Work Text:
― ¡¿Él no vendrá?!―Zuko podía percibir el enojo de Mai, incluso aunque no levante la voz.
―Se enfermo―respondió Kei.
― ¿Y el suplente?
―No lo han visto.
―Ja, increíble―Mai se dio la vuelta para dirigirse a Zuko, ella seguía en maquillaje― ¿Lo escuchaste?
―Sí…―hace una pausa antes de hacer la temida pregunta― ¿la obra se cancela? ―intenta sonar tranquila, pero su voz delata su enojo y frustración.
Primera vez que consigue un protagónico en una obra, y todo el esfuerzo que hizo para dar lo mejor de sí durante los ensayos sería desperdiciado por completo junto con el trabajo del club de teatro. Sabe que a Mai no le interesa estás cosas, para ella solo son unos créditos extras para su expediente académico, pero para Zuko era una oportunidad invaluable.
―De verdad que es mejor trabajar con plantas que con personas―exclamo la azabache mientras marca en su celular.
Zuko parpadeo confundida― ¿Qué haces?
―Te consigo a un príncipe―a pesar de la suavidad de su sonrisa, no le da buena espina. Contestaron en la otra línea y Mai hablo―Ty Lee, necesito que me prestes a tu estelar.
Oh, no.
Ella no.
Cualquier persona menos ella.
En cuanto la directora de la obra corta la llamada después de recibir una afirmativa de parte de la otra chica, se aleja para seguir con sus tareas mientras Zuko se levanta de su asiento sin el maquillaje terminado para seguirla.
―Ella no sabe actuar―intenta quejarse.
―No, pero el papel es prácticamente ella en versión hombre. Además, no tiene muchos diálogos y ha estado presente en todos los ensayos―responde sin chistar mientras verifica el vestuario.
―Ella no puede saberse los diálogos. Ni siquiera ha ensayado.
―Ty Lee y yo hicimos algunos ensayos de prueba con ella.
― ¿¡Por qué!?
―Como se parece en actitud al coprotagónico quería verificar los diálogos―inspecciona la manga de un traje, mira sobre su hombro a Kei―Diles a los encargados de vestuario que adapten el traje de príncipe. A Aang le quedará pequeño el traje así.
― ¿¡Por qué no me lo dijeron!?
―Porque dijiste que no querías saber nada de ella que no fuera los ensayos para el baile principal, solo porque te cae “mal” ―respondió Mai enroscando los dedos ante sus palabras.
Como quisiera quejarse todo lo puede para evitar encontrarse con ella, pero no sería posible encontrar a alguien más que se sepa parte de la obra y que se aprenda el baile principal, suspira en frustración mientras regresa a su lugar para acabar con el maquillaje.
No pasan quince minutos hasta que aparece ella cargando con utilería de la obra.
Piel de cera y decorada con tatuajes azules, cabello desordenado y corto, aun cuando sus ojos son grises tiene una mirada cálida.
Aang es la chica más alta de la escuela y la única estudiante de las comunidades de los aéreos.
El corazón le retumban y el estómago se le vuelca.
El singular “odio” por ella se ha instalado de nuevo en su cuerpo, espera poder soportarlo durante la actuación.
Aang le sonríe, y el corazón se acelera en “ira” ―Tal parece que bailaremos juntas, princesa.
Zuko intenta no parecer afectada por el apodo, pero su voz titubea un poco―So-Solo no arruines la obra y bailemos como siempre.
―Me parece bien.
―Aang, necesitamos que te pruebes el vestuario y comiences a alistarte―exclama Kai y le agradece en silencio por llevársela lejos de ella.
Mira en el espejo su rostro con el maquillaje ya terminado, la cicatriz ha sido cubierta por diversas rosas, el pegamento es lo suficiente fuerte para mantenerlos en su lugar. Mientras acaricia los pétalos de las flores, por el espejo ve como los integrantes del club se abalanza sobre Aang.
No solo para ayudarla para prepararse, sino para buscar su atención.
La molestia crece en su interior, no le gusta como ella le sonríe así a los demás.
Todos conocen su historia, en como una chica de las comunidades del aire se transfirió a una escuela de la Nación del Fuego a principios del año escolar. Sobresalía del resto de los estudiantes, desde su aspecto hasta la personalidad, no paso más de un mes para que tuviera a la escuela bajo la palma de su mano.
Aang. Aang. Aang.
Todos conocen el nombre de esa cabeza hueca llena de aire, ella no tiene nada especial; Zuko pude admitir que es algo linda, que su risa es contagiosa, que su personalidad es fresca como el aire de verano… pero sigue siendo una tonta cabeza hueca llena de aire.
A Zuko no le agrada.
Nunca le agrado, su corazón se agita en “molestia” cada vez que está en presencia de ella.
Se agitó la primera vez que la vio, cuando la nómada saltó por la cerca cerrada de la escuela y parecía que volaba.
