Actions

Work Header

Rating:
Archive Warning:
Category:
Fandoms:
Relationships:
Characters:
Additional Tags:
Language:
Español
Series:
Part 3 of Adam Modo Papá , Part 12 of Español
Stats:
Published:
2021-03-17
Updated:
2021-05-18
Words:
63,843
Chapters:
12/?
Comments:
6
Kudos:
4
Bookmarks:
1
Hits:
142

¿Tengo un Hijo? - Versión 2

Summary:

En Los Ángeles, la noche de la Premiere de la 8° temporada de The Voice, luego de las Blind Auditions, Adam Levine se enteró de la existencia de un hijo que no sabía que tenía.
James Diamond, uno de los cuatro integrantes de la improvisada banda Big Time Rush, tenía 18 años el día que su verdadero padre, Adam Levine, mentor del exitoso programa de The Voice y miembro de la banda Maroon 5, se presentó en su casa en Minnesota.
¿El problema? James, a pesar de acabar de enterarse que era hijo de un famoso y que su padre se preocupaba por él, no cambió en nada su actitud, no estaba dispuesto a aceptar a Adam en su vida tan fácilmente.
¿La solución? Ninguna, Adam era igual de terco que él y no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente ahora que sabía que tenía un hijo.

Notes:

ACLARACIÓN 1: esta historia es la versión 2 de mi historia "¿Tengo un Hijo? - Versión 1 (1° Temporada)" que también está publicada, ambas empiezan de forma similar pero inmediatamente toman rumbos distintos, es decir que son historias paralelas.

ACLARACIÓN 2: esta historia tiene diálogos argentinos porque yo soy argentina y quise escribirla de esa forma jaja.

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Capítulo 1: Pasado.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 1: PASADO.

Los Ángeles, año 1994: Adam y Mary, 14 años de edad.

—Bueno chicos, hoy es nuestra noche.—Le aseguró Adam con optimismo a su grupo de amigos.

Adam formaba parte de una banda improvisada, en ese momento los adolescentes se encontraban arriba del escenario de un bar nocturno que los había invitado a tocar, era la primera vez que tocarían en público, por eso Adam trataba de infundir ánimos.

—Buenas noches.—Saludó Adam con una sonrisa a través de un micrófono.—Soy Adam Levine, vocalista de Maroon 5, una banda improvisada invitada a tocar esta noche.—Habló con seguridad, inmediatamente recibió aplausos de la gente.—La primera canción que tocaremos va a ser "Sugar", esperamos que les guste.

Tocaron unas cuantas canciones, al público le gustó su música, una vez que terminó su turno y le tocó tocar a otra banda, se retiraron, no sin antes agradecerle al dueño del bar por permitirles participar del show, fueron al estacionamiento y guardaron los instrumentos en una camioneta.

—Disculpá.

Adam sintió como una mano se apoyaba en su hombro, volteó encontrándose con una hermosa chica, su color de pelo era castaño claro, lo estaba usando suelto, tenía un cabello lacio y largo, le llegaba a la cintura, el color de sus ojos era miel, a Adam le pareció un color precioso, instantáneamente la joven lo flechó.

—¿Necesitás algo?—Preguntó guiñándole un ojo, seductor.

La adolescente se ruborizó, soltó una risita nerviosa.

—Te quería invitar a tomar un trago, me gustaría que me contaras algo de tu banda, me encantaron sus canciones.—Confesó mostrando gran seguridad y confianza en sí misma.

El baterista, un chico rubio de ojos celestes, gran amigo de Adam, silbó.

—Andá amigo.—Lo alentó dándole una palmada en la espalda, Adam le dirigió una mirada.—No te podés perder esta oportunidad, nos vemos después.—Finalizó con una sonrisa alentadora.

Adam le devolvió la sonrisa y asintió, luego miró a la chica.

—Okay, te acepto el trago...—Se quedó pensando en cuál podía ser el nombre de la joven.

La castaña soltó una risita, divertida.

—Mary.—Completó la frase.

Adam sonrió.

—Adam.—Se presentó también.

Mary le guiñó un ojo con picardía.

—Lo sé, ya te presentaste en el escenario.—Comentó poniendo las manos en su cadera.

Adam se rascó la nuca, avergonzado, al tiempo que dejaba escapar una risita.

—Cierto.

Mary sonrió y lo invitó a seguirla, ambos adolescentes caminaron juntos de regreso al bar.

🎤🎤🎤🎤

Los Ángeles, año 1996: Adam y Mary, 16 años de edad.

Adam y Mary ya llevaban dos años de novios, sin embargo en esos momentos la pareja no estaba pasando un buen rato, ambos adolescentes llevaban discutiendo varios minutos, Adam se encontraba en el umbral de la puerta de entrada de la casa de Mary, había ido hasta allí con la intención de visitarla sin embargo, al llegar, se tuvo que tragar los reclamos de su novia.

—¿Sabés qué Adam? con todo este asunto de la banda ya no tenés tiempo para mí ¿hace cuantos días no me visitabas?

Adam arqueó una ceja.

—¿Disculpá?—Soltó una risita.—Sos una descarada, lo mismo puedo decir de vos, con todo el asunto del modelaje tampoco tenés tiempo para mí.

Mary soltó una risa amarga.

—¿Qué?

—Sabés que tengo razón, desde que el año pasado empezaste a desfilar en la pasarela nuestra relación se volvió más distante, ninguno de los dos tiene tiempo para el otro, no toda la culpa es mía, reconozco que Maroon 5 me consume mucho tiempo y más ahora que está empezando a crecer pero a vos esos desfiles de moda también te consumen mucho tiempo, los dos somos culpables de que no podamos vernos tanto, reconocelo.

Luego de decir todo aquello, Adam se quedó mirando una planta en el jardín de su novia, con expresión pensativa, Mary se dio cuenta que eso no era todo lo que su novio le quería decir, evidentemente había algo que se estaba callando.

—Soltalo.—Pidió con voz seria.

Adam la miró desconcertado.

—¿Qué?

—No te hagás el estúpido, es obvio que me querés decir algo más, decilo de una vez, ya que nos estamos echando todo en cara...

—Bien, te lo voy a decir.—Accedió Adam.—Te noto cambiada, últimamente estás muy hueca y superficial y estoy seguro que es porque te juntás mucho tiempo con tus amigas modelos, sobre todo con Susan.

Mary abrió la boca indignada, se quedó observando fijamente a Adam, su mirada era severa, estaba taladrando a su novio con sus ojos mieles.

—Pues a mí tampoco me caen bien tus amigos de banda.—Confesó encogiéndose de hombros.

Adam suspiró con cansancio, se rascó la nuca con su mano y miró a su novia apenado.

—Creo que lo mejor es que terminemos.—Murmuró decidido y con determinación.

Mary abrió grandes sus ojos, impactada por semejante decisión que había tomado Adam.

—¿Qu... qué?—Balbuceó con la voz rota, luego negó con la cabeza.—No por favor Adam, no me hagás esto, podemos solucionarlo, yo sé que juntos podemos solucionar todo.

Adam negó abatido.

—No todo se puede solucionar.—Comentó con fatalidad.

Mary soltó un sollozo.

—Por favor Adam, no me dejés, yo te amo.—Rogó al tiempo que una lágrima resbalaba por su mejilla.

Adam la miró triste pero decidido a no dar marcha atrás.

—Y yo a vos Mary pero es lo mejor para los dos.

—Lamento todo lo que te dije, en serio.—Se disculpó Mary desesperada, se acercó un poco a su ex novio pero él inmediatamente retrocedió, la castaña sollozó aún más al ser rechazada de esa forma, Adam esbozó una sonrisa triste.

—No Mary, no te disculpés, está bien que me hayás dicho lo que te molesta de mí así como también está bien que yo te haya dicho lo que me molesta de vos.—Se encogió de hombros y añadió.—El noviazgo tiene que ser sincero, no hay que ocultarse cosas.

Mary se quedó pensativa unos momentos, finalmente suspiró.

—Tenés razón, no hay que ocultarse cosas.—Tomó una bocanada de aire y añadió.—Hay algo que tengo que decirte.

Adam la miró con cautela.

—Te escucho.

Mary empezó a jugar con sus manos mientras miraba el suelo.

—Yo...—Susurró, de repente levantó la mirada y miró fijamente los ojos verdes de Adam.—En unos días me voy a vivir un año a Minnesota, es por lo del modelaje, ya conseguimos un departamento con Susan.

Adam estaba sorprendido.

—¿Qué? ¿y tus padres saben de esto?

Mary era hija única, tenía un padre y una madre, ellos eran su única familia, la castaña asintió.

—Si, hablé con ellos y me dieron permiso, saben que mi sueño siempre fue ser modelo y especializarme en distintos lugares, además sólo me voy a ir por un año.

Adam asintió.

—Ese es otro motivo por el cual debemos terminar.

Mary asintió, comprendiéndolo.

—Tenés razón, es lo mejor para los dos.

Adam se cruzó de brazos.

—Aún así estoy muy ofendido porque evidentemente a este viaje lo tenías planeado hace mucho.—Comentó frunciendo el ceño.

—Adam...—Lo llamó Mary queriendo explicarse.

Adam negó con la cabeza indicándole que no quería escucharla y se alejó unos pasos de ella, dolido.

—Y nunca me lo dijiste, nunca planeaste decírmelo, sólo ahora que estamos terminando se te ocurre contarme algo así.

—Lo lamento.—Murmuró Mary, no sabía que más decir.

Adam se molestó por ese pobre intento de disculpa, soltó una risa irónica y se alejó unos pasos más.

—Yo también lo lamento, lamento que lo nuestro no haya funcionado.—Dicho eso se dio media vuelta, bajó la escalinata que daba a la entrada de la casa y se marchó decidido sin volver a mirar atrás.

🎤🎤🎤🎤

Minnesota, año 1996: Mary, 16 años de edad.

Mary ya se había mudado hacía un mes a Minnesota, no se había vuelto a comunicar con Adam ni siquiera por mensajes desde el día de su ruptura.

Mary sentía náuseas recurrentes desde hacía dos semanas, ese día decidió contárselo a Susan, su amiga le sugirió hacerse una prueba de embarazo así que juntas fueron a una farmacia cercana y compraron un evatest, en esos momentos Mary estaba en el baño, se demoraba en salir por lo que Susan estaba impacientándose.

—¿Te falta mucho Mary?—Preguntó Susan.—Muero de la intriga.

—Y yo de los nervios, tengo 16 años, no puedo estar embarazada.

—Bueno... técnicamente si, si estuviste con Adam...—Comentó su amiga con un exceso de sinceridad.

Desde el otro lado de la puerta fue capaz de escuchar el tono de fastidio en la voz de Mary.

—Pero nos cuidamos.

Susan se encogió de hombros.

—Vos sabés que los condones a veces fallan.

—Muy raras veces.—Se defendió Mary.

Susan rodó los ojos.

—Pero fallan.

—Listo.—Anunció Mary con voz temblorosa y abrió la puerta del baño.

Susan se acercó a ella y le miró las manos con curiosidad, su amiga tenía el evatest cubierto con sus manos impidiéndole ver el resultado.

—No me animo a mirarlo, tengo miedo.—Confesó Mary en un susurro.

Susan suspiró, mostrándose impaciente.

—Pero tenemos que verlo, damelo.—Exigió, Mary negó asustada, Susan estiró la mano.—Damelo.—Repitió con firmeza.

Mary se resignó y se lo entregó.

—¿Qué dice? ¿qué dice?—Preguntó la castaña con impaciencia y nerviosismo debido a que su amiga se estaba demorando en emitir palabras.

Susan abrió la boca sorprendida.

—Po... positivo.—Dijo en un murmullo que Mary fue capaz de escuchar perfectamente.

La castaña palideció, le arrancó con brusquedad la prueba de embarazo de las manos a su amiga y la miró con detenimiento, no había error, efectivamente daba positivo.

—No... no puede... ser.—Balbuceó en estado de shock.

Susan le apoyó una mano en la espalda en señal de consuelo.

—Lo lamento Mary, sé que es una noticia muy fuerte, un bebé, un hijo...

—Un hijo... un hijo de Adam.—Murmuró Mary con la mirada perdida en algún punto inespecífico de la sala.

Susan asintió e hizo una mueca.

—No me gustaría estar en tu lugar, todavía sos muy joven.—Susurró sin filtro, Mary la fulminó con la mirada, su amiga sonrió con nerviosismo.—Perdoname, a veces soy muy directa.—Se disculpó rápidamente.

Mary se encogió de hombros, seguía en estado de aturdimiento.

—Ahora comprendo por qué tenía náuseas.

Susan suspiró.

—Si... es un síntoma típico de embarazo.—Se quedó pensativa unos momentos.—Eso significa que en unos meses no podrás desfilar, te va a crecer la panza...

Mary la interrumpió, nerviosa.

—Tenés razón, no lo había pensado.—Se sentó en un sillón individual y ocultó el rostro entre sus manos.

Su amiga se arrodilló delante de ella y la miró con preocupación.

—¿Qué vas a hacer?

Mary bajó las manos y la miró, su mirada reflejaba decisión y determinación.

—Lo tendré por supuesto, eso no está en discusión, jamás abortaría, el bebé no tiene que pagar por mis acciones.

Su amiga sonrió.

—Así me gusta, tenés que ser valiente, yo puedo ayudarte.

Mary sonrió, agradecida.

—Gracias.

Susan quedó pensativa.

—¿Y Adam? ¿cuándo se lo vas a decir?

—Nunca.—Anunció Mary con tranquilidad.

Susan la miró con los ojos bien abiertos, sorprendida.

—¿Qué?—Preguntó enarcando una ceja.—¿Por qué? es el padre del bebé.

—¿Crees que no lo sé?—Contestó Mary con fastidio, luego se puso de pie y deambuló por el departamento perdida en sus pensamientos, de repente se detuvo y se giró hacia su amiga que ya se había puesto de pie.—No se lo voy a decir.—Anunció con seriedad, se encogió de hombros y añadió.—Soy demasiado orgullosa para volver a hablar con él, no terminamos de la mejor manera.

Susan la miró cruzada de brazos y con una expresión que le indicaba que estaba en desacuerdo.

—No seás infantil, merece saberlo, es su hijo también.

Mary perdió la paciencia.

—¡No me digás que hacer!

Su amiga la miró sorprendida.

—Okay, tranquilizate.

La castaña intentó serenarse.

—Hagamos un pacto.—Pidió mirando a Susan con seriedad.

—¿Cuál?—Preguntó su amiga, curiosa.

Mary se acercó a ella.

—Que esto sea un secreto entre nosotras, nadie puede saberlo, ni mis padres ni los tuyos, ni mucho menos Adam.

Susan abrió la boca, sorprendida.

—¿Cómo?

—Lo que escuchaste Susan.—Dijo Mary con exasperación.—Por suerte vine a vivir un año a Minnesota, cuando vuelva a mi casa en Los Ángeles, el bebé ya habrá nacido.

—No te estoy entendiendo...—Murmuró Susan confundida.—¿Acaso... acaso no pensás llevarte a tu hijo con vos a Los Ángeles?

Mary negó.

—Dije que lo iba a tener, no que lo iba a criar, como bien dijiste, soy muy joven todavía.

Susan no dijo nada, se quedó callada asimilando las palabras de su amiga.

—¿Qué vas a hacer con el bebé?—Preguntó luego de un largo momento de silencio.

—Lo voy a entregar en adopción, aquí, en Minnesota, de esa manera va a crecer lejos de mí y de Adam.

Susan suspiró.

—Perdoname que te lo diga pero sonás como una desalmada, como si no te importara tu hijo.—La acusó haciendo una mueca.

Mary la miró furiosa.

—No soy una desalmada y no te atrevás a decirme que no me importa mi hijo, si realmente no me importara lo abortaría pero no lo voy a hacer.—Una repentina lágrima bajó por su mejilla.—Simplemente soy muy joven para hacerme cargo de un bebé, tengo 16 años, todavía me queda un año de colegio, estaba empezando a estudiar modelaje, tampoco puedo contar con mis padres, se van a enojar mucho conmigo si se enteran, su única hija embarazada a los 16 años... no quiero ni imaginarme cómo van a reaccionar, prefiero no decirles nada, que no lo sepan.

Susan asintió, comprendiendo en parte la situación.

—Okay pero... ¿y Adam? ¿por qué no se lo decís? capaz que él si quiere hacerse cargo de su hijo.

Mary se secó la lágrima y soltó una risa amarga.

—Si no tenía tiempo para mí por culpa de esa banda... ¿vos crees que va a tener tiempo para un bebé?

Susan se quedó muda con su respuesta, finalmente se encogió de hombros.

—Quizá no, quizá si, no lo sabemos, lo que si sabemos, ambas, es que tenés que decirle la verdad.—Contestó de brazos cruzados con una mirada de determinación.

Mary la imitó.

—Te dije que no me digás que hacer Susan, ya está decidido, voy a tener el bebé, lo voy a entregar en adopción aquí, en Minnesota, voy a volver a Los Ángeles y nadie se va a enterar de lo que pasó, éste es nuestro secreto.—Luego estiró su mano para que Susan se la estrechara.—¿Cuento con vos?

Su amiga suspiró rendida y le sujetó la mano estrechándola, sellando de esa manera el pacto.

—Como quierás, sólo espero que en un futuro no te arrepintás.

—No lo haré, es lo mejor para todos.—Aseguró Mary sin dar marcha atrás.

🎤🎤🎤🎤

Minnesota, año 1997: James Levine, recién nacido.

La familia Diamond se llevó al bebé recién nacido, James, a su hogar.

—Es muy lindo.—Comentó la señora Diamond secándose una lágrima.

—Lo sé.—Estuvo de acuerdo el señor Diamond.

—Nada te va a faltar bebé precioso.—Le habló la señora tiernamente al bebé en sus brazos, luego miró a su marido.—Se llama James ¿verdad?

El señor asintió.

—Así es, ese nombre le puso su madre.

—¿Y se sabe quién es el padre de esta criatura?—Preguntó la señora con curiosidad.

El marido negó con tristeza.

—No, tampoco se sabe quién es su madre, lo único que me dijeron es que el bebé se llama James por petición de su madre biológica.

La señora asintió, luego miró al bebé.

—No sé cuál es tu apellido James pero a partir de hoy vas a ser un Diamond.—Concluyó con una sonrisa.

🎤🎤🎤🎤

Minnesota, año 2015 (actualidad): James Diamond, 18 años de edad.

Ya habían pasado poco más de 18 años desde que la familia Diamond había adoptado a un bebé llamado James y le había dado su apellido, el adolescente vivía con su padre y su madre en una casa a las afueras de la ciudad.

No sabía que era adoptado, sus padres nunca se lo dijeron, es por eso que el joven James no se imaginaba que su vida cambiaría tan drásticamente hasta que un día, su verdadero padre Adam Levine, mentor del exitoso programa de The Voice e integrante de la famosa banda Maroon 5, se presentó en su casa.

Para la mala suerte de Adam, James no estaba dispuesto a aceptarlo en su vida tan fácilmente y para la mala suerte de James, Adam no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente con él ahora que sabía que era su hijo.

Chapter 2: Capítulo 2: La Gran Noticia.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 2: LA GRAN NOTICIA.

Era de noche, los chicos: James, Carlos y Logan estaban en casa de Kendall.

—¡Chicos! ¡empieza The Voice!—Gritó Kendall desde la sala.

Los chicos corrieron hacia el sillón y se tiraron en él.

—¡Genial!—Dijo James agarrando un almohadón y colocándolo detrás de su espalda, buscando estar más cómodo.

—¡Estuve todo el día esperando para ver esto!—Gritó emocionado Carlos.

Logan suspiró.

—Yo debería estar estudiando pero...—Se quedó unos momentos en silencio al notar como los demás lo miraban sorprendidos.—Ya era.—Se resignó finalmente, encogiéndose de hombros.

—Bien dicho Logan.—Lo felicitó Kendall dándole una palmada en el hombro.—No te podés perder The Voice.

James soltó una risita.

—Serías un idiota sino.—Comentó con maldad.

Logan lo fulminó con la mirada.

🎤🎤🎤🎤

Cuando empezó la propaganda los chicos aprovecharon para conversar.

—La temporada 8 empezó brutal.—Comentó Kendall con una sonrisa, bebió un sorbo de su refresco y añadió.—La próxima podríamos presentarnos ¿qué opinan?—Preguntó mirando a sus amigos.

James le devolvió la mirada, su expresión reflejaba duda.

—Mm no sé...

Kendall trató de convencerlo.

—Siempre nos gustó cantar James, lo hacemos muy bien, no por nada tenemos una banda.

James rodó los ojos.

—Lo sé pero...—Aún no parecía convencido.

Logan se puso del lado de James.

—Yo tampoco estoy seguro de que debamos presentarnos, una cosa es ver el programa porque nos encanta pero otra muy distinta caer a Los Ángeles a audicionar.

James asintió y señaló a Logan.

—Eso.—Luego miró a Kendall mientras se cruzaba de brazos.—Además justamente como tenemos una banda yo pienso que no deberíamos separarnos, si vamos a The Voice es para ser solistas.

Kendall suspiró, derrotado.

—Buen punto.

Carlos rodó los ojos y se sumó a la conversación.

—Pero ¿qué les pasa a ustedes dos?—Preguntó con fastidio dirigiéndose a James y Logan, ellos lo miraron expectantes.—Me lo están convenciendo al apaciguador.

Sus amigos rieron a carcajadas, Kendall se molestó por eso.

—¡Hey!—Se quejó el rubio.

—Perdón.—Se disculpó James secándose las lágrimas.

—No fue nuestra intención, Carlos nos hizo reír.—Se defendió Logan, quitándose también las lágrimas.

—Yo estoy del lado de Kendall, no sean cobardes.—Pidió Carlos dejando la burla y la diversión de lado.—¿Por qué no nos presentamos? no es por presumir pero cantamos espectacular y si no nos animamos a ir en la próxima temporada vamos a estar para siempre en Minnesota haciendo nada, es verdad que para lograrlo la banda tendría que separarse pero creo que vale la pena arriesgarse.

Logan lo miró con incredulidad.

—¿Haciendo nada decís? ¿estudiar te parece hacer nada?

—Convengamos que es aburrido pero para algo sirve ¿verdad?—Comentó James entre risitas.

Logan fulminó a su amigo con la mirada, el castaño tragó saliva nervioso.

—Sirve para todo James.

James se rascó la nuca pero no dijo nada.

—¿Y? yo me presentaría.—Dijo Carlos con determinación.

Logan lo miró arqueando una ceja.

—Si hacés eso Carlos... ¿cuándo pensás estudiar?

Carlos se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

—El estudio no es un problema para mí, me tomo un año sabático y me dedico a la música, lo vale.

Kendall le dio una palmadita en el hombro.

—Bien dicho Carlos.—Murmuró emocionado.—Yo haría lo mismo.

Carlos le devolvió la mirada con una sonrisa, Logan se cruzó de brazos, repentinamente fastidiado.

—Yo no, el estudio es lo primero.

Esta vez James no estuvo de acuerdo con Logan, soltó una carcajada y luego se secó las lágrimas con el dorso de la manga de su suéter.

—Ni de broma.—Soltó con burla.—Que loser que sos Logan, un completo perdedor.—Logan lo miró mal, James no le hizo el menor caso y se dirigió a sus otros amigos.—Cambié de opinión, yo también me presentaría.

—¿Quieren que vayamos el año que viene?—Propuso Kendall esperanzado.

James y Carlos sonrieron emocionados y asintieron sin dudarlo.

—Si.—Dijo James.

—De acuerdo.—Accedió Carlos.

Los tres miraron expectantes a Logan, quien a pesar de parecer dubitativo finalmente accedió.

—Está bien, me convencieron, yo también voy.—Anunció con una sonrisa.

Sus amigos festejaron, "¡bien dicho!" gritaron Kendall y Carlos.

—Así se dice.—Lo felicitó James dándole unas palmaditas en la espalda, luego lo miró apenado.—Lamento haber sido un completo idiota recién, no debí decirte perdedor, en todo caso el perdedor soy yo porque no le doy al estudio la importancia que se merece.

Logan soltó una risita, luego se encogió de hombros para restarle importancia al asunto.

—No te preocupés James, todo bien.—Luego añadió orgulloso.—Me alegro que te des cuenta que el estudio es importante.

James sonrió.

—¿A quién elegirán?—Preguntó Kendall.—Yo a Adam. 

—Blake.—Dijo James convencido.

—Pharrell.—Dijo Logan.

—Yo a Christina, está linda.—Confesó Carlos soltando un suspiro.

Sus amigos rieron.

—No tenés que elegir porque sea linda sino porque te va a llevar a la fama.—Le aconsejó Kendall divertido.

Carlos quedó pensativo unos momentos y luego asintió dándole la razón a su amigo.

—Tenés razón, que gil, Christina es muy talentosa pero no es mi estilo, no me convendría, entonces creo que... elegiría a Adam.

James rodó los ojos.

—¿Pero qué les pasa? Blake ganó más premios que Adam, dos temporadas ni más ni menos.—Dijo agarrando el almohadón que estaba en su espalda y colocándolo detrás de su cabeza para poder recostarse.—Yo elegiría a Blake.—Finalizó con un bostezo.

—Hey, no te duermás.—Pidió Carlos.—Estamos conversando, además ya va a terminar la propaganda, tenemos que seguir viendo el programa, están buenísimas las audiciones.

James se refregó un ojo.

—Lo sé.—Dijo soltando otro bostezo.—Lo que pasa es que dormí poco anoche, me quedé jugando al Crash.—Se sentó correctamente y abrazó el almohadón.

Kendall rió a carcajadas.

—Sos un maldito vicioso ¿ya te pasaste el 1?

James lo miró como si se hubiera vuelto loco.

—¿El 1 estás diciendo?—Preguntó entre risitas.—Ya me pasé el 2.

Logan y Carlos silbaron, Kendall miró ofendido a James.

—Se suponía que lo íbamos a jugar juntos.—Reclamó de brazos cruzados.

James tragó saliva, dándose cuenta de su error.

—Perdón Kendall, te prometo que no fue mi intención, empecé jugando un nivel y como que me enganché, posta no fue mi intención.—Kendall lo seguía mirando mal, James suspiró.—Okay ¿qué puedo hacer para compensarlo?—Preguntó el castaño.

Kendall sonrió pícaramente.

—Vas a dejar que yo me pase el 3.

James abrió grandes los ojos.

—¡Eso sí que no!

—¡Que sí!—Lo contradijo Kendall.—Ahora vas a tener que aguantar que yo me pase el 3 porque te pasaste el 2 solo, es lo justo, lo sabés.—Dijo poniendo las manos en su cadera.

James suspiró derrotado.

—Okay, pero vos comprás las chocolatadas.

Kendall arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

—Y vos las galletas Toddy.

Logan rodó los ojos, fastidiado.

—Ya basta par de viciosos, fanáticos del play, estábamos hablando de los mentores de The Voice, no sé si se acuerdan.

James miró a su amigo ofendido.

—Claro que nos acordamos, lo que pasa es que ustedes son unos aburridos que no juegan a la play.

—No es así.—Lo contradijo Carlos.—Si nos gusta jugar a la play pero no somos tan fanáticos como ustedes.

Kendall se lanzó al sillón al lado de James y le pasó un brazo por los hombros.

—Por eso James y yo somos compañeros de vicio.

James le sonrió con complicidad.

—Exacto.—Luego miró a Carlos.—Además el Crash acaba de salir, es uno de los mejores juegos de play 4 que hay, no podés culparnos por estar enviciados.

—Dentro de poco sale el Crash Team Racing.—Comentó Kendall con alegría.

A James se le iluminaron los ojos.

—Lo sé, va a ser brutal.

—Hablemos de The Voice por favor.—Pidió Logan con urgencia.—Ya va a empezar el programa.

James se encogió de hombros, Kendall retiró su brazo y se recostó en el sillón abrazando un almohadón al igual que su amigo.

—Yo ya dije que elegiría a Blake porque ganó dos temporadas más que Adam.—Repitió James.

Kendall se quedó pensando.

—Es un buen argumento James pero aún así prefiero a Adam.

—Hey Logan.—Lo llamó Carlos buscando obtener la atención de su amigo, cuando Logan lo miró, Carlos le devolvió una mirada de confusión.—¿Por qué elegirías a Pharrell? no ganó nunca.

Logan rodó los ojos.

—Lógicamente, es un mentor que estuvo una sola temporada en The Voice, ésta recién es su segunda temporada ¿cuántos premios pretendés que gane? Adam y Blake son veteranos, por eso tienen muchos premios, tuvieron más oportunidades.

James estalló en carcajadas.

—Veteranos.—Murmuró y siguió riendo, al notar que Logan lo miraba mal se calló abruptamente.—¿Qué?—Preguntó a la defensiva.—Me dio gracia.

—¿Vas a parar con las chiquilinadas?—Pidió su amigo demostrando poca paciencia.

James rodó los ojos.

—Uh perdón policía.—Luego señaló la puerta de entrada.—¿Por qué no vas a buscar la patrulla?

Logan arqueó una ceja.

—¿Qué estás diciendo?

—Que no te pongás la gorra, estás hecho una ortiva.—Espetó James con fastidio mientras se cruzaba de brazos.

Carlos y Kendall largaron estruendosas carcajadas.

—Sos un hijo de puta James, mi maldito ídolo.—Comentó Carlos secándose las lágrimas.

—Ese comentario estuvo muy gracioso.—Reconoció Kendall.

—Vayansé los tres a la mierda.—Protestó Logan enojado.

—En fin Logan...—Murmuró James.—Si querés arriesgarte con Pharrell es tu decisión.

Logan estalló, estaba muy enfadado.

—Callate, se nota que vos no querés arriesgar nada, elegís al mentor que más premios tiene, eso es de cobarde.

James contraatacó, ese comentario había herido su orgullo.

—¿Qué tiene de malo? muchos eligen a Blake, no es de cobarde.—Dijo molesto.—No voy a cambiar de parecer, si te sigue pareciendo una decisión cobarde andate bien a la mierda, a mí me parece inteligente.

Logan entrecerró los ojos.

—Andate bien a la mierda vos.

Kendall rápidamente interrumpió su discusión, no quería que sus dos amigos pelearan, cuando habían desacuerdos él intervenía, era el apaciguador del grupo.

—Dejen de pelear, son amigos, no pueden tratarse así, además no es para que discutamos, está divertido opinar sobre el hipotético caso de que nos presentemos a las audiciones y que alguno de los mentores nos elijan, ni siquiera sabemos si los cuatro se darían vuelta por nosotros así que no le veo sentido a la discusión.

James soltó una risa amarga.

—¿Qué decís? vos sacaste el tema, fuiste el primer interesado en saber a que mentor elegiríamos cada uno, se supone que tenemos que elegir entre los cuatro, tenemos que considerar todas las opciones.

Kendall rodó los ojos.

—Okay si pero no sabía que iba a generar peleas.

James bufó.

—Tenés razón, no me hagan caso, no sé por qué hoy estoy contrariado.—Dijo reconociendo que se estaba comportando como un idiota.

—Será porque ayer te quedaste hasta tarde jugando a la play.—Soltó Logan aún ofendido.

James lo miró culpable.

—No es excusa, estoy un poco más irascible de lo normal, perdón.—Pidió dándole una palmada en la espalda a Logan.—Ya es la segunda vez que te lo pido.

Logan sonrió.

—Todo bien.—De repente su expresión se tornó seria.—Pero te advierto que a la próxima me va a costar perdonarte.

James soltó una risita.

—No va a haber próxima, somos amigos, no tenemos por qué estar discutiendo.

Carlos miró raro a James.

—James, dejale ese papel a Kendall, él es el apaciguador del grupo.—Dijo en tono burlón.

James soltó una carcajada, Kendall se encogió de hombros, luego sonrió orgulloso.

—Tengo que mantenernos unidos.—Aseguró con suficiencia y confianza.

—¿Vieron que...?—Empezó a preguntar James pero Logan lo interrumpió abruptamente.

—¡Shh! ¡se terminó la propaganda! ¡guardá silencio James!

—Pero...—Empezó a protestar el castaño.

—¡Shh!—Lo volvió a callar Logan golpeándolo con un almohadón en la cara.

James se acomodó un poco el pelo con su mano ya que ese golpe lo había dejado despeinado.

—Sólo quería comentar que no sé de como en esta temporada no están eligiendo a Adam, me parece raro, me está haciendo acordar a Gwen.

Logan soltó una carcajada.

—Pobre Gwen, siempre trata de comprar a los participantes con suéters de su equipo.

Todos rieron con ese comentario.

—Y Adam trata de comprarlos rogándoles ir a su equipo.—Comentó James entre risas.

—Verdad.—Concordó Kendall.—Pero igual los participantes eligen a todos, un poco menos a Gwen... pero en fin, a todos.

—Yo si elegiría a Gwen, si me lo pide mucho no puedo resistirme, es la menos talentosa pero es linda.—Dijo Carlos.

Kendall negó con la cabeza.

—No aprendió parece.—Murmuró en tono burlón.

James y Logan soltaron una carcajada, Carlos miró ofendido a Kendall.

—Era una broma...—Empezó a mentir Carlos intentando justificarse, tanto Gwen como Christina le parecían muy lindas y no dudaría en elegirlas.—¡Hey!—Protestó.

Logan le había lanzado un almohadón a la cara para que se callara.

—¡Shh! ¡quiero ver!—Repitió Logan molesto, se acomodó mejor en el sillón y sonrió.—Esta chica está cantando muy bien.

James asintió, estando de acuerdo con él.

—Además está buena.—Comentó con una sonrisa pícara.

—Verdad.—Carlos estuvo de acuerdo con James.

—Es muy linda.—Opinó Kendall mirando la pantalla del televisor embobado.

—¿Y los pochoclos?—Preguntó James mirando alrededor luego de beber un sorbo de su refresco.—¿Quién los tiene?

—Aquí están.—Le avisó Logan pasándole el bote y llevándose el sorbete de su refresco a la boca.

—Están buenísimos.—Comentó James con la boca llena luego de llevarse un puñado a la boca.

Carlos le quitó el bote y rió maliciosamente cuando James lo miró mal, luego el que rió fue James porque vio como Kendall le arrebataba el bote a Carlos.

—¡Hey!

—El que los hace tiene prioridad para comerlos.—Comentó el rubio en tono divertido llevándose un poco de pochoclos a la boca.

🎤🎤🎤🎤

Los mentores de The Voice recorrían la ciudad de Los Ángeles luego de una jornada de trabajo.

—Hoy fue una buena noche, gané artistas muy talentosos.—Comentó Blake divertido, luego miró a Adam con expresión burlona.—Y a vos te fue mal.—Soltó una risita y añadió.—Todo me salió bien.

Adam hizo una mueca.

—Realmente...—Negó con la cabeza y dijo desconcertado.—No entiendo qué pasó, hoy claramente no fue mi noche, convencí a una sola artista de venir a mi equipo.

Pharrell se acomodó la boina.

—Yo si gané artistas muy buenos.—Dijo con una sonrisa.

—Yo gané artistas mujeres muy buenas.—Presumió altaneramente Christina.

Adam soltó una carcajada.

—Así es, no puedo creer que me hayás robado a esa artista, creí que iba a elegirme a mí ¿cómo hiciste para convencerla?—Preguntó mirando a Christina con una ceja arqueada.

—Ah.—Canturreó Christina en tono misterioso.—No te voy a enseñar mis trucos, lo lamento Adam.

Adam se encogió de hombros en una actitud resignada provocando que los demás rieran.

—¿Qué les parece si vamos a un restaurante para festejar?—Sugirió Blake.

Adam esbozó una sonrisa.

—La mayoría de las veces no estoy de acuerdo con lo que decís pero esta vez si.

Blake rodó los ojos.

—¿Se supone que es un halago?

Adam arqueó una ceja.

—No.—Soltó con un exceso de sinceridad.

Blake volvió a rodar los ojos pero luego sonrió.

🎤🎤🎤🎤

Los mentores ingresaron en el restaurante, recorrieron el lugar con la mirada, cuando lograron divisar una mesa se dirigieron hacia allí y se sentaron, un mozo se acercó a ellos, les tomó el pedido y se retiró.

Entre risas y bromas mientras esperaban sus pedidos, algo captó la atención de Adam, era una joven de pelo castaño lacio largo y ojos mieles, Adam abrió la boca sorprendido ¿podría ser...? no, imposible, no la veía desde hacía 19 años, miró con más detenimiento a esa persona que se encontraba sentada en la barra de espaldas a él y bastante lejos de su mesa, no había dudas, la distancia no le impidió saber quién era. Se trataba de su ex novia de la adolescencia, aspirante a modelo en su momento, Adam quedó desconcertado ya que era la primera vez que la encontraba luego de su ruptura, no tenía idea qué era de su vida, la curiosidad se apoderó de él, inmediatamente quiso hablar con ella.

—¿Sucede algo Adam?—Preguntó Christina notándolo ausente.

Adam no le respondió.

—¿Adam?—Lo llamó esta vez Blake.

—Ah... ¿qué?—Murmuró Adam saliendo de su trance.

Todos lo miraban confundidos.

—¿Pasa algo?—Repitió Christina.

—Em... no.—Mintió Adam agarrando un pedazo de pan de la canasta que había para picar, se llevó un trozo a la boca y volvió a mirar disimuladamente hacia la barra que era donde se encontraba sentada su ex novia, Adam divisó una botella de vino casi vacía delante de ella, además tenía una copa en su mano, evidentemente había estado tomando, fijó nuevamente su mirada en la mesa, a los pocos segundos no pudo aguantar más y se levantó abruptamente sorprendiendo a todos.—Ya vuelvo.

—Te advierto que te vas a quedar sin picada.—Lo cargó Blake, se sorprendió cuando Adam no le contestó, en su lugar el pelinegro se retiró.—¿No lo notan ausente?—Les preguntó a Christina y Pharrell, sus amigos asintieron.

Adam se apoyó en la barra, cerca de su ex, el olor a alcohol penetró sus fosas nasales, observó con detenimiento a Mary, se dio cuenta que estaba bastante ebria, se quedó allí unos minutos esperando que su ex captara su presencia pero parecía muy ensimismada en la copa de vino que llevaba en la mano por lo que Adam se aclaró la garganta para conseguir su atención, eso funcionó, finalmente Mary reparó en él, giró en su asiento y lo miró con los ojos enrojecidos, Adam sonrió.

—Hola Mary.—Saludó en tono formal.

Mary palideció.

—A... Adam...—Balbuceó sumamente sorprendida, la copa tambaleó peligrosamente en su mano por lo que tuvo que depositarla en la barra, la castaña no sabía qué decir, la inesperada aparición de su ex la había agarrado desprevenida, jamás se imaginó verlo de nuevo, lo había estado evitando durante años, no estaba preparada para una situación así, a pesar de todo y de su gran secreto se obligó a hablar tratando de mantener la compostura.—¿Qué... qué estás haciendo aquí?—Preguntó con un intento de sonrisa.

Adam arqueó una ceja.

—Podría hacerte la misma pregunta.—Se cruzó de brazos y prosiguió entrecerrando los ojos.—Me acuerdo que querías ser modelo, al final lo conseguiste, te vi algunas veces en programas de moda.—Esbozó una sonrisa de suficiencia al ver el rostro perplejo de Mary.—Felicidades.

Mary tragó saliva.

—Pues... gracias, supongo que también tengo que felicitarte.—Agarró la copa de vino y se terminó su contenido de un solo trago.—Conseguiste tu sueño también, el de ser cantante, te vi algunas veces en los programas de The Voice y otras dando conciertos con tu banda.

Adam le hizo una seña a un camarero que se había acercado a la barra.

—Una cerveza por favor.—Pidió, el camarero se retiró y Adam volvió a mirar a Mary, la cual ya había aprovechado para rellenar su copa con vino.—No deberías tomar tanto, se nota que estás picada.

Mary frunció el ceño, repentinamente enojada.

—Agradecería que no te metieras en mi vida.—Contestó de manera hostil.

Adam levantó las manos en un gesto inocente.

—Tranquila, no era para que te pusieras así.—Se defendió, el camarero regresó con una botella de cerveza, la depositó en la barra delante de Adam, la destapó y se retiró.—Como pasa el tiempo, no puedo creerlo.—Comentó Adam agarrando la botella de cerveza y tomó un trago.—No te veo...—Se quedó pensativo unos segundos, fingiendo hacer cálculos, en realidad sabía perfectamente cuanto tiempo había pasado desde la última vez que había visto a Mary, recordaba perfectamente el día de su ruptura.—¿Hace cuánto? ¿19 años?

La mención de ese número provocó que Mary perdiera la calma, miró con horror a Adam, tenía la esperanza de que no lo recordara.

—¿19?—Soltó una risa nerviosa.—¡No! ¡19 no!—Gritó histérica.

Adam se sorprendió por su desmedida reacción, la miró con una ceja levantada y con cara de confusión.

—Pará, tranquila.—Pidió.—¿Por qué reaccionás así?

Adam no sabía que Mary le ocultaba un gran secreto, no tenía la menor idea de que ella 19 años atrás había tenido un hijo suyo al cual había entregado en adopción al nacer porque había sido demasiado cobarde como para enfrentar la situación.

Mary aún permanecía con cargo de conciencia por lo que había hecho, era muy joven en ese entonces, tenía 16 años, no estaba preparada para hacerse cargo de un bebé. Tampoco quería asumir el rol de madre, ansiaba seguir con su recién iniciada carrera de modelaje por lo que hizo lo que era más fácil y lo que consideró que sería lo mejor para todos, decidió tener el bebé pero no hacerse cargo de él, lamentablemente las cosas no salieron como Mary las había planeado en un principio, aún se sentía culpable por tomar esa decisión.

—Reacciono así porque...—Empezó a balbucear Mary, la copa de vino se tambaleaba en su mano, no podía decirle, definitivamente no podía decirle a Adam que había entregado a su hijo, James Levine, en adopción, Adam se iba a enfadar mucho con ella.

—¿Me vas a contestar?—Preguntó Adam ansioso por saber la respuesta, tenía el presentimiento de que su ex le ocultaba algo, se estaba comportando muy extraño, tuvo esa sospecha desde el inicio, vio como Mary negaba con la cabeza, Adam se cruzó de brazos y la miró con seriedad.—¿Me estás ocultando algo?—Inquirió en tono acusatorio.

Mary abrió grandes los ojos.

—¿Qué? ¡no!

Adam no le creyó.

—Decímelo ya, no soy estúpido, te noté rara desde que te saludé, por eso quise conversar un poco, quería confirmar si mis sospechas eran ciertas.—Dejó la botella de cerveza en la barra y miró a Mary a los ojos.—¿Qué es lo que me estás ocultando?

—¡Nada!—Mintió Mary.

—Decime la verdad.—Pidió Adam con una mirada seria.

—¡No! ¡no puedo decírtelo!—Vociferó Mary depositando la copa de vino en la barra con más fuerza de la necesaria, provocando que parte de su contenido se volcara.

Adam estaba empezando a enojarse y a preocuparse en partes iguales, evidentemente su ex le ocultaba algo importante.

—¿Por qué te ponés así?—Se quedó pensando, tratando de llegar a una conclusión.—Seguro que lo que me estás ocultando tiene que ver con la plata.

Mary lo miró shockeada.

—¿Qué?

Adam frunció el ceño, agarró nuevamente su botella de cerveza y le dio un sorbo.

—No te hagás la inocente ¿acaso me querés sacar plata? ¿qué vas a declarar en mi contra para conseguirlo? ¿no te alcanza con tus desfiles de moda? todas las ex de famosos son iguales, no lo puedo creer...

—¡No quiero tu maldita plata!—Lo interrumpió Mary enfadada.

Adam la miró repentinamente impresionado.

—Ok, no me esperaba esa respuesta.—Soltó con sinceridad, luego bebió otro trago de su cerveza, la verdad era que tenía otro concepto de Mary, la veía como alguien hueca y superficial, ése era uno de los motivos que lo habían impulsado a terminar con ella, su relación no había finalizado en buenos términos, se dijeron cosas muy hirientes el día de su ruptura.—Bueno en ese caso si no querés no me lo digás.—Cedió Adam en tono tranquilo, sorprendiendo a Mary.—¿Qué tan grave puede ser?—Preguntó llevándose la botella de vidrio a los labios.

La castaña empezó a lloriquear, su reciente discusión con Adam la había dejado en estado vulnerable, eso y sumada la gran cantidad de copas de vino que había tomado, hicieron que no pudiera contenerse más.

—Grave.—Soltó sin darse cuenta, abrió grandes los ojos y se tapó la boca con la mano pero era inútil, Adam ya la había escuchado, el pelinegro se había atragantado con la cerveza, tosió un poco recuperándose.

—¿Gra... grave?—Preguntó en un susurro, luego tragó saliva.

—Yo no dije eso.—Negó inmediatamente Mary agarrando su copa, vaciando su contenido de un solo trago y depositándola torpemente en la barra.

—Si lo dijiste, te escuché perfectamente, no lo negués.—Pidió Adam en tono serio, dejó la botella de cerveza en la barra y luego habló con repentina preocupación.—¿Acaso estás enferma?—Mary lloriqueó aún más y negó con la cabeza, Adam se quedó pensando el motivo por el cual su ex se pondría de esa manera hasta que finalmente llegó a una desagradable conclusión.—Me estás ocultando algo.-La acusó.—Sea lo que sea se trata de mí ¿verdad?—El silencio de Mary fue suficiente para confirmar sus sospechas.—Decímelo ya mismo.—Exigió Adam molesto.—Si se trata de mí merezco saberlo ¿no?

—No...

—Escuchame una cosa Mary.—Soltó Adam perdiendo la paciencia.—A partir de este día me voy a convertir en tu sombra, no te voy a dejar de perseguir hasta que me digás qué carajos me estás ocultando, nunca antes me interesé por saber de vos y de tu vida desde que cortamos y lo mismo te pasó a vos conmigo, ninguno se interesó por el otro pero te aseguro que ahora que sé que me estás ocultando algo relacionado a mí no voy a dejar de seguirte e insistir para que me lo digás así que para ahorrarnos los encuentros incómodos más te vale contarme ahora mismo que me estás escondiendo, hablá.—Finalizó más serio que nunca, cruzándose de brazos y mirándola expectante.

Mary lo miró nerviosa, finalmente decidió rendirse, al fin y al cabo Adam era inteligente, ya se había dado cuenta que le ocultaba algo, era imposible convencerlo de lo contrario, tomó aire, se lo diría y lo haría rápidamente, era mejor largarlo de una vez, el alcohol la envalentonaba ya que la hacía deshinibirse, Mary volvió a tomar otra bocanada de aire y finalmente reveló el secreto que había guardado durante 19 años.

—Tenés un hijo.—Soltó sin previo aviso.

Mary vio como la expresión de Adam se transformaba en una milésima de segundo, notó como su ex pasó de estar serio a desconcertado con la mención de esas tres palabras que cambiarían su vida, y es que esas tres palabras no sólo cambiarían la vida de Adam, también cambiarían la vida de los demás pero sobre todo la vida del hijo que ambos compartían.

Chapter 3: Capítulo 3: Lo Voy a ir a Buscar.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 3: LO VOY A IR A BUSCAR.

Adam sintió como todo el mundo a su alrededor se detenía ¿tenía un hijo? Mary le había largado la bomba sin anestesia, debido a la sorpresa inicial hubo un momento en el que no entendió del todo lo que le dijo, no lo asimiló.

—¿Co... cómo? ¿qué dijiste?—Logró preguntar luego de unos segundos, cuando empezó a ser realmente consciente de la situación.

Mary se lo volvió a repetir, ya se lo había dicho hacía un momento así que ésta vez no le costó decirlo de nuevo.

—Que tenés un hijo Adam, tenemos un hijo.—Bajó la mirada y agregó avergonzada e intimidada.—Perdón, nunca te lo dije.

Adam soltó una risa histérica, no lo podía creer.

—Esperá, esperá, la última vez que estuvimos juntos fue hace 19 años.—Empezó a murmurar.

Mary se largó a llorar con más intensidad.

—Si...—Reconoció.

—Es decir que mi hijo tiene 18 años...—Dijo Adam haciendo cálculos, de repente sintió una repentina furia que no había sentido nunca antes en su vida.—¡¿Tengo un hijo de 18 años y recién ahora me lo decís?!

Mary asintió lentamente ante la amenazante mirada de Adam y se secó las lágrimas que tenía en sus mejillas.

—Si... perdoname...

Adam pensó con desprecio "pero... ¿qué le pasa? no puedo perdonarla así como así".

—Mary realmente deberías ir a un psicólogo, hacerte tratar, no sabía que estuvieras tan trastornada.—Comentó con desprecio.—¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!—Gritó sin poder controlarse, Adam apoyó ambas manos en la barra para intentar mantenerse en pie, estaba repentinamente mareado, sentía que se iba a desmayar.—No... no puedo entenderlo.—Susurró con la voz quebrada, una solitaria lágrima rodó por su mejilla, Adam se la secó rápidamente con la manga de su campera de cuero y se enderezó, le lanzó una gélida mirada a Mary, ella se encogió en su asiento y miró hacia otro lado.

Los amigos de Adam lo observaban desde su mesa, habían dejado de comer desde que su compañero del programa de The Voice se había retirado, estaban tratando de adivinar qué ocurría.

—¿Qué le pasa a Adam?—Les preguntó Blake a Pharrell y Christina.—Está realmente enojado.—Añadió desconcertado.

—Si, que raro...—Comentó Pharrell igual de desconcertado que él.—No entiendo nada.

Christina miró a Mary entrecerrando los ojos.

—Les aseguro que esa castaña que está en la barra hablando con él tiene la culpa, algo hizo para que Adam se pusiera así.—Concluyó en tono molesto, agarró su copa de champán y se la llevó a los labios.

