día vio un vídeo de Michael Jackson en sexto grado y lo vio claro. Su familia lo apoyaba, a pesar de que su hermano mayor se burlaba cuando él se aprendía los pasos para repetirlos en la intimidad de su habitación. Era muy joven cuando llegó a Seúl persiguiendo su sueño. Quizá demasiado.
Muy pronto se dio cuenta de que conseguir su sueño no era algo tan fácil. La soledad, la feroz competencia. No quería rendirse, pero cada vez era más duro seguir luchando. Hasta que conoció a Gong Yoo.
El famoso director tenía todo lo que él sentía que le faltaba. Imponía con su sola presencia, emanaba seguridad. Taemin solo se sentía así sobre un escenario. Y ahora también le habían quitado eso.
*Unos meses antes del inicio del rodaje de Black Swan*
“-Que sí, mamá. Es un rodaje importante, claro que me van a dar de comer” - Taemin sonreía mientras intentaba que su madre dejara de preocuparse por lo delgado que estaba. No podía decirle que después de meses de alimentarse de ramen instantáneo solamente, por fin había conseguido un trabajo importante. Si el vídeo le salía bien, podría ser su gran oportunidad.
Tras hablar con sus padres unos minutos más, colgó para estar descansado al día siguiente.
Llegó al set de rodaje casi media hora antes de lo acordado, pero estaba tan emocionado que no pudo evitarlo. Se sintió aliviado cuando vio llegar al personal de vestuario y maquillaje.
Estaba ya preparado, estirando mientras esperaba para empezar el rodaje cuando Gong Yoo lo llamó a su despacho para ultimar unos detalles.
-Señor Yoo, quería darle las gracias una vez más por esta oportunidad.
-Taemin, te he dicho mil veces que puedes tutearme. Ven, siéntate – El director palmeó el asiento libre del pequeño sofá de terciopelo que tenía en su despacho. El bailarín no dudó en sentarse junto a él. -He estado pensando que podrías llegar lejos… con mi ayuda, claro. – Gong Yoo posó su mano sobre la pierna del bailarín mientras hablaba y simplemente la dejó allí.
- ¿Sí? – Su entusiasmo había ido disminuyendo mientras Gong Yoo hablaba. Miró la mano del director en su pierna. Al principio no le dio importancia, pero empezó a ponerse nervioso a medida que iba subiendo sobre su muslo. Los nervios que ya sentía se agarrotaron en su estómago cuando el director se echó hacia atrás en el sofá y lo arrastró con él. Intentó incorporarse.
-Taemin – La voz era firme pero la mano que le cogió de la barbilla para girar su cara era suave. Estaba petrificado. Antes de que el miedo que lo atenazaba lo dejase reaccionar, Gong Yoo lo estaba besando.
- Creo que ha habido un malentendido – dijo cuándo pudo reaccionar. La voz le temblaba tanto como las manos. Notaba el corazón saltando en su pecho.
- A lo mejor eres tú el que no lo ha entendido. Creía que querías triunfar…
-Sí, pero…
- No pensarás que los directores como yo le damos una oportunidad a gente como tú, así como así, ¿no?
Negó con la cabeza ante la afirmación del otro.
-Sí no te interesa puedes marcharte. Tengo una lista de candidatos, probablemente mejor preparados, dispuestos a todo para ocupar tu lugar. Si no tienes lo que hace falta para trabajar en este mundillo, lo entenderé.
Taemin se quedó paralizado. No quería ceder, pero Gong Yoo tenía razón. Había oído muchas historias así. La dignidad no daba de comer. Pensó en su madre, en su familia, la ilusión cuando les había contado que iba a salir en una producción importante.
Dio un paso hacia el sofá. La sonrisa de Gong Yoo se ensanchó.
…
No supo cómo consiguió pasar el día y llegar a su casa. En el momento en el que traspasó el umbral su cuerpo se rindió. Cayó al suelo de rodillas y rompió a llorar. Sus desgarradores sollozos podían escucharse a través de la puerta. Un pinchazo de dolor en la parte baja de su espalda le hizo volver a ese despacho y la rabia se apoderó de él.
Se levantó y comenzó a arrancarse la ropa, perdió un poco el valor cuando vio la sangre en su ropa interior. Se sintió sucio. Entró en su ducha y puso el agua lo más caliente que pudo. Se frotó con fuerza, la piel ya enrojecida por el agua hirviendo protestaba, pero no podía parar. Tenía que borrarlo todo.
Al salir de la ducha ni siquiera podía soportar el tacto de la toalla, tenía la piel en carne viva. Se tumbó desnudo sobre la colcha de su cama y miró al techo. Dejó resbalar las lágrimas por los laterales de su cara.
Su móvil sonó. Pensó en ignorarlo, pero podía ser su madre queriendo saber cómo le había ido el día. Se maldijo cuando leyó el mensaje. Era un número desconocido, pero no tenía ninguna duda de lo que se trataba.
Tengo otro trabajo para ti.
No me interesa.
No te he preguntado.
DÉJAME EN PAZ
¿No quieres que haya valido la pena?
TE VOY A DENUNCIAR
No me hagas reír.
El mundo entero sabrá lo que eres.
*vídeo enviado*
Al verse a sí mismo gimiendo mientras Gong Yoo lo penetraba supo que no sería capaz de enfrentarse a él. Si su familia veía ese vídeo no podría volver a mirarlos a la cara.
Al día siguiente se presentó para el casting de Black Swan de Jeon Jungkook. A pesar de que lo hizo fatal, lo contrataron. El director le dio la bienvenida al equipo con una sonrisa aparentemente sincera, pero él sabía la verdad. Gong Yoo le había conseguido ese trabajo y probablemente Jeon se encargaría de cobrárselo cuando empezase el rodaje en unos meses.
Esa noche se durmió hecho un ovillo en su cama solo por el agotamiento que daba el llanto. Nunca volvería a ser él mismo.
***
Todo el buen rollo que se había creado durante la escapada de fin de semana se había acabado en el momento en el que habían llegado al aparcamiento del set de rodaje.
En cuanto había reconocido a Gong Yoo, Taehyung había intentado llegar hasta Jimin, pero este, con un solo gesto, hizo que Hobi lo sujetase y lo alejase de allí mientras Yoongi les seguía en silencio.
Namjoon se quedó con Jin que no abandonó el lugar hasta que Jungkook se había marchado hacía su caravana seguido de su mentor.
-Tengo que hablar con él – comentó el actor en voz alta.
- ¿Con quién?
-Con Jungkook. Nam, esto no pinta bien. Vamos a deshacer las maletas, iré a su caravana cuando tenga la certeza de que Jungkook está solo.
…
-Taehyung, tranquilízate. – Hobi trataba de tranquilizar a su novio. Él también estaba preocupado por Jimin, pero uno de los dos tenía que mantener la calma. Su amigo los avisaría si los necesitaba o acudiría a ellos.
-¿Por qué no entramos y tomamos algo? – sugirió Yoongi ya que estaban delante de su caravana.
-¡No! – exclamó Tae. Intentó calmarse cuando vio un gesto de malestar cruzar el rostro del productor musical – Prefiero esperar a Jimin.
-Tae…
-Hobi. Si ese intenta tocarle… - se le quebró la voz – Sabía que confiar en Jungkook era un error. Teníamos que habernos marchado cuando supimos la verdad.
-¿Qué verdad? ¿De qué estás hablando? – Yoongi estaba confuso. Era consciente de la tensión que se había creado entre Jimin y el mentor de Jungkook en el aparcamiento. Pero no entendía que implicación tenía el director en todo ese embrollo.
-Nada.
-Pues es que…
Hoseok se calló al ver que Taehyung, que también había contestado, le lanzaba una mirada furibunda.
-Tiene derecho a saber qué está pasando, Tae. Sin entrar en detalles.
-¿Por qué? No es nuestra historia, Hobi.
-No estoy diciendo que tengamos que contarle la vida de Jimin, pero al menos tiene derecho a… ¡Mierda!
Los dos se miraron cuando la puerta de la caravana de Yoongi se cerró con estruendo. Mientras discutían, el productor musical se había marchado.
Esta vez fue Hoseok quien le lanzó una mirada al idol, que tuvo la decencia de parecer arrepentido.
-Joder, Tae.
-Mi prioridad es Jimin. Ya lo sabes. – Tae se arrepintió de sus palabras al ver la expresión en la cara de Hobi.
-Vete a la mierda.
Taehyung enterró la cara en sus manos mientras escuchaba las pisadas furiosas de Hobi mientras se alejaba de allí.
Estaba preocupado por Jimin. Lo había visto tan relajado durante los últimos días… le aterrorizaba que la aparición de Gong Yoo provocase un retroceso y le generase algún ataque de pánico. No soportaba verle sufrir.
Aun así, sabía que la había cagado. Por un lado, tenía claro que podían haberle explicado a Yoongi que el mentor de Jungkook tenía un pasado con Jimin, sin entrar en detalles tal y como Hobi había comentado. Lo había ofendido al no confiar en él.
Y para rematar, le había dado a Hobi donde más le dolía. Para empezar, Jimin era una prioridad para los dos desde el día en que lo conocieron. Tae era consciente de ello. El problema era que tenía que trabajar en la forma de expresarlo, ya que siempre hacía parecer que Hobi se quedaba fuera. Y nada más lejos de la realidad.
Decidió marcharse él también a su caravana a la espera de que Jimin quisiese hablar con ellos. Enterró la culpabilidad en la parte de atrás de su cabeza hasta saber que su amigo estaba bien y poder hablar con Hobi. Menudo desastre de vuelta al set.
…
Jimin escuchó como tocaban suavemente a la puerta de su caravana. Abrió la puerta sin pensar. Intentó cerrarla en cuanto vio que era el director. Jungkook puso un pie rápidamente, evitando que pudiese conseguirlo.
-Jimin, tenemos que hablar.
Estuvo a punto de renegar como un niño pequeño diciendo que no quería, pero el director tenía razón. Era una tontería alargarlo. Se apartó para dejarlo entrar.
Cuanto antes acabase con aquello mejor.
Notes:
Perdón por la tardanza, pero estaba de vacaciones.
Gracias a mi beta, para compensar voy a subir 2 capis.
Comentarios y kudos son siempre bienvenidos.
Chapter 23: Capítulo 22
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Lo primero en lo que Jungkook se fijó fue en los ojos enrojecidos de Jimin. De nuevo había estado llorando por su culpa. Se le encogió el corazón.
-Jimin, lo siento.
-¿Sabías que él estaba aquí? – Al director no le pasó desapercibido como el bailarín evitaba usar el nombre de su mentor.
-No, pero…
-Entonces no es culpa tuya – Jimin estaba tranquilo. La frialdad que se había instalado en su interior lo ayudaba – No pasa nada.
-Joder, Jimin. Necesito que me expliques qué está pasando para que pueda ayudarte. Ayudaros – añadió pensando en Taemin.
El bailarín recordó la forma en la que su compañero se había roto contándole su historia con Gong Yoo. Jungkook nunca lo entendería, igual que no lo entendió cuando casi le pasa a él mismo. Tenía que cumplir la promesa que le había hecho a Taemin.
***
“- Jimin, por favor. Prométeme que no se lo vas a contar a nadie. Menos aún a Jungkook. No quiero que el rodaje se paralice. No quiero que la gente pierda su trabajo. No quiero que todo… - guardó silencio para evitar volver a romper a llorar – no quiero que todo lo que pasé sea en vano. Necesito que esta película salga adelante. Necesito que mi familia vea que estoy bien.
- ¡Pero no lo estás, Taemin! Tenemos que enfrentarnos a él. No podemos dejar que se salga con la suya. Yo…
- ¿Cómo de bien te fue a ti denunciándolo? – El bailarín no dijo nada - Jimin. Si esa película sale a la luz, estaré acabado. Sería mejor morir.
- ¡No digas eso!
-Como si tú no lo hubieses pensado… - El silencio de Jimin le dio al otro toda la información que necesitaba. – Prométemelo, Jimin. Te lo ruego.
En cuanto sus miradas se unieron Jimin supo que no sería capaz de romper esa confianza. A él tampoco le gustaría que nadie supiese de su historia sin su consentimiento. No era algo fácil de afrontar y lo que había pasado Lee Taemin era aún peor. Era lo peor.
-Lo prometo si tú me prometes que cuando acabe la película buscarás ayuda.
Taemin asintió y salió de la caravana de Jimin sin decir nada más.”
***
Jungkook empezaba a perder la paciencia al ver que el otro no decía nada, la mirada perdida. Golpeó la mesa con frustración, sobresaltando a Jimin que le miró con frialdad a pesar del respingo que había dado.
-Maldita sea, Jimin. Me prometiste que hablaríamos al volver. Necesito…
- ¿Y qué hay de lo que yo necesito, Jungkook? – Replicó con calma – Lo que necesito es que me dejes en paz. Olvida lo que pasó en la cabaña. No debí dejarme llevar.
-Jimin… - una sensación amarga se asentó en el estómago del director - ¿Qué estás intentando decir?
-Mira, Jungkook. – Dijo con tono neutro, como si estuviese leyendo un guion por primera vez – Quiero centrarme en sacar la película adelante, seguro que tú también. Y no necesito distracciones. Hemos pasado un buen rato y ya. Ahora es momento de empezar a ser profesionales.
- No puedes estar hablando en serio.
- No he hablado más en serio en toda mi vida, director – Usó esa forma de llamarle para distanciarse todavía más de la conversación – Has dicho que querías ayudarnos, ¿no? – Jungkook asintió – Pues céntrate en la puta película y déjanos en paz. Y si puedes mantener a ese cabrón fuera del set de rodaje todavía mejor – Le tembló la voz en la última parte, pero se recolocó la coraza enseguida.
Jungkook se quedó petrificado ante el cambio de tono de Jimin. Desde esa forma robótica sin sentimientos de decirle que no quería nada con él, a los tacos y la forma en la que le temblaban las manos al hablar de su mentor. Aun así, hizo un último intento dando un paso hacia el bailarín, alargando la mano.
-Jimin… - dijo de nuevo. La forma en la que Jimin se encogió sobre sí mismo ante su cercanía le partió el corazón. Todo lo que habían avanzado había desaparecido.
-La película, director. Eso es lo único que importa.
Sintió que debía seguir insistiendo. Podía notar como todo lo que podían ser se le escapaba entre los dedos como la arena en la playa, pero la mirada helada de Jimin lo instó a rendirse. No conseguiría nada más que hacerlo cerrarse todavía más.
Sintió que la frialdad de Jimin se le contagiaba. Quería que se centrase en la película. Sonrió con ironía al pensar en cómo había sido su sueño dar vida a ese Black Swan que tenía en su cabeza. Ahora todo era una pesadilla. Apretó la mandíbula.
-Mañana a las 7 os quiero a todos en plató. Sin excusas.
Salió de la caravana de Jimin cerrando con un portazo. Esperó por si el bailarín lo llamaba. Sintió algo más de pesadez dentro de él cuando eso no pasó. Se había acabado.
…
Gong Yoo estaba en su coche esperando noticias de su informante mientras pensaba que debía haber acabado con Park Jimin cuando tuvo ocasión. Jungkook no habría osado enfrentarse a él si no fuese por ese maldito bailarín. Además, estaba perdiendo agarre sobre Lee Taemin por el mismo motivo. Maldito Park Jimin.
Leyó el mensaje en cuanto sonó el teléfono en su mano:
Despejado. No van a hacer nada para salvar la película.
Perfecto. Tenía que acabar con ellos antes de que la película estuviese rodada. Tenía tiempo. Jungkook volvería arrastrándose a pedirle ayuda. Y entonces por fin tendría su oportunidad.
…
Taehyung miraba el techo de su caravana mientras las lágrimas calientes resbalaban por su cara. Si la pelea con Hobi y el enfado de Yoongi no eran suficientes, ver el estado en el que estaba Jimin había terminado por romperle. Conocía bien ese mecanismo de defensa de su soulmate, y eso no llevaba a nada bueno.
Jimin le había dicho que solo quería acabar la película lo antes posible, que no era necesario que hablase con Jungkook ni nada parecido, que ya se había encargado. Taehyung sabía que eso no iba a resultar tan fácil. Los había visto en la cabaña. Su amigo estaba enamorándose y había pensado que el director iba por el mismo camino. Las cosas iban a acabar complicándose.
Suponía que ya habría hablado con Hobi puesto que ni siquiera había preguntado por qué no estaban juntos. Claro que también era cierto que cuando Jimin se ponía en ese estado de “todo me resbala” dejaba de preocuparse por su entorno, incluidos sus amigos. Eso ya era una señal de alarma por sí sola.
Miró su móvil para ver si tenía algún mensaje mientras se sonaba la nariz cuando la puerta de su caravana se abrió y Hobi asomó la cabeza con cara seria.
-Hobi… - fue lo único que el idol pudo decir antes de comenzar a sollozar.
El coreógrafo lo conocía y sabía que estaba arrepentido, además él mismo estaba más que preocupado tras haber hablado con Jimin. Así que, sin decir ni una palabra, se tumbó junto a su novio y lo abrazó. Se mantuvo así hasta que Taehyung empezó a tranquilizarse un poco.
-Lo siento – dijo por fin, la voz más ronca de lo habitual debido al llanto.
-Yo también.
-Jimin… - los ojos de Tae volvieron a llenarse de lágrimas.
-Shhh. Lo sé. Lo arreglaremos.
El idol abrazó a su novio de nuevo, apretándolo contra él y luchando contra las lágrimas mientras pensaba que ojalá nunca hubiese aceptado ese papel. Esa maldita película estaba gafada.
…
Mientras llegaba a su caravana, todavía procesando todo lo que había pasado con Jimin, Jungkook rodó los ojos al encontrarse con Jin y Namjoon esperándolo en las escaleras de entrada.
-No estoy de humor para charlas – soltó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca.
-Qué pena. Yo sí – contestó Jin sin inmutarse.
-¿Y el guardaespaldas? – Jungkook señaló a Namjoon con la cabeza.
-Somos un equipo. Acostúmbrate – el productor musical se sonrojó ante las palabras del actor.
Jungkook suspiró rindiéndose. Lo último que necesitaba ahora mismo eran dos tortolitos enamorados dándole consejos, pero lo que le hacía falta era un hombro sobre el que desahogarse. Abrió la puerta y les hizo un gesto para que pasasen. Volvió a suspirar en preparación y entró tras ellos. Cuanto antes hablasen, antes se irían y podría descansar.
Todas las palabras que Jin había preparado para explicarle a Jungkook porque era necesario que se alejase de su mentor, se quedaron en el aire cuando este le contó cómo lo había echado de su caravana tras la escena con Jimin y Taemin.
El corazón del actor se encogió cuando supo lo que Jimin le había dicho al director. Puede que no conociese al bailarín tanto como a Jungkook, pero se había ganado su respeto y sentía que los 7 que habían pasado el finde en la cabaña habían creado un vínculo especial.
-Jungkookah, no creo que Jimin se sienta así de verdad.
-Da igual – El director estaba agotado – Por una vez voy a hacerle caso y dedicarme a sacar esta película adelante. Ya no es ni por mí. Es para acabar con todo esto de una vez.
-Esta película es tu sueño, Jungkook – aportó Namjoon, a quien a pesar de sus quejas el director había metido en la conversación desde el principio.
-Ya no. Todo ha sido un desastre desde que empecé. Si en algo tenía razón Gong Yoo era en que no estaba preparado.
- ¿Quieres que te parta la cara? – le amenazó Jin. Jungkook se cruzó de brazos, completamente a la defensiva – Lo único que has hecho bien en todo esto es enfrentarte a él por fin.
-Gracias, Seokjin – replicó Jungkook con sarcasmo.
-Sabes que tengo razón. Te ha estado manipulando desde siempre, cualquiera menos tú podía verlo. No me extrañaría que estuviese detrás de todos esos artículos que intentan boicotearnos.
-!Venga ya, Jin!- exclamó el director – Estoy agotado. No quiero hablar más del tema. Es imposible que Gong Yoo tenga nada que ver con eso. No ganaría nada si fracaso.
“Ganaría el quedarse contigo” pensó Jin, pero podía ver que Jungkook aún no había procesado todo lo ocurrido. El actor había visto como Gong Yoo miraba al joven director. Y no era como un maestro a su pupilo. Solo que Jungkook era demasiado confiado para verlo. Por suerte, la entrada de Jimin en la ecuación había hecho que el director no tuviese más remedio que empezar a ver la realidad. Ahora solo faltaba que no fuese demasiado tarde cuando lo hiciese del todo.
…
Tras tranquilizar a Hobi y Tae, o al menos eso creía él, Jimin volvió a su caravana solo para cambiarse de ropa y se fue a la sala de ensayo. Tenía que hacerlo mejor si quería terminar con la película lo antes posible.
Varias horas después hizo caso omiso a los rugidos de su estómago mientras se duchaba. Comer no era una necesidad en esos momentos, tenía que centrarse en el baile. Solo así sería capaz de poder enfrentarse a Jungkook, al director, se corrigió mentalmente. Al igual que al hambre, ignoró el pinchazo en su pecho al pensar en lo que estaba dejando escapar.
Se dejó caer en la cama, pero no cerró los ojos, el sol ya estaba entrando por la ventana de todas formas. Apagó el despertador en cuanto empezó a sonar y se levantó para prepararse. Quería calentar antes de que empezase el rodaje.
Podía ser todo un profesional.
Se lo iba a probar a todos.
Notes:
Ojalá alguien lo esté leyendo...
Chapter 24: Capítulo 23
Chapter Text
El director llegó al set antes de las siete de la mañana. Aun así, tuvo que obligarse a ocultar la expresión de sorpresa cuando vio que Jimin ya estaba allí. Le llamó la atención la cara de cansancio del bailarín, pero se mordió la lengua para no comentar nada al respecto. Pensó que el bailarín le ignoraría y por eso no pudo disimular su asombro cuando este le saludó con una sonrisa, aunque Jungkook se dio perfecta cuenta de que esta no alcanzaba sus ojos. Hubiese sido mejor que le hubiese ignorado.
La llegada de los demás no contribuyó a mejorar el ambiente. Era obvio que nadie había descansado lo suficiente y a todos les extrañaba la sonrisa permanente en la cara de Jimin. Jungkook observó cómo Tae no paraba de mirarle buscando encontrar sus ojos, pero el bailarín no lo permitía, centrándose en sus posiciones y pasos.
Taemin, por supuesto, también intentó acercarse a él. Jimin le dijo que estaba bien, deseando empezar el rodaje. Su tono de voz no convenció a nadie de verdad, menos aún al director que controlaba cada uno de sus movimientos. Aún así, no le quedó más remedio que empezar a grabar.
Estaba jodido, pero Jungkook tenía que reconocer que los planos de Jimin habían quedado perfectos. Su interés en el detalle había contagiado a todos, lo que produjo que el resto del cuerpo de baile lo hiciese lo mejor posible. Jimin seguía sonriendo a todo el mundo. Jungkook se iba hundiendo con la falsedad que venía en ello.
…
En la pausa para comer Jimin desapareció del set antes de que ninguno se diera cuenta. Tae se rindió cuando no contestó a varios de sus mensajes y se fueron a la zona de catering. Cuando Yoongi pasó de largo donde estaban sentados él y Hobi, se sintió peor. Había olvidado que aún tenían ese tema por solucionar.
Jungkook se sentó con Jin. No sabía cómo estaba la situación con los amigos de Jimin y la tensión entre el cast había sido palpable. Además, el hecho de que Yoongi se sentase con ellos y no con Hobi y Taehyung le dejó claro que el día anterior había habido más de un problema.
-Joder, esto es un desastre – murmuró pasándose la mano por la cara.
-¿Qué dices? Ha salido todo rodado, literalmente – la estridente risa de Jin resonó con fuerza. Jungkook pensó que Jimin también se habría reído. Siempre lo hacía con las tonterías del actor.
-Me refiero a esto – hizo un gesto con las manos señalando las mesas a su alrededor, casi todas con ambiente serio y gente comiendo en silencio, algo nada habitual.
-Al menos a Jimin se le veía bien, ¿No? – aportó Namjoon, aunque bajó la cabeza en cuanto Jin y Jungkook le miraron con cara de ¿en serio?
-Ya no tengo hambre – comentó el director levantándose – Voy a revisar unas cosas.
Jin suspiró mientras observaba a Jungkook marcharse de la zona de catering. Tenía el presentimiento de que la situación iba a explotar por algún lado más pronto que tarde.
…
-No puedo creer que ni siquiera me conteste – el puchero que acompañó al comentario de Tae hizo que Hobi le mirase con ternura.
-Estará descansado, cariño. Ya te dijo ayer que todo estaba bien. Lo sé, lo sé – añadió ante la mirada de su novio – pero ya sabes que no vas a conseguir sacarle nada más mientras esté así.
-Y encima el otro idiota pasa de nosotros.
-Tae…
-¿No puedes estar de mi lado ni por un momento? – volvió a protestar. Sabía que se estaba comportando como un niñato, pero estaba completamente frustrado.
-Siempre estoy de tu lado – Hobi lo atrajo hacía sí pasando su brazo por los hombros del otro, que se dejó hacer, y le dio un beso en la sien. Miró de reojo y vio como Yoongi entrecerraba los ojos. Bien. – Iremos a hablar con él y le pediremos perdón por haber sido tan bordes.
-Vale. Pero primero nos pasamos a ver a Jimin.
-Primero Jimin – reafirmó Hobi. A veces los celos le jugaban una mala pasada, pero su amigo también era su prioridad, solo que no lo expresaba de forma tan vehemente como Taehyung.
…
Jungkook entró en su caravana completamente frustrado. Teóricamente, no podía quejarse. Habían avanzado con el rodaje. Sin embargo, no se podía quitar de la cabeza la sonrisa falsa de Jimin durante todo el día. Era peor aún que verle llorar.
Decidió que necesitaba quemar estrés por lo que decidió cambiarse de ropa y marcharse al gimnasio. Llevaba unos 20 minutos golpeando el saco de boxeo cuando escuchó la música de Black Swan resonar desde la sala de ensayo de al lado. No podía ser.
Se acercó a la sala y la imagen que otras veces le había parecido tan atractiva, le dio miedo. Jimin estaba allí, completamente vestido de negro, su ya típica coleta para ensayar. Pero su cara, ahora que se creía solo y no llevaba esa puta máscara, dejó a Jungkook destrozado. Estaba demacrado, las ojeras más prominentes ahora que estaba sudando.
La expresión del bailarín cambió en cuanto notó que la puerta se abría. Antes de que Jungkook diese un paso para entrar en la sala y él mismo pudiese pensarlo, dejó que la verdad asomase durante unos segundos. El director pudo ver claramente el trasfondo de dolor, Jimin estaba sufriendo y era culpa suya.
El bailarín le miró y antes de que el otro pudiese decir nada la vulnerabilidad que siempre sentía arañándole desde el interior le hizo hablar:
-Jungkook. No, por favor.
El director quería protestar. Todo su cuerpo le pedía hacerle reaccionar. Sacarle de esa espiral de pretensión. Ayudarle. Pero el momento en el que Jimin recuperó el control y vio cómo, en segundos, su mirada se transformaba en la de alguien sin expresión, sin vida… le dejó tan noqueado que le hizo obedecer. No sabía cuánto se iba a arrepentir de no hacer caso a sus instintos en ese momento.
…
Después de llamar a la puerta en varias ocasiones y enviar un mensaje que no recibió respuesta. Taehyung se volvió hacía Hobi con la mirada interrogante. Este se encogió de hombros.
-A lo mejor está durmiendo.
-Lo dudo mucho. Cuando está así apenas descansa. – Tae volvió a mirar su móvil.
-¿Nada?
-Nada – comentó el idol.
-¿Crees que deberíamos hablar con Jungkook? – sugirió el coreógrafo.
-Jimin no nos perdonaría. Tenemos que ayudarle nosotros. Jungkook será el último recurso.
-Creo que ya sé dónde puede estar. En la sala de ensayo – añadió ante la mirada del idol.
Taehyung hizo un gesto con la cabeza que significa “vamos para allá entonces" y sin decir nada más ambos se dirigieron hacia allí en busca de su amigo.
Por suerte, o por desgracia, lo encontraron saliendo de dicha sala. En cuanto Jimin les vio, su cara volvió a la perfecta felicidad. La presencia de Jungkook le había distraído lo suficiente para que se diese cuenta de que no iba a conseguir mejorar nada ese día. Además, estaba cansado lo que, por supuesto, no iba a dejar que sus amigos notasen.
-Jimin – exclamó Tae – ¿Qué haces ensayando de nuevo? Te he enviado un mensaje, hemos ido a tu caravana…
-Lo siento, chicos. No me di cuenta– dijo sacando su móvil para evitar la pregunta – Ya iba hacía allí, estoy cansado.
-¿Sí? Íbamos a invitarte a cenar y charlar un poco – aportó Hobi.
Jimin quería ceder, pero sabía qué si lo hacía la cena se convertiría en una intervención a la que no tenía ningunas ganas de enfrentarse. Entendía que estaban preocupados, pero no podía permitirse ser débil ahora mismo.
-De verdad, estoy cansado. ¿Mañana?
-Jimin… - intentó el idol.
-Mañana, lo prometo.
-Mañana – repitió Tae señalando al bailarín con el dedo. Solo cedió cuando este asintió.
Taehyung y Hobi se miraron en cuanto Jimin se hubo marchado. Sabían que forzarle era peor, pero les resultaba muy difícil dejarle seguir así, aunque no les quedaba otra. Sin saberlo, tenían algo en común con el director. Ambos iban a arrepentirse de ello.
…
Namjoon echó la cabeza atrás y se golpeó contra la pared, lanzando una exclamación. Miró hacía abajo y habría rodado los ojos ante la expresión guasona de Jin, si este no hubiese tenido su polla en la boca. Antes de poder decir nada más, la lengua del actor acarició toda la superficie antes de que volviese a engullirlo y el dolor de su golpe quedó completamente olvidado.
Enterró los dedos en el pelo de Jin cuando vio que estaba a punto de llegar al orgasmo. Empujándolo más contra su pelvis. El actor se dejó hacer. Tras un par de empellones sintió como Namjoon se tensaba y se corría en su boca. Se levantó y abrió la mandíbula mientras enfrentaba la mirada con la del productor musical, haciendo todo un show para enseñarle que se lo había tragado todo. Sonrió cuando la polla de Namjoon hizo un débil intento de volver a endurecerse. Le encantaba el poder que tenía sobre él.
En cuanto Namjoon volvió a recuperar la respiración cogió al actor para colocarse esta vez a él contra la pared y metió la mano en sus pantalones para devolverle el favor. Sacó la mano de nuevo en cuanto notó la humedad para descubrir que Jin ya se había corrido mientras le hacía la mamada. La sonrisa pícara del actor se amplió cuando se acercó al otro para limpiar los restos de su propio semen de sus dedos.
Namjoon apartó la mano y le apretó contra él para comerle la boca, notando sus sabores mezclados en la boca de Jin. Si no fuese porque acababa de tener un orgasmo estaría listo para el siguiente asalto. Se separó de él solo para decirle:
- Vas a acabar conmigo, Kim Seokjin.
- De nada Kim Namjoon.
Volvieron a besarse, pero esta vez más sensualmente, con más delicadeza. Después de asearse se metieron juntos en la cama.
- ¿Te quedas esta noche? - Le preguntó Jin recorriendo con su dedo el pecho de Namjoon.
- Claro, déjame enviarle un mensaje a Yoongi – alargó la mano para coger su móvil.
- Hmmm – contestó el actor ya prácticamente dormido.
Namjoon le dio a enviar y dejó el teléfono en la mesita. Miró a Jin adormecido sobre su pecho y se acurrucó contra él. Sonrió y, no por primera vez, se preguntó cómo una persona tan perfecta podía elegir estar con alguien como él.
…
El teléfono de Yoongi se iluminó al recibir un mensaje, aunque él no se dio cuenta ya que estaba trabajando en su ordenador. Lo que si le desconcentró fueron los golpes en la puerta de su caravana. Rodó los ojos, seguro que Namjoon había vuelto a olvidar sus llaves.
- Nam, te he dicho mil veces qué… - Se interrumpió al abrir y encontrarse a Hobi y Taehyung en lugar de a su amigo. Reaccionó sin pensar.
- Pero, ¿qué cojones… - exclamó Tae. Yoongi les acababa de cerrar la puerta en las narices.
- Le habremos pillado por sorpresa – Hobi intentó quitarle importancia al gesto de Yoongi. Aunque a él también le había escocido un poco la reacción del productor musical.
Se miraron sin saber muy bien que hacer. Taehyung estaba a punto de darse la vuelta y llevarse a Hobi con él cuando la puerta de la caravana se volvió a abrir.
- ¿Qué?
- Solo queremos hablar – contestó el coreógrafo antes de que Tae pudiese decir nada.
- No tengo nada que hablar con vosotros – No estaba dispuesto a ceder ni un milímetro.
- Yoongi – el productor musical miró al idol al escuchar lo afectado que estaba en su voz – Ya estoy en un sin vivir por Jimin. Por favor, déjame arreglar las cosas contigo.
Durante unos segundos se miraron en silencio, ninguno se movió. Hobi miró de reojo a Taehyung cuando Yoongi se dio la vuelta y entró a la caravana sin decir nada... dejando la puerta abierta.
…
Jimin salió de la ducha y apoyó las manos sobre el lavabo. Se sentía mareado. Tras unos segundos pasó la mano por el espejo para borrar el vaho que había empañado el cristal. La imagen que vio reflejada le desconcertó por unos segundos. Sus ojos brillaban, suplicantes.
Apartó la mirada, ignorando la punzada de dolor en el costado. Respiró hondo, apretando con fuerza las manos contra la porcelana. Cuando volvió a enfrentarse a su reflejo, no quedaba nada de la imagen anterior. La mandíbula apretada en un gesto desafiante. Los ojos ahora vacíos de todo sentimiento. Le sonrió a su imagen, orgulloso de haberle ganado un día más al Park Jimin débil. Cada vez le costaba más, pero como decían por ahí… el espectáculo debía continuar.
Chapter 25: Capítulo 24
Summary:
TRIGGER WARNING
Se tocan temas sensibles en este capítulo.
Para evitarlo, hay que saltar la parte en cursiva que ya sabéis que pertenece a un "flashback" y por el contexto de Yugyeom podéis saber lo que ha pasado sin tener que leerlo explícitamente (aunque tampoco es nada demasiado detallado, pero por si acaso).
Chapter Text
Jungkook no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos veía la cara de Jimin transformarse en un témpano de hielo, pero lo peor era recordar el dolor en su mirada antes de que volviese a ocultarse.
Se rindió y apartó las sábanas. Estaba claro que no iba a pegar ojo. Se puso unos pantalones deportivos anchos y una camiseta blanca y salió a dar una vuelta por la zona de caravanas.
Intentó no pensar en nada. Sin darse cuenta se encontró frente a la caravana de Jimin. Subió la pequeña escalera que llevaba a su puerta y levantó la mano para llamar. No pudo hacerlo.
Todo estaba oscuro y en silencio, quizá Jimin estaba durmiendo y su llegada solo le habría perturbado el descanso. Al menos eso fue lo que se dijo mientras recorría el camino de vuelta a su cama.
…
- Lo primero que quiero que sepas es que no pienso desvelar los secretos de mi soulmate – Taehyung vio que Yoongi iba a replicar y levantó la mano para callarle – Espera. También quiero que sepas que eso no significa que no confiemos en ti o que no nos importe lo que piensas. Es solo que no es nuestra historia.
- No necesito…
- Yoongi – Tae volvió a interrumpirle.
- Deja que te expliquemos – añadió el coreógrafo – si no te convence puedes volver a lo de evitarnos a toda cosa.
El productor musical tuvo la decencia de sonrojarse ante las palabras de Hobi. Cruzó los brazos antes de hablar.
- ¿Puedo decir algo primero? – comentó Yoongi ante las palabras de los otros dos. Tae asintió mientras Hobi soltaba un corto “claro”, pero sonreía al hacerlo, dándole a Yoongi la confianza que le faltaba para sincerarse - No necesito que me contéis nada que sea asunto de Jimin. Ni siquiera necesito saber vuestros secretos ni vuestro pasado. Solo quería entender lo que estaba pasando. No soy idiota – Esta vez fue su turno de hacerle un gesto a Tae para que le dejase hablar. Ahora que había cogido carrerilla no pensaba parar – Sé que Jimin no está bien, cualquiera puede verlo. Y si puedo hacer algo para ayudar, podéis contar conmigo. Pero, por el hecho de que seáis amigos de antes, no voy a dejar que me apartéis o que tengáis una conversación como si yo no estuviese presente. Merezco el mismo respeto que cualquiera – Volvió a cruzar los brazos ya que había estado gesticulando.
- Yoongi, eres adorable –soltó Hobi sin pensar. Hasta Taehyung le miró sorprendido.
- Lo que mi estúpido novio quiere decir – afirmó Tae – es que estamos interesados en ti. Creo que eso es más que obvio. Y además de, por supuesto, pedirte perdón por haberte dejado fuera…
- Sin querer – aportó Hobi, haciéndoles reír.
- Sin querer – repitió el idol – Nos gustaría que esto - gesticuló, señalandolos a los tres - fuese a más. Lo que pasó en la cabaña el fin de semana… No tenemos que hablar de ello – soltó rápidamente ante la cara de pánico del productor musical.
- Pero podemos repetir para que yo lo vea – volvió a aportar el coreógrafo.
- ¡Hobi! – le regañó el idol, pero la sonrisa le delataba – Yoongi…
- No me importaría repetir…
Taehyung se quedó sin habla. Lanzó una mirada de reojo al coreógrafo que ya le estaba mirando con la misma expresión de sorpresa en su cara. Cuando Hobi levantó los dos pulgares en señal de victoria, no pudieron evitar echarse a reír.
- Perdón. Yo… creí que… - Yoongi empezó a dudar al escucharles reír. Se dieron cuenta que lo habían vuelto a hacer. En dos zancadas, Tae se plantó delante del productor y le cogió por la barbilla, haciendo que levantase la cabeza ya que evitaba por todos los medios mirarles.
- Yoongi. Si hay algo de lo no debes dudar, es de que nos gustas. Estamos abiertos a todo contigo, a lo que tú quieras…
- Yo no quiero una relación – el tono seco, contrastando con la conversación relajada hasta ese momento, hizo que la pareja volviese a compartir una mirada, esta vez de decepción.
- Pero… - le instó Hobi.
- Pero no soy de piedra. No me importaría jugar un poco. Podemos…
La frase quedó sin terminar cuando el idol, sin poder resistirse, juntó sus bocas en un beso suave, sonriendo al notar como Yoongi se dejaba hacer. Ya se encargaría él de hacerlo suyo.
- ¡Eh! Ahora soy yo el que se siente discriminado – Hobi estaba haciendo un puchero con sus labios mientras se acercaba a ellos y Yoongi pensó que era su turno. Así que antes de que pudiesen entrarle dudas, se inclinó hacia él sin alejarse de Tae y le besó también. Sintió escalofríos, cosa que no le pasó desapercibida al idol, que estaba pegado a él.
- ¿Eso significa que nos perdonas? – preguntó Hobi cuando dejaron de besarse.
El suspiro de resignación de Yoongi hizo que los tres sonrieran.
La noche se alargó mientras seguían hablando hasta que el productor musical no pudo evitar que sus ojos empezaran a cerrarse.
…
Llegó a su casa arrastrando los pies. Jungkook le había propuesto quedarse en el set de rodaje, pero se había negado. Ya le costaba bastante mirarle a los ojos. La culpabilidad le devoraba por dentro. Cada mensaje de Gong Yoo era como una puñalada. Y ahora, a todo eso se añadía ver el sufrimiento de Jimin. Le recordaba tanto a su novio…
Justo mientras tenía ese pensamiento entró a la habitación que compartían. Bambam estaba sentado junto a la ventana, leyendo tranquilamente. En cuanto se percató de su presencia colocó el marcapáginas en la página correspondiente y se levantó para recibirle, sonriente.
Pensó en la diferencia que había de un tiempo a esta parte. Ahora todo iba mucho mejor, la terapia había empezado a funcionar de verdad hacía semanas, y eso llevó a rebajar la medicación y que su novio dejase de parecer un zombi.
Nunca olvidaría el día que fue a buscarle a su pequeño apartamento de entonces, después de dos días sin noticias suyas. Por suerte, ambos se habían dado una copia de las llaves de sus respectivas casas para emergencias. Por primera vez en su vida llegó en el momento adecuado, justo para salvarle la vida.
*Finales del año anterior*
Tras buscarle por casi toda la casa y no recibir respuesta ninguna de las veces que había gritado su nombre, se dio cuenta de que la puerta del baño estaba cerrada. Respiró tranquilo, seguro que se había quedado dormido en uno de sus típicos baños de espuma, no sería la primera vez.
Abrió la puerta, sonriendo. Y efectivamente, Bambam estaba dentro de la bañera. Al principio pensó que estaba durmiendo hasta que se dio cuenta de que estaba vestido. Sólo entonces notó que el vio agua tenía un tono rosado. Empezó a verlo todo como a cámara lenta. Primero, se fijó en la vieja cuchilla llena de sangre en el suelo. Luego, en el agua roja cayendo por el borde de la bañera. Y, por último, su mirada se centró en las heridas en las muñecas de su novio. Fue entonces cuando gritó.
Sacó el cuerpo de Bambam de la bañera y lo tumbó en el suelo lleno de agua del baño. Casi a ciegas, cogió una de las toallas y presionó sobre las muñecas sangrantes de su pareja. No supo cómo, pero consiguió llamar a emergencias. Tampoco supo cuánto tiempo pasó hasta que los sanitarios entraron en el cuarto de baño y le empujaron a un lado. Se llevaron a Bambam.
Él se quedó allí sentado en el suelo, empapado en el agua sucia con la sangre de su novio. Llevó sus largas piernas hasta su pecho y empezó a llorar en silencio. Ni un solo sonido salió de su boca mientras su cuerpo se fue entumeciendo, hasta que su teléfono empezó a sonar.
Cuando colgó, empezó a reírse sarcásticamente. La llamada había sido desde el hospital. Él era la persona de emergencia en el expediente de Bambam y le llamaban para contarle lo que había pasado. Tenía que acudir lo antes posible, no tenía más tiempo de compadecerse.
El médico le dijo que le había salvado la vida. Si hubiese llegado solo un poco más tarde. Bambam habría muerto desangrado. Habían conseguido estabilizarle y curarle las heridas, y aunque al despertar tendría que hablar con alguien del departamento de psiquiatría, se pondría bien.
Mientras le miraba dormir a través del cristal, pensó en todas las cosas que había hecho durante esos dos días sin saber nada de su novio. En lo que habría pasado si hubiese esperado un día más, unas horas más... Se prometió a sí mismo que no dejaría que nada parecido volviera a pasarle a Bambam por la cabeza. Le protegería durante el resto de su vida. Aunque le costase la suya.
***
Y seguía manteniendo el mismo pensamiento. Su novio ahora estaba bien. Si ese vídeo saliese a la luz, nadie podía saber las consecuencias que podría traer. Esperaba que, si Jungkook llegaba a enterarse algún día, pudiese entender por qué lo hacía ahora que el director también estaba enamorado. Aunque no le perdonase. Él nunca se perdonaría.
…
Jungkook se levantó renegando, se duchó renegando y fue hacía el set de rodaje renegando. Desde que había sonado el despertador se había arrepentido de aceptar la idea de Jimin de rodar sus momentos haciendo de sombra a primera hora para no interrumpir a los demás. Al menos no había necesitado fastidiar a nadie más. Él podía encargarse.
Su humor no mejoró cuando se dio cuenta de que el bailarín ya estaba allí, ensayando. Aunque la sensación que se instaló en su interior ahora era la preocupación y no el enfado.
Jimin parecía estar exhausto. Como no tenía que salir en cámara no llevaba maquillaje, y sus ojeras se marcaban de manera enfermiza. Jungkook le miró de arriba abajo y habría jurado que hasta el traje le venía grande, como si además hubiese perdido peso.
No dejó que se notase en su rostro serio la punzada de dolor que sintió cuando el bailarín se dio cuenta de su presencia y su cuerpo se tensó visiblemente.
- Jimin, podemos hacer esto más tarde…
- ¡No! – replicó – Luego tenemos otras escenas, necesito terminar esto primero – Por favor… - añadió cuando Jungkook no dijo nada más.
En contra de su voluntad, el director asintió. Haría esto lo más rápido posible, un par de tomas y le mandaría a descansar. Se puso detrás de la cámara y empezaron con el trabajo.
Más de una hora después, Jungkook estaba a punto de perder la paciencia. Habían repetido la misma escena incontables veces. Como no tenía a nadie con las claquetas no podía comprobarlo, pero había perdido la cuenta después del 13… y Jimin, no podía seguir viéndole así.
Intentaba mantenerse en posición, pero a través de la lente, el director podía ver como temblaba. Se acabó.
- Es suficiente. Vamos a parar.
- Puedo hacerlo mejor, solo una más.
- Jimin. Llevas diciendo eso las últimas 5 veces.
- Pero…
- ¡He dicho que basta! – rugió Jungkook.
Levantó la mirada y se quedó parado al ver la expresión de tristeza en la cara de Jimin. Los ojos del bailarín brillaban con las lágrimas que, obviamente, estaba luchando por no derramar.
- Jimin, yo…
No pudo acabar la frase. Jimin se había marchado del set a toda velocidad. Se pasó la mano por el pelo, frustrado. Esta película había sido el sueño de su vida, ahora contaba las horas para que se terminase de una puta vez.
…
Yoongi se despertó por el sonido de su despertador. Normalmente, era Namjoon el que le despertaba, pero este ahora pasaba más noches en el tráiler de Jin, que en el que ellos compartían.
Intentó alargar el brazo para apagarlo y se dio cuenta de que no podía, tenía un cuerpo pegado al suyo. Antes de ser consciente de lo que pasaba, dicho cuerpo se encargó de terminar con el molesto sonido. Entonces lo recordó todo… Hobi y Tae habían ido a hablar con él la noche anterior y se medio habían confesado y…
- ¡Joder! – exclamó mientras se incorporaba de golpe al recordarlo todo.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? – un soñoliento pero sobresaltado Taehyung se incorporó también al escucharle a su otro lado. Yoongi se sonrojó.
- Yo…
- No vuelvas a asustarme así de buena mañana, yo despierto despacio – se tumbó de nuevo, obligando a Yoongi a tumbarse junto a él, en medio de la cama.
El productor musical estaba inmóvil entre los dos cuerpos, no se atrevía a hacer nada. Taehyung levantó la cabeza y compartió una mirada con Hobi, al otro lado. Ambos asintieron al notar lo tenso que estaba Yoongi.
Solo unos segundos después Tae se puso de lado, apoyándose en un codo sobre la cama mientras Hobi pasaba su cuerpo por encima del de Yoongi, que se tensó todavía más, para besar al idol.
Yoongi carraspeó. Hobi noto como Taehyung sonreía en su boca. Era el momento.
- ¿Te estamos dejando fuera otra vez, Yoongi? – el tono sarcástico era notable en las palabras del idol a pesar de su voz grave, aún más por la mañana. El aludido solo pudo asentir.
Lanzando otra significativa mirada a Hobi, Tae comenzó a pasar la mano por el abdomen de Yoongi, deslizándose lentamente hasta su entrepierna. A su vez, el coreógrafo le cogió de la barbilla para acercar sus caras.
- Pero el aliento… - protestó Yoongi justo cuando Tae metía la mano dentro de su pijama.
- Que le den al aliento – replicó Hobi para comerle la boca al instante.
Antes de que Yoongi pudiese procesar lo que estaba pasando. Un móvil resonó por la caravana.
- Es el tuyo – susurró Hobi sobre la boca de Yoongi. El productor iba a contestar que ese no era su tono cuando Tae se adelantó y se dio cuenta que no se dirigía a él.
- Joder – soltó Taehyung, levantándose. Yoongi gimió en la boca de Hobi ante la falta de calor en su ya potente erección. – Lo voy a matar – gruñó Tae descolgando - ¡Jeon! Te juro…
- Es Jimin – fue lo único que se oyó al otro lado.
- ¿Qué pasa? – contestó ya completamente despejado, empezando a buscar su ropa. Hobi se percató y empezó a hacer lo mismo.
- Hospital Holy Bangtan – La llamada se cortó.
- ¿Jungkook? ¡Joder! – estuvo a punto de lanzar el teléfono al otro lado de la caravana, pero se contuvo. – Jimin está en el hospital – se calló, incapaz de seguir hablando sin llorar.
- Voy con vosotros – dijo Yoongi levantándose para empezar a asearse también.
Fue él quien se puso al volante del coche en cuanto Tae pronunció la palabra hospital. Nadie dijo nada, pero los tres pensaban lo mismo.
Aguanta, Jimin.
Chapter 26: Capítulo 25
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Jungkook daba vueltas sin parar por el pasillo. Necesitaba que Jimin despertase para pedirle perdón. En su vida había sentido más miedo que cuando encontró al bailarín tirado en el suelo. Tenía que despertar.
** Unas horas antes **
Se sentía fatal. Para empezar, no debía haberle gritado así, se suponía que ahora era un director mejor. Y además no podía borrarse los ojos llorosos de Jimin de la cabeza. Se acabó, iba a ir a buscarle y disculparse, pero sobre todo obligarle a contarle qué demonios estaba pasando.
Todos los pensamientos que daban vueltas en la cabeza de Jungkook pararon en seco cuando vio un brazo asomando en el suelo de la puerta de la sala de ensayo.
-¡Jimin! – gritó, arrodillándose junto a él. Entró en pánico cuando vio un pequeño reguero de sangre en su frente. Sabía que era lo peor que podía hacer, pero empezó a sacudirlo.
-¡Jimin! Despierta, joder. ¡Jiminssi!
El bailarín abrió los ojos levemente
-¿Jungkook? – preguntó con voz débil
-Sí Jimin, soy yo. Voy a llevarte al – Jimin volvió a desmayarse – hospital. ¡A la mierda!
Cogió al bailarín en brazos y se fue directamente hacía su coche. Lo estaba haciendo todo mal. Mover a alguien que se había dado un golpe, no mantenerlo despierto, pero estaba desesperado. No podía esperar.
Llamó a Tae desde el coche y tras poco más que indicarle el nombre del Hospital al que iba a llevarle cortó la llamada. Luego llamó a Seokjin para decirle lo mismo y luego a Yugyeom para que avisara al resto del staff para cancelar el rodaje hasta nueva orden. Lo que menos le importaba ahora mismo era la puta película.
Se sentó en la sala de espera sólo cuando la camilla que llevaba a Jimin cruzó las puertas en las que solo podía entrar el personal autorizado y le hicieron pararse. Se miró las manos temblorosas, al igual que sus piernas. El bailarín estaba tan frío. Tenía tanto miedo. No quería ponerle nombre a eso que se había instalado en su estómago. No era miedo, pero lo daba.
***
Salió de sus pensamientos cuando Taehyung gritó su nombre y se acercó a él con Yoongi y Hobi siguiéndole.
-¡Jungkook! ¿Dónde está Jimin?
-Tranquilo, se lo han llevado dentro y…
No pudo terminar la frase porque el idol le cogió del cuello y lo estampó contra la pared.
-¿Tranquilo? ¿Tranquilo? Que cojones le has hecho maldito hijo de puta.
-¡Taehyung! - exclamó Hobi, alejándole de Jungkook.
Yoongi ayudó al director a sentarse mientras le lanzaba una mirada a Tae que este decidió ignorar mientras Hobi le sacaba de la sala.
Jungkook se dejó hacer. Tosió debido a la presión que había ejercido el idol sobre su garganta. Sabía que todos le culpaban, y hacían bien. Era culpa suya.
…
Hobi hizo a Taehyung salir a la calle. Este seguía llorando en silencio y se dejó llevar. Se sentaron en uno de los bancos de piedra que había a la entrada del Hospital. Ninguno de los dos habló durante un rato. Cuando pensó que su novio se había calmado lo suficiente, el coreógrafo se dispuso a meter algo de sentido común en la situación.
-Tae, cariño… - este le miró y Hobi supo que no iba a ser necesario pegarle la bronca, ya se había dado cuenta.
-Lo sé – su voz se quebró – Estaba tan preocupado. Sé que Jungkook no es el responsable, pero… - se limpió las lágrimas con furia.
-Esto no es culpa de nadie. - comentó el coreógrafo haciendo que Taehyung se levantase, la rabia volviendo a él.
-¿Qué no es culpa de nadie? Todo esto es culpa mía. Yo en la cama jugando a hacer un trío y mientras mi mejor amigo me necesitaba…
-Entonces también es culpa mía, ¿No? – Tae le miró, confuso.
-¿Qué? ¡Claro que no!
-Te recuerdo que yo estaba contigo en esa cama.
-Pero no…
-Si te atreves a decir que no es lo mismo, Kim Taehyung. Vamos a tener un problema.
El tono dolido en la voz de su novio hizo que el idol volviera a hundirse. Estaba siendo injusto con todos. Con Jungkook, con Hobi. Incluso con Jimin. Toda la situación se le estaba yendo de las manos.
-Perdóname. Solo estoy preocupado. Hobi, yo…
-Ya lo sé, Tae. Pero Jimin te necesita fuerte y Jungkook está visiblemente preocupado. Esto es una mierda, pero a lo mejor sirve para que ambos dejen de jugar al ratón y al gato. Sabes que a Jimin le gusta y es obvio que es más que un bailarín para Jungkook.
-No sé si puedo confiar en él Hobi…
-Eso es tema de Jimin. Tienes que dejarles arreglar las cosas. Nuestro papel es apoyarle. Si Jimin despierta y no quiere saber nada más de él podrás partirle la cara, pero algo me dice que eso no va a ser así.
-Odio cuando tienes razón – el coreógrafo se echó a reír.
-Yo también te quiero – le acarició la cabeza cuando Tae le abrazó con fuerza.
Podrían con esto. Jimin era fuerte a pesar de todo lo que le había pasado y no lo había dicho por decir. Hobi estaba convencido de que Jungkook sería bueno para él. En cuanto dejasen de ser los dos unos orgullosos, claro.
…
-Toma – Yoongi le tendió a Jungkook un vaso de agua.
-Gracias – respondió el director con voz rasposa.
-¿Cómo estás? – Jungkook le miró, sorprendido por la pregunta.
-¿Yo? – Yoongi asintió.
-Ha tenido que ser duro encontrarle así – Puso una mano en el hombro del director. Cuando presionó un poco para mostrarle su apoyo notó que Jungkook empezaba a temblar. Así que lo acercó a él y le apretó contra su pecho.
Cuando Taehyung y Hobi volvieron a la sala ambos compartieron una mirada. Jungkook estaba sollozando sobre el pecho de Yoongi como un niño pequeño. Todo su cuerpo temblaba y el idol sintió una punzada de culpabilidad.
-Jungkook, yo… - empezó Taehyung.
-¿Familiares de Park Jimin?
Se giraron para mirar al doctor que acababa de entrar a la sala y observaba la extraña escena.
-Nosotros – respondió Hobi antes de que nadie dijese nada, pero todos se acercaron a escuchar lo que tenía que decir.
-El señor Park tiene deshidratación severa, pero se pondrá bien. Le hemos puesto un gotero intravenoso para reponer las sales perdidas y vamos a hacer unas pruebas para averiguar por qué está deshidratado, aunque la primera impresión es que no se estaba alimentando correctamente los últimos días. Quizá si ha estado sometido a algún tipo de estrés puede haber acelerado el proceso de agotamiento.
Cuando observó cómo asentía continuó con la explicación.
-Ahora está descansando. Le vamos a dejar en observación debido al golpe que se dio en la cabeza al caer. Ha sido una suerte que le hayan traído tan deprisa. En cuanto despierte le haremos las pruebas y les iremos informando. Podrán pasar a verle en unos minutos. Eso sí, como máximo de dos en dos.
-Gracias doctor – comentó Hobi cuando vio que Tae era incapaz de hacerlo. Las lágrimas que corrían por sus mejillas eran imparables.
En cuanto el médico salió de la sala, Jungkook se volvió a sentar en una de las sillas de la sala de espera. Jimin se iba a poner bien. Era lo único que le importaba.
…
Nada más terminó de hablar la enfermera había llegado para avisarles que ya podían pasar a ver a Jimin, Hobi le dio un ligero empujón a Tae para que fuese con ella.
-Hobi, ha dicho que podíamos entrar dos – susurró el idol, sorprendido cuando el coreógrafo no le siguió. Este le hizo un gesto con la cabeza señalando a Yoongi quien seguía sentado junto a Jungkook, que ya se había calmado y miraba a la nada con los ojos y la nariz enrojecidos. – No sé qué haríamos sin ti, amor.
Hobi sonrió ante las palabras del idol y tras darle un ligero beso en los labios le hizo otra seña con la cabeza para que se marchase ya.
Se sentó junto a Yoongi y apoyó la mano sobre la que este tenía en el reposabrazos. Sonrió para sus adentros cuando el productor musical no solo no la apartó, si no que se giró para sonreírle también y mientras le susurraba un “ gracias” que dejaba claro que, aunque no lo había parecido, había estado atento a la conversación entre los otros dos. Había hecho bien.
…
Al salir de la habitación de Jimin, Taehyung se encontraba fatal. La cabeza le dolía de tanto llorar y el corazón de ver a su amigo así de demacrado. Le había cogido la mano y le había pedido perdón a pesar de ser consciente de que este no podía escucharle y de que iba a repetir todo el proceso en cuanto despertase.
Volvió a la sala de espera. Hobi le pidió a Yoongi que le acompañase y antes de salir le señaló a Jungkook, que se había levantado y estaba mirando por una de las ventanas de la sala de espera, dándoles la espalda. Estaba claro que pensaba que no le iban a dejar ver a Jimin y el idol volvió a sentirse culpable. Hobi tenía razón, tenía que pensar en lo que su amigo querría.
-Jungkook – a pesar de que le había llamado despacio, el director dio un respingo. Se abrazó así mismo, preparándose para todo lo que Taehyung le iba a echar en cara – Lo siento.
Jungkook le miró sorprendido. Eso era lo último que esperaba. Al ver que no decía nada, el idol decidió continuar con su disculpa.
-Solo estaba preocupado por Jimin y yo… cuando escuché la palabra hospital sin saber nada más…
-Estaba conduciendo, no quería perder el tiempo y…
-Gracias – Le cortó. Jungkook volvió a mirarle – por encontrarle, por traerle tan deprisa. No sé qué hubiese pasado si… - No pudo evitar romper a llorar. Esta vez fue su turno de sorprenderse cuando el director le atrajo hacia sí y le abrazó con fuerza.
-Taehyung – el tono serio de Jungkook hizo que el idol le mirase, aun entre sus brazos.
-¿Sí?
-Necesito verle, por favor, déjame verlo. Necesito saber que está bien, cuando lo vi… yo… - se le quebró la voz y Tae se apretó más contra él. Era la única respuesta que Jungkook necesitaba, aun así, el idol sintió que necesitaba vocalizar algo más.
-Ayúdanos, por favor. Ayúdale.
-Lo prometo.
Yoongi y Hobi compartieron una mirada sonriente cuando se encontraron con la escena de los otros dos abrazados junto a la ventana.
-¿Ha despertado? – preguntó Tae. Hobi negó con la cabeza. El idol suspiró – A ver si Jungkook tiene más suerte.
Las palabras de Taehyung fue toda la confirmación que Jungkook necesitó para dirigirse a la habitación del bailarín. Entró pensando que nada podía ser peor que ver a Jimin inconsciente, tirado en el suelo, pero estaba equivocado. No estaba preparado para la imagen que se encontró al cruzar esa puerta.
Fue ver a Jimin postrado en esa cama, tan pálido y tan quieto, y volver a romper a llorar.
Al principio se quedó allí parado frente a él, las lágrimas bajando por sus mejillas sin parar. Tenía miedo hasta de acercarse a él. Se le veía tan frágil. Pero al final no pudo resistirse y se sentó junto a Jimin para poder cogerle la mano.
-Perdóname Jimin. Lo siento tanto – se limpió los mocos y tragó saliva, intentando tranquilizarse – No tenía que haberte hecho caso. No tenía que haberte dejado solo como… - su voz se quebró – como hace diez años.
No pudo seguir hablando. Se levantó y le dio la espalda acercándose a la única ventana de la habitación para intentar calmarse.
-Es gracioso, ¿no crees? La vida me ha dado una segunda oportunidad contigo y la he desperdiciado como la primera vez. Siempre he ido de fuerte e independiente y me han estado manipulando desde que empecé en este mundo. Mi única meta era ser un director que pudiese hacer sus películas sin depender de nadie y ahora que lo tengo al alcance de la mano todo está envenenado… como yo.
Se dio la vuelta para volver a mirar a Jimin. Ahora que estaba más calmado no podía evitar fijarse en cómo, a pesar de su palidez y de las sombras bajo sus ojos. Jimin seguía siendo el hombre más guapo que había visto en su vida. Ni siquiera la fría luz del hospital le desmerecía. Recordó lo demacrado que estaba los últimos días y como había decidido ignorar todas las alarmas en su cabeza para no tener que enfrentarse a él. Sintió una punzada en el pecho.
-Lo siento, Jimin. Lo siento tanto. - volvió a repetir las palabras que no paraban de rodar por su cabeza. Lo sentía tanto. Se acercó a la cama y le cogió la mano que no tenía ningún cable enganchado – Debí... - las lágrimas rodaban de nuevo por su cara sin cesar – debí haberte apoyado. Debí haber estado a tu lado. Sabía que algo estaba pasando, pero... joder Jimin. Tenía tanto miedo. Gong Yoo es... era – rectificó rápidamente – mi único mentor, mi maestro y mi imagen a seguir. No quería reconocer que podía estar equivocado. No quería aceptar que había perdido diez años cuando... - rio con sarcasmo – Parezco idiota hablando aquí solo. Llorando como un bebé sabiendo que cuando despiertes vas a mandarme a la mierda una vez más y...
Recordó los momentos de sus peleas anteriores, la furia con la que Jimin le miraba siempre. Lo rápido que él mismo se enfadaba por todo lo que le hacía sentir. Pero cuando a su mente llegó la imagen de ese Jimin en el porche de la cabaña, con el sol reflejándose en su cara. Una nueva furia le llenó, pero por otros motivos.
-¿Sabes qué? Que no, no pienso dejarte. No vamos a perder más tiempo -Se limpió las lágrimas traicioneras que seguían cayendo a pesar de su enfado consigo mismo y la situación – Voy a vigilarte. Voy a asegurarme de que comes cuando toca, y de que descansas. Y voy a...
En esos momentos una enfermera entró en la habitación. Jungkook se alejó de la cama, avergonzado, dejando que se acercase a revisar a Jimin mientras anotaba diversas cosas en la tablet que llevaba en la mano. El director la observó mientras se dirigía a la puerta, esperando para volver a acercarse a Jimin en cuanto esta saliese de la habitación. Le extrañó cuando la enfermera se acercó a él y le susurró:
-El doctor les dará más información, pero todo parece ir bien. Su pareja se recuperará. No llore más.
Jungkook solo pudo asentir, sonrojado. Ni siquiera intentó negar que Jimin y él fuesen algo. De hecho, le había gustado la idea de que la enfermera pensase que el bailarín era suyo.
-¿Has oído? Te vas a poner bien. - Cogió una silla y se sentó junto a la cama de nuevo, sabía que iba a volver a llorar en cuanto empezase a hablar – Así que vas a tener que aguantarme. Puede que no quieras contarme lo que pasó realmente, pero no lo necesito. porque voy a estar ahí para ti por todo el tiempo que no lo he estado. Y si necesitas un tiempo pues hablaré con los productores y pararé la película. Y si no quieres seguir cerca de mí, pues me iré. La película ya no tendría sentido para mi sin ti. Tú siempre fuiste mi Black Swan de todas formas y yo... - Toda la fuerza con la que había estado hablando desapareció cuando se planteó que realmente Jimin podía no querer saber nada de él cuando despertarse y volviese a salir de su vida.
