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Summary:

Simplemente no puedo dejarla ir, las cosas no funcionan así, han pasado ya 5 años desde mi partida, en un principio quise olvidarla, intente no pensar en ella, pero simplemente no pude, no pude separarme de ella, de sus caricias, sus besos, su voz, su cuerpo, sus ojos..... esos ojos que me cautivaron desde la primera vez que los vi frente a frente, debo volver, tengo que y no hay nada ni nadie que me haga cambiar de opinión debo volver a verla aunque sea una vez más.....

*Continuación directa de "me haces falta"

Chapter Text

Está obra es continuación directa del fanfic publicado hace más de 10 años en la plataforma de Wattpad, fue mi primer obra y aunque pensaba en dejarla como un simple One-shot, decidí darle una continuación debido al gran apoyo por parte del público, dicha obra pueden encontrarla también en mi perfil ya que estoy transfiriendo todas mis obras a este sitio, aunque también me encuentran en Wattpad y fanfiction.net, aún después de tantos años está obra la he retomado nuevamente después de más de 8 años de ausencia, así que si hay alguien de Wattpad que conoció está obra en dicha plataforma, aquí también la tendrás y descuiden, que la obra Sí tendrá un final.

Feliz lectura.

Chapter 2: Charlas

Chapter Text

Jamás te olvidaré, susurró el panda, a la vez que guardaba la carta en uno de sus bolsillos, se levantó de el escritorio, se limpió las lágrimas, tomó una túnica Blanca y salió de el edificio, todo hiba como de costumbre, los pandas cosechando de los plantios de arroz, los más jóvenes ayudando a ordenar las cajas y herramientas, los viejos tocaban algún instrumento, o contaban historias a los más pequeños.....

Po caminaba lentamente por la aldea, debía regresar tenía que regresar, pero primero tenía que dialogar con su padre, li shan......

Respiro profundo antes de abrir la puerta, buenos días Papa, mencionó Po tranquilo.....

Buenos días hijo, respondió li a la vez que tomaba a Po en un furtivo abrazo, sin embargo algo inquieto a li shan de inmediato, Po tenía la espalda fría y algo tosca algo muy raro en el, sabía que algo no andaba bien pero el confiaba en su hijo y espero pacientemente la respuesta....

Sucede algo hijo?, pregunto li shan muy tranquilo y Pacífico....

Bueno, la verdad es que estoy un poco melancólico, respondió Po....

Melancólico dices?, no entiendo que te pasa te noto un poco extraño, comentó lishan....

Bueno sabes que?, olvidalo no es nada, dijo Po a la vez que se daba la vuelta para marcharse.....

Como que no es nada, ven acá, tomó a Po de una pata a la vez que lo obligaba a verlo a los ojos, acaso estuviste llorando, pregunto li shan sumamente preocupado....

Bueno, tal vez un poco se rindió Po....

Pero porque, sucede algo hijo?, respondió li shan....

Bueno, la verdad es que extraño el Valle de la paz, mi primer hogar y no pude evitar recordar todo lo que viví ahí, y simplemente las lágrimas salieron, comentó Po.....

Así que sólo extrañas el Valle? O más bien extrañas a alguien de el Valle?, cuestionó li shan....

De que hablas Papa, sólo extraño el Valle... respondió Po un poco nervioso....

A mi no me puedes engañar hijo, soy tu padre y algo más, también un panda, prosiguió li shan...

Y eso que tiene que ver?, pregunto Po divertido....

Se que hay una causa además de el Valle para que tu quieras volver, vamos dimela no te juzgare, comentó li bastante confiado....

Al ver que no podría burlar a su padre Po decidió hablar....

Bueno, la razón es.... Tigresa, se que parece un poco extraño y.... Po no pudo continuar ya que li shan lo interrumpió....

Puedes ir hijo, no te detendré, comentó li de manera tranquila....

Que, pero si no te he dicho que... quiso continuar Po pero una vez más fue interrumpido....

Descuida, no hay nada que explicar, te entiendo y mi respuesta es si, puedes irte, contestó li shan....

Escucha Papa no sólo lo hago por ella, comentó Po....

Ven hijo, acercate, le indicó lishan a Po....

Cuando estuvo a un lado de el, li hablo....

Escucha hijo, yo te entiendo sabes?, el primer amor nunca se olvida y más si fue con alguien como Tigresa, al parecer tu saliste un poco diferente a todos los de nuestra clase pero quienes somos nosotros para juzgarte?, tu la amabas y la sigues amando al igual que ella a ti, así que no lo repetiré una vez más, ve y empaca tus cosas para un largo viaje que partes mañana temprano hacia el Valle.... finalizó li shan con una pequeña sonrisa....

Po simplemente se quedo sin habla, no podía creerlo, su padre le había autorizado, sin perder más tiempo volvió a su casa a empacar todo, mudas de ropa, muchos domplings al igual que bolas de arroz en fin lo necesario para un viaje de al menos 4 días, era el momento de reencontrarse con el amor de su vida y quería partir cuanto antes......

Chapter 3: El viaje comienza

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La noche fue algo inquieta, Po no podía conciliar el sueño, sólo pensaba con inseguridad y miedo? lo que estaba a punto de pasar: que le diría?, no podía aparecerse y decirle hey te acuerdas de mi?, fuimos novios y nos juramos amor eterno pero terminamos como enemigos inclusive no volvimos a dirigirnos la mirada como si fuéramos un par de niños....

No!!, eso sería de lo más estúpido tenía que pensar en eso más a fondo, sin embargo el sol por fin se levantó por las colinas y con el un nuevo amanecer comenzaba, tomó su gran mochila, la montó sobre su espalda y salió de su habitación, al llegar a la salida de la casa dio un último vistazo a las habitaciones, dio un pequeño suspiro y salió de la vivienda, camino unos metros hasta llegar a la salida de el pequeño Valle, donde su padre yacía esperándolo desde hace unos minutos....

Listo?, pregunto li....

No estoy muy seguro pero lo intentaré, comentó Po...

Todo saldrá bien hijo, sólo se tu mismo, dijo li shan muy confiado...

Eso espero, se resignó Po...

Mandaras cartas?, pregunto li....

Seguro, te mantendré al pendiente de todo, dijo Po sonriendo....

Bueno así que supongo que este es el adiós no?, comentó li shan algo desanimado....

Papa, no es un adiós sino un hasta pronto, volveré y con suerte con ella, lo animó Po....

Bien entonces toma, dijo li a la vez que le entregaba un pequeño rollo....

Esto que es?, pregunto Po a la vez que observaba el rollo....

Sólo abrelo cuando te sientas desanimado, es un pequeño obsequio, comentó li shan....

Gracias pa, dijo Po a la vez que lo abrazaba de manera frondosa...

No hay de que hijo, no hay de que contestó li shan muy calmado....

Po se separó de el abrazo, guardó el pequeño rollo en uno de los bolsillos de su mochila, se montó la mochila sobre la espalda y comenzó a caminar a la salida de el Valle, dio un último vistazo a la aldea, soltó un pequeño suspiro y continuo caminando...

Mientras caminaba observaba el paisaje, bastante verde y cálido, muy pacífico y tranquilo, no pudo evitar recordar el Valle de la paz... su hogar, el sitio donde creció, donde fueron sus primeras aventuras, donde tuvo sus primeros amigos y donde conoció a él amor de su vida...

El día seguía transcurriendo al igual que Po caminando, ya llevaba comiendo una manzana, mientras comía no podía evitar pensar y recordar los buenos momentos que tuvo con ella, las imágenes comenzaron a aparecer por su mente, abrazos, caricias, inclusive hasta los Roses accidentales que se daban sus manos, fue en eso que recordó incluso su primer beso.... Po dejo escapar una pequeña sonrisa, aun lo recordaba.... fue en el Festival de el Cerezo, ambos jóvenes inexpertos en el arte de el amor, ni siquiera sabían o pasaba por su mente si lo estaban haciendo bien, sólo que les gustaba, un pequeño Rose de sus labios para comenzar, ambos bastante sonrojados no pudieron evitar una pequeña risa debajo de aquel árbol, para algunos tal vez podría parecer un beso sin emoción pero para dos jóvenes almas nuevas en este tipo de experiencias era sin duda alguna lo mejor que hubieran saboreando en su vida, no pudo evitar relamer sus labios, las manos comenzaron a temblar y su paso comenzó a acelerarse al igual que su latidos, era claro estaba ansioso o mas bien desesperado por saborear de nuevo esos hermosos y carnosos labios, sin pensarlo dos veces comenzó a correr por el bosque, debía volver cuanto antes y pedirle perdón por todos sus errores, deseaba no más bien necesitaba abrazarle, tenerle cerca aunque sea una vez más, poder acariciar su pelaje e inahalarlo como si fuera una droga, ese maldito olor era su droga y no podía dejarla ir tan fácil quería verla una vez más aunque fuera la última vez....

Tan metido estaba en sus pensamientos que no se había dado cuenta que el anochecer comenzaba a llegar al igual que el a su destino, sin embargo algo lo sacó de sus pensamientos haciendo que parara en seco....

Y si ella ya estuviera comprometida o mas importante, casada?!!! Que podía hacer?, todo habría sido en vano, pudo haber dado la vuelta pero ya se encontraba en la entrada de el Valle de la paz, había llegado a su destino y ahora tenía que volver a reencontrarse y enfrentar al pasado....

Dio un último suspiro y entró a las calles de aquel mágico Valle......

Chapter 4: Reencuentro familiar

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Po sólo dejó escapar un pequeño suspiro antes de caminar adentrándose en el Valle, caminaba por las calles acariciando las paredes de distintos edificios a la vez que saludaba a cada aldeano que pasará, los aldeanos sorprendidos y emocionados devolvian el saludo a la vez que murmuraban entre ellos el regreso de el guerrero Dragon, la noticia se esparcio por todo el Valle muy rápido, en cuestión de minutos todo el Vallé ya se encontraba enterado de tal importante suceso, así siguió por unos minutos hasta llegar a aquel viejo restaurante, siempre lleno de clientes, aquel viejo establecimiento donde el vivió sus primeras aventuras, donde conoció lo que era el amor de una familia, aquel lugar que el podía llamar hogar, comenzó a caminar con paso lento y pesado dentro de el lugar, al llegar a la entrada una mirada de nostalgia se formó en su rostro y como no?, si hace 5 años que no había vuelto a el Valle de donde el surgió, donde todo comenzó, los comensales al verlo dejaron sus alimentos, y una expresión de sorpresa se formaron en sus distintos rostros, el panda sólo saludo con la mano y paso hacia la cocina agachando su cabeza para evitar golpearse la cabeza, se acercó a aquella figura que yacía sobre aquella silla, sentada en completa calma, Po se acercó lentamente hasta estar frente a aquella figura, y la abrazó....

La abrazo como si su vida dependiera de ello, las lágrimas invadieron sus ojos y comenzaron a caer sobre sus mejillas....

Lo siento, lo siento tanto susurraba Po de manera triste y desconsolada....

La figura estiró una de sus extremidades para sobar su cabeza como si fuera un pequeño cachorro, mientras la otra lo rodeaba en un abrazo protector como si de una cría se tratase, los demás presentes sólo observaban con ojos llorosos aquella conmevorada escena de padre e hijo....

Así estuvieron por unos minutos hasta que la figura levantó el rostro de el pobre de Po, al limpiarse las lágrimas Po pudo observar que esa figura era su padre.... aquel viejo ganzo que le había mostrado que era el cariño, aquel que sin importarle que no fueran de la misma especie o fuera su hijo genético lo cuido como suyo, el señor ping sonreía para tranquilizar a Po....

Te amo Papa, susurró Po....

Unas horas más tarde Po caminaba junto a su padre por las calles de el Valle, ambos charlando y riendo de alguna anécdota, ping llevaba comiendo una bolsa de frituras mientras Po llevaba consigo una manzana acaramelada....

Que grato es volver a verte Po, no sabes cuanto tiempo estuve esperando tu regreso, comentó el señor ping...

Me lo imagino pa, créeme que muchas veces estuve a punto de volver pero tenía responsabilidades en la aldea de los pandas, contestó Po algo apenado....

Nah, descuida hijo lo comprendo después de todo ellos son tu familia también es normal, conento ping restandole importancia...

Un segundo, Po se detuvo en seco, acaso no me vas a brindar un buen sermón por todo el tiempo que estuve fuera?!, te encuentras bien?, dijo Po sorprendido y a la vez preocupado....

De hecho hijo, conento ping con estos años que estuviste lejos me di cuenta que a veces no sirve de nada molestarse por algo tan simple de la vida, las cosas siempre pasan por algo y a la naturaleza nunca se le puede detener, sólo nos queda esperar, dijo el señor ping tranquilo....

Waow, me sorprendes Papa donde aprendiste eso?, es algo muy sabio sin lugar a dudas, comentó Po increíblemente sorprendido....

Bueno, cuando te fuiste tuve que contratar a alguien que me ayudará en la cocina, eso me llevo a darle trabajo a los jóvenes que lograste ver en la cocina, comentó ping....

Enserio?!, creí que eran amigos tuyos, dijo Po igual de sorprendido....

Y lo son Po, que yo sea su jefe no quiere decir que no sea amigable con ellos, dijo ping de manera simple...

Enserio... esto ya me está asustando, de donde sacaste tantas palabras y pensamientos complejos pa?, yo que recuerde no eres así, pregunto Po extrañado....

Bueno digamos que cuando contrate a los chicos, tenía más tiempo libre de el que creí, así que para no aburrirme, he estado meditando y visitando el Palacio de Jade, contestó ping tranquilo....

Espera?!, tu?! El señor que no se despegaba de su querido restaurante ya que es lo más querido que tiene?!, aun no me lo creo, acusó Po sorprendido....

Bueno allá tu, después de todo cada cabeza es un mundo, contestó ping con cierto enfado....

Que?, no espera Papa no era mi intención molestarte, no pudo continuar ya que el ganzo ya había doblado la esquina entrando al restaurante nuevamente.....

Nah, ya se le pasará comentó Po restandole importancia....

Comenzó a caminar nuevamente en dirección a el Palacio de Jade, continuo así en silencio charlando con su mente aun tenía muchas dudas e inseguridades, no pudo seguir pensando e imaginando los posibles resultados de lo que estaba a puntode hacer cuando de repente un dolor de cabeza comenzó a formarse dentro de el.....

Hag, se quejó Po...

Creo que esto de pensar demasiado no es para mi, dijo para si mismo Po....

Siguió caminando hasta casi tropezar con el primer escalón de la gran fila de escaleras que se encontraban para subir al gran Palacio, inhalo tanto aire como pudo y lo exhalo en un gran suspiro, así comenzó a subir los numerosos escalones....

Después de varios minutos al igual que descansos por fin había llegado a su destino: la entrada de el gran Palacio, tomó un gran bocanada de aire y abrió las puertas de par en par....

Chapter 5: Viejas amistades

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Comenzó a caminar lentamente y en completo silencio, observando detalladamente su entorno tantos recuerdos y visiones de aventuras pasadas comenzaron a surgir y pasar por su mente, las animadas charlas que había tenido con sus amigos, aquellas tardes llenas de juegos y bromas, junto a víbora,grulla,mono,Mantis y....

Tigresa...

Ese nombre se repetía una y otra vez dentro de su mente, era simplemente inevitable no pensar en ella ya que todo le recordaba a su persona, continuo caminando en completo silencio observando y recordando cada detalle de sus viejas aventuras, las misiones, los juegos e incluso aquellos conflictos....

Pero así mismo también llegaban a su memoria aquellas tardes y noches llenas de amor y amistad en la vieja cocina de el Palacio, las hermosas y deliciosas cenas que paso a lado de sus amigos, o seres queridos?, en resumen: su familia....

Aquella familia tan unida que el había tenido, que estaban ahí para el cuando más los necesitaba cuando todo parecía perdido ahí estaban ellos listos para dar lo mejor de si por su amigo....

Tan metido hiba en sus pensamientos que no se percató que había llegado a la gran puerta de el salón de los héroes...

Empujó lentamente las grandes puertas de madera de aquel viejo salón, se adentró a paso lento y pesado, tantas cosas volvían a su mente que le costaba caminar de manera normal, se acercó a el pequeño estanque que se encontraba debajo de aquella estatua en forma de un dragón aquella estatua que vio el inicio y la formación de toda una leyenda....

Pudo haber seguido admirando aquella obra de arte si no hubiera sido por aquellos ruidos y sonidos de unas conocidas voces que provenían de la cocina, comenzó a caminar rumbo a la cocina hasta llegar a la entrada, al llegar pudo apreciar nuevamente a sus viejos amigos, unas pequeñas lágrimas comenzaron a invadir sus párpados amenazando con salir derramarse sobre sus mejillas....

Trataba de luchar consigo mismo, de no llorar quería ser fuerte de una u otra forma lo intentaba sin embargo era sumamente difícil ya que una situación haci valía la pena ver, ahí se encontraban sus viejos amigos, tal y como los recordaba,

Mono guardando sus galletas en lo más arriba de la alacena, grulla explicando o quizás contando alguna anécdota a víbora con su peculiar sonrojo, por su lado Mantis sólo reía a lo bajo por la situación de su amigo plumifero, pero había algo diferente ahí, un panda de mediana estatura se encontraba cocinando lo que parecía el almuerzo para sus amigos....

Veo que Papa te enseñó bien lei lei, comentó Po haciendo que los demás volverán a observar el lugar donde provenía aquella conocida voz....

Nadie dijo nada, sus rostros decían todo, grulla dejo caer su pico, víbora observaba boquiabierta, mono había tirado algunas de sus galletas, las antenas de Mantis tenían un leve tic, lei lei por su parte sólo se acercó a él y lo abrazó, lo abrazó como si su vida dependiera de ello, unos segundos después se le unieron los furiosos, con un gran PO!!!! De su parte....

Todos lo abrazaban y gritaban con alegría su nombre y bastantes preguntas, porque has venido?, cuanto tiempo?, te quedarás?....

Esas y muchas más preguntas surgian de los labios de sus amigos, sin duda alguna fue una de las mejores tardes que había pasado desde hace tiempo, nadie mencionó o siquiera recordó el nombre de Tigresa, que por alguna razón jamás se presentó durante el resto de el día....

Y así paso el día entre pláticas y bromas recordando viejos tiempos y aventuras hasta que llegó la noche....

Piensas quedarte mucho tiempo?, pregunto lei lei mientras lavaba los platos de la cena....

La verdad no se, aunque me gustaría, comento Po tranquilo....

Así que has venido por ella no?, lanzó lei la pregunta al aire....

De que hablas?, pregunto con falsa inocencia Po....

No te hagas Po, ya no soy una pequeña cachorra, ambos sabemos a que has venido, dijo lei con seguridad....

Bueno ya!, me atrapaste la verdad si vine por ella dijo Po mientras ponia sus patas sobre la mesa, acaso ella ha hablado de mi?, volvió a preguntar....

La verdad.... lei se detuvo y suspiro, bueno es algo complicado, finalizó lei algo insegura.....

Complicado?, pero porque pregunto Po preocupado, sucedió algo grave?, volvió a preguntar asustado....

No, no es eso respondió lei lei a la vez que tomaba asiento sobre la mesa quedando frente a Po.....

Entonces?, volvió a cuestionar Po....

Mira, lo que quiero decir es que no se si mi madre este preparada o más bien, este a gusto de que estés aquí, comentó lei lei francamente....

Bueno tal vez tengas razón en ese aspecto, hace mucho tiempo que ella y yo... bueno tu sabes, dijo Po algo nervioso y desanimado....

Lo entiendo descuida, aunque no deberías estar preocupado conmigo, ya  que el asunto central de todo esto es ella después de todo no?, mencionó lei lei....

Bueno pero donde esta ella?, pregunto Po esperanzado...

Para tu suerte ella no se encuentra en el Palacio me parece que llegará mañana o pasado mañana aunque esta última opción es la más probable, comentó lei lei.....

O ya veo pero a donde fue?, debió salir algo lejos para regresar pasado mañana, cuestionó Po....

Tuvo que salir a la ciudad de gongem a tratar unos asuntos junto con el maestro shifu, finalizó lei....

Bueno, al menos tendré un poco más de tiempo para razonar las cosas, comentó Po....

Eso sería bueno, en fin ya es bastante tarde y debemos descansar, ven acompañame te llevaré a tu habitación, dijo lei a la vez que salía de la cocina rumbo a las barracas....

Ambos caminaban en completo silencio, lei lei al frente y Po detrás de ella, por alguna razón ella le recordaba bastante a Tigresa, al parecer eran igual de serias, Po no pudo evitar reír a lo bajo por este último pensamiento, así continuaron por unos minutos más bajo el manto de la noche, hasta que llegaron a las barracas, lei lei entró seguida de Po....

Bueno, esta es tu habitación dijo lei lei, señalando una puerta corredisa...

Po abrió la puerta y no pudo evitar una pequeña sonrisa al descubrir que en efecto esa era su habitación, antes de irse de el Valle y haber pertenecido a el equipo de el Palacio....

Todo seguía exactamente igual, sus figurillas acción se encontraban sobre una repisa, su cama estaba hecha y tendida, su ropa dentro de un cajón, y una pequeña mesa de noche en el centro de la habitación....

Bueno eso es todo, hasta mañana Po, descansa comentó lei a la vez que caminaba rumbo a su habitación....

Descansa bebé de rayas, dijo Po haciendo que lei parara en seco....

Lei lei sólo dejó escapar una sonrisa a la vez que decía: sabes, me da gusto que hallas vuelto papá, y sin más entró a su habitación.....

Po sólo puso cara de sorpresa, acaso ella le había llamado Papa?, o sólo era producto de su mente a causa de el cansancio, sin embargo el logro susurrar....

Descansa mi pequeña, y sin más entró a su habitación, se recosto y se dispuso a entrar en los brazos de Morfeo....

Chapter 6: Viejos hábitos

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El sol se levantaba por las colinas de el valle anunciando un nuevo día, la gente de el pueblo comenzó a armar sus distintos negocios, los cachorros o niños caminaban por las calles empedradas hacia su colegio mientras en el palacio de jade nuestros héroes despertaban uno a uno, ya todos se encontraban cambiados y esperando en el pasillo, todos excepto un panda...

Lo despertamos?, susurro grulla...

No lo se quizá deberíamos dejarlo dormir un poco más, debe estar exhausto por el largo viaje qué recorrió, comentó víbora...

Mono comenzó a reír a lo bajo a la vez que se formaba una sonrisa maliciosa en su rostro, al parecer algo había llegado a su mente...

Ustedes vayan a a la cocina, mantis y yo lo despertaremos de una forma muy "especial" je je río el primate de forma maliciosa...

Están seguros?, dijo mei mei había algo que le daba mala espina...

Tu tranquila, mantis y yo sabemos como despertarlo de una manera "especial" jeje, mencionó divertido el simio...

Bueno si tu lo dices..... La panda salio de las barracas junto a los demás furiosos dejando a mono y mantis a solas con el panda durmiente...

Esto será divertido jaja, rió mantis divertido a la vez que tomaba una pequeña pluma cortesía de grulla...

Shhh, no lo despiertes aun, susurro mono intentando contener la risa...

Lentamente estiraron un brazo de po al igual que abrían su pata, comenzaron a embarrar un poco de pasta de tofu de hace una semana a lo  cual esa masa ya se encontraba un poco mal oliente, en cuestión de segundos su pata yacía embarrada completamente de aquella viscosa masa apestosa...

Ahora mantis comienza a despertarlo,  susurro divertido mono...

Será un placer,  siguió el juego el pequeño insecto...

Mantis comenzó a pasar y acariciar con la pequeña pluma la nariz de el gran panda haciendo qué sintiera un poco de cosquillas, po comenzó a hacer muecas de desagrado mientras tenia los ojos cerrados,  fue tanta la insistencia de aquella pluma qué ocasionó qué el pobre panda pegara su pata en un fuerte manotazo sobre su rostro impactando aquella masa viscosa....

Monoooooo, grito Po tan fuerte como sus pulmones se lo permitieron sin embargo el simio y el insecto ya se encontraban en la cocina con una enorme risa saliendo de sus bocas...

Qué fue lo que hicieron?, pregunto mei mei curiosa...

Digamos que le recordamos lo que era despertar en el palacio de jade a Po, rió mono divertido...

Si,  fue su bienvenida especial jajaja continuo mantis muerto de risa...

Mientras tanto Po se dirigía a los baños para limpiarse el rostro al inicio un poco molesto por la broma tan infantil por parte de sus amigos, pero esa cara malhumorada cambio por una pequeña sonrisa...

Tantos eran los buenos recuerdos de aquellas mañanas qué simplemente no podía molestarse de hecho extrañaba ser despertado así, rió por lo bajo y se dirigió a la cocina donde sus amigos ya deberían estar esperándolo....

Buenos días, mencionó Po alegre...

Jajaja buenos días Po, qué tal tu mañana?  Pregunto divertido mono...

De hecho muy divertida,  algo apestosa y viscosa pero divertida, continuó Po sumamente tranquilo...

Todos comenzaron a observarlo sumamente sorprendidos ciertamente no esperaban esa actitud por parte de su amigo....

Wow, de verdad has madurado Po menciono sorprendida víbora..

Nah, solo un poco dijo Po restándole importancia...

Dicho esto Po preparo el desayuno como solía hacerlo hace unos años, eso encanto a los furiosos ya que después de cinco años volvían a probar aquellas delicias...

Salieron al salón de entrenamiento,  no sin antes dejar limpio y ordenado al igual que pasar la receta de aquellas delicias a mei mei...

El día transcurrió normal y sumamente tranquilo los cinco al igual que mei mei entrenaban arduamente mientras Po solo hacía lo básico ya que había estado muy inactivo en temas con el kung fu...

Comenzaba el atardecer y con eso la puesta de sol, po se encontraba meditando en el estanque de lágrimas sagradas en el salón de los héroes cuando de repente se abrieron las grandes puertas de aquel salón...

Dos figuras se acercaban caminando hacia el, hasta quedar frente a frente fue entonces que po decidio abrir los ojos...

Ha pasado mucho tiempo no maestro?, dijo po muy tranquilo...

Bienvenido de vuelta guerrero dragón, mencionó un shifu de avanzada edad...

Hola tigresa....

Chapter 7: Hielo

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Un silencio y una enorme tensión se formó dentro de aquel elegante salón, el corazón le latía a mil por minuto y sus nervios estaban de punta, apenas y al abrir los ojos el tiempo se le detuvo...

Aquellos ojos carmín llenos de presencia le observaban detenidamente, tragó grueso por mero instinto, tenía ganas de llorar de alegría pero también de salir corriendo despavorido, buscaba algún indicio, alguna señal, quizá algún golpe... Pero no hubo nada, tigresa sólo le observó por algunos minutos sin decir palabra alguna, dicen que a veces el silencio dice más que mil palabras pero en este caso, no hubo nada...

Po trato de articular una palabra pero en cuanto su boca se abrió, la felina le dió la espalda, hizo una reverencia hacia su padre y maestro y salió del salón sin decir palabra alguna...

Shifu quien observó todo solamente soltó un pequeño suspiro captando la atención del panda, ahora que le observaba detalladamente por fin se percataba de cuánto había envejecido su maestro, shifu al percatarse de la mirada del oso simplemente sonrió y le indicó que sirviera un par de tazas de té, mientras con dificultad se sentaba en el suelo en posición de loto...

Po un tanto extrañado obedeció a su maestro...

Acaso piensas dejar a un viejo bebiendo té solo?, exclamó el panda rojo al ver la actitud de su estudiante...

Po de inmediato se disculpó, excusándose que se encontraba un poco distraído, shifu quien lo sabía todo simplemente rió divertido por la particular situación...

Lo sabía?!, Desde cuándo?!, Le preguntó Po bastante sorprendido y alarmado...

Shifu sólo rió con mayor intensidad, podría decirse que incluso era una carcajada lo que había soltado el viejo maestro...

Po, hay muchas cosas que dejé pasar por alto cuando estabas aquí y "ustedes" fue una de esas cosas, a pesar de estar prohibido por el consejo, le explicó con serenidad mientras bebía de su té...

Y porqué nunca me dijo nada?, Le pregunto él de vuelta...

Habrías respondido con honestidad?, Le cuestionó...

Quizá... No lo sé, tal vez, comenzaba a vacilar sumamente sonrojado...

Shifu nuevamente rió gustoso, al escuchar la franca respuesta del panda...

