Archive of Our Own ^beta

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La gente de cada imperio (algunos están en más de un imperio):

Imperio antartico:

- Technoblade

- Niki

- Philza

- Ranboo

Imperio menor:

- Tubbo

- Ranboo

- Tommy

- Purpled

Imperio mayor:

- George

- Dream

- Punz

- DreamXD

Imperio nevadas:

- Sapnap

- Quackity

- Karl

- Ponk

- Sam

Imperio desertico:

- Eret

- Foolish

- Puffy

Imperio rojo:

- Bad

- Skeppy

- Antfrost

L'manberg:

- Jshlat

- Wilbur

- Fantasmas

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Era un día frio de invierno en el norte del imperio, donde los cuatro gobernadores tenían una reunión, Technoblade, Philza, Niki y Ranboo, quién era parte de la alianza del imperio, el imperio "menor".

Los cuatro estaban hablando de su mayor enemigo, "Imperio Nevadas".

Niki-"Necesitamos pararlos de una vez, o van a terminar matando a gente del imperio"

"No si yo los mato primero" dijo Techno listo para agarrar las armas i acabar con ellos, pero Ranboo, el más joven lo paró diciendo "pero Techno, ¿Qué crees que pasará si atacamos sin un plan de nuevo? Debemos asegurarnos de que estamos mejor preparados que ellos!"

Philza-"Ranboo tiene razón! Y todos vosotros sabéis que Kristin puede devolver a gente de la muerte, ¡es la diosa de la muerte!"

Techno decidió hacerles caso y todos prepararon sus armas, comida y equipaje antes de ir a la plaza de la villa cercana donde todos los pobladores vivían, y dieron un discurso.

Techno-"como todos vosotros debéis saber, el imperio Nevadas ha estado atacando nuestro reino, así que hemos hecho un plan para pararlos."

Philza-"En primer lugar, tengo dos cosas que clarificar: 1. Tenemos a Kristin, la diosa de la muerte de nuestro lado, así que ella revivirá a todos los pobladores caídos. Y 2. ninguno, repito, ninguno de vosotros batallará a nuestro lado."

Niki-"Lo siguiente que debéis saber es que he enseñado personalmente a algunos de vosotros a cocinar, así que ninguna de las tiendas de comida va a cerrar."

Ranboo-"Y finalmente, el imperio menor se ha aliado con nosotros para que no os falte ningún tipo de ayuda."

Después del discurso, los cuatro tomaron sus caballos y se dirigieron al Imperio Nevadas, para intentar parar toda la muerte y caos que habían traído al imperio.

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"Chicos, me estoy empezando a preocupar, ha pasado un DÍA ENTERO y Ranboo no ha vuelto, ¡Dijo que era solo un pequeño encuentro!" Tubbo dijo preocupado, "Ya lo se, ¿Quizá le podamos mandar una carta?" contestó Purpled, segudo de Tommy "SI ESTÁ DESAPARECIDO LA CARTA NO LE LLEGARA, ESTÚPIDO"

Lo que ellos no sabían era que Ranboo se había anticipado y enviado una carta.

*ding* una campanita sonó, notificando al grupo de que algo había llegado, asustando a Tubbo en el proceso.

"AHHHHHH" gritó el chico, "Diós mio Tubbo, me has asustado" Contestó Purpled.

"¿Uhhhh, chicos? Ranboo nos ha enviado algo..." Dijo Tommy con un tono calmado (algo muy extaño en el).

"¿¡Que es?! ¿¡Que es?!" Tubbo preguntó preocupado por su marido (/p)

"Es solo una carta" contestó Purpled examinando el objeto, seguido de un "Dejad que lo lea"

"Hey, chicos!

Siento mucho no haber podido volver a casa, yo y los otros miembros del Antartico hemos decidido atacar el imperio Navadas y hemos tenido que ir a prepararnos, volveré en un més listo para governar con vosotros.

Con cariño, Ran.

