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Mi primer recuerdo es abrir los ojos sintiendo un dolor fuerte en mi cabeza. Era como si un martillo estuviera golpeándome poco a poco revolviendo mis sentidos. La luz del techo molestaba mi visión, así que giré el rostro para evitarla.
Frente a mí, un hombre bastante despeinado lloraba sosteniendo mi mano. Su rostro al igual que su cabello era un desastre absoluto. Sangre, suciedad y lágrimas. Qué combinación tan extraña.
Él temblaba dirigiéndome una mirada que por un segundo casi me hace abrazarlo. Es una lástima que no pueda moverme mucho en mi estado actual.
—Mi amor…volviste… —Su voz era fina como un hilo delgado. —No vuelvas a asustarme de esa forma, pensé que moriría.
Nuestras manos siguen juntas, provocándome que una sensación de calor muy agradable viaje hacia mi pecho. ¿Quién es?
—Khai, ¡le estás haciendo daño! —Una mujer, bastante parecida a él, lo apartó bruscamente de mi lado y me abrazó sin cuidado. —Mi bebé, ¿cómo estás? ¿Sientes dolor? Ya el doctor está aquí.
Mi cuerpo instintivamente trató de apartarse de ella, pero mi garganta se rehusó a expresar palabras a pesar de que me estaba haciendo daño. Al igual que el hombre de antes, su rostro luce desencajado.
—Ninfa apártate. —Otro hombre, también desconocido, llegó a mi rescaté. —Ninfa, por favor, déjame revisarlo.
Mi cabeza y mi cuerpo seguían doliendo mucho, la persona que estaba frente a mi hundió un botón y la camilla me dejó semi sentado. Mi costado punzó con aquel movimiento, pero sigo muy confundido con toda esta situación.
—Third, soy el doctor Pete. —Su voz era calmada y lenta. —Si puedes entenderme aprieta mi mano. —Tal vez él notó que mi boca se rehusaba a hablar, debe ser un buen doctor. Apreté lentamente su muñeca y él me sonrió. No sé porqué, pero eso me produjo una sensación de deja vú.
Todo sigue muy borroso y tratar de pensar hace que me duela la cabeza. No sé qué hago aquí y tampoco recuerdo nada. ¿Qué me pasó? ¿Quién soy? ¿Quiénes son las personas que lloran y no dejan de mirarme? Sus ojos escudriñando me ponen nervioso.
¿Debería llamar a seguridad para que los echen? ¿O tal vez eso sería cruel porque se ven genuinamente preocupados por mí?
Sobre todo, el hombre que sostenía mi mano cuando desperté. No sé quién es él, pero me gustaría que volviera a agarrarme, fueron segundos pero el calor de su piel contra la mía se sintió muy bien.
Me concentré en seguir las instrucciones del doctor; me costaba un poco ver sus dedos o la luz que apuntaba a mis ojos, pero quise cooperar para que terminara rápido. Él debe estar revisando algo importante.
—Third, ¿puedes decirme si sientes algún otro dolor? —El doctor Pete volvió a tomar mi mano. —Third, veo que te molesta un poco el costado, pero me gustaría saber que tanto te duele la cabeza, del uno al diez, ¿qué número le darías al dolor? —Aunque su voz era calmada, me sentí confundido con sus palabras y la forma en que me llamaba. —¿Third? ¿Puedes entenderme?
—¿Me está hablando a mí? —Finalmente encontré las palabras en mi garganta. —¿Yo soy Third? ¿Ese es mi nombre?
Los sollozos que antes inundaban la habitación se apagaron de repente y el cuerpo del doctor fue apartado bruscamente por el hombre que lloraba cuando desperté.
—No juegues, mi amor… —Volvió a decirme e intentó sujetar mi mano, pero no se lo permití después de ver lo grosero que trató a quién me revisaba.
Su rostro se transformó en uno de sorpresa por mi rechazo, ¿Quién es él y por qué me siento mal por no dejarlo tocarme? Él es quien fue grosero.
—¿Sabes cómo te llamas? —El doctor me preguntó y yo negué todavía sosteniendo mi mano que ahora se sentía más fría que antes. —¿Sabes quiénes son estas personas junto a ti? —Volví a negar mirando al chico a mi lado. —¿Qué es lo último que recuerdas?
Desvié el rostro de ellos y me concentré en mi cabeza. Todo era dolor. No podía ver nada más que la sensación del malestar agudo que me provocaba debilidad.
—Yo…no recuerdo nada…. —Intente mirar en mis pensamientos, pero todo se veía negro. —Lo siento, no puedo recordar nada…ni siquiera mi nombre… ¿Soy Third?
