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AquinoBy2002 había sido hecho como una máquina de matar y no como un ciudadano. Desde tan pequeño, tuvo que probar la tierra a base de los golpes y caídas que sufría cada que buscaba fortalecerse, sus amigos le han dicho que ya estaba a la altura de entrar en la clasificación que en su tiempo, estuvo en el resplandor su amigo. retirado MucasaPvP junto con dos más que su nombre había sido borrados de la lista. 

Todo lo que sabe o supo lo aprendió de Duxo o en su tiempo, de alguien que se llamaba Vegetta. Y de ese chico que se arrastraba por el suelo con sangre y barro se convirtió en alguien extremadamente glamuroso y estando en las clasificaciones de grandes torneos, las invitaciones jamás casaron. Pero siempre habían cinco que se mantenían en el puesto número uno, bautizados por pueblerinos como: " Team Tryhard ", eran los más difíciles de derrotar; su cabecilla que era Farfadox, siempre mantuvo el nombre en lo alto hasta cierto punto.

Farfadox; considerado único cuando su familia fue asesinada de manera brutal por un equipo contrario, actualmente esa tierra se a extinto junto con su líder. juerga; segundo en cabeza y sin registro aparente, dos ocasiones Aquino dió pelea y solo en una salió victorioso, era de esperarse cuando Spreen era estudiante de Duxo. Conterstino; Es un híbrido distintivo, había más de un historial del porque casi nunca se encontró en problemas. CrissGreen; Sin información aparente, solo una vez Aquino dialogó con él, no llegaron a buenos términos. Y el último, que por una extraña razón a Aquino se le hacía difícil apartar la mirada cuando lo veía y cada vez que este volteaba a verlo, sentía que su corazón caía.

Shadoune. Sabía de su estatus como príncipe, mas de ahí nada, sus manos siempre cubiertas de sangre cuando regresaba de una cacería o enfrentamiento dejaba a más delirando, ese acento tan extraño le hacía único. Quizás hubiera sido por el primer momento que habían compartido diálogo.

Quizás.

—... Entonces sí ¿Te parece? —Terminó por comentar Estailus mientras la nutria asentía con cierto desgano. Aquino acomoda un poco su mascarilla. —¿Te parece si vamos a farmear un poco, Aquinin?

El castaño mayor asiente mientras toma su pico despidiéndose de la nutria quien se había ido apurada con sus carteles. —Creo que fuiste un poco cruel está vez.

Estailus solo se encoge de hombros con una sonrisa un tanto tétrica. —Bueno, quizás sí. Solo un poquito. —Aquino deja sus ojos en blanco. 

Pasaron charlando por un momento hasta ser detenidos por Farfadox quien había requerido un favor del castaño mayor. Aquino prestaba atención hasta que frunció el entrecejo un poco.

—Pero... —Alarga la 'o' por un momento al pensar en su respuesta. —¿No es eso muy peligro? Es decir, ese lugar ya es muerto prácticamente.

Baja un poco su vista. —Bue, que te hacés mariquita ¿Te traigo una falda para que vayas? —Farfadox solo acomoda su casco, media casi tres metros, por ello bajaba la vista para ver a Aquino.

—Justo en el ego, Aquinin. —Estailus lo ve de reojo, By2002 solo se encoge de hombros mientras ve al hombre delante de él.

—Pues acepto el reto y ya está. —Hubiera sonreído si no hubiera Sido por su estupida máscara. 

—Te veo luego entonces. —Y se va, desapareciendo poco después entre el bosque aunque se veía un poco su silueta contra los árboles.

Aquino suspira mientras se despedía de Estailus para poder emprender su rumbo a unas tierras que podía considerar muertas por la cantidad de muertes que hubo en ese entonces. Su mapa y sus cosas estaban hechas, Farfadox le había prometido una buena recompensa, y esperaba que fuera la experiencia que necesitaba para su hechizo en su armadura.

Esos creía.

•••

—Es muy lindo para ser un chico. —Muerde su labio inferior con una sonrisa algo siniestra. —Lo voy a follar.

Spreen gruñe mientras da un golpe en el hombro a Conterstine quien deja escapar un chirrido lastimero que se transforma en queja poco después. El híbrido de oso acomoda sus lentes un poco para seguir oyendo a Farfadox.