Se agitó cuando Ty Lee se las presentó como la nueva integrante en su club de danza y se veía cansada después de una larga coreografía.
Se agitó cuando la ayudo a ir a la enfermería encima de su espalda y con voz la tranquilizo para olvidar su malestar.
Se agitó cuando se ofreció para hacer la coreografía del baile en la obra, y su mano cálida y suave se entrelazo con la suya durante los ensayos.
Su corazón nunca dejo de agitarse, por lo que supuso que el “odio” hacia ella era es lo bastante fuerte, solo espera que este sentimiento se mantenga al margen durante un evento tan importante para Zuko.
Tenía mucha presión en sus hombros, no solo porque su madre, Kiyi y Azula estarían viendo la obra, sino que también está era la primera vez que dejaban a Mai dirigir y escribir una obra.
Una extraña combinación entre “la bella durmiente” con “la bella y la bestia”.
No quiere equivocarse en su primera obra como protagonista y mucho menos hacer el ridículo en el escenario si tenía a Azula entre el público. Anunciaron la última llamada al público y Zuko tomó su posición para interpretar su papel.
La función dio inicio.
Donde el rey y la reina festejan el nacimiento de su primogénita, todos eran felices y colmaban a la pequeña princesa de regalos y dones, pero entre sus obsequios, hay una simple rosa roja.
Los gobernantes sintiéndose insultados por el insignificante regalo, destrozaron la rosa frente a todos los presentes. La persona que dio el regalo fue la bruja del bosque, humillada por las acciones de los soberanos, les dio la terrible maldición que el reino dormirían eternamente junto con la princesa, si ella se picha el dedo con la espina de una rosa, la princesa estaría maldita y tomaría la forma de una rosa.
Para romper la maldición, ella tendría que recibir un beso de alguien quien la quisiera como es. Ante esas palabras malditas, la bruja se fue como el viento y dejo temerosos a los primerizos padres.
En el reino se decreto deshacerse de las rosas, cualquier rosa que ingrese al reino sería quemada y el responsable de transportarla sería encarcelado.
La princesa creció dentro del palacio, tenía muchas restricciones y no podía andar sola por cualquier lugar. El jardín era principalmente de color verde con plantas de diversos colores, por temor a que las flores con espinas también pudieran afectar en la maldición de la princesa.
La princesa no sabía de la maldición.
Y las reglas estrictas de sus padres comenzaron agobiarla.
El tiempo paso, y el cumpleaños número 13 de la princesa llego, a cusa de los preparativos ostentosos y la dura vigilancia para las restricciones, olvidaron proteger a la princesa; y dentro de las paredes del palacio, existen muros donde la humedad se acumula y el calor es persistente.
Dentro de ese lugar poco iluminado, crecía con todo su esplendor un pequeño rosal, fue la primera vez que la princesa veía la flor, por lo que no tuvo cuidado al tomarla y pincharse el dedo con las espinas.
La princesa cayó en un profundo sueño, y con ello, hizo que todo el reino durmiera.
A pesar de lo terrible que era la maldición, la bruja fue bondadosa con la princesa, dándole la habilidad de viajar por los sueños, por lo que la princesa supo de la maldición al viajar por los sueños de sus súbditos. Dispuesta a romper la maldición, intento encontrar alguien; pero su vida encerrada en el palacio la hizo carente de socializar y el rosal que crecía en su rostro horroriza a las personas, aun cuando es un sueño.
Con el tiempo, la gente olvido que sueña, e hizo el mundo de sus sueños una realidad para ellos.
Por lo que la princesa comenzó a viajar mucho más lejos, por medio de sus súbditos que sueñan con personas ajenas al reino y llegar a tierras lejanas por medio de ellos.
Ahí fue cuando Aang entró en escena, vestía como un auténtico príncipe de tierras fantásticas, tuvieron que improvisar para que el traje le quedara a la medida, usar una tela como una capa que cubría la mitad de su torso y tenia las mangas arremangadas. Tenía botas por debajo de la rodilla, eso hizo que el pantalón de baile de Aang (por que no tenían otro pantalón de su talla) tenía un aspecto holgado y le daba un aire de aventurero.
Tuvieron su permiso de adornar sus tatuajes con pintura dorada, por lo que tenía el aspecto que resplandecía como el oro junto con el cabello para atrás decorado con hojas.
Un atractivo príncipe otoñal.
Muchos aplaudieron y gritaron por la presencia de Aang como el príncipe.
Mientras que Zuko se le acelera el corazón y el estomago le arde en “odio”.
Detesta que Aang robe la atención de todos, pero agradece que toda la atención de Aang se centre en ella.
Por lo que comienza la escena donde el príncipe conoce a la princesa por medio de los sueños de su gente. Intrigado por la chica que le crece un rosal en el rostro, busca entre sus sueños con tal de encontrarla. El príncipe le deja pequeñas notas y regalos para llamar su interés y la princesa responde con notas y los pétalos que deja a su paso.