PD: Tubbs, por favor dile a Michael que lo voy a hechar mucho de menos"

"Le voy a hechar de menos chicos..." Dijo Tubbo pensando en su pequeño hijo Michael

"Tubs, te ayudaremos a cuidar del niño, no te preocupes"

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Quackity estaba en su despacho, revisando diferentes estrategias para luchar contra el imperio antártico. Ya habían conseguido matar a muchos de los ciudadanos del enemigo, pero no era suficiente, sabía que tenían a Kristen de su lado, la diosa de la muerte, así que no era mucho daño el causado.

Oyó que llamaban a la puerta, así que se levantó y se acercó. "Quackity, querido, ¿puedo entrar?" Dijo Karl. Quackity abrió la puerta "Por supuesto" le contestó. "Llevas una eternidad en esta habitación, necesitas ir a tomar el aire". Explicó Karl, quien estaba más tranquilo que de costumbre, lo que le dio a Quackity una señal de que Karl estaba preocupado como mínimo.

"Estoy bien, querido. No te preocupes» Respondió Quackity, tratando de hacer que la preocupación de Karl desapareciera “Solo necesito encontrar una buena estrategia”. "Si te quedas aquí sólo conseguirás estresarte más, lo que te hará más difícil dar con una buena estrategia". "Por favor, escúchame y ve a tomar un poco de aire fresco" Insistió Karl. Quackity suspiró, no tenía nada que decir contra la lógica de Karl, "Vale, ¿Te apetece que pasemos un rato en el sofá tú y Sap?". Karl finalmente sonrió y cogió la mano de Quackity, llevándolo al dormitorio que compartían y pudiendo por fin descansar.

-*-*-*-

Sam estaba patrullando por el reino, era el comandante de los caballeros y tenía que asegurarse de que todos trabajaban como se suponía que debían hacerlo y de que nada malo ocurría en el imperio. 

Cuando pasaba por delante de su casa, oyó que su marido le llamaba. Sam miró hacia Ponk, "Hola, cariño. ¿Qué necesitas?". “Punz me ha enviado una carta hoy. Hay una epidemia en su imperio y necesitan ayuda. Saldré mañana, sólo quería que lo supieras cuanto antes” Informó Ponk, arreglándose la máscara que obviamente se había puesto con prisas. “¿Quieres que vaya contigo? No me gustaría que te pasara nada, al fin y al cabo tienes que cruzar el Imperio Rojo... Ya sabes lo crueles y agresivos que son, es casi como si estuvieran poseídos o algo así…” Responde Sam, mostrando preocupación en su voz. “Oh, tienes razón... ¿Enserio vendrías conmigo?”. Pregunta Ponk esperanzado. “Por supuesto, estamos casados, daría mi vida por ti”. Sam sonrió a Ponk y siguió hablando “Iré a avisar a los gobernantes y volveré. Espérame aquí, ¿vale?”. “Sí, querido. Empezaré a empaquetar mis herramientas médicas” Ponk volvió a entrar en la casa y Sam empezó a regresar al castillo.

-*-*-*-

Quackity estaba de vuelta en su despacho, ahora con sus maridos, cuando oyeron que llamaban a la puerta. Karl se acercó a la puerta y la abrió, dejando entrar a Sam. “Hola, Sam. ¿Qué necesitas?” Preguntó Quackity. “Bueno, Ponk tiene que ir mañana al Gran Imperio, y quería informaros de que voy con él, es mi marido y tiene que pasar por el imperio Rojo para llegar allí, no quiero que le pase nada malo” Explicó Sam.

Los gobernantes asintieron en señal de aceptación y le dejaron volver con su marido para que se preparara para el viaje.

Sam volvió a su casa y entró en ella, pero tuvo una sensación extraña, como si algo faltara o estuviera fuera de lugar. Siguió avanzando hacia el interior de la vivienda, acercándose al dormitorio que compartían. Pero cuando entró, se encontró con un desorden absoluto (Algo que a Ponk no le gustaría ni permitiría) y una ventana rota.