Los demás asintieron dándole la razón, sin embargo ninguno de los tres sospechaba que el enojo de Adam se debía a un tema serio, tan serio que había cambiado su vida en un segundo, ninguno se imaginaba que unos momentos atrás Adam se acababa de enterar de la existencia de un hijo que no sabía que tenía.

Mary seguía tratando de conseguir el perdón de Adam, de esa manera iba a poder sentirse un poco mejor por lo sucedido. Se había equivocado, había cometido un grave error y lo reconocía, sólo esperaba que Adam pudiera perdonarla.

—Perdoname Adam, perdoname...—Repetía una y otra vez.

Adam perdió la paciencia.

—¡No! ¡perdoname nada! ¡es muy grave lo que hiciste Mary!

—Perdón, perdón.—Siguió repitiendo Mary.

Adam la interrumpió con brusquedad, extendió las manos hacia ella para que se callara.

—Esperá, dejame hablar.—Pidió, una vez que Mary dejó de emitir palabra, bajó las manos y se quedó pensando el por qué de las acciones de su ex, no lograba entender por qué razón le había ocultado durante tanto tiempo que tenía un hijo y necesitaba averiguarlo con urgencia, tomó aire y habló.—En vez de pedirme perdón incansablemente ¿me querés explicar por qué me ocultaste que tengo un hijo?

Mary tragó saliva.

—Es que nosotros ya nos habíamos separado y...—Empezó a excusarse pobremente.

Adam la interrumpió furioso.

—Esa no es una excusa válida.—Sentenció, Mary se quedó callada.—Decime ya mismo los otros motivos ¿por qué no me lo dijiste apenas te enteraste que estabas embarazada?

—Yo...—Susurró Mary desviando la mirada de los intensos ojos verdes de Adam.—Pensé que era lo mejor.—Confesó en un murmullo.

Adam abrió los ojos, sorprendido.

—¿Lo mejor para quién?—Preguntó soltando una risa incrédula, se señaló a sí mismo.—¿Para mí?—Cuestionó con incredulidad, Mary lo miró y asintió, Adam se cruzó de brazos y enarcó una ceja, estaba cada vez más enojado.—¿Por qué carajos pensaste que iba a ser lo mejor para mí?

Mary se encogió de hombros.

—Estabas tan ocupado ensayando y tocando con esa banda que supuse que era obvio que no ibas a poder hacerte cargo de un bebé.—Confesó con crueldad.

Adam se enfureció, sintió impotencia.

—¡¿Qué decís?! ¡claro que iba a poder hacerme cargo!—Gritó, ocultó el rostro entre sus manos y añadió sumamente frustrado y molesto.—No tenías derecho a decidir por mí.—Protestó, su voz sonaba amortiguada, Adam se sacó las manos de la cara y le lanzó una mala mirada a la madre de su hijo.—Sos una maldita egoísta.—La acusó entre dientes, Mary iba a decir algo para defenderse pero Adam no le permitió hablar, ansiaba preguntarle algo.—Tengo una maldita duda y necesito que me respondás con la verdad.—No esperó respuesta de Mary antes de hablar.—Si casualmente no te encontraba ahora no me ibas a decir nunca que tengo un hijo ¿verdad? digo porque ya pasaron 19 años y nunca se te cruzó por la cabeza decirme algo tan importante para mí.

Mary soltó un sollozo.

—Tenés que entenderme, tenía 16 años, estaba asustada...

Adam negó.

—¿Y eso qué?—Preguntó con una ceja levantada.—Ya no tenés 16 Mary, en ese momento comprendo que estuvieras asustada pero... ¡pasaron muchos años joder!—Gritó con impotencia.—Tuviste tiempo de sobra para decírmelo ¿por qué esperaste tanto?—La castaña tragó saliva y volvió a desviar la mirada ya que los verdes ojos de Adam la estaban taladrando.—Mirame.—Pidió Adam frustrado, Mary lo miró a regañadientes.—¿Si no te encontraba en este momento me ibas a decir algún día que tengo un hijo?—Volvió a preguntar, no iba a rendirse, quería saber la respuesta.—¡Contestá mis preguntas!—Exigió desesperado debido a que Mary no se dignaba a responder.

Su ex se sobresaltó, rápidamente contestó con sinceridad.

—La verdad no, no sé si te iba a avisar que tenés un hijo, me sorprendiste cuando me saludaste y te lo dije porque tenía cargo de consciencia desde hacía mucho tiempo.

Adam la fulminó con la mirada.

—Sos un desastre Mary.—Murmuró negando con la cabeza.—¡¿Qué te costaba hablarme al celular o de última mandarme un insignificante mensaje?!—Gritó fuera de sí, Mary iba a decir algo pero Adam no la dejó hablar.—Y no me digás que no tenías mi número porque eso no es una excusa, si te hubieras propuesto encontrarme perfectamente podrías haberlo hecho, contabas con los medios suficientes para contactarme.

Mary asintió, despreocupada.

—Cierto.—Confesó sin filtro, luego se encogió de hombros.—La verdad es que no me costaba nada contactarte, simplemente no te quería decir que tenés un hijo y punto.—Respondió enfadada.

Los constantes gritos de Adam habían provocado que se enojara y se pusiera en guardia, por su parte Adam quedó desconcertado unos segundos, no podía creer el tono tan despreocupado que Mary había usado al contestarle, se tuvo que controlar para no mandarla a la mierda, luego de unos segundos le fue imposible.

—Andate a la mierda.—Dijo rechinando los dientes.

Sin previo aviso, Blake se sumó a la conversación, le apoyó una mano en el hombro a Adam.

—¿Qué te pasa Adam? ¿estás bien?—Preguntó, parecía realmente preocupado.

—No pero voy a tratar de estarlo.—Contestó Adam tratando de controlar el enojo en su voz.

Blake frunció el ceño, claramente confundido, no entendía el motivo por el cual Adam estaba tan alterado.

—Pero...

Adam lo miró con súplica.

—Blake por favor, dejame hablar con Mary, es importante.

Blake asintió al percibir la urgencia en el tono de voz de Adam.

—De acuerdo, nos vemos al rato.—Accedió y regresó a su mesa.

Pharrell y Christina miraban expectantes a Blake, esperando que les adelantara algo.

—Está hablando de algo importante con esa castaña, que por cierto se llama Mary, Adam me pidió que me retirara, tenías razón Christina.—Reconoció Blake agarrando su copa de champán.—Mary le hizo algo, Adam está realmente enojado y alterado, el tono de voz que usó al hablarme... era de desesperación, sea lo que sea que esté pasando entre ellos, es grave.

—Se los dije.—Comentó Christina con suficiencia llevándose la copa de champán a los labios.

Pharrell frunció el ceño.

—¿Qué estará pasando?—Preguntó realmente intrigado.—Me preocupa Adam...—Murmuró dirigiendo su mirada a la barra.

Adam se llevó las manos a la cabeza en un signo de desesperación, frustración e impotencia.

—A ver...—Murmuró sumamente furioso, bajó los brazos y observó atentamente a Mary, intentando comprender qué pasaba por su cabeza.—Estoy tratando de entender tu mente, tu pensamiento particular pero no puedo, realmente no puedo, necesitás con urgencia un psiquiatra, evidentemente no estás bien.

—¿Por qué decís eso?—Cuestionó Mary cruzándose de brazos, en una actitud defensiva.—No estoy loca.

Adam respiró una gran bocanada de aire, intentando serenarse.

—Tuviste un hijo mío, nunca me avisaste porque sos una maldita egoísta y pensaste sólo en vos, yo también podría haberlo criado ¿sabés?—La miró con frialdad y agregó dolido.—Por tu culpa me perdí 18 años de estar con él, no pude verlo crecer, joder, no lo conozco, no sé ni cómo se llama, no sé cuáles son sus gustos, no sé quiénes son sus mejores amigos, no sé a que colegio fue...

—Ya.—Lo interrumpió Mary, no pudiendo soportar una palabra más, escuchar los lamentos de Adam la estaban lastimando, estaba realmente apenada y arrepentida.—De verdad lo lamento Adam.—Dijo en un hilo de voz y tragó saliva.

Adam ignoró su disculpa.

—Quiero que ya mismo me digás quién es mi hijo.—Pidió repentinamente serio, luego miró los alrededores tratando de encontrar a su hijo.—¿Está aquí con vos? ¿en el restaurante?—De inmediato Adam supuso que no estaba allí, seguramente se había quedado en su casa y Mary había salido sola.—¿Sabés qué? no me respondás.—Dijo Adam volviendo a mirar a la castaña.—Es obvio que no pero... ¿le dijiste que soy su padre? ¿alguna vez te preguntó por mí? ¿qué le dijiste?—Debido a la ansiedad y la excesiva curiosidad, Adam hacía una pregunta tras otra.

Mary no respondía ninguna de sus preguntas, estaba preocupada porque Adam había tocado un tema delicado, no sabía cómo decirle que había entregado a su hijo en adopción cuando era un bebé, era perfectamente consciente de que Adam se iba a enfurecer cuando se enterara pero lo hecho, hecho estaba, no podía volver el tiempo atrás.

—Mary...—La llamó Adam con impaciencia, estaba realmente muy enojado, su ex seguía sin dignarse a contestarle.—Contestá mis preguntas.—Ordenó lanzándole una mirada de advertencia.—Ah y te aclaro una cosa más, de ahora en adelante mi hijo se viene a vivir conmigo, no quiero escuchar quejas, es lo que corresponde, lo sabés, si es necesario voy a buscar un abogado y voy a pelear por la tenencia, no te voy a permitir que me quités más tiempo de estar con él, es mi turno de pasar tiempo con nuestro hijo, merezco conocerlo, disfrutarlo, vos lo tuviste 18 años...

—No.—Susurró Mary.

Adam quedó desconcertado con su respuesta, la miró con una ceja arqueada.

—Perdón, no ¿qué?—Preguntó a la defensiva.—Sabés que tengo razón, que es lo justo...

—Yo no... yo no lo tuve 18 años.—Confesó finalmente la castaña.

Adam quedó en shock, no esperaba escuchar una respuesta así, no podía creer lo que Mary le acababa de decir.

—¿Có... cómo?—Consiguió preguntar Adam a duras penas debido a que no le salían las palabras.

—Cuando nació nuestro hijo lo entregué en adopción.—Contó Mary sin rodeos, era lo mejor en esos momentos, decir todo rápidamente.—Lo lamento mucho.

Esas palabras lastimaron profundamente a Adam, por segunda vez se vio obligado a sujetarse de la barra porque se sintió mareado, durante unos momentos quedó petrificado, incapaz de reaccionar, cuando creyó que iba a ser capaz de permanecer en pie soltó la mesada de la barra y miró a Mary a los ojos.

—¡¿Entregaste a mi hijo?!—Preguntó Adam a gritos, estaba pasando por un estado de incredulidad, preocupación y frustración.—¡¿Por qué carajos hiciste eso?!—Cuestionó furioso.

Mary tragó saliva.

—Pues porque no podía ocuparme de él.—Contó con sinceridad.—Yo era muy joven, todavía me faltaba un año de colegio, estaba empezando mi carrera de modelaje, tenía que entrar a la universidad...

—Ya entendí.—La interrumpió Adam en un hilo de voz, no le salían las palabras, estaba al borde del llanto.—¿Y tus padres? ¿saben que tienen un nieto?—Logró preguntar, quería saber, sentía curiosidad.

Mary negó con la cabeza.

—No fui capaz de contárselos, se hubieran enojado mucho conmigo si se enteraban, por eso no me animé, no tuve el valor suficiente.—Finalizó en un susurro, una lágrima rodó por la mejilla de la castaña, Adam la miraba con la boca ligeramente abierta, tratando de asimilar sus palabras.—Ellos no saben que tienen un nieto, sos...—Mary suspiró y se secó la lágrima.—Sos la primera persona cercana a mi hijo en enterarse de la verdad.—Confesó, Adam se tambaleó, lo que estaba sucediendo era demasiado para asimilar, tuvo que volver a sujetarse de la barra.—¿Estás bien?—Quiso saber Mary, estaba preocupada.

Adam negó.

—No...—Susurró.—Obviamente no estoy bien, no... no puedo creer que seás así.—Espetó, soltó la barra y le lanzó a Mary una mirada de decepción.—¡¿Y yo qué?!—Preguntó impotente.—¡¿Por qué no recurriste a mí?! ¡me lo hubieras dado a mí! ¡si no querías hacerte cargo de tu propio hijo me lo podrías haber dado a mí! ¡es mi hijo también! ¡¿por qué rayos lo entregaste en adopción y no me lo diste a mí que soy el padre?!

Mary inmediatamente adoptó una actitud defensiva.

—Porque no quise ¿okay? fueron muchos motivos los que me llevaron a no dártelo, la banda, que estuviéramos peleados...

—Motivos estúpidos.—La cortó Adam molesto.

Mary lo miró furiosa.

—Así sucedieron las cosas Adam.—Espetó encogiéndose de hombros.—No puedo cambiar lo que hice.

Adam se llevó las manos a la cabeza con frustración, se sentía impotente al no poder volver el tiempo atrás, nunca sospechó que Mary pudiera quedar embarazada, siempre se habían cuidado, moría de ganas de romper algo para calmar su enojo e impotencia aunque dudaba que eso lograra ayudarlo.

—Es que no puedo creer que no pensaras detenidamente las estupideces que hacías.—Comentó, Adam se sacó las manos de la cabeza y volvió a gritar, le empezaba a doler la garganta pero no le importaba.—¡No avisarme a mí que tengo un hijo y para peor...! ¡si no querías hacerte cargo de tu propio hijo no entregármelo a mí que soy el padre! ¡en lugar de eso darlo en adopción! ¡es insólito!—Gritó, luego tomó grandes bocanadas de aire, intentando mantener la compostura, había gritado demasiado, estaba llamando la atención de toda la gente en el restaurante pero no le importaba en lo absoluto.—Sos inentendible Mary, pensaba que te conocía pero evidentemente no era así, no puedo creer que hayás sido mi novia durante dos años ¿qué tenía en la cabeza?—Preguntó Adam desacomodándose el pelo con una mano.—Lo único bueno que saqué de nuestra relación es a mi hijo.—Aseguró, luego miró a Mary expectante.—Hablando de mi hijo... ¿querés arreglar un poco las estupideces que te mandaste?—Mary no contestó, estaba molesta por lo que Adam le acababa de decir.—Decime quién es, cómo se llama, a qué familia lo entregaste y dónde vive.—Exigió Adam con excesiva seriedad.—Lo voy a ir a buscar en este preciso momento.—Avisó acomodándose la campera de cuero, Mary lo miró muy seria, Adam arqueó una ceja.—¿Qué? ¿por qué me mirás así? ¿acaso no estás de acuerdo? te aviso que no me importa lo que pensés.

Mary se enderezó en su silla y se cruzó de brazos.

—Exactamente, no estoy de acuerdo, también puedo opinar porque soy su madre, pienso que no deberías hacer eso Adam, tenés que dejar tus emociones de lado y entender que nuestro hijo ya tiene una vida armada, no podés caer a su casa y dar vuelta su mundo, ponete en su lugar, va a ser difícil para él.

Adam sonrió con burla.

—Dejar mis emociones de lado...—Soltó una risita.—Lamento decepcionarte pero no soy vos, yo no puedo hacer eso.—Comentó con crueldad.

Mary le lanzó una mirada fulminante.

—Andate a la mierda.—Gruñó.

Adam la ignoró.

—Además... ¿ahora te preocupás por nuestro hijo? mirá que sorpresa.—Comentó con sarcasmo.

Mary abrió la boca, claramente indignada.

—¿Acaso pensás que no lo quiero?—Preguntó ofendida.—Porque no es así, yo si quiero a mi hijo.—Aseguró con voz seria.

Adam soltó una risa irónica.

—Se nota.—Espetó con maldad, Mary tenía pensado rebatir pero Adam habló primero, su tono de voz era serio.—Dejame aclararte que yo si me preocupo por mi hijo y a diferencia tuya me acabo de enterar que existe.

—Pero...—Protestó Mary frunciendo el ceño, Adam la interrumpió levantando una mano en señal de que guardara silencio, Mary se calló, cuando Adam se percató de que la castaña no iba a decir nada más bajó la mano y se cruzó de brazos.

—¿Vos crees que no soy consciente de que va a ser difícil para nuestro hijo enterarse de todo? por supuesto que lo sé, sé que va a ser difícil para él pero es mejor que sepa la verdad, merece saberlo y yo merezco conocerlo, capaz que ni siquiera está al tanto de que es adoptado o en el caso de que ya lo sepa, capaz que ni siquiera sabe quiénes son sus padres y quiere averiguarlo pero no puede, no tiene datos suficientes para encontrarlos, no tiene manera de saber quiénes son.

—O capaz que si sabe que es adoptado y no quiere saber absolutamente nada de sus padres.—Opinó Mary.

Adam suspiró, esa posibilidad lo aterraba.

—Puede ser pero si es así cambiará de opinión cuando se entere de lo que pasó.—Aseguró con confianza.—Va a entender que vos sos una mala madre que lo abandonó por cobardía y que no le dio la posibilidad de conocer a su padre y que yo no tuve nada que ver, a lo que voy es que a mí si me va a querer, en cambio a vos...—Se encogió de hombros y agregó.—Bueno no puedo decir lo mismo de vos pero supongo que no te importa lo que tu hijo piense de vos Mary.

Su ex lo fulminó con la mirada, ya no quería seguir discutiendo con Adam, estaba harta.

—Okay, basta, ya escuché suficiente Adam, te doy todos los datos y desaparecés de mi vista.

—Con gusto.—Aceptó Adam cruzándose de brazos.

—No quiero tu perdón.—Aseguró Mary enojada.

Adam esbozó una sonrisa maliciosa.

—Y yo no te lo quiero dar.—Dicho eso puso mala cara.—No te lo merecés por ser una persona insensible y mala madre.

Mary bufó, ella no era así, había cometido un grave error, lo reconocía, realmente estaba arrepentida, sin embargo sabía que Adam estaba molesto y por el momento no iba a comprenderla, quizás nunca lo hiciera, después de todo no podía culparlo, en el fondo lo entendía por más que estuviera enojada.

—Se llama James Diamond, vive en Minnesota, lo adoptó una familia de apellido Diamond cuando era un bebé recién nacido, vive con su padre y su madre, no tiene hermanos, lo investigué.—Se sintió aliviada por finalmente decir lo que Adam quería escuchar, ahora que tenía todos los datos para encontrar a su hijo se iría de allí directo a buscarlo y Mary estaba agradecida porque no era capaz de soportar su presencia ni un minuto más.—Listo ¿conforme?—Soltó Mary con mala cara.

Adam asintió satisfecho.

—Bien, eso será suficiente.—Luego agregó con frialdad.—Es todo, no quiero verte nunca jamás en mi vida a menos que nuestro hijo me diga que quiere conocerte aunque...—Se llevó un dedo a la barbilla.—Sinceramente dudo que alguna vez me pida aquello.

Mary rechinó los dientes furiosa.

—Andate a la mierda Adam.

Adam ni se inmutó por ese insulto, miró con desprecio a la castaña.

—Hasta nunca Mary.—Se despidió con un gesto de mano.

Sin importarle esperar una respuesta de parte de Mary, sin importarle que Blake, Pharrell y Christina aún siguieran en el restaurante, sin importarle absolutamente nada más que tomar un vuelo hacia Minnesota para ir por su hijo, Adam se dio vuelta y se marchó esperando no volver a encontrarse con su ex nunca más en la vida, no se creía capaz de poder perdonarla por lo que le había hecho, por negarle la posibilidad de conocer y criar a su único hijo, el cual, ya tenía 18 años, eran 18 años que Adam había perdido y no podría recuperar jamás.

Chapter 4: Capítulo 4: Visita Inesperada.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 4: VISITA INESPERADA.

Apenas Adam estuvo afuera del restaurante, sacó su celular y se puso a ver los horarios de vuelo disponibles que habían para viajar a Minnesota, antes de poder fijarse bien fue interceptado por sus amigos por lo que rápidamente guardó el celular, notó que Blake, Pharrell y Christina lo miraban con preocupación.

—¿Qué te pasa Adam?—Preguntó Blake.

—¿Estás bien?—Preguntó Christina mirándolo con cautela.

Adam quiso reír, era evidente que no estaba bien, la pregunta que le acababa de hacer Christina era estúpida pero no podía culparla, ella no sabía nada, ninguno de sus amigos tenía la menor idea de lo que acababa de descubrir, ninguno sospechaba que la noticia que le había dado Mary había cambiado su vida en un instante, es más, para empezar ni siquiera estaban al tanto de quien era Mary, nunca les había hablado de ella.

—No, no estoy bien.—Admitió Adam mirando hacia la calle, fijándose si pasaba algún taxi, no tenía la más mínima intención de ir a buscar su auto al estacionamiento, iba a perder tiempo, lo único que quería era llegar rápidamente al aeropuerto, sacó nuevamente su celular y se puso a ojear la página de vuelos.

—¿Qué tanto estás haciendo con el celular?—Se interesó en saber Pharrell.

—Estoy buscando vuelos disponibles para viajar a Minnesota.—Contestó Adam como si nada.—Me quiero ir lo antes posible.—Agregó sin percatarse de la mirada de incredulidad que tenían los demás en el rostro ya que estaba muy ocupado mirando la pantalla de su IPhone.

—¿Minnesota?—Preguntó Pharrell dejando escapar una risita de incredulidad.

Adam asintió, aún sin despegar la mirada de su celular.

—Queda lejos ¿para qué?—Inquirió Christina.

Adam dejó de mirar su móvil y suspiró.

—Tengo un hijo de 18 años y quiero ir a buscarlo.—Confesó sin tener el más mínimo tacto.

La existencia de su hijo, James, era una noticia impactante para cualquiera ya que nadie estaba enterado de ello, se suponía que Adam debía contarla con cuidado pero se los dijo a Blake, Pharrell y Christina tan naturalmente como si estuviera hablando del clima y el motivo era que para él ya había dejado de ser impactante, había asumido totalmente que tenía un hijo de 18 años.

—¡¿Qué?!—Gritó Blake sin poder creerlo.

—¿Qué dijiste?—Preguntó Christina anonadada.

—Me parece que escuchamos mal.—Dedujo Pharrell acomodándose la boina.

Los amigos de Adam se quedaron mirándolo esperando que desmintiera lo que acababa de decirles sin embargo eso no sucedió, la expresión de su rostro reflejaba absoluta seriedad, una seriedad que nunca antes habían visto en él, era evidente que estaba diciendo la verdad, que no estaba jugando.

—¿No es joda entonces?—Preguntó Blake soltando una risa nerviosa.

—Parece que no.—Le dijo Pharrell, luego miró a Adam con una ceja arqueada.—¿Tenés un hijo?

Adam no le contestó porque estaba revisando otra vez su celular.

—Adam.—Lo llamó Christina tratando de conseguir su atención pero fue inútil, la rubia bufó.—¿Podés hablar?—Pidió con fastidio.—No podés ser así, nos lanzás semejante bomba como si nada y después te quedás ahí tranquilo, revisando tu celular, tomándote tu tiempo, sin contestar nuestras malditas preguntas y teniéndonos nerviosos.

—Lo siento.—Se disculpó inmediatamente Adam guardando su IPhone.—Estaba viendo el horario de los vuelos disponibles para poder irme a Minnesota.

—Okay, después podés ver eso.—Sugirió Blake.—Contanos que pasó, no entendemos nada, no podemos creer que tenés un hijo.

—Yo tampoco podía creerlo.—Confesó Adam, se desacomodó el pelo con su mano y añadió.—Me acabo de enterar.

Los demás permanecieron en silencio unos momentos tratando de asimilar las palabras de Adam, era una noticia muy fuerte, Pharrell se acomodó la boina con nerviosismo y fue el primero en romper el silencio que se había formado.

—Que fuerte man.—Susurró.

Christina soltó una risita nerviosa, se sentía incapaz de decir algo ¿Adam tenía un hijo? nunca se lo hubiera imaginado, por su parte Blake miraba con lástima a Adam, le daba pena que recién se enterara.

—Es una lástima Adam.—Comentó Blake, al percibir el gesto de incredulidad con el que lo miraban todos, se dio cuenta del error en la elección de sus palabras.

—¿Perdón?—Soltó Adam dejando escapar una risita.—¿Estás diciendo que es una lástima que tenga un hijo? ¿te estás compadeciendo de mí? ¿acaso ves la paternidad como algo malo? ¿no te gustaría ser padre?—Empezó a preguntar enojado, claramente a la defensiva.—Te aclaro que es la mejor noticia que me dieron en la vida, lamento no haberlo sabido 19 años antes.—Aseguró cruzándose de brazos.

—Perdón, no quise decir que es una lástima que tengás un hijo.—Se corrigió Blake rápidamente.—No me malinterpretés, me refiero a que es una lástima que recién te hayás enterado.

—Ah.—Murmuró Adam, comprendiendo.

—Si estuviera en tu lugar no sé qué haría, si te soy sincero.—Añadió Blake haciendo una mueca.

Adam frunció el ceño y colocó ambas manos en su cintura.

—Pues gracias.—Espetó con sarcasmo.—Tu comentario realmente me hace sentir mucho mejor.

Blake soltó una risita nerviosa, Pharrell y Christina rodaron los ojos.

—Lo siento.—Se disculpó Blake.—Estoy en shock, no mido mis palabras.

Adam suspiró resignado.

—Ya me di cuenta.—Murmuró.—Okay, sólo por eso estás perdonado.

Blake permaneció pensativo unos segundos.

—Con razón estuviste tanto tiempo hablando con esa castaña...—Comentó atando cabos, luego miró a Adam con una ceja levantada.—Es la madre de tu hijo ¿verdad?

Adam asintió con una mirada apesadumbrada.

—Lamentablemente si, mi hijo no se merece una madre así, pobre de él.—Comentó con lástima y enojo.

A los demás les seguía resultando extraño escuchar a Adam hablar de su hijo con tanta naturalidad, aún no lo podían creer, no estaban acostumbrados a verlo en papel de padre, además para ellos Adam era muy joven, su amigo tenía apenas 35 años y ya tenía un hijo de 18 años, era increíble, eso significaba que Adam era un adolescente cuando su hijo nació.

—Increíble.—Dijo Blake de la nada, llamando la atención de todos.—Si tu hijo tiene 18 años quiere decir que lo tuviste a los...—Empezó a decir, haciendo cálculos.

—A los 16.—Contó Adam ahorrando a Blake la tarea de pensar en números.

Sus amigos quedaron con la boca abierta, estaban sorprendidos.

—Sí que eras un aventurero.—Canturreó Christina en tono pícaro guiñándole un ojo a Adam.

Blake y Pharrell largaron una carcajada, Adam también rió, ese comentario había conseguido levantarle un poco el ánimo.

—No te imaginás cuánto.—Comentó con una sonrisa divertida.—En esa época Maroon 5 estaba empezando a hacerse más conocida, a la madre de mi hijo, que por cierto se llama Mary, la conocí gracias a la banda.—Empezó a contar Adam.—Dos años antes estábamos con mis amigos de banda tocando en un bar nocturno, ahí fue donde conocí a Mary.—Confesó, de repente perdió el control, el dolor se apoderó de su ser.—Lamentablemente ella resultó ser una loca.—Susurró, una lágrima rodó por su mejilla, Adam se la secó velozmente con la manga de su campera de cuero y tomó una bocanada de aire intentando serenarse, no podía derrumbarse, debía ser fuerte, los demás lo miraban con lástima, pasados unos minutos volvió a hablar.—¿Pueden creer lo que me hizo?—Preguntó con la voz rota, Adam no sonaba para nada calmado, lo había intentado, de verdad había intentado serenarse pero le estaba resultando imposible.

—No pero... tenemos una idea.—Contestó Pharrell haciendo una mueca.

Adam hizo caso omiso de su comentario.

—Me ocultó durante 19 años que tengo un hijo.—Contó con dolor, se secó otra lágrima y añadió con enojo y resentimiento.—Nunca se lo voy a perdonar, es una maldita egoísta, es increíble que se haya demorado tanto en decírmelo.

Sus amigos lo miraron apenados.

—¿Tenés una idea del por qué hizo eso?—Preguntó Blake.

—Si ¿cuáles fueron sus motivos?—Se interesó por saber Christina.

Adam se sorbió la nariz.

—Ninguno que justifique su estúpido actuar, lo que nos hizo a mi hijo y a mí es imperdonable.—Soltó con amargura.

Blake y Christina quedaron muy confundidos tras sus palabras.

—No... no estoy entendiendo...—Empezó a decir Blake.—A vos si te hizo algo muy malo, te ocultó que tenés un hijo pero... ¿a tu hijo qué le hizo?

Christina lo señaló rápidamente, exaltada.

—Eso.—Dijo mirando a Blake, luego miró a Adam.—Eso mismo te quería preguntar Adam, yo tampoco lo entiendo.

Pharrell miró a Blake y Christina con una ceja arqueada.

—¿No entienden? lo que Mary le hizo al hijo de Adam es ocultarle quién es su verdadero padre.—Explicó cruzándose de brazos.

Adam suspiró.

—Si pero eso no es todo, en realidad lo que le hizo es mucho peor, es... es increíble.—Aclaró con amargura, inmediatamente todas las miradas recayeron en él.

—¿Qué?—Balbuceó Pharrell, sorprendido y preocupado en partes iguales, respiró una bocanada de aire y se animó a preguntar lo que todos querían saber.—¿Qué más le hizo a tu hijo?

Adam ocultó el rostro en sus manos durante unos segundos, buscando valor para contárselos a sus amigos, luego retiró sus manos y los miró, sentía un torbellino de emociones, tristeza, enojo, frustración e impotencia.

—Lo entregó en adopción en Minnesota.

Blake, Pharrell y Christina le devolvieron la mirada con los ojos bien abiertos.

—¡¿Qué?!—Gritó Blake anonadado.

—¡¿Estás diciendo que no lo crió?!—Preguntó Christina alterada.

—¡No puedo creerlo!—Admitió Pharrell impactado, se acomodó la boina con nerviosismo.—Ahora entiendo por qué te encontraste con Mary aquí mientras que tu hijo está en Minnesota, ella lo abandonó allí cuando nació y después volvió a Los Ángeles ¿verdad?

Adam asintió.

—Exactamente, cortamos cuando teníamos 16 años, el día de nuestra ruptura ella me contó que se iba a ir a vivir un año a Minnesota con una amiga, las dos estaban estudiando modelaje, Mary siempre había querido viajar, conocer nuevos lugares, la cuestión es que ese viaje le vino perfecto porque estando allá se enteró que estaba embarazada, decidió no decírmelo y como la cobarde que es dejó a nuestro hijo en Minnesota para que lo adoptara una familia, no quiso hacerse cargo de él, no quiso criarlo, se excusó diciendo que era muy joven en ese momento.—Explicó Adam.

—No puedo creerlo.—Comentó Christina sumamente enojada.—Es una maldita enferma ¿por qué carajos no te lo contó? ¿qué le costaba? vos si te ibas a hacer cargo de él.—Aseguró.

Adam se encogió de hombros, abatido.

—Por supuesto que me iba a hacer cargo.

—Es que en serio no puedo creerlo.—Siguió quejándose Christina.—Mary fue muy egoísta, no puedo creer que te haya hecho eso Adam, con Blake y Pharrell sabemos cómo sos, estamos al tanto de que siempre quisiste tener un hijo.—Confesó.

Adam la miró sorprendido.

—¿Qu... qué?—Balbuceó al verse descubierto.

Todos rieron.

—No entiendo por qué te sorprende que nos hayamos dado cuenta.—Comentó Blake entre risitas.—Sos muy obvio.

—Demasiado.—Concordó Pharrell cruzándose de brazos, sonriente.

Adam soltó una risita, finalmente se encogió de hombros.

—Supongo que me puse en evidencia todas esas veces que hice comentarios acerca de los hijos, siempre di a entender que me gustaría tener uno pero nunca lo dije directamente.—Reconoció.

Los demás asintieron con una sonrisa de diversión.

—No, no lo dijiste directamente pero nos dábamos cuenta.—Contó Blake.

—En fin... ahora sé que saben lo importantes que son para mí los hijos y déjenme decirles que la paternidad llega cuando menos te la esperás y es muy emocionante.—Declaró Adam con una gran sonrisa, emocionado.

—No quiero cortar tu alegría pero necesito que me respondás Adam.—Pidió Christina en tono serio.—¿Por qué Mary no te contó que tenés un hijo? no puedo entenderlo, me da mucha bronca lo que te hizo ¿qué mierda le costaba?—Protestó furiosa.

Blake y Pharrell la miraron sorprendidos, no estaban acostumbrados a escuchar a Christina maldecir de esa manera.

—Tranquila.—Le recomendó Pharrell, tratando de apaciguarla.

—Tranquila nada.—Le ladró Christina.

—La verdad... no le costaba nada.—Declaró con amargura Adam, llamando la atención de todos.—Mary me confesó que me lo podría haber dicho, que si se lo proponía podía contactarme para decírmelo pero no quiso hacerlo.—Adam se desacomodó el pelo con su mano y agregó.—Aún no entiendo por qué me lo ocultó durante tanto tiempo, ella dice que estaba enojada conmigo porque acabábamos de cortar, que yo estaba ocupado con la banda, que no iba a poder hacerme cargo de nuestro hijo... en fin, yo obviamente le dije que no era excusa, que pasaron muchos años, ella se defendió contándome que no quería decírmelo así que...—Adam se encogió de hombros, impotente y añadió.—La verdad es que nunca sabré que pasó por su cabeza en el momento que se enteró del embarazo, por lo menos agradezco que no haya abortado, está tan loca que podría haber hecho cualquier cosa.—Sus amigos lo miraban con lástima.—No soy el único al que se lo ocultó, tampoco se lo dijo a sus padres.—Les comunicó Adam con preocupación.

Blake, Pharrell y Christina lo miraron sorprendidos.

—¡¿Qué?!—Gritó Christina al borde de un colapso emocional.

—Me dijo que no tenía el valor para enfrentarlos.—Explicó Adam suspirando.—Ellos no saben que tienen un nieto y yo no sabría que tengo un hijo si no me hubiera encontrado con Mary de casualidad en el restaurante, la muy desgraciada no me lo iba a decir nunca, se los aseguro, sólo me lo contó porque al verme no pudo seguir guardando el secreto, tenía cargo de consciencia desde hacía mucho tiempo.

Christina soltó una risa sarcástica.

—Si seguro ¿tenía cargo de consciencia? me cuesta creerlo.—Comentó sumamente furiosa.

—En fin...—Murmuró Adam.—Mi hijo fue adoptado cuando era un bebé, una familia se hizo cargo de él, saber eso me destruyó.—Confesó con tristeza, una lágrima se deslizó por su mejilla.—Yo quería hacerme cargo de James, Mary no me dio esa posibilidad, yo no quería que mi hijo fuera criado por otra familia, por más que esa familia le haya dado mucho cariño, lo cual si valoro, quería criarlo yo.—Comentó con impotencia, Blake, Pharrell y Christina lo miraron con lástima, Adam se secó la lágrima y agregó con determinación.—Es por eso que quiero viajar a Minnesota, ya no puedo esperar, quiero ver a mi hijo, necesito tomar un vuelo ya.

—Así que... ¿tu hijo se llama James?—Preguntó de repente Christina con una sonrisa tierna, tratando de levantarle un poco el ánimo a Adam, lo consiguió, Adam cambió repentinamente su expresión de tristeza y desolación por una de felicidad, sonrió radiante.

—Así es, se llama James Diamond, tiene un nombre que me encanta, por cierto.—Comentó soltando una risita y secándose otra lágrima.—Es más...—Se quedó pensativo unos momentos.—Creo que ese nombre le hubiera puesto, si, ese nombre habría elegido ponerle a mi hijo el día de su nacimiento.

Los demás sonrieron.

—Que bueno que tu hijo se llame justo como a vos te gusta Adam.—Comentó Blake alegre.

Adam sonrió, sin embargo a los pocos segundos su sonrisa se borró, una repentina y poderosa ansiedad se había adueñado de él, quería encontrar a James, ansiaba viajar en ese preciso momento a Minnesota para conocerlo y decirle la verdad, no quería perder más tiempo, 18 años lejos de su hijo eran más que suficientes.

—Me voy, necesito irme, necesito ver a James, quiero conocerlo.—Repitió Adam un poco más desesperado e impaciente que antes, ya había asimilado perfectamente la noticia que le había dado Mary esa noche, en esos momentos estaba ansioso por encontrar a su hijo, no quería perder más tiempo, tenía que irse ya.

Sus amigos inmediatamente dieron un paso al frente y dijeron con una expresión seria en sus rostros "vamos con vos", Adam los miró sorprendido.

—Si quieren aviso que nos vamos por unos días, así nuestros artistas y fans no se preocupan, no les damos más detalles y en cuanto a los productores les podemos decir que es una emergencia, les pidamos una semana de licencia.—Sugirió Pharrell.—Seguro no va a haber ningún problema.

Adam lo miró dudoso.

—Pero...—Murmuró no muy convencido, lógicamente ansiaba ir acompañado de sus amigos pero no estaba seguro de que fuera prudente que todos dejaran The Voice durante una semana, Adam no tenía ningún problema en irse solo.

—Vos despreocupate Adam.—Pidió Christina apoyándole una mano en el hombro y sonriéndole en señal de apoyo.—Nosotros nos encargaremos de solucionar todo antes de que tomemos el vuelo hacia Minnesota, vos sólo enfocate en tu hijo y en como le vas a decir todo.

Adam suspiró sumamente aliviado.

—Tenés razón Christina, eso voy a hacer.—Aseguró con una sonrisa, Christina asintió y le sacó la mano del hombro.—Muchas gracias a todos por encargarse.—Dijo Adam agradecido, se llevó una mano a la cabeza y se desacomodó el pelo.—Realmente no tengo cabeza para pensar en el programa después de enterarme de esta noticia bomba...—Confesó, miró a sus amigos y agregó.—En lo único que puedo pensar es en mi hijo, en James.

Sus amigos asintieron.

—Es lógico Adam.—Comentó Blake.—Te entiendo perfectamente.

Adam permaneció en silencio mirando un punto de la nada, perdido es sus pensamientos, los demás lo miraron expectantes, pasados unos segundos Adam sonrió.

—Tengo un hijo.—Susurró volviendo a mirar a sus amigos.—Quiero encontrarlo, quiero ver como es, que apariencia tiene, quiero escuchar su voz.—Confesó ansioso.—¿Se parecerá a mí?

Todos rieron.

—Seguramente si, serás un gran padre Adam.—Aseguró Christina.

Adam la miró feliz, sonrió radiante.

—Gracias Christina, tu comentario me hace muy feliz, me da confianza.—Comunicó agradecido.

Ella sonrió más.

—De nada.

—No quiero cortar este momento tan emotivo pero...—Empezó a decir Blake.—¿Qué vas a hacer con tu hijo Adam?—Preguntó mirando a su amigo con curiosidad.

—Cuando lo vea le voy a decir que soy su padre y me lo voy a llevar a vivir conmigo.—Contestó Adam con seguridad.

Blake, Pharrell y Christina lo miraron, la sorpresa se reflejaba en sus rostros.

—¿Y si él no quiere eso?—Preguntó Christina preocupada.—Los adolescentes son rebeldes además tené en cuenta que tu hijo seguramente ya se encariñó con la familia que tiene.

—Es más, ni siquiera sabemos si James sabe que es adoptado.—Aportó Pharrell encogiéndose de hombros.

—Es verdad, no lo sabemos.—Reconoció Adam.—Pero ya es hora que se entere de la verdad.—Dijo con firmeza.—Seguro lo va a tomar bien ¿cómo reaccionarían ustedes?—Les consultó a sus amigos, Adam los miraba expectante, ansiaba saber sus opiniones.—Supongamos que se presenta un famoso en la puerta de sus casas y les dice lo que yo le tengo que contar a James.

Los demás permanecieron pensativos unos momentos.

—No sé Adam, cada persona es un mundo.—Opinó Blake con absoluta sinceridad.

—Exacto.—Concordó Christina.—Es muy difícil tratar de adivinar cuál será la reacción de tu hijo cuando le digás que sos su padre, para empezar ni siquiera lo conocemos, no tenemos idea cómo se lo va a tomar, hay personas que reaccionan mejor que otras a ese tipo de noticias, por ejemplo, a algunos chicos les encantaría enterarse que son hijos de alguien famoso y capaz que a otros no les gusta, otros prefieren seguir siendo quiénes son, en ese caso los entiendo, me refiero a que debe ser feo enterarte que no sos quien creías que eras, ahora... supongamos... estoy hablando de un caso hipotético obviamente, hagamos de cuenta que James no sabe que es adoptado, tenés que sumarle esa noticia también, es decir que se juntarían dos cosas, la noticia de que es adoptado más la noticia de que su padre es un famoso.—Al ver como Adam la miraba con horror, rápidamente agregó.—Pero tranquilo, como te acabo de decir, capaz que James está adentro de ese grupo de chicos que quieren ser hijos de alguien famoso, capaz que le encanta enterarse que su verdadero padre es alguien famoso, hay muchos chicos que siempre soñaron con ser hijos de famosos, también está la posibilidad de que James ya sepa que es adoptado y en ese caso sólo le faltaría enterarse de la noticia de que vos sos su verdadero padre.

—En definitiva... no sabemos qué va a pasar.—Resumió Adam con fatalidad, se desacomodó el pelo con su mano, evidentemente nervioso.

—No es por ser pesimista pero en mi opinión... suena difícil de asimilar, sea el caso que sea.—Comentó Pharrell con un exceso de sinceridad.

Adam lo fulminó con la mirada.

—Gracias Pharrell.—Gruñó con ironía.

Pharrell levantó las manos en son de paz.

—Como me pediste una opinión... te la doy, sólo soy realista, capaz que lo asustás al pobre.—Agregó provocando que Adam perdiera la poca calma que estaba logrando conservar.

—¿Qué? ¿por qué decís eso?—Cuestionó verdaderamente preocupado.

Pharrell suspiró y se explicó.

—Porque al margen de que es una noticia shockeante para cualquiera, existe la posibilidad de que tu hijo sea tímido y no quiera saltar a la fama de un día para otro porque si te ponés a pensar, literalmente va a saltar a la fama, si la gente se entera que tenés un hijo va a explotar una bomba, va a ser una gran noticia y los paparazzi se van a empeñar en averiguar quién es, lógicamente lo van a descubrir, siempre consiguen lo que quieren, en definitiva si se enteran ellos se entera el mundo entero porque se van a encargar de divulgar la información obtenida, es su trabajo, tener grandes noticias para contar, James va a ser su blanco favorito, créeme.—Aseguró en tono serio.

Adam lo miró molesto.

—¿Y qué proponés que haga? ¿que me olvide que tengo un hijo para que siga viviendo con su familia porque ya se encariñó? ¿para que no se sorprenda al enterarse que Adam Levine es su padre? ¿y para que no se haga famoso porque capaz que no le gusta?

Pharrell se quedó dudando, no sabía qué responder.

—Es un buen punto.—Reconoció suspirando.—De todas maneras no te estaba aconsejando hacer eso Adam.—Aclaró.—Por supuesto que no podés ignorar el hecho de que tenés un hijo, sólo te recomiendo que vayás con calma, que tengás cuidado con los paparazzi por el bien de James.—Le advirtió.

Adam asintió, agradecido por su consejo.

—Entiendo, voy a tener cuidado.—Aseguró.—Perdón por reaccionar así.—Se disculpó avergonzado.

Pharrell soltó una risita divertida.

—Tranquilo, ya me quedó claro que nadie se puede meter con tu hijo.

Adam soltó una carcajada.

—Exacto, te aseguro que voy a ser un padre muy sobreprotector.

Blake, Pharrell y Christina hicieron una mueca.

—No lo dudamos.—Murmuró Pharrell e inmediatamente miró hacia un costado, haciéndose el que no había dicho nada.

—Pobre de tu hijo.—Susurró imprudentemente Blake, al ver la mirada de odio que le lanzó Adam se retractó rápidamente.—Era broma, era broma.—Todos rieron.—Pero volviendo al tema...—Empezó a decir.—Pienso que tenés que decirle la verdad a James aunque sea difícil para él, tenés que decírselo así sea que sepa o no que es adoptado, se haya encariñado con su familia o no, le guste o no le guste ser famoso.

Adam sonrió ampliamente.

—Gracias amigos, es lo que necesitaba escuchar y es lo que voy a hacer, gracias por acompañarme en esto.

—Por nada, estamos para lo que necesités, lo sabés.—Aseguró Blake.

—Si, exactamente.—Coincidió Pharrell.

—Ustedes lo dijeron.—Dijo Christina.

🎤🎤🎤🎤

Al día siguiente Kendall, Carlos y Logan habían ido a casa de James temprano, en ese momento los cuatro adolescentes se encontraban solos, los padres de James se habían ido a trabajar.

Por su parte, los chicos, quienes estaban cursando su último año, no tenían clases en el colegio esa semana porque se había organizado un evento especial, el colegio había sido elegido como sede para que se realizase una feria universitaria, la asistencia de los alumnos de 3° de polimodal no era obligatoria razón por la cual los chicos habían decidido tomarse una semana de vacaciones.

Carlos y James estaban desayunando y como era habitual en ellos, discutían por alguna tontería, en esta ocasión por la chocolatada, ambos se encontraban sentados en la mesa de la cocina y se desafiaban con la mirada.

—Ese es mi vaso Carlos.—Aseguró James en tono serio.

Carlos soltó una risita sarcástica.

—Si seguro, es mío James, yo lo dejé aquí.—Lo contradijo señalando el vaso que reposaba en el centro de la mesa, justo en medio de ambos.

James se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

—No, estás confundido.—Comentó con tranquilidad.—Yo lo dejé ahí, vos lo dejaste en el mueble ese ¿ves?—Le aseguró señalando un mueble que se encontraba en la sala.

Carlos miró el mueble que su amigo señalaba encontrando arriba de éste un vaso de chocolatada medio vacío, frunció el ceño y luego volvió a mirar a James.

—Ese no es mío.—Se quejó encogiéndose de hombros.—Está casi vacío, yo me acuerdo que el mío estaba lleno.

James entrecerró los ojos.

—El mío también estaba lleno.—Dijo colocando ambos brazos detrás de su cabeza al tiempo que se recostaba un poco en la silla, quedando en una posición relajada.

—Que no.

James se enderezó rápidamente en su silla y apoyó los codos en la mesa.

—Que si.

Carlos lo imitó, sentándose igual que él.

—Que no.

—Que si.

Logan estaba preparándose un sándwich de jamón y queso, sin embargo interrumpió su labor de untar la mayonesa en el pan lactal cuando la discusión de James y Carlos llegó al punto de exasperarlo, dejó el plato con el sándwich a medio hacer en el mármol, se acercó a la mesa, agarró el vaso de chocolatada y lo levantó lejos del alcance de sus amigos.

—¡Ya!—Gritó, James y Carlos lo miraron sorprendidos, Logan frunció el ceño.—Dejen de ser tan infantiles, no sé de quién es esta chocolatada pero me la voy a tomar yo para que se callen, sirvansé otra y punto, en el escurridor tienen vasos limpios y la caja de chocolatada está guardada en la heladera.—Dicho eso la empezó a beber.

James y Carlos abrieron los ojos como platos, "¡no!" gritaron ambos con una expresión de terror en sus rostros, Logan dejó de beber y los miró con una ceja levantada, sin entender la desmedida reacción de sus amigos.

—¿Qué?—Preguntó al tiempo que sacaba una servilleta del servilletero que estaba en la mesa y se limpiaba la boca.

James saltó de la silla, corrió hacia la heladera, la abrió, sacó la caja de leche chocolatada y la agitó en el aire ante un confundido Logan.

—No queda casi nada genio.—Se quejó molesto.—¿Por qué crees que estaríamos discutiendo sino?—Cuestionó dejando la caja sobre el mármol y cruzándose de brazos.

Carlos saltó también de su silla, corrió colocándose al lado de James, le apoyó un brazo en el hombro y miró con odio a Logan.

—Exacto, la maldita caja está prácticamente vacía ¿nos crees tan estúpidos como para discutir por algo que tendría fácil solución si hubiera más chocolatada?—Preguntó fastidiado.

Logan se llevó una mano a la frente, definitivamente había perdido la paciencia ese día, siempre tenía que aguantar las chiquilinadas de sus amigos, reconocía que a veces él también era infantil pero claramente junto a Kendall eran los más maduros del grupo, en cambio James y Carlos eran un caso perdido en cuanto a madurez.

—¿Y?—Lo alertó James.—Estamos esperando una solución.—Le hizo saber a Logan mientras lo miraba de brazos cruzados, con una expresión ofendida adornando su rostro.

Carlos hizo un puchero.

—¿Ahora qué vamos a hacer James? ya no queda chocolatada...—Empezó a protestar, colmando la paciencia de Logan.

—¡Ya basta!—Gritó Logan harto, se desacomodó el pelo con su mano y luego miró frustrado a sus amigos.—Miren lo que vamos a hacer par de malcriados.—Avisó en tono determinante, caminó hacia la sala, agarró el vaso medio vacío de chocolatada que estaba arriba del mueble, volcó su contenido en el vaso que había estado bebiendo anteriormente, al cual le quedaban 3/4 de chocolatada aproximadamente, el vaso quedó prácticamente lleno, Logan sonrió, satisfecho, depositó el vaso vacío en el mueble y luego regresó a la cocina, se colocó delante de James y Carlos y extendió el vaso casi lleno de chocolatada en su dirección.—¿Ven lo que tengo en la mano?—Preguntó con una sonrisa de suficiencia, antes de que sus amigos pudieran contestar, él habló primero.—Un vaso casi lleno de chocolatada, tomen...—Dijo acercándoles más el vaso.—No esperen.—Pidió Logan repentinamente, alejándoles el vaso, se acercó al escurridor, agarró un vaso de vidrio vacío, lo lleno a la mitad y regresó con sus amigos.—Para que no haya problemas ni discusiones acá tienen.—Logan les ofreció un vaso de chocolatada a cada uno.—Uno para cada uno, hasta la mitad, es mejor que nada ¿verdad?

