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Language:
Español
Stats:
Published:
2023-12-28
Updated:
2025-04-11
Words:
28,716
Chapters:
17/?
Comments:
12
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88
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3
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5,164

K-Pop Spanking One-Shots

Summary:

One-shots de spanking disciplinario de boy groups de kpop.

Pedidos abiertos.

Los fandoms, etiquetas y personajes se irán agregando a medida que avance la historia.

Chapter 1: Robo [Tomorrow x Together]

Summary:

Soobin persigue y le da una lección al ladrón que acaba de robar el banco.

Chapter Text

Cuando Soobin llegó a la escena del crimen, el ladrón acababa de escapar.  Maldijo por lo bajo y le indicó a su compañero Taehyun que se quedara para verificar que nadie estuviera lastimado, mientras tanto él persiguió al ladrón.

Se dio paso a una persecución entre un vehículo corriente sin placa y un carro de policía con las luces encendidas y la alarma sonando, haciendo que todo el que estuviera cerca mirara lo que sucedía.

Poco a poco fueron alejándose del centro de la ciudad, yendo cada vez más hacia el denso bosque que había cerca, donde nadie podría ser testigo de lo que fuera a suceder ahí dentro.

Terminaron por llegar a una zona montañosa, donde el ladrón no encontró ninguna forma de huir, por lo que simplemente golpeó el volante con fuerza por la frustración.

- Manos sobre la cabeza, no vas a escapar más. - Soobin le apuntaba con una pistola, desde la ventana.

El ladrón no tuvo de otra que obedecer, llevó sus manos detrás de su cabeza y vio atentamente como el oficial de policía abría la puerta y sacaba unas esposas.

Soobin lo esposó dejando sus manos detrás de su espalda y lo sacó del vehículo dejándolo arrodillado en el suelo, luego le quitó la máscara que cubría su rostro y al ver quien era soltó un suspiro molesto.

- Por favor, no actúes como si no te lo esperaras. - El ladrón bufó.

- Quería creer que no eras tú. Primero te metías en peleas callejeras, vandalizabas lugares públicos, fumabas y bebías siendo menor de edad, después empezaste a robar tiendas y a traficar drogas, y ahora robas un banco ¡¿Estás loco, Choi Yeonjun?! - Preguntó exasperado.

- ¿Tantos años saliendo conmigo y recién te lo preguntas? - Yeonjun calló cuando Soobin le dio una mirada mortal.

- ¿Qué voy a hacer contigo? - El oficial suspiró cansado.

- ¿Darme amor y cariño? - Propuso con esperanza de que el mayor lo perdonara.

- Ya quisieras. Parece que no aprendiste la lección la última vez ¿Qué te dije que pasaría si volvías a meterte en problemas?

- Vamos Soobin no hablas enserio, no hay necesidad de hacer eso, lo devolveré todo, lo prometo, no más problemas. - Yeonjun se puso sumamente nervioso, Soobin no podía hacerle eso ¿O sí?

- ¿Qué te dije Yeonjun? - El oficial preguntó de forma tan seria que Yeonjun comenzó a sudar.

- Q-que ob-obtendría el c-cinturón. - Yeonjun sintió el corazón en la garganta, Soobin no podía estar planeando pegarle con eso en serio. Soobin siempre había sido muy cariñoso y paciente con él, no había razón para que eso cambiara, tal vez se metía en problemas de vez en cuando, pero eso nunca había sido un problema.

- Exacto, desde que empezamos a salir acordamos que cuando cometieras un crimen en lugar de encerrarte tras las rejas como debería hacer, te daría un castigo, y la última vez te dije que usaría el cinturón si volvías a hacer algo malo, pensé que la advertencia había sido suficiente, durante un buen rato no hiciste nada, pero tal parece que solo estabas planeando tu peor delito, obtendrás un castigo realmente fuerte por eso.

- N-no Soobin, por favor no. No volveré a hacer nada malo, por favor no lo hagas. - Empezó a suplicarle dejándose llevar por el miedo. En su día a día Yeonjun solía ser bastante grosero con el mayor, lo quería, pero no podía tomárselo en serio como una figura de autoridad, pero en situaciones como esta, dónde ya tenían un acuerdo y lo que dijera en el momento no cambiaría el resultado, dejaba de ser grosero y trataba de verse miserable para que Soobin sintiera pesar de él. 

El problema es que eso nunca funcionaba.

- Has dicho lo mismo cada vez, Yeonjun. Siempre dices que no lo volverás a hacer, pero mírate, nunca aprendes y cada vez haces cosas peores. Esto se acaba hoy, te daré un castigo que nunca podrás olvidar.

Aterrado, Yeonjun se levantó rápido y trató de correr, pero Soobin lo sujetó de la camisa, impidiendo que avance mucho.

- ¡Suficiente, Yeonjun! Si no querías que te castigara no debiste haberte metido en problemas.

Yeonjun siguió retorciéndose mientras Soobin lo arrastraba, el oficial lo obligó a recostar su torso sobre la parte delantera del auto, con una mano lo sostuvo en la posición, mientras que con la otra comenzaba a quitarse su cinturón.

-S-Soobinnie, por favor, yo te quiero mucho. - Yeonjun rogó.

- Yo también te quiero, es por eso que lo hago.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- OWW. - Yeonjun gritó con fuerza mientras intentaba levantarse, sin embargo, Soobin no lo permitió.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SAMCK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK 

- OWW. Para, por favor. - Yeonjun empezó a llorar, aunque siempre era escandaloso en los castigos, esta vez estaba siendo mucho peor. Si cuando Soobin utilizaba cualquier tipo de objeto ya se volvía un infierno para él, tomar su cinturón que era jodidamente grande, pesado y grueso era imposible.

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- OWW, SOOBIN.

- ¡Basta! Si no dejas de gritar te quitaré la ropa ¿Eso quieres?

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- N-no, l-lo siento. - Yeonjun lloró con más fuerza, dolía demasiado.

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Yeonjun se mordió los labios con fuerza y pateó el carro, no era capaz de controlar el dolor.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK 

- Está vez fuiste demasiado lejos Yeonjun, si vuelve a pasar algo así no será solo el cinturón, lo recibirás sobre tu trasero desnudo.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- Oww. N-no pasará de nuevo.

- Eso espero.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- S-Soobin, por favor.

- ¿Robaste un banco y esperas que sea suave contigo? No hemos terminado Yeonjun, esto será largo.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

Yeonjun perdió la noción de los golpes, en algún punto simplemente no encontró fuerza para gritar o retorcerse, así que solo lloró y deseó internamente que terminara pronto.

Pero cuando terminó y finalmente tuvo sus manos libres, estaba demasiado adolorido para siquiera notarlo.

- Yeonjun, se acabó ¿Estás bien? ¿Fui muy duro?

Yeonjun se levantó lentamente con ayuda de Soobin y luego abrazó fuertemente al oficial.

- L-lo siento.

- Tranquilo, ya pasó.

Ambos estaban disfrutando del abrazo cuando la radio de Soobin sonó.

- Oficial, todo el lugar fue registrado, no hay bombas o algún tipo de amenaza y todos están ilesos ¿Capturó al ladrón? - Se escuchó la voz de Taehyun a través del aparato.

Soobin le hizo una señal a Yeonjun para que permaneciera callado y fue hasta su radio para responder.

- Creí haberlo atrapado, pero al final se me escapó, al menos no fue capaz de llevarse el dinero, volveré a la estación de inmediato.

Cuando Soobin terminó volteó a ver a su novio y lo encontró con un puchero en los labios.

- ¿No puedo conservar nada del dinero?

Soobin lo miró molesto. - ¿Tengo que volver a usar mi cinturón?

Yeonjun se calló y actuó como si no hubiera dicho nada.

- Ven, sube al baúl te llevaré a casa primero.

- No me gusta el baúl, es muy pequeño y oscuro.

- Es la única forma de que no te vean.

Yeonjun lo miró mal, pero aun así obedeció.

 

Chapter 2: Prohibido fumar [THE BOYZ]

Summary:

Kevin hacía su trabajo como de costumbre, iba entre los vagones del tren ofreciendo distintas cosas a los pasajeros y estando pendiente por si alguien lo necesitaba.

Cuando se encontró con un pasajero que no seguía las normas de la agencia.

Chapter Text

 

Kevin hacía su trabajo como de costumbre, iba entre los vagones del tren ofreciendo distintas cosas a los pasajeros y estando pendiente por si alguien lo necesitaba.

Tenía que reconocer que su trabajo no era particularmente prestigioso o algo a lo que un niño aspiraría, sin embargo, él lo amaba. Siempre disfrutó de los viajes en tren que hacía su familia, así como amaba ayudar a la gente, y ese trabajo combinaba ambas cosas a la perfección, sin mencionar que se veía increíblemente guapo con el uniforme.

Al llegar a los vagones de atrás se encontró con una de las pocas cosas que no le gustaban de su trabajo, un pasajero que no seguía las normas de la agencia.

Sabía muy bien que la mayoría de los pasajeros no leían el documento que tenían que firmar a la hora de comprar su tiquete, documento donde se indicaba las cosas que no podían hacer y las consecuencias que conllevan, pero Kevin pensaba que fumar era algo que podían intuir no estaba permitido, aunque no hubieran leído el documento, pero incluso así, casi en todos los viajes se encontraba un pasajero que le dejaba claro que no es tan obvio como él piensa.

Y esta vez no fue la excepción.

- Disculpe, señor, no está permitido fumar en el tren.

El pasajero lo volteó a ver con una expresión seria y exhalo el humo del cigarrillo justo en la cara de Kevin.

- No veo que en ningún lado diga que está prohibido.

Kevin sintió como empezaba a molestarse por la actitud del pasajero.

- Estaba escrito en el documento que firmó. Por favor entrégueme el cigarrillo. - Trató de decirle de una forma amable, aunque cada vez le era más difícil mantener la calma.

- ¿Por qué haría eso?

Kevin perdió cualquier rastro de amabilidad que pudiera conservar en ese momento y finalmente actuó como se supone debió hacer desde un comienzo.

- Señor, venga conmigo. - Dijo completamente serio.

Tal vez por su cambio de actitud, pero el pasajero por primera vez hizo lo que le dijo y lo siguió hasta el último vagón del tren.

El vagón era mucho más pequeño que todos los demás, y tenía únicamente una mesa con dos cajones y una biblioteca llena de carpetas.

- ¿Cuál es su nombre? - Kevin preguntó, volviendo a su tono amable.

- Ju Hak Nyeon.

Kevin asintió y buscó un poco entre las carpetas de la biblioteca, luego le dio un documento de varias hojas a Hak Nyeon, quien lo miró un poco extrañado.

- Es el documento que usted firmó cuando compró su tiquete, por favor lea en voz alta el tercer párrafo de la segunda página.

El pasajero lo miró raro durante un poco más de tiempo antes de obedecer.

- Está prohibido fumar dentro del tren, la consecuencia por incumplir esta norma de la agencia es un castigo físico. - Hak Nyeon se quedó viendo la hoja, completamente desconcertado, luego levantó la mirada y vio como Kevin sostenía una paleta de cuero que no tenía idea de dónde había salido. - Debe estar bromeando ¿¡Cómo carajos esta va a ser una regla!? ¿Al menos es legal?

- Le puedo asegurar que lo es. Ahora señor Ju, por favor entrégueme el cigarrillo y apóyese en la mesa, terminemos con esto para que ambos podamos volver a nuestros asuntos.

- ¡Estás loco si cree que voy a dejar que haga algo así!

- Siga leyendo el documento. - Kevin dijo de forma calmada.

Hak Nyeon sentía que estaba perdiendo la cabeza, nada de lo que decía el documento tenía sentido, y ese sentimiento solo incrementó al leer lo que decía a continuación.

En caso de que el pasajero se niegue a recibir el castigo tendrá que bajar del tren en la siguiente estación sin excepción alguna.

Hak Nyeon no podía creer una palabra de lo que leía, era simplemente ridículo, ¿qué clase de agencia era esa?

- La próxima estación está a tan solo diez minutos, mientras que su destino está a más de siete horas. Tiene dos opciones señor Ju, le recomiendo que lo piense bien.

Hak Nyeon podía sentir como empezaba a molestarse, pero por más absurdo que resultara todo, tenía un trabajo importante en la ciudad a la que viajaba y no podía permitirse bajarse del tren como si nada.

Por eso, aunque odiara la idea con todo su ser, le entregó el cigarrillo a Kevin y se volteó para poder apoyarse en la mesa.

- Tomó la decisión correcta, Señor Ju. - Dijo Kevin mientras apagaba el cigarrillo en un cenicero escondido en la biblioteca.

Luego se acercó a Hak Nyeon y no dudó en empezar el castigo.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

Hak Nyeon se retorció un poco con los primeros golpes, nunca había pasado por algo similar y no pensó que fuera a doler tanto.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

No pudo evitar soltar un grito de dolor, no estaba para nada preparado para tomar un castigo.

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Kevin no se extrañó cuando Hak Nyeon empezó a patear el suelo, todos lo hacían.

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Después de terminar, Kevin guardó la paleta de cuero y el documento que le había pasado a Hak Nyeon.

- Asegúrese de leer todo lo que firma de ahora en adelante. Vuelva a su asiento cuando esté listo, señor Ju. Espero no volver a verlo fumando.

- De por sentado que no lo haré. - Logró decir Hak Nyeon antes de que Kevin saliera del vagón.

Chapter 3: Secreto 1/2 [ATEEZ]

Summary:

Una de las reglas que Ateez tenía que seguir cuando recién debutaron era que no podían usar sus celulares. No todos los miembros seguían esa regla.

Chapter Text

Ateez acababa de debutar. La felicidad que sentían era inmensa, pero también lo eran las responsabilidades y presiones que se acumulaban con cada día que pasaba.

Tener un rendimiento perfecto en sus actuaciones, realizar la mayor de actividades posibles para acercarse con sus fans, la viva competencia de la industria, las estrictas reglas de la empresa, la constante incertidumbre de si su música le gustará a la gente. Eran demasiadas cosas que no los dejaban descansar como corresponde cuando tenían la oportunidad.

Esto los llevó a actuar de formas de las que no se enorgullecen. Ocurría de vez en cuando, no era algo seguido. Alguno de los miembros se escabullía en la noche para comer algo a causa de la ansiedad y el estrés, ignorando la dieta que les imponía la compañía, se presentaban peleas absurdas entre ellos o simplemente rompían alguna regla sin ser conscientes de todo lo que conlleva.

Hongjoong entendía perfectamente las razones de los miembros para actuar así, a veces actuaba como si no hubiera visto nada y los dejaba ser, a veces los regañaba seriamente, y cuando iban demasiado lejos se veía en la obligación de castigarlos.

Cuando se estaban preparando para su debut la empresa les aconsejó buscar un método para disciplinarse entre ellos, la convivencia diaria de ocho personas en algún punto traería problemas, aunque quisieran evitarlos era imposible no tener algún choque en ningún momento.

El grupo tomó el consejo y hablaron al respecto, les costó mucho llegar a un acuerdo, pero terminaron optando por castigos físicos. No fue algo que les gustara, pero pensaron que sería necesario considerando el carácter de la mayoría.

Aunque los miembros menores solían sacar de quicio a Hongjoong, todavía le resultó difícil castigarlos, pero tomó la decisión de ser fuerte y afrontar eso como el líder del grupo. Hasta el momento no se había visto en la necesidad de castigarlos muchas veces, y recordaba tan vívidamente cuando tuvo que hacerlo, que cada mañana rogaba para sí mismo que no se metieran en problemas para no tener que volver a hacerlo.

Había castigado a todos los miembros al menos una vez, a todos menos uno. Seonghwa nunca había hecho nada lo suficientemente grave como para ser castigado y eso era uno de los más grandes alivios del líder. Castigar al mayor sería algo sumamente difícil para él y deseaba nunca tener que hacerlo, sin embargo, ese día se dio cuenta de que el momento había llegado.

Lo que sentía al ver lo que tenía enfrente se podía explicar con una simple palabra, decepción.

Una de las muchas reglas que tenía que seguir Ateez en ese momento, era que no podían usar sus celulares. Aunque fue algo difícil de aceptar para algunos al comienzo, todos pusieron de su parte y respetaron la norma. O al menos eso creía Hongjoong, pero ahora ve que estuvo equivocado, a uno de los miembros no le importó y la rompió de todos modos.

Cuando estaba tratando de dormir en lo que Seonghwa se iba a bañar escuchó una alarma proveniente de un celular, pensó que había escuchado mal y trató de ignorarlo, pero luego de un par de minutos volvió a sonar y se dio cuenta de que no era su imaginación. Siguió el sonido y al levantar la almohada de Seonghwa encontró el celular del que venía la alarma. En ese momento sintió su sangre hervir como hacía tiempo no le pasaba. Iba a matar a Seonghwa.

Lo que más le molestó es que no era un solo celular, el muy desgraciado tenía dos.

Cuando Seonghwa entró a la habitación solo con una toalla alrededor de su cintura, Hongjoong no dudó en verlo con toda la molestia que sentía en ese momento.

- ¿Qué es esto? - Le preguntó secamente.

- Oh… lo encontraste.

Hongjoong tenía ganas de reírse en su cara por toda la furia que sentía. Seonghwa ni siquiera era capaz de disculparse o lucir arrepentido, es más, parecía que no le importaba en absoluto.

- ¿Se puede saber qué haces con esto? Sabes que no podemos tener celulares.

- La empresa no lo sabe, así que no veo el problema.

Hongjoong sintió su sangre hervir. - ¿¡No ves el problema!? Las reglas están por algo y tú las estás rompiendo sin una buena razón. ¡Sabes que si se llegan a enterar no eres el único que se meterá en problemas!

- Es solo un celular, deja de exagerar. - Le restó importancia.

Hongjoong de verdad no podía creerlo. - ¡Ni siquiera es solo uno! - Perdió cualquier rastro de razón y caminó furioso hacia el mayor, lo tomó del brazo y lo arrastró hasta su cama, donde lo obligó a recostarse sobre su regazo.

- ¿Qué crees que estás haciendo? - Seonghwa trató de levantarse, pero el menor no lo permitió.

- Enseñarte una lección. - Hongjoong le arrebató la toalla y no dudó un segundo en golpearlo con fuerza.

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- Oww, Hongjoong, suéltame.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- No, no te irás de aquí hasta que te disculpes adecuadamente. - Trató de tranquilizarse, si seguía así de molesto terminaría lastimando a Seonghwa y no quería hacer eso.

- ¡No hice nada malo!

La calma no le duró mucho.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- OWW.

- ¿¡No hiciste nada malo!? ¿¡Romper las reglas te parece poca cosa!?

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

- ¡Es una regla absurda!

- ¿¡Qué importa si es absurda!? ¡Sabías en lo que estabas metiendo cuando firmaste el contrato! ¡Si no ibas a cumplir las reglas no debiste haberlo firmado! ¡De todos modos no es como si hicieras falta! - Hongjoong habló sin pensar, dejándose llevar por el enojo. Pero se arrepintió tan pronto como escuchó a Seonghwa llorar. Sabía que por más que el mayor no hubiera recibido un castigo antes y que él estaba siendo más fuerte de lo que debería seguía sin ser suficiente para llorar, para gritar, maldecir y tratar de escapar sí, pero no para llorar de ese modo, así que era obvio que sus palabras eran la razón de eso.

Se detuvo de inmediato y levantó a Seonghwa con cuidado para poder abrazarlo.

- ¿No soy necesario en el grupo? - El mayor sollozó contra su hombro.

- Por supuesto que lo eres. Eres fantástico en el escenario y todo el tiempo estás ayudando a ordenar un poco el caos que es nuestra vida actualmente, lo estás haciendo muy bien y no podríamos seguir sin ti. Lamento lo que dije, dejé que el enojo me nublara y perdí el control de mis palabras. Eres necesario para el grupo y sé que a veces seguir las reglas no parece tan importante, especialmente si no entiendes para qué están. Perdón por lastimarte con mis palabras, no las decía en serio.

Seonghwa siguió llorando contra él, abrazándolo con fuerza. Poco a poco se calmó y fue capaz de responderle. - Está bien, sé que no piensas así. Lamento haber usado un teléfono a escondidas.

- Está bien, no es tan grave. Tenías razón, estaba exagerando, perdón.

Ambos siguieron abrazados un largo rato, pidiendo perdón por lo que habían hecho y asegurándole al otro que todo estaba bien y que no estaban enojados. Luego de un tiempo, Seonghwa rompió el abrazo para poder ver a Hongjoong con una expresión lamentable.

- No ha terminado ¿Cierto?

El menor negó. - Rompiste una regla directa de la empresa, sabes que si lo descubren nos afectará a todos, además te negaste a reconocerlo. No lo manejé bien antes, mereces que te traten mejor sin importar que hayas hecho, especialmente siendo tu primera vez, debí ser más comprensivo. Vamos a terminar tu castigo, luego si quieres darme uno por la forma en que te hablé y traté lo recibiré sin quejarme. Te desharás de los celulares y podremos olvidarnos de esto ¿Está bien?

Seonghwa asintió y con un poco de nervios se volvió a acostar sobre las piernas del líder. Hongjoong le avisó que iba a empezar y esperó una confirmación antes de iniciar.

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- Mmm. - Seonghwa tuvo que morderse el labio para no gritar, las lágrimas volvían a caer de sus ojos y estaba sorprendido del inmenso dolor que sentía cuando recién empezaba. Ahora entendía las quejas de los maknaes sobre los castigos de Hongjoong.

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- Seonghwa.

- ¿S-sí?

- Por favor deja de morderte el labio, te vas a lastimar. Está bien que llores o grites, nadie te va a juzgar por eso.

El mayor asintió y se disculpó.

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- OWW ¿Por qué duele tanto? - Se quejó.

- Es el punto. Lo siento. Prometo que no será mucho más, no seré tan duro con tu primera vez.

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Seonghwa no entendía que parte de eso era no ser tan duro. En ese punto ya estaba sollozando y rogando porque terminara.

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- OWW, Hongjoong, p-por favor.

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Hongjoong puso una mano en su espalda cuando empezó a retorcerse y a patear. - Trata de quedarte quieto, terminará pronto.

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- ¿Cuándo es pronto? - Preguntó cansado, sentía que llevaba una eternidad sobre su regazo.

