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El amargo sabor que recorrió su garganta no sólo quemó, también dolió por el nudo que sentía, pero nada más dolía que aquello que tenían se terminará así como así, después de todo solo era el amante y nada más. Comprensible para cualquiera, pero él no era cualquiera, solo alguien que creía haber madurado y entendido las cosas que su corazón se negaba aceptar.
Suspiró pegando su cabeza contra el vidrio de la ventana que había en su habitación, alzó la botella de cerveza y haciendo una ligera mueca por el sabor lo bebió, sabía que no sacaba nada con beber pero no podía evitarlo, el alcohol era la única compañía que lo haría olvidar, perderse del mundo, de la realidad, de donde Peter Parker no significó nada para Anthony Stark
Sólo parecía que para el multimillonario era una más de sus conquistas, un amante de turno, uno que le abría las piernas para que el otro se desfogara con él y nada más.
Una lágrima resbaló por su mejilla, llegando hasta su mandíbula y perdiéndose entre su cuello, suspiró de forma temblorosa y sus lágrimas se quedaban en su ojos no queriendo que resbalaran como la rebelde.
Al momento de cerrar los ojos, las imágenes de aquella tarde pasó por su mente como una película, pero con un final nada feliz.
Aquella tarde Stark le mando un mensaje para reunirse en el mismo lugar de siempre, y el como tonto enamorado que era, le respondió de forma afirmativa y tomando un taxi, se dirigió a aquel departamento que estaba a las afueras de New York, lejos de miradas indiscretas y bocas filosas.
Para cuando llegó, entregó su identificación al guardia que lo dejó pasar y subiéndose en el ascensor, tecleo la pantalla ingresando la contraseña que lo llevaría directo al departamento del mayor, recuerda cómo su cuerpo ya estaba inquietó, como si le estuviera advirtiendo de algo que no sabía describirlo, hasta momentos después. Cuando las puertas del ascensor se abrió, ingreso a aquel lujoso penaus y lo vio sentado en aquel sofá, solo con la camisa y los botones abiertos mostrando su pecho, pero la mirada que vio en el mayor lo hizo dudar a encontrarse con el, más tomando valor se acercó y agachando su rostro lo besó, adoraba besarlo y que estos le correspondiera, pero eso no sucedió, se mantenían rígidos
_ ¿Qué pasa? - preguntó mirándolo con desconcierto, más cuando el mayor se levantó sin decir nada, como si su cercanía le diera asco, pero descarto ese pensamiento, era imposible y absurdo
_ Peter - nombre el contrario, cruzando sus brazos tras su espalda, mirando por los grandes ventanales la ciudad en vez de él - debemos terminar - soltó sin tacto, como si él no sintiera que aquellas palabras comenzarán a acelerar su corazón y que un ligero temblor le invadiera el cuerpo de miedo
_ ¿Qué? - soltó con la voz ahogada, en un fino susurro que si no fuera por el silencio que invadía el lugar el mayor no lo habría escuchado - estas bromeando verdad - dijo soltando una risa llena de sarcasmo
_ Parker - bien aquello iba en serio
_ ¿Por qué? - pregunto, pero se arrepintió al instante cuando este le comenzó a decir tantas cosas que ya lo sabía de sobra, que era casado, que ya no podía seguir con aquello que era prohibido y pecaminoso y que sobre todo su esposa estaba embarazada, algo que todo el mundo lo sabía y se escuchaba a cada momento, se veía en cada lugar, que la verdad le comenzaban a hartar.
Pero nadie lo preparó para lo siguiente, nadie le dijo que debía ser fuerte y aceptar tal cosa como la persona adulta que era, no lo fue, porque en ese instante las lágrimas hicieron aparición y bañaron sus mejillas que comenzaban a ponerse rojas.
El era solo una distracción, una aventura del momento, una puta a la que le complacía con regalos caros, que obviamente él nunca pidió si no que Stark le dio por su voluntad propia, dolió escuchar tales palabras del contaría, haciéndolo sentir sucio y usado, como un trapo que cuando ya estaba todo sucio, dañado y negro, se lo votaba a la basura, porque cumplió su función y ya era inservible. Así se sintió él.
Cuando sintió las manos del mayor en sus mejillas, limpiando sus lágrimas, él las quiso apartar pero no pudo, no podía hacerlo por más que doliera, solo acepto el tacto y luego el beso más amargo que en su vida le dieron y que se mezclaban con sus lágrimas, sabía a mentira, a engaño, a despedida que no quería aceptarlo.
Cuando sus labios dejaron de sentir los del contrario decidió permanecer ahí, quieto sin abrir sus ojos con sus manos hechos puños, para luego soltar el primer sollozo cuando escucho las puertas del ascensor abrirse y cerrarse, en clara señal de que Stark se fue, dejándolo tan destrozado, tan acabado.
Cayó hincado, llorando como no lo hacía desde pequeño, regresando a esos tiempo oscuros y dolorosos, donde los monstruos lo rasguñaba y herían con sus risas, con sus palabras venenosas, ahogandolo en aquel vaso de agua del que pudo salir con el tiempo, pero que regresaba a caer a ella ,luego de estar en el cielo.
Suspiró, sintiendo su rostro mojado, gracias a las lágrimas que aunque tuviera los ojos cerrados caían, no era fuerte como los demás le decían, solo era alguien débil y miedoso, que creyó no sentirse así desde que tuvo la atención se Tony Stark en su persona cuando lo conoció, pero que volvió a sentirlo cuando este lo dejo.
Sabía de sobra que no tenia porque sentirse así, tan devastado por que le dejaran, tan roto por dejar de ser el amante, tan estúpido por enamorarse de alguien casado que ni siquiera le correspondía el sentimiento.
Y se sintió más idiota que nunca, mientras su cerebro le proyectaba entre flashes los momentos que paso a lado de Stark, eran íntimos, acalorados y fogosos, pero donde solo el le daba su corazón y las palabras amorosas, hubo ocasiones donde soltaba un "te quiero" cuando estaban solos y este le abrazaba, o cuando follaban siempre soltaba un "te amo", más nunca le devolvió tales palabras solo lo callaba con besos, besos que ahora le sabían a evacion.
Con irá lanzó la botella de cerveza contra la pared, logrando que el poco líquido que sobraba manchara la pared y los pedazos del cristal de la botella se esparcieran en el suelo.
Llevó sus manos a su cabello, volviendo a revivir ese beso amargo que le dio Stark, repitiendo como un maldito disco rayado.
_ basta - se dijo a sí mismo, salió de su habitación, tomó su chaqueta y dejó el departamento en el que vivía solo, por la universidad, su tía May se encontraba de viaje por su trabajo. Por ello no había quien le controlará en sus acciones impulsado por el asco, el odio hacia si mismo, por ser tan ingenuo e estúpido.
Para cuando llegó a aquel bar que últimamente comenzaba a frecuentar, se dejó llevar por el ambiente, por el ruido, por el alcohol y por las manos que le acariciaban.
Costará lo que costará, se obligaría a olvidarlo de la forma que sea ,así sea estar en ese bar de mala muerte.