James y Carlos se miraron y luego miraron a Logan.

—Mejor es nada.—Admitió James encogiéndose de hombros.

Logan abrió la boca, desconcertado.

—Eso, también prefiero no tomar nada.—Aseguró Carlos.—Esos vasos que nos estás ofreciendo están llenos de saliva.—Aclaró arqueando una ceja.

—Si, que asco.—Lo secundó James haciendo una mueca.—Es realmente desagradable.

Logan frunció el ceño, se encogió de hombros resignado y volvió a juntar toda la chocolatada en un sólo vaso.

—Okay, ustedes se lo pierden estúpidos.—Comentó con una sonrisa victoriosa llevándose el vaso de vidrio a los labios.

Unos pasos se escucharon, eran las pisadas apresuradas de Kendall, el rubio bajó corriendo la escalera de la sala, corrió en dirección a la cocina y se detuvo en el marco de la puerta con una mirada de sorpresa.

—¡Chicos no saben! ¡me acabo de enterar de algo brutal!

—¿Qué cosa? ¿qué pasó?—Preguntó James enarcando una ceja.

—¡The Voice se suspendió por una semana!—Comunicó Kendall sin aliento.

Logan se atragantó con la chocolatada que estaba bebiendo y, sin poder evitarlo, escupió a James y Carlos mojándoles todo el rostro.

—¡Logan!—Lo regañó Carlos.

James hizo una mueca de disgusto.

—¡Joder! ¡que asco boludo!—Se quejó indignado y cerró un poco los ojos porque estaba a punto de entrarle chocolatada, pequeñas gotas colgaban de sus pestañas.

Carlos empezó a toser.

—¡Mierda! ¡me entró en la boca!—Protestó asqueado, James no pudo contenerse y soltó una carcajada, ganándose una bofetada en el brazo por parte de un indignado Carlos.—No te riás imbécil.

James hizo una mueca y se sobó el brazo dolorido.

—Me dolió.—Se quejó haciendo un puchero.

Kendall rodó los ojos, James y Carlos también habían rebasado su paciencia ese día, Logan miró con culpa a sus amigos.

—Perdón... no fue mi intención.—Admitió con una sonrisa tímida, luego miró a Kendall con los ojos como platos.—¡¿Cómo Kendall?! ¡¿qué dijiste?!

James y Carlos se olvidaron que tenían chocolatada babeada en la cara, miraron a Kendall expectantes y sorprendidos.

—¡Eso! ¡¿qué dijiste?!—Exigió saber Carlos.

—¡¿Por qué?!—Cuestionó James.

—¡Calmensé!—Ordenó Kendall con autoridad, los gritos de sus amigos lo estaban exasperando, suspiró y explicó lo que sabía.—Al parecer Adam, Blake, Pharrell y Christina se fueron de viaje pero no se sabe a dónde ni el motivo, lo que sospechan los fans es que evidentemente era algo urgente porque pidieron una semana de licencia, además si se ponen a pensar... se fueron todos y justo cuando el programa acababa de empezar, todavía están en la etapa de las Blind Auditions, seguramente...—Murmuró Kendall al tiempo que colocaba ambas manos en su cintura y miraba un punto fijo de la cocina, pensativo.—Sea cual sea el motivo por el cual viajaron, no podía esperar.—Dedujo volviendo a mirar a James, Carlos y Logan.

Los chicos estaban igual de desconcertados que él.

—Okay... eso sí que es raro.—Reconoció James extrañado mientras se desacomodaba el pelo con su mano.—Nunca pasó en la historia de The Voice.

Logan se llevó una mano a la barbilla.

—Exacto, tengo mucha curiosidad.—Declaró cruzándose de brazos y con una mirada pensativa.—Quiero saber cuál es el motivo y quiero saberlo ahora.—Exigió encaprichado.

Carlos soltó una risita.

—¿Y quién no?—Dijo haciendo un puchero.

James bufó, él también sentía curiosidad pero dudaba que alguna vez supiera el motivo, por lo general ese tipo de noticias eran secretas, a menos que los paparazzi las sacaran a relucir, en definitiva a veces se descubrían, a veces no, fue por una servilleta para limpiarse la cara y señaló a Carlos.

—Exacto ¿a quién no le gustaría saberlo?—James se limpió la cara, luego miró a Kendall al tiempo que arrojaba la servilleta hecha un bollo en el basurero y encestaba.—¿Eso es todo?—Preguntó, su amigo asintió, James bufó decepcionado, quería saber más.—Vaya mierda, no sabés nada.—Se quejó.

Kendall lo miró mal, ese comentario le había sonado ofensivo, totalmente fuera de lugar, él no tenía por qué saber qué estaba pasando.

—¿Perdón?-Preguntó dejando escapar una risa amarga.—¿Acaso me viste cara de paparazzi?—Cuestionó arqueando una ceja, notó que James quería decir algo pero no lo dejó hablar.—Yo no tengo por qué saber qué carajos está pasando.—Se defendió Kendall cruzándose de brazos.—Además te recuerdo que yo te avisé de esto James, por lo menos me enteré antes que vos, es más, te aseguro que si no fuera por mí no te enterabas, o quizás si pero recién a la noche, sos muy despistado.—Dijo colocando las manos en su cintura.

James tuvo que reconocer que Kendall estaba en lo cierto y estaba siendo injusto con él.

—Tenés razón, no te enojés.—Admitió encogiéndose de hombros.—Es sólo que quiero saber más.

—Todos queremos saber más.—Declaró Kendall aún molesto.

—¿Cómo te enteraste de esto?—Preguntó James arqueando una ceja, sentía mucha curiosidad.

Kendall se encogió de hombros, sacó su celular del bolsillo trasero de su jean, lo desbloqueó, entró a su cuenta de Twitter y luego levantó el móvil para que sus amigos pudieran verlo.

—Es tendencia mundial en Twitter.—Explicó con una sonrisa, los chicos gritaron "¡¿qué?!" y entre los tres le arrebataron con brusquedad y torpeza el celular a Kendall.—¡Más cuidado!—Protestó el rubio indignado.—¡Va a correr sangre si me lo tiran al piso! ¡es un IPhone!

Sus amigos no le hicieron el más mínimo caso, forcejearon durante unos segundos para ver quién se quedaba con la posesión del celular, Logan fue el ganador, inmediatamente se puso a revisar el Twitter de Kendall. James y Carlos, uno a cada lado de Logan, miraban la pantalla del móvil con curiosidad.

—Wow...—Murmuró James.—Está lleno de Tweets.

Carlos asintió impactado.

—Si, no entiendo nada.—Admitió frunciendo el ceño y desacomodándose el pelo con una mano.—¿Qué habrá pasado? tengo mucha curiosidad.

Logan bufó.

—No sos el único.—Aclaró.—Todos queremos saber qué pasa.

—Si, a todos nos gustaría saberlo.—Dijo Kendall bebiendo un vaso de agua.

De repente el sonido del timbre se escuchó por toda la casa, James frunció el ceño, extrañado.

—Que raro...—Susurró.—¿Quién será?—Les preguntó a los demás.

—No sé pero andá a atender.—Le ordenó Carlos en tono autoritario.

James lo miró rápidamente, indignado, odiaba que le dijeran que hacer, él no obedecía a nadie, no cumplía órdenes de nadie y menos cuando le hablaban con el tono que había usado Carlos.

—Pff... si como no, andá vos.—Exigió cruzándose de brazos.

—No quiero.—Se negó Carlos encaprichado.

Logan rodó los ojos, fastidiado.

—Me tienen harto ustedes dos, hoy me sacaron de la casilla.

James señaló la caja de la batidora que estaba apoyada en el mármol.

—Ahí está tu casilla.—Bromeó con una sonrisa pícara.—¿Por qué no volvés al lugar de donde saliste?

Kendall y Carlos largaron una estruendosa carcajada, Logan le lanzó una mirada asesina.

—Estás gracioso ¿no?—Comentó enojado.

James sonrió.

—Siempre.—Admitió encogiéndose de hombros con suficiencia.

El timbre volvió a sonar provocando que James se exasperara, aún así no tenía pensado abrir la puerta, era muy rebelde, le gustaba llevarle la contraria a la gente, debido a que Carlos le había ordenado ir a atender, ahora no iría, podía ir cualquiera, le daba igual, de ninguna manera se rebajaría a ir él para darle con el gusto a Carlos.

El timbre sonó nuevamente, James rodó los ojos, ignoro aquello y caminó hacia el mármol, sacó un vaso de vidrio del escurridor, se sirvió agua, se acercó a Logan que sostenía el celular de Kendall y empezó a beber mientras ojeaba el Twitter de su amigo.

—¿No vas a atender?—Le preguntó Carlos con evidente desconcierto.

—Eh... no.—Comunicó James como si fuera obvio y volvió a llevarse el vaso a los labios.

Carlos frunció el ceño.

—El timbre ya sonó como 3 veces.—Aclaró.

James dejó de beber y se encogió de hombros.

—No me importa.

El timbre volvió a sonar, Carlos le lanzó una mala mirada a James.

—¿Me estás jodiendo?—Gruñó apoyando ambas manos en su cintura.—Es tu casa, andá a atender de una vez, hay alguien afuera esperando que le abrás la puerta.

James lo miró con molestia.

—¿Y?—Preguntó encogiéndose de hombros, indiferente.—Por mi esa persona se puede ir, que no moleste.

—No seás infantil.—Lo regañó Carlos.

—No soy infantil.—Se defendió James.—Simplemente no me gusta que me digan que hacer.—Aclaró en tono fastidiado.

—Okay, reconozco que te hablé mal.—Dijo Carlos en tono apaciguador consiguiendo que su amigo bajara la guardia.—¿Podés ir a abrir la puerta?—Preguntó de mejor manera, sin embargo su pregunta provocó que James se volviera a enfurecer.

—No ¿por qué no vas vos? en tu casa yo también atiendo así que perfectamente podés ir vos.—Se quejó con el ceño fruncido.

El timbre sonó de nuevo, alterando los nervios de todos.

—¿Sabés qué? no quiero ir.—Confesó Carlos con franqueza mientras se cruzaba de brazos.

James depositó el vaso de agua en la mesa y le lanzó una mirada asesina, Carlos se la devolvió, ambos se miraban desafiantes.

—¡Ya basta!—Ordenó Logan realmente harto.—Están insoportables ustedes dos.—Se quejó señalándolos.—Parecen niños y tienen 18 años, joder.

James y Carlos lo miraron indignados.

—Habló el maduro.—Se burló James soltando una risa sarcástica.

Carlos se llevó rápidamente una mano a la boca para contenerse de reír porque se suponía que estaba enojado con James, aunque ganas no le faltaron, Logan miró a James con los ojos entrecerrados.

—Disculpame pero soy mucho más maduro que vos James, que cualquiera de ustedes dos.—Añadió mirando a Carlos y luego volvió a mirar a James.—Yo por lo menos estudio, no me macheteo en las pruebas.—Comentó con una sonrisa de suficiencia.

James y Carlos se llevaron una mano al pecho, ofendidos.

—Golpe bajo.—Murmuró James.

—Mal.—Lo secundó Carlos.

El timbre sonó por enésima vez, James chasqueó la lengua, claramente fastidiado.

—Maldita sea, que insistente ¿quién carajos es? yo ya me hubiera ido.

Logan se encogió de hombros, el sonido del timbre estaba empezando a fastidiarlo.

—No sé pero parece que no tiene pensado irse así que andá a abrir vos amigo, sos el dueño de casa.—Le ordenó a James dándole una palmada en la espalda.—De paso te agradecería que te apuraras porque ese maldito timbre me tiene harto.

—Ya somos dos.—Comentó Kendall, había permanecido callado porque estaba muy entretenido mirando las noticias en la televisión de la cocina, estaba sentado en un banquito y tenía el control remoto en su mano.—Me saturó los oídos.—Se quejó apretando un botón del control para subirle el volumen a la tele, estaban transmitiendo un programa en directo en el que explicaban que los mentores de The Voice habían viajado y que regresaban en una semana.

—¿En qué momento prendiste la tele?—Preguntó James desconcertado, recién se percataba de ello, cuando vio qué era lo que estaban transmitiendo quedó más desconcertado todavía.

Kendall lo miró y se encogió de hombros.

—Cuando estabas discutiendo con Carlos, por cierto... estoy cansado de sus tontas peleas, les agradecería que maduren.—Admitió en tono serio.

—Lo mismo digo.—Lo apoyó Logan de inmediato.

—No somos frutas para madurar ¿qué nos estás pidiendo?—Dijo James en tono sarcástico mientras se cruzaba de brazos.

Carlos soltó una carcajada.

—Buena esa James.—Lo alabó con una sonrisa divertida adornándole el rostro.

—¡En serio! ¡basta de chiquilinadas!—Exigió Kendall perdiendo la paciencia.

James y Carlos rodaron los ojos.

—Nosotros estamos cansados de su madurez.—Se defendió Carlos con el ceño fruncido.

—Eso.—Lo secundó James.—Además también son bastante inmaduros, no tanto como nosotros pero si lo son, no sean hipócritas.

Carlos volvió a reír a carcajadas, ambos amigos se sonrieron y chocaron puños con complicidad, Kendall y Logan rodaron los ojos, siempre pasaba lo mismo con James y Carlos, discutían, se amigaban, volvían a discutir, se volvían a amigar y así sucesivamente, el timbre sonó nuevamente, James volvió a rodar los ojos y suspiró resignado.

—Okay, okay, voy yo.

Carlos sonrió victorioso.

—Me parece bien, el dueño de casa es el que tiene que ir.—Comentó con malicia.

James lo miró mal y se contuvo de mandarlo a la mierda.

—Callate.

Carlos levantó las manos en señal de paz.

—Yo sólo decía.

James decidió no contestar, de repente el timbre empezó a sonar insistentemente, no se detenía, la persona que estaba afuera evidentemente no tenía intención de levantar el dedo del botón, estaba forzando a James a atender si o si, el castaño se tapó las orejas con sus manos, estaba aturdido, no le quedaba otra opción más que abrir la puerta.

—¡James!—Reclamaron los chicos con enojo, claramente alterados.

—¡Estoy yendo!—Anunció James mientras corría hacia la sala.

Se detuvo delante de la puerta principal, le sacó la llave y la abrió, instantáneamente quedó en estado de shock, nunca se imaginó, ni en sus más remotos sueños, que algún día los mentores de The Voice estarían delante de él en la entrada de su casa.

Chapter 5: Capítulo 5: No Quiero Escucharte.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 5: NO QUIERO ESCUCHARTE.

James no era capaz de emitir palabra alguna, tenía a los mentores de The Voice delante de él observándolo detenidamente, el castaño tragó saliva, era víctima de un torbellino de emociones difíciles de explicar, sentía mucha emoción pero a la vez mucha confusión y desconcierto, no entendía absolutamente nada.

—Eh... supongo que estoy soñando.—Terminó por asumir con convencimiento al cabo de unos segundos.

¿Por qué había ido a abrir la puerta en primer lugar? James se reprochó mentalmente por no mostrar una actitud más rebelde para conseguir que fuera Carlos o de última Kendall o Logan, si hubiera ido cualquiera de ellos, él no estaría dudando en esos momentos de su cordura, evidentemente las pocas horas de sueño de la noche anterior le estaban pasando factura.

James empezó a preocuparse por su salud mental por lo que rápidamente agarró la manija de la puerta con la intención de cerrarla y entrar nuevamente a la casa, quería regresar con sus amigos para convencerse de que no se había vuelto loco, sin embargo no fue capaz de lograr su objetivo, apenas había empezado a mover la puerta cuando una mano lo detuvo tomándolo del brazo.

Tanto James como la persona que lo tenía sujeto sintieron una repentina corriente eléctrica, James por la sorpresa de saber que de verdad Adam Levine lo estaba sujetando y Adam por tener la sospecha de que ese adolescente era su hijo, estaba prácticamente convencido de ello, no sabía por qué lo sabía pero lo cierto era que lo sabía, podía intuirlo con su recién descubierto instinto de paternidad.

—No... ¿no estoy soñando?—Murmuró un sorprendido James al percibir el inconfundible tacto de Adam en su brazo, se sentía demasiado real, dirigió sus verdes ojos a su brazo y luego miró a Adam a los ojos, notando que extrañamente compartían el mismo tono de verde, Adam también lo notó, no le pasó desapercibido aquel detalle, lo cual confirmó más sus sospechas de que el adolescente que tenía sujeto era su hijo, no pensaba dejarlo ir hasta confirmarlo.

James tragó saliva nuevamente, no, evidentemente no era un sueño, lo que estaba sucediendo era real, no pudo evitar arquear una ceja con evidente desconcierto ¿qué hacían los mentores de The Voice en la puerta de su casa? era surrealista.

—¿Quién es James?—Preguntó de repente Kendall desde la cocina.

A los chicos les llamaba la atención que su amigo se estaba demorando en regresar, además sentían curiosidad por saber quién era la persona que había tocado el timbre tan insistentemente en lugar de marcharse como lo hubiera hecho cualquier otro con menos paciencia, debido a que James no contestó, sus amigos se extrañaron.

—¿James?—Lo llamó esta vez Logan, hablando más fuerte que Kendall.

Su voz fue escuchada por todos los mentores, especialmente por Adam quien no pudo evitar sonreír con satisfacción al finalmente confirmar sus sospechas y descubrir que tenía a su hijo frente a él, aún sujeto del brazo.

Adam irradiaba una felicidad que era difícil de disimular y el motivo era que apenas se encontró por primera vez con ese joven castaño, apenas sus ojos lo vieron, deseó con todas sus fuerzas que fuera su hijo, era una sensación inexplicable y a la vez increíble, inmediatamente había percibido una indudable conexión con ese adolescente, estaba muy feliz de saber que de verdad era su hijo, que no eran sólo suposiciones suyas, Adam sintió un gran alivio porque realmente se hubiera desilusionado si ese adolescente que estaba delante de él mirándolo con confusión resultaba no ser su hijo.

—¿Qué te pasa James? ¿estás bien?—Se oyó la preocupada voz de Carlos.

La voz de su amigo provocó que James reaccionara, retiró su brazo consiguiendo soltarse del agarre de Adam, su padre sintió un poco de desesperación por ese acto, tenía la sensación de que James lo estaba rechazando, cualquier otro adolescente se hubiera abalanzado sobre él para abrazarlo, era un famoso, en cambio su hijo no, Adam sintió la necesidad de conocerlo, de llevarse bien con él y definitivamente no se iba a rendir ya que una vez que quería algo, no podía sacárselo de la cabeza, luchaba para conseguirlo.

—No... no entiendo.—Empezó a decir James.

A Adam le encantó el tono de su voz, por fin había conseguido escuchar la voz de su hijo, desde que se enteró de su existencia estuvo ansioso por oír su voz, por conocerlo, por lo que aprovechó y lo analizó detenidamente, lo miró de abajo a arriba deteniéndose en sus ojos y sonrió más todavía, era muy parecido a su padre de joven pero también tenía rasgos suyos, además tenía sus mismos ojos, algo que Adam ya había notado con anterioridad, sintió un escalofrío al ser plenamente consciente del parecido de su hijo con él, aunque tampoco podía negar que James también poseía algo de Mary, el pelo lacio y castaño lo había heredado de ella, en definitiva James era una perfecta mezcla de Adam y Mary, con un gran parecido al padre de Adam de joven.

Adam se sintió orgulloso por tener un hijo con tantos rasgos suyos y de su familia, verlo por primera vez fue una gran sensación, por fin conocía a su hijo, definitivamente era el momento más feliz de su vida.

—¿Qué hacen Blake Shelton, Adam Levine, Pharrell Williams y Christina Aguilera en la puerta de mi casa?—Preguntó de repente James, sacándolo de su ensimismamiento, Adam notó como James los miraba uno a uno con una ceja levantada, quiso reír por la expresión que tenía su hijo en el rostro, de verdad se veía muy gracioso.

Cuando James volvió a prestarle atención, apenas sus verdes ojos estuvieron sobre él, Adam no pudo contenerse y le ofreció una sonrisa radiante provocando que James se sorprendiera sobremanera, su hijo abrió grandes los ojos y tragó saliva, presa de los nervios ¿acaso Adam Levine le estaba sonriendo a él? no podía estar pasando, no podía ser cierto.

—¿Por qué tenés esa cara?—Le preguntó Adam con curiosidad y también en un claro intento de conseguir conversación con su hijo.

James dejó escapar una risita nerviosa, justo en ese momento Kendall, Carlos y Logan se estaban acercando a la puerta pero al escuchar la risita de su amigo se detuvieron abruptamente.

—¿Qué está pasando?—Susurró Kendall mirando a sus amigos con confusión, ellos se encogieron de hombros.

—¿Será que James se encontró con una chica linda?—Sugirió Carlos con tono pícaro.

Logan se cruzó de brazos, indignado.

—Seguro que si, no es justo, yo también quiero hablar con esa chica.—Se quejó.

Kendall rodó los ojos.

—Dejen de hacer suposiciones estúpidas.—Pidió fastidiado, luego les hizo una seña de mano.—Vengan, vamos a investigar.—Murmuró en un hilo de voz para que James no escuchara.

Logan y Carlos asintieron, los tres amigos caminaron con sigilo la distancia que les quedaba por recorrer, se escondieron a los costados de la puerta, se apoyaron en la pared y permanecieron en silencio.

—¿Y?—Adam, al notar que James se había quedado callado unos cuantos segundos, lo alentó para que hablara, quería escuchar su respuesta.

James negó con la cabeza, aún se sentía impactado.

—Es que no... no puedo creer que me estés sonriendo Adam.—Admitió señalándose el pecho con su dedo índice. Kendall, Carlos y Logan se miraron con los ojos bien abiertos ¿habían escuchado bien? ¿James acababa de decir Adam?—O sea... me estás sonriendo a mí, es irreal.—Dijo James y esbozó una sonrisa tímida.—Te confieso que junto a Blake sos mi ídolo en The Voice.—Comentó con sinceridad consiguiendo que Adam se sintiera extremadamente feliz.

—¿Ah sí?—Murmuró, complacido por sus palabras.

—¿Qué carajos está pasando?—Susurró Kendall sintiendo como el corazón le latía rápidamente ¿acaso Adam Levine estaba hablando con James? era una situación surrealista.

—No puedo creerlo...—Musitó Carlos y tragó saliva.—Me parece que Adam Levine está en la puerta hablando con James.

—No...—Murmuró Logan llevándose las manos a la cabeza.—No puedo creerlo, seguro estamos soñando.—Supuso con seguridad, para confirmarlo se pellizcó el brazo e inevitablemente hizo un gesto de dolor.—Joder, me dolió.—Se quejó, luego cayó en cuenta de la realidad y miró a sus amigos en shock.—No estamos soñando chicos, esto es real.—Susurró, Kendall y Carlos asintieron, sus miradas eran serias.—¿Estarán también Blake, Pharrell y Christina?—Preguntó Logan.

Carlos abrió grandes los ojos.

—Boludo... posta no lo había pensado, seguro que si...

—Shh...—Lo interrumpió Kendall.—Escuchemos.—Pidió ansioso.—No sabemos qué es lo que está pasando y si seguimos conversando menos vamos a entender, tratemos de escuchar.—Sus amigos asintieron, estando de acuerdo con él, e hicieron silencio para lograr escuchar.

—¿Ves mucho el programa?—Le preguntó Adam a James mientras se cruzaba de brazos, tenía mucha curiosidad, aquella pregunta provocó que James se soltara y empezara a hablar sin parar, se notaba que estaba emocionado.

—¿Qué si veo mucho el programa?—Repitió con incredulidad, luego rió.—Por supuesto ¿cómo no lo voy a ver? si es genial, me encanta The Voice.—Aclaró con una gran sonrisa, Adam se sorprendió porque notó que James había heredado su sonrisa.—Mis mejores amigos también son fanáticos, no nos perdemos ningún capítulo, lo vemos todas las semanas, desde la temporada 1...—Empezó a contar James.

Adam lo interrumpió, estaba ansioso por averiguar más información de James.

—¿Así que tenés mejores amigos?—Preguntó con una sonrisa, sintiéndose orgulloso.

James asintió sin dejar de sonreír, sin embargo su sonrisa se borró al caer en la cuenta de que estaba hablando él solo con los mentores de The Voice ¿dónde estaban Kendall, Carlos y Logan? quería que aparecieran, no iban a poder creerlo, James echó un rápido vistazo dentro de la casa y frunció el ceño al no ver a nadie, luego volvió a mirar a Adam.

—Si, tres mejores amigos.—Contó, su voz había sonado un tanto temblorosa debido a que los nervios estaban haciendo estragos en él, no podían culparlo, llevaba un par de minutos hablando con Adam Levine y estaba rodeado por Blake Shelton, Pharrell Williams y Christina Aguilera, cualquiera actuaría como un idiota delante de ellos, volvió a mirar dentro de la casa, repentinamente desconcertado y ansioso ¿por qué todavía no habían aparecido los chicos?

—Hablame de tus amigos.—Pidió Adam captando nuevamente la atención de su hijo.

—Son como hermanos para mí, nos vemos todos los días, siempre estamos juntos, nos conocemos desde que éramos chicos, vamos al mismo colegio, jugamos hockey.—James se encogió de hombros y aclaró con una sonrisa.—Es nuestro deporte favorito, tenemos una...

James estuvo a punto de revelar que tenían una boyband improvisada llamada "Big Time Rush" pero se arrepintió a último momento, le daba vergüenza contarle aquello a un genio en el campo de la música como Adam, no se atrevió, no se animaba a decirle que junto a Kendall, Carlos y Logan habían escrito canciones para la banda y que se juntaban en el garage de sus casas a tocar algunos días a la semana durante la noche.

Lo cierto era que todos cantaban, en algunas canciones era solista al igual que sus amigos pero siempre en los estribillos cantaban todos juntos, además de eso él se encargaba de tocar la guitarra, Logan el bajo y Carlos la batería, Kendall tocaba a veces el piano, habían gastado todos sus ahorros para comprar los instrumentos, también tenían una grabadora que habían usado para grabar sus canciones, luego las habían pasado a sus celulares.

James tenía una playlist con todas las canciones de la banda que había formado con sus amigos, también habían grabado CDs y estaban debatiendo en animarse e ir algún día a una discográfica para que los conocieran pero por el momento la música para ellos sólo era un hobbie y un gran sueño.

James dudó, si le contaba a Adam y a los demás mentores que tenían una banda capaz que la música dejaba de ser un hobbie para ellos, quizás sus canciones lograran captar la atención de los genios musicales, debía aprovechar que justo habían ido a su casa, que los cuatro estaban de pie delante de él, situación que no se daba ni remotamente todos los días, aquello tal vez era una señal de que debía hablar acerca de la banda.

—¿Hola?—Lo llamó Adam, chasqueando los dedos frente a su cara, consiguiendo sacarlo de sus pensamientos.

James pestañeó, finalmente decidió no decir nada, no le parecía prudente, además debía consultarlo con sus amigos primero, era lo correcto, no podía tomar semejante decisión por cuenta propia, volvió a mirar dentro de la casa con la intención de llamarlos ¿por qué no aparecían? ¿qué tanto estaban haciendo? suspiró y fijó sus verdes ojos en Adam.

—En definitiva mis amigos son mi familia, no sé qué haría sin ellos.—Comentó con sinceridad, de repente se sintió avergonzado, estaba hablando demasiado, probablemente Adam se encontraba aturdido por culpa de su monólogo, se rascó la nuca, repentinamente nervioso.—Perdón Adam.—Musitó James, acto seguido soltó una risita.—Que tonto soy.—Bajó la mano y miró una de las plantas de su jardín, Adam lo observaba claramente confundido, no entendía por qué su hijo había pasado de estar radiante a avergonzado.—Te estoy atosigando contándote mi vida como si fuera algo importante.—Dijo James volviendo a mirarlo.

Adam frunció el ceño, evidentemente disconforme con sus palabras.

—¿Por qué decís eso? a mí me parece muy importante, por algo te pedí que me contés.—Confesó en tono serio, James frunció el ceño, empezaba a ser consciente de que algo no encajaba ¿por qué Adam se interesaría por saber de él? debido a la emoción de encontrarse con sus ídolos habló de más pero en esos momentos estaba empezando a sentir desconcierto ¿qué estaba pasando realmente? ¿qué hacían los mentores en su casa en primer lugar? James abrió la boca, dispuesto a preguntar pero Adam se le adelantó.—¿Cómo te llamás?

—James Diamond.—Contestó rápidamente James sin pensar.

—James Diamond.—Repitió Adam con alegría y le volvió a sonreír, dejando descolocado a James ¿era imaginación suya o Adam Levine le acababa de ofrecer otra sonrisa?—Ya lo sabía.—Murmuró indiscretamente, incapaz de contenerse, quizás pensó que James no lo había escuchado pero lo cierto era que su hijo lo había oído perfectamente, el castaño volvió a fruncir el ceño, aquellas palabras le confirmaban que algo no concordaba, estuvo a punto de preguntarle si cómo sabía su nombre pero Adam se le adelantó otra vez.—Y tenés 18 años ¿no es así?—Preguntó mirándolo con intensidad.

James tragó saliva y le devolvió la mirada, tan sorprendido como confundido, no podía creer que Adam se supiera no sólo su nombre sino también su edad ¿cómo había conseguido averiguar aquellos datos? él no era un Youtuber como para que la gente lo conociera, mucho menos un famoso, era cierto que tenía una banda con sus mejores amigos pero era algo secreto, absolutamente nadie lo sabía por lo tanto no tenía sentido que Adam lo conociera, es más, James aseguraba no haberlo visto nunca en persona, sólo a través de la televisión, además jamás le había mandado un mensaje por Instagram ni mucho menos le había puesto "me gusta" en algunas de sus publicaciones, si lo seguía al igual que a Blake, Pharrell y Christina pero millones de personas seguían a Adam y a los demás mentores, era insólito que Adam reparara justo en él, un adolescente común y corriente y que vivía muy lejos de Los Ángeles.

—Si...—Empezó a susurrar, luego se armó de valor, dejó los nervios de lado y adoptó una actitud defensiva, se sentía intimidado, se cruzó de brazos y fijó sus verdes ojos en Adam al tiempo que arqueaba una ceja.—¿De cómo...? ¿de cómo sabés mi nombre y mi edad Adam?—Inquirió James en tono firme tratando de comprender la situación, la cual era cada vez más irreal.

No sólo los mentores de The Voice habían abandonado el programa por una semana, no sólo habían viajado desde Los Ángeles a Minnesota, no sólo estaban delante de él en la puerta de su casa, sino que además, para terminar de completar la extraña situación, Adam Levine se sabía su nombre y su edad ¿qué carajos estaba pasando? James realmente ansiaba saberlo, estaba cansado de sentir incertidumbre.

—¿Me vas a contestar?—Le preguntó a la defensiva a Adam al no obtener una respuesta inmediata de su parte.—Porque no entiendo nada.—Aclaró empezando a fastidiarse.—¿Qué están haciendo en mi casa?—Inquirió mirando a todos los mentores y luego volviendo a mirar a Adam.—¿De dónde me conocés? ¿cómo averiguaste mi nombre y mi edad? y lo más importante... ¿por qué?

Adam dudó, evidentemente su hijo ya había superado el shock inicial de verlos y en esos momentos le estaba empezando a exigir respuestas, era lógico que estuviera confundido, sabía que aquello iba a suceder, había un sólo problema... ¿qué le decía? no sabía por dónde empezar, claramente no podía revelarle a James que era su padre en la puerta de su casa, no era el lugar apropiado, mucho menos podía decirle semejante noticia delante de Blake, Pharrell y Christina, necesitaba estar con su hijo a solas.

James lo seguía mirando mal, Adam estuvo a punto de pedirle que le concediera unos minutos para explicarle la situación pero no le pudo decir absolutamente nada porque de un segundo a otro se vio invadido por un grupo de adolescentes revoltosos que habían llegado corriendo a la puerta, suponía que eran los amigos de su hijo.

—¡Hola!—Saludó Kendall a gritos con una sonrisa radiante adornándole el rostro, tanto James como los mentores lo miraron sorprendidos.—Me llamo Kendall, soy uno de los mejores amigos de James.—Se presentó y fijó su mirada en Adam.—El chico con el que llevás un rato conversando.—Aclaró, Adam inmediatamente se dio cuenta que esos adolescentes habían escuchado la conversación que había mantenido con su hijo, Kendall miró a los demás mentores con adoración.—Es un honor conocerlos en persona.—Dijo muy emocionado.

—Aww que tierno.—Canturreó Christina, acto seguido le guiñó un ojo con cariño.

Kendall soltó una risita nerviosa y se desacomodó el pelo, Blake y Pharrell lo saludaron con la mano y le ofrecieron una sonrisa provocando que el rubio se emocionara más todavía, si eso era posible, Adam se acercó a Kendall y le sonrió.

—Es un gusto conocerte.—Comentó feliz.

Kendall abrió grandes los ojos y tragó saliva, repentinamente nervioso, no podía creer que Adam Levine le estuviera hablando a él, sinceramente Adam siempre fue su mentor favorito de The Voice.

—Es... un gusto.—Se aclaró la garganta y sonrió tímidamente.—Siempre fuiste mi mentor favorito Adam.—Confesó.

Adam dejó escapar una risita, sintiéndose halagado, luego fijó sus verdes ojos en James, preguntándose si también era su mentor favorito, su hijo se puso nervioso por la intensidad de su mirada, tragó saliva y se acercó un poco a Kendall, Adam frunció el ceño, no le gustaba para nada la actitud defensiva que había adoptado James en los últimos minutos, al principio había estado emocionado y contento de verlos, tal y como Kendall pero claramente ya no lo estaba.

—Hola, soy Logan.—Se presentó Logan escondiendo los brazos detrás de su espalda, con evidente vergüenza y nerviosismo.—También soy uno de los mejores amigos de James.—Aclaró con una sonrisa tímida mirando a James, luego a Adam y después a los demás mentores, quienes le sonrieron en respuesta.

—Yo soy Carlos.—Se presentó Carlos, mostrando una actitud mucho más confiada que sus amigos, él no se había puesto tímido ni nervioso al estar en presencia de los mentores, caminó hasta situarse al lado de James y le pasó un brazo por los hombros.—Otro de los mejores amigos de James y su compinche.—Carlos soltó una risita y prosiguió.—Digamos que somos los más inmaduros del grupo, nos encanta sacar de las casillas a Kendall y Logan, como ellos se creen muy maduros... nos gusta hacerles la contra en todo.—Contó divertido, Adam escuchaba con atención cada una de las palabras de los mejores amigos de su hijo, estaba muy feliz de finalmente conocerlos.—¿Verdad James?—Le preguntó Carlos soltándolo y cruzándose de brazos al tiempo que le sonreía.

James lo fulminó con la mirada consiguiendo que la sonrisa de Carlos se borrara, luego miró mal a Kendall y Logan, quienes esbozaron sonrisas tímidas.

—¿Me están jodiendo? por su actitud me doy cuenta que escucharon todo, entonces... ¿por qué carajos no aparecieron antes?—Protestó indignado.—En serio ¿qué mierda estaban haciendo que no venían?—James reconocía que estaba maldiciendo demasiado, se suponía que debía mantener la compostura ya que estaba en presencia de Adam, Blake, Pharrell y Christina pero la verdad era que estaba muy molesto, le hubiera venido bien que sus amigos acudieran antes, arqueó una ceja esperando una respuesta, Kendall, Carlos y Logan simplemente se encogieron de hombros ignorando su rabieta y provocando que James se enojara sobremanera.—Vayansé a la mierda.—Espetó cruzándose de brazos.

Adam frunció el ceño, no le gustaba que su hijo dijera tantas malas palabras, sin embargo se tragó la molestia debido a que aún no podía decirle nada, no podía corregirlo si James todavía no sabía quién era en realidad. Se acercó a Kendall, Carlos y Logan, quienes lo miraban expectantes, y les sonrió.

—Es un gusto conocerlos chicos.—Dijo con emoción, le ofreció su mano a Kendall con la intención de darle un apretón de manos, el rubio se emocionó y le estrechó la mano con una alegría mal disimulada, Adam rió divertido y luego hizo lo mismo con Carlos y Logan pero cuando estuvo delante de James no pudo contenerse, ignoró la mano que James le ofrecía y en su lugar le dio un abrazo sorprendiendo tanto a su hijo como a sus amigos.

James tragó saliva, se apartó del agarre de Adam y se desacomodó el pelo con su mano al tiempo que miraba a cualquier lugar menos a los mentores, cada vez estaba más nervioso, a diferencia de Kendall, Carlos y Logan que estaban emocionados y felices, James llegó a la conclusión de que era lógico que estuviera a la defensiva y sobre todo con Adam, no podía entender de dónde lo conocía ¿por qué no conocía con anterioridad a Kendall, Carlos y Logan?

Los demás mentores también los saludaron, Blake y Pharrell con un apretón de manos y Christina con un efusivo abrazo que hizo reír a todos menos a James, el castaño permanecía ausente.

—¿Y James?—Lo llamó Kendall sacándolo de su ensimismamiento, James lo miró rápidamente y esperó que hablara.—Nosotros llegamos tarde...—Comentó el rubio con tristeza, luego su expresión se tornó emocionada y expectante.—¿Adam te dijo el motivo por el cual dejaron The Voice durante una semana?

James rodó los ojos, se cruzó de brazos y lo miró fastidiado.

—No.—Aclaró algo cortante.—¿Para qué me lo iba a decir a mí si yo no...?

—De hecho.—Lo interrumpió Adam dando un paso hacia él, lo miraba fijamente, su hijo inmediatamente se puso a la defensiva y retrocedió el paso que Adam había avanzado, su padre soltó un suspiro, podía intuir que iba a ser difícil hablar con James.—Necesito que hablemos.—Especificó Adam.—¿Puede ser?

James tragó saliva, presa de los nervios ¿por qué él? sinceramente no tenía ninguna intención de hablar con Adam, por más que tuviera muchas dudas y preguntas no quería hablar con él, prefería que hablara alguno de sus amigos en su lugar así que negó con la cabeza.

—No, no puede ser porque yo no soy nadie.—Aclaró volviendo a desacomodarse el pelo.—Un famoso como vos no debería hablar con una persona corriente como yo.—Inventó como excusa.

Adam frunció el ceño, ese comentario no le agradó nada, no le gustaba que su hijo se menospreciara.

—Dejá de minimizarte James.—Pidió en tono serio.—Si supieras...—Susurró para sí mismo, sin embargo James lo escuchó perfectamente, se quedó mirando a Adam con extrañeza durante unos segundos.

—Si supiera... ¿qué?—Cuestionó con una ceja arqueada, luego se abofeteó mentalmente por preguntar, realmente no quería saber la respuesta, a esas alturas ya no le importaban las dudas que tenía, ya no necesitaba que respondieran sus preguntas, sólo quería que Adam y los demás mentores se fueran de su casa y lo dejaran tranquilo.

—¿Podemos hablar?—Volvió a pedir Adam, mirándolo con súplica.

James estuvo a punto de negarse nuevamente pero Carlos habló primero.

—¿Por qué si o si tenés que hablar con James?—Preguntó con una ceja levantada.—Te aclaro que se nota que no quiere hablar con vos, lo conozco mejor que nadie.—Comentó, luego se encogió de hombros y añadió con una sonrisa de suficiencia.—Bueno él se pierde la oportunidad de hablar con un famoso como vos Adam, a lo que voy es que tanto yo como Kendall y Logan estamos disponibles por si querés hablar, sería un honor para nosotros.

James miró a Carlos con una sonrisa agradecida y habló antes que Adam pudiera replicar.

—Es una buena idea.—Opinó.

—James...—Empezó a protestar Adam volviendo a acercarse a él.

James tragó saliva nervioso pero esta vez se quedó en el lugar, no retrocedió, le echó un rápido vistazo a Adam y luego volvió su atención a Carlos.

—Seguramente Adam me lo pidió a mí porque soy el dueño de casa.—Comentó soltando una risita.—Pero eso es un protocolo estúpido.—Culminó encogiéndose de hombros.

—Exactamente.—Concordó Logan.—Todos te admiramos Adam.—Aclaró mirando a Adam con admiración.—No es justo que sólo James pueda hablar con vos.—Se quejó cruzándose de brazos, haciendo un berrinche.

James suspiró aliviado, eso era justamente lo que pretendía, que sus amigos obtuvieran las respuestas por él, era lo mejor ¿no? ¿por qué debía si o si hablar él? ¿sólo por ser el dueño de casa? eso era una estupidez.

—Okay, listo, entonces peleen entre ustedes para ver quién habla con Adam.—Dijo James mirando a Logan y Carlos.—Yo me hago a un lado, me da igual.—Aclaró dándose la vuelta con la intención de caminar en dirección a la sala pero Adam lo detuvo tomándolo del brazo y jalándolo hacia él, James lo miró un poco nervioso, tragó saliva.—Hablaba en serio Adam, no porque esta sea mi casa estoy obligado a hablar con vos, podés hablar con cualquiera de mis amigos...

Adam lo interrumpió empezando a impacientarse.

—No tiene nada que ver que seás el dueño de casa James.—Aclaró mirándolo fijamente, James se sintió intimidado por la intensidad de su mirada.—Realmente necesito hablar con vos.—Admitió Adam en tono suplicante.—¿Tanto te cuesta concederme ese favor?—Terminó preguntando al tiempo que arqueaba una ceja.

James permaneció dudoso ¿cuáles eran sus opciones? lo pensó unos segundos concluyendo que no tenía opción, ya no podía seguir postergando esa charla, sería de mala educación luego de la insistencia de Adam, debía hablar con él quisiera o no.

—Okay, hablemos.—Accedió resignado.

Adam esbozó una sonrisa victoriosa y le soltó el brazo, James miró a sus amigos quienes asintieron con la cabeza para indicarle que estaban de acuerdo.

—Pasen.—Pidió James invitando a los mentores a su casa y haciéndose a un lado para que pudieran acceder, una vez que todos estuvieron dentro, James cerró la puerta con llave y caminó por la sala en dirección a los sillones, se detuvo allí y volteó a mirar a los mentores.—Pueden esperar aquí.—Les señaló los sillones indicándoles que podían sentarse.

—De acuerdo, gracias.—Agradeció Blake con una sonrisa, eligió el sillón principal y tomó asiento.

—Si, gracias.—Dijo Christina eligiendo un sillón individual.

Pharrell también agradeció y se sentó en otro sillón.

—Bueno...—Empezó a murmurar Kendall, un poco nervioso, aún no caía en la cuenta de que estaban en la casa de su mejor amigo acompañados por los mentores de The Voice, era surrealista.—Nosotros nos podemos sentar en la mesa.—Les sugirió a Carlos y Logan.

—Dale.—Aceptó Carlos encogiéndose de hombros y se dejó caer en una de las sillas de la mesa de la sala, adoptando una posición relajada.

—Okay.—Dijo Logan, se sentó en una de las sillas y sacó su celular para hacer tiempo.

James le lanzó una significativa mirada a Kendall, el rubio lo miró confundido.

—¿Qué pasa James?—Preguntó preocupado.

—Estoy nervioso.—Admitió James queriendo acercarse a él pero Adam lo atrapó del brazo, otra vez.

—No estés nervioso.—Le recomendó Adam a su hijo ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora, obviamente James no se tranquilizó en absoluto, le resultaba imposible.

—Es imposible no estarlo, sos Adam Levine y querés hablar conmigo.—Musitó moviendo levemente el brazo con la intención de soltarse del agarre de Adam, su padre lo liberó e ignoró ese comentario, miró los sillones donde sus amigos estaban conversando animadamente, luego dirigió la mirada a la mesa donde estaban sentados los amigos de su hijo, Kendall ya se les había unido, y finalmente volvió a enfocar su atención en James.

—¿Dónde podemos hablar? necesito que estemos a solas.—Aclaró Adam cruzándose de brazos.

James miró una vez más a sus amigos, buscando que alguno lo rescatara pero estaban muy ensimismados observando, nada disimuladamente, a Blake, Pharrell y Christina. James se dio cuenta que los chicos eran un caso perdido, lamentablemente no iban a ayudarlo, suspiró resignado, fijó sus verdes ojos en Adam y tragó saliva por enésima vez ¿por qué no podía dejar de sentirse nervioso en su presencia? intentó convencerse que se debía a que Adam era un famoso pero no podía engañarse, los nervios que sentía en realidad se debían a que Adam ya lo conocía de antes y no entendía el por qué.

—Podemos hablar en el escritorio.—Sugirió James e inmediatamente agachó la cabeza, se quedó analizando las tablas del parquet como si el color de la madera tuviera algo interesante, Adam aceptó sonriente.

🎤🎤🎤🎤

Adam y James se encontraban de pie uno delante del otro, Adam no sabía cómo empezar a hablar con su hijo y no ayudaba el hecho de que James rehuyera su mirada todo el tiempo, mirara cada dos por tres la puerta y se alejara más y más pasos de él, se notaba que claramente estaba ansiando salir de allí.

—¿Todo bien?—Preguntó Adam recuperando la distancia perdida, quería que su hijo lo mirara cuando le confesara la verdad, inmediatamente James volteó a mirarlo y se puso a la defensiva.

—Si.—Mintió y dejó escapar una risita nerviosa.—¿Por qué lo preguntás?

James se esforzó por mantenerse en el lugar y no volver a alejarse de Adam ya que al hacerlo, estaba dejando en evidencia su incomodidad.

—Creo que es más que obvio.—Aclaró su padre desacomodándose el pelo.—No me mientás por favor.—Pidió en tono cansado mientras se cruzaba de brazos.—Te noto demasiado ansioso por irte de aquí.

James también se desacomodó el pelo con su mano.

—No, no es cierto...—Empezó a negar intentando sonar convincente, a pesar de sus esfuerzos Adam lo miraba con el ceño fruncido, sin creerle absolutamente nada.

—James...

—Okay si.—Reconoció James en tono fastidiado y fijó sus verdes ojos en Adam.—Hace varios minutos que no puedo dejar de sentirme nervioso, esto es muy incómodo para mí.—Confesó hablando con seriedad.—La verdad es que toda esta situación tan irreal me tiene de los nervios, me genera desconfianza.—Aclaró con impotencia y con un deje de desesperación en la voz.—Me refiero al hecho de que vos y los demás mentores estén en mi casa y a que me pidás justo a mí hablar a solas.

Adam lo miraba seriamente.

—Tus amigos no sienten desconfianza.—Aclaró encogiéndose de hombros.—¿Por qué vos si?—Inquirió arqueando una ceja.

James se molestó.

—¿Me estás tomando de estúpido?—Acusó cruzándose de brazos, notó que Adam quería decir algo pero no lo dejó hablar.—Quizás mis amigos no sienten desconfianza porque no tienen motivos para sentirse de esa manera.

Adam soltó una risita, luego fingió sorpresa.

—¿Qué querés decir?

—Sabés perfectamente que quiero decir.—Contestó James con poca paciencia.—¿Acaso sabías sus nombres antes de que se presentaran como sabías el mío? no, ¿acaso fuiste a sus casas de visita como viniste a la mía? tampoco, ahora supongo que entendés porque estoy a la defensiva...

—¿Están tus padres?—Preguntó Adam cambiando radicalmente el tema, lo cual dejó desconcertado a James ¿a qué venía aquella pregunta? el día se tornaba más y más extraño a medida que pasaban los minutos.

—¿Qué?—Musitó su hijo en un hilo de voz, aún impactado por la extraña pregunta que le había hecho el mentor de The Voice.

—¿Están tus padres?—Volvió a preguntar Adam, sin embargo esta vez el tono que empleó fue serio.

Debido a que la situación se estaba saliendo de control acababa de adoptar otra estrategia, el plan consistía en dejar de dar vueltas y poner a James al tanto de los hechos delante de sus padres adoptivos, de esa manera Adam podría explicarles la situación a todos juntos, lo cual facilitaría las cosas, suponía que era mejor decir todo de una vez, tanto a su hijo como a sus padres adoptivos, de todas maneras James se iba a enterar de la verdad tarde o temprano, Adam comprendió que si seguía sin aclarar el motivo de su visita nunca conseguiría que su hijo confiara en él.

—¿Qué clase de pregunta es ésa?—Cuestionó James enarcando una ceja.

Adam frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—La clase de pregunta que necesito que me contestés.—Replicó sin dejar de hablar con seriedad.

James soltó una risa irónica.

—Pero ¿quién te crees...?—Empezó a protestar con prepotencia, sin embargo su voz se desvaneció cuando Adam avanzó un paso en su dirección.

James tragó saliva sintiéndose inevitablemente nervioso, la intensidad con la que a veces Adam lo miraba lo hacía sentirse de esa manera, por una milésima de segundo pensó en escapar, miró hacia la puerta que permanecía cerrada para que pudieran hablar con tranquilidad pero antes de poder avanzar siquiera sintió la mano de Adam aferrándose en su muñeca, James volvió a mirarlo, los nervios lo estaban carcomiendo.

—Por favor James, contestame.—Pidió Adam suavizando la voz y soltándolo.—Me gustaría que tus padres estén presentes para que podamos hablar todos juntos.—Aclaró.—Si están aquí, te agradecería que los llamés, es importante.

James volvió a arquear una ceja, en su opinión la situación se había descontrolado, sin lugar a dudas, ya encontraba extraño el hecho de que Adam quisiera hablar con él y como si eso fuera poco ahora también quería hablar con sus padres, lo cual lo volvía aún más extraño.