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Seonghwa soltó un fuerte grito y sintió como le empezaba a faltar el aire, pero antes de que pudiera perder el control Hongjoong se había detenido y había empezado a consolarlo.

- ¿En qué mundo eso fue suave? ¿Qué diablos les haces a los demás?

Hongjoong solo se disculpó y acarició su cabello. Cuando Seonghwa se calmó miró a la puerta con un suspiro. - Sé que están ahí afuera, dejen de ser cobardes y entren. - Miró molesto a los seis miembros que entraron, todos eran unos entrometidos.

- ¿Qué sucedió? ¿Por qué castigaste a Hwa hyung? - Yunho preguntó, preocupado.

- No es de su incumbencia. - Les dijo seriamente. - Seonghwa les dirá si quiere hacerlo.

El mayor sintió que se sonrojaba cuando todos los miembros centraron sus miradas expectantes y preocupadas sobre él. - Tenía un teléfono en secreto. - Fue todo lo que les dijo. Las miradas de los miembros eran raras, algunas preocupadas, otras sorprendidas y otras culpables. Era sospechoso y Hongjoong no lo iba a dejar pasar, así que le preguntó a quien sabía le diría la verdad sin pedirla dos veces.

- Yeosang, ¿Hay algo que me quieras decir?

El menor lo miró asustado y con ganas de huir, pero sabiendo lo que le convenía respondió su pregunta con la verdad. - Seonghwa hyung no es el único que tenía un celular a escondidas.

Hongjoong miró a todos con furia, todo el enojo que había tratado de calmar volvió a explotar. - Escúchenme bien porque no lo voy a repetir. Cualquiera de ustedes que tenga algún teléfono escondido va a traerlo en este instante y se preparará para tener el trasero ardiendo por una semana. Si me llego a enterar que tenían uno y no lo trajeron en este momento recibirán el cinturón, así que les sugiero que no tienten su suerte. - Todos lo miraron con miedo y el líder se sintió aún más molesto cuando la mayoría salió de la habitación. - Algún día de estos los voy a matar.

Seonghwa sabía que no era enserio, pero no pudo evitar ponerse tenso. - Por favor no lo hagas.

Chapter 4: Secreto 2/2 [ATEEZ]

Summary:

Una de las reglas que Ateez tenía que seguir cuando recién debutaron era que no podían usar sus celulares. No todos los miembros seguían esa regla.

Chapter Text

 

— Escúchenme bien porque no lo voy a repetir. Cualquiera de ustedes que tenga algún teléfono escondido va a traerlo en este instante y se preparará para tener el trasero ardiendo por una semana. Si me llego a enterar que tenían uno y no lo trajeron en este momento recibirán el cinturón, así que les sugiero que no tienten su suerte. — Hongjoon dijo enfadado, asustando a los menores. Y se sintió aún más molesto cuando la mitad salió de la habitación. — Algún día de estos los voy a matar.

Seonghwa sabía que no era enserio, pero no pudo evitar ponerse tenso. — Por favor no lo hagas.

Hongjoong rodó los ojos y vió incrédulo a los tres miembros que seguían parados al otro extremo de la habitación.

— ¿Están seguros de que no tienen un celular? Es la última oportunidad que les doy para que vayan.

— En serio, hyung. No tenemos uno. — Yunho le aseguró, Yeosang y Jongho asintieron.

— Voy a creerles, no hagan que me arrepienta. — Los tres menores asintieron. — Ahora vuelvan a lo que estaban haciendo antes de ponerse a chismosear aquí. — Suspiró después de que se fueron. — Tú ponte ropa y sécate el cabello, no quiero que te enfermes.

— ¿Sabes que a veces suenas muy brusco incluso al decir cosas lindas? — Se quejó antes de obedecerlo.

— Si no lo hago y me permito ser suave en los momentos en que debo ser estricto terminaré desmoronándome cada vez que me toque castigarlos. — Se defendió.

— No tienes que hacer esto solo. Prometo que ayudaré más de ahora en adelante. — Dijo dándole un abrazo. — Y está bien que te desmorones de vez en cuando, te ayudaré a volver a levantarte.

— Gracias.

Escucharon un pequeño golpe en la puerta, donde Mingi, San y Wooyoung estaban de pie luciendo ansiosos y cada uno con su celular en la mano.

— Dejen sus celulares en la cama de Seonghwa y arrodillense. — Les ordenó, volviendo a su modo serio.

Los tres obedecieron sin pensarlo dos veces.

—  Ustedes tres sabían que estaban rompiendo una regla de la compañía al tener celulares escondidos ¿No es así?

— S-sí, hyung. — Todos respondieron.

— ¿Y sabían que si los atrapaba recibirán un castigo?

— Sí.

— Entonces no hay nada más que decir. Mingi ven acá.

El menor lo miró con nervios y lentamente se puso de pie. Fue directo a recostarse sobre el regazo del líder, pero con una mirada de advertencia recordó que debía quitarse la protección primero.

SMACK

Hongjoong comenzó tan pronto como tuvo a Mingi en su regazo.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

— ¡AH! ¡Lo siento!

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

— Realmente lo sentirás cuando termine.

Hongjoong cubrió rápidamente todo el trasero del menor con fuertes golpes y no se detuvo sin importar los gritos, las súplicas o lo mucho que se retorciera Mingi. Mantuvo un ritmo constante hasta que dejó de pelear y su trasero estuvo de un rojo brillante.

Ayudó a Mingi a levantarse y lo sentó con cuidado en sus piernas, dejando que llore en su hombro todo lo que necesite. El pobre no podía hacer otra cosa que sollozar, pero de todos modos se disculpó como pudo.

— Shh. Está bien, ya se acabó. Estás perdonado, solo no lo vuelvas a hacer ¿si?

Mingi asintió y abrazó con fuerza al líder. Durante un rato no hubo ningún ruido en la habitación a excepción de los cada vez más suaves sollozos e hipidos de Mingi. Cuando el menor finalmente se recompuso, Hongjoong le pidió suavemente que fuera junto a Seonghwa mientras él se encargaba de los otros dos.

Después de ver a Mingi en los brazos del mayor, volteó a ver a los dos chicos que seguían arrodillados frente a él. Ambos temblaron notoriamente cuando sintieron la mirada del líder sobre ellos.

— Choi San, ven para acá.

San lo miró con ojos de perrito regañado tratando de conseguir que se apiadara de él.

— Hyuung, lo siento. — Se disculpó con un puchero.

— Es bueno escuchar eso, ahora ven para acá. — Le ordenó con seriedad.

San soltó un suspiro triste antes de rendirse y hacer lo que le dijo. Se levantó y caminó hasta él con una absurda lentitud considerando que sólo era un par de pasos. Al estar a tan solo medio paso empezó a quitarse la protección, nuevamente demorandose una eternidad. Hongjoong no pudo con la impaciencia, así que tan pronto como San se quitó los pantalones lo agarró del brazo y lo arrojó sobre su regazo, quitándole la ropa interior él mismo.

— ¡Hyung! — Se quejó por el trato brusco.

— No actúes como si no te lo hubieras buscado. — Rodó los ojos. — Voy a empezar. — Avisó antes de soltar el primer golpe que le quitó fácilmente el aliento a San.

SMACK

— Mmm.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

— No quiero volver a verte rompiendo las reglas de la compañía, San. Incluso si parecen absurdas, están por una razón.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK 

— Ow, lo entiendo. No lo volveré a hacer, lo siento.

Hongjoong asintió y continuó con el castigo sin decir nada más. Poco a poco los quejidos de San se volvieron ruidosos gritos y empezó a retorcerse, tratando de alejar su trasero de la infernal mano del líder.

— Quédate quieto. — Lo regañó dándole un golpe particularmente fuerte.

SMACK 

— AH, l-lo siento.

San no volvió a moverse después de eso, dolía bastante y no podía dejar de llorar, pero simplemente lo aceptó y tomó el resto del castigo sin batallar. 

El castigo se terminó cuando el trasero de San estaba tan rojo como el de Mingi. Lo levantó suavemente de su regazo y lo abrazó, dejando que esconda su rostro en su pecho.

San lloró incluso por más tiempo del que lloró Mingi. Hongjoong se dió cuenta de que debió pensar las cosas mejor, todavía tenía que castigar a Wooyoung, pero conseguir que San lo soltara sería imposible.

— Sannie. — Lo llamó dulcemente después de que su llanto se había calmado. San no respondió, simplemente se acurrucó más. — Todavía necesito castigar a Woo, si quieres cuando termine podemos volver a acurrucarnos, pero ahora necesito que vayas con Hwa.

— No quiero. — Se quejó. — ¿Hwa hyung no puede encargarse de Woo?

— No. Seonghwa no ha dado un castigo antes, y hoy no es un buen día para que empiece.

San hizo un puchero. — ¿Y Yunho…?

— ¡Choi San! — Hongjoong lo regañó. — Yo voy a castigar a Wooyoung y si no quieres esperar junto a Seonghwa perfectamente puedes esperar en una esquina. No voy a volver a repetirlo, necesito que por favor vayas con Hwa, cuando terminemos podemos volver a abrazarnos, pero no ahora.

El menor no parecía convencido, pero no le ilusionaba la idea de esperar en un rincón, así que obedeció a regañadientes y fue con Seonghwa.

Hongjoong suspiró. — Wooyoung, ven. — Dijo cansado y queriendo terminar con todo de una vez.

Este obedeció sin muchos ánimos. Hizo lo que sabía que Hongjoong quería, se quitó la protección y se recostó sobre las piernas del líder. 

Hongjoong mentiría si dijera que no estaba sorprendido. Wooyoung solía pelear más antes de recibir un castigo, usualmente buscaría cualquier argumento o excusa barata para salvar su trasero, pero esta vez estaba siendo extrañamente dócil y eso no terminaba de agradarle.

— ¿Estás bien? — Preguntó sin intenciones de empezar el castigo hasta conseguir una explicación de su actitud.

— Sí

— No te creo ¿Qué pasa?

Wooyoung hizo un puchero. — No es nada, solo lo siento. No quería causarte problemas. Odias hacer esto ¿Cierto? Aunque odias más que otro se encargue. — Murmuró la última parte, pero de todos modos Hongjoong pudo escucharlo.

— ¿Es por lo que le dije a San? — Suspiró. — No me causas problemas, Woo. Tienes razón odio hacer esto, pero lo hago porque te amo y quiero que crezcas siendo una buena persona. Eres joven y cometerás muchos errores más como este, pero nunca será una molestia para mi. Siempre estaré ahí para corregirte y lo haré con gusto ¿De acuerdo?

— Sí, hyung. — Dijo sonando un poco más animado.

— Bien, voy a empezar. — Justo después de decir eso soltó fuertes golpes por todo el trasero del menor. 

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

Wooyoung empezó a quejarse casi de inmediato, lo cual fue un alivio, porque significaba que estaba empezando a actuar como siempre.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

El resto del castigo transcurrió de manera normal, Wooyoung se quejaba y gritaba como si lo estuvieran torturando hasta la muerte, pero era más por hacer escándalo que por querer librarse o pelear con el mayor.

Al terminar Wooyoung se había cansado de gritar y simplemente sollozó. No pasó mucho tiempo desde que lo ayudara a levantarse para abrazarlo hasta que San llegó a su cama y básicamente se les tirara encima para abrazar a los dos.

— Ten cuidado. — Lo regañó, pero a San no pudo importarle menos, estaba ocupado llenando de besos el rostro de Wooyoung.



 

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— Prometo nunca volver a meterme en problemas. — Seonghwa le dijo a Hongjoong mientras lo abrazaba. Era de noche y habían decidido dormir juntos. — Dios, y yo que pensé que mi castigo había sido duro, si me hubieras hecho lo que le hiciste a ellos me habría desmayado.

Rodó los ojos. — Es por eso que fui suave contigo. No hagas promesas que no vas a cumplir. — Dijo suspirando. — Vas a meterte en problemas de nuevo porque no eres perfecto y esas cosas pasan, cada vez serás capaz de tomar un castigo un poco más fuerte. Y necesito que aprendas a dar uno pronto, no falta mucho para que pierda la cabeza y haga alguna estupidez.

Seonghwa lo miró con tristeza. — ¿Es muy difícil?

— No te imaginas cuánto. — Dijo comenzando a llorar.

Seonghwa le dio un beso en la frente. Tal vez no estaban pasando por su mejor momento, pero se aseguraría de estar ahí para Hongjoong y saldrían de eso juntos.

Chapter 5: Cuidado [ZB1]

Summary:

Hanbin se mete en problemas por primera vez al no cuidar de sí mismo como corresponde.

Chapter Text

Desde que ZB1 se formó como grupo, el proceso de disciplina fue bastante claro, aunque nunca se sentaron a discutirlo por completo. Hanbin y Zhang Hao eran los encargados principales de regañar a los miembros si hacían algo malo, cuando las cosas llegaban muy lejos Zhanghao se aseguraba de darles un buen castigo y dejarles clara la lección, y cuando hacían cosas incluso peores se lo dejaban a Jiwoong, quien (dicho por los mismos miembros) era diez veces peor que Zhanghao.

Para ese punto ya todos los miembros habían recibido un castigo del mayor. Bueno, todos menos uno. Hanbin era un ser de luz que desprendía amabilidad y bondad en todas sus acciones y palabras, era amable y respetuoso con todo el mundo, siempre buscaba la forma de prevenir los problemas o arreglarlos apenas se daba cuenta de que no había actuado de la mejor manera, no solía necesitar ni siquiera regaños y nunca llegó al punto de necesitar un castigo incluso de Zhanghao, él mismo se encargaba de corregir su comportamiento.

Por eso, ver que Hanbin estaba siendo regañado frente a todos los demás por el mismísimo Jiwoong, quien no se involucra a menos que fuera algo serio, era algo que despertaba la atención y la preocupación de todos.

— No puedes seguir haciendo esto. — Jiwoong regañó con firmeza. Mantenía sus brazos cruzados y no dejaba a la vista ni una sola pizca de lo que solía ser su lado comprensible y cariñoso.

— Pero, hyung… — Aunque Hanbin sabía que no era buena idea tratar de excusarse todavía se vio tentado a hacerlo.

— Nada de peros, Hanbin. Sé que quieres lo mejor para el grupo, pero quedarte horas después de la práctica sin comer nada y apenas durmiendo no es la manera.

Hanbin bajó la mirada y tomó el resto del regaño en silencio, Jiwoong tenía razón.

— Practicar sin control solo va a acabar contigo. Si no te cuidas, descansas, comes y duermes bien terminarás debilitándote y no podrás seguir con esto ¿Eso es lo que quieres?

— No, señor.

— No quiero volver a escuchar que volviste a quedarte ensayando cuando te dije que volvieras al dormitorio. Si te doy una orden es porque me preocupo por ti, no voy a aceptar que desobedezcas sin una buena razón ¿Está claro?

— Sí, señor.

— Bien. Ve a mi habitación.

Hanbin levantó la vista para verlo, estaba horrorizado. Sabía lo que significaba ir a la habitación de Jiwoong y no podía estar más asustado. Nunca había recibido nada parecido a las nalgadas como castigo, era un buen chico, no se metía en problemas y nunca dio ninguna razón para que nadie lo regañara demasiado. Pero ya no era así, se había metido en problemas, había desobedecido a su hyung, lo había decepcionado, se había decepcionado a sí mismo. Iba a recibir un castigo, pero ni siquiera era capaz de aceptar las consecuencias de sus acciones y colaborar.

— Hanbin. — Jiwoong lo llamó con suavidad al notar su creciente ansiedad. — Está bien ¿De acuerdo? No hace falta que te preocupes tanto, estará bien.

Hanbin asintió como pudo, aunque realmente no era capaz de confiar en sus palabras. Caminó lentamente hacia la habitación del mayor, bajo la preocupada mirada de todos los demás.

— Jiwoong hyung…

— Estará bien, Hao, lo prometo. No haré nada que pueda lastimarlo.

Zhanghao no estaba convencido. - Prométeme que no serás muy duro con él.

— Lo prometo.

Zhanghao seguía preocupado, pero decidió confiar en Jiwoong y dejó que fuera.





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Jiwoong sabía que Hanbin probablemente estaba dejando que la ansiedad y sus preocupaciones lo superaran, pero no esperó verlo caminando en círculos, rasguñándose a sí mismo y murmurando cosas sin sentido mientras portaba una mirada perdida. Tuvo que llamarlo varias veces antes de finalmente captar su atención.

— Ji-Jiwoong hyung. — Dirigió su mirada llena de pánico hacia el mayor. Estaba hiperventilando y sentía que en cualquier momento se iba a desmayar.

Jiwoong se acercó a él y sostuvo con firmeza sus manos para que dejara de lastimarse. — Respira con hyung ¿De acuerdo? — Recibió un pequeño e inseguro asentimiento del menor, comenzó a respirar profundamente y estuvo pendiente de que Hanbin hiciera lo mismo. Un poco de tiempo después cuando el menor se empezó a tranquilizar, Jiwoong soltó una de sus manos para poder limpiar sus lágrimas. — Eso es, lo estás haciendo muy bien, sigue así.

— Lo siento, hyung. — Hanbin se disculpó después de calmarse. — No era mi intención decepcionarte, por favor perdóname.

Jiwoong lo miró con cariño. — Te perdono, Hanbin, y no te preocupes no estoy decepcionado. Me preocupaste, me preocupaste bastante y es por eso que vas a ser castigado, pero no estoy decepcionado ni molesto contigo. ¿Está bien?

— Sí, hyung. — Le respondió limpiándose las últimas lágrimas que tenía.

Jiwoong asintió y lo guió hasta la cama para que pudieran sentarse.

— ¿Sabes lo que hiciste mal?

Hanbin bajó la mirada antes de asentir. — Me descuidé y sobreexigí, fue irresponsable.

— Lo fue y vas a ser castigado por eso. Es tu primera vez y sé que no te has involucrado en los castigos de los otros miembros, así que te explicaré brevemente lo que va a pasar. Vas a recostarte sobre mi regazo, por lo que hiciste hoy vas a recibir diez nalgadas con mi mano, si algo así vuelve a pasar la próxima vez será peor. Va a doler, puedes llorar y gritar todo lo que necesites, probablemente quieras llevar tus manos hacia atrás para cubrirte y detenerlo o sientas la necesidad de patear por el dolor, como no tienes ninguna experiencia y sé que es difícil contenerse no voy a añadir nada a tu castigo si haces eso, pero por favor trata de controlarte.

— Lo intentaré. — Dijo con dificultad, con cada cosa nueva que decía el mayor él solo se ponía más nervioso.

— Por último, Hanbin. No hago esto para que entiendas lo que hiciste mal, sé que ya lo sabes. Tampoco lo hago porque quiero lastimarte como puede que pienses en algún momento durante el castigo. Lo hago porque te quiero y quiero lo mejor para ti. Necesito ser duro contigo para que en el futuro si estás a punto de hacer algo como lo que hiciste hoy puedas recordar este día y lo mucho que duele el castigo que recibirás si lo haces y de ese modo puedas detenerte a tiempo.

— L-lo entiendo, hyung. Tengo miedo, pero lo entiendo.

— Entonces deberíamos empezar.

Hanbin asintió de forma nerviosa y se dejó guiar por el mayor para recostarse en su regazo. Trató de buscar una posición cómoda pero se rindió rápidamente, ni siquiera entendía por qué pensó que habría una.

Jiwoong le avisó que iba a empezar. Cuando la primera nalgada llegó, cualquier idea previa que tuviera sobre cómo sería fue reemplazada por el mismo infierno, dolía, dolía muchísimo. Por mucho que lo intentó no pudo evitar gritar y llorar. La segunda nalgada llegó no mucho después y trajo consigo la misma reacción. No hizo falta mucho más para volver a Hanbin un desastre de sollozos, gritos y súplicas. 

— OWW, Jiwoong hyung, lo siento, de verdad lo siento, por favor para.

El mayor ignoró sus gritos y continuó con la misma intensidad.

— Deja de patear, Hanbin.

Hanbin no se había dado cuenta de que lo estaba haciendo hasta que Jiwoong lo regañó. Trató de dejar de hacerlo, pero fue difícil cuando una nueva ola de dolor lo invadió.

— OWW, l-lo siento.

Jiwoong suspiró y dio los golpes restantes de forma rápida para poder terminar. Después del décimo golpe sobó suavemente la espalda de Hanbin, quien sollozaba profundamente.

— Terminamos, Hanbin. — Le dijo suavemente. Ayudó al menor a levantarse y lo abrazó para que siguiera llorando contra su hombro.

Hanbin se aferró al mayor como si fuera a desaparecer si lo soltaba. — Lo siento. — Volvió a disculparse aunque seguía llorando.

— Está bien, ya se terminó, no tienes que seguir disculpándote. Hanbin ¿Dolió?

 El menor casi se ríe por lo absurda que era la pregunta. — Fue un infierno ¿Cómo puedes pegar tan duro? ¿Tu mano es de metal? — Se quejó con un puchero.

Jiwoong negó. — Piensa en el dolor que estás sintiendo la próxima vez que pienses en descuidarte como hoy.

Hanbin asintió y abrazó con fuerza a Jiwoong mientras seguía llorando, sintiéndose seguro en los brazos del mayor. Hasta que se dio cuenta de algo. — Espera ¿Eres igual de duro con todos los demás? ¿Tratas así a Yujin?

Jiwoong suspiró. — No te preocupes, Hanbin. Nunca seré tan duro con ellos hasta el punto de que no puedan tomarlo. No voy a lastimarlos ¿De acuerdo?

El menor lo miró escéptico. — Si me llego a enterar que lastimaste a cualquiera de ellos lo vas a lamentar.

— Lo tendré en cuenta. — Le respondió revolviéndole el cabello. — ¿Estás listo para volver a la sala?

Hanbin asintió con un poco de duda. Jiwoong separó el abrazó y puso una mano reconfortante en su hombro mientras lo animaba a salir de la habitación.

No sabía muy bien qué esperar cuando se encontrara de nuevo con los miembros, tal vez un poco de burla. Pero no se sintió decepcionado cuando fue recibido por un fuerte abrazo de Zhanghao.

— ¿Estás bien?

— Sí. — Dijo mientras volvía a llorar.

Chapter 6: Ropa Sucia [XDINARY HEROES]

Summary:

Seungmin amaba a Jooyeon, en serio lo hacía, pero a veces el maknae podía llegar a ser tan molesto que no lo soportaba.

