Chapter 1: Prólogo
Chapter Text
Incluso en este momento, cuando las llamas lo rodeaban con un calor asfixiante y el humo casi lo privaba del oxígeno, Draco Malfoy solo podía pensar en una cosa, cómo al fin se había librado de todo y al fin podría descansar.
Draco no apelaba por su inocencia, no había decidido terminar con su vida por una simple razón. No tenía ese derecho, no después de haber torturado a tantos y ver cuánto otros perdían la vida en su propia casa sin hacer nada. Aunque en el fondo Draco sabía que nunca podría haberlos ayudado sin sacrificar a su familia, había sido un niño obligado a tomar partido en una guerra y quienes debían protegerlo le fallaron y lo continuaron haciendo hasta dejarlo completamente solo, en un lugar que ahora se encontraba. plagado de sombras y fantasmas, gritos y sangre.
Aun así, incluso sabiendo que estuvo fuera de sus manos todo el tiempo, la culpa era algo ineludible para Draco Malfoy.
Para él todo acabo y se vino abajo mucho antes que para el resto del mundo. Cuando su brazo fue marcado y se le asigna una tarea imposible.
Draco realmente no espero sobrevivir a la guerra y tal vez eso hubiera sido mejor comparado con el destino que ahora enfrentaba.
En el suelo y rodeado de fuego, los recuerdos eran dolorosos y al mismo tiempo liberadores.
Juicios de los mortífagos (1998)
Muchos mortifagos fueron atrapados, pero muchos otros habían emprendido la huida en cuanto el señor oscuro cayo. El ministerio quiso zacear la necesidad de la población mágica general no solo de retribución, querían venganza y no importaba que tan irrelevante hubiera sido alguien tras las filas del señor oscuro, querían que rodarán cabezas.
Los Malfoy no se salvaron, una familia tan prominente fue el epicentro de todo tipo de ataques y con razón, el señor oscuro había habitado la mansión Malfoy de manera permanente desde el verano de 1996, ¿cuántos no habían muerto en ese lugar?
Sin importar que en realidad el señor oscuro prácticamente los había excluido o que en su posición fuera extremadamente baja, ellos necesitaban monstruos que juzgaran.
Mucho antes de ser juzgado a Draco y a su padre los recluyeron en Azkaban, la marca oscura en sus brazos no les compraría algo mucho mejor, su madre, por el contrario, estaba recluida en la mansión Malfoy en prisión domiciliaria, la razón no tendría por qué ser mencionado ya que era evidente, no tenía la marca.
Esos meses fueron por mucho el inicio del infierno de Draco.
Muchos mortifagos fueron condenados a no solo recibir el beso, eran condenados a pasar años en Azkaban para luego terminar con el beso de un dementor.
Esta, según Draco, era la peor de las condenas, vivir tantos años en vida sufriendo para que al final terminarás con tú alma siendo arracada del cuerpo por un ser oscuro. Pero Draco después entendería que habría condenas mucho peores.
Su juicio fue tan público como el resto, pero la atención fue mayor debido a su apellido y lo que significaba.
Su madre, su padre y él, se irguieron frente al Wizengamot. Su madre con el porte y la dignidad que la caracterizaban, pero sin el brillo elegante que alguna vez tuvo, su piel era pálida y bajo sus ojos las ojeras eran evidentes, su cabello una vez brillante se veía opaco.
Lucius Malfoy, su padre, difícilmente se veía mejor. Desde antes de la última batalla en Hogwarts su padre ya se había perdido en la desesperación y la búsqueda activa por elevar a su familia a los ojos del señor oscuro, una búsqueda que lo destruyo, un hombre que siempre había mantenido una puerta pulcro, frío. he inalcanzable, ahora tenía una barba incipiente y desarreglada, sus cabellos desordenados y quebradizo, piel gris y ojos desesperados.
Draco habría querido tomar una foto de este momento, regresar al tiempo y mostrársela al hombre solo para que viera en que había convertido su propia vida al seguir al hombre equivocado, porque si, el señor oscuro no había sido más que eso, un hombre, no el salvador que tanto les había prometido a sus padres, todo fue solo una mentira.
lamentablemente Draco no estaba mucho mejor, la pérdida de peso que inicio en sexto año no se detuvo, era difícil para Draco comer porque todo le sabía a carbón, su cabello antes estilizado ahora era un intento pobre de arreglo, con mechones sueltos y quebradizos, sus propios ojos habían perdido la vida, pero al igual que su madre, mostro el porte que tan estrictamente le enseñaron.
Lo primero al llegar fue la lectura de los cargos para cada uno y luego la pregunta que todos esperaron con ansias, su declaración de culpabilidad o inocencia.
A Draco le sorprendió saber que más de un mortifago había intentado alegar inocencia como lo hicieron en la primera guerra en donde más de uno aseguro ser víctima del maleficio imperius, Draco podía mirarlos a la cara y reírse si se le daba la oportunidad de ver alguno. de los miserables.
Eso fue hasta que su propio padre lo sugirió y Draco no pudo sino sentir vergüenza de alguna vez haber querido ser como su padre.
Estaba seguro de que su padre se declararía inocente y alegaría alguna ridiculez que nadie creería, no por segunda vez. Por otro lado, su madre aceptaría los cargos y el mismo no tenía intención de ocultar todo lo que había hecho.
Por consiguiente, no fue una sorpresa cuando su padre se declaró inocente mientras él y su madre aceptaban los cargos, gracias a ello fue juzgado con mayor dureza, nadie habló en su favor, incluso los niños que vivieron, el elegido no tuvo nada que decir. en defensa de Lucius Malfoy, pero para sorpresa de todos si habló en defensa tanto de Narcissa como de Draco alegando que ambos le salvaron la vida. Draco al evitar reconocerlo en su mansión, aunque sabía perfectamente bien quien era, y su madre quien se negoció a decir la verdad al señor oscuro en el bosque, luego Luna Lovegood indico que Draco le dio bebida y comida e incluso curo sus heridas cuando fue secuestrada y que sin su ayuda probablemente habría muerto, también afirmo que Draco la habría sacado si hubiera tenido como, incluso Olivanders testifico, todos asegurando que Draco no era el verdadero villano aquí.
Habría sido perfecto si él lo creyera, pero no era el caso.
El enojo de las personas se desbordo con cada declaración, siendo incapaces de creer que su salvador alzara la voz para defender a un mortifago con la marca oscura en su brazo. Un escándalo fue lo que desataron las declaraciones y por ello tuvieron que pedir un receso para deliberar antes de dar el veredicto y la sentencia.
A Draco y su padre los llevaron a una celda mientras esperaban.
En ese momento Draco no esperaba la visita de aquel que sentía la necesidad de salvar a todos ya todos, pero el destino era muy divertido.
— ¿Qué haces aquí Potter? —El tono en su voz ya no era el mismo, ese característico desagrado que impregnaba en cada una de las letras en su nombre se perdió con el tiempo.
Potter no respondió simplemente lo miró directo a los ojos durante segundos enteros, los brillantes ojos verdes perdieron ese brillo inocente y juvenil que tanto le encantaba a Draco en silencio, ahora tenían tatuados la guerra en ellos y lo odiaba por no dejar de ser tan hermosos.
Fue en cuarto año que descubrió dos cosas importantes sobre sí mismo.
La primera: Era indiscutiblemente gay.
Un beso de Pansy Parkinson en el baile de navidad y años sin un solo interés amoroso se lo confirmaron de la manera más directa posible.
La segunda: Estaba perdidamente enamorado de Harry Potter.
Siempre estuvo obsesionado de una manera insana con el niño que vivió, el deseo insaciable de que lo notara, captar su atención y que sus ojos nunca lo dejaran, no importaba como. Oh si, Draco estaba perdido en Potter y eso era un castigo muy grande, ya que nunca había tenido la más mínima oportunidad.
La chica Weasley era la elegida en el corazón de Potter, una mujer y además alguien que si había luchado del lado correcto desde el principio.
—Cualquiera agradecería a quien está intentando ayudarle. —Respondió Potter una vez el tiempo se les acababa. —No eres la persona más educada Malfoy.
Una sonrisa sarcástica se instaló en el rostro de Draco, los viejos hábitos no morían con facilidad. —Es tu complejo de héroe el que te hace ver bondad en donde no la hay. —Respondió Draco con contundencia, acercándose a la reja de la prisión con pasos lentos y cansados. — Concéntrate en los que perdieron a sus familias, ha aparecido, ve a los eventos de caridad y dales esperanza a aquellos que lo necesitan de verdad. —Draco estaba cansado, pero hablar con Potter siempre encendía la llama en su pecho. —Yo no estoy en esa lista.
Draco siempre fue más alto que Harry, en realidad más alto que la mayoría de su edad después de cuarto año, ahora le sacaba una cabeza y media al joven, en el paso lo llamo enano, pero ya estaban más allá de todo eso.
—Malfoy, al igual que el resto de nosotros fuiste una víctima y…
—¡No, no soy una víctima! —Recalcó Draco con decisión y dureza. —Yo torturé personas, vi como los destrozaban en mi propia casa y nunca hice nada.
—Voldemort estaba en tú casa y…
—Si hubieras sido tú estoy seguro que habrías preferido morir antes de siquiera lanzar una maldición sobre un inocente, sin importar nada. —Y esa era la diferencia entre Potter y él, Harry era innatamente un héroe valiente, Draco no.
Potter guardó silencio unos segundos, viendo el rostro de Draco con el peor sentimiento que alguna vez podría dirigirle. Lastima. —Es imposible salvar a alguien que no quiere ser salvado. —Dictamino Potter con un tono que incluso se asemejaba a la tristeza genuina.
—Nunca te pedí que me salvaras.
Esas habían sido las últimas palabras que le dio Draco a Potter antes de que le indicaran al otro que debía salir y que el juicio se reanudaba.
Al regresar, todos en la sala estaban expectantes por el veredicto, pero al final nadie quedó completamente satisfecho.
—Lucius Abraxas Malfoy. Por todos los delitos cometidos contra la comunidad mágica mencionados con Anterioridad y las pruebas irrefutables de su participación activa y consciente, ¡es declarado culpable! —Las ovaciones no se hicieron esperar mientras los reporteros captaban la desesperación gravada en el rostro de su padre. —Su sentencia será cumplir quince años en Azkaban, sin posibilidad de apelación y posterior a ello es condenado al beso.
El grito de Lucius cuando escucho esto y fue arrastrado fuera de la sala jamás abandonarían la mente de Draco, tal vez si no lo hubiera negado su sentencia habría sido menos larga y sufrida, pero esas habían sido las decisiones de su padre.
—Narcissa Malfoy de soltera Black. Por todos los delitos cometidos contra la comunidad mágica mencionados con Anterioridad y las pruebas, ¡es declarada culpable! —Las ovaciones fueron muchas, pero no tantas como con Lucius, aun así, los reporteros estaban obteniendo material de primera, aunque su madre jamás dejaría que la vieran desmoronarse, siempre mantuvo su cabeza en alto. —Su condena es de tres años de prisión domiciliaria, sin posibilidad de salida o visitas, sin varitas o magia. —Esta vez los gritos no fueron de alivio sino de puro enojos mientras sacaban a Narcissa Malfoy de la sala y solo quedaba Draco.
El sonido de su propio corazón lo tormento mientras sentía sus manos sudar y por supuesto la anticipación del horror.
—Draco Lucius Malfoy. Por todos los delitos cometidos contra la comunidad mágica mencionados con Anterioridad, las pruebas y testimonios, ¡es declarado culpable! —Nuevamente ovaciones mientras que Draco, aunque ya sabía la verdad de su situación, palideció aún más. —Teniendo en cuenta la edad del acusado al momento de realizar varios de los cargos, se sentencia a Draco Lucius Malfoy a pasar un año en Azkaban. —Los gritos y quejas empezaron a escucharse por la sala. —Posterior a ello, Draco Malfoy deberá cumplir un período de ocho años en arresto domiciliario, sin visitas ni magia.
Draco no pudo quedarse más tiempo después de eso ya que los gritos indignados llenaron la sala ya él lo arrastraron hacia el exterior, seria dirigido a Azkaban inmediatamente.
Lo único que pudo ver mientras lo sacaban era una cabellera castaña y esos ojos verdes, Potter estaba ahí intentando llegar a él, pero fue bloqueado por guardias.
Después de eso Draco siempre quiso creer que lo que vio en sus ojos al verlo ser arrastrado al exterior era desesperación, pero de alguna manera eso era imposible.
Octubre 1999
Azkaban fue una tortura en la vida. Los gritos de los reclusos, el trato de los guardias y las pocas o mejor dicho inexistentes formas de tratar a los reclusos. Sin magia en su cuerpo todo era un recordatorio de que había perdido su libertad Por el error más grande de su vida.
Cuando salieron, los guardias lo miraban con enojo y desgrado, aquellos que no habían escatimado en golpearlo a lo largo de este año, traumarlo y romperlo, le dieron una última paliza la noche anterior como una forma de despedirlo, un ojo morado, labio partido. y varios moretones tanto nuevos como viejos acompañaron a Draco en su salida de Azkaban.
El auror encargado de escoltarlo hacia la mansión Malfoy tampoco oculto su poco tacto, ya que en cuanto el traslador llego y Draco cayó al suelo de mármol blanco astillado y roto en varias de las baldosas, las pertenencias que había tenido al ingresar fueron arrojadas hacia el con agresividad antes de que su madre ni siquiera se acercara para ayudarle a levantarse. El auror escupió a Draco segundo antes de utilizar el mismo traslador del ministerio para salir de las guardas de monitoreo que evitaba tanto la salida como la entrada de cualquiera que no estuviera autorizado.
El volver a ver la mansión, el lugar que siempre había considerado su hogar, pero ahora solo le recordaba todas las cosas horribles que habían pasado aquí, lo llenaba de tristeza, aún podía ver y sentir a Nagini deslizándose por la casa, el señor oscuro. sentado en su comedor, obligándolos a ver como la serpiente engullía a una de sus víctimas ya fallecida, como aquella maestra de Hogwarts que enseñaba estudios muggles.
Draco podía sentir la magia oscura en cada pared, oler la sangre y pedazos de carne que estaban en el calabozo del sótano, incluso la casa se sentía sin vida muerta y como si toda la magia que alguna vez albergo, ahora solo fuera de la oscuridad. Para sus desgracias, Draco estaba seguro de que esa era la realidad de la, ahora muerta, mansión Malfoy.
Al pasar unos días en casa, aunque volvió a usar su ropa hecha a medida y ahora había dejado atrás la suciedad de Azkaban, recorrió los pocos lugares que en realidad tenían recuerdos agradables para contrarrestar los aterradores del final de su adolescencia y aun así era imposible. No tener pesadillas cada noche. Su habitación era el único lugar en el que se había sentido protegido una vez la mansión fue invadida por mortifagos, pero ahora ni siquiera el conocimiento de que estaba ahí lo tranquilizaba.
Cada sonido lo alteraba, cada puerta abriéndose y cerrándose haría que su cuerpo se congelara.
Todos los retratos ahora estaban vacíos excepto los que se encontraban en el ala sur de la mansión, la que menos había sido usada y eso era porque en el pasado fue el lugar especia de su abuela, Morgana Malfoy de soltera Shafiq, y se mantuvo cerrado después de que su abuelo se mudó a Francia, Draco nunca la había visto y probablemente jamás la vería ya que era imposible abrirla, si hubiera sido posible hacerlo, definitivamente su madre y el habrían abandonado el resto de la casa y permanecido en el ala sur por lo. que durara sus sentencias, pero no fue el caso.
La situación de los activos y dinero de la que antes había sido una de las familias más adineradas del mundo mágico ahora era prácticamente inexistente, todo gastado en restituir a las personas y víctimas afectadas por la guerra y para la reconstrucción de su sociedad, o eso. Querían que creyeran, en un gobierno siempre existirían los corruptos que sacaran una buena tajada.
En Azkaban, había escuchado más de una vez a los guardias hablar de los diferentes incentivos que recibían para “enderezar” a reclusos específicos, él en ocasiones estaba en la lista y había perdido a uno de sus amigos en una de esas campañas, Gregory Goyle.
Con esto Draco confirma que en el mundo no existía solo blanco o negro, luz y oscuridad, todo eran matices y la gente actuaba según lo que mejor le conviniera, incluso la convicción era un conjunto de reglas y veneficios de acuerdo a los ideales de cada uno. uno, en resumen, una guerra no tenía buenos o malos, solo tenía ganadores y perdedores ya él le toco estar del lado de un genocida psicópata que quería un mundo sin muggles, personas que ni siquiera sabían que alguien quería caminar sobre sus huesos.
Ahora “la luz” quería a cada sangre pura con algún tipo de afiliación con el señor oscuro tras las rejas o tres metros bajo tierra y su crueldad, aunque controlada, seguía siendo crueldad.
Noviembre 2001
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Mi querido Dragón.
Tal vez esta carta no signifique nada y no sirva para aplacar los sentimientos ardientes que te pueda generar nuestra situación, no trates de excusarme hijo mío, porque no hay algo así.
Solo quiero que sepas que yo como tu madre, me arrepentiré hasta el último día de mi vida el no haberte salvado de este destino. Las disculpas ahora son innecesarias ya no te sirven de nada.
La mansión es una tumba para muertos en vida, debes entender mi dragón, que, una vez acabada mi sentencia, hice lo que tú también habrías hecho.
Y si un día perdonas a tu madre, te dejare una dirección, en Francia, una de las casas que herede de los Black….
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Draco ni siquiera leyó el resto de la carta antes de quemarla en el fuego de la chimenea en la biblioteca.
Debió haberlo sabido o al menos suponerlo. Su madre perdía su propia alma con cada día que pasaba en la mansión, era innegable que a medida que su condena se acercaba al final había comenzado a inquietarse, desesperarse.
Tan solo transcurrió un día después de cumplir la sentencia, Draco supuso que, una vez levantada la restricción, su madre, quien seguramente ya había alistado todas sus pertenencias de valor, no tardo en tomar sus maletas y esperar en la puerta al oficial que le regresaría. su varita.
Ella le había hecho la cena con total calma esa noche, fingiendo tranquilidad y alegría, lo celebraron, por supuesto, de la mejor manera que pudieron, pero mientras Draco dormía, ella aprovecho para dejar una carta y después desparecer de la mansión, Draco solo. se dio cuenta bien entrada la mañana.
Tal vez el niño asustado de Hogwarts habría llorado, gritado a las paredes y corrido hacia el exterior para encontrar a su madre. Pero Draco ya no era ese niño.
Observa la carta y subió la chimenea de la biblioteca en el segundo piso del ala norte, poco después de leer el principio, con una mirada helada y ojos que parecían haber perdido cualquier sentimiento, arrojo la carta.
El sonido del papel volviéndose ceniza frente a él, extrañamente lo relajo, pero en cuanto esta se consumió por completo, Draco se levantó y dejo la biblioteca oscura, fría y lúgubre.
La completa soledad y aislamiento golpearon a Draco con toda su fuerza. Antes había tenido la compañía silenciosa y nada reconfortante de su madre, pero ahora estaba completamente solo, sin posibilidad de escribir una carta o recibirlas y sin nadie con quien hablar, era un aislamiento total.
En los dos años anteriores, Draco había recurrido a leer libros en la biblioteca, los que habían sobrevivido a la revisión del ministerio y no habían sido considerados potencialmente peligrosos u oscuros.
Pero ahora ni siquiera eso era capaz de distraerlo de su oscura realidad.
Con el tiempo se había acostumbrado al sentimiento de pánico y terror que le generaba la mansión, se acostumbró a sentirse atormentado y ahogado, asteado hasta la bilis, tanto así que no notó cuando las cajas de suministros de ministerio comenzaron a retrasarse unos días, y luego semanas, su dieta era ahora minúscula, el apetito le faltaba.
Cual al final lo noto, creyó que había sido otra medida restrictiva que el ministerio impuso a su sentencia, matarlo de hambre, eso habría sido doloroso si ya no lo estuviera haciendo el por su propia cuenta.
Cuando su madre vivía con él, ella lo obligaba a comer y ciertamente recupero algo de peso, pero cuando se fue, ese ganado se perdió lentamente.
Draco era una cáscara de lo que alguna vez fue, en todos y cada uno de los sentidos, era otro fantasma más recorriendo los pasillos de una mansión maldita.
Mayo de 2002
El problema con los suministros nunca tuvo solución, la única mejora fue que ahora, en realidad solo se retrasaban días, tal vez un cambio de administración decidió darle a Draco Malfoy un respiro. Pero él nunca pensaría que había llegado a buenas manos, no después de que por primera vez en, literalmente, Años, se hubieran digno a adjuntar un periódico, el diario el profeta por supuesto.
Durante su estadía y reclusión en su propio hogar, Draco se había suscrito al quisquilloso después del secuestro de luna, en parte para que pudiera leerlo antes de que su padre cediera a las amenazas de los mortifagos. Descubrió que en realidad la información de “el quisquilloso” era tanto o más entretenida que la del profeta y menos amarillista o llena de suposiciones e historias dramáticas dignas de aparecer en novelas de fantasía.
Extrañaba ese periódico, pero nunca se lo enviarían, ni tampoco nada del profeta, entonces por que…
La respuesta le llegó con el encabezado de primera plana. Era un periódico nuevo, Draco podía oler la tinta, el papel estaba casi sin arrugas, probablemente la edición del día de hoy.
BAJAS ENTRE LAS FILAS DE LOS MORTIFAGOS Y UN NUEVO INTENTO DE FUGA.
Escrito por Rita Skeeter para el diario el profeta.
En la noche de ayer, lunes 20 de mayo del 2002, se reportó una revuelta en Azkaban, según nos comenta uno de los guardias que estuvo al frente de la defensa de la prisión para evitar el amotinamiento y escape de los presos, la revuelta fue incitada por varios de los actualmente conocidos como mortifagos.
Según su versión de los hechos, una nueva promesa de libertad había sido comunicada a uno de ellos por algunos de los seguidores de “quien no debe ser nombrado” que hasta el momento siguen en libertad huyendo o aquellos que no recibieron un castigo lo suficientemente fuerte. y fueron dejados en libertad con seguridad mínima o insuficiente a ojos de los civiles.
Los guardias suponen que eso alteró los ánimos de los ex mortifagos y los alentó a revelarse e intentar escapar en una fuga masiva como ocurrió en la famosa fuga de 1996 en donde varios de ellos lograron huir con ayuda de “quien no debe ser nombra”, (para más información sobre este incidente dirigirse a la página 6)
Los valientes guardias lograron contener la revuelta, pero al hacerlo hubo bajas en los reclusos, entre ellos seguro varios podrían ser reconocidos.
Thornfinn Rowle
Antonin Dolojov
Walden Macnair
Para ver la lista completa de nombre y los delitos cometidos dirigirse a la página 4
Pero entre ellos uno de los nombres más destacados que esta humilde reportera puede comentar es el de Lucius Abraxas Malfoy, sentenciado a quince años de prisión y al beso después de cumplir con sus crímenes, o al menos así seria, ya que ahora, a casi cinco años de haber ingresado a Azkaban, sin haber resarcido sus pecados contra la sociedad mágica, el hombre fue una de las víctimas fatales de esta revuelta.
No se han permitido imágenes de lo ocurrido, y esta reportera no pudo traer una imagen de Azkaban, pero después de hablar con el jefe del departamento de aurores este se negó a darnos cualquier tipo de información relacionada con la revuelta y el intento de fuga. Lo único que esta reportera sabe es lo comentado por los guardias quienes indicaron que ahora el ministerio de magia los investiga a ellos para hacer su trabajo.
Espero no ser la única en pensar que el ministerio dirige sus esfuerzos hacia el lado equivocado, en vez de buscar a aquel que intenta reunir a los mortifagos nuevamente, buscan e investigan a los guardias que arriesgan su vida día a día, el por qué es ciertamente irrelevante.
Se que más de uno encuentra esta información preocupante así que es hora de preguntarnos ¿estamos a salva?, ¿el ministerio nos dejará a merced de la oscuridad nuevamente?, ¿Quién es este nuevo instigador?
. . .
La noticia siguió y siguió durante páginas, tal parecía ser que habían hecho un recuento de la guerra y lo habían nombrado a él como uno de los sospechosos principales, describiendo su condena como algo más que un chiste, donde las medidas tomadas para su encarcelamiento eran tan bajas que aseguraban haberlo visto varias veces fuera de las paredes de la mansión. Una clara mentira si se le permitía decir a Draco.
Lo más preocupante aquí no era la muerte de su padre, ya se había preparado para ello desde el momento en que le dio la sentencia, lo preocupante era que estaban removiendo heridas que aún no terminan de sanar, alguien quería recordarles a las personas el miedo. y todo lo malo de la guerra, el objetivo tal vez ni siquiera eran los mortifagos de Azkaban o los que aún no habían sido atrapados después de tantos años, esto a ojos de Draco estaba dirigido para todos aquellos que tenían condenas cumplidas o por cumplir fuera de Azkaban, esos que a ojos del público general no recibieron un castigo lo suficientemente fuerte.
Draco de inmediato supuso que quien hubiera enviado esto quería asustarlo, una lástima que ahora estaba tan acostumbrado al miedo que su reacción careciera de fuerza.
Al vivir con Mortifagos y luego al vivir con las sombras y fantasmas de todo lo que había pasado aquí, todo sirvió para que ahora gritara en su interior mientras su exterior solo se veía indiferencia.
En todo caso Draco no le tenía miedo a una amenaza, había estado listo para morir desde hacía mucho tiempo.
Después de aquello Draco en realidad encontró algo más en lo que concentrar su tiempo, la magia sin varita, sus esfuerzos eran en su mayoría inútiles ya que era algo reservado para magos poderosos y cuyo entrenamiento tuvo lugar desde jóvenes, cuando el núcleo mágico aún estaba en formación y podía adaptarse si un mago necesitaba canalizar más energía en su cuerpo que en su varita, los que lograban hacerlo después, lograban hechizos simples, nada más.
Para él era tarde, pero aun así logro realizar uno que otro hechizo sencillo que con el tiempo domino, hechizos que hasta un niño de primer año realizaría sin problemas pero que le dio a Draco una prueba de eso que había perdido hace años.
Magia, su magia.
Presente, noviembre 2004
Todo esto lo trae de regreso a este preciso momento donde las paredes blancas ardían junto con el resto de la mansión y Draco en el suelo incapaz de moverse, sintiendo cada pizca de dolor al estar rodeado por el calor insoportable mientras sus pulmones colapsaban, ni siquiera Tendría que esperar a que las llamas lo consumieran, la asfixia seria quien reclamara su muerte primero.
Ese día se había sentido raro desde el comienzo, por primera vez en años, los insumos y alimentos llegaron a tiempo. Draco simplemente los recogió con lentitud, ya que su cuerpo no era como antes, delgado y pálido hasta el punto de parecer un cadáver por la falta de luz, su cabello largo hasta más allá de la mitad de su espalda, quebradizo y sin fuerza. Ahora con 24 años Draco compara los sueños de su yo de 11 años y su realidad.
Que gran decepción seria para ese pequeño e ingenuo soñador.
Abrió una de las latas de frijoles con carne y el dejo calentar un sartén ya viejo.
Debió parar cuando noto el sabor extraño, pero no se detuvo, el sabor, el aroma, en definitiva, era una poción, cuando se dio cuenta de esto ya era tarde, sus extremidades dejaron de responder y el cayo inmóvil sobre el comedor, pero muy consciente.
Draco quería mantenerse tranquilo y lo logro en gran medida hasta que los sonidos de apariciones se activaron en el salón principal, después de los pasos que se acercaban, Draco no reconoció a nadie en cuanto vio sus rostros.
Sabía que no venían con buenas intenciones, aunque todos ellos venían con uniformes de aurores, muchos incluso se veían de su edad, uno que otro un tanto mayor. Sus rostros distorsionados por las risas. Draco no tuvo que adivinar para que habían venido. El primer golpe hacia el costado derecho de su cuerpo logro tenderlos sobre el suelo de espaldas.
Incapaz de moverse recibió cada golpe sin que al menos se le permitiera gritar para aliviar el dolor. Hacía años que no sentía un golpe o una herida. Aunque esto no se asemejaba al dolor del cruciatus que su tía Bellatrix le lanzaba más de una vez con la excusa de soportarlo, Draco realmente creía que era solo por su absoluta diversión enferma.
Parecieron horas y Draco estuvo seguro de que tenía más de un hueso roto y sangre escurriendo por su rostro.
Cuando se retiraron, Draco creyó que había terminado, que eso sería todo, pero luego lo escucho, invocaron el fiendfire desde el salón por donde habían aparecido y luego se fueron.
Las lágrimas que Draco había contenido todos estos años desde su ingreso a Azkaban, el abandono de su madre, la muerte de su padre, todo escapar en ese momento, porque sabía que este era el fin, el fiendfire el mismo que había terminado con la vida de Vince la noche de la batalla de Hogwarts, Draco aún tenía pesadillas con eso.
Entonces era así como también estaba destinado a dejar este mundo.
El fiendfire parecía no ser lo suficientemente fuerte como para escapar con total descontrol, pero avanzo rápido, el humo alcanzo a Draco antes que el fuego mismo.
Entregarse a la muerte ahora era incluso más aterrador de lo que había esperado en un inicio.
Divagar por los años pasados con su mente solo le rectifico que en realidad este mundo no lo necesitaba para seguir adelante, en realidad todos habían seguido sus caminos, sus amigos se habían ido y sus rivales lo olvidaron, pero no fue eso lo que termino por Sacar las lágrimas silenciosas más desgarradoras de Draco.
Fue el recuerdo de unos ojos verdes, mirándolo con total tristeza y compasión.
Incluso en sus últimos minutos de vida, Potter había hecho su aparición en su mente, sacando de su garganta las últimas palabras que no podían ser dichas.
El fuego ya había llegado a su cuerpo, quemando la piel de su brazo izquierdo primero, carbonizando su piel en carne viva.
Estaba listo para irse después de sentir este dolor, pero luego escucho gritos a la distancia, una voz que reconocería en cualquier parte.
Ya era tarde, sentí que este cuerpo no resistiría más, si tan solo hubiera llegado antes.
Luego la puerta del comedor se abrió de par en par, y escucho esa misma voz llamarlo desesperadamente mientras el fuego se alejaba y se extinguía, esa cabellera castaña oscura y esos ojos verdes que tanto atormentaban sus sueños.
Casi estaba seguro de que esto era una alucinación de su mente torturada, Harry Potter jamás mostraría tal angustia por él, jamás se arrodillaría a su lado, gritando órdenes a quien sabe quién, acunando la cabeza de Draco sobre su pecho.
Esto definitivamente era una alucinación, una que removió su ya devastado corazón, ¿por qué su mente le jugaría esta jugarreta justo antes de dejarlo ir?
—Malfoy, resiste, tienes que. —Draco escuchaba partes de los ruegos desesperados y la voz cargada de emoción de Harry, pero ya era tarde, demasiado tarde para ambos. —Malfoy, ¡Malfoy, Draco!
Draco sintió como la poción dejaba de hacer efecto lentamente, los suficientes como para que, con su último aliento, con la voz apagada y rota, Draco dijo lo que tantas veces había querido decir, pero que nunca estuvo destinado a pasar.
—Yo… Tú, estás aquí. —Menciono con una sonrisa dolorosa, pero agradable. —E-Estás aquí.
Harry ascendió sin poder decir palabra alguna.
—Yo siempre… te he a-amado, H-Harry Potter. —Habría querido decírselo al verdadero, con todas las palabras que el mundo pudiera darle ya que un te amo no podía explicar la inmensidad de sus sentimientos, pero fue todo lo que alcanzó a decir antes de que su vista ya borrosa empezara a tornarse más y más. oscuro. —Y siempre… —Su voz se quebró y la palabra voló en el aire, inconclusa para siempre, porque Draco Malfoy se había ido.
Harry Potter / 22 de noviembre del 2004
Habían llegado demasiado tarde, el cuerpo de Draco Malfoy ahora yacía cada vez más frío entre los brazos de Harry, incapaz de soltarlo y dejarlo ir, había fallado, le había fallado por segunda vez y ahora no había manera de que regresara.
La sangre de Draco ahora cubría su uniforme de auror, su cuerpo a medio calcinar y su rostro ensangrentado, pero aun así Harry podía ver a Draco, uno que había sufrido en silencio durante años en esta casa y no solo se refería a su sentencia.
Harry no quería soltar, no después de haber escuchado sus palabras, Draco lo amaba, lo había amado y el, Harry, no hay podido salvarlo nunca, no en su sexto año, porque había sido lo suficientemente estúpido para creer que su obsesión con Draco. era única y exclusivamente por sus sospechas sobre si era o no un mortifago, no pudo salvarlo cuando en séptimo año lo dejo atrás en esa casa, sin barita e indefenso después de haberle salvado la vida al no delatarlo, no pudo salvarlo hace seis años cuando la condena impuesta fue mucho más fuerte de lo que merecía alguien que había hecho lo necesario para salvar a su familia ya sí mismo, y ahora le había fallado completamente porque tenía el cadáver cada vez más frío de Draco Malfoy en sus brazos después de que tan solo segundos antes de morir, el muy egoísta le confesara que siempre lo había amado.
Esa con seguridad era la declaración más destructiva que Harry había escuchado nunca, porque él también quería a Draco, fue un obtuso durante años, pero su incapacidad de estar mucho tiempo sin actualizaciones de él y la constante presión sobre su pecho fueron bastante esclarecedoras a lo largo del tiempo.
Esos sueños que llegaban de la nada y donde Draco le sonreía mientras se sujetaban de la mano, luego una mirada cargada de emoción y después un beso.
Estaba tan perdidamente enamorado, pero su amor silencioso no le sirvió de nada a Draco, de todas las formas, ahora lo tenía en sus brazos completamente inerte.
Ron Weasley / 22 de noviembre del 2004
—Compañero, tienes que soltarlo, la investigación tiene que hacerse, debes dar tu declaración. —La voz de Ron llego tras él y Harry sintió una de sus manos sobre su hombro, pero no podía obligarse a mirarlo, no ahora mientras las lágrimas inundaban su rostro y lo único que quería era que Draco volviera, lo quería de vuelta.
Harry no podía, era prácticamente imposible que dejara a Draco. —No puedo, yo… —Harry se quebró. —Solo le faltaban tres años y podría haber ido, solo tres años y…
Ron lo detuvo, no podía seguir viendo a su amigo de esta manera. Ya sabía que Harry sentía algo por Draco Malfoy, con la terrible separación que tuvieron el y Ginny pocos meses después de que Malfoy había salido de Azkaban, ella les contó sobre todo y después Harry realmente les explico.
Ron mentiría si dijera que tomo de buena manera la noticia, de hecho no le hablo a Harry durante semanas al igual que buena parte de su familia, pero con el tiempo sus propios sentimientos fueron irrelevantes, Harry no necesitaba ser juzgado por amar a alguien que le había hecho la vida imposible durante años, eso él ya se lo reclamaba constantemente, Ron sabía que Harry habría podido vivir con el sentimiento si creyera que Malfoy no los correspondía pero con lo de hoy Harry quedaría devastando y si había o no una posibilidad de reconstrucción, Ron no lo sabía.
¿y poque?, Porque el maldito Draco Malfoy tuvo que decirlo, tuvo que decir las únicas dos palabras que Harry jamás creyó que escucharía, todo esto en su lecho de muerte.
Ron tuvo que hacer un gran esfuerzo para separar a Harry del cuerpo carbonizado de Malfoy y no mentiría, esto no se veía bien para nadie, ni para los aurores, para el ministerio, demonios, incluso para el maldito diario el profeta que esparció el caos. y la desinformación.
Tuvieron que aturdir a Harry cuando estaban retirando el cuerpo de la escena y le habían pedido a Ron llevarlo a su casa, no solo porque era su mejor amigo, sino porque nadie más en la fuerza de aurores realmente sabía en donde vivía Harry.
El número doce de Grimmauld Place siempre había conservado el fidelius.
Ahora, horas después, Hermione llegó y tanto ella como Ron no se atrevieron a dejar el lugar sin antes ver como despertaba a Harry.
Todo había estado realmente muy mal durante meses, mejor dicho años en realidad, desde la revuelta de Azkaban las olas se habían agitado, Alguien movió los hilos desde afuera pero no era una reunión de los mortifagos lo que tenían que vigilar, era todo lo contrario , después de días de investigación, Harry y Ron descubrieron que algunos puntos de la historia de los guardias no encajaban, como su afirmación de que los reclusos habían salido de sus celdas y atacado a los guardias, en primer lugar las cerraduras no habían sido forzadas, de hecho habían sido abiertas con magia, sí, pero desde el exterior y la mayoría de los cuerpos encontrados, entre ellos el padre de Draco, habían sido encontrados adentro sin que la celda mostrara alguna señal de que el cuerpo hubiera sido arrastrado desde el exterior de la celda hacia el interior.
Gracias a eso tanto Harry como Ron investigaron en silencio, temiendo que sus sospechas sobre un agente externo sobornando a los guardias fuera real, pero ¡oh sorpresa!, los registros de transacciones de Gringotts de todos ellos mostraron un claro aumento en sus depósitos, sin que esto correspondiera a su salario.
Unir los puntos no fue difícil después de todo y una vez interrogados todos con veritaserum revelaron la verdad que conocían.
Sin nombre o caras, porque aquel que hacía esto estaba cubriendo sus huellas muy bien. Por desgracia, nada de esta información pudo hacerse pública, en ese momento la opinión de la sociedad ya era muy voluble, una vez se enterarán del arresto de los guardias, pensarían que el gobierno estaba favoreciendo el bienestar de los mortifagos a costa de sus vidas.
La investigación siguió durante un años, pero cuando no se vio ningún otro movimiento y no hubo avances el jefe de aurores decidió que el caso debía cerrarse y enterrar, algo con lo que Harry no estuvo para nada de acuerdo, pero, aun así, no era su decisión.
Pero hacia seis meses, empezaron los asesinatos, y no cualquier tipo de asesinato, de mortifagos, tanto desertores, en fuga y buscados e incluso aquellos que ya habían cumplido su condena o estaban en sus hogares cumpliendo la misma.
La primera alerta fue Theodore Nott, exiliado en América después de ser localizado en fuga y con otro nombre, había aparecido muerto en su propia casa, mejor dicho, torturado y asesinado, se habían encontrado rastros del hechizo cruciatas en su cuerpo.
Eso había alertado a Harry de inmediato, pero todos creyeron que era un caso aislado, incluso Ron lo había creído así y ahora se arrepentía mil y una veces.
Amycus Carrow fue la siguiente, un fugitivo encontrado en Italia, quemado vivo y reportado por el ministerio francés.
A este punto Harry actuó por su cuenta, sin esperar a que lo escucharan. Había viajado hasta la mansión Malfoy sin autorización y colocado un Hechizo de alerta si alguien se acercaba a la propiedad.
Se suponía que nadie debía acercarse a la mansión, la comida y objetos para Draco se enviaban por red Flu y nadie podía visitar la propiedad así que no tendría que avisar a Harry nunca.
Ron no supo nada del hechizo hasta hoy, cuando Harry se levantó exaltado, corriendo lejos de su escritorio y le grito que consiguiera refuerzos para llevar a la mansión Malfoy, alguien había cruzado e ingresado al lugar.
Al llegar la mansión ya estaba mayormente en llamas y Harry ya había derribado los escudos, los invasores quedaron tendidos en el jardín no porque Harry los hubiera aturdido, sino porque su amigo, había reforzado las protecciones para que nadie saliera poco antes de apagarlas en cuanto los intrusos chocaron con ellas y quedaron inconscientes.
Un grupo de cuatro hombres y dos mujeres, todos vestidos como Aurores.
Los refuerzos se encargaron de ellos, pero Ron corrió tras Harry cuando lo vio entrara al lugar en llamas. Esto era Fiendfire, difícil de controlar, basto con que Ron diera un paso y las llamas le cerraron el paso para mantenerlo afuera.
Llamó a Harry durante un minuto entero, preocupado por su amigo, pero en ningún momento recibió respuesta, casi había optado por saltar al fuego sin importar el que, pero luego las llamas comenzaron a extinguirse, como por si solas. Con eso Ron pudo ingresar y buscar a su amigo para encontrarlo demasiado tarde, sus manos rodeaban el cuerpo de Draco, gritando su nombre mientras lo presionaba contra sí mismo.
Incluso había logrado escuchar la última declaración del maldito Draco Malfoy.
Harry Potter / 23 de noviembre del 2004
Harry sabía perfectamente que no estaba consciente, no podía estarlo, no con la imagen que tenía justo frente a él, recordado perfectamente como había estado a punto de arrebatar el cuerpo de Draco de las manos de los especialistas en lo que quedaba de la mansión Malfoy, pero ahora se encontraba en un lugar oscuro rodeado de pequeños puntos brillantes flotando a su alrededor en completa calma, como si fuera una galaxia llena de estrellas.
Peor no fue eso lo que trajo la atención de Harry, fue la gran figura espectral que se alzó frente a él, por poco podría haberlo confundido con un dementor, pero el hecho de que, en vez de un negro profundo, en el interior de la capa pudiera ver la escasa figura de algo, le dio un poco más de confianza, esto no era un dementor o, por el contrario, se habría abalanzado hacia Harry en cuanto lo vio.
—Harry Potter —Dijo la voz espectral que provenía de la figura, una vos inquietante y profunda. —No creí que te vería tan pronto de nuevo, pero aquí estamos.
Esas palabras confundieron aún más a Harry, no recordaba haber topado con una criatura como esta en el pasado, lo recordaría. —Bueno, yo te conocí, pero me temo que tú a mi no. —Completo la criatura antes de flotar un poco más cerca y guardar unos Segundos de silencio antes de continuar. —Aun así, no es sobre tu vida que debes decidir el día de hoy.
Harry sintió como si un hoyo negro se instalara en la boca de su estómago, junto con la confusión en su mente. —A que… —Tartamudeo. —¿A qué te refieres?
La criatura no espero otra pregunta, apartándose del camino lentamente y flotando hacia el costado, extendiendo una mano huesuda y casi esquelética hacia un de las estrellas que lentamente perdía su brillo, una estrella que había sido alejada del resto y que brillaba en plateado flotando hacia ellos.
Cuando la estrella floto hasta rosar los dedos de la criatura, la intensidad de su luz que provino de la pequeña estrella, se disparó, cegándolo por un instante y obligando a Harry a cubrir sus ojos, aunque la luz desapareció tan rápido como lo llegó, dejando atrás una incomodidad en Harry que paso con los segundos.
Cuando volvió a enfocar su mirada en la criatura está ya no extendía su mano hacia la estrella y la misma había desaparecido, siendo reemplazada por un cuerpo humano suspendido en el aire de manera vertical, era Draco.
Esto no era real, no podía serlo mientras el dolor regresaba a su pecho, fuera de este sueño el verdadero Draco ya no estaba con vida.
Aun sabiendo esto, Harry era incapaz de no moverse y extender sus manos hacia el frente para tocarlo.
Su rostro se veía relajado, los ojos cerrados y el leve movimiento de una de sus manos delataba que este no era un cadáver, aunque el frío de su piel quisiera convencerte de lo contrario, aun así, ahí estaba. Las lágrimas de Harry no pudieron contenerse por más tiempo, podía tocarlo, podía tocarlo de nuevo, aunque Draco no abrió los ojos para mirarlo y responder su gesto.
—La muerte de Draco Lucius Malfoy no debió ocurrir el día de hoy, el destino de él y el futuro que se tenía ya no son factibles. —La criatura se giró en su dirección, como si estuviera viéndolo a él directamente. —El problema aquí es que ese futuro es importante, uno que el destino no puede darse cuenta del lujo de perder o corremos el riesgo de que cause una reacción en y que personas con destinos ligados al suyo, con tareas importantes, acaben su vida de manera muchísimo más trágica y prematura.
El corazón de Harry se aceleró sin querer ante estas palabras, eso significaba que está criatura, realmente le estaba ofreciendo traer a Draco a la vida, imposible, todos los registros indican que una vez muerto ya no hacen parte de este lado del velo, no pertenece aquí.
—¿Que estás diciendo? —Preguntó Harry, conteniendo las emociones en su voz sin mucho éxito, ya que la anticipación, alegría, deseo y después tristeza, todo se mezclaba mientras sus ojos viajaban de la criatura a Draco, y sus dedos acariciaban su mejilla suave, increíblemente delgadas pero suave a su toque.
—Hay una alternativa —respondió la criatura.
—¡Los muertos no pueden regresar al mundo de los vivos! —Declaró Harry incapaz de seguir fingiendo que no conocía una verdad universal.
La criatura guarda silencio por unos segundos. —Draco Malfoy, aún no ha completado el círculo. —Contesto con lentitud la criatura, sorprendiendo y asustando a Harry. —La anomalía que provocó su muerte le impide completarlo. Su tiempo se agota y una vez que se termina, Draco Malfoy vagará como un alma en pena por la tierra, para ese entonces no podremos hacer nada y el destino se habrá quebrado sin posibilidad de reparación.
Esto era una sorpresa, peor aún si esto era un sueño o no ya no era relevante, Harry tuvo que contener se malestar. — ¿Cómo se puede solucionar? —La desesperación que comenzó a instalarse en su pecho se filtró por sus palabras.
—Su alma en este tiempo es extremadamente débil, no hay forma de juntarlo nuevamente. —La criatura se detuvo por un instante y luego continuo. —En el pasado su alma puede ser fusionada con su cuerpo en ese entonces.
Harry se encogió y sin pensar se retiró levemente de Draco. La vida del joven no había sido agradable por muchos años. —A cuando lo quieren regresar? —Preguntó con algo de precaución.
—Primero de Septiembre de mil novecientos noventa y uno.
Harry se atraganto y de inmediato negó al escucharlo. —¡No, no pueden! —Más allá de la estúpida rivalidad que empezó ese día, Harry no quería que Draco reviviera toda la guerra, que sufriera por decisiones que otros tomaron en su nombre. —Él tendría que…
—Hay más. —Interrumpió la criatura. —Debido a lo debilitado de su alma, es imposible para nosotros borrar sus recuerdos de esta vida. —Parecía que eso indicaba una molestia para la criatura. —Antes de darte esta alternativa, se sopesaron los pros y los contras de enviar a alguien del futuro hacia el pasado, en específico alguien con importancia inmediata. Observando tanto los pensamientos como los sentimientos de Draco hacia el final de esta vida, entendemos que sus decisiones pueden variar, pero al mismo tiempo, creemos que no dañará ciertos eventos que deben ocurrir para que no perdamos más estrellas en nuestro cielo.
Algo en las palabras de la criatura lo inquieto. —Parece que no están seguros. —Puntualizó Harry.
—Una vez lo regresamos, este tiempo será irrevocablemente alterado, no podemos prever nada con sus nuevas decisiones hasta que comience a tomarlas y una vez sea así, seremos incapaces de intervenir. —La criatura dejo escapar algo como un suspiro cansado si es que eso era posible. —Su importancia para el futuro es muy grande, por eso estamos dispuestos a arriesgar el pasado, confiando en que sus cambios no arriesguen la vida o rasguen más el destino que intentamos reparar.
Harry no se creía capaz de contradecirlo, tal vez si Draco tenía esta segunda oportunidad podía asegurarse de tener una mejor vida. Pero no era tonto, sabía que cualquier cambio podría cambiar mucho de su futuro actual, ¿Qué tan importante era Draco?, ¿para quién representaba tanto cambio?
—Tú. —Respondió la criatura sin que él hubiera preguntado en realidad. —Tú futuro y el de Draco Malfoy estuvieron ligados desde antes de que nacieran.
Y vaya que Harry lo sabía. —Fuimos rivales desde que nos conocimos y no creo que hubiera cambiado si Draco siguiera vivo. —Draco era orgulloso, estaba más próximo a desaparecer de Inglaterra para siempre en cuanto cumpliera su sentencia que de confesar sus sentimientos. Si Harry no hubiera llegado antes de que Draco respirara su último aliento jamás se habría enterado de que sus desenfrenados sentimientos eran correspondidos.
Ante esto la criatura no hizo un comentario, guardo silencio ante los pensamientos de Harry, está criatura lo sabía mejor, pero era inevitable no ver esta parte con claridad.
— ¿Cuál es tu decisión?, tu debes decidir. —Dijo la criatura, trayendo a Harry la confusión nuevamente.
—¿Por qué yo?
Las manos de la criatura se movieron nuevamente, creando frente a ellos con algunas de las estrellas una figura, un símbolo que Harry jamás podría olvidar. —Tu eres el amo de la muerte, debes decidir y con premura, porque el tiempo se está agotando. —Las palabras de la criatura golpearon a Harry con fuerza mientras observaba el símbolo de las reliquias de la muerte. No había pensado en las reliquias desde hacía años, entonces… ¿esto en verdad estaba ocurriendo?, Una vez, cuando murió, Dumbledore le dijo que no porque estuviera ocurriendo en su mente significa que no fuera real.
La criatura volvió a agitar una de sus manos, y la figura se dispersó en el aire.
—No soy alguien imparcial para tomar esta decisión.
—Lo sabemos.
—Seria egoísta por una vez y lo elegiría a él.
—Lo sabemos.
La clara indiferencia de la criatura que ahora Harry pensaba, y con razón, que era la muerte, parecía ser todo el permiso que necesitaba, pero…
—Yo recordaré todo esto?, ¿también lo recordaré cuando el regrese? —Tal vez si el también regresaba, si lo hacía, su rivalidad con Draco no le impediría ver la verdad y profundidad de sus sentimientos.
La muerte se giró para verlo. —No, tu no harás este viaje, solo Draco Malfoy —Respondió, señalando el cuerpo de Draco. —Cuando despiertes hoy, será el 23 de noviembre de 2004, la realidad que te recibirá será el resultado de lo que él haya hecho en el pasado, para ti pasarán horas, pero para Draco Malfoy, habrán sido tres años después de haber regresado al pasado. —Las pocas esperanzas de Harry se derrumbaron. —Sin embargo, te dejaremos este regalo para ayudarnos en nuestra tarea.
La mano huesuda y pálida que antes había señalado a Draco, se movió con lentitud para quedar justo frente a él, señalando el espacio entre sus cejas. —Durante estos trece años tu mente no tendrá recuerdo alguno, pero al despertar recordarás esto e incluso tu primera vida antes de permitirle regresar. —Harry sintió calor agradable que se desprendía de su frente. —Lo que hagas con eso en tu nueva realidad, ya no es asunto nuestro.
Con cada palabra de la muerte, Harry vio como el cuerpo, o mejor dicho el alma de Draco se fragmentaba en pedazos brillantes que se disiparon rápidamente. Sintió una presión en el pecho, mientras las lágrimas se derramaban lenta y silenciosamente por sus mejillas, Harry lo quería lo amaba y esperaba que tuviera una buena vida.
Poco a poco, del cuerpo de Draco no quedó nada, las piezas pequeñas y brillantes se fueron volando y en el espacio ahora solo quedaban la muerte y el.
—Gracias. —Dijo Harry.
Esta vez la muerte hizo una pequeña inclinación con la cabeza. —No, gracias a ti maestro.
El eco en la voz se hiso más fuerte y Harry noto que todo a su alrededor se difuminaba.
Fue como si un vacío se instala en su estómago y en un segundo la imagen ante él se desvaneció, sus ojos se abrieron mientras su respiración se agitaba. Todo a su alrededor oscuro y de lo único que Harry estuvo seguro era de que empezaba un dolor de cabeza horrible y tenía una cama debajo de su cuerpo.
Por un instante Harry no supo que lo despertó con tanta fuerza que incluso su respiración se agita, no era una pesadilla, ni tampoco un sueño en particular, pero entonces porque…
Luego llegaron las imágenes de una nueva vida que se filtró en su cabeza, esta segunda oportunidad lo golpeó con fuerza, empeorando el dolor que antes era incipiente, una vida que no recordaba antes pero que ahora le trajo de vuelta el dolor, dos vidas batallando. por ocupar un espacio en su memoria.
Fue como una inundación, terminando en tan solo segundos y dejando flotar un único nombre en su cabeza que se escapó de sus labios con un susurro lleno de anheló.
—Draco.
Chapter 2: Sombras del pasado
Summary:
Al abrir los ojos lo que vio no era la imagen demacrada y cansada que lo había seguido durante años, no era un joven adulto demasiado delgado, con la piel cenicienta, ojos cansados y agobiados, no ahora frente a él tenía la vista de un pequeño niño adorable, mejilla llenas, cabello brillante, aunque peinado de una forma que había dejado de usar hacia más de una década, piel brillante y saludable.
—Esto es imposible.
Notes:
Draco ha regresado al pasado y los recuerdos le estan pasando factura.
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Chapter Text
El sonido poco a poco lo trajo de regreso a la realidad, pero no sabía que estaba pasando, en un momento Draco había tenido a un Harry Potter sosteniéndolo como si su vida dependiera de ello. Draco sostenía que debía ser nada menos que una alucinación creada como última para distraerlos del dolor de la muerte, incluso ahora escuchaba como su voz desesperada se alejaba lentamente mientras las voces a su alrededor se hacían más fuertes.
Su visión se aclaró lentamente y las figuras a su alrededor se volvieron nítidas, más allá de ser simples manchas de colores empezaron a definirse hasta que, frente a él, Draco distinguió dos rostros que estaba seguro que no volvería a ver ni en vida ni mucho. menos en su muerte. —Es oficial, seguro estoy muerto. — Susurró Draco mientras sus ojos se abrían con total sorpresa.
— ¿Estás segura de que no se golpea la cabeza al caer? —Ante es voz Draco giro su rostro con brusquedad, tan solo para toparse con otro rostro de su pasado.
Frente a él los rostros de Pansy Parkinson y Blaise Zabini lo observaban llenos de preocupación, mientras que a su lado se encontraban Theodore Nott, Vincent Crabbe y Gregory Goyle.
Esto no era un sueño o algo parecido, no, esto era una pesadilla, todos ellos habían desaparecido de su vida hacia años. La garganta de Draco se cerró mientras recordaba como Vince gritaba, cayendo hacia el fuego demoníaco, el dolor en sus ojos mientras se convertía en cenizas. Su respiración se agitaba en cuestión de segundos, el aire no llegaba a sus pulmones lo suficientemente rápido y Draco estaba seguro de que vomitaría frente a todos aquí.
Lo peor era que estos no eran sus amigos, no, por supuesto que no, los que estaban frente a él no eran las versiones adolescentes y eso fue de alguna manera mucho más aterrador. Estos eran niños de mejillas rellenas y rosadas, ojos brillantes.
Esto era demasiado, tenía que salir de aquí, estaba entrando en pánico, colapsaría frente a todos ellos.
Cuando Pansy, o mejor dicho la versión casi bebé de Pansy, estiro sus manos con intención de tocarlo, pero Draco por reflejo la retiro con rapidez, observándola con ojos grandes y aterrorizados.
—Draco… —Susurró Theo a su lado, pero fue interrumpido cuando Draco de manera súbita se puso de pie y sin decir nada, corrió hacia la puerta, abriendo paso en el vagón excesivamente lleno y escapando a toda velocidad por el pasillo. Si Draco hubiera sido capaz de Gritar, o dejar escapar una sola palabra, definitivamente lo habría hecho.
Él ignoro el cómo sus compañeros lo llamaban desde el vagón y corrió, corrió como si no hubiera un mañana y tal vez no lo habría, esto debía ser una alucinación de su mente poco antes de dejar el mundo de los vivos, tal vez un recuento. de su vida, algo, pero esto no podía ser cierto.
En medio de su huida frente a él aparecieron dos figuras que se encontraban a las afueras de un vagón, Draco no pudo ver esquivarlos y la colisión fue tanto aparatosa como escandalosa.
El niño cayo hacia un lado, de cabello oscuro, mientras que la niña grita por la sorpresa mientras caía al lado del niño con ojos asustados y confundidos, Draco se tambaleo por el choque y evitando la caída solo cuando se sujetó del borde de la puerta. del vagón y sus rodillas tocaban el suelo. —Yo… Yo lo siento mucho, es… —Las palabras quedaron nuevamente atoradas en su garganta una vez pudo ver quienes se encontraban dentro del vagón.
La pesadilla no terminaba.
Frente a él se encontró con un niño de ojos verdes, claramente sorprendido y por supuesto uno cuya cabellera rojiza resaltaría a cualquier lado a donde fuera, eran Harry Potter y como siempre a su lado Ron Weasley. El pánico que ni siquiera había disminuidos, definitivamente lo hubiera derribado si no se encontrara de rodillas en el suelo justo ahora.
—¿Qué crees que haces? —La voz aguda vino de afuera del pasillo. Draco gira su rostro nuevamente solo para encontrarse con más fantasmas. Resultado ser que la pequeña niña con la que había chocado era, nada más y nada menos que la mismísima Hermione Granger que se encontraba ayudando a levantar a Neville Longbottom. — ¿Quién corre de esa manera por un tren? —Replico nuevamente las niñas esta vez viendo directamente a Draco con malestar y desagrado.
Al mirarla, Draco solo podía ver a la adolescente sobre el suelo de su salón, gritando de dolor mientras su tía Bellatrix desgarraba su piel para marcarla de por vida. Sus gritos, si era posible, el poco color que habían recuperado sus mejillas al correr desapareció nuevamente.
Esto debía ser un castigo, sería el castigo por haber hecho tanto mal, no podría haber otra explicación, porque si no estarían todos aquí.
La cara de Draco se distorsiono de dolor, mientras sus respiraciones se descontrolaban aún más. Tal vez esa misma reacción fue la que retiro el ojo de la niña y, por el contrario, en su rostro apareció una expresión de preocupación. —Oye, ¿estás bien? —Pregunto Granger al dar un paso hacia Draco, pero él no lo permitió.
Así como había escapado de sus amigos, Draco en realidad se levantó y corrió de nuevo incapaz de volver a mirar al niño adorable que le recordaba la alucinación más ridícula que había tenido jamás.
Sus piernas temblaron mientras corría y solo se detuvo sino hasta que pudo ver uno de los baños del tren desocupados. Al ingresar cerró la puerta con cerrojo y solo en ese momento se desplomo en el suelo, temblando y con los ojos cristalinos por las lágrimas que comenzaban a desbordarse y empapar sus mejillas.
—Por favor que decida terminar. —Susurro entre lágrimas y la voz susurrante y estrangulada para evitar que alguien escuche desde el exterior. —¡Por favor! —Exclamó con la súplica evidente y dolida.
Si está era la otra vida, realmente estaban torturándolo.
Draco fue incapaz de levantarse del suelo durante quince minutos completos, ahogando sus propios queridos y lágrimas. No era justo, creí que en la muerte lo dejarían en paz, pero no.
Cuando al fin fue capaz de estar de piel, coloco sus manos sobre el lavabo, sus manos temblorosas mientras el intentaba resistir el terror que lo invadía al pensar en la posibilidad. Todos a su alrededor eran solo niños y Draco diría que eran de primer o segundo año, no parecía que se alteraran al verlo o que el notará una diferencia abismal de estatura, sabía a la perfección que él también debía verse como un simple niño.
Y no se equivocaba.
Al abrir los ojos lo que vio no era la imagen demacrada y cansada que lo había seguido durante años, no era un joven adulto demasiado delgado, con la piel cenicienta, ojos cansados y agobiados, no ahora frente a él tenía la vista de un pequeño niño adorable, mejilla llenas, cabello brillante, aunque peinado de una forma que había dejado de usar hacia más de una década, piel brillante y saludable.
—Esto es imposible. —Y no había manera de decir que no lo era, literalmente se estaba viendo a él mismo como un pequeño Draco, al ver sus túnicas aún sin clasificar podía decir que definitivamente este era su primer año. —¡Que está pasando! —Exclamó alterado mientras volvía a sentir el piso bajo sus pies como si fuera gelatina.
Esto era simplemente imposible, es decir, se había pellizcado, incluso cacheteado para despertar, estaban a punto de llegar a la estación de Hogsmade.
Tampoco había un torturador especializado solo para él, solo estos fantasmas que tiraban de sus recuerdos más horrible y que en realidad, en su mayoría pasaban de él. Si Draco pensaba con cabeza fría todo se sentía demasiado real como para será lago de otro mundo, estaba seguro de haber muerto y estaba seguro de que ahora mismo estaba rumbo a Hogwarts para su primer año.
Los viajes en el tiempo sin un Gira tiempo eran imposibles, no recordaba haber tomado ninguno, aunque pudieran, habían sido destruidos en su totalidad en su quinto año, no tenía los detalles, después de todo su vida se fue al diablo ese verano, investigar que había pasado era innecesario para Draco.
Además, con los gira tiempo, tu yo futuro viaja al pasado de manera física y corpórea, este no era el casi, literalmente la mente de Draco había regresado a una mente de un niño de once años, a un cuerpo de once años, no era similar en absoluto.
En medio de sus pensamientos frenéticos, el tren había comenzado a detenerse, tendría que salir y enfrentar esto o de lo contrario pensarían que estaba loco o demente mientras intentaba no parecer alguien de otro tiempo, no era tonto, nada bueno salía de alterar el tiempo.
Cuando el tren se detuvo por completo, Draco espero unos segundos mientras escuchaba a los jóvenes y niños salir de él tren, él lo hizo poco después para evitar a cualquiera que conociera de manera personal.
Sabia con certeza que para este punto muchos ya habrían tomado las barcas mientras Hagrid, el semigigante, se aseguraba de que todos los de primer año las tomarán.
Cuando estuvo cerca, se subió a la primera barca que encontró, tratando de huir de la mirada de Hagrid, mientras los subía a todos, aunque no parecía estar más interesado en él que en otros estudiantes.
Draco subió a una de las últimas con un montón de completos extraños, no los conocía de nada y eso hizo que la experiencia que ya estaba viviendo por segunda vez fuera mucho más soportable, o al menos el intento de algo así ya que ver el castillo de Hogwarts en pie, tan imponente como siempre, sin los rastros de la guerra que una vez se peleó justo ahí, en sus pasillo, destruyendo el lugar que casi llego a considerar su segundo hogar.
El nunca volvió a verlo después de que lo atraparan y enviaran a Azkaban, mucho menos cuando tuvo prisión domiciliaria. Le generaba cierta calidez volver a verlo, pero de igual manera ya no sentía que esté fuera su hogar.
Al llegar al castillo todo paso exactamente igual a como lo recordaba, o bueno, más o menos, realmente no tenía intención de interactuar con Potter para ser su amigo está vez.
Frente a ellos, apareció la profesora McGonagall y la siguieron a través de un camino señalado en el suelo de piedra.
No muy lejos, Draco identificó las voces de los demás estudiantes de Hogwarts en el gran comedor, a diferencia del resto de sus nuevo o, mejor dicho, viejos compañeros, Draco no vio esto con ojos brillaste, más bien veía todo con nostalgia y miedo, en realidad nunca había tenido que enfrentarse a todo lo que le recordaba a la guerra una vez estuvo fuera de Azkaban, solo su hogar y eso ya era bastante estresante y aterrador por derecho propio.
McGonagall los llevo a todos a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. De inmediato Draco pudo ver a los demás Slytherins observándolo fijamente y también a cierto niño y niña cuyo destino pertenecía a la casa Rojo y dorado.
—Bienvenidos a Hogwarts —dijo la profesora McGonagall empezando con el discurso —. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán ser seleccionados para sus casas…
Draco simplemente bloqueo el resto del discurso introductorio de McGonagall, lo había oído ya una vez y aunque habían pasado años, recordaba el tema central de esto.
Draco volvió a prestar atención una vez los hicieron avanzar, el espectacular desfile de fantasmas dejaba de ser tan agradable cuando estabas más nervioso por lo que vendría después.
Draco no se dio cuánta de cuando Vince y Greg llegaron a su lado y aunque no hicieron ninguna especie de ruido adicional Draco no estaba seguro de poder si quiera mirarlos.
McGonagall los dejo a fuera de las puertas del gran salón, en ese momento Draco realmente no estaba interesado en nada más que en saber qué es lo que estaba pasando, ni siquiera se dio cuenta de que Potter y Weasley estaba junto frente a él discutiendo como sería la selección, obviamente ambos estaban aterrados.
Sin querer Draco escucho su conversación.
—¿Cómo crees que se haga la selección? —Escucho Draco que le preguntaba Harry a Weasley.
—Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.
—Por supuesto que no es una prueba, quien haría sufrir a niños de once años— Susurro las palabras de Draco fueron más rápidas que su propia conciencia para no meterse en esto, ni siquiera le importaba que pensaran Weasley o Potter en esto, pero cuando se dio cuenta ya era muy tarde.
Cuando se dio por enterado, los ojos molestos de Weasley ya estaba sobre él y a su lado estaba Harry, lo suficientemente curioso o mejor dicho intentando disimular su curiosidad para congraciarse con Weasley, patético.
La primera vez que le había advertido a Harry sobre que tenía que tener cuidado con quienes elegía como compañía, era cierto, aunque como un niño prejuicios, siempre tenía que meter la clase por delante y arruinar una charla perfectamente directa y sin malicia.
Al final, el cuarto años cuando Weasley abandono a Harry al igual que todo, pensando que él había puesto su nombre en esa copa, demostró su punto. Draco nunca estuvo realmente convencido, pero él no importaba, porque no era amigo de Harry, Weasley lo era y se suponía que debía conocerlo mejor, pero el abandono a Harry tan rápido como el resto.
Después, en su muy tortuoso sexto año, Draco escucho como Colagusano hacía mención de este hecho, diciendo que Barty Crouch Jr. había hecho un excelente trabajo al introducir el nombre de Harry en la copa y ahí Draco confirmo sus sospechas, Harry nunca había querido participar.
El punto aquí es, que, en este caso, no se arrepiente de haber advertido a Harry antes, y lo seguiría manteniendo en esta nueva realidad, tiempo, pasado o lo que fuera.
—¿Y tú?, como sabes cómo se hará la selección, eres nuevo al igual que nosotros. —preguntó con la animosidad burbujeante en su voz, él sabía perfectamente quién era, pero bueno, le concedería el deseo.
—Soy Draco Malfoy. —Respondió con naturalidad, en este momento la molestia que sentía superaba con creces el trauma que venía con el ingreso al Gran Salón. —Y se quién eres tú, y tus hermanos incluso el nombre de tú padre.
Weasley se vio un tanto confundido, tal vez esperando aún un insulto de su parte, pero luego se recuperó. —Y tú eres el hijo de Lucius Malfoy —El desprecio era bastante evidente al decir el nombre de su padre y tal vez en el pasado hubiera saltado en su defensa, pero en este momento, cuando ya lo había visto humillando y suplicante frente a un maníaco, realmente no tenía que defender.
Draco giro los ojos y continuo —Respondiendo a tu pregunta, mi padre me contó todo sobre la selección, además de que esto se encuentra en el libro sobre la historia de Hogwarts, ninguno de ustedes se tomó la delicadeza de leer. —Draco ni siquiera se molestó en mirar a Weasley quien casi salto en su puesto totalmente dispuesto a responder a su comentario, pero fue interrumpido cuando las puertas del gran comedor se abrieron.
Draco fingió calma y control como lo había hecho durante años mientras estaba en la mansión, aunque el temblor en sus manos y el sudor que empezó a perlas su frente cuando, vio el techo encantado, las velas flotando, las mesas a lo largo del salón, llenas de estudiantes.
La última vez que vio este lugar era prácticamente piedras rotas y cuerpos tanto de estudiantes como de moritifagos, tantas vidas perdidas gracias a un maníaco psicópata.
La profesora McGonagall les indico formar filas y avanzar mientras que cada mirada se encontraba en el nuevo grupo de pequeños magos ingresando, a él le había parecido tierno hasta cierto punto cuando era uno de los mayores y no habían mortifagos aterrorizando a las pobre criaturas en sus primer año.
Pero esos eran tiempos distintos.
Draco incluso escucho a un Hermione muy menos susurrar a una chica a su lado, «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en Historia de Hogwarts».
Al menos alguien del trio dorado se preparaba, este pensamiento lo distrajo un poco del terror.
Al final de su caminata, vio como la profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a todos ellos. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El
Sombrero estaba remendado, raído y muy sucio tal como lo recordaba.
Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió y una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca para que el sombrero empezará con su canción:
Oh, podrás pensar que no soy bonito, pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré…
Draco no escucho más, se había olvidado por completo de esto, ¿El sombrero sabría que no era de esta época?, ¿lo denunciaría?
Draco sabía lo que pasaba con los infractores que jugaban y alteraban el tiempo, y no creí que los aurores fueran benevolentes, aunque les asegurará que no había sido su intención y ni siquiera sabía cómo había llegado aquí.
Draco desvió su mirada hacia el dúo frente a él, ignorando a propósito a Vince y Greg para mantener su propia cordura. Observó como Weasley parloteaba como si no hubiera fin, sin notar la reticencia de Harry en el proceso, no sabía si eran los nervios o algo más, pero era obvio.
Draco suspiro. —Estarás bien, el sombrero lo hará todo. —Fijo Draco al aire, aunque su mirada estaba en Harry, por supuesto el otro chico lo noto y con la confusión en su rostro agradeció y se concentró en mirar hacia el frente.
En realidad, no sabía para que intentaba hablarle, podría haber estado pensando en su propia existencia y en como este sombrero podría descubrirlo, pero no había pasado por alto las palabras de Weasley en su contra.
«Oí hablar sobre su familia, son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien-tú-sabes desapareció. Dijeron que los habían hechizado.
Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro».
No había sido para nada discreto, aunque bueno, la comadreja nunca tuvo esa capacidad.
En esta realidad no entendía porque tomar esa actitud, suponía que la mala sangre entre sus familias era irreconciliable y no sería el quien lo cambiara, ya tenía mucho en contra de Weasley como pensar en amistad, se conformaría con no prestarle atención, tal vez con Harry también sería la mejor alternativa, para estos niños todo era bueno o malo, con el tiempo aprenderían aunque Draco no sabía si un héroe tenía la capacidad de pensar de manera tan difusa, además estaba en la naturaleza de los Griffindors ser tan prejuicios, ellos dirían que no pero no tenían por qué opinar en esto.
Después de esto McGonagall dio la instrucción de pasar al frente cuando se indicara su nombre y por supuesto empezaron.
Mientras llamaban los nombres Draco realmente empezaba a sentir la presión, ¿cómo saldría de esta situación? ¿Hubo alguna vez alguien que se escapara de la clasificación?, Draco realmente temía que sería el primer en abalanzarse a una ventana para evitar a ese condenado sombrero.
Antes de que lo llamarán a él tres niños fueron clasificado en Hufflepuff, uno en Ravenclaw y dos en Griffindor, uno de ellos era precisamente Hermione Granger, luego él fue llamado.
Sus pies se movieron por voluntad propia, realmente pensando que la mejor manera tal vez era correr y atravesar una de las ventanas, una idea muy mala e inservible ya que, en menos de un segundo, sintió como el sombrero era colocado en su cabeza. A diferencia de la primer vez, está vez el sombrero no grito su casa apenas tocó su cabeza, aquí empezaba el calvario.
—Vaya, Vaya, Vaya, pero que tenemos aquí. —Siseo el sombrero con lo que Draco quiso creer, era claramente un tono de curiosidad. —Tenemos una mente de otro tiempo, ¿Cómo llegaste aquí Draco Malfoy? tu tiempo en esta tierra termino —Alargando esta última palabra para continuar. —O tal vez acabad de comenzar.
Draco no se perdió el silencio que se hizo en la sala mientras escuchaba la voz de este sombrero en su cabeza, debía terminar con esto rápido antes de llamar demasiado la atención.
—No sé cómo llegué aquí, pero ya sé a qué casa pertenezco, clasifícame rápidamente. —Ordenó con severidad y urgencia.
—Lo haría, pero… ya no estoy seguro de que tu lugar sea Slytherin. —Los labios de Draco se apretaron. —Hay un coraje arraigado en ti Draco Malfoy, harías lo que fuera, y enfrentarían lo que fuera por…
—Soy un Slytherin, ahora y siempre. —Interrumpió Draco sin querer dejarlo terminar con esa frase. Su vida ahora debía girar en torno a si mismo y a su supervivencia aquí, su amor adolescente bien podría esperar o perderse en el tiempo, ya estaba acostumbrado a ver ignorado este sentimiento.
El sombrero guardo silencio por algunos segundo. —Definitivamente ser interesante que hará alguien tan particular como tú en ¡SLYTHERIN!
Grito al final el sombrero, mientras McGonagall le retiraba el sombrero, viéndolo con cierto recelo. Draco escucho las ovaciones desde la mesa que tanto recordaba, cuando era un niño el saber que pertenecía a Slytherin lo llenaba de emoción y alegría, ahora podía ver a muchos de estos niños, enfrascados en una guerra que ni siquiera valía la pena, todo por un psicópata que se había aprovechado de sus mentes débiles.
Además de su corto pero molesto diálogo con el sombrero seleccionador, todo sucedió de la misma manera sus compañeros de Slytherin eran los mismo y por supuesto, del otro lado del salón tampoco hubo cambios. Cuando inicio el banquete, Draco solo pudo tomar un pedazo de carne con puré de papá, no es como si no quisiera comer, llevaba años alimentándose de esa manera y por supuesto se había dado cuenta de que era un mecanismo muy autodestructivo de lidiar con el terror y la culpa por vivir en la mansión, un lugar de tortura y muerte, tal vez una forma de irse de este mundo lenta y dolorosamente, muriendo de hambre.
Hogwarts no se sentía diferente a la mansión Malfoy para él, no importaba que ahora viera rostros sonrientes y brillantes llenos de incredulidad, sabía que eso se oscurecería en unos años o peor aún, desaparecería para siempre.
—Draco, ¿eso es lo único que vas a comer? —La voz de Pansy llamo su atención, ya que no recordaba cuando se había sentado a su lado. Fue solo hasta ese momento que pudo notar que muchos de los ojos de sus amigos estaban sobre él y en efecto, lo veían con extrañeza. —Es muy poco.
Draco negó y le sonrió amablemente. —Hoy no tengo mucho apetito, estoy muy cansado por el viaje. —Pansy nunca había sido involucrada con los mortifagos directamente, su familia se inclinaba más a lo neutral, aunque su padre siempre busco casarla con uno de los mortifagos de un alto cargo, hasta que lo logro, eso devastó a Pansy, por suerte para ella, la batalla final impidió la ceremonia, pero poco después supo que salió del país, que fue de ella, realmente no lo sabía.
El silencio se extendió en la mesa entre ellos.
—Que te paso en el tren Draco. —Pregunto al final Blaise, incapaz de ignorar el elefante blanco en la habitación y aprovechando que estaba justo frente a Draco, flanqueado por Vince y Greg. Al otro lado de Draco, se encontraba Theo. —Desapareciste y luego nos ignorante en los botes y en la selección.
Draco no quería ser un grosero, menos con un grupo de niños, que, para su sorpresa, estaban demostrando una preocupación que no había visto en su primera vez aquí, tal vez porque un eran jóvenes y veían las amistades más por lo que eran, algo agradable y no una obligación social para mantener tu estatus y poder en la sociedad sangre pura.
Draco sintió una punzada de dolor en su pecho, los habían jodido a todos, sus padres arruinaron sus vidas desde el inicio con pensamientos tan ridículos.
—Creo que... —Draco vaciló, en realidad no tenía una buena excusa para eso, no una que no lo hiciera sonar como una niño de mamá, pero estaba bastante cansado y no tenía energía para pensar. —Fue todo muy abrumador, en definitiva, no creo que pase de nuevo, lamento haberlos preocupado.
Para sorpresa de Draco, todo parecieron incluso más distraídos con eso que con su aparente forma de actuar, —¿Te estás disculpando? —Pregunto Theo con un hilo de voz por sobre el libro que había llevado con él y continuado leyendo después de terminar con su plato de comida.
Oh claro, recordaba que era un pequeño muy poco educado y extremadamente mimado en este momento, en definitiva, nunca habría dicho esa palabra.
Draco empezó a sudar frío, no quería desencajar completamente, pero después de tanto años en soledad y siendo un fantasma solitario reflexivo, definitivamente noto lo malo de su comportamiento.
Fue el anuncio de Dumbledore sobre el final del banquete y la llamada de los prefectos lo que salvo a Draco de dar más explicaciones.
Todos los de primer año fueron dirigidos a las mazmorras y después de haberles dado la contraseña, los guiaron a sus habitaciones, aquí sí que hubo un cambio, Draco no recordaba haber tenido de compañero a Theo, por el contrario, su compañero de habitación antes había sido Blaise, ¿qué cambio? Él no podría decirlo con seguridad.
—¿Vas a contestar la pregunta Draco? —Preguntó Theo, una vez se encontraron en sus respectivas camas después de darse una ducha. —¿Porque estás actuando diferente?
Draco no busco más excusas, tarde o temprano se iba a dar cuenta de sus cambios y no quería actuar como un completo idiota para guardar las apariencias. —Llegar a Hogwarts es un nuevo comienzo Theo, debemos madurar. —No era la mejor excusa, pero era lo que tenía.
—Somos literalmente uno niños Draco. —Refuto Theo mientras se recostaba por completo.
Draco quiso decirle que eso no duraría para siempre, pero decidió callar, era mejor dejarlo así por ahora. —Buenas noches Theo.
Pasaron algunos segundos en silencio hasta que el otro niño respondió. —Buenas noches Draco.
Él literalmente cerro el dosel de la cama con un hechizo que evitaría que alguien pasará y muchos hechizos silenciadores, estaba consciente de sus pesadillas, estaba seguro de que podían perseguirlo incluso aquí y no permitiría que Theo, alguien extremadamente observador, lo escuchará gritar de terror cuando para él, Draco era amado y mimado en casa.
Theo por el contrario no, Draco sabía muy poco de la realidad de Theo y nunca supo con certeza lo que pasaba, pero con el tiempo su compañero se había vuelto oscuro y retraído, una vez marcado pareció que le robaron la vida misma, aunque él contó con la suerte de no vivir con el señor oscuro y pudo regresar a Hogwarts una vez termino la batalla final, Theo desapareció de Inglaterra, convirtiéndose en un fugitivo, aunque nunca hizo nada en contra de nadie.
Theodore padre era alguien despreciable que había asesinado a su propia esposa por tener la aprobación del señor oscuro, Theo nunca podría amarlo, y estaba seguro de que, si el señor oscuro le hubiera pedido matar a Theo en vez de marcarlo, lo hubiera hecho, era de aquellos que no tenía salvación.
Los ojos de Draco se cerraron, aunque el sueño llegó a él muchísimo después
Horas después Draco se despertó, sudando, con lágrimas en los ojos y en medio de gritos. Su torturada mente definitivamente sí que lo había seguido aquí junto con todos los momento horrible.
Después de eso no pudo volver a dormir y la mañana siguiente, Draco fue el primer en llegar al gran comedor, aun sintiendo el escalofrió aterrador del lugar y sus manos sudar, estuvo ahí durante un tiempo hasta que lentamente comenzó a llenarse y sus compañeros de casa llegaron.
—¿Que paso en la mañana Draco? —Escucho la voz de Theo a su lado mientras se sentaba y empezaba a seleccionar sus alimentos del día. —Pensé que estarías en tu cama por muy emocionado que estuvieras.
—O que nos esperarías al menos. —Adiciono un Blaise sentado frente a él y al lado de Greg.
Draco tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para sonar como alguien normal y no se notara lo tenso que en verdad se sentía. —Yo solo no pude dormir. —El por qué no tendrían que saberlo sus muy jóvenes compañeros de casa.
A Draco aun le parecía una ilusión el estar aquí con ellos, tan jóvenes, Theo siempre había sido un niño cayado a esta edad, o, mejor dicho, siempre, era delgado, con el cabello negro y no era sino hasta el cuarto años que había logrado por fin un estirón significativo que logro hacer que alcanzara a Draco en altura. Blaise siempre había sido un chico elegante y atrayente con su piel morena, ojos miel y su actitud relajada, desde siempre había sido más alto que Draco y popular, nunca había necesitado de Draco para que los otros Slytherins lo apreciaran o incluso en otras casas.
Pansy, quien en este momento solo se había pegado a su otro costado mientras se servía el desayuno siempre fue su mejor amiga, encantadora, una personalidad vivas y defensora de sus amigos con dientes y garras, su cabello negro y su piel clara la convertían en una autentica belleza, en algunos años, no por nada sus padres habían buscado casarla con un mortifago de alto nivel en el pasado o mejor dicho su futuro.
Vince era alto y más grande que la mayoría de los de su años, con cabello castaño y ojos claros, Greg era más bajo, con una cara de bebe que no se iría sino hasta de muchos años. Ambos a diferencia de lo que Draco creyó en cierto punto de su tiempo origina, eran lentos no estúpidos, demostrado perfectamente en la actitud y personalidad que tomo Vince después de su sexto años, Draco aún se culpaba por su muerte en la sala de los menesteres, Greg no había ni siquiera durado un año en Azkaban, sentenciado porque su padre lo obligo a asumir cierta tarea muy al final de la guerra, lo sentenciaron a dos años y Draco fue testigo de su muerte a manos de los guardias en Azkaban.
Todos estaban ahí en sus versiones infantiles y a Draco aun le parecía irreal, el mundo no había sido justo con ninguno de ellos.
Draco tomo solo algunas tostada, jugo de naranja y una cantidad ínfima de huevos revueltos para desayunar, excusándose con los nervios del primer día, para que no le prestaran más atención de la que ya tenía desde su colapso en el tren.
Cuando fue hora de que les entregaran sus horarios de clase, Draco volvió a sufrir otra recaída.
La figura de Snape avanzaba a lo largo de la mesa de Slytherin entregándoles a todos y cada uno horarios, para lo que todos aquí era una escena normal e incluso calidad teniendo en cuenta que Snape era la encarnación de la frialdad e indiferencia, para él no, en vez de ver a su nuevo profesor, jefe de casa y padrino, vio un cadáver andante.
Aun recordaba su cadáver ensangrentado con las marcas claras de mordidas en el cuello, tan pálido… Esa había sido la última vez que Draco lo vio al estar corriendo de un lado al otro para evitar los ataques de alguno de los dos lados en el Hogwarts, ni siquiera había tenido el tiempo de llorarlo ese día, pero sí que sufrió en los meses posteriores, más un porque en efecto, Snape había muerto como un héroe, uno que incluso poco antes d su muerte mantuvo al señor oscuro engañado.
Draco sintió la bilis subir por su garganta, sabía que ahora estaba mucho más pálido de lo que normalmente se veía, pero como si fuera una obligación, extendió la mano en cuanto Severus le entrego su horario en sus manos ligeramente temblorosas, aunque no lo suficiente como para que su padrino le diera más que una mirada.
—Bueno, esto es mala suerte. — Susurra Vince mientras revisa su horario. —Tendremos pociones primero. —Contando el hecho de que tuvo que ayudar tanto a Vince como a Greg en casi todas sus clases el primer año, sabía que de verdad era mala suerte para él. —Tendremos pociones dobles como primera hora hoy
Todos terminan su desayuno y se dirigen al salón de pociones en las mazmorras, son de hecho de los primeros, ya que los Griffindors en realidad llegan un poco después que ellos, pero justo a tiempo para ver la tan distinguible entrada de su padrino al salón y todo aquí es como el deja vu más desagradable jamás vivido.
El salón era reconfortante para sus recuerdos, nada malo había pasado aquí y recordar que a él en realidad le encantan las posiciones después de más de cinco años de no tocar un caldero, era la sensación más agradable, contrastando perfectamente con el puro terror y confusiones que aún dominaba su cuerpo.
Al pasar lista, Draco respondió el llamada de su nombre, pero, así como ocurrió en su primera vez Aquí, Severus se detuvo en el nombre de Potter a quien claramente seguía odiando en esta realidad y Draco no sabía el porqué, nunca supo el porqué, pero de qué Severus no soportaba a Potter, eso era un hecho.
Luego siguió con la clase, o eso podrían creer algunos.
—Están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó.
Severus era de aquellos que podían cautivar y mantener la atención de sus estudiantes sin mucho esfuerzo, no importaba que tan arrastradas fueran sus palabras al hablar, era una habilidad única. —Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y, por consiguiente, algunos dudaran que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos… Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte… si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.
Severus era su ejemplo a seguir en muchos aspectos y este era uno de ellos.
El silencio inundo el lugar mientras la mirada fría de Snape recorría a cada uno de los estudiantes, deteniéndose muy poco en él.
Draco también reviso su alrededor, encontrando a la mayoría de los Griffindors intimidados y demostrándolo, no como la gran mayoría de los Slytherins, casi todos excepto Hermione Granger quien estaba sentada en el borde de la silla y parecía desesperada por empezar con la clase, justo en el puesto del lado derecho de Draco.
Esa personalidad inquieta y con ansias de aprendizaje, definitivamente habían logrado molestar a Draco en más de una manera en su propio tiempo, pero la verdad era que ahora solo sentía un poco de pena por la niña ávida de aprendizaje que encontraría en su padrino una pared muy difícil de escalar.
—¡Potter! —dijo de pronto su padrinos, atrayendo la atención de todos nuevamente, si es que en algún momento la perdió. —. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?
La confusión en el rostro de Potter era por sobre todo divertida, buscando algo de ayuda para la respuesta en la única personas que conocía en esta escuela, y que, para desgracias de Potter, en realidad no sabía mucho más que el sobre las porciones, Weasley.
Por su lado, Hermione tuvo la intención de levantar la manos y avergonzarse a sí misma, pero Draco actúa antes, más allá de ser por genuina preocupación fue más que nada por instinto. Draco sujeto la muñeca de Hermione poco antes de que ella la levantara, ansiosa por demostrar algo a su profesor. —No te dará la palabra, aunque la pidas. — Dijo Draco al inclinarse un poco y susurrarle a Hermione y enfrentarse a la mirada de molestia de la niña que intento liberarse. —Créeme, conozco al profesor, definitivamente te ganaras su desagrado que su respeto.
Ella lo observo con desconfianza unos segundo antes de asentir levemente, aunque Draco claramente vio su molestia hacia el entendió que realmente parecía no tener intención de volver a levantar la manos así que él se alejó y la libero.
—No lo sé, señor —Fue la respuesta de Potter ante la pregunta de Severus y eso claramente le dio una satisfacción a su padrino, que Draco creyó insana y que ahora realmente no veía lógica.
Las cosas cambian cuando realmente no eres un adversario de alguien a quien tu padrino busca fastidiar de manera constante.
—Bah, bah… es evidente que la fama no lo es todo. —Comento con su típico arrastre en las palabras. —Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?
Draco noto como Hermione apretó los labios para no saltar y dar la respuesta. Ahora, con todo respeto que Granger se merecía, de verdad había sido una sabelotodo bastante molesta, no merecía todo lo que decía Draco sobre ella, pero de verdad a esta edad era una molestia con cabellos esponjado.
Potter estaba nuevamente contra las cuerdas y muy acabado. —No lo sé, señor.
Draco en verdad sintió compasión por la pobre criatura que era Harry Potter en este momento
—Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter? —Fue la respuesta de un Severus que parecía haber ganado un premio largamente deseado o algo similar, incomprensive como el hecho de avergonzar a un estudiante de primer año le podía causar tanta satisfacción a un adulto.
Aun así, Draco noto con cierta admiración como Harry mantuvo la mirada siempre en Severus sin desviarla, una valiente como siempre. —¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia? — Pregunto de nuevo su profesor y por supuesto la respuesta de Potter era obvia.
—No lo se. — Per a diferencia de sus respuestas anteriores esta carecía de vergüenza, definitivamente aquí había sido el inicio de un desagrado que continuaría durante los siguientes años entre el niño que vivió y su maestro de pasiones Severus Snape, todo alentado por el mismo maestro.
Claramente Severus noto el cambio en la actitud de Potter y para sorpresa de Draco quien había estado prestando atención a las palabras de su profesor y las preguntas mientras anotaba las respuestas, las cosas no ocurrieron de igual manera esta vez. —Draco Malfoy — De inmediato Draco se levantó y observo con confusión a su padrino. —Dele a Potter y al resto de sus compañeros, un poco de luz con respecto a mis preguntas.
Eso por supuesto que tomó por sorpresa a un Draco quien no se había preparado para que algo tan ínfimo como evitar que Hermione Granger hiciera el ridículo, lo pusiera a él en la posición de responder y no obligara a su maestro a continuar con su discurso. —Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta. — Respondió Draco con rapidez, esta era información que en realidad también sabia en su propio tiempo cuando curso el primer años, solo que, en ese momento, no se le dejo presumir, ahora, cuando realmente no tenía intención de llamar la atención sobre él, de repente la tenía.
—Excelente señor Malfoy, excelente, al menos alguien que se molestó en preparase antes de venir a clase, diez puntos para Slytherin —La felicitación de Severus carecía de significado si en realidad solo se debía a su rencilla con un niño de once años, pero Draco no estaba aquí para cambiar el mundo, aunque en realidad no sabía porque había regresado. —Y bien, ¿porque no están anotando todo esto?, Pregunto Severus con agresividad mientras ahora sí, se disponía a dar inicio a la clase.
Al volver a sentarse, Draco noto la mirada de muchos sobre él, sus compañeros de Slytherin no felicitaron por ganar puntos para su casas en la primera clase, pero Draco no paso desapercibidas las miradas del trio dorado, la de Granger era un mesclas de enojo y competitividad, pero la de Potter y Weasley estaban cargadas de pura molestia. Esta vez Draco si era completamente inocente, no había hecho más que responder la pregunta de su profesor.
Pero en realidad tenía lógica, hacia años Draco había entendido que su destino era incompatible con el de Potter, y aunque en este momento ya tuviera cierta idea de lo que haría ahora que parecían haberle dado una oportunidad, las cosas no cambiaban, él siempre le desagradaría a Potter y ya había hecho pases con eso, la oclumancia realmente ayudaba a eso, compartimentar no solo ideas sino emociones, y las que sentía por Harry Potter estaban bien fortificadas, en una caja fuerte a la que solo él tenía acceso, había funcionado para protegerlo dl señor oscuro, nadie más podría saberlo.
La clase a pesar de ese desagradable inicio, transcurrió normalmente hasta que Draco recordó que la humillación de Potter no sería lo único importante en esta clase. Mientras Severus hacia sus rondas alrededor de los calderos, calificando las pociones. La suya claramente fue increíblemente bien valorada y a Draco no le sorprendió, tenía años de practica de pasiones hasta el séptimo años, se había emocionado con lo ingrediente y por fin hacer algo así de seis años de ni siquiera tener oportunidad de hacer magia con una varita, en efecto era como si ahora sintiera la magia a su alrededor diez veces más intensa.
Pero luego paso el desastre.
Neville se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. Draco no había hecho nada para cambiarlo, aunque supiera que pasaría, debido a algo muy simple, cambiar una sola cosa ya había desencadenado que el curso de la clase cambiara, incluso le había sorprendido que solo hubiera cambiado eso.
Draco sabía que todo cambio en el tiempo tenía sus consecuencias y de verdad, de verdad no quería causar un gran cambio en el resultado de todos en el futuro, tal vez… solo el suyo, si podía evitar involucrarse en todos los eventos desagradables.
—¡Chico idiota! —Escucho a Severus gritar mientras desaparecía la poción con un movimiento de su varita—. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no?
Neville empezaba a soltar quejidos y lágrimas debido a las pústulas causadas por la poción y en cuanto su padrino ordeno que lo llevaran a la enfermería, el niño que Draco identifico como Seamus salió corriendo con Neville a rastras.
Severus no tardo en culpar a Potter por toco, como si el pobre niño tuviera la culpa de la incompetencia de sus semejantes, Draco simplemente disimulo su desagrado, feliz de salir del salón cuyo aroma seguía siendo un poco desagradable al final de la clase.
Al salir del salón, Tanto Theo, Blaise y Pansy se adelantaron, mientras que él se quedó un poco rezagado debido a que espero s Vince y Greg, claramente se pegaron a él como garrapatas al igual que en el pasado.
—No tienes porque reírte Vince, no creas que no sé qué de no ser por Pansy, Longbottom no había sido el único en causar un desastre. —Draco regaño a su pequeño amigo, quien venia con toda la intención de destrozar al desafortunado Griffindor frente a él.
Vince se sorprendió y no lo disimulo. —Pero no lo hice, en realidad si escucho las instrucciones del profesor Snape—Se defendió el niño mientras Draco aumentaba la velocidad de sus pasos arrastrando a unos confundidos Vince y Greg en su camino.
Esta única clase le había confirmado que, en efecto, no podría aguantar seis o siete años en Hogwarts de nuevo, demasiados recuerdos tanto buenos como malos, caras que había olvidado y otras que hubiera preferido dejar atrás, los fantasmas, los sonidos de la piedra cayendo y los hechizos impactando en los que ahora volvían a ser su compañeros.
No podía volver a fingir y comportarse como el niño que ya no era, ni tampoco quería fingir, tampoco sabía cómo enfrentaría a sus padres en vacaciones o como enfrentaría el terror de la mansión.
Mientras caminaba por el pasillo con Greg y Vince en su propia conversación mientras lo seguían, Draco realmente pensó en todo esto, podía ser una segunda oportunidad para él, pero ahora tenía otras cadenas, era demasiado joven para ir a donde quisiera y no atenerse a las decisiones erradas de adultos que, no contentos con arruinar sus propias vidas, también estaban dispuestos a arruinar la de los más jóvenes. Él tenía que escapar, la pregunta era ¿cómo?
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Draco se deshizo de Greg y Vince una hora después y se dirigió a la biblioteca antes del almuerzo, aunque en realidad no planeaba presentarse al almuerzo ese día.
Había pensado en esto durante un rato y tal vez si evitara pasar sus años de escuela en Hogwarts, podría evitar muchos de los eventos desagradables y traumáticos, volverse invisible para la guerra que se avecinaba en donde, en opinión de Draco, ningún bando era mejor que el otro, al menos en el lado del señor oscuro sus seguidores eran crueles y lo decían a viva voz, el lado de la luz, por el contrario, se creían justos, pero no tardaban en actuar con una crueldad igual de nefasta.
Eso lo había llevado a la sección de escuelas mágicas alrededor del mundo.
Draco había pensado que, entre más lejos mejor, pero tenía que tener en cuenta ciertos factores, los únicos idiomas que hablaba con fluides además de inglés, eran Frances y un poco de búlgaro, este último impuesto por su padre por si elegían Durmstrang. Además, no todas las escuelas de magia y hechicería tenían un enfoque que el apreciara.
Pensando en que esta vez no necesitaba seguir los pasos de su padre, realmente tenía que empezar a pensar en su futuro, uno que bien podría ser fuera de Inglaterra para siempre y siendo repudiado de su familia al salirse de todas sus creencias puristas.
Castelobruxo, no era una opción, una escuela que parecía accesible ya que no tenía muchos requerimientos para un traslado, pero su español y portugués era increíblemente pobre, además realmente dudaba que sus padres firmaran un permiso de traslado para una escuela en literalmente otro continente, Y claro, el enfoque educativo de Castelobruxo no era afín con sus fortalezas y estudios que quería llevar a cabo.
Durmstrang hubiera sido una opción, pero Draco no quería acercarse a nada de magia oscura, sentía que se le revolvía el estómago de solo imaginarlo.
Ibelmorny la desestimo como opción porque en realidad no tenía mucha afinidad con la cultura mágica estadounidense.
Con Mahoutokoro y Uagadou el problema era el mismo que con Castelobruxo, Estaban en otros continentes y sus padres no aceptarían una escuela en otro continente, sin mencionar que no hablaba ninguno de sus idiomas y sus procesos de selección eran muy diferentes a los de Hogwarts, con esto la opción más lógica y en donde Draco podría asentirse a gusto, era Beauxbatongs.
Las demás escuelas no tenían tantas beneficios como para poder siquiera considerarlas, y tenían el mismo problema, otros continentes.
El problema con Beauxbatongs era que exigía cuatro cosas básicas para una traslado temprano:
- Tener algún familiar con vivienda permanente en Francia.
- Tener el permiso de la escuela desde donde se solicita la transferencia
- Tener el permiso por escrito de los padres o tutores legales del estudiante
- Un reporte de notas iniciar que se solicitara a la escuela de donde se solicita la transferencia, (importante ya que esto define si se acepta la transferencia o no)
Draco podía conseguir la dos y la tres fácilmente, pero claro, si no tenía a alguien en Francia para vivir todo su plan sería un desastre, definitivamente sus padres no o acompañarían y claramente se negarían a cambiarlo de escuela.
Si Draco pensaba más en esto, de verdad estaba en problemas.
Si tan solo hubiera sido regresado mucho antes de recibir la carta de Hogwarts, bien podría haber convencido a su madre de dejarlo ir a Beauxbatongs, y ella habría convencido a su padre, según entendí, el requisito d un pariente con estadía permanente y en facultades de cuidarlo en Francia solo era para transferencias, no para estudiantes matriculados desde el principio en la escuela.
En sus manos tenía un libro bastante extenso sobre Beauxbatongs, su historia y los magos famosos salidos de la escuela, el famoso alquimista Nicolás Flamel había sido uno de ellos, incluso su enfoque se ajustaba más a los intereses de Draco para su futuro.
Se quedo cerca de dos horas revisando todo lo correspondiente a la escuela y con eso se decidió.
La familia Black tenía raises fuertes en Francia, pensó para sí mismo Draco, pero los Black estaban prácticamente desaparecidos, su madre era la única que quedaba fuera de prisión y que no había sido repudiada.
De parte de los Malfoy… Bueno, las opciones para sus sorpresa no eran tan escasas.
Tenía una alternativa de hecho la única que veía medianamente factible pero igual de improbable que el resto, tendría que pensar en ellos durante unos días y meditar realmente que quería hacer ahora.
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Pasaron dos días y Draco tomo la decisión definitiva, no podía quedarse en Hogwarts.
Si se quedaba seria como una tortura auto impuesta y no era tan masoquista,
Su sueño lo evadía y el día anterior no había dormido nada precisamente porque le aterraban sus pesadillas, estaba trabajando a menos de la capacidad requerida para un niño de su edad y si a eso le sumaba el hecho de que realmente no estaba comiendo casi nada, precisamente por lo mismo que no dormía, su culpa y recuerdos pasados entonces diría que se estaba matando a sí mismo.
Después de esa primera semana, Draco noto cierto cambio con sus Slytherin, en donde los de su tiempo habían sido más indiferentes ahora Draco notaba que eran más apegados, el diría que se debía a que probablemente no se la pasaba hablando mal de Potter y obsesionándose con él, lo que le ofrecía más temas de conversación y que no se convirtiera en algo terriblemente tedioso o agobiante.
Ya no temblaba al ori la voz de Vince, o sudaba frio al ingresar al gran comedor o recorrer los pasillos, pero sus problemas eran mucho más serios que aquello.
También su cambio de personalidad, había ocasionado un cambio gigantesco que asusto a Draco de muerte, ese cambio se llamaba Hermione Granger.
Granger era como una ninja y siempre se encontraba cerca de Draco si hablaban en términos académicos, ella era una digna contendiente en ese aspecto, buscaba la manera de ganar un puesto al lado de Draco en las materias que compartían, sacando a Pansy de quicio, Draco tuvo que intervenir antes de que la niña comenzara a insultar a Hermione con palabras muy desagradable, también lo seguía a la biblioteca y al principio solo se sentaba en una mesa adicional, pero ahora elegia la misma mesa en la que Draco se sentaba, es decir, en una de las del fondo.
Se sentaba frente a él como si fuera lo más normal del mundo, le rescataba que tenía confianza en sí misma.
Dos días y hora era el adversario de Hermione Granger, increíble.
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Era jueves por la mañana y Draco estaba cansado y difícilmente de buen humor, Ahora mismo Pansy le estaba hablado de quien sabe que cosa mientras Theo y Blaise repasaban algunas notas de la clase de encantamientos, Greg y Vince habían caminado hacia la mesa de Griffindor para molestar a Neville.
Su nivel de desagrado, en estos primeros días de estudio podían pasar como bromas de niños, Draco sospechaba que se debía a que Draco no los incitaba a ser realmente la peor versión de ellos mismo al no ser el niño desagradable que fue en su propio tiempo.
Además, mientras estuviera en Hogwarts, podía dejar una buena enseñanza para estos dos y alejarlos un poco de sus terribles destinos.
Draco vio Vince y a Greg arrebatarle la nueva recordadora a Longbottom.
—Draco, ¿al menos estas poniendo atención algo de lo que te estoy diciendo? —Se quejo Pansy mientras sujetaba su brazo, y lo obligaba a verla.
—Perdón, no he dormido bien. —Se disculpo Draco, siendo lo más sincero que pudo.
—No has estado durmiendo bien desde que llegamos, siempre pareces cansado. —Intervino Theo, Levantando la vista del libro que tanto Blaise como el revisaban. — Deberías ir a la enfermería y decirle a la señora Pomfrey, podría ayudarte con eso.
—Y con tu falta de apetito también. —Acoto Blaise mientras completaba sus notas.
Draco quedo sorprendido y un poco aterrado, desde cuándo sus amigos eran tan observadores, es decir, como Slytherins eran observadores por autoconservación, pero aun así sorprendió a Draco que todos hubiera notado cosas que él había querido ocultarle.
Además, estaba seguro de que sus amigos, en su tiempo, jamás abrina abierto al boca para aconsejar a Draco por algo, ciertamente le habían aconsejado, no ser tan obsesivo con algunas cosas, pero la ver que no valía la pena, dejaron de intentarlo, Draco había sido alguien muy caprichoso.
—Pero usted como… —
—No estamos ciegos Draco, desde que llegaste actúas raro, no comes bien y Theo nos ha dicho que no duermes gran parte de la noche, es obvio que algo pasa. —Comento Pansy. —No te obligaremos a decirnos lo que ocurre porque es obvio que deseas ocultarlo, pero te vez peor cada día y apenas llevamos cuatro días de clase.
Tanto Blaise como Theo asintieron.
—Puede que ahora no hagamos nada, pero debes ser consiente de que lo que haces no es saludable y si es necesario intervendremos. —Esa fue la amenaza mas pasivo agresiva que Draco había recibido jamás de parte de sus amigos y, aun así, sintió como su pecho se calentaba y algunas lagrimas se acumulaban en sus ojos.
Draco había perdido por completo lo ocurrido con Longbottom, pero no importaba mucho mientras veía a sus amigos viéndolo con preocupación, Se le hizo un nudo en el estómago, definitivamente el mundo no había sido justo con ellos.
La respiración de Draco se atoro en su garganta y tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para que las lagrimas no escaparan de sus ojos, ¿qué le pasaba?, había pasado años en un infierno y no había sido capaz de llorar incluso cuando su madre lo abandono y su padre murió o, mejor dicho, fue asesinado en Azkaban, peor ahora sentía sus defensas temblar tan solo porque tres niños habían mostrado algo de preocupación por el.
Las suaves y cálidas manos de Pansy en su espalda lo sacaron un poco de sus pensamientos y lo trajeron al presente.
Draco trago fuerte sus lagrimas y luego los miro mientras sentía sus manos sudar. —Yo, les prometo que estoy trabajando en eso. —Fue todo lo que pudo decir antes de que Vince y Greg volvieran, riéndose divertidos por sus travesuras.
Eso al menos distrajo la mente de todos y les dio algo en que más pensar.
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Ese día a las tres de la tarde todos los Slytherins se encontraron en el parque de manera ordenada, un claro contraste entre el desorden ruidoso y cautico de los Griffindors que llegaron después de ellos.
Las veinte escobas estaban en su lugar y poco después, Madame Hooch, con su estatura baja, pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón.
—Bueno ¿qué estáis esperando? —bramó—. Cada uno al lado de una escoba. —Vamos, rápido.
—Extended la mano derecha sobre la escoba —les indicó la madame Hooch— y digan «arriba».
—¡ARRIBA! —gritaron todos y en realidad la escoba de Draco respondió al instante, tal cual recordaba que ocurrió la primera vez, en su rostro apareció una sonrisa alegre, esto tampoco lo había perdido, aunque ahora dudaba que fuera a utilizarla, habían pasado años desde que utilizo una escoba, y la ultima vez que lo hizo, en realidad fue rescatado por Potter y perdió a uno de sus mejores amigos.
Aunque volar era agradable, no lo haría constantemente si podía evitarlo.
Peor no fue una sorpresa ver que había mas de uno que no tenía tanta habilidad, Granger y Longbottom en realidad no eran muy buenos.
Draco miro con cuidado a Longbottom, el mismo que dentro de alguno años asesinaría a una bestia como Nagini, quien lo creería al ver al niño torpe que tenía frente a él. —Longbottom —Llamo Draco mientras observaba al chico esforzarse y fallar mientras la escoba giraba en el suelo.
El niño levanto la cabeza, con los ojos grandes y asustados, de verdad, como se había convertido en el asesino de Nagini, Draco no tenía ni la más mínima idea. —Que…
—Tienes que decirlo con intención. —Interrumpió Draco mientras la mirada de Longbottom se centraba en él. —No estas ordenándole a la escoba con tu magia, debes sentirlo aquí dentro. —Señalo su pecho. —Pensarlo y luego dejarlo salir a través de tus palabras.
Longbottom se quedo observando a Draco un segundo. —¡Inténtalo, no te quedes ahí parado! —Ordeno Draco al final, perdiendo la paciencia con la cara de tonto que tenía Longbottom observándolo. —Cierra los ojos y siéntelo.
Longbottom hizo su mejor esfuerzo, si, Draco lo vio y cuando al final dijo las palabras nuevamente, hubo una leve mejora, la escoba en vez de girar sobre el suelo, esta vez realmente se había elevado unos centímetros. Longbottom, sonrió con la sorpresa impresa en sus ojos para luego volver a mirar a Draco. El simplemente negó con la cabeza, no necesitaba un agradecimiento, solo que dejara de verse tan patético.
No fue si9no hasta que volvió a concentrarse en si mismo que noto como Pansy quien estaba a su derecha, y Theo a su izquierda lo miraban fijamente. —¿Que acabas de hacer? — Pregunto Pansy, la confusión y la sorpresa filtrándose por sus palabras.
Draco tuvo que morderse la lengua. El Draco de este tiempo se habría burlado de Longbottom en vez de ayudarlo, eso era un hecho.
Fue la intervención de Madame Hooch la que lo salvo del interrogatorio. Madame Hooch les enseño como montar la escoba sin deslizarse hasta la punta, y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla.
Cuando paso al lado de Draco, tantos años montando la escoba surtieron frutos. —Excelente postura señor Malfoy. — Algo muy diferente al comentario que había recibido en su ´propio tiempo. Algunas cosas si era mejor vivirlas dos veces.
Pero Draco sabia que a esta lección no le faltaba mucho para terminar, aquí venia el accidente de Longbottom.
Una vez Madame Hooch dio las instrucciones para elevarse y flotar, Longbottom empezó a elevarse cada vez más.
¡Vuelve, muchacho! —gritó la profesora, pero Neville subía en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatro metros... seis metros...
Estaba pálido y con los ojos cristalinos por el miedo, Su cuerpo comenzó a inclinarse hacia un lado y por supuesto, siendo prácticamente incapaz de controlar su escoba, el resultado fue predecible cuando se deslizó por completo.
BUM... el ruido horrible que Draco recordaba y un Neville que quedó tirado en la hierba. Su escoba seguía subiendo, cada vez más alto, hasta que comenzó a torcer hacia el bosque prohibido y desapareció de la vista.
La señora Hooch se inclinó sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico. —La muñeca fracturada —la oyó murmurar Draco desde el costado—. Vamos, muchacho... Está bien... A levantarse.
Se volvió hacia el resto de la clase. —No se muevan mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejen las escobas donde están o serán expulsado de Hogwarts más rápido de lo que tardan en decir quidditch.
Con esa afirmación, Madame Hooch salió del campo con un Longbottom entre lagrimas y aterrado. Draco simplemente negó con la cabeza mientras soltaba la escoba y la dejaba a un lado. Algunas cosas estaban destinadas a no cambiar.
Draco camino hacia fuera de la multitud para sentarse y esperar el final de la clase, pero algo llamo su atención no muy lejos, Algo redondo y transparente con bordes dorados, al acercase y recogerla, en definitiva, la reconoció como la recordadora de Longbottom.
No había pasado ni un segundo con el objeto en la mano cuando una voz juvenil pero demandante se dirigió a él. —Damela Malfoy. —Ordeno Potter, extendiendo la mano en su dirección.
Draco diría que no había sido una solicitud calmada, pero sentía el malestar en el fondo de todos esto. ¿Debería preguntar el porque de la animosidad oculta de Potter hacia él?
—Se la puedo devolver a Longbottom por mi cuenta Potter, no necesitas entrometerte. —Respondió Draco en el mismo tono, aunque mirando fijamente esos ojos verdes.
—Dudo mucho que quieras entregársela. —Esta vez fue Weasley quien intervino en la conversación mientras los demás comenzaban a darse cuenta de su intercambio. —Le dijiste algo a Neville sobre su escoba y mira, ahora se encuentra en la enfermería con una muñeca rota.
Y esa era la acusación que Draco estaba buscando, este era el problema aquí. —Me están acusando de haberle causado la herida a Longbottom solo por haberlo ayudado y llamar su escoba. —Draco repitió la absurda afirmación. —No he escuchado algo mas ridículo en mi vida. —Algunos hábitos morían lento y el tono de burla en su voz, le recordó a sus viejos tiempos.
—Le hiciste algo a su escoba. —Aseguro Potter mientras Draco sentía que tanto Vince como Greg llegaban a su lado.
Draco suspiro molesto he hiso rodar la recordadora en sus manos. —Esto me gano por ayudar a Griffindors torpes. —Su voz, aunque baja, fue fácil de escuchar para todos que estuvieran lo suficientemente cerca. No se retractaría de sus palabras, Longbottom era alguien realmente torpe.
Por supuesto eso solo empeoro el animo de los dos Griffindors frente a él.
—¡Que me des la recordadora Malfoy! — Esta vez la presunción de civilización quedo en eso, una presunción, Potter le exigió regresar la recordadora con toda la agresividad que recordó que alguna vez se dirigieron el uno al otro.
Sus ojos se entrecerraron analizando a Potter, no recordaba haberle hecho nada a Potter en este tiempo, porque se sentía tan enojado con el ¿tenia que ver con lo ocurrido en la clase de pociones?, si ese era el caso, en definitiva, mera un bebe llorón.
En realidad, no importaba cual fuera la razón, no estaba dispuesto a repetir su provocación con Potter, no estaba aquí para esto, además prefería descansar un poco antes de su siguiente clase, así que reuniendo toda su fuerza de voluntad Draco dejo escapar un superó de cansancio y miro a su alrededor, de algo le serviría que Hermione Granger fuera alguien tan insufrible, ahora mismo, ella podría entregar lo que a el no se le permitía.
Cuando encontró a la niña sin tener que buscar demasiado Sonrió. —Granger. —Dijo mientras caminaba hacia ella, pasando de largo a Potter y a Weasley y fingiendo que nada de lo anterior había pasado. —¿Podrías entregarle esto a Longbottom por mí? —Estiro la recordadora hacia Hermione mientras ella aun lo miraba con confusión. —No vaya a ser que embruje a Longbottom en la propia enfermería. —Y si sonó condescendiente y lleno de ironía, a Draco no tenía por qué importarle, él no había sido el que empezó a ofender a alguien en esta conversación.
—He… Si, se la puedo entregar, no hay problema —Granger se compuso lentamente entendiendo todo al fina y extendiendo sus manos para recibir la recordadora que Draco feliz mente le dejo.
Draco le sonrió con lo que seguramente era su primer gesto amable hacia un Griffindor desde que regreso a este tiempo. —Gracias. — Y ante la vista de todos se dio la vuelta, acompañado de Vince y Greg quienes al parecer no habían dejado su lado durante toda la interacción, de nuevo, al parecer existían cosas que no estaban destinadas a cambiar.
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Ese día, poco antes de la cena y después de que Draco hubiera terminado sus deberes, la decisión sobre su estadía en Hogwarts es tomada.
Draco había tenido en cuenta los cambios importantes en la amistad con sus amigos y lo feliz que se encontraba de solos estar con ellos, pero lamentablemente los escasos momentos de alegría infantil que tenía a su lado, se vía opacada por la su propio horror interno, no podía convertirse en un muerto en vida, no de nuevo.
Había tomado la decisión y una vez la tinta tocó el pergamino, no habría marcha atrás.
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05 de septiembre, 1991
Abraxas Malfoy
Debe ser una sorpresa recibir la carta de tu nieto al que escasas veces has tenido oportunidad de ver.
Pero tomo la iniciativa de contactarme contigo debido a una solicitud de suma importancia para mi futuro. Dirías que soy muy joven para tener que preocuparme por cosas como estas, pero soy consciente de que los años pasan con rapidez y no esperan a nadie.
Actualmente soy estudiante en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, pero en mi estadía en la escuela descubrió que probablemente el plan de estudio de Hogwarts podría no satisfacer mis ambiciones futuras.
He tardó un poco en tomar mi decisión, pero después de mucho pensarlo he llegado a la conclusión de que el mejor paso a seguir es transferirme a una escuela diferente que pueda llenar mis expectativas aprovechando que los años escolares aún no ha avanzado lo suficiente.
Mi escuela elegida ha sido Beauxbatons, en Francia, mi dominio del idioma no es malo y de hecho su enfoque escolar me lleva a creer que la transferencia no sería un problema, pero para ello necesito de un familiar dispuesto a cuidarme y que tenga una residencia. permanente en el país.
Se que nuestra relación desde mi nacimiento ha sido superflua, pero tal vez esto no solo ayude a mi futuro sino a también fortalecer los lazos familiares que deben tener un abuelo y su nieto.
Es por eso que, con todo el atrevimiento, yo Draco Lucius Malfoy, pido apoyo para poder lograr y dar este nuevo paso.
No está demás informar que aún no he dicho nada a mi padre ya que espero una respuesta de la única persona que podría hacerlo aceptar la idea.
Esperaré una respuesta por el tiempo que se requiera.
Atentamente
Tu nieto
Draco Lucius Malfoy
Notes:
Se que la historia aun tiene algunos errores, pero no se preocupen, los ire arreglando poco a poco.
Chapter 3: Siempre rivales, (al diablo con eso)
Summary:
En la mente de Draco esto ya era rosar con lo ridículo. —No. —Respondió tajante. —Estás loco Weasley, no quiero que me expulsen por romper el toque de queda. —Draco ya había terminado con esto, no se pondría en el papel de contrincante del trio dorado de nuevo, tenia sus propios asuntos que solucionar.
—Tienes miedo. — Aseguro Weasley.
Notes:
Bueno, este capítulo y el siguiente creo que van a ser los mas lasrgos del primer año, el otro ya lo tengo mayormente escrito pero de todas formas, es mucho.
Se que algunos se pregunta ¿Porque le tiro un poco a Ron?, de hecho no me cae mal, pero si reconozco que no solo actuo de maneras cuestionables en el cuarto libro, para mi, Ron tiene en parte culpa de la percepcion de Harry con respecto a Draco, por que admitamoslo, fue Ron quien se burlo primero del nombre de Draco, y aunque eso no justifica los comportamientos de Draco, ¿quien no se enoja cuando se burlan de tu nombre y apellido', pero ya con eso Draco es el mago mas malo, (o sea, se que no fue solo eso y muchas de las acciones de draco a lo largo de los libros son horribles, pero aja)
No se preocupen, despues se convierte en el amigo que sebe y siempre ha sido, mas de Harry que de draco porque la verdad simpre se van a caer mal, ahi se los dejo, pero se soportaran.
Con respecto a esta saga, no creo haber explicado esto, pero en realidad me he propuesto terminar esta saga, o al menos hasta el sexto año, antes de que se termine este 2024, este es un proyecto que me gusta y quiero mejorar mis habilidades de escritura y velocidad,
¿Que si lo voy a lograr?, no lo se animenme porque tal vez asi lo logre, eso quiere decir que tratare de terminar cada uno de los años cada semana, de nuevo, improbable porque a diferencia del primer año que solo consta de 4 capitulos, los demas ya son considerablemente mas largos, (adelanto, realmente estoy esperqando escribir desde el tercer año en adelante y mas que nada el sexto ya que pasan cosas y no piensen solo en ese tipo de cosas.)
Como seguro vieron en las etiquetas, el resto de los Slytherins son muy importantes para esta historia, a todos los destruyeron desde antes de que todo se volviera malo y claro, Draco adora a su grupo, muy pero muy grande de amigos.
para finalizar, creo que Dumbledore es manipulador y se vera a lo largo de la saga, no es inherentemente un viillano pero tampoco es bueno, no lo pienso discutir con nadie. Ahora si el capítulo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Tan solo haber mandado la carta la tarde anterior para Draco significó sacarse un peso enorme de encima, lo suficiente para que se animara a ir a la cena.
Ahora que su pan fuera un éxito o no era otro tema.
Abraxas Malfoy, su abuelo, en realidad nunca fue cercano con Draco en su tiempo, cuando nació poco después murió su abuela y eso llevo al hombre a recluirse y alejarse de casi todos en Inglaterra, Draco supo de boca de sus padres que no paso ni un año después de la muerte de la abuela para que se mudara a Francia y se negara a visitar Inglaterra.
En su tiempo Original, Draco nunca estuvo especialmente interesado en su abuelo, quien cumplía solo con enviarle algunos regalos en navidad y fechas especiales hasta su muerte en 1996, nunca fue una relación estrecha y, por consiguiente, Draco en realidad no sabía que tipo de carácter tenía su abuelo. Tal vez era demasiado estricto, si de algo eran de fiar algunas de las quejas de su padre.
El punto es que, en este momento Abraxas Malfoy representaba la única posibilidad de salvación de Draco y no la echaría a la basura solo porque no conocía al hombre. En este tiempo era un niño que bien podía crear lazos familiares en donde antes no los hubo.
En fin, mientras Draco recorría los pasillos hacia el gran comedor, hiso un repaso de sus posibilidades si lograba convencer a su abuelo de aceptarlo en Francia, un lugar que por supuesto no conocía.
Teniendo en cuenta que el hombre moriría en 1996, tuvo la precaución de leer un poco y descubrió que para los estudiantes transferidos de otras escuelas era una obligación requerida algún familiar en Francia o de lo contrario se exigiría a los estudiantes regresar a su país de origen, y dado que en esas fechas todo estaría terrible de este lado del mundo, Draco buscaría la manera de quedarse en Francia sin supervisión aparente, tendría que informarse más sobre un proceso de emancipación, también tenía que empezar a ahorrar algo de dinero de Gringotts, debía revisar una manera de facilitar trasferencias sin que sus padres lo notaran o bien, si lograba hacerse del cariño de su abuelo, este podría dejarle una cantidad considerable.
Draco no era un soñador ingenuo, sin dinero todos sus planes podrían considerarse solo una aspiración de un niño demasiado ingenuo para ser tomado con seriedad.
En medio de sus cavilaciones y esperanzas futuras, poco antes de ingresar al gran comedor con una sonrisa enorme vio a cuatro niños de Gryffindor salir rápidamente del mismo, ellos por supuesto parecían enfrascados en su propia conversación, uno de ellos era Granger, quien parecía intentar hablar tanto con Weasley como con Potter, convencerlos de algo, por último, estaba Longbottom, eso no era novedad así que se propuso a pasarlos de largo y satisfacer el apetito que rara vez lo encontraba. Lamentablemente su plan se interrumpió cuando fue interceptado por el pequeño grupo, obstaculizando su camino.
—¡Regresa la recordadora Malfoy! —Exigió Weasley mientras su apellido se filtraba por sus labios con un enojo mucho mayor de lo que un niño debería ser capaz de contener, Aunque no fue eso lo que sorprendió a Draco, fueron sus palabras.
—¿De qué hablas Weasley? —No tuvo que esforzarse para que el fastidio que sentía por el pelirrojo quedara en evidencia —Como todos saben, desde que le di la recordadora a Granger ni siquiera nos volvimos a ver el día de hoy.
Draco giro su rostro hacia la niña a su lado, la misma que parecía tener una mirada indignada, pero quien no tardo en explicar ante la mirada molesta y exigente por parte de Draco. —Yo fui a la enfermería para entregar la recordadora a Neville y después de eso tampoco la volví a ver. Les he estado diciendo a Harry y a Ron que es improbable que la tomaras. —Estaba molesta y eso era obvio. —Aunque no quieran escuchar.
Draco volvió a mirar a los dos niños frente a él, pero era Longbottom quien había perdido la recordadora, ¿Por qué automáticamente pensaron que era su culpa?
—Longbottom —Llamó Draco atrayendo al atención del niño. —¿Volviste a revisar en la enfermería? La habrás dejado en algún lado —Comento Draco, pasando de largo las miradas de Weasley y Potter.
Intentó dar un paso hacia el frente para acercarse a la patética figura de Longbottom, pero Potter se interpuso, ¿Acaso pensaban que iba a golpear a Longbottom? ¿Qué había en la mente de estos niños? —Si quisiera una recordadora, que por cierto no, les pediría a mis padres que me compraran una propia, no tengo porque tomara la de nadie. —Draco intentó mantenerse centrado para no permitir que el enojo le ganara, estos eran niños por muy molestos que fueran y con más razón no se dejaría amedrentar por la mirada molesta que le devolvían los ojos esmeralda de Potter, no retiro su mirada de la del niño que se interponía en su camino.
—Solo queremos la recordadora Malfoy, devuélvela y nos retiramos. —Dijo Potter, sin dejar de mirarlo a los ojos, tenía demasiado coraje para un cuerpo tan pequeño.
—Yo no tengo la estúpida recordadora de Longbottom, y alguien de verdad decente dejaría de esparcir rumores falsos sobre una persona inocente —No le importaba sonar grosero, a él era quien estaba siendo acusado de ladrón. Incluso en su primera vez aquí nunca quiso la recordadora, solo quería gastar una broma y si, molestar a Potter, pero no se quedaría con algo que no era suyo. —¿Por qué piensan que yo tengo esa absurda cosa?
Dio un paso hacia atrás y su mirada se alejó de la de Potter para llegar a Granger cuando empezó a hablar. —Eso… Nadie te vio después de clases.
—Estaba en la biblioteca. —Como la gran mayoría de días de esta horrible semana.
Granger asintió, como si supiera que esa era su rutina. —Lo sé, pero Crabbe y Goyle habían dicho que probablemente estabas enojado por lo de la clase de vuelo y tanto Harry como Ron lo escucharon y…
—Creyeron que estaba buscando venganza. —Esa última frase de Granger que fue dicha por lo bajo y que Draco completo tenía tanto sentido como también falta del mismo. Estos niños debían pensar muy mal de él como para automáticamente pensar que tomaría algo así como una represaría.
Draco iba a decirle algo más Granger, pero fue Weasley quien los interrumpió, —Suficiente, Te retamos a un duelo de magos Malfoy, si ganamos nos devolverás la recordadora de Neville.
Draco se giró bruscamente para mirar al pelirrojo, la sorpresa surco su rostros, de hecho, en su tiempo él había solicitado este duelo, era inevitable no sentir que el tiempo buscaba llenar los espacios que el dejaba y eso era ciertamente aterrado. —A media noche en el salón de los trofeos.
En la mente de Draco esto ya era rosar con lo ridículo. —No. —Respondió tajante. —Estás loco Weasley, no quiero que me expulsen por romper el toque de queda. —Draco ya había terminado con esto, no se pondría en el papel de contrincante del trio dorado de nuevo, tenía sus propios asuntos que solucionar.
—Tienes miedo. — Aseguró Weasley.
—No Ron, Draco tiene razón. — Ahora Draco giro para mirar directamente a Granger, ¿Cuándo le había dado permiso de llamarlo por su nombre? —Si los atrapan los expulsaran de Hogwarts antes del amanecer.
—Por supuesto que vas a defenderlo. —Esta vez fue Potter quien hablo. —Te gusta Malfoy.
Draco se atraganto con sus propias palabras cuando escucho esto. Eso había sido un golpe bajo y solo un niño realmente utilizaría eso en contra de alguien más, Además, estaba seguro de que Granger no sentía nada así de fuerte por él. Cuando Draco noto las mejillas rojas de Granger y su aparente vergüenza, esa fue la señal. —¡Bueno, suficiente! — Exclamó con enojo. —Me canse de ustedes dos, no tengo idea de que les hice, pero me tiene harto, no iré a su estúpido duelo. —Señalo a Potter y a Weasley. —Normalmente cuando alguien te hace un favor lo agradeces Longbottom, no saltas y lo culpas de tu propia torpeza. —Ahora señalo al niños que hasta el momento había guardado silencio. —Y es desagradable que usen los sentimientos de alguien para hacerlo sentir mal, debería darles vergüenza.
Con fuerza tomo la muñeca de Granger y sin dignarse a ver a los niños del pasillo, ingresaron al gran comedor en donde la gran mayoría de estudiantes estaban finalizando su comida. —Esto ya es demasiado, verdaderamente. —Se quejo Draco entre dientes.
—Yo, gracias. —La voz de Granger se escuchó desde atrás mientras él la llevaba a su propia mesa sin darse cuenta. —En realidad no me gustas, de verdad.
Draco no espero ni un segundo y se giró para ver a la aún muy sonrojada Granger. La observo detenidamente y bueno, fue inevitable que no se diera cuenta, solo los niños no se darían cuenta, Granger ni siquiera podía mirarlo a la cara. Probablemente solo era un enamoramiento infantil o eso se forzó a creer, debía ser. De inmediato Draco alejo su manos de la de Granger como si le quemara y se aclaró la garganta mientras miraba cualquier lugar menos a ella.
Esto en definitiva era un resultado que no previo, es decir, llevaban cinco días de conocerse, no podía verlo como algo más que un enamoramientos fugas, él se iría de Inglaterra pronto y además Draco era total y absolutamente gay.
En la mesa de Slytherin que era la más próxima, había algunas miradas que se posaron en ellos con algo de cautela y curiosidad, sus amigos estaban alejados, lo suficiente para que aún no descubrirán que Draco había entrado al gran comedor. —Es... Es obvio que no Granger. —Respondió con toda la confianza que alcanzó a reunir. Su corazón se paralizó y de inmediato sintió como sus propias mejillas se teñían de un rosa vergonzoso. —Y aunque así fuera, ya que soy absolutamente mejor que el promedio, no deberías sentir vergüenza por lo que sientes Granger, no está mal, no les hagas caso, son unos niños. —Esto último lo dijo con más fuerza. Tendría que vivir de nuevo la adolescencia, sí, pero no tenía que copiar las vergonzosas prácticas de los adolescentes, estaba fuera de discusión.
El silencio se hizo entre ellos sin saber a dónde dirigir la conversación desde aquí, por suerte no tuvo que hacerlo, Draco sintió como unas manos suaves se deslizaban por su brazo. —Draco, que bueno que decidiste venir, Vince te guardo unas cuantas papas hervidas antes de que se acabaran, vamos. —La voz de Pansy no había sonado tan encantadora desde… bueno nunca, pero Draco ahora podría llenarle el rostro de besos si no fuera completamente innecesario e inapropiado.
—Si — Respondió Draco mientras empezaba a ser arrastrado. —He, nos veremos por ahí Granger. —Le dirigió una última mirada antes de ser llevado a la mesa de Slytherin y verla salir casi corriendo del gran comedor después de despedirse.
—Eso fue extraño. —La voz de Pansy parecía molesta, pero eso no le importaba mucho.
—Lo se. —Fue su única respuesta.
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Esa noche, Draco estuvo muy dispuesta a poder dormir independientemente de las pesadillas, realmente estaba agotado, pero fue grande sus sorpresa cuando su padrino lo llamo a su oficina.
Al inicio no parecía una charla fuera de lo común, fue felicitado por su excelente desempeño en sus clases iniciales y que varios maestros habían dado fe del gran potencial de Draco, eso en verdad lo animo mucho.
Desde el principio supo que sus notas no serían un problema para poder transferirse, pero con esta información lo confirmaba, pero luego llego la conversación menos grata.
—Tus padres me han enviado una carta. —Bueno esa no era una buena forma de continuar una charla de felicitación. —Me han informado que no les escribiste nada a lo largo de la semana. —Draco pensó para sus adentros que seguramente esa había sido más una preocupación de su madre. —Quieren saber cómo va tu primera semana y como padrino, es inevitable que informe de ciertos comportamientos preocupantes.
Al instante Draco se tensó.
—No asistes a todas las comidas y a las que vas comes ciertamente poco, te han visto en la biblioteca desde temprano en la mañana y hasta muy altas horas de la noche, casi hasta el toque de queda y es obvio que tienes una falta de sueño importante si los círculos oscuros bajo tus ojos son los suficientemente confiables. —De los labios de Severus escapo un suave suspiro. —Como maestro es inevitable que deba informar de esto a tus padres, pero antes quiero saber qué es lo que ha causado todo esto. —Menciono con seriedad del otro lado del escritorio. Draco ni siquiera podía mirarlo a los ojos. —Algunos de tus compañeros indican que podría deberse a cierto para de estudiantes de Gryffindor con los que has tenido algunos problemas. ¿Estas siendo molestado por Potter y Weasley ahijado? —La molestia y la preocupación eran de cierto modo palpables en la voz de Severus y Draco lo odio.
Él no era un niño al cual convencer o reconfortar, lo que el necesitaba era irse lejos, pero no podía decirle eso a su padrino, ni a sus amigos en Slytherin que seguramente habían tomado la decisión de comentar lo ocurrido en la clase de vuelo con su jefe de casa.
Draco se mordió los labios, para no gritar, primero habían sido Potter y Weasley con sus acusaciones ridículas, luego todo el asunto de Granger y ahora… el solo quería llegara a su cama y dormir, porque tenían que comenzar a actuar todos de manera tan diferente, es decir, él nunca tuvo estas charlas en su primera vez aquí y estaba seguro que si no buscaba problemas no los tendría, pero todos lo arrastraban a situaciones y problemas inexistente.
Tal vez se debía a la falta de sueño o el hecho de que ahora Draco no era el joven de 24 años que se había acostumbrado a gobernar sus propios sentimientos y quien estuvo muy familiarizado con la falta de sueño desde los 16, pero sus ojos se cristalizaron.
—Draco… —Vio como el rostro de su padrino, pasaba de ser una fría y aburrida mascara de control a demostrar una leve y genuina preocupación en sus ojos, lo estaba matando.
Recordaba esa mirada, por supuesto que lo hacía, era la misma que le daba cada vez que estaban solos en su sexto años y en todo lo que le siguió hasta su muerte, le recordaba que nadie había podido ni querido salvarlo y que en realidad había perdido a uno de los que alguna vez intento ayudarlo de verdad en la batalla de Hogwarts a manos del señor al que sirvió.
Dumbledore no había ofrecido su ayuda con sinceridad es anoche en la torre de astronomía y ahora Draco se arrepentía de haber bajado su varita y creerle porque nunca se sintió tan real como todas esas veces que su padrino le rogo que le contara su tarea y tontamente se negó diciendo que podía solo. En realidad, no pudo, nunca lo hizo y perdió a la única persona que lo ayudo a manos de una guerra que solo logro una cosa buena, eliminar al señor oscuro.
No necesitaba esto ahora.
—Quiero transferirme de Hogwarts. —Confeso sintiendo el nudo en su garganta más y más grande, si no hablaba o decía algo realmente podía dejar lagrimas caer y no estaba listo para hacerlo frente a Severus.
Los ojos de su padrino se abrieron con sorpresa, incapaz de haber previsto esa respuesta de Draco. —¿Qué dices muchacho?, siempre estuviste emocionado de asistir a Hogwarts, ¿esto se debe a Potter y a Weasley?
Draco negó cansado de escuchar los apellidos de estos dos individuos, aún estaba increíblemente enojado. —¡No!, ellos no tienen nada que ver, soy yo. —Dijo en un hilo de voz, obligando a las lágrimas retroceder, pero mirando fijamente a su padrino. —Quiero irme porque no me siento cómodo en Hogwarts. Tienes razón, siempre quise venir aquí, pero cuando llegué no sentí que perteneciera a Hogwarts, mientras tomaba las clases no he sentido que sea un verdadero reto o que favorezca en algo a mis habilidades. Quiero ir a una escuela que este más acorde con lo que soy capaz de hacer y no creo que Hogwarts cumpla con ese criterio ahora.
El corazón de Draco se aceleró con cada palabras y fue inevitable que su voz se quebrara, pero se mantuvo firme, era verdad que ya no se sentía parte de Hogwarts, no después de todo lo que vivió, necesitaba escapar de aquí si quería vivir o de lo contrario bien podía darse por vencido y dejarse consumir hasta que ya no hubiera retorno y él no quería eso por segunda vez. Por mucho que esta fuera una situación confusa y que jamás habría creído posible, era una oportunidad de rehacer su vida, de cambiar su propio destino y buscar la paz y si eso implicaba alejarse de todo y todos los que conoció y amo, lo haría. Vivió para complacer a todos una vez y eso le robo su futuro, ahora viviría por sí mismo.
Tal vez su dolor fue lo suficientemente visible u obvio, porque Severus en realidad no lo interrumpió ni comento nada después de sus palabras, observo a su ahijado durante algunos segundos mientras en su cabeza las posibilidades de que fuera mentira se igualaban con las posibilidades de que en realidad Draco no se sintiera cómodo, Tendría lógica si contaba la falta de apetito y de sueño, pero Severus se negaba a creer que fuera tan simple. El problema aquí era que no creía que su ahijado tuviera intención de decirle si había ocurrido algo más impactante que lo orillara a tomar esa decisión.
—Draco, nadie ha solicitado una transferencia de Hogwarts desde hace siglos. —Esto Draco lo sabía, solo intercambios limitados, pero no le importaba, necesitaba esto, necesitaba irse.
—Yo lo sé, pero he estado investigando, por eso he ido tanto a la biblioteca, no es imposible. —El nudo que se formó en su garganta se fue aliviando un poco recordando que hoy ya había tomado el primer paso para liberarse de estos fantasmas del pasado. —Revise mis opciones en varias escuelas y de hecho ya he seleccionado una, Beauxbatons. —Confeso con la emoción regresando a su voz. —El proceso de transferencia es considerablemente más engorroso que el de otras escuelas, pero cubre mis expectativas.
Severus lo observo, incapaz de procesar lo que escuchaba. —Beauxbatons… —Susurro más para sí mismo que para Draco, buscando en su mente la información de la escuela. —Draco, Beauxbatons, solicita que los estudiantes transferidos tengan a un familiar en Francia que pueda hacerse cargo de ellos, Tu no…
—Si lo tengo. —Interrumpió Draco rápidamente. —Mi abuelo, vive en Francia desde que nací, él puede ser mi guardián.
—Pero no has hablado en verdad con el nunca.
—Y es un buen momento para empezar, ya le he enviado una carta solicitando su ayuda en este caso y sé que, si consigo su apoyo mis padres aceptaran la transferencia. — O al menos eso esperaba. —Esos son dos de los requerimientos. Como mencionaste mis notas han sido excepcionales en esta primera semana y no soy ingenuo, sé que el proceso puede tardar más, pero no planeo bajar la calidad de mis notas y con eso solo queda libre el permiso de Hogwarts, que estoy seguro que el director no negara si también mi jefe de casa lo aprueba. —La facilidad en que los sentimientos de los más jóvenes cambiaban jamás fue de conocimiento de Draco, pero ahora que era consciente lo sorprendió como había estado al borde de las lágrimas minutos atrás y ahora era capaz de sonreírle a Severus al contarle toda su preparación.
Aun así, Draco no paso por alto como su padrino se empeñó en buscar una falla en su plan y lo encontró. — Así que todo tu plan de transferencia recae en que tu abuelo, Abraxas Malfoy, acepte ser tu guardián sin siquiera conocerte más allá del nombre y del parentesco que tienen.
Dicho así Draco veía la falla, por supuesto que sí, pero creía que podía ser bastante persuasivo, además estaban hablando de un hombre mayor retirado, tal vez necesitaba algo de compañía de un familiar y quien mejor que su nieto.
Draco no pudo responder y por supuesto, Severus no lo dejo continuar. —Por el momento, hasta que no recibas la respuesta de tu abuelo no comentare tus planes con nadie, eso incluye tus padres. La posibilidad de que Abraxas Malfoy acepte es escasa así que no alertare a tus padres y será mejor que lo consideres una cortesía. —Las palabras de Severus con frecuencia eran más una forma de desanimar a alguien que de apoyarlo y esta no fue la excepción. —Pero si comentaré tus hábitos preocupantes y te recomiendo, como maestro que les escribas a tus padres lo antes posible. —Mientras hablaba, Severus tomo una pluma y pergaminos, anotando algo que Draco no pudo ver. —Dado que esta charla se ha extendido más de lo que planee al inicio, te daré una nota para que llegues a la sala común sin problemas ya que se ha excedido el toque de queda.
Las palabras de Severus fueron tan rápidas como su acciones, en menos de un segundo Draco se vio a si mismo caminando por los pasillos de Hogwarts en dirección a las escaleras sin saber muy bien que había pasado y con la nota entre sus manos, totalmente ignorante de la preocupación que despertó en Severus.
Draco al menos agradeció poder regresar a su habitación y por fin lanzarse a su cama, fue un día con demasiadas emociones que procesar.
Escucho sus propios pasos en el pasillo, mientras se aventuraba a las escaleras para bajar hacia las mazmorras, de hecho, haberle dicho a alguien sobre su plana liberador, solo esperaba que este plan al final viera la luz o tendría que pensar en otro.
En medio de su caminata, sintiéndose un poco más ligero, Draco comenzó a escuchar unos pasos apresurados que venían hacia él, y no parecían ser los de una sola persona, tal vez eran algunos prefectos terminando sus rondas, en todo caso, era una señal para que Draco se apresurara.
O al menos eso intento.
Los pasos apresurados pronto llegaron a ser muy audibles, y aquellos a los que pertenecían los pasos aparecieron justo frente a él al doblar por uno de los pasillo. Draco solo quiso gemir en voz alta y gritar, ¿porque ellos de nuevo?
—Draco, ¿qué haces aquí? —Pregunto Granger con la voz entrecortada, seguramente porque venían corriendo desde antes, de todas formas, Draco no pudo ni siquiera responder, ya que en su camino Granger lo tomo de la muñeca y lo arrastró junto al grupo de fugitivos fuera de la cama.
El grupo constaba de Potter y Weasley por supuesto, Además de un Longbottom al borde de las lágrimas, otra vez. —¿Qué hago yo?, la pregunta es que hacen ustedes —Dijo mientras corría siendo jalado por Granger hacia las escaleras superiores.
No obtuvo respuesta mientras Potter los guiaba a todos hacia los pisos superiores, pero él tenía que bajar, quería llegar a su cama y hoy todos parecían en contra de ello.
Su respiración comenzó a agitarse al subir las escaleras con rapidez, solo pareció ser diferente para Potter y los demás cuando encontraron una puerta al final de una de las escaleras. Pero estaba cerrada, fue en ese momento que Draco descubrió que en verdad los habían estado siguiendo y que ellos, a diferencia de Draco, no tenían ningún permiso.
—Ahora sí, alguien podría explicarme que diantres está pasando. —No bajó el tono de su voz entrecortada por la carrera y por supuesto era evidente su enojo.
—¡Cállate Malfoy! —Espeto Weasley mientras Potter intentaba abrir la puerta como si de eso dependiera su vida.
—Está cerrada, nos atraparán. —En la voz de Potter era evidente el incipiente miedo a que fueran descubierto, y quien no, los expulsarían por este tipo de aventuras, ¿así había pasado sus noches el trio dorado en el pasado? o esto era otro cambio en la línea temporal debido a Draco.
—Oh, muévete —ordenó Granger al soltar la manos de Draco. Cogió su varita, golpeó la cerradura y susurró—: ¡Alohomora!
Con eso el pestillo hizo un clic y la puerta se abrió. Pasaron todos como si su propia existencia dependiera de ellos, amontonándose en la entra y la cerraron.
Luego todos escucharon a través de la madera de la puerta cerrada.
—¿Adónde han ido, Peeves? —decía Filch—. Rápido, dímelo.
—Di «por favor».
—No me fastidies, Peeves. Dime adónde fueron.
—No diré nada si me lo pides por favor —dijo Peeves, con su molesta
vocecita.
—Muy bien... por favor.
—¡NADA! Ja, ja. Te dije que no te diría nada si me lo pedías por favor. ¡Ja,
ja! —Y oyeron a Peeves alejándose y a Filch maldiciendo enfurecido.
Draco, aunque aliviado, sabrá Merlín por qué ya que él no había hecho nada malo, se giró para mirar a Potter quien estaba a su lado con la espalda apoyada en la puerta. —Buenos, suficiente, me van a dar una explicación ahora mismo, ¡comienza a hablar Potter!
—No tiene que decirte nada Malfoy —Negó Ron quien estaba al otro lado de Harry.
—No recuerdo haberte preguntado a ti Weasley. —Draco sintió como alguien tiraba de su manga una y otra vez y ya que Hermione estaba más allá del lado de Weasley, quien tiraba de su manga era Neville, y vaya que este no era el momento —¡Que quieres Neville! — Gritó al final Draco mientras se giraba para enfrentar al niño, pero lo que vio lo dejo sin palabras.
Los ojos de un perro monstruoso estaban fijos en ellos cinco, un perro que llenaba todo el espacio entre el suelo y el techo de la habitación. Tenía tres cabezas, seis ojos enloquecidos, tres narices que olfateaban en dirección a ellos y tres bocas chorreando saliva entre los amarillentos colmillos.
Las palabras se atoraron en su garganta, mientras su cuerpo se enfriaba por el miedo. ¡¿Qué hacia un cancerbero en Hogwarts?!
Estaba paralizado y no era el único, Parecía que ese era el estado de todos los demás. Iba a morir y tan solo había pasado cinco días en el pasado, esto era verdaderamente un desperdicio.
El animal gruño entre diente hacia ellos, el deseo de sangre siendo evidente para todos, tal vez si habría sido bueno escribir una carta a sus padres, ya que ahora talvez tendrían que buscar sus huesos en los desechos de una bestia como esta.
Los ojos de Draco se cerraron por instinto, no quería ver las fauces del animal acercándose a él para desgárralo vivo.
Fue en medio de sus cavilaciones de despedida, que sintió como alguien sujetaba su mano, sonaba el cerrojo de la puerta y luego con un rápido movimiento en donde logro agarrar a Longbottom con él, fue arrastrado junto con el resto hacia el exterior, justo a tiempo si los gruñidos del cancerbero eran prueba suficiente de sus intenciones.
Draco no respiro sino hasta que volvió a escuchar el cerrojo de la puerta puesto en su lugar y luego todo se fue al infierno.
—¡¿Qué hace una escuela con un cancerbero?! —Exclamo con el único hilo de voz que le quedo debido a la experiencia cercana a la muerte. — ¡Están dementes!, ¡hay niños aquí, por Salazar! — Grito Draco un poco más repuesto y recuperando su habilidad de pensar y hablar.
—Por esto nos advirtieron de no ir al pasillo del tercer piso, tienen un monstro del otro lado. — Granger fue quien habló esta vez, tan conmocionada como Draco, aunque no tan impresionada o traumada como Longbottom quien no había dejado de temblar, aunque para sorpresa de Draco no estaba llorando, Draco creyó fielmente que se debía a que aún no procesaba que casi habían sido la merienda nocturna de una criatura tan peligrosa.
Definitivamente tenía que salir de esta escuela.
—Que hacías por los pasillos de Hogwarts después del toque de queda Draco. —De nuevo Granger utilizó su nombre de pila sin su consentimiento y aunque quería corregirla, este no parecía ser el mejor momento.
—Resulta que estaba en la oficina del profesor Snape, me llamó para hablar de algunas cosas y terminamos después del toque de queda. — Draco busco en su bolsillo, feliz de no haber perdido el permiso con toda la carrera y el terror de muerte. —Me dio un pase para no tener problemas, pero eso claramente no importa porque cada vez que me los encuentro a ustedes —Señaló a los Gryffindors. —Los problemas me encuentran a mí. A todo esto, ¿Que hacían ustedes fuera de la sala común? — Draco estaba seguro de que se veía como un maniático, pero eso no importaba, él era el principal afectado aquí.
Frente a él Potter y Weasley mantuvieron la boca cerrada sin querer decir una palabras, aunque para sorpresa de Draco, antes de que Granger diera la explicación, Longbottom, quien al fin había salido de su estado de shock, respondió.
—Fue mi culpa. — Dijo Longbottom sin atreverse a mirar a Draco a la cara. —Después de lo que dijiste en el pasillo yo… me sentí mal por pensar que habías sido tú el culpable de que perdiera mi recordadora cuando en verdad no tenía pruebas y ayudaste en clase de vuelo. —Aunque Longbottom nunca lo miro a los ojos, Draco se quedó en silencio y vio como los ojos del niño se cristalizaron. —Les pedí ayuda para buscar la recordadora y… si la encontramos, en el pasillo cerca de la enfermería, pero ahí fue cuando nos encontramos con la señora Norris, corrimos para escapar de Filch, pero luego nos encontramos con Peeves y nos delato, huimos y fue cuando nos encontramos contigo y…
—Y lo demás ya lo sabes. — Intervino Granger en cuento notó que la voz de Neville se hacía más y más baja a medida que llegaba al final d la explicación. — El punto es que, encontramos la recordadora y el día de mañana algunos aquí iban a disculparse contigo por lo que paso hoy en la cena. — Dijo ella mientras veía disimuladamente a los otros tres Gryffindors.
—Lo siento Malfoy, de verdad, no quería culparte, es solo que… —Draco levanto la mano deteniendo a Longbottom en sus disculpas, negándose a escuchar nada más el día de hoy, también había notado las miradas de Weasley y Potter al fondo y la verdad en este punto, el solo quería irse a dormir.
—Suficiente Longbottom, lo entiendo y te perdono, comprendo que fue un error que, aunque estúpido, no fue con intensión. —Sabía que nadie más aquí, además de Longbottom y Granger, tenía verdaderas intenciones de disculparse y antes de recibir palabras vacías prefería terminar con todo ahora. —Es mejor que todos regresemos a nuestras salas comunes antes de que llegue Filch y tengamos que volver a correr.
Ahora tenía que recorrer un largo camino hacia las mazmorras.
—Asegúrense de que no los atrapen. —Terminó de decir Draco poco antes de sonreírles levemente y darse la vuelta para bajar por las escaleras.
Esto era demasiado por un día.
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La semana uno terminó y mientras la dos transcurría, los encuentros con los Gryffindors que no fueran Hermione o en solo una ocasión, Longbottom fueron esporádicos.
Draco creía fervientemente que Potter y Weasley al fin habían entendido el mensaje, no tenían que perseguirse, no tenían que cruzarse y todo estaría en orden en el mundo de Draco.
Pronto se hizo evidente que Draco no solo era un muy buen estudiante, era un estudiante avanzado, cualquiera, si supiera la verdad tras el supuesto avance de Draco diría que era una trampa y el en cierta forma el mismo lo creía, pero no se detendría, no con su plan para poder transferirse.
El fin de semana anterior Draco no solo buscó más información sobre su transferencia a Beauxbatons, también busco toda la información posible con respecto a la magia sin varita.
Draco tenía el recuerdo de los libros en la mansión que mencionaban y enseñaban la magia sin varita como algo reservado para magos sumamente poderosos y cuyo entrenamiento hubiera iniciado desde su juventud. Sabía que podía realizar magia sin varita debido a todos los años de aislamiento que sufrió en la mansión Malfoy.
No importó cuanto intentara realizar hechizos más complejos, la verdad era incapaz, pero este cuerpo era joven y si en algo enfatizaban los libros de magia sin varita, sobre todos los que mencionaban a Uagadou, era la importancia de empezar a practicar esta magia desde joven.
Toda bruja o mago joven tenía el potencial de desarrollar este tipo de magia, pero solo los poderoso podrían realmente explotar todo su potencial.
Draco había sido despojado de su varita, meses después de haber cumplido la mayoría de edad el único medio que tenía para hacer magia y se prometió nunca volver a quedar desprotegido ni lisiado, porque en efecto, Draco se sintió como si le hubieran quitado una parte del cuerpo, como si lo desagarraran y arrebataran su núcleo desde adentro.
No dependería solo de su varita en el futuro si podía evitarlo.
Su primera práctica, la llevo a cabo a escondidas en unos de los salones abandonados del colegio en una de sus horas libres después del almuerzo el lunes.
Este cuerpo nunca experimento un flujo de magia sin filtro como el que se requería para la magia sin varita, y según los escritos, era imperativo preparar el cuerpo joven.
Draco solo podía compararlo con la preparación para la oclumancia, nunca sería un proceso rápido y en su cuerpo legalmente adulto, tardo en preparase cerca de un año, por supuesto Draco esperaba que, siendo tan joven, esto fuera un poco más rápido.
El salón era luminoso, pero innegablemente viejo y desgastado, aun así, Draco transfiguro uno de los asientos en la esquina y lo convirtió en un gran cojín para sentarse en el suelo mientras colocaba el libro frente a él.
Primero tenía que aprender a sentir la magia a su alrededor, cómo se movía y cómo interactuaba con todo en su mundo, luego localizar la magia en su propio cuerpo, cómo se movía en su interior.
No era sencillo, pero con poder dedicarle una hora al proceso, podría avanzar.
El martes por la mañana mientras Draco se encontraba comiendo su desayuno en uno de esos extraños días en donde el apetito llegaba a él y podía comer de manera medianamente normal. Su lechuza, atravesó el techo del gran comedor y al aterrizar extendió la carta hacia Draco quien en ese momento en realidad no estaba prestando mucha atención, fue Blaise quien tomo la carta antes de que la lechuza saliera volando.
—Draco, creo que tu abuelo te ha escrito. —Dijo el moreno mientras observaba la firma en el frente de la carta y se la extendía a un Draco quien en el momento en que menciono a su abuelo, giro su rostro de la manera más dolorosa posible.
Draco prácticamente le arrebato la carta de las manos a Blaise para luego ver la fina caligrafía y el nombre que formaba. No se había sentido tan feliz desde que el mismo envió la carta a su abuelo en primer lugar, con esto Draco sintió su pecho estallar y sus ojos brillar, tenía puestas todas sus esperanzas en esta carta.
—Chicos, los vere en clase. — Fue lo único que dijo antes de tomar sus cosas, dejar el desayuno a medio comer y salir corriendo con la carta en la mano.
En su emoción no noto la clara y penetrante mirada que le lanzaba Severus desde la mesa de profesores y que tal vez era momento de que alguien más interviniera en esto, ya que esa carta bien podría contener la aceptación de parte de Abraxas Malfoy a la petición de su único nieto.
Draco corrió por los pasillos hasta que logro llegar al salón en donde practicaba su magia sin varita, solo sentarse y rompió el sello de la misma.
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Septiembre 07 de 1991
Mi querido nieto.
Tu solicitud es por demás inusual, debo decir que nunca escuche cosa igual, aunque eso no implica que sea algo imposible de realizar.
Debo admitir que me ha dejado intrigado el hecho de haber sido tomado en consideración y por supuesto, agradezco que no enmascares tu interés con respecto a la naturaleza de tu muy repentino contacto con este anciano.
Aun así, me es imposible decidir qué tan beneficioso es apoyarte con esta solicitud, para hacerlo necesito confirmar que esto no sea un capricho de un niño cuya percepción esta levemente afectada por lo consentido que es.
No pretendo saber cómo te ha criado tu padre, no hemos hablado nunca y por eso te doy el beneficio de la duda, convénceme querido nieto y vere por ti esta solicitud, de lo contrario considérala denegada.
Atentamente
Abraxas Malfoy
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Muy bien, el corazón de Draco, que latía con fuerza y velocidad se calmó lentamente, la carta no era un sí, pero tampoco un no, tenía que convencer a su abuelo de que aceptarlo en su hogar era una buena idea y por lo que percibía de la carta, al menos Draco logro captar la atención de su abuelo y eso ya era un logro por sí mismo, no podía desanimarse.
Esa tarde, después de asistir a todas sus clases del día y antes de empezar a completar los deberes, Draco se concentró en responder a la carta de su abuelo.
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Septiembre 11, 1991
Abuelo
Gracias por tu respuesta oportuna a la carta que envié, por supuesto entiendo que la naturaleza de este contacto no es común.
Pero puedo asegurar que no se debe a un capricho de mi parte ni tampoco está hecho con el ánimo de llamar la atención, está es una situación que puedes asimilar como desesperada.
No sé si estas palabras puedan convencerte abuelo, no sé si convenzan a nadie, pero es la verdad.
Hogwarts no es mi hogar.
Siempre creí que al llegar a Hogwarts sentiría una innegable conexión con este lugar, nuestra familia ha estudiado aquí durante generaciones, pero no siento que pertenezca incluso si también soy un Slytherin como tú y mi padre.
Siento que las paredes se cierran a mi alrededor y que un día van a terminar asfixiando me. Puedes creer en la teoría que prefieras sobre lo que me pasa, pero esto ha desencadenado problemas de salud más grandes que, aunque conozco, no puedo frenar.
Adicional a esto, realmente no considero que el nivel y el enfoque educativo de Hogwarts haga algo real por mi educación, como mencioné anteriormente, pensando en mi futuro Beauxbatons presenta una variedad más amplia de opciones y de reconocimiento en el área de pociones y alquimia, que son dos de las cosas que más me atraen.
Te preguntarás porque no considero suceder a mi padre como una opción a futuro y es porque, no tengo confianza en que ese puesto se mantenga.
Puede ser tu hijo y también mi padre, pero en su vida ha tomado y seguirá tomando decisiones con las que no estoy ni estaré de acuerdo. Esas decisiones, según yo, nos harán perderlo todo y para entonces prefiero haber forjado otra alternativa de vida para mí.
Aun así, mis notas han sido excelentes en Hogwarts, no tendrías que preocuparte por ellas en el proceso de revisión, puedo enviarte una copia cuando las solicite para completar el proceso.
Con respecto al idioma: Mon français est courant et je le parle naturellement, la langue ne sera pas un problème.
No sé si todo lo que menciono en esta carta satisfaga tus preguntas y te convenza de aceptarme y ser mi guardián para la transferencia.
Debo decir que, aunque rechaces está solicitud buscaré otras maneras de alejarme de Hogwarts, no sé si alguna vez has sentido la asfixia en un lugar, la necesidad de escapar, pero yo necesito otra alternativa y la seguiré buscando.
Envió esta carta con todo el ánimo de haberte convencido y de lo contrario, no me cerraría a la idea de seguir compartiendo cartas de vez en cuando, después de todo, somos familia.
Atentamente
Tú querido nieto
Draco Malfoy
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Sus palabras no eran diferentes a las que le había comunicado a Severus la semana pasada.
Con solo leer la carta, supo que el hombre valoraba más la franqueza que las palabras floreadas y adornadas, algo que Draco compartía en este precario momento de su vida en donde necesitaba franqueza y estabilidad.
Había dicho muchos de sus verdaderos pensamientos y aunque probablemente nunca le daría una explicación profunda a su abuelo, no planeaba ocultar que se sentía miserable entre las paredes de Hogwarts
Después de ello fue a la lechuceria y envió su carta, esta vez con su lechuza personal, Orión y no la familiar que por suerte había estado disponible la primera vez pero que ya había regresado a la mansión.
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El miércoles durante el almuerzo, Draco notó la mirada de Severus sobre el casi todo el tiempo y hubiera querido fingir que no sabía por qué, pero sería mentir de manera descarada.
Seguro había visto la carta y en cualquier momento lo llamaría para conversar.
El momento llegó hacia el final del almuerzo, Severus se acercó a él y a su grupo quienes preparaban todo para ir a su siguiente clase de transfiguración.
—Señor Malfoy, le pido que me acompañe. —Ordenó Severus sin ceremonias y aturdiendo a más de uno.
—Pero profesor tengo clase… —Intento zafarse Draco, aunque sabía perfectamente que eso no detendría a su padrino.
Severus negó. —No se preocupe, la profesora McGonagall está enterada de su falta en esta ocasión, alguno de sus amigos puede llevar sus cosas y ayudarlo con las notas y el trabajo de clase más tarde. —Bueno, esto no dejaba lugar a dudas en la mente de Draco. Incluso sus amigos se habían mantenido en silencio mientras observaban la leve interacción. —Ahora por favor sígame. —Severus se dio la vuelta y empezó a caminar hacia las puertas.
Cuando Draco giro para mirar a sus amigos encontró los ojos todos sobre él. —¿Qué hiciste Draco? —Pregunto Pansy mientras tomaba la maleta de Draco y se la entregaba a Blaise sin siquiera preguntar, aunque el niño ni siquiera se quejó. ¿En su tiempo Blaise era así de manso con Pansy? él no lo recordaba de esa manera. —Ahora ve, ve antes de que se dé cuenta de que no vas tras él, corre.
Pansy lo empujó prácticamente para que alcanzara a Severus.
El camino con Severus era silencioso y fue confuso para él debido a que no era el camino hacia su oficina, por el contrario, estaba seguro de que se dirigían a la oficina de Dumbledore.
Draco había soportado al hombre ya que no interactuaban con él en ninguna parte, pero no estaba seguro de que su garganta no se cerrara y le impidiera hablar.
Él había participado en el asesinato de Dumbledore en su tiempo, en el futuro él había intentado asesinar al hombre en no menos de dos ocasiones distintas ¿y para qué?, para que al final su único aliado tuviera que completar el trabajo.
—Pastel de limón. —Dijo Severus mientras la gárgola en la entrada se movía y por supuesto revelaba la entrada a la oficina.
Severus dio un paso hacia el frente tomando su lugar en las escaleras que subían y luego también le indico con la mirada a Draco que hiciera lo mismo. Si era sincero, Draco no recordaba haber estado en la oficina del director mientras se encontraba vivo, ni muerto tampoco.
Cuando llegaron a la oficina, la figura tranquila del director los esperaba del otro lado del escritorio al fondo de la habitación.
Al llegar al lugar un ave con plumas de un vibrante amarillo, naranja y rojo resaltaba, un Fénix adulto. Por supuesto había escuchado de la relacione entre los Dumbledore y los fénix, pero de eso a verlo había un gran trecho, además los Fénix eran extremadamente raros, sus ojos no pudieron evitar posarse sobre la majestuosa criatura.
—Su nombre es Fawkens. —La voz de Dumbledore lo trajo de vuelta y le hizo recordar por qué tendría que estar nervioso. —Aunque me temo que le queda poco más de un años para volver a prenderse en llamas. Asombrosas criaturas.
Draco mantuvo la boca cerrada y sus pies anclados en el suelo, incapaz de levantar la mirada para enfrentarse a su director. —acérquese joven Malfoy, le aseguro que no muerdo.
Draco dudo un segundo, uno en el que se obligó a llevar aire a sus pulmones y después dar un paso hacia el frente para acercarse al escritorio de Albus Dumbledore. Dio algunos pasos más, pero se detuvo cuando lo considero correcto manteniendo la distancia y al final levantando la cabeza para encontrar a Dumbledore viéndolo fijamente.
Del conocimiento de Draco no se escapaba que Dumbledore era un Legeremante bastante excepcional, al igual que el señor tenebroso y no pretendía decir que sus habilidades de oclumancia fueran infalibles, tenía que tener cuidado con este hombre.
—Joven Malfoy, estoy seguro de que debe saber porque ha sido llamado a un reunión como está. —Draco asintió, pero en su corazón se sintió un tanto molesto, Severus bien pudo haberle avisando antes de informarle a Albus Dumbledore sobre su deseo de ser transferido. —Muy buen, debe estar consciente de que su jefe de casa me ha proporcionado las razones claras del porque desea un transferencia apenas iniciado el curso. —La mirada suave y palabras que pretendían ser reconfortante en realidad sólo lograban tensar a Draco, recordándole esa noche, esa fatídica noche.
—El profesor Snape me ha comentado que te has comunicado con un familiar en Francia para poder tener un guardián disponible, ¿se me permite preguntar si su solicitud ha sido aceptada?
Draco tenía que hacer esto, en algún momento iba a suceder, no podía quedarse paralizado o los demás verían su extraño comportamiento sin una razón aparente.
—… Mi abuelo respondió a mi carta pidiendo más información sobre mi motivación para solicitar un traslado. —Respondió Draco manteniendo la voz lo más firme que pudo. —Está revisando la alternativa, pero todavía no acepta o niega mi petición. —De nada serviría mentir si al final su abuelo decidía no apoyarlo.
Dumbledore asintió con lentitud manteniendo su personalidad afable y tranquila, hasta que volvió a hablar.
—Entiendo joven Malfoy. —Continuo con su discurso. —No voy a pretender que en realidad usted, con su talento y habilidades no sería una pérdida enorme para el colegio, ha demostrado ser un estudiante modelo. Pero tampoco puedo detenerlo, mal haría yo sí frustrara los ánimos de buscar conocimiento que tienen mis estudiantes, sin importar que esto los lleve a buscarlo en otros lugares. —Por supuesto Draco nunca pensó que Albus Dumbledore levantara un muro para evitar su transferencia, desde su primera vez aquí, supo que Albus Dumbledore tenía una fuerte predilección por los Gryffindor, en realidad todos los maestros en Hogwarts tenían predilección por las casa a las que pertenecieron y eso no era malo si se contenía, pero Dumbledore, en opinión de Draco, pasaba la raya de la suposición y se posiciona como injusto. —Con esto en mente voy a preguntarle seriamente joven Malfoy. ¿Usted cree que su abuelo, Abraxas Malfoy aceptará ser su guardián?
Y era aquí cuando Draco tenía que ser muy sincero consigo mismo y con lo que le aguardaba al comenzar este viaje, todo dependía de esta respuesta, necesitaba sonar convencido y para ello tenía que tener confianza en lo que le había escrito a su abuelo.
Draco observo fijamente a Dumbledore, y a su amable sonrisa, tras unos segundos en silencio, sopesando sus opciones decidió tener fe en las palabras que le había enviado a su abuelo. —Si señor, confió en que mi abuelo aceptará ser mi guardián. — Su voz era firme y le inyecto cierta convicción que en realidad no sentía.
—En ese caso —Dijo Dumbledore. —Es momento de que usted joven Malfoy les informe a sus padres antes de que, al final de esta semana su jefe de casa lo haga. —Comento el hombre mientras posaba su irada en Severus quien había estado viendo la escena en silencio. —También, le pido que me haga saber de su solicitud a Beauxbatons una vez decida enviarla, de esa manera podremos asistirlo en lo que necesite.
—Muchas gracias director, no se preocupe, se lo hare saber. —Fue ahí cuando Draco sintió algo, muy pequeño y refinado, estrellarse directamente con los muros de su conciencia cuando Los ojos de Dumbledore se fijaron en él.
Su sonrisa se hizo un poco más enigmática cuando Draco lo bloqueo, sus muros se fortalecieron en la guerra con los constantes y desagradables ataques de su tía que, a diferencia de Dumbledore, no era para nada sutil al atacar su mente.
Draco se dio la vuelta para seguir a Severus al exterior de la oficina y lo dejo ir, más tarde ese día Draco llego a la hechicería con una carta en su manos, dirigida tanto a su madre como a su padre, viéndose obligado a usar una de las lechuzas de uso común de la escuela, ya que Orión se encontraba rumbo a Francia para entregar la carta a su abuelo.
Después de enviarla no podría retractarse, aunque sus padres se enojaras, solo podía contar con que su abuelo se apiadara de él y aceptara su petición.
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El jueves en la noche, Draco se enteró que Potter fue seleccionado como el nuevo buscador de Gryffindor después de cierto incidente con madame Hooch.
—Es increíble, se supone que ningún estudiante de primero debería siquiera tener una escoba propia, pero a él lo dejan participar en el equipo de Quidditch, es totalmente injusto. —Las palabras de Pansy no estaban fuera de lugar, por supuesto, pero lo que resaltaba aquí para Draco era el hecho de que Potter de alguna u otra manera llego al equipo de Quidditch en su primer año. — Es decir, tú o Blaise podrían haber ingresado al equipo si también les dieran la oportunidad.
Draco simplemente soltó una carcajada mientras completaba su tarea de transfiguraciones. —¿Como fue que lo hiso? — Preguntó Blaise revisando las notas de Draco. Ninguno de los dos lo suficientemente perturbado por el logro de Potter como para en verdad darle seguimiento a la línea de pensamiento de Pansy.
—Fue suerte, solo suerte. — Respondió la niña mientras se levantaba y comenzaba a caminar de una lado al otro frente a la chimenea. —Madame Hooch le pidió que la ayudara a guardar los implementos de Quidditch, pero las Bludgers enloquecieron y todas las pelotas escaparon, entre ellos la Snitch. — Seguro ese debió haber sido un espectáculo divertido de ver según Draco. — Potter tomo una de las escobas y recupero la quaffle no muy lejos, y según lo describió Hanna Abbott, atrapo la Snitch mucho antes de que cualquier otro la viera, según ella, fue “impresionante” — Las comillas en las manos de Pansy fueron suficiente muestra de su evidente desdén hacia Potter y su hazaña.
—Pansy por favor, La verdad creo que todos estamos más preocupados por nuestros asuntos que por lo que hace Potter, ¿qué importa? —Pregunto Draco sin retirar su vista en el libro frente a él.
—Es verdad Pans, le das demasiada importancia, convino Theo ocultando su rostro tras uno de los enormes libros de la biblioteca.
—Pero como se atreve un sucio mesti…
Draco inmediatamente levanto la cabeza y por primera vez desde que iniciaron esta conversación miro a su amiga con algo más que diversión. —No termines con esa frase Pansy. — Su voz se tornó seria.
Los rápidos pasos de la niña se detuvieron mientras observaba a Draco, él hubiera querido pensar que era por la sorpresa, pero no fue eso lo que vio en los ojos de su amiga. —¿Por qué?, has actuado diferente desde que llegamos. — Dijo Pansy mientras lo veía fijamente. —Antes, no habrías pasado tiempo con una sangre sucia, no habrías defendido a un mestizo ni soportado que te ganara. — Poco a poco su voz comenzó a elevarse y Draco por fin noto la frustración en ella. —¿Todos nos hemos preguntado qué pasó contigo, pero no hemos dicho nada solo porque estas mal, no comes, no duermes y ¡no nos dices absolutamente NADA!
Draco la observo desde su asiento, sintiendo como las miradas poco a poco eran atraídas hacia ellos.
—El Draco que conozco me habría contado que le pasaba y…
—Pansy, suficiente. —Intervino Theo mientras cerraba el libro y se acercaba a la niña frente a la chimenea, pero ella lo esquivo.
—¡No!, Es la verdad, todos lo pensamos, Draco no actúa como el mismo y es…
Draco interrumpió al ponerse de pie y empezar a organizar su cosas para regresar a su cuarto, no se quedaría aquí ni un minutos más. En realidad, había sido muy ingenuo al pensar que sus amigos no verían los cambios y aunque ahora estuviera molesto sabía que los años de enseñanza purista no los abandonarían solo porque el ya no estuviera buscando una pelea activa.
—La respuesta al por qué, ninguno de ustedes está preparado para escucharla. — Dijo entre dientes mientras recogía sus libros agresivamente. —Y de todas formas no importa, ¡No me quedare aquí lo suficiente para que tengan que soportar me, ni a mí ni a mis extraños comportamientos! —Si le preguntaran a Draco dentro de unas horas si había actuado de la mejor manera posible, definitivamente diría que no, pero en este momento, lo que menos le importaba era actuar como el más maduro.
Había olvidado quienes eran los padres de sus amigos por un tiempo, solo porque no parecía importarles que pasara algún tiempo con Granger, pero escuchar a Pansy hoy lo regreso al mundo en que vivían. Todos fueron criados en medio de las enseñanzas puristas, y no estaba dispuesto a escuchar esas palabras saliendo de la boca de sus amigos, las mismas que los arrastraron a todos al desastre.
Termino de recoger sus cosas y antes de que cualquiera reaccionara a la información que tan desprevenidamente Draco dejo libre en medio de la conversación, se alejó de la sala común y subió las escaleras para llegar a su habitación.
—¡Draco! — Esa era la voz de Blaise, pero Draco no se giró, apuro el paso y en cuanto llego al cuarto cerró la puerta, dejo sus materiales en el escritorio, se sentó en su cama, cerro el dosel de la cama y las hechizo para que no se abrieran, adicionalmente puso una gran variedad de hechizos silenciadores.
Tan solo segundos después Draco vio como el dosel se movió, pero no se abrió mientras sus ojos previamente cristalizados por las lágrimas retenidas, se enrojecieron y las lágrimas corrieron libremente por sus mejillas, pero en silencio.
El rostro de Draco enrojeció por la fuerza para evitar solar un sonidos, los hechizo silenciadores estaban ahí, pero él no quería escucharse llorar.
olvido que estaba en este mundo, uno en donde estos niños recibieron educación errada durante años y algunas cosas estaban destinadas a no cambiar, a pasar de ser un auténtico desastre, las muerte de Vince y Greg, la marca y huida de Theo, el matrimonio y persecución de Pansy, y la desaparición de Blaise a final del sexto año.
Los habían destruido con esos pensamientos inútiles que les enseñaron desde el inicio, y era una lástima que la verdadera cultura mágica hubiera sido oscurecida por personas como sus padres y el señor oscuro.
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El viernes y todo el fin de semana, Draco escapo de sus amigos, evitándolos como si fueran la peste.
Fue el primero en levantarse y el último en llegar a la sala común y a su habitación, además, se aseguró de pasar todo su tiempo libre en la biblioteca y en su salón secreto para poder seguir practicando su magia sin varita.
Él no estaba aquí para salvar al resto del mundo, de hecho, no tenía ni la más remota idea del porque había vuelto al pasado, pero estaba dispuesto a dejar al resto del mundo atrás para salvarse a sí mismo, de la misma forma en la que todos lo habían abandonado para salvarse a sí mismo, el mundo lo había hundido para resurgir así que él lo olvidaría para crearse un mejor futuro.
Granger fue la única persona que vio durante todo el fin de semana y fue lo suficientemente observadora para no intentar hablarle ni una sola vez.
Se salto varias comidas y cuando de verdad sintió que no podía más, fue a las cocinas, un agradecimiento que le debería para siempre a los Vince y Greg del futuro.
Pero Draco descubrió algo sobre Granger gracias a esto, en realidad ni Potter o Weasley eran verdaderamente cercanos a la niña en este momento, si no recordaba mal, en realidad casi todos en las demás casas, pero de su año, la creían demasiado molesta, claramente eso no había cambiado en esta ocasión, de no ser por la compañía silenciosa que se hacían mutuamente Draco estaba seguro de que Granger no hablaría con nadie más.
De esa manera transcurrió uno de los fines de semana más deprimentes desde su regreso ya que realmente lo paso huyendo de todo y todos.
Pero para fortuna de Draco las cosas mejoraron el lunes en la mañana mientras comía lo más rápido posible para ser de los primeros en el comedor para no encontrarse con nadie inesperado.
Orión atravesó el techo del gran comedor con una carta que no tuvo que revisar para saber quién podría ser el remitente. ¡Su abuelo!, su abuelo respondió su carta en tan poco tiempo, con franqueza pensó que debía esperar hasta el siguiente fin de semana, pero no.
Orión aterrizo en la mesa mayormente vacía y Draco no tardo en tomar la carta con rapidez, esta era la solución o el inicio de muchos problemas, y vaya que necesitaba buenas noticias.
Acaricio distraídamente a su lechuza mientras observaba el nombre del remitente en la carta. —Bien hecho Orión, ve a la lechuceria a descansar, te llevare uno buenos bocadillo en un rato. —Prometió Draco alejando su vista de la carta por un segundo para consentir a su muy buen amigo que había hecho un viaje extremadamente largo.
En cuanto el ave emprendió el vuelo Draco no se contuvo y rompió el sello de la carta para abrirla y leer su contenido. Su corazón se aceleró y sus manos empezaron a temblar por la anticipación y la esperanza atoradas en su pecho.
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Septiembre 14, 1991
Mi querido nieto.
Empezare diciendo que tu carta ha dejado mucho en la mente de este pobre anciano quien creía ya haber visto bastante de esta familia.
Sería una vil mentira si te dijera que no empatizo con el sentimiento de aprensión al sentirse innegablemente desconectado de un lugar al que creíste pertenecer por el resto de tu vida y es una pena que alguien tan joven como tu tuviera que sentirlo.
Lo que comentas sobre tus aspiraciones educativas es un temor y una razón muy madura para alguien de tu edad jovencito y por las cartas que he recibido de tu parte, creo que te juzgo bien al sentir que eres muy maduro para alguien con tan solo 11 años, lo suficiente para notar el camino peligroso por el que transita tu padre y por el que me culpo a mi directamente.
No hablare de este tipo de temas con un niño que debería pensar más en jugar, caer y levantarse que en problemas de adultos.
Aun así, creo conveniente informarte que fue este último tema el que me llevo a tomar mi decisión.
Entiendo el miedo que puedes sentir y por esa misma razón, no me hare a un lado, como mi nieto evitare que veas ese lado de la familia hasta donde más pueda, por esto, mi querido nieto, confirmo en este momento que acepto convertirme en tu guardián si logras transferirte a Beauxbatons.
Además, comprendiendo la desesperación y la premura de tu solicitud me tome la libertad de enviar una carta a la directora de Beauxbatons personalmente, solicitando el traslado de escuela, he de suponer que Dumbledore recibirá razón de Madame Maxime en los próximos días.
También te comento querido Draco, que al mismo tiempo que envié esta carta, también envíe una a tus padres informándoles de la decisión y del proceso, alegué que un abuelo merecía poder tener un poco a su nieto si quería irse de este mundo en paz, si es que eso funciona para que firmen el permiso.
No sé cómo has llevado tu vida desde que eras un bebé Draco, pero justo ahora parece que intentas llevar demasiadas cosas por tu cuenta y sin ayuda, déjame aliviar esta carga y completar el proceso de transferencia, solo asegúrate de informar de esto a tus maestros y director, de esta manera podrán entregar los permisos y documentos pertinentes.
Escribiría un poco más, pero esta carta se ha vuelto excesivamente larga y no es mi costumbre, espero que esta información te alegre el día y espero escuchar de ti muy pronto muchachito.
Atentamente.
Tu abuelo
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Draco simplemente no se contuvo. —¡SI! —Gritó fuerte y claro mientras sujetaba la carta en sus manos y asustaba a los únicos dos estudiante que se encontraban en el gran comedor, de séptimo año seguramente, pero eso no importaba, su abuelo lo acepto, le dijo que si, mil y un veces sí.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, su desayuno es secundario y es olvidado por completo mientras le niño de once años que todos veían, saltaba de su asiento y emprendía una carrera para llegar a la oficina de Snape, no le importaba que fuera demasiado temprano para esto.
Él se iría de Hogwarts, ¡lo logro!
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Las siguientes semanas de Draco en Hogwarts fueron una combinación de emociones, la anticipación, alegría y alivio, sin embargo, existían cosas que lo opacaban por completo.
Después de dos semanas evadiendo a los Slytherins, realmente no pudo seguir evitando asistir a los horarios normales de comida, manteniéndose alejado de sus serpientes evitando cualquier intento de ellos por acercarse, hasta que ya no pudo evitarlos una vez que lo acorralaron en uno de los pasillos cuando se encontraba de camino a su salón secreto para estudiar magia sin varita.
—Draco, ¿al menos podrías mirarnos a la cara? —Menciono Pansy mientras el buscaba enfocar su mirada en cualquier lugar menos en ella. —Draco, hemos querido intentar hablar contigo desde hace dos semanas, pero nos evitas como si tuviéramos algo contagioso.
Bueno, en la mente de Draco no era algo contagioso, pero más allá de su propia vergüenza por su comportamiento infantil de esa noche en la sala común, Draco tenía que aceptar que ya no encajaba con el pensamiento supremacista de los sangre pura, el pensamiento de sus amigos. —¿Y no se les ha ocurrido que en realidad no quiero volver a hablar de lo que pasó? — Se digno a tomar la palabra Draco, reuniendo el coraje en su pecho para poder mirar a sus amigos, quienes lo rodeaban.
Todos guardaron silencio, ocultando las facciones heridas tras una máscara perfectamente impuestas por sus familias, pero Draco paso años con ellos.
—Dijiste no tendríamos que aguantar tus cambios porque pronto se acabarían, ¿a qué te referías Draco? —Pregunto Blaise tratando de dejar de lado el ambiente general.
Draco negó con la cabeza mientras dejaba escapar un suspiro de cansancio. —No creo haber sido más claro. pronto no van a tener que preocuparse porque me comporte extraño y mucho menos con quien o no hablo. —Tal vez ya era momento de decirles, a fin de cuenta se enterarían en un par de días. ¿Qué daño podía causar? —Me transferiré a Beauxbatons en unos días. —Los rostros de todos cambiaron en un instante, Pansy incluso jadeo por la sorpresa. —Me comunique con mi abuelo y el convenció a mis padres y ahora se están completando los tramites. —La sonrisa en el rostro de Draco se hizo más y más grande, aunque era inevitable no sentir que abandonaba a sus amigos, pero sabía que esto iba a pasar, tendría que fortalecer su corazón si de verdad planeaba sobrevivir a esta guerra por que tendría que dejar a muchos atrás.
Draco los observo a todos, los ojos de Pansy, abierto de par en par y sus labios entreabiertos, Blaise torció los labios, Theo apretó los puños mientras Greg y Vince se veían tan perdidos y asustados, incluso Draco pudo ver los ojos de Greg cristalizarse. —¿Que significa eso?, ¿no volveremos a verte? —Pregunto Greg con su cara de bebé, pero Draco no pudo responder ya que Pansy interrumpió.
—¡Lo hiciste todo a nuestras espaldas! —Dictamino alzando la voz y atrayendo las miradas de algunos de los estudiantes que pasaban por el pasillo. —Nos dejaste en la oscuridad por semanas y ahora resulta que… Qué te vas, ¿es eso justo Draco?
Draco no escucharía a alguien hablar de injusticia, no cunado él fue asesinado sin que a nadie le importara. —No se trata de ser justo Pans, se trata de saber que es lo mejor para mí y lo que quiero hacer cuando.
—¡Tenemos once años Draco! —Grito ella siendo sostenida por Blaise sin que Draco supiera cuando ocurrió eso. —Ninguno de nosotros sabe qué hacer con su vida aun ¡¿y tú crees que esto es lo mejor para ti?!
—Suficiente Pansy. —Intentó intervenir Theo, aunque seguro compartía el sentimiento de su amiga.
En esencia ellos tenían razón, un simple niño de once años difícilmente podía saber que sería de él en unos años, todas las opciones estaban abiertas, pero Draco no era un simple niño de once, él vivió una vida, murió y ahora no quería repetirla.
—¡¿Estas de su lado Theo?! — Pregunto la niña mientras se enfrentaba a la mirada de Pansy.
—Al contrario, creo que es una ridiculez. —Draco se mordió el labio inferior ante la mirada y las palabras de su amigo. —Pero si es su decisión, deberíamos aceptarlo. —Declaro al final, soltando un suspiro y girando su rostro de manera definitiva.
—Eres un egoísta Draco. — Aseguro Pansy.
Y eso fue todo para él, ellos no lo podían entender y no tenían por qué hacerlo, había tenido suficiente de este escándalo, no lo iban a hacer cambiar de opinión, Su pecho se estrujo con esas palabras mientras sus ojos se entrecerraban al verlos. Eran niños que solo veían como uno de sus amigos se alejaba de ellos, pero era su decisión y al menos hubiera querido algo de apoyo.
—Egoísta, ¿Yo soy el egoísta? —Su voz se cortó. —Me he sentido miserable desde que llegué y solo porque quiero estar en un lugar donde no sienta que me quedo sin alma cada vez que camino por los pasillo soy egoísta. —Sus palabras salieron cortantes y entre dientes mientras evitaba alzar la vos para que todos lo escucharan. — No, no, no, les diré que es egoísmo. Esperar que alguien aguante todo eso solo para que no rompan su ilusión de normalidad, es egoísta esperar que alguien lo soporte cuando ni siquiera lo entiendes, ¿y saben que es más egoísta?, ¡que esperen que me quede aquí cuando incluso ustedes están hartos de mi pero no dicen nada por, sabrá Salazar que razón!
Al final fue inevitable no levantar la voz mientras su pecho subía y bajaba intentando llevar suficiente oxígeno a su cuerpo, su corazón latía aún más rápido. Tenía que dejarlos ir.
—Ahora si me disculpan, tengo cosas importantes que terminar. —Draco se abrió paso con enojo entre Blaise y Theo y se alejó sin ver la reacción de ninguno, no era un tema que fuera a discutir con nadie.
No avanzó prácticamente nada cuando frente a él se topó con el trio dorado, y según sus rostros habían escuchado al menos el final de su conversación, Potter y Weasley evitaron su mirada, pero Granger lo veía con tristeza y sorpresa. —Draco… — Comenzó, pero él no se quedó para escuchar más, no tenía intención de discutir con alguien más este tema.
—Ahora no Hermione. —Respondió entre dientes mientras los esquivaba y huía, en realidad ya no le quedaron ganas de ir a practicar, se desvió para tomar las escaleras y bajar a las mazmorras.
Todo esto lo había dejado por completo exhausto y en mayor grado triste.
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Su última semana de septiembre, Draco se aisló completamente y lo único que lo hizo sonreír medianamente fue la actualización d su abuelo y como seria el proceso para llegar a Beauxbatons, su madre le envió su nuevo uniforme con una carta que a Draco francamente le pareció adorable y en realidad, el uniforme de Beauxbatons siempre le pareció mucho más agradable a la vista que el de Hogwarts.
Coloco la caja con el uniforme sobre su cama y reviso cada parte de él sonriendo ampliamente, Primero vio una capa larga de seda azul pálido, suponía que para eventos importantes la costado y para sujetarla, tenía una cinturón de cuero. Después estaba el traje de algodón del mismo color que la cama, una chaleco interno de color plateado la camisa interior de satín blanco y por supuesto, la corbata de seda azul pálido, a un lado estaba el sombrero que tanto recordaba de los estudiantes en su tiempo.
Habría gritado de la alegría de no ser porque la puerta de la habitación se abrió justo cuando se encontraba guardando el uniforme nuevamente, la figura de Theo atravesó el umbral de la puerta deteniendo cualquier movimiento que Draco estuviera haciendo, y por supuesto Theo también se quedó en su puesto uno segundos antes de bajar la cabeza y caminar hacia su propia cama sin mirar a Draco.
—Granger me pidió que te avisara que esta afuera de la sala común, quiere decirte algo. —Dijo Theo sin mirar a Draco.
Había sido entre ellos desde el enfrentamiento en los pasillos, esto era lo más cercano a una conversación que podían tener. —Gracias. – Respondió Draco antes de guardar todo rápidamente y luego salir de la habitación.
Cuando abrió la puerta de ingreso a la sala, en efecto Granger se encontraba ahí, observándolo y luego sonriéndole amablemente. —Por fin, pensé que no saldrías.
—¿Porque no lo haría? — La puerta se cerró tras él mientras enfrentaba a Hermione.
—La última vez que nos vimos no te veías con ánimo de conversar. —Respondió ella.
Y sí que recordaba el catastrófico momento. —Bueno, eso fue hace una semana y en realidad no era el mejor momento. —Pero al menos había terminado con ese nefasto día. —En fin, Granger, ¿Para qué me llamaste?
—Ese día me llamaste Hermione, empecemos por eso, ya nos conocemos e incluso casi nos matan una vez, ¿podemos dejar el apellido de lado y llamarnos por nuestros nombre?
Draco sonrió de lado. —¿Es por esto que bajaste a las muy aterradoras mazmorras?, ¿para qué te llame por tu nombre de pila? —Draco ya veía a Hermione intentando refutarlo así que se adelantó. —Está bien, te llamare Hermione y tú puedes llamarme Draco. —Concedió, no sabía que tanto importaría esto ya que le quedaban tan solo le quedaban dos días en Hogwarts.
La niña volvió a sonreír de manera brillante. —Perfecto, ahora si puedo continuar con mi razón para venir hasta aquí.
—Por supuesto. —Draco se estaba divirtiendo un poco con la extraña niña, tomaba las cosas con extrema seriedad, demasiado para ser tan joven.
—Quería preguntarte si es posible que te envié cartas mientras estas en Beauxbatons. —Sus manos se retorcieron juntas. —Se que te vas el lunes, pero creo que eres un muy buen amigo y no quisiera perder contacto.
Draco guardo silencio por unos segundos. —¿Como amigos por correspondencia? — Pregunto él, más que un poco sorprendido por la solicitud de la niña, nunca creyó que, de todas las personas en el mundo, Hermione Granger sería la única en pedirle algo así.
En su tiempo, él la había visto gritar al ser torturada por su tía, la marcaron para siempre y el no pudo hacer nada para evitar que la lastimaran de tal manera y tal vez por eso era incapaz de negarse a la petición de la niña cuando asintió con determinación, Pensando en que tal vez nunca volverían a verse y probablemente se cansara de enviarle cartas, Draco simplemente suspiro derrotado y asintió mientras cerraba los ojos. —De acuerdo, seamos amigos por correspondencia.
De nuevo la emoción brillo en el rostros de Hermione. —Perfecto, es un trato. —Extendió su mano derecha hacia él.
Draco asintió, incapaz de no sonreír con los grandes ojos de Hermione puestos en él. —Es un trato.
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El lunes por la mañana, Severus fue a recogerlo a la sala común de Slytherin y tanto el cómo sus cosas fueron guiadas en dirección a las escaleras. El camino fue silencioso, pero no por ello incomodo.
Estas últimas semanas, Draco podía asegurar que su padrino resentía su partida, pero había visto el cambio en los hábitos de Draco con solo saber que tarde o temprano dejaría Hogwarts. El sueño era algo imposible de predecir, pero ahora no se saltaba ninguna comida y realmente había logrado comer algo cercano a la cantidad de ingerían sus demás compañeros, eso era un avance enorme.
Severus era una de las personas que Draco más extrañaría, pero al igual que con sus amigos de Slytherin, era poco o nada lo que podía hacer por ellos sin alterar el tiempo más de lo que ya lo hacía al no intentar participar y repetir sus acciones para que todo siguiera su curso.
Draco dudaba que fuera un gran bache para los acontecimiento, solo se encargado de molestar a Harry Potter durante años y humillar a sus amigos, un aporte lamentable si tenía que ser sincero y tal vez estar lejos evitaría que Harry tuviera un carácter tan explosivo.
Al llegar a la oficina de Dumbledore Draco noto la mirada que tanto el cómo Severus se dirigieron, pero no le presto más atención.
—Muy bien joven Malfoy, creo que este es el adiós. —El hombre tenía un don para hacer que todo sonara terriblemente solemne y aunque Draco admiraba el aura noble de Dumbledore, nunca dejaría de parecerle un manipulador, un lobo con piel de oveja —Deseo que encuentre en este cambio, lo que busca tan desesperadamente.
Ya eran dos, pensó el más joven mientras asentía e inclinaba la cabeza a ambos profesore. —Gracias director. —Respondió Draco para luego girarse hacia Severus. —Gracias a ambos, tanto por el tiempo que pase en Hogwarts como por su ayuda. —En esto era muy sincero, recordaba los 6 años que estuvo en Hogwarts antes de que se le prohibiera ingresar, lo divertido que fue hasta su quinto año, las clases con su padrino y la extraña pero divertida recepción de Dumbledore cada inicio de año, no fingiría que todo lo que vivió en Hogwarts fue malo, entre tantos recuerdos desagradable, los de esta escuela antes de la batalla, aunque grises y sin brillo, serían los más felices en la mente de Draco.
Sus pies se movieron hacia la chimenea frente a él.
El viaje seria extremadamente cansado en opinión de Draco, pero así se requería según Beauxbatons. Primero la red Flu lo dejaría en el ministerio donde sus padres lo esperarían y acompañarían al área d viajes internacionales y permisos, con toda la documentación en orden, el ministerio tendría que darle un traslador hacia el ministerio de magia francés y en donde su abuelo lo esperaría para acompañarlo hacia su villa a las afueras de París, lugar donde lo esperaría aun carruaje tirado por un caballo Abraxan, un caballo alado gigante, seguramente de los mismos que llevaron a la delegación francesa en su cuarto años.
Ahora ese recuerdo parecía increíblemente lejano.
El carruaje lo llevaría hasta Beauxbatons, donde un maestro lo escoltaría a la oficina de la directora.
Recordar el largo viaje que tendría por delante, simplemente lo mareaba, pero la emoción opacaba por mucho el resto de las emociones.
—Ten un buen Viaje, Draco. —Dijo su padrino una vez estuvo dentro de la chimenea con los polvos Flu en la mano. Ante esto Draco solo pudo sonreír ampliamente y mirara a su amado padrino.
—Le deseo mucha suerte, Padrino. —Y sí que la iba a necesitar.
Draco pronuncio la dirección de la chimenea del ministerio en donde debía aparecer, luego soltó los polvos para sentir y ver las llamas verdes rodeándolo.
Por fin podía decirle adiós a Hogwarts.
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Asi lo imagino, mas o menos, tal vez mas adelante lo dibujare yo misma.
Notes:
[1]Mi frances es fluido y lo hablo con naturalidad, el idioma no sera un ptoblema.
Muy bien, por fin, mi bebé tendrá algo de paz, (ahora saltaremos al cuarto año...), jajaj no mentiras no ser de ese tipo de Fanfics, que la verdad me encantan pero no sera asi en este.
De una vez aviso que el proximo cap, no es muy ortodoxo pero espero que les guste.
Adicionalmente, yo no hablo frances si notan un error es por google traductor asi que tratenme pasito.
Hasta pronto.
Chapter 4: Amigos por correspondencia
Summary:
—¿Que ves? —Pregunto Quirrell, ignorante de la sorpresa en la cabeza de Harry y lo acelerado de su corazón.
—… Yo veo… a mis padres. —En cuanto Dijo esto, El Draco en el espejo Sonrió más ampliamente antes de asentir con lentitud y luego darse la vuelta. Al final la figura del niño de once años que Harry vio en una de las ultimas fotos que le envió a Hermione desapareció.
Notes:
Solo una anotacion antes de que inicien el capítulo.
Las fechas de las cartas, son de cuando se escribieron las cartas, no cuando fueron recibidas.
Ya sin nada mas que agregra, los dejo con le capitulo que me saco canas verdes.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Tal como había predicho Draco, el viaje hacia Beauxbatons, no fue una experiencia relajante.
Una vez llegó a la red Flu del ministerio y salió de la chimenea, pudo ver a la imponente y elegante mujer que había sido su madre alguna vez. Era un poco gracioso ahora verla tan joven, sin la depresión que estar enjaulada le género, sin que la mansión la agobiara día a día. Piel rosada y saludable. Eso sí, su madre nunca dejó de usar sus hermosos y elegantes trajes, aunque estuviera en reclusión. Aun así, la Narcissa Malfoy que lo recibió fue muy diferente a la que vio por última vez antes de que lo abandonara en el lugar donde dio su último aliento.
Tuvo que detener sus pasos debido a las muchas emociones que sintió en tan solo un segundo, sus manos se cerraron en puños bajo la túnica de Hogwarts, está no era la madre que lo dejó atrás tan pronto como pudo, aún no era la desgastada y atormentada mujer, pero era muy difícil no corre hacia ella y gritar todas las quejas reprimidas de su futuro.
Sus padres lo arruinaron, aunque él sabía que, de todas formas, en algún punto y medida, sus decisiones fueron solo suyas, aun así, sus padres lo metieron en la boca del lobo y se atrevieron a dejarlo atrás.
—Mi querido dragón, llegaste. —Su voz suave agitó el corazón de Draco, este pasado era una tortura constante.
—Madre. —Respondió como lo habría hecho antes, aunque al ser abrazado por la mujer, no pudo evitar quedarse un poco congelado. Si ella lo notó o no, no dijo absolutamente nada.
—Tu padre no pudo venir para despedirse, pero él y yo te compramos algo para tu viaje y estadía. —Dijo su madre en cuanto se separó. Con su varita hizo aparecer una caja mediana y la extendió hacia Draco. —Esperamos que nos escribas no menos de una carta a la semana —Para Draco sonó un poco divertido mientras abría la caja bajo la mirada de su madre, quien sonrió en cuanto Draco tuvo el regalo en sus manos. —Esperamos las cartas con las fotos incluidas mi querido Dragón. Esta es una cámara que no necesita la poción reveladora exterior porque solo la viertes dentro de la cámara y ya impregna la imagen. —Saco una caja más pequeña y se la entrego. —tiene varios frascos, además es más pequeña, no tendrás problema en tomar fotos de todo.
Se parecería a Colin Creevey si llevaba esta cámara para todos lado, una imagen flash de cómo había terminado el niño en su tiempo original recorrió su memoria, en realidad no había visto el cadáver, pero sabía que no logró sobrevivir a la batalla.
Al final, Draco sacudió la cabeza y se concentró en el ahora, estaba a punto de dar todo eso atrás.
Ahora sobre la cámara, en realidad no importaba si era considerablemente más pequeña, aún tenía el foco y lo demás, definitivamente no la llevaría, pero tomaría fotos en su tiempo libre.
El regalo era increíble quitando la expectativa irreal de su madre, pero Draco simplemente asintió y sonrió alegremente. —Gracias madre, definitivamente lo haré, lo prometo.
—Muy bien, ese es mi hijo, ahora vamos, tardarán un poco en revisar toda la documentación para que tomes el traslador.
Draco asintió y siguió a su madre para llegar al área de transporte internacional en el ministerio y si Draco hubiera podido criticar a su madre por algo ese día, sería de mentirle, ese “tardaran un poco” se convirtió en más de hora y media de espera mientras confirmaban, no solo la información de Draco, sino la de su madre y padre, también del guardián quien recibiría a Draco en Francia.
Luego revisaron la información de traslado escolar como razón de movilidad internacional, verificaron toda la condenada información de Hogwarts para verificar que si era una institución educativa certificada y ante esto el rostro de Draco se torció. En su mente quiso gritarles a los dos encargados de revisión que ellos muy probablemente habían asistido al condenado Hogwarts para estudiar, que más información tenían que ver si era la misma escuela que existía desde hace más de mil años.
Luego revisaron la información de Beauxbatons de la misma manera, las cartas de ambos ministerios de magia y la carta de ambas oficinas mágicas. A Draco solo se le ocurrió que de haber tenido que haber hecho este proceso cada noche en Hogwarts habría dormido de lo lindo, porque ahora de verdad tenía sueño por la espera.
Por otro lado, su madre no perdió la paciencia ni por un segundo, siempre había tenido un excelente auto control.
Al final, a Draco le dieron los documentos para pasar, tanto los mágicos como los muggles. —Bueno, hasta aquí puedo acompañarte mi pequeño. Tu padre y yo esperaremos la carta con ansias. —Draco en su mente pensó que en definitiva era cierto que su madre nunca lo quiso tan lejos de casa, nunca la había visto tan preocupada en años previos al regreso del señor oscuro.
—Por supuesto que sí. Nos vemos madre. —Ella lo brazo una última vez y después de eso lo dejo a cargo de los oficiales de viaje internacional.
Sus piernas eran considerablemente más cortas y prácticamente tuvo que correr para no perder el pasó, sus cosas serían enviadas aparte, así que tenía las manos libres, pero eso no mejoraba el hecho de que no le tenían consideración como un pequeño de once años.
Los oficiales lo guiaron por una variedad de pasillos hasta que llegó a una habitacional que parecía estar abierta en la parte del techo Ya que se veía la luz natural ingresando desde ahí.
Lo guiaron hacia el centro de la habitación donde encontró una pequeña moneda en el centro, era una moneda muggle, por supuesto. —Joven Malfoy, en el momento exacto que le digamos, toque la moneda, ya conoce el resto.
Draco asintió rápidamente y se arrodilló para poder tocarla en Cuanto le indicarán.
Los oficiales enviaron un mensaje de fuego, según lo que pido decir Draco y unos poco segundos después recibieron la respuesta, en cuanto asintieron entre ellos le dieron la indicación a Draco quien al instante tocó la moneda y sintió el característico tirón y vacío del traslador. Esto fue considerablemente más suave que un viaje dentro del mismo país y Draco creía que se debía a las protecciones de viaje o algo por el estilo, no podían tener visitantes atontados que apenas pudieran ponerse de pie si tenían una agresividad mayor con respecto al viaje, o tal vez lo sobre pensaba y todo se debía a que era un niño viajando sin supervisión adulta.
Edo explicaría porque se tardó cerca de diez segundos en llegar, alentaron el viaje y Draco no fue escupido en el ministerio francés, sino que pudo descender con lentitud, cuando lo hizo la puerta se abrió y una encantadora mujer de cabello negro, junto con un caballero rubio lo recibieron con amables sonrisas.
—¿Es usted el joven Draco Lucius Malfoy? —Pregunto la señorita con un asiento francés muy marcado.
—Si señora, es un placer. —Respondió el sin pensar, en realidad su padre era más frío en sus saludos, pero Draco había perdido esa frialdad e ímpetu por demostrar superioridad en su tiempo.
La mujer sonrió encantada. —¡oh comme c’est beau! —Menciono ella. —Por favor acompañemos joven Malfoy, su abuelo se encuentra revisando y registrando algunos documentos, luego podrán irse.
Tal parecía ser que el joven a su lado era un aprendiz ya que no hablo en ningún momento del caminos.
Al igual que en Inglaterra, Draco batallo para mantener el paso, ¿acaso la habilidad de caminar a una velocidad anti natural era requerimiento para este trabajo? Su sufrimiento termino cuando llegaron a un elevador que los llevo directamente hacia uno de los niveles superiores.
Al llegar las puertas del elevador se abrieron y casi al instante Draco pudo ver desde lejos a una persona que resaltaba muy claramente en uno de los puestos de completado de información en el Ministerio francés. Al igual que su padres, el hombre tenía el cabello largo, mucho más largo por supuesto, pero largo y completamente blanco, una barba muy poco tupida igual de blanca, vestía una capa gris oscuro, con el cuello y los hombros, sobresalía un relleno que a la distancia parecía abrigado y modesto, la capa era negra que no llegaba a sus pies donde podía ver los zapatos brillantes y negros, Ante esta imagen Draco se preguntó si su abuelo alguna vez había dejado el luto.
A medida que fueron acercándose Draco noto más detalles se Abraxas Malfoy, como el increíble parecido que él y su padre tenían, es decir, Draco sin duda se parecía a Lucius, pero tenía algunos rasgos y expresiones heredados de su madre que con el tiempo serina más evidentes, pero Abraxas y Lucius eran la copia del otro, tal vez si su padre hubiera vivido más tiempo se pudo haber visto como su abuelo.
Tan solo faltando unos pocos metros para llegar, el hombre se giró en dirección a ellos y Draco se sintió un poco aprehensivo, Tal vez sus abuelo y su padre se parecían, pero tenían diferencias que solo se notarían de cerca, Abraxas tenía una mirada menos severa que la de su padre, aunque seguía siendo helada y superior en todo lo demás.
—M. Malfoy, votre petit-fils est arrivé. —Dijo la joven dama al llegar frente a su abuelo. El hombre sin embargo se mantuvo callado unos segundos más al ver a Draco, tal vez le recordaba a su propio hijo a esa edad, quien sabe. —M. Malfoy, votre petit-fils est arrivé Je vous demande de finir de remplir la documentation appropriée et vous pourrez partir.
Pero de nuevo su abuelo no respondió, su mirada definitivamente lograba intimidar un poco a Draco, aunque no en el mal sentido.
Fue después de incomodos segundos de espera que el hombre volvió a mirar a la mujer que había acompañado a Draco hasta qui. —Bien sûr, merci beaucoup pour votre aide Mademoiselle Adeline.
El que Draco identifico como le ayudante, le extendió a su abuelo algunos documentos faltantes que Draco ni siquiera había notado que tenía el hombre y su abuelo continúo llenando los documentos hasta que quince minutos después todo estuvo terminado.
—Muy bien, eso sería todo. —Dijo la mujer mientras organizaba los documentos con su varita y luego miraba a Draco. —Espero que disfrutes tu estadía jovencito. — Su sonrisa fue agradable y cálida.
—Muchas gracias. —Asintió él.
—Muy bien, nos vamos. Un placer conocerlos. —Esta vez fue su abuelo quien con una leve inclinación de cabeza se giró y comenzó a caminar hacia el elevador que los sacaría del ministerio Frances.
Por primera vez en el día, Draco camino prisa, ya que su abuelo no caminaba como si su vida dependiera de ello, por el contrario, usaba un bastón para apoyarse levemente, aunque según la apreciación de Draco, esto no afectaba mucho su movilidad, su padre también usaba un bastón, pero ese era más que nada para presumir y demás, no porque realmente lo necesitara.
Draco había mucho sobre el ministerio mágico y su nueva escuela antes de llegar para no perderse al salir reconoció algunas imágenes de los libros mientras seguía a su abuelo. —Sujétate muchacho. —Ordeno Abraxas extendiendo su manos para que Draco la sujetara y claro, era lógico tener que hacer esto afuera ya que en el ministerio francés no había forma de aparecerse, pensó Draco asintiendo y sujetando a su abuelo, el tirón que sintió fue el segundo del día, pero no por ello más agradable
Al llegar Lo recibió una edificación encantadora, claramente no tan amplia y ostentosa como lo era la mansión, pero definitivamente importaba muy poco, casi parecía un palacete antiguo mientras caminaban por camino de entrada en donde los árboles estaban a cada lado del camino, altos e imponentes, estaban mucho más allá de la entrada exterior seguramente.
Tal vez su impresión fue muy obvia, ya que su abuelo de inmediato comenzó a explicar —Como te mencione en las cartas querido nieto, actualmente vivo en Chantilly, el pueblo no está muy lejos y podrás ver el palacio unos cuantos kilómetros hacia el norte, esta pequeña villa que vez aquí esta oculta de los muggles, pero no por el fidelius así que no te preocupes, el carruaje de la escuela llegara si problemas a recogerte en una cuantas horas.
—Es bellísimo —Fue lo único que atino a decir Draco en el momento y eso pareció divertir al hombre a su lado.
Caminaron un poco más hasta llegar a la entrada de la edificación que se abrió sola y se cerró de la misma manera al atravesarla, eso significaba que seguramente era un edificio mágico y claro, probablemente hubiera algún elfo domestico en la casa. —Se lo compre a una mujer viuda, probablemente murió no mucho después de eso.
Draco no puso atención a la frase ya que el interior de la villa era mucho mejor que incluso su exterior, columnas altas, pisos de mármol, puertas de caoba y los muebles eran tan clásicos, Draco camino por el pasillo hacia lo que él creía que era el recibidor, la chimenea ardía con intensidad, al otro lado del pasillo y frente al recibidos se encontraba un habitación con una puerta doble que se encontraba abierta, desde ahí Draco pudo ver las grandes estanterías con libros. La escaleras al fondo del pasillo conducían la segundos piso.
Draco habría ido a recorrer toda la villa si hubiera podido, pero la voz de su abuelo lo trajo a la realidad. —En el verano podrás investigar todo lo que quieras querido nieto, sin embargo, hoy debes llegar a la escuela.
Eso era muy cierto, en este momento tenía que tener su mente enfocada en su llegada a Beauxbatons.
—Como sabes, yo fui a Hogwarts al igual que tu padre, pero me atreví a enviar una carta a la directora Maxime. — Su abuelo camino hasta uno de los sofás frente al fuego y sin pensarlo dos veces, Draco lo siguió. Sentándose al lado del de sofá en uno de los sillones. —Tus libros ya fueron comprados en su totalidad así que cuando llegue el carruaje, lo cual no debe tardar mucho, estarán en tus cosas, además, desde Hogwarts tanto la directora Maxime como a mi nos informaron de tur problemas de sueño y de alimentación, prometieron hacerte seguimiento e informarme de manera constante, pero ya que se ha hecho esto para que te sientas más cómodo, en tus estudios, no quiero ni una sola excusa para que tu promedio escolar baje, Seguro lo sabes.
Draco asintió rápidamente, sin atreverse a interrumpir, lo cual atrajo mucho la atención de Abraxas.
—Sabes, te pareces mucho a tu padre cuando ingreso a Hogwarts. —Ahí estaba.
—Si, Madre lo ha dicho muchas veces. —En su otra vida, antes de la guerra, seguramente se habría sentido alagado por ello.
—Seguramente. Narcissa y Lucius se conocieron desde jóvenes, no me sorprende que lo recuerde. Aunque tu personalidad me recuerda más a la de tu madre en ese entonces, me temo que malcríe a tu padre durante muchos años antes de Hogwarts. —Y vaya que Draco lo creía al cien por ciento.
—¿Por qué se alejaron tu y él? —La pregunta lo carcomía desde hacía semanas, tanto en su tiempo como en este, Draco nunca vio interactuar a su padre con su abuelo además de esa navidad en segundo año cuando enfermo y sus padres viajaron de emergencia, y claro, en su funeral, pero en realidad nunca hablaron mucho y la distancia limitaba bastante las visitas familiares.
Abraxas apretó un poco el bastón en su mano y centro su mirada en la chimenea, era de día, el frio aun no era algo de que preocuparse, así que Draco no entendía porque mantenerla encendida, pero él era un invitado, no cuestionaría esa parte.
—Creo que alguien tan joven debería preocuparse más por hacer nuevos amigos en su nueva escuela que en rencillas familiares.
Draco estaba muy despuesto a refutar sus palabras, pero como si el destino no quisiera que la conversación se alargara, en el exterior se escuchó un golpe seco y pesado junto con el sonido de un caballo galopar. —Creo que el tiempo de conversar se ha acabado. —Draco no tenía que ser un genio para notar el alivio del hombre.
A diferencia de su Padre, su abuelo era estricto pero amable donde su padre era frio e inflexible, incluso cruel. Tal vez el estar tanto tiempo al lado del señor oscuro tuvo repercusiones más grandes que una simple marca en su antes brazo.
Su abuelo hizo un sonido de esfuerzo mientras se levantaba del sillón y con un suspiro Draco hizo lo mismo pero un tanto disgustado al no tener una respuesta apropiada, aunque eso se olvidó por completo en cuanto llego a la entrada y descubrió que como niño era muy fácil olvidarse de cualquier emoción cuando algo realmente impresionante aparecía frente a él.
Solo ahí Draco se preocupó de que su cerebro realmente hubiera retrocedido en el tiempo, algo que era infinitamente posible, eso significaría que los cambios de la adolescencia se repetirían no solo en su cuerpo, sino que todo realmente lo afectara, y seria de nuevo, un desastre.
Pero eso no importaba, por supuesto que no importaba no cuando tenía una carruaje al más puro estilo francés, tirado por un caballo enorme y con Alas y esto era única y exclusivamente para él.
Su pecho se hincho de alegría, de finitimamente aprovecharía esta nueva oportunidad sin importar que le deparar el futuro.
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03 octubre 1991
Draco.
Realmente solo han pasado tres días desde que te fuiste, pero tu ausencia se ha notado mucho, más de lo que algunos quisieran admitir.
Tal vez esta carta llegue toda una semana después pero bueno, planeo cumplir mi promesa y que cumplas la tuya.
Como te mencione, las cosas han sido extrañas. La clase de pociones ahora es insoportable, seguro sabes por qué. Tal parece ser que algunos de tus amigos en Slytherin le dijeron al profesor Snape que algunos Gryffindors te molestaban y que eso pudo aportar a que quisieras irte, por esa razón ahora todos pagamos, en especial Harry y Ron, es imposible hablar en clase sin que nos bajen puntos.
Muchos de nuestra clase se preguntan porque te fuiste, no creo que nadie diga la razón real, pero los chimes comienzan a circular, algunos son ridículos y otros son en realidad delirantes pero coherentes, si es que eso tiene algún sentido, no sé si me explico bien.
De todas formas, cuéntame, como es Beauxbatons, ¿es tan hermosa como dicen?, ¿tienen división de casas?, ¿cómo son los dormitorios?, cuéntamelo con detalle.
Atentamente
Hermione
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23 de octubre de 1991
Hermione
Lamento haber tardado en enviar una respuesta a tu carta, en realidad han sido tres semanas demasiado ocupadas desde que llegue a Beauxbatons, más que nada por la diferencia en los temas y la carga a académica, es en parte bueno saber que al ser un ratón de biblioteca me sirvió de algo o realmente no podría alcanzarlos.
Con respecto a la información que me indicas, aunque no me molesta que el profesor Snape torture a Weasley y Potter, me molesta que se insinúe que alguien tuvo parte en mi decisión, como si un joven perfectamente sensato no pudiera decidir por sí mismo sin factores externos, es indignante, más vale que no creas en algo tan absurdo como eso Hermione Granger, no lo permitiré.
Y sobre la escuela, es excelente, para llegar fui recogido directamente de la villa del abuelo por un carruaje que era tirado por un Abraxan, no sé si sepas que son (probablemente lo sepas), son caballos gigantes Hermione no tienes idea. Al llegar fui recibido por el maestros de pociones que parece ser el subdirector, Alphonse Lambert, no quiero generar en ti envidia, pero créeme, no es para nada igual al profesor Snape y lo digo con todo el respecto que le tengo.
Fui llevado con la directora Olympe Maxime que es una semigigante, estoy seguro, en fin, me explicó todas las normas y cómo tendría que realizar mis actividades de ahora en adelante. Aquí no hay división de casas y cada quien tiene su habitación en alas o torres diferentes divididas por años y genero por supuesto, es increíble.
Me hice amigo de algunos compañeros de primer año en la primera semana, más que nada porque realmente necesitaba ayuda adelantándome de las clases, te envío una imagen en el sobre en donde te muestro quienes son.
La que está a la izquierda es Marie Moreau, francesa de nacimiento claro, su ingles no es el mejor, pero es una chica adorable, fue la primera que me hablo al llegar y solicitar ayuda. Los que están a mi derecha son Alessandro Giordiano de Italia e Isabel Lara de España, tal vez con ellos me atreva a aprender italiano y español, ya que en ambos doy pena, aun así, su inglés es bueno y por supuesto su francés es excelente.
Les he hablado de ti en los pocos momentos libres que tengo y tal vez exista algún momento para vernos todos en el futuro y puedan conocerse.
Atentamente
Draco.
(La foto muestra tanto a Draco con la mano sobre el hombro de Marie de cabello rubio cara de bebe, ambos parecen estarse riendo de algo, mientras Alessandro quien es el más bajo en estatura, de los cuatro, de cabello oscuro y contextura menuda, escucha a Isabel quien poco después sale a correr y el la persigue en un lugar parecido a un jardín.)
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02 de noviembre 1991
Draco
Todo lo que me cuentas es asombroso, realmente eres la única persona que conozco que podría adelantarse tan rápido de un atraso académico, pero supongo que tomaste la decisión correcto al no esperar mucho para transferirte, hubiera sido más complejo una transferencia de haberla iniciado a mitad del año escolar.
He visto la foto que has enviado y realmente se ve que has hecho buenos amigos, especialmente con Marie, es bueno saber que te has adaptado bien al cambio y me alegro por ti.
Y sobre lo que dices del castillo, realmente parece un sueño hecho realidad, ¿será posible que estudiantes de otras escuelas den un recorrido sin necesidad de inscribirse? eso sería altamente educativo.
También estoy ansiosa por contarte las ultimas noticias. El 31 de octubre, un trol se aventuró en el castillo y causo un gran escándalo, yo habría muerto si Harry y Ron no hubieran llegado a salvarme, aunque talvez no hubiera sido necesario de no haberse comportado como lo hicieron.
Desde ese día nos hemos vuelto más cercanos sí, pero por razones obvias, ya que no quiero que los insultes más de lo que claramente ya lo haces, lo guardare para mí, el asunto ha quedado en el pasado y ahora, para mi sorpresa realmente siento que somos amigos.
Lamentablemente yo no tengo una cámara, ya sea mágica o no, para poder enviarte alguna foto, pero realmente han sido semanas extrañas.
Atentamente
Hermione
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08 noviembre 1991
Hermione
Es admirable que intentes no afectar mi imagen de ellos a través de estas cartas. Es un buen intento, pero temo decirte que no funciona en lo más mínimo, recuerda que los conocí en persona y difícilmente fueron agradables, ¡me acusaron de ladrón Hermione!, pero bueno.
De hecho, me sorprende que ahora los consideres amigos, aunque no soy escéptico al afirmar que una experiencia traumática une a las personas de manera irreparable, aun así, creo que mereces mejores compañías, tal vez una o dos amigas además de estos dos pelafustanes sería mejor, pero lo dejo a tu criterio.
Cuéntame un poco más de cómo vas en las clases, ahora sin mi realmente puedes ser la número uno.
Te envío una foto de los caballos, fui a los establos solo para mostrarte, de verdad son enormes.
Atentamente
Tú amigo, Draco Malfoy.
(En la foto se ve como se acerca poco a poco a los establos y en la primera caballeriza hay una Abraxan enorme que relincha suavemente al ver a Draco, él se estira y con valentía acaricia el pecho del animal ya que es hasta dónde llega y puede alcanzar.
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16 de noviembre de 1991
Draco
De hecho, han pasado muchas cosas desde mi última carta y por ello he demorado un poco, ha sido una locura, pero primero responderé a tu pregunta.
En efecto, soy la mejor de la clase y te corrijo, antes competíamos por el primer lugar, no es tan divertido si no tengo a alguien a quien ganarle, sin embargo, sobreviviré.
Vi la foto que enviaste, realmente son gigantes, me daría un poco de miedo pararme frente a uno de estos, son demasiado imponentes.
Ahora si te cuento, en realidad el colegio estuvo perfectamente aceptable hasta el primer partido de Harry el fin de semana pasado, aunque atrapó la Snitch alguien definitivamente estaba embrujando su escoba que se descontroló en el aire y Harry casi cae.
Con mis binoculares descubrí que era Snape, para embrujar algo tienes que mantener tu vista fija en ello y recitar ¡Draco, Snape realmente estaba haciendo eso justamente! de no ser porque me di cuenta e inicié un pequeño incendio, tal vez Harry habría muerto.
Harry está preocupado y nos ha dicho varias cosas que ahora de verdad parecen tener mucho sentido, algo que olvidé decirte sobre la noche del trol, Snape cojeaba esa noche y Harry vio sangre en su pierna, según nos contó probablemente sea debido a la mordida de Fluffy (Averiguamos que ese es el nombre del cancerbero, fue Hagrid), intento ingresar a la trampilla debajo del animal, incluso pudo haber sido él el que dejara entrar al trol para escabullirse.
Realmente han sido unas semanas de locos.
Espero saber tú opinión con todo esto.
Atentamente
Tú amiga, Hermione.
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21 de noviembre de 1991
Hermione
No quiero sonar escéptico o que no confíe en tu palabra, pero realmente es ridículo lo que me cuentas, ¿porque un maestro querría herir de tal manera a un estudiante?, es decir, Potter no es el favorito del profesor Snape, pero eso no implica que quiera asesinarlo.
Además, ¿estás segura que estaba queriendo embrujarlo?, recuerda que para lanzar un contra hechizo también es necesario observar el objeto y recitar el hechizo, estoy seguro que está es una explicación mucho más adecuada para lo que paso en el partido, alguien más debe estar metiéndose con Potter y si me permites darte un nombre, creo que ese alguien podría ser o bien un estudiante u otro maestro como… Quirrell.
En el breve tiempo que estudie con él sentí algo extraño, el hombre se veía cada vez más pálido y con frecuencia lo encontré hablando solo en los pasillos, créeme, es sospechoso y yo mantendría un ojo sobre él.
Con respecto al cancerbero y el ataque a Snape, sigo sin creer que una escuela se atreva a tener una bestia así, es impensable y que Hagrid le llame a eso Fluffy, es una locura, es un nombre que jamás se me habría ocurrido para un animal.
No puedo defender completamente a Snape aquí pero también veo que él podría estar intentando proteger lo que sea que hay ahí abajo porque sabía que alguien intentaría robarlo, no tengo pruebas, pero Snape es de los profesores en los que Dumbledore más confía es imposible que intente robar lo que hay ahí abajo.
No puedo decir que mi estancia en Beauxbatons sea tan emocionante como lo que pareces estar viviendo en Hogwarts, pero lo prefiero totalmente, no quiero repetir el encuentro con “Fluffy” y te recomendaría que no arriesgarás más tu vida, pero es como hablar con una pared, Potter y Weasley no se alejaran de los problemas, esa es mi conclusión.
Aun así, te recomiendo que desconfíes más de otros profesores aparentemente inofensivos. Si a alguien no le agrade Potter no lo convierte automáticamente en el villano.
Bueno vasta de regaños y de malas noticias, se acerca Yule, lo que creo que los muggles llaman Navidad, espero un regalo apropiado Granger.
Atentamente
Draco
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29 de noviembre de 1991
Draco
Tendré en cuenta tu recomendación, aunque Harry y Ron ciertamente insisten en que es Snape, el tampoco ayuda, ahora es totalmente cruel, Neville es de los que más sufre en sus clases, intento ayudarlo, pero es inevitable que el profesor Snape encuentre una manera de intimidarlo.
Y por supuesto que te enviaré un regalo para navidad, no seríamos amigos sino intercambiaremos regalos.
De hecho, quería preguntarte algo, a Hagrid se le escapó decir que lo que hay bajo la trampilla es propiedad de Dumbledore y de Nicolás Flamel, queremos saber que puede ser, pero no tengo idea de quién es este mago, sé que lo he escuchado antes o he visto su información antes, pero no puedo saber dónde.
Tal vez en la biblioteca de Beauxbatons tengas más información, nos serviría mucha tu ayuda.
Además, no sé si pasarás las vacaciones en Francia o Inglaterra, imagino que tus padres querrán estar contigo en esta fecha, tal vez podamos vernos en el callejos Diagon, podemos arreglarlo, solo házmelo saber.
Atentamente
Hermione.
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29 de noviembre de 1991
Mi querido Dragón
Estos meses han sido por mucho los más difíciles para tu querida madre, sabiendo que estás tan lejos de nosotros y sin poder ayudarte si así lo necesitas, verdaderamente una situación poco grata, pero si te hace feliz mi dragón, entonces tu padre y yo estaremos igual de felices por ti.
Me comunico para agradecerte la gran cantidad de fotos que nos has enviado junto con tus cartas y también para preguntarte, cuando planea tu abuelo enviarte de regreso para Yule, muchos de nuestros amigos y los tuyos están ansiosos por verte en la celebración de invierno este año.
Hazme llegar la información rápidamente para comentarlo a tu padre y tener tu habitación lista.
Te esperamos con ansias hijo mío.
Atentamente
Tu madre.
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02 de diciembre de 1991
Madre
Para mí también ha sido un cambio muy drástico, pasar de sentir que en cualquier momento vendrían a ayudarme y pasar a estar tan lejos, pero realmente no me quejo, estos han sido los mejores meses que he tenido desde que empecé mi educación, agradezco su apoyo.
Y con respecto a mi viaje a Inglaterra para Yule, en realidad no creo que sea prudente dejar Francia para las fiestas este año.
Siento que, aunque el abuelo me ha aceptado tengo que fortalecer e incentivar los lazos familiares que nos unen, pasar más tiempo juntos y disfrutar de la compañía mutua, realmente quiero llegará a agradar a mi abuelo.
Discúlpame con padre y con sus invitados para estas fiestas, pero no creo poder asistir.
Atentamente.
Tú querido hijo
Draco.
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02 de diciembre de 1991
Querido abuelo.
Se acercan las vacaciones de Yule y solo escribo para preguntar si mi compañía en esta navidad sería bienvenida o si prefieres que me quede en Beauxbatons para las fiestas.
No quiero entrometerme en ningún plan que ya tuvieras.
Atentamente
Tú nieto
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Draco termino de escribir y enviar las cartas a su madre y a su abuelo y de inmediato se adentró en la biblioteca del palacio Beauxbatons.
Jamás admitiría nada a nadie, pero la verdad es que las palabras de Hermione si le generaron mucha curiosidad, ¿que tendrían bajo esa trampilla que pudiera ameritar el llevar a un Cancerbero? No era nada que no pudiera averiguar con la investigación adecuada.
Sus pasos se dirigieron directamente a la biblioteca o al menos ese era su plan hasta que escucho la voz de Isabel, llamándolo desde el otro lado del pasillo y saludándolo con alegría, la niña corrió hacia el con rapidez.
—Draco, justo al niño inglés que quería ver. —Dijo una vez estuvo lo suficientemente cerca de Draco. La personalidad de Isabel era complicada, una bromista nata, pero con una habilidad increíble para que no la atraparan, estaba seguro que ni siquiera los gemelos Weasley podrían ganarle. Además, su víctima favorita era Alessandro, nunca sabría por qué, pero era uno de sus pasatiempos favoritos.
—Primero, soy el único niño inglés que conoces. —Rectifico Draco con una sonrisa mientras Isabel estiraba su manos para acariciar su cabello, ahora considerablemente más largo.
Cuando llegó con el cabello peinado hacia atrás inmediatamente dejo de peinarlo de esa manera, también lo dejo crecer. Fueron muchos años en el futuro que dejó de usar el hechizo para evitar que creciera demasiado en Hogwarts, por supuesto él no tenía como realizarlo estando en prisión domiciliaria, pero ahora técnicamente si podía cortarlo solo que ya no quería, se había acostumbrado a sentir las hebras cayendo por los lados de su cabeza, rozando su cuello.
Ahora ciertamente estaba más lago, llegando un poco más allá que sus orejas.
—Segundo, no me importa que hayas hecho esta vez, no te cubriré, aún me debes dinero por la última vez que te cubrí, no tengo tiempo para gastarlo en personas que no saldan sus deudas. —Dictamino Draco al darse la vuelta y seguir su camino hacia la biblioteca.
El jadeo indignado de Isabel habría sido más creíble de no estar tan inquieta. ¿Qué había hecho ahora? —Draco, por favor… —Suplico corriendo para alcanzarlo de nuevo.
—No, no, no, no haré esto de nuevo, Alessandro aún cree que soy tu cómplice por lo de la tinta en sus zapatos. —Una buena broma que había hecho sus zapatos dejarán huellas visibles y por lo que lo castigaron. —No, pídelo a Marie, yo no voy a meterme en esto.
Marie, a diferencia de Isabel era increíblemente tranquila, ambas eran amigas desde antes de ingresar al colegio, era divertido verlas, Marie era callada y casi retraída, elegante y recatada, a veces parecía que Isabel hacia una broma solo para que Marie le siguiera el juego y en efecto así parecía ser la gran mayoría del tiempo.
—Marie no puede, está con la directora ayudando con los Abraxan.
Draco asintió, sí que lo sabía, solo por ella fue que logró colarse a las caballerizas y tomar la foto que le envío a Hermione hacia semanas.
—Bueno, entonces te aconsejo correr, ocultarte o suplicar a quien creas necesario porque yo no te voy a ayudar, voy a la biblioteca así que permiso.
La niña detuvo sus pasos y claro sintió sus ojos perforándole la cabeza.
—Un día Draco Malfoy, necesitaras ayuda y seré yo quien se niegue, ¡me escuchaste Draco! —Lo dramático le salía natural —¡Tendré mi retribución Malfoy!
Draco soltó una carcajada antes de escuchar los pasos apresurados de Isabel alejándose por el pasillo, de verdad no quería saber que había hecho ahora.
Al llegar a la biblioteca, en vez de buscar a ciegas, pidió ayuda a la bibliotecaria que, a diferencia de Hogwarts, no miraba a todos como si estuvieran arruinando su día o, mejor dicho, toda su vida.
La bibliotecaria Selline fue Bastante amable de guiar a Draco hacia el lugar correcto en el momento en que escucho el nombre del mago a quien buscaba y quién para sorpresa de Draco, era un ex graduado de Beauxbatons, uno muy ilustre tenía que decir.
El libro mencionaba que Nicolás Flamel era un reconocido alquimista, reconocido más que nada por ser el único que pudo crear la piedra filosofal, una sustancia legendaria con poderes extraordinarios.
Y vaya que lo imaginaba, más abajo explicaba que era la piedra filosofal.
“El antiguo estudio de la alquimia está relacionado con el descubrimiento de la Piedra Filosofal, una sustancia legendaria que tiene poderes asombrosos. La piedra puede transformar cualquier metal en oro puro. También produce el Elixir de la Vida, que hace inmortal al que lo bebe.”
En realidad, esto era lo más relevante y la información de otros libros lo mencionaban ampliamente, pero con esto fue suficiente, esto debía ser la prueba, lo que había bajo esa trampilla debía ser la piedra filosofal, ¿porque si no era así Hagrid habría mencionado a Flamel?
Draco hizo una copia de la página del libro, y una vez guardado, corrió hacia su habitación, esto era algo increíble y por demás aterrador, quien quiera la piedra sabe perfectamente bien que tan grande es su poder y el para que lo quiere, es un misterio.
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02 de diciembre de 1991
Hermione
Preguntaría porque necesitas la información de Nicolás Flamel, pero creo tener una idea bastante amplia de cómo funciona tu cerebro.
Aun así, te agradara saber que Nicolás Flamel es un alquimista famoso, exalumno de Beauxbatons, junto a esta carta te envío una página del libro más completo que encontré con respecto a Flamel y lo que creo, podría estar resguardando Fluffy (sigo diciendo que es un nombre ridículo), espero que te ayude y no te metas más en problemas por buscar en lugares equivocados.
No me hagas arrepentirme de haberte dado tan importante información.
De todas formas, te deseo un feliz Yule, ya que no regresare a Inglaterra para esta navidad, decidí quedarme con mi abuelo para las fiestas, aun así, algún día tendremos que volver a vernos en persona.
Atentamente
Tu muy humilde salvador.
Draco Malfoy.
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04 de diciembre 1991
Mi querido nieto.
Agradezco tu preocupación, pero no te preocupes, eres bienvenido a pasar las vacaciones con este viejo anciano, si no te molesta o aburren las diferentes y muy escasas actividades que realizare.
Te esperare aquí el día que inicien las vacaciones.
Atentamente
Tu abuelo.
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08 de diciembre de 1991
Mi querido Dragon
Gracias por comunicarnos tu decisión, en realidad tu padre cree que es una buena idea e imagino que tu abuelo también cree que es lo mejor.
Me temo que, como madre, aunque entiendo la lógica de tus acciones, no puedo evitar que mi corazón se sienta un poco desconsolado, aun así, te deseo un muy feliz Yule con tu abuelo.
Junto a esta carta te envié un regalo que espero te guste, ha pasado un tiempo, pero quiero que tengas algo que te recuerda a tu padre y a mí, aunque estemos a la distancia.
Te extrañare mi pequeño
Atentamente.
Tú madres.
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La caja no era excesivamente grande, pero cuando lo abrió Draco no espero encontrar lo que había en el interior.
Sus manos se adentraron en la caja y de ella saco un álbum de fotos, en él, cuando Draco lo abrió, descubrió fotos que ni siquiera sabía que existían, parecían estar organizadas en orden cronológico, en las primeras imágenes estaban tan solo sus padres de jóvenes y felices incluso se encontraba una de las fotos de su boda y el cómo se miraban el uno al otro tan intensamente.
En silencio Draco los envidio, él estaba enamorado de alguien que nunca correspondería a su afecto y que sin importar que tanto se esforzara, terminaría por odiarlo tanto ahora como en el futuro.
Luego llegaron las pocas fotos del embarazo de su madre. No tenía que ser un genio para saber que, en ese entonces, lo que menos les importaba a sus padres era tomar fotos, no con una guerra librándose fuera de las paredes de la mansión, pero, aun así, Draco vio el amor y el anhelo de sus padres.
¿Cuándo se había esfumado?, cuando todo eso termino y lo dejaron solo a su suerte o peor, porque esa hambre de protección no evito que pasara todo lo demás.
Draco no noto que había empezado a llorar sino hasta que una lagrima mancho la página del álbum en el que él, recién nacido se movía en la cuna suavemente, sujetando con fuerza la mano que creía, era de su padre.
¿Por qué habían tomado tan malas decisiones al confiar en alguien como… Voldemort?
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Después de su leve colapso, Draco empezó empacar sus cosas, preparándose para las vacaciones de invierno.
Ese día en realidad no volvió a salir de su habitación por la melancolía, observando cada una de las imágenes en el álbum hasta que el cansancio lo venció y sin darse cuenta, cayo profundamente dormido.
Para el día siguiente, Draco se reunió con sus amigos para el desayuno antes de que los carruajes empezaran a llegar y los recogieran.
—Ayer te esperamos para la cena, pero no llegaste, ¿paso algo Draco? —Pregunto Alessandro mientras tomaba un mordisco de sus tostadas.
Sus amigos no sabían que Draco tenía un problema con la comida, al menos no directamente, al principio a Draco se le hizo especialmente difícil comer y no porque fuera comida francesa, realmente le sabia a carbón, claramente su abuelo comento este problema y el del sueño con la escuela, por ello Draco estuvo en un régimen diario en donde tenía que comerse todo en el plato, cantidad que aumentaría cada semana, adicional a eso se le daban pociones nutritivas, gracias a ello ahora estaba en un peso mucho más saludable, aunque siempre tenía que ir mensualmente a una revisión en la enfermería, con el sueño era más complejo, no podían darle sueño sin sueños por el factor adictivo, así que estaba limitado a soluciones más… muggles, en la cena siempre le daban una tazón de leche caliente para estimular su sueño y una gran variedad de cosas que Draco no creyó que funcionarían, y en esencia aún tenía pesadillas, pero al salir de Hogwarts mejoraron poco a poco y él pudo descansar gran parte de la noche, les dejaría creer que sus métodos funcionaron.
Sus amigos sabían de las visitas a la enfermería y su régimen alimenticio así que no era difícil descubrir lo que pasaba.
—Mi madre envió un regalo en la tarde y me quede dormido viéndolo. —No era mentira, pero no dio más detalles mientras terminaba con su desayuno, eso pareció suficiente para su amigo.
—Te quedaras con tu abuelo, ¿Cierto? —Pregunto Marie.
Draco asintió alegremente. —Si, aceptó que pasáramos las fiestas juntos así que no volveré al reino unido.
—Perfecto, seria grandioso poder encontrarnos y salir al parís mágico, podemos visitar algunas de las tiendas. —Dijo ella sin levantar la mirada de su plato. Marie no era alguien especialmente extrovertida, de hecho, era todo lo contrario, se le complicaba hacer contacto visual con cualquiera que no fuera Isabel.
Draco asintió. —Por supuesto, aunque mi abuelo es alguien mayor, no sé cuántas aventuras está dispuesto a seguir, pero se lo mencionare.
Isabel por otro lado simplemente bufo, tanto ella como Alessandro regresarían a sus países para navidad y en el caso de Isabel no era su elección, habría podido quedarse, pero debido a su comportamiento algo extravagante, sus padres decidieron regresarla a casa.
A diferencia de los estudiantes franceses o con residencia en Francia que eran dejados directamente en sus casas por los carruajes, los internacionales que regresaban a sus países, tendrían que tomar un carruaje que los llevaría a la plaza Furstemberg en el distrito 6 de París donde los esperaría un encargado que los escoltaría hacia el interior y los llevarían a los trasladores.
Draco seria llevado en un carruaje igual que como llego.
—Isabel, supéralo ya, te lo mereces, deberías estar agradecida de que no te hayan expulsado todavía. —Recalco Alessandro con una gran sonrisa en el rostro, completamente satisfecho por la desgracia de su torturadora personal.
—Tu, pequeño gusano…
—Uhhh, esas no son palabras que usaría una dama, que vergüenza.
Eran desesperantes a veces, pero en realidad hoy le sacaron a Draco más de una sonrisa.
Cuando terminaron de desayunar, a todos se les indico ponerse de pie mientras la directora Maxime iniciaba su discurso de despedida por las fiestas y les daba las indicaciones para la toma de los carruajes.
Cuando termino, todos los que fueran a dejar el colegio, debían ir por sus maletas y dirigirse a la entrada principal del colegio donde los esperarían los carruajes, Los de primer año serían los primeros en irse y en efecto, Marie y él compartieron carruaje con algunos otros estudiantes, ambos se despidieron tanto de Isabel como de Alessandro que también se dirigieron hacia su propio carruaje.
El viaje, según Draco era corto, él fue de los primero en llegar a su hogar así que sin duda se despidió de Marie y bajo del carruaje.
La nieve ya decoraba el lugar, y la villa parecía aún más hermosa que cuando la vio por primera vez. Al llegar a la entrada la puerta se abrió sola y pudo ingresar con sus cosas, de inmediato sonó un muy característico ¡pop! Y un elfo domestico lo saludo con una reverencia. —Joven amo, permita a Nix llevar su cosas a su habitación, su abuelo lo espera en la sala de visitas al fondo del pasillo.
—Gracias Nix. —Respondió Draco con una sonrisa para llegar a su abuelo rápidamente. —Abuelo. —Dijo cuando vio al hombre sentado frente a la chimenea con un libro en la mano y con una taza de bebida caliente en la mesa frente a él, era una vista bastante acogedora.
Abraxas levanto su mirada y sonrió suavemente al ver a su nieto en la entrada. —Qué bueno que el viaje haya salido bien, querido nieto. —Dijo el hombre mientras se concentraba en la figura de Draco en la puerta.
—Si, fue bastante rápido en realidad. —Respondió el al avanzar por el lugar y luego centrarse junto al hombre. —Gracias por dejar que me quede.
Y sí que lo agradecía, tenía el objetivo de conocer un poco más al abuelo, al hombre del que poco escucho hablar en su tiempo y que murió sin que él pudiera llamarlo apropiadamente abuelo.
—¿Cuáles son tus planes para las festividades abuelo? —Preguntó al final.
El hombre guardo silencio un segundo, girando su rostro hacia la chimenea, pero respondió al final.
—Celebraremos Yule aquí en casa, tus padres me indicaron que enviaran tus regalos, además de enviar algunos cuantos fondos para ti y tus gastos. —Draco asintió, conociendo esta parte por la carta de su madre. —Te mostraré el resto de la propiedad en estos días, aunque ya he planeado una visita a París mágico para unas compras de Yule, si deseas puedes también aprovechar para comprar algo si así lo deseas. Tengo una velada planeada con unos viejos amigos para celebrar el Solsticio de invierno a final de año, aunque es más una tertulia con te. —Confesó el hombre girándose para ver a Draco nuevamente. —¿Aún quieres pasar las fiestas con este anciano?
Él simplemente asintió con una sonrisa. En realidad, estaría satisfecho con tan solo no tener que pasar las fiestas solo, tal vez no tuviera una noción exacta del tiempo cuando estuvo como prisionero en su casa, pero cuando empezaba a nevar Draco sentía que el peso de la soledad se hacía más grande.
Había estado tan acostumbrados a los banquetes en el solsticio, Yule con sus padres y amigos que cuando no los tuvo eso lo derribo.
Realmente solo quería compañía.
—Entonces perfecto, mañana iremos a París mágico así que quiero que estés listo temprano, será un día largo.
Abraxas tomo la taza humeante de té y la llevo a sus labios, asintiendo a la aceptación de su único nieto.
Poco después Draco fue enviado a lavarse y cambiarse para poder ir a cenar, luego Draco avanzaría con sus deberes de vacaciones y después, ya vería que hacer.
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En la mañana siguiente Draco fue despertado por Nix, quien lo ayudo a elegir su vestimenta y arreglar su cabello, tal como lo veía elfo, sujetar su cabello con una cinta no era arreglo, le hizo una trenza que parta desde mucho más abajo que la mitad de su cabello, dejando algunos mechones de manera elegante por fuera.
Cuando bajo a desayunar, su abuelo lo esperaba en el comedor, uno muchísimo más acogedor que el de la mansión que convertía todo en un evento sumamente ceremonial, incluso un simple desayuno, además, no hay que olvidar que Nagini la uso para devorar a las víctimas del señor tenebroso en más de una ocasión sobre esa mesa.
—¿A dónde iremos primero abuelo? —Pregunto Draco una vez estuvo perfectamente acomodado y hubo saludado a su abuelo.
El hombre parecía estar leyendo el periódico, pero aun así respondió a su nieto mientras tomaba una taza de café. —Iremos al banco primero, tus padres enviaron cierta cantidad para tus gastos de las fiestas y también necesito retirar ciertas cosas para las reuniones, después iremos a “Avenue Moiras” para comprar los obsequios y demás.
—¿Avenue Moiras? —Pregunto Draco un poco intrigado por el nombre del lugar.
—No te preocupes es solo un nombre sugestivo y creo que en el pasado les pareció interesante a los comerciantes, es un lugar muy parecido al callejón Diagon solo que, en el París mágico, aunque es bastante más costoso según entiendo, pero tiene la mejor calidad en sus productos, podemos encontrar de todo. —Explico Abraxas rápidamente. —Ahora come tu desayuno rápido, hay mucho que hacer hoy.
Draco asintió y rápidamente vio como su desayuno apareció en la mesa, de alguna manera dudaba que en la villa solo estuviera el elfo Nix, era demasiado grande como para un solo elfo, al menos unos tres tendrían que existir en la propiedad.
Draco divagó por un rato mientras desayunaba en un agradable silencio con su abuelo.
Para las nueve de la mañana, Ambos se encontraron listos en la puerta de entrada para aparecerse, Abraxas extendió su mano hacia Draco y sin más los apareció a ambos en parís mágico.
El banco en Paris no era muy diferente a Gringotts, también eran bóvedas subterráneas resguardadas por goblins, no tendría por qué haberse sorprendido.
Una vez terminaron con el banco, recorrieron las calles de parís mágico hasta llegar a una intersección y una calle amplia que giraba hacia la derecha, también estaba el cartel que flotaba justo al lado del poste de luz, “Avenue Moiras”, La calle era amplia, un poco diferente al callejón Diagon, aunque con todas las personas que lo visitaban a diario era imposible apreciar si el callejón era pequeño o la cantidad de magos excedía el que debería circular por el lugar.
Draco suponía que, debido a la hora, no había tantos visitantes, cuando ingresaron a la avenida, muchas de las tiendas estaban abriendo o por el momento cerradas, aunque en efecto, entre más caminaban hacia el interior Draco descubrió que su abuelo no exageraba, solo con ver el exterior de los diversos locales, se podría apreciar lo exclusivo del lugar, pasaron al lado de una gran variedad de establecimientos, pero fue uno el que llamo su atención.
“larmes de phénix” Su abuelo señalo que era una joyería, tenia de todo tipo de joyas mágicas, tanto antiguas como nuevas, protectoras, con encantamientos complicados e incluso en sus sótanos resguardaban joyería maldita, claramente habían tenido que negociar un precio bastante alto para poder comerciar con ella.
—Podemos visitarlo si algo llama tú atención —Había dicho su abuelo cuando pasaron junto a la tienda.
Ese día las compras necesarias que su abuelo, realizo fueron algunos varios libros de pociones y alquimia, también tellas blancas y escarcha Snow, adicional a eso compro una gran cantidad de velas blancas, gemas elementales y una gran cantidad de polvos Flu, con todo esto Draco suponía que el abuelo era más tradicional en cuestión de la celebración de Yule y el solsticio de invierno.
Ahora mismo en Inglaterra, muchas familias de Sangre pura olvidaron como se celebraba originalmente, por supuesto, aun fingían hacer algunos ritos en Yule, pero el solsticio había perdido por completo su significados, Draco solo lo sabía porque algunos libros en sus Clases de Beauxbatons mencionaban algunas celebraciones y lo sorprendió saber que en realidad sus propia cultura mágica se opacó debido a la aparición del señor oscuro, manchando sus ritos con sangre y miedo, todo desde la generación del abuelo fue contaminado.
No era una sorpresa que, con esos ritos, los traidores de sangre hubieran aumentado en la generación de sus padres, criados bajo ritos poco fiables o fieles a lo que realmente era la cultura Wizen europea o específicamente inglesa.
Los hijos de muggles solo creían que esa cultura tenía una base muy firme en que los querían muertos y eso no era para nada cierto, se trataba de la magia, celebrar la magia que se nos daba y luego regresaba a la tierra una vez desaparecíamos y cruzábamos el velo.
Draco se sentía intrigado, en realidad este año realmente prestaría atención a las celebraciones con su abuelo y descubrir que otras cosas les había quitado el señor oscuro a los suyos además de un futuro donde la cultura Wizen se perdiera por completo bajo la mala fama y el tabú.
Lamentablemente Draco no vivió lo suficiente en su tiempo para ver cómo había sido el mundo después de la segunda guerra mágica, pero tuvo una visión del mismo con el único periódico del exterior que le llego, uno en donde las personas seguían bajo el yugo de los egoístas, donde por solo ser sangre pura serina perseguido o asesinados, incluso los justos creían valido asesinar a alguien por ser de una familia sangre pura todo esto bajo las narices de los civiles que cegados por el odio y el rencor lo permitían y celebraban.
De cierta forma, Draco no sabía si el resultado de haber sido asesinado antes de cumplir su sentencio fue una bendición, no habría tenido fondos para salir del reino unido y de alguna forma lo habrían encontrado y asesinado al cumplir con su sentencia ya que las protecciones de la mansión habían sido corroídas por la magia del señor oscuro y sus seguidores, lo que quedo, fue claramente destruido por el ministerio.
Cada vez que pensaba en ello, recordaba lo estúpido que había sido al creer en alguien tan absurdo y ridículo como el señor oscuro y su doctrina, un mundo sin muggles, los nacidos de muggles como sirvientes y esclavos por haberse atrevido a robar su magia, algo tan ridículo pero a lo que sus padres y abuelos le tuvieron tanto temor porque los hijos de muggles no tenían una cultura Wizen que seguir y nunca se preocuparon por enseñarla y apartaron a los que más debieron instruir, una perdida muy grande en realidad.
Una vez las compras de decoraciones e insumos terminaron y fueron enviados a la villa, su abuelo accedió a empezar con la búsqueda de regalos, el hombre tenía algunos amigos a los que siempre enviaba algo, aunque según sus palabras, la lista se hacía más corta cada año, Draco no necesito una explicación para saber el porqué.
Por su parte, Draco no tenía una lista tan amplia, solo siete personas, Isabel, Alessandro, Marie, Hermione, Su padre y madre, y claro, el abuelo también merecía un regalo de su parte.
Fue por esto que llegaron a “larmes de phénix”, Después de haber conseguido el resto de obsequios en otros lugares, Draco le había comprado a Alessandro un microscopio con un lente especial que retrataba las constelaciones en movimiento y las reflejaba en la habitación en que se estuviera, a Marie le había comprado un dije en forma de Abraxan para su manilla de oro, a Isabel le compró un kit mágico de bromas, de ese regalo realmente sabía que se arrepentiría una vez volviera a Beauxbatons, Su abuelo fue difícil pero él dijo que estaría bien con cualquier cosa, por ello Draco le compró un reloj de bolsillo, no había visto al .
Sus padres fueron más complicados, su padre no le generaba ningún deseo de enviarle un regalo así que fue su abuelo quien lo ayudo, por ello le compro un juego completo de plumas finamente pulidas y hechas con plumas de diferentes animales, Para su madre, realmente sufrió porque no supo que regalarle hasta que vio un prendedor de cabello en forma de media luna con hilos de plata que adornaban el resto del cabello, era perfecto ya que podría usarlo en su fiesta de invierno.
Hermione fue mucho más difícil, ella era la razón por la que habían entrado en la tienda de joyas, todo lo demás había sido comprado en otras tiendas, pero nada allí lo convenció, esta era su última alternativa y estaba realmente estresado, Hermione nunca había tenido un regalo mágico, además, era inevitable no querer que lo disfrutar.
—¿Para quién es el regalo Draco? —Pregunto su abuelo mientras lo veía caminar por los exhibidores de cristal.
—Para una amiga en Hogwarts, Hermione Granger, ella es la única que me escribe y quiero regalarle algo verdaderamente fantástico porque es hija de muggles y seguramente nunca ha tenido un regalo mágico, necesito que sea difícil de superar. —Respondió Draco sin despegar los ojos de los exhibidores y por ello no noto la mirada fija de su abuelo.
—Hija de muggles… —El tono del hombre no fue lo suficientemente alarmante como para que Draco lo volteara a mirar, por el contrario, pareció estar pensando.
— Excusez-moi, mais si c'est un cadeau pour une demoiselle, qu'en pensez-vous, messieurs? —La joven que atendía el lugar con un elegante uniforme de traje, hizo aparecer una elegante caja delgada y plateada sobre el escaparate, atrayendo la atención tanto de Draco como de Abraxas. Cuando abrió la caja, apareció una delicada cadena de oro brillante, como dije había una esmeralda sujetada y rodeada por ramas muy finas que formaban un gota con la ramas en donde en el centro se encontraba la esmeralda. —Es delicado, perfecto para una jovencita, además de que tiene algunos encantamientos útiles como uno de temperatura, y de protección a hechizos y bromas, definitivamente muy útil si se está estudiando. —Esta vez utilizo el inglés, uno con un pronunciado acento, pero entendible, a fin de cuentas.
Draco ni siquiera lo pensó. —Si, ¡este es perfecto! —Dijo emocionado Draco mientras observaba fijamente la joya.
— Parfait, laissez-moi conclure pour vous. —La joven cerro la pequeña caja y después se fue hacia la parte trasera de la tienda.
Una hora después, se encontraba de regreso en la villa y en este momento, Draco de verdad actuó como el niño que ahora volvía a ser, corrió por el pasillo para llegar a la pila de compras para ver los regalos de cada quien, y ocultando el de su abuelo, para que no lo viera.
24 de diciembre de 1991
La estadía con su abuelo hacia más de una semana le dio una amplia perspectiva de lo que se estuvo perdiendo, había pasado una semana increíble y recorrido no solo la propiedad de su abuelo sino todo el pueblo y el antiguo castillo, No era de extrañar que Abraxas se hubiera mudado a este lugar, tranquilo y alejado de todo y todos.
Si así fuera su vida todos los días, realmente creía que vivir una segunda vez valía la pena.
Y ahora, toda la villa había sido decorada para las festividades de Yule, el árbol tenía un montón de decoraciones blancas rojas y verdes, incluso la estrella en la cima que flotaba y brillaba a Draco le pareció hermoso, pero lo de verdad interesante vendría a media noche.
Sus padres simplemente habían celebrado una cena los tres y luego pasaron algún tiempo juntos el día de hoy, pero su abuelo, sin fingir su decepción indico que ese no era la festividad y las tradiciones de Yule y que claramente su padre había perdido todo el norte.
—Debes recordar Draco, que yule es para celebrar las festividades pasadas, la actual y las venideras con aquellos con quienes amamos, ya sea que sigan con nosotros o no. —Explico su abuelo revisando el banquete de esa noche. —por esto tenemos las velas.
Y vaya que ahora entendía porque, su cultura, su magia no era ni de cerca, el remolino oscuro que alguna vez creyó debido al Señor oscuro.
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Mientras Draco celebraba el fin del año con su abuelo, en Hogwarts otro niño vivía el final del año de manera totalmente diferente.
Harry había escapado tanto del profesor Snape como de Filch, pero en el proceso ahora se encontraba frente a un espejo cuya inscripción, a ojos de Harry carecía de cualquier tipo de sentido: Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse.
Pero ni siquiera fue eso lo que más lo impacto y lo dejo sin una sola posibilidad de moverse. No sólo se vio a sí mismo en el espejo, sino que había mucha gente detrás de él e incluso… otro él.
Harry se giró asustado, tan solo para encontrar que a su alrededor no había absolutamente nadie, la habitación estaba vacía. Respirando agitadamente, Harry volvió a mirar el espejo confundido.
Allí estaba él, reflejado, blanco y con mirada de miedo, reflejados detrás de él, había una mujer, justo detrás de su reflejo, le sonreía y agitaba la mano. Harry levantó una mano para tocarla y sintió el aire que pasaba. Si ella estaba realmente allí, debería de poder tocarla, sus reflejos estaban tan cerca… Pero sólo sintió aire: ella y los otros existían sólo en el espejo.
Era una mujer muy hermosa. Tenía el cabello rojo oscuro y sus ojos… «Sus ojos son como los míos», pensó Harry, acercándose un poco más al espejo. Verde brillante, exactamente la misma forma, pero entonces notó que ella lloraba, sonreía y lloraba al mismo tiempo.
El hombre alto, delgado y de pelo negro que estaba al lado de ella le pasó el brazo por los hombros. Llevaba gafas y el pelo muy desordenado. Y se le ponía tieso en la nuca, igual que a Harry. Harry estaba tan cerca del espejo que su nariz casi tocaba su reflejo.
—¿Mamá? —susurró—. ¿Papá? —Entonces lo miraron, sonriendo, pero luego llegaron las figuras a su lado, Harry habría dicho que uno de ellos era su padre, si es que el reflejo del hombre tras él era correcto, pero en realidad no lo era.
Los ojos del hombre eran como los de su madre, mejor dicho, como los suyos, incluso sus lentes, su cabello era el mismo y sonreía ampliamente, si todo eso no había sido suficientemente revelador, la cicatriz tan particular en su frente fue la pista final que necesitó para entender que… —Soy yo. —Susurro un poco aterrado, era el, pero mayor, estaba seguro que al menos tenía la misma edad que su padre en el espejo.
Al lado de su figura futura, había otra persona, pero a diferencia de los demás la otra persona era borrosa, difícil de distinguir ya que la figura se encontraba en una escala de grises y rosado pálido, pero era una persona, incluso su yo mayor parecía feliz a su lado, su cabeza se inclinó para apoyarse en lo que Harry creyó que era el hombro de la figura, ese leve movimiento y con tan solo ver so propia sonrisa en el espejo, ocasiono que su corazón saltara.
Sus padres giraron su rostro para encontrarse con la pareja al otro lado, solo en ese momento Harry noto el brillo dorado en su dedo y el brillo en el dedo de la figura, todo mientras sus padres se acercaban a su yo mayor y a la otra persona, parecían felices, todos parecían felices.
Pero luego estaba él, aun estático en la misma posición incluso su reflejo, sus ojos grandes observando todo, incapaz de moverse, ¿Qué era este espejo?
Enero 1992
Hermione llegó a la torre de Gryffindor muy feliz esa mañana y no era como si Harry o Ron no le hubieran preguntado que ocurría, por el contrario, lo hicieron, pero la niña se negó a responder sin antes ir directamente a comer el almuerzo.
Muchos estudiantes habían llegado de regreso ese fin de semana, se podría decir que la gran mayoría terminarían de llegar al día siguiente, domingo antes de retomar las clases, aun así, ahora esto volví a parecerse al Hogwarts ruidoso de siempre.
Una vez sentados en su mesa y listo para almorzar, Hermione decidió contarles todo lo que había pasado en navidad.
—Bueno, recuerdan que les dije que buscaran información de Nicolás Flamel, fui en realidad muy descuidad. —Dijo ella. —Los envié a la sección equivocada, no iban a encontrar nada en la sección prohibida. —Pero para sorpresa de Harry y Ron, saco una carta de su bolsillo y la extendió frente a ellos al mismo tiempo que Harry se fijó en el collar alrededor de su cuello.
—Le escribí a Draco para que nos diera un poco de ayuda, es el único que conozco que podría saber algo. —El afecto en su voz era molesto, supuso que le molestaba la mención de Malfoy nuevamente.
No había en el mundo alguien que lo contrariara tanto.
Recordó cuando lo vio en Madame Malkins para hacer su uniforme, el niño era prejuicioso y molesto, incluso había insultado a Hagrid, pero después se atrevió a aparecer en el tren y dejarse ver increíblemente perdido e incluso asustado. A lo largo del poco tiempo que estuvo en Hogwarts, Harry noto que a todos parecía agradarles y ciertamente no había vuelto a escuchar nada medianamente similar a lo que vio en ese primer encuentro, cuando Hermione e incluso Longbottom lo vieron con buenos ojos, termino por convencerse de que tal vez había juzgado mal al niño.
Ron era el único que también compartía animosidad con Draco y Harry se sentía medianamente respaldado por el pelirrojo.
Luego ocurrió el problema de la recordadora, como lo había ignorado y pasado a Hermione, y luego el enfrentamiento en el pasillo o el encuentro con el cancerbero en el tercer piso.
Sabía que Hermione estaba medio encantada por Malfoy y que tal vez el otro niño también sintiera algo por Hermione, se habían estado mandando cartas durante meses, molestando a Harry cada vez más, pero siendo incapaz de saber si era por ser Malfoy y confundirlo pareciendo un “buen chico” o “estudiante modelo”.
—Hermione, no otra vez, te dijimos que no lo involucraras, tendremos suerte si no le escribe a Snape y descubre lo que estamos haciendo. —Se quejo Ron.
—Draco no haría eso, además me dio muy buena información con respecto a Nicolás Flamel, como ven en las copias que envió, dice que Flamel fue exalumno de Beauxbatons, además menciona todo e incluso lo que podría estar ahí abajo. —Hermione les extendió una página de pergamino, parecía transcrita del libro original, y en efecto mencionaba los logros de Flamel, su reconocimiento y claro, cierta información de valor sobre lo que podía está ahí abajo. —Él dice que es probable que lo que guarden bajo la trampilla sea la piedra filosofal. —Concluyo Hermione con una enorme sonrisa, aunque esta desapareció en vio tanto Harry como a Ron, ninguno había reaccionado como ella espero al descubrir la noticia.
Ron negó. —Puede ser, pero no confío en Malfoy, sé que son amigos Hermione y tienes una alocada obsesión con él, pero…
—¡No estoy obsesionada! —Se defendió ella mientras sus mejillas se tenían de rosa.
—Claro. —Dijo Ron negando con la cabeza, la ironía obvia en su voz. —El punto aquí es que deberíamos buscar la información por nuestra cuenta y confirmarlo, aún no confío en Malfoy.
Hermione bufo sin una pizca de gracia, incluso su rostro ahora parecía más rojo, pero por el enojo.
—¿Porque desconfían de él?, solo ha ayudado desde que llegó, nunca los ha tratado mal y jamás se ha burlado de ustedes, ¿qué les pasa?, está intentando ayudarnos.
Harry negó con la cabeza, aunque Hermione tenía razón, Malfoy nunca había tenido problemas directamente con ellos y aun así Harry tenía la impresión de que él y Malfoy eran esencialmente opuestos. —Recuerda lo que les conté, el día que lo conocí en Madame Malkin’s se burló de Hagrid y actuó como si fuera mejor que todos, incluso se burló de ser un Hufflepuf.
Hermione giro los ojos y les arrebato la carta del frente, se puso de pie y los miro. —No me importa lo que pasó hace meses, el Draco que yo conozco es el inteligente y educado Draco, si fuera la persona que dices, no sería mi amigo y mucho menos me habría mandado algo de navidad o Yule. —De inmediato Hermione todo el collar alrededor de su cuello. —No sé qué pasó ese día Harry, pero dos segundo de haber conocido a alguien no deberían definir tu percepción de él. —Con esto dicho Hermione se dio la vuelta y camino rápidamente hasta llegar a la puerta del gran comedor y perderse en el pasillo.
Y Harry entendía lo que Hermione quería decir, pero ahora en lo que más podía pensar era en Hermione y en ese collar.
Se sentía muy molesto, pero de nuevo, debía ser porque Malfoy estaba involucrado y no le tenía confianza.
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Marzo 1992
—¿No les parece que el profesor Quirrell cada vez se ve peor? —Pregunto Hermione una vez salieron de la clase de DCAO.
Harry asintió, la verdad el profesor si se veía cada vez peor y su tartamudeo era más insoportable si es que eso era posible, pensó Harry mientras caminaban hacia los invernaderos a clase de herbología.
—Por supuesto que se ve peor, yo también lo estaría si Snape me acosara y aterrara tanto como a él. —Respondió Ron. Todos recordaban el incidente que Harry les había comentado, vio a Snape amenazando a Quirrell en uno de los pasillo y el pobre y patético hombre parecía aterrado según Harry.
Hermione Negó con la cabeza. —No, no es por eso, es algo más, el miedo no mantiene a alguien pálido y ojeroso, incluso más delgado, no el que Harry describe que Snape le genera a Quirrell, parece más que nada enfermo físicamente. —Mencionó Hermione. —Yo… He estado pensando en esto, en realidad Quirrell también estuvo en las gradas de los maestros el día del partido de Quidditch, y es verdad que para encantar como para desencantar algo tienes que estarlo viendo fijamente.
Harry de inmediato freno y observo a Hermione quien también se detuvo. —Hermione, no hablaremos de esto de nuevo solo porque Malfoy cree que Snape es inocente, las pruebas apuntan a él, además me odia. —Respondió Harry tajante mente.
Hermione negó. —No es solo por Draco, en realidad el hizo que me diera cuenta de que Snape podría o no estar ayudándote Harry, además Quirrell es alguien extraño, podría ser a quien buscamos en realidad, quitando el hecho de que se ve aterrado de todo y todos, con frecuencia quien menos esperas es quien más te sorprende.
Ron simplemente giro los ojos y cruzo la mirada con Harry, ambos pensando en exactamente lo mismo.
—Como quieras creer Hermione, caminemos, o llegaremos tarde a la clase, —Dijo al final Ron mientras se daba la vuelta y comenzaba su camino nuevamente.
Hermione suspiro con enojo y cansancio y Harry no paso por alto el tono rosado de sus mejillas, Si Hermione o él tenían razón, esperaba no tener que averiguarlo de la mano de algunos de los profesores que acusaban.
Abril 1992
—Le advertí a Ron que tuviera cuidado una y otra vez y dime que hizo Harry, ¿Qué hizo? —Se quejo Hermione con la pequeña Norberta en unas mantas, los tres ocultos bajo la capa de Harry de camino hacia el punto de encuentro con Charlie, el hermano de Ron.
—No tuvo cuidado. —Respondió Harry volteando lo ojos solo para quitar el sentimiento pesado en su pecho.
—Por supuesto que no lo tuvo, es un irresponsable Harry. —El pequeño dragón ahora mismo dormía gracias al hechizo de Hermione, uno que había sido increíblemente difícil de encontrar porque nadie en realidad quería acercarse lo suficiente a un Dragon como para dormirlo.
Una vez llegaron al lugar indicado, Harry y Hermione esperaron unos segundos a que el hermano de Ron llegara junto con sus compañeros y llevara a la criatura lejos de Hogwarts.
Pensando de manera totalmente lógica, hubiera sido mejor que Hagrid llevara al dragón, pero no estaba dispuesto a ver al hombre llorando de nuevo, en realidad ya había tenido de hecho mucho antes de sacar al Dragon de la casa, Hagrid era incapaz de ver cómo se la llevaban.
Una vez llegaron, Harry y Hermione entregaron a la cría y por un instante creyeron que no podrían ser descubierto, hasta que ocurrió el desastre llamado Peeves,
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Unas semanas después de que fueran descubiertos por el Poltergeist y que todos en la casa los culparan por perder cien puntos, Hermione recibió una carta que al parecer le hizo brillar los ojos.
—Regresa. —Había dicho ella sin mencionar a que se refería, aunque por supuesto no fue necesario, una chispa inquietante se sintió en el estómago de Harry, aunque definitivamente lo confundió la sensación.
—¿Malfoy? —Preguntó sin querer que su interés se percibiera tanto como lo hizo.
Hermione Asintió frenéticamente. —Bueno, es una posibilidad, su abuelo ha enfermado y con los requerimientos de Beauxbatons tiene que haber un adulto responsable en plena cualidades para cuidar del estudiante, pero esté problema de saludo puede incapacitar al abuelo de Draco y obligarlo a regresar. —Explico ella sin siquiera mirar a Harry o a Ron, ambos sentados en uno de los sofás de la sala común. —Es una lástima que la salud del abuelo de Draco se vea afecta, es lo único triste de todo esto.
Harry estaba seguro de que más de una cosa le parecía triste a Malfoy, si busco irse de aquí con tanto desespero, entonces que hubiera una razón para regresar probablemente no le hacía mucha gracia. —Te creería eso ultimo si no estuvieras Sonriendo cual psicópata Hermione.
—Estoy feliz de poder volver a ver a mi amigo, no por eso le deseo mal a su familia.
Bueno, al final eso Harry podría creerlo.
Aun así, la posibilidad de que Malfoy volviera a Hogwarts lo contrariaba en varios niveles, recordaba que no estuvieron nunca en la misma página, tal vez esta vez podrían empezar con el pie derecho.
Harry de verdad no supo de donde llego ese pensamiento, pero la idea no era tan desagradable como lo habría sido en septiembre.
Mayo 1992
El acoso de los Slytherins había sido un gran problema las últimas semanas.
Todo había empezado con Hermione y Pansy. Harry y Ron no supieron cómo o cuando Pansy Parkinson descubrió que Hermione intercambiaba cartas con Malfoy, bueno tampoco era como si Hermione se lo ocultara a alguien, el punto fue que ese se convirtió en el inicio de Bromas crueles, ataques verbales e incluso hechizos lanzados hacia ellos, aunque Hermione Claramente sufrió más debido a su interacción atreves de las cartas.
Parkinson prácticamente la acosaba en cada momento que podía.
Harry aun recordaba como había arruinado uno de sus ensayos lanzando jugo de calabaza mientras fingía tropezar y luego la broma del cabello que mantuvo a Hermione con el cabello repleto de electricidad estática durante todo el día.
A Harry y Ron los trataban como si hubieran sido ellos los que ahuyentaron a Malfoy, algo ridículo si le preguntaban a Harry, no cubriría el hecho de que, si había actuado injustamente contra Malfoy, pero estaba seguro que ni él ni Ron contribuyeron en su partida y estaba seguro de que los Slytherins lo sabían.
Sabía que Nott y Zabini, no participaban en los ataques, pero tampoco detenían a sus otros tres amigos,
Llegaron a un punto crítico hasta que de pronto dejaron de acosarlos de un momento a otro y Hermione confeso que seguro se debió a una carta de Draco. Ella al final le conto sobre toda la situación y el claramente actuó.
Nuevamente, Malfoy al rescate.
Junio 1992
Frente a Harry ya no solo estaban él y Quirrell reflejados en el espejo, para su gran sorpresa había alguien más del otro lado del espejo.
Dumbledore ya le había explicado que era el espejo de Oesed y aunque deseo que todo lo que se reflejaba en el fuera cierto, después de un tiempo Harry pudo entenderlo, eran solo deseos y no algo real.
Pero hoy era diferente, al otro lado no era él quien tenía la piedra, ni tampoco fue quien la guardo en su bolsillo, entregándole lo que tanto Quirrell como Voldemort querían en ese momento, La piedra Filosofal.
Quien le dio la oportunidad de vencer esa noche fue el reflejo de Draco Malfoy, el mismo cuya luz de las llamas se reflejaba en su cabello blanco, el mismo que le devolvía una sonrisa amable y colocaba un dedo sobre sus labios para que no dijera nada.
—¿Que ves? —Pregunto Quirrell, ignorante de la sorpresa en la cabeza de Harry y lo acelerado de su corazón.
—… Yo veo… a mis padres. —En cuanto Dijo esto, El Draco en el espejo Sonrió más ampliamente antes de asentir con lentitud y luego darse la vuelta. Al final la figura del niño de once años que Harry vio en una de las ultimas fotos que le envió a Hermione desapareció.
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Si Harry recordó o no lo que ocurrió después de ser atacado por Voldemort, solo él lo supo, ya que guardo este secreto incluso de Dumbledore.
Agosto 1992
Mientras Draco esperaba que su abuelo terminara de llenar los papeles para su viaje de una semana para visitar a sus padres, leer la carta de Hermione lo lleno de bastante sentimientos encontrados.
Por un lado, descubrir que siempre tuvo razón con Quirrell y que él y el señor tenebroso habían estado detrás de todo le trajo tanto satisfacción como terror, nunca se dio cuenta de que incluso en su primer años, el trio dorado ya había enfrentado el mal y vencido. No mentiría, que unos niños de once años tuvieran que hacer el trabajo que le correspondía a los adultos no hizo que su perspectiva sobre Hogwarts mejorara.
Ahora conocía toda la historia y porque Dumbledore les había regalado tantos puntos a fin de año, porque si, Hermione no omitió esa parte en lo absoluto, bastante satisfecha de haber superado a Slytherin. ¿Que si Draco creía que era justo?, no, aún seguía diciendo que era una injusticia, no todos podían enfrentarse al señor oscuro, aunque claro, era una hazaña impresionante para niños de once años a Draco no dejo de parecerle extraño.
—Draco, ya es hora. —La voz de su abuelo lo saco de sus pensamientos y lo trajo de regreso nuevamente. —Espero una carta sobre como esta… todo en casa.
Draco no necesitaba saber porque, su abuelo no era alguien optimista, lo llego a conocer un poco más a fondo no solo en las celebraciones de fin de año o la pascua, estas semanas de Julio, llegaron a ser las más divertidas que Draco recordara, pero también preocupantes.
Su abuelo estaba difícilmente en la situación en la que seguro se encontraba en su tiempo, para que alguien llegara a estar al borde de la muerte a finales de este año, tendría que demostrarlo, además los cuidados de Draco y los elfos seguro habían servido de algo, pero de todas formas no era optimista.
Abraxas Malfoy creía firmemente que su nieto, tal vez no pudiera seguir con sus estudios en Beauxbatons por mucho más tiempo y Draco, se vio considerando la idea como algo sesenta por ciento posible.
El simplemente asintió y se levantó de su asiento mientras su abuelo emprendía el camino hacia el pasillo donde ya esperaban a Draco.
Una vez llegaron al pasillo y el acompañante de Draco estuvo listo, era el momento de separarse.
—Te extrañare abuelo. —Dijo el mientras se giraba hacia el hombre.
—Sera solo una semana querido nieto, nos veremos aquí de nuevo el próximo lunes. —Respondió su abuelo intentando sonar confiado.
—Por supuesto que si —Tuvo que aceptar el.
Guardaron silencio un segundo antes que su abuelo se moviera hacia un lado y dejara a Draco ser llevado por el oficial.
Solo sería una semana, podría soportar estar en la mansión una semana, había vivido en ella durante cuatro años sin salir ni una sola vez, él podía hacerlo, podía volver…
Pero… en realidad no se sentía capaz de enfrentar la que había sido su prisión y su tumba.
Notes:
¡Ay qué bonito es! [1]
Sr. Malfoy, su nieto ha llegado. [2]
Señor Malfoy, ya llegó su nieto. Le pido que termine de llenar la documentación correspondiente y puede irse. [3]
Por supuesto, muchas gracias por su ayuda señorita Adeline. [4]
Disculpen, pero si es un regalo para una dama, ¿qué les parece, señores? [5]
Genial, déjame terminar esto por ti. [6]Bueno, ahora desahogandome un poco, este capitulo casi me hace desear pasar por alto todo el resto del libro uno, la idea inicial era que el capitulo solo fueran las cartas entre Draco y Hermione pero cambie de idea debido a que si lo hacia, aunque las tenia ya todas planeadas, realmente iba a entrar en bloqueo.
Esto me evito escrubir durante unos dias.
fui muy optimista, pero bueno, al menos descubrir qu no puedo hacer un capitulo solo de cartas porque me bloqueare.
Ademas, se que tecnicamente no me retrase, pero la verdad si quiero llegar lo mas cerca a mi meta de fin de año asi que hoy habra doble capitulo.
Espero que tanto este como el siguiente cap les guste, este es tecnicamente el ultimo del primer año y el siguiente es... bueno, se daran cuenta.Nota, jajaj se que diran, ¿que?, ¿porque Harry ve a Draco en el espejo?, ¿lo recuerda? y la verdad es que no, pero digamos que sentimientos tan fuertes pueden viajar a traves del tiempo, aunque Harry es pequeño y su inteligencia emocional es igual a la de un mani asi que no esperen que lo averigüe ya.
jaja espero que les haya gustado.
Chapter 5: Estadía de verano
Summary:
—La próxima vez Potter, no te acerques a mi padre. —Tal vez, con más tiempo, habría completado su frase con un “podría hacerte daño”, pero Lucius ya había atravesado la puerta y si no lo seguía de inmediato dudaba que las cosas no se pusieran peor.
—¿Eso es una amenaza? —Pregunto Potter con la confusión en su ojos y la molestia comenzando a verse en ellos.
Por supuesto que creería que lo amenazaba, las cosas no cambiaban.
Notes:
Bueno bueno, realmente queria llegar a este capitilos, jajaj tambien el siguiente.
Espero que lo disfruten
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Las últimas horas para Draco podrían ser descritas como borrosas.
Subestimo el poder de los recuerdos en la mansión, los muy aterradores que de verdad podrían ser después de casi un año de relativa paz.
No fue sino llegar al gran jardín delantero, el camino bordeado por altos arbustos y por supuesto, la gran edificación imponente frente a él. A diferencia de la que existía en el futuro, esta no rezumaba oscuridad ni corrosión negra y pestilente proveniente de las muchas muertes que había tenido que presenciar, por otro lado la mansión que veía frente a él, exudaba magia y vida, esto último fue lo que más emociono y asusto a Draco, darse cuenta que en el futuro, de verdad la mansión había muerto en la guerra, su magia y poder se fue con los elfos cuando fueron asesinados unos por uno, cuando en sus habitaciones ya no se practicó nada más sino oscuridad.
Draco recordó la muerte de cada uno de los elfos domésticos a manos del señor oscuro y sus seguidores.
Ax, uno de los elfos más viejos de la mansión fue el primero “Una criatura tan desgastada no puede servir al mago más poderoso” dijo el señor oscuro poco después de que su padre hubiera sido sentenciado y antes de marcarlo a él. Lo peor, ni siquiera había propiciado una muerte indolora o rápida como lo seria con un avada kedabra, no, desgarro a la criatura con un hechizo cortante y dejo que sus restos se esparcieran por el suelo blanco manchado con carmesí. Fue la merienda de su horrible mascota.
Draco estuvo tan aterrado y dolido, su casa lo había resentido, cerrando las puertas de los lugares en donde los elfos habitaban para evitar que ocurriera nuevamente, pero no sirvió de nada, el señor oscuro solo tenía que ordenarle a Draco llamar a alguno de los elfos para diversión de sus retorcidos seguidores mucho antes de que comenzaran a traer a sus propias presas y su padre regresara después de que lo sacaran de prisión, ante eso la cantidad de elfos disminuyo y al principio, la mansión traía nuevos, aunque solo fueron dos antes de que la oscuridad del lugar impidiera que un nuevo elfo llegara y luego la propia mansión se negó a servir más, se apagó lentamente.
Esta vista le recordaba al inicio de todo, el miedo que sintió por las criaturas que una vez desprecio tanto.
No, en el futuro o tal vez sería mejor decir que en su pasado fue alguien horrible.
Cuando ingreso a la propiedad, se excusó con su madre diciendo que estaba cansado por el viaje y que tan solo quería dormir.
Por eso ahora se encontraba en su habitación, la misma que todavía conservaba los posters de su infancia, tanto de Quidditch como de pasionistas famosos, los libros en su estantería que combinaban lo de sus estudios previos a Hogwarts e historias de fantasía sobre dragones y demás.
Y, aun así, mientras se encontraba entre las cobijas intentando cerrar los ojos y dormir, no podía, tal vez se debía a que eran en realidad solo las tres de la tarde, pero en realidad no creía eso, el sentimiento en su pecho no lo convencía. Esta habitación donde escapo de su horrible realidad como prisionero, la que lo resguardo y protegió de los mortifagos en su propia casa y en la que había pasado horas increíblemente divertidas, ya no se sentía bien, no ahora que conocía lo que era la verdadera paz a kilómetros de distancia.
Ni siquiera su antigua habitación lograría ser un resguardo para él esta semana, que tan molesto tenía que ser eso.
Draco paso dos horas recostado en su cama, incapaz de cerrar los ojos y hacer lo que le había dicho a su madre que haría, dormir.
Fue a las cinco de la tarde que Draco escucho un característico chasquido. —Joven amo. —Esa voz… Draco no la había vuelto a escuchar desde segundo año, no llamándolo así por lo menos.
Draco de inmediato se sentó en la cama, lanzando las sábanas y cobijas a un lado, la luz del sol ocultándose se filtró por las ventanas abiertas, y brillo cuando llego a la flacucha criatura vestida con harapos y cuyo tono agudo y molesto Draco reconocería en cualquier parte. —Dobby. —Susurró al abrir sus ojos aún más y descubrir que en efecto, cronológicamente Dobby aún estaba con ellos. —¡Dobby! —Gritó de alegría para luego saltar de la cama y correr hacia el indefenso elfo que ni siquiera pudo reaccionar antes de ver los brazos de Draco rodeándolo.
Sus padres no quisieron decirle nunca lo que le paso a Dobby, él había sido el elfo encargado de cuidar a Draco desde que tuvo memoria, nunca lo trato bien y una vez desapareció desdeño en su contra una y otra vez, pero luego sintió u inmenso alivio de que Dobby nuca regresara a su casa sino esa última vez para salvar al trio dorado, quien sabe que le hubieran hecho los mortifagos a ese pobre elfo si hubiera seguido siendo parte de la familia Malfoy.
—¿Joven amo? —Pregunto el elfo con confusión y un poco de miedo —¿Pasa algo?
Draco negó de inmediato y simplemente se tragó las lágrimas. —Yo solo… —Tuvo que parar un segundo y respirar antes de que el nudo que presionaba con atorarse en su garganta. —Te extrañe Dobby. No imaginas cuánto.
Tuvo que morir y vivir de nuevo para darse cuenta de que Dobby, en realidad había sido su primer amigo y que nunca lo aprecio.
Esperaba que después de haber escapado con Potter, Weasley y Granger, hubiera tenido la oportunidad de vivir mejor, porque se lo merecía.
_________
Ese lunes, además del semi ataque de pánico al llegar y el emotivo momento con Dobby, Draco no hizo nada más, ceno con su madre y a la mitad se unió su padre quien regresaba un poco tarde del ministerio, seguro se debía a las redadas de este año.
No había sido la mejor época para su padre quien se vio obligado a vender u ocultar varios de sus artefactos más preciados y por supuesto oscuros.
Nuevamente las ulceras casi le quemaron la garganta al ver al hombre tan altivo, imponente y cruel que había sido su padre y luego recordar cómo se había arrodillado sin una pizca de orgullo frente a otros, temblando frente a su varita y luego gritando desesperado cuándo fue arrastrado a Azkaban.
Su madre menciono lo de su cabello y su padre sonrió diciendo que así se parecía un poco más a él, estaba tan largo como para llegar más allá del hombro, aun así, Draco simplemente guardo silencio. No tenía comentarios al respecto porque su padre no tendría que saber nunca que no era por él que lo dejaba así.
El martes, su madre invito a sus amigos de Slytherin a petición de Draco, después del incidente con Hermione y sus papanatas y la carta que tuvo que enviarle a los Slytherins para que pararan de difamar su nombre y actuar como si alguien más mereciera el crédito por sus decisiones, la ya tirante relación que se vio afectada por su salida de Hogwarts pareció más delicada.
Ahora con Pansy, Theo y Blaise frente a él en la mesa de te del invernadero, Draco tenía la oportunidad de hablar con ellos nuevamente.
Greg y Vince no pudieron asistir, sus padres les dieron clases de verano obligatorias debido a… lo bajo de sus notas.
Claro, sin la ayuda de Draco en muchas de sus materias, le sorprendía que hubieran aprobado el año.
El silencio en el invernadero permaneció hasta que Draco cansado, decidió terminarlo, después de todo él los había invitado. —Bueno, se preguntarán porque los invite. —Blaise giro los ojos, Pansy bufo y Theo simplemente permaneció impasible.
—Quieres que dejemos en paz a los Gryffindor. —Dictamino Pansy cortante. —Es muy obvio, solo quieres proteger a la sangre sucia.
Los ojos de Draco se entrecerraron, ahora realmente odiaba esa palabra. —Si, quiero que los dejen en paz.
—Ya hicimos eso. —Respondió Blaise. —No volvimos a acercarnos ni a insinuar nada desde tu carta, así que no veo porque tuvimos que reunirnos.
Draco asintió, bueno era mejor ir al grano. —Bueno, también los invite porque me parece ridículo que se atrevan a intimidar a mis amigos solo por intercambiar cartas conmigo. —Eso iba más que nada para Pansy. —Fueron muy claros con su postura el año pasado y yo también, no creo que deba importarles lo suficiente como para encarnar una guerra de Slytherins contra Gryffindors.
Él ya había protagonizado una y no quería que sus amigos lo reemplazarán en el papel de contendiente o contraparte, merecían más que eso, aunque ellos mismos no lo superan.
—El año pasado ni siquiera tuvimos una verdadera conversación. —Interrumpió Theo mientras tomaba la taza de té de la mesa y bebía un sorbo. —gritamos, gritaste, nos desahogamos y todo salió increíblemente mal, eso no fue una charla. —Reclamo el niño.
—Una conversación adicional en ese momento hubiera cambiado su forma de ver mi decisión, perdóname Theo, pero lo dudo mucho.
—No confías en nosotros los suficiente. —Remarcó Pansy.
Y la verdad era que no, no con su experiencia pasada, no con la posibilidad muy real de tener que vivir todo otra vez, No mientras siguieran gritando, sangre sucia y traidor a la sangre. Draco simplemente no se defendió de esa acusación, de verdad no podía confiar en ellos.
—Vez, no tuviste la confianza para hablarnos de tu traslado y mucho menos para hablar con nosotros después de lo que pasó. —Completo Pansy.
Draco negó, —¿Era yo quien tenía que buscarlos a ustedes? —Pregunto ofendido.
—Draco, nos abandonabas, ¿cómo esperabas que reaccionáramos?
—oh, no lo sé Blaise, tal vez de cualquier manera que no incluyera llamarme egoísta y una “estupidez” a la única idea de un lugar para sentirme bien. —Sus discusiones con los Slytherins difícilmente fueron tan profundas su primera vez aquí. —Eso era lo que esperaba al menos.
Ante esto los otros tres niños guardaron silencio.
—De todas formas, eso no tiene nada que ver, mi pregunta era, porque les afecta tanto que hable con Hermione si ustedes no intentaron ni siquiera enviar una carta el resto del año. —Esto era lo que más le molestaba, había asumido que su amistad se terminó con su pelea en el pasillo en octubre del año pasado, pero no pensó que quisieran sabotear la única amistad que le quedaba aquí.
—Yo… —Está vez la voz de Pansy no son tan segura como antes. —Ugh, está bien, nos molestó que a ella le escribieras y no a nosotros. —Confesó Pansy.
Theo asintió y Blaise simplemente negó con la cabeza para tomar un sorbo de su te.
—Ustedes y yo ya no somos amigos. —Dijo Draco recordando de nuevo la charla de manera incómoda. —Creí que querían alejarse después de que… mis ideas cambiaron.
Los labios de la niña se apretaron y Theo bajo un poco la cabeza. —Draco, ¿desde hace cuánto nos conocemos? —Pregunto Theo.
Draco apretó los labios y suspiro. —Desde siempre. —Acepto.
Theo asintió desde el otro lado de la mesa. —Nosotros no dejaríamos de ser tus amigos por una discusión. —El niño dejo libre una respiración cansada. —Solo… sabes cómo somos, ningún Slytherin sabe disculparse, no teníamos la más mínima idea de cómo remediar la situación cuando te fuiste y nos dimos cuenta que todo ese día salió terriblemente mal.
Tanto Blaise como Pansy asintieron.
El desastre de ideas que albergaba su mente con respecto a sus amigos en Slytherin no tenía nombre, eran estos momentos y algunos de los que vivió antes de irse lo que le daba esperanza, pero de nuevo, el miedo a cambiar demasiado el futuro o arruinar el resultado de una guerra que de verdad tenía que ser ganada por Potter lo aterraba.
—Sabemos que no debías ser el primero en dar el paso para arreglarlo. —Acepto Pansy al final. —Pero sabes cómo soy. Orgullosa y en ocasiones actuó y digo cosas de las que me puedo arrepentir después. —Y vaya que Draco lo sabía. —Reaccioné así contra la sangre… es decir, Granger —Se corrigió rápidamente. —Porque sentí que estaba robando mi lugar, uno que no sabía cómo recuperar y es injusto, ella te conoce solo desde hace un año.
Draco se sorprendió un poco y aunque estas palabras no aliviaban su molestia general, lo ayudo a comprender un poco más a sus amigos, hasta cierto punto.
—Solo… podemos olvidar lo que pasó y volver a ser como era antes. —Menciono Blaise, siendo evidente para todos el esfuerzo que ponía en cada palabra.
Theo asintió. —Si de algo sirve, realmente lo sentimos, te vimos a principio de curso el año pasado, sabemos lo mal que te sentías y aun así actuamos muy mal cuando nos dijiste todo. —Los tres asintieron.
Draco lo pensó por un segundo y acepto que la situación se les había salido de las manos a todos, sin embargo, no podía ignorar un punto importante aquí.
—Yo ya no soy el Draco de cuando éramos niños. —Les confesó mientras sus manos comenzaron a apretarse sobre la mesa. Se obligó a dar una profunda respiración, su postura se mantuvo firme y recta, pero si tenía un poco de miedo por lo que vendría.
No había esperado que esto ocurriera hoy, pero aprovechando el momento…
—Eso lo vemos. —Dijo Pansy señalando toda la figura de Draco con una sonrisa. —Diría que te has vuelto muy francés en Beauxbatons. —Su sonrisa delataba el juego en sus palabras.
Pero, aunque también sonrió, Draco negó su afirmación. —Es… algo más allá de lo físico Pans. —Utilizo nuevamente el apodo de su amiga, ganándose de nuevo una sonrisa que ahora comenzaba a teñirse de preocupación.
—¿A qué te refieres? —Pregunto Theo un tanto más relajado, pero igualmente empezando a preocuparse.
—Ustedes se asustaron cuando defendí a Hermione o Potter. Pero no saben porque lo hice. —Lo había molestado desde el primer día. —Yo no creo que seamos tan diferentes a los hijos de muggles o incluso a los mestizos, toda esta idea de nuestros padres, no es lo que nuestra cultura, lo que verdaderamente implica ser un sangre pura, implica.
Pansy coloco una de sus manos sobre su boca mientras lo observaba con los ojos abiertos, Theo lo observo con total sorpresa mientras negó lentamente con la cabeza, pero Blaise… bueno él siempre fue bastante neutral al respecto, su madre no era supremacista y eran de aquellos neutrales en la casa de Slytherin, aun así, conocía perfectamente a Draco o mejor dicho conoció al Draco del pasado, el que había hecho todo lo que se le dijo y al que habían matado en el suelo de su casa, la sorpresa también fue evidente en él.
—Draco… ¿qué estás diciendo?, ¿cómo puedes…? ¿tus padres, ellos…?
Draco negó. —Ellos ni siquiera lo imaginan, pero no planeo ocultarlo por mucho tiempo incluso si eso me lleva a ser exiliado de mi familia. —En su mente, estando lejos en Francia podría escapar del escrutinio de sus padres hasta el final de su educación primordial en Beauxbatons, su abuelo no era un problema, él pensaba como su nieto o si era el caso, Draco ahora pensaba como su abuelo, pero ahora, tal vez las cosas se adelantarían un poco si se veía obligado a regresar a Hogwarts, pero aun así no estaba dispuesto a fingir algo que ya no era. —Pero mis padres… Ellos no importan, están perdidos, nadie los hará cambiar de opinión y yo no puedo servir a un hombre que causó —Y causará, dijo en su mente. — tanto daño y distorsiono todo sobre nosotros y nuestra cultura.
—Draco, deberías parar. —Dijo Theo mientras observaba su alrededor lentamente y bajaba la voz. —Estás hablando como un traidor a la sangre y…
—¡No! Ellos también tienen muchos malentendidos y su deseo insaciable por parecerse a los muggles mientras abandonan todo lo que somos me parece repugnante. —Por esto le molestaban tanto los Weasley o al menos era un desagrado compartido tanto de ahora como de su primera vez aquí. Ellos eran sangre pura, pero huían de lo que era ser un mago o al menos de su cultura para congraciarse con los hijos de muggles y ser visto como correctos o completamente del lado de la luz. —Me refiero a que no debemos matar muggles o hijos de muggles, no es así como debe ser. Podemos convivir y enseñarles lo que es ser un hechicero o una bruja.
Draco se cansó de ver el estado de alerta que iba en aumento en Theo, así que en un segundo levantó los escudos silenciosos con un hechizo rápido frente a sus amigos.
—Draco, eso no es… te escuchas como un demente, nosotros y los que son como Granger si somos diferentes, nuestros padres. —Dijo Pansy, pero Draco interrumpió.
—¿Y en que somos diferentes?, que tuvimos la suerte de nacer con padres magos en un entorno completamente mágico y ella no, eso es lo único porque te aseguro Pansy o, mejor dicho, les aseguro a los tres, que, si una guerra estalla entre magos y muggles, todos se darán cuenta de que sangramos igual y dejamos este mundo exactamente de la misma manera.
—¿Quién te metió todo esto en la cabeza Draco? —Pregunto Theo.
—No me metieron nada en la cabeza Theo. —Respondió él mientras recordaba que lo aprendió a la fuerza. —Pero mi abuelo me mostró como eran las cosas antes de que… el que no debe ser nombrado corrompiera todo, hay cosas que ya no hacemos, como, por ejemplo; ¿alguno de ustedes sabe cómo alimentar las barreras generacionales en el solsticio de invierno?
Todos se vieron confundidos y luego negaron. —Las protecciones no debemos tocarlas. —Respondió Theo.
Draco negó. —No, las protecciones de la mayoría de nuestros hogares son fuertes porque nuestros antepasados las alimentaron con nuestra magia familiar durante generaciones, muchos de nuestros abuelos dejaron de hacerlo por seguir las palabras de quien tú sabes, no les enseñaron a sus hijos, nuestros padres y ellos no aprendieron como hacerlo, por el contrario, piensan que las protecciones serán eternas y esa es una mentira. —Draco recordó con exactitud cada palabra que le había dicho su abuelo, como ellos habían alimentado las protecciones en la villa y cada enseñanza, también le confesó que una vez su abuela cayó enferma, descuido mucho la educación de su padre y por consiguiente aprendió mucho de lo que todos sus amigos sabían, es decir, no descubrió la verdad, sino que se crio con mentiras.
Sus amigos se vieron sorprendidos incluso Blaise quien era difícil de alcanzar en su fachada de chico misterioso se veía sorprendido. —Las cosas que de verdad debimos aprender no las aprendimos y en cambio nos enseñaron mal. Aunque la degradación de lo que somos viene desde antes de quien no debe ser nombrado, el utilizo la ignorancia para forjar su ejército.
—Draco… —Interrumpió Pansy, pero el no escucho.
—Nuestros padres ya están perdidos, pero nosotros no. —Continuó.
—Draco. —Dijo de manera más firme la niña.
—Tenemos que comenzar. Pensar por nosotros mismos, no por lo que digan nuestros padres.
—¡Draco! —Está vez Pansy grito y se levantó de su asiento, el miedo era evidente en su rostro. —Esto es demasiado, parece que dices tonterías y…
—Yo sí le creo. —Intervino Blaise mientras se paraba de su asiento. —Es decir, piénsenlo, como es posible que lo único que tengamos de nuestra cultura sea el odio hacia otras personas porque son diferente, celebramos Yule y cosas como el solsticio de invierno, Samhain e incluso otras cosas, pero no sabemos porque ni tampoco creo que así lo celebrarán nuestros antepasados. Por muy loco que suene lo que dice Draco, en realidad tiene sentido. Además, su abuelo, alguien que recuerda las cosas como eran antes le explico.
Bueno eso había sido una sorpresa para Draco, tal vez en el pasado Blaise también pensó de esa manera y por eso desapareció.
No creyó que alguno saliera a defender sus pensamientos en cuanto empezó a hablar, pero henos aquí.
—De hecho, tiene algo de lógica Pans… —Bueno, eso era una doble sorpresa viniendo de Theo, aunque no tanto.
—¿Los tres enloquecieron? —Los labios de Pansy se apretaron.
—Bueno no del todo, difiero con lo de que somos iguales a los hijos de Muggles, definitivamente creo que somos mejores, pero… de que hay algo de verídico en los desvaríos de Draco, es innegable. —Por un momento el aire se contuvo en el invernadero, hasta que una leve carcajada vino desde la silla de Theo, donde el chico ahora se levantaba, después de eso Blaise también se río y claro, después fue inevitable que Draco se uniera a ellos tres para enfrentar a la muy confundida y enojada Pansy.
—Tus padres son tan neutrales como los míos, debes notar la situación Pans.
—No, y no me llames Pans, Blaise. —Se quejó ella. —no lo noto o veo, lo que estás diciendo es que todo lo que nos enseñaron está mal y eso…
—¿Es aterrador? —Complemento Draco. Por experiencia propia estaba seguro de que así era. —Pero… prefieres Darte cuenta de la verdad de boca de uno de tus amigos o del lado receptor de un Avada. —La risa había quedado atrás, porque para bien o para mal, esto era serio.
Cómo hijos de familias pura sangre, sus infancias no habían sido muy comunes, o no como el resto de personas creían que podía ser, sus actitudes en muchos cambios habían sido instruidas para parecer “maduros” a ojos de las demás personas en su círculos, y la palabra correcta y clave era aparentar, no todos eran así, la mayoría eran mimados e inconscientes, él había sido uno de esos por supuesto.
Esta era una charla un tanto oscura para niños de doce años, pero Draco tenía que decirles, al menos advertirles de alguna manera.
Aunque después de decir esto último todos guardaron silencio y para no terminar la tarde con una atmósfera tan fría, Draco le pidió a Dobby que les trajera una limonadas y algunos postres, tal vez más que nada para calmar a Pansy y que Theo dejará de temblar y torcer sus dedos de manera tan desagradable sobre la mesa.
De alguna manera, eso salió mucho mejor de lo que Draco proyecto en su mente al empezar a hablar, la verdad pensó que alguno podría haberlo maldecido ahí mismo.
Esto ya era ganancia.
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El miércoles fue un día que prometió mucho, pero descendió en picada muy rápidamente.
A su madre le había dicho que realmente quería comprar ciertos libros en el callejón Diagon que no había logrado encontrar con su abuelo en parís, y era cierto, algunos libros de magia sin varita no se encontraban en Francia, pero tal vez tendría más suerte en Londres.
El problema surgió cuando descubrió que su madre no podría acompañarlo y quien lo haría iba a ser su padre, según ella debía atender unas visitas y su padre, para su suerte o desgracia dicho en palabras de Draco. De hecho, desde que llego apenas y había cruzado más que el saludo con su padres, más allá de ni siquiera poder mirarlo porque la rabia le llenaba la cabeza, en realidad también ayudo el hecho de que, por las redadas, se encontraba recorriendo todo lugar habido y por haber para ocultar toda cosa que, según el consejo, el no debería tener y no era el único, Theodore Nott era uno de ellos, aunque claro, solo si estaba lo suficientemente sobrio. Draco lo había visto lo suficiente en su propia casa para reconocer a un alcohólico y Theodore padre era eso mismo, además de un lamebotas cobarde.
—Draco, puedes ir directamente a la librería mientras yo voy a buscar algunas cosas. —Dijo su padre una vez llegaron al callejón Diagon, no muy lejos de la librería.
Sabía que su padre ahora era mucho más reservado con el debido a la cercanía con el abuelo, lo tenía muy claro y cada vez se hacía más evidente, en su tiempo su padre no dudo en llevarlo con él al callejón Knocturne que, si se alegraba de no tener esa experiencia ahora, definitivamente.
Por poco se arrepintió de haberle dicho a su madre sobre los libros, la cantidad de gente en el callejón Diagon era exorbitante hoy y eso que era entre semana.
Sus pasos se aceleraron y cuando entro a la librería casi fue expulsado nuevamente hacia la calle. Quiso preguntar de inmediato que ocurría, pero cuando levanto la mirada y vio un cartel que reconocía perfectamente, casi pierde la fuerza en su piernas.
“Hoy firma de libros de Gilderoy Lockhart y estreno de MI MAGICO YO”
¿Por qué no lo recordó antes?, bueno, en su defensa literalmente había pasado más de una década desde que había vivido el segundo año.
Hoy era la firma de Lockhart, significaba que todos los estudiantes o al menos una buena parte se encontraba comprando toda la horrible colección de libros del hombre y entre ellos, el trio dorado, hoy era la pelea de su padre con el señor Weasley y aunque en su momento a él le pareció entre entretenida y un poco baja, ahora estaba seguro de no poder lidiar con la vergüenza.
—Me lleva el… —Se quejo entre dientes al ver el interior de la biblioteca y ver a las brujas amontonadas para la firma.
Draco se planteó regresar y esperar a su padre, decirle que no había encontrado nada y evitarse la vergüenza de encontrarse con los Weasley, pero luego la desecho, según recordaba, el vergonzoso encuentro iniciaría poco después del inicio de la firma de Lockhart, pero está todavía no iniciaba, significaba, que Potter y la familia Weasley aun no llegaban a la tienda y él tendría tiempo de ir por su libro.
Tal vez si se apuraba, lograría irse antes de que todos llegaran “De verdad quiero ese libro”, se dijo mentalmente Draco, incapaz de controlarse y eligiendo lo más difícil, apurarse para encontrar sus libro y escapar de ahí.
Sus piernas se movieron rápidamente y se acercó al encargado en el mostrador de la entrada de la tienda.
Draco ahora realmente había adoptado el estilo francés para vestir, uno que a su parecer le quedaba muy bien, incluso su cabellos, hoy que se lo había arreglado como normalmente lo hacía, una trenza floja en la raíz de su cabello que dejaba algunos mechones sueltos pero que aún era sujetada en la punta por un lazo de color azul oscuro, un estilo elegante pero relajado, además de que llevaba una capa gris sobre sus pantalones de color gris y su camisa de botones blanca, desentonando un poco con los estudiantes de Hogwarts que claramente se apresuraban hacia la biblioteca.
No fue extraño que el encargado lo mirara dos veces.
—¿Quisiera saber si tiene libros sobre magia sin varita? —Pregunto él, del otro lado del mostrador.
El hombre lo miro unos segundos, pero después de lanzar un suspiro contesto. —En las los libreros del segundo piso, hacia el fondo y gira a la derecha.
Draco asintió. —Muchas gracias. Fue lo último que dijo antes de dirigirse a las escaleras y prácticamente correr hacia el piso superior casi callándose en el último escalón de las escaleras y fingiendo que nada pasaba, la cuestión aquí era de velocidad, tenía libros muy específicos que encontrar.
Al caminar hacia los libreros del fondo y luego girar a la derecha, en efecto encontró libros bastante interesantes y Draco quería decir que no se distrajo con ellos, pero, sería una vil mentira, no fue sino hasta que pasaron cinco minutos que Draco realmente empezó a buscar lo que necesitaba.
Para su suerte, todos los libros fueron encontrados excepto dos, uno que tal vez seria extremadamente fácil de encontrar Uganda, de donde era originario el escritor y el otro tal vez en Colombia, es decir, realmente muy fuera de su alcance.
Después de cansarse de buscar se dio por vencido y tuvo toda la intención de regresar abajo, pagar por los libros y salir de la tienda, fácilmente podrían haber pasado unos treinta minutos, pero su plan de escape se detuvo cuando al fondo de la librería, un libro de tapa completamente negro llamo su atención.
Draco se debatió entre recoger el libro o irse rápidamente, claramente la curiosidad gano y dejando su torre de siete libros, en el suelo y deslizándose para sujetar el libro, cunado lo saco de la estantería, el titulo llamo su atención “Magia alma, Vol. 1”, el título de inmediato llamo su atención y eso fue suficiente para que lo agregara a la torre de libros que llevaría a casa.
Una vez estuvo listo, se apresuró a retirar el polvo con un movimiento de su muñeca vigilando que nadie lo viera, luego se acercó a la pila de libros y con su varita los levito durante todo el camino hacia el mismo mostrador para que los facturaran y el pudiera irse.
—¿Encontraste todo lo que necesitabas jovencito? —Pregunto el hombre, ahora con una sonrisa debido a la compra de una gran cantidad de libros.
—Si muchas gracias, lo encontré todo.
—Perfecto, entonces déjame empacarlos por ti, ¿deseas que sean enviado directamente?
—Si, a la mansión Malfoy.
Draco pudo ver cuando la mirada del hombre paso a la sorpresa mientras terminaba de empacar los libros, pero justo cuando se disponía a preguntarle a Draco, alguien más lo llamo por su nombre.
—¿Draco? —Por instinto se giró y claro, la niña a unos pasos de él lo reconoció enseguida, mientras que el abrió los ojos llenos de sorpresa, no solo porque realmente su plan se estaba desmoronando sino también porque Hermione Granger, la bruja que lo había odiado a muerte en su tiempo, la misma a la que había tratado horriblemente y la que ahora seguramente estaba acompañada de sus dos idiotas, corto la distancia en un par de pasos rápidos y lo rodeo con sus brazos en un abrazo donde su cabeza se apoyó en el hombro del rubio.
Las palabras se atoraron en la garganta de Draco y su cuerpo se paralizo, ¿Exactamente cuándo Hermione Granger se había vuelto tan expresiva? ¿así era con los Gryffindors también? Bueno, para ser totalmente justo, Draco y la mayoría de Slytherins no eran personas de afecto con contacto físico, una excepción a la regla era tal vez Pansy, pero aun así ella difícilmente correría hacia alguien para abrazarlo, menos en un lugar tan público.
—Estas aquí, estas aquí, no puedo creerlo. —Dijo la niña sin importarle que Draco en realidad no le devolviera el gesto, se separó nuevamente en cuestión de segundo y su sonrisa era simplemente cegadora. Draco se preguntó si todavía tenía ese enamoramiento hacia él, sería un gran problema si así fuera.
—Hermione… —Se obligo a decir para salir del estupor y la sorpresa. —¿Es tu costumbre hacer este tipo de cosas? —Dijo en forma de Broma para ocultar la sorpresa y la maldición que rondaba por su mente, tomo mientras miraba a la niña, ahora su cabellos seguía siendo como una esponja, pero tal vez se veía más arreglado, pero lo que más noto fue la diferencia de altura, ahora definitivamente se sentía mucho más alto que como lo había sido en su tiempo original, ¿a qué se debía el cambio?
—No, pero no dijiste que vendrías al callejón Diagon en tu visita, de haberlo sabido pudimos haber venido todos juntos. —Y eso en la mente de Draco fue un gran y rotundo ¡No!, pero solo sonrió hacia Hermione.
—Fue algo más o menos improvisado, no sabía si tenías planeado venir y como solo me quedo una semana… —señalar lo obvio no era necesario.
—Oh, no importa, después de todo si pudimos vernos.
Draco habría respondido, pero el sonido de alguien aclarándose la garganta lo hizo mirar hacia las personas tras Hermione por primera vez en la conversación y fue como si Hermione al fin se diera cuenta de que en realidad no era una reunión donde solo ellos dos estaban.
—Es cierto, perdona. —La niña Se giro levemente para ver a sus dos amigos viéndolos con desconcierto o bueno, disgusto, si Draco quería ser justo. —Estoy seguro de que los recuerdas Draco, pero venia con Harry y la familia Weasley para comprar los libros de este año.
Draco observo a ambos niños, pero se detuvo un poco más en Harry, un habito inevitable, definitivamente había crecido, aunque ciertamente no era mucho además… ¿se veía delgado o era su impresión? Aun así, inclino la cabeza hacia ellos y no solo hacia Potter o Weasley, en realidad Hermione había sido muy específica, aquí estaban casi todos los Weasley, los gemelos no tardaron en llegar al lado de su hermano, Ginevra se había posicionado al lado de Potter, Draco habría volteado los ojos si no fuera increíblemente inapropiado justo ahora, y el otro Peter, Percy o que sabia el, también estaba ahí, tan solo faltarían los dos mayores para tener a todos los hijos Weasley juntos. —Es un placer volver a verlos. —No con todos ahí, pero esa información podría guardársela para sí mismo.
—Mis padres están junto a los de Ron, por allá, tal vez podrían conocerse y…
Draco negó, aunque con una sonrisa en el rostros mientras detenía a Hermione en su tren de ideas. —Lamento decir que ahora mismo debo irme, hice la compra de mis libros y seguramente mi padre estará buscándome. —Draco observo a todos por un segundo. —Y prefiero ahorrarles a todos el disgusto.
—¿Que...? —Empezó la joven soltando a Draco mientras lo veía un poco sorprendida, algo que al final fue bueno ya que justo después Draco escucho la puerta sonar y el distinguible sonido de un bastón golpeando el suelo.
Bueno, definitivamente este no era su plan.
—Vaya vaya, pero que tenemos aquí. —El rostro de Draco se giró para encontrar la figura de su padre avanzando hacia ellos.
—Padre, justo iba a salir, ya compré los libro y los envié a casa. —Se apresuro a decir con intención de que no se quedaran para encontrarse con Arthur Weasley. —Podemos irnos.
Pero el hombre le hizo poco o ningún caso mientras seguía su camino e incluso daba un paso hacia le frente justo hacia Harry. La garganta de Draco se secó y tuvo que cerrar sus palmas para contenerse. —Vamos Draco, son tus compañeros, al menos deberías presentarme a los que son dignos de mención.
En la lengua de Draco las palabras “ninguno lo es” querían escapar para poder arrastrar a su padre lejos, aunque eso no serviría de nada, ya había visto a Potter y su estúpida cicatriz.
—Harry Potter. —Dijo su padre acercándose peligrosamente al niño, su bastón se levantó y con la punta plateada lo acerco a su frente y removió el cabello que la cubría.
Harry inmediatamente se movió hacia atrás para alejarse, pero entonces su padre lo sujeto del brazo agitando aún más el corazón de Draco. —Padre, creo que debemos irnos.
Repitió Draco dando un paso hacia el frente, pero de nuevo fue ignorado.
—¿Porque lo haríamos hijo?, estamos ante el mismísimo Harry Potter. —Respondió el sin despegar la mirada de Harry. —Permíteme. —Le dijo su padre a Harry mientras observaba la cicatriz casi como si estuviera hipnotizado. —Esta cicatriz es una leyenda. —Afirmo él con tono sombro. —Casi tan conocida como el mago que la hizo.
Tal vez en su pasado, esta escena no había sonado tan tétrica, por supuesto que no había sonado así porque, de hecho, ahora Draco sabía que Voldemort buscaba más que la muerte de Harry, quería hundirlos a todos, su padre era un fiel seguidor de ese hombre y la sola idea de que estuviera tan cerca de Harry realmente le erizaba la piel, no estaba listo para sentir este miedo de nuevo, no tan rápido.
Pero Harry era ajeno a sus preocupaciones porque no dudo en responder a su padre como todo un Gryffindor imprudente. —Para mí no es una leyenda. —respondió al zafarse del agarre de Lucius y retroceder un paso sin dejar de ver los ojos de su padre. —Él mató a mis padres, para mi Voldemort no es más que un asesino.
El encanto tétrico que se apodero de su padre se acabó en ese instante y la fascinación fue reemplazado con desagrado. —Te atreves a decir su nombre…
—Temerle al nombre solo agranda el temor al hombre. —Interrumpió Hermione, ganándose, con mucho pesar, la atención de su padre y logrando que Draco realmente le dieran ganas de gritarles a todos.
Seguro ese pensamiento estúpido lo habían mantenido el 1997, cuando los atraparon y los llevaron a la mansión, de hecho activaron el condenado tabú porque ninguno de ellos aprendió a controlar su lengua desde antes y de hecho, la verdad tras el nombre también se ocultaba en los mortifagos, Draco lo vivió en persona, cada vez que alguien decía el nombre de Voldemort, todo mortifago cercano era avisado gracias a la marca oscura, se sentía como una picazón, un fuego que quemaba, como un castigo para sus seguidores al no mantener al resto del mundo controlado y dejarlos llamarlo de tan descarada manera.
Seguramente su padre ahora había regresado a la realidad por el dolor fantasma de la marca oscura en su antebrazo.
La expresión de su padres se torció. —¿Y quién se supone que eres tú niña insolente? —Esta vez su padre no tenía como saber quién era Hermione, no sin sus cartas quejándose una y otra vez de la “sangre sucia” que se atrevía desafiar su posición y levantar la cabeza más allá de sus posibilidades.
Para disgusto de su padre y suerte o castigo para Draco, la llegada de Arthur Weasley atrajo la atención de Lucius Malfoy más que la de una niña desconocida. —Niños, creo que aquí huele un poco mal, será mejor que se retiren un poco, no sea que se les pegue el aroma a… podrido. —Dijo el hombre mientras advertía a todos los jóvenes de su grupo.
De hecho, Draco sabía que la rivalidad entre Arthur y su padre venia desde la escuela, eran de años muy similares así que probablemente la rivalidad típica de Gryffindors contra Slytherins los alcanzó a ellos también y ahora se mantenía, evolucionando con el odio que se profesaban uno al otro.
Él no podía decir que le agradara Weasley, los gemelos era hasta cierto punto agradables, de hecho estaba seguro de que habrían quedado muy bien en Slytherin, aunque eso se arruinaba con la absurda idea de ser un héroe y exponerse estúpidamente a peligros innecesarios, La niña Weasley, bueno, la razón por la que nunca le agrado y jamás le agradaría era clara, entre ellos estaba Harry y eso no cambiaría en el futuro próximo aunque ambos estuvieran destinados a estar juntos, como un estúpido cuento de hadas, luego estaba Peter o Percy, como se llamara, el… de hecho no había sido mucho mejor que algunos hijos de mortifagos, uniéndose al ministerio en su época oscura, pero claro, no pagó por su complicidad porque provenía de una familia de la luz, la muestra misma de la injusticia.
Fuera de eso, la familia Weasley ahora no le parecía tan relevante como para merecer la pelea que vendría en cuestión de segundos.
—Vaya, vaya..., ¡si es el mismísimo Arthur Weasley! —Respondió su padre ante el comentario del otro hombre. —Mucho trabajo en el Ministerio, me han dicho —comentó su padre como si no supiera la respuesta de antemano. —Todas esas redadas... Supongo que al menos te pagarán las horas extras, ¿no? —Se acercó al caldero de Ginevra y sacó de entre los libros nuevos de Lockhart un ejemplar muy viejo de un libro que Draco no logro apreciar, esto había pasado igual en sus recuerdos. —Es evidente que no —rectificó—. Querido amigo. —Como si lo fuera, pensó Draco —¿de qué sirve deshonrar el nombre de mago si ni siquiera te pagan bien por ello?
El señor Weasley se puso aún más rojo, como si fuera a estallar en ese preciso momento y en general todos sus hijos parecían igual de insatisfechos cuando Draco los observo descuidadamente.
Pero luego se sintió un poco fuera de lugar cuando descubrió que los ojos verdes de Potter lo veían directamente a él, no a su padre o al señor Weasley, estaban fijos en el pero el sentimiento era difícil de descifrar.
—Tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de mago, Malfoy —contestó el señor Weasley, atrayendo la atención de Draco a la creciente discusión y por supuesto, esto ya estaba atrayendo la atención de más de uno en la tienda.
—Es evidente —dijo su padre, mirando de reojo a los únicos dos muggles visibles en la tienda y que Draco recordaba vagamente, eran los padres de Hermione, los mismos que se habían acercado debido al escándalo y ahora se acomodaban al lado de su hija. —, por las compañías que frecuentas, Weasley... Creía que ya no podías caer más bajo.
Entonces todo se descontrolo, el caldero de Ginevra saltó por los aires con un estruendo metálico; el señor Weasley se había lanzado sobre el su padre en cuestión de un segundo, éste fue a dar de espaldas contra un estante. Docenas de pesados libros de conjuros les cayeron sobre la cabeza de su padres.
Draco dio un paso Atrás casi tropezando con los libros desparramados por el suelo mientras a su alrededor se escuchaban las voces escandalizadas y los gritos de «¡Dale, papá!», y la señora Weasley exclamando a viva voz: «¡No, Arthur, no!» La multitud retrocedió en desbandada, derribando a su vez otros estantes, como recordaba, un auténtico desastres que ahora lo dejaba realmente avergonzado.
—¡Caballeros, por favor, por favor! —gritó un empleado.
Y luego, más alto que las otras voces, se oyó:
—¡Basta ya, caballeros, basta ya!
Hagrid que se hacía espacio entre el río de libros para acercarse a ellos. En un instante, separando así al señor Weasley y su padre, ambos en el suelo. El primero tenía un labio partido, y al segundo, un ojo morado que poco se ponía peor.
Y para colmo de males, Su padre aun sostenía el libro de la menor de los Weasley en la mano, un viejo libro de transformación según parecía. Se lo entregó a la niña, con la maldad brillándole en sus ojos.
—Toma, niña, ten tu libro, que tu padre no tiene nada mejor que darte. —Se quejo su padre mientras Draco negó con el entrecejo ceñido.
Tanto años enseñándole a Draco que eran mucho más que el resto, para luego darse de golpes con uno de los hombres que realmente consideraba de muy baja categoría, ¿qué clase de ejemplo era ese?
Librándose de Hagrid, su padre hizo una seña para que lo siguiera y se giró para salir del lugar, en un momento, tal vez por impulso e idiotez, Draco se acercó a Harry, el más próximo a él y le susurro mientras la gran mayoría se encargaba de rodear al señor Weasley.
—La próxima vez Potter, no te acerques a mi padre. —Tal vez, con más tiempo, habría completado su frase con un “podría hacerte daño”, pero Lucius ya había atravesado la puerta y si no lo seguía de inmediato dudaba que las cosas no se pusieran peor.
—¿Eso es una amenaza? —Pregunto Potter con la confusión en su ojos y la molestia comenzando a verse en ellos.
Por supuesto que creería que lo amenazaba, las cosas no cambiaban.
Draco ya había dado unos cuantos pasos hacia la puerta y una vez cera, antes de salir giro nuevamente. —Tómalo como quieras Potter. —Dijo apretando los dientes.
Abrió la puerta y casi corrió para que su padre no notara su retraso.
Dudaba que su padre hubiera notado al reportero que tomo la foto que estaría el día de mañana en el siguiente número del diario “El profeta”.
Una vez cruzaron y se hallaron lo suficientemente lejos, Su padre sujeto su hombro con más fuerza de la necesaria y ambos aparecieron directamente en la sala de la mansión en donde por suerte se encontraba su madre, al parecer, no hacía mucho había terminado su encuentro y reunión con sus amigas.
—Pero, ¡Por Salazar!, Lucius querido, ¿qué te paso? —Pregunto ella, dejando su cómodo lugar en el sofá para adelantarse y agarrara a su convaleciente esposo.
—Cissa, no te preocupes no es…
—Tu querido esposo, no hizo quedar en vergüenza frente a un montón de rujas y brujos en la librería. —Se atrevió a interrumpir Draco al haberse alejado lo suficiente de su madre y padre y con toda la intención de ir y encerrarse en su cuarto.
—¡Draco, calla! —Grito su padre, quejándose al final gracias a la herida en su ojo que cada vez se ponía más fea.
—Pero es la verdad, se peleó con el señor Weasley en plena librería y formo un escándalo vergonzoso Madre. —Su voz era fuerte, aunque en realidad estaba tratando de retener todo el enojo posible.
—Draco, no puedes hablarle así a tu padre. —Su voz sonó firme, aunque Draco noto la mirada de soslayo que le lanzó a su esposo al acomodarlo en el sofá.
Draco hizo caso omiso. —Seguro ni siquiera se dio cuenta de que, u reportero tomo una foto, seguramente estará mañana en el periódico.
Y ese fue el momento en que la expresión de creciente enojo de su padre cambio a unos mucho más sorprendido. Su madre por otro lado, quedo estática.
Tanto su padre como su madre eran de aquello que de verdad ponían un peso importante en como los percibían las personas, esto era un duro golpe para ellos.
—Si me disculpa, iré a mi habitación, no tengo ganas de comer por la vergüenza. —y sí que hizo énfasis en la palabra mientras se dirigía al marco de la puerta y se apresuraba a su habitación.
Quería volver con su abuelo ya.
A lo lejos escucho como el creciente tono de enojo de su madre mientras él se alejaba y luego cerraba la puerta.
Necesitaba salir de este país.
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El día siguiente, su madre intentó convencerlo de salir de la habitación, pero él se negó rotundamente, su madre seguro que entendía su malestar ya que no hizo hincapié en eso y de hecho le envió todas las comidas a su habitación.
Tal vez fue su malestar y el reciente cambio que había visto Dobby en Draco, pero se atrevió a preguntar y sin más Draco le conto absolutamente todo, incluso algunas lágrimas se filtraron por su ojos y Dobby con toda la amabilidad que pudo ofrecerle, tomo una de sus manos y la acaricio suavemente para consolarlo.
Así paso el jueves y gran parte del viernes, no pudo evadir la cena de ese día, aunque por ninguna razón alzo su voz para opinar sobre nada, su madre seguramente había curado el ojo de su padre después de la discusión que habían tenido ese día, pero ahora, era un tema que no podían tocar.
Una vez Draco regreso a su habitación se dio cuenta de que Orión se encontraba en la ventana con una carta para él.
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6 de agosto de 1992
Draco.
Envió esto porque con lo que paso en la librería todos quedamos en extremo preocupados.
Mis padres realmente sintieron que tu padre no era de fiar y yo… realmente no quiero pensar más de él, pero lo que dijo y luego como actuó con el señor Weasley, fue horrible, mis padres preguntan si es así de violento en casa también.
No te preocupes, aún les agradas, pero ahora comprendo lo que dijiste en la biblioteca antes de que llegara, no parece muy agradable.
Oh, y Harry dice que lo amenazaste, ¿es eso cierto?, no me parece algo que harías.
Por favor responde la carta antes de regresar a Francia.
Con cariño.
Hermione.
_________
Y aquí estaba otra de las causas de su mal genio en los últimos días.
Harry Potter, Harry estupido Potter.
Ni una vez podía tener pensamientos medianamente bien intencionados dirigidos hacia él, aun recordaba sus palabras, de verdad creyó que en vez de advertirle estaba dándole una amenaza.
¿Porque tenía que gustarle alguien tan idiota?, de verdad que no tenía sentido, y desde hacía tantos años. Ahora era tan solo un preadolescente, pero luego esas sospechas y ese desagrado lo llevarían a hacerse daño el uno al otro, ¿Este Harry sería capaz de medio matarlo y dejarlo en pedazos en un baño también?
Bueno, en realidad no tenía por qué descubrirlo nunca, el pertenecía a Beauxbatons ahora y se esforzaría por seguir ahí.
Aunque no tenía ánimos, Draco tomo pergamino y una pluma, respondería rápidamente a la carta de Hermione tan solo para calmarla.
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7 de agosto de 1992
Hermione.
Gracias por tu preocupación.
Antes que nada, lamento todo lo que pasó, lo habría evitado si pudiera, pero bueno, ya vimos como termino todo.
Y por favor no te preocupes, mi padre no suele ser violento en casa así que no te preocupes por mí, más bien deberías sentir lastima, mi madre puede ser mucho más aterradora con simples palabras que él con la pelea de ayer, y sí que recibió un buen regaño de su parte y supongo que debo agradecer que tus padre aun me consideren lo suficientemente bueno para seguir siendo tú amigo.
Con respecto a lo de Potter, no me sorprende que lo tomara de esa manera, sigo sin entender porque le desagrado, pero a este punto perdí la intención de descubrirlo.
No lo amenacé, realmente le advertía, mi padre… no es alguien de fiar Hermione, si puedes también sigue este consejo, no te le acerques, no es alguien con buenas intenciones hacia los hijos de muggles.
Solo te diré que estoy feliz de que este viaje solo fuera de una semana, no creo que hubiera soportado más de esto.
Bueno, lamento que el encuentro terminara de tan nefasta manera, pero de verdad me agrado verte Hermione.
Con cariño.
Draco.
__________
Para el lunes en la mañana, después de uno de los fines de semana más incomodos y desagradables de la vida de Draco con su familia antes del regreso del señor oscuro, Draco fue liberado, su madre se apresuró a llevarlo al ministerio y de ahí a tomar el traslado.
Esta vez de verdad agradecía la sensación tirante y familiar en su estómago.
Notes:
Bueno, ¿Que les parecio?
yo se que a este punto muchos dira, que harry es injusto, y sip, mucho mucho, pero bueno, juntando su primera impresion de Draco y que se enoja cada vez que interactua con Hermione, no se puede esperar mucho aun asi, no se preocupes, ya aprendera a las buena o a las malas.Ya en siguiente capítulo espero publicarlo antes del martes, y claro, sera ya el segundo año, la camara de los secretos uhhhhh.
Jajjjajaj espero que les haya gustado, hasta pronto.
Chapter 6: Nuestro segundo año, un Halloween de terror
Summary:
Estaba justo frente a un gato colgado de la cola, en una de las antorchas encendidas del pasillo que se encontraba empapado de agua.
El animal parecía haber querido escapar de algo, pero claramente no lo logro.
Luego Draco giro su rostro hacia la pared, sintiendo el sudor frío subiendo por su espalda.
“La cámara los secretos ha sido abierta, enemigos del heredero temed.”
Notes:
Hola hola a todos, lamento el retraso, en mi defensa si tuve el capitulo listo para el martes, pero corregir es siempre una tarea para la que me tengo que convencer, ademas, por un minuto me llego la loca idea de no publicar hasta tener todos los capitulos del resto del años dos y luego hacer maraton de lo que quedaba, pero luego volvi a mis cabales, no se preocupen, aun asi hoy habra doble actualizacion, siiii.
Este capitulo es significativamente mas corto a proposito y dare una pequeña advertencia.
Si alguno de los lectores suele sufrir de ataques de panico o anciedad, sugiero avanzar hasta la parte en donde Draco esta en casa con su abuelo o donde se ve la division con la linea centrada, si es que la descripcion de este tipo de eventos desencadena algun sintoma o algo similar.
Primero es la salud.No siendo mas, los dejo con el capítulo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
En el instante en que llego a Francia y fue capaz de ver a su abuelo a la distancia, terminando de rellenar los papeles, actuó como un niño pequeño y todo lo que había estado guardando en los últimos días se desbordo.
Draco corrió hacia él y rodeo la cintura del hombre, las lágrimas que no sabía que contenía se desbordaron mientras se apretaba al cuerpo de su abuelo, el mismo que pareció ampliamente sorprendido por el arranque emocional de su nieto en cuanto llego.
La respiración de Draco se aceleró por el llanto que estaba muy lejos de ser silencioso, por el contrario, fueron lagrimas verdaderamente desgarradoras que incluso obligaron a su abuelo a detener la firma de los papeles ante la mirada perpleja de los encargados en el área de viajes. Se inclinó para intentar calmar a Draco y preguntar que le ocurría y que un joven de doce años daría un espectáculo tan vergonzoso en medio de un lugar público.
Eso solo empeoro la situación, ya que las lágrimas de Draco se volvieron más salvajes mientras apretaba la capa de su abuelo con mucha más fuerza. Le fue imposible detenerse y ante esto los gemidos fueron se hicieron más altos, tal vez de rabia por no poder gobernar sus emociones como quisiera, no tenía doce, a este punto, en su tiempo tendría 26 años, sentía tanta vergüenza, pero era incapaz de detenerse, incluso sus manos temblaban por la fuerza con la que sujetaba la capa de su abuelo.
Estaba en medio de un colapso, uno realmente horrible y no podía detenerse, aunque quisiera, Su dificultad para respirar se hizo mayor e incluso perdió la poca fuerza en sus brazos mientras su rostro se tornaba cada vez más rojo.
Draco solo se dio cuenta de lo serio del asunto cuando al abrir los ojos que había cerrado, descubrió que su visión se tornaba borrosa y no por las lágrimas sino porque de verdad se estaba volviendo muy borroso a su alrededor, su cuerpo se desconectó completamente y después de esto escucho la voz alarmada de su abuelo se perdía y Draco solo sintió que el oxígeno no llegaba a sus pulmones.
Fue cuestión de tiempo para que el resto de su visión fuera reemplazada por oscuridad.
Lo siguiente que supo fue que ya no estaba en el ministerio francés de magia, se encontraba en una cama o algo lo suficientemente blando como para ser cómodo. Cuando abrió los ojos y la vista que lo recibió fue la de un habitación iluminada por un lumus flotante sobre la mesa de noche al lado de su cama, la ventana al otro lado de la habitación era grande, lo suficiente para abarcar la mitas superior de la pared, reflejaba un cielo oscuro y carente de estrellas.
Al girar un poco su rostro descubrió que la habitación incluso tenía un sillón en donde descubrió que no estaba solo, ya que podía distinguir la figura de una persona, al intentar mover su manos descubrió que una aguja se encontraba insertada en el dorso de su mano derecha, conectada a una bolsa con liquido transparente, no dolía, pero si fue incomodo.
—Al fin despertaste pequeño. —Dijo la persona en el sofá, levantándose y acercándose a paso lento y constante a la cama de Draco. —Nos diste un buen susto. —Al llegar a la luz, la figura y el rostro de su abuelo, Abraxas Malfoy, lo recibió con una sonrisa, aunque en sus ojos había preocupación.
El hombre no tardo en sentarse al lado de Draco, quien sintiéndose un poco cansado y confundido también se sintió un poco avergonzado, digamos que llorar como un niño de seis años en un lugar tan público y además sujetando las ropas de su abuelo.
Estaba enojado y muy confundido por su propia actitud, fue solo ver a su abuelo y se descontrolo automáticamente, como si se hubiera abierto la llave de un grifo y este no pudiera cerrarse después.
—Yo… no sé qué ocurrió Abuelo. —Se disculpo sin atreverse a levantar la vista y mirarlo.
—No, no espero que lo sepas, pero espero que puedas decirme que lo causo. —Respondió el hombre con voz calmada y suave, tal vez ya era muy tarde en la noche. —Fue una suerte que ocurriera en el ministerio.
Draco se mordió los labios, incapaz de imaginar el alboroto.
—Colapsaste por estrés mi querido nieto, eso y una gran cantidad de falta de sueño. —Continuo —El medimago lo llamó con un nombre muggle y ciertamente no lo recuerdo, pero eso causo que sufrieras un ataque y te desmayaras. Dime, ¿Qué fue lo que paso en Inglaterra?
Esta vez preguntó con más firmeza, tal vez para que se dimensionara la seriedad del problema. —Cuando te dejé en el ministerio estabas perfectamente bien, y ahora a tu regreso descubro que tienes una falta de sueño importante y un nivel de estrés muchísimo mayor a la que debería tener un niño de tu edad. Quiero una explicación Draco. —Claramente sabía que, en el fondo del tono fuerte y mandatorio, se ocultaba la preocupación hacia él y su salud, pero la vergüenza en este momento era increíblemente fuerte.
¿Qué podía decirle a su abuelo?, que el simple hecho de regresar a la mansión revivía sus peores recuerdos y pesadillas, que cuando veía a sus padres recordaba todo por lo que paso, que su padre había confirmado de la peor manera que no podía confiar y que ahora tenia a personas que estarían justo en el grupo que su padre buscaba desaparecer con tanto esfuerzo. No podía explicarle eso, pero tampoco podía quedarse callado sintiendo la mirada de su abuelo perforar su cabeza.
—Draco... —El negó con la cabeza, incapaz de decir una sola palabra debido al nudo en su garganta. No quería hablar de nada de esto. Los ojos del hombre mayor se entrecerraron, sabiendo que algo andaba muy mal.
—Draco, no quería decir esto ahora pero no veo otra alternativa. —Un suspiro cansado salió de sus labios. —Hay una razón adicional por la que regresaste a Inglaterra durante una semana. —Eso de inmediato logro que la mirada antes esquiva de Draco se posara en él al instante. —Tu madre y padre claramente querían pasar algo de tiempo contigo, pero, yo también lo tome como una prueba de como seria si… —Dejó escapar el aire en sus pulmones, como si estuviera cansado y probablemente así era —Como seria si tuvieras que regresar a Inglaterra de manera definitiva.
La presión que sintió anteriormente volvió y la cara de Draco se distorsiono —¿Qué? ¿Por qué? —Preguntó sin querer creer que esto realmente estuviera pasando.
La sonrisa del hombre se hizo amplia cuando al fin saco un sonido de su nieto de nuevo. —Draco, eres mi nieto y sé que no eres un tonto, ¿Por qué crees que te enviaría de regreso?
Draco lo pensó, de verdad lo hizo y la única razón que se le ocurrió fue la enfermedad. —Pero, has estado bien, mejoraste mucho desde el receso de primavera y...
El hombre negó e interrumpió a su nieto. —Las insignificantes mejoras que viste se deben a remedios que en realidad no ayudan al problema principal —El tinte de tristeza que enmarco su voz estremeció al niño que ahora lo observaba con grandes ojos cristalinos y asustados desde la cama. —El asunto principal aquí es que logre inscribirte a Beauxbatons mientras buscaba una solución permanente para la enfermedad, el problema radica en que el tratamiento requerido no está disponible en Europa, mucho menos en Francia. Es un tratamiento sumamente efectivo, pero la planta que se requiere para las pociones que deben ser ingeridas con regularidad durante al menos un año, me obligan a tener que hacer un viaje hasta Sur América para poder tratarlo.
Ese fue el momento exacto en que las lágrimas que retuvo Draco a lo largo de la explicación de su abuelo se desbordaron, aunque esta vez, lejos de ser el desastre ruidoso que desató en el ministerio, estas se deslizaron silenciosamente por sus mejillas mientras apretaba sus labios y arrugaba las sábanas bajo sus manos.
Esto no era justo.
—Tu padre sabe de esto y solicito a Beauxbatons que revisaran tu inscripción nuevamente, lo que pasará a principios de octubre y lo más probable es que ordenen tu traslado de regreso a Hogwarts —Las manos de su abuelo se posaron sobre su mano izquierda mientras sus nudillos se tornaban completamente blancos por la fuerza.
Draco abrió los labios para negarse, de verdad, de verdad no quería regresar a Hogwarts, no era justo, quería quedarse y ahora… Incluso sentía que estaba perdiendo a su abuelo, la única persona en la que creía que podría confiarle su secreto en el futuro cercano, además de que realmente se habían vuelto lo as familiar a una familia que Draco sitio en años, es decir realmente sentía que le importaba al hombre como su nieto y ahora también se lo querían quitar.
¿Por qué regresar si no podía elegir hacia dónde dirigir su vida?
La cabeza de Draco se inclinó, incapaz de seguir viendo a su abuelo, era egoísta querer gritarle por algo en lo que no tenía control, sabía que en si no se trataba moriría en menos de cuatro años, pero… y que pasaba con él, tendría que regresar a Hogwarts y también a la mansión, ese lugar que debería amar, pero en donde ni siquiera podía pegar un ojo en la habitación en la que se había criado.
—No quiero volver. —Susurro con los labios apretados para evitar que un sollozo vergonzoso se le escapara.
—Me temo que esa decisión ya no está en nuestra manos. —Draco se hundió mucho más en la cama, importándole poco la incomodidad de su mano al mover la aguja incrustada en el dorso de la misma, ¿Qué era esa cosa por cierto? —Es por esto que necesito saber qué fue lo que pasó para poder ayudarte hasta que me lo permitan, de lo contrario, regresaras y deveras enfrentarte a eso tu solo Draco, ¿entiendes ahora?
Draco no respondió, con el dorso de su mano libre seco las lágrimas en sus mejillas, después de unos segundos asintió con la cabeza, tal vez, en vista de la situación podría decir al menos una parte de la verdad, realmente quería confiar en alguien en este tiempo, confiar lo suficiente, pero su situación era tan particular que difícilmente sentía la confianza para compartirla.
Cuando abrió sus labios para hablar, los jadeos fueron inevitable de contener, se obligó a sí mismo a respirar bajo la mirada atenta de su abuelo.
Reprimirse y controlar sus sentimientos era mucho más difícil a esta edad, recordaba que en su tiempo guardar sus lágrimas y encapsular sus sentimiento fue infinitamente sencillo, encapsular el dolor se volvió una práctica sencilla con la oclumancia, pero ahora, al regresar a este cuerpo infantil, difícilmente era posible con sentimientos tan fuertes y cambiantes, tal vez debería comenzar a practicar la oclumancia nuevamente desde sus bases para fortalecer sus escudos y cerrar las grietas.
Una vez lo suficientemente calmado como para hablar, aunque su voz temblara, Draco lo confeso. —Antes de transferirme te dije que no me sentía parte de Hogwarts y eso es completamente cierto, es asfixiante, pero aun así logre hacer una muy buena amiga, una amiga que realmente aprecio mucho.
—La joven Granger.
Draco asintió. —La semana pasada cuando fui con mi padre a comprar unos libros me encontré con ella y con algunos de sus amigos y acompañantes, incluso sus padres estuvieron ahí. —Aquí venia lo difícil. —Padre no estuvo conmigo durante todo el tiempo, estuvo muy ocupado durante toda mi estadía, pero cuando llegó a la librería para recogerme, no tardó en hacer una escena verdaderamente vergonzosa. Como sabes Hermione Granger es hija de muggles y tiene otros dos amigos, uno de ellos es un Weasley. —La expresión de su abuelo se distorsiono un poco pero no interrumpió, Draco tendría que preguntar después. —El otro es un mestizo, pero… —No tuvo más remedio que decirlo. —Es Harry Potter.
Draco reconoció que su abuelo conocía la historia del niño que vivió tan solo al ver como su normalmente controlada expresión se vio afectada, la sorpresa brillo en sus ojos levemente, aunque lo disimulo al instante.
—Por Salazar. —Exclamo él.
Draco simplemente asintió y continuo. —Cuando mi padre los vio inmediatamente se fijó en Potter y realmente su actuar fue… —Sin querer el cuerpo de Draco se sacudió con un escalofrió al recordar la malicia en la mirada de su padre. —Horrible —Completo la frase. —Luego enfrento a Hermione, y vi el disgusto tan evidente por ella y sus padres, al final, mi padre se peleó a golpes con el señor Weasley una vez apareció. Me enoje tanto, pero él y mi madre se esforzaron por fingir que el incidente no ocurrió en los días que siguieron, es decir… ¡Estoy aterrado de regresar a esa casa abuelo! —Su voz se estrangulo hacia el final, con las lágrimas volviendo a salir de sus ojos y el cuerpo de Draco inclinándose instintivamente hacia su abuelo aun entre las sábanas.
Abraxas inmediatamente abandono su manos y con la poca rapidez que le brindaba su edad, rodeo los hombros de su nieto.
No tenía que imaginarse nada, de hecho, esto era bastante serio a ojos del hombre.
—Estoy aterrado porque yo no comparto sus pensamientos y he leído historias abuelo. —Las había vivido en realidad. —Se lo que hacen los que piensan como mi padre y siguen a… —Ni siquiera quería decirlo. —… Con los que son traidores a la sangre y eso creerán que soy solo porque no quiero acabar con los hijos de muggles. ¡Me aterra que mis padres quieran deshacerse de mí! —Sus sollozos se elevaron. — ¡Me van a matar! —De nuevo en su casa, perdería la vida de nuevo en su hogar manchando el suelo de rojo.
En parte el miedo de lo que podía pasarle era real, a sus amigos les había dicho que no le importaba en lo más mínimo lo que pensaran sus padres y eso era cierto, no tenía intención de fingir ser como ellos, pero las consecuencias de no creer en el señor oscuro y sus ideas eran muy diferentes estando en otro país fuera de su alcance a sentirlas directamente estando en el lugar en donde el infierno se desataría en un par de años.
El futuro era mucho más aterrador cuando sabias lo que venía y no lo esperabas en la completa ignorancia.
Si tenía mucha suerte, bien podría ganarse una Avada Kedabra, pero dudaba mucho que esa fuera su suerte, probablemente le lanzarían Crucios hasta dejarlo incapaz de mover su cuerpo sin sufrir un espasmo, eso si no lo hacia su tía, luego lo golpearían, mutilarían y lo harían gritar, desear su muerte e incluso rogar por ella, una vez satisfechos, podían acabar con él y darlo de comida a la serpiente del psicópata líder.
La perspectiva lo aterró durante los días que siguieron al encuentro de la biblioteca, no quería ese miedo, no quería regresar a ello, ese miedo que sintió durante todo su sexto año y el séptimo, el terror paralizante.
—Draco, eso no va a pasar, Quien-tú sabes está muerto. —Aseguró su abuelo mientras intentaba consolarlo acariciando su espalda, la preocupación en aumento. Su nieto podía ser joven, pero de alguna manera sabía que podía pasar, era consciente de las repercusiones. Desde que recibió la primera carta de su nieto el año pasado, descubrió que el niño era increíblemente maduro para su edad y ahora se daba cuenta de que eso no era precisamente bueno en todos los casos, no cuando lo hacía darse cuenta de lo mal que estaba el mundo mucho antes de lo debido.
Draco negó con la cabeza. —No está muerto, no, no, no. —Se retorció entre los brazos de su abuelo mientras negaba fervientemente. No podía decirle que sabía que volvería a la vida en dos años. —¡Esta vivo!, de alguna manera lo está, Hermione, Potter y Weasley se enfrentaron a él a finales de junio, de algún amanera está vivo y… —La respiración de Draco volvió a agitarse así que su abuelo tuvo que detenerlo no podía desmayarse de nuevo.
—Draco, ¡Draco, tienes que calmarte! —Abraxas lo apretó más fuerte. —Está bien, te creo, te creo está vivo, pero eso no implica que vendrá por ti, eres solo un niño.
—Estoy seguro de que eso no le importa. — Dijo Draco con seguridad. —Intentó matar a mis amigos el años pasado y ellos tienen mi edad abuelo, ¡no le importa, estoy seguro! —Estaba frenético y al parecer eso lo detectaron las guardas en la habitación ya que poco después la puerta se abrió y uno de los medimagos ingreso para verificar el asunto por su cuenta.
Aun con Draco en sus brazos, Abraxas asintió cuando el medimago lo miro, el estado de agitación de Draco era demasiado como para dejarlo seguir, le darían sueño sin sueños y tal vez, para la mañana siguiente podría estar lo suficientemente estable.
Una vez Draco volvió a estar recostado en su cama, con la respiración lenta y
profunda, Abraxas fue capaz de pensar.
Los medimagos francés, a diferencia de los ingleses, solían implementar algunas invenciones muggles para tratar a pacientes cuya afección no fuera mágica, más que nada niños que no soportarían la carga de pociones y hechizos fuertes a Draco lo habían conectado a un suministro de suero precisamente por la deshidratación y ahora el sueño sin sueños había sido necesario. Según los medimagos, el estado frenético al que entraba fácilmente era producto de la falta de sueño prolongado.
Con toda esta información y la confesión altamente dolorosa y preocupante del niños, Abraxas tuvo que aceptar que tomó la mejor decisión al no avisar de esto a los padres de Draco.
Ahora entendía mejor, pero no sabía si eso era mejor o no, Draco estaba aterrado y tal vez fue su instinto, pero en definitiva ocultaba algo más, algo muy grande, pero no era prudente forzarlo, no en su estado.
Aquí el problema era que en Inglaterra Draco no se sentía seguro y no había manera de que no se sintiera así si su propio padre respaldaba un terror que lastimaba a su hijo.
No le había mentido a Draco, en realidad buscaría una manera de protegerlo estando en Inglaterra incluso en Hogwarts o en su hogar.
Si bien, no irse podría traerle a Draco el beneficio de quedarse en Beauxbatons por al menos uno o dos años más, la verdad era que ya le habían dado un ultimátum, tenía que atenderse y antes realmente no habría hecho nada, ya era viejo y volver a ver a su esposa del otro lado del velo sonaba mucho más prometedor que un vida solitaria, pero luego llego su nieto, y fue como vivir otra vez, al menos un poco en sus últimos años, necesitaba ayudarlo hasta donde pudiera y lo haría.
Solo que… debía saber cómo y eso tenía que pasar antes de que Draco tuviera que volver a Inglaterra.
___________
Al día siguiente, cerca de las doce del día, Draco abrió los ojos nuevamente y a diferencia del día de ayer, descubrió que se sentía más ligero y descansado, por supuesto la imágenes de la noche anterior y el recuerdo de su pérdida de compostura le llegaron como un golpe en el estómago, también recordó todo lo que le había dicho a su abuelo.
Realmente tenía que haber estado muy fura de si para decirle todo eso al abuelo.
Gimió entre las sábanas intentando arrastrarlas para que cubrieran su cabeza.
Si no estaba mal, estaba solo en la habitación por el momento así que podía regodearse en su miseria por un rato. También se empaparía de miseria ya que también recordaba la conversación con su abuelo y la culpa realmente lo opaco todo.
Ahora que había pasado tanto tiempo bajo el cui8dado del hombre no quería que se fuera de este mundo tan rápidamente como en su tiempo original, es decir, esto era injusto, realmente lo sentía de esa manera, pero al mismo tiempo se sentía aliviado de que Abraxas hubiera tomado la iniciativa de tratarse, podría tener a su abuelo más años si todo funcionaba bien y a fin de cuentas eso le importaba.
Tendría que disculparse con su abuelo en cuanto lo viera.
_________
Draco tuvo que estar en el hospital un total de tres días, no volvieron a darle sueño sin sueños, pero sí que lo obligaron a dormir de otras maneras debido a que su privación del sueño fue realmente severa en palabras del medimago y Draco podía creerlo. Antes del incidente de la biblioteca había logrado dormir por solo una o dos horas máximo, pero después de eso su vigilia fue ininterrumpida, aunque estuviera agotado, cada vez que cerraba los ojos veía sangre y muerte, su madre no lo había descubierto simplemente porque usaba hechizos para ocultar sus ojos rojos y cansados además de las ojeras.
Una vez estuvo de regreso a la villa de su abuelo, los elfos domésticos lo mantuvieron supervisado y Abraxas en realidad actuó normalmente, no menciono el tema sino hasta que Draco lo saco a la superficie para disculparse por haber perdido la compostura, su abuelo lo miró fijamente y luego soltó una carcajada diciendo que solo una sangre pura se disculparía por enfermarse.
Aun así, los días previos a su regreso a Beauxbatons, su abuelo pareció más atareado de lo normal y no fue sino hasta el último día en la villa que Draco descubrió por qué.
Justo cuando Draco se preparaba para dormir alguien toco la puerta de su habitación y poco después su abuelo ingreso a la habitación.
El hombre camino por la habitación hasta llegar al borde de la cama y se sentó a la orilla de la cama, mientras Draco, ya cubierto por las sábanas, se sentó apoyando su espalada en la cabecera de la misma.
—Abuelo, pensé que ya estarías dormido. —Dijo Draco un tanto sorprendido por la visita nocturna.
Abraxas asintió. —Si, sabes que a esta hora seria la normal, pero tenía una promesa que cumplir y me alegra poder hacerlo justo a tiempo. —Draco se sintió perdido en ese momento. Abraxas al notar la confusión del más joven le recordó. —Tú, mi querido nieto, transmitiste tus preocupaciones y yo prometí mantenerte a salvo, aunque no esté cerca y te veas obligado a regresar al reino unido.
En sus manos, su abuelo, con un movimiento de su varita hizo aparecer una caja pequeña, no era especialmente llamativa ni mucho menos, era pequeña y de color negro, pero al abrirla, dos anillos quedaron al vista de Draco.
En realidad, parecían particulares, delgados y elegantes, pero lo importante aquí eran sus formas.
Ambos anillos eran en forma de serpientes, uno de plata con diminutas esmeraldas como ojos, mientras que la otra estaba hecha de oro brillante con rubies por ojos, ambos con detalles que, aunque minúsculos les daban un acabado antiguo y hermoso, incluso las escamas en cada uno eran impresionantes.
Draco no oculto el asombro en sus ojos al ver las impresionantes joyas, ¿qué significaba esto?
—Estos, fueron anillos que pertenecieron a tu abuela y a mí en algún momento. —Dijo Abraxas. —No te dejes engañar por sus pequeñas y adorables figuras, poseen más de un secreto. —Con decir eso, uno de los anillos empezó a moverse como si fuera una serpiente real, comenzando a tomar vida en la caja, desenroscándose y deslizándose por la misma hasta salir y dirigirse hacia la mano izquierda de su abuelo, enroscándose suavemente en su dedo índice.
La pequeña serpiente plateada dio unos cuantos giros sin detenerse, parecía un feliz si a Draco se le permitía opinar.
—¿que son? —Preguntó mientras observaba la escena y se fijaba en la nostalgia que amenazaba con hacerse cada vez más grande mientras su abuelo la observaba e incluso, la acaricio con suavidad.
El hombre tardo en responder la pregunta de su nieto, pero al final lo hizo. —Esto es lo que prometí. —Su abuelo no dio más explicaciones, extendió la mano que conservaba al anillo hacia Draco, como si quisiera saludarlo y con una mirada incito a Draco a estrecharla, luego de eso, el extraño objeto empezó a moverse hacia Draco con lentitud, pero de la misma manera en la que se arrastró para llegar a su abuelo, se arrastró sobre su piel e incluso le genero ciertas cosquillas.
Era frio y extraño sentir a la minúscula y seseante criatura deslizarse por su mano mientras la de su abuelo se apartó una vez la pequeña serpiente toco su piel. La serpiente se deslizo por cada uno de los dedos en su mano izquierda hasta que al igual que con su abuelo, se acomodó en el dedo índice de Draco causándole cosquillas y haciéndolo reír o al menos así fue hasta que la minúscula serpiente, sin que Draco se enterara abrió su mandíbula y en un movimiento veloz enterró sus minúsculos colmillos en el dedo de Draco.
El joven inmediatamente salto en su puesto y grito por la sorpresa, pero su abuelo en vez de estar preocupado, soltó una carcajada, mientras el ceño de su nieto se contraía.
—¿Pero que…? ¿Por qué a mí me muerde y a ti no? —¿No le agradaba a esta cosa?, Draco tuvo la intensión clara de quitarse el anillo, no quería arriesgarse nuevamente a una mordida y que esta vez fuera peor, pero Abraxas lo detuvo.
Sonriendo mientras señalaba a la pequeña serpiente, Abraxas dijo. —Ella te mordió porque ahora tú eres su nuevo dueño. —La caja negra en donde se encontraba el otro anillo, se cerró y luego desapareció, pero Draco se quedó perplejo mientras veía los ojos de la serpiente tornarse rojos al igual que las aberturas a lo largo de su cuerpo que delineaban sus escamas, por un instante la serpiente brillo en escarlata, pero después, tan rápido como apareció el brillo este desapareció, los ojos de la serpiente volvieron a ser esmeraldas brillantes y puras, la minúscula serpiente se detuvo en el dedo de Draco, congelándose por fin y adquiriendo completamente la figura del anillo que Draco vio completamente estático en la caja.
Draco había visto muchos tipos de joyas diferentes a lo largo de su vida, malditas, protectoras, todas ellas con un tipo diferente de magia, pero ninguna con la que se necesitar sangre para forjar un vínculo. —¿Es magia de sangre? —Preguntó en voz baja mientras observaba el anillo inmóvil en su dedo.
La magia de sangre tenía muy mala reputación, estaba un paso más cerca de la magia tenebrosa, aunque no tanto como la nigromancia, algo incluso peor, aunque no todas sus aplicaciones eran inherentemente malas, el uso repetido de ellas para el mal le había dado cierta reputación horrible, Draco lo sabía, pero, aun así, no estar seguro de que clase de magia llevaba ahora puesto no lo tranquilizaba en lo absoluto, ¿qué había querido hacer su abuelo?
Abraxas observó la mano de Draco por unos segundos, viendo como la minúscula herida en su dedo desapareció y con ello el vínculo se sellaba, ahora podría decirle a su nieto. —Esta no es magia de sangre, al menos no en esencia. Es un tipo de magia muy antiguo lo que cubre a esta joya, una magia que no puede ser replicada por que se ha perdido en el tiempo. —Explicó. —Te protegerá, aunque yo no esté cerca para hacerlo y también, te abrirá la entrada a uno de los lugares que más amados por mí y tu abuela.
Abraxas recordó las preocupaciones de su nieto a lo largo de las semanas y una vez que logro sacar los anillos de Gringotts y traerlos, también supo que era momento de abrir la puerta de su único y más preciado tesoro.
En silencio Draco escucho.
—Seguramente conoces el ala sur de la mansión Malfoy. —Draco asintió. Siempre había tenido mucha curiosidad con respecto al lugar, se mantuvo cerrado desde que tenía memoria e incluso cuando la magia de la mansión se contamino y perdió, ese lugar nunca pudo ser abierto ni habitado. —Pues ahora, con este anillo podrás ingresar al ala sur mi querido nieto, tú y solo tú.
Draco casi pierde la capacidad de respirar ante la inesperada noticia, sus manos temblaron mientras su expresión se congelaba, imposible. —En Hogwarts, este anillo —Toco la joya —Te avisara de cualquier peligro y te cuidara, mientras que en casa podrás habitar el ala sur. Me comunique con tu padre esta semana y lo convencí de pasar tus aposentos al lugar, los elfos pasaron tus cosas así que una vez tengas vacaciones y no pueda traerte conmigo, podrás resguardarte en el ala sur donde solo tú y los elfos tienen acceso. —Abraxas volvió a mirar a su nieto, descubriendo que ahora, el joven preadolescente lo observaba fijamente a él, con la mirada brillante. —Es prácticamente un hecho que tendrás que regresar Draco, pero… espero que esto te ayude a soportar. Por lo demás esper que disfrutes este tiempo con tus amigos y aproveches Beauxbatons todo lo que puedas, no sirve de nada que llores sobre lo que no podemos cambiar.
Y vaya que Draco lo sabía, pero aun así quería llorar, llorar mucho porque su abuelo no dimensionaba el peso que significaba volver a Inglaterra.
Aun así, se apresuró a abrazar a su abuelo cuando extendió los brazos hacia él, alentándose a acercarse. Realmente hubiera querido conocer a su abuelo en el que fue su pasado, pero ahora, se le dio la oportunidad de conocerlo y saber que existían más misterio y conocimiento que ignoro antes.
En su mente Draco lo acepto, tendría que pasar mucho para que se sintiera a salvo y, de hecho, en realidad no estaría a salvo en un par de años, pero si lo veía en perspectiva…
Hmm, no, no iba a mentirse a sí mismo, esto iba a ser una pesadilla.
31 de octubre de 1992
La despedida con sus amigos, aunque emotiva, no fue tan difícil de soportar, no sabiendo que le enviarían cartas constantes y después de todo, sin importar la distancia seguirían siendo sus amigos.
El tiempo que pasó en Beauxbatons sabiendo que lo transferirían a finales de octubre fue una mescla de felicidad efímera y miedo mezclado con expectativa, una vez la directora fue notificada, él y ella hicieron un trato o mejor dicho la directora le ofreció a Draco la alternativa de seguir enviando algunos de los trabajos y tareas de Beauxbatons aunque estuviera en Hogwarts, muchos de sus maestros habían demostrado su voluntad de seguir enseñando a Draco aunque no fuera un estudiante, tareas sencillas por supuesto ya que no podía descuidar sus estudios en Hogwarts, ante esto Draco acepto.
Ahora, con su uniforme de color azul pálido se despedía de su directora y también de este lugar que al menos calmo su mente y espíritu por un tiempo, confirmando que aun con lo terribles que podrían tornarse las cosas y con todo su pasado como una carga constante aún era capaz de tener y sentir lo que tanto le falto en su futuro, paz.
—Hubiera deseado que tu estancia en Beauxbatons fuera más larga jovencito, de todas formas, fue un placer ser tu directora. —Dijo Madame Maxime una vez le entrego los polvos Flu. Ante esto, Draco aguantó las lágrimas para poder sonreírle una ultima vez a su directora antes de darse la vuelta y caminar hacia la red Flu.
—Yo también voy a extrañar Beauxbatons y a usted directora. —Ella sonrío gentilmente y asintió para dejar que Draco se fuera.
Los polvos Flu fueron arrojados y el proceso se repitió, aunque en esta ocasión, su emoción era inexistente comparado con su viaje de hacia un año, en donde todo cobro color y surgió esperanza en su futuro. Ahora tendría que luchar mucho para mantener algún tipo de paz mental.
Una vez llego al ministerio francés, su abuelo lo recogió y lo acompaño durante todo el proceso de regreso a Inglaterra, el proceso se llevaba a cabo en la tarde después de que Draco hubiera tomado sus clases así que probablemente estaría muy cansado. Su abuelo y él se despidieron brevemente, el hombre asegurando que mantendría contacto constante, luego los oficiales se llevaron a su nieto en dirección al traslador que no tardó en llegar, el tirón de la aparición y las vueltas a su alrededor pronto lo dejaron sobre el suelo oscuro del ministerio inglés.
Su madre pareció bastante aliviada cuando pudo verlo, abrazándolo llena de alivio, Draco no la culparía por mostrar más emoción ante el cambio, su madre en realidad nunca quiso que se transfiriera así que intento mostrarse afable y no tan devastado como en realidad se sentía.
Después de eso, lo acompaño hacia la chimenea asignada para enviarlo a la oficina del director Dumbledore.
La calidez que ya conocía se filtró por su cuerpo y fue bien recibida teniendo en cuenta que estaban empezando las épocas frías del reino unido, claramente la seda y el satín no eran elementos predilectos para contrarrestar las temperaturas heladas.
Atravesó la chimenea para encontrarse con una oficina que creyó no volvería a ver tan rápidamente ni tampoco la cara de los dos hombres que lo esperaban no muy lejos.
—¡Joven Malfoy!, vemos que su viaje a tomado un poco más de los esperado. —Dijo el director una vez los pasos de Draco lo llevaron a posicionarse frente a su escritorio. —El profesor Snape y yo hablábamos sobre algunas de las recomendaciones que nos dieron sus familiares para su cuidado de ahora en adelante.
Draco asintió, si no lo mataba algo o alguien, no quería dejar este mundo por falta de alimento o sueño, haría su mayor esfuerzo, lo había prometido a su abuelo.
—Su revisión inicial será mañana después del desayuno aprovechando que tendrá una hora libre, madame Pomfrey lo esperará en la enfermería para revisarlo y hacer un plan alimentario con respecto a eso y también sobre su sueño, debemos asegurarnos de que no ocurran incidentes así que ella también realizará un diagnóstico propio y le dará los pasos a seguir.
Ante esto Draco comento. —director, en Beauxbatons yo ya llevaba cierto régimen tanto alimenticio como para manejar el sueño, ¿no es posible continuar con ese, señor?
Esta vez fue Snape quien tomó la palabra y se adelantó para poder explicar. —Me temo que la dieta anterior se casaba en los alimentos que ofrecía su antigua escuela señor Malfoy, es necesario hacer una nueva con lo que ofrece la nuestra.
Draco tuvo que apretar los labios y asentir, le gustaba su dieta previa. —Oh, no se preocupe joven Malfoy, le aseguro que Madame Pomfrey le recetará lo mejor, estará satisfecho.
Bueno, que madame Pomfrey fuera o no capaz no era una de sus preocupaciones, era cierto que seguramente era una de las mejores medimagas que Draco hubiera visto jamás, aunque bueno, su vida antes de la guerra no incluyeron visitas a San mungo constantes y después, la verdad cualquiera preferiría matarlo antes de llevarlo ante un medimago, pero bueno, estaba seguro de sus palabras porque la había visto en la batalla de Hogwarts, su habilidad con los heridos era casi magistral, realmente a esa mujer le confiaría su vida a ojos cerrados sino fuera porque, mientras fue estudiante de Hogwarts en realidad nunca lo atendió.
Es decir, si lo hizo, pero cuando se lastimo, muchas veces sus lesiones eran subestimadas, y no mentiría, en varias de esas ocasiones Draco si sobre reaccionaba, pero no porque quisiera llamar la atención, aunque eso fue lo quiso que otros vieran, sino porque en realidad su tolerancia al dolor en su previo tiempo en Hogwarts era bastante mala. Solo eso le agradeció a la guerra, ahora seguro su limite de dolor estaba más arriba.
Gracias a estos incidentes Draco creía que cuando en realidad fue importante, ya no pudo confiar en ella. Esa vez después de que Potter lo cortara a muerte y que injustamente saliera impune, la medimaga había guardado silencio, Draco nunca supo si ella había dado su opinión medica sobre el incidente y las heridas que Draco llevaría de por vida, pero tal vez si lo hubiera hecho, la situación pudo haber terminado diferente.
Todo en su vida anterior giro en torno a Potter y Draco no creía que fuera a cambar mucho ahora que había regresado en el tiempo, lo más prudente seria que, si tenía que estar en la misma escuela que él, al menos podía tratarlo como si no fuera mas que un mero compañero. Ambos chocaban entre sí, si se involucraba mucho tal vez volvieran a caer en la trampa del contendiente eterno de Potter y de nuevo, el no tomaría ese puesto ni, aunque le apuntaran con una varita.
En fin, no se sentía preparado para confiar, pero al parecer no tenía alternativa.
Tuvo que asentir ante ambos profesores así que el director prosiguió. —Con respecto a sus libros y materiales, sus padres fueron muy amables de enviarlos, llegaron esta mañana y me parece que Severus procuro que su dormitorio fuera el mismo de cuando se fue, así que todo se encuentra ahí listo para que sea utilizado, al igual que su uniforme.
Bueno, al menos había algo bueno en todo esto, podría compartir habitación con Theo. —Muchas gracias director.
—También se nos informó de tus estudios adicionales con Beauxbatons y también sobre los independientes, Según nos indico la directora Maxime usted es mas que capaz de llevar esa carga académica, pero queremos confirmarlo directamente. —
Draco asintió, mucho de lo que se vería este año ya lo sabía, podría manejar esa carga a académica. —No se preocupe señor, estoy seguro de que no tendré problemas. — —La sonrisa en el rostros del director Dumbledore no se ocultó, al parecer eso era todo lo que necesitaba oír.
—Muy bien, no siendo más, le aconsejo dirigirse directamente al banquete, debe estar hambriento y cansado.
—Muchas gracias. —Si había Una razón para que ahora respondiera sin mucha profundidad se debía a que no estaba de ánimo y realmente necesitaba dormir, pensar en que haría con su vida de ahora en adelante.
Draco no se fijó en la mirada que ambos hombres le dirigieron cuando se dio la vuelta y se encaminó hacia la salida de la habitación, recordaría el camino hacia el comedor.
Una vez en los pasillos los pensamientos de Draco empezaron a hacer ruido, los pensamientos que había mantenido a raya tras los escudos para que Dumbledore no los descubriera.
De manera inconsciente Draco repasó lo mismo una y otra vez en su mente, concentrarse en estudiar y eso sería todo, no tenía por qué convertirse todo en un drama escolar, el no buscaría problemas así que no tenía por qué encontrarlos.
Intento no detallar las paredes ni las antorchas, no quería tener pesadillas esta noche.
Caminando mientras su mente hacía cada vez más ruido, Draco descuido sus alrededores, incluso ignoro como su anillo había empezado a calentarse levemente y sus piernas lo dirigían directamente hacia un pasillo cuyo suelo se encontraba mojado.
En su mente las posibilidades batallaban entre sí y no fue hasta que vio una figura oscura colgada de una de las antorchas no muy lejos, que se dio cuenta de que algo estaba muy mal.
Sus pasos lo llevaron casi al instante, olvidando sus palabras que repasó en su mente segundos, no buscar problemas, hacer oídos sordos y ojos ciegos.
Cuando llegó a revisar la extraña figura la respiración se atoro en su garganta y el frío atravesó su cuerpo. Estaba seguro de que ahora mismo se veía mucho más pálido de lo que realmente era.
Estaba justo frente a un gato colgado de la cola, en una de las antorchas encendidas del pasillo que se encontraba empapado de agua.
El animal parecía haber querido escapar de algo, pero claramente no lo logro.
Luego Draco giro su rostro hacia la pared, sintiendo el sudor frío subiendo por su espalda.
“La cámara los secretos ha sido abierta, enemigos del heredero temed.”
Las piernas de Draco se aflojaron mientras un pitido se apoderaba de sus oídos y apagaba cualquier otro sonido a su alrededor, su anillo ahora frío sobre su dedo era lo único que podía sentir en realidad.
Oh, no, no, no, no, esto no estaba pasando.
A lo lejos Draco vio como algunas sombras aparecían por uno de los pasillos corriendo hacia él, fue ahí cuando su audición regreso, en el preciso momento en el que la figura de un niño de cabello oscuro y mirada esmeralda se acercó hacia él, gritando en su contra seguido por otros dos niños.
No fue sino hasta que Potter estuvo al alcance de la antorcha que Draco logró distinguir sus grito de “¿quién eres? ¿qué hiciste?” Luego la voz de uno de sus compañeros llegó, como siempre el trío dorado, juntos en todo momento. “¿Draco?” fue lo que dijo la voz vacilante de una Hermione confundida frente a él.
Todo paso muy rápido como para que Draco pudiera aclarar la situación con estos tres, Weasley y Potter no habían terminado de preguntar qué había hecho y que hacia ahí cuando los pasos de la multitud fueron captados por sus oídos.
Él había sido incapaz de moverse de su sitio gracias a la conmoción y al golpe de realidad que le llegó en un segundo sobre lo mal que se iban a poner las cosas.
Cuando se vio rodeado de estudiantes que lo veían con los ojos abiertos y algunos asustados Draco solo pudo pensar en una palabra para describir su situación en este preciso momento.
Mierda.
Notes:
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo.
De hecho es muy diferente a lo que tenia planeado, pero creo que quedo mucho mejor, creo que transmiti el miedo de Draco muy bine aqui, aunque todo puede mejorar, obviamente todo el viaje de regreso no se detalla porque Draco en realidad no esta para nada contento.
Por si no se notaba, amo al abuelo de Draco en esta serie, Abraxas va a estar siempre en mi corazón.
Algunos de ustedes ya sospechaban que regresaria a Hogwarts para el año dos y Felicitaciones, acertaron con la prediccion, a los que querian que Draco se quedara en Beauxbatons hasta el cuato año, mi corazon tambien queria pero la historia requiere que Draco vuelva, mas que nada para la relacion de Harry y el.
Esto es un romance lento que construire con mucho cariño.
Bueno, nos vemos en el siguiente cap.
Chapter 7: Una serpiente entre nosotros
Summary:
—Bueno Draco lo importante aquí es que ahora estas en el equipo, deberíamos felicitarte en vez de preguntarnos por qué. —Interrumpió Blaise, su expresión ahora cambiada por completo y regresando a su elegante indiferencia acostumbrada.
—Blaise, yo no…
—¡Felicitaciones Draco! —De nuevo fue interrumpido, esta vez por unos entusiastas Vince y Greg que parecían haber llegado tarde a la conversación, aunque hubieran estado sentados justo frente a él en todo momento.
Notes:
Bueno, tecnicamente en mi pais si es el mismo dia, realmente tuve problemas para subirlo, pero aqui llego el segundo capitulo de hoy.
Disfrutenlo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Draco estaba a punto de golpear a alguien justo ahora, específicamente a dos niños que no dejaban de decir ridiculeces justo a su lado.
—… Cuando llegamos, Malfoy ya estaba ahí, justo frente a la gata y el mensaje en la pared. —La voz molesta de Weasley amargo por completo el ya mal día de Draco, tuvo que hacer un esfuerzo abismal para no girar los ojos y mantenerse firme frente a sus profesores.
—Es correcto profesor, pero cuando llegamos Draco solo estaba ahí, no logramos ver que paso antes. —Hermione se esforzó en defenderlo mientras tomaba la palabra después de lanzarle una mirada que Draco categorizaría como asesina a Weasley.
Eso lo hubiera conmovido mucho más si el colera no estuviera subiendo por su cuerpo rápidamente, el año pasado esos dos lo habían acusado de robo y justo ahora, sin siquiera haber pasado una hora en el castillo lo volvían a acusar de tremenda atrocidad.
Siendo justos Draco también se culpó a si mismo por no recordar lo que pasaba en este año, vagando tranquilamente por los pasillos en donde por donde se paseaba una bestia capaz de convertirlo en una estatua viviente.
Para él había pasado más de una década desde su primer segundo año, es decir realmente los recuerdos de sus años en Hogwarts eran borrosos y teniendo en cuenta que el tema del heredero no tomo relevancia para el sino hasta que secuestraron a la hermana de Weasley, realmente no tenia porque haberse quedado tan gravado en su mente, el secuestro había durado menos de un día.
Aun así, a diferencia de esa primera vez, sabia que la criatura podía atacar tanto a hijos de muggles, como a sangre pura de igual manera y sin distinción.
Este había sido el peor primer día de su vida, estaba seguro de que mas de uno lo tacharía como el heredero de Slytherin solo por el espectáculo de estos dos idiotas.
Una vez Hermione termino de dar su explicación el mismo salió a defenderse, dudaba que alguno de los profesores realmente creyera en los desvaríos de dos niños impresionables, la lógica tenía que ganar.
—Yo acababa de salir de la oficina del director después de llegar, no es posible que hubiera llegado tan rápido al pasillo como para atrapar a la gata, petrificarla y luego escribir un anuncio con sangre para después lavarme las manos. —Repaso todo al detalle. —No es posible.
Tanto Snape como Dumbledore asintieron ante sus palabras, seguramente para ellos resultaba improbable su participación.
—¡Él lo hizo!¡No importa lo que diga, es culpable y quiero que pague por lo que le hizo a mi gata! —Grito desesperado Filch mientras señalaba a Draco.
—Si se me permite hablar, señor director —dijo Snape desde la penumbra —, El joven Malfoy, como ya lo ha mencionado, no habría tenido el tiempo para hacer esto, podría decirse que de verdad estuvo en el lugar equivocado en el momento menos oportuno. —dijo —Sin embargo, aquí tenemos una serie de circunstancias sospechosas: ¿por qué se encontraban Potter, Weasley y Granger en el corredor del piso superior? ¿Por qué no estaban en la fiesta de Halloween?
Cuando la mirada del trio dorado se poso directamente en su padrino Draco quiso estallar en carcajada y gritarles para restregarles en la cara que no se sentía bien ser acusado sin pruebas.
Los tres mencionados se pusieron a dar a la vez una explicación sobre la fiesta de cumpleaños de muerte a la que habían asistido.
—... había cientos de fantasmas que podrán testificar que estábamos allí. —Dijo Potter para defenderse de la acusación.
—Pero ¿por qué no se unieron a la fiesta después? —preguntó Snape nuevamente. Los ojos negros le brillaban a la luz de las velas—. ¿Por qué subieron al corredor? Weasley y Hermione miraron a Potter a la vez y esto sin querer también lo hizo mirar al de ojos verdes, ahora intrigado por la vacilación al responder.
—Porque..., porque... —dijo tropezando o mejor dicho incapaz de decir algo completo y pareciendo querer buscar una excusa, mil y un veces había visto su cara cuando quería encontrar una mentira lo suficientemente creíble. — Porque estábamos cansados y queríamos ir a la cama —dijo, y Draco fue incapaz de que una suave carcajada escapara de sus labios, atrayendo la atención hacia el nuevamente, la mirada de Potter lo atravesó llena de enojo, parecía que era la única forma en que podía mirarlo.
Es que estaba seguro de que ahora se comportaba mucho mejor con el trio dorado, pero parecía que las miradas de Potter hacia el eran más que en su vida pasada pero todas ellas solo contenían sentimientos negativos, era imposible lidiar con él.
—¿Sin cenar? —preguntó Severus, pasando por alto la carcajada de Draco. Una sonrisa de triunfo había aparecido en su rostro —. No sabía que los fantasmas dieran en sus fiestas comida buena para los vivos.
—No teníamos hambre —dijo Weasley con voz potente, una lástima que en ese preciso momento su estómago hubiera decidido rugir con fuerza.
Draco no diría que no tenía ganas de reírse y burlarse de los tres pobres niños que estaban buscando cualquier manera de defender su caso. Él sabía que ninguno de los tres era el heredero, pero era innegable que Potter no quería que los maestros se enteraran de algo, ¿que era tan importante como para decidir guardar silencio y hacerte ver aún más sospechoso?
La sonrisa de su padrino se hizo más grande y gatuna, casi le pareció demasiado si recordaba que era a niños a los que estaba acusando, pero bueno, aquí la palabra clave era “casi”. —Tengo la impresión, señor director, de que Potter no está siendo completamente sincero —dijo —. Podría ser una buena idea privarle de determinados privilegios hasta que decida contarnos toda la verdad. Personalmente, creo que debería ser apartado del equipo de quidditch de Gryffindor hasta que decida no mentir.
Los ojos de Draco se abrieron un poco por la sorpresa mientras giraba y veía a su padrino, eso en realidad no tenía que ver y parecía no ser el único en pensar de esa manera.
—Francamente, Severus —dijo la profesora McGonagall bruscamente—, no veo razón para que el muchacho deje de jugar al quidditch. Este gato no ha sido golpeado en la cabeza con el palo de una escoba. No tenemos ninguna prueba de que Potter haya hecho algo malo.
Draco había notado la mirada permanente de Dumbledore sobre Potter, analizando que podía estar ocultándole, y dado que el hombre era un Legeremante bastante prominente, a Draco no le sorprendería que supiera exactamente lo que ocultaba Potter sin que el niño notara algo extraño pasando en su cabeza.
—Es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Severus —dijo con firmeza, por supuesto que Dumbledore ya sabía que Potter no había ocasionado esto.
Para su sorpresa, el directo luego lo miro a él, tan fijamente como lo había hecho con Potter hace unos segundos, la diferencia fue que Draco no tardo en levantar sus escudos y proteger su mente, notando como el suave deslizamiento en su mente se estrellaba contra sus defensas, no como un golpe fuerte o una explosión, fue como una caricia que luego desapareció al no poder ingresar.
Draco giro su cabeza para volver a mirar a su padrino, fingiendo no haber notado nada y queriendo escapar de la leve sorpresa en los ojos de Dumbledore, sorpresa que se oculto magistralmente y duro muy poco, mientras tanto Snape parecía furioso. Igual que Filch.
—¡Han petrificado a mi gata! —gritó. Tenía los ojos desorbitados—. ¡Exijo que se castigue a los culpables!
—Podremos curarla, Argus —dijo Dumbledore armándose de paciencia—. La profesora Sprout ha conseguido mandrágoras recientemente. En cuanto hayan crecido, haré una poción con la que podremos revivir a la Señora Norris.
—La haré yo —acometió Lockhart—. Creo que la he preparado unas cien veces, podría hacerla hasta dormido.
Solo hasta ese instante Draco descubrió al rubio profesor, tan ridículo y molesto como la primera vez, de nuevo llego la miseria, este sería un año de DCAO perdido porque este papanatas daba las clases, gracias a Salazar tendría los libros y enseñanzas de Beauxbatons para nivelarse porque de lo contrario desataría su enojo.
—Disculpe —dijo su padrino con frialdad—, pero creo que el profesor de Pociones de este colegio soy yo. —Argumento con enojo.
Hubo un silencio incómodo. —Pueden irse. —dijo Dumbledore a los cuatro, quedándose únicamente con los profesores y Filch.
Draco no tenía que escucharlo dos veces, fue el quien tomó la delantera para salir de la oficina y empezar a caminar por el pasillo a paso veloz, no quería tener una conversación con Weasley y Potter, Hermione tenía la mala suerte de pasársela con ellos así que, buscaría conversar con ella al día siguiente.
Para su desgracia la niña lo llamo aun cuando su voz reverberó por el pasillo. —¡Draco! —Mascullo en voz alta antes de alcanzarlo y sujetarlo del brazo, obligándolo a detenerse y a suspirar de cansancio, realmente solo quería ir a dormir ya que no se le había permitido ir a cenar.
—Hermione, creí que habías dicho que no era tu costumbre hacer este tipo de cosas. —Dijo sin poder evitar la sonrisa cuando se giro hacia ella y de inmediato lo rodeo con sus brazos en un abrazo cálido. Bueno, definitivamente ella no creía que el fuera el heredero de Slytherin, esta vez por supuesto que le devolvió el abrazo, aunque el momento rápidamente fue interrumpido por la voz molesta de un Harry que se había apresurado a alcanzar a su amiga.
—Hermione, aléjate de él —Exclamó Potter enojado al llegar a su lado y extender su mano para sostener el brazo de la niña y obligarla a separase. Para su mala suerte Draco estaba lo suficientemente enojado para de verdad dejarlo ver esta vez, aunque deshizo el abrazo no permitió que Potter arrastrara a la niña lejos de sí, así que la sujeto y la alejo del toque del niño.
La sorpresa brillo en los ojos verdes de Potter mientras Weasley por fin los alcanzaba.
Draco pondría un freno aquí directamente, no quería estar involucrado con esto dos. —Aclaremos algo Potter, que no me agrades no me convierte en el villano de las ridículas historias que tú y Weasley inventan en sus muy retorcidas cabezas. —Dijo con frialdad aun manteniendo a Hermione a su lado. —Hermione es mi amiga y puedo o no saludarla como se me pegue la gana. —Sus ojos se fijaron directamente en los del niño que los observaba tanto a el como a Hermione con enojo.
—Draco, eso no…
Oh, no necesitaba que Hermione quisiera defenderlos. —No, no, no, no los defiendas Hermione, lo único que falto hoy fue que gritaran de manera textual “Draco Malfoy petrifico a la gata de Filch, es un monstruos”, —Dramatizo un poco imitando de manera horrible la voz de los dos niños. —Si por ellos fuera, me estarían llevando a Azkaban. —Bueno, eso si era exagerar ya que no le harían eso por petrificar a un animal, pero el punto era claro.
Hermione se sorprendió un poco de ver esta faceta de Draco, en realidad lo había visto un poco frenético el año pasado cuando lo acusaron de robar la recordadora de Neville, pero ahora se sentía como un deja vu para ella.
—No iba a defenderlos, de verdad creo que fue increíblemente injusto. —Dijo la niña viendo a sus dos amigos. —Lo que quería decir es que lamento que esto ocurriera cuando acabas de llegar.
En secreto, Hermione esperaba que tanto Draco como Harry y Ron tuvieran la oportunidad de llevarse mejor y por un minuto creyó que al menos Harry quería lo mismo, pero menos de un día de Draco estar en Hogwarts de regreso y la situación del año pasado parecía volver en una ola grande y desagradable, tal vez estos tres no podrían congeniar nunca.
—Ja, ciertamente es muy fortuito que llegaras y justo esta noche ocurre una desgracia como esta. —Esta vez fue Weasley quien intervino mientras entrecerraba sus ojos hacia Draco.
¿Desgracia?, ¿qué petrificaran a un gato era una desgracias?
Draco giro los ojos, claramente eran niños. —Creí que habían aprendido de sus errores y prejuicios con su gran error el año pasado. —Dijo al recordar el incidente de la recordadora y luego el cómo se habían equivocado con Snape y Quirrell.
Los ojos de los tres niños mostraron sorpresa, Harry fue el primer el salir de la vergüenza y dar un paso hacia el frente para enfrentar a Draco directamente. —Tu estabas ahí y además la gata…
Draco negó con la cabeza e interrumpió. —Oh no, no, estaba en el lugar y momento equivocados al igual que ustedes, pero yo tengo la delicadeza de no acusarlos incluso si se que los tres ocultaron algo de los profesores. —Draco vio la certeza de Potter flaquear, los labios de Weasley se apretaron al igual que su manos y Hermione se quedo sin palabras en ese instante. —Solo alguien demasiado crédulo no notaria que no dijeron algo en la oficina.
Potter negó con la cabeza una vez salió de la sorpresa. —Eso no tiene nada que ver.
—¿No? Porque para mi si lo tiene, al menos yo no oculte nada, ustedes tres si y se atreven a culparme por algo así, es…
—Todo es muy fortuito Malfoy. —Contraataco Potter.
—Coincidencias, eso es todo.
Draco escucho el jadeo lleno de incredulidad que profirió Weasley.
Fue aquí cuando Draco, Harry y Ron intercambiaban miradas molestas que Hermione por fin decidió intervenir. —Paren por favor, ninguno de nosotros sabe nada en realidad, no podemos lanzarnos cumpas si en realidad no sabemos que paso.
Los tres guardaron silencio por unos segundos, negándose a que el otro venciera, sus miradas se intercambiaron llenas de enojo y desconfianza mutua, pero al final fue Draco quien dio un paso hacia atrás.
—Esta bien, por mi parte estaré satisfecho si estos dos prometen no entrometerse en mi camino de ahora en adelante, es más, si olvidan mi existencia prometo regresar la cortesía. —Lo ultimo lo dijo apretando los dientes por el enojo.
—Draco, ellos también son mis amigos. —Llamo su atención Hermione a lo que su boca respondió más rápido de lo que su cabeza procesaba la frase.
—Y eso es una tragedia. —Sus labios se movieron sin su consentimiento, pero se obligó a no sentirse mal o arrepentirse, le habían disgustado. —Hermione, lo he dicho ya, a mi parecer mereces compañías mas adecuadas.
Weasley no reacciono bien ante esto, ya que Draco pudo apreciar como Harry se apresuro a sujetarlo para que no avanzara más. —¿Adecuada como quién? ¿Mas serpientes tramposas como tú?
Draco sintió el veneno en las palabras de Weasley, pero se obligó a sonreír con suficiencia para no darle el gusto y en su lugar respondió. —Exactamente. —La seriedad y superioridad que podía reflejarse en su voz tal vez fue más de lo que Draco quería transmitir, pero no le importaba. —Pero bueno —Giro para mirar a Hermione. —Tú los elegiste así que no diré nada al respecto, pero regresando al tema principal, si son tus amigos Hermione eso no importa, no son los míos tú y yo nos veremos cuando se pueda, no te preocupes —Habían logrado ser amigos por correspondencia, porque no habría tiempo de al menos conversar de vez en cuando ahora que estaban en la misma escuela.
—De acuerdo —Acepto ella para terminar con esto, tendría que aceptar que las cosas no cambiarían entre los tres.
—Entonces… nos vemos mañana en pociones.
Draco asintió y se dio la vuelta para emprender su camino hacia las mazmorras donde cierto grupo de serpientes debían ser saludados y tal vez tranquilizados, su llegada a Hogwarts no había sido tan discreta como planeo en un inicio y parte de eso se debía a haber olvidado que este año realmente era uno extremadamente peligroso.
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Fue muy tarde cuando Draco se dio cuenta de que no tenia la contraseña para ingresar a la sala común, de hecho, seguro Severus no se lo dio pensando que vería a sus amigos antes de tener que regresar, claramente eso no ocurrió.
Sus paso se alentaron mientras pensaba, a todos los habían enviado a sus salas comunes y regresar a la oficina del directo no era algo que quisiera. Tal vez podría recordarla si se esforzaba, a menos que los cambios en este pasado hubieran hecho que Snape la cambiara.
Mientras sus pasos volvían al ritmo anterior, se esforzó en recordar todas las contraseñas que utilizo en su tiempo, alguna tendría que funcionar.
Una vez estuvo frente a la puerta, se acerco a la misma y susurro —Sangre limpia. —Esa fue la primera que llego a su mente y aunque en realidad no tenía ningún tipo de confianza con esta, se sorprendió cuando la puerta se abrió lentamente dándole la entrada a la sala común de Slytherin.
La sorpresa no evito que una sonrisa satisfecha se instalara en su rostro mientras avanzaba hacia el interior.
La vista que lo recibió fue lo suficientemente inquietante como para borrar la sonrisa que duro tan solo segundos.
Recuraba que la primera vez, después de que todos hubieran regresado de la escena del crimen contra la gata de Filch, muchos incluso hacían bromas contra los sangre sucia, Draco no tardo en ser una de las opciones para ser el heredero, pero todos bromeaban al respecto y se reían a costa del miedo de los estudiantes de otras casas.
Ahora cuando atravesó la puerta, lo que lo recibió no fue una casa llena de bromas y carcajadas, por el contrario, el ambiente estaba muchísimo mas frio de lo que hubiera esperado.
Cuando se atrevió a dar un paso hacia el interior, las conversaciones se detuvieron y las miradas lo siguieron de cerca, estaba muy seguro que la gran mayoría de los estudiantes aún no se habían ido a la cama solo con la esperanza de verlo llegar, la verdad, Draco se sintió minúsculo al ser el centro de las miradas, y no unas miradas agradables, eran del tipo desconfiado.
—¡Draco! —Las manos suaves pero imponentes de Pansy lo sujetaron desde el lado derecho y prácticamente lo arrastraron, Draco solo se dio cuenta de quien era una vez ya se encontraba camino hacia los sillones frente a la chimenea donde su grupos ya había reservado buena parte del lugar.
Una vez se sentó, Vince y Greg se acercaron y se sentaron justo a cada lado de él, Según las cartas que intercambio con Pansy, ellos les habían dicho que la pelea ya había superada y que volvieron a ser amigos, así que suponía que esta era la razón por la que se habían acercado tan rápidamente.
Se sentía un poco extraño, estar rodeado de Slytherins por todas partes y el aun usando el uniforme de Beauxbatons, pero la sonrisa suave y recatada de todos fue suficiente para que al menos supiera que tenia a algunas personas de este lado que no lo miraban como a un bicho raro.
—Woahh, Draco, te vez de verdad muy bien con el uniforme de Beauxbatons —Lo alago Pansy, mientras lo observaba con los ojos brillantes, ante este comentario los ojos de Blaise se giraron con fastidio mientras Theo dejaba salir una carcajada, aunque sin levantar la vista de un pequeño libro que Draco no alcanzó a ver de que trataba. —¿Qué?, es cierto, este uniforme tiene mas estilo que el nuestro y en general Draco se ve bien con todo.
Draco estuvo a punto de detener los halagos de Pansy hasta que escucho este ultimo y no tuvo mas remedio que dejarse llevar, de verdad se veía bien con todo, no era una exageración. En sus labios apareció una sonrisa coqueta y le guiño un ojo a Pansy, viendo como un suave sonrojo aparecía en sus mejillas. —Muy bien Parkinson, cuando quiera una relación te aseguro que estarás al principio de la lista. —Bueno jugar con estas bromas ahora no era un problema, lo había hecho muchas veces en su tiempo y luego ambos aceptaron que Draco no era alguien de chicas después del cuarto año, seguramente en este tiempo se repetiría el resultado, serian buenos amigos.
—¿Seguro que no estas reservando ese puesto para Granger? —Respondió la niña después de haber guardado unos segundo en silencio y de volver a su actitud acostumbrada.
Draco negó levemente. —Hermione aun no me felicita por mi apariencia así que, vas ganando Pansy. —Ante esto la joven de inmediato dejo escapar un jadeo de pura indignación, se estiro para tomar uno de los cojines del sofá y sin dudarlo dos veces se lo lanzo a la cara a Draco, quien esquivo el ataque y este cayo en la cara de Greg quien devoraba una rana de chocolate sin enterarse de nada y girando su rostro hacia Pansy preguntando con sus mirada llena de confusión ¿porque lo habían golpeado?
De inmediato estallaron las risas en el grupo mientras la incomodidad de su llegada desaparecía, al menos los tendría a ellos este año.
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La mañana siguiente Draco descubrió que su horario estaba junto con sus libros y que la primera clase era encantamientos con Ravenclaw una hora después del desayuno, como había dicho el profesor Snape la noche anterior, tendría que ir a la enfermería después del desayuno, pero bueno, tomaría las cosas una a la vez.
Madame Pomfrey fue muy amable o al menos, lo más amable que podía con su personalidad demandante y ágil, Theo se ofreció a acompañarlo, pero Draco se negó, en realidad quería que esto fuera lo mas silencioso posible y que todos sus amigos se enteraran de su dieta y rutina podría convertirse en un problema.
La mujer le había lanzado un hechizo de diagnóstico, resaltando que; aunque estaba un poco bajo de peso con respecto a su altura, en realidad se solucionaría con más ejercicio y buena alimentación, con respecto a la falta de sueño, eso si fue el tema que mas toco la bruja, no fue sorpresa ya que sus últimos días en Beauxbatons los paso angustiado en la noche. Respecto a eso Madame Pomfrey ordeno algo simple, sin magia involucrada y con métodos muggle una anotación especial de su abuelo que claramente no le fue transmitida a sus padres.
La buja hizo hincapié en que su dieta seria entregada a los elfos del castillo y que ellos se encargarían de que, en su plato, los alimentos fueran los adecuados y en porciones específicas.
Cuando salió de la enfermería, listo para su primera clase en su regreso a Hogwarts, no paso por alto la mirada de más de un estudiante.
En su tiempo, también algunos asumieron que el era el heredero de Slytherin, y si Draco tenia que ser completamente sincero, le encanto la idea de intimidar a los hijos de muggles con ser petrificados, pero luego eso comenzó a hacerse realidad y cuando al final un sangre pura fue atacado, todo el chiste de la situación se fue perdiendo poco a poco hasta que solo quedo temor.
Ahora mismo, la cantidad de personas que creían que el era el heredero, por supuesto que era mucho mayor, todos habían visto el escándalo de la noche anterior, actualmente era el sospechoso más factible, aunque sus amigos no hubieran querido sacar el tema a la superficie.
Cuando llegó al salón de encantamientos, la mayoría de sus compañeros ya se encontraban en sus puesto, busco uno y se sentó al lado de Theo y aunque empezó una charla con él, no fue ajeno a las miradas y a algunos susurros previos a que empezara la clase.
Esté definitivamente seria un año muy, pero muy largo.
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Para el almuerzo Draco ya había empezado a organizar su nueva rutina en Hogwarts debido a que ya tenia varios trabajos que adelantar y aunque definitivamente ya había visto gran parte de los temas que habían tomado sus compañeros, gracias a la educación de Beauxbatons, eso no lo eximia de los trabajos que los profesores tan amablemente le entregaron para adelantarse en clase, tendría que pasar al menos una semana fundido en libros para poder completarlos a tiempo, aunque sus maestros le habían dado un plazo razonable él no quería tener trabajos obstruyendo sus demás actividades.
Estaba tan inmerso en sus pensamientos que Blaise, quien estaba sentado a su lado derecho tuvo que llamar su nombre varias veces hasta que finalmente respondió al girarse a el con medio pure de papa en el cachete y la confusión en sus ojos. Blaise señalo con la cuchara al otro lado del gran comedor y Draco no tardo girara para mirara hacia el lugar que le señalo.
Sus ojos buscaron y encontró que las cosas del otro lado del gran comedor, en la mesa de Gryffindor parecían algo agitadas con tres o mejor dicho cuatro personas. Weasley y Potter parecían bastante enojados o al menos eso se veía a la distancia mientras veían tanto a Hermione quien parecía ser la que más discutía y a un Neville Longbottom que asentía a cada palabra que decía la niña.
—¿Sobre qué crees que estén discutiendo? —Pregunto Blaise, esta vez tomando una cucharada de su almuerzo.
Los ojos de Draco se entrecerraron. —Sea lo que sea debe ser importante porque no parece que sea una discusión pasajera. —Y no lo fue, durante prácticamente todo el almuerzo, las pocas veces que Draco se fijó en la mesa de Gryffindor, la discusión seguía, una veces menos evidente que otras, pero claramente seguía.
Al finalizar el almuerzo el resto del día no fue más emocionante, tuvieron dos horas libres que Draco uso para adelantar algunos trabajos mientras sus compañeros repasaban, Después de esto tuvieron el resto de sus clases de la manera más normal posible.
Lo realmente importante o desconcertante en palabras de Draco ocurrió a la hora de la cena.
No había estado sentado ni dos minutos cuando Flint, se acercó a su lado de la mesa y llamo la atención de Draco al tocar su hombro.
—Es bueno verte de regreso Malfoy. —Menciono con una tono duro pero que no decía absolutamente nada del porque se había acercado a ellos. —Mi nombre es Marcus Flint, capitán del equipo de quidditch de Slytherin. —Draco asintió y pensó en que, para Flint eran prácticamente desconocidos no era como en su tiempo, cuando él le había rogado por ingresar al equipo.
Draco sabía que Blaise había hecho las pruebas para ser el buscador de Slytherin, pero no había quedado seleccionado debido a que uno de los mayores solicito el puesto y según Flint, era mas seguro confiarle el puesto a uno de ellos con mas experiencia, una excusa absurda si de jugar Quidditch se trataba, para la mejor muestra ahí estaba Potter un buscador bastante bueno y había empezado a jugar con su equipo desde el primer año.
Aun así, el acercamiento del Flint hacia él lo dejo desconcertado, en este pasado no tenia nada que ver con el mayor, es decir esta vez no le había rogado a su padre para que de alguna manera lo metiera al equipo, entonces ¿Por qué?
—Ehh, gracias supongo. —Respondió Draco sin saber muy bien como seguir la conversación que estaba planteando Flint.
El mayor por suerte no era muy hablador y cuando Draco lo conoció resaltó que Flint era de los que les gustaba ir al punto y en esta ocasión, no pareció ser la excepción. —Muy bien, entonces solo vine a avisarte que ahora estas en el equipo de Slytherin, por consiguiente, tendrás que comenzar a asistir a los entrenamientos a partir de este jueves. —Fue tan rápido e inesperado que en general ni Draco o sus amigos pudieron reaccionar incluso cuando la comida apareció frente a ellos. —Así que ni una sola excusa Malfoy.
No tenia excusas ni nada que decir porque esto era inaudito, es decir, Draco ni siquiera quería entrar al equipo, como era posible que lo eligieran si incluso llego después de las pruebas.
Draco solo reacciono cuando sintió una mano pesada que palmeo su hombro unas dos veces con fuerza. —Flint debe ser un error, yo no… —Pero ya era tarde, Flint se había dado la vuelta y Draco prácticamente se quedó hablando solo.
Cuando se giro de nuevo hacia la mesa para enfrentar a sus amigos, inmediatamente vio la confusión de todos, pero también se fijo en que el moreno, entrecerró sus ojos hacia él, aunque su expresión no aparentaba tener algo mal, las palabras se atoraron en la garganta de Draco y no pudo decir nada.
Pansy termino con el silencio casi sepulcral, aclarándose la garganta y extendiendo su manos hacia Draco para acercar su plato de comida. —Bueno, Draco, ¿no tienes algo que contarnos? —Y que mas quisiera el si no tener una explicación para lo que acababa de pasar.
El simplemente negó con la cabeza. —Estoy tan sorprendido como ustedes, de verdad no tengo idea de porque ahora de la nada estoy en el equipo, lo prometo. —Mas allá de responder a Pansy, realmente quería que Blaise lo creyera, él ni siquiera sabía que estaba pasando.
—¿Estás seguro? —Preguntó esta vez Theo, comenzando a servir la comida con lentitud en su plato, intercalando su mirada de Draco a Blaise, como si con cualquier movimiento rápido la tensión que acababa de instalarse en su mesa fuera a estallar y matarlos a todos.
Draco trago fuerte mientras asentía frenéticamente. —De verdad no tengo la más mínima idea…
—Bueno Draco lo importante aquí es que ahora estas en el equipo, deberíamos felicitarte en vez de preguntarnos por qué. —Interrumpió Blaise, su expresión ahora cambiada por completo y regresando a su elegante indiferencia acostumbrada.
—Blaise, yo no…
—¡Felicitaciones Draco! —De nuevo fue interrumpido, esta vez por unos entusiastas Vince y Greg que parecían haber llegado tarde a la conversación, aunque hubieran estado sentados justo frente a él en todo momento.
Draco gimió de frustración, cuando Blaise se puso a cenar enserio o mejor dicho a una velocidad muy inusual para su amigo.
Tal vez seria mejor averiguar que ocurría antes de intentar volver a hablar con Blaise y explicarse, porque ahora misma él también era una victima en lo que sea que esto significara.
Pansy acaricio su espalda con suavidad antes de incitarlo a comer la comida en su plato, la misma que ahora mismo no tenía ningún ánimo de comer pero que no tenía alternativa de saltarse.
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La cena fue por demás incomoda y una vez que Blaise termino de comer prácticamente se escapó, dejándolos a todos atrás. Theo lo miro con impotencia y Pansy simplemente se encogió de hombros.
—Blaise realmente quería el puesto y de hecho fue uno de los mejores en las pruebas. —Comento Theo, al parecer todos habían estado viendo las pruebas ese día. —Lo enojo mucho que lo dejaran fuera solo por su edad.
Pansy asintió. —Supongo que el hecho de que lo dejaran fuera por ser muy joven pero que a ti te aceptaran, lo ha enojado mucho. —Completo la niña.
El problema aquí seguía siendo que él no quería estar en el equipo de Quidditch, claramente Blaise tenia derecho a estar enojado, casi parecía como si le hubieran estado guardando el puesto a él, pero…
Fue con este ultimo pensamiento que a Draco se le congelo la sangre en el cuerpo.
No, no podía ser que sus padres, ellos no...
La expresión de Draco se arrugo mientras sus pensamientos corrían desenfrenados por su mente, de verdad necesitaba hablar con Flint.
Al salir de la cena Draco se apresuro a llegar a la sala común, obligando a sus amigos a correr para poder alcanzar a los estudiantes de sexto antes de que fueran a dormir.
En cuanto ingreso a la sala común, tuvo suerte, Flint parecía estarse despidiendo de sus amigos antes de dirigirse a las escaleras para llegar a los dormitorios, así que se acercó con rapidez y detuvo al adolescente en su camino.
—Flint, espera, espera. —Dijo en cuanto lo alcanzo y se interpuso en su caminos.
—¿Qué quieres Malfoy?
Draco tuvo que recuperar el aliento para poder continuar, obligándose a hablar rápidamente debido a que notaba la impaciencia del mayor. —Yo, quería preguntar… —Bueno, ahora parecía un tonto que ciertamente no podía completar una frase. —Es decir, yo no aplique para el equipo, ni siquiera estaba aquí cuando hicieron las pruebas, ¿Por qué ahora estoy incluido?
Flint lo miro fijamente por unos segundo antes de girar los ojos. —Bueno, parece que no lo sabes.
—¿Saber qué? —Pregunto totalmente perdido.
—Tu padre, él nos convenció de incluirte en el equipo a como diera lugar, así que, lo hicimos.
Eso por supuesto confirmaba una parte de las sospechas de Draco. —¿Como los convenció? y ¿desde cuándo? —Porque para no aceptar a nadie en las pruebas, probablemente su padre se había comunicado con Flint desde antes de que iniciaran las clases.
Flint no dudo en responder, algo que tenía el chico era que en definitiva no solía avergonzarse de sus actividades poco correctas, tanto el como Wood estaban obsesionados con el Quidditch y para ellos cualquier cosa era valida, Draco ya tenia una idea de lo que había usado para convencer al adolescente.
—Tu padre, muy generosamente nos regalo a todos un Nimbus 2001, con eso definitivamente destrozaremos a Gryffindor sin importar si no se cuales son tus habilidades reales en el quidditch Malfoy. —Se jacto el chico. —Todas llegaron hoy, supongo que la tuya ya debe estar en tu cuarto, por eso estoy cumpliendo con mi palabra, entraste al equipo.
Draco se mordió los labios y apretó los puños, esto solo le iba a generar un retraso importante en su plan de adelanto de materias, no quería invertir su tiempo en Quidditch cuando tenía otras cosas de las cuales hacerse cargo, y de verdad, después de todos los años que malgasto detrás de una Snitch para competir con Potter, realmente no necesitaba más de eso.
Aun así, Draco se obligó a guardar la calma, no podía sorprenderse, en su tiempo Flint también lo había aceptado por esto y aunque según él, lo sorprendió al no ser tan malo, en realidad nunca le gano limpiamente a Potter, tal vez porque se distraía mucho intentando intimidar al niño o lucirse frente a él, aun así, en esta vida no quería nada de eso.
Es decir, la sola idea lo regresaba a la sala de las cosas ocultas en donde Potter lo había salvado, pero Vince no había logrado salir con vida, además llevaba literalmente años sin subirse a una escoba, sus habilidades estaban oxidadas.
—Esta bien, entiendo, entiendo. —Respondió al final mientras se obligaba a respirar y mirar al joven capitán. —Esta bien, hagamos esto, yo no quiero estar en el equipo, pero entiendo que la ventaja de las escobas es importante, quédense con las escobas y busquen a otra persona para el puesto de buscador en el equipo.
Eso era lo más razonable, y aunque fue una solución que Draco creyó irrechazable, Flint la rechazo de inmediato, negando con la cabeza. — Imposible, estoy seguro de que tu padre nos quitara las escobas si no te ve jugar, además me pidió decirte que asistirá a gran parte del primer partido para ver como lo estabas haciendo. —Flint se encogió de hombros. —Como vez Malfoy tendrás que estar en el equipo quieras o no, porque no perderé esas escobas por un niño malcriado. —El joven se inclinó para alcanzar la altura de Draco y con un dedo pincho su hombro al mismo tiempo que decía cada palabra. —¿Te queda claro?
Draco se hizo a un lado enojado para luego sacudir su hombro.
Su padre seguramente quería verificar o mejor dicho vigilar a su hijo, por eso vendría al juego, también lo había hecho en su tiempo, pero por razones completamente contrarias y ni siquiera había visto todo el juego esa vez, después de aquella primera ocasión no volvió a asistir a ninguno.
Eso por supuesto trajo una idea a su cabeza, una que bien podría ayudarlo y beneficiar también a Flint.
Aun con el seño fruncido miro al mayor. —Esta bien, entonces que te parece esto, bien, jugare el primer partido de esta temporada. —Era poético que fuera contra Gryffindor, perfecto. —Estaré en todos los entrenamientos hasta ese partido y me esforzare, pero será todo, un solo partido y luego elige a alguien más. —Flint de inmediato quiso interrumpir, pero Draco continuo. —Te aseguro que mi padre solo vendrá una vez, no te preocupe por los demás partidos.
Flint cerro la boca y analizo al pequeño Malfoy que tenía frente a él.
Desde la perspectiva de Flint, como Draco ni siquiera había estado en Hogwarts durante su primer años, no tenia una forma de saber si era bueno o no y luego cuando llego se veía tan similar a su padre que realmente se sorprendía al estar teniendo esta conversación.
Con solo un intercambio de palabras podía asegurar que Draco Malfoy solo se parecía a su padre físicamente, porque ni el temperamento o su formas de actuar se parecían, es decir, algunas cosas eran muy típicas, y estaba seguro de que el niño podría copiar la mirada altiva de su padre o de superioridad, también el desagrado, y el enojo, pero otras cosas parecían increíblemente opuestas.
Con esto en mente, Flint se obligó a reflexionar en silencio durante unos segundos antes de responder. —Esta bien, un solo partido y mas te vale darlo todo por atrapar la snitch, Malfoy o este trato se cancela y le contare de esto a tu padre.
Draco asintió mientras entrecerraba los ojos, la amenaza estaba de más, aunque en realidad no quería que su padre comenzara a entrometerse en su vida escolar, si Flint le contaba que no había querido ingresar al equipo en definitiva comenzaría a hacer preguntas, según él a Draco le fascinaba el Quidditch, y no estaba equivocado, pero había sido el niño de doce años el que había querido ingresar al equipo, el Draco que era ahora, seguramente estaría feliz y emocionado con solo verlo, no dentro del campo.
—Muy bien, tenemos un trato. —Dijo Draco mientras extendía la mano en dirección a Flint.
El adolescente mayor asintió y estiro su manos para estrechar la de Draco y luego darse la vuelta.
Draco pareció sacarse un peso de encima en cuanto el chico se perdió en las escaleras de los dormitorios, había evadido una bala o, mejor dicho, algo así.
—Bueno, supongo que ahora no tendré que pensar como dividir mi tiempo entre Zabini y tú. —Draco salto en su lugar mientras daba un grito al aire y después se sujetaba de una de las paredes al costado de las escaleras, giro para encontrarse cara a cara con Theo, a quien no había visto llegar tras él.
—Por Merlín Theo, has algo de ruido para la próxima, casi se me sale el corazón. —Dijo Draco mientras sentía sus latidos volver a la normalidad.
Theo se rio con fuerza antes de pasar a su lado.
Draco tardo unos segundos, pero luego empezó a caminar en dirección a su dormitorio con Theo. —¿Espera dividir tu tiempo?, vamos, no es tan grave, Blaise seguramente lo hubiera entendido. —Dijo una vez lo alcanzo y llegaron a la puerta de su habitación.
Theo torció sus facciones y miro a Draco con algo de pena. —No lo viste cuando le dijeron que no Draco, realmente se sintió miserable por toda una semana.
Eso lo detuvo en su puesto incluso cuando Theo abrió la puerta e ingreso. ¿Enserio había sido tan malo?, es decir, en su tiempo a Draco le pareció que a Blaise no le importaba tanto el Quidditch, no podía haber generado un cambio tan grande.
Al verlo tan confundido Theo completo. —Cuando éramos más jóvenes siempre hablaste de ser el buscador estrella de Slytherin, una y otra vez lo decías y por eso Blaise no considero participar y pelear el puesto contra ti, pero cunado te fuiste… —La voz de Theo se volvió un tanto vacilante antes de continuar. —Pues el vio una oportunidad de jugar sin tener que pelear contigo por el puesto, además no le gustaba tanto antes, digamos que se decidió aún más después de que nos encontramos en tú casa en el verano y vio que ya no eras tan…
—Caprichoso. —Completo Draco al cerrar la puerta detrás de él.
Theo asintió mientras se quitaba la túnica y Draco lo seguía en su acción.
Eso en realidad fue una revelación, bueno, admitía que de niño era muy caprichoso, extremadamente caprichoso, pero no creyó que alguno de sus amigos se negara a hacer algo solo porque el lo deseaba con tanto fervor. Ese pensamiento y el conocimiento de que al menos en el caso de Blaise si había sido el caso, lo golpe fuerte.
—Yo… no creía que alguno de ustedes se privara de algo solo por mí, es decir…
De inmediato Theo se apresuro a negar con la cabeza rápidamente y a soltar una leve carcajada. —Draco, para tu tren de pensamiento desenfrenado antes de que te estrelles. —Blaise se contuvo porque no creía que a le gustara tanto comparado contigo, fue después que se dio cuenta, cuando ya te habías ido a Beauxbatons, ¿entiendes?
Eso le dio un respiro a Draco, bueno, entonces no había sido un amigo tan horrible como empezó a creer.
—Entonces, ¿no soy un pésimo amigo? —Pregunto Draco, deteniendo automáticamente los movimientos de Theo y luego generándole una carcajada enorme.
—¿Que?, no, no mas horrible de lo que somos todos en general. Por Salazar Draco, somos de Slytherin, vamos por lo que queremos sin importar que o como y esa es la verdad. —Concluyo Theo mientras caminaba hacia el baño aun entre carcajadas.
Draco tuvo que asentir, eran Slytherins después de todo.
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En la mañana siguiente Draco de verdad noto lo importante que era el puesto para Blaise y lo mucho que le había afectado la noticia porque ni siquiera se presentó a desayunar, Greg dijo que ni siquiera lo había escuchado salir de la habitación en la mañana y que solo sabía que no estaba ahí debido a que su cama estaba completamente hecha.
Aun así, Draco aprovecho para comentarles a todos lo que de verdad había ocurrido y lo que su padre había tramado sin su participación.
Luego de eso todos se dirigieron a clase, el único momento en el que Blaise se aparecía y luego al final de las clases volvía a esfumarse, Draco empezó a enfadarse, como podría explicarle toda la situación a su amigo si él tampoco se dignaba a enfrentarlo.
—Ya aparecerá Draco. —Dijo Pansy una vez terminaron la cena y se dirigieron a las mazmorras nuevamente, pero Draco no estaba dispuesto a esperar más, invadiría la privacidad de Zabini esta noche.
Una vez llegaron y Pansy se dirigió a los dormitorios de las chicas, Draco prácticamente secuestro a Greg y lo separo de Vince, necesitaba entrar a su habitación y su amigo con mucho gusto lo ayudo.
Una vez estuvieron frente a la puerta, Greg la abrió y justo detrás de él, Draco se aventuró a ingresar a la habitación.
Draco inmediatamente sonrió al ver a cierto moreno recostado en su cama viendo hacia le techo en lo que podía llamar una charla interna muy profunda.
—Al fin te encuentro Blaise. —De inmediato el chico abrió los ojos y Draco noto como apretó sus manos juntas sobre su estómago, aun así, Blaise no se movió. —Haces un muy buen trabajo escabulléndote.
Greg se alejó de la puerta para caminar hacia su cama y Draco, por el contrario, cerro la puerta de la habitación tras de sí.
—¿Qué quieres Draco? —Dijo el chico entre dientes, esta vez sin fingir o disimular que en realidad no quería verlo.
—Quiero explicarte lo que pasó.
—No quiero oírlo. Esta bien, tienes el puesto, felicitaciones por ti, ahora avancemos. —Corto rápidamente el niño sin la mínima intención de escuchar.
—Oh, ¿de verdad quieres avanzar y olvidarlo?, porque no me lo parece, te has escapado de mi todo el día. —Se quejo Draco de inmediato, si tan solo Blaise no hubiera corrido durante todo el día esto lo habrían solucionado desde el desayuno.
—Aja. Tengo mi propias formas de lidiar con esto Draco. —Respondió el volviendo a cerrar los ojos.
Draco tenía que darle ese punto a Blaise, simplemente dejo escapar un suspiro cansado. Los adolescentes eran increíblemente dramáticos, él lo había sido, no sabía si los impulsos lo obligarían a actuar de esa manera en algún momento, pero realmente sentía que la forma de procesar estos problemas a una edad adulta era completamente diferente.
Draco avanzo en la habitación hasta quedar al costado de la cama del moreno, la misma que daba a la ventana de la habitación.
—Es decir, tú acabas de llegar y automáticamente eres parte del equipo. —Eso detuvo a Draco en sus siguientes palabras.
—Blaise, no es como piensas. —Se excuso Draco.
—Entonces explícame, porque en este momento de verdad quiero maldecirte. —Si fuera por su tono de vos o por su forma de hablar y de actuar en presencia de Draco, eso nunca se le hubiera pasado por la mente.
Blaise no era alguien especialmente agresivo, de hecho, difícilmente lo vio en una pelea, pero eso no significara que no fuera capaz de pelearse si así lo veía necesario.
Aunque la mayoría de los Slytherins estaban más allá de los encuentros a golpes.
—Eso es lo que intentado hacer todo el día. —Dijo Draco mientras entrecerraba los ojos y se obligaba a guardar la calma, tenia que guardar la compostura. —Es decir, bueno ayer hable con Flint y el me conto que la única razón por la que me metió en el equipo se debía a que mi padre compro mi ingreso, le regalo a todo el equipo escobas Nimbus 2001.
De inmediato Blaise se sentó en la cama y observo directamente a Draco con los ojos abiertos. —¿Entonces eso es?, ¿eso es lo que querías explicarme? —Si era el caso, Blaise se veía incluso más enojado.
Draco negó. —No, eso no es todo, yo no quiero hacer parte del equipo y le sugerí a Flint quedarse con las escobas pero que yo no participaría, él se negó porque significaría quedarse sin una arma importante para vencer a Gryffindor y quedarse con la copa, además de que mi padre asistirá al primer partido, no puedo decidir salirme, así como así.
Blaise lo observo por unos segundo y luego comento. —¿Entonces que?, aun así, te quedaras con el lugar porque tu padre así lo quiso.
—En realidad no, hice un trato con Flint para solo participar en este primer partido después de eso ellos podrán colocar a cualquiera en el puesto. Sera solo por un partido y es para engañar a mi padre, en realidad no estaré en el mucho más allá del partido contra Gryffindor. —Explico Draco intentando aplacar el enojo de Blaise.
—Entonces, eso significa que…
—Significa que no seré el buscador de Slytherin por mucho mas tiempo, no te preocupes.
En ese instante a Draco se le hizo muy difícil descubrir que estaría pensando Blaise o como se tomaría la noticia, ¿seguiría enojado con el incluso con esta explicación? Draco se tomo la libertad de sentarse en la cama de su amigo.
—Bueno, me contaron que lo hiciste muy bien en las pruebas, tal vez seas tu a quien elijan después de retirarme. —Comento esperando que eso aflojara las palabras en la boca de Blaise y de cierta forma funciono.
—No fue la gran cosa. —Dijo el otro chico, aunque sin poder evitar que una sonrisa se extendiera por sus labios.
Draco sonrió con sinceridad hacia su amigo—Lamento que mi llegada haya estropeado tu momento.
Blaise no respondió inmediatamente, pero Draco noto como la tensión en su cuerpo se relajaba lentamente y luego su amigo al final simplemente dejo escapar un suspiro. —No, es… la verdad sobre reaccione un poco con esto. Es decir, la idea de obtener el puesto de buscador lo quiero desde el año pasado, comparado contigo es relativamente reciente y creo que en realidad tenias derecho a estar feliz si hubieras querido el puesto, no que tu amigo se enojara contigo.
Draco inmediatamente negó. —Bueno, dudo que hubieras reaccionado así si la forma de obtenerlo hubiera sido la correcta y no porque mi padre me compro el puesto.
Blaise lo pensó. —No. La verdad igual me enojaría, pero lo ocultaría mejor, te lo aseguro. —Su sonrisa se hizo mas natural con cada palabra y eso le confirmo a Draco que en realidad esto si había surtido efecto. —Pero Draco, Gracias.
Draco le sonrió con calidez.
—Entonces… ¿ya son amigos otra vez? —La voz de Greg los saco de ese pequeño momento, recordándoles que no estaban solos en la habitación y que el niño que ahora tenía un caramelo en la mano, también había escuchado absolutamente todo.
Draco asintió con una leve carcajada mientras se giraba hacia Greg. —Si, ya está todo bien.
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Y hubiera sido excelente que las cosas se mantuvieran de esa manera durante un tiempo, fue una verdadera perdida cuando al día siguiente, todo realmente se pusiera muy mal.
Draco recordaba que su primer entrenamiento con los Slytherins había sido planeado cuidadosamente por Flint para interrumpir la práctica de Gryffindor, y esta ocasión no fue diferente, solo cuando Draco ya estaba cambiado con su nueva túnica de juego, con la Nimbus en la mano y de camino al campo de juego, al ver las túnicas en rojo y dorado que ya se encontraban en el cielo del campo.
—¡No puedo creerlo! —dijo Wood el capitán de Gryffindor desde la distancia. — ¡He reservado el campo para hoy! —Grito desde su escoba antes de descender justo frente a ellos. Debido al enojo aterrizó más bruscamente y al desmontar se tambaleó un poco.
Luego todos los demás integrantes del equipo lo siguieron, incluyendo a Potter.
—Flint —gritó Wood al capitán hacia ellos, o específicamente hacia su contraparte de Slytherin quien iba a la cabeza de su equipo —, es nuestro turno de entrenamiento. ¡Así que pueden largarse!
Al verlos uno al lado del otro, Flint era en esencia más corpulento que Wood y con una expresión de astucia permanente en su rostro. —Hay bastante sitio para todos, Wood. Dijo su capitán.
Draco, desde el fondo vio como el resto de los integrantes de equipo de Gryffindor se acercaban ante el nuevo tono demandante de su capital.
—¡Pero yo he reservado el campo! —Replico el chico. — ¡Lo he reservado!
—¡Ah! —dijo Flint—, Pero nosotros traemos una hoja firmada por el profesor Snape. «Yo, el profesor S. Snape, concedo permiso al equipo de Slytherin para entrenar hoy en el campo de quidditch debido a su necesidad de dar entrenamiento al nuevo buscador.»
La sorpresa brillo en el rostro del capitán de Gryffindor —¿Tienes un buscador nuevo? —preguntó preocupado—. ¿Quién es?
Y Draco recordaba esta parte menos, intrigante o dramática, sus compañeros de equipo abrieron espacio en medio de ellos hasta que Draco estuvo en el foco de todas las miradas del equipo contrario, incluso la de Potter quien lo veía con bastante asombro.
Flint movió la cabeza indicándole que se acercara así que, por compromiso lo hizo. Mantuvo su frente en alto pero esta vez no se paseo triunfante frente a los de Gryffindor, simplemente se presentó ante todos con un corto “Encantado, Draco Malfoy”, se presentó y eso fue todo.
¿No eres tú el hijo de Lucius Malfoy? —preguntó uno de los gemelos, cual, no lo sabía, distinguirlo siempre le fue imposible, lo miro con un poco de curiosidad y al mismo tiempo desconfianza, seguramente recordado la escena de la librería.
Draco ni siquiera tuvo oportunidad de responder ya que fue Flint que la final tomo la palabra. —Es curioso que menciones al padre de Malfoy —dijo Flint, mientras el resto del equipo sonreía cada vez más mientras que a Draco se le bajo todo a los pies, debería de haberle prohibido a Flint decir algo sobre las condenadas escobas, pero ya era tarde para callar al mayor. —Déjame enseñarte el generoso regalo que ha hecho al equipo de Slytherin.
A Draco le dieron una ganas inmensas de salir corriendo del campo mientras esquivaba la mirada inquisidora de Potter al fijarse en lo que los demás del equipo mostraron con tanto orgullo.
Presentaron sus escobas con mangos muy pulidos, completamente nuevos, y placas de oro que decían «Nimbus 2.001» brillaron ante las narices de los de Gryffindor al temprano sol de la mañana
Draco tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantenerse erguido y enfrentar las miradas de todo el equipo de Gryffindor. Los mismos que veían las escobas con ojos grandes y labios apretados.
—Es el último modelo. Salió el mes pasado. —Se jacto Flint con un ademán de desprecio, quitando una mota de polvo del extremo de la suya. — Creo que deja muy atrás la vieja serie 2000. En cuanto a las viejas Barredoras —Sonrió mirando desdeñosamente a los gemelos, cuyas expresiones se habían vuelo infinitamente más llenas de ira, ambos sujetando sendas Barredora 5 si la memoria de Draco no lo engañaba— Mejor para barrer el piso del desastre de casa en la que viven.
Por un momento, Draco estuvo seguro que de poder hacerlo, habría cortado la tensión casi mortal con unas tijeras.
Pero luego, Flint interrumpió su propio disfrute y victoria sobre los anonadados Gryffindor para mirar hacia un lado de donde se escuchaban algunos sonidos suaves. ——Miren —dijo su capitán. —Invaden el campo.
Weasley y Hermione cruzaban el césped para enterarse de que estaba ocurriendo, si habían estado en el campo desde antes, Draco realmente no los sabia, suponía que sí.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Weasley a Potter una vez estuvo a su lado. —¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo Malfoy aquí?
Los ojos de Draco se estrecharon por la molestia. —Estoy aquí porque resulta que ahora hago parte del equipo Weasley. —Respondió con rapidez mientras miraba directamente a la comadreja. —La verdadera pregunta es qué haces tu aquí.
Las mejillas de Weasley se tornaron de rosa y casi al instante Hermione intervino. —Draco, eso no fue agradable.
—Pero si él fue quien empezó. —Le respondió mientras señalaba a ambos idiotas, él ni siquiera había soltado ni un solo comentario contra los Gryffindors, habi8a sido Flint.
—No, robaron nuestro día de entrenamiento en el campo y vinieron aquí para restregarnos las escobas que compraron tú puesto Malfoy, esa no es una actitud pasiva. —Resalto Wood con el enojo bullendo en su voz.
Draco podría haber gemido de frustración cuando el tema d las escobas volvió al frente de todo y los ojos tanto de Hermione como de Weasley las observaron directamente, por supuesto Flint no tardo en alardear de ellas nuevamente.
——Son buenas, ¿eh? —dijo Flint con sorna. —Pero quizás el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Podríais subastar las Barredora 5. Cualquier museo pujaría por ellas.
Y bueno, por supuesto el resto del equipo se rio de la broma mientras Hermione observaba las escobas y luego a él.
—Draco… ¿eso es cierto? —Oh no, ese tono no. Hermione lo miro con cierto desconcierto y al mismo tiempo enojo al descubrirlo, por supuesto que a una Gryffindor no le gustaría que alguien obtuviera las cosas sin merecerlas.
Draco se dispuso a caminar hacia ella, tal vez si la alejaba de todo este disparate podría explicarle mejor la situación y que entendiera, pero en cuanto dio el primer paso, la voz de otro de sus compañeros resalto por sobre todos, esta vez con puro enojo en la voz. —¿Se atreve una asquerosa sangre sucia a pedir explicaciones?
Al instante Draco supo que todo se había ido por el caño, Pudo ver en primer fila el como los labios de Hermione se apretaron y sus ojos se cristalizaron, aunque no dejaron caer ni una sola lágrimas, pero eso no fue lo peor Flint tuvo que ponerse rápidamente delante de todos para evitar que los gemelos saltaran en búsqueda de quien había dicho eso y saltaran sobre él.
Una de las integrantes del equipo de Gryffindor grito “¡Cómo te atreves!”, y Weasley se metió la mano en la túnica, sacando su varita mágica y amenazó —¡Pagaran por esto! —Sin esperar un solo segundo y apuntando la varita hacia ellos, específicamente Flint quien se encontraba frente al equipo y recito lo que Draco sabia por experiencia previa, que era un maldición para vomitar babosas.
Casi había olvidado el pequeño detalle sobre la varita estropeada de Weasley hasta que sonó un estruendo en todo el estadio, y del extremo roto de la varita surgió un rayo de luz verde que, dándole en el estómago, lo derribó sobre el césped.
—¡Ron! ¡Ron! ¿Estás bien? —chilló Hermione corriendo hacia él, esquivando todo el problema que se había armado en segundos y evitando que Draco la alcanzara.
Weasley abrió la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra. Por el contrario, emitió un tremendo eructo y de la boca le salieron varias babosas que le cayeron en el regazo.
Una vista en verdad desagradable.
El resto de su equipo, ni cortos ni perezosos comenzaron a reírse de manera estridente mientras que el equipo de Gryffindor corrió a socorrer a Weasley.
Draco solo escucho que llevarían a Weasley a la cabaña de Hagrid de la voz de Potter, pero para ese punto su mente no registro todo lo demás sino hasta que Flint lo golpeo en el hombro y le dijo que era hora de practicar.
Aun así, la inquietud de Draco no podía ser más grande.
Esto había pasado de manera muy similar en su primer vez aquí, aunque por supuesto, El había sido el primero en saltar para insultar a Hermione y no uno de sus compañeros-
El malestar se instaló en su pecho el resto del día, gracias a las mil preguntas que rondaron su mente y a su culpa interna por lo que paso con Hermione a raíz de eso.
En su primer año se dio cuenta de que una vez intervenía, los resultados podían ser solo dos, o los acontecimientos cambiaban en consecuencia o alguien mas tomaba su papel en el momento y todo ocurría de manera terriblemente similar.
No quería hacerse ideas, pero realmente quería entender.
En ocasiones tenía esa sensación constante de que bien podría hacer algo, que definitivamente sus decisiones tenían peso, pero al otro el universo mismo se encargaba de demostrarle lo contrario.
Al final del entrenamiento, claramente llamo la atención de Flint sobre el asunto, indicando que no quería que todo el mundo supiera sobre su padre y las escobas, no era algo para ´presumir y que seria mejor guardar sus comentarios sobre su amiga.
Flint lo observo con enojo por unos segundo y luego asintió mientras sus labios se torcían y se dio la vuelta.
Si esto llegaría a los oídos de su padre o no, probablemente dependería de su desempeño contra Gryffindor, porque a ningún Slytherin le gustaba empatizar demasiado con los hijos de muggles ni con Gryffindors, al menos no de los que eran o habían sido partidarios del señor oscuro.
Draco nunca vio a Flint o a su familia en las reuniones en su casa cuando el señor oscuro los convocaba, pero eso no aseguraba que el chico no hubiera participado en la guerra, el había perdido la pista de muchos de los estudiantes mayores una vez dejaron Hogwarts.
__________
A la hora de la cena, Draco intento interceptar a Hermione en los pasillo, pero lo evadió e incluso lo dejo a merced de Potter y Weasley sin intervenir cuando lo miraron como si fuera la peste.
Ante esto, Draco comenzó a sentir como le empezaba un dolor de cabeza.
Por Salazar, ¿ahora Hermione?
Notes:
Solo por si alguien no lo habia notado ya, en algunas escenas uso los dialogos originales de los libros y los modifico un poco, mas que nada en aquellos en donde la escnea ocurrira de manera similar.
Para este punto las cosas van a ponerse muy intensas, jajaj
Los veo en el siguiente capítulo.
Chapter 8: La cámara de los secretos
Summary:
Esto, según los recuerdos de Draco era inaudito, no solo el tener la Snitch entre las manos de ambos, sino que el cuerpo de Harry Potter estuviera justo sobre el suyo y el muy idiota tuviera la audacia de comenzar a sonrojarse mientras miraban sus manos unidas.
¿Que clase de reacción era esa?
Notes:
Hola hola a todos nuevamente, la verdad este capítulo me gustó mucho, disfrute escribiendolo y espero que ustedes tambien lo disfruten.
No siendo más, los dejo con la lectura.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Habían pasado cuatro días desde el incidente del campo de quidditch, cuatro días desde que Marcus Flint lo exprimía como a una naranja con entrenamientos diarios fuera del horario del entrenamiento del resto del equipo porque, según él, debía asegurarse de que Draco hiciera todo a su alcance para ganar.
Habían pasado cuatro días desde que Hermione dejo de hablarle y Draco no sabía que lo ocasiono. Él hecho de que entrera al equipo de manera no tan correcta, algo que por cierto no había sido su decisión y que terminaría una vez acabara el primer partido contra Gryffindor. O tal vez había sido el hecho de que sus compañeros de casa la habían llamado “sangre sucia” y el difícilmente tuvo tiempo para defenderla debido a la imprudencia de Weasley al lanzar un hechizo con una varita obviamente dañada.
Muchas veces se dispuso a encontrarla y hablarle, pero lo ignoraba o se escapaba, en primer lugar, no creía que fuera incluso más difícil de convencer que Blaise, pero lo estaba superando y por mucho y eso que él no había sido con quien hablo durante todo un año.
Al final fue Pansy quien lo obligo a detenerse, Granger notaría su error una vez descubriera que no estaría en el resto de partidos y eso, según la niña, la persuadiría si el hecho de que ingresar al equipo fue lo que la molesto, por otro lado, si era el hecho de haber sido llamada “Sangre sucia”, en realidad Draco no tenia culpa, no había dicho nada en contra de ella y de hecho estaba seguro de que Marcus ahora lo estaba exprimiendo por haberla defendido ese día.
A fin de cuentas, Draco tuvo que darle la razón a Pansy y dejar el asunto de Hermione de lado, estaba descuidando sus lecturas y sus practicas por todo y tenia que enfocarse, no podía deshacer del quidditch por el momento así que sería mejor dejar el tema de Hermione por un tiempo.
Durante todo este tiempo en realidad no se hablo de otra cosa que no fuera la señora Norris y lo extraño de su caso, además de que Draco era el principal sospechoso solo por haber sido encontrado primero en el lugar. Que le gustara o no la idea, realmente no importaba, tarde o temprano los rumores se irían.
Fue en uno de esos días, justo cuando los de Slytherin y los de Ravenclaw salían de clase de defensa contra las artes oscuras, y los Gryffindor salían de la clase de historia, que Draco descubrió que escucharon la historia sobre la cámara de los secretos.
En su tiempo, los Gryffindor no fueron para nada disimulados con respecto a lo que creían de los Slytherins por esa historia, por ello, en otra de las clases, Draco no podría recordar cual, también pidieron que les contaran la historia de la cámara de los secretos.
Que Salazar Slytherin fuera un purista de sangre extremista no los volvía a todos de esa manera, pero había sido hoy cuando las cosas comenzaron a verse muy mal para ellos.
Draco caminó tanto con Pansy como con Greg, pasando por uno de los pasillos hacia la siguiente clase, todo habría ido bien, pero el trio dorado venía desde el otro lado del pasillo y aunque todos parecían querer ignorarse las palabras de Weasley causaron una reacción.
—… Pero lo que no sabía es que hubiera sido él, Salazar Slytherin, quien empezó todo este asunto de la limpieza de sangre. No me quedaría en su casa, aunque me pagaran. Sinceramente, si el Sombrero Seleccionador hubiera querido mandarme a Slytherin, yo me habría vuelto derecho a casa en el tren. —Draco escucho las palabras de la comadreja y aunque sus dientes chirriaron tuvo toda la intención de seguir su camino, no valía la pena discutir en este momento, no con los ánimos cada vez más volubles. Pero el resto de sus amigos no tenían esa idea.
Pansy dejo escapar un jadeo indignado antes de girarse y gritarle. —¡No habrías tenido que esperar tanto!, nosotros mismos te hubiéramos expulsado, Weasley, —Contrataco su amiga, llamando la atención de los otros a tan solo unos pasos de ellos.
—¿Qué? —Pregunto Weasley con la expresión más ridícula que Draco hubiera visto en la cara del pelirrojo hasta el momento.
—Déjame traducirlo, lo que queremos decir es que; no te preocupes, ninguno de ustedes jamás habría tenido la mínima oportunidad de ingresar a Slytherin. —Intervino Draco intentando que su voz no dejara el tono monótono, no quería iniciar una pelea a gran escala, pero tampoco sentía que debía dejar a los Gryffindors salirse con la suya al insultarlos de tal manera, es decir, podía no querer involucrarse con ninguno de ellos, pero eso no implicaba que permitiera faltas de respeto. —Se deben tener aptitudes especificas para ingresar.
Hermione, aunque se veía un tanto contrariada con la discusión no intervino para controlar a Weasley, probablemente tratando de evitar hablar por Draco si es que seguía enojada, sabrá Merlín por qué razón.
Draco paso su mirada por cada uno de los tres niños frente a él y no fue sino hasta que puso sus ojos en Potter que descubrió algo interesante, Potter en realidad no había intervenido en la discusión, parecía no querer involucrarse mientras apretaba los labios y se veía incomodo.
Tal vez su mirada fue muy intensa lo suficiente como para que el niño se fijara en él, aunque esta vez no parecía ser algo cargado de enojo constante, por supuesto que no.
—¿Cómo cuál?, ¿ser malvado y un purista?
Los ojos de Pansy se entrecerraron e incluso dio un paso hacia el frente, Draco estaba seguro de que tenia la firme idea de darle un golpe a Weasley, pero gracias a Greg que la detuvo, no pudo dar más que un paso en dirección a los otros tres niños.
Draco negó con la cabeza, sus dedos acariciaron su anillo, a que por alguna razón comenzó a moverse lentamente sobre su dedo índice. —Ustedes los Gryffindors no pueden evitar ser tan prejuiciosos, ¿no es cierto? —Preguntó enfrentándose al pelirrojo.
—¿Nosotros?, ustedes son los que ven el valor de una persona por su estatus de sangre.
—Eso no es cierto. —Negó tajantemente Draco. —Existen alguno de los nuestros que ven mas allá de algo tan ridículo como eso. —Pansy, quien ya no quería estrangular a Weasley, de inmediato tomo a Draco de la manga y lo pellizco. Esto definitivamente no era un tema que debiera tratarse o siquiera hablarse en publico, si sus palabras llegaran a ser oídas por la persona equivocada, bien podría tener a la mitad de Slytherin en su contra para le día de mañana. —Pero bueno, no he visto que algún Gryffindor tenga la habilidad de creer que hay bondad en los que creen villanos, y oscuridad en los que ven como héroes. Hay matices, pero ustedes no los distinguen por intentar actuar de la manera “correcta” todo el tiempo. —Explico sin amedrentarse por los ojos llameantes de Weasley y el creciente rojo que comenzaba a aparecer en su cara.
Y fue entonces que Hermione por fin intervino en la conversación. —Pero tú no defiendes a los que son como yo, no lo hiciste cuando me insultaron en el campo de quidditch llamándome sangre sucia, ¿es eso lo que llamas matices?, no compartir un pensamiento, pero evitar decir algo para quedarte en un equipo al que también ingresaste de manera ilegal. —Su voz tembló un poco al inicio, pero se estabilizo poco después.
Las chispas del enojo brillaron nuevamente. Así que esta había sido la razón principal por la que Hermione dejo de hablarle, al menos no había estado tan lejos de la verdad. —¿Y cuando se supone que debía defenderte Hermione?
—Draco… —Susurró Pansy, tal vez sintiendo cuando se elevo su voz, pero el continuo, esto no era precisamente dejar las cosas innecesarias de lado, pero ciertamente era una buena oportunidad para dejar las cosas claras.
—Debía saltar en medio del escándalo que formo Weasley casi un segundo después o detenerte a ti y a la comitiva de Gryffindor solo para enfrentarme a mi capitán y llamarle la atención por llamarte de esa manera. —Draco negó con la cabeza mientras dejaba escapar una carcajada un tanto sínica pero que ocultaba el enojo reprimido por esta absurda situación. —No, eso lo hacen ustedes. Nosotros hablamos y dialogamos, no sacamos la varita al instante cero. —Bueno, tal vez debería aclarar ese punto ya que en realidad había sopesado las opciones y actuado según la más adecuada para no estropear sus planes, podían demandarlo simplemente por ser lógico y actuar con las cartas que le dieron.
Y tal parece que ese fue el límite de Pansy para seguir escuchando, con fuerza empujó de su manga y lo jalo lejos, incluso Greg ayudo a empujarlo lejos y separarlo de los tres niños que no pudieron abrir la boca o por lo menos Draco no los escucho.
—Genial Draco, ahora estarás feliz, esto no es a lo que me refería con enfocarte en lo importante. — Lo regaño Pansy mientras subían las escaleras para su clase. —Y ellos no son importantes.
—Tú fuiste la que se detuvo a responder el comentario de Weasley. —La acuso Draco poco antes de abrir la puerta del salón y sin que fuera una sorpresa para ellos. Llegaron tarde y fueron los últimos en ingresar y sentarse.
—No es lo mismo. —Susurró ella antes de dar el tema por cancelado y dirigirse a sus asientos bajo la mirada reprobatoria de la profesora McGonagall.
Ese minúsculo detalle les resto cinco punto a la casa de Slytherin, su padrino se enojaría con el si lo descubriera.
Por otro lado, la clase para el fue irrelevante, su mente le ponía de frente la imagen de Potter, el mismo que en esta ocasión no había abierto la boca ni una vez para apoyar a Weasley en sus acusaciones y palabras francamente prejuiciosas, no todo mago oscuro ha estado en Slytherin, ni tampoco todos en su casa son villanos.
Si mal no recordaba, el maestro Quirrell, a quien había identificado de manera correcta como el culpable de casi traer de vuelta al señor oscuro el años pasado, era un Ravenclaw, y de hecho ¿Cola gusano no era un Gryffindor?, ¿por qué no pensó en sacarles en cara al menos a Quirrell?
Bueno, no importaba, Potter se comporto extraño al mencionar pertenecer a Slytherin, tal vez tenia sus propios pensamientos la respecto, de todas formas, por el momento debía concentrarse en algo más que en esos tres.
__________
Dos semanas pasaron volando, más que nada porque de no ser por la orden explicita de Madame Pomfrey, Flint lo habría hecho practicar incluso en las noches, todo para asegurar ganarle a Gryffindor en el partido, estaba comenzando a hastiarse de tanto escuchar “Tenemos que ganar”, “tenemos que ganar”.
Casi estaría feliz el día de hoy de nos ser por los nervios absurdos que lo consumían, ya había jugado este juego antes, no le fue bien, por supuesto estaba más concentrado en lucirse frente a Potter que en jugar correctamente, Flint casi lo hecha a patadas del equipo ese día, pero lo que lo mantuvo ahí fueron las escobas y que después al menos demostró que si era un buen buscador frente a otras casas.
—Draco, deberías comer o ni siquiera te dejaran salir del comedor para el partido. —Lo alentó Pansy, pero era inútil, de verdad no tenia ganas de meterse un solo bocado a la boca, podría empezar a vomitar si lo intentaba, prefería evitarse el hecho de descubrirlo y hacer el ridículo frente a toda la casa.
—De verdad no puedo.
Draco notó que sus amigos lo alentaban en silencio, incluso Blaise quien miraba el uniforme con anhelo, también lo había estado animando desde antes de subir al comedor y desayunar.
De hecho, su padre le aviso de su asistencia al partido esa misma semana, eso provoco que incluso Severus animara a Draco a dar todo de si para ganarle a Gryffindor y dar una muy buena imagen.
Mientras Draco veía su plato con desanimo, escucho los pasos que venían tras él, así que cuando se giro encontró a Flint observándolo fijamente. —¿Estas listo Malfoy? —Bueno la respuesta tendría que ser si o aquí mismo su capitán podría despellejarlo.
El simplemente asintió. —Un poco nervioso, pero se me quitara al entrar al campo.
Flint asintió satisfecho y dijo —Muy bien, esperemos que así sea. —Luego se dio la vuelta y regreso a su asiento con algunos del equipo y algunos otros de su año.
Para cuando termino el desayuno, ya se había obligado a comer la gran mayoría, aguantando las ganas de vomitar, pero disfrutando el jugo de naranja, se despidió de sus amigos y por supuesto corrió hacia los vestidores de Slytherin en el campo.
Una vez ahí, definitivamente recordaba el plan de juego de Flint, de hecho no era muy limpio, con él como capitán, Slytherin reafirmo cierta fama de ser tramposos en los juegos y eso lo revelaba el plan de juego, en donde se resaltaban palabra como “ háganlos caer de las escobas si se acercan demasiado” o “apunten a la cara, siempre a la cara”, aunque eso si, Flint podía ser un tramposo de aquí a la luna, pero era un buen jugador, talentoso sin duda, pero que utilizaba artimañas como esas, una lastima si se lo preguntaban.
Después de repasar el juego, todos se pusieron las túnicas de juego y tomaron sus escobas, escuchando el discurso motivacional de Flint, un discurso que consistía en las palabras “Mas les vale ganar” y cosas por el estilo, de hecho, era casi una obligación, en teoría tenían mejores escobas y eso debía darles una ventaja adicional enorme que intimidará a Gryffindor, pero por experiencia personal sabia que lo Gryffindor florecían en la adversidad.
Fue la mano de Flint sobre su hombro lo que lo trajo de regreso a la realidad. —Y tu Malfoy… —Draco Se había perdido las palabras al resto de sus compañeros por divagar, claramente. —Demuéstrales que tienes talento sin importar que, ¿queda claro? —En el rostro de Draco apareció una leve mirada de confusión cuando observo a Flint darse la vuelta y colocarse en el frente de la formación para salir.
Esas no habían sido las mismas palabras que le dedico en su primer partido, él lo recordaba menos alentador y más demandante algo como “no lo estropees” o algo mas rudo, pero ahora parecía casi amable.
Sus cejas se fruncieron por un segundo antes de que le dieran la salida al campo, pero luego se puso completamente serio y regreso su mente al juego, luego sobre pensaría las cosas.
Cuando salieron al campo Draco realmente se preocupó o mejor dicho, se preocupo aun más, recordaba el clima de este día, la tormenta definitivamente los alcanzaría desde la mitad del partido, pero es no importaba, ahora mismo le parecía mas importante no soltarse de la escoba y caer en picada debido a los nervios.
Por Salazar, no recordaba sentirse tan inquieto en su primer partido, pero buen, nada pasa igual dos veces.
Cuando todos salieron de los vestuarios, incluidos los de Gryffindor, fueron recibidos con gran estruendo; eran sobre todo aclamaciones de Hufflepuff y de Ravenclaw quienes apoyaban con ferocidad a Gryffindor incluyendo a los de su propia casa y estaban deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque su propia casa también hizo oír sus ánimos y abucheos hacia el otro quipo.
Madame Hooch hizo que Flint y Wood se dieran la mano en el centro del campo, y los dos contrincantes aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes y apretar bastante más de lo necesario sus manos, estaba muy seguro que de haber seguido en el equipo en sexto año, habría sido elegido capitán y probablemente este hubiera sido el apretón que se habrían dado Potter y él, aunque realmente reconocía que ellos tenían una enemistad mucho más allá de quidditch, Flint y Wood se hacían la vida imposible, por el quidditch únicamente.
—Cuando toque el silbato —dijo la señora Hooch—: tres..., dos..., uno...
Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo y como un buen buscador, Draco se elevo mas que sus compañeros, tenia que tener una buena vista del campo para poder ver la snitch y perseguirla.
Al ver las posiciones del resto de sus compañeros y las del otro equipo notó la electricidad surgiendo entre ellos, la competitividad y el desagrado, no era por nada que sus partidos solían emocionar a tantos, eran entretenidos gracias a esto.
Mientras observaba el campo, fue inevitable que su mirada no se cruzara con la de Potter, no estaban muy lejos, el niño que hasta hace un momento también revisaba el campo se cruzo con la suya, ninguno dijo nada en ese momento.
En realidad, desde ese pequeño enfrentamiento en el pasillo, los caminos del trio dorado y él no se volvieron a cruzar, en realidad parecía que por fin habían captado el hecho de que mientras no se cruzaran y fingieran no conocerse, vivirían mas tranquilos, la única perdida aquí había sido Hermione, aun no entendía porque seguía alejándose de él, creía haber dejado su punto claro en el pasillo, pero no había cambiado nada, estaban peor ya que ella ni siquiera lo miraba.
¿Podía haber caído en las alucinaciones de Weasley y Potter?
El partido inicio y tan solo un segundo después, interrumpiendo el intercambio de miradas cuando una bludger se dirigió a ellos o mejor dicho a Potter, negra y pesada. Según la perspectiva de Draco faltó relativamente poco para que le golpeara, que bien pudo haber rosado su piel.
—¡Por poco, Harry! —Grito uno de los Gemelos mientras perseguía la bludger y la lanzaban con intención de golpear a alguno de sus compañeros, pero la bludger no parecía querer eso.
Cuando el gemelo golpeo la bludger dirigiéndola a él, Draco definitivamente se movió para poder esquivarla y fue tarde cuando descubrió que en realidad no era necesario moverse de su puesto, la misma no avanzo tanto como para llegar a él, de hecho, la bludger viró bruscamente como si fuera un bumerán y se encaminó como una bala hacia la cabeza de Potter.
Este fue el momento en que Draco recordó algo sumamente importante, en este partido la bludger parecía encantada, sabia por experiencia propia que ninguno de los de Slytherins había tocado la estúpida cosa, pero nadie se quejo del resultado mientras jugaban, eso mantuvo a Potter distraído, una lástima que ni eso les hubiera ayudado a ganar, todo por él y su necesidad de insultar al chico. Cuanto se reprendía Draco por ese tipo de cosas.
En fin, nunca se descubrió que había ocurrido con la bludger y parecía que los profesores tampoco hicieron un gran esfuerzo por descubrirlo después de que Gryffindor ganara el partido.
Potter aumentó visiblemente la velocidad y salió zumbando hacia el otro extremo del campo.
Draco inevitablemente se distrajo viendo el desastre de piruetas que Potter se estaba viendo obligado a realizar para evitar que esa bludger prácticamente lo derribara y posiblemente ni eso fuera suficiente para calmar a la pelota poseída.
Draco se concentró tanto en lo atareado que estaba Potter al otro lado del campo que no descubrió que tanto había estado apretando el palo de la escoba sino hasta que Flint alzo la voz no muy lejos de él. —¡Malfoy, concéntrate! —Lo regaño el chico mientras sus facciones ya duras se tensaban al volar hacia él. —Busca la Snitch, esa es tú tarea. —Draco ni siquiera tuvo que responder, Flint se alejo tan rápido que la brisa lo hizo tambalear en la escoba.
Aun así, el chico tenía razón, Potter saldría de esta, lo había hecho una vez, ¿por qué no habría de hacerlo de nuevo?
Draco sacudió la cabeza para aclara su mente y alejar sus ojos de Potter, concentrándose en buscar la snitch y terminar con el partido antes de que se pusiera mucho peor.
No paso mucho antes de que Gryffindor solicitara detener el partido debido a la clara manipulación de la bludger, ellos claramente tomaron la pausa para hablar de la ventaja.
—Muy bien, lo estamos haciendo bien, pero no es suficiente. —Dijo Flint mientras todos armaban un circulo a su alrededor. —Estamos solo diez puntos mas arriba que ellos así que Malfoy, más vale que atrapes esa snitch.
Draco asintió. —Lo estoy buscando como loco, pero no aparece. —Respondió el.
—¡Pues esfuérzate más! —Lo corto directamente el capitán. —No creas que no vi que la mitad del tiempo estuviste observando a Potter.
La vergüenza que sintió por ser expuesto de esta manera bien podría haber pintado su rostro de un intenso rojo de no ser porque ya estaba rojo por el cansancio.
—La bludger está loca, no quiero que venga hacia mi como lo hace con Potter. —Se defendió de manera pobre, pero no quería que comenzaran a salir rumores de este partido, era su culpa por no poder controlarse apropiadamente.
—No me importa la bludger, es obvio a este punto que solo sigue a Potter así que aprovecha eso y encuentra la condenada snitch antes que él o de verdad vas a saber quien soy.
Draco solo pudo entrecerrar los ojos y asentir después de dejar escapar el aire retenido en su pecho con la mirada de todo el equipo sobre él, bueno, tenía que hacerlo mejor o bien podría despedirse del trato con Flint.
Cuando miraron hacia el otro lado del campo, descubrieron que las miradas de todo el equipo de Gryffindor se encontraba sobre ellos y así fue hasta poco antes de que Madame Hooch fuera con ellos y les indicara que debían retomar el partido.
El cielo se oscureció y con ello las gotas de lluvia comenzaron a precipitarse sobre ellos quienes se posicionaban para continuar con el partido y una vez sonó el silbato nuevamente se elevaron las escobas y todo volvió a tomar forma, eso y que las piruetas de Potter por el aire para evadir la bludger hicieron reír a mas de uno en el equipo, no mentiría si era un tanto gracioso verlo revolotear de un lado para el otro, pero también preocupante si tenía en cuenta la bludger que se acercaba con ferocidad a el.
Draco esta vez siguió las instrucciones de su capitán, tenia que encontrar la snitch así que se concentro en buscarla, en encontrar ese destello dorado por sobre todo incluso las gruesas gotas de lluvia que cada vez caían más rápido.
El partido avanzó, ambos equipos dando lo mejor de sí, y buscando rebasar al otro, las escobas habían funcionado hasta cierto punto, pero parecía que Gryffindor estaba compitiendo en una final, la ferocidad del partido subía cada vez mas de nivel y era ciertamente necesario terminar.
En un momento, entre pirueta y pirueta, Potter llego a su lado, incluso Draco llego a escuchar el silbido de la Bludger al pasar al lado de la cabeza de Potter, seguramente estaba agotado, pero hizo lo que pudo y se concentro en ignorarlo y buscar en el aire a su objetivo, se había estado moviendo ocasionalmente solo para cambiar de ángulo y encontrarla.
Un segundo después, cuando Draco miro hacia la ya clara carrera de Potter por escapar de la bludger, el instinto de gritarle que tuviera cuidado cuando la pelota se acercaba a el fue grande y lo habría gritado de no ser porque un tintineo brillante y que sonaba delicado, pero claro se escucho por sobre su cabeza.
Las palabras murieron en su boca una vez se dio cuenta de lo que significaba. Levantó la cabeza con rapidez y ahí estaba, la snitch dorada flotando sobre su cabeza, tan cerca de alcanzar.
Para su desgracia, no fue el único en descubrir a la snitch volando sobre su cabeza, cuando se preparaba para alcanzarla, vio como Potter se desviaba y ahora volaba justo hacia él, sus ojos fijos en el brillo dorado no en él.
En ese instante, el espíritu competitivo que tantas veces lo cegó en el pasado regreso, quería sujetar esa snitch, quería ganarle a Potter el mismo que lo veía como al enemigo en este preciso instante.
Todo ocurrió en segundos, extendió su mano y de manera automática la snitch se escapó del agarre de sus dedos, con esto empezó la carrera, Draco vio que cuando Potter se disponía a alcanzarlo a él y a la snitch, su reacción tardía le valió un golpe directo de la bludger en el brazo, desde donde estaba Draco pudo asegurar que escucho a los huesos de su brazo romperse.
Draco hiso una mueca con su rostros, pero no se detuvo, estaba tan solo un poco más adelantado que Potter en esta carrera, el chico era liviano y ágil, además era alguien con una Nimbus 2000, una buena escoba independientemente de lo que Flint hubiera dicho en el campo ese día.
En algún momento de la carrera Potter igualo a la velocidad de su escoba.
Draco estiro su mano, pero antes de que pudiera tocarla, Potter prácticamente solo se sujetaba con las piernas de la escoba, sin las manos sobre el mango y jugando con su equilibrio, en una maniobra que él mismo clasificaría como suicida.
Su cacería los había hecho llegar mas cerca del suelo, Draco podía calcular que, entre cuatro o tres metros del suelo, pero eso no impedía que a la velocidad que llevaban una caída no fuera extremadamente peligrosa.
Para este punto tanto su mano como la de Potter se estiraban con desesperación para alcanzar la snitch que volaba frente a ellos, Draco casi podría rosarla con los dedos, hasta que ocurrió lo impensable.
Tanto Draco como Potter rosaron sus dedos y la snitch al mismo tiempo, encerrándola entre sus manos que se cerraron juntas en un segundos, la lluvia hizo resbalar a Potter quien seguramente ni siquiera había procesado la snitch entre ellos.
Draco solo pudo escuchar los gritos poco antes de que sus propios instintos reaccionaran al ver a Potter caer de la escoba, sus manos ya estaban unidas sobre La snitch, pero Draco levanto la mano que restaba sobre la escoba y se lanzo para rodear al de ojos verdes y atraerlo hacia el, por supuesto eso solo logro que Draco fuera atraído por la caída del otro debido a que no tenia de donde sostenerse.
Draco sintió que su hombro se desencajaba al haber sido tirado por el cuerpo de Potter y si contaban la velocidad de las escobas, ambos cayeron fuertemente sobre el suelo empapado y enlodado.
Rodaron unos sobre el otro a gran velocidad, mientras Draco, de manera instintiva trato de cubrir el cuerpo de Potter incluso e incluso si no fuera porque la Snitch estaba en sus manos y todo ocurrió extremadamente rápido, hubiera cubierto la cabeza de joven.
Cuando terminaron de rodar por el suelo, Draco dejo escapar un gemido adolorido de sus labios entreabiertos. Definitivamente se había roto algo, no sabía que específicamente, pero dolía horrible.
Potter había aterrizado por completo sobre él y ahora estaban uno justo frente al otro, también descubrieron que la snitch estaba justo entre las manos de ambos.
Esto, según los recuerdos de Draco era inaudito, no solo el tener la Snitch entre las manos de ambos, sino que el cuerpo de Harry Potter estuviera justo sobre el suyo y el muy idiota tuviera la audacia de comenzar a sonrojarse mientras miraban sus manos unidas.
¿Que clase de reacción era esa?
Si fueran mayores y tal vez Draco no estuviera sintiendo que le partían el pecho en dos, podría sentirse un poco alagado, pero realmente no era el caso.
Los labios de Potter se entreabrieron y su apellido salió estrangulado de los mismos poco antes de que su mirada se desenfocara y sus parpados se cerraran, Potter se había desmayado justo sobre el, sacándole un jadeo de sorpresa y dolor cuando su cabeza cayo pesadamente sobre su hombro adolorido.
Tenían que estar bromeando.
Segundos después, Draco escucho los pasos acercándose, vio las escobas descendiendo así que de inmediato grito. —¡QUITENMELO DE ENCIMA! —Y esa fue una pésima idea, ya que la gritar sintió mucho más dolor en el costado izquierdo de su torso.
Su rostro se distorsionó y también por el enojo cuando escucho el Flash de una cámara dispararse, ¿quién tenía ánimos de tomar una foto de esto?
En este momento ese era el menor de sus problemas
todos a su alrededor tardaron en reaccionar debido a que ambos sujetaban la snitch, de una manera extraña, pero lo hacían. Incluso madame Hooch no sabía qué hacer en este caso ya que era difícil saber quién había tocado la snitch primero.
Aun así, movieron Potter, incluso comenzaron a moverse para llevarlos a la enfermería, pero llego Lockhart justo cuando Potter regresaba al mundo de los vivos lo entorpeció todo.
Para su suerte, Lockhart estaba más interesado en Harry que en él, así que llamando la atención de Flint quien lo observaba a él mientras algunos de sus compañeros lo levantaban. —No permitan que ese loco se me acerque. —Dijo entre dientes mientras lo sacaban del campo, aunque Flint se quedó con madame Hooch para poder descifrar quien ganaba o no el partido.
Solo cuando fue arrastrado fuera se permitió perder la conciencia, este no había sido el final que planeo, pero al menos era un final.
______
Draco volvió a recobrar la conciencia cuando lo estaban dejando directamente sobre la camilla de la enfermería, el equipo de Gryffindor incluso traía a Potter justo detrás de ellos.
La mujer se había apresurado a su camilla para revisarlo hasta que dejaron a Potter sobre la que estaba justo a su lado, ambos equipos se miraron con desconfianza y molestia, pero eso a Draco no le importaba, necesitaba que el dolor terminar ahora mismo.
La mujer los miro a ambos, pero no se detuvo, a Draco le lanzo un hechizo diagnostico mientras preguntaba que le había ocurrido a Potter, la respuesta la enfureció casi al instante.
Draco sintió el calor acogedor del hechizo recorrer su cuerpo mientras escuchaba las quejas de Pomfrey referente a la situación de Potter.
—Podrá repararlo, ¿no? —Pregunto Potter con el miedo y la incertidumbre tiñendo su voz.
Madame Pomfrey ni siquiera había terminado con el hechizo diagnostico cuando uno de sus compañeros de equipo se abalanzo a interrumpir la conversación.
—Un momento —Su voz era dura. —Malfoy esta mucho peor que Potter, necesita atención primero.
—¿Estas demente? —Contrataco un de las chicas del equipo de Gryffindor. —Su brazo no tiene huesos. —Dijo señalando lo obvio y resaltando cada palabra. —Malfoy seguramente no está peor que eso.
Y fue en ese momento que Draco sintió que la calidez en su cuerpo se extinguía y la voz de Madame Pomfrey acallo la discusión incipiente que se formaba en el lugar. —Me temo que ninguno de ustedes esta calificad para decir quien esta peor que quien aquí. —Su voz tan severa y estricta, silenció a todos en el lugar, sin dejar lugar a dudas quien era la jefa aquí.
—Señor Potter, necesitare darle una poción para que sus huesos reaparezcan, no será agradable, eso se lo aseguro. —Aunque sus palabras se dirigieron a Potter, sus pasos la guiaron a la camilla de Draco. —Usted seños Malfoy, tiene el hombro derecho dislocado y dos costillas fracturadas, va a dolerle.
Cuando la mujer se apresuro a llegar a su lado, apartando a algunos de sus compañeros y desterrándolos a los pieceros de la cama, Draco supo que ella lo haría sin anestesia, le dolería horrores.
Las manos de la mujer se acomodaron tanto en su hombro y brazo derecho. —Ahora, le aconsejo que inhale y retenga la respiración señor Malfoy.
El inmediatamente se apresuró a cerrar los ojos y respirar.
—Uno… dos… —La mujer ni siquiera llego a contar el tres antes de mover su hombro con brusquedad y reacomodar el hueso a su posición original.
El grito que escapo de sus labios al sentir como el hueso encajaba nuevamente en su sitio estremeció a más de uno en el lugar. Pero eso no fue todo, Madame Pomfrey se movió con rapidez y soltura mientras sacaba su varita y la apuntaba a Draco. —¡Episkey! —Recito la medimaga antes de que Draco sintiera como, en su costado izquierdo, sus huesos se reparaban con un movimiento que lo llevo a arquearse sobre la cama y gritar de dolor.
Por Salazar, ¿qué le había hecho a esa mujer para que lo tratara con tal rudeza?
Si al haber acomodado su hombro no había soltado una lagrima, con sus costillas Draco no solo grito por el dolor, sino que sus ojos se llenaron de lagrimas para luego dejar que una se resbalara, eso no era cuidado medico, era tortura medieval, pensó.
—Es mejor hacerlo mientras se encuentra distraído señor Malfoy, es peor si no.
—¿Le molesta si difiero? —Dijo él mientras apretaba los dientes, aun sintiendo el dolor apagándose paulatinamente.
Madame Pomfrey sonrió levemente y luego se giro. —Tendrá que quedarse esta noche, me temo que la incomodidad aun persistirá incluso con sus huesos reparados, tendré que darle una poción.
Los ojos de Draco se cerraron de nuevo, viendo que cada una de las miradas en la habitación estaban sobre él mientras se arrastraba bajo las mantas de la camilla, incluso los ojos verdes de Potter lo seguían, no podía importarle menos, literalmente él era la razón por la que había tenido que sufrir de esta manera.
—Ahora, permítanme ir por las pociones. —Aviso la mujer antes de darse la vuelta y atravesar al mar de gente que se encontraba en la enfermería.
Tras un silencio incomodo, fueron los de su equipo quienes se volvieron a acercar e incluso, lo cubrieron mejor con las sabanas. —Bien hecho Malfoy. —Lo elogio uno de ellos mientras los ojos de Draco se abrían y asentía.
La verdad ahora solo quería descansar.
Cuando Madame Pomfrey regreso, a él le extendió una poción, según ella, haría más llevadero el dolor y bajaría la hinchazón, mientras que a Potter le extendía un brebaje que escupió al instante, haría aparecer sus huesos, pero no seria para nada agradable la experiencia.
En medio de todo, las puertas de la enfermería se abrieron nuevamente y por ella llegaron tanto Marcus Flint como Oliver Wood, ambos parecían estar entre satisfechos e insatisfechos, pero lo que Draco creyó que seria una regaño a viva voz, en realidad no fue eso o, mejor dicho, no tenia comparación con lo que pasó en su pasado.
—Perdimos. —Susurro Flint poco antes de que Wood, le diera la noticia al resto del equipo de Gryffindor sobre su victoria.
Sus hombros se hundieron y Draco vio salir volando por la ventana su trato con Flint mientras apretaba los dientes, se había dislocado un hombro y fracturado dos costillas para nada, perfecto.
—¡¿Quieres callarte Wood?! —Gruño Flint en voz alta mientras miraba al otro equipo, para su sorpresa Wood no se veía tan satisfecho. —¿Quieres contarles el resto o yo hago los honores?
Draco se quedó confundido, viendo a ambos capitanes de un lado al otros, ¿qué había pasado?
—La diferencia de la victoria fueron tan solo diez puntos. —Confeso Wood mientras cerraba los ojos y suspiraba con cansancio.
Weasley, quien sabrá Merlín, cuando llego a la enfermería salto por la confesión. —¿Qué?, pero Harry atrapó la snitch, no puede ser una diferencia de solo diez puntos.
Aquí la sonrisa de Flint se hizo gatuna y enorme. —Ese es un error, en realidad se realizó un hecho para confirmar, se verifico la memoria táctil de la snitch y se descubrió que tanto Potter como Malfoy tocaron la snitch al mismo tiempo.
Sus ojos se abrieron con incredulidad y sorpresa. Sus compañeros quedaron sin palabras y los Gryffindors que hasta ese momento habían celebrado su victoria, definitivamente se vieron contrariados.
—Es decir, ¿un empate? —Susurro Draco, aunque esto todos los escucharon con Claridad.
Flint asintió. —Exacto así que, tanto Gryffindor como Slytherin recibieron la misma cantidad de puntos por atraparla, setenta y cinco, y setenta y cinco —Le aseguró el capitán. —Pero nos tenían una ventaja de diez puntos así que por eso ganaron el partido. El resultado fue de 155 a 165. —El resentimiento se filtró en esta ultima frase, pero en realidad seguramente esto era mucho mejor a perder por una diferencia de ciento cincuenta puntos.
Esa noticia para Draco fue una sorpresa.
Fue aquí cuando Madame Pomfrey decidió aparecer nuevamente y echarlos a todos. —¡Estos chicos necesitan descansar! ¡Fuera! ¡FUERA!
Con eso, todos los dejaron solos en la enfermería.
Decir que fue incomodo, seria ser demasiado amable en palabras de Draco, ambos giraron como si fuera planeado y se miraron y Potter inmediatamente se recostó dándole la espalda, para Draco fue inevitable no girar los ojos por la actitud de Potter, definitivamente había regresado a ser él mismo.
Sin nadie que lo distrajera, Draco se quedó profundamente dormido.
_________
Cuando despertó, todo a su alrededor estaba oscuros y las cortinas le impedían ver hacia la cama de al lado.
Con el sueño aún encima, sus ojos estaban borrosos, pero escuchaba algunas voces lejanas al otro lado de la cortina. A medida que el se fue alejando, la claridad en las voces se hizo evidente y también logro entender de qué hablaban.
—¡Fuera! —Escucho que Potter gritaba desde el otro lado de la cortina, y luego volvió a gritar—: ¡Dobby!
Si algo quedaba del sueño que tuvo anteriormente este definitivamente se fue volando en cuanto escucho esto ¿Dobby? ¿Su elfo doméstico, Dobby?
—Shhh, Harry Potter, por favor baje la voz, o el joven amo se despertará. —En su mente Draco se dijo a si mismo que ya era tarde para pensar en eso Dobby, demasiado tarde. —Harry Potter ha vuelto al colegio —susurró triste—. Dobby avisó y avisó a Harry Potter. ¡Ah, señor!, ¿por qué no hizo caso a Dobby? ¿Por qué no volvió a casa Harry Potter cuando perdió el tren?
Draco se confundió, ¿Potter había perdido el tren para llegar a Hogwarts? Y luego después de unos segundos lo recordó, si, este año Potter y Weasley llegaron tarde a Hogwarts en aún auto que causó un gran revuelo y le consiguió a la familia Weasley un gran problema en el ministerio. Por supuesto, de verdad necesitaba comenzar a anotar los hecho importantes de cada año, su mente no era fiable después de tantos años.
Draco sabía que escuchar las conversaciones ajenas era un hábito desagradable, pero bueno, teniendo en cuenta que su elfo doméstico estaba hablando con Harry Potter, alguien a quien ni siquiera debería conocer, eso debía ser suficiente para respaldar el hecho de que ahora se hubiera quedado completamente quieto bajo las mantas.
—¿Qué haces aquí? —dijo Potter. — ¿Y cómo sabes que perdí el tren? ¿A quien te refieres con joven amo? —Y luego, como si Potter pensara que era el único en la enfermería, grito con fuerza mientras acusaba a Dobby —¡Fuiste tú! —Dijo Despacio pero muy claramente —¡Tú impediste que la barrera nos dejara pasar!
La saliva se atoro en la garganta de Draco mientras evitaba hacer cualquier ruido, ¿Que Dobby había hecho que?
—Sí, señor, claro —dijo Dobby, aceptando su fechoría y haciendo que los ojos de Draco se abrieran aún más. —Dobby se ocultó y vigiló a Harry y selló la verja, y Dobby tuvo que quemarse después las manos con la plancha. —Por supuesto que se los quemó, los ojos de Draco se giraron ante las excesivas prácticas de auto castigo de Dobby. —Pero a Dobby no le importó, señor, porque pensaba que Harry Potter estaba a salvo, ¡pero no se le ocurrió que Harry Potter pudiera llegar al colegio por otro medio! —Draco escuchó la respiración pesada de Potter al otro lado, probablemente estaba muy enojado, y quien no, bien podrían haberlo expulsado de Hogwarts y su padrino habría saltado de alegría por ello. —¡Dobby se llevó semejante disgusto cuando se enteró de que Harry Potter estaba En Hogwarts, que se le quemó la cena de su señor! Dobby nunca había recibido tales azotes, señor…
Draco arrugo su rostro al imaginarlo, o al menos intentar imaginarlo, su padre era un caso perdido la verdad.
—Casi consigues que nos expulsen a Ron y a mí —dijo Potter con dureza—. Lo mejor es que te vayas antes de que mis huesos vuelvan a crecer, Dobby, o podría estrangularte.
Bueno esa era la señal, ya había escuchado demasiado.
Con un rápido movimiento, se giró sobre la cama y se sentó sujetando la cortina que separaba su camilla de la de Potter. Cuando la corrió, descubrió la sorpresa en el rostro de Potter y también sorpresa, pero miedo en el de Dobby.
—Bueno, eso podría ser un gran problema Potter, asesinar al elfo de otro mago es un grave delito, por no decir que no corresponde al comportamiento de alguien “extremadamente noble” —Hiso énfasis en esto último con un extremo toque de ironía en su voz, aunque también con burla. —¿No lo crees?
Los labios de Potter se apretaron mientras Draco se giró para toparse con la figura de Dobby.
—Tú —Lo señaló. —Tienes muchas explicaciones que dar Dobby.
Un suave pero claro sollozo se escapó del elfo mientras la mirada de Draco lo atravesaba.
—¿Es tú elfo Malfoy? —La voz incrédula y por supuesto acusatoria de Potter lo hizo recordar a la fuerza que este no era su cuarto en la mansión y que no estaba solo con un Dobby tembloroso.
—Si, aunque parece ser tan cercano a ti, Potter, que bien podrían pasar por amo y sirviente. —Si sonó como si estuviera celoso de la cercanía de Dobby y Potter no le importaba, estaba enojado. Desde luego, el sabía que Potter había sido cercano a Dobby en su tiempo, pero no tenía clara que tan profunda y desde cuándo se había formado su cercanía y ahora se enteraba que bien pudo haber sido desde el mismo año en el que Draco perdió a Dobby, ¿Quién no se enojaría por algo así? No era de piedra.
Pero el reconocimiento de esto solo empeoró la situación.
—¡Entonces eres tú quien lo trata tan mal y lo obliga a vestir de manera tan horrible! —Ni siquiera fue una pregunta, esa fue una acusación directa. ¿Dónde había quedado el niño que quería matar a Dobby hacia un segundo?
Draco frunció el señor y de inmediato se preparó para responderle con el enojo que empezaba, pero fue interrumpido por el mismísimo Dobby.
—¡No, Harry Potter está equivocado! Dobby está acostumbrado a las amenazas, señor y Dobby las recibe en casa cinco veces al día, pero no por parte del joven amo Draco. —Se sonó la nariz con una esquina del sucio almohadón que llevaba puesto.
Draco crispo la nariz por el desagrado, no contra Dobby sino por todo en general, su padre solo le permitían usar eso y en definitiva era desagradable ver que en realidad su aspecto era tan patético que sintió que se le pasaba el enojo.
Draco suspiro con cansancio. —Dobby, ven. —Le ordenó y el elfo, aunque asustado, si es que debía confiar en temblor de sus delgadas extremidades, se acercó.
Mientras el elfo caminaba hacia él, Draco tomo su varita, bueno, podía hacer el hechizo que tenía en mente sin varita, pero no quería hacerlo frente a Potter.
Cuando Dobby llegó a estar frente a su cama y Draco le apuntó con su varita Potter de inmediato se levantó de su cama y para sorpresa de Draco se abalanzo sobre el como si fuera un animal salvaje.
Su espalda cayo con fuerza sobre el colchón mientras Draco notó que Potter se esforzaba por llegar a su varita y arrebatarle de sus manos. —¡Por Merlín Potter!, ¡¿que crees que estás haciendo?! —Grito Draco mientras alejaba su mano y su varita de joven sobre el. —¡Suéltame! ¡SUELTAME POTTER! ¡ESTAS DEMENTE!
Aquello se convirtió en un desastre de manos y mantas mientras Potter lo atacaba, ¿que le había picado?
—¡Quieres lastimar a Dobby! —Lo acusó Potter aún intentando escalar sobre el y arrebatarle la varita.
—¡Amo Draco, Harry Potter señor, no peleen! —Intervino Dobby desde el frente de la cama de Draco, se sentía el miedo y el llanto en la voz del elfo. —¡Dobby fue un muy mal elfo! ¡Dobby merece el castigo que el amo Draco quiera darle!
Esta situación ya rosaba con lo ridículo, la paciencia de Draco explotó mientras aún se defendía debajo de Potter, ¿porque tenía que lidiar con esto?
—¡Suficiente! —Declaró con los dientes apretados mientras empujaba a Potter hacia un lado con fuerza, si eso afectaría el brazo en recuperación de Potter o no, no importaba, el mismo había decidido saltar sobre Draco sin contemplaciones.
Con rapidez se levantó de la cama vuelto un completo desastre. —¡Cállense los dos! —Ordenó con enojo apuntando directamente a Dobby con su varita. Potter ya se estaba levantando de su lugar cuando pronunció el hechizo sobre Dobby o, mejor dicho, sobre su ropa. —¡Tergeo!
Al instante las marcas oscuras sobre la funda en el cuerpo de Dobby desaparecieron, la mugre causada por líquidos que no se limpiaban desapareció lentamente ante los ojos de todos, dejando la funda como nueva. Aun así, Draco no se detuvo ahí, apunto a las manos de Dobby y sin más recitó otro hechizo. —¡Vulnera sanentur! —Susurro mientras apuntaba a las manos quemadas de Dobby.
Él no era un medimago, por supuesto que no, pero la guerra lo había obligado a aprender cierta variedad de hechizos sanadores para curarse a sí mismo.
Las vendas mal puestas en las manos de Dobby cayeron al suelo, y las marcas que en la oscuridad se veían más oscuras que el resto de la piel de Dobby comenzaron a aclararse, por supuesto, no tenía la habilidad para que la heridas quedarán perfectas en un segundo, pero al menos ya no le dolería.
Cuando terminó, todo el lugar se quedó en silencio por un segundo, como si los hubieran congelado en el tiempo, Potter había quedado a mitad de camino hacia Dobby, mientras que el elfo, con sus enormes ojos, parecía a punto de llorar.
Fue un leve gorgoteo de parte del Elfo lo que rompió la burbuja de quietud y luego Draco lo vio correr hacia el con lágrimas inmensas en los ojo, luego Dobby corrió hasta estrellarse con su pierna y abrazarlo con fuerza.
Draco se quedó inmóvil en su puesto por un segundo, siendo sacudido por el repentino afecto del elfo y al mismo tiempo por el sonidos de las lágrimas.
De verdad tenía que, de alguna manera, preparase mentalmente para que las personas y criaturas hicieran esto con el de manera improvisada.
No es que no quisiera responder, pero después de toda una vida en donde las muestra sumamente espontáneas de afecto se limitaban a caricias adorables de su madre en sus mejillas, y a abrazos que se veían venir, realmente le era difícil, después de una guerra en donde tuvo que pelear y torturar, devolver este afecto tan fácilmente.
Aún así, después de sentirse mas en la realidad, se agachó, alejando un poco al elfo sollozante y con amabilidad lo rodeo con sus brazos consolándolo con un suave abrazo.
—El joven amo es bueno —Dijo entre sollozos el elfo. —Dobby creyó que el amo Draco volvería a tratarlo mal.
Draco suspiro mientras acariciaba la espalada el elfo descontrolado. —Eso no va a pasar de nuevo Dobby, no te preocupes. —Le aseguró protectoramente.
Pasaron algunos segundos hasta que Dobby por fin se calmo y se alejo del abrazo de Draco.
En ese momento fue fácil olvidar que Potter aun estaba con ellos así que cuando hablo nuevamente, con la mirada fija en el mientras se alejaba de su cama y regresaba a la propia. —¿Por qué llevas puesto eso, Dobby? —Pregunto mientras Draco se dirigía de nuevo a su cama y con un movimiento de varita organizo tanto las sabanas como las mantas del desorden que había ocasionado Potter.
Normalmente alguien decente se disculparía, pero al parecer eso estaba más allá de Potter a este punto.
Dobby por supuesto respondió a la pregunta de Potter mientras acompañaba a Draco a recostarse, puede que su hombro y sus costillas hubieran sido reparadas, pero la incomodidad persistiría, tal como había dicho madame Pomfrey.
—¿Esto, señor? —preguntó Dobby, pellizcando la funda de la almohada. —Es un símbolo de la esclavitud del elfo doméstico, señor. A Dobby sólo podrán liberarlo sus dueños un día si le dan alguna prenda. La familia tiene mucho cuidado de no pasarle a Dobby ni siquiera un calcetín, porque entonces podría dejar la casa para siempre. —Dobby se secó los ojos saltones y una vez Draco estuvo de nuevo acomodado en su cama, Dobby lo cubrió de nuevo con las mantas.
—Entonces Malfoy puede liberarte. —Concluyo Potter mientras el también volvía a acomodarse y Draco definitivamente sentía sus ojos atravesándolo, retándolo para hacer lo que “a ojos de Potter” él podría hacer.
Esta vez Draco se adelantó e impidió que Dobby respondiera. —Para tú información Potter, yo no puedo liberar a Dobby. —Giró su rostros para enfrentarse directamente con el mencionado en la otra cama. —Yo técnicamente no soy el dueño de Dobby, no mientras mi padre siga siendo el señor y dueño de toda la propiedad Malfoy, solo él puede liberar a Dobby.
Ante esto el elfo asintió efusivamente. —Es cierto, una vez el joven amo Malfoy herede el título, podrá liberar a Dobby.
Bueno, en definitiva, de eso no habían hablado, pero los ojos brillantes y soñadores del elfo se posaron sobre Draco de manera manipuladora y el no tuvo otra opción sino suspirar y asentir.
—Por supuesto, Dobby, serás libre cuando eso ocurra. —Sonrió al aceptar las palabras del elfo. De hecho, si no había cambiado mucho las cosas, y los eventos de este año volvían a repetirse, Dobby seria libre. ¿Cómo había pasado?, no lo sabía, pero prefería que eso ocurriera.
Dobby salto feliz en su puesto, poco antes de detenerse como si le hubieran lanzado un hechizo, después de la expresión alegre su seño volvió a hundirse en uno triste y avergonzado. —¿El joven amo Draco mantendrá esta promesa incluso si Dobby hoy hiso que se lastimara?
Las palabras se atoraron en su garganta en cuanto escucho esas palabras. —¿Qué? —Preguntaron tanto Potter como Draco al mismo tiempo. Ambos se miraron por un instante debido a ello, pero luego Dobby volvió a hablar, atrayendo la atención de ambos.
—La bludger de hoy, Dobby de verdad lo siente mucho joven amo. —De nuevo sus ojos parecieron llenarse de lagrimas a punto de rodar por sus mejillas.
La mandíbula de Draco callo en ese instante y a diferencia de él, Potter en definitiva reacciono con mas fuego y enojo.
—¿Qué quiere decir? ¿Tú eres el culpable de que esa bola intentara matarme?
—¡No, matarle no, señor, nunca! —dijo Dobby, asustado mientras su mirada saltaba de Harry a Draco. —¡Dobby quiere salvarle la vida a Harry Potter! ¡Mejor ser enviado de vuelta a casa, gravemente herido, que permanecer aquí, señor! ¡Dobby sólo quería ocasionar a Harry Potter el daño suficiente para que lo enviaran a casa!
—Ah, ¿eso es todo? —dijo Potter irritado. — Me imagino que no querrás decirme por qué querías enviarme de vuelta a casa hecho pedazos.
—¡Ah, sí Harry Potter supiera...! —gimió Dobby, mientras le caían más lágrimas en la vieja funda —. ¡Si supiera lo que significa para nosotros, los parias, los esclavizados, la escoria del mundo mágico...! Dobby recuerda cómo era todo cuando Elque-no-debe-nombrarse estaba en la cima del poder, señor. ¡A nosotros los elfos domésticos se nos trataba como a alimañas, señor! Desde luego, así es como aún tratan a Dobby, señor —admitió, secándose el rostro en la funda de la almohada nuevamente, por supuesto, Draco vio votado a la basura todo su esfuerzo con el hechizo en cuestión de segundos. —Pero, señor, en lo principal la vida ha mejorado para los de mi especie desde que usted derrotó al Quien-nodebe-ser-nombrado. Harry Potter sobrevivió, y cayó el poder del Señor Tenebroso, surgiendo un nuevo amanecer, señor, y Harry Potter brilló como un faro de esperanza para los que creíamos que nunca terminarían los días oscuros, señor... Y ahora, en Hogwarts…
Pero Dobby no pudo terminar de hablar, ya que pasos que se acercaban por el corredor lo congelaron en su puesto y tanto Draco como Harry también se congelaron. Alguien venia.
—¡Dobby tiene que irse! —musitó el elfo, aterrorizado.
Se oyó un fuerte ruido cuando Dobby chasqueo los dedos y su figura desapareció.
Potter y él se miraron con los ojos grandes por un segundo antes de acomodarse con rapidez en sus camillas, Draco también volvió a correr la cortina que los separaba a ambos.
Draco esta vez se giró para mirar directamente la puerta de la enfermería, viendo como esta se abría y un grupo de profesores ingresaba rápidamente.
Dumbledore entró, vestido con un camisón largo de lana y un gorro de dormir. Sujetaban un extremo de lo que parecía una estatua. La profesora McGonagall apareció un segundo después, sosteniendo los pies. Entre uno y otra, dejaron la estatua sobre una cama.
—Traiga a la señora Pomfrey —susurró Dumbledore, y la profesora McGonagall desapareció a toda prisa pasando junto a los pies de la cama de Potter y suya.
Draco se aseguró de quedar completamente inmóvil, haciéndose el dormido.
Oyó voces apremiantes, y la profesora McGonagall volvió a aparecer, seguida por la señora Pomfrey, que se estaba poniendo un jersey sobre el camisón de dormir. La mujer no parecía satisfecha con haber sido despertaba, pero cunado paso escucho como tomaba aire.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó la señora Pomfrey a Dumbledore en un susurro, inclinándose sobre la estatua.
—Otra agresión —explicó Dumbledore—. Minerva lo ha encontrado en las escaleras.
—Tenía a su lado un racimo de uvas —dijo la profesora McGonagall—. Suponemos que intentaba llegar hasta aquí para visitar a Potter.
Draco definitivamente no querría ser Potter en este momento, sabia del complejo de héroe que lo acompaño desde joven, que alguien hubiera sido atacado por intentar llegar a él, seguro le impediría dormir el resto de la noche.
Aunque la curiosidad por saber quien era el afectado lo embargo, realmente prefería no moverse y evitar que descubriera que estaba despierto.
—¿Petrificado? —susurró la señora Pomfrey.
—Sí —dijo la profesora McGonagall—. Pero me estremezco al pensar... Si Albus no hubiera bajado por chocolate caliente, quién sabe lo que podría haber...
Los tres miraban a Colin. Dumbledore se inclinó y desprendió la cámara de fotos de las manos rígidas de Colin.
—¿Cree que pudo sacar una foto a su atacante? —le preguntó la profesora McGonagall con expectación.
Dumbledore no respondió. Abrió la cámara.
—¡Por favor! —exclamó madame Pomfrey, pero un chorro de vapor salió de la cámara.
El aroma se elevó por todo el ala médica, el plástico quemado de la cámara.
—Derretido —dijo asombrada la señora Pomfrey—. Todo derretido...
—¿Qué significa esto, Albus? —preguntó apremiante la profesora McGonagall.
—Significa —contestó Dumbledore— que es verdad que han abierto de nuevo la Cámara de los Secretos.
Madame Pomfrey se llevó una mano a la boca. La profesora McGonagall miró a Dumbledore fijamente.
—Pero, Albus..., ¿quién...?
—La cuestión no es quién —dijo Dumbledore, mirando a Colin—; la cuestión es cómo.
Los ojos de Draco también se abrieron sin querer, no quería pensar en que, los profesores también hubieran estado tan desconcertado, asustados y preocupados, pero verlos así, definitivamente transmitía algo completamente diferente. Incertidumbre y miedo.
Los tres se quedaron tan solo unos minutos más, después de eso madame Pomfrey los despidió, cubrió la cama en donde se encontraba la nueva victima y luego ella regreso a sus habitaciones, dejando el lugar en silencio nuevamente.
Para su sorpresa, después de asegurarse de que nadie volvería a ingresa, Draco se movió en su cama y se sentó de nuevo, viendo en dirección a la camilla del niño ahora petrificado.
—Quien es… —Se pregunto en silencio, la verdad no reconocería a los petrificados, la primera vez que vivió esto ni siquiera le importaban, solo recordaría que Hermione fue uno de ellos porque en ese momento la odiaba y se sintió aliviado, aunque asustado, cuando dijeron que ella había sido petrificada.
—Su nombre es Colin Creevey, de Gryffindor en primer año.
Draco ni siquiera noto cuando Potter también se sentó en la camilla y removió la división entre sus camillas.
Su voz sonó apagada y un tanto más, triste de lo que había estado antes, como sabie, Potter definitivamente se culparía por lo que le paso al niño.
Ante esto, los labios de Draco se abrieron y las palabras surgieron antes de que el notara que las decía —No es tú culpa Potter. —Dijo mientras aun veía la figura de Colin sobre la camilla.
—Venía a verme y…
—No es culpa tuya.
—Pero yo…
—No es tú culpa Potter. Déjalo. —Ordeno mientras se giraba agresivamente hacia el chico. —Vamos a dormir. Ya nos hemos desvelado demasiado.
Tal vez sonara frio y poco empático con lo ocurrido, pero lo molestaba escuchar que alguien mas se culpara por las decisiones de otros, es decir, lo molesto que Potter lo hiciera.
Su mente le recordó a esa ultima vez que lo vio antes de ser encerrado en Azkaban, cuando intento ser el héroe de nuevo.
No quería que su mente lo llevara hacia atrás de nuevo.
Tomo las mantas sobre su cuerpo y se recostó de nuevo, tenía que intentar dormir, porque esto se pondría mal muy rápidamente.
Notes:
Y bien, que les parecio.
Poco a poco las interacciones de Draco y Harry se hacen mas frecuentes.
De hecho he leido los comentarios, y estoy muy de acuerdo con varios de ellos, en estos dos libros, especificamente, el trio dorado no es muy agradable, pero recuerden, son niños cuya persepcion del mundo se ha formado por adultos que quieren formarlos de cierta manera.
Con el tiempo ellos mismos formaran sus ideas, y creanme, se arrepentiran de como actuaron.
Ahora hablando de este Cap, mi escena favorita es la de la enfermeria, jaja, el ataque de Harry a Draco no estaba planeado pero me encanto como quedo.
Ademas, la atrapada doble de la Snitch definitivamente sera relevante en uno de los libros siguientes, no les dire en cual pero definitivamente es importante, tenganlo en cuenta.Si tienen suerte, vere si puedo publicar el siguiente capitulo entre hoy o mañana. Soy la persona que decidio empezar a escribir un facfic en una de las epocas mas atereadas del año en cuestion familiar.
Aun asi, tratare de no dejar semana sin capítulo, me sorprendi a mi misma por ser capaz de escribir tan rapido este Fanfic, definitivamente me supere.
Nos vemos en el proximo capítulo y en los comentarios.
Chapter 9: Ocultta Custos
Summary:
—¡EL MONSTRUO DE LA CAMARA! ¡ES EL MONSTRUO DE LA CAMARA DE LOS SECRETOS!
Grito uno de sus compañeros no muy lejos, atrayendo la borrosa mirada de Draco, quien se había paralizado por el recuerdo.
Cuando por fin pudo enfocar su vista, vio a su padrino, Severus, haciendo que los estudiantes se pegaran directamente a la pared, gritando. —¡Todos quietos, no se muevan! —Se veía pálido y cuando menos sorprendido, por otro lado, Lockhart estaba a nada de desmayarse mientras corría hacia el fondo de la habitación.
Notes:
Hola hola, como les ha ido en estas fiestas.
bueno, solo quiero decir que este capitulo estuvo finalizado hace dos dias, pero en realidad las fiestas y las compras definitivamente atrasaron la revision.
Aun asi, sientoq ue tengo que corregir muchas cosas que tal vez no vi por el cansancio cuando revise.
Si les llegan mil y un notificaciones en las proximas horas, lo siento, jaja probablemente lo este corrigiendo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
La mañana siguiente, tanto él como Potter salieron de la enfermería al haber sido dados de alta por madame Pomfrey, no fue una sorpresa que no se dirigieran la palabra ni siquiera cuando sus caminos se separaron en las escaleras.
Su poca interacción termino la noche anterior después del descubrimiento de Colin Creevey.
Por lo menos algo bueno ocurrió esa noche y ahora Potter tendría menos formas de culparlo a él como el heredero, hasta alguien terriblemente terco tendría que aceptar la inocencia de otra persona si esta estuvo con el cada minuto de esa noche.
Aun así, cuando se separaron, Draco aun sintió la mirada de alguien fija en el mientras descendía por las escaleras y escuchaba como las pisadas de Potter resonaban, lentas, en el pasillo silencioso.
Cuando estuvo lo suficientemente lejos como para no escuchar a Potter no pudo evitar que su caminar se detuviera y su cuerpo se relajara dejando caer su cabeza hacia el frente. Se sentía tan cansado, y no se refería solo a que la noche anterior escasamente había dormido, no, su cansancio era por todo, la criatura de la cámara había comenzado a atacar y su propio conocimiento de que los ataques solo empeoraban con el paso del tiempo le impedía pensar en otra cosa.
Definitivamente este era un año horrible.
Draco dejo escapar el aire retenido en sus pulmones y después retomo su caminata hacia las mazmorras.
Cuando llego a la sala común y abrió la puerta después de decir la contraseña, no le sorprendió en lo más mínimo encontrar a casi toda la casa de Slytherin en la sala común, hablando y chismorreando, ¿sobre qué?, él solo tuvo que escuchar con atención por algunos segundos para poder enterarse.
—¿Lo escuchaste?, un sangre sucia de primer año fue petrificado anoche.
Draco no identifico la voz por sobre el resto de las que se elevaban en la habitación.
—¡SI!, un sangre sucia, quedo igual que la horrible gata de Filch. Ja, increíble.
Su expresión se fue oscureciendo con cada paso que daba hacia el interior de la sala, y bueno, en realidad todos parecían tan enfrascados en sus discusiones que no notaron la llegada de Draco en su mayoría, había escuchado su nombre siendo susurrado un par de veces, pero en realidad no parecía ser el tema central en Slytherin el día de hoy.
Con todo esto, Draco realmente quería ir y encerrarse en su habitación.
Había visto a Creevey cuando salió de la enfermería antes de que madame Pomfrey los mirara a él y a Potter con dureza al detenerse frente a la camilla del niño desafortunado.
En este punto, recordaba que todos creían que era imposible que uno de ellos terminara como paleta helada, todos de verdad creían en que la bestia sería incapaz de atacar a un sangre pura, pero eso era una mentira, una muy grande.
Mientras caminaba para llegar a las escaleras de los dormitorios, Draco sintió que alguien se apresuraba hacia el así que, en cuanto sintió la presencia justo detrás de él, se giró, tan solo para encontrar la figura de Marcus Flint sin el uniforme.
¿Ahora que quería?
—Malfoy, por fin saliste de la enfermería. —Él se limitó a asentir. —Tu padre fue a visitarte, pero creo que ya estabas completamente dormido, dijo que hiciste un trabajo aceptable. —La expresión del mayor no cambio mientras le paso el mensaje, por el contrario, la de Draco fue increíblemente transparente, su padre difícilmente le diría algo mejor, sin importar que literalmente se hubiera partido dislocado un brazo y fracturado dos costillas para conseguir la snitch. Sus ojos se giraron ante eso y suspiro cansado, bien podría olvidar el juego de ayer y eso no lo afectaría en lo mas mínimo.
—Por supuesto que iba a decir eso. —Contesto, feliz de no haber tenido que lidiar con la mirada desaprobatoria de su padre después de no haber ganado el partido. Solo lo sorprendió que se quedara hasta el final, en su primera vez, estaba seguro de que su padre se había ido antes de que terminara el partido y Gryffindor obtuviera la victoria.
Flint lo observo por unos segundos antes de continuar. —Bueno, en realidad mi razón para esto. —Los señalo a ambos —Se debe exactamente al partido.
Aquí vamos, se dijo Draco. —Si, escucha Flint, de verdad lo intente, incluso termine en la enfermería, no sé cómo podría haberlo hecho mejor, de verdad. —Se excuso rápidamente. En realidad si había cumplido su parte del trato, literalmente dejo sangre sudor y lágrimas para poder ganar el partido y de hecho si había atrapado la snitch.
Flint en ese momento dejo escapar una carcajada mientras negaba con rapidez. —No, Malfoy, no es por lo que crees. —Indico el mayor. —En realidad todo el equipo sabe que lo hiciste bien, de hecho, mejor de lo que otro buscador lo hubiera hecho y al menos nos diste la mitad de los puntos evitando que Gryffindor nos sacara una ventaja tan grande en cuestión de puntos.
Con eso, la boca de Draco se cerró y se centró por completo en el mayor.
—Lo digo porque, en el equipo lo hablamos ayer después de dejar la enfermería. —Continuo. —Eres buen buscador independientemente si tu padre pago para que estuvieras en el equipo. Por eso quiero ofrecerte quedarte como nuestro buscador permanente. —La expresión de Draco inmediatamente se congelo al ver al mayor y comenzar a procesar sus palabras. —Todos están de acuerdo si eso es lo que te preocupa.
Draco habría dicho algo al instante si en verdad su cabeza no se hubiera quedado en blanco. De todos los escenarios que se imaginó el día anterior, este no estaba entre las opciones.
Su boca se abrió solo para cerrarse segundos después ya que las palabras eran incapaces de salir, estaba de verdad conmocionado. —… Yo… —Ni siquiera pudo ligar una palabra después de eso.
—Malfoy, no es una propuesta tan descabellada, lo hiciste medianamente mejor de lo que esperamos.
No, pues gracias por lo que le tocaba, pensó aun sin procesar absolutamente nada.
—Teníamos un trato. —Fue lo primero que dijo una vez pudo ligar más de una palabra y tal vez sonó más duro de lo que quiso en un principio. —Es decir, yo solo participaría en este partido, no en otros.
Y Flint asintió ante esto. —En efecto, pero lo hiciste bien, y si quieres puedes quedarte en el equipo.
De inmediato Draco negó, su capacidad de pensar y hablar por fin se conectó de nuevo después de la enorme sorpresa. —No, agradezco la oferta, pero no está en mis planes jugar quidditch, Flint. —Respondió con cuidado, aunque no fue necesario ya que el mayor no pareció cambiar su ánimo ante su negativa.
Un suspiro cansado escapo de los labios de Flint en ese momento. —Bien, sabía que no aceptarías, pero aun así los demás en el equipo querían saber si era posible hacerte cambiar de opinión. —Fue extrañamente respetuoso al respecto, sorprendiéndolo de manera agradable.
—Entonces es oficial, ¿no volveré a jugar? —Pregunto tan solo para sentirse seguro.
Flint asintió. —Si, creo que es un hecho. —Contesto Flint. —Pero lo siento, debido al profesor Snape, no puedo sacarte completamente del equipo, te quedaras como buscador de reserva y si todo sale bien y tú reemplazo no falta, no tendrás que ingresar al campo de nuevo.
El rostro de Draco se ilumino antes so, al menos algo había salido bien, de hecho, mucho mejor de los que pronostico.
—Aun así, deveras usar el uniforme en los días de partido y esperar con los suplentes mientras jugamos. —Draco simplemente asintió. No le importaba siempre y cuando no tuviera que desgastarse más en los entrenamientos infernales de Flint y en los juegos, había tenido mucho con esta única experiencia en el campo.
—Muy bien, en ese caso… —Flint se acero y coloco una de sus manos en el hombro de Draco. —Buen partido el de ayer, buscador de reserva. —Luego se alejó y se dio la vuelta para dejar nuevamente a Draco completamente solo.
—Bueno, eso lo confirma. —La voz de Theo llego desde el lado, exaltando a Draco y haciéndolo saltar en su puesto por el susto.
Draco se sujetó el pecho con fuerza y giro para mirar a su sigiloso amigo con resentimiento. —Theo, de verdad voy a ponerte un encantamiento para saber cuándo te acercas. —Se quejo con fuerza elevando un poco su voz.
El mencionado simplemente se encogió de hombros y sonrío hacia él sin el menor rastro de arrepentimiento en sus ojos. —Tengo un don.
—Maldición. —Contradijo el rubio al instante.
Theo se rio un poco más para luego volver a su expresión amable y neutras, pacifica si Draco podía ponerlo en palabras. —Bueno, lo que vine a decir es que a Flint de verdad le gustó como jugaste ayer. —Dijo su amigo, pero Draco lo desestimo rápidamente.
—Teníamos un trato, solo un partido y seria todo.
Theo asintió. —Es una lástima, de verdad jugaste bien, incluso Blaise acepta que tal vez no habría hecho lo mismo si hubiera jugado en tu lugar, fue impresionante, aunque no ganamos. —Al final suspiró.
—Si tú lo dices. —Menciono Draco, recordando lo increíblemente distraído que estuvo durante el partido, pero no tenía ganas de enfrentarse a los ojos inquisitivos de un grupo de nuevo.
—Bueno, no importa, vamos, creo que Pansy quiere hacer un picnic para celebrar o algo así. —Dijo Theo antes de darse la vuelta y empezar a esquivar a estudiantes chismosos.
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Dos horas después, todos se encontraron sentados directamente sobre una manta, justo en uno de los jardines interiores de Hogwarts.
Vince y Greg les dijeron sobre la entrada a las cocinas y por supuesto, algunos elfos les dieron comida y bebidas, un favor por los niños que literalmente se pasaban la mitad del día en el lugar, al final eso definitivamente los beneficio y Pansy parecía muy contenta.
—Todo el mundo parece estar lo suficientemente asustado como para querer quedarse en sus salas comunes hoy. —Comentó Blaise mientras se llevaba un panque de mora azul a la boca.
No era una exageración decir que más de uno se había asustado terriblemente, los pasillos estaban mayor mente vacíos y todos habían corrido fuera del comedor en cuanto termino el desayuno de ese día.
—Estoy seguro de que también hubiera sido prudente que nos quedáramos en la sala común. —Argumentó Draco, recostando su cabeza en el regazo de Pansy.
—¿Porque deberíamos? —Pregunto ella. —Es decir, el heredero no nos atacara.
Draco de inmediato abrió los ojos, los mismo que cerro para que la luz del sol no lo cegara. —Pansy…
—¿Qué? es cierto, somos sangre pura y de Slytherin, el heredero debe estar en nuestra casa. —Menciono ella sin inmutarse por la advertencia en la voz de Draco, sus manos deslizándose por las largas hebras plateadas. —Y si ese es el caso, por supuesto que no nos atacará, entre Slytherins nos cuidamos.
Para su sorpresa fue Theo quien intervino en las conjeturas erradas de su amiga. —Técnicamente el heredero es un sangre pura, pero no solo Slytherin tiene estudiantes Sangre pura. —Comento sin levantar la vista de un libro algo extraño “protecciones y escudos”, interesante lectura.
—Pero el heredero tiene que ser de Slytherin. —Replico ella.
—¿Y eso por qué? —Preguntó Blaise.
—¿No es obvio?, hay más posibilidades de que uno de nosotros tenga sangre de Salazar Slytherin en sus venas, que uno de los demás. —Defendió Pansy. —¿Imaginas un Weasley o un Abooth con sangre de Slytherin?, porque yo no.
—Pansy, Por favor, no puedes creer que alguien capaz de lastimar niños, este mentalmente bien de la cabeza. —Dijo él mientras sentía las caricias en su cabello. —Te aseguro que a alguien así le importara muy poco si es o no un sangre pura o un hijo de muggles. —En su mente la imagen del señor oscuro le llego como un flechazo. A él en realidad nunca le importaron los sangre pura, no mientras ocurría la guerra y tanto la sangre de los hijos de muggles, mestizos y Sangre pura se derramaba.
—Draco, por favor no. —La queja en su voz fue evidente y también la joven detuvo sus caricias. —¿Podemos no involucrar tus… disparatadas ideas en esto?
Draco se sentó lentamente al lado de su amiga y la miro con insistencia.
Se había opuesto a tocar el tema de nuevo solo porque Pansy parecía realmente contrariada y al borde de un colapso ese día, pero tendría que hacerse a la idea. Ahora él estaba en Hogwarts y si en algo intervendría se relacionaría directamente con sus amigos, sus serpientes.
—¿Que ideas? —Pregunto Greg mientras le robaba un pedazo de pastel a Vince.
Pansy cerro la boca, pero mantuvo su postura recta, ella no les diría a sus dos amigos, que Draco deliraba y ella parecía la única en querer detenerlo ya que Blaise y Theo se veían más receptivos a escuchar los pensamientos desafiantes de Draco.
—Draco no ha comentado de ciertas creencias un tanto excéntricas Greg. —Intervino Theo. —Como, por ejemplo, que nuestra cultura se ha estado consumiendo y a nadie parece importarle por pensar en cazar brujas y magos hijos de muggles.
Draco entrecerró los ojos mientras miraba a su amigos, muy bien, esa era una respuesta vaga, aunque correcta de todo lo que les había dicho en el verano.
—No olvides mencionar que cree que los hijos de Muggles y Mestizos son iguales a nosotros Theo, no lo encubras. —Adiciono su amiga mientras Vince quien estaba tomando otra cuchara de pastel, el mismo que Greg le había robado, dejaba caer la cuchara y su boca se abría.
—¿Qué? Pero no somos iguales. —Dijo el niño mientras enfrentaba la mirada de los otros cinco.
—Nuestro querido francés residente no lo cree así, Vince querido.
—Pero padre dijo que si lo somos —Indico Greg incapaz de seguir comiendo.
Como Draco resalto más de una vez, en realidad Greg y Vince no eran estúpidos, solo, excesivamente lentos, en extremo lentos, pero incluso así, el señor oscuro supo encaminar sus habilidades y exploto su potencial estando a su servicio, esa era la diferencia, ese hombre veía posibilidades en todos, macabras y oscuras, los que otros buscaban desechar y descartar, él lo explotaría y lo usaría a su veneficio.
Ese había sido el destino de sus dos despistados amigos.
—¿Y quién crees que le dijo esto Greg? —Pregunto él sin querer una respuesta en verdad. —Es decir, solo les pido que lo mediten un poco.
—Es inútil Draco, es algo bastante difícil de creer. —Interrumpió Blaise mientras le extendía una fresa a Pansy.
Draco simplemente lo ignoro. —Piénsenlo. Remontémonos al pasado, ¿de dónde vienen las primeras brujas y los primeros magos?
Theo respondió de inmediato. —Hay algunos que dicen que aparecieron por primera vez en Bután, pero es mentira, de ahí proviene gran cantidad de magia antigua, originaria y primaria, pero no explica el origen de los Wizen.
Todos, incluyéndolo a él mismo miraron a Theo con los ojos abiertos y la boca abierta, o bueno, con la mirada confundida como la tenían Greg y Vince justo ahora.
—¿Qué? —Se quejo Theo alejando su vista del libro y observarlos fijamente.
Pansy se sacudió como si la recorriera un escalofrió. —Qué horror, ¡sonaste tan sabelotodo como Granger! —Exclamo ella retorciendo la expresión en su rostro, arrancando una carcajada de todos incluidos Draco.
—¡Ja!, deberías leer de vez en cuando en vez de quejarte de mí, es por eso que Granger te supera en clases Pansy. —Se defendió Theo.
Pero antes de que Pansy comenzara una discusión por el comentario de Theo, el intervino, de hecho, lo dicho por su amigo era muy importante.
—El punto aquí es que Theo confirma lo que acaba de decir.
—No confirma nada Draco, solo menciono un país ya olvidado, con magia perdida en el tiempo y una teoría que al final se descartó. —Corrigió Blaise. —¿Eso cómo te ayuda?
—Porque en realidad ningún Wizen sabe cómo llegamos a ser lo que somos hoy. —Completo su idea. —Como sabemos que los primeros magos y brujas no fueron en realidad hijos de muggles. ¿Eso en que nos convierte a todos nosotros?
Pansy negó. —O pudimos aparecer al igual que los muggles, desde el inicio existimos como seres con magia.
—¿Pero no lo ven?, no tenemos seguridad de nada, ¡incluso ahora discutimos porque no tenemos ni la más remota idea! —Su voz se elevó, llamando la atención de algunos estudiantes que pasaban por los pasillos alejados del jardín, tanto así que Pansy tuvo que pellizcarlo.
—De hecho, lo que dice Draco me parece muy factible, queramos o no la posibilidad está ahí. —Convino Theo.
—Que sorpresa, tú siempre estás del lado de Draco. —Se quejo su amiga mientras que a su lado, tanto Greg como Vince asentían eufóricamente.
Theo se encogió de hombros. —Y tú eres terca y Blaise siempre dice que si cuando dices algo, pero no me vez echándoselo en cara.
—¡Oye! —Tanto Blaise como Pansy dijeron al mismo tiempo, esta última sonrojándose furiosamente.
—De hecho, acabas de hacerlo Theo. —Se quejo el moreno.
—Pormenores, pormenores, nada más, siempre los veo y cierro la boca. —Dijo sin darle más importancia, su amigo quien en realidad había vuelto a leer el libro en sus manos. ¿era tan interesante?
—Cállate Nott. —Pansy lo silencio rápidamente mientras apretaba los dientes y veía al chico con los dientes apretados.
Bueno, más allá de la cómica y extraña escena, Draco se vio intrigado por el libro en las manos de Theo. —¿De qué es el libro Theo? —Era mejor cambiar de tema por hoy y en realidad si tenía curiosidad.
Su amigo pareció emocionarse por la pregunta e inmediatamente le mostro la portada. —Es sobre las protecciones mágicas. —Bueno si, eso Draco lo veía muy claramente, pero no respondía su pregunta. —Cuando mencionaste el ritual de refuerzo en el solsticio de invierno la idea se quedó rodado en mi mente y empecé a investigar un poco al respecto. —Theo Buscó entre las páginas para luego cerrar el libro. —Y de hecho tenías razón o al menos lo que he investigado lo confirma.
—No puede ser. —Se quejo Pansy nuevamente, logrando que Theo girara los ojos pero que el resto en realidad se viera un poco interesado.
—Antes las protecciones las utilizaban los magos para que los muggles no los descubrieran y los cazaran, de hecho, es magia antigua que perdura hasta hoy solo porque generación tras generación se encargaron de imbuir su magia en ellas, por eso hay edificaciones antiguas de familias milenarias que incluso el ministerio no encuentra, como muchas de nuestras casas. —Explicó el joven. —Es por eso que sé lo de Bután, estaba en uno de los libros que investigue junto con muchas otras cosas. —Sus ojos se iluminaron al explicarse. —En fin, las barreras generacionales que todos tenemos en nuestras casas, se volvieron generacionales porque la magia del solsticio es extremadamente fuerte y al hacer cierto ritual ese día, esa magia, nuestra magia también se fortalece, imaginen cuanto poder se embotella en las protecciones con familias mágicas que las alimentan año con año.
Draco asintió, su abuelo le había explicado algo similar, aunque era más un conocimiento adquirido que algo documentado como lo que Theo les estaba diciendo. —Aja, ¿vez?, ¿entonces porque crees que algo tan importante como eso, no lo volvimos a realizar?, algo tan importante para nosotros y nuestro estilo de vida —Si, quería echarles en cara que tenía razón al menos con una de sus afirmaciones, definitivamente estaban perdiendo su cultura, su magia, pero los hijos de muggles eran el menor de los males.
—Y no imaginaran lo difícil que fue conseguir este libro. —Se quejo Theo mientras observaba la portada ya desgastada y obviamente antigua.
—Tengo que admitir que era algo escéptico, pero después d investigar, mis dudas solo crecen. —Confeso Blaise. —Le pregunte a mi madre si sabía sobre el solsticio cuando llegue a casa, pero ella solo hablo de la celebración de invierno y sobre en qué casa se haría este año. —Comento el moreno. —No dijo nada sobre un ritual, absolutamente nada.
—¿Como lo sabría? —Atajó Draco de inmediato, girando para ver a su amigo. —Ella no lo sabe porque nunca le enseñaron.
Draco de hecho desvió su mirada hacia Pansy, la misma que ahora apretaba los puños sobre sus muslos y los observaba a todos en silencio, su aire desafiante perdiéndose por completo.
—No digo que las costumbres no se estuvieran perdiendo antes, la llegada de tantos hijos de muggles junto con la completa negativa de nuestros ancestros por enseñarles, definitivamente diluyo todo, luego los traidores de sangre que solo creen que nuestras creencias son sanguinarias y puristas, porque bueno, nuestros padres y abuelos se vieron seducidos por alguien demasiado persuasivo como para darse cuenta de que nos engañaba. —Sus manos se deslizaron lentamente por sobre las de su amiga, dándole un suave apretón para llamar su atención.
—Pero si esto está mal, entonces…
—… Qué otras cosas no saben nuestros padres. —Murmuró Vince con un pastelito a medio comer en su mano y un Greg que le limpiaba el costado del labio cubierto de crema, sus ojos fijos en alguno de los cuadros del mantel, sin mirar nadie, pero sorprendiéndolos a todos al decir lo que todos comenzaban a pensar.
Esto era mucho más problemático que simple información perdido.
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Después de ese día sus amigos se mostraron más cautos con respecto a lo que Draco había denominado “cultura Wizen”, no porque no quisieran saber nada, o al menos eso creía Draco, sino porque tal vez no querían comenzar a cuestionarse muchas más cosas y que esos cuestionamientos hicieran temblar unas de sus creencias más fuertes.
Draco les daría tiempo para que poco a poco ellos mismos se dieran cuenta, de todas formas, el solsticio solo era una de tantas cosas que perdieron.
Para inicios de diciembre, las cosas en el resto del castillos se estaban saliendo de control según Draco, los estudiantes no solo habían comenzado un mercado negro de amuletos y conjuros protectores para intentar protegerse del heredero y el horror de la cámara de los secretos, también había comenzado a poner distancia entre los Slytherins y Ellos, algo que en realidad no afecto tanto, lo que en realidad lo molesto era ser culpado directamente de ser el heredero de Slytherin.
Lo que había ocurrido en el banquete de Halloween volvió a resurgir después del incidente de Colin Creevey, él era el sospechoso más fuerte hasta ahora, todos sabían que la noche del incidente estuvo incapacitado en la enfermería, pero eso todo el mundo parecía obviarlo cunado indicaban que bien podría haber salido de la enfermería para cometer el delito.
El único que podría confirmar su inocencia era Potter y prefería comer tierra, lanzarse a sí mismo el estúpido hechizo de vomito de babosas que se había lanzado Weasley, a tener que hablarle al chico y terminar con la par que había logrado desde esa noche en la enfermería, porque si, el trio dorado, incluyendo a Hermione, aunque doliera, no habían vuelto a acercarse a Draco. Eso le dio tranquilidad y paz.
También estaba seguro de que Potter tampoco lo defendería y Eso implicaba confesar que habían estado juntos toda la noche y que no era sospechoso, Potter no levantaría su varita para salvar a Draco así que era mejor lidiar con los comentarios por su cuenta, porque si, los estudiantes más valientes habían comenzado a lanzarle no solo miradas desdeñosas sino que también comentarios malintencionados y varias veces Draco tuvo que obligarse a recordar que en realidad era más grande mentalmente, que había peleado en una guerra y que estos idiotas eran mentalmente inmaduros y llenos de hormonas.
Algo que también ocurrió este tiempo, para su sorpresa, fue el leve y superficial acercamiento de cierto Gryffindor torpe, y en realidad no diría que era acercamiento, se habían tropezado en los pasillos una vez y ahora el chico al menos lo saludaba con la cabeza.
Aún recordaba el encuentro. Por andar cargando una cantidad obscena de amuletos, Longbottom cayó justo a su lado, el simplemente ayudo porque bueno, se había caído justo a su lado.
Para su sorpresa, Longbottom se dejó ayudar y no salió corriendo despavorido. Una vez estuvo completamente arreglado Draco se atrevió a decirle que todo eso no servía de nada y que probablemente debería buscar que le regresarán el dinero.
Longbottom negó fervientemente con la cabeza mientras ambos caminaban por el pasillo. —Tú lo dices porque estás a salvo, yo no, soy prácticamente un squib, literalmente podrían atacarme en cualquier momento.
Las cejas de Draco se juntaron mientras negaba con la cabeza. —Nadie está a salvo Neville, no creo que el heredero y lo que haya liberado en el castillo, sean tan selectivos como para atacar solo a hijos de muggles.
Los pasos de Neville se detuvieron y Draco, al ver que el niño ya no estaba a su lado se giró para enfrentarlo. —¿Longbottom? —Pregunto cuando dio un paso hacia el niño que ahora se veía repentinamente más pálido.
—Estoy acabado. —Susurró este una vez Draco estuvo lo suficientemente cerca para escuchar. —Soy prácticamente un squib y si al heredero no le importa si somos o no sangre pura, entonces estoy acabado Malfoy. ¿Qué voy a hacer?
Draco hubiera querido tomarse a Neville un poco más en serio, pero la preocupación del niño era tan graciosa que no podía controlar su carcajada. —Longbottom, ¿puedes calmarte?, aún creo que estás muy abajo en su lista. —Dijo entre carcajadas disimuladas.
—¿Como lo sabes? No estás en su cabeza.
Draco estuvo a punto de asegurarse lo nuevamente, pero los pensamientos lo detuvieron y lo llevaron a ver lo que tenía justo en frente. ¿Neville Longbottom no creía que él fuera el heredero? Es decir ¿No creía que fuera el heredero enserio?
Sus carcajadas se detuvieron abruptamente y sus mirada se centró en el niño que ahora le fruncía el ceño. —Longbottom, tú… ¿No crees que yo sea el heredero?
Neville se vio perdido por un momento, pero luego asintió nuevamente con la cabeza. —Es decir, al principio tengo que admitir que tú llegada el mismo día que petrificaron a la señora Norris me hizo dudar, pero luego recordé que fuiste amable conmigo el año pasado con mi recordadora. —Neville comenzó a caminar de nuevo, obviamente con la cabeza gacha y sus expresión medianamente asustadiza, así que Draco también empezó a moverse. —mi familia son traidores y aun así eres amable, además también eras amigo de Hermione Granger que es hija de Muggles, con esa lógica, realmente no creo que seas el heredero Malfoy.
Bueno, al menos alguien que tenía cerebro para pensar lógicamente.
Draco estuvo a nada de felicitarlo por pensar, algo que el resto fuera de Slytherin no hacía. Pero Longbottom continuo. —Por cierto, que pasó entre ustedes, el año pasado ella llevaba tus cartas siempre, y cualquiera pensaría que aprovecharía para hablar y todo eso porque regresaste.
Esa pregunta tocó una fibra sensible que prefería dejar completamente quieta por el momento, así que cuando vio las escaleras, en vez de responder solo dijo —: Pasaron cosas. —Luego de eso, se detuvo solo para despedirse. —Muy bien Longbottom, fue agradable verte. —El niño asintió. —Y por Salazar, quítate esos amuletos, te vez ridículo.
Al decir eso se dio la vuelta y comenzó a bajar en dirección a las mazmorras.
En cuanto llegó, Draco tuvo que admitirse a sí mismo que la preocupación por Hermione fue creciendo poco a poco, estaban peleados, sí, pero ella era una víctima del heredero y eso lo preocupo día con día y tal vez era hora de escribirle tanto a su padre como a su abuelo.
En ese entonces realmente no esperó encontrar algo más de lo que recibió por parte de su padre cuando preguntó en su tiempo, en decir, solo le había dicho que, a diferencia de esta vez, el heredero si había logrado asesinar a un hijo de muggles antes, aunque no los llamo de esa manera, eso solo le dejaba como alternativa a su abuelo.
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Todo estuvo en relativa calma hasta el jueves de la primera semana de diciembre, donde todo volvió a ser un infinito desastre.
Esa mañana, tenían pociones dobles con Gryffindor, como ya era habitual, ellos los ignoraban y a cabio, el y sus amigos hacían lo mismo, había funcionado muy bien en las semanas anteriores.
La clase se desarrollaba como siempre. Veinte calderos humeaban entre los pupitres de madera, en los que descansaban balanzas de latón y jarras con los ingredientes. Severus rondaba por entre los fuegos, haciendo comentarios envenenados sobre el trabajo de los de Gryffindor, en el pasado sí que lo encontraba gracioso y aunque ahora no carecía de gracia, era injustificado, mientras el resto de sus compañeros soltaban leves carcajadas él se centró en su propia poción.
Draco había estado vigilando la poción de Neville ya que, francamente, era un desastre y mientras su padrino no lo veía, definitivamente le soplo alguna ayuda, para que la poción no fuera tan horrible, aunque la pócima infladora de Longbottom le salía demasiado líquida y ni siquiera era del color correcto, a ese punto, solo un milagro salvaría su preparación.
Fue ahí que todo estallo.
Cuando Severus se desvió para ver la preparación de Neville, Draco alejó la mirada solo para que su padrino no lo descubriera ayudando al Gryffindor, pero cuando lo hizo se topó con la extraña actitud de Hermione y sus par de tontos.
Parecían estarse comunicando con algo, ya que Potter inmediatamente se agacho y se escondió de tras de su caladero, para este punto Draco ni siquiera disimulo que lo estaba mirando. Sus cejas se juntaron por lo increíblemente raro que se comportaba y estuvo a punto de levantar la voz y preguntar qué diablos hacía, pero luego, lo pudo ver muy claramente.
Vio como Potter sacaba algo alargado de su bolsillo y le daba un golpe con su varita.
Para cuando Draco se dio cuenta de lo que pasaba, La horrible cosa ya había comenzado a soltar chispas y Potter la había lanzado al aire, justo en dirección al caldero de Greg y cuando callo, exploto hacia todas las direcciones y rociando a toda la clase.
Él no fue lo suficientemente rápido como para evitar la gran salpicadura que llego justo a su cara. La sensación de ardor y piquiña empezó a expandirse por todo su nariz, la misma que de inmediato comenzó a crecer y a enrojecerse. Sus ojos se cristalizaron antes la sensación.
El resto de sus serpientes no estaban mucho mejor y ni siquiera eso, también muchos Gryffindors se vieron afectados por la explosión., Greg andaba a ciegas tapándose los ojos con las manos, que se le pusieron del tamaño de platos soperos, mientras su padrino trataba de restablecer la calma y de entender qué había sucedido, el pro supuesto sabia quien ocasiono este desorden.
Draco solo pudo sentir como hervía su sangre mientras lo pensaba, estos idiotas, ¿en que estaban pensando? —¡Silencio! ¡SILENCIO! —gritaba Severus mientras intentaba controlar a un montón de preadolescentes asustados. —Los que hayan sido salpicados por la poción, que vengan aquí para ser curados. Y cuando averigüe quién ha hecho esto...
Draco prácticamente corrió hacia Severus ya que su nariz era enorme, pero mientras lo hacía, se prometió que esta vez, tanto Potter como el resto del trio tendrían su merecido, esto pudo haber sido muy peligroso y pareció que no les importaba en los más mínimo.
Su padrino, le administro el antídoto con rapidez y por supuesto, también se lo dio a casi todos los estudiantes de la clase a gran velocidad, regresando a la clama lentamente.
Cuando todo el mundo tomó del antídoto y las extremidades hinchadas desaparecieron su padrino fue directamente al caldero de Greg, extrayendo los restos negros y retorcidos de la bengala que Draco había visto antes. Se produjo un silencio repentino en todo el salón.
—Si averiguo quién ha arrojado esto —susurró Severus —, me aseguraré de que lo expulsen.
Y tal vez fue la rabia que ya se había acumulado, por tanto, tal vez fue el hecho de que esta vez se metieran con sus amigos, pero en ese instante, Draco dijo que ya no aguantaría más, había intentado ser maduro ya que todos eran tan solo niños, pero era aquí cuando los impulsos hormonales definitivamente hacían estragos.
Sin pensarlo dos veces dio un paso al frente y se presento frente a su padrino con toda la intención de revelar a los alborotadores que incluso ahora parecían fingir de manera desastrosa su sorpresa. —¡Yo se quien lo hizo profesor! —Bramo con fuerza mientras aun sentía la picazón en su nariz.
La mirada de su padrino inmediatamente se dirigió a él, exigiéndole que señala a los responsables de una broma como esta. —Señor Malfoy, entonces diga quienes ocasionaron esto.
El inmediatamente hablo. —Fueron Potter, Weasley y Granger. —En realidad no había visto a Weasley en todo el asunto, pero esos tres siempre hacían las cosas juntos, estaba muy seguro de que no desatinaba al meterlo en el problema, además, por capricho, de verdad le molestaba Weasley.
—¡Mentira! —Se defendió automática el peli rojo mientras tanto Hermione como Potter lo atravesaban a el con la mirada, una que no podía descifrar pero que lo enojo aún más, se atrevían a verlo a él cuando ellos se habían metido en este problema por sabrá Dios que.
—¡No miento! —Draco alejo su mirada de los otros dos y de inmediato se enfrentó al pelirrojo que ahora mismo fruncia el ceño. —Los vi intercambiar miradas —Los señalo a los tres —Y luego Potter saco la bengala de su bolsillo y la lanzo hacia el caldero de Greg.
—Malfoy, eres un… —Draco noto como Weasley se ponía cada vez más rojo, pero por suerte su padrino intervino antes de que el pelirrojo se acercara. Si Weasley quería pelear entonces el le respondería, estaba lo suficientemente enojado para hacerlo.
—¡SUFICIENTE! Ustedes cuatro vengan conmigo, el resto, la clase ha terminado por el día de hoy. —La voz de su padrino sonó severa, aunque definitivamente Draco descubrió un brillo de satisfacción en sus ojos. oh, definitivamente estaban en problemas.
Quince minutos después, los cuatro estaban en la oficina del director, con un Severus Snape furibundo, exigiendo la expulsión de los tres de Hogwarts.
—Era solo una broma profesor. —Se excuso rápidamente Potter mientras Hermione asentía con rapidez, las lagrimas ya rodando por sus mejillas, Weasley por su lado aún se veía enojado y asustado, una combinación extraña.
—No les creo en lo mas mínimo. —Susurro él mientras los observaba con enojo, que hubiera pasado si la poción no fuera tan inofensiva, alguien pudo haber muerto.
—director, considero que las acciones de estos tres estudiantes han puesto en riesgo la vida del resto de sus compañeros. —Dijo su padrino mientras colocaba una mano sobre el hombro de Draco y observaba al trio dorado con enojo. —Sugiero la expulsión como castigo.
Los sollozos de Hermione en definitiva se hicieron mucho más fuertes mientras que al fondo, los apresurados pazos de alguien se acercaban, por supuesto la persona que cruzo el umbral de la puerta de la oficina del director, fue nada mas y nada menos que la profesora McGonagall.
—Severus, dudo mucho que lo que paso hoy en realidad fuera a lastimar a alguien de Gravedad, tengo entendió que era un poción realmente inofensiva y es claro que solo querían hacer una broma. —Ante estas palabras Draco tuvo que cerrar los puños y apretar los labios cuando la furia en su pecho s aumento. Por supuesto, ¿que esperaba?
—Si me permite profesor Dumbledore, fui informada de la situación y aunque concuerdo en que no es una causa para expulsarlos, sugeriría que los tres tuvieran detención durante toda lo que resta del semestre antes de navidad, además de que también se contacte a sus familias por el incidente. —Esta vez fue la profesora McGonagall quien intervino y por supuesto, ella fue más justa.
Aunque en opinión de Draco, la situación seguía siendo tremendamente injusta.
—Es una excelente idea profesora. —Acepto Dumbledore dejando de mirar a los tres acusados y luego mirándolo a él. —Gracias joven Malfoy por informarnos sobre lo ocurrido. —Tal vez hubiera creído mucho más en las palabras del directo de no ser porque sintió como el hombre intentaba entrar a su cabeza nuevamente, esta vez, volviendo a estrellarse en los muros que rodeaban su propia mente y pensamientos. Aun asi no parecía sorprendido por este hecho.
—No es nada director. —Se vio obligado a responder.
—Muy bien, entonces supongo que ellos tendrán detención contigo Severus, ¿es eso aceptable para ti?
—Difícilmente profesor, pero me encargare de que aprendan su lección. —Y Severus definitivamente debía estar muy enojado, esto era ridículo.
—En ese caso, tanto tu como el joven Malfoy ya pueden retirarse, me quedare con la profesora McGonagall y sus estudiantes para enviar el reporte a sus familias.
Con eso, tanto el como su profesor fueron despedidos de la oficina del director.
Cuando Draco regreso con sus amigos, ya era la hora del almuerzo y por supuesto que preguntaron sobre lo que había pasado en la oficina de Dumbledore. El solo se limito a decirles que no habían expulsado al trio dorado, pero que habían recibido detención de aquí hasta el inicio de las vacaciones de navidad.
Las reacciones fueron variadas, pero todos coincidieron en que esa no había sido una solución justa.
Mas tardes ese día, cuando ya se encontraba en su cama listo para dormir, con los ánimos más calmados y el enojo bajo control, a su pesar coincidió con el castigo de la profesora McGonagall, si los gemelos Weasley eran bromistas consumados y nunca habían sido expulsados, por que creyó que esos tres lo serian.
_________
Para el martes de la semana siguiente el anuncio del club de duelo organizado Por Lockhart, les dio a todos algo mas de que hablar y aunque el no quiso asistir, el resto de sus amigos si, incluso lo inscribieron y arrastraron al lugar sin su consentimiento alegando que; “Si dices que el heredero atacara indiscriminadamente entonces deberías estar entusiasmado por tener esta oportunidad” Draco aun recordaba el tono burlón de su amiga cuando atravesaron las puertas del lugar y vieron el grupo enorme de estudiantes que creían que esta clase les enseñaría algo.
Según Draco, esto era un chiste igual que Lockhart, el mismo que no les había estado enseñando prácticamente nada desde que el llego, que frustración.
Gilderoy Lockhart se encaminaba a la tarima y Draco pudo apreciar en primera final como sus amigos perdían el ánimo y sus expresiones se enfriaban. Lo único que lo hizo más soportable fue que su padrino lo acompaño de cerca, con su usual túnica negra.
Lockhart rogó silencio con un gesto del brazo y dijo: —¡Vengan aquí, acérquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oyen todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones (para más detalles, consultad mis obras). Permítanme presentarles a mi ayudante, el profesor Snape —dijo Lockhart, con una amplia sonrisa—. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse en duelo, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los más jóvenes: no les quitare a su amado profesor de Pociones después de esta demostración, ¡no teman!
—Esto tiene que ser una broma, ¿no? —susurró Theo a Draco al oído mientras observaban a ambos profesores.
En el labio superior de Severus se apreciaba una especie de mueca de desprecio mientras escuchaba a Lockhart. En definitiva, el hombre algo de valiente tenia que tener para saber que Severus Snape lo miraba de aquella manera y no salir corriendo.
Lockhart y Severus se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, la hizo Lockhart, con mucha floritura de la mano, mientras Severus movía la cabeza de muy mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas.
—Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional
—explicó Lockhart a la silenciosa multitud—. Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar.
Pansy fue la única indiscreta que dejo escapar un leve carcajada que supo disimular extremadamente bien.
—Una..., dos... y tres.
Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante. Severus
gritó:
—¡Expelliarmus!
Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima, pegó contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo.
Los aplausos y vítores de su parte y de algunos otros estudiantes no se hizo esperar, al fin alguien que le daba su merecido a Lockhart.
—¡Bueno, ya lo vieron! —dijo Lockhart, tambaleándose al volver a la tarima—. Eso ha sido un encantamiento de desarme; como podéis ver, he perdido la varita... ¡Ah, gracias, señorita Brown! Sí, profesor Snape, ha sido una excelente idea enseñarlo a los alumnos, pero si no le importa que se lo diga, era muy evidente que iba a atacar de esa manera. Si hubiera querido impedírselo, me habría resultado muy fácil. Pero pensé que sería instructivo dejarles que vieran...
Severus parecía dispuesto a matarlo con la mirada, y quizá Lockhart lo vio, porque dijo: —¡Basta de demostración! Vamos a colocaros por parejas. Profesor Snape, si es tan amable de ayudarme...
Se metieron entre la multitud a formar parejas.
Lockhart puso a Neville con Justin Finch-Fletchley, y en cuando Draco vio eso, previo problemas muchos problemas, intento escabullirse por la multitud y alejarse lo mas posible de la vista de su padrino mientras escuchaba sus palabras.
—Ya es hora de separar a este equipo ideal, creo. Weasley, puedes emparejarte con Finnigan. Potter... —Draco prácticamente empujo a un chico Ravenclaw para poder escapar, lamentablemente no fue suficiente. —Señor Malfoy, aquí.
Draco casi maldijo en voz alta su suerte, no podía creer que de nuevo tuviera que hacer esto con Potter. Desde el último incidente en pociones verlo solo le generaba migraña y enojo, no quería tener que hacer esto.
—Veamos qué puedes hacer con el famoso Potter. La señorita Granger que se ponga con Parkinson.
Draco tuvo que Darse la vuelta y regresar con el ceño fruncido bajo la mirada de Potter el mismo que tampoco se veía muy feliz. Aun así, Draco mantuvo un porte digno al llegar junto frente a Potter.
—¡Párense frente a sus contrincantes! —dijo Lockhart, de nuevo sobre la tarima— y hagan una reverencia.
Él y Potter apenas bajaron la cabeza, mirándose fijamente. En realidad, desde el incidente de pociones las emociones fuertes se mantuvieron, Draco aún estaba enojado por sus amigos y suponía que el trio dorado estaban enojados porque tenían detención diario con sus padrino, todo era increíblemente provocativo.
—¡Varitas listas! —gritó Lockhart—. Cuando cuente hasta tres, ejecuten hechizos para desarmar al oponente. Sólo para desarmarlo; no queremos que haya ningún accidente. Una, dos y... tres.
Potter apuntó la varita hacia los hombros de Draco, pero en realidad no tenía intención de devolver ni un solo de los hechizos de Potter.
Conscientemente sabia que sus emociones ahora mismo era un desastre por mucho que intentara mantener la calma, tenia conocimiento avanzados que n usaría contra un preadolescente, pro ellos ya había decidido solo utilizar escudos.
Y en efecto fue una buena decisión.
Potter sin perder tiempo, dirigió contra Draco su varita, diciendo:
—¡Rictusempra!
Un chorro de luz plateada se dirigió hacia su estómago, pero Draco inmediatamente movió su varita y Grito:
—¡Protego!
Al instante el hechizo de Potter de inmediato reboto, siendo bloqueado por el escudo de Draco.
—¡He dicho sólo desarmarse! —gritó Lockhart a la combativa multitud cuando Draco vio como su propio hechizo le impacto regreso directamente a Potter cayó de rodillas un encantamiento de cosquillas muy básico, y apenas se podía mover de la risa.
Draco no vio necesario levantar su varita nuevamente, era obvio que Potter estaba lo suficientemente distraído por las cosquillas que no le lanzaría nada más.
A diferencia de ellos, mucho otros siguieron lanzándose hechizos una y otra vez hasta que sus profesores volvieron a intervenir.
—¡Alto!, ¡alto! —gritó Lockhart, pero Severus se hizo cargo de la situación.
—¡Finite incantatem! —gritó. Los carcajadas de Potter se detuvieron.
Para cuando pudo reenfocar su atención una niebla de humo verdoso se cernía sobre la sala. Tanto Neville como Justin estaban tendidos en el suelo, jadeando; Weasley sostenía a Seamus, que estaba lívido, y le pedía disculpas por los efectos de su varita rota; pero Hermione y Pansy no se habían detenido: Pansy tenía a Hermione agarrada del cuello y la hacía gemir de dolor. Las varitas de las dos estaban en el suelo. Ante esto, tanto el cómo Potter se acercaron con rapidez para detenerlas, Él se encargó de sujetar a Pansy, quien ahora mismo parecía tener un agarre mortal sobre Hermione.
—Pansy, por Merlín, suéltala. —Se quejo mientras intentaba tirar de su amiga.
No fue sino hasta que Hermione pateo a Pansy que esta aflojo el agarre y Draco fue capaz de separarla mientras Potter se aseguraba de que Hermione estuviera bien.
Esto definitivamente no había pasado en su tiempo.
—Muchachos, muchachos... —decía Lockhart, pasando por entre los estudiantes, examinando las consecuencias de los duelos—. Levántate, Macmillan..., con cuidado, señorita Fawcett..., pellízcalo con fuerza, Boot, y dejará de sangrar enseguida...
—Creo que será mejor que os enseñe a interceptar los hechizos indeseados —dijo Lockhart, que se había quedado quieto, con aire azorado, en medio del comedor. Miró a su padrino y al ver que le brillaban los ojos, apartó la vista de inmediato—. Necesito un par de voluntarios... Longbottom y Finch-Fletchley, ¿qué tal ustedes?
Por supuesto, Draco sintió las alertas en su cerebro activarse de nuevo, esto solo empeoraría ya que sabía perfectamente que haría su padrino.
—Mala idea, profesor Lockhart —dijo Severus, deslizándose entre la multitud. — Longbottom provoca catástrofes con los hechizos más simples, tendríamos que enviar a Finch-Fletchley a la enfermería en una caja de cerillas.
Draco sintió un poco de lastima por el chico y por supuesto al mirarlo descubrió que la cara ya sonrojada Neville se puso de un rosa aún más intenso si es que eso era posible. —¿Qué tal Malfoy y Potter? —dijo Severus con una sonrisa malvada.
—¡Excelente idea! —dijo Lockhart, haciéndoles un gesto para que se acercaran al centro del Salón, al mismo tiempo que la multitud se apartaba para dejarles sitio. Por supuesto, él no creía que esta fuera una buena idea, era terrible.
El recordaba que su inmadures fue la que llevo a todo el mundo a descubrir que Potter era un hablante de parsel, la lengua de las serpientes y aunque ahora estaba terriblemente disgustado con él, realmente no quería repetir esto de nuevo.
Mientras Lockhart le explicaba a Potter, la forma de como NO interceptar un hechizo, es decir, el hombre era tan absueltamente inepto que realmente Draco no se explicaba como había logrado conseguir el empleo.
Por otro lado, él subió a la tarima en el centro del lugar y de inmediato su padrino se acercó.
—Quisiera saber, joven Malfoy, desde cuando aprendió a realizar el hechizo protego. —Pregunto él.
—Beauxbatons, ellos….
Su padrino inmediatamente lo miro con desaprobación y lo interrumpió antes de que terminara de decir cualquier frase.
—Reviso el plan de estudio que envía Beauxbatons para ti, así que, te aconsejo usar otra excusa la próxima vez que pregunte Draco.
El de inmediato asintió, bueno, no podía decirle a su padrino que lo había aprendido de la manera difícil en un momento de su vida que técnicamente aun no pasaba.
—Muy bien, entonces, más vale que no sea el único hechizo que haces estupendamente. —Su padrino inmediatamente le lanzo una mirada helada y por supuesto, una sonrisa un tanto perversa. —En un duelo real, no vas a ganar si no atacas también.
Esa mirada pareció ser suficiente para que Potter pidiera ayuda a Lockhart al otro lado de la tarima.
—Yo en realidad no quisiera participar de…
—Muy tarde, ya estas dentro, más vale que no dejes a Slytherin en vergüenza.
Y con eso, su profesor se bajo de la tarima, dejándolo solo frente aun Potter, el mismo que ocultaba sus nervioso bajo una máscara de heroísmo ciego.
Eso era increíblemente molesto.
—Estas nervioso. —Aseguro él sin verdadera malicia en la voz, Lockhart se dio la vuelta para dejarlos completamente solos.
—Eso quisieras. —Respondió el joven torciendo la boca. Por supuesto que no lo iba a aceptar y tampoco buscaba que lo hiciera.
Solo giro los ojos y se separado un poco mas de Potter, tal vez podría enojar a su padrino, pero no tomaría acciones de ataque en este duelo. Prefería mantener su línea de pensamiento actual y esa era, activar un escudo y rebotar los ataques hasta que Potter quedara incapacitado, porque de verdad, no le parecía justo y no estaba del animo adecuado para estar seguro de controlar su temperamento.
—Tres, dos, uno, ¡ya! —gritó Lockhart.
Potter levantó rápidamente la varita y grito con toda su fuerza: —¡Rictusempra! —De nuevo.
Y de la misma manera que hiso antes, Draco activo el hechizo de escudo, su mano se movió con rapidez para desviar el hechizo y rebotarlo, para su tristeza, este, al rebotar se estrello y disipo en una de las paredes del gran salón.
Aun así, ante las miradas de asombro de algunos de sus compañeros, y los sonidos de sorpresa, Potter ni siquiera lo pensó dos veces antes de volver a lanzar el hecho y luego de nuevo cuando este fue rechazado.
Así hubieran seguido por mas tiempo de no ser porque Draco, tan enojado como se sentía, si bien realizaba el escudo protector muy bien, había comenzado a fijarse en los ojos de Potter. Los mismo ojos que con cada hechizo que fallaba mas se empeñaban y más enojado parecía ponerse, su mirada se hacia fría, una frialdad que Draco, para su pesar reconoció.
El vio esa mirada una vez y esa única vez, Potter lo hizo sangrar, lo corto en pedazos y lo dejo desangrándose en el frio suelo.
El recuerdo volvió a él vívidamente, casi… como si estuviera pasando de nuevo y el…
—¡No! ¡No! ¡Deténganse! —A su mente regreso el sonido lejano pero desesperado de los gritos de Myrtle —¡Alto! ¡PAREN YA!
Su pecho se estremeció al recordar el desespero y el terror de la fantasma mientras a su mente también regresaba el sonido de uno de los baños estallar cuando disparo su contra Potter.
Su garganta se cerro y el escudo que se había mantenido arriba de manera excepcional, desviando los ataques inofensivos de Potter, callo. Su mente había regresado a ese día en Hogwarts.
Escuchó el agua comenzar a fluir y derramarse por todos lados y Potter resbalándose al mismo tiempo que él, con el rostro contorsionado, gritaba:
—Cruci… —Aunque sabía que eso no le haría nada a Potter, no lo habría hecho porque es maldición tenia que haber sido dicha con intención, una intención que nunca podría haberle dirigido a Harry, no a quien amaba, pero luego…
—¡SECTUMSEMPRA! —Gritó Potter con todas sus fuerzas desde el piso, al mismo tiempo que agitaba salvajemente la varita.
La respiración se atoro en su garganta al recordar el dolor de su pecho abriéndose y dejando su carne expuesta y su sangre, roja y brillante, derramándose en el suelo.
Su mano tembló y la varita casi cae de su mano, fuera del recuerdo, pero fue incapaz de reaccionar.
Draco solo sintió cuando algo se deslizo por su mano izquierda al mismo tiempo que la voz de Potter gritaba otro ¡Rictusempra! Que fue detenido, si, pero no por un escudo, no cunado su mente revivió cada doloroso momento de ese día y perdió la concentración.
No, había sido otra cosa.
—¡EL MONSTRUO DE LA CAMARA! ¡ES EL MONSTRUO DE LA CAMARA DE LOS SECRETOS!
Grito uno de sus compañeros no muy lejos, atrayendo la borrosa mirada de Draco, quien se había paralizado por el recuerdo.
Cuando por fin pudo enfocar su vista, vio a su padrino, Severus, haciendo que los estudiantes se pegaran directamente a la pared, gritando. —Todos quietos, no se muevan. —Se veía pálido y cuando menos sorprendido, por otro lado, Lockhart estaba a nada de desmayarse mientras corría hacia el fondo de la habitación.
Draco, poco a poco era traído a la realidad de su muy horrible pesadilla, solo para darse cuenta, con extrema lentitud, que frente a el no tenia a la figura del niño desnutrido que era Harry Potter, no era algo más, mucho más alto y en definitiva no era humano.
La criatura media fácilmente más de cuatro metros de alto, y según Draco, estaba seguro de que la alargada criatura se extendió por la tarima en su dirección, era larga y su figura, según la veía, era completamente negra.
— ¡Finch-Fletchley, no te muevas! —Severus grito nuevamente a uno de los chicos de Hufflepuf que tal vez, había reaccionado demasiado tarde. —Nadie se mueva de su sitio.
La garganta de Draco aún estaba cerrada por la terrible experiencia, y su mente disociaba, su cuerpo sentía los rasguños del Sectumsempra, su mirada se fijó en la criatura, estaba girada hacia le chico de Hufflepuf, el mismo que tal vez había gritado al principio, amenazante y ciceante.
Al detallarla, aun en su puesto y congelado, identifico que no podía ser otra cosa sino una serpiente una gigante y desconocida, con escamas negras y brillantes, de ojos verdes y aterradores, además de una lengua plateada que a Draco le recordó una cosa.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y terror al darse cuenta por fin de lo que estaba pasando, con rapidez levanto su manos izquierda y cuando lo hizo, viendo su mano temblar pálida frente a él. Sus ojos pasaron tanto de su manos, ahora vacía como a la gigante, pero de verdad titánica serpiente que tenía justo en frente.
¿Este era el anillo que le había regalado su abuelo?
En el momento en que en su mente apareció tal frase, la niebla sobre su mente se dispersó, su cuerpo aun temblaba, pero algo se sintió mas liviano en su pecho, aun la furia contra Potter lo recorría, también sentía el miedo del recuerdo, pero había algo más, algo que no era suyo y que podía sentir en sus escudos.
Era pequeño y cálido, pero amenazante, aunque no hacia él.
La serpiente había mantenido los colmillos afuera, amenazante hacia Finch-Fletchley, aunque este no se hubiera movido en lo mas mínimo, o eso fue hasta que algo cambio y atrajo su atención hacia el frente. Lejos del chico que parecía a punto de caer desmayado sin una pizca de sangre en la cara.
Draco no fue capaz de ver la escena. No con la enorme figura de la serpiente frente a él, pero no fue necesario, cunado las ciceantes palabras llegaron a sus oídos con ecos fantasmales y sin sentido, era Potter, estaba intentando hablar con su anillo y pareció ser el caso porque de inmediato, La serpiente mostro aun mas los dientes hacia el y siseo de manera amenazadora.
Draco pareció estar anclado al suelo durante todo este tiempo, y solo se dio cuenta de que en realidad el moverse estaba más allá de su poder, lo alerto, esto no era producto de su pánico, no, esto era magia, magia que pico alrededor de su cuerpo, una magia que no conocía.
Si antes Severus estaba Perplejo, cuando Draco lo miro, solo pudo decir que el hombre estaba más allá de algo como el miedo, su mirada se había tornado fría mientras observaba hacia la tarima, pero no hacia él, no, estaba observando a Potter, el mismo que ahora estaba hablando en lengua Parsel con una serpiente gigante que, aunque Draco no supiera que decía, sentía que no podía ser nada positivo.
No fue sino hasta que Draco escucho cierto susurro ciceante que la magia que la mantuvo en su lugar se levanto y al mismo tiempo, una frase apareció en su mente impulsándolo a levantar la mano en dirección a la criatura y decir:
—¡Regresa!
Fue una orden susurrada, pero eso pareció ser suficiente para que la enorme Serpiente frente a él, la misma que ahora observaba a Potter con frialdad, pero sin tener los colmillos afuera, esa serpiente, casi al instante redujo su tamaño y se abalanzó hacia el dedo de Draco en un mismo movimiento.
Una vez la serpiente volvió a ser el anillo plateado que se enroscaba juguetona mente en su dedo índice, ya no quedaron dudas.
Draco no puso atención a Potter, al mismo Potter que ahora lo veía con una mirada compleja que le fue imposible comprender, no noto el como sus compañeros ahora lo miraban a el con miedo y también veían a Potter con algo muy similar.
Todo el lugar se mantuvo en completo silencio por lo que Draco sintió como un minuto entero, hasta que la primera voz se elevó, después de eso, todo fue un completo caos.
Su padrino, en algún momento había llegado nuevamente hacia la tarima, y con fuerza lo arrastro hacia abajo, cuando llego, tanto Pansy como Theo lo esperaban de ese lado y de inmediato lo sacaron casi arrastras del gran salón mientras Blaise, Vince y Greg, se encargaron de cubrir su huida en medio del mar de adolescentes aterrados que habían comenzado a correr para escapar.
Esto definitivamente se salió de control muy rápido.
Draco no sintió la mayoría del viaje gracias a la impresión, y estaba seguro de que en ningún momento había dejado de temblar, esto no era bueno, no era para nada bueno.
—¡¿Por qué no dijiste que tu anillo era un Ocultta Custos Draco?! —Le grito Theo cunado atravesaron la puerta de la sala común de Slytherin, la misma que ahora mismo estaba desértica.
—¿Un qué?
—Un guardián antiguo Draco, eran muy codiciados, pero también, extremadamente raros. —Explico Theo con urgencia. —¿Recuerdan el libro que les mostré?
Tanto él como Pansy asintieron.
—Pues hacen parte de la magia antigua que ya no se usa hoy, muchos cayeron en manos de muggles y están prácticamente perdidos e inactivos, esa magia no pudo replicarse así que, por Salazar ¡¿CÓMO CONSEGUISTE UNO?!
Draco inmediatamente dio un paso hacia atrás, no solo por la cara de maniático asustado pero interesado de Theo, sino también porque las palabras de su abuelo volvieron a su cabeza. —Yo… no sabia que era, es decir… —Intento explicarse —Mi abuelo me lo regalo antes de volver, dijo que habían pertenecido a el y a la abuela y solo me dijo que me protegerían, pero no dijo nada.
Theo estaba dispuestos a decir algo más, pero por primera vez en esta conversación frentica, Pansy intervino. —Bueno eso no importa ahora, lo que de verdad debería preocuparnos es que, Una serpiente gigante, acaba de aparecer en la clase de duelo, pareció ser invocada por Draco. —Resumió ella. —Y si a alguien antes le quedaba alguna duda de que eras el heredero, Draco Malfoy, con esto prácticamente se los confirmaste.
El corazón de Draco se detuvo en este instante. —Pero yo… ¡Este no es el monstruo de la cámara! —Señalo el anillo —¡Y YO NO SOY EL HEREDERO!
—¿Crees que a alguien le va a importar lo que digas ahora? —Declaro Pansy con severidad. —¡Vieron un monstruo en esa sala Draco!, una serpiente gigante que casi ataca a un condenado hijo de muggles de Hufflepuf y…
Pero luego Pansy se detuvo abruptamente y tanto ella como Theo se miraron fijamente al tener lo que Draco llamo, un momento de epifanía, debido a sus miradas intensas.
—… Y Potter habló con ese mismo monstruo. —Finalizo Theo al intercambiar miradas con Pansy.
—Bueno, tal vez no seas el único que está completa y absolutamente perdido.
Genial, era oficial, las cosas salieron incluso peor que la primera vez que hizo esto, Perfecto.
Y de nuevo todo era culpa de Harry Potter.
Notes:
Muy bien, este capítulo lo esperaba mucho, ya que pasaron dos cosas importantes.
Siento que las conversaciones sobre los Wizen, de este libro como del siguiente son muy importantes para todos los amigos de Draco en Slytherin, es un presedente importante que tiene que ocurrir, no pueden cambiar asi como asi.
Ademas, estoy muy feliz de que al fin descubrieran la verdadera naturaleza del anillo de Draco, ahhh. ¿que si lo hice para que todos desconfiaran de él aun mas? si, ¿me arrepiento? ni un poco. ¿Por que?, se enteraran en el capitulo siguiente.
Ya que solo faltan dos capitulos para el final de este primer libro de la serie, les adelantare solo una cosa para que preparen sus corazones, muchos esperaban que algo pasara con Draco para que Harry recapacitara, y solo adelantare que tanto en el siguiente capitlo como en el ultimo, Draco sangrara, tranquilos, pondre las advertencias pertinentes.
Esto es el climax de la historia y espero poder escribir todo, inlcuyendo el final y el primer capitulo del siguiente libro esta semana, si las festividades no me consumen.
En fin, nos vemos en el siguiente capítulo y les deseo felices fiestas a los que las celebran y a los que no, espero que tengan un muy buen fin de año
Chapter 10: La poción multijugos
Summary:
—Draco eso no…
—¡PARA TI ES MALFOY! —Interrumpió a la niña nuevamente mientras ella se sobresaltaba. El silencio se instaló en la sala antes de que Hermione intentara dar un paso hacia adelante solo para darse cuenta de que le era imposible mover los pies. —¡PARA CUALQUIERA DE USTEDES!
Notes:
Hola hola a todos.
Buenos, este capítulo estuvo listo hace unos dias, pero la verdad como les dije, tofo lo correspondiente a las fiestas me tomo demaciado tiempo.
Ademas, el ultimo capítulo en verdad es dificil.
Advertencia
Descripciones de sangre y heridas.espero que disfruten el capítulo, jajaj
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Chapter Text
Aun después de haber pasado horas de lo ocurrido en el club de duelo, la mente de Harry seguía siendo un desorden uno incontrolable junto con la maraña de sentimientos con los que ya lidiaba a diario.
Se había propuesto a no volver a acercarse a Draco Malfoy desde lo que paso en la clase de pociones y el hecho de que casi los expulsaran, Hermione casi se habia deshidratado por tanto llorar y aunque quisiera decir que solo se debía a que la profesora McGonagall los hubiera reprendido y que adicional a eso sus padres recibirían una carta disciplinaria por sus acciones, Harry sabia que también tenia que ver la actitud fría de Malfoy con ella y es decir, en realidad, en el fondo, Harry sabía que Malfoy tenía todo el derecho a estar increíblemente molesto con ellos.
Se había propuesto a mantener las relaciones con Malfoy tranquilas este año cuando supo que regresaba, pero fue inevitable no comenzar a sospechar, todo el año habia sido increíblemente normal hasta que él llego y petrificaron a la gata de Filch. Algo en le fondo de su pecho le gritaba que no era tan fácil como encontrar al responsable justo ahí, y mucho menos que fuera Malfoy, nada con él era sencillo.
Aun así, tanto Ron como él insistieron para convencer a Hermione de elaborar la poción multijugos, todo para infiltrarse y descubrir si Malfoy era o no el heredero, y ella se negó por completo incluso después de la pelea en el campo de Quidditch. Su amiga lloro por ser llamada sangre sucia y claro, se esforzó en creer que habia una razón para que Draco ingresará al equipo con las escobas, es decir él y su padre no eran iguales y en eso Harry tenia que estar de acuerdo.
Donde Lucius Malfoy era cruel y desagradable, Draco era… comprensivo y amable a su pomposa manera, según las palabras de Hermione. Y por supuesto, esto solo lo hacia sentir peor. Su amiga, incluso cuando estaba peleada con Draco seguía defendiéndolo.
No fue sino hasta la discusión en el pasillo, donde Draco prácticamente le saco en cara lo ocurrido en el campo de quidditch que Hermione cedió a las demandas de un muy molesto Ron, gritando a viva voz que solo lo haría para que entendieran que Draco podía ser muchas cosas, pero no el heredero.
Con el paso del tiempo, Hermione se veía decaída al no hablar con Draco, Harry se enojaba mucho mas con ambos, cuando su ella miraba disimuladamente a la mesa de Slytherin y suspiraba derrotada, o cuando Malfoy pasaba justo a su lado y los ignoraba.
Era increíblemente confuso y molesto.
Luego ocurrió el incidente que los llevo a ambos a la enfermería y el descubrimiento de Dobby. “Mi joven amo… no ve la hora de alejarse, ha sufrido tanto el joven amo” Recordó esas palabras que Dobby le dijo en el verano cuando intento convencer a Harry de no regresar a Hogwarts, nada de eso cuadraba con la imagen de Malfoy que veía en la escuela, maduro, inteligente y sin una pizca de miedo. No podía creer que Dobby hablara de Malfoy cuando lo descubrió, la misma noche en que petrificaron a Colin y aquí Harry no podía culparlo, estuvo con él todo el tiempo.
Hermione se mofo de que siempre se los dijo mientras que Ron guardo silencio, un silencio que después rompió para decir que aun deberían seguir con el plan, después de todo asegurarse con la poción no haría daño, ya les faltaba poco para terminarla, El aceptó sin mucho problema, tenía lógica y bueno. Hermione se vio orillada a aceptar debido a ellos dos y su insistencia, de nuevo.
Luego llego la clase de pociones y hasta el día de hoy realmente creía que habia sido la peor idea de todas.
La poción estaba prácticamente lista y según el libro, solo faltaban dos ingredientes Aún necesitaban el cuerno de bicornio y la piel de serpiente arbórea africana, por eso habían ideado hacer el tumulto teniendo en cuenta que estarían realizando una poción relativamente inofensiva.
Habría sido una obra maestra de no ser porque Malfoy los descubrió y por supuesto se lo dijo a Snape. De ser mas descarado, lo habría negado todo como hizo Ron, pero la mirada enojada de Draco lo obligo a callar y bajar la mirada, con todo lo que habían hecho entre este año y el año pasado, Malfoy nunca los habia mirado de manera tan desdeñosa y enojada, menos a Hermione quien se vio increíblemente sorprendida al también ser acusada.
Harry, por un segundo creyó que, aunque Malfoy la hubiera visto, definitivamente no la acusaría con Snape y eso fue un error, demostrando que todo este tiempo que Hermione no le habia hablado, tuvo sus efectos en su amistad.
Una vez salieron de la oficina del director y llegaron a la sala común en medio de los sollozos de Hermione, Ron fue el primero en hablar.
—Sabia que no le agradábamos a Malfoy, pero no creí que nos fuera a acusar a todos. —Ese comentario se hizo con toda la intensión de llegar a Hermione, por supuesto.
—Sabíamos que era un riesgo cuando lo intentamos, a Malfoy no le agradamos desde el años pasado, pero Hermione… —Sus propias palabras se apagaron poco a poco.
Los sollozos de su amiga se hicieron mucho mas fuertes en ese momento. —Ahora ninguno de nosotros tres le agrada. —Gimoteo entre lágrimas, lagrimas que, para desgracia de Harry, sentía que también podría dejar caer, si supiera por qué.
—Es un idiota, él fue quien entro a su equipo comprando el lugar y no hizo nada para defenderte Hermione y en ese momento seguían siendo amigos.
Ella negó. —Ron, nunca lo vimos jugar de nuevo en el equipo, no sabemos la historia detrás de su ingreso porque adivinen que, ¡fui demasiado terca para aceptar explicaciones cuando intento hablar conmigo! —Sus quejas fueron obvias. —Además, lo que dijo ese día tiene sentido, todo ocurrió muy rápido, no podría haber intervenido.
—Son excusas Hermione. —Declaro Ron esa noche mientras Harry se sentía contrariado.
A él no le pareció una excusa y Hermione se veía realmente afectada.
—Hermione tiene un punto. —Esta vez Ron se giro hacia Harry, sus ojos abriéndose por la sorpresa. —¿Qué?, es cierto, Malfoy en realidad no jugo mal, e incluso atrapó la snitch conmigo, cual sea la razón por la que no sigue jugando como titular, no es porque sea malo. —Quería sacar de la ecuación lo molesto que se habia sentido cuando Slytherin jugo contra Ravenclaw y Malfoy no jugó en esa ocasión, no sabia por que, pero le hubiera gustado tener su revancha.
Confirmo que no ocurriría después de que Wood les dijera que el titular de Slytherin habia cambiado y que ahora otro chico entrenaba en su lugar, incluso Wood dijo que le habia parecido extraño, pero al final nada de eso le importó lo suficiente a su capitán.
—¿Ves?, debí escucharlo cunado intento hablarme. —Se culpo su amiga una y otra vez.
—En fin, creo que nos desviamos, el punto es que por suerte no nos expulsaron y ya tenemos los últimos ingredientes de la poción, nada de esto servirá si al final se estropea y no podemos interrogar a Malfoy.
Concluyo Harry antes de suspirar de cansancio y todos ir a sus dormitorios.
Para ese punto Harry realmente habia comenzado a creer que su paranoia con Malfoy era producto de su imaginación, como tantas veces habia dicho el Slytherin.
Se habia obsesionado con observar a Malfoy desde su llegada y en realidad entendía un poco, mejor dicho, completamente por qué a Hermione le gustaba, aunque no lo dijera abiertamente.
En fin, realmente habría creído por completo que Malfoy no era el heredero de no ser por el incidente del club de duelo, eso lo llevaba a este preciso momento, el mismo en el que se encontraba recostado en su cama, sin poder pegar el ojos recordando una y otra vez el hecho de que ahora sabia que su habilidad para comunicarse con serpientes no era común y además también recordando las palabras de la serpiente gigante que Draco habia convocado.
Aun se estremecía al recordar el momento.
“¡Tú… lo lastimas, lo lastimaste Harry Potter!” Le siseo agresivamente la enorme serpiente una vez dejo de mirar a Justin.
El corazón de Harry latía a mil por hora en ese momento, no sabia cuando todo se puso tan mal, es decir, habia querido ganarle a Malfoy al menos en el club de duelo si no podía ganarle en quidditch ya que al parecer no volvería a jugar, pero en vez de contratacar desvió cada uno de sus ataques, casi como si no viera a Harry como un verdadero competidor o merecedor de algo más de él y eso lo enojo.
Lanzo el hechizo cada vez más rápido y ya no para ganarle, sino que para al menos tener algo más que la simple defensa helada que le daba cada vez. Pero no, en vez de contratacar con un hechizo, la enorme serpiente se habia impuesto entre ambos, como un muro impenetrable que ahora mismo, lo miraba como si fuera mejor devorarlo que dejarlo con vida.
“¿Sabes mi nombre?, ¿Cómo…?” Siseo, intentando dar un paso hacia el frente, pero siendo detenido por los colmillos desnudos y el siseo agresivo de la enorme criatura.
“Yo lo sé porque el portador lo sabe” Seseo con fuerza con los ojos verdes y brillantes sobre el. “¡Y tú lo lastimaste, lo sigues lastimando!” El siseo aumento.
“Yo nunca le he hecho daño, está bien y…”
“¡Existen mil y un maneras de dañar a alguien, Harry Potter!” Siseo la serpiente. “Tú tienes mucha suerte” Sus colmillos plateados se retrajeron, pero su mirada nunca dejo de atravesar a Harry. “Pero no tientes al destino y busques problemas.”
Eso fue lo ultimo que la enorme serpiente le dijo poco antes de desaparecer o, mejor dicho, regresar a la mano de su “portador”, como lo habia llamado.
Harry simplemente les dijo a Hermione y Ron, que no fue una conversación particular o larga y solo le pidió que no lastimara a nadie, por supuesto, tuvieron que creerle después de explicarle que era una hablante de Parsel.
Pero ahora no podía dejar de pensar en la acusación de la enorme criatura. No sabía cómo tomar la situación y justo ahora que sus sospechas sobre Draco habían empezado a disminuir este incidente ponía el tema sobre la mesa nuevamente.
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Draco no se había atrevido a salir de la sala común después del desastre del club de duelo.
Severus lo llamo después de una horas a su oficina, lugar en donde pregunto directamente sobre lo ocurrido en el club, Draco solo tenía la información que le había dado Theo sobre que era su anillos y eso fue exactamente lo que le dijo a su padrino.
Sabía que Severus no creía nada sobre él siendo el heredero, pero eso no evitaba que los demás en colegio pensaran de manera diferente.
Prácticamente se sentía como tener que defenderse frente a un jurado, pero por suerte salió victorioso ya que su padrino dijo que investigaría mucho más y que lo dejaría conservar el anillo siempre y cuando eso no llevará a problemas futuro, además de que probablemente lo necesitara.
Al día siguiente, lo que mas le fastidio ocurrió poco después del desayuno.
—¡Malfoy! —Le gritó alguien desde el otro lado del pasillo mientras hablaba con sus amigos y se dirigían a su primera clase del día.
Un suspiro cansado se escapó de sus labios, sabiendo perfectamente a quien pertenecía la voz. —Tiene que ser una broma. —Gruñó entre dientes mientras se daba la vuelta y veía a tres Gryffindors corriendo hacia ellos.
Pansy de inmediato intento pararse frente a él y sus amigos a sus lados, pero el los detuvo negando con la cabeza, podría manejar esto.
—¿Por que hiciste eso ayer? —Pregunto Potter una vez estuvo lo suficientemente cerca, su voz no se elevó, pero la acusación era tan obvia. —Ahora todos creen que yo soy el heredero.
Draco se sorprendió ante esto, en realidad creía que era el mayor sospechoso era él mismo, de manera razonable era claro que lo era, pero no Potter. El día anterior, tanto Pansy como Theo indicaron que esto también podría afectar la reputación de Potter ya que era hablante de Parsel, una habilidad extraña y que coincidía con la de Salazar Slytherin. Aun así, Draco lo veía poco probable, ya que él, a vista de todos, habia convocado a una serpiente titánica que no solo habia amenazado a un hijo de muggles de Hufflepuf, sino que también al “niño que vivió”, aunque este hubiera podido hablarle.
Esto no fue como en su pasado cuando le lanzo a Potter una pequeña serpiente.
—Dudo que sea todo el mundo, como mucho diría que compartimos un cincuenta, cincuenta de acusaciones. —Dijo con un tono aburrido y desinteresado, y aun así podía confirmar que estaba siendo generoso.
—Hmmm, no es agradable que te acusen sin pruebas, ¿verdad? —Susurró Blaise fingiendo mirara hacia otro lado cuando Pansy le dio un codazo en el costado.
Eso no evito que el trio dorado lo escuchara y un silencio incomodo se extendiera entre los dos grupos.
Draco solo diría que realmente no desaprobaba el comentario de Blaise, era muy cierto.
—No es por ser grosero Potter, pero no necesito ni quiero tener esta conversación, menos con ustedes, lo de ayer fue un accidente. —Dijo con lentitud. —Si alguien te acusa has oídos sordos y sigue tu camino, tarde o temprano todo se resolverá. —Aunque con lo furibundo e imprudente que era Potter, difícilmente eso sería posible.
—Pero… tú la lanzaste.
—Error, se libero sola, es un guardián y eso es todo.
En ese momento la voz de Weasley y Hermione por fin se dejaron oír.
—¿Un guardián?, imposible no he leído nada que mencione a una criatura como esa. —Dijo Hermione, más para ella misma que para otra persona en la conversación.
De todas formas, eso seguro que pico en la vena de Pansy que saltaba cuando se tocaba algún tema relacionado con Hermione desde ayer, es decir, él le habia preguntado porque se habia rebajado a pelear a golpes con ella, pero simplemente su amiga se enojó y literalmente indico que cambiaran de tema.
—Hay cosas que no vienen en los libros Granger, o mejor dicho no en los que un sangre…
—¡Pansy! —Se apresuro a cortarla antes de que dijera algo más, la joven se estremeció y apretó los labios con fastidio antes de girar la cabeza y cruzar los brazos.
—Bueno, creo que lo mejor es que terminemos tan amena charla. —Intervino Theo. —Creo que todos tenemos clases a las que asistir. Si nos disculpan…
Con esto, Pansy y Blaise se adelantaron, y Vince y Greg siguieron a Theo, él solo les dedico una mirada más al trio dorado y se dio la vuelta, no podía ponerlos entre sus prioridades, de todas formas, si alguien acusaba a Potter de ser el heredero entonces estaban locos.
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Tal como Draco pronostico, las acusaciones de él siendo el heredero solo empeoraron, escalaron a tal punto que su padrino tuvo que llamarlo varias veces a su oficina indicando que algunos compañeros habían enviado cartas a sus padres asegurando que él era el heredero, tan solo para que esos padres preocupados le exigieran a Dumbledore su expulsión.
Todo después del ultimo ataque a Justin Finch-Fletchley y a Nick casi decapitado, incluso Potter se habia atornillado aún más en la casilla de los sospechosos debido a que lo encontraron justo en la escena del crimen, Draco por su parte no salía de ahí debido su custos, a quien debería ponerle un nombre, habia casi devorado al Hufflepuf en el club de duelo
Por supuesto, las quejas también llegaron a oídos de su padre quien pertenecía a la junta estudiantil y rápidamente se encargó de que esto tuviera una consecuencia, Draco jamás lo habia sentido tan indignado en una de sus cartas, es decir, su padre siempre fue dramático, les venía de familia, pero esta vez se sentía colérico en cada frase.
Draco se habría conmovido un poco de no ser porque su colera no venía de que lo emparentaran con Salazar Slytherin, no, eso para el era un alago, por el contrario, se debía a que mestizos y sangre sucias quisieran expulsarlo a él, un sangre pura, de Hogwarts, casi habia puesto un grito en el cielo y según la carta, se habia reunido con Dumbledore al respecto y en su carta mencionó que:
“Tu director parece tener una extraña percepción de ti Draco, una que en mi opinión parece inclinado a creer las teorías, aunque asegure que, sin pruebas, tú estadía en Hogwarts estará asegurada.
No espero que un mestizo lo entienda así que mi único consejo es que esperes Draco, las cosas se encausaran muy pronto y esta estúpida caza de brujas nos dará la razón”
Claramente no podía confiar fielmente en el relato de su padre, siempre sintió un fuerte desagrado por Dumbledore y aunque él no era el mayor fan del director, podía confirmar que al menos esta vez hablaba en serio sobre aguardar y por ello no se sentía especialmente preocupado, no era el heredero y esto se descubriría tarde o temprano.
Los días pasaron rápidamente y ante el miedo generalizado, Hogwarts quedo desértica para cuando llegaron las vacaciones de invierno y navidad, todos querían escapar del monstruo de la cámara y del heredero de Slytherin.
Incluso los de su propia casa habían aprovechado para escapar, no por miedo sino por todo, Hogwarts era agobiante en este momento.
Para su sorpresa, esa navidad ocurrió otro cambio con respecto a su anterior segundo año y fue que Pansy se quedó en estas fiestas, así que solo ellos junto con Vince y Greg se quedaron de segundo año y algunos de séptimo año, el resto de Slytherin desapareció.
Cuando Draco le preguntó cuál era la razón por la que quiso quedarse, ella indico que no quería pasar las fiestas en su casa este año, una mentira, por supuesto, pero Draco no diría nada la respecto y simplemente se encargaría de adelantar sus trabajos tanto de Hogwarts como de Beauxbatons.
Por suerte no todo era malo o frustrante.
El 23 de diciembre, Draco recibió por fin una respuesta a la carta que había enviado a su abuelo preguntando sobre la historia de la cámara de los secretos y el asesinato hace cincuenta años.
Aunque en un principio creyó que la respuesta de su abuelo seria tan vaga y carente de ayuda con respecto a la situación como la de su padre, esta resulto ser completamente diferente.
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Diciembre 5 de 1992
Mi querido nieto
Me temo que la información que tengo sobre esa ocasión y sobre el heredero de Slytherin son en verdad mínimas.
Cuando ocurrió yo ya había pasado dos años fuera de Hogwarts, pero recuerdo que generó un gran revuelo en el mundo mágico, Hogwarts estuvo a punto de cerrar.
Si, recuerdo haberme sentido aliviado de haber completado mi educación antes de que ocurriera tal tragedia, no es algo muy amable de mi parte en realidad, pero era joven y superficial.
Recuerdo que vi a la chica escasamente un par de veces, un poco extraña si me lo preguntas, y si no mal recuerdo pertenecía a Ravenclaw, Elizabeth Warren era su nombre, o al menos es lo que recuerdo de mismo, probablemente tenía uno segundo. Perdonarás a este anciano querido nieto, pero la chica era francamente insignificante para mí y mis memorias marchitas.
El punto es que, creo que a un estudiante semi gigante lo culparon por ello y claramente mintieron al respecto, ningún director querría que se descubriera la verdad al respecto en su guardia, yo descubrí o mejor dicho me enteré de que probablemente había sido el heredero debido a algunos amigos que se encontraban en su último año, o algunos que se encontraban más involucrados con Hogwarts después de graduarse.
Lo que creo es que deberías ser cauteloso Draco, Salazar Slytherin era brillante, un genio si me lo preguntas, pero increíblemente mañoso, quien sabe que horrores oculta la cámara de los secretos si en verdad existe.
Ahora mismo me arrepiento de no haber podido mantenerte en Beauxbatons, mis disculpas más sinceras nuevamente.
Tal vez tus preocupaciones no existirían de haber podido quedarte en la escuela que querías, lo lamento mucho.
Mantente a salvo y escríbeme si algo más surge, he estado recibiendo los reportes de Salud así que estoy vigilando.
Atentamente.
Tu abuelo.
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La sonrisa en su rostro fue difícil de esconder, aunque en realidad no lo hizo, siempre le gustaba recibir una carta de su abuelo, aunque ahora se tardarán más debido a la distancia.
En fin, al menos lo que dijo su abuelo fue de más ayuda que la información escasa de su padre.
A fin de cuentas, el problema seguía ahí, la única persona que había visto a la criatura de la cámara de los secretos estaba muerta. Elizabeth Warren, eso no dejaba a nadie con vida, o al menos no en Hogwarts, a quien pudiera preguntarle, tal vez Hagrid, que según la palabras de su abuelo, definitivamente fue culpado por su muerte, no podía pensar en ningún otro semigigante.
Una ridiculez si se tenía en cuenta todo el contexto, pero si solo se usó para encubrir la verdad de la cámara de los secretos, tenía mucho más sentido.
Aun así, tal vez podía investigar quién era la niña y encontrar pistas.
Claramente, mientras se encontraban frente al fuego de la sala común, con sus cuatro amigos, le comento de sus nuevos avances debido a la carta de su abuelo, no fue muy detallista, pero les dio algo de información.
Pansy por supuesto preguntó por qué seguía investigando y él solo respondió que no podía mantenerse con los brazos cruzados, no mientras siguiera siendo el principal sospechoso de todo esto y quería que eso terminara. Esa era un parte de la verdad, claramente, pero no todo.
A la hora de dormir Draco se propuso investigar a fondo sobre la chica de Ravenclaw que fue asesinada en aquella ocasione, seguramente en los registros estudiantiles podría encontrar algo sobre ella.
Al día siguiente, el 24 de diciembre, Draco se levantó un poco tarde debido a haberse desvelado la noche anterior mientras releía la carta una y otra vez, intentando encontrar algo que no viera sobre todo el misterio.
Para su desgracia, Pansy los convenció a todos de salir a caminar ese día, con la brisa helada y por supuesto, caminar sobre toneladas de nieve, ideas que solo Pansy podría obligarlos a completar.
Regresaron al castillo sobre el medio día para poder almorzar y en ese momento ayudar un poco tanto a Vince como a Greg.
La investigación de Draco se retrasó hora tras hora hasta después del banquete de navidad. Uno que se vio obligado a celebrar en la misma mesa que ciertos entrometidos Gryffindors debido a que eran muy pocos estudiantes esa navidad.
Él comió su porción obligatoria y después se llevo tres galletas de mantequilla, tenia que llegar a la biblioteca para encontrar los registros.
—¿Vienes conmigo o te quedas con Vince y Greg? —Le pregunto a Pansy mientras se levantaba de la mesa y se disponía a correr hacia la biblioteca.
Su amiga simplemente negó. —Me quedare, estas obsesionado y prefiero comer un postre más, muchas gracias.
Draco Giro los ojos poco antes de dar la vuelta y dirigirse hacia las puertas del gran comedor.
Una vez termino de recorrer los pasillos y llegó a la biblioteca se dedico a encontrar los registros estudiantiles y si al menos los tenían disponibles para la consulta abierta, para su suerte si, aunque tuvo que inventar una historia de intentar buscar a sus parientes anteriores por cuestiones familiares.
Seguramente eso no era necesario, pero bueno, ser precavido nunca mató a nadie.
Se acercó a la sección que le señalaron y pudo ver muy claramente que nadie ahí habia ido a visitarla en lo que podrían ser siglos.
La sección estaba compuesta por una gran cantidad de pergaminos colocados en cajones, al abrirlos, Draco podía ver el sello con el año al que pertenecía el registro de graduados, es decir el año de graduación de los estudiantes y todos los estudiantes, de todas las casas que se graduaron ese año, organizados por orden alfabético, al lado de cada nombre se encontraba una foto del estudiante y el escudo de su casa, este probablemente pertenecía a los últimos cien años, dudaba que los más antiguos contaran con fotos.
Draco se quedó observando las listas por un segundo y sin quererlo sintió nostalgia. Fue incapaz de moverse o decir algo, incluso fue incapaz de tomar los demás pergaminos, aunque este no fuera ni remo9tamente el que necesitaba.
Nunca pensó en esto, o no tuvo la oportunidad de hacerlo. Seguro la lista de su año, el futuro que fue, habría sido mucho mas corta de lo que debió ser.
Suponía que con toda la situación después de su quinto año, la ceremonia de graduación en Hogwarts jamás llego a ser una prioridad, mucho menos pensó en ella cuando ingreso a Azkaban ni tampoco durante los años que fue prisionero en su casa. ¿Lo habría bloqueado su mente atormentada? Probablemente. Los demás que sobrevivieron a la batalla, ¿siquiera habían tenido oportunidad de regresar a Hogwarts para culminar sus estudios? o todos fueron excluidos sistemáticamente de la historia.
Lamentablemente no tendría las respuestas, no sabia si ahora que habia regresado en el tiempo, el futuro después de la guerra seria igual o diferiría, no estaba seguro de si podría volver a Hogwarts o no, y si eso hubiera sido una opción para él la primera vez que vivió esto.
Más allá de sentirse desgastado, triste y sacudido por ese pensamiento, también sintió ira, ¿Por qué habían tenido que pagar ellos con todas sus vidas?
Si dejabas de lado los bandos, en realidad ninguno ganó, probablemente él no fue el único que termino con ataques de pánico, el no fue el único que perdió a sus amigos esa noche en la batalla, probablemente no era el único que sufría de pesadillas por los horrores de la guerra y lo que sufrieron a lo largo de la misma.
Su mente se trasladó directamente a Luna Lovegood, ella… ¡Por todos los cielos!, fue secuestrada durante meses, meses en donde él fue la única persona decente con la que hablaba. Luna era alguien extraña, sin duda lo era, pero eso no era inherentemente malo, tal vez de haber sido completamente normal se habrían vuelto totalmente loca.
Intentó ayudarla y si hubiera sido el único cuya vida estuviera en riesgo, probablemente la habría ayudado a escapar al igual que a Ollivander y al duende, aunque a este ultimo hubiera sido más por dejar las celdas vacías, pero de por medio estaban sus padres cuando aún creía que era suficientemente importante para ellos como lo eran para él.
Tal vez les quitaba mas crédito del que debía, pero ciertamente no podía cambiar los sentimientos que se apoderaron de él hacia el final de sus días.
Lovegood probablemente nunca olvidaría como un mortifago especifico bajaba diario a amenazarla con golpearla o mutilarla, hacerle cosas innombrables si su padre no cooperaba y solo de una cosa Draco podía sentirse orgulloso en esa época; logro que no le desgraciaran mas la vida como probablemente hicieron con muchas menos afortunadas.
Si, definitivamente todos en su generación y tal vez todos los que estuvieron en Hogwarts en esos dos años, quedaron fracturados de alguna manera y a diferentes niveles.
Cuando regresó a la realidad, al presente, descubrió que el pergamino que habia abierto, estaba sufriendo bajo el agarre mortal con el que lo sujetaba y que, al notarlo, definitivamente relajo cuando descubrió que el papel estaba a nada de romperse.
Sintió sus mejillas mojadas y sus ojos picar, ¿habia llorado mientras reflexionaba que habia sido de todos?
Cuando toco su rostros, sus dedos se mojaron.
Se quedó algunos segundo viendo el pergamino sin saber exactamente que habia venido a hacer aquí, sus ánimos se habían apagado por completo al ver todos estos rostros sonrientes, todos registrados, pero él nunca supo que ocurrió con los de ellos.
Tal vez borrados o inexistentes debido a todo el daño y dolor que causaron, al menos el suyo seguramente si.
Su pecho se apretó y fue un leve siseo y el movimiento en su mano lo que lo distrajo del deprimente hoyo negro en su cabeza.
Cuando levanto la manos descubrió que su anillo habia empezado a moverse en círculos alrededor de su dedo índice, instintivamente extendió la mano hacia el, recordando como lo habia hecho su abuelo al darle a esta extraña y maravillosa joya.
La pequeña serpiente inmediatamente se desenrosco de su dedo y se deslizo hacia la mano derecha, era una miniatura adorable de la enorme y aterradora serpiente que habia causado tanto pánico en el club de duelo.
—¡oh!, ¿quieres consolarme? —Preguntó a la minúscula serpiente.
Esta solo siseo de manera incomprensible para el.
—Bueno, algo si tengo que envidiarle a Potter, él si podría entenderte. —Hablar Parsel nunca fue una de sus ambiciones, ni antes ni ahora, menos con lo aterrador que se veía el señor oscuro hablando con la pesadilla rastrera que era Nagini, pero solo por esta vez, hubiera deseado nacer con ese don.
La diminuta serpiente se deslizó nuevamente sobre su manos y en ese momento, sintió algo cálido en su pecho, antes creyó que esto era algún tipo de señal que enviaba el custos, pero ahora podía confirmarlo ¿era la forma del custos de comunicarse con él?
—¿Eres tú, no es cierto?, tú envías estas… sensaciones para que te entienda, ¿verdad? —De nuevo la calidez, tal vez eso significaba si, así que sonrió.
Con el terrible entrenamiento que sufrió para prender oclumancia, era fácil distinguir cuales eran sus sentimientos y cuales otros no, una habilidad adicional de reconocimiento que ahora podía agradecer.
Seguramente si alguien lo viera diría que estaba demente.
—Es algo creativo sin duda. Tal vez mejore en entenderlo con el tiempo. —La pequeña serpiente incluso pareció asentir ante su afirmación.
Soltó una carcajada debido a ello.
—Esta bien, ¿te parece volver a ser un anillo para que pueda buscar lo que necesito?
Esta vez no hubo sensación o un movimiento de cabeza, la pequeña serpiente no tardo en deslizarse rápidamente hacia su mano izquierda y enrollarse en su índice nuevamente, congelándose poco después y volviendo a ser una joya de plata inmóvil.
Sintiéndose un poco mejor, Draco pudo concentrarse de nuevo en su tarea.
Habia una cantidad verdaderamente enorme de registro y Draco estaba seguro de que estos eran los mas recientes, era imposible que fueron los mil años de estuantes que Hogwarts habia educado.
Teniendo en cuenta que el asesinato se habia llevado a cabo hacia cincuenta años y su abuelo habia salido de Hogwarts dos años antes, utilizaría la generación de su abuelo para guiarse y tomaría todos los registros de 1941 en adelante hasta 1947, tal vez eso podría ayudarlo a encontrarlo ya que no sabia la edad de la victima, solo que era estudiante de Ravenclaw.
Una vez ubico los pergaminos de la década de los 40s, rápidamente tomo los que necesitaba. Era un poco tonto tomar los del mismo año que en que su abuelo se graduó, pero bueno, necesitaba información y tal vez no estuvieran hablando solo de un estudiante.
Una vez los tuvo todos a manos, prácticamente corrió hacia la bibliotecaria para obtener el permiso de sacarlos e ignorando la mirada extraña que le lanzo, se dirigió rápidamente a las mazmorras.
Al revisar la hora se dio cuenta de que, para su sorpresa, solo habia pasado un total de treinta minutos en la biblioteca, algo relativamente bueno para no tener que correr por el castillo para llegar antes del toque de queda.
Con su varita levito los pergaminos a su lado y se encamino a las mazmorras, algo tenia que conseguir de todo esto.
Cuando se encontraba a punto de llegar escucho las voces que venían desde el pasillo camino a su sala común, y claro, no parecían muy tranquilas, al menos pudo reconocer la de Greg por sobre las del resto así que se apresuró.
Al llegar, descubrió a sus tres amigos, Pansy, Vince y Greg, frente a Peter Weasley o como se llamará, este último siendo tan petulante y grosero, o mejor dicho inflexible, suponía que regresar en el tiempo no cambiaba las personalidades molestas de todos a su alrededor.
—Están ahí —dijo mientras se acercaba al grupo de cuatro, mirándolos a todos y fingiendo no haber escuchado las ordenes de Weasley. —¿Se quedaron en el comedor todo este tiempo? —Miro a Vince y a Greg sin esperar una verdadera respuesta y luego se giró hacia Pansy. —¿Y te quedaste con ellos? —Su amiga abrió y cerro la boca una o dos veces sin poder responderle, algo extraño si era sincero, Pansy siempre sabia como responder, pero bueno, retiro este pensamiento y culpo directamente a la hora y al banquete. —Bueno, no importa, es una suerte que estén aquí, tengo mucho que mostrarles, vamos
Su mirada se dirigió a Percy una vez se alisto para seguir con su camino.
—¿Sigues intentando encontrar al heredero Weasley? —Preguntó con enojo y por supuesto el mayor no tardo en verse ofendido.
—¡Tendrías que mostrar un poco más de respeto a un prefecto! —dijo—. ¡No me gusta ese tono, Malfoy!
Draco simplemente giro los ojos, no habia sido grosero en ningún momento, pero bueno, la gente escuchaba lo que quería, además de verdad no le agradaba este Weasley en particular.
Les indico a sus tres amigos que siguieran, no podían seguir esperando y ganarse mas problemas de los que ya tenían solo por caminar en la mazmorras, increíble.
Dejaron atrás al perfecto y se encaminaron a la sala común.
—Peter Weasley verdaderamente...
—Percy —le corrigió automáticamente Greg ganándose una mirada algo confundida de parte de Draco, no sabía que su amigo se supiera el nombre del chico.
—No importa —Dijo —Todos sabemos que se la pasa patrullando en este pasillo porque crees que así atrapara al heredero, no me sorprendería que él sea la razón por la que la casa se quedo casi sin nadie esta navidad. ¿De verdad cree que atrapará al heredero solo?, es ridícula una idea así.
De sus labios escapó un suspiro mientras negaba con la cabeza, existían muchas más posibilidades de que lo petrificaran a él también a que descubriera quien era el heredero.
Al llegar a las puertas de la sala común, Vince quien era el más próximo debería haber dicho la contraseña, Draco espero a que su amigo la dijera para que pudieran ingresar, pero al ver se quedaba prácticamente congelado decidió dar paso al frente y decirlo, no era una contraseña compleja por Salazar, pero ¿se le habia olvidado después de una festín?
—¡Sangre limpia! —Dijo sin dudar. Vio como la puerta se habría así que se hizo a un lado para darle ingreso a Pansy primero.
Su amiga se vio un poco perdida e incomoda antes de que Draco se aclarara la garganta y le señalara el interior para que pasara, ella lo hizo, aunque parecía bastante indecisa.
De nuevo, extraño, su amiga siempre era bastante… diferente y decidida. De hecho, ella siempre entraba de primeras.
Después de que ella ingreso, él lo hizo haciendo flotar los pergaminos al interior, luego lo siguieron Greg y Vince.
Al hacerlo, definitivamente se sintió un poco confundido al ver la mirada de sus amigos, demasiado perdidas en el resto de la sala, como si nunca la hubieran visto antes.
En fin, la excusa de tener que contarles algo importante no habia sido solo eso, realmente tenia que explicarles bien lo de las cartas y pedirles ayuda para revisar los pergaminos, eran demasiados y seria extremadamente tedioso tener que buscar a la difunta señorita Warren sin la ayuda de alguien.
Eso sí, Pansy probablemente se negaría, pero podía convencerla de algún otro modo, pero lo haría.
—Esperen aquí —Señalando el gran sofá frente al fuego de la chimenea —Necesito un favor y para eso necesito las cartas.
Con eso Draco esperó que Pansy inmediatamente saltara a quejarse, pero no lo hizo, de hecho, sus tres amigos simplemente asintieron y se dirigieron al sofá, de nuevo, extraño, pero tenia más prisa por revisar los pergaminos que por cualquier otra cosa.
Básicamente dejo los pergaminos a un lado y corrió rápidamente hacia su dormitorio, Ahora sin Theo la verdad era mucho mas solitario y no era como Vince y Greg, este último habia invitado a Vince a quedarse con él en la habitación que compartía con Blaise mientras su amigo no estaba, él no podía hacer nada porque solo quedaba Pansy y en definitiva no se iba a meter a los dormitorios de chicas, seria un escandalo y su madre definitivamente haría un contrato de matrimonio en ese instante.
Rápidamente corrió hacia su escritorio y tomo las dos cartas que tenía sobre la mesa.
Cuando regreso sus amigos susurraban entre sí, aunque cuando lo vieron se callaron de inmediato.
—Lee la carta de mi padre de nuevo Greg. —Dijo mientras le extendía la carta a su amigo.
Los ojos de este se abrieron como canicas, pero tomó la carta.
Después de leer el molesto principio de la carta, Greg por fin llego a lo importante. —“Hace cincuenta años murió un sangre sucia y…”
Draco lo detuvo en ese momento, emocionándose un poco demasiado con esto.
Los ojos, de sus tres amigos mostraron una sorpresa bastante mas grande de la que deberían ya que ellos ya conocían esto.
—Perfecto, Gracias Greg, con eso es suficiente. —Luego miro hacia Vince y le extendió la otra carta. —Ahora, Vince lee la carta de mi abuelo.
Y esta vez Vince, a diferencia de Greg, tomo la carta con mas decisión y la leyó, cuando termino tanto el como sus otros dos amigos, parecieron demasiado sorprendidos, de nuevo, esto tal vez se debía a que en realidad nunca les mostro esta segunda carta, sino que más bien se las parafraseo la noche anterior, ahora tal vez la negativa a ayudar no fuera tan grande.
—Muy bien, entonces, ¿que tenemos aquí? —Les preguntó a sus aún muy conmocionados amigos.
Pansy fue la primer en reaccionar. —El nombre de la primera victima. —Respondió ella aun conmocionado.
Draco inmediatamente asintió y se acerco a ella. —Exacto, además de que sabemos que antes el heredero asesino, pero esta vez, por algún razón solo ha petrificado a algunos estudiantes, pero con esto ya al menos hay un nombre y es por eso que necesito su ayuda.
Los tres pares de ojos lo atravesaron rápidamente.
—Fui a la biblioteca como les dije y pedí los registro de los estudiantes graduados en esos años, teniendo en cuanta los dos años que mi abuelo ya no estuvo en Hogwarts, independientemente si murió, seguramente su nombre estará en alguno de los pergaminos del año en que debió graduarse, también una foto. —Según entendía, eso hacia Hogwarts con las situaciones como las de la señorita Warren. —Se que he sido molesto con este tema en los últimos días, pero entre más rápido me ayuden a resolver esto, mas rápido se acabara.
—Pero… ¿buscar el nombre de alguien que esta muerto de que nos sirve? —Pregunto Pansy rápidamente.
—Porque tal vez podamos encontrara a su familia o a alguien que fuera un amigo o conocido, o tal vez algunos fantasmas también la recuerden por el nombre y nos den una pista de lo que pasó esa noche.
Su amiga asintió con fuerza y recuperando un poco de ese aire dominante, aunque ahora parecía un poco nerd. —Está bien, hagámoslo.
Bueno eso habia sido relativamente más sencillo de lo que espero. Demasiado fácil en realidad.
Haciendo a un lado la sensación molesta que le genero la actitud de sus amigos, le extendió pergaminos a cada uno y él mismo se puso a revisar uno de ellos, el problema eran la gran cantidad de estudiantes en las listas.
Mientras buscaba, poco a poco descubrió que sus amigos, con el paso del tiempo se ponían mas nerviosos, es decir, nunca habia visto a Pansy mirar la hora con tanta urgencia mientras aceleraba su búsqueda, Greg ni siquiera parecía estar poniendo atención a la fecha del pergamino y Vince, habia acelerado su proceso de lectura y cada vez mas seguido miraba tanto a Pansy como a Greg.
Él, por otro lado, se tomó su tiempo y sentado junto a su amiga, reviso un pergamino, el de 1947, si no mal recordaba.
Buscar por nombre era un ridiculez ya que su abuelo no estaba seguro del nombre, pero en la carta hizo ver como si el apellido de la chica fuera el correcto así que busco Warren.
Iniciando los apellidos con la letra “W” que la encontró y casi se cae del sofá al ver la imagen que acompañaba el nombre, un nombre que por supuesto no habia estado completo.
Si lo hubiera estado, si su abuelo hubiera recordado el primer nombre de la joven, no habría tenido que buscar en todos estos pergaminos.
—La encontré. —Susurro. —¡La encontré! —Grito esta vez, Saltando fuera del sofá y agitando el pergamino como una victoria. —¡LA ENCONTRE! —Grito con aun mas fuerza. Mientras veía a sus amigos y giraba el pergamino para mostrarle a la joven niña con una bandera negra en su nombre.
—Esa es… —Inicio Vince, pero Pansy inmediatamente interrumpió.
—¡Es Myrtle la llorona! —Completo su amiga con los ojos grandes.
—Exactamente, es MYRT…
Pero antes de que pudiera decir cualquier cosa, su mente dejo de lado la felicidad de no solo tener la identidad completa de la persona que lamentablemente fue asesinada para concentrarse en algo extraño.
¿Cómo era posible que Pansy Parkinson conociera a Myrtle?
Es decir, todo el mundo conocía el fantasma del baño de niñas, pero, según su experiencia, Pansy nunca quiso acercarse ahí y mucho menos aprenderse el nombre de un fantasma tan desagradable como lo era Myrtle, incluso en su pasado, Pansy solo aprendió su nombre porque el y la joven fantasma se hicieron relativamente cercanos cuando el tenía sus colapsos mentales en sexto año, pero… Pansy ahora habia hablado como si la conociera, es más, habia dicho su apodo.
Sus ojos se entrecerraron y se obligó a calmarse, bueno, tal vez era demasiado paranoico, pero luego, paso algo incluso mas extraño.
Mientras sus tres amigos veían fijamente la imagen y el nombre de Myrtle en el pergamino, el cabellos de Greg poco a poco se torno rojizo, un tono brillante y terriblemente familiar.
Sus ojos se entrecerraron pensando que estaba viendo mal, pero luego una pequeña raya rosada comenzó a aparecer en la frente de Vince, una cicatriz en forma de rayo, una que conocía muy bien.
El cabello de Pansy dejo de ser completamente negro y en su lugar, tomo un tono mas castaño, su lizo característico se comenzó a convertir en unos risos rebeldes que por supuesto sabia a quien pertenecían.
La sorpresa y el desconcierto se instalaron en el pecho de Draco, mientras el enojo aumentaba con cada segundo que veía como sus apariencias cambiaban y ellos ni siquiera se daban cuenta.
Oh, claro, ahora lo veía, todas las señalas estuvieron justo frente a su cara y no se dio cuenta, desde el primer momento, Greg no se sabría el nombre de Peter Weasley, Pansy jamás se comportaría de manera tan desconfiada, Vince era lento, pero no tanto como para olvidar su condenada contraseña.
Esos tres… Se habían burlado de el. ¡Se habían atrevido a suplantar a sus amigos y engañarlo!
Luego recordó el incidente de la clase de pociones, por supuesto. Nunca creyó que fuera una broma, esos tres siempre se metían en problemas y ahora… todo tenia sentido, fue por los ingredientes de la reserva para la clase.
Ugh, habia sido tan tonto.
Con el enojo hirviendo en su cuerpo, actúo sin pensarlo, sus manos se cerraron en puños, pero no de manera vaga, anclo a los tres niños al suelo con magia sin varita, sus dientes chirriando por el enojo mientras los observaba, aun ignorantes de que habían dejado caer sus mascaras.
—¿Ahora los tres están satisfechos? —Preguntó con frialdad, volviendo a arrastrar la atención del trio dorado hacia su persona, sus apariencias prácticamente completamente suyas.
—¡Draco de que…?
—¡¿Por qué no se miran primero y luego te atreves a preguntar, Hermione?!
Al decir esa frase y su nombre, su antes amiga inmediatamente se giro para ver a sus dos acompañantes.
Los tres palidecieron en ese segundo.
—Draco, espera, podemos explicarlo. —Inmediatamente se lanzo a dar explicaciones, pero Draco no quería nada.
—¡No necesito ninguna!, los quiero a los tres fuera de este lugar y por Salazar, ¡agradezcan que estoy los suficientemente cansado para ir a acusarlos con el profesor Snape! —Les grito a los tres sin poder controlarse. —O tal vez yo soy demasiado amable para ustedes y por ellos siguen y siguen fastidiándome la vida…
—Draco eso no…
—¡PARA TI ES MALFOY! —Interrumpió a la niña nuevamente mientras ella se sobresaltaba. El silencio se instaló en la sala antes de que Hermione intentara dar un paso hacia adelante solo para darse cuenta de que le era imposible mover los pies. —¡PARA CUALQUIERA DE USTEDES!
Tanto Potter como Weasley también descubrieron que sus pies estaban anclados al suelo. —¡Es suficiente Malfoy!, ¡nosotros…! —Intervino Weasley
—Ustedes vinieron aquí, utilizando poción multijugos y copiando la imagen de mis amigos, rompiendo mas de una docena de reglas y ¿para qué? ¿Para confirmar que yo era el heredero? —Dijo girándose hacia Weasley.
—Malfoy, no es toda la verdad nosotros… —Comenzó Potter, pero Draco lo interrumpió.
—Me importa muy poco que mas tengan que decir al respecto, quiero que los tres salgan de Slytherin y que regresen a mis verdaderos amigos sanos y salvos o me encargare de que todos ustedes lo paguen. —Sus pasos se adelantaron hacia Potter hasta quedar frente a frente, los habia aguantado demasiado, habia aguantado la estúpida actitud Harry Potter y sus acusaciones, habia aguantado las provocaciones de Ronald Weasley y por, sobre todo, habia terminado con Hermione Granger, en este momento, prefería cualquier otra cosa que tenerlos en frente. —¿Quedo claro? —Sus ojos y los de Potter se encontraron, pero esa chispa brillante, ese aleteo que lo incapacitaba cuando lo veía, hoy fue sepultado por el enojo.
Intento ser amable e ignorarlos, pero decidieron fastidiarlo, bueno, pues ya no más.
Dio un paso hacia atrás y observo a los tres, sus apariencias regresando completamente a la normalidad así que tomó su varita y con un rápido movimiento retiro el encantamiento.
—Supongo que ahora tienen mucha información para resolver todo esto, porque yo no tratare de descubrir absolutamente nada. —Sus ojos se fijaron en los lloroso de Hermione. —Y por mi el resto de casas pueden caerse a pedazos, porque no levantare ni un solo dedo para ayudar.
Porque si, la otra razón para investigar habia sido Hermione, ella fue una victima del heredero y el monstruos, no quería que pasara por esto, pero ahora realmente ya no importaba, se sentía tan enojado.
Hermione hipo con fuerza y ahora que el hechizo se levanto, no dudo en correr y dirigirse a la puerta de la sala común para luego abrirla y salir sollozando. Weasley le lanzo la mirada mas venenosa que jamás habia visto viniendo del pelirrojo antes de que este saliera corriendo tras Hermione.
Y al final solo quedaron el y Potter. —También va para ti. —Exclamo dándose la vuelta para recoger el desorden de pergaminos.
—Malfoy, yo…
—Potter no juegues mas con mi paciencia, he dicho que se vayan y no estoy jugando. —Sus manos soltaron las cartas y pergaminos agresivamente. —¡Largo y no quiero volver a saber de ti, Granger o Weasley! o esto definitivamente lo va a saber el director y me encargare de que de verdad los expulsen esta vez. —No se dio la vuelta, no le daría el gusto a Potter.
Aun así, escucho como Potter prácticamente se atraganto con las palabras, que hizo después, no lo supo, pasaron algunos segundos antes de que Draco escuchara los pasos del Gryffindor alejarse y las puertas de la sala común abrirse y cerrarse.
Solo esperaría a que sus amigos regresaran para irse a dormir, toda la emoción por haber descubierto que en realidad si habia alguien a quien preguntar y que este alguien no era nada mas y nada menos que la mismísima víctima del atentado, se dispersó en el aire.
Aunque bueno, al parecer, él mismo se habia sacado de su propia investigación, perfecto.
_________
Febrero
Después de esa noche, el trio dorado al final capto el mensaje y no volvieron a acercarse.
Hermione lo intento los días posteriores, pero Potter y Weasley la detuvieron en cada oportunidad, después de las primeras semanas del año, esos intentos se acabaron y le dieron a Draco completa paz.
Estuvo completamente desconectado de todo hasta el 14 de febrero y claro, eso se lo agradecería a Lockhart quien convirtió el castillo en un lugar de rosas y corazones. En opinión de Draco algo lindo, si no fuera por lo descaradamente rosa que era todo, el respetaría algo discreto, pero esto rozaba con lo ridículo, los enanos en pañales y con alas, no dejaban de ser increíblemente incomodos incluso si era la segunda vez que los veía.
Fue en este día que las cosas comenzaron a ponerse un poco mas raras de lo normal.
Mientras él y sus amigos se encaminaban a clases, ocurrió el desastre.
Al girar por una de las esquinas se toparon con la escena de un Potter increíblemente avergonzado intentando escapar de un enano que se colgó a su maleta y bueno, el sonido de la tela rasgándose y el estruendo de todos los materiales de Potter estrellándose en el suelo fueron lo suficientemente esclarecedores sobre a donde fueron a parar todos sus elementos.
Potter claramente intento recoger todas las cosas en el suelo mientras un rojo escarlata teñía sus mejillas y aunque no se rio, sus amigos no evitaron soltar algunas carcajadas, aunque no todos, Theo giro los ojos con molestia y Blaise simplemente le dio un codazo a Pansy cuando su risa paso del decoro a un impropio sonido que difícilmente era digno de una señorita.
Claramente este incidente provoco que los estudiantes que iban a venían se toparan con la escena y fuera difícil pasar y a su vez esto ocasiono que se comenzara a formar un gran grupo alrededor de Potter y el enano.
Potter intento embutir todo en la maleta ahora rota, viéndose cada vez más y más desesperado.
—¿Por qué toda esta conmoción? —dijo otra voz familiar, la de Peter Weasley, quien se unía al desorden.
Potter en el momento de más desesperación, incapaz de seguir intentando meter las cosas en la maleta, intento escapar de todo, dejando sus cosas en el suelo, pero el enano se lanzó hacia sus rodillas y lo derribó.
—Bien —dijo, sentándose sobre los tobillos de Potter—, ésta es tu canción de San Valentín:
Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche
y el pelo negro como una pizarra cuando anochece.
Quisiera que fuera mío, porque es glorioso,
el héroe que venció al Señor Tenebroso.
Ante esto fue obvia la vergüenza de Potter al escuchar cada unos de los versos y no muy lejos la mirada esperanzada de una comadreja pequeña que miraba toda la escena, una pelirroja que observaba todo sin abrir la boca, pero una vez el enano termino de decir el poema, sus brillantes ojos se apagaron y la vergüenza tiño sus mejillas cuando todos a su alrededor se rieron e incluso el mismo Potter intentó reírse con total incomodidad mientras se ponía de pie.
Una lástima, Draco le rescataría siempre una cosa a Ginevra Weasley y eso era su valentía, aunque bueno, en esta ocasión fuera anónimo.
Al menos ella habia expresado sus sentimientos a Potter en algún momento, Draco en cuanto los descubrió los negó una y otra vez, se dijo que estaba confundido y que, de verdad, de verdad estaba confundiendo su obsesión y odio hacia Potter con otra cosa.
Lo negó durante meses, pero luego ¿adivinen que?, se dio cuenta de que nunca estuvo más confundido que cuando intento meterse a la cabeza que no amaba a Harry Potter.
Mientras veía la vergonzosa escena, sintió un poco de pena por la niña de apenas once años.
Los adolescentes eran terribles gestionando sentimiento y bueno, el no diría que fuera un experto, apenas habia vivido una adolescencia normal hasta el quinto año y después… no tuvo oportunidad de vivir lo que le quedaba, aprendió que burlarse de un sentimiento como el amor era la cosa mas estúpida que alguien pudiera hacer, estos niños también lo aprenderían en un futuro.
Eso lo aprendió a la fuerza, años y años de soledad le enseñaron que una muestra de cariño valía mucho cuando sabes lo que se siente no tener ninguna.
Todos daban por hecho la existencia de personas que los amaban, el también lo hizo, hasta que se quedó completamente solo.
Aunque eso si, que compadeciera a la menor de los Weasley no implicaba que ella le agradara, ni tampoco que creyera que ese poema fuera mínimamente decente, en realidad era terrible.
¿Como alguien podría comparar las esmeraldas brillantes en la mirada de Potter con simples y asquerosos sapos en escabeche?, su cabellera negra e incomparable como el ébano o la profundidad de la noche con una simple pizarra para escribir, incomprensible la verdad.
Si Draco no soportaba a Potter ahora, seguía muy molesto por lo ocurrido en navidad y ciertamente prefería no volver a hablarle, pero eso no quitaba que fuera lindo, ahora tenia mas rasgos de bebe, era obvio, pero si pensaba en los próximos años definitivamente podía aceptar los hechos como eran, además, en algún punto, todo Hogwarts se daría cuenta de esto.
El respetaba los sentimientos de los demás, pues por eso no habia dicho ni pio sobre los sentimientos de Hermione hacia él, pero eso no indicaba que este tipo de cosas no fuera vergonzoso, valiente pero vergonzosos.
—¡Fuera de aquí, fuera! La campana ha sonado hace cinco minutos, a clase todos ahora mismo —decía Peter, empujando a algunos estudiantes. —Tú también, Malfoy.
No tenían que decírselo dos veces.
Cuando intento dar un paso hacia el frente siguiendo a sus amigos, indudablemente se topo con cierto libro, parecía ser un diario así que en silencio se inclino y lo recogió, quedándose un poco atrás de su grupo. —¿Que es…?
Ni siquiera pudo revisarlo bien cuando una mano se extendió hacia el.
—¡Devuélveme eso! —le dijo Potter parándose justo frente a él.
—¿Es tuyo? —Preguntó mientras que vagamente recordaba esto. Si, en efecto este era un diario de Potter o algo por el estilo.
Potter simplemente asintió sin atreverse a mirarlo a la cara, él tampoco estuvo dispuesto a alargar esto así que se lo entrego en sus manos y pasó a su lado para poder alcanzar al resto de sus compañeros sin darle mucha mas relevancia al encuentro.
___________
Semana de Receso
—No puedo con esto, me rindo. —Declaró Pansy mientras le pasaba el pergaminos con todas las electivas a Vince, quien habia estado intentando ver desde su lado hacia media hora debido a que perdió su propio pergamino. —Es demasiado difícil decidir.
Pansy no era la única agobiada por la elección de las electivas para el tercer año.
Draco por supuesto, no quería pensar en la posibilidad de tener que pasar otro año en Hogwarts, pero con la salud de su abuelo en un hilo, no tenia otra alternativa.
—Blaise, ayúdame. —Suplico su amiga recostando la cabeza en el hombro del moreno quien, a diferencia de ella, ya habia elegido muy bien que materias tomaría.
—Elige las que mejor vayan con tus planes a futuro. —Respondió él sin moverse un centímetro. —Todos, y quiero decir TODOS, Pansy, te hemos repetido lo mismo. —Ese “todos” claramente incluía a Vince y a Greg quienes, para sorpresa de todos, tenían al menos ideas más claras que Pansy sobre las materias que cursarían.
—Yo seré diseñadora de modas, me hare cargo del negocio familiar de mi madre. —Confeso ella rápidamente. —Pero ninguna clase aquí tiene algo que ver.
Aquí fue cuando Draco intervino. —Eso no es del todo cierto Pans. —Se acomodo mejor en el sofá. —De hecho la creación de ropa para magos podría innovarse, quien sabe, si logras combinar runas mágicas podría inventar una tela nueva con infinidad de usos, criaturas mágicas te pueden ayudar a ver que animales tienen mejor pelaje o que se yo, implementos para fusionar con la tela, incluso estudios muggles, si es que en algún momento quisieras, y enfatizo en esto, si quisieras hacerte conocida también en el mundo muggle y expandir el negocio de tu madre, me han dicho que la moda muggle, aunque no tan sofisticada como la de muchos magos y Brujas, definitivamente tiene su propio encanto.
Estas no eran sus palabras, habían sido las de Pansy poco antes de que todo se fuera al mismísimo infierno en su quinto año, indicando que ahora que era mayor, podría haber usado mejor ese conocimiento y no haber tenido una mente tan cerrada.
Por supuesto, su Pansy actualmente tenía tan solo doce años, próximamente trece, así que aun veía las posibilidades demasiado estrechas.
Pero para su sorpresa, sus palabras, parecieron iluminar el rostro de la joven, quien de inmediato salto y se alejo del hombro de Blaise para dirigirse hacia Draco y abrazarlo, tomándolo completamente por sorpresa. —Eres asombroso Draco Malfoy, ¡Gracias!
Él se limitó a sonreír, sin creer que esa simple frase de verdad hubiera logrado aclara la mente de su amiga en cuestión de su futuro.
—Oh bueno, ya que solucionamos la crisis existencial de Pansy, vayamos con algo menos serio como el hambre mundial. —Intervino Theo con una sonrisa gatuna en su rostros, en experiencia de Draco, le fascinaba molestar a Pansy.
Algo totalmente diferente a su pasado, es decir, siempre fue el más cayado del grupo, retraído, por eso Draco nunca llego a considerar un verdadero amigos.
Claramente, prefería a este Theo.
Su amiga no tardos en separase solo para tomar uno de los cojines en el sofá y lanzárselo, Theo no se esforzó por esquivarlo y simplemente se rio. —Y tú, omnisciente Theodore, supongo que ya elegiste tus electivas.
Su amigo asintió. —Tomare Cuidado de Criaturas Mágicas y Runas Antiguas. —Explicó rápidamente. —Las demás materias que necesito para mis estudios posteriores a Hogwarts son materias principales.
—¿Que aprendizaje vas a hacer después? —Pregunto Greg mientras aun miraba el pergaminos como si esperara que este tomara vida y le diera las respuestas.
—Estoy entre sanador o magizoologo, aunque mi padre seguramente no estaría de acuerdo con ninguna de las dos. —Respondió Theo.
—¿Entonces porque las eliges? —Pregunto de nuevo Greg.
—Porque no creo poder estar bajo la supervisión de mi padre toda la vida, tal vez, lo mejor sea, comenzar a pensar en mi propio rumbo.
Los ojos de Draco se entrecerraron mientras detallaba el rostros de Theo mientras respondía esta última pregunta. Theo de hecho desvió su mirada de nuevo al pergamino con el nombre de las electivas, pero su labio tembló un poco.
No quería creer que Theodore padre hubiera empezado con ese asqueroso habito de manera tan temprana con su hijo.
No era posible que… pero si era posible.
En su tiempo, aunque nunca fue especialmente cercano a Theo, ellos compartieron habitación durante seis años, fue inevitable que no se diera cuenta de ciertas cosas, como, después de cada una de sus vacaciones después de cuarto año, el cuerpo de Theo regresaba con suaves marcas y moretones en lugares que parecían perfectos para que nadie que no viera desnudo a Theo, los descubriera.
De hecho, Theo siempre fue reservado, pero fue en un descuido que Draco empezara a notarlas, y después de su receso de primavera, en su quinto año, Theo se rompió y le confeso a Draco sobre el abuso físico que sufría a manos de su padre, todo esto después de que preguntará preocupado.
Theodore padre nunca fue amable con Theo y eso se veía a leguas, parecía ser que lo odiaba por ser el hijo de su madre, una mujer que Draco sabia con seguridad, fue asesinada por su esposo después de dar a luz a Theo, se hablaba mucho de eso entre los mortifagos cunado Theodore padre ingresaba a las reuniones.
Theo comenzó a pasarla muy mal después de primer año, cuando sus calificaciones no alcanzaron el primer lugar. Su padre empezó a abusar verbalmente de él, peor todo se puso horrible después de cuarto año, el regreso del señor oscuro, eso pareció desatar a la verdadera bestia dentro de ese hombre y su pobre hijo pagó el precio con palizas.
No quería creer que Theo hubiera comenzado a sufrir a manos de su padre desde ahora, es decir, no habia visto ninguna marca en el cuerpo de su amigo.
Tendría que vigilarlo de ahora en adelante, no podía permitir que eso le ocurriera de nuevo.
—¿Para ser Sanador o Magizoologo no necesitas ser bueno en herbología también? —Pregunto Blaise mientras que los labios de Theo se apretaron, asintiendo con la cabeza al final. —Pero Theo… eres terrible en herbología. —Una carcajada mal disimulada escapo de los labios del moreno.
—¡Mejorare, aun tengo tres años para los TIMOS! —Se defendió su amigo levantando la cabeza nuevamente.
—Lo creeré cuando lo vea Nott porque de verdad eres terrible. —Contrataco Pansy metiéndose en la charla.
—Oh, Parkinson, cuando obtenga una un Sobresaliente, hare que te tragues tus palabras.
—Aja, ya veremos.
Draco no pudo evitar sonreír por el intercambio entre todos, era increíblemente entretenido.
—Blaise, tu no nos has dicho que electivas vas a cruzar. —Cambio de tema su amiga.
—Aritmancia y runas antiguas. —Se encogió de hombros. —Creo que son materias que un rompe maldiciones podría necesitar.
—¿Enserio? —La voz de Vince parece algo incrédulas, aunque esto podría deberse a que estaba viendo sobre el hombro de Pansy nuevamente. —Habia escuchado que serias pocionista.
Blaise negó. —No, mi madre quiere que lo sea, pero eso no va a pasar.
Eso fue todo lo que dijo al respecto y no creía que alguien necesitara mas explicaciones.
—Greg, tú que vas a elegir. —Preguntó Pansy, extendiendo de nuevo su pergamino a Vince con algo de fastidio.
—Hmm, adivinación, dicen que puede ser una materia fácil de cursar y creo que me concentrare en las clase normales.
Para su sorpresa o, mejor dicho, falta de la misma, Vince asintió y secundo a su amigos. —Yo hare los mismo y no tengo un talento particular para cualquiera de las otras optativas.
Tal vez Vince no habia querido que sonara tan mal, pero definitivamente así sino.
—Nunca sabrán si son buenos o no si no las intentan primero. —Les aseguro Draco.
Greg simplemente negó. —Hay cosas que cuando las sabes, las sabes. —Y se encogió de hombros.
Una respuesta muy simple pero que Draco no pudo refutar.
El recordaba que antes, prácticamente los habia obligado a tomar las mismas clases que él, y recordó lo mucho que fueron reprendidos sus amigos por haberlas reprobado.
Luego todos lo miraron a el y supo que era su turno. —Yo, estaba pensando en enfocarme en ser pocionista o alquimista, pero no es seguro, así que, para estar preparado para todo, ¡decidí que tomare todas las optativas!
Y tal como sabia que pasaría, sus amigos se quedaron en total silencio antes de que estallaran.
—Draco Lucius Malfoy, ¿estas demente? —Pregunto su amiga. —Es imposible que tomes cada una de las optativas.
Theo asintió. —Los horarios se cruzarían Draco.
El simplemente se encogió de hombros, —Estoy seguro de que el profesor Snape encontrara una alternativa para poder lograrlo.
Si Hermione Granger lo habia logrado, porque no podría el.
Es decir, por supuesto que habia notado que, en su primera vez en tercer año, Hermione habia estado en cada una de las clases, es decir, el habia hecho una gran esfuerzo en ese momento y preguntando con los estudiantes de otras clases descubrió que Hermione habia podido asistir a las que estaban en el mismo horario así que exigiría que se la dieran, sabía que existía una forma.
—En realidad tomare todas menos adivinación, no tengo ganas de “conocer el futuro” o cosas así. —Para predecir el futuro él ya tenía un adelanto lo suficientemente deprimente como para acabar con su alegría.
Theo simplemente negó con la cabeza y levanto las manos en gesto de rendición y cansancio, probablemente no intentaría convencerlo de lo contario.
—Bueno, si crees poder manejar eso, mas tus estudios con Beauxbatons y además las clases normales, entonces estas a otro nivel de superioridad Draco.
El le pico un ojos a su amiga.
Ella no tenia ni idea.
_____________
Marzo
Para la última semana de marzo, la reunión de los estudiantes con sus jefes de casa inicio, y en la suya el tema de todas las electivas de Draco, definitivamente preocupo a Severus, aunque este no quiso dejarlo ver.
—¿Incluso deseas inscribir estudios muggles en tus electivas, pero no adivinación? —Preguntó Severus mientras recibía el pergamino con las electivas a inscribir.
Draco asintió. —No siento que adivinación aporte mucho a mis aspiraciones futuras, señor. —La mirada de su padrino inmediatamente se estrecho.
—¿Y si lo harían estudios muggles?
—Creo que me ofrecen una perspectiva más amplia del mundo.
—Quieres decir los hijos de muggles, ¿no es cierto? —La incredulidad habría sido algo que resaltaría en la propia voz de su padrino, pero descubrió un destello de preocupación en sus ojos.
—Hacen parte de la sociedad mágica y prácticamente llegan mas cada año sin saber absolutamente nada de nuestro mundo. —Se mantuvo erguido en su asiento sin desviar la mirada de su padrino. Bueno, poco a poco tendría que comenzar a tener estas conversaciones. —Y si no sabemos de donde vienen, como planeamos explicarles y enseñarles sobre nosotros como magos y brujas de una manera que no les resulte completamente aterradora.
Su padrino guardo silencio y por supuesto no se movió por lo que Draco habría creído que era un minuto completo. —… Draco… —Suspiro cuando al fin reacciono, alejando el pergaminos con las electivas. —Creo que debido a la situación general en Hogwarts no pude prestarte la atención que requerías al haberte transferido. Pero no puedo evitar notar ciertos cambios importantes.
—¿Cuales cambios señor? —No era un idiota, sabia a la perfección que a comparación con el niñito prejuicioso y caprichoso que habia sido a los diez u once años, mejor dicho, antes de ingresar a Hogwarts, era completamente diferente.
Y por supuesto que su padrino notó su evasiva, solo que tuvo la delicadeza de no echárselo en cara.
—Como el hecho de que ahora los llamas “hijos de muggles” y no “sangre sucia” como lo hiciste millones de veces antes. Tú degradación en el equipo de quidditch que no parece afectarte ya que mágicamente parece que ya no tienes gran interés por el deporte, sin mencionar que muchos de tus compañeros aseguran que tienes ideas poco afines con alguien de tu posición, además de que el director ya me ha comentado de cierta habilidad que posees, mas allá de tus aptitudes académicas y estudios aparte, un oclumante muy destacado, según me dijo.
Bajo la mesa, las manos de Draco se cerraron en puños, sin querer demostrar la incomodidad que comenzaba a extenderse en su pecho.
—Podrías no creerlo, pero tus padres también han mostrados preocupación desde inicio de año, indicando que es posible que tu estadía con tu abuelo hubiera cambiado en ti ciertas enseñanzas o, mejor dicho, tu abuelo te enseñara ciertas cosas en tu estancia con el, que cambiara algunas cosas. —Las manos de Severus su juntaron sobre el escritorio. —Quisiera preguntarte, mas allá del ámbito Profesor estudiante, ¿que te ha hecho cambiar tanto y en tan poco tiempo?, querido ahijado.
Draco, primero guardo silencio, pero después simplemente se rindió, —Las personas maduran y cambian padrino. En mi opinión, que ya no sea alguien tan increíblemente caprichoso no debería ser un motivo para un interrogatorio.
—Oh, por supuesto que madurar no es algo que se cuestiona, ya casi cumples trece años, eso es algo natural. —Dice con su expresión ilegible. —El verdadero problema surge cuando todos los aspectos anteriores de ti, se alteran con tan solo un año en el exterior querido ahijado. Tú padre cree fielmente que tú abuelo ha compartido contigo ideas algo descabelladas.
Sus ojos se entrecerraron. —¿Y ú crees lo mismo padrino? —Preguntó al instante.
—En mi experiencia, conocí a Abraxas Malfoy durante un periodo de tiempo muy escaso y me pareció alguien difícilmente equivocado o incongruente, tampoco senil. —Draco asintió, satisfecho al escucharlo hasta que: —… Pero ha pasado mas de una década desde que lo vi y a su edad, tu padre tiene una duda razonable, si me lo preguntas.
—¡Mi abuelo no esta loco ni tienen demencia, Padrino! —Declaro con decisión.
—Muy bien. —Aceptó el hombre con una inclinación de cabeza. —Entonces tendré que advertirte que tu padre, ha pedido que te supervise más de cerca y tú madre, como una gran amiga también ha mostrado mucha preocupación.
—Entonces, ¿crees que mi comportamiento merece tal nivel de alerta? —No necesitaba preguntarlo, en realidad ya conocía la respuesta.
Severus lo miro y asintió reticentemente en su opinión. —No es común que un heredero sangre pura, comience a actuar de manera tan discordante a su posición…
—Y esa posición incluye aterrorizar y hacer menos a los hijos de muggles y a los muggles, profesando muerte y asesinato a ellos y a su descendencia. —El enojo se desbordo de sus palabras sin que lo quisiera
—¡Lenguaje! —Le espeto levantando la voz y su expresión tornándose mas severa. —¿Tus modales también se han visto afectados? Dudo mucho que tu abuelo permita esa clase de libertades Draco.
De inmediato apretó los labios y bajo la cabeza. Definitivamente habia perdido un poco la paciencia, algo que comenzó a notar lentamente, aun era raro de su parte, pero si era cierto que ahora de verdad estaba notando cambios, mas allá de sus memorias, que en realidad no habían sufrido ningún cambios, definitivamente este estado preadolescente lo afectaba, aun no sabia a que nivel, pero no creía que fuera tan sencillo todo esto de haber regresado.
—Perdón señor.
El sonido de aceptación por parte de Severus fue reticente, pero aun así continuo. —Como decía, tienes un papel que cumplir en esta sociedad y de igual manera se esperan cosas de ti, no tienes las mismas libertades que cualquiera, eres un Malfoy.
—Y mi apellido solo tiene que inspirar, poder, frialdad, miedo e intolerancia, perdón padrino, pero esto no es lo que aprendí de mi abuelo.
—Oh, no dudo que aprendieras ciertas cosas de tu abuelo, pero es ahí donde radica la preocupación de tus padres Draco, Abraxas Malfoy es tu abuelo, Narcissa y Lucius Malfoy son tus padres y parece que ahora estas mas apegado a tu abuelo que a tus propios progenitores.
Draco no levanto la cabeza, pero en voz baja respondió. —Eso no es cierto. —Bueno, mentía, era obvio que no era sincero.
Su padrino suspiro. —Dejando a tus padres de lado… No diré que no es una preocupación que también me atañe a mí, Draco. —Su mirada volvió a elevarse y enfrentarse a la de su padrino. —Estas en Slytherin Draco. —El asintió, sin comprender muy bien a que se debía esto. —Por ser de esta casa, el resto del mundo te vera con ojos sigilosos y cautos. —Draco asintió con lentitud. —Por ello, no es bueno que tengas una enemistad con las personas de tu misma casa ahijado. Nunca se sabe que pueda pasar en el futuro, Los Slytherins nos cuidamos entre nosotros Draco, y no haría bien en no advertirte que fuera de esta casa, el mundo ya parece haber decidido por ti, quien debes ser y por eso, aunque no lo creas, tus decisiones ahora podrían afectar ese único apoyo.
Draco no fue capaz de responder ya que, tanto en su pasado como ahora, su padrino jamás le habría dicho algo como eso, no recordaba que lo hubiera hecho o, mejor dicho, solo habia dicho la versión corta “Entre Slytherins es nuestra responsabilidad cuidarnos”, solo eso.
La connotación escondida entre líneas, fue suficiente para que lo entendiera, —Yo tengo a mis amigos padrino. —Dijo en voz baja, recordando a sus cinco serpientes.
—Créeme, lo sé, y es por eso que lo digo, sea como sea, nosotros elegiremos lo que más nos beneficie, así que mi pregunta es: ¿te elegirán tus amigos si en el futuro se ven obligados entre elegir tu amistad o a sus familias y legados? —Esa no fue una pregunta para que la respondiera en ese momento, ya que continuo. —Piénsalo, y cuando tengas la respuesta, podremos volver a tener esta conversación. —Dijo su padrino, arrastrando las palabras de acuerdo con su habito.
Separo sus manos y se inclino en la silla tras su escritorio. —Con respecto a tus electivas, dado que estas tan decidido y has sobresalido en todas tus clases, no veo una razón para impedir que las inscribas, así que buscare la manera de que puedas asistir a todas ellas sin inconvenientes. —Draco asintió, aun aturdido por las palabras de su padrino. —Pero dado que eres un estudiante con una estado de salud que debe ser monitoreado de manera constante, a la primera señal de anormalidad serás obligado a quedarte únicamente con dos electivas como máximo y abandonar las demás.
Draco asintió fervientemente, ahora siendo completamente incapaz de sentirse completamente satisfecho.
—Puedes retirarte, ya hemos terminado.
__________
El sábado de esa semana la gran mayoría de estudiantes se encontraban emocionados por el partido entre Gryffindor y Hufflepuf, pero en sí, Draco no apoyan a ninguno.
Tampoco es como si tuviera ganas de apoyar o animar a cualquiera en ese partido.
Después del desayuno habia optado por ir a practicar magia sin varita y bueno, ahora sus habilidades mágicas al respecto estaban al mismo nivel que los hechizos de segundo año, un poco lento, pero Draco realmente solo quería avanzar al mejor ritmo para el mismo.
Una vez casi todos los estudiantes de Hogwarts dejaron el castillo en dirección al campo de quidditch el salió de su habitual salón de practica en las mazmorras y se dirigió a la sala común para recoger algunos materiales e ir directamente a la biblioteca para poder adelantar algunas tareas atrasadas de Beauxbatons.
—Les dije que no iría al partido. —Escucho Draco una vez atravesó las puertas de la sala común. Cuando giro su rostro en dirección a la voz descubrió que eran algunos de los integrantes del equipo de quidditch, Flint se encontraba al frente y todos parecían listos para salir, seguro irían a ver el partido.
Draco sabía muy bien como trabajaba la mente del capitán, cualquier oportunidad de ver como jugaban los demás equipos y hacer estrategias con eso.
—Tus amigos te buscaron para ir al partido, pero se rindieron después de no encontrarte por ningún lado. —Dijo Flint cuando estuvieron justo frente a ellos.
—No planeaba asistir de todos modos. —Aceptó el, seguramente era mas sencillo que eso, pero bueno, realmente no tenia ganas de ver quidditch hoy.
—Muy bien, entonces hasta pronto Malfoy.
Desde ese único partido que jugo contra Gryffindor, los jugadores habían sido inexplicablemente mas cercanos, no era mucho, solo algunos intercambios de palabras, bastante tranquilos, nada mas, pero de alguna manera Draco sentía que después del incidente del club de duelo incluso algunos de los estudiantes de Slytherin no se sentían particularmente cómodos, de verdad algunos creían que el era el heredero.
Por suerte el trato de los del equipo, no cambio, pero si el de muchos otros estudiantes.
—Adiós.
Luego se dirigió directamente hacia su habitación y buscó su maleta y agrego los pergaminos, la pluma y la tinta.
Después de esto, salió rápidamente de la sala común en dirección hacia la biblioteca.
Llegando a los pasillos fuera de la mazmorra, notó como su anillo comenzó a calentarse, levemente al principio y a moverse alrededor de su dedo, esto no era extraño, ahora, con casi todo el castillo en su contra, su custos hacia esto con regularidad.
Pasó un tiempo hasta que los también empezó a formarse cierta sensación en su pecho, pero la desesperación de Draco lo obligo a ignorarlo y a avanzar. No fue sino hasta que llego al piso de la biblioteca que noto una sombra inusualmente grande girando por el pasillo por el que tenia que girar.
Habia tenido algunas cosas rondando en su cabeza como para tomar la importancia a la advertencia de anillo.
No fue sino hasta que giró por el pasillo que una sensación extraña y paralizante se apodero de su cuerpo.
Cuando cruzo pudo ver por un segundo una enorme criatura que se erguía frente alguien, un estallido de miedo lo atravesó al igual que una sensación externa que estaba muy seguro de que no era suya.
Todo paso en un instante, cómo identificó a la largada criatura, a la niña que caminaba de manera extraña y cuya figura se congelaba Como si fuera en cámara lenta, pero luego un sonido ensordecedor que fue acompañado por el movimiento agresivo que lo lanzó de lado hacia una de las paredes del lugar justo al mismo tiempo que piedra se despendía de la pared.
Su mano izquierda se sintió vacía, sus ojos se cerraron por la colisión, incluso sintió la punzada del dolor antes de que su cuerpo fuera rodeado por oscuridad.
Le costó unos segundos de respiraciones agitadas, latidos sonoros y rápidos, y el dolor palpitando desde alguna parte de su cuerpo, todo para poder procesar los que había pasado en tan solo un segundo.
Su pecho quería estallar, la realidad de lo cerca que había estado de haber sido una víctima de la criatura, lo golpe con fuerza, casi tan fuerte como el golpe que sintió desde el exterior de lo que fuera que lo hubiera envuelto.
Las lágrimas llenaron sus ojos, con solo pensarlo, pero se obligó a centrarse, porque definitivamente sentía que su ropa se humedecía… y no tenía un buen presentimiento.
Todo este tiempo, su custos había estado intentando advertirle, y la gran sombra que vio al cruzar el pasillo seguramente era la criatura de la cámara de los secretos, la misma que vio poco después y que parecía ser una serpiente gigante, incluso más grande que su Custos.
Había visto como petrificada a una estudiante y cómo pudo haber sido el siguiente de no ser por la intervención del anillo que probablemente había saltado a su rescate y optado por rodearlo de alguna manera para aislarlo del exterior, ¿como? Draco no lo sabía, pero ahora estaba en lo que parecía ser una especie de cascarón esfera en donde él estaba siendo sujetado de la cadera por algo, la oscuridad era absoluta, como si estuviera completamente callado.
Habría creído que en el exterior las cosas no estaban mal hasta que sintió la fuerza de algo estrellándose con la estructura, el siseo fuerte y aterrador, reconocía uno, el del Custos, pero el otro era aterrado, más fuerte y violento, seguido de un cantidad grande de intentos por romperlo lo que lo cubría, con cada uno su herida se resentida y de alguna manera Draco estaba seguro de que la pérdida de sangre no era superficial.
Pasaron segundos así hasta que por fin la criatura decidió dejarlos a él y a su custos tranquilos.
Paso un tiempo, el miedo y la angustia que sintió antes se calmaron, aunque las lágrimas en sus ojos no se pudieron controlar.
Tenía que encontrar el lugar por el que estaba sangrando para al menos saber qué tan grave era la situación, movió el brazo derecho y descubrió que este no tenía nada, podía moverlo, el problema llegó cuando intento hacer lo mismo con el izquierdo, cuando lo intento, descubrió que, con solo la intensión, el dolor estallaba y le era imposible no gritar mientras sus ojos se apretaban.
Ok, ahora sabía dónde estaba lastimado, pero no tenía idea de que tan grave. Apretó los labios con fuerza y llevo su mano derecha hacia su hombro izquierdo con esperanza de encontrar la herida. Lo que encontró fue algo mucho mas preocupante.
Supuso que cuando su custos salió para defenderlo, se estrelló con las paredes y la piedra que se desprendió, cuando choco con las paredes de alguna manera un pedazo de roca se incrustó en lo que probablemente era la clavícula izquierda, no podía sacarla, no sabía si tendría una hemorragia, pero estaba seguro de que era una roca, los bordes rugosos y afilado, fríos, definitivamente lo era.
Perfecto, verdaderamente perfecto.
Sentía la sangre deslizándose de la herida, incluso el aroma metálico se volvía cada vez más fuerte y progresivamente sintió como una sensación cálida y reconfortante se instalo en su pecho.
¿Probablemente su custos intentando consolarlo?
—… Creo que… debes soltarme. —Susurró, asustado se por el propio tono de su voz, bajo, tembloroso y gastado, difícil de entender.
También descubrió el incipiente mareo, producto de la pérdida de sangre.
—Tengo que ir… —Intento de nuevo, pero le era imposible terminar su frase sin que el dolor tirara de el y su lengua.
Incluso, estaba seguro de que sentía como su propio cuerpo se tornaba lento, su corazón que hasta hace poco había latido rápidamente por la adrenalina se sentía más lento, pero no por tranquilidad, era otra cosa.
—¡¡… EL… EL MONSTRUO!! —Draco escucho la voz gritando lejanamente.
Ni siquiera había escuchado los pasos de la persona al acercarse, pero no importaba mucho si contaba el hecho de que casi se muere hace tan solo un minuto.
Intento gritar desde el interior de esto, pero descubrió que su lengua se movía con una voz a normal y para cuando pudo pronunciar la letra “A” de “ayuda”, los pasos de quien fuera que estuviera afuera, se alejaban con prisa, alejándose cada vez más.
Intento pedirle al custos que lo dejara salir nuevamente, pero no tardo en sentir una nueva oleada de calidez y casi al instante sus ojos pesaran y la fuerza de su cuerpo disminuía producto de un cansancio poco natural.
Todos los sonidos se tornaron lejanos incluso cuando escucho pasos apresurados se acercaban nuevamente, pero esta vez no parecían ser pasados de una sola persona, por el contrario, se escuchaban varios.
Con su mente cada vez más dispersas logro escucharlas voces del exterior y fragmentos de la conversación.
—¡Por Merlín, pero que significa todo esto! —Esa era la voz de la profesora McGonagall.
—Hay sangre Minerva, debemos ser precavidos. —Draco está vez escucho a la profesora Spraut. —Podría atacarnos si…
—La sangre está sobre el bolsos de uno de mis estudiantes. —Esa era la voz de su padrino, estaba seguro, y no parecía feliz en lo absoluto.
—De hecho, eso es lo que más debería preocuparnos en este momento. —Dijo Dumbledore, o al menos creía que era el.
Draco cada vez escuchaba las voces más lejos y distorsionadas, como cuando estas en medio dormido o bajo el agua, que es imposible identificar correctamente que te dicen los demás, adicional a esto, su custos, a la que de verdad debía ponerle un nombre ahora que pensaba en eso, en fin, su custos siseaba con fuerza desde el exterior, y parecía que cada vez que alguien intentaba acercarse, lanzaba una advertencia.
La cabeza de la criatura seguía en el exterior así que Draco estaba muy seguro de que no dejaría pasar a nadie. Quería gritar que estaba ahí y que necesitaba ayuda, pero de nuevo, todo se sentía tan lento e irreal, difícilmente esto encajaba con la realidad en algún punto.
—Minerva, será mejor que vayas a cancelar el juego de hoy. —Ordeno el director. —Y si es posible, traigan a....
¿Qué habia dicho?
Draco no entendió que dijeron después de eso, solo quería salir.
Sus ojos se cerraron con lentitud, se sentía cansado.
¿Qué daño le causaría tomar una pequeña siesta?
Notes:
Antes de comentar, leer esto hasta el final.
Bueno no queria comentar esto al principio del capítulo para no arruinarles la lectura pero... como les dije este es un proyecto navideño y dado que las fiestas se acabaron, les tengo malas noticias.
este sera el ultimo cap, no del libro, sino de toda la serie, lo se algunos me odiaran y lo entiendo, odio que no se completen los proyectos, pero dije que era proyecto navideño y ya que no logre acabar con la serie en ese tiempo, dudo que con el tiempo del resto del año pueda.
Antes de que se vayan a los comentarios solo quiero que sepan que... ES UNA BROMA!!!, jaja feliz dia de los innocentes, ya que no pude hacerles la broma el dia 28 de diciembre, que es cuando lo celebramos aqui en mi pais, pues se las hago ahora y adicionalmente les deseo feliz y prospero año nuevo.
Tranquilos, la saga sigue, ya casi termino el ultimo Capitulos de este libro, pero debido a que es el final, creo que nada de lo que escribo me gusta, ya he borrado mas de la mitad del cap como tres veces asi que les pido paciencia, yo queria subirles todo el mismo dia pero si fuera el caso, no terminaria por subir nada hasta la proxima semana, creo.
adicional a eso, tambien me tarde mas porque aunque ya tengo planeado todo lo del tercer año y gran parte del cuarto, aun me falta por escribir lo del quinto, por capricho ya tambien complete lo del sexto año porque me emociona mucho ese y el inicio del septimo, si, no soy muy lineal con la planeacion, pero es el proceso.
creo que el siguiente capitulo sera muy largo, ya que tengo que meter todo lo que falta y ciertamente tal vez eso me agobio, pero lo superare.PDT: ya aprendi como colacar las imagenes bien, y esto sera relevante porque les tengo una sorpresa.
En fin, sobre el Capitulo, aqui vimos una rotura importante pero muy necesaria, ya a Draco lo sacaron completamente de sus casillas, y Harry tuvo pistas, muy sutiles y que seguramente no entendio, pero tuvo pistas de lo que Draco siente.
Los leo en el siguiente capiyulos, hasta pronto.
Chapter 11: Tom Sorvolo Ryddle I
Summary:
Todo eso pasó en cámara lenta para Harry.
Draco se encontraba recostado de espaldas, sus ojos cerrados y la piel aterradoramente pálida, como un cadáver. Desde su frente caía un rastro de sangre muy lentamente, incluso su cabellera había sido manchada con la sangre.
Pero eso no era lo peor, a Harry le picaron los ojos en cuanto vio un gran pedazo de roca atravesando el hombro de Draco, incrustado directamente. La camisa que antes seguramente fue blanca, ahora era una combinación de rojo y rosa.
Notes:
Hola hola a todod nuevamente.
los extrañe, pero esta semana fue de sentimientos encontrados, saben porque, porque este ultimo capitulo se alargo muchisimo, no crei que fuera a quedar tan largo, pero me pase, es pór eso que me retrase en la actualizacion, este capitulo no fue una broma y con toda sinceridad, casi pierdo la pciencia mas de una vez.
Les adelanto, el capitulo final se dividira en tres partes porque quedo excesivamente largo y no quiero agoviarlo.
advertencias: descripcion de heridas y sangre.
Disfruten la lectura.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Desde el desafortunado resultado de la incursión navideña a la casa de Slytherin, Harry personalmente había aprendido dos lecciones muy importantes que era:
- Nuca le agradaría a Draco Malfoy y el mismo se los había buscado.
Todo fue una reunión de malentendidos desde el encuentro de todos ese nefasto día en la librería, en donde descubrió dos caras de una misma familia.
Draco y su padre eran innegablemente similares, pero en donde Draco era amble con un hijo de muggles, incluso tanto como para abrazarla en público, su padre era todo lo contrarios, cruel y despectivo en más de un sentido.
Ese día, definitivamente supo que Lucius Malfoy era malvado, con todas las letras, pero Draco… lo que en el calor del momento entendió como una amenaza, después de esa noche en Slytherin… por fin podría entender cómo funcionaba Draco Lucius Malfoy.
No era como si no se lo hubieran gritado a la cara durante todo el año escolar.
Esa noche en las mazmorras fue increíblemente útil para su búsqueda del heredero, más allá de haber descubierto o no si Draco había sido la amenaza todo ese tiempo, algo que Claramente no fue nunca.
Toda la información, las cartas de su padre, pero por sobre todo la de su abuelo les dieron pistas tangibles de que había ocurrido en esa ocasión anterior que se mencionaba en la carta del padre de Draco. Luego encontrando la pista sobre Myrtle y después siendo descubiertos.
Hermione lloro durante horas y horas, y tanto él cómo Ron se culparon por el enorme problema en el que la habían metido, pero ella no los culpo, de hecho se culpó a sí misma, el porqué, no se los quiso decir ni a Harry ni a Ron pero el primero sí que se podía hacer una idea del porqué, ya que todo se había ido al caño desde el incidente de quidditch, uno que si lo ponía en perspectiva con muchas otras cosas que pasaron este año, difícilmente era relevante pero que ellos tres sacaron de proporción sin conocer los detalles, y probablemente no los conocerían nunca porque Malfoy los odiaba.
Las constantes lágrimas de Hermione por fina afectaron a Ron, ya que acepto algo que Harry estaba completamente asustado de aceptar.
—Creo que me equivoque con Malfoy. —Su voz sonaba apagada y apenada. —Incluso desde el año pasado.
Y sí que había buscado excusas para no aceptar que se había comportado de una manera absolutamente horrible e injusta con Draco desde que llegaron a Hogwarts. Es decir, si, el niño que conoció en Madame Malkins había sido insoportable y grosero, pero esos fueron cinco minutos de personalidad que luego coloco frente a todo lo que alcanzó a ver del chico durante el año pasado y este.
Se sintió enojado al instante, no solo porque ahora Ron se retractaba de sus acusaciones hacia Malfoy, sino porque en realidad él también había reforzado la mala percepción de Draco.
Si, nadie más que él mismo tenía culpa por no haberse dado la oportunidad de conocerlo, pero es que Ron había sido amable con él desde el primer momento y parecía saber tanto de un mundo tan completamente nuevo, fue inevitable que creyera en su apreciación al mencionar lo malvados que eran los Slytherins, todo esto sumado a que realmente esos cinco minutos habían marcado a Draco como el villano en su mente mientras todos gritaban “malos, tramposos y codiciosos.”
Sus puños se cerraron. —¡Yo les dije que no era malo o cruel y nunca me creyeron! —Les reclamo Hermione, pero mirando a Ron.
—¡Bueno, es un Malfoy! —Se escudo su amigo. —¿Que esperabas que creyera?, mi padre siempre ha tenido problemas con su padre he incluso nuestros abuelos no se agradaban, es una enemistad familiar que lleva generaciones, ¡ellos siempre han sido crueles con nosotros y con los que no son sangre pura que compartan sus retorcidas ideas!
—Pero él no fue grosero contigo.
—Pero no le agrado.
—Eso es diferente y no convierte a alguien en malo. —Esta vez Harry fue el que le respondió a Ron.
—Si, lo sé, lo sé muy bien y lo entiendo ahora. —Se quejo su amigo. —Es decir, ¿cómo sabría que alguien en esa familia podía tener conciencia?
Hermione se limpió las lágrimas de las mejillas. —Su abuelo tampoco parece ser un mal hombre, no lo parece con la carta que le envió a Draco con todo lo que paso cincuenta años antes. A diferencia del padre de Draco, Abraxas Malfoy no llamo a Myrtle una sangre sucia inmunda y en cambio la llamo hija de muggles. —Resalto su amiga. —Tal parece que quien es una anomalía en su familia es su padre y no él simplemente por ser decente.
Ron no tuvo como debatir eso. —Pero de verdad no nos agradamos. —Dijo al final rindiéndose. —No es que quiera ser su amigo, pero bueno, aceptare que me equivoque con él. Además, aún no sabemos que paso esa vez en el campo de Quidditch
Luego, tanto la mirada de su amiga, quien giro los ojos por el ultimo comentario de Ron, se giraron para verlo, de igual manera la de Ron también se centró en él.
Por un momento quiso golpear a Ron, como podía decir algo así de importante como si no fuera la gran cosa y luego mirarlo a él como si fuera él quien todavía tenía prejuicios contra el Slytherin.
No era justo culpar al pelirrojo, por supuesto que no lo era, es decir, él mismo se negó a querer ver la verdad más de una vez.
Al final, aunque estaba muy enojado tanto consigo mismo como con sus amigos, suspiro y lo dejo ir, ahora mismo no sacaría nada con ponerse a gritarle a Ron que: había seguido sus palabras tan al pie de la letra al decir que todos en Slytherin eran malvados que incluso había dejado de lado la posibilidad de quedar en esa misma casa solo porque no quería que lo vieran así.
Si hubiera sabido que también habría personas como Draco en ese lugar…
—También acepto que me equivoque con Malfoy. —No tenía otra cosa que decir al respecto, fue un idiota y ahora pagaría las consecuencias. —No debimos juzgarlo tan duramente.
Hermione asintió apenada y triste. —Si, todos fuimos unos tontos este año. —Con esto Harry descubrió que tan triste debía estar su amiga, lo suficiente para aceptar que su inteligencia y madurez no se aplicaron a todas las situaciones, incluso se podría decir que ella había perdido más que todos aquí, ya que le gustaba Malfoy, de eso no tenían la menor duda.
—Entonces… No es el heredero, ¿verdad? —La vocecita pequeña y tartamudeante les llego desde las escaleras que conectaban hacia el dormitorio de los chicos. Fue una verdadera sorpresa que cuando se giraron, encontraron a Neville observándolos fijamente.
—Tú… como… —Empezó a decir Ron con la confusión obvia en su rostros.
—Los conozco desde el año pasado y sé que suelen hacer planes y meterse en problemas. —Como olvidar lo del duelo nocturno, el dragón de Hagrid y su aventura al final de año, y en esta ultima, por supuesto que Neville se había enterado ya que incluso se enfrentó a ellos para no dejarlos salir, quien diría que alguien que parecía tan despistado en todo pudiera ser tan detallista en otras cosas. —Sabía que desconfiaban de Malfoy y… —Pareció tragar saliva con fuerza. —… Mientras los veía en el comedor supe que harían algo. Los escuche cuando llegaron así que…creo que ya saben si es o no el heredero.
Hermione pareció tan sorprendida como él y Ron, pero aun así si pudo articular palabras. —Neville, ¿porque te interesa?
Él suspiro y simplemente respondió. —Desde lo del club Malfoy está con la guardia arriba todo el tiempo, incluso varios padres han querido que sea expulsado y…
—¿Qué?, ¿expulsado? —Las palabras salieron de la boca de Harry mucho antes de que incluso lo procesara. —¿Por qué?, no hay pruebas y hoy descubrimos que no es el heredero.
Lo que siguió después de eso fue el silencio de parte de sus tres compañeros y por supuesto, tres pares de ojos sorprendidos.
—Hum… Muchos estudiantes se quejaron del monstruo de Malfoy con sus padres y mandaron cartas. —Respondió Neville después de parpadear un par de veces completamente perdido por la reacción de Harry.
Él mismo se sonrojo sin querer por el arrebato, confundiéndose por completo a sí mismo.
—¿Como lo sabes? —Ron le pregunto a Neville dejando de mirar a Harry y aliviando la incomodidad levemente.
—Mi abuela se enteró de lo que paso debido a la familia Abbott, me regaño por no decirle y le envió una carta al director Dumbledore, al igual que muchos otros padres y familiares, exigiendo que lo expulsaran. —Neville se vio francamente apenado. —Su padre intervino y el director, según mi abuela, tampoco tenía intención de hacerlo sin pruebas.
La preocupación en el pecho de Harry se calmó, por supuesto, el director no haría eso contra un estudiante.
—Es decir, ¿tú nunca le dijiste nada a tú abuela? —Pregunto Ron.
Neville negó con la cabeza. —No creía que fuera el heredero, no importa si esa serpiente apareció en el club. —Su voz se tornó un poco más fuerte. —Antes de eso estuve algunas veces con él solo y nunca me ataco, si hubiera sido el heredero lo hubiera hecho, además, ¿era amigo de Hermione no?, si fuera el heredero jamás se le hubiera acercado.
Fue con esta última frase que todos volvieron a recordar lo útil y al mismo tiempo desastroso de esta noche, el aire se cargó de nuevo del mismo sentimiento de derrota de cuando entraron, poco antes de que Hermione volviera a soltar lágrimas y corriera en dirección a los dormitorios de las chicas.
Neville palideció en cuanto su amiga paso corriendo frente a él y desapareció, ciertamente no era su culpa, pero era fácil ver que se culparía. —Lo siento, no pensé que...
—Déjala. —Lo interrumpió Ron antes de suspirar cansado. —¿Tal vez se sienta mejor en unos días? —Sus palabras sonaron más como una pregunta que como una afirmación, nadie lo sabía, pero Harry simplemente asintió.
Los tres niños se encaminaron hacia su dormitorio, pero Harry no pudo evitar preguntar.
—Neville, dijiste que le creías a Malfoy, pero yo nunca te vi con él después de lo del club. —Ni antes tampoco.
Neville se encogió de hombros. —Siempre estaba con sus amigos de Slytherin que me asustan un poco, y si estaba solo tenía la guardia muy alta, creo que se debe a los estudiantes que lo molestan, por eso no lo intente, pero me alegra que ahora alguien más le crea también.
Harry asintió, más culpas para sí mismo, él había sufrido después de lo del club y por supuesto, después de que petrificaran a Justin y a Nick casi decapitado, pero según sabia, nadie había exigido su expulsión.
Bueno, no había merecido la amistad de Draco antes y mucho menos ahora, no cuando paso dos años pensando lo peor de él.
__________
Ahora, poco después de haber perdido el diario de Tom Ryddle y de que ahí le mostrara el pasado, Harry se sentía realmente decepcionado, en efecto, tal como decía la carta del abuelo de Draco, habían culpado a Hagrid y aunque en ella dijera que probablemente fue inculpado, Harry vio los recuerdos del diario y no había duda de que Hagrid si tenía una criatura, que fuera o no la que asesino a Myrtle, no lo sabía, pero estaba confundido.
Una confusión que nunca resolvería porque bueno, ahora le habían robado el horrible diario y no podía sentirse más que insatisfecho por mucho que todos sus compañeros estuviera emocionados por el partido de hoy.
Después de esa noche de navidad, realmente ninguno intento volver a acercarse a Draco excepto Hermione, más allá de ese leve intercambio en el pasillo en febrero, Harry no había vuelto hablar o interactuar con él, se sentía mal, Hermione también, Ron era quien lo llevaba mejor, porque aceptaba su error, pero en realidad nunca quiso ser cercano a Draco y se los repitió a ellos mil y un veces.
—¡Perfectas condiciones para jugar al quidditch! —dijo Wood emocionado a los
de la mesa de Gryffindor, llevando los platos con los huevos revueltos y sacando a Harry de sus deprimentes pensamientos—. ¡Harry, levanta el ánimo, necesitas un buen desayuno!
Harry había estado observando la mesa abarrotada de Gryffindor, preguntándose si tendría delante de las narices al nuevo poseedor del diario de Ryddle. Hermione lo intentaba convencer de que notificara el robo, pero a Harry no le gustaba la idea.
Tendría que contar todo lo referente al diario a algún profesor, ¿y cuánta gente sabía por qué habían expulsado a Hagrid hacía cincuenta años? No quería ser él quien lo sacara de nuevo este tema sin siquiera saber si en esa ocasión Hagrid había sido el culpable real o no.
Al abandonar el Gran Comedor con Ron y Hermione para ir a recoger su equipo de quidditch, otro motivo de preocupación se añadió a la creciente lista de Harry. Acababa de poner los pies en la escalera de mármol cuando oyó de nuevo aquella voz:
—Matar esta vez... Déjame desgarrar... Despedazar...
Harry dio un grito, y Ron y Hermione se separaron de él asustados.
—¡La voz! —dijo Harry, mirando a un lado. —Acabo de oírla de nuevo, ¿ustedes no?
Ron, con los ojos muy abiertos, negó con la cabeza. Hermione, sin embargo, se llevó una mano a la frente.
—¡Harry, creo que acabo de comprender algo! ¡Tengo que ir a la biblioteca!
Y se fue corriendo por las escaleras.
—¿Qué se supone que comprendió? —dijo Harry distraídamente, mirando alrededor, intentando averiguar de dónde podía provenir la voz.
—Muchas más cosas que yo —Respondió Ron, negando con la cabeza.
—Pero ¿por qué habrá tenido que irse a la biblioteca?
—Porque eso es lo que Hermione hace siempre. —Contestó Ron, encogiéndose de hombros—. Cuando le entra alguna duda, ¡a la biblioteca!
Él se quedó indeciso, intentando volver a captar la voz, pero los alumnos empezaron a salir del Gran Comedor hablando alto, hacia la puerta principal. Iban al campo de quidditch.
—Será mejor que te muevas —dijo Ron—. Son casi las once..., el partido.
Harry subió rápidamente a la torre de Gryffindor, cogió su Nimbus 2.000 y se mezcló con la gente que se dirigía hacia el campo de juego. Pero su mente se había quedado en el castillo, donde sonaba la voz que no salía de ningún sitio, y mientras se ponía su túnica de juego en los vestuarios, su único consuelo era saber que todos estaban allí para ver el partido.
Los equipos saltaron al campo de juego en medio del clamor del público. Oliver despegó para hacer un vuelo de calentamiento alrededor de los postes, y la señora Hooch sacó las bolas. Los de Hufflepuf, que jugaban de color amarillo canario, se habían reunido para repasar la táctica en el último minuto.
Harry acababa de montarse en la escoba cuando la profesora McGonagall llegó corriendo al campo, llevando consigo un megáfono de color púrpura.
—El partido acaba de ser suspendido —gritó por el megáfono, dirigiéndose al estadio abarrotado. Hubo gritos y silbidos. Oliver Wood, con aspecto desolado, aterrizó y fue corriendo a donde estaba la profesora McGonagall sin desmontar de la escoba.
—¡Pero profesora! —gritó —. Tenemos que jugar... la Copa... Gryffindor...
La profesora McGonagall no le hizo caso y continuó gritando por el megáfono:
—Todos los estudiantes tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informarán los jefes de sus casas. ¡Regresen lo más rápido posible, por favor!
Luego bajó el megáfono e hizo una seña a Harry para que se acercara.
—Potter, creo que será mejor que vengas conmigo.
Preguntándose por qué sospecharía de él en aquella ocasión, Harry vio que Ron se separaba de la multitud descontenta y se unía a ellos corriendo para volver al castillo.
Pero de inmediato la profesora McGonagall negó con la cabeza.
—Tú no Weasley, será mejor que vayas directamente a la sala común.
Algunos de los estudiantes que había a su alrededor rezongaban por la suspensión del partido y otros parecían preocupados. Harry siguió a la profesora McGonagall hasta que ella vio a un pequeño grupo de estudiantes que caminaba rápidamente hacia el castillo y prácticamente lo arrastro hacia ellos.
El pequeño grupo era de hecho el conformado por los otros amigos de Slytherin que acompañaban a Draco casi todo el tiempo.
—Caballeros, señorita, es bueno verlos. Necesito que el joven Nott nos acompañe a mí y a Potter, el resto de ustedes, es mejor que regresen a la sala común de inmediato. —Dijo su profesora antes de comenzar a caminar delante de ellos, dejando a los Slytherin más que confundidos, incluyendo Theodore Nott quien se vio obligado a reaccionar por el empujón de Parkinson.
Harry imaginaba que algo grande tenía que haber pasado, pero no imaginaba algo tan escandalosamente malo.
La profesora McGonagall los llevo hacia el pasillo que se dirigía a la biblioteca de donde provenían sonidos verdaderamente atemorizantes, al acercarse descubrieron que lo que los provocaba era una criatura que, para mala suerte de Harry, no fue la primera vez que vio.
La serpiente o criatura de Malfoy, parecía haber enrollado la mayor parte de su cuerpo, pero su cabeza se elevaba de manera imponente y con los colmillos extendido, casi parecía querer saltar sobre cualquiera de los presentes en un descuido. Harry estaba seguro de que lo habría hecho, pero algo la detenía.
“¡Todos ustedes, si el portador muere ustedes lo seguirán!”
Escucho Harry mientras avanzaba y se quedaba tras la fila de profesores que impedían el avance de la criatura.
—director, no creo que haber traído al señor Potter y al señor Nott fuera la mejor idea. —Comenta McGonagall mientras se coloca frente a los dos anteriormente mencionados, observando con preocupación a la serpiente.
—Lamentablemente, son precisamente estos estudiantes los que nos pueden ayudar a evitar esta tragedia, una que nosotros como adultos, lamentablemente no podemos resolver.
Harry se alertó al instante, bueno, más de lo que ya lo estaba.
—¿Qué quiere decir señor?, ¿Por qué el custos de Draco está aquí? ¿dónde está Draco y porque hay sangre? —Las preguntas de Nott llegaron en un instante teñidas por la preocupación y lanzadas rápidamente una tras otra.
Harry admitió que el Slytherin definitivamente era más observador que él, porque solo noto la sangre cuando alejo su mirada de la enorme serpiente negra que siseaba fuerte y de manera amenazadora frente a él. Al escanear la escena con la mirada sus cuerpo se congelo, tanto en la pared como en el suelo había sangre, también había un bolso rasgado cubierto de más sangre sobre la fina tela.
La garganta de Harry se cerró al ver esto, pero no fue eso lo que lo hizo temblar de verdad, sino que, tras la criatura, definitivamente veía algo, o mejor dicho a alguien tendido en el suelo con el uniforme. Solo fue al concentrarse mucho más que descubrió el cabello esponjoso que tanto identificaba, era:
—¡HERMIONE!
Grito cuando reconoció la figura congelada en el suelo, su instinto fue correr hacia ella, pero en cuanto salió disparado de las espaldas de la profesora McGonagall, fue retenido de inmediato por Snape.
—Suélteme, ¡MI AMIGA ESTA AHÍ Y LA SANGRE...!
—No le pertenece a la señorita Granger, Potter. —Dijo McGonagall, deteniendo los movimientos frenéticos de Harry.
Pasaron algunos segundos en silencio y quien lo rompió fue Nott.
—No, no, no, es imposible. —Susurro el chico. —El custos lo protege, ¡no puede lastimarlo!, ¡Se equivocan, esa sangre es de alguien más! —Dictamino mientras observaba a la gigantesca serpiente y palidecía en el proceso.
—Me temo que no es el caso, pero no creemos que fuera precisamente el custos quien lo lastimo, por el contrario, probablemente lo protegió, pero algo salió mal.
La voz del director encendió aún más las alarmas de Harry.
—¡Pues hagan algo, por Salazar!
—¡Joven Nott!, le recuerdo con quienes está hablando. —Lo reprendió Snape mientras arrugaba las facciones de su rostro. —Es por eso que están aquí, no sabemos que es lo que el custos quiere para dejar libre a Draco, ya que creemos que lo tiene cautivo dentro de su cuerpo, además, como ven, ha comenzado a filtrase sangre y no poca, con cada minuto que pasa la situación se torna más difícil.
El corazón de Harry ni siquiera se había recuperado del susto por pensar que Hermione estaba herida cuando escucha esto, entonces ahora entendí completamente las quejas de la serpiente
—La serpiente dice que, si el portador muere entonces todos nosotros lo seguiremos. —De inmediato, toda la atención se centró en el nuevamente.
—¿El portador? —Pregunto el director.
—Es Draco. —Intervino Nott desde el otro lado, —Draco es quien tiene el anillo, así que él es el portador, y su custos nos culpa por esto a todos nosotros. —El enojo de Nott era evidente.
—¿Por qué nos culpa? —El directo parecía intrigado, pero Harry no tenía la respuesta así que simplemente negó con la cabeza. —Pregúntale Harry, tal vez, como eres el único aquí que puede comunicarse, puedas ayudarnos a resolverlo.
Bueno, esto confirmaba por qué le habían pedido venir, más allá de Hermione, por supuesto.
Un recordatorio más de que era muy diferente al restos de sus compañeros.
Harry se obligó a si mismo a asentir y con lentitud volver a mirar a la furibunda criatura.
—Pero, señor… yo no sé cuándo comienzo a hablar su lengua. —Les confeso una vez los ojos verdes y salvajes se centraron en él, ocasionándole un escalofrió que bajo por toda su espalda.
—Usted puede joven Potter, recuerde lo que está en juego aquí.
Y bueno, no creía que recordar que ahí dentro, Draco Malfoy se estuviera desangrando, pudiera ayudarlo en lo más mínimo, aunque claro, tal como el año pasado, descubrió ser bueno actuando bajo presión.
Tuvo que tragar fuerte antes de siquiera abrir la boca, trato de recordar que había hecho la primera vez que hablo con esta serpiente antes, pero no había manera, en realidad no había sentido nada diferente no sintió nada diferente así que… ¿cómo podía hacerlo?
“El portador sufre”
Dijo la serpiente nuevamente, esta vez Harry identificó el miedo en su voz, estaba triste.
Harry cerro los ojos y se propuso a hacerlo, tenía que o de lo contrario Draco…
“¡Entonces déjanos ayudarlo!”
Susurro él sin querer que su tono alterara a la serpiente, tampoco intento acercarse, recordando lo agresiva que se ponía.
“¡No quieren ayudarlo!, Los mayores, tienen malas intenciones ellos no creen en el portador”
Dijo ella mostrándole los colmillos, aunque no a él precisamente, confundiéndolo.
—¿Que dice Potter? —La voz de Snape llego desde atrás. Harry se habría sorprendido de la preocupación en su voz, pero su mente estaba más concentrada en la situación que enfrentaba.
—Dice que tienen malas intenciones hacia Malfoy. —Giro su rostros hacia ellos. —Esa debe ser la razón por la que no lo suelta, piensa que quieren lastimarlo.
Todos guardaron silencio un segundo y fue Nott quien, aunque temblaba, se acercó a Harry.
—No, no, el custos no solo piensa que quieren lastimar a Draco, definitivamente lo sabe, están diseñados para proteger al portador y para eso leen el ambiente y las personas, por eso no deja ir a Draco, asume que lo van a lastimar.
No parecía una acusación, no, Nott ni siquiera lo estaba mirando a él.
—Nadie entre los maestros quiere lastimar al joven Malfoy. —Asegura el director.
—Pero están pensando muchas cosas malas de él, ¿no es cierto? —Arremetió Nott nuevamente, ganándose una mirada de reproche de Snape, aunque eso no lo detuvo. —Alguno de ustedes cree que Draco le hiso algo a Granger, ya lo están culpando, ¿no es cierto?
Y ante eso solo Snape se adelantó y negó. —Le aseguro señor Nott, que ninguno aquí cree en tal afirmación, es obvio que su amigo es también una víctima.
Harry asintió, creyendo irreal que fuera capaz de coincidir con algo que dijera el hombre más despreciable con el que alguna vez se hubiera topado.
Por su parte ya había tenido su lección, Malfoy no era el heredero y estaba seguro de que jamás atacaría a Hermione.
—No creo ser yo a quien deba convencer profesor. —Los ojos de Nott se deslizaron hacia el custos.
—Tal vez si el resto de profesores se van, ella nos deje ayudar a Draco. —Sugirió Harry.
No era tonto, puede que ahora él supiera que Malfoy no haría daño, pero era de los pocos, es decir, la escena no dejaba las cosas muy bien para Draco y su guardián, y estaba seguro que más de un profesor desconfiaba, además pensando que solo Snape y Lockhart vieron al custos por primera vez, realmente no le dejaba mucho a la imaginación al resto de educadores.
—Creo que sería lo mejor, —Convino el director, pero de inmediato McGonagall se opuso.
—Albus, ¡es imposible dejar a dos estudiantes con una criatura como esta solos, más aún si no sabemos exactamente que puede o no hacer!
El hombre simplemente negó, con esa calma imperturbable que lo caracterizaba. —Se quedarán con Severus, Minerva, pero creo que el resto debemos salir, si las palabras del custos son acertadas, entonces no hacemos más sino retrasar la ayuda del joven Malfoy.
Claramente después de esto, la profesora se calmó un poco, aunque en definitiva no se sentía cómoda dejando a dos niños prácticamente frente a una criatura tan aterradora.
Harry podía estar seguro de que incluso los profesores se sentían intimidados.
Al final en el pasillo cercano, solo se encontraron Nott, Snape y él, los tres de cara a la serpiente negra que los miraba con total desconfianza.
—Bueno Potter, si no le molesta…
La voz de Snape siempre molesta y desagradable, pero en esta ocasión, tenía algo más importante en frente que preocuparse por su desagradable profesor.
—Trata de convencerla de que nada malo le ocurrirá a Draco, si no estoy mal, eso debe ser lo que más le preocupa ahora que no puede moverse. —Dijo Nott mientras trasladaba su mirada de la serpiente a él.
Harry simplemente asintió, preparándose nuevamente para enfrentar a la criatura.
Sus ojos se deslizaron de los imponentes colmillos hacia el líquido rojo en el suelo bajo la misma. Si, esto no podía seguir retrasándose.
Aun frente a la atenta mirada de la serpiente, Harry se atrevió a dar un paso hacia ella, tragando fuerte y tomando una profunda respiración.
“¿Vez?, se han ido” Dijo Harry en cuanto estuvo completamente seguro de que podría comunicarse en Parsel, le era difícil siendo que en realidad difícilmente sabia cuando cambiaba a la lengua de la serpiente.
“¡Aun puedo olerlos!” Se quejo el custos, pero esta vez sin la ferocidad con la que hablo antes.
Harry asintió. “Si, pero están lejos y nosotros seremos los que ayuden a Draco, mejor dicho, a tú portador” No sabía si la serpiente era consciente del nombre de Malfoy o si definitivamente solo lo conocía como su portador.
La serpiente guardo silencio unos segundos, siseando suavemente sin que nada de eso tuviera un significado aparente y sacando un poco a Harry de sus casillas, ¡no tenían tiempo! Pero eso no parecía ser el casos para ella.
“Debemos apresurarnos o tú portador podría morir desangrado mucho antes de poder ayudarlo” Si era o no una buena idea apremiar a una criatura como esta, Harry no lo sabía.
Solo hasta ese momento la serpiente cedió.
“Ralenticé el corazón del portador, así que más vale que sobreviva.” La actitud pensativa que tuvo minutos antes quedo relegada en cuestión de segundos y la agresividad volvió mientras se lanzaba hacia Harry en un movimiento que ni él ni ninguno de sus dos espectadores lograron captar. En un segundo, Harry tenía los ojos verdes de la serpiente, atravesándolo como dagas. “Has que sobreviva Harry Potter. ¡PROMETELO!”
La garganta de Harry se cerró en cuanto la serpiente siseo esta última frase, abriendo la mandíbula y mostrándole los colmillos plateado. Harry no sabía si esta criatura tenía veneno o no, pero seguramente no lo necesitaría, estaba seguro de que sus colmillos bien podían desgarrar a un adulto con tan solo un mordisco.
—¡Potter! —Escucho la voz de Snape desde atrás y por el paso que escucho, seguramente se preparaba para correr hacia él, así que rápidamente y conteniendo el temblor en su cuerpo, Harry levantó su mano derecha tras su espalda e hizo un gesto de negación.
Forzando su voz a salir del nudo en su garganta, Harry se obligó a responderle a la criatura.
“Lo prometo.”
Juró, sintiendo como la serpiente prácticamente le respiraba en la cara, si es que era capaz de algo así.
Los colmillos de la misma se guardaron en ese momento y en lo que a Harry le pareció un gesto de aceptación, susurro:
“En ese caso, lo dejo en tus manos y si de algo sirve…” Los siseos se detuvieron por un segundo, como si el guardián frente a él no supiera si debiera decir esto o no “La criatura que nos atacó lleva casi el mismo tiempo que este castillo aquí, es sanguinaria y peligrosa, ten cuidado… Harry Potter”
Con esto dicho, la cabeza de la serpiente se alejó de la suya, pero luego, casi como para darle un ataque cardiaco a Harry se lanzó hacia él.
Los ojos de Harry se abrieron con sorpresa y miedo, reaccionando solo cuando sintió el frio metal alrededor de su dedo índice y un susurro final.
“Cumple la promesa.”
Dijo el susurro fantasmal sin que Harry soltara el aire que retenía en los pulmones hasta ese momento.
Nadie se movió, incluyendo a Nott y a Snape.
No fue sino hasta que Harry sintió como alguien pasaba a su lado que pudo reaccionar y salir del estupor.
Tal vez hubiera sido mejor nunca ver esa escena, una que de verdad podría pertenecer a una historia de terror mórbido.
Ya sin la enorme serpiente cubriendo gran parte de su vista hacia el pasillo y sin que ocultara el cuerpo en su interior, lo que quedo atrás fueron los cuerpos de dos estudiantes.
Sabía que la victima de esta ocasión había sido Hermione, la vio, pero una cosa era distinguir su figura a los lejos y otra era verla directamente, completamente congelada, como una estatua. Pero Draco… La respiración volvió a cortársele.
Todo eso pasó en cámara lenta para Harry.
Draco se encontraba recostado de espaldas, sus ojos cerrados y la piel aterradoramente pálida, como un cadáver. Desde su frente caía un rastro de sangre muy lentamente, incluso su cabellera había sido manchada con la sangre.
Pero eso no era lo peor, a Harry le picaron los ojos en cuanto vio un gran pedazo de roca atravesando el hombro de Draco, incrustado directamente. La camisa que antes seguramente fue blanca, ahora era una combinación de rojo y rosa.
Harry fue incapaz de moverse y alejar los ojos de la escena.
Snape, había llegado a Draco y se arrodillo a su lado, con la expresión de terror más fuerte que Harry hubiera visto jamás en un adulto. Nott también corrió hacia el cuerpo de su amigo, pero fue detenido por las manos de alguien más.
Fue ahí cuando Harry se dio cuenta como el pasillo volvía a llenarse de personas.
Harry giro su rostro tan solo un poco, lo suficiente como para ver como sus profesores corrían hacia ellos, Lockhart sujetaba con fuerza a Nott cuyas lagrimas corrían por sus mejillas intentando alejarse del hombre y llegar a su amigo en el suelo.
Todos parecían estar diciendo cosas, algunos fueron a recoger el cuerpo de Hermione, otros al igual que Snape, parecían aterrados por Draco, pero Harry era incapaz de escuchar nada en ese momento.
Solo vio como Snape colocaba sus dedos sobre la garganta del Slytherin y después, en un movimiento que a Harry le pareció producto de la desesperación, aseguro sus manos bajo las rodillas y la espalda de Draco antes de ponerse de pie y correr.
Harry sintió que todo volvía a moverse a una velocidad normal en cuando las túnicas negras, ahora manchadas con las sangre del suelo, pasaron a su lado y rozaron su piel.
Los brazos de Draco caían inertes a los lados, moviéndose únicamente por la frenética carrera del Profesor Snape.
—¡Harry! —Le grito la profesora McGonagall, parecía haber intentado hablarle desde hacía un rato, incluso una de sus manos estaba sobre su hombro, moviéndolo levemente.
—… Señora… —Habría dicho más, pero ciertamente Harry no se creía capaz de hablar en este momento, no después de…
—Potter, lamento que hayas tenido que ver… —Harry notó la dificultad en la voz de la mujer. —Lo lamento mucho… pero me temo que no puedo dejarte ir en este estado. —Ni siquiera quería saber cómo se veía en ese momento.
—Draco esta…
—¡SUELTENME! —Un grito proveniente de Nott no muy lejos, aun intentando liberarse del agarre de Lockhart. —¡DRACO!, ¡DRACO! —Sus gritos hicieron temblar el pecho de Harry del puro terror. El miedo que vio en el rostros de Nott inundado de lágrimas mientras el profesor Flitwick lo apuntaba con la varita y le lanzaba un hechizo.
Harry no estaba lo suficientemente cerca como para escucharlo, pero el efecto fue instantáneo, el cuerpo de Nott se desplomo en los brazos de Lockhart totalmente inconsciente.
—Eso no es una solución, llévenlo a la enfermería y en cuando todo se calme, despiértenlo para darle una poción calmante. —La propia voz de la profesora McGonagall temblaba mientras veía a Lockhart llevarse al chico.
Harry se sintió en medio de una pesadilla mientras Hagrid, a quien Harry vio llegar con rapidez, se dirigió directamente al cuerpo de Hermione y la levantaba, seguramente la llevaría directamente a la enfermería.
—Potter, vendrás conmigo y también tendrás una poción calmante, esto…
“¡No puedes!”
Escucho la voz fantasmal y ciceante, era el custos, el mismo que ahora se encontraba rodeando su dedo de manera constante como anillo, Harry sintió el calor proveniente de él.
“¡Debes evitar que lastimen al portador!, ¡Lo prometiste Harry Potter, LO PROMETISTE!”
Grito de nuevo.
Harry sintió que todo era demasiado, los ataques de antes eran una cosa, pero este… había dejado a su mejor amiga, petrificada y a Draco…
—Profesora, ¿Malfoy y Hermione… estarán bien? —Preguntó en voz alta, interrumpiendo las palabras de su profesora, palabras que había dejado de escuchar a la mitad debido a la intervención del custos.
Harry estuvo seguro que de ser una situación diferente, ella lo habría reprendido por no prestar atención, pero ahora, lo que vio en el rostro de su profesora fue comprensión y tristeza.
Ella guardo silencio unos segundos antes de asentir lentamente. —Haremos todo lo posible Potter. —Comento con la voz más suave que alguna vez la escucho usar.
—Tengo que acompañarlos. —Confeso Harry sin poder comunicar correctamente sus emociones y deseos en ese momento, aún estaba extremadamente aturdido y sentía que apenas y podía cargar con su propio cuerpo, pero no podía dejarlo.
—¡De ninguna manera, eso…!
Harry no la dejo continuar, en lugar de eso levanto la mano que ahora portaba el anillo de Draco, mostrándoselo directamente a la mujer frente a él. —Yo… le prometí… prometí que Draco se salvaría. —Explicar esto sería muy difícil y tomaría tiempo que no tenían.
McGonagall, se quedó en completo silencio, mirándolo a él y luego al anillo en una consecución de movimientos que casi mareo a Harry.
—Potter, difícilmente puedes hacer algo por el joven Malfoy en este momento.
Y lo sabía, claro que lo sabía, pero el custos quería estar con su portador y al menos eso sí podría hacerlo.
—Tengo que ir. —Volvió a repetir —Hice una promesa y…
Su voz por fin se quebró. Ese nudo que había estado soportando en su pecho no fue suficiente para contener el mar de lágrimas que comenzaron a deslizarse por sus mejillas, impidiéndole volver a decir palabra alguna.
Su cuerpo por fin empezaba a reaccionar y a raíz de esto, los efectos de todo lo alcanzaron.
Las piernas de Harry temblaron poco antes de que perdiera fuerza en las mismas. Solo evito caer arrodillado en el suelo debido a que su profesora logro sujetarlo.
La lágrimas de Harry cayeron en silencio, mientras su maestra lo acomodaba mejor contra ella, pero Harry ya no podía hablar, no podía.
Tras unos instantes en silencio, McGonagall, asintió y acepto la petición de Harry.
—Está bien, Potter, te llevare a la enfermería, pero... no ingresaras, nos quedaremos afuera hasta que nos den información.
Para Harry eso era suficiente, suficiente por ahora.
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En medio de su estado de inconciencia, Draco realmente creía que había muerto. Algo increíble considerando que ya los había hecho una vez y lo que termino pasando fue que regreso a sus once años. ¿esta vez sí moriría seria regresado incluso más en el tiempo?
Su estado no podía compararlo con otra cosa, es decir, se sentía muy similar a cuando murió gracias a la golpiza y al fuego demoniaco, cansado, letárgico, incapaz de despertar y solo, completamente solo flotando en un espacio completamente oscuro.
—Es bueno ver como has cuidado a mi nieto en mi ausencia Lucius. —Si Draco no estuviera casi seguro de que aún seguía inconsciente y solo, podría jurar que esa voz que venía de algún lado y cuyo fuerza aun parecía lejana, se escuchaba muy similar a la de su abuelo, aunque diferente, nunca lo había escuchado tan exaltado.
—Padre, Por favor… —Y esa voz… ¿era la de su propio padre?
Esperen un segundo, Draco había comenzado a sentirse diferente. Solo podía asemejarlo a como se sentían los viajes en traslador o incluso la aparición, un tirón en el estómago que te jalaba hacia arriba de una manera brusca y desorientadora, definitivamente desagradable, pero a su alrededor, la oscuridad que lo había rodeado, empezaba a desvanecerse y para su sorpresa, comenzaba a sentirse como cuando se despertaba en las mañanas, letárgico, pero indudablemente llegando a la realidad.
—Caballeros, les recuerdo que estamos en una enfermería cuyos pacientes requieren paz para recuperarse. —Por supuesto, esa voz la reconocería en cualquier parte, era madame Pomfrey.
—Mis disculpas.
Dijeron al unisonó la voz tanto de su padre como de su abuelo, Draco tal vez se habría reído un poco, ver a ambos en el mismo lugar era extraños, por no decir que realmente no los había visto compartir el mismo espacio desde… bueno, nunca, antes de regresar en el tiempo, solo supo que sus padre viajaron a visitarlo cuando se enfermó y por eso no pudo ir a casa esa navidad, y luego, bueno toda la familia viajo a su funeral poco antes de entrar a su sexto año.
Si lo pensaba bien, realmente nunca los había visto juntos y eso era aterradoramente extraño.
Draco escucho como los pasos apresurados se alejaban y como cierta calidez se posaba sobre su mano.
—Es increíble, de verdad. —Esas palabras susurradas y entre dientes fueron difíciles de identificar para su mente aun desgastada.
El silencio se mantuvo unos segundos hasta que de nuevo fue su padre quien lo interrumpió en cuanto Draco escucho algunos pasos caminando hacia ellos, estos eran diferentes, apresurados y con un toque bastante familiar.
—Ah, Severus, por fin has vuelto. —Dijo su padre, aunque no había ni una pisca de calidez en su voz. —Supongo que llegas con noticias favorables.
Y por el silencio que siguió a sus palabras Draco podía asumir que no lo eran.
Escucho un suspiro y luego la voz baja de su padrino. —Me temo que en San Mungo se rehúsan a mover a Draco en este estado.
—Imposible. —Dijo la voz suave a su lado, ¿era su madre?, ¿ella era la que sujetaba su mano? —¿Po que razón?, esta grave y aunque confío en madame Pomfrey no se puede hacer nada aquí.
Tal vez Severus negó con la cabeza o algo, solo podía guiarse con los sonidos.
—Como se dijo antes, las heridas de Draco podrían haberse cerrado y curado en su mayoría aquí, con los hechizos y las pociones que tenemos, pero la magia del custos impide que utilicemos cualquier otro tipo de opciones mágicas, debe ser curado de manera muggle.
Bueno, eso no sonaba para nada bien.
—¡Esto es tú culpa padre!, de no ser por ese monstruo… quien le da algo así a un niño de tan solo doce años. —Su padre inmediatamente atajo, el reproche tan evidente, aunque no alzo la voz más de lo estrictamente necesario.
—Lucius, por favor. —Comento de nuevo su madre.
—Creemos que la razón por la que el monstruos de la cámara no logro atacar a Draco fue precisamente por el ocultta custos, las heridas generadas, pudieron deberse a factores que Draco tendrá que explicarnos en cuanto despierte.
—Mientras estuvo conmigo esto jamás ocurrió, —Su abuelo parecía estar conteniéndose. —Pero preferiste traerlo aquí, ¿para qué hijo?, dime, para controlarlo y meterle en la cabeza ideas tan retorcidas como las que ya tienes tú. —Bueno, eso sonaba interesante en palabras de Draco. —Agradezco a Merlín que mi nieto sea mucho más sensato que…
—¡Pasaste casi toda su vida lejos! ¿y ahora quieres darme lecciones de como educar a mi hijo? —Incluso en su estado, Draco sentía el veneno en las palabras de su padre. —increíble de verdad.
—¡Ahora te atreves a interrumpir a tu propio padre! —Esta vez la voz de su abuelo si se elevó. —¿Qué más podría esperar?, sigue a una farsante y comenzaras a comportarte como alguien tan vulgar.
—¡No conviertas esto en algo que no tiene nada que ver, padre!
—¡Bueno, suficiente los dos! —Por un momento la calidez del toque de su madre se perdió, sintió como la figura de su madre se alejaba de su lado con lentitud, y hasta él, que era incapaz de abrir los ojos o moverse, sintió el frio imponente que desprendía su madre. —Mi hijo esta postrado en una cama, inconsciente hasta sabara Salazar cuando, casi lo pierdo hoy así que con todo el respeto que se merecen ambos, Abraxas como mi suegro y Lucius como mi esposo, los dos sobrellevan esto como adultos que somos o no tengo ningún problema en sacarlos de aquí yo misma, ¡Me di a entender con claridad, caballeros! —Esta última frase fue acompañada por lo que Draco llamaría ira contenida, filtrándose de los labios de su madre.
Él no estaba despierto, pero podía asegurara que el silencio se debía a que los tres hombres en la habitación fácilmente preferían no decir alguna palabras para evitar el desastre.
Draco escucho a alguien aclarándose la garganta antes de responder. —Lo lamento Narcissa, tienes Razón, en este momento lo único que debería importar es la salud de mi nieto. Mis disculpas.
—Yo, también lo lamento Cissa. —Un suspiro se escuchó en la habitación. —Actúe fuera de mí y te pido perdón.
Su madre, tal como Draco creía, no se dignó a dar una respuesta, en cambio, escucho como movía la silla al lado de su cama y posterior a ellos sintió la calidez regresar a su mano, algo de verdad reconfortante.
—Muy bien, entonces Severus, ¿qué decías?
El aludido tardo unos segundos en contestar, pero de todas formas lo hizo. —El joven Potter indica que el guardián alentó el corazón de Draco para que no muriera, y los análisis de madame Pomfrey lo confirman, no hay ningún hechizo que se pueda poner sobre Draco en este momento, no porque no funcionen, sino que, con el hechizo del custos sobre él, actúan de una manera extremadamente lenta. Creemos que el guardián lo coloco para evitar que Draco se desangrara antes de recibir ayuda.
Un leve quejido se escuchó desde su lado.
—¿El joven Potter no ha dicho como levantarlo?, el custos debe haberle dicho algo, es decir, mi hijo no puede quedarse así Severus.
—Potter dijo que el Custos quiere que Draco sobreviva, y él asume que una vez despierte, el custos probablemente lo levante, pero Draco debe estar consiente para ponerse el anillo nuevamente y que se levante el encantamiento.
—Entonces si hay manera de revertirlo. —El alivio se filtró por la voz de su madre y tal vez fue cosa del destino, pero Draco comenzó a sentir sus extremidades más que como peso muerto a su lado y por fin sintió que el letargo se retiraba.
Su mente parecía más despierta y estuvo muy seguro de que en el momento en que apretó su mano alrededor de su madre y su rostros se contorsiono un poco por el dolor, fue el momento en que escucho un suave jadeo desde su lado.
—Draco, ¡Draco, ¿estas despierto?! mi dragón, ¿puedes escucharme?
Draco hizo un gran esfuerzo para intentar abrir los ojos, se sentía cansado, pero no lo suficiente como para poder volver a dormir tan profundamente como lo hizo antes. —Ma… Madre —Hablar le resulto extremadamente difícil, mover la mandíbula estiraba directamente la piel de su cuello y por consecuencia, estiraba la piel la piel de la herida, la incomodidad fue grande. Su voz también salió extremadamente seca, y sentía la necesidad de tomar agua, hasta ahora lograba notarlo. — ¿Qué paso? —En su mente, las últimas horas eran increíblemente borrosas, todo era un revuelto bastante confuso.
Sus parpados por fin cedieron a sus órdenes y pudo abrir los ojos. Lentamente a su alrededor pudo ver a cuatro personas con los ojos fijamente e él.
Su madre, quien estaba al lado derecho, sujetaba la mano que tenía sobre las mantas mientras sus ojos dejaban escapar lágrimas en silencio. Frente a la cama, la figura de su padrino se erguía entre telas oscuras que componían su túnica, a cualquiera que lo viera seguramente parecería no conmoverse en lo más mínimo con la escena, pero Draco había conocido a su padrino perfectamente bien, o al menos eso creyó antes de descubrir que era un condenado espía en las filas del señor oscuro.
La respiración profunda que acompaño el relajamiento de las manos de su padrino, fue toda la confirmación que necesito.
A su lado izquierdo, tanto Su padre como su abuelo se erguían en toda su estatura, su padre, siendo el más cercano a la cabecera de la cama, y su abuelo, una imagen extraña pero que removió algo en el pecho de Draco.
—Mi pequeño, despertaste. —Su madre, aun entre lágrimas, parecía ser la única capaz de pronunciar algún tipo de palabra. Se inclino sobre él y beso la frente de Draco.
Su pecho se hincho en ese momento y como algo que no pudo detener, las lágrimas se acumularon en sus ojos para luego derramarse en silencio, todo por la cálida caricia de su madre.
Era irónico, habiendo muerto una vez y de manera tan horrible, Draco pensaría que vivirlo nuevamente o mejor dicho casi morir de nuevo, no podía afectarlo, pero la verdad era que se sintió aterrado, aterrado por morir, desaparecer de este mundo dejando atrás a tantos cuya existencia y compañía había tenido antes y también perdió, incluso más. Ahora pensaba en su abuelo, sus amigos, aquello que ahora no solo eran compañías adecuadas y cuya existencia se calculaba en que tanto ayudaban a su estatus, no, ahora de verdad eran sus amigos y… no podía dejarlos, no con el terror que sobrevendría, no podía.
—Mamá... —Murmuró entre lágrimas, no podía moverse, y le comenzaba a doler la cabeza, pero no importaba, seguía vivo.
—Severus, Trae al joven Potter y a Madame Pomfrey, tal vez el custos ahora pueda levantar el encantamiento. —Draco escucho la voz de su abuelo por sobre sus sollozos.
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Una hora después, Draco sabía que realmente la vergüenza lo perseguiría constantemente.
Potter había entrado a la enfermería acompañado tanto del profesor Dumbledore y la profesora McGonagall, todo para poder entregarle el anillo y que el custos pudiera levantar el encantamiento, por supuesto al devolverlo, fue su abuelo quien instruyo como Potter debería entregar la joya, así que ante la mirada de todos, sus manos se rozaron y al instante la serpiente de inmediato se movió con rapidez, una que Draco no sabía que tenía y que claro, según lo que le contaron, probablemente se debía a la desesperación por que su portador se hubiera lastimado.
Después de ellos, Draco sintió como levantaba el encantamiento y por supuesto, madame Pomfrey se puso manos a la obra.
En realidad sus heridas fueron relativamente graves, el pedazo de piedra desprendida se había incrustado en su hombro y clavícula, rompiendo los huesos en esa área, su golpe en la cabeza le había dejado una contusión, madame Pomfrey se tardó más con la reparación de los huesos que otra cosa, luego llegaron las pociones, una para recuperar sangre, otra para la contusión y por ultimo una de sueño sin sueño, la misma que ahora sostenía en la mano mientras el director y su padrino se encontraban frente a su cama.
—Lo que dijo mi custos es cierto. —De verdad le iba a poner un nombre. —La criatura que ataco era algo que jamás había visto. Larga como una serpiente, sin extremidades, pero con una cabeza completamente diferente a la de una serpiente común desde mi perspectiva. —Draco no conocía ninguna especie de serpiente que tuviera tal longitud, incluso estaba seguro de que era mucho más grande que su custos. —Fue un segundo antes de que pasara todo lo de la herida y el encierro.
Dumbledore asintió con lentitud. —Algo más que recuerde joven Malfoy, alguna figura además de la de la señorita Granger, una persona que pudiera estar controlando a la criatura
Draco pensó, por supuesto, si la criatura de la cámara se encontraba ahí el heredero no podía estar muy lejos, pero en realidad no podría decirlo, con dificultad vio parte de la criatura algo más a parte del cuerpo cayendo completamente petrificado era completamente difícil de recordar.
Simplemente negó. —Lo siento director, pero realmente no vi nada más.
Dumbledore asintió con lentitud y Severus, quien había estado presente todo el tiempo, indico que ya era hora de dejarlo descansar, sus padres y abuelo habían sido despedidos y prometieron ir a visitarlo el día siguiente, ya que se quedaría en la enfermería dos días más.
Severus le indicó que podía tomar la poción de una vez y ante esto, Draco lo hizo, no sin antes preguntar por Hermione y Theo, el mismo que ahora se veía completamente dormido en la cama de al lado. Por Hermione no había mucho más que hacer, estaba petrificada como el resto de víctimas y Theo… una vez fue posible estabilizar la condición de Draco, fue despertado tan solo para darle sueño sin sueño, era por eso que se encontraba en la cama al otro lado de la suya, probablemente fue demasiado verlo de esa manera, ni siquiera podía imaginarse la escena.
Sin esperar más, miro la poción en su mano y la llevo a su labios, Draco necesitaba Dormir, todo el día de hoy había sido una locura.
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Cuando Draco despertó a la mañana siguiente, eran pasadas las ocho de la mañana, poco después de que madame Pomfrey le diera el desayuno y que tuviera que comerlo con la mano izquierda ya que su brazo derecho seguía inmovilizado, cerca de las nueve de la mañana tanto sus padres como su abuelo atravesaron la puerta de la enfermería.
El ambiente entre ellos no parecía tan hostil como lo pareció el día de ayer cuando era incapaz de abrir los ojos.
Bueno, aquí existían dos alternativas, o todo lo había soñado y era una alucinación auditiva, o eran excelentes fingiendo. Draco se inclinaba a creer mucho más la alternativa número dos.
—Nuestro Dragon, ya te encuentras mucho mejor. —Dijo su madre al ser la primera en llegar a su lado, inclinándose para darle un suave beso en la frente. —¿Te han dado el desayuno? —Draco asintió logrando colocar una sonrisa en el rostro aun preocupado de su madre.
—Lamentablemente el día de ayer no nos permitieron quedarnos en el castillo para vigilar mejor tu condición Draco. —La molestia era evidente en la voz de su padre. —Pero al menos podemos confiar en las habilidades de la enfermera, eso es agradable.
Draco no solo estaba convencido, estaba más que seguro, de que su padre armaría un escándalo, conocía su tono cuando no creía que algo estuviera entre la línea de lo aceptable y sus ojos se movían por la enfermería como si estuviera analizando cada detalle, incluyendo a las demás camas en donde los petrificados yacían cubiertos por las cortinas, no muy lejos de la cama de Draco.
Para ese momento, Draco ya había notado que Theo se había ido, probablemente despertó antes que él y regreso a la sala común de Slytherin.
—Mi nieto, Creo que ayer nos diste un muy buen susto a todos.
La sonrisa en su rostro se hiso más grande cuando su abuelo se acero un poco más a la camilla.
—Lo lamento, de verdad. —Se disculpo, aunque en realidad no había culpa suya en todos los acontecimientos. —Pero te agradezco por el anillo, sin el… probablemente ahora estaría como el resto de mis compañeros. —Señalo con los ojos el resto de las camillas. —Muchas gracias.
—Te prometí protegerte y un Malfoy siempre cumple su palabra.
Por supuesto, y esa declaración le dio más tranquilidad de la que creía posible dadas las circunstancias.
Su padre por otro lado parecía tener más que decir, ya que interrumpió suavemente aclarándose la garganta e ignorando parcialmente a su propio padre.
—Draco, lo que te ocurrió es ciertamente preocupante, por ello prometo tomar acciones lo antes posible. —Dijo él, confundiendo un poco a Draco quien comenzaba a tener un mal presentimiento.
—Padre, ¿Qué quieres decir?
—A que la junta escolar se reunirá en una semana y veremos el futuro educativo de Hogwarts. —Dijo con toda seguridad su padre. —Que un sangre pura sea atacado entre las paredes del colegio es lo último que se le puede permitir a esta escuela.
—Lucius —Advirtió su madre.
—Pero… ¿eso que quiere decir? —¿Cerrarían Hogwarts por esto, solo porque, a fin de cuentas, fue un sangre pura y no un hijo de muggles el que al final fue atacado?, ¿también eso habría bastado para que alguien tomara acciones en su pasado?
—Significa, mi querido nieto, que tu padre intentara convencer a la junta de que destituyan al Albus Dumbledore como director de la escuela. —El tono del mayor en la habitación era plano, difícil de descifrar, y su rostro no mostraba más allá de una gélida indiferencia, pero parecía no estar del todo conforme. —Tengo que admitir que la idea no me atrae, pero es verdad que Hogwarts no es segura para nadie y tiene que haber una razón para ello, si no se interviene, puede haber más casos como el tuyo o que terminen mucho peor.
Draco observo a los tres adultos frente a él, con un poco de asombro.
De hecho, si en su pasado, su padre había logrado que sacaran a Dumbledore, pero eso solo empeoro las cosas ya que poco después no atacaron a un estudiante, sino que la secuestraron y arrastraron hasta la cámara, un destino que según Draco, se escuchaba mucho peor que ser petrificado.
—Pero…
—Draco, escucha. —Esta vez fue su madre quien tomó la palabra, atrayendo sus manos para sujetarlas entre las de ella. —Como familia tenemos que mostrarnos firmes, de verdad esto ha superado cualquier ilusión de control que Albus Dumbledore quiera mantener frente al resto de del mundo mágico.
—Mi nuera querida, siempre hay otra maneras de asegurar la supervivencia de Draco. —Menciono su abuelo, aun sin intentar mostrar un atisbo de molestia ante las palabras de sus propias padres
Pero era ridículo lo que escuchaba, veía tres diferentes frente a él, cada una representada por su familia, Su padre, quien claramente veía esto como la oportunidad para sacar a Dumbledore y colocar a alguien con el cual estuviera más de acuerdo y que le diera por fin “la importancia” que merecían sus estatus. Su madre, que era la viva muestra de la preocupación ciega, estaba segura de que ella veía tras las intenciones de su padre, pero siempre y cuando Draco estuviera a salvo ella lo aceptaría. Por último, su abuelo, guiado por la preocupación, pero lo suficientemente experimentado para saber que algo iba más allá del incidente ocurrido ayer.
—Es verdad, puedo transferirme nuevamente y…
—¡Ese tema está fuera de discusión Draco! —Dictamino su padre de manera tajante.
El silencio hizo eco en la habitación por algunos segundos antes de que Draco se atreviera a volver a hablar. —Pero, esto ha estado sucediendo durante meses, porque es tan relevante ahora como para que quieran tomar acción.
Draco lo sabía, él lo entendía perfectamente, pero quería que su padre lo dijeran, quería que le recordaran lo equivocado de toda su ideología solo para no perderse en el mar de atenciones que ahora lo sobrecogía debido al incidente.
Porque si, mientras sentía la calidez y cercanía se su madre, veía a su padre ahí, frente a él, tan digno como una vez fue y dejaría de ser, podía pensar que su vida, su pasado, nunca ocurrió, dejarse llevar por lo cálido de su familia, pero tenía que recordar que eso se acabaría tarde o temprano precisamente por sus ideologías.
— Draco, tú sangre fue la que mancho los pasillos de Hogwarts, no la de un sangre sucia o mestizo, alguien debe pagar por ello. —Dictamino su padre viendo fijamente los ojos de Draco y helándole la sangre en el camino.
Esa era la verdad de todo esto.
—¡Lucius! —Lo reprimió su abuelo antes de dirigirse a él. —Tú ataque termino muchísimo peor que el del resto de tus compañeros, a diferencia de ellos, que podrán ser despetrificados, tu pudiste haber muerto ayer y eso, como bien sabes es imperdonable.
La mirada en los ojos de su abuelo era lo suficientemente especifica al respecto, Draco no quería ni necesitaba más información con respecto a esto, su padre veía esto como una oportunidad y la iba a usar.
Sus manos temblaron levemente por sobre las mantas, recordándole la sensación del verano pasado, cuando su padre vio a Hermione, Potter y Weasley en la librería. Le recordaba lo que era capaz, lo que todos ellos eran capaces de hacer
—Lucius, podríamos hablar afuera por un minuto. —Dijo su madre caminando hacia su esposo, siempre con su elegante porte y su voz calmada.
Su padre tardo un segundo mientras los observo a él y a su abuelo. Luego asintió y siguió a su esposa hacia el exterior así que en la enfermería solo quedaron él y su abuelo.
Un suspiro de cansancio se escapó de sus labios antes de que levantara la cabeza y pudiera enfrentar nuevamente a su abuelo.
—Probablemente no debas preocuparte demasiado Draco. —Le aseguró su abuelo mientras se acercaba a él y aprovechaba para sentarse en el borde. —La mayoría de los que integran el consejo seguramente no aceptaran destituir al director en una situación como esta, y si al final se toma la decisión, esta llegara en semanas, probablemente el problema ya se haya solucionado.
Con frecuencia las palabras de su abuelo parecían suficientes para calmarlo, pero esta vez no lo logro del todo.
—No creo que sacar al director sea la manera eso es todo, pero creo que padre tiene segundas intenciones con la petición.
Su abuelo no confirmó ni negó sus afirmaciones y bueno, Draco no esperaba que lo hiciera, estaban hablando de su hijo, el padre de Draco.
—Creo que eres demasiado joven como para comprender por completo la situación Draco. —Dijo en cambio.
—Eso quiere decir que también concuerdas con mi punto de vista. —Se atrevió a decir mientras arrugaba un poco las sábanas bajo su mano.
—Digo, que hay fuerzas mucho más complejas que alguien de tu edad no está preparado para comprender.
Draco negó con la cabeza. —Y nunca lo estaré si nadie está dispuesto a decirme nada, por ejemplo… —Draco se mordió la lengua por lo que iba a decir, pero de alguna manera tenía que saber. —¿Porque tú y padre ya no se llevan bien?
Abraxas guardo silencio, sin responder a la pregunta de su nieto, pero sin evitar su mirada, —O ¿Por qué te mudaste?, es decir, no soy ciego, sé que apenas soportan estar en la misma habitación, lo que me lleva a otra pregunta, ¿Por qué estás aquí en reino unido?, creí que estarías en América hasta octubre.
Muchas preguntas y parecía ser que su abuelo no quería responder a ninguna.
De nuevo el silencio se instaló entre ambos, antes de que Abraxas dejará escapar un suspiro de cansancio.
—Estoy aquí porque, después de que te envié la carta, yo mismo me comuniqué con tu padrino, preguntando por la situación en Hogwarts, enterarme de que ya habían sucedido ataques fue suficiente para que pusiera en pausa mi tratamiento una vez fue adecuado. —Confeso con suavidad. —Llegue hace dos días y esperaba que no supieras de mi momentáneo regreso sino hasta las vacaciones de verano.
Draco apretó los labios, este era el precio de ser muy joven a los ojos de cualquiera, creían que era un niño pequeño y lo peor, su familia lo creía incluso más pequeño.
—¿Por qué no querías que me enterará?
Abraxas inclinó la cabeza hacia un lado y le sonrió. —Porque eres demasiado inteligente y observador. Como ya has notado, tu padre y yo no tenemos una relación fácil y nadie quiere que su nieto descubra algo así en su familia. —En realidad Draco lo suponía desde antes. —Y la razón de eso se debe a una verdad que tú padre nunca ha querido aceptar. No puedo reprender a mi hijo por ello, a fin de cuentas, yo soy el principal culpable.
Eso, para bien o para mal seguía dejando a Draco en suspenso, ¿de qué era culpable Abraxas Malfoy?
—En fin, vine aquí para solicitar a tus padres tu tutela en vacaciones, pero como puedes ver el proceso se ha detenido por el momento.
Bueno, eso sería un gran problema y estaba muy seguro de que su abuelo también notaba la dificultad en la tarea. Él ya sabía de la preocupación de sus padres por el apego que sentía hacia su abuelo y probablemente esa sería el principal problema.
Draco habría intentado continuar con la conversación, sacar más información de su abuelo, pero en ese momento las puertas se abrieron y quienes llegaron desde el otro lado lo distrajeron completamente.
—¡Draco! —Grito Pansy desde la puerta, antes de prácticamente correr hacia la camilla y lanzarse sobre él, sorprendiéndolo ampliamente y casi sacando el aire de sus pulmones, no muy lejos aparecieron los demás, Theo caminaba apresuradamente y llego justo después de Pansy.
—Suéltalo, ¡Suéltalo Pansy!, lo puedes lastimar más. —Intento sujetarla y tirar de ella lejos, pero su amiga apretó su agarre. Fue una suerte que madame Pomfrey fuera tan excelente sanadora.
—Draco, nos diste un gran susto. —Dijo Blaise al llegar y observar la escena sin la menor intención de ayudar a liberarlo del agarre mortal de su amiga.
Detrás de Blaise, aparecieron tanto Vince como Greg, cargando una gran cantidad de dulces y pasteles, tal vez, de sus propias reservas, ambos caminaron con lentitud hacia la camilla, para evitar que se les cayeran los dulces
—Te hemos traído dulces, Draco. —Dijo Greg casi tropezando y siendo rescatado por la mano salvadora de Vince quien no tardo en secundar a su amigo. —Te pueden hacer sentir mejor. —comento cuando llegaron al lado de la cama.
Y lo que antes fue una conversación seria que incluso llego a poner cierta preocupación en él, quedo relegada y opacada debido a la brillante llegada de su amigos.
Estaba seguro de que ninguno había reparado en la presencia de su abuelo todavía, de lo contrario definitivamente habrían adoptado los modales adecuados. Por un momento Draco se preocupó, pero cuando volvió a ver el rostros de su abuelo, descubrió que Abraxas observaba la escena con una sonrisa ligeramente divertida, sin moverse de su puesto en la cama de Draco.
Pudo dejar de lado la tensión y disfrutar del leve jalón de su cuerpo provocado por el agarre de Pansy y la batalla de Theo por liberarlo, la risa oculta de Blaise y las voces de Vince y Greg, quienes se habían dado a la tarea de dejar sus dulces sobre la cama, nombrando cada uno y diciéndole que la mayoría eran de chocolate e incluso algunos eran de manzana verde, algo que a Draco le gustaba.
Todo se convirtió en caos, pero un caos que Draco agradeció y disfruto con una sonrisa.
Cuando sus ojos se encontraron con su abuelo, el hombre mayor susurro “Tienes muy buenos amigos”
Y Draco asintió fervientemente sin que la sonrisa desapareciera. “Lo sé”
En ese momento recordó la conversación con su padrino y pensó que: Sus amigos lo elegirían a él.
Notes:
Esta es, con diferencia la parte más suave de este ultimo capitulo, o mas o mas o menos.
Solo dire, que aun con todo lo que paso, me siento mal por Harry, de ehcho el sabe que no puede culpar a los demas por sus decisiones, pero bueno, yo enteindo el porque se siente como se siente, ah, por eso es importante formar una opinion propia de las personas. Que lastima que lo descubriera tan tarde.
Y bueno, ahora conocemos un poco mas de la relacion de Abraxas y Lucius, una no muy cordial que digamos.
Bueno, nos vemos en el segundo cap de esta noche.
Chapter 12: Tom Sorvolo Ryddle II
Summary:
Antes de que cualquiera reaccionara, se movió tras Lockhart, alejándolo de la puerta. En un momento levanto su pie y sin decir ni una sola palabra, empujo a Lockhart de espaldas por el hoyo de entrada.
Se escucharon los gritos de Lockhart mientras caía y se alejaba. Draco observo el hoyo oscuro y luego se giró para mirar a los dos pares de ojos que parecían increíblemente sorprendido.
Draco no cambio su expresión mientras se preparaba. —No me miren así. Si hay algo que pueda comernos allá abajo, definitivamente prefiero que devore a Lockhart primero. —Dijo con un aparente desinterés.
Lockhart se lo gano.
Notes:
Bueno, regresamos con el capítulo dos de este maraton final.
Ciertamente esta parte tiene sus momentos agradables, ahora notan porque no dejes el capitulo final de solo un capítulo, no ppodia esto era muy largo, en el word se me fueron 69 paginas y eso es mucho.
tiene logica ya que en realidad me faltaba mucho por colocar.
Bueno, no siendo mas, los dejo con la segunda parte del final.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Las cosas se calmaron poco después de que sus amigos notaran la presencia de su abuelo y por fin, aunque con dificultad, volvieron a adoptar las buenas posturas.
Claramente su abuelo ya había visto el caos previo a la calma, al menos eso coloco una sonrisa en su rostro.
Poco después llegaron sus padres y ese fue el momento de despedirse de su familia, su abuelo le aseguro que por el momento no dejaría el reino unido y que vigilaría la situación, mientras su padre aseguro que haría justicia, su madre simplemente le deseo recuperarse antes de darle un beso y dejarlo completamente solo con sus amigos.
El resto del día lo paso con ellos hasta que tuvieron que regresar a la sala común para terminar sus propios trabajos, así que cerca de las cinco de la tarde, se quedó solo en la enfermería nuevamente.
Draco habría estado listo para irse a dormir, pero algo le llamo la atención en la cama de al lado.
Sabía perfectamente que, aunque las camas estuvieran rodeadas por las cortinas, quienes estaban del otro lado eran las víctimas del heredero de Slytherin y del monstruos, pero fue un destello rojo y dorado lo que atrajo su mirada hacia la cama al lado de la suya.
Ya sabía que la última víctima del heredero de Slytherin había sido Hermione, el director Dumbledore y su padrino fueron lo suficientemente amables para indicarle que Hermione había sido la estudiante atacada en esta ocasión.
La cortina de ese lado de la cama tal vez se movió debido al ajetreo del día, y dejo vislumbrar la túnica de interior rojo y una mano que reconoció.
—Hermione. —Susurro, aunque sabía que no había nadie más en el lugar.
Estaba muy enojado con ella, lo había estado por semanas debido a lo que le hicieron en navidad a él y a sus amigos, el engaño, la invasión y el uso de una poción para interrogarlo, todo eso mereció su enojo, pero eso no evito que su corazón se apretara al ver la figura.
Independientemente de todo, Hermione había sido la única con la que mantuvo contacto estando en Beauxbatons y era una verdadera lástima que hubieran terminado de esta manera, realmente habría querido ahorrarle la traumática experiencia.
Totalmente guiado por sus instintos, Draco se movió entre las mantas y se sentó en el borde de la cama, retirando las cobijas de su cuerpo y sintiendo el frio suelo bajo sus pies.
Se levanto lentamente y camino hacia la camilla de la niña petrificada, retirando después las cortinas que cubrían a su Gryffindor favorita.
Al verla su corazón se detuvo y su pecho se apretó. Ahí estaba, su rostro contraído por lo que identificó como sorpresa, su piel pálida. Draco al menos esperaba que en este estado fuera incapaz de percibir el mundo a su alrededor y que al menos pudiera sentirse en un sueño hasta que despertara.
Sus manos se levantaron inconscientemente hacia la que ella sostenía frente a su rostro, ¿que había querido hacer Hermione en ese momento’, Draco no lo sabía, luego camino alrededor de la cama y acaricio su otra mano, la misma que parecía semi cerrada.
—Lamento que terminara así. —Dijo al aire, mientras acariciaba su mano. —Yo no…
Sus palabras se perdieron cuando sintió algo rugoso en la manos de Hermione, deteniendo tanto sus palabras como sus movimientos. —¿Que es…? —Preguntó mientras tardaba un segundo en reaccionar antes de apresurarse a escarbar en la manos de la niña y arrancar lo que fuera de sus tiesos dedos.
Tuvo que tirar un poco, mejor dicho, mucho, pero al final pudo retirar lo que identifico como una hoja de papel.
Era una página arrancada de un libro muy viejo. Draco la aliso lleno de confusión mientras empezaba a leer:
De las muchas bestias pavorosas y monstruos terribles que vagan por nuestra tierra, no hay ninguna más sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes. Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basilisco, pues es éste su mortal enemigo, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal.
Y debajo de esto, había escrita una sola palabra, con una letra que Draco reconoció como la de Hermione: “Tuberías.”
Sus ojos se abrieron en total sorpresa y al mismo tiempo reconocimiento, como si por fin pudiera descifrar el misterio más grande de toda su vida, esto era, esta era la criatura que vio en el pasillo, esta fue la que…
—¡Hermione! —gimió a sus espaldas una voz que a Draco le pareció muy conocida y en extremo molesta.
Los pasos se apresuraron hacia él o, mejor dicho, hacia la camilla de Hermione, seguidos por otros más tranquilos.
Draco apretó la página arrancada en sus manos, mientras sintió como dos figuras pasaban por su lado. En menos de un segundo, la cabellera roja y muy distinguible de Weasley hizo su aparición y a su lado, se encontraba Potter, este último le lanzo una mirada de confusión y lo que Draco quiso llamar, precaución, mientras que Weasley solo miraba a Hermione, totalmente tiesa como piedra.
Draco suponía que el único de los dos que había visto a Hermione fue Potter, ya que no parecía tan conmocionado como Weasley.
—¿Malfoy?, ¿qué haces aquí? —Pregunto Potter con la voz sorpresivamente baja.
Draco, quien hasta el momento se había quedado completamente quieto, tal vez con el ánimo de no ser notado, giro levemente su rostro para poder observar al niño que lo miraba fijamente a él. —Potter, resulta que soy paciente de la enfermería, es por eso que estoy aquí. —No quiso sonar tan terriblemente cortante y desdeñoso, pero en este puntos, esa parecía ser la única forma en la que podía dirigirse a cualquiera de los integrantes del trio dorado.
El chico frente a el no hablo por unos segundos, al mismo tiempo que su mirada se mantuvo sobre él, como si lo analizara para encontrar algo, cualquier cosa. —… No, es que… todavía tienes el cabestrillo y yo pensé…
Draco miro en dirección a su mano aun inmovilizada y descubriendo, con sorpresa, que Harry ahora miraba su hombro con intensidad. —Estoy mejor Potter. —Confeso con esfuerzo. —Madame Pomfrey es excelente y solo debo tener el cabestrillo por el resto del día de hoy debido a que la herida necesita más reposo, pero mañana estará mejor. —Esa había sido por mucho la conversación más larga desde el incidente de navidad, y dejando de lado ese hecho, en realidad era la conversación más larga que habían tenido sin que el uno atacara al otro de algo increíblemente terrible.
Ninguno de los dos dijo nada más, Draco volvió a levantar su cabeza en dirección a Potter, cruzando sus ojos e intercambiando miradas. Sus labios se apretaron y hubiera deseado que fuera debido a la incomodidad, pero no, porque extrañamente no la sentía, esta vez era porque de nuevo, sus sentimientos eran un estorbo, uno muy grande cuando se enfrentaba de nuevo al niño que vivió y lo veía con esa mirada de cachorro. Draco tenía que sacudirse y recordar, que Harry Potter era molesto, molesto de aquí a la luna y claro eso funcionaba muy bien con tan solo recordar la desagradable artimaña con la poción multijugos y bueno, de hecho, todo lo que había pasado este año.
Tal vez su expresión reflejo sus pensamientos, ya que pudo ver directamente como Potter, después de unos segundos esquivo su mirada y la enfoco directamente en la figura petrificada de Hermione.
¿Extraño? Si, ¿lo suficiente para que preguntara? No.
De todas formas, no fue necesario, Weasley interrumpió el extraño momento e intervino. —¿Que hacías a su lado Malfoy? —La acusación venia implícita en su tono de desconfianza y en sus ojos entrecerrados cuando Draco giro para mirarlo directamente
Draco sinceramente se planteó darse la vuelta, regresar a su cama y dejar a los dos Gryffindors, pero luego recordó la página con la información sobre la criatura. Lo pensó por un momento, pero ciertamente ¿que podría hacer el con eso?, si, ahora sabía que era un basilisco, pero no podía entender por qué había escrito “tuberías” en la página, para su gran molestia, tal vez ellos supieran más sobre cómo funcionaba la mente de Hermione y él, para su enorme disgusto, también necesitaba una pista.
Es decir, el día anterior había sido atacado por una criatura asesina que, de no haber sido por su cutos, ahora podría no ser una estatua, por el contrario, pudo haberlo matado, esa cosa seguía libre por los pasillos del castillo y si no era él, bien podría ser otro estudiante y aunque siempre lo supo, era obvio que el estatus de sangre no le importaba en lo más mínimo.
Entrecerrando los ojos y haciendo de tripas corazón, extendió su mano izquierda y directamente les mostro la página arrancada y arrugada. —Vi que traía esto en la mano. —Les dijo sin querer decir la verdadera razón al respecto. —Y descubrí, que tal vez, Hermione descubrió que era el monstruo de la cámara de los secretos poco antes de que la atacara.
Harry inmediatamente deslizo sus ojos hacia la página en sus manos y la tomo, Draco no hizo nada para detenerlo, tal vez ellos tuvieran una mejor idea de lo que significaban las tuberías.
Draco aguardo unos segundos a que terminaran de leer la hoja y luego agrego: —Estoy cien por ciento seguro de que es la criatura que vi ayer cuando me ataco, encaja, cuerpo alargado como el de una serpiente y en efecto, terriblemente aterradora. —Confeso al sentir como subía un escalofrió por su espalda al recordar toda la experiencia.
Fue en ese momento que Potter pareció reaccionar y entender por fin. —¡una serpiente gigante!, Tú anillo, el custos me advirtió de que la criatura en la cámara era extremadamente peligrosa, pero parecía no poder revelar directamente que era, Porque es “el rey de las serpientes”, y es por eso que he oído a veces esa voz por todo el colegio, y nadie más la ha oído: porque yo comprendo la lengua parsel...
Los ojos de Draco se abrieron por la sorpresa y el entendimiento de las palabras de Potter mientras este último miraba las camas que había a su alrededor. —El basilisco mata a la gente con la mirada. Pero no ha muerto nadie. Porque ninguno de ellos lo miró directo a los ojos. Colin lo vio a través de su cámara de fotos. El basilisco quemó toda la película que había dentro, pero a Colin sólo lo petrificó. Justin... ¡Justin debe de haber visto al basilisco a través de Nick Casi Decapitado! Nick lo vería perfectamente, pero no podía morir otra vez... Y a Hermione…
—Hermione tenía el espejo… —Completo él mientras recordaba lo extraño del caminar de Hermione y el espejo en su mano, por eso la posición de la misma al petrificarse. Hermione acababa de enterarse de que el monstruo era un basilisco, sacó el espejo y...
Weasley por otro lado hizo una anotación que incluso Draco tenía que admitir que valía la pena resaltarse. —¿Y la Señora Norris? —susurró con interés mientras los miraba tanto a él como a Potter.
Potter inmediatamente guardo silencio y miro la página en sus manos hasta que al final pareció encontrar la respuesta. —El agua..., la inundación que venía de los aseos de Myrtle la Llorona.
Los ojos de Potter se centraron en los suyo y Draco lo comprendió de nuevo. —¡La señora Norris vio el reflejo del basilisco en el agua del suelo esa ves!
Harry asintió fervientemente poco antes de seguir mirando la página. —¡El canto del gallo para él es mortal, Ron! —leyó en voz alta.
—¿Y eso que tiene que ver? —Preguntó él sin comprender esta última parte mientras Weasley, parecía captar la idea de Potter en un segundo.
—¡No lo entiende Malfoy? ¡Mató a los gallos de Hagrid! El heredero de Slytherin no quería que hubiera ninguno cuando se abriera la Cámara de los Secretos para que el basilisco no pudiera ser asesinado.
La mente de Draco recibió demasiada información en un segundo, no solo se había enterado de que lo había atacado a él y a Hermione, sino que toda esta información corroboraba lo que decía el papel que ahora Potter sostenía como si tuviera las respuestas, y tal vez lo hacía.
Hermione, para sorpresa de nadie, era una verdadera genio, lo resolvió, lo había resuelto por su cuenta y tan solo tenía doce años, algo que ni siquiera todos los profesores o directores de la escuela, en la actualidad y en el pasado, lograron descubrir, increíble.
—¡Las arañas huyen de él! ¡Todo encaja!, ¿lo entienden? —Draco ni siquiera quería preguntar sobre eso, le creería a Potter esta vez, si las arañas tenían o no algo que ver, le creería. —Todas han estado huyendo de Hogwarts desde octubre.
—Por eso se comportaban tan raro. —Complemento Weasley aceptando la idea y corroborándolo, estos dos, ¿con que tantas historias extrañas se habían topado a lo largo del año?
—Pero ¿Qué significa lo que Hermione escribió? —Pregunto él mientras señalaba la palabra “tuberías” en el papel.
Weasley asintió. —Es buena pregunta, ¿que tienen que ver?
Harry, sin embargo, observo la palabra por unos segundos antes de saltar en su puesto. —Tuberías... Ha estado usando las Tuberías. Y yo he oído esa voz dentro de las paredes...
La mente de Draco se puso a trabajar a toda velocidad al escuchar las palabras de Potter, las tuberías habían sido su medio de transporte durante todo este tiempo, por eso se movía tan libremente y nunca fue descubierto, así que, una idea horrible pero muy factible vino a su mente.
—Esperen, ¡La entrada de la Cámara de los Secretos! ¿y si es uno de los aseos? —Claramente no conocía toda la historia, pero podía hacer algunas conjeturas. —Myrtle ha sido la única víctima fatal del basilisco, y habita por…
—... los aseos. —terminó por completar Harry.
Durante un rato los tres se quedaron inmóviles, embargados por la emoción de haber unido las piezas de un rompecabezas tan desbaratado y distorsionado, que difícilmente alguien hubiera podido juntar. Sin poder creerlo, incluso olvidaron la naturaleza de su relación, y la animosidad mutua.
Es decir, Draco ni siquiera pensó en lo desagradable que se sentía por los dos Gryffindors mientras toda la información se procesaba.
—Esto quiere decir —añadió Harry— que no debo de ser el único que habla pársel en el colegio. El heredero de Slytherin también lo hace. De esa forma domina al basilisco.
Pero Draco negó con la cabeza, no era posible que alguien además de Potter tuviera la habilidad de hablar pársel, incluso se atrevía a apostar a que Potter era el único hablante de la lengua en reino unido en ese momento.
—¿Qué hacemos? ¿Vamos directamente a hablar con McGonagall? —Pregunto Weasley con la premura filtrándose por su voz.
—Vamos a la sala de profesores —dijo Potter. —. Irá allí dentro de diez minutos.
Draco no quería saber cómo conocía el horario de su profesora. Aun así, se puso a pensar en todo, en las posibilidades y que, ahora que conocían la naturaleza del monstruos de la cámara, tal vez eso pudiera evitar que su padre actuara para sus propios fines, es decir, si advertía a la profesora McGonagall, de lo que era el monstruo y él también le advertía del plan de sus padres, tal vez pudieran evitar que la junta escolar destituyera a Dumbledore sin que pudiera deshacerse del Basilisco.
—Voy con ustedes. —Dijo rápidamente justo cuando vio que los dos Gryffindors comenzaban a alejarse de la camilla de Hermione.
El silencio fue la única respuesta que tuvo antes de que fuera Potter quien diera un paso hacia él. —No puedes salir de la enfermería, aun no estas completamente recuperado.
Draco descarto sus palabras antes de darse la vuelta y caminar hacia la mesa de noche al lado de la que había sido su camilla, abrió el único cajón que tenía y ahí encontró su varita. —Lo dije antes, mi brazo ahora está completamente bien y esto: —Movió su brazo inmovilizado mientras se daba la vuelta para enfrentar a Potter de nuevo. —Es algo adicional, mis heridas ya se curaron en su mayoría.
—Decir “mayoría” todavía indica que no están cien por ciento curadas —Se quejo Potter una vez Draco paso por su lado sin prestarle atención. —Malfoy, tienes que regresar y descansar, nosotros le daremos esta información a McGonagall.
Draco simplemente asintió, caminando en dirección a la salida después de ponerse los zapatos de su uniforme, aunque siguiera con la pijama de la enfermería, escucho los apresurados pasos de la pareja tras de sí. —Oh, yo estoy muy seguro de que le pueden comunicar a McGonagall sobre esto, pero hay algo más que necesito decirle y que tal vez ayude a que las cosas no se pongan mucho peor.
—¿A qué te refieres Malfoy? —La voz de Weasley llego desde su lado, mientras que Potter tomaba la delantera sin perderse palabra.
Bueno, para este punto en realidad no importaba guardar el secreto, se enterarían ahora o con su profesora. —Mi padre quiere que despidan al director Dumbledore.
Y casi fue instantáneo, Potter detuvo sus pasos y ya que él iba justo detrás se tropezó directamente con él, Weasley también se detuvo. Ambos Gryffindor lo miraron con los ojos abiertos, Potter con los labios apretados mientras negaba con la cabeza y Weasley con la boca abierta.
—¿Qué?
—No puede hacer eso, sin el director Dumbledore aquí, quien sabe que tan mal se pondrían las cosas.
Weasley asintió y estuvo de acuerdo. —Es cierto, bien podría haber un ataque diario hasta que no quede ningún estudiante hijo de muggles.
Draco asintió, teniendo que estar de acuerdo con esto, aun así, retomo la caminata. —Yo solo les digo algo, si eso ocurre y Dumbledore es reemplazado… —Se preparo mentalmente para decir lo siguiente ya que no era fan de su director. —Créanme, sería mejor que cerraran Hogwarts antes que dejar que mi padre coloque a alguien de su agrado a cargo de la escuela.
—Pero… ¿no deberías estar del lado de tu padre? —Pregunto Weasley.
Draco se forzó a no responder de manera tajante. ¿Cómo si ya no supieran que pensaba? —Qué tu creas en todo lo que dice tu padre no me obliga a hacer lo mismo con el mío, Weasley. —Y bueno, fallo totalmente en su intento de sonar neutral.
—Cállate Malfoy, mi padre a diferencia del tuyo si sabe lo que está bien y mal.
—Si, si, sigue creyendo eso.
—Eres un…
—¡Basta! Concentrémonos en llegar con la profesora McGonagall antes de que se haga más tarde. —Potter no parecía querer meterse en la incipiente discusión, sensato si y bueno, al final, él tampoco quería, debían concentrarse, probablemente fueran los único que pudieran darles una oportunidad a los profesores de enfrentarse con esa cosa antes de que atacara a otro estudiante.
Bajaron las escaleras corriendo, esta vez en silencio, y fueron directamente a la sala de profesores, que estaba desierta en ese momento. Era una sala amplia con una gran mesa y muchas sillas alrededor. Los tres caminaron por ella, Draco estuvo a punto de proponer esperar a la profesora sentados en las sillas, pero la campana que señalaba el comienzo de la cena sonó.
Para desgracia de todos, el mensaje no era para nada algo que Draco hubiera siquiera pensado que escucharía, al menos no tan pronto.
La voz de la profesora McGonagall, amplificada por medios mágicos. —Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala de profesores. Les ruego que se den prisa.
Harry se giró hacia ellos, los tres mirándose con pura confusión, pero Draco sintiendo el escalofrío subiendo por su cuerpo, el recordaba esto, claro que lo recordaba.
—¿Habrá habido otro ataque? ¿Precisamente ahora? —Pregunto Potter.
—¿Qué hacemos? —dijo Weasley, aterrorizado—. ¿Regresamos al dormitorio?
—No —dijeron tanto Draco como Potter, ambos se miraron en ese momentos antes de que este último esquivara la mirada de Draco de nuevo y en cambio se preocupara por observar alrededor. Había una especie de ropero a su izquierda, lleno de capas de profesores que se veían entre las puertas entreabiertas —Si nos escondemos aquí, podremos enterarnos de qué ha pasado. Luego les diremos lo que hemos averiguado.
En otro momento Draco habría señalado que ocultarse y espiar no sería muy bien visto por los profesores, pero ante la premura de un plan, lo dicho por Potter realmente sonaba bien, sin mencionar que, de hecho, Draco nunca debió haber dejado la enfermería y él bien podría tener muchos más problemas que Potter y Weasley por eso.
Los tres se ocultaron dentro del ropero mientras oyeron los pasos de un mar de personas que se acercaban a la sala, gracias a Potter habían logrado ocultarse justo antes de que la puerta se abriera y los pasos apresurados pasaran justo frente al ropero en donde los tres se ocultaban.
Por entre los pliegues de las capas, que olían a humedad, vieron a los profesores que iban entrando en la sala. Algunos parecían desconcertados, otros claramente preocupados. Al final llegó la profesora McGonagall acompañada del director Dumbledore.
—Ha sucedido —dijo a la sala, que la escuchaba en silencio—. Una alumna ha sido raptada por el monstruo. Se la ha llevado a la cámara.
Draco, sintió su corazón detenerse, esto era imposible, es decir, todavía era muy pronto para que este evento estuviera sucediendo, imposible.
El profesor Flitwick dejó escapar un grito. La profesora Sprout se tapó la boca con las manos. Su padrino se cogió con fuerza al respaldo de una silla y preguntó:
—¿Está segura?
—El heredero de Slytherin —dijo la profesora McGonagall, que estaba pálida como una hoja de papel. — ha dejado un nuevo mensaje, debajo del primero: “Sus huesos reposarán en la cámara por siempre.”
El profesor Flitwick derramó unas cuantas lágrimas en ese momento.
—¿Quién ha sido? —preguntó madame Hooch, que se había sentado en una silla debido a las rodillas temblorosas que Draco podía ver a la distancia —¿Qué alumna?
—Ginny Weasley —dijo la profesora McGonagall.
En el momento en que ese nombre escapara de los labios de la profesora McGonagall, Draco podría decir que definitivamente esto estaba terriblemente mal. Sus manos se cerraron con fuerza sobre uno de los abrigos, incapaz de respirar con normalidad.
Draco estaba seguro, mejor dicho, completamente seguro de que el secuestro de la menor de los Weasley no ocurriría sino hasta algunas semanas más adelante, después de que hubieran sacado a Dumbledore del castillo. ¿Porque estaba pasando esto tan repentinamente?, no tenía sentido que los eventos se aceleraran, no había una razón lógica para que esto…
Pero, de hecho, si lo había.
Draco apretó sus labios, incapaz de producir un solo sonido. Si había algo diferente esta vez.
Él era el factor diferente esta vez.
En el pasado, ese sábado del partido entre Gryffindor y Hufflepuf, él no fue una de las víctimas, esta vez, Draco no solo fue una víctima del heredero, sino que casi muere por el ataque. ¿Habrá sido eso un impulso suficiente para que el Heredero, por miedo a que lo descubrieran adelantara sus planes?
Draco sintió la bilis subiendo por su garganta.
¿Su ataque provoco un cambio tan grande en el destino?, pero… no era posible.
Draco noto un movimiento a su lado que lo distrajo de sus pensamientos y lo llevo a toparse con un Weasley que se dejó caer en silencio y se quedó agachado sobre el suelo del ropero.
Merlín sabía que no le agradaba Weasley en lo más mínimo, pero eso no evitaba que sintiera pena por el chico, su hermana menor, secuestrada por quien sabe quién y con un monstruo asesino y letal.
Cuando levanto un poco su mirada, descubrió que Potter también estaba mirando a su amigo, en definitiva, este había sido un golpe duro para los dos Gryffindors.
—Tendremos que enviar a todos los estudiantes a casa mañana —dijo el director Dumbledore por primera vez en la reunión. —. Me temo que este podría ser el fin de Hogwarts.
Las palabras del director volvieron a arrastrar la atención de Draco hacia el exterior, en donde las miradas preocupadas de todos los mayores se hacían cada vez más evidentes.
Un segundo después, la puerta de la sala de profesores se abrió bruscamente. Lockhart llego tarde, pero llego con una gran sonrisa, totalmente ajeno a la tragedia que se cernía sobre el colegio y sus estudiantes.
—Lo lamento..., me quedé dormido... ¿Me he perdido algo importante? No parecía darse cuenta de que los demás profesores lo miraban con una expresión bastante cercana al odio.
Severus dio un paso hacia delante. —He aquí el hombre —dijo—. El hombre adecuado. El monstruo ha raptado a una chica, Lockhart. Se la ha llevado a la Cámara de los Secretos. Por fin ha llegado tu oportunidad.
Lockhart palideció en ese instante, y la razón era obvia. Este hombre era un farsante experto pero un cobarde de lo peor.
En su pasado se descubrio, después de que ingresara a San Mungo, que había robado las historias de muchos magos para sus libros, inventado sus historias y luego les había borrado la memoria a cada uno de ellos. Una persona despreciable sin duda.
—Así es, Gilderoy —intervino la profesora Sprout—. ¿No decías anoche que sabías dónde estaba la entrada a la Cámara de los Secretos?
—Yo..., bueno, yo... —resopló Lockhart.
—Sí, ¿y no me dijiste que sabías con seguridad qué era lo que había dentro?
—añadió el profesor Flitwick.
—¿Yo...? No recuerdo...
—Ciertamente, yo sí recuerdo que te lamentabas por no haber tenido una oportunidad de enfrentarte al monstruo antes del ataque de la señorita Granger y el del señor Malfoy. —dijo Severus. — ¿No decías que el asunto se había llevado mal, y que deberíamos haberlo dejado todo en tus manos desde el principio?
Lockhart miró los rostros pétreos de sus colegas y de no ser porque la situación era increíblemente peligrosa y seria, Draco se habría reído del patético hombre.
—Yo..., yo nunca realmente... Debéis de haberme interpretado mal...
—Lo dejaremos todo en tus manos, Gilderoy —dijo la profesora McGonagall—. Esta noche será una ocasión excelente para llevarlo a cabo. Nos aseguraremos de que nadie te moleste ya que justo mandamos a los estudiantes a los dormitorios. Podrás enfrentarte al monstruo tú mismo. Por fin está en tus manos.
Lockhart miró en torno, desesperado, pero nadie acudió en su auxilio. Ya no parecía tan risueño como cuando llego. Le temblaba el labio, y en ausencia de su sonrisa radiante, parecía flojo y debilucho.
—Mu-muy bien —dijo—. Estaré en mi despacho, pre-preparándome. —Casi parecía que prefería salir corriendo, debido a la rapidez de sus pasos al atravesar la puerta
—Bien —dijo el director Dumbledore, sin que la situación retirara la calma innata del hombre. — Los jefes de las Casas deberían ir ahora a informar a los alumnos de lo ocurrido. Díganles que el expreso de Hogwarts los conducirá a sus hogares mañana a primera hora de la mañana. A los demás les pido que se encarguen de que no haya ningún alumno fuera de los dormitorios y yo iré al ministerio, esto debe informarse.
Los profesores se levantaron y fueron saliendo de uno en uno.
Al final, solo ellos quedaban en la sala de profesores, pero ni siquiera eran capaces de moverse y salir del ropero por la noticia.
—Ella sabía algo, Harry —dijo Weasley rompiendo el silencio que habían mantenido entre ellos y hablando por primera vez desde que entraran en el ropero de la sala de profesores. —Por eso la han raptado. No se trataba de ninguna estupidez sobre Percy; había averiguado algo sobre la Cámara de los Secretos. Debe de ser por eso, porque ella era... —Weasley se frotó los ojos frenético tratando de desaparecer las lágrimas que se acumulaban ahí, Draco podría decirlo con seguridad. —. Quiero decir, que es de sangre pura. No puede haber otra razón para…
—A mi casi me matan ayer Weasley. —Interrumpió Draco directamente sin intención de sonar agresivo. —Creo que la teoría de que el heredero no ataca a los que son de Sangre pura, quedo hecha trizas.
Draco nunca descubrió por qué raptaron a Ginevra Weasley, si sabía algo o no, o si incluso había visto algo, también tendría que aceptar que en realidad siempre estuvo indirectamente enojado con la chica y feliz de que le hubiera pasado hasta que ya no tuvo oportunidad de sentir nada más que miedo, distrayéndolo de todo.
No tenía un consuelo para Weasley en este caso.
Potter, había permanecido en silencio, para luego salir del ropero y mirara hacia la ventana de la sala de profesores, parecía distraído mientras veía el sol, rojo como la sangre hundirse en el horizonte.
La comadreja, tal como supuso Draco, no tomo sus palabras bien, desmoronándose y aceptando que esta vez Draco tenía razón.
Weasley salió tras Potter del ropero, y Draco lo siguió. — ¿Creen que existe alguna posibilidad de que ella no esté...? Ya saben a lo que me refiero.
Draco cerro los ojos y giro la mirada, sabiendo perfectamente a lo que se refería Weasley al vacilar.
Los tres se quedaron en silencio, incapaces de decir algo más hasta que fue Potter quien al final, pareció decidirse. —¿Saben qué? —Alejo su mirada de la ventana y del cielo que cada vez se tornaba más y más oscuro, dejando atrás los rojos, naranjas y amarillos del atardecer. —Deberíamos ir a ver a Lockhart para decirle lo que sabemos. Va a intentar entrar en la cámara. Podemos decirle dónde sospechamos que está la entrada y explicarle que lo que hay dentro es un basilisco.
Weasley se mostró de acuerdo. —Si, sea como sea intentara ingresar y salvar a Ginny, definitivamente es la mejor alternativa que tenemos.
Pero Draco no estaba de acuerdo, era Lockhart, el hombre era un farsante que terminaría completamente loco, ya fuera el karma u otra cosa, además, era un oportunista, no confiaba en el sujeto.
Draco negó con la cabeza. —Lockhart es un idiota. —Dijo él atrayendo la atención de los dos Gryffindors. —Debe haber otra persona a la que podamos acudir, como, por ejemplo, el profesor Snape.
Solo fue cuestión de nombrar a su padrino y tanto Potter como Weasley contrajeron sus rostros en expresiones horribles.
—Ni en broma. —Dijo la comadreja.
—¿Por qué no? Es mucho más confiable que el bueno para nada de Lockhart.
—Simple, nos odia, si vamos con él, nos hará regresar directamente al dormitorio y además de eso nos quitará puntos, no podríamos ayudar a Ginny. Además, tú también estarías en problemas porque no debiste salir de la enfermería. —Esta vez respondió Potter pareciendo bastante firme con esto.
—De acuerdo, entonces alguien más, pero Lockhart es una muy mala idea.
Weasley parecía frenético e impaciente, pero claro, quien no lo estaría sabiendo que su hermana podría estar siendo destrozada por los colmillos de un basilisco. —Ni en broma. —Dijo el pelirrojo. —No tenemos tiempo, además Lockhart de alguna u otra manera es el profesor de artes oscuras, algo debe saber.
Y Draco perfectamente sabía que no era el caso, se dispuso a contradecir al Gryffindor, pero este se adelantó.
—No tenemos tiempo para encontrar a alguien más ¡Mi hermana está ahí abajo con quien sabe quién y un monstruo, no hay tiempo, Harry y yo iremos! Algo debe de poder hacer Lockhart.
Draco miro directamente a Weasley en ese momento y como este miraba a Potter, este último cediendo ante su amigo.
—Es cierto, sea como sea, no hay tiempo, tenemos que ir con Lockhart, los demás profesores están ocupados con los estudiantes, Dumbledore no está en el castillo y al menos Lockhart intentara ingresar, no hay más alternativa.
Con esto último, los dos Gryffindors se dieron la vuelta, empezando a caminar en dirección a la salida mientras él apretaba las manos a sus lados y buscaba en su mente otro plan que seguir, otra alternativa.
Lamentablemente, si no quería que lo arrastraran directamente a la enfermería, en efecto, Lockhart era su opción más viable.
Tuvo que hacer de tripas corazón y en silencio se apresuró a alcanzar a los dos Gryffindors que se apresuraron a la oficina de su maestro.
—Bien, vamos con Lockhart. —Dictamino una vez logro alcanzarlos y estos dos le lanzaron una mirada confusa, en el caso de Potter y molesta del lado de Weasley.
—Bueno, en realidad no tienes que venir Malfoy… —Empezó el pelirrojo, pero fue Potter quien le dio un leve golpe en el costado y lo calló casi al instante, Draco simplemente los ignoro.
Cuando fueron acercándose a la oficina de Lockhart, después de que el sol ya se hubiera ocultado casi por completo, descubrieron que en su interior había gran actividad: podían oír sonido de roces, golpes y pasos apresurados.
Potter se adelantó y llamó a la puerta con rapidez. Dentro, se hizo un repentino silencio. Luego la puerta se entreabrió y Lockhart asomó un ojo por la rendija.
—¡Ah...! Señor Potter, señor Weasley y… ¿Señor Malfoy?, ¿no debería usted seguir en la enfermería? —dijo, abriendo la puerta un poco más y sin esperar que Draco le respondiera esto último. —En este momento estaba muy ocupado. Si se dan prisa...
—Profesor, tenemos información para usted —Interrumpió Potter sin querer escuchar las palabras del profesor—. Creemos que le será útil.
—Ah..., bueno..., no es muy... —Lockhart parecía encontrarse muy incómodo, a juzgar por el trozo de cara que veían—. Quiero decir, bueno, bien.
Abrió la puerta y los tres entraron.
El despacho estaba casi completamente vacío para sorpresa de sus tres pares de ojos. En el suelo había dos grandes baúles abiertos. Uno contenía túnicas de color verde jade, lila y azul medianoche, dobladas con precipitación; el otro, libros mezclados desordenadamente.
Las fotografías que habían cubierto las paredes estaban ahora guardadas en cajas encima de la mesa.
Draco de inmediato sintió la rabia subir por sus extremidades, había visto a muchas personas huir en su vida, así que sabia reconocer cuando alguien planeaba escapar y esto, era una huida.
Un cobarde, eso era Lockhart ¡un maldito cobarde que ahora dejaría el colegio!
—¿Se va a algún lado? —preguntó Potter mientras los propios ojos de Draco se entrecerraban mirando a su muy despreciable profesor de defensa contra las artes oscuras.
—Esto..., bueno, sí... —admitió Lockhart, arrancando un póster de sí mismo de tamaño natural y comenzando a enrollarlo. —Una llamada urgente..., un compromiso ineludible..., tengo que irme...
—¿Y mi hermana? —preguntó Weasley con voz entrecortada, tal parecía ser el caso que aún no comprendía lo que pasaba aquí.
—Bueno, en cuanto a eso... es ciertamente lamentable —dijo Lockhart, evitando mirarlo a los ojos mientras sacaba un cajón y empezaba a vaciar el contenido en una bolsa—. Nadie lo lamenta más. que yo...
—¡Usted es el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras! —dijo Potter, sorprendiendo incluso a Draco quien estaba a su lado. —¡No puede irse ahora! ¡Con todas las cosas oscuras que están pasando!
—Bueno, he de decir que... cuando acepté el empleo... —murmuró Lockhart, amontonando calcetines sobre las túnicas— no constaba nada en el contrato... Yo no esperaba...
—¿Quiere decir que va a salir corriendo? —dijo Harry sin poder creérselo. —¿Después de todo lo que cuenta en sus libros?
—Los libros pueden ser mal interpretados. —repuso Lockhart con sutileza.
—¡Usted los ha escrito! —gritó Potter, el enojo siendo increíblemente visible para todos en la habitación y como, es decir, este hombre estaba botando a la borda su única oportunidad de salvar a la hermana de Weasley.
—Muchacho… —dijo Lockhart, irguiéndose y mirando a Potter, pero en ese momento Draco se cansó e intervino, se interpuso entre su profesor y Potter, mirando directamente a su… no, no podría llamarle maestro a este tipo de personas.
—Usted es un fraude, ¡un maldito fraude! —Lo acusó directamente
Para ese momento, Lockhart guardo silencio un segundo antes de ceder y por fin confesar lo que Draco ya sabía. — Muchachos, usen el sentido común. No habría vendido mis libros ni la mitad de bien si la gente no se creyera que yo hice todas esas cosas. A nadie le interesa la historia de un mago armenio feo y viejo, aunque librara de los hombres lobo a un pueblo. Habría quedado horrible en la portada. No tenía ningún gusto vistiendo. Y la bruja que echó a la banshee que presagiaba la muerte tenía un labio leporino. Quiero decir..., vamos, que...
—¿Así que usted se ha estado llevando la gloria de lo que ha hecho otra gente? —dijo Weasley, que no daba crédito a lo que oía.
—Vamos, —dijo Lockhart, negando con la cabeza—, no es tan simple. Tuve que hacer un gran trabajo. Tuve que encontrar a esas personas, preguntarles cómo lo habían hecho exactamente y encantarlos con el embrujo desmemorizante para que no pudieran recordar nada. Si hay algo que me llena de orgullo son mis embrujos desmemorizantes. Ah..., me ha llevado mucho esfuerzo. No todo consiste en firmar libros y fotos publicitarias. Si quieres ser famoso, tienes que estar dispuesto a trabajar duro.
Ja, Draco definitivamente quería lanzarle un maleficio a este tipo. No sentiría ningún tipo de rencor y, por si fuera poco, tenía el descaro de hablar de ello como si fuera la cosa más normal del mundo, arruinar las mentes de personas inocentes por razones completa y absolutamente egoístas.
Claro, el conocía esta historia, pero no era lo mismo leerlo de un periódico a escucharla de la boca del delincuente.
Lockhart cerró las tapas de los baúles y les echó la llave. —Veamos —dijo. —Creo que eso es todo. Sí. Sólo queda un detalle.
Su anillo inmediatamente se calentó y por experiencia, Draco jamás volvería a hacer caso omiso de las advertencias del custos, con un movimiento rápido y mientras Lockhart se encontraba de espaldas, empujo tanto a Potter como a Weasley y les señalo sus varitas mientras él, con la suya en la mano izquierda, apuntaba directamente hacia el adulto.
Los dos Gryffindors inmediatamente entendieron y sacaron sus propias varitas para apuntar al farsante.
—Lo lamento profundamente muchachos, pero ahora les tengo que lanzar uno de mis embrujos desmemorizantes. No puedo permitir que reveléis a todo el mundo mis secretos. No volvería a vender ni un solo libro... —Dijo Lockhart poco antes de darse la vuelta, su voz perdiéndose al descubrir que ahora tenía tres varitas apuntando hacia él.
Por supuesto, Draco no era bueno lanzando hechizos con su mano izquierda, pero eso no tenía por qué saberlo Lockhart.
Para cuando el rubio se giró completamente, Potter grito directamente con un enojo que Draco estaba seguro que tenía desde que supo que era un farsante.
—¡Expelliarmus!
Con esto Lockhart salió despedido hacia atrás y cayó sobre uno de los baúles. La varita voló por el aire para ser recogida por Weasley, quien la cogió y la tiró por la ventana de la oficina.
—No debería haber permitido que el profesor Snape nos enseñara esto. —dijo Potter furioso, apartando el baúl a un lado de una patada Mientras Draco, aun apuntando su varita a Lockhart, se sorprendía un poco por la ferocidad que desprendía. Lockhart lo miraba, otra vez, como si fuera incapaz de hacer algún tipo de daño. Potter, por el contrario, lo apuntó con la varita.
—¿Qué quieren que haga yo? —dijo Lockhart con voz débil—. No sé dónde está la Cámara de los Secretos. No puedo hacer nada.
—Tiene suerte —dijo Harry, obligándolo a levantarse al acercar la varita al hombre. —Creo que nosotros sí sabemos dónde está. Y qué es lo que hay dentro. Vamos. —Demando sin siquiera pensarlo dos veces.
Draco le habría aplaudido por el coraje mostrado, de no ser porque de verdad no tenían tiempo para esto.
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Cuando Draco se dio cuenta de hacia dónde se dirigían, ya se encontraban en el pasillo para llegar al baño donde habitaba el fantasma de Myrtle la Llorona.
Bueno, de alguna manera tenían que comprobar que sus afirmaciones fueran correctas, es decir, no sabía exactamente si el trio dorado habría o no hablado con Myrtle antes, después de su interrogatorio, claro está.
Al llegar a la puerta hicieron pasar a Lockhart delante. A Potter le hizo gracia que temblara.
Myrtle la Llorona se encontraba sentada sobre la cisterna del último retrete. —¡Ah, eres tú! —dijo ella, al ver a Potter ingresar. —. ¿Qué quieres esta vez?
Era extraño verla ahora y saber que no era la misma Myrtle que lo acompaño en muchos de sus ataques, fue, de la manera más extraña, una amiga.
—Preguntarte cómo moriste, nuevamente. —Respondió Potter,
El aspecto de Myrtle cambió de repente. Parecía como si nunca hubiera oído una pregunta que la halagara tanto, pero según entendía, Potter ya había hablado con ella antes, ¿Qué esperaba descubrir ahora?
—¡Oooooooh, fue horrible! —dijo encantada. —Sucedió aquí mismo. Morí en este mismo retrete. Lo recuerdo perfectamente. Me había escondido porque Olive Hornby se reía de mis gafas. La puerta estaba cerrada y yo lloraba, y entonces oí que entraba alguien. Decían algo raro. Pienso que debían de estar hablando en una lengua extraña. De cualquier manera, lo que de verdad me llamó la atención es que era un chico el que hablaba. Así que abrí la puerta para decirle que se fuera y utilizara sus aseos, pero entonces... —Myrtle estaba henchida de orgullo, el rostro iluminado— me morí.
—¿Solo, así como así? —Pregunto Draco, no era muy lógico ese hecho. Debería recordar algo adicional.
Myrtle, como si lo notara por primera vez, lo miro, y su sonrisa se hizo mucho más amplia.
—Si, como les he dicho antes, simplemente morí, no sentí nada ni tampoco, escuché nada más.
—Si, nos lo mencionaste antes, pero la pregunta aquí es ¿Cómo moriste? —Pregunto de nuevo Harry.
—Ni idea —dijo Myrtle en voz muy baja—. Sólo recuerdo haber visto unos grandes ojos amarillos. Todo mi cuerpo quedó como paralizado, y luego me fui flotando... —dirigió a Potter una mirada ensoñadora, que en el fondo lo incomodo. — Y luego regresé. Estaba decidida a hacerle un embrujo a Olive Hornby. Ah, pero ella estaba arrepentida de haberse reído de mis gafas.
Era fácil que Myrtle divagara de vez en cuando, eso lo sabía perfectamente bien, pero al menos algo había sido útil de las palabras de Myrtle. —¿Exactamente dónde viste los ojos? —preguntó Draco.
—Por ahí —contestó Myrtle, señalando vagamente hacia el lavabo que había enfrente de su retrete.
De inmediato los tres se acercaron a toda prisa. Lockhart se quedó atrás, con una mirada de profundo terror en el rostro.
Lamentablemente, al llegar descubrieron que ese baño no tenía nada especial. Examinaron cada centímetro de su superficie, por dentro y por fuera, incluyendo las cañerías de debajo.
Draco estuvo a punto de decir que tal vez estaban siguiendo la pista equivocada, Pero luego Potter pareció encontrar algo.
—Ese grifo no ha funcionado nunca —dijo Myrtle con alegría mientras se dirigía a Harry, quien se encontraba de pie frente a uno de los lavabos.
—Vi, una serpiente plateada en este, no está en el resto. —Les dijo Harry mientras los llamaba, pero cuando intentaron accionarlo, fue Weasley quien más sorprendió a Draco.
—Harry —dijo. —Di algo. Algo en lengua pársel.
De inmediato el rostro de Potter se contorsiono y negó levemente con la cabeza—Pero...
—Tú puedes, ya lo has hecho antes. —Menciono Draco. Al director no se le había pasado mencionar que Harry había sido parte importante de que pudieran ayudarlo y para hacerlo, por supuesto tuvo que hablar lengua pársel.
Draco fijo sus ojos en los de Harry, intentando animarlo un poco. No paso mucho antes de que Potter, al haberse concentrado, abriera la boca y los ciceantes sonidos se escaparan de sus labios. De repente el grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar por sí mismo. Al cabo de un segundo, el lavabo empezó a moverse, de hecho, se hundió, desapareció, dejando a la vista una tubería grande y lo bastante ancha para meter un hombre dentro.
Los ojos de Draco se abrieron con la pura sorpresa al ver el enorme espacio dejado por el lavabo, jamás creyó que vería siquiera la entrada a la cámara de los secretos, esto era histórico era…
—Bajaré. —Y todo atisbo de emoción desapareció en el segundo en que Draco escucho esas palabras escapando de los labios de Potter.
—¿Acaso estas demente? —Pregunto mientras se giraba para ver al Gryffindor. —No, no, no, llegamos hasta aquí y encontramos la entrada, ahora vayamos con un maestro y que se encargue del resto.
Por Merlín, ¿Potter estaba loco? Era ahí donde se encontraba un basilisco gigantesco capaz de asesinarlos con la mirada, eso sin mencionar el veneno y el heredero de Slytherin. No podían bajar, tenían que encontrar a un maestro y que hiciera el resto.
—No hay tiempo, Ginny esta allá abajo, si vamos a buscar a alguien entonces perderíamos tiempo valioso para salvar a Ginny. —Replico Potter mientras despegaba sus ojos del enorme agujero y los posaba en Draco.
—Yo también iré. —dijo Weasley, secundando y apoyando la nefasta idea de Potter de arrojarse por un hoyo a sabrá Salazar donde. Bien podrían terminar cayendo directamente en las fauces del basilisco.
Draco negó con la cabeza y soltó una carcajada de pura frustración. —Ustedes Gryffindors, no entienden lo que significa tener instinto de supervivencia. Ahí abajo hay un basilisco, una criatura creada para matar, y tenemos solo doce años, ¿Qué vamos a hacer?, lanzarle un expeliarmus a ciegas y esperar milagrosamente que eso la asuste, no, no, no, no, iremos por un maestro justo ahora.
Potter y Weasley lo miraron con una combinación de entendimiento, pero completa y muy reconocible decisión, estos dos de verdad iban a saltar.
—Tú deberías regresar a la enfermería Malfoy. —Potter señalo su brazo inmovilizado de nuevo.
Draco apretó los labios. Estaba hablándole a dos personas que no querían escuchar.
Hubo una pausa en la que ninguno de los presentes hablo, hasta que Lockhart la rompió. —Bien, creo que no les hago falta —dijo Lockhart, con una esa sonrisa estúpida. — Así que me...
Lockhart puso la mano en el pomo de la puerta, pero en ese momento los tres volvieron a apuntaron con sus varitas.
Draco, aun con enojo, pero descubriendo que no había alternativas con dos Gryffindor imprudentes, se dijo a si mismo que tendría que bajar de una manera u otra, y si él tendría que hacerlo…
Antes de que cualquiera reaccionara, se movió tras Lockhart, alejándolo de la puerta. En un momento levanto su pie y sin decir ni una sola palabra, empujo a Lockhart de espaldas por el hoyo de entrada.
Se escucharon los gritos de Lockhart mientras caía y se alejaba. Draco observo el hoyo oscuro y luego se giró para mirar a los dos pares de ojos que parecían increíblemente sorprendido.
Draco no cambio su expresión mientras se preparaba. —No me miren así. Si hay algo que pueda comernos allá abajo, definitivamente prefiero que devore a Lockhart primero. —Dijo con un aparente desinterés.
Lockhart se lo gano al haber hecho tanto mal a magos verdaderamente valientes e inocentes, incluso los amenazo a ellos y los apunto con su varita para desmemorizarlos, no merecía compasión.
Draco, una vez listo y con la varita preparada, se giró para ver el interior oscuro.
Por todas las brujas y magos, si no fuera porque estos dos irían sin él, Draco hubiera preferido correr por todo el castillo incluso si lo regañaban por estar fuera de la enfermería, todo con el fin de llamar a un maestro, pero estos dos, con esa valentía e imprudencia insufribles, definitivamente iban a lograr que los mataran allá abajo.
Estuvo a punto de saltar, pero Potter se adelantó y lo sujeto de la maga de la pijama, viéndose genuinamente sorprendido. —Malfoy, ¿vas a ir? No deberías, ¡Ayer casi te matan!
Draco entrecerró los ojos y se sacudió suavemente la mano del Gryffindor. —Y sobreviví. —Levanto la manos y señalo el anillo. —Ustedes por otros lado, bajen ahí solo y terminaran como estatuas o muertos. —Dijo mientras se preparaba. —A menos que quieran recobrar el sentido y vayamos por un maestro.
Al decir esto, tanto Potter como Weasley guardaron silencio. —Bien, entonces vamos, Lockhart seguro ya llego hasta el fondo.
Sin aguardar un segundo más, Draco se lanzó hacia la oscuridad del hoyo y poco después escucho como Potter se apresuraba a seguirlo.
Se sentía como tirarse por un tobogán interminable, viscoso y oscuro. Podía ver otras tuberías que surgían como ramas en todas las direcciones, pero ninguna era tan larga como aquella por la que iban, que se curvaba y retorcía, descendiendo súbitamente.
Draco calculo que ya estaban por debajo incluso de las mazmorras del castillo.
Entonces, cuando se empezaba a preguntar qué sucedería cuando llegara al final, ya que no había escuchado a Lockhart, la tubería tomó una dirección horizontal y con una caída para nada elegante, cayó en el húmedo suelo de un oscuro túnel de piedra, lo bastante alto para poder estar de pie. Lockhart se encontraba a un lado, pegado a la pared observando todo a su alrededor cubierto de barro y blanco como un fantasma. Draco se hizo a un lado para que tanto Potter como Weasley no le cayeran encima cuando llegaron.
—Debemos encontrarnos a kilómetros de distancia del colegio —dijo Potter mientras su voz resonaba en el negro y frio túnel.
—Y debajo del lago, quizá —dijo Weasley, Observando su alrededor con cierto análisis.
—Probablemente. —Confirmo Draco, la humedad y el frio seguro que eran un señal.
Los cuatro intentaron ver en la oscuridad lo que había delante, incluso Lockhart quien en este punto parecía bastante menos pálido, aunque seguía viéndose patético y aterrado en opinión de Draco.
Caminaron un poco hacia el frente y fue Potter quien primero lanzo un encantamiento. —¡Lumos! —Logrando iluminar su alrededor, aunque el panorama no era para nada agradable.
—Vamos —dijo a Weasley mientras empujaba a Lockhart apuntando a su espalda con su varita Harry iba al frente y Draco justo detrás de él, frente a Weasley y Lockhart. Sus pasos retumbaban en el húmedo suelo.
El túnel estaba tan oscuro que las sombras incluso eran difíciles de distinguir a corta distancia, proyectadas en las húmedas paredes por la luz de la varita, parecían figuras deformes.
—Bien, ya que literalmente nos metimos en el nido de una serpiente, intentemos que no nos maten. —Comentó él con la voz baja, notando como Potter asentía en acuerdo.
—Entonces debemos recordar… —Comenzó Potter en voz baja, mientras caminaban con cautela—: al menor signo de movimiento, hay que cerrar los ojos inmediatamente.
—Y lanzar cualquier tipo de hechizo que se les venga a la cabeza. —Agrego Draco, recordando los colmillos asesinos que podían atravesarlos si no intentaban al menos noquear a la criatura.
Aun así, para inmensa sorpresa de Draco, el túnel estaba tranquilo como una tumba, y el primer sonido inesperado que oyeron fue cuando Weasley pisó el cráneo de una rata. Potter bajó la varita para alumbrar el suelo y vio que estaba repleto de huesos de pequeños animales. Encantador.
Por un momento le recordó los hábitos de alimentación de Nagini y un escalofrió atravesó su espalda.
Siguiendo el camino de huesos, doblaron una oscura curva.
—Ahí hay algo... —dijo Weasley con la voz ronca.
Sus pasos se detuvieron en el momento en que descubrieron una figura alargada y gigantesca.
El aire se le atasco en la garganta, evitando mover si quiera un músculo. Todos se quedaron quietos Y según esperaba Draco, con los ojos cerrados al igual que él, pero al final la criatura no se movió.
—Quizás esté dormido —musitó Potter, volviéndose para mirarlos a Todos, Draco había aguantado la respiración, la misma que ahora dejo ir lentamente mientras asentía a las palabras de Potter.
Muy despacio y solo después de confirmar que no hubiera movimiento, abrieron los ojos y avanzaron. La luz iluminó la piel de una serpiente gigantesca, una piel de un verde intenso, ponzoñoso, que yacía atravesada en el suelo del túnel, retorcida y vacía. El animal que había dejado allí su muda debía de medir al menos siete metros.
—¡Caray! —exclamó Weasley con voz débil.
Draco no habría elegido palabra mejor para describir los sorprendido que también se sentía, el basilisco era gigantesco, si había mudado una piel inmensa como esta.
Algo se movió de pronto detrás de ellos. Gilderoy Lockhart se había caído de rodillas.
—Levántese —le dijo Weasley con brusquedad, apuntando a Lockhart con su varita.
Lockhart se puso de pie, pero se abalanzó sobre el pelirrojo y lo derribó al suelo de un golpe, todo paso demasiado rápido como para que Draco se diera cuenta, incluso el repentino movimiento lo empujo levemente hacia el frente
Potter saltó hacia ellos, pero ya era demasiado tarde. Lockhart levantó, jadeando, con la varita de Weasley en la mano y su sonrisa triunfante en el rostro.
—¡Aquí termina la aventura, muchachos! —dijo—. Cogeré un trozo de esta piel y volveré al colegio, diré que era demasiado tarde para salvar a la niña y que ustedes perdieron la cabeza al ver su cuerpo destrozado. ¡Despídanse de sus memorias!
Su anillo se calentó con fuerza, Draco, estuvo listo para lanzar un escudo sin varita, al menos intentarlo, los había estado practicando últimamente después del club de duelo, y aunque algunos le resultaban perfectamente útiles, otros se desmoronaban.
Lockhart levantó en el aire la varita mágica y gritó: —¡Obliviate!
De inmediato Draco grito: —¡Protego!
Pero todo lo que sucedió después estuvo muy fuera de sus expectativas.
El escudo se formó rápidamente, pero no tanto como el estallido que resonó proveniente de la varita de Weasley, un estallido que sonó como una pequeña bomba. La fuerza de la explosión los arrastro hacia atrás levemente mientras el sonido de las rocas desprendiéndose llego a sus oídos,
Este lugar se iba a crear en pedazos y ellos terminarían bajo los escombros.
Por puro instinto, Draco sujeto el brazo de un Harry que ya tenía el otro sobre su cabeza y los arrastro lejos de lo que sería el derrumbe, en dirección a la piel de serpiente.
Las Piedras se desprendieron, grandes y pequeñas comenzaron a caer mientras ellos se alejaban de la zona de desastre. En el último momento, tanto el cómo Potter tuvieron que saltar hacia adelante para escapar del derrumbe, cayendo al suelo húmedo.
El sonido poco a poco se fue desvaneciendo y lo que parecía ser el derrumbe completo de estos túneles se detuvo.
Su pecho se movió de arriba abajo con rapidez, mientras intentaba recuperar el aliento.
Así no es como debió haber terminado su día incapacitado, por supuesto que no.
Su cuerpo se relajó levemente hasta que escucho la tos proveniente de su lado, Sus ojos se abrieron al instante, notando por fin el estado de Potter que no parecía ser muy diferente al suyo.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, recuperándose del susto y de la carrera, poco después cuando por fin pudieron sentir que no iban a colapsar Draco por fin lo noto, en medio de todo el alboroto sentía la calidez del tacto en su mano izquierda, abrigándolo y aislándolo de frio que sentía en todo su cuerpo.
Sus ojos se deslizaron, hacia su manos, algo confundido por la sensación, aunque cuando lo descubrió, no tanto. En medio de todo, mientras jalaba de Potter para salir corriendo, sus manos se habían entrelazado e incluso ahora, Potter ni siquiera se daba cuenta de que sus manos estaban justas sobre el suelo de la caverna.
Sus labios se sellaron por un instante al verlo, incapaz de mencionarlo ni tampoco queriendo alejarse. El momento no duro demasiado ya que, una vez sus ojos se deslizaron hacia arriba de nuevo, descubrió que Potter lo estaba observando a él, con los labios apretados y solo el leve destello de sus ojos lo suficientemente visible como para que pudiera verlo, el resto de su rostro se encontraba en penumbras.
—Potter, yo…
—¡Harry, Malfoy!, ¡¿están ahí?! ¡¿Están bien?! —Grito Weasley, haciendo que el eco retumbara en las paredes de piedra y el momentos extraño se detuviera por completo. Tanto el cómo Harry separaron sus manos casi al instante y se pusieron de pie, encontrándose con un problema muy pero muy grande.
Un enorme muro de rocas los aislaba del resto de la caverna.
—¡Ron! —grito Potter. —¡Estamos bien! ¿Y tú?
Draco se giró para ver sus alrededores y descubrir cómo podrían salir de aquí, mientras Potter y Weasley lanzaban por la borda cualquier presunción de sigilo que hubieran tenido al bajar aquí.
—¡Estoy bien! —La voz del pelirrojo llego apagada desde el otro lado de las piedras caídas—. Estoy bien. Pero este idiota de Lockhart no. La varita se volvió contra él.
Del otro lado se escuchó un ruido sordo y un fuerte «¡ay!», como si Weasley le acabara de dar una patada en la espinilla a Lockhart.
—¿Y ahora qué? —dijo la voz del Gryffindor desde el otro lado, con desespero—. No podemos pasar. Nos llevaría una eternidad...
Tanto él como Potter parecieron tener la misma idea porque se encontró a sí mismo, levantando su rostro al mismo tiempo que Potter, justo para ver que en el techo del túnel habían aparecido unas grietas considerables.
Y en su mente supo que, en estas circunstancias, mover todas las piedras de a una podría ser más perjudicial.
—No podemos mover las piedras justo ahora, el túnel seguramente se nos vendría encima. —Aseguró mientras alzaba la voz.
Desde el otro lado se escucharon sonidos sordos y otro ¡ay! provenientes del otro. Y parecía ser que Potter estaba perdiendo la paciencia o, mejor dicho, la perdió ya que poco después levanto la voz nuevamente.
—Aguarda aquí Ron, —indicó a Weasley. —Aguarda con Lockhart. Iré yo, Malfoy también puedes quedarte y si dentro de una hora no he vuelto...
Hubo una pausa muy elocuente y para sorpresa de Draco se obligó a no saltarle encima a Potter.
Aquí estaba, ese molesto complejo de héroe que siempre lo había acompañado, no había manera de que no se diera cuenta de que avanzar completamente solo era un suicidio, como caminar a la boca del lobo por voluntad propia.
—Ni lo pienses Potter. —Exclamo con la molestia evidente en su voz. —O vamos los dos o nos quedamos aquí. Vas a morir si llegas solo y te encuentras con el basilisco. —Aseguro Draco mientras se giraba para mirarlo. —Weasley, quédate con Lockhart, definitivamente volveremos.
—No era una opción, sus cadáveres no se quedarían perdidos en este túnel. El había regresado de la muerte una vez, saldrían de esta incluso si tenían que enfrentarse con un monstruo milenario.
—De acuerdo, intentaré quitar algunas piedras —Respondió Weasley desde el otro lado, que parecía hacer esfuerzos para que su voz sonara con la seguridad suficiente. — Para que puedan... para que puedan cruzar al volver. Y...
—¡Nos vemos Weasley! —dijo Draco mientras veía el leve temblor en el cuerpo de Potter, desearía decir que él no se sentía igual, pero mentiría, su mano libre, seguro que estaba temblando y eso no se debía al frio que se colaba hasta sus huesos, aun así, logro mantener su tono estable mientras volvía a mirar a Potter y asentía, debían continuar.
Notes:
Bueno, lo sé, lo sé, saltan chispas.
y para satisfacer su curiosidad, si, Harry estuvo sonrojado todo el rato despues de que se derrumbara el techo, aunque Draco no pueda verlo en la oscuridad ni distinguirlo bajo la luz fantasmal del lumus.
jajaja, yo de verdad los amo, aunque aun tengan mucho por delante.
Bueno, nos vemos en un rato en la parte final y verdaderamente ultimo capítulo del primer libro.
Chapter 13: Tom Sorvolo Ryddle III
Summary:
—Harry… —Susurro con el hilo de voz que le quedaba.
—Te… Te lastimo. —Lo interrumpió el de ojos Verdes, atrayendo la atención de Draco hacia su rostro y descubriendo las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. —Yo… yo creí que estabas… m-muerto y…
Draco no podía escucharlo, negó con la cabeza varias veces y se acerco aun mas a Harry. —Me salvaste… me salvaste, Harry.
Notes:
Bueno, hemos llegado al ultimo, ultimisimo capítulo final.
Antes de que lo lean dire lo siguiente.
Para mi, esta es una de las batallas contra Voldemort mas importantes en el universo de Harry Potter, y dire que se debe a que, en sus primeros años en el mundo magico, Harry tuvo que enfrentar el hecho de que un maniaco lo perseguia, en esta ocasion, Harry estuvo literalmente a 30 segundos de morirse, era muy pequeño y lo enfrento solo, siento que eso, creo en el cierto sentimiento de que debia hacer las cosas solo, y claro esa vez, sin ningun hombro en quien llorar mientras moria, pues no lo hizo.
Por eso, siento que esta seccion es sumamente importante. No me malentiendan, la verdad en este aspecto, Hermione y Ron, son buenos amigos al respecto, ya que lo apoyan en la mayoria de sus locuras, pero en esta, el la enfrento solo.
por suerte, eso no pasara aqui.
Advertencias: Turtura, sangre, descripcion de heridas.
Que lo disfruten.
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Chapter Text
Ambos se dieron la vuelta para enfrentar en resto del túnel oscuro y empezar a caminar. Entre más avanzaban más distantes se escuchaban los jadeos de Weasley al esforzarse para quitar las piedras, hasta que ya no los escucharon y solo quedo el silencio levemente interrumpido por sus pisadas. El túnel serpenteaba continuamente y Draco definitivamente sintió que estaban dentro de un inmenso laberinto.
Con cada paso, Draco no solo sintió que algo podría atacarlos desde cualquier esquina, sino también, sintió a su anillo moverse en su dedo, no había dejado de hacerlo, incapaz de quedarse quieta.
La idea de llegar al final del túnel era tan reconfortante como aterradora ya que no había forma alguna de que no encontraran algo horripilante. Y entonces Mientras caminaba, fue Potter quien interrumpió el silencio, algo que en cierta forma Draco agradeció inmensamente.
—Malfoy, si de algo sirve, lo lamento. —De inmediato sus pasos se detuvieron y su rostro se giró hacia su lado derecho para encontrarse con el rostro de Potter, quien también se había detuvo.
—¿Qué? —Fue lo más coherente que logro decir.
Potter guardo silencio unos segundo y luego suspiro. —Lo lamento. —Volvió a repetir. —Tanto por mi comportamiento el año pasado como este, no fue… —Parecía que le era difícil encontrar las palabras sin que su voz temblara. —No fue mi intención, es solo que…
Las palabras de Potter se cortaron, así que Draco procedió a intervenir sin dejar de mirar el rostro de Potter. —Es solo que… ¿Soy malvado?, ¿un mago tenebroso de Slytherin?
En realidad, ya no había mucho que hacer al respecto, el saber o no por qué Harry Potter de todas las personas había emprendido una cacería contra él, no parecía ser muy importante ahora que el mal se había hecho.
Lo más impresionante de esto, en cuanto sus palabras dejaron sus labios, Potter se mordió el labio inferior y no dijo algo adicional, Draco noto cómo apretó la varita en sus manos. Por muy sorprendente que pareciera, descubrir que, en efecto, Potter había pensado eso de él sin ninguna razón, fue un tanto preocupante en realidad.
—Oh, así que en realidad si pensaste eso. —Independientemente de todo, Su voz se mantuvo entre sorprendida y calmada, no estaba aquí para pelear, ya habían hecho eso demasiadas veces este año. —Es bueno saberlo. —Un brote de dolor se sintió en su pecho, recordándole la primera vez que vio a Potter, y estaba hablando de la verdadera primera vez cuando de verdad supo que era él, no en madame Malkins, no, sino en el tren.
De verdad había querido ser su amigo. Ahora tenía la madurez suficiente para reconocer que no todo su actuar fue correcto, pero realmente había querido ser amigo de Harry Potter con todas sus fuerzas, y descubrir que este en realidad lo desprecio sin siquiera haberle dado una oportunidad fue devastador.
Tuvo muchas cosas en su vida, estuvo rodeado de muchas personas que habrían hecho fila para ser sus amigos y la única persona a la que de verdad deseaba… no lo quería, ¿Cómo se podía superar eso?, en realidad nunca lo hizo, por eso actuó de manera tan horrible con Potter y los demás Gryffindors, por eso lo atormento, para que al menos sintiera un poco de su malestar.
Y ahora… esa sensación que antes fue tan abrumadora, volvió a pinchar su pecho, sin que pudiera evitar pensar en que, en definitiva, no había realidad o tiempo en el que él y Harry Potter pudieran ser amigos, casi parecía como si el destino mismo se interpusiera y ¿saben qué? ¿Para que luchar contra lo que debe pasar?, es decir antes peleo por obtenerlo y ahora… ya no lo quería, no si eso implicaba ser algo que ya no quería ser.
Las esmeraldas en los ojos de Potter evitaron los suyos. Tal vez avergonzados, él lo estaría.
—Es que… —Potter dudo. —Todo el mundo lo dijo y lo repitió, “los Slytherin no son de fiar”, yo creí que era cierto, además esa primera vez en madame Malkins…
Los ojos de Draco se cerraron con fuerza y su pecho se hincho, recordando el nefasto encuentro de su pasado. —Fueron menos de cinco minutos Potter, no puedes conocer a alguien en solo cinco minutos. —Lucho para controlar el tono de su voz. —Además, ¿culpas al resto del mundo por tú percepción de mí?
Eso era bajo, pero Draco podría creerlo.
Aun así, Potter negó con la cabeza. —¡No!, sé que mis decisiones fueron mías y solo mías, no busco una excusa para lo que te hice, es solo… —Sus ojos por fin dejaron de evitar los suyos y pudieron cruzarse. —Lo siento, de verdad, fui horrible y realmente yo no entiendo por qué, al final siempre fui yo quien te molesto por decisión propia, y no hay excusas —Su voz se quebró levemente y ese sentimiento desagradable que había llegado a su pecho, pareció aliviarse mínimamente.
Draco guardo silencio algunos segundos antes de si quiera decir algo. —Potter, que digas que lo sientes no borra todo lo que hiciste, puedes decirlo mil veces y yo elegir no aceptar.
El niño frente a él, se tensó visiblemente debido al tono demandante en las palabras de Draco, aun así, no aparto la mirada. —Tienes razón. Puedes elegir no aceptar mis disculpas, pero… —De nuevo parecía que se le complicaban las palabras. —Hermione…
Draco negó con la cabeza. —No hablaremos de eso ahora Potter.
—No, escucha. —Potter sujeto la manga de su pijama. —Hermione realmente no quería hacer los de la poción multijugos.
Draco se mofo sin querer, y sintiendo de nuevo el vacío debido a la cercanía involuntaria. —¿Enserio?, eso no fue lo que me pareció a mi cuando mi mejor amiga, se convirtió en Hermione Granger en segundos.
—Ella realmente nunca creyó que fueras el heredero, fuimos Ron y yo. Nosotros la convencimos para que hiciera la poción. —Aseguro Potter. —También ha estado recriminándose por no haberte escuchado por los del equipo y la escoba. —Se apresuro a mencionar. —No importa si al final nos odias a Ron y a mí, pero a Hermione no deberías juzgarla de la misma manera que a nosotros.
En ese momento, sus labios fueron incapaces de abrirse.
Seguía enojado, muy pero muy enojado con estos tres, no los quería cerca, pero si lo que decir Potter era cierto, entonces tal vez debería pensar un poco más las cosas.
El silencio volvió, pero esta vez, no había ningún sonido de pasos atenuados que lo interrumpiera, ni tampoco de sus voces, solo silencio, mientras intercambiaban miradas.
Al final fue Draco quien cedió, dando un paso hacia atrás, deslizando el débil agarre de Potter en su manga, sus ojos se escaparon de los verde y aclaro su garganta. —Creo que… Creo que por el momento hay cosas más importantes en las que deberíamos pensar. —Dijo, siendo incapaz de volver a mirarlo. —Creo que deberíamos estar cerca del final.
Dijo antes de que sus pies comenzaran a moverse hacia el frente.
Potter tardo unos segundos, pero al igual que él se puso en marcha y lo alcanzo, esta vez nadie interrumpió el silencio entre ellos, tal vez, ya habían dicho todo lo que tenían que decir.
Al fin, después de caminar un poco más y doblar sigilosamente otra curva, vieron una gruesa pared en la que estaban talladas las figuras de dos serpientes enlazadas, con grandes y brillantes esmeraldas en los ojos.
—Creo que hemos llegado. —Dijo en un susurro.
Potter asintió, para unos segundos después se acercó a la pared, seguido por Draco. Esta vez, pareció ser que Potter no tuvo que esforzarse tanto para hablar parsel, por el contrario, observo fijamente las serpientes a los ojos esmeralda que parecían extrañamente vivos.
Draco luego escucho el silbido ciceante escapar de los labios de Potter y luego las serpientes se separaron al abrirse el muro. Las dos mitades de éste se deslizaron a los lados hasta quedar ocultas.
Fue involuntario como ambos dejaron de mirar la entrada y giraron sus rostros, esta vez, gracias a la luz que venía desde el otro lado, Draco pudo distinguir las mejillas levemente rojas de Potter, era suave, no fuerte, tal vez por toda la presión, ni siquiera quería saber cómo se veía él.
Aun así, sin importar la charla que acababan de tener, la mano temblorosa de Draco se extendió hacia Harry.
Esta situación tal vez ameritaba dejar todo atrás, no sabía si esto podía o no ser el fin.
Harry deslizo sus ojos de la mano extendida de Draco a su rostro, como si preguntar si debería o no y luego decidió por sí mismo que sí, cuando extendió la mano en dirección a la de Draco y la tomo.
Fue reconfortante, no mentiría, estaba aterrado, pero también se sentía… reconfortante.
—Vamos. —Dijo en un susurro.
Luego ambos avanzaron.
Lo que los recibió del otro lado fue una sala muy grande. Altísimas columnas de piedra talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaba en la estancia.
Sin querer apretó la mano de Harry entre la suya, mientras escuchaban el silencio sepulcral a su alrededor, el miedo aquí se sentía con cada paso, en todo el viaje no se habían topado con el basilisco así que, tenía que encontrarse en esta sala.
Ambos avanzaron y sus pasos resonaron como ecos entre los muros sombríos.
Draco estuvo completamente al pendiente del custos, el mismo que no había dejado de girar en su dedo desde que bajaran a este lugar, una señal de que en cualquier momento el peligro podría llegar a ellos.
Con cada paso, parecía que las serpientes de pierda eran vigilantes silenciosas, que observaban desde la oscuridad listas para atacar. Un lugar así definitivamente, contendría terrores inimaginables sin duda.
Al llegar al último par de columnas, se encontraron frente a una estatua completamente diferente al resto, tan alta como la misma cámara, que surgía imponente, adosada al muro del fondo.
Era un rostro antiguo y simiesco, con una barba larga y fina que le llegaba casi hasta el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se asentaban sobre el liso suelo. Y entre los pies, boca abajo, desde lejos se veía una pequeña figura con túnica negra y el cabello de un rojo encendido.
—¡Ginny! —susurró Potter en cuanto ambos estuvieron lo suficientemente cerca para descubrir que, en efecto, era ella.
Potter de inmediato soltó su mano para dirigirse corriendo hacia el cuerpo extendido sobre el suelo, corrió hacia ella y se arrodillo a su lado. —¡Ginny! ¡No estés muerta! ¡Por favor, no estés muerta! —Dejó la varita a un lado, cogió a Ginny por los hombros dándole la vuelta.
Draco, corrió tras Potter, alentando sus pasos mientras escuchaba el ruego del Gryffindor arrodillado en el suelo. Ginevra tenía la cara tan blanca y fría como el mármol, aunque los ojos estaban cerrados, así que no estaba petrificada como el resto de sus compañeros. Pero entonces en los pensamientos de Draco… ¿La menor no lo había logrado esta vez? Todos los cambios que se habían generado por su ataque, todo los cambios en el tiempo debido a eso, ¿habrían hecho que llegaran tarde?
—Ginny, por favor, despierta —Seguía susurrando Potter con la voz apagada y cargada de sentimiento, agitándola. La cabeza de Ginny se movió, inanimada, de un lado a otro sobre el suelo de la cámara.
Los temblores de Draco, empeoraron con solo la idea de que, ahora, la niña en el suelo estuviera muerta, de que todo hubiera cambiado, esto no podía ser.
Fue en ese instante, que su anillo se calentó y sintió como si estuviera al rojo vivo.
Un sentimiento de aprensión y de agresividad estallo en su pecho. De sus labios se escapó un jadeo ante el abrupto cambio.
—No despertará —dijo una voz suave.
Potter se enderezó de un salto y Draco sintió el frio recorrer su espalda al escuchar esa voz.
Un muchacho alto, de pelo negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirándolos a ambos. Se veía un tanto ¿borroso?, esa podría ser la palabra para describirlo, pero eso era imposible.
Draco lo observe por unos segundos, llevaba una túnica, sí, pero no podía distinguir de que casa era, además, el chico no se le hacía familiar en lo más mínimo.
—Tom... ¿Tom Ryddle? —Dijo Potter, sorprendiéndolo al instante, ¿Potter si lo conocía?
El chico a quien el Gryffindor llamo Tom Ryddle asintió con la cabeza, sin apartar los ojos del rostro de Potter con una mirada penetrante y casi aterradora.
Esto no estaba bien, no se sentía bien, además, sentía en su pecho que estaban en peligro, este chico, bien podría ser el heredero de Slytherin, sería la única razón lógica por la que su anillo reaccionaria, él era el único en la habitación además de Potter y él.
—¿Qué quieres decir? ¿Por qué no despertará? —dijo el Gryffindor desesperado mientras Draco tomaba la oportunidad para acercarse lentamente a Él. —¿Ella no está... no está...?
—Todavía está viva —contestó Ryddle. —Pero por muy poco tiempo.
Draco no sabía porque Harry no notaba lo siniestro que se escuchaba este chico, cada palabra sonaba tan distante, fría y monótona para la situación en la que se encontraban, no era normal, no lo era en lo más mínimo.
Después de unos segundos en los que Draco analizo sus opciones, Harry volvió a hablar, esta vez tomándolo un tanto por sorpresa. —¿Eres un fantasma? —Preguntó el de ojos verdes.
Eso explicaría el poque no se veía completamente… claro, sino que borroso.
—Soy un recuerdo —Respondió Ryddle tranquilamente— guardado en un diario durante cincuenta años.
¿Un diario?, Draco por primera vez en esta conversación, bajo su mirada para mirar a Potter. —¿El diario que tenías? —Susurro al recordar el día de San Valentín y el cuaderno desgastado y antiguo que le regreso después de que se cayera al suelo.
Pero ni Potter ni Ryddle tomaron en cuenta su comentario.
Ryddle señaló hacia los gigantescos dedos de los pies de la estatua. Allí se encontraba, abierto, el diario que Draco recordaba haberle devuelto a Potter en el pasillo.
Pasaron algunos segundos en los que nadie hablo, pero la mente de Draco se movió a toda máquina.
Si Ryddle no era sino un recuerdo… era imposible, no existía un tipo de magia que permitiera algo así, es decir, Draco sabia de formas para darle vida o lo más cercano a la vida a un objeto, era muy utilizada con los Golems, pero funcionaba con otras cosas, también los muñecos vudú, magia tenebrosa, sin duda, pero el punto se mantenía, incluso su custos, que aun sin tener vida, en realidad había sido imbuido con magia que lo dotaba de las cualidades de un ser vivo cuando así lo decidía.
El dejar un recuerdo que hablara, y pensara más allá de las memorias que representaba, era… imposible.
—Tienes que ayudarnos, Tom —dijo Harry, volviendo a levantar la cabeza de la menor de los Weasley. —Tenemos que sacarla de aquí. Hay un basilisco... No sé dónde está, pero…
Draco de verdad comenzó a sentir el frio helado de la muerte respirándole en el cuello, de verdad, y la razón se debió a que mientras Harry suplicaba por ayuda de parte de este Tom Ryddle, el supuesto recuerdo había desplazado su mirada de Potter a él, incluso, ahora, sin que él o Potter lo notaran, había tomado la varita que el Gryffindor había dejado descuidada en el suelo y que seguramente rodo más lejos de lo planeado, extendiendo la sensación de terror de Draco, esa misma que también venia acompañada de la furia contenida de su custos.
Esto no estaba bien.
—¡Potter! —Llamo Draco con severidad, pero premura sin dejar de observar las figura frente a ellos. —No va a ayudarnos. —Comento lo que había estado pensando desde que lo vio.
—¿Que? —Susurro el chico, mostrándose confundido mientras intentaba levantar a Ginevra.
Draco no espero más, esto no se veía bien, así que con un movimientos, bajo la atenta mirada de Ryddle sobre ellos, Draco saco su varita y le apunto.
—Malfoy, que estas…
—Potter, ¿todavía no lo entiendes? —Le respondió sin que su varita dejara de apuntar en dirección al joven frente a él, el mismo que había comenzado a acercarse mucho más a ellos en total silencio.
Draco sintió el sudor deslizarse por su frente mientras que con cada paso del recuerdo sentía algo pútrido y… vagamente familiar. Como si la oscuridad se metiera entre los poros de su piel.
—¿Qué quieres decir? —Pregunto Potter, notando, de manera tardía, que su varita ahora se encontraba en manos de Ryddle.
Potter, sin aun poder levantar a Ginevra, la dejo en el suelo, incorporándose e intentando dar un paso hacia el frente, seguramente para reclamar su varita, pero Draco lo detuvo al interponerse en su camino y empezar a retroceder.
Una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Ryddle cuando vio esto. Siguió mirando a ambos y avanzando hacia ellos, mientras que Draco tiraba de ambos hacia atrás mientras el recuerdo jugaba indolente con la varita.
¿Potter de verdad estaba tan desconectado?
—Parece ser que tu amigo, ya logro comprenderlo, Harry. —Dijo Ryddle con esa criptica voz, confirmando las sospechas de Draco, esta cosa, este… recuerdo, no era una magia común, y mucho menos de luz o neutra, esto era magia tenebrosa.
La garganta de Draco se movió arriba y abajo al sentir una presión en su pecho conocida, el temblor que ya se encontraba presente en su cuerpo, empeoro, el miedo, el miedo que sintió durante meses en su casa, el miedo que lo invadía cada vez que tenía que dejar su habitación y enfrentar a un montón de seres que hacía mucho dejaron de ser humanos para convertirse en mortifagos, ese miedo, es mismo miedo fue el que recorrió su cuerpo.
El miedo de ver al señor tenebroso y a su serpiente justo delante de él.
Esto no era solo miedo, era terror.
Pero no podía desmoronarse, no ahora, por todas las brujas y magos, no podía derrumbarse aquí, no frente a esta cosa.
Potter, quien estaba detrás de él, pareció comenzar a darse cuenta. —¿Draco?
Los ojos de Ryddle se iluminaron, aunque con los oscuros que eran difícilmente se notaria. —¡Oh! Con que tú eres Draco, Draco Malfoy.
Él entrecerró los ojos, intentando enfocarse de nuevo. —¡¿Cómo sabes mi nombre?! —Demando con toda la fuerza que fue capaz de imbuir en su voz.
Pero Ryddle no respondió, sonriendo en su dirección.
La voz de Potter sonaba algo nerviosa cuando le hablo a Draco desde su espalda—Malfoy, tenemos que irnos, tenemos que sacar a Ginny ¡Tenemos que huir! Si aparece el basilisco...
—No vendrá si no es llamado —dijo Ryddle con toda tranquilidad, interrumpiendo las palabras dichas por el Gryffindor.
—¿Qué quieres decir? —preguntó, Draco de verdad le habría dado un golpe si no estuviera lo suficientemente concentrado en intentar mantener sus piernas fuertes para no caer de rodillas debido a los temblores.
—He esperado este momento durante mucho tiempo, Harry Potter —dijo Ryddle, de nuevo sin prestar atención a la pregunta antes hecha. —Quería verte y hablarte.
—Mira… —dijo Harry, pero Draco perdió la paciencia en ese momento.
—Potter, ¡él es el culpable de todo esto! —Grito con la voz entrecortada y temblorosa, pero lo suficientemente clara como para que lo entendiera o al menos, eso quería creer.
Draco vio como las manos de Ryddle, aun con la varita de Potter entre ellas, se juntaron en aplausos lentos. —Muy bien, muy bien Malfoy, lo suspicaz parece que viene de familia. —De nuevo el escalofrío, pero acompañado por algo más, ¿Qué había querido decir con eso? —¿Les parece si hablamos un poco ahora? —dijo Ryddle, sin dejar de sonreír, y se guardó en el bolsillo la varita de Harry.
—No, nos iremos. —Respondió Draco con rapidez.
—Uh. Respuesta incorrecta Malfoy, respuesta incorrecta.
Draco podía sentir la mirada de Potter tras su espalda.
—¿Cómo ha llegado Ginny a este estado? —preguntó el Gryffindor.
Mientras que Draco mantuvo su brazo en alto sin bajar la guardia.
—Bueno, ésa es una cuestión interesante —dijo Ryddle, con agrado—. Es una larga historia. Supongo que el verdadero motivo por el que Ginny está así es que le abrió el corazón y le reveló todos sus secretos a un extraño invisible.
—¿De qué hablas? —Pregunto Harry nuevamente.
Draco no había notado que una de las manos de Potter se había aferrado a la parte trasera de su camisa de pijama, sujetándolo con fuerza.
—Del diario —respondió Ryddle—. De mi diario. La pequeña Ginny ha estado escribiendo en él durante muchos meses, contándome todas sus penas al igual que tú los hiciste en algún momento Harry Potter, me escribió que: que sus hermanos se burlaban de ella, que tenía que venir al colegio con túnica y libros de segunda mano, que... —A Ryddle le brillaron los ojos—... pensaba que el famoso, el bueno, el gran Harry Potter no llegaría nunca a quererla...
Mientras hablaba, Ryddle mantuvo los ojos fijos en ambos, como si quisiera captar la reacción de ambos y bueno, Draco realmente no se sorprendió, supo desde el principio que a Ginevra Weasley le gustaba Potter, pero la pregunta era, ¿Potter sabia de los sentimientos de la niña hacia el en este momento?
—Es una lata tener que oír las tonterías de una niña de once años —siguió Ryddle. —Pero me armé de paciencia. Le contesté por escrito. Fui comprensivo, fui bondadoso. Ginny, simplemente, me adoraba: Nadie me ha comprendido nunca como tú, Tom... Estoy tan contenta de poder confiar en este diario... Es como tener un amigo que se puede llevar en el bolsillo...
—¡Canalla! —Lo acuso Draco a viva voz, incapaz de no sentir pena por lo ocurrido. Este… este monstruo había utilizado a una niña de solo once años y se mofaba con total indiferencia de ello.
—Oh, por supuesto que pensarías eso Malfoy, Por supuesto que sí. —Ryddle se rio con una risa potente y fría que parecía ajena y antinatural. —Si es necesario que yo lo diga, la verdad es que siempre he fascinado a la gente que me ha convenido. Así que Ginny me abrió su alma, y era precisamente su alma lo que yo quería. Me hice cada vez más fuerte alimentándome de sus temores y de sus profundos secretos. Me hice más poderoso, mucho más que la pequeña señorita Weasley. Lo bastante poderoso para empezar a alimentar a la señorita Weasley con algunos de mis propios secretos, para empezar a darle un poco de mi alma...
Los ojos de Draco se abrieron, comenzando a comprender como Ginevra se había inmiscuido en este embrollo.
—La poseíste. —Aseguró Draco, con la boca completamente seca y aun así viendo la sonrisa de Ryddle ampliándose.
—De nuevo, muy bien Malfoy. —Lo felicito con total cinismo. —Ginny Weasley abrió la Cámara de los Secretos. Ella retorció el pescuezo a los gallos del colegio y pinto pavorosos mensajes en las paredes. Ella echó la serpiente de Slytherin contra los tres sangre sucia, el gato del squib y por un error de cálculo, un sangre pura fuera de tiempo.
—No —susurró Harry tras él, mientras el mismo Draco, tenía que procesar cada palabra que Ryddle les decía.
Ginevra… ella, ella lo hizo todo, fue la que ocasiono todo el terror en Hogwarts, sin quererlo, Draco negó con la cabeza, perdiendo un poco de fuerza en su brazo, el mismo que ahora comenzaba a encalambrarse al tenerlo extendido.
—Sí —dijo Ryddle con calma. —Por supuesto, al principio ella no sabía lo que hacía. Fue muy divertido. Me gustaría que hubieras podido ver las anotaciones que escribía en el diario... Se volvieron mucho más interesantes... Querido Tom —recitó. —Creo que estoy perdiendo la memoria. He encontrado plumas de gallo en mi túnica y no sé por qué están ahí. Querido Tom, no recuerdo lo que hice la noche de Halloween, pero han atacado a un gato y yo tengo manchas de pintura en la túnica. Querido Tom, Percy me sigue diciendo que estoy pálida y que no parezco yo. Creo que sospecha de mí... Hoy ha habido otro ataque y no sé dónde me encontraba en aquel momento. ¿Qué voy a hacer, Tom? Creo que me estoy volviendo loca. ¡Me parece que soy yo la que ataca a todo el mundo, Tom!
Draco casi podía escuchar los nudillos de Potter crujir detrás de él, casi sentía que el chico podría saltar sobre Ryddle en ese preciso momento.
—Le llevó mucho tiempo a esa tonta de Ginny dejar de confiar en su diario. —explicó Ryddle. —Pero al final sospechó e intentó deshacerse de él. Y entonces apareciste tú, Harry. Tú lo encontraste, y nada podría haberme hecho tan feliz. De todos los que podrían haberlo cogido, fuiste tú, la persona a la que yo tenía más ganas de conocer...
—¿Y por qué querías conocerme? —preguntó Harry con la ira desbordándose de sus palabras, las mismas que parecían estranguladas por la misma razón.
—Bueno, verás, Ginny me lo contó todo sobre ti, Harry —dijo Ryddle. —Toda tú fascinante historia. —Sus ojos vagaron por la cicatriz en forma de rayo de Potter, y su expresión se volvió más ávida y codiciosa. —Quería averiguar más sobre ti, hablar contigo, conocerte si era posible, así que decidí mostrarte mi famosa captura de ese zopenco, Hagrid, para ganarme tu confianza.
—Hagrid es mi amigo —dijo Harry, con voz temblorosa y dando un paso hacia el frente que Draco detuvo interponiéndose de nuevo en el camino del Gryffindor.—. Y tú lo acusaste, ¿no? Creí que habías cometido un error, pero...
Ryddle volvió a reírse con su risa sonora.
—Era mi palabra contra la de Hagrid. Bueno, ya te puedes imaginar lo que pensaría el viejo Armando Dippet. Por un lado, Tom Ryddle, pobre pero muy inteligente, sin padres, pero muy valeroso, prefecto del colegio, estudiante modelo; por el otro lado, el grandón e idiota de Hagrid, que tenía problemas cada dos por tres, que intentaba criar cachorros de hombre lobo debajo de la cama, que se escapaba al bosque prohibido para luchar con los trols. Pero admito que incluso yo me sorprendí de lo bien que funcionó mi plan. Creía que alguien al fin comprendería que Hagrid no podía ser el heredero de Slytherin. Me había llevado cinco años averiguarlo todo sobre la Cámara de los Secretos y descubrir la entrada oculta... ¡como si Hagrid tuviera la inteligencia o el poder necesarios! Sólo el profesor de Transformaciones, Dumbledore, creía en la inocencia de Hagrid. Convenció a Dippet para que retuviera a Hagrid y le enseñara el oficio de guarda. Sí, creo que Dumbledore podría haberlo adivinado. A Dumbledore nunca le gusté tanto como a los otros profesores...
Con las palabras de Ryddle, la carta de su abuelo llego a su mente, cómo inculparon a Hagrid por algo que claramente no tuvo que ver con él.
—Irónicamente, también hubo compañeros que no lo creyeron. —Las palabras de Ryddle se agriaron un poco. —¿No es así Draco? —Sus ojos se estrecharon. —Pareces ser muy cercano a tu abuelo, o al menos eso es lo que me ha dicho Harry, Dime, ¿eso es así?
De inmediato el Agarre de Potter sobre su camisa se apretó. La sorpresa por las palabras de Ryddle también le llegaron. ¿Potter había escrito de el en el diario?
Tanto fue su sorpresa que incluso con la pregunta del recuerdo en el aire, Draco tuvo cierta dificultad para articular. —¡Eso no te incumbe! —Dijo con claridad una vez fue capaz de reaccionar, aunque eso no dejaba de impresionarlo.
—Oh bueno, después de todo, solo con mirarte me doy cuenta. —Respondió Ryddle. —Si regreso a Dumbledore, él me vigiló mucho más después de la expulsión de Hagrid, me fastidió bastante —dijo sin darle importancia—. Me di cuenta de que no sería prudente volver a abrir la cámara mientras siguiera estudiando en el colegio. Pero no iba a desperdiciar todos los años que había pasado buscándola. Decidí dejar un diario, conservándome en sus páginas con mis dieciséis años de entonces, para que algún día, con un poco de suerte, sirviese de guía para que otro siguiera mis pasos y completara la noble tarea de Salazar Slytherin.
—Bueno, pues no la has completado —dijo Harry en tono triunfante, desde atrás. —Nadie ha muerto esta vez, ni siquiera el gato. En unas semanas la pócima de mandrágora estará lista y todos los petrificados volverán a la normalidad.
—¿No te he dicho todavía? —dijo Ryddle con suavidad. —Que ya no me preocupa matar a los sangre sucia. Desde hace meses mi nuevo objetivo has sido... tú. —Harry lo miró y Draco, se encontró de nuevo sintiendo que esto se iba a tornar muy pero muy difícil de llevar. —Imagina mi disgusto cuando alguien volvió a abrir mi diario, y ya no eras tú quien me escribía, sino Ginny. Ella te vio con el diario y se puso muy nerviosa. ¿Y si averiguabas cómo funcionaba, y el diario te contaba todos sus secretos? ¿Y si, lo que aún era peor, te decía quién había retorcido el pescuezo a los pollos? Así que esa mocosa esperó a que tú dormitorio quedara vacío y te lo robó. Pero yo ya sabía lo que tenía que hacer. Era evidente que tú ibas detrás del heredero de Slytherin. —Al decir eso, volvió a mirar a Draco con increíble diversión. —Por todo lo que Ginny me había dicho sobre ti, yo sabía que irías al fin del mundo para resolver el misterio... y más si atacaban a uno de tus mejores amigos, aunque para esto último tú también me ayudaste mucho Harry.
—Ginny me había dicho que todo el colegio era un hervidero de rumores porque te habían oído hablar pársel, mis planes se adelantaron con tu ataque Draco Malfoy, Tu sangre macho los pasillos de Hogwarts así que, si no me apresuraba, Hogwarts bien podría estar cerrada en tan solo unos días así que hice que Ginny escribiera en la pared su propia despedida y bajara a esperarte. Luchó y gritó y se puso muy pesada. Pero ya casi no le quedaba vida: había puesto demasiado en el diario, en mí. Lo suficiente para que yo pudiera salir al fin de las páginas. He estado esperándote desde que llegamos. Sabía que vendrías, Harry, pero ciertamente no me imagine que vendrías con compañía, una tan fortuita compañía. —Eso no se escuchaba nada bien. —Pero antes de eso, tengo muchas preguntas que hacerte, Harry Potter.
—¿Como cuál? —soltó Harry, con los puños aún apretados.
Los ojos de Draco se deslizaron alrededor del lugar, buscando algún lugar por el cual salir rápidamente, estaban demasiado lejos de la entrada por la que llegaron y esa, a fin de cuentas, aun podía seguir bloqueada con el muro de rocas.
—Bueno. —Dijo Ryddle, sonriendo. —¿cómo es que un bebé sin un talento mágico extraordinario derrota al mago más grande de todos los tiempos? ¿Cómo escapaste sin más daño que una cicatriz, mientras que lord Voldemort perdió sus poderes? —En aquel momento apareció un extraño brillo rojo en su mirada, uno que a Draco se le hizo extrañamente familiar.
—¿Por qué te preocupa cómo me libré? —dijo Harry despacio—. Voldemort fue posterior a ti.
—Voldemort —Dijo Ryddle imperturbable. —Es mi pasado, mi presente y mi futuro, Harry Potter... —Sacó del bolsillo la varita de Harry y escribió en el aire con ella tres resplandecientes palabras:
TOM SORVOLO RYDDLE
Luego volvió a agitar la varita, y las letras cambiaron de lugar:
SOY LORD VOLDEMORT
En ese instante, el alma de Draco cayo directamente hasta sus pies, todo el intento de mantener a raya el ataque de pánico, quedo convertido en cenizas en cuanto leyó las letras grabadas a fuego flotando en el aire.
—¿Ves? —Draco escucho como la voz se hacía más y más lejana. —Es un nombre que yo ya usaba en Hogwarts, aunque sólo entre mis amigos más íntimos. —Draco escucho, pero la fuerza de su brazo flaqueo en el momento en que Ryddle se fijó en él por escasos segundos. —Claro. ¿Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre muggle? ¿Yo, que soy descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, por parte de madre? ¿Conservar yo el nombre de un vulgar muggle que me abandonó antes de que yo naciera, sólo porque se enteró de que su mujer era bruja?
Draco de verdad sentía que el suelo bajo sus pies se iba a derrumbar, lo que estaba escuchando, era imposible.
Sus padres, sus padres siempre le dijeron que Voldemort era un… era un sangre pura, el ultimo descendiente con sangre de Slytherin, pero…
Por supuesto, porque eso tendría que ser verdad cuando todo lo demás, todo lo que salía de los labios de Voldemort, fueron mentiras, todas y cada una de ellas, incluyendo esto y eso significaba, que tenía lógica que no siguiera las costumbres, por supuesto, él nunca las conoció, ni siquiera creció en el mundo mágico, ¡todo había sido mentira!
Él perdió todo, por alguien que ni siquiera…
La conversación en algún momento dejo de escucharse, para luego volver lentamente, pequeños fragmentos, pero su mente, destruida por todo lo que acababa de descubrir se sentía a punto de estallar, tantos sangre pura solo siguieron al señor oscuro porque creyeron directamente en su sangre, en que él, un sangre pura como ello, los llevaría a estar en la cima.
Pero el mundo era terriblemente gracioso, aquello que discriminan a los demás por su sangre, era liderados por un mestizo, uno que los engaño a todos.
—Eres un fraude. —Dijo Draco, más alto de lo que pretendía.
Harry incluso había salido de detrás de su espalda, ¿cuándo? No lo sabía, tal vez habían pasado algunos segundos adicionales, e incluso con la varita abajo y temblorosa.
—¡oh! Malfoy sigues ahí, he sido terriblemente descortés, pero verás, tu amigo Harry parece tener la idea de que yo, lord Voldemort, tengo que rebajarme a ser comparado con Albus Dumbledore. —Aunque su tono no había cambiado en los más mínimos, en su rostro ya no había ni una sonrisa divertida. —¿No crees que es ridículo?
Draco observó al chico por un segundo de nuevo. —Eres un Fraude. —Volvió a decir, descubriendo que el rostro de Voldemort se contorsionaba.
—Un fraude, ja, tal es el caso que no solo te pareces físicamente a tú abuelo, sino que también careces de visión como él, Draco Malfoy. —Su voz se tornó más dura. —Sabes, Abraxas Malfoy siempre me molestó, pero tal vez puedas ser tú la forma en que desahogue ese enojo.
Los labios de Draco se apretaron y su mano se cerró alrededor de la varita con fuerza mientras veía la sonrisa sínica regresar a los labios de Ryddle.
—Si, tal vez logré hacer a tu abuelo miserable, ¡si te encuentra en pedazos! —En ese momento todo ocurrió en cámara lenta, o al menos así lo sintió Draco.
La varita en las manos de Ryddle lo apunto a él y de sus labios se escapó una maldición, una que conocía muy bien. —¡CRUCIO! —Grito en dirección a Draco. En su mano, sintió el deslizamiento familiar que tanto reconocía antes de que la serpiente negra se manifestara y se interpusiera físicamente entre el hechizo y Draco.
El corazón de Draco volvió a latir y sus oídos se destaparon, tenían que correr, tenían que hacerlo ahora. Busco a su alrededor sin fijarse en como su custos se deslizaba con rapidez hacia Ryddle, encontró a Potter a su lado así que, usando su brazo libre, lo agarro y lo jalo para que comenzaran a correr en dirección a una de las diferentes tuberías que se encontraban a los costados.
Draco no quería girar, se sentí físicamente agotado y mentalmente sobrecargado, no podía voltear, porque si lo hacía, estaba seguro de que no vería al recuerdo fantasmal de Tom Ryddle, sino que vería al señor oscuro, aquel con ojos rojos y más similitudes con las serpientes que con los humanos. Si eso pasaba…. Draco perdería toda facultad de moverse, lo sabía, porque el miedo lo paralizaría ahí mismo.
Potter por otro lado, mientras corría al lado de Draco giro su rostro al escuchar un fuerte estruendo.
Draco escucho la risa de Ryddle a sus espaldas y sintió el terror de Harry mientras el sonido se hacía más fuerte, como si algo se estuviera abriendo a sus espaldas.
—¿De verdad creíste que tu mascota podría tocarme Malfoy? —Su voz sonaba como una carcajada y al mismo tiempo cargada de enojo.
—El custos, el… lo atravesó, no lo golpeo. —Murmuro Potter. Tenía lógica, Ryddle aún se veía traslucido, tenía forma corpórea, pero no completamente sólida.
—voy a darles una pequeña lección. Les mostrare cual es el verdadero poder de Lord Voldemort, heredero de Salazar Slytherin.
El miedo recorrió la columna vertebral de Draco por millonésima vez esa noche, al escuchar un silbido similar al que hizo Potter y eso no presagiaba nada bueno. Por su cuerpo estallaron diversos sentimiento ajenos al suyo, su custos le estaba diciendo algo justo al instante en que otro sonido ciceante y animal se arrastró desde sus espaldas, poco antes de que llegaran a una de las tuberías y Draco empujara a Potter para que pasara primero.
—Corran, ¡corran todo lo que quieran! ¡PERO NO PODRAN OCULTARSE PARA SIEMPRE!
Draco se metió en la enorme tubería justo detrás de Potter, escuchando la estridente risa de Ryddle a sus espaldas y tropezando con cualquier cantidad de piedras en el camino, todo gracias a sus piernas temblorosas.
Su respiración se agito cuando escucho los fuertes estruendos provenientes de la cámara, sintiendo el temblor de las paredes mientras se escuchaban los siseos fuertes y amenazantes, era una pelea, era una verdadera pelea.
Él y Potter encontraron una desviación en la tubería y se dirigieron a ella, deteniéndose cuando, no muy adelante se encontraron con una reja, pero al otro lado, no había una salida, según Draco veía, seguía siendo la cámara de los secretos, un poco más alejada del desastre cerca de la estatua de Salazar Slytherin.
—¿Por Dios?, ¿Qué vamos a hacer? Ha llamado al basilisco. —Dijo Potter. —Y está matando a Ginny.
Draco no tenía la más mínima idea de que decir, no tenía ni idea de que podrían hacer en esta situación, no podían quedarse ahí eternamente, su custos no se comparaba con el tamaños del basilisco, tarde o temprano lo vencería si no había magia involucrada y ellos quedarían completamente a merced de Ryddle y su monstruo, sin mencionar que, si ese recuerdo lograba drenar completamente a Ginevra Weasley, el señor oscuro habría regresado a la vida antes, mucho, pero mucho antes de lo que debería.
Los sonidos se hacían cada vez más intensos, distrayendo la ya lenta mente de Draco.
—Yo… Yo no sé… —No tenía una idea de cómo salir de esta situación.
Ryddle estaba obsesionado con Potter eso era obvio, quería saber cómo lo había logrado derrotar y escapar con vida.
—¿Que fue el hechizo que quiso lanzarte antes Malfoy?
Draco se sorprendió por la pregunta, en realidad no era lo más importante en este momento, tenían que encontrar una manera de salir de aquí vivos. Sin embargo, encontró que la inquietud de Potter era razonable, Ryddle lo había amenazado con ella.
Draco solo atino a suspirar, aun con el corazón latiendo a mil por hora. —… Es —Sus ojos se cerraron mientras observaba hacia el exterior de la reja. —Es una maldición Potter, una imperdonable. —Explico sintiendo el nudo en su garganta.
—¿Maldición imperdonable?
Draco asintió con la cabeza, intentando alejar los sonidos de la risa maniaca de su tía, burlándose de él mientras se retorcía en el suelo preso del dolor.
—En realidad las maldiciones imperdonables son tres, Imperius, Cruciatus y… la maldición asesina. —En realidad, Draco debía sentirse medianamente agradecido que la maldición que Ryddle le lanzo no fuera precisamente esta última, aunque tal vez, se debiera más que nada a la cantidad de poder que se requería para un asesinato con ella. —Él lanzo la maldición Cruciatus y… —Su alrededor se tambaleó de nuevo, gracias a la pelea en el exterior. —Es la maldición de tortura. La victima sufre de un dolor incomparable, algunos enloquecen al sufrirla por demasiado tiempo, no es algo a lo que nadie debería enfrentarse con vida Potter, y no hay escudo para defenderse de ella, solo intentar esquivarla o que un objeto físico que interponga entre la maldición y la víctima.
La mirada de Draco se deslizo hacia Potter de nuevo, descubriendo que la mirada del chico, se encontraban fijo en él, abiertos y aterrados.
—Las maldiciones imperdonables son terribles y si un mago las usara contra alguien, seria enviado directamente a Azkaban, sin posibilidad de salir nunca más. Draco vio la garganta del chico frente a él, moviéndose abajo y arriba, mientras sus manos, al igual que las de Draco temblaban.
—Y el… él quería golpearte para…
—Para torturarme, eso quería.
Ambos se miraron fijamente, tal vez viendo lo mismo en los ojos del otro. —Pero… todo esto por tú abuelo, no entiendo.
Draco negó con la cabeza. —Ni yo tampoco, y no es lo que más me interesa en este momento. —Comento, recordando muy bien en el aprieto en que se encontraba, si tan solo… Luego llego una idea a su cabeza, una idea muy, pero muy estúpida al más estilo Gryffindor que hubiera tenido alguna vez, pero podría funcionar. —Aunque… Tal vez exista una manera.
—¿Cual? —Los ojos de Potter se cerraron en ese instante cuando los fuertes golpes del exterior soltaron el polvo de las grietas en donde se encontraban.
—Puedo distraerlo. —Draco miro la varita en su mano izquierda. —Puedo distraerlo lo suficiente para que no note tú llegada y puedas quitarle tú varita.
—¡No!, ¿Estas demente Malfoy? —Yo lo hare, yo iré directamente y…
Draco sin pensarlo, levanto su mano izquierda y la coloco sobre el hombro de Potter mientras negaba con la cabeza. —No lo entiendes Potter, no podemos arriesgarnos, tú eres… Eres importante, más que yo. —Si esto no sonara como una condenada escena de un libro de épica, sería mejor. —Ryddle demostró que quiere torturarme, para hacerlo debe concentrarse, además de que siento que como aún no ha podido drenar completamente a Ginevra, su hechizo no será tan fuerte, intentare esquivarlo, tú solo debes esperar a que este lo suficientemente distraído y con mi varita podrás lanzar un Expeliarmus para recuperar la tuya.
Potter lo observo fijamente y Draco sintió que casi podría estar buscando en lo profundo de su mente, viendo incluso en su alma, buscando algo. Los segundos pasaron hasta que abrió la boca nuevamente. —¿Pero y el basilisco?
Esa era la parte difícil en todo esto. A lo lejos, Se escucho como algo impactaba fuertemente y a raíz de esto, toda la cámara se sacudió, removiendo las piedras hasta el punto en que Draco creyó que podría causar otra caída de piedras.
El pecho de Draco se estrujo y sintió que algo andaba muy, pero muy mal. Después de que el movimiento del exterior ceso, Draco fijo su mirada hacia el exterior, intentando mirar la pared y las sombras difusas que se veían reflejadas gracias a la luz verde en el lugar. Lo que vio lo dejo de piedra.
—Oh Malfoy, tu querido amigo ahora ha sufrido las consecuencias de enfrentarse a un rey, ¿quieres ser el siguiente? —La voz triunfal de Ryddle se escuchó fuerte y clara por la cámara, mientras a él le era imposible despegar los ojos de las sobras, ahí veía a una figura alargada retorciéndose con fuerza mientras era suspendida en el aire por otra, o mejor dicho sujetada por las fauces de otra figura alargada, mucho más grande e imponente.
La sensación de furia seguía fuerte en su pecho, ese sentimiento que transmitía el custos, pero ahora mismo estaba completamente inmovilizado por las fauces del basilisco.
En medio del silencio Draco realmente sintió que ahora sus posibilidades habían descendido dramáticamente, como podían… pero…
De pronto, se escuchó música de algún lugar, desconcertando no solo a Draco sino también a Harry. Era inquietante, estremecedora, sobrenatural y parecía poder amplificar los sonidos de su corazón aterrorizado. Luego, cuando la música alcanzó tal fuerza que la vibración incluso se sentía a al tocar las paredes al igual que atravesar sus cuerpos, surgieron llamas de la columna más cercana a la tubería en donde estaban.
Apareció de repente un pájaro carmesí del tamaño de un cisne, que entonaba hacia el techo abovedado su rara música. Tenía la cola dorada y brillante, tan larga como la de un pavo real, y brillantes garras doradas, con las que sujetaba un fardo de harapos. El pájaro se encamino directo hacia ellos, deteniendo su vuelo velos frente a la reja que los separaba del resto de la cámara y dejaba caer el trapo frente a ellos, La fantástica criatura, no se quedó, por el contrario, voló directo hacia la el basilisco y su custos. Las sombras en la pared no eran claras, pero los sonidos fueron esclarecedores una vez empezaron, lar garras y los gruñidos, el fuerte sonido de algo estrellándose con el suelo con fuerza al mismo tiempo que la figura que antes se retorcía siendo levantada por el basilisco se deslizaba y caía.
—¡No!, no importa —Grito Ryddle, pero el resto de lo que dijo fue dicho con ese siseo alargado y decadente.
—Dice que… que se deshaga de la otra serpiente y que luego venga por nosotros. — Tradujo Potter en su oído, bajando la voz ahora que le sonido de la pelea ya no los cubría, porque si, el custos de Draco, se había liberado del basilisco y aprovecho lo que sea que hubiera hecho el fénix para escabullirse y encontrar un mejor lugar para atacar, o al menos eso creía Draco antes de sentir como algo pequeño brotaba en su pecho, tal vez un intento de consuelo.
—Creo que Fawkes logro cegar al basilisco. —Las palabras de Potter salieron Entre cortadas. —Tom dijo que usara sus otros sentidos para encontrarlo.
Con todo esto, analizándolo en su mente, está bien podría ser su única oportunidad, tenían que usarla.
Draco se alejó de la reja, notando como Potter ahora tenia, algo muy similar al sombrero seleccionador en sus manos, ¿esa había sido la ayuda que trajo el pájaro de Dumbledore? Como se supone que el sombrero los ayudaría.
Draco no dijo nada al respecto, simplemente negó con la cabeza y después se alejó un poco de Potter, quien estaba a su lado viendo hacia el exterior de la reja. —Es nuestra oportunidad. —Estiro su mano izquierda y sin más le extendió su varita a Potter, para él era inútil sin su mano derecha libre.
—¡Malfoy, no! —Susurro mientras negaba con la cabeza, pero no tenían tiempo para esto.
Draco no espero a que Potter la tomara por su propia voluntad, así que, sin esperar, acerco su mano a la de Potter y las junto dejando la varita justo entre ellos. —No hay tiempo y no estoy pidiendo permiso, esquivare los hechizos que pueda y si no… bueno, más vale que lo ataques pronto y le arrebates tú varita, ¿quedo claro?
No espero el acuerdo del chico, rápidamente soltó la mano de Potter, dejando la varita en sus manos para luego darse la vuelta y correr, preparándose mentalmente para lo que venía. Una vez salió del de intersección en la que se ocultaban, corrió rápidamente hacia el exterior, por donde habían entrado.
La luz verde lo baño, poco ante de que se dirigiera a Tom, el mismo que no había abandonado su posición al lado de Ginevra.
Draco se sorprendió al descubrir que este lugar definitivamente había pasado por una batalla entre titanes, muchas paredes de piedra se veían completamente desquebrajadas o con cráteres, algunas serpientes de piedra en las columnas habían sido destruidas y el suelo estaba cubierto de rocas tanto grandes como pequeñas excepto en donde Ryddle se encontraba resguardando el cuerpo de la menor de los Weasley.
—¿Me llamaste? —Grito una vez estuvo lo suficientemente lejos del lugar por donde había salido solo para que Ryddle no lo usara para buscar a Potter.
Los ojos del recuerdo, ahora menos borroso, se iluminaron cuando giro en su dirección y vio a Draco no muy lejos. —Ah, Draco, gracias por acudir al llamado. —Su voz era ligeramente diferente a la de su versión adulta, pero definitivamente eran la misma persona. Draco se obligó a si mismo a no desmoronarse aquí y ahora.
—No será tan fácil acabar conmigo. —Se obligo a decir, enfrentado directamente al adolescente de ojos oscuros.
—Por supuesto, no esperaría nada menos. —Su sonrisa se hizo mucho pero mucho más amplia antes de levantar su varita y después lanzar su maldición. —¡Crucio!
Draco tuvo microsegundos para reaccionar y correr lejos, su corazón latió de manera errática a cada segundos, ya que, aunque en esa ocasión, la maldición no lo alcanzo, Ryddle no se detuvo al lanzarla, Draco tuvo que correr de un lado para otro y ocultarse tras las columnas derrumbadas o la roca caída, para esquivar el maleficio una y otra vez.
Ryddle difícilmente quería desistir en su intento. —Vaya, ¿crees que podrás mantener ese ritmo Malfoy? O debería mejor esperar a que le basilisco regrese y te desgarre con sus colmillos. —la potencia del maleficio iba en aumento, Draco podía sentirlo, tenían que acabar con este recuerdo ahora, porque el tiempo de Ginevra se agotaba.
—¡Tú solo eres un fraude, Ryddle! —Dijo para provocarlo, una vez salió de detrás de una de las grande columnas que se tambaleo por el golpe del hechizo.
Eso pareció ser bastante efectivo, ya que la sonrisa autosuficiente de Ryddle se borró y un brillo rojo fue visible en la cuenca de sus ojos.
Draco se preparó para correr en el momento en que empezó el movimiento con la varita, pero al solo dar un paso hacia la izquierda todo su cuerpo se desplomo al haberse tropezado con uno de los muchos escombros que ahora decoraban la cámara. Eso fue suficiente, ese instante basto para que la maldición lo golpeara por la espalda y lo hiciera ver rojo.
Draco no escucho sus propios gritos al ser golpeado por el hechizo, no escucho nada, solo sintió como su cuerpo era atravesado una y otra vez, por mil cuchillos, se sentí como ser quemado por las llamas de fuego demoniaco. Sintió su garganta doler al desgarrarse por los gritos.
Su cuerpo se retorció en el suelo y él lo araño bajo sus manos buscando alivio para este dolor, un alivio que jamás llego sino hasta que la maldición fue levantada y sus nervios parecieron resentir cada segundo de ello.
El sonido regreso lentamente mientras Draco, en el suelo, sentía los espasmos dejados por el cruciatus.
Este era un cuerpo que jamás la había sufrido antes, sin mencionar que tenía tan solo doce años, no era como cuando tenía 17 años, no, esto se sentía diez veces más horrible, como si le quitaran la piel una y otra y otra vez.
—Vaya vaya, ¿sigues queriendo enfrentarte a mí? —Draco sintió como su cuerpo fue manipulado y girado sobre su espalda, ahora podría ver directamente la cara de su torturador. —¿Quién es el inferior ahora?
Los labios de Draco se separaron, temblando incontrolablemente al igual que el resto de su cuerpo, pero tenía toda la intención de decir esto porque él, este ser, le arrebato todo. —… Tú… Jamás… —Su garganta se contaría con cada intento de verbalizar sus pensamientos, pero no le importo. —Jamás… serás c-como… nosotros. —Oh, y eso sí que lo enojo, Ryddle, perdió la satisfacción en su mirada.
Lo siguiente que Draco supo fue dolor, dolor ardiente y enloquecedor de nuevo, su espalda se arqueo en el aire en un arco imposible debido a la maldición y al dolor que le producía, si era posible esté ataque se sentía mucho, muchísimo peor.
Las lágrimas se escaparon de sus ojos mientras escuchaba su garganta aun capaz de producir algún tipo de sonido, quedándose en carne viva con cada esfuerzo, pero Draco no podía detenerse mientras sentía que podía morir, que quería que parara de una manera u otra.
Sus dedos se torcieron buscando algo de que sujetarse, su brazo derecho, aun sobre su pecho, agarro con fuerza la tela de la camisa bajo sus manos. Draco sintió que incluso estaba perdiendo la capacidad de respirar.
—¡EXPELIARMUS! —Escucho a la distancia, poco antes de que el dolor retrocediera, pero su propio cuerpo quedara flácido en el suelo. Luego escucho un fuerte golpe proveniente de uno de los costados, por donde apareció una serpiente negra y enorme, su custos, deslizándose con rapidez hacia él y con sangre manchando sus colmillos de plata.
La visión de Draco se ennegreció un segundo, pero luego volvió junto con la sensación de algo pequeño deslizándose sobre su mano. Cuando el frio familiar se enrollo en su dedo, Draco sintió un leve alivio en los espasmos de su cuerpo, los mismos que incluso evitaban que sus dedos se mantuvieran quietos.
Su pecho dejo de contraerse con respiraciones cortas que casi precedían a la hiperventilación, en general, una leve calma se instaló en su cuerpo, aunque a su alrededor el mundo pareciera estar a punto de caerse a pedazos.
No podía quedarse en el suelo, tenía que ayudar a Harry, él tenía que… Pero ese suave sentimiento en su pecho intento persuadirlo, su custos intento persuadirlo, consolarlo y aliviarlo, pero no podía, no podía abandonarlo, no aquí, donde lo matarían.
Draco sintió algo rodar y estrellarse en su manos justo cuando se disponía a levantarse, su mano izquierda se movió hacia el objeto, el mismo que al recorrerlo con los dedos aun temblorosos, identifico que era una varita, la forma alargada y el acabado liso, no, esta no era su varita, pero se sentía… correcta en sus manos.
El rechazo de una varita hacia alguien que no era su dueño era conocido, muchas varitas incluso dejaban de funcionar cuando alguien que no se había ganado su lealtad, intentaba utilizarla, pero esta… esta varita, se sentía tan solo un poco diferente a como se sentía la suya propia, pero era como estar en el lugar correcto.
Usando toda la fuerza que quedaba en su ya debilitado cuerpo Draco se movió para poder sentarse, e incluso son la mirada un tanto borrosa, cuando pudo sentarse la imagen más allá, fue aterradora y eso pareció ser suficiente como para que todos los sentido de Draco volvieran a funcionar.
—¡Ayuda, ayuda! —pedía Harry enloquecido—. ¡Que alguien me ayude!
Escucho Draco a la distancia, viendo como Harry se enfrentaba solo a una serpiente como esa, pero el miedo que vio en sus ojos cuando la cola del animal lanzo un latigazo hacia él, esquivándolo por poco, fue incluso más doloroso que otra cosa y fue todo lo que necesito para poder abalanzarse.
Sus piernas temblaron mientras se ponía de pie, pero su mano libre reacciono incluso más rápido que el resto de su cuerpo.
Una vez Draco volvió a ver a Harry, este se encontraba completamente arrinconado y con el sombrero seleccionador a sus pies. No tenía muchas alternativas, así que lo hizo.
—¡Harry!, ¡agáchate! —Grito mientras apuntaba a la enorme criatura, la misma que se preparaba para atacar de nuevo al Gryffindor.
Él lo observo con los ojos muy abiertos, antes de seguir su orden, así que Draco no lo pensó dos veces antes de apuntar temblorosamente hacia el animal. —¡CONFRINGO! —Grito con toda la potencia que aún quedaba en su cuerpo desgastado, rogando que el movimiento de su muñeca fuera correcto y que el maleficio funcionara.
Y lo hizo, de su varita se desprendió un luz de color naranja intenso, en dirección hacia el basilisco, impactando a la criatura que no tardo en soltar un quejido estridente y aterrado mientras la maldición la golpeaba.
La fuerza del hechizo también sacudió su cuerpo hacia atrás debido a la fuerza de la explosión, su brillo cegó a Draco, pero no lo suficiente como para que no notara un destello plateado desde donde se encontraba Harry.
Una vez la intensidad del hechizo desapareció y descubrió que el basilisco seguía con vida, sangrante con una gran herido en el costado derecho de su cuerpo, se preparó para lanzar otro maleficio, aunque su cuerpo protestara y amenazara con desmoronarse.
Pero algo lo detuvo, la criatura, ahora con la boca abierta, amenazaba directamente a Harry con sus colmillos afilado y venenosos, y este le apuntaba directamente con un espada que Draco ni siquiera sabía de donde la saco.
No podía ver como eso los iba a ayudar, era una vestía enorme, una simple espada no podía vencerlo. —¡Harry, apártate! —Pero cuando grito esto, el basilisco ya se lanzaba hacia Harry con toda su fuerza. La garganta ya desgastada de Draco dejo escapar un grito cuando vio como el cuerpo de Harry se perdía tras la inmensa figura.
En ese mismo instante, creyó que se había perdido, estuvo dispuesto a correr hacia la criatura y lanzar mil y un hechizo y maldiciones, pero luego vio como el movimiento del basilisco se detenía y de la parte superior de su cabeza sobresalía una punta, brillante, aunque cubierta de sangre. Todo el lugar se quedó en silencio, una silencio que incluso detuvo su respiración para no interrumpir.
—¡NOOOO! —Grito con fuerza la figura de Ryddle mientras la espada se deslizaba hacia afuera y el monstruo con un estremecimiento se desplomó en el suelo, pesado y sonoro, lo suficiente como para sacudir las paredes ya debilitadas por los acontecimientos de la noche.
Con la enorme criatura inmóvil en el suelo, Draco casi sintió que podía respirar. Sus ojos pasaron del cuerpo alargado y monstruoso hacia Harry, el mismo que ahora respiraba agitadamente apoyado en la pared, dejándose resbalar hasta quedar sentado en el suelo.
Draco corrió hacia él, viendo como dirigía una de sus manos a su brazo y para sorpresa de Draco extraía un colmillo gigante del mismo.
Sus pasos se apresuraron aún más cuando vio esto, mientras su mente gritaba con fuerza, él siendo incapaz de hacerlo físicamente. No, había visto mal, el colmillo seguramente había atravesado la túnica, nada más, pero luego, llego frente a Harry, este, con los lente de una de sus gafas rotos, la suciedad y el sudor, lo miraron con lágrimas en los ojos mientras sostenía el colmillo en su mano.
Sus piernas no aguantaron más al ver la imagen, y rindiéndose se dejó caer de rodillas justo frente a Harry.
Al ver el colmillo, era innegable, se veía la sangre goteando por la punta, y la túnica desgarrada de Harry dejaba al descubierto una herida profunda y rebosante de rojo.
—Harry… —Susurro con el hilo de voz que le quedaba.
—Te… Te lastimó. —Lo interrumpió el de ojos Verdes, atrayendo la atención de Draco hacia su rostro y descubriendo las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. —Yo… yo creí que estabas… muerto y…
Draco no podía escucharlo, negó con la cabeza varias veces y se acercó aún más a Harry. —Me salvaste… me salvaste, Harry.
Y tal vez habría querido sonar más feliz, pero no podía sentirse bien al ver como la mirada del Gryffindor quedaba opacada por las lágrimas en sus ojos.
Extendió sus manos hacia el chico, quien no se resistió mientras Draco lo atraía y alejaba su cuerpo de la frialdad de las piedras, acuno el cuerpo de Harry contra el suyo, en un abrazo protector mientras un hoyo negro se extendía en su pecho, iban a morir aquí, definitivamente iban a morir aquí abajo.
—Y tú a mí, —Susurro entre sus brazos, pero era una mentira, no lo había salvado, no lo había salvado en lo absolutos, si lo hubiera hecho, no estaría viendo cómo perdía el color en sus mejillas.
Su garganta se cerró, incapaz de decir algo, mientras un recuerdo llegaba a su mente, en el veía le rostro de Harry mientras se encontraba en sus brazos, el siendo incapaz de moverse y sintiendo como la vida se le escapaba.
El día de su muerte.
Las palabras las olvido, o tal vez no dijo nada, excepto, la únicas que siempre había querido decirle a Harry, pero que nunca tuvo la ocasión de confesar.
Su garganta se cerró, iba a ser el fin de ambos, ¿morirían en esta tumba de más de mil años?
Sus pensamientos se hicieron cada vez más deprimente, sintiendo la suave respiración de Harry hasta que una mancha roja pasó a su lado y el sonido de garras raspando el suelo hicieron que tanto él como Harry giraran sus rostros.
—Fawkes —dijo con dificultad el Gryffindor—. Eres estupendo, Fawkes... —Harry arrastro su brazo, el mismo que la serpiente había apuñalado y que ahora el fénix acariciaba, posando su hermosa cabeza en el brazo.
Oyó unos pasos que resonaban en la cámara en dirección hacia ellos, y luego vio una negra sombra delante de él, de alguna manera, se habían olvidado de Ryddle. —Estás muerto, Harry Potter —dijo sobre él la voz de Ryddle—. Muerto, pero prometo que no te iras solo de este mundo. —Esa había sido una amenaza hacia él, estaba seguro, pero no podía importarle menos.
—Incluso el pájaro de Dumbledore lo sabe. ¿Ves lo que hace, Potter? Está llorando.
La mirada de Draco intento enfocarse por sobre los espasmos involuntarios de su cuerpo, eso basto para ver con claridad la cabeza de Fawkes. Por la que brillantes plumas le corrían unas lágrimas gruesas como perlas.
—Me voy a sentar aquí a esperar que mueras, Harry Potter. Tómate todo el tiempo que quieras. No tengo prisa, después tendré mi retribución.
Draco, si no tuviera el cuerpo de Harry contra el suyo, definitivamente buscaría la manera de cortar a ese idiota en mil pedazos.
Draco vio, como progresivamente los ojos de Harry perdían enfoque, y Draco sabía que se acercaba el final y no podía hacer nada.
—Todo está bien, todo va a estar bien Harry, te lo prometo. —dijo intentando contener las lágrimas y sonreír al chico frente a él. —Todo va a estar bien. —Repitió, queriendo que Harry lo escuchara a él y no las insensateces de Ryddle decía a sus espaldas.
—Márchate, pájaro —dijo de pronto la voz de Ryddle. —Aléjate de ellos. ¡He dicho que te vayas!
Cuando Draco levanto la cabeza Ryddle apuntaba a Fawkes con la varita de Harry, la misma que había dejado a un lado al tomar el cuerpo de Harry. Sonó como un disparo y Fawkes emprendió el vuelo en un remolino de rojo y oro.
—Lágrimas de fénix... —dijo Viéndolos a ambos, con algo que ya no parecía una burla—. Naturalmente... Poderes curativos..., me había olvidado.... —Draco inmediatamente abrió los ojos para volver a Mirar a Harry descubriendo que el color lentamente regresaba a sus mejillas y la claridad volvía a sus ojos.
Él… él también lo olvido, las lágrimas de fénix, eran un antídoto increíblemente potente.
Ryddle los observo a ambos, Mientras Draco sintió que el vacío iba desapareciendo. —Estas vivo Harry estúpido Potter. —Una carcajada histérica se le escapo, contagiando a Harry al parecer.
—Yo… bueno, creo que cumpliste tu promesa, ¿no es así?
Draco casi le da un golpe al Gryffindor mientras este, poco a poco se alejaba de su abrazo y se sentaba frente a él.
—Oh, pero que conmovedor, aunque improbable par. —La voz de Ryddle los atrajo de nuevo, girando sus rostros hacia el adolescente. —Ya que así se han dado los eventos, está bien, los dos pueden morir juntos, con mucho dolor de por medio, sí. Vamos, tomen la varita y hagamos esto como debe ser. —En el suelo, la varita de Draco fue pateada hasta ellos.
El cuerpo de Draco protesto en el momento en que se movió para alcanzar su varita, Harry siguió sus movimientos, ambos demasiado cansados, pero tenían que intentarlo.
fue entonces, con un batir de alas, Fawkes pasó de nuevo por encima de sus cabezas y dejó caer algo en el regazo de Harry: el diario, reconoció Draco.
Lo miraron los tres al mismo tiempo durante una fracción de segundo, Ryddle con la varita levantada apuntando hacia ellos. Luego, sorprendiendo a Draco, Harry, quien, sin pensar, sin meditar, como si todo aquel tiempo hubiera esperado para hacerlo, cogió el colmillo del basilisco del suelo y lo clavó en el cuaderno.
Se oyó un grito largo, horrible, desgarrador. La tinta salió a chorros del diario como si fuera sangre, vertiéndose sobre las manos de Harry e inundando el suelo hasta llegar a Draco. Ryddle se retorció, gritando, y entonces... Desapareció en un explosión, de luz y oscuridad por igual. Se oyó caer al suelo la varita de Harry y luego se hizo el silencio absoluto, sólo roto por el goteo de la tinta que aún manaba del diario. El veneno del basilisco había abierto un agujero incandescente en el cuaderno.
Ambos se quedaron completamente impactados, Draco incluso más que Harry, ya que este último se levantó temblando y extendió una mano en su dirección para ayudarlo a levantarse también. Draco sentía que los temblores en su cuerpo empeoraban al estar de pie y también noto el tambaleante caminar de Harry.
Recogió la varita del Gryffindor, mientras este segundo tomaba el sombrero seleccionador y también extrajo la brillante espada del paladar del basilisco cuando pasaron al lado del cadáver.
—Yo... creo que necesito una muy buena siesta.
Dijo sin que esto fuera algo dirigido a Harry, fue un comentario al aire antes de que un débil gemido del fondo de la cámara llegara a oídos de ambos. Ginevra Weasley se movía. Mientras tanto él como Harry corrieron para llegar a su lado.
La niña se sentó, y sus ojos desconcertados pasaron del inmenso cuerpo del basilisco a ellos, con la túnica y pijama empapadas de sangre y tinta, y luego al cuaderno que Harry aun llevaba en la mano. Profirió un grito y se puso a llorar justo frente a ambos.
—Harry..., ah, Harry, intenté contárselos en el desayuno, pero delante de Percy no fui capaz. Era yo, pero les juro que no quería... Ryddle me obligaba a hacerlo, se apoderó de mí y... ¿cómo lo has matado? ¿Dónde está Ryddle? Lo último que recuerdo es que salió del diario.
Draco sintió cierta pena por ella, una experiencia así… difícilmente se supera.
—Ha terminado todo bien —dijo Harry, aunque Draco realmente decía que eso lo hacía ver demasiado sencillo cuando en verdad casi los matan aquí abajo. Harry cogiendo el diario se lo enseño a la joven Weasley, señalándole también el agujero hecho por el colmillo—. Ryddle ya no existe. ¡Mira! Ni él ni el basilisco. Vamos, todos tenemos que Salir de aquí y...
—¡Me van a expulsar! —Lo interrumpió ella, incorporándose torpemente con la ayuda de Harry. —Siempre quise estudiar en Hogwarts, desde que vino Bill, y ahora tendré que irme y. ¿qué pensarán mis padres?
Fawkes los estaba esperando, revoloteando en la entrada de la cámara.
Pero esta vez fue Draco quien le respondió. —Si alguien de verdad expulsara a un estudiante por estar poseído, entonces no se en que mundo vivimos. —Dijo mientras los tres caminaban lentamente hacia el fénix. —Además, nos tienes de testigos a Harry y a mi Ginevra Weasley, difícilmente te van a expulsar si declaramos lo que sabemos.
La niña, aun con lágrimas en los ojos, lo miro por algunos segundos antes de asentir.
Por otro lado, cuando regreso su atención a Harry, descubrió que este ya lo miraba y en su rostro encontró no solo unos ojos brillantes sino una sonrisa.
Lo habían logrado. Sobrevivieron a la cámara de los secretos.
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Ahora, después de lo ocurrido en la cámara, Draco se encontraba recostado en su cama en la enfermería, sintiendo como su cuerpo aún se resentía con cada movimiento.
Una vez salieron de la cámara con ayuda del fénix, las cosas de alguna manera fueron una montaña rusa de emociones. Los cuatro se dirigieron primeramente al despacho de la profesora McGonagall, quien al verlos casi pega un grito en el cielo, al parecer, había estado en una reunión con los padres de Ginevra, ya que la voz de la señor Weasley llego desde el interior.
Aun impactada por lo ocurrido, la profesora McGonagall, no tardo en llamar tanto al director Dumbledore y por supuesto, a su padrino quien, al verlo, Draco creyó que podía lanzarle una maleficio, aunque con lo que había vivido, ciertamente ya no le importaba, solo quería recostarse.
Pero en fin, cuando todos llegaron, se les pidió que contaran, la historia, una que si Draco no hubiera vivido, difícilmente habría creído posible, en medio, Harry menciono la maldición cruciatus lanzada a él y eso pareció que a todos les causo una combinación entre sorpresa y espanto, su padrinos, al saber que le habían lanzado la maldición dos veces inmediatamente lo saco de la sala, y lo llevo hacia la enfermería, la misma que gracias a la hora tan temprana en la mañana, estaba en completa quietud.
Madame Pomfrey, aterrada de ver a Draco, lo reviso, confirmando que los rastros de la maldición cruciatus circulaban por su sistema pero que, debido a la poca exposición y duración de la maldición, no creía que fueran a quedar secuelas, en definitiva, Draco tendría que pasar algunos días en la enfermería hasta que los temblores, que, según ella, desaparecerían en unas dos semanas, fueran menos violentos.
Así fue como llego aquí, Madame Pomfrey le había dado una potente poción relajante y una de sueños sin sueños debido a la traumática experiencia y Draco de verdad se lo agradeció inmensamente porque, aunque estaba agotado tanto física como mentalmente, estaba muy seguro que al cerrar los ojos, no vería sino sangre.
Ahora que sentía los efectos de ambas pociones desaparecer y su sueño retirarse lentamente, Draco descubrió que alguien estaba al lado de su cama, velando su sueño tal vez, aunque la luz que seguramente llegaba desde las ventanas definitivamente le dijo que ya era entrada la tarde.
—Bueno, mi querido y problemático nieto, has regresado con nosotros al mundo de los vivos. —La voz de su abuelo fue la que escucho en cuanto parpadeo una vece, aclarando su visión. ——Nuevamente has causado problemas.
Draco aún se sentía un tanto adormilado, pero aun así giro su rostro para poder ver el de su abuelo, quien le sonreía amablemente. —Abuelo… es bueno que este aquí. —Arrastro sus palabras incapaz de hablar de manera más adecuada, pero eso no pareció molestar a su abuelo.
—Llamare a tu madre, nos hemos turnado los últimos tres días para cuidarte y debo decir, que seguro estará muy feliz de ver que al fin despertaste.
Esas palabras sacudieron un poco del cansancio en Draco. —¿Tres días?, ¿he estado dormido por tres días?
Su abuelo, quien había estado a punto de levantarse, asintió. Apoyando firmemente el bastón en el suelo. —Así es. —Contesto él. —Al principio nos preocupamos debido a que la dosis de la poción no debería haber causado un tiempo tan largo de sueño, pero madame Pomfrey descubrió que probablemente la razón era la fatiga de tus horas previas a lo ocurrido y también el hecho de que aún no te hubieras recuperado completamente de tu ataque anterior. Una mala combinación.
Draco se quedó sin palabras, entonces todo había pasado tres días atrás, increíble.
Para su sorpresa, su brazo derecho ya no estaba inmovilizado y si aun sentía leves espasmos a lo largo de su cuerpo, eran muchísimo menos violentos que esa noche.
—Tu amigo, Harry Potter, ha estado viniendo aquí todas las mañanas. Te agradara saber que has ganado un reconocimiento por servicios al colegio. —La sonrisa en su rostros fue una de mucho orgullo, aunque esta se atenuó con sus siguientes palabras. —Además, logre negociar con tus padre, te quedaras conmigo en las vacaciones de este verano y… tu madre nos acompañara por algunas semanas.
Draco se quedó sin palabras en ese momento, esto era real, de verdad podría volver a quedarse con su abuelo. —¡¿Es enserio?!
Su abuelo de inmediato asintió. —Supongamos que los últimos eventos han colocado sobre la mesa ciertos temas que le dieron a tu padre ciertas cosas en las que debería pensar, mientras eso ocurre, tu podrás quedarte conmigo.
Bueno, aunque Draco definitivamente sintió que se había perdido de más de una cosa importante al quedarse completamente inconsciente, no se quejaba de los resultados, es decir, podría volver a Francia con su abuelo.
En ese instante, mientras veía a Abraxas levantarse, mientras apoyaba parte de su peso en el bastón, Draco lo recordó, recordó lo ocurrido en la cámara y casi como si no pudiera controlar su impulso, pregunto. —Abuelo… tú… ¿Qué sabes de Tom Ryddle?
Los movimientos del hombre mayor cesaron por completo en ese momento.
La enfermería se quedó en silencio y por un minuto Draco casi creyó que su abuelo fingiría no haber escuchado nada, pero no fue el caso. —Bueno, mi querido nieto, supongo que en realidad tendríamos que tener esa charla tarde o tempranos. —Respondió, sin girar su rostros. —Pero debo decir que no será aquí ni ahora. —La seriedad impuesta en sus palabras fue absoluta. —Esperare a que tú y yo estemos en un lugar donde las paredes no tengan oídos, por el momento, iré por tu madre.
Abraxas ni siquiera espero a que Draco dijera alguna palabras, no, por el contrario, inmediatamente renovó su paso lento y constante, aunque Draco noto que su agarre sobre el bastón se ajustó.
Sin querer, la sensación que dejo atrás fue enigmática y un tanto misteriosa, ¿qué había ocurrido entre Tom Ryddle y su abuelo?, ¿que era eso que quería ocultar?
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Expreso de Hogwarts
Describir las últimas semanas de Hogwarts después del increíble suceso de la cámara de los secretos traería consigo una explicación tan larga, que Draco bien podría haber sentido su cabeza estallar si los recordaba todo, pero ahora, mientras se encontraba en el expreso de Hogwarts de regreso a su hogar, era inevitable no pensar en ello.
Como, por ejemplo: Lo mucho que cambiaron las cosas con el trio dorado a raíz de esa noche de pesadilla.
Aún recordaba como el primer día después de salir de la enfermería, no fue sino ingresar al comedor en compañía de una Pansy que literalmente no se le había separado desde el día anterior, y desearía decir que fue la única, pero no, el resto de sus amigos reaccionaron de manera similar, aunque a sus muy distintas maneras, indicando que: “No podemos confiarnos Draco, te dejamos unas horas, y casi haces que te maten, dos veces seguidas”
Esas fueron las palabras de Blaise quien lo siguió de cerca junto con el resto.
Pero lo que más impresiono a Draco fue sentir la mirada de más de unos pocos mientras avanzaba por el comedor hacia la mesa de Slytherin, es decir, no había visto a nadie desde su ataque el sábado a manos de lo que ahora todos sabían fue el monstruo de la cámara de los secretos. Fue de los desayunos más incomodos hasta que al salir, camino a su clase de herbología, Potter se atravesó en su camino, y no solo el, sino un muy reticente Weasley, aunque Ginevra también los acompañaba.
Lo sorprendente no fue que se le acercaran, sino que sus amigos, para sorpresa de Draco, dieron un paso hacia atrás y les permitieron hacerlo, es decir, ¿se había perdido de algo?
—Regresaste. —Dijo Potter demasiado feliz en opinión de Draco.
Asintió. —Fue agotamiento lo que me impidió salir, para ya me encuentro en su mayoría recuperado.
¿Harry definidamente se veía mucho más brillante esta mañana o era él? A su lado, se escuchó a alguien aclarándose la garganta así que cuando ambos giraron en dirección al sonido, encontraron a Weasley, quien para satisfacción de Draco se veía infinitamente incomodo.
—Yo, bueno… en nombre de mi familia y de mis padres. Queremos agradecerte por lo que hiciste, Malfoy. —Podía ver el esfuerzo, pero también cierto brillo en los ojos de la comadreja. —Salvaste a mi hermanita y eso jamás podremos pagártelo.
Eso pareció darle pie a la más joven para dar un paso hacia el frente y lanzarle una leve sonrisa. —De verdad muchas gracias.
Draco se sintió un poco avergonzado ante la situación, pero acepto el agradecimiento antes de que sus amigos lo llamaran para dirigirse a la clase de Herbología, por supuesto se despidió de los tres Gryffindors antes de unirse al resto de ellos.
A lo largo de las semanas después de esto, cada vez que se cruzaban, lejos de ser las miradas cargadas de desconfianza y acusaciones por parte de Weasley y Potter, ahora recibía algunos asentimientos de cabezas y lo que en ocasiones parecían sonrisas, querría decir que lo tomo bien, pero fue demasiado extraño tener esta especie de cordialidad entre ellos, no una fría en donde se ignoraban sino una en la que ahora, había algo cálido de por medio.
Cerca del final del año, en el banquete de despedida, uno completamente diferente a lo acostumbrado, en donde no solo todos fueron con pijamas, sino que, en realidad, los petrificados fueron des petrificados, animando aún más la fiesta.
Él había estado completamente inmerso con sus amigos hasta que alguien llego a la mesa de Slytherin, atrayendo la atención de todos sobre él. Fueron segundos los que tuvo antes de que unos brazos extrañamente familiares lo rodearan y una voz conocida lo llamara por su nombre.
—¡Draco! —Grito Hermione desde su espalda, sorprendiendo a sus amigos, quienes lo miraron a él con los ojos abiertos y la comida a medio camino de sus bocas.
Por unos segundos Draco se quedó completa y absolutamente sin saber que hacer, hasta que la calidez en su pecho fue la que lo guio.
No podía seguir enojado con ella, no con lo que habían dicho Weasley y Harry, no cuando ella había venido a una mesa llena de serpientes para abrazarlo después de haber salido del hospital.
Sin otra alternativa, Draco dejo los cubiertos en la mesa y tomando las manos de Hermione, las separo para darse la vuelta y luego corresponderle el abrazo, frente a frente. —Es bueno verte de nuevo Hermione.
Decir que después de eso, la chica no se desmorono en un charco de llanto mientras se disculpaba por todo lo de ese años, seria mentir, en realidad fue gracioso hasta cierto punto, pero al final le aseguro que, aunque realmente tendrían que hablar de esto seriamente, por hoy, sería mejor que disfrutaran de su última noche en Hogwarts.
Además, cancelaron los exámenes debido a todos los acontecimientos del año.
Fue ahí, que por fin fue capaz de contarles a su amigos todo lo que había ocurrido en la cámara, esa noche, todos reunidos en la sala común. Draco les conto todo, que había ocurrido en realidad, que el heredero había poseído a Ginevra Weasley y que, en realidad el monstruo había sido un basilisco.
También les conto que casi muere dos veces, todo para llegar a un punto en específico, revelarles a sus amigos quien había sido el culpable y quien era en realidad Tom Ryddle.
Las consecuencias de que lo supieran o no, lo verían a lo largos del tiempo, por el momento, aunque más callados, parecían analizar y pensar, tal vez eran jóvenes, pero… no podía dejarlo regresar, no teniendo una verdad así en su poder, necesitaban saberlo y tal vez… pensar en lo que esto significaba para ellos.
Al final, este año en Hogwarts sirvió para algo, en medio de todo el misterio, los problemas y sospechas.
Descubrió que el destino que siguió en el pasado, nunca fue el destino glorioso de un sangre pura, no, siempre fue la visión retorcida de un psicópata que no solo arruino a sus padres, los arruino a ellos.
Poco a poco el castillo de Hogwarts desapareció a la distancia mientras el tren recorría las vías de regreso King Cross.
Al dejar de ver el exterior y regresar su vista hacia el interior, fijo sus ojos en sus amigos, Pansy y Blaise parecían enfrascados en una conversación que al moreno parecía encantarle, Theo leía un libro de herbología con una expresión de sufrimiento, a su lado Greg y Vince habían sacado su tesoro oculto de caramelos.
Al verlos sabía que no podría volver a dejarlos, no podía hacer eso y tal vez condenarlos a un destino igual o peor al que sufrieron la primera vez que vivió, no podía permitirlo.
Sus ojos se cerraron. Los salvaría, de alguna forma definitivamente los salvaría esta vez, no permitiría que los rompieran de nuevo, que los convirtieran en apenas cascarones vacíos.
Ahora tal vez este era su destino, y si no, entonces haría que lo fuera.
El destino de un Ex mortifago.
Notes:
corregido, jajaja corregi la mayoria de errores que se mme pasaron por el sueño, ahora si.
Bueno, hemos llegado al final de esta aventura que fue el final del primer libro de "Draco Malfoy y el destino", me emociona mucho haber llegado hasta aqui.
ustedes no se imaginan lo feliz que me hace leer todos sus coomentarios y como eso me impulsa, ciertamente les agradezco mucho el seguir esta historia que ha llegado a su fin.
Les diria que comenzare con la otra ya, porque ya tengo todo planeado, pero no, descansare una semana, para despejarme y luego empezare con el tercer año, no me gusta iniciar una historia solo com un capitulo asi que espero poder escribir mas de uno despues de la semana de descanso que me dare.
adicional a eso tengo anuncion, primero, si no lo notaron, deje una portada de este libro al final del capitulo para aquellos que empezaron a leer antes de que la hiciera puedan verla.
esta portada es la primera de muchas de verdad muchas cosas, porque si, me decidid a que voy a realizar illustraciones de esta historia, creo que lo merece, sin embargo, probablmente sean agregadas a destiempo en las partes donde corresponda, tengo un proyecto en mente, sin embargo si quieren verlas antes de que si quiera las coloque o mi contenido, lo posteare en mi instagram @jenn_mon_p
croe que mi dibujo a evolucionado y puedo hacerlo bien, eso espero.En fin, me dare mi semana de descanso y luego empezare a escribir de nuevo. les agradezco mucho que sigan la historia, y espero seguirlos leyendo.
con esto, me despido por ahora.