—Si, tu nombre es Third y tienes treinta y dos años. —El doctor me sonrió suavemente. —Un auto te atropelló y golpeaste tu costado y tu cabeza, todo lo demás está bajo control. ¿Sientes algún otro dolor? ¿Algo que me quieras comentar?
—Me duele mucho la cabeza. —Comente apenado sin saber por qué. —Me siento extraño…
—Te daré un analgésico. —Él escribió algo en la tabla de sus manos. —Las personas que están aquí son tu familia, ¿quieres que se queden contigo o que se vayan?
A pesar de sentirme mal, preferí echarlos. No me gusta ver gente triste y mucho menos si es por mi culpa.
—Está bien, pero debes quedarte con un familiar por seguridad. —El doctor atrajo al hombre sucio de nuevo. —Él es Khai, no ha querido apartarse de ti ni para limpiarse, ¿Te importa si se queda a tu lado?
Khai me miraba respirando agitadamente, casi que a punto de llorar si yo lo hubiera echado. De todas las personas, si tengo que elegir, definitivamente siempre lo escogería a él. No sé la razón, pero quiero que él se quede.
—Si, pero que se bañe primero. No me gusta verlo cubierto de sangre... —Pensé que se lo tomaría mal, pero él solo asintió y corrió a lo que supongo que era el baño de la habitación a asearse.
—¿Puedo quedarme también? —La mujer desconocida que me abrazó antes se acercó a mí. —Soy Ninfa…La madre de Khai, me quedaré sentada en el sofá y sin hacer ruido por si me necesitan. Por favor.
No sé quiénes son ni qué relación tienen conmigo, pero no me atreví a negarme a su súplica. Khai salió del baño con ropa de no sé quién y se sentó a mi lado en silencio.
Un silencio muy incómodo.
—¿Te llamas Khai, cierto? —Él asintió mirándome con ojos expresivos y llorosos, aunque trataba de contenerse. —¿Eres mi amigo?
Khai se petrificó con mi pregunta, ¿Acaso dije algo malo?
—Yo…yo soy…soy tu esposo. —Me respondió con miedo y más que sorprenderme, me causó risa. Supuse que nuestra relación era muy cercana por su actitud, pero no quería equivocarme al afirmarlo. —Mi nombre es Khai y voy a responder tus preguntas sin problema.
Las lágrimas no dejaban de recorrer su rostro, él es demasiado malo ocultando sus emociones. Cualquiera que lo viera pensaría que acaba de quedarse viudo.
—Gracias Khai. —Con la misma sábana que cubría mi cuerpo, me dediqué a limpiar los rastros de agua que afeaban sus lindas facciones. —No morí, puedes dejar de llorar.
—Lo siento…tuve mucho miedo…
—Ya veo, ¿yo estaba contigo en el accidente?
—¿Eh? Si…corriste y no viste el auto…—Él hizo una pausa antes de seguir hablándome. —¿No te sorprendió el hecho de que seamos esposos? Quiero decir…que yo sea un hombre.
—Tal vez no recuerdo nada, pero sé que no me gustan las mujeres. —Forcé una sonrisa para tranquilizarlo. —Gracias por quedarte a cuidarme.
Desde una esquina de la habitación, los sollozos de la mujer se escucharon. Ella se paró avergonzada y salió dejándonos solos. Khai suspiró y negó con la cabeza.
—Lo siento, mamá es muy dramática. —Me dijo sonriendo y puso su mano disimuladamente en la cama para acercarse a la mía.
—Eso veo. —Conteste sujetándolo porque ya extrañaba su calor. —¿Cuánto tiempo llevamos juntos?
—Nueve años de estar juntos, pero nos conocemos desde mucho antes, estábamos en las mismas clases de la universidad y nos enamoramos. Creo que casi diez u once años si saco bien las cuentas.
—Casi la mitad de mi vida contigo. —Le dije acariciando su mano. —Supongo que las personas que se fueron son nuestra familia…
—Si, lo siento si te incomodaron. Solo están preocupados por ti…
—Está bien, después hablaré con ellos. ¿Me los presentaras más tarde?
—Si, mi amor. —Khai abrió los ojos asustados. —Lo siento, ¿te incomoda si te llamo de esa forma? —Negué y volví a sonreírle.
—Eres mi esposo, está bien si me llamas así…
Las siguientes horas tanto Khai como la señora Ninfa se encargaron de mi recuperación. Conocí a mis suegros, a mi cuñada y a su esposo. Las visitas eran limitadas para no afectarme, pero nunca me dejaban solo.