Porque le causa tanta gracia?, Le preguntó bastante avergonzado...

Me recuerdas a tigresa cuando le hice las mismas preguntas, le respondió alegremente...

De verdad?!, y que le dijo?!, Le preguntó ansiosamente tomándole del cuerpo...

Eso tendrás que preguntárselo directamente no crees?, Le pregunto con una sonrisa...

Creo que usted lo está tomando muy bien, confesó Po un poco extrañado.

No crees que ya sería el colmo el molestarme por algo de hace más de diez años no crees?, Le cuestionó bastante tranquilo...

Quizá.... Se limitó a responder un poco nervioso...

Shifu le observó con una ceja arqueada y una sonrisa sincera, cosa que incomodó aún más al pobre oso quien solo miraba su taza...

Po soltó un suspiro, su mente estaba intranquila, tratando de idear algún plan o estrategia del como hablar con ella, había tanto que decir y tanto que hacer, pero con suerte apenas y podría articular una palabra antes de que ella abandonará el lugar o en una peor situación...

Recibir una buena golpiza, "merecida" pensaba él, después de todo en cinco años no pudo responder la última carta que su amada le había enviado, carta que aún mantenía en su bolsillo derecho...

Maestro yo – estuvo por confesar la posesión de aquel escrito sin embargo shifu le interrumpió...

– muchas veces pensé en prohibir "su relación" – confesó de pronto...

Po dirigió su mirada hacia su viejo maestro sin decir palabra alguna...

– pero... – le incitó a continuar...

Shifu tomo un poco de aire y exclamó...

– se miraba tan feliz... – pequeñas lágrimas comenzaron a rodar de sus pequeñas mejillas...

Po simplemente escuchaba en silencio, era la primera vez que veía a shifu de esta manera, era cierto que después de todos los incidentes y villanos que habían vencido su relación se había vuelto mucho más estrecha, incluso lo llegó a considerar como un padre más...

– ella cambió, yo cambié, todos cambiamos... Y todo fue gracias a ti – no había mentiras en sus palabras, y Po lo sabía...

El escuchar cada palabra que saliera de su maestro era como una daga en su corazón, había lastimado a todos con su egoísta decisión, y hasta ahora se había dado cuenta, sin previo aviso dejo de lado su pequeña taza y le abrazó, con una enorme fuerza e intensidad abrazo a su maestro, tomándole por sorpresa y un poco preocupado por el contenido de su taza, sin embargo con una sonrisa cálida le correspondió, colocó su taza al igual que su alumno y también le tomó en un furtivo abrazo, la lágrimas comenzaron a brotar y rodar de sus párpados, se abrían paso a través de sus blancas mejillas mientras un enorme nudo se le formaba en su garganta...

– perdóneme maestro, por favor perdóneme, – susurraba el panda una y otra vez mientras la lágrimas seguían brotando...

Shifu solo apretó un poco más sus brazos alrededor de su cuello, también hubo una que otra lágrima por parte suya, sus pequeñas manos comenzaron a acariciar la cabeza del panda, con delicadeza y gentileza una y otra vez como si de un cachorro se tratase...

– buscaba una familia, cuando todo este tiempo la tuve, fuí un completo tonto – declaró Po aún con unas pocas lágrimas...

– veo que de cierta manera has madurado un poco, sin embargo alguien una vez me dijo, "el ayer es historia, el mañana es un misterio pero el hoy... Es un obsequio" – declaró shifu con gentileza...

– por eso se llama "presente" – finalizó Po con los ojos llorosos...

Shifu se separó un poco del panda, Po aprovechó para limpiar un poco su rostro, y tranquilizarse, tenía que preparar la comida y no podía hacerlo en ese estado...

– realmente me da mucho gusto tenerte de vuelta panda –, exclamó shifu...

– y a mi estar de vuelta –, le correspondió Po...

Shifu le miró con una sincera sonrisa, ambos se sentían bien después de sacar todo, ahora el panda rojo entendía lo que alguna vez Ooway le dijo, " a quién elija no sólo le traerá paz al valle, te la traerá a ti"

Un pequeño ruido proveniente del estómago del panda les sacaron de sus pensamientos, shifu rió por lo bajo debido a la cómica situación...

– creo que algunas cosas no cambian he?, – exclamó shifu divertido...

Po rojo cual tomate solo rió con inocencia...

– quiere algo de comer? – le invitó el panda...

– sólo si tú invitas – le respondió shifu con su sonrisa habitual...

El panda se levantó del suelo y ayudó a su maestro a ponerse de pie, el panda trato de ayudarle a caminar pero su acción fue negada por parte de su maestro quien se sostuvo con el viejo báculo de Ooway, así ambos comenzaron a caminar en dirección de la cocina...

Chapter 8: Fuego

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Las verduras eran cortadas con una gran maestría, todas en pequeños cuadros con una misma simetría y tamaño, " el futuro de los fideos hay que aceptarlo los vegetales deberán ser en cuadritos ya no en rodajas", recordaba aquellas palabras con una gran nostalgia...

con agilidad y eficacia eran vaciadas en la olla con agua caliente, la pasta hace algunos momentos que ya había sido mojada y ahora esperaba pacientemente su turno de entrar en la olla...

Sus manos de pelaje negro danzaban con el cuchillo y los ingredientes cómo si de una gran pieza musical se tratase producto de la gran felicidad que su cuerpo y ser irradiaban, incluso tenía los ojos cerrados al realizar aquella danza, a sus espaldas ya se encontraban todos reunidos, esperando ansiosos y gustosos por su tan ansiada ración humeante, todos con una sonrisa de oreja a oreja y no era para más si hacía años que la mesa no lucía tan alegre y completa, es cierto que había una panda entre ellos pero a palabras no ofensivas de un primate y un insecto "no era lo mismo"...

– ¿aún tienes el toque he amigo? –, le felicitó un primate a sus espaldas...

Po solo rió divertido, realmente extrañaba escuchar las frases poco convencionales de su amigo...

Una vez la sopa estuvo lista, Po comenzó a servir aquella humeante y deliciosa mezcla, recordando aquellos días de labores con su padre en el restaurante de fideos extendió un gran número de platos sobre su brazo, y con gran destreza los sirvió rápidamente causando una gran admiración por parte de lei lei quien de manera poco discreta observaba tal azaña...

– woooow, es tal y cómo decía mi abuelo ping –, exclamó en voz alta la sorprendida panda...

Declaración que tomó por sorpresa a más de uno, mono estuvo por devolver su sopa, sin embargo sabía tan bien que no le costó volver a tragar, mantis aguantó la risa inflando sus diminutas mejillas, grulla se congeló con su primera porción de sopa a medio tomar, víbora solo agachó la cabeza con un gran sonrojo y sonrisa nerviosa, sin embargo el peor de todos era Po...

Rojo cuál tomate y sus ojos como platos se quedó completamente petrificado en su lugar, aún con un par de platos en su manos...

– vaya, que cosas dicen los jóvenes de hoy ¿he? –, trató de desviar el tema bastante avergonzado...

– sí claro, la inocencia –, agregó mantis de manera burlesca sólo para incomodar más a su amigo...

Mono soltó una sonora carcajada tan grande que incluso se le escapó un par de lágrimas...

Lei lei al percatarse de la situación rápidamente se disculpó con Po, al parecer había revelado algo muy personal, aumentando solamente la risa del primate...

Po solo reía nerviosamente, no por la reacción de sus amigos o maestro, si no porque no sabría la reacción que tendría tigresa si escuchara algo así...

– ¿porque le llamas "abuelo" al señor ping lei? –, preguntó shifu con curiosidad...

La jovencita solo sonrió un poco apenada tratando de zafar al pobre oso de la incomoda situación...

– después de la partida de mi abuela pues, Li Shan le pidió al señor ping que me cuidara, o al menos eso me dijo él –, respondió nerviosamente jugando con su sopa...

Hacía ya tantos años que la abuela panda había partido de este plano terrenal, la pequeña lei lei solo contaba con 10 años cuando eso sucedió siendo aún una infante, la última voluntad de la anciana fue que el señor ping o tigresa cuidarán de la cachorra, está última se negó rotundamente en su momento, "las responsabilidades del Kung fu y el palacio de jade no son lugar para un crío", palabras propias de la maestra a pesar de haber crecido ahí "¿irónico no?"...

Ping por otro lado estaba encantado de tener a la pequeña en su hogar y cuidarla cómo su propia hija, le traía gratos recuerdos de su vida diaria con Po, al principio le costó un poco a la pequeña panda el relacionarse y convivir con el viejo ganso, sin embargo después de algunas semanas y situaciones un poco incomodas, ambos disfrutaron de la compañía del otro hasta volverse muy cercanos...

"Es más difícil criar a una señorita que a un varón"

fueron las palabras de aquel ganso cuando los vecinos del valle le preguntaban por ella...

"aunque es más inteligente que mi Po"

Eran los constantes halagos que recibía al estar en la cocina, al parecer tenía un gran talento y habilidad a la hora de cocinar y eso encantó al ganso en varios aspectos...

Sin embargo... Nunca olvidó a la gran maestra tigresa, o como ella solía llamarle "bebé con rayas", aquella heroína que le salvó y salvó a su aldea de aquellas criaturas de jade...

"Eres igual a mi Po, ¡¿que diantres tienen los pandas con el Kung fu?!"

Recordaba aquel pequeño reclamo por parte del ganso cuando le confesó que le gustaría ser aprendiz de la maestra tigresa...

Por algunos días el viejo ganso se opuso a la idea por supuesto halegando que ya estaba muy viejo y cansado cómo para atender el restaurante el solo, cosa que de inmediato "solucionó" su ahora hija adoptiva, cual fue la enorme sorpresa del ganso al ver el grupo de conejos que la pequeña había decidido contratar para apoyar a su padre...

" ¡¿Y dejar que cualquiera entre a mi cocina?!, ¡Eso jamás!"

Era el mismo terco de siempre, sin embargo  la pequeña Mei Mei ya había pensado en eso también, fue entonces que le llevó con ella al palacio de jade, ahora el viejo ganso gruñón tenía demasiado tiempo libre, tiempo que usaba en jugar mahjong con sus viejos conocidos y vecinos, y ahora también meditando...

– ¿recuerdan las primeras sesiones de meditación del señor ping? –, exclamó Mono con diversión a todos los presentes...

Aquella preguntó divirtió bastante a la mayoría a excepción de un asustado shifu...

Su mirada perdida cómo si hubiera visto la cosa más traumante de su vida, reacción que solo desencadenó más risas por parte de los otros maestros....

– me alegra que papá no haya estado solo en estos años que me fuí –, mencionó Po con aire nostálgico...

– tu "abuelo" suele ser un poco... "Complicado" –, exclamó shifu bebiendo de su té...

La comida pasó bastante alegre, supieron desviar muy bien la conversación para evitar preguntas "vergonzosas", a lo cuál el pobre panda le agradeció con la mirada y en silencio a la joven lei...

Ambos pandas quedaron solos en la cocina, el resto del grupo volvió a su entrenamiento, lei por un lado acomodaba los platos y vasos mientras Po lavaba la losa...

– así que... ¿Abuelo he? –, exclamó Po un tanto divertido...

– si... Quizá me tomé muchas libertades –, la pregunta le tomó por sorpresa y había cierto rubor en sus mejillas...

– hace unas horas, cuando llegue... Me llamaste papá, ¿puedo saber porque? –, le preguntó sin mirarle...

La sangre le subió de inmediato al rostro, su blancura fue reemplazada por un tono bermellón, tanto que parecía una cereza...

No hizo falta que Po le viera para saber que la pobre panda luchaba por ocultar sus sentimientos y vergüenza...

– no hace falta que me lo digas ahora –, una sonrisa sincera apareció en su rostro...

– iré a buscar a tigresa –, añadió él con un plato de sopa humeante en una mano y en la otra un poco de té...

– ¿no crees que sea un poco peligroso? –, le preguntó ya un poco más tranquila...

– siempre me gustó el peligro –, añadió con confianza saliendo de la cocina en búsqueda de la felina...

Había muchos lugares en los cuales buscar, sin embargo Po conocía muy bien varios de esos lugares, primero fue al salón de entrenamiento pero no le encontró, intentó en el salón de los héroes sin éxito alguno, prosiguió en el árbol de la sabiduría celestial pero tampoco hubo rastro de ella, con un poco de dificultad subió a los tejados del salón de los héroes y del salón de entrenamiento, con la misma dificultad bajó y continúo su búsqueda...

"Debo hacer un poco de ejercicio", se dijo asi mismo al notar la enorme fatiga que eso le ocasionó...

Fue entonces que comenzó a preocuparse, ya había revisado todos los posibles lugares donde creía poder encontrarle sin embargo en todos fracasó, comenzó a caminar por los jardines del valle aún con la sopa y el té entre sus patas, llevaba la cabeza gacha y un poco de desilusión...

De pronto, cómo una señal divina enviada por el mismo Ooway apareció ante el una vereda que identificó de inmediato, aquella vereda llevaba al interior del bosque de bambú dónde emergían dos enorme árboles de más de cien años cada uno, ese era el sitio donde la felina solía entrenar en secreto y también era el sitio donde el panda había confesado sus sentimientos hace tantos años...

Por fin le había encontrado...

Allí estaba, tan concentrada y poderosa como siempre portaba su uniforme de antes, su abrigo naranja y pantalones holgados para mayor comodidad, hacía años que no le había visto con ese conjunto que a su gusto era su favorito, aunque debía admitir que con su conjunto de mangas largas y color amarillo tampoco se veía mal...

golpeaba aquellos troncos con ferocidad e intensidad, comenzó a acercarse a ella con paso ligero y silencioso aunque eso no serviría de mucho y el lo sabía, aquella felina contaba con una visión y un oído bastantes agudos, sabía que jamás podría sorprenderle, los nervios comenzaron a emerger nuevamente en el con cada paso que daba, las manos comenzaron a sudarle y se relamía los labios continuamente...

Sin embargo algo curioso comenzó a suceder...

Con cada paso que daba aumentaba la intensidad y fuerza en cada golpe, un paso un golpe más fuerte, un paso un golpe más fuerte...

Po tardó unos segundos en percatarse de esa acción por parte de la felina, una sonrisa comenzó a formarse en sus labios, sabiendo que estaría jugando con fuego comenzó a jugar un poco con ella, daba un paso para adelante y un paso para atrás cómo si estuviera bailando una canción, sabía que su acción comenzaba a surgir efecto no solo escuchando como tigresa caía inconscientemente en su jugarreta, si no también con el serpentear de su rabo y los movimientos inquietos de sus orejas...

Trataba de aguantar la risa, además por si fuera poca su audacia comenzó a realizar muecas y caras raras, algunas graciosas a espaldas de la felina quien se había percatado no solo de su presencia, también sabía de quién se trataba...

De pronto la risa pudo más que su prudencia, una gran carcajada comenzó a salir de él, resultado de la cómica situación...

Risa que se esfumó casi de inmediato...

Una enorme roca salió disparada hacia él, quien de no haberse movido unos centímetros hubiera impactado de lleno sobre él...

– ¡¿acaso te has vuelto loca?! –, le reclamó con pavor pero sin soltar el tazón de sopa y la taza de té...

– humm, fallé –, se limitó a responder mientras volvía a su entrenamiento...

– ¿Disculpa?, Holaaa, tierra llamando a tigresa, ¿podría comunicarme con ella por favor? –, continúo reclamando con indignación...

– ¿Qué es lo que necesita señor ping? –, le preguntó sin voltear a verle...

Aquel comentario le dolió más de lo que hubiera querido sin embargo lo soportó, después de todo se lo merecía...

– no fuiste a comer –, le respondió colocando el plato sobre un tocón de tantos que había ahí....

Con un poco de esfuerzo tomo un par de troncos más y los coloco uno frente a otro, quedando el tocón en medio como una mesa...

Tigresa se detuvo por algunos segundos observando las acciones del panda, acto seguido volvió a lo que estaba haciendo...

Po colocó la sopa que aún se mantenía un poco caliente a pesar del tiempo, al igual que el té, acto seguido tomó asiento en uno de los troncos esperando a la felina...

– ¿No piensas comer? –, volvió a insistir...

La felina nisiquiera volvió a dirigirle la mirada, solo continuaba golpeando aquel enorme árbol sin piedad...

– la sopa aún está caliente y el té está tibio, justo como te gusta, pero no durará mucho si no comes –, le dijo observando aquellos movimientos...

Tigresa sabiendo que jamás se rendiría aquel oso, simplemente soltó un largo suspiro que finalizó en un pequeño gruñido, cosa que alarmó un poco al panda...

A paso pesado, casi zancadas se acercó a la mesa provisional que había hecho Po, con una mirada indiferente le observó a él y a la mesa, el panda mantenía una mirada serena y tranquila con un toque de vergüenza, cosa que muy pocas veces se veía en él, con desconfianza y mal humor tomó asiento quedando así frente a frente...

El pobre oso quiso hablar sin embargo al abrir la boca fue interrumpido abruptamente por la furiosa felina...

– no digas nada, si quieres estar aquí, no digas nada –, masculló con molestia...

Po solo asintió en silencio con la mirada un poco decaída, el lugar se llenó de un silencio casi total, solo se apreciaba el sonido de la felina al masticar y tragar...

El primer bocado aunque no quisiera admitirlo le supo a gloria, hacía años que no probaba una ración de fideos como esa, se maldecía a si misma en silencio, el oso sabía cocinar muy bien y eso le quedaba claro con cada bocado...

– ¿cocinaste tu? –, le preguntó de pronto captando su atención de inmediato...

– sí... Los chicos insistieron en que lo hiciera –, le respondió él un poco apenado...

– ¿te gusta? –, le preguntó con un ligero sonrojo...

Tigresa apenas y le dirigió la mirada, sin embargo no le respondió, lo que le afecto bastante, con cabeza gacha simplemente aceptó el despreció.

– he probado mejores –, se limitó a responder...

Otra puñalada a su pobre ímpetu...

– aunque... –, de inmediato dirigió su mirada hacia ella quien ya se encontraba de pie dándole la espalda...

– no estuvo tan mal –, una poca de reconfortacion dentro de toda la tormenta...

– agradezco su atención y acción señor ping, puede retirarse –, le sugirió sin mirarle, volviendo a golpear aquel árbol...

Po tomó los trastos con pena y dolor, sin embargo algo le detuvo su andar...

"Su propósito"

Volvió por ella ¿no?, Ese fue el motivo por el que estaba ahí, habría que intentar...

¿Cierto?

– realmente soy patético –, se murmuró asi mismo, captando la atención de la felina quien detuvo su actividad solo para verle...

– tenemos que hablar –, exclamó él sin rodeos...

– usted y yo no tenemos nada de que hablar señor ping –, le respondió ella con desprecio...

– ¿puedes parar? –, le cuestionó el...

– ¿Parar?, ¿A qué se refiere? –, su mirada pasó de molestia a extrañeza...

– ¡a eso!,. ¡Deja de hablarme de usted!, ¡Vamos!, ¡Nisiquiera cuando nos conocimos me hablabas así!, ¡Para ya! –, comenzó a atacarle...

Su mirada pasó de extrañeza a molestia, solo que con un grado más de enojo...

– ¿entonces?, De que manera te hablo... ¿"panda"? –, le cuestionó de manera sarcástica...

– ¡Gracias! –, recibió el mismo sarcasmo como respuesta...

– al diablo, no tengo tiempo para esta estupidez –, declaró con fastidio...

Comenzó a caminar con agresividad, no pensaba seguir escuchando sus palabras, paso a de largo a un costado de él sin embargo el panda le tomo de la zarpa impidiendole continuar...

– suéltame... –, masculló con agresividad sin mirarle...

– no, necesitamos hablar –, le refutó él con decisión...

– ¿Necesitamos? –, le cuestionó con sarcasmo...

– ¡nunca te olvidé, nunca pude, ni siquiera lo intenté! –, había dolor en sus palabras, un nudo comenzó a formarse en su garganta lo que le dificultaba hablar...

La felina sólo volteó a verle de reojo con desprecio...

– yo... Yo te am –, no pudo terminar la frase tan anhelada por su corazón...

El puño entero de la felina cayó directamente sobre su rostro, sin aviso alguno, sin técnica, sin contener su fuerza, inevitablemente el pobre panda pareció estar hecho de trapo, a pesar de su gran tamaño salió disparado impactando contra el suelo...

– ¡NO TE ATREVAS A TERMINAR ESA FRASE! –, le gritó con cólera y furia...

El pobre panda apenas y logro mantenerse conciente, la nariz le sangraba bastante y el rostro le ardía, intentó ponerse de pie pero enseguida la felina le cayó encima derribandole nuevamente, comenzó a golpearle en gran cantidad, Po no puso resistencia, sabía que tigresa no era muy buena con las palabras y además se lo tenía merecido...

Sus golpes carecían de técnica alguna, eran simples golpes, cargados de un sin fin de emociones, con cada golpe que daba, las lágrimas salían en mayor cantidad, finalmente sus brazos se detuvieron, se encontraba agotada fisica y mentalmente, sus lágrimas caían cuál lluvia sobre el rostro magullado del oso...

– no debiste volver, ¿Porque volviste? –, comenzó a sollozar en ligeros susurros...

– porque... –, el panda intentó hablar con la poca fuerza que le quedaba...

La felina se sorprendió un poco al ver que aún podía hablar...

– te... Amo... –, logró susurrar con dificultad, tratando de elevar sus brazos para atraparla en un abrazo...

Esas palabras, atravesaron su pecho de hierro como si fueran flechas el cuerpo comenzó a temblarle, sus párpados se inundaron cómo si fueran diluvios...

– te pedí que no dijeras eso –, le susurró con dolor...

Palabras que muchas veces le dijo en ese mismo lugar donde ahora se encontraban,

Tigresa le miró con... ¿Pena?, ¿Dolor?, ¿Tristeza?, ¿Alegría?, No sabía que tipo de emoción sentir en ese momento, por un lado quería seguir golpeandolo, pero por otro estaba muy feliz aunque no quisiera aceptarlo...

Finalmente se percató de la acción que el panda intentaba con mucha dificultad, con un gran desprecio asia si misma y con el mismo dolor de hace unos momentos tomó sus patas entre sus zarpas entrelazando sus dedos entre sí y finalizó aquel anhelado abrazo...

Las lágrimas y llanto volvieron a aparecer en ella, empapando el abrigo y pecho del panda, pero poco les importó a ambos, de pronto el cielo se nubló, las nubes grises se cerraron sobre el valle y una fuerte lluvia comenzó a caer sobre ellos...

– perdóname –, alcanzó a susurrarle al oído el panda para finalmente caer inconsciente...

....

Chapter 9: Una declaración inesperada

Chapter Text

- ¿te irás? -, había pena en su voz con un gran altivo de tristeza...

- no lo sé -, se limitó él a responderle sin mirarle siquiera...

Aún se encontraba postrada en la cama, sin prenda alguna en su cuerpo, sólo las delgadas sábanas, hace apenas algunos instantes habían consumado su amor en el acto más grande y a la vez complicado para ella, ambos jóvenes inexpertos en ese arte...

Sus cuerpos aún temblaban...

Producto de la ansiedad que había llegado a ellos una vez se dieron cuenta de lo que había pasado...

– ¿No hicimos nada malo o sí? –, le preguntó él un tanto sonrojado aún sin mirarle.

Ella por mero instinto apretó aún más su agarre sobre las sábanas, quería mostrarse segura, aunque sus labios temblaran y su pelaje se erizará...

– No, creo que no... –, susurró más para si misma que para responder la pregunta de él...

En un principio la adrenalina se apoderó de ambos, para sorpresa de ella, él fue quien quiso retractarse de realizar aquel acto...

– ¿Me amas? –, le preguntó ella recordando aquel momento de duda...

Aquella pregunta le tomó desprevenido, de inmediato volvió a la cama a su lado solo para tomarle en un furtivo abrazo.

– por supuesto que te amo –, le susurró él, estrechado su cuerpo aún con más fuerza...

– yo... Creía que tenías tus dudas, que no era de tu agrado –, le confesó ella...

– no... Es sólo que... –, dudaba si decir las siguientes palabras o no...

Aquella reacción sólo le generó más angustia...

– olvida lo que dije –, agregó ella tratando de liberarse de aquel abrazo...

Se levantó del futón sin mediar palabra alguna con él, quien un poco avergonzado desvío su mirada roja cómo tomate hacia otro lado, lo cuál desconcertó un poco a la fémina...

– acabamos de hacer el amor hace unos momentos... ¿y ahora te avergüenzas? –, le preguntó con diversión...

Si el pobre panda ya estaba de un tono bermellón, ahora su rostro parecía el mismo sol...

– ¡NO!, ¡NO!, ¡No es eso! –, negaba enérgicamente bastante sonrojado...

– ¿Entonces? –, le preguntó ella comenzando a vestirse...

– somos "diferentes" –, le respondió sin rodeos en el último instante...

– lo sé, yo soy más responsable y tú... Bueno lo intentas –, le respondió ella con simpleza y una sonrisa ladina...

El panda suspiro cansinamente al percatarse que no se había dado a entender...

– ¿me puedes pasar eso de ahí? –, le preguntó ella señalando lo que parecía ser su chaleco rojo habitual de entrenamiento...

El panda un poco cansado por la actitud de su compañera obedeció, su mente últimamente estaba divagando con mucha frecuencia, no había podido dormir hace días y la actitud indiferente por parte de la felina no ayudaba en nada a poner sus ideas en orden, hace algunos momentos le preguntó si estaba dispuesto a partir con su padre a la aldea oculta de los pandas...

Vaya sorpresa enorme se llevaron todos al escuchar que había otra aldea de pandas además de la que su padre dirigía, mayor fue su preocupación al saber que uno de los deseos de su padre era contactar con aquella aldea y forjar una estrecha relación con los pandas de dicha aldea...

"Esto será fantástico, tu y yo en un viaje a dicha aldea, recuperaremos el tiempo perdido y lo mejor de todo es que no tendremos que separarnos más"

Aquellas palabras que salieron de la boca de su padre eran un arma de dos filos, por un lado le alegraba mucho el fraternizar con otros pandas y mejorar la relación con su padre, por otro lado...

El tiempo...

Era demasiado tiempo, no solo el que le tomaría en trasladarse a dicho sitio, había escuchado acerca de que su padre buscaría formalizar aún más la relación entre ambas aldeas por medio de un matrimonio...

"Yo no le veo ningún problema hijo, ya estás en edad de buscar una compañera, no sé porqué reaccionas de esa manera, es la ley de la vida"

Recordaba aquellas palabras que le dijo su padre al momento que él se opuso a la idea, por supuesto tigresa no sabía nada de eso, nadie siquiera del palacio de jade salvo shifu sabía de dichos planes y por el momento buscaría que así estuviera, no quería alarmar o en el peor de los casos molestar a su compañera...

Instintivamente volteó a verla ya se encontraba totalmente vestida y lista para salir, hacía ya tiempo que llevaban a cabo dicha actividad, todas las noches la felina se colaba a la habitación del panda o viceversa, charlaban por algunos minutos hasta la hora de dormir, a veces en cama de la felina, otras en la cama del oso, esa era su parte favorita del día...

"Dormir"

Claro que dichas actividades eran secretas al igual que su relación, ambos acordaron eso, Po fué quien sugirió realizar dicha actividad, como era de esperarse la felina se opuso a la idea por algunas ocasiones sin embargo el ansia de saber lo que pasaría y la sensación de adrenalina le hicieron aceptar, cuál fue su sorpresa al percatarse que dormía cómo no lo había hecho hace años.

No pudo evitar sonreir al pensar en la suerte que tenía, sin embargo esa sonrisa se desvaneció casi al instante al pensar en todo lo que estaba pasando, en algún momento tenía que revelarle la información a su compañera, ella sabía acerca del posible viaje que él tendría que realizar sin embargo no sabía acerca de los planes de su padre, todo era muy extraño y rápido.

Tigresa sólo dirigió su mirada al panda para despedirse, debía volver a su alcoba para no levantar sospechas, Po le correspondió en silencio, una vez estuvo solo trató de conciliar el sueño una vez más sin mucho éxito.

...

La mañana hizo acto de presencia con el sonar del gong, todos salieron a su habitual saludo, todos menos un panda quién fue despertado con sutil "delicadeza" de la mano de un simio y una mantis, después de un par de carcajadas por parte de ese par y un sermón por parte del maestro shifu, todos pasaron a la cocina, el pobre oso no pudo conciliar muy bien el sueño y eso era evidente para todos quienes observaban un poco preocupados las torpes acciones del panda al intentar cocinar...

