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Ella no sabe como paso de sentir empatía a amor hacía él.
Solo sabe que, en algún momento, ya no podía dejar de verlo y cada vez que lo veía, sentía mariposas en el estomago, cada vez que él iba al campo de batalla, tenía una enorme preocupación oculta bajo una mascara de profesionalidad.
En algún momento, los momentos en que estaban juntos, ya sea para ayudarlo con sus deberes de la academia, trabajando o simplemente conversando se habían vuelto momentos importantes para ella.
Cecile realmente tenía mala suerte con los hombres.
Todos los hombres de los que se enamoraba siempre tenían algo más importante que ella.
Ella no pensó volver a enamorarse luego de que su primer amor la rechazara por su deber y muriera en el campo de batalla, pero paso. Su corazón fue robado por el Caballero Blanco sin quererlo o desearlo. Sin importar que ella sea Británica y él un Japonés, o sea mayor que él.
Por eso era frustrante que él siempre se guardara para si mismo su dolor cuando estaba ella, por eso dolía tanto cuando le preguntaba si estaba bien después de un combate donde tuvo que matar a sus enemigos, a sabiendas que él odiaba matar, y le respondía con un "estoy bien".
Ella sabía que no era como la Princesa Euphemia, que podía alegrar el corazón de cualquiera con solo su presencia, antes de aquella tragedia que rompió y cambio al hombre que amaba.
Por eso, lo único que podía hacer por él era quedarse a su lado. No le importaba si no podía decirle sus sentimientos, con solo estar ahí para él y saber que lo ayudaba le era suficiente.
Por eso también se quedo a su lado cuando él y el chico que era su amigo, que resulto ser su mayor enemigo y ahora Emperador de Britannia tomaron el reino y le contaron a Lloyd y a ella el plan del Zero Requiem, no dudo en aceptar.
No lo hizo por el mundo o el futuro... ya que honestamente no le importaban esas cosas. Lo hizo, porque él quería de su ayuda.
Y antes de la batalla final, donde pudo conversar un poco de su verdadero sentir con la compañera del Emperador, que apoyaba a él de la misma manera que ella a Suzaku, es donde tuvo la resolución para el final.
Y es por eso que ahora, aunque le duela ver a ese joven usar aquella mascara que era un símbolo de justicia y esperanza para el mundo, pero que a cambio tuvo que renunciar a su propia identidad por la paz, se quedaría a su lado, porque era lo único que podía hacer por él en señal de que no estaba solo.
Cecile se estiro en su lugar de la cama del hospital. Ya había pasado una semana de todo el asunto de Zilkhistan. Por lo que ha visto en las noticias, los acuerdos de ese país con la FUN están saliendo bien.
Ella también se esta recuperando, gracias a la ciencia Britanniana, pronto la darán de alga. Esperaba que no se demoren, porque le preocupa lo que haría Lloyd mientras ella no esta para vigilarlo. Conociéndolo, pondría hacer todo tipo de pruebas, si no es que discute con Rakshata antes. O ambas cosas.
-Con permiso- escucho una voz desde afuera, y también la puerta abrirse, para dejar entrar a una figura que no espero.
-¡¿Ze-Zero?!- Cecile exclamo sorprendida. Zero era la última persona que esperaba ver. Se vio a si misma, usando solo una bata de hospital rosa que tenía demasiado abierta, permitiendo ver una gran parte de su escote, que de inmediato se cubrió. -¡N-No te esperaba!-.
El caballero de la justicia, usando el nuevo diseño de su traje, tomo la silla de al lado y se sentó. -Lamento mi llegada repentina. Vine a buscar a la Representante y me entere que también estabas aquí, así que vine a saludar-.
Después de ser rescatada, Nunally tuvo que pasar en revisión por toda una semana para asegurar que lo que sea que Shamna le hizo mientras estaba en cautiverio no sea nada que le afecte. Por suerte no parece ser el caso y podría llevársela en unos minutos, cuando Cornelia termine de hablar con los Doctores, que se sentían intimidados por su presencia.
No podía culparla, Cornelia ya había perdido una hermana, no quería perder a otra y no gastaría esfuerzos en asegurarse que estuviera bien.
