Chapter Text
―¡Que viva el rey! – gritaba todo el mundo.
El nacimiento de un príncipe era algo glorioso, algo importante para todos, sobre todo la clase alta y para el rey mismo, un heredero para postergar tu poder, era una celebración pero no para el niño o sobre él, el niño no importaba, era una celebración para el rey. Que viva el rey era lo que todo el mundo decía aunque no lo sentían realmente, todos estaban felices por el nacimiento de este nuevo hijo, el reino iba a tener heredero, los bandidos y los piratas iban a tener un nuevo objetivo y los pobres tenían un poco más de esperanza, quizás esta vez y solo esta vez el nuevo príncipe cambiaría las cosas. Todos los nacimientos de príncipe eran importantes y celebrados, más si era un niño, cosas que cumplía nuestro príncipe Freddy.
―¡Que viva el estúpido rey y su estúpido hijo! – decían los borrachos en la taberna, la noticia del nacimiento de Freddy había llegado a todo el mundo.
Freddy era un chico especial, su sangre venía de la realeza, no cualquier realeza sino la más poderosa, la ciudad más grande y con mejor economía, pero ahí no acaba lo especial en Freddy, Freddy era un chico con suerte ya que por sangre de su madre tenía un don, un don mágico y muy poderoso que pocos entendían o tenían conocimiento de esto, un don que era dado cada trescientos veinte años al árbol genealógico de Marta, la madre de Freddy. El pequeño príncipe estuvo rodeado de beneficios y cariño de sus padres.
―¡Que viva el nuevo botín! El que logre matar a ese pequeño ganará el suficiente dinero para construirse su propio barco y explorar mares inexplorados – para los piratas esto era más un chiste que cualquier otra cosa ya que era casi imposible entrar a las ciudades y aún peor entrar al castillo, eso era un suicidio.
La noticia fue por todo el reino, incluso si existiera gente en el cielo, ellos hubieran escuchado la gran noticia, el nuevo príncipe estaba aquí. Su don no paso desaparecidos por todo el mundo, varios brujos sintieron su presencia, su piel se erizo y sonrieron, nadie había vivido tanto como para presenciar algo así y se creía que era una leyenda, un cuento de cuna para los brujos pero en su nacimiento lo sintieron, sintieron que algo perturbo la magia, algo los perturbo a ellos. Tenían miedo o admiración al pequeño Freddy, muchos creían que sería el fin de una era y que acabaría con todos los magos, un estúpido miedo hacia lo desconocido sin fundamentos ya que antes había nacido personas igual de especiales que Freddy y los magos no desaparecieron, tampoco lo hizo la magia. Otros magos estaban esperando el despertar de las fuerzas de Freddy para poder anotarlo, poder saber cuál era esa magia y cómo funcionaba, querían aprender sin necesidad de aprisionarlo o matarlo para hacer un ritual y absorber su poder, no, ellos solo querían observar y aprender de esto y si era seguro, preguntarle como se hacía o que sentía al hacerlo, saber todo sobre él de una manera más tranquila.
―Es un chico especial, se siente al verlo, va a tener un brillante futuro – dijo la bruja del castillo, una mujer algo vieja de pelo rosado y piel oscura – tiene un gran don señora aunque usted debería ya saberlo, no tendrá una vida fácil pero ¿quién carajos la tiene? Usted ya debería saber sobre este don más que cualquier persona – fue lo que dijo algunos años antes de morir, los brujos no viven mucho tiempo.
Aunque el don venía de Marta ella no sabía nada de este, sabía que podía ocurrir y que era un milagro pero no se sabía nada de su magia y era extraño. Se sabía que antes ha habido personas con un don especial, una magia inaccesible para todo el mundo y que no había registros de esto, de su magia o de su persona, casi como si con la muerte del portador del don todos lo olvidaban, cualquier escrito o pintura sobre este desaparecía, cualquier recuerdo concreto sobre su magia desaparecía y solo quedaba el vago recuerdo de algo importante, algo poderoso. Un fenómeno extraño y poco entendido, una magia que desaparece con el portador.
―Golden, eso es puro cuento, yo no soy capaz de votar rayos por las manos o fuego o cualquier otra cosa, yo no tengo super poderes y eso que tengo un don es mentira, solo soy un chico listo y creen que es un don, así de simple – lo que decía el pequeño Freddy era mentira, él ya había experimentado su poder en un pequeño incidente.
Tantas historias que contar, tantas vidas, tantos desastres, tantos caminos que recorrer que es imposible contártelo todo, incluso si me centro en un solo personaje, tengo el poder yo de elegir que decirte y que no, todo lo que diga puede ser falso o puede ser cierto ya que como paso antes y como seguramente pasara después, la muerte de Freddy hizo que la gente olvidara un poco su historia, que desapareciera del papel y solo quedara en la voz, algunos pueden decir que Freddy nunca existió pero yo estoy aquí para contarte la verdad, he escuchado todas las historias de Freddy, de sus amigos y enemigos, de sus parejas y de su familia que puede decirte su historia, por lo menos lo más cerca que podemos estar de la verdad.
Notes:
Cuando llegue a los 100 lectores, hare una pequeña dinamica en twitter: //x.com/QPilla98972?t=PSnG7iafUFPu-3dVVlzaFQ&s=08
aquí pueden saber un poco más de mi y de mi obra
Chapter 2: La guardiana
Chapter Text
Lo más importante de un castillo siempre es su protección, su seguridad, esos valerosos caballeros que defienden el castillo, que dan su vida por el rey y su pueblo, un labor sublime y bondadoso, el único trabajo que das la vida por la vida de los otros, las personas que reciben historias y cantos además de los reyes, príncipes y nobles, los grandes caballeros. Lo más importante de esto, además de su noble y enorme sacrificio es que cualquiera podía ser un caballero, el tatarabuelo de Freddy implemento una nueva forma de reunir caballeros, en la guerra de la trinidad los soldados eran escasos y la familia de Freddy estaba desesperada así que se hizo un acto desesperado, ahora cualquiera podía ser un caballero, lo único que tenían que hacer era pasar algunas pruebas físicas y ya, eras parte de los caballeros, aunque no te iban a llevar al campo de batalla así como así, primero te daban unas poquísimas clases con la espada, la suficientes como para defenderte y así mandarte a la guerra, no hacías mucho, eras carne de cañón contra el enemigo, poco a poco el enemigo perdía sus fuerzas y tú guardabas los mejores hombres para rematar al enemigo. Era un suicidio y todos lo sabían, los reyes no lo escondían pero igualmente todos aceptaron por dos motivos, la satisfacción de ser caballero y que los caballeros tienen su propia cama, su propia comida, se vive mejor que alguien de clase baja.
―Necesitamos al mejor caballero, no me importa nada más, ni su estatura ni su clase social, necesito a alguien confiable y al más fuerte de todos – dijo el rey preocupado. Estaba realmente asustado, el incidente lo asusto y se puso un poco paranoico y como buen padre y buen rey tenía que defender a su hijo.
―Señor, eso será complicado, la gente… - el rey no quería escuchar, realmente estaba asustado.
―No me importa, pon el aviso por todos lados, la recompensa será la mejor cama y la mejor comida del castillo que puede acceder un caballero. Además quiero… - dijo con una sonrisa inquietante – una ejecución publica de treinta prisioneros o más, la gente va a hablar de que somos débiles, hay que recordarle lo que podemos hacer, que en cualquier momento su cuello puede ser rebanado. Vamos a empezar a poner orden.
Después de la guerra las posibilidades de ser caballero bajaron demasiado, ya no eran requeridos aunque seguían reclutando gente, aunque sea por tradición, las formas de llegar a ser caballero era casi imposible para la gente pobre y solo se volvió un sueño para ellos, aunque de vez en cuando había una pequeña guerra y las posibilidades aumentaban, la gente podía entrar y alimentar a su familia, no le importaba su vida si era por un bien mayor, aunque las guerras grandes ya había desaparecido hace tiempo ya. Con la llegada de la nueva noticia, de necesitar un nuevo guardián para el príncipe Freddy hizo encender esa esperanza de nuevo, esa chispa encendió los corazones, aunque la gente sabía que las posibilidades eran mínimas, casi inexistente decidieron igual participar, no podían ganar era imposible pero su vida no valía nada, se podían dar el lujo de perderla. Y así es como llego ella, una chica, mejor dicho una mujer de veinte años llego, una chica sin hogar, sin familia y sin nada, casi sin pasado, apareció en el reino como si nada y obviamente participo, una chica fuerte e inteligente y lo más importante, se podía adaptar a cualquier pelea y daba todo de sí mismo.
―Vengo por esto, dice que todos pueden entrar sin importar la clase social, cualquiera participar. Quiero entrar – dijo esa chica sosteniendo un cartel que anunciaba la noticia, el guardia lo miro confundido, pero aun así la dejo pasar, fue la única chica que entró.
Las pruebas para entrar eran puramente físicas, una pelea hasta que el otro contrincante caiga muerto o noqueado, algo que para esa misteriosa chica le era fácil, de hecho a cualquiera le era fácil ya que sus primeros contrincantes era gente de clase baja y bueno, con solo comer todos los días ibas a tener más fuerza que esa gente, un solo golpe le bastaba para dejar en el piso a su contrincante y que no se quisiera levantar, no era una pelea ya que ella no se sentía desafiada hasta que llego al final. El rey fue alguien bondadoso y separo a los grupos de peleadores, los soldados del reino y la gente normal, los ojos solo estaban puestos en los soldados ya que nadie les iba a ganar jamás y ya en la pelea final se sabía cuál era el ganador. Para esa chica misteriosa no tuvo mayores problemas para encargarse de la gente normal, era más fuerte y más lista y es verdad que antes de llegar al final se le complico un poco, llego a recibir algún que otro golpe no era nada que le preocupara. Llego a las finales con un buen caballero, alguien guapo y con una linda sonrisa, unos brazos muy fuertes y experto en armas, por suerte para nuestra chica era una pelea a puños, no había armas.
―Vaya, nunca me esperé pelear con una chica, adivino que debes tener mucho talento, lo veo en tu cuerpo y no eres la primera gran chica que llega tan lejos, debes ser alguien admirable así que no me contendré. Pero sigues siendo una chica así que te voy a dejar a dar el primer golpe – grave error del caballero, grave error.
La misteriosa chica no es contuvo y le golpeó con todas las fuerzas, un golpe que hizo retroceder al caballero y lo hizo tambalearse, un buen golpe. Pero el caballero no era idiota, al recibir ese golpe rápidamente se puso en posición, sabía que estaba en desventaja y que el golpe lo había dejado algo tonto, sentía como el suelo se le movía, se sentía mareado y necesitaba descansar pero esa chica no le iba a dejar, rápidamente se abalanzo contra él y le lanzó una lluvia de golpes, golpes que el caballero esquivo, parecía que lo que hacía la chica era inútil ya que ningún golpe acertaba pero no era del todo cierto ya que el propósito era cansarlo, no dejar que se detenga a pesar un minuto, pero era un caballero y podía esquivar todos sus golpes por poco, aunque no podía descansar y su sentimiento de mareo no hacía más que empeorar, era un profesional y no se iba a dejar vencer tan fácilmente. Cuando vio la oportunidad la aprovecho, esquivo uno de sus golpes y le golpeó en las costillas, lo que hizo que bajara un poco la guardia y así aprovechar en golpearla en toda la cara. Ella retrocedió, por su nariz le salía sangre pero eso no le molestó a ella, se la quitó y se preparó para atacar, él aprovecho ese momento para descansar un poco pero sin bajar la guardia, pensaba que en cualquier momento ella iría tras él pero no fue así. Por un momento el caballero sonrió un poco y admiró esa chica, tenía casi su misma fuerza, incluso con un poco de disciplina ella podía igualar su fuerza pero por sus movimientos era alguien que solo golpeaba duro, nada más y no tenía entendimiento del arte de la pelea.
―Eres una chica fuerte, lo admito, me tomaste por sorpresa ese golpe fue muy certero y fuerte – él pensaba que la chica estaba descansando, que luego de soltar tantos golpes debería estar cansada e igual que él se están recuperando, solo la veía como un gran animal que golpeaba por instinto y no con inteligencia – pero ahora no me detendré, así que discúlpame bella dama – si la atacaba no iba a escapar, solo podría aguantar los golpes y él tenía más fuerza.
El caballero fue directamente hacia ella y la golpeo con todas sus fuerzas y como él esperaba solo se pudo defender, solo puso sus manos en su cara y se dejó golpear, tiraba sus golpes con mucha fuerza que provocaba dolor por todo el cuerpo de la chica, le dolía cada golpe que recibía, no iba a aguantar mucho tiempo así y la chica misteriosa sospechaba que si su enemigo le daba unos pocos golpes en la cabeza la noquearía con facilidad, por eso se tapó la cara con las manos para no recibir daño en esa zona. El plan del caballero estaba funcionando, golpe tras golpe el cuerpo de la contrincante caía, no aguantaría mucho y no importaba donde le pegara, rompía fácilmente su defensa y la podía hacer caer, lo que el caballero no sabía o ignoraba es que ella ya pensaba en todo eso y simplemente se dejó golpear una y otra vez y esperó el momento perfecto, dejo que el caballero se confiara al ver que su plan hacia efecto y que la pelea era prácticamente suya si seguía golpeando y cuando espero lo suficiente actuó, esquivo uno de sus puños y contraataco. El caballero se sorprendió al ver esto y pudo observar como uno de los puños de ella se acercaba a su cara, no le había pasado por la cabeza ni un segundo que ella esquivaría uno de sus golpes y lo único que pensó cuando ella lo golpeó fue preguntarse ¿por qué ahora y no antes? No pudo hacer nada el pobre caballero más que observar y pensar. La chica misteriosa le dio un golpe directo en la cabeza, luego le pego en la costilla izquierda, luego pecho y por último dos golpes en la cabeza. Él retrocedió, por poco y cayó al suelo pero se mantuvo en pie, por un momento, por un momento se desconectó de la realidad, no sabía quién era o lo que estaba pasando, cuando volvió a su cuerpo observo cómo ella se acercaba con toda velocidad y lo único que pudo hacer fue un inútil intento de darle un golpe en la cara, golpe que ella esquivó. Rápidamente volvieron la lluvia de golpes, cabeza, costillas y pecho, golpeaba rápidamente esos tres lugares por algún tiempo hasta que él se separó, sabía que ir tras él sería un grave error y no caería en la misma trampa pero era un peor error dejarlo descansar, así que siguió detrás de él y fue directamente a su cara, el caballero esquivó el golpe y contraataco con un golpe en las costillas y luego en la barriga y pecho, golpes que hizo perder el aíre a la chica y la hizo retroceder.
―Eres más inteligente de lo que pensé, si sabes golpear – él chico escupió algunos de sus dientes y un poco de sangre– me tomaste por sorpresa, de nuevo.
―Eres un caballero, eres alguien que mira y ataca, analiza, si esquivaba tu golpe lo ibas a esquivar y posiblemente esperabas comprobar eso pero al ver que solo podías defender me diste con todo, bajaste un momento la guardia.
―Podemos decir lo mismo que tú, ese golpe te tomó por sorpresa y veo que respiras con dificultad – algo que esa chica no iba a admitir, los golpes la dañaron más de lo esperado, su cuerpo rápidamente se cansó, no estaba al nivel de él, tenía que ser más inteligente que él – te ganaste mi respeto chica, eres alguien grandiosa, pero hasta aquí llegaste.
Ambos se acercaron y empezaron a golpearse, una pelea bastante reñida, golpe tras golpe era una pelea de resistencia y era claro quién era el ganador y todos lo sabían, la chica había utilizado todos sus trucos, solo el mejor peleando ganaría, ambos esquivaban los golpes del otro o se protegían sino podían hacerlo, hasta que el cuerpo de la chica no pudo más, no fue lo suficientemente rápida y recibió un golpe en la cara, un golpe que le bajo la guardia y él aprovecho a dar otros dos golpes fuertes en la cara, lo que hizo caer a la chica al suelo. El caballero pensó que ya había ganado, así que se dio la vuelta, sonrió a sus compañeros y levantó la mano cerrada hacía arriba, era el ganador; pero sus compañeros pusieron una cara de sorpresa y algunos le señalaron detrás de él, cuando se volteó vio un puño dirigiéndose a su cara. La chica no había caído, cuando tocó el suelo rápidamente se levantó y le golpeó en la cara, luego de ese golpe le siguió varios golpes más directamente a la cara hasta que cayó al suelo, ella no quería correr ningún riesgo así que se puso encima de él y le golpeó unas tres veces en la cara ya en el suelo.
―¿Ya gane? – pregunto ella viendo directamente al caballero, no iba a dejar que la tomara por sorpresa, iba a asegurar su vitoria.
―Sí, yo creo que sí – dijo uno de los caballeros – ya le avisamos al rey, el príncipe tiene un nuevo guardia.
Todos aplaudieron y se acercaron con cariño a la chica, la animaban y le aplaudían aunque ella no escuchaba nada, le dolía hasta respirar, sus piernas temblaban y parecían que en cualquier momento podían fallar y caer, pero nadie lo noto por el furor de la situación y de la victoria, la habían conocido hace cinco minutos pero ya la trataban como uno de ellos. Al final ella llego con el rey y se arrodillo, la chica no tenía pasado o por lo menos uno no conocido pero si tenías modales.
―Con que tú eres la que gano – dijo el rey con una sonrisa – quédate un momento así, prometí que el que ganara iba a ser el guardia de mi hijo. En este caso será guardiana ¿sabes algo las armas? – algo que pocos conocen y muchos creen mentira es que el rey fue entrenado por una mujer, entrenado en el arte de las armas y la defensa con estas.
―No señor, no se usar ninguna arma.
―Y aun así le ganaste – dijo el rey entre risas – debes ser alguien talentosa y no hay problema aquí te vamos a enseñar a usar un arma y como ponerse una armadura. Ahora dime tu nombre y apellido, te voy a nombrar caballera – el rey se levantó y agarró una pequeña espada.
―Mi nombre es Ann señor, no tengo apellido, ni familia – el rey la miró confundido pero luego sonrió.
―Eso será un pequeño problema Ann, pero no te preocupes a partir de ahora te daré un nuevo nombre, tu nombre de guardiana, eres Ann la Chica, guardiana personal del príncipe – dijo el rey mientras ponía la espada en cada hombro – ya te puedes levantar – ella hizo caso – ahora, una pequeña advertencia, algo le pasa a mi pequeño hijo y toda tu carne será separada de tus huesos y todo el mundo lo verá, eso te lo prometo y no importas donde te escondas, te encontraré.
Está amenaza le provoco terror a Ann, ella tenía una visión algo negativa del rey, de hecho todo el mundo tenía una visión negativa de él pero era un buen rey dentro de lo que cabe, aunque ella no lo sabía o no sabía que era ser un buen rey, solo sabía que lo que el rey prometía con su palabra lo cumplía. Desde ese día la gran guardiana Ann Chica se hizo famosa como protectora del príncipe, aunque no era la más fuerte, si era muy inteligente y alguien de temer, aprendió todas las artes de la pelea y de las armas, se volvió alguien imparable.
Chapter 3: Cara y sello
Chapter Text
Las lindas y hermosas montañas, un lugar bonito que se ve desde cualquier lugar, nadie ha podido subirla jamás, pero tiene algo mejor que la vista y su majestuosidad los minerales. Era el lugar donde se sacaba más minerales para el reino, cobre, plata y oro y estos minerales se repartían a las tres ciudades importantes, cada ciudad tenía una sección, un grupo de montañas y obviamente la ciudad grande y poderosa era la que tenía más acceso a las montañas y podía sacar materiales más fácil. Después de la guerra de la trinidad se repartieron todos los bienes, se repartió el poder y obviamente el ganador quedo con más. El trabajo de la mina era uno de los peores, quizás era uno de los mejores pagados, sin contar el trabajo de caballero, pero el peligro que se vive allí dentro era inhumano, dependiendo de la zona te podías morir de frío o de calor. Si estabas en los primeros niveles posiblemente ibas a morir del calor al tener el sol dándote en la cara todo el tiempo, trabajando ocho horas pegándole a una roca para sacarle su material precioso, varios hombres golpeando una roca una y otra vez por el resto de su vida con una herramienta pesada. Si estabas arriba en la montaña, muy arriba ibas morir de frío y eso era peor, el viento helado, haciendo lo mismo que abajo pero arriba es peor porque no tienes algo que te de calor, normalmente la gente que trabaja en las minas son gente pobre y no tienen el lujo para comprarse una ropa calientita, las cantidades de dedos perdidos anuales era impresionante. Sorprendentemente eso no era la peor parte de todo, no, lo peor era trabajar dentro de la montaña, el poco aíre o el aíre venenoso te terminaría matando además que en cualquier momento las paredes y el techo iban a caer, era algo normal y que pasaba pero a nadie le importaba, se les daba por muerto a esa gente y luego de unas horas todos volvían al trabajo. Hombres fuertes y hombres desesperados trabajando en la mina, tosiendo y sudando, temblando de frio a veces, llevando las piedras de un lado a otro hasta que caigan muertos o hasta que algo les caiga y los mate, una desgracia.
―Así están las cosas, el problema del oro ya está empezando a mejorar, el oro ya a dejado de caer y empieza a subir, hemos encontrado un poco más de oro que hace veintiún lunas, el hierro sigue subiendo y el cobre está bien, cumple sus expectativas – dijo uno de los dueños de la minería.
Aunque las montañas eran de los reyes y sus respectivas ciudades, la verdad es que las personas quien explotaban todo su potencial eran dos personas que organizaban todo, solo había dos personas que salían ganando en todo esto, las únicas dos personas que su voz importaba y que si decían que algo se hace así, se debe hacer así; sin contar obviamente el rey que solo Dios está por encima del rey. Las dos personas que manejaban este monopolio de la minería era Usagi y Loon, un chico y una chica que nacieron en las familias correctas, las familias más ricas de todo el reino y los herederos de esta gran empresa, la minas. Loon era alguien muy tímido, desde el inicio era tímido con todo el mundo, evitaba hacer contacto con cualquier persona pero era un genio, sabía hacer problemas de números complicados, sabía cómo manejar la minería sin que sufran problemas monetarios, es un prodigio y siempre piensa en la mejor decisión. Desde muy pequeño ha sido amigo de Usagi, ya que ambas familias son muy unidas y se pasan el trabajo de generación en generación. Chico listo pero muy reservado, solo habla con su amiga, algunos dicen que está enamorado de su amiga pero no es cierto, no siente amor, siente hermandad, Usagi es la única persona que lo entiende y es capaz de hablar con él, pero Loon jamás sentirá nada hacía Usagi. Usagi es un poco diferente a Loon, alta y decidida, capaz de manejar la empresa de manera competente pero su mejor don es obligar a la gente que hagan lo que ella quieres, es verdad que tener una mente prodigio ayuda demasiado a la empresa, pero sino agarras a tus compañeros de las bolas para que hagan las cosas como quieres, no llegaras a ningún lado; Usagi era eso y era temida, incluso tienen una que otra teoría que mataba a la gente que le hacía enfrente, una persona que siempre te podía hacer daño. Ambos hacían un dúo perfecto para la empresa, era un balance perfecto.
―No hay que preocuparnos, aún queda oro y no tenemos que hacer una búsqueda a ciegas, podemos complacer a todo el mundo y los reyes quedaran satisfechos y nos pagaran muy bien. Además ya he pensado las posibles demandas al nacimiento del príncipe Freddy y el cumpleaños número tres de Golden.
―¿Eso acaso importa? – pregunto Usagi aburrida.
―Sí, importa, los reyes son nuestro mayor inversor y lo que se diga se hace ¿no recuerdas la otra vez que desafiaste al rey? – Usagi lo miró con odio – lo recuerdas. Nos van a pedir un poco de oro más, un regalo bonito para el rey. Hay mira ese collar que hermoso, bañado en oro gracias, muac muac – dijo Loon con la voz “burgués” como decía él, una voz usada únicamente a imitar a los reyes – ya sabes que van a pedir un poco de todo y aunque sea un poco nos jode, nos jode demasiado la ganancia y tendremos que sacrificar algo ¿quieres sacrificar un poco de tu dinero? – Usagi negó con la cabeza – eso pensé.
―Entiendo tu punto, entiendo tu punto, ahora voy a llamar a Owynn, ya vuelvo, quédate – Ella salió en la habitación donde estaba y grito el nombre de Owynn, este vino y entró a la habitación.
―Si señora – Loon tomo su posición de siempre, mirada hacia abajo apenado y no decir ninguna palabra.
Owynn, un chico extraño, era alto, delgado y normalmente sonreía, era demasiado enérgico y las cosas que decía siempre transmitía un sentimiento de alegría, tenía ojos de diferente color y un cabello largo y morado que por alguna razón casi mística sus últimos mechones eran verdes, nadie sabía porque y eso le parecía raro, incluso algunos lo confundían con una mujer. Cuando se enoja es una verdadera bestia, un monstruo capaz de hacer cualquier cosa y era temido por los trabajadores ya que más de una vez ha tirado a alguien al suelo y lo ha golpeado, parecía muy débil pero golpeaba demasiado fuerte, casi como si su cuerpo y su fuerza fueran dos entes totalmente diferentes, pero era raro verlo enojado y normalmente alegraba a las personas, todos lo adoraban.
―Aquí discutiendo con mi compañero nos preguntábamos con la gente, por nuestros trabajadores.
―No hay cambios en nada, no ha pasado nada relevante, ni malo ni bueno, las cosas están calmadas.
―Ya sabes que el nuevo príncipe nació.
―¿Quién no lo sabe a estas alturas? – dijo Owynn con una pequeña sonrisa.
―Tememos que por eso vayan a aumentar la producción de los minerales, que quieran un poco más y aquí con Loon estábamos discutiendo que tan mal sería obligar a nuestra gente a trabajar más duro.
―Si es momentáneo, aguantarán como campeones y no dirán nada, de hecho tocará serles sinceros, a todo el mundo le gusta la verdad y eso los calma, promesa de más dinero, más dinero mejor trabajan y más ganamos, es ganar ganar. Pero si es para siempre creo que tendríamos problema, hace poco hubo una pelea y ya saben cómo es la gente, esta enojada y piensa que merecen más, esto tarde o temprano terminara en una pelea, aunque eso son teorías mías, solo sé que la gente no está de humor como para trabajar un poco más en la mierda por toda la vida – Usagi le sonrió.
―Somos básicamente el sustento de todos los reinos, mi amigo Loon tiene miedo de que los minerales empiecen a escasear y se forme una guerra.
―Señorita Usagi déjame decirte que eso sería imposible, si veo la preocupación y también lo pensé pero hemos encontrado otra mina de oro, estamos mejor que nunca. Eso es mentira nos estamos recuperando y nos vamos a recuperar, entiendo su preocupación pero no la comparto.
―Lo sé, lo sé, nosotros tampoco y vemos algo difícil pero es para que tengas en cuenta que tenemos que idear un plan para conseguir más materiales o pasarnos al bando ganador. Somos una minería, la única que hay realmente, hacemos las caras y los sellos, sin nosotros no habría economía.
―No se preocupe, me encargaré que todo salga bien, eso se los prometo, deje que yo me encargo de la gente y del humor, que todo salga perfecto, de eso me encargo yo – dijo con una pequeña sonrisa.
Chapter 4: La taberna de Joy
Chapter Text
Los grandes y bastos barrios bajos, donde vive la gente pobre, aquí se encuentra casi de todo, desde lo legal hasta lo ilegal, depende por donde caminas lo puedes encontrar, desde trovadores, mineros y tabernas hasta bandidos y asesinos. Unos años después del nacimiento de Freddy los bandidos se hicieron más populares, había grandes pagas para matar a personas importantes, personas que jamás salían de casa y era imposible matarlos pero eso no quitaba el precio que tenía a sus cabezas. Aunque lo que más aumento fue el robo a las caravanas de minería, alguien estaba pagando mucho dinero por una estúpida roca y con el nacimiento del nuevo príncipe estos ataques aumentaron agresivamente, tanto que el rey fue obligado a defenderlo lo cual bajo la tasa de éxito de los bandidos, aun así había uno que otro loco que lo intentaba, que vigilaba e intentaba robar, sin mucho éxito muchas de las veces. Una vez había un grupo talentoso de ladrones y asesinos, unos bandidos hechos y derechos, eran un trio temible, no se conocían sus nombres y tampoco su aspecto hasta ese fatídico día, el día donde este trio paso a ser un dúo. Los tres les encantaba pasar tiempo en una taberna y emborracharse, era la gloria, aunque los tres eran demasiado jóvenes para tomar igual lo hicieron y lo repetían con una sonrisa después de un golpe de éxito. Aunque la suerte no dura para siempre. Un día atraparon a uno de los integrantes y lo ejecutaron, esto no los detuvo a seguir haciendo maldades, robando y matando pero las visitas de la taberna ya eran cada vez más reciente, sobre todo para la chica que intentaba ahogar las penas en alcohol.
―Odio este lugar, odio las bebidas y lo sabes, me recuerda a mi estúpido padre, debería seguir bebiendo en la casa o quizás ya perdió el conocimiento – dijo un chico de pelo azul algo enojado.
―Si tanto odias eso ¿por qué estás aquí conmigo? Vete – dijo la chica de pelo blanco.
―Somos amigos después de todo, te tengo que cuidar para que no hagas una idiotez. Sabes que él no quería que desperdiciaras tu vida así – sino estuviera lo suficientemente borracha le rompería la botella en la cara.
La muerte de ese integrante afecto mucho a la banda, sobre todo a la chica, se sentían imparables hasta que un sable le corto la cabeza, fue un golpe durísimo para ella, tanto que estuvo días sin poder levantarse de la cama. El integrante que murió era el capitán del grupo, el que los reunió a todos, era un chico de piel pálida, muy flaco que comía bastante poco, no tenía ni padres ni familia y jamás hablaba de algún conocido que no sea parte de su banda, murió a los dieciocho años, hace cinco años que había muerto. La chica del grupo se llamaba Meg, una chica algo traviesa y que seguía a su compañero por todas partes, era bastante unido a él y lo apoyaba siempre, era talentosa con el arco y la flecha, era perfecta para los enfrentamientos de larga distancia, tenía un ojo de águila, aunque con el tiempo dejo de practicar y se concentró con la espada; lo más llamativo de ella era su ojo, un simple ojo amarrillo. Cuando él murió ella también lo hizo, sintió que perdió una parte de su familia, una parte importante de su vida, pero no se iba a rendir tan fácilmente y se propuso seguir con su vida. Y el último integrante era Bon, un chico de pelo azul y algo moreno, era alguien muy extrovertido y valiente, capaz de hacer cualquier cosa si se le paga bastante bien, es un buen ladrón y un mejor guerrero, normalmente estaba alegre y no paraba de sonreír, cuando lloraba era para manipular a la gente y que sientan pena por él y cuando menos lo piense apuñalarlo por la espalda, era alguien habilidoso que solo se preocupa por él y por sus amigos. Tiene un horrible padre, le pegaba y le dejaba mucho tiempo sin comer, por eso se fue con un grupito de raros a hacerse de bandidos, eran bastante buenos y temido, sabía cómo moverse por las calles y como matar a la gente, pero eso era una época mejor en el pasado, una vida feliz.
―Bon, hazte para allá, déjame hablar con ella, una charla de chica a chica – dijo Joy, la dueña del lugar.
―Cómo quieras, cómo quieras, total necesito respirar un poco de aíre, el olor de cerveza me está matando – Bon se fue del lugar dejando a Joy y a Meg solos.
La taberna no era un bonito lugar, normalmente estaba sucio y daba la impresión que se caería en cualquier momento, una taberna de varios problemas pero su cerveza era la mejor del lugar, nadie sabía cómo lo hacía pero conseguía una cerveza excelente y por eso era popular, eso y porque Joy era una persona muy amable con todos y normalmente le daba hospedaje a todo el mundo en el bar, intentaba ayudar a todo el mundo. El bar estaba ubicado cerca de una carretera, lo cual era fácil de llegar y tenía dos pisos, aunque el segundo era donde dormía Joy, jamás abandonaba el lugar; incluso más de una vez al mes unos caballeros venían a tomar algo tranquilo, normalmente pedían agua o vino pero aquí no había, así que ellos se resignaban con cerveza. Joy era tan amable que todos sus clientes la cuidaban, si algo le pasaba a ella, ellos iban a protegerla o a vengarla. Además esto es un pequeño secreto entre nosotros y es algo que pocos conocían de la taberna, pero también servía como venta de armas, espadas y todo esas cosas, eran contrabando y se encontraba en la parte de abajo, sí, porque había una habitación debajo de todo el mundo bastante escondida y que solo Joy sabía cómo acceder, ahí intercambiaba desde espadas, escudos, flechas y arte, tenía de todo allí abajo y le iba bastante bien, era un lugar de contrabando pero nadie sospechaba de eso y si se hubiera descubierto a todos sus clientes les daría igual, la seguirían queriendo. Joy era una chica de ojos azules, pelo rubio y una linda sonrisa, era demasiado menor cuando le toco cuidar el lugar, a los catorce empezó, ahora tiene veintitrés y sigue trabajando en el bar todos los días, jamás se enferma o se lastima y siempre recibe a todos con su sonrisa. Aunque se haga contrabando debajo de ella, ella no era quien hacia los negocios, solo era una buena chica que prestaba su taberna para eso, a Joy no le importaba ya que le encantaba ayudar, aunque sabía exactamente lo que estaban haciendo y también ayudaba a guardar los objetos; era una chica con gran corazón.
―Vamos a hablar, sé que tienes problemas, que estás pasando por un malo momento pero ya ha pasado tiempo.
―No el suficiente, fue mi culpa, todo fue mi culpa.
―Sabes que no fue así, ya me contaste lo que paso, detalle a detalle y no fue tu culpa, solo fue mala suerte, como mucho tienen culpa los caballeros pero tampoco es justo – Meg la miró enojada – lo que quiero decir es que te estás hundiendo sola, completamente sola, debes levantarte.
―No tengo razón para hacerlo, esto ya no importa, nada en esta vida importa.
―Mira chica, la gente pierde y gana, ya eres adulta y debes enfrentar los problemas y no llorar más, yo he perdido gente importante y he seguido adelante, obviamente me dolió pero ellos sacrificaron tiempo y esfuerzo en mí, incluso puede que hayan sacrificado su vida por mí, lo mínimo que puede hacer es vivir mi vida, hacer respetar esa decisión viviendo mi vida al máximo.
―Sabes, tienes algo de razón – dijo Meg con una pequeña sonrisa – creo que tome demasiado, voy a levantarme – ella se levantó con problemas, su mundo daba vueltas y sus piernas temblaban – no necesito ayuda, ya me ayudaste demasiado y no sé cómo pagarte.
―Deja de castigarte, solo te pido eso.
Meg camino por las oscuras calles de la ciudad, Bon no estaba fuera de la taberna, Meg pensó que quizás estaba con alguna chica o ya se fue a su casa, no le importaba mucho, había tomado de más y apenas podía caminar, su cerebro apenas sabía dónde estaba y lo que estaba haciendo, era una noche peligrosa, en cualquier esquina el demonio puede aparecer. Cuando caminaba hacia su casa o donde recordaba que era su casa, sintió que alguien la llamaba en un callejón, ella se giró y vio un hombre encapuchado que la estaba viendo, estaba todo oscuro y apenas se podía ver, no podía ver su cara pero si su figura y solo con eso lo pude reconocer, cuando lo vio algo dentro de ella se prendió, su cerebro dejo de estar tan afectado por el alcohol.
―Eres tú, hace tiempo que no nos vemos.
―Creo que fue en su funeral o días después, llegaste a mi desesperado y me hiciste una promesa, hicimos una promesa – dijo esa voz, una voz gruesa y terrorífica.
―Aun no has cumplido con tu parte, sigue muerto, ya han pasado tres años desde que me prometiste que lo revivirías y he hecho todo lo que me has pedido, todo sin excepciones y aún sigue muerto, incluso al inicio te prometí venganza y aún no me las has dado – esa voz se río.
―Te diré lo que pasará, en diez años va a pasar algo importante, una guerra y necesito que estes a mi lado, necesito a Freddy con vida. Ahora tendrá unos seis o siete años, cuando tenga dieciséis ya estará completo, ahí te necesitare.
―Creo que me estás estafando, creo que eres un sucio mentiroso que solo me utiliza, no puedes revivirlo – cuando ella pestaño, el sujeto ya estaba cerca de ella, la agarró del cuello y la levantó.
―Solo eres una pieza más de mi ejército, una sin importancia. Te daré a tu puto novio y mil cosas más, solo tienes que hacer caso, sino todos los que amas morirán, solo debes seguir mis ordenes, tu vida me pertenece ahora – Meg estaba siendo ahorcada, sentía como poco a poco su vida se le escapaba. Hasta que la soltó y ella cayó al suelo – solo haz lo que te pida y serás feliz.
―Quiero… - dijo con dificultad, respiraba rápidamente desesperada por aíre – quiero una prueba, hablar con él o lo que sea pero quiero saber que es real.
―En el pasado ya te di una prueba para confiar en mí, pero como soy alguien generoso, te haré caso. Ahora tengo una misión importante y cuando la acabe te daré otra razón para creer, para seguirme. En diez años necesito que estes preparada de nuevo y volverás con tu pareja – ella se levantó y él la volvió a agarrar de la garganta – solo un pequeño recuerdo de quien manda – dijo mientras apretaba con fuerza.
―Lo siento, no volveré a hacerlo, lo lamento de verdad – fue lo que dijo Meg mientras era ahorcada, sabía que eso la calmaría.
―Muy bien, muy bien – él la soltó – vuelves a faltarme el respeto y ya sabes que pasará. Esta vez no hablaras con unos de mis trabajadores, esta vez hablaras conmigo directamente.
―Que alivio – dijo ella con su sonrisa - ¿qué tiene ese chico de especial? Además de ser un príncipe
―Sí te lo digo no me creerás – el sujeto se acercó a ella a estar pocos centímetros uno a otro, incluso así de cerca no podía distinguir su cara – recuerda, diez o nueve años va a pasar algo grande y podrás conseguir todo lo que deseaste o más, incluso puedo borrar de tu memoria a esa persona, puedo hacer miles de cosas imposibles, solo debes seguirme – él se giró – nos veremos pronto para tu nueva misión.
Meg pensó que había terminado, que ya había terminado con él pero estaba muy equivocada, recibió rápidamente un golpe en toda la cara, golpe que la tiro al suelo, la dejo aturdida e incapaz de moverse y solo pudo ver indefensa como esa silueta desaparecía del lugar y la dejaba ahí, sola. Justo cuando lo perdió de vista ella decidió levantarse y caminar hacia su casa, se sentía una estúpida por todo lo que había pasado, ahora tenía una soga en el cuello y ella podía verla, pero la verdad es que tenía problemas más graves y no se había dado ni cuenta, a partir de aquí todo iba a empeorar. De hecho desde que nació todo su vida fue a peor, cada momento bueno se encontraba eclipsado por la tristeza y eso la desesperada, era alguien desesperada que intento encontrar una salida, pero solo encontró un hueco aún más profundo.
Chapter 5: Amenazas marítimas
Chapter Text
El infinito y peligroso mar, quizás muchos de ustedes no lo conocen, es una de las grandes maravillas del mundo, una que es muy peligrosa. El mar es un cumulo de agua que se mueve constantemente, a veces se enoja y se come a los marineros pero existen dos amenazas constantes en el mar, los monstruos y los piratas. Los monstruos marítimos son temidos por todos los marineros, todos sabemos que estos se encuentran muy lejos de tierra, criaturas demasiado grandes que se ocultan en el fondo del mar, aunque temidos, no son muy peligrosos si usted no pasa por su territorio, son bestias muy territoriales y pocos han vivido para contarlo. Se sabe que hay monstruos en la zona donde los botes más desaparecen, si un barco desaparece yendo hacia un lugar, es algo normal, a todos nos puede pasar. Pero si pasa tres veces o más no es coincidencia, hay algo que arrastra a los marineros al fondo del mar y los marineros evitan pasar por ahí, encuentran nuevas formas de llegar a su destino. Los piratas no son tan peligrosos como los monstruos, son simplemente humanos y se pueden matar pero hay dos cosas que lo hacen muy temidos y que los monstruos no tienen. La primera es que no se mantienen en un solo lugar, estos se mueven por todo el mar esperando a sus presas, no tienen moral y les encanta el dinero y no paran de buscar hasta encontrar una víctima fácil. Ahora el segundo problema y el mayor es que los piratas se mueven en manada, ellos no tienen la fuerza de un barco de la realeza, está hecho con lo que se consigan y en un enfrentamiento justo van a perder pero ellos son conscientes de esto y por eso deciden moverse en manada, grupo de tres a cinco barcos van contra un solo barco y lo destruyen, nuestras fuerzas no es capaz de vencerlos, atacan por diferentes francos y pegan fuertes, nuestras fuerzas no pueden destruir tantos barcos en tan poco tiempo, no se pueden ni concentrar en un solo barco porque los otros barcos nos van a destruir. Huir sería la mejor opción pero eso es una elección para los cobardes, nuestras fuerzas prefieren quedarse y pelear que salir corriendo; los piratas no tienen ese inconveniente, cuando ven que están perdiendo, se marchan lejos dejando a sus compañeros a su suerte.
―Izar las velas muchachos, tenemos nuevas misiones – dijo el Zorro.
El Zorro es un pirata algo famoso, tenía un poco de corazón y era su peor arma ya que él podía transmitir sentimientos, te hacían sentir seguro y con confianza, por lo menos eso haría sentir a cualquier persona normal, alguien con ética y moral, pero para los piratas no son así, los piratas no sienten casi nada o esconden sus sentimientos, los entierran. Para ellos el zorro era alguien fácil de usar, de estafar y terminar sacándole provecho pero el zorro esta varios pasos por delante y es él quien saca provecho de ti y tú no te lo esperas. Vaya zorro tan listo.
―¿A dónde vamos capitán? – le pregunto su mano derecha, el segundo al mando.
―Deuz, vamos a ir al puerto, quiero las mejores velas, parecernos un barco normal, un barco comerciante – su mano derecha lo miro confundido – vamos al ir al puerto, somos famosos Deuz y si nos descubre allí no podremos escapar.
―Todos se están moviendo, por lo menos los más grande, se han ido hace poco y la gente empieza a murmurar.
―Los grandes lo supieron primero, obviamente, nos llevan un poco de ventaja pero ellos tienen un problema que nosotros no. Su cabeza vale demasiado y van a dudar por un momento, no importa cuanto sea la recompensa ellos jamás van a querer ser atrapados, primero la muerte que la cárcel. Tenemos ventaja ¡qué estamos esperando! ¡Vámonos de aquí ya! Puede ser el trabajo más grande que hagamos, recordado para siempre.
―¡Ya escucharon al capitán! ¡Nos movemos de aquí! – ordeno Deuz, todos los miembros del barco empezaron a trabajar.
―El mar, dulce y glorioso mar – dijo el capitán cuando el barco estaba adentro del mar, los vientos en la cara y ese olor salado le encantaba al Zorro, se sentía en su casa, en su hogar – estamos en camino a nuestro destino, a la victoria.
―¿Qué nos encontraremos hoy capitán? – dijo uno de los miembros de la nave.
―Mi pequeño tiburón, la verdad es que no lo sé – el capitán se rio pero nadie dijo nada, todos se quedaron callados y algo preocupados, era algo irregular – ya sé suena a una trampa muy obvia y la primera regla pirata es conocer que nos van a ofrecer antes de aceptar pero toda regla tiene su excepción. Lo que pasa es que alguien muy importante, un pez gordo está dando una alta recompensa de algo importante y no se pudo dar el lujo de ir a nuestra pequeña isla, mando un mensajero con el dinero que iba a entregar y es demasiado dinero pero no puede compartir la información a cualquiera, tenemos que ir donde él. Se que suena muy mal pero así funcionan los peces gordos, normalmente son los malditos burócratas que tanto odiamos, que se esconden en la sombra para no perder sus puestos – todo el mundo levanto sus espadas y grito de odio.
―Pero ¿por qué hacemos el trabajo? Si son nuestros enemigos – el pequeño tiburón era nuevo y no entendía mucho las reglas de los piratas.
―Es simple, porque en este trabajo todos son enemigos menos tu tripulación y la persona que te paga, los demás estarán contra ti. Es verdad que te puedes unir a otros pero esos otros tarde o temprano te traicionara y van a reclamar tu parte; además pagan demasiado bien que las diferencias entre nosotros desaparecen, no podemos vivir sin los burgueses y los burgueses se vuelven ricos gracias a nosotros, es un hermoso equilibrio.
―Cuéntanos más sobre esas misiones señor – el capitán se sentía halagado, le encantaba ese sentimiento de superioridad y de ser el centro de atención era lo mejor.
―Pues es simple, sabemos que es alguien importante ya que los piratas más famosos se han movido y van a la misma dirección y ellos no mueven sus barcos si no es una gran hazaña y una mejor recompensa, ellos ya no pueden correr tanto riesgo y solo van por lo mejor, a todos los grandes piratas moverse significa que es algo gigante y tarde o temprano todos se darán cuenta de eso y querrán una parte. Tenemos ventaja pero no hay que confiarnos, los piratas no somos tan tontos. Nunca he hecho tratos con esos grandes burgueses pero es nuestra oportunidad, nuestra oportunidad de ir a grandes ligas, hacernos un nombre en la historia de los piratas – todo el mundo celebro por eso. Grandeza y mucho oro, no se necesitaba más para convencerlos – digan a Maggie que mire muy bien adelante y que nos avise de cualquier barco, incluso si es pirata o no, que vea todo su alrededor, no quiero ninguna sorpresa.
El barco siguió su rumbo y como el gran capitán Zorro sospechaba, varios barcos dejaron la isla para dirigirse al puerto, algo que era privado y para algunos pocos, era obvio que la noticia rápidamente exploto y todo el mundo quería llegar, quería una parte de la gran torta, lo más divertido de esto es que cuando todos los piratas sabían se empezaron a pelear unos contra otros, sobre todo los más pequeños y envidiosos que intentaban detener a sus compañeros piratas. Los más poderosos y conocidos ya iban en camino hace rato y era quienes tenían ventaja y sabían que pelear, solo sería un desperdicio de tiempo pelearse entre ellos, todavía no habían aceptado y no sabía si iban a aceptar, no valía la pena luchar por ahora. Los más pequeños no los atacaba por miedo ya que no estaban a la altura y decidían seguir con la cabeza agachada, rezando que no se vieran obligados a pelearse con ellos. En la isla donde pequeños barcos empezaron a pelear, varios quedaron destruidos y mucha gente murió, pero eso les importaba poco a los piratas y era algo conocido, de hecho cuando paso todos celebraron y vieron con atención esa pequeña batalla. El capitán Zorro fue uno de los primeros en darse cuenta de lo que estaba pasando sin ser un pez gordo, tampoco era tan difícil pero tenía ventaja comparado con los compañeros de su liga.
―Capitán, ya veo varios barcos adelante nuestro, están detenidos, no alcanzo al ver el puerto aun pero deben estar cerca – dijo Maggie desde su posición – también veo llegar varios barcos detrás de nosotros, tenías toda la razón capitán.
―Yo lo sé – dijo el capitán con una sonrisa victoriosa – va a ser algo emocionante, y tu Deuz que pensabas que iba a ser un día tranquilo.
―Si todos los piratas están aquí significa que será un pago demasiado grande, lo cual sería algo demasiado peligroso.
―Obviamente, incluso puede que el pago no sea tan grande como pensamos pero es alguien de arriba quien nos dará la orden y va por cualquiera, está desesperado, los más grandes viene aquí por la confianza y por el peligro, no hay honor más grande de un pirata que morir peleando en la batalla más grande de la historia, ellos creen buscar eso. No se acercan porque el peor destino de un pirata es ser arrestado, vaya destino tan cruel.
―Prometieron una paga grande pero no sabemos cuánto, no conocemos a la persona y no hemos hecho tratos con él o ella y podemos morir brutalmente al no estar a la altura – Deuz sonrió – así me gusta.
―Escuchadme bien tripulantes, amigos diría yo, necesito que presten atención y que no bajen la guardia, no lo digo por los molestos caballeros o barco de la realeza, ellos no sospecharan de nosotros realmente, vamos a hacer fantasmas pero no son tontos. Nuestro mayor problema será nuestros propios aliados, todos llegaran aquí con el mismo objetivo que nosotros y querrán estar en el puerto y correr a llegar, pero eso sería muy sospechoso, muchos barcos de repente en el puerto, tantos que ni caben y no es una época especial, el rey no ha dicho que va a hacer una fiesta o algo por el estilo. Sospecharan de estar tantos barcos en tan poco tiempo y alguno se le hará conocido una cara y ahí tendremos que salir corriendo. Incluso nuestros propios compañeros piratas nos pueden atacar para sacar la información, será un desastre, por eso os pido que se alisten a la pelea, atentos a cualquier persona sin importar si es pirata o no y preparaos a mi llegada porque vamos a salir corriendo de aquí.
―¡Capitán! ¡Puerto a la vista! Hay varios barcos que ya se están retirando, ya deben irse – Maggie estaba en lo más alto del mástil con su telescopio.
―No somos los primeros, eso puede ser un problema… - dijo el Zorro pensando, algo enojado por no ser el primero pero eso no significaba que había perdido.
―¿Nos retiramos ya señor? – El capitán sonrió.
―Deuz, Deuz, Deuz ¿quién piensa en la derrota sin haber empezado a jugar? No, las cosas siguen su rumbo y llegaremos allí, luego de llegar al puerto seguimos las cosas como dije, preparaos para salir corriendo, directo al mar. No se vayan a bajar porque en el momento que yo ponga un pie en el barco nos largamos sin mirar atrás y sería una lástima para todos, ya que cada integrante es vital para el barco. Por favor no salgan y eviten mirar a los otros, seamos amables – toda la tripulación se rio – hay que simularlo por lo menos, ya luego quemamos ese puerto entero – toda la tripulación grito y aplaudieron a su capitán – nuestro destino nos llama, no lo hagamos esperar más.
Chapter 6: Ese hechicero
Chapter Text
La magia ha existido desde siempre, nuestro creador la creo al mismo tiempo que creaba nuestro mundo, no soy mago y nunca lo seré pero sé que es la magia o como es que los hechiceros lo pintan. No se sabe el origen de la magia, siempre está con nosotros, a nuestro lado, es el aíre que respiramos pero nosotros no podemos cambiar ese aire. Nosotros no elegimos quienes son magos y quienes no pues los magos se crean solos, un don especial que solo se crea al nacer pero se pueden mejorar; los magos han existido al mismo tiempo que nosotros y siempre lo harán, nacen con un don que nuestro creador solo les da a algunos pocos y durante toda la historia ha habido muchos magos, tanto buenos como malos y hasta hace muy poco eran odiados y poco aceptados. Desde el inicio las personas normales les tenían envidia a esos magos capaces de cambiar el aire a su antojo, cambiarlo al fuego o al agua, crear un aire especial capaz de entrar a tu cerebro y robarte las ideas, incluso un aire tan poderoso capaz de mover a los muertos. Tantas ramas de la magia, tanto aire tan diferente y no hay ninguna otra manera de conseguir esa magia que no sea naciendo con ella pero lo más curioso de ellos es que vivían muy poco, al parecer los dones no vienen sin consecuencias y cada mago moría joven, obviamente había hechizos para prolongar un poco más la vida, pero aun así la vida del hechicero era demasiado corta.