– creo que lo mejor sería pedirle a zeng que él cocine, o en su defecto, deberíamos pedir comida a domicilio, quizá el padre de Po nos pueda ayudar con eso –, sugirió víbora al ver el deplorable estado de su amigo...

Idea que fue apoyada por los demás maestros a excepción de shifu, quien alegaba que ya todos eran adultos y deberían ser responsables no solo con su entrenamiento, también con sus alimentos, después de todo el panda no estaría con ellos para siempre...

Aquella frase les tomó por sorpresa a todos, el sueño que invadía al pobre panda se esfumó de inmediato al escuchar esa declaración, lo que solo aumentó la curiosidad de sus compañeros...

– pero que clase de cosas dice ¿he maestro?, siempre es un placer para mí el cocinar para todos –, declaró el panda nervioso...

– pero Po, ¿acaso no has pensado en lo que habló tu padre? –, volvió a insistir shifu...

Aquella pregunta sólo causó mayor intriga en todos, sobretodo en una felina, quien no podía evitar el serpentear de su cola por debajo de la mesa, muestra de inquietud que comenzaba a emerger en ella...

– pero por supuesto maestro, el siempre me dice que no me mal pase con los horarios de la comida, además el desayuno es el alimento más importante del día –, el pobre panda trataba de evadir aquellas preguntas y si fuera posible, desviar el tema de conversación...

– panda, sabes que eso no es a lo que me estoy refiriendo –, la tensión comenzaba a surgir en la pequeña cocina...

Todos miraban confundidos aquella extraña situación, desviando su mirada de uno al otro como si de un partido de tenis de tratase...

– ¡ya se!, ¿Que les parece si mejor de desayunar aquí, porqué no bajamos al restaurante de mi padre y desayunamos todos juntos?, Muero de hambre, ¡Vamos! –, exclamó el panda cómo último recurso para salir de esa complicada situación...

La idea fue apoyada de inmediato con un rotundo Sí por parte de sus compañeros, quiénes son perder tiempo se levantaron de sus asientos y salieron a toda prisa detrás del panda...

Todos menos una felina, quien bastante intrigada se mantuvo en su sitio, sabía que el panda le ocultaba algo, aún mantenía la esperanza y paciencia de que el panda le diría en su momento que es lo que estaba pasando, después de un par de suspiros cansinos, siguió el mismo rumbo de sus amigos...

– vaya, realmente esto es una sorpresa, no me esperaba a este tipo de clientes a esta hora –, exclamó el ganso al verlos llegar...

– ¡Necesitamos un desayuno especial! –, le dijo el panda juntando un par de mesas y suficientes sillas para todos...

De pronto un grupo de pandas arribaron al animado desayuno, liderados por li Shan, lo que había comenzado como un desayuno grupal ahora de había convertido en un banquete...

El desayuno transcurrió de manera bastante animada, todos reían y hacían un par de bromas, mientras disfrutaban de deliciosos fideos humeantes y relajantes tazas de té...

Tigresa aprovechó el gran descontrol para poder sentarse junto al panda, sus pensamientos y dudas aún le tenían inquieta, sin embargo buscaba mantenerse firme a su decisión de no presionar a Po y dejar que él le expresará lo que estaba pasando...

Si zarpa inquieta buscó por debajo de la mesa contacto con la mano del oso, acción que fue correspondida por parte él, por algunos minutos le contempló asombrada del cómo podía mantener una charla amena con los demás sin ponerse nervioso por lo que sus manos estaban haciendo, por supuesto no era algo malo o indecente sin embargo aún recordaba aquellos días y primeras muestras de afecto entre ambos, torpes y nerviosas, incluso con un pequeño rose el pobre panda se sonrojaba a niveles extremos, ahora parecía estar de lo más tranquilo, sí., Definitivamente el panda había madurado....

– ¿Y cuándo piensa partir señor Li Shan? –, preguntó de manera casual el maestro shifu...

Aquella pregunta de inmediato captó la atención de la peculiar pareja...

– bueno, si todo va bien dentro de tres días, nos hemos reabastecido lo suficiente, la aldea aún necesita algunas reparaciones y tenemos algunos pendientes que cumplir casi de inmediato, sin embargo todo depende de mi hijo, ¿no es así mi pequeño loto? –, le respondió el panda mientras tomaba su té...

Todos dirigieron sus atentas miradas a aquel par, tigresa por mero instinto soltó la palma del panda y se separó unos cuantos centímetros rogando a los dioses que no se hayan percatado de sus acciones, no estaba para soportar algún numerito de esa clase, pero definitivamente su atención se centró completamente sobre el panda que tenía a su lado...

– hamm, esto –, el pobre oso no sabía cómo reaccionar o responder a aquella pregunta, no frente a dicha audiencia...

Sentía las miradas de todos los presentes, miradas llenas de confusión y extrañeza, sin embargo había una mirada en particular la cuál evitaba a toda costa, sabía que estaba ahí, pendiente e impaciente por recibir una explicación al igual que las demás miradas, todos sabían que Po había sido convocado a ir a la aldea de su padre, al igual que el entrenamiento para vencer a khai sin embargo había detalles muy importantes de los cuales todos eran ajenos y el panda quería que se mantuvieran así...

– humm, papá, creo que ese asunto es un poco privado ¿No lo crees? –, trató de evadir el tema y tranquilizar a todos sin embargo esa respuesta sólo generó mayor curiosidad...

"¿Privado?, ¿Qué es tan importante cómo para que sea privado?, incluso para mí"

Tigresa no pudo evitar formularse ese tipo de preguntas, seguidas de una serie de respuestas auto formuladas...

"Es algo entre padre e hijo, el te lo dirá en su momento, no deberías entrometer en cosas que no te incumben, son pareja sin embargo el también tiene su privacidad, pero... ¿Acaso no soy su novia?, Los novios no deberían tener secretos tan grandes entre ellos... ¿O sí?..."

Frases y preguntas de ese estilo comenzaban a llover dentro de su conciencia generándole sólo mayor ansiedad...

En un intento por tranquilizar su mente trató de beber su té de un solo trago, claro que trató porque una enorme declaración le impidió finalizar su bebida...

– tonterías hijo, esto es algo digno de celebrar –, continuó alegando el viejo panda...

– papá, yo creo que eso lo diré en su momento –, trató de insistir nuevamente Po sin éxito...

Sus ojos estaban enfocados al fondo de su pequeña taza, bebía lento para tratar de disimular indiferencia a la discusión que se comenzaba a formar entre padre e hijo, sin embargo su gran audición estaba atenta a toda la palabrería...

Continúo bebiendo, con calma y serenidad...

El té había ingresado por completo en su boca...

– ¡mi hijo se va a casar!

Aquella frase, le hizo escupir la bebida...

...

Finalmente termino este capítulo, lamento mucho la demora, no he tenido días muy fáciles que digamos, estas últimas semanas han sido muy complicadas al punto que estuve por dejar de escribir, sin embargo esto de cierta manera... Me relaja, así que bueno aquí estamos, espero haya sido de su agrado este capítulo, nos leemos pronto y no olviden leer mi otro fanfic de kfp

"Un grito llamado libertad"

está muy bueno y pienso hacerlo bastante completo, me despido y nos leemos pronto.

Chapter 10: Honestidad

Chapter Text

Nadie dijo nada, las expresiones en sus rostros decían más que mil palabras, sus ojos casi se salen de sus cuencas al ver lo que había hecho, su respiración aumentó a niveles críticos y su cabeza comenzó a darle vueltas, instintivamente buscó la mirada del panda, sin embargo solo encontró miedo.

— tigresa, ¿estás bien? —, le preguntó shifu con preocupación.

— si..., Si..., Todo está bien —, les susurró a todos.

— wow, creí que yo era el único sorprendido por la noticia —, exclamó mono tratando de aliviar la tensión del momento.

Tigresa de inmediato se puso de pie e hizo una reverencia respetuosa.

— Lamento mucho las molestias ocasionadas, con permiso —, tigresa de inmediato salió corriendo del restaurante.

— ¿Que... Fue eso? —, preguntó mantis al aire.

Po sin mediar palabras con nadie salió detrás de la felina, solo aumentando mucho más la confusión entre los presentes.

— ¿acaso dije algo malo? —, preguntó li Shan al aire.

Nadie tuvo respuesta para esa pregunta, sin embargo la acción del panda dejó más suposiciones y preguntas que respuestas.

En menos de tres minutos ya se encontraba en su alcoba, necesitaba descansar, la cabeza le daba mil vueltas y su estómago le dolía, las lágrimas amenzaban con salir de sus párpados, sin embargo ella lo impedía.

No...

No podía llorar, al menos no ahora, ese pensamiento transcurría por su mente, aquella declaración por parte del padre de Po fue cómo uno de los cañones de aquel pavo real que habían enfrentado hace algunos años.

"al menos debería escucharlo antes de sacar conclusiones"

Ese pensamiento llegó a ella, sin embargo así como llegó, también se fué...

Sabía que su comportamiento de hace algunos momentos tendría una enorme repercusión con sus compañeros, quizá hasta le perderían el respeto, sus caras llenas de burla comenzaron a aparecer en su mente, lo que sólo le alteró aún más.

"La poderosa tigresa, líder de los cinco furiosos y una de las maestras de Kung fu más respetadas de toda china, quien se había ganado su puesto y fama a propio pulso, esfuerzo y bastante sudor, ahora sufre arrebatos y berrinches cuál adolescente inmadura..."

Podía jurar que esas serían las palabras de sus compañeros a sus espaldas en esos momentos, después de todo no fue tanto la acción, quizás era frente a quienes realizó tal acción, sabía que tendría que dar numerosas explicaciones respecto a lo que había hecho hacia algunos minutos pero por el momento no tenía intencion alguna de volver, incluso lo que más pensaba era en tomar algunas de sus pertenencias y abandonar por algún tiempo el palacio de jade.

— Más estúpida no se puede ser —,   comenzó a maldecirse así misma en pequeños susurros.

Susurros que pronto comenzaron a subir de volumen y tono, susurros que culminaron en un ligero gruñido lleno de frustración y estrés.

Si esto es parte del "amor" no lo quiero tener.

Aquella declaración se formuló en su mente, mientras mantenía su cabeza aprisionada entre sus zarpas con gran intensidad.

De pronto su puerta fue abierta con brusquedad, sus ojos rápidamente se dirigieron hacia esa dirección encontrándose con una mirada color jade llena de miedo y preocupación, fue en ese momento que finalmente sus ojos se inundaron cual manantial, las lágrimas comenzaron a emerger a pesar de sus esfuerzos por contenerlas e impedir su salida, rápidamente el panda corrió hacia ella, tratando de estrujarle en un furtivo abrazo.

Quiso detenerle, quiso golpearle, quiso gritarle, quiso maldecir su existencia y su presencia, sin embargo no pudo, lo único que logró fue dejarse tomar, dejarse estrujar con fuerza, finalmente ahí comprendió su triste situación.

"Realmente lo amo"

Aquel pensamiento invadió su mente y corazón, fue entonces que finalmente dejó de contenerse, lloró y se lamentó a rienda suelta, ¿Que importaba ya si acaso alguien les escuchaba?, Alaridos y sollozos llenos de dolor inundaron aquella habitación, naturalmente él se unió a su lamento de ella, silenciosas y frías lágrimas brotaban de sus párpados, mientras la apegaba a él con mayor fuerza, el corazón y pecho se le estrujaron dando señales de lo que en verdad sentía en ese momento.

Dolor...

— Perdóname, de verdad perdóname, todo se me fue de las manos —, susurraba entre gimoteos.

Tigresa no dijo nada, sólo se dejó estrujar entre sus brazos, así permanecieron por algunos minutos, hasta que el llanto de la felina se detuvo, lentamente se liberó del agarre del oso, quien no puso resistencia, sabía que ella necesitaba su espacio y que después del llanto ahora sí vendría la verdadera batalla, ella se alejó un par de metros de él hasta quedar en un extremo de la cama que muchas veces habían compartido, dándole completamente la espalda al panda.

— ¿Cuándo pensabas decírmelo? —, le preguntó en un susurró.

Po no pudo evitar tomar un poco de aire, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Te juro que pensaba hacerlo, en verdad, es sólo que... No encontraba el modo y tampoco el momento adecuado, todo pasó muy deprisa pero papá y ... —, no pudo continuar con su explicación.

— Esa no es mi pregunta, ¿Cuándo? —,  volvió a insistir ella.

— Yo... No lo sé, sólo quería hacerlo cuando estuviera listo -, finalmente respondió.

— Así que mi padre lo sabe, ¿Verdad? —, le cuestionó duramente sin mirarle siquiera.

— No, shifu no lo sabe y tampoco mis padres —, le respondió él rápidamente.

— ¿Por eso aceptaste aquella idea de tu padre? —, había cierto recelo en su voz.

— ¡No!, ¡Jamás la acepté, me negué de inmediato! —, exclamó él un tanto indignado.

— Pues lo que ví en el restaurante de tu padre me dijo lo contrario -, le reprochó ella.

Realmente aquel comentario más que dolerle, le molestó, ya que él era quién más ansioso estaba por contarle al mundo acerca de su relación, cosa que no había hecho por la decisión de su compañera de mantenerlo en completa confidencialidad, en algún momento le preguntó el porqué tomaba esa decisión tan radical...

"Somos maestros de Kung fu"

"Nuestra relación no es muy ordinaria"

"La gente podría tener ideas bastantes extrañas"

"Podríamos perder nuestros títulos"

Aquella última respuesta aún rondaba en su mente y aunque no lo quisiera era la que más se repetía a lo largo de sus últimos días.

— Yo también he visto cosas bastante "peculiares" —, le respondió él dándole la espalda.

Aquel comentario de inmediato captó la atención de la felina, quien le dirigió la mirada lentamente para observarle bien.

— ¿Qué quieres decir? —, le preguntó aún con lágrimas en los ojos.

— Sabes bien a qué me refiero —, le respondió él con firmeza aún sin dirigirle la mirada.

— Cuida muy bien tus palabras, no vaya a ser que después te puedas arrepentir —, le amenazó ella.

— Estoy cansado, iré a avisarles que todo está bien —, le respondió él dispuesto a salir de la alcoba, sin embargo una zarpa le detuvo.

Le apretó con fuerza, quizá con más fuerza de la que quisiera ejercer, sin embargo el panda se liberó abrupta y fácilmente de su agarre, eso le sorprendió bastante, jamás en los años que llevaban juntos ya sea como equipo o pareja él había reaccionado de esa manera, ni siquiera cuándo tenían combates amistosos, fue en ese momento que se percató que de cierta manera él siempre se había contenido.

— ¿A dónde irás? —, no pudo evitar preguntar en apenas un susurro audible.

Po detuvo por unos segundos su andar, suspirando cansinamente liberando todo el aire en sus pulmones, trataba de mantenerse sereno como siempre aunque le costara hacerlo debido a las constantes rabietas que solía sufrir su pareja.

— A comer, aún tengo hambre —, le respondió sin más dispuesto a salir.

— ¡No! —, le exigió ella.

El panda se detuvo nuevamente, sin embargo en esta ocasión solo por algunos segundos, casi de inmediato re tomo el paso dispuesto a irse.

— ¿¡Acaso no piensas explicarme nada!? —, quería detenerle a cómo de lugar.

Nuevamente el panda volvió a soltar el aire de sus pulmones en un sonoro suspiro, él ponía todo de su parte sin embargo tal parecía que ella quería discutir, él estaba conciente de que dicha actitud la había ocasionado él mismo, al no decirle nada acerca de los planes de su padre, sin embargo ¿Que habría que decirle?...

¿Lo siento?, ¿Pedir perdón una y otra vez?, de cualquier manera, sabía que su compañera no le escucharía, esa era su principal característica, a veces ser muy terca o muy cabeza dura, al igual que golpear primero y preguntar después.

— No creo que sea el mejor momento, hablemos después con más calma, ¿de acuerdo? —, le invitó él con una sonrisa sincera.

Pero por supuesto que no, su compañera no daría tregua a la situación que estaban viviendo, pues ¿Cómo podría?, cualquier mujer o fémina con una pizca de amor y valor propio se ofendería por las acciones y declaraciones que había escuchado en lo que debió haber sido una reunión tranquila y amigable.

— Este es el mejor momento —, insistió nuevamente.

— No, no lo es —, le respondió de nueva cuenta un poco más fastidiado.

Quiso retomar su camino, en cuanto puso un pie fuera de la alcoba, la zarpa le volvió a retener con agresividad ocasionando un poco de dolor en él, aunque de cierta manera lo supo disimular.

— Por favor, sólo quiero volver a comer, hablaremos después, te lo prometo —, volvió a insistir él mientras se liberaba de su agarre.

Esa fue la gota que derramó el vaso, con un ágil pero brusco movimiento, la felina le metió nuevamente a la alcoba, cerrando la puerta a sus espaldas, quizá fue la euforia del momento lo que le nubló el juicio por algunos momentos, lo que ocasionó que no midiera su fuerza al encararle, estampó el cuerpo del oso en la pared de madera creando un gran estruendo a su paso, el pobre panda ahora sí sintió un gran dolor y ardor recorrer su espalda.

Algo comenzó a arder en su interior, toda la tranquilidad que había en su corazón de inmediato se esfumó, su respiración y corazón comenzaron a acelerarse, no supo en qué momento fué pero instintivamente le empujó alejándola de su ser, tigresa no pudo mantener el equilibrio cosa rara en ella lo que ocasionó la inevitable caída, su enfado y molestia desaparecieron por algunos segundos y fueron reemplazados con sorpresa y confusión, ¿Acaso el panda le había tirado a propósito?, realmente no podía creerlo, tardó un par de segundos en recobrar el juicio, lo que comenzó como molestia ahora se había convertido en furia, quiso levantarse de inmediato y encarar al oso sin embargo él se le adelantó.

— ¡¿Acaso te has vuelto loca?! —, le gritó con una cólera enorme.

Aquella reacción por parte del panda le asustó, Po no era un sujeto agresivo o de los que perdían la compostura fácilmente, ni siquiera cuándo combatían algún  malhechor y mucho menos con ella, de inmediato se puso de pie lista para el segundo round.

— ¡Te amo, de verdad te amo, pero tal parece que quieres que te odie! —, una vez más se le adelantó.

Tigresa estuvo por replicar sin embargo el panda le calló.

— ¡Déjame terminar!, ¡Antes de que digas algo, déjame terminar!, ¡Las cosas siempre han sido cómo tú lo has querido, pero esta vez no! —, volvió a exclamar con el corazón a mil por minuto.

Tigresa estaba muda de la impresión que el oso había ocasionado en ella, jamás le había hablado de esa manera y mucho menos en ese tono, ahora que lo pensaba, el panda siempre se había mantenido bastante comprensivo a sus actitudes, casi nunca replicaba o al menos nunca de frente.

— ¡Maldita sea, habla de una vez!, ¡¿Porqué?¡, ¡¿Porqué no me dijiste y porqué sigues sin decirme nada?! —, le exigió ella una y otra vez.

El ambiente se había tornado muy peligroso, trataba de evadir las provocaciones de su compañera, lo cuál ya le era bastante imposible, no había medido sus palabras y esto se estaba saliendo de control, vaya que se estaba conteniendo, muy en el fondo de su ser y su subconsciente sabía que tenía que escoger con mucho cuidado las siguientes palabras que estaba por decir, una parte de él expresaba su deseo de sacarlo todo de una vez, después de todo, ya habían tenido algunas discusiones con anterioridad sin embargo ninguna de esta magnitud.

Restregó su blanco rostro una y otra vez, con intensidad y fuerza, inhaló y exhaló la mayor cantidad de aire que le permitieron sus pulmones logrando canalizar sus emociones, sin embargo su compañera no daba tregua.

— ¿y bien?, ¿Hablarás? —, volvió a exigirle la felina.

— Muchas veces lo pensé, creeme, sin embargo no sabía cómo reaccionarías —, le respondió ya un poco más tranquilo.

— ¿ Y cómo esperabas que reaccionara?, ¿Quizá con un... "Felicidades"? —, le respondió con sarcasmo.

— Escucha, esto es mucho más difícil para mí de lo que crees, sólo estaba haciendo todo como hasta ahora, ¿Acaso no lo entiendes? —, nuevamente comenzaba a desesperarse.

La felina no pudo evitar girar sus ojos con notable fastidio, su paciencia finalmente había llegado a su límite.

— ¡Con un demonio, deja de darle tantas estúpidas vueltas y habla de una vez! —, finalmente tigresa había perdido los estribos.

El panda sólo pudo apretar sus puños con fuerza, mientras cerraba los ojos con la misma intensidad y fuerza que sus palmas, sin medir siquiera sus palabras.

— ¡He pensado en aceptar casarme, maldita sea! —, finalmente el panda había soltado la bomba.

Aquella respuesta heló por completo a la felina...

....

Uffff finalmente termino un capítulo más de esta historia, lamento mucho haber tardado tanto sin embargo el trabajo me ha tenido bastante ocupado, además de un gran y enorme bloqueo creativo, antes de que digan algo...

Sí, quizá cambie un poco o bastante la personalidad de ambos personajes (Po y tigresa), aunque de verdad traté de mantenerlos lo más apegados a su actitud y personalidad canónica que hemos visto tanto en la serie como en las películas, sin embargo traten de imaginar una situación como está, ustedes me entienden... ¿No?.

También quiero aclarar un punto, sigan leyendo jaja, que esto se está poniendo muy bueno, pronto todos los puntos se irán uniendo, con un poco de comprensión lectora lo entenderán jaja todo es parte de la historia principal y ningun capítulo es de relleno, eso se los aseguro, además...

Este tipo de relatos "dramáticos" necesitan algo de sazón ¿No creen?.

Espero haya sido de su agrado este capítulo, no olviden comentar y votar, actualicé primero este fanfic antes que mi fanfic principal de Kung fu panda jaja, por cierto pueden encontrar mis demás obras en AO3 , pueden buscarme como JairoArrieta, o pueden buscar por el nombre de esta obra, también en AO3, cuidense mucho y nos leemos luego.

Chapter 11: Una lágrima y un adiós

Chapter Text

No supo que decir o que hacer, aquella declaración le había tomado por sorpresa, trataba de asimilar lo que el oso le había dicho, quizá ella lo había malinterpretado, sí eso debía ser, él había dicho que estaba  pensando en casarse, pero podría ser con ella ¿no?, después de todo eran pareja, ella era el amor de su vida, muchas ocasiones el panda se lo había dejado claro, pero...

¿Por qué ahora todo se sentía tan distante?, realmente no lo sabía o quizá sí pero una parte de ella prefería mantenerse felíz en el jubilo de su propia ignorancia, buscaba un escape de aquella realidad, ni siquiera ella sabía cómo habían llegado a este punto, si la noche anterior había estado colmada de magia y amor.

— ¿No dirás nada? —, le preguntó él.

Sin embargo ella no respondió, lo único que se respiraba en el aire era desolación y decepción, trataba de evadir las palabras del panda sin embargo, se repetían una y otra vez en su mente, quizá todo era un simple sueño, una horrible pesadilla de la cuál no quería ser parte.

— Con casarte... ¿Lo dijiste pensando en mí? —, le preguntó nerviosa sin dirigirle la mirada.

La respiración del panda se detuvo abruptamente, un enorme nudo se formó en su garganta, tragó saliva en un intento de aterrizar sus pensamientos, quiso mentir, sin embargo sabía que su compañera de inmediato descubriría aquella sucia treta y sería peor.

— ¿Y bien? —, volvió a insistir ella.

Las manos comenzaron a causarle cierto hormigueo, su garganta se transformó en un desierto, reuniendo toda la voluntad que pudo exclamó.

— Sí... —, aquella respuesta tranquilizó el corazón de la felina por algunos segundos.

— Pero... —, sus pequeñas orejas se levantaron de inmediato con esa pequeña palabra.

— He estado pensando en el futuro —, finalmente le confesó.

Tigresa no dijo nada, sólo le dirigió una débil mirada, no sabía a qué se refería exactamente el oso con respecto a aquella declaración.

— Yo también he pensado en el futuro, se que no a sido fácil la situación en la que te encuentras, pero... Sabes que estamos juntos en esto ¿No? —, le respondió ella.

Po no pudo evitar sonreir débilmente, su corazón se sintió afligido, sin embargo sabía que abría que tomar pronto una decisión, por más dolorosa que fuera.

— Recuerdas cuándo te dije que ¿éramos diferentes? —, le preguntó él.

La felina sólo asintió en silencio.

— De verdad me divirtió lo que me dijiste en ese momento —, exclamó soltando una risita.

Tigresa sólo correspondió a esa declaración con una pequeña sonrisa algo preocupada.

— Pero... —, le invitó a continuar.

— ¿Has pensado alguna vez en lo que pasaría cuándo los demás sepan de lo nuestro?, Recuerdo que me pediste que lo mantuviera en secreto, se que trabajaste muy duro por tu título, no quiero ser la causa de que pierdas lo que has conseguido a base de esfuerzo y dedicación —, comenzó a confesarle.

— Po... —, tigresa quiso retomar la palabra pero el panda con un ademán le indicó que lo dejara terminar.

— Nunca me molestó tu petición, de verdad, después de todo, somos tu y yo, desde el día en que ambos expresamos nuestros sentimientos, he sido muy feliz, pero... lo que está sucediendo, no es culpa de papá, todos esperan algo de mí, tengo miedo de que la decisión que tome, sea la equivocada, es por eso que hace unos días acepté la propuesta de mi padre. —, no pudo ni siquiera dirigirle la mirada al expresar esas palabras.

Aquellas palabras fueron como mil dagas en su corazón, su respiración se esfumó de su ser, un enorme sentido de impotencia y dolor comenzó a invadir su pensamiento y corazón.

— Vete —, le respondió ella en un susurro.

— Tigresa, por favor si pudieras escucharme —, insistió él.

— Vete, por favor —, le repitió ella.

— Por favor, déjame explicarte —, trató de insistir nuevamente.

— ¡No hay nada que explicar!, ¡¿Qué no me has escuchado?!, ¡Te dije que te fueras!, ¡Lárgate! —, finalmente había llegado a su límite.

El panda quiso retomar la palabra sin embargo decidió guardar silencio, suspirando cansina y sonoramente decidió girar sobre sus pies y salir de la habitación de la felina.

Finalmente las lágrimas arribaron a sus párpados, todo un manantial se formó en su par de ojos, fue entonces que dió rienda suelta a su pesar, dejó de importarle el que le escucharán, dejo de importarle el hecho de que ni siquiera había tomado alimento alguno, necesitaba desahogarse y sacar todo el pesar de su alma y corazón.

El panda por su parte se dirigió directamente a su alcoba, tomó rápidamente algunas de sus pertenencias, su respiración le fallaba y sus movimientos eran torpes, ocasionando que en repetidas ocasiones diversos objetos se le fueran de las manos, por alguna razón su cuerpo temblaba, prueba del aumento de su ansiedad, después de algunos momentos ya tenía preparada una enorme mochila, se detuvo algunos segundos sólo para contemplarla.

“¿De verdad haré esto?”

Aquella pregunta llegó a su pensamiento, era cierto que hace algunos momentos esas fueron las palabras que le dirigió a su compañera, odiaba está situación y todo lo que había generado, odiaba haber hecho llorar a su compañera sin embargo había tomado su decisión, mentiría si le dijera a alguien que no le dolía dicha decisión, por algunos instantes arribó a él la idea de ir a consolarla sin embargo sabía que tendría mucha suerte si ella no lo asesinara antes.

Sin darle más rodeos, tomó su enorme mochila cargándola sobre su espalda, al abrir una vez más la puerta de su alcoba no pudo evitar escuchar el llanto de la felina, aquel sonido le estrujó y rompió el corazón, era curioso, en todos los años que llevaba conociendola jamás le escuchó llorar, ni siquiera en las situaciones o misiones más críticas, ella siempre era la dura del equipo, la mente maestra y la principal estratega, quizqá los títulos los ponían en lugares diferentes pero al final de todo ella era la líder de todo el grupo.

Caminó a paso decidido hasta el final del pasillo, sin embargo escuchar aquellos gimoteos de tristeza le detuvieron, fue en ese momento que finalmente la verdadera intención de sus sentimientos llegaron a él, ¿cómo lo había olvidado siquiera?, no... más bien ¿cómo siquiera había pensado en irse de su lado?, tenían diferencias más allá de lo físico o biológico pero a final de cuentas se amaban ¿no?.

