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Pedidos Ya

Summary:

Julian es un estudiante de medicina en pareja con Geronimo, que luego de un dia demasiado cansador decide pedir comida por la aplicacion Pedidos Ya. Enzo esta estudiando y entrenando para ser Bombero y su trabajo como repartidor de Pedidos Ya ese dia se estaba por terminar, pero cayo ese pedido y decidio aceptarlo. Gracias a Dios lo acepto!

Chapter Text

Era viernes a la noche en la Ciudad de Buenos Aires, estaba cansado demasiado de hecho, había llegado de sus clases de la facultad, estuvo prácticamente todo el día afuera de su departamento, sabía que la vida iba a ser difícil, pero la verdad lo estaba siendo y más de lo que imaginaba.

Trabajaba en una cafetería a la mañana y a la tarde iba a la facultad donde estudiaba medicina, ya estaba en segundo año, se había mudado de su pueblo Calchin en Córdoba hacía tres años. Todo para cumplir su sueño de ser médico.

Julian estaba tirado en el sillón de dos cuerpos, mientras veia la television que estaba con el sonido bajo, solo para generar ruido ambiente, mientras que se deslizaba por la aplicación de Pedidos Ya, no era un gran fanatico de pedir comida a la casa, lo veía como un gasto innecesario, pero luego del dia arduo de trabajo, más después de rendir ese último final, merecía una hamburguesa con papas y dormir hasta que se le dé la regalada ganas. Aunque no sería mucho, ya que el sábado le tocaba trabajar pero por lo menos era el turno de la tarde, así que podría dormir toda la mañana.

Su novio Geronimo, que estudiaba Contador, lo había invitado a una fiesta que hacían sus amigos, debido a que ellos también terminaron la epoca de examenes, pero decidió declinar, ya que de por si no tenía buena relación con ellos, más que un cordial hola y adios y alguna charla trivial y tonta para los momentos en el que estaban obligados a hablar entre ellos.

Aparte su relación de casi un año estaba bastante fría y estancada, no se sentía en la misma sintonía, entendía que al otro le gustaba salir y divertirse, el jamas le habia dicho nada, pero lo venia dejando de lado hacia bastante tiempo, incluso sentía que alguien estaba ocupando su lugar. Pero intentó no hacerle caso a esos pensamientos intrusivos que se le venían a la cabeza. Simplemente respiraba profundo y seguía con una sonrisa falsa, ya que detestaba la idea de estar solo en ese lugar, más teniendo a sus padres y hermanos tan lejos.

Tenía un lindo grupo de amigos, que era Cuti, Licha y Rodrigo, cada uno estudiaba distintas carreras, pero se habían conocido en el CBC y se hicieron muy amigos rapido, algo raro para él ya que al ser tan reservado y tímido le costaba hacer amigo, pero había algo que con ellos lo hacían sentir tan como que era con los que más se solía sentirse libre y se daba el lujo de contar sus cosas.

Ese dia no solo había estado cargado de trabajo y de estudio, sino que había tenido una discusión con Geronimo, este le había reprochado que era un pendejo aburrido, por no querer acompañarlo a esa fiesta, el otro no entendía que no tenía él la suerte de que sus padres le paguen todo y tener que dedicarse nada más que a estudiar. Gero tenía 26 años y ya estaba finalizando los estudios e iba a trabajar con su papá que era el que pagaba sus estudios.

Por otro lado Julian solo tenia 24 y le había costado más ya que tenía que trabajar no solo para pagar los apuntes y viajes, sino también para vivir, ya que debía pagar alquiler servicios y comer, sus padres le daban una ayuda que le servía para comprar comida, pero no era suficiente, pero él no iba a decirle jamas eso, ya que ellos lo hacían no solo de todo corazón sino con el mayor esfuerzo del mundo, ya que no les sobraba la plata, ambos eran laburantes, que querían ver a su hijo siendo el primer médico de la familia.

El mayor le había dicho que estaba cansado de estar con un pibe tan aburrido que hasta para garchar se la bajaba. El menor apenas podía creer que le estuviera diciendo esas cosas, en serio la persona a la que le había compartido tantas cosas lo estaba tratando tan como el orto, solo porque estaba cansado y después de su final quería tirarse a descansar y no salir con un grupo de idiotas hijos de papi a pelotudear por ahí, haciéndose los importantes con plata ajena.

Se dijeron muchas cosas más, hirientes principalmente, la llamada se corto, pero sabía bien que no pensaba seguir aguantando esas pelotudeces en su vida, solo queria dar su inmundo final y poder irse a su casa si era necesario iba a llorar tranquilo y sino pediría comida y se quedaría mirando algún programa que pasen en la tele, bajaría todo con el pote de helado que tenia guardado en el frezzer y se iba a ir a dormir hasta que sea el mediodia y despues iria a trabajar, pero nadie, lo iba a tratar como si no valiera nada.

Cuando encontró un menú que le llamó la atención, vio que era un buen precio y encima venia todo en doble, porque ante todo, fijarse que quede plata para tirar todo el mes, porque sino iba a tener que comer arroz y con la porción extra la iba a guardar para almorzar al otro dia.

Hizo el pedido, se puso de pie y fue a su habitación a buscar la billetera, sacó el dinero y además separó algo más para dejarle de propina al repartidor, sabía que en gran parte vivían de eso, ya que en su trabajo conocía a varios repartidores de esa aplicacion y les contaba que hacían una gran diferencia con las propinas y el sabia lo que era ese dinero extra que te ayudaba a llegar tranquilo al próximo pago, que además eso aseguraba tener comida en la heladera.

Enzo estaba en el mejor horario de trabajo, los viernes a la noches, era una locura de pedidos, a veces no daba a basto ya que trataba de tomar los más posibles, ya que después durante la semana se le dificulta demasiado trabajar, ya que estaba en Capital porque estaba entrenando y estudiando para ser parte de los bomberos de la Ciudad de Buenos Aires y al vivir en San Martin, tenia mucho tiempo de viaje y lo hacía en colectivo ya que su moto solo la usaba para trabajar.

De chiquito siempre había deseado ser bombero, transformar ese deseo de ayudar en su trabajo, así que cuando encontró que se había abierto las inscripciones no dudó en ingresar, pero el problema era que tuvo que abandonar su laburo en una fábrica de San Martín porque no le daba para poder estudiar y lo peor es que sus padres le habían dicho que lamentablemente ellos no podían ayudarlo, ya que estaban muy endeudados.

Así que gracias a un dinero que tenía guardado, más lo que le dieron por irse, se compro la moto que tenía ahora y usaba para hacer trabajar en la aplicación Pedidos Ya. No era el trabajo de sus sueños, pero ayudaba para que pueda tener el trabajo de sus sueños. Se tenía que bancar a mucha gente pelotuda y forra si, pero lo bueno era que el desidia sus horarios y días, por lo que eso era una gran ventaja.

Había decidido tomar el último pedido de esa noche, a pesar de que no era muy tarde ni nada por el estilo, solo que estaba cansado, ya que había salido del entrenamiento hacía tres horas y lo único que quería era tirarse a dormir. Aprovecharía mañana para poder trabajar todo el dia y ahi poder ya estar más tranquilo, aparte de que debía dejarle dinero a su madre para que compre comida, para toda la familia para la semana y era algo en lo que él nunca fallaba, prefería quedarse corto el, pero que sus hermanos más chicos siempre tuvieran todo lo que necesitara.

La verdad que no era gran cosa ese pedido, pero bueno, quedaba bastante cerca de donde estaba y si el pibe que por lo que vio se llamaba Julian, le dejaba una buena propina, podía irse a casa tranquilo.

Por suerte al llegar a la casa de comida el pedido ya está casi finalizado, así que lo guardo todo en la mochila térmica y se caminó a su moto, vio la dirección por última vez y emprendió viaje a ese lugar, quedaba aproximadamente unas 15 cuadras, por lo que en unos 20 minutos llegó, en una ciudad que de por sí siempre era un caos, pero los viernes a la noche era completamente peor.

Cuando llegó al edificio, busco el piso al cual tenía que llamar y al tocar, nadie le contestaba, volvió a tocar y nada, la verdad que le daba por las bolas la gente que era tan pelotuda, o sea si haces un pedido tenes que estar atento pensaba, hasta que el ruido del portero eléctrico lo saco de su pensamiento de la gente es pelotuda de por sí.

-Perdon, perdoname ya bajo.- le dijo una voz el otro ni siquiera iba a contestar, incluso tenía ganas de llevarse el pedido a su casa y mandar a ese boludo a la mierda, por gil, pero pudo ver a alguien saliendo corriendo del ascensor, veía que se acercaba cuando el chico se patinó y se cayó de espalda al suelo.

La puta madre, si ese dia no podia ser mas de mierda, me quede en la ducha más tiempo del que debía por quedarme casi dormido, me tocan el portero y recordé que había pedido la cena y cuando bajó descalzo con un short y una remera de river, me olvidé que estaba mojado en gran parte y el suelo de la entrada del edificio resbala, por lo que no hace falta ser genio que lo que pasó, era justamente lo que iba a pasar y me pegue un golpe cayendo de espalda al suelo, podía ver al muchacho de pedido que se acercó a la puerta hizo un poco de fuerza y la puerta se abrió por suerte, me ayudó a levantarme.

-Che, igual re cualquiera dejan abierto los giles la puerta.- dijo Enzo mientras sostenía a Julian y cuando lo miro, la puta madre al morocho se le fue la vista, jamas habia visto a alguien tan hermoso en la vida, tenía una carita tan de nene, que lo primero que quería hacer antes de culearlo iba a preguntarle la edad por las dudas, ya que no tenia ninguna intención de caer en cana.

-Che wacho esta’ bien? .- dijo Enzo mirándolo, -Si culeado, perdona vengo tarde y como boludo me cai.- Dijo Julian que estaba rojo debido a la vergüenza. -Me llamo Enzo vo’?.- Julian se quedó mirándolo, porque había algo que no entendía y era que él ya estaba bien y se lo habia dicho, no entendía porque ese morocho seguía teniendo su brazo rodeando la cadera, pero la verdad no le molestaba tanto ya que al verlo sin el casco era un turrito hermoso, podía verle varios tatuajes en su cuello y los de los brazos, una sonrisa que mierda sin dudar le encantaría que ese turrito se lo garche en el palier del edificio y le iba a chupar un huevo que aparezca alguien mientras él pueda volver a su departamento bien garchado por ese pibe.

Julian se había quedado mirando a ese muchacho, sin siquiera inmutarse, sin siquiera darse cuenta que este le estaba hablando, salió de su mundo, cuando apretó la zona de la cadera haciendo que este gima un poco, ambos se quedaron mirando.

-Perdon no me di cuenta dijo Julián.- que le daba el dinero a ese Enzo, que estaba con una sonrisa y lo veía como se pasaba la lengua por los labios. -Che, wachito quere que te ayude?.- le dijo mirandolo, la verdad que era su ultimo pedido, y hace banda que no garchaba con nadie y el tan hetero nunca fue y ese pibe tenia todo lo que siempre buscaba, linda sonrisa, paracia un angelito, una voz hermosa y ese jadeo que largo le habia hecho parar la chota de una, aparte que cuando lo agarro de la cadera no dejo pasar la oportunidad del maravilloso y potente ojete que tenia Julian.

Julian lo miro, la verdad que estaba bien solo había sido una caída que pasó por boludo, sabía que debía decir no y que cada uno siga su rumbo,él iba a comer y dormir, mientras pensaba si iba a arreglar todo con el pelotudo de su novio, mas despues de como lo trato, aparte no hacía falta ser genio para saber que ese morocho buscaba algo más que ayudarlo a llegar a su departamento.

Julian lo miro y lo primero que se le pasó es vamos a vivir la vida un poco y que mejor que empezar a hacerlo comiendote semejante morocho, obviamente si este quería lo mismo, porque sería una vergüenza que él hubiera malinterpretado todo y quedara como un pendejo pajero, cuando el otro era solo una buena persona que se estaba preocupando por su salud.

-Si creo que me viene bien la ayuda.- dijo Julian, a Enzo se le iluminaron los ojos, bueno parece que esa iba a ser su noche, -Bancame que aseguró la motito y te ayudo bebote.- dijo Enzo al mayor que se lo quedó mirando con los ojos más abierto de lo normal, le había dicho bebote, no ese turro era un chamuyero de primera, lo había tocado de más cuando era innecesario, pero la verdad le había agradado sentir que podía atraer chicos, ya que con Geronimo su novio muchas veces le habia dicho que no lo lograba exitar por como era, esta demás decir que todo terminaba con Julian triste, replanteando todo lo que hacía y cómo podia cambiar para estar mas lindo.

Pero sus amigos le había dicho, que él era un pibe fachero, que el pelotudo era el otro, que de seguro decía eso porque era un inseguro del orto y un pelotudo, si sus tres amigos detestaban a su novio, ya que las pocas veces que habían compartido, se había hecho el que tenía plata cuando eran sus padres los que tenían, el zafaba porque lo mantienen, mientras que Julian como su grupo todos trabajaban para poder vivir.

Cuando Enzo terminó de poner la cadena y el seguro a su moto, volvió a entrar al edificio, con el pedido en su mano. -Me olvidaba lo importante.- le dijo guiñandole el ojo. Julian lo miraba como si ese chico fuera una especie en peligro en extinción, había tenido muy pocas parejas en su vida, asi que no podía comparar mucho, pero que alguien le diga tantas cosas en doble sentido y lo trate asi, ya sea aunque sea para un polvo de la noche le resultaba muy sexy.

Cuando el ascensor llego al piso de Julian, sentía que se conocían de toda la vida, en el recorrido de 6 piso supieron que ambos eran hinchas y fanáticos de River, que Julián estudiaba Medicina y Enzo estudiaba y entrenaba para ser Bombero, y que ambos trabajaban para mantenerse en esa ciudad que era una locura.

Para Julian el hecho de que el otro le haya contado que estaba estudiando y practicando para ser bombero lo hizo sentir como un pendejo calenton, pero no era difícil de darse cuenta que ese entrenamiento se podía notar y bastante porque podía ver los bicep marcados y como esa remera se le pegaba a los abdominales, tenía un pecho del infarto y unas piernas que mierda debe dejarte de cama ese morocho.

Cuando entraron al departamento, sentía que todo los sentidos que tenía Julian los había mandado a la mierda por un pibe que le pareció lo más hermoso del mundo y que además lo trato como normalmente se trata a alguien que queres seducir, pero que al más grande nunca le había pasado.

Cuando entraron Enzo se quedó sorprendido del lugar, estaba muy lindo decorado, pero lo que más le gustó era la hermosa vista que tenia gracias al balcón, aunque se escuchaba los ruidos de los autos y los gritos de la gente, podía ver como la luna iba iniciando su recorrido en la noche que estaba cayendo en la ciudad. Julian se quedó mirándolo, no sabía porque estaba haciendo eso, por suerte había pedido un combo que era de dos hamburguesas que tenían de oferta, por lo que la comida venía todo dos porciones.

-Te quere’ quedar a compartir Enzo?.- dijo Julian que salía de la pequeña cocina con dos platos y dos vasos, mientras que el morocho recordó que el tenía el paquete que pesaba y bastante.

Ese pibe no solo hermoso, precioso y una divinura lo estaba invitando a comer cuando recien lo habia conocido, que solo había traído su comida porque era su trabajo que incluso le había pagado, pero algo que ni siquiera se fijo es si le dejo propina, porque la verdad al mirarlo ya se le había olvidado hasta la dirección de su casa.

-No te quiero incomodar, Ju, yo solo lo hice para ayudar.- le dijo el morocho mientras se acercaba al otro y le daba el paquete. Enzo era mandado, era chamuyero y no le importaba nada, pero era la primera vez que alguien lo ponía así de nervioso, jamás había tenido esa sensación que le estaba apareciendo en esos momentos.

Enzo vio como Julian volvía a la cocina con mala cara, escucho como dejó los platos y cubiertos, escucho como metía la bolsa de comida a lo que seguramente sería el microondas y volvía con cara de que se vaya todo a la mierda.

Julian dijo es ahora o nunca cuando se acercó lo suficiente al morocho, le comió la boca sin pensarlo, una de las manos del mayor fue directo al cuello, pudo sentir su piel caliente, con una capa de lo que obviamente era sudor por el casco que usaba. Cuando el beso se rompió por parte del mayor. -Enserio turrito vas a ser un cagon ahora? .- le dijo Julian en un susurro.

Cagon, él nunca iba a ser un cagon, podrá ser llamado gatero, bandido y cierta de cosas más, pero cagon, ni empedo y si esa hermosura queria garchar, bueno se va todo a la mierda, total ya descansaría el dia de su muerte o cuando caiga internado por algo.

Enzo le comió la boca y lo apoyó contra la pared que divide el living comedor de la cocina, ver los labios de Julian no le hacía justicia a cuando los probó, era completamente adictivos, subió sus manos y las metió bajo la remera aprovechando a tocar la mayor cantidad de piel que pudiera, dándose cuenta que estaba mojado. .-Así que todo mojadito esta’?.- le dijo Enzo mirándolo con cara que lo quería devorar en esos momentos. -Me.. me estaba bañando cuando llegaste.- le dijo el mayor

-Andas buscando hermoso que te garchen los repartidores?.- le dijo Enzo que le acariciaba el pómulo con su mano, -Vine por cobre y me dieron diamantes, porque este culo hermoso que tenés no solo debe ser para una buena mirada- dijo Enzo para darle una nalgada.

Julián y Enzo no perdieron el tiempo y fueron a la habitación del mayor, mientras se besaban intensamente y en el camino iba quedando la ropa de cada uno.

Julián fue el primero en caer en la cama estaba solo con unos boxer negros, admirando y disfrutando la vista que tenía Enzo no estaba bueno estaba buenísimo, no podía creer que ese pibe estaba por cogerlo en esos momentos, tenía el cuerpo cubierto de tinta, distintos dibujos o palabras, incluso un Jesús tatuado en el pecho, algo que le daba gracia, porque dentro de un rato el morocho iba a pecar peor que el Diablo. Mientras que en la espalda tenía tatuado un león, que lo único que él quería era marcarlo con sus uñas, aferrarse a ese lugar mientras el otro le daba la cogida que estaba necesitando hace tiempo y que su novio no le daba porque según él no se calentaba con el.

-Te gusta lo que ve’, porque a mí me encanta esa burra que no fue a la escuela bebote.- dijo Enzo sonriendo y sacándose el pantalón quedando en un slip negro que no dejaba nada a la imaginación, marcaba muy bien su bulto, se podía notar su miembro duro. Julián sentía que había quedado hipnotizado porque el tatuaje que tenía en la pierna lo volvía loco, va que no lo volvía loco de ese turro.

-Esta ready para que me meta en esa zanja hermosa, pero dale abrí la boquita así empeza’ a trabajar- le dijo Enzo mientras se bajaba el slip y dejaba libre su verga. Julián se puso de rodillas como si fuera a rezarle a alguien, pero lo iba a hacer porque dudaba que todo eso dentro suyo, tanto de su boca como por atrás.

-Lastima que el celu, lo deje en el pantalón porque tengo que grabar esa carita de wachin bueno arrodillado pidiendo pija.- dijo Enzo, pero cuando iba a seguir hablando sintió como el otro se aferraba a sus piernas, y tomaba su erección de la base con una de sus manos, mientras que pasaba la lengua por la cabeza de esa pija. Miraba con emoción la hermosa pija que tenía ese turro, ese maravilloso pedazo que en esos momentos le están pasando la lengua como degustando su sabor un poco a sudor pero más que nada a macho que estaba laburando, de esos que te deja completamente temblando después de que te garchan.

Julián estaba concentrado en hacer lo mejor posible ese pete, estaba completamente embobado con tener a ese pibe que era un año más chico que él, en su casa, el pibe que le había traído la comida, el que lo había ayudado a subir, estaba desnudo en su cuarto con el solo en ropa interior, mientras que el pelotudo de su novio seguro estaba con los idiotas de sus amigos, seguramente en algún boliche.

Sintió como la mano del morocho que estaba cubierta de tatuajes lo agarró del pelo y lo iba invitando a chupar cada vez un poco más, Julián masturbaba toda la parte a la cual su boca no llegaba, pero debido a la fuerza que estaba ejerciendo el otro y como este empezó a mover sus caderas sentía que cada vez iba entrando más pija a su boca, incluso sentía sus ojos cubiertos de lágrimas, la dificultad para respirar.

-Ah bueno no solo besas hermoso príncipe, sino que encima chupas pija como un profesional.- dijo Enzo que lo tomo más fuerte del pelo y dejo la cara del mayor quiera para después mover el su cadera, cómo si estuviera cogiéndolo por la boca, disfrutando de la hermosa vista que tenía de ese chico cubierto de su saliva con restos de otros fluidos que caían de su boca, sus ojos cubiertos de lágrimas y sus manos aferradas a esos enormes muslos del morocho.

Enzo se salía por completo de esa boca preciosa y golpeaba el rostro del mayor con su verga, mientras el otro solo jadeaba y le pedía que más, le besaba los muslos. El menor había garchado con varios pibes, pero jamás uno lo había vuelto tan loco como ese pendejo que tenía de rodillas en ese momentos, lo había conocido hace menos de 40 minutos y ya lo tenía así jadeando y rogando por más.

-Veni hermoso.- dijo Enzo tomándolo de los brazo y quedando frente a frente, para comerle la boca, podía degustar el sabor de su propio pre semen y el enchastre que era la boca del mayor, podía sentir como una de las manos de ese hermoso culon seguía acariciando su pija dura, lo masturbaba lentamente pero apretando el falo caliente. Una de las manos del morocho se metió bajo el boxer de Julian acariciando las nalgas, mientras el otro jadeaba por el tacto brusco del repartidor.

-Ese ojete es un poema.- dijo el morocho para empezar a besar el cuello del mayor, mientras este tiraba la cabeza hacia atrás e iba masturbando más rápido el falo. Lo que menos esperaba el mayor era la intromisión sin aviso de un dedo en su interior. gimió aferrando su mano libre al pecho del tatuado. -Noo, pero mira lo que es ese ojete todo cerradito, me está chupando el dedo.- dijo Enzo que tomó con su mano libre la barbilla del mayor para que lo mire directo a los ojos.

Se volvieron a besar, como si fuera el aire para vivir, mientras lo hacían el menor metió otro dedo al interior de Julian y empezó a penetrarlo no solo más rápido sino también más profundo, lo hacía sin saliva, y la verdad lo estaba tomando demasiado bien, aunque estaba seguro que para que ese pedazo de carne entre dentro suyo iba a tener que usar toda la botella de lubricante que tenía en su cajón de la mesa de noche al lado de su cama.

-De donde mierda saliste culeado.- jadeo Julian, mirándolo con los ojos llorosos, jamás nadie lo había hecho sentir así y eso que solo le estaba colocando dos dedos, -Nunca me trataron así.- volvió a decir el mayor a lo que el otro se lo quedó mirando algo serio. -No hermoso yo te voy a dar lo que vo’ te merece’ hace tiempo.- Dijo Enzo y sacó sus dedos del interior de Julian y al frente de este se los metió en la boca mientras disfrutaba el sabor del mayor.

Lo empujó a la cama y cuando quedó acostado el menor tomó la ropa interior del mayor y se la arrancó, dejándolo como él completamente desnudo, Enzo quedó mirando la hermosa pija que tenia ese pibe, no podía ser que todo lindo tenia, unas ganas de que se quede a vivir en su boca esa chota hermosa, con cabeza rosada, la podía chupar todos los días que solo le agradecería a Dios por poder hacer eso.

Enzo se subió encima de ese chico y le dejo un beso en los labios, para luego bajar y atacar esos hermosos botones que tenía como pezones que estaban completamente duros como su verga en esos momentos, el morocho no solo los lamia sino que le daba leve mordidas y mientras con su mano libre pellizcaba el otro, escuchaba con placer como su amante gemía, a pesar de que este se tapaba la boca para que no se escuche tanto.

-No príncipe, nada de taparte la boca, quiero que todo’ sepan como te voy a coger, como este wachito de San Martín va a entrar a esa zanja que tenes’.- le dijo para seguir su camino por el abdomen y cuando llegó a su miembro empezó a chupar con desesperación, mientras que con una mano apretaba sus bolas, las manos de Julian se aferraban a su cubrecama ese que le había regalado su novio, pero que claramente lo iba a disfrutar con ese turro atrevido que le habia traido la comida esa noche.

Enzo disfrutaba de chuparle la pija a Julian mientras este se deshacía en gemidos, verlo con los ojos cerrados y sus boca abierta, mientras él aprovechaba la oportunidad y ya tenía tres dedos dentro del mayor, sabia lo que queria asi que prefiere prepararlo de la mejor manera que el conocia, mas cuando tenia a un pibe que le había volado de tal manera la cabeza como ese.

Julian miraba al morocho chupar como si fuera un trabajo que tenían que pagarle, intentaba no perderse detalle de lo que hacía con esa boca maravillosa que tenía, pero el placer que recibía tanto en su verga como esos dedos que estaba entrando y saliendo de su interior le dificulta las cosas, sentía ese calor en el bajo abdomen y que ya no podía tolerar mas, -Enzo, para Enzo, no aguanto.- jadeo el mayor mientras que con una de sus manos tomó al morocho del pelo para que deje de estar chupandole la pija. -Dale wacho acabame adentro en la boca, esa leche es toda mía, para eso chupe como ternero recién nacido.- dijo el morocho que tenía esas frases que en cualquier otro ámbito el solo lo miraba serio y se daría media vuelta para irse, pero en ese momento se calentaba como si fuera un pendejo.

Julian se dejó ir y el orgasmo le llegó como jamas le habia pasado en su vida, para peor a pesar de acabar, sentía como su miembro seguía siendo chupado por la boca del morocho, hasta que prácticamente quedó jadeando y sus piernas temblando por lo que le habían hecho, vio al otro ponerse de pie y podía ver esa pija que estaba como si fuera un mástil, no era nada difícil saber lo que se venía y la verdad había esperado bastante, para ver cómo iba a entrar todo eso en su interior.

-En la mesita de luz ahí.. ahi hay forro y lubricante.- dijo Julian al morocho que lo miraba como se limpiaba la boca con el dorso de su mano, vio como ese hombre rodeaba la cama, caminaba completamente desnudo y mierda sí que se había sacado la lotería, ese pibe era el pecado en persona, nunca pensó y menos se imaginó serle infiel a Geronimo, pero en ese momento le importaba todo una mierda.

Ver a ese muchacho caminar de nuevo a donde estaba entre sus piernas, con la botellita de lubricante, ese cuerpo todo tatuado y esa sonrisa socarrona que tiene, y esos ojos marrones que le parecían en esos momentos los más hermosos del mundo.

Julian abrió sus piernas para permitirle al otro quedar en el medio, no perdió nada de la imagen de ese morocho dejando una buena cantidad de lubricante en su mano, para pasarlo por toda su verga, dejando una buena capa del producto, luego tomó un poco más pero esta vez se agacho hasta que volvieron a quedar cara a cara y metió nuevamente dos dedos dentro de Julian, para poder no solo dilatar la zona sino también para añadir el lubricante y así poder prepararlo como se lo merecía ese pibe hermoso que tenía bajo de el.

Si fuera cualquier otra persona hace rato se lo hubiera estando cogiendo como si fuera la nada misma, pero ese pibe no se merecía eso, quería algo un poco mas lento, mas personal y más pasional para esa noche, se merecía disfrutar de cada jadeo, de cada centímetro de piel, de cada sensación que pudiera tener su cuerpo y el del otro.

Julian aferró sus manos a los brazos de ese morocho, mientras se miraban, el otro había tomado su erección con su mano y comenzó a entrar de manera lenta .-Avisame si te duele y paro Juli.- dijo Enzo mientras lo miraba para no perderse la cara de este mientras entraba en su interior, podía ver como se mordía los labios, como cerraba los ojos y como clavaba sus uñas en la piel de sus brazos. Para ayudarlo le comenzó a dar besos en el cuello y en el pecho, para poder hacer que se relaje el cuerpo del mayor.

Cuando finalmente estaba por completo dentro de Julian, se sentía apretado, pero era magnifica esa sensación .-Por fa… dame… dame un momento, porque es mucho que procesar.- dijo Julian con una leve sonrisa, mientras sentía lágrimas caer sobre su mejilla. Enzo noto esto y subió una de sus manos y la limpió. -Por vo’ espero todo el tiempo necesario Juli.- le dijo para darle otro beso mientras ahora él le mordía el labio hasta robarle un jadeo.

Enzo comenzó a moverse mientras sentía como las piernas de su pareja envolvían su cadera y lo iba atrayendo más a el otro que estaba acostado, escuchaba los jadeos en su oreja y como sus brazos y espalda eran marcadas por las uñas de ese muchacho y la verdad todo le parecía perfecto, jamás se había sentido de esa manera con nadie, pero tenía miedo una parte de él que ese pibe solo quiera cogerlo esa noche y despues nada mas, ya que era difícil encontrar una persona que lo quiera para algo más cuando le decían que su trabajo era una mierda y no se veía un futuro, aun cuando estaba estudiando y entrenando para ser bombero, incluso algunas chicas le habían dicho que las busque cuando ya esté trabajando como bombero y eso le había dolido mucho, a pesar de no demostrarlo para evitar dar lastima por esas palabras, si le habían dolido y mucho.

El morocho sintió como su rostro era llevado al frente del otro, mientras que sus frente se unieron, el menor empezó a embestir un poco más fuerte, sacando casi toda su erección del interior del mayor y volviendo a entrar generando que el otro gima y ruegue por más.

Julian por su parte se sentia en el puto cielo, no solo por lo que era tener semejante pedazo dentro suyo, sino por como era tratado por ese pibe, lo habia desarmado de una manera que jamas le habia pasado en su vida, ni siquiera Geronimo que era su novio hace casi un año habia logrado el 5% de lo que logro Enzo en solo un rato de hablar y de estar la mayor parte del tiempo apretando y preparando su interior para penetrarlo.

Enzo cambio de posición se acostó en la cama y dejo al mayor que se suba sobre él y que lo cabalgue, lo dejo de espalda para poder disfrutar de como entraba y salía su pija de ese enorme culo que lo habia vuelto mas que loco de un momento para otro, para colmo Julian jadeaba como si fuera un actor porno con 20 años de experiencia. Como mierda iba a hacer para sacarlo de la cabeza luego de ese polvo, lo único que se le ocurría era disfrutar de ese momento y después ver qué hacía con su vida, porque estaba seguro que ese pibe no lo iba a querer ver más en su vida.

Julian jadeaba, sentía su boca seca, sus piernas algo entumecidas, pero nada de eso era suficiente para hacerlo detenerse de estar cogiendose ese enorme pedazo de carne que tenía ese morocho. Le encantaba sentir como ese pibe le mordía la espalda como lo abrazaba y le susurraba las cosas más cochinas y caliente al oído, le encantaba estar sintiéndose de esa manera.

