Work Text:
Todo se había solucionado, el espantapájaros pudo despedirse correctamente de su amigo. Solo faltaba que Abeno se encargará de abrir la puerta del inframundo y sería otro trabajo exitoso.
O lo sería si Abeno puede concentrarse en abrir las puertas hacia el inframundo...
Ashiya y Zenko voltearon a mirar al amo de la Mononokean, extrañados por no ver las gigantes puertas, pero este tenia la mitad de su cara tapada con las mangas de su yukata.
"¿Abeno-san? ¿Te encuentras bien?", Ashiya fue el primero en preguntar.
Fuzzy, también preocupado, se asomo con ojos llorosos para ver el rubio.
"Si, solo que siento que este olor me va a matar". No paso desapercibido para Zenko como Abeno hacia muecas parecidas a qué iba a vomitar.
"P-pero ¡Tienes que abrir el portal! ¡El señor espantapájaros es un espantapajaros, seguro se va ir volando en cualquier momento con el viento!", Ashiya señaló al espantapájaros que estaba en el suelo a unos cuantos metros, y con unas flores que ni idea donde las había sacado.
"¡Ya lo sé, Ashiya! ¡Pero no puedo concentrarme por el olor!"
El moreno se mostró intimidado de como le gritó el otro, a veces olvidaba que su compañero era un alfa...
Eso le recordaba que él solo era un simple beta, no tenía los sentidos tan desarrollados como Abeno-san. Si el mismo cuando olfateaba se sentía nauseabundo no podía imaginar cómo se sentía el amo de la Mononokean.
"Lo siento, Abeno-san", se disculpo a penas en un susurro Hanae.
El rubio simplemente suspiro. "Lo intentaré otra vez."
Abeno dejo caer las manos a sus costados con resignación, cerro los ojos tratado de ignorar el persistente olor en el aire pero le era imposible.
Ashiya, Zenko y Fuzzy miraron expectantes al alfa, la situación se estaba volviendo preocupante con las feromonas que Abeno-san transmitía sentimientos abrumadores.
Los minutos pasaban rápidamente y por mas que pasaran, el horrible olor no se iba y la molestia del rubio se empezaba a notar como una advertencia de que iba a explotar.
Hanae parloteaba de posibles soluciones y agitaba los brazos queriendo que el olor se disipara, Fuzzy también estaba ayudando a su manera a Ashiya, mientras que Yahiko animaba al amo de la Mononokean con su voz parlanchina.
Se viera como se viera, no parece un ambiente tranquilo... Pensó Zenko con una gota en su frente.
Zenko le echo un vistazo al alfa que seguía con los ojos cerrados junto con sus cejas que estaban casi juntándose y la nariz arrugada, se notaba a simple vista que estaba pasando por un mal rato.
Le recordaba en esos momentos cuando le dolía mucho la barriga, y su padre intentaba animarla.
O aquella vez que le repararon un diente y le dolía mucho.
Eran cosas con un contexto diferente a este, pero sabia que una pequeña cosa, podría ocasionar molestias y palabras hirientes si no se controlaba. La beta no podía evitar querer ayudar, pero no sabia como o que hacer en una situación así.
Ella no era tan animada como Hanae.
Tan reconfortante como Fuzzy.
O cercana como lo es Yahiko a Abeno-san
Ojala pudiera ser una omega para tranquilizar a Abeno-san...
Una chispa apareció velozmente.
Eso era... Tal vez no podían desaparecer el olor sofocante que había actualmente pero podían remplazarlo por uno mas agradable...
"Ashiya, tengo una idea"
"Oh, Genial, dinos cual es, Zenko-chan", cuestiono el moreno.
La pequeña le hizo señas al otro beta para que se acercara, este le hizo caso, Fuzzy y Yahiko también se acercaron curiosos.
Ella les empezó a contar su plan.
...
Abeno se extraño de que de repente todo estuviera en silencio, iba a abrir sus ojos pero las pequeñas exclamaciones de Ashiya por supuesto no podían faltar para arruinar la paz.
"¡Ehh, pero soy un beta, Zenko-chan!"
Después de una pequeña pausa le siguió un imposible imposible, podía imaginarse a Ashiya exagerando los gestos, definitivamente es un niño...
Pasaron los minutos y ya le parecía irritante los intercambios de palabras de sus amigos, palabras que ni siquiera eran entendibles.
"¡Oigan, si no van a ayudar quédense callados!" grito al mismo tiempo que abría sus ojos, solo para encontrarse con un Hanae sonrojado y a Zenko con Fuzzy en sus brazos, subiéndose a la cola de Yahiko.
"Te lo encargo, Ashiya." dijo suavemente Zenko despidiéndose con una mano mientras que Yahiko con su cola la desplazaba a otra parte.
"Zenkoooooo-chaaaan"
Yahiko había movido su enorme cuerpo para que no pudieran ver al rubio y al moreno, dándoles la espalda.