—No va a poder ser porque mis padres no están, se fueron a trabajar.—Explicó James, Adam hizo una mueca, quiso decir algo pero su hijo siguió hablando.—En realidad yo tampoco debería estar en casa a esta hora.—Aclaró James desacomodándose el pelo.—Si fuera una semana normal estaría en clases en el colegio pero vamos a tener la semana libre porque eligieron el colegio a donde asisto como sede para una feria universitaria, no era obligación que los alumnos de último año asistieran.—Se encogió de hombros y añadió.—Como yo soy un privilegiado que está en último año... decidí faltar y tomarme una semana de vacaciones, Kendall, Carlos y Logan son mis compañeros y también tomaron la misma decisión, por eso están en mi casa en estos momentos.—Contó, luego entrecerró los ojos, fulminando a Adam con la mirada.—La estábamos pasando bomba hasta que llegaron ustedes.—Acusó James en tono de reproche, Adam ignoró ese último comentario y asintió, la intensidad de su mirada otra vez había conseguido poner nervioso a James.

—Te va a sonar rara esta pregunta...—Empezó a advertir Adam.

James frunció el ceño, escéptico.

—¿Más rara que la de recién?—Inquirió en tono sarcástico.—Lo dudo.

Adam hizo caso omiso de su comentario.

—¿Sos adoptado?—Preguntó sin rodeos mirando fijamente a James, atento por su reacción, el desconcierto y la sorpresa reflejados en la expresión de su hijo le dieron a entender que no estaba al tanto de absolutamente nada, ni siquiera de que era adoptado.

Adam no podía creer su mala suerte, pensó que la actitud defensiva y desconfiada de James era más que suficiente pero resultó que no, ahora se le había sumado la complicación de tener que ser él el encargado de informarle a su hijo que sus padres no eran sus verdaderos padres, sino sus padres adoptivos, claramente iba a ser una tarea difícil.

—No voy a tolerar esta clase de preguntas tan ridículas.—Dijo James, por el tono de voz que había usado al hablar y por la expresión en su cara se notaba que estaba sumamente enojado y molesto.—No sos quien para meterte en mi vida personal, ya te podés ir Adam, no tenemos más nada que hablar.—Sentenció.

—¿Sos o no sos adoptado?—Insistió Adam mirando expectante a su hijo, sabía perfectamente que James no estaba al tanto de nada pero aún así necesitaba que se lo confirmara, no podía simplemente darlo por supuesto, James se cruzó de brazos y lo fulminó con sus verdes ojos.

—Andate a la mierda de una vez.—Protestó cada vez más furioso.—No te pienso contestar esa pregunta tan estúpida y personal.

Adam ignoró el hecho de que su hijo acababa de insultarlo.

—¿Sos o no sos adoptado?—Volvió a preguntar, insistente, si era necesario haría la misma pregunta infinitas veces hasta conseguir que James se hartara y contestara.

—Basta.—Ordenó James con un ligero temblor en la voz, el enojo que sentía estaba empezando a ser reemplazado por nervios.

—¿Sos o no sos...?—Empezó a preguntar nuevamente Adam pero James lo interrumpió.

—¡No!—Contestó perdiendo la calma, tomó una bocanada de aire y miró mal a Adam.—No soy adoptado ¿feliz? ahora desaparecé de mi vista.—Exigió con impaciencia señalándole la puerta.—Me importa un carajo saber el motivo de la visita tuya y de los demás mentores, sólo quiero que se vayan de mi casa para estar tranquilo, especialmente vos Adam, fuera, ya conocés el camino, no hace falta que te acompañe.

Adam se cruzó de brazos y negó con vehemencia.

—Lo siento pero no me puedo ir.—Sentenció, James intentó decir algo pero Adam prosiguió.—No me pienso ir hasta no hablar con vos James, prefería que estén presentes tus padres para que hablemos entre todos pero dadas las circunstancias... voy a hablar sólo con vos y después con ellos.—Determinó tomando una decisión.

—¿Qué parte no entendiste? ¿necesitás que te la traduzca?—Preguntó James con una sonrisa sarcástica adornándole el rostro.—Okay...—Susurró encogiéndose de hombros.—Quiero que te vayás.—Especificó harto.

Adam sonrió con prepotencia.

—Me estás pidiendo algo que no puedo cumplir, te aclaro que estamos en Minnesota con los demás mentores por decisión mía, Blake, Pharrell y Christina sólo se ofrecieron a acompañarme, el motivo del viaje fue especialmente para que yo pudiera hablar con vos.—Confesó crudamente.

James lo miraba con horror, sentía su corazón latiendo violentamente en su pecho, tragó saliva, no podía ser cierto, seguramente Adam estaba mintiendo, lo que decía era totalmente ilógico ¿había viajado dejando The Voice durante una semana y arrastrando a los demás mentores consigo sólo para hablar con él? ¿un adolescente que no era ni famoso? si claro.

—No... no es cierto.—Negó James retrocediendo unos pasos, aunque muy en el fondo sabía que era cierto, aquello explicaba en parte el por qué Adam lo conocía con antelación, sin embargo James no estaba dispuesto a demostrar que le creía, ni en un millón de años.—Además no te pedí ninguna explicación.—Aclaró empezando a fastidiarse.—No sé qué carajos te impulsó a mentirme de esa manera, supongo que me ves cara de estúpido...

—No es mentira.—Comentó Adam interrumpiéndolo.

—Sí que lo es.—Lo contradijo James intentando que sus palabras sonaran convincentes, negó con la cabeza y fijó sus verdes ojos en Adam.—Ya basta, dejá de mentir.—Suplicó sumamente preocupado y alterado, Adam suspiró y empezó a acercarse con cautela, James lo observaba atento, cada paso que Adam avanzaba en su dirección le molestaba más y más, estaba muy nervioso.—Andate.—Ordenó, James odió que su voz sonara suplicante, se aclaró la garganta y añadió en tono serio.—Ya me cansé de escuchar tus mentiras, nada de lo que está pasando tiene lógica.

Adam sonrió con picardía.

—¿Ah sí? bueno ahora le vas a encontrar la lógica.—Avisó deteniéndose delante de James, su hijo lo miraba precavido, a la espera de sus próximas palabras.—Sólo te advierto que es una historia un poco larga y difícil de asimilar.—Comentó Adam desacomodándose el pelo, suspiró y agregó.—Pero definitivamente va a aclarar tus dudas, apenas llegué a tu casa me hiciste muchas preguntas, ahora estoy dispuesto a respondértelas, no lo hice antes porque no podía contestarte delante de los demás... en fin ¿estás dispuesto a escuchar la historia?—Preguntó imprudentemente.

Adam no había elegido sabiamente sus palabras, no se había expresado adecuadamente, lógicamente James negó decidido al escuchar aquello, no se lo diría a Adam pero la verdad estaba asustado, no tenía un buen presentimiento, realmente ansiaba que se marchara de su casa, tomara un avión de regreso a Los Ángeles y lo dejara en paz.

—Ya te dije que no me interesa saber absolutamente nada, no estoy dispuesto a escuchar una palabra más, andate de mi casa Adam.—Volvió a pedir por enésima vez.

Adam bufó, frustrado ¿por qué James tenía que ser tan difícil?

—No viajé miles de kilómetros para que me corrás de tu casa James, me vas a escuchar ¿okay?—Ordenó su padre autoritariamente, James lo ignoró provocando que Adam se exasperara, ahora entendía las palabras de Christina sobre que los adolescentes eran rebeldes.

Su hijo caminó hacia la puerta del escritorio y la abrió, dejando a la vista parte de la sala, le lanzó una mala mirada a Adam y le hizo un gesto con la mano indicándole que saliera, para su mala suerte Adam no estaba dispuesto a marcharse, su padre se acercó y en vez de salir cerró la puerta, James tragó saliva, debió suponer que Adam no se iría.

—Que te vayás.—Exigió James tratando de sonar intimidante, quiso abrir nuevamente la puerta pero Adam lo detuvo tomándolo de los hombros, James lo fulminó con la mirada.—¿Qué mierda crees que estás haciendo?—Gruñó.—Soltame Adam.—Ordenó tratando de zafarse de su agarre pero Adam no le permitió escaparse.

—James me tenés que escuchar, por favor, es importante.—Rogó mirándolo a los ojos.

James negó con la cabeza, cada vez se sentía más desesperado.

—No quiero Adam ¿cuántas veces te lo tengo que repetir? no quiero escucharte.—Dijo consiguiendo soltarse de su agarre, volvió a mirar la puerta, pensó que lo mejor era escapar, Adam podía quedarse en el escritorio si quería, sin embargo antes de poder hacer algún movimiento, su padre le agarró suavemente la muñeca para captar su atención, James lo miró enfadado.—Soltame de una puta vez.—Gruñó.

Adam no se iba a rendir, su hijo podía gritarle, insultarlo o amenazarlo pero de ninguna manera se alejaría ahora que sabía de su existencia, no se parecería a Mary, no cometería el mismo error que ella.

—¿Por qué no me querés escuchar?—Le preguntó en un tono que dejaba en claro su desesperación.—¿Tenés miedo de lo que yo pueda llegar a decir?

—No te importa.—Contestó James desafiante y movió el brazo consiguiendo que Adam liberara su muñeca.—Simplemente andate.

—James...—Insistió su padre en tono severo.

James suspiró rendido, quizás si le decía la verdad a Adam conseguiría que lo dejara tranquilo.

—Okay, la verdad si, desde un principio no quise escucharte, en ningún momento tuve intención de hablar con vos, para colmo me acabás de confesar que viniste aquí por mí, viajaste desde Los Ángeles hasta Minnesota para hablar exclusivamente conmigo, para verme a mí y como si eso fuera poco, para terminar de arruinarme el día me dijiste que tenés que contarme una historia larga y difícil de asimilar.—Soltó una risa amarga y añadió a la defensiva.—Disculpame pero no estoy dispuesto a escucharla, no estoy dispuesto a escuchar más nada porque estoy harto...

—Pues cuanto lo siento.—Lo interrumpió Adam mirándolo seriamente mientras se cruzaba de brazos.—Porque me vas a escuchar igual.—Sentenció encogiéndose de hombros, sus palabras provocaron que James se indignara ¿era idea suya o Adam acababa de darle una orden? ¿Adam Levine, un mentor de The Voice, que no tenía absolutamente nada que ver con él, acababa de ordenarle hacer algo?

—No, si no quiero no ¿quién te crees que sos para darme órdenes?—Cuestionó James con una ceja arqueada.—Andate bien a la mierda.

Adam frunció el ceño.

—James no voy a tolerar que sigás hablando de esa manera.—Se le escapó.

James pasó de estar indignado a tomar una actitud desafiante, soltó una risa irónica sin poder evitarlo.

—A ver si te queda claro, no me podés dar órdenes Adam, por más que seás un famoso, no tenés ningún derecho sobre mí.—Dijo, notó que Adam iba a protestar así que siguió hablando.—La verdad es que no entiendo tu maldito comportamiento, actuás como si algo nos uniera.—Se quejó.

Adam esbozó una gran sonrisa al escuchar las últimas palabras, James había dado en el clavo.

—Eso es lo que te quiero explicar.—Comentó alegre y aliviado.

James abrió grandes los ojos, horrorizado.

—Y eso es lo que yo no quiero escuchar.—Aclaró rápidamente, Adam suspiró, James sí que era difícil, en su opinión era peor que un adolescente rebelde promedio, Christina se había equivocado, su hijo no era rebelde, era demasiado rebelde.—Estoy esperando que salgás por esta maldita puerta, vayás a la sala a buscar a Blake, Pharrell y Christina, se larguen de mi casa y se tomen un avión con destino a Los Ángeles.—Espetó James mirando a Adam amenazante, su padre se cruzó de brazos y lo miró con extrañeza.—¿Qué? ¿por qué me mirás así?—Se interesó por saber.

—Estás hablando con Adam Levine, un mentor de The Voice, un famoso.—Empezó a decir Adam.

James rodó los ojos.

—Decime algo que no sepa genio.—Contestó prepotente, Adam ignoró aquello, frunció el ceño.

—¿Y me tratás así? no se puede creer.—Finalizó con decepción.

—Lo que no se puede creer es lo que está pasando el día de hoy.—Se defendió James.—Nada es normal.—Aclaró, notó que Adam quiso decir algo pero se le adelantó.—No, no digás nada, dejame hablar, si tu propósito es hacerme sentir culpable te aclaro que no lo vas a conseguir.—Se cruzó de brazos y añadió.—Ahora te agradecería enormemente que te vayás de una vez porque tu presencia me está alterando.

Adam se llevó una mano a la frente, exasperado.

—James...—Empezó a decir mientras se cruzaba de brazos.

—Me estás presionando desde que llegaste, pretendiendo que te escuche cuando no quiero hacerlo, dejame tranquilo de una vez, fuera.—Exigió James por enésima vez, Adam avanzó un paso hacia él provocando que James se pusiera alerta.—Realmente me estás molestando, me importa una mierda que seás Adam Levine, un genio en el campo de la música, te vas de mi casa.—Adam lo ignoró y dio otro paso en su dirección, James tragó saliva.—Andate ya si no querés que te odie, es más, te aseguro que si no te vas te dejo de seguir en Instagram.—Amenazó

Adam se detuvo y esbozó una sonrisa radiante, estaba muy emocionado.

—¿Me seguís en Instagram?—Preguntó feliz, se sentía halagado.

James rodó los ojos.

—Si porque me parecés muy copado y me encanta tu programa.—Contestó con sinceridad provocando que Adam sintiera un vuelco en el estómago por la emoción.—Pero da igual.—Añadió encogiéndose de hombros, luego le lanzó una mala mirada a Adam.—Te advierto que si no te vas ya mismo de mi casa te dejo de seguir.—Sacó su IPhone del bolsillo trasero de su jean y se lo mostró a Adam.

Su padre rodó los ojos.

—Guardá ese celular James, no me voy a ir por tontas amenazas.—Anunció hablando muy en serio.

James dejó escapar una risita.

—¿Tontas amenazas?—Preguntó con una ceja arqueada.—Okay.—Musitó desbloqueando su móvil, sin embargo antes de poder entrar a la aplicación de Instagram, Adam se lo arrebató, James sintió como el celular se deslizaba entre sus dedos dejándolo desconcertado, no podía creer que Adam se hubiera atrevido a hacer eso ¿quién se creía? nadie pero nadie tocaba su celular, bueno sus amigos eran la excepción pero nadie más aparte de ellos.—¡Hey!—Protestó indignado.—¡Damelo!

Adam se alejó ignorando las quejas de su hijo, depositó el celular en un mueble y volteó a mirar a James mientras se apoyaba en el mueble de brazos cruzados.

—Ya basta, tenemos que hablar seriamente.—Anunció con autoridad.

—Pero no quiero escucharte.—Repitió James con cansancio mientras se desacomodaba su castaño pelo con la mano, exasperado.—¿Cómo puedo hacer para que lo entendás Levine?

Adam sintió una puñalada en el pecho cuando escuchó a su hijo llamarlo por su apellido, a pesar de sentirse herido trató de mantener la compostura, no entristecerse y sonar firme.

—Si te entiendo, entiendo perfectamente que no querés escucharme pero vas a tener que hacerlo, no te estoy dando opción.—Ordenó con firmeza.

James quiso reír, Adam estaba cruzando la línea de su paciencia.

—Pff... ¿perdón?

—Lo que escuchaste.—Aclaró Adam autoritariamente, esta vez James si rió, soltó una risa sarcástica.

—Si seguro, no por ser Adam Levine me vas a dar órdenes, ya te lo dije, sólo falta que lo entendás de un puta vez.—Sin decir más se dio vuelta, abrió la puerta y estuvo a punto de salir pero Adam lo detuvo tomándolo del brazo y jalándolo hacia él, James lo miró con furia contenida.

—James esperá, no te vayás, sabés que lo que te tengo que decir es importante, no me ignorés.—Pidió Adam en tono suplicante.

James terminó perdiendo la paciencia.

—¡Soltame Adam! ¡soltame ya!—Exigió a gritos, James, al notar que Adam no pensaba soltarlo, movió su brazo con violencia pero su padre afianzó el agarre para evitar que escapara.

—Me tenés que escuchar, hablo en serio James.—Insistió Adam, la desesperación era notable en su voz.

—¡Que me soltés! ¡no te lo voy a volver a repetir! ¡no quiero escucharte! ¡entendelo!—Gritó James con frustración y enojo, el alboroto que estaba causando era de tal magnitud que terminó alertando a los demás, sus amigos se levantaron de sus sillas y corrieron hasta la entrada del escritorio, los mentores abandonaron los sillones y también se acercaron.

—¿Qué está pasando?—Preguntó un preocupado Kendall retomando su marcha para ir al rescate de su amigo, sin embargo no pudo acercarse más porque Blake lo tomó del brazo, el rubio volteó a mirarlo, el desconcierto era evidente en su rostro.—¿Qué? quiero ir a ayudar a James.

Blake negó con una mirada seria y le soltó el brazo.

—No es prudente que te metás, ni vos, ni tus amigos, ni nosotros.—Comentó, notó que Kendall iba a protestar pero volvió a negar con la cabeza.—Adam y James tienen que resolverlo.—Explicó pacientemente, sus intentos por tranquilizar a los chicos fueron inútiles.

—No entiendo... ¿qué es lo que tienen que resolver?—Preguntó Carlos cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, sintiendo desconfianza.

—Eso.—Lo secundó Logan, también a la defensiva, nadie se metía con James, sólo ellos podían discutir con él.

—Ya se enterarán.—Fue todo lo que dijo Pharrell, sembrando misterio.

—Tengan paciencia.—Pidió Christina.

Kendall, Carlos y Logan se miraron entre ellos con una ceja arqueada, luego fruncieron el ceño ¿paciencia? si claro, no estaban de acuerdo, no estaban dispuestos a esperar, querían enterarse en ese preciso momento qué era lo que estaba sucediendo, iban a reclamarles a los mentores que contestaran cada una de sus preguntas cuando una protesta de James les llamó la atención.

—¡Andate a la mierda!

James había logrado que Adam lo soltara, la mirada que le lanzó a su padre estaba cargada de furia, inmediatamente se alejó unos pasos para mantener distancia.

—¿Por qué te cerrás así?—Preguntó Adam frustrado.—Escuchame por favor, es importante.

James negó, Adam suspiró y trató de acercarse a él para sujetarlo de los brazos e intentar hacerlo entrar en razón, calmarlo para así poder explicarle todo pero James no se lo permitió, no le dio esa oportunidad, se dio vuelta velozmente, atravesó la sala, corrió escaleras arriba, entró en su cuarto y cerró la puerta de un portazo que resonó en el piso de abajo, Adam soltó otro suspiro y miró con frustración la planta de arriba mientras se apoyaba una mano en la frente, la situación se había tornado más complicada de lo que había imaginado.

Chapter 6: Capítulo 6: La Confesión de Adam.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 6: LA CONFESIÓN DE ADAM.

James estaba recostado en la puerta de su cuarto, miró el techo y soltó un suspiro de agotamiento, su corazón retumbaba violentamente en su pecho.

—Mierda.—Protestó James sintiéndose impotente, no sabía qué hacer, se separó de la madera de la puerta y dio vueltas por la habitación, claramente desesperado y alterado.—Okay, ya basta, tengo que tranquilizarme.—Murmuró para sí mismo intentando darse ánimos, sin embargo sentía que era imposible.—Maldito Adam, me puso de los nervios.—Se quejó revolviéndose su castaño pelo con una mano, caminó hasta su cama, agarró un almohadón y lo abrazó.—Nunca pensé que diría esto pero... necesito a mi papá y a mi mamá.—Comentó con anhelo mientras hacía un puchero.

James siempre se había caracterizado por ser un adolescente independiente y valiente, rara vez necesitaba la ayuda de sus padres pero en esos momentos ansiaba tenerlos a su lado, sólo para que le hicieran compañía, no estaba seguro de contarles lo sucedido, no aún, iba a mantenerlo en secreto momentáneamente, lamentablemente para él, sus padres no se encontraban en la casa, James abrazó aún más fuerte el almohadón que tenía en los brazos, aferrándose a éste como si fuera su ancla.

—Escuchar un poco de música me vendría bien, me va a ayudar a desconectarme.—Se le ocurrió de repente, sabía que las canciones que había grabado con Kendall, Carlos y Logan lograrían tranquilizarlo, "Big Time Rush" definitivamente iba a ser su ancla, esbozó una sonrisa esperanzada, depositó el almohadón en la cama, fue hasta su mesa de luz, abrió el primer cajón y sacó sus auriculares, luego cerró el cajón y se llevó la mano al bolsillo trasero de su jean con la intención de extraer su IPhone pero no lo encontró.—¿Qué?—Susurró desconcertado, inmediatamente recordó que su celular estaba arriba del mueble del escritorio, Adam lo había dejado allí luego de quitárselo, James chasqueó la lengua, molesto.—La puta madre, lo que me faltaba.—Se quejó cada vez más exasperado, dudó unos segundos ¿iba por el móvil o no? ¿seguirían Adam, Blake, Pharrell y Christina en la casa o ya se habían ido? ¿y si todavía estaban en la sala? ¿qué hacía? ¿bajaba o no bajaba? ¿se arriesgaba a encontrarse nuevamente con Adam?—Vamos James, no seás miedoso, es tu casa ¿cómo no vas a poder bajar?—Se autorregañó.

James agarró otra vez el almohadón y lo aferró a su pecho, iba a ser su arma por si a Adam se le ocurría acercarse, en el hipotético caso de que aún siguiera en la casa claro pero James sospechaba que ya se había marchado y que no iba a ser necesario que usara el almohadón, después de todo Adam había viajado desde Los Ángeles hasta Minnesota sólo para hablar con él ¿no? no tenía sentido que siguiera en la sala si James estaba encerrado en su cuarto, James no pudo evitar sentir un vuelco en el estómago al recordar las palabras de Adam.

"Te aclaro que estamos en Minnesota con los demás mentores por decisión mía, Blake, Pharrell y Christina sólo se ofrecieron a acompañarme, el motivo del viaje fue especialmente para que yo pudiera hablar con vos."

¿Por qué? ¿por qué a él tenía que pasarle aquello? no podía creerlo ¿qué tenía de especial? sólo era un adolescente del montón y que vivía muy lejos de Los Ángeles, no era nadie especial en la vida de Adam o eso quería creer, James era perfectamente consciente que algo especial tenía ya que Adam se sabía su nombre y su edad con antelación sin embargo iba a tratar de no buscarle una respuesta lógica a esa loca situación ya que no quería saberlo, por algo había evitado arduamente hablar con Adam y estaba determinado a volver a esquivarlo si el mentor de The Voice lo buscaba para hablar.

—Bien, voy por mi celular.—Decidió James armándose de valor.—Nadie se mete con James Diamond.—Aclaró confiado, de repente el almohadón resbaló por sus brazos y cayó en el suelo de parquet de madera, James abrió grandes los ojos y se agachó para recogerlo.—No, mi preciada arma.—Musitó abrazando el almohadón.

James suspiró y caminó hacia la puerta de su cuarto, con cada paso que daba su corazón latía más fuerte debido a la ansiedad y los nervios que lo invadían, una vez que estuvo frente a la puerta, la abrió con cautela y salió con sigilo al pasillo pero inmediatamente detuvo su marcha al escuchar voces provenientes de la escalera, James sintió otro vuelco en el estómago, tragó saliva y se acercó con sumo cuidado al barandal para escuchar mejor, se agachó intentando pasar desapercibido, no quería que lo descubrieran, espió desde su posición mirando a través de los balaustres de metal, pudo divisar a Adam y Kendall discutiendo.

—Dejame subir.—Pidió Adam con tono ansioso, era la tercera vez que le pedía aquello al amigo de su hijo quien no daba el brazo a torcer y se negaba a cederle el paso.

—No, James no quiere verte, por algo se encerró en su cuarto.—Aclaró Kendall bloqueándole el paso.—Ya te lo dije.—Añadió con un ligero tono de fastidio en la voz.

El rubio se encontraba en el primer escalón de la escalera, tenía ambos brazos extendidos y sujetaba con sus manos los pasamanos, estaba decidido a no dejar subir a Adam, iba a bloquearle el paso como fuera aunque era perfectamente consciente de que si Adam se lo proponía podía apartarlo fácilmente de allí, sin embargo dudaba que el mentor de The Voice se atreviera a hacer eso.

—Kendall...—Empezó a decir Adam con impaciencia.—Realmente necesito subir, tengo que hablar con James, es importante.—Aclaró, Adam miró hacia arriba y luego volvió a fijar sus verdes ojos en el adolescente, Kendall no pudo evitar sentirse halagado por el hecho de que Adam Levine recordara su nombre, era su ídolo y su mentor favorito de The Voice sin embargo aquello no alcanzaba para hacerlo flaquear, sabía que debía mantenerse firme, James era uno de sus mejores amigos y no quería ver a Adam, tenía que hacerle el aguante.—¿Kendall?—Lo llamó Adam sacándolo de sus pensamientos.—¿Me vas a dejar subir?—Preguntó con una sonrisa compradora.

Kendall frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Lo lamento Adam pero no puedo.—Sentenció en tono firme.

—Pero realmente necesito hablar con James.—Repitió Adam un poco desesperado.

Kendall bufó fastidiado.

—No me importa, ya te dije que no podés subir, no insistás Adam.—Dijo con tono impasible.

Adam rodó los ojos.

—Escuchá, valoro mucho su amistad, me encanta que seás un amigo tan fiel que banca a James en todo.—Confesó con sinceridad.—Y sé que él no quiere escucharme pero...—Se encogió de hombros y agregó con firmeza.—Va a tener que hacerlo, no tiene opción así que te agradecería enormemente que te hicieras a un lado Kendall, tengo que subir.

Kendall arqueó una ceja, sintiéndose en parte sorprendido y en parte enojado por el atrevimiento de Adam ¿quién se creía? no era nadie en la vida de James como para obligarlo a hacer algo.

—¿Qué decís?—Preguntó soltando una risita de desconcierto.—¿Cómo que no tiene opción? disculpame Adam pero vos no sos nadie para obligarlo a escucharte, lamento decírtelo porque de verdad sos mi ídolo pero no puedo dejarlo pasar, serás un famoso, el líder de una banda y uno de los coach de The Voice pero nada más allá de eso.—Dijo sujetando con más firmeza los pasamanos de la escalera para impedir que Adam lo moviera de allí, Kendall ya no estaba tan seguro de que el mentor de The Voice no intentara apartarlo en cualquier momento.—No sos nadie en la vida de James ¿entendés? por lo tanto no podés obligarlo a nada.—Finalizó frunciendo el ceño.

Adam arqueó una ceja y pensó "si supiera...".

—Me da igual lo que pensés, no tengo por qué darte explicaciones, no estoy buscando hablar con vos ni con Carlos o Logan, quiero hablar con James por lo tanto me vas a dejar pasar en este preciso momento.—Comentó en tono serio, notó que Kendall iba a rebatir pero no lo dejó hablar.—No puedo irme, vine desde Los Ángeles especialmente para hablar con tu mejor amigo.—Contó Adam sin filtro.

Kendall quedó en shock al escuchar las últimas palabras pronunciadas por Adam, abrió la boca, sumamente sorprendido ¿qué carajos acababa de decir? ¿había escuchado bien o lo había imaginado? echó un rápido vistazo a Carlos y Logan notando que tenían la misma expresión de desconcierto que él, era evidente que había escuchado bien, no podía creerlo, nada de lo que estaba pasando ese día tenía sentido y como si fuera poco a medida que pasaban los minutos el día se tornaba aún más extraño, Carlos y Logan salieron de su estado de aturdimiento, corrieron hacia la escalera y se ubicaron uno a cada lado de Kendall, los tres amigos se quedaron mirando a Adam con los ojos bien abiertos.

—Mentira.—Soltó Carlos de inmediato, su voz había sonado temblorosa.

—No es cierto...—Musitó Logan negándose a creerlo.

—No es verdad, no puede ser, es imposible.—Balbuceó Kendall tragando saliva, sin embargo sabía que Adam decía la verdad, el rubio dejó caer ambos brazos a los costados de su cuerpo, no tenía fuerzas para seguir oponiendo resistencia luego de semejante confesión por parte del mentor de The Voice.

Adam notó que tenía una oportunidad, podía pasar rápidamente esquivando a Kendall ahora que le había dejado el camino libre pero no iba a hacerlo.

—¿James?—Dijo Adam con desconcierto, justo había mirado el barandal de la escalera encontrando a su hijo, notó que estaba espiándolos, James abrió grandes los ojos y tragó saliva al verse descubierto.

Kendall, Carlos y Logan voltearon velozmente para mirar a James, Adam tenía pensado no subir por la escalera sin obtener el permiso de Kendall antes pero al ver a James se olvidó de los buenos modales, no pudo evitarlo, esquivó fácilmente a un aturdido Kendall y empezó a subir, James se puso rápidamente de pie, alerta, Adam se estaba acercando.

—¡Alto!—Le ordenó Kendall a Adam, molesto.—¡Te dije que no podías subir Adam!—Reprochó subiendo la escalera tras él.

—¡Eso! ¡hacele caso a Kendall!—Gritó Carlos subiendo los escalones lo más rápido que podía.

—¡Si!—Lo secundó Logan con tono firme.

James frunció el ceño y se regañó a sí mismo por ser tan cobarde, no necesitaba que sus amigos lo defendieran, él podía enfrentarse solo a Adam, se armó de valor y se acercó a la llegada de la escalera justo cuando su padre terminaba de subir, quedando de esta manera frente a él.

—No hace falta que me defendás Kendall.—Le aclaró James a su amigo, quien ya se encontraba al lado de Adam.—Aunque te lo agradezco.—Le dijo con una sonrisa de agradecimiento.—Escuché todo lo que le decías a Adam, sí que tenés valor para hablarle así a tu ídolo.—Comentó orgulloso.

Kendall sonrió con suficiencia, detrás de él estaban Carlos y Logan, parados en el último escalón de madera.

—Hacete a un lado, quiero pasar.—Protestó Carlos apoyando una mano en la espalda de Kendall y empujándolo.

El rubio rodó los ojos y avanzó colocándose al lado de James, Carlos y Logan aprovecharon que había lugar para circular y se reunieron con sus amigos, de esta manera los cuatro adolescentes quedaron frente a frente con Adam, James echó un vistazo a la planta de abajo, Blake, Pharrell y Christina estaban de pie en el arranque de la escalera, todavía no habían subido y James no estaba seguro de que se animaran a subir, sin previo aviso sintió como una mano se aferraba a su muñeca, James dirigió sus verdes ojos a Adam.

—No me toqués, soltame ya mismo.—Gruñó amenazante, Adam ignoró su advertencia.

—Tenemos que hablar, lo sabés.—Le dijo en tono serio aún sin soltarle la muñeca, James frunció el ceño y le lanzó el almohadón que tenía en la mano libre a Adam, le dio de lleno en la cara, lo que causó que Adam lo soltara, no porque le había dolido, ese golpe no podía dolerle a nadie, sino porque lo había tomado por sorpresa, no se lo vio venir, Adam esbozó una sonrisa divertida y se acomodó el pelo con su mano ya que ese golpe con el almohadón lo había dejado despeinado, quiso reír, si James pensaba que se iba a ir sólo porque lo amenazaba con un almohadón de pluma estaba muy equivocado.—Te repito que no me voy a ir hasta que hablemos.—Determinó Adam cruzándose de brazos.—Y si crees que podés echarme de tu casa con almohadonazos estás muy equivocado.—Añadió con suficiencia.

James arqueó una ceja ¿acaso lo estaba desafiando? le molestaba que Adam no lo tomara en serio.

—No vamos a hablar una mierda.—Se quejó James con tono decidido, se encogió de hombros y agregó.—Sólo salí de mi cuarto para recuperar mi celular, vos me lo quitaste y lo dejaste en el mueble del escritorio.

Antes de que Adam pudiera decir algo más, James lo esquivó con habilidad, pasó velozmente por su lado y bajó la escalera a los tropezones, una vez que estuvo en la planta de abajo, corrió hacia el escritorio, recuperó su celular y regresó a la sala, James quiso volver a subir la escalera pero Blake se interpuso en su camino justo a tiempo.

—Deberías escuchar a Adam.—Le aconsejó en tono serio pero amable a la vez.

James se cruzó de brazos y miró al mentor de The Voice con una ceja arqueada.

—No pedí tu opinión.—Contestó prepotente.

James nunca se hubiera imaginado hablándole de esa manera a Blake Shelton, era uno de sus ídolos pero lo cierto era que estaba harto, sólo quería que Adam, Blake, Pharrell y Christina regresaran a Los Ángeles para que su vida volviera a la normalidad, como anhelaba las noches que se juntaba con Kendall, Carlos y Logan para mirar The Voice, jamás se hubiera esperado vivir una situación como la que estaba viviendo ese día, Blake soltó un suspiro y se hizo a un lado para que James pudiera pasar, el castaño subió la escalera y se detuvo frente a Adam.

—Voy a volver a mi cuarto, si en 10 minutos vos y los demás mentores siguen en mi casa te aseguro que voy a llamar a la policía por invasión de la propiedad privada.—Lo amenazó James desbloqueando su celular y mostrándole que tenía el número agendado.

Adam abrió grandes los ojos ¿era en serio?

—James no podés...

—Si puedo Adam.—Lo interrumpió su hijo bloqueando su IPhone y guardándolo en el bolsillo trasero de su jean.—No me subestimés.—Le aconsejó señalándolo con el dedo mientras lo miraba con los ojos entrecerrados.

James no esperó una respuesta de parte de Adam, pasó por su lado, pasó por el lado de sus mejores amigos y recorrió el pasillo en dirección a su habitación, Adam escuchó el ruido de la puerta al ser cerrada, se desacomodó el pelo con su mano y soltó un suspiro de derrota.

—Supongo que me voy a tener que ir.—Comentó para sí mismo, echó un vistazo a la habitación de James, negó con la cabeza, se dio vuelta y bajó un escalón, por supuesto que regresaría, al día siguiente apenas amaneciera tocaría el timbre de la casa, ya sabía que James no iba a ir al colegio esa semana así que podría encontrarlo a la mañana temprano, probablemente James se encontraría más calmado, quizás era mejor no hablar con él en ese momento, su hijo estaba muy alterado, Adam pensó que no era prudente que le dijera la verdad ese día dadas las circunstancias pero de ninguna manera las cosas quedarían así, James no se iba a librar de él, al día siguiente lo escucharía quisiera o no.—Vamos.—Les dijo Adam a Blake, Pharrell y Christina una vez que se hubo reunido con ellos en la sala.

Sus amigos asintieron, los mentores de The Voice caminaron hacia la puerta de entrada, Adam le sacó la llave a la puerta y salieron, sin embargo, antes de poder subirse a sus respectivos autos, unas voces los detuvieron.

—¡Alto!—Gritó Kendall.

—¡Esperen!—Pidió Carlos.

—¡No se vayan!—Ordenó Logan.

Los tres adolescentes corrieron hasta alcanzar a los mentores, se detuvieron delante de ellos y respiraron grandes bocanadas de aire, Adam, Blake, Pharrell y Christina los miraban expectantes.

—Necesitamos hablar con vos Adam.—Avisó Kendall señalando a Adam con un dedo, el rubio respiraba agitadamente y tenía el pelo despeinado.

Carlos y Logan estaban en las mismas condiciones, los tres adolescentes habían bajado a los tropezones la escalera, saltando escalones de dos en dos, luego habían corrido por la sala y habían saltado los escalones del hall de entrada, no podían culparlos, tenían miedo que los mentores se retiraran.

—De acuerdo.—Dijo Adam en tono tranquilo.

—¿Estás seguro...?—Empezó a preguntar Blake pero se calló cuando vio que Adam asentía con la cabeza, la mirada de su compañero reflejaba seriedad y determinación.

—Bueno... ¿te dejamos solo entonces?—Preguntó Christina suponiendo que Adam iba a querer hablar con los mejores amigos de James a solas, Adam volvió a asentir.

—Si, ustedes regresen al hotel.—Aconsejó, luego esbozó una sonrisa de agradecimiento.-Gracias por haberme acompañado y lamento la situación.

Blake, Pharrell y Christina soltaron una risita.

—No lo lamentés.—Pidió Pharrell sonriendo.—Estamos para lo que necesités.—Añadió acomodándose la boina.

—Exactamente.—Dijeron Blake y Christina a la vez.

Adam les volvió a agradecer, los mentores caminaron hacia sus respectivos autos lujosos, les sacaron la alarma, se subieron y se retiraron, Adam se quedó despidiéndolos con la mano, una vez que los autos desaparecieron en la distancia, Adam escondió los brazos detrás de la espalda, se dio vuelta y fijó sus verdes ojos en los mejores amigos de su hijo.

—Tienen mi atención.—Les comunicó con semblante serio.

Kendall echó un rápido vistazo a la ventana de la habitación de James notando que tenía las cortinas cerradas, lo cual significaba que James no los estaba espiando, evidentemente su amigo no estaba enterado de que Adam se encontraba en el jardín delantero de su casa, Kendall volvió a mirar a Adam y señaló la ventana.

—¿Ves esa ventana?—Preguntó con una ceja arqueada, el tono de voz que usó al hablar era normal, ya no se encontraba agitado, Adam asintió.—Bueno ese es el cuarto de James, lo que significa que no podemos hablar acá porque nos puede escuchar, sugiero que vayamos a mi casa ya que no hay nadie a esta hora, mi hermanita se encuentra en el colegio y mi madre se fue a trabajar.—Comentó Kendall cruzándose de brazos.

—Es una buena idea.—Opinó Carlos.

—Concuerdo.—Lo secundó Logan.

Adam miró la ventana de la habitación de su hijo preguntándose que estaría haciendo en esos momentos, finalmente pasados unos segundos volvió a enfocar su atención en Kendall, Carlos y Logan.

—Me parece bien.—Accedió Adam sacando la llave de su Mercedes Benz, caminó hacia el auto, le sacó la alarma y volteó a mirar a los chicos.—Suban, yo los llevo.—Se ofreció amablemente.—Sólo necesito que me des la dirección Kendall.

Kendall negó con la cabeza, le daba vergüenza subirse al auto de Adam, no se sentía apto para semejante ofrecimiento, Adam era un famoso y sus amigos y él unos adolescentes comunes y corrientes de Minnesota, no quería abusar de su amabilidad, iba a ser muy descarado si aceptaba la oferta.

—Podemos ir caminando, es cerca.—Sugirió Kendall con una sonrisa forzada, intentando zafar del incómodo momento, de verdad era cerca, su casa no estaba para nada lejos de la de James, podían llegar caminando en 5 minutos, las casas de Carlos y Logan se encontraban igual de cerca.

—¿Estás de broma?—Preguntó Carlos mirando a Kendall, sorprendido.—¡Yo quiero subir a ese auto! ¡es el auto de un famoso y está de lujo!—Gritó emocionado.

—¡Yo también quiero subir! ¡es el auto de Adam Levine! ¡y es un Mercedes Benz!—Dijo Logan a gritos, alterado.

Adam soltó una risita divertida, Kendall les lanzó una mirada de advertencia a sus dos amigos, lo estaban haciendo pasar vergüenza.

—Caminaremos.—Sentenció.

Los chicos lo miraron con una ceja arqueada.

—Caminá vos, suerte con esquivar el sol.—Dijo Carlos en tono burlón.

Logan soltó una carcajada.

—Hay unos lindos árboles que podés aprovechar para que te den sombra.—Comentó también burlándose mientras levantaba ambas cejas.

Kendall se cruzó de brazos y los miró furioso.

—Vayansé a la mierda los dos.

Logan y Carlos se miraron entre ellos y luego suspiraron rendidos, sabían que Kendall no se subiría y por más que tuvieran muchísimas ganas de subir al auto de Adam no iban a abandonar a su mejor amigo.

—Gracias por el ofrecimiento Adam pero Kendall tiene razón, podemos caminar, todos vivimos cerca.—Comentó Logan esforzándose por esbozar una sonrisa.

—Si, vivimos muy cerca, así fue como nos hicimos amigos.—Contó Carlos.—Porque vivimos en el mismo barrio, nos conocemos desde que éramos chiquitos.

Adam asintió esbozando una sonrisa alegre, le encantaba que James tuviera mejores amigos, lo hacía sentir orgulloso.

—Entiendo pero de todas maneras los llevaré así que suban.—Insistió abriendo la puerta del copiloto y la puerta trasera, los chicos se miraron entre ellos, se encogieron de hombros y caminaron hacia el auto, Kendall se subió en el asiento del copiloto y Carlos y Logan en el asiento trasero, Adam también se subió, se abrochó el cinturón de seguridad y cerró la puerta, una alarma empezó a sonar, aquella alarma indicaba que los chicos no se habían puesto los cinturones de seguridad.—Necesito que se abrochen los cinturones de seguridad.—Aclaró Adam soltando una risita, Kendall, Carlos y Logan se abrocharon los cinturones y esbozaron una sonrisa nerviosa, no podían creer que estuvieran en el auto de Adam Levine, era una situación surrealista.—¿Kendall?—Lo llamó el mentor de The Voice encendiendo el auto.—¿Cuál es la dirección?

Kendall le dio la dirección y Adam arrancó.

—Genial, que auto más lujoso...—Alabó Carlos.—¿Y este botón para qué sirve?—Preguntó apretándolo, la ventanilla que estaba a su lado se bajó.—De lujo, tiene un mecanismo muy sofisticado.—Opinó emocionado.

—¿Podés subir esa ventana? me da todo el viento en la cara.—Se quejó Logan cruzándose de brazos, fastidiado.

Carlos rodó los ojos.

—No, despeinate un poco, yo quiero que me de el viento porque sino siento que me falta el aire.

Logan lo miró mal.

—Mentira, no la querés subir para hacerme la contra.—Protestó repentinamente enojado.

—No es cierto, nada que ver, no seás paranoico.—Se defendió Carlos.

—Si es cierto, sabés que tengo razón, reconocelo.—Exigió Logan.

—No.—Dijo Carlos decidido.

—Si.—Lo contradijo Logan insistente.

—No.

—Si.

Adam soltó un suspiro y se desacomodó el pelo con una mano mientras que con la otra agarraba el volante.

—¿Todos los días discuten de esa manera?—Le preguntó a Kendall.

El rubio asintió, las discusiones tontas eran normales en el grupo, era una característica que los definía como amigos porque discutían y se amigaban, volvían a discutir y se volvían a amigar y así sucesivamente, siempre los temas de discusión eran tontos por lo cual no quedaban resentimientos.

—Sip y hoy, antes de que ustedes lleguen, James y Carlos tuvieron una discusión parecida.—Comentó Kendall como si nada.

Adam lo miró, repentinamente interesado.

—¿Ah sí? ¿y por qué discutían?—Preguntó y volvió a mirar la carretera.

Kendall se encogió de hombros.

—Por la chocolatada.

Adam arqueó una ceja, lo pensó unos segundos y le pareció ridículo por lo que no pudo evitar soltar una risita, Carlos se sintió atacado al escuchar a Adam reírse, no le gustaba que se rieran de él, sintió la necesidad de defenderse.

—Era el último vaso de chocolatada que quedaba, lógicamente íbamos a discutir.

—Yo traté de solucionar el problema.—Contó Logan sintiéndose orgulloso.

Carlos volvió a rodar los ojos.

—Si y tu solución era una mierda.—Comentó con un exceso de sinceridad.—Le habías agregado al vaso por el que estábamos discutiendo chocolatada de otro vaso de dudosa procedencia y después volcaste su contenido en dos vasos ¿conclusión? generaste otro problema en lugar de una solución porque nos estabas ofreciendo medio vaso de chocolatada babeada a James y a mí que no estábamos dispuestos a tomar.

Adam rió a carcajadas, se imaginó a James mirando a Logan con cara de asco y rechazando el vaso de chocolatada que le ofrecía.

—Bueno pero al final vos y James se quedaron con chocolatada babeada en la cara.—Se burló Logan con malicia, sintiéndose victorioso en la discusión.—Se lo merecían por no aceptar mi ayuda.—Añadió en tono de superioridad al tiempo que se encogía de hombros.

Carlos le lanzó una mirada asesina, Adam frunció el ceño, claramente desconcertado, se dio cuenta que había una parte de la historia que no le habían contado.

—¿Por qué?—Se interesó por saber, curioso.

—Porque yo les avisé que The Voice se había suspendido por una semana.—Contó Kendall sorprendiendo a Adam ¿así que su hijo ya sabía que habían viajado antes de que aparecieran en su casa?—Logan se sorprendió tanto con la noticia que sin proponérselo les escupió la chocolatada que tenía en la boca en la cara a James y a Carlos.—Terminó de contar.

—¿Ah sí?—Comentó Adam sólo por decir algo pero en realidad le interesaba saber otra cosa.—¿Y cuál fue la reacción de James al enterarse de la noticia?—Aprovechó para preguntar.

—Pues... se sorprendió.—Comentó Kendall con un poco de desconfianza ¿era imaginación suya o Adam estaba muy interesado en James? se abofeteó mentalmente por preguntarse aquello, obviamente Adam estaba muy interesado en James, les había confesado como si nada que había viajado desde Los Ángeles hasta Minnesota sólo para hablar con él, Kendall realmente ansiaba saber la razón porque no entendía absolutamente nada, era una situación irreal.—Te importa demasiado James...—Acusó Kendall a Adam mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Ya llegamos.—Anunció Adam interrumpiéndolo abruptamente, estaban estacionados frente a la casa de Kendall, la cual quedaba a 5 cuadras de la de James.

Los chicos se quitaron el cinturón de seguridad y bajaron del auto, Adam le puso la alarma y siguió a Kendall, Carlos y Logan, el rubio sacó la llave de su bolsillo, abrió la puerta principal y se hizo a un lado para que los demás pasaran.

—Pasen.—Los invitó Kendall, una vez que todos estuvieron dentro, Kendall cerró la puerta y se dirigió al juego de sillones de la sala.—Sientensé.—Pidió tomando asiento en el sillón principal, Carlos y Logan se sentaron uno a cada lado de Kendall, por su parte Adam se acercó y se quedó de pie delante de ellos mientras se cruzaba de brazos.—¿No te vas a sentar?—Le preguntó.

Adam negó.

—No gracias, estoy bien así.

—Bueno Adam, necesitamos que...—Empezó a decir Kendall pero el sonido de una notificación lo distrajo, el rubio sacó su IPhone e hizo una mueca al mirar la pantalla.—Ups... es un WhatsApp de James.

—¿Seguro es un WhatsApp de James? ¿qué te puso?—Preguntó Adam ansioso, arrebatándole el celular para poder leer.

Kendall quedó indignado.

—¿Qué les pasa a todos con mi IPhone el día de hoy? me lo sacan de la mano.—Protestó cruzándose de brazos.

Carlos y Logan soltaron una risita, a ellos también les había llegado una notificación porque era un WhatsApp del grupo pero decidieron no sacar sus celulares, les dio pereza, ya Kendall les avisaría qué era lo que decía el mensaje de James.

Adam leyó el mensaje de James pero milagrosamente no le prestó atención al nombre del grupo de WhatsApp que tenían James, Kendall, Carlos y Logan, el cual era el nombre de su banda "Big Time Rush".

Grupo de WhatsApp.

😎Big Time Rush😎

James: ¿dónde están? no los encuentro por ningún lado... ¿por qué se van sin avisarme? 😡

1:02 p.m.

Adam soltó un suspiro, se desacomodó el pelo con su mano y le devolvió el IPhone a Kendall.

—¿Qué le vas a decir?—Preguntó preocupado.

Kendall lo miró unos segundos mientras pensaba en algo, luego fijó su mirada en la pantalla de su móvil y empezó a teclear una respuesta.

—Le estoy poniendo que nos fuimos porque teníamos que buscarla a mi hermanita del colegio, ya es la 1 de la tarde.—Comentó Kendall.

Kendall: perdón James, posta no me di cuenta 😅 igual estaba a punto de avisarte... nos fuimos porque ya es mediodía, tengo que buscarla a Katie del colegio, Carlos y Logan quisieron acompañarme para dejarte tranquilo, pensábamos que necesitabas estar a solas.

1:05 p.m.

La respuesta de James le llegó rápidamente.

James: no, lo que yo necesitaba era que estén conmigo acompañándome, son mis mejores amigos 😒

1:06 p.m.

Kendall: entiendo, tenés razón en estar ofendido, somos unos giles 😕 apenas la deje a Katie en la casa vamos para ahí, esperanos ✌🏻

1:07 p.m.

James: obvio boludo, si no tengo a donde ir 😂

1:07 p.m.

Kendall soltó una risita, ese mensaje le indicaba que James estaba de mejor ánimo.

—¿A ver?—Curioseó Adam volviendo a quitarle el celular.

Kendall lo miró con una ceja enarcada.

—Esa confianza no te la robo amigo.—Comentó en un murmuro que hizo reír a Carlos y Logan.

Adam arqueó una ceja al leer el mensaje, no podía creer que su hijo escribiera "boludo", definitivamente debía educarlo en cuanto tuviera la oportunidad, James no podía decir y escribir tantas malas palabras, no quería que su hijo se comportara como el común de los adolescentes, quería que fuera educado.

—Te llegó otro mensaje.—Le avisó Adam a Kendall, el rubio le quitó el celular de las manos y leyó lo que James había escrito.

James: ¿así que mi amenaza de llamar a la policía logró que Adam, Blake, Pharrell y Christina se fueran? 😱

1:09 p.m.

Kendall: si, te dejo porque estoy manejando, después hablamos 😃

1:09 p.m.

James: okay 👍🏻

1:10 p.m.

Kendall se guardó el móvil en el bolsillo de su jean, apoyó los brazos en sus piernas y miró a Adam con seriedad.

—Bueno vamos a lo importante Adam, queremos que nos contés absolutamente todo.—Exigió.

—Eso.—Lo secundó Carlos.—¿Qué querés decir con que viniste desde Los Ángeles a Minnesota sólo para hablar con James?—Inquirió con desconfianza.