Con ese pensamiento en mente retomo sus pasos con gran velocidad, poco le importó el gran equipaje que llevaba sobre su espalda, el cuál desechó de inmediato, no había recorrido gran distancia entre las barracas y las escaleras que llevaban al pueblo, sin embargo el sintió que fueron kilómetros.

¿Acaso siento miedo?

no pudo evitar preguntarse asi mismo.

Poco importaba la respuesta, lo único que quería era reparar su error y parar el sufrimiento de su amada, lo había decidido en cuestión de segundos, se plantaría frente a las "órdenes" de su padre con la bandera de su propia decisión.

¿Cómo pude ser tan estúpido?

Aquel reclamo fue bastante personal, no tanto porque una vez más se autoformuló en su subconsciente.

Ella jamás tuvo miedo de estar conmigo, estuvo conmigo de maneras que jamás imaginé.

Cientos de reclamos y frases autoformuladas llegaban a él, en un bombardeo emocional que no daría tregua por un buen tiempo.

No se percató en que momento se encontraba frente a la alcoba de ella.

Tampoco en el momento que aquella puerta fue deslizada.

No había rastro alguno de aquellas lágrimas, al menos no pudo verlas, lo único que apareció frente a él fue un destello flamante y carmesí el cuál impactó de lleno sobre su blanco y pálido rostro dejando un enorme ardor y dolor en él.

Había recibido golpes por parte ella, quizá demasiados, incluso hubo algún momento en su vida donde creyó haberse acostumbrado, despues de todo en la mayoría de combates amistosos que se solían celebrar en los entrenamientos su rival siempre fue ella.

Sin embargo aquel golpe le demostró lo abismal diferencia que había entre ambos, quizá el había avanzado mucho, demasiado en los últimos años en mejorar su técnica y defensa, sin embargo en fuerza bruta e impacto...

Tigresa era la número uno.

Su visión era borrosa, sabía que estaba sangrando, podía sentir salir el líquido vital de su nariz, tardó algunos momentos en recuperar la visión y su cordura, sólo para escuchar los enormes gritos que la felina le propinaba.

— ¡Te dije que te largaras!, ¡Vete!, ¡No quiero saber más de ti!, ¡No te atrevas a buscarme!, ¡Lárgate! —, gritaba una y otra vez con lágrimas en los ojos.

Po aún un poco desorientado quiso levantar un poco su brazo, sin embargo sólo quedó en un intento.

Al cabo de unos minutos el resto de los cinco furiosos llegó a donde se encontraba el panda, alarmados sobre un posible ataque enemigo fueron a buscar al maestro shifu y tigresa, quién les contó toda la verdad...

"A medias"

Por supuesto que no les contó el motivo de la discusión y porque había escalado a tal grado, "sólo estábamos entrenando y se me pasó un poco la mano" , esa fue su explicación para el estado del panda, li shan horrorizado por tal acto, tomó a su hijo en brazos, junto al señor ping y le llevaron al hogar de este, tigresa por su parte recibió un enorme sermón, el cuál poco le importó,  el resto de los cinco furiosos quedaron impactados, jamás habían visto un comportamiento de esa magnitud por parte de su amiga, nadie preguntó nada.

Al día siguiente, todos estuvieron presentes en el hogar del ganso, uno a uno se fueron despidiendo de su gran amigo deseándole éxito y buenos deseos, todos menos una felina, quién a pesar de haberle permitido estar por parte de shifu, ella decidió declinar.

"Sería algo muy hipócrita de mi parte"

Esa fue su respuesta cuándo le cuestionaron el porqué no bajaría a despedirse de su amigo.

Po siempre fue alguien sentimental, no pudo evitar derramar algunas lágrimas al despedirse, sin embargo muy en el fondo, muchas de esas lágrimas eran por el cruel sufrimiento que le causó al amor de su vida.

....

Algo corto lo sé, sin embargo me urgía publicar este capítulo para avanzar con lo que queda de este fic, oficialmente estamos en la recta final, lamento mucho la tardanza sin embargo no he estado muy bien emocionalmente y el trabajo me a tenido bastante ocupado, creo que a veces trabajo demasiado.

Cuídense y nos leemos pronto.

Chapter 12: Noticias al Fin

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El tiempo siguió su curso, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y finalmente los meses en años, habían pasado ya un par de años desde que había partido del valle, el camino fué tranquilo y sin complicaciones, como era de esperarse su padre ping le acompañó e incluso estuvo unos meses con él en la aldea, sin embargo el viejo ganso decidió volver al restaurante halegando que de cualquier manera podría algún día venir volando a visitarlo, sin embargo antes de partir el señor ping le dió una única petición, la cuál fué que se mantuvieran en contacto por medio de cartas.

Las despedidas nunca habían sido su fuerte, un par de lágrimas por parte de ambos fueron derramadas aquella mañana, habían pasado muchas cosas desde que había llegado, aún recordaba aquella fatídica boda que no se celebró, usaron muchas manos y apoyo para detener al furioso padre de la novia, sin embargo al saber que también era decisión de su hija el no comprometerse con alguien que no amaba todo se tornó más tranquilo.

"Tú mantente tranquilo que de esto se encarga tu viejo"

Fueron las palabras que le dijo su padre aquel día, no podía evitar reír un poco al recordar los intentos de su padre por tratar de mantener las cosas en paz y armonía para ambas aldeas y de que manera lo logró.

"Vamos, no se puede desperdiciar tan magnífico banquete y licor ¿no?, no hubo boda pero de cualquier manera habrá fiesta"

Esas fueron las palabras que definitivamente salvaron el día, todos bebieron, conversaron y celebraron la unión de ambas aldeas, que aunque no las uniera un matrimonio si lo haría la camaradería de especie y sobre todo los tratados comerciales que tenían la una con la otra, la aldea fue creciendo cada vez más con el pasar de los años, pronto ambas aldeas no sólo comercializaban entre ellas, también comenzaron a salir al mundo exterior por consejo de Po, pronto se vivió un progreso y estabilidad nunca antes visto gracias a los consejos y sugerencias del panda.

La vida en la aldea de los pandas era relativamente tranquila y serena, apesar de ser alguien bastante perezoso y partidario del descanso prolongado, llegó a tener más tiempo libre del que quisiera, lo que ocasionó que buscara algún tipo de pasatiempo, fué entonces que recordó la mala situación que había dejado en el valle de la paz, su antiguo hogar.

Cada día tomaba papel y tinta, en el cuál a base de cartas y pergaminos plasmaba pensamientos y anécdotas del día a día, realizando una especie de "diario", de pronto una idea llegó a su pensar, ¿por qué no escribir mas cartas además de las enviadas a su padre?, por fín había encontrado el pasatiempo que estaba buscando, fué entonces que se puso manos a la obra.

La mayoría de cartas que escribía eran destinadas a sus amigos y su padre, muchas veces pasó por su mente el escribir para su compañera y viejo amor, sin embargo creía que sería una perdida de tiempo ya que ella había dejado muy claro en la última vez que se vieron que no quería volver a saber nada acerca de él.

"No tengo nada que perder..."

Con esa idea en mente y mucha fé comenzó a escribirle también a ella, las cartas eran enviadas cada dos semanas por el servicio postal, lo cuál era un tanto "efectivo" en algunos casos, ya que a veces se realizaba el envío vía aérea o vía terrestre, lo cuál hacía que hubiera una variacion en el tiempo de entrega de dicho papeleo, por esa misma razón escribía un gran número de cartas para ser entregadas en una sola acción, también cabía mencionar qué el contenido de dichas cartas era en su mayoría bastante extenso.

Cómo era de esperarse recibió respuesta al poco tiempo, la mayoría de cartas eran por parte de sus amigos, maestro y padre, en las cuáles todos preguntaban el cómo le estaba yendo y si estaba comiendo bien, nadie tocó el tema o nombraron siquiera a la felina, Po había pensado en eso, dentro del mismo sobre que era dirigido hacia la maestra víbora, también iba una carta dirigida hacia la maestra tigresa.

Cómo era de esperarse nunca recibió respuesta por parte de ella, llevaba ya cuatro años en aquella aldea y en ese lapso de tiempo no había recibido respuesta alguna, fue entonces que la resignación llegó a él, con el paso del tiempo también cesaron las cartas, no tenía sentido el seguir escribiendo si ella no respondía.

Comenzó a laborar en la aldea, cómo encargado de revisar los almacenes de alimentos para el invierno, así como dar clases de kung fu a chicos y adultos, todos los pandas de la región habían escuchado acerca de sus hazañas, las peticiones por parte de los cachorros y algunos adultos no se hicieron esperar, todos querían imitarle en el arte de dar golpes a diestra y siniestra así como hacer saltos cuádruples.

Las clases eran muy divertidas, él procuraba que así fueran, los primeros días eran bastantes torpes, sin embargo con el paso de los meses había bastante mejoría por parte de sus alumnos, mucha más de la que él había mostrado con el maestro shifu durante su entrenamiento.

Incluso ya tenía sus propios estudiantes-maestros, los cuáles ya eran un poco más avanzados en el arte del kung fu, quizá no tenían un nivel para considerarse maestros todavía sin embargo le apoyaban a enseñar a los demás grupos lo básico y hasta intermedio, si, el panda había avanzado mucho en tan poco tiempo, algo digno de reconocer e inclusive admirar.

Se encontraba en su propia choza, cuándo de pronto alguien llamó a su puerta.

- Adelante -, respondió él sin siquiera voltear a ver quién llamaba a su puerta.

La puerta fue abierta después de la autorización, era su padre li shan que había llegado de visita ya que q pesar de estar en la misma aldea, les separaba una gran distancia entre las chozas y sin contar que cada uno tenía agendas bastantes ocupadas.

- Perdone la interrupción "señor ocupado" -, le saludó alegremente él.

- Buenos días papá, sabes que nunca interrumpes -, le correspondió él, estrechando a su padre en un furtivo abrazo.

- ¿Bastante ocupado? -, le preguntó él.

- Sólo un poco, el invierno ya viene y debo verificar una y otra vez la cantidad de alimentos que hay en el almacén, debemos saber racionar la comida para todos aquí -, exclamó con cansancio.

- Recuerdo cuándo me dijiste que no eras muy bueno para las matemáticas, y mírate ahora, has hecho un gran trabajo -, le felicitó con alegría.

- No me lo recuerdes, acepté este cargo por presión de los demás pero... creo que ya me he acostumbrado, ¿no te parece? -, exclamó con orgullo.

- Sí, creo que sí -, le respondió li shan.

- ¿Y bien?, ¿hay alguna novedad?, es raro que vengas si no tienes alguna noticia -, le dijo Po un poco desconcertado.

- O sí, quiero que vengas conmigo, ven, vamos -, le tomó de sus brazos jalandole con él.

Po solo se dejó llevar por la mano y dirección de su padre, caminaron por algunos minutos alrededor de la aldea y sus diversas áreas siempre correspondiendo a los saludos por parte de los demás pandas, quiénes observaban gustosos la cómica escena de padre e hijo.

- ¿Por fín me dirás a donde me llevas con tanta prisa? -, le preguntó él mientras seguía siendo guiado.

- Pronto lo verás, anda vamos, menos charla y más caminata -, le respondió con un tono melódico.

- Eso no rima -, se mofó Po divertido.

- Lo sé, debo trabajar en eso -, correspondió su padre con la misma diversión.

Ambos continuaron caminando a paso veloz sólo para llegar a la casa de su padre, sin embargo sólo entraron para salir por la parte de atrás de dicha vivienda, más precisamente a lo que parecía ser el jardín, donde ya les esperaba una pequeña mesa y un par de sillas, en dicha mesa una tetera y bastantes panecillos dulces.

- ¿Me trajiste hasta aquí sólo para desayunar? -, le preguntó con cierta decepción.

- ¡Sí!, o espera, ¿esperabas algo más? -, le preguntó él con confusión.

- Olvídalo, además huele delicioso -, exclamó el panda tomando asiento en uno de los banquillos.

Li shan le siguió enseguida tomando asiento frente a su hijo, comían y bebían el caliente y delicioso té junto con los panecillos, ambos charlando y observando el tranquilo paisaje que se mostraba ante ellos tranmitiendo una sensación de tranquilidad y paz.

Un silencio bastante agradable se formó entre los dos, lo único que rompía aquel silencio era el sonido del flujo del agua en el pequeño arroyo que se encontraba a unos metros de aquel bonito jardín, si bien Po ya tenía un poco de paciencia y práctica al meditar, aquella meditación jamás le había dado una sensación tan inmersa de paz cómo la que estaba sintiendo en esos momentos con sólo contemplar el movimiento del agua, su respiración se volvió más profunda y más lenta sin percatarse.

- Es... una vista hermosa, ¿no lo crees papá? -, le preguntó él sin quitar la vista del paisaje.

- Ya lo creo, cómo me hubiera encantado que tu madre estuviera aquí -, le respondió él con cierta melancolía.

- ¿Una familia he? -, añadió Po al aire captando la atención de su padre.

Li no pudo evitar suspirar y apretar con ciertos nervios sus manos.

- ¿Te gusta vivir aquí? -, le preguntó de pronto su padre.

- ¿He?, sí, creo que sí -, le respondió él sin entender del todo.

- ¿Sabes que te quiero, no es así, hijo? -, le preguntó nuevamente él.

Po le observó un tanto confundido, la actitud que había optado su padre le comenzaba a preocupar un poco.

- Sí, me lo dices siempre -, le respondió él con simpleza.

Li shan sólo sonrió en respuesta al comentario de su hijo, de pronto su mirada se tornó un tanto "sombría" sin embargo de inmediato corrigió su semblante tratando de disimular con una sonrisa.

Por supuesto dicho cambio pequeño y fugaz no pasó desapercibido para el panda quién sólo frunció el ceño un tanto confundido.

- ¿Papá... estás bien? -, le preguntó un poco nervioso.

- Sí, sí, ¿porqué no lo estaría? -, le respondió nervioso.

Po quiso indagar un poco más pero su padre se le adelantó.

- ¿Alguna vez te has enamorado? -, le cuestionó rápidamente.

Sus párpados y ojos se expandieron notablemente, mientras su pelaje blanco como la nieve se tornaba de un rojo intenso, los papeles se habían invertido.

- Pe, pe, pe, pero, ¡¿Por qué me preguntas eso?! -, exclamó más rojo que un tomate.

- Bueno, es algo normal, ¿no?, digo hace unos años estabas por casarte, aunque debo decir que me sorprendió bastante tu respuesta aquel día y ciertamente nunca pregunté el porqué, para ser exactos, nunca pregunté si estabas interesado siquiera en aquella chica -, había mucha verdad en sus palabras.

Po rojo cual tomate de inmediato captó e identificó hacia que dirección iba dicha conversación, sin embargo no tenía el valor para decirle la causa del porqué no aceptó dicho compromiso.

- Era una buena chica, debo reconocerlo, solo... no era mi tipo ¿bien? -, mencionó encogiendo los brazos.

- ¿A si....?, no tenía idea, quizá debí preguntarte antes ¿no? -, exclamó su padre.

- Sí, pero no te preocupes, todo salió bien y tuviste el resultado que querías, todos salimos ganando -, añadió él tratando de restarle importancia.

- ¿Y cuál es exactamente tu tipo? -, le preguntó.

Aquella pregunta detuvo en seco sus pensamientos, al parecer su padre quería ir a por todo.

- Yo..., realmente no lo sé, no tengo un "tipo" de chica cómo tal -, le respondió con simpleza.

"Será mejor que salga rápido de aquí, debo idear una excusa"

Con ese pensamiento en mente m, trataba de idear algo para salir de la situación tan vergonzosa que estaba pasando.

- Pero mira la hora que es, será mejor que vuelva pronto, hoy tengo clase y los chicos son algo impacientes, jeje -, comenzó a balbucear una y otra vez dispuesto a salir.

- Vamos, se que puede ser un poco vergonzoso el hablar de esto con tu padre pero estamos en confianza, soy tu padre, ¿acaso no confías en mí?-, preguntó con tristeza un poco fingida.

- ¿Por qué quieres saber esto así tan de repente?, nunca he sido popular con las mujeres, después de todo no había ninguna panda en el valle de la paz, cómo podría pensar siquiera en algo cómo el amor? -, le respondió él esperando que con eso finalizara aquel interrogatorio.

- Gracias por el desayuno, estuvo delicioso, me gustó pasar tiempo contigo, pero debo irme papá, te veo luego -, se despidió de él con una sonrisa y un abrazo dispuesto a salir.

Li shan correspondió él abrazo, sin embargo no le permitiría a su hijo irse tan fácil.

- Llegó una carta -, le dijo.

Aquel comentario detuvo en andar del panda.

- ¿ A sí?, ¿ya es día de correspondencia? -, trató de fingir desinterés.

- Al parecer es de la maestra tigresa -, le respondió su padre.

Aquella frase y aquél nombre le congelaron por completo.

- Pensé que querías leerla, la envío para tí -, añadió su padre con sobre en mano.

De pronto sus piernas flaquearon como si fueran de goma, las lágrimas arribaron a sus párpados amenzando con salir, tuvo que sostenerse del marco de la puerta para no caer, finalmente, después de tanto tiempo, tiempo en el cuál había perdido esperanza y había dado paso libre a ma resignación, finalmente había recibido una respuesta a tantas cartas que había enviado con tanta regularidad por tantos años.

- ¿Cuándo llegó? -, le preguntó sin mirarle siquiera.

- Ayer, mientras estabas entrenando a los chicos -, le respondió su padre con una mirada preocupada.

- Ya veo -, se limitó a decir él con simpleza.

Simpleza que no era disimulada, o al menos no cómo el quería un enorme nudo en la garganta se había formado en él, no sabía que decir, que reacción tener, y sobre todo no esperaba que la tuviera su padre, quizá ya la había leído y por eso le había realizado todo ese interrogatorio.

- Es ella ¿cierto? -, le preguntó su padre al notar el silencio que se había formado.

- Sí -, Po asintió con la cabeza aún sin mirarle y susurrando aquella palabra con gran dificultad.

- Me alegra que me lo hayas contado por fín -, le respondió él.

- ¿La leíste? -, le preguntó Po mientras las primeras lágrimas comenzaban a caer.

- ¡No!, por supuesto que no -, negó él rotunda y enérgicamente.

- Tu la amas, ¿cierto? -, le preguntó.

- Nunca dejé de hacerlo -, le respondió él fingiendo tranquilidad, aunque el llanto le estuviera traicionando.

- Entonces será mejor que la leas -, le invitó su padre, dándole un furtivo abrazo y entregándole aquel sobre.

Po lo tomó con gran delicadeza y cuidado cómo si de un fino y delgado cristal se tratase, nuevamente agradeció a su padre la comida y salió en dirección a su hogar.

Caminaba a paso lento, tomando el camino alejado de las calles principales, aunque este conllevará a ser más largo, no quería que nadie le viera en ese estado, sabía que tendría que dar explicaciones a su padre sin embargo en ese momento dolo quería llegar a casa y leer aquel escrito, no importaba que fuera un rechazo total, o alguna amenaza de muerte.

Sólo quería leerlo, tomó el sobre entre sus temblorosas manos y lo pegó a su pecho cómo si fuera una parte vital de su cuerpo, una vez dentro de su casa se dirigió a lo que parecía ser su escritorio, despejando el área por completo de cualquier otro papel o pergamino que hubiera en el, simplemente colocó el sobre sobre la mesa.

Contemplaba aquel sobre con detenimiento, todo estaba escrito con la letra de tigresa, no había duda, era su letra, tan fina y precisa, no había rastros de exceso de tinta sobre el papel, un control y manejo simplemente perfecto, no había duda, era ella, en el exterior del papel decía la siguiente leyenda.

Entregar exclusivamente a Po Ping

Estuvo por al menos dos horas así, debatiéndose a si mismo si abrir el sobre o esperar hasta mañana, con aquel acontecimiento no se había percatado que el día acababa de iniciar labores, así que esperar hasta el día siguiente no era una opción, al menos no una tan viable, tomando una gran bocanada de aire tomó el sobre entre sus patas, y con una delicadeza que pocas veces se veía en él, abrió el sobre, sacando así una sola hoja de papel.

- Bien, aquí vamos -, susurró para si mismo, extendiendo aquella hoja de papel.

........

Uf, finalmente termino un capítulo más de esta historia, espero sea de su agrado, no saben lo mucho que me gustó escribir este capítulo, no estoy pasando por buenos momentos pero trato de hacer lo mejor que puedo, espero sea fácil de comprender lo que trati de transmitir con estas palabras.

Nos leemos en el siguiente capítulo, cuídense mucho y no olviden dejar algún comentario o voto, realmente en estos momentos si me hace falta un poco de motivación :/

Chapter 13: Sentimientos encontrados

Chapter Text

Las cartas llegaban con regularidad, era casi una rutina aunque ella siempre procuraba no estar presente al arribo de estas, los primeros días mostró indiferencia a tal suceso, indiferencia verdaderamente genuina, no había mentido cuándo expresó su desprecio hacia el oso y el cómo no quería volver a verlo.

No se sorprendió en lo más mínimo al recibir las primeras cartas dirigidas hacia ella, de cierta manera ya esperaba una acción de ese tipo por parte de él, quizá era exceso de confianza o simplemente soberbia.

"No las tires, podrías intentar ver que escribió, quizás es algo importante"

Recordaba aquella sugerencia que le dió su amiga reptil al percatarse que dentro del sobre donde se encontraban las cartas dirigidas hacía ella también contenían cartas dirigidas hacía su persona.

Aquella sugerencia de inmediato fue dejada de lado por parte de ella, despues de lo sucedido, ya no era un secreto que tigresa y Po habían tenido un grave desacuerdo acompañado de una violenta discusión, cosa que alarmó al maestro shifu, después de todo no había razones "justificables" para que su alumna más disciplinada y recta reaccionara de una manera tan impropia contra un compañero e incluso amigo cómo lo era el panda.

— Ven conmigo —, fueron las únicas palabras que le dijo shifu aquel día.

Cómo era de esperarse recibió una enorme reprimenda por parte de su maestro al saber sobre las reprobables acciones que había hecho, ella quien era considerada la más disciplinada y sensata de los seis integrantes del grupo.

Sin embargo la cuestión y pregunta más importante para el maestro era...

¿Por qué?

¿Cuál habría sido la magnitud de la ofensa que pudo haber hecho el panda hacia su alumna e hija cómo para que ella reaccionara de una manera tan feroz?

De inmediato comenzó a cuestionarle...

Por supuesto que la felina evadió aquel interrogatorio con gran eficacia y con una muy convincente actuación, justificando una y otra vez que su enfado y su responder en aquel día fué en respuesta a una broma de mal gusto por parte del panda, además de que lo había encontrado revisando prendas bastantes "íntimas" con una actitud claramente sospechosa.

Por supuesto que shifu no creyó las palabras de su hija adoptiva, al menos no del todo, despues de todo sabía que el panda estaba interesado en ella, él mismo lo había notado en numerosas ocasiones, sin embargo tampoco creía que el panda fuera capaz de realizar algún tipo de acción como esa y micho menos hacia ella.

Pero aun con todas esas sospechas y especulaciones no podía asegurar nada a menos que ella misma se lo confesara, cosa que por el momento veía sumamente imposible, con ese pensamiento en mente le dejó ir, ya lo intentaría días después con mayor calma, después de todo podía notar que aún el mal humor e impaciencia aún estaban presentes en ella.

Y así fué, los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, la actitud de su hija había cambiado notoriamente, comenzaba a volver a ser la misma de antes, sólo que un poco más "brillante", se preocupaba por el bienestar de sus compañeros y comenzaba a ser más abierta con ellos, incluso bromeaba, algo que jamás había hecho, todos notaron aquellos cambios casi de inmediato, sin embargo nadie dijo nada, después de todo, habían visto lo que le pasó a cierto panda por tomarse demasiada confianza con ella, los demás querían salvaguardar su integridad antes de querer llevarse una peculiar anécdota.

Aquella mañana todo le causó desconfianza, desde el peculiar "descanso", que les brindó el maestro shifu hasta su inusual cortesía, por parte de este, todos hicieron toma de aquel día libre, ya que no era algo que sucedía muy seguido en las actividades del palacio.

Tigresa por su parte optó por seguir entrenando, aunque fuera a un ritmo más tranquilo, de verdad gozaba aquellos momentos de entrenamiento en solitario, la calma y paz que se respiraban en el salón de entrenamiento eran reconfortantes para ella, de pronto el sonido del portón siendo abierto interrumpió su sesión, dirigió su mirada hacia aquella dirección sólo para encontrarse con el maestro shifu.

— Ven conmigo —, le ordenó después de algunos segundos.

La felina un tanto desconfiada le observó y asintió en silencio, limpiando un poco sus zarpas con un poco de agua y tela le siguió en silencio.

Caminaron por algunos momentos a paso tranquilo, ambos en completo silencio, hasta llegar al salón de los héroes, al abrir las puertas de par en par, pudo apreciar lo que parecía ser una pequeña mesa con un juego completo de té al igual que un par de tazas, una en cada extremo de la pequeña mesita.

Shifu le dirigió una mirada llena de comprensión acompañada de una sonrisa, aquello solo desconcertó más a la felina quién estuvo por preguntar que era todo eso sin embargo shifu se adelantó.

— ¿Quieres acompañarme? —, le invitó con una sincera sonrisa.

Tigresa aunque un poco dudosa por la actitud tan "peculiar" de su maestro aceptó.

Ambos tomaron asiento en posición de loto, uno en cada extremo de aquella mesita, las tazas humeantes con lo que parecía ser té y algunas galletas les acompañaban.

— ¿Qué es todo esto? —, preguntó ella.

— ¿Sabes?, hace algunos momentos llegó la nueva entrega de cartas por parte de Po —, le respondió él ignorando la pregunta de su alumna.

— ¿Hoy es día de correspondencia?, la verdad no lo recordaba —, exclamó con desinterés.

Shifu soltó una pequeña risa, en respuesta al comentario de ella.

— ¿Dije algo gracioso? —, preguntó con cierto recelo.

— Es curioso, recuerdo que siempre estabas al tanto de las actividades del panda —, respondió shifu tomando un poco de aquel té.

Aquél comentario hizo que la pequeña taza fuera destruida en un solo apretón de ciertas zarpas naranjas, shifu no pudo evitar soltar una risilla por la reacción de su estudiante e hija.

— Me disculpo maestro, iré de inmediato por otra taza, esta estaba... "defectuosa" —, se excusó.

"¿Defectuosa he?", pensó en sus adentros tratando de contener una carcajada.

— Sí claro, adelante —, le invitó él.

— Tigresa —, le llamó apenas ella estuvo por salir de aquel gran salón.

La felina se detuvo con mano en puerta y dirigió su mirada de reojo hacia el panda rojo que aún mantenía aquella taza entre sus manos, sin embargo siempre con una pequeña y confiada sonrisa, cómo si esperara algo, impaciente y ansioso.

— Jamás pensé que tuvieras gustos tan... "peculiares" —, exclamó él ensanchando su sonrisa.

Aquel comentario sólo le generó confusión por algunos segundos, hasta que la claridad llegó a ella, fué entonces que todo su ser se heló en su lugar, sus ojos expandidos en gran medida y su pelo erizado fueron las respuestas que le mostraron a shifu que había dado en el objetivo.

— Ma... maestro, ¿acaso usted? —, su voz era nerviosa.

Shifu solo sonrió en respuesta, generando aún más ansiedad en ella.

— ¡¿Desde cuándo?!, ¡¿Quién se lo dijo?! —, preguntó con gran insistencia.

—¿Por qué no vas por otra taza para tu té y platicamos con mayor tranquilidad? —, le invitó él.

Tigresa cerró lentamente aquella puerta, con paso apresurado casi corriendo llegó a la cocina,sus piernas temblaban con riesgo de hacerle caer en cualquier instante, de pronto sus manos comenzaron a sudar en gran cantidad, mientras un ligero hormigueo comenzaba a surgir en todo su cuerpo y su rostro arder.

Con paso apresurado entró a la cocina y aproximó su rostro a un balde de agua, agua con la cuál su rostro fue empapado en un intento de canalizar sus emociones.