El silencio reunió durante unos segundos en la habitación. Cecile no sabía como empezar una conversación, y eso le molestaba ya que ella era buena para socializar con personas, pero últimamente era difícil hablar con Zero, o más exactamente, con quien esta debajo de esa mascara.
Pero para su sorpresa, el mismo Zero se quito la mascara, revelando el rostro de Suzaku. Cecile se sonrojo un poco al verlo. Había pasado mucho desde la última vez que vio su rostro tan cerca. A pesar de ser una de las pocas personas que sabían del Zero Requiem y que Suzaku estaba vivo después de la Batalla de Damocles, las veces en que se pudieron ver fueron muy pocas, ya que él estaba siempre al lado de Nunally, que hacía todo de si para mejorar el mundo que dejo su hermano.
-¿Estas bien? Realmente me preocupe al escuchar que te hirieron durante la operación- pregunto Suzaku.
-Si. Por suerte Lloyd pudo mantenerme estable y Nina nos salvo. He estado descansando un poco y vienen a visitarme todos los días. El Doctor dice que dentro de poco estaré bien como para darme de alta, aunque no podré de trabajar de inmediato- explica Cecile.
-Que bueno- suspira de alivio el castaño.
-¿Y tu?-.
-¿Eh? ¿A que te refieres?-.
-Bueno... sobre su Majestad...-.
Suzaku entendió de inmediato lo que quiso decir, y bajo la mirada.
-Estoy segura que debió ser todo un impacto volver a ver a su Majestad vivo...- continuo Cecile. -...Y que después se fuera. ¿Estas bien?- Lo miro preocupada.
Ese era un tema que Suzaku no había querido pensar, no todavía al menos. Ver a Lelouch vivo cuando fue él quien lo mato fue todo un shock que se volvió en ira por creer que se trato de otra mentira de su parte al punto de golpearlo. Después de que C.C. aclaro que fue ella la que lo trajo por su propio deseo, pudo calmarse lo suficiente para la misión y el rescate de Nunally.
Pero deseaba que Lelouch se quedara con ellos, con Nunally. Aunque entendía que no podía quedarse porque de lo contrario, el Zero Requiem habría servido en vano, no le hubiera importado, sabía que encontraría la manera. A decir verdad, hasta el día de hoy se considera inadecuado para ser Zero. Ese era el símbolo de Lelouch.
-La verdad es que, aunque entiendo sus motivos, sigue siendo un trago amargo de aceptar. Nunally también esta triste, aunque trata de ocultarlo, pero entiende y respeta su decisión- responde Suzaku. -Yo también lo entiendo, solo que...-.
-Te gustaría que fuera de otra manera, ¿no?- Suzaku asiente ante las palabras de la científica. -Es entendible que te sientas así, pero ahora que esta vivo, es posible que puedan volver a verse. No creo que su Majestad desee estar siempre alejado de la señorita Nunally-.
-Si... puede que tengas razón- Suzaku se anima un poco con esas palabras. -Gracias. Usted siempre me ayuda en estos momentos, señorita Cecile-.
La científica se sonroja ante las palabras y la sonrisa de Suzaku. Voltea el rostro para que no vea su rostro, no sabría que decir si lo nota.
Y a decir verdad, Suzaku decidió aprovechar este momento para decir algo que ha deseado decirle a Cecile desde hace mucho.
-Señorita Cecile... no tengo palabras para agradecerle por todo-.
-¿Eh?- La científica gira su rostro de nuevo a Suzaku, confundida por sus palabras. -¿Qué quieres decir con eso?-.
-Desde que usted y Lloyd me recogieron en el campamento hace años en el gueto de Shinjuku, siempre me a ayudado y apoyado en todo, sin importarle que era un Japonés, o cuando me volví un Caballero de Ronda y me apodaron "La Muerte Blanca", usted no dejo de tratarme con amabilidad. Eso significo mucho para mi-.
Suzaku siempre fue menospreciado y tratado muy mal desde que se unió al ejercito como un simple soldado, pero no le importo en ese momento. Cuando conoció a Cecile y Lloyd fue un gran cambio para bien, lo ayudaron y trataron como una persona más (por más excéntrico que sea Lloyd). Incluso ella lo ayudaba con sus tareas de la Academia.