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Quackity estaba en su despacho, revisando diferentes estrategias para luchar contra el imperio antártico. Ya habían conseguido matar a muchos de los ciudadanos del enemigo, pero no era suficiente, sabía que tenían a Kristen de su lado, la diosa de la muerte, así que no era mucho daño el causado.

Oyó que llamaban a la puerta, así que se levantó y se acercó. "Quackity, querido, ¿puedo entrar?" Dijo Karl. Quackity abrió la puerta "Por supuesto" le contestó. "Llevas una eternidad en esta habitación, necesitas ir a tomar el aire". Explicó Karl, quien estaba más tranquilo que de costumbre, lo que le dio a Quackity una señal de que Karl estaba preocupado como mínimo.

"Estoy bien, querido. No te preocupes» Respondió Quackity, tratando de hacer que la preocupación de Karl desapareciera “Solo necesito encontrar una buena estrategia”. "Si te quedas aquí sólo conseguirás estresarte más, lo que te hará más difícil dar con una buena estrategia". "Por favor, escúchame y ve a tomar un poco de aire fresco" Insistió Karl. Quackity suspiró, no tenía nada que decir contra la lógica de Karl, "Vale, ¿Te apetece que pasemos un rato en el sofá tú y Sap?". Karl finalmente sonrió y cogió la mano de Quackity, llevándolo al dormitorio que compartían y pudiendo por fin descansar.

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Sam estaba patrullando por el reino, era el comandante de los caballeros y tenía que asegurarse de que todos trabajaban como se suponía que debían hacerlo y de que nada malo ocurría en el imperio. 

Cuando pasaba por delante de su casa, oyó que su marido le llamaba. Sam miró hacia Ponk, "Hola, cariño. ¿Qué necesitas?". “Punz me ha enviado una carta hoy. Hay una epidemia en su imperio y necesitan ayuda. Saldré mañana, sólo quería que lo supieras cuanto antes” Informó Ponk, arreglándose la máscara que obviamente se había puesto con prisas. “¿Quieres que vaya contigo? No me gustaría que te pasara nada, al fin y al cabo tienes que cruzar el Imperio Rojo... Ya sabes lo crueles y agresivos que son, es casi como si estuvieran poseídos o algo así…” Responde Sam, mostrando preocupación en su voz. “Oh, tienes razón... ¿Enserio vendrías conmigo?”. Pregunta Ponk esperanzado. “Por supuesto, estamos casados, daría mi vida por ti”. Sam sonrió a Ponk y siguió hablando “Iré a avisar a los gobernantes y volveré. Espérame aquí, ¿vale?”. “Sí, querido. Empezaré a empaquetar mis herramientas médicas” Ponk volvió a entrar en la casa y Sam empezó a regresar al castillo.

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Quackity estaba de vuelta en su despacho, ahora con sus maridos, cuando oyeron que llamaban a la puerta. Karl se acercó a la puerta y la abrió, dejando entrar a Sam. “Hola, Sam. ¿Qué necesitas?” Preguntó Quackity. “Bueno, Ponk tiene que ir mañana al Gran Imperio, y quería informaros de que voy con él, es mi marido y tiene que pasar por el imperio Rojo para llegar allí, no quiero que le pase nada malo” Explicó Sam.

Los gobernantes asintieron en señal de aceptación y le dejaron volver con su marido para que se preparara para el viaje.

Sam volvió a su casa y entró en ella, pero tuvo una sensación extraña, como si algo faltara o estuviera fuera de lugar. Siguió avanzando hacia el interior de la vivienda, acercándose al dormitorio que compartían. Pero cuando entró, se encontró con un desorden absoluto (Algo que a Ponk no le gustaría ni permitiría) y una ventana rota.

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Bad estaba de vuelta en la red de túneles bajo las montañas que formaban el imperio Rojo. Solo que no estaba solo, un Ponk desmayado estaba atado a su caballo. El imperio había decidido secuestrarlo para intentar atraer a Sam a su imperio y poder acabar con ambos.