Al final del día, dos chicos entraron en la habitación perturbando el ambiente de paz que Khai y yo teníamos. Uno de ellos caminó hacia donde yo estaba y me abrazó muy fuerte. Me queje y lo empuje, a diferencia de Khai, él solo me sonrió antes de hablar.
—Está bien, ya puedes dejar de jugar. Sé que te dije que, si algún día te golpeabas la cabeza jugáramos a engañar a Khai, pero te estas pasando, esto es cruel. —Sus palabras me confundieron. Miré a mi esposo sin saber quiénes eran los escandalosos que acababan de llegar.
—¿Perdón? Khai, ¿Quién es esta persona? —Pregunte con duda. —Lo siento…no sé quién eres… —El desconocido que acababa de abrazarme hizo un esfuerzo sobrehumano para no llorar a pesar de que la tristeza transformó por completo toda su expresión facial.
Me sentí mal por no acordarme de él. Parece ser importante para mí, tal y como Khai.
—¿Realmente no me recuerdas? —Lágrimas estaban a punto de caer por su rostro y apreté las sábanas sintiendo que yo también iba a llorar. —¿Acaso olvidaste al amor de tu vida?
¿Amor de mi vida? ¿Acaso no es Khai a quien amo? ¿Él me mintió?
—¿Amor de mi vida? —pregunté sintiéndome herido y con un sentimiento de culpa en mi pecho. —¿Tú eres mi exnovio?
—Basta. —Khai llegó a mi lado pasando su brazo por mi espalda con una actitud dominante. —Ignora a este idiota, solo te quiere molestar.
—Espera, ¿de verdad él es mi exnovio? —Los dos desconocidos asintieron velozmente provocándome dolor de cabeza.
—Déjenlo en paz. —La voz de Khai me perturbó un poco. —Si van a seguir molestando mejor lárguense.
¿Acaso estoy en una relación abusiva? ¿Es mi matrimonio forzado?
Llevo casi toda la tarde hablando con Khai, sé que no lo recuerdo, pero las sensaciones que mi cuerpo produce cada vez que él se acerca a mí no son un juego. Yo lo amo.
—Khai, no seas grosero. —regañé a mi esposo. —¿Cómo te llamas?
—Soy Two, fui tu exnovio por cinco años, pero me dejaste por Khai.
—Oh, lo siento, debiste sentirte lastimado… –dije lentamente y ellos se rieron de mí. Creo que mi relación negativa fue con él y no con Khai. No me extraña que yo lo haya dejado. El chico que lo acompaña ni siquiera se ha presentado, son unos maleducados y eso me enfureció. —Two, honestamente, yo no te recuerdo, pero lo nuestro ya es pasado, ahora mismo estoy casado y a la única persona que amo es a mi esposo.
Las risas cesaron. Y eso me gustó.
—¿Ya recordaste a Khai? —Habló el que seguía sin presentarse. —¿Volvieron tus recuerdos?
—No, no sé quién es, pero mi corazón me dice que lo amo. —contesté sin querer ser grosero. –¿Quién eres tú?
—Soy Bone. Somos amigos desde la universidad, conocimos primero al llorón de tu esposo. —Solo en ese momento noté que de nuevo él lloraba.
—Está bien si lloras Khai, supongo que eres el sensible de nuestra relación…
Ellos se fueron después de un rato cuando la enfermera les dijo que yo debía descansar. Tengo muchas preguntas sobre mi relación con Two, pero después le preguntaré a Khai. Por ahora, solo quiero descansar. Esa noche, Khai se quedó sentado a mi lado sosteniendo mi mano. Él y yo mirábamos televisión tranquilamente hasta que realmente me dio mucho sueño.
—Amor… —lo llamé repentinamente asustándolo. —No recuerdo con qué apodo te llamaba, pero amor está bien, ¿cierto?
—Como tú te sientas cómodo. –me dijo con una sonrisa.
—¿Dormirás en esa silla toda la noche? Creo que estarás más cómodo en el sofá donde estaba tu madre.
—Me gustaría quedarme cerca de ti esta noche por si me necesitas…
—Entonces, duerme aquí. —me rodé hacia un lado. —Esta cama es grande, este hospital debe ser para personas con dinero. ¿No será difícil pagarlo?
—No te preocupes por eso. —Él no tardó ni dos minutos en acostarse junto a mí. —Buenas noches, mi amor.
—Buenas noches. —Susurré abrazándolo sin sentirme incómodo. Y escuchando el sonido de su corazón me quedé dormido.