Notes:

¬ Podrías hacer uno de Xdinary Heroes si eres fan o quieres? De los miembros que quieras, aunque sería guay si fuera de los 02' pero como son 4 tampoco quiero agobiarte así que si lo haces puedes hacer lo que quieras ♡

No pude hacerlo con los cuatro de la 02' pero al menos lo hice con la mitad. Espero te guste ^^

Chapter Text

Aunque debutar en una banda en lugar de en un grupo como tenía originalmente planeado había sido un poco decepcionante para Seungmin, había aprendido a amarlo. Disfrutaba del sintetizador y todavía podía cantar y rapear, aparte se había encariñado con cada uno de los miembros. En general estaba feliz con cómo habían resultado las cosas, solo había un par de situaciones que lo seguían molestando.

— ¿Tan difícil es dejar la ropa sucia dentro del cesto, Jooyeon?

El menor rodó los ojos. — Más tarde la recojo.

— Me has dicho eso toda la semana ¡¿Tan difícil es ponerla dentro del maldito cesto en lugar de simplemente tirarla?! — Él amaba a Jooyeon, en serio lo hacía, pero a veces el maknae podía llegar a ser tan molesto que no lo soportaba.

— Es solo ropa, deja de hacer tanto escándalo.

Seungmin sintió su sangre hervir. — No vives solo, tampoco tienes tu propia habitación. Así que aprende a ser más respetuoso con el espacio de los demás. Será mejor que para la noche ya hayas recogido tu ropa del suelo.

El menor nunca hacía lo que le pedía y sabía que ese día no sería la excepción, pero decidió darle una última oportunidad.

Cuando llegó la noche y volvió a entrar a la habitación perdió cualquier rastro de cordura al encontrar no solo la ropa que había esa mañana en el piso, sino también más ropa que antes. Se acercó furioso hacia Jooyeon y sin pensarlo dos veces le dió una fuerte bofetada. — ¡Te dije que recogieras la ropa!

Pero no recibió una disculpa ni mucho menos, Jooyeon lo miró enfadado y lo empujó haciéndolo caer al piso. — ¿Quién te crees que eres para golpearme? — Después de decir eso se abalanzó sobre él y de ese modo empezó una pelea física entre los dos.

El ruido que estaban provocando no tardó en atraer la atención del resto de los miembros y en cuestión de minutos estaban arrodillados en el suelo de la habitación siendo regañados después de que los hubieran separado de la pelea.

— ¿Qué diablos pasa con ustedes? ¿En serio estaban peleando? Ni siquiera debería tener que regañarlos para que se den cuenta de que lo que hicieron está mal. 

— Perdón. — Seungmin y Jooyeon dijeron al tiempo.

Gunil soltó un suspiro. — ¿Por qué estaban peleando?

— Bueno… — Jooyeon comenzó. — No he recogido mi ropa del suelo por más que Seungmin me ha pedido que lo haga, y he sido grosero con él cuando me lo ha pedido estos últimos días.

— Y hoy me dejé llevar por el enojo cuando no la recogió y lo golpeé. Y así empezamos a pelear

— Chicos ¿Es en serio? ¿Estaban peleando físicamente por ropa? — Los dos menores miraron fijamente al piso, sin querer encontrarse con la mirada del mayor. — Jooyeon ¿Era tan difícil simplemente recoger tu ropa y ser respetuoso?

— No, hyung. Lo siento.

— Y Seungmin, no hay ¡Ninguna! razón aceptable para que le pegues a alguien.

— Lo siento, hyung.

— Lo mismo va para ti, Jooyeon. Lo que hizo Seungmin no estuvo bien, pero no debiste pelear con él, debiste buscarme y contarme lo que pasó.

— Lo siento.

— ¿Ambos entienden que lo que hicieron estuvo mal, que los dos pudieron actuar de una mejor manera y que van a ser castigados por esto?

— Sí, hyung.

— Entonces empecemos. — Dijo sentándose en una de las camas de la habitación. — Seungmin, ven aquí. Jooyeon, busca una esquina.

Ambos obedecieron sin protestar. Tan pronto como Seungmin se acostó en su regazo, Gunil empezó el castigo. Dió golpes rápidos y fuertes, haciendo que Seungmin empezara a gritar casi desde el comienzo. Usualmente no era tan duro a la hora de dar un castigo, pero no podía ser suave con ellos con algo como eso, desde el comienzo les había dejado muy claro a todos que no toleraría ninguna pelea física.

— OWW. Lo siento. HYUNG, lo siento. Por favor.

— Acabamos de empezar, Oh Seungmin. Llora todo lo que quieras, pero esto va para largo.

Gunil siguió repartiendo fuertes golpes por todo el trasero del menor por lo que pareció una eternidad a los ojos del menor. Ignoró el llanto, los gritos y las súplicas del menor y se aseguró de que sintiera cada instante del castigo.

— No quiero volver a enterarme que golpeaste a alguien, Oh Seungmin. — Enfatizó con unos golpes particularmente duros. — Si alguien es irrespetuoso o te molesta vienes conmigo y dejas que yo me encargue, no resuelves las cosas de esta manera ¿Queda claro?

— OWW. SI, sí hyung. Queda claro.

— Bien. — Terminó con un último fuerte golpe. — Levántate y cambia de lugar con Jooyeon.

Seungmin hizo lo que le dijo y fue hasta la esquina donde estaba Jooyeon. El menor estaba temblando de miedo, había escuchado y visto como el líder castigaba a Seungmin antes, pero nunca lo había oído gritar y llorar tanto, y no podía evitar sentirse asustado por su futuro inmediato. Al notar lo asustado que estaba, Seungmin le dedicó una sonrisa tranquilizante como pudo en medio de su llanto.

Jooyeon respiró profundamente y se acercó lentamente hasta el líder. — Lo siento mucho, hyung.

— Sé que lo sientes, pero tengo que asegurarme de que nunca vuelvas a hacer esto.

Jooyeon asintió y se recostó sobre el regazo del líder cuando este se lo pidió. Cerró sus ojos con fuerza cuando la primera nalgada llegó, sintiendo una ola de dolor intenso invadirlo y entendió de primera mano la razón de los gritos de Seungmin, no pudiendo retener los propios. 

— OWW.

Siempre supo que Gunil tenía una mano increíblemente pesada y dura, pero en todas las veces que había sido castigado nunca había sentido tanto dolor.

Gunil le dió el mismo trato que a Seungmin, utilizó la misma fuerza, rapidez e intensidad. Puede que Seungmin haya dado el primer golpe, pero Jooyeon fue irrespetuoso primero, y de todos modos participó activamente en la pelea, así que consideraba que ambos merecían el mismo castigo.

— Espero que no vuelvas a ser irrespetuoso ni a pelear físicamente con nadie, Lee Jooyeon.

— N-no volverá a pasar, hyung. Lo siento.

Gunil asintió y terminó el castigo del mismo modo que lo hizo con Seungmin.

— Levántate. Seungmin ven para acá. — Ambos obedecieron sin rechistar y se pararon frente a él mirando al suelo y tratando de contener sus sollozos. — Miren chicos, sé que el castigo de hoy fue más fuerte de lo que suelen recibir, pero por lo que hicieron en realidad fui suave con ustedes, si vuelves a pelear físicamente ya sea entre ustedes o con alguien más van a recibir el cinturón ¿Entendido?

— S.sí, hyung.

Gunil suspiró y los abrazó. — Perdón por haber sido tan duro con ustedes.

Seungmin negó contra su hombro. — Lo sentimos, hyung.

— No soy yo con quien deben disculparse.

Los dos menores se separaron del abrazo, luciendo avergonzados.

— Seungmin, yo… lamento no haberte escuchado y haber sido irrespetuoso.

— Está bien, no debí molestarme tanto y definitivamente no debí pegarte, perdón.

Ambos sonrieron y se abrazaron.

— Vamos, recojan este desastre y vamos a comer, hyung invita.

Los dos menores se emocionaron con la idea y empezaron a recoger juntos la ropa que estaba en el suelo.

Chapter 7: Faldas [SEVENTEEN]

Summary:

Era algo normal que los omegas usaran faldas y vestidos sin importar su género, y el mismo Jeonghan disfrutaba de usarlas de vez en cuando, pero empezó a detestarlas cuando usarlas se volvió una obligación.

Chapter Text

S.coups volvió al dormitorio después de una larga reunión que había tenido con los directivos de la empresa, estaba cansado y solo deseaba comer la deliciosa comida de Mingyu y tomar una larga siesta acurrucado con uno de sus novios, pero al adentrarse en el apartamento listo para asaltar la cocina se encontró algo que lo hizo fruncir el ceño.

— ¿Por qué no te has cambiado? — Le preguntó a Jeonghan cuando lo vio usando la sudadera que usó para la práctica de esa mañana.

El omega no debía estar usando eso en el dormitorio y lo sabía. Así que cuando simplemente ignoró lo que le dijo y siguió viendo la película que se estaba reproduciendo en el televisor de la sala no pudo evitar molestarse.

— ¡Estoy hablando contigo Yoon Jeonghan! ¿Por qué sigues usando esa ropa?

Jeonghan volteó a verlo con una mirada desafiante. — Porque usar una falda y no llevar puesta ropa interior para que puedas azotarme cuando se te dé la gana es absurdo y no pienso seguir haciéndolo.

Jeonghan tenía razón en un punto, era absurdo. Era algo normal que los omegas usaran faldas y vestidos sin importar su género, y el mismo Jeonghan disfrutaba de usarlas de vez en cuando, pero empezó a detestarlas cuando usarlas se volvió una obligación. Jeonghan se metía en problemas todo el tiempo y hace unos meses el líder decidió que debía usar faldas sin ropa interior siempre que estuviera en el dormitorio para que fuera más rápido castigarlo cuando se metiera en problemas, no tomó esa decisión porque realmente tomara mucho tiempo quitarle los pantalones y la ropa interior antes de darle una buena tunda, era absurdo (vivían trece personas en el dormitorio y todos estaban sujetos a las mismas reglas y consecuencias, así que tenía experiencia haciendo eso), lo hizo porque sabía que Jeonghan lo odiaría y esperaba que eso por fin hiciera que se comportara, después de todo le dijo que si lograba pasar una semana sin meterse en problemas podría volver a vestirse como quisiera, pero después de meses eso no pasaba todavía.

— Yo no te azoto cuando se me da la gana, Jeonghan, no lo hago con nadie y nadie lo hace contigo. Solo te castigo cuando te lo buscas, cuando eres irrespetuoso, mentiroso y básicamente un mocoso, que por si lo olvidas pasa bastante seguido.

Jeonghan se levantó indignado, listo para discutir. — Eso no es cier-

— Recibiste un castigo hace tan solo tres días. — Lo interrumpió. — Aún te faltan cuatro sin meterte en problemas para librarte de las faldas, así que ve a ponerte una antes de que la cuenta regrese a siete.

— No. — Dijo molesto. — No puedes hacerme esto.

S.coups levantó una ceja. — ¿No puedo? ¿No crees que es algo que debiste decir antes? Llevas cuatro meses usando faldas, siempre te has quejado, pero nunca habías tratado de desobedecer. Parece que estás pidiendo a gritos que te calienten el trasero.

Jeonghan se sonrojó, por la vergüenza y la furia. — ¡No hice nada porque pensé que solo serían unos putos días!

— Bueno, eres el que ha hecho que dure tanto tiempo. Última oportunidad, Jeonghan, ve a cambiarte.

— ¡Te dije que no! ¡Solo me haces esto porque soy omega ¿no?!

— ¿De qué estás hablando? Sabes que no trato a nadie de forma distinta solo porque sean alfas, omegas o betas.

— ¡Mentiroso! Hoshi y Mingyu se meten en tantos problemas como yo, pero a ellos nunca los harías usar una maldita falda solo porque son alfas. 

— Sabes que no es así. Ellos dos se meten en problemas bastante seguido, sí, pero nunca han llegado al extremo al que tú llegaste. En caso de que lo hayas olvidado, llegamos a todo esto porque estuviste dos semanas metiéndote en problemas a diario . Si hicieran lo mismo los castigaría del mismo modo que a ti, pero puedo apostar que nadie en esta manada necesitaría más de una semana para entender el punto del castigo y comportarse. Así que deja de meter a otras personas en la conversación y ve a cambiarte, y después trae tu trasero aquí, ya te ganaste una tunda.

— Que no voy a-

— Si tengo que llevarte yo, Yoon Jeonghan. — Le advirtió sonando mucho más molesto y permitiendo que su olor que hasta el momento había sido capaz de controlar se tornara más amargo y pesado por su enfado. — No solo va a ser mi mano, tendrás un largo y doloroso encuentro con mi cinturón, así que te sugiero que dejes de desobedecerme y vayas a ponerte la ropa que deberías estar utilizando, en este instante.

Jeonghan no encontró palabras para seguir discutiendo, sabía que no era una amenaza vacía y odiaba lo suficiente la idea de Seungcheol lo azotara con su mano como para que también lo haga con un cinturón. Obedeció y fue a su habitación para cambiarse, pero se aseguró de golpear al líder con su hombro cuando pasó por su lado.

S.coups soltó un suspiro, cansado de toda la discusión, pero rápidamente miró molesto a los miembros que estaban en la sala y que habían hecho un excelente trabajo permaneciendo quietos y callados todo ese tiempo.

— ¿Por qué dejaron que siguiera usando esa ropa?

— Hyung nos dijo que le habías dado permiso de vestirse así por hoy. — DK le respondió asustado.

— ¿Y le creyeron? 

Todos bajaron la mirada. — Perdón.

— La próxima vez asegúrense de preguntarme si lo que dice es cierto.

Jeonghan volvió al poco tiempo, seguía usando el hoodie color gris que traía antes, pero ahora usaba una falda negra en lugar de un pantalón de sudadera. Seunghceol asintió cuando lo vió, se sentó en el sofá y palmeó su regazo. Jeonghan se recostó sobre sus piernas con un bufido molesto.

— ¿Por qué te voy a castigar? — Le preguntó mientras levantaba la falda para dejar a la vista su trasero levemente rosado por el último castigo que recibió.

— Porque eres malo.

Seungcheol rodó los ojos y le dió una fuerte nalgada que lo hizo soltar un chillido.

— Inténtalo de nuevo.

— Porque estaba usando un pantalón en lugar de una falda. — Le respondió fastidiado.

— Así es ¿Qué más?

Jeonghan se quedó pensando en la respuesta, no estando seguro de qué era lo que el alfa quería escuchar. Pero estar tanto tiempo en silencio solo le propinó otra fuerte nalgada.

— Te hice una pregunta.

— No lo sé, ¿fui irrespetuoso?

— Sí, lo fuiste, también fuiste grosero ¿Qué más?

— ¿Hay más? — Jeonghan preguntó incrédulo, siempre que S.coups lo ponía a decir lo que había hecho terminaba pensando que sí se merecía el castigo que estaba a punto de recibir aun si seguía molesto por eso. Y aunque solía tener claro en qué problemas se estaba metiendo cuando se portaba mal, en ese momento no se le ocurría nada más que hubiera hecho y empezaba a sentirse ansioso por la anticipación, siempre que tenía que nombrar más de una cosa el castigo era fuerte ¿y esta vez tenía que nombrar tres?

— Al parecer les dijiste que te dí permiso para no cambiarte de ropa ¿Tienes algo que decir al respecto?

— ¿Era tan difícil mantener la boca cerrada? — Levantó la mirada para ver al resto de miembros que estaban en la sala, se sintió molesto y traicionado porque lo delataran.

— No les hables así. — Seungcheol lo regañó dándole otra nalgada. — Entonces ¿Qué hiciste para terminar aquí?

Jeonghan suspiró, dejó su lado su enojo y se rindió, seguir peleando no le traería nada bueno, así que simplemente aceptó su destino. — Te desobedecí y fui en contra de un castigo que me pusiste como consecuencia a mi comportamiento, les mentí a los miembros para que me dejaran hacer lo que quisiera, fui irrespetuoso y grosero contigo cuando me confrontaste por eso y volví a desobedecer cuando me dijiste que me cambiara, solo haciendo caso hasta que me amena… hasta que me advertiste sobre lo que pasaría si no lo hacía. — Pensó en parar ahí, pero recordó otra cosa. — También traje a la conversación a Mingyu y a Hoshi para tratar de excusarme y recriminarte cuando ellos no tienen nada que ver con esto, fui yo el que causó toda esta situación.

— Suena como una larga lista. ¿Qué tienes que decir sobre todo lo que hiciste?

— Lo siento, no lo volveré a hacer, — Lo dijo no porque sabía que era lo que tenía que decir, sino porque en realidad lo sentía.

— Buen chico. — S.coups lo halagó. — Voy a empezar.

Jeonghan asintió y casi enseguida tuvo que cerrar los ojos por el inmenso dolor que dejaba cada una de las nalgadas del mayor. Él lo sentía, en serio lo sentía, decir lo que hizo en voz alta lo ayudó a darse cuenta de que lo que hizo no estuvo bien, pero eso no evitaba que recibir un castigo fuera igual de difícil y desesperante que siempre.

— OWW, C-cheol lo siento.

— No quiero volver a verte usando pantalones en el dormitorio hasta que cumplas con la condición para volver a usarlos ¿Está claro?

— Oww, sí. L-lo siento, alfa. — Jeonghan lloró profundamente, sentía su trasero en llamas. — No lo volveré a hacer, lo sien- OWW, lo siento, por favor para.

Seungcheol no se detuvo a pesar de las súplicas de Jeonghan, siguió con el castigo hasta que todo el trasero del menor y la parte superior de sus muslos estuvieron de color rojo. Al terminar lo ayudó a levantarse y lo sentó con cuidado en su regazo para poder abrazarlo.

— Shh, lo hiciste bien, cariño, mi buen omega. — Lo halagó suavemente y suavizó su olor para ayudar a Jeonghan a tranquilizarse.

Jeonghan sollozó un largo rato en el hombro de Seungcheol hasta que finalmente fue capaz de calmarse y reducir su llanto a solo unos hipidos ocasionales.

— Lo siento, Cheol.

El mayor sonrió y le dio un tierno beso en los labios. — Está bien, cariño. Estás perdonado. ¿Deberíamos ir a aliviar un poco el dolor?

Jeonghan asintió y Seungcheol estaba apunto de alzarlo y llevarlo a su habitación, pero Joshua se paró frente a los dos con los brazos cruzados y se aclaró la garganta.

— No has almorzado.

— Puedo comer después. 

— No has comido nada en al menos diez horas. — Joshua le recordó con seriedad, y le dio una mirada que no aceptaba un no como respuesta. — Ve a comer, yo me encargo de Jeonghan.

Seungcheol lo miró con un puchero y con ganas de reprochar, pero Jeonghan soltó una pequeña risa que hizo que volviera a prestarle atención.

— No te metas en problemas tú también, estaré bien con Joshua.

Seungcheol suspiró. — Está bien. — Ayudó a Jeonghan a levantarse antes de ponerse de pie él mismo. — Jeonghan, ¿sabes que te amo?

— Lo sé. — Dijo sonrojándose. — Yo también te amo.

Joshua tomó a Jeonghan de la mano y empezó a llevarlo a su habitación, pero antes de salir de la sala se detuvo y volteó a ver a los miembros que estaban ahí. — Jihoon, ¿me puedes ayudar a traer hielo? — Esperó hasta recibir un asentimiento del menor y luego llevó a Jeonghan al baño donde lo ayudó a limpiarse la cara antes de ir a la habitación.

Una vez en el cuarto que compartían los dos Jeonghan se acostó en una de las camas y esperó. Joshua tomó un frasco de ungüento de su mesita de noche, se sentó al lado de Jeonghan y le levantó la falda.

— Luce doloroso. — Le dijo al ver su trasero completamente rojo. 

— Duele. — Jeonghan sintió como Joshua empezaba a aplicarle el ungüento y se sintió levemente aliviado. — Siempre duele, y hoy llegué particularmente lejos.

Joshua soltó un suspiro. — Jeonghan ¿Qué pasa?

— ¿De qué hablas?

— Sigues molesto ¿no es así? El castigo te quitó la actitud, pero sigues molesto ¿En serio es tan malo tener que usar falda?

— Es humillante. — Le respondió Jihoon, entrando a la habitación con una bolsa de hielo envuelta en una toalla.

— ¿Has usado faldas? — Joshua le preguntó sin poder creérselo, aunque Jihoon era omega nunca había sido del tipo al que le gustaba usar faldas o cualquier cosa por el estilo, incluso en las presentaciones en vivo que solían tener faldas en los vestuarios para los omegas, Jihoon siempre lograba convencer al staff para que lo dejaran usar pantalón.

— Claro que lo he hecho, no me gustan así que no las uso mucho, pero a veces el calor del verano es demasiado como para usar un pantalón.

— Confirmo. Las faldas son frescas, así que se siente bien usarlas en verano. Y Jihoon se ve lindo cuando las usa. — Jeonghan dijo alegre, haciendo que Jihoon se sonroje.

— ¿Por qué nunca te he visto con una? — El beta preguntó, un tanto ofendido.

— Le da vergüenza que lo vean con una.

— Hyung. — Jihoon se quejó, completamente sonrojado.

— ¿Pero por qué dices que es humillante? — Joshua preguntó, volviendo al tema. Ya había terminado de aplicarle el ungüento a Jeonghan, así que tomó el hielo que había traído Jihoon y se lo puso.

— Usar una falda solo por usarla no es tan malo, me da un poco de vergüenza que me vean con una y no es mi cosa favorita, pero tampoco es el fin del mundo. El problema es usarla como un castigo, estar a disposición de los demás de ese modo, aun sabiendo que ustedes nunca se aprovecharían de eso, sigue siendo humillante e incómodo.

Jeonghan lo miró con los ojos muy abiertos por la sorpresa. — ¿Has tenido que usar faldas como castigo?

— Una vez. Fue hace poco más de un mes, tuvimos unos días de vacaciones y todos ustedes fueron a visitar a sus familias, pero Coups hyung y yo nos quedamos en el dormitorio, y bueno… esa mañana fui bastante grosero con él y me castigó, pero seguí con mal genio y fui irrespetuoso todo el día, después de la tercera vez que tuvo que ponerme sobre su regazo se cansó y me dijo que me pusiera un falda, fue tan humillante que no tardé en empezar a comportarme, en la noche me dijo que solo había sido por ese día, pero que si algo así volvía a pasar sería igual que para ti y tendría que usar faldas como mínimo una semana.