Cruzó los brazos sobre la cama mientras los sollozos volvían a sacudir su cuerpo como cuando había estado desahogándose con Yoongi.
-¿De verdad? - Levantó la cabeza tan rápido al escuchar la voz de Jimin que se sintió mareado.
-¡Jimin! Tengo que buscar al doctor – fue a levantarse, pero Jimin apretó su brazo débilmente y eso le hizo pararse.
-¿De verdad dejarías tu película por mí?
-Yo... ¿Cuánto tiempo llevas despierto?
-Desde... - tosió. Jungkook le acercó un poco del agua que tenía en la mesita – Desde que la enfermera me ha despertado. Creía que era un sueño lo de estar oyendo tu voz. Jungkook – el director no pudo evitar mirarle a los ojos ante el tono de súplica en sus palabras – Contéstame.
-¿Y que si lo hiciese? ¿Tú sabes lo que he sentido cuando te he visto ahí tirado en el suelo? ¿Tú sabes... - las lágrimas le cerraron la garganta. Jimin desvió la mirada y Jungkook se sintió culpable de nuevo. - Iré a buscar al médico.
El bailarín le soltó, pero antes de que Jungkook se marchase decidió lanzarse.
-Jungkook – le llamó. Este se paró al lado de la puerta. Sin volverse. -Te quedarás, ¿Verdad?
El director se dio la vuelta y su corazón se encogió. Había de nuevo tanta vulnerabilidad en los ojos del bailarín que sintió que volvería a romperse si no salía de allí en ese momento. Asintió y solo cuando vio a Jimin sonreír mientras volvía a cerrar los ojos, salió de la habitación.
Chapter 27: Capítulo 26
Notes:
TRIGGER WARNING
Como siempre, comentaros que la escena del flashback cuando Jimin y Jungkook están hablando puede ser molesta para algunos y aunque no es tan grave como los warning generales, Jimin pasa por una situación desagradable que supongo que ya podéis imaginar.
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Tras realizarle las pruebas pertinentes a Jimin, el doctor volvió a la sala y les comunicó que, por suerte, los resultados dejaban claro que el bailarín no tendría secuelas permanentes. Tae y Hobi rogaron que les dejaran verlo, lo que les fue concedido.
Hacía rato que Jin y Namjoon se habían unido a ellos en la sala de espera. Yoongi les había puesto al día y los ojos hinchados de Jungkook explicaban todo lo demás. El actor decidió que era momento de ir a tomar algo en la cafetería mientras los amigos se reunían con el bailarín.
…
-¡Jimin! - Tae se lanzó a la cama para abrazar a su amigo, mientras lloraba.
-Shh, tranquilo, estoy bien – el bailarín se sentía culpable por haber preocupado a sus amigos. Ver a todos llorar por él le encogía el corazón – Hola Hobi – puso cara de circunstancias.
-Menudo susto nos has dado – replicó el coreógrafo acercándose también a la cama. Posó su mano sobre la de Jimin y la apretó mientras Tae seguía sollozando sobre su pecho.
-Lo siento, de verdad. No pensé que... - el bailarín sintió que también se iba a echar a llorar, pero intentó controlarse.
-Eso no importa ahora, Jimin – le aseguró Hobi – Debes centrarte en recuperarte y si tienes que dejar la maldita película pues...
-¡No! - le interrumpió el bailarín.
Ante la mirada de asombro de sus amigos decidió ponerles al día más o menos de lo acontecido, pero su cuerpo no estaba por la labor. Estaba exhausto. Despertar escuchando los verdaderos sentimientos de Jungkook después de todo lo que había pasado le había afectado más de lo que creía. Y ahora ver así de preocupados a sus mejores amigos le estaba terminando de drenar.
Incapaz de seguir, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, suspirando. A Hobi no se le escapó el gesto y miró a Tae que seguía bastante afectado.
-Tae, cariño. Deberíamos dejar a Jimin descansar – el aludido levantó la cabeza, sorprendido.
-¿Qué? No, pero… aun no he podido pedirle perdón. Yo... - miró a su amigo y se dio cuenta del agotamiento que este sentía – Jimin – pronunció de forma lastimera.
-Tae – Jimin acarició débilmente la cabeza de su amigo – No voy a ir a ningún lado, te lo contaré todo mañana ¿Vale?
-Pero… - repitió.
-Le he pedido a Jungkook que se quede. Quiero ser sincero con él. Mañana necesitaré tu apoyo pase lo que pase. Siempre te voy a necesitar. Podremos hablar de esa tontería de pedirme perdón y pasaremos todo el día juntos en cuanto me den el alta.
-¿Lo prometes?
Jimin estiró su dedo meñique.
-Lo prometo – dijo entrelazando sus dedos.
Antes de que sus dos amigos salieran de la habitación. Jimin ya se había entregado a los brazos de Morfeo.
…
-Y le he dicho que sí que me quedaría. - Jungkook acabó de poner al día a los demás de todo lo acontecido en la habitación de Jimin un rato antes.
-Y espero que no escondas más tus sentimientos – Jin le señaló con el tenedor que tenía en la mano. - Oh – exclamó cuando el director negó con la cabeza – Ya ni lo niegas ante nosotros. ¡Que bien has crecido! – todos rieron mientras Jungkook apartaba de golpe la mano del actor que le estaba removiendo el pelo.
-Solo quiero ayudarle. No me importa si no quiere contarme los detalles. Sé que no está bien y no pienso dejar que vuelva a pasar por todo eso él solo. Si me deja, voy a estar a su lado.
-Y sí le haces daño yo mismo me encargaré de ti – añadió Tae que justo en ese momento llegaba a la mesa acompañado por Hobi.
-No esperaba menos – respondió el director.
-Ha vuelto a dormirse. Necesita descansar – afirmó Hobi – Nos ha dicho que te vas a quedar con él, ¿no? - Jungkook asintió - Perfecto. Mañana a primera hora vendremos y desayunamos mientras los soulmates pasan un rato juntos antes de que a Jimin le den el alta.
-Me parece perfecto – Jungkook sonrió, entendiendo el gesto del coreógrafo como una ofrenda de paz.
-Dios, tengo la sensación de que no hago otra cosa que llorar – comentó Tae masajeando sus sienes. Sentía un buen dolor de cabeza creciendo.
…
Una vez hubo convencido a todos de que les informaría de cualquier cambio y que les esperaba temprano por la mañana, Jungkook se dirigió a la habitación de Jimin. Al entrar, le golpeó de nuevo el estado del bailarín, pero intentó recordarse que todo iba a salir bien. Se sentó junto a la cama, tal y como lo había hecho unas horas antes, no creía que fuese a pegar ojo.
Estaba mirando su móvil cuando sintió que Jimin se removía, se dio cuenta de que habían pasado más de tres horas. El bailarín abrió los ojos, parpadeando desorientado. Su mirada por fin se fijó en el director y la sonrisa que apareció en su cara hizo que a Jungkook le diese un vuelco el estómago.
-Hola – dijo Jimin con voz ronca.
-Hola – le respondió el director con suavidad.
-Pareces cansado, ¿por qué no duermes algo?
-¿No debería ser yo el que se preocupara por ti? – replicó el director riendo.
-Anda ven – Jimin se movió hacia un lado de la cama, dejando espacio para el otro.
-Jimin, no. Te puedo hacer daño.
-Daño me hace que estés tan lejos… ay no, qué cursi me ha quedado eso – Se tapó la cara con las manos - No me lo tengas en cuenta que estoy débil – añadió dando unas palmaditas en el lado vacío de la cama.
Jungkook aún dudaba, pero cuando el bailarín le miró con cara expectante, no le quedó más remedio que ceder. Con cuidado, se colocó al lado de Jimin, pero lo más cerca del borde que pudo para que el otro siguiese estando cómodo.
Estuvieron un rato en silencio, simplemente disfrutando de su compañía. Estaban tan relajados que Jungkook se sobresaltó cuando el bailarín le cogió de la mano.
-Gong Yoo intentó forzarme a acostarme con él – soltó a bocajarro.
Jungkook intentó moverse para mirarle, pero Jimin se lo impidió.
-Jimin…
-Si me miras me romperé. Necesito contártelo todo. No digas nada. Cuando termine podrás preguntarme lo que sea, incluso marcharte si hace falta, pero quiero que sepas todo lo que pasó. La verdad. ¿Vale?
El director sintió un nudo en la garganta. Tenía tantas ganas de conocer la historia del bailarín como miedo a esa verdad y cómo iba a hacerle reaccionar. Aun así, había algo que tenía claro:
-Nada de lo que digas podrá hacer que me vaya. Ya no más.
Jimin no dijo nada, solo apretó sus manos unidas unos segundos antes de empezar a hablar.
-El día que me llamaron para decirme que el vídeo que había enviado había pasado la primera fase y tenía que hacer el casting en persona, fue uno de los más felices de mi vida. Tenía la posibilidad de conseguir participar en el video del director más aclamado del momento. Era mi gran oportunidad. Viéndolo en perspectiva, pienso que debería haber prestado más atención a las señales cuando hice la prueba. La forma en que me miraba, como me cogió la cintura para colocarme sin decirme nada… entonces solo quise restarle importancia porque deseaba ese trabajo con todas mis fuerzas. Y lo conseguí, me enviaron los datos del lugar del rodaje y la coreografía. Y la preparé como ninguna otra. Hasta sangrar, literalmente. Pero nada importaba. Era mi sueño.
Tragó saliva audiblemente antes de continuar. Jungkook no dijo nada.
- Llegó el día del rodaje y todo fue maravilloso. El vestuario era precioso y además conocí a un ayudante de dirección de lo más adorable – río cuando Jungkook intentó protestar – Hicimos click, o eso creí. Estuve toda la noche tonteando con él por teléfono. Ni siquiera el mensaje del director diciéndome que tenía que estar en el rodaje al día siguiente una hora antes empañó mi buen humor. Hasta que llegué al estudio.
Hizo una pausa. Lo peor venía ahora. Jimin quería contárselo a Jungkook, pero estaba acojonado. El director había dicho que se quedaría… ¿y sí no le creía? Respiró hondo y empezó a hablar. Su voz mucho más débil, lo que no le pasó desapercibido al director, que se preparó mentalmente para lo peor.
*10 años antes*
-Pasa Jimin – le dijo un sonriente Gong Yoo desde detrás de su escritorio. Le señaló el pequeño sofá que había a un lado, pero el bailarín negó con la cabeza, estaba nervioso. Pensaba que si le habían hecho llegar antes cuando todavía no había nadie más, no podía ser nada bueno.
- ¿Hay algún problema? – preguntó directamente.
-Al contrario. Ayer te estuve observando con detenimiento. – A Jimin le sonó extraño el tono que estaba usando el director - Creo que tienes mucho potencial y podrías llegar muy lejos – Hizo una pausa y se levantó para empezar a andar hacia él. Jimin casi sonrió ante las palabras del director, pero la siguiente frase hizo que un escalofrío recorriera su espalda – Si me dejas ayudarte, claro.
La especie de sonrisa en la cara del director mientras le miraba de arriba abajo terminó de asustarle. Cuando Gong Yoo le puso una mano en el hombro y se acercó a su cara un nudo de terror se formó en su estómago. Dio un paso atrás para intentar alejarse de él, pero el director le siguió, invadiendo su espacio personal de nuevo. Volvió a intentar crear distancia, pero su espalda chocó contra la pared. Gong Yoo apoyó una mano en la pared y le cogió de la cintura con la otra, apretándole con fuerza y aprovechando la ventaja que le daba su envergadura, haciendo que el bailarín se sintiese aún más pequeño.
-Vamos, Jimin. Como te he dicho ayer me fijé mucho en ti, te vi con Jungkook, está claro para qué bando bateas. Yo puedo darte más, mucho más. Solo tienes que portarte bien – el director le cogió con fuerza de la barbilla.
Intentó librarse de él, pero Gong Yoo tenía demasiada fuerza y pegó su cuerpo al de Jimin dejándole sin espacio para moverse. Le apretó con fuerza la mandíbula haciendo que un quejido saliese de su boca. Antes de que pudiese reaccionar, el director le besó con fiereza y Jimin se quedó petrificado. Esto no podía estar pasando. Se sintió tan indefenso que los ojos se le llenaron de lágrimas.
Al verle sumiso, las manos de Gong Yoo empezaron a recorrer su cuerpo, colándose por debajo de su camiseta dejando marcas de uñas a su paso, hasta bajar hacia su pantalón. El director tiró de él para desabrocharlos lo justo para poder meter una de las manos en su pantalón y rodear su miembro. Jimin sentía cada toque, pero tenía la sensación de estar fuera de su cuerpo, como que esto no le estaba pasando a él. Hasta que sintió los dedos de Gong Yoo rodeando su entrada.
No supo cómo, pero aprovechó que este había relajado la presión contra su cuerpo para empujarle haciéndole caer al suelo de culo. Se quedó mirándolo durante unos segundos antes de reaccionar y salir corriendo hacia el baño a toda velocidad.
***
-Cuando conseguí salir del baño después de lavarme hasta sangrar, quería buscarte y contártelo y… - A Jimin se le quebró la voz. Jungkook era incapaz de moverse – Ya sabes el resto.
-Jimin, yo… - el bailarín, por fin, se atrevió a mirarle y su corazón se encogió al ver que el director estaba llorando de nuevo.
Intentó moverse para acercarse aún más a él, pero no pudo evitar un gemido de dolor lo que hizo que Jungkook le devolviese la mirada. En cuanto sus ojos se encontraron, los dos se fundieron en un abrazo, o en lo más parecido a ello que les permitía la diminuta cama.
-Lo siento tanto, Jimin. Yo no lo sabía… Si hubiera…
-Basta, Jungkook. – se separó de él y le limpió las lágrimas. Increíblemente se sentía más en paz que nunca ahora que el director sabía la verdad. – Yo hubiese hecho lo mismo.
-No, que va – contestó Jungkook convencido.
-No, que va – repitió Jimin siendo sincero. Ambos rieron con tristeza.
Estuvieron en silencio durante unos minutos. Jimin estaba a punto de quedarse dormido otra vez cuando Jungkook habló.
-Voy a acabar con él.
-Jungkook.
-No. Le hizo lo mismo a Taemin ¿verdad? – miró a Jimin y la tristeza que inundó su rostro le hizo entender. Se levantó de golpe de la cama – ¡Oh dios mio! No puede ser. Si yo… si hubiese hablado contigo… si le hubiese parado.
-¡Jungkook! – gritó Jimin haciendo que el otro dejase de andar por la habitación y le mirase – No te atrevas. ¿Crees que fue culpa mía?
-Por supuesto que no – El director cruzó los brazos, totalmente a la defensiva.
-Entonces no digas tonterías.
Jimin suspiró cuando el director se sentó en la silla con el ceño fruncido.
-Jeon – dijo con suavidad. Sonrió cuando sus miradas se encontraron de nuevo – Acabaremos con él. Juntos – Tragó saliva para evitar ponerse a llorar. Ya habían llorado lo suficiente. – Y ahora vuelve aquí, tengo frío.
Por fin, Jungkook volvió a sonreír ante el tono del bailarín. Se metió de nuevo en la cama y aunque estaba cansado se obligó a no dormirse hasta que Jimin lo hiciese. Ojalá no lo hubiese hecho, porque toda la rabia que sentía volvió cuando cogió su móvil al ver una nueva notificación.
BANGTAN NEWS
PARK JIMIN CAE
Por si no había quedado claro que el rodaje de la versión de Black Swan de Jeon Jungkook está gafado, otro nuevo escándalo llega desde el mismo set de rodaje.
Park Jimin, bailarín principal anteriormente coreógrafo en la sombra. Habría intentado quitarse la vida al no poder con la presión.
¿Habrá sido el director demasiado duro con él dentro del rodaje?
A la rabia de ver cómo volvían a atacar a Jimin se unió el dolor de saber con certeza quién era el topo en su rodaje. Solo unas pocas personas sabían que Jimin estaba en el hospital. Solo una de ellas había expresado dudas sobre si el bailarín podía haber intentado suicidarse. Apretó los dientes y se prometió así mismo que protegería a Jimin todo lo posible. Si estaba en su mano, no iba a volver a sufrir. Pero lo primero era lo primero:
Gong Yoo era quien tenía que pagar.
Notes:
Si por casualidad alguien está leyendo esto: Muchas Gracias.
Chapter 28: Capítulo 27
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Jungkook creía que nada podría ser peor que lo que Jimin le había contado el día anterior. No podía estar más equivocado. Al menos ahora estaba desayunando con Hobi y no tenía que hacerse el fuerte delante del bailarín, aunque con lo que había llorado estos últimos días igual ya era tarde para eso.
Solo unas horas antes cuando Taehyung había entrado en la habitación de Jimin, Jungkook no entendía cómo, pero los vio mirarse y cuando el idol asintió y luego lo miró, le quedó claro que este ya sabía lo que habían hablado la noche anterior. Cuando Hobi se acercó a él y le dio unas palmadas en la espalda, supo que había pasado la prueba. Lo malo es que después de eso parecía haberse abierto la veda para hablar del pasado.
Al saber por todo lo que Jimin había pasado tras lo ocurrido con su mentor (Gong Yoo, corrigió a su propia mente, le daba nauseas pensar que alguna vez había admirado a una persona así) aún se había sentido peor.
La noche anterior no había pensado en las consecuencias más allá de la mala experiencia en sí. Ahora tras conocer como lo había pasado Jimin en los castings y las circunstancias en las que se habían conocido el bailarín y sus amigos podía entender las cosas que había visto en Jimin. Los ataques de ansiedad, la inseguridad, la coraza que intentaba construir…
-Deja de jugar con la comida, eres peor que Jimin – le soltó Hobi en tono de guasa. Sin embargo, eso le hizo sentir aún peor.
-No puedo comer– empujó el plato lejos.
-Jungkook. Sé que te ha venido todo de golpe y que no es algo fácil de digerir, pero ahora mismo Jimin te necesita a tope. Solo el hecho de que te haya contado todo demuestra lo mucho que le importas. Te necesita.
-Lo sé. Y voy a estar ahí para él – replicó antes de que el otro pudiera contestarle – Pero ahora mismo tengo un nudo en el estómago y una maraña en la cabeza. Me duele por él y solo quiero buscar a ese hijo de puta y…
-Me apunto – aportó Tae sentándose al lado de Hobi y robándole un trozo de cruasán de su plato – Jimin está con la enfermera, en cuanto estén los papeles del alta podemos marcharnos. ¿Cómo lo vamos a hacer? Lo de cuidar de él – añadió Tae al ver la cara de susto del director – lo otro ya lo planeamos con calma.
Hobi soltó una risita ante el intento de su novio de rebajar el ambiente.
-Habéis quedado en pasar el día juntos, ¿verdad? – le preguntó Jungkook. Tae asintió – Perfecto, pues voy a aprovechar para hacer unas compras y tener todo preparado para él en mi caravana. No quiero que esté solo, ni que duerma solo y… - se puso rojo al ver cómo lo miraban los otros dos – Si él quiere, claro.
-Pues claro que querrá – comentó Hobi.
El móvil de Jungkook comenzó a sonar. Se levantó para contestar y volvió a la mesa un rato después.
-Era Jin. Dice que hay bastante prensa en la puerta ya que se ha corrido la voz por ese artículo de mierda. ¡Joder! – se pasó las manos por el pelo – Es lo que menos necesita ahora mismo.
-Jungkook, relájate. Vamos a hablar con él a ver si ya tiene el alta y nos organizamos.
…
Jin colgó el teléfono y se extrañó al ver que Namjoon no había bajado todavía del coche.
-¿Vamos? – le preguntó a través de la ventanilla, pero el otro negó con la cabeza.
-Creo que os voy a esperar aquí – dijo mirando al frente.
-Nam… - el actor siguió la línea de la mirada del otro hasta la maraña de periodistas que esperaban en las escaleras de entrada al Hospital.
Intentó no dejar que la frustración le ganase la batalla, no era la primera vez que Namjoon no quería que los viesen juntos en público.
-¿En serio? ¿Vas a pasar de ir a ver a tu amigo solo porque te avergüenza que te vean conmigo?
Las palabras de Jin hicieron que por fin el productor musical reaccionase.
-No digas tonterías.
Solo que no en la forma en la que el actor quería. Perdió las ganas de pelear.
-¿Sabes qué? Tienes razón. Es mejor que no nos vean juntos. Es mejor que no comamos juntos. A lo mejor es mejor que dejemos de estar juntos.
Antes de que Namjoon pudiese reaccionar, Jin se estaba alejando del coche en dirección al Hospital. Vio cómo los periodistas lo rodeaban y las cámaras lanzaban flashes sin parar. Lo vio transformarse en el actor Kim Seokjin y poner la sonrisa profesional mientras contestaba a las preguntas. Pero, incluso a pesar de la distancia, cuando Jin se alejó de las cámaras para adentrarse en el Hospital y le lanzó una última mirada, pudo ver la decepción en su mirada.
…
-…y por todas esas razones creo que sería más seguro que te quedases conmigo.
Jimin sonrió a su reflejo mientras terminaba de asearse y escuchaba a Jungkook divagar sobre los motivos por lo que el bailarín debería instalarse con él y no volver a su propia caravana. Era adorable notar la duda de su voz, no podía verlo aún, pero estaba seguro de que el director estaba sonrojado.
Salió del baño y fue directamente a dejar un suave beso en los labios de un sorprendido Jungkook.
-Por supuesto que quiero quedarme contigo. No necesito razones. – la sonrisa del director le llenó de calor y volvió a unir sus labios, esta vez con un poco más de profundidad.
-Ejem ejem – los interrumpió Taehyung que estaba apoyado en la cama que el bailarín había dejado hacía un momento – Aún no hemos aclarado cómo vamos a salir de aquí.
Jimin levantó la barbilla.
-No voy a esconderme. Voy a salir por la puerta principal y enfrentarme a todas esas hienas. No tengo nada de lo que avergonzarme – Jungkook lo miró con orgullo.
-Vale, pues yo voy a avisar a Jin para preparar el coche y…
-¿No vas a salir conmigo? – le preguntó Jimin extrañado.
-¿Quieres?
-Claro que quiero. Jungkook, hazte a la idea ya. Quiero todo contigo – El director asintió frotándose la nuca mientras Tae y Hobi reían por lo bajo.
-Vale – dijo Hobi – pues entonces nosotros sí que nos vamos a ir ya y al menos despejamos el camino y nos vemos en el set.
-Jimin, espero tu llamada en cuanto te instales – Tae señaló al bailarín con el dedo como advertencia.
-Que siiiii – contestó el aludido rodando los ojos.
Jungkook cogió la bolsa con las cosas de Jimin y lo hizo sentarse en la silla de ruedas que debía llevarlo hasta la salida. Había protestado, pero eran las normas. Sonrió al ver como el bailarín se cruzaba de brazos enfurruñado en cuanto se sentó.
En cuanto llegaron a la salida Jimin se levantó. Jungkook se acercó a él y apoyó una mano en la parte baja de la espalda para darle estabilidad. No se dijeron nada, pero Jimin buscó su mirada antes de respirar hondo y salir de allí. Apenas habían dado unos pasos cuando fueron rodeados por una nube de cámaras y micrófonos.
“Jimin, ¿es verdad que has intentado quitarte la vida?” “¿Se va a cancelar el rodaje de la película?” “¿Qué hay de cierto en los rumores de que sois pareja? ¿Es verdad que es solo una estrategia de marketing?”
Debería ser él el que estaba nervioso, pero Jimin notó como el director se tensaba ante las preguntas. Cuando sintió que este iba a dar un paso para contestar a una periodista especialmente impertinente lo cogió de la mano que este tenía en su espalda y la apretó con fuerza. Jungkook lo miró sorprendido y su expresión se relajó en cuanto sus miradas se encontraron. Bajaron el resto de escaleras sin soltarse y sin contestar a ninguna pregunta.
Llegaron hasta donde Jin les estaba esperando para guiarlos hasta el coche.
-Namjoon – soltó el actor con brusquedad – baja para que Jimin pueda ir más cómodo delante.
-No es necesario… - empezó a decir el bailarín.
-Bájate. – repitió Jin con sequedad evitando la mirada de extrañeza que Jungkook le estaba enviando.
Sin decir una palabra, Namjoon obedeció y se cambió al asiento trasero. Tras acomodar a Jimin a pesar de que este insistía en que podía solo, Jungkook se sentó junto al productor musical quien se encogió de hombros ante la pregunta no formulada en la cara del director.
El viaje hasta el set transcurrió en un incómodo silencio solo interrumpido por el director asegurándose de que Jimin estaba bien de vez en cuando.
-Por el amor de Dios, Jungkook. Jimin está perfectamente, igual que hace cinco minutos cuando le preguntaste – soltó Jin exasperado.
Nadie más habló en todo el camino.
…
Yoongi estaba terminando de preparar la mesa cuando sintió que alguien lo abrazaba por detrás. Se tensó por un segundo hasta que Tae le susurró un “hola” al oído que lo hizo estremecerse en contra de su voluntad.
Se dio la vuelta para alejarse de él cuando notó que Hobi también estaba allí y admiraba toda la comida dispuesta para ellos.
-Se me hace la boca agua solo de verlo – dijo el coreógrafo – Cuando dijiste que preferías quedarte para preparar un almuerzo de bienvenida a Jimin, no me esperaba este banquete.
-He pedido a los de cátering que me dejasen prepararlo todo. Siempre me ha gustado cocinar, me relaja.
-Pues si todo sabe cómo huele, se te da de maravilla – dijo Tae rozándose el estómago con la mano y haciendo que Yoongi sonriese.
El productor se sentía extraño. Por un lado, creía que tenía claro que no iba a meterse en una relación con una pareja estable (otra vez), pero, por otro lado, esos dos le estaban haciendo sentir cosas que hacía tiempo que no sentía. Y que no estaba seguro de querer sentir.
La llegada del resto sacó a Yoongi de sus pensamientos y lo llenó de orgullo observar como admiraban la comida que había preparado para todos.
-Gracias, Yoongi – le dijo Jimin con la boca llena. Nadie dijo nada, pero todos estaban pendientes del bailarín y les quitaba un peso de encima verlo con los cachetes llenos de comida.
Aunque nadie dijo nada, todos observaron como Jimin llenaba no solo el plato sino también la boca. Jungkook sonrió con satisfacción cuando el bailarín le dio de comer con su propio tenedor. Quedaba mucho por hacer, pero en ese mismo momento rodeado de toda esa gente que en unos meses se habían hecho imprescindibles en su vida, supo que valía la pena luchar por ello.
…
Una vez Jimin se hubo marchado con Tae, Jungkook se dirigió a la caravana de Jimin con la llave que este le había dado. Sonrió al recordar el escalofrío que había recorrido el cuerpo del bailarín cuando le había susurrado al oído algo como: “Te espero luego”.
Después del desgaste emocional de los últimos días, enterró en la parte de atrás de sus pensamientos la culpabilidad que aún sentía y centró toda su atención en que la estancia de Jimin en su caravana fuese lo más agradable posible, a lo mejor podía conseguir que no quisiera volver a la suya propia.
En cuanto dejó todas las cosas del bailarín más o menos colocadas se dirigió al centro comercial más cercano para comprar lo necesario. Llenó el carro con varios juegos de sábanas, toallas y algún detalle más. En un arrebato compró unos pijamas a juego para los dos. Esperaba que a Jimin le hiciese gracia la idea.
Pasó también por el supermercado para adquirir alguna cosa más y mientras estaba pagando se fijó en los productos en el expositor de al lado de la caja y en el último momento añadió una caja de condones. Ni siquiera recordaba si tenía en la caravana y no quería asumir, pero… ¿a quién quería engañar? Rodó los ojos cuando la cajera le miró de arriba abajo al cobrarle… Si ella supiera.
Regresó a su caravana y de nuevo se puso a colocar las cosas. Rehizo la cama con las sábanas nuevas y colocó los cojines nuevos y totalmente innecesarios que había comprado. Puso también las toallas y los productos de aseo que había comprado para añadir a los que Jimin ya tenía. Mientras daba un último repaso al pequeño baño, tuvo que reconocer que era una sensación agradable ver los estantes llenos de sus cosas y las de Jimin y los dos cepillos de dientes juntos en el bote.
Una vez quedó conforme con cómo estaba todo se puso a hacer la cena, Jimin le había prometido que llegaría temprano a pesar de su insistencia en tomarse el tiempo que quisiese. No había empezado con los ingredientes cuando llamaron a la puerta.
Abrió la puerta sonriendo, convencido de que este había decidido volver antes y no pudo evitar la sorpresa al ver allí a Jin.
-Oh, eres tú.
-Hombre, gracias. Y yo que venía a que me animasen.
-Pasa anda – Jungkook se apartó para que el actor entrase.
-¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué parece tu caravana un lugar habitable de repente? – comentó mientras se sentaba. Se echó a reír cuando vio el sonrojo en las mejillas del director – ¡Ay Jungkookah! Ya no tienes salvación.
-¡Cállate! – replicó dándole una cerveza y sentándose frente a él en la mesa - ¿Has venido por algo o solo a hacerme la puñeta? – Jin suspiró ante las palabras de Jungkook lo que hizo que el director no dijese nada más, esperando a que su amigo se decidiese a contarle lo que fuese que le preocupaba.
-Es Namjoon. Creo que se avergüenza de lo nuestro. De mí.
-Venga ya, Jin.
-Que sí – insistió el actor.
-No puede ser.
-No quiere que nos vean acaramelados en el catering, no quiere que vayamos de la mano al salir de los rodajes, no ha querido acompañarme a recoger a Jimin por la prensa. No quiere que lo vean conmigo.
-Vale, algo de eso si he notado en las comidas, pero creo que lo estás enfocando mal.
-¿Qué quieres decir? – Jin le dio un trago a su cerveza mirando expectante a su amigo.
-No creo que se avergüence de ti, si no lo contrario. Me explico – añadió ante la expresión de no entender nada del otro – Ya sabes lo tímido que es Namjoon a pesar de su tamaño. Creo que se siente inseguro al estar contigo. Si tú desprendes algo es seguridad. No creo que él la tenga y puede que se sienta intimidado.
-¿Tú crees? – Jungkook asintió.
-Deberías hablar con él. Dile lo que sientes, haz que se sienta seguro.
-¿Desde cuando eres tú el sabio entre nosotros? ¿Será que ahora ya sabes lo que es el amor? – La contagiosa risa de Jin resonó en la caravana cuando Jungkook intentó pegarle un manotazo y derramó la cerveza sobre la mesa.
-¡Maldita sea!
-Tranquilo, ahora te ayudo a dejarlo todo listo para tu amorcito – Volvió a reír cuando Jungkook intentó pegarle de nuevo.
-Ya lo hago yo, tú vete a hablar con tu amorcito también – respondió con sorna.
-¿Seguro? – Jin volvió a sentirse inseguro al pensar en la conversación pendiente con Namjoon.
-Seguro. Estoy convencido de que mañana estaré arrepintiéndome cuando os vea haciendo carantoñas a la hora de la comida.
A pesar de su petición el actor le ayudó a recoger los botellines vacíos y se dispuso a marcharse mientras Jungkook se ponía de nuevo con la abandonada cena.
-Jungkookah.
-¿Sí? – se dio la vuelta para observar a su amigo.
-Gracias.
-No te pongas moñas – Jin rodó los ojos al escucharlo – pero siempre. Ya lo sabes.
-Lo sé.
-Pues entonces lárgate ya.
Jungkook rio al escuchar un “yo también te quiero” tras oír la puerta de su caravana cerrarse. Justo en ese momento su móvil se iluminó. Era Jimin para decirle que ya estaba en camino. Su sonrisa se amplió y empezó a acelerar la preparación de la cena.
Chapter 29: Capítulo 28
Chapter Text
Tae fue directamente a la caravana de Yoongi y Namjoon después de dejar a Jimin en la del director. Hobi le había dicho que estaría allí después de negarse a ir con ellos a pesar de que tanto Tae como Jimin le habían insistido. En el fondo, el coreógrafo sabía que Tae necesitaba un rato a solas con su soulmate después de todo lo que había pasado.
Había sido maravilloso ver a Jimin tan ilusionado por una vez. Sabía que el bailarín nunca se recuperaría del todo de las experiencias pasadas, pero ver sus ojos brillando al hablar de Jungkook y como le había pedido que se quedase con él en su caravana hasta que estuviese más recuperado había sido maravilloso. A pesar de las ganas, Jimin tenía dudas por el miedo a sufrir una de sus pesadillas o peor, un ataque de ansiedad o pánico. Tae le había recordado que Jungkook ya había presenciado ambas cosas y seguía ahí. Además, era el momento ideal para ver si el director estaba a la altura de su soulmate o no.
También habían tenido tiempo para hablar de lo mal que se sentía Tae por haberlo descuidado y de lo que estaban haciendo cuando Jungkook lo llamó. Jimin le dijo que era una estupidez que se sintiese mal cuando él mismo era el que había querido ocultar lo hundido que se sentía. Y de ahí pasaron al tema que se traían Hobi y él con Yoongi, pero poco más se había avanzado en ese terreno.
Sabiendo que Jimin estaba deseando volver a estar con Jungkook, le sugirió volver antes a la zona de caravanas. Como esperaba, el bailarín aceptó encantado.
Fui Hobi el que le abrió la puerta cuando llegó.
-Hola, cariño – le dio un beso corto.
-¿Qué tal con Jimin? – le preguntó el coreógrafo mientras le hacía pasar.
-Genial. ¿Qué pasa? – lanzó el idol extrañado por el ambiente en la caravana. Todos estaban un poco serios de más.
Tanto Yoongi como Hobi miraron a Namjoon quien suspiró y le hizo un gesto a Tae para que se sentara cerca de él. Un rato después el idol ya estaba al día de lo sucedido entre el productor musical y Jin. El silencio llenó la caravana cuando Namjoon terminó de hablar y miró al idol, expectante.
-Eres idiota.
Yoongi hizo un ruido sarcástico que hizo reír a Tae.
-Justo lo mismo que ha dicho Yoongi – dijo Namjoon entre dientes.
-El destino – replicó el idol guiñandole el ojo. El otro desvió la mirada.
-Namjoon, en serio. Piensa en cómo se siente Jin, seguro que piensa que te da vergüenza lo vuestro, o peor, que te da vergüenza que te vean con él. Ponte en su lugar.
-Pero…
-¿Quieres perderlo? ¿No has aprendido nada de Jungkook y Jimin y dejar que el orgullo te impida arreglar las cosas?
-Tae – lo llamó Hobi. El idol lo miró pensando que le iba a reñir por ser tan brusco - ¿Puedo decir que me pone mucho verte hablando así de bien?
Todos empezaron a reír ante sus palabras, justo lo que el coreógrafo pretendía. Tae tenía razón, pero él mismo sabía lo que era sentirse inseguro.
-Dale tregua a Nam, Tae – añadió – No es tan fácil controlar lo que se siente.
-A mí me lo vas a decir – comentó Yoongi.
Cuando le miraron, se dieron cuenta de que se le había escapado ya que él mismo tenía cara de sorprendido.
-De verdad, somos un puto desastre – sentenció Namjoon mientras se levantaba a preparar unos chupitos de Soju. Los repartió y todos se unieron para chocar sus vasos antes de beber.
-¡Por los desastres! – dijo Hobi.
Los demás lo repitieron y se prepararon para la siguiente ronda. Por fin podían relajarse después de la tensión de los últimos días.
…
Jimin respiró hondo antes de llamar, estaba un poco nervioso a pesar de todo. En cuanto Jungkook abrió la puerta las mariposas en su estómago despertaron. En el momento en el que entró y vio todo lo que el director había preparado estas alzaron el vuelo dejándole casi sin aliento.
No solo era patente que Jungkook había arreglado toda la caravana. Además, la mesa estaba preparada sin faltar detalle, mantel y servilletas a juego incluido. La tenue luz de las velas que había repartidas en varios lugares estratégicos le daba un toque de lo más romántico.
-Wow – dijo en tono de broma para disimular la emoción en su voz.
-¿Demasiado? – preguntó Jungkook frotándose la nuca.
No le respondió, directamente se acercó a él y lo besó con pasión. No como los tímidos besos que habían compartido al despedirse.
-Nunca es demasiado. Es perfecto.
-A la carne le quedan cinco minutos. Date una ducha, he puesto tus cosas en el lado izquierdo del armario.
Lo miró de nuevo y entonces se dio cuenta de que el director ya se había puesto cómodo. De hecho, llevaba un pijama con pequeños cuadros y.… un momento ¿eso eran transparencias? Volvió a revisar la anatomía del otro hasta que se encontró con su mirada y vio que una de sus cejas estaba alzada mientras sonreía. Decidió hacerle caso y se metió al baño sin decir nada más, pero cuando entró soltó un sonido de sorpresa que hizo que Jungkook se acercase a él corriendo. Jimin lo miró sin decir nada y el director se asustó aún más.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?
-Jungkook… - el aludido siguió su mirada hasta estantes ahora repletos de diferentes tipos de botes.
-¿No te gusta? Puedo quitar lo que quieras. Tae me ha dicho lo que te gustaba así que pensé que… No importa, también he traído tus cosas de tu caravana, están en el cajón y…
Jimin lo silenció con un nuevo beso.
-Gracias – comentó el bailarín con la voz rota – No hacía falta, pero de verdad. Gracias por ser tan detallista. Todo esto es demasiado. Yo te… - se calló de golpe – Te lo agradezco mucho – tartamudeó, se dio la vuelta para meterse en la ducha antes de que Jungkook pudiese decir nada más.
En cuanto escuchó al director volver a la zona de la cocina Jimin entró en pánico. Había estado a punto de decirle a Jungkook que lo quería. Era pronto, demasiado pronto a pesar de lo intenso que se sentía. Ahora que todo estaba bien no podía cagarla. Se golpeó a sí mismo en la cara ajeno a que Jungkook estaba en un estado parecido.
¿Había estado Jimin a punto de decirle que lo quería? Sin duda debía haberlo entendido mal, ¿no? Lo que debería darle miedo era el hecho de que probablemente le hubiera contestado lo mismo si el bailarín lo hubiese dicho. Pero no era así para nada. Ya no.
…
Seokjin había salido de la caravana de Jungkook dándole vueltas a la cabeza. Lo que más le fastidiaba era que, aunque en el fondo el director tenía razón, Namjoon se ponía a la defensiva en ese tema sin razón aparente. Ya le había dicho claramente que apostaba por un futuro juntos ¿Qué más tenía que hacer?
Sus pies lo habían llevado a la caravana que aquel que ocupaba sus pensamientos compartía con Yoongi. Escuchó que había jaleo dentro. No parecía que Namjoon estuviese tan afectado como él. Quizá era mejor dejarlo estar…
Se dio la vuelta para marcharse cuando escuchó una voz en un lateral que casi le provoca un infarto.
-Hey…
-¡Aaaaaah! – El grito del actor hizo que varios pares de ojos se asomaran por una de las ventanas de la caravana para volver a desaparecer en cuanto vieron quien era.
-Perdón – La disculpa del productor musical no parecía muy sincera ya que sus hoyuelos estaban presentes, señal de que estaba sonriendo.
-Si quieres acabar conmigo, dímelo. No hace falta que me mates de un susto – la supuesta broma de Jin hizo que dichos hoyuelos desaparecieran de golpe. Suspiró y se acercó al lugar donde Namjoon estaba sentado en el suelo, apoyado en un lado de la caravana.
-Nam…
-No quiero romper contigo.
-Pero… - estaba claro que había un “pero”.
-No puedo evitarlo, Jin.
Durante unos minutos ninguno dijo nada. Al final, fue el actor el que rompió el silencio. No podía más.
-¿Qué puedo hacer? No paro de darle vueltas. ¿Qué puedo hacer para que confíes en mí?
-No es eso.
-¿Entonces qué es? Namjoon, lo intento, créeme. Sé que necesitas tu tiempo, no tengo problema, pero…
-No eres tú, soy yo – alzó la mirada ante la risa sarcástica pero dolida de Jin.
-Joder, Nam. Esa es la peor frase que le puedes decir a nadie – se levantó dispuesto a marcharse. Después de lanzarle al otro una última mirada y ver que no había reacción, suspiró y empezó a andar.
Jin había dado sólo unos pasos cuando notó que lo abrazaban por detrás. Los brazos de Namjoon cogiéndolo con fuerza mientras este pegaba la cabeza a su espalda. Su corazón empezó a acelerarse y se quedó completamente quieto.
-Tengo miedo – la voz de Namjoon sonaba completamente rota. Jin intentó darse la vuelta, pero el otro se lo impidió.
-Namjoon… - Por una vez, no sabía qué decir.
-Te quiero. – El sonido de asombro que salió de la boca de Jin los pilló a ambos por sorpresa. Antes de que el actor pudiera reaccionar siguió hablando – Te quiero y estoy completamente acojonado. Sé que un día te vas a levantar y me vas a ver a tu lado y…
De repente, el actor sintió que el otro se soltaba, sin embargo no intentó darse la vuelta ahora que estaba libre. Era obvio en su voz que Namjoon estaba llorando. No quería presionarlo aún más, aunque se moría de ganas de mirarlo a los ojos.
-¡Joder! No tenía que haber dicho nada. Es demasiado pronto. Esto es una locura. Pero no quería que pensaras que no me importas… es sólo que no estoy a la altura y no puedo…
-Nam, mírame. – Ahora que el otro estaba entrando en pánico no pudo resistirse más y se giró para cogerlo de la barbilla y obligarle a mirarlo. Sus ojos brillantes cuando lo hizo, le rompieron el alma – Yo también te quiero.
Los ojos del productor se abrieron como platos. La respiración de ambos seguía acelerada mientras se miraban. El tiempo parecía haberse parado. Solo las silenciosas lágrimas rodando por las mejillas de Namjoon rompían esa sensación.
-Jin… su voz se quebró por completo cuando este lo abrazó y lo apretó contra su cuerpo con la misma fuerza que él mismo había hecho hacía unos minutos para retenerlo.
-Lo sé, me da igual. Vamos a ir a nuestro ritmo. – rompió el abrazo para que el otro pudiese ver en su mirada toda la verdad que volcó en sus siguientes palabras – Voy a hacer que te veas como eres, Kim Namjoon. Como yo te veo. Sé que tienes fallos. Todos tenemos fallos. YO he tenido muchos fallos, y tengo muchos más miedos, pero voy a aferrarme a ti tan fuerte como pueda y vas a empezar a quererte progresivamente. Poco a poco. Voy a conseguir que te quieras como yo te quiero. Ya lo verás.
-Joder Jin, que bonito – El actor alzó la mirada al escuchar una voz que no era la de Namjoon para encontrase con Yoongi, Tae y Hobi en la puerta de la caravana el primero.
-¿Desde cuándo estáis ahí?
-Desde más o menos cuando gritaste como un loco. Perdón – Tae tuvo la decencia de parecer avergonzado de verdad.
-¿Entráis? – Yoongi hizo un gesto con la cabeza hacia su caravana. El actor miró a Namjoon y este asintió.
-Entramos.
Sin decir nada más Jin cogió a Namjoon de la mano y se dirigió a la caravana en la que ya se habían vuelto a meter los otros tres. Después de tantas emociones estaría genial relajarse un rato con sus amigos.
...
Tras su ducha, Jimin se estaba observando en el espejo cuando Jungkook entró en el pequeño baño y lo abrazó desde atrás.
-¿Qué tal estás? - le preguntó colocando la barbilla en su hombro y mirándolo a través del reflejo en el cristal.
-Un poco cansado – confesó con sinceridad.
Alargó la mano para coger el secador, pero al darse cuenta de lo que quería hacer, al director se le ocurrió una brillante idea. Se separó de Jimin y lo cogió de la mano para llevarlo hasta la zona del dormitorio y hacerlo sentarse en el borde de la cama. El bailarín iba a protestar cuando el otro se llevó un dedo a los labios pidiéndole silencio.
Mientras Jungkook volvía al baño, Jimin se dio cuenta de que también era obvio que había habido cambios en esa zona. Hasta el libro que había estado leyendo estaba en el que supuso que ahora era su lado de la cama. Volvió a sentir como las mariposas volvían a la vida. Jungkook había tenido en cuenta cada detalle para hacerlo sentir cómodo.
-¿En qué piensas? – le preguntó el director acercándose a él con el secador en la mano.
-En que eres demasiado perfecto.
-Oh – Jungkook se sonrojó y se puso a jugar con el cable del aparato para disimular.
Jimin abrió los ojos cuando el otro se colocó de rodillas entre sus piernas. Le gustaba demasiado esa situación. Casi tanto como a Jungkook quien fijó su mirada en el pecho del bailarín que todavía iba solo con la toalla que había enredado en su cintura al salir de la ducha. Jimin tosió y el director lo miró con picardía. Encendió el secador y comenzó a hacer su trabajo, enredando sus dedos en el pelo del bailarín para secarlo con precisión.
-Jungkook, no hace falta que...
-No queremos que te resfríes – interrumpió el director con sorna.
-Entonces quizá deberías haber dejado que me vistiese primero.
-¿Y perderme estas vistas mientras soy demasiado perfecto? Ni de coña.
Jimin empezó a reír y casi se cae de la cama al hacerlo. Jungkook lo estabilizó cogiéndolo de la cintura. El secador cayó al suelo con estrépito. Sus miradas se encontraron y sus cuerpos no pudieron evitar acercarse aún más. Se besaron lentamente, con languidez. Cuando el bailarín abrió un poco más las piernas y Jungkook pudo notar lo excitado que empezaba a estar, se alejó de golpe.
Al ver la mirada confundida de Jimin se compadeció de él y volvió a besarle, pero se volvió a alejar antes de que el otro pudiera profundizar.
-Primero termino tu pelo. Luego te pondrás tu nuevo pijama y después vamos a disfrutar de la cena que he preparado para los dos.
-¿Y qué más? - coqueteó Jimin a pesar de que necesitaba relajarse.
-¿No estabas cansado?
-Se me ha pasado en el momento en el que te he visto entre mis piernas – Jungkook no pudo evitar reír.
-Vas a acabar conmigo, Park Jimin.
-Eso espero, Jeon. Ahora, venga, date prisa – señaló el secador abandonado.
El director volvió a reír mientras encendía de nuevo el secador. Un rato después se levantó y sacó de un cajón el pijama que le había comprado a Jimin, dejándolo a su lado en la cama sin decir nada.
No por primera vez la importancia que Jungkook le daba al detalle se hizo patente cuando el bailarín se dio cuenta de que era un pijama idéntico al que portaba el otro. Sonrió al entender porqué lo había dejado y había escapado a la cocina a toda velocidad. No lograba entender como el director podía ser tan sexy y tan tierno a la vez.
Salió de la zona del dormitorio para acercarse a Jungkook y dejar un beso en su mejilla. Este lo miró con sorpresa, pero sus ojos se oscurecieron cuando lo volvió a repasar con la mirada, a lo mejor parando un poco de más en las zonas con transparencias. Quién podía culparlo.
- Vamos a cenar, anda – dijo poniendo varios platos sobre la mesa.
Chapter 30: Capítulo 29
Notes:
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Jungkook acariciaba ligeramente la mejilla de Jimin, sonriendo al ver como este arrugaba la nariz entre sueños. A pesar de su reticencia, el bailarín había caído rendido poco después de cenar. Al director no le importaba, ahora que había abierto la presa de sus sentimientos estos fluían en su interior casi con la misma fuerza con la que había luchado para retenerlos.
Hace solo unos días habría jurado que Jimin lo odiaba, que la película acabaría y no volverían a verse. Y ahora, solo quería pensar en todo lo que les esperaba por delante, juntos. A lo mejor para alguien que no supiese su historia le podría parecer algo precipitado, pero la vida les había robado su oportunidad hacía diez años. El bailarín había pasado por el propio infierno. En el momento en el que había encontrado el cuerpo inconsciente de Jimin en el suelo, cuando había creído que lo perdía… esas horas de espera en el hospital era algo que Jungkook no deseaba a nadie.
Habían pasado por demasiado. No iban a perder más el tiempo.
Esos fueron los pensamientos del director mientras, por fin, se quedaba dormido con Jimin entre sus brazos.
…
Yoongi se levantó satisfecho consigo mismo. Esta vez no había entrado en pánico cuando se había despertado rodeado de los otros dos. Sonrió mientras ponía la cafetera por no haberlos despertado. Miró hacia el lado de la cama de Namjoon que estaba vacía. Se había marchado con Jin a altas horas de la madrugada. Se alegraba mucho de que su amigo hubiese encontrado el amor. Sus ojos se desviaron hacía la cama donde los otros dos dormían al pensar en el amor… y le dio rabia.
No. Él pasaba de esas cosas.
Su buen humor se había esfumado. Sacó su portátil y se dispuso a trabajar con los cascos puestos. Intentó escribir algo, pero nada de lo que le salía le gustaba. En solo un rato toda su libreta se había llenado de tachones. La apartó y se reclinó en la silla para escuchar algo de lo que ya tenía. Estaba tan absorto en su mundo que olvidó por completo que no estaba solo…
….
Jin se despertó al escuchar un estruendo que parecía provenir de la zona de la cocina. Frotándose los ojos se arrastró hasta allí para deshacerse al ver la cara de pena de Namjoon que sostenía el asa de una de sus sartenes en la mano, mientras el suelo estaba lleno de restos de comida y la sartén que al parecer se había partido.
-Dios, es que tengo que quererte… - dijo acercándose a Namjoon y dándole un beso en la mejilla.
-Lo siento, yo… - lo miró avergonzado.
-No seas bobo, era vieja ya. Gracias por intentar hacerme el desayuno.
-Al menos he hecho el zumo – dijo el productor musical señalando el exprimidor y los restos de demasiadas naranjas para la cantidad que había en los vasos, pero Jin no dijo nada.
-Perfecto. Déjame hacer algo rápido con otro de mis cacharros y desayunamos. Puedes darte una ducha rápida si quieres.
-¿Seguro? – Preguntó Namjoon.
-Seguro.
Cuando Jin se giró a ponerse con el desayuno, Namjoon se acercó a él y le dijo al oído: “yo también te quiero” antes de escabullirse hacia la ducha. O a intentarlo. Porque la peculiar risa de Jin resonó por toda la caravana cuando se oyó otro golpe seguido de un ¡ouch! desde la habitación.
…
Yoongi estaba tan concentrado en la música que no se dio cuenta de que Taehyung se había despertado hasta que este le quitó los cascos y se los puso mientras le decía:
-¿Qué escuchas? – Algo pesado se instauró en su estómago conforme la cara del idol iba cambiando al reconocer, sin duda, la letra de la canción que estaba escuchando.
-Pero… ¿Cómo?
Sin que Yoongi tuviese tiempo de reaccionar la mirada de Taehyung recorrió la mesa hasta llegar a su libreta de notas, esa que había dado por perdida hacía semanas.
-Taehyung…
-¿La has tenido tú todo este tiempo? Aún peor, ¿la has leído?
-Tae…
-¡Contesta a la puta pregunta Yoongi! – Tae sintió que los ojos empezaban a picarle cuando el otro solo asintió. – Esto es increíble. No tienes ni idea de lo que lloré cuando creí que la había perdido. ¿Cómo has podido…?
Yoongi sabía que Taehyung tenía razón, pero la culpabilidad y los pensamientos que le habían estado rondando le hicieron ponerse a la defensiva inmediatamente.
-Pensaba devolvértela, ¿vale? Yo solo…
-¿Tú solo qué? Querías reírte de otro de esos idols que cree que puede escribir música, ¿no?
-Relájate. No es eso.
-Tae, ¿Qué pasa? – un soñoliento Hobi repartía la mirada de uno a otro sin saber que estaba pasando.
-Que te lo diga Yoongi – escupió el idol.
-No creo que haya necesidad de tanto drama.
-¿Qué no hay…? – la pasividad de Yoongi estaba alterando a Taehyung más de lo normal – Aquí el señor productor musical ha tenido mi libreta todo este tiempo – dijo señalando dicha libreta que aún estaba en su mano.
Hobi abrió los ojos y miró a Yoongi con pánico. Sabía lo que esa libreta significaba para Tae. Lo mal que lo había pasado cuando la perdió.
-Joder Yoongi – el idol se pasó la mano por el pelo, intentando relajarse – Que estemos en una relación no te da derecho a…
-¿En una relación? – lo interrumpió Yoongi en tono sarcástico – Ni siquiera hemos follado y ya te estás montando películas. Es por eso que paso de estas mierdas.
-¡Yoongi! – exclamó Hobi – ¿Cómo puedes…?
-Hobi. Déjalo. Vayámonos – el tono frío de Taehyung no dejaba lugar a dudas.
Sin decir una palabra más recogieron sus cosas y después de que Taehyung saliese de la caravana sin decir ni una palabra más, el coreógrafo no pudo evitarlo.
-Baja de la nube que no eres Goku. Te vas a arrepentir de tus palabras, Min Yoongi.
Por alguna extraña razón, el hecho de que no cerrase con un portazo fue peor que si lo hubiese hecho. Había demasiado silencio fuera, pero demasiado ruido en su interior. Yoongi sabía que lo había estropeado todo.
…
Jungkoook se despertó con una sensación placentera recorriéndole la espina dorsal. Se frotó los ojos desorientado y sólo entonces notó la humedad en su entrepierna.
Se incorporó en la cama para encontrarse con una imagen que casi le hace correrse al momento. Park Jimin, entre sus piernas, haciéndole lo que ya estaba escalando a una de las mejores mamadas de su vida.
-Jimin… – gimió, lo que hizo que el otro le mirase y Jungkook tuvo que volver a concentrarse para no terminar ahí mismo.
Si pensaba que el bailarín en esa posición era un regalo para la vista, cuando este empezó a succionar más fuerte ahora que sabía que Jungkook estaba despierto mientras lo miraba desde abajo con esa mezcla de inocencia y pecado, el director sintió que iba a explotar.
Apartó a Jimin de golpe y tiró de él hacia arriba abriendo más las piernas para tumbarlo encima suya. El bailarín abrió la boca por la sorpresa y Jungkook aprovechó para besarlo con más bien poca fineza, todo choque de dientes, saliva y el compartir su propio sabor.
Sintió el miembro endurecido de Jimin sobre su muslo y decidió devolverle el favor. Con la misma brusquedad anterior cogió al bailarín y lo lanzó sobre la cama para intercambiar sus posiciones. Jimin se mordió los labios ya hinchados y en sus ojos había tal fuego que Jungkook tuvo que volver a besarle antes de pasar a su cuello. El director se apuntó para otra ocasión que estaba claro que al bailarín le ponía que lo manejase a su antojo.
La piel de Jimin empezó a erizarse lo que envalentonó al director a seguir succionando, siguió bajando hasta llegar a su pecho y empezar a lamer uno de los oscuros pezones para después dar el mismo tratamiento al otro mientras Jimin se retorcía debajo de él.
Sonrió cuando pasó por el ombligo y el otro intentó levantar la pelvis buscando su calor. Lo hizo volver a apoyar la espalda en la cama y pensaba seguir torturándolo hasta que:
-Jungkook, por favor…
El poder que Jimin tenía sobre él quedó patente cuando se lo metió en la boca sin más dilación. El gemido que lanzó el bailarín fue tan alto que Jungkook optó por llevar un par de dedos hasta sus labios para amortiguar los sonidos. Pero olvidó que era con Park Jimin con quien jugaba, y el director se arrepintió cuando este empezó a chuparle los dedos casi con la misma pasión con la que hacía unos momentos lo había despertado.
-Eres un… - le soltó dejando escapar su miembro.
-¿Un…? – contraatacó Jimin volviendo a lamer los dedos, pero más lentamente ahora que Jungkook lo estaba mirando.
-Gracias por la ayuda, Park Jimin.
El bailarín lo miró sin entender hasta que Jungkook alejó su mano para introducir uno de los dedos mojados en su interior.
-Joder… - gruñó con fuerza.
-¿Sigo? – El director pensó que a lo mejor se estaba pasando con la brusquedad.
-Más te vale. Dame tu mano.
Jungkook obedeció y Jimin volvió a chupar sus dedos con ímpetu.
-Ahora dame más.
-Señor, sí señor – comentó el director obedeciendo al instante mientras sonreía. No iba a admitir lo mucho que le excitaba Jimin mangoneándolo.
-Eso otro día con más tiempoooh – su frase acabó en un nuevo gemido cuando Jungkook empezó a reírse con sus dedos aun dentro de él.
-Me parece que no estoy haciendo esto bien si tienes tantas ganas de guasa.
Salió de su interior ignorando las protestas del bailarín y se levantó para coger un preservativo y el lubricante y lo dejó a un lado cuando volvió a la cama. Jimin lo observaba, retándolo con la mirada, pero apretando los labios para no decir nada. Jungkook sonrió de nuevo y volvió a posicionarse entre las piernas del otro, pero esta vez abajo, mucho más abajo. Iba a ganar este pulso.
Colocando sus brazos por debajo de las piernas de Jimin para elevarlas un poco acercó su boca a su entrada y pasó su lengua por toda la zona. Sintió las piernas del bailarín temblar y empezó a succionar con fuerza, disfrutando al volver a escuchar a Jimin gimiendo sin filtro. Empezó a jugar, introduciendo su lengua durante unos segundos y alejándose después para torturar un poco al bailarín.
-Joder, Jimin. Podría hacer esto durante horas… - volvió a su trabajo añadiendo esta vez los dedos para abrirlo bien durante unos minutos.
-O me la metes ya o me corro. Tú mismo – soltó Jimin con fingida indiferencia, aunque la desesperación estaba latente en su voz.
Jungkook lo miró con sorna cuando tras un último lametazo se alejó de él para para ponerse el condón y volver a posicionarse entre sus piernas, pero Jimin le puso una mano en el pecho para pararlo y luego levantarse. Tuvo que aguantar la risa al ver al director, sentado sobre sus talones con su miembro duro y enfundando y mirándolo con confusión.
-Ya te has divertido bastante. Me toca.
En dos zancadas se plantó frente a Jungkook y lo hizo tumbarse en la cama para subirse encima de él. Cogió el lubricante y lo esparció por el miembro del director para luego llevarlo hasta su entrada. Jungkook apretó los dientes mientras su pene se abría paso en el interior del bailarín que se lo había introducido de golpe mientras gruñía por la mezcla de placer y dolor. Justo como le gustaba.
-Park Jimin… - susurró el director como advertencia mientras se contenía para no embestir mientras el bailarín empezaba a moverse con suavidad para adaptarse a él.
Mientras seguía rotando sus caderas se inclinó para besarlo, con delicadeza esta vez, hasta que sintió que la desesperación de Jungkook estaba llegando a su límite. Apoyó las manos sobre el pecho del director mientras empezaba a subir y bajar sobre su miembro, aumentando la velocidad cada vez que su culo tocaba el cuerpo del otro.
Notando las ganas de Jungkook de empezar a embestir y como se estaba conteniendo por su bienestar, Jimin se compadeció de él. Empezó a realizar pequeños ochos con su pelvis mientras se inclinaba para besar al director y después susurrarle al oído:
-Fóllame, Jeon.
Antes de que Jimin terminase su frase Jungkook se incorporó, maniobrando el cuerpo de Jimin haciendo que estuviese de nuevo bajo él. Estirando los brazos del bailarín sobre su propia cabeza, aprisionó sus manos por la muñeca con una de las suyas mientras se apoyaba en la cama con la otra para empezar a embestir a una velocidad inhumana. Demasiado tiempo conteniéndose.
Jimin elevó las piernas, enredándolas alrededor de las caderas de Jungkook para urgirle a seguir empujando presionando con los talones en el culo del director. Increíblemente, espoleado por la urgencia del bailarín, Jungook aumentó aún más la certeza de sus empujones encontrando ese punto en su interior que hizo que Jimin arquease la espalda para dejarse llevar en un intenso orgasmo que le hizo presionar la polla de Jungkook de tal forma que en dos o tres embestidas más se corría en su interior llenando el preservativo.
Jungkook se dejó caer sobre Jimin, agotado, soltando sus muñecas para entrelazar sus dedos con los del bailarín mientras lo miraba con tal expresión de amor que Jimin sintió un vuelco en su corazón.
Se besaron con languidez hasta que la necesidad de respirar los hizo separarse. Jungkook enterró la cabeza en el hueco del cuello de Jimin que sintió escalofríos.
-Me estás aplastando – Jungkook se echó a reír al escucharlo.
-Yo también te quiero – le soltó mientras salía de él para tumbarse a su lado. En cuanto esas palabras salieron de su boca, el director entró en pánico – O sea, ya sabes, es broma… o sea… que yo… bueno… - tartamudeó mientras miraba el techo.
-Jungkook. Lo pillo. Tranquilo – Jimin se puso de lado para subir una pierna sobre el cuerpo de Jungkook y cruzar el brazo sobre la cintura del otro, dejando un pequeño beso en su mejilla para terminar de relajarlo.
-Jiminssi…
-Lo sé.
Jimin fingió tranquilidad por el bien de Jungkook, pero su corazón latía con tanta fuerza que temía que el otro lo notase. Entendía al director, porque él sentía lo mismo. Y a pesar de ello, no tenía ninguna prisa por pronunciar esas palabras en voz alta. Al fin y al cabo, el amor es un secreto que los ojos no saben guardar.
Y los ojos del director lo decían todo.
…
Jung Hoseok se consideraba un hombre simpático y empático, pero en esos momentos en los que sostenía a un destrozado Tae entre sus brazos mientras este lloraba desconsolado apretando su libreta de letras, se prometió a sí mismo que iba a hacer que sus palabras se hiciesen realidad.
Min Yoongi se iba a arrepentir.
…
Se tapó los ojos con el brazo intentando no llorar. Acababa de recibir un mensaje exigiendo novedades justo cuando Jungkook le había dicho que al día siguiente había reunión general con los productores de la película para redirigir el rodaje tras los días perdidos.
Se sentía como una mierda. Se abrazó a su novio para recordarse por quién y por qué estaba haciendo todo esto. Algún día recuperaría esos archivos y podrían olvidarse de esta pesadilla. Solo esperaba que no fuese demasiado tarde para Jungkook y su película.
Notes:
Mención especial para Lola Indigo por su frase de: baja de la nube que no eres Goku XD
Chapter 31: Capítulo 30
Notes:
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Chapter Text
Yoongi se miró en el espejo por enésima vez. No había forma de disimular. Las oscuras bolsas destacaban contra su pálida piel, dejando en evidencia que no había pegado ojo en toda la noche.
Hasta que no se había cansado de dar vueltas en la cama y no se había levantado, no había leído el mail de Jungkook anunciando una reunión para esa misma mañana. Lo que faltaba.
Lo único positivo era que Namjoon no había vuelto a la caravana esa noche, lo que significaba que había arreglado su malentendido con Jin. Al menos uno de los dos había solucionado sus cagadas.
Se tomó un café mirando a la nada mientras recordaba su “conversación” del día anterior con Taehyung. Sabía que no tenía ningún derecho a haberse quedado con la libreta y aunque se arrepentía de haber sido tan brusco , era verdad que él no quería ninguna relación. No estaba preparado.
*Unos años antes*
Yoongi estaba nervioso. Miró por enésima vez el contenido de la pequeña caja que tenía en la mano. Le había dado muchas vueltas al tema, pero estaba decidido. Era el momento de comprometerse.
Habían quedado en casa de Hyuna así que entró directamente con el código. Le extrañó encontrar a sus dos compañeros sentimentales sentados en el sofá con ropa casual. Se suponía que se iban de cena romántica los tres a un sitio de lujo. Yoongi lo tenía todo planeado hacía semanas. Una sensación extraña se adueñó de su estómago.