Un enamoramiento a distancia surge entre los jóvenes.
Cuando ambos se ven frente a frente, la princesa sin saber que ere él que escribía las notas y le daba los regalos, mientras que el príncipe la mira con amor de conocer la dueña de sus suspiros.
―Disculpa ¿nos conocemos? ―pregunta la princesa.
—Claro que nos hemos visto… Una vez, en un sueño—exclamo el príncipe.
Ese era el diálogo para dar inicio al baile principal, Aang indico con un ligero movimiento de la mano para invitarla.
Zuko no sabe si está actuando con dudas y nervios, cuando realmente siente la duda y los nervios.
Sus manos se juntas y el baile comienza, Aang se pone detrás de ella y se balancean a la par de la guía de Aang.
El corazón se acelera a pesar de la música suave y los movimientos ligeros de Aang, son caricias fugaces contra la piel de Zuko. El apretón a su cintura, su mirada de plata y el toque suave cerca de donde tiene la cicatriz.
Aang parece un príncipe de cuento de hadas.
Pero es Aang.
Aang siempre es así.
Aang siempre le roba el aliento con su mera presencia.
Aang es tan suave y amable con ella a pesar que la “odia”.
Aang no muestra disgusto o pena al ver su cicatriz.
Aang es tan cálida, está en su naturaleza.
La armonía entre ellas se refleja en escenario, aún cuando hay pasos improvisados y errores que se corrigen entre los coprotagonistas. Nadie se da cuenta, porque solo ven a dos enamorados bailando.
La obra sigue su curso, el príncipe despierta para aventurarse en busca de la princesa, mientras en sus sueños ella lo guía para encontrar el camino de espinas. Dentro de la obra, ya no se sabe con exactitud si la historia sigue en el mundo de los sueños o en el mundo real.
Y cuando finalmente el príncipe encuentra la princesa, Zuko contiene su respiración al momento en que Aang besa su frente. Y una vez que finge despertar y acuna entre sus manos el rostro de la chica que interpreta a su príncipe, besa su nariz y recita la última línea de la función.
―Descansa ahora, mi príncipe―anuncia con genuino amor la princesa y el escenario apaga las luces.
Se cierra el telón y da por terminada la obra.
Después de inclinarse al publico y recibir sus aplausos, van tras bambalinas, Aang habla bastante animada, pero Zuko no la escucha, su mano aun sigue sujeta con la mano de ella; y no sabe porque siente el rostro tan caliente y el latido zumba por sus oídos. El calor desaparece al momento que la chica alta se separa de ella para saludar a sus amigos.
Los conoce, por lo menos un poco, sabe que son los compañeros que tenía Aang de su escuela anterior.
Antes de transferirse a esta academia… es bueno que ahora Aang este en su mismo curso.
― ¡Felicidades, Aang! Estuviste fantástica―exclamo eufórico el moreno que tiene un ramo de flores.
“De seguro es su novio” piensa y los celos se instalan en su pecho.
―Fue una estupenda obra, la historia fue muy romántica―dice una chica, se parece al moreno, tal vez sean hermanos.
―Yo no entendí ¿Al final si despiertas a la princesa o ella te duerme?
―Toph, por supuesto que rompe la maldición de la princesa.
― ¿Vimos la misma obra, Reinita? Yo estoy segura que la princesa durmió al principe.
― ¡¡Es verdad!! Dinos el final, por favor, Aang―suplica el tonto “novio” de Aang.
―Me gustaría decirlo, pero así escribe Mai, le gusta los finales ambiguos―Aang se ríe por la expresión del chico y le quita el ramo de flores.
Zuko quiere irse, pero la chica de las flechas la detiene en seco y le da el ramo de flores.
― ¡Eres increíble, Zuko! ¡Hiciste un excelente trabajo! Me alegra que pude ver tu actuación en primer plano―halaga con una brillante sonrisa.
Sus orejas se colorean de rojo y las puntas de sus dedos arden al presionar el ramo― ¿El ramo es para mí? ―pregunta en murmuro.
― ¡Por supuesto que son para ti! Tuve que pedirle a Sokka que las fuera a recoger de mi casillero, una disculpa si están un poco aplastadas.
Tal vez sea por la emoción de recibir su primer ramo que no sea de su madre después de actuar.
Tal vez sea porque el aroma de las flores es agradable.
O tal vez sea por el ligero sonrojo en el rostro de Aang que la hace sentir tan emocionada.
― ¡Muchas gracias, Aang! Me gusto actuar contigo―la expresión de Aang no tiene precio y le hubiera gustado tener el celular para capturar el momento.
Hablan por un rato más, y ambas se separan para ir con su respectivo grupo.
No pasa más de una semana después del festival, cuando Zuko se da cuenta que su odio por Aang en realidad es un enamoramiento.