— Lo siento. — Jeonghan se disculpó, escondiendo su rostro entre sus brazos.

Jihoon lo vio confundido, miró a Joshua, pero el mayor tampoco parecía tener idea de lo que pasaba. — ¿Por qué te disculpas?

— Si yo no hubiera sido tan… así, y no me hubieran tenido que castigar de este modo para ver si por fin me comportaba, tú no tendrías que haber sido castigado del mismo modo solo por un mal día. — Dijo empezando a llorar.

— No, hyung. No es tu culpa. — Jihoon no tenía idea de que hacer para que el mayor dejara de llorar y aunque Joshua también empezó a consolar a Jeonghan, no parecía que estuviera funcionando.

Escuchó la puerta abrirse y vio a Seungcheol entrar a la habitación.

— ¿Por qué Jeonghan está llorando? — Preguntó con el ceño fruncido.

— Estábamos hablando del tema de las faldas, y les conté de esa vez en que me hiciste usar una porque fui irrespetuoso. Y Jeonghan hyung empezó a llorar y a disculparse diciendo que es su culpa que yo haya tenido que pasar por eso.

Seungcheol asintió. Se sentó al lado de Jeonghan y acarició suavemente su cabello.

— ¿Hannie? ¿Podrías verme un segundo, cariño?

Jeonghan lo miró con los ojos llorosos. — Cheol. — Se levantó, dejando caer la bolsa de hielo y abrazó al alfa, llorando en su hombro.

— Shh, está bien, Hannie. Estoy aquí, está bien. — Dijo devolviéndole el abrazo y frotando suavemente su espalda. — ¿Puedes decirme qué pasa?

— N-no era mi intención. No quería que nadie más pasara por esto. Sé lo que dije antes, pero no quiero, por favor no le hagas esto a nadie más. Lo siento.

— Jeonghan. — Lo llamó con una voz amable. — No es tu culpa. Solo eres responsable de tus decisiones y acciones, no de las de nadie más. Si alguien se mete en los suficientes problemas como para obtener el mismo castigo que tú, como fue el caso de Jihoon ese día, entonces la responsabilidad será de esa persona, no tuya.

— P-pero…

— No es tu culpa, nunca será tu culpa que alguien reciba un castigo por sus propias acciones. — Seungcheol le dijo con firmeza, pero suavizó su mirada al instante. — Lo siento, Hannie. No debí haberte puesto este castigo en primer lugar, solo quería encontrar alguna manera para que te comportaras, pero no pensé en lo mucho que te afectaría.

— Todos los castigos son así ¿No? — Joshua lo tranquilizó. — Son vergonzosos, molestos y tienen precisamente el propósito de que nos portemos bien para evitarlos, no creo que este sea diferente, solo que se ha extendido demasiado.

Jihoon asintió. — Yo también me habría molestado si un castigo duraba tanto tiempo. Jeonghan hyung, yo me merecía el castigo que recibí, no fue tu culpa, y tampoco fue tan malo. Usar faldas es incómodo, pero si pudiera elegir entre usarlas como castigo en lugar de recibir una tunda, las elegiría diez veces.

— Eso no va a pasar, Jihoon,

— Lo sé, solo decía.

Seungcheol suspiró. — Tal vez debí decirte que tenías que usarlas cierto tiempo en lugar de decirte que las usarías hasta que pases una semana sin recibir castigos. Lo siento, no creí que esto duraría tanto tiempo.

Jeonghan negó suavemente contra su hombro, ya había dejado de llorar casi por completo. — Es mi culpa que esto haya durado tanto. No creí que hablaras en serio, pensé que si me seguía metiendo en problemas te darías cuenta de que esto no tiene sentido y me quitarías el castigo. Estaba molesto y solo pensaba en pasar por encima de ti y hacer que te rindieras en lugar de detenerme un segundo para pensar en por qué me castigaste de esta manera, tampoco pensé que alguien más podría llegar a ser castigado de este modo. Lo siento, no he sido bueno estos meses, sé que odias castigarnos, pero de todos modos y tal vez por eso mismo seguí metiéndome en problemas a propósito. Te prometo que no volveré a portarme mal.

— No tienes que prometer nada. Sé que te gusta ser travieso y molestarnos, te amamos así. No espero ni quiero que cambies, Jeonghan, solo quiero que sepas en qué momento es demasiado y te detengas.

El omega asintió. — Lo siento. Al menos esta semana, me voy a comportar y terminaré con esto.

Seungcheol sonrió — ¿Te gustaría un helado? — Le preguntó, queriendo cambiar de tema.

— No soy un niño.

— ¿Eso es un no?

— Nunca dije que no quería. — Se levantó animado y tomó la mano del alfa para llevarlo a la cocina.

— ¿Estarán bien? — Jihoon preguntó un tanto preocupado cuando se fueron.

— Sí. Jeonghan dijo lo que tenía que decir y parece que la cosa de las faldas por fin cumplió su objetivo, no creo que él se meta en problemas pronto. Pero te sugiero no ir en el mismo auto que ellos mañana. — Jihoon lo miró confundido. — Sabes que Cheol se vuelve absurdamente cariñoso después de tener que castigar a alguien, van a ser insoportablemente empalagosos estos días.

— Tienes razón.

Chapter 8: Barro [THE BOYZ]

Summary:

Sunwoo hace un desastre en la sala al no cambiarse su uniforme de futbol, y su hermano no está para nada contento con eso.

Notes:

¬ Harías uno de sunwoo de tbz? ♡ con otros miembros de tbz

Está un poco corto, pero espero te guste.

Chapter Text

Sunwoo llegó cansado de su práctica de fútbol, se tiró en el sofá y empezó a ver la televisión mientras descansaba. Estuvo un par de horas así sin hacer nada más hasta que su hermano llegó de trabajar.

— Hola, hyung. — lo saludó sin despegar la vista del televisor.

— Hola, ¿Cómo te fue en la esc-? — Younghoon lo saludó mientras entraba a la sala, hasta que lo vio. — ¡Yah, Kim Sunwoo! ¿¡Qué diablos es este desastre!? 

Sunwoo se levantó sobresaltado por el repentino grito. Miró a su alrededor y se dio cuenta de qué era lo que había molestado a Younghoon.

— Lo siento.

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que te cambies al volver de tu práctica? ¡Siempre vuelves la sala una nada y tengo que pasar horas limpiando!

— P-perdón, hyung. Te juro que no era mi intención, simplemente lo olvidé. Y-yo me encargaré de limpiar.

Younghoon tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para mantenerse serio y no ceder ante los ojos de cachorro del menor. — No, Sunwoo. Tienes que estudiar, estoy seguro de que no has hecho tus tareas ¿O sí?

Sunwoo miró al piso. — No, pero…

Younghoon suspiró, sabía que Sunwoo lo sentía, pero necesitaba asegurarse de que no hiciera lo mismo de nuevo. — No necesito escuchar más, tráeme mi cinturón.

— H-hyung. — Sunwoo lo miró asustado. — Por favor no. Lo siento.

— Sé que lo sientes, Sunwoo. — Le dijo acariciando su mejilla. — Sé que no tenías la intención de hacer esto, pero necesito asegurarme de que esto no vuelva a ocurrir.

— No lo volveré a hacer, lo prometo. Pero por favor, hyung, no el cinturón.

— No está en discusión, Sunwoo. Ve a traerlo.

El menor lo miró con un puchero tratando de lucir lamentable, pero cuando se dio cuenta de que Younghoon no cambiaría de opinión soltó un bufido y fue a buscar el cinturón.

Volvió dentro de poco con el cinturón en las manos. — Hyung ¿No puedes-?

— No, Sunwoo. No voy a cambiar de opinión. Apóyate en el sofá. — Le dijo con seriedad, sin verse afectado con la mirada de perrito regañado de su hermano.

El menor le dió una última mirada triste antes de obedecer.

— ¿C-cuántos van a ser? — Preguntó nervioso, aunque en realidad no quería saber.

— Diez. Voy a empezar.

Sunwoo soltó un suspiro nervioso, pero asintió, cerrando los ojos por anticipación. El primer golpe llegó casi de inmediato y lo hizo gritar.

— Oww, lo siento ¡Por favor, hyung, lo siento! — Gritó después del tercer golpe, comenzando a llorar.

Younghoon rodó los ojos, sabía muy bien que dolía, pero Sunwoo estaba siendo demasiado exagerado.

— Acaba de empezar, Sunwoo. Guarda tus gritos para después.

El menor hizo un puchero. Tomó el resto del castigo sin hacer un escándalo, solo soltando pequeños quejidos de vez en cuando, pero con los últimos no pudo evitar gritar por el inmenso dolor.

Al terminar Younghoon lo abrazó hasta que dejó de llorar.

— S-sé que tenías que usar el cinturón, ¡p-pero no tenías que usar tanta fuerza! — Sunwoo se quejó.

— Ya se terminó, lo hiciste muy bien. — Le respondió con cariño.

— Lo siento.

— Lo sé. — Le dijo limpiándole las lágrimas y dándole un beso en la frente. — Báñate y estudia, yo me encargaré de limpiar esto.

El menor asintió y fue a su habitación. Younghoon soltó un suspiro al ver el estado de la sala, se arremangó la camisa que traía, buscó los implementos de limpieza y se pasó el resto de la tarde limpiando el barro del sofá la alfombra y los cojines, cuestionando seriamente por qué pensó que tener muebles blancos sería una buena idea.

Cuando se hizo de noche, Sunwoo volvió a la sala.

— ¿Pido algo para la cena? — El menor le preguntó, sosteniendo el teléfono fijo.

— Sí, por favor. Pide lo que quieras.

Sunwoo asintió y llamó a una pizzería, al terminar la llamada volvió a la sala, se arrodilló junto a él y lo ayudó a limpiar.

— No tienes que hacer esto. — Le dijo cansado.

— Quiero ayudarte.

— ¿Al menos terminaste de estudiar? — Le preguntó con desconfianza.

— Sí, lo prometo. Y fui yo quien causó esto, al menos debería ayudarte un poco. — Insistió.

Younghoon lo miró con una pequeña sonrisa. — Gracias.

 

— ¿Esto por qué es tan difícil de quitar? — Sunwoo se quejó luego de pasar veinte minutos tratando de limpiar una mancha y que esta a penas y se hiciera un poco más clara.

— Es por el material del sofá, ¿ya entiendes por qué me molesto tanto?

Suwoo hizo un puchero. — Esto es absurdo, no debería ser tan difícil.

Younghoon se rió. — Si quieres ve a hacer otra cosa, yo me encargo de esto.

— No, dije que te ayudaría y eso voy a hacer, tengo que poder al menos con esta ¡Una tonta mancha no va a poder conmigo!

Chapter 9: Pelea [ATEEZ]

Summary:

Hongjoong tiene que ir a la escuela a buscar a dos de los miembros de su manada, porque los muy problemáticos habían empezado una pelea.

Notes:

Seonghwa & Yunho: Alfas.

Hongjoong & Yeosang: Omegas.

Chapter Text

Hongjoong estaba molesto, lo que era comprensible teniendo en cuenta que dos de los miembros de su manada no habían causado más que problemas ese día. Yeosang y Yunho se despertaron de un humor terrible y se reflejaba demasiado bien en sus acciones. Habían sido irrespetuosos con todos, habían hecho un escándalo en el desayuno porque no querían comer lo que Seonghwa había preparado como si fueran niños pequeños, se pusieron a pelear justo antes de salir dando como resultado que todos los menores llegaran tarde a la escuela. Y ahora Honjoong tenía que ir por ellos porque al parecer habían decidido empezar una pelea con otros estudiantes. 

Seonghwa había insistido en acompañarlo, así que los dos se encontraban en camino a la escuela a recoger sus dos niños problemas. 

— ¿Por qué te hice caso cuando me dijiste que cuidaramos de ellos? — Preguntó estresado. Sintió al mayor suspirar a su lado.

— No digas cosas que no quieres decir. Sabes que a pesar de momentos como este todavía los amas y estás feliz de cuidar de ellos. Además Yunho y Yeosang no son de los que suelen meterse en problemas usualmente, es normal que pase de vez en cuando.

Sabía que Seonghwa tenía razón. A pesar de todo los amaba y deseaba seguir junto a ellos, incluso si a veces se asustaba de que se le fuera a caer el pelo por todo el estrés que le causaban. Al llegar a la escuela tuvo que quedarse un momento en el auto antes de salir para poder controlarse, estaba furioso y sabía que Seonghwa podía sentirlo

Cuando se sintió más calmado y finalmente en control de sí mismo salió del auto. Seonghwa, su alfa, lo tomó de la mano, le aseguró que todo estaría bien y caminó junto a él. No tardaron en llegar a la oficina del director, Yunho y Yeosang estaban sentados afuera junto a otros estudiantes, todos parecían molestos y estaban golpeados. Cuando Yeosang se dio cuenta de que estaban ahí le mostró una sonrisa nerviosa, sabía que estaban en problemas.

Hongjoong los miró con desaprobación y les hizo una señal para que lo siguieran. La reunión con el director no fue muy larga, les contó lo que había sucedido, regañó a los chicos y les dijo que estarían suspendidos por dos semanas. Hongjoong se disculpó profundamente por los dos menores y prometió que nunca volvería a ocurrir algo parecido.

Después de eso simplemente tomó de las orejas a los dos menores y los arrastró hasta el auto ignorando sus quejas, Seonghwa iba a su lado recordándole suavemente que no fuera tan brusco. El camino hasta su casa fue silencioso, principalmente porque Hongjoong les daba una mirada de advertencia cuando estaban apunto de abrir la boca (incluso a Seonghwa). Ya no estaba tan molesto y sí tenía planeado escuchar lo que tuvieran que decirle antes de castigarlos, pero lo habían hecho ir hasta su escuela por una pelea, así que al menos se desquitaría un poco y los asustaría. Incluso si Seonghwa no lucía contento con eso.

 

—-------

 

— ¿Qué fue lo que pasó? — Hongjoong preguntó con seriedad.

Yeosang tragó saliva y evadió la mirada del omega. Nunca entendería como la misma persona que amaba a los minions y tenía un leve complejo de pirata haciéndolos llamarlo capitán de vez en cuando, lo que resultaba bastante divertido, podía llegar a dar tanto miedo cuando se molestaba.

— Uno de esos idiotas me insultó así que lo golpeé y empezamos a pelear. — Yunho respondió con un resoplido. — Yeosang se involucró por accidente, no es su culpa.

Agradecía que Yunho tratara de defenderlo, sin embargo, no era el momento para eso.

— En primer lugar corrige tu lenguaje, Yunho, no voy a soportar insultos en esta casa. En segundo lugar, no empiezas una pelea de ese modo, si alguien te está molestando o faltando al respeto me lo dices a mi, a Seonghwa o a algún profesor, las cosas se pueden solucionar de forma pacífica. Y en tercer lugar, Yeosang es igual de culpable, participó en una pelea cuando sabía que no era lo correcto. — Escuchó a Yunho soltar un bufido y quiso golpearlo ¿no entendía que no era momento para que se comportara así? — Si no tienen nada más que decir vayan a mi habitación, iré en un momento.

Empezó a caminar haciendo lo que Hongjoong dijo, pero se detuvo completamente en shock al escuchar a Yunho.

— No.

Sintió cómo empezaba a sudar. Yunho era un idiota. Él una vez hizo lo mismo y trató de evadir un castigo, todavía recuerda lo mucho que dolió el cinturón por eso, fueron fácilmente los peores minutos de su vida y todavía tenía pesadillas con ese día.

— ¿No? — Hongjoong levantó una ceja. — ¿Crees que estás en posición de decir eso? Sabes que te metiste en problemas.

— No voy a escapar de mi castigo, sé que me lo merezco, pero no quiero que tú me castigues. — Yunho respondió cruzándose de brazos.

— ¿Y por qué no quieres que yo te castigue? — Hongjoong preguntó haciendo un buen trabajo manteniendo la calma.

— Porque eres un omega. — Bien Yunho dijo lo peor que se le pudo haber ocurrido. Pudo ver la mirada de Hongjoong oscurecerse y tuvo la tentación de salir corriendo y esconderse. Sí, Hongjoong podía ser un omega pero daba diez veces más miedo que un alfa (ciertamente daba más miedo que el alfa idiota de Yunho). — No dejaré que un débil omega me castigue, que lo haga Seonghwa hyung.

Idiota empezaba a ser una palabra muy suave para describir lo que Yeosang quería decirle a Yunho en ese momento. Sabía que el alfa venía de una manada tradicional llena de prejuicios y aunque había madurado bastante desde que llegó junto a ellos y ya no hacía cosas tan idiotas y discriminatorias, todavía actuaba como un imbécil de vez en cuando.

— Pues este débil omega va a dejar tu trasero morado si no me obedeces y vas a mi habitación en este instante.

Yunho iba a decir algo, pero Seonghwa puso un fuerte agarre en su hombro que lo hizo callar, ni siquiera hacía falta verlo para saber que estaba furioso, incluso más que Hongjoong.

— Ve y encárgate del castigo de Yeosang primero. — Le dijo a Hongjoong. — Yo hablaré con Yunho y cuando consiga que deje esta actitud lo llevaré contigo.

Hongjoong simplemente asintió y se dirigió hasta donde estaba, lo tomó del brazo y lo encaminó hasta la habitación. Una vez ahí y tomándolo por sorpresa el mayor lo abrazó con fuerza, apoyando su cabeza en su hombro.

— ¿H-hyung? ¿Estás bien?

— Sí. — Dijo la voz tranquila. — Solo dame un momento, necesito calmarme, no quiero lastimarte.

Sonrió y le devolvió el abrazo. — Sabes, aunque Yunho actúe como un… aunque actúe de forma molesta de vez en cuando, él realmente te aprecia. En realidad la razón por la que empezó la pelea es que uno de esos chicos trató de burlarse de nosotros hablando mal de ti y de nuestra manada por tener un omega a cargo. Se lanzó encima del chico sin pensarlo y empezó a gritarle que no tenía derecho de hablar mal de ti.

Hongjoong suspiró. — Sé que nos valora, pero desearía que fuera un poco más coherente. De todos modos gracias por decirme esto.

Asintió y lo miró un poco nervioso. — Ya es momento de empezar ¿Cierto?

— Sí. — Le dijo suavemente. — Quítate los pantalones.

Hizo un puchero. — ¿Es necesario?

— Te metiste en una pelea física, Yeosang. Agradece que te deje conservar tu ropa interior.

Hizo una mueca, pero no pensó en desobedecer. Se quitó los pantalones y una vez el mayor se sentó en su cama, se recostó sobre sus piernas.

La primera nalgada no llegó mucho después de que le avisara que comenzaría, y desde el primer instante fue desesperante. El dolor fue intenso y empeoró cada vez más. No importaba cuantas veces pasara por el regazo de Hongjoong, siempre era igual de horrible.

Sintió cada golpe por completo, el agudo picor que dejaban y como este en lugar de desaparecer se hacía más fuerte cuando llegaba la siguiente nalgada. Sabía que Hongjoong lo estaba regañando por haber peleado, pero estaba tan sumido en el dolor que no le prestó mayor atención, simplemente respondía con un "lo siento” cuando parecía conveniente decirlo. Era consciente de lo que había hecho mal y que debería ponerle atención al omega, pero no podía pensar en otra cosa que no fuera el final del castigo. Llevaba apenas unos minutos, pero se sentía como una hora entera.

— OWW. — Soltó un grito cuando no pudo contenerlo más. — ¡Lo siento! ¡En serio lo siento, prometo que no lo volveré a hacer! ¡Por favor para! — Escuchó un suspiro como respuesta.

— Sé que lo sientes, pero tengo que asegurarme de que no olvides el dolor que estás sintiendo en este momento la próxima vez que quieras meterte en una pelea. Lo que hiciste estuvo realmente mal, Yeosang, no deberías esperar un castigo suave, recién estamos comenzando.

No tenía sentido gritar ni tratar de pelear contra Hongjoong, al final terminaría igual y él solo conseguiría que le doliera la garganta. Permitió que sus lágrimas salieran libremente de sus ojos y que se escaparan gemidos de dolor de vez en cuando. Recordó lo tonto que había sido al meterse en la pelea en lugar de buscar a un profesor, ahora se arrepentía.

A medida que avanzaba el castigo los gemidos de Yeosang se fueron volviendo más fuertes hasta que eventualmente se convirtieron en sollozos. Dejó de pensar y simplemente trató de ignorar el dolor de cualquier forma que se le ocurriese hasta que se terminara.

El alivió lo invadió cuando las fuertes nalgadas que Hongjoong repartía por su trasero se detuvieron y empezó a frotar suavemente su espalda.

Hongjoong esperó pacientemente a que se quisiera levantar aunque no tenía la intención de hacerlo. Dolía, dolía mucho incluso si no se estaba moviendo ni había nada rozandolo, dolía por sí mismo, así que quería quedarse quieto para no empeorarlo.

Mientras seguía perdido en su dolor y las amables caricias de Hongjoong, Seonghwa entró a la habitación seguido de un muy arrepentido Yunho. Estaba mirando al piso, tenía un puchero en el rostro y parecía haber llorado, se acercó a dónde estaban y le hizo una reverencia a Hongjoong.

— Lo siento. Fui un idiota y dije cosas que no quería decir. Te respeto, hyung, en serio. Es solo que… sabes de donde vengo, es difícil ir en contra de lo que me enseñaron toda la vida, sé que está mal y estoy intentado cambiar, pero no es tan fácil como me gustaría.

Hongjoong lo miró con cariño. — Lo sé, Yunho. Sé que es difícil y sé que lo estás intentado. Me siento orgulloso, porque sé que te estás esforzando para ser una mejor persona todos los días. Pero eso no significa que lo que hiciste no estuvo mal y no va a tener consecuencias.

— Lo entiendo. — Dijo el alfa con lágrimas en los ojos.

— Yeosang, cariño. Necesito que te levantes. — Hongjoong le pidió con suavidad. — Espera en un rincón mientras me encargo del castigo de Yunho ¿Sí?