Después de la muerte de Euphemia y entregar a Lelouch a su padre y participar en la Guerra contra la EU bajo el liderazgo de Schneizel, se concentro en eso para ganar méritos y estar más cerca de ser el Caballero de Uno. Pero aun así Cecile y Lloyd estuvieron junto a él siendo, sin saberlo, un ancla para su estabilidad mental, ya que saber que tenían unas personas como ellos que lo querían lo ayudaba a sobrellevar la perdida de la princesa, a dejar de lado el odio que genero hacía su mejor amigo soportar el odio que toda Europa tenía hacía él por sus acciones y el odio de los Japoneses que creían que era un traidor y del resto de Nobles Británicos que no toleraban que un Japonés sea un Caballero de Ronda.
-A pesar de todo lo que paso y de todo lo malo que hacía, usted siempre me apoyo con su sonrisa... incluso hasta el final, cuando no tenía que hacerlo-.
-Suzaku...-.
-Por eso siempre estaré agradecido de haberla conocido, señorita Cecile, el tenerla a mi lado me ha ayudado más de lo que pueda creer y... ¡Uff!-.
Suzaku no pudo terminar de hablar, porque Cecile se arrojo hacía él, con lágrimas en sus hermosos ojos. El castaño la tomo en sus brazos para que no se cayera de la cama. No entendía que pasaba. ¿Dijo algo malo?
-Señorita Cecile, ¿esta bien? Perdón si la ofendí, es que...-.
-N-No es eso...- respondió Cecile, sin apartar su cabeza debajo del cuello de Suzaku. -Es que... es la primera vez que eres tan honesto conmigo-.
Y era verdad. Suzaku siempre fue amable, pero muy reservado con sus problemas o cualquier cosa que lo aquejaba. Si ella no se inmiscuía demasiado, nunca sabría lo que siente el castaño, y no lo sabría por completo. La única excepción fue por la muerte de la Princesa Euphemia por obvias razones.
Pero ahora, Suzaku estaba siendo sincero con ella, agradeciéndole por apoyarlo cuando no debía, ya que fue su decisión, pero que conmovió su corazón.
El deseo de declarársele y besarlo nunca había sido más fuerte para Cecile hasta ahora, pero la poca parte racional que aun tenía en este momento era lo que la detenía.
Se mantuvieron cerca durante un minuto antes de que la científica se apartara y limpiara las lágrimas. -Lo siento por eso, seguro que te preocupe-.
El actual Zero negó con la cabeza. -No te preocupes. Por último, es mi culpa por siempre preocuparla. Intentaré no hacerlo más-.
-Eso último es muy difícil-.
Ambos se rieron, ya que era verdad.
Suponiendo que la revisión de Nunally abra terminado, Suzaku se puso de pie y tomo la mascara de Zero en sus manos y camino hacía la puerta. Aunque estaba seguro que Cornelia sería quien escolte a Nunally, también era su deber como su Caballero protegerla.
-¡Suzaku!- Cecile grito cuando el Japonés estaba delante de la puerta y a punto de ponerse la mascara. Se detuvo para verla. -Quiero que sepas que sin importar quien seas, ya seas Kururugi Suzaku o Zero... yo siempre estaré a tu lado. Por eso... siempre puedes contar conmigo-.
-Señorita Cecile...- Suzaku la miro con gran sorpresa, las palabras tenían una gran convicción que pudo sentir desde lo más profundo de su alma. Lo único que pudo hacer fue sonreírle desde el corazón. -Muchas gracias-.
Se puso la mascara, volviendo a su papel de Zero y salió de la habitación. Con una sensación cálida en el corazón que solo había sentido con Euphy.
Cuando la puerta se cerró con la partida del enmascarado, Cecile suspiro, acostando su cuerpo en la cama. Sentía su rostro rojo y el corazón latiendo a mil... no puede creer que dijo eso. Se siente como una colegiala enamorada perdidamente por el chico que le gusta.
Lo cual es cierto.
-Por Dios... que hombre más complicado me acabo de enamorar-.
Pero ella no lo cambiaría por nada.
Si. Ella siempre apoyaría a Suzaku, sin importar que. Esa era su decisión.