Los otros compartieron una mirada. Yoongi lo vio en sus ojos. Se había acabado.
-Yoon, siéntate por favor – le dijo Dawn con voz tensa.
-Estoy bien aquí – se cruzó de brazos de pie junto al enorme sofá.
-Yoons… - Hyuna rompió a llorar antes de haber empezado a hablar.
A cada palabra de Dawn, quien a duras penas mantenía la compostura, Yoongi sentía como su corazón se iba partiendo. Era como un dolor físico. No, era peor que eso. El agujero en su interior se agrandaba como el peso de la caja con los anillos en su bolsillo. ¿Cómo había podido ser tan idiota?
Mientras Hyuna le decía entre lágrimas cuánto lo sentía, pero que estaban enamorados, intentó aguantar el tipo. En el momento en el que pronunció la palabra “normal” para explicar la clase de relación que querían tener, el dolor de su interior se convirtió en ira.
-Sois unos putos cobardes.
-Yoon, por favor – suplicó Hyuna.
-A la mierda. Me largo.
No supo ni cómo llegó a casa. En un primer momento se dejó caer en su cama mientras lágrimas calientes rodaban por sus mejillas, pero de repente sintió que se asfixiaba. Ese agujero dentro de él no lo dejaba respirar. Enfurecido empezó a destrozar toda su habitación. Arrancó todas las fotos de las paredes, tiró todo lo que había en su escritorio… hasta que su vista se posó en una foto de los tres de hacía unos meses. Sonrientes. Enamorados… o eso había creído él. Se sentó en la cama y empezó a sollozar hasta que Namjoon lo encontró horas después y cuidó de él. Se prometió a sí mismo que nadie más tendría el poder de destruirlo. Nunca.
***
Namjoon y Jin entraron a la sala de reuniones cogidos de la mano. Habían hablado largo y tendido sobre su relación, sus inseguridades y los tiempos de cada uno. Habían llegado a una especie de compromiso mutuo. El actor había prometido no presionarlo y Namjoon se comprometió a dar pequeños pasos y no alejarse si Jin le daba alguna pequeña muestra de cariño cuando estaban con los demás de su círculo. Por eso, en un alarde de valentía sabiendo que solo sus amigos cercanos iban a estar presentes había unido sus manos mientras caminaban hacía la reunión.
La sonrisa deslumbrante que le había dedicado Jin ante el gesto, había hecho que valiese la pena.
En el fondo ni él mismo se entendía. El actor le había demostrado por activa y por pasiva que quería estar con él. Pero la autoestima nunca había sido su fuerte. Ojalá pudiera amarse a sí mismo.
Se sentó al lado de Jin y al pasear la mirada por la habitación su ceño se frunció cuando vio a su mejor amigo. Las ojeras de Yoongi eran más que evidentes. Los hombros hundidos. Algo había pasado.
Iba a preguntarle cuando precisamente Hobi y Taehyung entraron en la sala. Observó como el idol apartaba la mirada en cuanto se dio cuenta de que Yoongi ya estaba allí mientras que Hobi, al contrario, le lanzaba una mirada intensa hasta que su amigo no tuvo más remedio que fijarla en los papeles que tenía entre sus manos. ¿Cuándo había cambiado todo?
Jin lo miró, preguntándole lo mismo con los ojos, pero él solo pudo encogerse de hombros. No tenía ni idea de que podía haber pasado.
La tensión se rompió cuando un sonriente Jimin entró acompañado del secretario de Jungkook. Ambos cargados con sendas bandejas de donuts y cafés de varias clases.
-El director vendrá enseguida – dijo Jimin mientras dejaba todo sobre la mesa – Pero me ha dicho que podéis ir comiendo.
-Cuidado Yugy que te quitan el puesto de secretaria – soltó Jin haciendo que todos riesen.
Antes de que el aludido pudiese replicar el director llegó, acompañado de los dos inversores de la película, Kim Gaon y Kang Yohan.
-Hola a todos – comentó Jungkook nada más sentarse – Yugyeom, por favor, reparte el nuevo calendario de la película y así podremos discutirlo entre todos.
-Como sabéis, por determinadas circunstancias no hemos cumplido el plan de rodaje – soltó a bocajarro Yohan.
-Aunque lo más importante es – interrumpió Gaon - ¿Cómo estás, Jimin?
-Estoy bien – contestó el bailarín bajando la mirada a sus manos. Se sentía responsable por todo el retraso que llevaba la película – Puedo recuperar el tiempo perdido y…
-Jimin – Este dejó de hablar para mirar a Jungkook al pronunciar su nombre. El director le murmuró un “relájate” que junto a la sonrisa que lo acompañaba hizo que se rebajase el peso sobre sus hombros.
-Como veréis en el dossier – Yohan continuó como si nada hubiese pasado – hemos ideado una forma de recuperar un poco el tiempo perdido. Jungkook cree que es posible que al final no sobrepasemos tanto la fecha indicada para el final del rodaje. Pero para ello hace falta que todos estemos en el mismo barco. El que no quiera remar en equipo este es el momento para marcharse.
-Lo que mi compañero quiere decir – intercedió Gaon para suavizar – Es que si alguien no se ve capaz de añadir un par de horas al rodaje cada día, de mantener un ritmo un poco más acelerado hasta el final, puede decirlo y no habrá ninguna represalia. Confiamos en Jungkook – asintió mirando al director – pero ahora ya no depende solo de él. Hemos invertido mucho dinero en este proyecto y os necesitamos a todos para sacarlo adelante.
Jungkook se levantó y dio un vistazo a todos los miembros más cercanos de su equipo.
-Sé que la prensa dice que mi película está gafada. Sé que no empecé bien y que puede que dudéis de mí como director, y lo entiendo. Pero yo no dudo de vosotros, de nuestro equipo. Nos va a costar un poco más, pero yo creo que podemos sacarlo adelante. ¿Qué me decís?
Volvió a mirar alrededor de la mesa y todos estaban asintiendo. Hasta Yohan parecía satisfecho con la determinación de los presentes en la reunión.
-Pues vamos a ver qué os parece y cómo podemos arreglarlo – Se paró justo detrás de Jimin para poner una mano en su hombro en forma de apoyo y abrió el dossier del bailarín – Empezaremos por las escenas con el cuerpo de bailarines…
La sala se llenó de comentarios y opiniones. Jungkook estaba más que satisfecho, aunque no pudo evitar notar que Jimin no había dicho ni una palabra. Se inclinó sobre él simulando señalar algo en las hojas que tenía delante sin saber ni porqué parte estaba, pero aprovechó el movimiento para poner uno de sus dedos sobre la hoja. Como esperaba, el bailarín estiró también su dedo y estos se rozaron levemente.
Jungkook no pudo evitar meter su nariz entre la melena del bailarín para inhalar su esencia. Siempre había sido muy sensible a los olores y la cercanía. Nunca se cansaría del olor a Jimin.
-¡Jeon! ¿Me estás escuchando? – Se sonrojó al ver que se había evadido de la reunión. Oyó la risita por lo bajo de Jimin y se alegró de haberlo hecho.
-Perdón, perdón – dijo mientras se rascaba la nuca y volvía a su sitio en la mesa.
Unas horas después, el nuevo planning de rodaje estaba listo. Había poco margen para imprevistos, pero era un buen plan.
…
Yugyeom sacó su móvil y estaba escribiendo mientras los demás salían cuando el director lo llamó.
-Yugy, quédate un momento.
Levantó la vista y se dio cuenta de que Jimin tampoco se había marchado. Miró a Jungkook y este le devolvió la mirada. Se observaron durante unos segundos sin decir nada. No hizo falta. Lo supo. Jungkook lo sabía. Se había acabado.
-Es que tengo que hacer una llamada urgente…
-Gong Yoo puede esperar. Siéntate.
Las palabras del director confirmaron lo que ya había notado. Iba a perder a su amigo, su trabajo y probablemente su libertad. Aun así, su única prioridad era proteger a Bambam.
-Jungkook. Puedo explicarlo – la barbilla le tembló mientras intentaba no romper a llorar.
-Explícate – contestó el director con acritud.
-Jeon…. – le reprendió Jimin por lo bajo. Cuando Jungkook le había confesado sus sospechas respecto a su secretario, no pudo creerlo. Yugyeom siempre había sido amable con él y era consciente de la amistad de años que lo unía al director. Ahora que estaba claro que Jungkook tenía razón, le dolía el corazón por él.
El director se apretó el puente de la nariz.
-Mira, sé que tiene que haber una buena razón para que me hayas traicionado de esta manera. Yo… - Se levantó y miró por la ventana para evitar que ninguno de los otros dos viese la lágrima traicionera que se escapó de sus ojos.
Jimin miró a Yugyeom y con un gesto, lo alentó a hablar. No sabía por qué él estaba tan tranquilo cuando los artículos lo habían atacado. Quizá porque estaba más preocupado por Jungkook que por sí mismo en esos momentos.
En los escasos segundos que tardó en romperse, Kim Yugyeom sopesó todas las posibilidades. Escapar. Mentir para proteger la intimidad de su novio. Decir la verdad. No decir absolutamente nada. Entonces vio como el bailarín se levantaba para rodear la cintura de Jungkook en un gesto silencioso de apoyo. Y recordó que lo había llevado allí: el Amor. Su amor por Bambam y la maldad de un monstruo que se aprovechaba de eso. Entonces lo tuvo claro.
Tanto Jimin como Jungkook lo miraron sorprendidos cuando empezó a hablar. Ya no había marcha atrás.
…
Entró en la caravana esperando encontrarse todo en silencio y a oscuras, y se quedó parado cuando se encontró a Yoongi sentado delante de su ordenador. Trabajando. Este lo miró y Namjoon suspiró al ver de nuevo su cara demacrada. Por algo le había pedido a Jin dormir esa noche separados, necesitaba hablar con su amigo.
Fue directo a la nevera y sacó un par de cervezas de esas que anunciaba un famoso grupo de kpop y se sentó frente a él.
-¿Qué ha pasado? – preguntó directamente tendiéndole una de las cervezas. Yoongi dio un trago y abrió la boca para decir que nada cuando su amigo se le adelantó. - Si me dices que nada te juro que te pego un puñetazo-.
Yoongi dejó la birra sobre la mesa y cruzó los brazos, completamente a la defensiva.
-Taehyung encontró su libreta. Se enfadó. Ellos dijeron cosas. Yo dije cosas. Y se acabó.
-¿Qué cosas? - le instó.
-Pues que no tenía derecho y… - Namjoon negó con la cabeza.
-Qué les dijiste.
Yoongi notó como empezaba a cabrearse.
-¿Por qué das por hecho que ha sido culpa mía?
-Porque te conozco. Y porque Tae estaba visiblemente jodido y Hobi cabreado.
-Solo dije la verdad. Que no es una relación ni la quiero.
-Pero sí la quieres.
-Para nada.
-Claro que sí.
-Te digo que no, joder.
-Ajá.
-Namjoon, olvídame.
-Solo quiero que estés bien – suavizó el tono al ver lo alterado que estaba el otro.
En el fondo, Yoongi sabía que su amigo solo estaba genuinamente preocupado por él. Pero estaba cansado, harto. Se sentía culpable y no necesitaba un recordatorio. Sintió como la rabia lo cegaba.
-Paso – Se levantó dispuesto a marcharse, pero Namjoon lo cogió del brazo.
-Yoon…
Soltó su brazo con tanta rabia que Namjoon casi se cae de la silla. La expresión dolida en su cara solo fue un clavo más en el corazón maltratado de Yoongi que solo se quedó ahí parado, respirando con fuerza.
Namjoon se levantó sin decir nada más. Vació el resto de su cerveza en el fregadero con la esperanza de que Yoongi dijese algo más, o al menos le pidiese perdón. Ninguna de las dos cosas ocurrió. Sabía que ya no iba a sacar nada en limpio y había dejado a su novio para esta mierda. Cogió sus cosas y se marchó sin mirar atrás.
Yoongi se contuvo para evitar estampar su cerveza contra la pared ¿Cuándo iba a dejar de cagarla? ¿Por qué siempre terminaba haciendo daño a los demás?
Se fue directamente a la cama.
…
Sorprendentemente, al final fue Jimin el primero en romper a llorar.
Yugyeom les había contado todo sin escatimar detalles. Desde su experiencia, el bailarín empatizaba totalmente con la vergüenza, la rabia e incluso el miedo a que los demás lo supieran. De hecho, sus lágrimas de esos momentos eran más de frustración al pensar en todas las víctimas a las que Gong Yoo les había jodido la vida mientras él seguía tan campante.
-Tenemos que acabar con él. Hacerle pagar – espetó Jimin limpiándose las lágrimas con rabia.
-Puede que podamos hacer algo para atraerlo y hacerlo confesar, pero no creo que os haga mucha gracia.
-¿Qué? – preguntó Jungkook.
-Tú.
Jimin y el director compartieron una mirada sin entender para después centrar la vista en el secretario.
-Tú eres su única obsesión. El motivo de sus problemas con Jimin es que te aleja de él. Si se entera de que de verdad estáis juntos, estoy seguro de que intentará algo. Yo puedo redimirme haciendo de doble agente. Le diré lo que queráis y os contaré todos sus planes. Tendré que seguir dándole cosas para que no sospeche… dejadme arreglarlo –
-No sé si me gusta la idea de ponerte en peligro, Jungkook – el bailarín lo miró con la preocupación inundando sus ojos.
-Estaré bien.
-Eso no puedes saberlo.
-Jimin – Jungkook se acercó a él y le hizo dar la vuelta en la silla, agachándose frente a él – Te prometo que tendremos cuidado, ¿vale? ¿Crees que ahora que por fin te tengo voy a dejar que me pase algo? ¡Venga ya! – el atisbo de una sonrisa apareció en la cara del bailarín y Jungkook se dio por satisfecho.
Volvió a sentarse en su silla frente a Yugyeom y juntó sus manos, apoyando el mentón sobre ellas.
-Vale. Esto es lo que vamos a hacer
Notes:
Por fin sabemos quién es el topo ¿os ha sorprendido o ya lo esperabais?
Chapter 32: Capítulo 31
Chapter Text
-Nam…– intentó alejarlo de él, aunque la verdad era que no estaba poniendo mucho ímpetu. El aludido siguió besándole el cuello – No tenemos tiempo…
-Siempre hay tiempo. Si eres bueno y te corres rápido, prometo hacer lo mismo.
El actor asintió, gimiendo cuando uno de los dedos lubricados de su novio entró en su interior. Decidió rendirse. Namjoon sonrió cuando notó como Jin abría más las piernas. En pocos minutos, pasaron a ser dos, tres dedos y su novio estaba completamente preparado para él.
Ni siquiera se quitó la ropa, se bajó los pantalones lo justo para penetrar a Jin, que por suerte aún estaba a medio arreglar y en cuanto sintió como este se acomodaba a él lo suficiente comenzó a embestir con mucha fuerza y poca fineza.
Notó como los músculos del actor presionaban su polla y llevó una de sus manos a la de Jin para masturbarlo al ritmo de sus propios movimientos. Tal y como esperaba, Jin se corrió con un agudo grito, estrangulando su miembro y arrastrándolo al abismo con él.
Miró a Seokjin mientras salía de su interior y su belleza lo golpeó, no se acostumbraba a que alguien tan atractivo fuese suyo.
-No es momento de perderte en tus pensamientos, Nam. Los demás estarán aquí en media hora.
-Vale, vale.
Se subió los pantalones y se dirigió al baño mientras el actor se iba a la cocina a dar los últimos retoques a la cena. Habían decidido celebrar el reinicio del rodaje con una cena en su casa. Se preguntó si Yoongi al final vendría. Esperaba que sí.
…
-Hobi, vamos a llegar tarde... - Taehyung echó la cabeza hacía atrás cuando el aludido succionó su miembro aún con más fuerza al escucharlo – Jooder.
El coreógrafo sonrió al escuchar al idol retorcerse de placer mientras pasaba la lengua por toda su extensión, a pesar de que realmente tenía razón e iban a llegar tarde a la cena en casa de Jin.
Se levantó y se pegó a Tae contra la puerta, comiéndole la boca mientras lo masturbaba con los residuos de su propia saliva y el líquido preseminal. Bajándose la cremallera, aprovechó para untar también su miembro mientras Tae alejaba la pelvis de la puerta para acercarse más a él y recuperar la fricción.
Unió sus labios mientras unía también sus pollas con una de sus manos para estimularlos a los dos a la vez. El idol gruñó contra su boca mientras movía la pelvis adelante y atrás golpeándose una y otra vez contra la puerta en su desesperación.
El gemido de Tae, quien enterró la cabeza en el hueco de su cuello, provocándole escalofríos, junto a las primeras salpicaduras de su semen contra su mano, hizo que Hobi lo soltase para dedicarse a su propia polla hasta que él también alcanzó el orgasmo, aumentando la suciedad entre los dos.
Fue un milagro que la ropa de ambos no recibiera ni una salpicadura.
-¿Ves? Soy un profesional – comentó el coreógrafo mientras se limpiaba y le tendía la caja de pañuelos a Tae.
-Que bobo eres…
-Pero así me quieres – replicó Hobi.
-Eso siempre. Anda vamos – lo cogió de la mano para salir rápidamente hacia la casa del actor.
Esperaba que no fuesen los últimos en llegar.
…
-Joder Jimin. Alguien nos puede ver…
-Si quieres paro – el bailarín bajó la velocidad de sus caderas mientras se rozaba con la entrepierna de Jungkook, quien lo hizo sonreír al aferrar con fuerza su cintura para hacer que volviese a acelerar – Además los cristales están empañados.
Jungkook se dio una palmadita en la espalda por haber aparcado en la zona de atrás del edificio donde vivía Jin. No había casi tránsito y no pasaban peatones… al menos eso esperaba.
Apretó con aún más fuerza la cintura del bailarín mientras rozaba con su lengua la piel que se veía debido al pronunciado escote que este llevaba. Le dio un pequeño bocado.
-Jeon… nada de marcas que nos están esperando.
-Habértelo pensado antes de abalanzarte sobre mí– protestó. Aun así, cambió la dirección hacia el cuello de Jimin elevando un poco la pelvis para aumentar más el roce con el trasero de pecado que este tenía. Cuando Jimin apretó un poco más fuerte, su polla saltó dentro de los pantalones.
El bailarín notó como el miembro del director palpitaba bajó su cuerpo y no pudo más. Se levantó lo justo para abrir la cremallera del otro para luego bajarse los pantalones lo justo para exponer su culo, presionando sus cachetes con la ropa.
-Jimin, no tenemos condones. No tenemos… - lo silenció comiéndole la boca mientras se preparaba a sí mismo usando la propia humedad que habían generado sus roces.
Jungkook abrió los ojos en el beso cuando se dio cuenta de lo que Jimin estaba haciendo. Llevó su propia mano a su entrada para ayudar al bailarín a acelerar el proceso.
Cuando Jimin se recolocó contra el volante para posicionarse sobre él, Jungkook hizo un último intento de cordura.
-¿Estás seguro de ir a pelo?
-Yo estoy limpio. – gimió Jimin rozando su entrada contra el miembro erecto del director todo lo que el confinado espacio le permitía – Antes de ti hacía meses de mi último encuentro y me hago mis revisiones.
-Qué romántico todo.
-Tú has preguntado.
-Ya, pero… jooooder Jimin – miró a las ventanas, por suerte con los cristales ya empañados, por si alguien había escuchado su grito después de que el bailarín se dejase caer sobre su miembro, empalándose por completo a la primera.
Sin tiempo a reaccionar, Jimin volvió a elevarse dejando solo la punta de la polla de Jungkook dentro de él para volver a dejarse caer. Sintió el escozor y eso solo espoleó sus ganas. Pasó sus brazos por la nuca del director para unir sus manos y poder darse apoyo en sus movimientos.
Jungkook se dejó hacer mientras Jimin lo cabalgaba a toda velocidad. Con la camisa entreabierta, los pantalones presionando su culo y esos labios carnosos enrojecidos por la pasión, Jimin era toda una visión.
-Jungkook… - la súplica en la voz del bailarín le hizo volver a centrarse. Paró el movimiento de las caderas de Jimin pegando sus pelvis y antes de que el otro pudiese protestar empezó a embestirlo sin dejar que separara su cuerpo del suyo. -Joder, joder, joder. Jungkook voy a…
-No. – Jungkook paró de golpe – No puedes correrte, no podemos mancharnos.
-Peroooo – el puchero en la boca de Jimin le hizo darle un suave beso.
-Si aguantas sin correrte hasta que yo lo haga prometo dejar que te corras en mi boca.
-Mierda, Jungkook. Joder.
-¿Trato?
-Trato. Maldito chantajista.
Sonriendo, Jungkook volvió a emprender sus movimientos mientras Jimin se mordía los labios luchando contra las ganas de correrse. Notó como el director se tensaba un segundo antes de notar el calor de su semen dentro de él. Apretó su propia polla para evitar seguirlo inmediatamente.
Mientras Jimin respiraba con dificultad, Jungkook salió de él para colocarlo en el asiento del copiloto, pero con su cuerpo ladeado hacía él. Menos mal que el bailarín era más que flexible, aunque seguía sin ser la postura más cómoda, pero era lo que tenían.
Se agachó para metérselo en la boca mientras metía tres dedos de golpe en su interior. Gracias a tantos preliminares, Jimin tardó menos de tres minutos en correrse en la boca de Jungkook, quien sacó la lengua para que viese que lo había tragado todo, haciéndolo gemir a pesar de su reciente orgasmo.
Se recolocó en el asiento y tras limpiarse un poco colocó también su ropa mientras el director hacía lo propio. Se miró en el espejo retrovisor. La cara de recién follado era inconfundible.
-No hay forma de que no lo noten.
-Te lo dije – Jungkook se encogió de hombros. Ya era tarde igualmente.
-Ahora te quejarás.
-Para nada, solo digo que…
-Jeon. Vamos, anda.
Salieron del coche y caminaron hacia casa de Jin hombro con hombro. Jungkook fingió no darse cuenta cuando Jimin hizo una mueca al empezar a andar, pero sonrió para sus adentros. El bailarín debía estar notando los restos de semen en su interior. Eso lo hizo sentirse satisfecho. Se habría puesto duro si no acabase de correrse.
-¡Ouch! – soltó cuando Jimin le dijo una colleja – Si no he dicho nada.
-No ha hecho falta – se estiró el calzoncillo desde fuera – Vas a tener que limpiarme luego a conciencia.
Jungkook dejó de andar y esta vez fue el bailarín el que sonrió.
-Qué sucio, Park Jimin. Qué sucio.
Las risas y los pequeños toques los acompañaron hasta llegar a casa de Jin.
…
Suspiró por enésima vez. Quería estar en cualquier sitio menos allí. No debía haber ido.
Jin había preparado un aperitivo y estaban en la amplia cocina todos juntos, bueno, las parejitas juntas y luego estaba él.
Namjoon estaba de pie para acompañar al actor cuando rellenaba los platos o vasos, aunque realmente no hacía nada más que mirarlo embelesado cuando éste le sonreía gracias a su apoyo.
Taehyung quien, por supuesto, no lo había mirado a la cara, estaba sentado junto a Hobi comiendo con la mano contraria porque las otras las debían tener unidas bajo el banco de la encimera, o eso pensaba porque un brazo de cada uno estaba en esa posición.
Y todo empeoró cuando llegaron Jungkook y el bailarín con unas pintas de recién follados que hizo a todos los demás estallar en carcajadas cuando Jimin, avergonzado al ver que lo notaban, se refugió en el pecho del director cuya sonrisa de satisfacción fue épica.
Pero lo peor fue cuando Namjoon le “susurró” a Jin al oído:
-¿Ves como hemos hecho bien y nos daba tiempo?
La cara del productor músical cuando Jin se atragantó con la bebida y se dio cuenta de que su supuesto susurro lo habían escuchado todos empeoró cuando Jimin le replicó:
-Gracias por desviar la atención, Joon.
Todos se reían y Yoongi esperaba que su cara no demostrara lo que estaba pensando. Y entonces, llegó el remate cuando Taehyung empezó:
-Pues nosotros…
-Oh dios – comentó Hobi.
-Un momento, un momento – dijo Jin mientras se secaba las lágrimas por la risa - ¿Todos hemos echado un polvo antes de mi maravillosa cena?
Dispuesto a no volver a escuchar las risas que supo que venían, Yoongi se levantó de un salto:
-Voy a tomar el aire.
-Vale. No todos – se contestó el actor a sí mismo y a pesar de su intento de escape el sonido de las carcajadas lo acompañó mientras salía a la terraza.
…
Yugyeom estaba en el sofá, móvil en mano. Miraba una y otra vez el mensaje que había enviado y que todavía no había sido leído. Sabía que cuando eso pasase iba a ser el infierno.
Por suerte, Bambam estaba descansando. Era uno de los efectos de la medicación, casi siempre tenía sueño.
Como sospechaba, un segundo después de que el mensaje cambiase su estado a ”leído” el teléfono empezó a sonar.
-Me dijiste que habían terminado. ¿Qué coño es esa puta foto Yugyeom? ¿Es una broma?
-Y…Yo… no sabía. Me… me ha sor… sorprendido igual que a t…
-¡Cállate, joder! Ni siquiera puedes hablar como una persona normal. No debí pedirle ayuda a un inútil – El volumen de los gritos era tal que tuvo que apartarse el móvil de la oreja –¿Cómo te va a sorprender como a mí cuando estás ahí con ellos todos los putos días? ¿No confía en ti tu jefecito? – se burló.
El secretario de Jungkook apretó los dientes. Aunque en teoría el director lo había perdonado, su relación se sentía con una tirantez que antes no existía. Los comentarios de temas personales habían desaparecido. Jungkook solo se relajaba en su presencia cuando Jimin venía a recogerlo para arrastrarlo a su caravana y que dejase de trabajar.
Había perdido la confianza de su amigo y ni siquiera sabía si algún día podría recuperarla. Pero ahora que se había quitado el peso de su secreto de la espalda estaba dispuesto a terminar con el maldito tirano, aunque le fuese la vida en ello. Aun así, no podía evitar la maraña de nervios en su estómago al tener que fingir que seguía de su lado.
-Necesito que me consigas el teléfono actual de Jimin. Tengo que hablar con él unas cosas.
-Pero…
-¿Necesitas que te recuerde lo mucho que puede afectar a tu noviecito que salga a la luz lo bien que lo pasó conmigo? Seguro que Bambam…
-No te atrevas a…
-Vaya vaya, el pajarito se vuelve gallito. Consígueme ese teléfono.
El sonido de la línea cortándose fue lo siguiente que escuchó Yugyeom mientras apretaba el aparato con rabia.
…
Taehyung se levantó y Hobi lo detuvo. Sabía perfectamente lo que el idol estaba pensando.
-Hobi. Tengo que hablar con él.
-No se lo merece. Dejalo que sufra. Él lo ha querido así.
-Puede. Pero yo no debí…
-Taehyung – lo llamó Namjoon - ¿Quieres que vaya yo? Ver cómo está la cosa.
-¿Lo harías? – preguntó el idol, esperanzado. A Hobi lo volvió a invadir la rabia. A pesar de lo que Yoongi le había hecho llorar, Tae seguía convencido de que era para ellos.
-Tae… - el tono de advertencia de Hobi era evidente en su voz.
-Vale – le contestó – Si le dice a Nam que de verdad no quiere saber nada de nosotros me rendiré.
Namjoon vio la esperanza en los ojos de Taehyung y compartió el enfado de Hobi. Iba a espabilar al cabezón de su amigo ahora mismo.
-Yoongi – dijo secamente cuando llegó a su lado. El otro dio un respingo.
-Joder – dijo por lo bajo - ¿Qué? ¿Te han mandado de sacrificio?
-Hobi tiene razón. No te lo mereces. Si quieres quedarte solo, vas por muy buen camino.
Pasaron unos segundos sin que ninguno de los dos dijera nada. Namjoon pensó que estaba perdiendo el tiempo, pero decidió intentarlo una última vez:
-¿Sabes qué? – prosiguió Namjoon – Que yo también me rindo. Te quiero, pero no puedo ver cómo te saboteas y tratas a los que tienes cerca de esa forma. ¿No has visto como está Tae por tu culpa? Ese chico te adora, todavía tiene esperanza de que vas a sacar la cabeza de tu culo y portarte como una persona normal. Será porque no te conoce como yo – la expresión de dolor que cruzó la cara de Yoongi casi le hace parar. Pero no lo hizo. – Hobi no quiere ni verte. Y lo entiendo.
-Les dije desde el principio que yo no quería una relación.
-¿Por lo de Dawn y Hyuna? – Por primera vez desde que había empezado a hablar Yoongi lo miró a los ojos con rabia cuando dijo eso. Era un tema tabú. – Vaya, a eso si reaccionas. Ellos estarán viviendo su vida y tú estás perdiendo la oportunidad de ser feliz en la tuya por miedo. Sería gracioso si no fuese tan patético.
-¿A qué viene todo esto ahora? Me pasé ¿vale? Lo sé y lo siento. No puedo evitar sentirme así…
Namjoon se ablandó. Nunca se le había dado bien ser el poli malo de todas formas.
-Yoons. No te estoy diciendo que te vayas a vivir con ellos o compres anillos de compromiso. Solo te pido que te dejes llevar y no te cierres antes de intentarlo. No sé lo que va a pasar, ni siquiera puedo asegurarte que no lo pasarás mal. Pero está claro que Hobi y Taehyung son buenas personas. Te gustan, les gustas y son mega hot – se anotó un tanto al ver el asomo de sonrisa de Yoongi.
-No sé si voy a poder arreglarlo.
-Sí puedes. Eso sí, empieza por Tae.
Los dos amigos rieron.
-Si sale mal…
-Si sale mal podrás venirte a vivir conmigo y con Jin.
-¡Ni loco! – exclamó Yoongi, espantado.
-Pues ya sabes lo que tienes que hacer – rio Namjoon - Anda, vamos para dentro.
Cuando entraron, los demás ya estaban en la mesa. Sin embargo, había dos sitios vacíos esperándolos. Uno al lado de Taehyung y otro estratégicamente colocado al otro lado junto a Jungkook. Yoongi supo que le estaban dando libertad para elegir a pesar de su pataleta.
Namjoon quedó satisfecho cuando su amigo se sentó al lado del idol y este le sonrió levemente. Hobi pareció no inmutarse, pero cogió una botella y rellenó el vaso de Yoongi.
-Antes de que empecemos con la bebida, Jimin y yo tenemos algo que contaros.
-¿Estás embarazado Minnie? – bromeó Taehyung y, aunque su amigo le sonrió, se dio cuenta de que fuese lo que fuese era un tema serio cuando Jimin no había reído – Perdón.
-No pasa nada, Tae. Es solo que trata sobre Gong Yoo y…
-Tenemos un plan. Y os necesitamos.
Chapter 33: Capítulo 32
Chapter Text
Seokjin fue el primero en reaccionar. Sabía lo importante que era Yugyeom para Jungkook. Ya era su secretario en la película en la que Jin los conoció a ambos. Era la aportación positiva a la vida del director que contrarrestaba la de su mentor, al que el actor caló desde el primer momento en que le vio cuando visitó el set. La forma en la que miraba a Jungkook aún le daba escalofríos.
Tanto Jungkook como Jimin les pidieron dejar el tema para más tarde y poder tener una cena agradable. La intención solo había sido ponerles al día, ese improvisado grupo de 7 se sentía ya como una pequeña familia.
-Jungkookah, ayúdame con los postres – comentó Jin mirándole desde la otra punta de la mesa. El director se levantó de inmediato.
En cuanto entraron a la cocina, el actor no perdió el tiempo.
-¿Cómo estás? – Jungkook le miró sorprendido.
-¿Yo? ¿No deberías preguntarle a Jimin?
-Jungkookah.
No dijo nada más, simplemente miró al director mientras cruzaba los brazos, dando a entender que no se iba a rendir. Jungkook se sentó en uno de los taburetes, suspirando.
-Ni siquiera yo lo sé. Solo quiero terminar con él y no paro de pensar en todo lo que podría haber hecho para que las cosas no terminaran así. Si yo…
-No puedes culparte.
-¿Cómo no voy a hacerlo, Jin? Ese cabrón le hizo lo mismo a Taemin, a Bambam… y no quiero pensar a cuantos más.
-¿Vas a perdonarle? A Yugy – añadió cuando Jungkook le miró sin entender.
-No voy a decir que no me duele. Ojalá hubiese acudido a mi antes, pero… daría lo que fuese por proteger a Jimin. Cualquier cosa. Te vendería a ti.
-¡Ouch! – el actor se llevó una mano al pecho como si algo le hubiese golpeado.
-Ya sabes lo quiero decir… - el actor asintió y Jungkook siguió hablando – Si yo le hubiese parado,ellos no estarían pasando por esto. Dios, ¿Cómo pude ser tan idiota? – se le quebró la voz y Jin se acercó a él – Yo pensando que iba a ser un gran director y todo era porque ese maldito hijo de puta quería follarme. Normal que este rodaje está siendo un desastre.
-Jeon Jungkook no te atrevas – Ambos giraron la cabeza para encontrarse a Jimin en el umbral de la puerta de la cocina, los ojos brillantes.
-Jimin…
-Nada de Jimin. Eres una persona con un talento y una sensibilidad extraordinaria. Lo que ha sido creado a través de tu idea de Black Swan es pura magia. No voy a permitir que te degrades de esa manera solo porque ese monstruo quiera apagar tu luz. Porque vas a brillar, Jungkook. Y vamos a estar todos a tu lado, yo el que más.
-Joder, Jimin. – Los ojos del director también brillaban por las lágrimas sin derramar.
El bailarín se acercó a él y ambos se abrazaron. Jin salió discretamente de la cocina mientras los otros dos se miraban a los ojos.
-¿De verdad lo crees?
-¿Quieres que te dé un capón?
-Ese es mi Jimin.
-Tú Jimin, ¿eh?
-Yo… -
-Eres adorable, Jeon.
-¡Oh, cállate!
-Cállame – El director se acercó a él.
-¿Por qué no os calláis los dos y traéis el postre de una vez? – exclamó Jin desde el salón.
Todos empezaron a reír, incluso los dos que estaban en la cocina. Jungkook dejó un suave beso en la boca de Jimin y cogió una de las bandejas mientras el bailarín cogía la otra y ambos volvían con los demás.
El resto de la velada transcurrió entre copas y más risas. Y sin más sobresaltos.
…
Yoongi se puso nervioso al subir al coche de Taehyung. En cuanto Jimin había empezado a bostezar, Jungkook había dado la noche por finalizada.
Por supuesto, Namjoon se quedaba con Jin y al productor ni siquiera le habían preguntado. Al despedirse de los demás, Tae se había girado hacia él y con un suave: ¿Vamos? Su destino había quedado sellado.
La tensión en el coche se estaba volviendo asfixiante. Tae quería decir tantas cosas que el miedo a espantar de nuevo a Yoongi le hizo callarse. Hobi quería intentarlo por el idol, pero todavía no se fiaba de Yoongi así que también mantenía su boca cerrada. Como Yoongi sabía que esa situación era culpa suya no quería decir nada.
Esto no había sido una buena idea.
En cuanto entraron en el parking de caravanas decidió escapar.
-Podéis dejarme aquí.
-¿Qué? – exclamó Hobi.
-Pero… - contestó Tae a la vez.
El silencio llenó de nuevo el vehículo.
-Creía que ibas a venir con nosotros – susurró el idol. Su voz teñida de decepción.
-Yo…
-Solo para hablar. Quería… – se apresuró a añadir Tae, pero se calló cuando Hobi le puso la mano en la pierna.
Yoongi observó toda la escena. Un nudo de culpabilidad se apretó en su interior.
-Bueno, podría tomar una última copa.
Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Tae en el espejo retrovisor. El idol sonrió suavemente y el corazón de Yoongi se saltó un latido. Esa sonrisa cuadrada era letal. Desvió la mirada para encontrar que Hobi también le estaba mirando. El coreógrafo asintió, pero su mirada era firme. El mensaje era claro: es tu última oportunidad.
…
Jungkook acababa de meter a Jimin en la cama cuando el teléfono de este empezó a sonar. Corrió hacía la entrada donde lo había dejado para evitar que el idol se despertase. Necesitaba descansar.
Contuvo la respiración cuando vio el número en la pantalla. Aparecía como desconocido, pero por desgracia, él conocía ese número demasiado bien. Además, Yugyeom les había informado de la llamada, aunque el plan había sido que el bailarín no contestaría.
Tras unos segundos de duda, descolgó:
-Jiminssi...
Jungkook apretó los dientes. Odiaba oír ese nombre en boca del que fue su mentor.
-¿Jiminssi? Sé que estás ahí. Oigo tu respiración y…
-Soy yo – comentó el director con agresividad.
La pausa al otro lado fue sólo momentánea.
-Estás con él – La frase de Gong Yoo no fue una pregunta, sino una afirmación.
-¿Cómo has conseguido su número? – Jungkook le siguió el juego. No podía dejar que notase que ya estaban preparados.
-Eso da igual. Lo importante es que el destino ha querido que me contestes tú. Necesito verte.
Jungkook soltó una risa sarcástica.
-En tus sueños.
-Eso también – Al director se le revolvió el estómago – Pero por ahora me conformo con reunirnos en mi oficina. Te puedo enseñar la clase de persona que es Park Jimin.
El corazón de Jungkook se aceleró. Tras lo que su secretario le había contado, la frase de Gong Yoo confirmaba sus sospechas. Su mentor también había grabado a Jimin. Tenía que conseguir ese archivo.
-Cuando.
-Sabía que entrarías en razón. Jungkookie. Mañana. A la una.
-Allí estaré.
-No puedo esperar a… - Jungkook cortó la llamada.
Gong Yoo alejó el teléfono de la oreja para mirar la pantalla. Ese maldito le había colgado. Jungkook todavía tenía mucho que aprender. Por suerte, él era una persona con mucha paciencia. Ya se encargaría de enseñarle cómo comportarse. Por algo le había elegido como pupilo.
…
Mientras Hobi preparaba unas copas, Yoongi y Tae estaban sentados en la mesa. El productor no pudo más.
-Tae. Lo siento – el idol le miró sorprendido.
-Yoongi…
-No. Sé que me pasé. No debí haber dicho esas palabras. Y sé que tampoco tenía que haberme quedado tu libreta, pero es que me quedé alucinado.
-¿Qué? – Tae sí que estaba alucinando al escuchar a Yoongi.
-Tus pensamientos. La poesía en tus letras. Tenía que hacerlo canción.
Eso captó la atención del coreógrafo.
-¿Has producido una canción con las letras de Tae?
-Bueno, no está terminada…
-¿Querrás enseñármela? – preguntó el idol con duda.
-Es tuya – contestó Yoongi – Cada vez que la pongo en mi cabeza suena con tu voz.
-Joder, Yoongi – Tae estaba emocionado.
-Para no querer una relación, estás un poco hasta las trancas por mi novio.
-¡Hobi! – el idol le miró, alarmado. No quería que Yoongi volviese a dar un paso atrás.
-Tiene razón.
Tae le miró con la boca abierta mientras Hobi sonreía. Sabía que el productor iba a caer.
-Pero no te equivoques, Hobi. No estoy aquí solo por él.
-Yo…
-Entiendo tus dudas. Sé que me he comportado como un idiota. Namjoon ya me ha dejado claro lo que puedo perder. No sé lo que os ha contado, pero…
-Yoongi no tienes qué hacerlo.
-Pero quiero. Porque no sé si estoy preparado para una relación todavía, y no quiero decepcionaros.
-No es necesario que te presiones de esa manera, Yoongi. Estamos aquí. Déjate llevar – Hobi le miró con ternura por primera vez en días y el productor sintió como su corazón sanaba un poquito más.
Cuando terminó de explicarles su historia con Hyuna y Dawn sintió que se había quitado un gran peso de encima. De hecho, se dio cuenta de que ya no dolía tanto como pensaba. Se había aferrado al dolor porque era lo único que le mantenía unido a esa historia. Era el momento de dejarlo. De dejarlos ir.
…
No paraba de llover desde primera hora de la mañana. Jungkook había dejado a Jimin durmiendo para reunirse con Yugyeom para contarle todo lo de la llamada de Gong Yoo y su plan cuando se encontrase con él.
Su secretario acababa de marcharse y el director se debatía entre sí contarle o no su plan a Jimin. Sabía que el bailarín se preocuparía y no quería hacerle pasarlo mal ahora que todo había estado más o menos tranquilo los últimos días.
La respuesta a sus dudas entró como un huracán en su despacho.
-Jeon Jungkook – un empapado Jimin le gritó con furia.
-Jimin, ¿qué? – el director miró por la ventana, la tormenta estaba en pleno apogeo.
-¿Cuándo pensabas decírmelo?
Jungkook le miró, extrañado. Era imposible que Jimin estuviese hablando de… la pantalla del móvil del bailarín se estampó contra su cara.
Jungkookie. No sabes lo que me alegra que accedieras a venir.
Te espero a las 1. No lo olvides.
Maldito hijo de puta.
-Jiminssi…
-Nada de Jiminssi. ¿Cuándo has hablado con él? ¿Por qué yo no sabía nada y tengo que enterarme por un puto sms?
-Iba a decírtelo – Jungkook intentó acercarse a él, pero Jimin dio un paso atrás. Mirándole con rabia mientras el agua de la lluvia resbalaba por su cara.
-No vas a ir – dijo a través de sus dientes apretados.
- Jimin.
-Me importa una mierda lo que vayas a decir. No vas a ir, punto.
-Tengo que ir Jimin.
-Pues entonces voy contigo. – El bailarín se cruzó de brazos tensando la mandíbula en actitud desafiante.
Ni de coña, pensó el director.
-Ni de coña – dijo esa vez en voz alta. Estaba empezando a perder la paciencia. Jimin tampoco andaba muy lejos.
-O sea, a ver si lo entiendo. Me ocultas cosas. Pensabas ir a verle sin decirme nada, poniéndote en peligro. Pero yo no puedo.
-Solo quiero protegerte…
-¡No necesito que me protejas! He sobrevivido diez putos años sin ti. He sobrevivido toda la vida sin ti. No.Te.Necesito. – enfatizó cada palabra final con su dedo contra el pecho del director. Esta vez fue Jungkook quien se apartó de él.
El director se dio la vuelta, observando la lluvia caer por la ventana. Estaba empeorando por momentos, como la situación en su despacho. Respiró hondo. No pensaba ceder. No iba a permitir que el bailarín se pusiese en peligro ni una sola vez más.
-Voy a ir, Jimin. Tengo que ir.
-Entonces déjame ir contigo – La rabia empezaba a desinflarse.
-No. – Jungkook no quería dar opción a discutirlo. Sabía que Jimin era capaz de convencerle y no podía permitírselo.
La corta negativa del director, sin posibilidad de discusión, hizo que la rabia del bailarín aumentase de nuevo.
-Sabes lo que te digo, me importa una mierda. ¡Haz lo que te dé la gana!
El ruido del portazo sobresaltó a Jungkook que seguía mirando por la ventana. A pesar de que le dolía hacerle daño a Jimin, era lo mejor para los dos si se mantenía en su postura. ¿Verdad?
…
Estaba sentando en su coche, media hora antes de su cita con Gong Yoo y a unas manzanas de su edificio de oficinas. La tormenta seguía azotando las ventanas, empañadas por su propio aliento. Sentía su corazón a mil por hora. Cuanto más se acercaba el momento, más se arrepentía de no haberle hecho caso a Jimin.
Intentó respirar hondo, pero nada le tranquilizaba. Tenía un mal presentimiento. Intentó llamar al bailarín un par de veces, pero este no le respondía.
A lo mejor estaba equivocado. A lo mejor era un error acudir a esa cita. A lo mejor…
Deja de llamarme.
En cuanto llegó el mensaje de Jimin el pánico se apoderó de Jungkook. Pensó que quizá el bailarín había cambiado de opinión y estaba allí. ¿Y si Gong Yoo le veía? ¿Y si le volvía a hacer daño?
Dejó de pensar de forma racional. Salió del coche y empezó a andar bajo la lluvia. A ciegas. En solo un par de calles estaba completamente empapado. Llamó a Jimin de nuevo. Nada. Su visión empezó a nublarse. Pulsó rellamada.
Por fin, el bailarín contestó.
-Te he dicho que no me llamases más.
-Jimin – el tono ahogado de Jungkook hizo que el tono del bailarín cambiase por completo.
-¿Jungkook? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás?
-No lo sé. Yo… - el director empezó a llorar – Creía que estabas por aquí. No quería que Gong Yoo te encontrase.
-Jungkook. Para. Dime dónde estás.
-No lo sé – los sollozos llenaron la línea.
-Mira a tu alrededor. Dime qué ves.
-Yo… no sé.
-Jungkook, por favor. Céntrate en mí. En mi voz. Dime qué ves.
Con palabras entrecortadas le dijo más o menos lo que veía. Por suerte, el nombre de una cafetería era el mismo de la calle en la que el director había terminado. Y Jimin sabía dónde estaba.
-No te muevas. Voy a ti.
El director no supo cuánto tiempo pasó temblando bajo la tormenta. Un taxi paró delante suya e iba a echarse hacia atrás cuando vio a Jimin bajar de él, abriendo ya un paraguas para correr hacía el y cubrirlos a ambos para protegerse de la lluvia.
-Jimin. Has venido.
-Pues claro que he venido, tonto – El bailarín le acarició la mejilla, el corazón le dolía de ver al director en ese estado.
-No podía ir a verle sabiendo que estabas enfadado. No podía respirar. Creí que estabas cerca, creí que…
-Cariño, relájate. Estoy aquí. Estoy bien. Estamos bien. Todo estará bien.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Porque te quiero, idiota.
El director contuvo el aliento audiblemente y miró a Jimin con los ojos abiertos como platos. Al bailarín ya no le importaba si era pronto o no si estaba mal. Era lo que sentía.
-Te quiero, Jeon Jungkook. Te quiero.
-Oh, Jimin.
Se lanzó sobre él y le besó con toda la fuerza que pudo. El paraguas cayó a un lado y ambos se empaparon en segundos. El mundo a su alrededor difuminado como si fuese un sueño. Solo estaban ellos. Juntos. Bajo la lluvia. Amándose.
Cuando se separaron, Jungkook apoyó su frente sobre la de Jimin. Sus alientos mezclándose. El bailarín sonrió y se alejó de él para recoger el paraguas y llevar al director hacia el taxi. Pegó un salto cuando el director tiró de él para apretarle contra su pecho. Podía notar su corazón latiendo contra el suyo.
-Yo también te quiero, Park Jimin. Más de lo que puedes imaginar.
Volvieron a besarse. El pitido del taxista les devolvió a la realidad y ambos se separaron, un poco avergonzados ahora que todo había pasado.
Subieron al taxi completamente empapados. Jimin apoyó la cabeza en el hombro del director.
-Gracias por venir
-Siempre voy a ir a ti, Jeon. Siempre.
Chapter 34: Capítulo 33
Summary:
No sé si hace falta warning, pero por si acaso. Hay un poco de violencia física en este capítulo, aunque no lo sufre ninguno de nuestros chicos.
Chapter Text
Era una suerte que Gong Yoo estuviese solo en su oficina al ser domingo. Así nadie escuchó cuando empezó a destrozar su despacho, lanzando por el aire todo lo que se encontraba en su camino.
Ya había pasado bastante desde la una y Jungkook no había llegado. Intentó mandarle otro mensaje al móvil de Jimin, pero este no se envió. A cambio, recibió una notificación de que el usuario le había bloqueado. Intentó lo mismo con el del director. Solo lo había hecho a través de Jimin para crear conflictos entre ellos. Cuando le llegó la misma notificación, lo supo. Jungkook no iba a acudir a su cita.
Se sentó en la silla de su escritorio casi sin aliento tras su ataque de ira. Giró sobre sí mismo y sacó la llave que tenía colgada en el cuello para abrir una de las estanterías del mueble a medida que cubría toda la pared.
Abrió las puertas y un enorme televisor apareció. Lo encendió. La imagen del sofá al otro lado de su despacho apareció. Siempre tenía la cámara conectada. No sabía cuándo iba a tener la ocasión de probar a alguien.
Se relamió pasando el ratón por las carpetas etiquetadas con diferentes nombres. Había decenas. Estaba tan orgulloso de su colección. Se paró en la que tenía el nombre de Jimin y sintió la rabia en su interior. No estaba de humor para ver uno de los pocos que no pudo culminar.
Se decidió por la de Taemin. Era de sus favoritas. De hecho, lo había elegido porque le recordaba un poco a Park Jimin.
Empezó a ponerse duro, casi nada más darle al play. Mientras veía la grabación se imaginaba todo lo que iba a poder hacer una vez Jungkook por fin fuese suyo. Todos los demás solo habían sido sustitutos temporales para saciar sus ganas.
Se corrió con el nombre de su pupilo entre los labios.
-Pronto, Jungkookie. Pronto.
…
Ajenos a todo, nada más entrar en su caravana, Jungkook estampó a Jimin contra la pared para besarle con fuerza. Solo se apartó de él para quitarle el suéter y acto seguido su cuello para lamer y mordisquear toda la húmeda piel posible.
Jimin lloriqueó estirando de la camisa que el director llevaba hasta que él también se la quitó de golpe. Varios botones volando a través del lugar. Se quitaron también los pantalones y ambos gimieron al unísono cuando sus cuerpos volvieron a encontrarse.
Estaban desesperados. No sabían muy bien si era a causa de la tensión que habían pasado. La calma después de la tormenta de su pelea. El haber confesado que se querían, pero ambos sentían la necesidad de estar unidos lo máximo posible.
El director metió la mano dentro de la ropa interior del bailarín y lo miró. A pesar de la urgencia, necesitaba saber que el otro estaba preparado. Como toda respuesta, Jimin tiró de él para comerle la boca. Mensaje recibido.
Utilizando la propia humedad en sus cuerpos tras haber estado bajo la lluvia, Jungkook empezó a prepararle para él a toda velocidad. No era su trabajo más fino. Por los sonidos que estaban saliendo de su boca, Jimin no tenía ningún problema con ello.
-Jungkook – gimió.
El director se alejó un poco de él solo para cogerle de las piernas y elevarle sobre él. Jimin se aferró a su cuello y apretó las piernas alrededor de las caderas de Jungkook. La muestra de fuerza le excitó todavía más.
-Joder, Jeon.
Sonriendo con satisfacción, el director le alejó un poco para penetrarle, pegando después la espalda del bailarín contra la pared, abriendo bien sus piernas para poder follarle mejor. Salió un poco de su interior para volver a entrar con tanta fuerza que Jimin echó la cabeza hacia atrás, golpeándose la pared.
-Perdón – dijo el director con sorna. Jimin supo que no lo sentía para nada cuando no paró de empujar contra él en ningún momento. Haciendo que no le quedase otra que amoldarse a la polla en su interior.
-Cabrón – murmuró cuando Jungkook se inclinó sobre él para empezar a lamerle uno de los pezones.
El director supo que Jimin estaba cerca cuando empezó a estrangular su miembro con cada empujón. Impidiéndole alejarse por completo. Reacomodando las piernas a su alrededor, se acercó al oído del bailarín para susurrarle:
-Agárrate fuerte, Jiminssi.
Antes de que el otro entendiera sus palabras, el director movió una de sus manos hasta el miembro de Jimin. Masturbándole al mismo ritmo con el que le follaba contra la pared. El cúmulo de sensaciones fue tal que tardó tres movimientos más para correrse entre los cuerpos de los dos mientras Jungkook seguía embistiendo.
Empezó a protestar por la sensibilidad.
-Solo un poco más – gruñó entre dientes al director. Fiel a sus palabras, unas cuantas embestidas más Jungkook se corrió dentro de él.
En cuanto recuperó el aliento, separó con delicadeza las piernas de Jimin y le dejó en el suelo, su espalda todavía apoyada en la pared. Le basó y Jimin le miró completamente saciado.
No repitieron las palabras que se habían dicho bajo la lluvia. Pero estaban presentes entre ellos a cada paso.
Sabían que se querían mientras se metían en la ducha para lavarse lo más rápido posible. Sabían que se querían cuando se pusieron sus pijamas a juego a pesar de estar a mitad del día. Sabían que se querían cuando se acurrucaron en el sofá con la tele puesta, aunque ninguno de los dos le estaba haciendo caso.
Y sabían que se querían cuando se quedaron dormidos, agotados tras la tensión y la sesión de sexo.
Se querían. Y ambos lo sabían.
…
La semana transcurrió sin incidencias. El plan de rodaje se cumplía al pie de la letra y por fin parecía que todo se estaba encauzando.
Era ya viernes y Jungkook estaba embelesado mirando a través de su cámara mientras Jimin terminaba uno de sus solos. El bailarín le había pedido que mandase a los que no fuesen necesarios a casa. Estaban todos agotados. A cambio, le había prometido al director que solo haría un par de tomas más.
-Toma – Yugyeom le ofreció un pañuelo y Jungkook le miró sin entender – Para las babas.
Tuvo la decencia de sonrojarse mientras le lanzaba una mirada airada a su secretario. Este sonrió. Y entonces Jungkook sonrió también. Les estaba costando, pero tenía muchas esperanzas en que su amistad podría sobrevivir a todo lo que había pasado.
-Corten – gritó. Jimin le lanzó una mirada desde el centro del plató, pero él se cruzó de brazos y el bailarín decidió rendirse.
-Podía haber aguantado un poco más, Jeon – dijo acercándose a la silla del director. Los demás ya se habían marchado. Incluido el secretario.
-Pero yo no podía aguantar más – le replicó tirando de él para que se colocara entre sus piernas.
-¡Jungkook! Estoy todo sudado – protestó cuando este empezó a dejar pequeños besos en su cuello.
-Me gusta cuando estás sudado, Jiminssi.
Aprovechó la risita que el bailarín no pudo evitar soltar para unir sus bocas. Solo se separaron cuando se escuchó como alguien aplaudía a sus espaldas.
A Jungkook no le hizo falta moverse para saber quién era por la rigidez que cubrió el cuerpo de Jimin entre sus brazos. Se levantó de golpe para protegerle, moviéndole detrás de él.
-Qué bonito – soltó con Gong Yoo con sarcasmo – Sabía que tenías lo qué hacía falta, Jimin. No sé por qué lo tuviste que poner tan difícil cuando…
-¡Cállate! – Soltó el bailarín. A pesar de que su voz salió con rabia, Jungkook podía notar como temblaba. La furia empezó a apoderarse de él.
-Lárgate de aquí.
-No viniste a nuestra cita, Jungkookie. Y tenemos cosas que hablar… A SOLAS – dijo enfatizando las últimas palabras.
-Jungkook, no. – susurró Jimin.
El director se dio la vuelta, preocupado por él. El bailarín estaba visiblemente afectado. Ni loco le iba a dejar solo en ese estado. Necesitaba deshacerse de Gong Yoo.
-Tienes que irte ahora mismo.
-Jungkookie.
-Te juro que…
Gong Yoo se echó a reír al ver a Jungkook tan alterado. Lo tenía donde quería.
-Me iré si me desbloqueas.
-¿Qué?
-Hazme caso, Jungkookie. Todos saldremos ganando. Tu noviecito el que más.
Una sensación de pesadez se instaló en su estómago. Sabía que debía mandarle a la mierda, pero también necesitaba saber que tramaba. Se rindió. Sacó su móvil y después de tocar varias cosas lo dejó sobre la silla. Gong Yoo sacó el suyo e hizo una llamada. El teléfono del director empezó a sonar.
-Perfecto. Te dejaré un regalo más antes de irme.
Pulsó enviar y se dio la vuelta para marcharse. Supo el momento en el que su pupilo lo recibió por el sonido de su respiración al cortarse de golpe. Sonrió y siguió andando lo más despacio posible. Tal y como esperaba notó como tiraban de él y un fuerte golpe en la boca. Siguió sonriendo mientras el director le daba otro puñetazo.
-¡Jungkook! ¡Para! Por favor… - solo volvió a la realidad al escuchar la voz rota del bailarín que intentaba sujetarle el brazo.
Miró a Gong Yoo debajo de él. Su sonrisa siniestra aún con la nariz chorreando sangre y le dieron ganas de volver a pegarle. Echó el brazo hacia atrás para lanzar un golpe cuando de nuevo escuchó a Jimin.
-Por favor…
Se alejó de él y su ex mentor se levantó y se estiró la camisa. Sacó un pañuelo de uno de sus bolsillos y se limpió la cara.
-Pagarás por esto, Jungkookie. Nos veremos pronto.
No le dio tiempo a replicar nada porque sintió como Jimin caía de rodillas, luchando por respirar. Estaba teniendo un ataque de pánico. Intentó sujetarle. No sabía qué hacer.
Sin pensar, le cogió en brazos y le llevó directamente a la caravana de Tae y Hobi. Ellos sabrían que hacer realmente.
En cuanto el idol le dio a Jimin su medicina y este empezó a calmarse, Jungkook se marchó de allí. Se sentía un inútil. Había jurado proteger a Jimin y había hecho todo lo contrario. Se había equivocado.
No podía seguir así.
…
En el momento en que Jimin se quedó dormido, Taehyung salió en busca de Jungkook dejando a Hobi a cargo del bailarín. Lo encontró sentado en el último escalón de la entrada a la caravana mirando al infinito. Se sentó junto a él y le dio lástima la cara de abatimiento del director. Sabía muy bien lo que sentía. Tae también había estado en su lugar.
-Hey – le dijo suavemente – Sé que estás frustrado, pero lo has hecho bien.
Jungkook soltó un bufido de incredulidad. Tae sonrió a pesar de las circunstancias.
-En serio – continuó – has reaccionado deprisa, igual que cuando lo encontraste – Puede que no lo sientas así, pero le has ayudado. ¿Qué ha pasado?
El odio que Taehyung sentía por Gong Yoo aumentó cuando el director le puso al día con lo que había pasado.
-¿Crees que le has roto la nariz? – Jungkook asintió – Bien.
Se quedaron unos minutos en silencio hasta que Hobi salió de la caravana dejando la puerta abierta para controlar a pesar de que Jimin seguía durmiendo.
-He estado pensando – empezó Tae. Se interrumpió cuando los otros dos le miraron con ojos de sorpresa – Os odio.
Todos rieron, y algo de tensión dejó los hombros del director.
-¿Qué has pensado, cariño? – preguntó Hobi guiñandole un ojo.
-Que deberíamos hablar con Seojoon. Jimin tuvo su mejor época cuando estaba con él. Quizá la cosa online no funciona como creemos.
-¿Quién es Seojoon? – Tae miró a Jungkook y sonrió. No sabía quién ni como era, pero el director ya estaba receloso.
-El Dr. Park, el terapeuta de Jimin. Tuvo que mudarse por circunstancias y Jimin se negó a buscar otro médico. En teoría siguen las citas online, pero entre el trabajo de Seojoon en su clínica y el horario de locos del rodaje, no hablan tanto como deberían. Y eso no ayuda a la situación de estrés de Jimin.
-Joder – soltó Jungkook.
-¿A lo mejor deberíamos hablar con Jimin? – aportó Hobi.
-Dejadme hablar con ese Dr. Park primero. Por favor – añadió Jungkook cuando vio como los otros le miraban – Os aseguro que no voy a entrometerme en la intimidad de Jimin. Solo quiero saber lo que él me cuente de su propia historia, pero me gustaría consultarle unas cosas.
Su móvil sonó y se dio cuenta de que Taehyung había compartido un contacto con él.
-Gracias.
Se levantó y se sacudió el pantalón.
-Creo que es mejor que Jimin duerma aquí esta noche. Avisadme si se despierta, que me llame cuando quiera. O llamadme si necesita algo y decidle que… - no terminó la frase, pero se sonrojó.
-Que le quieres. Anotado – soltó Hobi con sorna.
El director no dijo nada más, solo asintió antes de marcharse.
-¿De verdad crees que es bueno que Jungkook conozca a Seojoon?
-Es por el bien de Jimin. Además… - Hobi le miró expectante – Puede ser divertido.
Ambos rieron mientras entraban a su caravana. Jimin seguía durmiendo.
…
Jin estaba acurrucado con Namjoon en el sofá mientras Yoongi les mostraba sus últimas creaciones. Cuando su móvil empezó a sonar. Era Jungkook.
-¿Qué pasa chiquitín? – Fuese cual fuese la respuesta del director, la risa especial del actor resonó por la caravana. – Yo también te quiero. Dime.
Los otros dos se pusieron alerta al ver como la cara de Jin pasaba a una seriedad antinatural. Y aportaba solo alguna palabra para que Jungkook siguiera la conversación, enfocándose en escuchar.
-Vale, no te preocupes. Luego hablamos - El actor colgó y suspiró – Jimin ha tenido otro ataque de pánico. Está con Tae y Hobi. ¡Dios, como odio a Gong Yoo! Al que por cierto Jungkook le ha dado una paliza por lo visto.
-¿Qué? – preguntó Namjoon mientras Yoongi abrió los ojos como platos.
En cuanto el actor terminó de explicar todo lo que Jungkook le había contado, Yoongi decidió marcharse a la caravana de Tae y Hobi para estar con ellos y ver a Jimin.
Por su parte, Jin decidió ponerse a preparar algo de comida mientras Namjoon le ayudaba. Necesitaba estar ocupado para no ir a rematar el trabajo que había hecho Jungkook con su ex mentor. O irse a la oficina del director y abrazarle hasta escucharle renegar, pero no podía porque este le había dicho que necesitaba estar a solas.
Y Jin lo respetaba.
Chapter 35: Capítulo 34
Chapter Text
Jimin despertó y en cuanto fue consciente de donde estaba y recordó lo que había pasado solo hubo un pensamiento en su cabeza:
-¡Jungkook! ¿Dónde está?
-Jimin, toma – Tae le acercó un poco de agua, su soulmate siempre despertaba sediento – Tenía cosas que hacer, pero nos ha dicho que te quiere y que le llames.
Jimin le miró con sorpresa. Luego miró a Hobi para corroborar y cuando este asintió una enorme sonrisa inundó su rostro. A pesar del agotamiento, recordar que el director le quería le daba fuerzas.
-Me voy – Intentó levantarse, pero Tae se lo impidió.
-Quédate aquí. Jungkook no va a ir a ninguna parte.
-Estoy bien. De verdad – añadió cuando su amigo le miró sin terminar de creerle – Es solo que…
-No te preocupes – dijo Hobi – tu querido director nos ha puesto al día de todo. Acabaremos con él, Jimin. Te lo prometo.
-Voy a llamarlo – se levantó y se metió en el baño de la caravana. No quería volver a caer y necesitaba ver a Jungkook en persona y asegurarse de que estaba bien. No podría descansar si no era así.
Cuando le dijo eso mismo al director por teléfono este se empeñó en ir a recogerle a pesar de que el parking de las caravanas no era tan grande.
Jimin se despidió de sus amigos y decidió esperarlo en la puerta. Quería dejarles descansar, ya era bastante tarde. De todas formas, no tuvo que esperar mucho. Al momento, el director llegó corriendo hasta pararse frente a él respirando con dificultad.
-He venido lo más deprisa posible. Necesito más gimnasio – dijo apoyando las manos en sus caderas. El bailarín no pudo evitar sonreír ante la imagen.
-Yo puedo ayudarte con eso.
-¡Jiminssi! – Jungkook le miró fingiendo estar escandalizado – Ni convaleciente dejas de pensar en eso… sí que tengo que hacerlo bien – añadió para provocarle.
-Me lo creería si no estuvieses cansado tras correr cinco minutos, Jeon.
Jimin empezó a reír cuando el director se acercó a él y empezó a hacerle cosquillas hasta atraparle entre sus brazos. Se miraron a los ojos. El bailarín pudo ver en ellos lo preocupado que estaba el director. Y ahí estaba, intentando hacerle reír a pesar de su propio dolor.