Asintió sabiendo que en realidad no tenía otra opción más que obedecer. Se paró frente a una esquina de la habitación, donde volvió a subirse el pantalón, pudiendo escuchar todo lo que pasaba detrás suyo aunque no quería hacerlo. Hongjoong empezó a regañar a Yunho, aunque solo mencionó el tema de la escuela, poco después el alfa soltó un quejido y luego de eso empezó el castigo.

Yeosang nunca dejó de llorar, solo había reducido la intensidad, pero cuando Yunho comenzó a llorar él también volvió a hacerlo. Ah, Yunho había sido un idiota por todo lo que hizo ese día, pero Yeosang también lo había sido por seguirle la corriente. Y a pesar de ser un idiota todavía lo quería, así que era desesperante escucharlo sufrir. Incluso si era un sufrimiento controlado y sabía que no había peligro real, quería ir hasta él y protegerlo de todo. Incluso quería recibir el resto de su castigo por él, pero no lo haría. Porque Hongjoong no lo dejaría y porque sabía que se lo merecía, tanto como él se merecía el castigo que recibió.

Sufrió más con el castigo de Yunho que lo que sufrió con el suyo, así que su alivió también fue mayor cuando este terminó. Hongjoong consoló levemente al alfa y luego lo mandó a un rincón igual que a él. Los dos mayores salieron de la habitación advirtiéndoles que volverían pronto y que si los escuchaban hablando o no estaban en el rincón se meterían en problemas.

Su llanto ya se había calmado casi por completo y ahora solo soltaba pequeños gimoteos de vez en cuando. Todavía podía escuchar sollozos provenientes de Yunho, pero decidió ignorarlos por su propio bien, no iba a meterse en más problemas.

Hongjoong y Seonghwa volvieron a entrar a la habitación, les dijeron que se acercaran, así que salieron de las esquinas y se pararon frente a ellos con la mirada en el piso.

— Es obvio pero van a estar castigados estas dos semanas. Nada de celulares, computadoras o televisión, no pueden salir y se pasarán su tiempo limpiando y reflexionando sobre lo que hicieron. ¿Les queda claro?

No fue ninguna sorpresa. — Sí, hyung. 

— Yeosang, vamos afuera. Seonghwa y Yunho todavía tienen algo que discutir.

Levantó la mirada, confundido, y luego miró preocupado a Yunho. Algo dentro de él ya sabía qué iba a pasar, pero eso no significaba que le gustara. El idiota de Yunho tenía merecido lo que iba a recibir y por eso no podía intervenir, tuvo un escalofrío al recordar su propia experiencia con el cinturón cuando se rehusó a recibir un castigo. A veces le daban ganas de cerrarle la boca a Yunho con cinta para que no dijera estupideces que lo metieran en problemas, pero no había nada que pudiera hacer por él en ese momento.

Dejó de aguantarse las ganas de consolarlo y le dio un suave beso en la mejilla antes de salir junto a Hongjoong. El mayor lo guió hasta la sala donde se sentó en el sofá, tirándolo encima de él y dándole un fuerte abrazo. Fue hasta ese momento que recordó que no lo habían consolado adecuadamente, estuvo tan pendiente de Yunho que se olvidó de sí mismo, de repente el dolor en su trasero volvió a sentirse presente.

— ¿Estás bien?

Asintió acurrucados en el abrazo, ocultando su rostro en el cuello de Hongjoong y respirando su aroma.

— ¿Seonghwa hyung será muy duro con él?

— Tal vez. Sabes que es demasiado sobreprotector respecto a estas cosas, estaba furioso.

— ¿Sigues molesto con Yunho?

— No. — Hongjoong suspiró. — Sé que solo estaba repitiendo palabras que escuchó al crecer. Ya me cansé de estar molesto por hoy, le dejaré el resto a Seonghwa.

Yeosang estaba listo para relajarse, seguía preocupado, pero confiaba en que Seonghwa sabría manejar las cosas y Yunho no saldría lastimado. Pero no contaba con el hecho de que tan pronto como cerrara los ojos para tratar de descansar el estúpido de su alfa gritaría tan fuerte que fue capaz de escucharlo estando en la maldita sala.



 

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Yunho tragó saliva cuando la puerta se cerró dejándolo solo con Seonghwa. Sabía que había actuado como un idiota y tenía que afrontar las consecuencias, pero estaba asustado, muy asustado. 

Había tenido la pésima suerte de nacer en una horrible manada que trataba mal a los omegas, luego tuvo la buena suerte de salir de ahí y conocer otra forma de ver el mundo, pero no tuvo la suerte suficiente de olvidar todo lo que había aprendido antes, así que ahora lastimaba a las personas que quería sin tener la intención de hacerlo, se sentía como una mierda y su trasero sufría las consecuencias. 

Ya estaba bastante adolorido por el castigo de Hongjoong, ¡no quería recibir el cinturón! Estaba loco por haber llamado débil al omega, golpeaba jodidamente fuerte.

Seonghwa se aclaró la garganta haciéndolo volver en sí. El mayor tenía los brazos cruzados y ciertamente no lucía feliz, por más que lo quisiera sabía que no podía arreglar las cosas con una mirada de perrito regañado.

— Ya hablamos de esto así que no voy a extenderme, a menos que tengas algo más que decir. — Seonghwa se mantuvo callado un rato hasta que se dio cuenta que Yunho no planeaba decir nada. — Bien, quítate la ropa interior y apóyate en la cama. Serán veinticinco, todavía hay muchas cosas que arreglar, pero las trataremos poco a poco. Aunque espero que después de hoy no vuelvas a rehusarte a que Hongjoong te castigue, porque creeme no te gustarán las consecuencias.

No tenía dudas al respecto, era la primera vez que lo hacía y ya estaba odiando las consecuencias. 

Hizo lo que le dijo y se apoyó en la cama sin ninguna protección.

SMACK

Se tensó por la sorpresa y el repentino dolor, Seonghwa no dio ninguna clase de aviso.

SMACK

Y el segundo golpe con el cinturón llegó casi de inmediato que fue un milagro que se diera cuenta, luego llegó el tercer… y el cuarto. Había tomado un ritmo tan rápido que no podía procesarlo.

Después del séptimo comenzó a ser consciente de lo que estaba pasando y a reaccionar. Volvió a llorar casi al instante y empezó a soltar quejidos que se transformaron en gritos.

SMACK

— OWWW. — Gritó tan fuerte con el golpe veinte que estaba seguro de que se pudo escuchar en toda la casa. Sentía su trasero en llamas y aunque faltaba poco para terminar empezaba a cuestionarse si sería capaz de soportarlo. Desde que se unió a la manada no había sido castigado muchas veces y esa era en definitiva la peor de todas.

Al terminar se arrodilló en el suelo y lloró apoyando su cabeza en la cama. ¿Por qué dolía tanto?

Seonghwa lo abrazó con cariño, dejando que llorara tanto como lo necesitara.

— ¿Por qué tienes que ser tan cruel? — Se quejó con un puchero en medio de su llanto.

Seonghwa no respondió y solo siguió consolándolo.

— Ya se acabó, Yunho. ¿Te sientes mejor? — Asintió, acurrucado en el abrazo.

Yeosang entró a la habitación sin tocar la puerta y se acercó a ellos. Envolvió a Yunho en sus brazos, queriendo protegerlo de todo y lo consoló con sus feromonas.

Yunho sonrió, su tonto y tierno omega siempre se preocupaba demasiado por él.

Chapter 10: Saca la basura [ATEEZ]

Summary:

Seonghwa le pide a Hongjoong que saque la basura, pero este lo olvida.

Notes:

Este capitulo es una traducción de un one-shot que escribí originalmente en inglés y que está en mi perfil.

Chapter Text

Hongjoong se despertó y buscó a su novio, pero no estaba en la cama. Frunció el ceño, tomando su teléfono para ver la hora, eran solo las 8 de la mañana. Con un bostezo caminó hasta la cocina por una taza de café.

— Buenos días. — Seonghwa lo saludó, mientras sostenía una escoba.

— ¿Por qué estás limpiando? Es muy temprano para eso. — Le preguntó, adormecido.

— No es muy temprano. Necesito terminar antes de irme, porque sé que tú no lo harás. 

— ¡Lo haría! Pero quieres hacer todo por tu cuenta. — Hongjoong se quejó.

Seonghwa rodó los ojos. — ¿Entonces me ayudarías a sacar la basura?

— Claro. — Hongjoong dijo sin pensarlo dos veces,

— Me voy a molestar si no lo haces. — Seonghwa le advirtió.

— ¡Lo voy a hacer! — Hongjoong exclamó. — Lo prometo.

— Está bien. — Seonghwa suspiró. — El desayuno está en la cocina, ve y come. — Le dijo, dándole un beso.

— Gracias, te amo.

Después de comer, Hongjoong volvió a la cama, quería disfrutar del fin de semana a su modo. No mucho después Seonghwa entró a la habitación para despedirse, iba a encontrarse con su familia y pasar el día con ellos.

— Diviértete. — Hongjoong le dijo después de recibir un beso.

— Te veo en la noche, no olvides la basura.

— No lo voy a olvidar. — Hongjoong dijo, fingiendo indignación.

— Eso espero. — Seonghwa se rió. — Adiós, te amo.



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Seonghwa volvió a la casa y encontró la basura en el mismo lugar donde la había dejado. La peor parte es que ni siquiera estaba decepcionado, en realidad esperaba que eso pasara.

— KIM HONGJOONG. — Gritó molesto.

— Hola, cariño ¿Qué pasa? — Hongjoong apareció, luciendo un poco asustado.

— ¿Por qué diablos la basura sigue aquí?

— Oh, eso era lo que tenía que hacer. — Dijo para sí mismo, sin darse cuenta de que sus palabras hicieron que Seonghwa se molestara incluso más de lo que ya estaba.

— ¿Entonces lo olvidaste? — Seonghwa dijo con un bufido. — ¡No importa cuántas veces te pida que hagas algo, siempre eres así! Está bien que no quieras hacer los quehaceres de la casa o que los olvides porque no es importante para ti ¡Pero entonces deberías dejarme hacerlos en paz en lugar de prometer que ayudarás cuando claramente no será así!

— Iba a sacar la basura ¿Está bien? Tenía toda la intención de ayudar, pero sabes que mi memoria es un desastre. — Hongjoong se defendió.

— ¿Y no pudiste escribirlo o algo? Ya hemos hablado de esto.

— Bueno, tal vez si no fueras tan molesto y obsesivo con la limpieza no estaríamos hablando de esto de nuevo ¡Ni siquiera estaríamos peleando!

— Así que crees que soy molesto y obsesivo. — Seonghwa bufó. — ¿Entonces por qué sales conmigo? ¡No deberías salir con una persona tan horrible!

— Espera, no me refería a eso. — Hongjoong dijo preocupado, no esperaba que Seonghwa se tomaría lo que dijo de esa manera.

— ¡Olvídalo! No quiero verte ahora. — Seonghwa dijo antes de ir a la habitación, cerrando la puerta.

Hongjoong se regañó a sí mismo por decir eso. Siempre olvidaba que Seonghwa se tomaba las cosas de la peor manera posible. Enserio tenía que hacer algo con su memoria.

Sabía que el daño ya estaba hecho, pero todavía sacó la basura, esperando que Seonghwa pueda perdonarlo.

— Seonghwa, cariño ¿Puedo hablar contigo? — Preguntó sin abrir la puerta, si Seonghwa no quería verlo lo respetaría. — Sé que lo que hice y dije estuvo mal, ¿pero podemos arreglar esto del modo en que habíamos acordado en lugar de ignorarnos? — Añadió cuando no obtuvo respuesta, y estaba listo para irse cuando el silencio continuó.

Pero Seonghwa abrió la puerta antes de que pudiera alejarse.

— Entra. — Seonghwa dijo sin mirarlo, claramente molesto.

— Lo siento. No quería decir eso y no debí hacerlo. Creí que sería capaz de recordar esta vez. — Hongjoong se disculpó, sintiendo lágrimas en los ojos.

— Lo sé, pero a veces se siente como si yo no te interesara o las cosas que son importantes para mi.

— Perdón por hacerte sentir así, nunca fue mi intensión ¿Qué puedo hacer para compensarlo?

— Solo trata de recordar la próxima vez. Puedes escribirlo, pedirme que te llame para recordártelo o puedes hacerlo en el momento. Y tienes razón, deberíamos arreglar esto como lo acordamos, perdón por ignorarte.

— En realidad no lo hiciste, fue solo un momento, tampoco usé las palabras correctas entonces.

Seonghwa suspiró con cansancio, abrazó a su novio y escondió su cabeza en el hombro de Hongjoong,

— ¿En serio quieres un castigo? — Seonghwa le preguntó, rompiendo el abrazo.

— No realmente, pero si es lo que hace falta para que dejes de estar molesto conmigo lo tomaré. Y esta vez de hecho te lastimé, lo merezco.

— Pero no quiero pegarte. — Seonghwa se quejó.

— Mentiroso, lo disfrutas.

— Solo un poco. — Reconoció. — Pero tú también lo disfrutas cuando me pegas.

— Nunca dije que no lo hacía, tu trasero luce lindo de rojo.

— Qué lástima que hoy es el tuyo que estará rojo. — Seonghwa dijo, rodando los ojos. — Vamos, quítate la ropa.

Hongjoong obedeció sin que tuviera que repetirse. Tan pronto como estuvo destudo, se acostó sobre el regazo de Seonghwa y esperó.

— Creo que veinte estarían bien ¿Qué piensas? — Seonghwa preguntó irónicamente.

— Y te atreves a decir que no lo disfrutas. — Se quejó. — Veinte es un número alto, pero está bien si es lo que quieres, puedo tomarlo.

— Entonces serán veinte.

— ¿Necesito contar?

— No. Hazlo en tu mente si quieres asegurarte de que no pierda la cuenta.

— Y yo soy el que tiene mala memoria. — Hongjoong murmuró para sí mismo, pero Seonghwa alcanzó a escucharlo y le dio una fuerte nalgada por eso. — Oww.

— Ese no cuenta. Voy a empezar, quédate quieto.

Hongjoong cerró sus ojos cuando sintió la primera nalgada, Seonghwa tenía mano pesada y eso era algo que nunca olvidaría. Con las primeras nalgadas el dolor creció lentamente y eventualmente se volvió difícil de tomar. El octavo trajo consigo las primeras lágrimas y el número once lo hizo llorar sin contenerse. Los últimos lo hicieron gritar de dolor.

— ¿Estás bien? — Seonghwa preguntó, frotando su espalda.

— S-sí, solo dame un segundo. — Hongjoong dijo, tratando de detener las lágrimas.

— Está bien, tómate tu tiempo.

Después de un rato Hongjoong consiguió calmarse, y ambos se acostaron en la cama, abrazándose.

— Lo siento, Hwa. Prometo que no olvidaré los quehaceres de nuevo.

— No tienes que prometer nada, sé que lo intentarás y eso es suficiente para mi.

— Te amo.

— También te amo.

— ¿Lo disfrutaste?

— Por supuesto, tu trasero es muy lindo, me gusta.

Hongjoong hizo un puchero, pero Seonghwa solo necesitó algunos besos para hacerlo sonreír.

— En serio te amo, incluso si eres un mocoso de vez en cuando.

— ¡Oye! Usualmente eres peor que yo. — Hongjoong se quejó.

— ¿Ves? Te amo incluso cuando eres así.

— Tal vez los dos deberíamos dormir con el trasero rojo hoy.

— No digas tonterías. — Seonghwa se rio. — Iré a preparar la cena ¿Qué te gustaría comer?

— Lo que sea que hagas estará bien.

Seonghwa sonrió y le dio un tierno beso.

— Te amo.

Chapter 11: Tarde [Tomorrow x Together]

Summary:

Huening Kai termina faltando a clases por quedarse dormido después de haberse trasnochado jugando videojuegos.

Chapter Text

Soobin suspiró con fuerza, había llamado a Kai unas cinco veces pero el menor nada que se levantaba y estaba comenzando a estresarse. La alarma del maknae volvió a sonar, pero alguien que ciertamente no era Hueningkai la apagó casi al instante.

— Deja de apagarlas, Taehyun. Tiene que despertarse de algún modo. — Lo regañó, volviendo a entrar a la habitación de los menores.

— Te aseguro que no será gracias a la molesta alarma. — Se quejó.

Taehyun estaba terminando de ponerse el uniforme escolar y Huening Kai seguía durmiendo como una roca. Se acercó hasta la cama y le quitó las cobijas de encima, pero no funcionó.

— Huening Kai. Huening Kai. — Lo llamó nuevamente, sacudiendo su cuerpo, pero el menor solo soltó un quejido y siguió durmiendo. — ¡Huening Kai, despierta! — Levantó un poco la voz y fue más brusco con sus movimientos, consiguiendo al fin que abriera los ojos. — Levántate en este instante y alístate para ir a la escuela.

— Mmm. Cinco minutos más.

Sintiendo que empezaba a perder la paciencia, giró a Huening Kai para que quedara acostado boca abajo y le dio una fuerte nalgada que resonó en toda la habitación y que prácticamente lo hizo saltar de la cama.

— Te vas a levantar ahora mismo y te vas a arreglar. No vas a llegar tarde. Y por tu propio bien será mejor que no me tenga que repetir.

Huening Kai asintió, seguía adormilado, pero la advertencia había sido clara. Soobin solo salió de la habitación cuando el menor comenzó a vestirse.

El resto de la mañana transcurrió con prisas y regaños, al final Taehyun se fue antes porque se había cansado de esperar a Huening Kai. Después de lo que pareció una eternidad el maknae finalmente salió del dormitorio, Soobin estaba convencido de que llegaría tarde, pero estaba tan agotado de apurarlo que en ese punto no le importaba lo suficiente, lo regañaría de nuevo cuando volviera.

Beomgyu tenía una clase de canto temprano así que se fue no mucho después, por lo que solo estaban Yeonjun y él en el dormitorio. Trataron de limpiar un poco el lugar, que como de costumbre estaba vuelto un desastre, antes de que tuvieran que ir a la compañía. Las cosas transcurrieron con calma y a pesar de estar ocupado pudo relajarse un poco. Casi había olvidado su molestia con Huening Kai, tal vez habría dejado pasar el problema y no regañaría al menor por la tarde si este no hubiera entrado nuevamente al dormitorio cuando se suponía que estaba en clases.

— ¿Qué haces aquí? — Le preguntó de inmediato con un tono molesto.

Huening Kai miró al piso con un puchero y jugó nerviosamente con sus manos. — Yo… esto, m-me quedé dormido en las escaleras. Lo siento mucho.

Soobin abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró. Tenía que ser una broma . — Ve a mi habitación.

— ¡Pero, hyung!

— No voy a decirlo de nuevo.

Huening Kai lo miró con molestia y fue hasta la habitación murmurando cosas que Soobin decidió ignorar por el bien del chico. Trató de calmarse un poco porque esa mañana lo estaba volviendo loco. ¿Algo más podía salir mal?

Al entrar a la habitación vio que Huening Kai estaba en una esquina, apretando los puños y con rastros de lágrimas. Yeonjun estaba con los brazos cruzados mirando fijamente al maknae. Soobin se paró frente a él para captar su atención y lo miró con curiosidad.

— Estaba actuando como un mocoso irrespetuoso, así que lo mandé a la esquina. Te dejo el resto a ti. — Después de decir eso salió de la habitación dejándolos solos.

—Ven aquí, Huening. Tenemos que hablar.

Huening Kai salió de la esquina y se sentó con un bufido en la cama del mayor.

— ¿Por qué estás tan cansado? — Le preguntó con paciencia, tratando de ignorar la actitud del menor. Huening Kai permaneció en silencio y no le dirigió la mirada. — Te hice una pregunta.

— Casi no dormí anoche. — Respondió entre dientes.

— ¿Por qué? ¿Qué estabas haciendo? — No respondió. — No me digas que te desvelaste jugando videojuegos. — Nuevamente no hubo respuesta, pero esta vez el menor hizo un pequeño sonido que le dijo a Soobin todo lo que necesitaba saber. — ¿¡Cuántas veces te he dicho que no juegues hasta tarde!?

Huening Kai permaneció en silencio y mantuvo el ceño fruncido. Soobin comenzaba a cansarse de no tener ningún tipo de respuesta.

— Vas a obtener un castigo por faltar a clases y empezaré a llevarme tu consola y tu celular por las noches para asegurarme de que no te quedes jugando más tiempo del debido. — Declaró.

— ¡No puedes hacer eso! — Huening Kai se levantó molesto.

— Vas a ver que sí. — Aprovechó que el menor se había levantado para jalarlo y acostarlo sobre su regazo. — Ignorando el tema de los videojuegos, necesito asegurarme de que sepas por qué te voy a castigar, dime lo que hiciste mal. — Nuevamente el menor se quedó callado. Soltó un suspiro. — Te aconsejo que respondas y dejes esta actitud, Huening Kai. No te gustarán las consecuencias si no lo haces.

— Falté a clases por haberte desobedecido. — Respondió a regañadientes.

Era algo vago, pero de momento era suficiente. — Voy a empezar.

Después de decir eso comenzó a repartir golpes firmes por todo el trasero del menor, no eran demasiado intensos todavía, pero Huening Kai no tardó en comenzar a moverse incómodo y a soltar quejidos.

— Te guste o no, tienes que ser responsable con la escuela, ir a clases, llegar temprano y esforzarte por sacar buenas notas.

— Sí, sí. Seré responsable ¡Por favor para!

Rodó los ojos, era claro que Huening Kai solo quería que el castigo terminara, no lo sentía en realidad. Aumentó la fuerza que estaba usando, haciendo que Huening Kai soltara un grito.

— OWW ¡Hyung! ¡Lo siento! — Suplicó el menor.

Siguió con el castigo sin inmutarse por los gritos, regañandolo de vez en cuando porque se movía demasiado y retomando cada tanto el tema de ser responsable. Huening Kai se disculpó muchas veces, pero no estaba convencido de que fuera sincero, así que no se detuvo.

— ¡Lo siento! En serio lo siento. Te prometo que no volveré a quedarme hasta tarde jugando, te prometo que seré responsable con la escuela. Lo siento mucho. 

Huening Kai volvió a disculparse, con la voz rota. Solo que esta vez Soobin sí se detuvo. Por primera vez en todo el día parecía que el maknae había dicho algo que realmente sentía.

— Será mejor que cumplas esa promesa, Kai. Puedes levantarte. — Le dijo con voz suave.