"Inhala y exhala", se repetía una y otra vez mentalmente mientras realizaba dichas acciones, así estuvo varios minutos hasta que se sintió lista y preparada para la enorme cantidad de preguntas que vendrían a continuación por parte de su padre y maestro, finalmente se prometió asi misma el responder con la verdad aunque si fuera honesta consigo misma preferiría no hacerlo.

—Vaya, estaba por ir a buscarte, tardaste mucho, ¿esta todo en orden? —, le preguntó apenas la vió llegar.

Tigresa tomó nuevamente su lugar en posición de loto, una vez más estaban frente a frente sabía que las preguntas vendrían de inmediato así que decidió acelerar un poco las cosas.

— Bien, dígame., ¿Qué es lo que quiere saber? —, le preguntó directamente.

El semblante de shifu no cambió, todo lo contrario, una sonrisa algo ladina se formó en sus pequeños labios, finalmente le tenía donde quería, realmente no le molestaba la actitud de su hija y alumna, incluso le parecía de cierto modo divertido, aunque esto fuera contras las reglas y lineamientos de la mayoría de templos de kung fu.

— ¿Desde cuándo? —, fué lo primero que preguntó.

— No lo sé, ¿hace algunos meses? —, le respondió sin titubear.

Trató de ocultar los mayores detalles acerca de su "relación secreta", al ser interrogada minuciosamente por parte de su maestro, sin embargo contra todo pronóstico shifu confesó que no se encontraba molesto por su relación con el panda, la causa de su molestia fue por la grave agresión hacia el oso y por haber ocultado aquel suceso.

El danzante vapor de las pequeñas tazas de té relajante, impregnaron y penetraron sus fosas nasales, causándole un pequeño hormigueo y sonrojo en sus mejillas.

Ninguno decía palabra alguna, solo se encontraban sentados uno frente al otro en posición de loto, una pequeña mesita se encontraba entre ambos, shifu mantenía sus ojos cerrados y su respiración tranquila, demasiado tranquila para el gusto de la felina, cómo si estuviera en un sueño profundo, sin embargo pequeños y rápidos movimientos de sus orejas indicaban que se encontraba aún consciente, incluso alerta.

Ninguno tocaba su taza, era curiosa la sensación, desde cachorra habían meditado juntos en numerosas ocasiones, era incluso una de sus actividades favoritas, sin embargo su estado actual era todo menos tranquilo.

Sus zarpas juguetaban entre ellas, sus orejas tenían un pequeño tic nervioso y su nariz se arrugaba constantemente, trató de cerrar sus párpados para tranquilizar un poco su ser, sin embargo en cuanto cerraba aquel par su ansiedad e incomodidad aumentaban.

Lentamente abrió sus ojos sólo para percatarse que el maestro shifu aun mantenía la misma postura, paseó su mirada por el gran salón en el cuál se encontraban los elegantes pilares de jade y mármol que lo sostenían, al igual que las numerosas pinturas y artefactos de guerra y batalla que habían pertenecido a antiguos maestros de kung fu, de los cuales sólo historias había escuchado, en su mayoría por parte del panda.

No pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al recordar los peculiares relatos por parte de el panda en sus numerosas citas disfrazadas de meditación, relatos llenos de emoción y euforia a la hora de ser contados por parte de aquel peculiar narrador, realmente amaba el kung fu, lo pudo ver en su modo de narrar aquellos sucesos y también en su mirada color jade.

Aquello le sorprendió bastante, el percatarse del basto conocimiento que el oso poseía de todas aquellas figuras que alguna vez fueron maestros de kung fu igual que ella lo era, era algo curioso, ella siempre tuvo acceso a los rollos de conocimiento e historia de aquellos personajes, sin embargo nunca hizo el intento o quizá nunca tuvo el interés en abrir siquiera aquellos rollos.

De pronto su mirada se sitió en aquel peculiar estanque, estanque que se encontraba debajo de aquel dragón de oro, el cuál alguna vez fué el recipiente y portador del legendario rollo que hace algunos años anheló ella con todo su ser.

— Es curioso ¿no? —, le preguntó shifu sacándola de sus pensamientos.

— ¿Qué cosa? —, preguntó ella de vuelta.

— Ambos empezamos muy mal con él, ¿recuerdas cuando llegó?, en verdad le hicimos la vida imposible —, exclamó shifu aún con los ojos cerrados.

— Los celos y la indignación me nublaron el juicio, de verdad le dije cosas horribles —, añadió ella con pena, aún sosteniendo la caliente taza entre sus zarpas.

— ¿Los celos y la indignación nuevamente nublaron tu juicio el día que se fue? —, le cuestionó él.

Aquella pregunta realmente le dió en que pensar, tenía muy claro que si tuvo celos aquel día al igual que indignación, pero había algo más grande y doloroso que simple indignación, se sentía traicionada, no por el hecho de que Po hubiera tenido un matrimonio arreglado, ella misma se había hecho la idea de que su relación no tendría mucho futuro, no tanto porque quizá hubiera falta de amor o compromiso por parte de alguno de los dos, ella sabía que el panda la amaba, así como ella le había dejado claro que le correspondía de la misma manera y con la misma intensidad, según ella eso había quedado muy claro el día que se entregó en cuerpo y alma en su lecho.

No lo hizo con intención de retenerlo o algo por el estilo, ella no era esa clase de mujer, por supuesto que no, ella era alguien digna de admirar, ella era su heroína, muchas veces se lo había dicho.

"Cuándo los conocí, fué un sueño hecho realidad, pero el estar contigo... es... especial, de mis figuras de acción de los cinco furiosos, tu siempre fuiste mi favorita"

Recordaba aquellas palabras con gran nostalgia, debía admitirlo, la traición que recibió por parte del panda fué más dolorosa que mil cañones de lord shen, agradecía internamente las numerosas cartas por parte del panda, de verdad quiso leerlas en algún momento sin embargo había algo más grande que su amor hacia él, su orgullo.

— ¿ Y bien?, ¿fué eso? —, le preguntó shifu sacándola de sus pensamientos.

— Yo..., No lo sé —, se limitó a responder.

— Debo admitir que esperaba una reacción de ese tipo por parte de él pero, ¿tuya?, eso fue lo que me hizo descubrir que en verdad sentías algo por él —, le dijo shifu con tranquilidad.

— ¿Acaso tan obvia fuí? —, preguntó ella con timidez.

— Bastante —, se mofó shifu.

— ¡Oiga! —, le reclamó ella con indignación aunque por dentro quería reír de igual manera.

Mantuvieron sus miradas fijas uno en el otro hasta que por fin las risas estallaron, llenando aquel enorme salón de alegría y ruido, lo que comenzaron como simples risas rápidamente se transformaron en carcajadas, carcajadas que no cesaron hasta que se quedaron sin aire.

— No me sorprendería que todos supieran ya lo que tuvimos —, exclamó tigresa entre risas.

— Créeme que después de esa "escena" tuya, todo mundo lo supo de inmediato —, añadió shifu aun con las risas saliendo de él.

Aquel comentario le hizo parar a tigresa, mientras un enorme rubor subía hasta su rostro, tan grande que ni su pelaje naranja pudo ocultarlo del todo.

— Demonios, ahora entiendo porque todos me evitaban —, se lamentó ella de manera avergonzada.

— Aunque también hubo otros indicios antes de todo eso —, le respondió shifu.

— ¿A sí?, ¿cómo cuáles? —, le preguntó ella ansiosa.

— Te veías más alegre, tu pelaje era más brillante, entrenabas un poco menos y cuidabas más tu apariencia, ¿continuo? —, le respondió él con una pícara sonrisa.

Aquello sólo aumentó mucho más su sonrojo, el cuál trató de ocultar peinando una y otra vez el pelaje de su rostro, aquella acción conmovió al panda rojo, ya que era una acción que hacia años no veía en su hija, más que cuando era una cachorra, acciones que realizaba cuando había hecho alguna travesura y trataba de aparentar inocencia.

Shifu le observó detenidamente, cómo si le estuviera analizando, de pronto imágenes algo borrosas pero llenas de color comenzaron a llegar su pensamiento, imágenes que le mostraban a una pequeña tigresa tratando de optar la postura correcta para el calentamiento previo a él entrenamiento.

Por alguna razón se vió así mismo a su lado, mostrando una y otra vez cuál era la postura correcta, dándole algún sermón e incluso meditando justo cómo lo estaban haciendo, sin embargo la escena que conmovió su corazón fue el recordad cuándo la conoció en aquel orfanato, asustada, tímida y hasta algo feroz, recordó cuando le enseñó cómo controlar su fuerza a través de pequeñas fichas de majong de pronto las lágrimas comenzaron a amenzar con emanar de sus párpados.

— Cambiaste —, le dijo shifu al borde del llanto.

— ¿Maestro?, ¿está usted bien? —, le preguntó alarmada al ver las lágrimas en él.

— Sí, por supuesto que estoy bien —, le respondió él limpiándose las lágrimas.

De pronto sin previo aviso le estrujó entre sus brazos en un inesperado abrazo, shifu no sabía cómo reaccionar, a pesar de ser familia jamás habían compartido algo similar, mucho menos por iniciativa de la felina.

— Sí, he cambiado, pero... ¿El cambio es bueno no? —, le susurró ella estrechando aún más sus cuerpos.

— Sí, claro que sí —, le respondió shifu aún con la voz temblorosa y las lágrimas brotando de su ser.

De pronto un sonido particular provino del estomago de la felina interrumpiendo el ambiente que se había formado, lentamente y con mucha pena se separó de su maestro y padre, era la primera vez que su estómago le hacía una jugarreta de ese tipo.

— Tanto sentimentalismo da un poco de hambre ¿no crees? —, exclamó shifu ya un poco más tranquilo.

— Lo lamento maestro, esto es algo nuevo para mí —, le dijo ella muy avergonzada.

— No importa, venga, vayamos a comer, yo invito —, le respondió shifu con una sonrisa.

Invitación que aceptó gustosa, caminaron por algunos momentos hasta llegar al final de la enorme cantidad de escaleras, de inmediato se dirigieron al restaurante de fideos del señor ping.

Aquel lugar le traía bastantes recuerdos a tigresa, quién un poco dudosa en entrar se mantuvo en la entrada del establecimiento, su relación con el señor ping no era aún muy amistosa después del incidente que tuvo con Po a pesar de haberse disculpado innumerables veces.

El lugar era el de siempre, bastante clientela y mucho ruido, de pronto alguien llamó su atención, era la pequeña lei lei, quien a pesar de que muchos pandas habían vuelto a su aldea, también muchos se habían quedado a hechar raíces en el valle, incluyendo a la anciana que cuidaba de la pequeña.

A palabras propias de la dulce anciana, el viaje era demasiado largo y duro no sólo para ella, si no también para la pequeña cachorra, ahora ambas vivían bajo el techo y cuidado del señor ping, la pequeña panda hina de mesa en mesa, apoyando en lo que se pudiera, aquella escena conmovió a la felina y le hizo preguntarse si de cierto modo así hubiera sido su vida si no hubiera sido adoptada y cuidada por el maestro shifu.

La pequeña panda en cuánto la vió llegar dejó lo que estaba haciendo y corrió hacia los brazos de la felina, gritando una y otra vez aquel adorable seudónimo que le dió la primera vez que le conoció.

"Bebé de rayas, bebé de rayas"

Todos los comensales dirigieron sus miradas hacia ellos, de inmediato hicieron reverencias respetuosas dedicadas tanto al maestro shifu como a ella, tigresa correspondió los saludos de manera cortés para después alzar a la pequeña en brazos con una actitud maternal.

La comida fue larga, después de algunos minutos el resto de los cinco furiosos se unieron a ellos para disfrutar de una bella y animada velada, cuando llegó la hora de la despedida shifu y ping discutieron por un buen rato con respecto al pago de los alimentos.

"Que sí, que no", halegaban una y otra vez hasta llegar a un acuerdo, shofu pagaría los alimentos pero con un gran descuento.

La hora de la despedida fué muy difícil ya que la pequeña panda no se quería despegar de la felina, fue entonces que tigresa la llevó consigo al palacio de jade, no sin antes pedir permiso a la abuela de la pequeña.

Una vez en el palacio platicaron y jugaron un par de horas hasta que llegó la hora de dormir, la pequeña cayó rendida ante los brazos de morfeo, sin embargo tigresa no podía pegar el ojo, al parecer tenía insomnio.

Se quedó observando a la pequeña dormir en su cama, se veía tan pacífica y tranquila que de cierta manera le recordaba a Po, aún recordaba los días y noches que ella durmió en sus brazos y él en los de ella, instintivamente dirigió su mirada hacia el puñado de cartas que yacían sobre su mesita.

La idea de leerlas cruzó fugazmente por su mente, sin embargo la descartó casi de inmediato, para estas alturas ella ya se había hecho la idea de que Po tuviera una familia y sobre todo una esposa.

"Ellos son de la misma especie, al menos ella sí le podrá dar una familia"

No pudo evitar pensar en eso, mientras dirigía su mirada nuevamente a la pequeña panda que se encontraba con ella.

— ¿Una familia he?, me pregunto como sería el de padre, quizá uno muy malo —, se mofó por su propia pregunta y respuesta.

No, ella lo sabía mejor que nadie, el panda podría ser muchas cosas, pero definitivamente sería un gran padre, aquel pensamiento le hizo sentirse desplazada, ya no tenía cavida en la vida de Po, él había tomado su decisión y era tiempo de que ella tomara la suya, no podía aferrarse al pasado toda su vida.

— Creo que esta es la despedida —, se dijo así misma contemplando el gran número de cartas.

Con aquella decisión en su mente, tomó tinta y papel, escribiría una carta, en la cuál pondría todos sus sentimientos y pensamientos, aquellas cosas que ella siempre vió como debilidades y hasta motivos de burla, ella jamás había sido buena con las palabras, lo de ella era la escritura, y si ese era su único medio en el cuál podría por fín desahogarse libremente, pues que así fuera.

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Vaya por fin termino este capítulo, lamento mucho la demora, en verdad, pero créanme que no es fácil escribir este tipo de cosas, además del trabajo, la procrastinizacion y la falta de ideas no ayudan mucho, es el capitulo más largo que he escrito hasta ahora de este fanfic, espero sea de su agrado, no olviden comentar y opinar, estoy abierto a críticas y todo jaja, feliz inicio de mes.

Chapter 14: Me haces falta

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Poco a poco la cantidad de papeles arrugados y destrozados comenzó a crecer, pasando de un pequeño montículo a ser una gran montaña que ya no encontró cabida en el pequeño cesto de su habitación.

Las horas nocturnas pasaron con fluidez, ya era más de media noche y ella aún estaba despierta, para su suerte la pequeña lei lei tenía el sueño pesado.

Tomaba su cabeza entre sus zarpas una y otra vez tratando de pensar en cómo redactar correctamente aquel escrito, no es que ella fuera ignorante en la materia de escritura y redacción, de hecho era uno de sus mayores atributos, ella era la que escribía los informes de las misiones y todo tipo de archivo necesario.

Sin embargo esa era la gran diferencia y el enorme desafío que ahora enfrentaba, jamás optó por escribir algo lleno de informalidad y de cierto modo, algo personal.

"Yo jamás e escrito algo así, nunca lo necesité, ni siquiera tengo un estúpido diario como el que tiene víbora"

Pensaba sin parar, comenzaba escribiendo algo cómo "querido Po o Panda", y de inmediato era rayado aquel escrito, la tinta se agotó al igual que el papel, trató de conciliar el sueño una vez más sin éxito, fué entonces que decidió salir a meditar, cuál fué su enorme sorpresa que también su amiga reptil se encontraba con las mismas intenciones.

Ambas se observaron la una a la otra, la mirada de víbora pasó de sorpresa a una tierna sonrisa en un instante.

- ¿Problemas de sueño? -, preguntó la reptil un tanto divertida.

- Algo así -, se limitó a responder con cierto fastidio.

Víbora solo le sonrió en respuesta.

- ¿Y tú? -, le preguntó tigresa un tanto curiosa.

Víbora solo desvío los ojos un tanto divertida y a la vez nerviosa, actitud que solo desconcertó aún más a la felina.

- Digamos que... Alguien no me dejó dormir con sus "quejas" y "penas", por no poder escribir una carta para cierto panda-, respondió la reptil tratando de contener una carcajada para no despertar a los demás.

La vergüenza y pena de inmediato arribaron al rostro de tigresa, su pelaje más carmín que de costumbre acompañado de una enorme expansión en sus párpados.

- Yo... Lo siento -, se disculpó en un murmullo.

La reptil sólo negó con una gran sonrisa, girando su cabeza de un lado a otro.

- Ven, acompáñame ¿Quieres? -, le invitó reptando hacía la cocina.

La felina le siguió en silencio, no sin antes darle un último vistazo a la pequeña lei lei, quien dormía plácidamente.

Una vez en la cocina tigresa puso un poco de té mientras víbora colocaba el frasco de galletas de cierto primate en el centro de la mesa.

Ambas tomaron asiento una frente a otra, víbora le miraba ansiosa y expectante, tigresa por su lado buscaba evitar el contacto visual con su amiga reptil.

- ¿Y bien?, ¿Me dirás o tendré que hacer un interrogatorio? -, le dijo la reptil con una enorme sonrisa y mejillas rosadas.

- ¿A qué te refieres? -, preguntó ella fingiendo ignorancia.

- ¡Vamos!, No te hagas -, le acusó divertida.

- Bien, pero no le digas a nadie, ¿De acuerdo? -, le respondió resignada.

- ¡Sí! -, chilló la reptil con actitud triunfal.

- ¡No grites!, No quiero que alguien se despierte -, le suplicó la felina.

La reptil de inmediato calló, sin embargo aún mantenía aquella sonrisa llena de complicidad.

Tigresa le observó por algunos segundos, a pesar de sus escamas verdes, podía notar un brillo particular en su mirada, juraría que sus escamas de color tan llamativo habían adoptado cierto tono rojizo, con algo de resignación se puso de pie y sirvió un par de tazas con té.

- ¿Y bien? -, volvió a preguntar la reptil con ansia.

La felina sólo suspiró con resignación y comenzó.

Contó todo con algunos detalles, omitiendo las escenas "cuestionables", al menos para ella, quizá no fue tanto por mantener su imagen intacta, quizá era porque conocía muy bien a su amiga reptil y sabía que de ese modo ella insistiría hasta saber el último detalle.

Víbora por su parte escuchaba atentamente, ni siquiera tocó su taza, toda su atención estaba puesta hacia las palabras de su amiga, en ciertos momentos el asombro llegaba a ella, sabía que tigresa y el panda mantenían algo escondido para todos sin embargo nunca creyó que fuera por tanto tiempo, se lo esperaba por parte de su amiga pero por parte del panda...

Era algo difícil de creer.

- ¡¿Por eso fué que lo golpeaste?! -, preguntó la serpiente sumamente alarmada.

- No grites, despertarás a los demás -, ordenó la felina.

- Bien, bien, pero... ¿No crees que exageraste un poco? -, le preguntó la reptil en un susurro.

- ¡¿Exagerar?! -, respondió tigresa en un alto tono de voz.

Víbora hizo todo para no soltar una carcajada al ver la peculiar reacción por parte de ella, quizá después de todo tigresa no era tan ajena a las actitudes femeninas.

Víbora sólo asintió con la cabeza, una enorme sonrisa y mejillas un tanto infladas, producto del esfuerzo que estaba haciendo para evitar reír.

- ¿Acaso tengo algo en la cara? -, le cuestionó tigresa al ver la actitud de su amiga.

Poco a poco víbora fue liberando todo el aire almacenado en sus mejillas, hasta finalizar con una pequeña risilla.

- Mamá solía decirme algo, no importa la especie que seas, reptil, anfibio o incluso mamífero, las actitudes "femeninas" son y serán las mismas -, le respondió tomando un sorbo de aquel tibio té.

- ¿Qué tratas de decir con eso? -, le interrogó con entrecerrando sus ojos ámbar.

- Estás celosa -, le respondió sin pensarlo.

Un tic apareció en su ojo izquierdo, su cuerpo quedó congelado en su lugar, lo que aumentó la risa en la reptil, quien aún luchaba contra sus ganas de estallar en risas.

- ¡Pero claro que estaba celosa! -, gritó ella.

Víbora estuvo por indicarle que bajara la voz pero la felina no se detuvo.

- ¡¿Tienes idea de cómo me sentí?, ¿Saber que el amor de mi vida estaba por contraer matrimonio con alguien que siquiera en su vida a visto?! -, su voz entrecortada delataba su verdadero sentir.

Víbora no dijo nada, nunca pensó que sus comentarios le afectaran tanto.

- Yo... Lo lamento, perdóname, no quería burlarme de ti, lo siento mucho -, se disculpó en un susurro.

Un par de lágrimas brotaron de los párpados de la felina, quién rápidamente limpió su rostro en un vano intento de mostrarse fuerte, había abierto su corazón con quién menos quería, sabía que las preguntas abordarían la conversación sin embargo algo le dejó sin palabras.

La serpiente pasó por sus hombros parte de su escamoso cuerpo, tratando de formar lo que se interpretaría cómo una especie de abrazo, recostando su pequeña cabeza en uno de los hombros de la felina, acariciando su cabeza con su cola.

- Ya, no te preocupes, está bien llorar, eso le hace bien al alma -, le consoló.

- Me siento tan estúpida -, declaró entre gimoteos.

- ¿Por qué?, ¿Por amar?, eso es lo maravilloso de la vida, ese sentimiento es el más puro y también el más doloroso, es parte de vivir -, le dijo la reptil con comprensión.

Tigresa se apartó un poco de la reptil, ambas se miraron fijamente, la pobre felina tenia los párpados húmedos y levemente hinchados producto de las crueles y traviesas lágrimas que brotaban de ellos, al notar eso de inmediato desvío su mirada llena de vergüenza y pena.

- ¿Qué debería hacer? -, preguntó con timidez sin mirarle siquiera.

- Creo que la pregunta más importante es... ¿qué es lo que quieres hacer? -, le cuestionó la reptil.

Tigresa no pudo evitar observar la mirada de su amiga reptil, la cual denotaba determinación pero al mismo tiempo ternura y comprensión, sabía la respuesta a esa y otras preguntas que seguramente su amiga le haría, sin embargo temía a las respuestas, sus propias ideas y palabras.

- ¿ Y bien? -, volvió a insistir su amiga reptil.

- Yo..., realmente no lo sé -, respondió con dificultad.

La serpiente solo le observó con una sonrisa ladina, sabía que su amiga era un hueso duro de roer cuando de sentimientos se trataba, así que de cierta manera ya estaba preparada para una respuesta de ese tipo.

- ¿De verdad?, vamos, por una vez en tu vida, te invito a que seas honesta contigo misma -, volvió a insistir la reptil.

La felina sostuvo su mirada carmín sobre los ojos celeste de su amiga reptil, sabía que de cierta manera ella encontraría un modo de convencerle, no porque fuera débil, quizá después de todo buscaba alguien con quien desahogarse aunque por fuera buscaba no mostrar esa faceta, se sentía débil.

- ¿Por qué insistes tanto? -, le preguntó.

- Porque eres mi mejor amiga -, exclamó la serpiente sin titubear.

Aquella respuesta le tomó por sorpresa a pesar que de cierta manera se sentía algo cercana a ella, después de todo no es cómo que ella fuera muy social o hubiera otra presencia femenina en su círculo social, sin embargo jamás creyó escuchar esas palabras salir de ella.

Su mirada decayó un poco en respuesta a la declaración de la reptil, no se sentía segura y mucho menos digna de mirarle siquiera, se sentía mal por el simple hecho de que quizá jamás le había visto con esos ojos a pesar de llevar tantos años viviendo y conviviendo bajo el mismo techo.

- ¿Siempre me has visto de esa manera? -, le preguntó con timidez.

- ¡Por supuesto!, aunque no te preocupes, se que la amistad no es tu fuerte -, le respondió la serpiente sonriente.

Aquellas palabras le tranquilizaron un poco.

- Venga, no pasa nada, somos amigas, ¿no? -, le dijo ella con las mejillas sonrojadas.

Tigresa no pudo evitar suspirar en modo de resignación, sabía que su amiga haría hasta lo imposible porque creyera en ella.

- Sí, somos amigas..., no, somos mejores amigas -, le respondió un poco nerviosa.

Víbora solo asintió con una enorme sonrisa.

De pronto el sonido del gong captó la atención de ambas, la noche había concluido y la fresca mañana hacía acto de presencia.

- Creo que lo dejaremos para después, ¿no lo crees? -, le dijo la serpiente divertida.

- Sí, creo que sí -, respondió ella igual de divertida.

- Iré por unos panecillos para el desayuno, ¿por qué no pones un poco más de té?, los demás no tardarán en llegar a desayunar -, exclamó la reptil deslizándose fuera de la cocina.

Tigresa acató la petición de su amiga, agregando más agua y hojas a la pequeña olla que utilizaban de tetera, después tomó asiento en una de las sillas y esperó la llegada de sus compañeros y amigos, quiénes al cabo de unos minutos hicieron acto de presencia, el desayuno transcurrió de manera habitual con una pequeña y gran diferencia.

La presencia y compañía de la pequeña lei lei, quién no sólo bromeaba y jugaba con cierto primate e insecto, si no también daba un poco de alegría a todos los presentes, incluso el maestro shifu reía ocasionalmente por las ocurrencias de la cachorra.

- ¿Estás disfrutando tu estadía pequeña lei? -, preguntó shifu.

- ¡Sí, es muy divertido! -, exclamó la pequeña con una sonrisa de oreja a oreja.

- Me alegra mucho saber eso pequeña, eres bienvenida a quedarte el tiempo que desees -, le dijo el panda rojo para darle un par de dumplings, los cuales la pequeña comió gustosa.

Todos los presentes miraban la tierna escena con felicidad, felicidad que se esfumó en cuanto el maestro shifu posó su mirada en todos ellos.

- En cuánto a ustedes -, agregó él con su seriedad habitual.

- Hoy tendrán la tarde libre -, agregó con una sonrisa.

Todos los presentes celebraron con alegría las palabras de su maestro, quién sólo asintió con una pequeña sonrisa.

Una vez finalizado el desayuno, todos se dirigieron al salón de entrenamiento para hacer un poco de calentamiento y ejercicio, la pequeña panda jamás se separó de la felina, le acompañó en todo momento, entrenado y haciendo pequeños ejercicios a su par.

Tigresa le observaba con detenimiento, mantenía una mirada un tanto dura y determinada, sin embargo aquella dureza y determinación fue cambiando poco a poco, y reemplazada por una sonrisa tierna y hasta cierto punto nostálgica.

Víbora notó aquel cambio casi de inmediato, no pudo evitar reír un poco al ver la actitud de su amiga felina.

- Veo que no eres una roca después de todo -, le dijo reptando hasta quedar a su lado.

- ¿Disculpa?, ¿Una roca? -, le cuestionó la felina con falsa indignación.

- Creía que sólo eras así con Po -, le dijo con voz baja para que el resto del grupo no escuchara aquellas palabras.

- Es un alivio el saber que nunca viste esa faceta de mí -, confesó ella un poco sonrojada.

La reptil no pudo soltar una pequeña carcajada, carcajada que captó la atención de los demás maestros, sin embargo no hubo intromisión alguna.

- ¿Y bien?, ¿Ya tienes una respuesta honesta? -, le preguntó en el mismo tono para no despertar la curiosidad de sus amigos.

Ambas mantenían la mirada en la pequeña panda, quien golpeaba torpemente el mismo muñeco que alguna vez utilizó el guerrero dragón.

- ¿Recuerdas cuándo llegó?, Que duro debió ser para él, ¿No creés? -, exclamó la reptil manteniendo su mirada hacia la misma dirección.

- Sin duda -, agregó ella.

- ¿Cuándo fué? -, preguntó la serpiente.

- ¿Cuándo fué qué? -, preguntó la felina de vuelta.

- Que te enamoraste de él -, agregó víbora.

Tigresa no pudo evitar suspirar, de cierto modo se esperaba una pregunta de esa clase.

- Yo... Realmente no lo sé, sólo sucedió, ¿Sabes?, No es algo que eliges -, le respondió.

- Vaya -, exclamó víbora con sorpresa.

- Sí... Vaya... -, le acompañó tigresa.

- A todo esto..., Tu deberías saber más de estas cosas que yo, ¿No es cierto? -, le preguntó tigresa con cierta confusión.

- ¿Te parece que tengo experiencia en ese tipo de cosas? -, le cuestionó su amiga con sarcasmo.