-Jeon.
-Jiminssi….
-Te quiero.
-No tanto como yo a ti.
-¿Es que todo tiene que ser una competición contigo? – Jungkook sonrió y el bailarín se separó de él haciéndose el ofendido, pero al instante cogió su mano para empezar a caminar hacia su caravana.
Jimin pensó que podría vivir ”peleándose” con Jeon Jungkook el resto de su vida. Y lo más aterrador de todo era que la idea no le daba ningún miedo.
…
Una vez Jimin se hubo marchado Taehyung se dejó caer en el sofá. Miró a Yoongi que compartía una charla con Hobi en la pequeña mesa de la zona de la cocina. Quería decirle lo mucho que apreciaba que hubiese ido a ver como estaban en cuanto se había enterado, pero el miedo a volver a espantarlo lo mantuvo callado.
Hobi, que parecía estar absorto en su conversación con el productor musical veía pasar una tras otra las emociones por la cara de su novio. Sonrió cuando sus miradas se encontraron y Tae la desvió rápidamente.
Yoongi, que siguió la mirada de Hobi y vio a Tae sentado en el sofá abierto de piernas, sintió una repentina ola de excitación que le hizo decidirse.
-¿Y sí hacemos que Tae se sienta mejor? – le susurró a Hobi sin apartar la vista del sofá.
-¿Eh?
-Pues hablo de mí, entre sus piernas, chupándole la polla y tú…
-¡Joder, Yoongi!
-¿Qué? - el productor musical lo miró por fin.
-¿Vas en serio?
La respuesta de Yoongi fue acercarse al coreógrafo para coger una de sus manos y llevarla a su entrepierna, ya medio dura. Hobi empezó a acariciarle por encima del pantalón, excitándolo aún más.
-¿Estás seguro? – A pesar de que estaba como una moto, el coreógrafo no quería que Yoongi se forzase a nada.
De nuevo, la respuesta del productor fue sin palabras. Le cogió de la mandíbula para besarle como si no hubiese mañana, metiendo su lengua en cuanto el otro abrió la boca para recorrerla entera mientras movía la pelvis hacia adelante para rozarse todavía más contra la mano de Hobi.
Taehyung, que obviamente había estado observando todo desde el sofá, estaba alucinando. Soltó el aire que no había notado que estaba reteniendo cuando se separaron y Yoongi se dirigió directamente hacía él para situarse de entre sus piernas, de rodillas.
-Yoongi… - empezó con duda.
-Déjale, Tae – Un escalofrío recorrió el cuerpo del idol cuando Hobi le susurró esas palabras en el oído y empezó a besarle el cuello desde detrás del sofá. Echó la cabeza hacía atrás para darle más espacio para volver a bajarla cuando Yoongi empezaba a bajarle la cremallera.
No sabía para qué lado tirar.
Su cuerpo decidió por él cuando el productor liberó su miembro y empezó a masturbarle para ponerle completamente duro, cosa que no le iba a costar mucho. Abrió más las piernas para darle espacio moviéndose un poco hacia adelante mientras apoyaba la cabeza en el respaldo del sofá buscando que Hobi le besase. Cosa que hizo al instante con profundidad.
El coreógrafo se separó de él para meter las manos bajo su camiseta y empezar a deslizarlas por su pecho. Le retorció uno de los pezones en el instante en el que Yoongi se lo metió en la boca. El gemido que salió de su boca resonó por toda la caravana.
Hobi le apretó contra el sofá mientras el productor empezó a chupársela con más fuerza, subiendo y bajando, recorriendo la superficie con su lengua, haciéndole retorcerse en su sitio ya que el agarre del coreógrafo le impedía moverse más.
-Yoongi, joder. Voy a correrme.
El aludido levantó la mirada y sonrió con picardía mientras aumentaba la velocidad. Fue lo que le faltaba a Tae. En cuanto Yoongi volvió a pasar la lengua por una de sus hinchadas venas, se corrió con tanta fuerza que le costó volver a centrarse.
Cuando lo hizo sintió un pinchazo en la entrepierna al ver como Hobi y Yoongi se besaban por encima de él y del sofá, compartiendo su sabor. Sintió que no era suficiente.
-Hobi… - susurró con voz entrecortada – Te necesito.
Se levantó del sofá con piernas temblorosas y se quitó los pantalones. Vio por el rabillo del ojo como Yoongi se sentaba en su lugar, pero la desesperación le hizo centrar la atención en el coreógrafo, que se masturbaba mientras se acercaba a él para besarle de nuevo.
Le hizo colocarse de espaldas a él, rozando su polla ya dura contra su culo. Tae no perdió el tiempo y empezó a rozarse con él. Hobi empujó su espalda para hacerle agacharse, tuvo que apoyar las manos en el respaldo del sofá, por encima esta vez de Yoongi quien, sin dejar de mirarles, empezó a desabrochar su propio pantalón para tocarse.
Yoongi se pasó la lengua por los labios, masturbándose con languidez y Tae se inclinó más sobre él para besarle. El productor musical se comió su gruñido cuando Hobi introdujo el primer dedo húmedo ¿Cuándo había ido a por el lubricante?
Siguió gimiendo mientras Yoongi le comía la boca y Hobi iba preparándolo para él a toda velocidad. Se separó del productor musical para girar la cabeza y mirar a Hobi por encima del hombro.
-Estoy listo Hobi. Fóllame ya.
Protestó cuando sus dedos salieron de su culo para volver a gemir cuando Hobi se introdujo en él de golpe. Él también estaba desesperado después de haber visto el número de los otros dos.
No tuvo piedad.
Le cogió de las caderas empezando a embestir haciendo que se inclinase todavía más hacia Yoongi que ya se masturbaba prácticamente al mismo ritmo que Hobi empujaba en su interior. Tae miraba fascinado como la polla de productor aparecía y desaparecía entre su mano. Se le ocurrió una mejor forma de hacer que el otro disfrutara y de paso devolverle el favor.
Abrió más las piernas para que Hobi pudiese seguir follándole a gusto y terminó de inclinarse sobre Yoongi, apoyando las manos al lado del cuerpo del productor que paró sus movimientos por la sorpresa. Sonriendo, Tae terminó de agacharse para pasar la lengua por la punta y luego chupar sin metérsela del todo en la boca.
Su juego duró unos segundos. Primero, notó la mano de Hobi en su nuca haciéndole bajar todavía más y luego sintió las manos de Yoongi enredándose en su pelo, impidiéndole escapar.
A partir de ese momento se convirtieron en un enredo de sudor, gemidos, empujones y gruñidos que terminó cuando Yoongi terminó en su boca haciendo que se echase hacía atrás empalándose con más fuerza en la polla de Hobi que en dos o tres movimientos más se corrió dentro de él haciendo que un segundo orgasmo le sacudiese, salpicando a Yoongi que seguía intentando recuperar el aliento.
Hobi salió de su interior y fue a la cocina para buscar algo para limpiarles. Una vez aseados se sentaron, ambos agotados, uno a cada lado de Yoongi, al que Hobi le pasó el papel para que también pudiese secar los restos de semen en sus muslos para poder vestirse.
-Pues bien, ¿no? – soltó Tae a bocajarro.
-Joder cariño – Hobi empezó a reír.
Lo que ninguno esperaba era que la risa de Yoongi les acompañase mientras se relajaba entre sus cuerpos.
-¿Vamos a dormir?
Taehyung y Hobi compartieron una mirada. El productor musical no dejaba de sorprenderlos. El idol se levantó a toda velocidad cogiendo a ambos de la mano y llevándolos a la habitación a estirones.
-Tae, ¿Qué pasa?
-Deprisa, antes de que el gruñón cambie de opinión.
-¡Eh! – replicó Yoongi.
-Shh, a dormir.
-Tae – intentó el productor musical.
-Shh – repitió mirando al suelo.
Yoongi le cogió de la barbilla y le obligó a mirarle a los ojos.
-No voy a irme. Ya no.
-Yoongi… - el idol sintió que se emocionaba al ver la sinceridad en la mirada del otro.
-Shh, a dormir.
Hobi estalló en carcajadas, entregando a Yoongi uno de sus pijamas para que pudiese ponerse cómodo. Cuando se metieron en la cama, se colocaron en su sitio sin cruzar palabra. El productor entre los dos, con Tae a su izquierda y Hobi al otro lado.
Los tres durmieron como no lo habían hecho en semanas.
…
Un ruido lejano de algo rompiéndose fue lo que despertó a Jungkook. Jimin no estaba a su lado lo que le convertía en el principal sospechoso como causante de su abrupto despertar. A pesar de ello se levantó sonriendo.
No era que su preocupación por Jimin hubiese menguado, pero unido a que el bailarín era mucho más abierto con sus estados de ánimo con él estaba el hecho de que gracias a Tae había movido unos cuantos hilos para que la situación fuese aún mejor. O eso esperaba.
Se acercó a la zona de la cocina y encontró al bailarín recogiendo los pedazos de una taza rota con cara de preocupación.
-Jimin. No pasa nada, tengo más tazas – dijo bromeando.
La sonrisa le duró hasta que Jimin no solo no le contestó, si no que se levantó para tenderle su móvil donde había una página abierta.
-Hijo de puta.
Fue a prepararse un café mientras pensaba en donde había dejado su propio teléfono. Seguro que ya tendría a tope las notificaciones.
Lo buscó, y efectivamente, Jin, Yugyeom y alguno que otro más le habían escrito ya. Decidió ignorarlo todo y contestar solo al grupo que habían creado los siete.
-No pasa nada. Lo arreglaré.
-Jungkook. – Jimin le observaba con el ceño fruncido tras haber leído su mensaje en el chat – Podría denunciarte.
-Lo conozco. No lo hará.
-Pero…
-No lo hará, Jimin – su tono condescendiente encendió al bailarín.
-No le conoces tan bien como crees. Y lo sabes.
Sus palabras fueron como un golpe directo a su estómago para Jungkook. Jimin se dio cuenta de lo que había tras sus palabras e intentó rectificar.
-Perdón. No quería…
-Voy a ducharme.
Se dio la vuelta para marcharse, dejando su taza con café humeante sobre la mesa sin apenas haberlo probado.
Con las manos apoyadas en las frías baldosas y la cabeza baja, dejó que el agua caliente le cayese sobre los hombros. Una mueca sarcástica en la cara al pensar que se había levantado pensando que las cosas podían ir a mejor.
Iluso.
…
BANGTAN NEWS
JEON ATACA A SU MENTOR
Según nuestras habituales fuentes. El director novel, Jeon Jungkook, atacó sin motivo aparente a su mentor, el mundialmente conocido Gong Yoo con saña ante la presencia de Park Jimin, quien no hizo nada para evitarlo. ¿Serían los celos el motivo? Al contactar con el aclamado director, Yoo nos contaba el dolor que le ocasiona ver a su pupilo controlado por el ambicioso bailarín y su más que dudoso pasado...
Gong Yoo sonrió al ver la noticia que se había publicado esa misma mañana. Gruñó por el dolor de su nariz rota. Pero había valido la pena. Todo estaba volviendo a encauzarse.
Jungkook debía ser suyo. Si primero tenía que destruirlo para después convertirse en su salvador.
Que así fuese.
Chapter 36: Capítulo 35
Chapter Text
En otras circunstancias Jimin habría dejado pasar el tiempo, pero no esta vez. Aunque había sido por la preocupación, sabía que le había dado a Jungkook donde más le dolía.
Tenía que arreglarlo.
Al llegar al baño y ver a Jungkook en la ducha tan cabizbajo se sintió aún peor. Haciendo el mínimo ruido posible se desnudó a toda velocidad y se metió con él, cogiéndole por la cintura desde detrás para pegarse a su espalda. El director se tensó durante unos segundos, pero luego simplemente se dejó abrazar
-Perdóname – Susurró el bailarín, su voz amortiguada por estar pegado a la espalda de Jungkook.
-Solo si tú me perdonas a mí.
-Estoy preocupado, Jeon.
El director se movió y Jimin le soltó pensando que iba a volver a enfadarse, pero Jungkook se dio la vuelta para poner sus manos en las mejillas del bailarín.
-Lo sé. Y te quiero por ello, pero puedo ocuparme yo solo.
-A lo mejor puedes, pero no tienes por qué. Porque yo también te quiero y quiero estar contigo.
-No te merezco. Yo no estuve a tu lado cuando me necesitabas.
-No lo sabías, Jungkook. Y desde que eso ha cambiado no has soltado mi mano. Yo…
Jungkook notó como los ojos de Jimin se humedecían y decidió cortarle. Besándole. Fuerte.
El bailarín gimió por la sorpresa, aunque eso no evitó que en dos segundos estuviera devolviendo el beso con la misma fuerza. Jungkook le cogió de la cintura y cambió sus posiciones haciendo que la espalda de Jimin chocase contra los fríos ladrillos de la pared de la ducha.
El director se acercó a él y pudo ver que su polla ya estaba medio dura. Mientras volvían a besarse, Jimin metió una mano entre sus cuerpos para coger el miembro del director y empezar a bombearle, despacio, contrastando con la forma en la que sus bocas se estaban devorando y…
Alguien llamó a la puerta de la caravana.
-No hagas caso – dijo Jimin sobre su boca – Jeooon… - lloriqueó frustrado unos segundos después cuando Jungkook se alejó de él para salir de la ducha y ponerse un pantalón y una camiseta a toda velocidad.
Los golpes se repitieron. Parecían estar impacientes. Seguro que llevaban un buen rato llamando hasta que ellos lo habían oído a pesar del ruido del agua en la ducha y sus propios gemidos.
El director abrió la puerta con rabia pensando que sería alguno de sus amigos, pero se quedó parado cuando se encontró con un desconocido. Uno muy atractivo, pero aun así…
-¡Seojoon! – Jungkook se giró a mirar a Jimin, pero solo le dio tiempo a verle correr con la camisa abierta (que por cierto no parecía pertenecer al bailarín) y lanzarse en los brazos de la persona que estaba en la puerta.
-Hola Chim Chim– le contestó el aludido, cogiendo al bailarín en brazos sin dificultad mientras Jungkook alucinaba.
¿Qué está pasando? Pensó el director. Cuando el desconocido que empezaba a convertirse en enemigo dejó al bailarín en el suelo, Jungkook se acercó a él y le cerró la camisa. Jimin le miró asombrado, pero empezó a abrocharse los botones sin decir nada, volviendo su atención al recién llegado.
- ¿Qué haces aquí? Estoy tan contento de verte.
-Jungkook me llamó – eso hizo que el director empezase a prestar atención de nuevo al anteriormente desconocido casi enemigo y que ahora, por fin, se había transformado en su mente en el doctor Park Seojoon. Al que él mismo le había pedido que viniese. Se dio una bofetada mental por no haber pensado antes en mirar cómo era físicamente.
Jimin le dio un ligero golpe con el hombro y Jungkook lo miró, al ver la forma en la que lo miraba salió de su ligero shock.
-Doctor Park. Perdón. Jeon Jungkook – dijo teniéndole la mano.
-Seojoon, por favor – le devolvió el apretón.
El bailarín carraspeó y solo entonces Jungkook dejó ir la mano del doctor, quien sonreía.
En su llamada con el director hacía unos días ya había detectado en su voz y su ansía el amor que este sentía por Jimin, pero ahora que los veía interactuando era tan evidente que era mutuo que le hizo sonreír. Conocía a Jimin en profundidad, a pesar de todo el trabajo que quedaba podía notar lo relajado que estaba ante la cercanía de Jungkook. Además de la felicidad visible en él. No hacía falta ser doctor para ver eso. Tampoco para notar la hostilidad que emanaba Jungkook debido a los celos, si le hubiese apretado un poco más la mano le hubiesen crujido los huesos.
-¡Seojoon! – Jungkook rodó los ojos ante la nueva exclamación del nombre del doctor, aunque esta vez venía de Taehyung.
El idol se acercó a ellos acompañado de Hobi y ambos abrazaron al recién llegado, aunque no tan efusivamente como lo había hecho el bailarín.
-En cuanto Jimin me ha dicho que estabas aquí…
Jungkook se giró a mirar al bailarín tan rápido que su cuello sufrió un latigazo. Efectivamente, Jimin tenía el móvil en la mano. Al menos tuvo la decencia de lucir un poco culpable.
Todos le miraban desde la puerta y escaleras de la caravana. Taehyung le dio una mirada de lado a Hobi quien casi se echa a reír. Su novio era el mismo diablo y Jungkook iba a pagar las consecuencias. Justo en ese momento el director entendió lo que esperaban.
-Oh – exclamó avergonzado – Pasad, pasad, por favor. Hay café recién hecho, yo voy a cambiarme – Antes de irse lanzó una mirada de arriba abajo a Jimin.
El bailarín que seguía con su camisa mal abrochada y solo unos shorts. Al darse cuenta de la mirada del otro y de su aspecto, reaccionó.
-Yo también debería cambiarme – Se giró para mirar a los demás y decidió ignorar la sonrisita de Tae – pero no habléis de nada. ¡Tú! – dijo señalando a Seojoon – No cuentes nada hasta que vuelva, quiero saberlo todo.
Solo cuando Seojoon asintió, se dio la vuelta para seguir a Jungkook hasta el dormitorio.
…
Namjoon estaba leyendo en la cama mientras Jin pasaba el tiempo en su móvil, pero fue el del productor el que empezó a sonar. Era Yoongi.
-¿Qué pasa? – le escuchó contestar el actor - No, aún no – siguió – Vale.
Se separó el teléfono de la oreja y tapó el auricular.
-Es Yoongi – le dijo a Jin susurrando – Que si no hemos desayunado que vayamos a hacerlo a la caravana de Jungkook. ¿Te apetece?
Jin asintió, le había encantado como el productor musical le había tenido en cuenta. Namjoon le dio la respuesta afirmativa a Yoongi y colgó tras concretar cómo quedaban.
-No hace falta que me pidas permiso. Lo sabes ¿Verdad? – dijo entonces el actor.
-No te estaba pidiendo permiso, pero si no te hubiese apetecido me habría quedado aquí contigo. Puedo ir sin ti, pero prefiero estar contigo.
-Eres adorable, Namjoon.
Cuando este se sonrojó a Jin no le quedó otra que besarle suavemente. Se levantaron para cambiarse y fueron en busca de Yoongi con el que Namjoon había quedado en la caravana, que supuestamente ambos compartían… pero que ninguno de los dos pisaba.
Los tres llegaron a tiempo de ver como Taehyung miraba a Jungkook con una sonrisita peligrosa que contrastaba con el ceño fruncido del propio director, mientras este observaba a Jimn, quien a su vez observaba a alguien que no sabían quién era. El nuevo estaba también centrado en el bailarín.
La oleada de celos que desprendía Jungkook era tan fuerte que los tres se giraron a mirarle cuando Jimin se echó a reír con todo su cuerpo cayendo sobre el desconocido y efectivamente… el director apretó la mandíbula con tanta fuerza que casi se podía escuchar el crujido. Era tan evidente que hasta daba un poquito de pena.
A los pocos minutos ya les habían puesto al día y todos sabían que Park Seojoon era el terapeuta y luego amigo de Jimin, y viéndolo más de cerca hasta Jin tuvo que admitir que era normal que Jungkook estuviese receloso. El doctor era muy atractivo.
Al final decidieron ir a desayunar a la zona de catering, pues eran demasiados para la modesta caravana. Mientras observaba a sus amigos, Jungkook se reprendió a sí mismo una vez cuando pensó que a qué mala hora había localizado al Doctor Park. Jimin estaba relajado y sonriente.
Solo por eso podría con el peso muerto que se había instalado en su estómago.
…
Seojoon observaba el rodaje desde uno de los laterales. Jimin le había rogado al director que le dejase quedarse mientras trabajaban y, aunque a regañadientes, este había aceptado. El doctor seguía leyendo perfectamente la situación solo por la postura absolutamente tensa de Jungkook.
Tomó nota mental de darle un poco de tiempo para adaptarse a la nueva situación antes de tener una charla con él. El doctor Park conocía toda la historia, Jimin la había recordado en sus sesiones en numerosas ocasiones y se había mantenido escéptico respecto al director, pero Tae le había dicho que ahora había mucho más. Y él confiaba en su amigo.
Luego había hablado directamente con el director y supo que Jimin estaría bien. Aun así, estaba ansioso por saber de boca del bailarín las partes que le faltaban para tener la historia completa. Habían programado una cita para esa misma tarde, ya que Seojoon solo podía quedarse dos días.
…
Yugyeom se mordió el labio mientras apretaba el móvil en su mano. Tal y como había hablado con Jungkook, Gong Yoo acababa de recibir un mensaje suyo informando de la visita del doctor de Jimin. Les pareció algo que haría que siguiese confiando en que el secretario estaría de su parte.
En cuanto el director le había contado quién era el nuevo y todo lo que había ayudado a Jimin, no había podido dejar de pensar en su novio. Bambam también estaba recibiendo tratamiento, por supuesto, pero a lo mejor alguien con experiencia en el campo de su trauma podría ayudarle más.
Podría hablar con Jungkook para ver si, al menos mientras Jimin trabajaba, quizá el doctor podría tener una sesión con Bambam, aunque solo fuese para ver su estado y poco más. Era mejor que nada. Pero todavía seguía avergonzado por haberle traicionado.
Y también estaba el hecho de que Jungkook le estaba lanzando puñales con la mirada a dicho doctor cada vez que hacían una pausa y Jimin corría al lado de este para seguir charlando. El director parecía centrado en su cámara mientras esto pasaba, hasta que…
-Yugy, suéltalo ya porque me estás poniendo muy nervioso y… - volvió a mirar hacia donde el bailarín reía junto a Tae y su doctor. - ¿Te ha dicho algo ese cabrón por tu mensaje?
- ¿Qué? Ah, no – El secretario volvió a mirar su teléfono. Dudó de nuevo…
-Yugyeom…
-Vale, vale. Es solo que estaba pensando… - la mirada del director le hizo soltarlo todo de golpe al final – que quizá ese doctor Park podría hablar con Bambam, solo cuando Jimin esté ocupado, claro. Y a lo mejor podría ayudarle con su experiencia… y ya sé que le estás pagando extra, pero…
-Por supuesto. Llámale.
-Jungkook…
-Ni lo pienses. Bambam también es mi amigo. El doctor Park – pronunció el nombre con retintín y Yugyeom reprimió las ganas de sonreír a pesar del tema de conversación – va a estar aquí igualmente. Ojalá pueda ayudarle. Debí haberlo pensado…
-Gracias Jungkook, de verdad – Le cortó – Y, por cierto – esperó a que su jefe le mirase – córtate un poco porque si las miradas matasen, no habría doctor para ayudarnos…
-¡Oh, cállate!
Esa vez Yugyeom no pudo reprimir las carcajadas.
…
Desde que había ido a la habitación a vestirse y Jungkook no le había dicho ni una palabra, Jimn sabía que Jungkook estaba molesto. El director ya había demostrado al inicio del rodaje que no se manejaba muy bien con los celos cuando pensaba que estaba liado con Taehyung, pero entonces todo eran malos entendidos entre ellos y falta de comunicación. Y por suerte eso ahora no era un problema.
En el fondo le divertía un poco porque no creía que Jungkook no confiase en él, pero era cierto que llevaban poco tiempo de “relación” y tenía que ser sincero, Seojoon estaba cañón. Solo que para él era como un hermano mayor, era su lugar tranquilo. Y Jungkook era… su todo. Por fin podía admitirlo, al menos en su interior. Estaba completamente enamorado de Jeon Jungkook. Y estaba convencido de que era su destino estar juntos hasta el final de sus días…
Si el director tardaba algo más de tiempo en saberlo y sufría un poquito por él … Jimin se lo compensaría.
…
Jungkook estaba dando vueltas en su caravana. Estaba agotado después de la tensión que había llevado sobre los hombros durante todo el día. Jimin estaba en su reunión con el Doctor Park y aunque según había escuchado hoy solo iban a tener una charla de toma de contacto, ahora que la verdadera razón por la que este había venido era más real, la culpabilidad le cayó encima como una losa.
Se había pasado todo el día sin apenas hablar con el bailarín por miedo a soltar alguna pullita debido a sus celos, y siendo sincero, también para picarle un poco. Jimin le había lanzado miradas más de una vez, pero el director lo había ignorado. Le había hecho señas para que se sentara junto a ellos en la comida y Jungkook no había hecho caso. Y Jimin no le había dicho nada.
Hasta que llegó la hora de marcharse a la sala de reuniones, que él mismo había cedido para que pudiesen hablar, y cuando asintió secamente a la despedida de Jimin y vio el dolor cruzar por la mirada de este. Se sintió fatal.
Y ahí estaba, haciendo kilómetros esperando a que Jimin volviese a él, confiando en que lo hiciese y no se fuese a su propia caravana. Esperando para pedirle perdón por haber sido un idiota dejándose llevar por su ego y aplicándole la ley de hielo.
En cuanto el bailarín entrase por la puerta, iba a…
-¡Tú!
Se sobresaltó al escuchar la voz de Jimin y verlo plantado en su puerta. Había estado tan concentrado en las mil formas de pedirle perdón que no se había percatado de su llegada. Abrió la boca para decir alguna de las cosas que le habían estado rondando la cabeza, pero nada salió de ella cuando el bailarín le señaló con el dedo.
-Ni una palabra. Ahora me toca a mí.
Chapter 37: Capítulo 36
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Jungkook tragó saliva mientras Jimin se acercaba a él sin dejar de mirarle, sus ojos oscurecidos por el deseo. Cuando el bailarín empezó a comerle la boca mientras le desabrochaba la camisa soltó un gemido de asombro que le dio permiso a la lengua del otro a apoderarse de ese beso que era más una declaración de intenciones que otra cosa.
-Jiminssi… - intentó protestar mientras el bailarín le llevaba hacia la cama.
-Jeon – Jimin paró en seco y le miró a los ojos - ¿Confías en mí?
-Sí – el bailarín estuvo a punto de perder la compostura cuando Jungkook no perdió un segundo en contestar. Ambos sabían que no solo estaban hablando de sexo.
-Bien – se mantuvo serio – Ahora voy a enseñarte lo que pasa cuando te pones celoso sin motivo y…
-Joder, Jimin – el bailarín había acompañado sus palabras con su mano deslizándose sobre la polla de Jungkook quien ya estaba completamente duro. No se esperaba que esa faceta dominante de Jimin le pusiese tanto.
Obedeció sin decir nada cuando el bailarín le pidió que se quitase el resto de la ropa y le hizo sentarse en la cama y abrir las piernas. Notó el color subir a sus mejillas al sentirse completamente expuesto cuando Jimin no se había quitado ni una pieza de ropa.
-Si te portas bien, puede que te deje correrte antes de follarte – Le soltó el bailarín mientras se arrodillaba frente a él.
La respuesta que iba a soltar fue engullida por el sonido gutural que salió de su garganta cuando Jimin se metió su miembro en la boca. El instinto le hizo embestir al momento lo que propinó que el bailarín dejase ir su polla mientras hacía un ruidito de desaprobación.
-No me estás entendiendo, Jeon. Hoy, yo marco el ritmo. Vas a recibir el placer que yo te dé y como yo te lo dé. Vas a correrte cuando yo te lo diga y solo si yo te lo digo… o te juro que pagarás las consecuencias.
Miró alucinado el pene del director cuando este dio un respingo ante sus palabras. Luego miró a Jungkook que a pesar de donde estaba ahora casi toda la sangre de su cuerpo seguía sonrojado. Su belleza dejó a Jimin sin aliento. Se moría por verle retorcerse… debajo de él.
-Vaya, vaya… señor director. Tomo nota. Ahora te tengo demasiadas ganas.
Jungkook echó la cabeza hacia atrás cuando Jimin volvió a engullirlo, cubriendo con sus manos la superficie que no alcanzaba. Si le miraba mientras estaba ahí entre sus piernas absorbiéndole el alma a través de la polla con todas sus fuerzas, sería incapaz de aguantar a tener permiso. De hecho, a pesar de sus esfuerzos empezaba a sentir el cosquilleo subiendo por su abdomen y…
Jimin apretó la base de su polla mientras le dejaba ir de nuevo, pasando su lengua por toda la superficie, torturándolo.
-Pásame el lubricante… ¡Jeon! – le llamó al ver que este no se movía. Jimin sonrió al ver como el director le miraba apretando los labios y respirando por la nariz para no correrse o no matarle, el bailarín no estaba seguro.
Decidió ocuparse él mismo y se levantó para sacar lo que necesitaba del cajón, dejándolo caer sobre la cama y aprovechando para quitarse su ropa. No quería tener que volver a parar.
Jungkook subió del todo a la cama y se arrodilló sobre ella, esperando órdenes. Esta vez fue la polla de Jimin la que, ya libre, vibró ante la imagen del director sumiso ante él.
-Jimin, quiero chupártela. Déjame chupártela. – Iba a recriminarle el hablar sin permiso, pero un escalofrío recorrió su espalda ante la súplica en su voz.
No quería ceder, pero…
-Por favor…
Jimin asintió, pero negó con la cabeza cuando Jungkook se acercó hacia él para coger su miembro.
-Nada de manos. Solo tu boca – Jungkook le miró asombrado durante unos segundos, pero la determinación volvió a sus ojos mientras juntaba los brazos en la espalda y acercaba su cara a la entrepierna de Jimin para rozar su polla por su mejilla, haciendo que el líquido pre seminal le ensuciara. – Joder…
Jungkook sonrió satisfecho y empezó a lamer la punta, iba a aprovechar el pequeño margen de poder que Jimin le estaba dando.
-Y nada de jueguecitos, Jeon – estuvo a punto de volver a perder la compostura ante el puchero que el director puso ante sus palabras, pero no le digo tiempo porque entonces Jungkook se metió su miembro en la boca hasta casi rozar su pubis con la nariz.
Jimin le dio un poco de tregua y le dejó hacer durante unos minutos, esperando a que se habituara y acto seguido empezó a embestir haciendo que lágrimas sin derramar se agolpasen en los ojos del director, pero cuando este no se movió ni un ápice supo que podía seguir.
Sintió que iba a correrse y salió tan de golpe que Jungkook se sobresaltó, pero no dijo nada como un buen chico. Jimin decidió recompensarlo y le besó dulcemente mientras le hacía tumbarse en la cama.
-Lo estás haciendo muy bien, Jeon – murmuró sobre su boca – Solo tienes que aguantar un poco más.
Se alejó un poco de él para observarlo desde arriba. Los ojos húmedos, los labios hinchados y las mejillas sonrojadas. De nuevo le golpeó lo mucho que le amaba… y lo mucho que lo deseaba. Lo miró despacio para grabar esa imagen en su mente. Pasase lo que pasase, nunca lo olvidaría.
De repente, le entró la prisa. Sus manos recorrieron el cuerpo de Jungkook con más determinación, se sintió satisfecho cuando el director abrió las piernas cuando llegó a su abdomen dispuesto a dejarle hacer lo que quisiera. Era su oportunidad y vaya si iba a aprovecharla.
…
Seojoon acababa de salir de la ducha cuando escuchó el teléfono sonar. Era el tono de Wooshik. Se puso una toalla en la cintura sin pensar y corrió hacía donde había dejado el teléfono.
-Hola cariño – dijo sin aliento.
-Hola, ¿Qué te pasa?
-Estaba en la ducha…
-Pensando en mí, espero.
El Doctor Park se echó a reír y, cuando iba a contestarle a su novio, alguien llamó al timbre de la habitación del hotel donde Jungkook le había instalado.
-Guarda ese pensamiento que llaman a la puerta.
Fue a abrir sin pensar, dejando a Woosik a la espera y se dio cuenta de que no se había vestido cuando la camarera que portaba el carro con lo que debía ser su cena se quedó mirando su pecho desnudo. Le dieron ganas de taparse, pero eso lo haría aún más incómodo…
-Hola, umm… - miró la placa en su uniforme – Tamara – eso hizo que la empleada del hotel por fin le mirase a la cara – Puedes dejarlo aquí, gracias.
Se apartó de la puerta y la camarera entró dejando el carro al lado de la puerta, Seojoon se dio la vuelta para buscar su cartera y escuchó la puerta cerrarse. La pobre estaba tan avergonzada que se había marchado sin esperar la propina.
-¿Qué le has hecho a la pobre chica, Seojoon?
-Olvidé que no me había puesto nada al salir de la ducha…
-Pero… - El Doctor Park sonrió al escuchar las carcajadas de su pareja al otro lado de la línea.
-Ya sabes que tengo una escena sin camiseta por contrato, yo cumplo mi palabra.
Se tumbó en la cama para charlar un rato más. El trato que tenía con Jungkook era beneficioso para él, no solo económicamente, sino porque estaba feliz de poder seguir tratando a Jimin de cerca. Lo peor de mudarse a otra ciudad fue la distancia con sus amigos. Con Tae y con Jimin al que ya consideraba como tal más allá de ser su paciente.
Gracias a Jungkook ahora podía sentirse de nuevo cerca de ellos.
…
Jungkook sintió las orejas calientes, alguien estaba pensando en él, aunque no pudo dedicar más tiempo a ese pensamiento porque algo mucho más cliente estaba entre sus piernas rodeando su entrada con sus dedos lubricados, pero sin hacer nada más que eso, alargando su tortura.
Porque sí, era una tortura lo que el maldito Park Jimin estaba haciendo con él. Aunque lo había esperado ya que en ocasiones habían hablado de lo que les gustaba en la cama, y como, aunque el bailarín prefería ser la parte que recibía de vez en cuando el cuerpo le pedía mandar. Lo que era perfecto para Jungkook al que no le importaba una situación como la de ahora, pero que prefería ser el que…
-Joder – profirió. Su línea de pensamiento se había roto cuando Jimin había introducido, por fin, un par de dedos dentro de él.
Se llevó el brazo a la cara para evitar gemir y que Jimin decidiese parar, pero en cuanto el bailarín fue consciente usó su mano libre para evitarlo.
-Quiero oírte gritar mi nombre cuando te corras, Jeon – aprovechó para empezar a dilatarle de verdad.
Cuando la respuesta del director fue gruñir mientras la presión en sus dedos aumentaba, Jimin tardó poco tiempo en sentí que Jungkook estaba listo, pero se había portado muy bien, se merecía correrse.
-Jimin, por favor… - la súplica en su voz había aumentado la mano libre del bailarín moviéndose hasta su pecho.
La piel del director se erizó al notar el aliento de Jimin en uno de los pezones y luego su lengua por toda la superficie alrededor del otro mientras los dedos en su interior aumentaban la velocidad. Separó la espalda de la cama cuando el bailarín encontró el ángulo perfecto y el gemido que salió de su garganta le hizo darse cuenta de que había acertado.
Siguió estimulando los pezones de Jungkook mientras le apuñalaba con sus dedos. Jimin solo tenía una meta. Y la consiguió aun antes de lo que esperaba.
-Jimin, me corro. Jimiiiin – el bailarín estuvo a punto de terminar también solo por la forma en la que el cuerpo de Jungkook se retorció mientras gritaba su nombre y se manchaba el estómago con su propio semen.
Jungkook, agotado, dejó caer su peso sobre el colchón y solo entonces Jimin sacó los dedos de su interior para aprovechar y limpiarlos en la cama. Ahora era su turno de verdad.
Subió por el cuerpo del director hasta juntar sus bocas suavemente, rio ante la descoordinación de Jungkook al responderle.
-Hey – le dijo, besándole de nuevo.
-Hey – respondió el director, carraspeando ante lo ronca que le salió la voz debido a lo que había gemido y gritado.
Jimin no pudo evitarlo.
-Te quiero, Jeon – soltó, juntando sus narices mientras le daba tiempo al otro a recuperar el aliento.
-¿Vas a follarme ahora? – le preguntó el director para darle a probar de su propia medicina.
-Pero serás…
A Jungkook no le dio tiempo a replicar, Jimin le dio la vuelta y apenas apoyó las manos sobre el colchón le cogió de la cintura para ponerle en cuatro y le penetró de una estocada. Sintió la sensibilidad, pero se abrió a él por completo. El bailarín le había preparado a conciencia.
Cualquier incomodidad desapareció cuando Jimin notó que estaba más que listo y le apretó con fuerza por las caderas para empezar a moverse dentro de él a toda velocidad. Como desde que Jimin había entrado por la puerta de la caravana, Jungkook se dejó hacer. No hubo aceleración progresiva, Jimin empezó a follarle sin piedad desde el primer momento.
Escondió la cabeza en la almohada mientras este empujaba contra él sin tregua, sin respiro, sin perder un ápice de fuerza. La estimulación continua hizo que se sintiera al borde del abismo antes de lo que esperaba a pesar de su orgasmo previo.
Solo unos pocos empujones más y sintió como Jimin empezaba a perder la coordinación, debía estar cerca.
-Jungkook… - la tensión en la voz del bailarín confirmó sus pensamientos.
-Solo un poco más.
Jimin se pegó a su espalda sin dejar de penetrarle, y apoyó una de sus manos en la cama para empezar a masturbarle con la otra al mismo ritmo salvaje con el que le estaba follando.
-Joder, Jimin, joder… - lloriqueó.
Un par de estocadas más y se derramó sobre la mano de Jimin y la cama con tanta fuerza que sintió la visión borrosa por un segundo. Justo el que tardó el bailarín en correrse dentro de él debido a la forma en la que Jungkook le había apretado en su interior mientras llegaba al orgasmo.
El aliento de Jimin sobre su nuca le daba escalofríos y le temblaban las piernas, pero Jungkook luchó por aguantar porque sentir el peso del bailarín en su espalda pegajosa le parecía la cosa más maravillosa del mundo.
Podían haber pasado minutos o solo unos segundos cuando sintió como Jimin empezaba a dejar pequeños besos en su nuca mientras salía de él, se dejó caer en cuanto notó chorrear el semen de Jimin entre sus muslos. Noto la cama moverse y al momento una toalla húmeda lo estaba limpiando.
No dijo nada, pero se dio la vuelta para escapar de la humedad bajo su estómago y Jimin limpió también su abdomen y luego lanzó la toalla en alguna parte de la habitación para acostarse junto a él, ambos ahora mirando al techo.
-Joder, Jiminssi.
-De nada, Jeon.
La carcajada del director resonó en la estancia mientras se lanzaba sobre el bailarín y se colocaba sobre él, hizo una mueca por la molestia, hacía mucho que nadie le había penetrado. Se miraron a los ojos.
-¿Me he pasado? – preguntó el bailarín al darse cuenta de su incomodidad. Ahora que la adrenalina se había disipado, las dudas le asaltaron.
-Me lo merecía…
-Jeon…
-Ha sido perfecto, Jimin. Como tú.
-¡Eres insufrible!
-Gracias, yo también te quiero – replicó Jungkook con sarcasmo.
Jimin rio y volvieron a besarse, esta vez sin prisa.
-Te quiero, Jiminssi.
-Ahora sí, ¿no? – Jungkook se encogió de hombros- Y no sabes la suerte que tienes de que yo también te quiera – añadió en broma para fastidiar al director, pero su corazón se aceleró de nuevo cuando le escuchó replicar.
-Lo sé, claro que lo sé.
...
Gong Yoo apretó el móvil con fuerza moviendo la cabeza en negación. Así que, tal y como le acababa de informar Yugyeom, el Doctor Park Seojoon no solo estaba de vuelta a la ciudad, sino que estaba tratando a Jimin de nuevo.
No le hacía ninguna gracia.
No había movido hilos para conseguirle un trabajo lejos para que ahora volviese a meterle ideas en la cabeza al bailarín sobre hacerse fuerte y denuncias y esas tonterías.
Aunque principal preocupación siempre había sido conseguir a Jungkook, deshacerse de Jimin era otra de las grandes constantes en su mente.
Lo supo diez años atrás al ver cómo le miraba su pupilo. Lo supo cuando no consiguió follárselo y encima tuvo las narices de querer arruinarle. Y lo sabía ahora.
Por eso todo su odio se centraba ahora en una única misión: hundir a Park Jimin.
Chapter 38: Capítulo 37
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Yugyeom apretó la mano de su novio para darle fuerzas. Podía notar que Bambam estaba nervioso a pesar de que estaba acostumbrado a ir a terapia. Primero por obligación enviado desde el hospital y luego porque realmente aceptó lo que le había pasado y lo mucho que controlar su mente le ayudaba.
A veces podía ver la sombra de lo que fue en su mirada. Si alguien podía conseguir que Bambam mejorase, ese era el Doctor Park. O eso decían.
Lucharía con todas sus fuerzas para que así fuese.
…
Jungkook resopló tras colgar con los productores. El equipo de marketing quería empezar a preparar la estrategia de promoción ahora que la película estaba avanzando de verdad.
Eso siempre traía problemas.
No solo le preocupaba el odio que Jimin pudiera recibir por orden de Gong Yoo. Esa película era su sueño. Estaba tomando forma y le había traído al amor de su vida. No podía cagarla ahora.
Sacudió la cabeza mientras reía. Menudo cursi estaba hecho.
-¿De qué te ríes? – le preguntó Jimin desde el otro lado de la cama.
-De lo cursi que me haces ser…
-¿Yo? –el bailarín se señaló a sí mismo, confuso.
Su ceño fruncido se convirtió en carcajada cuando el director hizo una mueca al levantarse.
-¿Estás bien? – preguntó, el retintín presente en su voz.
-Que te den. Voy a ducharme. SOLO.
Las carcajadas de Jimin resonaron al otro lado cuando Jungkook cerró la puerta del baño. Ahora recordaba una de las cosas por las que le gustaba estar al mando. Dolía menos al día siguiente.
…
En cuanto despertó, Yoongi supo que no iba a ser un buen día. Conocía mejor que nadie los nubarrones alrededor de su cabeza. Sabía cómo se ponía cuando tenía un proyecto entre manos que terminar. Ponía tanto su atención en el trabajo, que perdía el control sobre su mente. No era fácil luchar contra uno mismo. Antes de meter la pata decidió utilizar su estrategia de siempre: Huir.
Se escabulló en su estudio y dejó el móvil, en silencio, a un lado. Necesitaba concentración.
…
Jin observó al director cuando este se levantó a por un nuevo café. Sí, definitivamente andaba raro. Y eso, sumado a la forma en la que Jimin sonreía cada vez que Jungkook hacía una mueca, le hizo atar cabos.
-Así que anoche te dieron bien, ¿eh? - empezó a darle palmaditas en la espalda al director cuando este se atragantó con su café.
-¿Cómo cojones…? – replicó Jungkook cuando pudo hablar, para luego callarse. Pero ya era tarde.
-¡Ja! Gracias por confirmármelo. No sabía que Jimin también le daba a eso…
-¿A que le da Jimin? – preguntó Tae sentándose junto al actor.
El idol cruzó una mirada con Hobi al ver que Yoongi no estaba allí. Se habían despertado sin él después de lo bien que había acabado la noche anterior.
El coreógrafo le había dicho que no había de qué preocuparse, pero Tae había notado la duda en su mirada. Y la ausencia del productor musical en el desayuno terminó de apretar el nudo que se había instalado en su interior. Por suerte, Jin le sacó de sus pensamientos.
-A nuestro director por lo que parece.
-¡Seokjin! – exclamó el aludido y todos se giraron a mirarlos. La cara de Jungkook se cubrió de un tono carmesí por completo.
-Tranquilo, Jungkookah. Nos ha pasado a todos.
Sus ojos miraron con odio a Jin para después centrarse en Jimin. Le dieron ganas de borrarle esa maldita sonrisa de satisfacción de su preciosa cara.
-Tengo que hablar con marketing. Os quiero listos para rodar en media hora– Soltó en un tono que intentaba ser serio, pero la vergüenza era evidente.
Se levantó para intentar salir dignamente de la zona de catering. Supo que no lo había conseguido cuando escuchó las risas por lo bajito y un: ¡Ese es mi soulmate!” mientras se alejaba de allí con un pensamiento dándole vueltas: Oh, Jiminssi… Como lo vas pagar esta misma noche.
…
El día de Jungkook no mejoró tras la reunión con los del equipo encargado de la publicidad de la película. Al día siguiente tendría que compartir las noticias con el resto, aunque afectaban más a los actores principales. Es decir, Jimin, Tae y Jin.
Había protestado, y no por su relación con el bailarín. De hecho, su historia había estado en boca de todos desde el primer momento, no iban a engañar a nadie. Pero los demás… No estaba tan seguro en el caso del trío, pero tenía bien claro que iba a afectar a la relación de Namjoon y Jin. El actor le había confiado más de una vez lo reacio que había sido el productor a hacer público lo suyo y ahora que por fin se había abierto tendrían que cortarse.
Porque sí. El gran equipo de marketing quería vender a los actores principales como solteros y disponibles. Y en un giro inesperado los productores habían estado de acuerdo. Jungkook protestó, pero ellos ponían el dinero. Sacar la película adelante era cosa suya. ¿Venderla? No tanto.
Olvidó durante un tiempo todo eso para centrarse en el rodaje. Estaban en la recta final y seguían yendo a tope para mantenerse en el calendario acordado. Cada vez que notaba algún pinchazo en la parte baja de su espalda, fijaba su mirada en el bailarín.
Puede que no pudieran dejarse ver juntos en público, pero nadie tenía que saber lo que pasaba en su cama.
…
Jimin no podía fingir que no sentía su ego crecido ante el hecho de que todos supiesen lo que había pasado entre Jungkook y él la noche anterior. Sobre todo, porque no era habitual. De hecho, quizá por eso se había dejado llevar tanto. Aunque el director le había dicho que todo estaba bien, puede que sintiera alguna punzadita de culpabilidad que otra… justo como las que debía seguir sintiendo Jungkook a juzgar por las miradas que le lanzaba cada vez que se sentaba o se inclinaba frente a la cámara.
Sabía que le iba a hacer pagar… Jimin no podía esperar.
Sin embargo, su entusiasmo se quebró un poco a medida que pasaba el día. Podía sentir que Tae estaba decaído.
…
Yoongi abrió los ojos completamente desorientado. Cuando miró la hora vio que había pasado más de medio día durmiendo. Nadie sabía su contraseña así que, aunque lo intentaran, no podrían haber entrado. Sí es que alguien hubiese querido hacerlo.
Un vistazo a su teléfono y a las numerosas llamadas perdidas le hizo darse cuenta de que si le habían intentado localizar. Hobi, Tae, incluso Namjoon.
-Maldita sea.
Sabía que debía contestarles, sobre todo a los primeros, pero había desperdiciado muchas horas. Tenía que ponerse a recuperar el tiempo perdido.
Horas después seguía en el estudio. Trabajando, e ignorando el cansancio y el ruido de su estómago. Dejando apartado al mundo fuera de su estudio. Al menos hasta que alguien empezó a golpear la puerta con insistencia. Pensó en no hacer caso, pero sabía que podría ser peor si, como suponía, era Namjoon.
Efectivamente, la cara de enfado de su mejor amigo fue lo que encontró al abrir la puerta de su estudio. Lo que le sorprendió fue ver a Hobi y a Tae detrás de él.
-Pero, ¿de qué vas, Min Yoongi? – exclamó Namjoon, cruzando los brazos.
-Uff, nombre y apellidos. Sí que estoy en un lio… - intentó quitarle hierro al asunto, sabía muy bien porque el otro estaba tan enfadado. – Estoy trabajando, Nam. No es como sí… - añadió al ver que su comentario no le había hecho ni pizca de gracia.
-¿Y? ¿No puedes contestar un mensaje en un segundo? Seguro que ni has comido…
Abrió la boca para protestar.
-No te atrevas, Min Yoongi.
-Estoy con algo, Nam – desvió la mirada a los otros dos, que no habían dicho nada desde que les había abierto – No es para tanto.
-Que no es… paso – Yoongi vio como el otro se alejaba y se sintió mal.
-Yoongi… - empezó Hobi – Te hemos llamado y…
-¡No es que queramos controlarte ni nada de eso! – le interrumpió Tae – Solo estábamos un poco preocupados.
Yoongi pudo notar algo más en el trasfondo de su voz a pesar de que estaba claro que el idol intentaba mantener la compostura. Su malestar solo empeoró.
-Lo siento, de verdad. Me quedé dormido y tenía que recuperar las horas de trabajo. No me había dado cuenta del teléfono – mintió.
-¿Has terminado ya por hoy? – preguntó, su tono lleno de esperanza esta vez.
Sabía que no podía.
-Aún me queda un rato…
-¿Vendrás luego a dormir? – se metió Hobi. No podía soportar más la tensión.
-Claro – contestó con firmeza.
Tae se relajó visiblemente mientras Hobi asentía. Yoongi supo que el coreógrafo no le había creído por completo.
-Pues nos vemos luego – le dijo tras mirarle fijamente. Asintió.
Pero no fue.
…
Lo primero que Yugyeom notó cuando fue a recoger a Bambam de su cita con Seojoon fue que su novio había estado llorando. Y mucho a juzgar por su nariz roja y sus ojos hinchados. A lo mejor esto había sido una pésima idea y…
-Oh – la exclamación salió de su boca antes de que pudiese reprimirla cuando su novio se lanzó contra él y le abrazó con todas sus fuerzas.
Bambam era bastante más bajito que él, así que era del tamaño ideal para enterrarle entre sus brazos. Le devolvió el abrazo con el mismo entusiasmo mientras dejaba un suave beso en su cabeza. Luego miró al Doctor Park quien les miraba desde la puerta y movió su boca para formar un: gracias al que Seojoon respondió con un gesto que indicaba que no debía darlas.
Apartó a su novio de él lo justo para poder cogerle la mano y marcharse a casa.
-¿Cómo ha ido? Solo si te apetece hablar de ello.
-Agotador, pero te lo contaré todo, ¿Vale? – contestó Bambam –– Gracias - añadió ante la mirada de preocupación de Yugyeom – Por ser siempre tan paciente conmigo. Y por no dejarme.
-Never eveeeer – canturreó Yugyeom. Era una de sus canciones favoritas de GOT7.
La risa de Bambam le sonó celestial.
…
-Tae, cariño. Ven a la cama. – intentó Hobi de nuevo.
Eran casi las 2 de la mañana. Era obvio que Yoongi no iba a venir. No era que le sorprendiera, lo había leído en su cara, pero no había podido apagar una pequeña esperanza de que pudiese estar equivocado.
No fue así. Y el idol se negaba a irse a la cama desde hacía un rato, convencido de que el si Yoongi había dicho que iba a ir, lo cumpliría.
Se rindió y después de ponerle una manta a su novio sobre los hombros se sentó junto a él en el sofá.
Estaba dolido, pero aún estaba más preocupado. No por el hecho de que no viniese, si no por Taehyung. Era obvio que su novio estaba enamorándose de Yoongi más rápido de lo conveniente. Él mismo sentía cosas muy fuertes, pero no llevaba el corazón en la mano como Tae.
Y estaba claro que Yoongi no estaba preparado para cuidarlo.
…
Jungkook sonrió al teléfono al leer el mensaje de Yugyeom. Todo se estaba encauzando poco a poco. Su sonrisa se amplió cuando entró en la caravana y escuchó la voz de Jimin que provenía, suponía, de la ducha.
Entró intentando hacer poco ruido y se desnudó por completo antes de dirigirse al baño. Abrió la puerta despacio y se quedó mudo ante lo que se encontró. Por no hablar de toda su sangre bajando al sur más rápido que las acciones de BigHit cuando BTS hizo un descanso de actividades.
Jimin estaba allí. Sentado sobre el taburete donde ponían las toallas. Con las piernas abiertas. Desnudo. El interior de sus muslos brillante por el lubricante. Los labios rojos de mordérselos mientras se preparaba para él.
Maldito. Pensó Jungkook.
Park Jimin: 2. Jeon Jungkook: 0.
Chapter 39: Capítulo 38
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La reunión con el equipo de marketing fue tan “bien” como Jungkook esperaba. En cuanto quedó claro que para el público todo el reparto tenía que estar soltero, empezaron las protestas.
Jimin le miró preocupado y cuando él le guiñó el ojo se relajó visiblemente. Jin protestó porque no quería tener que esconder su creciente relación con Namjoon después de tanto empeñarse en lo contrario. Y Taehyung… no dijo nada.
-¿No tienes nada que decir, Tae? – Le instó Jin buscando apoyo.
-Si es lo que hay que hacer…
-¿En serio? ¿Quieres esconderte por Yoongi?
-Jin… - advirtió Hobi.
Técnicamente no tenía que estar en esa reunión, pero en cuanto Jimin le hizo ojitos al director este no puso pegas a que se quedase.
-¿Qué? ¿No es porque sois un trío? Claro, así podéis los tres juntos como si nada y…
Se calló de golpe cuando la silla de Taehyung golpeó contra el suelo por la brusquedad con la que se había levantado.
-Si no hay nada más… ¿Puedo marcharme? – su voz se quebró.
-Claro – contestó Jungkook mirando a Jimin confuso. El bailarín se encogió de hombros y desvió los ojos a la puerta por la que habían salido sus dos amigos puesto que Hobi se había marchado con el idol. – De hecho, damos la reunión por terminada.
-Pero Jungkook…
-Seokjin – dijo firmemente - Es lo que toca. Si tienes algún problema habla con los productores. Rodamos en 20 minutos, quiero a todo el mundo en su puesto.
Jimin se levantó rápidamente y se acercó a Jungkook para susurrarle un “luego te cuento” y tras dejar un corto beso en su mejilla salir corriendo en busca de Tae y Hobi.
El director miró a Jin, retándole a volver a quejarse. No era que no lo entendiese, pero no podía hacer más. El actor le devolvió la mirada y apretó los labios. Sin decir nada más salió de la sala dando un portazo. Jungkook suspiró y se apretó el puente de la nariz.
Nunca pensó que cumplir su sueño iba a ser tan duro.
…
Ni Namjoon ni Yoongi tenían que asistir a la reunión de marketing. Así que en cuanto Jin se marchó lo primero que pensó fue en su amigo.
El día anterior se había enfadado con él, pero luego había recordado que Yoongi no siempre era consciente de lo que su auto exilio podía llegar a afectar a la gente a su alrededor.
Sabía que era absurdo buscarle en otro sitio que no fuese su estudio. Se dirigía hacia allí cuando fue interceptado por Jin, que parecía bastante afectado por algo.
-Jinnie, ¿Qué ha pasado? – El aludido, que había aguantado la rabia por pura fuerza de voluntad, rompió a llorar tras lanzarse a los brazos de Namjoon.
El productor musical solo le abrazó sin decir nada más, esperando con paciencia a que se calmase.
-¿Vamos un momento a la caravana? – le susurró con delicadeza.
El actor asintió mientras se separaba de él. Al volver a mirar a Namjoon los ojos se le volvieron a empañar por lo que le cogió de la mano para esconderse del mundo lo antes posible.
Se sentaron juntos en el pequeño sofá y Jin le puso al día de todo lo acontecido. Nada de parejas. Nada de salidas en público hasta al menos después del estreno de la película.
-¡No quiero esconderte! – exclamó Jin, enfurecido.
-Solo es por un tiempo…
-Eso es lo que más miedo me da.
-¿Qué temes? Estaremos juntos en el set igualmente. Volveré a la caravana con Yoongi y solo tenemos que estar alejados estas últimas semanas de rodaje y luego…
-Lo sabía, ¡Joder! – Namjoon no dijo nada más, pero empezó a entender
-Jinnie… - intentó
-¡Nada de Jinnie! Tienes que estar contentísimo ¿Verdad? Ya no tendrás la horrible obligación de comer conmigo o, Dios nos libre, darme la mano por la calle. Es la mejor noticia que te podían dar.
-Jin…
-Sabía que lo primero que ibas a hacer era marcharte de aquí. Y luego en unos días dirás que mejor no estar juntos en el set tampoco y todo se irá a la mierda.
-¿Eso es lo que piensas? ¿La confianza que tienes en mí? ¿En lo nuestro?
-Oh, por favor. Si no fuese por mí no habría un nosotros.
Namjoon dio un paso atrás como si hubiese recibido una bofetada. Jin se llevó las manos a la boca, pero ya estaban tan alterados que no hubo marcha atrás.
-¿Sabes qué? – dijo Namjoon con voz monótona – Tienes razón. Mejor me largo ya de aquí y nos ahorramos tiempo. ¿No crees? Así cumplirás con las reglas sin ningún problema.
Se miraron en silencio. Jin quería pedirle que no se fuera. Namjoon no quería irse. Aun así, la batalla la ganó el orgullo.
-Pues perfecto. – exclamó Jin cruzando los brazos sobre el pecho.
-Pues perfecto. – repitió Namjoon, dirigiéndose a recoger las cosas que tenía desperdigadas por la caravana.
El productor musical entró al aseo y a Jin le llegó el ruido de las cosas que estaba recogiendo y fue hacía la habitación. Al ver la ropa que Namjoon había dejado sobre la cama, la desesperación le hizo cometer un último error.
-Para que veas que no me importa, voy a ayudarte.
Cogió la ropa, abrió la puerta de la caravana y empezó a lanzar las cosas fuera. Cogió algunas de las que todavía tenía en la zona de entrada. Algunos cuadernos sobre la mesa, un suéter en el respaldo de una silla, su chaqueta… todo fue a parar al suelo del exterior.
Se dio la vuelta y se encontró a Namjoon mirándole paralizado. Su expresión de dolor terminó de partirle el corazón.
-Vendré cuando no estés a por mis cosas y dejaré la llave en la mesa.
-Namjoon…
El productor pasó por su lado sin mirarle y Jin se contuvo para no sujetarle. La puerta se cerró tan despacio que fue aún peor que un portazo. Se dio la vuelta para abrir la puerta.
-¡Estupendo! – gritó – ¡No quiero volver a verte en la vida!
Se quedó mirando la silueta de Namjoon mientras se alejaba con las cosas entre sus brazos. Cerró la puerta de nuevo con toda la fuerza que el productor musical no había usado.
Cayó de rodillas en el suelo y rompió a llorar de nuevo, sollozando como un niño. ¿Cómo se habían torcido las cosas tan deprisa?
…
Hobi alcanzó a Taehyung cuando este iba a esconderse en la sala de ensayo.
-Tae, espera por favor.
El idol se quedó con la mano puesta en la manivela sin decir nada, pero sus hombros empezaron a sacudirse y el coreógrafo supo que estaba llorando. La reunión no había ayudado a aplacar el malestar de su novio.
Le abrazó por detrás, apoyando la cabeza en su espalda.
-No le necesitamos, cariño. ¡Que le den! – Los sollozos de Tae se ampliaron.
-No piensas eso de verdad.
-No, pero tampoco voy a mentir. Tú vas primero.
-Oh, Hobi. – El idol se dio la vuelta y Hobi aprovechó para abrir la puerta y hacer que entrasen ambos en la sala.
Se sentaron en el suelo, con la espalda apoyada en una de las paredes de espejos. En silencio. Solo haciéndose compañía mientras Tae se calmaba.
Hobi sacó el móvil y mandó un mensaje. Como imaginaba, en menos de un minuto Jimin entró a la habitación y se sentó junto a ellos. El coreógrafo sabía que su amigo les estaría buscando.
-No es culpa de Jungkook. – fue lo primero que dijo el bailarín.
Curiosamente, fue el comentario perfecto. Sus dos amigos se echaron a reír y Jimin se sonrojó.
-¿Qué? – preguntó a la defensiva.
-Estás tan enamorado que me sube el azúcar – comentó Hobi – Tus amigos aquí llorando y lo primero que haces es defender a tu novio.
-No es eso. Yo…
-Lo sé, Mimi – contestó Tae ya serio – No es ni por la reunión. Sé que puedo estar fingiendo de cara a la galería durante una temporada, soy actor. Pero me da miedo por…
-¿Yoongi? – Taehyung asintió, de nuevo al borde del llanto – A lo mejor cuando le expliquéis…
-Ya lleva unos días raro – intervino Hobi – Ayer pasó de nosotros y cuando le enfrentamos dijo que vendría a dormir y no lo hizo. No ha desayunado en la zona de catering ni nos ha dado una explicación y ahora… – se quedó callado de golpe.
-Puedes decirlo, Hobi – apuntó Tae con la voz ronca por el llanto – Esto solo le va a dar alas para poder pasar de nosotros por una razón. Y yo…
-Le quieres – Jimin no hizo una pregunta. Era una afirmación.
-¿Qué más da? – Se levantó enfurecido consigo mismo – Es hora de darle de su propia medicina y pasar de él.
-Pero Tae – le instó Hobi con delicadeza
-No, Hobi. Sé lo que piensas y voy a poder.
Ninguno de los dos dijo nada.
-¡Os digo que voy a pasar de él! – Sus palabras perdieron efecto cuando rompió a llorar de nuevo.
-Oh, TaeTae – Jimin se levantó para abrazar a su soulmate.
Observó a Hobi que seguía en el suelo y Jimin sabía muy bien que, aunque no era tan expresivo como Tae para estos temas, estaba igual de afectado. Le hizo una seña para que se acercase a ellos y los tres compartieron un abrazo durante unos segundos.
El silencio solo roto por los sollozos del idol.
…
Por una vez, Namjoon no necesitó aporrear la puerta del estudio de Yoongi. Le había enviado un mensaje que decía: “Te necesito” y su amigo ya le estaba esperando en la puerta.
Namjoon se sentó directamente en el sofá y se quedó allí mirando la nada. Si Yoongi se fijó en el montón de ropa que había lanzado a un lado al entrar, no hizo ningún comentario al respecto. El productor lo agradeció.
Yoongi decidió darle tiempo, sabía que Namjoon le iba a contar lo que fuese que había pasado cuando estuviese preparado. Así que siguió con la canción que ya estaba tomando forma y que le estaba ayudando a no sentirse culpable por ignorar a Hobi y Tae hasta que estuviese lista. Sabía que si se juntaba con ellos no podría guardar el secreto y perdería la concentración.
-¿Has compuesto tú esa canción? – le interrumpió Namjoon al cabo de un rato – Jin y yo lo hemos dejado – añadió como si nada.
Yoongi se dio la vuelta en su silla.
-Namjoon.
-No – le interrumpió su amigo – Si hablo de ello me voy a poner a llorar y no quiero.
-Vale, pero esta noche tomaremos unos whiskys y lo quiero saber todo.
-¿No vas a ir a la caravana de… - La cara de Yoongi le hizo recordar sus propias palabras y levantó los brazos en señal de rendición. - Hecho – añadió por fin – Ahora enséñame esa canción.
-No está terminada.
-Pues ponme lo que tengas.
El productor musical suspiró. No le gustaba enseñar sus canciones sin terminar, pero Namjoon siempre había sido una excepción. Nunca le juzgaba.
Tampoco lo hizo esa vez.
…
-¡Esto es un desastre! – gritó Jungkook – Descanso hasta después de comer. Y os quiero a todos al cien por cien. Esto se acaba y no vamos a cagarla más. ¿Está claro?
Nadie contestó.
-He dicho que sí ha quedado claro.
-Si, si – se oyó murmurar a regañadientes.
Era absurdo intentar seguir rodando. Ni los retoques de maquillaje habían podido esconder que era obvio que tanto Tae como Jin habían estado llorando. Jimin estaba distraído, lanzado miradas preocupadas a su soulmate. Hobi no estaba a la vista. Y suponía que Namjoon y Yoongi estarían juntos en algún lugar.
Se sintió culpable.
Jimin se acercó a él y como si le hubiese leído el pensamiento le dijo:
-No es culpa tuya.
Jungkook contestó con un ruido sarcástico.
-No lo es. Tae está más afectado por lo de Yoongi que por la prohibición sentimental. Namjoon y Jin lo arreglarán en cinco minutos. Seguro.
-¿Y nosotros?
El bailarín le miró sin entender.
-¿No te importa que tengamos que mantenernos separados?
-Para nada.
-Wow. Gracias – soltó Jungkook.