Huening Kai se puso de pie de forma temblorosa, seguía llorando y se veía bastante agotado. Soobin lo guió con cuidado para que pueda sentarse sobre su regazo sin lastimarse y lo abrazó con cariño.

— L-lo siento mucho, hyung. — Huening Kai volvió a disculparse suavemente.

— Shh, está bien. ya se terminó, te perdono, solo no lo vuelvas a hacer. — Acarició suavemente su espalda y le brindó palabras de consuelo hasta que su llanto disminuyó.

— Hyung. — Huening Kai lo llamó después de que estuvieron en un cómodo silencio por un tiempo.

— ¿Sí? — Le preguntó limpiándole las lágrimas.

— ¿En serio te vas a llevarte mis juegos por las noches? — Dijo con un puchero.

— Sí. Son algo que claramente te impiden cumplir con tus responsabilidades, como no puedes controlar el uso que les das por ti mismo voy a tener que intervenir hasta que puedas hacerlo solo.

— ¿Y cuándo va a ser eso?

— Cuando me demuestres que puedes ser responsable al respecto.

— ¿¡Y cómo te lo voy a demostrar si no los tengo!? — Se quejó.

Rodó los ojos. — No es como si no los fueras a tener nunca, podrás jugar por las tardes, pero me los llevaré en la noche, también los tendrás los fines de semana. Y si puedes mostrarme que eres capaz de detenerte a una hora prudente, tengas o no que madrugar al día siguiente, entonces te los devolveré.

— Está bien. — Dijo un poco desanimado.

— Bien, ya estuvimos aquí mucho tiempo. Ve a cambiarte, tenemos que ir a trabajar. — Le revolvió el cabello juguetonamente.

Huening Kai asintió y se levantó despacio, haciendo una mueca por el dolor que sintió al cambiar de posición. Salió de la habitación del mayor para ir a la suya, pero justo cuando abrió la puerta se encontró con Yeonjun quien lo miraba con seriedad.

— Hyung. — Dijo con voz baja, mirando al piso. — Perdón por haber sido grosero antes.

Yeonjun lo miró sin decir nada por un rato antes de abrazarlo con fuerza y darle un beso en la mejilla.

— Te perdono, Huening. — Dijo sin soltar el abrazo.

Huening Kai estaba feliz al comienzo, pero después de un tiempo en que el mayor se negaba a soltarlo miró a Soobin buscando ayuda, pero este los miraba divertido, sin intenciones de quitarle a Yeonjun de encima.

Chapter 12: Chicles [BTS]

Summary:

Jungkook se separa un momento de los demás para comprar chicles, aunque Seokjin les había dejado muy claro que no quería que nadie se separara.

Chapter Text

 

Jungkook vio con pereza su teléfono, ya no encontraba con qué entretenerse y todavía faltaban dos horas para abordar el avión. No entendía la necesidad de llegar tan temprano, sí tenían que ver lo de migración y toda la cosa porque iban a otro país, pero llegar medio día antes era excesivo.

Lo más molesto es que no podía ni siquiera caminar por el lugar, Jin había dejado muy claro que no quería que se separaran, así que estaba atrapado en una silla incómoda con sus hyungs al lado sintiendo que se moriría de aburrimiento.

— ¿Alguien quiere ir al baño? — Namjoon preguntó poniéndose de pie, Jungkook levantó la mano de inmediato, en realidad no necesitaba ir, pero cualquier excusa para caminar un poco sin que lo regañen era bienvenida.

Al final terminaron yendo Namjoon, Jimin, Hoseok y él. La pequeña caminata lo ayudó a sentirse mejor, pero seguía sin ser suficiente, por eso cuando estaban caminando de regreso con los demás la tienda de dulces no tuvo muchas dificultades en llamar su atención.

Caminó hasta ella sin pensarlo y se puso a mirar qué había. Al final solo se compró unos chicles porque recordó que estaba en una dieta y no podía comer dulces. Luego caminó de regreso a donde estaban los demás, encontrándose con un muy enojado Seokjin. Mierda.

— ¿Dónde estabas? — Seokjin preguntó con los brazos cruzados y mirándolo con severidad.

Jungkook tragó saliva. — Fui a comprar unos chicles. — Dijo casi en un suspiro, su voz siendo apenas audible.

— Creí dejar claro que no quería que nadie se separara ¿No lo hice?

— S-sí lo hiciste hyung, lo-lo siento.

— Entonces el problema es que no me tomas en serio. Parece que necesitas un recordatorio de que debes obedecer a tus hyungs. — Seokjin intercambió una mirada con Namjoon y después agarró con una fuerza impresionante el brazo de Jungkook y empezó a llevarlo al baño.

— E-espera, hyung. Lo siento, no tienes que hacer esto.

— Tengo que hacerlo, Jungkook. Si no me obedeces no puedo mantenerte a salvo. — Seokjin dijo con firmeza.

— ¡Son solo unos chicles! — Gritó con molestia, sonrojándose inmediatamente después por gritar en público y atraer las miradas de la gente.

— El problema no son los chicles. No estamos en un lugar cerrado como nuestro dormitorio ni con tanta seguridad como la empresa o los lugares donde tenemos grabaciones y entrevistas, estamos en un lugar público donde cualquiera puede entrar. Sé que no somos tan famosos todavía, pero hay personas que nos conocen y hay fans que dan miedo, puedes pasar por una situación incómoda e incluso peligrosa si alguien te reconoce y pueden grabarte haciendo algo que de por sí no tiene nada de malo, pero pueden hacerlo ver como algo terrible. Mantenerte donde pueda verte es la única manera que tengo de saber que estás bien ¿Entiendes mi punto?

Lo miró con asombro, nunca esperó que Jin tuviera tantas cosas en cuenta a la hora de decirles que no se separaran, solo pensó que estaba siendo mandón. — Sí. Lo siento, no había pensado en eso. Si me lo hubieras explicado no te habría desobedecido.

Jin suspiró. — No puedo tomarme el tiempo de explicarles cada decisión que tomo, pero si no entiendes por qué les di una orden y crees que estoy siendo irracional o mandón siempre puedes preguntarme. Puedo cometer errores, pero te aseguro que todas las órdenes que doy, son pensando en su propio bien.

— De verdad lamento haberte desobedecido, hyung. — Dijo con la cabeza gacha.

— Entonces terminemos con tu castigo. 

Hizo un puchero, pero no discutió. Siguió al mayor hasta el baño, donde afortunadamente no parecía haber nadie, y ambos entraron a un cubículo. Era pequeño y bastante incómodo pero se las arreglaron de alguna manera. Jungkook apoyó las manos en la pared y Jin se paró a un lado suyo, poniendo su mano derecha sobre su trasero.

— No será tan fuerte como de costumbre, pero espero que la incomodidad y vergüenza por tener que hacer esto aquí sea suficiente para que no lo vuelvas a hacer. — Le dijo en voz baja, no quería arriesgarse a que los escucharan.

— Lo hará. — Realmente nunca volvería a portarse mal en público, se negaba a pasar por eso dos veces.

Seokjin le dio la primera nalgada justo después de que contestara. El dolor no había sido infernal, pero ciertamente pudo sentirlo y tuvo que morderse la lengua para no hacer ruido. Las siguientes nalgadas no tardaron en llegar, cada una contribuyendo al creciente dolor de su trasero.

El castigo continuó en silencio, el dolor cada vez crecía un poco más y aunque trató de centrarse en su respiración para no hacer ruido, no logró controlar las lágrimas que escaparon de sus ojos. En algún momento el dolor dejó de ser soportable y realmente sintió la necesidad de gritar, pero se contuvo. Llevó una de sus manos a su boca tratando de contener un sollozo, pero, aunque fue suave, este salió de todos modos.

Jin se detuvo poco después, cambiando los golpes por suaves caricias en su espalda. Jungkook siguió llorando con una mano en la boca tratando que los sollozos dejaran de escapársele. No había sido tanto pero sí que había dolido.

Después de un tiempo consiguió calmarse, Jin en ningún momento dejó las caricias.

— Lo siento mucho, hyung. — Se disculpó, volteándose en su dirección y limpiándose las lágrimas.

— Está bien, te perdono ¿Listo para volver? — Le preguntó con suavidad.

Tomó una gran respiración y asintió. Al salir del baño sintió que se moría de la vergüenza, había un señor que acababa de lavarse las maños y se estaba yendo, aunque él no los miró el simple hecho de saber que los escuchó fue suficiente para que quisiera que la tierra se lo tragara.

— Hey, está bien. Seguro que para mañana ya no se acuerda de esto. — Seokjin trató de consolarlo.

— Hyuung. — Jungkook se quejó, escondiendo su rostro en el pecho del mayor. — Me quiero morir.

— No digas eso. Vamos, lávate la cara y volvamos con los demás.

Le mostró un puchero triste, pero hizo lo que le dijo. Cuando estuvieron de vuelta con los demás, pudo ver que la silla al lado de Jimin estaba libre y tenía una pequeña almohada de viaje en el asiento. El mayor lo miró con cariño y le hizo una seña para que se sentara. Casi corrió hasta él, se sentó ignorando la ola de dolor que lo invadió y abrazó al mayor.

— Jimiin hyuung. — Dijo con un puchero y ojos de perrito.

— ¿Qué pasa? ¿Jin hyung fue muy malo contigo? — Le preguntó suavemente.

— ¡Sí! Es un monstruo. — Se quejó dramáticamente. — Es tan malo como Yoongi hyung.

— ¿Yo qué te hice? — Yoongi preguntó, ofendido por ser incluido en la conversación de esa manera.

Jungkook no respondió, solo escondió su rostro en el pecho de Jimin, amando estar ahí. Jimin soltó una pequeña risa y le dio un beso en la cabeza.

Chapter 13: Desquite [A.C.E]

Summary:

Byeongkwan tiene un mal día y se desquita con su novio al llegar al apartamento.

Chapter Text

Byeongkwan tuvo fácilmente el peor día del año, todo le estaba saliendo mal y se sentía a punto de estallar. Su alarma por alguna razón decidió no sonar esa mañana, así que se despertó tarde, se saltó el desayuno y aún así llegó tarde al trabajo, recibiendo un enorme regaño por parte de su jefe. Durante el día las cosas solo fueron de mal en peor y para cuando llegó a su casa por la noche no pudo seguir conteniendo todo el enojo y la frustración que acumuló durante el día.

Así que cuando su novio llegó a la puerta del apartamento para saludarlo no pudo evitar gritar y desahogarse. Le dijo cosas horribles que en realidad no sentía, dejó salir su frustración en gritos, insultos, quejas, críticas y demás. Al terminar de hablar sintió que se quitó un peso de encima, pero inmediatamente después se dio cuenta de lo que acababa de decir y miró preocupado a Sehyoon. El mayor estaba llorando y lo miraba lastimado. 

Se sintió como la peor persona del mundo, realmente acababa de herir a la persona que amaba. El arrepentimiento lo golpeó en seguida. Levantó la mano para tratar de limpiar una de las lágrimas de Sehyoon, pero se detuvo cuando notó que este se alejó de él.

— S-sehyoon, l-lo siento. N-no quise decirte eso. Yo-

— Solo. — Sehyoon lo cortó. — Solo ve a la habitación y ponte en posición para el castigo.

Asintió y obedeció sin pensarlo, aunque lo único que quería hacer en ese momento era abrazarlo y rogarle que lo perdone.

Lo habían hablado antes, que no se faltarían al respeto y que no descargarían su enojo con el otro. Tenían otras reglas más que los dos seguían y que cuando alguno las incumplía recibía un castigo. Al llegar a la habitación se desnudó y dejó su ropa doblada en una silla de la habitación, luego movió una de las almohadas de la cama para que quedara en el medio de la cama y se acostó boca abajo sobre ella, dejando que esta levantara su trasero.

El sentimiento de miedo por la anticipación del castigo estaba ahí, claro que estaba. Sin embargo, era fácil olvidarlo por lo fuerte que era la culpa, no podía pensar en otra cosa que no fuera en cómo la había embarrado. No importaba cuántos golpes le diera Sehyoon, no serían suficientes para disipar el odio que sentía hacia sí mismo en ese momento.

Sehyoon entró al poco tiempo, no se molestó en verlo, se dirigió hasta el armario de donde sacó un cinturón. 

— Serán diez, cuéntalos. — Le dijo con seriedad y justo después le dio el primero.

SMACK

— U-uno. — Dijo después de la sorpresa, el dolor no había sido para tanto, pero no se lo esperaba tan rápido.  

SMACK

— Dos. — El segundo llegó justo cuando terminó de hablar. El dolor que dejó este fue mucho más notorio, dejó una sensación de ardor difícil de ignorar.

SMACK

— Tres. — Contó con la voz temblorosa, el tercer golpe había dolido incluso más que el segundo.

SMACK

— Cuatro. — Pudo escuchar la respiración inestable de Sehyoon, sabía que eso también era difícil para él.

SMACK

— Oww. C-cinco. — No pudo contener los quejidos más tiempo, realmente comenzaba a doler muy mal.

SMACK

— S-seis. — Las primeras lágrimas salieron de sus ojos, y casi enseguida les siguió el primer sollozo.

SMACK

— OWW. Siete. Lo siento

SMACK

— OCHO. — Gritó el número, sintiendo que de otro modo no sería capaz de pronunciarlo.

SMACK

— N-nueve. — Aunque trató de decirlo con claridad dudaba mucho que Sehyoon fuera capaz de entenderlo, fue más un lloriqueo que un nueve, sin embargo el mayor lo dejó pasar.

SMACK

— DIEZ. — Gritó feliz de que se terminara, pero seguía sintiéndose igual de mal por lo que hizo. — L-lo siento, Sehyoon-ah. En serio lo siento mucho, n-no quise decirte eso, por favor perdóname.

— Está bien, te perdono. — Sehyoon le dijo con delicadeza. Lo ayudó a sentarse en la cama y le dio un fuerte abrazo. — Tomaste tu castigo tan bien, estoy orgulloso. — Le dio un beso en los labios.

— L-lo siento, no quise lastimarte. — Byeongkwan siguió disculpándose, la culpa seguía intacta en su cuerpo.

— Está bien, cariño. Sé que no lo decías en serio, solo me tomaste por sorpresa. — Lo tranquilizó. — Ya recibiste tu castigo, así que no nos estanquemos en esto y tratemos de ser mejores personas mañana ¿Sí? Te prometo que todo estará bien.

Solo que no estaba bien, al menos no todavía. El dolor era horrible, pero seguía sin ser suficiente. Había lastimado a Sehyoon, en serio lo había lastimado, no merecía ser perdonado tan fácilmente.

Sehyoon rodó los ojos y le dio una suave nalgada con la mano que logró sacarle un pequeño grito. — Deja de pensar tanto, en serio estoy bien, lo prometo. 

Byeongkwan lo miró con un puchero. — N-no volveré a hacerte esto.

— No lo harás. — Sehyoon dijo con firmeza. — Porque si lo haces te daré un castigo tan fuerte que este parecerá un juego de niños ¿Queda claro?

Tragó saliva, pero asintió. — Lo siento. — Se disculpó una última vez con voz suave. — Te amo.

Sehyoon sonrió y le dio un beso en los labios. — Yo también te amo. Y la próxima vez que estés tan enojado habla conmigo, puedes quejarte todo lo que quieras, estoy aquí para escucharte, pero no te desquites de esa forma ¿Sí?

— Sí, prometo que será la última vez.

— Bien, entonces vayamos a cenar, estoy seguro de que la comida ya se enfrió.

Chapter 14: ¿No soy suficiente? [Super Junior]

Notes:

¬ ¿podrías hacer uno donde Donghae se sienta inseguro de estar en Super Junior ya que, en contra de las órdenes de Leetuk, lee los comentarios de odio que le dejan, por lo que después de ser regañado decide huir y eso lo mete en problemas?

Perdón la demora, espero te guste ^^

Chapter Text

Donghae sabía que no debió haber leído esos comentarios, Lee Teuk les había prohibido leer los comentarios por una buena razón después de todo. En su defensa solo estaba revisando uno de sus videos musicales y accidentalmente bajo demás, el comentario apareció justo frente a sus ojos y no pudo evitar leerlo, luego no pudo evitar leer los otros que habían.

¿No era lo suficientemente bueno?

Las críticas eran claras, directas, concisas, hirientes y jodidamente difíciles de ignorar. La primera que vio fue solo una queja vaga de su canto, pero a medida que siguió leyendo se encontró con otras sobre su baile, su visual, su personalidad, su relación con los miembros, sus aportes al grupo. Era claro que las personas no consideraban que su presencia en el grupo fuera valiosa y por más que intentaba no pensar en eso las palabras seguían volviendo a su mente de forma insistente.

Cada pequeño error en una coreografía, cada confusión en las letras, cada vez que hablaba demasiado o muy poco, incluso cada vez que miraba a alguno de los miembros no podía evitar el dolor en el pecho. ¿Por qué seguía ahí sí nadie quería verlo?

Los miembros eran amables con él, pero desde que leyó esos comentarios no podía evitar pensar que todo era mentira, que solo lo soportaban en silencio y lo odiaban en secreto. La idea lo estaba carcomiendo hasta el punto en que solo necesitaba una pequeña razón que justificara todo y le diera el impulso que le faltaba para salir corriendo. Lo cual no tardó en ocurrir.

Solo fue un regaño como cualquier otro, Lee Teuk era estricto, siempre lo había sido así que no debió ser una sorpresa. Cometió un error que había cometido antes, recibió un regaño que había recibido antes, usualmente solo le habría mostrado una sonrisa traviesa y hubiera seguido con su día, no era nada realmente grave. Pero en ese momento, cuando ya se sentía bastante abrumado pensando que no servía para nada, fue demasiado. 

Los ojos se le llenaron de lágrimas y sintió que el mundo daba vueltas a su alrededor.  En serio no podía hacer nada bien. No fue consciente de que empezó a correr hasta que estuvo bastante lejos del edificio de la empresa, esa era su última actividad programada por el día, así que no pensó en lo que pasaría si no estaba.

Siguió corriendo como si su vida dependiera de eso, como si pudiera huir de los comentarios y de sus propios pensamientos. Solo se detuvo cuando sintió que no podía seguir, paró un momento para recuperar el aliento y justo cuando estaba listo para volver a correr sintió un fuerte agarre en su oreja.

— ¿Qué crees que estás haciendo? — Lee Teuk lo regañó con firmeza, aunque se veía agitado y cansado, había corrido detrás de él. — ¿Escapar de ese modo cuando te están regañando? ¿Desde cuándo haces cosas tan imprudentes e irrespetuosas? — No respondió, estaba sorprendido por verlo ahí ¿Por qué se había molestado en seguirlo? — Además salir corriendo sin ver por dónde vas ¿Es que estás loco? Juro que pensé que te atropellarían varias veces ¿Y tenía que ser a la una de la mañana? ¿No piensas en las consecuencias? Hay tantas cosas que te pudieron haber pasado, tenía tanto miedo de perderte de vista ¡No te atrevas a preocuparme así de nuevo, Lee Donghae! Solo espera a que lleguemos a casa y… ¿Por qué estás llorando?

No se dio cuenta de que lo estaba haciendo hasta que Lee Teuk lo mencionó, pero cuando fue consciente no pudo detenerse. Realmente en ese momento sentía que no valía la pena en absoluto, pero Lee Teuk había ido a buscarlo y estaba preocupado por él. Dejó que sus lágrimas se llevaran toda la angustia que había estado sintiendo, y aunque no fue por completo, también se llevaron un poco del autodesprecio que sentía. 

Lee Teuk no preguntó dos veces por qué lloraba, no cuando se dio cuenta que el llanto solo se hizo más grande después de la primera vez. El mayor lo abrazó y solo dijo una cosa: Aquí estoy.

Después de una media hora sus lágrimas finalmente cesaron, mantuvo la mirada en el suelo avergonzado por la escena. 

— Volvamos a casa. Hablaremos ahí. — Lee Teuk le dijo suavemente.

Asintió y siguió al mayor de regreso a la empresa. Lee Teuk sostuvo su mano en todo momento, sin arriesgarse a que escapara de nuevo. Cuando llegaron algunos de los miembros estaban esperándolos en uno de los autos de la compañía para volver al dormitorio. Su manager también estaba ahí y lucía molesto.

No le puso mayor atención a la conversación, pero pudo darse cuenta de que Lee Teuk se estaba disculpando con el manager cuando lo obligó a bajar la cabeza y hacer una reverencia. Luego de eso entró en el auto, ignorando a los demás. El viaje fue silencioso e incómodo, podía sentir todas las miradas preocupadas y decepcionadas que le dedicaban.

Lee Teuk lo tomó de la mano nuevamente cuando se bajaron del auto, y no lo soltó incluso cuando entraron al dormitorio. Entraron  a la habitación del menor y solo ahí lo soltó, aunque no le quitó la mirada de encima ni un segundo.

— Prepárate para dormir. — Le instruyó con calma.

Donghae asintió y empezó a realizar su rutina de noche bajo la atenta mirada del mayor. Se sentía incómodo, asustado y avergonzado. No quería contarle al mayor sobre los comentarios, pero sabía que tenía que hacerlo, y tampoco quería pasar por el castigo que inevitablemente recibiría.

Cuando terminó se sentó al lado de Lee Teuk porque este se lo pidió.

— ¿Te gustaría hablar sobre lo que te está molestando? Estoy seguro de que no lloraste así solo porque te regañé.

— No es como si pudiera decirte que no. — Se quejó con un bufido. Lee Teuk le dio un pequeño golpe de advertencia en su muslo y endureció su mirada.

— Deja esa actitud de lado. No te puedo obligar a contarme nada, si quieres ir directo al castigo por salir corriendo en medio de la noche de forma descuidada porque te estaban regañando podemos hacerlo.

Donghae tragó saliva, preferiría cualquier cosa para empezar que no fuera ir directo al castigo.

— Siento que no aporto nada en el grupo. — Confesó.

— ¿Por qué pensarías algo así? — Lee Teuk frunció el ceño en confusión.

— Soy malo cantando, siempre cometo errores cuando bailo, mis expresiones faciales son un desastre, soy una molestia para ustedes-

— Alto ahí. — Lee Teuk lo interrumpió. — ¿De qué estás hablando? Eres increíble cantando y tu baile es fenomenal, tus expresiones no se quedan atrás y no eres ninguna molestia, todos estamos muy felices de que estés aquí ¿De dónde sacaste todas estas cosas?