Cuando se acomodo correctamente, dirigió su mirada a la tranquila Zenko que solo acariciaba a Fuzzy.
"¿Crees que sea una buena idea? Digo, ¿dejarlos solos? Tal vez Haruitsuki despedace a Hanae, deberíamos estar con Haruitsuki para intentar ayudarlo..." divago despacio el gran yokai. Sabía que su amigo pronto estaría en una rutina, tal vez por esa razón lo estaba molestando más de lo normal.
No quería dejarlo así, él ya había experimentado olores parecidos a lo largo de los años y sabía que algunos olores eran mas sensibles para Haruitsuki, porque al pasar por los dos mundos contaba con unos sentidos más atentos.
La pequeña niña levanto la vista para ver el atardecer que se avecinaba.
"Solo... Pienso que sí Ashiya intenta ayudar a Abeno-san, incluso si no lo hace en la manera que lo dije... Creo que podrá ayudarlo...", respondió lentamente, sonando más bien como una afirmación.
El yokai zorro la observo brevemente, para después cerrar los ojos y recostar su cabeza en el suelo, satisfecho con esa simple respuesta.
Confiamos en ti, Hanae.
...
"Oe ¿que te pasa, Ashiya?" pregunto el rubio con su característica malhumorada voz.
Hanae se acerco a lentamente al alfa, mientras hablaba nervioso, aunque no se le podía entender con claridad.
Una vez cerca, el alfa abrió su boca para preguntar nuevamente que le pasaba, pero sin aviso, el beta agarro su cabeza y lo acerco a la curvatura entre su hombro y cuello, justo en el lugar exacto en donde se producía el olor que lo identificaba.
Abeno estaba listo para replicar, empujarlo, pedirle una explicación... Pero un repentino olor llego a sus fosas nasales.
Era diferente al que estaban oliendo desde hace horas, muy, muy diferente.
Ese aroma nuevo era como respirar el aire de las montañas, se sentía a algo que era nuevo y al mismo tiempo, que ya había olido... Sin embargo, es mas intenso.
Con cada inhalación las defensas del rubio se estaban derribando poco a poco, el ceño fruncido se estaba suavizando. No podía creer que este aroma proviniera de Ashiya.
Se recostó mas en el suave pelaje del yokai que estaba a sus espaldas, mientras que adelante suyo, Ashiya parecía que quería asfixiarlo, pero en ese momento no le hubiera importado, no se sentía lo suficiente cerca, el olor era notable, pero no era potente como quería que fuera, aun podía percibir el olor que estaba alrededor de ellos.
"Ashiya, suelta mas de tu olor, me gusta" inconscientemente el alfa rodeo sus brazos con la cintura del beta, olfateo nuevamente, queriendo mas. "Por favor..."
La cara de Ashiya se hallaba caliente, estaba avergonzado de observar esta versión de Abeno-san. Además con la presión de los dos cuerpos juntos, su cuerpo empezaba a calentarse también...
Todos los betas podían soltar feromonas, aunque era muy suave, tal como usar un perfume, no era fascinante, nada comparado a un omega. No obstante, ciertos betas podían controlar la liberación de aromas, pareciéndose a un alfa u omega, a pesar de que este hecho trajera consecuencias dependiendo de que situación era, lo que conllevaba cambios drásticos a su cuerpo si s-...
Hanae no sabía ese dato.
Pero ver a Abeno-san lucir tan complaciente con su aroma causo cosas en su interior. Se obligo a si mismo soltar mas feromonas, no sabia si lo estaba haciendo bien, su guía era el rostro del alfa, que ahora se veía relajado, lo que le dio una señal de que iba por buen camino.
Después de un rato, el rubio apretó mas su cintura y su nariz rozo su cuello, estaba como buscando algo, los labios del alfa también estaban tocando su piel dándole caricias, creando un ambiente más intimo.
"A-Abeno-san, no deberi- Ah" una mordida de parte del alfa lo hizo callarse.
"No es suficiente..."
"¿Q-que? Espera... ¿¡Que haces!?" Hanae se alarmo cuando Haruitsuki le quito el chaleco amarillo y comenzó a desabotonar los primeros botones de su camisa.
"Tsk, cállate, Ashiya, solo intento tener mas acceso."
¡¿ACCESO A QUE?!
Cuando los primeros cuatro botones de la camisa fueron desabotonados, Haruitsuki hundió su cabeza en esa apertura.
Empezó a oler y restregarse en el pecho del beta, mientras que inconscientemente acercaba mas a Hanae.
El alfa se apoyo más en el pelaje del zorro, lo que llevo que sin darse cuenta el de ojos azules estuviera encima de su entrepierna.
La cuestión es que Ashiya si se dio cuenta e intento detener al rubio que estaba debajo de él.