—¿Acaso ya lo conocías de antes?—Preguntó Logan.

Adam dudó ¿cómo les decía semejante noticia a los mejores amigos de su hijo?

—¿Y? estamos esperando que hablés.—Comentó Carlos con fastidio.

—Esto es muy difícil para mí, no sé por dónde empezar.—Aclaró Adam.

Carlos rodó los ojos.

—Podrías empezar desde el principio.—Sugirió en tono burlón.

—O respondiendo nuestras preguntas.—Opinó Logan.

—Escuchá Adam, James es nuestro amigo de toda la vida, es como un hermano para nosotros.—Le recordó Kendall.—Por lo tanto lo que le pase nos preocupa.

—Lógicamente.—Reconoció Adam desacomodándose el pelo con su mano.

—Por lo tanto necesitamos que nos digás por qué estabas tan empeñado en hablar con él.—Exigió Logan.

—Si, recién ahora estoy cayendo en la cuenta que desde un principio siempre quisiste hablar con él y no con nosotros.—Dijo Carlos atando cabos.

Logan rodó los ojos.

—No ¿en serio?—Le preguntó a su amigo con sarcasmo.—Si no lo decías no me daba cuenta.

Carlos lo fulminó con la mirada.

—Callate boludo, no te burlés de mí.—Protestó.—Me refería a que antes de que James fuera a hablar con Adam al escritorio nosotros habíamos querido hablar con él pero Adam se mostraba muy interesado en hablar sólo con James.—Explicó defendiéndose.

Logan se desacomodó el pelo con su mano.

—Entiendo tu punto, perdón por ser un idiota.—Se disculpó avergonzado.

—Un boludo.—Lo corrigió Carlos.

—¡Ya basta!—Los calló Kendall dirigiéndoles una mirada de advertencia, luego miró a Adam con expresión seria.—¿Qué pasó en el escritorio Adam? ¿por qué James se puso así? ¿qué le dijiste?—Inquirió el rubio bombardeándolo con preguntas.

—Nada, no alcancé a decirle nada.—Contestó Adam con sinceridad.

—Si seguro, como no.—Se burló Carlos soltando una risa sarcástica.—Por algo James se escapó de vos y se refugió en su cuarto, no me trago el verso ese de que no le dijiste nada, andá a mentirle a otro, no soy estúpido, mis amigos tampoco, no te creemos nada.—Notó que Adam quiso decir algo pero no lo dejó hablar.—Apuesto a que le dijiste algo que lo hizo sentir inseguro.—Culminó con seguridad mientras se cruzaba de brazos y arqueaba una ceja.

Adam negó con la cabeza.

—No es así, él sabe lo mismo que saben ustedes en este momento, que viajé desde Los Ángeles hasta Minnesota para hablar con él y que ya lo conocía, yo ya sabía su nombre y su edad antes de venir aquí, esos datos me alcanzaron para encontrarlo pero que James sepa eso es motivo suficiente para que no quiera escucharme, intenté hablar con él pero no hay caso, no quiere saber nada.—Contó con frustración.

Kendall, Carlos y Logan estaban desconcertados y preocupados.

—No lo culpo...—Susurró Carlos.—Parecés un maldito acosador Adam.—Lo acusó.

—Si ¿quién va a querer escucharte?—Opinó Logan con una ceja levantada.

—No lo entiendo...—Murmuró Kendall, por más que pensara no llegaba a una respuesta lógica.—¿Cómo podés haber conocido a James de antes? no es ni famoso, él no es un Youtuber o algo por el estilo que justifique el hecho de que lo conozcás, es más, James es de perfil bajo.

—Exacto.—Lo secundó Logan.—James ni siquiera te escribe por Instagram ni te pone "me gusta" en alguna de tus publicaciones.

—Yo si lo hago y no me conocés.—Contó Carlos.

—Yo también lo hago.—Confesó Kendall.

—No entiendo cómo podés conocerlo.—Dijo Logan frunciendo el ceño.

—Yo no entiendo por qué viajaste desde Los Ángeles para hablar con él.—Comentó Kendall.—¿Qué puede ser tan importante que justifique que dejés The Voice durante una semana?—Preguntó con una ceja arqueada.

—¿Y que arrastrés a Blake, Pharrell y Christina con vos?—Completó Carlos.

—El que James sea mi hijo.—Contestó Adam crudamente, dejando a los chicos en shock.

Chapter 7: Capítulo 7: James es mi Hijo.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 7: JAMES ES MI HIJO.

Kendall, Carlos y Logan seguían en shock, Adam les había confesado que James era su hijo, no podían creerlo.

—¿Qué... qué estás diciendo?—Balbuceó Kendall mirando a Adam con los ojos bien abiertos, tragó saliva y negó con la cabeza.—No mientás.—Pidió en tono de ruego.

—Eso.—Lo secundó Logan, tragó saliva y miró a Adam mientras fruncía el ceño.—No vamos a tolerar semejante mentira ¿nos viste cara de imbéciles?

—Y yo que pensaba que nos estábamos poniendo serios.—Comentó Carlos cruzándose de brazos, en una actitud más relajada que sus amigos, no le creía absolutamente nada a Adam, por ese motivo se encontraba tranquilo.

—No les estoy mintiendo, James es mi hijo.—Aseguró Adam mirando a los amigos de su hijo con seriedad, la intensidad en su mirada provocó que los chicos se pusieran nerviosos, podían percibir seguridad en esos ojos verdes.

—No... no puede ser cierto.—Musitó Kendall, se negaba a creerlo.

Logan pellizcó a Carlos para asegurarse de no estar soñando.

—¡Ay boludo!—Protestó Carlos de inmediato, indignado.—¡Me dolió!—Añadió sobándose el brazo.

—Perdón.—Se disculpó Logan esbozando una sonrisa tímida.—Necesitaba confirmar que esto no es un sueño.

Carlos rodó los ojos.

—Obviamente no estúpido, además para la próxima pellizcate a vos mismo ¿okay?—Dijo en tono amenazante, Kendall, cansado de sus tontas discusiones, les pegó una fuerte palmada a ambos en la espalda para que hicieran silencio, sus amigos lo miraron furiosos.—¡Pero...!—Empezó a protestar Carlos.

—¡¿Qué carajos te pasa boludo?!—Lo insultó Logan.

—¡Ya basta!—Gritó Kendall harto.

—Piensenlo.—Dijo Adam de repente, atrayendo la atención de los chicos.—El que James sea mi hijo aclara sus dudas.—Explicó, notó que los amigos de su hijo querían rebatir pero se les adelantó.—Sé que saben que estoy diciendo la verdad.

—Pero...—Empezó a decir Kendall.

—Y por si no me creen todavía... se los voy a aclarar ¿acaso piensan que viajaría desde Los Ángeles hasta Minnesota sólo por deporte?—Preguntó Adam con una ceja arqueada.—Obviamente no, vine a buscar a James, mi hijo.—Dijo haciendo énfasis en la palabra "hijo", sonrió y prosiguió.—¿Cómo sabía que estaba viviendo aquí? ¿cómo fui a parar a su casa? ¿cómo hice para encontrarlo? fácil, yo ya sabía todos los datos que necesitaba para localizarlo, ya sabía su nombre y su edad pero todo eso ya lo saben, sólo me encargué de repetirlo y de responder sus preguntas a ver si de esa manera lo entienden porque lo único que falta es que asimilen que James es mi hijo y que no les estoy mintiendo.—Finalizó con expresión seria.

—No puede ser...—Susurró Kendall revolviéndose su rubio pelo con una mano.

—Ahora todo tiene sentido.—Dijo Carlos causando que a Adam se le escapara una sonrisa.

—No puedo creerlo pero...—Empezó a decir Logan mirando a Carlos.—Tenés razón Carlos, ahora todo tiene sentido.

—Si.—Reconoció Kendall, rendido.

Los tres amigos se dieron cuenta que Adam decía la verdad, no podían creerlo, les resultaba muy difícil asimilarlo pero sabían que era cierto, nunca se hubieran imaginado que James era hijo de alguien famoso y no cualquier famoso, era hijo de nada más ni nada menos que Adam Levine, uno de los coach de The Voice, el exitoso programa que ellos habían empezado a ver desde la temporada 1 y del cual eran fanáticos.

—¿Por qué ahora?—Preguntó Kendall con tono serio, dejando desconcertado a Adam.

—¿Qué querés decir?—Preguntó el mentor de The Voice confundido.

—¿Por qué recién ahora aparecés?—Aclaró el rubio con una ceja arqueada mientras se cruzaba de brazos.

—Si ¿por qué no antes?—Preguntó Logan en una actitud defensiva.—James vivió toda su vida en Minnesota, nació aquí y a vos nunca se te dio por aparecer, estoy seguro que lo abandonaste y te arrepentiste de repente, el cargo de consciencia fue demasiado para vos.—Concluyó sin saber.

Adam arqueó una ceja, Logan estaba muy equivocado, la que había hecho eso era Mary, la madre de James, no él, le molestaba que supusieran que era como ella, él si se preocupaba por su hijo y nunca hubiera sido capaz de abandonarlo, Adam era una víctima al igual que James ya que nunca, hasta ese momento, había tenido oportunidad de saber la verdad y la causante de todo el problema era Mary.

—No deberías hablar sin saber.—Le aconsejó Adam a Logan mirándolo con el ceño fruncido, estaba ofendido y molesto en partes iguales por semejante acusación sin fundamento.

—Sólo contestá la maldita pregunta Adam.—Ordenó Carlos en tono hostil.—¿Por qué recién ahora aparecés?

Adam se cruzó de brazos y los miró con seriedad.

—Porque yo recién me entero de la existencia de James.—Respondió con sinceridad, dejando desconcertados a los chicos.

—¿Cómo?—Susurró Kendall revolviéndose su rubio pelo con una mano.

—No estoy entendiendo nada, cada vez estoy más confundido.—Se quejó Carlos, frustrado. 

—Perdón por acusarte de abandonar a tu hijo.—Se disculpó Logan con Adam mientras se rascaba la nuca, estaba avergonzado y sentía la necesidad de disculparse, Adam tenía razón, no debía hablar sin saber, para su sorpresa Adam esbozó una sonrisa tranquilizadora, la cual le indicaba que no habían resentimientos, Logan le devolvió la sonrisa.

—Explicanos la historia por favor.—Le pidió Kendall a Adam en tono suplicante.—Es la única manera de que podamos comprender la situación.—Suspiró y añadió.—A esta altura podemos soportarlo, te lo aseguro.

—Si, podemos soportar cualquier cosa después de la bomba que nos lanzaste.—Admitió Logan.

—Eso.—Lo secundó Carlos y miró a Adam a los ojos.—Necesitamos que nos expliqués todo porque hay muchos cabos sueltos.—Empezó a enumerar con los dedos y dijo.—No sabemos quién es la madre de James, no sabemos por qué recién ahora te enterás que es tu hijo, no sabemos...

—Está bien, está bien.—Lo interrumpió Adam levantando ambas manos.—Les voy a contar mi historia.—Determinó, los chicos asintieron conformes, Adam suspiró y empezó.—Ayer a la noche, después de la primera ronda de Blind Auditions, decidimos ir a un restaurante, a los pocos minutos divisé a la madre de James.—Adam notó como los amigos de su hijo pasaban de estar serios a sorprendidos.—Su nombre es Mary.—Aclaró y continuó.—Nos conocimos a los 14 años, estuvimos de novios dos años, durante ese tiempo yo estaba empezando a tocar con Maroon 5, ese fue uno de los motivos de nuestra ruptura, la falta de tiempo para vernos, ella tampoco tenía tiempo porque estaba estudiando modelaje, cuando cortamos cada uno tomó su camino, no nos volvimos a ver hasta anoche, después de 19 años, lógicamente yo estaba muy sorprendido, me acerqué para hablar con ella e inmediatamente la noté rara, sabía que me estaba ocultando algo.—Adam se desacomodó el pelo con su mano y soltó un suspiro.—Obviamente nunca me imaginé que era algo tan importante como un hijo pero sospechaba que algo no me quería decir, después de insistirle ella me terminó confesando todo, me dijo que tengo un hijo de 18 años llamado James Diamond y que vive con una familia de apellido Diamond en Minnesota, con esos datos vine hasta aquí, vine por James.—Culminó el mentor de The Voice con tono serio.

Los chicos tragaron saliva y se miraron entre ellos, preocupados, Kendall fue quien se animó a hablar.

—Pero hay algo que no entiendo.—Dijo el rubio.—¿Por qué James vivió toda su vida en Minnesota si vos sos de Los Ángeles?—Preguntó con una ceja arqueada, se encogió de hombros y añadió.—Supongo que Mary también es de ahí ¿verdad?

—Así es, perdón, me olvidé de aclarar eso.—Se disculpó Adam llevándose una mano a la frente.—James vive aquí porque Mary se fue a vivir durante un año a Minnesota cuando tenía 16 años, apenas cortamos ella me confesó que ya tenía planeado venirse a vivir aquí con una amiga y el motivo era que ambas estudiaban modelaje y su sueño era conocer nuevos lugares, cuando Mary se fue aún no sabía que estaba embarazada, se enteró aquí y no quiso decírselo ni a sus padres, ellos todavía no saben que tienen un nieto, Mary tampoco quiso decírmelo a mí, no me contó que iba a tener un bebé por diversos motivos, uno de ellos era que ya no éramos novios, nos habíamos peleado, también pensó que yo no iba a poder hacerme cargo porque la banda Maroon 5 estaba creciendo y yo ensayaba mucho con mis compañeros, la cuestión es que Mary decidió por mí y no tenía ningún derecho.—Adam suspiró, hablar de todo eso le hacía mal.—Apenas James nació lo entregó en adopción y volvió a Los Ángeles, tomó esa decisión porque no quería hacerse cargo de él, me dijo que era muy joven aún para criar un bebé.—Contó tristemente.

—Que cruel.—Comentaron los chicos al unísono.

—Pobre James, no se lo merece.—Dijo Carlos con tristeza, le daba pena la situación de su amigo.

—Si, no quisiera tener esa clase de madre.—Opinó Logan haciendo una mueca.

—Yo no quisiera vivir lo que está viviendo James.—Aclaró Kendall con un exceso de sinceridad.—No me gustaría estar en su lugar.—Musitó, se dio cuenta que Adam lo miraba con una ceja arqueada y se justificó.—Lo lamento Adam, no quería ofenderte, no tengo nada contra vos, te lo aseguro, sos mi ídolo.—Admitió el rubio esbozando una sonrisa, luego suspiró.—Es sólo que... es una situación difícil, además James no sabe que es adoptado lo cual lo hace más difícil aún.—Aclaró con tono preocupado.

Sus amigos estaban igual de preocupados que él ¿qué iba a pasar ahora? ¿cómo debían actuar cuando regresaran a la casa de James? ¿cómo iban a hacer para verlo a la cara sabiendo que era hijo de Adam Levine y no decírselo? iba a ser difícil para ellos guardar el secreto, Adam suspiró.

—Lo sé, va a ser difícil decirle la verdad y más porque James no está dispuesto a escucharme.—Adam se revolvió el pelo con su mano y añadió frustrado e impotente.—Como me gustaría volver el tiempo atrás, si hubiera sospechado que Mary podía quedar embarazada nunca me hubiera alejado de su lado, obviamente jamás me imaginé que teníamos posibilidad de concebir un hijo, siempre nos habíamos cuidado, además éramos muy jóvenes, teníamos 16 años... la cuestión es que si no me hubiera alejado de ella, si no hubiéramos terminado, si yo no le hubiera cortado... me hubiera enterado que estaba embarazada y James estaría viviendo conmigo, nadie lo hubiera adoptado, yo podría haberlo criado, podría haberlo visto crecer.—Finalizó con dolor.

Los chicos sintieron mucha lástima por él.

—Lo lamento Adam, de verdad.—Dijo Kendall mirándolo con pena.

—Si, debe ser muy difícil lo que estás pasando.—Reconoció Carlos con una mirada de tristeza.

—No queremos ni imaginarnos lo que estás sintiendo.—Dijo Logan con un exceso de sinceridad al tiempo que hacía una mueca.

—Yo no quiero imaginarme que va a sentir James cuando se entere de todo.—Comentó Carlos tragando saliva.

Kendall y Logan hicieron una mueca.

—Pobre James.—Musitaron ambos amigos a la vez.

Adam arqueó una ceja.

—¿Por qué pobre? ¿tan terrible es ser hijo mío?—Preguntó un poco ofendido.

Kendall y Logan abrieron grandes los ojos, lo que habían dicho había sonado mal y habían conseguido hacer sentir mal a Adam.

—No, no, no.—Negó Logan.

—Sorry Adam, no nos referimos a eso, no nos mal interpretés.—Pidió Kendall.—A lo que queremos llegar es que... ¡esta noticia es una bomba!—Gritó alterado.

—¡Si! va a ser muy difícil para James asimilarla.—Lo secundó Logan.

Carlos dejó escapar una risa amarga.

—Y si es difícil para mí asimilarla no me imagino lo que va a ser para él.—Comentó pesimista.

Adam suspiró.

—Lo sé, soy perfectamente consciente de que es demasiado para asimilar, tengo miedo que James me rechace cuando sepa la verdad pero...—Se cruzó de brazos y añadió en tono determinado.—Debe saberlo, estoy seguro que con el tiempo lo va a aceptar, no voy a renunciar a ser padre, siempre quise tener hijos.—Confesó, los chicos lo miraron sorprendidos por su declaración.

—Te lo tenías bien guardado ¿eh?—Comentó Carlos con diversión.—No te veía de padre.—Admitió logrando sacarle una sonrisa de felicidad a Adam.—¿Y cómo pensás decírselo Adam? ¿cuándo se lo vas a decir?—Preguntó interesado.

—Si, queremos saberlo.—Dijo Logan.

—James es como un hermano para nosotros.—Repitió nuevamente Kendall.

Adam volvió a sonreír, se sentía orgulloso de las amistades que había obtenido su hijo, Kendall, Carlos y Logan eran adolescentes excepcionales y muy fieles a James.

—No saben lo feliz que me hace que mi hijo tenga unos amigos tan fieles como ustedes y que lo quieran tanto, gracias.—Dijo Adam con sinceridad, los chicos se sorprendieron por el cumplido, esbozaron una sonrisa tímida.—Mañana a la mañana voy a ir a la casa de James para hablar con él.—Avisó.—Voy a aprovechar que no tiene clases en el colegio esta semana así que seguramente va a estar ahí.

—¿Cómo sabés que no tenemos clases esta semana?—Preguntó Carlos con una ceja arqueada.—Sos más acosador de lo que creía.

Adam soltó una carcajada, luego sonrió con diversión.

—Porque James me lo contó en el escritorio.—Contó, los chicos dijeron al unísono "ah", Adam adoptó una expresión seria.—¿Podrían no decirle a James nada de lo que hablamos?—Pidió juntando sus manos en señal de ruego, Kendall, Carlos y Logan estuvieron tentados de reírse porque recordaron que en las Blind Auditions de The Voice, Adam intentaba convencer de la misma manera a los participantes para que fueran a su equipo.—Por favor.—Murmuró Adam trayéndolos de vuelta a la realidad.—Yo quiero ser el encargado de darle la noticia, quiero que se entere que es mi hijo por mí, no por terceros.—Se aclaró la garganta y añadió.—Sin ofender.

Los chicos lo pensaron unos segundos, finalmente decidieron que no les correspondía meterse, por lo tanto no le dirían nada a James, además no querían cargar con esa responsabilidad.

—Quedate tranquilo Adam, no le vamos a decir nada.—Aseguró Kendall.—Vamos a dejar que vos te encargués pero... buscá la manera de ser sutil, no sé... no queremos que James sufra.—Dijo rascándose la nuca con una mano.

Carlos miró a su amigo de brazos cruzados y con una ceja arqueada.

—No me jodás Kendall, no hay manera de ser sutil.—Se encogió de hombros y añadió.—Es la verdad, yo tampoco quiero que James sufra pero creo que es inevitable, es una historia muy dura y difícil.

—Si, sobre todo por culpa de la estúpida de Mary, a James le va a doler mucho saber que tiene una madre así, que fue capaz de abandonarlo y entregarlo en adopción en otra provincia.—Opinó Logan.

—Y como si eso fuera poco tiene que enterarse que Adam Levine es su padre, se va a sorprender muchísimo cuando lo sepa.—Opinó Carlos.

—En conclusión...—Los cortó Kendall abruptamente para ahorrarle el sufrimiento a Adam, notó como el mentor de The Voice se estaba preocupando por los comentarios de sus amigos.—No le vamos a decir nada a James.—Repitió mirando a Adam a los ojos.

—Si, no queremos ser los que le lancemos semejante bomba al pobre.—Comentó Carlos haciendo una mueca.

—Lo dejamos en tus manos Adam.—Dijo Logan.—Confiamos en que vas a encontrar la mejor manera de decirle todo a nuestro mejor amigo.—Añadió esperanzado.

—Muchas gracias, se los agradezco infinitamente.—Comentó Adam con una sonrisa agradecida, miró el reloj de su muñeca y arqueó una ceja.—Es la 1 y media, ya debería volver al hotel.

Kendall abrió grandes los ojos ¡¿la 1 y media?! se suponía que tenía que buscarla a Katie del colegio, cuando su madre llegara se iba a dar cuenta que aún no la había buscado y se iba a enfadar mucho con él, se puso de pie de un salto.

—¡Mierda! ¡Katie! ¡tengo que buscarla del colegio!—Gritó alterado mientras se revolvía su rubio pelo con una mano.—¿Y mis llaves?—Preguntó mirando a todos lados, frunció el ceño al no encontrarlas.—¡¿Dónde están las llaves del auto?!—Gritó corriendo por la sala.—¡Aquí están!—Comentó victorioso al tiempo que las agarraba, las llaves estaban arriba de uno de los muebles de la sala, Kendall corrió hacia la puerta principal, se detuvo, agarró el picaporte y volteó a mirar a Adam.—¡Chau Adam! ¡me tengo que ir! ¡mi hermanita me está esperando! ¡en un rato llega mi madre y si se da cuenta que no la busqué me va a poner la penitencia del siglo!—Comunicó nervioso, quiso abrir la puerta pero no pudo porque estaba cerrada con llave.—¡La puta madre! ¡lo que me faltaba! ¡tiene llave la maldita puerta!—Protestó Kendall provocando que todos rieran, incluido Adam.

—Vos le pusiste llave genio.—Se burló Carlos riéndose.

Kendall le lanzó una mala mirada a su amigo y le mostró el dedo medio, se dio vuelta, le sacó la llave a la puerta y la abrió.

—¡Adam!—Lo llamó el rubio obteniendo su atención.—¡Carlos y Logan te van a acompañar hasta la puerta! ¡nos vemos después!—Se despidió con una sonrisa y salió corriendo al jardín.

Carlos y Logan rodaron los ojos.

—Típico de Kendall.—Comentó Carlos soltando una risita.

—Te acompañamos Adam.—Dijo Logan caminando hacia la puerta principal y haciéndose a un lado para que el mentor de The Voice pudiera pasar.—Quedate tranquilo que no le vamos a decir nada a James.

—Eso.—Lo secundó Carlos.

—Se los agradezco.—Repitió Adam sonriéndoles a ambos, se despidió con un gesto de mano y salió por la puerta, Adam se subió a su Mercedes Benz y se marchó hacia el hotel en donde se estaban hospedando por esa semana con Blake, Pharrell y Christina.

Mientras manejaba por las calles de Minnesota, pensaba en lo que había pasado ese día, había conocido a su hijo y a sus mejores amigos, el mentor de The Voice esbozó una gran sonrisa, a pesar de su discusión con James y del evidente rechazo de su hijo hacia él, ése, indudablemente, era uno de los mejores días de su vida.

Chapter 8: Capítulo 8: La Perseverancia de Katie.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 8: LA PERSEVERANCIA DE KATIE.

Kendall manejaba por las calles de Minnesota, estaba yendo a buscarla a su hermanita Katie del colegio, de repente un semáforo en rojo lo detuvo.

—No puedo creerlo.—Protestó el rubio llevándose una mano a la frente y suspirando, miró el reloj de su muñeca y abrió grandes los ojos.—Mierda, son las 2 menos 20, seguramente Katie está sola en el colegio.—Comentó preocupado y miró ansioso el semáforo esperando que se pusiera en verde.—Vamos, vamos...—Susurró, un minuto después el semáforo cambió a verde y Kendall sonrió.—¡Vamos!—Gritó eufórico y arrancó.

El rubio dobló en una esquina y finalmente llegó al colegio, estacionó, bajó la ventanilla del auto y miró apenado a Katie, la niña se encontraba de brazos cruzados y tenía una mirada de pocos amigos, estaba recargada sobre uno de los muros de ladrillo, una maestra estaba a su lado, acompañándola, Katie era la última alumna que quedaba, tal y como Kendall había supuesto, todas las demás habían vuelto a sus casas, Kendall bajó rápidamente del auto y corrió hacia su hermanita.

—¿Por qué te demoraste tanto?—Gruñó Katie con enojo cuando su hermano mayor la hubo alcanzado.—Estuve a punto de llamarla a mamá.—Aclaró echando un rápido vistazo al reloj de su muñeca y luego volviendo a mirar a Kendall.—Es tardísimo, si te acordás que salgo a las 1 y 10 ¿verdad?—Preguntó con una ceja arqueada, Kendall asintió y esbozó una sonrisa nerviosa, Katie se cruzó de brazos, entrecerró los ojos y dio un paso al frente, despegándose de la pared.—Entonces... ¿por qué no venías? tenés el auto a tu disposición ¿acaso te quedaste jugando videojuegos con James, Carlos y Logan aprovechando que no tienen clases esta semana?—Acusó al tiempo que señalaba a su hermano con el dedo.—Porque si es así le voy a avisar a mamá.

Kendall tragó saliva y trató de inventar alguna una excusa creíble que hiciera que Katie lo perdonara y no lo acusara con su madre, no quería meterse en problemas, pensó unos segundos pero no se le ocurrió nada lo cual lo frustró porque sabía que no podía decirle a Katie el verdadero motivo por el cual la había buscado tarde, no podía contarle que se había demorado por hablar con Adam Levine, mucho menos podía decirle que Adam era el padre de James, Adam le había pedido que guardara el secreto, no debía contárselo a nadie.

—Pu... pues...—Empezó a balbucear Kendall mientras se rascaba la nuca con una mano, claramente nervioso, comportamiento que no pasó desapercibido para Katie.—Me demoré porque...

—En el auto me contás.—Lo interrumpió su hermanita, volteó a mirar a la maestra y le sonrió falsamente.—Muchas gracias por haber esperado a que me buscaran.

La maestra le devolvió la sonrisa.

—No hay de qué.—Dijo, se dio vuelta y se despidió de los hermanos con un gesto de mano.—Hasta luego.

—¡Chau! ¡gracias!—Dijo Kendall al tiempo que agitaba su mano, bajó el brazo y miró a Katie.—Vamos.

La niña asintió y siguió a su hermano hasta el auto, una vez que ambos se subieron y Kendall hubo arrancado, Katie lo encaró.

—¿Y bien? ¿me vas a decir por qué te demoraste tanto?—Exigió en tono molesto mientras se cruzaba de brazos.—Espero que sea un motivo importante sino te voy a acusar con mamá.—Le advirtió sonriendo pícaramente.

Kendall la miró mal.

—No te conviene desafiarme Katie.—Le aconsejó y volvió a enfocar su atención en el camino.—Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que no le conté a mamá alguna de tus travesuras.—Se encogió de hombros y añadió con suficiencia.—Si le decís esto no dudés que yo le voy a decir que el otro día fingiste estar enferma para no ir al colegio.

Katie abrió grandes los ojos.

—¿Es joda?—Preguntó con incredulidad.

Kendall soltó una risita.

—Créeme que no.—Dijo sonriendo con maldad.

Katie bufó.

—Okay, no se lo voy a decir a mamá.—Aclaró resignada.

—Eso quería escuchar.—Murmuró Kendall victorioso.

Katie le lanzó una mirada asesina.

—¿Y bien? ¿por qué no me buscaste a las 1 y 10?—Exigió saber por enésima vez.

Kendall se detuvo frente a otro semáforo en rojo y suspiró.

—Porque estaba jugando videojuegos en la casa de James, como vos supusiste.—Mintió mientras se volvía a encoger de hombros y miraba ansioso el semáforo esperando que se pusiera en verde.

Katie entrecerró los ojos.

—No te creo.—Comentó con sinceridad, momentos antes había notado que Kendall estaba muy nervioso, Katie podía asegurar que había algo más, evidentemente su hermano le ocultaba algo.

—¿Qué?—Preguntó Kendall dejando escapar una risita nerviosa, preocupado al verse descubierto.

—Que no te creo.—Repitió Katie en tono tranquilo, no pararía de insistir hasta lograr averiguar qué era lo que no le quería contar Kendall.

—¿Se puede saber por qué?—Preguntó su hermano mientras enarcaba una ceja y arrancaba ya que el semáforo se había puesto en verde.—¿Desde cuando te miento?—Agregó ofendido.

Katie suspiró, lo cierto era que Kendall nunca le mentía, siempre había sido sincero con ella, sin embargo tenía la sospecha de que esta vez había algo más allá de lo que su hermano le estaba contando y llegaría al fondo del asunto como fuera.

—Okay, en eso te doy la razón, nunca me mentís y yo tampoco te miento, somos sinceros el uno con el otro, más allá de nuestras tontas discusiones nos contamos la verdad.—Reconoció Katie provocando que Kendall esbozara una sonrisa.—Pero...—Murmuró, el rubio frunció el ceño.—Te noto raro y no tratés de negármelo, no soy estúpida, de hecho soy muy inteligente.—Comentó con suficiencia, luego miró a Kendall con los ojos entrecerrados.—Es más que obvio que me estás mintiendo y quiero saber el motivo.

—No te estoy mintiendo.—La contradijo Kendall, intentando sonar convincente.—Te busqué tarde porque estaba jugando al Crash con James, hace un par de días que estamos viciando, estaba tan entretenido con los niveles que me olvidé de vos, si no fuera por Logan capaz te buscaba a las 2 y media de la tarde, él se encargó de recordarme que tenía que buscarte, de verdad, posta no lo hice de gusto.—Finalizó ansiando que Katie creyera sus palabras.

Katie dudó durante unos segundos pero finalmente le creyó.

—Okay.—Dijo, Kendall soltó un suspiro de alivio, su hermanita lo señaló con el dedo.—Pero que no se te olvide la próxima Kendall Knight.—Advirtió en tono serio.—No pienso volver a quedarme más de media hora esperando a que me busqués ¿te queda claro? ¿sabés lo incómodo que fue para mí hacer tiempo con la maestra de historia?—Protestó cruzándose de brazos.

Kendall rodó los ojos, en su opinión Katie estaba siendo demasiado dramática.

—Okay, reconozco que es un poco incómodo pero... ¿para tanto? ¿no estás exagerando?—Preguntó Kendall con una ceja arqueada.

Katie negó con la cabeza.

—Nah, no estoy exagerando, si es para tanto, no tenés una idea...—La niña notó que Kendall seguía con expresión de confusión por lo que decidió aclarar un dato que se estaba guardando.—Pasa que hoy teníamos prueba de historia y me macheteé.—Confesó haciendo una mueca, Kendall abrió grandes los ojos ¿su hermanita se había macheteado? no podía creerlo.—La cuestión es que mientras esperaba que me buscaras no podía evitar estar paranoica, te aseguro que la vieja sospechaba que me había copiado, no era idea mía.—Aseguró Katie.

Kendall largó una carcajada, cuando paró de reír adoptó una expresión seria.

—Así que te macheteaste...—Susurró, Katie asintió, el rubio frunció el ceño.—¿De cómo? si sos re estudiosa e inteligente.

—Lo sé.—Dijo Katie con falta de modestia mientras se encogía de hombros y esbozaba una sonrisa de suficiencia.—Pero esta vez fue la excepción porque anoche me acosté tarde por quedarme viendo audiciones de The Voice en YouTube.—Comentó como si nada dejando perplejo a Kendall ¿desde cuándo a Katie le gustaba The Voice? eso era nuevo.

—¿Qué?—Preguntó Kendall creyendo haber oído mal.

Katie lo miró con sospecha ¿por qué Kendall había reaccionado de esa forma? ¿cuál era el problema? ¿acaso no podía gustarle The Voice?

—Pues... eso, que me quedé hasta tarde viendo audiciones de The Voice en YouTube.—Repitió Katie, atenta a la reacción de su hermano.

Kendall arqueó una ceja.

—¿Desde cuándo te gusta The Voice?

—No entiendo...—Murmuró Katie frunciendo el ceño.—¿Cuál es el problema?—Inquirió a la defensiva.

—Ninguno, solamente me sorprendiste.—Aclaró rápidamente Kendall.

—Ajá.—Musitó su hermanita, aún con desconfianza.

—En fin...—Susurró Kendall y sonrió.—¿Desde cuándo te gusta The Voice? tengo curiosidad ya que es mi programa favorito y no sabía que te gustaba.

Katie, al escuchar esas palabras, bajó automáticamente la guardia, se abofeteó mentalmente por ser tan desconfiada, no debía sospechar de Kendall, tenía que creer que su hermano no le ocultaba nada, nunca le había mentido ¿por qué lo iba a hacer ahora?

—Desde que anoche los escuché a vos, James, Carlos y Logan hablando sobre los mentores.—Contó Katie con una sonrisa divertida.—Yo estaba en mi cuarto viendo una serie, me dio hambre, bajé a la sala, entré a la cocina para prepararme un sándwich y...—La niña notó que Kendall la miraba mal por lo que sonrió tímidamente.—Como que fue inevitable escuchar su conversación porque estaban hablando cerca de la cocina.—Se justificó pobremente.

—¿Nos espiaste?—Preguntó Kendall en tono acusatorio.

Katie abrió grandes los ojos.

—¿Qué? No, pff... ¿cómo crees?

—Katie...—Empezó a decir Kendall.

—Okay, un poquito.—Admitió Katie con derrota.

—No está bien espiar, acordate de eso para la próxima, era una conversación privada.—Dijo Kendall un tanto fastidiado.

—Que más da.—Comentó Katie al tiempo que hacía un gesto de indiferencia con su mano, restándole importancia al asunto.—La cuestión es que vos y los chicos despertaron mi curiosidad, no podía creer que quisieran irse a Los Ángeles a audicionar, necesitaba averiguar más sobre The Voice, por eso me encerré en mi cuarto y me puse a stalkear a Adam Levine, Blake Shelton, Pharrell Williams y Christina Aguilera en Instagram, Wikipedia, Google y todas las redes sociales existentes.—Contó con emoción.

Kendall rodó los ojos.

—De todas maneras era un proyecto utópico que teníamos con los chicos, realmente no planeábamos irnos a Los Ángeles.—Mintió y dobló en una esquina.

—Si seguro, un proyecto utópico.—Se burló Katie entre risitas.—Eso no es lo que escuché, se notaba que estaban decididos a presentarse en la próxima temporada.

—Okay, si.—Admitió Kendall dándose por vencido, Katie era inteligente, no valía la pena fingir.—Planeábamos hacerlo pero no se lo digás a mamá, ella es muy sobreprotectora, probablemente no va a estar contenta si se entera.

—Seguro.—Dijo Katie estando de acuerdo con él.—¿Así que si se van a presentar en la temporada 9?—Preguntó curiosa, ella estaba segura que Kendall, James, Carlos y Logan iban a ser seleccionados por los mentores ya que tenía el privilegio de conocer su banda "Big Time Rush", los chicos le habían confiado su secreto.

Katie opinaba que eran muy talentosos, es más, aseguraba que tenían el talento necesario para ganar, lo único que le preocupaba a Katie era el hecho de que su hermano y sus amigos iban a tener que participar por separado, la banda lamentablemente tendría que separarse momentáneamente si concursaban en The Voice ya que era una competencia para solistas.

—Claro.—Mintió Kendall, por supuesto que no se iban a presentar en las Blind Auditions, no después de haber descubierto que James era hijo de Adam, Kendall no tenía la menor idea de qué era lo que iba a pasar, lo que si sabía era que todo estaba por cambiar, era imposible que su vida, la de James, Carlos y Logan siguiera de la misma manera, sobre todo la de James, Adam estaba empeñado en acercarse a él, en ocupar su rol de padre.

La preocupación se apoderó de Kendall, conocía perfectamente a su amigo y sabía que no reaccionaría bien cuando descubriera la verdad, mucho menos aceptaría a Adam tan fácilmente en su vida, Adam iba a tener que esforzarse si quería ganarse el afecto de su hijo.

—Estoy feliz de haber descubierto The Voice.—Comentó Katie con expresión soñadora, sacando a Kendall de su ensimismamiento.—Me encanta el programa, es muy divertido, sólo me arrepiento de no haberlo visto antes, no puedo creer que me haya perdido tantas temporadas.—Finalizó con un puchero.

—Con los chicos lo vemos desde la temporada 1.—Comentó Kendall entre risitas, luego tragó saliva, había visto tantas temporadas de The Voice junto a sus mejores amigos y nunca había sospechado que Adam era el padre de James, ninguno lo había sospechado, ni Carlos, ni Logan y mucho menos James.

—Adam es lindo.—Dijo de repente Katie provocando que Kendall frunciera el ceño.

—¿Qué dijiste?

Katie se encogió de hombros con indiferencia.

—Que Adam es lindo.—Repitió embelesada.

Kendall rodó los ojos.

—Katie...—Empezó a decir en tono de advertencia.

—¿Qué? es la verdad.—Se defendió su hermanita.—Es muy lindo y no sólo eso, además es gracioso, talentoso, divertido...—Suspiró y prosiguió.—Que decirte... me enganché con el programa, me encantan las discusiones entre Adam y Blake, adoro los comentarios de Christina y como convence a los participantes para que vayan a su equipo, Pharrell también es gracioso, me da mucha gracia las expresiones que hace cuando escucha una voz que le gusta mucho.

Kendall rió, divertido.

—The Voice es un gran programa, por algo lo vemos desde la temporada 1.

Katie asintió, luego miró por la ventana prestando atención al paisaje, pasados unos segundos frunció el ceño.

—Todo bien pero sigo ofendida porque te olvidaste de buscarme.—Comentó haciendo un puchero.

Kendall le echó un rápido vistazo a Katie y luego volvió a mirar la carretera.

—Lo siento.

—Da igual.—Comentó la niña resignada.

Kendall suspiró y dobló en una esquina.

—Te voy a regalar un bote de helado de chocolate para compensarte.—Prometió.

Katie lo miró y esbozó una sonrisa pícara.

—Que sean dos.

Kendall rodó los ojos.

—Okay, dos.

—Ya vas aprendiendo.—Dijo Katie y rió maliciosamente.

🎤🎤🎤🎤

Kendall estacionó el auto frente a su casa, se bajó rápidamente, apretó el botón del control que tenía en la mano para ponerle la alarma al vehículo y corrió hacia la puerta de entrada, Katie rodó los ojos.

—Seguramente tiene miedo que ya haya llegado mamá.—Comentó mientras se encogía de hombros y caminó tranquilamente hacia la casa.

—¿Ya llegó mi mamá?—Les preguntó Kendall con urgencia a Carlos y Logan apenas hubo entrado.

—Nop.—Negó Logan y bebió de su vaso de Coca-Cola, estaba cómodamente recostado en el sillón de la sala y tenía los pies apoyados sobre la mesa ratona, Kendall frunció el ceño.

—Bajá los pies de la mesa.—Ordenó con una mirada de pocos amigos.

Logan esbozó una sonrisa tímida y se sentó correctamente.

—Perdón.

—Movete Kendall, no sos de vidrio.—Se quejó de repente Carlos con tono de fastidio porque su amigo estaba parado frente a la televisión, Carlos se encontraba sentado al lado de Logan, tenía un vaso con Coca-Cola en una mano y en la otra un sándwich de ternera y queso.

Kendall rodó los ojos y se hizo a un lado.

—¿De dónde sacaron esos sándwiches? yo quiero uno, tengo mucha hambre.

Carlos y Logan se encogieron de hombros.

—Los compramos en el kiosco de la vuelta.—Explicó Carlos y le dio un mordisco a su sándwich.

Kendall sintió como se le aguaba la boca.

—Ajá y... ¿me compraron uno para mí?—Preguntó esperanzado.

—Si.—Dijo Logan, metió la mano dentro de una bolsa de plástico que estaba arriba de la mesa ratona, extrajo unos sándwiches de miga en forma de triángulo envueltos en una bolsa y se los arrojó a Kendall, el rubio atrapó la bolsa de plástico y miró la etiqueta con fastidio.

—Estos son de jamón y queso.

—¿Y?—Preguntó Carlos y bebió un sorbo de su refresco.

—Yo quiero de ternera y queso.—Protestó Kendall haciendo berrinche, algo un tanto inusual en él.

Carlos rodó los ojos.

—Después nos decís infantiles a James y a mí, maldito hipócrita.—Comentó soltando una risita.

Kendall lo fulminó con la mirada, luego volteó y fijó sus verdes ojos en la televisión al tiempo que abría la bolsa de sándwiches, sacaba uno y le daba un mordisco.

—¿Qué están viendo?—Preguntó luego de tragar.

—¿Sos ciego?—Lo cargó Carlos provocando que Logan largara una carcajada, Kendall se dio la vuelta, molesto, agarró una de las bolsas vacías de sándwiches que reposaban en la mesa, la transformó en un bollo y se la lanzó a Carlos en la cara dándole de lleno.—¡Hey!

—Dejá de burlarte de mí boludo.—Ordenó Kendall agarrando un vaso de vidrio que había sobre la mesa ratona y sirviéndose Coca-Cola de la botella.

—Es que hacés preguntas muy estúpidas, es inevitable cargarte.—Se defendió Carlos cruzándose de brazos, luego señaló la televisión con un dedo.—Estamos viendo noticias de The Voice.

—Están pasando imágenes de los mentores en Minnesota.—Explicó Logan y se llevó el sándwich a la boca.

—Si, los paparazzi ya los encontraron, están circulando fotos de Adam, Blake, Pharrell y Christina en el aeropuerto que son de más temprano, cuando llegaron a Minnesota y también hay fotos de ellos en la puerta del hotel en el que se están hospedando ahora.—Contó Carlos y le dio un mordisco a su sándwich de ternera y queso.

—No sólo eso, esas fotos son virales, están en todas las redes sociales, los mentores son tendencia mundial en Twitter.—Comentó Logan un poco angustiado.

—Son tendencia mundial desde que decidieron dejar The Voice por una semana.—Dijo Kendall y se llevó una mano a la frente, preocupado.—Todo se va a descontrolar cuando se sepa que James es...

—Cuando se sepa ¿qué?—Preguntó Katie mirando a su hermano, expectante.

Los chicos abrieron grandes los ojos debido a la sorpresa, Kendall había olvidado completamente que Katie estaba en la sala, por otro lado Carlos y Logan no le habían prestado la debida atención, ni la habían visto entrar a la casa, la niña tenía un vaso de Coca-Cola en una mano y un sándwich de jamón y queso en la otra, había estado comiendo tranquilamente mientras los escuchaba hablar a los chicos sin embargo lo último que había dicho Kendall había captado su atención.

—Nada.—Dijo Kendall rápidamente y le dio un sorbo a su refresco, Katie lo miró molesta, lo señaló con la mano con la que sujetaba el sándwich causando que una miga bastante grande volara hacia Kendall.—¡Hey!—Protestó el rubio ya que esa miga había ido a parar a su camisa, inmediatamente se sacudió la camisa con una mano, dejándola completamente limpia.

Katie lo seguía mirando mal.

—Nada una mierda, acabo de escuchar como nombrabas a James.

—No es cierto.—Mintió Kendall tratando de actuar indiferente.

—No me tratés de estúpida.—Pidió Katie fastidiada.—¿Qué tiene que ver James en todo esto? ¿por qué no está acá con ustedes? ¿pasó algo? vos Kendall me dijiste que habían estado jugando videojuegos en la casa de James, entonces... ¿por qué ustedes están acá y James no? ¿por qué no están Logan y Carlos en la casa de James? deberían estar ahí...

—Basta Katie.—La interrumpió Kendall con un gesto de mano.—Me estás aturdiendo, son demasiadas preguntas ¿no te parece?

—No, no me parece, no voy a parar porque tengo más dudas.—Dijo Katie desafiante.—¿Por qué no se sorprendieron al ver en la tele que Adam, Blake, Pharrell y Christina están en Minnesota? yo me sorprendí mucho ¿por qué ustedes no? actúan normales, como si fuera poca cosa.—Comentó notando que con cada palabra que pronunciaba los chicos se ponían más y más nerviosos, Katie entrecerró los ojos.—Acaso... ¿ya lo sabían?—Los acusó atando cabos.

Los chicos se miraron entre ellos durante unos segundos y luego miraron a Katie.

—Nos enteramos en las redes sociales más temprano.—Contó Carlos con sinceridad, suponía que no había ningún problema si Katie sabía aquello.

—Eso.—Lo secundó Logan y bebió un sorbo de su vaso de Coca-Cola.

Katie dudó pero les creyó, aquello explicaba el por qué no estaban sorprendidos, seguramente cuando se enteraron si se sorprendieron y mucho.

—Okay, les creo pero eso no explica lo de James ¿qué tiene que ver él con todo esto? ¿y por qué no está acá?

—Nada Katie, dejá de hacer preguntas.—Pidió Kendall fastidiado.

Katie iba a reprochar pero un sonido proveniente de una notificación llamó la atención de todos, Kendall, Carlos y Logan sacaron sus celulares y entraron en el grupo de WhatsApp que tenían llamado "Big Time Rush" ya que de ahí provenía el mensaje, Katie se puso al lado de Kendall y leyó disimuladamente.

Grupo de WhatsApp.

😎Big Time Rush😎

James: ¿qué tal si traen medialunas y galletas para el té? digo 🍪

2:04 p.m.

—Mierda.—Dijeron los chicos al unísono.

Kendall tecleó rápidamente una respuesta.

Kendall: perdón James 😞 estamos yendo.

2:04 p.m.

Carlos: posta ya salimos 😅

2:05 p.m.

Logan: ☝🏻

2:05 p.m.

James: ya no sé si creerles, hace una hora que se fueron 😠

2:05 p.m.

Los chicos se miraron entre ellos, preocupados.

—James está muy molesto.—Comentó Kendall mientras se revolvía su rubio pelo con una mano.—Le prometimos volver y lo dejamos en banda.

—Posta, la verdad yo me tildé, me enganché viendo las noticias en la tele.—Se excusó Carlos mientras se encogía de hombros.

—Yo creo que el problema es que vos te demoraste años.—Se quejó Logan mientras se ponía de pie y miraba a Kendall con los ojos entrecerrados.

—Tenía que buscarla a Katie.—Se defendió Kendall, ofendido.

—Hubieras manejado más rápido.—Repuso Logan cruzándose de brazos.

—Bueno basta.—Los interrumpió Carlos con poca paciencia, se puso de pie y miró a sus amigos.—¿Qué le ponemos a James? tenemos que contestarle, no podemos clavarle el visto.

El sonido de otra notificación provocó que los chicos volvieran a mirar la pantalla de sus celulares.

James: apurensé 🙏🏻 lo digo en serio, los necesito 😣

2:07 p.m.

Kendall, Carlos y Logan se sintieron culpables cuando leyeron el mensaje.

—Reitero... es tu culpa Kendall, te demoraste una banda en buscarla a tu hermanita.—Protestó Logan enfadado.

Kendall lo miró mal.

—Como si lo hubiera hecho de gusto, manejé lo más rápido que pude así que no me jodás.

Logan soltó una risa irónica.

—Si seguro, apuesto a que manejaste a 40.

—¡Ya basta!—Los interrumpió Katie, todos la miraron, la niña estaba muy seria.—¿Alguien me va a decir qué carajos está pasando?—Pidió ansiosa.

—¿Qué está pasando con qué?—Preguntó la madre de Kendall y Katie entrando sorpresivamente por la puerta.—Y no quiero que digás malas palabras Katie.—La regañó.

—¡Mamá!—Gritaron Kendall y Katie al mismo tiempo y soltaron una risita nerviosa.

Carlos le dio un mordisco a su sándwich y Logan bebió de su vaso de Coca-Cola, habían vuelto a tomar asiento en el sillón, su estrategia era aparentar tranquilidad delante de la señora Knight para que no sospechara que estaba ocurriendo algo inusual, Kendall y Katie se miraron y tragaron saliva, temían que su madre empezara a hacer preguntas, la señora Knight depositó la llave de entrada arriba de un mueble y miró a sus hijos con una sonrisa.

—Hola.—Los saludó, sus hijos la miraron y le devolvieron el saludo.—Lamento haber llegado a esta hora, hoy salí tarde del trabajo.—Contó haciendo una mueca, luego miró a Carlos y Logan con una sonrisa.—Hola chicos ¿cómo están?

—Todo bien.—Mintió Carlos esbozando una sonrisa.

—De 10.—Mintió Logan y se llevó el vaso de vidrio a los labios.

La señora Knight frunció el ceño, había notado que James no estaba en la casa.

—¿Y James?—Preguntó extrañada al no verlo por ningún lado ya que los chicos eran inseparables, rara vez faltaba alguno de los cuatro.

—Que bueno que lo nombrás.—Comentó Kendall con una sonrisa, agarró el control remoto y apagó rápidamente la televisión para evitar que su madre se enterara de lo que estaba sucediendo, luego dejó el vaso y el sándwich en la mesa ratona y les lanzó una significativa mirada a Carlos y Logan.—Estamos por ir a su casa así que...—Kendall volteó a mirar a su madre y sonrió.—Nos vemos después.

—Oh bueno, diviertansé.—Dijo la madre.

—Yo quiero ir.—Anunció Katie de inmediato y caminó hasta situarse al lado de su hermano.

Kendall frunció el ceño.

—No podés venir, es una juntada de amigos.