- Siempre estás hablando y leyendo ese tipo de cosas -, le dijo con incredulidad.

- Soy una soñadora, ¿sabes?, sueño con lo que no puedo tener -, le respondió desanimada.

- ¿No puedes tener? -, le preguntó tigresa confundida.

- ¿Has visto otra serpiente por estos valles? -, le preguntó con cierto enfado.

- ¿Y tú has visto algún tigre? -, le respondió con el mismo sentimiento.

Ambas sostuvieron sus miradas una a la otra, ojos celestes y ámbar, en una batalla sin igual, hasta que de pronto ambas miradas comenzaron a adquirir un brillo juguetón y divertido, la tensión poco a poco fue desapareciendo hasta estallar en sonoras carcajadas.

El resto de sus compañeros al igual que la pequeña lei les observaron confundidos, no era muy habitual escuchar reír a tigresa y menos a carcajadas.

- Cosas de chicas -, se limitó a decirles con simpleza.

El resto de maestros solo levantaron sus hombros restandole importancia, volviendo a sus labores.

- Y, volviendo al tema, ¿ya sabes que hacer? -, le preguntó la reptil.

- Sí, haré una carta -, respondió sin titubear.

- ¡Bien! -, celebró la serpiente.

- Pero -, agregó de inmediato la felina.

- ¿Ahora qué? -, le preguntó víbora confundida.

- No se la enviaré, al menos no por un buen tiempo -, le respondió tigresa.

- Ya es un avance -, exclamó víbora.

El resto del día fue habitual, todos bajaron al restaurante del señor ping donde disfrutaron de una deliciosa cena, llena de charlas, bromas y juegos, días colmados de verdadera paz y tranquilidad, de igual manera eran todas las noches.

La habitación era iluminada solo por un par de velas, sin embargo era suficiente para ella, una vez más papel y tinta le acompañaban, decidida a plasmar sus pensamientos y sentimientos más profundos sin tener alguna interrupción, envió a la pequeña lei lei con su amiga y confidente víbora.

Ambas charlaban y jugaban en la habitación de la reptil, lo sabía por las risas de la pequeña osa, las cuales se escuchaban hasta su alcoba, no pudo evitar sonreír con ternura, su soledad en los últimos días le había mostrado que la vida era más que solo entrenar y combatir, se dió cuenta que era capaz de amar, sentir, incluso llorar, lo que alguna vez vió como debilidades, ahora los veía cómo fortalezas.

- Bien tigresa, aquí vamos, puedes hacerlo, sólo escribe lo que tienes que decirle -, se dijo asi misma.

Trató de escribir un par de frases pero volvía a arrepentirse, rayaba una y otra vez el poco o mucho texto hasta caer en el fastidio y desesperación.

Salió unos momentos de la habitación, para su suerte el resto de sus compañeros y amigos ya se encontraban durmiendo al igual que la pequeña osa, con discreción y tratando de hacer el menor ruido posible se dirigió al árbol de sabiduría celestial, la luz de la luna bañaba su ser, pequeñas ráfagas y brisas de aire danzantes le acompañaban, poco a poco los recuerdos comenzaron a llegar a su mente.

Recuerdos llenos de felicidad y amor, recuerdos donde los únicos protagonistas eran ella y el panda, de manera inconscientemente un par de lágrimas brotaron de sus párpados, no había más dudas, jamás dejó de amarlo, sin embargo también sabía que era muy probable que el panda ya hubiera hecho su vida, lejos de ella, con ese pensamiento en mente, sólo quedaba una cosa que hacer...

Dejarlo ir...

Las palabras salieron por sí solas, sin forzar su mente, sin darle muchas vueltas, sin pensar y analizar todo, sólo dejó que hablara su corazón, por primera vez, su corazón hablaba a través de tinta y papel.

Han pasado ya 5 años y aunque sea bastante tiempo para algunos, para mi parece un pequeño pestañeo un pequeño momento a lo largo de mi vida, la vida es irónica sabes?, jaja me gusta pensar y recordar en lo que tu y yo alguna vez tuvimos juntos, aquellas tardes llenas de juegos y bromas, aquellos días soleados bajo la sombra de aquel gran árbol, aquellas discusiones que ahora me parecen insignificantes e incluso algo tontas, pero quiero que sepas que a pesar de todo el tiempo que ha pasado sigo aquí esperando tu regreso aunque se que eso no será posible, a pesar de todas las críticas yo sigo aquí firmé con mi decisión......

Por que? Por el simple hecho que yo aun te amo y me niego a dejarte ir, yo se que aunque tu no estés físicamente, tu aun vives dentro de mi, tú aquel panda que alguna vez me quitó el título que yo anhelaba más que nada, el panda que alguna vez llegue a odiar más que cualquier cosa, el panda que me hizo volver a sonreír, el panda que me hizo saber lo que es el cariño, tu el panda lleno de sorpresas y bromas.......

El panda que me enseñó a amar.....

Las cosas pasan por algo no?.... aun recuerdo esa frase tuya, simplemente no las puedes evitar y sólo pasan, dijiste aquella tarde bajo la sombra de aquel frondoso árbol, a pesar de las graves situaciones que pasamos como protectores de el Valle tu jamás quitaste esa hermosa sonrisa, tu eras el que siempre me levantó los ánimos y me apoyabas a continuar aunque todo pareciera perdido por eso mismo yo te esperaré, y se que tu tambien me esperaras, cierto?......

Sólo espero que tu no te olvides de mi, porque tu eres mi razón para esperar, tu eres mi propósito y si te llegas a olvidar de mi, no tendré nada.......

Por siempre tuya........

Tigresa

Se sentía extraña por alguna razón, leyó una y otra vez aquel escrito, las manos le temblaban y de pronto sintió su rostro arder, ¿por qué había escrito aquella carta con una fecha para dentro de cinco años?, realmente no lo sabía.

Quizá era el tiempo que esperaría para hacerle llegar ese escrito, quizá después de todo, aún tenía miedo.

- Puedes enfrentarte a ejércitos enteros y locos del mal, pero no puedes hablar abiertamente de tus sentimientos, felicidades tigresa -, se mofó así misma.

No pudo evitar suspirar y pegar sus piernas a su pecho, sentada en un pequeño rincón de aquella habitación.

Después de algunos minutos de autocompadecencia, tomó el escrito y lo escondió en uno de los cajones de su escritorio.

Dirigió su mirada por la ventana, percatandose que estaba a punto de amanecer, quizás aun tenía un par de horas para dormir un poco, se recostó sobre su cama y se dejó llevar por el cansancio terminando en un sueño profundo.

.........

Nuevo año, nuevo capítulo, quería publicarlo desde el primero de enero pero hay cosas que hacer, el trabajo me a tenido ocupado, en fin, disfruten este capítulo, no olviden comentar y votar, nos leemos pronto.

Feliz inicio de año.

Chapter 15: Todo o nada

Chapter Text

Los rayos del sol se colaron por aquel ventanal causándole malestar a pesar de tener el sueño profundo, arrugó su nariz con molestia, el calor en su rostro poco a poco fue aumentando hasta llegar a un punto crítico.

Con cierta dificultad sus ojos comenzaron a abrirse uno a uno, su visión era escasa, no sabía con exactitud dónde estaba pero por la suavidad que sentía su espalda y cuerpo dedujo rápidamente que era una cama.

Poco a poco su visión se fue acostumbrando a la luz del lugar, lo que parecían simples sombras e imágenes borrosas, comenzaron a tener un poco más de nitidez, cortinas y sábanas blancas fue lo primero que percibió.

"Vaya, debo estar en la enfermería", pensó, el cuerpo le dolía con gran intensidad, sus movimientos eran bastantes limitados, trató de erguirse sin embargo un punzante dolor en su abdomen se lo impidió.

Llevó con prisa sus manos a la zona donde estaba el dolor, sin embargo sus brazos también respondieron de manera alarmante ante tal movimiento brusco.

"Demonios me duele todo", se quejó en su interior.

Aun sentía su rostro arder, más precisamente su nariz, la cuál se encontraba totalmente vendada, el sangrado había parado en su totalidad, sin embargo aún persistía cierta molestia.

De pronto comenzó a escuchar ruidos afuera de la habitación, los cuáles identificó como pisadas, algunas más rápidas que otras, como si se tratara de una carrera o quizá alguien con mucha prisa.

"Aún no a despertado, por favor tenga paciencia" -, exclamó una voz femenina fuera de la habitación.

"¡Con más razón debo entrar, cómo se si aun esta vivo ¿he?! -, respondió otra voz con molestia.

"Por favor señor ping, no nos precipitemos a situaciones alarmantes, debe mantener la calma" -, se unió una tercera voz, la cuál identificó de inmediato cómo el maestro shifu.

"¡Ya he esperado demasiado, exijo que me dejen pasar de inmediato!"-, volvió a insistir la segunda voz, quien ahora sabía que se trataba de su padre.

"Bien, adelante, pero por favor, no perturba a Po, no quiero que se altere, de lo contrario tendremos que sacarlo otra vez del consultorio" -, le respondió.

"¿Sacarlo otra vez?, hay papá, ¿que rayos hiciste?", pensó divertido en la situación que protagonizó su padre.

En cuánto escuchó la puerta ser deslizada, se cubrió con aquellas sábanas y mantas blancas, fingiendo seguir dormido.

A pesar de todo aquel ruido que hace algunos segundos se había escuchado, la habitación quedó en completo silencio, salvo por los pequeños pasos que daba el ganso hasta quedar a un lado de la cama donde se encontraba el panda.

- Hay Po, ¿no te cansas de hacer sufrir a tu pobre y viejo padre? -, preguntó con pena el ganso.

El panda hacía hasta lo imposible por contener las risas, aprovechando que le estaba dando la espalda y su padre aún creía que seguía dormido optó por jugarle una pequeña broma.

- No -, le respondió fugazmente.

- ¿Po?, hijo, ¡¿por fin despertaste?! -, exclamó él ganso con ilusión.

Sin embargo el panda no respondió.

No obstante el ganso no perdió la esperanza, lentamente se fue acercando al rostro del oso, percibiendo su profunda respiración.

Con una de sus alas deslizó las sábanas para observar su rostro, se veía en completa paz, le observó con detenimiento por algunos segundos, esperando alguna señal que le indicara que el panda había despertado, sabía que lo que había escuchado, aunque si era honesto consigo mismo, está era la quinta vez que escuchaba al panda hablar entre murmullos.

- Debo estar volviéndome loco -, susurró para si mismo.

Fue entonces que el panda abrió los ojos de golpe y con gran fuerza gritó...

¡SORPRESA!

Ping saltó del susto por la gran impresión dejando unas cuantas plumas en el aire.

Po por su parte explotó en risas, risas que no pudo prolongar como quisiera debido a su dolor abdominal, sin embargo aún se veía la diversión en él.

Ping cayó al suelo sin entender muy bien lo que había pasado, no obstante su reacción fué casi inmediata, el susto fue reemplazado con cólera y de cierto modo enfado, sacando un cucharón de madera de quién sabe dónde ping se acercó rápidamente al panda quién a pesar del dolor abdominal, aún mantenía sonoras carcajadas, carcajadas que cesaron al momento que aquél utensilio de cocina impactó de lleno en su cabeza.

- ¡Eres un tonto!, ¡Un Bruto! -, comenzó a regañarle una y otra vez, sin embargo el oso aún reía, con dolor en cabeza y abdomen, pero aún reía.

- ¿Ya terminaste? -, le cuestionó el ganso de manera severa y poco amigable.

- Sí, creo que sí -, respondió el panda un poco apenado.

El viejo ganso mantenía su dura mirada sobre él, Po no hizo más que agachar la mirada un poco atemorizado, cómo en aquellos años cuándo aún era un cachorro y había hecho alguna travesura, Ping podía ser muy estricto y severo cuando se lo proponía, quizá cuando Po se lo merecía.

- Lo siento papá, sólo estaba jugando -, le susurró Po en modo de disculpa.

Aquella dura mirada poco a poco se fué suavizando, hasta terminar en una tierna y paternal sonrisa, sin decir palabra alguna el ganso se abalanzó sobre el panda y le estrechó en un cálido abrazo

Po correspondió aquel abrazo de inmediato, estrechando el pequeño cuerpo del ave junto al suyo, las lágrimas comenzaron a emerger por parte de ambos.

Así estuvieron por algunos minutos, sin decirse nada, Ping ya se encontraba un poco más tranquilo al igual que Po, aunque este último aún se sentía un poco apenado y nervioso.

- Esto no es justo, sabes que no puedo estar mucho tiempo molesto contigo -, exclamó el ganso.

- Perdóname papá, sólo quería hacerte una pequeña broma -, se disculpó el panda aún con las mejillas sonrojadas y los ojos vidriosos.

- No importa, lo importante es que ya estás bien, bueno, que al menos despertaste, comenzaba a preocuparme, creía que nunca despertarías -, le dijo él.

- ¿A sí?, ¿Pues cuánto tiempo dormí? -, preguntó Po preocupado.

- Siete días, una semana entera -, le respondió su padre.

- Siete días... Vaya, no creí que fuera tanto tiempo -, exclamó bastante sorprendido.

- ¿Quién te hizo esto hijo?, ¿Fue tigresa, verdad? -, comenzó a interrogarlo.

- No, para nada, ni siquiera la he visto desde que llegué -, mintió.

- Hijo, no nací ayer, se que fué ella, lo mismo sucedió el día que te fuiste, es una salvaje -, exclamó el ganso bastante molesto.

- Ya te dije que no fue ella Pa, debí haberme caído de las escaleras, hace mucho tiempo que no caminaba tanto, debí caer exahusto y rodé escaleras abajo -, volvió a mentir.

- ¡Pamplinas!, estoy seguro que ella fué la que te hizo esto, casualmente no se a aparecido en estos últimos días, eso me da la razón -, volvió a replicar el ave.

- ¿Ella no a venido a verme?, ¿Ningún día? -, le preguntó él ignorando el resto de las palabras de su padre.

- ¡Así es!, ¡Por su culpa estás así!, ¡¿y ni siquiera tiene la dignidad de venir a verte?!, ¿Que sigue después?, ¡¿Matarte?!, ¡Sobre mi cadáver!, De mi cuenta corre que esa gata no se vuelve a acercar a ti -, comenzó a exclamar una y otra vez.

Po estuvo por replicar las palabras de su padre, sin embargo fueron interrumpidos por una voz muy conocida para ambos.

- No olvide, que esa "gata", es mi hija señor ping -, exclamó shifu captando la atención del ave y del oso.

- ¡Shifu! -, exclamó el ganso con intenciones de discutir.

- ¡Maestro shifu! -, añadió Po con alegría, trató de ponerse de pie para recibir a su maestro sin embargo nuevamente el dolor en su abdomen y pecho se lo impidieron.

- No te precipites Po, no hace falta, por favor, mantén reposo lo más que puedas -, le ordenó con tranquilidad.

Ping caminó dando largas pisadas hasta quedar a escasos centímetros del panda rojo, su mirada llena de molestia y enojo se posó de lleno sobre la mirada serena y tranquila del panda rojo, quien sólo cerró los ojos listo para escuchar una y otra vez los numerosos reclamos por parte del ave.

- Le aseguro que mi hija no se encuentra involucrada en esta terrible situación, de hecho ella fué quién trajo a Po aquí a la enfermería, además ella se quedó toda la noche hasta tener noticias satisfactorias con respecto a su salud -, exclamó shifu con tranquilidad.

Aquella declaración por parte de su maestro le dió un poco de tranquilidad, después de todo tigresa aún se preocupaba por él, a decir verdad no recordaba con exactitud que había pasado y como había terminado en la enfermería, sin embargo el hecho de que tigresa lo haya ayudado ya era motivo de alegría.

- ¡Por los dioses, deja de mentir shifu!, ¡Se que fue tu hija la que lastimó de esta manera tan horrible a mi Po!, ¡Jamás la perdonaré!, ¡¿Por qué siempre hace lo mismo?!, ¡¿Acaso me están ocultando algo?!-, exclamó el ganso una y otra vez, con mirada acusatoria.

Ambos mencionados se miraron uno a otro en notable complicidad, lo cuál solo alertó más al ave quien con sus ojos entrecerrados y mirada acusatoria comenzó a caminar hacia la salida, sin despegar su dura mirada a ambos.

- ¿Pa?, ¿A dónde vas? -, le preguntó Po nervioso.

- Se que me estás ocultando algo hijo, más no preguntaré que es... Por ahora, iré al restaurante, te traeré algo de comer -, declaró el ganso abriendo la puerta y saliendo por esta.

La habitación quedó en completo silencio, salvó las respiraciones de maestro y alumno, ambos con la mirada puesta en la dirección que había tomado el señor Ping.

- Creía que le habías contado -, habló shifu.

- Me creerá si le digo que lo olvidé -, le respondió él un poco avergonzado.

Shifu dirigió una mirada atónita a las palabras del panda, al cabo de algunos segundos no pudo evitar reír.

- Sí, sí lo creo -, respondió divertido.

- ¿El resto del equipo lo sabe? -, le preguntó shifu.

- No, aunque fue por decisión de ella, no quiere crear especulaciones -, le respondió él.

- Algo me dice que las habrá, quizá muy pronto -, le dijo shifu de manera burlona.

- No importa, no creo que ellos sepan algo -, agregó él de manera confiada.

- ¿Lo crees? -, le preguntó shifu con una sonrisa burlona.

Aquellas palabras de shifu le generaron un escalofrío...

Al pasar el día la noticia de que Po había despertado se propagó rápidamente entre sus compañeros y amigos, todos se reunieron casi de inmediato con él en la enfermería incluída lei lei, todos menos tigresa, quién aún permanecía en calidad de desaparecida, al parecer después de que Po ingresará a la enfermería ella desapareció del palacio y podría decirse que incluso del valle.

- ¿Así que no han sabido nada de ella? -, les preguntó nuevamente el panda.

- Nop, "nadita" de nada -, le respondió mono de manera casual.

Aquella respuesta sólo le desanimó mucho más de lo que ya estaba, sin embargo optó por sonreír, no quería que sus compañeros y amigos se preocupasen más de lo que ya habían pasado días atrás.

- No importa, ya vendrá -, exclamó con la mejor sonrisa que pudo esbozar.

Con algo de dificultad y ayuda de sus amigos Po logró ponerse de pie y caminar hasta la cocina del palacio, la cuál no se encontraba muy lejos del lugar.

- De verdad ya estoy bien, me siento mucho mejor, pero muero de hambre -, exclamó el panda ante la insistencia de sus amigos con respecto a seguir en la enfermería.

La pequeña habitación se llenó de risas y buenas charlas, la felicidad y tranquilidad se respiraba en el aire, tanto que aunque no quisieran, nadie se había percatado de la ausencia de cierta felina, nadie salvó dos pandas, quienes a pesar de forzar sonrisas y buenas caras, no podían evitar preocuparse por aquella notable ausencia.

- Aún tienes madera amigo, cielos que paliza -, exclamó Mono refiriéndose al estado en el que estaba el oso.

- Ya te dije que no recibí ninguna paliza de nadie, sólo rodé por las escaleras -, volvió a decir el panda.

- Si claro y lord Shen está vivo -, agregó mantis con sarcasmo.

- ¡Hey! -, se quejó Po, no le gustaba el hablar acerca de lo que había sucedido con sus antiguos enemigos, ya que a pesar de todo él jamás los consideró así, ni siquiera con alguien tan personal como lo había sido aquél pavo real.

- Es que es extraño Po, te fuiste del palacio, a quien sabe dónde y regresaste en ese estado, bueno, tigresa te trajo -, le dijo grulla, quien hasta ese momento no había dicho o preguntado nada.

- Si..., Definitivamente es muy extraño -, agregó mono con una sonrisa pícara.

- ¿Qué están insinuando? -, les cuestionó el panda un poco sonrojado.

Shifu se mantenía ajeno a la plática entre sus alumnos, trataba de mantenerse ocupado con su taza de té, la cuál extrañamente ya llevaba mucho tiempo entre sus manos, cosa que lei lei noto de inmediato.

- ¿Pasa algo maestro? -, le preguntó en un susurro.

Shifu en respuesta le dirigió una pequeña sonrisa.

- No pasa nada pequeña -, le respondió de vuelta.

Varías miradas pícaras se centraron en el panda quien sólo se limitó a sonreír de manera inocente, sin embargo el sonrojo en sus mejillas comenzó a traicionarle y ponerle en evidencia.

-¿Y bien? -, preguntó mono de manera burlona.

- Caí... De... Las escaleras -, respondió una vez más.

Su blancura fue reemplazada por un intenso bermellón, respuesta de las miradas puestas en él, buscó auxilio con su maestro, sin embargo este solo sonrió con burla y volvió a su taza de té.

Se sentía acorralado, sabía que ahora sí no podría escaparse, reuniendo todo el valor que hubiera en su interior, pasó su mirada por cada uno de sus amigos, víbora le dió una mirada tierna y comprensiva, grulla una sonrisa amistosa, mono movía sus ojos con burla, mantis le mostró una sonrisa pícara, lei lei mostraba su apoyo mostrando su pulgar arriba, shifu por otro lado le miraba con calma, sin embargo una sonrisa burlona comenzó a formarse en su rostro, aquello extrañó un poco al panda, su confusión creció mucho más al sostenerle la mirada a su maestro.

Claramente pudo leer los labios del panda rojo con un claro y contundente "te lo dije".

- Diablos -, susurró rendido, sin embargo todos los presentes le escucharon.

Sonoras carcajadas estallaron en la cocina, incluído shifu.

- ¡Dinos ya! -, exigió mono entre risas.

Po negó enérgicamente completamente sonrojado, tenía la apariencia de un tomate, lo cuál generó una nueva oleada de risas.

- Escupelo -, exclamó mantis con la misma energía que su amigo primate, sin embargo el panda aún estaba sin ceder.

Así estuvieron por algunos minutos hasta que por fin el panda cedió a las demandas de sus amigos.

- Sí, estuve con tigresa, creo que ella fué quién me dejó así -, les respondió avergonzado.

Todos guardaron silencio, sus miradas se tornaron serias por algunos segundos, lo cuál puso nervioso al oso.

- ¿No dirán nada? -, les preguntó a todos.

Una vez más todos estallaron en risas.

- Eso ya lo sabíamos Po, no somos idiotas -, se burló mono.

- ¿Entonces qué era lo qué? -, preguntó sumamente confundido.

- Hay Po, cariño, lo que ellos y bueno también me incluyo quieren saber es si tú y ella estaban... -, trato de explicarle víbora sin embargo Mono le interrumpió de inmediato.

- Espera, espera un momento duquesa, que hay dinero en juego -, agregó él primate.

- ¿Du-quesa? -, preguntó confundida y molesta.

- ¿Dinero? -, también preguntó shifu.

Sin embargo mono ignoró a ambos, continuando su animada charla con mantis, quién seguía presionando a un confundido Po.

- ¿Entonces?, ¡Habla ya!, Ya tengo planes para esa ganancia -, exclamó el primate con ansias.

- De verdad chicos, no se que quieren saber, ya les he dicho todo, simplemente tigresa y yo tuvimos un mal entendido y terminé así -, les respondió el panda.

- Eso es más que obvio amigo, sin embargo eso no es lo que estamos preguntando -, le dijo mantis un poco desesperado.

Shifu mantenía su actitud y posición alejada al tema, o eso es lo que les hacía creer, a pesar de no decir palabra alguna y fingir que aún bebía de su té, sus orejas estaban al pendiente de cada una de las palabras dichas en la mesa, después de todo él tampoco era tan ajeno a la curiosidad de una "relación" tan peculiar cómo la que se había dado en aquel palacio.

Después de todo no eran solo diferencias físicas y biológicas las que separaban a sus dos mejores estudiantes, si no también la actitud de ambos, eran como el agua y el aceite, eso sin contar siquiera lo dura que podría ser su vida social, a pesar de que no eran tan comunes las relaciones inter especies en toda china, las había, sin embargo nunca había escuchado de una relación tan "única" cómo la que se había formado, un panda y una tigresa, eso SÍ daría de que hablar.

- De verdad no sé lo que ustedes quieren saber, sólo charlamos un para de cosas y ya -, volvió a repetir el panda.

- Po, mi amigo, esa golpiza no es sólo por un malentendido -, le dijo mono con mirada acusatoria.

- Sí, todos sabemos que tú y ella tenían algo -, agregó mantis con burla.

- ¡¿Qué?!, ¡¿Ella y yo?!, Pufff ustedes si que están alucinando, ¿están seguros que no se golpearon la cabeza? -, exclamó Po fingiendo ignorancia.

- Hay mi querido Po, ¿por qué niegas lo innegable?, ¿Crees que no nos dábamos cuenta el como se miraban, el cómo Tú la mirabas? -, le dijo mono con una enorme sonrisa burlona.

- ¿Yo?, Si que les afectó mi ausencia -, le respondió con la mayor confianza que pudo.

- Ahora que lo mencionas, ella y él solían desaparecer durante los entrenamientos cuándo el maestro shifu la dejaba a cargo -, agregó mantis recordando.

Aquel comentario alarmó a shifu quien no pudo beber el té que yacía en su boca, Po por su parte si ya era un tomate, ahora parecía el mismo sol.

- Va-va-vamos chicos, ¿De dónde sacan todas esas cosas?, Yo no recuerdo nada de eso, sólo eran recados que ella me ordenaba hacer -, volvió a negarlo todo.

- Vaya, entonces eso explica también las sesiones nocturnas -, exclamó Mono.

- ¿Cómo sabes? -, preguntó Po sumamente alarmado.

Nadie dijo nada, de pronto las numerosas risas cesaron, la cocina quedó en completo silencio, lo que hasta ese momento eran risas, bromas y alegrías cambiaron a ser un ambiente más serio y tenebroso.

Grulla tenía su pico en un ángulo perfecto de 90 grados, mono y mantis parecían gemelos, uno más chico que otro, aunque ambos tenían sus ojos tan abiertos que parecían que estuvieran por salirse de sus cuencas, lei lei parecía un tomate, shifu casi se ahoga con su té y su propia saliva, las escamas verdes de víbora se tornaron de un color carmesí.

Po no entendía muy bien las reacciones de sus amigos, la pregunta que había realizado fué de manera inconsciente, no mentía cuando dijo que tenía sesiones nocturnas con tigresa, sin embargo el se refería a entrenamiento, cuando por fin se percató sobre el pese de su declaración la vergüenza y pena llegaron en gran cantidad a él.

- ¡No!, ¡No es lo que piensan!, ¡No me refería a eso! -, gritó una y otra vez sumamente avergonzado.

- ¡Panda! -, gritó shifu bastante molesto.

- Le juró que no es lo que usted piensa, bueno, fué sólo un par de veces pero eso es todo -, trató de explicarse.

Aquella frase sólo empeoró las cosas, grulla estuvo por caer el piso si no fuera por mono y víbora, quiénes lograron sostenerle y volverlo a incorporar, víbora se encontraba sumamente sorprendida mientras mono moría a carcajadas.

- Po, mi amigo, perdóname si alguna vez te falté al respeto, ahora no solo tienes mi respeto, también tienes mi total admiración -, le halagó el primate entre risas.

- Bueno, que te puedo decir, es de mis más grandes hazañas -, le siguió el juego el panda lo que sólo aumentó la furia de shifu y las risas del primate.

- ¡Basta ya! -, gritó shifu bastante molesto.

- Eres grande Po -, exclamó mantis de fondo.

- ¡Silencio!, ¡Todos, vuelvan a su entrenamiento!, ¡No quiero ni una sola palabra de esto! -, les ordenó con severidad.

De inmediato el grupo de maestros salieron de la cocina cómo si estuvieran huyendo de una gran explosión.

- En cuánto a ti, Po ping, hablaremos seriamente de esto, pero por ahora, ve a descansar y ruega a los dioses que mi hija no se entere de este numerito tuyo, porque yo creo que está vez sí te matará -, le dijo con la misma severidad.

Po no pudo evitar tragar grueso, con un poco de dificultad logró ponerse de pie y caminar hasta la puerta de su antigua habitación, con un poco de prisa cerró la puerta a sus espaldas.

Aquella alcoba estaba tal y cómo la recordaba, algunas de sus figuras de acción se encontraban sobre la repisa, su mesita de noche aún tenía aquellos bocetos de dibujos que solía practicar, decidió acostarse y descansar un poco, habían Sido demasiadas emociones para una mañana, solo esperaba estar un poco mejor para salir en búsqueda de la felina una vez más, después de todo no había logrado charlar muy bien con ella.