―Pensé que era mentira ¿qué podrá hacer? El gran señor ha vuelto, un señor de oscuridad o algo así, jamás puse atención a eso no le creía a mi maestro cuando me contó la historia. Qué equivocado estaba.
―¿Qué tiene de especial ese chico? – pregunto una chica sin sentimientos, sin emoción, sin alma.
―Eso es lo curioso, nadie lo sabe pero todos le tienen miedo o respeto hacia su magia, es tan poderosa que hace olvidar, no se sabe cómo porque nadie lo recuerda – una figura encapuchada estaba sentado en una silla mientras se peinaba – es perfecto. Es perfecto.
―Pero si es tan poderoso, significa que es más poderoso que tú – el encapuchado dejo de tocarse el pelo y la miro con odio.
―No lo sé, ese es el problema, todos le temen a lo desconocido, es un miedo estúpido pero nos ha mantenido con vida hasta que alguien decide dar ese primer paso.
―Entonces si usted lo sabe, significa que el rey y la reina también, incluso la maga que tienen como perra – esa chica de pelo verde se apoyó en la pared y lo miró sin sentir nada, su jefe habla con emoción pero ella no podía sentirlo.
―Lo sabrán, seguramente sí pero no le dirán a nadie hasta asegurarse y si tenemos suerte no van a entrenarlo. Los magos o hechiceros o como se digan ahora eran perseguidos y ejecutados por el mismo miedo de siempre, el miedo a lo desconocido y mataban a cualquier hechicero sin importar su edad o su estatus. Claro que nosotros somos más fuertes que un humano normal y podemos eliminarlos fácilmente pero hay varios problemitas, primero es que nuestra vida no es muy longeva y no se ha podido conseguir alguna cura para eso, lo segundo es que son mucho más las personas comunes que los magos – la figura encapuchada se recostó en la silla y levantó una mano – nunca hemos sido más de treinta en un reino y ese número no está ni aumentando ni bajando, parece que cuando un mago muere otro nace, las personas normales son tres mil o más, fácilmente nos matan.
―Entiendo, además tú me dijiste que mantener tus hechizos cuesta, te cansas cada vez que lanzas una bola hecha de fuego o mandas por los aíres a una persona.
―Exacto – la figura encapuchada se levantó y sonrió – cuando yo hago esto… - de la mano izquierda hizo una bola de fuego – es como si estuviera corriendo y en algún punto mi cuerpo dejara de correr, no podrá más y caerá o empezara a correr más lento. Eso pasa también en la magia, entre más tiempo sostengas una bola de fuego más te cansaras y más lento la sacaras o será más pequeña – la figura encapuchada cerró su puño y desapareció la bola de fuego.
―¿Yo que soy? – la respuesta fácil era un fenómeno ¿una mujer sin sentimientos que más podía ser? Quizás un demonio o algo por el estilo, alguien desdichada que nunca se iba a arreglar. Pobre alma.
―Lo que te pasa a ti es que estás lastimada – la figura encapuchada se río al recordarlo – te dañaron tanto que quedaste así, no es un hechizo que siempre está sobre ti, solo te dañaron y no te pueden reparar; de hecho es un milagro que estes con vida si te soy sincero – para el jefe ya todo había terminado, su sirvienta era alguien lista y podía entenderlo todo, quería seguir con su plan pero faltaba alguien – ahora a esperar a este imbécil.
―¿Qué paso jefecito? Ya llegué – dijo el cazarrecompensas más famoso del todo el reino.
―Hasta que llegaste, te demoraste demasiado.
―Era difícil de encontrar este lugar, pero primero quiero ver mi recompensa – la figura encapuchada le lanzo a la cara una bolsa llena de monedas – pudiste habérmela dejado en la mesa – dijo el cazarrecompensas recogiendo el dinero que cayó en el piso, la abrió y miro las monedas, metió su mano y toco el fondo de la bolsa, al parecer si estaba lleno de monedas.
―Llegaste tarde, llega temprano y con gusto te los dejaré en la mesa. Ya sabes la noticia, un nuevo príncipe ha nacido.
―Todos saben eso. No me digas que tendré que matarlo ya que la paga será mucho más grande que esta pequeña bolsa.
―No, no quiero que lo mates, quiero que lo vigiles todo el tiempo, quiero saber qué hace y que no hace – el cazarrecompensas quería hablar pero la figura encapuchada siguió hablando – no te pido que entres al castillo, solo que escuches atentamente todo lo que se dice por abajo. Cada negocio, cada movimiento, todo lo que puedas decir me lo dices.
―Podría infiltrarme un poco, tener ratas adentro, mordiendo las paredes – el cazarrecompensas sonrió, sabía que iba a conseguir mucho dinero, si no era así no perdería su tiempo buscando el lugar de la reunión – va a costarte más obviamente pero ese no va a hacer problema para ti, parece que tienes dinero ilimitado.
―Solo tráeme la información luego discutimos el precio. El mundo está cambiando y no podemos quedarnos atrás.
―Claro jefe, también le he conseguido información de las caravanas de la minería, aunque ese no era nuestro trato en realidad, pero te costará más esa ventaja.
―No te hagas el listo, quiero primero el trabajo bien hecho y luego hablamos de dinero, ya sé que pusiste el aviso pero aun así no es suficiente, nadie se ha movido.
―Tranquilo jefe, las cosas se mueven lentamente por el bajo mundo, no ha saltado la noticia pero con este dinero – el cazarrecompensas levantó la bolsa – la mentira es más creíble. Tienes que pagarles a ellos.
―No te preocupes por dinero, no te preocupes por el dinero – dije la figura encapuchada ya enojada – quiero resultados, así de simple, has lo que tengas que hacer y conseguirás toda la paga, antes no, antes no hablamos de dinero, yo sé cómo manejar los negocios.
―Es todo lo que le tengo que decir, ya me puedo largar muchas gracias.
―Recuerda que habrá más trabajos para ti, con mejores pagas.
―Estaría encantado – dijo el cazarrecompensas con una sonrisa – tenga suerte jefe, por favor que no lo maten – él salió, dejando solos a ellos dos.
―¿Por qué hay que esperar tanto? ¿No es más fácil matarlo ya? – el encapuchado sonrió.
―Es algo muy simple, hay que dejar madurar la fruta para poder consumirla, hay que esperar que Freddy madure para poderle sacar todo el potencial. La magia se empieza a manifestar desde los cinco años pero su mayor potencial natural es a los dieciséis o diecisiete, hasta esa edad tu don no va a mejor si tú no haces nada para que eso pase. Hay que esperarlo, hay que esperarlo, mientras tanto movamos los hilos, ellos no saben lo que viene y será tan divertido.
Una fuerza oscura escalaba poco a poco, al inicio esta fuerza solo se quedaba en los limites del reino, no tocaba las ciudades y simplemente se escondía para sobrevivir hasta el nacimiento de Freddy, poco a poco esa oscura figura encapuchada entro en todas partes, intoxico todo y lo pudrió, la figura encapuchada no sabía cuál eran los poderes de Freddy o si eran tan poderoso como dicen, era arriesgado jugársela tanto pero le gustaba el caos, todo esto solo era un juego de marionetas y esa figura era el titiritero, era un sentimiento que le encantaba, sentimiento de maldad y de sacar beneficio con eso, tarde o temprano esa persona haría algo así pero Freddy fue quien lo obligo a moverse más rápido de lo pensado. Era una maldad sin frontera, no importa que tan bien te ocultaras, su maldad te iba a agarrar y te iba a arrastrar al peor infierno.
Chapter Text
Desde siempre ha habido tres reinos importantes, tres grandes reinos que controlan todo, desde los inicios de la escritura siempre se han hablado de estos reinos tan antiguos, luego de su llegada a un nuevo mundo, nueva tierra para conquistar, construyeron tres reinos, obviamente no todos al mismo tiempo pero jamás se descubrió cuál fue primero, todos los registros escritos muestran siempre la existencia de esos tres reinos, una balanza entre tres grandes hermanos que debían llevarse bien; no fue hasta la llegada de la guerra de la trinidad que esa unión de hermandad entre reinos se rompió. Tuvieron que pasar algunos años para que su relación se recuperara, aunque muchos dicen que su relación nunca volvió a ser la misma.
―Ha pasado tiempo desde la última vez que hablamos. Quería saber cómo va todo, hemos escuchado rumores – dijo el rey Golden.
Las ciudades no tienen nombre, nunca lo han tenido y siempre son nombrados por el rey en turno, para ser más exactos por su apellido y así todos lo conocían, el reino Alfonso, el reino Golden y el reino Cruz. Rara vez los nombres de los reinos cambian, incluso después de la trinidad los reinos siguieron llamándose igual, lo que me parece un milagro que eso pasara.
―Va todo bien y no te preocupes por los rumores, son solo eso, rumores. Creo que estamos aquí por otra cosa, algo que nos compete a los tres pero el poderosísimo rey Cruz no ha venido, que sorpresa.
―Son unos parásitos Alfonso, unos parásitos.
―Yo no soy quien planea que su hijo se case con la hija de ellos – dijo Alfonso con una pequeña sonrisa.
―Cállate, es solo un proceso democrático, así nos haremos más fuerte y mejoraremos nuestros lazos, es como domesticar a un caballo, mi hijo tendrá el control de ese reino y podrá hacer algo.
―Ya que se acabaron las formalidades, vamos a hablar de los problemas serios de este reino, no solo es un problema mío sino de los tres, no quiero repetir una guerra y por eso quiero aliarme contigo o por lo menos que los dos tomemos una decisión. Esperemos que Cruz no se enoje por esto.
―Que haga lo que quiera, juntos somos imparables – el rey Alfonso le puso la mano en el hombro.
―Vámonos a un lugar más seguro antes que abras la boca de más, siento que alguien nos observa, hay ratas dentro de las paredes, las escucho caminar y comerse mis paredes, ya no es seguro hablar aquí.
―Todo buen rey sospecha siempre que alguien está en su contra, yo lo hago seguido y pongo a ciertas personas a vigilar, a escuchar, además que preguntarle a tu brujo te calma demasiado. Puede ser un demonio pero es demasiado útil, es un monstruo pero es nuestro monstruo.
Ambos reyes entraron al salón especial, uno de los salones más importantes del reino y también el más seguro ya que contenía dos guardias afuera de la puerta, la única entrada a ese lugar, sin ventanas para evitar que alguien de afuera observara o que te atacara desde afuera. Las paredes eran lo bastantes gruesas como para evitar que alguien de afuera escuchara. Nadie entraba ni salía sin que los guardias se dieran cuenta, además que cada rey tenía dos guardias personales que los seguían a todas partes, menos a las habitaciones privadas; son seis guardias cuidando la única entrada y salida, nadie iba a lograr entrar.
―El salón real, cada vez que entro se ve más imponente, más especial – el rey Golden camino por la habitación – los mejores cartógrafos hicieron todo esto, las cosas no han cambiado mucho desde entonces.
―Las cosas nunca cambian amigo mío, los lugares siguen siendo igual. Dicen que hay cosas más allá de lo que hemos visto, monstruos temidos. Nadie va a levantarse del asiento hasta que no sea necesario.
―Aquí siempre se toman las grandes decisiones, las importantes, las que cambian el rumbo de la historia – el rey Alfonso sonrió y se sentó en una de las sillas de la habitación.
―Pero eso ya lo sabías, por eso estás aquí, sabes que no te llamaré por una idiotez pequeña, venimos a hablar del rumbo de nuestro reino. Ya debes saber que en esa habitación se tomaron decisiones de guerra, aquí fue donde nosotros ganamos la trinidad y esta no será la excepción y tengo miedo para tomar una decisión y hacer un gran desastre.
Estos dos reyes estaban hablando, discutiendo, un rey no debe solo saber ordenar, debe saber cómo decir las cosas ya que todo lo que se diga un rey se va a hacer, el rey tiene la última palabra, lo que un buen rey siempre debe saber es que consecuencias van a tener sus acciones. Ambos reyes sabían eso, ya lo habían vivido y en esa sala se estaba discutiendo la mejor opción, una opción que no dañaran al reino, a ningún reino, cuantos recursos van a utilizar y donde los van a sacar y quizás lo más importante, dar esos recursos cuanto van a costar a la gente, a la familia de los reyes y a sus súbditos. Otra discusión era saber si tenían que decirle a su gente, había ocasiones que era mejor mantener las cosas debajo, escondido y enterrado pero si la gente descubría la verdad, podrían explotar de rabia y las consecuencias serían peor que simplemente decirle a la gente; decir u ocultar, cuál de las dos decisiones eran la mejor, nunca es fácil decidir.
―Es un chico fuerte, sano y gordito – dijo la señora Golden con una sonrisa.
Mientras los reye discutían y hablaban, las reinas estaban sentadas en el patio mientras cuidaban a sus pequeños príncipes. La señora Golden no tenía que necesariamente que ir con un esposo pero como cualquier humano necesitaba salir del cuarto y caminar, respirar aíre fresco y hablar con alguien de algo que no sea político y de alguien que puede plantarle cara y decirle cosas diferentes a lo que ella esperaba, simplemente era un descanso necesario. Obviamente el pequeño Golden no tenía edad para cuidar el reino o cuidarse a sí mismo, tenía que estar cerca de la reina ya que esta era su madre, la única persona quien lo podía alimentar. Aunque suene algo peligroso dejar el reino completamente solo sin nadie para tomar decisiones la verdad es que esto pasaba con frecuencia. Primero el recorrido de un reino a otro era de unas cuantas horas, nada malo iba a ocurrir en ese tiempo y lo segundo es que el encuentro ya se había discutido antes, varios días antes para que los reyes pusieran alguien de confianza al mando y así poder ir al castillo sin ningún problema; también cabe la mínima posibilidad de que alguien intentara un golpe de estado, para eso cada rey tenía un brujo asignado para evitar eso, no solo decía que era lo más posible que pasara, también podía evitar una pequeña revolución sin que nadie se diera cuenta, desaparecer a alguien que nunca será encontrado.
―Sí, es hermoso, tiene mi cabello y los ojos de su padre. Es bastante lindo con un futuro brillante.
―Sabes que deberías hacer Marta, pregúntale a tu bruja sobre el bebe, ella podrá verlo más allá de lo físico. Ya sabes, la magia y si alguien le tira un hechizo, somos gente importante y sabemos que tenemos enemigos en todas partes, algún brujo puede lanzarte una maldición o algo por el estilo. Yo hago eso con Golden cada año, voy a ver que lo revisen por si algo nuevo paso, un problema que debemos solucionar.
―Sí, quizás debería hacerlo – dijo Marta con una pequeña sonrisa – pero da un poco de miedo ¿no? Que tal si detecta algo feo, algo malvado, algo peligroso que si lo quita significa la muerte. Solo es horrible, perder a algo tan pequeño y tan tierno, decir que algo salió mal en él es tan horrible.
―Sí, el trabajo de madre es horrible y más siendo una reina. Es horrible y te da ganas de renunciar, de gritar, es horrible. Por ejemplo este pequeño ya aprendió a correr, adivina quién corre por el castillo y adivina quién tiene que seguirlo, ese niño nunca se cansa y se mete por todos lados.
―Hijos, tú les das la vida y ellos de agradecimiento te matan de dolor – ambas reinas rieron – por suerte que ambos están dormidos, sino fuera así no podíamos hablar tan plácidamente.
―Por cierto, escuché que tu bruja tuvo un hijo – pregunto casi con asco la señora Golden.
―Sí, de hecho su hijo no es más grande que freddy, unos cinco años como mucho, es bastante joven, aunque no sabemos quién es el padre.
―Los brujos no necesitan de otra persona para tener hijos, son demonios y pueden reproducirse por ellos mismos – una teoría que todos decían pero la verdad es que era falsa. También se decía que solo los magos nacían de padres magos y eso era en parte mentira, un mago siempre va a nacer sin importar de donde vengan sus padres pero es más probable que un hijo de un mago también tenga poderes – pero tienes mucha suerte, dudo que ese niño o niña salga normal, pero así son fácil de reemplazar por si algo les pasa. De hecho nosotros estamos buscando un reemplazo y creo que lo hemos encontrado, no lo sabemos aún. Es un muchacho con los ojos de diferente color y un pelo totalmente largo y blanco todo asqueroso; por suerte pudimos cortarle ese pelo horrible y él se cambió los ojos de color a un verde bien hermoso, ahora se ve como alguien normal, sin contar el pelo de color blanco. Es poderoso y es amable pero no deja de ser un brujo, quizás con el tiempo se gane su lugar pero es el único que se ha postulado y según nuestra anterior bruja dice que es poderosísimo, ha tenido un buen entrenamiento; yo no sé nada de eso así que simplemente me toca creerle, pero si el chico batalla podrá ganarse un lugar en el castillo.
―Hace rato que no veo al rey Cruz, la última vez fue en el cumpleaños de su princesa Toddy, si mal no recuerdo su nombre, cada vez se menos de ellos. No de su pueblo, de su pueblo no ya que siempre escucho cosas de eso, cosas positivas, pero no he escuchado nada sobre el rey y la reina.
―Nosotros lo hemos visto hace poco para hablar sobre algunos asuntos sin importancia, algo que se arregló fácil y sinceramente se ven bien, no debemos preocuparnos por ellos ya que son alguien fuerte con un gran futuro solo que no pueden salir mucho, el rey estaba enfermo y se mantuvo oculto para que no lo vieran débil, para que siguiera igual de fuerte pero esa enfermedad ya se curó, ya está mejor solo que prefieren estar solos hasta mejorar por completo, tiene miedo a mostrarse débil o que le salga la tos en medio de una conferencia; fue una enfermedad un poco grave pero ya lo superaron, ya lo superaron y todo gracias a la nueva ciencia y la nueva medicina, hay que decir que no me caen bien esos nuevos doctores pero hicieron su trabajo, hay que admirarlo solo por eso, cumplió con su papel y salvó a su rey.
―Vaya ¿qué enfermedad?
Antes de que pudieran seguir con la conversación, el pequeño Freddy que estaba en manos de su madre, se despertó y empezó a llorar, lo que provocó que el príncipe Golden que también estaba dormido en los brazos de su madre, se despertara y empezara a llorar. Las reinas no podían hablar más y tuvieron que calmar a sus pequeños príncipes, tarea para nada fácil, sobre todo para el pequeño Freddy quien fue el que más le dificultaba calmarse o volver a dormir y justo cuando ambos niños se calmaron y podían volver a hablar con normalidad, sus esposos ya habían tomado una decisión, había salido de la sala y las estaban buscando; ambos reyes estaban muy satisfechos con la decisión, no era algo fácil y significaba un pequeño sacrificio pero era la mejor salida y se evitara derramar sangre dentro del reino, todos salían ganando. Los reyes sabían perfectamente donde estaban sus reinas y fueron directamente donde ellas, lastimosamente se tenían que ir ahora pero se prometieron verse muy pronto.
―Lástima que no haya venido el rey Cruz, lo necesitamos y él solo anda desaparecido – dijo el rey enojado, necesitaba desahogarse con alguien y ese alguien era la reina – siempre lo mismo con ellos.
―Mi rey, deja de preocuparse por ellos, ellos luego verán que hacer, quizás no pudieron venir por algún motivo mayor.
―¿Cuál? ¿qué es más grande que definir el futuro del reino? La familia Cruz siempre han sido así, siempre, son unos desconfiados que solo se resguardan tras sus muros y solo pelean cuando es completamente necesario. Lo peor de todos es que ellos son quienes tienen mayor parte de los campos, tenemos que tratar con ellos.
―Consejo, deja de pensar como un rey por un momento. Si algo no lo podes cambiar ahora, esperas un poco, con paciencia. Quizás siempre fueron así y es algo familiar, quizás ya están condenados a hacer así pero se puede solucionar, tu familia lo ha solucionado hace mucho tiempo atrás, en la guerra de la trinidad.
―Quizás tengas razón, quizás deba calmarme un poco. Creo que es hora de empezar a seleccionar un guardián para Freddy.
―¿Tan pronto? Si apenas ha nacido, deja que por lo menos cumpla el año.
―Bueno, un guardián para los dos y no recibiré un no como respuesta. Espero haber tomado la decisión correcta.
―Sabes que siempre lo haces, sabes que siempre lo haces – fue lo último que dijo la reina antes de dormir.
Notes:
Cuando llegue a los 100 lectores, hare una pequeña dinamica en twitter: //x.com/QPilla98972?t=PSnG7iafUFPu-3dVVlzaFQ&s=08
aquí pueden saber un poco más de mi y de mi obra
Chapter 8: Intrusos
Chapter Text
Ya habían pasado varios meses desde que la gran guardiana Chica se hizo un nombre y empezó a recibir clases de armas, aprendió el arte de utilizar un arma y el arte de matar, estas clases la recibía por la mañana, la única hora en que la podían ser remplazada en el papel de cuidar al pequeño Freddy. Ella solo tenía que ser buena con la espada, saber utilizarla pero ella decidió ir un poco más allá y decidió aprender a usar el arco y la flecha además de la lanza, era una guerrera versátil, quizás una de las mejores. Pasando el tiempo se fue ganando la confianza de todos además de la admiración de ciertas personas, la relación con Freddy era bastante buena, ella rápidamente se ganó su confianza y empezaron a hablar, esto se debía sobre todo a que ella era la persona con quien él veía en todo el día, Freddy no podía separarse de ella, aunque a veces él prefería encerrarse a su habitación y no dejarla pasar, lo cual a ella le pareció extraño pero decidió no insistir. Se hizo varios amigos en el castillo, de un guerrero llamado Fede y una pintora que se hacía llamar Lily, aunque ese no era el nombre de la pintora, solo era un apodo que ella no entendía la razón de llamarla así. Ellos se hablaban y charlaban de lo que pasaba en el castillo, aunque en realidad era Fede y Lily quien hablaba y Ann quien simplemente escuchaba, así aprendía un poco de todo, no solo de lo que estaba pasando en el castillo sino algo de educación, Lily era alguien inteligente que le gustaba presumir sobre su inteligencia.
―Vamos a llegar tarde, hay que ir más rápido – le decía Freddy mientras la empujaba.
―No sé porque tanta prisa, veremos a un simple brujo, ellos son malvados – Ann conocía algo de la magia y no eran cosas buenas, ciertamente desconfiaba de ellos y se prometió eliminar a cualquiera que se le cruzará, promesa que no podrá hacer.
―No es mala persona, es amable y cariñoso, además ha nacido aquí, así que sabe comportarse. Ahora apúrate porque si yo llego tarde mi padre nos regañara a ambos.
―Cuéntame algo de este brujo. Un amigo ya me contó que existía pero dijo que lo conocería tarde o temprano así que no me dijo nada sobre él.
―Te llevaras una sorpresa – dijo Freddy con una sonrisa y agarrándole de la mano a Ann – nunca lo podrás adivinar, su madre antes trabajaba con nosotros o eso es lo que me decían. No la recuerdo sinceramente pero mi madre nunca me mentiría. Esa maga de alguna manera pudo tener un hijo y mi padre que es un buen rey y muy compasivo decidió mantenerlo con vida, ayudar a la maga a cuidarlo y ahora trabaja para nosotros – se pueden reproducir, es lo que se decían Ann una y otra vez, jamás vio un brujo o una bruja y siempre se preguntó como serían, tenía un poco de miedo pero sobre todo curiosidad.
―Ya llegamos – dijo el pequeño Freddy con una sonrisa mientras miraba a su guardiana.
―Es una pared, es una pared – dijo Ann extrañada, confundida, ella solo podía ver una simple pared y no había una puerta cerca.
―¿Enserio? – Freddy tenía una sonrisa traviesa y unos ojos aun de juventud – tienes mucho que aprender de la magia Chica.
Freddy toco la pared y esta lentamente se fue abriendo, mostrando una habitación secreta. Esto dejo confundida y asombrada a la guardiana mientras abría los ojos, dentro había un chico de doce o trece años con el pelo morado. La habitación estaba llena de libros y de una mesa hecha de piedra en el centro, las velas iluminaban la oscura habitación. Había algunos frascos vacíos y una escoba, además de unos símbolos raros en las paredes y en la mesa de piedra, también había mucha fruta por el lugar, huesos de algún animal, aunque la mayoría al entrar pensaba que eran huesos humanos y al fondo casi escondido por la oscuridad había un armario. El primer instinto de la guardiana fue poner su mano en la empuñadura de la espada y esperar a que se moviera, a tenerlo cerca y cortarle la cabeza pero Freddy rápidamente salió corriendo hacia el brujo y lo abrazo y ahí ella entendió que no podía matarlo, tenía una conexión con el príncipe y matarlo enfrente de él lo dejaría con algún trauma. Decidió posponer la ejecución del brujo para más tarde, pero nunca soltó su mano de la empuñadura, no iba a dejarse engañar tan fácilmente.
―Cuanto tiempo Freddy, me alegra que estes aquí ¿Cómo te sientes? – el brujo ignoró completamente a la guardiana.
―Ya sabes, todo normal, lo mismo de siempre, no ha habido ningún cambio – una pequeña mentira, Freddy rara vez mentía y por eso era difícil saber cuándo lo hacía o cuando no.
―Vamos siéntate, ya sabes lo que vamos a hacer, si sientes algún mareo o algo me avisas ¿listo? – esto hizo alertar a la guardiana, quien se acercó lentamente hacia el brujo.
―¿Qué le vas a hacer? – el brujo se giró, al verla sonrió.
―Tú debes ser la nueva, un gusto, me han dicho que te llamas Chica, vaya nombre – el brujo río un poco – no te preocupes, no le pasara nada a Freddy – Freddy se acostó en la mesa y el brujo se acercó a él, esto hizo activar las alarmas de peligro a la guardiana.
―Das un paso más y te mato – el brujo se detuvo – me vas a explicar que pasa aquí antes de hacerlo, el rey me dio el trabajo de protegerlo con mi vida y eso es lo que haré, antes de hacerle algo a él tendrás que pasar por mí.
―Vaya carácter, seguramente no tienes muchos amigos – Chica sacó rápidamente y se preparó para pelear – yo también tengo un trabajo del rey y es parecido al tuyo, también tengo que defender a Freddy de algo que tú nunca podrás entender – el mago se giró y la miró – soy como un doctor.
―¿Por qué? Sigues sin explicármelo.
―Reviso básicamente dos cosas, la primera es que Freddy puede recibir algún ataque mágico o algo por el estilo, hay miles tipos de magia y miles maneras de atacar a una persona, incluso ver por los ojos de esa persona, yo lo reviso para ver si alguien le ha hecho daño de alguna manera que tú no entiendes y no puedes ver – ella no quería darle la razón, pero la tenía – no es la primera vez que lo hago, ya lo he hecho varios años antes. Lo segundo es que la magia se empieza a manifestar desde los siente años… - el brujo miro de reojo a Freddy – pero supongo que a veces hay una excepción, que a veces los textos se equivocan o hay cosas que todavía no están escritas.
―¿Me dices que él puede ser un hechicero? – ella lo miró sorprendida, esto era algo nuevo para ella, de hecho desde que llego al castillo todo le era nuevo.
―Todos podemos ser hechiceros, todos tenemos esa probabilidad de serlo y uno normalmente no lo sabe hasta los siete años, a esa edad uno empieza a mostrar sus poderes. El rey me deja quedarme aquí si inspecciono a su hijo, soy como un doctor.
―¿Es cierto eso Freddy? – Chica aun desconfiaba de él, necesitaba escucharlo por parte de Freddy para bajar el arma.
―Sí, lo ha hecho durante mucho tiempo, antes lo hacía su madre pero ahora te toca a él – Chica rápidamente guardo su espada.
―Puedes hacerle lo que tú quieras, pero no te pases de listo.
―Gracias – el brujo se acercó a Freddy y le puso una mano en su cabeza y la otra en el pecho – no tardaré mucho, solo unos minutos. De hecho la magia es fácil de notar cuando eres mago, tiene sus excepciones como por ejemplo ocultar la magia o usar la magia mínima, algo un poco complicado de hacer y más cuando eres tan pequeño que no puedes controlar tu magia y simplemente la lanzas con fuerza. Si, esta todo bien, todo normal – Chica noto que había algo raro cuando dijo eso, su tono había cambiado, incluso su mirada, no era bueno mintiendo, sabía que no podía confiar en su palabra así que no podía simplemente preguntarle, no le iba a decir la verdad.
―Eres demasiado joven para empezar a trabajar como brujo – el brujo se separó de Freddy.
―Yo nací aquí, no conozco más que esta vida, cuando empezó a manifestar mis poderes mi madre me enseñó a controlarlos y ser más fuerte en la magia, me enseño muchas cosas sobre esta. Lastimosamente murió cuando yo tenía diez años y desde ahí he trabajado como hechicero con lo que se; aunque mi madre aun no me ha abandonado, me ha dejado todos estos libros donde he estudiado y aprendido nuevas cosas.
―Y ¿qué sabes hacer? ¿tiras fuego por tus manos? ¿mueves los objetos? – para vencer a tus enemigos debes saber sus fortalezas y debilidades además de conocer tus fortalezas y tus debilidades, fue lo primero que le enseñaron cuando le enseñaron a pelear. Sabía que la mejor manera de que un mago muestre sus poderes es haciéndolo enojar.
―Depende, la magia es tan diversa y dependiendo de tu unión con ella puedes hacer varios tipos de magia – en ese momento Freddy estaba un poco extraño, estaba mirando a los lados con una cara de niño curioso, aunque ninguno de los dos se dio cuenta – la magia es como el cuerpo humano, a veces tu cuerpo nace con ventajas físicas y otras con desventajas. La magia es igual, naces con ventajas a algunas cosas y con desventajas en algunos hechizos, por ejemplo mover objetos – rápidamente el mago movió un libro con su mente y lo lanzó rápidamente hacia la cabeza de la guardiana, ella no lo vio y recibió el golpe del libro.
―Buen truco mago, buen truco – dijo Chica con una pequeña sonrisa – pero necesitaras más que un simple libro para matarme.
―Llámame Bonnie, así me dicen todos por aquí.
―Algo está pasando en la habitación de mis padres – ambos miraron a Freddy confundido – no sé cómo explicarlo pero… - el mago se acercó a él y le toco la cabeza – de verdad, algo está pasando en la habitación de mis padres.
―Tiene razón, debes correr allí.
Bonnie casi no lo noto, era imperceptible en un inició, debías prestar mucha atención para saber que existía, para sentirlo; como el aíre, siempre está ahí pero no lo sientes hasta que te concentras. Eso sentía Bonnie, un pequeño olor, uno pequeño y un sentimiento, con esas dos cosas Bonnie supo que Freddy tenía razón y que no era cualquier magia, no era un novato e incluso podía ser más fuerte que él, un enfrentamiento frente a frente sería un suicidio. Pero si mandaba a un buen guerrero y él lo atacaba por la espalda podía ganar, además alguien tenía que proteger a Freddy.
―No hay momento de explicar, rápido, corre a la habitación.
―Resulta ser mentira y te corto el cuello y luego te quemo para asegurarme que no vuelvas.
―Lo sé. Ahora corre, yo protegeré a Freddy, solo corre.
Casi contra su voluntad la guardiana abandono a Freddy, el mago le abrió la pared y ella salió corriendo de ahí. Su armadura era muy pesada y al correr le incomodaba, pero aun así no se detuvo y siguió corriendo hasta llegar a la habitación, la gente la veía y le gritaba pero ella no se detenía ni si quiera a responderles, dentro de muy poco tiempo llego a la habitación de los reyes, donde estaban dos caballeros defendiendo la habitación y no dejaban entrar a nadie, nadie entraba o salía sin salir sin su permiso, en teoría.
―Necesito entrar – ellos no le dejaron abrir la puerta – es una maldita orden.
―Tú no nos ordenas, nadie nos ordena aquí – la guardiana los miro desafiantes.
―Orden del rey ¿quieres decirle eso al rey? No estará contento – ambos caballeros se miraron unos segundos, no necesitaban palabras para entenderse, rápidamente abrieron la puerta.
Los tres se llevaron una sorpresa, el mago tenía razón, había algo en esa habitación, un chico con el pelo gris, ojos amarillos, piel morena y una marca en forma de X gigante en la nariz. Este hombre tenía unos veintiséis o veintisiete años, estaba cerca del armario, justo cuando ellos abrieron la puerta él cerró la puerta del armario con fuerza. Por un momento este chico miro asustado, abrió bien los ojos y agarro con fuerza su cuchillo, solo fue un momento ya que luego se concentró y reprimió sus sentimientos y se preparó para defenderse. Los caballeros ni se movieron aun, estaban pensando cómo era posible que alguien entrara ¿la ventana? Es una posibilidad, de hecho la única posibilidad posible sin tener en cuenta la magia; pero Ann ya lo sabía y no le importaba mucho, fue la primera que se caminó decidida.
―Cierren la puerta y no dejen a salir o entrar a nadie, yo le avisaré si algo paso. Avisen al rey que tenemos intrusos, que revisen todo el castillo si hay alguien más, yo me encargo de este – Ann saco su espada y se preparó para pelear.
Cualquiera caballero que hubiera nacido en el reino hubiera tenido cuidado con las cosas de los reyes, pero la guardiana eso no le importaba. Rápidamente la guardiana corrió hacia ese muchacho y atravesarlo con la espada justo en el pecho pero antes de que pudiera hacerlo el chico la esquivo, él se preparó para contratacar con su pequeño cuchillo e intentó apuñalarla por la espalda. La guardiana no se quedó quieta y rápidamente intentó atacarlo antes de que pudiera apuñalarla, ese chico se había movido hacia su derecha, estaba justo a su lado así que ella rápidamente movió su espada hacia él, justo a su cabeza y ella estaba segura que no lo podía ver, era inesquivable pero de alguna manera lo hizo; de hecho el chico podía apuñalarla pero decidió no hacerlo y esquivarlo. El chico decidió atacarla en el pecho, creía que si intentaba atacarla por detrás ella ya estaría preparada para contratacar, lo mejor era atacar por delante, al pecho, un ataque inesperado. Corrió rápidamente y la atacó al pecho, chica no pudo defenderse y recibió el impacto. La armadura de los caballeros eran los más resistentes, podían soportar de todo, incluso las mejores espadas del castillo podían resistir un golpe, un triste cuchillo no iba a dañarlo enserio. El cuchillo se deslizo por la armadura, ni si quiera tenía la posibilidad de atravesarlo, la guardiana se dio cuenta de esto y rápidamente le mando un puño en la cara, la espada era más pesada y lenta que un puño, un puño rápido a la cara, puño que para esquivar tuvo que retroceder.
―Vaya golpe, vaya golpe, eres bastante buena – dijo él bastante lejos de ella, preparado para pelear.
―Tú no te mueves bastante mal, eres veloz, una pequeña rata; en mi casa siempre me tocaba cazar estas pequeñas alimañas.
Ella empezó a quitarse la armadura, esto dejo confundido al chico, no le encontraba sentido y quizás lo mejor era atacarla mientras hacía eso pero sentía curiosidad que iba a pasar, su sentido le decía que le atacara y la matara rápidamente pero primero podía ser una trampa y segundo, quería ver a donde quería llegar y que iba a pasar, además que se confió, sin eso solo tenía que apuñalarla solo una vez y moriría, antes la armadura la salvo y sin esta ella iba a morir, sería una presa fácil, la mataría rápidamente.
―Ahora estoy lista, estoy aquí – él sonrió y rápidamente fue contra ella.
El chico sonrió y corrió rápidamente, confiado y apunto directamente al cuello, un punto débil de las personas aunque no tuvo en cuenta dos cosas y era la diferencia de tamaño entre sus armas, él tenía un cuchillo pequeño y ella una espada, quizás si él tuviera un arma más grande le habría cortado el cuello pero ni alcanzo a rozarlo. Cuando creía que iba a ganar vio como la guardiana movía su mano izquierda hacia atrás, mano que tenía la espada, y la lanzó contra él con fuerza y rapidez, él apenas pudo esquivarlo, la espada le alcanzó a atravesar su costado, cortándolo; ese golpe no se lo esperaba, si ella hubiera reaccionado un segundo tarde él le hubiera cortado la garganta. Se alejo de ella mientras ponía una mano en la herida, no era grave pero no se esperaba que alguien lograra lastimarlo. Lo que él no sabía es que los trajes de los caballeros eran demasiado pesados, cargaban con varios metales encima que no ayudaban a la movilidad, eran lentos y pesados pero también resistentes, ella sabía que la única manera de poner lastimarlo era si era más rápido que él o por lo menos engañarlo.
―Fue un buen golpe, la verdad… - la guardiana no tenía paciencia para esto, ella no iba a esperar así que corrió rápidamente hacia su enemigo.
El chico logro esquivar cada golpe de ella, izquierda y derecha, parecía ya saber dónde se dirigía la espada de la guardiana mucho antes de que ella si quiera la moviera, era casi intocable, pero el golpe le estaba molestando, no era mortal pero cada vez que se movía sentía una punzada ahí que lo dejaba un poco paralizado; cada vez que él se intentaba acercar a ella, Ann le intentaba golpear sin mucho éxito pero lo obligaba a retroceder y no poder acercarse. Era una pelea bastante reñida, el chico maldijo al no traer una espada o algo más grande así podía hacerle enfrente pero solo se trajo un triste cuchillito, además sentía que perdía el tiempo, esto no duraría para siempre; pero la suerte estaba de lado del chico, ya que uno de los golpes que lanzo la guardiana, la espada quedo atorrada y él aprovecho este momento. Rápidamente corrió donde ella y le intentó cortar el cuello sin mucho éxito, ella soltó la espada y se fue hacia atrás evitando el ataque; luego fue tras su pecho, un golpe que si pudo acertar pero no como él quería, él apunto a su corazón pero ella se movió hacía la derecha y el cuchillo termino golpeando cerca del hombro. La guardiana aprovecho su cercanía con él y lo agarró por detrás de la cabeza y le pego un cabezazo, esto lo dejo un poco aturdido y ella aprovecho para darle un puño con su mano derecha en la cara, este golpe lo hizo golpearse con la pared y caer al suelo, ella no se detuvo y le lanzó una patada hacia la cara, pero él pudo reaccionar al golpe, antes que lo golpearan él giro hacia adelante evitando el golpe y salió corriendo hacia el armario, entrando en él y cerrando la puerta. Ella corrió tras él pero cuando abrió la puerta no lo encontró, había desaparecido como si hubiera sido magia.
―Deténgase ahora mismo – tres caballeros entraron a la habitación con la espada en mano.
―Ya se fue muchachos, ya se largó – ella agarró su espada y con fuerza la saco de donde se había atorado.
Chapter 9: La voz del pueblo
Chapter Text
Usagi y Loon tuvieron algunos problemas en sus primeros años en la mina, tomaron el control de la empresa cuando Usagi tenía veinte y Loon dieciocho, cinco años antes del nacimiento del príncipe Freddy. Sus padres los había preparado para todo o casi todo, la verdad es que era extraño ver una revolución dentro de la mina, pocas veces se han podido ver una y casi no hay registros de una revolución, incluso en nuestra época las revoluciones son pocas las revoluciones, era algo impensable que pasara, nadie se opondría a alguien que es superior a ti, un rey, un caballero, Dios, eso sería una locura así que sus padres no tuvieron en mente eso a la hora de enseñarles. Dos años después de que ambos asumieran el poder hubo una pequeña revolución con los mineros, se empezaron a poner violentos con la gente y atacar a sus superiores, no era realmente culpa de ellos que esto pasaran, ellos no sabían nada de lo ocurrido, vivían en un desconexión con sus empleados; lo que pasaba es que el trabajo del minero se volvió tan peligroso que no valía la pena, que lo que cobraban era una miseria comparada con todo el trabajo duro que tenía que hacer diario. Todo el mundo se puso violento y fueron donde Usagi y Loon que eran quienes mandaban, por suerte había un chico joven de pelo largo, un chico diferente y querido por los mineros, era el hijo de uno de los minores que había muerto hace poco, un buen hombre y trabajador que solo quería lo mejor para su hijo, incluso algunos dicen que fue su muerte lo que causo todo esto, luchando diario por una miseria por un niño diferente al resto, rechazado.
―¿Quién es? – pregunto Usagi algo aterrorizada.
―Me llamo Owynn, vengo a hablar con ustedes – Usagi no quería pero sabía que tenía que abrir, agarro el arma que primero vio y abrió la puerta.
―No creas que no me sé defender – Owynn tranquilamente entró al lugar, cerró la puerta y se sentó en una silla.
―Primero que nada eso es un abrecartas, no creo que puedas matar alguien con eso. Segundo, si usted me llegara a matar todas las personas que están ahí afuera quemarían este lugar hasta los cimientos, los matarían, así que lo mejor que pueden hacer es escuchar – Loon se puso detrás de Usagi – vamos, yo no quiero esto.
―¿Qué es lo que quieres entonces? Y ¿por qué estás aquí si no lo quieres? – owynn cerró los ojos un momento y sonrió.
―Yo solo quiero tener una casa tranquila cerca del mar y escuchar las olas moverse, dormir hasta tarde, ver la luna todas las noches y vivir sin que alguien me diga cómo hacerlo. Estoy aquí contra mi voluntad y quiero evitar una masacre, sé que esto se puede arreglar dialogando, ya hice lo más difícil que era calmar a la gente de allá afuera, sus trabajadores y aceptaron que yo fuera su representante o alguna cosa así. Quieren negociar. No aceptaran un no como respuesta.
―Maldita sea, no podremos hacer nada – ella bajo el abrecartas y se acercó a él – cual es la propuesta.
―Es algo que ustedes dirán que no y es básicamente aumentar demasiado el salario y ustedes se quedarían pobres, les quieren quitar lo que tienen ustedes, los de arriba.
―Imposible, eso es imposible.
―Lo sé, lo sé – Owynn abrió los ojos y la miró – ya sé que no van a querer eso ya que es una fantasía, algo imposible de lograr por eso me di la tarea de imaginar un final donde todos estaban felices. Sabemos que ellos no van a seguir trabajando hasta que les aumenten el sueldo y es obvio que ni ustedes pueden darse ese lujo aunque quisieran, no tienen el dinero. Ahora qué tal si cambiamos las cosas y atacamos el problema real.
―Tienes mi atención – Usagi se sentó a frente de él – es obvio que todo esto ha pasado por los constantes derrumbes dentro de la mina, ha estado muy inestables estos días.
―Exacto, muchos hombres han muerto por una misera paga y ellos están enojados porque piensan que su vida solo vale eso tan poco que ustedes les dan y quieren más para arriesgar la vida, ahora ¿qué tal si aumentamos el sueldo a los que trabajan dentro de la mina? Sabemos que este lugar es peligroso, allí adentro es prácticamente un matadero por eso incentivaremos a entrar a la gente con un mayor pago, los que entren van a tener más pago y así nadie se quejara, todos ganan.
―Pero si prometemos pagar más por entrar a las minas todos querrán entrar ahí y sería como pagarle a todos un poco más.
―Cierto, cierto, por eso vamos a explicar que solo van a ser seis integrantes, u ocho, no sé cuántas personas se necesitan para entrar a la mina, pero solo van a ir el equipo básico, el mínimo para que sea pagable. Ahora ustedes hacen los cálculos con cuantas personas mínimas necesitan adentro en todas las minas que tienen con un aumento de por lo menos la mitad de sueldo más. Yo no sé de eso pero ustedes sabrán si sale rentable o no, es la mejor opción pero ustedes son los que tiene la última palabra – Loon se quedó callado haciendo los cálculos, por un momento la timidez lo abandono, se desconectó del mundo para empezar a hacer su trabajo.
―En teoría podíamos hacerlo, tendrían que anotar bien las cosas e ir paso por paso pero en líneas generales es posible, podemos tomar esa ruta – dijo Loon con un poco de timidez y tartamudeando algunas veces – obviamente será una perdida para nosotros pero sería peor si ellos no trabajan en la mina, perderíamos más, además de posiblemente perder la mina. Estoy con ese sujeto – Loon vio que el nuevo lo estaba mirando y sonriendo, esto lo puso más nervioso e hizo que se sonrojara y evitara el contacto visual con él.
―Si Loon está de acuerdo yo estoy de acuerdo, él siempre tiene razón cuando habla de estas cosas – Usagi se levantó de la silla – vamos a hablar con los trabajadores y solucionar todo esto – ella ya se iba a largar pero Owynn sabía que era una mala idea.
―Espera, espera, espera – Usagi se detuvo y se volteó a verlo – hay una cosa más que hablar, además si dejamos pasar el tiempo será más creíble vender la idea que fue una discusión, hay que hacerlos sentir que ganaron algo. Ahora nuestro mayor problema es presentar la noticia y ninguno de ustedes dos puede. Para empezar el chico ni puede hablar enfrente de una sola persona, casi se muere porque yo lo estaba mirando, ni me imagino lo que pasará si estuviera en un escenario donde millones de personas lo ven fijamente; sin ofenderme pero no sirves para esto. Y buen tu Usagi… - él se quedó callado intentando encontrar las mejores palabras, esto hizo enojarla un poco – vamos a ser sincero, la gente te odia y no es por algo que hayas hecho o algo que puedas cambiar, simplemente naciste en la familia correcta. La gente ya te tiene como la villana, a ustedes dos y por eso no van a aceptar nada que venga de sus bocas, sin ofender pero ellos ya los pusieron como sus enemigos.
―Quieres básicamente ser tu quien de la noticia – Owynn puso sus manos en su cara por unos segundos y suspiro.
―No tengo otra opción – él se quitó las manos de la cara – no tengo otra opción, no son malas personas pero me sentiré culpable si mueren violentamente y la gente me llamo para esto, ahora estoy obligado a terminarlo y como digo es el mejor final para todos, o eso espero ya que no quiero morir y creo que ustedes menos.
―Haces algo estúpido y te prometo que matare con mis propias manos – Owynn se levantó.
―Esto va a ser feo pero alguien necesita hacerlo.
Owynn salió de la habitación y todo el mundo lo celebro y le aplaudió lo cual le hizo incomodar un poco a él pero tenía que aguantarse. Detrás suyo salieron Loon y Usagi y nadie les prestó atención, todos estaban atentos a los que le diría ese chico y obviamente como iba a afectarlo a ellos. Él se acercó un poco a la multitud pero mantuvo su distancia para que nadie pudiera tocarlo.
―Pueden escucharme – dijo el chico con un grito, tenía buenos pulmones y una buena voz, todo el mundo lo escuchaba o por lo menos la gran mayoría – ya he hablado con sus jefes, hemos discutido varios temas los temas que a ustedes les molesta y hemos llegado a una solución. Amigos déjenme decirles que lo han logrado, han dicho que si a algunas de sus peticiones, ahora a todos nuestros valientes héroes que van a querer entrar a las minas se le reconocerá el valor ya que se les pagara a estos héroes y cualquiera pueden entrar… - todo el mundo empezó a murmurar – cálmense, cálmense, déjenme terminar. No todos podrán trabajar allí y solo serán asignados como siempre ha sido así que no se preocupen. Hasta aquí suena poco pero es una prueba así que pórtense bien, si todo sale bien y sacan lo mejor de ustedes ellos van a negociar más cosas con ustedes, van a darles más cosas – todo el mundo grito emocionado – y les prometo que voy incluso hasta con el rey para que esto se cumpla, voy incluso a hablar con Dios para darle a ustedes lo que merecen.
―Pero eso no es nada – alguien del publico empezó a caminar hacia adelante y acercarse a Owynn – eso no es nada, es una mierda comparado con todo lo que hemos sacrificado y estamos sacrificando a diario, nosotros necesitamos más.
―Es cierto, es cierto, es pequeño comparado con lo que se merecen pero el cambio no viene del día para el otro, un cambio no se da así de repente tenemos que ir poco a poco,
tampoco podemos exigir tanto.
―y ¿qué tal si lo tomamos a la fuerza? ¿qué dicen gente? – se escucharon algunos gritos de las personas, esto se empezaba a salir de las manos.
―Claro, la violencia. Ahora le pregunto ¿cómo creen que el rey lo vaya a tomar? Se va a enojar demasiado con ustedes y los buscaran, si hacen cosas malas serán castigados. Además el camino de la violencia no es una opción en este momento, si queremos un cambio debemos ser mejor que ellos y ganarnos la vida honradamente, si se la quitamos a la fuerza nos convertiremos en ellos, ellos serán los primeros pero justo después no podremos detenernos, no nos detendremos hasta convertirnos como ellos – todo el mundo se quedó callado, pensando – eso pensé, ahora gente, voy a hablar con ellos una última vez y luego regreso, por favor compórtense y recuerden que hay que hacer a tu enemigo un puente de oro y hierro.
Usagi y Loon estaban un poco asombrados por lo que había pasado, el chico se había manejado demasiado bien, era demasiado bueno como para dejarlo pasar, era carismático y la gente lo quería y lo más importante es que lo conocían, sabían su historia y verlo como un aliado lo cual podría ahorrar algunos problemas en el futuro. Los tres entraron a su oficina privada y ahí cerraron la puerta.
―Sabes, no lo hiciste nada mal, me sorprendiste – dijo ella con una sonrisa coqueta - ¿te interesaría trabajar para nosotros? – Owynn los miro algo confundido.
―Está bien, ya tengo diecisiete y debería empezar a buscar un trabajo, me encantaría ayudarlos y acepto el trabo.
―¿Aceptas así sin más? – Owynn soltó una pequeña carcajada.
―Es obvio que me quieres como la voz del pueblo o algo por el estilo, quiere que les diga que piensan los demás, sus problemas y como evitarlos, buscan alguien de confianza además que pueda armar un espectáculo al hablar y que la gente confíe, lastimosamente yo cumplo con todo esto. Con gusto les ayudaré pero no lo haré gratis, acepto cualquier cantidad de pago.
―Eres un ángel caído del cielo, llegaste en el momento que más necesitábamos. Ahora ve a hablar con los demás y termina todo, haz que de alguna manera vuelvan a trabajar, el retraso nos puede costar un poco las cosas
―Si señora, o deberías decir jefa – Usagi soltó una pequeña risita – nos vemos después y gracias por todo, Dios los bendiga – Owynn salió de la habitación.
―Me parece curioso este chico ¿no lo crees Loon? Es extraño.
―Es buena persona supongo aunque tienes razón, es un poco extraño ese sujeto pero está bien, mientras nos haga ganar a nosotros nada de eso nos debería importar, solo… - Loon miró por la venta viendo cómo se iba – no sé cómo decirlo es extraño y demasiado simpático y eso es difícil de conseguir, no lo debemos soltar. Esperemos que los derrumbes se detengan y podamos seguir trabajando, ya nos hemos atrasado con esos problemitas.
―Que lo digas, tendré que decirle al rey lo que paso o una parte de esto, hay que ocultar la existencia de ese chico, me quiero lucir un poco con el rey.
