Archive of Our Own ^beta

Miro el collar e infló el pecho con orgullo, era una jodida belleza y en el cuello de Basil lucía condenada mente sexy y bonito... Carajo lo ponía cachondo nada más verlo a la distancia.

El cuero negro lucía llamativo resaltando la piel blanca de su prometido y las piedras incrustadas en el brillaban a la mínima luz que le era dirigida; se relamió los labios mientras lo miraba acercarse.

—Sígueme viendo así y tendré que darte un trapeador, babeas todo el piso—

Chasqueo la lengua indignado, pero por dentro no iba a negar que era cierto, otra cosa sería que lo admitiera en voz alta.

—Todo un puto encanto—

Respondió con una media sonrisa y tomó la mano que le ofrecía para besar el dorso.

Los flashes de las cámaras no se hicieron esperar captando el momento como algo romántico mientras ellos se lanzaban algunos insultos y palabras cizañosas con sonrisas que a la distancia podrían parecer palabras bonitas por como el par se miraba uno al otro.

Los titulares de todos los periódicos y revistas al día siguiente tendrían la foto de ambos y un titular cursi y en general diría que la guerra entre ambas naciones por fin había terminado y algo de negociaciones de paz que ya estaban firmadas.

Lo que a él más le importaría entonces sería la fotografía, la cual mandaría a ampliar y enmarcaría para colocarla en algún lugar visible donde todos lo vieran y cuando preguntarán contaría con lujo de detalle todo acerca de esa noche.

Que la comida de Sanji había sido una cosa bárbara, que si no estuviera tan perdidamente enamorado de Basil definitivamente Sanji estaría en la mira.

Que Law por fin se había amarrado las pelotas y le propuso matrimonio al Vinsmoke, algo discreto porque a Sanji no le gustaba ser el centro de atención y que el estaba feliz por el par de tórtolos que estaban enamorados uno de otro desde que a ambos les salieron granos.

Que Drake se había tenido que tragar su orgullo y felicitarlo de manera sincera y que el tuvo que tragarse toda la satisfacción que sentía para no cantarle varias verdades a la cara.

Que Basil se había embriagado con solo dos tragos y que mientras bailaban le tuvo que sujetar con un poco más de firmeza para que no se tropezara y cayera, también contaría orgulloso como le había susurrado al oído que quería perderse un rato y respirar aire fresco, pero lo que realmente buscaba era otra cosa.

Lo que no contaría sería que desaparecieron después del baile oficial y todos los putos protocolos de la nobleza y que entraron a una de las habitaciones que servía como bodega, que la ropa les estorbo para poder tocarse a fondo, que las hormonas, la calentura y la emoción les ganaron en aquel momento y que ese collar, ese hermoso y lindo collar que el mismo había hecho había sido el único impedimento para que marcará a Basil con sus colmillos.