- Al parecer alguien estuvo haciendo limpieza -, se dijo así mismo.

Estuvo recostado por algunos minutos antes de que sus párpados se volvieran pesados, trató de resistir sin embargo se sintió muy agotado, al cabo de unos momentos quedó profundamente dormido.

Una inmensa luz blanca le cegó por algunos segundos, su cuerpo no le dolía aunque aún tuviera aquellos vendajes, poco a poco su vista se fue adaptando, pudo apreciar una silueta bastante familiar, no alcanzaba a ver su rostro pero por el resto de su anatomía dedujo que era una fémina.

Po un poco atónito comenzó a correr tras de aquella silueta con la esperanza de alcanzarle.

- ¡Hey!, ¡Espera, por favor! -, le gritó una y otra vez.

Sin embargo aquella figura no respondió, ni siquiera pareció moverse de su sitio.

Po quedó atónito, la figura no decía nada, ni siquiera se movía, sólo estaba ahí, dándole la espalda, al cabo de unos minutos la fatiga y cansancio comenzó a llegar a él, obligandole a bajar el ritmo sin embargo mantenía su dirección hacia aquella figura.

No importaba cuánto caminara o corriera, aquella figura parecía inalcanzable aunque no hiciera movimiento alguno, mientras más corría más parecía alejarse, finalmente comenzó a caer en la desesperación, cayó de rodillas totalmente agotado y rendido.

Su pecho dolía y sus piernas temblaban, el sudor empapó su pelaje y rostro, su respiración era agitada y desesperada, daba pequeños vistazos para verificar que aquella figura siguiera ahí.

Y ahí estaba, dándole lo que parecía su espalda, no podía distinguir muy bien que o quién era aquella silueta debido a la intensa luz blanca que le cegaba, ni siquiera sabía porqué quería llegar a ella o él, quizá solo había corrido por mero instinto o quizá curiosidad.

- Al demonio, estoy exhausto -, se dijo asi mismo.

De pronto algo captó su atención, aquella silueta que se había mantenido siempre en su sitio sin dar signos de movimiento, comenzó a moverse, al parecer giró y pareciera que le estaba observando.

- ¿Quién eres? -, le gritó el panda.

Una vez más, la figura no dió respuesta alguna.

- ¿Dónde estamos?, ¿Que lugar es este? -, le preguntó nuevamente.

La figura permaneció en su lugar sin decirle nada.

- ¡Carajo, al menos dime algo! -, le gritó lleno de frustración.

De pronto aquella luz blanca se tornó de un color ámbar y carmesí, como si se tratase de un atardecer, fue entonces que pudo observar por completo aquella silueta, no había más dudas, se trataba de su amada.

- Tigresa -, exclamó el panda de manera aliviada.

Ahí estaba ella, tan imponente y fría como el día que la conoció, su mirada era fría, altiva, orgullosa y podría decirse que hasta soberbia, el color de sus peculiares ojos se complementaban con el color de aquel atardecer.

- ¿Me amas? -, su voz resonó por todo el lugar, como si fuera de un ser omnipotente.

Po estaba confundido, no entendía bien que estaba sucediendo pero de igual manera se levantó casi de inmediato.

- Por supuesto que te amo, por tí volví, por nada ni nadie más -, le respondió.

Tigresa le observó detenidamente de pies a cabeza, una mirada llena de desdén y soberbia.

- Vamos a casa, sólo tu y yo, te prometo que no me volveré a ir de tu lado -, le dijo él.

Una sonrisa burlona y hasta algo tenebrosa se asomó en ella, parecía que se estaba divirtiendo.

- Estoy en casa -, le respondió con burla.

De pronto comenzó a desvanecerse como si fuera un puñado de arena, Po de inmediato se abalanzó sobre ella pero lo único que logró tomar fue eso, simple arena.

- ¡No!, ¡No, no, no, no, no! -, gritaba una y otra vez preso de la angustia y tristeza.

Observaba como aquella arena caía de entre sus manos, fue entonces que no pudo más y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pesadas y gruesas caían una a una hasta aumentar en gran número.

- Lo siento, de verdad, de verdad lo siento tanto, no quería dejarte, no quería lastimarte, perdóname por favor -, repetía una y otra vez en medio de lágrimas.

Sin embargo ella no volvió a aparecer.

- ¿Dónde estás? -, preguntó al aire.

Más nadie respondió.

- Quédate conmigo -, susurró.

Las lágrimas no cesaron, se sentía patético y débil, nunca en su vida había llorado tanto como en ese momento.

La cabeza comenzó a darle vueltas una y otra vez, trató de ponerse de pie pero fue en vano, sus piernas temblaban y finalmente flaquearon, su cuerpo impactó de lleno sobre el suelo, un dolor agudo invadió su cabeza, se llevó su mano a la zona afectada sólo para percatarse que un líquido carmesí estaba ahí.

- ¿Así termina todo, he?, sólo espero que puedas perdonarme, al menos en algún futuro -, exclamó con pena, mientras sus párpados poco a poco se iban cerrando.

Sus ojos se abrieron de golpe, solo para encontrar obscuridad, su respiración aún estaba agitada y su pelaje bastante húmedo por el sudor, giró su vista por toda la habitación dándose cuenta que se encontraba sólo.

O al menos eso pensaba.

Un par de ojos ámbar aparecieron justo delante de él.

Po pegó un respingo por la impresión.

- ¿Te han dicho que hablas demasiado dormido y roncas peor? -, le preguntó aquella felina, dueña de esos peculiares ojos color ámbar.

- Tigresa -, exclamó el panda sorprendido.

........

Chapter 16: Todo contigo nada sin ti

Chapter Text

La noche era bastante fresca, al igual que las anteriores, las frías corrientes de aire y la luz de la luna le hacían bien, le ayudaban a meditar, lograba mantener su cuerpo y mente fríos, se sentía en paz con el mundo y sobre todo consigo misma.

Esa era su nueva rutina nocturna, todas las noches se escabullía entre las barracas del palacio sólo para llegar a aquel durazno tan especial, cuyo nombre era tan largo cómo su historia, lo que había comenzado cómo un escape de sus propios pensamientos, pronto se transformó en una nueva rutina de autodescubrimiento.

La partida del panda le había dejado devastada, aunque no quisiera admitirlo, eso era lo que más le molestaba, creía ser autosuficiente e independiente, sin embargo el periodo que estuvo con él le hizo ver qué no era así, lo que ella siempre consideró como una tontería, ahora era parte de su propio ser.

Siempre creyó ser ajena al amor y todo lo que conllevara ese tema, desde que tenía memoria el amor nunca había tenido lugar para ella, ni siquiera cuándo conoció a shifu, si alguna vez tuvo cariño y respeto hacia él con el paso de los años aquel cariño fue disminuyendo hasta ser sólo respeto y admiración.

Pero todo cambió con la llegada del panda...

Aquel que le arrebató su propósito de vida de la manera más absurda que pudo haberse imaginado todo por el simple favor del... ¿destino?.

Ella jamás replicó o cuestionó sus labores como maestra de kung fu, conocía la historia de tai lung y lo que provocó en shifu, sin embargo aún recordaba aquella noche infernal, la primer noche en la que el panda estaría en el palacio de jade.

Maldijo su suerte y a los mismos dioses incluso maldijo al maestro shifu y Ooway por igual, en esos momentos lo único que sentía era odio, desprecio y asco por la vida y quizá también por ella misma.

Quizá no había entrenado lo suficiente, quizá no era lo que su maestro y padre había pedido, quizá... No era digna del palacio de jade.

"Si sientes algún respeto por lo que somos y lo que hacemos, te habrás ido en la mañana"

Recordaba haberle dicho esas palabras con desprecio y desdén, realmente no mentía en ese momento, sin embargo al día siguiente cuando lo encontró entrenando o al menos intentando entrenar, decidió darle el beneficio de la duda, no tanto por creer, quizá quería divertirse un poco.

Alguna vez se preguntó a si misma en que momento dejó de tenerle odio, como por arte de magia aquella escena apareció en su mente.

"Usted no cree eso, usted nunca lo creyó, desde el momento en que llegué quiso deshacerse de mí"

Aquella noche no supo a ciencia cierta porque fué a espiarles, no podía negar que la actuación del panda imitando a su padre había sido gracioso, la situación era crítica, tai lung se acercaba con cada minuto que dejaban pasar, de verdad no podía creer que el destino del valle y de cierto modo de ellos estuviera en las manos y nulas capacidades de aquel panda, que a palabras de ella todo lo tomaba como una broma.

"Me quedé, me quedé... Porque cada vez que usted me lanzaba una piedra o decía que apestaba... Me dolía, pero nunca me dolió más de lo que me duele todos los días el ser yo"

Por algunos momentos creyó que era un estúpido intento de justificar su falta de empeño y disciplina.

Todo cambió al descubrir que aquel regordete panda había logrado vencer a Tai lung, algo que ella y mucho menos el resto de los cinco furiosos pudo lograr.

Lo que comenzó como un juego poco a poco se transformó en comprensión y sin darse cuenta también en aprecio y cariño.

Una fuerte ventisca le hizo salir de sus pensamientos y recuerdos, observó con serenidad las luces del valle, recordando el cómo ciertas noches las recorrió junto con el panda, ambos tomados de las manos, aunque no quisiera admitirlo aquellas caminatas eran de lo más entretenidas, se sentía bien el hacer ese tipo de cosas.

Después de algunos momentos se levantó del suelo, dió un último vistazo a aquellas cálidas luces y pegó un enorme salto de aquella colina.

Con destreza, agilidad y precisión cayó sobre el tejado de las barracas, con gran sigilo recorrió aquellos tejados hasta llegar al que pertenecía a la enfermería, bajó del tejado y se mantuvo frente a la puerta.

Ese era un nuevo aditamento en su rutina nocturna desde que había llegado Po nuevamente al palacio, bueno, desde que ella lo había dejado en aquella condición, todas las noches se escabullía entre los tejados solo para acompañarle en las noches.

No sabía porque lo hacía, cuando menos se percató ya se encontraba en la habitación, no pudo evitar el sentirse mal al observar las heridas que le había provocado, todos sabían que ella había sido la culpable sin embargo nadie le encaró y eso, le frustraba.

Le observó dormir, con indiferencia, a pesar de tener el rostro lleno de vendajes y almohadillas, se veía tranquilo.

Suspiró cansinamente y tomó un pequeño banquillo que estaba en la habitación, sabía que sería una noche larga, tomó asiento en él y estuvo ahí el resto de la noche, cuando se percató que era de madrugada, salió de la habitación con el mismo sigilo con el cuál había entrado.

El resto de las noches fué la misma rutina, meditaba y después pasaba la noche con él, a veces le reclamaba entre susurros su dolor y molestia, como si estuvieran discutiendo, solo que en este caso ella no recibía respuesta alguna.

A veces con un libro, se sentaba en el banquillo y se ponía a leer, en ciertas ocasiones detenía su lectura solo para decirle algún comentario referente al libro.

- Mira esto... Se parece a ti ¿no crees? -, no hubo respuesta.

- Sí, igual a ti, igual de tontos, brutos y descerebrados -, comenzó a burlarse.

Po soltó un ronquido en respuesta.

- Hijo de... -, se mordió la lengua para no gritar.

De pronto algo captó su atención, Po comenzó a agitarse una y otra vez, al igual que decir palabras entre murmullos, se veía preocupado e incluso asustado.

Tigresa cerró aquel libro, con prisa se dirigió a un pequeño pozo que había dentro del palacio, con un balde sacó un poco de agua y la llevó a dicha habitación.

Tomando un pedazo de tela lo empapó y exprimió para después colocarlo sobre su rostro, aún estaba muy molesta, sin embargo no podía engañar a sus sentimientos, aún lo quería.

- Ni siquiera debería estar haciendo esto por tí, te mereces esto y más -, le dijo con molestia.

Poco a poco la respiración del panda se fue regularizando, su rostro se tornó más tranquilo y su respiración se volvió más profunda y lenta.

Tigresa se dejó caer sobre el pequeño banco, algo cansada y con notable fatiga, permaneció ahí en completo silencio, observando al panda dormir, recordando aquellas noches que pasaron juntos, algunas veces en la alcoba de él, otras en la suya.

No pudo evitar esbozar una sonrisa al recordar aquellas noches, a la vez que un ligero rubor subía por su rostro.

- Me pregunto que diría el maestro shifu si supiera -, exclamó ella entre risas.

- ¿Saber qué? -, preguntó él antes mencionado.

- ¡Maestro shifu! -, exclamó sumamente alarmada.

- No alces la voz, no queremos alarmar a la enfermera... ¿O sí? -, le dijo con una cálida sonrisa.

- Lo lamento -, se disculpó con pena.

- ¿ Cómo está?, ¿Duerme bien? -, le preguntó fijando su mirada en el panda.

- Murmura ciertas cosas, así que al parecer sigue vivo -, le respondió ella también manteniendo su mirada en el panda.

Shifu suspiró aliviado, de cierta manera le causaba un poco de gracia el actuar de su hija sin embargo también debía mostrarle dureza.

- Está vez sí te pasaste -, le dijo con severidad.

- ¿Usted cree? -, le preguntó fingiendo ingenuidad.

- Te mentiría si te dijera que se como te sientes -, pero... Alguna vez también estuve enamorado.

Aquella declaración le sorprendió bastante.

- ¿Usted también? -, le preguntó sorprendida.

- Fué hace mucho tiempo, de verdad la amaba sin embargo, creo que ella me amaba más, al final no pude elegir entre mi vocación y ella -, le confesó nostálgico.

Un silencio se formó entre ellos, salvo por la respiración del panda, quien parecía estar durmiendo plácidamente.

- ¿ Se arrepiente de su decisión? -, le preguntó.

Shifu se tomó algunos momentos para responder.

- No... -, aunque debo admitir que a veces suelo preguntarme que sucedió con ella... ¿Estará bien?, ¿se habrá casado?, ¿siquiera esta viva?, y de estarlo... ¿me recordará? -, le respondió con una sonrisa.

- ¿Algo complicado he? -, preguntó.

- El amor siempre lo es -, le respondió con una mirada gentil.

Tigresa observó las facciones de su maestro y padre, a pesar de no haberle demostrado mucho amor fraternal durante su infancia y parte de su juventud finalmente lo hacía, no era un mal sujeto, sólo tenía miedo.

- A todo esto... ¿Por qué estás aquí? -, le preguntó shifu.

- Sólo vine a ver cómo hiba su progreso de Po -, le respondió.

- En ese caso, me retiro, solo espero que no lo termines de asesinar -, bromeó.

- Eso dependerá de él -, le siguió el juego.

Shifu se detuvo unos instantes en el marco de la puerta, dándole un último vistazo a su estudiante e hija.

- Descansa -, le dijo sin más para después retirarse de la habitación.

- Usted también... Maestro -, se despidió.

Así fué el resto de las noches y días, tigresa no se presentaba ante los demás, ni siquiera se presentaba en el palacio, pasaba sus días entrenando y meditando en lo profundo del bosque solo para volver en las noches junto a Po.

Sin embargo una noche no lo encontró...

Aquel día decidió volver más temprano de lo que normalmente acostumbraba, en los últimos días había pensado en las palabras de su maestro y padre...

"El amor siempre es complicado"

En cuanto entró a la habitación se percató de la ausencia del panda, la cama estaba desatendida y a lo lejos se oían sonoras carcajadas.

- ¿Vienes a buscarlo? -, era shifu quien habló a sus espaldas, provocando que tigresa pegará un respingo.

- ¿Podría dejar de aparecerse así?, Da un poco de miedo -, le respondió ella.

- Hace algunas horas que se fué -, le dijo shifu ignorando su petición.

- ¿Cómo está? -, ¿Puede caminar bien? -, preguntó ella.

- Se recuperará, lo hizo después de un disparo de un cañón -, exclamó shifu .

Tigresa sólo sonrió de manera cómplice.

- Veo que los demás están muy alegres, debe ser por la recuperación de Po -, le dijo ella.

- Si... -, también por eso -, le respondió shifu un tanto nervioso.

- ¿Pasó algo? -, le preguntó extrañada.

- ¡No!, Nada, sólo están bromeando, ya sabes cómo son mono y mantis -, le dijo tratando de evadir el tema.

- De acuerdo -, agregó ella sin más.

Shifu suspiró aliviado, lo más seguro es que las carcajadas sean producto de la "anécdota" que se le había escapado al panda hace algunas horas.

- ¿Y bien? -, ¿Dónde está Po? -, preguntó.

- Lo más seguro que esté en su antigua habitación, a decir verdad no lo he visto durante el día después de haber desayunado con él -, le respondió shifu.

- Iré a verle, por favor no le diga a nadie que estoy aquí y mucho menos con él -, le pidió.

Shifu sólo asintió con la cabeza solo para ver cómo su hija emprendía su camino.

La habitación estaba en completa obscuridad, no hizo falta prender alguna veladora, su visión era mejor de noche, podía verle con gran claridad.

Igual que las otras noches, su cara mostraba molestia y miedo, al parecer sufría de pesadillas nuevamente, sin embargo está vez no hizo nada.

Sólo se quedó ahí, protegida por la obscuridad de la noche a pesar de que relativamente aún era temprano, tomó asiento sobre un pequeño banco y esperó...

Los movimientos del panda comenzaron a ser más bruscos y desesperados, lo que comenzó como murmullos entre dientes, pronto adquirieron mayor volumen.

"Tigresa, no, espera, por favor, perdóname"

Esas eran las palabras que más repetía el oso, tigresa mantenía su mirada fija en él, en caso de que la situación escalara tanto y requiriera su intervención.

De pronto contra todo pronóstico, el panda despertó de golpe, sumamente agitado, desconcertado y asustado, incluso sus párpados estaban húmedos al igual que parte de su pelaje debido al sudor.

Le vió girar su cabeza buscando reconocer el terreno y lugar donde se encontraba, no pudo evitar esbozar una sonrisa al verlo en ese estado, quizá sí se estaba divirtiendo después de todo.

- ¿Te han dicho que hablas demasiado dormido y roncas peor? -, le preguntó.

El panda se quedó congelado sin poder decir alguna palabra.

Tigresa sólo arqueó su ceja un tanto confundida.

- Tigresa -, exclamó el panda sorprendido.

- ¿Qué?, ¿Tengo algo en la cara? -, le preguntó.

- ¿De verdad eres tú? -, le preguntó nuevamente aún sin poder salir de su shock.

- Quizá otra golpiza te confirme que sí soy yo -, le respondió.

Aquellas palabras le hicieron sonreír de inmediato.

No supo cómo ni en que momento, pero cuando tuvo conciencia de si mismo, ya le tenía entre sus brazos, estrujando su cuerpo junto al suyo en un furtivo abrazo.

Tigresa no supo cómo reaccionar, todo había sido muy rápido, Po jamás había mostrado una velocidad como esa, ni siquiera en combate, por unos instantes pasó por su mente el volverlo a golpear.

Alzó ambos brazos para efectuar un par de certeros golpes sin embargo un ruido peculiar le detuvo al instante.

- ¿Acaso estás... Llorando? -, le preguntó bastante confundida.

Po no respondió, simplemente no podía, el nudo que se había formado en su garganta era demasiado grande, las lágrimas salieron por si solas acompañadas de pequeños gimoteos.

Tigresa no sabía que hacer, realmente no se esperaba una acción de ese estilo por parte del alegre panda, a decir verdad jamás le había visto o escuchado llorar, al menos no de esa manera.

- Perdóname, por favor perdóname -, comenzó a decir con dificultad.

- ¿Por qué habría de perdonarte?, ¿Acaso me haz hecho daño? -, le preguntó.

Aquellas preguntas fueron como dagas en su corazón.

- Por todo -, le respondió.

Tigresa sólo se dejó abrazar, lentamente bajó ambos brazos, estaba tentada a corresponder aquel tacto, sin embargo no se sentía del todo lista para hacerlo, en cambio solo acarició la cabeza del panda con gentileza, revolviendo aquel diminuto mechón de pelo que estaba sobre su cabeza.

Poco a poco el llanto del panda cesó, su respiración se tranquilizó y su cuerpo dejó de temblar, recordaba aquella sensación cuándo estaban juntos, aquella cálida y tranquila sensación.

Era paz...

Así permanecieron por algunos momentos, hasta que la postura comenzó a cansarles, Po comenzó a aflojar su agarre y deshacer el contacto entre ambos, tigresa por su parte solo se alejó unos centímetros de él, para tomar asiento nuevamente en aquel banquillo.

Ninguno decía algo, Po mantenía la cabeza agachada, aún con sus párpados hinchados y sus mejillas enrojecidas, tigresa sólo desvío su mirada hacia un rincón de la habitación.

El ambiente se tornó un poco incómodo, no había ruido alguno dentro o fuera de la habitación, más que solo las respiraciones de cada uno.

- ¿Ya estás mejor? -, preguntó de pronto tigresa rompiendo aquel silencio.

- Si, creo que sí -, respondió el panda en un murmullo.

- Bien, creo que tenemos que hablar -, le dijo ella.

Po se mordió el labio nervioso, había tanto que decir, sin embargo cómo por arte de magia, su mente quedó en blanco.

- Tú... Tú primero -, le invitó.

Tigresa arqueó su ceja un tanto extrañada, pero de igual manera aceptó.

- ¿Por qué volviste? -, su pregunta fue directa al igual que su mirada.

Po tardó algunos segundos en responder, tratando de pensar y razonar sobre su respuesta, era cierto que él desde un inicio ya tenía claro su objetivo y motivo por el cuál volvió después de tantos años, sin embargo estaba casi seguro que no importaba cuánto se lo repitiera, sabía que tigresa no lo vería así.

- Por tí -, le respondió con decisión.

- ¿Por mí? -, le preguntó ella con sarcasmo.

- Tigresa, por favor si me permites explicarte -, trató de hacerle entender.

- ¿Y por qué debería?, Creía que ya habías sido muy claro la última vez que nos vimos, ¿Lo recuerdas?, Fue justo en la habitación de enfrente -, le encaró.

- Por favor tigresa, solo hablemos, no quiero discutir, no aquí, no ahora. -, le pidió.

- No te preocupes no vamos a discutir ni mucho menos vamos a pelear, tú me dijiste que yo iniciara y eso estoy haciendo, así que cállate y escucha -, le exigió con cara de pocos amigos.

Po quiso replicar, sin embargo optó por callar, sabía que aún había cosas por las cuales tenía que desahogarse.

- ¡¿Tienes idea del como me sentí y como me siento?! -, le cuestionó duramente.

- No lo sé, o quizá sí, pero... -, fué interrumpido.

- ¡¿Qué te dije sobre guardar silencio?! -, le regañó.

Po por más que intentó guardar la compostura simplemente no pudo, incluso alguien como él tenía sus límites.

- ¡Basta ya!, ¡Ahora me toca a mí! -, le gritó poniéndose de pie y abandonando la cama.

Tigresa se asustó un poco por la repentina reacción del panda, muy pocas veces habían discutido enserio sin embargo mantuvo su compostura.

- ¡Por supuesto que sé lo que sentiste!, ¡Yo me sentí igual!, ¡¿Creés que eres la única que sufrió?!, ¡Yo también sufrí nuestra separación aunque no lo creas! -, alzó la voz más de lo que hubiera querido.

Tigresa se quedó perpleja ante tales palabras, todo había sido tan abrupto y tan deprisa, no pudo evitar alejarse unos centímetros del panda, sin embargo mantuvo su ceño fruncido y su mala cara, había enfrentado enemigos más grandes y peligrosos, además sabía que Po jamás intentaría hacerle daño.

- Me largo, fué mi culpa por creer que me escucharías -, le dijo para pasar a su lado a zancadas.

- ¡Aún no he terminado contigo! -, le gritó la felina deteniendo su andar con una de sus zarpas.

El agarre era fuerte, más de lo que quisiera, aún no se recuperaba del todo, ahora no solo lidiaba con el dolor de sus heridas, si no también con el nada amigable agarre de su amada.

No pudo evitar dirigirle una mirada llena de desprecio, realmente estaba perdiendo los estribos.

- ¿Qué harás?, ¿Me golpearás de nuevo? -, le retó.

Tigresa por su lado no pudo evitar tensar aún más su agarre, fué una acción casi inconsciente, sabía que el panda ponía todo de su parte para no hincarse o incluso no llorar por el dolor que le estaba causando en ese momento.

Trató de sostenerle la mirada con el mismo desprecio, sin embargo las lágrimas amenzaban con volver a salir, no pudo evitar tensar su mandíbula al percatarse de esa posible acción, no hiba a llorar, no frente a él, no hiba a darle ese lujo, aún tenía una poca de dignidad.

Sin embargo aquellos ojos color jade eran como afiladas dagas, mientras más los veía, más le dañaban, una pequeña y traicionera lágrima cayó de uno de sus ojos, deslizándose unos centímetros cuesta abajo hasta ser absorbida por su pelaje.

De inmediato cerró sus ojos con fuerza, rogó a los dioses que el panda no se hubiera percatado de aquel suceso, de ser así todo estaría perdido, Po entendería que definitivamente la tenía a su merced para hacer y deshacer con ella a placer.

Sin embargo ocurrió todo lo contrario, en cuánto él se percató de aquella lágrima lo entendió todo, le había hecho daño al único amor de su vida, ¿Cómo pudo haber hecho semejante atrocidad?, Definitivamente no merecía ningún perdón.

En ese instante sólo se echó nuevamente a sus brazos, apegando su cuerpo entero al de ella, tigresa por su lado de inmediato soltó su brazo sólo para alejarlo de ella.

Con ambas zarpas en el pecho del panda, rechazaba su contacto, Po quiso tomar su rostro entre sus manos, buscando acariciar sus húmedas mejillas.

- ¡Suéltame! -, le exigió lanzando mordiscos al aire.

- Espera, por favor, espera -, le pedía una y otra vez esquivando y evitando los afilados colmillos de la felina.

- ¡Sólo déjame sola!, No quiero verte, no debiste volver -, le recriminaba una y otra vez envuelta en lágrimas.

Con fuerza le empujó, separándose de todo contacto, el panda perdió un poco el equilibrio, impactando contra una de las paredes de aquella alcoba, la cuál al ser de papel cedió, cayendo completamente de espaldas sobre el suelo de la habitación de a lado, la cuál para suerte de ambos se encontraba vacía, ya que era especialmente para el uso de huéspedes o invitados.

Tardó un poco en recuperarse, habían hecho bastante ruido, Po por un momento creyó que vendrían los demás a ver qué estaba sucediendo, pero no fué así.

Poco a poco la nube de polvo se fue disipando, quiso levantarse pero un inmenso dolor le hizo volver al suelo de inmediato.

Tigresa por su parte se encontraba en una especie de shock, su respiración era agitada, su pelaje erizado y sus garras asomándose por su zarpa eran prueba de ello, se tomó algunos segundos para observar lo que había pasado, de pronto su mirada se posó sobre el panda quien aún se mantenía en el suelo, su respiración aún estaba agitada.

Le vió intentar ponerse de pie cayendo nuevamente al suelo con dolor, no supo en que momento fué, pero cuando se percató ya estaba hincada apoyándole.

- No pasa nada, estoy bien -, le dijo el panda con gentileza.

- Mira nada más lo que me haces hacer, bruto -, le regañó ella de vuelta.

Po simplemente sonrió con ternura, no había duda alguna, de verdad la amaba, más que a la vida, más que a nada, siempre le gusto verla en ese modo, de cierta manera salía a flote un poco de su instinto "maternal"

- ¿Puedo salir a jugar con mis amigos mamá? -, le dijo en son de broma.

Toda ella se congeló, parpadeó un par de veces sin poder creer lo que había escuchado, lentamente giró su mirada hacia él, lo cuál comenzó a asustar al oso, lo que era una mirada de sorpresa e incluso espanto poco a poco se fué transformando a una muy mala cara.

Po simplemente cerró los ojos esperando nuevamente otro certero golpe, esperó y esperó, más dicho golpe nunca llegó.

Abrió sus ojos lentamente, incluso con algo de temor, esperando ver la cara de pocos amigos que normalmente le brindaba su compañera sin embargo se encontró con algo que jamás llegó a imaginar.

La felina presionaba con fuerza sus ojos mientras respiraba una y otra vez cualquiera podría deducir que la cantidad de aire que tomaba aumentaba con cada respiración, Po le observó un poco desconcertado sin entender del todo que es lo que ella estaba haciendo.

