Chapter 1: 1/3
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Venus y Marte han notado a Tierra raro, mejor dicho, desde su reconciliación ya no ha sido el mismo, y eso estaba claro, pero nunca supieron el porqué o preguntaron al respecto sobre su cambio. Ellos pensaron que la Tierra había pensado sobre sus acciones y vio que él estaba mal, así que decidió cambiar durante aquel tiempo que no estuvieron a su lado.
Sin saber el verdadero motivo de su cambio.
No sospecharon, no dijeron nada y solo supusieron tal escenario hasta semanas después, donde tal cambio empezó a hacer raro para ellos, incluso llegando que ciertos momentos les resultara incómodos.
No había ningún rastro de aquella personalidad egocéntrica y superioridad. Todo desapareció, casi de la noche a la mañana. Sí, estaban felices de ese cambio, incluso algo orgullosos, pero, ¿Era posible que un planeta cambie de la noche para la mañana?...
— Okay, esto cada vez es más raro. — dijo el más grande, ya con una leve molestia por aquella sensación de malestar.
— Opinó lo mismo, Venus — respondió el más pequeño.
Se miraron fijamente hasta que uno suspiró y decidió por fin liberar aquel malestar que había estado guardando desde que empezaron a convivir con la nueva Tierra.
— Yo... ¡Estoy feliz por la Tierra!, me hace feliz saber que ya no es egocéntrico y con ese...
— Ego — fue interrumpido, por el contrario, que mostraba un rostro neutral, al mismo tiempo con signos de molestia.
— ¡Sí!, pero... Siento que nos perdimos de algo importante, algo sucedió mientras no estábamos. — Al terminar de contar su malestar, miró al contrario de forma preocupada. Aquel malestar lo estaba matando.
— Digo lo mismo, estoy... Feliz de que la tierra ya no sea así, pero, ugh, ¡No sé!, siento lo mismo que tú. — dijo con cierta dificultad, pero con sinceridad.
Los dos se quedaron callados y no mencionaron alguna palabra hasta que el cuarto planeta tuvo una idea de lo que podrían hacer para quitar su malestar.
— ¿Qué tal si le preguntamos a la tierra?, así nos podremos sacar ese malestar — propuso con entusiasmo.
— No — respondió casi al instante ante tal idea, algo que confundió al contrario.
— ¿Eh?, ¿¡Por qué!? — dijo totalmente confundido ante tal negatividad.
— No sé Marte, tal vez porque dudo mucho que la tierra nos diga lo que LE SUCEDIÓ cuando no estábamos. — mencionó molesto ante tal falta de lógica de su amigo.
— Bueno, ¡No sé!, tal vez nos diga lo que sucedió, además, es mejor que nos diga lo que a ÉL le sucedió, que otra persona lo diga — se defendió ante tal ataque hacia su lógica, algo que lo logró.
— Ugh, bien, tienes razón — miró a otro lado molesto.
Marte se sintió orgulloso al ver que el planeta tóxico aceptaba su idea.
— Bien, entonces vamos — ahora tenía que implementar su idea, principalmente para sacar aquel malestar lo antes posible.
Avanzó, pero se detuvo casi al instante al ver que el planeta tóxico no avanzaba. — ¿Venus? — llamó algo confundido a su amigo que solo miró a otro lado algo cabizbajo.
— Deberías de ir tú... Tú eres su amigo más cercano, dudo que él diga... — No pudo acabar sus palabras, ya que fue jalado por el menor.
— Oh Venus, ¿Qué dijimos?, somos amigos, los tres... Bueno, los cuatro, somos amigos, somos los únicos planetas rocosos y debemos de apoyarnos entre sí — Dijo en un intento de calmar aquella inseguridad que seguía sintiendo el planeta tóxico. — Los cuatro somos amigos y te aseguro que la Tierra te quiere y aprecie, tanto como yo. No se trata de quién tiene más años con quién, lo que define es el cariño a alguien, sin importar el tiempo que llevan juntos. — mencionó con una cálida sonrisa para intentar calmar al contrario.
Aquellas palabras pudieron tranquilizar aquellas inseguridades que comían por dentro al planeta tóxico. — Supongo... — Soltó unos instantes. Sus palabras fueron secas, pero su cara fue expresiva; Una leve sonrisa, al mismo tiempo que el brillo de sus ojos brillaron ante tales palabras que calmaron esa inseguridad que poco a poco lo estaba comiendo por dentro.
— ¿Vamos? — Agarró la mano del planeta contrario y dar leves caricias en esta como un apoyo.
Lo único que recibió como respuesta es un sí con su cabeza.
Marte empezó a jalar la mano de Venus para llevarlo con Tierra, mientras Venus no puso resistencia, pero momentos antes de llegar con Tierra y su luna soltó el agarre.
Al llegar vieron a Luna y Tierra hablando entre sí, al parecer sobre los humanos. Algo a destacar de esa conversación fueron sus expresiones, mientras Luna mostraba preocupación, Tierra mostraba un rostro de consuelo, seguramente para intentar calmar a su Luna, aunque en ese mismo rostro se podía llegar a mirar leves rastros de tristeza.
Sus rostros cambiaron al ver a los dos planetas yendo hacia ellos. Luna mostró una expresión más alegre, mientras Tierra una sonrisa tímida, al mismo tiempo alegre.
— ¡Marte, Venus! — Llamó a sus amigos para posteriormente ir hacia ellos con esa misma sonrisa tímida.
— Hola Tierra, te queríamos preguntar algo — dijo con tranquilidad el planeta anaranjado.
Tierra se mostró algo nervioso con tal declaración, pero al final aceptó. Mientras ellos hablaban, Luna empezaba a ir hacia ellos a una velocidad normal.
— Tierra, ¿Qué pasó mientras Venus y yo no estábamos? — preguntó con la mayor calma el planeta anaranjado hacia el planeta con vida.
El mencionado solo se quedó en blanco, para después empezar a temblar. Al mismo tiempo que un semblante nervioso se apoderó de él. Luna miró a su planeta con cierta preocupación, aunque después le dio un leve empujón para qué intentará contar lo sucedido.
— ¡No paso na-nada! — gritó el planeta azul con fuerza, causa de sus nervios.
Tierra decidió no tomar el consejo de su Luna, no deseaba que ellos supieran sobre aquel día, ya era suficiente que el Sol, Mercurio y su luna supieran.
Marte y Venus se vieron solo por un instante para luego ver al otro planeta, ellos habían confirmado sus sospechas de que algo pasado, era obvio saber eso cuándo tenías a un planeta temblando y nervioso por una simple pregunta.
Marte no deseaba insistir, caso contrario a Venus.
— Tierra, algo paso, ¿Verdad?, tienes que decirnos — dijo con cierta molestia y autoridad.
— Venus, no seas... — Marte intento hablar, pero fue interrumpido por Venus.
— Lo siento — pidió perdón con sinceridad al ver que sus palabras sonaron agresivas, incluso dañinas para el planeta con vida.
— No te preocupes Venus... — Respondió Tierra ante su disculpa con una leve sonrisa — Yo... De verdad, chicos, no pasó nada ese día y si hubiera pasado, ya les hubiera contado. — dijo con cierta dificultad.
Todo eso estaba siendo visto y escuchado por Luna, que no pudo evitar sentirse terrible ante aquello. Él deseaba que su planeta les explicara todo para que pudiera liberarse del miedo que sentía ante la reacción de sus amigos cuando supieran de su intento de suicidio.
Los dos planetas sin vida lograron calmar un poco ese sentimiento de malestar con sus palabras. Sin embargo, la inquietud persistía, y la sensación de que algo malo había sucedido durante el tiempo que no habían estado con el planeta con vida se intensificó.
Se miraron entre sí y con un acuerdo silencioso de miradas decidieron dejar el tema y ponerse a jugar su juego favorito para olvidar lo anterior.
— Está bien Tierra — Dijo Marte con una leve sonrisa para después ponerse a su lado, acción que copió Venus. Con una leve sonrisa propuso; — Chicos, ¿Qué tal si jugamos a las cartas? — dijo para relajar el ambiente y poder olvidar del tema.
Los planetas contrarios aceptaron tal propuesta, haciendo que Marte se ponga feliz.
— Luna, ¿Juegas? — preguntó Tierra a su pequeña Luna que respondió con un movimiento de cabeza que donde aceptaba su propuesta.
Los tres planetas y la luna empezaron a jugar, mientras disfrutaban de las compañías contrarias.
— Para la siguiente hay que invitar a Mercurio — sugirió Tierra.
Luna y Marte estuvieron de acuerdo, caso contrario con Venus, que solo soltó un gruñido de enojo, para al final aceptar con cierta vergüenza y timidez.
Tal escena provocó las risas de los demás, algo que alteró a Venus.
— ¡YA CÁLLENSE, ¿NO?! — Grito totalmente alterado y con un gran sonrojo en todo su cara por la vergüenza.
Definitivamente, se iban a divertir muchísimo ;)
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Ha pasado un tiempo desde aquel suceso, ninguno de los dos planetas rojos han querido hablar de ese tema, decididos a olvidarse.
Algo impossible.
Durante ese tiempo el malestar aumentó, al punto que ya no podían estar tranquilos sin tener presente aquel recuerdo de aquel suceso.
Todo ocasionó que estos dos planetas se reúnan, una vez más, en la órbita de Venus para tener más "privacidad".
— Esto no funciona — dijo con molestia el planeta anaranjado.
El planeta contrario solo soltó un suspiro y miró a la zona de ricitos de oro en donde se encontraba Tierra, Luna y Mercurio.
— Oye, Venus, ¿no te parece extraño ver a Mercurio hablar con la Tierra?, no es que haya nada de malo, pero me resulta raro que insista tanto en tener conversaciones privadas con él. No es la primera vez, ya son muchas las ocasiones en que busca a la Tierra para hablar a solas con él — al terminar de hablar miro a Venus con cierta duda sobre tal situación.
Venus giró un poco su cabeza, en dirección a donde los dos planetas y la luna se encontraban, dialogando, aunque de una forma algo extraña en su opinión.
— Creo que llegué a escuchar que Mercurio le está dando terapia a la Tierra — mencionó con una pausa dudosa, que reflejaba la poca seguridad que tenía de su propia respuesta.
Tal información sorprendió al planeta anaranjado, que se acercó al planeta contrario para agarrarlos de los hombros. — Espera, ¿¡QUÉ!? — soltó totalmente sorprendido ante tal información.
El planeta tóxico solo miró a otro lado con un ceño algo fruncido por la cercanía contraria. — Lo supe hace poco, ¿Okay? — con eso dicho se alejó del otro de forma algo agresiva. — Lo escuché en una conversación que tuvieron Mercurio y el sol, pero tampoco pude escuchar más — dijo sin darle mucha importancia.
Marte reflexionó durante unos instantes sobre aquella información. Todo era tan extraño y, de cierta forma, preocupante. Siempre había sido el apoyo del planeta con vida, acompañándolo en sus peores momentos. Descubrir que ahora estaba recibiendo terapia de Mercurio, alguien que lo conocía mucho menos que él, resultaba... Impactante.
Aparte de esta situación, otra cosa que tenía preocupado en esos instantes al planeta anaranjado era el simple hecho de que él siempre había sido el "apoyo" de la Tierra, y aunque no fuera su apoyo más fuerte, debido a que su apoyo más fuerte era su luna, lo conocía bien. Por lo tanto, le resultaba hiriente que no se le tomara en consideración para ayudarlo en sus terapias.
— Algo está mal, muy mal — Exclamó mientras pensaba en todo lo anterior, llegando al punto de la disociación y sobre pensamiento.
— Eso lo sé — respondió cabizbajo Venus — Yo también lo siento — su vista se dirigió a otro lado, pero esta vez sería para evitar que el contrario pudiera ver su expresión de preocupación.
Se quedaron en silencio, los dos metidos en sus pensamientos hasta que el cuarto planeta del sistema se le ocurrió una idea.
— Oye Venus, ¿Qué tal si le preguntamos a Mercurio? — Dijo con cierta esperanza de que el más enano de los planetas les contara lo que sucedía, por lo menos algo, después de todo Mercurio siempre ha sido un amigo a considerar para Marte.
El mencionado lo miró con molestia y rechazó tal idea. — No, ¡Me niego a hablarle a ese enano!, prefiero mil veces hablarle a la Tierra egocéntrico que a ese enano — Exclamó Venus provocando que Marte solo soltara un suspiro y que con cierta molestia diga.
— ¿En serio, Venus?, ¿De verdad deseas seguir con tu estúpida enemistad con Mercurio a saber lo que le sucede a la Tierra?, ¡Nuestro amigo! — dijo con confusión e incredulidad, aparte de la ya mencionada molestia.
— Sabes, si no deseas venir conmigo está bien, ya sé que tanto te importa la Tierra — con eso, dicho empezó a retirarse y dirigirse a la órbita de Mercurio.
Venus, después de pensarlo un momento corto, pero crucial, soltaría un sonido de molestia e iría tras Marte — ¡Yo no seré el qué pregunté! ¿¡Me escuchaste!? — gritó todo lo que pudo.
Marte solo sonrió por sus adentros.
Mercurio apenas había llegado a su órbita, después de tener una larga sesión con la Tierra que se basaba, una vez más, en como socializar y tratar a las personas ajenas de manera correcta.
Decidió descansar, especialmente debido a que el Sol lo estaba empezando a dejar en paz por el cansancio que sentía después de las sesiones con la Tierra, así que ahora se podía permitir descansar sin ser molesto a cada rato por los chistes malos de parte del Sol.
Algo bueno de darle terapia a la Tierra... Supuso.
Cerró sus ojos, preparado para dormir hasta escuchar a lo lejos como lo llamaban. Abrió sus ojos y miró hacia la dirección donde alcanzo a escuchar su nombre, viendo en el proceso a Venus y Marte viviendo hacia él.
— ¡Mercurio!, ¿Te puedo hacer una pregunta? — dijo Marte con una leve sonrisa, mientras se ponía enfrente del mencionado.
Por el otro lado estaba Venus, callado y sin decir ninguna palabra, teniendo una expresión de molestia.
Mercurio, algo confundido, decidió aceptar. — ¡Claro!, ¿Qué ocupan? — mencionó con su mejor sonrisa, incluso aún con la mirada molesta del planeta tóxico sobre él, mirada a la cual ya estaba acostumbrado.
— Bueno... Solo queríamos saber la razón por la cual le estás dando terapia a Tierra — dijo con un tono que mostraba preocupación, al mismo tiempo que sostenía una sonrisa tímida en su rostro.
Tal pregunta sorprendió a Mercurio, llegando incluso a espantarle el sueño que este tenía, luego, a los pocos segundos, la pregunta provocaría que se empezará a poner nervioso.
— Am, bueno... Yo... Yo no sé si puedo decirlo, no me malentiendan, ¡Tierra es el que debe decirles! — entre más hablaba, más se ponía nervioso, principalmente porque aquella mirada molesta de Venus hacia él estaba empezando a empeorar, y cuando empeoraba sabia lo peligroso que se podría poner la cosa para él.
Por otra parte, Marte se sintió algo decepcionado por la respuesta recibida, pero comprendió la razón. Ante esto tomaría la decisión de ir a preguntar a Tierra la razón de sus terapias con Mercurio, pero antes de empezar a dirigirse hacia allá fue detenido al escuchar detrás de él la acción de Venus.
El planeta tóxico se acercó a Mercurio con una mirada completamente furiosa, se veía lo suficientemente enojado y molesto como para hacerle algún daño a Mercurio.
— ¡Enano, nos dirás que le pasa a Tierra, quieras o no! Y si eliges no, ME ASEGURARE DE SACÁRTELO DE TU ESTÚPIDO Y DIMINUTO NÚCLEO — dijo con una rabia ya conocida por el menor.
El planeta más enano se quería alejar conforme se iba acercando el planeta tóxico, pero fue detenido por este mismo antes de recibir tal amenaza.
— ¡DIME, MALDITO ENANO! — Agarró con fuerza los hombros ajenos.
Mercurio estaba asustado, al punto de comenzar a temblar levemente, temiendo que lo lastimara otra vez, mientras intentaba separarse del mayor, totalmente aterrado por su violenta reacción. Aunque el pequeño intentaba alejarse, el mayor no lo dejaba, agarrándolo con fuerza de los hombros hasta el punto de empezar a lastimarlo.
Marte al ver tal escena se regresó y los apartó.
— Venus, ¡Cálmate! — pidió, casi como una orden.
El mencionado solo soltó un leve sonido de molestia para mirar a otro lado, ya algo "calmado", pero todavía enojado con el más pequeño.
Mientras Marte fue con Mercurio a ver como se encontraba, algo apenado por el comportamiento de su amigo.
— Lo siento — se disculpó.
Mercurio negó, después de todo, no era su culpa. — No es tu culpa Marte, estoy bien — respondió con una leve sonrisa, al mismo tiempo que se calmaba de lo sucedido anteriormente.
Marte, después de disculparse con Mercurio, soltaría un leve suspiró de pena y cansancio. Momentos después fue con Venus para retirarse del sitio e ir en dirección hacia la órbita de ricitos de oro. En el camino no hablaron, solo hubo una tensión y silencio, algo incómodo por la situación anterior.
Su actitud cambió cuando llegaron con Tierra, que una vez más estaba platicando con su Luna. Al parecer escuchaba atento a lo que su Luna le estaba diciendo. Los dos se detuvieron cuando vieron a los otros dos planetas acercándose. La Tierra sonrió y fue con ellos con rapidez, mientras la luna solo fue hacia ellos de forma calmada y tranquila.
— ¡Chicos! ¡Qué bueno que están aquí!, ¿Qué tal si jugamos a las cartas? — propuso Tierra.
Los otros dos planetas aceptaron de inmediato, decidiendo fingir que nada de la situación anterior había pasado.
Ahora los tres planetas se encontraban jugando, mientras la pequeña luna solo se quedó en modo espectador, viendo como su planeta jugaba contra los otros dos planetas. Estando acurrucado contra su amado planeta.
Todo estaba tranquilo, el ambiente era calmado, excepto para el planeta anaranjado. Marte estaba disfrutando el momento, pero a la vez estaba algo inquieto por la situación anterior, no por la "pelea" por no decir intimidación y amenaza de muerte de Venus hacia Mercurio, sino por el descubrimiento que el planeta enano le daba terapia al planeta con vida.
— Um, Tierra — Marte llamó al planeta con vida, algo tenso por lo que iba a preguntar.
El planeta tóxico pondría una mirada fija en su amigo anaranjado. Sabía que iba a decir, también sabía que era mala idea, aun así, no hizo nada para detener dicha idea terrible.
Mientras el planeta mencionado dejaría de ver con confianza sus cartas para así ponerle atención al planeta anaranjado. — ¿Pasa algo? — preguntó, mientras le daba leves caricias a la cabeza de su pequeña Luna, caricias como las que un padre le daría a su cría.
— Am yo... — Dudo por unos instantes, pero volvió a armarse de valor — Tierra, ¿Por qué Mercurio te da terapia? — Soltó la pregunta, con su voz algo temblorosa al no saber lo que podría llegar a pasar.
Venus y Marte miraron fijamente al planeta con vida, viendo como se ponía completamente tenso, al igual que su Luna, notándose algo nerviosa por la pregunta hecha.
— Bueno... Yo... — Intento responder con rapidez la Tierra, sin tener éxito alguno, batallando en encontrar y formular las palabras para responder tal pregunta tan sencilla.
— A-ah... — De pronto su voz tembló, al igual que sus manos. Además de ponerse nervioso — Bueno... Es... ¡Es para ayudarme con mi... ¡Ya sabes! — dijo sin saber muy bien que decir.
El planeta anaranjado lo entendió de cierta forma, y lo podría dejar hasta ahí, pero algo faltaba. Se sentía que faltaba un pequeño detalle por mencionar.
— Tierra, lo sé, pero, ¿Por qué sigues en terapia?, ya ha pasado semanas con eso — Pregunto una vez más y explicó la razón de la pregunta — Incluso, yo también te podría ayudar, al igual que Júpiter, pero sigues con Mercurio. No es por ser malo, pero, siento que me estás ocultando algo. ¿Qué pasó ese día Tierra? — preguntó con firmeza.
Venus solo estaba atento a la situación, tal vez no podía expresarse bien, pero estaba preocupado de igual forma por su amigo.
Ahora por parte del planeta con vida... Se encontraba al borde de las lágrimas, al mismo tiempo estaba temblando y algo asustado. Comportamiento visto por los demás presentes.
El primero en actuar fue Luna, agarrando las manos de su planeta para intentar confortarlo, al tiempo que lo alejaba levemente, más no demasiado, de los contrarios, a los que miraría con una mirada juzgadora por unos leves segundos. Por otro lado, los dos planetas estaban en un estado de shock al ver tal escena. Aparentemente... Sí.
Ya segundos después, Marte pudo reaccionar y de forma inmediata fue con su amigo, dando leves caricias en su cabeza y pidiendo mil veces perdón por haberle causado eso. Al mismo tiempo afirmando que realmente sí había pasado algo grave aquel día.
Venus... Solo se quedaba mirando, sin saber muy bien que hacer o decir, solo sintiendo un fuerte malestar al ver a su querido amigo de tal forma.
Marte al ver eso se alejó de Tierra para jalar a Venus y volver con Tierra, formando un abrazo grupal. Así se quedaron hasta que el planeta con vida se quedó dormido ante la calidez. Provocando que los planetas se alejen, a excepción de la pequeña Luna, que se quedó a su lado, mientras daba leves caricias en su cabeza.
— Luna... Am, perdón — pidió disculpas Marte.
El mencionado, si bien en un principio juzgo a los contrarios, rápidamente entendería las razones de estos y negaría con la cabeza y los vería con una leve sonrisa. Él sabía ahora que el planeta anaranjado no tuvo la intención de dañar a su planeta, solo descubrir lo que sucedía con este.
— Está bien Marte, no fue tu intención — dijo con una voz calmada y suave.
Los dos planetas se miraron, uno ya deseaba irse, mientras el otro deseaba seguir inculcando lo más posible hasta saber lo que había pasado.
— Luna, ¿Puedo hacerte una pregunta? — Era bastante obvio cuál sería su pregunta.
Luna miró a Marte, dudando si decir lo que pasó aquella vez. Al final decidió no contarlo, muy a su pesar, ya que deseaba eliminar el miedo de su planeta, que era que Marte y Venus descubran lo que sucedió ese día y lo odien o juzguen.
— Lo siento Marte — Fue lo único que dijo.
El mencionado entendió y simplemente no insistió más. Mostrando una leve sonrisa triste. Estaba preocupado por su amigo, y deseaba ayudarlo, pero no podía hacer nada, algo que le hacía sentir un inútil.
A pesar de todo, sabía que en algún momento sabría la verdad, solo tenía que esperar.
Notes:
En el siguiente capítulo Venus tendrá protagonismo, ¡yey!
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Aquel planeta rojo estaba cansado de toda la situación, incluso harto de siempre lo mismo. Le molestaba no saber lo que sucedía, pero también le molestaba que cuando el planeta anaranjado preguntaba no decían nada.
Era molesto.
Lo odiaba, ¿Por qué tenía que preocuparse por aquel planeta con vida?, no le afectaba a él. Se lo merecía, por las veces que lo ha lastimado con sus crueles palabras. Pero, entonces, ¿Por qué su núcleo dolía al recordar como vio aquel planeta teniendo un ataque de pánico?, ¿Por qué sintió un fuerte malestar al ver a la Tierra tan mal?
Él lo sabía, él sabía que, en el fondo, lo apreciaba, quería al planeta con vida. Lo quiere como un amigo, un compañero y simplemente verlo en ese estado lo lastimaba.
Algo que odiaba.
Odiaba toda la situación, odiaba no saber nada, odiaba sentirse mal por culpa del planeta con vida, odiaba preocuparse por él.
Toda la frustración y enojo que sentía provocó un profundo cansancio en él y sin poner mucha resistencia, cerró sus ojos, dispuesto a descansar, pero sin poder lograr dormir. Solo siguió su órbita, mientras su cuerpo empezaba a relajarse.
Unos momentos después empezó a sentir el sueño, al igual que antes no puso resistencia, pero cuando estaba a punto de quedarse dormido escucho la conversación de Mercurio y Sol.
— Oye Mercurio — llamo la estrella a su mejor amigo que solo lo volteo a ver.
— ¿Pasa algo sol? — respondió ante el llamado de su estrella con una leve sonrisa, caso contrario al Sol, que sostenía una expresión neutra.
— Lo de Tierra... ¿Cómo ha ido con sus lesiones? — preguntó el Sol algo preocupado. Aquel día se había asustado mucho, ya que lo último que deseaba era dañar a sus lindos y pequeños planetas que tanto amaba.
— Oh, bueno, está mejor, aunque hace poco tuvo un ataque... — dijo algo desanimado, para posteriormente mostrar una sonrisa más alegre — ¡Quitando eso de lado!, se encuentra mejor, él realmente desea mejorar, además de entender que terminar con todo no es una solución — soltó alegre por el progreso que ha estado teniendo el planeta con vida.
El sol no pudo evitar mostrar una leve sonrisa y antes de poder responder notó la presencia de alguien, sin poder evitarlo, miro al recién llegado con curiosidad. — ¿Venus? — La estrella pronunció el nombre del recién llegado.
Aquel nombre provocó un fuerte escalofrío que recorrió todo el cuerpo del pequeño planeta, trayendo a su mente los recuerdos de los eventos más recientes relacionados con esos planetas, especialmente con el recién llegado, Venus. Giró rápidamente la cabeza hacia donde se encontraba el planeta más tóxico, temiendo lo peor.
Ahí estaba el planeta Venus, mirando a su estrella y a su vecino con una cara llena de ¿Sorpresa? ¿Ira? ¿Tristeza?, la respuesta era... Todo, aquella cara era una mezcla de emociones.
— ¿Qué tierra... — La respiración de aquel planeta empezó a ponerse agitada — ...QUÉ!? — grito con furia. Apretó con fuerza sus puños, mientras las emociones empezaban a dominar su mente. Tembló, sin creer lo que acaba de creer, no podía. Deseaba que fuera mentira.
— Mercurio, dime que es falso — dijo con la poca cordura que quedaba, cordura que rápidamente desapareció al no recibir respuesta del contrario. — ¡RESPÓNDEME MALDITO ENANO! — gritó al instante de perder la paciencia.
El pequeño planeta tembló y retrocedió para evitar cualquier tipo de daño que le podría llegar hacer el planeta tóxico. Algo que solo volvió más loco al planeta más grande.
— ENANO, ¡RESPONDEME! — grito con más fuerza y enojo, al mismo tiempo que lo miraba con más intensidad y furia.
Mercurio solo miró a otro lado con una cara nerviosa y complicidad. Entonces Venus miró a su estrella en busca de alguna respuesta por parte de esta, pero solo notó la misma expresión del primer planeta.
— Ha... No... ¿¡LOS DOS LO SABÍAN?! — grito incrédulo. Mordió con fuerza su labio inferior al punto que leves gotas de magma empezaban a salir de la herida.
Al no recibir una respuesta decidió retirarse de ahí con rapidez en dirección hacia la zona de ricitos de oro. Dejando al Sol y Mercurio solos, teniendo al planeta más pequeño preocupado por lo que podría pasar.
Se encontraba dos planetas hablando, además de tres lunas, dos más pequeñas que la otra. Aquellos eran los dos planetas rocosos restantes, Tierra y Marte, y las pequeñas lunas eran Phobos y Deimos, las dos lunas diminutas de Marte que siempre están ahí, pero nadie nota y la Luna restante era ni más ni menos que el acompañante del planeta con vida, Luna.
Los dos planetas se encontraba platicando, mientras juegan a las cartas, por el otro lado estaba el satélite del planeta con vida, durmiendo con tranquilidad, al mismo tiempo que acompañaba a su planeta amado.
El ambiente era tranquilo, cada uno disfrutando de la compañía del otro.
Lamentablemente, aquel momento de paz no iba a durar por mucho tiempo.
Venus llegó unos minutos después, y con furia fue contra el planeta con vida, agarrándolo por el cuello de su camisa con fuerza. Casi de forma inmediata empezando a insultarlo con todos los insultos que se sabía.
— ERES UN MALDITO, ¿¡CÓMO TE ATREVES A PENSAR EN TAL COSA!? — grito y grito, mientras dejaba que su ataque de ira lo dominará, al mismo tiempo que su núcleo se apretaba ante tal idea.
El planeta anaranjado se quedó inmóvil ante tal escena, jamás había pensado o imaginado que Venus llegaría e iría contra el planeta con vida. Después de unos minutos en shock se acercó rápidamente a ellos para intentar separarlos, lográndolo. Se puso adelante de la Tierra y miró a Venus con enojo y confusión.
— ¿¡Qué mierda haces Venus!? — grito molesto por las acciones del planeta tóxico.
El mencionado solo tenía la respiración agitada y un leve temblor en su cuerpo, pronto se pudo visualizar como sus ojos se llenaban de lágrimas. Algo que notó Marte y Tierra.
— ÉL — apunto a la Tierra con ira — ESE IDIOTA — su respiración empezó a ser más agitada — ESE IDIOTA INTENTÓ SUICIDARSE — grito con furia, mientras leves lágrimas empezaban a bajar por sus mejillas.
Marte no pudo creer tal cosa, era imposible que la Tierra hiciera tal barbaridad. A pesar de eso, si llego afectar aquellas palabras, causando que su respiración sea algo agitada.
— Venus, ¿¡Qué mierda dices!? — respondió ante las absurdas palabras dichas — ¡Tierra jamás harí... — Antes de poder acabar sus palabras miró a la Tierra y su rostro le dijo todo.
Tembló, sin creer que pudo intentar hacer tal acción. Leves lágrimas empezaron a formarse en sus ojos y no tardo mucho que empezarán a bajar por sus mejillas. Se negaba a creer eso.
— Tierra dime que lo que dice Venus es mentira — suplicó, mientras todo su cuerpo empezaba a perder fuerzas ante solo la idea de casi haber perdido a su amigo.
— MARTE, LO QUE DIGO ES VERDAD — grito Venus con molestia al ver que no creía en sus palabras. Incluso cuando él deseaba pensar que todo era falso.
La Tierra solo podía temblar, mientras leves lágrimas ya empezaban a bajar por sus mejillas. Lo que menos había deseado, estaba pasando.
Como suelen decir, "llegará el momento que todo el mundo sepa, sin importar lo mucho que reces o impidas tal suceso. Solo retrasas lo inevitable."
— Lo si-siento — fue lo único que pudo decir el planeta con vida, lo único que pudo salir de su garganta, debido al nudo de su garganta que impedía formular más palabras.
Deseaba disculparse más, deseando explicar la situación, pero su garganta le impedía hacerlo por fuerte nudo en su garganta. Algo que provocó el llanto en aquel planeta. Lloró y lloró, mientras seguía intentando disculparse con ellos.
Venus y Marte lo miraron, congelados. Mientras uno procesaba la información revelada, el otro lidiaba con un conflicto interno, todo mientras observaban a su amigo llorar.
Los tres estaban sufriendo, cada uno de diferente manera.
Marte fue el primero en moverse. Dio un paso en dirección a la Tierra, su voz se suavizó, aunque aún temblaba por la información revelada que su cerebro todavía no podía procesar.
— Tierra... No sabes cuánto me duele escucharlo. Pero, por favor, no te alejes de nosotros. No te odiaremos ni te rechazaremos. Queremos ayudarte — susurró, extendiendo una mano temblorosa hacia su amigo.
Tierra levantó la vista y con sus ojos, llenos de lágrimas, se encontraron con los ajenos. Sus labios temblaron mientras trataba de hablar, pero solo salió un sollozo. Marte no lo dudó más y abrazó a Tierra con fuerza.
Venus miró la escena, temblando ante los sentimientos encontrados y con el rostro lleno de lágrimas. Sintió su enojo desvanecerse al ver la vulnerabilidad de Tierra. Dando un paso adelante, se unió al abrazo, rodeando a ambos planetas con sus brazos. Su voz, usualmente llena de furia, se quebró en un susurro lleno de un profundo dolor.
— Tierra, eres un idiota por pensar en hacer algo así... Nosotros te necesitamos — dijo, apretando a Tierra y Marte con más fuerza, con el miedo de que si los soltara ellos desaparecerían.
Tierra sollozó aún más fuerte, pero esta vez por la mezcla de alivio y arrepentimiento. Se sintió envuelto en el calor y la protección de sus amigos, susurrando entre lágrimas su gratitud de tenerlos.
— Lo siento tanto... — Soltó arrepentido al haberles guardado sobre aquel día — Gracias, gracias por no alejarse de mí — al mismo tiempo agradecido al ver el apoyo que le brindaban.
No volvieron hablar, solo limitándose a sentir y disfrutar el calor que brindada aquel abrazo. Siendo la cura de aquel sufrimiento que cargaban los tres. Durante ese momento íntimo de esos tres planetas, la pequeña luna del planeta con vida salió de su profundo sueño, viendo aquella escena confundido.
— ¿Qué hacen? — pregunto confundido al ver aquel trío de amigos abrazados como si su vida dependiera de ellos.
La voz de la pequeña luna provocó que el abrazo se rompiera, solo por unos instantes, ya que el planeta dueño de aquella luna la agarro y la acercó hacia ellos, para así volver a formar un nuevo abrazo.
Luna no dijo nada, suponiendo un poco lo que había pasado para que estos estuvieran abrazados. De igual forma, cuando todo se calme le preguntaría a su planeta lo que había pasado, mientras disfrutaría de aquel abrazo que solo transmitía calidez y seguridad.
— Qué conmovedor, creo que voy a llorar —Diría Deimos viendo la escena, siendo prácticamente imperceptible por los tres rocosos y la luna más grande — ¡Cállate Deimos! ¡Arruinarás el momento! — Contestaría su hermano Phobos quien en el fondo también quería llorar.
~Extra~
Cómo habían planeado hace tiempo, estaban los cuatro planetas rocosos y las lunas jugando el juego de cartas. Pasando un buen rato, claro, si quitan las veces donde Venus y Mercurio se pelean.
— ¡Gané! — dijo el planeta más pequeño: Mercurio. Triunfante de su victoria.
Venus, el planeta tóxico solo lo miró con molestia, sin creer que haya perdido contra aquel planeta. — ¡Hiciste trampa! — reclamo molesto a la supuesta trampa.
Mercurio, sin querer quedarse callado, lo miró con una ceja fruncida y con todo el valor que pudo reunir contraatacó. — ¡Solo lo dices porque estabas a una carta de ganar!, yo no hice trampa, eres tú el qué no quiere aceptar su derrota —
Tales respuestas hicieron estallar un profundo enojo en Venus, transformándose rápidamente en un ataque de ira. Se "levantó" y fue hacia el pequeño planeta, pero antes de que llegara a mayores su muñeca fue jalada por Marte.
— Venus, cálmate, ¿Sí? — pidió con amabilidad — Estamos acá para pasar un buen rato, no dejes que tu enojo lo arruine — suplicó de forma leve.
El mencionado se pudo calmar, pero no lo suficiente, aun teniendo la mente nublada por el enojo.
— Venus — esta vez fue llamado por Tierra, que mostró una cara de súplica.
Sin otra opción volvió a su asiento, con su enojo ya desaparecido, pero todavía molesto al no poder darle una lección a Mercurio por haberle respondido.
Marte miró de reojo al pequeño planeta, notando como intentaba calmar sus nervios y aquel leve temblor en su cuerpo por casi recibir una paliza, pero luego puso una sonrisa al sentir una mano en su espalda dándole ánimos, siendo el dueño de aquella mano la Tierra, que le mostró una sonrisa ante su intento de defenderse de Venus.
Así continuaron jugando, esta vez sin peleas entre Venus y Mercurio, ya que cada vez que el planeta tóxico se enfadaba, Marte y Tierra intervenían para ayudarlo a calmarse y evitar que fuera tras Mercurio.
Luna solo miraba todo en silencio, teniendo una leve sonrisa, pensando que se acercaba días más como este, tal vez, incluso mejores. Le agradaba ver a su planeta feliz, pero también le gustaba pensar que todos los planetas rocosos empezaran a ser así de cercanos.
Días donde solo habría risas, felicidad y momentos hermosos que cada uno de los presentes recordará hasta el final... Siendo aquel día donde el sol se convierta en una estrella roja, matando a casi todos los planetas rocosos, dejando a Marte como el único sobreviviente, siendo el único que recordará aquellos momentos con nostalgia, donde todo era felicidad junto con sus amigos y lunas, sus niños.
Notes:
Espero que les haya gustado la historia<3.

rumrumiiii on Chapter 3 Wed 17 Jul 2024 12:18AM UTC
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dajNNNny on Chapter 3 Wed 17 Jul 2024 01:11AM UTC
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