-No seas bobo, Jungkookie. Después de todo lo que hemos pasado para estar juntos. ¿Crees que me van a importar unas semanas de fingimiento? Hasta me hace gracia. Tantos escándalos y rumores. Imagínate la cara que pondrán los de Dispatch el día que digamos que estamos juntos una vez tu Black Swan sea un éxito.
-Todos se enamorarán de ti cuando te vean en la película.
-¿Entonces es a ti al que le importa la prohibición? – le miró, preocupado. Estaba tan absorto en los problemas de sus amigos que no se había planteado ni por un momento si a Jungkook le parecía bien o no.
-Para nada. – le imitó - Que vean el pastel mientras yo soy el que se come su porción cada noche.
-Cada noche, ¿eh?
-No en las próximas semanas.
-Encontraremos el momento – Jimin besó el puchero que había formado el director con sus labios – Voy a hablar con Tae y Hobi y luego nos vemos para comer. ¿Vale?
-Sí, yo voy a buscar a Jin. Me parece que me he pasado con él cuando aún no lo había ni procesado. Y no parece que le haya ido muy bien contándoselo a Namjoon. Esto es una mierda.
-Solo faltan unas pocas semanas. Todo se arreglará.
Jimin empezó a alejarse cuando Jungkook tiró de él y le apretó contra su pecho para besarle.
-Me alegro tanto de tenerte.
-No seas cursi – protestó Jimin, sonrojado. Jungkook sonrió.
-No me puedo creer que te pongas colorado después de la escena de anoche en el baño y luego cuando…
-La la la, no te oigo – El bailarín se alejó de él, tapándose los oídos.
-¡Yo también te quiero! – gritó el director y luego se tapó la boca. Se suponía que ya no podían demostrar que eran pareja.
-¿Para qué te tapas ahora si le acabas de comer la boca hace cinco segundos? – Le preguntó Yugyeom que había observado toda la escena mientras se acercaba.
- ¡Ups! – exclamó el director – Empiezo a partir de…¡Ya!
Las risas de su secretario fueron las únicas que se escucharon ese día por el set de rodaje.
Chapter 40: Capítulo 39
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Se acercó a la caravana de Jin con dos bandejas de comida en la mano. Jimin le había enviado un mensaje diciéndole que se quedaba con Tae y Hobi hasta reanudar el rodaje, y Jungkook pensó que no habría mejor momento que ese.
Llamó a la caravana y se asustó porque el actor la abrió casi de inmediato.
-Ah, eres tú. – dijo con voz decepcionada.
-Vaya, gracias. ¿Es esa forma de recibir a quien viene a alimentarte?
-No tengo hambre – contestó Jin sentándose en el sofá.
Jungkook dejó las bandejas en la mesa de la cocina y se sentó junto al actor.
-Siento haberme pasado tras la reunión – le dijo para romper el silencio.
-No importa. Tenías razón. Además, te alegrará saber que no voy a tener problema en cumplir vuestras maravillosas órdenes.
-Jin – empezó.
-Namjoon se ha ido. Se acabó. – le interrumpió el actor.
-No creo que…
-Da igual. Es lo mejor – se le quebró la voz.
-Jin – volvió a intentar. Se tomó el silencio del otro como aprobación – Estoy seguro de que cuando os calméis y habléis las cosas… nunca te había visto tan enamorado y es muy obvio que Namjoon te adora.
-A veces el amor no es suficiente Jungkookah. Deberías saberlo.
-La película terminará. La promoción terminará. Y seréis libres.
-Y todo seguirá igual. Él todavía se sentirá inseguro. Yo tendré miedo de ser demasiado cariñoso, me cansaré de fingir y… no creo que sea capaz de cambiar tanto mi forma de ser.
-No tienes que cambiar por nadie, Jin.
-Para ti es fácil decirlo. Seguro que tienes a Jimin a tu lado.
-Y eso ha sido súper fácil, sí. – murmuró Jungkook con amargura.
El actor se arrepintió de sus palabras.
-No quería decir eso. Yo solo… - se pasó la mano por la cara, luchando contra las lágrimas. Estaba cansado de llorar.
Perdió la batalla cuando, de repente, el director lo abrazó. Apretándolo con fuerza contra él. Normalmente siempre era él quien consolaba a Jungkook.
Esa vez, Jin se dejó cuidar sin protestar.
…
Jimin se quedó satisfecho a pesar de la mirada de odio que Taehyung le estaba dedicando. Ni él ni Hobi quisieron ir a comer. El bailarín les había obligado y al final, ahora estaban solos porque el coreógrafo había dicho que quería ir a por postre.
Tae empujó el plato lejos de él y Jimin ya no insistió más.
-¿Qué tal una pequeña siesta de soulmates? – Cogió a Tae de la mano y lo arrastró hasta la cama que compartía con Hobi.
Jimin se tumbó primero, dejando que el idol decidiese. Sonrió cuando este le movió despacio para ponerle de lado y acurrucarse junto a él, convirtiendo al bailarín en la cucharita pequeña.
-TaeTae.
-Min, si me dices otra vez que todo se arreglará…
-Vaaaale, pero… - escuchó el suspiró de Tae – Pase lo que pase, voy a estar aquí para ti. Para vosotros.
-Joder, Jimin, que me ha costado mucho dejar de llorar.
Las palabras de su soulmate le dieron vida a pesar de todo. Si todo lo demás fallaba, sabía que podría con todo con Hobi y Jimin a su lado.
-Lo sé. Y te quiero por ello. Se me pasará - dijo, por fin.
-Porque todo se arreglará – finalizó Jimin.
-Pero mira que…
La risa de Jimin dio paso al silencio y al final los dos cayeron rendidos. Demasiadas emociones.
Cuando Hobi los encontró así un rato después se sentó a observarles mientras acariciaba sus nudillos doloridos y, por fin, dejaba escapar sus propias lágrimas calientes. Siempre tenía que ser el fuerte.
Pero a veces hasta los más fuertes se rompen.
…
-Joder, van a alucinar – Namjoon abrió la puerta del estudio de Yoongi. Tenía hambre ya.
-Eso si la quieren escuchar –le contestó Yoongi.
-Bueno, vosotros sois tres. Lo tenéis más fácil para pasar de las prohibiciones. Además, si les traes a tu despacho nadie puede saber que pasa dentro.
-¿Prohibiciones? ¿De qué hablas?
-¡Uy! – Namjoon se frotó la nuca - ¿No es eso por lo que les estás evitando?
-No es que les esté evitando, es solo que…
-¿Qué, Min Yoongi? Ilumínanos. - se escuchó.
-Hobi.
Efectivamente, el coreógrafo había ido en busca de Yoongi y había llegado a la parte final de la conversación. Ya tenía claro que no era por eso por lo que estaba pasando de ellos, pero tenía curiosidad por la excusa que se iba a inventar esta vez.
-Creo que mejor me voy – Namjoon fue a recoger sus cosas y recordó que aún no tenía bolsa – Bueno, luego vuelvo.
-Tranquilo, Namjoon – comentó Hobi con sarcasmo- Voy a ser muy breve. Como le gusta a tu amigo.
El productor salió del estudio de Yoongi y le miró por encima de Hobi, que seguía plantado junto a la puerta, completamente tenso. Le hizo una seña a su amigo y cuando este asintió, se marchó.
-Mira Hobi…
-Cállate la puta boca, Min Yoongi. Me importan una mierda tus razones. Solo quería que Namjoon se largase de una vez.
-Escucha…
-No. Tú me vas a escuchar. Tae no te quiere cerca. Mejor dicho, YO no te quiero cerca. No quiero que te vuelvas a acercar a mí, y mucho menos a él. ¿No querías espacio? ¿No querías libertad? Pues ya la tienes.
Yoongi se había mantenido callado. Se sentía culpable, pero tampoco iba a dejar que lo vapulearan sin luchar.
-Yo…
-¡TÚ! Ese es el problema, siempre TÚ TÚ TÚ. ¿Qué pasa con nosotros? ¿Tenemos que estar pendientes de que apetezca estar con nosotros o no? ¡Y una mierda!
-No es lo que crees.
-Aléjate de nosotros. Punto.
-Hobi, por favor.
El coreógrafo sintió la rabia subir por su interior al notar el dolor en la voz de Yoongi. ¿Cómo se atrevía? En dos zancadas se acercó a Yoongi y le cogió de la camiseta.
-No te atrevas a hacer como que te importamos. No te atrevas a hacerte la víctima. Nosotros…
Se miraron a los ojos y algo entre ellos se rompió. Hobi le dejó ir al ver que el productor musical se rendía. Sus ojos se habían apagado.
Yoongi se quebró al ver la mirada húmeda del coreógrafo. No iban a perdonarle. Ya había perdido.
No supo si fue por eso, que ya le daba todo igual. Si fue porque necesitaba quitárselo del pecho si esa era la última vez que iban a hablar.
En el instante en que Hobi se dio la vuelta para marcharse. Lo soltó:
-Te quiero. Le quiero. ¡Ouch!
No lo vio venir. El puño de Hobi había impactado contra su mejilla. Se llevó la mano a la cara, mientras el coreógrafo sacudía aquella con la que le había pegado.
-Joder, joder.
Yoongi intentó acercarse a él y Hobi dio un paso atrás, cubriendo su mano con la que seguía sana. La mirada que le dedicó fue con tanto asco que el productor musical se volvió a quedar paralizado.
-Aléjate.De.Nosotros. – repitió apretando los dientes.
Se fue de allí con las palabras de Yoongi dándole vueltas en la cabeza.
“Te quiero” “Os quiero”.
Imposible.
….
Si el ambiente había sido raro por la mañana, la tarde fue un verdadero caos.
Al final, Jungkook decidió rodar un par de escenas y dejarlo hasta el día siguiente, esperaba que el ambiente se hubiese calmado un poco.
Para rematar ese horrible día, era su primera noche en semanas sin Jimin a su lado.
Tras la ducha, se puso una camiseta vieja y se tumbó en la cama. Cogió el móvil y vio que tenía un mensaje del bailarín.
Jiminssi:
Te echo de menos, director.
Kookie:
La cama está vacía sin ti.
Jiminssi:
¿Dónde estabas?
Kookie:
Acabo de salir de la ducha y…
Jiminssi:
Oh
Kookie:
¿Qué?
Jiminssi:
Estaba esperando a hablar contigo para ducharme.
Ya sabes, por si me ensuciaba.
A Jungkook casi se le cae el móvil en la cara. ¿En serio?
Kookie:
¿Qué llevas puesto?
¿En serio Jungkook? ¿Así empiezas? Se recriminó a sí mismo. Para su suerte al bailarín no pareció importarle.
Jiminssi:
Una de tus camisetas.
Ya te he dicho que te echaba de menos…
¿Y tú?
Kookie:
Nada.
Si se había quitado la camiseta roñosa a toda velocidad para no mentir a Jimin. Nadie lo sabría.
Jiminssi:
Ojalá pudiera estar ahí ahora mismo.
Mirando esos abdominales donde puedes lavar ropa y pasando la lengua por…
Kookie:
Joder Jimin
Jiminssi:
¿Ya?
Jungkook no podía oírle, pero sabía que el bailarín habría soltado una de sus risitas. Por suerte, la tecnología había avanzado mucho.
Jimin sonrió cuando su teléfono empezó a sonar y vio que era el director. Se puso de rodillas en la cama y apoyó el móvil sobre las almohadas antes de contestar.
¿Así de desesperado, eh?
No lo sabes tú bien.
Menos de un cuarto de hora después. Jungkook necesitaba otra ducha y su camiseta, que Jimin tenía puesta, estaba tan manchada como su abdomen.
A lo mejor este rollo de la prohibición tenía sus ventajas después de todo, pensó mientras recuperaba la respiración.
Ha sido perfecto.
Como tú.
¡Jungkook! No empieces.
Te quiero.
Y yo a ti.
Voy a ducharme... otra vez.
No pienses en mí durante el segundo asalto.
Pero serás…
Jimin ya había colgado.
…
Ya estaban a punto de ir a dormir cuando Tae se dio cuenta de las marcas en los nudillos de Hobi. Le acarició despacio y aun así este siseó por el dolor.
-¿Qué te ha pasado?
-Me he hecho daño bailando.
-¿En los nudillos?
-Una mala caída.
-Hoseok.
-Taehyung.
-Eres insoportable. Vamos a la cama.
Hobi se quedó bocarriba mirando el techo mientras Tae se apoyaba en su pecho. Estaba a punto de dormirse cuando el idol murmuró:
-Hobi.
-Mmmh...
-Te quiero.
Su corazón se aceleró.
-Yo también te quiero. Duérmete.
“Te quiero” “Os quiero”
Hobi no durmió en toda la noche.
Chapter 41: Capítulo 40 – La recta final
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Jungkook se había levantado con ganas de llorar. La última semana de rodaje había llegado.
Esas últimas semanas habían sido muy duras. Al estrés de terminar todo a tiempo, se juntó el estado en el que estaba la mayoría de su cast principal.
Desde que Namjoon y Yoongi se habían marchado, nada había vuelto a ser igual.
*Unas 3 semanas antes*
- ¡Adelante! – exclamó Jungkook para quien fuese que estuviese al otro lado de la puerta de su despacho.
Al ver entrar a Namjoon y detrás a Yoongi se extrañó. Cuando vio el moretón en la mejilla del productor más bajito se asustó.
-¿Qué ha pasado? ¿No me digas qué…?
-No, no, tranquilo – se apresuró a asegurar Namjoon.
Nadie pronunció su nombre, pero los tres sabían en quien había pensado el director.
El silencio se hizo en el despacho y Jungkook vio como Namjoon miraba de reojo a Yoongi un par de veces. Decidió ayudar.
-¿Y bien? ¿Qué os ha traído a mi despacho tan temprano?
-Pues... – empezó Namjoon.
-Queremos irnos a casa ya. Nuestro trabajo ha terminado y cualquier otra cosa la podemos hacer via online – soltó Yoongi sin apenas respirar.
Jungkook abrió los ojos, sorprendido.
-¿Es esto por el tema de la prohibición? Porque…
-Jungkook. Por favor. Si tengo que pagar algo lo haré, pero necesito marcharme. Ya nada me retiene aquí.
El director lo entendió. Había visto el aura de tristeza en Tae y Hobi (y bueno, Jimin le había mantenido al día de todo, para que mentir).
-¿Estás seguro? A lo mejor, - dejó de hablar cuando Yoongi asintió, bajando la cabeza – Está bien – miró a Namjoon.
-Me gustaría irme con él. Ya no hago falta.
-Nam. Puede que sea más amigo de Jin, pero os considero ya parte de los míos también. Y ese idiota te quiere, y sé que tú le quieres a él.
-Precisamente por eso quiero marcharme, Jungkook. Si me quedo, caeremos en las mismas inseguridades y ataques. Vernos sin poder estar juntos sería peor. La película está en su recta final y no quiero perjudicarle. Con todo lo de…
De nuevo, el que no debe ser nombrado flotó en el ambiente.
-Lo entiendo. De acuerdo. Hablaré con los productores, pero teniendo mi visto bueno no creo que haya ningún problema. Ojalá todo esto hubiese sido diferente.
-No es culpa tuya – aseguró Yoongi, sorprendiendo a los otros dos.
-Ya bueno, no paro de escuchar eso, pero yo no estoy tan seguro.
Se levantó y se acercó a ellos para darles un abrazo.
-Estaremos en contacto y espero que estéis allí para el estreno.
-Lo estaremos.
-No faltaré.
Jungkook volvió a su silla tras verles salir y suspiró.
Hora de ir a trabajar, se dijo mientras abandonaba su despacho.
***
Volvió a suspirar en el presente. Parecía que tres vidas habían pasado desde que aquel rodaje maldito había empezado.
Hora de ir a trabajar, repitió mientras, esa vez, se frotaba la cara.
…
-¿Crees que deberíamos invitar también a Namjoon y Yoongi? – preguntó Jimin de repente.
Habían pasado unas semanas y aunque no era que el dolor se hubiese pasado, los productores musicales ya no eran un tema tan tabú como los primeros días.
-Por la parte que me toca, yo no tengo problema – contestó el actor – A lo mejor sería una buena ocasión para hablar con Nam. – suspiró con tristeza
-A mí me da igual lo que hagas – aportó Tae, su tono dejando claro que por supuesto que le importaba – Aunque venga no le voy a hacer ni caso.
-Yo no quiero que venga. - Todos se giraron a mirar a Hobi, que estaba completamente serio - Ni siquiera ha intentado ponerse en contacto con nosotros. Sé muy bien que Namjoon ha preguntado a Jungkook por Jin más de una vez.
-Cari – intercedió Tae – la última vez que os visteis le metiste un puñetazo y le dijiste que se alejara de nosotros. Lo que dijo…
-¡Me da igual!
El tema de esa última conversación con Yoongi todavía estaba presente en la memoria de la pareja desde que Hobi se lo había contado todo al idol.
*Unas 3 semanas antes*
- ¡Jung Hoseok!
El aludido dejó de bailar al escuchar el llamado de su novio. La sonrisa que iba a crear se disolvió cuando vio la expresión de su cara.
-¿Qué ha hecho ese gilipollas ahora? – le preguntó
-¿Quién? ¿Tú? – la respuesta de Tae le descolocó.
-¿Perdona?
-Solo te lo voy a preguntar una vez más, Hobi. ¿Qué te ha pasado en la mano?
El coreografo dudó unos segundos, sopesando si decir la verdad. Estaba claro que el idol ya lo sabía todo.
-Te juro que…
-¿Te lo ha contado el muy chivato? Vale, sí. Fui yo. ¿Contento?
Taehyung sintió como toda la rabia que le había invadido al ver a Namjoon y Yoongi salir del despacho de Jungkook y como el productor se llevó la mano la mejilla por instinto al verle. En cuanto vio el moratón tuvo que salir corriendo de allí antes de ponerse a llorar otra vez.
-Hobi – su tono había cambiado por completo y el coreógrafo sintió también como se desinflaba - ¿Por qué?
-Tae…
-Dime por qué.
Hobi contestó tan bajito que el idol no pudo escucharle con claridad. No podía ser.
-Me dijo que me quería. Que nos quería.
El ruido del aire que Tae inspiró por la sorpresa resonó en la sala de ensayo. Luego el silencio fue lo que llenó la estancia.
-Yoongi no me ha dicho nada, le he visto la marca al salir del despacho de Jungkook ¿Qué vamos a hacer?
-Nada.
-Cariño… - intentó Tae.
-No quiero volver a pasar por eso Tae. Sentirme de maravilla, sentir que me estoy enamorando y volver a recibir la frialdad. Pasé años sufriendo por ti… No es culpa tuya – se apresuró a añadir cuando vio que el otro iba a protestar – Pero no quiero, no puedo tirar de nadie más Taehyung. No puedo más – su voz se quebró junto al corazón del idol.
Hobi. Su Hobi. El que siempre se mantenía fuerte para él y para Jimin, estaba destrozado. Si ahora era tranquilidad lo que necesitaba, Tae se la daría.
Unas horas después cuando supo que tanto Yoongi como Namjoon se habían marchado, volvió a enfurecerse.
Esa noche, mientras intentaba no sollozar para no despertar a Hobi y preocuparle aún más, solo había un pensamiento en su cabeza.
“Esto no va a quedar así, Min Yoongi”
***
-A ver chicos – intervino Taemin con voz apaciguadora – Esta fiesta es por nuestro director y ellos son sus amigos. Tenemos que invitarles.
Jimin miró a su compañero y se alegró de la buena cara que tenía. Aunque se había mantenido en un discreto segundo plano después de la última aparición de Gong Yoo, al ver que todos los demás lo estaban pasando mal decidió ayudarles.
-¿Hobi? – Tae le miró.
-Lo que queráis – contestó, cruzándose de brazos.
Al coreógrafo no le preocupaba ver a Yoongi. Lo que le daba miedo era que este llegase y no le mirase, que le odiara.
Porque él todavía no se había perdonado.
-Bueno, pues decidido – concluyó Jin. – Ahora vamos a hablar de…
-Jin, no vamos a contratar a un striper – dijo Jimin fríamente.
-Pero Jimiiiiin… - protestó el actor, golpeando el suelo con el pie como un niño pequeño.
Las risas se interrumpieron cuando Jungkook se acercó a ellos.
-¿Qué está pasando aquí? – preguntó.
-Nada, señor director – contestó Jimin, mientras los demás ya empezaban a dispersarse
Jungkook no podía enterarse.
…
Namjoon se estaba replanteando su vida entera mientras escuchaba a Yoongi vomitar en el baño.
Habían pasado la noche bebiendo, desde que habían recibido el mensaje de Jimin para acudir a la fiesta de fin de rodaje de Black Swan.
Yoongi había entrado en pánico cuando el bailarín les había dicho que tenían que preparar unas palabras para decir. Namjoon sabía que con eso no iba a tener problema… si no miraba a Jin.
Esas semanas de vuelta a casa habían sido una pesadilla. Los dos como alma en pena por la casa. Componiendo y bebiendo. Bebiendo y componiendo. Lamentándose de todo y parándose el uno al otro cuando alguien quería enviar algún mensaje.
Había echado de menos a Seokjin con toda su alma. Había deseado mil veces volver al set de rodaje y tener un gran gesto de película y que todo saliese bien. Pero esas semanas de dolor le habían enseñado que, al final, esa distancia les iba a venir bien.
En cuanto acabase la promo de la película quizá podían plantearse retomar las cosas. Quizá.
Su amigo salió del baño y le hizo compañía en el sofá.
-No sé si voy a poder ir, Nam.
-Tenemos que ir, por Jeon.
-¡Joder! – exclamó mientras se masajeaba las sienes – No pienso dar un discursito.
-Por supuesto que no – sonrió al ver cómo le miraba su compañero – Porque vas a cantar.
Le costó unos segundos entenderle.
-No. Ni de coña – gruñó.
-La canción está lista, tú estás listo. Es vuestro momento.
-¿Y sí… - Namjoon se echó a reír.
-Te odio.
-Y yo a ti – alargó el brazo y hizo que su amigo se acercase a él. Yoongi apoyó la cabeza en su hombro.
-Todo saldrá bien.
-Más te vale.
Namjoon pidió con todas sus fuerzas que así fuera.
Chapter 42: Capítulo 41
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Al entrar a la bolera, Jungkook tuvo que reprimir las ganas de besar a Jimin.
No era que llevase mal lo de estar separados hasta la promoción de la película, porque entre los mensajes, las miradas cómplices y los besos a escondidas… hasta era un poco divertido.
Pero cuando vio al bailarín haciendo un gesto de victoria con su camiseta de rayas, pañuelo verde al cuello, una ola de afecto lo golpeó por sorpresa. Estaba tan enamorado que dolía.
Jimin debía haber sentido que alguien le miraba ya que giró la cabeza para encontrarse con la mirada brillante de Jungkook. El bailarín sonrió y el director lo imitó. Al acercarse, el bailarín tuvo claro lo que Jungkook estaba pensando. Él sentía lo mismo.
Tras saludar a Yugyeom y Bambam fue a la barra a pedir algo de picar mientras los otros tres terminaban la partida que habían empezado
Jimin sintió que lo observaban, la piel de su cuello erizándose. Se giró en busca de Jungkook, pero el director estaba en la barra pidiendo. Miró alrededor y se encogió de hombros. Debía haberlo imaginado.
Las risas resonaban mientras Jungkook y Yugyeom competían en quien hacía el lanzamiento más estrafalario, la mitad de la bolera los estaba mirando. Varias veces Jimin pensó que sería eso lo que lo hacía sentirse observado cada rato.
Deseaba poder abrazar a Jungkook, pero si en el set ya era complicado aún era peor a la vista de cualquiera. Se sentó para mirar de reojo alrededor, esa vez tampoco vio a nadie sospechoso.
-Hey, ¿todo bien?
Jimin se giró sobresaltado. Sonrió al ver a Bambam frente a él. No se conocían de antes de la película, pero desde que el novio de Yugyeom empezó la terapia con Seojoon, solían hablar mientras esperaban o cuando se cruzaban en la consulta.
Unas semanas atrás, Bambam le había contado su experiencia con Gong Yoo. Lo que había estado a punto de hacer. Los dos habían llorado como niños. Desde entonces se sentían mucho más cercanos.
En el momento en el que se plantearon la necesidad de una excusa para sacar al director del set de rodaje durante la tarde, convencieron a Yugyeom de que la bolera era la mejor opción. Y si salían los cuatro como amigos, no habría problemas en caso de que algo se filtrara a la prensa, a pesar de que el ayudante había confirmado que seguía sin noticias de Gong Yoo.
-Sí, es solo que…
-¿Nervioso por la sorpresa? – susurró Bambam – Seguro que le encantará.
-Eso espero.
Era absurdo asustar a sus amigos y estropear la fiesta de Jungkook por una mala sensación.
-¿Pero tú te crees estos dos?
Se giró y se encontró con Jungkook haciéndole un baile a Yugyeom ya que había hecho un pleno, mientras el alto se hacía el ofendido intentando apartarse de él. A cada paso que daba, el director lo seguía mientras perreaba.
Jimin se rió tanto que casi se cae de la silla. Se olvidó de lo que lo preocupaba.
…
-Hacia tu derecha, Tae. Umm… un poco más a la izquierda. No, no. A tu izquierda, Jin.
-Jung Hoseok…
-Vale, vale. Ahí está bien.
El coreógrafo se alejó con las manos en alto mientras se reía. En realidad, el cartel estaba bien colocado, pero quería hacerles la puñeta a los otros dos.
Casi todo el staff estaba trabajando en la decoración del set. Fotos del rodaje de la película estaban colocadas por las paredes. Y la pancarta que el idol y Jin acababan de colgar tenía un sencillo: Gracias señor director, adornado con fotos de Jungkook que Jimin había realizado con su cámara Polaroid. En la mayoría, el director ni siquiera sabía que lo estaba fotografiando, pero en otras, se notaba claramente quien estaba haciendo las fotos solo por el brillo de amor en su mirada.
Había mucha comida, principalmente pollo, ya que a Jungkook le encantaba. Por supuesto, había una barra para bebidas y alguien se había comprometido a mantener la música en marcha. Incluso habían improvisado un pequeño escenario. Jimin les había “pedido” que preparasen algunas cosas para el director. El bailarín era adorable, pero daba miedo cuando se ponía en plan serio.
En cuanto Tae anunció que Jimin le había enviado el mensaje de que estaban en camino apagaron las luces y Jin fue el encargado de mandar otro mensaje, esta vez al mismo director, para pedirle verse en el set.
La puerta se abrió y el ¡Sorpresa! se volvió decepción cuando los que entraron fueron, ni más ni menos, que Yoongi y Namjoon, que habían llegado en ese mismo momento. Los ojos de ambos se abrieron de par en par y mientras Namjoon se sonrojó y saludó tímidamente a sus antiguos compañeros, Yoongi tenía una expresión en la cara que dejaba entrever que estaba rezando para que la tierra lo tragase.
Algunos miembros del staff empezaron a gritarles que se escondieran ya. Se miraron y al ver a su amigo, Namjoon estuvo a punto de ofrecerle marcharse cuando vio a Jin haciéndole señas. Le indicó con la cabeza a Yoongi y se dirigieron hacia donde el actor estaba junto al coreógrafo y Tae.
Yoongi no levantó la mirada del suelo. El idol, al verlo acercarse, apretó con fuerza la mano de Hobi y mantuvo su mirada al frente. Nadie dijo nada. Hasta que Jin no pudo soportarlo más. Se acercó a Namjoon y le susurró:
-Me alegro de verte.
-Y yo a ti – El productor musical le devolvió el saludo en voz baja.
-Te he echado de menos.
-Jin…
La conversación fue interrumpida por un nuevo grito de ¡Sorpresa! y esta vez sí: un alucinado Jungkook los miraba desde la puerta mientras sus ojos se humedecían. Se había quedado sin palabras…
*Unos minutos antes*
- De verdad chicos, podéis marchar a descansar. No sé qué querrá Jin tan tarde, probablemente será para llorarme sobre su ex.
- No importa, te acompañamos a plató por si se ha cansado y se ha ido. Y si te está esperando pues nos vamos.
- Vale
Al director le extrañó que la puerta estuviese abierta a pesar de que parecía que los otros tenían razón y Jin ya se había marchado porque todo estaba a oscuras. Aun así, lo intentó:
-¿Jin?
El grito de sorpresa lo asustó y alguien encendió la luz del set. Lo primero que vio fue una pancarta con lo que parecían fotos suyas y después al staff y sus amigos aplaudiéndole.
El corazón se le aceleró y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Aún quedaba un día de rodaje, pero, por primera vez en semanas, sintió que algo había hecho bien.
***
Jungkook había perdido la cuenta de cuántos abrazos había recibido. De las palmaditas en la espalda mejor ni hablar. Ahora que había pasado un rato y la cosa se había calmado un poco, seguía esperando el más importante.
Hizo un barrido con la mirada en busca del bailarín, pero no lo encontró. Quizá había ido al baño.
El director iba avanzando por el pasillo cuando la puerta de la sala de ensayó se abrió. El grito (no muy masculino, las cosas como son) que iba a lanzar se atoró en su garganta cuando la lengua de Jimin invadió su boca.
La falta de aire los hizo separarse. La protesta de Jungkook se quedó también sin salir después de que el bailarín lo cogiese del brazo para hacerlo entrar en la sala, cerrando la puerta de golpe detrás suya.
Jimin se apartó de él, y ahora que el director tenía oportunidad de hablar por fin, se quedó sin palabras cuando el bailarín empezó a desnudarse mientras se alejaba contoneándose como si estuviera en una puta pasarela.
-Jiminssi… - el tono pretendía reprenderlo, pero la dureza en sus pantalones lo dejaba al descubierto.
El bailarín se paró frente a una de las paredes de espejos y lo miró, provocándolo.
-Jeon… - Jungkook alzó una ceja - ¿Te acuerdas de lo que pasó en esta misma sala hace unos meses? – El director asintió, tragando saliva.
Tras deshacerse de su ropa interior, la última pieza de ropa que le quedaba, Jimin se dio la vuelta y apoyó las manos en el frío espejo, abriendo a su vez las piernas como si estuviese en un cacheo policial.
Miró al director por encima del hombro y carraspeó cuando vio que esta tenía los ojos fijos en su culito respingón mientras empezaba a quitarse su ropa.
-Quiero que me folles con la misma fuerza de aquel día…
El director ya estaba avanzando hacia él. Los ojos oscuros fijos en su presa.
-…y que luego me digas que me quieres.
El aliento de Jungkook en su espalda cuando se echó a reír le puso la piel de gallina.
-Te quiero Jiminssi.
-He dicho luegoooooooh, joder.
Sin dejarlo terminar la frase, el director ya estaba de rodillas con la boca entre sus nalgas. Lamiendo… mojando… Jimin sintió que se derretía. Nunca podría cansarse de eso.
Al primer latigazo de la lengua de Jungkook, el bailarín empujó el culo hacía atrás intentando profundizar los movimientos, pero el director lo empujó de nuevo contra el frío cristal. Echó entonces el brazo hacía atrás para cogerlo del pelo y enterrarle la cara entre sus cachetes, pero Jungkook le apartó la mano y lo hizo volver a colocarse contra el espejo, sin dejar de estimularlo hasta que le dijo:
-Jiminssi, te estás portando muy mal – El azote resonó por toda la sala antes de que Jimin notase la picazón.
-Oh, joder – El bailarín sintió el calor recorrer su cuerpo igual que su trasero ante la segunda palmada, esa vez en el otro cachete.
-Tienes suerte de que no tengamos apenas tiempo. No quiero que te metas en un lío.
-Tengo enchufe con el directoooooor – volvió a terminar la frase en un gemido cuando la lengua volvió dentro de él, esta vez acompañada.
Entre movimientos firmes, saliva y su lengua, Jungkook tenía a Jimin derritiéndose frente a él. En cuanto notó como presionaba los ya cuatro dedos que lo estaban dilatando, supo que estaba listo.
-Venga, Jeon… métemela – Apoyó con firmeza las manos contra el espejo y Jungkook miró su reflejo.
De repente pensó que, tras esas largas semanas sin intimidad no quería hacerlo así.
-Es que quiero tenerte más cerca, mirarte a los ojos…
-Ugh, maldito moñas – El bailarín se apartó de la pared acristalada fingiendo molestia.
Hizo a Jungkook sentarse en el suelo y se sentó a horcajadas frente a él, directamente bajando por su miembro.
-Mierda, Jimin.
-Dios, porque tienes que ser tan grande…
El director lo besó, dándole tiempo para que se acostumbrase a la invasión. Jimin se movió para plantar bien los pies en el suelo y Jungkook lo tomó como un disparo de salida. Pegó el cuerpo del bailarín más hacia él y empezó a embestir.
El roce de sus pieles por el movimiento junto a la combinación de sus gemidos llenó la sala en segundos. La posición de Jimin no era la más cómoda y a pesar de su resistencia los muslos empezaron a cansarse. Como siempre, Jungkook se dio cuenta enseguida.
Lo besó para ahogar su quejido cuando salió de su interior para hacerlo levantarse y volver a pegar la espalda contra la pared de espejos. Lo miró a los ojos mientras levantaba una de sus piernas y volvía a enterrarse en su calor.
Jimin se aferró a su espalda de inmediato y el director aprovechó la cercanía para mordisquear su cuello hasta encontrar un punto que le gustaba y empezar a succionar.
-Jeooon – Jimin quería protestar, pero la película ya había terminado prácticamente.
Pegó aún más su cuerpo al del director empujando con la pierna que tenía enroscada a sus caderas cuando vio que estaba a punto. Jungkook, al notarlo, empezó a moverse de forma aún más rápida. Sus estocadas fuertes y secas, justo en el punto.
Jimin gritó por el dolor en su cuello en el mismo momento en el que sentía a Jungkook correrse dentro de él.
-¿Pero qué…? – Se llevó la mano a la yugular, pero no pudo acabar la frase. Aún en la ola de su orgasmo Jungkook había salido de él para meterse su polla en la boca.
Jimin cometió el error de mirar hacia abajo. En menos de un minuto, explotó. Se dejó caer contra el cristal, derrotado. Observó con perverso interés como el director se lo tragaba todo y tuvo que cogerlo del cuello para comerle la boca. Compartiendo su propio sabor. Le encantaba.
Se vistieron rápido. El bailarín se arreglaba el pelo lo mejor posible frente al espejo, y Jungkook se le acercó por detrás para ponerle el pañuelo verde que se había quitado para provocarlo. Lo enroscó alrededor de su cuello despacio, mirándolo a través del reflejo.
Al sentir de nuevo un pinchazo Jimin se fijó en la marca de los dientes que había en el centro del chupetón que el director le había “regalado” antes de que el pañuelo lo cubriese.
-¿Es que eres un puto vampiro o qué?
El director se echó a reír.
-Jiminssi
-¿Qué? – Sus ojos volvieron a encontrarse en el espejo.
-Te quiero.
El bailarín no dijo nada, pero sus ojos lo hicieron por él. Se dio la vuelta para marcharse y Jungkook volvió a llamarle.
-Jiminssi
-¿Ahora qué? – el director se pegó a él.
- Gracias por la fiesta. De verdad – Jimin sintió que se sonrojaba y dio gracias por el rubor post orgasmo.
-No las des. Ha sido un placer.
Se miraron mientras cerraban la sala. Tenían que volver a separarse frente a los demás.
-Oye, Jeon. – El director lo miró con cara interrogante – Yo también te quiero.
La sonrisa de conejito que se asomó a la cara de Jungkook le recordó porque lo amaba tanto.
Chapter 43: Capítulo 42
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La fiesta estaba siendo un éxito. Todo el mundo comía y bebía mientras charlaban animados. Jimin se sirvió su propia copa mientras Jungkook se ponía a charlar con Yugyeom como si nada hubiese pasado.
-¿Rompiendo las reglas, Park Jimin? - El bailarín se sobresaltó ante las palabras del idol, quien frunció el ceño al observar su rostro. - ¿Qué pasa?
Jimin miró alrededor. Esa pesada sensación de que alguien lo observaba había vuelto.
-Nada. ¿Qué quieres decir?
-Ponte bien el pañuelo anda – Le dijo mientras él mismo lo hacía – Y no te vayas por las ramas.
-De verdad Taetae, no es nada. Es solo que…
-Qué…
El bailarín aprovechó que vio a Yoongi acercándose al lateral del escenario para escaquearse de esa conversación.
-Luego te cuento. Tengo que ir a arreglar una cosa…
Taehyung suspiró frustrado. Nunca dejaría de preocuparse por su soulmate. Tenía un alma demasiado pura para este mundo tan feo.
…
-¿Estás seguro, Yoongi?
-Gracias por la confianza, Park.
-No es eso. Si no confiara en ti para cuidar de mis mejores amigos, no tendrías esta oportunidad.
Yoongi se puso aún más serio.
-Lo sé.
Jimin se compadeció de él.
-Entonces, ¿lo tienes claro? Primero hablará Yugyeom, luego va Jin y entonces pasaremos a la parte del baile. Y cuando yo salga, será tu turno. En cuanto acabe mi parte estarás solo. Nadie sabe...
-Lo tengo claro. - Yoongi era consciente de que Jimin no había podido contar nada sobre su participación ya que sus amigos podrían haberse negado.
-Yoongi. Si sale mal... no quiero saber nada.
-De nuevo, gracias Park – dijo el productor con sarcasmo – Espero que a ti también te vaya bien y no te caigas del escenario ni nada.
El bailarín se echó a reír.
-Por si te sirve, de verdad espero que te perdonen... otra vez. Pero eso sí…
-Ya, ya, me matarás si les hago daño de nuevo, pero eso no va pasar.
-Bien
-Bien.
Jimin sacudió la cabeza mientras Yoongi se alejaba. De verdad esperaba que todo saliese bien y ver a sus amigos felices de nuevo.
Ahora tenía otras cosas de las que ocuparse.
…
-A lo mejor deberíamos hablar con él.
-¡Esto es increíble! Tú – le puso el dedo a Hobi en el pecho – eras el que no quería ni que lo invitásemos. Y ahora...
-Y ahora que lo he visto… he recordado que... que...
-¿Que vosotros también lo queréis? - aportó Jimin cogiendo por los hombros a sus dos amigos, colocándose en el medio – Pero hablaréis con él luego.
Miró a Yugyeom quien seguía entreteniendo al director y le hizo una seña con la cabeza. El ayudante asintió.
-Esto va a empezar y tenemos que estar listos.
Arrastró a sus amigos hasta la parte de atrás del escenario donde habían improvisado una especie de vestuario.
Había llegado el momento. Jimin esperaba no arrepentirse.
…
Jungkook miró alrededor de la sala cuando alguien del staff lo hizo sentarse en una silla en medio de la pista, justo enfrente del escenario.
No vio a Jimin ni a ninguno de sus amigos.
- Hola a todos,
Se centró al escuchar la voz de Yugyeom a través del micrófono. ¿Qué demonios estaba pasando?
-Querido director: Supongo que te estarás preguntando qué está pasando – la gente se echó a reír cuando la expresión de Jungkook dejó entrever que, efectivamente, eso era lo que estaba pensando – Lo que pasa es que, nosotros, tu equipo, queremos darte las gracias por no haberte rendido, por haber seguido luchando a pesar de todo lo que has sufrido para sacar tú película adelante.
-Nuestra película – replicó el director, ya emocionado.
-Hemos trabajado todos para prepararte esta fiesta a tus espaldas bajo la tiranía de cierto bailarín – el staff volvió a reír - Todo ha sido idea suya. Incluso las fotos que puedes ver aquí son de su propia cámara. No puedo decir más, pero... - Yugyeom alzó las cejas y esta vez fue Jungkook el que no pudo evitar reír – Pero antes de empezar el pequeño show, yo quiero darte las gracias personalmente... y pedirte perdón.
Jungkook empezó a negar con la cabeza. Por supuesto que la traición de su amigo le había dolido. Era algo con lo que tendría que vivir, pero él sabía lo que era amar a alguien con toda tu alma. Protegería a Jimin con su vida.
-Lo sé – dijo Yugyeom casi leyéndole de nuevo el pensamiento – Déjame hacerlo – El director asintió. - Quiero darte las gracias por dejarme seguir aquí, por darme la segunda oportunidad que no merecía, por ayudar a Bambam y – la voz de Yugyeom se quebró – Lo siento, de verdad. Siempre te deberé una y...
-¡Cállate ya! - exclamó un Jungkook visiblemente emocionado.
-Vale, vale. No puede uno ponerse moñas – volvieron a escucharse risas – Que te queremos y que te mereces todo el éxito que la película va a traerte. Acuérdate de nosotros cuando ganes un Óscar.
Todo el staff empezó a vitorear. El director sonrió, enjuagándose las lágrimas. Buscó a Jimin de nuevo con la mirada. No lo encontró.
…
Namjoon, como todos los demás, también se había emocionado con las palabras de Yugyeom. La mayor parte del staff no sabía lo que había pasado entre ellos, pero él sí.
Se dirigió a la barra. De repente se sentía solo, necesitaba una copa. Llevaba toda la fiesta luchando por no volver a acercarse a Jin y suplicarle volver a intentarlo. Estar separados había sido muy duro, pero Namjoon le había dado muchas vueltas.
Salió de sus pensamientos cuando escuchó a Yugyeom pronunciar el nombre de la persona que ocupaba todos sus pensamientos. Se dio la vuelta para mirar al escenario y ahí estaba Jin, tan guapo como siempre. Parecía tan triste que el productor sintió como su corazón volvía a romperse.
Tenía que salir de allí.
Empezó a andar hacía la puerta cuando Jin empezó a cantar:
“we keep behind closed doors
every time I see you I die a little more
stolen moments that we steal as the curtain falls
it´ll never be enough”
Namjoon estaba paralizado. La melódica voz de Jin había anclado sus pies al suelo. Sentía como si le estuviese cantando directamente a él.
Probablemente así era.
Conforme la canción se acercaba al estribillo no le quedó otra que darse la vuelta. Los ojos húmedos de Jin se clavaron en los suyos.
“Why can't you hold me in the street?
why can't I kiss you on the dance floor?”
El productor estaba destrozado. Las lágrimas rodaban por sus mejillas sin que hiciera ningún intento de pararlas. Sentía las miradas a su alrededor a pesar de que no podía apartar sus ojos del actor.
“Why can't I say that I'm in love?
I wanna shout it from the rooftops
I wish that it could be like that
why can't it be like that?
´cause I´m Yours”
La canción terminó y ambos seguían mirándose. Jin bajó del escenario y Namjoon salió de su estupor.
“No puedo” - le dijo moviendo los labios, la garganta cerrada.
Salió corriendo de allí.
…
Yugyeom se apresuró a presentar la siguiente actuación en cuanto Jin saltó del escenario y al momento corría detrás de Namjoon.
Jungkook se quedó alucinado al ver en el escenario al mismo Jimin, rodeado de Hobi y Tae.
La música sonó y los tres empezaron una coreografía de baile contemporáneo con una sincronización milimétrica. Cambiaban de lugar en forma triangular continuamente, pero sus ojos seguían a Jimin como si tuviese una mira telescópica.
No por primera vez pensó que la forma en la que el bailarín se movía era de otro mundo. Hasta en ese baile moderno su cuerpo fluía con una naturalidad que no se podía aprender. Su perfecto Black Swan.
La actuación terminó y las luces se apagaron. Jungkook veía movimiento en el escenario, pero no podía discernir que estaba pasando.
De repente, un solo foco iluminó el centro del escenario. Y ahí estaba en todo su esplendor. Park Jimin. Completamente de blanco con una tela del mismo color sobre su hombro. Jungkook sintió un pinchazo en el corazón al ver su look... como diez años atrás.
Un piano empezó a sonar y una pequeña luz lo iluminó. Se escucharon sonidos de asombro al ver que no era otro que Min Yoongi quien estaba acompañando a Jimin.
El bailarín empezó a moverse, girando grácilmente mientras la tela ondeaba al viento acompañando sus pasos. El director reconoció la canción. I need U.
Con las notas finales del piano, Jimin cayó de rodillas al suelo. Se levantó para girar sobre sí mismo, sus pasos parecían ligeros, lanzó la tela al cielo dejándola caer mientras posaba.
Mientras el bailarín recuperaba la respiración Jungkook había perdido la suya.
Nunca se cansaría de decirlo: Arte. Park Jimin era Arte.
…
De nuevo, Yugyeom volvió al escenario para despedir la parte de actuaciones cuando Jimin le pidió el micrófono. Miró a Yoongi, quien lo miraba sorprendido, y comenzó a hablar:
-Antes de irme quiero pedirles a mis amigos, Hobi y Taehyung, que se sienten junto a mi... a Jungkook – sonrió al ver que el director hacía lo mismo. Casi se le escapa.
Alguien del staff colocó dos sillas. Tae y el coreógrafo se sentaron en ellas al lado del director. Jimin vio las miradas que le lanzaban sus amigos. Hasta ahora, ninguno había sabido que Yoongi iba a tocar el piano en su solo de baile. Ni lo que se les venía encima.
-Solo confiad en mí, ¿vale? - Se había prometido que sus amigos no sabrían que había ayudado al productor, pero la determinación de éste lo hizo cambiar de idea. Aun así, lo soltó: - ¡Ah! Y si sale mal, la culpa es de Min Yoongi.
El aludido lanzó una mirada al bailarín que podría rivalizar con la de su soulmate. Tal para cual, pensó el bailarín y le dio unas palmaditas al productor antes de marcharse.
La suerte estaba echada.
Chapter 44: Capítulo 43
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Mientras trabajaba en la canción, todas las veces en las que había pensado en cantarla para ellos siempre había pensado que sería incapaz. Él era productor musical, no idol, ni cantante. Sin embargo, ahora que era el momento de la verdad se sentía extrañamente tranquilo.
Quizá era porque no tenía nada que perder.
Se acercó al micrófono y miró hacía donde Hobi y Tae estaban sentados completamente asombrados. Su cuerpo, por costumbre, le pedía desviar la mirada. No lo hizo.
-Yo no soy bueno con las palabras. O, mejor dicho, lo soy, pero no así. - suspiró - No me gusta hablar en público, no me siento cómodo. Me gusta la soledad de mi estudio. Hasta ahora ese había sido mi lugar seguro, mi refugio. Ahora ese lugar lo ocupaban dos personas. Ellos me demostraron más en unos meses que otras personas en años. Y la cagué.
La mayoría del staff lo estaba mirando con los ojos abiertos. Para algunos, eso era lo máximo que habían oído hablar a Min Yoongi en todo el rodaje.
-Yugyeom hablaba antes de segundas oportunidades. Yo he sido un idiota que las ha desperdiciado todas y quería esconderse del mundo. Pero no esta vez, porque lo que está en juego es mucho más importante que mi zona de confort. Puede que no consiga que me perdonen, puede que parezca que todo esto ha sido en balde, pero no lo será para mí ya que habré demostrado que ellos eran algo por lo que valía la pena luchar, y que estaba dispuesto a ello.
Hizo una pausa al observar que Jungkook se había levantado para dejar a Taehyung y Hobi solos frente al escenario. Ya no podía echarse atrás, aunque quisiera. De todas formas, no quería.
-Antes de empezar con la canción tengo que admitir que parte de la letra la tomé prestada de alguien con mucho talento. Solo he añadido mi toque personal.
Respiró hondo y volvió a fijar su mirada en las dos personas sentadas frente al escenario.
-Espero que podáis perdonarme. Incluso si no volvemos a estar juntos, solo quiero que os quede claro que: Antes de vosotros yo era un chico sin amor, y me habéis enseñado lo que estar enamorado de verdad puede hacerte sentir. Esto es para vosotros: Pase lo que pase. Os voy a querer hasta el final de mis días.
Las luces se atenuaron y la música empezó. La voz de Yoongi resonó en el set con una dulzura inesperada.
“Never knew I could feel like this
like i´ve never seen the sky before
I want to vanish inside your kiss
Every day I love you more and more”
-Dios mío, Hobi. Es mi canción. - susurró Tae, la garganta cerrada.
-¿Qué? - el coreógrafo no podía pensar. Estaba también abrumado.
-Mi libreta. Mis letras.
Hobi abrió los ojos al comprender. Dios, parecía otra vida cuando Yoongi había encontrado aquella libreta del idol. Y ahora les había escrito una canción. Volvió a centrar la atención en la letra:
“Suddenly the world seems such a perfect place
Suddenly it moves like a perfect grace
Suddenly my life doesn´t seem such a waste
it all revolves around you two”
De repente, la música melódica paró. No se oía ni un murmullo en todo el set. Los invitados estaban pendientes de lo que estaba pasando en el escenario. El sonido ahogado de Taehyung cuando Yoongi empezó a rapear fue audible para todos.
“Desde que os conocí; os convertisteis en mi vida, yeah
Sois la estrella que convierte lo ordinario en extraordinario
Uno tras otro, todo es especial
Las cosas que os gustan,
la manera en que caminas o hablas,
y todos esos hábitos tan vuestros.
El amor no es para nada fuerte
Comparado a lo que siente un tipo enamorado”
Yoongi bajó del escenario casi al mismo tiempo que acababa la canción. Hobi y Tae lo vieron escabullirse detrás del escenario y luego se miraron. Ambos con el corazón encogido y los ojos emocionados.
-Ahora mismo no sé si partirle yo también la cara o comérmelo a besos.
Como magia, la pequeña broma de Tae le quitó toda la tensión al asunto. Al fin y al cabo, era fácil. Tal y como había dicho Jimin antes de tenderles esa trampa: lo querían. Se querían. Y como decía una famosa frase: “Es mejor perder el orgullo por la persona que amas, que a la persona que amas por orgullo”.
No necesitaron decirse nada. Hobi se levantó primero y le tendió la mano a Tae.
-¿Vamos?
-Vamos – contestó el idol cogiendo la mano que le ofrecían.
…
-Namjoon, por favor, espera.
El productor musical se paró. Era absurdo seguir intentando huir. Jin no iba a rendirse. Sabía que el actor estaba ahí, pero no se dio la vuelta.
-Jin, no lo digas.
-Mírame, Nam.
-Jin.
-Por favor...
El dolor en la voz del actor le hizo darse la vuelta. El dolor en sus ojos lo volvió a golpear, pero tenía que ser fuerte.
-No podemos. La película...
Jin se pasó la mano por la cara, frustrado.
-No me importa. Nada me importa, que me demanden. Quiero estar contigo.
Dio un paso adelante, pero el productor dio un paso atrás. Jin perdió la batalla contra las lágrimas.
-Te quiero, Namjoon. Te quiero.
-Yo también te quiero, Jinnie.
La forma tierna de llamarle hizo que el actor supiese que había perdido. Porque había un pero en esa frase.
-Pero – ahí estaba – después de todo lo que hemos pasado. Lo que Jungkook y Jimin han pasado. Ya casi está. Tu carrera...
-¡Me da igual mi carrera, joder! - explotó Jin entre sollozos.
-Pero a mí no. Porque quiero hacerlo bien. Porque me importas demasiado. Y por eso tenemos que alejarnos.
-Nam...
-Acaba la película. Quédate con Jungkook. Prepara la promoción. Y cuando todo acabe...
-¿Me esperarás? ¿Lo prometes?
-Sí todavía soy lo que quieres...
-Siempre.
-Entonces déjame ir, Jin.
El actor no pudo responder. Asintió, agachando la cabeza mientras los surcos de lágrimas cruzaban sus mejillas. Namjoon supo que no estaba bien, pero no pudo resistirse.
Acercándose a él le tomó de la barbilla. El actor lo miró y los ojos de Namjoon se humedecieron.
Lo besó.
Se besaron. Apenas un toque de labios, sin embargo, ese pequeño beso decía más que mil promesas. Cuando fue a alejarse Jin lo abrazó. Namjoon lo apretó contra él.
Se quedaron allí, abrazados. Unidos por el dolor. Incompletos.
No volverían a estar enteros hasta que volvieran a estar juntos.
…
-¡Park Jimin! - El bailarín sonrió al escuchar la voz de su novio dentro del vestuario.
-Jeon Jungkook – le respondió con guasa.
-Tú... tú...
-¿Yo?
-Ha sido mágico, Jimin. Eres increíble.
-¿De verdad te ha gustado? - La vulnerabilidad del bailarín asomó a pesar de su fachada de picardía.
-¿Gustado? Si no fueses ya mi Black Swan lo habría despedido y habría empezado el rodaje de la película de nuevo, contigo.
-¡Idiota!
-Tú idiota – El director se puso serio – De verdad, Jimin. ¿Cuándo has preparado todo esto? No te merezco... ojalá no hubiésemos follado hace un rato, porque esa ropa... esa cintura...
-Y ahí va todo el romanticismo... - el bailarín rodó los ojos.
-Tienes que dormir conmigo esta noche, Jimin.
-Jungkook, no podemos.
-Jiminssi... - los ojos de corderito aparecieron en la cara del director -
-Veré lo que puedo hacer, ahora vete antes de que nos vean juntos.
-Vaaaaale, pero solo si me dices por qué has elegido esa canción.
-Ya lo sabes.
-Quiero oírtelo decir.
Jimin sabía que el director estaba preguntando porque tenía pensado alguna de las suyas. Solo el título de la canción ya era más que evidente.
-Porque te necesito, idiota.
-Oh Jiminsii, pero tú nunca me vas a necesitar.
-¿Por qué? - se dejó caer en su propia trampa.
-¡Porque siempre me tendrás!
Le robó un beso y dejó a Jimin plantado después de soltar esa chorrada cursi. Jimin sonrió al escuchar las risotadas del director al alejarse, orgulloso de su chiquillada. Menos mal que lo quería.
Salió justo a tiempo para ver llegar a Yoongi. Le iba a preguntar, pero vio que sus amigos se acercaban y decidió que era mejor darles intimidad.
Tenía que hablar con Yugyeom de todas formas.
…
Yoongi entró al vestuario a toda velocidad. Al parecer su valentía se había agotado. Deseó ser una roca para no tener que preocuparse por nada. Recordó las miradas de Taeyhung y Hobi, parecían emocionados, pero... ¿Y si el idol se había enfadado por usar sus letras? ¿Y si había llegado tarde?
-Joder, ¿qué cojones he hecho? - le dijo a su reflejo en el espejo.
-La declaración de amor más bonita del mundo.
Se dio la vuelta y allí estaban los dos. Cogidos de la mano. Mirándolo.
Yoongi tragó saliva.
-Yo... - No pudo seguir hablando porque en dos zancadas Tae llegó hasta él y lo abrazó, atrapándolo con su enorme cuerpo. -
Cuando por fin el idol lo dejó ir, miró a Hobi con cautela, mordiéndose el labio. Luchando contra su inseguridad abrió los brazos y el coreógrafo no tardó ni un segundo en lanzarse contra él. Se abrazaron también.
Ninguno dijo nada. Las miradas furtivas volaban mientras el ambiente se tensaba.
-Hobi, si lo digo.... ¿prometes no pegarme? - dijo Yoongi para romper el momento.
-Yoongi – el aludido se rascó la nuca. Buscando cómo disculparse.
-Nah, lo merecía.
-¡Te quiero! - soltó Taehyung de repente - ¡Y a ti! -añadió señalando a un sonriente Hobi - ¡Os quiero! Oh dios mío, os quiero – añadió como si acabase de darse cuenta.
-Yo también te quiero – Hobi y Yoongi se miraron ya que ambos habían hablado a la vez.
Se acercaron el uno al otro, despacio.
-Te quiero – murmuró el coreógrafo contra la boca del otro.
-No tanto como yo a ti.
Y se besaron. Y todas esas semanas separados se desvanecieron, los miedos se volvieron expectativas para el futuro. Y el dolor…
-¡Eh! Que yo lo he dicho primero.
Se separaron para poder echarse a reír. Yoongi besó el puchero formado en los labios del idol y luego volvió a besar a Hobi para suspirar cuando después ellos se besaron.
Entonces el productor musical dijo lo que, en el fondo, los tres estaban pensando.
-Tenemos mucho que hablar.
Chapter 45: Capítulo 44
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Algunos miembros del staff también le dedicaron unas palabras a Jungkook, y él les dedicó unas palabras de agradecimiento completamente emocionado, para pedirles que disfrutaran a tope el resto de la fiesta.
Lo que el director realmente quería era que se acabara todo ya para poder pasar la noche con Jimin. Hacía mucho que no dormían juntos.
Se fijó en que Taehyung y Hobi desaparecían por la puerta con Yoongi y supo que las cosas habían salido bien. Al verlos marchar se dio cuenta de que Jin estaba fuera. A solas.
Repasó la sala con la mirada por enésima vez ese día y vio que Jimin estaba entretenido charlando con Taemin. Como si notase que lo observaban el bailarín lo miró, su expresión parecía asustada, pero cambió a una enorme sonrisa cuando vio que era Jungkook quien lo miraba. El director le hizo una seña con la cabeza como que iba a salir y Jimin asintió.
Conforme se acercaba a su amigo, el buen humor de Jungkook desapareció. Jin parecía destrozado. Sus ojos enrojecidos demostraban que había estado llorando un buen rato. Ahora que caía, no había visto a Namjoon desde la actuación del actor.
-Hey – Jin lo miró, pero no dijo nada.
El director se sentó a su lado y tampoco habló. Simplemente se quedó allí, haciéndole compañía. Pasados unos minutos, el actor suspiró y empezó a hablar.
-Lo he perdido, Jungkookah. Él dice que no, pero yo no me lo creo.
-¿Y por qué no? Ese hombre te adora. No ha dejado de preocuparse por ti ni un solo día desde que se marchó.
-¿Qué? – El director sonrió al ver una punzada de luz en los ojos heridos de su amigo.
Sacó el móvil de su bolsillo y le enseñó su chat con el productor. Cada uno de los días, había algún momento en el que Namjoon preguntaba por él. Su corazón se aceleró.
-¿Entonces por qué no quiere estar conmigo? Esto de la estúpida prohibición no es para tanto, es solo una excusa. Si me quisiera…
-Precisamente porque te quiere, Seokjin. Antes de marcharse tuve una charla con él. Lleva siendo productor mucho tiempo, sabe cómo funciona la industria. No le pasaría nada a la película, pero a tu carrera sí.
-Pero no me importa.
-Pero te importaría si realmente llegase a pasar. Tarde o temprano – le replicó Jungkook – Namjoon prefiere estar sin ti un período corto que estropear lo vuestro antes de realmente empezar. A mí me parece un precioso acto de amor.
-Solo porque tú eres un moñas que todavía se emociona con Titanic.
-¡Eh! – empujó a Jin con el hombro.
-Tranquilo, mis labios están sellados. Nadie sabrá cómo lloraste por Leonardo Dicaprio la primera vez.
-¡Ugh! Te odio.
-Y yo a ti – respondió el actor – Gracias. – añadió después.
-¿Te apetece volver a la fiesta?
-Nah, creo que me voy a ir a mi caravana – se levantó.
-Te acompaño – Jungkook se levantó también.
-De eso nada, tu bailarín lleva semanas preparando esa dichosa fiesta. Disfrútala al máximo.
Jungkook asintió y se fue hacía el set, pero cuando ya casi estaba en la puerta se dio la vuelta.
-Oye, Jin.
-¿Qué?
-Que descanses bien, ahjussi .
-Serás… - el actor alzó el puño desde lejos, pero Jungkook podía escuchar también la risa en su voz.
Todo saldría bien.
…
La fiesta había terminado por fin. Jimin estaba agotado. Tras todo el estrés de los días previos, los detalles a pulir, los nervios por su propio baile y el tema de Yoongi… Ahora que todo había pasado solo quería meterse en la cama con Jungkook y dormir un día entero.
Escuchó un ruido a su espalda y se paró de golpe, girándose deprisa.
No había nadie.
Intentó forzar la vista, pero estaba demasiado oscuro. El director se había ido un rato antes para disimular, aunque Jimin pensaba que todo el staff tenía claro que seguían juntos a pesar de su intención de mantener las distancias.
Se dio la vuelta y aceleró el paso. Quería llegar a la caravana de Jungkook lo antes posible. La nuca le picaba, sabía que había alguien allí, se moría de ganas de volver a darse la vuelta, pero se resistió.
El camino nunca se le había hecho tan largo. Solo cuando cerró la puerta a sus espaldas respiró aliviado. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba conteniendo el aliento.
-¿Jiminssi?
Sus males se alejaron cuando el director salió a por él con cara de adormecido, el pelo revuelto y el maldito pijama a juego que le había comprado lo que parecía una eternidad atrás.
Avanzó hacía él y lo abrazó. Sintiéndose seguro cuando los brazos del director lo envolvieron. Jungkook le acarició la espalda despacio, notando su tensión.
-¿Qué pasa?
-Nada, solo estoy agotado.
Era verdad que el bailarín parecía cansado, así que Jungkook lo llevó a la habitación y lo ayudó a ponerse el pijama. Abrió la cama y le hizo meterse para después arroparlo. Mientras caminaba hacia su lado Jimin lo miró, maravillándose una vez más del hombre del que estaba enamorado.
Jungkook se metió en la cama y se colocó de lado apoyando el codo en la cama.
-Descansa, Jiminssi. Porque mañana… – alzó las dos cejas en un gesto juguetón.
No pudo evitar echarse a reír. Hizo que el director se tumbase para acurrucarse junto a él colocando una mano sobre su pecho. Su postura favorita. Aún más cuando Jungkook colocó una de sus manos sobre la suya.
Antes de dormirse, Jimin pensó que no estaría más seguro en ningún otro lugar.
Jungkook era su refugio.
…
Namjoon estaba entrando en casa cuando recibió un mensaje de Yoongi. Era el emoticono de un pulgar. Y ya. Y era algo tan Yoongi que le dieron ganas de volver a llorar. Al menos uno de los dos iba a acabar bien la noche.
La imagen de Jin cuando se había separado de él seguía clavada en su retina. Esperaba con todo su corazón estar haciendo lo correcto y que su amor fuese lo suficientemente fuerte.
A veces él mismo pensaba que separarse por una prohibición temporal era absurdo. Estaba seguro de que Jimin y Jungkook seguían follando, aunque no durmieran juntos. Pero en el fondo sabía que había mucho más.
Era la confianza en lo suyo lo que también estaba en juego.
Irónicamente, en estos momentos Namjoon estaba por fin convencido de que Jin lo quería. Él solo esperaba poder estar a la altura.
A pesar de que le dolía la separación, y sobre todo hacerle daño al actor, sabía que esto los haría más fuertes cuando estuviesen por fin juntos. Porque lo estarían.
Namjoon no tenía ninguna duda.
…
En el momento en el que Jungkook había anunciado en su discurso de agradecimiento que el rodaje del día siguiente, que sería ya el último, se pasaba a la tarde por la fiesta sorpresa, los tres decidieron largarse de allí.
Fue graciosa la forma en la que los ojos de Yoongi se abrieron al ver que, en cuanto entraron a la caravana Taehyung y Hobi empezaron a desnudarse.
El productor se quedó ahí plantado junto a la puerta hasta que el idol lo miró. Antes de que la duda pudiese asomar a sus ojos, se quitó la chaqueta que llevaba y la lanzó a un lado.
Tae se echó a reír.
-Creía que íbamos a hablar…
-Y lo haremos – contestó Hobi – Se acercó a él y su tono se suavizó – Esta vez lo vamos a hacer bien. Así que hablar mañana, follar ahora.
Yoongi se unió a las risas de Tae esta vez. Y también a la desnudez de ambos. Los tres ya solo en su ropa interior.
El productor se acercó a ellos y besó al idol, para a continuación besar a Hobi. Ahora que la sorpresa inicial había pasado, quería tomar la iniciativa.
Quería que quedase claro que iba con todo.
Se arrodilló frente a Hobi y empezó a besar su miembro sobre la tela. Curiosamente, fue Tae el que gimió. Yoongi se sintió como un actor porno cuando bajó los calzoncillos de ambos, uno con cada mano, y se quedó ahí, de rodillas en el suelo, masturbándolos hasta que ambos estuvieron completamente duros.