Quería golpearlo, definitivamente eso es lo que anhelaba su ser con intensidad, sin embargo optó por primero escuchar, tal y cómo le había aconsejado su maestro, más que una burla quizá había sido una pequeña broma por parte del panda, después de todo él no sabía lo que la maternidad significaba para ella, ¿Cómo podría?, Ciertamente no era un tema del cuál hablarán mucho durante el tiempo en el que estuvieron juntos.

- ¿Puedes perdonarme? -, le preguntó el panda sacándole de sus pensamientos.

- ¿Por qué? -, le devolvió la pregunta.

- Por todo -, le expresó genuinamente.

Tigresa sólo suspiró bastante cansada, le habían dado demasiadas vueltas a este conflicto, parecían más unos adolescentes que unos adultos, discutiendo y no hablando, siempre buscando tener la razón.

- Ven, vamos a platicar -, le invitó ella poniéndose de pie y ofreciéndole su mano.

Las calles se encontraban vacías,a calcular por la altura de la luna tigresa dedujo que ya era media noche, a pesar del horario las calles del pueblo aún se encontraban iluminadas, esto gracias a los distintos faroles que se encontraban a lo largo y ancho de las distintas calles, las corrientes y brisas de aire aún se encontraban presentes, aunque ya con una menor intensidad.

Tigresa hiba delante, su rabo serpenteaba en el aire de manera juguetona, Po caminaba detrás de ella, le observó con detalle, los pasos de tigresa eran tranquilos pero daban ligeros brincos, aquello le hizo soltar una pequeña risa, la cuál de inmediato fue escuchada por parte de ella.

- ¿Qué es tan gracioso? -, le preguntó al escuchar al panda.

- ¿Desde cuándo saltas cuando caminas? -, le dijo sonriente.

- Veo que eres buen observador, te felicito guerrero dragón -, le respondió ella con la misma burla.

- Touche -, le dijo bastante divertido.

Tigresa sólo rió divertida, dando pequeños saltitos se acercó hasta una banca que había por ahí, con su palma golpeando el lugar que quedaba disponible le invitó a tomar asiento a su lado.

Po un tanto extrañado y nervioso tomó asiento, la actitud de la felina le tenía bastante confundido, hace algunos momentos casi se mataban y ahora actuaba con una actitud sospechosamente gentil y cortés.

- La noche es bastante fresca, ¿No creés? -, le preguntó ella con su mirada puesta en la noche estrellada.

- Tigresa, yo... -, le respondió él ignorando su pregunta.

- Po, basta, por favor, te perdono -, le dijo ella interrumpiendo sus palabras.

- Pero yo... -, quiso continuar.

- Estoy muy cansada, ¿tú no? -, le preguntó con una sonrisa.

Le miró por algunos segundos, miró sus ojos color ámbar, fríos, penetrantes, imponentes, pero con un brillo travieso, observó su fino pelaje y sus delgados bigotes, aquello último le hizo reír bastante, confundiendo a la felina.

- ¿Finalmente encontraste algo en mi cara? - le preguntó ella con una ceja arqueada.

Aquella pregunta solo le hizo estallar en una carcajada.

- No, para nada, toda tú eres perfecta -, le dijo con una enorme sonrisa.

- No creo que el cortejo sea lo tuyo Po -, le respondió ella con burla.

- ¿A no?, Funcionó contigo -, exclamó con una sonrisa burlona.

Tigresa sólo se encogió de hombros con una expresión despreocupada.

- La mejor virtud de un guerrero es la humildad, supongo que ese fué mi mayor momento de humildad -, le respondió con burla.

Aquellas palabras le hirieron un poco, desvío su mirada hacia el cielo nocturno que se alzaba sobre ellos.

- Ouch, golpe bajo -, agregó él sin perder su sonrisa y sin dejar de contemplar las numerosas estrellas.

- Aunque..., Debo decir que me divertí mucho, ese es un buen atributo -, agregó ella.

Po giró su rostro solo para encontrarse con la mirada de su amada, aquel brillo travieso y atrevido que había notado en ese par de ojos ámbar había crecido notablemente, parpadeó rápidamente un par de veces para cersionarse que no estaba alucinando, no, aún estaba ese brillo ahí, conocía bien aquella mirada, fue la misma mirada que había contemplado el día en que se unieron en cuerpo y alma, no pudo evitar tragar grueso tratando de ocultar sus nervios y emoción.

- ¿Sucede algo? -, le cuestionó ella con su mirada fija en él.

El panda era un torbellino de emociones, sabía que tigresa estaba jugando con él, quizá poniéndole a prueba, sin embargo definitivamente estaba jugando sucio, no obstante no se dejaría intimidar, no está vez.

- No lo sé, ¿Acaso puede suceder algo? -, le preguntó con la misma intención que ella.

Tigresa rió divertida mientras se mordía los labios, debía darle cierto crédito al oso por aguantar y contraatacar.

- Eso dependerá de ti -, le respondió ella mientras paseaba su rabo por una de las piernas del panda poniéndole los nervios de punta y quizá algo más.

Po parecía un tomate, su pelaje completamente rojo y todo su cuerpo hecho piedra, aquella actitud divirtió bastante a la felina quien sin previo aviso simplemente se puso de pie de la banca dejándole completamente solo aún en aquella banca.

- Ya es muy tarde, regresemos al palacio, ¿O querrás estar a solas?, Si es así te dejaré en casa de tu padre -, le dijo ella de manera burlona.

No pudo dar ni siquiera un paso cuando una mano le jaló de vuelta hacia aquella banca, aquella acción le tomó totalmente desprevenida, no pudo evitar ser aprisionada al cuerpo del panda.

Desconcertada giró su cabeza un par de veces tratando de analizar lo que había sucedido, soltó un par de maldiciones sin embargo sus labios fueron callados por los del panda.

Abrió sus ojos como platos cuándo tuvo conciencia de lo que el oso estaba haciendo, trató de resistir aquel baile sin embargo poco a poco una sensación de calor y adrenalina comenzó a invadirle.

Po por su parte era un mar de sensaciones, sabía que aquel atrevimiento le costaría muy caro, sin embargo a estas alturas ya le daba igual, con cada movimiento de sus labios y lengua buscaba obligar a que la felina le siguiera el ritmo, en menos de diez segundos todo su ser había despertado, lo que comenzó como un beso brusco y desesperado poco a poco comenzó a tener ritmo, sus labios y lenguas danzaban una con la otra en una perfecta armonía, terminando en pequeños mordiscos por parte de la felina.

Con cautela comenzó a llevar sus brazos por la espalda de ella, acariciando con desesperación el pelaje de su amada, de pronto algo captó su atención, tigresa sin despegar sus labios de los de él movió su cuerpo y postura quedando sus caderas sobre las de él, como si fuera un perfecto engranaje.

Po no pudo evitar soltar un gemido, debido al delicado contacto, tigresa rió entre dientes por aquella reacción del panda.

– Tigresa... Yo... –, trató de hablar.

– Shhh –, le interrumpió.

Trató de deshacer su agarre, sin embargo ella tomó sus brazos y los puso de nuevo sobre su cuerpo, está vez en sus caderas.

– Hum, espera, tigresa –, volvió a insistir.

– Calla, solo calla –, le contestó para después continuar con aquel contacto.

Después de algunos momentos ambos se separaron a causa de la falta de aire, sus respiraciones eran agitadas y ambos tenían un inmenso rubor en sus mejillas.

Sus ojos tuvieron contacto unos con otros, tigresa se veía feliz, ansiosa y bastante inquieta, Po por su parte a pesar de aún estar agitada mantenía una mirada más ansiosa que feliz, aunque la gran sonrisa que se había formado en su rostro decía otra cosa.

Po estuvo por hablar sin embargo tigresa se lo impidió poniendo una de sus garras sobre sus labios.

– Algo atrevido debo decir, podría decirse que incluso audaz, debo reconocerlo –, le dijo aún con su respiración agitada.

Po no exclamó palabra alguna.

– ¿Y bien?, ¿Quieres continuar? –, le preguntó ella con una sonrisa burlona.

Po quedó atónito ante aquella pregunta sin saber que responder.

......

Antes que nada una enorme disculpa por el tiempo que tarde en publicar este cap, a consideración de ustedes lo he hecho un poco más largo y algo diferente a lo que tenía planeado, han sido días muy difíciles y pesados, sin embargo espero que este capítulo sea de su agrado, confieso que fué uno de los capítulos más me a costado escribir, espero cumpla sus expectativas, quizá está historia llegué a su fin en los siguientes dos capítulos, muchas gracias por todo el apoyo que le han dado.

Chapter 17: Labios que callan corazón que ama

Chapter Text

Poco les importó el que dirán, entraron decididos a aquella taberna en las afueras del valle, ambos tomados de las manos como un par de chiquillos a punto de cometer una travesura, no le tomaron importancia a las diferentes miradas que se posaban sobre ellos, algunas llenas de sorpresa o asombro, otras un tanto burlonas.

Quizá después de todo no les veían tan fijamente por su posible identidad, quizá les veían por la enorme diferencia que había entre ambos, era cierto que las parejas interespecies eran cada vez más comunes con el paso de los años, sin embargo no era algo que se solía ver con regularidad en ciertos poblados, eso era un poco más común en las grandes ciudades como Gongem dónde el gran número de especies conviviendo diariamente haría más probable el surgimiento de parejas de ese tipo.

Poco les importó, después de todo la noche era suya y de nadie más.

Tigresa fue la que le guió hasta ese lugar, Po se dejó llevar cómo si fuera un cachorro siguiendo el rumbo de su madre.

Caminaron juntos aún tomados de las manos hasta una de las mesas más alejadas y ocultas de aquel establecimiento, el lugar olía a tabaco y alcohol, un conjunto musical tocaba algunas melodías para todos los presentes, la iluminación era poca, pequeños faroles de papel se levantaban sobre las paredes de aquel establecimiento generando un ambiente obscuro pero a la vez cálido.

- ¿Ya has venido aquí antes? -, no pudo evitar preguntar nervioso.

La felina sólo rió en respuesta, causándole mayor ansiedad y duda.

- Quizás -, se limitó a responder tomando asiento nuevamente sobre las caderas del oso.

Sus rostros quedaron frente a frente, conectando de inmediato sus miradas la una con la otra.

El choque de sus respiraciones y alientos pintó el rostro blanco del panda a un tono bermellón.

- Quiero saber -, le exigió, recordando la pregunta.

Tigresa sólo se encogió de hombros con actitud risueña, sin previo aviso sus labios se conectaron nuevamente con los del panda comenzando una nueva sesión de pasionales besos, ella tomó el control y ritmo, dando pequeños mordiscos a los labios del oso exigiéndole una respuesta.

Poco pudo hacer ante los encantos de su amada, sin embargo no podía negar que la falta de una respuesta a aquella pregunta le inquietaba un poco.

¿Acaso ella había venido a este sitio antes?

Todo apuntaba a que sí, si fuera ese el caso...

¿Con quién?

Las manos del panda comenzaron a navegar y abrirse paso por la espalda de la felina, apegando aún más sus cuerpos, sus manos fueron bajando poco a poco hasta posarse sobre las caderas de la felina quien no pudo evitar soltar un pequeño gemido al sentir aquel agarre tenso y brusco.

La simple idea de tigresa en brazos de otro le causaba náuseas pero sobretodo malestar y molestia, ¿Estaba celoso?, por supuesto que sí, sin embargo no es cómo si pudiera reclamarle algo sin estar totalmente seguro, finalmente le había logrado perdonar y además todo indicaba que está noche tendría el premio mayor, simplemente disfrutaría el momento, las preguntas vendrían después.

Los labios de la felina le atacaban sin piedad, finalizando cada movimiento con pequeños mordiscos incitando a qué le respondiera.

Poco pudo resistir ese exquisito tacto, sus manos aún se encontraban sujetas con gran fuerza y presión en sus caderas de la felina, poco a poco quiso buscar mayor contacto a la parte baja de su cadera, buscando más precisamente sus glúteos y rabo de la felina, sin embargo sus manos se mantuvieron en el aire, no sabía si debía aunque por dentro se muriera de ganas.

De pronto las manos de la felina tomaron las suyas, colocándolas en aquel ansiado sitio, dándole a entender que podía tocar y manipular a su antojo.

Sus manos comenzaron a hacer movimientos gentiles y lentos, tomándose su tiempo para recorrer con paciencia cada centímetro de aquella zona.

Tigresa por su parte solo se embriagaba cada vez más en su propio deseo, sus manos recorrían el pecho del panda con movimientos lentos y pesados, sin despegar sus labios del oso más que sólo para liberar algunos suspiros y gemidos en su oído, incitando su deseo cada vez más.

De pronto un pequeña coneja les interrumpió, llegando con actitud apenada y con notable incomodidad se acercó a su mesa y dejó una pequeña tabla la cuál parecía ser una especie de menú o carta.

Tigresa sólo dirigió su mirada hacia ella causándole aún mayor incomodidad, sin mediar palabra con la pequeña camarera y sin despegarse del oso señaló con una de sus garras una de las inscripciones de aquella tablilla.

La camarera asintió en silencio y les dejó nuevamente solos sin decir palabra alguna.

Se mantuvieron así por algunos momentos, sus ojos atentos unos a otros, sus respiraciones chocaban una con la otra, aún agitados y bastantes sonrojados aunque gracias a la escasa pero cálida iluminación del lugar no se pudo notar muy bien para ojos curiosos que podían estar por ahí.

- ¿Has venido antes a este lugar? -, no pudo evitar preguntar sin despegar su mirada de la de ella.

- Sí -, le respondió sin más.

- ¿Con alguien más? -, preguntó nuevamente.

- Posiblemente -, le respondió de nueva cuenta.

De pronto toda la pasión y confianza que había en él comenzó a desmoronarse, una sola palabra, una sola, había bastado para bajarlo de su nube de confianza y gallardía, una parte de su subconsciente le había indicado que preguntara después de el ansiado acto, sin embargo su temor pudo más.

Una maliciosa sonrisa comenzó a formarse en la cara de la felina al ver la reacción del panda.

Sin previo aviso se separó de él y volvió a su asiento en uno de los banquillos.

- ¿Acaso estás celoso? -, le preguntó con una sonrisa burlona.

- ¡No!, ¡¿Qué te hace pensar eso?! -, le respondió con gran volumen.

Tigresa puso todo de si para poder contener una sonora carcajada, realmente la expresión del panda valía cada segundo.

- Bien, es mejor así -, exclamó ella con simpleza.

Po no pudo evitar sudar frío, aquella respuesta solo le había generado más ansiedad de la que ya tenía, si antes solo había pensado a tigresa con alguien más ahora su mente no le mostraba alguna otra cosa, aquellas suposiciones e ideas le estaban volviendo completamente loco.

De pronto aquella coneja que les había interrumpido con anterioridad se encontraba nuevamente, trayendo consigo lo que parecía una botella de vino y dos copas.

¿Tigresa bebía?, ¿Desde cuándo?

Fueron el par de preguntas que se formularon en su mente al ver cómo la felina agradecía las atenciones de aquella camarera, la cuál se retiró dejándoles una vez más en completa soledad.

Paseó su mirada por el lugar, ahora que prestaba atención se percataba que era un lugar bastante amplio y también alto, pudo presenciar un gran número de mesas "privadas" al igual que en la que se encontraban, en el centro de lo que parecía el espacio principal se encontraba una amplia escalera con un sin fin de elegantes escalones, todos cubiertos del centro con un enorme tapete que al parecer era de terciopelo, los cuales dirigían a la segunda planta de aquel lugar donde al parecer había un gran número de habitaciones.

No pudo evitar sonrojarse un poco al percatarse de ciertos sonidos "peculiares", los cuáles parecían provenir de aquellas habitaciones.

- Veo que te gusta el lugar, ¿Será por su arquitectura o por algo más? -, le preguntó con una sonrisa burlona mientras le ofrecía una de las copas.

Po tomó aquella copa con prisa y la bebió de igual manera.

- Tranquilo, hay suficiente para los dos -, le respondió la felina burlándose de la acción del panda.

- ¿Qué clase de sitio es este? -, le preguntó.

Tigresa sólo encogió sus hombros con actitud risueña.

- Un salón de baile -, le respondió.

- ¿Con habitaciones? -, le cuestionó el oso nuevamente.

- También es una especie de posada -, le dijo entre risas.

Ambos se miraron fijamente por algunos segundos hasta estallar en sonoras risas.

Finalmente el panda se había rendido, tigresa era muy buena mintiendo y manipulando cuándo se lo proponía, y él lo sabía mejor que nadie.

No pudo evitar suspirar cansado al ver la actitud de su compañera, quién sólo reía y jugaba con él como si fuera una chiquilla caprichosa.

Bueno, quizás no estaba tan alejado de la verdadera tigresa, la que siempre se encontraba oculta frente a los ojos y miradas de los demás, alguna vez ella le confesó que era muy cansado el siempre ser recta y perfecta para los demás, quizá no perfecta pero sí estricta, mandona y correcta, tal y como todos le tenían clasificada.

- Toma, bebe conmigo -, le invitó nuevamente con otra copa de vino en su mano.

Po le devolvió la sonrisa tomando aquella copa entre sus manos, observando aquel líquido de color rojizo casi púrpura, el sabor no le gustaba pero tampoco le causaba algún disgusto.

- ¿Sabes algo? -, le interrumpió tigresa sacándole de sus pensamientos.

Po le dirigió la mirada atento a lo que fuera a decir o confesar.

- Me alegra que volvieras, de cierto modo necesitaba cerrar esta etapa de mi vida -, le dijo con una cálida sonrisa.

- ¿Cerrar? -, le preguntó bastante confundido.

- Sí, hablar, explicar algunas cosas y bueno... quizá necesitaba desahogarme -, le dijo con la mirada hacia enfrente.

Po sólo agachó nuevamente la mirada hacia el contenido de su copa como si le estuviera estudiando.

- Tigresa -, le habló, captando la atención de la antes mencionada.

- Te amo -, le dijo sin despegar su mirada de la de ella.

La felina se quedó en silencio sosteniendo sus mirada hacia la de él, no sabía que decir, realmente a estás alturas no eran un secreto los sentimientos del panda, aún después de tantos años.

- Lo sé, siempre me lo dices -, le respondió con una sonrisa coqueta.

- No, está vez es enserio -, le volvió a insistir.

Tigresa sólo le vió un poco confundida con su ceja alzada.

De pronto Po contra todo pronóstico se levantó de su asiento y se hincó en una de sus rodillas frente a ella, quién no sabía de qué manera reaccionar, ¿Acaso estaba pasando lo que creía que estaba pasando?

- Po, ¡¿Qué estás haciendo?! -, le preguntó sumamente alarmada y nerviosa.

- Algo que debí hacer hace cinco años -, le respondió decidido.

Tigresa rápidamente se agachó a su altura y le tomó de ambos brazos poniéndole nuevamente de pie.

Po no entendía muy bien la reacción de la felina, aquel actuar le entristeció demasiado, quizá después de todo sí había perdido a tigresa para siempre.

— ¿Qué sucede? —, le preguntó confundido.

La felina sólo puso uno de sus dedos sobre la boca de este haciéndole callar.

— No lo hagas, no aquí, no ahora —, le dijo con decisión y con mucha seriedad.

— Pero creí que...

— No, vinimos a disfrutar de la noche y pasarla bien, ¿No?, Déjame disfrutar esta noche por favor —, le dijo sin dejar de verle a los ojos.

Po sólo asintió en silencio con vergüenza.

El ambiente se había puesto un tanto incómodo, por su parte el panda moría de la vergüenza y tigresa había perdido el deseo.

Estuvieron así por algunos momentos, ambos perdidos en sus propios pensamientos, tigresa bebía su copa de vino con calma y sin prisa, con la mirada perdida en la nada, mientras Po sólo la sostenía entre sus manos, observando aquel peculiar líquido.

— ¿De verdad lo harías? —, preguntó tigresa sacándole de sus pensamientos.

Po dejó la copa en la pequeña mesa para dirigir su atención a la felina.

— ¿Qué cosa? —, le preguntó sin entender a que se refería.

Tigresa se mordió los labios nerviosa, agradecía internamente a la luz del lugar el que no se notará su rostro sonrojado.

— Ya sabes...

— No —, le respondió devuelta confundido.

Sus manos presionaron con un poco de fuerza aquella copa de cristal, sin embargo sorprendentemente está aguantó.

— Lo que acabas de hacer, bueno, lo que estabas por hacer —, le dijo nerviosa y tímida.

De pronto la idea llegó a su mente, los colores se le subieron al rostro con gran intensidad, una enorme sonrisa algo boba y melancólica se formó en él.

— ¿Acaso pensabas en decirme que...? —, estuvo por preguntar pero le mandaron a callar.

— No te hagas ilusiones panda, no aún —, le respondió ella con cara de pocos amigos.

La euforia de Po se fué con la misma velocidad con la cuál había llegado.

— Al menos lo piensas, eso es suficiente para mí —, le dijo él con esperanza.

Aquella respuesta le hizo sonreír nuevamente, realmente se sentía feliz en eso momentos.

— ¿Quieres acompañarme con otra copa? —, le invitó la felina sonriente.

— Por supuesto —, le respondió con la copa en sus manos.

Ambos hicieron una especie de bryndis, celebrando su especie de reconciliación, el amor nuevamente había golpeado a sus puertas y había golpeado fuerte, la plática entre ambos se hizo muy amena, recordando los buenos tiempo y los que estaban por venir, no había más dudas, no había más temores, solo la esperanza de un nuevo mañana y un futuro prometedor.

Las copas fueron vaciadas, las charlas animadas y graciosas tomaron un rumbo más "pasional", los labios chocaron unos con otros, las manos y zarpas se abrieron paso en el cuerpo del otro, las ganas y deseo fueron tantos que no pudieron ser contenidos.

Con paso apresurado y risillas traviesas subieron a aquella elegante escalera hasta dar con una de aquellas puertas.

Nisiquiera se habían molestado en notificar a la pequeña camarera que saldrían de aquella mesa solo para ocupar la habitación, sin embargo el panda había dejado el pago de ambas cosas, al igual que una pequeña "gratificación" por la discreción prestada.

Pronto les estorbó la ropa, enérgicos y con un enorme deseo de sentirse el uno con el otro, las zarpas de la felina pronto retiraron aquel abrigo y pantalones del panda, quien por su parte trataba de hacer lo mismo, aquel traje dorado tan peculiar fue retirado a la brevedad, hasta encontrar aquellas vendas que aprisionaban los atributos de la felina.

Pequeños mechones de pelo blanco se asomaban entre aquellos vendajes, no pudo evitar detener sus manos por algunos momentos sólo para apreciar un poco más aquel paisaje.

— No me mires tanto —, le reclamó ella con vergüenza.

— Perdón, no lo pude evitar —, le respondió con la misma vergüenza, tomándole en brazos nuevamente.

Su rostro se apegó con fuerza al pecho de la felina, aspirando en enormes cantidades su olor y escencia, ella por su parte sólo se dejó mimar, perdida en aquel mar de sensaciones tan placenteras, ni siquiera se percató del momento en el que aquel par de vendas cedieron ante las manos del oso, cayendo y liberando aquellos atributos que le recordaban al mundo que era una fémina.

De pronto los labios del panda chocaron nuevamente con los de ella, ansiosos incluso un poco violentos, llenos de energía y deseo de mayor contacto, ella le responde a la brevedad.

La falta de aire les separó por algunos instantes, sin embargo aquel contacto fue retomado a la brevedad por la iniciativa de ella, sus manos se colocaron con suavidad sobre su rostro, acariciándolo con mimo y ternura, lentamente abriéndose paso hasta posarse sobre el pecho de él.

Po se inclinó suavemente sin soltarle siquiera, ambos cayeron en aquella superficie blanda y cómoda, sus manos buscando recorrer cada centímetro de ella.

— Te amo —, le dijo entre susurros en su oreja.

Tigresa sólo sonrió cómplice de aquella declaración.

— Te deseo —, le respondió ella de vuelta.

Pudo sentir como se abría paso dentro de ella, presa del placer y deseo solo pudo estrujar las sábanas con fuerza, los movimientos del panda eran suaves y constantes, sus labios se conectaron nuevamente entre ellos en un pasional beso.

No había nada que pensar, nada que decir, sólo vivir y disfrutar de aquel momento, Po no sabía con seguridad y certeza si aquella noche se repetiría en algún futuro, aunque realmente poco le importaba ya, tigresa era suya, quizá por esa noche pero a final de cuentas era suya.

Dejó de besarle los labios solo para ir bajando de peso en beso por todo su cuello, hasta llegar a la unión de este y su hombro, dando pequeños mordiscos en su suave pelaje.

Tigresa no pudo evitar retorcerse de placer al sentir aquel peculiar tacto, hacía tanto tiempo que había deseado una velada como esa, era algo difícil de explicar pero definitivamente el panda sabía dónde y cuando besarle.

Po por su parte se embriagaba cada vez más de la escencia de la felina, sus manos navegaban sin restricción y pudor sobre el cuerpo de su amada, esto sin detener el movimiento de sus caderas.

Tigresa era un mar de sensaciones, sus manos estrujaban las sábanas con fuerza, sus labios ya hinchados buscaban el contacto del panda con desesperación, los cuales solo se separaban en ocasiones para tomar un poco de aire.

— Te amo —, le dijo él panda entre suspiros.

Tigresa sólo gimió su nombre en un susurro, solo para morder con mimo una de sus pequeñas orejas del oso.

De pronto sus manos se posaron sobre las caderas de la felina, con un poco de brusquedad y fuerza le volteó quedando de espaldas hacia el panda, aquel movimiento le tomó por sopresa, giró su cabeza un par de veces buscando el rostro del panda.

— Aquí mi amor —, le dijo él con burla.

Tigresa sonrió cómplice a la vez que se mordía los labios, amaba cuando el panda inocente y tonto tomaba iniciativa.

Inclinando un poco su cabeza y mejorando su postura para tener un mayor contacto íntimo le permitió abrirse paso nuevamente dentro de ella.

Sintió sus piernas ceder y por un segundo creyó caer de rodillas ante tal contacto, los labios del panda recorriendo una vez más su cuello y espalda mientras continuaba con aquel movimiento lleno de armonía sobre sus caderas.

— Carajo, podría acostumbrarme a esto —, exclamó la felina cegada por la lujuria y placer.

— Eso... —, la besó una vez más — se puede arreglar —, sus manos acariciaban su espalda con mimo y pasión hasta llegar a lo que parecía su rabo.

Aquel agarre de inmediato captó algo en su ser, haciéndole por fin caer de rodillas quedando boca abajo de las sábanas.

No pudo evitar cerrar sus ojos, dejándose llevar por aquella explosión de sensaciones, jamás había experimentado algo de esa magnitud, estaba feliz, se sentía plena, amada, se sentía completa.

— ¿A sí?... —, preguntó ella aún sin abrir sus ojos.

— Sí... —.

Nuevamente su cuerpo fué movido con brusquedad, quedando está vez sus rostros frente a frente.

Fué entonces que por fin abrió sus párpados, su mirada ámbar fija sobre la mirada jade del oso.

Po se detuvo por algunos segundos solo para contemplar los ojos de su amada.

— Cásemonos —, le dijo de pronto sin titubear.

La respiración de la felina aún era agitada, aquella propuesta le había tomado sorpresa, a pesar de que ya se esperaba algo así.

No pudo evitar asentir con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a llegar a sus párpados.

— Sí, si quiero —, le respondió con jubiló.

El rostro del panda no tenía precio, una mirada llena de ilusión y alegría se formó en él, con gran emoción le tomó nuevamente en brazos y unió sus labios con los de ella en un furtivo y pasional beso, en el cuál ambos ladearon sus rostros buscando mayor contacto uno con el otro.

Así estuvieron toda la noche y parte de la madrugada, entre besos, caricias y mimos.

No había nada que decir, nada que pensar y mucho menos demostrar, eran solo ellos dos, listos para tomar las riendas de su propio destino el cuál les tenía un futuro prometedor.

Porque cuando los labios callan, el corazón ama.

....

Lamento mucho la demora, he estado muy ocupado con el trabajo y también con la falta de creatividad, es la primera vez que escribo algo como esto, espero que sea de su agrado pero sobre todo, fácil de entender, nos leemos pronto quizás con el final de esta historia.

Bendiciones para todos.