Continuó. —Como seguía diciendo antes de que el pelotudo de Conterstine revelará esa información totalmente innecesaria, solo tenemos un chance para que ese chico bonito ceda.

Criss suspira. —Le mandaste una zona letal, es probable que ese chico vuelva ya hecho un jodido lío con fluidos.

—Cállate, la zona no está lejos de nuestro territorio, Nuvia registra ese lugar cada que puede y sabe que cualquier cosa ella nos informa a nosotros, nos debe y mucho.

Spreen se acerca hacia Farfadox tomando su lugar a un lado de él, era un casi trono hecho de madera pura. —Espero que tengas razón, un día más lejos de ese chico y le clavo los dientes en Estailus.

—¿Qué tiene que ver esa pobre alma? —De nuevo, habla Conterstine quien parecía más interesado en comer su carne recién cocinada.

Shadoune aparece poco despues arrastrando un cuerpo viejo de una persona. —Spreen siempre está celoso cuando le quitan una cosa bonita.

—Él no es una cosa y espero que lo respetes como persona, Shadoune. Los más enfermos de aquí sos vos. —Spreen se había vuelto puesto en pie estando cara a cara contra Shadoune quien había revelado su espada dispuesta a cortar en pedazos a Spreen.

—Claro, y drogarlo con afrodisíaco no es tratarlo como objeto. —Primer golpe y poco después se vuelve una batalla entre ellos dentro de la casa. Criss apoyaba a ambos y Conterstine buscaba separarlos. Farfadox solo suspira pesado mientras se ponía en pie y con un solo golpe deja estampados a ambos contra el suelo.

El hombre de ropa de caballería ruge al son de que las hojas caían por el fuerte estruendo. —Basta, será mejor que se calmen si quieren su turno con el chico.

Ambos se separan con cierto gruñido de por medio mientras mantienen su distancia. Farfadox suspira, Conterstine se mantiene cerca del líder y comenta entre risas:

—Si me das mi turno primero? —El de armadura solo resopla con cierta fuerza causando que el híbrido retroceda levantado las manos en muestra de inocencia. —Bueno, ya entendí nada de joder al chico hasta que pase el primero.

•••

—¡Puta madre! —Insulta Aquino peleando con una orda de monstruos mientras se alejaba más rápido.

Cuando decían que ese lugar era una trampa mortal no era mentira. Tan solo piso un momento el territorio y ya estaba siguiendo un montón de bestias que estaba seguro que lo que menos quería era hablar.

—¡Hijo de puta! —Cae contra el suelo mientras el monstruo deja escapar parte de un gas (polen por la textura un tanto extraña que siente cuando cae en su rostro) que deja aturdido por un momento al caballero quien se tose frenético para poder apartar al monstruo encima suyo y decapitarlo inmediato. —Será la última vez que obedezco a estos pendejos.

Aquino se pone en pie para comenzar a correr a un lugar opuesto a donde estaba. Teniendo ya los materiales que le han solicitado no es necesario que busque más. Corre por el bosque quemado desapareciendo del sitio tan pronto como estaba ahí. Solo tenía ganas de llegar a su casa y dormir eternamente si le era posible.

Pero, el destino es una perra.

Aquino comienza a sentirse caliente por todo su cuerpo, se sofoca con la ropa que lleva y eso que era ligero. Suspira pesado y entrecortado dejando escapar pequeños gemidos que se convierten poco después en un sollozo desesperado. Tenía una erección ya entre sus pantalones y eso ocasiona que se apoye contra aún árbol ante la calentura.

Escucha a alguien llamarlo, una mujer, pero rápidamente pierde la conciencia.

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Aquino despierta, su vista nublada acostado en una cama totalmente empapado de sudor y con un calor insoportable entre sus piernas. Su erección palpitaba por atención estando libre de los confines de sus pantalones; estando desnudo y abierto de piernas para cualquiera que viera la escena.

Su vista fija en el techo, su ojo bueno buscando alguna manera de escapar de ese sitio. El lugar era cerrado sin luz por donde ingresar, logra sentarse como puede en la cama mientras gimotea de incomodidad en su parte baja. Solo era un cuarto y nada más, ni había decorado. Paredes grises con grietas que delatan el estado de había pasado. La puerta de hierro es abierta lo que provoca en Aquino un escalofrío de excitación y miedo, obliga a sus piernas a cerrarse.