Se le hizo la boca agua. Además, tenía una idea fija en la cabeza.
-Podemos hacer lo que queráis, pero quiero… - miró al coreógrafo a los ojos desde abajo – mejor dicho, NECESITO que me folles tú, Hobi.
El aludido soltó un gruñido y desde su posición, Yoongi pudo ver como su polla daba un respingo. Volvió a mirarlo a la cara, quería que tuviera claro que no había ninguna duda en su petición. Se dio cuenta de que no iba a tener ese problema. Pudo ver perfectamente como la cara amable del coreógrafo se endurecía. Sus siguientes palabras hicieron que todo su cuerpo se estremeciera.
-A la habitación, ya.
Ayudó a Yoongi a levantarse. Su gesto delicado en puro contraste con sus palabras. El productor pensó que Taehyung ya debía estar acostumbrado porque seguía igual de duro y tardó cinco segundos en desaparecer hacia el dormitorio.
Hobi entró y fue directo al baño, pero primero les dejo instrucciones:
-Tae, te quiero en la cama boca arriba. Yoongi, entre sus piernas.
Salió del baño con el lubricante y los condones en la mano y casi se sale del papel al ver la imagen que le ofrecían los otros dos.
El idol había obedecido, su espalda tocando la cama. Yoongi, efectivamente, estaba sobre él entre sus piernas abiertas. Ambos se besaban con desesperación.
Hobi dejó las cosas a un lado y se subió a la cama, colocándose de rodillas detrás de Yoongi. Tae le miró y compartieron un par de gestos que dejaban todo claro. Cuando el idol asintió empezó la verdadera acción.
El coreógrafo cogió el lubricante y se mojó un par de dedos, acarició con los secos la espina dorsal de Yoongi hasta llegar a su entrada muy muy despacio, dándole todo el tiempo del mundo para cambiar de opinión. Cuando el productor se movió para ponerse a cuatro patas y facilitarle el trabajo Hobi pudo sentir su miembro palpitar de nuevo.
-Voy a prepararte y tú vas a preparar a Tae. Y luego te voy a follar, y si haces bien tú parte, a lo mejor Tae también deja que se la metas, pero eso depende de ti.
Yoongi asintió.
-Necesito oírtelo decir, cariño. – La forma en la que Hobi lo llamó le afectó más que las manos que rondaban su culo.
-Hazlo ya, maldita sea – El coreógrafo y Tae rieron ante la urgencia en su voz - ¡Mierda! – gruñó cuando Hobi introdujo uno de sus dedos.
-Yoongi… – rogó Tae con ojos suplicantes y también con un poco de desesperación en ellos.
Se dio cuenta de que quería hacerlo bien. No solo porque quería follárselo, quería hacerlo disfrutar. Lamió sus labios y los ojos de Tae siguieron el movimiento de su lengua. Volvió a sentir esa extraña euforia.
Se acomodó mejor entre las piernas del idol empujando a su vez su culo hacía el coreógrafo. El número de dígitos en su interior ya había aumentado y empezaba a sentir como se abría para él.
Tenía que ponerse las pilas.
Humedeció toda la zona mientras el idol contenía la respiración. Taehyung soltó el aire junto a un juramento cuando la lengua del productor por fin cruzó su entrada.
-Así… muy bien, Yoongi – lo felicitó el coreógrafo. Una especie de calidez recorrió su cuerpo ante el cumplido. Movió su lengua con destreza mientras Tae se retorcía.
El ritmo empezó a acelerarse, cada vez que Hobi introducía sus dedos dentro de él, Yoongi hacía lo mismo con su lengua y un par de dedos que lo ayudaban a preparar a Taehyung.
Yoongi soltó un grito de sorpresa y el idol de protesta cuando Hobi cogió al productor del pecho y le hizo enderezarse, apoyándolo contra su pecho.
-¿Estás listo Min Yoongi?
El productor empezó a asentir, pero Hobi hizo un ruidito desaprobador que le hizo recordar su orden anterior.
-No sé a qué estás esperando.
Chapter 46: Capítulo 45
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
La carcajada de Hobi hizo que Yoongi se estremeciera, sintió frío en la espalda cuando el coreógrafo se alejó de él. Observó cómo se ponía el preservativo y se sentaba con la espalda pegada al respaldo.
No dijo nada, tan solo dio unas palmaditas sobre sus muslos y miró a Yoongi mientras cruzaba los brazos detrás de su cabeza. Su polla completamente hinchada.
El productor sintió como el color subía a sus mejillas por la humillación, pensó durante un micro segundo en rebelarse, pero sabía que su propia erección demostraba que no podía engañar a nadie.
Se arrastró sobre la cama y se subió al regazo del coreógrafo. Hobi no se movió. Yoongi lo miró con los labios apretados mientras llevaba una mano hacia atrás para dirigir el miembro de Hobi a su entrada.
Por orgullo se dejó caer hacía atrás por completo. El gemido de dolor que salió de su boca hizo que Hobi se saliese de su papel por un segundo.
-Mierda ¿estás bien? - sus manos volaron a la parte baja de la espalda de Yoongi, acariciándolo.
Esa vez fue el productor el que no dijo nada, apoyó las manos en los hombros de Hobi y subió para dejarse caer de nuevo, luego otra vez, y otra vez, hasta que notó cómo su cuerpo se amoldaba a la intrusión.
Hobi, que no había apartado las manos de sus caderas, lo empujó hacía él y Yoongi apoyó la frente en su hombro y se dejó hacer. El coreógrafo empezó a profundizar las embestidas mientras Yoongi seguía moviendo las caderas.
Notó que la cama se movía y al instante Tae estaba pegado a su espalda moviéndose al ritmo que Hobi marcaba. Sintió como su dureza se clavaba en su espalda y por un momento pensó que iban a penetrarlo los dos. Su culo se apretó al imaginarlo.
Escuchó el sonido de los besos que estaban compartiendo con él al medio mientras Hobi aumentaba la dureza de sus empellones y supo que no iba a poder aguantar. Y quería follarse a Tae fuese como fuese.
-Venga, Hobi. Córrete, necesito que me llenes... que por fin me marques.
-Yoongi, joder.
La velocidad aumentó todavía más y escuchó al idol gemir, giró la cabeza para ver cómo éste había vuelto a su posición en la cama para tocarse. Su vista fija en donde la polla de Hobi entraba en Yoongi cada vez con más fuerza y precisión.
Empezó a apretar la polla en su interior para precipitar las cosas y en un par de empujones más sintió como Hobi lo alejaba de su cuerpo para besarlo con furia mientras se tensaba y llenaba el preservativo.
Todavía estaba respirando ruidosamente para no correrse cuando notó como Hobi salía de su interior y dio un respingo al notar que tocaban su miembro. El coreógrafo pareció entender su sufrimiento porque apretó la base de su polla mientras le colocaba el condón.
-Si consigues que Tae se corra en menos tiempo de lo que he tardado yo, puede que te deje hacérmelo algún día.
La perspectiva de tener a alguien de naturaleza dominante a su merced le daba morbo, pero tener al idol abierto de piernas para él, esperándolo... le nubló los sentidos.
Casi a ciegas debido a la necesidad volvió a su posición inicial entre las piernas del idol que lo miraba mientras seguía tocándose, no había dejado de hacerlo en ningún momento.
-Tienes que ganar, Yoongi – le dijo Tae, provocándolo – Oh, dios... - gimió cuando Yoongi le metió cuatro dedos para comprobar que seguía preparado. Entraron como la seda.
No perdió más el tiempo. Abrió más las piernas del idol hasta casi tocar el colchón para penetrarlo. En cuanto el calor cubrió su pene, empezó a follárselo de forma salvaje, las manos apoyadas en el colchón a cada lado del cuerpo de Tae para poder empujar con más fuerza.
El idol tuvo que dejar ir su propia polla, pero con la estimulación del roce de sus cuerpos y la forma en la que Yoongi se había dejado hacer por Hobi... no le hizo falta tocarse.
Su culo se contrajo cuando el productor encontró su punto y ahora que tenía el objetivo en la mira empezó a embestir una y otra vez en el mismo lugar mientras Tae movía las manos intentando aferrarse a algo. Hobi lo tomó de la mano mientras se acercaba a él y el idol lo miró con desesperación. Sus bocas se unieron. Hobi lo cogió de la nuca y empezó a devorar su boca y... Tae se corrió sin que nadie tocase su polla.
Antes de que su orgasmo se desvaneciera, escuchó el gruñido de Yoongi y notó el calor de su semen en su interior. Maldito látex. Tomó nota mental de hablar el tema para poder hacerlo a pelo.
Sin saberlo, compartió una fantasía con Yoongi. Necesitaba sentir esas dos pollas llenándolo a la vez, aunque le fuese la vida en ello.
El productor salió de su interior y se tumbó en el hueco que había entre los otros dos ahora que todos habían vuelto a sus posiciones. Hobi sentado con la espalda en el cabezal. Tae exhausto fundiéndose con el colchón. Y él ahí en medio mirando al techo mientras se recuperaba.
Debía haberse quedado dormido porque de repente alguien, creía que Hobi, lo estaba limpiando y lo ayudó a meterse bajo las sábanas. Alguien lo abrazó y por el tamaño supo que era Tae, o sea que sí era el coreógrafo el que lo estaba arropando para deslizarse luego contra él.
-¿Cómo estás? - le susurró de nuevo el Hobi preocupado que había aprendido a amar.
-Agotado - En un impulso se acercó y le dio un beso – Te quiero.
Antes de arrepentirse se giró a toda velocidad e hizo lo mismo con Tae, que ya lo esperaba.
Unos minutos después y sabiendo que era correspondido, Yoongi se durmió entre sus dos amantes.
-Tengo miedo de dormirme y que mañana ya no esté – susurró Tae, alargando su mano en busca de la de Hobi.
-Tae... – el coreógrafo enlazó sus dedos y posó sus manos unidas suavemente sobre la silueta de un supuestamente dormido Yoongi.
-Lo sé, pero…
El productor los sobresaltó a ambos al decir:
-No me iré. Jamás. No mientras me queráis aquí. – puso brevemente su mano sobre las de los otros dos y la volvió a meter bajo las sábanas - Ahora a dormir.
Las risas de Taehyung y Hobi lo llevaron, esta vez de verdad, hasta un profundo sueño.
…
Jungkook despertó en una cama demasiado vacía. Recordó que debido a los idiotas de marketing su novio ya no dormía junto a él.
Arrastró los pies hacia la cocina, todavía medio dormido, pero siguiendo el olor del café recién hecho. “Un momento” pensó. Aceleró sus pasos y lo recibió un sonriente Jimin que lo observaba, apoyado sobre el fregadero y con una taza humeante en la mano.
En ese momento su cerebro le advirtió dos cosas. Una, que había dormido tan bien que había olvidado por un momento que Jimin estaba allí. Y, lo más importante, que al bailarín le quedaba mejor la camiseta blanca que a él mismo a pesar de ser suya.
Su mirada se quedó fija en la piel de los muslos, justo en la zona por donde llegaba la dichosa camiseta. Se preguntó si llevaba ropa interior.
-Mi cara está aquí arriba, Jeon – el aludido tuvo la decencia de sonrojarse, pero, aun así, su mirada recorrió todo el cuerpo del bailarín. La sonrisa de Jimin se amplió - ¿Quieres café?
-Siempre – Se acercó a él y cogiéndolo por la cintura lo subió a la encimera para poder besarlo – Delicioso – dijo al separarse.
Jimin se pasó el pulgar por el labio. Jungkook lo miró. La camiseta se le había arrugado al moverlo. Sus muslos por completo a la vista.
Descubrió que no, el bailarín no llevaba ropa interior.
-No me provoques, Park Jimin.
-¿O qué? – respondió, bajando de la encimera de un salto.
La siguiente vez que Jungkook despertó la cama no estaba vacía. Jimin dormía a su lado, todavía con su camiseta puesta.
Le había pedido que no se la quitase mientras lo hacían.
…
Lo primero que hizo Jin al despertar fue ir al congelador y sacar su mascarilla de gel antiojeras. Se la puso y volvió a tumbarse en la cama. No se había mirado en el espejo, pero había llorado tanto la noche anterior que podía imaginar el aspecto que tendría.
Un rato después cogió su móvil y le dio un vistazo. Nada. Ningún mensaje de Namjoon. Aunque tampoco lo esperaba. Maldito cabezón.
Recordó la conversación con Jungkook en la fiesta y los mensajes que le había enseñado. Se hizo una foto y la subió a Instagram para que “cualquiera” pudiese verla.
Ese pensamiento lo hizo sonreír un poco.
…
Namjoon observaba su rostro demacrado en el espejo, pasándose los dedos por debajo de los ojos como si así pudiese rebajar sus ojeras. De repente pensó que, si estuviese con Jin, este le habría hecho ponerse uno de esos antifaces de gel que guardaba en el congelador.
Mientras se hacía el café cogió su móvil, seguía abierto en el chat con el nombre del actor. Había pensado mil veces durante la noche si debía escribirle, al final optó por no hacerlo. No quería ponérselo más difícil… ni a sí mismo.
Instagram le notificó que Jin había publicado algo, así que pinchó la notificación al momento. Vio que, tal y como recordaba, llevaba puesta una de sus mascarillas.
La foto lo hizo sonreír un poco.
…
Tae fue el primero en despertar esa mañana. Recordó todo lo de la noche anterior y se giró rápidamente. Su corazón, que se había desbocado, se derritió ante lo que vio. Deseó poder acostumbrarse a ello.
Yoongi dormía entre los brazos de Hobi. Su cabeza apoyada en el antebrazo del coreógrafo, acurrucado como si fuese un gatito. La escena le dio envidia. Se pegó a ellos y metió una de sus piernas entre las del productor, pasando entonces su brazo por encima de su cuerpo hasta llegar a Hobi, que al sentir su tacto abrió los ojos.
El idol lo observó sonriendo. Hobi empezó a despejarse y se dio cuenta de la forma en la que Yoongi estaba pegado a él y como Tae se había tenido que acoplar. Adaptarse a una relación a tres no era tan fácil como parecía, pero nadie se quedaría fuera si de él dependía.
Se separó de Yoongi despacio para no despertarlo y una vez estuvo liberado se bajó de la cama y fue corriendo hacia el lado de Tae para meterse en la cama junto a él.
-Estás loco… - le dijo el idol que se había dado la vuelta para abrazarlo.
-Por ti.
-Hoseok – contestó Tae como si le molestara, pero la sonrisa cuadrada en su cara demostraba lo contrario. - ¿Lo despertamos? – señaló a Yoongi con la cabeza.
-Sí, aunque seguro que este pillín ya está despierto. Deberíamos hacerle cosquillas para comprobarlo…
Los ojos de Yoongi se abrieron de golpe.
-¡Ja! – exclamó Hobi escalando por el cuerpo de Tae para llegar al productor musical – Te vas a enterar.
Esta vez, fueron las risas de los tres las que llenaron la habitación.
….
Gong Yoo recibió el mensaje y las fotos que el último de sus espías había hecho: Jimin entrando en la caravana de Jungkook. Maldito hijo de puta.
Había tirado de los hilos de poder que aún tenía para que el jefe del equipo de marketing que iba a publicitar la película de Jungkook exigiera la soltería de los actores principales. Y funcionó. Al menos al principio.
Se las habían ido ingeniando para saltarse las normas. Que si ir con más gente como en la bolera, que si encuentros furtivos… al menos había conseguido que dejase de dormir con Jungkook. Al parecer el final del rodaje los había animado a saltarse también esa norma.
Todo ese tiempo, Park Jimin solo había sido para él un obstáculo a salvar. Alguien a quien utilizar para que Jungkook lo necesitase de nuevo, que volviese a él. Pero empezaba a darse cuenta de que su pupilo no lo olvidaría.
No pasaba nada, ya se le pasaría. Si no podía olvidarlo, por lo que a él respectaba podía llorar durante el resto de su vida, pero había algo que estaba muy claro.
Park Jimin debía morir.
Notes:
Sé que este capi es un poco más cortito, pero disfrutad de la calma antes de la parte final.
Chapter 47: Capítulo 46
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La fase de post producción de una película era la parte que menos le gustaba a Jungkook. No solo porque demasiadas cosas dependían de otras personas, además ahora le estaba haciendo pasar tiempo alejado de Jimin, esta vez de verdad. Ya no era solo que no podían ser vistos en plan pareja hasta después del estreno, sino que además Jungkook tenía tanto trabajo que apenas hablaban porque cuando llegaba a casa estaba agotado. Y el bailarín no quería arriesgarse a otra escapada a escondidas.
La parte positiva era que el director sabía que Jimin estaba disfrutando su tiempo “libre”. En todo lo que le enviaba o publicaba en redes sociales se le veía feliz. Jungkook sabía que no se había saltado la terapia con Seojoon ni una semana. Y luego pasaba el rato con Hobi y Taehyung, ya que Yoongi también estaba ocupado con la parte musical de la postproducción. En ocasiones, se les unían Yugyeom y Bambam. Al parecer ambos habían congeniado con el bailarín.
Jin también se juntaba con el resto algunas veces, aunque estaba ocupado ahora que se había embarcado en una aventura para crear su propia bebida alcohólica. Los vídeos que le enviaba en las diferentes fases de su proyecto hacían que Jungkook llorase de la risa. Lo tranquilizaba verlo mucho mejor que desde que había acabado el rodaje.
Lo que lo llevó a observar a Namjoon, que estaba enfrascado en su monitor con los cascos puestos. No por primera vez deseó que las cosas avanzasen más rápido. Si para él estaba siendo difícil ver las escenas de Jimin y no tenerlo cerca, aún sabiendo que al final de todo el bailarín sería suyo, no quería pensar lo que sentía el productor cuando solo había incertidumbre en su futuro. Aun así, Jungkook apostaba por ellos. Quería a su pequeña familia feliz.
Estaba convencido de que lo mejor estaba por venir.
…
Las últimas semanas Jimin se había sentido como en una película, pero desde ese lado las cosas no eran tan divertidas. Comprobando una y otra vez que nadie lo seguía… dejando pistas falsas en sus redes sobre donde se encontraba… En resumen, viviendo en perpetua paranoia.
Hasta sus escasos momentos de tranquilidad, los mensajes y llamadas con Jungkook, se empañaban debido al hecho de que la mayoría de las veces tenía que mentirle. Esa era la principal razón por la que no accedía a las proposiciones del director de romper las reglas de nuevo y verse a escondidas. Tenía un plan y no quería que Jungkook se viera envuelto en un escándalo si algo salía mal.
Si fracasaba, Jimin podría con ello. Ya estaba acostumbrado.
Entró en la cafetería de enfrente de la consulta de Seojoon. Su turno era el último y sabía que los demás lo estaban esperando. Se habían unido mucho esas últimas semanas de terapia y charlas, se entendían de manera que nadie más podría hacerlo sin pasar por lo mismo que ellos. Pero lo que más los unía era un objetivo común.
La venganza.
Sintió la bilis subir por su garganta. No importaba las veces que hablase con Seojoon de ese tema (aunque su doctor y amigo sabía que se reunían no tenía ni idea de sus planes). El simple hecho de recordar que ese malnacido de Gong Yoo coleccionaba carpetas con vídeos de sus víctimas, de que probablemente existía una carpeta llamada “Park Jimin”, le daba náuseas. Hasta el momento Taemin era el único con el que había conseguido llegar hasta el final.
Que ellos supieran.
-¿Alguna novedad? - preguntó acercándose a Yugyeom para ponerse él también un café.
-Lo de siempre. Me pregunta, le confirmo que seguís separados. Me dice que OK. Y se acabó hasta unos días después.
-No me fío – afirmó el bailarín – Si no tuviese algún informante más te estaría acosando. Tened mucho cuidado.
Yugyeom asintió, pero Jimin podía ver que no estaba convencido. No le había confesado a ninguno de sus amigos la certeza de saber que lo seguían. De sentirse vigilado. No quería preocuparlos de más, pero estaba convencido de que la tranquilidad de Gong Yoo ante la falta de novedades era que ya sabía que Jungkook y él seguían juntos. No importaba, porque Jimin iba a pararlo.
Costase lo que costase.
…
Gong Yoo maldijo entre dientes una vez más a Park Jimin. Otro día más había conseguido dar esquinazo a sus espías. Luego sonrió. En el fondo le daba igual, su instinto depredador lo había llevado a vigilar también al dichoso ayudante de Jungkook. Y no se había equivocado. Esos peleles podían seguir pensando que podían engañarlo.
Mejor. Más fácil sería para él quedarse con Jungkook.
Hacía tiempo que no le apetecía ver videos tan antiguos. Aun así, decidió abrir la carpeta con el nombre del bailarín. Con Park no había conseguido su meta, pero la cara de pánico de Jimin antes de conseguir librarse de él... se la seguía poniendo dura.
No podía esperar a tener algún vídeo así en el archivo con el nombre de Jeon.
…
-No me puedo creer que por fin estemos en la fase final, solo nos quedan los gráficos y podremos tener el tráiler listo en unos días. No aguanto más sin tocarte, Jiminssi.
- Me alegra ver que la distancia no ha acabado con el romanticismo, Jeon.
Jungkook se echó a reír.
-No te lo voy a negar, Jiminssi. También me llenas el corazón, pero el día que te tenga de nuevo para mí más te vale venir preparado porque no pienso dejar de follarte hasta que no puedas andar.
-Jeon... - la protesta de Jimin se pareció tanto a un gemido que Jungkook lo notó directamente en su entrepierna.
-Pero también quiero besarte, abrazarte y dormir junto a ti.
-Oh, Jungkook...
-Y volverte a follar en la ducha por la mañana – lo interrumpió.
El intento de Jimin de mantenerse serio no funcionó cuando Jungkook levantó las dos cejas en su típico gesto supuestamente seductor. Claro que tampoco le pasó desapercibido el gesto del director mientras se ajustaba el pantalón.
-¿Ah sí? ¿Y qué más me harías?
-Jiminssi...
-Director... - contestó en un fingido tono inocente.
-No empieces algo que no puedes acabar.
-¿O qué? - contraatacó Jimin mientras se quitaba el suéter de Chanel que llevaba. Los ojos de Jungkook se oscurecieron al otro lado de la pantalla.
Un rato después cuando Jimin volvió del baño tras limpiarse su propio semen del cuerpo, se encontró a Jungkook dormido frente a la pantalla. La cabeza apoyada sobre sus brazos.
-¡Jeon! - el grito asustó tanto al director que casi se cae de la silla. - Vete a dormir. Ya. - ordenó.
-Pero Jiminssiiii…
-Jungkook, estás agotado. Descansa, por favor.
Ese “por favor” fue lo que hizo que el director desistiese. Suspiró.
-Te quiero.
-No tanto como yo a ti.
-Imposible. Te llamo mañana.
-Perfecto.
-Adiós, amor.
-Adiós, DIRECTOR.
-Maldito...
Jimin rio mientras cortaba la llamada y con ello la protesta de Jungkook. Predeciblemente, su móvil sonó al instante.
Ya verás cuando te pille, Park Jimin.
No puedo esperar, Jeon.
…
-No me puedo creer que por fin haya terminado – Jungkook levantó su jarra de cerveza para que Namjoon y Yoongi brindaran con él.
-Tengo que reconocer que creía que no lo íbamos a conseguir.
-¡Yoongi! – le riñó su amigo.
Jungkook rio mientras Namjoon sacudía la cabeza para acabar riendo también. Era inevitable, estaban felices. Esa misma tarde habían terminado el tráiler de la película. Los productores habían dado el visto bueno y todo estaba hecho.
-¿Qué? Lo hemos hecho, ¿no? Pues eso es lo importante. Por cierto, les he dicho a estos que vengan. Al fin y al cabo, podría ser una reunión laboral.
-“Estos” – repitió Namjoon riéndose – querrás decir tus novios.
-No le hemos puesto etiqueta…
-Yo también le he dicho a MI NOVIO que venga. Sin miedo al éxito – exclamó Jungkook. Ya llevaban un par de rondas y estaba ya un poco alegre.
Extendió la mano y Yoongi se la chocó, sonriendo.
-Como os odio…
-Tranquilo Namjoon, también he invitado a Jin.
-¡Ouch! – Yoongi se rascó donde su amigo le había golpeado por reírse al escuchar a Jungkook.
-Joder, avísame si eso…
-Te lo acabo de decir.
-Ya, pero…
-¡Jiminssi! – el director fue a levantarse para acercarse al recién llegado, pero Jimin le hizo un gesto para que se sentase. El puchero que hicieron los labios de su novio le pareció enternecedor al bailarín.
-He venido con Jin, está aparcando.
-Oh – fue la elocuente respuesta de Namjoon – Voy a por otra ronda.
Se levantó y se marchó a la barra. Necesitaba prepararse mentalmente. No tenía ningún problema con volver a ver al actor. Sin embargo, las mariposas en su estómago no lo tenían tan claro. Estaba jodido.
-Hey.
-Jinnie… - lo miró, pero apartó la mirada enseguida.
-Si tienes algún problema con que esté aquí puedo marcharme. Sé por Jungkookah que ha sido un proceso duro y merecéis celebrar.
El productor no dijo nada. Jin suspiró y se dio la vuelta para marcharse. Solo entonces, Namjoon reaccionó y lo cogió del brazo.
-No, espera. Soy un idiota. Quédate.
-No quiero…
-De verdad, Jin. Quédate. ¡Camarero! ¡Dos chupitos aquí!
Cuando volvieron a la mesa Tae y Hobi ya habían llegado. Solo quedaban dos taburetes juntos. Namjoon miró a Yoongi de reojo y este se encogió de hombros. Si no hubiese vuelto a chocar las manos con el director al minuto siguiente, Namjoon podía haber pensado que era una coincidencia.
Una ronda después Jungkook recibió una llamada que lo hizo salir del bar. Cuando volvió, estaba mortalmente serio.
-Cariño, ¿qué pasa? – Jimin se había preocupado tanto al ver la expresión en la cara de su novio que había olvidado mantener las apariencias.
-Tengo algo que deciros. A todos.
Echó un vistazo alrededor de la mesa y vio la preocupación en la cara de sus amigos.
-¡En dos semanas estrenamos!
“¡Vete a la mierda, Jeon!” “¡Joder que susto!”
Las reclamaciones y los insultos le llegaron a Jungkook a la vez, sin saber muy bien de quién venían. Le daba igual. El momento de la verdad había llegado. Fracasaría o conseguiría culminar el sueño de su vida: ser un director de prestigio. Fuese como fuese, su “bebé” iba a ser presentado en sociedad.
Black Swan, JK´s version, por fin estaba lista.
…
Esa misma noche se recibieron varios mensajes al respecto.
Por supuesto, Gong Yoo fue informado de las novedades, aunque tenía cero interés en el estreno de la película, más allá de los medios que controlaba y que ya sabía, sin ver nada, que darían una mala crítica.
De hecho, le apetecía darle a Jungkook ese día de gracia. Un día para despedirse de la vida tal y como la conocía. Cuando todo se fuese a la mierda, su pupilo volvería con el rabo entre las piernas y él volvería a tener todo el poder. Park Jimin habría desaparecido y todo sería de nuevo perfecto.
Kim Yugyeom recibió dos mensajes sobre la fecha del estreno.
Uno de Jungkook dándole la noticia y pidiéndole concertar citas para todos para el tema del vestuario. Y el más importante, uno de Jimin, que era bastante más escueto, pero que aún no sabían que cambiaría el futuro de todos.
Tras el estreno actuamos.
Habla con Yoo.
Chapter 48: Capítulo 47
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El vehículo que lo llevaba al estreno frenó y se podían oír los murmullos en el exterior, pero Jungkook se quedó sentado. Sabía que no debía bajar hasta que lo avisasen. Se había negado a realizar un preestreno (no quería que nada se filtrase) así que habría mucha prensa, aunque solo fuese por el morbo.
El día había llegado y Jungkook no tenía claro si estaba nervioso o no. Racionalmente, la suerte estaba echada. Si había algo que tenía claro, era que Park Jimin iba a enamorar al público. Como lo había hecho con él. Pero, si era sincero consigo mismo, le preocupaba que no se recibiesen buenas críticas y su equipo lo terminase pagando. El bailarín incluído.
Pensó en él. Ni siquiera podían estar juntos en la alfombra roja ya que Jimin tenía que llegar con el resto de los protagonistas. No le había querido enviar ninguna foto de su look y el modista tampoco había soltado palabra, Jimin ya lo había aleccionado. Al menos la tortura de esas semanas separados por fin iba a terminar.
Jungkook no podía esperar a tenerlo a su lado.
…
Jimin estaba extrañamente tranquilo. Taehyung, sentado a su lado, lo miraba de reojo y el bailarín no pudo evitar sonreír. Tenía al mejor chingu del mundo.
-Taetae, estoy bien. De verdad – el idol se sonrojó al saber que lo habían pillado.
-¿Seguro?
* Unas semanas antes*
- A la de 3 salimos – gritó Tae desde su probador. – 3… 2… ¡Tada!
Se asustó en cuanto saltó del probador y vio que Jimin no había salido. Llevaba mala cara desde que habían llegado al modista. No había querido agobiarlo de más y no había preguntado, pero el idol tenía claro hacía tiempo que algo pasaba.
Su soulmate llevaba días como distraído, siempre mirando hacia atrás todo el tiempo. No había querido presionarlo porque todo parecía ir bien. Se había equivocado.
Abrió la puerta del probador donde estaba su amigo y lo encontró en el suelo con la cabeza entre las piernas intentando respirar. Las manos en sus rodillas apretaban tan fuerte que los nudillos estaban blancos. Surcos de lágrimas silenciosas en sus mejillas.
-¡Jimin! – gritó para sacarle del trance – Mírame, Min, vamos.
Sintió alivio cuando el bailarín levantó la cabeza y sus ojos cristalinos se fijaron en los suyos. Lo cogió de las manos para evitar que siguiese haciendo fuerza y lo apretó un poco para darle apoyo.
-Venga, como ya sabes. Inhala. Exhala. – apoyó una de las manos de Jimin en su pecho – Sigue mi respiración. Inhala. Exhala. Inhala… muy bien – añadió al notar que el otro se relajaba. No había sido de los peores.
De todas formas le costó unos minutos respirar con normalidad y dejar de llorar. Tae no dijo nada. Solo siguió a su lado hasta que Jimin se tranquilizó por completo.
-El traje – dijo por fin el bailarín levantándose de golpe. Se tambaleó.
-Hey, tranquilo – Tae lo hizo salir del probador y sentarse en uno de los sofás de la zona de espera.
El director no había escatimado en gastos y además de que el lugar era confortable, tenían toda la zona para ellos. Era una suerte, porque Jimin siempre se quedaba agotado después de sufrir un ataque de ansiedad.
-¿Tienes tus pastillas?
-No las necesito. Estoy bien.
-Jimin.
-Tae, en serio. Estoy trabajando con Seojoon en reducirlas. Es solo que no he dormido mucho estos últimos días para poder hablar con Jungkook cuando llega.
-Ahora mismo le digo que te deje descansar y que… - exclamó mientras sacaba su móvil.
-Tae, no. Me llama porque yo se lo pido, además son los únicos momentos que tenemos hasta el estreno. No me lo quites.
No era mentira del todo. Sí que se acostaba tarde por quedarse a hablar con el director, pero no tanto como para no descansar. Sabía muy bien que sus nervios y agotamiento venían del miedo y la tensión que acompañaban a su plan para atrapar a Gong Yoo.
Al igual que con Jungkook, no quería que sus amigos lo supiesen.
Aun así, supo que Tae había terminado hablando con él porque el director no paraba de insistirle en cortar antes las llamadas y de mirarlo preocupado.
Menos mal que faltaba poco para el estreno.
***
Jimin salió de su recuerdo para contestar a un todavía preocupado Tae.
-Lo prometo – sacó su dedo meñique. Taehyung lo enlazó con el suyo durante unos segundos, sonriendo.
-Jungkook va a alucinar cuando te vea.
-Más le vale.
El idol pareció quedarse satisfecho ya que las arrugas entre sus ojos habían desaparecido. Jimin se recostó en el asiento y cerró los ojos.
No podía esperar a tener a Jungkook a su lado.
…
Jin no estaba para nada nervioso. Al menos por sí mismo. No era su primera película, ni siquiera su primer protagonista. Este era el mundo en el que más cómodo se movía.
Pero el estreno sí era especial, porque la película lo era. No solo porque se había unido mucho más al director de la misma (la conexión que sintió aquella primera vez cuando era un tímido ayudante con ojos de cervatillo había demostrado ser firme) si no porque lo había llevado a enamorarse de Namjoon.
Esperaba que el encuentro con el productor fuese agradable y pudiesen hablar. Después de la noche final de post producción se habían enviado algún que otro mensaje. Superficiales y sin nada personal que los pudiese llevar al tema tabú, pero que a Jin lo habían convencido de que Namjoon era su persona. Sin lugar a dudas.
Apreciaba su preocupación por su carrera, pero daría lo que fuese por haber podido cruzar esa alfombra roja con él a su lado. Demostrarle que no le importaba nada más que ellos. Juntos.
Una vez más recordó las palabras de Jungkook y pensó que el director tenía razón. Todo iba a salir bien.
* Unas semanas antes*
- De rojo Jungkookah ¿en serio? - El director rodó los ojos ante su pregunta.
- Ya te dije que lo ha elegido Jimin.
-Awww – se burló el actor – ¡Ouch! – se frotó el brazo donde Jungkook lo había golpeado.
- Al menos no voy a ir de un aburrido negro como otro que yo me sé.
- El negro siempre es elegante.
- Sobre todo a cierta edad – murmuró el director mirándose en el espejo.
- ¿Qué has dicho?
- Nada, nada – Jungkook levantó las manos en señal de rendición mientras ambos reían.
- En realidad solo me da envidia que tengas a alguien con quien compartir el estreno.
-Jin…
- Ya, ya. Lo hace porque me quiere bla bla. Pues yo lo quiero a mi lado y ya está. Me da igual lo demás – sabía que sonaba como un quejica, pero no podía evitarlo.
- Jin, en serio, estoy seguro de que todo va a ir bien. La película va a ser un éxito. Yo me voy a casar con Jimin y tú vendrás con Namjoon de pareja al banquete.
El actor se echó a reír.
-¿Te imaginas que te acabas casando con Jimin?
-Nah…-
Esa vez los dos soltaron una carcajada. Aun así, Jungkook se dio cuenta de que su amigo no estaba del todo tranquilo. Lo entendía.
-Además – añadió – Cuando te va en esos pantaloncitos de cuero. ¡Ñam! – Le dio una palmada en el culo y echó a correr. El actor salió en su búsqueda segundos después.
Y así los encontró el modista cuando entró para ver que todo estaba bien. Dando vueltas a uno de los sofás mientras reían a carcajadas. La escandalosa risa del actor rebotando por toda la sala.
Justo lo que Jungkook pretendía.
***
Jin respiró hondo y salió del coche. Pasase lo que pasase iba a dar su mejor cara. Por él, y por el director.
Era lo que se hacía por los buenos amigos.
…
-A ver que me quede claro – comentó Namjoon visiblemente molesto – Cada vez que nos juntemos voy a tener que presenciar esto ¿verdad?
Yoongi y Hobi tuvieron la decencia de lucir avergonzados. Claro que el productor solo se dio cuenta de ello porque por fin habían dejado de besarse.
-Perdón, Nam – dijo Yoongi, aunque estaba claro que no lo sentía. Para nada.
El coreógrafo, sentado a su lado, se echó a reír y se sentó un poco más recto. Un gesto de tregua para Namjoon, de quien estaban seguros que todavía no había borrado de su memoria el día que coincidió con los tres en el modista.
* Unas semanas antes*
- Joder Namjoon. Estás muy alfa, eh.
El aludido miró a su amigo a través del espejo de cuerpo entero en el que se estaba mirando. La verdad es que se veía bien.
-Te he dicho mil veces que dejes de entrar en ao3 Yoongi, y menos aún a los fics abo.
-Nunca – exclamó su amigo con tono ofendido.
-¡Eh! Deja de meterte con mi omega – Aportó Hobi saliendo de su probador.
-¿Tú también? – Namjoon sacudió la cabeza, sonriendo.
Se dio cuenta de que ya no lo estaban escuchando. Yoongi miraba al coreógrafo, que lo miraba de vuelta. Ambos se escaneaban los cuerpos de arriba abajo.
-Esto… voy a ver si encuentro algún cinturón – Como esperaba, nadie le contestó.
-Hobi. Wow. Estás…
-¿Alfa? – Yoongi le sonrió.
-Pero alfa en plan jefe de la manada.
La sonrisa de corazón se amplió en la cara del coreógrafo aún más. Se acercó a Yoongi y lo cogió por la cintura, uniendo sus bocas.
-Tú también estás espectacular. Si alguien puede hacer sexy el color marrón, ese eres tú Min Yoongi.
-¿Crees que me dará tiempo a chupártela antes de que vuelva Nam?
-No.
Yoongi lo miró con cara de susto. La boca de Hobi no se había movido. Oyeron un carraspeo y salieron de ese momento de confusión al ver a Tae en la puerta de la sala.
-Así que ¿jugando sin mí?
-Solo porque no estabas – respondió Yoongi.
-¿Qué haces aquí? – Tae alzó una ceja – Solo pregunto porque creía que estabas con Jimin… - añadió Hobi.
-Hemos tenido que irnos a casa antes y me ha insistido para que lo dejase solo – se acercó para darle un pico.
La cara de Hobi se ensombreció, sabía perfectamente lo que eso quería decir. Lo único bueno era que si Tae había accedido a irse, era que no había sido de los malos. Algo era algo.
-Bueno – fue hacía Yoongi y lo besó también - ¿Podemos seguir por donde estabáis?
El coreógrafo volvió a relajarse y sin decir nada más se dirigió al sofá de la sala de pruebas y se sentó. Miró a Yoongi mientras se bajaba la cremallera de su pantalón.
-Si ensucias mi traje, no te dejaré correrte.
-Joder Hobi – gruñó Tae.
-¿Y bien? – retó el coreógrafo.
Yoongi fingió que se lo pensaba: -Reto aceptado.
Las piernas de Hobi se abrieron por reflejo en el mismo instante que el productor se arrodilló ante él. Yoongi se lamió los labios y el coreógrafo repitió el gesto, mordiéndose el labio cuando las manos del otro se posaron en su miembro ayudándolo a terminar de endurecerse.
Miró a Tae que se subió al sofá a su lado, pero de rodillas. Lo cogió de la nuca y lo besó, recorriendo cada hueco con su lengua. Solo lo dejó ir para dejar escapar un gemido cuando, por fin, Yoongi se lo metió en la boca.
Una de sus manos voló al pelo del productor mientras la otra se mantenía en la nuca de Tae que lo estaba besando de nuevo. Las mantuvo ahí sin hacer nada más. Dejándolos llevar el control. Dejándose hacer.
Poco a poco Yoongi empezó a aumentar la velocidad de sus movimientos, repartiendo la humedad. El productor mantenía una mano aferrada a la base de su polla, Hobi suponía que era para conseguir no manchar el pantalón.
Su atención se dividió entre la sensación de humedad y calor de la boca de Yoongi sobre su miembro y los besos y lametones de Tae que se había refugiado en su cuello. Se dio cuenta entonces de que el idol se estaba masturbando.
-Joder… - gruñó echando la cabeza hacia atrás para darle más espacio a Taehyung.
-Mmh – murmuró Yoongi, dejándolo ir para lamer todo su pene y recolectar la saliva, estaba siendo muy cuidadoso.
El idol se agachó y Hobi pudo ver cómo empezaban a enrollarse con su polla como testigo. No pudo evitar mover la pelvis. Yoongi y Tae compartieron una mirada y empezaron a chupársela. A veces rozaban sus lenguas, otras veces no, pero la imagen por sí sola era demasiado para el coreógrafo. Los lametones se convirtieron en succión, la succión en presión y sintió que se correría en segundos.
Tiró del idol hacía arriba y antes de que este protestara lo hizo tumbarse sobre él y empezó a masturbarle, su polla aún medio erecta.
-Yoon… - advirtió y vio como éste se movía, aún de rodillas, para colocarse mejor – Joder, joder…
Yoongi se lo tragó todo. Sin derramar ni una gota. Eso fue lo primero que notó Hobi al recuperarse de su orgasmo. El productor se levantó, limpiándose la comisura de los labios, su erección prominente en el pantalón marrón claro.
-Tae – volvió a meneársela. Lo había dejado a medias al correrse – Yoongi lo ha hecho muy bien. Es tu turno.
El idol hizo una señal con el dedo para que Yoongi se acercara a él. Se sentó sobre sus propias piernas en el sofá y así la altura era perfecta. Desabrochó los pantalones y le bajó la ropa interior, manchada ya de humedad, y se lo metió en la boca.
Yoongi gimió. Hobi se movió y se colocó para llegar al miembro de Tae con más fuerza. El idol dijo algo que vibró en la polla de Yoongi y a partir de ahí todo fue un caos de gruñidos, ruidos y velocidad varios hasta que…
-¿Qué os parece este cint… ¡Mis ojos!
Hobi apretó la polla de Tae del susto, haciendo que éste gritase sobre la de Yoongi. Éste se corrió sobre su cara cuando se alejó de él para alcanzar también el orgasmo cuando el coreógrafo aflojó su mano.
Se miraron. Hobi con la cremallera bajada y su polla ya flácida a la vista. Yoongi con los pantalones y calzoncillos por los tobillos y Tae con semen del productor hasta en las pestañas.
Cuando dejaron de reírse, Namjoon ya no estaba.
Chapter 49: Capítulo 48
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Jungkook ya llevaba un rato ultimando detalles cuando Hobi, Namjoon y Yoongi llegaron al evento. El director los observó. Namjoon había optado por la elegancia clásica, look total black con suéter de cuello alto metido en el pantalón de vestir y un cinturón sencillo. Estaba muy elegante. En algún universo alternativo a Jungkook no le hubiese importado tener algo con Nam. Incluso lo habría dejado llevar las riendas, ser el líder. Sacudió la cabeza para quitarse esos extraños pensamientos.
Yoongi y Hobi no podían hacer más contraste. El primero con un traje marrón y camisa del mismo color, solo alguien con esa percha podía hacer sexy un look así y aprobar. Yoongi había sacado matrícula. Y el coreógrafo, bueno, Jungkook sabía bien cómo se podía mover ese pequeño cuerpecillo, y el traje con estampado multicolor que llevaba lo hacía parecer aún más dominante que cuando transformaba su sonrisa de corazón en furia y reñía a sus bailarines por equivocarse.
“Joder Jeon que gay eres” pensó, riendo al darse cuenta del repaso que les había dado a todos.
Se saludaron y, antes de que ninguno de los recién llegados pudiera preguntarle al director porqué estaba colorado, los murmullos aumentaron y el ruido de los flashes se hizo ensordecedor.
-¡Es Kim Taehyung! – gritó alguien. El idol tenía un fandom enorme y muchas personas se habían acercado allí solo por él. Al fin y al cabo, era su primer trabajo como actor.
A pesar del caos que lo rodeaba, Jungkook ya no escuchaba nada. Bueno, solo el latido de su propio corazón.
Park Jimin acababa de bajar del coche detrás de Tae, sonriendo. El director pudo ver que estaba nervioso, lo notaba, pero también observó cómo el bailarín levantaba la barbilla y se acercaba hacia ellos caminando con la misma soltura que si estuviese en un desfile de Dior. Ahora entendía por qué no le había dejado ver su traje. El del bailarín era azul, pero era obvio que era el mismo corte que su traje rojo. Además, por si había alguna duda, el pañuelo de seda en el bolsillo de la chaqueta de Jimin estaba decorado con los dos colores juntos.
Cuando pasaron la multitud de gritos y fotos sin decir nada, Jungkook les hizo señales a todos para ir a la parte reservada antes del photocall.
En cuanto la puerta se cerró se abalanzó sobre Jimin y lo besó con pasión. El bailarín tardó un nanosegundo en aferrarse a su cuello y responderle con la misma fuerza.
Yoongi miró a Namjoon, que había bajado la mirada al ver la escena y cuando este lo miró de vuelta le dio casi el mismo consejo que le había dado su amigo para la fiesta de fin de rodaje:
-Nam. Es tu momento.
El productor recordó la letra de su última canción, que le había enseñado a su amigo hacía unos días y supo que tenía que hacer algo. Su mente repetía dos cosas en bucle. “I live so I love” y “Jin”.
* Unos días antes*
Namjoon estaba en su estudio cuando su amigo llamó a la puerta. Le extrañó. Yoongi nunca lo hacía. Se levantó y abrió de golpe:
-Qué?
-¿Ves, Nam? Si llamas antes de entrar no te encuentras sorpresas.
-Te odio.
-Yo más – Yoongi vio que el equipo estaba en marcha - ¿En qué trabajas?
-Oh, nada – el productor se rascó la nuca.
-Sure, jan. Venga, enséñame.
Namjoon se resignó y decidió ponerle el trozo que había estado grabando, aún sin pulir:
What if I go?
If I go, would you be sad?
If I wasn't me, what would I be?
Do you think you'll leave me after all?
I live so I loveI live so I love
(Live & love, live & love)
(Live & love, live & love)
I live so I loveI live so I love
(Live & love, live & love)
(If it's love, I will love you)
-Estamos bien pillados eh.
-¡Cállate! – bufó Namjoon.
Yoongi se sentó junto a él, su expresión seria. Era un poco hipócrita lo que le iba a soltar, pero le dolía ver a su amigo sufrir de esa manera.
-Namu. Soy la persona que más te conoce. Llevamos viviendo juntos muchos años. Te conozco. ¿Por qué te haces sufrir así? Y a Jin. ¿Por qué os haces esto? Te quiere, tú lo quieres. ¡A la mierda la prohibición!
-Es muy fácil hablar…
-Lo mismo te decía yo cuando me dabas la charla con Tae y Hobi. Y mírame ahora.
-¿Quieres que vuelva con Jin para que me la chupen mientras me pruebo trajes?
Namjoon no pudo evitar unirse a la carcajada de su amigo.
-Quiero que seas feliz, Namjoon. Y que dejes de perder el tiempo antes de que sea tarde. Habla con Jin. Sé perfectamente que le da igual todo el rollo de los productores porque lo ha dicho en mil ocasiones, pero tiene miedo de acercarse a ti y que lo vuelvas a rechazar. Simplemente, haz lo que sientas.
***
Las últimas palabras que le había dicho Yoongi se adueñaron de sus pensamientos mientras volvía a recorrer todo el camino hacia donde las limusinas aparcaban. Al llegar allí empezó a mirar a todos los lados en busca de... vio a Yugyeom con un pinganillo en la oreja señalándole un coche. Vio que alguien iba a abrir la puerta y dio unas últimas zancadas para llegar a su altura.
.Namjoon – Los ojos de Jin se abrieron como platos cuando bajó del coche y se encontró al productor esperándolo.
Cuando este se puso delante suya y le tendió la mano su corazón empezó a latir desbocado dentro de su pecho.
.Namjoon – Repitió con la voz quebrada. Sus ojos se empezaron a humedecer.
Era lo último que quería el productor.
-No, no, por favor. No quiero verte llorar más – Le cogió la cara con las manos y limpió con el pulgar una lágrima solitaria que había conseguido escapar.
-¿Esto es real? – comentó el actor. A Namjoon se le rompió el corazón.
-Hablaremos luego, te lo prometo. Ahora es vuestro momento y cuando todo acabe voy a seguir aquí. Esperándote.
-Y sí…
-Jin. Te quiero. Te juro que voy a estar aquí. Por ti. Por nosotros. Ahora sí.
-Si no quieres que llore lo estás haciendo muy mal…
Namjoon sintió su corazón calmarse un poco ante la pequeña sonrisa del actor. Se iba a ocupar de que esa preciosa cara no volviera a entristecerse por su culpa.
Antes de que pudiesen decirse nada más, parte del equipo llegó para llevarles hacia la zona de photocall, había llegado el momento de que los actores posaran juntos.
…
-¡Por aquí! ¡A la derecha! ¡Mirad hacia aquí, por favor! ¡Aquí, Aquí!
-¡Seokjin! ¡Taehyung! ¡Park Jimin!
Eso era lo único que los tres protagonistas escuchaban mientras posaban ante el enorme photocall con la foto de la portada de la película. La silueta de Jimin con las alas negras abiertas. Plumas del mismo color volando a su alrededor.
Jin lanzaba besos voladores y Tae parecía sacado de un video clip. Pero Jimin… Jimin estaba abrumado.
Miró hacia uno de los laterales buscando a Jungkook y notó que éste también lo estaba observando (el director no le había quitado la vista de encima). En el momento en que sus ojos se encontraron, Jimin sintió que se tranquilizaba, por suerte, no tenían que contestar a ninguna pregunta hasta después de la proyección de la película.
Respiró hondo y volvió la vista al frente. Sintió que Tae chocaba su hombro contra el suyo y se sonrieron al mirarse. Se sintió aún más arropado y siguió posando sin perder la sonrisa.
Un poco después Jungkook se unió a ellos y los flashes se volvieron locos nuevamente. En teoría el director debía colocarse al final, junto a Jin, sin embargo, se colocó entre éste y el bailarín.
Si alguien todavía albergaba alguna duda sobre si los rumores de que estaban en una relación o no eran verdad, se disiparon en el momento en el que Jungkook y Jimin compartieron una mirada.
Felices los cuatro, posaron unos minutos más hasta que Jungkook se disculpó, anunciando que debían ir entrando a la sala para la proyección de la película.
El director cedió el paso a sus actores y al instante Jimin sintió la mano de Jungkook empujarlo suavemente desde la parte baja de su espalda. Deberían preocuparle las consecuencias, pero en ese instante se dio cuenta de que le daba igual si los de marketing le echaban la bronca.
Lo aguantaría si con eso podía seguir teniendo a Jungkook cerca.
…
En cuanto pasaron a la zona privada reservada al personal de la película, Jin buscó a Namjoon con la mirada. Tenía algo en mente, pero primero necesitaba asegurarse de que el productor estaba de acuerdo.
-Hey, Nam – Se acercó a él despacio. Tenía miedo de que a pesar de todo volviese a rechazarlo.
Namjoon se dio cuenta de inmediato al ver su expresión y acortó rápidamente la distancia entre ellos.
-Jin. Antes no he tenido tiempo de decírtelo, pero estás espectacular.
-Dime algo que no sepa – bromeó el actor. Era algo tan de él que Namjoon no pudo evitar reír. - ¿Significa eso que te vas a sentar conmigo durante la película? –
Jin malinterpretó el silencio del productor como un rechazo. Bajando la cabeza, se apresuró a añadir:
-Olvídalo. No sé por qué lo he dicho. Es solo que…
A Namjoon se le encogió el corazón al ver a alguien con la confianza de Jin volverse tan inseguro. Era todo por su culpa.
-Jin...
-Sabía que Yoongi se iba a sentar con Tae y Hobi. Por eso te guardé un sitio, por si acaso. – añadió.
-¿Sabías que iba a buscarte?
-No – respondió el actor de inmediato – pero tenía la esperanza.
Al ver que Jin tenía intención de alejarse de él, Namjoon lo cogió de la barbilla haciendo que no tuviese más remedio que mirarlo. Y se acercó, despacio, dándole margen para alejarse.
No lo hizo.
-¿Y qué pasa con la prensa y todo lo demás? – Murmuró sobre su boca.
-A mí no me importa – susurró Jin de vuelta – Pero no pasa nada, podemos ser solo dos compañeros de peli…
Sus labios se unieron por fin y un coro de silbidos y ruidos varios se creó a su alrededor. En el momento en el que Namjoon sintió como el actor sonreía contra sus labios, sintió que el universo había girado de nuevo colocándolo todo en su lugar. Donde debía estar.
-Siento interrumpir – Jungkook les dio unas palmaditas en la espalda – pero tenemos que entrar a la sala ya.
Reluctantes, se separaron y lo obedecieron. Lo que el director aprovechó para acercarse a Jin y decirle:
-¡Yuju! Se acabaron tus lloriqueos por Namjoon.
-Serás…
Solo vio la espalda del director alejándose, pero supo que el muy niñato estaría sonriendo. No le importó porque él también lo estaba haciendo. Por fin.
…
Antes de sentarse, Jungkook dio un vistazo a la primera fila y sintió ganas de llorar.
Esa película siempre había sido su sueño, pero no habría sido posible sin todas esas personas que habían dejado, literalmente, sangre, sudor y lágrimas para que saliese adelante. A pesar de la emoción no pudo evitar sonreír al ver a los que ya consideraba casi familia, todos juntos.
Yoongi, quien protestaba porque había cometido la locura de sentarse entre Taehyung y Hobi, y ambos querían tomarle la mano, pero a quien la sonrisa delataba. Jin y Namjoon, cuya reconciliación había sido para él un regalo inesperado, haciendo lo propio, aunque sus manos se mantenían unidas sobre el regazo del actor. Y el más importante, Jimin. Quien lo distrajo haciéndole señas para que fuese ya a sentarse con una cara que suponía que quería parecer severa pero que al director le parecía adorable.
Mientras se acercaba al bailarín pensó en cómo le gustaría parar el tiempo en ese mismo momento. El éxito o el fracaso estaban a dos horas de distancia para él. Pero, no por primera vez, pensó que fuese como fuese la taquilla de la película, Jimin iba a despuntar.
La confirmación de que no había marcha atrás para su corazón fue el darse cuenta de que eso era lo que realmente le importaba.
Chapter 50: Capítulo 49
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Silencio. Eso fue lo que podía escuchar Jungkook cuando los títulos de crédito empezaron a rodar en la gran pantalla. Y de repente, un sollozo. Jimin. Se sentía en un capítulo de Teen Wolf mientras se giraba a mirarlo, todo pasaba como a cámara lenta.
Aplausos. Eso fue lo que rompió la extraña nube en su cabeza. Y de repente, un empujón. Jimin. Quien lo instaba a ponerse de pie para recibir la ovación. Durante unos segundos su deseo se cumplió y el tiempo se paró. Sintió vergüenza ante la atención.
¿Les había gustado? ¿Su película? Llevó una mano a su corazón, que latía desbocado y se inclinó para hacer una reverencia, y otra, y otra, hasta que las había dirigido a cada parte de la sala. Era como se sentía. Agradecido. Las lágrimas ya corrían libres por su cara, pero le daba igual.
..
Lo que es la vida, pensaba el director mientras apretaba los dientes para no hacer ruido. Un minuto estabas de pie delante de un montón de personas y al siguiente estabas a punto de correrte porque tu novio te la estaba chupando en uno de los cuartos de baño del cine.
-Joder, Jiminssi… No puedo más…
Sus palabras solo hicieron que el bailarín ahuecara aún más las mejillas aumentando los movimientos de su cabeza hasta que sintió como Jungkook se corría. Su director se lo merecía.
Se levantó limpiando una gota de semen de la comisura de sus labios sonriendo ante la expresión exhausta de Jungkook. Cuando este hizo ademán de tocarlo, negó con la cabeza.
-Hoy es tú día Jeon. Además, la prensa te espera. Y ahora ya estás relajado.
Y lo dejó allí, con el culo al aire mientras recuperaba el aliento. Las palabras del bailarín resonando en su cabeza.
Al salir de la sala todo el cúmulo de emociones lo había asaltado. Se sentía arrastrado por una espiral de pensamientos hasta que Jimin lo había arrastrado al baño. Se había arrodillado ante él y le había sacado del huracán con su boca. Esa maldita boca del mal.
Le devolvería el favor esa misma noche.
…
Cuando llegaron a la zona preparada para la rueda de prensa Jin todavía no había soltado su mano. Había mucha prensa y Namjoon intentó soltarse. No porque le importase que los vieran, sino porque no quería robarle el protagonismo a Jin. El actor no se lo permitió.
Las fotos empezaron de nuevo y el productor deseó poder hacerse más pequeño. Volvió a intentar soltarse cuando escuchó:
-¡Seokjin! Tú solo, por favor.
-No pienso soltar a mi novio, lo siento.
El ruido generado por Namjoon al contener el aliento fue audible por encima de los clicks de las cámaras de fotos y las preguntas de algunos periodistas pidiendo más detalles.
-Así que tu novio, ¿eh? – le susurró.
-Sí, ¿no?
-Una y mil veces sí – Jin sonrió – pero todos nos están mirando. Esta me la vas a pagar Kim Seokjin.
Por suerte para el actor, los de la prensa pensaron que su sonrojo y las prisas por colocarse en su lugar, eran por la sorpresa.
Namjoon se sentó junto a Yoongi y Hobi en el momento justo en el que Taehyung y Jimin entraron a la sala. Las luces de los flashes volvieron a la vida.
El bailarín también parecía estar colorado y los tres amigos compartieron una mirada cuando el director entró y si lo conocías un poco no había más que verlo para saber que algo había pasado entre ellos.
-De verdad, son insaciables – comentó Hobi.
-El que fue a hablar – soltó Namjoon.
Algunos miembros de la prensa se giraron para ver de dónde venían las risas.
-Shhh, que va a empezar – sentenció Yoongi para conseguir que se callasen.
..
Las preguntas volaron y, aunque Jungkook respondió a la mayoría, el turno de los actores llegó antes de lo esperado. Obviamente, habían advertido que no aceptarían preguntas sobre la vida privada, pero el pequeño acto de Jin y su novio casi desconocido hizo que se abriese la veda y los periodistas se sintieran valientes.
-Jimin, ¿Qué hay de los rumores de qué sustituiste a Lee Taemin como protagonista por tu romance con el director?
Antes de que el bailarín pudiese abrir la boca para responder, la voz de Jungkook resonó en la sala:
-Siguiente pregunta, gracias.
-Park Jimin, ¿Qué hay de tu denuncia hace 10 años? ¿Estás en esta película por venganza o…
-Es la última pregunta sobre la vida personal que permito. Aunque, por supuesto, no la vamos a contestar. Si no tienen más cuestiones sobre lo que importa de verdad, la película, podemos dar por concluida la rueda de prensa.
El director lo había pronunciado como si tuvieran opción, pero no la dio. Se levantó en cuanto terminó de hablar e hizo caso omiso a las numerosas preguntas y voces que empezaron a alzarse. Conscientes de la situación, todos los demás se levantaron para seguirlo. Jungkook tuvo que aguantarse para no coger a Jimin y sacarlo de allí cuando vio que les hacía una reverencia de despedida.
-Jiminssi, ¿estás bien? – le puso las dos manos en la cara para mirarlo a los ojos en cuanto estuvieron en la zona privada de nuevo.
-Jungkook, ya lo esperaba. De hecho, esperaba que fuese aún peor.
-Pero…
-Estoy bien, de verdad. – le dio un corto beso. El director no parecía totalmente convencido – A ver, no voy a decir que no me duele un poco, pero sé cómo es la prensa y cómo buscan pincharte. Estoy contigo y tu película ha sido un éxito. No nos lo van a estropear.
-Joder Jimin, no sabes cuánto te quiero.
-Oh, me hago una idea, Jeon. Porque yo te quiero más. ¿Nos vamos? Creo que me debes algo...
Jimin se alejó hacia la zona donde estaban los coches. Jungkook reconocería su contoneo en cualquier parte y se daba perfecta cuenta de cómo estaba exagerando el movimiento de sus caderas. Maldito Park Jimin. Se apresuró a correr tras él.
..
-No pienso sentarme en el medio – protestaba Yoongi.
-¡Pero tú eres el más chiquitín!
-¡Hobi es más pequeñajo que yo! Deberías sentarte TÚ en el medio que eres el gigante.
-¡Hey! - protestó el coreógrafo. Ambos lo ignoraron.
-Está bien – Taehyung se rindió.
Sonriendo, Yoongi se metió en el coche. Hobi y el idol cruzaron una mirada. Si el productor creía que podía ganarles, estaba más que equivocado.
…
Namjoon se quedó alucinado al ver la amplitud de la limusina de Jin. El actor sonrió al ver su expresión.
-Yo ya tengo un nivel, Namjoon – le guiñó el ojo cuando lo miró.
-Ya veo ya. No esperaba menos.
Por alguna razón se sentaron el uno frente al otro y un extraño silencio se instaló en el ambiente. Se miraron, aun sin decir nada. Y Jin tuvo suficiente.
Con cuidado de no golpearse la cabeza se acercó al productor y se sentó sobre su regazo. Las manos de Namjoon volaron a su cintura. Bien.
-Jinnie.
-Kim Namjoon. Si después de lo que me has hecho esperar, crees por un momento que voy a dejar que...
Por segunda vez en ese día Namjoon lo interrumpió con un beso, pero éste no tenía nada de tierno. Éste era desesperado, sucio. El actor pudo notar en segundos como Namjoon se endurecía bajo su culo. No había sido su plan, pero oye, siempre había querido hacerlo en una limusina. Separó sus labios y se movió para colocarse entre las piernas de su novio. De rodillas. El productor lo miró con duda.
-Siempre he querido hacerlo en una limusina – repitió su pensamiento en voz alta.
Ahora yo no era duda lo que había en los ojos de Namjoon. Tiró del pañuelo de seda negra que Jin llevaba alrededor del cuello, había estado todo el día pensando en ello y volvió a besarlo mientras el actor le desabrochaba el pantalón.
Cuando Jin empezó a chupársela Namjoon ya estaba desesperado. Sus caderas se alzaron inconscientemente y el actor tuvo que sujetarlo contra el asiento para impedir que lo hiciese atragantarse, pero ver la necesidad del otro hizo aumentar la suya.
El lloriqueo que Namjoon soltó cuando Jin lo dejó ir resonó en toda la limusina haciendo que el actor sintiese escalofríos. Se quitó los pantalones y ropa interior lo más rápido que pudo mientras el productor hacía lo mismo y en segundos ambos estaban desnudos.
De repente, Jin notó como su espalda tocaba el enmoquetado suelo antes de notar si quiera que Namjoon lo había cogido. Sintió unos dedos húmedos alrededor de su entrada y antes de poder preguntar de dónde había salido el lubricante gimió al notar que Namjoon se metía su polla aun medio erecta en la boca mientras empezaba a prepararlo.
La doble estimulación hizo que sus manos se moviesen sin sentido, buscando algo a lo que aferrarse. Imitando a su novio unos minutos antes, sus caderas intentaban elevarse, pero la mano de Namjoon que no estaba dilatándolo lo mantenía pegado al suelo, así que se aferró al pelo de su novio para tener un anclaje y solo su cabeza se movía mientras gemía cada vez más.
Namjoon lo dejó escapar, ya completamente duro, y notó como mojaba su propio estómago para concentrarse en terminar de prepararlo, y sacó sus dedos para luego volver a sentarse donde estaba antes de que todo empezase. Jin lo miró desde el suelo, respirando con dificultad y con su culo palpitando ante el vacío repentino.
El productor dio unas palmaditas en sus muslos y Jin entendió lo que quería. A gatas, se acercó hasta su novio, intentando no reírse ante los ojos abiertos del productor como si fuese a volver a sentarse en su regazo. Le abrió las piernas y le dijo:
-¿Crees que puedes controlarme, Namjoon? - El productor negó rápidamente – Eso me parecía.
Namjoon estaba a punto de pedir perdón si hacía falta cuando Jin lo empujó sobre el asiento del sofá y, por fin, se subía sobre él. Dio gracias mentales por lo grande del vehículo al sentir la calurosa y deliciosa presión cuando el actor se lo metió dentro. Después de lo que Jin le había dicho, controló las ganas de embestir y fue recompensado cuando éste puso las manos en su pecho para equilibrarse y empezó a subir y bajar sobre él con la misma desesperación que él sentía.
De nuevo, por inercia, llevó las manos a la cintura del actor, aunque este no necesitaba ninguna ayuda.
