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Hace mucho tiempo, vivíamos en una ciudad llena de vida y esperanza, una ciudad donde animales de todas las especies convivían en armonía. ...Zootopia...era un lugar vibrante, rebosante de colores y dónde todos podían ser lo que desearán. Pero un día, todo cambió.
Al volver de una misión en las islas de los Mares del Sur, fui testigo de cómo nuestra amada ciudad se convirtió en una pesadilla. Sebastián Wolford, un lobo ingeniero y empresario, era una figura respetada y admirada en la ciudad. Era el líder de la compañía WolfTech, cuyos avances tecnológicos prometían mejorar nuestras vidas. Pero su ingenio y recursos al final solo atrajeron un nuevo problema. Los sombreros ayudantes. Sombreros de bombín robóticos con múltiples accesorios y habilidades para ayudar a los mamíferos en sus tareas de la vida cotidiana. La gente estaba emocionada por este nuevo y maravilloso producto, pero nadie imagino lo que pasaría después.
Los sombreros resultaron tener la habilidad de controlar la mente de su portador y entonces empezaron a esclavizar a la población animal, convirtiéndolos en sus marionetas. Intentamos escapar, escondernos, resistir, pero su fuerza era implacable. Aquellos que cayeron bajo su influencia caminaban por las calles como zombies, con movimientos lentos y miradas perdidas, cazando a aquellos que no tenían sombrero para someterlos de la misma forma. Nos enfrentamos a la tristeza y horror de ver a nuestros seres queridos transformados en marionetas sin voluntad.
A medida que la opresión de los sombreros ayudantes se extendía por toda la ciudad de Zootopia, un grupo de sobrevivientes de la catástrofe nos dimos cuenta de que necesitabamos encontrar una forma de escapar de la ciudad y acabar con la influencia de los sombreros malvados.
Los animales no controlados por los sombreros nos reunimos en secreto, en lugares ocultos y abandonados de la ciudad. Con temor y tristeza, compartimos historias de como nuestros seres queridos habían sido sometidos al control de los sombreros y lamentamos su incapacidad para liberarse.
Desesperados por encontrar una solución, algunos miembros de la resistencia organizaron misiones de rescate, adentrándose sigilosamente en las áreas industriales controladas por los sombreros para tratar de salvar a aquellos que aún no habían sido convertidos en marionetas y habían sido aprisionados hasta que se lograrán fabricar más sombreros.
Sin embargo, a pesar de su valentía y determinación, sus esfuerzos fueron en vano. Los sombreros ayudantes, eran extremadamente poderosos y hábiles para detectar cualquier intento de resistencia. Los animales más fuertes de la ciudad, incluyendo a los miembros del ZPD ahora controlados, se movían con lentitud y miradas perdidas, patrullaban las calles en busca de nosotros y otros posibles sobrevivientes para someternos a la voluntad de sus nuevos amos. Pero eso no fue suficiente para los sombreros, así que comenzaron a diseñar robots más grandes pilotados por ellos mismos para acelerar la cacería de sobrevivientes y la producción de más sombreros como ellos.
A medida que las misiones de rescate fracasaban una y otra vez, la desesperanza y el horror se apoderaron de nosotros. Presenciamos cómo esos pobres sobrevivientes capturados, antes vivos y autónomos, también cayeron bajo la influencia de los sombreros. La impotencia y la tristeza nos consumían, sabiendo que la ciudad que una vez conocimos y amamos se estaba transformando en un lugar oscuro.
Con el tiempo, la influencia de los sombreros ayudantes se expandió más allá de los límites de Zootopia. Los trenes, cargados de sombreros, se dirigieron hacia otras ciudades vecinas, llevando consigo el destino sombrío que había consumido a la vibrante metrópolis.
A medida que la dominación de los sombreros se extendía, los animales de diferentes ciudades quedaron atrapados en el mismo ciclo de control y opresión. Aunque algunos mamíferos intentaron organizarse y resistir, la superioridad numérica y tecnológica de los sombreros era abrumadora.
Finalmente, llegó el día en que los sombreros ayudantes dominaron completamente al mundo. La voluntad de Doris, el sombrero original, y su plan de dominación se habían cumplido, y nadie había sido capaz de detenerla. La sociedad animal quedó atrapada en un estado de esclavitud, trabajando sin descanso para la producción de más sombreros mientras los diversos ecosistemas de la ciudad fueron reemplazados por estructuras industriales con forma de sombrero.
A pesar de los intentos valientes y desesperados de los sobrevivientes por escapar y protegerse, su resistencia no fue suficiente para contrarrestar la maquinaria de los sombreros ayudantes. La tristeza y la impotencia se instalaron en nuestros corazones, mientras el mundo se sumía en la oscuridad.
Han pasado 5 años desde entonces. Hoy, soy uno de los pocos sobrevivientes que quedan, ocultándome con la resistencia, en las sombras de lo que alguna vez fue mi hogar. Recordando con amargura los días de libertad y anhelando el amanecer de un nuevo día, donde la opresión de los sombreros haya desaparecido.
Esta es la historia de cómo los sombreros ayudantes dominaron nuestra ciudad y nuestro mundo, y cómo luchamos por escapar de su control implacable. Puede que estemos sumergidos en la oscuridad ahora, pero la esperanza aún vive en nuestros corazones, esperando el día en que la luz vuelva a brillar en Zootopia y en el mundo entero.
Lobo: ¡Savage!. Debemos volver al cuartel.
Jack Savage: (mirando a la ciudad) Voy enseguida.
El conejo con rayas negras en la cara se dió la vuelta y siguió a su compañero tras recordar el pasado.
Continuará...