Las pisadas pasean cerca hasta estar frente a frente. Era Spreen.

Aquino respira con dificultad, mientras se apoya en la cabecera de la cama, la cama cruje ante el peso de Spreen sentándose en frente suyo, la mano diestra de Spreen comienza a pasar por su pierna ocasionando que el castaño tiemble como gelatina ante el toque, abre sus piernas en respuesta.

En un instante, Spreen se le echó encima, le sujetó los hombros contra la cama y apretó sus labios contra Aquino, saboreaba los dulces labios del castaño que respondía torpe. Aquino se retorció debajo cuando Spreen recorre las zonas sensibles de su cuerpo, dejando castos besos y mordidas.

—Por favor... —Aquino súplica. No sabía por qué estaba rogando.

Spreen tomó la súplica del joven como una invitación, frotándose con entusiasmo contra Aquino. Usa su lengua sobre uno de los pezones del castaño quien ahoga un gemido.

Aquino empezó a temblar, su coño palpitaba con anticipación al igual que su polla. Reaccionando a los estímulos proporcionados por el dominante. Cierra sus ojos con fuerza cuando la mano grande de Spreen pasa por su verga y testículos, masajeando y proporcionando respuestas contradictorias a lo que deseaba Aquino.

Spreen se aparta ligeramente para retirar sus pantalones liberando su pene de entre sus pantalones. Aquino tragó saliva sonrojado, con sus ojos idos. Era largo y grueso. Su coño se aprieta a la nada.

Aquino gimió mientras siente que sus piernas son levantadas, siendo fuertemente agarradas por los muslos dejando que Spreen pasee por debajo de estas hasta su vagina donde comienza con ligeras lamidas, mordiendo y lamiendo parte del clítoris y los labios inferiores. Aquino arquea su espalda en respuesta dejando sus ojos en blanco, retorciéndose de placer.

Siente la lengua de Spreen entrando y saliendo de su estrecho virginal gimoteando con pena, su mente reclamando que esto no era correcto, pero su cuerpo reaccionando de forma distinta. Poco después, Spreen se aleja dejando una última vez por el clítoris hinchado del chico. Posicionó su longitud grande en la entrada de Aquino, pasando sus labios sobre los de castaño distrayendolo del dolor.

Spreen gruñe dejándose llevar por los instintos primarios, empujando de manera brusca su verga contra el hombre castaño, ganándose un quejido de dolor. El rostro de Aquino se contrajo mientras Spreen se adentraba más profundo en él. El híbrido apretó con más fuerza los muslos del joven empujando sus piernas contra los hombros del castaño, bastante flexible para observación de Spreen. Aquino dejó escapar un jadeo antes de morderse el labio, tratando de reprimir sus gemidos de dolor. Aunque por su coño dilatado podía amortiguar un poco. Con un movimiento fluido, Spreen sacó casi por completo su verga de la entrada vírgen, antes de golpear su polla dentro de él con toda su fuerza.

Aquino dejó escapar un gemido involuntario de dolor cuando se vio obligado a tomar al híbrido una vez más. Se retorció impotente contra él mientras su cuerpo era golpeado sin piedad, sus muslos siendo lastimados por las garras afiladas que se clavaban en su sensible carne.

Los intentos de Aquino de detener está locura cayeron en oídos sordos suplantados por gemidos, pues Spreen estaba abrumado por el placer puro, ya demasiado ido. Aquino apretaba deliciosamente alrededor de su polla mientras lo embestía. Dentro y fuera, con un chapoteo embriagador. Quizás su garganta se cansó del dolor y pronto se transformaron en gemidos descarados mientras su cuerpo se adaptaba a la intrusión dolorosa. Spreen se acerca a Aquino contra sus labios una vez más saboreando la mezcla de fresa y miel de entre ellos. Empujando su miembro a un ritmo violento.

Aquino podía sentir que su cuerpo se tensaba a medida que se acercaba el orgasmo. Sus manos viajaron a la nuca del híbrido aferrándose de manera necesitada mientras, Spreen pasaba sus dientes por el cuello del chico dejando marcas notables.

Spreen fue el primero en alcanzar su climax seguido de poco después de Aquino quien, cayendo de con un gemido lastimero, su coño apretaba el miembro de Spreen reteniendo el semen del híbrido dentro de él.