-Joder Nam, como he echado de menos esto, joder. - Sus caderas seguían moviéndose deprisa, la presión cada vez más grande. El productor sabía que no iba a tardar en correrse, habían estado mucho tiempo separados.
-Jin, no pares, por favor...
Llevó una de sus manos al miembro enrojecido de Jin y empezó a masturbarlo con fuerza. Jin echó la cabeza hacía atrás y Namjoon sintió como su polla era estrangulada aún más en su interior. La presión en su pecho aumentó también cuando Jin dejó de subir para moverse con sus pelvis unidas, buscando su clímax y... no lo pilló por sorpresa, pero el orgasmo de Namjoon le hizo ver puntitos blancos por unos segundos. No supo que seguía estimulando a Jin hasta que sintió el semen caliente en su pecho y este le apartó la mano enseguida para evitarlo.
Ambos se sobresaltaron cuando escucharon un carraspeo.
-¿Puedo arrancar ya? - preguntó el chófer de Jin mirando al frente.
-Oh dios mío – Namjoon se levantó y se golpeó la cabeza contra el techo mientras buscaba su ropa.
No habían subido el cristal de separación.
-Esto... No se preocupen. He salido fuera cuando... hasta que...
-Arranca, Dong-Wook. Gracias.
Jin apretó entonces el botón y mientras el cristal subía vio a Namjoon frotándose la cabeza, completamente colorado. Y completamente vestido.
-Eres adorable Nam.
-Como te odio...
-Mentira. Me quieres.
-Esa suerte tienes o te mataría ahora mismo.
-No seas así. Ahora ya puedes añadir a tu currículum el exhibicionismo.
Terminó de vestirse y se sentó junto a su novio, apoyando la cabeza en su hombro. Volvieron a quedarse en silencio, pero esta vez era del bueno. De esos que no eran necesarios llenar. Ambos pensaron que lo peor ya había pasado.
Ninguno sabía lo equivocados que estaban.
Chapter 51: Capítulo 50
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Jungkook alejó el teléfono del oído para que Jimin pudiera escuchar los gritos. El equipo de marketing estaba enfurecido. No solo la declaración de Jin había estropeado todo el plan de casting “libre” que querían. Además, la foto de él con Jimin, con los trajes a juego, mirándose y sonriéndose eran la portada de todos los artículos. Y el director no pensaba negar lo suyo esta vez.
En perspectiva, le parecía que todos se podían haber evitado mucho sufrimiento si no hubiesen hecho caso a esa imposición. Pero también sabía que, aunque pareciese una tontería, el mundo del cine era un negocio y todos los escándalos que habían rodeado la película no permitieron que tuviesen las cosas fáciles para promocionar la misma.
-Pero mi Black Swan les ha gustado...
Alejó el teléfono de nuevo, pero esta vez para no quedarse sordo. El dinero era el dinero. No entendía de bromas.
-Está bien. Lo haré.
Jimin notó que las voces al otro lado parecían haberse calmado.
-Ajá. Vale. Que sí – añadió el director – El lunes. De acuerdo. Gracias. Sí. Adiós.
Colgó y se llevó la mano a la nariz para apretar el puente. Qué manera de cortarle el rollo.
-Parece que se lo han tomado bien, ¿no? - bromeó el bailarín.
-¿Tú crees? - Se lanzó a por él y empezó a hacerle cosquillas. La risa de Jimin era música para sus doloridos oídos. - Tengo que hacer una declaración el lunes para explicar que solo Nam y Jin son pareja, que se conocían de antes o algo así...
-¿Y qué vas a hacer? - Ahora, Jimin estaba preocupado de verdad.
-Oh, voy a hacer esa rueda de prensa – El bailarín lo miró sorprendido – Pero para decirle al mundo lo mucho que te quiero.
-Ja ja – soltó Jimin con sarcasmo.
-Lo digo en serio.
-Para ya, Jeon.
De repente, Jungkook se levantó y abrió la pequeña ventana que había en el techo de la limusina y sacó medio cuerpo por ella.
-AMO A PARK JIMIIIIIIN
-¿Estás loco? - El bailarín tiraba de él desde dentro del vehículo.
-SIIII, ¡YO, JEON JUNGKOOK, AMO A MI JIMINSIIIIIIIIIII, ¡AUUU!
Se metió en la limusina agarrándose las pelotas, que era donde Jimin le había pellizcado para hacerlo parar.
-Me las vas a pagar, Park Jimin – siguió masajeándose la entrepierna.
-Contaba con ello.
-Aunque ahora ya no vamos a poder tener hijos. No, por favor. Ya paro – levantó las manos cuando el bailarín hizo el gesto de volver a golpearlo.
-Te quiero, Jiminssi.
-Y yo a ti… ¡Mierda! - Lo había dicho sin pensar y quería hacerse el enfadado. Jungkook se echó a reír y Jimin se rindió y se acercó a él.
-¿Te duele?
-Mucho. Creo que van a necesitar un besito para curarse...
Menos mal que el director sí se había acordado de subir el cristal que los separaba de su chófer.
…
En teoría, el plan era algo sencillo.
Yugyeom había estado cebando a Gong Yoo con la posibilidad de conseguir unas fotos comprometidas del bailarín, sin Jungkook, para lo que concertaría una cita en persona. Mientras, Taemin había estado tonteando con Minho, su recepcionista, al que había conocido “por casualidad” y al que haría una visita para distraerlo en el momento que el ex mentor de Jeon saliese a reunirse con Yugyeom. Momento que Jimin aprovecharía para colarse en el despacho de Gong Yoo para intentar colocar una cámara oculta que les permitiese conseguir la contraseña.
La primera fase se activó en cuanto la rueda de prensa de Jungkook fue anunciada y Gong Yoo le confirmó a Yugyeom el lugar y hora del encuentro. Tal y como el ayudante esperaba, este le había hecho quedar lejos de su oficina para evitar levantar sospechas. Pocas veces se habían encontrado en persona, pero Yugyeom lo había convencido de que esta vez valía la pena.
La segunda empezó en el momento en el que el susodicho salió de su oficina y a los diez minutos, Jimin, quien estaba sentado en una cafetería cercana, vio entrar a Taemin al mismo edificio, tal y como habían acordado.
Unos quince minutos después, dejó el dinero sobre la mesa y se puso en marcha.
…
En el mismo momento en el que el bailarín cruzaba la calle, Jungkook se sentaba en una larga mesa tras varios micrófonos rodeado de los principales inversores de su película, uno a cada lado. Gaon fue el primero en hablar, Jungkook supuso que para romper el hielo.
-Hola a todos y gracias por venir habiendo sido convocados con tan poca antelación.
-Para empezar, vamos a centrar las preguntas en la película – añadió Kang a lo dicho por su compañero – y después Jungkook tiene algo que decir.
Jungkook intentó ocultar su sorpresa, pensaba que solo venía a negar que nadie (a excepción de Seokjin y Namjoon los cuales no les habían dado opción a negarlo) estaba en una relación. No sabía que iba a tener que contestar a ninguna pregunta y menos aún promocionar la película.
Se dio cuenta que todo era un paripé a los diez minutos.
Las preguntas eran demasiado específicas, pasando de refilón por los temas delicados, pero sin atravesarlos. Y lo que lo dejaba aún más claro era que apenas tuvo que contestar a nada. Todo estaba más que pactado.
La confirmación le llegó cuando Gaon le entregó unas tarjetas que, supuso, contenían lo que tenía que decir para que los del marketing se quedaran contentos. No sabían lo que se les venía encima.
En el momento justo en el que le cedieron la palabra su teléfono empezó a vibrar en el bolsillo.
No le hizo caso.
...
La misión de Jimin era la más sencilla. Simplemente tenía que conseguir pasar desapercibido. Por ello se había disfrazado de “Jungkook”. Look total black y oversize. Gorra calada a fondo y una mochila de mensajero cruzada lateralmente. Podía pasar por cualquiera de los numerosos repartidores que pasaban por allí cada día.
Taemin siempre quedaba con Minho en la pequeña cafetería que había en el segundo piso. Supuestamente era para no interrumpirlo en el trabajo, la verdad era que tenía miedo de encontrarse a Gong Yoo por allí. Jimin remoloneó frente al ascensor hasta que le confirmó que tenía el camino despejado.
La puerta del despacho del ex mentor de Jungkook se abrió a la primera. Eso debería haberlo hecho sospechar, pero tenía tantas ganas de acabar con aquello que Jimin no lo pensó. Cerró despacio y colocó la cámara en la estantería comprobando que enfocaba el teclado, que era lo que les interesaba, y se dio la vuelta para marcharse. Entonces dos cosas le llamaron la atención.
Una, Gong Yoo tenía en su mesa una foto suya con un mucho más joven Jungkook. Jimin reconoció enseguida que era de aquel día. El día que intentó forzarlo. Maldito hijo de puta.
Y otra, solo uno de los cajones del enorme escritorio tenía cerradura.
Su móvil se iluminó en el bolsillo del holgado pantalón que llevaba, pero lo había silenciado por el bien de la misión.
Estaba tan concentrado en encontrar algún arma con la que abrir el cajón que no se dio cuenta de que la puerta del despacho había sido abierta de nuevo.
El mensaje de llamada perdida apareció en la pantalla. Pero Jimin no lo vio.
…
Yugyeom conducía desesperado. Volvió a llamar a Jimin. Nada. Los ojos le picaban de las ganas de llorar por la frustración, pero no podía permitírselo. Desde que había recibido la llamada de Taemin, bueno, de Minho, todo se había precipitado…
Llevaba más de media hora esperando a Gong Yoo cuando su teléfono cobró vida. Ya lo tenía en la mano porque no paraba de mirar la hora.
-Taemin, ¿Qué pasa?
-Yugy – Su voz se escuchaba ahogada. El ayudante se dio cuenta enseguida que estaba en medio de un ataque de ansiedad. Oh dios.
-Taemin, tranquilo. Necesito saber qué está pasando.
-Jimin... Yo... el despacho... - se escuchó un ruido y Yugyeom escuchó a alguien más al otro lado - ¿Hola? ¿Eres el amigo de Taemin?
-Sí, ¿qué le ha pasado? - Yugyeom notó que Minho estaba también asustado.
-No lo sé. Estábamos hablando, pasando un buen rato como siempre y de repente empezó a respirar deprisa y yo... yo no sabía qué hacer. No sé qué hacer. Me señaló que te llamase y...
-¿De qué estabais hablando?
-¿Qué?
-Antes de que Taemin se pusiera así, ¿qué te estaba diciendo?
-Eh... Nada – Yugyeom soltó un sonido de frustración – Le estaba contando que no tenía que preocuparse porque nos pillaran porque Gong Yoo nunca pasa por aquí ya que casi siempre entra a su despacho desde su acceso directo de ejecutivo y que...
-Lleva a Taemin al hospital. Allí podrán ayudarlo. Tengo que colgar.
-Pero...
Ya no había nadie al otro lado de la línea.
***
Se dio cuenta de que seguir llamando al bailarín era absurdo y a cambio optó por llamar a Jungkook.
Él estaba más cerca.
…
Jungkook empezó leyendo lo que ponía en las tarjetas, pero conforme iba avanzando se dio cuenta de que era absurdo darles ese poder. Él quería ser un director independiente y, sobre todo, libre. Su película era hecha por gays para gays, y no pensaba aumentar ese estigma de que todos eran promiscuos.
Su Black Swan ya estaba hecho. ¿Qué iban a hacer, borrar la película?
Lanzó las tarjetas por el aire y cogió uno de los micrófonos mientras empezaba a marcharse de allí.
-¿Sabéis qué pasa? Que estoy harto de tanta tontería. Bastante problema ha creado todo esto entre mis amigos. ¿Necesitáis confirmación? Pues sí, Jimin y yo estamos juntos. No, no le dí el papel por eso, de hecho, me costó que aceptase, pero si queréis seguir escribiendo cosas sin sentido, pues adelante.
Los flashes y las preguntas volaban, pero Jungkook los ignoró a todos y siguió hablando:
-Le pedí que fuese mi Black Swan por su talento y cualquiera con dos dedos de frente puede ver que no pudo haber mejor elección. Además, adoro a mis protagonistas, además de amigos. Jin tiene una voz prodigiosa. Taehyung ha demostrado que es mucho más que una cara bonita. He tenido un staff maravilloso que lo respeta todo y ha trabajado duro por sacar la película adelante a pesar de las dificultades. Y si lo único que os importa es quién duerme con quién... No veáis mi película. - Miró a cámara – Park Jimin. Te quiero.
Alargó el brazo y soltó el micrófono como aquel idol rapero que tanto le encantaba a Yoongi. Lanzó un beso volador al estilo de Jin a los dos productores que lo miraban con los ojos como platos y salió de allí.
La euforia recorría su cuerpo mientras sacaba el móvil del bolsillo, ya que no había parado de vibrar durante todo su discurso. Sintió que el tiempo se paraba cuando vio las tropecientas llamadas perdidas de Yugyeom.
Con manos temblorosas, apretó para responder:
-¿Qué? - Se ahorró las formalidades.
-Es Gong Yoo.
-¿Qué ha hecho ahora ese hijo de...
-Tiene a Jimin.
Chapter 52: Capítulo 51
Summary:
** Trigger Warning **
No quiero hacer mucho spoiler. Además de que alguien muere, hay violencia física en este capítulo.
No es nada demasiado fuerte, pero prefiero que lo tengáis en cuenta.
Chapter Text
Haciendo palanca con una especie de pisa papeles que había encontrado, Jimin consiguió abrir el cajón cerrado del escritorio de Gong Yoo. Esperaba encontrar algo que lo incriminara, o quizá una agenda con la contraseña de su ordenador…
-¡Joder! – Se levantó de un salto al ver el arma que había allí y la silla golpeó la estantería que tenía detrás. Su móvil cayó al suelo desde su bolsillo. Cuando alzó la mirada lo que le dio aún más miedo que lo que había en el cajón, fue darse cuenta de que no estaba solo.
Frente a él, mirándolo con sorna, se encontraba el dueño del despacho que ocupaba. Gong Yoo.
Jimin se congeló. Su cerebro encendió todas las alarmas, pero su cuerpo se sintió acorralado. No había conseguido reaccionar cuando recibió un golpe que le hizo notar el sabor metálico de la sangre. Notó cómo empezó a manar, formando un pequeño hilillo en un lado de su boca.
Gong Yoo lo cogió de la sudadera y lo arrastró hasta el sofá que tenía en un rincón.
-Park Jimin – soltó con desprecio – Gracias por ponérmelo tan fácil.
Avanzó hacia la mesa y el bailarín miró hacia la puerta. Tenía que salir de allí. Gong Yoo sacó la pistola del cajón. Jimin no podía moverse.
Perdido entre la niebla de su mente, Jimin escuchó como quitaba el seguro. “Perdóname, Jungkook” fue su último pensamiento mientras cerraba los ojos.
…
-Vamos, joder, mierda – Jungkook maldecía a todos y cada uno de los coches delante de él. mientras intentaba no pensar en lo que podía estar pasándole a Jimin en esos mismos momentos.
No sabía cuántas leyes de tráfico había infringido. Estaba cerca, pero no lo suficiente. No creía que Gong Yoo fuese capaz de hacerle daño al bailarín, pero había estado tan equivocado con él en tantas cosas.
Yugyeom le había asegurado que llamaría a la policía, pero ¿y si ellos tampoco llegaban a tiempo...? Desesperado, cogió el teléfono para llamar a Jimin cuando le entró una llamada. Taemin.
-¿Qué? – gruñó, su garganta cerrada.
-Jungkook ¿dónde estás? – se le escuchaba calmado. Lo peor de su ataque de pánico parecía haber pasado.
-A unas cuantas manzanas – adelantó por la derecha, casi saliéndose de la calzada.
-Está dentro Jungkook. Está con él. Voy a…
-Taemin, escúchame. No hagas nada. Avisa a Yugyeom que estás bien y luego espérame en la puerta. Tienes que guiarme hasta su despacho.
-Pero…
-No puedes ir tú solo. Estoy llegando. Espérame – colgó.
Siguió avanzando entre los coches, cada vez más cerca. A pesar de que sabía que era en vano, llamó otra vez al bailarín.
Esta vez sí le contestaron.
-¡Jimin! – soltó desesperado.
-Jungkookie.
No fue Jimin quien contestó.
…
Gong Yoo estaba centrado en Jimin cuando vio el teléfono de éste iluminarse en el suelo. Lo iba a dejar sonar hasta que se fijó en el nombre que aparecía en la pantalla. JEON y un corazón lila a cada lado. La rabia que sentía por Park Jimin se volvió bilis en su garganta.
Sin dejar de apuntar al bailarín, aunque este no se había movido ni un ápice, cogió el teléfono y se lo llevó al oído tras descolgar.
Escuchó la llamada agónica de su pupilo y decidió castigarlo por haber osado rebelarse.
-Jungkookie – El silencio al otro lado de la línea fue atronador. Las siguientes palabras le rompieron el corazón.
- Hijo de puta. Si le haces algo a Jimin te mataré ¿me oyes? Te mataré.
-Me haces daño, Jungkookie.
-¿Dónde está Jimin? Déjame hablar con él.
-¿Por qué te importa tanto este inútil? Está aquí sentado sin decir nada. Esperando como un idiota a que lo mate…
-Por favor – suplicó. Su voz rota por el dolor enfureció a Gong Yoo.
Se acercó al sofá y agarró a Jimin por el pelo, haciéndolo arrodillarse en el suelo frente al sofá. El bailarín soltó un quejido por el dolor. El ex mentor de Jungkook le puso el teléfono en el oído.
-Venga, ¡habla! – Jimin lo miró sin decir nada. Gong Yoo se agachó frente a él y le dio un puñetazo en el estómago que lo hizo doblarse. Esta vez su gruñido de dolor sí llegó al otro lado de la línea.
-¡Jimin! – escuchar el grito de Jungkook hizo que el bailarín por fin saliese del estado de shock en el que había caído con su peor pesadilla frente a él. Tenía que luchar.
Gong Yoo apartó el teléfono y sonrió al escuchar las amenazas de Jungkook al otro lado. Fue a replicar cuando, de repente, Jimin se levantó y se abalanzó sobre él, empujándolo contra la puerta de su despacho. El móvil salió volando de su mano.
El disparo resonó más allá del despacho. Luego solo quedó el silencio.
…
-Noooooo – Jungkook escuchó el disparo después de lo que había sonado como un forcejeo. Ni siquiera había podido hablar con Jimin, solo había escuchado su grito de dolor. - ¡Jimin! ¡Jimin! Dime algo, por favor. ¡Maldita sea! – empezó a golpear el volante con el puño con toda la rabia posible. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, ni siquiera podía ver lo que tenía delante – Gong Yoo si le haces daño te juro que… - le gritó al teléfono. No hubo respuesta - ¡A la mierda!
Dio un volantazo para llevar el coche a un lado de la calle y se bajó. Ante la sorprendida mirada de la gente empezó a correr con un único pensamiento en su cabeza: Por favor, no.
…
Jimin sintió la presión en el cuello y empezó a luchar contra las manos que lo agarraban. Su vista se fijó en el agujero de bala que había en uno de los cojines del sofá al lado de su cabeza. Gong Yoo había errado por un centímetro al perder el equilibrio por su empujón.
La pistola se le había caído junto a la puerta. Ambos la miraron y el bailarín cometió el error de pensar que el otro también iba a luchar por cogerla. En cuanto avanzó recibió el impacto del cuerpo de Gong Yoo contra el suyo, y volvió a caer contra el sofá.
Fue entonces cuando Gong Yoo había empezado a asfixiarlo.
Sintió como las fuerzas empezaban a fallarle. Aun así, al principio había pensado que iba a morir y se había rendido. Pero ahora, al escuchar la desesperación en la voz de Jungkook había recordado que tenía que luchar.
Por él. Por Jungkook. Por ellos.
Llevó sus manos, que estaban luchando por soltar el agarre en su cuello, a la cara de Gong Yoo y apretó con los pulgares en sus ojos, hundiéndolos con las fuerzas que le quedaban y haciéndolo gritar, y lo que era más importante, soltarlo. A cuatro patas, empezó a toser. Intentó respirar dando grandes bocanadas, pero la garganta le ardía de tal forma que el aire apenas podía pasar.
Ninguno de los dos se dio cuenta de que había alguien más en el despacho.
-Maldito seas – Gong Yoo se abalanzó de nuevo sobre él y Jimin se preparó para el impacto de un nuevo golpe, dispuesto a defenderse.
Tres tiros resonaron. Jimin sintió primero la sangre salpicarlo, y luego un peso aplastante. El cuerpo de Gong Yoo había caído sobre él. Lo apartó de un empujón y éste quedó de alguna forma sentado en el suelo, apoyado contra el sofá en el que había intentado acabar con Jimin. La sangre manaba de su pecho y, aun así, sonreía mientras miraba al frente.
Allí, con una pistola humeante en la mano, estaba Lee Taemin.
-Tú… – Tosió. Una burbuja de sangre salió de su boca uniéndose a la que ya empapaba su camisa.
Taemin disparó de nuevo. El cuerpo de Gong Yoo rebotó contra el sofá y cayó hacia un lado. Inerte.
A pesar de todo, Taemin siguió disparando hasta que ya no le quedaban balas. El ruido del gatillo al ser apretado seguía sonando sin parar.
-Taemin, para. Ya está muerto - Fue Minho, que se había quedado paralizado junto a la puerta cuando se habían encontrado la grotesca escena en el sofá, quien puso la mano sobre la suya, haciéndole soltar el arma. Lo abrazó cuando rompió a llorar mientras Jimin los miraba desde el suelo.
-¡Jimin! ¡Jimin! – El grito de Jungkook por el pasillo hizo al bailarín reaccionar.
-¡Jungkook! – Se levantó y salió en su busca. El grito de dolor cuando su novio lo abrazó hizo que éste lo dejase ir para empezar a mover las manos por todo su cuerpo.
-¿Qué te ha hecho? ¿Estás herido? ¿Dónde está ese hijo de puta?
-Está muerto. Oh dios mío. Está muerto – decirlo en voz alta hizo saltar el último resorte de la presa que había sostenido a Jimin durante toda la escena.
Cayó al suelo de rodillas una vez más. Las lágrimas calientes emborronando la sangre en su cara. Jungkook se dejó caer junto a él. Se abrazaron hasta que la policía los obligó a separarse.
Entonces se dieron cuenta de que se llevaban a Taemin detenido.
-Un momento – Jimin intentó gritar a pesar de su garganta inflamada- Ese hombre me ha salvado la vida.
…
Jungkook no paraba de dar vueltas en la sala de espera. Parecía que hacía horas que se habían llevado a Jimin a observación. El bailarín le había asegurado que estaba bien, pero no se iba a quedar tranquilo hasta oírselo decir a un doctor.
-Jungkookah, ¿por qué no te sientas un rato? - el director miró a Jin como si estuviera loco. La adrenalina de la llamada y la carrera, encontrar a Jimin lleno de sangre… no podría calmarse ni aunque quisiera.
Además, estaba el par de policías que lo observaban detenidamente. Había estado a punto de ser detenido cuando habían querido interrogar al bailarín antes de que los médicos lo revisasen. Increíble. Al final habían cedido cuando Jimin había intervenido para asegurar que lo contaría todo si lo acompañaban al hospital.
Frenó su paseo en seco al ver entrar a un doctor, pero cuando éste dijo el nombre de otro paciente y sus familiares salieron, perdió los nervios.
-¡Joder! – pegó una patada a una papelera - ¿Pueden ir más despacio en este maldito hospital? – vociferó.
-Jungkook – Namjoon, que había ido junto al actor en cuanto se habían enterado de todo por Yugyeom, se acercó a él para evitar que terminasen echándolo de la sala de espera.
No hizo falta. Después de su estallido se sentó y enterró la cabeza entre las manos. Jin y Namjoon compartieron una mirada cuando sus hombros empezaron a sacudirse. El productor decidió darles intimidad.
-Voy a ver cómo van los demás en la cafetería – Jin asintió. El director no se inmutó.
El actor se acercó a su amigo y le acarició la espalda. Jungkook levantó la cabeza y a Jin se le rompió el corazón. Sabía perfectamente lo que le estaba pasando por la cabeza.
-No ha sido culpa tuya. Ni siquiera sabías lo que estaban planeando – Yugyeom había contactado a todo el mundo mientras volvía del lugar donde supuestamente iba a acudir Gong Yoo.
-Le he vuelto a fallar. Tenía que haber estado más atento. Tenía que haber llegado antes. – el nudo en su garganta le impidió seguir hablando. Se levantó de nuevo, pero ya no había nada de rabia en su cuerpo. Solo dolor.
-Jungkookah
-Si no hubiese estado Taemin. Si yo… - Jin lo estrechó entre sus brazos y Jungkook, enterrando la cabeza en su pecho, sollozó.
Las lágrimas empaparon la camisa del actor en segundos, pero no era capaz de parar. Racionalmente, sabía que no podía haber hecho más. Pero en su interior, pensó que no hubiera podido perdonarse a sí mismo si algo le hubiese pasado a Jimin. Ese pensamiento hizo que su llanto volviese a acelerarse.
-Shh, venga ya está… ya está… – Escondido entre los brazos de Jin sonrió ante el tono del actor a pesar de todo. Hablándole como si fuese un niño con una pataleta.
-Vale papá.
-Ayss – Jin se separó de él y lo empujó, haciéndolo trastabillar. Luego sus ojos se enternecieron - ¿Mejor? – Jungkook asintió. – No es tu…
-Lo sé. Es solo que…
-Lo sé. – Lo imitó Jin haciéndolo reír.
-Que te den.
-Yo también te quiero, llorica.
Jungkook iba a replicar cuando, no un doctor sino el mismo Jimin, apareció ante sus ojos. El bailarín apenas había asimilado todo lo que había pasado. Su cuerpo estaba adolorido, pero lo que más le dolió fue ver la cara hinchada por el llanto de su novio. Conocía ya de sobra a Jungkook y sabía que estaría hundido en su propia culpa.
Jimin también sabía que no iba a ser fácil, que en los próximos días iba a pagar las consecuencias. Era consciente de sus limitaciones. Sin embargo, la terapia con Seojoon le había dado armas para esa guerra. Claro que recibirían golpes, les quedaba un largo camino por recorrer, en algún momento podrían tropezar. Dolería. Y aun así Jimin estaba decidido a luchar. Y si Jungkook se creía desarmado estaba muy equivocado. Claro que podían luchar solos, pero ahora ya no tenían que hacerlo.
-Jiminssi – Jungkook se acercó a él a toda velocidad, pero frenó al ver las marcas de dedos en su cuello. Su labio partido… sus ojos se volvieron a humedecer – Dios… -
No pudo evitar rozar las marcas con una de sus manos. Jimin siseó por el dolor y Jungkook intentó apartarse, pero el bailarín lo sujetó por la muñeca para luego entrelazar sus manos. El bailarín miró a Jin y éste asintió marchándose a la cafetería sin decir nada más.
-Kook. Estoy bien – Le dijo en cuanto estuvieron a solas. Su voz salió rasposa, quitando algo de efecto a sus palabras. El director lo miró – Vale. Estaré bien.
Lo obligó a sentarse en uno de los rincones más apartados de la sala. Sus manos aún unidas. Antes de que Jimin pudiese seguir hablando, Jungkook se adelantó.
-Jimin. Lo siento mucho. Lo siento tanto. Yo… - se limpió con rabia las lágrimas que volvían a brotar – Debí haber estado contigo. Debí haber llegado antes.
-Jungkook.
-Por favor, perdóname.
-Jungkook, para. – La firmeza en la voz hizo que el director se callase de golpe – No voy a perdonarte.
Chapter 53: Capítulo 52
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Namjoon se levantó en cuanto vio entrar a Jin en la cafetería con cara seria. Puso una silla para él en la mesa que todos estaban compartiendo.
-¿Qué ha pasado?
-No sé. Jimin parece estar bien, al menos físicamente. Pero Jungkook… - su voz se quebró.
-Ese maldito hijo de puta… - exclamó Taehyung.
-Está muerto, Tae. Se acabó. – El idol miró a Yoongi como si le hubiese crecido otra cabeza.
-¿Estás de broma? Jimin ha estado sufriendo durante años y ahora ha estado a punto de morir. ¡DE MORIR, JODER! – Hobi le pasó el brazo por el hombro y lo atrajo hacía su cuerpo. Tae lloraba en silencio.
-No quería...
-Lo sé, Yoon – replicó Tae completamente agotado – Es solo que siento tanta rabia… por Jimin. Por Jungkook. Por todos. Y además está Taemin. Nadie tendría que pasar por eso – su tono volvió a elevarse otra vez.
-Tae – intervino Namjoon – Ahora nos necesitan más que nunca. Son más fuertes de lo que pensamos. Mira todo lo que habían organizado para pillar a ese cabrón. Y ahora nos tienen a nosotros. Somos un equipo. A prueba de balas.
-¡Namjoon! – exclamó Jin y el productor se dio cuenta de lo que había dicho.
-Quería decir que… - se sonrojó ante su desliz.
-Menos mal que te quiero.
Jin sacudió la cabeza en un gesto de incredulidad, pero ese pequeño comentario de Namjoon hizo que el ambiente de tensión en la mesa se desinflase.
…
Jungkook abrió la boca. Quería protestar. DEBÍA protestar. No pudo pronunciar una palabra. Sabía que lo merecía, pero no se había preparado para algo así. Sintió el frío apoderarse de su cuerpo.
- Porque no tengo nada que perdonarte. – puso su otra mano sobre las que ya tenían unidas y apretó. Jungkook fijó la mirada en sus manos unidas. – No quería involucrarte en nuestro plan, que ahora sé que tenía muchos fallos – soltó una risa sarcástica que se convirtió en una mueca por el dolor.
- Si hubiese estado contigo, yo...
- Si hubieses estado allí probablemente nos hubiese matado a los dos. Si hubieses estado allí no podrías haberme llamado y no me habrías sacado del shock y a lo mejor estaría muerto.
- ¡Jimin! – el director no quería ni oír hablar de ello.
- Jungkook – esa vez fueron los ojos de Jimin los que comenzaron a brillar – Escucharte gritar mi nombre me ha salvado la vida tanto como la intervención de Taemin. No es tu culpa. No es mi culpa. Es culpa de ese maldito… - aún en esos momentos, le era difícil pronunciar su nombre.
- Pero,
- ¿Me quieres? – preguntó Jimin de repente. Jungkook lo miró asombrado, pero no tardó ni un segundo en responder.
- Más que nada.
- Pues eso es todo lo que necesito. Que estés a mi lado. Todo es más fácil si estás conmigo. Juntos podremos. – Jungkook asintió, no confiaba en su voz si volvía a hablar - Bueno, en realidad hay algo más que necesito.
- Lo que quieras.
- Un poco de agua, por favor. Hablar con el idiota de mi novio cuando acaban de intentar estrangularme es agotador.
- Joder, Jimin.
- ¿Demasiado pronto?
Jungkook no contestó y se fue directamente a la máquina expendedora para sacar una botella de agua. Sabía que Jimin estaba intentando quitarle hierro, pero había estado a punto de perderlo. Apoyó una mano en la máquina y se puso rígido cuando sintió unas manos aferrarse a su cintura. Se relajó al instante y Jimin ladeó la cabeza para apoyarla en su espalda.
-Te quiero, Jeon. Creí que no volvería a verte y…
-Oh, Jiminssi.
Se dio la vuelta y lo abrazó. Jimin volvió a aferrarse a su espalda con fuerza desde el frente y se dejó llevar. Lloró y lloró. Lloró por él, y por Taemin. Por todas las víctimas de Gong Yoo. Lloró por los años que Jungkook y él habían perdido para estar juntos. Por el Park Jimin que podría haber sido si todo eso no hubiera pasado.
-¿Señor Park? – se separó de Jungkook enjugándose las lágrimas. El policía que estaba en la puerta de la sala de espera le tendió un pañuelo. – Soy Hwang Hyunjin y éste es mi compañero, Felix. Necesitamos hablar con usted – ambos les mostraron sus placas.
-¿Tiene que ser ahora? – respondió Jungkook, mientras Jimin ya se separaba de él.
-No importa, Jungkook. Tengo que hacerlo. Solo quiero terminar con esto y marcharme a casa.
-Acompáñenos… Vamos a la comisaría del distrito 9 – añadió Hyunjin al ver la mirada que les lanzaba el director.
-Pero… - Jungkook quería protestar. Jimin se giró a mirarlo y se contuvo. Suspirando, añadió - Avisaré a los demás - comentó Jungkook sacando su móvil.
Jimin se puso de puntillas y le dio un beso que a Jungkook le pareció el mejor beso del mundo.
-Te veo allí.
Se quedó ahí plantado, en medio de la sala de espera, viendo como Jimin se alejaba de él acompañado de esos dos policías. Ya casi los había perdido de vista cuando el bailarín se giró y le sonrió. A pesar de la distancia Jungkook pudo notar que esa sonrisa no llegaba a su cara realmente. Era normal.
Allí, en ese preciso instante entendió que iba a pasar con Park Jimin el resto de su vida. Paso a paso. Día a día. “Juntos podremos” recordó lo que Jimin le había dicho hacía unos minutos.
-Juntos – comentó en voz baja mientras se dirigía a la cafetería.
Ya tenía clara su primera misión. Devolver el brillo a esos ojos para luego hacerlos empequeñecer hasta que Jimin protestara, ya que cuando se reía no podía ver.
…
La estancia de Jimin en la comisaría fue más breve de lo esperado. Llegó allí con el policía y su compañero pecoso y lo llevaron a una sala aislada donde le tomaron declaración. Cuando terminó de hablar y la hubo firmado, descubrió que la cámara escondida en el despacho de ese maldito grababa todo lo que ocurría en vivo. Así que todo el episodio vivido en esa oficina estaba grabado. A Jimin le resultó irónico ya que incluir una cámara había sido la finalidad principal de su “misión”. Habían tenido en cuenta todo menos que ya existía una cámara allí. Bueno, y que el cabrón tenía acceso directo a su despacho. Nunca sería un gran espía.
Como era lógico, en cuanto su declaración había confirmado los hechos grabados casi al milímetro, les informaron que habían obtenido acceso al disco duro del ordenador de Gong Yoo y con ello a todas las carpetas con las fotografías, y lo que era más importante, la prueba de lo que le había hecho a sus víctimas, la suya incluída. Pero, más allá de la confirmación de que Gong Yoo había abusado de su poder durante años para acosar y abusar sexualmente de más personas de las esperadas, quedó descartada su implicación en cualquier cosa turbia que pudiese haber pasado.
Jimin preguntó por Taemin al instante. Como Hyunjin le informó, era diferente en su caso. Taemin había acabado con la vida de Gong Yoo. La carpeta con su nombre le daba el motivo. Las cosas se habrían complicado para él, pero la aparición de la grabación de ese día le dio la coartada perfecta. Aun así, tendría que tratar con la fiscalía.
Durante las siguientes semanas todos aguantaron el tipo. La prensa se hizo eco de la muerte de Gong Yoo y, lo que era peor, de todo lo que este había hecho. Incluída la lista de sus víctimas.
Jimin no pudo evitar quebrarse cuando vio su mención en los artículos, esta vez limpiando su nombre ahora que todo había salido a la luz. Su verdad era la verdad para todos. Jungkook lo abrazó mientras el bailarín lloraba de nuevo por los años de dolor que nunca recuperaría y por su carrera perdida. Ahora tenía otra vida, pero siempre quedaría la sombra de lo que podría haber sido.
Todos aguantaron el tipo hasta que, unas semanas después, se declaró que Taemin había actuado en legítima defensa plena y por tanto no se le iba a imponer ninguna pena. Las cintas habían dejado claro que Gong Yoo habría matado a Jimin y luego a Taemin si no le hubiese disparado, incluso aunque siguiese disparando. Todos habían visto las cintas, incluso la fiscalía. Nadie presionó demasiado, y el caso se cerró.
La noticia de su liberación fue un alivio para todos, pero sobre todo para Jimin. Había ido a visitarlo regularmente y Taemin le había dejado claro que habría hecho lo mismo una y otra vez sin dudar. Solo se arrepentía de no haber llegado antes debido a su ataque de pánico al saber que Gong Yoo estaba cerca.
Jimin siempre le recordaba lo valiente que había sido.
***
-Minho... - Taemin se tocó los labios. No podía creer que lo hubiese besado – Yo...
-Lo sé. Sé que empezaste a hablar conmigo para saber de Gong Yoo – el bailarín abrió los ojos – Pero no me importa porque me he enamorado de ti. Y sé que tú también sientes algo por mí.
Taemin se quedó sin habla. Una, porque todo lo que el otro decía era verdad. Después de conocerlo de forma “casual” habían estado quedando para que Minho pudiese confiar en él, y a él mismo le había sorprendido la química que había entre ellos, pero se sentía culpable.
Incluso en ese momento, su primer beso estaba manchado porque Taemin estaba allí por una misión. Bastante tenía con pensar en no encontrarse con Gong Yoo.
-Podría vernos tu jefe... - usó como excusa. Minho se acercó a él y le cogió la cara con las manos.
-Que va... - se acercó a él – Tiene su propia entrada al despacho desde el garaje. Nunca pasa por aquí.
Taemin se alejó de él mientras sentía cómo su cuerpo se congelaba.
-¿Qué?
-Es muy raro. De hecho, podría estar en su despacho ahora mismo.
-Oh dios mío – Sacó el teléfono con manos temblorosas – Tengo que llamar a Yugyeom.
Mientras escuchaba el tono de la llamada sintió la opresión en su pecho más y más fuerte. Cuando el ayudante de Jungkook contestó ya casi no podía hablar. Sintió alivio cuando Minho se hizo cargo e informó a Yugyeom de lo que pasaba. Jimin podía estar en peligro.
Se dejó caer en el suelo, pegando la espalda a la pared y llevando las rodillas al pecho. Metió la cabeza en el hueco intentando respirar. Minho se acercó a él.
-Taemin, tengo que llevarte al hospital.
-¡No! - lágrimas calientes rodaban por sus mejillas.
-Pero Yugyeom dijo que...
-No llegarán a tiempo. Tengo que... - intentó levantarse, pero no lo consiguió. - Maldita sea, Taemin – Se abofeteó a sí mismo frustrado. Minho lo cogió por las muñecas.
-Basta, Taemin. Mírame. No sé qué demonios está pasando, pero no soy idiota y sé que mi jefe no es una buena persona. ¿Quieres acabar con él? - Taemin asintió. - Entonces tienes que intentar respirar. No tengo ni idea de cómo va esto, pero he visto muchas películas. Así que vamos.
Minho puso las manos de Taemin en su pecho, haciéndolo notar su latido mientras el bailarín empezaba a hacer respiraciones. Notó como se relajaba. De repente, Taemin lo miró a los ojos y Minho supo que algo había cambiado. Había fuego en ellos.
No supo que mientras intentaba recuperarse Taemin había recordado lo que Gong Yoo le había hecho. Pero también que no había sido el único y sobre todo que podía estar haciéndoselo a Jimin en esos instantes. Conseguir al que se le había escapado.
Aunque muriese en el intento no iba a permitirlo.
El resto era historia.
***
Minho había ido a visitar a Taemin cada día. Taemin se había negado a verlo, avergonzado ahora que el mundo entero sabía lo que Gong Yoo le había hecho.
Cuando lo liberaron Minho siguió intentando hablar con él, enviándole mensajes de apoyo, pero Taemin tenía demasiado miedo. Hasta que Seojoon le hizo ver en una de sus sesiones que si dejaba escapar la oportunidad de rehacer su vida, Gong Yoo volvería a ganar a pesar de todo.
Unas semanas después quedaron en una cafetería. Taemin terminó gritándole cuando lo acompañaba a casa y Minho lo cogió de la mano. Minho no lo soltó. Taemin le dijo que no sabía si sería capaz de darle nunca lo que buscaba. Minho no lo soltó y le dijo que no le importaba. Taemin rompió a llorar cuando llegaron a casa y a pesar de todo el otro seguía allí.
Taemin le pidió tiempo.
Minho no tenía prisa.
Ninguno de los dos lo sabía en esos momentos, pero a partir de ese momento Gong Yoo volvió a perder.
Chapter 54: Capítulo 53
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Estaba tan nervioso que le daban ganas de echarse a reír. A pesar de todo lo que habían pasado se sentía como un adolescente. Por fin iba a encontrarse con Jimin después de todo un fin de semana entero. Se escuchó a sí mismo y esa vez no le quedó otra que reír en voz alta. Algunas personas se giraron a mirarlo. ¿Qué pasa? Pensó. Eso es una eternidad sin Jiminssi, aunque fuese por una buena causa.
Allí plantado con un enorme ramo de flores en la mano, recordó lo mucho que Jimin había llorado los días posteriores a la muerte de Gong Yoo, era lógico, pero tras la liberación de Taemin sintió que algo nuevo se rompía en su interior. Sintió que su mente le estaba ganando de nuevo la batalla. Y se negaba.
Así que, tras una noche horrible, lo hablaron y Jimin había acudido a un centro especializado en terapia conductual cognitiva recomendado por Seojoon. Al parecer ese método había demostrado ser de lo más eficaz contra el estrés postraumático.
Jungkook se había ofrecido a acompañarlo, pero Jimin se había negado. Necesitaba hacer eso solo. Sostenerse por su propio pie.
El director lo entendió. Le dolía no poder estar con él cada día, pero haría lo necesario para que Jimin pudiese seguir con su vida lo mejor posible.
No quería volverlo a ver a pasar por aquello.
*** Unos 4 meses antes ***
A Jungkook lo despertó un extraño sonido. Miró el reloj de su muñeca y vio que eran las 3:33. Cerró los ojos pensando que había sido un sueño e intentando volver a dormir cuando lo escuchó de nuevo. Se dio cuenta que era Jimin quien, en posición fetal, estaba emitiendo esos quejidos.
-¿Jimin? - probó.
Casi se le sale el corazón del pecho cuando el bailarín empezó a retorcerse. Su frente perlada de sudor y sus gemidos aumentando.
-No, por favor – fue lo primero inteligible que decía y le heló la sangre el dolor que emanaba.
-Jimin, cariño... - puso la mano en su hombro para sacudirlo.
- Nooooooo – Jimin se incorporó llevando las manos a su cuello. El fantasma de otras manos todavía en su cerebro.
Jungkook se incorporó con él. Tenía miedo de tocarlo, pero en cuanto notó donde estaba, Jimin se giró a buscarlo y el director abrió los brazos. Se tumbó de nuevo, arrastrando a Jimin con él. Entonces, llegó el llanto.
Se sentía estúpido, pero no podía hacer otra cosa. Recordó aquella vez hacía meses cuando lo había llevado a su casa a pasar la borrachera y Jimin lo había despertado gritando. Entonces no sabía qué estaba pasando, ahora sabía demasiado. Le acarició el pelo con la mano mientras el bailarín se sacudía por los sollozos.
-Shh, solo era una pesadilla. Ya estás a salvo.
Se quedaron allí hasta que Jimin se calmó. Su mano sobre el corazón de Jungkook, como le gustaba. Poco a poco, el llanto fue perdiendo intensidad. El director abrió el cajón y le tendió un pañuelo. Jimin se separó de él para sonarse.
-Estaba de nuevo en ese despacho y me ahogaba, pero Taemin no llegaba y entonces... entonces... - se le quebró la voz
-Ya estás a salvo – repitió Jungkook - ¿Quieres que te prepare algo calentito?
Jimin negó con la cabeza.
-Prefiero intentar volver a dormir. Siento haberte despertado.
-No digas tonterías. Estoy aquí para ti.
-Lo sé – Lo besó en los labios.
Sin más, Jimin se dio la vuelta y Jungkook se acurrucó junto a él. Al rato se había dormido. Cuando despertó de nuevo eran las seis y estaba solo en la cama. Pasó la mano por la sábana en el lado del bailarín para confirmar sus sospechas. Estaba fría.
Lo encontró en el sofá, bajo una manta. Al menos estaba dormido. Jungkook se dio cuenta de que Jimin temía tener más pesadillas y despertarlo. Se le rompió el corazón.
A la tercera noche de pesadillas y camas vacías tuvieron la charla que hizo que Jimin fuese a la terapia intensiva.
Tras hacer el amor esa noche los dos lloraron, a pesar de que ambos seguían teniendo esperanza en el futuro.
Sería duro, pero lo iban a conseguir.
***
Y por eso estaba ansioso mientras esperaba a su novio. Tras terminar el duro proceso Jimin le había dicho que quería marcharse un fin de semana de retiro consigo mismo, sin contacto con nadie, para terminar de despedirse del pasado y empezar su nueva vida. Su lucha con su propia mente sería de por vida, pero estaba listo para ello.
Jungkook, por supuesto, había aceptado. Pero eso no había evitado que le echase de menos cada minuto que habían pasado alejados. Cuando Jimin le había dicho por la mañana que fuese a por él a la estación de Seúl… bueno, no había salido de la cama tan rápido en la vida.
Fue gracioso, porque distinguió los andares de Jimin entre la gente que salía de la estación antes incluso de poder verle la cara. En ese momento entendió porqué eran tan populares las películas de amor. Fue como si el tiempo se parase y de repente la gente a su alrededor era un borrón y solo podía ver al bailarín y su cara sonriente. Joder, estaba tan guapo.
Si sus pensamientos no eran suficientemente clichés, en cuanto sus miradas se encontraron Jimin echó a correr y Jungkook abrió los brazos para cogerlo cuando saltase. Lo sabía. Y así fue, y el ramo se le escapó de las manos cuando aferró el cuerpo del bailarín contra el suyo para evitar que cayesen, pero todo le dio igual cuando los labios de Jimin encontraron los suyos en un sinfín de pequeños besos.
-Te he echado tanto de menos – le dijo el bailarín mientras Jungkook lo dejaba en el suelo.
-Si han sido solo dos días – Intentó disimular el vuelco que le había dado el corazón al saber que Jimin lo había echado de menos también. El bailarín alzó una ceja – Vale –admitió Jungkook – tienes prohibido volver a alejarte de mí.
La risa de Jimin fue medicinal mientras recuperaba el ramo y se lo entregaba.
-Gracias, Kook.
-Flores para mi flor.
-Ya estamos…
-Yo también te quiero Jiminssi.
...
-Jungkookah, ¿qué pasa con esas birras? –
La voz de Jin llegó a la cocina y Jimin se separó de él. Sus labios hinchados por los besos.
-Tenemos que atender a los invitados, Jeon. – el aludido se movió a su cuello, haciendo que se le erizase la piel.
-No quiero. ¿De quién fue la idea de cenar con nuestros amigos el mismo día que volvías?
-¿Tuya? – replicó Jimin riendo.
-Vale. Tu novio es un idiota
-Dime algo que no sepa – Su cuerpo se sacudió de la risa al ver la cara de Jungkook. – Ahora en serio – Sacó unas cervezas de la nevera y se las puso en la mano – Saca las bebidas.
Jungkook se cruzó con Tae y Hobi en el pasillo y sonrió. Él no era el único que se había preocupado por Jimin todos esos meses. Tomó nota mental de no volver a la cocina en un rato para darles intimidad.
-Toma, puto pesado – le dio una colleja a Jin y luego su cerveza.
-Ya no hay respeto a los mayores – Jin puso morritos. Era con diferencia el más perjudicado – Namjoooooon, dile algo al niñato.
-Jungkook, no te pases con Jin, que es mayor. – soltó Namjoon de forma monótona.
-¡Eh! -
La indignación del actor les hizo reír. Yoongi casi echa la cerveza por la nariz.
-¿Han ido a la cocina? – Jungkook asintió.
Como si fuese una señal, en la cocina se escucharon chillidos. El director miró a Yoongi de forma interrogante.
-Hemos alquilado un piso. Para los tres.
-Ostras. Enhorabuena – dijo Jungkook.
-¡Oh dios mío! – exclamó Jin - ¿Has oído Namjoon? Van a vivir juntos YA – Soltó con retintín.
El aludido se puso rojo. Ya pasaba más tiempo en el apartamento del actor que en el que compartía con Yoongi. Y ahora que su amigo se iba…
-La verdad es que había pensado que ahora que me quedo sin roommate… - esperó a que sus palabras traspasaran la nube de alcohol en la cabeza del actor. Se dio cuenta del momento exacto en que esto pasó, principalmente porque se encontró con un sonriente Jin en su regazo.
-¿Lo dices en serio?
-Solo si me aceptas como compañero.
-¡Acepto! – chilló Jin – Claro que acepto.
Se besaron hasta que consiguieron sacar un “iiiiuuuug” del director.
…
-Dios, estoy tan feliz por vosotros – Jimin se enjugó las lágrimas mientras abría una botella de champán y llenaba tres copas.
Escucharon el grito de Jin y se echaron a reír.
-Creo que ya nos han quitado la exclusiva – dijo Tae.
-Yoongi nos comentó que al venir a vivir con nosotros Namjoon tenía planeado irse a casa de Jin. Ya es como si viviese allí de todas formas. – aportó Hobi.
-Por fin las cosas se encauzan para nosotros – a Jimin se le volvió a cerrar la garganta.
Tae se levantó y le pasó el brazo por el cuello.
-Venga, Minnie. Hoy es un día de felicidad. No más lágrimas. – le dio un sonoro beso en la mejilla.
-Joder, he llorado más estos últimos meses que en toda mi vida. Y mira que he llorado… - Esa vez fueron sus amigos quienes lo miraron con pesar. - Estoy bien, de verdad. Mejor que nunca. Tengo mis días y los tendré, pero amo a Jungkook. Y os tengo a vosotros y… no puedo pedir más.
Cogió las copas llenas y le dio una Tae y otra a Hobi.
-¡Por nosotros! – dijo el bailarín.
-¡Por nosotros! – repitieron.
Mientras Taehyung hacía una mueca Jimin se tomaba su bebida de un trago. Se miraron y se echaron reír de tal forma que Jimin se cayó del taburete.
Había cosas que nada podía cambiar.
…
Jimin se estaba poniendo crema de manos cuando Jungkook se metió en la cama. Estaban agotados. Y un poco piripis, para que mentir. Solo querían abrazarse y descansar.
-Kook…
-Mhm – respondió este mirando su móvil.
-Mañana tengo una cita y me gustaría que me acompañases – Jungkook dejó el teléfono para mirarlo.
-Claro.
-¿No me preguntas para qué?
-No necesito saberlo. Si me quieres contigo, allí estaré. - Jimin lo miró en silencio - ¿Te lo pregunto? – añadió pensando que la había cagado.
Jimin se subió encima de él y puso las manos detrás de su cuello.
-Eres maravilloso, Jeon. Te quiero. – empezó a mover sutilmente su culo sobre la entrepierna del director –
-Yo también te quiero – le puso las manos en las caderas para frenarlo – Jimin… - le dijo en modo de advertencia - ¿No estabas cansado?
Como respuesta, el bailarín se quitó la camiseta que llevaba.
-Se acabó – Jimin chilló cuando Jungkook lo levantó y lo tumbó sobre la cama para ponerse encima de él.
Cuando por fin se durmieron, ya casi estaba amaneciendo.
Chapter 55: Capítulo 54
Notes:
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-¿De verdad no vas a decirme a dónde vamos?
-Lo vas a saber en cuanto lleguemos, pesado – replicó Jimin.
Habían aparcado e iban de la mano guiados por el bailarín. A Jungkook le empezó a sonar la zona justo cuando Jimin paró delante del escaparate.
-¿En serio? ¿Qué vas a hacerte?
-Es una sorpresa. Pero voy a tardar un rato. A lo mejor no ha sido buena idea pedirte venir…
-No seas tonto. Saludo a Poly y me iré al Starbucks de enfrente y luego vuelvo. ¿Te apetece algo?
-Un mocca blanco ¿porfi?
-Tienes suerte de que te quiera tanto – lo besó.
...
-Hey tortolitos. Adelante.
Jungkook le dio la mano y chocó el hombro con su tatuador favorito. Él y su socio eran los mejores. Se lo había presentado a Jimin hacía unos meses cuando éste se había querido hacer un pequeño tatuaje detrás de la oreja en honor a su juventud perdida. El director ya tenía varios tatuajes en su cuerpo. Le hacía feliz ver que al bailarín le había gustado su trabajo tanto como a él. Jungkook no lo admitiría, pero Poly le había arreglado algún que otro dibujo en la piel que se había hecho por impulso.
-Jimin, tengo que decir que tu idea me pareció una pasada – dijo Poly saludando al bailarín.
-Y a mi tu diseño. Fue mejor que en mi imaginación.
-Espero que no te importe que te lo haga Flado, mi compi. Yo tengo una cita en media hora y no quería dejarte esperando.
-Sin problema – afirmó Jimin – pero ni una palabra a éste – señaló a Jungkook – Es una sorpresa.
Poly hizo un gesto como que se cerraba la cremallera de la boca y se echó a reír. Cogió el teléfono y escribió un mensaje. Su móvil pitó de vuelta.
-Pasa. Flado está en su box. Yo te entretengo al churri – Jimin volvió a reír y se fue hacia el box indicado.
Jungkook observó como el bailarín desaparecía. Nunca se cansaría de verlo moverse. Poly carraspeó y el director lo miró sonriendo. Pillado.
-Iba a ir al Starbucks de todas formas. ¿Os traigo algo?
-Nah – contestó Poly – Voy a prepararme para mi cita. Estás en tu casa.
...
De vuelta con sus cafés Jungkook entró a la tienda para encontrarse a Poly, al que había dejado tan simpático como siempre, bufando y lanzando el teléfono a un lado del mostrador.
-¡Ugh!
-Vale. Primero, por favor llévale esta bebida a Jimin – le pasó el mocca blanco – y luego me cuentas qué te pasa.
Se puso a observar las fotos de los tatuajes y los piercings. Le llamó la atención la foto de alguien con un piercing en la ceja, quizá algún día…
-Estoy harto – dijo Poly al volver, sentándose en su silla tras el mostrador.
-¿Qué pasó?
-La cita por la que no hice el tatuaje de tu amorcito me acaba de decir que le resulta imposible llegar. Había reservado la mañana para ella. Maldita Jennie.
-A lo mejor puedo ayudarte.
-Solo si vas a ir a por ella y traerla de los pelos…
-No, pero puedo darte trabajo para que no pierdas la mañana – sacó su móvil.
Poly lo miró. No estaba sorprendido. Sabía que muchos de los tatus de Jungkook eran impulsos. Se acercó a mirar lo que éste le enseñaba en la pantalla del teléfono, y solo pensó una cosa:
-¿Dónde?
Jungkook señaló la zona del esternón hacía la izquierda, más o menos donde estaba el corazón. El tatuador asintió.
-Dame un momento.
Cuando menos de un cuarto de hora después volvió con un diseño Jungkook se emocionó.
-¿Estará a tiempo?
-¿Por quién me tomas?
El director se echó a reír mientras lo seguía a su box. Era una locura, pero la vida había que vivirla.
...
Unas dos horas después, cuando Jimin salió con su tatuaje recién hecho se encontró a Jungkook y al tatuador casi como los había dejado al llegar.
-¿En serio no habéis hecho nada? ¿Y tu cita? – preguntó.
-Me canceló – respondió mientras cobraba al bailarín. Descuento de VIP incluido.
-Gracias por todo. Seguro que nos vemos pronto.
-¿Ah sí? – preguntó Jungkook, curioso.
-Era un decir – Jimin lo cogió de la mano – Vámonos, anda.
…
Pasaron todo el día fuera. Después de salir del estudio de tatuaje se fueron a comer a un Bistro donde cogieron fuerzas para ir de compras. Chanel, Dior… hasta Calvin Klein. Cuando Jimin pasó más de cinco minutos frente al escaparate de Tiffanys, Jungkook tuvo una epifanía. Las ruedas en su cabeza empezaron a girar.
Nada más entrar en casa Jimin suspiró aliviado al quitarse sus botines.
-Uff, estoy agotado.
-No me extraña – Jungkook levantó sus brazos llenos de bolsas y Jimin sonrió.
-Te dije que podía llevar yo algo – se masajeó los pies doloridos.
-Sí, claro…
En cuanto Jungkook fue al vestidor a dejar las bolsas Jimin salió corriendo hacía el baño para desnudarse y dejar respirar un poco el tatuaje. Se colocó un short deportivo de Jungkook, el cual le quedaba anchísimo, pero sabía el efecto que tenía en el director verle con su ropa puesta.
Efectivamente, los ojos de Jungkook se agrandaron cuando vio al bailarín entrar en la habitación sin camiseta y, aun peor, con unos pantalones cortos suyos.
-Necesito que me pongas crema en el tatuaje – le dijo tendiéndole el bote.
Jungkook lo revisó de arriba abajo, no solo para recrearse en su esculpido cuerpo de bailarín, sino en busca del dichoso tatuaje. Se levantó y se acercó a él. Se quedó parado cuando Jimin se dio la vuelta.
-Joder.
-¿Joder bien o joder mal? - Preguntó Jimin con voz insegura. No quería darse la vuelta y ver la expresión en la cara de su novio si no le gustaba.
El director no sabía qué decir. Estaba hipnotizado. Siempre había pensado que Jimin no podía ser más bello. Estaba claro lo equivocado que había estado.
Varias lunas en distintas fases recorrían su espina dorsal.
-Dios, Jimin. Es tan tú.
Sus palabras hicieron que, por fin, Jimin lo mirase por encima del hombro. Su tímida sonrisa se amplió al ver el brillo en los ojos de su novio. Estaba siendo sincero, aun así, insistió.
-¿De verdad te gusta?
-¿Gustarme? - Terminó de acercarse a él sin tocarle la espalda – Me encanta. Es perfecto. Como tú – dejó un beso en la nuca del bailarín, justo encima de la primera luna, notando como se le erizaba la piel.
Jimin rio bajito y soltó un siseo cuando notó la fría crema en contacto con su espalda. Jungkook recorrió con sus dedos todas y cada una de las lunas, maravillándose.
-Cuando se curen voy a recorrer todo este maldito tatuaje con la lengua hasta que me canse – Un escalofrío atravesó el cuerpo del bailarín.
-¿Lo prometes?
-Solo si tú me pones crema ahora. Ya estás listo.
-¿Y para qué iba yo a... ¡JEON!
Estiró su mano para tocarlo despacio. Ahí estaba, en pleno esternón justo donde está el corazón. El nuevo tatuaje de Jungkook lo dejó sin respiración. Era él. Bueno, su silueta. Idéntica a la que adornaba el póster de la película. Su película.
-Estás loco.
-Por ti.
-Tenías que quitarme el protagonismo, ¿verdad?
-Ups... ¡ouch! - gimió cuando Jimin apretó los dedos sobre el tatuaje mientras le ponía la crema.
-En serio, ¿Cómo se te ocurre?
-Jiminssi. Eres y serás mi Black Swan. Siempre. Pase lo que pase. ¿Recuerdas?
-!Ugh!. Cómo te odio.
-Me quieres.
-Nop.
-Sip.
-Nop.
-¿Qué te parece? - ahora era el turno del director de sentirse inseguro. Jimin no quiso ponérselo difícil.
-Me encanta. Me siento... Es tan...
-Siempre tan elocuente, Jiminssi.
-¡Eres insoportable!
Se dio la vuelta para ir a la cocina antes de que Jungkook lo viese sonreír.
Hacerse su tatuaje ya había sido un viaje emocional. Le había dado muchas vueltas durante sus días de soledad. Y llegaba “Jeon don impulsivo porque vivo el momento Jungkook” y se hace un tatuaje que era un disparo al corazón.
Dicen que un bailarín muere dos veces. La primera cuando deja de bailar. La segunda cuando muere de verdad.
A Jimin le habían arrebatado la primera de golpe. Por primera vez en su vida pensó que podría dejar todo atrás y esperaba que la segunda lo encontrase junto a un anciano Jungkook.
Él le había permitido renacer.
Notes:
Esto ya se está acabando... ¿os está gustando?
Chapter 56: Capítulo 55 - Un poco más de tres meses después...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
-¿Una camioneta? ¿En serio? – Jungkook se cruzó de brazos.
-No es “una camioneta” niñato. Es una Ford F150 King Ranch 4x4 EcoBoost Truck. – replicó Jin, ofendido. - Y antes de que lo preguntes: Sí, cabemos los 5. De hecho, podríamos ir los siete si cierto director estirado no quisiera ir a solas con su novio para hacer guarrerías en el coche.
-Jin, déjalo en paz – intentó Namjoon, pero también estaba riendo por lo bajo, como los demás.
Todos estaban al tanto del principal motivo por el que Jungkook quería ir a solas con Jimin en el coche. Los dos eran de Busan y era su primera vez yendo juntos a su ciudad natal. Además de los planes que tenía, claro.
-Espero que todo salga bien o tendré que ir en ese trasto a la vuelta – Jungkook estaba preocupado. Era una sensación extraña. Estaba seguro de lo suyo, pero… ¿y si no? Se interrumpió cuando escuchó la voz del bailarín que se acercaba.
-Salimos ya… Sí, si… Te aviso cuando estemos en el hotel… Taemin, eres más que capaz, además yo estaré contigo y será genial. En unas horas estaremos ahí. Vale. Adiós – El bailarín colgó el teléfono.
-¿Sigue nervioso? – Jimin asintió - ¿Y tú? -preguntó después el director. -Jimin volvió a asentir.
-Quería tranquilizarlo, pero estoy acojonado. No sé si podré... tengo miedo de estropear la lectura del libro. Wow, que pasada de camioneta.
Jungkook decidió no decir nada ante el obvio cambio de tema.
-¿A que sí? – replicó Jin con retintín echando una mirada al director que solo rodó los ojos – Menos mal que alguien aprecia la belleza.
-Si te vas a tirar todo el viaje dando por saco me voy con Jimin y Jk , eh – soltó Yoongi.
-Yo no – dijo Tae subiendo ya a la camioneta – Prefiero escuchar a Jin todo el camino que aguantar a los tortolitos. Seguro que cambian de marcha con las manos unidas.
-El coche es automático – se defendió Jungkook. Todos se echaron a reír.
-Oh, cariño – Jimin se acercó y pasó el pulgar por el ceño fruncido del director - ¿Nos vamos?
-¡Road Trip! – soltó Hobi aplaudiendo mientras se subía a la camioneta.
…
El viaje de Seúl a Busan eran unas 4 horas. La conferencia de Taemin era el sábado por la mañana, pero ellos habían decidido salir el viernes para poder disfrutar su tiempo allí y recorrer su ciudad juntos. Al menos esa era la excusa que Jungkook le había puesto al bailarín.
Jimin tenía que admitir que cuando todos sus amigos se habían apuntado le fastidió un poco. Los adoraba, pero era su primer viaje a Busan con Jungkook, quería que fuese especial, pero claro todos querían estar a su lado y al de Taemin después de todo. Cuando se lo comentó al director este le aseguró que sería así, el primer paso ir los dos solos en el coche, aunque hubiese sido más fácil compartir con los demás. Y le prometió el viernes para ellos a solas. Jimin decidió dejarse llevar. No sabía lo que le venía encima.
- He creado una playlist para el viaje. Conecta mi móvil – comentó Jungkook saliendo del aparcamiento.
-Tienes un mensaje de un tal Woozi, dice que todo está listo y que desde cuando eres tan romántico.
-¡Joder! – exclamó Jungkook antes de añadir – Nada, es uno de los técnicos para mi nueva película. – Jimin lo miró con sospecha. El director hizo como que estaba muy concentrado en la carretera.
Unos segundos después la música llenó el coche rompiendo el silencio. Jungkook lo miró de reojo y se dio cuenta de que el bailarín estaba serio. No podía permitirlo. Estiró la mano y cogió la de Jimin llevando ambas hasta su propia pierna.
-Por si me tienes que ayudar a cambiar de marcha – levantó sus manos unidas para dar un beso a los nudillos de Jimin y volver a bajarlas. Jimin soltó una risita y se relajó visiblemente. – Te quiero Jiminssi.