Katie lo fulminó con la mirada.

—Yo también soy su amiga.—Rebatió cruzándose de brazos.

Kendall rodó los ojos.

—Si, aún así... no te lo tomés a mal Katie pero sos chiquita, tenés apenas 11 años, queremos juntarnos solos.—Dijo encogiéndose de hombros.

—¡Mamá!—Protestó Katie indignada, esperaba que su madre pudiera ayudarla, quería ir a la casa de James como fuera, ansiaba saber qué era lo que le estaban ocultando Kendall, Carlos y Logan.

—Katie dejalo a tu hermano tranquilo, te está diciendo que quieren salir solos, otro día vas vos.—Sentenció la madre.

—Pero...—Empezó a protestar la niña, no se quería dar por vencida sin embargo la mirada seria que le dirigió su madre la hizo desistir.—Okay.—Susurró con tristeza.

Kendall sonrió victorioso, Katie lo miró mal.

—Bueno vamos.—Les dijo Kendall a Carlos y Logan.

Los chicos asintieron.

—Último bocado.—Dijo Carlos y se metió el pedacito restante de sándwich a la boca, masticó, tragó y bebió lo que quedaba de su refresco, luego depositó el vaso vacío en la mesa ratona, se puso de pie y se sacudió las migas de sus manos en el jean.—Okay, vamos.

—Un segundo.—Pidió Logan haciendo fondo con el vaso de Coca-Cola, tragó con dificultad y luego dejó el vaso vacío arriba de la mesa.—Vamos.—Dijo poniéndose de pie.—Al sándwich me lo voy a terminar en el camino.—Contó con una sonrisa.

Los tres adolescentes se estaban dirigiendo a la puerta cuando una voz los detuvo.

—¿Van a dejar mi sala así de desordenada?—Preguntó la señora Knight con una ceja levantada.

Los chicos se dieron vuelta lentamente y soltaron risitas nerviosas.

—Pues...—Murmuró Kendall mientras se rascaba la nuca con una mano.

—Ordenen, laven los vasos, barran las migas, tiren la basura, guarden esa botella de Coca-Cola en la heladera y una vez que hayan hecho todo eso pueden irse.—Ordenó la señora Knight cruzándose de brazos.

Los chicos abrieron grandes los ojos, hacer todo eso les iba a llevar tiempo y no tenían tiempo, James llevaba más de una hora esperándolos, no podían demorarse más.

—No podemos mamá, estamos apurados.—Dijo Kendall en tono urgente.

—Si, es una emergencia.—Dijo Logan.

—Eso.—Lo secundó Carlos.

La señora Knight permaneció dubitativa unos segundos pero cedió.

—De acuerdo, vayan pero después me ordenan todo.

Los chicos asintieron felices y se fueron corriendo, Katie se cruzó de brazos y permaneció pensativa mientras miraba la puerta por donde se habían marchado Kendall, Carlos y Logan.

—Apuren.—Pidió Kendall caminando rápidamente una vez que ya estuvieron en el jardín.

—¿No vamos a ir en auto?—Preguntó Carlos confundido mientras le echaba un rápido vistazo al auto estacionado.

Kendall negó.

—Me da pereza manejar, ya manejé mucho hoy.—Contó haciendo una mueca.

—¿Te da pereza manejar pero no te da pereza caminar?—Preguntó Logan sin entender.

Kendall rodó los ojos.

—Sólo caminen, no sean vagos.—Pidió, repentinamente fastidiado.

Carlos y Logan arquearon una ceja.

—¿Sos joda? vos sos el vago que no quiere manejar.—Se quejó Carlos.

—Caminen.—Insistió Kendall sin dar el brazo a torcer.—No voy a sacar el auto por 5 cuadras, es insólito.—Miró a Logan y esbozó una sonrisa pícara.—Podés aprovechar esos lindos árboles que hay en el barrio para que te den sombra.—Se burló usando la frase que le había dicho Logan anteriormente.

Logan frunció el ceño y le mostró el dedo medio.

—Callate apaciguador.

Carlos largó una estruendosa carcajada, Kendall fulminó con la mirada a un sonriente Logan y siguió caminando.

—Ya, en serio ¿por qué no querés sacar el auto?—Preguntó Carlos.

—Me olvidé la llave en la casa y no quiero que Katie vuelva a insistir para venir.—Explicó Kendall.

—Ah...—Murmuraron Carlos y Logan, finalmente entendiendo.

—Okay, caminemos.—Dijo Carlos, rendido.

—Si.—Estuvo de acuerdo Logan.

Mientras los tres adolescentes recorrían las calles de Minnesota, pensaban en cómo debían comportarse cuando vieran a James sabiendo que era el hijo de Adam, iba a ser un tanto fuerte pero tenían que esmerarse para no lucir sospechosos ya que por el momento James no podía enterarse, ellos debían esforzarse para guardar el secreto porque Adam se los había pedido.

Los chicos aún no estaban seguros si era correcto que se quedaran callados, James era su mejor amigo ¿no debían decirle la verdad acaso? sin embargo se convencían constantemente de que estaban haciendo lo correcto, James debía enterarse por Adam, no por ellos, Adam merecía decirle la verdad ya que era su padre, ellos no podían ni debían meterse, pensar en eso les dio tranquilidad.

Chapter 9: Capítulo 9: Encarando a la Madre Adoptiva de James.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 9: ENCARANDO A LA MADRE ADOPTIVA DE JAMES.

James se encontraba dando vueltas por la sala, un tanto inquieto, estaba de brazos cruzados y una expresión pensativa adornaba su rostro.

—Se están demorando demasiado.—Susurró molesto, se acercó a una de las ventanas, corrió la cortina y miró el jardín delantero de su casa tratando de divisar a sus amigos, aún no llegaban.

James suspiró, cerró la cortina, sacó su IPhone del bolsillo de su jean y entró en el grupo de WhatsApp "Big Time Rush", arqueó una ceja al notar que Kendall, Carlos y Logan le habían clavado el visto en su último mensaje.

—¿James?—Lo llamó su madre.

Hacía un rato que los padres de James habían llegado del trabajo, sin embargo James aún no les había contado lo sucedido más temprano, seguía firme en su postura de no poner al tanto a sus padres de la situación, no quería que supieran que Adam Levine, Blake Shelton, Pharrell Williams y Christina Aguilera habían estado en la casa, mucho menos quería informarles que los mentores de The Voice estaban en Minnesota porque Adam Levine quería hablar exclusivamente con él.

Los nervios impulsaban a James a mantenerse callado, no quería rememorar lo ocurrido, pensaba estúpidamente que si no hablaba del tema equivalía a que no había sucedido pero lo cierto era que si había sucedido y James no podía autoengañarse.

—¿James?—Lo volvió a llamar su madre saliendo de la cocina, la señora Diamond tenía un cucharón de madera manchado de salsa en su mano y un delantal puesto.—Ya casi está la comida.—Anunció con una sonrisa.—¿Terminaste de poner la mesa?

James volteó a mirarla y esbozó una sonrisa de disculpa.

—No, ni siquiera saqué el mantel del cajón.—Avisó guardando su celular.

Su madre arqueó una ceja.

—¿Y qué estás esperando?—Preguntó soltando una risita.—Dale, apurate que ya van a salir los ravioles.

—Okay.—Dijo James y se encaminó a la cocina, abrió uno de los cajones, sacó el mantel y regresó a la sala.—Papá se está demorando.—Comentó mientras extendía el mantel en la mesa, hacía 20 minutos que su padre se había ido a un kiosko que quedaba a la vuelta de la casa para comprar bebidas y aún no regresaba, a James le parecía extraño ya que el kiosco estaba cerca ¿qué tanto podía demorarse? inmediatamente supuso que el local debía estar repleto de gente.—Aunque ahora que lo pienso... seguramente hay mucha gente por eso no llega.—Opinó mientras doblaba servilletas y las acomodaba en la mesa.

—Si, seguro que...—Empezó a decir su madre pero se quedó callada al escuchar el timbre.

James no pudo evitar sentir un vuelco en el estómago, el sonido del timbre lo transportó instantáneamente al momento en el que abrió la puerta principal de su casa encontrándose con los mentores de The Voice y por primera vez con Adam Levine.

Unos repentinos y poderosos nervios invadieron a James, rememorar la situación que había vivido hacía un par de horas provocaba que se sintiera de esa manera por lo que intentó apartar aquellos recuerdos, no quería recordar la discusión que había tenido con Adam, no quería pensar en las palabras tan fuertes y shockeantes que le había dicho el mentor de The Voice, de hecho no quería volver a verlo, esperaba que Adam no se atreviera a buscarlo nuevamente, el timbre volvió a sonar sacando a James de su trance.

—¿No vas a atender hijo?—Preguntó su madre desde la cocina, había ido a controlar la salsa.

James tragó saliva, miró la puerta de entrada con cierto temor durante unos segundos, negó con la cabeza y caminó hasta detenerse en el umbral de la puerta de la cocina.

—Es que estoy... ¿ocupado?—Se justificó en tono no muy convincente mientras se recostaba en el marco de la puerta de brazos cruzados, su madre volteó a verlo con una ceja arqueada.—Si, si, estoy ocupado, eh... poniendo la mesa, eso.—Afirmó.—¿Podés atender vos mamá?—Pidió al tiempo que juntaba sus manos en una señal de ruego y hacía un puchero, tirándose un lance para no ir.

James estaba prácticamente seguro que no era Adam quien había tocado el timbre, probablemente se trataba de Kendall, Carlos y Logan o quizás era su padre que regresaba con las bebidas, la cuestión era que fuera quien fuera James no quería correr el riesgo de ir a abrir la puerta ya que no quería reencontrarse con Adam Levine.

—No puedo James, estoy cocinando.—Respondió su madre mientras mezclaba la salsa de una cacerola con la cuchara de madera.—A menos que vos mezclés la salsa.—Sugirió en tono amable y subió el fuego de la hornalla lo que provocó que la salsa empezara a burbujear.

James miró la salsa con aprehensión.

—No.—Negó de inmediato, un poco asustado.—¿Viste como está burbujeando esa salsa? me va a salpicar, no quiero quemarme.—Dijo frunciendo el ceño.

Su madre se dio vuelta para mirarlo y se apoyó una mano en la cadera.

—En ese caso andá a abrir la puerta.—Ordenó en tono determinante.—No puedo hacer ambas cosas James.

—No pero podés apagar la salsa para ir a atender.—Retrucó inteligentemente James mientras sonreía, sin embargo la mirada que le lanzó su madre causó que su sonrisa se borrara.—Okay, voy yo.—Murmuró resignado y salió de la cocina, James se detuvo en la sala, tragó saliva y se armó de valor para ir a atender el timbre, lamentablemente no disponía de otra alternativa, atravesó la sala y se quedó de pie delante de la puerta principal, mirando el color de la madera como si tuviera algo interesante.—Bien, acá vamos.—Musitó para sí mismo con la intención de darse ánimos.

James se secó la transpiración de sus manos en el jean y con mucha cautela empezó a extender el brazo para agarrar el picaporte, justo en ese momento el timbre volvió a sonar y esta vez de manera insistente lo que provocó que James se alterara, como acto reflejo agarró la manija y abrió velozmente la puerta.

—Gracias hijo.—Le agradeció su padre adoptivo con una sonrisa, al ver la expresión en el rostro de James se preocupó.—¿Estás bien?—Preguntó con una ceja arqueada, James dejó escapar una risa histérica, el señor Diamond notó que se estaba comportando de manera extraña.

—Pff... claro que si, mejor imposible.—Respondió James con ironía mientras se rascaba la nuca con una mano.

El señor Diamond tenía pensado decir algo pero la señora Diamond se le adelantó.

—¿Y?—Preguntó mientras aparecía en el hall de entrada y se detenía al lado de James.—¿Por qué te demoraste tanto?—Inquirió mirando a su marido con confusión, James suspiró sintiéndose aliviado por el cambio de tema, echó un rápido vistazo a la calle comprobando que sus amigos aún no aparecían, frunció el ceño y se metió ofuscado dentro de la casa.—Poné los vasos James, por favor.—Pidió su madre adoptiva entrando después del señor Diamond y cerrando la puerta.—Yo ya dejé los platos servidos en la mesa.—Añadió.

James asintió y se dirigió a la cocina, sacó una bandeja y la colocó arriba del mármol, luego sacó dos vasos de vidrio limpios del escurridor y se dispuso a ponerlos arriba de la bandeja, sin embargo no alcanzó a hacerlo debido a que las siguientes palabras que escuchó que pronunciaban sus padres desde la sala lo dejaron helado.

—No sé qué es lo que está pasando pero el barrio es un descontrol.—Comentó el señor Diamond al tiempo que soltaba un suspiro y dejaba las botellas con Coca-Cola arriba de la mesa.—No te das una idea de la cantidad de adolescentes que había en el kiosco, todos hablaban de lo mismo, parece que unos famosos llegaron a Minnesota, son de un programa que se llama... no me acuerdo... The Noice creo que era.—Dijo no tan convencido.

—The Voice.—Lo corrigió su mujer con cariño.—James, Kendall, Carlos y Logan son fanáticos de ese programa.

—Cierto, que tonto soy.—Se regañó el señor Diamond llevándose una mano a la frente.

—¿En serio me estás diciendo que los mentores de The Voice están en Minnesota?—Preguntó la señora Diamond sin poder creerlo, su marido asintió.—James se va a poner muy contento cuando se entere.—Agregó emocionada.

Los padres adoptivos de James no tenían la menor idea que su hijo ya lo sabía y no estaba precisamente contento, James sintió como su corazón se aceleraba debido a la impresión de saber que sus padres ya estaban, en parte, al tanto de lo que estaba sucediendo, involuntariamente aflojó el agarre que mantenía sobre los vasos causando que éstos resbalaran entre sus dedos y fueran a parar al suelo, rompiéndose en mil pedazos, el alboroto llamó la atención de sus padres quienes aparecieron rápidamente en la cocina, preocupados.

—¿Todo bien James?—Preguntaron ambos al unísono.

James levantó la mirada de los trozos de vidrio que estaban esparcidos en las baldosas y esbozó un intento de sonrisa.

—Si, lo siento, se me resbalaron los vasos, mala mía.—Se excusó rascándose la nuca con una mano.—Pero no se preocupen, no me lastimé, ahora barro.—Dijo yéndose al lavadero para buscar la escoba, sus padres se miraron entre ellos.

—Lo noto raro.—Susurró la señora Diamond para que sólo su marido la oyera.

—Igual yo.—Musitó el señor Diamond, estando de acuerdo con ella.

El timbre volvió a sonar, James regresó corriendo a la cocina y se detuvo delante de sus padres, sujetaba la escoba con sus manos, su mirada denotaba lo nervioso que estaba.

—Mamá ¿podés atender?—Pidió ansioso.—Yo voy a limpiar el desastre que causé.—Añadió y empezó a barrer los vidrios.

—Claro.—Accedió su madre y le lanzó una significativa mirada a su marido.—Acompañame.—Susurró en voz muy baja, el señor Diamond asintió y la siguió, una vez que ambos estuvieron en la sala, la señora Diamond se animó a hablar.—No son suposiciones nuestras, James está raro, algo le pasa.—Aseguró preocupada.

—Concuerdo, está como... alterado, nervioso, ansioso.—Empezó a enumerar el señor Diamond.

—Exacto, pero ayer estaba bien, no lo entiendo... estoy desconcertada.—La señora Diamond suspiró y se quedó pensativa unos momentos.—Lo empecé a notar así hoy al mediodía, cuando llegué del trabajo.—Comentó deteniéndose delante de la puerta principal.

—Ya vamos a averiguar qué le pasa.—Le dijo el señor Diamond para tranquilizarla, su mujer asintió, agarró la manija de la puerta y la abrió.

Kendall, Carlos y Logan estaban en el hall de entrada, susurrando algo pero cuando escucharon como la puerta se abría se callaron.

—Hola, que bueno que estén aquí, James los estaba esperando.—Los saludó la señora Diamond con una sonrisa.

—Hola chicos.—Los saludó el señor Diamond, también sonriente.

Los chicos sintieron cierta impresión al ver a los padres adoptivos de James y la causa era que ya sabían que ellos no eran sus padres biológicos, no podían evitar preguntarse el por qué le habían ocultado la verdad a su mejor amigo, no entendían el motivo por el cual nunca le habían dicho que era adoptado, lo único que sabían era que los padres adoptivos de James no habían tomado la mejor decisión al mentirle por dos motivos, el primero era que mentir estaba mal, no era lo correcto y no llevaba a nada y el segundo que, gracias a esa mentira, a James le iba a costar mucho aceptar su verdadera identidad cuando Adam hablara con él porque nunca se imaginó ser adoptado.

—¿Todo bien?—Preguntó la señora Diamond al notarlos muy callados.

Kendall, Carlos y Logan salieron de su trance.

—Todo perfecto.—Mintió Carlos esbozando una falsa sonrisa.

—Eso.—Lo secundó Logan asintiendo frenéticamente.

—Ajá.—Musitó Kendall escondiendo los brazos detrás de su espalda y sonriendo falsamente.

—Me alegro mucho.—Dijo la señora Diamond sin darse cuenta de absolutamente nada y volteó para mirar dentro de la casa.—¡James! ¡son tus amigos!—Le avisó a gritos para que escuchara.

Con algo de torpeza, James dejó la pala con los vidrios rotos que había recolectado y la escoba en el lavadero, luego corrió hacia el hall de entrada y se abalanzó sobre Kendall, Carlos y Logan para que lo abrazaran, los chicos lo recibieron un tanto impactados y lo envolvieron en un abrazo grupal.

—Que bueno que estén acá.—Se descargó James en voz muy baja para que sólo sus mejores amigos pudieran escucharlo.

Kendall, Carlos y Logan estaban preocupados por James, rara vez se quebraba de esa manera, pasados unos segundos James se sintió un poco mejor por lo que se apartó de sus amigos y sonrió, los chicos sintieron un escalofrío ya que no pasaron desapercibido el hecho de que James había heredado la sonrisa de Adam, ahora que sabían la verdad no pudieron evitar analizarlo de pies a cabeza comprobando que efectivamente James era el hijo de Adam, tenía demasiados rasgos similares al cantante, un ejemplo además de la sonrisa era el color verde de los ojos, exactamente del mismo tono que los de Adam.

Los chicos pensaron que probablemente James se parecía también a su madre, ellos no la conocían como para compararlos aunque aseguraban que el pelo castaño lacio y claro lo había heredado de Mary, podían intuirlo, se sorprendieron al caer en la cuenta de que James no sólo poseía rasgos físicos de Adam sino también genes musicales que obviamente los había heredado de él, ahora comprendían la razón por la cual James cantaba tan bien y con tanta facilidad, además no sólo cantaba sino que también tocaba la guitarra, al igual que Adam, era claro que James había heredado el talento de su padre biológico.

—¿Quieren quedarse a comer?—Preguntó la señora Diamond, sacando de sus pensamientos a los mejores amigos de su hijo.—Preparé muchos ravioles.

Los chicos estaban por negarse de manera educada pero James se les adelantó.

—Vamos a salir a comer mamá pero gracias por la oferta.—Comunicó con un intento de sonrisa.

—Oh, bueno está bien, diviertansé.—Dijo la señora Diamond.

—Pasala bien hijo.—Pidió el señor Diamond.

Kendall, Carlos y Logan no pudieron evitar arquear una ceja al escuchar como el padre adoptivo de James lo llamaba "hijo", sintieron cierta molestia, les pareció que su comentario había sonado hipócrita, estuvieron tentados de encararlo, querían explicaciones y las querían en ese preciso momento, ansiaban y exigían saber el motivo por el cual le habían ocultado a James la verdad, a ellos no les parecía que estuviera mal que hubieran adoptado a James sino que les parecía mal que le mintieran durante tantos años, en su opinión deberían haberle dicho la verdad desde un principio, su mejor amigo no se merecía que le mintieran de esa manera.

Otra vez pensaron que los padres adoptivos de James no habían tomado la decisión correcta al mentir ya que si hubieran dicho la verdad, a James se le haría más fácil enterarse que Adam era su padre ya que sabría con antelación que era adoptado y que existía la posibilidad de que su verdadero padre se presentase pero eso ya no podía suceder, el problema actual era que James no estaba enterado que era adoptado por lo que se le haría más difícil asimilar que era el hijo de Adam Levine.

—¿Están bien?—Les preguntó James a sus amigos, mirándolos con extrañeza.—Tienen la mirada perdida ¿qué tanto piensan?

—Nada.—Respondieron Kendall, Carlos y Logan al unísono, poniéndose a la defensiva.

James frunció el ceño, le pareció que los chicos se comportaban de manera sospechosa pero finalmente decidió no ser tan paranoico.

—Okay.—Dijo encogiéndose de hombros.—Ya vengo, voy a buscar las llaves del auto.—Anunció y se metió dentro de la casa.

Kendall, Carlos y Logan soltaron un suspiro de alivio al no verse descubiertos y luego enfocaron su atención en los padres adoptivos de James.

—¿Saben? hoy a la mañana estaba en mi casa y me puse a ver un álbum de fotos de cuando James, Carlos, Logan y yo éramos chiquitos.—Mintió Kendall lanzándoles una significativa mirada a Carlos y Logan para que le siguieran la corriente, sus amigos captaron el mensaje y sonrieron con una mirada cómplice.—La cuestión es que mi madre me descubrió viendo el álbum y se puso... ¿cómo decirlo? nostálgica.—Contó con una falsa sonrisa, se encogió de hombros y prosiguió.—En definitiva se le ocurrió una idea, la cual encuentro genial e ingeniosa.

—¿Qué idea se le ocurrió?—Inquirió la señora Diamond, curiosa, tanto ella como las madres de Kendall, Carlos y Logan eran muy amigas, se conocían desde hacía muchos años debido a que todas vivían en el mismo barrio.

—Dale, contale a la madre de James que idea se le ocurrió a tu madre Kendall.—Lo alentó Carlos al rubio, dándole una palmada en la espalda.

Carlos realmente esperaba que a su amigo se le ocurriera alguna idea brillante porque de lo contrario había metido la pata hasta el fondo, Kendall les guiñó un ojo a Carlos y Logan indicándoles que debían confiar en él, tenía la situación controlada.

—Este año James, Carlos, Logan y yo cumplimos 16 años de amistad.—Empezó a decir Kendall, la señora Diamond asintió y murmuró un "es cierto".—Nos conocimos en este barrio cuando teníamos 2 años, somos amigos desde que tenemos memoria, la cuestión es que a mi madre se le ocurrió hacer cuatro cuadros con fotos muy especiales porque no sólo se cumplen 16 años de amistad entre los chicos y yo, sino que también se cumplen 16 años de amistad entre ustedes, nuestras madres.—Aclaró Kendall apoyando las manos en su cintura y sonriendo con suficiencia.—Ella planea regalarles un cuadro a cada una de sus amigas.

—Ay ¿en serio?—Preguntó la señora Diamond con una sonrisa de alegría adornándole el rostro.—Es un gesto muy dulce de su parte, me encanta la idea.—Kendall sonrió victorioso, Carlos y Logan lo miraron con el ceño fruncido, aún no entendían qué pretendía su amigo, a dónde quería llegar con todo ese cuento.—¿Qué fotos planea poner en los cuadros?—Preguntó la señora Diamond.

Kendall sonrió aún más, había esperado ansioso esa pregunta.

—Pues...—Balbuceó llevándose un dedo a la barbilla y fingiendo pensar.—Obviamente una foto de James, de Carlos, de Logan y mía de cuando teníamos 2 años, es decir, de cuando nos conocimos.

La señora Diamond asintió.

—Genial, tengo muchas de James, ya te traigo si necesitás.—Dijo y quiso entrar a la casa pero Kendall la detuvo con un gesto de mano.

—Esperá, no terminé.—Comentó sonriendo, la señora Diamond volteó y lo miró confundida.—También necesito una foto tuya y de la madre de Carlos y Logan.

—Oh, bueno ya te traigo una mía también.—Dijo y trató de entrar nuevamente a la casa pero Kendall la volvió a detener.

—¡Pero...!—Gritó para llamar su atención, la señora Diamond lo miró expectante, y no sólo ella lo miraba de esa manera, el señor Diamond, Carlos y Logan también esperaban ansiosos sus siguientes palabras.—Necesito que la foto sea de cuando estabas embarazada de James.—Pidió Kendall con una mirada muy seria.

Carlos y Logan sonrieron, finalmente habían comprendido cuál era el ingenioso plan de Kendall, los tres amigos miraron a la señora Diamond y podían asegurar que tanto ella como su marido habían palidecido ligeramente y se habían puesto nerviosos de repente.

—¿De cuando estaba embarazada de James?—Preguntó la señora Diamond en un hilo de voz y tragó saliva.

—Oh si.—Afirmó Kendall asintiendo con la cabeza, se cruzó de brazos y sonrió pícaramente.—Pero por favor te voy a pedir que sea una foto con panza de 8 o 9 meses para que se note que estabas embarazada de James, sino no tendría gracia.

—Así es.—Lo secundó Logan de inmediato.—Yo ya le di a Kendall una foto de cuando mi madre estaba embarazada de mí, tenía una panza bien grande.—Añadió sonriendo con diversión.

—¿Ah sí?—Le preguntó Carlos a Logan, mirándolo escéptico, se encogió de hombros y agregó.—Yo también le di una foto a Kendall de cuando mi madre estaba embarazada de mí y te aseguro que su panza era más grande que la de tu madre, o sea que yo era más grandote que vos.—Se burló.

Logan lo miró mal.

—Si seguro boludo.—Rebatió soltando una risa amarga.—Apuesto a que no llegabas a los 3 kilos cuando naciste.—Comentó con una ceja arqueada.

Carlos lo fulminó con la mirada y se cruzó de brazos.

—Claro que si.—Aseguró.

—Que no.—Lo contradijo Logan.

Kendall rodó los ojos y les pegó una palmada a ambos en la espalda para que guardaran silencio, no era el momento apropiado para empezar una discusión estúpida, se encontraban hablando de algo serio, estaban encarando a la madre de James. Carlos y Logan miraron apenados a Kendall, estaban avergonzados por su comportamiento.

—¿Me podrías traer la foto señora Diamond?—Pidió Kendall con falsa amabilidad.-Antes que regrese James.

—Em...—Murmuró la señora Diamond, evidentemente incómoda con el tema de conversación, miró a su marido en busca de ayuda pero él estaba igual de sorprendido e incómodo que ella, no sabía cómo reaccionar.

—Sólo faltás vos, por favor, necesito la foto así se la doy a mi madre para que complete el cuadro.—Insistió Kendall captando nuevamente la atención de la madre adoptiva de James.—No me vas a decir que no tenés ninguna foto de cuando estabas embarazada de James ¿verdad?—Preguntó cruzándose de brazos y arqueando una ceja.

—No, claro que no.—Mintió rápidamente la señora Diamond y soltó una risita nerviosa.—Creo que te puedo dar una pero... no en este momento.

Kendall, Carlos y Logan se hicieron los sorprendidos.

—¿Por qué no?—Preguntó el rubio inocentemente.

La señora Diamond pensó durante unos segundos qué excusa inventar, los chicos habían tocado un tema delicado ya que ella no tenía fotos de cuando estaba embarazada de James porque nunca estuvo embarazada de James, ella no era su madre biológica, sólo su madre adoptiva, aquél era un gran secreto que junto a su marido habían decidido guardárselo para sí mismos y ocultárselo a James, fue difícil tomar esa decisión pero lo hicieron pensando en el bien de James, no querían hacerlo sufrir diciéndole que su madre lo había abandonado y que no se sabía absolutamente nada de su padre, porque si, era así, el día que adoptaron a James recolectaron información valiosa, lograron averiguar que su madre biológica lo había entregado en adopción y que no se sabía quién era el padre, saber eso les hizo sentir curiosidad.

Siempre se interesaron por averiguar el pasado de James, tenían la sospecha de que el padre biológico de James podía no saber que tenía un hijo, eran conscientes que existía aquella posibilidad, razón por la cual se dedicaron durante un tiempo a buscar información pero sus esfuerzos terminaron siendo en vano, por más que buscaron no lograron encontrar ningún dato del padre biológico de James, era muy difícil conseguir algo porque sólo tenían como dato oficial el hecho de que James se llamaba James por petición de su madre biológica, era toda la información que tenían, no sabían el nombre y el apellido de la madre, no sabían de dónde era, no podían averiguar nada.

Finalmente terminaron rindiéndose, no podían encontrar al padre de James, era imposible, decidieron ocultarle la verdad a James y respetaron la decisión de su madre biológica, le dejaron el nombre que ella había elegido ponerle a su hijo, ellos sólo se encargaron de darle el apellido.

—¿Y?—La alentó Carlos a la señora Diamond, sacándola de sus pensamientos.

—Tendría que buscar bien porque tengo muchos álbumes de fotos.—Se excusó pobremente.—No sé precisamente en cuál esté la foto que necesitan.

—Oh, no hay problema.—Comentó Kendall encogiéndose de hombros.

—Si, la próxima podemos pasar a buscarla, no hay drama, venimos muy seguido.—Dijo Logan haciendo un gesto de indiferencia con su mano.

—Queríamos avisarte solamente.—Dijo Carlos cruzándose de brazos y sonriendo con falsedad.—Para que tengás tiempo de buscar la foto, ya que tenés tantas fotos...

—De acuerdo.—Lo interrumpió la señora Diamond y esbozó una sonrisa nerviosa.

—Listo.—Anunció James apareciendo en el hall de entrada con las llaves del auto en la mano.—No encontraba las putas llaves, me demoré varios minutos buscándolas ¿saben dónde estaban? abajo de un repasador.—Se quejó con el ceño fruncido, suspiró y miró a sus mejores amigos.—Bueno... ¿vamos?

—Vamos.—Dijeron los chicos al unísono.

—Cuidate James.—Pidió su madre adoptiva y lo envolvió en un abrazo, James frunció el ceño, un tanto sorprendido.

La señora Diamond había quedado angustiada después de la charla que había tenido con Kendall, Carlos y Logan, tenía el presentimiento que algo importante había pasado y que ese acontecimiento cambiaría la vida de todos.

—¿Estás bien mamá?—Le preguntó James a su madre al tiempo que le devolvía el abrazo.

—Si.—Mintió la señora Diamond y lo soltó.

—Okay, nos vemos al rato.—Les dijo James a sus padres despidiéndose con un gesto de mano.

—Chau hijo.—Se despidió la señora Diamond intentando sonreír.

—Despejate y divertite James.—Pidió el señor Diamond sonriendo, luego le pasó un brazo por arriba de los hombros a su mujer y le lanzó una mirada tranquilizadora, indicándole que todo iba a estar bien.

James trató de devolverles la sonrisa pero no pudo, al final terminó esbozando un intento de sonrisa, se dio vuelta, bajó los escalones del hall de entrada y empezó a caminar hacia el auto, sus padres adoptivos entraron en la casa y cerraron la puerta.

—Lo voy a intentar.—Murmuró James en voz muy baja para sí mismo mientras miraba el pasto, encontró una piedrita en su camino y la pateó al tiempo que se metía las manos dentro de los bolsillos de su jean y soltaba un suspiro.

—Tranquilo James.—Le recomendó Kendall, el rubio lo había alcanzado, le pasó un brazo por arriba de los hombros y le sonrió.—Estamos con vos.

Carlos se acercó a James y le desacomodó el pelo.

—Exacto, sos nuestro mejor amigo, te vamos a apoyar en todo.—Lo consoló.

James levantó la mirada, sonrió sintiéndose más tranquilo y se acomodó el pelo con una mano.

—Si, somos un grupo y nos vamos a mantener unidos.—Comentó Logan dándole una palmadita en la espalda.

—¡Abrazo grupal!—Gritó Carlos abalanzándose sobre James.

Kendall y Logan se prendieron de inmediato y envolvieron a su mejor amigo en un abrazo, logrando sacarle una risa.

—Gracias chicos.—Dijo James agradecido cuando sus amigos lo soltaron.—Posta no sé que haría sin ustedes.—Admitió sonriendo, los chicos le sonrieron en respuesta.

—Bueno... ¿y qué tenés pensado hacer?—Preguntó Logan curioso.

James permaneció dubitativo unos segundos, luego sonrió y agitó las llaves del auto que tenía en la mano.

—Vamos a un restaurante, tengo mucha hambre ¿les parece bien?—Consultó.

—Yo ya comí pero me parece perfecto.—Contestó Carlos encogiéndose de hombros, gracias a su imprudente comentario se ganó un pellizco de parte de Logan.—¡Ay! ¡¿por qué me pellizcás boludo?!—Protestó de inmediato mientras se sobaba el brazo dolorido.

Logan lo miró mal.

—No contés eso boludo, James se va a ofender.—Dijo mirando disimuladamente a James y notando que se estaba aguantando la risa.

—Pff... por favor ¿cómo me voy a ofender por esa estupidez?—Comentó divertido, James no se imaginaba que los chicos de verdad ya habían almorzado, pensaba que se habían comprado un paquete de papas fritas o algo por el estilo.—Lo que me ofendió fue que vengan a esta hora, llevaba más de una hora esperándolos.—Añadió un poco dolido, los chicos sonrieron con nerviosismo.

—Perdón James...—Se disculpó Kendall nuevamente.

—Todo bien.—Dijo James haciendo un gesto de indiferencia con su mano para restarle importancia al asunto.—Pero... ¿por qué se demoraron tanto?—Inquirió con una ceja arqueada.—Porque perder una hora yendo a buscarla a Katie del colegio me parece muchísimo ¿qué tanto te podés demorar en buscarla a tu hermanita Kendall?—Preguntó fijando sus verdes ojos en Kendall.

Kendall, Carlos y Logan se pusieron muy nerviosos, no podían decirle a James que se habían quedado hablando con Adam, Kendall tenía que inventar algo rápidamente.

—En realidad...—Empezó a decir mientras se rascaba la nuca con una mano, de repente se le ocurrió una buena excusa.—No perdí tanto tiempo yendo a buscarla sino esperando a que venga mi madre del trabajo, hoy salió tarde.—Explicó haciendo una mueca.

Carlos y Logan asintieron frenéticamente.

—Ah, bueno no hay drama.—Dijo James sonriendo, luego frunció el ceño, cayendo en la cuenta de algo que no había pensado.—¿O sea que después de que la buscaste a Katie te quedaste en tu casa con Carlos y Logan comiendo tranquilamente y no me avisaste?—Acusó un poco enfadado mientras se cruzaba de brazos, sus amigos asintieron, un poco avergonzados.—Ahora entiendo por qué Carlos dijo que ya había comido, no me imaginaba que ya habían almorzado, creía que se habían comprado algún paquete de papas fritas o palitos salados, con razón yo tengo hambre y ustedes no, son unos traidores, siempre almorzamos juntos o cada uno en su casa, me podrías haber avisado Kendall, en 5 minutos llegaba a tu casa.—Comentó un poco molesto, luego se dio cuenta que no valía la pena enojarse por algo tan tonto.—Estoy pensando en ir solo al restaurante.—Dijo en tono de broma, sin embargo los chicos pensaron que hablaba en serio.

—¡De ninguna manera!—Protestó Carlos alterado, agarró a James del brazo y empezó a arrastrarlo hasta el auto.—¡Vas a manejar hasta el restaurante James Diamond porque no me pienso perder el postre!

—¡Concuerdo!—Gritó Logan sujetando el otro brazo de James y ayudándole a Carlos a llevar a su amigo hasta el auto.—¡Yo también quiero comer el postre!

—¡Y yo!—Gritó Kendall empujando a James por la espalda.

—¡Esperen boludos! ¡me van a tirar!—Gritó James alarmado.

Kendall, Carlos y Logan rieron a carcajadas, contagiando a James, quien también rió a carcajadas, los cuatro adolescentes entraron en el auto, James iba en el asiento del piloto, Carlos en el del copiloto y Kendall y Logan en el asiento trasero.

James insertó la llave, la giró y emprendió la marcha con rumbo a la ciudad, lo que no sabía era que las calles estaban abarrotadas de fanáticos de The Voice que se dirigían al hotel donde se hospedaban los mentores con la intención de verlos, hablarles o sacarles fotos y que le iba a costar muchísimo trabajo llegar al restaurante, mucho más trabajo le iba a costar esquivar a Adam Levine al día siguiente, quien se mantenía firme en su postura de ir a buscarlo a primera hora de la mañana.

Chapter 10: Capítulo 10: Lo Voy a Enfrentar.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 10: LO VOY A ENFRENTAR.

James manejaba por las calles de la ciudad en dirección al restaurante, o bueno... eso intentaba, hacía varios minutos que había salido de su casa y aún no conseguía llegar.

—¿Qué onda con el tráfico hoy?—Preguntó James soltando un bufido, la cantidad de semáforos en rojo que le había tocado esperar habían rebasado su paciencia.—Hay muchísima gente, cuesta avanzar.—Se quejó tocándole bocina al auto que tenía adelante para que avanzara, el semáforo había cambiado a verde hacía varios segundos y los autos aún no se movían, había un gran embotellamiento que pocas veces se daba.—La puta madre, se va a poner en rojo si no se apuran.—Comentó James desesperado, de repente el semáforo se puso en rojo, James rodó los ojos.—Mierda, ya se puso en rojo, ahora vamos a tener que esperar 3 minutos más.

Kendall, Carlos y Logan se lanzaron una significativa mirada, sabían perfectamente el motivo por el cual había tanto tráfico, sin embargo ninguno se animaba a decírselo a James para no alterarlo más de lo que ya estaba, todo el alboroto y el descontrol en la ciudad había sido generado por la sorpresiva estadía de los mentores de The Voice en Minnesota.

En esos momentos una gran cantidad de fanáticos se estaba movilizando hacia el hotel donde se hospedaban Adam Levine, Blake Shelton, Pharrell Williams y Christina Aguilera con la intención de verlos en persona, de pedirles autógrafos, de sacarse fotos y demás, en Twitter era tendencia mundial, se titulaba "The Voice en Minnesota", los fans estaban muy entusiasmados con la llegada de los mentores de The Voice, no era algo que se daba todos los días, ninguno se quería perder la oportunidad de conocer a sus ídolos.

—James...—Lo llamó Logan dubitativo, James lo miró a través del espejo retrovisor, su amigo se mantuvo en silencio unos segundos y finalmente se animó a hablar.—Por casualidad no entraste a Twitter ¿verdad?—Preguntó Logan imprudentemente ganándose un pellizco de parte de Kendall.—¡Ay boludo! ¡duele!—Protestó sobándose el brazo y mirando a Kendall con el ceño fruncido, el rubio le lanzó una mirada de advertencia, indicándole que se mantuviera callado, Logan captó el mensaje de inmediato, tragó saliva y volvió a mirar al frente.—No me hagás caso.—Pidió soltando una risita, sin embargo era obvio que ya había metido la pata.

James arqueó una ceja.

—No, no tuve tiempo ni ganas de entrar a mis redes sociales.—Admitió doblando en una esquina y deteniéndose en otro semáforo que se acababa de poner en rojo, suspiró y se acomodó el pelo con una mano.—¿Por qué preguntás?

—Por nada.—Contestó Logan rápidamente.—Wow... mirá ese auto, está buenísimo, es un auto último modelo.—Comentó con falso tono de emoción al tiempo que señalaba un auto que estaba al lado de ellos, intentando pobremente cambiar de tema.

—Seguramente están hablando de los mentores de The Voice.—Supuso James con tono abatido, se cubrió el rostro con sus manos unos segundos y luego volvió a agarrar el volante.—No soy estúpido, no hace falta que tratés de disimular Logan.—Aclaró con amargura, miró el semáforo que aún permanecía en rojo y frunció el ceño, repentinamente molesto.—No puedo creer que me haya tocado otro semáforo en rojo.—Se quejó señalando el artefacto.—Posta ya perdí la cuenta, maldita cuidad, es mucho mejor nuestro barrio, no se forman estos embotellamientos.—Culminó encogiéndose de hombros.

—Cierto, nuestro barrio es mucho más copado que esta ciudad maloliente.—Lo secundó Carlos, logrando sacarle una carcajada a James.

—No es maloliente, tampoco te vayás al carajo.—Pidió James secándose, con el dorso de la manga de su camisa, una lágrima que tenía en la mejilla por reírse.

Carlos se encogió de hombros, divertido.

—Lo sé pero conseguí sacarte una risa.—Dijo sintiéndose orgulloso de sí mismo.

—Verdad.—Admitió James sonriendo.

El semáforo cambió a verde y James arrancó pero en la cuadra siguiente le tocó otro semáforo en rojo.

—Podríamos escuchar música.—Sugirió Carlos llevándose las manos detrás de la cabeza y recostándose en el respaldo del asiento, en una posición relajada.—Así se nos va a hacer más llevadero el viaje.

James dudó, no tenía muchos ánimos para escuchar música.

—No sé...—Musitó desacomodándose el pelo con una mano.

—Dale, no seás ortiva.—Lo alentó Carlos dándole una palmada en el brazo, James lo miró con una ceja arqueada, su amigo esbozó una sonrisa divertida.—Voy a tomar eso como un si.—Comunicó estirando el brazo y apretando el botón del estéreo con su dedo índice.

La canción "Sugar" de Maroon 5 empezó a sonar, una repentina incomodidad se pudo percibir en el ambiente, Kendall y Logan se miraron entre ellos con ambas cejas levantadas y luego observaron a James, atentos a su reacción, Carlos también miró disimuladamente a James, los chicos notaron que su amigo permanecía inusualmente callado, ya habían transcurrido varios segundos y la canción seguía sonando sin embargo James no comentaba nada, los chicos podían apostar que se había puesto nervioso al escuchar la voz de Adam Levine.

—Eh... mejor escuchemos otra.—Sugirió Carlos soltando una risita nerviosa, apretó el botón y la siguiente canción que se escuchó fue "Love Somebody", también de Maroon 5.—Otra.—Dijo apretando nuevamente el botón, "Moves Like Jagger" empezó a sonar, Carlos cambió la canción y empezó a sonar "Maps", luego "One More Night", todas las canciones que transmitía la radio eran de Maroon 5.—Mejor no escuchemos nada.—Determinó apagando la radio, se cruzó de brazos y añadió.—Es obvio que están pasando todas las canciones de Maroon 5 porque los mentores de The Voice están acá, apuesto a que también están pasando canciones de los demás mentores.

Un incómodo silencio se prolongó durante un par de minutos, el semáforo se puso nuevamente en verde, James arrancó y esta vez consiguió salir, le había tocado esperar varios turnos por la cantidad de autos que tenía delante.

—James, si querés hablar...—Empezó a decir Kendall, se acercó al asiento de James y le puso una mano en el hombro en señal de apoyo.—Hacelo con confianza, acá estamos para escucharte, sabés que podés contar con nosotros, sos nuestro mejor amigo.—Aseguró dándole un ligero apretón en el hombro y luego retirando la mano.

James esbozó una sonrisa de agradecimiento.

—Lo sé Kendall, sé que cuento con ustedes.—Dijo, suspiró y añadió.—Y si, quiero hablar de lo que está pasando, necesito saber su opinión chicos, por eso les pedí que salgamos a comer a un restaurante, no quiero que mis padres escuchen.—Admitió en tono serio.—Ellos ya saben que Adam, Blake, Pharrell y Christina están en Minnesota, lo cual no me sorprende porque supongo que todo el mundo lo sabe, tenés que vivir en un táper para no saberlo, literal.—Comentó doblando en una esquina.—La cuestión es que... no me animo a contarles nada, no quiero que sepan que los mentores estuvieron en la casa, mucho menos quiero que sepan que Adam vino desde Los Ángeles para hablar conmigo, no aún, si no termino de asimilarlo yo... menos se los voy a decir a mis padres, sería sumar un problema más al que ya tengo ¿entienden?

—Si, totalmente, es entendible así que quedate tranquilo, no te sientás culpable por no contarles.—Sugirió Logan.

—Tomate tu tiempo.—Pidió Kendall con una mirada comprensiva.

—Si, cuando estés listo podés hablar con ellos.—Opinó Carlos.

James se detuvo en otro semáforo en rojo y se tapó el rostro con sus manos, desesperado.

—No debería...—Balbuceó, se quitó las manos del rostro, suspiró y agregó.—No debería tener que tomarme mi tiempo para procesar nada porque esto no tendría que estar pasándome a mí.—Se quejó impotente.—No es justo, fuera de joda... ¿por qué me pasa esto a mí?

Kendall, Carlos y Logan se quedaron mudos, no sabían qué decir para consolar a James, y todavía faltaba que su amigo se enterara que era el hijo de Adam, los chicos temían su reacción cuando supiera la verdad, si ya se encontraba mal por el hecho de saber que Adam había viajado para hablar con él, no se imaginaban como se iba a encontrar después de que Adam finalmente hablara con él y le contara todo.

—Tenés que ser fuerte James.—Lo alentó Carlos dándole una palmada en el brazo.

—No quiero.—Protestó James haciendo berrinche.

—Dale, vos podés.—Insistió Kendall en tono alentador y le sonrió.

—No, no puedo.—Negó James y se acomodó el pelo con su mano.—Esto me supera, es demasiado.—Confesó dramáticamente.

Nuevamente los chicos se quedaron sin palabras, les resultaba muy difícil intentar levantarle el ánimo a James dada la situación, James tamborileó sus dedos en el volante mientras miraba el semáforo, cuando el artefacto cambió a verde, arrancó.

🎤🎤🎤🎤

Minutos después James consiguió llegar al restaurante, buscó un lugar libre en el estacionamiento, cuando logró divisar uno, se acercó, maniobró y estacionó el auto, luego giró la llave y apagó el motor, sin embargo se quedó dentro del vehículo en lugar de bajar.

—Tengo miedo.—Dijo en un hilo de voz.

Kendall, Carlos y Logan lo miraron sorprendidos.

—¿Miedo de qué?—Preguntó Kendall en tono de preocupación.

—De lo que pueda llegar a pasar.—Contestó James y tragó saliva.—Aún no termino de asimilar el hecho de que Adam Levine esté aquí por mí, no puedo creer que haya viajado desde Los Ángeles hasta Minnesota sólo para hablar conmigo, además él mismo me dijo que fue decisión suya venir aquí, que Blake, Pharrell y Christina sólo se ofrecieron a acompañarlo, o sea que el único interesado en hablar conmigo es él, no puedo entender que haya dejado The Voice durante una semana cuando acaba de empezar la 8° temporada, anoche fue la Premiere, no puedo creer que haya arrastrado a los otros mentores con él, es insólito, simplemente no tiene sentido, no quería pensar en eso.—Admitió un poco desesperado, suspiró, se desacomodó su castaño pelo con una mano y añadió.—No pensé seriamente en eso hasta ahora y sigo sin encontrarle el sentido, es que simplemente no puede ser.—Dijo, se cruzó de brazos y frunció el ceño.—¿Quién soy yo en su vida? ¿de dónde me conoce? ¿cómo puede ser que haya sabido mi nombre y mi edad antes de venir a mi casa? ¿por qué vino a mi casa en primer lugar? yo no soy nadie, no tiene sentido que Adam me conozca, no soy un Youtuber, no soy famoso, no soy nada, sólo soy un adolescente común y corriente.—Se descargó James.—No soy nadie especial o bueno... eso quiero creer.—Añadió derrotado y miró por la ventana que estaba a su lado, James se quedó observando como las hojas caían de los árboles y eran arrastradas por el viento.—Supongo que algo especial tengo.—Comentó encogiéndose de hombros.—Adam tiene millones de fans sin embargo a mí me pasa esto, lo más gracioso es que sólo lo sigo en Instagram, no hice nada para captar su atención, no le mandé ningún mensaje ni le puse "me gusta" a alguna de sus publicaciones.—James se arrodilló en su asiento y apoyó ambos brazos en la cabecera para poder mirar a Kendall, Carlos y Logan.—Ustedes también lo siguen y Adam ni los registraba, no se ofendan, a lo que voy es que eso es lo normal, si ustedes no le decían cómo se llamaban, él no iba a saberlo, no tendría por qué saberlo ¿entienden lo contradictoria que es toda esta situación?—Preguntó cada vez más frustrado, el castaño suspiró y agregó.—Tendría más sentido que Adam los conozca a ustedes en vez de a mí porque ustedes si le escriben y le ponen "me gusta" a sus publicaciones, resumiendo... Adam ya sabía mi nombre y mi edad antes de venir a Minnesota, es más... apuesto que con esos datos fue capaz de encontrarme, por eso pudo ir a mi casa, ahora lo que no entiendo, no voy a entender y tampoco quiero entender es... ¿por qué?—Culminó James y se quedó mirando a sus amigos, expectante por oír su opinión a todo lo que había dicho.

Kendall, Carlos y Logan se pusieron incómodos, ellos sabían la respuesta a cada una de las preguntas que había formulado James, sin embargo no podían responderle, se encontraban en una situación complicada, claramente estaban entre la espada y la pared.

Por un lado estaba Adam, quien les había pedido que no le dijeran nada a James ya que él quería ser el encargado de contarle todo, los chicos respetaban su decisión porque al fin y al cabo era el padre biológico de James, tenía derecho a contarle la verdad a su hijo.

Y por otro lado estaba James, uno de sus mejores amigos, quien se merecía saber la verdad de una vez ya que la estaba pasando mal, no entendía nada y se encontraba cada vez más confundido, lo cual era lógico, James no paraba de hacerse preguntas que lo único que ocasionaban era preocuparlo más de lo que ya estaba.

Kendall, Carlos y Logan podían aclararle la situación y ahorrarle el sufrimiento o... no, porque de todas maneras James iba a sufrir, lamentablemente era así, su historia no era agradable, su madre lo había abandonado y lo había entregado en adopción cuando era un bebé recién nacido, que supiera eso ya era terrible y además también tenía que enterarse que su padre era Adam Levine, una bomba, la cual había sido potenciada por la decisión de sus padres adoptivos de no contarle que era adoptado.