-*-*-*-

Ponk empezó a recobrar el conocimiento, se encontró encadenado a la pared de lo que parecía ser una especie de cueva o mazmorra medieval. Intentó permanecer lo más tranquilo posible y decidió ahorrar energía descansando y durmiendo un poco.

Miró a su alrededor, la habitación era pequeña y fría, la roca que le rodeaba estaba teñida de un color rojizo y había enredaderas rojas con pinchos a su alrededor. Ponk oía una débil voz que provenía del fondo de su mente, no era su propia voz, lo sabía, pero poco a poco se iba apoderando de la totalidad de su cerebro y sus pensamientos.

-*-*-*-

Bad se abrió paso por los pasillos del sistema de cuevas subterráneas hasta llegar al centro, donde le esperaban Skeppy y Ant.

“Lo atrapé”, anunció.

Skeppy y Ant le sonrieron.

“¿Así que sólo tenemos que esperar a que su maridito venga a buscarlo?”. Preguntó Skeppy.

“Sí, no debería tardar mucho, sabiendo lo sobreprotector que puede llegar a ser”. Añadió Bad

“Apuesto a que va a estar tan cegado por su ira que ni siquiera será capaz de luchar como es debido”, rió Ant.

Ahora, sólo tenían que esperar a que el pez mordiera el anzuelo.

-*-*-*-

Sam había iniciado finalmente su camino hacia el imperio rojo, sabiendo que eran ellos los que se habían llevado a su marido, ya que en su casa habían quedado las mismas enredaderas rojas características de aquel imperio.

Había traído consigo su caballo, espada y pociones de daño y curación, dispuesto a luchar contra todos los emperadores rojos que se le presentaran.

Todo esto le enfurecía, ¿por qué los rojos le arrebatarían a su amado? Que él supiera, nunca había hecho nada para enfurecerlos, así que la única explicación posible era que los emperadores rojos estuvieran intentando deshacerse de él, y debilitar al imperio Nevadas en el proceso.

Cuando llegó a la entrada del sistema de cuevas, se apeó del caballo, ató al animal a un poste de la valla que había traído consigo y comenzó a descender por las cavernas.

Al principio, todo lo que encontró fueron enredaderas y rocas, pero a medida que fue descendiendo, empezó a encontrar signos de vida y actividad humana, como algunas mesas de crafteo o inscripciones en las paredes.

Cuanto más avanzaba, más salas laterales y pasillos encontraba, era básicamente un enorme laberinto. Se dio cuenta de que las inscripciones de las paredes estaban en galáctico antiguo, un idioma que Ponk conocía y había intentado enseñar a Sam, así que recordó el significado de algunos de los símbolos.

Intentó leer uno de los nombres del pasillo. «- o i - a -» ¿Cocinas, tal vez? Pasó al siguiente, «- w -  - d - a - s». ¿Celdas? Tal vez Ponk estaba encerrado allí.

Sam se adentró con cautela en aquel pasillo, pasando por delante de celdas llenas de cuerpos en descomposición, o de gente con fuertes signos de tortura que no podía saber si seguían vivos o ya se habían ido con los dioses.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal del guerrero, había perdido a tanta gente y presenciado tantas muertes, pero aun así, solo pensar en encontrar a Ponk unos instantes demasiado tarde le daba ganas de llorar, una sensación casi extraña que no había sentido en mucho tiempo.

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Hola gente, tengo un problema....

Vi el accidente de Dream y lo juro, todos los creadores de contenido hacen que sea MUY DIFÍCIL para mí continuar esta historia. Quiero hacerlo, pero no quiero que la gente piense que soy partidario de ellos o algo así. Con el mordedor de Brighton simplemente lo eliminé, pero no puedo borrar la mitad de los personajes.

Si sabeis lo que podría hacer, se agradecen mucho las ideas.

Con cariño, Fiulanda113