— L-leí unos comentarios. — Dijo en voz baja, pero lo suficientemente alta para que pudiera escucharlo.

Lee Teuk soltó un suspiro. — Les he dicho mil veces que eviten leer los comentarios.

— Lo sé… Lo siento.

— Es imposible gustarle a todo el mundo Donghae, pero te aseguró que las personas que te odian y dejan malos comentarios en internet no son ni la décima parte de las personas que te aman y adoran verte en este grupo. Sé que es difícil ignorar estos comentarios y es precisamente por eso que no les permito leerlos.

— Lo entiendo, hyung.

— Nunca olvides que eres amado, Donghae. Tanto tus fans como nosotros te queremos, no tengas dudas al respecto.

Asintió y aceptó el abrazo que le ofreció el líder. Sus inseguridades no se habían ido por completo, pero se sentía un poco mejor al respecto.

— ¿Te gustaría decir algo más o empezamos con el castigo? — Lee Teuk continuó.

Se encogió en el abrazo y soltó un suspiro triste. — ¿Es necesario?

— Completamente. Tengo que asegurarme de que nunca vuelvas a salir corriendo de ese modo, no voy a permitir que te pongas en peligro de esa forma de nuevo.

No le gustaba la idea, pero no es como que tuviera ningún argumento para discutir, sabía que Lee Teuk tenía razón. Es por eso que cuando el mayor le dio una mirada que conocía bastante bien no tardó mucho en acostarse sobre su regazo.

Lee Teuk comenzó a azotarlo poco después de avisarle que lo haría, la fuerza que utilizaba siempre lograba sorprenderlo. Cada golpe dejaba una sensación de picor a su paso, que solo crecía cuando el siguiente golpe aterrizaba exactamente en el mismo lugar. Lee Teuk solía dar varios golpes en secuencia antes de pasar a otra parte de su trasero, pero siempre se aseguraba de que al finalizar cada centímetro de su trasero estuviera cubierto por la horrible sensación de dolor.

— No sales corriendo cuando te regañan Lee Donghae, entiendo que debiste pasar por una situación difícil, pero esa no es excusa para huir de las consecuencias de tus acciones. Especialmente cuando es una falta repetida.

Los golpes fueron especialmente fuertes en la última parte. Reflexionando se dio cuenta de que realmente no estaba pensando con claridad cuando salió corriendo, de haberlo hecho no habría tomado esa decisión tan estúpida. Aunque no hubiera salido a la calle tan tarde, sin ver por dónde iba y poniéndose en peligro, el simple hecho de haberse ido cuando lo estaban regañando le habría ganado una tunda

— Lo siento. — Su voz salió como un suspiro. Apretó la mandíbula y trató de tomar respiraciones profundas, acababa de comenzar, pero sí que dolía.

— Dejar a una persona hablando sola es terriblemente irrespetuoso, pero hacerlo cuando te regañan es cien veces peor. Será mejor que esto nunca vuelva a ocurrir, porque créeme que no te gustarán para nada las consecuencias.

— N-no lo volveré a hacer. — No tenía que imaginar las consecuencias si lo hacía de nuevo, sabía que sería peor que el castigo que estaba recibiendo, y ese ya lo estaba odiando lo suficiente.

Las lágrimas salieron con rapidez, ni siquiera le había quitado los pantalones, pero el dolor ya se sentía lo suficientemente intenso como para volver a llorar. Terminaría con dolor de cabeza por todo lo que había llorado.

Lee Teuk no tardó en quitarle la protección al darse cuenta de que había empezado a llorar.

— Oww. L-Lo siento. — No pudo contener las quejas más tiempo, el dolor era intenso y se estaba volviendo difícil de soportar, solo quería que se acabara.

— Nunca vas a volver a hacer algo tan peligroso de nuevo, Lee Donghae. No te vas por tu cuenta sin decirle a nadie a dónde vas, no caminas sin fijarte por dónde vas. Si haces algo de eso de nuevo voy a usar el cinturón ¿Queda claro?

— S-SI, Sí, hyung. Lo siento ¡Por favor para! ¡Lo siento! — Con eso sus lágrimas se volvieron sollozos.

Lee Teuk continuó con el castigo solo un poco más, asegurándose de que cada parte de su trasero terminara de color rojo y que la lección no fuera fácil de olvidar. Después ayudó a Donghae a levantarse y le dio un cálido abrazo.

— L-lo siento mucho, hyung.

— Shh, está bien. — Le dijo con suavidad, dándole caricias en la espalda. — Lo hiciste muy bien. Ya se terminó.

Donghae se relajó en el abrazo y lloró en el hombro del mayor hasta que sus sollozos solo fueron unos pocos hipidos.

— Donghae-ah.

— ¿Sí, hyung? — Respondió sin apartarse del abrazo.

— Solo puedo aconsejarte que no leas los comentarios de la gente, no puedo estar pendiente de que nunca lo hagas ni puedo castigarte cada vez que pase. Pero si llegas a leerlos y te vuelven a afectar como esta vez, por favor habla conmigo, te prometo que te ayudaré a resolverlo y a sentirte mejor.

— Gracias, hyung. Me aseguraré de hablar contigo la próxima vez.

Lee Teuk sonrió. — Estoy tan orgulloso de ti.

Chapter 15: Decisiones conscientes [SEVENTEEN]

Summary:

Chan tiene la mala costumbre de mentirle a sus hermanos acerca de dónde está.

Chapter Text

Chan solía ser prudente, en serio. Solía pensar las cosas con calma en lugar de tomar decisiones apresuradas, tenía en cuenta las consecuencias, no solo el castigo que su hermano le daría por hacer algo tonto, tenía en cuenta todas las formas en que la situación podría perjudicarlo o beneficiarlo.

Usualmente no haría cosas que sabía que lo meterían en problemas, pero a veces se presentaban situaciones con las que Jihoon no estaría de acuerdo porque es un amargado, pero que en general no tenían nada malo y sabía que podía manejar, así que hacía cosas a escondidas. En esos momentos era particularmente precavido, pensaba bien en la mentira que diría, sin perder de vista los detalles, a veces lo atrapaban y terminaba rogando por perdón sobre el regazo de Jihoon, pero casi siempre era capaz de salirse con la suya.

Si le preguntas, Chan afirmará que tiene un buen criterio para saber cuándo hacer algo y cuándo no. Sabe mantenerse fuera del peligro, ser respetuoso y se volvió un maestro en las mentiras. 

Pero Chan sigue siendo solo un estudiante de preparatoria, que toma decisiones estúpidas de vez en cuando y se mete en situaciones que pueden terminar muy mal. Para eso están sus hermanos, quienes se aseguran de mantenerlo a salvo y devolverlo al camino correcto cuando se desviaba. Y estaba agradecido con ellos por eso, aunque odiaba el método que usaban y siempre se resistía al castigo.

En ese momento tenía el dilema de si cooperar para salvarse de un castigo potencialmente peor o si seguirse resistiendo al interrogatorio de Jihoon. Siempre era igual cuando descubrían que había mentido. 

Hace más o menos un mes un chico llamado Jun se acercó a Chan cuando estaba en la biblioteca del barrio y hablaron durante un rato, al final intercambiaron números y quedaron de seguir hablando. Jun tenía ciertamente intenciones románticas y aunque Chan no diría que le correspondía si sentía curiosidad y quería ver qué pasaba. Terminaron cuadrando una cita para ir a un museo, que quedaba al otro lado de la ciudad y que era famoso, solo una semana después de su primer encuentro. Chan nunca había ido, pero había escuchado bastante del sitio y le emocionaba la idea.

Algo dentro de él sabía que Jihoon le daría un rotundo “no” como respuesta si le pedía permiso, así que le mintió diciendo que haría un trabajo en grupo con Seungkwan en la biblioteca. Le informó a Seungkwan de toda la situación y este prometió ayudarlo si Jihoon llegaba a contactarlo.

Su error fue pedirle ayuda a Seungkwan en lugar de a Vernon o a otro de sus amigos. Seungkwan era muy amigo de Soonyoung y les encantaba chismosear sobre la gente, así que el tema de que él tuvo una cita no tardó en aparecer entre los dos. Soonyoung a su vez era bastante amigo de Seokmin, el otro hermano de Chan. Aunque al comienzo Soonyoung trató de no mencionar nada porque se suponía que era un secreto, con el paso de las semanas se le olvidó ese detalle y le contó sobre la cita.

Seokmin muy emocionado por la primera cita de su hermano menor trajo el tema mientras cenaban esa misma noche y cuando Jihoon confundido preguntó cuándo había sido Seokmin no tuvo reservas en comentarle la fecha, hora y lugar donde fue la cita. El chisme ciertamente había estado plagado de detalles. 

Jihoon se dio cuenta de lo que había pasado antes de que Chan pudiera empezar a pensar en alguna excusa y no perdió el tiempo para darle un agarre mortal en su oreja y obligarlo a caminar hasta su habitación, dejando la cena servida en la mesa y a un Seokmin levemente arrepentido por haber hablado demás.

Cuando llegaron a su habitación Jihoon finalmente soltó su oreja. El mayor se paró frente a la puerta después de cerrarla, bloqueando la única salida por si se le ocurría salir corriendo (había pasado antes), se cruzó de brazos y lo miró con severidad.

— ¿No se supone que estabas estudiando con Seungkwan? ¿Por qué Seokmin llega a decir que estabas en una cita en un museo que queda al otro lado de la ciudad? — Preguntó levantando una ceja.

— Ha pasado como un mes desde eso ¿Cómo es que te acuerdas? — Sabía que lo prudente era dejar de lado su actitud y colaborar con el mayor, pero la molestía por haber sido delatado estaba viva dentro de él y no tenía planes de apaciguarse pronto. Mataría a Seungkwan, Soonyoung y a Seokmin cuando tuviera la oportunidad.

— Deja esa actitud y responde. — Demandó con firmeza.

Chan rodó los ojos. — Te mentí ¿No es obvio?

Jihoon agudizó su mirada pero mantuvo la calma y no levantó la voz. — ¿Qué te dije la última vez que te castigué por mentir acerca de dónde estás?

Chan abrió sus ojos con sorpresa, miedo y furia. — ¡Eso pasó después de que fui a la cita, una advertencia no puede aplicar para algo que ya había hecho! ¡No es justo!

— Te dije que recibirás el cinturón si mentías sobre eso de nuevo O si otra vez me enteraba de que habías mentido sobre eso. Esta situación también aplica, debiste decirme en ese momento sobre esto. — Chan soltó un bufido pero no discutió más. — Ahora cuéntame todo lo que pasó ¿Con quién te viste? ¿Qué hicieron? ¿Y por qué me mentiste?

A Chan no le faltaban ganas de negarse a hablar y hacer aún más difícil la situación, pero por fin empezó a pensar y a tomar decisiones racionales. Ya tenía asegurado el cinturón, no se arriesgaría a hacer que el castigo sea peor que eso. Así que respondió sus preguntas con prudencia, midiendo sus palabras y la información que le decía.

— Se llama Jun. Lo conocí en la biblioteca, hablamos por chat una semana y cuadramos la cita, solo fuimos al museo y después fuimos a tomar café. Te mentí porque sabía que no me dejarías ir. Eso es todo.

Jihoon lo miró con seriedad durante un rato sin decir nada. 

— Dí lo que sea que te estés guardando, Chan, no toleraré más mentiras ni secretos.

Chan se sorprendió de ser descubierto, bajó la mirada y contó el detalle que había omitido a regañadientes. — E-Es universitario. C-creo que es de tu edad, no me quiso decir.

— ¿Tuviste una cita con un universitario que es probablemente unos cinco años mayor que tú cuando aún eres menor de edad? — El tono que usó Jihoon fue jodidamente intimidante.

— ¡No lo sabía! No habría ido si lo hubiera sabido, no seguí hablando con él después de eso. Él solo me preguntaba cosas para saber más de mi y no hablaba mucho de sí mismo. — Se excusó, volviendo a su actitud desafiante, pero no pareció aliviar ni siquiera un poco el enojo del mayor.

— ¿No te das cuenta de todo lo que pudo haber salido mal?

— ¡Pero nada salió mal! En serio lo único malo fue el detalle de la edad, me divertí en la cita y no pasó nada malo.

— ¿Él sabía que seguías en la preparatoria? — Jihoon le preguntó, sin verse afectado por sus gritos o quejas.

— Estaba usando mi uniforme cuando estaba en la biblioteca, así que supongo que sí ¿Eso qué tiene que ver? — Preguntó confundido, pero sin dejar de lado su actitud.

— Me estás diciendo que un universitario se acercó a ti y te coqueteó sabiendo que seguías en la preparatoria. Fuiste a una cita con una persona que solo habías visto una vez y de la que no sabías casi nada, que por cierto fue al otro lado de la ciudad, un lugar al que nunca has ido y dónde no sabes cómo ubicarte por tu cuenta. Y no me lo dijiste ni a mi ni a ningún adulto que hubiera podido hacer algo si las cosas salían mal. Eres inteligente así que piénsalo un momento, ¿en serio crees que nada pudo haber salido mal? ¿Crees que no estabas en ninguna clase de peligro? ¿Que yo no tenía una buena razón para no dejarte ir?

El rostro de Chan rápidamente cambió de uno molesto a un arrepentido y asustado, no se le había ocurrido nada malo cuando decidió ir a la cita, pero cuando Jihoon lo ponía de ese modo…

— L-lo siento, n-no pensé en nada de eso. — Dijo con voz suave. ya no podía seguir peleando, no después de darse cuenta de que se había puesto en peligro. Solo hacía cosas que lo meterían en problemas cuando sabía que no representaban un riesgo real para él, pero está vez… en serio se merecía el castigo por ser tan descuidado. 

— Sigues siendo joven, Chan. — Jihoon suavizó un poco su voz y le limpió las lágrimas que habían empezado a caer. — Es normal que no siempre puedas tener todo en cuenta, vas mejorando en esas cosas con la experiencia. Y aunque yo sigo cometiendo errores tengo un poco más de experiencia en la vida que tú y es por eso que puedo tomar decisiones de una forma más consciente, esa es la razón por la que mientras sigas siendo menor de edad yo soy quien toma las decisiones importantes y no tú. Para mantenerte a salvo tengo que hacer cosas que puedes no entender en el momento y que pueden no gustarte, como no darte permiso para ir a cierto lugar. Espero que entiendas que todo lo que hago es porque te quiero y quiero que estés bien, incluyendo el castigo que estoy a punto de darte. No puedo permitir que sigas mintiendo sobre dónde estás, porque eso te pone en peligro.

— L-lo entiendo, hyung. Ahora lo entiendo. P-perdón por haberte mentido, no solo con esto, sino con un-un montón de otras cosas que todavía no sabes. Pensé que la mayor parte del tiempo solo estabas siendo mandón y que las cosas no resultarían mal así que no tenías que saber, y a-aunque nada malo me ha pasado, p-perdón por mentir.

Jihoon lo abrazó. — Está bien, me alegro de que lo entiendas ahora. Creo que es momento de empezar con el castigo ahora que tienes claro por qué lo que hiciste estuvo mal. Hablaremos de las otras veces en las que has mentido en algún momento, así que prepárate para confesar todo lo que has estado escondiendo.

Chan asintió, y no puso resistencia cuando Jihoon se sentó en la cama y lo guió para acomodarlo sobre su regazo. Jihoon comenzó con las nalgadas poco después, el dolor se hizo presente casi de inmediato. Jihoon daba golpes firmes, y los daba tan rápido que en un parpadeo que estaba dando una segunda pasada de nalgadas por todo su trasero.

Jihoon le dio un par de regaños ocasionales, pero en general se mantuvo callado, ya había dicho lo que tenía que decirle. Así que en la habitación solo se lograba escuchar el ruido de las nalgadas contra su trasero y los gimoteos que soltaba por el dolor. Con cada golpe pensó en lo que pudo haberle pasado, no le gustaba la idea de desconfiar de las personas y asumir que le harían algo malo, pero esa no era excusa para ser imprudente y ponerse en peligro, al menos debió decirle a Jihoon.

Aunque se sintió como una eternidad, en realidad solo se necesitaron unos pocos minutos para que todo el trasero de Chan estuviera cubierto por una inmensa sensación de dolor que expresaba con gritos y llanto. Jihoon se detuvo poco después de que Chan comenzó a llorar y, aunque el castigo estaba lejos de terminar, sobó suavemente su espalda brindándole algo de confort.

— Levántate, Chan. Pasaremos a la parte del cinturón. — Chan soltó un quejido triste, pero no discutió, se puso de pie y esperó por las instrucciones del mayor. — Quítate los pantalones y acuéstate en la cama. Ahora vamos a hablar de todas las veces en que me has mentido sobre dónde estabas. Vas a mencionar todas las veces que recuerdes haber hecho esto y la razón por la que mentiste, ambos sabemos que no haces estas cosas porque sí. Recibirás unos cuantos golpes con el cinturón por cada una, dependiendo de qué tan malo sea lo que hiciste serán más o menos. Esta es la única oportunidad que tienes para obtener solo eso, si me llego a enterar de otra vez que mentiste y que no menciones ahora vas a recibir un castigo completo por eso ¿Soy claro?

— S-sí, hyung. — Chan dijo entre sollozos mientras se acostaba en la cama. Sería una larga noche.

— Entonces te escucho. — Jihoon dijo con seriedad mientras se quitaba el cinturón.

Pensó en qué decir primero, no quería empezar con lo peor de inmediato, aún si tenía que llegar ahí en algún momento.

— F-fui con Yeonjun a una feria que hubo hace poco y te dije que me quedaría en la escuela por una actividad del club de baile.

SMACK

Apretó los ojos con fuerza ante el fuerte golpe.

— ¿Por qué no me dijiste?

— P-porque eso fue mientras estaba castigado. — Contuvo la respiración esperando el dolor que no fue para nada suave.

SMACK SMACK SMACK 

— Owww.

— Continúa. 

— A c-comienzos del semestre te dije que me quedaría en la casa de Wooyoung y jugaríamos videojuegos. E-en realidad fuimos a las afueras de la ciudad y nos tiramos de bungee.

SMACK

— N-no pensé que me dejarías ir.

SMACK

Aunque preferiría no contar lo siguiente, asumió que sería mejor decirlo de una vez antes de que el dolor se volviera demasiado.

— E-en la fiesta del cumpleaños de Yeonjun no te dije que fuimos al karaoke.

Jihoon no le pegó de inmediato como las otras veces. — ¿Por qué no me dijiste?

— W-wooyoung robó la identificación de su hermano para que pudiéramos comprar alcohol.

SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK SMACK

— HYUNG. — Gritó en medio de un sollozo. Esos fueron definitivamente los golpes más fuertes que Jihoon le hubiera dado en la vida.

— Agradece que voy a mantener mi palabra y no te voy a dar un castigo completo solo por eso, Chan. Pero no tengas dudas de que te mereces uno. — Soltó un quejido triste pero asintió. — Sigue hablando, sé que hay más cosas.

Sí, definitivamente había más cosas por contar. No está seguro de cuántas fueron en total, pero debió decirle al menos unas doce veces en las que le mintió. Probablemente había una que otra ocasión más que se le habían pasado, pero no podía recordarlas, además ya había dicho las peores de todas y su trasero no soportaría un solo golpe más, no podía verlo, pero sabía que debía estar de un rojo oscuro.

Jihoon lo ayudó a levantarse con delicadeza cuando le dijo que no podía pensar en nada más.

— L-lo siento mucho, hyung. — Lloró contra su hombro, todavía sintiéndose inundado por la culpa y el miedo por haber mentido tantas veces y haberse puesto en peligro.

— Lo hiciste bien, Chan-ah. Gracias por decirme la verdad. No más mentiras desde ahora ¿De acuerdo?

Asintió y abrazó con más fuerza a Jihoon, escondiendo su rostro en el pecho del mayor. Poder estar tan cerca de Jihoon y recibir mimos de su parte era lo único bueno de recibir un castigo.

— Volvamos al comedor y terminemos de comer. — Jihoon le dijo con voz baja una vez que había calmado su llanto.

Asintió con cansancio, no tenía muchas ganas de sentarse a comer, pero sabía que Jihoon no le permitiría irse a dormir sin comer apropiadamente.

Siguió al mayor con pasos lentos, cada pequeño movimiento hacía que el dolor en su trasero se intensifique, así que llegar al comedor fue todo un reto.

Al llegar ahí vio a Seokmin luciendo levemente arrepentido. Recordó de pronto que todo eso había pasado porque Seokmin no pudo mantener la boca cerrada, así que lo miró con furia.

— Chan-ah, lo si.

— Duerme con un ojo abierto. — Lo cortó secamente, pasando de largo para tomar su plato de comida y llevarlo al microondas para calentarlo.

Seokmin lo miró con sorpresa antes de dirigirse a Jihoon para pedirle ayuda.

Hyung C-

— No voy a decir que Chan no se merecía el castigo que recibió. — Jihoon lo cortó. — Pero ciertamente debes aprender a ser prudente con lo que dices Seok, a este paso te quedarás sin amigos.

— ¡Pero! — Se quejó, aunque no sabía muy bien qué decir. — Te lo voy a compensar. — Le dijo a Chan con un puchero. — Querías ver una película ¿No? Vayamos a mi habitación y-

— Eso tendrá que esperar. — Jihoon volvió a interrumpirlo. — Chan y yo tenemos una conversación pendiente después de la cena.

Chan lo miró con traición. — ¡Pero dijiste que-!

— No te voy a pegar, pero todavía tenemos que hablar sobre tu costumbre de ir a lugares que no conoces sin ningún adulto responsable, incumplir tus castigos y beber siendo menor de edad.

Soltó un suspiro, algo le decía que estaría sentado durante esa conversación. Miró mal a Seokmin, esta vez con el triple de furia que antes.

Chapter 16: Puerta cerrada [SEVENTEEN]

Summary:

Jihoon cierra la puerta de su habitación, sin fijarse primero si la gata de Jun seguía adentro.

Chapter Text

Jihoon no era el mayor amante de los animales, le incomodaba el ruido que hacían, que dejaran pelo por todos lados y que siempre estuvieran buscando atención. No diría que los odiaba ni que deseaba que les pase nada malo, solo se siente mejor cuando están a una distancia razonable.