Cambiaron de posición esta vez lo tenia de frente a Julian y no perdió la oportunidad de volver a besar esos labios, mientras lo ayudaba a subir y bajar de encima suyo, mientras que con una de sus manos empezó a masturbarlo de manera violenta ya que a su vez el sabia que no iba a poder aguantar mucho más, ese pendejo era tan caliente y apretado que sentía que cuando acabe no solo lo iba a dejar lleno como un tambo de leche, sino que no iba a tener ganas de moverse de esa cama.

Julian le jadeaba cosas en el oído al morocho. El más joven no pudo más y besando a su compañero se dejó ir con su orgasmo y se vino, pero ahí ambos se dieron cuenta de que no se puso forro el morocho, el mayor se iba a quejar y levantarse, pero la sensación de estar siendo llenado por ese líquido calientes, más que se había corrido por segunda vez en la noche, la verdad mandó todo a la mierda y al otro dia odiaría a ese pibe de ser necesario o capaz que no, porque la verdad quería volver a repetir eso.

Ambos quedaron acostados en la cama, intentando regular sus respiración. -Perdon Ju, me olvide de ponerme el forro.- dijo el morocho volteando y mirando a ese chico que si antes lucía hermoso, con esa carita de recién cogido y de rellenado de leche era mucho mas hermoso todavia, los ojos bien iluminado sus rulos que lo hacían ver mas hermoso se le pegaban en la frente, ver ese pecho enorme subiendo y bajando, estaba seguro que si bancaba unos veinte minutos más podía pedir otra ronda.

Y eso paso, luego de un rato lo volvieron a repetir pero esta vez en el sillon del living, el mayor que vestia solo su boxer negro y una remera enorme y Enzo que tenia puesto nada mas que su slip negro. Despues de esa nueva ronda de sexo, el mayor quedo tirado en el sofa se subio como pudo la ropa interior para evitar ensuciar demasiado el sillon, cuando los restos de semen del morocho empiecen a caer.

Para evitar eso Julian se metió a la duchas así se limpiaba, cuando salió estaba seguro que ese pibe no iba a estar en su casa, iba a irse capaz que robándole algo, o solo irse y no verlo pero no. Lo encontró poniendo la mesa y abriendo las dos latas de cerveza que habían venido de regalo con la comida, escucho el sonido del microondas y lo vio yendo rápido a la cocina y volviendo con la comida en dos platos.

Julian no podia creer que no solo habia tenido el mejor sexo de su vida con ese morocho que solo vestia el pantalon y estaba con ese torso perfecto desnudo en su casa, preparando algo de comer. El se acercó luego de que se hubiera cambiado. -Espero que tengas hambre Ju, se que las papas no quedan igual en el micro, pero esa cosa que le llama Freidora de Aire no la entiendo.- dijo el morocho mirándolo y corriendo la silla para que el mayor se siente, pero este lo quedó mirando.

Enzo cayo en cuenta nadie lo habia invitado a el a cenar, seguro que ese pibe queria que el se vaya y listo, habia pasado una magnifica velada con buen sexo. -Perdon me la re mande, me voy, dejame agarrar la ropa que falta y me rajo wachin.- dijo Enzo que intento hablar como si nada pasara, cuando en verdad se quería morir, por sentir que no era bienvenido.

-No.. no para no quiero que te vayas, solo que nadie había sido tan detallista conmigo y me sorprendió.- dijo Julian acercándose para que el otro no se vaya. -Detallista?, perdoname pero saliste con salames o que te buscaste de novio?, porque es lo minimo que te mereces vo’ Juli, nunca nadie me movió el suelo como vo’, te juro que cuando escuche la ducha, dije tengo que hacerle algo de comer rápido para que recupere energia.- decía Enzo que como de costumbre se comía las s, pero en ese momento a Julian le chupaba todo un huevo.

Julian se acercó y lo volvió a besar, apoyando sus manos en ese pecho, -Que le parece a mi príncipe Juli si cenamo’?.- El mayor solo sonrió, se sentaron en la pequeña mesa del living comedor, a hablar como si fueran conocidos de toda la vida, mientras comían, se robaron algunos besos y Enzo tomó la mano varias veces del mayor para darle un beso él dorso de la misma.

Luego de unas horas ya entrada la madrugada el morocho tuvo que abandonar el lugar ya que debía volver a San Martín. Se despidieron con un beso en el hall de entrada del departamento del mayor, pero antes de irse Enzo saco su telefono y le mostró a Julian que por suerte para él tenia su numero, y le hizo sonar el celular con una llamada para que el tambien tenga su número. Ambos se miraron con una sonrisa, Julian cerró la puerta cuando la moto se fue del lugar, subió a su departamento pensando en la hermosa velada que había pasado con ese pibe, como gracias a una pelea con su novio, se había sentido por una noche el chico más importante y querido, algo que Geronimo jamas habia hecho, solo estaba seguro de algo y es que ese no iba a ser la única que vez que iba a ver al futuro bombero.

Chapter 2: Parte 2

Summary:

Buenas noches! y he vuelto! estos dias fueron bastantes dificiles. Pero queria subirles la segunda parte de esta historia que ya tenia escrita. Espero que la disfruten. Pueden seguirme en Twitter fer_avengers

Chapter Text

El lunes para Julian fue un dia bastante más relajado, por suerte ya el tiempo de exámenes había terminado y debía cursar solo un par de dias mas y seria libre de la universidad, tenía pensado anotarse para dar alguna materia en verano, pero prefirió trabajar ese tiempo, para poder tener un poco de dinero extra guardado, ya que por suerte su jefe Leo, le había propuesto cubrir algunas vacaciones pagándole el doble y el último que se las tomaba sería él dos semanas antes de que empiece a cursar nuevamente.

Era bueno tener una parte de la vida bastante arreglada sin sorpresa, porque la parte sentimental de Julian era un quilombo desde la noche de viernes, en la que se termino acostando con el repartidor de Pedidos ya, desde ese dia sentia que habia sido muy hijo de puta con Rulli, a pesar que este no le daba mucha bola, sentía que su novio no se merecía eso que le hizo.

Su tarde había sido bastante tranquila, había gente en el local, pero no esa cantidad de personas que él veía a veces y quería morir o echarlos todos a la mierda, estaba preparando unos pedidos que vendrían a buscar los de la aplicación Pedidos Ya, cada vez que veía eso, era imposible no recordar a ese morocho, recordar como lo había besado, recordar sus caricias en el cuerpo, recordar como ese muchacho se lo habia garchado esa noche, había tocado botones que Geronimo no sabía ni que existían.

Mientras preparaba los pedidos, perdido en su mundo o mejor dicho recordando al morocho de esa noche. -Che wachin te’ pode’ apurar que se enfría eso?-. Julian volteo rápido a verlo y sintió como sus piernas se pusieron como si fuera gelatina, ahí tenía al frente a Enzo.

Enzo estaba apurado, tenía que recolectar dinero lo más pronto posible, su hermanita estaba enferma, por lo que necesitaba de unos remedios bastantes caros para el asma y ya la consulta les había salido bastante, por lo que él decidió empezar desde que salió de la academia.

Cuando entro a la cafetería donde tenía dos pedidos que llevar, odiaba esos lugares ya que siempre lo miraba como si estuviera entrando a robar, le rompia mucho las bolas, pero no podía hacer nada por los pensamiento que tenía la gente sobre él, cuando nada más entraba para buscar algo y seguir su laburo. Cuando llego a donde entregaban las cosas, miro a un chico bajito de piel blanca, cintura pequeña y un culo que rajaba la tierra. Le hacía recordar a Julian ese pibe que le había llevado el pedido, había pasado un momento maravilloso con ese chico, pero no entendía porque no lo había llamado, ya que tenía su número.

Cuando dudaba si llamar o no a ese muchacho, ya sintió que estaba tardando demasiado ese pibe cuando dijo -Che wachin te’ pode’ apurar que se enfria eso?.- se quedó mirando a ese chico ahora de frente y era imposible equivocarse era Julian, era el pibe que lo había vuelto loco hacía más de una semana, el pibe que estaba en su cabeza, el pibe al que le había dedicado tantas pajas que ya le dolía la muñeca.

-Enzo.- susurro Julian, viéndose visiblemente nervioso, debido a la presencia del muchacho, tomó ambos vasos con una mano y con la otra las dos cajas con tartas que debía entregarle al morocho, pero sus nervios le jugaron una mala pasada, terminó cayendo todo al piso, salpicando en la pierna el café caliente.

-La puta madre.- jadeo el mayor, el morocho no dudó en saltar la mesa que dividía a ambos para ayudarlo. -Para wachin’ te quemaste? .- le dijo Enzo que lo ayudó a ponerse de pie, tomándolo de nuevo por la cadera.

Julian no entendía el porque el otro tenía tanta desesperación con esa zona de su cuerpo, pero no podía mentir le encantaba que lo toque ahí, podía sentir esa mano enorme brindando el calor corporal.

-Perdón culeado, deja ya te hago el pedido de nuevo.- dijo Julian que se volteo rengueando ya que se había quemado más de lo pensado. Llegó Leo que miró la actitud de ambos desde la caja.

-Juli anda pa’ adentro que vemos la quemadura, Giuliano prepara el pedido, así no hay problema’.- le dijo a lo que el otro solo asintió y buscando en la computadora el pedido que se había caído al suelo.

Cuando Enzo iba a ayudar a llevarlo. -Disculpa, pero no pode’ pasar.- le dijo Leo con cara de que carajos se mandaba ahí, cuando nadie lo llamó. -Disculpe, soy estudiante de Bombero y se primeros auxilio don.- le dijo el morocho, sacando su mejor voz de chico bueno, para poder ayudar a Julian que lo necesitaba en esos momentos, aun cuando sabía que el otro le podía reprochar que era estudiante de medicina.

Julian miro al morocho que se había sacado ya la mochila y la campera, quedando con una remera de river que le iba bastante pegada al cuerpo y unos pantalones que le resaltan el culo al morocho, porque ese bombón que se había comido Julian, a pesar de siempre halagar su culo, el turro tenía su maravilloso pan dulce que mientras se lo cogia había aprovechado bastante para acariciar esas nalgas que estaban para unos buenos golpes.

El mayor se levantó el pantalón en la zona donde le dolía y podía ver no solo el lugar húmedo sino que bastante rojo. -Disculpe don, tiene alguna crema para quemadura’, y le pido donde está el baño así lo curo ahí.- El menor lo miraba como si fuera un excelente samaritano. Pero el que dudaba de todo era Leo, no tenía 40 años al pedo, sabía bien que Julian escondía algo y más cuando este no solía pasarle esas cosas, de repente ve a ese muchacho y se manda la cagada.

Sabía que las cosas con su pareja estaban mal y él no solía meterse ya que hace poco había encontrado a una persona maravillosa y estaba ocupado con eso, era un muchacho que tenía una parrilla cerca de la cafetería se llamaba Emiliano Martinez y tenía 32 años. Tenía la costumbre de siempre llevarles el almuerzo a sus empleados, por lo que los empleados del más joven desayunaban y merendaban en la cafetería. Todo gracias al amor que se tenían los dueños.

Leo dudo mucho, pero él no debía meterse en la vida de sus empleados, a pesar que él los quería mucho. -Si, pa’ alla tene’ el baño.- le señaló con la mano la puerta. -Ahí tene’ un botiquín con todo’ lo que necesita’.- le dijo mientras los acompañaba.
Cuando entraron le sonrieron al dueño, que este los quedó mirando con cara de que se que acá hay gato encerrado, cuando el mayor se sentó en el inodoro que tenía la tapa baja. -Al fin… voy a ver ese culo cagar.- dijo Enzo con una sonrisa, el mayor se lo quedó mirando, no podía creer lo ordinario que era ese pibe, pero no pudo contener la risa por lo espontáneo que sonó eso.

.-No pode’ ser tan asquero culeado.- le dijo Julian dándole un golpe en el hombro, pero aferrándose a ese lugar, como si no quisiera soltar jamás a ese chico, el más joven sonrió y se puso de pie, se lavó las manos quedando de espalda a Julian y el mayor no podía creer lo que era esa espalda, pensar que hace una semana, sus manos había hecho estragos en esa zona, la había dejado llena de marcas.

-Para de ojearme el culo wachin.- le dijo Enzo que abrió el botiquín y encontró lo que necesitaba. -No tene’ porque hacer esto.- dijo Julian mientras miraba al otro limpiar con gasas y agua la zona para dejarla bien limpia. -No pasa nada culoncito.- Julian solo sonrió y volteo los ojos, apoyando su espalda contra la pared, mientras no se perdía ningún detalle de la cara que hacía el morocho mientras curaba esa zona.

No sabia porque le parecía tan tierno lo que estaba haciendo Enzo, que tampoco se dio cuenta cuando estiró la mano y la paso por el pelo de este, disfrutando de ese pelo corto y con gel. Cuando se dio cuenta, vio la mirada del morocho en él, podía sentirse un conejo y ese muchacho un lobo. -No juegues conmigo, porque me hago un ratito y te vuelvo a waskear el ojete.- le dijo poniéndose de pie y acercándose peligrosamente al mayor, sintiendo este la respiración nerviosa que tenía.

Enzo tampoco entendía porque reaccionaba asi, jamas lo habia hecho ni cuando estuvo de novio, en ese momento si fuera otra persona, ya la tendría apoyada contra la pared dandole pija sin parar hasta llenarlo de leche, va seria que ni siquiera lo hubiera ido a ayudar, solo hubiera esperado el pedido nuevamente.

-Wachin, perdón tengo que irme, el pedido espera y me matan.- dijo el morocho que miraba esos ojos color avellanas del mayor. -La’ gana’ que tengo que escuchar esos jadeo’ de nuevo, que gana’ que me aprietes la pija de nueva con esa zanja.- le dijo el poeta Enzo Fernandez, mientras veía al mayor rojo de la vergüenza. -Anda tranqui culeado yo me la’ arreglo.- le dijo porque si lo escuchaba con algún chiste pedorro otra vez no iba a aguantar.

Julian suspiro profundo, hacia unos minutos todo estaba bien perfecto, pero aparecia ese morocho y lo hizo sentir como si tuviera 15 años otra vez, no podía ocultar que le encantaba esos chistes ordinarios, esa forma de coquetear y la atención excesiva que le brindaba. Pero él era un chico con pareja y no podía hacerle eso a la persona que le había dicho muchas veces te amo.

Enzo salió de la cafetería el compañero de Julian le entrego el pedido, mirándolo con mala cara, se quedó mirando al cara de chupa pija ese, ya que él no le había dicho ni le había hecho nada para que lo mire tan como el culo, pero bueno era la zona esa que si sos un poco morocho y con tatuajes ya te miran así. Con su pedido en sus manos lo guardo en la mochila y partió a la dirección que le había pasado, por suerte a la vida era un pedido para dos pibas que al verlo a él se quedaron enloquecidas, por lo que le dieron una excelente propina, además que lo quisieron invitar al departamento ya que según ellas se sentían solas y quieren divertirse, no era boludo estaba rechazando un trío con dos pendejas preciosas y claramente re trolas, pero todavía era temprano y quería hacer más plata para estar tranquilo por si su hermana necesitaba mas visitas al medico o alguna medicación rara.

Cuando dieron las 7 de la tarde vio que había una parrilla, para colmo muy cerca de donde era la cafetería donde estaba Julian, se planteo mucho si comer algo ahi, antes de ir a casa, pero podía darse ese gusto, ya que había recibido muy buenas propinas y había hecho bastante, tanto que le aseguraba que el fin de semana no debía trabajar, pero como era cabeza dura prefería tener dinero de mas, en vez de que le falte.

Dejó su moto con cadena y se sacó el casco y tomó asiento adentro del local se sacó la campera y cuando vio para la parrilla pudo ver a un hombre que debería medir unos dos metros o algo asi y a otro mucho más pequeño, a ese lo conocia de algun lado, le era demasiado familiar ese rostro.

Una chica se acercó con las opciones que había en el menú, el morocho pidió un sandwich de vacio con papas fritas y una coca cola bien frita, se lo merecía y mucho no solo por lo del trabajo, sino que había rendido esa mañana y había sacado diez, estaba contento porque a pesar que no le preguntaban su familia por cómo le iba en la academia, que le estaba yendo magnífico, era de los mejores practicantes que tenían, incluso era tan bueno, que los jefes lo habían llevado a conocer los distintos departamentos de bomberos de capital. Sentía que su sueño estaba cada vez más cerca de cumplirse, a parte sus padres estaban a muy poco de pagar una deuda con la casa, que era lo que los tenía tan mal económicamente, por lo que ellos también iban a estar muy tranquilos con relación al dinero.

Sintió una presencia al frente suyo, dejó el teléfono y vio al hombre que le había resultado familiar, era el jefe de Julian. -Qué sorpresita? .- le dijo tomando asiento como si fueran viejos conocidos.

Enzo no entendía porque se sentó frente suyo, no era que ese señor le cayera mal ni nada, pero lo único que quería era comer solo y volver a su casa a darse un buen baño y dormir. Cuando iba a contestar pudo observar que ingresaban más personas y una de ellas era Julian, por lo que se quedó embobado mirándolo, tanto que no noto cuando la chica le dejó el plato de comida frente suyo. -Misterio resuelto te gusta Juli.- dijo Leo tomando una papa frita y comiendo y caminando al grupo de sus trabajadores.

Julian había dudado de ir a la fiesta en la parrilla que les tenía preparada su jefe, pero sabía primero que iba a comer gratis, segundo que le venía bien salir un poco y dejar de pensar en su pesima relacion con Geronimo y en ese morocho que ese dia lo había hecho sentir un pendejo adolescente otra vez.

Cuando entro a la parrilla con Giuliano que le hablaba de videojuegos, pudo notar a una persona en una mesa solo, era imposible para el no reconocerlo, era Enzo, que posibilidad hay en el mundo que al pibe que después de coger no ves en una semana, lo empieces a ver dos veces en un dia, para colmo estaba con esa remera de river que tan bien le quedaba, pero que estaba seguro quedaría mejor en su cuarto tirada en el suelo, mientras garchan en cualquier lugar o superficie que tengan primero.

Julian saludo al morocho y el otro con esa sonrisa de wacho hermoso que tenia le tiró un beso, a lo que su compañero Giuliano lo miro para cambiar de asientos, asi no tenia a ese muchacho al frente, pero Juli se negó ya que no le molestaba la vista.

La comida empezó a llegar a la mesa, estaban hablando muy felices, mientras que para Julian era imposible no mirar a ese chico que estaba solo cenando, le hizo recordar cuando pasaba los recreos solo en la escuela porque no tenía amigos. Leo lo quedó mirando y luego miró al morocho, no tenía que ser inteligente para darse cuenta que entre ellos había algo, que tal vez ellos no sabían explicar o no podían todavía, pero la manera que se miraban no era para nada de dos personas que se conocieron hoy a la mañana.

Leo se puso de pie y fue a la mesa de Enzo. -Quere’ venir con nosotro’?.- le dijo con una sonrisa el hombre mayor, al lado de Leo se acercó Emiliano que estaba con el delantal puesto. -Paso algo amor? .- le dijo el más alto, ya que sabía que ese chico no tenía nada que ver con su grupo, lo conocía ya que había llevado pedidos varias veces del lugar.

-Lo estaba invitando con nosotro’ a comer? .- le dijo mientras tomaba la mano del parrillero. -Dale Enzo venite no muerde ninguno, aparte no creas que no te vi mirando al mas blanquito.- dijo Emiliano sonriendo y empujando al morocho, este se puso todo colorado, no sabia que hacer, queria decirles que no, pero la idea de poder comer con Juli otra vez era demasiado atractiva y porque no ya que ese compañero de Julian no lo quería, le encantaba la idea de que el otro la pase como el orto.

Luego de estar un rato pensando aceptó la propuesta de Leo y Emiliano, el grupo le hizo un lugar todos aceptando al morocho, mientras que Giuliano lo miraba con cara de ojete, como que le venía a cagar la jornada, por su parte Julian lo miraba como si fuera lo mas hermoso del mundo, trataba de disimularlo, pero a veces era imposible, ya que su jefe noto el juego de miradas varias veces entre el mayor y el menor.

Enzo movió una de sus manos sobre el muslo del mayor, este se quedó quieto, al principio pensó que era su imaginación o algo por el estilo, pero cuando sentía las caricias de esa mano se dio cuenta que no era para nada imaginado, al contrario es algo demasiado real. Dio vuelta la cabeza de manera disimulada y se encontró con los ojos marrones del morocho que lo miraban, para colmo tiene esa sonrisa que parece Gardel que a él lo desarmaba de un momento para el otro, para colmo el hijo de puta le guiño el ojo y le dio una mordida a dos papas fritas que llevaba a su boca con la mano que tenía libre.

Jamás pensó Julian que se podía calentar con alguien mientras esa persona comía, como le estaba pasando con el morocho, estaba seguro que si estuvieran solos en ese lugar, ya le hubiera pedido que se lo coja sobre la mesa o que vayan al baño a un rapidito. El mayor se ahogó con la comida debido a esa guiñada de ojo más el apretón que le había dado el morocho, todos se asustaron y le alcanzaron agua, cuando pudo estar más tranquilo, se disculpó para ir al baño.

Entro al baño con la frente con una capa de sudor, su rostro rojo, no solo por haber ahogado, sino por ese muchacho que estaba al lado suyo, donde quedo el Julian fiel y enamorado de Geronimo, le bastó una tarde para echar esa relación a la mierda y terminar en la cama con ese repartidor.

Se mojó la cara y se miraba al espejo, intentaba estar lo más normal posible, lo más presentable para volver a la mesa, pero golpearon la puerta. -Ya salgo.- dijo Julian mientras respiraba profundo, el error de este fue que jamás le puso seguro a la misma, por lo que se abrió y pudo ver al culpable de su estado en esos momentos.

Podría decirse que necesitaba más agua, pero esta vez que sea bien fría, porque la imagen que tenía era el mismísimo infierno. Enzo con la remera de River pegada a su cuerpo, el pelo parado, ese pantalon negro que le quedaba algo ajustado y dejaba a relucir ese culo que tenia el morocho, ese que cuando se quemo habia aprovechado a ver.

-Te comieron la lengua lo’ ratone’.- le dijo Enzo que apenas cerró la puerta se escuchó el click característico de alguien trabando la puerta. El mayor intentaba respirar lo más tranquilo posible. -Así con que tene’ novio y el culon no me lo dijo’.- fueron las palabras del morocho que apoyo a Julian, ahora podían verse ambos en el espejo del lugar, además de que Juli sentía ese bulto que ya había tenido la suerte de probar antes.

-Perdón culiado… no te dije, pero disculpa’.- le dijo Julian que se volteo quedando cara a cara con el otro. Enzo lo tomó del rostro con ambas manos para volver a besarlo, sentir esos labios sobre los suyos, sentir la traviesa lengua del mayor, una de sus manos abandonó su cuello para aferrarse a la espalda baja y aprovechar para tocarle el culo.

Enzo fue el que rompió el beso, ambos se quedaron mirando, respirando sobre los labios del otro, jadeando como si hubieran corrido una maratón, disfrutando la vista que tenían, porque el morocho también estaba hasta las manos con ese pibe. Le importaba una mierda si este estaba en pareja, se lo quería volver a comer de nuevo, se arrepentía de no haberlo hecho antes, de haberlo pensado tanto.

-Es alto logi igual el bobo ese’, como va a descuidarte así, yo sabe’ cómo te mantengo el tanque cargado.- le dijo Enzo mirándolo, tenía un brillo que a Julian le parecía desde erotico a hermoso, por lo que la idea de un rapidito en el baño no le estaba pareciendo nada malo, aun sin estar en pedo y peor sabiendo que a pocos metros estaba su jefe y sus compañeros en el lugar.

-Es.. es complicado Enzo.- le dijo el mayor mientras acariciaba el pecho del morocho, disfrutando de ese cuerpo marcado, ese que esa noche había disfrutado tan bien en la cama. -No, culoncito lo que es en un logi, porque yo no paro hasta que no este’ conmigo y una vez que pase eso, te voy a tener como mi príncipe.- le dijo el morocho para volver a besarlo.

-Me tengo que ir, pero te dejo.- le dijo Enzo que le dejó un papel con su número de teléfono, si parecía un viejo por hacerlo de esa manera, pero quería asegurarse de que el mayor pueda obtener su número.

Julian se quedó parado, viendo a ese muchacho salir del lugar dándole una última mirada, tenía el papel en la mano, lo peor de todo es que le había encantado, para colmo tenía un problema en sus pantalones debido a la cercanía con cierto morocho, tenía la chota bastante despierta.

Se quedó un rato sentado en el suelo, esperando que el problema se solucione de una vez, cuando todo había pasado, salió del baño y sus compañeros lo miraron sorprendido de lo que había tardado, incluso se estaban asustando.

La cena finalizó entre risas, cada uno se fue para su lado, Julian no estaba lejos de su departamento, por lo que camino escuchando música, sentía que su universo podía explotar de felicidad, la última vez que se había sentido de esa manera fue cuando pasó esa noche con Enzo. Bueno ya era hora de aceptar para Juli que se estaba enganchando de más con el morocho.

Enzo llegó a su casa, al ingresar pudo notar que no había nadie despierto, igual era normal ya que eran casi las 11 de la noche, por lo que se fue directo a su cuarto, en una alcancía guardo gran parte del dinero que había ganado, mientras que el restante lo dejo separado para poder dárselo a su madre antes de irse al otro dia al entrenamiento.

Decidió darse una ducha, la necesitaba y mucho, pero mas que nada para despejarse, en su cabeza solo había una persona y era Julian, cómo mierda había llegado a eso, una cosa era garchar con algun pibe que le calentara la pija y listo lo dejaba ahí muerto y enterrado el asunto, pero en esos momentos sabía que esta situación era completamente distinta, cada vez que lo veia sentia que queria correr y abrazar a ese muchacho, quería hundir su rostro en ese hermoso pelo que tenía, quería volver a tocar esa hermosa y lechosa piel que tenía y que lo había vuelto loco.

Salió de la ducha con una toalla cubriendo su pelvis, se quedó sentado en su cama, maquinando su dia una y otra vez, sabía bien que no tenía muchas posibilidades con un chico como Julian, estaba en completa desventaja en todo sentido, mas cuando supo por ese boludo de su amigo Giuliano que estaba en pareja con un pibe que se estaba por recibir como contador. A él le jodia porque por el momento lo mejor y que más se adapta a él, es ese trabajo de Pedidos Ya, a veces se sentía como un fracasado, pero tenía muchas esperanzas de que después iba a poder ser un gran bombero y vivir de lo que tanto amaba.

Chapter 3: Capitulo 3

Summary:

Estoy con la pala a full! Asi que tambien subo el tercer capitulo de Pedidos Ya. Espero que lo disfruten

Chapter Text

Julian había quedado de salir con sus amigos Rodrigo, Licha y Cuti, para festejar que se acabó la época de exámenes, iban a poder descansar y ser personas con vida social de nuevo.

Geronimo había vuelto a la vida de Julian, lo estaban intentando, ya que se amaban o eso se hacía creer el más joven, como podía tirar al tacho de basura casi un año de relación por ese pibe. Para colmo nadie sabía de eso que sucedió una noche, ya que había preferido mantenerlo en secreto y la verdad necesitaba hablarlo con alguien, porque a pesar de ponerle todo el amor a esa relación, lo estaba consumiendo más de lo que podía demostrar.

Geronimo estaba acostumbrado a que todo se haga a su manera, como él lo quiere y cuando él lo quiere. Por eso antes de la salida salió con su pareja a merendar al mismo café donde trabajaba, pidieron ambos dos café con leche, un tostado y dos medialunas. Había poca gente por lo que podían hablar tranquilamente.

-Gero, veni’ hoy a la fiesta, van Rodri, Licha y Cuti, asi estamo’ junto’ amor? .- le dijo el más joven poniendo azúcar a su café mientras miraba a su pareja que su cara no fue de ninguna alegría cuando le hizo el pedido.

-Juli, dale no me jodas con eso, sabes que la paso como el orto con tus amigos, te dije ayer venite a la joda con mis amigos, ahi te vas a poder rodear de gente que sí vale la pena.- le dijo Geronimo, comiendo un trozo del tostado, Julian miraba a su novio, porque siempre debía rebajar a sus amigos, porque siempre sacar en cara que sus amigos eran mejores.

-Te estoy pidiendo algo Geronimo, nada más?, porque siempre tenemos que salir con esos boludos… Deja es al pedo.- dijo Julian bajando la mirada, con la cara triste. Cuando iba a volver a decir algo escucho un ruido y vio como su novio se agarraba la cabeza y gritaba y puteaba en voz alta.

-Que sos pelotudo vos?, dijo Geronimo poniéndose de pie, -Huu. amigo’ disculpa no me di cuenta.- Dijo el otro que se sacó el casco y Julian podía jurar que sentía como si lo venían a rescatar, era Enzo con esa cara de atorrante, esa misma cara que hacía unos días casi se lo coge en el baño de la parrilla, donde tenía a metros de distancia a su jefe y a sus compañeros.

Geronimo iba a empujar al morocho pero sintió como alguien lo agarraba. -Culiado que hace’ aca trabajo yo.- le dijo el más chico intentando parar a su novio, pero este estaba tan caliente que se dio vuelta y empujó a Julian cayendo al suelo y haciendo que algunas cosas de la mesa caigan.

Enseguida cayeron Leo y otros compañeros de él a ayudarlo. -No me miren a mi, la culpa es de este negrito de cuarta que no se que se cree.- dijo Geronimo que no se animaba a pegarle al Enzo, le tenía cierto miedo, por lo que prefirió bardearlo. -Si logi, re villero soy, pero salí que lo arreglamo’ mano a mano?.- dijo el morocho que dejaba su mochila de en la silla donde antes estaba el novio de Julian y se sacaba la campera, lo que dejaba a la vista era una remera de la selección Argentina, porque Julian a pesar de estar embobado por el golpe, se embobo más al ver que tenia unos shorts cortos que mostraba sus piernas y mierda que había para ver, una de ellas completamente tatuadas, unos muslos enormes y el bulto que se mostraba era como si el morocho anduviera armado por la calle con licencia para matar.

Leo se puso en medio -Te va’ Geronimo aca en mi local quilombos no me van, andate si no te sabe’ comportar, el chico te pidio perdon’ que más quere’.- dijo enojado el mayor. -No si lo que faltan todos defienden al chorrito, hasta el forro de mi novio lo defiende, sabes que vayanse a la mierda todo y vos negro hijo de puta te cruzo y te llevo puesto con el auto.- le dijo mientras caminaba hacia la salida.

-Tranqui’ logi`te espero cuando quieras bobo.- le dijo Enzo mientras sonreía y disfrutaba de haberlo hecho quedar como el orto al otro, ya que el golpe habia sido a propósito, porque apenas entró vio a ese pibe que le robaba el aliento con ese pelotudo y recordó lo que le había contado y cuando escucho las palabras que decía de sus amigos, le dio por las pelotas y se mandó con la de darle con la mochila en donde lleva sus pedidos.

Leo sentó a Julian en una de las sillas y se aseguró de que estuviera bien, enseguida se apareció al frente el morocho. -Yo me ocupo don, se de…- y no lo dejaron terminar -Ya se, sabes de primeros auxilio’, pero también sabe’ armar bardo.- le dijo mirándolo serio, él había visto toda la escena así que noto que el golpe había sido completamente intencional.

