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Formados en un círculo, Anthony, Tory, Robby, Hawk, Demetri, Sam y Miguel realizaban estiramientos mientras Daniel seguía conversando con uno de los padres presentes en el dojo.
"Míralos, parecen como cuervos rondando", expresó Anthony con disgusto.
"Oye, estás hablando de los padres de nuestros amigos. Sam, ¿quieres decir algo?", se quejó Demetri.
"Esta vez le daré la razón a mi hermano", respondió Sam molesta mientras estiraba los brazos. "Mis padres llevan apenas dos días separados y todas estas personas vienen aquí en busca de algo".
"¿Te molestaría que ellos rehicieran sus vidas?", preguntó Miguel.
"No es eso lo que estamos diciendo", se apresuró a contestar Anthony. "Pero observen las miradas de esos hombres y mujeres, parece que están acechando a mi padre".
"Papá ni siquiera se ve cómodo, quiere terminar la conversación, pero es demasiado amable como para alejarse", dijo Sam.
"Alguien debería acercarse a ayudar", opinó Tory.
"Sí, bueno, creo que esa persona será el sensei Lawrence", señaló Hawk.
"Y no tiene un rostro amigable", añadió Demetri.
Demetri tenía razón, Johnny no se sentía nada tranquilo con un grupo de desconocidos alrededor. No era porque ese tipo estuviera molestando a Daniel, por supuesto que no, simplemente porque estaban retrasando el inicio de la clase. Aunque LaRusso parecía verdaderamente incómodo, el desconocido seguía acercándose sin importarle que Daniel se apartara.
"Un amigo mío, dueño de un restaurante elegante, me dijo que...", eso fue lo que hizo perder la paciencia de Johnny. ¿Quién se creía ese tipo para intentar salir con su Daniel? Aunque, por supuesto, nunca admitiría que había tenido ese pensamiento. Sin importarle las consecuencias, se acercó a los dos hombres. Tan pronto como estuvo al lado de LaRusso, Johnny entrelazó su mano con la de Daniel. Ignorando el saludo del desconocido, le habló al oído.
"Toma mi mano y no la sueltes", dijo Johnny en voz baja. Daniel asintió. "No quiero interrumpir, pero ya han pasado 10 minutos y no puedo empezar la clase sin mi chico", esta vez lo dijo en voz alta para que el odioso tipo lo escuchara claramente.
Todas las voces se desvanecieron, dejando paso a una conmoción silenciosa. Nadie esperaba que esas palabras salieran de la boca del sensei Lawrence. Aunque para los hijos de Daniel, era mejor que su padre estuviera con alguien conocido. Nunca se sabe qué secretos podrían esconderse al conocer a alguien nuevo.
"Yo...", el hombre estaba muy avergonzado. "No sabía que ustedes, bueno, no sabía que estaban juntos". Sam tomó una foto discretamente, si no lo hacía, Amanda le reclamaría.
"Nuestra intención era esperar a que mi divorcio fuera oficial para hacer las cosas de la manera correcta", respondió Daniel.
"Oh, lo entiendo. Yo tengo que ir a trabajar, hasta luego", el hombre se apresuró a irse. Detrás de él, salieron el resto de los padres con rostros desencajados y las esperanzas rotas.
"Buena estrategia, sensei Lawrence, alejar a los padres con una relación ficticia", felicitó Demetri.
"En realidad", comenzó Daniel sin soltar la mano de Johnny. "El sensei Lawrence y yo íbamos a hablar con ustedes hoy después de terminar el entrenamiento, pero parece que los planes se desviaron un poco".
"¿Eso significa que Johnny y tú están oficialmente juntos?", preguntó Sam con esperanza.
"Así es, el sensei LaRusso y yo tuvimos una conversación donde expresamos nuestros sentimientos. Porque expresar lo que sentimos es importante, así que si les gusta alguien, anímense a decírselo", Daniel sonrió enamorado. "Pero el momento romántico ha terminado", dijo Johnny cambiando de tono. "Sus padres nos hicieron empezar la clase tarde, así que extendemos el horario de entrenamiento. Será mejor que elijan un compañero y comiencen a practicar sus movimientos".
"Sí, sensei", respondieron todos haciendo lo que Johnny había pedido.
Daniel esperó a que todos sus estudiantes estuvieran concentrados en sus actividades antes de darle un corto beso a Johnny.
"¿Estás libre hoy?", preguntó Johnny.
"Siempre estoy disponible para ti, sensei Lawrence", respondió Daniel.
Tal vez sus estudiantes no estaban completamente atentos en sus propias actividades, ya que todos vitorearon al escuchar la respuesta del sensei LaRusso, lo que hizo que la pareja se sonrojara.
"Muy bien, se han ganado una carrera alrededor del dojo durante 10 minutos", gritó Johnny para disfrazar su nerviosismo.