Aun así, había cosas que valoraba más que el hecho de mantenerse alejado de estos. El tiempo y el dinero eran unas de estas cosas. Así que cuando Jun le dijo que podía vivir con él sin pagar arriendo, mientras que ayude a mantener el apartamento limpio y siga sus reglas, no lo pensó mucho antes de decir que sí. El apartamento quedaba a solo 20 minutos a pie de su colegio y solo un poco más lejos de su trabajo. No tenía que invertir en transporte ni soportar la tediosa hora diaria de viaje para volver a su casa con sus padres. De ese modo podía comprarse el clarinete para el que había estado ahorrando por tanto tiempo. 

Era una oportunidad que no se le presentaría dos veces en la vida, y aunque tenía que convivir con la gata de Jun no fue tan problemático como imaginó en un principio. Era igual que el mayor, curiosa, juguetona y consentida, pero también disfrutaba de su independencia y no hacía demasiados desastres.

La vida ahí era agradable, Jun era estricto con algunas cosas, pero nada inesperado, y seguía teniendo más libertad de la que nunca tuvo. Eran primos y desde pequeños siempre fueron muy cercanos. Al ser varios años mayor que él, Jun nunca tuvo reservas en corregirlo cuando hacía algo mal, así que no resultaba novedosa ni extraña el papel que había tomado el mayor. También tenía sentido considerando el hecho de que Jihoon solo tenía 17 años y seguía en la preparatoria, sus padres nunca lo hubieran dejado irse a vivir con Jun si no estuvieran convencidos de que este se aseguraría de mantenerlo controlado. Las reglas y consecuencias estuvieron claras incluso desde antes de que se mudara y aunque varias veces estuvo a punto de meterse en problemas ha hecho un buen trabajo el tiempo que llevan viviendo juntos y no ha tenido que ser azotado todavía, lo máximo que ha recibido han sido unos cuantos días de castigo.

Bueno… al menos no fue azotado hasta ese día.

El día transcurrió de forma normal y fue hasta bueno. Se divirtió con sus amigos en la escuela, le dieron la calificación de un examen y le fue mejor de lo que esperaba. En la cafetería sirvieron un plato que le gustaba mucho y ese día no tenía que ir a trabajar. El día fue bueno, pero su ánimo se desvaneció por completo cuando entró al apartamento y vio a Jun esperándolo con los brazos cruzados, molesto, muy molesto.

— ¿H-hyung? ¿Qué pasó? — Preguntó con nerviosismo, no podía recordar haber visto a Jun luciendo tan molesto antes, ni siquiera cuando lo regañaba.

— Eso es lo que me gustaría saber a mí ¿Te molestaría explicarme por qué, cuando llegué, me encontré a Umi encerrada en tu habitación? ¿No te he dicho que si vas a cerrar tu puerta, revises primero para asegurarte de que no esté ahí?

Lo miró atónito durante un momento, ¿la había encerrado? Sí recordaba haber cerrado la puerta de su habitación antes de irse, pero no tenía idea de que estaba dentro de la habitación.

— N-no sabía que estaba ahí, no fue mi intención.

— ¿Te dije o no que revisaras? — La voz de Jun fue más fría que nunca y logró causarle un escalofrío.

— Sí, pero…

— ¿Pero qué?

— No pensé que fuera importante. — Cerró los ojos para no ver su reacción, era consciente de que su respuesta fue todo menos deseable y si Jun le hubiera dado una bofetada justo en ese momento lo habría entendido, pero no lo hizo.

— Ve y arregla tu habitación, después terminaremos de hablar y veremos si sigues creyendo que lo que te digo no es importante.

Tragó saliva al escuchar eso, una parte de él tenía claro que esta vez no se saldría tan fácil con la suya.

Al entrar en su habitación tuvo que detenerse un momento para entender lo que estaba viendo, decir que estaba vuelta un desastre era solo empezar a describir la escena que tenía enfrente. Las cosas pequeñas y livianas estaban tiradas en el piso, su escritorio estaba desordenado, los muebles de madera estaban llenos de arañazos, un rollo de papel que tenía ahí estaba literalmente destrozado y el olor era terrible. 

Fue hasta entonces que se tomó la molestia de pensar en serio lo que significó para la gata estar encerrada ahí. Debieron haber sido al menos unas cinco horas, donde no pudo comer, no pudo ir al baño en su arenera y donde nadie la escuchaba llorar y arañar la puerta. Debió ser estresante, incómodo y abrumador estar ahí, bajo esas condiciones. Estaba seguro de que sus propias experiencias estando castigado o mirando a un rincón durante horas no podrían compararse con lo que tuvo que vivir el pobre animal.

Con razón Jun estaba tan molesto, él amaba a esa gata con su vida y por culpa de un descuido la había hecho pasar por un muy mal momento.

Dejó a un lado sus pensamientos y empezó a limpiar su habitación, desobedecer a Jun no sería una buena idea en el momento. Recogió lo que estaba en el suelo, barrió, trapeó y desinfectó las cosas al menos unas tres veces, también puso a lavar las cobijas de su cama porque se dio cuenta de que estaban mojadas. Mientras limpiaba la pregunta de ¿cuánto tiempo habría estado la gata encima de su armario tratando de no ensuciarse con todo lo que había hecho al no tener alternativa? Llegó una y otra vez a su cabeza. Incluso si no le gustaba del todo la gata no merecía ser tratada así.

Cuando finalmente terminó fue con paso lento hasta la habitación de Jun. Se sentía culpable y no estaba listo para volver a ver la expresión de Jun, porque pensando de nuevo en la expresión que tenía cuando llegó, no era solo molestia, también estaba decepcionado, lo que era comprensible.

No pudo evitar notar cómo la gata estaba acurrucada cerca de Jun y no jugando y corriendo como solía hacer. Tocó la puerta de la habitación aunque estaba abierta y se quedó en la entrada, mirando fijamente al piso.

— Sigue y arrodíllate, manos arriba. — Jun le ordenó sin voltear a verlo.

Obedeció sin pensarlo dos veces, se acomodó en esa tediosa posición y mantuvo su mirada lo más lejos posible de la de Jun.

— Cuando dije que podías vivir conmigo acordamos que me obedecerías, y he hecho mi mejor esfuerzo para no decirte qué hacer a menos que sea realmente necesario ¿Crees que he sido mandón contigo? ¿Te he obligado a hacer cosas sin motivo alguno? — Jun le preguntó con seriedad.

— No, hyung. — No necesito pensarlo mucho antes de responder, no recordaba una sola ocasión en la que hubiera sentido que Jun estaba siendo mandón o irracional. A veces no se tomábamos en serio lo que le decía, pero eso no tenía nada que ver con el mayor, era simplemente que Jihoon seguía siendo un adolescente. 

— Entonces no hay dudas de que mereces una reprimiendo por haberme desobedecido ¿O tienes algo que discutir al respecto?

— N-no, hyung. Sé que lo que hice estuvo mal. Lo siento, no te volveré a desobedecer.

— Lo sabes… ¿realmente es así? Ya estás grande, Jihoon, estoy seguro de que sabes muy bien que cuando te equivocas hay más consecuencias que solo un regaño de mi parte. Si llegas tarde a tu trabajo te arriesgas a que te despidan, si peleas con otras personas puedes terminar en una comisaría, si fumas puedes afectar tu salud, si eres irrespetuoso y una persona desagradable los demás no querrán estar contigo. Estás en una edad donde tus decisiones tienen consecuencias reales que te pueden afectar a largo plazo y no solo representar un poco de dolor por un par de días. Sin embargo, sigues siendo menor de edad, todavía hay cosas que se pueden corregir con solo una tunda, y sigues necesitando alguien que te guíe, es por eso que hay acciones que pueden representar tanto una tunda como consecuencias reales ¿Lo entiendes?

— S-sí, hyung.

— Bien. Esta es una de esas situaciones. 

Eso prendió una alarma en la mente de Jihoon. Consecuencias reales… Jun no podía referirse a eso ¿O sí?

— ¿Ya no voy a poder vivir contigo? — Aunque trató de evitarlo, el miedo fue claro en su voz.

Jun soltó un suspiro y con delicadeza llevó una mano hasta su cabeza para revolverle el cabello. — Todavía puedes vivir conmigo. No voy a echarte por algo como esto, contaba desde el principio que llegaríamos a una situación parecida a esta desde el inicio, en realidad te has comportado mucho mejor de lo que esperaba. Me refería a otra cosa con lo de las consecuencias. — Volvió a su semblante serio y alejó la mano. — Lastimaste a Umi, aunque no fuera intencional la lastimaste. Y esto es algo que tienes que aprender, Jihoon, tus acciones pueden lastimar a los demás, y muchas veces un ‘lo siento’ no será suficiente para arreglarlo.

Se quedó callado, después de lo que Jun acababa de decir tal vez ‘lo siento’ no sería lo más apropiado. Recordó el estado de su habitación y cómo la gata que solía estar jugando estaba quieta, claramente afectada por lo que pasó. La culpa se asentó en su pecho, Jun tenía razón, la había lastimado.

— Probablemente los próximos días Umi no se quiera acercar a tu habitación, pero después se le pasará. Lo que hiciste estuvo mal, pero no es el fin del mundo, con que tomes la tunda sin discutir y procures tener cuidado de ahora en adelante es suficiente, no quiero que te tortures con esto, Jihoon.

Asintió, pero eso no borró la presión en su pecho. Necesitaría un poco de tiempo antes de poder perdonarse.

Jun lo miró en silencio durante un rato. Después, repentinamente, le dijo que bajara los brazos, y no fue sino hasta entonces que se acordó detenía la posición y sintió el dolor. Hizo una mueca al bajarlos, pero en pocos segundos se sintió mejor. Luego levantó la mirada con nervios, sabía lo que venía a continuación.

— Vamos a empezar. Ven aquí. — Dijo lo último sentándose bien al borde de la cama y palmeando su regazo. Umi se despertó por el movimiento y salió de la habitación.

Tragó saliva. Había recibido decenas de tundas en su vida, había odiado cada una de ellas y estaba seguro de que también odiaría la que estaba apunto de recibir. Además, aunque Jun lo había regañado cientos de veces sería la primera vez que le pegaría, sentía vergüenza por el simple hecho de tener que acostarse en su regazo y tenía miedo porque no sabía qué esperar, Jun nunca dio la impresión de ser alguien muy fuerte, pero siempre podía llevarse una sorpresa.

Después de un poco más de duda se levantó y dio el par de pasos qué le faltaban para llegar hasta Jun. Miró al mayor quien lo esperaba con paciencia. Cerró los ojos y tomó una respiración profunda, luego apoyó una de sus manos en la cama y se inclinó hasta acostarse sobre las piernas del mayor.

Jun puso una mano firme sobre su cintura, manteniéndolo en su sitio.

— Como es la primera vez y lo que hiciste hoy no es ni de cerca lo peor que pudiste haber hecho, no voy a quitarte los pantalones ni será tan largo, pero la próxima vez no seré tan suave.

— Entiendo, hyung.

— Bien, ¿estás listo?

— Sí.

La primera nalgada no tardó en llegar. No fue un dolor abrumador, pero tampoco fue suave. Fue firme y consistente, solo se necesitaron unas cuantas para que sintiera su trasero comenzar a calentarse y que notara la incomodidad.

Los castigos solían traer una mezcla extraña de angustia y consuelo. El dolor siempre era horrible y la vergüenza no se quedaba atrás, desde el primer instante lo único que quería era que se acabará. Y aún así, una parte de él se sentía agradecido, porque cada golpe se llevaba una pequeña parte de la culpa que sentía.

De todos modos el dolor seguía estando ahí, intenso y agudo, y fue por este que no logró pasar mucho tiempo antes de empezar a llorar. 

El tiempo parecía haberse vuelto más lento, Jun le había dicho que sería corto y le creía, pero en ese momento parecía que nunca se iba a terminar.

— ¿Por qué te estoy castigando? — Jun le preguntó sin detener los golpes.

— P-porque Oww. Porque te desobedecí y lastimé a Umi.

Jun se detuvo un momento. — Así es, y si no quieres recibir una tunda mucho peor que esta será mejor que nunca lo vuelvas a hacer.

— N-no lo haré, lo siento.

— Bien. Últimos diez, serán duros, pero puedes tomarlos.

Asintió y cerró los ojos. Los golpes llegaron con fuerza, hicieron que el ardor que sentía se intensifique significativamente. Los gritos salieron de su garganta sin problema y estuvo tan tentado a tratar de cubrirse con la mano, pero afortunadamente Jun terminó antes de que lo hiciera.

Se puso de pie con dificultad, seguía llorando y, aunque le costaba formular las palabras, se las arregló para volverse a disculpar.

— Lo siento.

— Está bien. — Jun le aseguró con una sonrisa y luego abrió sus brazos. — Ven aquí.

Lo abrazó con gusto y lloró profundamente contra su hombro durante un largo rato. Su trasero ardía, le empezaba a doler la cabeza y estaba cansado, el abrazo no borró ninguna de esas cosas, pero aun así lo ayudó a sentirse mucho mejor.

Estar en los brazos de Jun era como volver a sentirse como alguien de su edad por un momento, sin tener que preocuparse por el trabajo o por mantener su vida en orden. Durante esos momentos pudo dedicarse a disfrutar del cariño del mayor, sin pensar en nada más. 

Y cuando llegó el momento de separarse, si bien seguía llorando, estaba mucho más calmado.

— ¿Estás bien? — Jun le preguntó con gentileza.

— Sí… hyung, en serio siento lo que hice, te prometo que no volverá a pasar.

— Está bien, confío en que será así. Ahora, creo que le debes una disculpa a Umi también. 

Soltó una pequeña risa ahogada. — Tienes razón. 

Salió de la habitación y no tuvo que buscar mucho para encontrar a la gata. Estaba acostada en el sofá de la sala.

— Umi. — La llamó suavemente, agachándose frente a ella y acariciándole la cabeza. La gata abrió lentamente los ojos y lo miró. — Lamento mucho haberte dejado encerrada. Fue un accidente y prometo que no lo volveré a hacer.

Probablemente Umi no tenía idea de lo que estaba diciendo, pero igual se frotó contra su mano y ronroneó, así que asumió que lo había perdonado.

Chapter 17: Cereza [ENHYPEN]

Summary:

Niki se salta una clase por estar con su novio.

Chapter Text

— ¿Seguro que no nos meteremos en problemas?

— Nadie se dará cuenta. Confía en mí. — Niki le aseguró a su novio con una sonrisa.

— Si nos atrapan me deberás algo. — Sunoo dijo mientras pegaba la oreja a la puerta para asegurarse de que no hubiera ruido al otro lado. — Esto es una mala idea.

— Eso lo hace más emocionante ¿No crees?

Niki se acercó a Sunoo, con una mano acarició la mejilla del mayor lentamente, luego sus dedos se posaron delicadamente cobre sus labios. Sonrió al ver la reacción del mayor, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos brillaron con anticipación, justo como quería.

— Nos vamos a meter en problemas. — Esta vez no fue una pregunta. Sunoo sonrió, apartó su mano y lo besó. — Pero no me importa si es contigo. 

Ahora fue el rostro de Niki el que se sonrojó. No perdió el tiempo para volver a juntar sus labios con los del mayor, esos labios tan suaves y perfectos de los que nunca se cansaría. Probó cada parte de su boca, saboreando el rastro de cereza que dejaba el brillo del mayor.

Cuando se separaron los labios de este estaban incluso más rojos que antes y aunque seguí recuperando el aliento no veía la hora para volver a besarlo. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho, porque solo unos segundos después fue Sunoo quien se acercó a él para besarlo de nuevo, con la misma desesperación que él sentía.

Llevó sus manos a la espalda de Sunoo y las metió debajo de su camisa. La blanca y tierna piel hizo contacto con sus dedos, lo tocó con gentileza, sin ningún afán, disfrutando de cada pequeña parte que recorría. Amaba el cuerpo de Sunoo, cada parte de él y nunca se cansaría de tocarlo, besarlo… y mirarlo.

Con esto último en mente llevó sus manos al frente de nuevo, sobre la ropa, llegando a la corbata escolar que traía el mayor y deshaciendo el nudo. Luego pasó al primer botón, no tuvo problemas en desabotonarlo. Todo iba tan bien como podría ir.

Cuando se separaron de este nuevo beso se tomó un momento para mirarlo a los ojos, a esos bonitos ojos brillantes que le devolvían la misma expresión llena de deseo que tenía en ese momento.

Volvió a besarlo y llevó sus manos al segundo botón. Pero antes de poder hacer nada más, la puerta se abrió y dejó ver a uno de los profesores de la escuela, con una expresión sorprendida, pero también molesta.

— Mierda.



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En menos de dos horas había pasado de escabullirse con su novio a uno de los salones vacíos de la escuela para divertirse un rato a estar mirando un rincón en su casa, con las manos sobre su cabeza. Llevaba tanto tiempo en esa posición que empezaba a sentir que se le caerían los brazos del dolor por tenerlos levantados tanto tiempo.

— Baja los brazos y date la vuelta. — Dijo una voz severa a su espalda.

Suspiró aliviado, bajó los brazos y los masajeó un poco para disipar el dolor. Aunque cuando se dio la vuelta y se dio cuenta de lo que su primo tenía en las manos quiso volver a mirar el rincón y no salir de ahí en el futuro cercano.

Heeseung tenía un gran y pesado cepillo para el cabello hecho de madera que su pobre trasero conocía demasiado bien. 

Con solo unos movimientos de su dedo, Heeseung le dio una orden bastante clara que no se atrevió a desafiar. Caminó hasta que estuvo en el centro de la sala, ahí se arrodilló mirando al mayor. 

— ¿Qué hiciste para estar aquí ahora?

— ¿Besar a mi novio? — Preguntó despacio, sabía que estaba en problemas y que esa no era la razón, pero no sabía exactamente por qué.

— Inténtalo de nuevo. — Heeseung dijo con severidad, claramente no disfrutando de la broma.

— Porque falté a clases. — Dijo seguro de que al menos se estaba acercando a la respuesta correcta.

Heeseung no parecía del todo convencido, pero lo dejó pasar.

— Tienes permitido verte a solas con tu novio y hacer lo que quieras con él siempre que sea consensuado y tengan cuidado, pero hay momentos y lugares para eso. Hacerlo en la escuela mientras deberías estar en clase no es ni el momento ni el lugar. Al hacerlo estás siendo irrespetuoso con la institución por usar la instalación de forma inadecuada, estás siendo grosero con tu profesor al faltar deliberadamente a la clase y estás entorpeciendo tu proceso de aprendizaje al no asistir a las lecciones.

— ¿No lo estás escalando demasiado? Solo falté a una clase. — Una sola mirada fue suficiente para que dejara de discutir. — Lo siento.

— Si no piensas que faltar a una clase va a afectar tu aprendizaje entonces dejemos ese tema de lado. Pero dime, Riki, ¿en serio no crees que está mal hacer en la escuela lo que hiciste hoy con Sunoo?

— Solo nos besamos… — Dijo en voz baja.

— Según lo que me comentó tu profesor estaban a punto de hacer más que solo besarse ¿mintió?

Sintió sus mejillas sonrojarse por la vergüenza ¿En serio su profesor le había dicho todo?

— N-no, pero.

— ¿Estuvo mal o no? — Heeseung no lo dejó discutir.

— Estuvo mal, lo siento. — Dijo resignado.

— Cuando se supone que vas a estar en un lugar espero que estés en ese lugar, Riki. Se supone que debías estar en clase, no en otra parte de la escuela. Si algo hubiera llegado a pasar nadie sabría dónde estaban.

— Lo siento. — Dijo con la cabeza gacha.

Heeseung pareció satisfecho al ver que su actitud se había ido y estaba siendo más dócil. — Parece que lo entiendes, así que terminemos con esto. — Se sentó en el sofá y le ordenó que se posicione sobre su regazo.

Obedeció sin pensarlo demasiado, quería terminar con todo eso de una vez. Y cuando lo pensaba de nuevo… realmente se lo merecía.

Poco después de que se acomodó sobre el regazo del mayor este le avisó que comenzaría y justo después el cepillo aterrizó con fuerza sobre su nalga izquierda, dejando una fuerte sensación de picor a su paso. Otro golpe igual aterrizó justo al lado, sobreponiéndose un poco, por lo que el picor se intensificó notoriamente.

Los golpes siguieron llegando, uno justo después del otro. En poco tiempo todo su trasero fue cubierto con golpes, el ardor era uniforme y molesto. Hasta el momento solo se habían formado unas pocas lágrimas en sus ojos, pero eso cambió rápidamente cuando Heeseung decidió azotar la parte superior de sus muslos también.

El dolor fue mucho peor en esa zona y solo hizo falta un par de golpes ahí para que comenzara a llorar sin contenerse.

— Oww, hyuung.

— Quédate quieto, no hemos terminado. — Heeseung lo regañó.

Soltó un quejido triste, pero hizo caso. No se contuvo con los gritos ni con el llanto, pero no se movió durante el resto del castigo. El dolor se hizo mucho más fuerte con cada nuevo golpe y no pasó mucho antes de que sintiera todo su trasero en llamas y pudiera apostar que no volvería a sentarse cómodamente pronto.

Después de lo que pareció una eternidad finalmente los golpes se detuvieron y fueron reemplazados por suaves caricias en su espalda. Heeseung lo ayudó a levantarse y le dió un fuerte abrazó, que no terminó hasta que su llanto se calmó considerablemente.

— Tomaste muy bien tu castigo, estoy orgulloso de ti.

Se ruborizó un poco por los halagos.

— Lamento lo que hice hoy, hyung.

— No te preocupes, todo está perdonado ahora. ¿Quieres algo de comer?

Negó lentamente. — Estoy cansado, voy a ir a mi habitación.

— Está bien. Estaré por aquí si me necesitas. Te quiero.

— Yo también te quiero.

Subió a su habitación y se acostó boca abajo en su cama. Soltó un pequeño lloriqueo, el dolor seguía siendo intenso y difícil de ignorar, y estaba seguro de que seguiría siendo bastante malo los próximos días.

Sonó una notificación en su celular y aunque estaba planeando simplemente ignorarla, pudo reconocer el nombre de Sunoo, así que revisó qué era.



Sunoo baby

Piensa en qué me das a dar para compensarme por haberme metido en problemas.

 

¿Estás libre el fin de semana? Para terminar lo que empezamos hoy.