—¿No van a decir nada?—Preguntó James un poco ofendido porque sus amigos se mantenían callados.

—Que loco ¿no?—Respondió pobremente Carlos.

James le lanzó una mirada asesina.

—¿Me estás cargando? ¿sólo eso vas a decir boludo? te cuento todas mis preocupaciones y me salís con esa mierda...—Empezó a protestar pero Kendall lo interrumpió sujetándolo del brazo para atraer su atención.

—¿Por qué no hablamos dentro del restaurante mejor?—Sugirió soltando a James una vez que los verdes ojos de su amigo estuvieron sobre él, su objetivo era distraerlo, por más que quisieran no podían responderle.—Debés tener mucha hambre James, además...—Kendall le echó un rápido vistazo a la ventana que estaba a su lado y luego volvió a mirar a James.—No están mirando raro.—Comentó arqueando una ceja.

Las personas que circulaban por el estacionamiento y cerca de la entrada del restaurante se quedaban mirándolos con incredulidad, sin comprender el motivo por el cual no se bajaban del auto, James miró a la gente con el ceño fruncido, se sentó correctamente en su asiento y se cruzó de brazos al tiempo que soltaba un bufido.

—Me vale lo que piensen.—Dijo encogiéndose de hombros, luego hizo un puchero.—Tengo cosas más importantes por las que preocuparme.—Espetó dramáticamente.

Un chico golpeó la ventanilla que estaba al lado de James, captando su atención.

—Disculpá amigo ¿se quedaron encerrados? ¿necesitás ayuda?

—No ¿acaso no puedo quedarme en mi auto mirando la entrada de un restaurante?—Preguntó James, fastidiado.

—Pues... claro, si eso es lo que querés...—Contestó el chico, confundido.—Pero... ¿por qué...?

—No te incumbe.—Le gruñó James en tono hostil, el chico arqueó una ceja.—¿Y? ¿qué estás esperando para irte?—Preguntó moviendo su mano, indicándole que se fuera.—¿Me ves con ganas de hablar con un extraño como vos? obviamente no, no tuve un buen día así que te voy a pedir que te vayás, ahora, andate.—Espetó con poca paciencia.

—Okay, perdón.—Musitó el chico elevando ambas manos en son de paz y se alejó.

James se sintió culpable, no tenía que descargar su frustración en los demás, ellos no tenían la culpa de nada de lo que le estaba sucediendo, el único culpable era Adam.

—Maldito Adam.—Renegó James mientras abría la puerta del auto, se bajaba y la cerraba de un portazo.—Todo es su culpa, si me estoy comportando como un verdadero boludo es por culpa suya, llegó para alterarme los nervios, que se vuelva a Los Ángeles de una puta vez.

Kendall, Carlos y Logan bajaron rápidamente del auto y rodearon a James, su amigo se metió la mano dentro del bolsillo del jean, extrajo la llave del auto y le puso la alarma.

—Hey tranquilo.—Le pidió Kendall pasándole un brazo por arriba de los hombros.

James suspiró, intentando calmarse.

—Si, sorry.—Se disculpó, avergonzado por su comportamiento y se volvió a guardar la llave en el bolsillo del jean.—Entremos, necesito despejarme.—Pidió un poco ansioso.

Los chicos asintieron, Kendall le retiró el brazo de los hombros a James y los cuatro caminaron hacia el restaurante, fueron capaces de escuchar el bullicio apenas abrieron las puertas de vidrio, se quedaron de pie cerca de la entrada y observaron el lugar, estaba abarrotado de adolescentes, todos hablaban al mismo tiempo y con mucho entusiasmo, habían demasiadas conversaciones en simultáneo, iba a ser difícil conversar con tranquilidad.

—Genial, sólo a mí se me ocurre venir a un restaurante para conversar de algo secreto.—Se regañó James llevándose una mano a la frente, dándose cuenta de su error, ahí no iban a tener privacidad.—Va a ser imposible, está lleno de gente, tendría que haber elegido un lugar más privado pero...—Se encogió de hombros y añadió en tono resignado.—Ya era, no hay chance que vuelva a manejar por la ciudad.

—Hey, no te preocupés James.—Le aconsejó Logan con una sonrisa.—Te aseguro que con la cantidad de adolescentes que hay y por el ruido que están haciendo, nadie nos va a prestar atención, mucho menos van a escuchar algo de lo que digamos.—Aseguró con confianza y señaló una mesa libre que estaba en el extremo del restaurante.—Mirá, podemos sentarnos en esa mesa, me parece que está buena porque es la más apartada de todas, ahí vamos a poder hablar un poco más tranquilos.

James miró hacia donde señalaba su amigo, sus verdes ojos se detuvieron en una mesa para cuatro personas que estaba pegada a la pared y tenía un gran ventanal de vidrio con vista a la vereda y a la calle.

—Si vos lo decís...—Murmuró, no tan convencido.

Logan rodó los ojos.

—Si, yo lo digo.—Afirmó cruzándose de brazos.

—Vamos.—Lo alentó Kendall a James, agarrándolo del brazo y arrastrándolo hasta la mesa.

Carlos y Logan los siguieron, los chicos tomaron asiento, Kendall se sentó junto a la ventana, James se sentó a su lado, frente a ellos se sentaron Carlos y Logan, Carlos estaba del lado de la ventana y Logan del lado donde circulaba la gente, el restaurante estaba tan lleno que las camareras se demoraron en verlos, una camarera pelirroja que pasaba por allí con una bandeja en sus manos los vio y le hizo señas a su amiga para que los fuera a atender, la joven se acercó presurosa a la mesa de James, Kendall, Carlos y Logan para tomarles el pedido.

—Hola, buen día.—Los saludó la camarera a los chicos captando su atención, era rubia y de ojos celestes, aparentaba tener 18 años.

James soltó una risa amarga.

—Buen día dice.

La camarera arqueó una ceja, no sabía cuál era el problema de ese adolescente pero su comentario le había sonado descortés.

—No le hagás caso.—Le aconsejó Kendall a la camarera con una sonrisa de disculpa.—Nuestro amigo tuvo un mal día.—Contó apoyándole una mano en el hombro a James y dándole un ligero apretón en señal de consuelo.

—Un día de mierda.—Lo corrigió James con tono abatido.

Kendall frunció el ceño, le retiró la mano del hombro a James y le lanzó una mirada de advertencia para indicarle que tenía que mantener la compostura, su amigo hizo un puchero, estiró el brazo sobre la mesa, sacó una servilleta del servilletero y la empezó a romper en pedacitos, Kendall se llevó una mano a la frente, resignado.

—No sé qué es lo que te pasa pero te voy a dar un consejo.—Le dijo la camarera en tono amable a James, consiguiendo su atención.—Tarde o temprano te vas a sentir mejor porque todo tiene solución, el tiempo cura las heridas.—Aseguró filosóficamente.

James dejó la servilleta en la mesa, ocultó el rostro entre sus manos durante unos segundos causando que todos lo miraron preocupados, luego retiró las manos y fijó sus verdes ojos en la camarera.

—Quizás sea así la mayoría de las veces pero en este caso no, créeme, si hubiera una solución para lo que estoy pasando...—Suspiró y añadió en tono firme.—No me pondría así, yo no soy de quebrarme por estupideces.

La camarera hizo una mueca al escuchar esas palabras.

—Pues... realmente no sé qué decirte.—Comentó con sinceridad, James bajó la mirada, agarró la servilleta y volvió a despedazarla.—¿Puedo saber qué es lo que te pasa?—Preguntó la camarera tirándose un lance, de verdad sentía mucha curiosidad.—Tal vez puedo ayudarte.

James ni siquiera levantó la mirada de la servilleta que tenía en sus manos.

—Gracias por la oferta pero no puedo contártelo, sorry, es algo privado y aunque lo supieras no podrías ayudarme.—Se encogió de hombros y añadió al tiempo que desgarraba aún más la servilleta.—Nadie puede, ese es el problema.

La camarera miró con lástima a James, se metió la mano dentro del bolsillo del delantal y sacó un conito de chocolate y dulce de leche, luego se lo ofreció a James, quien miró con una ceja arqueada el postrecito.

—Yo invito.—Dijo la rubia ofreciéndole una sonrisa, se encogió de hombros y agregó.—Es poca cosa pero es un detalle, espero que seás capaz de solucionar tus problemas, suerte y sé fuerte.

James agarró el conito de chocolate, lo depositó en la mesa frente a él y miró a la camarera con una sonrisa de agradecimiento.

—Gracias, no tenías por qué regalarme nada.

La camarera le guiñó un ojo en respuesta, de repente se dio cuenta que no les había ofrecido la carta a los chicos, se suponía que estaban en el restaurante para comer algo, no para que ella se quedara conversando con ellos.

—Bueno acá les dejo la carta.—Dijo extendiéndosela a Kendall.—Después me avisan que van a ordenar.

—Okay.—Dijeron los chicos al unísono.

Cuando la camarera se retiró, Kendall fijó sus verdes ojos en James.

—Escuchá James... sé que lo que estás pasando es fuerte pero tenés que tratar de mantener la compostura, no te podés derrumbar de esa forma.—Le aconsejó en tono preocupado.

James lo miró mal, estaba cansado de los consejos ineficaces, sacó otra servilleta del servilletero y empezó a romperla.

—Para vos es fácil decirlo, te quiero ver en mi lugar.

—No gracias.—Repuso rápidamente Kendall, sin pensar, luego elevó ambas cejas y se cubrió la boca con una mano, dándose cuenta que había metido la pata hasta el fondo.

Carlos y Logan miraron al rubio con los ojos bien abiertos, James, por su parte, dejó escapar una risa amarga.

—Lo sabía, si no sos capaz de imaginarte en mi lugar mucho menos sos capaz de aconsejarme.—Opinó en tono serio.—Ni vos ni nadie sabe lo que estoy sintiendo, ustedes no estaban cuando hablé con...—James echó un rápido vistazo alrededor para comprobar que nadie le estuviera prestando atención y luego volvió a mirar a sus amigos.—Adam.—Dijo bien despacio para que nadie lo escuchara, sin embargo Logan tenía razón, la gente estaba muy ensimismada en sus propias conversaciones como para prestarles atención a ellos, aunque James hubiera hablado fuerte, nadie lo hubiera escuchado.—Ustedes no estaban cuando hablé con él, no saben lo difícil que fue para mí, para empezar ni siquiera quería hablar, accedí sólo por su insistencia, la cuestión es que Adam me quería decir algo importante y no quise escucharlo.—Comentó James sincerándose, se desacomodó su castaño pelo con una mano y prosiguió.—Admito que eso me está significando un problema porque no puedo dejar de pensar de qué se trata aquello que tiene que decirme pero al mismo tiempo no quiero saberlo y eso me está destruyendo, tengo sentimientos contradictorios, por un lado quisiera saber qué es lo que tiene Adam para decirme ya que la maldita incertidumbre me está matando y por otro lado no, no quiero saberlo porque no me atrevo a escucharlo, Adam ya me advirtió que es una historia un poco larga y difícil de asimilar, el punto es que odio esto, odio toda esta situación de mierda y que me haya tocado a mí vivirla.—Se quejó un tanto desesperado, Kendall, Carlos y Logan se miraron entre ellos, sin saber qué decir, se sentían impotentes por no poder ayudar a su amigo, James suspiró y echó un rápido vistazo por el restaurante, de repente una de las tantas televisiones que había en el lugar captó su total atención.—¿Qué?—Musitó mientras arqueaba una ceja.

Kendall, Carlos y Logan sintieron curiosidad, rápidamente miraron la televisión, estaban transmitiendo en vivo como Adam, Blake, Pharrell y Christina firmaban autógrafos y se sacaban fotos con sus fans en la puerta del hotel, los mentores de The Voice estaban muy sonrientes y felices.

—¡Miren chicas! ¡¿vieron lo que están pasando en la tele?!—Gritó con euforia una chica que estaba sentada en una mesa cercana a la de James, Kendall, Carlos y Logan.

Los chicos observaron esa mesa, habían tres chicas de aparentemente 16 años, una era rubia, otra pelirroja y otra pelinegra.

—¡Tenemos que ir ya mismo al hotel!—Exigió la chica pelinegra.

James, Kendall, Carlos y Logan no pudieron evitar escuchar la conversación que estaba teniendo el grupo de amigas, no sólo por curiosidad sino porque las chicas hablaban a los gritos y estaban, literalmente, sentadas a su lado.

—¡Si! ¡vamos ya! ¡quiero una foto con Adam Levine! ¡esta es nuestra oportunidad chicas! ¡no podemos desaprovecharla!—Les dijo la chica rubia, con entusiasmo, a sus amigas.

—¡Si! ¡vamos!—Insistió la pelinegra.—¡No sé qué onda! ¡ni idea por qué están los mentores de The Voice acá en Minnesota pero no podemos dejar pasar esta oportunidad! ¡es una chance única! ¡yo quiero una foto con Christina Aguilera! ¡es mi ídola!

La chica pelirroja estaba recostada en la silla, de brazos cruzados y una mirada de pocos amigos adornaba su rostro.

—No pierdan el tiempo yendo.—Les aconsejó a sus amigas quienes la miraron con una ceja arqueada.—No me miren así, les estoy haciendo un favor.—Aseguró, señaló la tele y añadió.—¿No ven la cantidad de gente que hay? no se van a poder ni acercar.—Opinó con pesimismo mientras se volvía a cruzar de brazos.

La chica rubia hizo un puchero.

—Pero... pero yo quiero una foto con Adam y... también quiero un autógrafo.—Lloriqueó, la pelinegra le dio una palmadita en la espalda para consolarla.

—Vas a tener esa foto y ese autógrafo porque vamos a pechar.—Comentó con expresión decidida, logrando sacarle una sonrisa a la rubia.

—Si, buena idea, hay que empujar para abrirse paso entre los fans, si nos comportamos como chicas respetuosas y civilizadas...—Se encogió de hombros y añadió inteligentemente.—No vamos a conseguir nada.

—Suerte.—Les deseó la pelirroja, agarró su licuado de banana y bebió un sorbo.—En esta no las voy a acompañar porque no quiero terminar despeinada y con la ropa desarreglada, después me cuentan que onda, avisenmé si lograron conseguir las fotos y autógrafos de sus ídolos.

Sus dos amigas la miraron mal.

—Que ortiva que sos.—Se quejó la rubia, agarró su licuado de frutilla y bebió un trago.

—Posta, coincido, si te quedás acá sentada cómodamente no vas a obtener nada, tenés que pelearla.—Le aconsejó la pelinegra mientras mezclaba con una cuchara su submarino.

La pelirroja rodó los ojos, resignada.

—Okay, okay, como quieran.—Se rindió, se llevó el vaso de licuado de banana a los labios y bebió lo último que le quedaba.

Sus dos amigas sonrieron felices, lo cierto era que la chica pelirroja si quería conseguir el autógrafo de los cuatro mentores pero no se quería esforzar para ello, sin embargo sus amigas habían terminado de convencerla.

—Vamos.—Instó la pelinegra luego de beber el submarino, depositando el vaso vacío en la mesa.

Las chicas ya habían pagado la cuenta así que simplemente se levantaron, corrieron por el restaurante esquivando a algunas personas que estaban circulando y salieron por las puertas de vidrio, James, Kendall, Carlos y Logan las vieron salir con ambas cejas levantadas.

—Lo que hace el fanatismo.—Comentó Logan soltando una risita, intentaba levantarle el ánimo a James ya que lo notaba muy decaído.

James agachó la mirada, jugó con los pedacitos de servilleta que había roto y luego volvió a mirar la televisión, justo firmaron en primera plana a un sonriente Adam que le firmaba un autógrafo a un fan, James frunció el ceño, arrancó con furia contenida otra servilleta del servilletero y la destruyó.

—Hey tranquilo James.—Pidió Carlos arrebatándole la servilleta de las manos.—Ya vas rompiendo varias, pensá en las personas que trabajan aquí y que tienen que limpiar la mesa después.

James rodó los ojos, se sacudió las manos para quitarse los restos de papel y se recostó en la silla.

—James tenés que intentar mantener la calma.—Le aconsejó Logan, de repente su expresión se tornó pensativa.—Yo creo que... creo que deberías escuchar a Adam.—Culminó en tono decidido.

James quedó con la boca ligeramente abierta, Kendall y Carlos miraron impresionados a Logan, no podían creer que hubiera dicho aquello, acababa de embarrarla.

—¡Traidor!—Gritó James señalándolo, luego se cruzó de brazos.—Tenés que ponerte de mi lado Logan, sos uno de mis mejores amigos.—Aclaró dolido mientras hacía un puchero.

Logan rodó los ojos, James estaba siendo demasiado dramático.

—No te pongás dramático.—Pidió, James le mostró el dedo medio causando que Logan soltara una risita.—Y no soy un traidor.—Le aseguró, suspiró y añadió.—Creo que te va a hacer bien saber qué es lo que tiene que decirte Adam porque la incertidumbre te está consumiendo, vos mismo lo dijiste.—Le recordó mientras arqueaba una ceja.

—Si pero... creo que prefiero eso a saber qué es lo que tiene para decirme.—Dijo James en tono no tan convencido, agarró otra servilleta y la hizo un bollo, estaba nervioso.—En realidad... no sé qué es lo que quiero...—Musitó para sí mismo, luego le lanzó una mirada fulminante a Logan.—No me confundás.

Logan se cruzó de brazos y miró fijamente a James.

—¿Por qué estás tan molesto?—Cuestionó con una ceja arqueada, ganándose una bofetada en el brazo por parte de Carlos, quien estaba sentado a su lado.

—¿Sos boludo o te hacés?—Lo regañó con una ceja arqueada.

—¿Qué te pasa ortiva?—Se defendió Logan mientras se sobaba el brazo.

—Vos y tus comentarios imprudentes.—Comentó Carlos negando con la cabeza, resignado.—Mejor callate ya.—Le ordenó en tono serio.

Logan le lanzó una mirada asesina.

—No estoy haciendo comentarios imprudentes, sólo quiero ayudar a James, tiene que tratar de ser fuerte ya que quejarse, enojarse, romper cosas, ponerse triste y demás no lo va a ayudar en nada.—Dijo inteligentemente.—Lo único que lo va a ayudar es comprender la situación, por eso opino que tiene que ceder y hablar con Adam.

—Basta Logan.—Intervino Kendall tratando de hacerlo callar.—No te metás.—Le ordenó mirándolo con seriedad.

—Me meto si quiero.—Repuso Logan desafiante, miró fijamente a James y volvió a preguntar.—¿Por qué estás tan molesto?

James se quedó callado.

—Logan...—Empezaron a decir Kendall y Carlos en tono de advertencia.

—Dejenmé tranquilo.—Exigió Logan fastidiado.—Sólo le estoy preguntando a James por qué está tan molesto...

James lo interrumpió soltando una risa amarga.

—¿No es obvio?—Preguntó con ironía y señaló la televisión.—Porque Adam no tiene ninguna intención de volver a Los Ángeles.—Declaró contestando finalmente la pregunta de Logan.—Eso me está alterando los nervios porque quiere decir que no se va a rendir, que va a volver a buscarme.—Dijo perdiendo la calma.

—Obviamente.—Aseguró Logan con un exceso de sinceridad provocando que James tragara saliva.—¿Ves por qué te digo que tenés que escucharlo? ya basta de escapar James, tenés que hablar con él de una buena vez, es por tu bien, te lo aseguro, sos mi mejor amigo y me preocupo por vos.

—No quiero hablar con Adam.—Especificó rápidamente James, asustado.—No quiero saber que tiene para decirme, no estoy listo para escucharlo, no sé si alguna vez lo voy a estar...

—A ver, pará un poco.—Lo interrumpió Logan levantando ambas manos, James se quedó callado y volvió a tragar saliva, los nervios que sentía estaban haciendo estragos en él, había perdido el hambre.—Seamos sinceros... hace rato que estás diciendo que no sabés si escucharlo o no, lo cierto es que no podés decidirlo James, esto está fuera de tu alcance, no depende de vos, vas a tener que escuchar a Adam quierás o no.—Dijo cruzándose de brazos.

Kendall y Carlos se miraron preocupados, Logan se estaba pasando de la raya, temían que dijera algo muy comprometedor, se suponía que tenían que guardar el secreto, Adam se los había pedido, James arqueó una ceja.

—¿De qué estás hablando?—Preguntó confundido.

Logan suspiró.

—Me refiero a que Adam es el que tiene la última palabra y si él quiere hablar con vos...—Se encogió de hombros y añadió en tono serio.—Lo va a conseguir así que más vale que vayás vos a hablar con él en lugar de esperar a que te encuentre, te conviene dejar de esquivarlo porque es inútil, no podés escapar de Adam eternamente.

—Pensaba que eras mi amigo.—Comentó James ofendido.—Tus comentarios me bajonearon, dejaste mi ánimo por el piso Logan, posta no sé de qué lado estás.

—Del tuyo boludo.—Aclaró Logan en tono serio.—Te estoy mostrando la realidad, preferiría que fuera otra pero no es así ¿para qué te voy a mentir?

James quedó pensativo unos momentos, intentando buscar una solución ya que aunque no le gustara reconocerlo sabía que Logan tenía razón, no podía esquivar a Adam por mucho tiempo, miró nuevamente la televisión, Adam, Blake, Pharrell y Christina sonreían y seguían firmando autógrafos para sus fans, James suspiró, extrajo otra servilleta del servilletero y empezó a romperla mientras pensaba, algo tenía que poder hacer, de repente una idea acudió a él, decidió que iba a ir al hotel a enfrentar a Adam, le iba a exigir que regresara a Los Ángeles.

—Tomé una decisión.—Anunció James en tono serio, se puso de pie y apoyó las manos en la mesa.—Lo voy a enfrentar, voy a ir al hotel para enfrentar a Adam.—Añadió sacando las llaves de su auto del bolsillo de su jean y agitándolas en el aire.

—¡¿Qué?!—Gritaron Kendall y Carlos al unísono, se quedaron mirando a James con incredulidad, estaban sorprendidos, en cambio Logan sonrió, sintiéndose orgulloso de su amigo, había tomado la decisión correcta.

—Griten más fuerte boludos.—Los regañó James con el ceño fruncido.—Les aseguro que en la mesa del frente no los escucharon.—Comentó con ironía mientras se cruzaba de brazos.

—Dejate de juegos James.—Le pidió Carlos con firmeza.

—Si ¿por qué querés hacer eso?—Preguntó Kendall con una ceja arqueada.

—No les hagás caso James.—Le aconsejó Logan haciendo un gesto de indiferencia con su mano, Kendall y Carlos le lanzaron una mala mirada.—A mí me parece bien, estoy orgulloso de vos.—Admitió con una sonrisa.

James sonrió, complacido por las palabras de Logan.

—Gracias.

—Contestá mi pregunta James.—Exigió Kendall en tono serio.—¿Por qué querés ir al hotel a enfrentar a Adam?

—Para demostrarle que no soy un cobarde.—Contestó James en tono decidido.

Kendall y Carlos arquearon una ceja, Logan frunció el ceño.

—¿Qué?—Preguntó Logan confundido, no se esperaba esa respuesta.

—James...—Lo llamó Kendall, obteniendo la atención de su amigo.—Te aseguro que Adam no piensa que seás cobarde, no sé de dónde sacaste eso, no seás infantil.—Dijo causando que James frunciera el ceño y se molestara, él no era infantil, bueno... no tanto.

—Callate apaciguador.—Ordenó James.

Carlos y Logan soltaron una carcajada.

—Hablo en serio James, Adam no piensa que seás cobarde.—Insistió Kendall en tono determinado.—Y opino que no deberías ir a enfrentarlo.—Añadió en tono aún más firme.

James arqueó una ceja.

—¿Qué decís? claro que si ¿quién se cree que es? le voy a decir que vuelva a Los Ángeles, no tiene nada que hacer acá.—Dijo decidido, Logan tragó saliva, eso no era lo que tenía en mente, quería que James hablara con Adam para que se enterara de una vez por todas que el mentor de The Voice era su padre, no para que intentara hacerlo tomar un vuelo a Los Ángeles.—Posta que Adam no tiene nada que hacer acá.—Reiteró James.—A menos que quiera quedarse unos días de visita en Minnesota, lo cual dudo, que se vaya ahora porque yo no pienso hablar con él, me importa una mierda si vino desde Los Ángeles hasta aquí sólo para hablar conmigo, le voy a decir que no pierda el tiempo y que se vuelva de una vez.—Culminó con valentía.

—No es una buena idea James.—Le advirtió Logan.

—Opino lo mismo.—Lo secundó Kendall.

—Yo también.—Comentó Carlos.

James los miró mal, le molestaba que los chicos no lo apoyaran.

—No les estoy preguntando si les parece o no, no estoy pidiendo su opinión, les estoy avisando que me voy al hotel, si quieren venir conmigo bien y sino...—Se encogió de hombros y añadió.—También aunque preferiría que vengan conmigo, son mis mejores amigos y necesito su compañía y apoyo, pero bueno...—James suspiró y jugó con las llaves del auto que tenía en la mano.—Es decisión de ustedes, obviamente no los voy a obligar a acompañarme.—James dejó de jugar con las llaves y miró a sus amigos.—Lo que si quiero que sepan es que necesito hacer esto sino no puedo estar tranquilo, quiero que Adam y los demás mentores se vayan.

—Pero James...—Empezó a decir Kendall, dudó en decir las siguientes palabras pero tomó valor y las dijo.—No lo vas a conseguir, lamento ser tan crudo pero posta hagás lo que hagás Adam no se va a ir.

Kendall pensó "a la mierda las formalidades", ahora estaba del lado de Logan, iba a ser directo, James tenía que saber a qué se enfrentaba, tenía que saber la verdad, Adam no se iba a ir sin hablar con él, no se iba a rendir.

—Bien dicho Kendall, veo que ya te pusiste de mi lado.—Lo felicitó Logan, haciéndole una seña positiva con la mano.

Kendall asintió, Carlos suspiró.

—Yo también estoy con ustedes.—Aseguró mirando a sus amigos, luego miró a James con seriedad.—Escuchame James, lo que tenés pensado hacer es muy imprudente, no vas a conseguir que Adam se vaya, eso te lo aseguro.—Dijo cruzándose de brazos.

James se enfadó.

—¿Y ustedes qué saben? no me subestimen, soy capaz de hacerlo volver a Los Ángeles, se los aseguro.—Notó que sus amigos querían rebatir pero no los dejó hablar.—Sé que no me creen pero se los voy a demostrar.—Dijo y quiso irse pero Logan lo detuvo tomándolo del brazo.

—Insisto, no es una buena idea.—Repitió Logan al tiempo que se ponía de pie, luego soltó a James.

—Coincido.—Dijeron Kendall y Carlos al unísono y también se levantaron de sus sillas.

—No me importa, ya decidí ir al hotel, no me van a hacer cambiar de opinión.—Contestó James con seriedad mientras se cruzaba de brazos.—Le voy a demostrar a Adam que no soy un cobarde, además todos sabemos que si me quedo sin hacer nada, tarde o temprano Adam va a aparecer para hablar conmigo, en cualquier momento va a volver a buscarme para decirme lo que no me pudo decir, no se va a rendir, a menos que...—James se encogió de hombros y agregó.—A menos que lo enfrente ahora mismo y le diga que se vaya, que no me interesa hablar con él, prefiero buscarlo y no esperar a que me encuentre, como vos me aconsejaste Logan.—Dijo mirando a Logan.

Su amigo frunció el ceño.

—Yo no te aconsejé eso, mi idea era que vayás a buscarlo a Adam para que te diga lo que te tiene que decir, no para que le exijás que se tome un vuelo a Los Ángeles y lo sabés James, no me hagás quedar como el responsable de esta estúpida decisión que estás tomando.—Repuso Logan molesto.

James se volvió a encoger de hombros.

—Okay da igual, la cuestión es que yo voy a ser el que esté un paso adelante.—Aseguró sonriendo picaramente.

—Esa confianza no te la robo amigo.—Dijo Carlos con una risita, provocando que la sonrisa de James se borrara.

James le mostró el dedo medio, Kendall, Carlos y Logan se miraron entre ellos y suspiraron, pensaban que se merecían que James no los escuchara y no les hiciera caso, eso se ganaban por ocultarle información de suma importancia, por no advertirle que Adam era su padre.

—¿Ya decidieron que van a pedir?—Preguntó la camarera apareciendo de repente y deteniéndose delante de la mesa, los chicos pegaron un salto, asustados.—Perdón, no quería asustarlos.—Se disculpó con una sonrisa.—Ah y perdón por la demora pero hoy el restaurante está lleno.

—Todo bien, no hay drama.—Dijo James haciendo un gesto de indiferencia con su mano para restarle importancia al asunto.—Pero al final nos vamos.—Añadió esbozando una sonrisa de disculpa.

—Oh, okay, suerte.—Comentó la camarera.—Espero que solucionés lo que te tiene preocupado.—Le dijo a James ofreciéndole una sonrisa.

James no tenía ánimos para sonreír, se había puesto nervioso porque estaba a punto de irse al hotel a enfrentar a Adam así que simplemente se despidió de la camarera con un gesto de mano y salió del restaurante seguido de Kendall, Carlos y Logan.

La camarera notó que James se había olvidado en la mesa el conito de chocolate y dulce de leche que le había regalado, lo agarró y quiso dárselo pero James ya se había marchado, suspiró, lo volvió a guardar en su delantal y se fue a atender otra mesa.

Los cuatro amigos caminaron por el estacionamiento, pateando algunas piedritas que estaban en su camino por diversión hasta que llegaron al auto, James le sacó la alarma, una vez que todos se subieron, James insertó la llave, la giró y emprendió la marcha rumbo al hotel donde estaban los mentores de The Voice firmando autógrafos y sacándose fotos con sus fans.

James sabía que le iba a costar acercarse a Adam, había muchísima gente y seguramente cuando ellos llegaran iba a haber más gente aún pero eso no era motivo suficiente para hacerlo tambalear en su decisión de decirle a Adam que regresara a Los Ángeles, aquél era el momento para hablar.

Chapter 11: Capítulo 11: Meet and Greet Parte 1/2.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 11: MEET AND GREET PARTE 1/2.

James estacionó el auto a 5 cuadras del hotel, lo dejó bajo la sombra de un árbol y se bajó, esperó a que sus amigos bajaran, una vez que todos estuvieron fuera le puso la alarma al vehículo y se guardó la llave en el bolsillo del jean.

—¿A cuánto estamos más o menos?—Preguntó Carlos mirando los alrededores.

—A 5 cuadras.—Contestó James metiéndose las manos en los bolsillos delanteros del jean.

Carlos soltó un bufido.

—¿Es joda? no tengo ganas de caminar.

—No seás vago.—Lo regañó Kendall.

—No sé si te fijaste pero no hay ningún lugar libre para estacionar, por suerte conseguí éste.—Explicó James señalando el sitio donde estaba el auto, se encogió de hombros y añadió.—Los fans nos primerearon ¿qué se le va a hacer?

Carlos soltó un suspiro.

—Posta, bueno caminemos.—Dijo resignado.

Los cuatro amigos empezaron a caminar, reduciendo la distancia que los separaba del hotel.

—¿Soy yo o esos son gritos?—Preguntó Kendall mirando a los demás.

Los chicos se concentraron para escuchar.

—Si, definitivamente son gritos.—Concordó Logan.

—Nah, que bajón.—Se quejó James desacomodándose el pelo con una mano.—Era obvio que iba a haber cada vez más fans, seguramente la entrada del hotel está más repleta que cuando la vimos en la tele del restaurante, tanto griterío nos va a provocar dolor de oído.—Miró a sus amigos.—¿Alguien tiene un ibupirac por las dudas?—Bromeó.

—No exagerés.—Pidió Kendall, rodando los ojos.

—Era una broma.—Se defendió James levantando ambas manos en son de paz y esbozando una sonrisa.

—Estuvo buena tu broma James.—Lo alabó Carlos dándole una palmadita en la espalda, luego miró mal a Kendall.—Lo que pasa es que el apaciguador es un ortiva que no entendió.—Explicó cruzándose de brazos y esbozando una sonrisa burlona.

James y Logan rieron a carcajadas, Kendall frunció el ceño y le mostró el dedo medio a Carlos.

—Callate boludo.

Los chicos siguieron caminando, a medida que más se acercaban, más y más fuertes eran los gritos.

—¿Sabés qué James?—Dijo Kendall obteniendo la atención de su amigo.—Creo que de verdad vamos a necesitar un ibupirac.—Opinó haciendo una mueca.

—Todos sabíamos que iba a estar lleno de adolescentes revoltosos.—Comentó Logan rodando los ojos.—Adam, Blake, Pharrell y Christina están firmando autógrafos y sacándose fotos con ellos.

—Si, todos quieren un autógrafo.—Comentó Carlos y luego permaneció dudoso unos segundos.—¿Y si le pido uno a Christina?—Consultó esbozando una sonrisa tímida.

James, Kendall y Logan voltearon rápidamente para mirarlo.

—¿Qué?—Preguntaron al unísono.

Carlos frunció el ceño.

—¿Por qué reaccionan así? quiero un autógrafo de Christina Aguilera.—Afirmó, se encogió de hombros y añadió.—¿Qué tiene de malo?

James rodó los ojos.

—No vinimos a eso.—Repuso con tono de fastidio, acto seguido arqueó una ceja.—Además... ¿no se lo pediste en mi casa ya?

—No.—Respondió Carlos rascándose la nuca con una mano.—Además si se lo hubiera pedido no estaría diciendo que quiero uno ¿no te parece?

James soltó una risita.

—Andá a saber, capaz que ya tenés uno y querés otro por las dudas se te pierda.—Comentó en tono burlón.

Kendall y Logan rieron, Carlos le mostró el dedo medio a James.

—Bueno te aclaro que no es el caso Diamond.—Explicó.—Así que voy a aprovechar para pedirle un autógrafo ahora.—Dijo haciendo énfasis en la palabra "ahora".—Porque no se lo pedí en tu casa.

James frunció el ceño.

—¿Sos joda? ahora va a ser más complicado, no entiendo por qué no se lo pediste antes, tuviste todo el tiempo del mundo.—Se desacomodó su castaño pelo con una mano y suspiró.—Yo estuve varios minutos hablando... bueno discutiendo con Adam en el escritorio mientras ustedes estaban en la sala con los demás mentores, se lo deberías haber pedido ahí.

—No me avivé ¿okay?—Se defendió Carlos cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

James quiso decir algo más pero sintió un jalón en la manga de su camisa, era Logan.

—Eh... James...—Lo llamó su amigo, dubitativo, James lo miró con una ceja arqueada y Logan soltó su camisa.

Estaba tentado de contarle a James la verdad, quizás Kendall y Carlos se enfadaran con él pero le daba igual, quizás Adam también se enfadara con él, la cuestión era que no le gustaba mentirle a su mejor amigo, no quería ocultarle información, James no sabía a qué se estaba enfrentando yendo al hotel, era su deber de amigo advertirle ¿verdad? James merecía cuánto antes saber la verdad.

—¿Qué pasa?—Inquirió James fijando sus verdes ojos en él.

Logan notó la mirada de advertencia que le lanzaban Kendall y Carlos, aquello fue suficiente para hacerlo flaquear.

—Este... nada.—Murmuró y se revolvió su negro pelo con una mano al tiempo que soltaba una risita nerviosa.

James elevó ambas cejas, Logan se estaba comportando extraño ¿qué le pasaba? ¿qué le había querido decir? estuvo a punto de preguntarle pero sintió que alguien lo agarraba del brazo, era Kendall.

—Ya llegamos.—Le informó el rubio soltándolo.

—Cierto.—Dijo James y tragó saliva.

James, Kendall, Carlos y Logan elevaron ambas cejas, impresionados por la cantidad de gente que se concentraba frente al hotel, los chicos hicieron una mueca, se sentían aturdidos por el griterío de los fans, la entrada estaba bloqueada por cientos de fanáticos que llevaban consigo carteles con halagos dirigidos a Adam, Blake, Pharrell y Christina.

Había mucho alboroto, chicas y chicos forcejeaban entre ellos, empujándose en el intento de conseguir un mejor lugar que les permitiera interactuar con sus ídolos, todos querían obtener la atención de los mentores de The Voice, quienes se encontraban detrás de unas vallas de seguridad y custodiados por guardias, policías y patovicas.

—Es increíble este fandom, no estoy seguro que nos podamos acercar, mucho menos quedar frente a Adam.—Comentó Kendall con pesimismo y frunció el ceño.—Todos los fans se están peleando para intentar conseguir un mejor lugar, todos quieren ganarse la atención de los mentores.—Añadió con obviedad.

—Lo cual es lógico.—Opinó Logan cruzándose de brazos.

—Y pensar que James los tenía en su casa.—Comentó Carlos soltando una risita.—Sos un privilegiado James...—Al ver la mala mirada que le dirigía James, se aclaró la garganta.—Perdón, no fue un buen comentario, era una broma pero claramente derrapé.—Reconoció rascándose la nuca y esbozando una sonrisa de disculpa.

—Posta que si.—Reconoció James rodando los ojos.—Pero todo bien.—Agregó sonriendo e hizo un choque de puños con Carlos, quien también sonrió divertido, James volvió a mirar a los fans y frunció el ceño.—Si es necesario voy a empujar a los fans a codazos pero me voy a abrir paso, Adam me va a escuchar.—Dijo con determinación mientras se cruzaba de brazos.

—¿Estás seguro que querés hacer esto?—Le preguntó Logan apoyándole una mano en el hombro y mirándolo con preocupación, tratando de hacerlo entrar en razón.

James asintió, decidido.

—Si, no me queda otra.

Logan soltó un suspiro de derrota y escondió los brazos detrás de la espalda.

—Okay, estamos con vos James.—Aseguró dándole una palmadita en la espalda.

—Siempre, somos un grupo y nos vamos a mantener unidos.—Comentó Kendall sonriendo.

—Así es.—Lo secundó Carlos elevando ambos puños en el aire, los chicos lo miraron raro lo cual causó que Carlos automáticamente se sintiera avergonzado.—¿Qué me miran así? vayansé a la mierda.—Protestó mostrándoles el dedo medio, sus amigos rieron a carcajadas.

—Gracias por hacerme el aguante.—Dijo James agradecido al tiempo que se secaba una lágrima, que había sido ocasionada por la risa, con el dorso de la manga de su camisa.—Es un garrón para ustedes tener que venir hasta acá a empujar fans.—Agregó haciendo una mueca y se rascó la nuca con una mano.

—¿Es joda?—Preguntó Carlos arqueando una ceja.—Esa va a ser la parte más divertida.—Opinó sonriendo.

James, Kendall y Logan lo volvieron a mirar raro.

—Si vos lo decís...—Murmuraron al unísono.

Carlos rodó los ojos.

—Ortivas, va a ser lo más emocionante que hayan hecho en el día, se los aseguro.—Dijo logrando que sus amigos rieran a carcajadas nuevamente.

—Que lástima que no traje una bandana.—Se lamentó James.—La situación lo ameritaba.

—Posta, ibas a lucir como todo un guerrero.—Comentó Kendall dándole una palmadita en la espalda.

—Yo también quiero una bandana.—Musitó Logan haciendo un puchero.

Carlos se puso a hacer ejercicios de estiramiento.

—Vamos de una vez, quiero empujar a la gente.—Pidió ansioso.

James sintió que su corazón se aceleraba, estaba nervioso de repente.

—Esperá que me prepare mentalmente, voy a volver a ver a Adam, es difícil para mí.—Admitió desacomodándose su castaño pelo con una mano.

Logan sonrió con suficiencia.

—¿Soy yo o te estás echando atrás?—Preguntó, vio que James abría la boca para decir algo pero prosiguió.—Porque me parece bien, esto es una locura...

—¡Tus ganas! ¡no me estoy echando atrás! ¡rendirse nunca! ¡retroceder jamás!—Dijo James en tono firme y caminó con decisión hacia la masa de gente.—¡Vamos!

Logan se encogió de hombros y lo siguió, Kendall y Carlos caminaron rápidamente detrás de ellos para no quedarse atrás.

🎤🎤🎤🎤

Adam, Blake, Pharrell y Christina estaban frente a las vallas de seguridad firmando autógrafos para sus fans.

—Acá tenés, buen día y gracias por venir.—Le dijo Adam a una fan, le sonrió y le devolvió su cuaderno y bolígrafo.

—¡Ah! ¡estoy feliz! ¡tengo un autógrafo de Adam Levine! ¡muchas gracias Adam! ¡te amo! ¡sos mi ídolo!—Gritó la chica eufórica.

Adam soltó una risita y agarró una hoja que le ofrecía otro fan, en este caso era un chico de aproximadamente 17 años, Adam firmó el papel y se lo tendió con una sonrisa.

—Acá tenés, gracias por venir.

—¡Muchas gracias Adam! ¡sos un capo!—Lo halagó el adolescente muy emocionado y se retiró con su hoja firmada o eso intentó ya que apenas se podía mover por la cantidad de gente que había.

Adam suspiró, llevaba poco más de una hora firmando autógrafos, amaba a sus fans pero tenía que admitir que estaba cansado, además tenía la cabeza en otro lado, no podía dejar de pensar en su hijo y en como se había puesto esa mañana cuando intentó hablar con él, lamentablemente la tenía difícil, al final se encontraba en el peor de los escenarios que le había anticipado Christina, James ni siquiera sabía que era adoptado.

—¿Estás bien Adam?—Le preguntó Blake en un susurro, preocupado al notarlo decaído.

—No pero estoy intentando estarlo.—Contestó Adam esbozando un intento de sonrisa.

—Tranquilo, mañana vas a tener oportunidad de hablar con James.—Lo consoló Blake en voz muy baja para que sólo Adam lo escuchara.

—Así es, te aseguro que mañana a primera hora de la mañana voy a ir a su casa a buscarlo y esta vez me va a escuchar.—Sentenció en tono decidido.

—¡Adam! ¡Blake! ¡firmenmé esta hoja por favor! ¡por favor! ¡quiero sus autógrafos!—Pidió una chica pelirroja interrumpiendo la conversación que estaban manteniendo los dos mentores de The Voice.

Adam suspiró y se esforzó por sonreír, estaba demasiado cansado, necesitaba regresar cuanto antes al hotel, tomar un breve descanso y luego pensar la mejor manera de decirle la verdad a James al día siguiente, tenía que ingeniárselas para ser lo más sutil posible, de esa forma quizás lograra evitarle el sufrimiento a su hijo, o bueno... parte del sufrimiento.

Adam volvió a suspirar, no quería que James la pasara mal pero debía decirle que era su hijo, no estaba dispuesto a renunciar a ser padre, menos cuando siempre quiso tener hijos, sabía que con el pasar del tiempo James llegaría a comprenderlo, quizás al principio se enojara e hiciera negación, era una posibilidad dada su reacción en la mañana cuando le dijo que tenía que contarle algo importante.

Sin embargo Adam estaba seguro que James terminaría cediendo, con el transcurso de los días comprendería que ambos eran víctimas del egoísmo de Mary, lo que a Adam le interesaba era que su hijo entendiera que él no tenía la culpa de lo que había pasado, ansiaba que cuando supiera la verdad le diera una oportunidad, no quería que lo corriera de su vida, sino que lo aceptara en ella.

De repente Adam recordó que no sólo tenía que hablar con su hijo sino también con sus padres adoptivos, pensó que al día siguiente podía llegar aún más temprano de lo que tenía previsto a la casa de James, tenía que ir antes que los padres de su hijo se fueran a trabajar, de esa forma podría hablar con los tres al mismo tiempo, a Adam le convenía aquello para explicar la situación, la cual era bastante compleja, una sola vez.

—¡Adam! ¡por favor! ¡mi autógrafo! ¡Blake ya me firmó!—Gritó ansiosa la chica pelirroja sacando a Adam de su ensimismamiento.

El mentor de The Voice parpadeó algo aturdido, Blake le apoyó una mano en la espalda y lo empujó con suavidad.

—Andá.—Le dijo con una sonrisa.

Adam se acercó a la chica y agarró la hoja que le estaba ofreciendo.

—Perdón, hay mucha gente, no te había escuchado.—Mintió justificándose educadamente.

—¡Ah! ¡no puedo creerlo! ¡Adam Levine me está hablando a mí! ¡y se disculpó!—Gritó la chica extremadamente feliz.

—Acá tenés, muchas gracias por haber venido.—Le dijo Adam a la pelirroja devolviéndole la hoja y la lápicera luego de haber firmado.

—¡Muchas gracias Adam!—Le agradeció la chica, luego soltó una risita nerviosa.—¿Me puedo sacar una foto con vos?—Preguntó tímidamente mientras se sonrojaba.

Sin embargo Adam ya no le estaba prestando atención, estaba mirando hacia el frente cuando un repentino movimiento entre los fans logró captar su total atención, Adam quedó desconcertado ya que aseguraba que había sido James, estaba seguro de haber visto durante una milésima de segundo su pelo castaño claro y lacio entre el gentío.

—¿Qué?—Musitó con incredulidad.

Adam recorrió con sus verdes ojos el público, intentando encontrar a su hijo, no era imaginación suya, por algún motivo James estaba ahí, la pregunta era... ¿por qué? Adam no lo entendía ¿qué lo había impulsado a ir hacia allí luego de lo ocurrido en la mañana? ¿acaso había ido a buscarlo?

Adam se sintió ansioso de repente ¿y si James había decidido ceder y escucharlo? Adam dudó, no, seguramente no era eso, la cuestión era que fuera el motivo que fuera necesitaba encontrar a James urgentemente, debía hablar con él de una vez.

—¡Adam! ¡firmame un autógrafo! ¡por favor!—Pidió un chico rubio a gritos cuando Adam pasó al frente suyo.

—¡Adam! ¡quiero un autógrafo tuyo! ¡por favor!—Exigió una fanática dando saltitos y agitando sus brazos para que el mentor de The Voice la mirara.

Adam ignoró los pedidos de sus fans, se acercó a las vallas y siguió mirando detenidamente a las personas, con paciencia hasta que lograra localizar a su hijo, seguía pensando que no había sido idea suya, que no era un producto de su imaginación, definitivamente James estaba allí, entre la gente, lo presentía y si había algo que podía asegurar era que lo iba a encontrar, no iba a dejar pasar la oportunidad que se le había presentado, no entendía que estaba haciendo James en la entrada del hotel donde Blake, Pharrell, Christina y él se estaban hospedando pero obviamente no iba a dejar que se fuera, había llegado la hora de decirle la verdad.

🎤🎤🎤🎤

—¿Seguís pensando que empujar gente es divertido?—Le preguntó Logan a Carlos en tono burlón.

—Si.—Mintió Carlos para hacerle la contra.

Los chicos llevaban varios minutos abriéndose paso a base de codazos y empujones, a esa altura estaban despeinados, sudados y con la ropa desarreglada, y para colmo les hacía mucho calor, atravesar una masa de gente era más ejercicio que ir al gimnasio.

—No doy más boludo... estoy re cansado de empujar y me hace un calor de la puta madre.—Renegó James fastidiado mientras se secaba la transpiración de la frente con su brazo.

—No sos el único.—Dijo Kendall haciéndose aspavientos con su mano en un intento por refrescarse.—Me hace mucho calor.

—Mierda, mi hermoso pelo está despeinado.—Siguió quejándose James al tiempo que trataba de acomodarse su castaño pelo con una mano, sin previo aviso le dieron un empujón, dejándolo más despeinado de lo que ya estaba, James frunció el ceño e intentó volver a acomodarse el pelo pero otra persona pasó muy cerca de él y lo volvió a despeinar.—¡Cuidado boludos! ¡montón de salvajes!—Insultó perdiendo la paciencia.—¿Quién me manda a meterme acá?—Preguntó llevándose una mano a la frente, lamentándose.

—Nadie, vos solito quisiste venir.—Le contestó Carlos con crudeza.

James le mostró el dedo medio.

—Tenés tarjeta roja Garcia.

Carlos sonrió divertido.

—¿Estás seguro que es roja? ¿por qué no vas a consultar al VAR?

James rió, Kendall y Logan los miraron mal.

—Dejen de hacer comentarios estúpidos.—Pidió Logan.

—Si, maduren de una vez.—Exigió Kendall.

James y Carlos rodaron los ojos.

—Uy ¿escuchaste eso James? hablaron los maduros.—Se burló Carlos soltando una risita.

—Posta.—Concordó James también riéndose.—Además ya te dije Kendall que madurar es para frutas.—Le recordó con una sonrisa maliciosa, de repente recibió otro empujón.—¡Hey!—Protestó y se acomodó la camisa, o bueno... eso intentó.

Era imposible para los chicos lucir presentables luego de llevar más de media hora apretujados entre un montón de fanáticos.

—Vamos, sigamos pechando.—Los alentó Carlos.—Ya estamos bastante cerca.

—No estamos bastante cerca, estamos muy cerca.—Lo corrigió James.—Es más, en un momento fui capaz de ver a Adam pero sólo durante unos segundos porque después un fan me empujó y de un segundo a otro ya estaba rodeado.

—¿Posta?—Preguntó Kendall sorprendido, James asintió.—¿Y qué estaba haciendo?—Consultó provocando que James rodara los ojos.

—Estaba preparando brownie.—Contestó en tono irónico, Kendall le lanzó una mirada asesina.—Firmando autógrafos genio.—Añadió hablando en serio.

—¿Preparando brownie? ¿no podías inventar algo mejor para cargarlo al apaciguador?—Le preguntó Carlos a James soltando una risita.

—Tengo hambre ¿okay? no almorcé y son las 5 de la tarde, sólo puedo pensar en comida.—Se defendió James.

Kendall, Carlos y Logan se sintieron culpables porque habían comido sándwiches al mediodía y no se habían dado cuenta de comprarle uno a James.

—Deberías haber pedido algo en el restaurante antes de venir aquí.—Opinó Kendall en tono serio.