Respiraba de manera inadecuada cuando la mano de Spreen pasa por su boca y nariz cubriendo esta, Aquino intenta luchar pero poco después cae en la inconsciencia.

•••

—¿Y? —Pregunta Farfadox mientras Spreen solo se encoge de hombros arreglándose su ropa y pantalones.

—Es bueno en lo que hace. —Se aleja del sitio dejando al hombre de armadura de netherita con cierta satisfacción y una preocupación menos en la que estar.

Conterstine se acerca de manera apresurada cerca de su jefe. El híbrido suspira cerca con una correa en mano. —¿Está seguro de esto?

—Jamás lo he estado, merece su puesto como perra. —Se aleja de ahí mientras, Conterstine le sigue de cerca ignorando olímpicamente que Shadoune salía de la habitación de Aquino después de limpiar al chico.

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Farfadox estaba sentado en una de las sillas del dormitorio mientras jugaba con sus dedos con la cuerda de textura rugosa y gastada. Lo piensa un poco mientras veía a la nada de entre la oscuridad hasta donde estaba estirada la cuerda, a lo lejos veía a Aquino sentado sobre sus piernas mientras probaba el último bocado de agua que él con tantan tranquilidad había traído. El chico estaba exhausto merecía un descanso. Y el polen seguía haciendo su efecto en él.

Tira de la cuerda y Aquino gime en respuesta comenzando a arrastrarse a cuatro patas hacia Farfadox. Se arrodilla ante él cuando estaba cerca, posa sus manos en las piernas del hombre mayor, Farfadox se tensa dando un golpe en la mejilla a Aquino quien solo baja la cabeza en respuesta.

—Nada de toques, parece mariconeria. —Gruñe el hombre.

Aquino tiembla asintiendo, sus ojos lagrimosos cuando levanta su mirada. Su pecho herido con grandes marcas de látigo, sus pezones endurecidos y parte de ellos sangrantes, sus piernas empapadas de semen y su propio orgasmo mezclados en una manera vulgar y pecaminosa. Farfadox aparta la mirada, sin embargo, su mano toma el mentón del castaño quien a fuerzas se queda viendo a Farfadox cuando le regresa a ver.

Aquino tiembla -no sabe si es por miedo o excitación- cuando esos ojos profundos oscuros lo ven. Se siente derrotado y destruido. Sus manos torpes acuden a la cremallera del pantalón de Farfadox retirando de poco a poco hasta dejar el miembro del hombre en exposición.

Sus muslos se cierran por reacción propia cuando siente su propio coño y verga excitarse ante la vista. Traga seco y se acerca dando una lamida al falo sintiéndose tembloroso ante la reacción, cuando el tirón de la cuerda es ligera es una reacción positiva de lo que hacía. Pasa su mano diestra por los testículos del hombre y su lengua lamiendo la polla del hombre de arriba hacia abajo.

Farfadox deja caer su cabeza hacia atrás con un gruñido áspero, tironea la cadena. Su mano desocupada pasa por los cabellos castaños obligando al joven a tragar su verga, emite el sumiso un gemido ahogado, no tenía ninguna reacción nauseosa lo que invita a Farfadox a follar su cavidad de manera brusca.

Aquino deja sus manos reposando en su verga y coño. Su mano zurda masturbando su miembro mientras, la diestra se encargaba de frotar su clítoris ante las ruedas embestidas en su boca. Deja que finas lágrimas escapen un poco de sus ojos mientras el falo del hombre llega hasta su garganta apretando alrededor de este en respuesta a los estímulos. Levanta su mirada, dejando una escena erótica a ojos del hombre de netherite quien tiene orgasmo clavándose profundamente en el chico quien, también habia alcanzado también su climax.

Aleja su verga de la boca del chico dejando escapar un pop obsceno, los labios rosados entreabiertos dejan escapar pequeños rastros de semen y saliva. Deja que Aquino nuevamente vista su parte inferior con sus pantalones. Cuando la cremallera finalmente se cerró la puerta fue abierta. Por instinto, Aquino se refugia entre las piernas del hombre de tres metros, Farfadox tironea de la cuerda una vez más.

—¿Ya te divertiste? —Pregunta el híbrido de conejo, Conterstine, mientras traía un plato de agua y unos trozos de pan.