Por su parte Julian había quedado tan embobado que la verdad no le dio interés a lo que decía su jefe y ese morocho hermosos, que la verdad quería llevárselo a su departamento de nuevo y… Porque estaba pensando de nuevo así, la idea era reconciliarse con su novio y todo se había ido más a la mierda, encima se comió la puteada y que lo empuje a él, estaba bastante podrido de esa situación, estaba podrido de remar en dulce de leche cada día esa relación que claramente no lo estaba llevando a nada.

Luego que pasó el incidente, Julian se quedó sentado en una de las mesas de afuera, la que más alejada estaba de todos, sentía sus ojos picar, un leve dolor de espalda por el golpe, pero más que nada le dolía el trato que recibía de su novio. De repente un vaso de café estaba en su mesa y ahí estaba sentado al lado Leo, su jefe. -Tómalo te va’ hacer bien.- le dijo el mayor, mirándolo de la manera más dulce y amable del mundo.

-Qué pasa con ese pibe’, el morocho’?.- Le dijo Leo sin titubear, mirándolo esperando que Julian hable con la verdad. -Y no me venga’ con que no lo conoce’ o eso, porque se le’ nota cuando se miran.- Julian tomaba el café de a poco, era idiota mentirle, cuando la verdad se había dado cuenta de cuando se miraban, seguramente el encuentro de la semana anterior en el café y de esa noche en la parrilla habían dejado más pruebas de lo que podía haber creído.

-Lo conocí hace una’ semana’, porque me pedí comida a casa, despues’ de uno’ examenes Leo y la verdad… la verdad que esa noche iba a pasarla con Gero, pero me dejo de lado por su’ amigo’, y Enzo fue un loco hermoso que llegó de repente y me hizo reir y disfrutar de una manera que no conocía.- le dijo el menor mirando sus manos mientras jugaban con un papelito que habia ahi.

-Lo vi ese dia y el dia de la parrilla y que me queme Leo y la verdad me hace sentir cosa’ que nunca sentí con Gerónimo.- Se quedaron charlando un largo rato, al hablar Julian se podía dar cuenta que su relación con su pareja no es que estaba fría, estaba muerta, él intentaba revivir cuando ya estaba en el cementerio y a punto de ser enterrada para la despedida final.

En cambio lo que le pasaba con Enzo, era algo que lo hacía sentir no solo vivo, por lo sexual que era ese pibe, sino que también, como lo chamuyaba, como lo hacía sentir único, porque ellos ya habían tenido relaciones, pero el morocho seguía con esos piropos bastante ordinarios en algunos casos, pero que lo hacían sonreír, como podría explicarlo, sentía por primera vez las famosas mariposas en la panza.

Julian se despidió de su jefe y camino a su departamento, revisó su teléfono y no vio ningún mensaje de su novio pero si tenía uno de un número desconocido.

NÚMERO DESCONOCIDO
-Te salve, el logi te vuelve a tratar así y te juro le rompo la jeta, me chupa un huevo quien sea su papi.
- Y me aguante, cuando te tiro’ queria cagarlo a piña’ en el suelo al wachito que no te sabe cuidar como te mereces mi principe.

Julian se quedó mirando el mensaje, mientras abría la puerta de entrada del edificio sonreía como un bobo enamorado. Pensó si contestar o no, pero bueno que mierda importaba cuando su pareja lo había empujado de la forma que lo hizo y encima lo puteaba.

JULIAN
No se como agradecer, gracias por aparecer justo.
Justo estaba pensando en vo’

NÚMERO DESCONOCIDO (CAMBIADO ENZO)
-Quere’ agradecerme traete ese pan dulce que me de un pico de diabete’ bebote.
-Pensando en mi’? Que está solo en casita?, te esta’ tocando pensando en tu turrito Romeo salvador?.

Julian se reía solo al leer lo que le mandaba el más chico, era un pendejo calenton si, pero le encantaba, le sacaba siempre una sonrisa, porque debía de alejarse, porque debía evitar a ese hombre que se preocupaba por él, cuando el otro seguramente debía estar con sus amigos jodiendo y le chupaba un huevo si el estaba bien o mal.

JULIAN
-Estoy recien llegando a casa, ENZOOOO como’ va’ a decir eso
-Yo no me estoy tocando y tanto te gusta mi cola?.-

El menor ingresó a su departamento y justo vio su cuerpo por el espejo y se le ocurrió una idea le mando una foto donde obviamente sacaba cola, la envió sin pensarlo al morocho, le gustaba ese juego que tenían.

JULIAN
-ARCHIVO ENVIADO

ENZO
Naaaaa, so’ una trolita como me gusta que sea asi!, te hace’ la que no te toca y me mandas foto’ de esa burra que no fue a la escuela.
Estoy por aca puedo pasar y hacerte la visita sanitaria, te puedo descalabrar los cachete’.

Enzo quedo embobado con esa foto, estaba en una plaza que quedaba a 15 minutos de la casa de Julian, el hijo de putal le mando una foto sacando culo encima, se quería hacer una paja en ese momento, no podía creer que ese culo ya hubiera pasado por sus manos, pero el necesitaba mas de ese cuerpo.

No solo su cuerpo lo volvía loco, sus labios rosados, esos ojitos de bambi que no mata una mosca, esa tonada cordobesa. No entendía como el otro pelotudo lo podía tratar tan como el otro, cuando todo lo que se merecía ese pibe era el mundo en sus manos.

Tenía una regla nada más a la hora de relaciones y era que sean solteros porque no le gustaba el quilombo que habia detras, que encima lo iban a buscar siempre a él, cuando él es soltero y la otra persona es la infiel, pero había algo que lo hacía seguir mandandose con ese pibe, había algo que le decia que podia tener una oportunidad.

De por si algo bueno era que ya conocía su trabajo, no iba a ser una sorpresa, por otro lado las veces que pudieron hablar se llevaron re bien, aparte que lo principal ambos eran de River, por lo que podían alentara al millonario juntos, incluso podría ser alguna de sus citas ir a ver un partido, ese era uno de sus sueños, ya que jamas habia podido ver al club de su corazon en la cancha y la verdad le encantaba la idea de hacerlo. Pero el sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos.

JULIAN
-Si me das quince minutos y estás disponible podemos salir con unos amigo’?
-Si quere’ sino no importa.

ENZO
-Por vo’ y ese culo recupero Las Malvinas Ju!, te paso a buscar con la moto.
-Te jode si me deja pasar a refrescarme un poco, labure todo el dia, tengo ropa en mi mochila solo necesito una ducha.

JULIAN
-Obvio, veni, que avisó a mi’ amigo’ y te baña’ tranquilo.
-Me mata el recuperar Las Malvinas jajajaja. ¿Te puedo decir algo?

ENZO
-Ni tene’ que preguntar decime te escucho como lo perro a lo’ dueño’

JULIAN
-JAJAJAJAJA
-Me encantan esos piropos que deci’ culeado, me imagino tu carita y esos ojitos marrones hermoso’ que tene’ y te juro que te comería la boca.

Definitivamente estaba perdiendo al antiguo Julian, Rodrigo, Licha y Cuti estaban viendo como su amigo estaba con una sonrisa mandando mensajes. -Ese no es el pelotudo- dijo Cuti mientras besaba la comisura del labio de Licha. -Vo’ deci’ que lo cambio?- dijo Rodrigo mirando a la parejita, mientras él estaba sentado en el suelo, ya que los otros dos ocupaban todo el sillon.

-Chico’ me baño rápido, si tocan y es un tal Enzo que suba.- los tres lo quedaron mirando y vieron cómo se perdía camino al baño, podrían asegurar que de las veces que se juntaban con Geronimo, jamás vieron a Julian con esa de feliz cumpleaños.

-Vamo’ a fingir que Julian está normal como siempre.- Dijo Licha que era el único con razón y cordura. -Parece que Enzo le hace bien.- dijo su novio Cuti mientras pasaba por las fotos de instagram de sus conocidos.

-A mi no me dijo nada de ese tal Enzo, para bola y si es igual de logi’ que el otro?.- dijo De Paul, pensando que su amigo, tenía la costumbre de agarrarse los mismos boludos siempre, cuando iban a hablar escucharon el portero eléctrico, los tres se pararon.

-Hola quien? .- Dijo Cuti . -Juli?, so’ vo?- Al escucharlo hablar se empezaron a reír los tres, -Dale ahora se busco un turro este hijo de puta.- dijo Rodrigo agarrándose la panza, Julian no dejaba de sorprender aun cuando él no estaba presente.

Licha apreto el boton -Tu nombre es Enzo.- dijo el entrerriano mientras veía a sus compañeros reírse todavía como tarados, él había sido uno de los primeros de plantearle a Julian que Geronimo no era una buena persona, aun sabiendo que eso podía generar problemas en su amistad y más sabiendo que el más joven estaba completamente enamorado de él, por eso al verlo así cuando nombro a ese muchacho, le dio una alegría inmensa por su amigo, porque aunque fuera alguien que estuviera conociendo, ese chico se merecía más que el cielo.

-Si soy Enzo, está Juli?’.- dijo la voz por el intercomunicador. -Si, solo se está bañando, ya bajo.- Le dijo Licha que tomó las llaves de su amigo y ni le dijo a los otros para que lo acompañen. -Mas les vale a los dos que se calmen y se comporten, porque vos Cristian no me coges por un mes y vos Rodri no te hago gancho con Leandro.- les dijo mirándolos pésimo y saliendo por la puerta.

Julian salia de la ducha con un pantalon negro y secandose el pelo mientras intentaba entender porque los otros dos se reian tanto, ya que ademas no lo decian si habia tocado Enzo o no, cuando iba a gritarles, escucho las llaves en la cerradura y escucho la puerta abrirse, se volteo y pudo ver a Licha entrando con una sonrisa mientras que atras venia ese morocho con una sonrisa hermosa, cubierta la frente de sudor, el casco en uno de sus brazos y la mochila de Pedidos en su espalda.

Cuti y Rodrigo frenaron las risas cuando la puerta se abrió, tampoco eran tan hijos de puta, porque si algo sabían era lo que sufría Julian cada vez que se peleaba con el otro boludito y ver que había alguien que lo tenia asi de feliz les encantaba y aparte porque las amenazas de Licha suelen ser muy reales.

Enzo se quedo fijo mirando a Julian el hijo de puta estaba sin remeras y tenía ese pelo de ángel mojado y esas tetas que habia probado aquella vez llenas de gotita de agua, maldecía el que estén los otros tres amigos del mayor, ya que si estuvieran solos, que joda ni que joda, lo metia al cuarto y se lo garchaba de nuevo hasta dejarle un flan adentro, porque huevos y leche le sobraban al ver al otro así.

-Enzo te deje una toalla en el baño y también ropa interior por si no tene’.- le dijo Julian que caminaba despacio hasta dejarle al otro un beso en el cachete bastante cerca de los labios, algo que los otros tres no perdieron de vista, jamas habia visto a su amigo tan nervioso y ansioso al mismo tiempo.

-Si.. si gracias Ju, donde.. donde puedo dejar esto y que no joda.- le dijo Enzo tratando de sacar la imagen mental de querer recostar su cabeza en ese pecho. -Deja que lo lleve a mi cuarto.- Julian tomo las cosas con su mano mientras la toalla estaba en sus hombros, el morocho no se perdió para nada la imagen magnífica de la espalda de este que estaba también cubierta por gotas de agua, podía ver cada músculo, podía recordar cuando sus manos recorrieron esa zona, más que nada como dejo besos y mordidas cuando lo tenia en cuatro sobre la cama.

Enzo noto que Julian dejo sus cosas en ese cuarto que reconoció tan bien y despues lo llevo al baño en ese momento, mandó toda su contención a la mierda, tener a ese chico así encima como movía el culo mientras caminaba, que parecía que le rogara que se lo atiendan en esos momentos.

El morocho arrojó su mochila al suelo y llevó a Julian tapando la boca con su mano al baño, cuando ingresaron, cerró la puerta con su pies, cuando escucho que se cerro, saco su mano de la boca del mayor, mientras ambos se miraban como si eso que iba a pasar lo necesitaban urgente en esos momentos.

-Cogeme Enzo, te lo ruego, culeado haceme mierda.- le dijo le mayor besando el cuello que estaba sudado y en ese momento no había gustó más deliciosos para el que la piel sudada de ese morocho que encima hacia resaltar aun mas los tatuajes. Enzo sentía que la pija le podía explotar en esos momentos, mas si tenía en cuenta que el otro metió la mano en sus pantalón y agarraba fuerte su erección

-Wachito atrevido so’ Juli.- jadeaba Enzo al sentir como la piel de su cuello era mordida y lamida, mientras sentía esa lengua pasearse por toda esa zona, además que el plus de sentir la mano de ese pendejo hermoso en su pija, sentía esa piel tan sedosa acariciando su eje, que estaba completamente duro, goteando semen. -Para Juli, para trolita, te garcho con esos pibes aca?.- le dijo Enzo tomándolo de los pelos de la parte de atrás y mirándolo a los ojos, podía ver como el mayor estaba completamente ido, no era el chico que había visto hoy, era el mismo que había visto esa noche donde garcharon como si fuera la necesidad de respirar.

-Mirate hermoso.- Enzo lo volteo quedando la espalda del mayor apoyada sobre le pecho del morocho, sintiendo su pija dura a través de la ropa, sus manos aferradas a la bacha del baño, pudiendo ver su cara a través del espejo, ese espejo que había visto a su novio y a él tantas veces sonriendo, ese baño donde tambien lo habia visto a él llorar por las discusiones que tenía con Geronimo, pero nunca se había podido ver de esa manera, jadeando el nombre de un pibe que no conocía ni hace un mes, jadeando por que se lo cojan en el baño, cuando en el living estaban sus amigos preparados para salir. Ese Julian era desconocido hasta para él mismo, pero le encantaba esa versión que aparecía con Enzo.

-Te re cogeria culoncito, pero tengo a tu’ amigo’ aca y la verdad yo quiero escucharte gemir como trolita, asi que deja a tu bombero hot bañarse y salimo’ a darnola en la pera.- le dijo Enzo en el oído, la verdad que él también quería garchar, estaba desesperado por volver a tener a ese pibe gimiendo su nombre pero estaban sus amigos y aparte no quería que el otro se contenga, le encantaba verlo liberado y sin restricciones.

Julian se quedó quieto, era un turro hijo de puta ese lo calentaba hasta dejarlo más mojado que pescado y después le salía con alguna excusa. -Y como salgo culiado, mira’ como estoy’.- le dijo Julian en obvia referencia a la erección más que notoria en sus pantalones.

Enzo le sonrió le guiño el ojo y se metió a la ducha, el mayor salió de su cuarto y se tiro un rato a la cama, pensaba en las materias que se le venían, en las cuentas que debía pagar, en fin en cualquier cosa que le baje la calentura que tenia y poder volver con sus amigos.

-Dale Juli que lo estás bañando.- grito del otro lado de la puerta Rodrigo. Julian maldijo la invitación del turro y la idea de salir, hubiera sido más divertido quedarse solo en su casa, pero ahora estaba caliente como una pava y encima sus amigos rompiéndole las bolas por la presencia de Enzo.

Julian salió después de unos minutos, sus amigos lo quedaron viendo, los tres sentados en el sillón, con sus caras de culo y tan apretados como en el bondi en hora pico. -Donde’ estaba cordoba, o el turrito te tenía ocupado?.- le dijo Rodrigo sonriendo. -Ve’ so’ un pelotudo, nada le enseñaba el agua fría y caliente.- dijo Julian intentando sonar normal. -Aca lo único caliente so’ vo’ culiado, tenes la garcha re gomosa.- dijo el Cuti señalando que todavía su bulto seguía duro.

Las risas se pararon cuando escucharon el timbre nuevamente, los cuatro se quedaron mirando. -A quien invitaste Juli?- dijo Licha mirándolo - Que sorpresita nos tene’?.-. Julian optó por no contestar, abrió la puerta y sintió en ese momento que todo se podría desmayar en esos momentos. Geronimo estaba en su puerta, su novio estaba ahí y en el baño tenía al turro hijo de puta que hacía un rato lo había calentado a más no poder y encima él seguía algo duro todavía. Sus amigos estaban mirando con cara de que esto que está pasando no es para nada bueno.

Chapter 4: Capitulo 4

Summary:

Hello!!!!!!! y he vuelto!!! hoy tienen capitulo antes de lo pensado!, por suerte lo pude terminan antes y editar mas rapido!! Vamos a tener mas de Enzo y Juli!! Asi que como les digo siempre, disfruten, son bienvenidos los comentarios, kudos y todo su amor.

Chapter Text

El viaje a la joda habia sido a pie, a pesar de lo que todos esperaban había sido un viaje en silencio y con un Geronimo completamente furioso de cruzarse a ese pibe de nuevo, ya había tenido quilombo con ese pibe ese dia en la cafetería y ahora se lo cruzaba no solo en el departamente de su novio, sino que también el muy hijo de putan salia de la ducha como pancho por su casa.

Julian miraba a su novio que no cruzó palabra con ninguno de sus amigos, se la pasaba caminando con el teléfono en la mano, con una cara de orto tremendo. -Gero si no queres venir no estás obligado? .- dijo Julian que rompió el silencio e hizo que todos se detuvieran, ya que a pesar que lo dijo en un tono de voz bajo, eso se escuchó como si lo hubiera gritado a los cuatro vientos.

Habían mentido de que Enzo era amigo del Cuti, no porque ambos fueran morochos, sino porque fue lo primero que se ocurrió a Rodrigo y además claro porque ambos eran morocho, porque si algo amaba Rodrigo era el quilombo,pero para evitar el quilombo que se podía armar que en este caso iba a ser de una catástrofe, ya que ni siquiera sabían de la historia que tenía Julian con el tatuado, pero algo en los ojos de pánico del mayor, les hizo darse cuenta que si sabia que venia del lado de él, podía terminar muy mal la cosa.

Geronimo se detuvo de golpe y se quedó mirando a su novio con una sonrisa. -Tenes que ver a alguien en especial? o tal vez el turrito tiene que hacerte un pedido especial?. Julian no me rompas las pelotas porque vine por vos y esta cara es por tu culpa, nada más que por la tuya, por traer a este villero de mierda.- dijo Rulli señalando a Enzo que estaba mirando la pelea sin poder creer lo que pasaba, en un punto lo disfrutaba porque con ese pelotudo fuera, tenía a Julian solo para él, pero se empezó a poner de culo, cuando el más alto le empezó a gritar a Juli de la manera que lo hacía y para peor sus amigos no eran capaces de salir a defenderlo.

-Bueh, amigo’ bajando un cambio, nadie te dijo’ nada.- le dijo Enzo poniéndose al lado de Julian, el mayor no se dio cuenta y tomó la muñeca del morocho, no era anormal esos arranques de su novio, pero era la primera vez que alguien lo defendía de esa manera. -Bueno que villero hijo de puta, primero aprende a hablar o porque mejor no vas a robar para que coma tu familia que debe ser tan villera como vos.- le dijo Geronimo con una sonrisa y empujandolo.

Lo que no sabía es que al meterse con su familia, se metió con lo más sagrado para él. Así que no dudó en devolver el empujón pero mucho más fuerte haciendo que el más alto pierda el equilibrio y se caiga al suelo, donde encima había caca de perro. -Pedazo de logi’ no te meta’ con mi familia, esta’ te la perdono la proxima te arruno’ los dientes.- le dijo Enzo mirándolo con odio, esos ojos que para Julian eran los más hermosos del mundo en ese momento, destilaban odio puro a ese muchacho, que ya de por si le caía mal, al haberse metido con su familia, se había buscado ser su enemigo personal.

Julián fue a dónde estaba su novio, pero antes de llegar se puso de pie. -Yo no tengo porque bancarme esta mierda, me voy con mi gente, venís Juli?- decía Gerónimo estirando su brazo, para tomar la mano de su novio. Julián lo miraba con cara de bronca se había podrido definitivamente de ese pibe. -No Gerónimo anda vos-. Le dijo con desgano en su voz, como que estaba podrido de todos los problemas que hacía su novio.

-Me voy Juli, me voy y no me ves más, preferís el villero y a tus amigos- dijo acercándose demasiado a Julián tanto que Enzo se acercó rápido, no confiaba nada en ese boludo. -Anda máquina nadie te para- le dijo Enzo mientras pasaba peligrosamente su brazo por la cadera del mayor para aferrarse a él.

Geronimo estaba realmente confundido, en qué momento Julian había cambiado el amor que le tenía a él, por un amigo villero. -La verdad Julian que te estas re confundiendo, no se que mierda te metieron estos pelotudos en la cabeza, pero hace lo que quieras.- dijo Geronimo que estiró sus manos de golpe y empujó a Julian la caída se evitó gracias al hecho de que Enzo lo tenía de la cadera.

Rodrigo se le tiró encima a Geronimo y le pegó una piña en el estomago. -la próxima es entre todo’, gil del orto, anda a llorar a tu papi’.- le dijo. Ahora los cuatro caminaban mientras habían dejado al novio de Julian a dos calles de distancia, hablaban de tonterías el único callado era Julian, que caminaba lento -Chicos, chicos , culiados pueden esperar.- dijo Juli que respiraba profundo, Enzo fue el primero que fue a su auxilio. -Me quiero ir a casa, por favor me quiero ir a casa.- decía entre lágrimas el cordobés mientras su cuerpo temblaba como una hoja, había caído de todo lo que paso, de cómo su novio lo intentó agredir y la verdad su humor había desaparecido por completo, ahora está asustado, como hacía tiempo no lo estaba, le recordaba cuando llegó a vivir a Buenos Aires y no conocía a nadie, no tenía a alguien que le diera una mano en la famosa CIudad de la Furia.

Sus amigos intentaron hablarle, convencerlo y explicarle que lo que pasó no era su culpa pero él quería ir a casa, necesitaba estar tranquilo, no le gustaba ese tipo de situaciones, más cuando una de las personas es su novio, que claramente lo había dejado hacía unos instantes, pero necesitaba de silencio.

-Me tomo un Uber a casa, yo aviso’ cuando llego’, ustede’ vayan tranqui.- dijo el cordobés que sacaba su teléfono para pedir un auto a ese lugar, sus amigos se quedaron a su lado. -No no’ vamo’ hasta que subis a ese auto hermoso.- le dijo Cuti. -Perdon por la ñapi que le puse al logi ese’- dijo Rodrigo abrazando a su amigo. Licha tenía de las manos a su amigo. -Seguro que queres estar solo?- le dirijo el entrerriano. -Si voy a estar bien culeados, no se pierdan la joda y cuiden a Enzo.- Enzo levantó la cabeza sorprendido, por lo que había dicho Julian.

-Yo voy con vo’, vine con vo’, me voy con vo’- le dijo el morocho que revisaba su teléfono. Julian puso cara, -No Enzo anda con los chicos te va’ a divertir, yo puedo ir solo a casa.- le dijo Julian con esos ojos hermosos de bambi que al morocho lo podían convencer de todo.

-Ni te gaste’ no’ vamos junto’ y es ese que viene ahí.- dijo Enzo que había husmeado el auto que había pedido el mayor. Se saludaron en grupo, prometieron juntarse otro día donde las cosas estén mejor. El viaje no fue lento, pero si Julian se sentía mal, sentía que su cabeza era un lio y las ganas de vomitar estaban presentes a cada rato.

Bajaron del auto y Julián pago al conductor. Bueno, supongo que no’ veremo la proxima?.- le dijo Julian a Enzo. -La próxima he ahora’ mis cosa’ están en tu casa.- lo que hizo que Julian recuerde que había dejado ropa y la mochila de Pedidos Ya en su departamento, por lo que abrió la puerta y ambos entraron, caminaron lento hasta el ascensor.

Julian se sentía muy débil por lo que se apoyó sobre el morocho y pudo sentir una pequeña risa salir de sus labios. -Que pasa bobo?.- le dijo Julian mientras tomaba la mano cubierta de tatuajes de ese hombre. -Nada Juli, nada, solo que si ese logi’ te vuelve a empujar de nuevo no voy a ser tan bueno como hoy.- le dijo Enzo mirándolo. -Vos te merece’ el mundo Juli, vo’ te merece que te amen, que seas lo primero que piensen y lo último ante’ de dormir, te merece una persona que te cuide, te respete y te su amor cada dia.- fueron las palabras del morocho, para besarlo como hace horas tenía ganas de hacerlo.

Entraron a las apuradas al departamento, en este caso el camino al cuarto había sido como la primera vez que se vieron, rápido y sacandose la ropa. Cuando Julian quedó completamente desnudo fue arrojado a su cama. -Quere’ que te coja Juli, quere sentirme adentro como aquella vez’ quere’ que te deje inservible para otro que no sea yo?- como ese turro podía decir ese tipo de cosas en ese momento, solo quería empaparse en esa pija y disfrutarlo, quería que le diga todos esos piropos sucios, quería escuchar esas palabras de amor que solo él podía decirle, en fin quería a ese turro de la manera que jamás había querido a Geronimo. Estaba más que claro que a pesar de que muchos lo veían raro estaba enamorado de ese turro hermoso.

Estaban bajo el agua caliente, Enzo acariciaba los glúteos firme sy grandes del mayor, besaba desde sus labios y bajaba por su cuello, la clavícula y el pecho, dejando chupones y mordidas en toda la zona de esa piel virgen y blanca que tenía ese pibe, que lo estaba volviendo loco. Julian estaba acariciando la pija del morocho, no podía evitar masturbarlo y acariciar toda la longitud, había momentos en que hacía chocar ambas y generaba un placer indescriptible.

La mano libre de Julian se encargó de acariciar la espalda e ir bajando hasta llegar a los glúteos de Enzo donde aprovecho a tocarlos y acariciarlos. -Mucho… mucho mi cola y alta zanja tene’ vo’ también Enzo.- le dijo Julian que lo miraba fijo, completamente mojado. Enzo se había calentado de muchas maneras pero jamás de la manera que estaba en esos momento por culpa de Julian.

-Vite’ mucho entrenamiento, mucho pedido, pero como la tuya no hay.- le dijo para darlo vuelta y que apoye sus brazos sobre la pared y golpee las nalgas.

Enzo comenzó un camino de besos por toda la perfecta espalda de Julián, mientras el otro solo podía gemir, sintiendo no solo los besos y el agua caliente cayendo por su piel, sino que también sentía la dura erección del otro.

El morocho se puso de rodillas y con sus manos abrió las nalgas de su chico y lo primero que hizo fue escupir la zona, recordaba muy bien esa maravillosa entrada, no dudó en meter la cabeza y comerlo de una manera hambrienta casi caníbal, usaba la lengua intentando penetrar al mayor, mientras ese jadeaba pidiendo por más, estaba en modo trola Julián, ese modo que descubrió con Enzo.

Una de las manos de Enzo fue directo a la erección de su chico y comenzó a masturbarlo de una manera lenta, apretaba la punta del miembro y la acariciaba haciendo que el otro gime y tiembla del placer. Otra vez Julian se sentía en la cima del placer con ese muchacho, lo dejaba como si solo ellos dos vivieran en ese mundo, como si ese morocho lo conociera de toda la vida y supiera que botones apretar para que el otro disfrutara.

Pasaron una gran parte de la noche teniendo sexo, se podia decir que fue mucho mejor que la primera, en este caso habia mucha mas confianza, tanta que Enzo se puso de rodillas, cuando vio que el mayor no habia acabado todavia, tomo esa pija hermosa ante su vista y lo masturbo con una mano, mientras que con la otra le acariciaba las bolas, uno de sus dedos viajaba a la entradas de este que estaba cayendo resto de semen del morocho.

-Juli porfa waskeame la jeta, haceme un facial hermoso’.- le dijo Enzo abriendo la boca mientras sacaba la lengua afuera, sus ojos estaban clavados en la expresión del mayor, el cual estaba con los ojos cerrados debido al intenso placer que le brindaba ese pibe con la mano.

Una de las manos de Julian viajó al pelo del morocho y lo tomó de ahí aferrándose lo más fuerte posible, haciendo que el otro gima por el dolor que le hizo sentir. -Miralo al turrito todo’ machito pero de rodilla y pidiendo waska esta el wachito culeado.- dijo el mayor que abrió sus ojos, porque sabía que se estaba perdiendo una imagen que es prácticamente pornografia, ese pibe es un animal, pero si que jamás pensó que le iba a pedir eso. Ya que con Geronimo el sexo es bastante convencional, pero con ese pibe era el segundo encuentro y ya le estaba rogando porque le llene la carita morochita y hermosa de leche caliente.

Julian sentía que no aguantaba más, el hijo de puta le había metido tres dedos que hacían ruido líquido debido a los restos del semen que le había dejado adentro, para colmo le sacudía la pija como desodorante vacío en época de fin de mes. Por lo que no tardó en gemir fuerte mientras su mano se aferraba cada vez más a ese pelo y acabar largas tiras de esperma caliente en el rostro, el mayor mantuvo los ojos abiertos ya que no quería perderse detalle de como sus fluidos caían en la boca de ese pibe.

Enzo mantenía la boca abierta y los ojos más abiertos aún, tres de sus dedos en el lugar donde se le estaba haciendo costumbre que era dentro del ojete de Julian y ver a ese pibe acabando fue la imagen más hermosa del mundo, ya lo había visto antes, pero ahora ahi el de rodillas y el otro mandando lo calentó más, por lo que disfruto cuando las tiras de semen caliente caían las primeras en su lengua y boca, luego algunas en su pecho desnudo y cubierto de sudor, las restante cayeron en su pómulo y frente, una cayó cerca del ojo. Pero al morocho todo le chupaba un huevo ahora que había sido bendecido por la gloriosa waska de Julian Alvarez.

Ambos estaban acostados en el sofá del departamento, la televisión prendida con el volumen bajo solo adornaba la conversación que estaban teniendo, ambos compartían un pote de helado de chocolate amargo, Enzo recostado sobre las maravillosas tetas de Julian, mientras este aprovechaba a mirar los tatuajes de su cuello y espalda, podría decirse que se perdía enseguida contando cuanto eran, pero no le importaba para nada, porque le quedaban demasiado bien.

-Y cuando te falta para terminar?.- le pregunto Julian mientras lamia el poco helado que había quedado en su cuchara, el más joven se levantó del lugar y miro al mayor con cara de sorpresa, era la primera persona que le preguntaba eso en mucho tiempo, no era que se llevaba mal con sus padres, pero ellos tenían dificultades y se olvidaba siempre de él, por lo que aprendió a aceptarlo rapido y vivir con eso, a pesar que muchas veces le dolía y demasiado.

-Este año y la mitad del que viene, ya despues voy a poder ser bombero Juli, voy a andar en la autobomba, recatando gente.- dijo el más joven Julian se quedó admirado por los ojos iluminados cuando le dijo eso, se lo veía muy entusiasmado y la verdad le encantaba eso. -Y a vo’ te queda mucho.- le dijo Enzo mirándolo. -Si me queda todavía culeado estoy en segundo y me falta como mínimo 6 años más.- le dijo el mayor con cara de tristeza. -No me decaiga mi wachin’ dale que va’ a poder y me va a salvar a mi cuando caiga herido’.- le dijo el morocho que le dejó un beso en el pómulo, mientras el otro se mataba de risa.

-No llame’ la desgracia bobo.- le dijo Julian dándole un codazo. -Ojala a veces’ siento que falta demasiado y que debería haber elegido una carrera ma’ corta, para poder trabajar rápido.- le dijo mientras aprovechaba para pasar su mano lentamente por el brazo del tatuado, disfrutaba la sensación de la piel del morocho de una manera que jamás lo había hecho ni con Geronimo ni con otro hombre.

Enzo se llevó la frazada y se acostó a lo largo del sillón, dejando a su compañero con su ropa interior sola. -Culeado hace frío, dame frazada.- le dijo sonriendo y tirando fuerte. -Tene’ frio veni acostarte encima de este turrito que te va a mantener caliente toda la noche.- le dijo guiñandole el ojo y sonriendo.

Julian lo miro y mando todo a la mierda, ya no podia ocultar que estaba hasta las manos por ese pibe, que lo habia hecho sentir como un pendejo de nuevo, que habia descubierto una nueva manera de disfrutar las cosas, principalmente el sexo, con ese pibe era una ruleta rusa de sensaciones y le encantaba a donde sea que caiga la bala.

La pareja ahora estaba acostada a lo largo del sillón, el mayor sobre el pecho del morocho, aprovechaba para delinear los tatuajes de este, mientras Enzo miraba a ese chico, estaba hasta las bolas con ese pibe, se había hablado la noche anterior de dejar de darle bola, ya que estaba en pareja y eso siempre significa quilombo, pero no podía mentirse le encantaba esos momentos con él, los cuales no había podido encontrar con sus parejas, el estar así acostados, mirando como si fueran dos idiotas, acariciando sus cuerpos, con la necesidad de que sus pieles se acostumbren a su tacto, charlar sobre banalidades. Enzo después de mucho, mucho tiempo se siente perdidamente enamorado de alguien y esa persona era Julian.

-Te puedo hacer una pregunta Enzo? .- le dijo el mayor mientras levantaba un poco la cabeza para mirarlo. -Si wachin’ lo que sea decime.- Julian miraba al morocho sabía que primero debía hacer algo, pero ya no podía ocultarlo mucho más para nada. -Me gustas Enzo, se que paso todo muy rápido y hace poco, pero me encantas culeado, me hace’ sentir diferente’ quiero saber de vo’ quiero hablar con vo’, en fin quiero estar con vo’.- le dijo Julian mirando a la televisión, ya que tenia miedo de la cara que podria poner el morocho después de haberse confesado, porque para peor él sabe que está de novio o estaba, eso es algo que tenía que resolver rápido.

-Ju.- dijo el morocho tomado la barbilla del más grande con su mano para poder mirarlo directo a los ojos. -A mi tambien me gusta’ culon hermoso, me volve’ loco cada dia desde ese encuentro, te juro que te pienso siempre, que toda’ la noche ante de dormir me acuerdo de vo’ y no sabe’ como me sacudo el ganzo en tu nom…- Enzo se quedó mirando la cara de Julian que estaba bordo. -No pode’ ser tan así le dijo el mas grande, tirando las frazada y subiendo encima de ese morocho hermoso que estaba preso del pánico, por haberse mandado semejante cagada, siempre le pasaba lo mismo por boca floja.

-Asi que tocandote acordándote de mi’.- le dijo Julian que ya estaba encima de el, y podía sentir como ese miembro se levantaba de a poco. -Y como no quere’ amigo’ vo’ viste esta burra hermosa’.- le dijo Enzo acariciando el culo del mayor mientras movía sus caderas simulando embestidas. -No te da’ una idea de como tengo la japi por vo’ solo sale leche a nombre de Juli.- le dijo el morocho que le comió la boca, como si hace una hora no hubiera hecho mierda a ese pibe en la cama.

Julian se desperto por los rayos del sol y porque su cuello estaba mas duro que Maradona en Cuba, vio que estaba casi desnudo, no era ningún boludo, buscaba a ese morocho, quería aunque sea un beso de buenos días, pero temía que ya se hubiera ido a la casa, lo que pasó la noche anterior fue fácil la mejor noche de su vida, más que nada cuando se lo cogio de manera lenta y pausada en ese sofá, su ropa interior había volado y quedado sobre la televisión, por su parte la ropa interior del morocho quedó abajo de la mesita que usaba para hacer la tarea y almorzar.

Se quedó tan ido en sus pensamientos, que no se dio cuenta que salía de la cocina Enzo, que vestía solo su ropa interior traía una bandeja con tostadas y manteca y un poco de dulce de leche. -Perdon pero tenia’ poco dulce Juli.- le dijo el morocho con cara de tristeza, a lo que el otro se lo quedó mirando recordando que ese dulce de leche lo había comprado hacía dos días que estaba de oferta era imposible que se lo haya acabado tan rápido. -Pero si lo compre hace poco culeado?.- le dijo Julian sin entender y vio que en la comisura de los labios de Enzo había restos de ese maravilloso dulce.

-Culeado me comiste el dulce! .- le dijo con una sonrisa, mientras el morocho explotaba en risas, ya que tenía una debilidad y era el dulce de leche y se había bajado casi el pote entero a cucharadas. -Quere’ saber cuando fue? .- le dijo el morocho que se sentaba en el sofa despues de haber dejado la bandeja con el desayuno en la mesa. -A ver culeado con que mentira me sali’.- le dijo Julian que se acercó al otro y le dio un leve empujón en su hombro. -Fue anoche, mientra vo’ dormía, me quedé loco mirandote dormir, tan tranquilo y hermoso como lo estabas en ese momento, incluso te saque foto’.- le dice el morocho que toma su teléfono y le muestra las imágenes en su teléfono de un Julian dormido, hasta que pasa a uno que estaba con la baba cayendo de su boca, estaba seguro que estaba roncando.

-No pode’ ser tan culeado negro de mierda.- le dijo Julian empujandolo hasta el el morocho cayo del sillon. -He’ linda la imagen, no sabe lo que voy a usarla a la noche Juli esta’ foto.- le dijo poniéndose de pie y el otro lo imitó. -Porque no desayunamo’ porque la verdad tanto entrarte hermoso me deja con una lija.- dijo el morocho que se volvió a sentar, mientras Julian tomó el control de la tele e imitó a su compañero, prendió YouTube y puso música para alegrar ese desayuno.

-Te puedo preguntar algo.- dijo Julian, ya que ayer se había quedado con las ganas y sintió que hoy estaban mejor que nunca y se sentía con algo más de confianza para hacerlo. -Si Juli pregunte a su macho lo que quiera.- le dijo el morocho mientras le pasaba un mate y le hacía una tostada, para que el mayor coma. -Porque tanta sorpresa cuando te pregunto por como te iba en el entrenamiento para bombero? .- lo miro Julian y el morocho cambió algo el semblante.

-A ver.. podemo’ decir que en casa no le importa mucho lo que haga mientra’ colabore, por otro lado.- pensaba el morocho si debía decirle que nadie lo aceptaba por ser un repartidor de la aplicación o si todavía eso era muy pronto para hablar. -Bueh tampoco me dan mucha bola por el trabajo que tengo, dicen que es de vago o muerto de hambre Juli, entonces tengo mi grupo de amigo’ pero no suelo conocer gente ya que mi pinta de morocho y tatuaje’ ya me catalogan como malo.- le dice el morocho con pena en su voz, suspira profundo y mira al más grande que está sentado a su lado y que acaricia su hombro.

-Cuando te conoci’ crei que iba a ser eso un garche y nunca ma’ pero te juro Juli que lo intente, pero siempre volvia’ a mi cabeza de negro termo, luego paso lo de la cafeteria y la parrilla, le dijo el morocho.- Iba a seguir hablado pero el mayor le comio la boca en esos momentos, acariciaba el pecho y ese cuello cubierto de tatuajes.

Cuando el beso se terminó, quedaron los dos jadeando por el aire. -Vo’ fuiste algo que regaló la vida, jama’ pensé en ser infiel, pero me diste un aire Enzo, me diste felicidad, me recordaste lo que es estar enamorado mi turrito hermoso.- le dijo el mayor para tomar el rostro del otro con sus manos y volver a besarlo con intensidad.

El resto del desayuno transcurrió entre risas, por primera vez Julian se siente entendido y por primera vez Enzo se sentía apoyado y escuchado, había encontrado alguien que no solo le importaba cómo avanzaba su vida y su carrera, sino que esta persona también lo apoyaba en su trabajo, lo apoyaba con su familia. Enzo miro en un momento donde el mayor fue a la cocina a calentar el agua y vio una foto donde estaba Julian con Geronimo abrazados en lo que era un auto, pero él podría competir contra eso, sabía que ese pibe estaba forrado en guita y lo podía llevar donde quisiera en cambio él, apenas podía a veces darse el gusto de salir a comer afuera. Sintió una mano en su pelo y cuando dio vuelta la cabeza vio a Juli de pie a su lado acariciándolo, el morocho sacó la mirada del cuadro y siguió con la preparación de una nueva tostada, aun con la sensación de no sentirse lo suficiente para ese chico.

Chapter 5: Capitulo 5

Summary:

Buenas!! he vuelto antes!! Quiero agradecer a todos los que estan leyendo, comentando y amando esta historia!, volvemos con un capitulo nuevo, no estoy 100% satisfecho pero es lo mejor que pude hacer esta semana! ya que varios fic toman mucho de uno, espero que les guste.

Chapter Text

Julian estaba en su departamento concentrado guardando sus apuntes del años que pasaba de la facultad, no se había dado cuenta en qué momento pero ya estaba en 20 de diciembre, bueno podría decirse que algo sí se había dado cuenta y era por el cansancio fisico y ademas por la cantidad de gente que se reunía en la cafetería.

Las últimas semanas para el cordobés había sido bastante fáciles, había roto con Geronimo, podía soportar varias cosas, pero nunca jamás, le iba a perdonar que lo empujara, le importaba una mierda que haya sido por calentura, jamás iba a dejar que alguien le levante la mano, así que a pesar que el otro le rogo y suplico que piense en ese casi año que están juntos, en lo que fueron esos meses como parejas y en unas cuantas pelotudeces mas que le habían dicho, Julian lo mandó a la mierda.

Por otro lado había aprovechado a disfrutar de salidas con sus amigos, a pesar que estos lo alentaban a que viva la vida loca, o sea para Rodrigo era que se la pase garchando con cuanto pibe se encuentre en su camino, el solo disfruto de las salidas, se reía con sus amigos. Por su parte Enzo pasó a ser una gran parte de su vida, no había llegado para ocupar el lugar de novio, eran amigos, muy buenos amigos con derecho. A pesar que ambos sentían algo más que una amistad y se lo habían confesado. Julian se sentía raro de cambiar de novio de una manera tan rápida.

Podemos decir que le cambio el titulo pero eran una pareja, que disfrutaba tiempo juntos, que salia a disfrutar del dia, comian juntos, pasaban noches de peliculas juntos y obviamente tenian un grandioso sexo. Enzo era todo lo que Julian podía haber soñado de una pareja, dulce, atento, divertido, algo zarpado, pero sobre todo una excelente persona.

Por eso, no le sorprendió demasiado cuando el morocho lo había invitado a pasar las fiestas a la casa de su familia en San Martín. Estaban acostados luego de haber cogido esa tarde, ambos desnudos, el aire acondicionado era lo único que podía bajar un poco la temperatura a esa habitación, un poco, ya que cuando se juntaban ni siquiera ese maravilloso aparato podía hacer algo con el fuego que transmitían ambos.

Enzo había visto a Julian un poco triste estos días y era porque su familia por motivos de trabajo no podían viajar a Buenos Aires a verlo para las fiestas y el mayor por motivos iguales no podía viajar a su Calchin, Córdoba, por lo que pasaría ambos días que son tan familiares solo. Julian no era un fanatico de las fechas, pero una cosa era aburrirse estando con la familia, ahora otra completamente distinta era la idea que se tenía que hacer de estar solo en su departamento comiendo, mientras todos los demás la pasaban con sus familias.

Enzo ni siquiera lo penso bien, o algo por el estilo solo lo invito, mientras el mayor descansaba en su pecho, intentando recuperar el aliento, intentando que su cuerpo vuelva a responderle, ya que habia sido un sexo bastante duro, no habian llegado al cuarto el morocho se lo cogio contra la puerta de entrada de ese departamento.

-Yo.. yo la verdad no se que decirte Enzo.- le dijo Julian mientras se apoyaba sobre su codo y miraba a los ojos a ese morocho, cubierto de sudor su cuerpo, con esos hermosos ojos marrones, esos labios que no se podía cansar de probar nunca en su vida. -Y si me deci’ que si Juli? .- le dijo Enzo que lo miraba con una sonrisa. El mayor se puso colorado, se sentía un boludo cuando le pasaba eso, no lo podía ni siquiera evitar, se sentía un adolescente enamorado. Pero no podía mentir le daba nervios, ya que con qué título iba a ir a la casa de los padres de Enzo, el amante, el amigo con derecho o la tan común en una pareja gay de closet el gran amigo. -Pero vo’ le dijite’ a tu’ viejo’?.- le dijo Julian que pasaba una mano por el abdomen del más joven, aprovechaba para sentir esa piel nuevamente, no podía tapar que estaba loco por el cuerpo que poseía el morocho y a cada momento que tenía aprovechaba para tocarlo y grabarse las sensaciones de esa piel para los momentos en los que no se podían ver.

-No le dije’ nada, pero siempre viene amigo’ mío o de mi hermano’, así que no hay drama Juli.- Julian miraba al turro que tenía en su cama y sintió un golpe en el estómago esa palabra amigo, pero porque se sentia asi, cuando el morocho le había propuesto que sean pareja oficialmente, que la familia de el no tenia mambos con lo que la gente hacía en su cama. Pero el cordobés sentía que era una mierda por cambiar de pareja tan rápido, aparte que pasaría si se enteraba Geronimo, era obvio que lo iba a increpar y decirle que le estaba siendo infiel.

Enzo había aceptado ese pedido de ser amigos, amigos con derecho y algo más, o sea novios con otro nombre, el turro estaba tan enganchado con el cordobés que iba a aceptar hasta aprender a hablar en rumano con tal de tener acceso a esa terrible burra cuando quisiera.

-Dejame, pensarlo Enzo, me fijo que onda’ y te digo.- le dijo el más grande acostándose de nuevo. Julian sintió el peso del cuerpo del morocho sobre él. -Dale, acepta’ te va’ a divertir’, aparte le digo’ que dormi’ en mi cuarto y a la noche mientras suenan lo cohete, yo te detonó este pan dulce a sola’.- le dijo Enzo que le dio una sonora nalgada y le dejaba besos en el cuello del otro.

Julian llevaba varios días medio raro, en parte porque no sabía si aceptar esa invitación. El sonido del timbre de su departamento lo sacó de sus pensamientos, se levantó con pereza y fue a la puerta, al abrir la puerta vio a quien no pensó ver, mas que nada después de todo lo que pasó. Estaba Geronimo con un ramo de flores y una caja de bombones. -Hola Ju, puedo pasar? .- le había dicho ese muchacho.

-Por favor amor, dejame hablar, te juro que quiero hacer las paces con vos, se que me equivoque, se que fui un boludo, no tuve que haber hecho lo que hice ese dia, estaba re caliente y me las agarre con vos, tendria que haberle roto la cara a ese negro de mierda nada mas.- dijo Geronimo que al recordar a ese pibe le volvia una bronca que jamas le habia tenido a nadie antes.

-Gero, ya hablamo’ ya esta’ lo nuestro no puede seguir, hagamo’ todo bien y sigamo’ cada uno por su lado.- le dijo Julian que lo unico que queria era cerrar la puerta, porque sino ya se conocía, iba a caer en dejarlo entrar al mas alto y asi iba a hablarle de lo felices que habían sido, de lo grandiosos que se veían juntos, de la cantidad de planes que tenía Geronimo para ambos y como un pibe pelotudo iba a volver a estar con el.

Geronimo se acercó peligrosamente al más bajo tomó su rostro con la mano que cargaba la caja de bombones. -Ju, por favor déjame pasar, por favor hacelo por los viejos tiempos.- le dijo el más alto y el más bajo cayó como un pelotudo, como lo hace un verdadero pelotudo. Lo dejo pasar a su departamento. -Estas… estas solo?.- le dijo Geronimo que dejó las flores y bombones sobre la mesita del lugar. -Si, estoy’ solo, así que si quere’ hablar hacelo rapido culeado.- le dijo cruzado de brazos, podía ser tan débil para darle una oportunidad a ese pibe, a pesar que su corazón estaba con el morocho que seguramente estaba laburando en esos momentos.

-Ju, vos sabes lo que te amo, se que hay muchas cosas que no congeniamos, pero nos amamos desde que nos conocimos, se que no somos perfecto y debemos trabajar en muchas cosas, pero dale gordo, hagamos esto, dame la oportunidad de nuevo de estar con vos.- le dijo Geronimo que se acercó y lo abrazó, el más bajo intentó soltarse pero era imposible ya que había bastante diferencia de tamaño en sus cuerpos. -a ver ecuchame’ primero me empuja’ y ahora me habla’ de amor y toda la mierda, vo’ te cree’ que es lindo’ lo que me hiciste, que yo estaba bien después?.- le dijo el más bajo que comenzó a picarle la garganta mientras evitaba llorar.

-Ya se gordo me re fui a la mierda, pero vos tambien tenes ese grupo de amigos, que no son buena influencia, ya te lo dije varias veces, que no te juntes mas con ellos y te unas a mi grupo, pero te pones como un caprichoso.- le dijo Geronimo que acariciaba la parte de la nuca de Julian, mientras dejaba leves beso en su cuello.- Para culiado que hace’.- le dijo el más bajo haciendo para atrás.

-Dale, Ju no sabes lo al palo que estoy, gordo vamos al cuarto que extraño ese culito cabalgando, extraño tus gemidos de trolita que haces cuando tenes mi pija adentro.- le dijo con una sonrisa y caminando de nuevo hacia el.

Julian se sentía como un pelotudo habia caido en una vil pelotudez de nuevo de ese pibe y todo porque su ex estaba re caliente que quería coger, ya le parecía que no le importaba sus sentimientos, solo quería coger y seguramente luego sería el mismo pibe forro que es siempre, para colmo ya le había hablado mal nuevamente de sus amigos.

-No va a pasar nada entre nosotro’ Geronimo, te esta’ equivocando feo.- le dijo Julian que camino para la puerta, quería abrirla y sintió al otro tomarlo del brazo y girarlo para besarlo, el más bajo no lo tolero y lo empujó con todas sus fuerza. -Qué mierda hace’ boludo, andate, andate.- le gritó furioso Julian. -Yo no me voy Juli hasta que no estemos juntos no me voy una mierda, vos vas a ser mío de nuevo lo quieras o no, vas a estar en mi cama quieras o no.- le dijo el mayor que se le acercaba de nuevo. -Que me va’ a obligar?, es lo que te falta ahora que sea’ un violador.- le dijo el más bajo pero sus palabras quedaron en su garganta ya que el otro lo tomó del cuello y lo apretó.

-Si sabes que a las putas como vos cuando no quieren, me las recontra violó y sabes que despues mi viejo paga para que cierren el orto o sino les va pesimo, asi que elegi o garchamos por las buenas o te juro Julian, pero te juro que te hago mierda, ni llorando, ni rogando voy a parar de cogerte..

Julian estaba tratando de soltarse, ahora lo que faltaba su ex era un hijo de puta y además un violador, se maldecía internamente el porque le abrió la puerta, él porque le dio la oportunidad de que hablar, porque no fue más inteligente y no lo dejó entrar a su departamento, el miedo lo empezó a consumir, qué pasaría con él, lo mataría, lo haria mierda y lo iba a dejar todo lastimado en su cama, hasta que alguien lo encuentre, que iba a pasar con su familia, los iba a volver a ver. Por la cabeza del cordobés pasaron mil cosas al mismo tiempo, mientras sentía como su garganta era cada vez más apretada y le costaba mucho más respirar.

El timbre del departamento volvió a sonar, lo que hizo que el más alto lo suelte. -A quien mierda esperas Julian?, decime quien mierda es?.- le decía Geronimo mientras lo tomaba del pelo. -No se, culeado, no se, no espero a nadie.- le dijo ya rompiendo a llorar. - tenía el miedo que jamás había tenido en su vida, la persona que tanto había confiado antes lo tenía amenazado en su propio departamento.

-Límpiate trola las lágrimas, decile que no podes y volve aca y ojo con lo que haces.- le dijo Geronimo levantando al otro del brazo con tanta fuerza que Julian sintió que le estaban arrancando el brazo. Julián camino lento y se fijó en el espejo de la entrada que no tuviera lágrimas, respiró profundo en esos momento sabia que sea quien sea que esté ahí del otro lado de la puerta podía ser o una bendición o su peor pesadilla.

Cuando abrió la puerta pudo ver a Licha con Cuti, la pareja se quedó mirando extrañado como el más joven sólo había abierto un poco la puerta lo suficiente para que se vea bien su rostro. -Ju, perdona que vinimos sin avisar, pero estábamos paseando y a Cristian le agarró ganas de ir al baño.- le dijo Licha que a pesar de hablar como siempre, notaba algo muy malo, que algo estaba pasando.-Si culeado, comi un choripan que me parece que me hizo mierda.- le dijo Cristian riendo, el cual no había notado nada de lo que sí había notado su pareja.

-Perdon chico’ pero no me anda el baño.- dijo Julian intentando que se vayan lo más rápido posible, no quería que el hijo de puta de Geronimo les haga nada a ellos, no quería cargar con eso en su cabeza, así que prefirió que todo empiece y se termine con él como única víctima.

-No te anda el baño?, no tene’ agua o que onda culeado?.- le dijo Cristian que ya noto muy rara la voz de su amigo, para colmo lo vio voltear la cabeza para atrás y la pareja no dudó en mirar ese segundo. Ambos se dieron cuenta que algo pésimo estaba pasando ahí adentro.

-Che Juli mira lo que dejaron aca en la puerta.- dijo Licha como si hubiera algo en serio, cuando el más bajo abrió la puerta un poco más, para ver de qué se trataba lo que le decía su amigo, sintió como su mano era tirada y sin poder hacer nada su amigo entrerriano lo había sacado de su departamento, haciendo que la puerta se abra y pueda ver Cuti que estaba Geronimo ahí.

Julian estaba sentado en su sillón, su amigo Licha lo abrazaba mientras que Cuti le traía agua, el cordobés estaba temblando, llorando y con su cabeza en sus piernas aferrado por el pánico.

Cuti había llamado a Rodrigo y a Enzo, necesitaban toda la ayuda posible, en esos momentos. El timbre volvió a sonar, Julian jadeo y sentía como un frío le recorrió la columna, mientras se aferraba aún más fuerte a sus piernas, intentaba calmarse pero volver a escuchar ese sonido, que le recordó lo que había pasado fue lo peor. -Ju, Ju?.- le dijo Licha acariciando el pelo de este. -Escuchame, son los chicos, los llamamos, ese hijo de puta no está acá, ya se fue.- le dijo Licha que estaba destruido de ver a su amigo de esa manera.

Cuando la puerta fue abierta por Cristian el primero que entró fue Enzo que se sacaba la mochila y la dejaba arriba de la mesita, aplastando las flores y bombones. -Ju, gordo.- dijo el morocho.

Julian al escuchar la voz de Enzo, levantó la cabeza y se dejó abrazar, mientras apoyaba su rostro cubierto de lágrimas en la zona entre el cuello y el hombro de este, aferró sus manos a la ancha espalda del tatuado. Se quedó un rato así, el suficiente para que sus amigos se comunicaran con su jefe, ya que Julian debía haber ido a trabajar, pero no estaba en ninguna condición para hacerlo.

Había pasado una hora de lo sucedido, Julian estaba apoyado sobre el pecho del morocho, mientras sus amigos lo miraban, veían sus mirada perdida, sus manos aferradas a ese chico, como si soltarse de él significa que lo pierda para toda la vida. Alguien golpeó la puerta y el cordobés por instinto cerró los ojos bien fuerte, no quería ver a la persona que podía ser.

-Que paso? .- dijo Leo que estaba acompañado de Emiliano su pareja, había llegado lo más rápido, cuando recibió la llamada de los amigos de Julian, contándole muy por arriba lo poco que sabían, ya que ellos no sabían la magnitud de las cosas.

-Perdon chicos, por las molestias.- dijo de un momento a otro Julian, mientras los otros se acercaban para poder estar con él. -Ju que paso?, dijo Enzo en un tono tierno y acariciando el brazo de este, el cordobés se aferró de nuevo al cuerpo del tatuado.

Julian contó lo que había sucedido, de principio a fin, lo que le había dicho y hecho Geronimo, la amenaza de violarlo y lastimarlo. El grupo estaba más que furioso, sabían que el pibe era hijo de alguien importante, sabía que podía ser impune, pero no debería serlo, no debería poder hacer ese tipo de cosas y andar como si nada.

Emiliano se disculpó tomó su celular y salió a hablar al balcón del departamento, ahí Julian al ver a ese hombre tan alto se dio cuenta que el sol estaba bajando, paso tanto que no se dio cuenta de la hora.

-Leo perdon mañana ingreso antes para recuperar las horas.- Dijo Julian mirándolo, el mayor se quedó mirándolo sin poder creer lo que le decía, estaba loco si creía que iba a ir a trabajar mañana, necesitaba estar tranquilo y relajarse. -Juli, escuchame’ vo’ mañana te queda’ en casa, hasta que no este’ bien no te voy a hacer ir a trabajar y no te preocupe’ te voy a pagar lo’ dias igual.- le dijo el mayor que se sentó al lado de su empleado. Tenía una debilidad por ese muchacho, le recordaba mucho a como era el de chico.

Emiliano volvió al departamento y guardó el teléfono, estaba con una sonrisa medio rara, algo que le extrañó a todos. -Que paso?.- le dijo Leo mirándolo serio. -Nada amor, solo que los chicos saben quien es ese pibe, saben todo de él, porque el papi, le debe plata a gente pesada de barrios muy pesados, así que podemos decir que me cobre unos favores que me debian hace años.- Emiliano se acercó a Julian y le acarició el pelo. -Juli, se que no hablamos mucho, pero quiero que sepas, que este pibe no se va a acercar a vos.- le dijo el más alto mirándolo fijo. Lo que ellos no sabian era que Emiliano tenia un pasado bastante jodido, amigos en lugares donde la gente no suele tenerlo, pero el siempre fue alguien que se hizo respetar y que cuando podia ayudar lo hacia, asi que muchos de esas bandas le debian favores, asi que le pidio que ubique de una manera ejemplar a ese hijo de puta, para que no volviera a joder a Julian.

Luego cuando la noche empezó a caer en la ciudad, Julian estaba recostado en su cama, en el comedor estaban Enzo, Licha , Cristian y Rodrigo. Los cuatro estaban callados, preocupados por su amigo, que les había pedido que lo dejaran solo que quería ver si podía descansar algo.

Enzo le envió un mensaje a su madre le avisó que no iba a dormir a casa esa noche, porque se quedaba en casa de su amigo, ella le respondió que tenga cuidado, no salga hasta muy tarde y se cuide, que por amor de Dios se cuide de ambas maneras. El morocho sonrio al leer el mensaje, ya que sabia a que se referia su madre, ella era muy abierta sobre el sexo y siempre le dijo que lo mas importante era no ser un forro de mierda con su pareja y usar forros a la hora de coger, primero para evitar un embarazo y el otro primero para evitar enfermedades.

-Che lo mejor es que Juli no se quede solo, si quieren podemos hacer turno y vamos viniendo.- dijo Rodrigo mirando a los demás. -No, es necesario, yo me quedo, ya avise a casa que no voy.- dijo Enzo que miraba al otro. -No es justo que te quede’ vo’ solo Enzo.- dijo Cuti.-Pasa que soy de San Martín.- dijo como diciendo que era obvio que tenía un viaje muy largo a casa y prefería hacerlo, todo lo tomaron como un gran amigo, excepto Licha que desde que lo conoció presentía que algo raro se traían esos dos.

Cuando los amigos empezaron a despedirse se fijaron y Julian estaba dormido en la cama, no quería molestarlo así que le pidieron al morocho que les diga todo lo que lo querían. Cuando el último en salir fue Licha se acercó a Enzo. -Solo quiero pedirte que lo cuides, el no se merece nada de esto que le esta’ pasando y por favor si lo quere’ de verdad cuidalo mucho y mas que nada amalo, porque te juro que es un pibe que se lo merece.- le dijo con una sonrio el entrerriano.

Enzo se quedó mirando como el grupo entraba al ascensor y desaparecen ante sus ojos cuando la puerta automática se cierra. El morocho cerró la puerta del departamento y cuando volteo vio a Julian medio dormido, frotando los ojos. -Perdon por el problema que cause.- dijo el mayor que se acercaba al otro y se fundieron en un abrazo. -No sea’ logi’ Ju, nada fue tu culpa, que él sea un hijo de puta es tema de el.- le dijo.

-Enzo, no quiero que seamo’ ma’ amigo’ .- dijo el cordobés mientras apoyaba su cara en el pecho del morocho, este sintió miedo, no sabía a que se venían esas palabras. -Pero Ju? .- dijo y vio como el otro se puso de punta de pies. -Quiero que sea’ mi novio Enzo.- dijo el de rulo con esos ojos marrones hermosos brillos, esa voz dulce que tanto amaba. Se besaron en el living de ese pequeño departamento. Julian había caído que hay personas que no solo no van a cambiar y no tiene arreglo sino que también no tienen perdón, por lo que hace o quieren hacer y Geronimo era uno de esos. Decidió seguir con su vida, era joven, trabajaba y estudiaba tenía mucho por delante y a pesar de la mierda que tuvo que pasar ese dia no podía solo quedarse a llorar, debía hacer algo y una de las cosas era la de cortar todo lazo con ese pibe.

Enzo sonrió acariciando las caderas de su ahora novio. -Obvio hermoso que voy a ser tu novio, tu pareja, tu hombre y capa’ en el futuro tu esposo.- le dijo el morocho, algo que a Julian le hizo levantar la mirada y regalarle una sonrisa. En ese momento se dio cuenta Enzo que a pesar de todo el dinero del mundo que podía tener Geronimo, el no tenia lo mas importante de Julian y era su corazon. Enzo quería cuidarlo, amarlo, en cada momento de sus vidas.

Chapter 6: Capitulo 6

Summary:

He vuelto en todos los fics!! y obviamente mi bebe, Pedidos Ya volvio!! Capitulo tambien navideño, donde vamos a ver como pasan las fiestas Juli con Enzo y su familia! Espero que les guste!

Por otro lado me pueden seguir en mi nuevo Twitter: Fer_matias23

Chapter Text

La semana había pasado mucho más rápido que lo que cualquier individuo podía esperar y eso era lo normal cuando llegaba la Noche Buena, era lunes a la mañana Julian se habia despertado temprano ya que ese día empezaba a trabajar a la mañana ya que a las 14hs la cafetería cerraba sus puertas hasta el jueves, así todos podrán disfrutar de esa fecha con su familia lo más pronto posible.

Luego de un par de días de pensarlo y de que la relación de amigos con derecho había pasado a novios con Enzo, había decidido aceptar la invitación a pasar las fiestas con la familia del morocho, al principio sentía que era una locura, ya que no estaban juntos hace mucho y le daba miedo cómo podía reaccionar la familia de el. Pero también sabía que si no aceptaba se iba a quedar ese dia solo, ya que sus amigos se habían ido a sus respectivas provincias a pasarla con sus familias, a pesar de ser invitados, tanto por Cuti para ir a Córdoba, Licha para ir a Entre Ríos y Rodrigo que se iba al sur con su novio, desistió de cada una de ellas, porque debía trabajar el jueves y todos ellos estaban de vacaciones.

Por suerte para Julian, no volvió a saber nada más de Geronimo, aunque el fantasma de lo que había sucedido estaba en su mente de cuando caminaba solo en la calle, cuando tocaba manera muy marcada, debido al miedo que sentía con el timbre de su departamento, pero había tenido un gran grupo que lo ayudaba a sobrepasar sus miedos.

Uno de ellos, que lo visitaba todos los días, aunque sea un poquito era Enzo, ese chico se había vuelto una persona demasiado especial para él, se encargó de llamarlo cuando no podía estar con él y estaba al tanto de todo lo que le pasaba a su culon favorito. Esos últimos días, al no tener ya entrenamiento, se estaba dedicando a trabajar a full, ya que estaba emocionado por comprar todo lo necesario para las fiestas, como también quería comprar un lindo regalo para Julian, más después de lo que había tenido que pasar.

Enzo le había contado a su familia que había invitado a una persona a pasar las fiestas ya que estaba solo, tanto su madre como su padre les había encantado que invite a alguien, pero intentaron sacarle cual era su relación con ese muchacho, Enzo con una sonrisa les dijo que era una persona muy especial, no le daba vergüenza decir que eran pareja, pero le daba miedo porque hacía muy poco estaban juntos, ni siquiera 3 semanas y la verdad solo quería que todo salga bien, quería llevar las cosas con calma.

El morocho pasó la mañana con su moto en plena Capital, tomaba la mayoría de los pedidos que encontraba, a pesar del cansancio de que el fin de semana había laburado bastante hasta el domingo a la tarde que la paso con Julian mirando películas y comiendo helado.

Estaba más que nervioso, la palabra era ansioso, había llevado amigos, pero nunca una pareja a su casa, sus padres eran de mente muy abierta en el sentido de la sexualidad, así que para él era eso un peso menos. Quería que todo salga lo más perfecto posible, ya que sabía que su casa no era un palacio, al contrario le faltaban varias refacciones, incluso su cuarto, pero esperaba que Julian disfrute del lugar y más que nada disfrute de la familia, a pesar que es obvio iba a extrañar a la suya.

Julian estaba en pleno trabajo, para ser la fecha que es, estaba bastante llena la cafetería, estaban trabajando todos a full, pero era un ambiente muy tranquilo y agradable, el cordobés estaba preparando pedidos para que vayan los repartidores a buscarlos, cuando de repente. -Mi Julito como eta’?.- este levantó la cabeza y se sorprendió al ver al morocho, con una sonrisa, le acercó una rosa. -Espero que te guste.- le dijo tímidamente. a lo que a Julian se le iluminaron los ojos, debido al gesto tan tierno que tuvo su novio.

-Culeado, que linda flor.- le dijo para acercarse al otro y abrazarlo. Se quedaron abrazados un rato. -Juli sabe’ que me quedaría todo el día, pero necesito llevar el pedido.- dijo él con una sonrisa a lo que el otro, le dejó un beso en la barbilla volvió al lugar a buscar los pedidos, los guardó en sus lugares correspondientes.

-Te paso a buscar a la 4 a tu casa, mi culon hermoso.- dijo el morocho con los pedidos en la mano mientras sonreía. Julian se empezo a reir por el tierno apodo, mientras que Giuliano lo miraba con cara de no muy buenos amigos, ya que hacía rato él estaba enganchado con Julian, pero en ese momento el estaba con Geronimo y decidió que no valía la pena romper una relación, pero cuando este rompió con el pibe, ya estaba en pareja con ese morocho, que a pesar de no caerle nada bien, lo veía a su amigo demasiado contento.

La tarde transcurre y cuando se quiso dar cuenta, la cafetería estaba cerrando, en ese momento comenzó a sentirse nervioso, la verdad que conocer de la nada a la familia del morocho le estaba empezando a dar un miedo que jamas lo habia tenido, al principio porque a la familia de Geronimo nunca la conoció oficialmente, siempre supieron que eran pareja, pero jamás hubo una cena o en algún cumpleaños, a pesar que eso siempre le terminó generando una espina en su relación, lo terminó aceptando y dejando que todo fluya lo más posible.

Llegó a su departamento y comenzó a guardar las cosas que tenía en la heladera que iba a llevar a la casa de Enzo, a pesar que le habían dicho que no tenía que llevar nada, no le gustaba ir con las manos vacías, hizo una chocotorta y un Lemon Pie, ya que Enzo le había contado que su madre y padre eran fanáticos de esa torta.

Cuando estaba todo perfectamente guardado, se fue a la habitación para buscar la ropa que ya tenía preparado, no era nada fuera de lo común, era una remera gris, pantalones cargo azul oscuro que sabía que iba a llevarse la mirada de su novio ya que le quedaba ajustado y bastante en la parte de la cola, unas zapatillas blanca que esas sí las había comprado para esa situación.

Se metio a bañar y quedó un buen rato bajo el agua caliente, su cabeza maquinaba más de lo que él quería, cada momento se ponía más nervioso, se sentía un boludo por estar así, incluso se estaba arrepintiendo de haber dicho que si, hubiera preferido estar en casa, comiendo una milanesa con pure en la tranquilidad de su hogar. Pero la verdad que ver a Enzo tan emocionado cuando esperaba la respuesta lo había hecho decir que sí, sin realmente pensarlo demasiado.

Cuando se terminó de cambiar se miró al espejo, sus manos estaban temblando de los nervios, se sentía un reverendo pelotudo. El timbre lo sacó de esos pensamientos que estaba teniendo y cuando vio por la mirilla descubrió a su novio ahí. Abrió la puerta y vio a un Enzo que seguía vestido igual que antes, era obvio, el morocho había terminado de laburar recién, por lo que cuando llegue a casa se iba a preparar como es debido.
-Hu, no pode’ aparecerme así vestido Juli.- le dijo Enzo que lo miro de arriba abajo y se pasaba la lengua por los labios, mientras disfrutaba la imagen de Julian, todo hermoso vestido y tímido como si fuera un nene chiquito.

Julian solo sonrió levemente, dejando a su novio algo extrañado. -Pasa algo Ju?.- le dijo el menor que cerró la puerta y se acercó a su novio que caminaba al sillón. -No culeado no pasa nada.- le dijo fingiendo otra sonrisa, algo que el mayor se dio cuenta enseguida.

-Juli, dale larga la lengua, wachin decime que pasa?, alguien te hizo algo o.- Enzo lo miro y se dio cuenta enseguida que pasaba, había sido un bobo, su novio estaba nervioso, podía notarlo en su rostro que estaba cagado por ir a su casa.

-No pode’, tene’ miedo de conocer a mi familia? .- le dijo el morocho tomando con sus manos el rostro de Julian, a lo que él asintió cerrando los ojos. -Pero Ju, ello’ ya saben de vo’, o sea que va’ y que so’ muy especial para mi. No te asuste enserio va’ a ver que te van a adorar y vo’ a ello.- le dijo el morocho que abrazó a su novio y se empezó a tranquilizar.

Enzo empezo a joder a Julian, hacerl cosquillas, robarle besos y distintas cosas todo lo necesario para poder ver a su novio sonreir y que se relaje. -Bueno tengo todo culiado, vamo’.- le dijo le mayor con dos tuppers enormes en sus manos.

-¿Qué lleva’ ahi amor?- le dijo extrañado el menor y señalando. -Postre’ Enzo, no voy a caer con la’ mano’ vacia’.- le dijo -Ya se que tu mama, dijo que no lleve nada, pero me siento mal si te caigo sin nada, ni siquiera me dejate’ poner plata para la comida.- le dijo el menor poniendo esos ojos de bambi que hacían que el otro no pueda negarse a nada.

El viaje en moto fue bastante rápido, pero más que nada divertido para Julian, hubo que hacer una parada en una YPF ya que tenía poca nafta, mientras cargaban tranquilos, Enzo se apareció atrás de Julian .-Mira un baño quere’ un rapidin’.- le dijo el morocho para dejarle un beso en el cuello, algo que hizo tentar de risa al mayor, mientras le daba un codazo leve en el pecho de su novio. -Enzo, de culiado compórtate.- le dijo Julian , aunque solo lo decía porque el playero estaba demasiado cerca, porque la verdad en esos momentos no le parecía mala idea de un rapidito en el baño, más al tener semejante morocho todo chivado y apoyándolo, demostrando sus ánimos en esos momentos.

-Se te fue un poco lo’ nervio’.- le dijo Enzo mientras le daba un caramelo que había comprado en el kiosco. -Si, va no se, nunca conocí oficialmente a lo’ padre de Geronimo, asi que es mi primera ve’ conociendo a mi’ suegro’.- dijo Julian que tenia cara de terror igual, pero se quedó mirando sin entender el porque el morocho se comenzó a reír como una foca. -Te estoy desvirgando de algo.- dijo Enzo que levantó los brazos y gritó de felicidad, hasta el playero que le cargaba nafta se quedo mirandolo a ambos, sin entender un mierda porque estaba asi el pibe. -Ve’ que no se puede con vo’.- le dijo Julian y se alejó a un lugar y se empezó a reír, porque tenía que ser sincero no había nada más genial de ese pibe que esa espontaneidad que tenía, esa forma de ser, era imposible estar aburrido o pasar un mal día con el morocho.

Enzo fue a buscar a Julian con carita de perro mojado, pero con una sonrisa, era un hijo de puta podía comprarlo de tal manera que ni él lo creía .-No esta’ enojado, no? .- dijo Enzo que recibió un golpe en la cabeza. -No se puede ser serio con vo’.- le dijo Julian y tomó la mano de su novio y fueron directo a la moto. Siguieron el viaje, todavía le quedaban más o menos veinte minutos de viaje, hasta la casa del menor en San Martín.

Julian noto que estaban por llegar debido a que el morocho había bajado la velocidad de la moto, para ser sincero en ese momento todos los miedo que ya se habia ido, los volvia a tener, se repitió para sí mismo, que era un buen pibe, que todo iba a salir bien y que la iban a pasar todos de primera.

Cuando la moto estaciono, supo que ya no había vuelta atrás, vio una niña sentada en el suelo, que al ver la moto, salió corriendo hacia ellos. -Enzoooo.- gritó la pequeña mientras abría los brazos. Debía ser Micaela la hermana menor de Enzo, la podía reconocer por las fotos que le había mostrado el morocho, sabía bastante de ella principalmente que era su gran debilidad.

-Que hace’ piojo resucitado.- le dijo el mayor sacándose el casco y alzandola para darle un beso en el cachete. -Mira quiero que conozca’ a alguien muy especial para mí, él es Julian.- dijo el morocho haciéndole señas al mayor para que se acerque a él.

Julian se acercó tímidamente a la niña, ella estaba con una sonrisa, estaba muy contenta de conocer a esa persona que había escuchado a su hermano decir tantas cosas buenas. - ¡Hola Juli! soy Mica la hermana de Enzo, vo’ so’ su novio? .- dijo la menor sin siquiera darse cuenta que el mayor quedó duro en el lugar, su rostro se iba tiñendo de un rojo muy parecido al tomate.

Por suerte todo fue cortado, ya que aparecieron los padres de Enzo, a pesar de eso el mayor quedó bastante como ido por la pregunta, cómo sabía la niña que eran novio, si el morocho le había dicho que no le había contado nada a nadie de su familia, solo les había dicho que era un amigo y nada más. Pero parece que este se tenía algún que otro secreto guardado y Julian solo quería que en ese momento o la niña no vuelva a preguntar o que se lo trague la tierra y lo deje en su departamente otra vez.

La madre de Enzo fue la primera en abrazarlo con una sonrisa. -Así que vo’ so’ el famoso Julián.- le dijo ella . -E’ un gusto tenerte en casa, espero que te guste todo lo que prepare.- le dijo la mujer que se veía muy emocionada. Julian solo pudo darle una sonrisa. -Gracias a ustedes por la invitacion, yo traje eto’ dijo el menor que le dio los tupper, Enzo me dijo que el era fanatico de la chocotorta con Mica y ustedes del Lemon Pie, así que hice uno de cada uno.- dijo el mayor a lo que vio al morocho voltear a mirarlo con la niña en brazos todavía.

-Hiciste Chocotorta y la trajiste, la tenía que haber escondido para mi solo Ju!!!.- dijo el menor con cara triste a lo que su hermana lo golpeó en la frente. -No, malo se comparte.- dijo ella y todos se empezaron a reír.

Ingresaron a la casa y Julian le dio sus cosas a Enzo y le dijo que las iba a guardar en su habitación, notó que subía despacio las escaleras y le extrañó ya que no lo había notado antes, cuando sacó su teléfono vio que eran apenas las 17hs. -Ju quere’ conocer mi cuarto total es re temprano? .- dijo el morocho a medio viaje en las escaleras, era verdad lo más seguro que todos iban a seguir con sus vidas, hasta que sea un horario más normal y preparar todo lo demás.

Julian asintió con la cabeza, pero no pasó de largo a la mamá de Enzo que los miraba con una sonrisa, como de que algo sospechaba, él se sentía como un boludo, pero la verdad era obvio que algo raro se traían, ya que el morocho dijo que eran amigos, un amigo muy especial en su vida y la verdad eso deja muy pocas opciones que pensar.

Julian miraba la casa, era una casa normal, le recordaba mucho a la suya en su pueblo, cuando llegó al cuarto de Enzo, vio que hizo fuerza para abrirla. -Perdón, suele trabarse un poco.- dijo el morocho y cuando abrió, vio un cuarto con una cama que no era muy grande, las paredes de ladrillo, tenía una decoración que le resultaba rara. -Espero que te gute’ Juli.- dijo el morocho que vio como el otro inspeccionaba el lugar.

Sabía que le faltaban una banda de cosas a Enzo y era una de las cosas que le dio miedo al pedirle a Julian que pase las fiestas con el, no tenia lo mismo que Geronimo, no tenía auto, no tenia guita de sobra ni nada por el estilo, su ropa era bastante limitada y esas cosas, sabía que el mayor no era millonario, al contrario trabajaba para poder vivir, pero su departamento era una hermosura al lado de su casa. A pesar de no demostrarlo el morocho era bastante inseguro en ese sentido y a no ser amigos de la vida, no solía invitar gente a su casa, ya que de chico le había pasado, que los invitaba a tomar la merienda y después en la escuela hablaban pestes a sus espalda y lo cargaban ya que no tenía muchas cosas.

Lo primero que hizo Julian fue tirarse a la cama, cuando cayó a esa fue como tener a Enzo en cada rincón de él, el aroma a su colonia inundaba esa cama. Empezó a reír y se puso de pie, ya que había notado como el morocho estaba algo nervioso por mostrarle su casa. -Me encanta En, es muy lindo tu cuarto.- le dijo acercándose a su novio, pasando una mano por su cuello y robandole un beso, que para ser sincero estaba necesitando uno desde hacía rato, pero no encontraba el momento de que pase.

Enzo no se hizo esperar y aumentó la intensidad del beso, mandando lengua, mientras que sus manos fueron a la cintura del mayor, metió sus manos bajo la ropa para poder acariciar toda la piel posible, el beso se rompió. -Dio’ Juli me paras la japi con un beso vo’.- le dijo el mayor que comenzó a besar el cuello de su novio, mientras este solo podía jadear, intentaba no hacer mucho ruido, para que la familia del morocho no lo escuche.

-Te juro.. Juli te juro que te recontra garcharia, te haria que me comas la pija y sería feliz, pero tambien te juro que no me dan ma’ la’ piernas, necesito descansar.- le dijo el morocho que se tiró sobre el cuerpo del mayor, este lo sostuvo dejando la cabeza de su novio sobre su hombro. Julian le acariciaba el pelo a su novio.

Estaban ambos tendidos en la cama del morocho, este completamente dormido sobre el pecho de Julian, mientras que este estaba revisando las redes sociales, podia ver fotos de sus amigos que estaban en sus casas con su familia, no iba a mentir a el tambien le gustaria estar de la misma manera, pero entendía bien que ni él podía viajar ni sus padres, aparte la verdad la primera impresión con los padres de Enzo es que son una familia divina, menos la hermana ya que la niña sabe cosas. Escucho un ruido proveniente de afuera y era que empezó la hora donde los vecinos ponían música en bafles enormes, para comenzar a cocinar y a beber, por su parte la habitación estaba sumida en silencio, solo lo alteraba el ruido que hacía el morocho, que estaba profundamente dormido.

Julian se quedó embobado mirando a su novio dormir tan tranquilo, la verdad no era la primera vez que lo veia asi, pero la situación de estar en el cuarto de él y que el se sienta tan cómodo y seguro que se duerma le resultó hermoso, mientras miraba la habitación vio una foto a lo lejos. Se levantó con cuidado de que el otro no se despierte, cuando llegó a un pequeño improvisado escritorio encontró lo que era una foto de ellos dos, recordaba que fue cuando lo llevo a recorrer el Jardin Japones, la foto eran ellos dos sonriendo, pero vio que uno de los brazos del morochos estaban aferrados a su cintura, la misma no estaba escondida ni nada. Por lo que se dio cuenta, claro todos sospechaban que no eran amigos, porque este ni siquiera escondía las fotos que tenía con él.

-También, hay otra que eh’ cuando me hiciste comer pescado crudo y terminamos en un Mac.- dijo el morocho con una voz ronca . Julian se dio vuelta y lo vio mirándolo a él, con los ojos achinados debido al sueño, Enzo dio leves palmadas a la cama para que el otro vuelva a su lado. Julián camino sin dejar de ver a su novio como se estiraba como si fuera un gato. -Ahora entiendo lo de tu hermana.- dijo Julian, trayendo de nuevo eso que dijo la pequeña si era ese su novio.

-Ella lo sabe porque se lo conté una tarde que estabamo’ merendando.- le dijo el morocho que acariciaba la mano del mayor, mientras él estaba sentado en la cama. Julian volteo a verlo, lo dijo como si nada. -Porque le contaste Enzo?.- dijo el mayor con un tono de molestia, ya que habían acordado que no iban a contarle a nadie, se querían dar unos meses, para ver como iba evolucionando la relación.

-Ju, ella eh, mi hermanita, eh lo’ ma’ preciado del mundo para mi, siempre me alienta a que sea mejor, siempre anda preguntando por cómo me va en el entrenamiento y se dio cuenta que estaba en algo cuando no venía a casa tanto como antes.- Enzo se sentó en la cama y tomó ambas manos del cordobés. -Perdoname se que habiamo’ quedado en algo, pero ella no nos va a juzgar, al contrario está emocionada de conocerte, mis viejos igual es obvio que lo saben y nunca se molestaron, se que capaz con tu ex, la cosa era más de andar de incógnito pero mi familia, lo único que le importa es que seas buena persona nada más, para nosotros la plata va y viene, no tenemo’ la mejor casa, pero a lo’ invitados le damo’ hasta lo que no tenemo’ nosotro gordo.- dijo el morocho que se le quebraba la voz, sabia que se la había mandado en contarle a su hermanita, pero la relación con Julian, lo tenia de una manera que jamas habia estado antes.

-Me sorprende culeado que lo sepa si y además’ que no me lo hayas contado, crei que teniamos confianza, eso me jode bastante.- le dijo el mayor que ya se sentía incómodo, no con la familia sino con que la persona en que debía confiar le ocultaba cosas y eso a él lo pone del orto. Enzo se quitó la sábana que cubría su cuerpo y se sentó al lado de su novio, lo tomo de la mano y lo miro a los ojos, podían escucharse los gritos de la pequeña hermana de Enzo, a sus padres hablar, el ruido de la música que venía de sus vecinos, era obvio que se estaban preparando para cocinar todos, pero en ese momento Julian se sentía que habían traicionado la confianza y cuando ese tipo de cosas pasan la verdad no le gusta estar en esos lugares, hasta estar más tranquilo.
-Pasa culeado que no me siento cómodo ahora, siento que todos sabían algo, que yo te pedí que lo guardemo’ un tiempo, hace nada pasó lo de Geronimo y por eso te dije que diga’ que soy tu amigo, pero resulta que todo’ saben que estamos juntos.- le dijo el mayor con tristeza y molestia. Soltó las manos de Enzo y se puso de pie abrió un poco la ventana y aunque el ruido de la música era mayor aprovecho para poder respirar profundo.

Enzo se levantó de la cama y fue junto a su novio, le veía la cara de enojo, él sabía que se la había mandado, pero no fue nada malo, había sido recibido como lo máximo por su familia, no hubo ninguna mala cara o alguna palabra hiriente, fue todo lo contrario.

-Enzo, creo que mejor me pido un Uber y me voy a casa.- le dijo el mayor que miro directo a los ojos de su novio, el cual lo voy cambiar la cara de inmediato. -Para Ju, gordo, no pode’ irte, Ju te pido perdon, no lo hice de malo o porque me cago en lo nuestro, al contrario lo hice porque quería poder compartir con alguien porque estaba tan contento este último tiempo y es por vo’. No me haga esto’ de irte.- le dijo el morocho que intentaba hacer que su novio cambie de opinión mientras él trataba de no romperse a llorar, porque el otro se quería ir, ya que estaba demasiado entusiasmado por esa cena.

-Vo’ me dijite’ que jamás había conocido a la familia de tu ex?.- dijo el morocho tomando el rostro de su novio. -Ello sabían de vo’?. Julian se quedó mirándolo, la verdad que los padres de su ex eran unos forros, por eso nunca lo presentó oficialmente, sabia nada mas que les caiga mal, porque no era un pibe con plata como ellos, entonces Geronimo en vez de ponerse firme, prefería seguirles el juego a sus padres, haciendo que Julian nunca haya podido ser presentado como pareja oficial y es algo que le dolió, incluso llegó a pensar que jamás será presentado por ninguna pareja.

-Necesito ir al baño culeado.- dijo Julian mirando a su pareja sin contestar la pregunta, Enzo sentía que todo lo que había planeado se estaba por ir a la mierda de una manera horrible y le estaba haciendo doler. -Ahi te acompaño.- le dijo el morocho, estaba realmente triste no quería ni cagarla, ni que el mayor se vaya de la casa, cuando todos estaban emocionados con su presencia. -Ahi esta el baño Ju.- dijo Enzo mostrándole que la puerta quedaba al frente de la habitación del morocho pero un poco más al costado, el mayo le dijo un leve gracias y se metió al baño cerrando la puerta. Enzo se fue a la habitación a ponerse ojotas y la remera, había dormido genial, pero la verdad se estaba transformando todo en una gran pesadilla y lo estaba haciendo sentir pesimo.

Julian se lavó la cara con agua fría y se quedó mirando al espejo, Enzo tenía razón él nunca había sido presentado a la familia de su ex, siempre estuvo bastante escondido para ellos, por lo que tomo que siempre iba a ser así su vida, pero de repente cayó un maravilloso Enzo que lo trata como si fuera lo más maravilloso del mundo, algo que ni el podia creer a veces.

Cuando Julian salió del baño vio a la pequeña hermana de Enzo. -Perdón enana, quere’ ir al baño?.- le dijo el mayor mirándola con una sonrisa, la menor negó con su cabeza y estiró su mano para tomar la de el. -Quere’ conocer mi cuarto.- le dijo la niña tímidamente, el mayor no se pudo negar y caminó con ella de la mano, se la veía muy contenta, mientras que en ese momento, sintió Julian como todos los miedos que había guardado en si se iban uno a uno.
Julian estaba sentado en la cama de la niña y ella le daba sus ositos y le contaba la historia de cada uno, se había dado cuenta que una gran parte de ellos se los había comprado Enzo, el mayor sonreía al ver a la niña tan contenta, pero todo se rompió cuando la puerta fue abierta. -Enana, no vite’ a Juli, no está en el baño?.- dijo y cuando miro a la cama el morocho vio a su novio que estaba tapado de ositos de peluche. Enzo comenzó a reírse, mientras que su novio lo miraba con una sonrisa.

-Que sea tu novio, no significa que no pueda venir conmigo.- dijo la menor cruzandose de brazos. -Le muestro este osito y ya lo pode’ llevar, pero después le tengo que mostrar’ mis dibujos.- dijo la niña mirando a su hermano. Enzo le hizo seña a Julian y este se acercó a la niña y le dio un beso en la frente y le dijo que se veían luego. El menor al escuchar esa frase sintió que su mundo se iba a caer, verse luego, quiere decir que Julian había decidido quedarse en la casa.

Julian se dio cuenta de la cara de su novio, por lo que lo frenó en pleno pasillo y lo beso sin que el otro lo espere. Rompió el beso y subió su mano al rostro del morocho. -No me voy Enzo, perdon por lo que dije ante’, es verdad nunca creí que me iban a presentar a la familia de una pareja y vo’ hicite’ todo lo que vivió en mis sueños.- le dijo mientras abrazaba a su novio.

Enzo sintió que respiraba otra vez, no quería que Julian se vaya, lo que había hecho lo hizo de lo emocionado que estaba, habia tenido parejas, pero jamas se habia sentido de la manera que se siente con ese cordobés, era algo que hacía que su corazón pudiera salir de su pecho y bailar por horas y él estaría contento y feliz.

Dieron las 21hs, Enzo estaba preparando con su padre el asado, mientras que Julian se encargaba de ayudar a la madre de Enzo, a pesar de las múltiples veces que le dijo ella que no era necesario, que él era el invitado y no debería estar ayudando en la cocina. -La verdad que mi hijo se saco la lotería con vos Juli.- dijo ella que lo miraba al cordobés haciendo la ensalada con la hermana menor de Enzo, este la quedó mirando con una sonrisa en el rostro. -Enana terminas esto vos y me avisas.- le dijo Julian acariciando el pelo de la niña. -Si señor Julian.- dijo y empezó a reírse él.

-No tienes que decirme nada Julian, soy la mamá de Enzo, yo lo parí, se cada cosa que pasa por su cabeza, se todo de el, como tambien se lo que cambió desde que te conoce y todo para bien, así que gracias muchacho.- le dijo la mujer abrazando al menor que comenzó a llorar un poco. -Perdón dijo él entre lágrimas, él me salvó de muchas maneras, apareció en el momento donde necesite a alguien y me creí solo, nada de lo que haga va a ser suficiente para devolverle todo lo que él hizo por mi.- fueron las palabras del cordobés. -El hizo todo porque está enamorado de vo’, nada más y nada menos, está enamorado.- le dijo y justo la menor se acercó para avisarle que ya estaba todo hecho.

Eran las 22hs, la familia estaba reunida, había llegado Esteban el hermano menor de Enzo, el cual para su sorpresa también lo había recibido como los demás miembros de la familia. La cena transcurrió entre risas, anécdotas de lo que era Enzo de pequeño y lo travieso que era y todas las cagadas que se había mandado, muchas que el padre se estaba enterando en ese momento. Julian intentaba pero no podía parar de reírse, mientras que su novio estaba rojo de la vergüenza, lo tenía al lado y lo miraba con esa carita hermosa que Julian no podía negarle en la vida.

La mano del tatuaje recorría la pierna de su novio bajo la mesa, intentaba tranquilizarse, con cada anécdota de su familia, más de su vida que salía a la luz y no era que le molestaba al contrario, pero no sabía cómo iba a responder Julian, cuando lo volteaba a ver y podía ver esa sonrisa hermosa y enorme en su rostro se calmaba y bebía un buen trago de fernet que había hecho su novio. -Ju quere’ ma’ carne?.- le dijo el menor que iba a ir a la parrilla a buscar más. -Si gordo me trae’ un pedazo de chorizo.- dijo el mayor como si nada, pero para colmo la mesa había quedado en silencio y todos escucharon eso. -No me la pode’ dejar así servida en bandeja Juli.- dijo Enzo riendo y la familia de este también, ahí se dio cuenta el cordobés lo que había dicho. -Jeremia no pode’ ser tan ordinario hay una menor.- dijo Julian intentando no reírse pero era imposible. La menor levantó la mirada -Que paso conmigo?.- dijo ella a lo que su madre tomó una servilleta para limpiarle la boca que estaba un poco sucia. -Nada enana vo’ come tranquila, son lo’ chiste bobo de tu hermano.- dijo la madre del hogar, mirando a Enzo con cara de que lo iban a matar después.

La atmósfera en ese lugar era lo que tanto deseaba Julian, la tranquilidad, la libertad y el amor, algo que jamás había conseguido en casi un año con Geronimo, hacía tres semanas que oficialmente estaba de novio con Enzo y ese chico había sido, todo lo que necesitaba en el mundo.

Cuando llegó la hora del postre Julian estaba nervioso ya que lo primero que todos probaron fueron las tortas que él había hecho y no era un gran pastelero, pero al ver la cara de los padres de Enzo, se tranquilizo. -Dios Juli.- dijo su madre mirándolo. -Esto es delicioso, encima como me gusta a mi con mucho sabor a limón.- dijo saboreando la cucharada que se había llevado a la boca. -Pibe seguro que queres seguir medicina y no pasarte a la pastelería.- dijo el padre del morocho con una sonrisa.

-Enzo que te parece la chocotorta.- dijo Julian que no había escuchado una palabra ni de su novio y menos de sus dos hermanos, cuando volteo a verlos, estaban los tres con el tupper enorme metiendo cucharadas como si fuera la última comida del mundo. -Bueno creo que eso te dice todo, pero pendejos mal educados agradezcan al pobre pibe que se la pasó cocinando.- gritó la madre a sus tres hijos, dejaron las cucharas y se escuchó un gracia de los dos menores. Enzo se acercó al oído de su novio. -Yo te agradezco a la noche Juli’ por este postre te mereces que te coma el pan dulce.- dijo el morocho a lo que el otro lo golpeó en el hombro.

Al dar las 12 de la noche una gran cantidad de fuegos artificiales empezaron a sonar, junto a música de los vecinos y la que había en la casa, la familia se abrazaba, agradeciendo estar otro año más juntos. Cuando Enzo llegó a Julian dejó su copa de sidra y lo abrazó como si mañana no lo viera nunca más. -Te amo Juli, te amo y gracias por hacerme pasar este dia tan especial con vo’ y mi familia.- le dijo el morocho que le acariciaba la espalda. Julian se quebró en ese momento sus lágrimas comenzaron a salir y con sus manos tomó el rostro de su novio viendo como lloraba. -Te amo Enzo y te agradezco yo por salvarme tantas veces, por mostrarme lo que es el amor real y por estar siempre a mi lado.- le dijo el cordobés y se besaron, se quedaron un rato largo besándose en el patio, cuando se dieron cuenta la familia no estaba, era la costumbre ir a la parte delantera y saludar a los vecinos, así que el morocho llevó a su novio a seguir esa tradición. Se fueron caminando de la mano, sonriendo y deseando que ese sea el primer momento de muchos que los espere en la vida.

Chapter 7: Capitulo 7

Summary:

Feliz sabado/domingo! tenia este capitulo preparado, asi que quiero compartirlo con ustedes, la verdad que me encanto como quedo, espero que a ustedes tambien les guste como a mi!

Chapter Text

Luego de pasar tanto Navidad como Año Nuevo, junto a la familia de Enzo, Julian volvió a su rutina de trabajo, ya estaba en los primeros días del primer mes del año, el mes más caluroso y lleno de turistas que podía haber para Buenos Aires. Salía de su departamento caminando para su trabajo, vestido con unos shorts deportivos, una remera de river y una gorra que hacía sobresalir sus rulos, ya que por pedido de Enzo le rogó casi que no se toque ese pelo, ya que le encantaba como le quedaba.

Luego de días completos en los que lo pasaba con Enzo ese era el primero en que dormía solo y la verdad le había costado demasiado conciliar el sueño, la falta del cuerpo del morocho a su lado, escucharlo roncar a la noche, que le traiga el desayuno a la cama y esos momentos donde se divertían tomando mates juntos, eran lo mejor de la vida, tenia una conexion tan perfecta con ese chico que él apenas lo podía creer, apenas podía aceptar que algo así le estaba pasando a él en esos momentos.

Cuando llegó a la cafetería vio a Leo, preparando las mesas mientras su compañero Giuliano estaba limpiando lo que faltaba. -Buenas.- dijo Juli saludando a ambos, la sonrisa del compañero de Julian fue como si hubiera visto a un dios, no podía ocultar ya los sentimientos que tenía con ese chico, pero tenía que aceptar que este estaba más que enganchado con el turrito que hacía repartos.

-Juli tenemo’ que hablar?.- le dijo Leo llamando a su lado, el más joven cambió su cara de buen humor que estaba teniendo gracias al hermoso día que había y que el calor todavía no era tan agobiante como lo solía ser en esas épocas del año.

-Paso algo?.- dijo el más joven sentándose frente a su jefe, se había sacado los auriculares y había frenado la música de su teléfono, ya que la verdad no sentia que habia hecho nada malo y la verdad que lo echen en esa época del año era una mierda ya que al ser plenas vacaciones no iba a conseguir trabajo rapido y le dificulta todo. Su cabeza empezó a maquinar más rápido de lo que él quería.

Leo pudo notar la cara de su empleado, el cual había cambiado repentinamente. -Primero no es nada malo Juli, así que porfa cálmate.- le dijo el mayor con una sonrisa en su rostro, haciendo que el más joven pueda respirar tranquilo nuevamente y no volverse loco, como estaba por pasar en esos momentos, debido al pánico de no saber qué pasaba.

-Necesito adelantar las vacaciones, yo voy a tener que viajar a Rosario para la fecha que vo’ te va’ y sabe’ que cuando yo no estoy vo’ estás a cargo, queria saber si no era mucho problema?.- le dijo Leo, la verdad que no era una molestia, ya que no se había inscripto en materias de verano, para poder descansar y por otro lado como no tenía nada que hacer le era lo mismo, no le afectaba en nada salir de vacaciones antes de tiempo y más si eso ayudaba a quien siempre le había tendido una mano a él.

-Si, por mi no hay problema Leo, la verdad que no me iba a ningun lado, asi que dia seria.- le dijo el más joven mientras lo miraba con una sonrisa, veía como Giuliano se acercaba con un café para su jefe y un jugo de durazno para él. -Gracias Giu.- le dijo el más joven con una sonrisa mirando a ese chico que tenía los ojos iluminados por la manera que tenía su compañero de llamarlo.

-Sería para la semana que viene, que es 13 de enero hasta el 27 de enero.- le dijo el mayor que lo miraba, porque tenía miedo que cambie de opinión. -Por mi esta bien no hay problema.- Dijo Julian mientras lo miraba sin darle mucha importancia, la verdad que al no irse a ningún lado, no le generaba problemas, incluso estaba contento porque iba a aprovechar a descansar y poder ver a Enzo más tiempo

Luego de una charla un poco más informal por como estaba, luego de lo que había pasado con Geronimo y como había pasado las fiestas con su ya declarado y oficializado novio Enzo, el mas joven se fue a cambiar para comenzar la jornada de trabajo, ya que dentro de veinte minutos la cafetería abriria sus puertas y como siempre se llenaria de gente que va a trabajar, que está de paso y los que están de vacaciones.

Durante el resto del dia hasta el mediodia Julian trabajo codo a codo con Giuliano y Leo, por suerte el lugar no estaba que explotaba, si había mucha gente, pero los tres se las podían arreglar sin ningún problema, por suerte la gente estaba de buen humor y no había ninguno que alterado.

Giuliano cambio de lugar y se dedicó a armar los pedidos para los repartidores que estaban empezando a llegar, era generalmente un trabajo de Julian, pero bueno lo dejo a él, aunque no mentiría que le encantaría ver al morocho entrando a buscar algo y ligando aunque sea un beso, a pesar de verlo hoy bien temprano, no le molestaria para nada verlo de nuevo tan rápido.

Durante la hora del almuerzo, la cafetería se había calmado bastante, había gente que llegaba a almorzar, los deliciosos sándwiches que tenían, Julian era el último en hacerlo, estaba sentado en una mesa alejada de la gente, donde podía ver si se juntaban muchas personas y necesitaban su ayuda, pero en esos momentos disfrutaba a la luz del sol caliente de Buenos Aires, estaba tan concentrado, que el ruido de la silla delantera lo sacó de sus pensamientos.

Cuando levanto la mirada pude ver al morocho con una sonrisa y un chocolate mirándolo. -Como esta’ mi príncipe valiente.- le dijo mientras el otro se levantaba y lo besaba mientras se abrazaban. -No puede ser culiado que siempre logra’ sorprenderme.- le dice el de rulos mientras este lo invita a sentarse con él. -Quere’ comer algo, yo invito.- dice Juli a lo que el otro asiente con su cabeza, ya que trabajo bastante a los rayos del sol y el calor infernal de la ciudad, por lo que un buen almuerzo le venía demasiado bien en esos momentos.

Julian se levantó y buscó el sabor preferido del morocho, mientras el sacaba el jugo de la heladera, se acercó a Giuliano que estaba sentado, mirando por si alguien lo buscaba o necesitaba. -Giu te dejo, me cobras esto que es para mi novio.- dijo el de rulos y esa palabra parecio la mas horrible que hubiera escuchado el muchacho, por lo que con una sonrisa falsa le cobro y el otro volvió a su lugar con Enzo.

-Me re odia.- dijo cuando se sentó Julian. -¿Quién Enzi?.- dijo el de rulos mientras lo miraba extrañado ya que no entendía a quién se refería. -Ese tu compa, lo vi la cara que hizo.- le dijo el morocho mientras lo volteaba a ver de nuevo. -Es que me pidió una vez para que salgamo’ pero yo estaba en ese tiempo con Geronimo y se ve que pensó que cuando terminara con él iba a buscarlo, pero..- Julian pensaba las palabras. -Llegó el morocho tatuado que te mantiene siempre como tambo lácteo.- dijo este como si nada a lo que el otro lo quedó mirando agarrándose el puente de la nariz. -Por dio’ que bestia que so’.- le dijo Julian con una sonrisa.

El almuerzo fue entre risas y charlas, pero el morocho estaba nervioso porque se traía entre manos algo, era el regalo de Julian, que había guardado desde Navidad, no había podido dárselo porque todavía no llegaba a cubrir el total, pero hace unos días lo hizo y quería sorprender a su novio.

La idea regalarle los pasajes para que vaya a visitar a sus padres a Calchin Córdoba, su idea mas soñada es que lo elija para acompañarlo, pero sabia que podia ser solo un deseo de él y que el otro no lo quiera de la misma manera, así que en ese sentido se mantenía con las expectativas bastantes bajas.

-Che Ju, necesito que cierre’ lo’ ojo’ te tengo una sorpresa.- le dijo el morocho, mientras la mirada del mayor no lo abandonaba. -Enzo, no te pases aca, te conozco a vo’.- le dijo pensando que se iban a ir a la mierda como lo había hecho tantas veces antes.

-Que desconfiado mi Ju!, cuando te haría pasar vergüenza.- le dijo el tatuado, mientras tomaba su mano y acariciaba el dorso de la misma. Julian lo miraba con los ojos brillosos, no le importaba si fuera un chocolate, la entrada al cine o alguna tontería, Eso es lo que amaba de ese muchacho, que siempre intentaba hacerlo sentir bien, que siempre intentaba incluso de darle hasta lo que no tenía para verlo sonreir, eso amaba de ese muchacho tatuado, como le enseño a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, las cuales antes con su ex no existían y todo era lo económico y el que diran los demas.

Julian cerro los ojos mientras sonreia como una tonto enamorado, por su parte el morocho sacaba dos sobres de la espalda y los dejaba en la mesa. -Ya pode’ abrir lo’ ojo’.- le dijo Enzo con una sonrisa que encima el sol iluminaba su rostro como si fuera lo más hermoso de ese mundo para el mayor.

El de rulos observó intrigados ambos sobres y vio como una de las manos de su novio acercó uno al frente de él. -Toma, va por paso’ esto.- le dijo el morocho con una sonrisa de vergüenza, ya que podía ver que los demás comensales del lugar los observaban.

Julian tomó el sobre en sus manos, estaba nervioso y se le notaba ya que temblaba un poco, cuando lo abrió vio que había un papel, al sacarlo se podia leer Julian, quedó mirando al más joven que se estaba poniendo colorado y bajo la mirada. Abrió y era claramente una carta

QUERIDO JULIÁN
Bueno amor, primero me tomé el trabajo de hacerlo en un celular, para no tener faltas de ortografía, ya que quería que sea una carta perfecta.
Soy medio tonto y timido para hablar con la persona que me gusta, pero si la persona esa no solo me gusta, sino que tiene todo mi mundo patas para arriba, me pongo mucho mas nervioso y todas las palabras que pueda llegar a pensar quedan atoradas en mi boca. Sos mi sol en la noche más oscura y más fría, sos mi sonrisa cuando todo está saliendo mal, sos mi apoyo cuando siento ganas de mandar todo a la mierda y volver a ser el Enzo de antes. Sos la persona que siempre soñé con conocer, para vivir mi vida a su lado, para invitar a la plaza, para abrazar cuando me sienta angustiado, sos el aliento que me falta cuando siento como la vida me caga a trompadas y me quedo en el suelo. Sos todo lo que jamás pensé que me merecía en la vida.
Por eso es este regalo, por estos meses que me venis acompañado, por estos meses que me regalas tu sonrisa cada día, por estos meses que me regalas tus besos y caricias, por estos meses en que caí enamorado de vos Julian.
CON AMOR ENZO.

Enzo miraba a Julian, veía como miraba atento a la carta y no podía fingir que estaba completamente asustado y nervioso, era mucho lo que puso o tal vez muy poco y no demostraba todos sus sentimientos por el muchacho de rulos, pero verlo con los ojos lloroso y como se limpiaba las lágrimas cuando sostuvo la hoja de papel sobre su pecho, con los orbes marrones cerrados, mientras intentaba calmarse.

Julian se limpió las lágrimas y se acercó a su novio que permanecía sentado, nervioso con sus manos aferradas a la mesa. -Enzo, no pode’ ser tan tierno amor.- le dijo mientras se rompió a llorar sobre su hombro, el morocho pudo respirar tranquilo después de un largo día, en el que los nervios por esa sorpresa los estaban matando, pero todavía faltaba la otra parte, el otro sobre contenía otra sorpresa mucho más agradable.

Leo miraba la escena desde la caja, donde acomodaba el dinero con una sonrisa, sabía lo que había vivido ese chico ese último tiempo y claramente esa sorpresa era demasiado hermosa para verlo llorar y abrazar a ese muchacho de esa manera. Ya que lo conocía a Julian y las veces que había ido a ese lugar con su ex, jamas lo vio acercarse de esa manera, al contrario el otro era muy distante y frío, comparado con el de rulos que era muy cariñoso y demostrativo, pero esa relación lo volvio el chico que era ahora, le costaba demostrar el cariño ya que temía no recibir la misma respuesta de la otra persona o recibir una negativa.

-Te gusta entonces? .- dijo el morocho que acariciaba el pómulo de su novio mientras uno de sus dedos se frotaba sobre una porción de su cuello. -Me gusta Enzo?, me encanto, es hermosa la carta, es perfecta como lo so’ vo’ amor, yo… yo se que no soy muy demostrativo y a vece’ parezco medio amargo, pero quiero que sepa’ que te amo, que so’ a quien siempre soñe, so’ el hombre que moriría por presentar a mi familia como mi novio, el que me presentó a su familia sin pensarlo y me hicieron sentir como un integrante más cuando yo estaba destruido, por lo que pasó y por no tener cerca a mi familia, nunca voy a conseguir agradecerte todo lo que hiciste por mí.- le dijo el de rulos mientras acercaba su silla a la de su novio y lo besaba, con las lágrimas cayendo ahora por el rostro de ambos.

-Bueno y esta es la sorpresa dos.- dijo el morocho acercandole el último sobre que había en la mesa, donde los platos casi limpios descansaban, donde los vasos con restos de sus bebidas estaban quietos. Julian se sentia un tonto de tanto llorar, pero no podia con semejante cartita que se mando el morocho, lo dejo recontra sensible que le haya dicho semejantes palabras, cuando a el le costaba tanto.

Julian tomó el otro sobre y lo abrió, pero antes respiro hondo, cuando vio el contenido cayeron dos papeles pequeños a la mesa, dejó el sobre a un lado y tomo los más pequeños, cuando lo vio y los voltear vio que eran dos ticket de micro, su corazón se acelera cada momento mas, no podía ser cierto, sentía sus manos temblar como si su mayor sueño se hiciera realidad, al leer lo que decía se tapó la cara con una de sus manos y se rompió a llorar de nuevo.

-Enzo, no podes ser tan perfecto, no puedo ni… ni siquiera.- Y sus palabras se quedaron en la garganta ya que le ganó el llanto nuevamente. Eran dos boletos en micro para ir a córdoba, iba a poder ver a sus padres, sabiendo lo difícil que se le hacía costearlo, el morocho, le regala pasajes para que pueda ir a ver a sus padres, ya que sabía que hace más de un año no los había visto.

Enzo se acercó para abrazarlo, el mayor escondió su rostro en el hombro del otro, mientras seguía llorando como un niño, tenía esos dos tickets en su mano como si fuera la vida misma lo que sostenía. Luego de un rato, en el que Leo les tuvo que acercar un poco de agua, ya que sino iba a terminar mal el asunto. -Como… como hiciste Enzo, esto es carisimo.- le dijo el de rulos, mirando a su novio, tomando su mano y disfrutando de la diferencia de tamaño que tenían.

-Es tu regalo de Navidad, te dije que iba a ser especial Ju, solo tene’ que avisar dos semanas antes de viajar y listo.- le dijo el morocho, como si nada, eran dos pasajes libres, era mucha plata. -Dejame… dejame pagar algo de esto Enzo, no podes ponerte en esos gastos, ayudas a tu familia, pagas todo lo tuyo y encima me das este regalo, déjame darte algo.- le dijo el mayor intentando buscar torpemente su billetera, ya que estaba en el locker guardada.

-No estas loco, es un regalo Juli, ni se te ocurra o me re enojo.- le dijo el morocho con cara de enojado. -Es solo que ni siquiera pensé que alguien podía hacer tanto por mi como vo’, no pensé que existiera alguien que me quisiera de la manera que lo hace’ vo.- le dijo el de rulo, mientras se acercaba al menor y le daba un besos en sus labios nuevamente, con unas de sus manos se aferraron al corto pelo del morocho.

Cuando el beso se rompió por la necesidad de aire de ambos, Enzo se paró de la silla ya que debía seguir con su trabajo. -Ju una última cosita.- le dijo el más joven a su novio que ya estaba limpiándose las lágrimas de nuevo y volviendo a su puesto de trabajo. -Me gustaria ser yo quien te acompañe a ver a tus papa, obvio si vo’ quere’, si no lo entiendo y no pasa nada.- dijo el morocho rascándose el pelo, mientras lo miraba con timidez y como si supiera que la respuesta hacia esa oferta iba a ser un gran no.

Julian sonrió al escuchar eso, la verdad que le encantaba la idea de que vayan juntos a ver a sus padres, el de rulos les había contado todo lo que paso con su ex y como iban las cosas con el morocho, como lo hacía sentir y lo bueno que era, por lo que estaban al tanto de esa relacion, asi que sentia y queria que ese hermoso morocho lo acompañe en ese viaje de vacaciones a ver a sus padres, a conocer a su familia y convivir aunque sea unos días con ellos.

Se acercó y lo beso, mientras le susurraba un si en los labios de tatuado, este se le cristalizaron los ojos y algunas lágrimas cayeron por ahí, sentía que su corazón saltaba de la felicidad de ese momento, era un gran regalo final, luego de todo el esfuerzo que tuvo que hacer para comprar esos boletos y para juntar la plata para el viaje, porque el era Enzo Fernandez y las esperanzas era lo último que perdia, asi que se aferró a un sueño que tuvo en el que Julian le decía que lo acompañe y por eso juntar dinero, ademas que por suerte sus padres habían terminado de pagar la casa, por lo que la economía familiar estaba mejorando y mucho.

Julian volvió a su lugar de trabajo, mientras era mirado por Leo que tenía una sonrisa, se acercó a él. -Felicidades Juli te lo tene’ merecido.- le dijo el mayor, mientras la cara de orto de Giuliano no le indicaba lo mismo, pero que le importaba, iba a ir a ver a sus papás con su novio de vacaciones, no podía haber un momento más mágico y magnífico que ese.

-O sea que le vamo’ a caer de sorpresa Juli.- le dijo el morocho mientras agarraba unas gomitas de la bolsa que había comprado para el viaje. -Si me gusta la idea, se que ellos no podían venir y quería sorprenderlos, o deci’ que no le’ va a gustar?.- le dijo Julian que ahora se empezaba a replantear su plan maestro y si quería decirle ya era bastante tarde, porque estaba en ese micro con el morocho hace unas 8 horas, le faltaba muy poco para el viaje, que lo peor una vez llegados a la estación de micros debían tomar un colectivos que andaban en ese lugar, que los llevaba al pueblito, que serían otras casi dos horas de viaje.

-No, va no se la verdad, lo único que te puedo asegurar es que estoy re cagado de conocer a mis suegros.- dijo el de tatuajes mientras agarraba otro puñado de gomitas y daba un vistazo por la ventana mirando el paisaje. -Primero son gente buena, va’ a ver que te van a adorar y segundo, come ma’ lento Enzo, te la’ bajaste toda’ vo’ la’ gomitas.- le dirijo dándole un codazo leve a su novio que se hizo el herido.

Julian apoyó su cabeza sobre el hombro del morocho, mientras agarraba algunas gomitas, antes que el otro se las termine de comer todas el solo, solía odiar el viaje tan largo y aburrido que tenía de Córdoba a Buenos Aires, era la primera vez que sentía que no había durado nada el mismo, la compañía de su novio había sido el principal motivo para que eso pase, la charla y anécdotas que le saco el morocho sobre su infancia, las caricias y besos robados como si fueran dos adolescente, todo ese combo que estaban perdidos en una nube donde no estaba nada más que ellos dos, había sido la culpable de que ese viaje sea tan pero tan maravillosos.

Enzo estaba dormido, eran aproximadamente las 23hs, llegarian dentro de dos horas a la estación, el mayor pudo ver que los demás pasajeros estaban dormidos o mirando películas, por suerte no eran muchos ese dia, le había jurado al morocho que le iba a dar algo muy especial y pensó muchas cosas, pero unos días atrás se le ocurrió algo, que a pesar de primero negarlo luego le fue gustando la idea.

Con el morocho roncando suavecito, el mayor bajo una de sus manos, no sin antes volver a ver que nadie los esté observando y metió la mano bajo la frazada que los cubría a ambos, acarició la zona del abdomen bajo levantando la remera un poco y luego cuando encontró el movimiento perfecto, se metió debajo de los pantalones y ropa interior de su novio.

Julian jadeo al sentir esa zona que tenía un poco de vello pero recortado y más cuando su mano sintió el calor de la piel de ese miembro, cuando todo toda la longitud que se encontraba igual que su dueño dormido, este gimió entre sueños, claramente el toque había surgido un efecto en el. El mayor disfruto de escuchar ese sonido de los labios de su pareja, así que comenzó un vaivén lento, mientras repartía besos en la piel de su brazo, el morocho comenzaba a liberar jadeos involuntario de sus labios, mientras el otro disfrutaba de la sensación de ese miembro que iba creciendo de a poco en su mano, pasó su dedo gordo sobre la cabeza de ese pene, lo que hizo que el menor gima algo más sonoro lo que hizo preocupar al más joven.

Iba a sacar su mano, ya que le dio pánico que alguien los escuche, pero su mano fue detenida por una que estaba cubierta de tatuajes. -No Julito, ahora seguí.- dijo una voz grave y adormilada, volteo a ver al morocho que tenía los ojos achinados debido al sueño, pero no dejaba de mirarlo. -Quere’ jugar conmigo, ahora va’ a jugar.- le dijo el morocho que se abrió de piernas permitiendo mayor movilidad en el brazo de su pareja.

Julian se sintió con nervios, pero a la vez tan excitado que volvió al ritmo anterior, sintiendo como se iba mojando la punta de la verga del morocho , mientras este lo miraba y se mordía los labios para evitar jadear y que los pasajeros de atrás escuchen el tipo de cosas que iban haciendo ellos.

La luz de la luna daba en la cara del de tatuajes, iluminaba esos ojos marrones, cargados de lujuria y deseo que por culpa del de rulos se habían puesto de esa manera, ya que el estaba durmiendo plácidamente y no estaba buscando para nada ese encuentro, aunque ahora le parecía lo mejor del mundo y se queria matar por no haber tenido él la idea antes.

-Enzo tene’ la pija re dura amor.- jadeo el mayor mordiéndose los labios y apretando ese miembro. -Si amor re dura como cuando te cogí en mi cama, cuando terminamo’ de festejar navidad, o te olvida’ la garchada que te pegue, como mordia’ la almohada, para que no escuchen lo trolita que te pone’, como me rogaba’ para que vaya ma’ rapido ma’ fuerte, que queria’ que te acabe adentro, me lo rogaba’ Juli, papi acabame adentro y llename de leche, me decias.- dijo imitando la voz de su novio en lo último.

Julian dejó de prestar atención a los demás pasajero, porque en ese momento su otra mano ahora le estaba dando placer a él mismo, no podía aguantar, ya con tener semejante pedazo de carne en una de sus manos y la suya, se sentía en el cielo de los putos ahora el de rulos y estaba mas que seguro que iba a querer volver a ese lugar muchas veces más.

El mayor no pudo evitar mirar a su novio, luego de todo lo que le dijo y su cabeza recordaba ese encuentro, donde por primera vez se tuvo que contener para gemir así no levantar a sus suegros, mientras el otro estaba desatado cogiendolo, disfrutando la sensación de su piel, marcando en cada zona, porque si algo adoraba Enzo era dejar marcas para que todo aquel que lo vea sepa que Julian tiene un dueño que es muy, pero muy caliente.

-Si amor, que linda cogida que me diste, como entraba’ y salía como si nada, como me marcaste la cadera con tus manos, como me decias que era solo tuyo, como me decías que esa noche me iba’ a embarazar de tanta leche que me iba’ a dar.- jadeaba Julian mientras en su cabeza los recuerdos pasaban como una película en 3D

Enzo sonreia al ver el rostro rojo de Julian, mientras recordaba esa noche, mientra además no dejaba de masturbarlo a el, que apenas se estaba conteniendo, la mano de Enzo fue a los rulos de su novio, lo tomó de atrás de la cabeza y con su otra mano libre bajo lo que pudo de su pantalón liberando su miembro duro y palpitante. -Abrí la boca y comela toda trolita cordobesa.- le dijo Enzo en un susurro y vio como su novio bajaba la cabeza y se metía casi la totalidad de esa pija en sus rojos y dulces labios.

La mano libre de Enzo servía para morderla y evitar gruñir de la manera que quería, para evitar ser echados del micro y que se arme un quilombo enorme, porque el de rulos le estaba chupando la pija de la manera que solo el sabia, disfrutaba pasarle la lengua por toda la longitud de su masculinidad, disfrutaba delinear cada vena que sobresale de ese trozo de carne masculino, amaba pasar la punta de la lengua por la cabeza de la pija y luego dejar besos como si fuera lo más inocente y tierno del planeta ese chico cordobés, cuando la realidad era que es el pecado en persona.

El morocho no aguanto mas, asi que aferró su mano al pelo de su novio, y con un movimiento de cadera de penetración, se vino en la boca del mayor, mientras el solo mordia mas su mano para evitar que todos se enteraran de lo que acababa de pasar en esos asientos, mientras Julian disfrutaba recibir en su boca era maravillosa carga de liquido perlado que salía de su novio, disfrutaba el sabor algo amargo y espeso.

El tampoco aguanto mas asi que se terminó corriendo en su mano, luego de unos movimientos rápidos de paja, se vino por completo en su ropa, dejándolo todo mojado y agotado, como hacía un tiempo no estaba, jamas se imagino peteando a alguien en un micro de camino a su córdoba natal, se sentía tan desubicado como feliz de haber hecho eso.

Cuando saco su mano de los pantalones, Julian busco con su mano libre los pañuelitos, pero ese brazo fue tomado por la mano de Enzo que la llevo al frente suyo y comenzó a lamer como si fuera que estaba muriendo de sed, el liquido que habia en esa zona, como una adicción por esa leche de Julian, este apenas podía creer lo que estaba haciendo su novio, aunque solía tener salidas de ese tipo, siempre lograba sorprenderlo igual.

Mientras Enzo se relajaba, viendo que les quedaba unos 30 minutos para llegar al destino, Julian corrió al baño poniéndose la mochila al frente y dando gracias que por suerte ahí había guardado unos short y una muda de ropa interior, porque había hecho un enchastre en su ropa y no quedaba nada bien que los otros pasajeros lo vean de esa manera, incluso cuando suba al otro colectivo para ir a su pueblo y que verguenza seria que sus padres vean eso, que iban a pensar de él.

Julián camino tranquilo con la cara ya húmeda, se volvió a sentar y vio a Enzo cebando unos mates, cuando lo miro se empezó a reír y le guiño el ojo. -Mira lo bueno que soy que después de tragarme la leche te doy mate Juli.- le dijo el morocho a lo que el otro lo quedó mirando con sorpresa y lo golpeó en el brazo. -So’ un ordinario culiado, pero te queja’ y bien que te gusto.- le dijo con una pequeña sonrisa el de rulos. -Ma’ vale que me gusto, me encanta que mi novio haga esa’ cosa’ por mi, me encanta que mi novio se preocupe por mi, en fin me encanta mi novio.-, dijo el morocho acercándose y besándolo lentamente en los labios y luego pasando la lengua por ellos.

La llegada a la estación de micros de Córdoba fue tranquilo, por suerte un hombre les explico que debían caminar unas dos cuadras para tomar el colectivo que los podía llevar a Calchin, el problema era el precio, estaba algo de 5 mil pesos por persona, les parecio mucho, pero ya estaban ahi, asi que debieron respirar profundo y pagarlo, mientras se subían a los asientos, tenían para elegir tranquilos lugar, ya que no mucha gente iba a ese sitio.

La gran mayoría viajaba a Córdoba pero para ir a lugares turísticos, no muchos querían estar en un pueblo de menos de 5 mil habitantes, así que Julian recostó su cabeza sobre el hombre del menor, mientras que este entrelazos sus dedos y se quedó el de rulos mirando lo hermosas y perfectas que se veían sus manos de esa manera, el viaje había comenzado y la verdad que cada vez se ponían más ansioso, al fin iba a ver a sus padres después de algo más de un año.

El último tiempo, más con lo sucedido con su ex, los había necesitado y mucho, Enzo hizo todo lo posible para suplir esa ausencia, pero obviamente no iba a poder hacerlo ya que eran sus padres, las personas que más lo conocían en el mundo. Julian cayó dormido enseguida, mientras el morocho se dedicó a prestar atención al viaje, a pesar de no ser de esa zona, quería ver cuando lleguen al pueblo y recien ahi despertaria a su novio, para que este les diga dónde era mejor bajarse y poder ir a la casa, ya que se moría por un baño, una buena comida y una cama para poder descansar como se debe.

Enzo codeó a su novio, ya que habían pasado por el cartel que le daba la bienvenida a ese pueblo, el mayor se despertó bastante dormido, por lo que le costó ubicarse en ese momento, hasta que bebió un gran sorbo de agua y abrió los ojos, mientras se estiraba, reconoció que estaba a poco menos de 10 cuadras de su casa, se puso colorado y empezó a dar leves golpes en el brazo del morocho, este solo podía sonreír notando la felicidad de su pareja en la cara.

Cuando bajaron Enzo pudo observar el lugar, era como su barrio, pero la gran diferencia que había era el silencio, la sensación de calma y tranquilidad en ese lugar, las casas no tenían rejas, había puertas y ventanas abiertas, las bicicletas también estaban tiradas en el suelo como si nada. Julian caminaba de manera rápida recordando cada juego, cada amigo que tenía en la niñez, donde recorre esas calles que lo vieron crecer, nunca había extrañado tanto ese lugar como este último tiempo, y se lo demostraba poniéndose nervioso de solo la idea de caerle de sorpresa a sus padres.

Cuando iban caminando bajo el rayo del sol, Julian divisó a su madre que caminaba tranquila con bolsas del mercado de la esquina seguramente, a ese que él solía ir cada mañana con una listita que le armaba su madre y el dinero suficiente para que le sobre para alguna golosina, que se ganaba como premio.

Al verla el de rulo se le empezaron a lagrimear los ojos, algo más de un año, uno del que la necesito, del que necesitaba su abrazo, sus consejos, la famosa mamá está acá y nada va a pasar. No se dio cuenta en qué momento salió corriendo. -Ma!!!!.- grito el de rulo, lo que llamó la atención de la señora y las bolsa se cayeron de sus manos, ahí estaba Juli, su Juli con unos bolsos en mano y corriendo, ella también corrió al medio de la calle donde ambos se abrazaron entre lágrimas.

Enzo miraba la escena, estaba feliz y también conmovido por esa acción de madre e hijo, el no sabia que podría pasarle si su mama no estuviera como esta todos los días, a pesar de que muchas veces lo harta, él sabe que ella es su todo, es la que evitó que el se descarrilara tantas veces en la vida.

Pero también fue la primera que aceptó esa relación y que recuerda siempre esas palabras. Sos mi hijo Enzo, nada me va a hacer odiarte, si te gusta un chico jugatela, si te gusta una chica jugala, pero nada de lo que hagas en tu cuarto va a cambiar el hecho que te amo y daria todo en el mundo por vos y tus hermanos, porque son mis hijos, son lo más preciado que tengo en este mundo.

Enzo camino con sus bolsos en la mano, a donde el dúo seguía abrazado, debían dar gracias a que era un pueblo, sino ya podría escucharse los bocinazos de los autos. -Ma quiero presentarte a alguien que te hable un montón, el es Enzo.- le dijo el de rulo que se secaba las lágrimas y se corría para que su madre pudiera ver al morocho. -Así que el famoso, Enzo el chico de Pedidos Ya, que tanto me tiene loca Juli cada dia.- le dijo haciendo que ambos se pongan rojos de la vergüenza.

Julian y Enzo levantaron las bolsas que habían caído al suelo y fueron invitados a pasar a la casa del primero. -Deben estar muertos del cansancio seguro.- dijo ella mientras abría la puerta y dejaba pasar a la pareja, que estaba completamente demacrada del cansancio. Pero feliz de haber empezado este viaje juntos, ese viaje que les iba a dar demasiados recuerdos juntos y ese viaje que podía definir su relación futura para siempre. Enzo tomó la mano de su novio y siguieron a la mujer a la cocina, mientras ella gritaba llamando a su padre, el mayor sacó el agua de la heladera y le sirvió un vaso a su novio, luego se acercó, mientras el otro bebía ese liquido frio que tanto necesitaba en su vida ahora.

Gracias Enzo, gracias, por este regalo, gracias por ser como so’, gracias por existir y gracias por elegirme para que esté con vo’, porque no hay manera que pueda poner todo lo que siento por vo’ en palabras, pero sí puedo decir que un te amo, no es suficiente ni ahora ni el mil vidas, para describir lo que significas para mi.

Chapter 8: Capitulo 8

Summary:

Feliz domingo a todos!!! no puedo estar mas contento que traer el capitulo 8 de esta historia y con la noticia que quedan solo dos capitulo mas y finaliza la historia de Julian y Enzo!! Agradezco el apoyo que le estan brindando!!! Asi que los dejo para que lo disfruten!

Chapter Text

El sonido de los pájaros y el sol golpeando en su rostro fue lo que hizo que se despertara, cuando abrió sus orbes, el morocho pudo observa en su pecho descansando al mayor tan tranquilo que podía quedarse todo el dia mirandolo, sonrió con la imagen que le regalaba el inicio de ese dia, estaba embobado mirando cómo dormía con sus labios un poco abierto, aferrado con su mano a su abdomen mientras su cabeza descansaba en su pecho que estaba cubierto de tatuajes.

Subió su mano por la espalda desnuda no solo de ropa sino de tinta y disfruto la sensación de la piel que estaba algo más fría que la suya y mucho más suave y que es prácticamente adictiva.

Volteo su cabeza para ver el reloj de la mesita que había, podía ver que era viejo, seguramente de la época de la secundaria de su novio, aún se sorprendida por cómo sus padres mantenían esa habitación como si fuera del comienzo del 2010, donde seguro Julian pasaba gran rato de su vida ahí, en esa cama, donde ellos compartían ahora.

Enzo tomó con su mano libre su teléfono celular, abrió con cuidado la aplicación de la cámara, y puso la cámara delantera, cuando por la pantalla pudo ver la imagen completa de su novio recostado sobre su pecho, durmiendo con una tranquilidad que lo hacía mucho más hermoso de lo que es normalmente. Tomó varias fotos, intentando poder guardar la mayor cantidad de recuerdo de ese primer viaje que tenía con Julian.

El mayor se empezó a mover como si fuera un gato, al que están molestando para que se despierte, lo vio abrir esas hermosas pestañas, disfrutando del color marrón de sus ojos, ese que disfrutaba cada día desde que se conocieron, ese color que había disfrutado mirar fijo mientras le hacía el amor tanta veces que la verdad había perdido la cuenta hace mucho tiempo, solo se aseguraba poder volver a estar con él, estar a su lado, disfrutar de su compañía y de todo lo que significa Julian Alvarez, su novio.

-Qué hora… ¿Qué hora es?.- dijo un Julian mientras se frotaba los ojos. -Son como la’ 9 de la mañana Ju.- le dijo Enzo que tenía todavía la vista en su novio. -Se puede saber a que le sacaba’ foto’?.- le dijo el mayor que ahora levanto la mirada y lo fulmino con ella , mientras por su parte dejaba besos en el pecho de su novio,muy cerca del pezón y pasaba esa pecaminosa lengua por al lado, disfrutando la temperatura caliente de la piel de ese morocho que tenia ahi.

-Ju, no juguemo’ con fuego.- le dijo el morocho intentando contenerse, pero aun sabiendo que su miembro se está despertando por los atrevidos besos que estaba recibiendo de su pareja. La verdad que tenía todas las ganas del mundo de garcharse a su culon, pero le daba un poco de cosas, ya que sus padres dormían cerca de la habitación.

-No te gusta que te bese así.- le dijo el mayor ahora con un beboteo sexy en su tono de voz, de ese que usaba cuando quería que Enzo lo haga mierda. -No Juli no me hable’ así que ya se me levantó el ganso.- le dijo el menor mientras bajaba la mano que estaba en la espalda de su novio y acariciaba las nalgas por encima de la ropa interior.

La mano que se aferraba al abdomen de Enzo, comenzó un viaje tortuoso y necesitaba por la piel de su novio hasta llegar bajo las sábanas que cubrían ambos cuerpos, ante los ojos del morocho esa mano se perdió, pero pudo sentirla enseguida. -Mira como esta’ Enzi enserio no quere’ que te ayude.- le dijo el mayor mientras le movía las pestañas y dejaba castos besos en los tatuajes del pecho.

Enzo liberó el jadeo que escapó de sus labios debido al toque de la mano del mayor sobre su erección, que estaba cubierta por su ropa interior. -Ju si empeza’ no hay vuelta atra’.- le dijo el morocho jadeando y mordiendo sus labios, debido que mientras hablaba, la mano del otro acariciaba su erección pero bajo la ropa interior, disfrutando la sensaciones de esa zona, lo caliente y dura que estaba ese miembro en su mano. -Enzo, que dura la tene’ ya amor todo por mi, por mi culo que estás tocando ahora.- le dijo el mayor mientras salía de la posición que estaba y su mano abandonó la erección de su pareja.

Se arrodillo en la cama y se subió sobre el morocho, disfrutando la vista de ese rostro que parecía tallado por los ángeles para él, la ceja cortada, los labios rosado tan dulces y perfectos, esos ojos marrones que lo podían intimidar pero a la vez darle la mayor seguridad de la vida, en sí todo lo que se refería a Enzo Fernandez era perfecto para el mayor.

Puso sus rodillas a los costados de sus piernas quedando sus nalgas sobre la erección de su novio, ya que para ese momento la sábana que cubría su cuerpo estaba en el suelo de la habitación. Julian podía ver por la ventana el sol que estaba alto y el patio de su casa vacío, si hay algo que conoce de sus padres es dos cosas, uno que cuando duermen es muy difícil despertarlos y dos que suelen despertarse tarde cuando están de vacaciones, así que iba a disfrutar ver a su novio nervioso porque los agarren, pero se iba a asegurar de cogerse a ese turro como se debe, de ordeñarlo de la manera que más le gusta.

-Ahora te toca a vo’ hacerme caso.- dijo Julian mientras sus manos viajaban por el amplio pecho de su pareja, mientras que las manos de este estaba aferradas a la cintura de el mayor. -Como te gusta tenerme así agarrado, tanto morbo te da mi cintura.- le dijo el mayor con una sonrisa pícara y sexy, mientras el morocho solo se relamía los labios y disfrutaba la hermosa imagen del pecho blanco de su novio, de ese abdomen perfecto que se había dedicado a besar tantas veces que era una adicto ya.

Los movimiento de la cadera de Julian comenzaron a hacer efecto en Enzo, estaba aferrado cada vez más a la zona, mirándolo con ganas de comérselo allí mismo, sintiendo como su verga se iba poniendo cada vez más dura, mientras disfrutaba de cómo el otro se mordía los labios y lo miraba fijo, asegurándose que sepa que cada cosa que está haciendo en esos momentos es solo para el.

-Te gusta Enzi, me parece que sí, porque siento como se te esta parando.- dijo Julian que se mueve para atrás con sus caderas, haciéndolo sentir la erección de su novio que estaba cubierta por esa tela tan molesta y asficciante. -Si bebe me encanta, no sabe’ la’ gana’ de hacerte mierda como en navidad, vo’ mordiendo la almohada mientras te rellenaba el rosquete.- le dijo el morocho que ahora se sentía mejor y se dedicó a besar el cuello blanco de su pareja, dejando chupones en esa piel blanca.

-Enzi, papi no pode’ tener la pija tan dura, pensar que me la como toda, que me llena tan bien que me hice adicto a tenerla dentro, a que me llene de leche mientra’ me hace’ mierda en cualquier lugar papi.- Y ahí estaba Enzo tratando de tener algo de control de su instinto más salvaje en esos momentos mientras su novio le decía papi y le refregaba ese semejante orto que tenía sobre la verga de el. Si hubieran estado solos, hace rato que el mayor estaria tirado sobre la cama y él tendría su cara lamiendo la entrada para dejarlo bien preparado para todo lo que quiera hacerle, pero se estaba tomando su tiempo, ya que no sabia cual seria el limite de su novio, pero le encantaría que no lo hubiera y poder hacerle de todo en esa cama, que olía a Julia en cada punto de ella.

Las manos de Enzo abandonaron esa zona que tanto le fascinaba de su novio y se aferraron a los cachetes del culo de este, cuando llegó al medio donde estaba la raya, clavó dos dedos haciendo un agujero a la ropa interior, mientras sonreía ante lo que hacía y el otro solo podía jadear ante la sorpresa de la acción. -Ahora le toca a papi.- dijo Enzo mientras abria mas el agujero de la ropa y una de las manos de Julian que estaba aferradas al pecho de su novio, viajo a donde se unian sus cuerpo piel con piel y levantó su cuerpo un poco lo suficiente para poder liberar la pija dura, venosa y húmeda del morocho.
-Ahora si Enzi.- dijo Julian en un jadeo al sentir el miembro como hacia fricción con sus nalgas, el morocho llevó una mano cerca de la cara de Julian y le guiño el ojo, el otro entendió enseguida lo que buscaba y escupe en ella, mientras el otro llevaba dicha extremidad a su miembro y lo lubricaba con la saliva de su pareja.

Enzo lo miro por si el otro quería que se detenga, ya que al no tener a mano el lubricante, sabía que le podía causar dolor o lastimarlo, pero Julian estaba igual o mas caliente que el, por lo que le regaló una sonrisa y tomó con una de sus manos esa verga que ya estaba algo húmeda y la llevó a su entrada, se levantó un poco para más comodidad y de a poco fue dejando entrar ese miembro en él, se mordía el labio y la mano que estaba en el pecho de su novio, se clavó sobre la piel de este, sus ojos cerrado, intentando que el momento de dolor fuera lo más pasajero posible y poder pasar al momento del gozo y el disfrute que tenía con el morocho.

Enzo miraba perdido ese rostros que estaba iluminado por la luz del sol, una de sus manos viajó a la erección del mayor e ingresó debajo de la ropa de este, para disfrutar de masturbarlo como a este le gustaba, sentir como era deseado por su novio de la misma manera que él lo deseaba. -Ya esta Ju, la tene’ toda adentro, ya esta’ llenito de mi.- le dijo el menor de manera tierna, mientras que su otra mano estaba en su rostro y su dedo pulgar acariciaba su labio inferior e ingresaba a la boca, disfrutando ahora de ambos y como este lo chupaba como si ya no estuviera dándolo todo, soportando su miembro sin la preparación adecuada.

Julian sintió como el dolor iba desapareciendo gracias a la mano que apretaba su verga y al dedo del morocho que a su vez jugaba con su boca, así que empezó a moverse en círculos, haciendo que el morocho comience a jadear por esos movimientos que eran los primeros. -Si jadea asi Enzi, me senti’ como te aprieto toda la verga, te gusta como me muevo para vo’.- le dijo el mayor mientras sacaba ese dedo de sus labios, lo miraba con lujuria y ahora le pasaba la lengua de la manera más pornográfica que podía el mayor.

Enzo con la mano que estaba en la cintura de su novio, lo empezó a hacer subir y bajar de a poco, para que no se lastime, pero para el mayor era sinónimo que debía empezar a cabalgar a su hombre de esa manera tan salvaje que le gustaba.

-Juli, Enzo arriba compramos facturas para desayunar.- gritó su madre desde el otro lado de la puerta, haciendo que Enzo abra sus ojos y sus brazos recibiendo a un Julian que se esconde en su pecho, como si la madre de éste fuera a ingresar a la habitación. -Julian Alvarez espero que no estés haciendo cosas indebidas en esa cama, porque te juro que volvés a Buenos Aires a patadas en el orto y encima compras un colchón nuevo.- le gritó la madre mientras volvía a golpear la puerta de su hijo varias veces. -Ya voy ma, ya bajamos.- dijo el mayor mientras miraba a su novio, que estaba blanco en esos momentos debido al cagaso que se había pegado.

Enzo fue el primero en bajar al comedor y se dirigió a la cocina, donde tenían la puerta del patio trasero. -Enzo venite que estamos acá.- gritó el padre de Julian mientras lo llamaba con la mano, este aun se sentía con vergüenza, a pesar que no los vio, se sentía como si lo hubiera hecho, le costaba mirar a ese matrimonio tan amable y cariñoso con ellos, esas dos personas que lo habían recibido como si lo conocieran de toda la vida y le brindaron la confianza ciega, para que el someta al mayor en su cama, o mejor dicho el mayor lo someta a él, porque el que se había levantado más caliente que una pava había sido su pareja, pensó en morocho.

Julian bajo a continuación, su cara de pocos amigos era muy visible, cuando llegó al amplio patio, pudo ver a su madre cebando el mate, mientras su padre abría las facturas y Enzo estaba sentado con un churro en la mano y la mitad del mismo ya no existía, el mayor se acercó al morocho y sin decirle nada se lo robo el alimento y se sentó a su lado a comerselo.

-Se ve que no viste la bolsa que hay ahí en la mesa.- dijo Enzo mirándolo a lo que el otro le movió el hombro en señal que no le importaba. -Julián Alvarez, esa no es forma de contestar.- le dijo su mama a lo que el otro volteo rápido a verla, pero tuvo que cerrar los ojos ya que le dio el sol directo en ellos. -Ma es un chiste.- le dijo el mayor mientras Enzo solo podía girar la cabeza en ambos sentidos viendo como ahora su novio le contestaba a su mama. -Que chiste ni nada, cómo se nota que te dejaron con las ganas.- le dijo la señora mientras le pasaba el mate a su esposo y Julian se ahogaba con el churro que estaba disfrutando, por su parte el morocho solo bajó la cabeza con una sonrisa rogando que caiga algo del cielo que lo haga poder escapar de ahí en esos momentos.

Luego de un rato a Julian se le bajaron los humos y empezó a charlar con sus padres mientras que Enzo miraba de reojo la pileta que había, no era grande, pero estaba seguro que sería genial tirarse un rato y escuchar música con un fernet en mano en ese lugar. -Se perdió algo culiado?.- le dijo Julian mientras lo miraba serio. -No pasa nada Ju.- le dijo el mayor agarrando otra factura y sonriendo, en sus 23 años que tenía jamas habia ido ni al mar, ni en una pileta los días de calor se refrescaba de chico con una manguero o una ducha, pero sus padres no podían permitirse ese gasto, cuando había cosas más importantes, por eso le había prometido a su hermana que le iba a comprar una para que pueda nadar en el verano.

La madre de Julian se dio cuenta de la mirada llena de brillo del morocho, le apoyó su mano en el brazo. -Quieren llenar la pileta, así la disfrutan, nosotros no la llenamos porque estamos solos, pero ahora que están la pueden disfrutar.- dijo ella hablando con su hijo, pero mirando al novio de él. A Enzo se le escapó un me encantaría sin pensarlo, por lo que levantó la cabeza y miró a su novio. -Agarraste confianza rápido culiado.- dijo Julian con una sonrisa y acercándose a su novio a darle un beso en la mejilla.

Cuando el desayuno termino, el mayor subio a la habitacion sin decirle nada a su novio, Enzo penso que se habia molestado por no haberle consultado a el sobre lo de la pileta, que quedo como un metido, cuando iba subir al piso que le sigue, vio a su novio que bajaba con un traje de baño de color azul que le quedaba bastante apretado a sus piernas, pero que hacia resaltar ese cuerpazo que tenia.

-Te traje compre este gordo.- le dijo el mayor acercandole el traje de baño que era de River. -Gracias.- pudo decir Enzo que lo miraba con los ojos cristalizados y emocionado. -Se bien que nunca tuviste ni te metiste a una pileta, así que me acordé que la teníamos en casa y te quería regalar algo para vos, se que eso no es nada comparado con lo que vos me diste.- dice el mayor mientras abrazaba a su novio.

-Ju si el regalo viene de vo’ para mi es ma’ que perfecto, es todo lo que quiero siempre.- le dijo el morocho mientras pasaba una de sus manos por la espalda baja y el otro ponía sus manos en el pecho del menor que estaba con una remera. -Porque no me regalas un Enzo haciendo un Fernet en cuero y con música.- le dijo el mayor mientras se reía por la boludes que dijo y el otro se acercó al rostro de su novio y cuando sus bocas estuvieron así de cercas, donde parecía que las narices iban a chocar, donde podían sentir la respiración del otro, el morocho saco la lengua para lamer los labios de su pareja.

Julián camino a la cocina y vio a su madre mirando a la heladera concentrada, estaba seguro que no lo noto ingresar. -Estas re enamorado de ese chico Ju.- le dijo ella, a lo que el volteo rápido y la vio en la misma posición, creyó que había sido su imaginación o una locura de él, pero después la señora cerró el electrodoméstico con cuidado y apoyo la espalda sobre ese y miro a su hijo. -Y él también está hasta las manos con vos.- le dijo sonriendo, viendo como ahora él le regalaba una sonrisa, no era las que tenía las veces que lo vio con su ex para nada, esa sonrisa era auténtica y genuina, de aquellas que solo aparecen cuando el corazón rebosa de alegría y la vida te está regalando la felicidad que tanto te mereces, después de haber pasado esos momentos mas horribles y que casi te dejan tirado en el suelo.

Julian se aclaró la garganta, sabía que debía hablar, era la primera vez que lo iban a charlar personalmente. -Enzo me salvó, Enzo me mantuvo con vida, cuando sentía que todo se me iba de la’ mano’, cuando la estaba pasando horrible, pero fingía que todo estaba bien, cuando me obligue a creer que eso que vivía estaba bien. Yo jama’ pensé que me merecía a alguien como él, a ese morocho que está en mi cuarto ahora cambiándose, a alguien que simplemente me diga sin vergüenza que me ama, que me quiere a su lado y que me presente a su familia, capaz que me decis que es muy rápido, que no lo estoy pensando bien pero para mi Enzo ahora también es mi familia.- le dijo el mayor que se secaba una lágrima que caía por su ojo, mientras su madre se acercaba emocionada a el.

-Me duele hijo no haber estado, no haber podido viajar esa vez que ese hijo de puta te hizo lo que te hizo, me duele saber tantas cosas que tuviste que pasar, que no es justo amor, no es justo que las hayas tenido que pasar, para descubrir que te mereces el amor de alguien, yo y tu papá estamos muy orgulloso de vos, pero mas orgulloso de que hayas podido dar vuelta la página y que hayas encontrado a alguien es un regalo que te mando la vida o quien sea, pero quiero que sepas que si para vos Enzo es parte de tu familia, el siempre va a tener un lugar en nuestra mesa, siempre va a tener un lugar en nuestro sillón, él siempre va a ser bienvenido aca.- le dijo su madre mientras se volvía a abrazar, ambos emocionados, ese momento que tanto necesitaban ambos, ese momento donde esa cocina, donde Julian pasaba con su mama gran parte de su infancia era la testigo de las palabras de ellos y mas que nada de como el mayor amaba al más joven.

La presencia de Enzo alertó a los dos individuos. -Paso algo? .- dijo el morocho al ver a ambos que estaban emocionados, Julian solo atinó a acercarse a su novio y abrazarlo. -No pasa nada Enzo, no pasa nada, solo hablábamos.- le dijo en un tono tan suave y tranquilo que el más joven lo dejó tranquilo. -Como me queda.- dijo el menor que se alejó unos pasos y le modelo el traje de baño. Julian miraba que se equivocó de talla, porque claramente le quedaba ajustado en todos lados, principalmente en la parte delantera, donde podía notar el bulto, las piernas ajustadas y el hermoso culo que tenía el morocho.

Julian se acercó sonriendo. -Enzo, alto culon so’.- le dijo mientras le dejaba besos en el pecho cubierto de tatuajes. -Bueno los tortolitos pueden parar un poco, porque lo único que falta que ahora quieran usar la mesa de la cocina para sus cosas.- les dijo la madre de Julian, mientras ellos se separaron rápido - Perdón doña.- dijo Enzo mientras se rascaba la parte de atrás de la cabeza y veía como su novio salía por la puerta que lo llevaba al patio, pudo ver por la ventana que ya estaba la manguera ahí llenándola, y había una mesa cerca con un bafle para escuchar música.

-Gracias por cuidarlo Enzo, gracias por haber estado ahí para él, gracias enserio.- le dijo la madre de Julian al morocho que estaba mirando perdidamente a su pareja que acomodaba todo, el morocho volteo a donde estaba la señora. -Gracia’ a usted por recibirme tan bien y gracia’ a usted por haber criado a una persona como Julián.- le dijo mientras ambos se miraban y sonreían.

Enzo y Julian estaban recostados en el pasto tomando sol, la pileta ya estaba llena y la musica alegraba su estadia, tenian una conservadora con bebidas y llena de hielo, el menor cada tanto abria los ojos y miraba el cielo y luego a su novio, apenas podia creer que estaba asi con el, si miraba al pasado, siempre creyo que lo suyo con Julian solo seria sexo que el no lo iba a querer para nada mas y listo, a pesar que lo habia aceptado porque le calentaba ese chico, despues las cosas se pusieron mas dificiles, cuando empezo a sentir cosas por el, sabiendo que estaba en pareja, se dedico a ser el amante, disfrutando cada encuentro como si pudiera ser el ultimo, disfrutando cada beso, cada caricia, cada gemido y ruego, guardandolo en su cabeza por si un dia el mayor desidia mandarlo a la mierda.

-Pasa algo que me miras tanto.- dijo Julian que abrió los ojos, no era tonto sentía la mirada de su novio en el hace rato. -Que no puedo mirarte Ju.- le dijo este riendo, mientras se sentaba sobre la toalla que tenía para que su piel no quede pegada directo al césped del patio. -Si obvio que podes, solo que te noto muy atento a mi.- le dijo el mayor que procedió a sentarse también para mirarlo. -Es que… Juli siento que esto es demasiado perfecto, todo es hermoso demasiado, como si estuviera soñando Ju y tengo miedo a despertar y ver que era todo mentira y yo sigo con mi misma vida y no estas conmigo, no te tengo siquiera cerca.- las palabras del morocho salieron como si fuera algo que lo estaba inquietando hace mucho, como si inclusive le dolieran.

Julian gateó hasta quedar sentado al lado de Enzo, lo tomó de la mano y le besó el omoplato. -Escuchame, a para mi también esto a vece’ se siente irreal o un sueño, pero estoy aprendiendo a aceptar que me merezco la felicidad, que me merezco estar con una persona tan maravillosa como vo’ gordo, que agradezco cada dia ese pedido que hice hace casi 6 mese’, a que todo lo cambiaste, pero para mejor, a que principalmente me salvaste y fuiste mi pilar en mi peor momento. Nos merecemo’ disfrutar esta relación Enzo, no’ merecemos disfrutar de estar enamorados. Porque una persona como vo’ no se encuentra siempre gordo.- le dijo el mayor para besar el cuello, más precisamente donde tenía dos pájaros, dejó varios besos ahí, mientras el otro pasaba su mano rodeando la espalda y aferrándose a la cintura del mayor.

La tarde pasó entre risas y música, viendo el sol esconderse, el atardecer en ese hermoso pueblo, del que Enzo sentía que se podía acostumbrar rápido a la paz que le generaba ese lugar. A la noche el padre de Julian iba a hacer un asado, el cual le había prometido mucho a su hijo que apenas volviera al pueblo le quería hacer uno, para felicitarlo por lo bien que le estaba yendo en la universidad y obviamente para festejar la unión del morocho a la familia Álvarez.

Lamentablemente no todo puede ser para siempre, Julian y Enzo estaban en un lago que había cerca de su pueblo, a donde muchas familias iban a pasar esas jornadas de intenso calor, la pareja estaba sentada con sus piernas en el agua, tenían con conservadora que tenía bebidas y otra que tenía distintos tipos de sandwiches y golosinas, principalmente las gomitas que era fanatico Enzo.

-Y que te pareció mi hogar.- le dijo Julian que miraba mientras a los niños correr por las piedras como si fueran expertos, a otros que jugaban en las aguas no profundas del lugar, a las familias que compartían mates y cualquier alimentos. -Me encanta Ju, me encanta la tranquilidad, la paz que encontré en este lugar, te juro que podría venir cada año que sería el más feliz del mundo.- le dijo el morocho mientras cebaba el mate.

Julian sonrió ante la respuesta de su pareja, una parte de él tenía algo de miedo que Enzo se aburra del lugar, ya que no hay mucho para hacer y obviamente no hay boliches ni cervecerías cerca, pero en ningún momento lo necesitan, no faltaron las tardes de películas en el sofá del comedor, los torneos de truco que se unían los padres del mayor, en fin Enzo sintió por primera vez que una familia que no era la suya lo apreciaba, lo quería y no lo hacía menos por su trabajo o por su apariencia física.

-Enzo.- dijo el mayor en voz baja, como si tuviera miedo de lo que iba a decir. -Esto’ dia’ viviendo junto’ fueron lo mejor del mundo, la verdad que no puedo explicarte lo feliz que me ponía al verte cada mañana dormido a mi lado, al despertarme con un beso tuyo, desayunar con vo’ hablando de cualquier cosa, pero más disfruto tu sonrisa a la mañana que se me hizo una hermosa costumbre estos días, por eso te quería preguntar si vo’ quere’ mudarte conmigo cuando lleguemo’ a Buenos Aires.- Julian respiro profundo y volteo a ver a su novio que se quedó con el termo en la mano y sin reacción alguna ante el ofrecimiento del mayor.

Enzo dejo el termo al lado suyo y se volteo a verlo a Julian que lo miraba con cara de miedo, ya que en ningún momento había hablado de irse a vivir juntos, fue algo que al mayor le venía maquinando hacía días antes de ese viaje y la estadía en su pueblo lo hizo confirmar que quería dar el siguiente paso en su relación.

-Juli enserio me lo deci’?, enserio quere’ vivir conmigo?.- le dijo el morocho sonriendo, como si no pudiera creer que le pasara eso, sin dudarlo se tiró encima de su novio, mientras le repetía entre besos miles y millones de SI, a pesar que algunas personas los miraban a ellos no les importaba nada, ya que ese era su mundo y su mundo era chiquito pero hermoso, donde el amor era lo importante, donde el amor debe ser puro entre ellos, donde la vida les dio algo que no muchos tienen una persona a cual poder decir que estaban encantados de conocer, encantados de caminar cada nuevo recorrido que les brinde el destino.

Chapter 9: Capitulo 9 El Final

Summary:

Hola!!! ha llegado el momento de decirle adios a esta historia!!, gracias por todo el apoyo, cariño que le brindaron a esta historia, en serio se los agradezco mucho!! Asi que pueden disfrutar el final!

Chapter Text

Julian Hospital

Julian estaba a las corridas, habían avisado que estaba ingresando paciente por un incendio en un edificio de Palermo, había varios heridos entre ellos bomberos, ya que cuando estaba en pleno rescate un escape de gas dificulto todo y generó una explosion en uno de los pisos.

Intentaba estar tranquilo, intentaba concentrarse en el paciente que estaba por entrar por esa puerta, su amigo Rodrigo De Paul era el traumatólogo a cargo y estaba a su lado. -Tranquilo Juli, seguro esta bien Enzo.- dijo el mayor dándole una sonrisa a su amigo y compañero de trabajo. -Espero, solo que sabía que iba a ese incendio, porque habían pedido apoyo a otras estaciones y hace rato no se nada de él, sé que es una boludes, que de que lo conocí él estudiaba y hace años ejerce esto, pero es distinto cuando sabes que puede ser uno de los que entre por esa puerta.-

El de rulo sentía que su corazón se iba a salir del pecho, sabía que debido al incendio había varios heridos muy graves por las quemaduras y dos bomberos también lesionados por los golpes, mientras que uno lo traían por precaución debido a que había respirado demasiado humo en el rescate, pero no tenía noticias de cual era Enzo y la verdad eso lo estaba poniendo demasiado nervioso, en un momento donde debería estar calmado y con las ideas claras de que debía hacer ante la gran cantidad de heridos que iban a ingresar en unos minutos a esa institución.

La primera ambulancia llegó, él y Rodrigo se acercaron y vieron como los camilleros bajaron a un niño con parte de su brazo quemado y con requerimiento de oxígeno. -Julian te haces cargo vos? .- le dijo Rodrigo ya que era la especialidad del de rulos, la pediatría. -Si yo me hago cargo, por favor cualquier cosa avisame.- le dijo lo último sonando como una ruego, su amigo solo movió la cabeza de manera afirmativa y el con el camillero y la enfermera se llevaron al niño a la primera sala disponible para comenzar con el tratamiento.

-Hey enano como te llamas? .- Dijo Julian mientras ayudaba a conseguir una vía para ponerle suero al niño. -Me.. Me llamo Bautista y quiero a mi mamá, dónde está.- decía el niño para luego largarse a llorar. -Hey enano, tranquilo, los chicos deben estar trayendo a tu mama, mi nombre es Julian y ella es Carla, estamos acá para curarte y que estes bien y puedas volver a casa pronto.- Julian comenzó a tratar al niño, lo que le llevó una gran cantidad de tiempo debido a que la quemadura era más amplia de lo que creían al principio, desde una ventana en su sala, podía ver el ingreso de paciente en las ambulancias, no iba a mentir, respiraba con tranquilidad cuando veían que no eran bomberos, sentía que capaz se habían equivocado y ninguno salió herido.

Luego de trasladar a ese niño a que lo internen, Julian se lavó las manos y con dos guantes en su ambos de trabajo guardados en el bolsillo, volvió al mismo lugar donde empezó en la puerta para recibir ambulancias. -Muy jodido el pibe? .- le preguntó Rodrigo que estaba en la misma situación que él. -Si, todo el miembro superior derecho con quemadura de segundo grado, ya lo están internando y le esta pasando morfina, por suerte su mamá no tuvo ningún lastimadura, así que lo está cuidando, pobre chico lo que va a sufrir hasta que se cure.- dijo el de rulos con tristeza en su voz.

-Dale te necesito arriba que todavía quedan dos ambulancias mas, lo único que sé que a uno de los bomberos se lo llevaron a otro hospital más cercano, porque tuvo traumatismo de cráneo y antes que me lo pregunte no es Enzo, se que es otro que se llama Jao o algo asi, un portugues.- le dijo Rodrigo mirandolo. Julian iba a decir algo pero al ver que otra ambulancia hacia su ingreso se guardó las palabras y se dedicó a hacer por lo que había venido a Buenos Aires y es salvar gente, en este caso se dedico a ayudar a Rodrigo ya que era un hombre de 45 años que se había roto la cadera y un pierna cuando cayó de las escaleras al escapar del fuego. -Me duele demasiado, por favor denme algo.- rogó el hombre con sus ojos cubiertos de lágrimas, tomando el brazo de Rodrigo. -Señor ahora le vamos a dar un calmante, así no siente dolor y le vamos a dar un relajante para que esté más tranquilo. - Le dijo mientras la enfermera le administraba dichos medicamentos.

El señor se tranquilizó casi enseguida, lo que permitió a los médicos trabajar. -Necesita rayos de cadera, pierna, pie y tobillo, quiero descartar más fracturas, por las dudas agreguen rayos de cabeza, por si hubo golpe y el señor no lo recuerda, Juli lo podes acompañar con los camilleros, mientras espero la última ambulancia?. -El de rulos se lo quedó mirando, la verdad no quería para nada, quería saber si esa última ambulancia traía a su novio, pero no podía hacerle eso a su amigo. -Si tranqui yo lo llevo con los chicos y lo llevó a que lo internen directamente.-

Mientras el señor estaba en rayos, Julian sacó su teléfono y noto que no tenian ningun mensaje de Enzo, esto ya lo estaba poniendo más nervioso, no sabía nada de su novio, solo rogaba que le mande un mensaje en algun momento asi estaba mas tranquilo, para colmo todo había pasado tan rápido que le quedaba algo de 1 hora de turno, ya que eran las 5 de la mañana, había estado corriendo de acá para allá durante cuatro horas, en las que no había dejado de ver tanto los paciente del incendio, como además los que llegaban a la guardia por otros motivos que eran ajenos a este. Su cuerpo le empezaba a pasar factura del cansancio y de ni siquiera haber comido.

Cuando termino de internar al señor, Julian bajaba por el ascensor, mirando los carteles que había pegado en el, al abrirse la enorme caja de metal que lo dejaba en la guardia pudo ver a una persona con ropa de bomberos que estaba ingresando, parte de su ropa se notaba quemada. Su miedo, su mayor miedo estaba ahí delante de sus ojos, Enzo lastimado, la puta madre Enzo, su Enzo lastimado, no podía casi respirar, no podía creer que su mayor miedo en la vida podía estar pasando. Cuando se iba a poner los guantes para ayudar al médico, sintió una mano en su hombro. -Señor estoy ocupado por favor tome asiento y…-

Enzo en el incendio

El incendio había comenzado hace algo de dos horas, había controlado bastante la situación, pero la empresa de gas no les hizo caso y dejó el servicio abierto, por lo que generó una gran explosion, Enzo estaba en uno de los primeros piso, pasando puerta por puerta de los departamento cubiertos de un humo denso y que dificulta la visión, buscaba gente herida, buscaba sobrevivientes.

Intentaba prestar atención a cada rincón o lugar donde alguien se pudiera esconder, ya que se había avisado que necesitaban más unidades de apoyo, ya que no era posible solo con ellos y las que vinieron en primer lugar, el gran incendio se dio en el último piso, pero por haber dejado el gas abierto cuando no se debía los dos pisos de abajo habían sido consumidos por las llamas. Solo sabía que era un edificio residencial donde vivían muchas personas adultos y familias con niños, asi que debia asegurarse que nadie haya quedado atrás, ya que sus compañeros estaban haciendo todo lo posible por apagarlo, pero debido a que en ese departamento había una gran cantidad de combustible el fuego había tomado mucho más rápido, había sido mucho más voraz de los que había estado antes.

Durante una de las inspecciones encontró a dos niños que estaban llorando bajo la cama, el ruido de ese llanto fue lo que lo alertó de la presencia de personas en ese lugar. -Mi nombre es Enzo soy bombero, salgan asi salimos de acá.- grito el morocho que no recibía una respuesta, solo escuchaba cada vez más fuerte ese llanto. Decidió ir a los cuarto y ahí encontró una mujer tendida en el suelo y escuchaba como el llanto era mucho más fuerte y preciso en el lugar, se agacho y pudo ver a dos niños tomados de las manos. -Salgan, salgan que nos vamos.- dijo el morocho que ayudó a los niños a salir. -Se van a poner una remera en el rostro para que no respiren tanto humo, me entendieron.- le dijo a los niños, cuando fue a donde estaba la mujer, estaba sin pulso y no respiraba, solo tomo su radio. -Soy Enzo, 314 soy Enzo, necesito personal para sacar a femenina de 50 años que no tiene pulso y no respira, tengo a demas a dos niños de no más de 12 años aquí, ellos están bien.- dijo el morocho para escuchar a la operadora decirle que ya se dirige hacia su lugar mas compañeros y personal médico para ayudar.

Luego de unos momentos donde el morocho se dedicó a ayudar a los niños a taparse el rostro, llegaron sus compañeros. Los médicos subieron a la mujer a la tabla para poder sacarla, mientras salían por la puerta principal el morocho pudo ver que otras dotaciones estaba en el lugar, el se saco la mascara y la enorme campero que lo cubría del fuego, camina hacia atrás mirando la imagen de terror que tenía, un edicio de algo de 12 piso, con los últimos tres en llamas, como si fuera el infierno que se había desatado en ese humilde lugar.

Disculpe Sr. Fernandez esta bien, le dijo la médica que lo ayudaba a sostenerse, no se había dado cuenta en qué momento le había comenzado a sentir los mareos y la sensación de ahogo, tal vez estaba cayendo, que el vio la última risa de esos niños, el tendría que haberse apurado y llegar antes y esa mujer estaría viva, pero ahora estaba en una bolsa de cadáveres, con los dos niños siendo atendidos por especialista. El morocho le movió la cabeza de manera afirmativa y se volvió a poner su uniforme y volvió a entrar al fuego ya que había escuchado que uno de sus compañeros había encontrado a personas vivas.

Enzo subia rapido las escaleras, todavía le pesaba haber perdido a esa mujer, a pesar de que ella cuando llegó ya estaba fallecida, sabía que si hubiera sido más rápido en lo que estaba haciendo la hubiera podido salvar y esos niños no iba a tener que sufrir lo que les deparaba el destino, cuando llego al departamento 8 el calor era mucho más intenso, el humo más denso que antes y la sensación de que estabas en un infierno estaba más que presente. Su compañero había encontrado a una abuela que estaba desmayada, pero sus signos vitales estaban presentes, eran leves pero estaban ahi, asi que Enzo, sin dudarlo la subió sobre su espalda y le pidió a su compañero que bajen, ya que los piso que siguen habían sido inspeccionados por otro equipo, pero cuando salían, una parte del techo cedió, Enzo era quien debía estar abajo de eso, su cuerpo debía estar siendo aplastado por las maderas calientes y envueltas en llamas, pero no habia sido asi, su compañero desde que empezo, lo había empujado y salvado de lo que pasó, en cambio él estaba bajo escombros y ambos pudieron ver que el fuego se les estaba acercando y demasiado en ese momento.

Enzo miró como su compañero estaba desvanecido, tomó como pudo su radio. -Soy Fernanda apoyo inmediato en piso 8, bombero caído, anciana desmayada y peligro de derrumbe, necesito a todos los que puedan ayudar, repito necesito toda la ayuda posible.- dijo el morocho que llevó a la señora a un lugar donde intento que esté a salvo mientras intentaba levantar a su compañero. Luego de sacudirlo un rato, se despertó. -Dale Juan tenemos que salir de aca, boludo no podes quedarte ahí abajo.- le dijo el morocho con una sonrisa, intentando ocultar que ese hombre no iba a poder salir de ese infierno sin la ayuda de más compañeros.

-Enzurri tomatelas de acá, salva a la señora y andate, antes que te caiga algo a vos.- le dijo el hombre que era uno diez años mayor que él. -Que decis cabeza dura de acá nos vamos todos.- le dijo intentando buscar algo para poder hacer palanca que que su compañero pueda sacar su pierna de los escombros, cada segundo se sentía un poco más desesperado, ya que notaba como el fuego se acercaba con sus colores hacia ellos, encima el humo hacía todo más complicado, sabía que tenía que salir con la señora de ahi si ambos querían salir con vida, sino sabia que el destino sería tres muertos más para añadir a la lista de ese fatídico día.

Cuando fue a buscar a la señora para llevarla abajo vio una luz en las escaleras. -Aca chico, aca.- grito Enzo, sacandose la mascarilla, gritando lo más fuerte posible para que lo escuchen, en seguida llegaron sus compañeros, sintió alivio al verlos de que no iba a estar solo su compañero Juan.

Enzo bajó a la señora con una camilla con la ayuda de otro médico, mientras que los bomberos se había quedado para sacar a su compañero, cuando salió del edificio por segunda vez, noto por primera vez la gran cantidad de gente agolpada en las esquinas que con sus celulares grababa todo como si fuera una película o algo especial y lo único que él podía pensar era que son unos idiotas que quieren tener de recuerdo la desgracia de otra persona pensó el morocho, al cual al sacarse la máscara le costaba cada vez un poco más respirar, cuando se vio por el espejo de una de las ambulancias, se dio cuenta que la máscara seguramente había quedado más agarrada ya que parte de su rostro estaba cubierto de polvo.

Estaba sentado en una camilla con un una mascarilla en su rostro, veía a sus compañeros terminando de apagar el incendio, veía una fila con bolsas negras, bolsas que solo tenían una cosa y eran gente que no había podido salir a tiempo, gente que no había tenido nada de suerte ese dia, gente que no iba a volver a ver a su familia. Enzo recordó que antes le había avisado a Julian del incendio y que le iba a decir cuando todo esté bien, pero no había podido, su teléfono seguramente había quedado en la campera que están sobre el camión de bomberos.

El médico le recomendó que vaya a hacerse chequear por el médico a lo que Enzo aceptó pero pidió que sea llevado al mismo hospital donde estaba su pareja, los de la ambulancia le dijeron que ellos llevaban a los heridos ahí, ya que otra los derivan a otros centro, debido a la cantidad que había, para evitar el colapso de cualquier hospital.

Enzo bajo de la ambulancia primero, sosteniendo el pequeño tanque metálico que le suministraba oxígeno, mientras que bajaban a su amigo, estaba bien adolorido pero no parecía tener nada grabe, cuando entró por la puerta de urgencias, miro para todos lados y se dio cuenta del enorme caos que era, ahora entendía bien el porqué los trasladaban a distintos hospitales, ya que si todos llegaban a uno era un caos que no iba a servir para nada.

Se moria de ganas de verlo, de poder abrazarlo, necesitaba que el sepa que estaba bien, sabia que Julian deberia estar nervioso y asustado muy asustado debia estar, ya que ellos estaban recibiendo victimas de dicho incendio en el que el estaba participando para ayudar a sacar gente y ademas para apagarlo, reconocio ese ambo de color ceste claro, reconocio esos rulos que tiene desde que se conocieron hace años, por la entrega de ese pedido, pero sin mentir lo que mas reconocio fue ese culo que lo volvia loco, se acerco sin siquiera pensarlo lo hizo pasando de largo a toda la gente que estaba, mientras lo evitaba como las escenas de las peliculas.

 

sus palabras fueron silenciadas cuando al voltear pudo ver a su morocho con una mascarilla que le proporcionaba oxígeno.

Los ojos de Julia se inundaron de lágrimas, mientras lo abrazaba y sollozaba, se aferraba a su pareja como si fuera a quitarle ese día, había rezado tanto ese día, como cada día que salía a algún incendio que creo que su suerte se había acabado. -Va a estar bien Ju, es un compañero, tiene hijos, encima va a ser papa dentro de poco, me salvo a mi y quedo el en el fuego.- le dijo el morocho con la voz ronca y tosiendo ya que le costaba respirar con normalidad. -Dejame… dejame que me fijo Enzo, Dios Enzo pensé que te había pasado algo horrible, pensé que eras vos el que estaba en esa camilla.- le dijo el de rulos mientras lo volvía a abrazar.

-Gordo, perdón por asustarte, no fue mi intención hacerlo, solo que no tenía tiempo para avisarte nada.- le dijo el morocho mientras se dedicaba a besarle la cabeza a su pareja. Julian se separó de su novio y se metió a la sala, para poder ayudar a su compañero, luego de un rato en el que Enzo esperó sentado, ya que sabía que iba a tardar, salieron Julian y Rodrigo. -Enzo estás bien.- dijo el rubio con una sonrisa mientras lo abrazaba. -Si por suerte fue él quien me salvó, sino la hubiera sacado mucho, pero mucho peor.- le dijo el morocho. -Tu compañero está bien, tiene una fractura en el hombro, está mareado por tanto respirar humo, tiene dos costillas rotas, pero se va a recuperar, ahora le estoy por hacer placas y después lo llevan a internar.- Dijo Rodrigo mientras ponía su mano sobre el hombre del morocho. -Nunca, nunca lo vi tan preocupado como hoy.- le dijo en voz baja para que solo él lo escuche.

Julian llegó al departamento que compartía con Enzo, se habían mudado de ese pequeño lugar a uno mas grande, no era enorme ya que no necesitaban mucho, pero si ambos querían algo que tenga un balcón con parrilla, para poder hacer asados los fines de semana que esté libre y poder pasar momentos con el mayor viendo la luna o el atardecer.

El menor se encontraba en la ducha intentando relajarse después del arduo dia de trabajo que había tenido, mientras que Julian estaba recalentando dos porciones de pastel de papas que tenían porque la verdad no tenia ganas de cocinar, siendo las 7 de la mañana ambos estaba en casa y el desayuno no se les hacía suficiente así que no era raro tener esos ataques de comer comida durante el desayuno.

Julian miraba al pasillo esperando que Enzo salga, necesitaba verlo de nuevo, necesitaba volver a sentir su piel, para aceptar que el morocho estaba ahí con él, porque la idea de perderlo como la había tenido ese dia era un golpe demasiado fuerte para él, el miedo que había tenido esa noche no lo había tenido jamás en su vida. Sabía cómo era su trabajo y aparte había estado en muchos incendios el menor, inclusive había sido ascendidos debido a su arduo y sacrificado trabajo, era uno de los ejemplos para la estación, pero ese miedo esa noche había estado soplandole la nuca, hasta que lo vio ante sus ojos de nuevo, cuando pudo ver esos ojos color café que tanto conocía, cuando vio sus manos cubiertas de tatuajes de nuevo.

Se perdio tanto en sus pensamiento que cuando se dio cuenta cuando el clásico pi pi del microondas sonó eso lo devolvió a la realidad y para esa vuelta tenía la imagen de su novio que se acercaba a él solo con un short de River y su torso con gotitas de agua que le cubrían el cuerpo y los clásicos tatuajes de Enzo. -¿Estás bien? .- le dijo el morocho mirándolo con algo de preocupación y acariciando la mano que descansaba sobre la mesa de la cocina. -Si solo me perdí en mi cabeza, estoy muy cansado y la verdad una ducha no me vendría nada mal ahora.- dijo el de rulo, pero la mano de Enzo no lo soltó, lo que hizo que el otro lo mirara. -Ju, sabes que podes contarme lo que sea?, no tenes porque esconder nada.- le dijo el de tatuajes que sabía que algo le pasaba a su novio, hacía ya 5 años que estaban en pareja, estaban a un mes de cumplir los seis y para Enzo era muy fácil darse cuenta cuando su novio estaba preocupado o algo guardaba.

-No.. no es nada Enzo, ya en el microondas está el pastel de papa, yo primero quiero bañarme.- le dijo mientras le regaló una sonrisa y se soltó de su mano, escapando como si fuera un criminal. El morocho lo vio ingresar al baño y la puerta se cerro, camino al electrodoméstico y saco la comida que estaba en su temperatura justa, saco dos platos del mueble y comenzó a preparar la mesa, lo único que quería era comer con Julian y después irse a dormir con él abrazados y sin que nadie los pueda molestar. Sacó una jarra de agua fría de la heladera y sirvió los vasos con ese líquido para ellos.

Julian había tardado un poco más, pensando que ya Enzo había comido y se había ido a la cama, pero no fue así el morocho seguía sentado en la mesa, mirando para la puerta del baño a la espera de su pareja. -Te lo dije tantas veces Juli, que te iba a esperar aunque te tome demasiado tiempo.- le dijo el morocho con una voz cansada, suspiro profundo y se puso de pies, camino hacia el cuerpo de su pareja que estaba vestido con un boxer azul oscuro y una remera larga. -Que pasa Juli, puedes decírmelo, no me voy a enojar, solo te quiero escuchar, estas raro desde que llegaste del trabajo, te crees que no me doy cuenta.- le dijo el morocho que tomó el rostro de su novio con sus dos manos, mientras que notaba como los ojos del de rulos se llenaban de lágrimas.

-Sigo asustado eso , Enzo, nunca tuve tanto miedo como lo tuve hoy al no saber nada de vos. Te busqué en cada ambulancia que aparecía en el hospital, te busque en cada persona que veía ingresar ya sea en una camilla, una silla o incluso en una bolsa de cadáveres.- el mayor se secaba las lágrimas con su mano mientras respiraba profundo, sintiendo ese nudo en el pecho, sintiendo como su voz se quebraba al haberle confesado eso a su pareja, ya que no quería preocupar, sabía que la situación dentro de un incendio debía estar prestando atención a todo, pero si además le sumaba que tenía que preocuparse porque estaba pasando por su cabeza le parecía una tremenda locura.

-Pero me parece injusto que yo sea el que esté así, porque lo único que estoy haciendo es añadir una preocupacion mas cuando estes en un incendio o estés en un rescate, que te tengas que preocupar del pelotudo de Julian y de su cabeza que maquina a mil por hora una gran cantidad de escenas trágicas, que parecen sacadas de una película.- Enzo miro con una ligera sonrisa triste a Julian. -Primero no sos un pelotudo Juli, al contrario es lindo que te preocupes tanto por mi, desde que nos pusimos de novio nos juramos siempre decirnos la verdad, decirnos todo y hablarlo, esto es una de esas cosas. Se que lo de hoy a la noche te hizo dar cuenta capaz que a veces puedo estar a pasos de que me pase algo, pero te juro que no va a pasarme nada, te juro que después de cada guardia voy a volver a casa para estar con vos.- le dijo el morocho que le empezó a dar besos en el rostro que estaba mojado con una mezcla entre el agua de la ducha y sus lágrimas.

-Ahora si no te jode podemos comer?, porque te juro que mi estomago se va a comer mi higado y el unico culpable en esto ahi si vas a ser vos y el tiempo que le toma a esta burra tomar una ducha, para dejarla limpia y que mi pija se unda.- le dijo en modo de rima Enzo, que cuando vio la cara de Julian con la boca abierta y negando con la cabeza. -Bueno ahora hago una con tu boca.- le dijo el morocho a lo que su novio le pegó en el hombro. -Basta el hambre te esta haciendo mal, vamos a comer.- le dijo Julian mientras caminaba abrazado a su novio.

Julian se recostó sobre el pecho de Enzo, la habitación estaba completamente oscura, no necesitaban verse, no lo necesitaban, no en ese momento donde solo quieren descansar y estar uno con el otro, donde necesitaban bajar revoluciones luego de la jornada tan pesada de trabajo que tuvieron ambos. -Estaba pensando en sacar un seguro de vida por si me pasa algo Ju.- dijo el morocho lo soltó como si dijera que iba a comprar un poco de pan. El mayor apoyo su mano sobre el tatuaje de león que adornaba el pecho y movió la cabeza hacia arriba así miraba a su pareja. -¿De qué hablas Enzo?.- le dijo sonando molesta su voz.

-Que creo que sería inteligente tener un seguro de vida, por mi trabajo, quiero estar seguro que si pasa algo, vos vas a tener una ayuda o para terminar de pagar el departamento o para que vos puedas estar más cómodo.- Dijo el morocho que lo miraba a Julian a pesar de estar muy oscuro, aun podía mirar esos hermosos ojos color marrones y perderse en ellos. Enzo se dio cuenta que no le cayó a su novio nada bien eso, ya que ahora lo único que generaba algo de sonido en esa habitación, era el del aire acondicionado. -Lo único que te digo es que decis pelotudeces Enzo, es lo unico.- le dijo Julian que se salió de su posición, para ponerse de lado, alejándose del calor que le brindaba su novio.

-Ju, lo digo con una idea, como algo a tener en cuenta.- dijo Enzo con una voz un poco más fuerte incluso se había sentado en la cama y había prendido el velador de su mesita de noche para iluminarlos y podía ver que su novio estaba de espalda a él. -Da Ju, no es para que te pongas así.- le dijo Enzo que se acercó a su novio y este lo empujó con uno de sus brazos. -Hace media hora me decias que no me preocupe, que no me haga la cabeza que ibas a estar bien y ahora de repente un seguro de vida por tu trabajo Enzo, que me estas tomando como boludo.- le dijo el de rulos que se había sentado para mirar a su novio.

-Juli, no te estoy tomando de boludo.- le dijo el morocho que se acercó al cuerpo de su novio para empujarlo sobre el suyo y así poder abrazarlo. -Lo que digo es algo que todos mis compañeros tienen, no está mal ser precavidos. A ver Ju, yo estoy en riesgo en cada incendio o cosas que pasa, entonces no me parece una mala idea hacerlo, para que vos puedas tener una tranquilidad, incluso puedo poner que la mitad te la quedes vos y la otra mi mama, para quedarme tranquilo que si me pasa algo ustedes dos van a estar bien.- le dijo el morocho besando la cabeza de Julian.

Las lágrimas empezaron a caer de los ojos del mayor, sin siquiera esperarlo, le dolía la sola idea de no tenerlo mas con el, intentando hablar Julian le dijo -No vamos a estar bien Enzo, me jodes, vos te crees que si te pasa algo la plata nos va a levantar el humor o algo?.- le dijo mirándolo con algo de molestia ya. -No gordo ya se y obvio espero que no esten feliz el primer dia que quede mas negro de lo que soy ahora.- dijo el morocho que se rio por el propio chiste y Julian le dio un codazo en las costillas. -Bueno pero digamos que fue bueno el chiste aunque sea.- le dijo riendo, Julian besaba el cuello de su pareja y bajaba al pecho cubierto de tatuajes. -Solo se que el dinero los ayudara y no me parece mal, se que te prometí que no me iba a pasar nada y voy a cumplir, voy a dar todo de mi para que eso sea así, pero quiero tener una seguridad, de que ustedes van a estar bien.- le dijo el morocho, mientras sentía una de las manos del mayor sobre su abdomen. -Hace lo que quieras, pero por favor júrame que vas a tener cuidado.- le dijo el mayor mientras miraba a su novio a los ojos y disfrutaba de ese color marrón, esa sonrisa de turro que seguía teniendo como hacía años, pero más que nada seguía siendo ese chico que él conoció una noche por un pedido que le cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos.

-Te gusta mucho esa parte o soy yo Juli.- le dijo el morocho que dejaba besos en la parte de atrás del cuello del mayor, mientras este bajaba de a poco la mano a ese short deportivo y podía ver que la verga de su pareja ya se estaba poniendo dura. -Enserio Enzo un poquito de amor y ya te pones al palo?.- le dijo el mayor con la voz más delicada pero de trola que pudo hacer en esos momentos ya que a pesar del miedo y de todo lo que había pasado, estaba necesitado de entregarse a Enzo, necesitaba sentirlo de esa manera, necesitaba escucharlo jadear, rogándole cosas, diciendo su nombre como si fuera un exorcista, necesitaba sentirlo hacerlo mierda como un desesperado, necesitaba estar lleno de ese morocho.

Julian se levantó y se subió encima del morocho, ante la sorpresa de él, podía ver su rostro gracias a la luz que había encendido, sus manos fueron directo a su cintura, mientras no perdieron el tiempo en besarse, el mayor lo hacía de manera desesperada como si sintiera que no le quedaba tiempo con su pareja, como si dentro de un rato se iría de su lado a otro lugar y jamás lo iba a volver a ver. Las manos de este estabas recorriendo esos brazos cubiertos de tinta, recuerda cada tatuaje como si fuera la palma de su manos, había pasado muchas horas de insomnio contandolos, mirándolos y grabandolos en su cerebro como si fuera parte de un examen final que debía dar.

Enzo rompió el beso, mientras una de sus manos abandonó la cintura y se metió dentro del short de su novio y ahí noto algo que no se esperaba. -Anda la trolita sin calzon, asi te viniste a dormir, para provocarme y que no tenga que sacarte mucha ropa?, tan trolita estas Juli, mirame y decimelo.- le dijo el morocho mientras la otra mano lo tomaba de la barbilla para que lo mire fijo. -Si Enzo estoy re trolita, no sabes las ganas que tengo de que me cojas, hace tres días que no estamos juntos, hace tres días que necesito que me garches por favor, necesito estar en tus brazos, necesito tus besos húmedos sobre mi cuerpo, necesito todo de vos gordo, lo necesito ahora y siempre.- le dijo esto último como si fuera un ruego.

Julian estaba tendido en la enorme cama del cuarto, el cuerpo del morocho sobre el suyo, mientras sus piernas abiertas teniendolo a el en el medio, recibiendo su miembro dentro, sus manos aferradas a las sabanas de esa cama, apretandolas como si su vida dependiera de eso, los gemidos que se escapaban de sus labios, la necesidad de que todos sus vecinos se enteren que Enzo, su Enzo lo estaba cogiendo como si fuera el ultimo dia en el mundo, lo estaba llenando de la manera que solo él lo sabe hacer.

Enzo se salió del mayor y se acostó en la cama, poniéndose de costado, su novio entendió enseguida la posición por lo que hizo lo mismo, el morocho le levanto un poco la pierna para dejar a la vista la entrada que se cerraba y abría sola, estab roja debido a las penetraciones anteriores, el morocho se escupe en la mano para masturbarse y lubricar mas su miembro y comenzó a penetrar de manera lenta al de rulos, mientras una de las manos de este estaba aferrada a la almohada y la otra para atrás aferrada a su espalda y esa mano era la que apretaba para que sepa que estaba por buen camino a pesar de que todavía le generaba un poco de dolor y molestia la intromisión de ese miembro en su interior.

-Juli me sentis, eso quería hace tres días, esto necesitabas, contestas trola esto querías .- le dijo el morocho que estaba respirando agitado mientras dejaba besos en los hombros y en el cuello de su novio. -Si amor, si amor eso queria, necesitaba tu pija, necesitaba tu pija hace rato y no lo entendes que que la necesito cada dia, me encanta la pija que tenes desde el dia que nos conocimos, siempre me parecio la mas hermosa y estetica del mundo.- jadeaba el mayor completamente perdidos, sus palabras no tenian demasiado sentido, pero seguramente era por el cansancio de su arduo trabajo y que el sexo no estaba ayudando mucho.

El mayor ni siquiera se tuvo que tocar luego de un par de estocadas que daba el morocho se vino siendo cogido como solo ese hombre podía hacerlo, mientras que el otro se enterró lo mas profundo en el interior de su novio y se dejó abrazar por el orgasmo, acabando todo en el interior del de rulos, mientras dejaba la pierna que tenía levemente levantada. Enzo cayo con todo su peso sobre el cuerpo del mayor, mientras este seguia dentro de su pareja, era tal el cansancio que el morocho solo movio una de sus mano y apago la luz y asi se durmieron en una cama post sexo, donde las sabanas tenian pruebas de lo que habia hecho esa mañana, donde las paredes fueron testigos de su palabras y juramentos de amor eterno como en cada encuentro.

Las vacaciones de verano había llegado y cómo desde esa vez que fueron juntos gracias a un regalo de Enzo, los dos estaba en la casa de los padre de Julian, estaba en el patio escuchando música mientras el morocho realizaba el asado, sus padres había ido a comprar el postre, mientras dejaba a la parejita que había llegado ese mismo dia preparar la cena. La idea de la madre de Julian era que ellos le querían hacer la cena bienvenida, pero cuando el cabeza dura de Enzo se le ponía algo en la cabeza era imposible hacerlo cambiar de opinión.

Así que solo le siguieron la corriente y el morocho estaba en shorts y ojotas tomando su Fernet bien frío con un Julian mirándolo desde la pileta, en vez de estar nadando solo estaba ahí quieto mirando a su novio cocinar y disfrutar ese hermoso día en su Córdoba natal. Siempre dudo de que realmente a Enzo le haya gustado Calchin, había pensado que lo dijo para quedar bien con él y listo, pero durante los años que pasaron a esa primera visita. Todos los veranos se iban dos semanas a desconectarse a ese lugar, donde se la pasaban andando en bicicletas, jugando al truco, nadando en la pileta o en el lago que quedaba cerca de donde vivía el de rulos.

Enzo no le había mentido, cómo descubrió que jamas lo habia hecho con nada, lo amo en sus mejores momentos y en sus peores, como cuando quiso dejar la universidad porque se sentía que no le daba la cabeza, siempre tuvo un abrazo de su novio y esas palabra de aliento que le brindaba, siempre tenía la palabra que él necesita y no podia estar mas feliz de haberse cruzado en su camino.

Cuando Julian salió de la pileta para ayudar a sus padres adentro, le dejó un beso en el hombro al morocho y caminó de manera sexy hasta la casa. Enzo lo miró como si fuera lo mas hermoso del mundo y es que para él lo era y no solo en la parte física y de rostro sino que Julian era una persona muy hermosa por dentro, era una persona increíble, con la que siempre podía contar, de esas persona que se toman el trabajo de conocerte de una manera que jamás otra persona lo haría. Julian era esa persona con la que quería caminar en la vida, a la que agarrar de la mano si algo sale mal, a la que amar cada día de su vida. Eran una pareja que ya tenía planes de matrimonio, ya tenía planes de conseguir un lugar más grande para más comodidad, para cumplir el sueño de su vida formar una familia.

La vida suele ser dura, suele ser demasiado difícil y las ganas de bajar los brazo y quedarse llorando para ambos siempre estuvo, pero no lo hicieron, lucharon contra todo lo que se les cruzó en ese camino, y se conocieron de una manera no muy normal, pero aprendieron que el amor era eso, algo que no venía con lógicas y reglas, era algo que aparecía de la nada y uno tenía que estar dispuesto a luchar por eso con uñas y diente para mantenerlo, para cuidarlo y hacerlo crecer. Y ellos no podian estar mas felices de que sus caminos se hayan cruzado y hoy en día están en la casa de los padre de Julian por comer un asado siendo su quinto verano consecutivo que iba a ese lugar y cada vez se sentía como si fuera la primera, como si nada pudiera cambiar ese amor eterno y puro que se tienen.