Chapter 10: Primera copa
Chapter Text
Había grandes momentos de gloria en la taberna de Joy, normalmente se veía lleno pero fue a sus dieciséis años donde apareció su mayor ganancia por varios años y esto se debía a la mayor criminalidad que existía en esa época, los grandes bandidos se hicieron mucho más grandes y los bandidos se hicieron con un nombre, todo era felicidad por un tiempo para todos los malhechores, que grandes tiempos cuando los bandidos podían hacer de todo y alguien los incentivaba en hacerlo. En esa misma época los tres bandidos se hicieron con el primer robo exitoso a algo grande, a un carruaje lleno de piedras preciosas que fue entregadas a alguien misterioso; les dieron una gran paga, la más grande hasta ahora para ellos, habían pasado de ser unos chicos revoltosos a ser unos bandidos. La noche anterior del golpe Meg no estaba tan segura de hacer el atraco pero al final la convencieron y se alegró de haber cambiado de opinión, fue la cosa más excitante de su vida y fue relativamente sencillo, dinero demasiado fácil.
―Deberíamos actuar como bandidos de verdad y empezar a beber alcohol, a partir de ahora comienza nuestro camino como bandidos – dijo spring Feliz mientras caminaba hacia la taberna de Joy – fue emocionante, debieron ver sus caras cuando se dieron cuenta.
―Eran muy ingenuos, no sabían que estos niños eran unos bandidos, los tomamos por sorpresa y su buen corazón lo hizo morir. Hemos tenido suerte de que sea solo uno y haya estado en la mitad del bosque – bon estaba igual de entusiasmado que su amigo.
―No fue suerte Bon, eso no fue suerte. Su servidos Spring ha planeado todo, todo salió a la perfección gracias a mí, ahora disfrutemos de alguno de estas monedas, aunque sea solo una.
―No sé si sea buena idea, ya sabemos cómo es el lugar a esta hora, va a estar repleto – Meg era la menos emocionada, su mente seguía dando vueltas de que dijo spring la noche anterior del golpe, no podía borrar esas palabras de su mente; aunque su cuerpo se sentía extasiado y emocionando y no paraba de sonreír un poco, su mente estaba en otra parte y su voz no proyectaba esa felicidad de su cuerpo.
―Quizás pero ya saben cómo es Joy, seguramente nos guardó un puesto. Lo hemos logrado, por fin lo hemos logrado.
Ellos siguieron caminando, aún era por la tarde y el sol aun brillaba pero faltaba poco para que anocheciera, esto a ellos no les importaba mucho ya que Joy era tan buena persona que incluso los dejaba dormir con ella en el bar, era un buen gesto y se ganó el respeto de todos en la banda, incluso pensaron en incluirla pero ella ya estaba ocupada manteniendo el bar a flote todos los días y ellos no estaban hechos para trabajar, eso es lo que decían para no querer ayudarla todos los días en el bar y salir a hacer travesuras.
―Hola chicos, adivino que quieren la mesa de siempre, se las guardé para ustedes – Spring se giró a ver a Meg con una cara de te lo dije.
Desde que la conocieron siempre hacía lo mismo, siempre guardaba un puesto a ellos tres, no en la misma mesa porque no podía pero siempre les guardaba una mesa para los tres y cada vez que podía les hablaba, algo que era bastante complicado ya que siempre tenía algo que hacer, cada vez que podía lo hacía. Cada vez fue más frecuente ver la taberna de Joy llena, la mayoría de los bandidos de bajo nivel, los pequeños bandidos daban sus golpes y cobraban dinero, tomaban algo y el único que se sentían seguro era en la taberna de Joy, bastante bonito para los estándares de su público.
―Ahora me dicen como les fue, adivino que vienen solo a eso.
―No hoy Joy, hoy venimos a hacer nuestra iniciación de bandidos – Joy los miró confundidos, quería escuchar la historia pero no tenía tiempo y decidió mejor atender a otros clientes por un momento.
―Ella es bastante interesante, sabe caminar y tiene una bonita sonrisa, además de tener un cuerpazo – dijo Bon con una pequeña sonrisa.
―Ni se te ocurra Bon, solo has tenido una relación y ha salido desastrosa, sal con cualquiera menos con ella que nos da tantas cosas sin esperar nada a cambio, simplemente aguántate – Bon se río.
―Está bien, como ordene jefe.
―Vamos a esperar, no nos queda de otra e invitamos a Joy a tomar algo con nosotros y no vamos a aceptar que la casa pague por nosotros, hay que recompensarle a ella todo lo que nos ha dado, siempre.
―Oye spring ¿sabes a quien le dimos esas piedras? Por qué yo no lo conocía, jamás lo había visto.
―Yo tampoco Bon, simplemente lo conocí por ahí, básicamente es alguien que trabaja para esto, objetos robados por los bandidos y se encarga de eso, es un gran negocio que incluso podemos explorar ya que lo que he escuchado es que pagan muy bien, demasiado bien por eso.
―Saben chicos, voy a admitir que fue algo divertido – ambos la miraron sorprendidos – gracias por hacerme cambiar de opinión, se los agradezco.
―Somos una banda y no es la primera vez que nos apoyamos ¿cierto Bon? O acaso olvidaste nuestro primer delito, eso me pondría muy triste o ¿olvidaste cómo nos cocimos? Eso me destrozaría el alma – Meg se río al recordarlo.
―Ya vine, ahora que van a pedir.
―Alcohol para los tres, hoy no invita la casa – dijo mientras sacaba una moneda.
―Ya se los traigo, esperemos que no sean monedas falsas ya que me enojaré bastante con ustedes.
―No lo es, no lo es, solo confía en nosotros, jamás te estafaríamos a ti.
Y así nuestro grupo probo su primera copa, aunque en realidad solo fue Meg y Spring quienes probaron la bebida ya que Bon se negó, al inició si quería hacerlo pero cuando tuvo la bebida en sus manos, simplemente la soltó y decidió no beberla, que se disculpaba pero no podía y ambos lo entendieron, su padre siempre tenía una botella en la mano y más de una vez lo golpeaba, era obvio lo que pasaba y no lo obligaron a tomar. Meg al sentir el sabor del alcohol lo escupió, sabía horrible y no entendía porque la gente lo tomaba tanto, pensaba que era por su sabor dulce pero no, era amargo y horrible pero no iba a votar la cerveza, ya pago por ella y decidió acabarla, con el tiempo el sabor supo un poco mejor pero seguía siendo un sabor horrible. Spring no tuvo problemas, no era la primera vez que tomaba algo así y a veces era lo único que podía tomar.
―Ahora tengo cinco minutos, cuénteme de quien se robaron este dinero – dijo Joy con una pequeña sonrisa mientras se sentaba con el grupo.
―No fueron robados, lo hemos conseguido justamente y no se lo quitamos a nadie. Ya sabes todo lo que ha pasado y como todos empiezan a robarle a la misma persona, nosotros también lo hicimos y fue bastante fácil.
―¿Le robaron a Loon y Usagi? Ahora si estoy interesada, siempre se ha escuchado una historia parecida, como alguien ha robado unos minerales que vienen de las montañas o algo por el estilo, nunca he preguntado, me parece de muy desagradable hacer eso y entrar en conversación de los otros, sobre todo si no los conozco. Aunque eso tiene sentido, por eso estaban tanto tiempo desaparecido, han tenido que hacer un largo viaje.
―Exacto, aunque no fuimos literalmente a las montañas, eso queda exageradamente lejos y no hubiéramos llegado aún, es un viaje demasiado largo. Lo que hicimos fue hacerle una pequeña trampa, en un bosque alejado de todo el mundo, venía un pequeño carruaje que llevaba esos minerales, esas piedras preciosas. Lo que hicimos fue simple y utilizamos a Bon como señuelo. Tenemos que decir que tuvimos suerte ya que solo era una persona ahí conduciendo, en el carruaje y tuvo buen corazón a ayudar a unos pobres muchachos necesitados. Cuando pasábamos obligamos a Bon a gritar con todas sus fuerzas mientras Meg se puse delante del carruaje para detenerlo y pedir ayuda, el hombre hizo lo que nosotros esperábamos, se bajó del carruaje asustado y fue a verlo. Yo estaba escondido por detrás de un árbol cerca de ellos y cuando los vi pasar los seguí para al final darle un golpe en la cabeza al hombre con una roca que había agarrado, lo que lo hizo caer al suelo y ahí aprovechamos a darle otro golpe en la cabeza, solo por si acaso – dijo Spring con una sonrisa, la muerte no era algo que les aterraba a ellos, era algo que vivían a diario.
―Me alegro por ustedes chicos, recuerden tener mucho cuidado ya que eso es peligroso, por lo que he escuchado el rey piensa hacer algo contra ustedes, los bandidos que le han robado los minerales, ya han llamado la atención y ha dejado de ser robo separados a ser algo armado. El rey va por ustedes.
―¿Cómo sabes esto? – le pregunto Bon.
―Aquí dicen de todo, prácticamente se todo lo que pasa en la ciudad gracias a ellos. Ahora si me disculpan… - dijo levantándose de la silla – pueden quedarse todo el tiempo que quieran pero entre más oscuro sea peor se vuelve el lugar, les recomiendo irse y descansar.
―Te haremos caso, pero solo porque vinimos a probar por fin algo de aquí adentro, algo que no sea comida. Vámonos chicos que mañana tenemos cosas que hacer, este solo es el comienzo de esta pequeña banda – y tenían razón, poco a poco ellos se hicieron con un nombre pequeño, un nombre solo reconocido en los estratos bajos.
Los tres se levantaron y se fueron mientras hablaban de lo emocionado que fue el día y que es lo que harían mañana, por fin celebraron como los grandes bandidos, con una copa y una sonrisa mientras hablaban de sus grandes hazañas, fue su primera gran victoria y su primera copa como equipo, más o menos porque Bon se rehusó a tomar, pero eso no importaba ya que en este punto el equipo estaba más unido que nunca. Bon decidió ir a su casa solo con una sonrisa y Meg y Spring fueron a su casa con normalidad, ambos habían tenido la noche de su vida pero no estaban pensando en lo mismo.
―Llegamos a mi casa – dijo Spring con una sonrisa – estaba pensando en robar a una nueva carnicería por aquí, dicen que es parte del rey. Queda cerca de la entrada principal, lo que significa que no podemos hacer mucho ruido.
―Me parece bien, tú sabes que a donde vaya yo voy contigo – dijo Meg con una sonrisa.
―Sabes, te acompañaría hasta tú casa pero me dirías que no, que tú puedes sola y todo eso, me obligarías a entrar a mi casa. Nos vemos mañana – Spring iba a cerrar la puerta pero Meg lo detuvo.
―Espera, hay algo que tenemos que hablar… - Spring sabía que esto podía ocurrir aunque no quería, tampoco tenía el corazón para cerrarle la puerta en la cara para evitar la conversación. La dejo pasar.
―Por eso no te quería contar, sabía que ibas a actuar así pero quería que lo escucharas por mí. No te lo dije para que al final aceptaras, te lo dije para que supieras por mi boca, por mi lo que está pasando y no te sientas menos preciada, debías escucharlo por mí.
―No es solo eso. No te culpo y no te hubiera culpado si no me lo decías. No vengo hablar de eso realmente, todo me parece tan raro y esa mujer era demasiado extraña, la forma en que nos miraba, no parecía una persona.
―Entiendo tu preocupación y la admiro pero tienes que calmarte un momento y respirar, lo hemos logrado y todo salió bien, dentro de dos días todo se habrá arreglado. Confía en mí.
―Lo primero que me dijiste cuando querías formar esta banda era que no confiara en nadie, solo en mi instinto – ella se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, la abrió y a punto de salir dijo – la cerveza o el alcohol o como mierdas se llame esa cosa estuvo horrible pero fue divertido hablar contigo y ver que estabas feliz después de todo – ella giró la cabeza, lo miró y le sonrió – me parece una mala idea, los carniceros ganan poco así que hay poco que ganar y mucho que perder, por lo menos yo no me he acercado al lugar y creo que tú tampoco, no sabemos cómo es el lugar, tendríamos que mínimo entrar una vez. La chica me contó que podíamos hacer un encargo para ellos, llevar algo de un lado al otro – Spring le sonrió, no estaba enojada como él pensaba, estaba simplemente triste – pero en el momento que las cosas se tuerzan, voy a matar a esa mujer con mis propias manos – Spring se acercó a ella y la abrazo por atrás.
―Deberías quedarte, deberías quedarte. Sabes que nunca te abandonare, nunca lo haré – le dio un pequeño beso en la cabeza – quédate, ya sé lo que te pasa y se cómo curarlo.
―Eres un idiota. Me quedare pero solo porque mereces ser feliz por lo menos hoy, luego me deberás algo – fue una linda noche para ambos, una noche que nunca se repitió, quizás eso fue lo que más dolió cuando él se fue, esas lindas noches que no volverán jamás.
Chapter 11: Reclusión
Chapter Text
Parece imposible pero es cierto, hay más reinos afuera de este, reinos totalmente desconocidos menos para los reyes ya que nuestro creador le muestra estos reinos cuando llega al poder, reinos con su historia y sus personas, tanto tu como yo pero en otro lugar; nuestra historia comienza en esos nuevos reinos o por lo menos uno de ellos, un reino donde no he ido ni conozco pero he escuchado una historia interesante, una historia que ha llegado hasta aquí. En una isla lejana y desconocida se encontraba un niño, un niño pequeño de pelo rojo y ojos amarrillo que vivía con sus padres, un lugar lejano y tranquilo, una familia pesquera que vivía cerca del mar, cada mañana este pequeño niño se levantaba con el canto del mar y su olor, eran bastante feliz con eso. Ayudaba a su madre en todo lo que podía, aunque era muy pequeño le echaba muchas ganas a todos y lo mejor de todo eran las noches cerca del mar. El sonido tranquilo de las olas, la hermosa oscuridad que había más allá y el cielo lleno de puntos blancos simplemente hacían la noche perfecta, simplemente hermosa.
―¿Sabes qué es eso de allá arriba pequeño duende? – le preguntó su madre mientras señalaba el cielo.
―No madre, no sé qué es. Mi padre dice que es un tipo de mapa para él y sus amigos, que siempre encontrara la casa si sigue esos puntos de allí – dijo el pequeño niño peli rojo.
―Son peces, cada luz es un pez que está en el cielo, peces gigantes que se mueven lentamente por ahí y son útiles ya que obliga al sol a girar a nuestro alrededor una y otra vez, el sol no quiere ser tragado así que huye y los peces lo persiguen.
La isla en la que vivía no era muy grande, era tranquila y casi desapercibida, lo cual la convertía en el lugar perfecto para esconderse. Todo era felicidad y tranquilidad en su vida hasta que llegaron unos hombres extraños, unos hombres de otro reino desconocido que estaban buscando a una persona muy mala que le había hecho daño a un rey y que toda la información que habían recogido siempre terminaba aquí. Al inicio estos hombres trataron con respeto a las personas pero al ver que no cooperaban decidieron hacer algo más extremo. Empezaron a entrar a las casas y a sacar a la gente una por una para encontrarlo, revisar todo hasta el último detalle y no se irían de ahí hasta encontrarlo pero las cosas rápidamente escalaron y se empezó una pequeña pelea contra la gente de esta comunidad. El chico peli rojo se encontraba con su madre en su casa, ambos asustados por lo que estaba pasando afuera, su madre decidió ocultarlo debajo de la cama, ella sabía que estaban cerca, los gritos y sus pasos se escuchaban cada vez más cerca. El chico peli rojo no quería abandonar a su madre, cada vez que ella lo intentaba meter, él se salía y la abrazaba.
―Vamos, pequeño duende vamos a escondernos, tú te escondes aquí y yo me escondo en otro lugar – dijo su madre mientras se le rompía la voz.
―No quiero, quiero estar contigo. Un buen hijo nunca deja a sus padres solos.
―Tranquilo hijo, estará bien si te escondes ¿te acuerdas cuando encontraste un cangrejo y lo escondiste debajo de tu cama? Eso mismo vamos a hacer, nos esconderemos para que no nos hagan daño. Todo estará bien mi pequeño duende – el chico se escondió debajo de la cama, aunque quería acompañar a su madre por alguna razón su cuerpo no se movía.
Esos hombres llegaron a la casa y revisaron todo el lugar, encontraron a la madre y la mataron, el chico no vio esto pero si la escucho gritar. Se puso ambas manos en la boca para evitar gritar y seguir escondido, todo lo que pasaba era horrible, tenía los ojos abiertos y unas cuantas lagrimas le salían de los ojos. El escondite fue inútil, al final esos hombres lo encontraron y lo sacaron de su casa, el chico peleó con todas sus fuerzas pero era imposible que les ganara, intentó de todo pero nada funciono, al final fue sacado de su pequeña casa y lo mantuvieron afuera mientras veía una escena que lo marcaría para siempre, una escena que repite varias veces en sus pesadillas. Estos nuevos hombres quemaron su casa y lo dejaron al frente inmóvil, no en un acto de malicia sino simplemente para esperar ordenes, el chico no era el único que estaba viviendo esto. El chico quería pelear, creía que su madre seguía con vida, que estaba aún adentro y que si no hacía algo iba a morir por el fuego de su casa, intentó con todas sus fuerzas pero no pudo hacer nada, solo observar cómo toda su casa era quemada, como todo lo que conocía simplemente desapareció con el fuego, aunque luchara no era suficiente y solo era un espectador. No sé si al final encontraron a la persona que buscaban pero eso no importa ya, de esa comunidad que parecía pacifica no quedaron más que cenizas, la mayoría de las personas murieron ahí y las que decidieron dejar con vida fueron tomadas como prisioneros en el barco, iban a ser útiles al reino, iban a estar en un lugar mejor decían, abandonarlos aquí sería como matarlos. Al final el chico vivió un tiempo dentro de una jaula en un enorme barco con esa gente, apenas comía y sus ojos estaban rojos de llorar por la perdida de su madre, lo último que podía recordar de ella era su grito y después sería su casa quemándose, se sentía solo y abandonado y realmente lo estaba. Pensaba que esto nunca iba a cambiar, que su vida iba a ser solo estas cuatro paredes, esa comida insípida, solo.
―¡Nos atacan! – fue lo que escucho el pequeño niño una noche al ser despertado por un ruido parecido al de un rayo.
El pelirrojo se levantó asustado, no sabía que pasaba, podía escuchar rayos cayendo una y otra vez, a la gente gritando, había una pelea allí afuera pero ninguno de los prisiones sabía, todo era simplemente tan extraño. Varios rayos se escuchaban uno tras otros, Bam, Bam, Bam, escuchaba el chico una y otra vez, incluso vio como algo rompía una de las paredes que tenía cerca, veía como el agua lentamente entraba el barco, todo era tan confuso y extraño. Algunos hombres bajaron asustados, todos los prisioneros menos él pidieron ayuda a salir, varios hombres bajaron al escuchar los gritos de los prisioneros. El primero hombre que bajo se veía asustado, alguien lo seguía, intentó enfrentar a sus perseguidores pero simplemente eran demasiados y termino muriendo. El pelirrojo simplemente estaba aterrorizado con todo lo que había pasado, veía ese hombre muerto mientras su sangre le salía, parecía el pescado que tanto comía en su casa, con esa boca abierta y ese ojo inexpresivo; esas personas se interesaron en los prisioneros, rápidamente se acercaron a ellos y tomaron las llaves, los miraron con una extraña sonrisa y decidieron liberar primero al chico, lo sacaron y amablemente lo agarraron de los hombros y lo dirigieron para afuera, un lugar seguro. Cuando fueron por los siguientes prisioneros, ellos tiraron las llaves al suelo y las patearon lejos de ellos para luego reírse. Los prisioneros se abalanzaron contra los barrotes intentando agarrar las llaves, al ver que no lo podía alcanzarla, intentaron tirar los barrotes con fuerza, intentaban dar sus últimos y desesperados intentos de sobrevivir. Estos invasores no se quedaron quietos observando esta tragedia y decidieron hacer las cosas un poco más divertidas, sacaron sus espadas y empezaron a apuñar a la gente cerca de los barrotes, los lastimaban una y otra vez y ellos se alejaron de los barrotes; esto por alguna extraña y quizás perversa razón le dio gracias a estos hombres que los maltrataban. Por suerte todo esto no lo vio el pequeño chico peli rojo, él ya se encontraba pasando a otro barco completamente distinto con gente que era completamente diferente, no eran botes del rey o personas que venía de algún reino, eran piratas.
―Capitán, mira lo que nos hemos encontrado, este chico – dijo la persona que lo agarraba de los hombros.
―Es un chico ¿qué tiene de especial? – el capitán se acercó al chico y lo examino con la mirada.
―Primero es que tenía su propia reja, estaba solo sin nadie, debe ser alguien importante – quizás fue solo suerte o quizás nuestro creador decidió salvarlo pero por una razón inexplicable lo pusieron solo, quizás era un niño y tenían miedo que alguien grande lo lastimara, o quizás solo fue suerte – usted lo dijo, usted lo dijo. Las personas que tengan su propia habitación entre barrotes es que es una persona importante, muy importante.
―Es solo un chico, no creo que sea tan importante. Puede que sea hijo de algún pirata o algo por el estilo pero no veo por qué llevar a este niño tan pequeño y tan flaco, no creo que sea tan importante.
―Hay otra cosa señor, recuerde que en nuestro hogar se puede vender niños, podemos hacer que este chico nos de varias monedas.
―Tengo otros planes, suéltalo – inmediatamente él lo soltó y se alejó del chico, no quería hacer enojar a su capitán, uno de los tantos supuestos reyes del mar – tengo unas cuantas preguntas – el capitán puso su mano en el hombro del chico – me disculpo de antemano por el comportamiento de mis compañeros, no estamos acostumbrados a tener chicos por aquí. Vamos a mi habitación – el chico no opuso resistencia, su mente estaba solo repitiendo los tres mismos momentos. El grito de su madre, su casa quemándose y el hombre que parecía un pescado, esas tres imágenes se repetían una y otra vez - ¡Hay que largarnos de aquí, en cualquier momento llegaran más y no podremos ganar! – todo el mundo rápidamente se puso en sus posiciones y empezaron a moverse lejos del desastre que ellos habían causado. – ahora si tenemos tiempo, cuéntame de ti ¿qué hacías allí? Ya que el mar no es un lugar para alguien tan joven como tú – el capitán se sentó en su silla y miró al chico.
―Esos hombres fueron a mi casa, escuche gritos y me llevaron ahí adentro, me llevaron a ese lugar. Mi madre… - el chico se quedó callado mientras miraba el suelo. El grito, la casa y ese hombre, las imágenes se volvían más fuertes y cambiaban más rápido – mi madre está muerta.
―Es una lástima escucharlo, la mía también murió cuando yo nací. Sabes, te puedes quedar aquí un tiempo, no nos vendría mal alguien como tú. Descansa hoy y piénsalo.
―Que paso a los otros, a los demás – el chico poco a poco volvía a ser él, volvía a pensar con normalidad y a concentrarse en el presente.
―Nada que nos importe chicos, ahora te vamos a enseñar a ser alguien especial, te vamos a enseñar a ser un pirata y serás alguien grande.
―Yo quiero regresar a casa, yo quiero… - una decisión imposible para cualquiera, este chico no tenía más una casa.
―Con mucho gusto enano, pero ¿sabes dónde queda? Yo no, apenas te conozco – el chico se quedó callado – eso es lo que suponía. No podemos hacer nada, pero podemos ayudarte enseñándote a vivir en el mar, así defenderte y que no vuelvan a lastimarte esos hombres – el chico lo miro a los ojos, curioso.
―¿Sabes quiénes son? ¿quiénes eran? ¿por qué atacaron mi casa? – el capitán se levantó de su silla.
―No los conozco literalmente pero me puedo imaginar quien los envió a tu aldea – el capitán paso a su lado y le puso una mano en su hombro – puedo enseñarte a defenderte y que nadie pase por esto jamás, que tu puedas defender a las personas y que no vuelva a pasar lo que paso con tu madre – el capitán se alejó de él y se acercó a la puerta, antes de salir le dijo unas últimas cosas – tienes la libertad de hacer lo que quieras, puedes irte o puedes quedarte, incluso puedes lastimar a los otros. Voy a manejar este barco un momento, si sigues en esta habitación cuando yo haya vuelto significa que te quedarás, sino es que decidiste irte. Pero te advierto, no todos mis compañeros son así de gentiles como yo, quizás si sales de este lugar terminas muerto.
Así este pequeño niño se metió a este mundo oscuro, realmente no tenía otra opción y luego descubrió que era algo divertido, sentir el mar y olerlo, además de las grandes joyas y el misterio de saber si volvería con vida después de una misión, al final termino gustándole este pequeño mundo asqueroso. Al inicio no le gustaba matar, incluso evitaba hacerlo pero con el tiempo aprendió a cerrar su corazón y le dejo de afectar, la vida de los demás no valían nada, solo la suya y aprendió a las malas varias veces que no debes confiar en nadie, que todos están contra ti, incluso tus propios compañeros y que lo mejor es mostrar un poco de respeto siempre, aunque lo que más le gustaba era matar a las personas que usaban la misma ropa de los señores que mataron a su madre.
―Te quedaste, bien. A partir de ahora trabajaras para mí – fue lo que dijo el capitán al entrar a la habitación – cuando vuelva a salir el sol tendrás que limpiar toda la suciedad que este en el barco y ayudar en todo lo que los otros te pidan. Sí no nos ayudas o vas contra tu superior te tiramos al agua y vemos como lentamente te ahogas – ese fue el mundo que le toco y se terminó adaptando hasta volverse su propio capitán.
Chapter 12: El arma
Chapter Text
―No entiendo por qué debo tener que saber toda esa información de gente muerta, ya se murieron y no me debe importar – dijo un pequeño hechicero enojado al escuchar la misma historia de siempre, de cómo los brujos eran buscados y ejecutados.
―Para que entiendas nuestro odio, nuestra lucha, esto es más grande que tú y yo.
Cuando los brujos eran cazados por las personas normales era común que todas las personas sin poderes se unieran para defenderse contra este enemigo que no podían ganar, este enemigo que equivalía a miles de personas comunes, o por lo menos eso se decía en la antigüedad. Algunos grupos de magos simplemente se escondían y se defendían entre ellos, no quería pelear hasta que fuera necesario y había otros que solo querían destruir a los normales, se reunían para acabar con sus enemigos para siempre ya que eran muy pocos; el pequeño hechicero se encontró con este pequeño grupo de brujos que le fue enseñando su potencial pero poco a poco los magos morían quedando solo uno que le enseñaba todo, su historia y la forma en controlar sus poderes.
―Mira, puede que tengas razón pero esto se ha acabado, no sé ni como nos atrapaban antes si es fácil esconderse entre los humanos, es aburrido toda esa historia.
―Es más que una simple historia, es nuestra historia.
―No me importa, solo me utilizas para vengarte de algo que no te hicieron, siempre me utilizaron. Nos utilizamos mutuamente – el mago más grande le pego un puño en la cara al pequeño hechicero.
―Más respeto hacia mí, nunca vas a vivir bien hasta que no hagas lo que te diga, somos brujos, somos seres superiores, ellos deben ser los cazados, no nosotros.
―Eres un idiota.
―y ¿qué harás? Ya tienes diecisiete años, ya debiste haber sacado todo tu potencial, incluso te pusimos a trabajar cerca del rey y tú decides perder tu tiempo. Nosotros no te educamos para esto.
―Desde pequeño ustedes solo me educaron para una cosa – el brujo pequeño se movió rápidamente hacia su maestro, fue a su espalda, lo toco con la mano y lo quemo vivo – ser siempre su arma y solo me enseñaron a hacer eso, un arma – él pensó que con eso bastaría, pero su maestro lo agarró de la mano.
―Que decepción, eres una gran decepción. Eres el hechicero más poderoso por aquí, más que yo y decides usar trucos baratos para matar a alguien. Eso te lo enseñe yo en mi primer año, hacer que tu cuerpo mejore usando solo el aire, llevarlo a todo tu cuerpo para mejorar tu velocidad y fuerza, además usar fuego es de los primeros elementos que un mago debe controlar, eres patético – rápidamente le pego un puño en la cara y luego lo manda contra una pared con magia.
―Profe, eso es de segundo año, hasta yo sé hacer eso – el brujo más joven se levantó con algo de dificultades, el golpe tenía intenciones de matarlo pero no lo hizo – usas el viento y lo concentras para mandarlo lejos, cualquiera puede hacerlo con los ojos cerrados.
―Tienes el poder de tomarlo todo con tus manos, solo tienes que estirar las manos pero no lo quieres, no lo quieres.
―Ya aprendí todo lo que podía aprender, no necesito saber más de un viejo como usted ni de nadie, solo me dará más clase de historia. No le queda más de un año y todo el tiempo que le quedaba se lo malgasto conmigo – él se río – si yo soy estúpido, es porque aprendí de ti.
El profesor uso la misma técnica que su estudiante, cuando este pestaño él se acercó rápidamente hacia él y le intentó pegar con toda su fuerza, golpe que podría romper cualquier material pero su estudiante reacciono a tiempo y pudo bloquear el golpe reforzando su cuerpo casi sin sentir daño. Luego de esto el profesor siguió intentándolo una y otra vez con el mismo resultado, su estudiante bloqueaba todos los golpes sin importar que rápido o fuerte sea, simplemente su estudiante era mejor y quería demostrarlo, no lo esquivaba porque quería insultarlo, quería hacerlo sentir que no le llegaba a los talones.
―Ya veo, al final aprendiste a endurecer tu cuerpo, una técnica para resistir cualquier golpe, lo aprendiste solo al verme ¿verdad? – el brujo mayor sonrió – tienes un gran potencial chico, por fin puedes vengar a nuestra especie.
―¡Qué no me interesa! No me importa solo vine aquí a entrenar a saber más de mí, llegué aquí para saber quién era yo, para tener un lugar tranquilo y simple donde todos nos apoyábamos pero solo me vieron como un arma todo este tiempo, ya no me sabes que explicar porque no te sabes más truquitos, ya no me sirves. Yo solo quería llegar a todo mi potencial pero fuiste un fracaso, no pudiste hacerlo.
―¿Toda la gente que matamos? ¿todas las personas que se sacrificaron por ti?
―Solo quería aprender a usar magia y a vivir mi vida. Ya se hacer todo lo que tú sabes y más, puedo incluso cambiar el comportamiento humano casi exactamente como hace una flor, esa magia tan prohibida la leí y no era tan difícil, ya la probe incluso.
―No tienes remedio, me tocara matarte y tomar tu poder, solo eres un mocoso.
―Gracias por todo profesor pero creo que no me serás más necesario, ya me enseñaste todo lo que pudiste, ahora con este poder podré vivir en paz, vivir como quiera.
En ese momento el pequeño brujo hizo levantar a su profesor por los aíres, luego le rompió cada uno de sus dedos, uno por uno mientras el profesor gritaba, atacó los órganos internos y fue desgarrándolos poco a poco, dolorosamente y al final cuando sentía que no podría sostenerlo así por mucho tiempo, lo hizo explotar, una magia muy simple de entender y de hacer pero agotadora para el brujo, pocos pueden hacer esto pero es un movimiento casi victorioso ya que pocos saben defenderse desde esa posición.
―Solo te deje con vida para que me enseñaras todo, ya no sabes más así que ya no me sirves – en ese momento una chica de pelo verde entró y vio todo el desastre.
―Lo siento, yo no vi… - ella intentó huir pero él la obligo a detenerse con su magia.
―Debería matarte, ya viste demasiado pero ¿qué tal si experimento? Eres una persona normal amiga del profesor, una gran ayudante, quizás pueda hacer unos cambios a tu cuerpo, quien sabe, quizás vivas sin necesidad de un corazón ¿quieres probar? ¿no tienes curiosidad? Yo sí, Lo voy a intentar.
Él se adentró en el cerebro de ella y provo algo nuevo que nadie había intentado, sabía que los humanos sentían cosas a través de su cerebro ¿qué pasaría si elimina esa parte del cerebro? Eso fue lo que hizo y con su magia evitó que se muriera, esa parte de su cerebro ya no se utilizaría más o por lo meno una gran parte de ese pedazo tan sentimental, modificó el cerebro y fue totalmente un éxito, esta nueva chica en un segundo perdió todos sus sentimientos, su alma incluida; pero este proceso tuvo varias desventajas. Su memoria era básicamente inútil, apenas podía recordar las cosas importantes, lo segundo es que apenas se podía mover con normalidad, las cosas más complicadas como correr o pelear le eran imposible para ella, apenas si se podía mover. Pero había un punto muy positivo y es que su mente quedo muy vulnerable. Fue un proceso doloroso para él, se sintió mareado y que apenas podía respirar, además que su boca sabía a hierro, si hacía eso con dos personas lo más probable es que se desmayara en la mitad del proceso.
―¿Quién eres? – pregunto la chica, esto hizo sonreír al brujo, gracias a su voz sabía que había funcionado.
―Nadie especial. Ven siéntate – ella inmediatamente hizo caso y se sentó a su lado – interesante.
―¿Dónde estamos? – aquí se dio cuenta de los efectos secundarios de su experimento.
―Sabes, te mostrare algo – con su mano hizo una pequeña bola de fuego, él estaba esperando un sonido de asombro o algún gesto, pero ella se quedó quieta mirando la bola.
―¿Cómo haces eso? – esa sería la pregunta recurrente de ella.
―Al parecer con aíre. El aíre es la cosa más importante en nuestra vida y nosotros podemos cambiar ese aíre, volverlo fuego, agua – rápidamente la bola de fuego cambio por una de agua – puedes mover objetos con la mente, dañarlos, puede cambiarle su olor para que la gente esté algo distraída, diferente. Puede hacerse muchas cosas, todo es aíre – Esta sería la primera de tantas explicaciones que él le daría a ella, aunque a cualquiera explicar esto varias veces sería una molestia, para él no ya que entre más sabía de su magia más fuerte iba a hacer, al saber el paso por paso de su magia iba a hacerlo mejor y cada vez que ella preguntaba él le explicaba cada vez con más detalle, así nunca olvidaría a usar su magia además de enseñarle un pequeño ejemplo, ejemplo que debería ser exhausto para él y así no perder nunca su poder. Un mago que deja de sacar hechizos y de repasar la magia era un mago débil.
―y ¿qué haremos amo? – esa palabra el pareció algo raro a él, hasta incomoda.
―No me vuelvas a llamar así en tu vida por favor – él le agarró su mano – y ahora vamos a vivir tranquilos, ser personas normales, caminar entre los comunes.
Ambos salieron de la habitación volando y desde arriba vio el pequeño pueblo, era agradable y no quería hacer lo que tenía que hacer pero sabía que si no lo hacía jamás sería libre, alguien buscaría venganza o advertirían a alguien sobre su existencia, lo buscarían, no podía simplemente correr el riesgo de dejarlos con vida y decidió terminar con todo. Abrió la tierra debajo del pueblo y este fue tragado y para asegurarse que no volvieran cerró la tierra de nuevo, enterrado el pueblo por completo, un montón de tierra los aplastó hasta no quedar nada, algo que todo el reino pudo sentir, incluso la mismísima tierra tembló ante esto; el gran pueblo donde lo vio crecer y le aprendió sobre las cosas ahora había desaparecido, así tenía que ser las cosas. El hechizo le costó más de lo que esperaba y fue bajando poco a poco hasta llegar al suelo, ahí escupió un poco de sangre.
―No vuelvo a hacer eso. Debemos ir caminando.
―¿Por qué destruiste ese lugar? – era tan extraño escuchar a alguien casi sin emociones, una voz sin alma.
―Era la única forma de ser libres. Al inicio solo me uní a ese lugar para tener comida en la mesa y un techo pero cuando conocí a alguien como yo me enseñaron a defenderme, todo esto me llamó la atención y decidí practicar y aprender, todo lo que me decían lo hacia una y otra y otra vez hasta el cansancio, no me detenía hasta lograrlo o perfeccionarlo. Además con más poder nadie va a querer tocarme los huevos, podré por fin dormir tranquilo, no pienso crear un reino o algo por el estilo, solo me conseguiré un trabajo normal y una vida normal. No creo haber llegado a mi límite pero ya tengo el suficiente como para vivir tranquilo.
Y así fue, una vida tranquila y casi sin molestias, una vida como alguien común, el antiguo hechicero quedo sepultado con el pueblo y nació una persona común, persona que sabía su potencial que fue manteniendo con los años y en caso de necesitarlo ideo un plan para destruir el reino y desaparecer, así para volver a su casa y seguir viviendo una vida normal; no quería lastimar a nadie si no era necesario, ya había logrado todos sus cometidos, era el ser más poderoso de este reino y nadie le obligaría a hacer algo de nuevo, a ser un arma. Hasta que nació Freddy y él sintió que era inferior, que por fin había alguien lo podría derrotar y obligar a trabajar para él, ser de nuevo un arma. Lo más lógico dirán ustedes es que había que matar al niño antes de ser un problema, así de simple y ya pero él se preguntó ¿qué pasa si absorbo su poder? Aunque solo tenga unos últimos años de vida sería el rey del lugar sin hacer mucho sacrificio y con un poco de diversión, incluso podría cambiar una que otra cosa del reino con facilidad, sintió curiosidad por saber el poder de Freddy y quería verlo a su máximo esplendor. Su vida normal estaba amenazada, iba a luchar por ella pero ¿por qué no esperar un poco? Quería saber todo sobre este niño.
―¿A dónde vamos? – el brujo la miró y sonrió.
―No lo sé, nunca pensé llegar tan lejos, jamás pensé que podía conseguirlo pero ya me cansé de la aburrida historia de siempre, solo quiero cerrar los ojos y nunca despertar, es hora de ser la persona que nací para hacer. Debería conseguir un trabajo.
Chapter 13: La corte
Notes:
Lo siento por interrumpirles así la historia pero tengo algo importante que decirles, cuando lleguemos a los 100 lectores hare una dinamica en twitter, me llamo Marco Polo o @QPilla98972 y tengo una foto de Fox de FHS, por ahí les indicare cual es la dinamica y como participar. Además por ahí subo algún que otro spoiler de la historia. Muchas gracias
Chapter Text
Lo que paso con la guardiana no paso por desapercibido por nadie, los primeros en enterrarse fueron los reyes. Mientras la guardiana peleaba con ese hombre uno de los dos guardias fue directamente donde el rey para avisarle lo que estaba pasando, lo interrumpieron hablando con un almirante de su armada mientras discutía lo ocurrido hace unos días y como solucionar esa gran bola de nieve que venía hacia ellos. Cuando escuchó la noticia abrió los ojos y apretó los puños pero no era momento de enojarse, rápidamente pidió que fueran varios caballeros al lugar y cosa que diga el rey cosa que se hace, aunque cuando llegaron ya era demasiado tarde, ya se había largado el intruso. El rey molesto fue preguntando uno por uno que había pasado, era como una corte donde él en cualquier momento podía cortarle la cabeza a alguien, solo necesitaba una buena razón. Primero pasaron los guardias que estaban cuidando su habitación, querían saber cómo dejaron entrar a alguien así de fácil, ellos no sabían tampoco y eso fue lo único que respondieron. No lo sé, simplemente vino esa mujer nos advirtió que había alguien adentro y tenía razón, ella entró y nosotros nos quedamos afuera. El rey no les creyó, le parecía una mentira demasiado grande pero decidió seguirles el juego un momento, tenía que escuchar toda la historia para entenderla y poder tomar una decisión, decidió llamar a la guardiana y saber su respuesta.
―Dime ¿cómo sabías que había alguien en nuestra habitación? Incluso lo supiste antes que los caballeros que cuidaban mi habitación.
―Yo no lo sabía señor – el rey lo miro confundido.
―¿Me estás diciendo que las dos personas que estaban antes de ti mintieron? Cuidado con lo que dices, puede costar una vida.
―No sé qué le dijeron su majestad pero yo no lo sabía, fue el brujo quien se dio cuenta de la situación y me mandó rápido hacia allí. No sé si recuerda pero usted me puso a cuidar al príncipe mientras estaba con él y allí adentró me aviso que había algo raro pasando en esa habitación. No me dijo cómo lo supo solo me dijo que lo hiciera y prometió que decía la verdad, me dijo que por usted, nuestro rey, decía la verdad y había alguien en su cuarto, nadie jurar con su nombre si no está seguro que lo que dice es cierto. Al final lo quise comprobar y tenía razón, estaba alguien ahí.
―¿Por qué quisiste pelear sola con él? Solo entraste tú y sacaste a los demás.
―Mi señor era simple, estaba claro que nuestro enemigo era alguien escurridizo, no tenía una espada sino un cuchillo, el arma de los cobardes, sabía que no era alguien que pelea justamente, si los enfrentábamos todos podía escaparse de los tres y salir por la puerta, teníamos que acorralarlo que era lo importante y atacarlo todos juntos. Además el enemigo entro de alguna manera mágica, tenía miedo que entrara en desesperación y fuera a atacarlo usted o que todo esto en realidad era una trampa para entretenernos e ir contra usted, alguien estaba adentro y la mayor importancia en esas ocasiones son la familia real, ustedes.
―Un movimiento bastante inteligente de tu parte pero me pregunto ¿qué paso con él? – la guardiana se quedó callada, pensando, sentía como su rey la juzgaba desde su trono.
―Eso también me pregunto señor, después de haberlo lastimado y casi matarlo, ese cobarde huyo hacia el armario y ahí desapareció, como digo señor no sé nada de magia así que no sé cómo lo hizo para desaparecer, no había nada que demostrara que hubiera un camino secreto o algo por el estilo, simplemente desapareció ahí adentro.
―¿Dónde estaba Freddy en esos momentos?
―Lo dejé con el pequeño brujo, Freddy insistió en quedarse y sabía que no podía perder más tiempo, confié en él.
―Por último, usted les dijo a esos dos guardias que yo le había dado una orden de entrar al cuarto ¿por qué mentiste? – la guardiana no sabía si estaba enojado o no, nada de su voz o de su cuerpo le daba una pista.
―No era mi intención señor pero si decía que hay alguien adentro ambos se iban a reír y no me iban a dejar pasar, ese es su trabajo. Es cierto que inventé una pequeña mentira pero sabía que si no lo hacía jamás iba a entrar, me disculpo por haberlo hecho pero al final salió todo bien, como puede ver por mi espada alcancé a herir al intruso, yo no miento y no sé quién era pero presiento que no va a quedarse quieto.
―Lo tendremos en cuenta, muchas gracias Chica. Ahora ve a que te revisen ese brazo que lo debes tener lastimado y no te preocupes por Freddy, tomate un descanso de unos días, su madre se encargara de él. De hecho es muy probable que te ponga a hacer algo solo a ti, únicamente a ti y no quiero que le digas a nadie.
―Si su majestad, muchas gracias.
―¡Traigan al pequeño mago, tengo preguntas que hacerle! – gritó para que los de afuera lo escucharan e hicieran caso.
Cada vez las cosas se complicaban más, su cuarto ahora era un desastre pero eso no le importaba, estaba claro que entraron exactamente a su cuarto a robarle algo pero ¿qué? Y ¿cómo? La única respuesta que le habían dado era magia. Sabía que estaba en peligro pero solo una idea lo aterrorizaba ¿cómo sabía que estaba en su habitación? Y ¿qué importaba más que acabar con el rey? Algo no se sentía bien, había una rata adentro y esto solo lo confirmaba, ya no eran sospechas como antes, ahora estaba seguro de que alguien dentro del castillo lo quería ver muerto pero ¿quién? Su lista de enemigos puede ser gigante, casi infinita, todo eso solo lo preocupaba más y más. Por suerte estaba en una habitación completamente solo, aunque ya no estaba seguro de eso, quizás dentro de las paredes hay un enemigo que no puede ver.
―¿Me llamó señor? – decía el mago algo tímido, estaba enfrente al rey, la persona que literalmente le debe la vida y que siempre le parecía imponente.
―Si, la guardiana Chica me dijo que usted sintió la presencia de magia o algo por el estilo, quiero saber exactamente lo que paso.
―Si, yo lo sentí y es difícil de explicar señor – no sabía porque ella no había dicho que fue su hijo quien en realidad los detecto pero iba a seguir con su versión de la historia, quizás era lo mejor.
―Inténtalo – dijo sin expresiones mientras lo miraba fijamente, lo cual lo hizo parecerse aún más aterrador – imagina que tu vida ahora está en juego, yo decido si vives o mueres. Quiero que me convenzas, que peles por tu vida.
―Simplemente lo sentí señor, los brujos podemos sentir la magia de otras personas, era una magia débil y apenas perceptible pero estaba ahí, es como que hueles algo raro y no sabes que es y poco a poco eres más consiente de ese olor y de donde viene. Así lo sentí yo y al inicio fue difícil, simplemente me llego ese olor lo cual era raro, yo era el único que sabía usar magia en el castillo, incluso en este reino lo cual decidí concentrarme y saber que pasaba y ahí lo encontré, en su cuarto, rastros de magia.
―¿Sabes cómo esa persona entró? Eres un mago, deberías saberlo – dijo el rey con una pequeña sonrisa.
―Sí, al inicio no estaba seguro de que era pero tenía la sospecha que era un portal, básicamente como los que hago para abrir la habitación, abro la pared para entrar a mi lugar pero este es mucho mas avanzado que el mío, primero los míos solo abren en la misma pared, solo sirve para pasar de un lugar de otro mientras que este te llevaba a otro lugar completamente diferente. Lo segundo es el poco nivel de magia, lo mantenía oculto y escondido, casi imperceptible lo cual es complicado de manejar y no sabemos cuánto tiempo duro el portal abierto, no hablamos de cualquier mago, hablamos de alguien experimentado.
―La persona que entró al castillo ¿era el mago?
―No, y tengo dos simples razones para creerlo, primero que nada es que el portal siempre se mantuvo abierto, todo el tiempo y eso es un malgaste de energía innecesaria, tú cuando peleas necesitas tener toda la energía, no desconcentrarse, hacer dos cosas mientras peleas es una mala idea. Lo segundo es que yo hubiera sentido su poder, por más que se mantuviera oculto yo lo detectaría y eso lo haría caer más rápido, seguramente entró alguien conocido, un seguidor o un amigo, no podía estar ni estar en el castillo para pasar desapercibido lo cual es impresionante ¿qué tan lejos estaba? Es alguien poderoso.
―¿Tú debes saber dónde vas a abrir el portal? Me refiero a que debes conocer el lugar antes de abrir esa cosa.
―La mayoría de las veces lo es, no es recomendable abrir un portal a lo desconocido pero se puede hacer, para abrir un portal uno no necesita usar los ojos o los oídos, simplemente lo sientes pero si no sabes donde abres un portal podrías aparecer dentro de la cárcel o justo afuera del castillo y caer al suelo y morir, es casi imposible abrir un portal en el lugar exacto.
―Debieron saber de antemano el lugar donde estaban, ya tenían información de nuestro lugar, ya están adentro – Bonnie se quedó callado, quería decir algo pero sabía que no era el momento de hacerlo, lo mejor era agachar la cabeza - ¿por qué no fuiste tú con ella? Te quedaste en tu habitación solo viendo ¿verdad? Se que solo eres un niño y que no sabes pelear, pero podías hacer algo de magia y avisarme ¿no crees? – era verdad, pero él no se quedó de brazos cruzados.
―Sí hice algo, estaba buscando el punto origen del portal, saber en donde lo estaban abriendo y fue complicado, había varias trampas y vueltas en círculos, intentaban confundir a cualquiera – esto era mentira, era solo una línea recta tan difícil de detectar que le costó a él, estaba muy oculta y entre más se alejaba del castillo más perdía el rastro – lo seguí de un lado a otro hasta que llegue al lugar o una aproximación, está en los suburbios bajos, ahí se abrió el portal. Aunque el portal este cerrado siempre deja un rastro de magia, uno pequeño que se puede rastrear, tendremos algo.
―Ve tú solo y dile a la guardiana Chica que vaya contigo. No le cuentes a nadie y no confíes en nadie, dime de donde vino. No pierdes el tiempo y ve.
―Si señor, muchísimas gracias.
El pequeño brujo lo dejo y muchas preguntas se hacían en su cabeza, sabía que debía tener cuidado, no podía confiar en nadie, ni en sus propios hombres y era normal que los reyes tuvieran enemigos, incluso dentro de su propio castillo pero rara vez se ve a un brujo pelear con un rey, por lo menos no después de la guerra de la trinidad, luego de eso se hizo la paz con ellos y los reinos dejaron de cazarlos, incluso les dieron trabajo ¿por qué después de tantos años habían vuelto a ser enemigos de los reyes? ¿solo buscaban su cabeza o a todos los reinos? Sabía que no podía decirlo ya que esto empeoraría la situación, tenía que ocultarlo como fuera aunque esto sería imposible. La pregunta más importante es si era un solo brujo o eran un grupo grande.
―¡Llamen a la reina! – sabía que no podía contarle toda la verdad, la iba a preocupar, por eso decidió preocuparla solo un poco, no iba a decir nada de sus sospechas o de sus charlas anteriores.
―¿Entonces yo soy la siguiente sospechosa? – el rey sonrió – sí, yo lo hice, me atrapaste – la reina soltó una pequeñas risitas.
―Solo quería saber cómo estabas, si te sientes más o si te pasa algo. Te llamo para decir que la guardiana de Freddy salió lastimada.
―Sí, la vi y supe lo que paso, pobre chica, sé que la apuñalaron en su pelea, aun así creo que va a seguir a nuestro lado.
―Posiblemente, tiene ese fuego en su corazón pero le dije que descansara unos días, era una orden además de ver al doctor y creo que me hará caso, no la veremos por unos días por aquí así que quiero que cuides a Freddy, no te separes a él.
―Será lo mejor para ella, tiene que descansar la herida para que no empeore. Veo que estás preocupado por lo que paso y claro que lo haré, cuidare a Freddy todo este tiempo, supongo que tú vas a buscar a ese sujeto por todos los rincones del reino – el rey sonrió.
―Por cierto ¿sabes si te robaron algo? Eso puede ser una grande posibilidad, me gustaría que revises tus cosas para… - la reina lo interrumpió.
―Sí, cuando me dijeron lo que paso y que ya era seguro ir a mi cuarto lo observe y si me faltaba algo…
Chapter 14: Amigos
Chapter Text
Después de ser aceptada empezó a entrenar y a cuidar de Freddy en una rutina algo irritante pero que ella se acomodo bastante bien, poco a poco fue entrenando y mejorando. En algún día que ya no recuerdo pero era algunos meses antes de la pelea que tuvo con el intruso, su entrenador le puso un reto, pelear contra un caballero en iguales condiciones, un guerrero llamado Fede e incluso llamó a varios caballeros a observar, cada vez se hablaba más de la nueva, cosas positivas y de admiración. La pelea no es digna de nombrar ya que ni fue una pelea, la guardiana Chica destruyo a ese caballero más de una vez, era obvio quien era la persona más fuerte y lo mejor de todo es que no le tuvo piedad hasta tenerlo en el suelo y eso es lo que quería ver de ella, que pasaba si se enfrentaba a alguien inferior ¿se detendría? Todo buen caballero sabía que no hay nunca que subestimar al enemigo y darlo todo en la batalla pero ¿ella ya sabía? No la había visto pelear contra alguien que no fuera su maestro, nunca peleó contra alguien débil y quiso saber si sentía compasión por la pobre criatura, no lo hizo y lo humillo varias veces. Pero a pesar de eso y de ser tan cruel en las batallas, cada vez que caía le daba la mano y le decía que había sido una buena batalla. Ann caminó hasta llegar donde Freddy, quien ya estaba despierto mirando la ventana, poco a poco le fue cayendo mejor Freddy, era un dulce niño.