—Bue, interrumpes en el mejor momento. —Con un suspiro Aquino se pone en pie sentándose en el regazo del hombre. Farfadox palmea la espalda del chico, Aquino solo resopla ocultando su rostro en el pecho del hombre. —¿Qué querés hijo de puta?

Conterstine se encoge de hombros. —Quería pasar un buen momento con el chico, pero veo que andas en tu propia fiesta. —Deja la bandeja de comida en la cama mientras se acerca a Farfadox.

El hombre, inconscientemente aprieta la cintura de Aquino solo jadea en respuesta, el chico estaba con dos dedos dentro de su coño, parecía más necesitado de lo usual. —¿Qué te hace pensar que te daré permiso?

—Spreen tuvo su tiempo ¿Por qué yo no? —Carcajea ligeramente, nota a Aquino verlo de reojo con los labios entreabiertos. —Además, hice la dichosa misión que tanto te costó y traje los materiales ¿No merezco una recompensa?

Farfadox resopla, palmea la espalda baja de Aquino obligando a darse media vuelta dejando sus piernas separadas para exhibición de Conterstine. El híbrido retiene el aliento cuando su lider sostiene por los muslos a Aquino dejando expuesto sus labios vaginales. Aquino extiende su mano hacia a Conterstine invitando a follarlo.

Y Conterstine no lo pensó dos segundos.

Aquino emite un jadeo de sorpresa cuando Conterstine apresurado, se arrodilla ante él y sus manos pasean por sus muslos, siente a Conterstine lamiendo y mordisqueando el interno de sus muslos, dejando rastros y marcas. El ojo sano y herido quedan en blanco cuando  la lengua experta de Conterstine pasa por el manojo de nervios causándole un gemido placentero, su boca se mueve hacia abajo con suaves mordiscos y lamidas, pasando de arriba hacia abajo.

Farfadox solo disfrutaba la vista, su mano diestra tironea la soga de vuelta obligando a Aquino a presionarse contra su fornido pecho mientras obtenía un squirt violento y un orgasmo seco.

El castaño mordía el dorso de su mano evitando un grito, sus labios agrietados por heridas pasadas daban más de una caliente vista para Conterstine quien se corrio sobre sus pantalones. Cuando el híbrido se aleja saborea el orgasmo de la perra del Team.

—¿Satisfecho?

Conterstine asiente poniéndose en pie rápidamente viendo a Aquino respirar pesado. —Quizás vuelva más tarde.

Cuando el híbrido sale poco después de la habitación después de limpiarse, Farfadox comienza a mimar al joven paseando dos de sus dedos sobre el clítoris hinchado de Aquino.

—Quizás merezcas un descanso después de esto. —Se inclina dejando que sus dientes se clavaran en la nuca del joven ganándose un gemido ahogado en respuesta, Aquino inclina su cabeza de lado ofreciendo acceso al líder.

Será una noche larga.

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Todo se vuelve una tortura cuando empiezas a tener consciencia. Más cuando sientes la cremallera de un vestido cerrarse en tu espalda. Intenta forcejear pero sus muñecas fueron atadas detrás de su espalda. Muerde su labio inferior.

–Quedate quieto, y no será un infierno para ti después. –Gruñe Crissgreen contra su oído ocasionando que suspiré entrecortado.

Siente entonces la piel contra su espalda, una indicación, diría que Criss se había quitado la ropa recientemente.

—Por favor... —Solloza Aquino arrastrando las palabras.

Crissgreen no responde y solo pasea sus dedos resbaladizos por su abusado agujero—. Tranquila, muñeca. Esto acabará pronto. —Aquino ahoga un grito cuando cuando los tres dedos ingresan en su coño. –Que receptiva eres, linda..

Crissgreen retira sus dedos para poco después abrirse paso en su interior. Tal vez ya se haya acostumbrado al dolor que no siente absolutamente nada. Está atrapado aquí para ser utilizado como un juguete sexuale, y no sabe cuándo todo acabará. Su cuerpo permanece estremeciéndose en cada embestida y mordida o golpe que Crissgreen proporcionaba ocasionando que solo deje escapar gemidos involuntarios. 

Aquino gime mientras, Crissgreen entra y sale de su estrecho ocasionando resbaladizo por sus muslos. Sus muñecas rojas por la presión de las manos de Crissgreen sobre él. Sus caderas se encuentran con las de él mientras se mueven juntos. Acelera el ritmo y el de él responde, sus manos la sostienen por su cadera, apretando de vez en cuando sus muslos.

–Eres una chica hermosa, Aquino. Eres tan dócil. Tan estrecho como cualquier mujer. Una chica tan buena...

Quiere que se calle, quiere que está tortura acabe. Quiere que todo esto termine.

Aquino apenas se inmuta cuando Crissgreen le toca la espalda y el trasero. Crissgreen le besa el cuello antes de una embestida ruda terminando dentro suyo. Poco después siente al chico retirarse y salir de la cama.

–Duerme bonita. –Aquino asiente apenas con la consciencia y la satisfacción de que estoy terminó. Al menos, por un corto período.

Sí, dormir sería agradable. Y soñar que escapa de ahí. 

Escucha la puerta ser cerrada, entonces se levanta de la cama a duras penas, camina hacia la silla a un lado de su cama –que había estado Farfadox– y toma la toalla –que había utilizado Spreen– para comenzar a pasar la tela por su cuerpo comenzando a retirar poco a poco el vestido. Pasa sus manos con cuidado por su cuerpo –que había tocado Conterstine– retirando los rastros de semen que escapaba por su entrada vaginal y por su trasero. Solloza.

Cuando termina, sabe que lo único que tiene es ese vestido, así que, a duras penas se vuelve a poner. ¿Dónde quedó la fuerza para enfrentarse a todos? Se había quedado en el olvido. Se sienta en el borde de la cama, con la espalda recta, esperando la comida del día.

Mientras veía el suelo, piensa en silencio que quizás esté iba a ser su vida, o hasta que encuentren otro pobre diablo. La puerta es abierta y es recibido por Shadoune, por instinto cierra sus piernas.

–Te traje una chuleta. No es mi especialidad pero, lo intenté. –Hay una amabilidad en la voz de Shadoune lo que ocasiona que Aquino se avergüence de como estaba. 

La bandeja es dejada en la cama, Aquino regresa a ver lo que ocasiona que su estómago gruña en respuesta y, poco después, comience a devorar el plato de comida que se le ha servido. Shadoune sonríe. (O al menos, una de sus caras lo hace)

—Ve con tranquilidad, nadie te quitará el plato. –Y Aquino lo hace, con cierto cuidado. 

Cuando traga un trozo de carne Aquino pregunta. –¿Tú también vas a intentarlo?

Es una pregunta de doble sentido, que sabe que Shadoune entiende, él niega. –Mereces un descanso. 

Aquino asiente aún con la comida terminando. Cuando finaliza ve a Shadoune con cierta amargura.

–Gracias.

Ni siquiera le dió tiempo a Shadoune responder cuando Aquino tira la bandeja sobre él para comenzar a correr hacia la puerta, abriendo y cerrando rápidamente. Escucha el grito de Shadoune a lo lejos pero ya estaba huyendo escaleras a bajo.

Muy fácil para escapar.

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Correr jamás se sintió tan bien para Aquino quien sollozaba finalmente por la libertad que contenía. Le dolía los pulmones de tanto correr y que el aire quedará atrapado entre su tos. Incluso, cuando llega a la casa que una vez le vio crecer como uno más en ese lugar. Jamás pensó que en ese lugar también saldría un sádico en todas sus letras.

–¡Duxo! Por favor, abre –Era un grito desesperado viendo de vez en cuando detrás suyo. Tocando desesperadamente la puerta como si en cualquier momento despertara y hubiera sido más que su imaginación.

La puerta es abierta, de ahí aparece un chico de cabellos oscuros y mirada morada. Frunce el entrecejo. –¿Aquino?

No le dejo hablar más cuando ingreso a la fuerza cerrando la puerta detrás de él. Traga seco buscando recuperar el aliento, su rostro enrojecido por el miedo y el esfuerzo que hizo para no desmayarse en medio del dolor que circulaba por su cadera, espalda y piernas. Cuando recupera la noción Duxo lo estaba llevando a una habitación. Siente la seda debajo de sus muslos y manos, hace un tiempo se había olvidado la suavidad de estas. Siente que lo levantan la mirada, su amigo dice unas palabras para ir hacia otro cuarto.

No quiere estar solo.

Siente manos grandes pasando por el interior de su intimidad obligando a separar sus piernas para exhibir ante los otros hombres que lo ven como una presa. Siente lágrimas, sangre y dolor, si hay algún sentimiento más en el fondo sin presentar se niega a recorrer a ese lugar.

—... De haber estado más atento. –Era Duxo, no sabía en qué momento había regresado pero ahí estaba el mayor, cuidaba sus heridas, moretones y costras, dentro de su mente era un sepulcro silencioso, las lágrimas hace un momento habían parado. –... ¿Alguien más estaba con ellos?

¿Había hablado? No lo sabe, pero finalmente asiente. –Nuvia.

Duxo parece tensarse ante el nombramiento de la fémina que se obliga a disculparse para irse de ahí a dejar todo lo utilizado para su tratamiento. No sabe en qué momento se había quedado sin ese vestido que Criss con compasión le había dado. Su estómago gruñe, tenía hambre. Pero el sueño es el que vencen, se acurruca en la comodidad de una cama para lograr taparse con sábanas, duerme profundamente, ignorante de lo que ocurría en la sala.

Duxo jamás fue partidario de las torturas o esclavismo, a pesar de que en su niñez fue criado para tratar así, jamás inculcó a ninguno de sus estudiantes a eso. Ni en lo mínimo. Pero a terminó de traición, eso se lo podía debatir.

—¿Tú crees? –Duxo deja una taza de té en la mesa, manos con uñas tantean el recipiente como algo sin cuidar. El hombre asiente. –Se pasaron de mierda con Aquino, no es algo que tolere.

Estailus carcajea. –Vamos, sabes que ellos son así. Pero eso sirvió para que salde toda mi deuda.

Duxo gruñe por lo bajo. –No me agrada tu ética.

–¿Y tú qué? Fuiste testigo de como ella se llevó a Aquino y no hiciste nada. –Duxo no responde. –Será mejor que le digas algo a Aquino antes de que vengan ellos mismos a matarte.

Duxo jamás fue partido de las torturas hacia otro ser humano, ni siquiera al esclavismo. Pero su vida era mucho más valiosa que un simple muñeco sexual.

Cuando Aquino cobra sus cobra sus sentidos bosteza por el abre. Había ropa lavada y planchada en el borde de la cama lo que ocasiona que sienta un destello de que al fin era libre. A duras penas logra colocar su ropa sin que está rozara sus heridas. Era extraño ocupar de regreso una ropa que hace un tiempo había dejado de ocupar. Huele el aroma a carne cocinada que tenía más a tocino, con cuidado se pone en pie para salir. Se apoya en el marco de la puerta para comenzar a caminar así, quizás finalmente el dolor le pasaba factura después de un cuerpo descansado.

La ruleta gira.

NARANJA

Eso extraña a Aquino, hace un tiempo la ruleta había parado de girar por terminos de nuevo jefe. Pero, su cuerpo quedó paralizado cuando escucho de vuelta esa grave voz.

–Hola Aquino. –El hombre antes de espalda ahora lo miraba de frente. Tres caras sonrientes, grandes salpicaduras de sangre y esa tétrica manía de tic en su ojo derecho.

¡RUN AND SEARCH!
UN JUGADOR TENDRÁ COLOCADO LAS ASTAS DE UN CIERVO, EL TEAM TRYHARD SERÁN ENCARGADOS DE SEGUIRLO Y MATARLO. QUIEN PRIMERO LO HAGA SE LLEVA UNA BONIFICACIÓN PARA ÉL Y SU GRUPO.

Shadoune ríe. Hay sequedad en su voz mientras tira el sartén comenzando a acercarse a Aquino quien comenzó a retroceder temeroso, sus piernas buscaban fallar pero, la adrenalina habia aumentado.

–¿Duxo?

Interrumpe. –Tu amigo quiso hacerse el valiente. No le salió bien. –Shadoune saca un cuchillo que estaba entre el resto. Ocasiona que él comience a retroceder con temor. –Dio una muy buena pelea, sin embargo, le faltaba mucho. Siempre alguien se llevará el puesto de un Dios.

Aquino tira una mesa que estaba cerca ocasionando que el jarrón que estaba colocado se rompa a pedazos. Shadoune ríe. Se sentía tan frágil y a la vez las astas que le habían colocado solo le dió más de una sensación de vértigo.

–Corre.

Hizo caso, obedeciendo sus piernas para comenzar a salir por el pasillo y la puerta trasera. Los pasos resonando detrás de Aquino hacen que él comience a correr hasta el exterior donde finalmente, va hacia el bosque ignorando el sonido del cuerno anunciando la cacería. Ignora los pasos, el sonido de la hierba bajo sus pies, las ramas que le lastiman parte de sus piernas y rostro buscando huir desesperado.

Un golpe en la cabeza ocasiona que caiga de manera brusca en medio de las hojas secas. Spreen.

–¿Vos pensaste que sería fácil? –Rie Spreen dejando de lado la rama seca para tironear por los tobillos a Aquino quien, tomando otra rama seca logra perforar la pierna de Spreen. Este suelta al ciervo. Aquino comienza a correr.

Siente que dos personas le siguen de cerca, una a cada lado. Hay dos risas que lo dejan helado hasta los huesos, finalmente se esconde detrás de un árbol, tapa su boca buscando ahogar el grito de dolor de sus piernas y dentro de su cabeza.

Los pasos se detienen. –¿Crees que está aquí?

Conterstine niega riendo por lo bajo. Desde donde estaba Aquino apestaba a sangre. –Es una presa muy persuasiva.

Criss parece comenzar a caminar hacia otro lado. –Sabemos que estás por aquí. No te torturaremos de inmediato lo prometo.

Conterstine parece seguirlo de cerca, hacia otro lado también. –Primero te haremos sufrir.

Y fue la señal que Aquino necesito para de nuevo comenzar a correr. Y mientras lo hacía, no lo seguían, solo se quedaban viendolo mientras reían. Solo quedaba que Farfadox lo encontrara y era el fin del juego. Pero cuando lo hizo solo se hizo a un lado. Misericordia.

–No te atrapo, porque sé que al final uno de ellos lo hará y no será bonito.

Esa frase quedó rondando en su cabeza hasta ahora, donde logró quitarse las astas para tirarlos al río que se las llevó tan pronto estás tocaron el caudal helado. Tener miedo era poco lo que sentía ante la sensación de incertidumbre, quizás no debía huir y que Duxo pagara las consecuencias de su negligencia.

Aquino solo se dedicaba a llorar sentado en el borde de ese río, ignorando entonces a la persona que tomó lugar a lado suyo. Ignorando también el abrazo que este le daba. Un consuelo muy malo.

Shadoune pasa sus ensangretadas por las mejillas manchadas de lágrimas ocasionando que se pinten. –Puedes seguir sufriendo... –Niega, el sádico carcajea. –O sufrir un poco más.

•••

Cuando Aquino apenas era un chiquillo que no sabía que hacer con una simple espada, se imagina a un mundo de posibilidades donde gente coreaba su nombre como un héroe. Al menos, eso ocurría en su fantasía.

Un corte en su muslo derecho hacen que él se retuersa de dolor contra la cama que tanto había pasado inumerables cosas, solo grita ahogado, sus labios sellados por un pañuelo viejo. Shadoune ríe.

–Una vez más, esto no es complicado. –Shadoune tira de la correa que tenía a un lado de él y lo impacta en el pecho de Aquino quien de nuevo, grita ahogado. –Te estuve cazando tanto tiempo.

Aquino solo cierra sus ojos con fuerza, las lágrimas hace un tiempo habían parado. Un nuevo corte en su pecho cerca de sus pezones ocasiona se retuersa de vuelta.

–No sabes que día es, no sabes que hora es. Ya no sabes ni quién eres. –De nuevo, la correa es levantado en lo alto, cuando de vuelta impacta contra su pecho siente que un trozo de carne comienza a caer de su lugar ¿Quizás era su imaginación? Ni siquiera sabe que es real. –Tú eres mío. Aloha, vaquero.

No puede ni desea voltear a ver a un lado de él, donde la cabeza de su ser más cercano estaba cerca de Aquino, viendolo como era destrozado y amarrado como una maldita presa.

No tiene fuerzas para gritar o de retorcerse una vez más cuando parte de la carne de sus manos es retirada como un trozo para cocinar y freír. No se queja cuando siente que hay un filo de un cuchillo paseando cerca de su ojo buscando hacer presión para retirarle.

No existe vida. No existe sentimientos de por medio.

Finalmente se rindió, y tú fuiste testigo de como es posible quebrar un ser humano.