"Abeno-san, es-espera, por f- Ah~ah"el beta no podía evitar gemir miserablemente, sintiéndose demasiado receptivo a la atención que le brindaba el alfa, logrando que el olor fuera mas fuerte. Y aunque una pequeña parte de él dijera que se levantara, que ya era suficiente, la otra parte que era más enorme, le decía que siguiera mimando a su alfa.
Los pensamientos de Haruitsuki se encontraba en las nubes, relajándose completamente, a merced de alguien que antes consideraba infantil, ahora ocupaba un espacio muy preciado.
Es tan cálido
Ashiya es tan amable
¿Porque es tan bonito?
Me gustan sus ojos.
Y huele... huele como.
... a Flores.
Hanae.
"Hanae, hueles tan bien", la voz del rubio sonó como un ronroneo. "Eres tan bueno, Hanae~"
Ahora fue el beta que se acerco más al contrario, queriendo llenar sus oídos con esa aterciopelada voz diciendo su nombre. Apoyo su cabeza en el hombro de Abeno y aspiro con deseo el aroma penetrante del alfa, era tan adictivo... pero todo esto era para ayudar al rubio, se estaba confundiendo.
Abeno-san tenia que abrir el portal...
"Abeno-san..."lucho con su propia conciencia, quería quedarse así un momento más. "El portal..."
Como si hubiera encendido un interruptor, el amo de la Mononokean se detuvo de inmediato, abrió los ojos y se aparto calmadamente del lugar cálido donde estaba.
Los dos pares de ojos de los chicos conecto y pudieron percibir una unión que no estaba antes.
Desviaron la mirada sin ser conscientes y continuaron con el trabajo.
Abeno, con una mente más despejada, respiro hondo y se concentro.
Las puertas al inframundo se abrieron, el espantapájaros ya echo polvo cruzo las puertas, como un espíritu del viento.
Luego que las puertas se desvanecieran, quedo todo en silencio.
Ashiya y Abeno se miraron a los ojos y ambos bajaron la mirada a sus labios, avergonzados, apartaron la mirada rápidamente.
El beta con timidez se levanto del regazo del rubio y le dio la espalda, el rubio le siguió el ritmo y se levanto, ajustando su ropa. Ambos con pensamientos similares.
Cálmate, ¿porque pensaste en eso?
¿Porque me retumba el pecho?
Para después venir los pensamientos caóticos, que obviamente eran de parte Hanae.
¡OH DIOS! ¡¿PORQUE ME DEJE LLEVAR?! Y CASI LO BESO, ES MI COMPAÑERO, AHORA SOLO PENSARA QUE SOY RARO Y ME DIRÁ QUE SOY ASQUER-
El alfa se acerco lentamente, levantando la mano para tocar el hombro del moreno. "Ashiya, yo..."
AHÍ VIENE
"¡Oh, Zenko y Yahiko deben de estar preocupados! ¡Fuzzy también! Su hora de la siesta ya paso ¿no? Tardamos mucho tiempo, he, he", rio Hanae aun sin voltear a ver al contrario. Ni siquiera sabía lo que estaba diciendo
"Ashiya, quiero decirte..."
Sin hacer contacto visual, el pelinegro golpeo suavemente al yokai para llamar su atención. "YAHIKO, ZENKO, YA MANDAMOS AL ESPANTAPÁJAROS AL INFRAMUNDO", grito con un tono de nerviosismo en su voz.
Su corazón no paraba de golpetear, se sentía tan avergonzado, ¿debería irse corriendo?
"¡Hanae, escúchame!" Abeno-san lo acorralo y coloco sus brazos a sus costados.
Ashiya lo observo temeroso, sonrojándose por la cercanía y el uso de su nombre. "¿S-Si, Abeno-san?"
El rubio bajo un poco la mirada, parecía... ¿tímido?
"Solo quiero decirte que... Gracias, Hanae."
Como una suave brisa, se aparto y miro hacia el horizonte, que ya se apreciaba más pacifico, y dijo una última cosa:
"Tu olor a flores, me tranquilizo."
Oh.
Así que olía a flores. Que curioso, eh.
Tal vez como a las flores que vendía su mama en la tienda. A las que ella dedicaba tiempo y atención.
Igual que su nombre Hanae.
El nombre del que muchos se burlaron. Y en varios momentos desprecio.
Realmente no le gustaba su nombre, con el tiempo se acostumbro.
Pero ahora Abeno-san decía que le gustaba su olor, un aroma tan simple...
Abeno-san quien también dijo su nombre con aprecio y afecto...
¿Porque de repente quería llorar y al mismo tiempo derretirse?
Ah, si hubiera una combinación de eso, tal vez sea desestabilizarse y caer directamente al lodo.
...
Cuando Zenko, Fuzzy y Yahiko (en versión pequeña) llegaron hasta los chicos, presenciaron una escena algo habitual.
Abeno-san regañando a Ashiya, mientras lo sacudía de un lado a otro.
Y Ashiya replicando a Abeno-san, con una expresión tonta.
Fin~