―Ya estás aquí, pensé que te ibas a demorar – dijo Freddy con una sonrisa
―Yo también, pero no hay nadie más fuerte que yo – dijo con una sonrisa vencedora y señalándose con el pulgar – ahora dime que vamos a hacer hoy.
―Nada interesante, va a venir ese señor extraño con el pelo rosa que me ensaña cosas. Nada divertido.
―La vida no es divertida siempre Freddy, pero disfrútala.
―¿Crees en los fantasmas? – su voz había cambiado, ya no sonaba tan dulce y ahora miraba la ventana de su cuarto.
―Hay cosas que no conocemos, puede que sí o puede que no. Nunca he visto uno pero cuando llegue aquí vi muchas cosas que nunca había visto, cosas que me parecían imposibles. No he visto uno pero no cierro la puerta a esa posibilidad, además dicen que tenemos almas y quien sabe, quizás un alma se queda aquí se convierte en fantasma – vio el chico un poco decaído lo cual era raro, Freddy normalmente era alguien alegre – pero tranquilo, con mi espada yo te defenderé – esto hizo reír a Freddy.
―Sabes, me alegra que estes aquí pero aún no me has dicho de donde eres. Tu forma de hablar y que todo a los que pregunto dicen que no saben me preocupa ¿eres acaso un fantasma? – esto hizo reír a Ann.
―Obvio que lo soy, no vez que puedo… ¿qué hacen los fantasmas? – esto hizo reír a Freddy.
―Gracias por estar aquí – alguien tocó la puerta – ese debe ser ese chico, es tan extraño.
―Sabes, cuando salgas de aquí podemos caminar en el patio un momento – camino hacía la puerta y la abrió, ahí encontró a un chico de pelo largo, una sonrisa y unos cuantos libros en las manos.
―Hola, un gusto soy Felix, su tutor – dijo con una pequeña sonrisa mientras entraba, su voz era tranquila y alegre aunque un poco aguada, algunos dicen que es una voz falsa, simulada.
―Claro, Freddy me dijo que llegarías – ella miró hacia atrás y movió su mano despidiéndose – chao Freddy, nos vemos después, cualquier cosa solo toquen la puerta y un guardia los ayudará – ella salió de la habitación y cerró la puerta – voy a comer algo, mantén vigilada esta puerta, nadie entra – le dijo a un caballero que estaba cerca, este le hizo un pulgar arriba y se hizo al lado de la puerta.
Los caballeros rara veces comían, pasaban días sin comer o comiendo solo frutas que encontraba en los árboles, pero ella no conocía esta regla, la desconocía y nadie le había dicho, comía cada día lo cual era demasiado para un caballero normal y no era que ella no podía, ya que desde pequeña ella ya practicaba esta regla de oro de un caballero aunque no la conocía, a veces no tenía ni para comer así que se tenía que aguantar el hambre con lo poco que tenía y si podía comería todos los días, cosa que hacía, cogía su comida que básicamente era granos y cereales con un poco de verduras, siempre lo mismo pero a ella no le molestaba, se sentó en una silla y empezó a comer.
―¿Me puedo sentar? – pregunto el caballero a quien lo humillo más de una vez. Ella hizo un gesto para que se sentara – muchas gracias, sabes eres muy buena peleando y eso que no llevas ni un año aquí, es simplemente sorprendente. Lo siento por no presentarme, me llamo Fede.
―Ann – dijo ella mientras comía.
―Un gusto Ann ¿te molesta si traigo a una amiga? Me va a preguntar cómo me fue en la prueba.
―Hagan lo que quiera, no me molesta.
―La gente habla de ti, hablan de cosas positivas de ti y algo extrañado ¿dónde estabas todo este tiempo? Se pregunta muchos, incluyéndome, eres bastante talentosa. Aquí viene – Fede se levantó y le hizo señas a su amiga – ya viene para acá, su nombre es Lily – Ann la miró confundida.
―¿Lily? ¿Quién se llama así?
―Tú te llamas Ann así que… - Fede jugo con sus manos – ambos son nombres igual de raros.
―Hola Fede ¿cómo estás? ¿cómo fue en tu pelea? – Lily era una chica de pelo azul largo, algo delgada y con una ropa bastante sucia.
―Bien, bien, bien. Estuvo interesante.
―¿Contra quién peleaste? – esto hizo sonreír a Chica – y por cierto un gusto, soy Lily, ahorita nos presentamos, es que mi amigo estaba emocionado con esta pequeña batalla; seguramente destruyo a su rival.
―Bueno, esto es curioso pero, ella era mi rival.
―Entonces ahora me da más curiosidad dime ¿cómo le fue a mi muchachito? ¿qué tanto te lastimó? – Chica la miró por un momento y sonrió.
―Es un buen peleador, tiene potencial, puede llegar lejos – ella agarró un poco de pan y lo comió – pero no estaba a mi nivel, le gane. Lo siento pero fue así.
―Ya veo – Lily la miró detenidamente, la estaba analizando – me alegro que ahora sean amigos, supongo. Te tengo noticias…
Y así empezó su amistad, no era una amistad normal ya que Chica no los buscaba pero tampoco le molestaba que ellos se acercaran a ella y poco a poco les agarraba cariño, sobre todo por las cosas tan idiotas que le pasaban a ellos, parecía hasta cómico, todo lo que se proponía, todo le salía mal. Ambos hablaron y hablaron por unos minutos olvidando a Chica todo momento y era algo que con el tiempo se iba a repetir. Descubrió un par de cosas del castillo y de sus dos nuevos amigos, sobre todo de Lily que era una pintora que le pegaban para hacer pinturas del rey, la reina, el príncipe y algún que otro caballero además de arreglar algunos murales que se le había caído la pintura, era bastante talentosa y le pagaban bastante bien y casi siempre se le ve por los pasillos aunque el rey siempre la mantenía vigilada y esto solo iba a aumentar. También descubrió que Fede viene de un gran caballero y que intentaba ir por el mismo camino de su padre y llevaba menos tiempo que Chica en el castillo. Lo que hay que destacar en estos momentos es que ellos conocían al cocinero, Town y que eran muy amigos, era alguien amable que siempre les dejaba comida a los ratones, un buen sujeto y con una gran sonrisa que intenta ayudar a todos, además de un gran cocinero; aunque ella no le pareció así ya que la primera vez que lo mencionaron fue cuando alimentaba unas ratas, algo que a ella le parecía una irresponsabilidad ya que provocaba que las ratas volvieran y se podía comer toda la comida.
―Me tengo que ir, un gusto conocerlos – dijo Chica levantándose de la mesa cuando termino de comer.
―Antes que te vayas, quiero decirte que tengas mucho cuidado, se nota que no eres de aquí y que no sepas lo que paso aquí, la guerra de la trinidad o algo más cercano, lo que le paso al anterior guardián de Freddy. Aquí crece la maldad y el rencor, la envidia y el deseo de matar y en cualquier momento las cosas pueden explotar, todo siempre depende de un hilo.
―Me tendrán que contar esas historias después, cuando quieran pueden buscarme sin ningún problema.
―Cuando necesitas y si tienes un secreto o algo, solo dinos y te ayudamos, incluso podemos negociar con el cocinero que te dé más comida, es buen sujeto.
―No gracias, ya como lo suficiente, ahora si me disculpan, voy a ir donde Freddy, ya debió haber terminado.
Ella camino por los pasillos sin mirar atrás, fue a la puerta de Freddy, el caballero le informó que el sujeto ya había salido hace tiempo y que se encontraba solo; ella tocó la puerta y abrió la puerta, ahí encontró a Freddy con una sonrisa esperándola, rápidamente salió y Freddy le agarró la mano a Ann, era más una costumbre que tenía con su madre, así él se sentía seguro con la persona y se aseguraba que estaba cerca de él todo el momento, que jamás iba a salir corriendo y separarse. Como fue prometido ambos fueron al gran patio del castillo, ambos caminaban por ahí mientras hablaban.
―Dime como te fue, hoy tenías una batalla ¿no? Quiero saber cómo te fue.
―Gane sin ninguna molestia, fue demasiado fácil. De hecho me hice amigos de esa persona, Fede creo que se llamaba.
―Me alegra por ti, te hace falta amigos – ella lo miró un poco molesta – sin ofender pero la pasabas mucho tiempo sola o cuidándome, a veces es bueno salir y relajarse.
―Adivino que tú tienes muchos amigos, eres el príncipe – Freddy le miró y sonrió.
―No tengo tantos amigos, solo tengo a Golden y a Toddy pero ellos solo vienen de vez en cuando por aquí y a ti, tú pasas más tiempo conmigo.
―Agradezco que me consideres tu amigo – por un momento Ann vio por el rabillo de su ojo a una figura observándoles desde una ventana, no podía distinguirlo y solo podía ver la figura a lo lejos. Ella se giró para ver esa figura, una figura que no la dejaba tranquila y la incomodaba pero cuando lo hizo esta ya había desaparecido por completo, aunque aun así decidió observar las otras ventanas, comportamiento que Freddy no paso por desapercibido.
―¿Qué miras? – dijo Freddy con una dulce voz, mirando donde su guardiana miraba.
―Me pareció ver algo, una figura observándonos. Un fantasma – dijo Ann con una pequeña sonrisa, obviamente no era un fantasma pero quería jugar un poco con Freddy. La broma no fue bien tomada por Freddy ya que se asustó y se escondió detrás de ella – lo siento, era una broma, era una broma. No es ningún fantasma, lo que pasa es que por ser tan protectora me imagino cosas.
―¿No era un fantasma? – dijo Freddy separándose un poco de ella.
―No tontito y si lo fuera no dejaría que se acercase a ti. No es la primera vez que me pasa y me ha pasado seguido, como caballera tengo que estar atenta a todo lo que se mueva siempre y a veces eso juega en contra, te das vueltas al sentido equivocado, en realidad no era nada.
―¿A qué le temes? – preguntó Freddy mientras miraba atrás suyo.
―A los bosques – Freddy la miró confundido y luego sonrió, le parecía el mejor chiste que le habían contado - ¿a qué le tienes miedo tu? – Freddy se quedó callado, pensando.
―A los fantasmas.
Chapter 15: Senderos y bandidos
Chapter Text
―¡Maldita sea! Cuanto odio esta gente ¿cómo supieron eso? Maldita sea, hijos de puta que solo pierden su tiempo. Lo peor de todo es que no podemos hacer algo, ya debes saber porque – dijo Usagi enojada.
―Tranquila que todo va a mejorar, las cosas no están tan mal, aun llegaron varios cargamentos.
―Háblame de números, solo eso – dijo mirando fijamente a Loon bastante molesta.
―Hemos perdido más de la mitad de nuestros minerales cuando pasamos, no es solo algo que pasa de una vez o de una persona, es algo ya planeado y no importa cuánto cambiemos de ruta tarde o temprano vuelven a encontrar las unidades, simplemente las cosas desaparecen. Siempre pasa un tiempo antes que vuelvan a atacar lo cual me hace dudar de nuestra gente, alguien dentro nos está traicionando.
―Números, ahora.
―No queras saberlo – dijo Loon asustado, Usagi apretó un poco el puño y este decidió decirle – solo dejémoslo como el peor mes que hemos tenido en nuestra vida, un golpe duro para nosotros. Ya hemos tenido golpes así, siempre los tenía en cuenta esa posibilidad, pero ahora es exageradamente grande.
―Los reyes no quieren ayudarnos, aunque esto también les concierne a ellos – ella se levantó de la silla – pásame en mapa, quiero pensar una cosa.
―Ya probamos todo.
―Mapa, ahora – Loon le hizo caso y le saco un mapa.
―Que más podemos hacer, que más podemos hacer, ya fuimos por cada camino elegido, cada sendero, cada todo y siempre caían. No importa si enviamos a todos juntos o uno por uno, siempre pasa lo mismo. Maldita sea y el rey todavía no nos quiere ayudar, todavía no…
―¡Oigan! – dijo Owynn entrando con violencia a la habitación – lo siento por interrumpir pero tengo algo importante que decirle – él rápidamente cerró la puerta para asegurarse que estaban solo.
―Claro, dime más mala noticias, échame más tierra que todavía no me ha llegado a la cabeza, todavía puedo respirar – dijo Usagi cansada, camino hasta su silla y se sentó.
―Creo que alguien está informando a los bandidos de nuestras rutas, cada movimiento que hacemos ellos se adelantan, no importa cuánto cambios hagamos siempre vuelven, siempre vuelven a robarnos – Usagi soltó una pequeña risa por esto y Owynn lo miró confundido.
―Lo siento, lo siento, lo siento – dijo entre risas – es que eso mismo estábamos hablando yo y Loon hace rato. Ya lo sabíamos – Owynn se quedó perplejo, abrió los ojos, se sentía como un tonto – también llegamos a las mismas conclusiones que tú hace unos días, no era tan difícil. El problema es que el rey no puedo hacer mucho porque política y aunque ataquen a sus putos bolsillos no podrá hacer nada ya que si lo hace él solo quedara sin gente y los otros reinos pueden verlo como un intento de aprovecharse, ya que seamos sinceros, nadie hace las cosas gratis jamás y los otros reinos pensaran que va a pedir más de lo que ya repartieron, agrandar su territorio o por una política idiota no podrá actuar completamente solo, no lo sé ni me importa.
―Estamos solo por ahora. Estamos solos – dijo Owynn mientras miraba el mapa – entonces sabemos que hay un posible informante adentro pero no sabemos quiénes ¿cuántos saben de esto? Las rutas y todo esto.
―En teoría nosotros dos, sobre todo Loon es quien me decide cuáles son los mejores senderos y yo escojo cuantos van a ir, con quien y todo eso. Ya habíamos sufrido bajas pero solo bastaba con ir por otro camino, esas personas no tenían un mapa o conocimiento de los senderos, hasta ahora. No era necesario pelear, pero ¿qué cambió? – Owynn puso una mano en su mandíbula y pensó.
―Obviamente ustedes dos no son lo que dan la información ya que ustedes son los que más pierden con todo esto ¿qué beneficio les daría? Está claro que el informante es alguien que recorre esos senderos y después de recorrerlos dice que camino van a recorrer a los bandidos o a las personas que hagan esas cosas. Algo que me pase curioso es que a pesar de todo las personas no salen lastimadas o mueren, solo lo amenazan entre varios y lo sacan del carruaje lo cual me parece curioso ya que ellos no deberían respetar la vida humana, sería más fácil matarlos y no dejar testigos. Excepto si la persona que mueve estos hilos, esa persona que entrega información este allí con ellos ¿por qué matarías a tu gallina de huevos dorados? Aún está ahí dentro pero son demasiado que es imposible saber exactamente quien.
―¿Y si los despedimos a todos y pones a alguien nuevo? Sacar el problema de raíz – dijo Usagi molesta, demasiado molesta, solo era problemas tras problemas y sin ninguna solución.
―No por dos simples razones, se van a enfadar muchísimo que van a hacer una revuelta gigante, ya con los problemas de pago que vamos a tener y le sumamos despidos sin razón, solo causara más enojo para todo el mundo y ya sabemos qué pasaría si hacemos enojar demasiado a nuestra gente. Además eso no promete nada ya que ellos son realmente unidos y en el descanso o tomando se le irá la lengua y dirá que cambiaron la ruta y sin saberlo ya ayudo a hacer el mal sin saberlo, se convirtió en un informante sin saberlo. Despedirlos solo sería otro problema aún más grave.
―Básicamente no podremos hacer nada. Vaya mierda, maldito rey inútil que no hace nada.
―Pero tengo una solución, no es duradera pero nos dará tiempo, primero que nada ¿están seguros que el rey nos va a ayudar? El rey ya debió haber actuado.
―Opino lo mismo, opino lo mismo que el rey es un puto vago pero es que los reyes son imbéciles que siempre piensan en sí mismos, cada movimiento incluso de su aliado que ellos no ordenaron ya creen que es algo contra ellos. Quizás tienen razón en hacerlo pero de que actuaran, actuaran; si alguien sufre más que nosotros son los reyes y su reinado, nos necesitan para miles de cosas, ellos querrán que llegue hacia ellos, depende de nosotros.
―Bueno, entonces tenemos que aguantar y tengo una forma fácil – él se acercó al mapa – discúlpenme por lo que haré pero es para que entiendan… - él señalo un camino en el mapa – digamos que este camino va para el reino.
―Por ahí no se va – dijo Usagi con una sonrisa.
―Por eso dije que nos imaginemos, no sé nada de mapas pero digamos que por aquí se llega hacia el castillo pero no es el único camino ¿verdad? Entonces que vamos a hacer, vamos a tomar otros caminos pero al mismo tiempo – ambos lo miraron confundido – me explico, antes pasábamos siempre por la misma ruta – Owynn dio un suave toque al mapa – una y otra vez, esto nos hizo predecible, ahora ¿qué pasa si mandamos nuestros carruajes por tres diferentes caminos? Por ejemplo aquí, aquí y aquí – señaló tres senderos diferentes – ya los bandidos no sabrán el recorrido, nuevo recorrido por tres caminos diferentes y si saben uno, los otros dos senderos van a estar seguro y van a llegar. Ahora sé que tarde o temprano van a descubrir el recorrido, es obvio pero ¿qué pasa si cambiamos el recorrido cada vez? Me refiero que después de usar ese camino, ahora vamos por este sendero, este y este – Owynn señaló tres diferentes caminos – los bandidos no lo sabrán y esto es importante, cambiaremos en cada salida y así nunca nos toparemos.
―No hay tantos caminos para hacerlo infinitamente, tarde o temprano vamos a repetir sendero.
―Cierto, cierto, en inevitable pero ellos no saben cuándo lo vamos a repetir y si algo odian esas personas es esperar, digamos las cosas como son ya que ellos necesitan el dinero urgentemente, están en una situación desesperada y hacen cosas desesperadas así que no pueden darse el lujo de tomarse un día o más libres, mientras eso pasa ellos podían aceptar cualquier otro trato. Básicamente llegarían todos nuestros carruajes. Aunque sé que tarde o temprano se sabrá las cosas o alguien se unirá con varios bandidos para examinar muchas rutas y poder conseguirlo, no es raro ver a los bandidos unirse para lograr un cometido, pero es una solución temporal.
―Podría funcionar, podría funcionar, lo más importante es mantener esta conversación entre nosotros, nadie dice nada. Sobre todo tú Owynn, sin ofender pero eres el que menos confió, haré que Loon haga los caminos y yo te diré por dónde irán unos días antes y tú te encargas de avisarle a todos. Además eres el encargado de decirle eso a la gente con toda la verdad posible y convéncelos de hacerlo sin que se quejen mucho.
―Lo haré no se preocupe por eso, todo saldrá bien, de eso me encargo yo.
Algunas semanas pasaron y las cosas realmente funcionaron bien, los asaltos a sus carruajes disminuyeron demasiado y volvió a ser más rentable pero lo que dijo Owynn al final paso, varios bandidos se unieron para atacar al mismo tiempo al mismo día en que salían los carruajes y poco a poco las cosas volvían al principio, cada vez llegaban menos carruaje a su destino. Por suerte los reyes tomaron una decisión, dos reinos iban a mandar algunos soldados a defender los carruajes y todo volvía a una aparente normalidad, aunque los caballeros se quedaron defendiendo los carruajes cuando los bandidos dejaron de atacar, solo por precaución, como deberían hacer. Todo esto lo supieron Usagi con una carta que le avisaba de los cambios y agradecía la paciencia además de darle algunas monedas de más por todo lo hecho y justo ese mismo día en que recibió la carta fueron llegando poco a poco los caballeros, su defensa personal, los primeros días siempre fue duro pero los caballeros se abrieron camino ante los bandidos y estos se volvieron a esconder como cucarachas.
―Gracias Owynn por todo – dijo Usagi con una sonrisa.
―No es nada, solo use pura lógica pero me sigo preguntando ¿por qué ahora? Usted me dijo que nunca había pasado así o no tan grave, varios meses sin llegar siendo atacados ¿cómo no paso antes? Hay algo raro.
―A mí tampoco me gusta, más allá de perder dinero y todo eso, hay algo aún más oscuro y extraño que todos de repente se les ocurriera hacer lo mismo.
―Crees que hay alguien detrás de esto – Usagi lo miro de reojo – no hay que ser un genio para saber lo que piensas, yo también lo pienso una y otra vez, alguien dio la información y siguió dándole hasta el final pero nadie quiere luchar contra el rey directamente, excepto que seas uno.
―Eres un chico listo y me sorprendes Owynn, quizás sea momento de ser un trio más que un duo. Loon ya vio las proyecciones y todo va mejorando poco a poco, volviendo a la normalidad.
―Me siento mal por la gente que murió después cuando provocamos esto, las personas que eran capturadas morían después de hacer eso, murieron unas diez o más personas y me siento culpable e intenté encontrar nuestro informante pero nunca tuve nada o tuve miedo a decirlo, la muerte dolió mucho en todos y se notaba pero poco a poco se fueron olvidando y siguieron trabajando. Incluso algunos no hemos encontrado su cuerpo, no tendrá lugar para ser enterrado – Usagi ya paso por lo mismo que pasaba él, Loon no tanto ya que él no tomaba las decisiones muchas de las veces, pero ella sí y sabía que era sentir la sangre en tus manos, era algo que le toca vivir.
―Te doy un consejo para esta vida, para este trabajo y para ser un líder, no te culpes y no pudiste hacerlo mejor, no tienes nada que ver con su muerte, tú no pagaste por los bandidos – Owynn miró hacia abajo y su cabello largo le tapaba la cara, Usagi no vio cómo este soltaba una pequeña sonrisa – tú pensaste lo mejor para todos, para ti y para mí y en cualquier momento esos locos matarían a esas personas, me parece un milagro que no lo hiciera antes y lo único razonable es lo que tú decías, no podían matar al informante y matarlos a todos menos a uno era demasiado sospechoso. Después cambiaron de estrategia quien sabe por qué.
―¿Qué harán los bandidos con esos materiales? – dijo Owynn levantando la cara – sé que se necesita varios procesos para si quiera llegar a hacer una moneda, algo tan sencillo y útil es un difícil proceso.
―Incluso venderlo bruto tiene un valor, incluso en los barrios pobres hay lugares que pueden hacer armaduras completas, aunque no tan buenos como los que tiene el rey y sus caballeros es algo, tampoco lo venden al mismo valor que nosotros pero es mejor que nada.
Chapter 16: El camino sin retorno
Chapter Text
Se que han escuchado que el alma cruza un camino sin retorno y se pierde, ya estás condenado al infierno, a la mala vida, un camino de decisiones malignas donde para seguir adelante hay que aplastar al prójimo y se dice que es un camino sin retorno y que el alma no pueda ser pura de nuevo, se refiere a que cuando se cruza esa línea ya no te importará volverla a traspasarla, al ver el beneficio que te da el mal te ciega y no puedes ver las consecuencias de esos beneficios hasta que es demasiado tarde, hay ciertas excepciones donde otra persona te saca de esa oscuridad, alguien puro que te ilumina el camino. Para nuestro grupo de camino hubo varias líneas que pasaron, siempre estaban entre ambos caminos, el puro y el condenado, sobre todo Spring pero la primera vez que creo que cayeron por el mal camino fue la primera vez que se unieron como equipo, desde ese día todos estaban destinados por el oscuro camino, el camino condenado, todos estaban condenados, aunque intente pasar al otro lado, al otro camino sería imposible o eso es lo que creo yo, sus sangre en sus manos ya se secaron y no había nada que pudieran hacer para quitarlo, una mancha que llegaba hasta el alma.
―Vamos, va a ser divertido, además ¿qué tan bueno es vivir aquí? Conozco un buen lugar donde podemos vivir como reyes nosotros solos y podemos vivir tranquilos – le dijo un Spring de diez años a Meg.
La vida de Spring siempre fue caminando entre ambos caminos, vacilaba entre ir en uno o el otro pero nunca sin pasar una línea importante, esa línea que te condena para siempre, siempre estaba ese baile de aquí para allá, de un lado para el otro. La vida de Spring siempre fue difícil, desde muy pequeño tuvo que hacer de todo para sobrevivir, robos menores de alimentos para sobrevivir, estafas e informante, aunque no lo creas los niños escuchan de todo, saben de todo y te pueden seguir y tú no te das ni cuenta, Spring no le importaba eso, no sabía que era lo bueno y lo malo y era el único camino que le enseñaron para sobrevivir. Sus padres murieron demasiado jóvenes, cuando él apenas era un bebe y por eso nunca le enseñaron nada en realidad, apenas si podía hablar; nadie ha sabido cómo es que sobrevivió tanto tiempo desde tan joven, no pudo hacerlo solo por obvias razones pero no hay información, todo es dudoso. Muchos dicen que sus padres lo dejaron en un basurero antes de ser asesinado, otros que lo escondieron en el armario antes de matarlos y algunos pocos creen que sus padres simplemente lo abandonaron en un basurero mientras ellos iban por ahí aunque esto lo dudo. He buscado por años su historia pero no hay nada de él hasta la llegada del orfanato y alguna mención de robos por él y de seguir a alguien importante y hablar con bandidos, puedo asegurar que estuvo en el mundo de los bandidos por bastante tiempo pero sin algún registro creíble de sus hazañas, hasta la llegada al orfanato, que sigue siendo un misterio saber cómo llego aquí.
―pero ¿por qué vamos a hacer eso? Aquí tenemos de todo, comida y un techo y al final no se la pasa tan mal ¿por qué hay que salir a arriesgarse? Podemos quedarnos para siempre aquí – Meg no estaba convencida, no conocía otro mundo que no fuera el Orfanato.
Tampoco hay mucha información de Meg hasta los cuatro o cinco años que es donde empieza su estadía en el orfanato. Su vida fue algo parecida que la de Spring, caminando de un lado a otro para sobrevivir y es que en el orfanato no era muy bueno con ella, había veces que no le daban de comer a ella por varios días y ella para sobrevivir tenía que robar el alimento y todo por una simple estupidez, ella en un accidente que todavía se desconoce perdió un ojo y por eso ya era tratada mal la mayoría del tiempo, la llamaban demonio o bruja y se alejaban de ella para que “no salieran lastimados” y por eso la molestaban, incluso los encargados del orfanato la trataban igual, ese lugar siempre lo llamaba al mal camino, al camino condenado y seamos sincero, si lo hubiera hecho algo contra ellos hasta nosotros lo hubiéramos visto como algo correcto, un pecador que elimina a otro pecador. Y aun así intentó todo lo que pudo en mantenerse en el camino correcto, en el buen camino, aunque la vida le obligaba a ir por el camino condenado ella volvía al camino puro, era una buena chica hasta que conoció a Spring, la única persona que realmente lo apoyo todo el tiempo, desde pequeña en lo que fuera y ella se encariño, la veía como un hermano. Ella intentó que él también hiciera las cosas bien, traerlo al buen camino pero ella fue quien se fue para el otro lado, lo siguió sin importar que y fue la mejor decisión de su vida o eso es lo que pensaba ella y lo que siempre decía en voz alta, siempre agradecía haberlo conocido.
―¿Me preguntas por qué? ¿No has visto este lugar? El trato que recibes no es humano y nadie te quiere adoptar por tu condición – Meg odiaba que le dijeran eso, que hablaran de su “condición”, detestaba esa palabra – No podemos quedarnos más aquí, podemos irnos a un lugar mejor, juntos. Mereces estar en un lugar mejor y no en este infierno, desde que lo vi lo supe y hoy puede ser nuestra oportunidad, tener gente que nos aprecia. Solo sigue me está vez.
Ellos se conocieron desde los siete u ocho años en el orfanato y rápidamente se hicieron amigos, Spring no quería estar en ese lugar por mucho tiempo, lo detestaba sobre todo porque sentía que si era adoptado le iba a fallar a sus padres de alguna manera, aunque doliera siempre iba a llevar el recuerdo con él. Spring se acercó a ella simplemente por curiosidad para saber lo que le pasaba en el ojo y por qué lo ocultaba tanto y ahí se formó una linda amistad ya que él sentía que tenía que cuidarla sin importar que, la veía como una pequeña hermana que necesitaba ser defendida y pasando los días y conociéndola poco a poco ese sentimiento no hacía más que aumentar, necesitaba ser defendida y más importante, necesitaba a alguien que la apoye siempre sin importar qué, todo el mundo la trataba mal y él no entendía por qué y decidió que ninguno de los dos debía soportar eso, soportar el mundo, podía huir de él, de sus problemas. Lo que ellos desconocían es que no puedes correr todo el tiempo de ellos, incluso correr solo puede empeorar los problemas.
―Vamos estropajo, es tarde y debemos dormir, además si nos ven juntos nos van a meter a esa habitación oscura de nuevo por varios días y ahí es imposible salir, ve a dormir y mañana hablamos, por favor.
―Voy a salir de aquí y quiero que me acompañes, no quiero abandonarte, sé que me necesitas y yo no soy tan malo para dejarte así, dejarte sola cuando pides mi ayuda, cuando solo me tienes a mí. No pertenezco aquí, no pertenecemos aquí ¿qué estamos esperando? ¿por qué seguimos aquí? Hay todo un mundo para nosotros, un mundo mejor que esto ¿qué hacemos aquí? Escapemos juntos a un lugar mejor, seamos felices, no encajamos aquí, no nacimos para estar aquí, podemos encontrar nuestro lugar juntos, un lugar especial para ambos – Meg lo miró, sus ojos siempre la habían mirado de otra manera, una manera cálida y esta no era la excepción, era el único que lo miraba así.
―Sí nos encuentran te juro que yo mismo te mato, te destruyo, te entrego al demonio que está en el armario de la señorita Beckett.
―Jamás nos encontraran – él le estiró la mano y la abrió – toma mi mano y larguémonos de aquí ¿qué le debemos a esta gente? Nada, conozcamos gente que si son buenas personas.
―Sabes que te seguiría donde vayas – dijo agarrándole la mano – pero solo porque no puedes estar solo sin causar algo malo ¿te acuerdas cuantas veces te metiste en problemas cuando estaba castigada? Eres un desastre – Spring sonrió.
―Solo me metía en problemas para verte.
Nadie sabe cómo huyeron realmente, lo más probable es que pasaran por la entrada principal y salieran por la ventana de la directora que siempre estaba abierta, nadie los vio y no supieron que había desaparecido hasta el siguiente día, nadie sabe cómo se hizo aunque todos se hacen los listos y dicen tener una respuesta, aunque eso no nos importa a nosotros, lo importante es que salieron juntos y empezaron a correr a toda velocidad por la calle en libertad, o eso sentían ellos, una gran libertad dentro de sus corazones, un aíre más fresco de los que se respiraba dentro del orfanato. Ninguno de los dos parecía saber dónde ir realmente, solo corrían por los barrios bajos con una sonrisa mientras miraban el cielo y lo más importante era mantenerse alejados de los caballeros, si estos lo veían volverían al orfanato y nadie estaría contento que hubieran huido.
―¿Ahora dónde vamos? – le preguntó Meg mientras caminaban por un callejón.
―Solo confía en mí, se exactamente a donde vamos ¿crees que no tenía un lugar donde quedarme luego de escapar? Obvio que sí, antes salía y caminaba por las calles.
―Sí, me acuerdo, varias veces los caballeros te traían de vuelta y la señora Beckett se enojó demasiado cuando eso pasaba y ya sabemos que te hacía, intenté evitar que lo hicieras pero veo que no me hiciste caso – Spring soltó una pequeña risita – no tienes salvación.
―Y aun así estás aquí conmigo, ahora confía en mí.
Spring encontró este lugar de milagro y lo vio totalmente vacío, un lugar tranquilo para estar e incluso para vivir y los días que volvió al lugar lo encontró igual de vacío, podía ser su dueño sin ningún problema, no era una gran casa y parecía que en cualquier momento podía caer pero era mejor que el orfanato o la calle, era un buen lugar para vivir, además comprobó que había cerca un mercado fácil de robar, no podían vivir de ese lugar unos cuantos días hasta encontrar algo mejor, un trabajito y ganarse una vida digna. Ambos llegaron a la casa, Spring estaba emocionado y no paraba de saltar de la emoción mientras Meg dudaba de su decisión, pero sabía que nunca se perdonaría si abandonaba a su amigo así que lo siguió hasta adentro, lo más curioso de todo es que no tenía ni puerta, cualquiera podía entrar a esa casa y aun así con todas las señales de que esto era una mala idea, entraron los dos a la casa y al dar unos cuantos pasos algo los llamó la atención, un pequeño ruido que los hizo asustarse. Meg se quería ir rápido, lejos y volver al orfanato pero Spring iba a proteger su nueva casa, con todo el valor que tenía lentamente caminaba hasta donde se escuchaba el ruido, aunque Meg lo agarraba del brazo y lo tiraba para atrás él se siguió acercando hacia el ruido, no tenía miedo y nada lo iba a detener ahora. Al final encontraron al origen del sonido y resultó ser un niño pequeño con pelo azul y ojos verdes asustado y temblando, un niño más pequeño que ellos con algunas lágrimas en los ojos.
―Por favor, por favor no le digan a mi padre.
Bon desde que nació estuvo en el camino de los condenados, aunque intentara y quería salir siempre se encontraba en un infierno personal, el camino lo llevaba cada vez más al fondo de él, era un chico con alma pura pero simplemente no tuvo un trato justo, no lo tuvo y siempre estuvo ligado a las desgracias. Nunca conoció a su madre y su padre siempre lo culpaba por su desaparición, su padre después del nacimiento de Bon el padre se volvió un alcohólico, una horrible persona que estaba en el camino condenado y arrastraba a su hijo por el mismo camino. Su padre trabajaba y traía dinero para los dos pero después de comprar las cosas básicas se gastaba el resto en alcohol. Se que suena imposible y cuando lo escuchen su sangre va a hervir y a odiar a esa persona y espero que sea así, pero el padre de Bon le pegaba desde los seis años, le agarraba del pelo y lo obligaba a escucharlo, le pegaba y varias veces le lanzaba varios objetos y por suerte ninguna le pego en la cara aunque esa era su intención. Varios días lo dejaba sin comer, paliza tras paliza y él ni se arrepentía, incluso sonreía al hacerlo, causarle dolor a la razón porque ella hubiera desaparecido, eso lo hacía dormir por las noches. Nació en un lugar donde estar condenado al infierno era lo normal, día tras días y hacer lo que su banda decía no le parecía tan mal, robar para sobrevivir y estar lejos de su padre; ni si quiera le importaba matar si eso lo alejaba de su padre.
―Tranquilo, chico, tranquilo – dijo Meg preocupada, acercándose poco a poco preocupada.
―Por favor, no… - Meg se detuvo.
―No conocemos a tu padre, puedes confiar en nosotros, también buscamos un lugar para escondernos – el chico no respondió – podemos quedarnos aquí contigo y cuidarnos mutuamente ¿cómo te llamas? – el chico siguió sin responder.
―No le diremos nada a tu padre, incluso puedes quedarte aquí todo lo que quieras, podemos incluso ser amigos y salir – el chico la miro.
―¿Salir? – pregunto con tanta ingenuidad y dulzura.
―Sí, salir a hacer cosas, podemos ir a cualquier lugar.
―Podemos comer todo lo que quieras, tú no te preocupes y nosotros nos ocupamos.
―¿Quiénes son? – pregunto el niño algo confundido.
―Yo me llamó Meg y él Spring, ambos estamos buscando un lugar para quedarnos esta noche e incluso para vivir ¿quieres tener aventuras? Nosotros tenemos muchas aventuras – eso era una mentira pero ella realmente se preocupaba por el chico.
―¿Esas aventuras están fuera de casa? – Meg le sonrió con dulzura.
―Sí claro, sí, incluso podemos montar caballos y luchar contra brujos y reyes – esto le hizo reír a Bon – juntos seremos imparables.
―Quiero tener aventuras, quiero tener aventuras, quiero salir… - Meg y Spring se miraron, no podían dejar ese chico solo, ese sentimiento de protección y apoyo lo podían sentir ambos.
―Vamos a salir y tener muchas aventuras, mañana vamos a robar mucha comida y vamos a comer como reyes, hasta reventar – esto hizo reía a Bon.
―Me gustaría hacerlo pero mi padre se enfadaría.
―No se tiene que enterar, puede ser nuestro secreto, secreto de amigos, te prometo que mañana vamos y tenemos nuestra primera aventura, juntos como un gran equipo – dijo Spring con una gran sonrisa.
―Vivo al lado, pueden irme a buscar por la noche y nos vamos de aventura. Me gustaría mucho ir a aventuras, salir de casa y tener muchas aventuras.
Ese fue el punto sin retorno, a partir de ahí ya estaban condenados aunque no lo parezca, por lo que les he contado parece que eran bastante unidos y estaban unos para el otro en todo y es verdad, eran casi una familia que daba todo por ellos pero solo importaba ellos, harían lo que fuera para que ellos sobrevivieran, todo es todo. El día en que la banda se unió por completo, ahí los tres entraron en un mundo que no pudieron salir, juntos los tres fueron haciendo cosas malas, empezando por robos pequeños hasta llegar con él, con el demonio que lo mataría, que le prometió el mundo pero solo los utilizo como sucias marionetas, intentaron salir de un infierno personal para ir a otro peor. Pobres almas, al día siguiente pasaron esa línea definitivamente, la adrenalina de robar y no ser descubiertos les hizo tocar un cielo falso, un sentimiento adictivo que quisieron repetir y lo hicieron; además la comida que robaron fue la más deliciosa que cada uno había probado. Ya no había vuelta atrás.
Chapter 17: Un ataque suicida
Chapter Text
El gran capitán zorro caminaba por el puerto con ropas normales y nada llamativas, quería asegurarse que nadie lo reconociera y las pintas que tiene un pirata era bastante llamativas. La ropa que utilizaba era de un comerciante que había matado hace algos meses y robado su ropa, la utilizaba cada vez que quería pasar desapercibido y funcionaba bastante bien, también obligo a sus compañeros a ponerse una ropa más decente, ropa con algún que otro hueco de espada por ahí pero que desde lejos no se notaba, era perfecto y cuando el barco llegó no capto la atención de nadie. El capitán zorro bajo con un poco de miedo y camino lentamente por el puerto, estaba nervioso y temía que alguien lo reconociera, que alguien sospechara y terminara entre rejas, aunque entre más caminaba más se daba cuenta que eso no iba pasar, todavía no era lo suficientemente grande como para llamar la atención de las personas normales; aunque esto suene bueno y lo es también era un golpe para él, no hay mayor placer de un pirata que ser reconocido en todas partes. El capitán volvió a caminar con la confianza y la tranquilidad que lo caracterizaba además de una pequeña sonrisa, con cada paso que daba más pensaba en el tesoro y la gran aventura que iba a tener, lo rico que sería él y su tripulación. Sabía que no era el primero y eso lo impacientaba y que tarde o temprano vendrían más barcos pero una regla importante de un pirata es nunca correr en un puerto sin importar que, simplemente el hecho de que corras te hace ver sospechoso, normalmente las personas que corren son ladrones o piratas y rara vez es una amada intentando encontrarse con su amado, sin importar el motivo nadie debe correr en el puerto.
―Llegas al puerto, caminas por el puerto hasta salir de él por la parte del camino y vas a ver varias casas a tu derecha, la tercera de color azul es la entrada, recuérdalo, llegas al puerto… - se repetía una y otra vez, esto es lo que le dijo su informante sobre lo que estaba pasando, información que no fue para nada barata pero que aseguraban que valía la pena, no podía olvidarlo.
El capitán llego a la casa que le había dicho, se acercó lentamente y toco tres veces la puerta. Una voz de adentró le dijo que pasará y él abrió la puerta con una sonrisa. A pesar de todas de sus expectativas de cómo se veía este maravilloso lugar, se llevó una gran sorpresa ya que era solo una pequeña casa de madera bastante fea, una casa de pescador con redes, un arpón y un pequeño mapa bastante inexacto sobre el mar, todo parecía viejo y olvidado. Pero lo peor de todo no era eso, lo peor era el hombre que estaba enfrente, un chico de pelo verde largo y ojos rojos en total oscuridad, la única luz que entraba era la del sol a través de una ventana que apenas iluminaba el lugar, parecía una chico normal pero había algo en su expresión que no le gustaba, había algo en él que lo rodeaba que no le gustaba
―Siéntate – solo con esa palabra le hizo poner los pelos de punta al capitán, rápidamente el capitán le hizo caso – vienes aquí para presentarte a la prueba ¿verdad? también quieres ganarte un poco de dinero – esa voz tan tranquila, no era para nada tranquila, era aterradora, algo en sus ojos, en su sonrisa o quizás en la postura hacia aterrorizar al capitán
―Sí, así es, he escuchado grandes cosas sobre esto, que pagan en grande.
―Mi jefe no puede verte lastimosamente así que estoy en representación por él y una disculpa por no poder presentarte frente a ti pero sabes como son las cosas, son gente ocupada que vive en otro mundo, lejos de nosotros – el chico se acercó a la cara del capitán, algo que lo incomodó – pero no te preocupes, estaremos bien tú y yo – él se alejó.
―¿Cuál es el trabajo? Estoy dispuesto a hacer de todo, de hecho he… - puso la mano enfrenté de él y el capitán se calló.
―Se lo que has hecho, lo sé. Por eso te he dejado entrar. Un chico que desde joven que fue separado por sus padres hasta llegar a este mundo, te volviste alguien con nombre y fieles seguidores por tu ingenio y odias tanto las personas que mataron a tu madre. Y aun sigues buscando a tu padre a pesar de todo y siempre quieres volver a casa pero algo te detiene y sigues con tu rumbo, en el fondo siente que sigue con vida. Pequeño duende ¿cuánto has crecido? – esto hizo enojar al capitán y levantarse de la silla, dando un golpe a la mesa.
―¿Cómo…? – estaba realmente confundido, estaba seguro que nadie sabía sobre eso, que era un secreto pero justo aquí delante de ese chico se sintió tan pequeño, amenazado, un ratón dentro de la ratonera.
―Siéntate o lo lamentaras – su voz había cambiado, ahora era una voz amenazante. Rápidamente el capitán por instinto se sentó en la silla – así nos gusta – dijo el chico con una pequeña sonrisa, aunque rápidamente le empezó a sangrar la nariz – discúlpame, este clima siempre me afecta – dijo quitándose la sangre que le salía por la nariz – y también discúlpame por todo lo que dije antes, mi jefe no confía en ustedes realmente, piensa que no tienen modales y que solo piensan en ustedes mismos y cuando cumplan el objetivo harán lo que sea para ganar más. Te conocemos, te observamos todo el tiempo capitán y tienes bastante potencial, si llegas a traicionarnos de alguna manera pequeño duende vamos por tu tripulación, tu barco y por último por ti, mi jefe tiene ojos en todas partes y oídos y no les tiene respeto así que por favor, no lo hagan enojar – estas palabras dichas por otras personas no significarían nada para el capitán, incluso lo mataría en ese mismo instante por amenazarlo, pero cuando los dijo él se sintió tan pequeño, se sintió como un cachorro.
―Les prometo que nunca pasara, sin importar que estaré con ustedes, mientras el pago sea grande hacemos lo que sea.
―Está bien, basta de formalidades, vamos para lo serio ¿crees en la muerte? – esta pregunta hizo asustar al capitán aun más de lo que estaba, aunque la luz no era mucha podía ver la cara de satisfacción que tenía el sujeto – porque esto va a hacer un ataque suicida, no creo que tú solo puedas hacerlo, incluso el pirata más grande de la historia no podría hacer esto solo, necesitaras compañeros. Dentro de unos días un bote real, el más grande que tienen y el mejor equipado va a pasar por aquí, ustedes tendrán que atacar y robar una sola cosa, una cosa importante – el capitán se imaginó que era, un cuadro, un mapa, algo que se notaba a simple vista que era importante – un libro.
―¡¿Un libro?! – dijo el capitán confundido y el chico simplemente soltó una carcajada.
―Sí, un libro. No es cualquier libro pero no te puedo decir que lo hace tan especial, no somos tan tontos. Vas a conseguir un libro especial y me lo vas a entregar aquí mismo, en esta misma habitación y te entregare tu pago bastante grande, el más grande que has visto. Obviamente el barco no es solo para llevar un triste y aburrido libro, no, hay más, joyas y dinero y cosas importantes que puedes robarte y te las puedas quedar para que hagas lo que quieras, no nos interesa a nosotros. Ahora ese libro no se puede dañar y solo habrá uno en todo el barco, hasta donde sabemos y si las cosas cambian te avisamos pero queremos ese libro en perfectas condiciones, cueste lo que cueste.
―¿Cuánto será el pago? – el chico agarró una bolsa de dinero y lo puso enfrente de él.
―Veinte de estos, del mismo tamaño y del mismo valor, exactamente iguales; puedes abrirlo si quieres – el capitán lo abrió y tocó las monedas, se sentían auténticas y posiblemente lo eran, el primer pago siempre era real, incluso entre piratas – pero hay una sola condición y es que le daremos el dinero a quien nos entregue el libro, solo una persona y ya luego esa persona decide como repartir el dinero. No nos vayas a traicionar ya que hay miles destinos peor que el infierno.
―¿Cuántos barcos van a ser? Imposible que sean uno.
―Va a ser solo uno y es por el simple hecho de pasar desapercibido, de no llamar la atención.
―Pero si es un barco real ¿cómo no llamaría la atención? – ese sujeto sonrió.
―No para ustedes, no. Ellos están convencidos que van a tenerles miedo y es obvio, esa cosa es gigante con varias personas pero no llama la atención del reino, para la gente y es algo normal pero si de repente sale veinte barcos del mismo reino, los mejores veinte barcos la gente va a hablar y va a resonar en todo el reino y eso es lo que quieren evitar los reyes. Lo usaremos de ventaja. Si el libro no llega ese mismo día el pago se cancela, todo el pago.
―¿Por dónde pasará? El mar es muy grande y… - el chico se levantó y el capitán cerró la boca.
―Te avisaremos el día anterior, no importa donde estes, mar o tierra yo te informaré, te encontraré y te llevaré la información, toda la información que necesites – ese chico puso una mano en su hombro y eso puso muy nervioso al capitán – te podemos dar más trabajo si lo haces perfecto. No nos falles.
―Yo nunca lo hago – el chico se acercó a su oído y le susurró unas cuantas palabras.
―Se que pensaste en matarme más de una vez, agarraste fuerte tu espada más de una vez. Eres fácil de leer, saber qué harás pero te contuviste, bien hecho – dijo con una voz perversa y una sonrisa. Él se separó de su cara y volvió a su sentarse donde antes – ya te puedes largar, van a venir más como tú, aunque ni con tus modales ni con tu talento. Vete que alguien va a sospechar que ustedes no son tan legales.
―Gracias por su tiempo, espero llevarme bien contigo – era algo que se decía cuando querías matar a alguien entre piratas.
―Por cierto, deberías llamarte el capitán Foxy, suena mejor y es más llamativo que capitán zorro. Mas corto y menos escuchado, ayudará mucho a tu reputación, provocará misterio. El capitán Foxy – le dijo ese chico antes de que se largara de ahí.
―Lo tendré en cuenta – lo miro por última vez con algo de miedo.
El capitán salió un poco asustado, con muchas preguntas y con un objetivo en mente; la bolsa de monedas era pesada, veinte bolsas iguales, mucho dinero para negarse además ¿lo que dijo era verdad? Lo más lógico era decir que no, que no podía vigilarlo todo el tiempo pero ya no pensaba lógicamente, solo existía el miedo que lo hacía mirar hacia los lados, sentía que él iba a estar en cada rincón, en cada lugar, en cada momento de su vida él estaba ahí, no había otra explicación para todo lo que pasaba. El capitán miró hacia atrás una última vez y miró la cabaña, asustado, tenía que aceptar más allá del dinero, ya sabía del plan, ya recibió un pago, ya estaba completamente dentro de esto, renunciar sería un suicidio. El capitán volvió por el puerto y camino, cada vez que se alejaba de la pequeña cabaña se sentía más seguro, no podría lastimarlo, pero era una seguridad falsa o poco duradera ya que veía varios barcos acercándose y varios piratas caminando cerca de él, iban a la misma caballa que él había visitado y se preguntó si su infierno sería parecido al que él sufrió. Observo como todos empezaban a mirar a estos nuevos barcos que llegaban, como susurraban algo y se alejaban poco a poco, habían empezado a sospechar y sería cuestión de minutos para que alguien diera el aviso, por suerte para él ya estaría suficientemente lejos para que esto pasara.
―Es hora de largarnos, vámonos equipo, es hora de hacer otros negocios – dijo el capitán con la seguridad de siempre, volvió a ser el mismo de siempre aunque en el fondo solo había miedo.
―¿Cómo les fue? – le pregunto su mano derecha.
―Hablamos después de esto, primero larguémonos de aquí, la gente ya está empezando a sospecha ¿lo ves a lo lejos? Están murmurando, están sospechando – dijo el capitán en un susurro.
―¿A toda vela? – preguntó con una sonrisa.
―No, lastimosamente eso nos haría ver sospechoso, vamos lento y despacio y luego nos movemos rápidamente, como lo harían todos.
―¡Ya escucharon al capitán! ¡Lento y despacio, luego la metemos toda! – el capitán le sonrió.
―Luego hablamos de lo que paso, una pequeña charlar, solo contigo y con Maggie como mucho pero nadie más – dijo en un susurro.
―¿Así de grande es? – dijo él con una sonrisa coqueta.
―Más grande de lo que esperábamos pero eso solo aumenta el peligro, sé que todos van a aceptar y aplaudir y todo eso pero hay otras cosas que hablar.
Chapter 18: El bromista
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Hay miles tipos de bromistas en esta vida, está el casual que puede que te de risa o puede que no, a veces hace chistes ingeniosos o a veces repite el mismo chiste que ya conoces de memoria sin ningún cambio. Tú amigo el bromista, este puede ser cualquier bromista, desde el mejor bromista hasta el peor bromista pero hace bromas con sus vivencia, con lo que le hayas dicho y aunque haga chistes malos u ofensivos te ríes porque es tu amigo. Hay tantos bromistas que puedo pasarme horas hablando de ellos, de su virtud y cómo en el tiempo han cambiado pero solo hay uno que es mejor que cualquier bromista, un bromista que siempre ha estado en la historia y siempre estará, ha tenido muchos nombres pero el que conocemos actualmente es el bromista del rey. Tú pensaras que es obvio, que el rey merece el mejor trato que cualquiera de nosotros, que si nosotros tenemos un caballo el rey tendrá el mejor caballo y es cierto pero este bromista es aún mejor que cualquiera no simplemente por sus bromas sino por el trabajo que tiene que hacer. No es secreto que cualquiera que viva con el rey o reina está a sus pies, si te dice que vas a morir lo harás, si lo hiciste mal y no mereces estar aquí te sacaran sin importar cuanto tiempo de tu vida le hayas entregado a ellos, cada trabajador tiene que hacer su trabajo perfecto; por suerte para la gran mayoría de los que trabajan con el rey no te encontraras con él seguido y podrás tomarte a veces un par de libertades, cometer algún que otro pecado, excepto que hayas hecho un pecado tan evidente que todo el reino lo sabe. No es recomendable pero puedes contradecir al rey a sus espaldas, puedes incluso dormir mientras se supone que estás trabajando y si el rey no lo sabe, que tarde o temprano lo sabrá, puedes seguir haciendo un mal trabajo. El bromista no tiene esta ventaja, siempre está observado por el rey, cada vez que trabaja lo hace enfrente del rey; dirás que es fácil, solo cuento chistes y ya ¿no? Pues te equivocas ya que si el rey no se ríe, te van a ejecutar y es más frecuente de lo que parece, cada tres meses se muere un bromista del rey, algunos ni llegan a la semana por no hacer reír a los reyes. Ahora tampoco pueden contar el mismo chiste una y otra vez porque un chiste que se cuenta dos veces ya no tiene gracias, no puedes confiar en el mismo chiste cuando lo hayas dicho. Aún hay más peligro de ser el bromista del rey ya que si tú cuentas un chiste que lo ofende, te va a torturar de tantas formas que ni yo puedo nombrar, y para terminar el rey te llama cuando sea, puede ser a la siguiente hora, al siguiente día o dentro de un mes, siempre debes tener un chiste para contar. Por eso son tan buenos los bromistas del rey, no solo tienen que aprender la historia del rey y suponer que le va a agradar y que no, siempre tenerlo listo y hay algo que un rey siempre le va a hacer reír, los disfraces. El bromista del rey tiene que saber disfrazarse y actuar de cualquier persona, reina, pobre, bandido, pirata, caballero e incluso del mismo rey e interpretarlo de una forma que al rey le encante, tiene que adoptar la apariencia y el alma de la persona, ser su reflejo cómico, burlarse de él, eso hace el mejor bromista, dejar de ser él para ser otra persona, una persona mejor y divertida para divertir al rey y aunque esto facilite el trabajo, al final vas a cometer un error y el rey va a ejecutarte.
―¿Seguro que no quieres que lo haga yo? – dijo una chica con pelo verde sin emoción.
―No hay de otra, no hay de otra, quisiera seguir en mi trabajo y disfrutando sentarme y respirar aíre pero las cosas han cambiado, ese nuevo príncipe ha cambiado todo – dijo un gran hechicero, hace un tiempo que no amenazaba a la gente y no sabía si se había oxidado.
―Sigo sin entender ¿no querías una vida tranquila? Es solo un simple príncipe – él le sonrió mientras empezaba a calentar, estaba emocionado a volver a usar magia enfrente a desconocidos.
―Ya lo has olvidado, ya lo has olvidado pero ese príncipe tiene algo especial, algo poderoso que yo temo por él, es poderoso, demasiado poderoso y puede hacer que todo el mundo se arrodille ante él, incluyéndome.
―¿No sería más fácil eliminarlo y ya está? – él la miró un poco enojada, era la respuesta obvio pero él no quería eso, no lo quería.
―¿Y lo divertido en eso? Es fácil, sí pero ¿cómo vamos a eliminarlo sin antes probarlo? Puedo entender su magia y quizás replicarla. Hay que dejar ese miedo a lo desconocido que es estúpido y empecemos a entenderlo, esa es la base de toda magia, entenderla para luego replicarla, no me esconderé y no lo mataré, lo observaré y luego intentaré hablar con él. Ya si no quiere, tocara ahora sí eliminarlo. Tantos años sin que alguien como él apareciera y ¿matarlo así? Es un gran mito para el mundo mágico, por algo será.
―Usted es quien decide al final, ya sabe que yo lo seguiré hasta el infierno. Pero ¿no es mejor que vaya yo adentro? Alguien lo puede reconocer en algún momento – a veces se dejaba ver un poco de sentimiento de ella, como fragmentos de su alma, pequeños rasgos de lo que le quitaron pero esto puede pura ilusión del oyente, proyectamos algo que no es en ella.
―Parece que estás preocupada por mí, quien sabe, quizás un humano no sobrevive al cien porciento sin sus emociones y yo solo te quite una parte pero sigue algo de ti allá adentro. Pero no puedes, lo siento pero no puedes hacerlo y no porque no confié en ti o porque no lo convenzas en hacernos caso, lo que necesito es algo más allá, no quiero que solo que nos teman si no también que nos vean como humanos, un hombro en quienes ayudarnos y poder salvarse, seamos sinceros tú no puedes proyectar emoción por ti misma, la única que conozco es el enojo y eso que es raro que salga. Debo ir yo para que se encariñen conmigo, además hacerles creer que somos más de tres personas.
―Eso no responde mi pregunta ¿cómo harás para que nadie te reconozca? Ya sabes que eres muy extravagante, muy diferente – él se río, tenía razón y ya le había explicado paso por paso como iba a funcionar pero simplemente se le olvido, le causaba gracia.
―Hubo una vez un bromista demasiado bueno en la ciudad que llego hacia el rey, era el mejor bromista y solo ha habido uno como él, ya los demás fueron viles copias del mismo truco, pero este bromista inventó la fórmula de la comedia, una risa asegurada si eres bastante bueno, una fórmula para todo. Para no hacer la historia larga, dejaba de ser él por unos momentos, todo lo que lo conocían decía que era impresionante, dejaba de ser el bromista para ser una exageración de una persona, más de una vez se ha confundido con una persona real, engaño incluso a los magos, algo tan simple y divertido para pasar desapercibido. Usaremos su misma técnica pero mejor, ya que nosotros no necesitaremos trajes – poco a poco su pelo cambiaba, todo en él cambiaba – nosotros usaremos magia.
Su pelo cambio, dejo de ser el largo que tocaba el suelo a pasar a ser uno que llegaba hasta los hombros, dejo de ser ese color tan característico a ser un azul y sus ojos pasaron a ser verdes bastante bonitos, se puso un poco más gordo y alto, además de agrandar un poco la nariz y quitarse un poco de pelo en las cejas y cualquier marca de nacimiento o cicatriz la desapareció completamente, ya no era ese chico delgado con un pelo hermoso, ahora era alguien completamente nuevo. Esa chica solo le quedo mirando como se transformaba lentamente, era algo extraño de ver que a cualquier le generaría repulsión o asombro, pero ella no mostraba ninguno de esos dos. En ese preciso momento viéndola se pregunto que quizás el hechizo no elimino las emociones sino que lo que elimino fue como representarla, algo que jamás puede mostrar pero dentro de ella ahí estaban, era una teoría que jamás se había puesto a pensar y que podía profundizar más tarde, ahora solo era el momento de convencer a personas de algo que quizás no quieran pero era necesario; no podía esperar más y apretaba los puños esperando el momento, en cualquier momento, en cualquier momento, era momento de volver.
―Sabes lo que voy a preguntar.
―Obviamente Camí, es bastante simple lo que hice y podemos hacer cualquier mago con un mínimo estudio de magia, el problema es mantener el disfraz. Uno básicamente se imagina cómo se quiere ver y así se va a ver por cinco minutos, uno puede extenderlo más tiempo con la practica pero uno inicia con cinco minutos, luego de ese tiempo tú debes volverte a imaginar el disfraz o si no vas a volver a tu forma original, el problema obviamente está en recordar exactamente como es tu disfraz ya que cualquier mínimo cambio va a delatarte.
―Ya veo lo que planeas, así van a tener una figura de alguien completamente diferente a ti – el chico le guiño el ojo y le sonrió.
―Exacto.
―Jefe, ya está todo, ya están todos reunidos y todos felices. Quizás quieran golpearlo pero de eso no me hago responsable – dijo un chico de pelo gris y una marca muy característica en la cara entrando en la habitación en donde ellos estaban.
―Con esto terminamos por hoy, gracias por todo Eak, eres bastante bueno, quizás te llame para después – dijo entregándole la última bolsa de dinero que le quedaba pendiente. Una bolsa por cada persona, ese era el trato.
―No es nada ¿nos encontraremos aquí mismo? – aunque era cómodo, bastante grande y le había agarrado cariño, era sospechoso tenerlo.
―No, lo venderé a cualquier precio, incluso puedes comprarlo tú pero ¿por qué lo harías sabiendo lo que vamos hacer? Incluso a ti te voy a poner las mismas reglas de todos.
―No me esperaba menos de usted jefecito.
Igual que el bromista del rey, ese brujo dejo su identidad para ser alguien totalmente diferente y alejado de él, igual que el bromista cualquier error podía significar a la muerte. Estaba dentro de la iglesia, iglesia que era suya y que él mandaba, conocía también y al inicio simplemente la compró porque se le hacía bonita pero años después le sirvió para algo más que ganar unas cuantas monedas. Tan grande y majestuosa iglesia, tantos cuartos olvidados y oscuros, lugares donde si gritas nadie te va a escuchar, nadie te encontraras si mueres ahí, lugares olvidados incluso para Dios; justo en esos lugares se encontraba veinte personas, los encargados de los grandes locales de los barrios pobres, no eran ricos pero vivían mejor que cualquiera en los barrios pobres, algunos más que otros pero todos eran necesarios, todos fueron llevados aquí por lo mismo, capturados y encerrados hasta que ese brujo entró a la sala y cerró la puerta.
―Disculpe la molestia de mis compañeros, sobre todo de ese chico ya deben saber quién, no son muy amables con las personas ¿tienen hambre? – obviamente la gente se fue hacia él con rabia y cuando le iban a pegar, simplemente desapareció de su vista – les recomiendo no hacerlo, seamos civilizados, estamos en la casa de Dios así que, comportémonos por él – la gente no le hizo caso e intentaron volver a atacarlo y este volvió a hacer lo mismo, no tuvieron éxito – hay muchas maneras de esquivar sus golpes, son tan lentos para mí – está vez solo uno fue contra él, los otros ya se había asustado y alejado de él – parece que me voy a divertir un poco – ese sujeto intentó golpearle en la cara y él simplemente le esquivo, le pego en el pecho con el brazo derecho y luego en la cara con el brazo izquierdo, lo cual lo hizo caer hacia atrás.
―¿Qué quieres? – preguntó la única chica en el grupo.
―Quiero hablar negocios, les tengo un plan de negocios, algo nuevo nunca antes visto – uno de ellos intentó correr a la puerta pero antes de llegar a la manija de la puerta, él lo agarró de la muñeca y lo detuvo – escúchenme bien hijos de puta, tengo un límite de paciencia, no abusen de este – él apretó más duro y su víctima grito - ¿se van a quedar quietos? – nadie respondió - ¡¿Se van a quedar quietos?! – repitió molesto.
―Si – dijeron todos, algunos con miedo y otro con dudas.
―Por favor suéltame, por favor suéltame, haré lo que sea – imploró el hombre que tenía agarrado en la muñeca.
―Así me gusta – él lo soltó – pero que delicado eres, solo te agarré de la muñeca, ni te hice daño, ni te hice daño – todos se alejaron todo lo que pudieron de él – bueno, hablare como un nosotros porque estoy en representación de mi jefe, él no se pudo presentar aquí como debía, tiene cosas más importantes que eso y me mandó a mí. Vamos a hablar de negocios. Cada uno de ustedes son importantes y manejan mucho dinero, no son como Usagi o Loon que manejan las minas o el puto rey que es la persona más rica en todo el reino, pero ustedes son los más ricos en estos barrios, hablemos de negocios, de protección.
―¿Protección contra? – pregunto de nuevo la chica, el brujo le miró y sonrió.
―Contra mi jefe, claro está. Si me temen a mí, significan que no lo han conocido – soltó una pequeña risa juguetona, como la de un niño pequeño - ¿cómo te llamas chica? – la sonrisa de él era tan sincera, tan dulce que no quedaba con la persona que era.
―Paola, mi nombre es Paola, hago carpintería, en la tienda de… - el brujo se acercó a ella poco a poco, ella se quedó callada.
―Paola, tienes mucho valor a dirigirme la palabra sin mi permiso. Me gusta ese tipo de personas pero te recomiendo que cuando vea mi jefe te calles y no hables hasta que te diga, ni se te ocurra porque… - él lanzó un puño cerca de ella que termino dándole a la pared, pared que termino agrietándose – lo siento hermosa, pero tengo que trabajar, eres tú o yo y tú no me importas – dijo susurrándole al oído, la pobre mujer estaba temblando – entienden todos ¡Verdad! – todo el mundo se miró un poco ingenuos y asustados, no sabían que estaba pasando.
―Sí, sí – respondieron como podían ya que el nudo en la garganta no dejaba pasar con facilidad las palabras.
―El negocio es simple, ustedes nos pagan y nosotros no le quitamos la piel, además que cualquier amenaza hacia su negocio de algunos bandidos o de otras personas desaparecerán, están completamente libres siempre y cuando nos paguen. El presupuesto es de una moneda a la semana, así de simple – todas las personas se miraron confundidas, algunas incluso se rieron, con todo lo que ganan eso no era absolutamente nada – no es tanto la verdad, no es nada y eso lo sabemos. También tengan en cuenta que el precio suba a tres monedas cada semana pero es algo raro que pase y si ustedes hacen enojar al su nuevo jefe, serán cinco monedas semanales, sino quieren que toda su familia muera con ustedes. Es así de simple y baratos y prácticamente su negocio no van a salir perjudicado con una moneda.
―¿Solo eso? – preguntó alguien, el brujo giró lentamente su cabeza con una pequeña sonrisa – lo lamento pero hablo por todos que nos dejaron algunas dudas.
―Sí, solo es eso, una moneda y viven además que los protegemos de otras personas. Solo a ustedes, su familia y el lugar en donde hacen los negocios pero eso no cuenta a sus empleados o a sus compradores, es la seguridad más barata y la mejor de todas. No nos encargamos de limpiar el desastre dentro de sus locales.
―¿Qué pasa si alguien de nosotros le dice al rey? – todo el mundo abrió los ojos y miró a ese hombre, era el más joven de todo y quizás el más imbécil – obviamente no nos va a creer y tampoco le importa nuestra salud, pero ¿qué pasa si vas alguien de nosotros le dice al rey? – el brujo sonrió, era una sonrisa perversa, una sonrisa que pone a cualquier persona los pelos de punta.
―¿Quieres saber exactamente qué pasará? – él chasqueó los dedos e inmediatamente la cabeza del sujeto explotó, machando a sus compañeros de al lado de sangre. El cuerpo calló al suelo y todo el mundo grito del miedo, estaban aterrorizados por lo que acababan de ver y él, solo soltó una pequeña risa de satisfacción, una pequeña y que solo él pudo oír – me encanta cuando pasa eso – todo el mundo seguía gritando y a él no le importaba mucho, mostrar superioridad era maravilloso – listo, ya saben lo que pasará. Fue un gusto hacer negocio con ustedes, una chica verde con ojos rojos los va a visitar para recibir el pago, la tratan bien y con cariño y no hay excusas realmente para no pagar, son solo una moneda. Ya se pueden largar y no le digan nada a nadie, si eso se les ocurre… - él abrió la puerta – ya sabe que pasarán, creo que fui muy directo.
El hechicero camino hacia donde estaban sus dos compañeros, esperándolo, un cuarto bastante alejado pero para recortar el camino y asegurar que nadie lo siguiera uso magia para aparecer dentro de la habitación. Al entrar él volvió a su aspecto natural y su respiración empezó a aumentar, aunque él no paraba de sonreír a pesar de todo.
―Eso fue divertido – su respiración poco a poco se tranquilizaba – aún no he perdido el toque.
―¿Ya está jefecito? – él lo miró y sonrió.
―Pensé que ya te habías largado de aquí. Sí, ya está todo, ahora mando el lugar, pronto todo se empezará a mover como lo deseo. Fue bastante simple y sencillo, creo que entendieron el punto – la mano le temblaba – creo que usar la magia contra las personas si me ha afectado un poco, tengo que ponerme en forma de nuevo.
Notes:
Lo siento por interrumpirles así la historia pero tengo algo importante que decirles, cuando lleguemos a los 100 lectores hare una dinamica en twitter, me llamo Marco Polo o @QPilla98972 y tengo una foto de Fox de FHS, por ahí les indicare cual es la dinamica y como participar. Además por ahí subo algún que otro spoiler de la historia. Muchas gracias
Chapter 19: El incidente
Chapter Text
Solo basta un día para cambiar la vida de alguien, un día que no solo cambio la vida de la persona que sufrió el accidente, sino también del rey, la reina y el príncipe, todos lo llaman el accidente del castillo pero nunca fue un incidente ya que si hubo un culpable, aunque no podemos asegurar que si fue con culpa o sin culpa pero lo hizo, todo es tan ambiguo que asegurar que fue un accidente es erróneo pero al mismo tiempo asertivo. Una acción que cambió el rumbo de la historia y lo que era pura teoría, algo hecho de solo fabulas y de voces se transformó en algo real, algo que se podía tocar y observar. Un día como cualquier otra, Freddy tenía cinco años, estaba a punto de cumplir los seis años pero eso no nos importa, lo que importa es esa noche, una noche especial pero nadie lo sabía, para todos simplemente era una noche como cualquier otra.
―¿Hola? – el pequeño Freddy veía algo moverse en su cuarto, una persona pequeña.
Desde una edad muy temprana el príncipe aprendió a dormir solo, más que todo por tradición y por miedo, primero la tradición es para empezar a formar un príncipe independiente lo más pronto posible, en cualquier momento los reyes podían morir y el príncipe tiene la responsabilidad de llevar las riendas de su vida y la del reino, desde muy pequeño se intentan formar ciertas cualidades. La segunda razón es por el miedo, Marta, la reina, al descubrir que Freddy tenía un don especial tuvo un poco de miedo, no solo a que el secreto se supiera a todo el reino y las consecuencias de esto, también tenía miedo a que su poder se descontrolara, igual que un pequeño accidente, los bebes muerden sin saberlo, hacen daño sin saberlo ya que no están acostumbrados a tomar leche muerden a sus madres sin querer y eso temía la reina.
―¿Qué haces en mi habitación? – poco a poco esa figura se acercaba a él – responde – cada vez que se acercaba el pequeño Freddy estaba más seguro que era una persona, que alguien había entrado a su habitación y lo estaba aterrorizando.
―¿Quién eres? – le pregunto esa cosa que se mantenía en la oscuridad.
―Te pregunté primero ¿quién eres y qué haces en mi habitación? No puedes entrar a la habitación de alguien sin por lo menos avisar.
―No lo sé, no tengo nombre ¿tú sí? – esa sombra se fue acercado poco a poco, la luz de la luna lo empezaba a iluminar y vio a un chico pálido con los ojos negros y el pequeño Freddy no se dio cuenta pero era bastante parecido a él.
―Me llamó Freddy – esa cosa le sonrió, una sonrisa tierna y dulce.
―Bonito nombre ¿ojalá tener uno? – ahí se le ocurrió algo a Freddy.
―Qué tal si te pongo un nombre. Qué tal si te pongo Paco – él otro se río.
―Que nombre más feo, no, no. Yo también me quiero llamar Freddy.
―Pero, si yo ya me llamo Freddy, los dos no nos podemos llamar Freddy, eso es imposible – se iba a llevar una gran sorpresa al descubrir que muchas personas también se llamaban así.
―Ya sé, me llamaré Fred, así seré como Freddy pero diferente – dijo ese chico con los ojos iluminados y una gran sonrisa, parecía un niño pequeño.
―Bonito nombre – Freddy se quedó callado y lo miró un poco más - ¿qué haces aquí? ¿cómo entraste? – poco a poco Freddy se daba cuenta del peligro en el que estaban.
―No lo sé, solo sé que estoy aquí. Se más cosas pero no sé porque las sé. Es extraño – él miró su alrededor – es como si ya estuviera aquí antes.
―¿Cómo entraste? – Fred miro hacia la ventana y miró la luna que estaba en todo su esplendor, esto le hizo sonreír.
―Aparecí aquí, sé que suena ilógico pero así fue, aparecí aquí – Freddy se dio cuenta que tenía exactamente su aspecto pero parecía un fantasma, alguien pálido, ojos y cabello completamente negros.
―¿Por qué tienes mi cara? – Fred al ver como estaba el pobre Freddy se preocupó, quiso acercarse un poco más a él pero esto solo provoco que se asustara.
―Tranquilo, tranquilo ¿quieres ver un truco de magia? – Fred empezó a volar y lejos de lo que él creía, Freddy empezó a gritar asustado.
Fred se preocupó aún más por él, flotaba lentamente hacia el pequeño Freddy y para intentar tranquilizarlo lo intenta tocar, abrazar, hacer lo que Fred recordaba que Freddy lo hacía feliz, pero él no tenía un cuerpo para hacerlo, cuando lo intentó tocar lo atravesó. Los gritos de Freddy no hicieron más que aumentar, pedía ayuda y que se alejara una y otra vez, incluso se tapó la cara para evitar ver a Fred; los gritos fueron tan fuertes que llegaron hasta los oídos de su guardián de esa época. Ese caballero sin dudarlo entró preparado para cualquier cosa, con la mano en la empuñadura de la espada abrió la puerta preparado para el ataque pero se llevó una sorpresa, no había nadie en la habitación. El caballero volvió a mirar con más atención el lugar, quizás se escondía en las sombras pero obtuvo el mismo resultado, no había nadie ahí, seguramente fue una pesadilla pensó el caballero, lentamente se acercó a Freddy para intentar tranquilizarlo.
―Hey pequeñin, tranquilo que no hay nada malo, solo somos tú y yo – poco a poco el caballero se acercaba con gentileza.
―No me toques, no me toques – Freddy aún seguí aterrorizado con los ojos cerrados.
―No te hare daño, soy yo ¿ves? Somos amigos del alma.
―No te me acerques, no me toques – para Fred esto sonó como una amenaza y decidió defender al pequeño Freddy.
Algo raro paso, esta cosa, esta sombra que se hace llamar Fred tomó el control de Freddy, de su cuerpo, aunque tuviera el cuerpo de una persona normal sus ojos habían cambiado a los de Fred, un cambo que solo algunos magos pueden notar, mientras que Freddy se volvió un fantasma, estaba flotando igual que Fred hace un momento, cosa que lo asustó aún más y gritó más fuerte pero esta vez nadie lo iba a escuchar. Fred con magia levantó al caballero por los aíres y luego lo lanzó por la ventana rompiéndola y haciéndolo caer al suelo, lo cual provoco su muerte.
―¿Qué has hecho? – dijo Freddy con los ojos abiertos, estaba aterrorizado por lo que acababa de pasar - ¿qué me has hecho? Dame otra vez… - Freddy no entendía que estaba pasando, parecía un sueño, no podía creer que esto fuera real, simplemente no podía creerlo.
―Lo siento, lo siento – Fred intercambio el cuerpo con Freddy – pero ya estamos a salvo, ese hombre malvado no te hará más daño.
Freddy se levantó de la cama, quería acercarse a la ventana pero su cuerpo no respondía, se quedó totalmente quieto mientras miraba a Fred y quizás fue lo mejor ya que había cristales rotos de la ventana en el suelo, estaba confundido y algo asustado por él, era literalmente una copia de él, un fantasma pero eso no tenía ningún sentido y sabía que la única persona que le podía ayudar era su madre. Antes de que pudiera llegar su madre, la maga llego a ese lugar, había sentido el poder de Fred, un poder inmenso en la habitación del pequeño Freddy lo cual la hizo asustarse e inmediatamente ir a proteger al príncipe, pero cuando llegó no vio a nadie más que el príncipe, todo parecía normal excepto la ventana rota que había además que algo dentro de Freddy había cambiado, se sentía diferente.
―Freddy, cielo ¿cómo estás? – dijo ella acercándose lentamente, Freddy se giró asustado pero al verla se calmó un poco.
―Fue él – dijo señalando a Fred, aunque ella no podía verlo – él causo todo esto.
―Solo intentaba ayudarnos, solo quería ayudarte – dijo Fred aun preocupado por Freddy. Ella entendió todo de inmediato.
―Ven, vamos a hablarle a tu madre, no te preocupes por nada.
La maga lo cargo y para no perder mucho tiempo, hizo un portal en la pared de la habitación que la llevo de inmediato al pasillo de la habitación del rey. En el castillo el rumor empezó a esparcirse como pólvora, poco a poco los caballeros se acercaban al cadáver de su compañero y llamaban a otras personas para verlo además de ir a la habitación de donde se lanzó, por suerte esto aún no era mencionado a los reyes.
―Trae a tu madre Freddy, para poder hablar – ella se recostó en una pared – sabes que yo no puedo entrar a la habitación sin permiso, tengo que esperar aquí. Trae solo a tu madre – Freddy entró a la habitación y toco suavemente la mano de su madre, al ver que no se movía empezó a moverla más fuerte.
―Madre, madre ¿puedes venir conmigo? – Marta abrió los ojos y poco a poco fue volviendo al mundo real.
―¿Qué pasa hijo? ¿quieres algo? – ella le acarició el cabello con suavidad y amor.
―Quiero que vengas, por favor, te necesito.
―¿Quieres que vaya yo para que tu descanses? – pregunto el rey que también había despertado.
―Necesito a madre, la quiero a ella – Freddy tenía una linda voz, una muy aguda y cuando la utilizaba nadie se podía negar, mucho menos su madre.
―Tranquilo yo voy, tu quédate durmiendo y me encargo. Por favor – el rey sabía que si ella decidía algo era casi imposible hacerle cambiar de decisión, se volvió a recostar y cerrar los ojos.
―¿María? – fue lo que dijo Marta al salir de la habitación, rápidamente la vio y supo que lo que estaba pasando no era nada bueno y que posiblemente tenía que ver con su hijo, con su don.
―Disculpa molestarla a estas horas pero sabes que no lo haría si fuera algo muy importante, aunque debes saber ya que es. Hablemos en otro lado, algo más privado – ella abrió la pared como puerta que lo conducía a su habitación.
―Ya te dije que lo siento, no podía dejar que te hicieran daño. Hice lo mejor para nosotros – Fred hablaba pero Freddy lo dejo de escuchar.
―Ha pasado terrible, lo que tememos que pasaría ha pasado, ha pasado. Su don ha salida y hasta yo lo he sentido. No lo he visto, no lo he visto pero lo sentí, igual que cuando nació Freddy lo sentí y por lo que vi en su habitación tengo razón – ella estaba feliz, daba pequeños saltos mientras se movía de un lado a otro buscando un libro, algo que lo explicará.
―¿Qué paso en la habitación? – María se encogió de brazos - ¿qué paso en la habitación? – le preguntó a su hijo.
―Fue su culpa. Él apareció en mi habitación, un fantasma – Freddy lo señalaba pero ninguna de las dos lo podía ver.
―Me dijiste que era imposible que esto pasara, que mínimo a los siete años se empezaban a dar la magia dentro de las personas, los dones – dijo Marta algo enojada y asustada.
―Era así, se supone que es así. No había conocido ninguna excepción pero él es diferente y lo sabes. Una magia que nunca existió, que nadie sabe cómo es o que hace. Incluso cuando nació ya sentía su poder, en el mismo segundo que nació yo lo sentí, me atrevo a decir que todos los magos de este reino lo sintieron. Que haga ya magia no debería sorprendernos, es la excepción a todo lo que conocemos, una irregularidad. Freddy ¿quieres decirnos que paso? – Freddy volvió a mirar a Fred, este estaba escuchando con atención con una mirada perdida y confundida.
―Esta cosa, apareció en mi… - Fred lo miro y se enojó.
―Me llamo Fred.
―Bueno, Fred apareció en mi habitación y de alguna manera levantó a una persona y la tiro.
―¿Él está aquí con nosotros? – pregunto la madre preocupada por su hijo.
―Sí, está allí – siguió apuntando a Fred pero ellas seguían sin verlo – no sé como pero está flotando.
―¿Podemos hablar con él? – pregunto María emocionada, iba a ser un gran descubrimiento.
―¿Puedes? – dijo Freddy mirándolo.
―Sí pero no te va a gustar – Freddy miró a su madre y la vio un poco decaída, sabía que tenía que hacer lo necesario para verla sonreír.
―Hazlo, sin importar que, solo hazlo – Freddy y Fred cambiaron de cuerpo, María noto el cambio de los ojos de Freddy y sonrió.
―Hola, yo… - María rápidamente le toco los cachetes - ¿qué haces? – rápidamente se alejó de él.
―Lo siento, lo siento ¿lo ves Marta? – Ella miró fijamente a su hijo, estaba confundida, luego miro a María igual de confundida, no sabía que estaba pasando – claro que no lo puedes ver, es algo obvio. Ahora el que está ahí no es tu hijo o quizás sí. No lo sé todo es tan… - pobre madre, solo podía mirar aterrorizada – sé que sonará mal Marta pero ¿puedo hacerle preguntas a tu hijo? – Marta simplemente asintió con la cabeza – un gusto Fred, soy María.
―¿Ya nos habíamos conocidos? Me suena su voz, su cara ¿ya nos habíamos conocido? Creo que sí aunque no lo recuerdo.
―¿Podrías hacer lo que paso en esa habitación? Por favor, es algo muy importante, y para saber si lo que dices es verdad, levanta algo de la habitación menos a nosotras dos.
―No estoy seguro pero si quieren – Fred vio la mesa de piedra que estaba en la habitación y la levantó sin ningún problema y luego lo dejo caer.
―Vaya, eso es increíble y sin entrenamiento – Marta miró a su hijo, asustado y eso lo noto Fred – Fred, te voy a decir algo muy importante y si la reina nos deja lo haremos – ella se arrodillo y le puso una mano en el hombro – quiero que me prometas una cosa, sin importar que nunca vas a salir, solo saldrás cuando estes solo con Freddy o cuando él este en peligro ¿entiendes? Es importante que lo entiendas y lo prometas.
―Lo haré, lo haré.
―Ahora. Marta ¿podemos entrenar a Freddy? Para poder controlar sus poderes y que no pase algo catastrófico, debemos prepararlo. Debemos hablar esto a solas.
―Sí es lo mejor para él, debemos hacerlo – dijo ella sin poder mirar a su hijo – haz lo que sea necesario, pero que nadie se entere de esto.
―Y nadie lo hará. Ahora Fred y Freddy…. – ella miró a su alrededor pero seguían sin poder verlo – ¿él nos está escuchando? Fred responde.
―Sí, sigue aquí con nosotros.
―Bien, escuchen ambos muy bien lo que va a pasar, cada día alguien va a venir a entrenarlos y a enseñarle sobre magia, es un amigo mío y les tiene que hacer caso en todo lo que le digan. A mí no me queda mucho tiempo pero van a aprender a controlarse, a usar sus poderes – a Fred le parecía una mentira, podía ver el miedo y la admiración en sus ojos.
―¿Me tienes miedo? – ninguna de las dos respondió – solo haré lo que Freddy diga, si eso está bien para él también para mí.
―Solo te daremos clases de magia, nada más – era una mentira, lo que iban a hacer era enseñarle a Freddy a contralar a Fred, a no dejarlo salir, las consecuencias de usar la magia indebidamente, a temerle a Fred.
―Mentirosa – Fred se giró hacia la pared – las dos son mentirosas, las dos nos tienen miedo – rápidamente Fred hizo un portal que lo llevaba a la habitación – pero si Freddy piensa que está bien, así será – Fred salió de la habitación y cerró el portal – nos tienen miedo.
―¿Por qué lo dices? – Fred le dejo volver a tomar el cuerpo – que paso… - Freddy sentía como su corazón latía con bastante fuerza y le costaba respirar, estaba a punto de desmayarse.
―Eso pasa si usas mucho tiempo nuestra magia, eso creo. No confió en ellas Freddy.
―Yo no confió en ti – Fred miro hacia abajo – solo, quiero que te vayas de mi habitación.
―No puedo, creo que tú me creaste y estoy aquí para protegerte, un ángel para ti; aunque tu madre y esa señora nos temen.
―Eso no importa, solo déjame dormir. No te quiero ver.
―Descansa Freddy – dijo Fred preocupado, quería escuchar la conversación entre ambas, pero sabía que eso sería de mala educación y ya sabía de qué estaban hablando.
Aunque ellas no eran las únicas que sintieron la magia de Freddy, ese hechicero que se movía en las sombras también lo sintió, sintió su poder y esto lo emociono aunque era imposible, aún tenía cinco años y usar ese poder era alguien imposible, él tuvo que estudiar por tres años para poder hacer eso, ese chico a sus cinco años quizás podía darle pelea a un hechicero talentoso y eso lo emociono aún más. Ese hechicero sonrió, la expectativa con Freddy era mucho mayor y era cierto que no era nada nuevo o novedoso pero que un niño de cinco años pudiera hacer eso ya valía la pena, ya no quería simplemente hablarle y entenderle, ahora quería pelear con él, ver su límite en pelea. Era alguien poderoso y único, el miedo que pudo haber sentido alguna vez desaparecieron completamente, ahora estaba más entusiasmado para su encuentro con él.
Chapter 20: La chica del bosque
Chapter Text
En el reino hay muchos bosques y todos conocemos uno pero ¿realmente has entrado a uno? Son lugares mágicos y exageradamente grande donde los niños se pueden perder, un bosque donde cualquier cosa puede pasar ¿no? Todos conocemos esas historias, duendes, hadas, lobos que hablan, todo puede pasar en un bosque, aunque en las historias lo hacen pensar como algo bonito, la verdad es que no era así, un bosque es un lugar tenebroso, no es un recorrido por las calles del reino o los pasillos del castillo, cada paso en el bosque significa un peligro al enfrentar, no son para cualquiera los bosques. Niños, hombres, mujeres o animales tienen que pelear para sobrevivir, el bosque es una lucha.
―Aquí tienes, úsalo, es todo tuyo – dijo el líder a una niña chiquita, en su mano estaba un pequeño cuchillo, cuchillo que él querría que utilizara.
Hay muchas partes de los bosques que no conocemos o por lo menos la gente normal. Hay más vidas fuera del reino, personas sin modales y con la guardia siempre alta, gente desconfiada y fuerte. Vivir en el bosque significa poder cuidarte solo, aprender a diferenciar los árboles para saber dónde te encuentras, saber cuidarte solo por si te pierdes, conseguir comida ya sea cazando un animal o comiendo frutas o bayas de los bosques pero ninguna de las dos formas es algo seguro. Muchos ignoran los peligros no tan obvios de los bosques, pequeños huecos donde puedes romper el pie, alimentos venenosos y que no eran comestibles, la falta de alimento es otro problema gigante ya que cazar un animal es más complicado, algunos te atacan y te matan y otros son más rápidos que tú, por eso debes ser más inteligente que la naturaleza si no quieres morir. Tampoco hablemos de las serpientes y su veneno o de los ataques por la noche de lobos o de algo peor, es casi imposible vivir en el bosque para gente como tú o como yo.
―Señoras y señores, estamos aquí reunidos para empezar con el ritual, hoy esta pequeña niña va a ver si tiene lo necesario para ser uno de nosotros o sino tendrá que traernos una cabeza del animal legendario que vive en las cuevas, una bestia con garras y colmillos capaz de desgarrar a cualquiera de nosotros.
En una pequeña aldea dentro del bosque había ceremonias extrañas, aunque no lo creas y siempre te digan que las personas fuera del reino no tienen ritos es mentira, no son nuestros ritos y nos parecen algo absurdo pero los tienen y a veces estos ritos pueden ser útiles. Esta aldea tenía un rito de iniciación de los chicos, eran un rito para ver si tenía lo necesario para sobrevivir y ya sabemos todos que pasa si no lograba hacerlo. Desde pequeños los chicos aprendían a cómo cuidarse por sí solos en los bosques, le enseñaban a diferenciar de una baya venenosa a una comestible, la mejor manera de cazar cualquier animal, trabajo en equipo al cazar y poder rastrear a los animales para cazarlo. Ya llegado los doce años se le hacía un pequeño rito, el gran rito de iniciación para ser uno con el pueblo, un rito que daba todas las personas sin importar quienes eran o si tenían alguna dificultad al moverse, todos debían hacerlo.
―Cierra tu corazón, cierra tu corazón – dijo la chica del bosque mientras ponía el cuchillo en el cuerpo del pequeño conejo.
Son tres pruebas para pasar el rito, aunque antes debes pasar por una pequeña prueba que si la pierdes no puedes hacer el gran ritual de aceptación o de supervivencia, primero debes cuidar a un conejo por tres años tu solo, sin ayuda de nadie, sin nada, solo tú con tu conocimiento deben cuidar a ese conejo y debes encargarte de todo, lo tienes desde que es pequeño y poco a poco te vas encariñando con él hasta que llegan las pruebas, entregas el conejo a ellos y si este se encuentra sano podrás empezar con el rito. La primera prueba es simple y es diferenciar la comida y luego te la hacen probar, si te equivocas mueres aunque eso rara vez pasaba. La segunda prueba era buscar un animal, tú ibas a guiar a varias personas a encontrar un animal hasta encontrarlo, ibas protegido por varias personas expertas en la caza y si por alguna razón se llegaba a cancelar el rito ya sea por el ataque de un lobo o de un oso, tus compañeros decidían si te ibas o no, revisaban que también lo habías hecho. La última prueba es quizás la más difícil de todas, es matar a tu conejito, ese que pasaste tres años cuidándolo y que no le pasara nada, ahora lo tenías que matar, varios hombres lo agarraban y el líder del pueblo te entregaba el cuchillo mientras todos observaban. Suena fácil pero no lo era, ya le habías cogido cariño, habías desarrollado el sentido materno y sientes que debes siempre protegerlo, además los conejos eran adorables y verlo a la cara mientras le clavabas el cuchillo era desgarrador, sobre todo para los niños pero te daba la lección más importante para sobrevivir en el bosque, debes cerrar el corazón y atacar, hacer lo que sea para sobrevivir. El bosque es un lugar horrible.
―No lo mires a los ojos, no lo mires a los ojos – dijo esta chica pequeña con los ojos cerrados mientras lentamente le clavaba el cuchillo al corazón al pobre animal que tenía que cuidar.
―Y lo logro, tenemos una nueva integrante – dijo el líder agarrándole la mano a esa chica y la levantaba mientras todos celebraban y gritaban, aunque ellas no los escuchaba y evitaba llorar aunque poco a poco perdía la batalla.
La cantidad de hijos que tenía esta pequeña aldea era impresionante, cada año nacía el doble de niños o el triple de la población de la aldea, eran demasiado pero la gran mayoría moría en el ritual o antes, la vida de un niño era demasiada baja, incluso dentro del reino, afuera es mi veces peor que aquí. Pocos eran aceptados comparados con las personas que nacían en el pueblo y luego la vida se volvía peor y peor, todos los que pasaban el ritual tenían que trabajar para el pueblo, cuidando los animales o alimentarlos, cosechando o cazando, nadie se quedaba quieto en el mismo trabajo siempre, rotaban cuando era necesario o cuando podía, las únicas personas que no podían trabajar eran las madres embarazadas y solo cuando no podían levantarse por el peso o le eras incomodo y cuando nacía se le daba unos días de descanso, luego volvían a trabajar, obviamente con el niño en brazos mientras trabajaba. Luego de completar el ritual se le llevaba al chico o chica a una habitación privada y les daba un recuerdo, el recuerdo que ya eran alguien en la comunidad, ya eras útil para este y te pondrían a trabajar, podías sobrevivir tú solo en el bosque sin ayuda de nadie, eres uno con el bosque.
―Aquí tienes, ahora eres parte de nuestra sociedad – dijo el líder dándole un pequeño cuchillo pero no hecho con mentales como el nuestro, no, era hecho con piedra y aunque no lo pareciese era capaz de cortar cualquier piel, todas sus armas eran hecho con este material y era efectivo contra pieles pero no podía romper un escudo o armadura, además que no tenían espadas, solo las lanzas y a veces el arco y flecha – ahora te llamarás Ann, bienvenido a tu nueva vida Ann.
―Me gusta tu nuevo nombre, es bonito y simple pero no se escucha mucho, es un nombre único – dijo su madre esa misma noche, ella llego llorando y ella lo consoló hasta calmarla – sabes, hay un mundo más allá fuera de este bosque, un nuevo mundo.
―Lo sé madre, todos me dicen que es un mundo peligroso, de personas malvadas – la madre se río y miro hacia el cielo.
―Tienen razón, tienen razón, afuera es peligroso, demasiado peligroso pero todo el mundo es peligroso, si sabes vivir aquí podrás vivir allá. Es un mundo fantástico allá afuera.
―¿Alguna vez has ido allí? – su madre se río y le acarició la cabeza de su hija.
―No, nunca pero algún día, algún día iremos juntas, hay algo más allá de este bosque y de la llanura, lo he visto a lo lejos y es gigante, una estructura de piedras que llega hasta el cielo, una gran estructura con alguien muy poderoso, un rey malvado y poderoso pero todos los reyes y lideres deben ser malvados contra los enemigos para defender a su pueblo, nosotros podemos ser ese enemigo. Aquí pasa igual solo que me aburrí de los árboles, de salir siempre a hacer algo, solo quiero quedarme quieta y dormir todo lo que pueda, no moverme y ver la vida pasar, sería genial.
―Te prometo que juntos lo haremos – Ann le sonrió a su madre.
―Nunca pares de luchar mi pequeña, nunca – dijo mientras le acariciaba el cachete.
Esa noche Ann hizo dos promesas, de llevarla a su madre a conocer esos lugares y la segunda en nunca dejar de luchar. Ann empezó a ser una más de la tribu, salía a cazar y ya no dudaba en hacerlo, ella solo usaba las lanzas para cazar a los animales y se negó a usar arco y flechas, le parecía incomodo e innecesario ya que le gustaba saltar hacia el peligro, siempre al lado de sus compañeros claro está, no iba a dejarlos solo para seguir a un animal. Aprendió a sobrevivir pero lo más importante que paso fue a los dieciséis donde se dirigió a más allá del bosque, conoció el valle y vio a lo lejos las grandes montañas pero lo más importante es que pudo ver los enormes castillos, sabía que eso era a lo que se refería su madre cuando era pequeña y entendió porque a su madre le encantaba tanto hablar de ese lugar, era grandioso y muy hermoso, aunque la mayoría de las personas que vivían ahí detestaban el bosque y le habían enseñado a odiar esos lugares, a temerlos pero cuando ella miró los castillos se preguntó que más había ahí, se preguntó si ese odio era verdad. Ya sabía matar un lobo y cazar a un conejo ¿qué tan difícil era hacerle frente a una persona? Quería ir y recorrer la ciudad pero no podía, había algo más importante que hacer.
―Vamos, ya hemos pasado mucho tiempo fuera de casa, en cualquier momento ellos se dan cuenta que estamos invadiendo su territorio.
―Sí, deberíamos irnos. Aunque la vista no está nada mal – dijo ella con una pequeña sonrisa.
―Sí, es hermosa la vista el problema es que no hay donde ocultarte realmente. Puede ser muy bonito pero estamos mejor en el bosque, ocultos.
―Lo sé, lo sé. Volvamos antes que caiga la noche.
La única razón por la que Ann seguía en ese bosque era el simple hecho de que madre ya no podía mover con facilidad sus piernas, le costaba caminar y dar grandes recorridos era una tortura para ella, aunque nunca se detuvo ahí y siguió trabajando, cultivando y cuidando los animales, aunque poco a poco las cosas le costaban más y Ann no podía simplemente abandonarla, se preocuparía demasiado, debía quedarse con su madre hasta el final, ella siempre estuvo ahí para ella, ahora debía devolverle el favor. Cada vez que podía iba donde su madre a cuidarla, sabía que estaría bien sola y que podía hacerlo todo pero no estaba seguro si aguantaría tanto tiempo sin su presencia, sin una cara conocida que le de apoyo.
―Sabes que te puedes ir de aquí cuando quieras. No quiero detenerte en este lugar por mucho tiempo, deberías irte a otro lugar y no quedarte con este viejo cuerpo.
―Tranquila madre, tú no me has obligado a nada, me gusta estar aquí de verdad, aquí es donde pertenezco, donde debo estar, aquí está la gente que merece mi ayuda además es divertido, salir y traer la comida. Nunca cambiaría el bosque por nada.
―Pero el bosque nunca te cambiaría, harías lo mismo para siempre hasta que tu cuerpo caiga. Es un buen lugar el bosque pero ya es momento de dejar de pelar siempre en el mismo lado, siempre harás lo mismo aquí, serás igual que todos, solo un cuerpo más.
―Tranquila ma, estará bien, tu solo descansa y verás como te recuperas.
―Eres mala mintiendo – dijo ella con una sonrisa tranquila – prométeme que vas a irte de aquí cuando puedas, solo lárgate y mira otras cosas. Dicen que hay un lago gigante que recorre todo lo que puedes ver, parece infinito ya que nunca se acaba, un lugar donde todo se está moviendo, agua infinita ¿te imaginas? Debemos conocerlo algún día.
Cuando Ann tenía veinticinco años su madre murió y ella se quedó para el ritual de despedida, agarraron su cuerpo y lo quemaron y ya con sus cenizas las esparcieron a través del bosque mientras cantaban una canción para que el alma buscara el camino hacia el descanso eterno, además de eso se plantó una pequeña semilla para siempre recordarla, para que siga protegiendo a su pueblo. Hay un mito entre la gente y es que cada árbol que se encuentra ahí ha sido parte del ritual, ellos mismos crearon el bosque árbol por árbol y se dice que nunca se detendrán; también creían que al poner las cenizas en el bosque un pedazo de su alma siempre rondaba en el bosque para protegerlos, para sacar a las personas que no eran de buen corazón y no hacían parte de la tribu y que el único lugar que las personas pueden descansar es en la tierra en que le dio la vida. Ann no se quedó más tiempo allí, ya no tenía más tiempo para quedarse, le gustaba estar ahí, le gustaba el bosque pero hizo una promesa a su madre, tenía que hacer otras cosas, ir a explorar el mundo, no creía que quería quedarse quieta y cerrar los ojos como su madre, no quería dejar el mundo pasar, quería atraparlo, seguir aprendiendo, seguir viendo y su primer instinto fue dirigirse al reino más cercano, a pie.
―Buena suerte a todos, son unas buenas personas. No entenderán porque lo hice, ni yo mismo lo entiendo pero debo hacerlo, simplemente es lo que debo hacer. Gracias por todo – No había nadie que la podía escuchar, no estaba hablando con nadie pero ella sentía que sí, ella necesitaba decirlo, era una voz que iba dirigido al aíre.
El recorrido fue extremadamente largo, aunque en caballo solo te tome un día ir del bosque al castillo, caminando es otra historia, aunque la vista es bonita y todo es relativamente tranquilo, las noches eran muy frías y no había manera de calentarse ya que prender una fogata llamaría la atención a personas no deseadas, pero el día no estaba mejor ya que tenías siempre el sol encima de ti, te hacía sudar y te cansaba tenerlo siempre encima. Solo fueron tres o cuatro días lo que ella camino, trajo comida suficiente como para aguantar algunos días y aunque suene fácil muchos de nosotros habríamos caído al suelo y nos negaríamos a avanzar, también tuvo suerte para no encontrarse con gente o por lo menos encontrar una manera para esconderse.
―Estoy aquí, ya estoy aquí madre – ella se arrodillo en el suelo, sus pies la estaban matando y decidió por un momento descansar y mirar su alrededor, solo necesitaba un segundo para volver a levantar.
Camino un poco por los barrios pobres, todo le parecía extraordinario, las casas y sus calles, la gente y como iba vestida, todo era tan diferente y hermoso que ella se enamoró de todo, jamás se imaginaba que algo así podía existir, solo fue unos momentos ya que después su barriga la hizo volver a la realidad, hace un tiempo que no comía y necesitaba descansar, sabía que conseguir comida no sería tan fácil pero primero debía descansar un poco sus pies, estaban a punto de matarla. Se fue en un callejón y se recostó un momento, ya estaba acostumbrada a aguantar hambre así que podía darse un pequeño descanso, cerró los ojos. Todo iba tranquilo hasta que escucho a dos caballeros hablar sobre comida, esto le obligo a levantarse y acercarse donde ellos.
―Sí, no lo puedo creer que hagamos esto, prácticamente cualquiera que entre puede tener los mejores lujos del castillo, comida y cama, incluso nosotros vamos a participar pero ¿por qué ellos? No tienen nada destacable, no creo que sepan usar armas.
―Sabes que no es necesario usar arma solo pide al mejor guerrero de todo el reino – esto le dio una idea a Ann, decidiendo participar en esta prueba – ya el orador termino de explicarle eso a la gente, dentro de poco va a empezar – y Ann supo dónde dirigirse, no exactamente y se demoró un tiempo en encontrarlo, un lugar donde pudo inscribirse y participar.
Chapter 21: Los nuevos ricos
Chapter Text
Se que lo que voy a contar suena raro, incluso imposible pero hubo un tiempo en que todo el trabajo de la minería se encargaba los reyes; hacían el mismo trabajo que hace Usagi y Loon, mandaba la gente a sacar metales preciosos y así poder sacar esos dulces minerales, generaban trabajo y también les pagaba a la gente que hacía el trabajo sucio, los reyes no pueden ensuciarse las manos, además no podían llevar caballeros para sacar unas cuantas rocas. Entonces si los reyes hacen lo mismo que Loon y Usagi ¿qué lo hace diferente? Sí en teoría hacen lo mismo; eso es lo que pensé la primera vez que me lo dijeron y posiblemente tú te lo estes pensando. Sí, todo era prácticamente igual menos una cosa, que el rey lo controla, ingresos, personal, todo y no olvidemos que en la guerra de la trinidad este fue un punto importante para la guerra, quien gobernara en las montas iba a ganar la guerra, en teoría, era un punto crítico para todos y los tres reyes se dieron cuenta de esto. Cuando la guerra se acabó y los tratados de paz se pactaron entre todos, uno de los puntos más importante era evitar el control de las minerías, ningún rey podía tocar ese terreno ya que se iba a corromper o algo así, solo había una excepción y era que los tres reyes estén de acuerdo de quien lo iba a manejar. Pero sin ellos que siempre habían tenido el control ¿quién se iba a encargar ahora? Era imposible dejarlo a cualquiera y era un tema que nunca se pudo solucionar, pactaron dejar las cosas así hasta que encontraran una solución, alguien que se pudiera encargar, también se avisó a todo el mundo lo que estaba pasando y que necesitaban que alguien que se encargara, algo no muy listo pero fue lo que paso.
―Te digo que algo raro ha pasado, ya ha pasado algunos días y no han vuelto a las montañas, a las minas, quizás es nuestro momento de brillar – decía un chico con una pequeña sonrisa en una taberna, era gente con algo de dinero que intentaban hacerse rico sin mucho éxito.
―Si quieres ir a sacar piedras en las montañas tú solo, adelante pero te advierto que será peligroso ya que no eres el único que se le ocurrió eso. De hecho los mineros no pueden volver a las minas solo por eso, hay demasiados bandidos que es imposible acercarse, ellos mandan en el lugar.
―No me refiero a eso, no me refiero a eso ¿no crees que ha pasado mucho tiempo? La guerra ya ha acabado y todavía no han vuelto allí, no han vuelto a su mina de oro ¿por qué? Algo grande debe estar pasando y debemos ser parte de eso.
―Ahí vas con tus locas teorías de lo que va a pasar. Aunque es un poco extraño que todavía no pase nada, han pasado semanas y ya se va a cumplir el mes cuando se acabó la guerra.
―No seas tonto y escúchame por favor. Está claro que conoces a esa gente, la de las minas, eres muy sociable y te haces amigo de cualquiera, de las personas inferiores a ti, es momento de usar esa habilidad para beneficiarnos, para beneficiarlos a ellos.
―No sé qué es lo que pretendes.
―Mira tonto, escúchame bien con atención y es muy poco posible que los reyes dejen de lado la minería ¿ves lo que ha pasado? ¿crees que confiarían en ellos mismos después de todo? No y no quieren desconfiar, quieren mantener una paz falsa por ahora, así siempre se inicia y no van a buscar una pelea. Volver a la normalidad no es una opción y quizás estén esperando personas como nosotros, podemos ser grandes y ricos.
―Eso suena ilógico, los reyes no dejarían algo que es suyo así por así, nadie es capaz de sacar los materiales – su amigo le sonrió.
―Es que ellos no hacían nada, todo lo hacía la gente, ellos no son necesarios, quizás al inicio de nuestro plan si para sacar toda esta gente innecesaria pero después no, podemos hacer su trabajo, es un trabajo muy simple, negociar con los reyes y conseguir dinero, ser ricos – por ver la cara de su amigo supo que no había entendido – es simple, los tres pelearon por el mismo objeto, el mismo lugar, básicamente depende de eso y acaban de salir una guerra, no se tienen confianza y pueden llegar a creer que en cualquier momento alguien se vuelva a pasar de la raya. Ahí llegamos como solución, alguien independiente que no le va a ningún rey y solo tenemos que encargarnos de poner a la gente a picar, así de simple.
―No es tan simple.
―Solo hazme el favor de hablar con los mineros, así de simple, hacerse su amigo poco a poco y hablar y plantarles la idea, la idea que no necesitan el rey, tú vas a ser el nuevo líder, poco a poco vas ganando terreno y si eso llegara a pasar, tendríamos ventaja, más que los otros. Después nos encargamos de todo lo demás, juntos, nos necesitamos; solo confía en mí.
―No sé porque sigo haciéndote caso – ese chico puso su mano en la frente – voy a hacer lo que tú dices pero prometes no hacer ninguna estupidez. Yo hablo con ellos. Yo.
Días después el ancestro de Loon se encontró con algunos mineros, le gustaba pasar tiempo con cualquier persona, era un don natural y no le importaba quien era, siempre y cuando tuviera una buena historia él estaría ahí con una sonrisa, la mayoría de las personas lo conocían y le tenían cierto cariño, por lo menos el suficiente como para contarle cosas. Él sabía todo lo que pasaba en el reino, cosas pequeñas y cosas grandes, el problema es que la mayoría de la información que te hace rico no llega hasta ahí, excepto esta vez, una carrera que con cada día que pasaba la presión aumentaba. Se supone que la guerra había terminado, estaban en paz pero nadie lo aseguraba, todos decían que era una paz falsa y todos susurraba con lo que iba a pasar, su amigo ya no era el único que notaba la ausencia en las minas, era algo que se hacía cada vez más grande, una verdad que no se puede negar.
―Solo digo que es raro, jamás habíamos demorado tanto en volver a lo nuestro, incluso en la guerra seguíamos trabajando pero ahora, nada, silencio – dijo uno de los mineros al ancestro de Loon.
―No creo que dure mucho pero eso es algo que se debe discutir ¿no? Quién se queda con que porción y ya sabes que convencer a un rey es imposible, cree que todo el mundo es suyo y no va a aceptar menos de lo que creen merecer. El dialogo va a ser prolongado y están evitando hacer otra guerra.
―Eres más inteligente que yo, debes saber de estas cosas y más.
―¿Conoces a todos en la minería verdad? ¿puedo preguntarles algo? – el minero sonrió.
―Todos nos conocemos, somos como hermanos.
―¿Qué tanto aprecian al rey? – el minero se río, nadie quería realmente al rey, nadie – eso creía y ¿si logramos que cambiaran de jefe? – el minero le miró confundido – alguien más humano y que les pueda conseguir dinero.
―¿Eso es siguiera posible? – dijo mientras reía – se vale soñar, la verdad es que cualquiera es mejor que esos patanes pero es imposible que pase, se vale soñar pero no.
―Un amigo tiene una loca teoría, siempre las tiene – en su mente solo había una cosa, una pregunta ¿tenía razón? Tantas posibilidades, no lo veía tan descabellado – y creo que tienen algo de razón, acaban de pelearse entre ellos y si alguno de ellos toma el control de esas minas, de las montañas… Ya sabes a donde quiero llegar, eres listo para adivinarlo.
―Interesante teoría, aunque me parece imposible pero tiene algo de sentido – el minero se acercó a su oído – he escuchado cosas, dicen que van a despedir todos los viejos empleados y van a poner alguien nuevo, todo el mundo está asustado – el ancestro de Loon sonrió, veía una posibilidad.
―Háblales bien a tus compañeros de mí, si necesitan algo digan mi nombre, digan que yo se manejar a la gente, que yo soy su salvador o algo así. Incluso puede convenirnos que eso pase, solo mencióname por ahí, si necesitan alguien hablar con el rey aquí estoy.
―No lo sé, no creo que pase, además la mayoría de las personas ya te conocen, saben lo buena gente que eres, si algo llegara a pasar te llamamos.
Todas las piezas se unieron, magia, milagro o suerte llamadlo como queras pero las cosas pasaron para beneficiar a esos dos chicos. Se llego a un acuerdo de paz y se informó a todos los reinos pero todavía no habían avisado la gran noticia de la minería, por lo menos no a la gente común, los ricos fueron los primeros en saber y los que intentaron recoger un pedazo del pastel, pero la gente no se sentía seguro con ellos, ganaban lo mismo, no sentían que con este cambio ganaban algo, además sabían o creían que en cualquier momento se llevarían un poco más de dinero por ambición. Necesitaban a alguien de confianza y lo pidieron a gritos cuando descubrieron lo que pasaba; ellos volvieron a trabajar como antes pero cada día las cosas se ponían extrañas, había secciones donde venían algunos ricos a trabajar y decían ser sus jefes para luego irse una semana después, una cosa rarísima que lleno la sospecha de los mineros. Para no hacer el cuento largo al final todos los trabajadores pidieron a dos personas, decían necesitarlos y los reyes tuvieron curiosidad, casi nada unía a la gente, solo algo importante, sería divertido escucharlos. Se les invitó a ambos al castillo de uno de los reyes y ahí se encontraron a los tres en la misma habitación.
―Un gusto estar aquí con ustedes – ambos se arrodillaron ante los reyes.
―Se pueden levantar – pidió el rey con más poder, Alfonso – la gente ha estado nombrándolos a ustedes, dicen tantas cosas buenas.
―Solo somos amigos de todos, hemos ayudado a todos y la gente nos tiene confianza.
―Cada vez que ponemos a alguien a mando ellos se niegan a trabajar y los piden a ustedes, solo a ustedes y esto se repite cada vez más y más. Les daremos una oportunidad, manejaran una sección y poco a poco se harán más grandes pero tienen que convencernos que valen la pena. Díganos que saben de este trabajo – el ancestro de Loon no sabía que decir, por suerte su amigo, ancestro de Usagi ya se había preparado para esto.
―Primero que nada es nuestra llegada, la gente nos quiere porque nos conoce y nos puede tocar, lo segundo es dar pruebas de lo que prometimos. Tenemos que mostrar que nosotros podemos manejarlo.
―Eso no nos responde nuestras preguntas.
―No quiero insultarlos ni nada pero conocemos a esa gente, sabemos lo que quiere y lo que le gusta, no confía mucho en los ricos ya que sienten que no va a ayudar, que solo se aprovechan de ellos así que sino somos nosotros o gente como nosotros no aceptaran el trabajo. La gente nos conoce y haría lo que sea que digamos. Se que no nos creen pero la única manera de hacerlo es si trabajamos con ellos.
―Me gusta tu entusiasmo – dijo el rey más débil de todos, no resaltaba mucho con sus dos hermanos – pero ¿qué harán sin nosotros? Hay muchos peligros.
―Lo sé, lo sé, lo sé. Primero es quitar a todos los caballeros de la zona – los reyes abrieron los ojos – sé que suena sorprendente pero eso subirá el animo a las personas y la confianza, se sentirán libres.
―Eso es muy peligroso e irracional ¿qué pasa si un minero nos roba? – jugar con un rey es peligroso, debes tener tus cartas bien preparadas y poco a poco lanzarlas.
―Es verdad puede pasar pero por eso pondremos una recompensa si pasa, minero que encontramos, minero que les daremos a ustedes y lo ejecutan o hacen lo que quieran. Ustedes deben saber más de eso pero quiero que aprendan que con nosotros nos entiendan. Es cierto que cuando empecemos estaremos solos, lejos de ustedes pero seguimos bajo sus órdenes, ustedes saben hacerse respetar y robar materiales es una falta de respeto que se debe castigar, nada cambiara. Simplemente se los entregaremos a ustedes y cualquier información de robos será premiada.
―Digamos que funciona tu loco plan ¿cómo harás con las rutas? Son atacadas frecuentemente, necesitaran algo que los proteja.
―No lo necesitamos realmente ¿ustedes van por el mismo recorrido? – ninguno de los reyes respondió – es obvio que si usan el mismo camino te hace predecible ¿saben cuántos caminos hay alternos? Hay montones y es cierto hay muchos sin explorar por eso vamos a hacer una prueba antes de determinar si es seguro o no. Los bandidos no pasarán por ahí por miedo de la gente del bosque, esa gente extraña que come carne humana, tendrán miedo por recorrer nuestros senderos y esa gente que vive en el bosque no nos atacara si no pasamos cerca de su aldea. Lo sé por experiencia, ellos van a ignorarnos y van a evitar pelear hasta que sea necesario, además no saben cocinar esas piedras preciosas, aún siguen en la edad de piedra – dijo con una pequeña sonrisa, los reyes dudaban de esto pero podría funcionar, ciertamente estaban algo desesperado y desconfiaban del otro, por lo menos enfrentarse a un simple mortal era más fácil que aun rey.
―Digamos que todo eso funciona, que sin caballeros no te atacaran y va a seguir todo igual ¿cómo planeas darnos esas piedras? – el ancestro de Usagi se sentía demasiado confiado, ya había ideado todo en su mente.
―Eso es simple, en el pueblo, cerca de las murallas o donde quieran, eso no lo controlamos realmente nosotros si no ustedes. Les entregamos y nos pagan por las piedras, así ustedes siguen con lo suyo y nosotros con lo nuestro. Esto es importante, nos deben pagar ya que igual que antes los mineros necesitan el dinero y es verdad que será un poco más caro sacar el metal pero no tendrán que mover a todo su ejército de un lado a otro, ya que llego la paz pueden recortar un poco a la gente, a sus hombres y así se guardan unas cuantas monedas y recursos. Sería un ganar para todos – los reyes se miraron y susurraron algo entre ellos.
―Van a empezar con un pequeño grupo, no vamos a poner ni un soldado ahí y si su táctica funciona, les daremos poco a poco más terreno, si llegan a fallar despídanse de sus cabezas.
Así fue como empezaron y les fue bastante bien pero solo por dos cosas, les aumentaron la paga a los trabajadores y eso hizo que confiaran en ellos, se hicieran más productivos por la promesa de que entre mejor trabajes, mejor te pagaran, y lo segundo es que sus nuevos jefes era gente común que sabía cómo comunicarse con los demás, hablaban con cariño y los demás les creían, no importa que dijeran los mineros le iban a creer, además cumplieron dándole un poco más de plata, eso gana la confianza de cualquiera. Al final todo termino en manos de estos dos hombres, es cierto que hubo otras personas que ayudaron a controlar todo pero ellos eran los que tenían más poder adentro aunque hacían creer todo lo contrario, poco a poco crearon lo que nosotros conocemos ahora, varias personas que informan de lo sucedido, varios que llevan la mercancía, era algo perfecto y lo más importante de todo, ningún rey podría obligar a los trabajadores a darle demás, a quitarle a los otros y no se sentían tan vigilados. Antes si hacías algo mal perdías como mínimo las manos pero ahora solo pierdes el trabajo, es malo pero conservas tus manos. Poco a poco la fama fue llegando y gran dinero prometido para ser ricos, no llego en este linaje, ni el siguiente, ni el siguiente del siguiente, pasaron bastante tiempo para ser considerados verdaderos ricos, fue un viaje lento pero seguro. Ambas familias poco a poco ganaron más y perdieron esa cercanía con la gente, se volvieron demasiado distantes aunque los trataran con respeto, más que el rey y eso generó algunos problemas en el futuro pero no hubo grandes cambios y a nadie le importaba realmente, poco a poco ellos gobernaron y se hicieron ricos, un golpe de suerte o el destino los llevo hasta donde llegaron. Se que suena que esto no tiene importancia, es algo del pasado muy lejano, pero créanme, ese quiebre que hubo es importante, todo lo que les he contado lo es, tiene un propósito aunque ustedes no lo vean.
Chapter 22: Largas orejas de conejo
Chapter Text
Meg había desaparecido varios días, en la taberna no se le había visto y sus dos amigos se preocuparon por ella, cada vez se veía más alejada, era normal verla así pero había algo raro en ella, era más reservada con todo y parecía que no escuchaba, que pensaba todo el rato y no escuchaba otra cosa que no fuera esos pensamientos. Intentaban entrar a su casa pero nadie estaba adentro o nadie quería abrir, de un momento a otro la chica desapareció, la última vez que la vieron estaba golpeada y algo lastimada, ella no dio explicaciones de quien la lastimo, simplemente dijo que estaba bien y que pronto todo mejoraría, evitaba el tema con frecuencia y luego simplemente desapareció, no hubo rastros de ella por unos cuantos días lo cual era extraño. Hasta que un día volvió con una sonrisa y una bolsa llena de monedas, lo cual hizo aliviar a sus amigos pero solo fue por unas cuantas copas, no les dijo nada a ellos, simplemente sonrió y bebió sin decir dirigirle la palabra a sus amigos, ni si quiera una mirada y tenía una sonrisa bastante extraña, lo cual hizo preocuparse más a sus amigos ¿qué le pasaba a Meg? Era lo que ellos se preguntaron. Unas horas después de este suceso, Bon y Joy se quedaron en la taberna, él la ayudo a limpiar para poder hablar sobre su compañera, no era normal y temían por ella, esa no era la Meg que conocían.
―Solo que digo que es extraño, todo es extraño. Tú la deberías entenderlo mejor, son amigas del alma, debes saber que le pasa por ahí, que le afecta – dijo Bon mientras se sentaba en una de las sillas.
―Ni yo lo sé, pensé que era algo del duelo, del luto y que no lo había superado pero aparecieron esos golpes y luego simplemente desapareció y luego vuelve así. Ni si quiera nos habló, no nos dijo nada, ni una explicación, no nos dijo nada.
―Se que sonará mal lo que voy a decir pero después de su muerta ella siempre ha sido así, tan deprimida al borde del colapso pero jamás se haría daño así, esas heridas no parecían haber sido provocadas por ella y que hubiera aceptado un trabajo sin mí, sin avisarnos… - ¿crees entender a una persona? ¿saber toda su historia? Bon y Joy intentaban responder esas preguntas – y como actuó tan contenta, estaba realmente feliz.
―No lo sé, yo no la conozco mejor que tú realmente, tú pasas todo el tiempo con ella, se juegan la vida juntos, confían mutuamente.
―Sabes, ya me cansé un poco de esto, seguimos mañana ya que no creo que lleguemos a algún lado. Meg es la única que sabe lo que está pasando realmente, esperemos que solo sea algo momentáneo y vuelva a hacer la misma de siempre.
―¿Viste la bolsa que llevaba? Aquí normalmente no se lleva tanto por razones obvias. Se que algo malo le está pasando.
―Ni que lo digas, ni que lo digas. Voy a ir a mi casa a pensar las cosas y quizás se me ocurre algo, quizás me doy cuenta de porque actúa así, ella no la había vuelto a sonreír desde la muerte de él, si es que podemos llamar sonrisa a esa expresión que tenía.
―¿No quieres quedarte? Está muy tarde y cualquier cosa puede pasar, es muy peligroso afuera. Aquí siempre tendrán un lugar donde dormir.
―Tendré que rechazarla, además caminar me relaja y me ayuda a pensar, lo necesito.
Bon salió de la taberna, la luna apenas brillaba las calles, el reino estaba sumido en completa oscuridad pero a Bon no le importaba, conocía tan bien las calles que podía caminar con los ojos cerrados, miró hacia arriba y vio los puntitos en el cielo que nosotros llamamos estrellas y pensó en todo; era un cambio minúsculo en ella y era algo positivo para ella, volvía a sonreír pero algo no estaba bien, Bon no sabría decir con seguridad que era pero lo sentía. Mientras Bon caminaba algo distraído por las calles, alguien lo estaba siguiendo y poco a poco se acercaba, no era alguien que quería pasar desapercibido, de hecho silbaba mientras se acercaba, Bon notó la presencia de este sujeto demasiado tarde y se preocupó un poco aunque sabía que lo podía manejar. Cuando sintió que estaba cerca decidió ir por los callejones con la mano en los bolsillos y empezó a caminar más lento, esperando a que ese sujeto se acercara lo suficiente. Cuando sintió al hombre a dos pasos detrás de él, agarró su cuchillo y rápidamente se giró para enfrentar a ese sujeto, pero cuando lo hizo no vio a absolutamente a nadie y el silbido dejó de escucharse, todo estaba completamente vacío, quizás la luna estaba jugando conmigo, eso fue lo que pensó y sonrió, a todos nos pasa y decidió volver por la ruta original sin preocuparse. Una mano poco a poco se acercó a su hombro y se apoyó en él, lo que generó que Bon se girará con velocidad con el cuchillo en mano e intentara apuñalar a la persona que lo había tocado, cuando lo hizo solo pudo cortar el viento, la persona había desaparecido de nuevo lo que dejo muy confundido a Bon.
―Oye pequeño conejito ¿sabes que salir a estas horas es peligroso? El lobo feroz puede verte y atacarte – dijo una voz que parecía venir de todos los lados.
―¿Quién eres? Muéstrate – dijo Bon mirando para todos los lados.
―Sabes, los conejos tienen varias cosas útiles, esas orejas largas que tienen les ayuda bastante con sus depredadores ¿me las vas a dar conejito? – Bon sintió una mano le tocaba la espalda, este volvió a intentar cortar a esa persona pero no importó lo rápido que fuera, solo terminó cortando el aíre – quisiera escuchar la triste historia del conejo pero no tenemos tiempo, depredadores vendrán por nosotros y necesito esas orejas. Pobre conejo corriendo y corriendo ¿vas a huir a tu madriguera? Corre pequeño conejo, el lobo te está alcanzando.
―¿Qué es lo que quieres? – esa voz solo se río.
―¿No quieres elevarte conejo? ¿evolucionar? – otra mano le tocó la espalda – puedo llenarte ese hueco, ese vacío que todos tenemos – Bon se giró rápidamente e intentó apuñalar a esa persona pero rápidamente una mano lo agarró de la muñeca y lo detuvo – basta de juegos pequeño conejo, ya vez lo poderoso que soy y que no eres nada, te necesito.
―Suéltame maldito – él le pego un puño en la cara pero este hombre, si es que se puede decir que era uno, ni se movió, pareció no sentirlo.
―Tocan la puerta de tu casa ¿la abrirás? – recibió otro golpe en la cara y él solo sonrió – puedes seguir intentándolo, no lograrás nada. Te voy a ser sincero, me das asco, solo eres un pequeño conejo en un mundo de lobos pero yo puedo ayudarte en eso, solo abre la puerta.
―Suéltame o te arrepentirás – esa figura soltó su mano.
―Demuéstralo – dijo con una pequeña sonrisa, Bon le intentó clavar el cuchillo en el cuello pero ese sujeto primero el rompió el brazo, un movimiento tan rápido que Bon no pudo verlo – bastante lento – Bon gritó de dolor e intentó alejarse de él pero era imposible, su cuerpo no respondía – te he observado y solo me das asco – lo agarró del cuello y lo obligo a mirarlo – solo me has parecido un parásito, alguien que no ha hecho nada en su vida y solo se cuelga de los otros para vivir, ni si quiera pudiste enfrentarte a tu imbécil padre, prefieres esconderte detrás de las personas para sobrevivir. Cobarde. Pero eso cambio hoy pequeño conejito, tengo un trabajo especial y me demostraras que me equivoco sobre ti – puso su mano en el brazo y lo reparó.
―¿Cómo? – preguntó asustado Bon, ya no le dolía y lo podía mover con facilidad.
―Hay otro beneficio para el conejo, esto solo pasa con los humanos, es tan tierno y tan indefenso que no podemos hacerles daño, lindos conejitos indefensos – ese sujeto le puso su mano en el cachete y lo acarició – usa ese poder conejito, se adorable y usa tos orejitas, haz ojos grandes y pasa desapercibido, se agradable y escucha, escucha con atención. Esas grandes orejas te ayudaran y luego me dirás todo conejito, todo lo que necesito.
―Yo no… - Bon lo miró detenidamente su cara y le daba miedo, era alguien deforme – yo no tengo otra opción, solo dime lo que tengo que hacer y déjame en paz.
―Así es pequeño conejito, lo has entendido demasiado bien. Esto puede pasar o no, quien sabe pero tengo la sospechas que personas que no son de aquí me buscaran, cuando veas a esas personas quiero que te acerques, la vigiles y me digas cada uno de sus movimientos, usa tus orejas para saber todo. Eres tan tierno que nadie sospechará de ti.
―¿Qué pasa si le cuento a mis amigos y vamos contra ti? – esa persona se río.
―¿Aún después de lo que has vivido crees poder hacer algo? Además Meg evitará que me hagas daño, cuando me menciones ella se volverá loca e incluso puede llegar a matarte, no lo sé, está loca – Bon abrió los ojos y lo miró fijamente.
―¿Conoces a Meg? – él se volvió a reír.
―Hagamos un trato pequeño conejo, tú haces lo que yo te digo y no le dices absolutamente a nadie y yo te digo los secretos que te oculta Meg. Sí se todo sobre ella, me lo ha contado, incluso me contó de su compañero muerto, incluso puedes preguntarle sobre él, tenía una enfermedad que casi lo mata pero lo ejecutaron antes de que la enfermedad lo matara, aunque ya tenía sentencia de muerte desde su nacimiento – esto dejo perplejo a Bon, Meg nunca lo mencionaba a cualquiera, solo a la gente cercana ¿quién era este tipo? Ahora solo tenía una opción – no digas lo que paso aquí conejito porque el lobo tiene hambre.
―¿Cuántos saben sobre eso? Me refiero a la enfermedad de mi amigo.
―Yo qué sé, solo me la contaron, puedes preguntarle y vas a ver cómo se va a sorprender y notaras que tengo razón, incluso te puede mentir así que no la escuches. Aunque te advierto que mejor lo menciones después de que me digas lo que sepas de esas personas ya que ella puede sospechar sobre nosotros, mantengamos en secreto nuestra relación, luego le podes interrogar y te prometo que no te lastimaré conejito. Te prometo que sabrás quienes son, lo notaras ya que te enviaré un mensaje y ellos vendrán hacia ti y me dirás todo, sí, todo pequeño conejito – hablaba cono si le hablara a un niño o a un perro – y yo te daré todo lo que quieras, lo que desees.
―Tenemos un trato pero si me doy cuenta que esas personas son mis amigos o alguien de confianza se cancela todo esto y le advierto a Meg de ti.
―Tranquilo conejito te prometo que no lo conoces. Ahora… - esa persona le pego un puño en la barriga, fue un golpe extraño ya que lo sintió por todo el cuerpo – no te portes mal conejito o yo mismo te haré caldo. Ahora duerme que hay mucho por hacer pequeñin – él le dio un beso en el cabello y Bon se desmayó.
Cuando el conejo despertó estaba en su casa, se levantó de un salto y su respiración estaba agitada, por un momento tuvo la falsa esperanza que todo lo que había pasado era un sueño, una horrible pesadilla y nada de lo que había vivido en realidad paso, solo era una terrible pesadilla que debía olvidar pero al levantarse observó algo que lo dejo horrorizado. Una pequeña cabeza de conejo cerca de su cama lo que le confirmo que todo lo que paso si era real y de pronto su cabeza revivió todo lo que paso esa noche, el pequeño conejo ahora estaba asustado y temblando de miedo, miro a sus lados buscando al lobo feroz, podía escuchar su voz por la habitación pero esto solo eran recuerdos del pobre conejo asustado, se decía a si mismo que nada de esto podía ser real pero si lo era, pobre conejo. Con el tiempo se relajó y pensó con claridad, recordó toda la conversación que tuvo con el lobo feroz y sintió un nudo en la garganta, fue a verse con su amiga e intentó decirlo todo pero cuando lo iba a hacerlo un nudo en su garganta lo evitó, tenía miedo ya que no sabía que iba a pasar, ese pobre conejo decidió llevarse su secreto consigo. El conejo fue obligado a servir al lobo feroz, utilizo sus grandes orejas y escuchó y escuchó, vaya que esas largas orejas de conejo sí que le sirvió.
Chapter 23: Reliquia familiar
Chapter Text
El gran capitán zorro estaba esperando pacientemente, no era el único que lo hacía, sabía que ir ahora significaba la muerte, debía esperar a que el enemigo se debilitara y ahí robar ese libro misterioso. Después de hablar con su nuevo jefe decidió hablar con su gente de confianza, Onnie, Maggie y Deuz y contarle lo ocurrido, decirles que estaban siendo vigilados, ellos lo tomaron con humor y despreocupación pero mientras más escuchaban lo que su capitán les explicaba más entendían el problema en que estaban metidos, había una rata entre ellos y era peligroso aunque el capitán creía que era algo peor, algo más grande que una simple rata. Unos días antes del gran ataque el capitán y su tripulación estaban en la isla pirata, isla luna, tortuga, huevo, ya se me olvidó su nombre pero era la isla más famosa donde todos los piratas se reunían y donde en teoría todo era legal. El capitán disfrutaba del descanso en una taberna con una copa en la mano hasta que alguien le interrumpió, un pequeño niño le toco la mano y le hizo señas que lo siguiera, cosa que el capitán no hizo hasta que el niño le dio una moneda; ambos se dirigieron a un callejón oscuro donde en teoría nadie podía escucharlos y el niño le dio un mapa.
―Me dijeron que te dijera que esa es la ruta por la cual pasará el bote, ya ha zarpado para aquí, él espera mucho de ti. Va a estar en el mismo lugar donde se encontraron, ahí te dará todo. Solo hay un libro en todo el barco, sabrás cual es – él abrió el mapa y lo observo, en teoría era sencillo y estaba muy bien detallado, sabría donde estaría.
―Gracias niño pero… - él bajó el mapa y busco al niño a su alrededor pero este simplemente desapareció, lo cual le dio un poco de miedo. Se devolvió al bar y se acercó a Deuz – vámonos, tenemos trabajo que hacer, nos acaban de dar un mapa que tenemos que seguir – Deuz estaba un poco confundido – el trabajo que tenemos que hacer.
―Cierto, cierto ¿volvió a aparecer? – el capitán Foxy se acercó a su oído y le susurró.
―Obvio estúpido, no sé cómo mierdas lo hace pero llegó hasta aquí, ningún lugar es seguro – se alejó de él y miró a su alrededor – trae a los demás que no tenemos tiempo que perder, nuestras vidas depende de eso. Reúne a todos rápido y larguémonos de aquí, nuestro destino nos aguarda – dijo con una sonrisa.
No fueron los únicos, varios barcos también se fueron casi al mismo tiempo, poco a poco la voz corría a los oídos de todos y por más extraño que parezca nadie se atacó ya que les convenía que sus compañeros también fueran. Varios barcos esperaron en un lugar estratégico para vigilar la ruta del barco, se detenían completamente y apagaban todas las velas para estar igual de oscuros que la noche, un plan maravilloso aunque no pudo funcionar ya que el barco llegó a ese punto por el día. Como estaba indicado en el mapa, el gran barco paso por ese camino donde todos los piratas los estaban esperando, algo que obviamente ellos no pasaron por desapercibido y se prepararon para una posible pelea, no era normal que un barco se quedara quieto y solo podía significar una cosa, piratas. Al inicio cuando lo vieron nadie atacó, todos tenían el mismo pensamiento, esperar que alguien de el primer paso para debilitarlo y ahí aprovechar, robar el mérito del otro y no tener que sacrificar muchas cosas pero nadie daba el primer paso, todos miraban fijamente el barco esperando a que un idiota intente atacarlo. Los piratas más grandes con sus botes gigantes fueron los primeros en atacar ya que se dieron cuenta que eran unos cobardes y que nadie iba a mover un dedo, ellos eran los que más tenían posibilidades de hacerle enfrente. No recuerdo quien fue el primer gran pirata que se acercó y empezó a atacar pero en realidad eso no nos importa, lo importante es que después que ese barco se acercara, otros barcos igual de grandes o incluso más grandes se empezaron a acercar para batallar contra el barco real.
―Capitán, ya ha empezado ¿atacamos? – dijo Maggie viendo desde lo lejos.
―No, no, aún no ¿has visto ese monstruo? Ni ellos pueden derribarlo todavía, tenemos que esperar hasta que tengamos oportunidad.
Tal como lo dije el capitán Fox el barco de la realeza destruyo los otros barcos, le fue difícil y muchos buenos hombres murieron pero seguían en pie y se podía mover que era lo más importante, aunque esto no duro por mucho tiempo ya que fue rodeado de nuevo por más barcos que le disparaban con sus cañones, golpe tras golpe iba perdiendo. No me acuerdo cuantos barcos cayeron ese día, unos veinte o incluso más, veinte barcos se necesitó para inmovilizar el barco y poder acercarsecomo minimo y era algo que todos sabían, incluso la persona que los contrato, muchas personas murieron ese día y todo por un simple libro y el plan de los reyes de pasar desapercibido se estrelló contra el suelo rápidamente, las explosiones de los cañones se podían incluso escuchar hasta el cielo, todos ese día escucharon el terremoto que provoco esta pelea.
―¡Ya es momento! ¡Quiero a todos activos y rápidos! Recuerden que ahora nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, no importa nada más que ese libro, ese inútil libro.
El capitán Fox y su tripulación se acercó al barco, ya estaba prácticamente debilitado, no podía hacer nada, su destino ya estaba escrito pero no se rindieron, siguieron batallando hasta el final, no dejaron que se acercaran a los tesoros, primero muertos que dejar pasar a esas sucias ratas. Lograron matar a varios piratas, si ellos iban a morir no lo harían solos, la sangre sucia de los piratas se esparció por todo el mar, no eran buenos peleando con espadas, solo sabían lo mínimo y la única persona que puede darle pelea son algunos capitanes, los más experimentados pero aun así no serías capaz de ganarles solo. Aunque eso al final toda esta experiencia que tenían no importo ya que cuando mataban a uno aparecían otros cinco, como unas cucarachas, era una pelea que no se podía ganar, mostraban una valentía poco vista pero muy respetada estos hombres mueros en batalla. Cuando entró el capitán Fox y su tripulación ya no iban muchas amenazas, llego en el momento justo, no solo porque ya no había amenazadas fuertes, sino que también salía un chico con un libro en las manos, en todo el lugar solo habría un libro. Se acercó a ese sujeto con la espada en la mano y lo atacó, un golpe horizontal que iba a dar en la cabeza, pero ese pirata no era un novato, rápidamente soltó el libro, sacó la espada y detuvo el golpe con su espada. Ambos se miraron fijamente, rápidamente el capitán Fox mandó el libro hacia atrás con una patada, su tripulación rápidamente agarró el libro y fueron al barco. Aunque esto no termino tan facilmente, el capitán Fox sabía que iba a ser un problema si le decía a alguien así que aprovecho para matarlo o por lo menos intentarlo, cada golpe que daba su enemigo lo defendía, era un baile hermoso entre piratas, parecían estar igualados hasta que uno de los dos cometió un error, por un descuido de su enemigo tropezó con un cadáver detrás suyo que no vio y calló al suelo, lo que Fox aprovecho para clavarle su espada en el cuello, matándolo. No perdió más tiempo y salió corriendo, nadie lo notó en ese momento, nadie sabía que él llevaba la victoria en sus manos ya que había un gran tesoro adentro, algo que valía más de veinte bolsas de monedas además de que no sabían que el libro ya no se encontraba ahí, todos estaban locos por el dinero y la gloria y el capitán Fox se aprovechó de esto, todo salió perfecto, pensaba el capitán.
―¡Larguémonos ya! – fue lo que dijo el capitán al entrar a su barco.
No paso desapercibido, muchos lo vieron y pensaron que era un cobarde, así era reconocido realmente el capitán zorro antes, como un cobarde inteligente, alguien que cuando las cosas se les ponía difícil corría y dejaba a los demás a terminar su trabajo; aunque con los años y haciéndose un poco más grande su nombre en leyendas que cantaban los piratas, era un zorro disfrazado de gallina, así nadie lo molestaría pero era él quien se quedaba con los huevos de oro. Se fue lentamente de ahí mientras todos los piratas iban hacia el moribundo barco como las moscas a los restos de comida, hubo una que otra pelea entre piratas ahí pero ninguna que merezca ser recordada, algunos se dieron cuenta que el capitán Fox se había llevado el libro pero eso ya no les importaba ya que tenían una ganancia más grande o ya estaba lo suficientemente lejos para entregar el libro y recoger la recompensa; una de las reglas más importante de un pirata es nunca, pero nunca atacarse después de una misión, respetan al ganador y lo dejan en paz por un momento, aunque en algún futuro ellos participaran por la recompensa de su cabeza como venganza. Los piratas son muy vengativos aunque rara vez se vengan sin ninguna recompensa, aunque como buena regla siempre tiene sus excepciones.
―Aquí está tu libro, el único que había en todo el barco, no me puedes decir que me equivoqué, seguí tus instrucciones – dijo el capitán con una seguridad falsa mientras controlaba el temblor de su mano.
Cuando entró el hombre que estaba ahí era distinto, era más pequeño y estaba más en la oscuridad, llevaba una capa que le tapaba todo el cuerpo, excepto sus manos y sus ojos que parecían brillar, era callado y se mantenía encorvado, evitando que la luz que entraba por la ventana pues esta mostraría quien era en realidad. Él agarró el libro y lo abrió, página por página, se llevó una pequeña decepción al verlo pero al tocarlo sabía que era ese, era el libro que estaba buscando y esto lo hizo sonreía, aunque Fox no lo podía ver.
―Me dijeron que eras bueno pero nunca pensé que tan bueno. Gracias por recuperar mi reliquia familiar.
―¿Puedo hacerle algunas preguntas señor? – esto hizo molestarlo un poco pero sintió que se lo había ganado.
―Que sea rápido, no tengo mucho tiempo, hemos causado un revuelo que hasta el cielo lo va a sentir, ya viene la tormenta.
―¿Dónde está la recompensa? – esto hizo soltar una gran carcajada a esa figura.
―Claro, claro, se me olvidó. Pensé que ibas a preguntar algo más como que haría con eso o cosas por el estilo – él se volvió a reír – solo voltea para atrás.
―¿Cómo lo…? – dijo Fox cuando se giró, ahí estaban todas las bolsas en el suelo, de un momento a otro aparecieron detrás de él.
―Un mago nunca cuenta sus secretos. Te recomiendo esconderte por un tiempo, van a buscar culpables y van a rodar cabezas, cómprate una isla y descansa por un tiempo. Por cierto puedes decirle a tus amigos que pueden entrar aquí a cogerlo todo, pronto me iré y no me notaran.
―¿Cómo lo haces? ¿Poseidón te ha dado una bendición? – esa figura se levantó con una sonrisa que Fox no pudo ver.
―No lo sé, puedes ser. Cuidado con lo que hagas Foxy, te esperan grandes cosas pero nunca retes a un Dios, jamás ha salido bien, un humano nunca podrá con un Dios, solo síguelo y reza para que no queme tu casa.
―Nos volveremos a ver ¿verdad? – este solo se río y desapareció en las sombras.
―Tienes gran potencial capitán Fox, si puedes ver la luz al final de la tormenta, allí estaré – fue lo último que dijo antes de desaparecer.
La casa en donde estaban se sumergió en completa oscuridad, por un momento todo lo que veía el Fox era oscuridad, lo que tenía cerca el capitán desapareció, por suerte solo duro unos segundos, por lo menos los suficientes para que esa persona desapareciera del lugar, cuando la luz volvió este ya no estaba y el capitán quedo confundido, mirando a su alrededor asustado, no sabía a que se enfrentaba pero no era algo de este mundo. El capitán y toda su tripulación disfrutaban del nuevo botín aunque su capitán no paraba de mirar a su alrededor, aun estaba aterrado por lo que había pasado y sabía que ahora no tenía escapatoria de lo que fuera esa persona, aunque ese miedo poco a poco se desvaneció o lo remplazo con la gloria y las mujeres, volvió a ser el mismo pero no por mucho tiempo, había algo dentro de él que lo obligaba a girar a los lados, un sentimiento que le decía que esa cosa lo estaba acechando.
Chapter 24: Carta de la reina
Chapter Text
―Según nuestro informante, la reina a recibido una carta de su hermana, algo importante y la trajo a nosotros – el cazarrecompensas le paso la carta a una figura encapuchada que le daba la espalda – no sé leer, espero que usted si sepa.
―¿Eso no nos traerá sorpresas? Sabes que no confió en ese – dijo esa persona sin mirarlo todavía.
―No señor, nuestra pequeña rata se aseguró de eso, la reina pidió personalmente quemar la carta, nadie sabe de su existencia hasta donde sabe él. Ya le dije que él será el sonido de sus zapatos – la figura se giró y agarró la carta.
―Si esos zapatos no me quedan, tendré que eliminarlos – esto asusto un poco al cazarrecompensas y no porque le tenía cariño por esa pequeña rata, el problema fue que él consiguió a esa rata, su jefe podría también querer eliminarlo si fracasaba – bueno, los leeré a ustedes dos en voz alta ya que ustedes no saben hacerlo, presten mucha atención. “Querida hermana, te escribo para decirte que tenías razón, no sé cómo pero tenías razón, de alguna manera ha aparecido un libro en nuestro castillo ¿recuerdas las viejas historias que nos contaba el abuelo? Al parecer estaba en lo cierto, es extraño esto pero ese libro está aquí y no sé cómo decírtelo pero dice cosas que no entiendo. Tú siempre creíste en esas cosas y le prestabas mucha atención al abuelo, deberías saber más de que yo sobre que es este libro o por qué apareció tan de repente, tal y como lo dijiste tú. Aunque creo que el abuelo nos contó una historia parecida ¿una guía? La verdad es que no me acuerdo pero si quieres te mando el libro, yo no lo quiero” – los tres se miraron sin decir una sola palabra.
―No entiendo a que se refiere ¿cómo un libro puede aparecer de la nada? ¿Tú no dijiste que la magia…? – dijo esa chica sin ninguna emoción.
―Se lo que he dicho pero también te dije que el poder empieza a los siete pero Freddy ha empezado antes, es la excepción a la regla a todo lo que conocemos, no es de extrañar que haga cosas imposibles, no faltaba más. Ahora tiene siete años y ahora ha aparecido un libro. Nunca escuché eso en el mito, aunque la verdad ignoraba esas cosas ya que pensaba que solo era una mentira, cuanto me había equivocado.
―Si quieres se lo consigo cuando llegue aquí, conozco todos los recorridos del puerto al castillo. Con un gran pago la verdad – la figura le dio la espalda a ambos.
―No, cuando llegue aquí será muy tarde además les daremos motivos para sospechar de algo grande, hay que hacerlo de otra manera un poco más discreta. Nada de eso tiene sentido, lo necesito – hubo unos segundos de silencio hasta que se le ocurrió una idea a la chica del grupo.
―¿Qué tal si atacamos en el agua? Solo debes abrir un portal en su bote y ahí desaparece en mitad de la nada y agarras el libro y te lo llevas, nadie sospechara nada, nadie te verá – esa persona encapuchada sonrió con malicia, era buen plan pero tenía uno mejor.
―Tiene sus fallas Camí pero me has dado una grandiosa idea. Primero te diré que no podré hacer eso por dos simples razones, no conozco donde van a guardar el libro y puedo aparecer enfrente de todo el mundo, no podemos hacer que sospechen de nosotros, segundo, si el libro desapareciera así como así será muy sospechoso también, se preguntaran muchas cosas y es común culpar a los magos cuando no hay explicación, la reina pensará que estará bajo ataque mágico, no vamos a mostrar nuestras caras hasta que sea necesario, que pelen con una sombra. Hay una mejor idea pero será complicada. Dime amigo, ya que eres un bandido y conoces todo lo que se pasa por debajo, bandidos e intercambios ilegales ¿conoces a los piratas? – el cazarrecompensas hizo una mueca de asco.
―Son mala leña, son peores que cualquier bandido que se le conozca, no tienen respeto hacia nadie y siempre te van a robar, se creen los reyes del mar y siempre te van a intentar engañar, no son alguien de confianza señor.
―Lo sé pero quiero que pienses esto, si atacan al barco unos piratas ¿no es algo normal? Tan grande y poderoso, traerá sospechas obviamente y se tendrá que hacer justicia pero ¿quién sospechara de nosotros? No tuvimos nada que ver y lo mejor de todo es que nadie sospechara sobre la desaparición del libro, pensaran que simplemente se hundió o algo parecido ya que los piratas no saben leer y entre tantos tesoros ¿quién se fijaría en un triste libro? Sería perfecto.
―¿Cómo estás tan seguro que llevarán más cosas? Y más importante aún ¿cómo harás que los piratas te hagan caso? No son como yo que nos pagas y ya eres dueño de nosotros, no, ellos son sabandijas y estafadores que te clavará el cuchillo en la espalda en cualquier momento y ¿cómo estás tan seguro que solo será un barco? Puedo salir toda una armada y así ningún pirata va a participar en eso – la figura le sonrió.
―Primero, aunque sean reyes y se haga todo lo que ellos digan, no van a hacer cosas que no les traiga un beneficio a ellos, siempre debe haber una recompensa para que muevan un dedo, no creo que solo traigan un libro, el rey no lo va a permitir así que mandará más cosas para que el viaje tenga más sentido. Lo segundo es bastante simple, los piratas siguen siendo bandidos y para asegurarme que me hagan caso los amenazare – el cazarrecompensas iba a hablar pero la figura siguió hablando – aún no he terminado, no me interrumpas. No lo haré directamente, será algo disimulado y le mostrare que puedo hacerlo con un simple movimiento, yo estaré enfrente de ellos con un aspecto diferente y les haré temer por sus vidas y si intentan matarme ¿qué podrán hacer? ¿sacar su espada? – esa persona se empezó a reír – no, no les tengo miedo. Lo tercero es una especulación, el mejor de los casos aunque puedo equivocarme, si eso llegara a pasar tendríamos que tomar el plan de Camí pero solo como último recurso.
―Quieres que nuestra rata te mantenga informado de todo lo que pasa.
―Cada movimiento que se haga, cada plan, quiero saber todo, quiero saber todo, las cosas se hacen mucho más grandes. Tanto que hacer en tan poco tiempo y sé que en algún momento sabrán sobre nosotros, hay que estar preparados.
―Pasemos a cosas más relevantes, ya debemos saber que nos siguen, quizás ya se los dije.
―Sí lo hiciste Camí, incluso en estos momentos nos está viendo por la ventana en un lugar seguro.
―¿Por qué no simplemente la matas? Yo haría eso – la figura miro por la ventana, la persona que los vigilaba estaba bastante lejos como para que el ojo humano lo pudiera observar pero los brujos tienen más de cinco sentidos.
―No es un problema para nosotros, dejemos que sigan y que se corra la voz, darles un poquito de fe para luego arrebatársela. Eso siempre daña a los humanos.
―Por ahora las ventas no se ven para nada afectadas, podemos seguir comprando cosas y nuestras reservas están casi intactas, no creo que ellos sean un problema realmente, pronto entenderán que no podrán hacer nada.
―Quiero también decir que la leyenda de ustedes se ha agrandado, todo el mundo habla de ustedes, incluso los mineros hablan de ustedes como la mejor leyenda de esta época, no digo que sea malo que eso pase pero los conozco y no van a gustarle nada cuando se leyenda se haga realidad y el rey sepa en el peligro que está, ustedes no quieren una guerra con el rey – esa persona encapuchada se río.
―Te equivocas, te equivocas, eso es perfectamente lo que tenemos. La venta de los minerales nos dio lo suficiente como para comprarnos nuestro propio ejército, aunque ni así acabaríamos con el rey y todavía no es el momento y no ganaríamos, solo un rey puede hacerle frente a otro.
―Tengo varias dudas aun de todo pero supongo que ustedes ya tienen la respuesta.
―He planeado esto desde que Freddy nació y aun así con tantos años de preparación me sigue sorprendiendo ese chico, cada vez lo tengo más cerca de mí, podre conocerlo mucho mejor y quien sabe, podemos ser amigos pero no lo creo ¿serías amigo de la persona que te ha estado jodiendo desde que te nació? Nadie lo sería pero hay que intentar.
―Hay algunas cosas que aún nos falta algunos puntos menores que revisar, como Meg que se ha vuelto un poco errática o lo de Golden, pero si quieres podemos dejar la reunión hasta aquí.
―Del resto me encargo yo chicos, se los prometo y no se preocupen, ya se pueden ir – Camí y el cazarrecompensas se miraron y se fueron de la habitación – me pregunto Freddy si también te están enseñando lo mismo que yo, ser un arma por algo que no importa, su marioneta. Quizás te tienen miedo y por eso no usas tus poderes, el pobre Freddy que puede destruir el reino con solo pensarlo; es lo más probable. A veces tu poder llegar hasta aquí, sé que es tuyo por lo diferente que es, se siente pesado y huele a muerto ¿será una magia que no conozco? Ese libro tendrá las respuestas a todo, por lo menos eso espero – esa persona estiró la mano hacia el castillo – pronto Freddy podremos hablar, cara a cara, quizás me odies y me quieras matar o quizás me entiendas y nos juntamos, somos amigos. Cualquiera de los dos destinos me agrada. Eres un gran chico, Freddy.
Chapter 25: Una sombra
Chapter Text
Siempre dicen que hay sombras entre los reyes, secretos oscuros que no deben salir, la oveja negra o incluso esa conspiración extraña sobre los reyes que hacen pactos con el demonio y este los sigue como su sombra, las sombras en las culturas tienen muchos significados pero casi ninguno es positivo. Pero solo hay una sombra que nos importa a nosotros, solo hubo una persona en los años recientes que tuvo una sombra, una verdadera Sombra, Freddy. Nadie sabe bien lo que era Fred, no somos magos y no entendemos bien la magia, los magos solo sienten la magia y nos explican las cosas con sus sentimientos, es como intentar explicarle a un ciego el cielo, es imposible, nosotros no podemos sentir la magia, somos ciegos ante este nuevo mundo, así que entre la gente normal conocemos a Fred como la sombra de Freddy, un ser anclado a Freddy, no se podía separar a él, era literalmente su sombra con un gran poder; algunos dirán que era un poder oscuro pero la verdad es que ningún poder es oscuro, lo que es oscuro es su portador y yo no soy quién para definir si Freddy era alguien oscuro, si algo le iba a pasar en la vida lo iba a corromper, simplemente era un poder tan grande que todas las personas comunes, y algunos no tan comunes, le tenían miedo. Seamos sinceros, incluso tú tendrías miedo de su poder, no te culpo pero no deberías hacerlo, así se pueden crear los monstruos.
―Vamos Freddy, déjame tomar el cuerpo, aunque sea solo unos minutos, ya está tarde y estamos solos, nadie se dará cuenta.
―Fred, es tarde y necesitamos dormir, déjame dormir y mañana te doy el cuerpo por la mañana – Freddy cerró los ojos e intentó dormir.
―Cómo sea, pero tenemos cosas que hablar y no me puedes ignorar, esto es importante.
―Buenas noches Fred – dijo Freddy algo molesto.
Fred creía que las lecciones de magia eran una estupidez y lo eran ya que en realidad no enseñaban magia, además no es cómo si Fred necesitara clases realmente, su poder ya era superior a cualquier hechicero de su época, esas clases solo eran una fachada, en realidad no le enseñaban nada. Al inicio de cada clase siempre había una explicación de un poder, de un truco mágico y cómo se hacía, Felix le explicaba lo mejor que podía, no era un mago y eso le dificultaba las cosas pero igual intentaba hacerlo, explicaba que hacía el poder, lo típico que le enseñan a un mago pero este no se concentraba en cómo controlar el poder, lo que le estaban enseñando a Freddy era las consecuencias de utilizar ese poder, lo que podría pasar si se sale de control. Esto obviamente le metía terror a Freddy y no dejaba salir a Fred, literalmente podría destruir el reino si se lo proponía, solo era cuestión de tiempo y él era el único en poder detenerlo, sellarlo dentro de sí mismo para que no escapara, para no hacerle daño a nadie más; nunca le enseñaron a controlarse a sí mismo, le enseñaron a temer su potencia, tener miedo de lo que era, le enseñaron a evitar una parte de él. Aunque Freddy se viera como un protector, que si Fred se salía de control él era la única persona en detenerlo, de volverlo a su estado original como fantasma, aunque esto no era cierto, Fred tenía el poder para robar el cuerpo de Freddy cuando quisiera y nunca devolvérselo pero nunca lo hizo porque no era una mala persona y solo quería ver la felicidad en Freddy, además algunos dicen que fue diseñado para esto, para seguir las ordenes de su maestro, en este caso Freddy.
―¿Por qué me temes tanto Freddy? Crees que no me doy cuenta pero puedo mirar dentro de ti, cada centímetro y veo que me temes ¿sabes que nada de esto es real? Yo nunca te haría daño a ti o a la gente que te importa – Freddy no podía escucharlo ya que estaba dormido – es tan fácil quitarte el cuerpo en estos momentos pero nunca me lo perdonarías si te das cuenta. Volveré ahorita Freddy, hace una linda noche como para no observarla.
Fred es algo inexplicable, todos dicen tantas cosas que definirlo parece imposible, ni si quiera los mismos magos saben con seguridad que es o como se creó, es una excepción a todo lo que creemos sobre la magia y quizás jamás podamos definirlo con seguridad, quizás cada mago especial es diferente, tiene una sombra diferente con poderes diferente, tendremos que esperar al siguiente para confirmar esto. Aunque no se pueda decir con seguridad que es esa cosa, esa magia, podemos hacernos una idea general de lo que es y las dos definiciones más aceptadas por la gente era una sombra y un fantasma, cualquier pared que nosotros los mortales hagamos no lo detendrán ya que este podía atravesarla con facilidad y mirar lo que había adentro, realmente no tenía cuerpo así que nada lo detenía pero tampoco podía tocar nada, como un fantasma. No era la primera vez que daba vueltas por el pasillo, aunque encontrara un horrible secreto era obvio que no le iba a contar a nadie y sabía que Freddy estaría bien si estaba un tiempo solo mientras dormía.
―Esa chica siempre me dio miedo, tan alta y formidable ¿sabías que Freddy te tiene mucho respeto? Lo he visto en sus ojos, a veces quisiera entrar a tu alma y saber tu historia ya que no eres de aquí pero quizás rompo algo allí adentro y Freddy no me lo perdonaría – Fred miraba a su guardiana con asombro y sabía que cerca de ella nadie le haría daño a Freddy, aunque por obvias razones no contaba a lo que no sea humano.
Camino por los cuartos del castillo y observo detenidamente las cosas, aunque ya conocía todo, hace tiempo se había aburrido de los mismos pasillos sin cambios, de ver las mismas rocas en los mismos lugares, ver a todos vestidos de la misma manera y que los cuartos tengan las mismas cosas, no tener un cuerpo era algo que aburriría a todos, un espectador de una vida que ni te pertenece, condenado a solo observar la vida y eso es lo que Fred siempre hacía. Paso entre habitaciones sin mirar mucho, sabía que no pasaba grandes cosas o por lo menos cosas que le interesen a él y solo decidió ir arriba para ver el cielo estrellado. Pero antes de hacerlo se le ocurrió visitar al mago, quería ver si dormía y aunque era una mala idea quizás no lo detecte, además tenía curiosidad de verlo mientras él no lo notaba, saber que hacen los magos cuando esta de noche y confirmar si dormían o no. Entro a su habitación y lo vio leyendo un libro, espero unos minutos para ver si hacía algo interesante pero solo siguió mirando el libro, no había notado su presencia.
―Siempre me pregunte ¿Eres hombre o mujer? Con ese cabello largo y ese color de cabello tan extraño. Te debes aburrir seguido por aquí – dijo mientras miraba los libros que tenía – todo eso tan interesante, todo eso solo para ti. A nosotros solo nos enseñan lo peligroso que puedo ser. Estúpidos tontos, me pregunto si sabes de tu existencia ¿tú madre te contó de mí? Seguramente sí pero quiero saber qué fue lo que te contó – el mago giró la mirada en donde estaba Fred.
―¿Hay alguien ahí? – Fred rápidamente puso sus manos en la boca y evitó hacer cualquier sonido – no estoy jugando, no le tengo miedo a nada, ven y enfréntame – él hizo una bola de fuego en su mano, Fred lentamente fue flotando hacia atrás hasta atravesar la pared.
―Lo siento, lo siento – dijo entre risas. Al parecer no podía sentirlo pero si escucharlo o eso parecía.
Fred rápidamente fue hacia arriba sin distraerse, atravesó todo el techo hasta llegar al aíre libre, ya en el cielo empezó a dar vueltas en el aíre, iba de un lado a otro, daba muchas vueltas y nunca se cansaba o se mareaba, podía hacerlo toda la noche sin problemas, aunque al final solo se dejaba caer lentamente con una sonrisa mientras miraba al cielo y al final se detenía en el techo del castillo, puso sus manos detrás de la cabeza, cruzo sus piernas y simulo acostarse en el techo viendo a las estrellas. Era una linda noche donde todas esas luces que nosotros llamamos estrellas iluminaban y lo mejor de todo era la luna, estaba completamente e irradiaba una grandiosa luz blanca, la luna blanca que muchos hemos visto, era tan hermosa que se robaba la vista de todo el mundo; además por alguna extraña razón se veía más grande que otras noches, era la luna perfecta, la noche perfecta para simplemente observar.
―Sabes Freddy, yo creo que puedo ser un hijo de la luna ¿has visto lo blanca que es? Parece casi a mi piel ¿no crees? Quizás de ahí venga toda la magia, de esa cosa allá arriba. Todo puede pasar, eso fue lo que me dijiste algún día – Fred cerró los ojos y sonrió – incluso con los ojos cerrados puedo verla, tan grande y brillante, como nosotros.
Esto duro por varios minutos, las sombras no necesitaban dormir así que siempre estaban activadas, observando y defendiendo a su portador pero eso aburre a cualquiera. Abrió los ojos e iba a volver donde Freddy pero dio un rápido vistazo al reino, a los estratos bajos y se preguntó que había ahí, siempre estaba en el castillo y solo conocía su interior y con suerte el exterior, una vida llena de lujo y de belleza que tienen los reyes. Pensó un momento que hacer, no se sentía bien dejar a Freddy solo, sentía la necesidad de defenderlo y de estar siempre cerca de él por si lo necesitaba pero por otra parte sabía que nada le iba a pasar, era el príncipe de un gran reino donde es imposible entrar de manera convencional, además no pasaría nada si se iba un rato, sería tener muy mala suerte que justo en ese momento un mago atacara, no había pasado antes y no iba a pasar ahora, ausentarse por algunas horas no estarían mal. Flotó por todo el reino y miro las casas pequeñas de la gente y le pareció curioso, quería entrar a las habitaciones pero eso era de mala educación, no era su casa, el castillo si lo era y por eso podía meterse donde quisiera pero era de mala educación hacerlo en la casa de un desconocido; además que no había ni una sola luz encendida dentro de las casas, lo más probable es que estuvieran durmiendo. Era una linda vista pero sabía que adentro no había nada interesante, le interesaba la historia de esas personas, saber que hacían y cómo vivían, quizás algún día podría caminar entre toda esa gente, caminar por las calles y vivir como alguien normal. Aunque había algo aún más interesante que esas pequeñas casas y era el mundo de afuera, todo lo que se encontraba fuera de cualquier muro del reino, las praderas y los bosques era algo que le interesaba pero era algo que sabía que nunca iba a poder ver, ni siquiera en sus mejores sueños se le ocurría salir del reino, Freddy lo podía necesitar, debía quedarse adentro, Fred lo entendía y no le importaba, era su trabajo. Dio unas cuantas vueltas por el cielo y observo todo el reino, sentía que todo era suyo e igual que Freddy tenía que cuidarlo, no sabía cómo pero de alguna manera tenía que hacerlo, necesitaba conocer su reino, verlo con su propios ojos y poder caminarlo. Al final decidió volver al cuarto con Freddy cuando el sentimiento de protección se hizo muy grande, necesitaba cuidarlo y protegerlo, sentía que cualquier cosa podía pasarle y decidió devolverse a su habitación.
―No sé porque me preocupo por ti, estás mejor que nunca – dijo Fred con una sonrisa – nos esperan grandes cosas Freddy y te prometo que estaré junto a ti para celebrarlo, estaré a tu lado pase lo que pase. Somos especiales y lograremos grandes cosas. Ahora descansa y yo te cubro la espalda. Quizás algún día me dejes tomar el cuerpo, poder dormir y comer, poder caminar por el pasto, poder sentir el aíre entre mis manos – Fred se volteó a mirar la venta – algún día, algún día.
Chapter 26: Fuera de la jaula
Chapter Text
El pequeño mago Bonnie nunca había salido del castillo, de hecho ningún mago que trabaje con el rey sale de su castillo pero la gran mayoría ya tenía una vida antes de trabajar, Bonnie era una excepción, toda su vida la vivió dentro del castillo, por lo menos toda la vida que puede recordar, estaba enjaulado pero eso no le molestaba, por lo menos no hasta que miro más allá de su jaula, abrió sus alas a un nuevo mundo y al probar el elixir de este quiso más, pero nos estamos adelantando demasiado, volvamos al inicio. Bonnie le informó a la guardiana Chica todo lo que había pasado y lo que tenían que hacer, ella no se fiaba de él pero quería matar a ese intruso, además eran órdenes del rey, todos en el reino sabía que lo que diga el rey se debe hacer, además le había cogido cariño al pequeño Freddy y no quería que lo lastimaran, cualquiera que haya entrado al castillo era enemigo del pequeño Freddy y también de ella. Ambos salieron unas horas después, cuando nadie los estaba viendo y cuando se corrió la noticia de que la guardiana se iba a tomar unas vacaciones, nadie le iba a parecer raro que esta de repente desapareciera, nadie sospecharía nada y el rastro seguía relativamente fresco para encontrar el portal lo cual no era tan simple pero era posible.
―No te alejes de mí, ten cuidado siempre, cuando debas a dar un paso lejos de mí me avisas, eres el único que puede saber dónde se encuentra esa cosa, me vas a guiar pero si te pierdes asegúrate de encontrarte de nuevo conmigo, si no lo haces te arrancaré las extremidades – dijo la guardiana al mago antes de salir del castillo.
La misión era relativamente fácil, cualquier mago podría encontrar un rastro de magia, incluso si se intenta ocultar el rastro con pequeños trucos o haciendo vueltas en circulas, ni lo intentaron porque sería una perdida de tiempo, decidieron solo hacer una línea recta difícil de sentir; pero Bonnie al ver el mundo que estaba afuera quedo asombrado, con una sonrisa iba de un lugar a otro, viendo a la gente y sus casas, no era algo bonito comparado con el castillo y normalmente olía feo por culpa de las ratas pero por lo menos podía caminar en un lugar diferente y ver personas diferentes, quizás no era lo más hermosos pero ver lo mismo cansa, así que en vez de concentrarse por el portal empezó a dar una caminata por el reino. Primero paso por la parte rica del reino, donde había grandes casas, las calles estaban algo limpias y había varios caballeros caminando por el lugar, un lugar tranquilo y hermoso. Luego pasaron a la clase media y luego a la pobre, Bonnie quería recorrer todo esto pero sentía que Chica estaba sospechando y decidió dirigirse a los lugares más pobres, donde se abrió el portal y el cambio entre uno y otro era inmenso. Todo era peor, no se veía ni un alma, había varios cuerpos en el suelo y uno no sabía si estaban durmiendo o estaban muertos, las casas eran pequeñas y algo feas, aun así Bonnie vio algo bonito en ese lugar, gente que a pesar de todo seguía adelante, no se rendía y seguían trabajando, quizás no por ellos sino para darle un mejor futuro a otros. Bonnie quería seguir visitando los lugares aunque fuera peligroso, por suerte sintió algo, sintió el portal cerca, se detuvo un momento en mitad de la calle y se obligó a seguir la misión que lo puso ahí en primer lugar, miro hacia su izquierda, que es donde se podía sentir la magia.
―Es ahí, sígueme – ambos caminaron hacia una taberna, no entraron, solo lo rodearon hasta estar detrás del lugar – sí, fue justo aquí donde abrieron el portal – dijo señalando la pared – aquí llegaron y abrieron el portal.
―Bueno, sabemos que hay un mago aquí mismo, deberías sentirlo ¿no? Ya sentiste algo de su magia.
―No es tan simple encontrar a un mago – Bonnie se acercó a la pared y la toco – es más complicado hacerlo pero tengo la creencia de que la persona que buscamos ni si quiera está aquí – Bonnie miró detrás suyo.
―¿A qué te refieres? – Bonnie camino hacia la pared contraria y la toco.
―No abrieron un portal, abrieron dos pero este es más reciente, por lo menos eso creo, hicieron otro salto lejos de aquí, quizás ni si quiera son del reino.
―Y ¿no puedes hacer eso que hiciste la otra vez? Encontraste el portal, ahora encuentra al otro – el mago soltó una pequeña risita.
―No es tan simple amiga, cuando se cierra un portal es imposible rastrearlo, solo pude rastrear el otro porque aún estaba encendido, este ya está apagado y no puedo hacer nada para encenderlo. Podemos decir que nuestro enemigo ni si quiera es de este reino, se puede ocultar en los bosques, en el puerto, las montañas o incluso en otros reinos.
―Si que eres inútil, llegamos hasta aquí por nada. Vámonos a casa hasta que te saque los ojos pequeño brujo.
―Hago lo que puedo. Voy a intentar hacer algo – Bonnie cerró los ojos y se concentró.
Hay un hechizo algo desconocido y poco usado y es ver si en ese lugar se había hecho magia antes, un hechizo que no servía en muchas ocasiones ya que normalmente los hechiceros no estaban en contra de otros hechiceros, además de que no definía quien era el hechicero que uso magia en ese lugar o que había hecho, solo decía que se había usado magia ahí en algún momento cercano. La magia siempre deja un rastro que poco a poco se hace más pequeño y más pequeño y más pequeño con el tiempo, así hasta que desaparece totalmente, residuos que dejan y no se pueden ocultar con nada, ni si quiera con magia ya que igual dejarías un rastro de magia. En ese momento Bonnie sintió un gran rastro de magia que antes no había sentido, era grande y estaba por todas partes y lo más importante es que era reciente, máximo como una semana, el problema es que no había manera de saber que hechizo utilizaron pero era magia poderosa.
―Tenemos más de un problema. Un mago ha estado visitando este lugar con frecuencia, quizás estaba practicando algo o simplemente aparece aquí para encontrarse a alguien en la taberna, sabe el lugar exacto y abre el portal justo aquí – dijo tocando la pared – aquí abre el portal y habla con alguien más. Aunque no es la única posibilidad.
―A donde quieres llegar pequeño brujo.
―Que alguien ha estado visitando este lugar con frecuencia por motivos desconocidos, incluso puede tener aliados aquí adentro.
―Pero ¿qué tenemos aquí? Dos lindas chicas al parecer – dijo una voz a los lejos. Ann rápidamente agarró su espada, aun no la saco pero se preparó para pelear.
Había otra historia que pasaba al mismo tiempo que el robo, en esa misma mañana esa persona misteriosa se levantó con una pequeña sorpresa, una cabeza de conejo cerca de cama, esto lo horrorizo pero con el tiempo capto el mensaje, hoy era el gran día y debía hacer su trabajo, aunque no sabía con seguridad cual era ese gran trabajo, al inicio camino por todo el reino observando quien se veía diferente, quien se veía extraño, aunque no encontró nada y decidió tomar un descanso en la taberna de su amiga para relajarse. Se sentó un poco cansado y mareado, su mente pensaba en lo que paso esa noche y como encontrar a esa persona o personas, aunque su amiga tenía un mensaje para él, un mensaje para un amigo que sonaba bastante amigable, le decía que lo iba a encontrar por aquí cerca, no sabía a qué hora pero que lo haría. Al inicio él no entendió pero luego capto el mensaje cuando se lo repitieron por segunda vez, ahí se dio cuenta de lo que tenía que hacer y sonrió, ya sabía el lugar ahora solo faltaba saber quienes eran las personas que tenían que seguir. Paso todo el día sentado, ayudando a su amiga con su negocio, miraba a todos con detenimiento esperando la llegada de esa persona, estaba ansioso y por cada minuto que pasaba esto empeoraba, pensaba que ya había fallado y que lo iban a matar; por suerte cuando ya era muy de noche vio algo extraño, dos personas diferentes a todos los vecinos que tenía, una traía ropa bastante elegante y un cabello morado y otra era enorme y llevaba una espada algo visible, lo cual era bastante extraño y llamó su atención, nadie con dinero y poder vendría a estos lugares, menos tan tarde como esas dos chicas.
―Aléjate, es la única advertencia que tendrás – dijo la guardiana mirando de cerca a ese chico a lo lejos.
―Tranquilas, tranquilas, no son de aquí ¿verdad? – ninguno de los dos respondió – me lo imaginaba, es peligroso caminar tan tarde, mi amiga es dueña de la taberna, podemos entrar y hablar.
―Creo que tendremos que rechazar su humilde propuesta – eso hizo reír un poco a ese chco, la forma en como lo decía esa chica pequeña era bastante graciosa – pero podría ayudarnos si nos pudiera decir si ha visto algo raro en estos lugares.
―¿Cómo borrachos, gente de calle o un cadáver? Es un callejón, ahí no hay nada especial.
―Entonces no tenemos nada que ver por aquí, vámonos de aquí Bonnie, ya es momento de irnos – esto preocupo a ese extraño, no podía dejar que se fueran así como así, necesitaba entretenerlos de alguna manera.
―Supongo que no querrán escuchar la gran historia de este lugar – Bonnie se detuvo – se porque están aquí ¿creen que soy tonto? Aquí ha pasado cosas extrañas, todo el mundo sabe eso y por eso no se acercan aquí, por eso ustedes no son de aquí, no conocen las leyendas de este lugar.
―¿Qué ha pasado aquí? – la guardiana le puso una mano en el hombro a Bonnie.
―Ni se te ocurra, ni se te ocurra.
―Cosas interesantes, buenas historias pero tienen que tomar algunas copas primero, no voy a decirlo solo porque sí, vengan y tomemos algo en la taberna.
―No vale la pena, no vale la pena. Conozco a esos charlatanes y no es nada bueno, solo te darán problemas.
―Solo unos minutos, sí usted no dice algo que nos interese, nos iremos lejos y no volveremos – el chico sonrió y entró en la taberna.
―Te odio, te odio demasiado. Si algo malo pasa te pones detrás de mí.
Los tres se sentaron en la mesa, eran prácticamente las únicas personas que estaban en el lugar y normalmente la dueña del lugar los sacaría pero ese chico era muy amigo de la dueña, demasiados cercanos desde jóvenes y corre el rumor que más de una vez se acostaron pero nadie lo ha visto hacerlo, seguramente son cosas que la gente se ha inventado. La guardiana no soltaba la espada, preparada por si algo pasaba, sabía que todo eso era una trampa pero no sabía por dónde se dirigía el ataque, además sentía que el pequeño mago le iba a estorbar en todo esto. La dueña del lugar solo les dio dos bebidas, para ella y para Bonnie lo cual hizo activar la alarma y se hizo muchas preguntas, lo más importante era no probar la bebida y mantuvo viendo a Bonnie de reojo por si el muy imbécil decidía tomar.
―Esta va por mí, las próximas las tendrán que pagar ustedes mismos.
―Tengo doce años, jamás he tomado y no quiero empezar ahora, lo siento pero tendré que rechazar su humilde propuesta.
―¿Eso que tiene de malo? Yo empecé antes y te digo que no hay mejor experiencia que tomar con tus compañeros – esto era otra mentira, evitaba tomar a toda costa pero sabía los efectos que tenían en las personas y sabía que la mejor manera de hacer que las personas suelten la lengua es emborrachándolos – ahora díganme ¿qué hacen por aquí? ¿de dónde vienen? – la guardiana decidió que ella sería la encargada por los dos de hablar.
―No te interesa, además nos prometiste contarnos que paso aquí, que tienes algo interesante que decir – la mirada de la guardiana incomodaba a ese chico.
―Chicas, chicas tranquilas, les dije que se los contaré cuando beban conmigo, mientras ustedes toman pueden ir contándome de dónde vienen, que hacen por aquí esas bellas damas.
―¿Si sabes que soy hombre? – Bonnie tenía un pelo largo que le llegaba hasta los hombros lo cual no era raro pero una amiga de ese desconocido era casi del mismo tamaño del chico y con el mismo cabello ¿por qué no puede haber dos como ella? Además ver a la gente en oscuridad es difícil así que era comprensible confundirse.
―¿Enserio? – él se río pero al ver que ninguno de sus invitados se reía supo que era enserio – que es enserio – esto hizo que se riera aún más fuerte – lo siento chico por eso pero pareces una mujer joven, incluso tu piel es delicada como una, estoy seguro que al caer el sol tu piel es capaz de reflejarlo – la guardiana agarró la bebida y la observo, se veía normal pero aun así no se confió, así que se la da al desconocido.
―¿Crees que me tomaré esto sin antes asegurarme de que no haya nada? No nací ayer chico, la pruebas tú o no la pruebo, así de simple.
―Lo siento pero yo no tomo, por lo menos no tan seguido y con desconocidos, evito tomar excepto en las celebraciones grandes de mis amigos o cuando quiero olvidar algo, lo cual es raro que pase.
―¿Por qué? – la guardiana desconfiaba cada vez más de este sujeto, todo lo que decía tenía que escucharlo detenidamente, sería una farsa o una verdad a medias y ya había mentido, quizás no se dio ni cuenta
―En realidad es simple… - él se quedó callado pensando y preguntándose si valía la pena todo esto, contarle su historia, luego vio a la dueña de la taberna a lo lejos y su respuesta fue sí, valía la pena – es en realidad culpa de mi padre. Ya sabes lo que dicen, los hijos heredan los pecados de sus padres, supongo que así es conmigo – mentir no era una opción, se notaba que esa mujer grande estaba sospechando de él, podía sentir como se jugaba su vida y no le gustaba que ella siempre tuviera su mano en la empuñadura de la espada – mi padre era un alcohólico de mierda, de esos que siempre escuchas pidiendo perdón en la iglesia para no entregarte al pecado, a la carne, seguimos siendo sangre de sangre y lo último que quiero es convertirme en él, meterme en el hueco que él se metió, esa miseria. Por algo escape de él y no quiero volver, no cometeré sus mismos errores.
Para la guardiana esto solo era una mentira básica, el pobre pasado de alguien, intentar sacar su lado vulnerable para ver que no es tan malo, sufre como todos y necesita ayuda, no es un mal chico y tiene un niño interior que intenta proteger; no iba a caer en ese truco barato, la vida ya le enseño a no creerle a esas personas. Pero Bonnie era un conejo dentro de una jaula, dentro de una casa sin ventanas o puertas a la que escapar o ver el mundo exterior, no había vivido nada en su vida, no conocía nada de esta que no estuviera dentro de un libro, por eso cuando escuchó la triste historia de ese desconocido se compadeció en él y vio su fortaleza, se empezó a encariñar de algo que incluso podía ser falso, él no podía saber con seguridad que estaba diciendo la verdad, solo creía en su palabra. Pobre conejo Bonnie, le falta salir al mundo y romperse la pierna, conocer al lobo que se viste de oveja.
―Pero basta de hablar de mí, díganme quienes son ustedes, por su ropa creo que son turistas ya que no he visto esas ropas en este lugar, son tan elegantes.
―Somos mercaderes, venimos de muy lejos y no puedo decir el porqué de estar aquí en este reino ya que nuestros jefes nos advirtieron de las consecuencias por decir algo fuera de lugar, simplemente nos prohibieron decir por qué estamos aquí – dijo la guardiana antes de que Bonnie pudiera abrir la boca para hablar – venimos a hacer negocios por aquí y digamos que nos perdimos porque alguien exagero su conocimiento, un don natural que no existía – Bonnie agacho la cabeza, dudaba que lo que decía era enserio, no sabía porque decía algo así pero igual le dio pena que dijeran eso enfrente de ese chico – y terminamos aquí, contigo.
―Es raro ver mercaderes por aquí, de hecho hay buen mercado por aquí, es un mundo lleno de posibilidades; hasta que llegaron ellos. Pero primero dime ¿dónde conseguiste esa espada? Es demasiado hermosa – dijo acercándose a la guardiana.
―Un paso más y te cortó la cabeza – ese chico se alejó de ella – hay lugares peligros, personas peligrosas y solo tengo a ese chico pequeño que todavía no sabe pelear, de alguna manera tengo que defenderme. Bandidos, lobos, osos o de lo reyes, uno nunca sabe que se está escondiendo en la sombra para atacarte, me la dieron para cortarle el cuello a esas personas que se esconden, esas personas que nos quieren hacernos daño.
―Tu jefe debe ser alguien inteligente – hubo un momento de silencio – creo que me toca cumplir mi parte, ustedes me contaron su historia yo les contaré lo que pasa aquí – él se acercó a ellos y empezó a susurrar – esto queda entre nosotros ¿vale? Si descubren que yo dije esto me quitan la cabeza o me hacen algo peor pero ustedes no se merecen el destino que tendrán si se quedan mucho tiempo. En este lugar hay alguien que manda en las sombras, un ser poderoso que ve todo, si tu aun sigues con vida es gracias a él, él decidió dejarte con vida, no tienes libertad aquí y para sobrevivir debes pagarle a él y a sus hombres.
―Pero es solo un hombre ¿verdad? – ese chico sonrió, miró a su alrededor algo preocupado.
―Obviamente solo es un humano pero la pregunta es ¿quién es? Nadie sabe quién es la mano que mueve todos los hilos, siempre en la sombra, lo maneja todo sin que te des cuenta, es la cabeza de la serpiente pero nadie sabe quién es. Algunos dicen que es un rico y otros que es el mismísimo rey el que controla este lugar. Algunos tienen la suerte de verlo, de encontrarse por las calles pero temen decir que paso, se guardan el secreto por miedo a él.
―Entonces ¿no sabes nada de él en realidad? – dijo la guardiana desconfiada de él aunque con una pequeña sonrisa.
―No lo he visto personalmente pero he tenido amigos que sí, además sus hombres me han dado golpizas más de unas vez, no lo conozco pero sé que es real, incluso pueden ser ustedes, no lo sé. Solo les puedo decir algo como una advertencia, alguien manda en este lugar, un grupo que le roba a los que más tiene en la miseria y se lo queda, alguien que no le teme ensuciarse las manos y que hacen de todos. Hay rumores que han robado carretas con piedras preciosas, que está con el rey y que quiere convertirse en uno.
―Eso no responde nuestra pregunta ¿qué viste en esa esquina? – el desconocido se movió un poco, le costaba respirar y sentía un calor infernal, no quería decirlo, no quería meter a su amiga en problemas pero ¿quién se iba a enterrar? No estaba de acuerdo con lo que debía hacer pero no tenía opción.
―Dicen algo de esto y no solo tendré problemas, ustedes también ya que yo personalmente los buscaré y los mataré, les cortaré el cuello – él se acercó un poco más a ellos y empezó a hablar un poco más bajo – tengo una amiga, la reconocerán porque se parece al chico pequeño, incluso me atrevo decir que tienen el mismo tamaño, ella se ha distanciado un poco y ha conseguido mucho dinero en poco tiempo ¿qué paso? Hace unas semanas la encontré hablando con un hombre misterioso en la misma esquina que estaban ustedes y traían un muerto consigo. No me acerque mucho por obvias razones y rápidamente me oculté. No sé cuánto paso ¿un minuto? ¿medio año? Mi cuerpo no respondía y solo rezaba para no morir, solo podía hacer eso, hasta que pude levantarme y volví a mirar, ellos habían desaparecido y no había marcas de ellos, ni del cuerpo, ni una sola gota de sangre en todo el lugar. Los busqué pero no encontré absolutamente nada, habían simplemente desaparecido. También suena imposible pero en el ambiente era pesado, oscuro y tenebroso, yo no soy de tenerle miedo pero en ese momento mi alma me abandono de mi cuerpo.
―Crees ver al causante de todo esto ahí, hablando con tu amiga ¿cómo sabías que era él? – pregunto la guardiana escéptica.
―No sé que era él, podría ser alguien importante y no ser él pero era extraño ¿quién llevaba capa en el día? Se veía ridículo pero nunca le diré eso a la cara, además solo sé que era por lo menos extraño, mi amiga evita el tema y no me responde y se ve asustada cuando le pregunto sobre eso, algo raro está pasando en la ciudad. Hay gente que dice que aquí hay reuniones con gente peligrosa, con súbditos de él por aquí y jamás le creí, conozco este lugar como la palma de mi mano pero después de ver eso creo que sí, creo que aquí hay algo importante, aquí puede reunirse alguien de la banda y dar trabajitos, ya saben cómo son las cosas.
―¿Dónde puedo ver a tu amiga? – él desconocido abrió los ojos y negó con la cabeza.
―Ni se les ocurra, ni se les ocurra. Me mata si descubre que la estaba espiando y que le conté eso a unos desconocidos, lo siento pero ustedes no pueden verla jamás, tendrán que creerme.
―Gracias por tu información pero debernos irnos – la guardiana se levantó – disculpa por no poder beber pero no confió en los desconocidos.
―Entiendo, entiendo – el desconocido también se levantó – sé que él volverá, no sé cuándo o con quien se encontrará pero volverá aquí, solo tienen que abrir los ojos y pueden que detecten algo que yo no, cuando lo encuentren, mátenlo y hagan que toda esa mierda no le caiga a mi amiga, ella no sabe en lo que se está metiendo y no se lo merece – por un momento la guardiana creyó en las palabras de ese desconocido, pero rápidamente volvió a desconfiar en él.
―¿Qué te hace creer que venimos por él? – el desconocido se río.
―Claro, igual que los anteriores, o los anteriores, o los anteriores, nadie buscaba nada realmente y llegaron por casualidad. Lo más curioso es que todos desparecieron, así que por favor váyanse antes que esa persona se dé cuenta que están aquí y les haga algo, ya hay mucha muerte por aquí, ya estoy cansado – hubo unos segundos de silencio, la guardiana le agarró la mano a Bonnie y lo obligo a irse, pero antes Bonnie le dijo unas últimas palabras.
―Sabes, tú con ese cabello también pareces una chica – el desconocido sonrió de una manera sensual.
―Quizás, pero mi sexi voz masculina y mi cara prueban lo contrario, tú aun eres joven y puedes parecer una mujer pero no te preocupes hombrecito, el cambio pronto vendrá – ambos se fueron dejando solo al desconocido, luego de eso la dueña del lugar se acercó y lo miró decepcionante – sí, sí, sé que está mal y lo siento pero por favor no le cuentes nada Meg, quisiera poder contártelo a ti pero no puedo, no quiero meterte en peligro, solo confía – la dueña del lugar simplemente suspiro.
―Que chico tan amable, ya podemos empezar hacernos una idea de todo, ha estado poco a poco llenándose sus bolsillos, usa su magia para conseguir algo, incluso cree que puede estare contra el rey, se ha estado preparando al parecer pero ¿por qué todavía no lo ha hecho? – él y la guardiana estaban alejados de la taberna, caminaban por una calle vacía.
―¿No sé te ocurrió por un minuto que todo lo que nos dijo fue mentiras? – Bonnie la miró confundido – aparece de la nada, nos da la historia de su vida y de los demás sin nada a cambio, es por lo menos sospechoso, además ¿en la mitad de la noche? Algo no está bien en ese chico, es obvio que buscaba algo pero la preguntas es ¿lo encontró? No creo que sea buena persona, nadie en este lugar lo es, debemos ser precavidos.
―Nosotros somos buenas personas – eso hizo soltar una pequeña sonrisa a la guardiana.
―Prométeme que tendrás cuidado con esas personas y que pondrás en duda todo lo que te diga, obviamente si hacerlo no termina con tu vida, hay veces que simplemente debes agachar la cabeza para sobrevivir. No creo que debamos confiarnos en él pero está claro que sabe algo, algo que jamás nos dirá.
Chapter 27: La marioneta
Chapter Text
Aunque no lo crean estoy en contra de la creencia de que los ricos viven en una burbuja alejados de nosotros, es cierto que no van a los mercados iguales que nosotros o sufren igual que nosotros pero siguen en nuestro mundo, los ricos deben saber que pasa con nosotros todo el tiempo, ese es su trabajo, debe conocer el mundo para saber dónde invertir, hacer más grande su empresa. Las personas se vuelven ricas por saber cómo se mueve el mundo, ver todos los movimientos que provoca la gente y con una gran inteligencia para saber cuándo intervenir, incluso cuando ya eres exageradamente rico debes seguir teniendo los pies en la tierra, ya que con un mal movimiento lo podías perder todo, por lo menos todos menos los reyes, aunque ellos también tienen que informarse de su pueblo, saber todo lo que pasa. Esa era la situación de Loon y Usagi, personas que estaban siempre informadas de su pequeño reino, sabían que problemas tenía su negocio en su negocio y como el exterior los podía cambiar, los bandidos no era lo peor que habían vivido, tenían otro gran problema, no era un problema directo, era más una amenaza invisible que todavía no llegaba hasta ellos pero que perjudicaba a los pequeños competidores, incluso todo lo que escucharon podía ser mentira pero era algo que no podía tomarse a la ligera.
―Los relatos se han multiplicado, de un momento a otro todos reaparecen en sus casas, todos menos uno que no se sabe su paradero y nadie dice lo que paso. Pero la gente habla y murmura, la gente cree que alguien los está extorsionando a todos al mismo tiempo, todos son del mismo estrato pero para amenazar a todos y que ellos cooperen deberías tener un ejército a tu disposición para hacerlo – dijo Loon en voz baja para evitar ser escuchado.
―¿Hay algo que lo compruebe? Además de lo que dice la gente, no es la primera vez que parece que pasa algo así pero solo es mala información pasada entre la gente.
―Solo palabras, promesas y lo más obvio es que si varios comerciantes desaparecieron, eso es lo único que podemos decir con seguridad, que todos fueron desapareciendo poco a poco y de repente todos volvieron a la normalidad, todo menos uno no volvió, nadie quiere decir nada y se han vuelto un poco más distantes sin dar explicación. Algo paso pero no sabemos qué.
―Supongamos que tienes razón, que es una banda organizada de bandidos que empezaron a amenazar a los mercaderos, considerado como una de las personas más ricas de la parte más pobre del reino ¿podemos hacer algo para ayudarlos? Ni tenemos nombres para decirle al rey y no es nuestra pelea, todavía, no podemos meternos a eso y no deberíamos, no nos miraran con buenos ojos.
―Ese no es mi punto Usagi, lo que te digo es que puede llegar hacia nosotros, esto puede escalar poco a poco y es verdad que somos el último escalón pero esas personas pueden llegar hasta nosotros, nos pueden amenazar e incluso cortarnos los dedos, es un peligro que puede crecer. Se que parece ser algo falso o irreal y que no nos pueden llegar a afectar pero ¿cómo logras desaparecer a veinte personas en tan poco tiempo y que esas personas no digan nada? Eso no me gusta y sabes que siempre debo de pensar lo peor y evitarlo, eso estoy haciendo ahora.
―Es cierto, es raro, es raro pero si alguien nos llegara a molestar simplemente le decimos al rey y él se hace cargo de toda la situación, todos dependen de nosotros, de nuestros minerales, está obligado a hacer algo con nosotros.
―Es cierto, si alguien nos intenta joder tarde o temprano el rey tiene que responder pero no nos mintamos, ese proceso lleva tiempo, llevar todas las tropas a un solo lugar, cabalgar por horas hasta aquí, además ¿cómo le hablamos al rey? Eso llevará mucho tiempo. Lo que quiero decir es que, aunque tengas razón y el rey nos va a proteger ¿cuánto se va a demorar en eso? Debemos ir por otros caminos más seguros y rápido, por lo menos aguantar hasta la llegada del apoyo real.
―¿Quieres que contratemos seguridad privada? – Loon miró hacia abajo apenado.
―No es que no confíen en ti o que no puedes controlar las cosas si llegaran a pasar, solo es una medida de seguridad por si llegara a pasar algo que no podemos controlar. Eres como mi hermana y si llegaras a morir nunca me lo perdonaría, jamás, quiero lo mejor para los dos y lo que paso algunos años, si Owynn no estuviera ahí estaríamos muertos, no quiero volver a correr ese peligro – Usagi sonrió.
―Loon, eres tan tierno y adorable, sé que tienes miedo de estos rumores del mundo bajo y debes tener algo de razón aunque no creo que escalen, por lo menos no al inicio. Tienes razón y alguien se le va a ocurrir atacarnos, se le subirá a la cabeza una idea estúpida y quera lastimarnos para conseguir dinero. Vamos a conseguir alguien de seguridad privada, no cualquier persona sino el mejor de todos.
―Gracias Usagi – Loon levantó la mirada – eres la mejor y gracias por escucharme y atender a la razón.
―Pero solo voy a pagar a tres personas como máximo ¿sabes lo caro que sería mantener a todo un grupo? Que eso se encargue el rey, el grupo solo será para nosotros, es un lujo que nos podemos dar y que Owynn y sus trabajadores se defiendan solos, sé que pueden. Además si por alguna razón mágica pudiéramos pagar un protector por cada trabajador creo que eso hablaría mal de nosotros, primero la gente murmuraría un montón de cosas malas, que somos débiles o paranoicos o que nos preparamos para una guerra, y el rey se va a enojar al saber eso, sentirá temor, solo los reyes podrán tener su propio ejército y ahí estaríamos en un problema peor que con esos bandidos.
―No necesito más, mientras tú estes bien yo también, además tu eres la que decide al final, todo lo que decidas te apoyare.
La conversación acabó ahí pero el asunto no había terminado del todo. Usagi si contrato a una defensa privada pero no los que estamos acostumbrados, no son las personas que te siguen todo el tiempo, con la mano cerca de la espada atento a todo, ella no quería eso ya que era una muestra de debilidad y le parecía incomodo que alguien la siguiera a todos lados, así que contrato a alguien diferente. Es conocido por muchos nombres, este chico era alguien silencioso y rápido y cuando menos lo pienses ya estabas muerto, silencioso y mortal, una combinación letal pero lo más importante es que no era fácil de seguir sus pasos o de saber su posición, humanamente hablando. Usagi decidió hablar con esta persona personalmente, también obligo a Loon a venir, lo invitaron a entrar a su oficina y hablar personalmente, cara a cara y arreglar unas cuantas cosas, el precio y lo que debe hacer. Ambos estaban en la oficina solos, era de día, un día tranquilo donde no había ningún problema, todo parecía tan tranquilo pero en realidad si había un pequeño problema, esa persona se estaba demorando un poco en llegar y esto a Loon lo ponía algo nervioso.
―Ya ha tardado demasiado ¿a quién contrataste? Me hace extraño que no me digas todavía.
―Ya lo verás, solo ten paciencia. He contratado a alguien diferente – Loon la miró confundido – ¿creías que iba a comprar esas personas que te siguen siempre como unos putos perros? ¿qué dirán de nosotros nos ven así? He contratado a alguien más discreto.
―Y adivino que es una maestra asesina, una cazarrecompensas o algo por el estilo ¿no? Solo espero que hayas contratado a alguien decente – una mano se posó en el hombro de Loon, lo cual lo dejo petrificado ya que tenía a Usagi delante de él.
―¿Yo? Soy la mejor en esto, cuando menos lo pienses su alma ya no está en su cuerpo – ese desconocido se acercó al oído de Loon y le susurro– incluso podía hacerlo ahora, guapo – el alma de Loon estaba a punto de salir por su boca, si hubiera podido hubiera gritado con todas sus fuerzas.
―Adivino que tú eres a quien pagamos, ya que no hay otra explicación para no matarnos en este momento o tomar de rehén a mi aigo – el desconocido sonrió y se alejó de Loon.
―Chica lista, si soy esa persona, la mejor en todo el reino para lo que sea que ustedes desean, para hacer algo por debajo de la mesa, ahora hablemos de negocios.
―¿Cómo entraste? – el desconocido se río.
―Fue simple la verdad, no tienen ni seguridad y nadie me vio. Entré por la puerta – Usagi miro la puerta y vio que estaba cerrada – pero eso no importa ahora, me llamaron para hacer un trabajo especial – el desconocido miró a Loon y al ver que no se movía se preocupó - ¿él está bien? No se ha movido desde… - Usagi le interrumpió.
―Le acabas de pegar el mayor susto de su vida pero estará bien, solo no te preocupes por él. Necesitamos un trabajo importante y obviamente no queremos que nadie sepa de esto ni nos vean cerca de ti, que pase desapercibido.
―Pues sí, por eso me contrata la gente. Hago de todo, robos y muerte, lo que me pidas yo lo haré.
―Últimamente ha habido muchos rumores sobre alguien extorsionando a la gente, sobre todo a los mercaderes como nosotros, hay rumores variados pero la mayoría dicen que solo pasa en los barrios bajos.
―Sí, una tragedia pero gracias a eso me han pagado muy bien, si quieren información… - Usagi levantó la mano y el desconocido se calló.
―No necesitamos saber eso, tenemos nuestra manera de saber lo que pasa a nuestro alrededor y no te pagaríamos por algo tan sencillo; pero ya nos has confirmado que todos estos rumores son reales, de alguna manera lo son, lo que nosotros queremos es seguridad, necesitamos a alguien que los elimine en la sombra, en el momento que nos amenacen tú los matas.
―Lastimosamente no puedo estar todo el tiempo cerca de ustedes, tengo otros trabajos que hacer y gente que revisar, no puedo simplemente quedarme por ustedes por siempre.
―Y no queremos tampoco que lo hagas solo queremos que cuando llegues el momento estes dispuesta a matar por nosotros, cuando nos lleguen a amenazar y se lleven el dinero, porque lo harán, nosotros te damos una descripción de su cara, tú los sigues hasta cortarle todas las partes de la serpiente. Ahora lo que debemos hacer es hablar del precio y como te contactamos.
―Eso es simple, el preciso va a ser media bolsa por persona que asesine, bolsa con monedas de las que ustedes producen, no se hagan los listos porque puedo cortarle el cuello cuando menos lo esperen. Y la forma en que me encuentran será la misma, igual que me encontraron la primera vez. O mejor aún, yo voy donde ustedes, tarde o temprano se sabrá lo que está pasando y puedo vigilarlos, ya le sigo la pista a algunos de sus miembros así que si deciden atacarlos yo lo sabre antes y podré reunirme con ustedes.
―Me parece bien – ella se levantó y estiró la mano – aquí cuando cerramos un trato apretamos la mano al hacerlo – eso era mentira, solo quería comprobar si era capaz de seguir sus órdenes, incluso las más simples.
―Claro, un trato es un trato – dijo el desconocido apretando su mano – presiento que nos veremos muy pronto – ambos se soltaron de la mano
―Por cierto ¿cómo te llamamos? Nunca me dieron un nombre – el desconocido se quedó cayado, pesando.
―He tenido muchos nombres, matarratas, the lady, Billy o el titiritero, pero ustedes me pueden llamar Puppet, es por el que más me conocen.
―Está bien, Puppet, fue un placer hacer negocios con usted. Recuerde que si nos llegan a matar no habrá paga.
―Soy una profesional, a ustedes no le pasará nada – Puppet se iba a dirigir hacia la puerta pero antes se volvió a acercar a Loon – fue un gusto conocerlo guapo – Puppet se acercó a su oído – te veré en mis sueños – eso hizo temblar a Loon.
―Chicos tenemos que hablar… - Owynn entró a la sala y encontró esta extraña escena.
―Fue un gusto hablar con ustedes viejos amigos, nos veremos pronto o eso espero, mi viaje se prologará un poco más y creo poderlos visitar otra vez. Adiós.
Cuando Puppet paso cerca de Owynn ambos se quedaron viendo fijamente, se miraban intentando guardar la apariencia de esa persona en su cabeza, ambos eran demasiado parecidos, eran como dos fenómenos viéndose fijamente, era una unión rara entre ellos y por solo unos segundos sus miradas se conectaron. Puppet era una mujer que parecía chico, pelo corto y blanco con una cicatriz en el ojo izquierdo y que de alguna manera tenía los ojos morados, vestía prendas de hombre pero esto tenía un sentido más allá de lo estético, en realidad todo era un disfraz; cuando trabajas en el arte de matar a alguien te ganas muchos enemigos y lo primero que buscaran será tu aspecto, por eso es importante jugar con eso, ella se hacía pasar por un hombre para poder caminar tranquila por las noches como mujer. Su aspecto natural era desconocido en un inicio, se duda de todo, incluso que su cabello sea natural y no algo artificial, si practicaba magia para cambiar físicamente o usaba productos naturales para hacer eso, era una chica misteriosa y pocas personas había visto su verdadero físico. Puppet confundió un momento a Owynn por chica pero su cara era muy masculina y tenía un cuerpo masculino y la voz era lo que más lo delataba, pero eso no era lo que le llamaba la atención, todo era extraño en él, incluso más que ella y eso que el aspecto tenía que ser extraño y ser lo más alejado de ella, su ella original y natural.
―¿Quién era ella? ¿tú novia Loon? – fue lo que dijo Owynn cuando Puppet salió de la habitación.
―No es mi novia, no es… - Loon se giró mirando a Owynn algo avergonzado por todo lo que había pasado.
―No lo niegues, incluso tuviste el valor para hablarme directamente de algo que no sea de la minería, debe ser una chica especial para traerte así de loco – se le subieron los colores a Loon y miró hacia abajo.
―¿Cómo sabías que era mujer? A mí me parecía muy hombre.
―Pues sí, parecía hombre pero escuché su voz antes de entrar y pensé que era la tuya pero me equivoque, su voz es muy aguda para ser masculina, la forma en que estaba con Loon era muy coqueta y muy sensual, no sé si me explico pero desde aquí se vio su ganas de comerte Loon. Además la forma en que camino es muy femenina, no lo sé, solo creo que es mujer y ya.
―Supongo que debes hablar algo con nosotros, dejemos el tema de nuestra amiga para después. Ven y siéntate, hablemos de verdaderos negocios.
―Claro, claro – Owynn se acercó a Loon y le dio unos cuantos codazos en las costillas, un golpe suave para no lastimarlo – te ganaste la lotería chico, ahorita me dices como conseguiste una de esas.
Chapter 28: ¿Qué estás dispuesta a sacrificar?
Chapter Text
No hagas tratos con el demonio, este siempre te termina estafando de alguna manera ¿quieres que alguien que amas viva un día más? Claro que él puede hacerlo pero debes darle un alma para eso y ¿quieres saber lo más cómico de todo? Esa persona morirá al día siguiente, te dio un día más con esa persona, el diablo cumplió con su palabra, tú te has dejado engañar por imbécil. Ha habido varios diablillos en el mundo, estafadores, te dan lo que quieres pero no como piensas o incluso te hacen creer que te lo han dado cuando en realidad te lo han quitado; eso mismo le paso a Meg. Ella no era tonta, aunque su jefe era poderoso y si quería podía quitarle la cara cuando no le hacía caso, ella no iba a perder su tiempo y quizás su vida en algo solo hecho en palabras, en falsedades, por eso pidió dos cosas muy importantes, una prueba de que lo podía traer de vuelta y un adelanto de la paga, lo más fácil era dar su dinero, su jefe de alguna manera parecía tener dinero infinito y darle un adelanto no sería un problema, ya lo segundo era algo más difícil.
―Quiero verlo, eres un puto mago, un ser todo poderoso y ¿no me dejarás verlo? Necesito saber que eres confiable – la figura sonrió.
―Eres más lista de lo que creí Meg, lo haré pero será doloroso.
No se sabe con claridad que pueden hacer los brujos y que no, siempre hay mitos de sus poderes, que pueden hacer y que no, esa es la gran pregunta, incluso para mí es complicado definir que pueden hacer y que no, son como dioses que caminan en nuestro reino, dones especiales que pueden hacer lo imposible. En ese momento esa figura encapuchada le puso ambas manos en la cara e hizo su magia, el cuerpo de Meg se sintió pesado y le costaba mantener los ojos abiertos hasta que sintió como caía al suelo mientras cerraba los ojos. Cuando volvió a abrir los ojos estaba en un lugar oscuro, no se veían nada a su alrededor; ella asustada, ya que es la reacción normal de la gente en esa situación, miró a su alrededor, solo veía oscuridad y oscuridad, hasta que pudo deslumbrar una luz pequeña a lo lejos. Ella siguió la luz algo con miedo mientras miraba constantemente hacia atrás hasta que llego a la luz y pudo ver una figura, una figura que reconoció de inmediato, era él, estaba ahí, con esa sonrisa suya y esos ojos, se veía de la misma manera que antes, no había envejecido nada. Ella intentó llegar con él, quería abrazarlo y tocarlo, acariciar su pelo y volver a escuchar su voz pero algo la detenía, cuando intentaba entrar a la luz algo la empujaba con fuerza, una barrera invisible que la mantenía en el lugar oscuro; ella intentó gritar con fuerza, grito su nombre para que girara y la pudiera ver, solo podía verlo de perfil, estaba tan cerca de volver a ver esa linda cara, la cara que ella más extrañaba pero no podía, no podía tocarlo y tampoco llamar su atención. Esto la desesperó e intentó con más fuerza, empujo con más fuerza esa barrera invisible, gritó con más fuerza desgarrando su voz, su garganta lo dio todo pero todo fue inútil, no podía hacer nada y eso la hizo sentir horrible, un vació en su pecho. Antes de que despertara su amigo se giró por casualidad y la pudo ver, ahí le sonrió y levantó la mano, Meg sintió un alivio dentro de sí y sonrió un poco, se sentía completa de nuevo, se sentía feliz al verlo y que la reconociera, que la miraba como él siempre la miraba, quería estar con él.
―¡Spring! – Meg abrió los ojos, tenía unas lágrimas que caían en los ojos – Spring… - rápidamente se limpió las lágrimas de sus ojos y las que caían en las mejillas – era él, era él – dijo con una voz infantil casi de niña mientras sonreía.
―Que te dije yo puedo hacer que vuelva pero no será simple y me llevará tiempo ¿ahora confías en mí? – dijo el brujo encapuchado con la respiración agitada mientras se recostaba en la pared.
―Dime que tengo que hacer, por favor, solo dímelo… - eso hizo sonreír al brujo.
―No te diré que hacer aún, solo te necesito en un momento exacto, te llamaré y no importa que estes haciendo, vendrás conmigo, es un día pronto, no te preocupes. Vas a entrar en una casa y vas a robar algo en específico y me lo traerás, no vas a estar sola; nadie te verá pero por si acaso mantente lista para pelear – él se acercó a ella – no me falles.
―Si señor, lo siento por dudar de ti – ella se arrodillo – solo dame unos minutos más con él.
―Levántate, no tienes que hacer eso, aún – él le paso una bolsa con monedas – tu pago por adelantado, ya cerraste el trato. Me fallas y me llevo tu alma al infierno.
Ese mismo día, Meg fue a la taberna con una sonrisa, estaba enferma de felicidad, ya no se daba cuenta que pasaba en su exterior, no se acordó ni de sus amigos y prefirió pagarle la bebida a algunos desconocidos por alguna razón, estaba extasiada, borracha de felicidad, era una Meg tan diferente, había tocado la gloria y ahora lo estaba disfrutando, ese vino tan rico que te deja en las nubes. El problema de esa enfermedad, de ese éxtasis de felicidad es algo simple, es como la vida misma, todo en esta siempre debe terminar y cuando has tocado el cielo solo te queda caer al suelo de nuevo, la gravedad te llevará donde perteneces y ella estaba en el hueco más profundo de la tierra. Poco a poco la felicidad desapareció y volvió a ser ella, podemos decir que nada ha cambiado pero es un error, al probar la felicidad tan fuerte como ella todo lo demás te parece una mierda, ya no te llena como esa nueva felicidad y sientes su ausencia; día tras día la ausencia de su amigo, de su hermano se hacía peor, su imagen la volvió a torturar por la noches mientras dormía y despertaba llorando. Unos días después de este suceso ella despertó con lágrimas en los ojos, rápidamente se limpió las lágrimas y miró a su alrededor, quizás por suerte ella lo había traído de nuevo a la vida, una esperanza que rápidamente desaparecía a no encontrar nada extraño en su cuarto, al no encontrarlo. Se levantó y empezó a organizar su cuarto, hace días que no salía de su casa, solo para comer algo, estaba esperando el llamado de su jefe. Mientras acomodaba la almohada y escondía un cuchillo debajo de ella, se escuchó como una puerta lentamente se abría detrás de ella; cualquiera en ese momento se hubiera congelado, cerrar los ojos y sea lo que dios quiera pero ella no, ella agarró el cuchillo que tenía escondido y rápidamente se giró para apuñalar a la persona que estaba detrás suyo, lastimosamente una mano la detuvo antes de que el cuchillo tocara con la piel.