El bailarín miró por la ventana, como si no le hubiese escuchado, pero se podía observar una sonrisa en su rostro. Jungkook aceptó ese pequeño castigo. Debió haber advertido a su amigo para que no le escribiese. Aprovecharía la parada a mitad camino para hablar con él.
…
Jimin se había dormido con el libro de Taemin en el regazo. Estaba tan adorable que a Jungkook le dio lástima despertarlo cuando pararon en el área de descanso. Por suerte o por desgracia, a Taehyung le daba igual.
Dio unos golpes secos en la ventana y el bailarín se golpeó la cabeza al despertar tan bruscamente. Miró a su amigo a través del cristal y le gritó mientras se quitaba el cinturón:
-Voy a matarte – El idol salió corriendo mientras Jimin lo perseguía.
Los demás entraron directamente a tomar algo.
-¿Debería preocuparme? – preguntó Jungkook.
-Nah – contestó Hobi. - Luego se besarán y tan campantes. Tenías que haberlos visto pelear por el último dumpling en el plato. Eso sí fue un espectáculo.
Jungkook aprovechó que Jimin estaba fuera para concretar el tema con Woozi, ya estaba todo claro cuando sintió como el bailarín se aferraba a él.
-Deja de trabajar… - hizo un puchero.
-No estoy… ah sí, sí. Claro. – colgó.
Jimin frunció el ceño. Jungkook era penoso mintiendo y algo pesado se instaló en su interior cuando pudo ver ese nombre de nuevo en la pantalla antes de que el director cortara la llamada. “WOOZI HYUNG”.
…
Llegaron al Park Hyatt Hotel de Busan a la hora planeada.
A los nervios que Jungkook ya tenía se unió la preocupación. Desde que habían arrancado tras la parada, Jimin no había dicho ni una palabra. De hecho, estaba seguro que había fingido volver a dormirse.
Bajaron el equipaje y al director no le pasó desapercibida la mirada que su novio compartió con Tae, quien inmediatamente cogió a Jimin del brazo para que lo acompañase.
Jungkook suspiró mientras iba a hacer el check-in en recepción. Hobi lo acompañó.
-Estás en un lío, amigo – le puso la mano en el hombro y Jungkook volvió a suspirar.
-Lo que estoy es tan nervioso que la voy a terminar cagando. Jimin ha visto un mensaje de Woozi y seguro que ya sospecha y...
-No, que va. No sospecha. Al menos tus planes. Lo que sospecha es que te vas a juntar con ese amigo tuyo a sus espaldas.
-¿Qué? - el tono fue tan agudo que varias personas se giraron a mirarlos – Pero cómo puede pensar que...
-Jungkook. Es Jimin.
La afirmación de Hobi fue como un jarro de agua fría. Era verdad, por muy bien que estuviese ahora el bailarín, había inseguridades que estarían con él durante el resto de su vida.
-Joder, soy un idiota.
Les entregaron las llaves justo cuando todos volvían a reunirse. Jungkook buscó la mirada de Jimin, pero este lo rehuyó. Aunque recibió los rayos láser de la mirada de Taehyung hasta que Hobi consiguió llevárselo de allí. Y eso que el idol sabía lo que Jungkook tenía planeado. Al menos hasta ese momento.
-Jin. Necesito las llaves de la camioneta.
-Ajá, ahora me vienes con esas...
-Por favor... - al escuchar el tono de voz de Jungkook, Jin le dio las llaves sin decir nada. El director las cogió y se dirigió a donde estaba su novio.
-Jimin.
-¿Qué?
-Tengo que irme un momento – el bailarín se cruzó de brazos – pero no es lo que crees y volveré lo más rápido posible. Necesito que te pongas algo cómodo y cojas una chaqueta. ¿Vale?
-Jungkook, no me apetece...
-Jiminssi – le cogió la cara con las dos manos – confía en mí.
El bailarín lo miró a los ojos. Sabía que estaba celoso por nada. No había nada que no fuese amor en los ojos de Jungkook. Aún así, asintió y cuando este le tendió la llave de la habitación, la cogió y se marchó sin decir nada más.
…
Jungkook estaba esperando en la camioneta. Volvió a mirar el reloj. Le había dicho a Jimin que lo esperaba abajo. Había avisado a Woozi y tenía todo lo necesario en la parte de atrás de la furgoneta. Había planeado todo de una manera distinta, pero ya no iba a perder más tiempo y arriesgarse a estropear el fin de semana.
Por fin, el bailarín salió del hotel. Se había puesto una camiseta azul y blanca de rayas. Jungkook se rio, menudo contraste con su chaqueta amarilla, la había comprado por impulso mientras buscaba lo necesario para la improvisada cita.
- Has tardado bastante. - Había sido poco más de media hora, pero Jimin seguía un poco enfadado, sobre todo porque no sabía qué estaba pasando.
Jungkook iba a protestar, pero decidió que era mejor no tentar a la suerte.
- Perdón.
Se puso en marcha y al momento cambió de opinión, frenando en seco.
-¿Estás loco, Jeon?
-Jiminssi. Te quiero.
-No entiendo nada, Jungkook.
-Sabes que te quiero. Sabes que no haría nada para estropear lo nuestro. Quiero tener una cita romántica contigo, he planeado... - se cortó a sí mismo – pero no quiero que estés enfadado. Si no te apetece podemos irnos a la habitación o con los demás y no pasa nada.
- Pero...
-Lo sé, soy idiota. No quería que...
-Vamos.
-¿Qué?
-Has planeado una cita, ¿no? Pues venga.
Jungkook sonrió mientras volvía a arrancar la furgoneta. Miró a Jimin de reojo cuando este puso la mano sobre la suya en el cambio de marchas. Al final si podían hacerlo juntos.
El picnic improvisado en la parte trasera de la furgoneta fue un éxito. Y ahí estaban viendo anochecer en la playa de Gwangalli. Tapados solo con el plumas negro que Jimin había traído. Jungkook sacó su teléfono, era casi la hora. Envió un mensaje y cuando recibió la respuesta el bailarín se quedó sorprendido al ver el nombre de la pantalla por enésima vez ese día.
-Tiene que ser una broma – Jimin salió de debajo de la chaqueta para saltar de la furgoneta antes de que Jungkook pudiese pararlo.
-Jimin, espera.
-¿Para qué? Joder Jeon, confío en tí, pero estas rarísimo desde que salimos de casa. Estás con mensajes y secretitos. Me dices que me quieres y luego...
Jungkook lo abrazó y lo obligó a darse la vuelta. Ya era completamente de noche. El puente estaba apagado. Jimin nunca lo había visto así.
-Porque...
De repente, poco a poco el puente empezó a cobrar vida. Las luces se iluminaron en varios tonos de morado. Unas letras empezaron a aparecer en la base.
-Oh dios mío... - Se quedó ahí parado. Sintiendo las lágrimas picar en sus ojos y como Jungkook apoyaba la barbilla en su hombro para susurrarle las palabras que parpadeaban en el puente de su ciudad natal.
- Jiminssi, ¿quieres casarte conmigo?
Un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió a Jungkook alejarse de él. Se abrazó a sí mismo y se dio la vuelta despacio. Jungkook lo miraba con los ojos completamente abiertos. Estaba malinterpretando su silencio.
-Lo siento. Yo...
Jungkook cayó al suelo con tanta fuerza que se hizo daño en la cabeza. Olvidó el dolor al sentir a Jimin sobre él, comiéndole la boca. Se separaron para coger aire, ambos con los ojos humedecidos.
-Me lo voy a tomar como un sí.
-Sí, y mil veces sí. Sí. Sí. Sí. - Jimin acompañó cada afirmación con un beso.
Se separó de Jungkook para sentarse junto a él tras ayudarlo a incorporarse, ambos sacudiéndose la arena.
-Tengo que reconocer que me has preocupado por un momento. - Jimin se echó a reír al escucharlo.
-Te lo merecías por hacérmelo pasar tan mal el mismo día de mi compromiso. Ay joder, estamos prometidos.
Esa vez fue Jungkook quien se echó a reír.
-Tengo algo para ti. Espera. - Jimin se quedó mirando como el director corría hacia la furgoneta para, al volver, arrodillarse en la arena frente a él. Sus ojos se abrieron al verle sacar una caja de Tiffanys.
-No habrás sido capaz – Abrió la caja que Jungkook le tendía con manos temblorosas. Efectivamente, el anillo que le había encantado meses atrás, cuando se tatuaron, lo esperaba dentro tan brillante como recordaba – Oh. Jeon. -Se puso de rodillas también y lo abrazó. - Te quiero.
-No tanto como yo a ti. - Al momento, añadió - Siento que esto haya resultado un desastre. Había planeado que...
-Me da igual. - lo interrumpió Jimin - No quiero saber lo que habías planeado. Ha sido perfecto. De hecho, a lo mejor tienes razón, no lo ha sido y eso lo hace aún mejor. Porque es muy nosotros: Perfectamente imperfectos.
-Perfectamente imperfectos – repitió el director – Me gusta.
-Llévame al hotel, prometido.
-Oh Jiminssi.
-¿Te gusta cómo suena, prometido?
-Para. - Se dirigieron hacia la furgoneta a paso rápido.
-Vaya, vaya, parece que mi prometido tiene un kink.
Las risas y las provocaciones fueron la banda sonora de su viaje de vuelta, cambiando a sollozos y gemidos cuando hicieron el amor en cuanto cruzaron el umbral de su habitación.
Agotados, se dejaron caer en la cama y Jimin estiró el brazo para observar el anillo brillar, aunque solo fuese con la tenue luz que entraba por la terraza de la habitación.
-Jiminssi... que sepas que Woozi es un amigo de Busan de toda la vida, que me ha ayudado a...
-Cállate, Jeon.
Jungkook soltó una carcajada para luego estirar su brazo y enlazar sus dedos con los de Jimin. El bailarín miró sus manos unidas y se dio cuenta de algo tan aterrador como maravilloso.
No podía ser más feliz.
Notes:
!Feliz San Valentín!
Chapter 57: Capítulo 56
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Llegaron a la mesa donde sus amigos ya estaban desayunando completamente serios. Taehyung buscó la mirada de Jimin, pero este la evadió. Le dio un golpe a Hobi bajo la mesa y el bailarín tuvo que contener la risa. Se sentaron en silencio, ninguno quería ser el que metiese la pata.
-Me acercas el pan, Tae – Jimin estiró la mano para recibir la pequeña cestita cuando su soulmate empezó a gritar.
- Oh dios, Minie – lo cogió de la mano para admirar el anillo que brillaba en su dedo.
-Wow, Jeon. Como se nota la pasta...
-¡Ouch! - fue la respuesta de éste. Jin le había dado una colleja.
-Nos teníais preocupados, joder. Pensé que sería esta noche.
-Cambié de idea ya que Jiminssi...
-Jeon. - el tono de advertencia era juguetón de todas formas.
-Vale, vale – Levantó las manos en señal de rendición.
-Aún no te has casado y ya te domina... - soltó Hobi.
-Oh dios mío, Minie ¡te vas a casar! - gritó Tae de nuevo. Las carcajadas resonaron en todo el local.
El resto del desayuno transcurrió entre risas y bromas. Miradas entrecruzadas de los prometidos y las consecuentes burlas del resto.
Como debía ser.
...
Jimin observaba su ciudad natal por la ventana. No quería admitirlo, pero estaba muy nervioso. Cuando Taemin le había pedido escribir el prólogo de su libro, se había negado por completo, pero en terapia le habían dicho que le ayudaría mucho sacárselo de dentro. Así que lo hizo.
A la editorial le gustó tanto que el libro terminó llamándose como su prólogo: Set Me Free. No había podido decir que no cuando Taemin se lo pidió.
El libro fue un éxito de ventas, en parte por el morbo y en parte porque todo el mundo sabía lo que Gong Yoo les había hecho, especialmente a Taemin. Bambam y otras víctimas también habían participado. Había sido catártico para todos.
Jimin seguía sumido en sus pensamientos cuando Jungkook aparcó en el Centro de Exposiciones de Busan. Se sobresaltó cuando su prometido lo cogió de la mano.
.Jiminssi, no tienes que hacerlo si no quieres.
-Sí quiero, pero...
-¿Tienes miedo? - Jimin asintió.
-¿Y si me rompo? ¿Y si Taemin piensa que le quito el protagonismo? La gente sigue hablando de nosotros...
-No te voy a mentir. Me preocupa lo primero, no porque no seas fuerte. Es solo que...
-Jeon, si no pudiese con ello te lo diría.
-Lo sé. Y también sé que eres capaz.
-Es lo mismo que le dije yo a Taemin – el bailarín sonrió.
-Pero es la verdad. Y en su caso también. Si algo ha quedado claro es lo capaces que sois. No es valiente no tener miedo sino tenerlo y aun así seguir adelante.
-Arg, cómo te odio. Vamos.
Jimin bajó del coche y Jungkook lo siguió. El director dio la vuelta rápidamente para abrazarlo y Jimin se dejó hacer.
-Estoy muy orgulloso de ti.
-No me hagas llorar, Jeon. - le dio un suave empujón – Pero gracias.
-Te quiero Jiminssi.
-Y yo. No sé qué habría hecho sin ti.
-Pues lo mismo, pero sin alguien tan guapo al lado.
-¡Idiota!
La sonrisa de Jimin bien valía un pequeño insulto.
…
Taemin abrazó a Jimin con todas sus fuerzas cuando le contó las buenas noticias. Jungkook se había ido con el resto a sentarse entre el público, pero luego tenían planes de comer todos juntos. Minho, que acompañaría a Taemin en su gira por Corea, los miraba sonriendo.
- Es la mejor noticia que podía recibir hoy.
-¿Más que el millón de copias vendidas? - intervino Minho.
-¿Qué? ¡Taemin! ¿A qué esperabas para decírmelo?
-Lo iba a hacer, pero me dejaste ciego con ese anillo y claro...
Los tres rieron. Jimin pensó que quizás esa era la primera vez desde que se conocían que ambos reían juntos con sinceridad.
-¿Sabéis? Mi prometido – dijo añadiéndole un tono especial a la palabra – me ha dicho hoy algo que me ha ayudado de verdad – los dos lo miraron con atención – que no se es valiente por no tener miedo, sino por tenerlo y enfrentarse a ello. Bueno, él lo dijo más bonito, pero era algo así.
-Jungkook tiene razón – respondió Minho – Además, podéis estar muy orgullosos.
Jimin se dio cuenta de cómo el que fuera secretario de aquel monstruo miraba a Taemin, a pesar de que éste no parecía darse cuenta.
-No nos hagas llorar antes de salir a leer.
-Eso – aportó el bailarín.
-Vale, vale. De todas formas, tengo que irme ya. Min, si necesitas cualquier cosa, ya sabes dónde estaré. - Taemin asintió y Minho dejó un beso en su sien antes de hacerle un gesto a Jimin y dejarlos a solas.
-Vaya, vaya, alguien está coladito.
-¡Qué va! Solo estoy a gusto con él, además...
-Hablaba de Minho, pero gracias por confirmarlo – Taemin se sonrojó. - Te mereces ser feliz, Taemin.
-Lo sé. Pero...
-Lo sé – lo copió Jimin, acercándose para abrazarlo. - ¿Vamos?
-Vamos.
…
-Vuela lejos, mariposa. Por fin soy libre. Levanto mis manos por mi yo del pasado...Now set me free – terminó con el título en inglés que tenía su prólogo.
El silencio era lo único que se escuchó cuando Jimin terminó a duras penas de hablar. No estaba llorando, pero le faltaba poco. Un sollozo resonó y supo sin mirar que provenía de Jungkook. Levantó la mirada en el momento en el que el público empezó a aplaudir. Dio las gracias y dio paso a Taemin. Era su libro, al fin y al cabo.
Supuestamente debía quedarse junto a Taemin mientras éste leía algunos fragmentos de su historia. Taemin se había dejado el alma en SET ME FREE. Había volcado su verdad sin omitir detalle, pero sin caer en la morbosidad que la mala prensa buscaba. Esa era una de las razones de su éxito.
Jimin llegó junto a sus amigos y vio que hasta Yoongi tenía los ojos humedecidos.
-Venga, chicos. Esto debería ser una celebración.
-Oh Minie – Taehyung lo abrazó y Jimin se dejó hacer, para luego liberarse y sentarse junto a Jungkook.
Su prometido no le dijo nada, pero no hizo falta. Jimin podía leerlo en sus ojos. El orgullo, el amor. Se sintió satisfecho. Cogió una de sus manos y Jungkook la apretó. El bailarín apoyó la cabeza en su hombro y se dispuso a escuchar a Taemin. La persona que le había salvado la vida.
A pesar de las emociones de la mañana, o quizá por ellas, hubo una especie de pacto silencioso y no se habló de nada demasiado profundo en la comida que compartieron los siete con Taemin y Minho. El compromiso de Jimin y Jungkook fue el tema principal. Sobre todo, las despedidas de soltero. Las ideas de Taehyung respecto a la de su soulmate habían hecho al director chasquear la lengua.
Ninguno tenía ganas de terminar la velada, pero al final no quedó más remedio. Al día siguiente el grupo volvía a Seúl y Taemin debía continuar la gira, su siguiente parada era Daegu.
La vida seguía su curso.
…
Aunque en principio no había estado en sus planes, de hecho, los padres de Jungkook no estaban en Busan ese fin de semana, decidieron hacer una pequeña visita a Magnate y darle la noticia de su compromiso al padre de Jimin en persona.
La cafetería, como siempre, estaba hasta los topes y eso que habían ido casi a la hora del cierre para evitar follones. Aun así, Jimin tuvo que firmar un par de autógrafos y hacerse unas cuantas fotos, con su padre mirándolo orgulloso. Siempre había sido su mejor apoyo.
Como esperaban, el señor Park se emocionó cuando se lo contaron. Los obligó a cenar en su casa esa noche, algo que ya esperaban. Los demás habían hecho planes por su cuenta. Algo sobre una cena sobre el aire, aunque no todos conocían los planes. Jungkook pensó que a Hobi le iba a hacer poca gracia la cosa.
El director decidió darle a Jimin un poco de intimidad junto a su familia y salió al porche para llamar a su madre.
-Hola hijo, ¿qué tal?
-Hola eomma, bien – dudó sobre cómo seguir.
-Jungkookie, ¿qué pasa? ¿Está bien, Jimin?
Se sobresaltó al sentir al bailarín a sus espaldas.
-Estoy bien – gritó al altavoz.
-Oh, Jiminah ¡saranghae! - La risa de la madre de Jungkook se escuchó fuertemente. - ¿Entonces has dicho que sí? ¿O has sido listo y le has dicho que no?
Jimin la acompañó en las risas mientras Jungkook renegaba de fondo.
-Se supone que yo soy tu hijo, deberías estar de mi lado. – le gritó al móvil que ya estaba en poder del bailarín.
-Aja, aja. Cuéntame, Jiminah. ¿Se puso muy nervioso?
Jungkook se sentó en el banquito blanco que había en el porche, mientras observaba a Jimin pasearse sonriendo con el teléfono en la oreja. No es que tuviese dudas, pero en ese instante supo que de verdad había encontrado a su persona. No habría nunca nadie más.
…
-Y por eso no pienso confiar en estos idiotas nunca más – Hobi estaba tan ofendido que resultaba gracioso.
Como imaginaban, la dichosa cena en una mesa colgando a no sé cuántos metros del suelo no le había hecho ninguna gracia. Y así estaba transcurriendo su último desayuno en Busan.
-Pero las vistas eran bonitas. Admítelo – Tae enseñó una de las fotos que tenía en su móvil.
-La verdad es que me da envidia. Me hubiese encantado – comentó Jungkook mientras Jimin rodaba los ojos.
-Ya está Don adrenalina – lo empujó con el hombro y el director lo miró como si hubiese dicho la cosa más maravillosa del mundo. Se perdieron en su mirada.
-Estoy comiendo, joder – soltó Yoongi.
Las carcajadas hicieron que, como siempre, varias personas se giraran a mirarse. Jimin hizo todo un show en acercar su cara a la de Jungkook y besarlo mientras le enseñaba un dedo al productor musical.
Media hora después, estaban en marcha hacia Seúl.
…
Eran pasadas las tres de la tarde cuando Jungkook aparcaba en su garaje. Estiró el cuello. A pesar de la parada obligada a mitad de camino, estaba cansado. Los nervios de la pedida, la emoción de escuchar a Jimin y Taemin y ver lo mucho que habían avanzado, celebrar con sus amigos… Estaba deseando tener un poco de tranquilidad.
Abrió el maletero y mientras sacaba su equipaje gruñó:
-No puedo más. Estoy agotado.
-Bueno, hoy puedes descansar – el bailarín cogió su bolsa para liberarle peso - Y hazlo bien, porque a partir de mañana serás mi esclavo.
-Oh Jiminssi, qué morbo – alzó las cejas y el bailarín casi se cae de la risa.
-No funny business. Tenemos una boda que preparar.
Chapter 58: Capítulo 57 - En la actualidad
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En teoría, habían preparado el típico el baile lento para dar un par de pasos y mezclarse con la familia y el resto de los invitados, pero cuando Yoongi se sentó en el piano blanco que había en un lado de la sala (en ese momento entendieron porque estaba ahí cuando no lo habían contratado) y empezó a tocar la melodía del Black Swan que habían creado para la película mientras Jin, Namjoon, Tae y Hobi se ponían a su lado para cantar, los dos compartieron una mirada.
-¿Te acuerdas? – preguntó Jimin.
-¿Te atreves? – fue la respuesta de Jungkook.
Lo más bonito de esa familia elegida que habían creado era que su relación era casi casi telepática. En cuanto Jungkook se recogió un poco el pelo y los recién casados se colocaron en posición, todos pararon para que Yoongi empezara de nuevo.
Solo la música se podía escuchar en toda la sala mientras Jungkook, de rodillas, empezaba sus movimientos. Todos estaban acostumbrados a ver a Jimin creando arte con sus movimientos, pero no a que el director lo hiciese con el mismo entusiasmo. Los murmullos empezaron cuando el bailarín apareció y los sonidos de asombro se convirtieron en gritos entusiasmados cuando se cogieron de la mano y Jimin se deslizó por el suelo. En el momento en el que tras levantar Jimin la pierna saltaba para que Jungkook lo recogiera para hacer girar a ambos hizo que los aplausos resonaran hasta el salto final de Jimin.
A pesar de que respiraba con dificultad, Jungkook tiró de su marido para apretarlo contra él, sus pelvis unidas.
-Te quiero, Jiminssi.
-Yo te quiero más, Jeon.
-Sí, sí, os queréis mucho. Mi turno – Namjoon apartó a Jimin y se llevó a Jungkook con él mientras Hobi hacía lo propio con el bailarín. Jin y Taehyung se alejaron de Yoongi y éste decidió quedarse tocando un poco más antes de seguir con el resto del evento, para eso había hecho que le llevasen el piano.
-Cada día suenas más como Jin – le recriminó el bailarín a Namjoon mientras Hobi lo alejaba.
-¡Eh! – soltó el actor desde lejos. Todos rieron.
…
Antes de que la verdadera fiesta empezase, Taehyung y Jin subieron al escenario mientras los demás colocaban a los novios en el centro de la pista, rodeados de gente.
-Cuando conocí a Jungkook no era virgen, pero casi – empezó Jin.
-Ay dios – la protesta del director hizo reír a los demás.
-Como decía antes de ser violentamente interrumpido, hace mucho que nos conocemos. Yo ya era así de guapo – se escucharon más risas – pero él era prácticamente un corderito que me miraba desde detrás de la cámara con ojos asustados. Cuando me contó que había venido muy joven a Seúl, dejando a su familia atrás, para poder conseguir su sueño de ser director no me quedó otra que prácticamente adoptarlo. Le compraba cena cuando salíamos tarde de los rodajes, le llevaba comida cuando veía que no había tomado nada en horas. Yo era el actor principal y tenía que cuidar del novato. ¿Os lo podéis creer?
Jungkook sacudió la cabeza, pero sus ojos brillaban por la humedad.
-La cuestión es – prosiguió el actor – que supe ver, detrás de esa fachada de timidez – al hombre en el que se podía convertir. Además de su talento como director, aunque cierto actor muy atractivo le puso fácil lo de sacar buenos planos…
-Jin… - lo recriminó alguien.
-Vale, vale. La cuestión es que Jungkook brillaba a pesar de la oscuridad a su alrededor que intentaba apagarlo. Quise protegerlo y me siento orgulloso de haberlo visto crecer, literal y figuradamente y menos mal porque esa cabeza era muy pequeña para esa nariz – todos volvieron a reír mientras Jungkook se tocaba su nariz – Y ahora me cae mal porque me hace la competencia en las listas de los más guapos de la industria del cine – más risas resonaron. – Cuando me ofreció el papel en su Black Swan dije que sí sin pensarlo por todo lo que ya he dicho. Y ahora me siento un privilegiado por haber visto renacer esta historia de amor. No creo en el destino, pero si lo hiciese sería gracias a Jungkook y Jimin. No hay dos personas más predestinadas a estar juntas. ¡Te quiero, Nam! – el aludido se sonrojó cuando todo el mundo le miró – No lo han tenido fácil y seguro que habrá más obstáculos por el camino, pero estoy seguro de que se tendrán el uno al otro hasta el final. Y sí se sienten sin fuerzas, estaremos nosotros para apoyarlos. Porque somos un equipo. Los siete. A prueba de balas.
Esa vez solo ellos rieron ante el chiste interno mientras Namjoon pensaba que iba a matar a su novio. Jin bajó del escenario para intentar acercarse a Jungkook quien lo alejó de un empujón para luego ser él mismo el que hacía que se fundiesen en un abrazo interminable. “Voy a matarte” y “Yo también te quiero” fueron susurrados mientras duraba.
-Hola, probando probando– Taehyung le dio un par de toques al micrófono para llamar la atención de la gente. Jimin se preparó mentalmente – Bueno, sé que Jin ha dejado el pabellón alto, yo también quiero aportar mi granito de arena, aunque tengo que decir que Jimin definitivamente no era virgen cuando nos conocimos.
-Oh, venga ya – renegó el bailarín. En ese momento el semblante de Tae cambió por completo.
-Por razones que todos sabemos, Jimin estaba en un momento muy oscuro cuando Hobi y yo lo conocimos. Y, aun así, era una de las personas que más se preocupaba por los demás que he encontrado en la vida. Y lo sigue siendo. Siempre generoso, siempre con el corazón en la mano. Ese día fue horrible para Jimin, pero siempre será uno de los mejores para mí. Porque conocí a mi alma gemela. No es amor romántico, es mejor. Porque los directores van y vienen, pero los amigos son para siempre.
-¿Perdona? – soltó Jungkook en broma.
-Minie. Eres la persona más fuerte que conozco. Te admiro y siempre lo haré. Luchaste con uñas y dientes por tu verdad y por recibir el respeto que merecías y ahora todos podremos disfrutar de tu arte para siempre. Jin dice que Jungkook brillaba y me alegro, porque iluminó tu mundo. No porque tú no tuvieras tu propia luz, sino porque te la habían apagado. – Jimin sollozó – Y si alguien se atreve a intentarlo otra vez – levantó un puño de forma amenazante y dio un salto hacia atrás del susto cuando Jungkook dio un paso hacia él. Las carcajadas estallaron – Que te quiero Minie. Y cuando seamos viejitos y todo esto de la fama se apague, quédate a mi lado.
Jimin asentía mientras se limpiaba las lágrimas. Taehyung también estaba emocionado cuando se acercó a él sacando el dedo meñique. El bailarín hizo lo mismo con el suyo y los entrelazaron. El momento de ternura acabó cuando al soltarse, el idol cogió la mano de Jimin para comparar el tamaño de sus dos dedos haciendo que Jimin lo empujase para apartarlo de él.
Los siete compartieron lágrimas, abrazos y risas ajenos al resto del mundo.
…
Taehyung entró al baño y lo primero que vio fue dos juegos de dedos aferrados a la puerta de uno de los cubículos. Su primer instinto fue marcharse, pero reconocería esos dedos pequeñitos en cualquier parte y le dio curiosidad. Luego escuchó los golpes contra dicha puerta y los gemidos.
-Joder Jiminssi – escuchó decir a Jungkook. Se llevó la mano a la boca para no reír en voz alta y hacerlos parar.
Cerró el pestillo de la puerta general y se metió en el cubículo de al lado. Mientras se preparaba una capa de papel para sentarse seguía oyendo las súplicas de su soulmate y poniéndose cada vez más duro.
-Más fuerte, Jeon. No puedo más.
Jungkook debía haber obedecido porque Jimin gritó y la velocidad de los golpes de la puerta aumentó al tiempo que Tae se sentaba y se desabrochaba los pantalones para casi llorar de alivio al tocarse por primera vez.
-Shh. Te van a oír. – gruñó Jungkook
-Que me oigan. Estoy a punto. Ahí, sí, sí, joder. Jeon, tócame.
Acelerando los movimientos de su mano, el idol escuchó los ruidos mientras, al parecer, los otros dos cambiaban de posición. Tuvo la confirmación cuando vio uno de los pies de Jungkook casi colarse en su cubículo.
-Oh mierda, Jiminissi.
-Joder cariño, tan profundo.
A partir de ese instante todo se aceleró. Jimin gemía. Jungkook gruñía y Tae se tocaba. Durante un segundo pensó que se estaba masturbando con tanta fuerza que lo iban a escuchar, pero gracias a lo vocal que estaba siendo Jiminssi, eso no pasó.
-No puedo. Voy a… - el gemido alargado de su soulmate al correrse se convirtió en quejidos cuando Jungkook siguió follándolo para llegar a su orgasmo a pesar de la sobre estimulación.
-Mierda, Jiminssi. – gruñó Jungkook.
Tae se mordió la mano libre para no emitir ni un sonido mientras se salpicaba con su propio semen. El idol podía escuchar su propio corazón. Se quedó inmóvil escuchando como los recién casados supuestamente recomponían su ropa.
-Ven aquí – escuchó decir a Jungkook. Luego escuchó la risita feliz de su amigo. Sonrió a pesar de estar sentado en un váter con los pantalones en los tobillos y manchado de semen.
Escuchó los sonidos de ambos al besarse.
-¿Sabes que esta ha sido nuestra primera vez como maridos? – prosiguió el director. Tae sonrió sin saber que Jimin también lo estaba haciendo.
-¿De verdad, marido? – Más ruidos de besos. Tae rodó los ojos esa vez.
-Te quiero Jeon Jimin.
-Yo te quiero más, Jeon mi Jeon. - Las carcajadas de Jungkook resonaron en el espacio cerrado.
Después de lo que a Taehyung le pareció una eternidad ambos salieron del cubículo y escuchó el agua correr. Al menos eran limpios, pensó.
-¿Habías cerrado con pestillo? – preguntó Jimin.
-No que yo recuerde.
-Qué raro… -
Tae soltó el aire que no se dio cuenta que estaba reteniendo cuando escuchó la puerta cerrarse. Se levantó a toda pastilla para limpiarse y recolocarse todo antes de que alguien más pudiese entrar.
Volvió a la fiesta con un solo objetivo. Primero localizó a Yoongi quien apoyado sobre la barra hacía como que todo le daba igual, pero tenía sus ojos fijos en un Hobi que bailaba ajeno al repaso que uno de sus novios le estaba haciendo. En cuatro zancadas se plantó frente al productor y lo cogió de la mano para juntos ir a la pista a recoger al coreógrafo y empezar a andar de nuevo.
-¿Qué pasa? – preguntó Hobi mirando a Yoongi quien se encogió de hombros - ¿Dónde vamos?
-Al baño.
-¿Todos? – preguntó Yoongi.
-Todos. – afirmó el idol.
Ninguno de los dos lo entendió hasta que Taehyung puso el pestillo y se dio la vuelta para mirarlos.
-Oh – soltó el productor musical.
No hace falta decir que los invitados tardaron un rato en poder usar ese baño.
Chapter 59: Capítulo 58 - Fin
Notes:
Ha llegado el final y me da mucha pena publicarlo. Esta historia me ha acompañado durante meses y meses, ha sido muy duro y me da mucha pena despedirme de ellos.
He sido lectora durante muchos años y ahora que me dio por escribir aprecio mucho más todas las historias que tenemos aquí cada día. Gracias por cada kudo, por cada comentario y por hacer bookmark de algo que ha salido de la nada, !Que ha salido de mí!, a veces aun no me lo creo.
Aún me quedan unos pequeños epílogos por subir, pero espero que os haya gustado este guiño final al epic GCF en Tokyo, y sobre todo que os haya gustado el desarrollo de la historia.
Gracias por leer y Gracias my mid por estar siempre ahí en cada palabra.
Chapter Text
Jungkook estaba nervioso. Miró en su móvil las tarjetas de embarque por enésima vez. Era el momento de la verdad. En unos minutos el bailarín iba a conocer el destino de su luna de miel. Jimin le había puesto ojitos de cordero, había pasado de ofrecerle una mamada a negarle el sexo, pero se había mantenido fuerte y no se lo había contado.
Mientras guiaba a su sonriente marido hacía su línea de facturación se preguntó por enésima vez si no habría sido un error. Se supone que un viaje de luna de miel tiene que ser algo excepcional y su destino era muy muy cercano. Pero había oído tantas veces a Jimin decir que tenían que ir juntos, que pensó que no había un lugar mejor. Ahora no estaba tan seguro.
Se paró en la fila y Jimin lo hizo con él, levantando la vista para ver lo que indicaba en el cartel de la aerolínea. TOKYO.
El bailarín se dio la vuelta y a Jungkook se le paró el corazón.
-¿En serio? – fue lo único que dijo.
-Jimin, yo…
No pudo terminar porque su marido se le lanzó encima. Soltó su maleta a toda velocidad para cogerlo. Todas sus dudas se borraron al ver los ojos de su marido desaparecer de forma proporcional a cómo crecía su sonrisa.
-Eres maravilloso.
-Podría decir lo mismo de ti, Jeon Jimin. – El bailarín rio mientras volvía a poner los pies en el suelo.
-¿Hasta cuándo vas a llamarme por el nombre completo?
-Hasta que deje de sonar tan perfecto.
Jimin se acercó a él y le pasó los brazos por el cuello.
-Dios, te quiero tanto. ¡Nos vamos a Tokyo!
El director sintió que todos sus nervios habían valido la pena solo por ver a Jimin tan feliz. Se prometió por enésima vez que se encargaría de que fuese así durante el resto de su vida.
…
Desde el momento en el que Jimin ya sabía el destino y los nervios iniciales habían pasado, Jungkook dejó que su alma de director apareciese y sacó su cámara para no perderse un detalle ni del viaje ni de Jimin. Por algo era su musa.
Recorrieron el pasillo para subir al avión. Jimin llevaba una chaqueta negra con unas letras en blanco en la espalda y andaba de forma graciosa mientras Jungkook lo grababa. Se giró para mirarlo con cara emocionada. El director lo captó todo.
El vuelo duraba casi dos horas y media, pero ninguno de los dos durmió. El bailarín estaba anotando en su libretita todos los sitios imprescindibles que tenían que visitar y Jungkook lo escuchaba con atención, disfrutando del brillo en sus ojos mientras le contaba la improvisada ruta.
Cogieron un taxi al llegar. Jungkook grababa sin parar las luces de la ciudad y a su marido en cuanto éste se despistaba. Una de esas veces, al verlo, Jimin puso una cara rara y el pobre conductor del taxi se sobresaltó al escuchar las risas.
…
A la mañana siguiente, Jimin terminaba de vestirse mientras Jungkook grababa las vistas desde la ventana. El bailarín se ajustó el sombrero y se puso la chupa de cuero que completaba su look todo de negro, el único toque de color el estampado de su camiseta. Jungkook iba mucho más sencillo con su sudadera verde y la capucha puesta.
-Wow, Jiminssi. Estás espectacular.
-Gracias, pero no te vas a librar de ir de compras.
-No lo dudaba… - murmuró el director por lo bajo.
-¿Decías? – Su marido lo retó con la mirada.
-Detrás de ti, Jeon Jimin. – abrió la puerta y le señaló la salida.
Jimin sacudió la cabeza, pero lo obedeció. Jungkook grabó sus reflejos en la cámara del ascensor. Se mantenía constantemente detrás del bailarín, grabando cada paso. Lo que hacía que Jimin se pasase el rato girándose para asegurarse de que seguía allí. Y para hacer el tonto.
En una de las tiendas que entraron, todas las paredes eran de cristal y cuando Jimin se quitó el gorro para pasarse la mano por el pelo mientras Jungkook volvía a grabar sus reflejos, el director tuvo una imagen mental de cómo sería hacérselo a Jimin allí mismo, viendo la imagen de sus cuerpos unidos múltiples veces.
A Jungkook le dolía la mandíbula de sonreír. Con cada prenda que se probaba Jimin le daba un show, incluidos divertidos pasos de baile. La misma rutina se repitió mientras paseaban por la zona de compras. Jimin andaba, Jungkook desde atrás, grababa. Y de repente, era de noche.
Fueron a cenar a un lugar que les había recomendado uno de los dependientes donde pedías tu comida en una máquina gigante. Pidieron un gran plato de carne y arroz. Tanto gastar los tenía agotados. Comieron mientras se hacían fotos hasta no poder más.
Su siguiente destino era el favorito de Jimin: Tokyo Disney Resort.
A Jungkook no le quedó más remedio que comprar un carísimo sombrero con forma de Mickey Mouse al que Jimin le hizo ojitos. Claro que, el poder ver la felicidad de su marido mientras danzaba por el parque con su nuevo gorro, no tenía precio.
Algo parecido le pasó cuando subieron a las tazas locas. El malestar que sintió su cuerpo al dar vueltas y vueltas mientras grababa a su sonriente marido (al que la cara le iba cambiando conforme se iba mareando), valió la pena por tener esas imágenes del bailarín disfrutando de verdad. Sus ojos empequeñecidos por la risa, su Jimin favorito.
Se acercaron al castillo para ver el desfile, el director siempre un paso por detrás capturando cada movimiento de Jimin.
Fue uno de los días más felices de su vida.
…
Ya en el hotel, Jungkook esperaba sentado en la cama a que Jimin terminase de ducharse. Apenas habían entrado y el bailarín ya había cogido turno.
Cogió la cámara, sonriendo al ver la cantidad de metraje de su marido que había capturado, cuando de repente escuchó un gemido. Se giró tan deprisa que el cuello le dio un latigazo.
Había reservado en plan broma el baño de paredes de cristal, pero en esos momentos se dio palmaditas mentales a sí mismo ante la imagen que se le ofrecía. Su marido, desnudo y mojado, se estaba estimulando con sus propios dedos.
Jungkook soltó la cámara y avanzó hasta el baño prácticamente arrancándose la camiseta, la única prenda de ropa que aún llevaba. En dos zancadas estaba en la ducha, pero se tomó unos segundos para observar el agua cayendo por la espalda de Jimin, resbalando por las diferentes lunas que la adornaban. No pudo evitar acariciarlas.
-Jiminssi - dijo al notar como la piel del bailarín se erizaba bajo su tacto.
El aludido se giró, sonriendo inocentemente, y le tendió… un bote de gel. Se echó a reír al ver la cara de sorpresa de Jungkook.
-¿Me enjabonas la espalda? Es que no llego…
El director miró su propio miembro completamente erecto, luego a Jimin, y de nuevo a su miembro. Esperaba que su marido cogiese la indirecta, pero no funcionó.
Rendido, se llenó las manos de jabón y volvió a recorrer los tatuajes bajando poco a poco por la espina dorsal de Jimin hasta llegar a su entrada. Tras unos segundos decidió lanzar su primer ataque e introdujo tres dedos de golpe. Al fin y al cabo, el bailarín le había adelantado el trabajo.
Efectivamente, no encontró resistencia y Jimin se inclinó hacia adelante, apoyando las palmas de las manos en la pared de la ducha.
-Vamos, estoy listo. – Su marido sonaba desesperado. Jungkook sonrió, dejando de estimularlo para pegarse a su espalda y susurrarle al oído.
-Jiminssi, has sido un chico muy malo – notó cómo un escalofrío recorría el cuerpo del bailarín – Te has metido aquí sin mí. Me has provocado y luego me has hecho esperar. No sé si te lo mereces.
Se movió despacio, de lado a lado, dejando que su polla rozase todo el culo mojado de Jimin. Este abrió más las piernas.
-Jeon, por favor…
Jungkook usó una de sus manos para juguetear con sus pezones endurecidos mientras volvía a meter los dedos en su interior. Fue bajando por el pecho resbaladizo de su marido hasta coger su polla, tan dura como él mismo lo estaba, y apretar con fuerza.
-Joder, joder…
Fue lo único que le dio tiempo a decir a Jimin antes de que, de golpe, Jungkook empezara a masturbarlo a la misma velocidad animal que empleaban los dedos en su interior. El bailarín se retorció, su cuerpo debatiéndose entre empujar hacia atrás o embestir adelante en el puño del director.
-Voy a…
-Tsk tsk – Jungkook hizo un ruidito de negación.
-No te atrevas, Jeon – gruñó el bailarín entre gemidos.
Jungkook aún se estaba riendo cuando sintió como su marido se tensaba y se corría sobre los ladrillos de la pared de la ducha, dejándose caer contra su cuerpo.
No había recuperado la respiración cuando el director le dio la vuelta para cogerlo en volandas y estamparlo contra la fría pared, entrando en su interior de una estocada. Las manos de Jimin resbalaban en los ladrillos mientras buscaba desesperadamente algo a lo que aferrarse, pero en cuanto la sobre estimulación se convirtió de nuevo en un cosquilleo que subía por su abdomen, se apretó contra la espalda de su marido, simplemente dejándose follar.
Los gruñidos desesperados de Jungkook en busca de su clímax y los gemidos ahogados de Jimin se mezclaban con el sonido del agua que seguía cayendo sobre sus cabezas. El director alcanzó un ritmo frenético y Jimin sintió que, vergonzosamente pronto, estaba de nuevo al borde del precipicio. Un par de estocadas más y sintió que explotaba en el mismo instante en que escuchó el gemido de Jungkook antes incluso de notar su semen caliente en su interior.
Cuando el director lo puso de nuevo en el suelo tuvo que agarrarlo de la cintura al ver que le fallaban las piernas. Sujetándolo con un brazo, Jungkook terminó de lavarlo rápidamente antes de hacer él lo mismo y lo cogió de nuevo en brazos para llevarlo hasta la cama. En cuanto su espalda tocó el colchón, Jimin tiró de su marido para hacerlo caer sobre él, sin importarle que estaban humedeciendo la cama, y lo atrapó entre sus piernas.
-Wow, Jeon. Aún me tiemblan las rodillas.
-De nada.
-Un puntazo lo del baño de cristal.
-Sabía que te gustaría, Jeon Jimin.
-Ya estamos… - su sonrisa invalidaba la protesta.
Jungkook se separó de él para ir a por un par de toallas y secarlos a ambos. Jimin se dejó hacer, había sido un día agotador. Mientras el director dejaba las toallas en el baño se metió bajó las sábanas para esperarlo, deleitándose con los abdominales de su marido al acercarse a la cama. Podría ser perfectamente modelo para Calvin Klein.
El director se unió a su marido, quien se aferró a él como un koala a su eucalipto, la mano en el pecho como siempre.
-Te quiero, Jeon.
Miró hacia arriba al no recibir respuesta. Sonrió. Jungkook ya se había dormido. Cerró los ojos pensando que nunca se había sentido tan feliz, tan libre.
Su último pensamiento consciente fue:
“Tú y yo, Jeon. Lo mejor está por venir”
Chapter 60: Epílogo - Pt.1
Chapter Text
Jin seguía llorando en los brazos de Namjoon. Hobi intentaba en vano consolar a Taehyung mientras a su lado un completamente inexpresivo Yoongi apenas podía retener sus propias lágrimas.
Jimin, que era el único que no lloraba, pensó que era una pena que Jungkook no pudiese estar viéndolos en ese momento.
Todo era más duro sin él.
** El día anterior**
-Jeon, es la boda de tus mejores amigos – Jimin notaba como la rabia iba aumentando.
-Park – su marido lo miró con dureza al escucharlo usar su apellido - ¿Cuántas veces tengo que decirte que no puedo paralizar un rodaje porque Jin decida que quiere casarse de un día para otro?
-Por supuesto, nada es más importante para el señor director que su puta película.
-No estás siendo justo... - el tono de Jungkook había cambiado de tal forma que Jimin no pudo evitar mirarlo. La expresión de su cara hizo que la furia se esfumase – No quiero ser el director que retrasa todos los rodajes...
-Solo es un día - intentó su marido una última vez – No es lo mismo si tú no estás.
-Jiminssi... - la advertencia estaba clara en su voz. Era un no. De la nada, Jimin se volvió a enfadar.
-Pues vale.
-Pues vale – El tono de Jungkook también había vuelto a endurecerse.
Se fueron a la cama sin decir nada más, no era algo habitual. Jimin quiso retractarse un millón de veces, pero no lo hizo. Por la mañana, Jungkook ya no estaba en casa cuando se despertó.
No le quedó otra que ir al juzgado él solo.
***
Una punzada de culpabilidad lo devolvió a la realidad cuando la puerta se abrió de golpe y un sudoroso Jungkook entró en la sala del juzgado respirando con dificultad. Sus miradas se cruzaron y Jimin se puso en pie. Pero antes de que pudiese hacer nada más, el chillido de Jin resonó mientras se lanzaba a los brazos del director:
-Jungkookaaah. Has venido – Jungkook abrazó a su amigo mientras sonreía.
Sabía que el actor iba a llorar en su propia boda como si fuese un funeral. Sacudió la cabeza al dar una vuelta por la sala y ver a los demás en casi las mismas condiciones. Taehyung se encogió de hombros mientras Yoongi intentaba esconderse tras Hobi. Asintió cuando vio la forma en la que Namjoon los miraba al lado del juez que los acababa de casar.
-Siento llegar tarde – le dijo a Jin cuando por fin lo soltó. - He intentado adelantar todo lo posible y...
-Lo importante es que estás aquí. Ahora ya podemos empezar la celebración de verdad. ¡Vamos marido! - exclamó mientras iba hasta Namjoon para cogerlo de la mano y empezar a arrastrarlo fuera de la sala.
Jimin aprovechó para acercarse a su propio marido.
-Hey – soltó con timidez.
La respuesta de Jungkook lo dejó, literalmente, sin aliento ya que no fue otra que cogerlo de la cintura para apretarlo contra él y comerle la boca como si hiciese dos años que no se veían.
-Te he echado de menos – dijo contra su boca. Jimin sonrió.
-Y yo a ti. - iban a volver a besarse cuando su trío de amigos los obligó a salir también de la sala del juzgado.
La celebración fue tan privada como la boda. A pesar de las quejas de Jungkook no habían elegido la fecha tan de repente sin ningún motivo. No solo el recién casado empezaba su programa al día siguiente, Taehyung se iba de promoción... muchas cosas habían pasado en los últimos meses.
A lo mejor por eso no fue un banquete de bodas típico. No se emborracharon hasta perder el sentido, no bailaron hasta dolerles los pies. Y aún así, fue una de las mejores noches juntos en mucho tiempo.
Solo ellos siete. Alrededor de la mesa, comida y bebida en abundancia. Anécdotas y risas. También hubo lágrimas porque de no ser así no serían ellos. A lo mejor la vida los obligaría a separarse durante unos meses. A no poder verse tanto como querrían, ni siquiera coincidir todos cuando por fin lo hacían.
La vida seguía a su alrededor. Las circunstancias cambiaban sin darse apenas cuenta. Pero había algo que ni la distancia podría cambiar.
Su pasado los había unido de una forma que no se podía borrar. Siempre sería así, ellos contra el mundo.
Siete. Siempre.
Durante los días siguientes...
"Soy Kim Seokjin y esto es “The Worldwide Handsome Show” - los gritos sonaron en el estudio mientras Jin se sentaba en su escritorio tras su discurso de presentación – Mi primer invitado es además un gran amigo, al que conocí en el rodaje de una película que igual os suena “Black Swan” - los aplausos retumbaron y Jin sonrió – Jk Versión claro, que luego me mata – Su original risa se contagió entre los espectadores. - No me hago más de rogar. Por favor, un aplauso para... ¡Kim Taehyung!"
La entrevista transcurrió entre risas y complicidad. La nueva película de Tae, “Vang Gogh in Paris”, estaba siendo un éxito en Corea y el idol, ahora confirmado actor, se marchaba para realizar una gira de promoción por Europa empezando por la ciudad que daba título al largometraje.
Al día siguiente supieron que las audiencias del programa de Jin habían sido estratosféricas, el momento de oro la entrevista a Taehyung, pero durante el resto del show se habían mantenido por encima de la competencia.
The Worldwide Handsome Show había llegado para quedarse.
…
-Que te largues ya, Hoseok.
-Jimin.
-Ya vale. Vas a llegar tarde, Jungkook aún estará en el rodaje y soy perfectamente capaz de cerrar “Face World” yo solo.
Su amigo lo miró con duda. Solo unos días antes Jimin había tenido un pequeño ataque de ansiedad tras unos días frenéticos. Su vida estaba bien ahora, pero a veces no podía evitarlo. Aunque había aprendido a vivir con ello.
-Hobi, en serio – Le puso la mano en los hombros para que viese la sinceridad en sus ojos – Estoy bien, me siento bien. Y además, si me noto raro llamaré a Jungkook, ¿vale?
-¿Lo prometes?
-Lo prometo. Y ahora largo, si llegas tarde Tae no te lo va a perdonar. Ni a mí tampoco.
Hobi miró el teléfono y, además de la hora, los mensajes de Yoongi que vio en la pantalla lo hicieron reaccionar por fin. Echó a correr mientras Jimin reía al verlo.
En cuanto la figura de su amigo desapareció por el pasillo, Jimin sacudió la cabeza y se dirigió a su despacho.
Park Jimin. Co-director. Face World.
Eso era lo que ponía en el cartel de su puerta de cristal. Lo tocó con la mano antes de entrar, siempre lo hacía.
Tras el éxito de Black Swan había recibido muchas ofertas como bailarín, como actor... pero lo rechazó todo. Había hecho las paces con lo que pudo ser y se dedicó a cuidarse. A sanarse. Y no se había arrepentido ni un solo día.
Cuando Hobi le ofreció montar una academia de baile, dudó mucho. Solo las palabras alentadoras de Jungkook mientras hablaban sobre el tema una y otra vez, y la decisión de hacer que una parte de su trabajo fuese destinado a luchar contra el abuso en la industria y víctimas de situaciones parecidas a lo que él pasó, le hizo atreverse a dar el paso.
Y así había nacido Face World.
Justo cuando se sentaba en su mesa le llegó un mensaje. Era su marido. Seguro que Hobi le había enviado un mensaje.
Jiminssi. En media hora estoy ahí.
He comprado ramen *guiño guiño*
Envió su respuesta sonriendo como un tonto. Y se puso a adelantar papeleo. Su amigo Taemin iba a dar una charla esa semana y quería que fuese la máxima gente posible.
Cuando su marido llegó a por él, ya había terminado.
…
-Voy a matarlo – exclamó Yoongi dando vueltas en la sala de espera del aeropuerto.
-Cariño, ya sabes que está preocupado por Jimin – Tae lo obligó a sentarse en uno de los sillones para luego subirse a su regazo y acurrucarse contra él.
-Pero te vas y...
-Y volveré, Yoongi. No es como si me fuese a la guerra. Además, podremos hacer facetime y ¿sabes que es aún mejor?
-¿Qué? - gruñó Yoongi.
-Podréis hacer cosas mientras yo os veo desde Europa y mandarnos fotos guarras y...
-¿Qué he hecho yo para merecer esto? En serio lo digo – Namjoon se apretó el puente de la nariz mientras Jin reía tras él.
-No tengas celos amor. Tú también puedes enviarme fotos desde el estudio. ¿Cómo no lo había pensado antes?
- Nada de fotos guarras en “The Philosophical Cat” Min Yoongi. - exclamó señalando al aludido y luego lanzó a Tae, que seguía en su regazo, una mirada de “mira lo que has hecho”
-Sabes que nuestra productora es sagrada, Kim Namjoon – replicó usando también el nombre completo de su amigo.
-Jo, pero Yoongi... - era Jin el que había protestado al comentario.
-Jinnie... - le riñó su marido.
-No he elegido vuestra productora para mi debut musical solo para que seáis unos aburridos, cariño.
-Pero...
La réplica de Namjoon no se produjo al ser interrumpida por la entrada de Hobi en la sala. Se dirigió directamente al sillón donde los otros estaban acurrucados, para hacerse un hueco entre ellos.
-Y esa es nuestra señal para marcharnos – comentó Namjoon haciéndole una seña a Jin con la cabeza – Tae, que tengas buen viaje y ya nos escribes al grupo.
-Eso y... bueno adiós – exclamó al ver que Tae no podía hablar ya que tenía la boca ocupada por Hoseok mientras Yoongi le comía el cuello.
Salieron a toda pastilla entre risas. En realidad ya se habían despedido todos de él la noche anterior en una cena en la casa que el trío había comprado a las afueras. Huerto y cultivo de fresas incluido, pero los recién casados habían decidido hacer compañía a Tae en el aeropuerto hasta que sus novios llegasen.
Esa noche, mientras se preparaba para su show, Jin escupió el café que estaba tomando al abrir la foto que su marido le había enviado. Dio gracias a que estaba solo en esos momentos. Maldito Namjoon.
…
Jimin dejó el móvil en la mesita y se acomodó en la cama, lo más pegado a Jungkook posible, como siempre.
-No sé qué ha pasado pero el grupo está a tope de insinuaciones de fotos guarras y a juzgar por los chupetones de la que han pasado, Tae se ha ido a París más que contento.
-Ya te dije que era mejor si no íbamos al aeropuerto – soltó Jungkook, riendo.
-Creía que era para que no lo pasase mal viendo irse a mi soulmate.
-Sí, bueno. Eso también.
Se quedaron en silencio unos segundos, hasta que a Jimin se le ocurrió una idea. Volvió a coger su móvil y lo metió bajo la sábana fingiendo tomar una foto. La reacción de su marido fue instantánea.
-Jeon Jimin, espero que esa foto sea solo para mí.
-Pero... noooo – gritó cuando Jungkook le quitó el móvil para lanzarlo por algún lugar del dormitorio y aprovechaba para meterse entre las piernas de su marido, que dormía siempre en una de sus camisetas, que lucían oversize en su cuerpo de bailarín, y nada de ropa interior.
Pasó las manos por los suaves muslos haciendo que Jimin abriese las piernas inconscientemente.
-Esto... - empezó a acariciar la entrepierna de su marido, quien se mordió los labios – Es solo para mis ojos. Mis ojos siempre están en ti, Jiminssi.
-Oh, joder.
Mientras hacían el amor, Jimin pensó que a lo mejor él tampoco quería compartir según qué cosas con sus amigos. El mundo no estaba preparado para ver a Jeon Jungkook en ropa interior.
¿O sí?
Chapter 61: Epílogo - Pt.2 - 7 años después
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
No importaban los años que hubiesen pasado. Los tatuajes de las fases de la luna en la espalda de su marido le seguían fascinando. Ya era casi una tradición la forma en la que sus dedos marcaban el camino a seguir por su lengua. La piel que recorría se iba estremeciendo y los escalofríos sacudían el cuerpo de Jimin.
Siguió bajando, despacio, hasta acariciar los cachetes de Jimin. Dejó un pequeño bocado en uno de ellos.
-Jeon... oh mierda – La advertencia se convirtió en gemido cuando la lengua de su marido empezó a lamer su entrada. Iba a volver a protestar cuando no sintió nada hasta que notó como uno de sus dedos, ya humedecido, abría el camino a su juguetona lengua. - Oh, sí.
Agarró las sábanas con sus puños, levantando el culo para facilitar la profundidad. En nada, Jungkook ya lo estaba dilatando solo con sus dedos. Su mano recorriendo el arco que formaba la espalda de su marido.
-Estoy listo, venga – La impaciencia teñía la voz de Jimin.
Jungkook sonrió mientras sacaba sus dedos y limpiaba los restos de lubricante sobre su ya palpitante polla. Siseó solo por el roce. Tiró del cuerpo de su marido para ponerlo a cuatro patas y éste se aferró al cabecero mientras abría las piernas para él. Se le hacía la boca agua.
Pegó su cuerpo al de Jimin mientras entraba en él despacio. Mordiendo esta vez la zona de la nuca mientras su marido se adaptaba a él. Notó como su miembro era apretado como símbolo de luz verde para empezar a moverse. No se hizo de rogar.
Sus manos volaron a las caderas de Jimin mientras salía de su interior para volver a entrar con movimientos suaves pero certeros. Empezó a acelerar justo cuando Jimin levantó la cabeza para gemir y volver a estrangular su polla. “Premio” pensó. Se centró en ese punto hasta que vio como Jimin se soltaba del cabecero para empezar a tocarse.
-Jeon, voy a...
-¿Ya, Jiminssi? ¿En serio? - acompañó sus palabras con estocadas cada vez más aceleradas.
-Cabrón...
Eso fue lo último que Jimin dijo antes de morderse los labios para no gemir más fuerte mientras ensuciaba la sábana bajo su cuerpo. Jungkook redujo la velocidad para dejarlo disfrutar el subidón del orgasmo, lo que su marido decidió aprovechar en su favor.
Se echó hacia adelante para obligarlo a salir de su interior y antes de que pudiese quejarse, se dio la vuelta y lo obligó a tumbarse en la cama. Jimin pasó una pierna por encima de su marido y se dejó caer sobre su polla casi en el mismo segundo. Jungkook gritó.
Sin respiro, olvidando la sensibilidad de acabar de correrse, Jimin empezó a subir y bajar. Sus manos sobre el pecho de Jungkook para hacer fuerza. El director estaba tan acorralado que no podía hablar.
-Te tengo – le soltó mientras aumentaba el ritmo.
-Siempre me has tenido, Jiminsiii ¡Ouch! - exclamó cuando su marido empezó a estimularle los pezones como castigo.
-Jimin, joder. No puedo. -
-¿Ya, Jeon? ¿En serio? - repitió sus palabras para burlarse de él.
-Con que esas tenemos...
-No...
Fue lo único que pudo decir Jimin mientras Jungkook se enderezaba un poco, sin salir de su interior y apretándose contra él empezó a embestir de tal forma que no le quedó otra que dejarse hacer. Su polla, endurecida de nuevo entre sus cuerpos, temblando de anticipación.
-Jiminssi....
-Oh, mierda – Sintió el orgasmo alcanzarlo por segunda vez en el mismo instante en que el semen caliente de Jungkook lo llenaba.
Jungkook, agotado, se dejó caer contra el cabecero arrastrando a Jimin con él mientras se recuperaban.
-¿Más relajado?
-Mucho – acarició el pelo de su marido.
-Espero que te acuerdes de esto cuando ganes – Jungkook se echó a reír.
-Es imposi...
-CUANDO ganes, he dicho. - lo interrumpió – Me voy a la ducha – añadió levantándose de la cama. Jungkook admiro el físico de su marido justo cuando éste se dio la vuelta - ¡Y no me sigas! - añadió, señalándolo con el dedo.
El director se levantó de la cama a toda pastilla para hacer justo lo contrario. De todas formas así ahorraban tiempo, ¿no?
…
Jimin miraba la imagen de su marido en el pequeño cuadrito de los nominados a pesar de tenerlo a su lado. No quería perderse un segundo de su cara.
-And the Oscar goes to... - dijo Tom Cruise, mientras su compañero abría el sobre.
-Jeon Jungkook por But He Fell Harder – añadió Brad Pitt.
Los ojos brillantes de Jungkook se agrandaron en la pantalla mientras Jimin notaba los suyos empañarse. Lo sabía. Sabía que su marido lo conseguiría.
Se levantó aplaudiendo con entusiasmo y Jungkook se giró a mirarlo. Estaba clarísimo en su expresión que no lo esperaba para nada.
-Jimin – su marido lo abrazó y Jimin le devolvió el abrazo con entusiasmo.
-Enhorabuena – le susurró.
-Te quiero – le dijo Jungkook alejándose para mirarlo, la pregunta en sus ojos clara para su marido, que asintió. Sonrió cuando sintió los labios de su marido contra los suyos.
Mientras subía al escenario vio en su mente flashbacks de todos esos años, de todas las cosas que lo habían llevado a ese momento.
But He Fell Harder tenía mucho de él, de ellos. Del amor de su vida, de sus amigos. Incluso de las partes oscuras. Era parte del éxito de la película, o eso esperaba.
Cogió el Oscar que le tendían y sonrió avergonzado frente al micrófono.
-Wow. No sé ni qué decir. No tengo nada preparado. - hizo una pausa para respirar hondo y fijó la mirada en su marido, que sonreía de tal forma que sus ojos apenas se veían. Siempre le había gustado esa imagen – Gracias a mi marido, Jeon Jimin – éste rodó los ojos ante el énfasis en el apellido a pesar de los años que llevaban casados – Sin ti, no existiría esta película. Eres la persona más valiente que conozco y me has inspirado también a mí para serlo. Así que no me dejes nunca, ¿vale? Quédate a mi lado para que pueda devolverte lo mucho que he recibido. Te quiero – carraspeó para liberar la presión en la garganta – Y, por supuesto, no puedo olvidar a mis amigos. Jin, que confió en mí desde el minuto uno. Namjoon y Yoongi que fueron parte de mi primer equipo y lo serán hasta el final. Y a Hobi y Tae que trajeron con ellos al que iluminó mi vida, porque de nuevo todo acaba en ti, Jimin. Gracias.
La música lo cortó mientras agradecía a los actores de su película y a todo el equipo el trabajo realizado pero casi tuvieron que arrastrarlo fuera del escenario mientras los intentaba nombrar a todos.
…
Jimin estaba mirándose los chupetones en el espejo del baño cuando su marido entró, Oscar en mano y lo miró a través del espejo mientras sonreía satisfecho al ver las marcas en su cuello y clavículas. Maldito vampiro.
Se giró dispuesto a renegar cuando lo vio colocando la estatuilla en una de las estanterías, junto a unas velas de melocotón que Jimin había comprado para sus baños conjuntos.
-¡Jeon Jungkook! - exclamó, sobresaltado.
-¿Qué pasa?
-No puedes colocar tu primer Oscar en el baño.
-¿Por qué no?
-Pues porque no.
-Jo – lo miró poniendo morritos y Jimin vio por un segundo a ese Jungkook que quería aprender a dirigir al que había conocido en lo que parecía otra vida.
-¿Sabes qué? Tienes razón. Además, no queda nada mal. Se acercó a su marido para mover una de las velas de forma que quedasen alineadas con la estatuilla. - Listo.
Jungkook lo abrazó por detrás, metiendo la mano por debajo de la amplia camiseta azul que llevaba puesta Jimin.
-Perfecto – comentó, pero ya no estaba mirando a su Oscar en la estantería.
-Ayss – Jimin se avergonzó. Nunca se acostumbraría. Ni tampoco quería.
Salieron del baño y Jungkook se dio cuenta de que se habían dejado la tele encendida. Dejó que Jimin se adelantara mientras la apagaba.
-Hey Jiminssi, ¿te apetece algo de ramen? - Jungkook desvió la mirada, riendo mientras Jimin se giraba a mirarlo también riendo a carcajadas.
Se metieron en la cama, abrazados y cansados tras el largo día de emoción. Jimin notaba bajo su palma como se ralentizaba el corazón de su marido, cuando de repente:
-Oye Jiminssi.
-Mhh – murmuró medio dormido.
-¿Qué opinas de adoptar un perro?
F I N
Notes:
Ahora sí que ya hemos llegado al final.
Espero que os haya gustado y haber hecho que os olvidéis del mundo por un rato.
Como siempre, gracias por leer.