—Verdad, pero no lo hice así que ya era.—Se resignó James encogiéndose de hombros.

Kendall frunció el ceño, disconforme con el comentario de su amigo.

—¿Cómo que ya era?—Preguntó molesto, James arqueó una ceja.—Actuaste imprudentemente, tenías todo el día para venir al hotel ¿cuál era el apuro?

—Pff... ¿qué cuál era el apuro? ¿es en serio? quiero que Adam se vaya a Los Ángeles y lo sabés.—Contestó James.

Kendall rodó los ojos.

—Da igual, sigo pensando que sos un atolondrado, deberías haber comido algo antes, no puede ser que tu única comida del día haya sido el desayuno y encima bebido.—Notó que James quería decir algo pero no lo dejó hablar.—No lo negués, sólo tomaste una chocolatada.—Afirmó regañándolo, estaba enojado pero su enojo se debía a que se preocupaba por James.

—Esta vez estoy del lado del apaciguador.—Comentó Carlos con expresión seria.

—Si, Kendall tiene razón James.—Opinó Logan.—Preocupate más por tu salud.—Le recomendó en tono serio.

James rodó los ojos.

—Son unos exagerados, lo único que me pasa es que tengo hambre, no me siento mal ni nada por el estilo.—Aseguró para tranquilizar a sus amigos.

—Te puede bajar el azúcar.—Dijo Kendall aún preocupado.

Carlos y Logan asintieron.

—Nah, nada que ver...—Empezó a decir James pero Logan lo interrumpió.

—¡Ah! ¡yo tengo un caramelo de dulce de leche!—Recordó y esbozó una sonrisa victoriosa, metió una mano en el bolsillo delantero de su jean, sacó el caramelo y se lo tendió a James.—Tomá, comelo, va a ser suficiente para evitar que te baje el azúcar.

James miró con desagrado el caramelo que le ofrecía Logan.

—Que asco, está aplastado y el envoltorio tiene una pelusa.—Dijo con el ceño fruncido mientras señalaba el dulce.

Logan rodó los ojos, agarró la muñeca de James y le puso el caramelo en la palma de la mano.

—No te hagás el refinado y comelo.—Exigió en tono firme al tiempo que se cruzaba de brazos, James se quedó contemplando el caramelo que tenía en la mano y no pudo evitar hacer una mueca de disgusto, Logan le lanzó una mirada de advertencia consiguiendo que su amigo se rindiera, James suspiró, le quitó el envoltorio al caramelo y se lo llevó a la boca.—¿Estaba rico?—Preguntó Logan en tono burlón una vez que James hubo tragado el caramelo.

—Callate Mitchell.—Dijo James mostrándole el dedo medio.

Logan soltó una risita.

—Espero que esto te sirva de consejo para la próxima.—Le dijo Kendall con reproche a James.

—Dejame de sermonear...—Empezó a protestar James pero se quedó callado al sentir como alguien sacudía insistentemente su brazo, era Logan, su amigo señalaba hacia el frente con cara de sorpresa, James miró y se quedó paralizado al ver a Adam, realmente él y sus amigos habían estado cerca de los mentores de The Voice.

Los fans, que hacía unos momentos estaban delante de ellos, se habían movido dejándolos al descubierto, ahora se encontraban frente a las vallas de seguridad y cara a cara con los mentores, desde su posición James podía divisar perfectamente a Adam, Blake, Pharrell y Christina.

James volvió a mirar a Kendall, Carlos y Logan notando que sus amigos lo miraban a él, a la expectativa, James tragó saliva ya que ahora que se encontraba frente a Adam no sabía cómo actuar, no sabía qué debía hacer, se había quedado en blanco, los verdes ojos de James volvieron a aterrizar en Adam y sintió como su corazón se aceleraba, Adam tenía un semblante serio y miraba concentrado a los fans, aparentemente buscando algo o... a alguien.

De repente James cayó en cuenta de la realidad, evidentemente Adam ya lo había visto entre los fans y luego lo había perdido de vista por lo que en esos momentos lo estaba buscando, James sintió como su estómago daba un vuelco debido a los nervios, no quería que Adam lo encontrara, le bastó saber que el mentor de The Voice lo estaba buscando para arrepentirse de haber decidido ir al hotel a encararlo, no había sido una decisión inteligente ir a hacerle frente, se lamentó por no escuchar las advertencias de sus mejores amigos.

—Vamonos.—Rogó James en tono urgente mirando a los chicos, tenía que marcharse de allí antes que Adam lo viera, Adam seguía buscándolo entre la gente, en cualquier momento lo encontraría si no se movía.—Vamonos.—Repitió desesperado porque sus amigos no reaccionaban.

Kendall, Carlos y Logan lo miraban sorprendidos y confundidos, aún sin moverse de sus lugares.

—¿Qué? pero si vos quisiste venir.—Dijo Kendall desconcertado.

—Me arrepentí ¿okay? vamonos por favor.—Suplicó James.

—¿Qué onda con ese cambio de actitud? ¿acaso no querías enfrentar a Adam?—Preguntó Carlos con una ceja arqueada, sin entender el extraño comportamiento de James.

—Si pero ya no quiero ¿tan difícil es de entender? vamonos ya.—Dijo James un tanto fastidiado mientras intentaba abrirse paso entre la gente para poder escapar, el problema era que había tantos fans que apenas podía moverse, si le había llevado casi 35 minutos llegar hasta la primera fila lógicamente le iba a llevar otros 35 salir de la masa de gente.—Permiso, me quiero ir.—Le dijo apurado a una chica que se encontraba detrás de él.

—¿Ya conseguiste un autógrafo de Adam?—Preguntó la chica curiosa.

—Sorry, en serio me tengo que ir, permiso.—Aclaró James ignorando su pregunta.

—Ay, que ortiva.—Comentó la chica en tono de fastidio y chasqueó la lengua.

James soltó un suspiro de desesperación, se estaba demorando en irse, miró sobre su hombro a Adam para comprobar que aún no lo hubiera encontrado sin embargo, para mala suerte de él, Adam ya lo había localizado, lo estaba mirando fijamente con sus ojos verdes, James volteó rápidamente debido a la impresión, trastabilló y estuvo a punto de caer al suelo culpa de ese brusco movimiento pero la chica que estaba detrás de él le apoyó ambas manos en la espalda, sirviendo de apoyo.

—Cuidado.—Le aconsejó la chica a James en tono amable y retiró las manos de su espalda.

James notó que Adam esbozaba una gran sonrisa dirigida a él, el castaño elevó ambas cejas, impactado.

—¡Chicos! ¡chicos! ¡Adam me encontró!—Exclamó James agitando los brazos y tragó saliva.

Kendall, Carlos y Logan abrieron grandes los ojos al escuchar las palabras de su amigo, miraron a Adam y comprobaron que efectivamente James tenía razón, Adam lo había encontrado y no dejaba de mirarlo, la chica que estaba detrás de James se colocó a su lado y lo miró confundida.

—¿Qué? ¿de qué estás hablando?—Le preguntó desconcertada.

James no le contestó, no era capaz de responderle, además no le debía ninguna explicación, vio con horror como Adam se acercaba el micrófono a la boca y sonreía divertido ¿qué estaba tramando? no lo sabía, de lo que si estaba seguro era que no se quedaría a averiguarlo.

—¡Vamonos!—Les pidió por enésima vez a sus amigos, insistente.—¡Vamonos ya!

—Okay, tranquilo, tenés que mantener la calma.—Le aconsejó Kendall en tono apaciguador.

—¡Imposible! ¡¿viste su cara?! ¡está tramando algo! ¡lo sé! ¡no soy estúpido!—Gritó James gesticulando desesperadamente con sus manos.

Kendall, Carlos y Logan quedaron en shock, lo que James acababa de hacer era muy típico de Adam, el mentor de The Voice siempre gesticulaba con sus manos cuando quería explicar algo, ellos no fueron los únicos que se dieron cuenta de aquel detalle, Adam también lo notó y se puso muy feliz, James había heredado muchas cosas de él lo cual lo hacía sentir orgulloso.

Adam se acercó a Blake, Pharrell y Christina e intercambió unas palabras en secreto con ellos, James vio como los compañeros de Adam asentían con la cabeza y como Adam sonreía, el mentor de The Voice volvió a encarar al público.

—Hola, su atención por favor.—Habló Adam a través del micrófono, los fans hicieron silencio y lo miraron, James tragó saliva al notar que Adam lo seguía mirando, además su semblante le indicaba que algo estaba tramando, no era idea suya.—Acabamos de decidir junto a Blake, Pharrell y Christina regalarles un "Meet and Greet" a ustedes, nuestros fans, como muestra de agradecimiento por haber venido.—Anunció con una sonrisa pícara, el público estalló en gritos de euforia y alegría, todos los fans aplaudían y gritaban múltiples halagos, felices.—Gracias, muchas gracias.—Dijo Adam complacido mientras levantaba una mano y sonreía, James volvió a tragar saliva y les lanzó una significativa mirada a Kendall, Carlos y Logan, los chicos habían interpretado lo mismo que él, Adam los iba a elegir.—Escuchen lo que vamos a hacer.—Empezó a decir Adam mirando al público y luego fijando sus verdes ojos en James, sonrió con picardía.—Voy a seleccionar a cuatro afortunados que van a tener la oportunidad de hablar unos minutos con nosotros, el "Meet and Greet" se va a realizar en una de las salas del hotel y va a ser en este preciso momento.

—La puta madre.—Protestó James alterado.—Con que eso estaba tramando, nos va a llamar a nosotros.—Comentó mirando a sus amigos.

—Si, es más que obvio.—Concordó Carlos un poco nervioso, no quería ser el centro, si Adam los elegía todos los fans se iban a fijar en ellos, se miró su atuendo e hizo una mueca.—No me gusta mucho lo que me puse hoy, debería haber elegido una camisa más linda.—Dijo arrepentido.

James rodó los ojos.

—Ese no es el punto boludo ¿qué importa como estás vestido?

—La imagen es importante.—Aseguró Carlos con una mirada seria.

Adam se acercó a las vallas de seguridad y empezó a recorrerlas, pasando cerca de los fans que estaban en primera fila, quienes no paraban de vitorear y de pedir ser elegidos, Adam simulaba buscar a los seleccionados que iban a tener la oportunidad de estar en el "Meet and Greet".

James notó como Adam se acercaba más y más, quiso alejarse pero no pudo porque estaba demasiado apretujado entre los fans quienes los empujaban a él y a sus amigos hacia las vallas, Adam siguió caminando frente a las vallas hasta que se detuvo delante de James, Kendall, Carlos y Logan.

El mentor de The Voice esbozó una gran sonrisa, claramente divertido con la situación, los chicos le devolvieron la mirada y tragaron saliva. Kendall, Carlos y Logan se sentían nerviosos porque iban a ser el foco de atención, en cambio James estaba nervioso porque no se sentía preparado para encarar a Adam, no aún.

—Les aviso que ya elegí.—Anunció Adam a través del micrófono, miró al público y luego enfocó su total atención en James, Kendall, Carlos y Logan, sonrió maliciosamente.—Aquí están los cuatro afortunados.—Contó señalando a cada uno de los chicos, lentamente para que los fans los miraran.

El lugar se llenó inmediatamente de aplausos.

—Yo me largo.—Anunció James en un acto de desesperación, se dio vuelta, empujó a dos chicos que estaban en su camino y empezó a alejarse.—¡Vamos!—Les gritó a sus amigos, mirándolos sobre su hombro.

Kendall, Carlos y Logan inmediatamente lo siguieron, los fans que estaban cerca de ellos quedaron desconcertados con su comportamiento pero asumieron que actuaban así por los nervios y la timidez que les causaba ser elegidos.

Adam frunció el ceño al ver como James intentaba escapar, pensó "oh no, no te vas a escapar de mí James, no otra vez".

—Tu hijo se está yendo.—Le dijo Christina en un susurro, deteniéndose a su lado.

—¿Qué vas a hacer Adam?—Le preguntó Pharrell en voz baja.

Adam sonrió con suficiencia.

—Hablar con los de seguridad.—Contestó con tranquilidad.

Adam se acercó a un grupo de guardias y describió gesticulando con sus manos la apariencia física y la ropa de los cuatro adolescentes que había elegido.

🎤🎤🎤🎤

—¡Mierda! ¡está difícil salir de acá!—Protestó Logan codeando a la gente.

—No puedo moverme.—Se quejó Carlos preocupado, no quería llamar la atención y era obvio que iba a llamar la atención, todos los fans se iban a fijar en los cuatro seleccionados.—¡Te estoy odiando James!—Gritó molesto.—¡Mirá en el lío que nos metiste! ¡voy a pasar el papelón del siglo!

—¡Ya basta! ¡mantengamos la calma que no llegamos a ningún lado discutiendo!—Ordenó Kendall en tono de regaño.

—¡Callate apaciguador! ¡vos no llegás a ningún lado quedándote quieto!—Le aclaró Carlos con tono fastidiado.—¡Dale! ¡movete! ¡pechá a los fans si querés salvar tu dignidad!

Kendall le mostró el dedo medio y trató de abrirse paso.

—¡Empujen! ¡tenemos que escapar!—Les gritó James a sus amigos.—¡Vamos chicos! ¡hablo en serio! ¡apuren! ¡no sean tortugas!

—¡Lo estamos intentando James! ¡callate un rato! ¡tus gritos me ponen más nervioso de lo que estoy!—Gritó Kendall molesto, estaba todo despeinado, sudado y con la ropa desarreglada.

—¡Casi no se puede caminar! ¡¿por qué mierda nos metimos en esta horda de gente?!—Se quejó Logan harto.

—¡Perdón! ¡mala mía!—Se disculpó James esbozando una sonrisa tímida y pasando a duras penas entre dos fans que voltearon a mirarlo confundidos.—¡Soy un boludo! ¡no sé en qué mierda estaba pensando!

—¡Te lo advertimos!—Gritaron los chicos al unísono.

James empujaba desesperadamente a los fans que se interponían en su camino, buscando abrirse paso.

—¡Perdón! ¡permiso!—Gritaba una y otra vez.

—¡James! ¡bancame que le pido un autógrafo a Christina!—Pidió Carlos recordando que aún no había conseguido el autógrafo de su ídola.

—¡¿Estás en pedo?!—Preguntó James preocupado por la salud mental de su amigo, no podía definir con certeza si Carlos hablaba en serio o estaba bromeando.

—¡Posta te estoy diciendo! ¡quiero su autógrafo!—Aseguró Carlos desesperado.

—¡Dejá de joder!—Exigió James perdiendo la paciencia con el tema.—¡No es el momento ni el lugar! ¡tenemos que escapar!

—¡Ya sé pero realmente quiero su autógrafo!—Insistió Carlos haciendo un puchero.—¡No pierdo nada regresando! ¡de todas maneras Adam nos va a atrapar! ¡no podemos escapar! ¡nos falta atravesar una banda de gente para conseguir salir de acá! ¡no tenemos tiempo de llegar a tu auto! ¡sé realista!

—¡Okay! ¡puede ser!—Reconoció en parte James.

—¡Genial! ¡entonces me vuelvo!—Anunció Carlos con una sonrisa, tenía la intención de dar media vuelta y regresar con los mentores de The Voice pero la voz de James lo detuvo.

—¡Esperá!—Pidió ansioso, no quería que su amigo lo abandonara, estaba solo con Carlos, no tenía la menor idea de donde estaban Kendall y Logan, los había perdido de vista en su intento de huida.—¡Ya sé! ¡hagamos un trato!—Propuso sonriendo.

—¡¿Cuál trato?!—Preguntó Carlos con curiosidad.

James corrió con el brazo a un fan que estaba en su camino.

—¡Si nos atrapan yo me voy a encargar de conseguirte el autógrafo de Christina pero...!—Tomó aire y añadió.—¡Pero asegurate que eso no pase porque no quiero hablar con Adam!—Finalizó decepcionando a su amigo, quien se esperaba algo mejor.

—¡Mirá el trato de mierda que me estás ofreciendo!—Comentó Carlos y corrió a un fan para poder avanzar.—¡Bueno no importa! ¡como soy tu amigo, un buen amigo, el mejor de los amigos...!—Aseguró con falta de modestia causando que James rodara los ojos.—¡Voy a renunciar a mi autógrafo de Christina por vos!—Finalizó sonriendo.

James se alegró y esbozó una sonrisa agradecida, que Carlos renunciara a obtener el autógrafo de Christina luego de haberse mostrado tan insistente, sólo para hacerle la gamba, era muchísimo y era un gran gesto de su parte.

—¡Gracias Carlos! ¡por algo sos mi compinche!—Dijo feliz.

—¡Siempre!—Acotó Carlos sintiéndose orgulloso.

Sin previo aviso James sintió un tirón en su muñeca que le impidió seguir avanzando, volteó confundido y se encontró con un policía.

—Felicitaciones, sos uno de los adolescentes seleccionados por Adam Levine para un "Meet and Greet" que se va a realizar en este momento en una de las salas del hotel, vas a tener la oportunidad de hablar unos minutos con los mentores de The Voice.—Le informó el policía con voz monótona.

—Ya sé pero no quiero ir así que decile a Adam que elija a otro.—Dijo James molesto mientras zarandeaba el brazo, intentando zafarse del agarre del policía.—Soltame.—Exigió, el policía lo ignoró, James se enfadó.—¿Qué estás esperando para soltarme? no te lo voy a volver a pedir así que soltame ya.—El policía se dio vuelta y tiró de él, empezando a arrastrarlo hacia donde se encontraban los mentores.—¿Sos sordo? ¡que me soltés!—Ordenó James oponiendo resistencia, intentando mantenerse en el lugar, el policía lo agarró y lo subió sobre su hombro con mucha facilidad.—¡¿Qué mierda crees que estás haciendo?! ¡bajame hijo de puta! ¡no tengo ningún interés de participar en un "Meet and Greet"! ¡sólo estoy de paso así que bajame ahora mismo!

El policía rió maliciosamente al escuchar las últimas palabras pronunciadas por James.

—Si seguro que estás de paso niño.—Comentó con burla.

James frunció el ceño, ese comentario había herido su ego.

—¡No soy un niño! ¡tengo 18 años!

—Da igual, deberías estar contento, considerate afortunado que Adam Levine te haya elegido.—Le aconsejó el policía.

—¡Ese es el punto! ¡es Adam!—Explicó James desesperado.—¡No quiero que me llevés con él! ¡bajame!

El policía no le hacía el menor caso.

—¿Sabés la cantidad de fans que hay? sin embargo Adam te eligió a vos y a otros 3 chicos más, me parece que no te pusiste a pensar en eso, en la suerte que tenés, te aseguro que a los fans que no fueron elegidos les encantaría estar en tu lugar, no seás desagradecido.—Lo regañó.

—¡Andate a la mierda! ¡no pedí tu opinión!—Gritó James enfadado.

—¡James!—Lo llamó Logan de repente, James levantó un poco la cabeza y logró divisar a Logan, un policía lo llevaba cargado sobre su hombro, tal y como a él.—¡Un policía me atrapó!

—¡A mí también!—Avisó Kendall.

—¡Y a mí!—Lo secundó Carlos.—¡Alto papelón boludo! ¡decile que me baje!—Exigió molesto.

—¡No puedo hacer nada!—Aclaró James sintiéndose impotente, sus mejores amigos se encontraban en esa patética y vergonzosa situación por su culpa.

🎤🎤🎤🎤

Adam jugaba con el micrófono en sus manos mientras caminaba de un lado a otro mirando a los fans, estaba esperando ansioso que aparecieran los policías, hacía un par de minutos que se habían metido entre el gentío y aún no regresaban ¿James habría conseguido escapar? Adam lo dudaba ya que atravesar esa masa de gente debía llevar tiempo.

—¡Adam! ¡Adam!—Lo llamó una fan, ansiosa.—¡¿Me podés elegir a mí?! ¡por favor! ¡quiero tener el honor de hablar con Blake Shelton! ¡amo la música country!

—¡Yo quiero conocer a Pharrell Williams! ¡elegime Adam!—Le suplicó un fan.

—¡Elegime a mí Adam!—Pidió un chico.—¡Soy fanático de Maroon 5! ¡por favor!

—Perdón, ya elegí.—Se disculpó Adam hablando a través del micrófono.—¿Dónde están los cuatro afortunados que seleccioné?—Preguntó mientras se las rebuscaba para mirar entre las personas tratando de localizar a su hijo, repentinamente preocupado porque quizás si había conseguido escapar.

—Aquí están señor Levine.—Le avisó el policía que cargaba a James, abriéndose paso entre la gente.

Adam soltó un suspiro de alivio y luego esbozó una sonrisa radiante, el policía se detuvo frente a Adam y bajó a James, luego se reunió con el resto de los policías.

Adam le sonrió a su hijo, James esquivó su mirada y se acomodó la camisa que le había quedado desarreglada, luego trató de peinarse su castaño pelo con una mano, tenía ganas de mandar a Adam a la mierda pero no le convenía porque muchas cámaras lo estaban filmando, no quería pasar más papelones de los que ya había pasado, Kendall, Carlos y Logan se pararon al lado suyo, los policías ya los habían bajado, sus amigos estaban en las mismas condiciones que él, con la ropa desarreglada y con el pelo despeinado.

—¡Que chicos tan lindos!—Gritó de repente una chica consiguiendo que James, Kendall, Carlos y Logan se pusieran nerviosos, en esos momentos eran el centro de atención junto a Adam, Blake, Pharrell y Christina.

—¡Me enamoré!—Gritó una fan y soltó un suspiro.

—¡El chico de pelo castaño y ojos verdes es hermoso!—Gritó una chica rubia.

James se sonrojó y se rascó la nuca con una mano, evidentemente incómodo, Adam sonrió sintiéndose orgulloso y halagado de que las chicas encontraran atractivo a su hijo.

—¡El rubio de ojos verdes está tremendo!—Comentó una chica pelirroja.

—¡Todos están tremendos!—La corrigió otra chica.

Adam dio un paso hacia los chicos, James dejó de mirar a los fans y fijó sus verdes ojos en el mentor de The Voice, no pudo evitar fruncir el ceño, la sonrisa que Adam tenía en el rostro estaba empezando a fastidiarlo.

—¿Me podrían decir sus nombres?—Pidió Adam en tono inocente.—Causaron tanto furor en las fans que les aseguro que ellas quieren saber cómo se llaman.—Dijo sumamente divertido.

—¡Si!—Gritaron todas las fans al unísono.

—¿Y bien? ¿cuáles son sus nombres?—Insistió Adam sin dejar de sonreír con diversión.

—No te imp...—Empezó a decir James en tono desafiante pero recibió un codazo de parte de Kendall, en señal de advertencia.—James.—Contestó de manera hostil mientras se sobaba el brazo.

—Kendall.—Dijo el rubio.

—Carlos.

—Logan.

—¡Que lindos nombres!—Gritaron las fans, halagando a los chicos.

Adam soltó una risita, James lo miró mal, maldito Adam, le molestaba que se estuviera divirtiendo.

—Pasen por favor.—Pidió Adam alegre mientras señalaba la puerta del hotel, se sentía victorioso porque había conseguido lo que quería, finalmente iba a poder contarle la verdad a James, estaba esperando ese momento desde que Mary le contó todo, desde que se enteró de la existencia de su hijo.—¿Y? ¿no van a pasar?—Preguntó con una ceja arqueada al notar que James y los demás no se habían movido, James le dirigió su mejor mirada de odio y entró de brazos cruzados al hotel, Kendall, Carlos y Logan lo siguieron, Adam volteó a mirar a los fans.—¡Gracias a todos por haber venido!—Se despidió con un gesto de mano, los gritos de euforia no tardaron en escucharse.

—¡Te amamos Adam!—Exclamó un grupo de chicas.

Blake, Pharrell y Christina también se despidieron de los fans, luego se reunieron con Adam.

—Nosotros nos vamos a tomar un café, te dejamos tranquilo para que podás hablar con James.—Dijo Blake en voz baja, dándole una palmadita en la espalda.

—Buena suerte Adam.—Le deseó Pharrell con una sonrisa alentadora.

—Sé lo más sutil posible.—Le aconsejó Christina guiñándole un ojo.

Adam sonrió agradecido.

—Gracias.—Musitó, luego miró a Christina.—Y si, voy a ser lo más sutil posible por el bien de James.—Aseguró alejando el micrófono de su boca para que los fans no pudieran oírlo.

Los mentores de The Voice ingresaron al hotel, cuando estuvieron en el hall se dividieron, Blake, Pharrell y Christina se fueron a la cafetería y Adam se dirigió a la sala donde se encontraban su hijo y sus mejores amigos, con cada paso que daba, Adam sentía más y más ansiedad, quería contarle la verdad a James de una vez pero debía buscar la mejor manera de decírselo, lo cual iba a ser una tarea complicada porque se trataba de James, uno de los adolescentes más rebeldes y obstinados que había conocido.

Chapter 12: Capítulo 12: Meet and Greet Parte 2/2.

Chapter Text

🎤¿TENGO UN HIJO? - Versión 2🎤

🎤CAPÍTULO 12: MEET AND GREET PARTE 2/2.

James, Kendall, Carlos y Logan acababan de ingresar al hotel, en ese momento se encontraban en la recepción mientras que los mentores de The Voice seguían afuera, aparentemente despidiéndose de los fans.

—Adam y los demás mentores no van a tardar en entrar.—Comentó Logan con seguridad.

—Tenés razón Logan.—Concordó James dejando de mirar las puertas vidriadas de acceso del hotel para mirar a su amigo.—Es nuestra oportunidad, vámonos.—Añadió un tanto ansioso, sus amigos asintieron.

—Si, busquemos alguna puerta trasera.—Sugirió Carlos.

—Okay, vamos.—Dijo Kendall y empezó a caminar hacia un pasillo.

James, Carlos y Logan lo siguieron sin embargo no pudieron avanzar mucho porque los policías los habían vuelto a atrapar y los tenían cargados sobre sus hombros.

—¿A dónde creen que van?—Preguntó el policía que tenía cargado a James en tono burlón, disfrutando fastidiar a los chicos.—Tenemos la orden directa de llevarlos a la sala 15.

—¿Qué mierda decís pelotudo?—Se quejó James.—No.—Negó en tono rotundo.

—No te estaba preguntando de todas formas.—Contestó el policía cortante, empezando a molestarse e impacientarse por los constantes insultos de James, en su opinión era un adolescente malcriado, desubicado y rebelde.

—Cambiá la voz de orto con la que me estás hablando policía estúpido.—Ordenó James enojado.—Y bajame.

El policía lo ignoró y empezó a caminar.

—Vamos.—Les dijo a sus compañeros, los demás policías lo siguieron.

—Esto es una restricción de la libertad.—Dijo James furioso mientras el policía caminaba con él a cuestas por el hotel.—¿No captaste la indirecta? ¡te estoy diciendo que me bajés gorila de mierda!

—¡Bajame!—Le ordenó Carlos al policía que lo tenía arriba de su hombro.—¡¿Quién te crees que sos?! ¡por tu culpa mi camisa se está arrugando!—Protestó y empezó a patalear.

—¿Me podés bajar por favor?—Le pidió Kendall educadamente al policía que lo tenía alzado.

—Apenas lleguemos a la sala te bajo.—Le contestó el policía causando que Kendall mandara los modales a la mierda.

—¿Cuándo lleguemos a la sala decís? ¡bajame ahora mismo boludo!—Exigió el rubio pegándole un puñetazo en la espalda.

—¡Bajame! ¡bajame! ¡bajame!—Repetía Logan una y otra vez sin parar, intentando que el policía perdiera la paciencia y lo soltara.

—Que chicos más revoltosos, no entiendo por qué Adam Levine los eligió para el "Meet and Greet".—Dijo el policía que cargaba a James.

Kendall, Carlos y Logan pensaron "porque James es su hijo y nosotros somos sus mejores amigos" pero obviamente no lo dijeron, los policías subieron unas escaleras y luego entraron a una lujosa sala que se encontraba completamente vacía, dejaron a los chicos en el suelo y se retiraron cerrando la puerta tras ellos.

James corrió rápidamente hacia la puerta, agarró el picaporte y trató de abrirla pero ya era demasiado tarde, los policías los habían encerrado, la puerta estaba cerrada con llave, James se desacomodó el pelo con una mano, frustrado y volteó a mirar a sus amigos mientras se apoyaba una mano en la cintura.

—Está cerrada con llave.—Contó haciendo una mueca.

Logan rodó los ojos y se cruzó de brazos.

—Genial James, que gran plan.—Dijo con sarcasmo.—Todo salió para la mierda, ahora estamos atrapados.

James le lanzó una mirada asesina.

—Callate boludo, no sabía que esto iba a pasar.—Se alejó de la puerta y empezó a mirar la sala tratando de encontrar alguna salida, unas ventanas captaron su atención, James se acercó a una y notó con horror que estaban en el 3° piso.—Que garrón, estamos en el 3° piso.—Se lamentó apoyando una mano en el vidrio.—Obviamente no podemos escapar por acá, a menos que...—Volteó a mirar a sus amigos.—Alguien se anime a saltar y nos cuente que onda la caída.—Bromeó.

—No soy Spider-Man.—Rebatió Carlos cruzándose de brazos.

James rodó los ojos.

—Era una broma, obviamente nadie va a saltar gil, te tomás todo muy literal.—Dijo también cruzándose de brazos.

—Ah...—Musitó Carlos comprendiendo, luego frunció el ceño.—Me sorprende que tengás ánimos para hacer bromas sabiendo que Adam está viniendo hacia aquí y en cualquier momento va a entrar por esa puerta.—Comentó con un exceso de sinceridad mientras señalaba la puerta.

James tragó saliva, Logan miró mal a Carlos.

—Y después me decís que yo soy el que hace comentarios imprudentes, maldito hipócrita.

James no pensaba quedarse ahí esperando a que Adam llegara, iba a escapar como fuera, volvió a correr hacia la puerta y trató de abrirla pero era inútil.

—No se queden ahí parados.—Los regañó a sus amigos al notar que no hacían absolutamente nada.—Ayudenmé a tirar esta puerta abajo, tenemos que escapar antes que llegue Adam, no quiero enfrentarlo, esto no estaba en mis planes, se los aseguro.—Dijo desesperado.

—¿Cómo que no? si viniste hasta aquí para hablar con él.—Lo contradijo Kendall con el ceño fruncido.

—¡Pero me arrepentí! ¡traté de irme pero Adam mandó a la policía a atraparme!—Se defendió James.—Posta no me imaginaba que Adam prácticamente me iba a secuestrar...—Su voz se desvaneció al escuchar el sonido de una llave al ser girada, alguien le estaba sacando la llave a la puerta, James se apartó velozmente y se colocó al lado de sus mejores amigos.

—No te secuestré exagerado.—Comentó Adam con tono divertido entrando a la sala y cerrando la puerta tras él.

James sintió como su corazón se aceleraba debido a los nervios de reencontrarse con Adam, el mentor de The Voice se cruzó de brazos y se quedó mirando con detenimiento a James, su hijo se puso más nervioso de lo que ya estaba y se acercó un poco más a Kendall, tratando de refugiarse de la intensa mirada de Adam, no entendía por qué Adam se comportaba como si lo conociera, no comprendía por qué era especial para él, porque si, James era perfectamente consciente de que evidentemente no era un adolescente común y corriente para Adam, él, sobre los millones de fans, había conseguido destacar y obtener la atención de Adam sin proponérselo.

—No puedo creer que estés aquí James.—Comentó de repente Adam esbozando una gran sonrisa, James tragó saliva.—Admito que me sorprendiste muchísimo cuando te vi entre todos los fans, no pensaba que ibas a venir, para ser sincero eras la última persona que me imaginaba que iba a estar ahí, después de que esta mañana me amenazaras con llamar a la policía para que me vaya de tu casa... no lo podía creer, estoy muy feliz...

James no podía dejar de sentirse nervioso, luego se regañó a sí mismo por ser tan cobarde, debía mostrarse fuerte frente a Adam si quería conseguir que volviera a Los Ángeles.

—No te emocionés.—Le dijo James en tono hostil.—Si pensás que soy uno de tus tantos fans y que vine a pedirte un autógrafo dejame decirte que nada que ver, seguí participando.—Espetó cruzándose de brazos.

Adam arqueó una ceja, luego soltó una carcajada, James lo miró con el ceño fruncido ¿qué le causaba tanta gracia?

—No hace falta que me lo aclarés James, sé perfectamente que no viniste a eso pero...—Adam se cruzó de brazos y miró a James con intensidad.—Hay algo que es verdad y que no podés negar.—James arqueó una ceja y esperó que hablara.—Sigo siendo tu ídolo.—Comentó con altanería.

James elevó ambas cejas, sorprendido ¿por qué Adam le salía con esos planteos?

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.—Afirmó Adam divertido.

—Pff... nada que ver, no es cierto.—Negó James con vehemencia.

—Si, sabés que si, es más...—Lo contradijo Adam dando un paso hacia él, James tragó saliva y retrocedió el paso que Adam había dado, estaba perdiendo la valentía que había adquirido.—Te aseguro que si yo no iba hoy temprano a tu casa vos ibas a ser uno de esos tantos fans porque me acuerdo perfectamente cuando me abriste la puerta y te quedaste sorprendido e impactado de verme ¿qué quiere decir eso? que me admirás James al igual que todos los demás fans y no tratés de negarlo, vos mismo lo dijiste ¿te acordás? dijiste que junto a Blake soy tu ídolo en The Voice y que no podías creer que estés hablando conmigo, también me contaste que me seguís en Instagram...

—No tratés de confundirme.—Lo interrumpió James.—Estás mezclando las cosas Adam ¿eras mi ídolo? si, ¿ahora seguís siendo mi ídolo? no.

La expresión de Adam se tornó triste.

—¿Por qué no?

James soltó una risa amarga.

—Decime vos.—Pidió mirándolo mal.—Todo es tu culpa, no confío en vos porque ya sabías mi nombre y mi edad antes de aparecer en mi casa, además no entiendo para que carajos fuiste a mi casa en primer lugar...

Adam sonrió, recuperándose de repente de las palabras tan duras que le había dicho su hijo, recuperando la confianza.

—Eso no es motivo suficiente para que me dejés de admirar James, además...—Se encogió de hombros y añadió con confianza.—No puedo dejar de ser tu ídolo de la noche a la mañana y además...—Siguió hablando, James había querido interrumpirlo pero Adam no lo dejó.—No hice nada para que me odiés...

—Basta.—Lo interrumpió James abruptamente, no quería escuchar más porque cada palabra que Adam pronunciaba era totalmente cierta, en el fondo sabía que Adam tenía razón, a pesar de todo lo que estaba pasando seguía siendo su ídolo, no había dejado de admirarlo, lo que si era cierto era que no podía evitar estar a la defensiva en su presencia, no quería saber que era lo que Adam tenía para decirle, no quería la respuesta a todas sus dudas y preguntas y definitivamente no quería que Adam siguiera insistiendo en hablar con él, quería que lo dejara tranquilo de una vez.—¿A que querés llegar con esto?—Preguntó James fijando sus verdes ojos en Adam.

—A que deberías dejar de ser tan infantil.—Contestó Adam con crudeza.

—¿Disculpá?—Preguntó James arqueando una ceja, desconcertado y a la vez molesto con la respuesta que Adam le había dado.

—¿No te gusta escuchar la verdad? sos un infantil, un inmaduro y un caprichoso James.—Lo regañó Adam causando que James bajara la mirada, repentinamente avergonzado, quizás Adam tenía razón pero no lo reconocería.—Deberías ponerte en mi lugar, sabés que viajé desde Los Ángeles para hablar con vos, mínimo podés escucharme porque no me voy a quedar mucho tiempo, me tomé una licencia de una semana solamente, los demás mentores y yo tenemos que volver para retomar The Voice, nos fuimos apenas empezaban las Blind Auditions, todo eso ya lo sabés por ese motivo te pido que te comportés como el adolescente que sos, ya sos un chico grande, tenés 18 años...

—Dejá de darme sermones Adam.—Pidió James levantando la mirada y cruzándose de brazos.

Adam se llevó una mano a la frente, frustrado, luego bajó la mano y suspiró.

—¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?—Preguntó molesto.

James elevó ambas cejas y levantó las manos en señal de paz.

—¿Qué? no estoy haciendo nada.—Se defendió.

Adam frunció el ceño.

—Estoy cansado que me tratés mal y que me estés esquivando constantemente.—Dijo dando un paso hacia James.—Deberías dejar de intentar apartarme y escuchar de una vez lo que tengo para decirte, es una historia difícil pero tenés que escucharla, realmente no tenés opción.

—No, de ninguna manera, no vine a hablar con vos.—Comunicó James desafiante, notó que Adam quería decir algo pero se las ingenió para cambiar de tema.—¿Era necesario? digo... que hagás todo el teatrito ese.

Adam quedó desconcertado unos segundos.

—¿Qué teatrito?

—No te hagás el desentendido.—Pidió James fastidiado, Adam lo miró confundido, no entendía a qué se estaba refiriendo.—Sabés perfectamente a que me refiero.

—No, no lo sé.—Admitió Adam con el ceño fruncido.

James se armó de paciencia.

—No deberías haberme elegido para el "Meet and Greet", me hiciste pasar vergüenza.

—Ah.—Musitó Adam comprendiendo, acto seguido esbozó una sonrisa pícara.—¿Por qué no?—Preguntó inocentemente, de repente su expresión se tornó seria.—Si necesito hablar con vos James, era la oportunidad perfecta...

—¿Donde están Blake, Pharrell y Christina?—Preguntó rápidamente James, cambiando nuevamente el tema, Adam sí que era insistente.

Adam suspiró, cansado de la evasividad de James.

—No vinieron porque yo soy quien tiene que hablar con vos James.—Contestó Adam con tono serio.

James volvió a tragar saliva, esta vez no sabía qué inventar para volver a cambiar el tema, era claro que Adam no dejaría de insistir, se regañó a sí mismo por hacerse el valiente y atreverse a ir hasta el hotel para enfrentar a Adam, solito se había metido en ese lío, debería haber escuchado las advertencias de Kendall, Carlos y Logan.

—Bueno te repito que no vine a hablar, vine a hacerte frente.—Aclaró James cruzándose de brazos, Adam arqueó una ceja.—Volvé a Los Ángeles, no tenés nada que hacer aquí.—Ordenó tratando de sonar intimidante, Adam largó una carcajada, James se molestó ¿acaso se estaba riendo de él? maldito Adam.—¿Te estás riendo de mí?—Acusó James con una ceja arqueada.—¿Quién te crees...?

Adam dejó de reír y miró a James con una sonrisa de suficiencia.

—Ahora entiendo todo.—Se encogió de hombros y añadió.—Admiro tu valor James, pensaba que ibas a esquivarme, o sea que yo iba a tener que ser el encargado de buscarte para hablar pero...—Se cruzó de brazos y sonrió.—Aquí estás, me ahorraste eso.

James frunció el ceño.

—No te ahorré nada porque no vamos a hablar, no vine para eso, lo único que quiero es que te vayás a Los Ángeles, me importa poco que hayás venido a Minnesota para hablar conmigo, como yo no quiero...—Se encogió de hombros y agregó en tono firme.—Deberías volver.

Adam se puso serio de repente.

—Lamentablemente para vos, no me importa si querés o no, me vas a escuchar.—Sentenció, notó que James lo miraba indignado, su hijo pensaba rebatir pero se le adelantó.—No puedo creer que hayás pensado que viniendo hasta este hotel a pedirme que me vaya lo iba a hacer.—Se burló soltando una risita, James frunció el ceño.—No me pienso ir James, a ver si te queda claro, vine por vos.

James empezó a alterarse, miró a Kendall, Carlos y Logan en busca de ayuda, sus amigos no habían comentado absolutamente nada desde que estaba hablando con Adam, habían estado todo el rato callados, los chicos le devolvieron la mirada y luego miraron rápidamente hacia otro lado ¿era joda? ¿realmente pensaban no decir nada? ¿no pensaban saltar en su ayuda? James volvió a mirar a Adam.

—No entiendo... no tiene sentido, por más que piense no encuentro una respuesta lógica.—Admitió sumamente frustrado, Adam lo miró con lástima, James fijó sus verdes ojos en él, su expresión era de tristeza.—¿Por qué yo?—Se atrevió a preguntar mientras se señalaba el pecho con su dedo índice.

James dudó ¿había sido correcto preguntar? no quería saberlo, o... quizás si, ya no sabía lo que quería, lo único de lo que estaba totalmente seguro era que estaba cansado de sentir incertidumbre, quizás lo mejor era que se rindiera y escuchara a Adam ¿no?

Adam avanzó hacia él, James se contuvo de retroceder, se cruzó de brazos y puso su mejor mirada de pocos amigos para intentar parecer intimidante.

—No lo entendés porque no me dejás hablar.—Dijo Adam con obviedad.—Dame una oportunidad James, escuchame, por favor.—Rogó juntando sus manos en señal de ruego.

James suspiró, no sabía qué hacer.

—No es justo ¿por qué a mí me tiene que pasar todo esto? yo no lo pedí.—Protestó desconsolado.

—Créeme que yo tampoco, me hubiera gustado saberlo antes.—Susurró Adam para sí mismo.

James lo miró muy confundido.

—¿Eh? ¿de qué estás hablando? ¿saber qué?

—Que vos sos...—Empezó a decir Adam por inercia, a punto de confesar pero James lo interrumpió, repentinamente asustado.

—¡Basta Adam! ¡no quiero escucharte!—Gritó alterado.

Adam se cubrió el rostro con sus manos unos segundos, James sí que era difícil, por un momento pensó que iba ceder y le iba a dar la oportunidad de hablar pero se había equivocado, James aún se negaba a escucharlo, obviamente Adam sabía que tenía la opción de decirle "sos mi hijo" sin ningún tipo de advertencia previa pero no quería tomar ese camino, quería ir por las buenas, quería que James estuviera dispuesto a escucharlo, no quería lanzarle semejante bomba así como así, quería ser lo más sutil posible por el bien de James, tenía que tener en cuenta que su hijo ni siquiera sabía que era adoptado.

—James...—Empezó a advertir retirando las manos de su rostro y mirando a James con seriedad.

James negó con la cabeza y retrocedió un poco.

—Te dije repetidas veces que no pienso hablar con vos...

Adam lo interrumpió.

—Pero si es lo que estamos haciendo genio.—Comentó con una ceja arqueada.—¿Cuántos minutos llevamos hablando?—Su comentario causó que James se enfureciera.

—No te burlés de mi boludo.

Kendall, Carlos y Logan quedaron con la boca abierta, se sorprendieron de que James se hubiera atrevido a decirle "boludo" a Adam Levine, su padre, bueno... era cierto que James todavía no sabía que Adam era su padre, aún así se había atrevido a decirle "boludo" a un mentor de The Voice, eso sí que era tener confianza.

—James, yo no soy Kendall, Carlos o Logan, no me podés hablar así, no me podés decir cualquier cosa.—Aclaró Adam repentinamente serio.

James se encogió de hombros, indiferente.

—Tenés razón Adam, sos menos, no sos ni mi amigo, serás un famoso pero nada más allá de eso, en mi vida no sos nadie ¿okay? por eso te puedo hablar como yo quiera.—Espetó en tono prepotente mientras se cruzaba de brazos.

Adam rompió la distancia que lo separaba de James, sujetó a su hijo de ambos brazos y lo miró con seriedad.

—Soy mucho más de lo que vos crees.—Confesó, James lo miró con una ceja arqueada ¿de qué estaba hablando? trató de zafarse de su agarre pero Adam lo sujetó con más firmeza para evitar que escapara y lo zarandeó con suavidad, intentado que James lo mirara, una vez que los verdes ojos de su hijo estuvieron sobre él, Adam prosiguió.—Ahora me vas a escuchar James, hablo en serio, ya me cansé de tratar de convencerte, no me queda otra que decírtelo sin más, así que quierás o no me vas a escuchar, no te vas a escapar de nuevo, voy a hablar con vos bien directo y no me importa si están todos aquí presentes porque todos lo saben menos vos y ya va siendo hora de que te enterés.

—¿Qué estupideces estás diciendo Adam?—Preguntó James sumamente nervioso.—¡Soltame!

Adam estuvo a punto de confesar, estuvo a punto de decirle a James que era su padre pero el sonido de la puerta al ser abierta lo distrajo, todos miraron hacia allí, James aprovechó la distracción de Adam para zafarse de su agarre.

—Disculpen la interrupción pero hay una niña llamada Katie en la recepción.—Anunció uno de los empleados del hotel.—Está preguntando por su hermano, dice que se llama Kendall Knight y que es uno de estos chicos.—Comentó mirando a James, Kendall, Carlos y Logan.

—Es mi hermanita.—Saltó Kendall sorprendido.

¿Qué hacía Katie allí? Kendall pensó que quizás era lo mejor porque Adam había estado a punto de confesarle a James la verdad, pensó que tal vez a Adam le convenía decírselo al día siguiente como tenía pensado desde antes que fueran al hotel ya que James se encontraba muy alterado, Kendall pensaba que no era conveniente que le revelara a James que era su padre en ese momento pero no se había atrevido a hablar porque sentía que no le correspondía meterse, suponía que Carlos y Logan pensaban lo mismo que él ya que tampoco habían hablado en ningún momento.

—Tenemos que irnos.—Les dijo Kendall a James, Carlos y Logan.

—Si, vámonos.—Accedió James aliviado, era la oportunidad perfecta para escapar, quiso avanzar pero Adam lo sujetó del brazo y lo jaló hacia él, James volteó a mirarlo.

—Vos no te vas a ningún lado.—Sentenció, James frunció el ceño, indignado, Adam miró a los amigos de su hijo y luego volvió a mirar a James.—Kendall, Carlos y Logan pueden irse pero vos te quedás conmigo, tenemos que hablar de algo serio, basta de juegos, ya estás grande como para comportarte como un niño caprichoso.

—¿Quién mierda te crees que sos para hablarme así y para darme órdenes?—Preguntó James mostrándole el dedo medio con su mano libre.—Soltame ya.—Exigió zarandeando su brazo para soltarse del agarre de Adam.

Adam ignoró su rabieta.

—Te quedás, punto.—Ordenó en tono firme.

—¿Ah sí?—Preguntó James con una ceja arqueada, desafiante.—Deteneme.

Volvió a mover su brazo y esta vez consiguió soltarse del agarre de Adam, James sonrió victorioso, sin perder tiempo corrió con la intención de marcharse pero no consiguió salir ya que Adam se encontraba parado en la puerta delante de él, bloqueándole la salida, James se revolvió su castaño pelo con una mano, frustrado, maldito Adam, sí que era veloz, el mentor de The Voice lo había primereado porque había adivinado sus intenciones, sabía con antelación que James pensaba escapar.

—James hablo en serio, antes me vas a escuchar.—Dijo Adam con el ceño fruncido, se cruzó de brazos y se apoyó en el marco de la puerta, había perdido la paciencia.

—No quiero.—Protestó James haciendo berrinche.—Movete ya Adam, quiero salir.

Adam suspiró rendido, no podía negar que estaba ansioso por hablar con James pero le parecía que no era prudente en ese momento, lo mejor era esperar como tenía previsto antes de que su hijo apareciera en el hotel, en milésimas de segundo el mentor de The Voice tomó una decisión, iba a dejar que James se fuera con sus amigos pero al día siguiente iría a su casa a buscarlo para hablar con él.

—Okay, andate con tus amigos.—Dijo Adam en tono resignado mientras se hacía a un lado para que James pudiera salir.

James quedó con la boca ligeramente abierta, sorprendido, pensó "¿qué onda?".

—¿De... de verdad?—Preguntó sin poder creerlo, luego se dio cuenta que estaba quedando como un estúpido ya que parecía que estaba esperando el consentimiento de Adam para irse así que se corrigió.—Quiero decir... obvio que me voy a ir porque yo hago lo que quiero, vos no me podés dar órdenes, a ver si te queda claro de una vez porque ya te lo dije repetidas veces...

Kendall lo sujetó del brazo y tiró de él, tratando de llevárselo.

—Basta James, dejá de discutir.—Ordenó el rubio y volvió a jalar a James.

Su amigo opuso resistencia.

—No, soltame Kendall, no terminé, Adam me va a escuchar y de ahí nos vamos.—Dijo James en tono firme, ahora que Adam le había dicho que se podía ir se sentía más valiente.

Kendall suspiró y le soltó el brazo.

—No seás tan agresivo con Adam.—Pidió el rubio en tono de regaño mientras se cruzaba de brazos.

Adam miró agradecido a Kendall, en cambio James miró sorprendido a su amigo ¿qué acababa de decir? ¿estaba de su lado o del lado de Adam? James estaba dudando.

—Que forro que sos Kendall, callate, si vas a hacer comentarios estúpidos no hablés, aparte...—Se encogió de hombros y añadió.—No pedí tu opinión.—James volvió a mirar a Adam.—Y vos no te atrevás a buscarme ¿okay?—Ordenó señalando a Adam con su dedo índice y luego entrecerrando los ojos.—Chau.—Adam sonrió divertido, a James no le salía hacerse el malo ni amenazarlo, sin embargo no dijo nada porque ya no quería seguir discutiendo.—¿Qué te da gracia Adam? ¿de qué te reís? ¿tengo algo en la cara?—Preguntó James enojado.

Kendall miró a Carlos y Logan, sus amigos se encogieron de hombros, el rubio rodó los ojos, de repente se acordó de Katie así que volvió a sujetar a James del brazo.

—Vamos James, Katie me está esperando.—Insistió arrastrando a su amigo y finalmente consiguiendo sacarlo de la sala.

Carlos y Logan los siguieron, no sin antes dirigirle una mirada a Adam, cuando los cuatro adolescentes estuvieron fuera Adam soltó una risita, James era muy rebelde, quizás demasiado pero era el hijo que siempre había querido tener y eso lo hacía muy feliz.

Notes:

Muchas gracias por leer! :D

Series this work belongs to: