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La invasión de Chile por parte de Perú había sorprendido a muchos. En un giro inesperado de la historia, la tensión entre las naciones estalló en un conflicto que dejó cicatrices profundas. El ejército peruano, encabezado por el imponente general Light Yagami, avanzaba con determinación, cada victoria consolidando su dominio sobre el país vecino.
Light era un hombre de características notables: mandíbula cuadrada y una presencia que imponía respeto y temor. Con su uniforme impecable y su porte altivo, era un líder natural. Sin embargo, detrás de esa fachada de fortaleza, había un vacío que ninguna victoria podía llenar.
Tras la caída de varias ciudades chilenas, se introdujo una política controvertida: los oficiales peruanos podrían tener acceso a "esclavos femboys" para mantener la moral y el control. Light, con su mente estratégica, había visto la propuesta como una forma de mantener a sus tropas enfocadas y leales.
Fue así como conoció a L.
L era un joven de piel pálida, delgado y de aspecto frágil. Su cabello oscuro caía en desorden sobre su frente, y sus grandes ojos expresaban tanto temor como curiosidad. Como muchos de sus compatriotas chilenos, había sido arrebatado de su hogar y llevado a un destino incierto, Lima capital de Perú.
El primer encuentro entre Light y L fue tenso. Light estaba en su oficina revisando informes cuando L fue presentado. Con su porte imponente, Light miró al chico, quien estaba vestido con ropas simples, el uniforme de un esclavo femboy, un corto traje de maid japonesa lolita core. La vulnerabilidad en la mirada del esclavo resonó en Light de una manera que no esperaba.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Light, su voz grave resonando en la habitación.
—L —respondió el chico, su voz temblorosa pero desafiante.
Light frunció el ceño. Había algo en la actitud de L que le intrigaba, algo que iba más allá de su apariencia. Sin embargo, no podía permitir que sus emociones se interpusieran en su deber.
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A medida que los días pasaron, Light comenzó a observar a L más de cerca. A pesar de ser un esclavo, L no se comportaba como tal. Tenía una inteligencia aguda y una mirada penetrante que a menudo desafiaba la autoridad de Light. Era como si, a pesar de su situación, se negaba a ser completamente domado.
Light se encontraba con L con más frecuencia de lo que debería. A medida que pasaba el tiempo, la chispa entre ellos se intensificó. Aunque Light intentaba mantener su distancia, la conexión se volvía cada vez más palpable. Las conversaciones se convirtieron en algo más que órdenes; se transformaron en intercambios de ideas, risas y un entendimiento que trascendía su situación.
Un día, mientras Light revisaba mapas militares, L se acercó a él, su mirada inquisitiva centrada en las estrategias dibujadas en la mesa.
—¿No crees que hay otra manera de abordar esto? —preguntó L, su voz suave pero firme.
Light lo miró, sorprendido por la audacia del chico. A pesar de su posición, L no parecía temerle. Algo en esa confianza lo desarmó.
—Y tú, ¿qué sabes sobre guerra? —respondió Light, aunque no pudo evitar sentir admiración por la inteligencia de L.
—Más de lo que piensas —dijo L, con una pequeña sonrisa que hizo que el corazón de Light latiera con más fuerza.
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Con el paso de las semanas, Light se dio cuenta de que sus sentimientos por L se habían convertido en algo más que simple curiosidad. Era una atracción intensa, casi abrumadora. Se encontró pensando en L durante las noches, imaginando cómo sería tenerlo a su lado no como un esclavo femboy, sino como alguien con quien compartir su vida.
Una noche, mientras miraban las estrellas desde el balcón de la oficina de Light, L rompió el silencio.
—¿Por qué te interesa tanto lo que pienso? —preguntó L, girándose para mirarlo a los ojos.
Light tragó saliva, sintiendo la tensión en el aire. Era el momento. —Porque eres diferente, L. Te veo luchar y no puedo evitar admirarte. A pesar de todo lo que has pasado, aún resistes. No te has rendido.
L lo observó con intensidad, como si estuviera buscando la verdad detrás de las palabras de Light. —Y tú, Light, ¿no tienes miedo de lo que eso significa?
Light dio un paso hacia él, la distancia entre ellos se hizo pequeña. —Quizás estoy comenzando a comprender que mis sentimientos por ti no son solo una curiosidad. Me importa lo que piensas, y no sé si eso es correcto, pero no puedo evitarlo.
L pareció sorprendido, su expresión revelando un torbellino de emociones. Finalmente, con una voz temblorosa, pensó: —No debería estar sintiendo esto. No debería.
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La tensión entre ellos creció en los días siguientes. Light se encontraba cada vez más dividido entre su deber como general y sus sentimientos por L. Aunque sabía que la relación era prohibida y peligrosa, no podía alejarse del chico que había capturado su corazón.
Una noche, Light se encontraba revisando documentos cuando L entró en la oficina. Esta vez, la determinación brillaba en los ojos del joven.
—Light —comenzó L, su voz firme—. No puedo seguir así. Esta relación es insostenible.
Light sintió un nudo en el estómago. —¿A qué te refieres L?
—Tú eres un general de alto rango, y yo... soy un esclavo. No puedo estar contigo. No debería quererlo —dijo L, aunque su tono revelaba su lucha interna.
Light se acercó a L, su corazón latiendo con fuerza. —No eres solo un esclavo para mí. Eres mucho más que eso. Te veo como una persona, como un igual.
L lo miró fijamente, buscando sinceridad en sus ojos. Finalmente, la expresión de L se suavizó. —¿Y si esto nos destruye?
Light sonrió, tomando la mano de L entre las suyas. —Si esto nos destruye, entonces al menos habremos vivido.
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Con el tiempo, Light y L comenzaron a trazar un plan. Aunque sabían que su relación era peligrosa, ambos estaban decididos a encontrar una forma de estar juntos. Light había comenzado a usar su influencia para abogar por los derechos de los esclavos, tratando de cambiar el sistema desde adentro.
L, por su parte, utilizaba su inteligencia para ayudar a Light en sus estrategias militares, ganando más respeto y reconocimiento dentro del campamento peruano. A medida que las tensiones continuaban en la frontera, Light se sentía más fuerte con L a su lado.
Una noche, mientras miraban las estrellas, Light tomó la mano de L y la apretó suavemente. —Quiero un futuro contigo, L. Uno en el que seamos libres de ser quienes somos.
L lo miró, la esperanza brillando en sus ojos. —Si luchamos juntos, quizás podamos lograrlo.
Light sonrió, sintiendo que, por primera vez, había encontrado algo por lo que valía la pena pelear. Juntos, comenzaron a soñar con un futuro donde su amor pudiera florecer sin miedo.

fraiselunelle Fri 27 Sep 2024 06:44AM UTC
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xneeuqx (Dumbfor) Mon 30 Sep 2024 04:55PM UTC
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s6urcandy Wed 02 Oct 2024 01:12PM UTC
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FemaleRandomuser Sat 19 Apr 2025 01:06AM UTC
Last Edited Sat 19 Apr 2025 01:24AM UTC
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