―Buenos reflejos – Meg soltó el cuchillo al ver al brujo encapuchado – supongo que siempre lo tienes a mano por si entran personas como yo.
―No es la primera vez que intentan entrar a mi casa sin mi permiso, es más recurrente de lo que parece. Nadie me va a ayudar, siempre hay que estar lista para cualquier cosa, las intenciones que entran en tu casa sin tu permiso no son buenas – dijo con una voz algo temblorosa mientras evitaba verlo a la cara.
―Y no dudaste por un momento de quien era, seguramente si yo no te hubiera detenido me hubieras lastimado. Me gusta ese tipo de chicas, tienen futuro. Ahora sígueme que debemos hablar un par de cosas.
―¿Cómo entraste a mi casa? – una pregunta algo tonta pero todos haríamos esa pregunta.
―Por la entrada, obviamente – dijo con una pequeña sonrisa – te contaré lo que tienes que hacer, en teoría es fácil pero nada en la vida lo es, si parece es porque tiene truco y por eso no confió en cualquiera; tu eres inteligente y no te dejas llevar por pasiones como todos… - ambos salieron a la calle – tu usas más la razón que el corazón, además que ya tienes algo de confianza. Simplemente tienes todo para este trabajo.
―¿A dónde iremos? ¿a quién debo robar? Ya que para eso me contrataste.
―Tranquila, todo a su tiempo. Primero vamos a ir a un lugar que tanto conoces, a la taberna de esa amiga tuya, ahí encontraras a tu compañero y no es nada personal pero no confió en nadie, él va a asegurarse que tú hagas bien las cosas y tú vas a asegurarte que él haga bien las cosas, van a trabajar juntos, es un poco patán pero es un buen asesino y sabe moverse con sigilo; además me debe algo y así me lo va a pagar, está desesperado.
―Entonces vamos a robar pero las cosas pueden ir fatal y tendremos que matar para recoger algo ¿me equivoco? – ambos estaban cerca de llegar a la taberna, Meg estaba un poco nerviosa.
―Lo mejor sería que uno lleve el objeto y otro es la carnada, sería la peor situación pero no creo que suceda, pero puede suceder.
―Suena demasiado fácil para todo el pago y para que no lo hagas alguien como tú ¿qué ocultas? – el brujo sonrió con malicia.
―Eres tan inteligente, hay dos problemas en realidad con esta misión, una que complica demasiado las cosas. La primera es que no sé qué vamos a robar – ella lo miró confundido – te lo explicaré después cuando te encuentres con tu compañero, odio explicar dos veces pero no sé qué tenemos que robar, se a quien pero cualquier cosa me sirve de esa persona; ahora lo difícil es saber si ese objeto es de esa persona o de otra y solo tenemos una oportunidad. Solo necesito un objeto de ella y ya.
―Tengo tantas preguntas – dijo Meg antes de llegar a la taberna.
―Guárdatelas, ahorita te las puedo responder. El segundo problema y quizás el mayor problema es que le robaremos a la reina – Meg se detuvo en seco antes de entrar a la taberna.
―¿Qué? – el brujo no se detuvo, le hizo señas a dos personas que estaban sentadas – espera un momento, yo… - esas dos personas se levantaron y siguieron al encapuchado por detrás de la taberna, Meg obviamente lo siguió.
―Listo, ya estamos todos aquí, ahora nadie nos podrá ver – el brujo cerró los ojos, su respiración se empezó a agitar, Meg intentó verle la cara pero no podía definirla, solo podía ver su silueta – no tenemos mucho tiempo y este viejo truco no aguantará toda la vida. Voy a explicar esto solo una vez pendejos. Vamos a entrar a la habitación de los reyes, yo con mi magia podré llevarlos directamente a ese lugar sin llamar la atención de ningún guardia y tendrán que robar cualquier pertenencia de la reina pero asegúrense que sea suyo, ropa interior, collar, un libro, algo que tenga su presencia en él. – Meg no tenía ni idea a que se refería con su presencia pero sabía a lo que hacía alusión, cualquier pertenencia – el portal no durara mucho tiempo abierto, como mucho unos diez o quince minutos y por obvias razones no deben salir de la habitación ni hacer ruido.
―Lo haces sonar tan fácil pero aun sigo sin entender ¿por qué no vas tú? – los dos extraños la miraron preocupada, temiendo por lo que le haría su jefe pero este simplemente sonrió.
―Un hechicero reconoce a otro a metros de distancia, reconocer hechizos es difícil más si se ocultan, este portal será casi indetectable para el pequeño hechicero que vive en el castillo, casi no lo sentirá pero si yo entró por ahí podrá sentir mi presencia, sabrá que algo mágico y poderoso llego al castillo y bueno, yo no quiero matar a un rey, eso no no me interesa. Ahora que haga un portal casi invisible no es garantía que no lo pueda detectar, si lo puede detectar con la suficiente concentración, solo esperemos que no lo hagas y obviamente no puedo ver lo que pase allí adentro así que puede estar la reina o un caballero ahí, simplemente deben tener suerte – eso no convenció del todo a Meg, una parte de ella quería renunciar, sabía que todo iba a acabar mal pero una gran parte solo quería verlo a él, todo valía la pena por él - ¿alguna pregunta? – ella tenía demasiadas preguntas pero sabía que no le iba a responder o quizás eso no era verdad.
―Sí ¿quién es mi compañero? – un chico con el pelo gris, ojos amarillos, piel morena y una marca en forma de X gigante en la nariz dio un paso enfrente con una sonrisa coqueta, era mucho más mayor que ella.
―Ese sería yo, mi nombre es Eak un gusto hermosa – dijo mientras guiñaba el ojo.
―Listo, ya sería todo… - él se quedó callado esperando respuesta, nadie respondió – no se demoren y en el peor de los casos uno debe quedarse – el hechicero se acercó a la pared y la toco mientras cerraba los ojos y decía algo que solo él podía escuchar – listo, el tiempo corre chicos, ni se les ocurra gritar al atravesar el portal y quizás se vayan a marear un poco – Meg no vio nada, la pared seguía igual y no entendía como iba a llegar al castillo.
―¿No entiendo? ¿Qué tengo…? – rápidamente su compañero se hizo detrás de ella y la agarró de los hombros.
―No te preocupes, yo te doy un empujón.
Su compañero la empujó con fuerza contra la pared y lo lógico sería que se chocara contra la pared y se hiciera daño, eso es lo que todos, incluida ella, esperarían; pero eso no paso, cuando iba a tocar la pared ella la atravesó, sintió como todo su cuerpo era comprimido, sintió como por unos segundos todo el aíre que tenía adentró desapareció, su visión quedo totalmente borrosa hasta llegar a su destino e incluso su corazón dejo latir por unos segundos. Cuando llego a su destino vio todo negro, todo estaba oscuro y quiso gritar pero antes de hacerlo se tapó la boca y se mordió la mano para evitar gritar, no estaba en un vació como pensaba, en ningún lugar ya que sentía algo cerca de ella, una tela suave y fina; tenía una idea en donde estaba así que decidió estirar su mano hacia adelante y se encontró con la puerta del lugar y la abrió, la oscuridad fue sustituida por una luz que le lastimaba los ojos, estaba adentro de los armarios. Salió del lugar y lo primero que hizo fue caer al suelo lentamente y evitar vomitar, aun no se daba cuenta en donde estaba.
―Con el tiempo te acostumbras, ahora levántate que tenemos trabajo que hacer – dijo Eak en un susurro.
Meg levantó la vista y supo dónde estaba, la cama fina, la habitación gigante y un cuadro del rey, estaban en el castillo; incluso su piso era muchísimo mejor que la cama en que ella dormía. Por un momento miró por la ventana que estaba en la habitación y miró el lugar, observo por unos segundos la vista que tenían los reyes al despertar y sintió envidia de ellos, aunque no duro mucho ya que empezó a revisar el lugar, había un mueble de madera lujosa, ahí debía haber algo, además que la ropa del rey y la reina, por ahí había algo de la reina.
―Voy a revisar el mueble, tú el armario si consigues algo, una ropa de ella estaría bien – dijo Meg con un susurro.
Ella se acercó a este mueble y rápidamente lo empezó a abrir y encontró varias joyas y varias cosas valiosas el problema es que no sabía que era del rey y que de la reina y no quería coger todo y simplemente tirarlo ya que era demasiado y ella solo quería salir de ahí rápido, así que busco algo que podría solo usar la reina. Vio algunos anillos y pensó en llevarlos pero esto también puede utilizar el rey, ha visto a más de un hombre importante con anillos lujosos así que siguió buscando y vio dos cosas que le interesó; un collar y maquillaje. Obviamente el maquillaje era de mujer, los reyes no se maquillaban ¿o sí? Hasta donde sabía no y lo segundo era un collar, sabía de algunos hombres se ponían collares lujosos, la mayoría eran papas importantes de la iglesia y uno que otro rey pero este collar se veía diferente, bastante lujoso para el rey pero no para la reina y era conocido que el rey no utilizaba collares. Agarró ambos objetos y los lanzó al armario y estos desaparecieron como por magia. Ella suponía que ya estaba pero ¿qué pasaba si se equivocaba? Lo mínimo que podía pasar es que él la mataría de la forma más dolorosa, su nuevo dueño era alguien creativo y sabía cómo atacar, por lo menos eso decía la leyenda sobre él y ella no quería comprobarlo, necesitaba una cosa más por lo menos.
―¿Encontraste algo? – Eak estaba mirando un bello traje, lo tocaba suavemente con una pequeña sonrisa, quería ponérselo – concéntrate – él la miró y le sonrió.
―Si, tengo algo – él agarró un fino vestido de mujer blanca grande y elegante y bastante apretado – esto es prácticamente de ella, no sé si tiene suficiente presencia de ella, ni si quiera me acuerdo que estamos buscando pero usted ya se encargó de todo – él rápidamente se acercó al armario y lo lanzo – sería todo ¿no? – ella miró el lugar detalladamente, ni ella estaba segura de haber terminado pero quería largarse de allí.
―Sí, vámonos, vámonos – se escuchó unas voces afuera de la habitación – mierda.
―Vete, rápido – él la volvió a agarrar de los hombros y empujarla.
―Vámonos juntos – Eak solo soltó una pequeña sonrisa.
―Chica, ya vi lo que pasa si dos personas pasan un portal al mismo tiempo, no quieres tener ese destino – fue lo último que escuchó antes de atravesar el portal.
Volvió a sentir todo de nuevo, su mundo se volvió borroso y empezó a escuchar un pitido, rápidamente cayó al suelo y vomitó en el suelo, todo volvió a pasar de la misma manera pero esta vez era peor, mucho peor. Poco a poco se levantó sin ayuda a nadie, volvió a la normalidad, miró a su alrededor y descubrió que estaba de nuevo en la taberna, lo cual no tendría que ser una sorpresa pero igualmente ella se sorprendió y por un momento observo todo el lugar para confirmar que si estaba ahí.
―¿Qué le paso a Eak? Ya paso mucho tiempo, él sabe que si cuenta hasta cinco ya es seguro pasar – esto hizo aterrizar a Meg.
―Escuchamos voces, iban a entrar o eso suponemos, si no ha pasado por esa cosa extraña es que si han entrado – por primera vez pudo verlo claramente, tenía unos ojos hermosos y diferentes y una bonita cara, una como cualquier otra pero si la viera lo podría reconocer, parecía estar cansado pero Meg no entendía porque, aun así él estaba sonriendo.
―Él es fuerte, le pago demasiado para que no se muera el pendejo y tiene buenas habilidades como para no morirse de una manera tan miserable, no las va a desperdiciar. Quizás se demoré un poco, mientras háblame de lo que trajiste.
―Es bastante simple, como la misión es bastante ambigua… - él miró el suelo, ahí encontró las cosas – traemos una ropa, un collar y un maquillaje, no sabemos que objeto tiene presencia pero con estos tres objetos deben tener un poco para completar la misión. No sé, no sé, esto suena algo mágico que tú debes saber, yo ni si quiera sé que es el alma, algo tan simple – ella se empezó a reír – y lo que paso ahí, ahí… - la chica de pelo verde, chica que Meg no le prestó atención le pego una cachetada.
―Cálmate, no lo pienses – dijo con una voz tan calmada que parecía antinatural y luego le pego otra cachetada – en cualquier momento un guardia puede atravesar un portal y tu debes encargarte. No seas una idiota y concéntrate – Meg estaba tan confundida, esa chica de pelo verde estaba demasiado enojada y empezó a hablar en un idioma que ella no conocía, un cambio tan extraño pero tenía razón en una cosa.
―No te enojes Camí – esa chica se alejó de Meg – se porque lo digo, nadie me puede engañar, nadie. Dices la verdad y quizás ese brujo si lo noto o quizás solo fue mala suerte, el rey quería algo e iba a entrar a la habitación, quizás solo fue mala suerte.
Algunos minutos pasaron y Eak salió del portal, rápidamente el hechicero se alejó de la pared, se recostó en la otra pared y empezó a toser con fuerza y al terminar sonrió, estaba demasiado cansado, esto se sabía sobre todo por su postura, ya no era tan imponente y tan recta como siempre, estaba un poco encorvado y con las rodillas algo flexionadas, pero aun así seguía sonriendo y estaba a punto de explotar en risa; lo más extraño de todo es que su rostro volvió a ser inobservable, no importa cuando lo vieras no podías ver algo llamativo o diferente, solo veías lo que él quería que vieras. Eak estaba un poco peor que el hechicero, tenía herida en uno de los costados y cuando salió del portal escupió sangre, tenía el labio roto y quizás también la nariz ya que le salía sangre; Meg fue la única que se sorprendió por eso.
―Pensé que eras la persona más rápido ¿la tortuga le volvió a ganar a la libre? – el hechicero lo golpeo suavemente donde lo habían cortado y Eak soltó un pequeño quejido de dolor – pronto te pondré como nuevo, incluso te puedo mejorar.
―Ni se te ocurra, he visto tus mejoras y no los quiero, gracias. Solo vámonos de aquí – dijo algo molesto.
―Aún falta algo – rápidamente le da tres bolsas llenas de monedas a Meg – con esto acabamos ¿no? – Meg abrió la boca pero él siguió – puedo hacerlo pero será complicad y peligroso, el rey ya sabe sobre nosotros, sobre mí y esto lleva tiempo pero puedo hacer que lo veas que hables con él aunque no será placentero.
―No me importa, solo quiero verlo.
―Y lo harás, y lo harás, ahora tenemos que irnos – el brujo encapuchado se acercó a la pared opuesta y abrió el portal – Camí, tu primero – la chica de color verde atravesó la pared, Meg miró este proceso sorprendida.
―Dime que vamos a vengarnos de los reyes – el brujo se río.
―Te da muy mal perder, demasiado mal – dijo entre risa – hablamos en casa, no quiero que nuestra amiga nos escuche – el brujo miraba fijamente a Meg.
―Te odi… - el chico se detuvo al ver que su jefe lo empezó a mirar, rápidamente se calló y atravesó el portal con dolor.
―Nos vemos pronto Meg, lo hiciste bien.
―Pero no hice nada, eso fue bastante simple, incluso él hizo más que yo, me defendió y todo.
―A pesar de todo sigues a mi lado, sabes que tendremos problemas con el rey y aun así sigues aquí, hiciste eso y no te dejaste llevar por los lujos del lugar. Como te he dicho, eres alguien con mucho potencial – fue lo último que dijo antes de desaparecer.
Chapter 29: El seguidor más fiel
Chapter Text
Lo que diré suena imposible o inventado pero hay gente así, gente que por alguna razón, Dios o la suerte, lo hicieron así y no me refiero a algo mental sino físico, sabemos que a veces hay gente con deformaciones, una pierna más larga que otra, ojos extraños o cuernos en la frente, estos casos no se ven seguido y tampoco viven mucho ya que la gente piensa que son del diablo y mueren en la hoguera; el caso que voy a hablar es de una malformación en los dientes. Los llaman dientes de tiburón, sé que muchos de ustedes nunca han visto un tiburón y tienen algo de suerte, no son tan miedosos como la gente dice que son pero si hay que tenerles respeto; estos animales tienen dientes diferentes, dientes afilados capaces de rasgar la carne humana con facilidad y algunos dicen que pueden ser infinitos, pero lo que nos interesan es su forma triangular que tienen, una forma ciertamente extraña y casi imposible ¿no? Déjame enseñarte que siempre hay una excepción a todo y esta historia es sobre esa excepción.
―Vengan y pasen, vengan y pasen y vean al chico tiburón ¿cuánto dan por él? Por favor, solo mírenlo, sonríe para los muchachos – ese chico sonrió – vean todos, vean que es real, un tiburón que es un humano, un fenómeno ¿cuánto piden por él? – todos se miraron y algunos alzaron las manos.
Esa persona en esa jaula, siendo vendida a otras personas, no tenía nombre o no se acordaba del suyo, era un niño pequeño con cabello azul y ojos verdes, con un pasado ideal para no acordarse, su vida siempre había sido dentro de una jaula, de jaula en jaula, el fenómeno del mar, parecía un ser imposible y la gente lo quería ver por alguna razón, morbo es quizás la respuesta más fácil o quizás se sienten mejor con su vida a ver que otros lo están pasando peor. Ese pequeño tiburón no le importaba mucho las cosas, le habían enseñado desde siempre que ese era su lugar, intentó salir, intentó escapar y ser una persona normal pero no sirvió de nada, era muy débil como para hacerlo y solo se resignó a su vida, si es que eso lo podíamos llamar vida.
―Empecemos fácil ¿dos monedas? Escuché dos monedas por ahí ¿cuatro monedas? ¿escucho ocho? ¿veinte monedas? Vaya, sí que aman este niño pero sé que pueden dar más, no sean tacaños, él lo vale.
Todos sabemos que la venta de personas es ilegal, tener a alguien prisionero es ilegal, dependiendo de quien sea y si tiene alma o no, de hecho lo más importante es que haya nacido en el reino, pero hay una excepción, una regla universal, todos los niños, sin importa de donde vengan tienen alma y debes ser defendido, así que vender niños es ilegal en cualquier lugar y por eso son los más difíciles y los más caros de comprar, además que casi nadie quiere correr el riesgo por pagar un niño. Por cierto, si quieren seguir conservando su alma y que el rey los defienda, vayan a la iglesia y sean fieles a su patrian o sino su alma se va, desaparece; o eso dice el rey aunque sea una mentira.
―Yo me lo llevaré – un pirata se levantó, un pirata algo conocido – y le haré una propuesta que no puede rechazar.
―No lo sé señor, depende de cuanto quieren pagar sus compañeros.
―Aunque usted no lo crea, usted me debe algo, no me lo ha pagado todavía y ya saben lo que dicen, un trato entre piratas siempre se debe pagar, es momento de que pagues lo que me debes – ese pirata se acercó demasiado al dueño con una sonrisa, ambos estaban cara a cara.
―No lo conozco señor, creo que se ha confundido de persona – dijo con una sonrisa – si usted quiere algo tendrá que pagarlo señor.
―Soy el capitán zorro y vengo a pagar cuentas, ya saben lo que dicen, un trato se paga con plata, bienes o… - el capitán sacó la espada y rápidamente y se lo clavó en el pecho – con sangre – todas las personas presentes desenfundaron sus espadas y se levantaron furioso de sus asientos – yo no haría eso si fuera ustedes.
―Has rompido la ley de este lugar. No importa si antes tenían cuentas pendientes, esto es un lugar seguro y no se puede matar – el capitán zorro estaba rodeado y parecía ser su fin, pero nunca acorrales a un león herido o aun zorro, siempre son más astutos.
―¡Barcos del rey! – de un momento a otro se empezaron a escuchar disparos de cañones a los lejos - ¡barcos del rey se acercan! ¡todos salgan corriendo! – se empezó a sonar una campana, la alarma que advertía si había problemas y había que largarse de ahí lo más rápido posible.
Los piratas no pelean muchos, sin recompensa no había razón para pelear, además nadie le podía ganar a los barcos reales, era una batalla perdida y todos decidieron correr, como cucarachas cuando las iluminas. Todos en ese lugar, en esa pequeña isla sin nombre y sin reglas, empezaron a salir corriendo a su barco, era de noche y no se podía ver casi nada, lo único que se escuchaba eran los disparos de cañones, realmente no necesitaban nada más para salir de ahí. Los barcos piratas poco a poco abandonaron la pequeña isla dejando a algunos pocos que no podían marcharse, los que vivían ahí y alguno que otra persona que no pudieron escapar y solo pudieron esconderse en silencio. Esta pequeña isla que ninguno de nosotros conocemos y nunca veremos es tierra de nadie, cerca de otro reino muy cercano pero no tenía nada especial para gobernar y protegerlo constantemente era un gran malgasto, no le daba demasiado beneficios a los reyes como para fijarse así que abandonaban la isla, lo que Dios quiera y en su ausencia los piratas decidieron tomar control de la isla. Pero había un gran problema y era que esa isla estaba cerca de la ruta real, así que cualquier pelea en el lugar podía llamar la atención de esos majestuosos barcos y era seguido que esto pasará, no lo hacían por la plata, no, mataban a los piratas para tener un mar tranquilo ya que estos eran como cucarachas, si tú no los aplastas, se van a reproducir.
―Eso es más simple de lo que creí – dijo el joven capitán zorro mientras rebuscaba en el cadáver del vendedor.
Zorro astuto, aun no era muy conocido por su nombre, faltaría unos años para ser reconocidos como el gran capitán zorro pero siempre ha sido alguien astuto y este fue una de sus mejores jugadas. Él sabía toda la historia de la isla, la reconocía bien y sabía los problemas de esta, las leyendas que tenía y utilizo eso a su favor, vaya zorro tan inteligente haciendo creer a los otros de algo que no existe y los piratas no son muy inteligentes o muy valientes, cuando algo malo pasa son los primeros en traicionarte y correr.
―No te preocupes chico, ya te saco de aquí, espera a… - el capitán agarró las llaves de la jaula – pronto serás libre – el capitán abrió la puerta de la jaula y el niño se alejó de él – tranquilo, tranquilo, no te haré daño ¿ves? No tengo nada en las manos – el niño seguía estando lejos de él, mirando con miedo – dime como te llamas pequeñín.
―No tengo nombre – el capitán se acercó un poco a él intentando no asustarlo.
―Vaya, eso es un problema ¿no crees? Todos merecen un nombre, para estar en una familia mereces un nombre ¿no crees? Te puedo poner unos – el chico seguía sin moverse – te llamaré Onnie – el chico por primera vez lo miró a los ojos, estaba algo confundido.
―¿Por qué? – en ese momento se escuchó un gran explosión de un cañón, lo que hizo temblar al chico y cerrar los ojos.
―Te diré la verdad chico, te vi y me diste mucho pesar y necesito a alguien pequeño para limpiar los lugares más difíciles en mi barco, cuando te vi me dije a mi mismo, hey, ese chico es perfecto. He pasado por algo parecido aunque tu vida es más difícil. Tampoco tenía familia y viví adentro de una jaula hasta que encontré con una familia, no tengo mucho tiempo chico y me tengo que ir, me puedes acompañar o te puedes quedar solo pero no creo que vivas mucho tiempo – el capitán con una pequeña sonrisa estiró la mano hacia el chico – me puedes acompañar y te prometo que tendrás una cama y una comida y muchas historias que contar. No te prometo que sea algo de lujo pero mejor que esto si es – poco a poco el chico se acercó su mano – sabías que lo harías.
―¿Quién es usted? – preguntó el chico aun asustado.
―¿Qué? ¿qué quién soy yo? Es fácil de decir, soy el mejor pirata que verán tus ojos chico, un pirata destinado a la gloria.
Su unión fue única desde ese momento, el capitán zorro se complicó tanto por un chico que parecía que no servía para nada ya que como pirata era bastante inútil y evitaba matar a alguien, era alguien miedoso que la vida simplemente lo puso en el lado equivocado y cualquier capitán lo hubiera obligado a saltar de la borda o venderlo a otra persona, era un inútil para ser pirata. Pero a pesar de todo el capitán zorro lo quería y lo mantenía cerca de él, por alguna razón, lo defendía siempre y lo animaba a seguir, aunque casi nunca habla con él siempre lo mira de reojo. Un lindo tiburón que es incapaz de matar, es adoptado por un zorro astuto, el tiburón a partir de ese día sintió que le debía la vida al zorro de alguna manera, por eso todos los días intentaba ser mejor por él, para devolverle el favor, era el único tripulante que era fiel en cuerpo y alma a su capitán.
Chapter 30: Estudio humano
Chapter Text
Los años más difíciles siempre son los primeros, para hacerte un nombre y hacerte respetar debes mancharte las manos de sangre, más de un comerciante creyó poder deshacerse de la figura que los estaba aterrorizado, de esa persona que les quitaba un poco de dinero y que se les aparecía incluso en sus sueños, estaban desesperados y tenían esperanzas, fe que todo iba a mejorar; no sabían las nuevas reglas. Algunos pagaron asesinos para intentar eliminarlos, vaya error, a la mañana siguiente esas personas amanecían con la cabeza de sus asesinos en su cama, rápidamente esa figura erradico con la esperanza, todos aprendieron a vivir bajo sus órdenes si querían sobrevivir. Aunque muchos creen que la gente siempre vivió con miedo, eso era falso o no tan aterrador como dice la gente, sí, la gente tenía solo un poco de miedo pero creían que podían hacer algo para dañarlo, la realidad es que peleaban prácticamente con un dios, no iban a poder hacerle daño con algo mundano y la gran mayoría decidió resignarse a ver lo inútiles que eran sus intentos; este miedo poco a poco fue desapareciendo al ver que ese gran dios no les hacía nada, no emitía miedo, no los castigaba demasiado y los dejaba vivir normal, las reglas eran simples, pagabas para tener una vida normal. Esa tranquilidad que esa figura les dio fue por pura diversión, obviamente los necesitaba vivos para seguir ganando dinero pero jamás lastimo a nadie que no sea en defensa propia y lo hacía simplemente para darle esperanzas a las personas, quería que formaran una idea cómo, quizás mientras este con la guardia baja podemos hacerle algún daño, encontrar su talón. Los comerciantes se empezaron a agrupar y empezaron a hablar sobre la solución para su gran problema, esa figura sabía todo pero igualmente los dejo jugar, le hacía divertido las inútiles bocanadas de aíre que daban y quería ver que se les ocurría; lastimosamente no pudo ver el final y fue obligado a bajar el telón de la obra antes de tiempo. Rápidamente fue por las cinco personas más influyente de su grupo enemigo, del intento de revolución y capturaron también a sus hijos, estos iban a ser los nuevos herederos del negocio e iban a entender quién manda aquí.
―Bienvenidos amigos, ya sabemos porque estamos aquí, no le puedes esconder tus pecados al diablo – estaban en un lugar abandonado fuera del reino, un lugar gigante, además de los cinco que ya mencionamos también estaba Eak, observando.
―Por favor, por dios deja a nuestros hijos en paz, has lo que quieras con nosotros pero ellos no tienen nada que ver – el brujo se acercó al señor y puso su mano en la cabeza.
―Saltémonos esto, es la parte más aburrida donde prometen y prometen. Rompieron las leyes, se hará justicia – el señor sintió un gran dolor en la cabeza, podía sentir como iba a explotar – no le haré daño a sus hijos, ellos no tienen la culpa que ustedes sean tan imbéciles pero desearan estar muertos cuando vean lo que les pasará a sus queridos padres – aunque lo intentaran, ninguno podía moverse, su cuerpo estaba paralizado, solo el brujo podía moverse con total libertad – vamos a jugar en un juego ¿ustedes creen en la magia? – el único que levantó la mano fue Eak – pues deben saber que yo soy un talentoso mago, incluso ustedes deberían creer en la magia, vieron a uno de mis compañeros hacerle un poquito de esta, es hora de empezar a creer.
―Por favor arráncales la piel – dijo Eak con una pequeña sonrisa.
―Buena idea señor espectador ¿qué opinan nuestros ayudantes? ¿cuántos creen que sobrevivan sin la piel? – ambos abrieron los ojos lo más que pudieron e intentaron decir algo pero simplemente no pudieron hacerlo, algo o alguien evitaba que pudieran hablar – pero este truco es especial, nunca ante visto por acá – el brujo camino lentamente hacia una de las paredes – el cuerpo humano es imperfecto ¿lo sabían? Obvio que no, no están consiente de eso, para llegar a ser hechicero tuve que aprenderme sus debilidades, son demasiadas, ustedes son patéticos. Yo también lo soy pero yo puedo cambiar mi cuerpo a mi antojo, soy superiores a ustedes – el brujo puso una mano en la pared y dijo algo para sí mismo – pero no se preocupen amigos y amigas tengo la solución, un truco de magia que mejorara el cuerpo humano, incluso esto puede ser el primer paso a la perfección del cuerpo humano ¡qué emoción! No parpadeen porque lo pueden perder – su respiración empezó a agitarse, estaba empezando a cansarse – que empiece el espectáculo.
Ambos hombres se levantaron contra su voluntad y empezaron a caminar, intentaron detenerse, intentaron gritar pero no podían, no tenían el control de su cuerpo, solo eran unos títeres viviente y poco a poco se acercaron a la pared donde él tocaba y juntos de alguna manera atravesaron la pared y desaparecieron; aunque esto solo fue algo momentáneo ya que volvieron a aparecer al otro lado de la habitación, cerca de Eak. Del portal salió una cosa completamente diferente, un ser horrible y deforme, tenía las dos cabezas de los dos hombres pegadas al mismo cuello, tenía tres brazos, dos en la izquierda y una en la derecha, la mayoría de la carne de su pecho había desaparecido mostrando los huesos, tenía dos piernas izquierdas y no tenía órganos reproductivos; mucha de la ropa remplazo la piel que tenía.
―Cuando uno cruza un portal, su alma se fragmenta en varios pedazos para llegar al lugar y luego se reagrupan, se reconstruyen. Si dos cuerpos pasan al mismo tiempo puede pasar eso, no es nada bonito y se siente peor de lo que se ve.
Todo el mundo estaba horrorizado, todos menos el brujo que solo miraba con una pequeña sonrisa, Eak era el más cercano a la criatura, había caído cerca de su espalda, el creía que lo había tocado y al solo verlo empezó a vomitar; los dos niños ahora huérfanos lo pasaron peor, vieron a un familiar suyo, a alguien que les importaba convertirse en un monstruo, ya cuando pienses en él no verás las cosas buenas, los momentos felices, ahora siempre recordaras a ese monstruo. Lo peor de todo fue que esta cosa por un milagro o una maldición empezó a caminar lentamente hacia los niños, como puedes imaginar era algo doloroso de ver y se movía lentamente para evitar caer, además soltaba pequeños ruidos como si intentara hablar. Los inútiles intentos de la criatura acercarse a los niños fueron en vano, luego de dar unos diez o quince pasos se desplomó en el sueño, muerto; su sangre se empezó a salir.
―Pensé que dudaría más – él se acercó a los niños y les toco la frente con el dedo pulgar a los dos huérfanos – ya se pueden ir de aquí, ya son libre pero recuerden que están bajo mis normas, yo soy su dueño y no creo que quiera acabar como ellos. O peor. Esto también van para los otros dos, son libres, ya aprendieron su lección – esa figura dejó de mirar a las personas y se acercó a Eak, todos en esa habitación no se movieron pero no porque no pudieran sino porque estaban perdidos y no podían comprende que paso – ¿tenemos algo más? Recuerda que cualquier mínimo problema puede volverse un gran problema, no podemos dejar algo fuera de nuestro control. Cada mínimo problema puede ser peor antes de la llegada del bote.
―Sí, una chica que contrato una asesina, Puppet se llamaba o algo por el estilo, no me dijo absolutamente nada más.
―Sí, sí, me acuerdo quien es y se cómo encargarme – él puso una mano en el hombro y se acercó a su oído – sé que has estado hablando de mi sin mi permiso. La próxima vez no seré tan amable, no habrá una advertencia – el brujo se alejó de él – voy a encargarme de ese otro problema, no quiero que nadie se meta en mi camino mientras hago los preparativos.
El brujo fue a los barrios pobres y empezó a caminar, ese era todo su plan, sabía que tarde o temprano lo iban a seguir, solo tenía que caminar, confiaba en eso, ya llevaba meses siguiendo a Camí y a Eak quienes eran las personas más cercanas a él ¿por qué iban a desaprovechar esta oportunidad de seguir al cabecilla? Solo debía esperar un poco. La gente lo miraba, una gran parte de las personas lo miraba confundida ¿quién se vestía así para salir? Se veía ridículo, como un bufón o algo por el estilo pero los mercaderes y algunos banidos se alejaron de él y evitaron verlo, rezaban para que no se les acercara. Dio unos cuantos pasos, unas cuantas vueltas y al final llego a una taberna, se dio cuenta que alguien lo estaba vigilando, sabía que esa era persona, podía sentir su presencia, su alma, dirían los creyentes; lo más extraño es que lo sintió de un momento a otro, justo antes de entrar a la taberna puedo sentirla, solo la miro de reojo y confirmó que era ella. Entro con una pequeña sonrisa, todos en el lugar lo vieron, algunos se rieron pero de un momento a otro el simplemente desapareció a la vista de todo el mundo, incluso los que no parpadearon en ese momento, nadie lo vio caminar, simplemente desapareció como un fantasma. De un momento estaba detrás de su seguidor, le puso la mano en su hombro y ella se tenso todo su cuerpo, no tuvo ni tiempo de reaccionar cuando el brujo la agarró de la cabeza y la estrelló contra la pared, un golpe que si él hubiera querido la hubiera matado.
―Tu eres quien ha estado siguiéndome, aun no has atacado pero estás esperando el momento exacto ¿no? – ella intentó apuñalarlo pero él era más rápido que un humano común y le golpeo en el estómago, un golpe que le hizo escupir y que la mando volando hacia atrás – por favor no te mueras, no me lo perdonaré si mueres así de fácil.
La chica se había golpeado contra una pared, cualquier humano normal el golpe lo hubiera dejado sin poder mover las piernas como mínimo, incluso lo podía matar pero ella seguía con vida, luchaba por respirar y sus ojos estaban mirándolo fijamente, unos ojos asustados y temerosos, era un conejo atrapado, un conejo que lo único que puede hacer es ver lentamente como la devoran. Él lentamente se acercó a ella mientras se burlaba de los débiles que son los humanos y que pensará que tenía posibilidades contra él, pero ella realmente no estaba escuchando, estaba intentando encontrar un plan, algo que le ayude a sobrevivir y por suerte él caminaba tan lento que le dio el tiempo suficiente para pensar en algo. Justo antes que él bajara la guardia completamente, un buen sujeto se acercó a la chica preocupado pero cuando el brujo lo vio fijamente, lo quemo, su cuerpo entró en combustión espontánea y rápidamente cayó al suelo muerto, lo cual generó una pequeña sonrisa al brujo.
―Tengo muchas preguntas y tú me responderás todas. Por suerte tenemos todo el tiempo del mundo y yo tengo mucha creatividad. Te lo suplico, por favor aguanta todo lo que te haré, por favor – el hechicero escondió sus manos y caminaba lentamente, su peor error era estar tan confiado, sus manos estaban dentro de la capucha y tenía los ojos cerrados mientras sonreía, una presa tan fácil.
En ese momento la chica aprovechó para usar su as bajo la manga, esa chica no era normal, tenía un don y aprovecho que él estaba distraído para levantarse rápidamente y correr hacia el cuello y según ella lo logró, le cortó la garganta matándolo pero a veces la cabeza nos hace creer cosas que nunca pasaron. El brujo sintió cuando ella uso su poder, su magia y la intentó esquivar, cosa que apenas pudo hacerlo, si le cortó el cuello por el lado pero no era una herida grave, apenas lo tocó. Él se tocó la herida y vio su sangre y sonrió, hace tiempo que nadie lo había tocado.
―Reaccionaba unos segundos tarde y ya estaría muerto, no eres humana ¿verdad? Eso explica algunas cosas.
La chica intentó golpearlo de nuevo pero el detuvo el golpe y no de una manera normal, no agarro la mano de la chica y la detuvo o se la rompió, él decidió poner su mano delante del cuchillo, en su trayectoria y dejar que el cuchillo atraviese su mano, agarrar la mano de ella con la mano lastimada y así detener el cuchillo. Lo siguiente que hizo fue destruir el cuchillo, dejarla desarmada. Su mano se calentó tanto que el metal del cuchillo empezó a derretirse, un proceso doloroso e infernal, incluso puedes perder la mano pero él no paraba de sonreír; cuando la hoja del cuchillo quedo completamente destruido, él sacudió la mano para quitar todo el líquido de su mano y luego se la mostró a ella para mostrarle como poco a poco su mano se regeneraba, no quedaba ni una cicatriz del corte. Ella no se detuvo e intentó darle un golpe en la cara con toda su fuerza y lo más rápido que pudo, él decidió recibir el golpe, puso sus manos en su rostro para que el golpe le diera en el brazo; cuando ella dio el golpe él contrataco rápidamente, con la mano libre rápidamente la agarró del cuello y la levantó del suelo, para esto tuvo que alargar un poco más sus pies.
―Yo tenía una simple razón para no matarte antes aunque no lo pienses, solo te iba a dejar sin piernas pero ahora tengo dos razones para no hacerlo – ella intentaba soltarse, le daba golpes por todos lados, el brazo, la cabeza, incluso le pegaba patadas pero era inúti,l él no la soltaba – hace tanto que no veo un mago, sentí tu magia y eso me emociono y quise ver que tan fuerte eras, aunque me decepcionaste un poco, eres exageradamente débil, dominas bien la velocidad pero no has explotado todo tu potencial ¿alguien te ha entrenado? – ella decidió meterle dos dedos en el ojo, un lugar mortal para alguien mundano pero él no hizo absolutamente nada, simplemente sonrió al recibir el golpe – ¿aún no has entendido? Tus golpes son inútiles, golpea todo lo que quieras pero no me vencerás, todo lo anterior era un pequeño acto. No temas que no te mataré, eres especial para alguien especial para mí y esa persona no se merece sufrir, supongo que tuviste suerte y yo tengo un corazón – ella dejo de forcejear, poco a poco perdía las fuerzas, él aprovechó este momento para regenerar todo su cuerpo, incluso su ojo – me divertí contigo pero todavía no has aprendido la lección y no te he preguntado algunas cosas, así que… - el hechicero la soltó y luego le pego una patada en las costillas – hablemos como unas personas normal – él se agachó y la agarró del pelo, obligándola a verlo – me presento, soy tu nuevo jefe, yo soy quien decide si vives o no; me puedes llamar Gizmo – ella le escupió sangre en su cara.
―Me puedes decir Puppet, así es como me llaman – Gizmo se limpió la cara.
―¿Cuántos años tienes? Y ¿aprendiste usar tu magia o todo lo haces natural? Dime si sabes el potencial que puedes alcanzar, yo puedo mejorarte, hacer que llegues a tu verdadero potencial, simplemente debes… - Puppet volvió escupirle a la cara.
―Mis padres me enseñaron a nunca recibir nada de desconocidos – Gizmo chocó la cara de la chica contra el suelo.
―Son buenos padres, te enseñaron bien – le jaló más fuerte del pelo – tienes dieciocho años ¿no es así? Incluso puede que más pero estás por esa edad y por lo que veo, nadie te enseño a usar tus poderes, incluso te pidieron ocultarlos ¿me equivoco? – la chica no respondió – no, no te enseñaron una mierda.
―¿Eso acaso importa? Ya mátame, no quiero seguir escuchando – él le sonrió.
―Cómo quieras, haré las cosas más rápidas, Puppet. Utilizas ese aspecto tan diferente, tan masculino por así decirlo que parece imposible pensar que seas mujer, solo te falta cambiar la voz para parecer totalmente a un hombre. Usas un hechizo básico de cambiar tu físico constantemente, algo básico y que los hechiceros pueden pasar desapercibido, casi ni se nota la magia en tu cuerpo; incluso yo hago lo mismo ¿ves mi cara? ¿no puedes? Sigue las mismas reglas solo que el mío es más avanzado e igual que tú lo uso para que no sepan mi identidad pero ¿por qué lo ocultas? – Puppet sonrió y le respondió.
―Fácil, para que nunca me encuentren, supongo que no eres imbécil y ya te diste cuenta de esto – Gizmo sonrió.
―Sí, sí pero hay una pequeña diferencia entre tú y yo y es que yo me enfrento contra el rey y desde hace algunos años el rey tiene un brujo personal, no puedo dejar cabos sueltos para el rey y protegerme en las sombras tiene varias ventajas, no sabrás de donde vendrá el golpe y tienes que estar atento todo el tiempo, lo cual cansa. Tú solo te enfrentas con humanos y eres más rápido que ellos así que ¿para qué cambiar tu cuerpo? Rápidamente puedes huir si la cosa se pone mal y descansar, puedes correr a un lugar lejos de aquí y descansar, uno donde los humanos no estén. Te cambias tu cuerpo para que no reconozcan a nadie que quieres, sabes que no te harán daño a ti pero ¿a los otros? Tienes miedo de que le hagan daño… - Ella abrió los ojos y se empezó a asustar, no entendía como lo había descubierto – es tu hermana, es tu hermana Mai, tu madre es una de las personas que me paga para no lastimarla así que no puedo tocarla ya que necesito su dinero – él la soltó y se dio media vuelta – no te puedo lastimar a ti o a tu madre pero ¿qué me dices de tu hermana? – antes de que se pudiera marchar de ahí, Puppet lo agarró de la pierna.
―Si crees que puedes dañar a mi familia sin pelear te equivocas, no te de… - Gizmo le pego una patada a la cabeza, lo que provocó que lo soltará.
―No dejaré ningún cabo suelto, no te mataré pero desearas que lo haga.
El hechicero se puso encima de ella y empezó a golpearla en la cara, cuidando su fuerza para no matarla y si era necesario curarla un poco para que siga sufriendo, sabría que ella se iba a regenerar pero iba a tardar un par de horas y tenía que asegurarse de que no lo molestara mientras hablaba con su hermana. Su cara quedó completamente desfigurada pero aun respiraba y eso era lo importante, luego le pegó en las costillas hasta romperlas y por último le rompió ambas piernas, ya no podría seguirlo aunque quisiera. La arrastró un poco y la apoyó contra la pared, la mejor forma para descansar, quería esperar a que ella despertara y ver su reacción pero tenía unos asuntos que atender, así que miró una última vez a esa chica al borde de la muerte y le sonrió para luego desaparecer; otra vez en un solo parpadeo había desaparecido y aparecido en un lugar diferente, esta vez detrás de Mai, ella no se dio cuenta des eso hasta que él puso su brazo alrededor de su cuello y se apoyó en ella.
―Hola hermosa, debemos hablar – Mai no intentó alejarse de él, sabía que eso era imposible.
―Hola señor ¿cuánto tiempo? ¿quiere algo? – no era la primera vez que él entraba a su casa, normalmente buscaba a su madre y ella tenía que atenderlo hasta que ella llegara.
―No necesito ni quiero nada, gracias he venido para charlar sobre algunas cosas.
―Ya le hemos pagado la moneda de esta semana, no creo que debamos algo.
―No es eso, es algo más tranquilo ¿usted tiene una hermana? – Mai se quedó callada – sí, usted tiene una hermana que al parecer hace tratos con gente peligrosa.
―¿Ahora que hizo ella? Mi madre no lo sabe pero ella siempre se mete en problemas, siempre la debo de sacar de problemas, siempre es así y no ha cambiado, yo soporto todo lo que ella evita, no sé ni porque lo hago.
―¿Sabía que ella es una hechicera? Así como yo o como algunos de mis sirvientes.
―No… - él no tuvo que decir nada, era obvio que era una mentira y solo tuvo que mirarla fijamente para que cambiara su respuesta – sí, lo sé, su maldición, mi madre la evita por culpa de la maldición, de su don como dice ella, resulta y acontece que… - él le puso un dedo en la boca y ella se calló.
―No me importa, no me importa, vengo aquí para saldar algunas cosas ¿sabes todas las desventajas que tiene el alma humana? No logramos llegar a nuestro potencial sin cambios, la gente no está lista para ellos, les tienen miedo a los cambios. Pero nosotros no ¿cierto? – el hechicero le agarró la mandíbula – esto no es personal, ojalá fuera personal y así hacerlo más divertido pero no, trabajos son trabajos y hay que hacerse.
―Por favor, no… - Mai empezó a llorar, esto le provocó fastidio al hechicero.
―Tranquila, no recordaras nada, seguirás viva, respirando pero quizás no seas la misma persona, para que lo entiendas transformaré tu alma, crearemos juntos algo nuevo pero primero dejaré mi huella en ti.
Lo primero que decidió hacer es cambiar su físico, empezando por clavarle la uña con suficiente fuerza como para cortar la piel debajo del ojo derecho para luego bajar poco a poco hasta llegar a la mejilla, una cicatriz parecida a la que tenía su hermana. Lo siguiente que hizo fue cambiar los ojos de color, para esto tenía que primero blanquear sus ojos, un proceso tan doloroso que apenas se puede comparar como clavarte un clavo ardiendo dentro de los ojos lentamente; además que en ese momento pierdes toda visión. Luego cambió los ojos al color violeta, aquí todo el dolor desapareces, aunque la luz del sol te va a deslumbrar demasiado y te tendrás que acostumbrar, estás como nueva; incluso le curo cualquier problema de la vista que tenía. Lo siguiente que hizo fue darle un cabello un poco más largo, blanqueo su piel y su cabello completamente, además de dejarle un mechón violeta en el cabello.
―Listo, ahora si te pareces completamente a tu hermana, por lo menos al disfraz que ella lleva. No me quedó tan mal y no fue para tanto ¿no? Pude haberte quitado toda la piel y cambiado por una nueva pero podrías haber muerto y no quiero eso – Mai estaba perdida, no sé podía mover y apenas estaba recuperándose del dolor de los ojos – pero aún no terminamos, esto no es nada. El alma humana tiene tanto potencial, incluso puede dejar de sentir pero ¿qué pasa si la rompemos? Voy a aumentar un par de cosas en tu alma, vas a sentir y pensar cosas que nadie habrá pensado antes, verás un mundo nuevo, te abriré los ojos.
Sabemos tan poco sobre el alma, no sabes cómo funciona realmente, incluso no sabemos si existe realmente pero es algo que todos conocemos de nombre, sabemos que el alma es lo que somos, es lo que nos ayuda a mover nuestro cuerpo, nuestro saco de carne, es lo que nos hace ver y hablar, es todo lo que somos, no sabemos nada, no sabemos cómo curarla o cambiarla. El brujo conocía un poco sobre esta, sobre todo como modificarla y no era la primera vez que lo hacía pero esta vez tuvo menos cuidado, daño todo lo que pudo sin dejarla inútil, que pudiera moverse y hablar pero que no pudiera entender nuestro mundo, que todo lo que diga no tenga sentido para nosotros, que deje de ser persona. Fue un proceso doloroso para ambos, sobre todo para Mai y cuando acabo, el hechicero se alejó de ella, empezó a toser y por la nariz le empezó a salir sangre, además de ver todo borroso y estar a punto de desmayarse, aunque solo fuera unos segundos el hechicero apenas tenía fuerzas para mantenerse de pie.
―Vaya… - él sonrió – eso fue peor que la otra vez. Casi te mato en más de una ocasión, dime como te sientes – ella no respondió – por favor respóndeme, necesito saber que no te he matado, quiero saber si el alma humana puede sobrevivir después de esto. Dime que me escuchas. Respóndeme
―Si logras escuchar el bosque te dará las respuestas – Mai estaba perdida, su voz era un poco más infantil y su mirada estaba perdida.
―¿Qué? ¿de qué hablas? – luego de unos segundos sonrió, quizás eso había funcionado – me conformo con eso – él se acercó y le puso una mano en el hombro – bienvenida al nuevo mundo.
―¿Quién eres y porque hueles a bosque? – por lo menos tenía un poco de razón, seguía siendo persona y eso era una completa victoria para él.
―Nadie, nadie, solo un viejo amigo que te viene advertir del peligro que hay por aquí, mejor no salgas y no confíes en nadie.
―Ni si quiera en ti – su voz algo aguda e infantil ya lo empezaba a irritar.
―Sí, sobre todo a mí, ya que te puedo llevar tu alma – Mai abrió los ojos y se alejó un poco de él.
―No me digas eso, me ponen los pelos de punta – él se río y luego se fue de ahí, estaba algo cansado y le dolía hasta respirar pero valió la pena, puedes hacer que el alma olvide todo lo que ha pasado en su cuerpo pero seguir siendo funcional, era bastante interesante y quería saber cuánto duraría ella así, quería saber si podría sobrevivir.
Chapter 31: Ruptura
Chapter Text
El cumpleaños número diez de Freddy, fue una buena fiesta, la cual solo fueron los reyes a celebrar y hablar de cosas del reino mientras dejaban a los niños en una habitación para que se cuidaran, ya tenían edad suficiente para cuidarse solos, aunque la princesa Toddy rápidamente se fue de la habitación, estaba aburrida y necesitaba hacer otras cosas, un guardia la siguió en todo momento, le pasaba algo a esa niña y se armaba una guerra entre los reinos. Las reinas se quedaron en el patio charlando mientras comían y reían, todo era una alegría; incluso el sol iluminaba de manera perfecta y no generaba mucho calor al estar debajo de él. Los trabajadores estuvieron atentos, incluso el pueblo estuvo atento a lo que pasaba, los guardias siempre estaban preparados, caminando de un lado a otro con los ojos bien abiertos y los oídos despiertos, cualquier ruido o cualquier cosa fuera de lo normal ellos estaban preparados, literalmente las tres personas más importantes estaban ubicadas en un mismo lugar, cualquier loco podría intentar matarlos. El mago estaba meditando, buscando cualquier indicio de magia, hasta la más pequeño, en busca de ese enemigo; desde que entraron al castillo Bonnie no dejo de entrenar y mejorar, no fue mucho lo que mejoro pero lo estaba intentando, no iba a dejar que nadie lo engañe de nuevo. Los chefs trabajaban todo el tiempo para dar las mejores comidas, su vida dependía de eso y obviamente probaban la comida para saber si estaba lo suficientemente buena para los reyes, reinas y príncipes y princesa.
―He escuchado por ahí que tienes un don, que eres mágico – ambos príncipes estaban en la habitación mientras hablaban de las cosas, de que es lo primero que harían al ser reyes. Afuera de la habitación estaba la guardiana Chica.
―Golden, eso es puro cuento, yo no soy capaz de votar rayos por las manos o fuego o cualquier otra cosa, yo no tengo super poderes y eso que tengo un don es mentira, solo soy un chico listo y creen que es un don, así de simple.
―Vamos, hasta mi padre lo dice, debe ser real.
―Que no Golden, yo soy normal, cómo tú, como todos – Freddy estaba un poco nervioso – de hecho creo que tu guardas un mayor secreto – dijo Freddy mientras sonreía – de hecho varios que jamás me había puesto pensar hasta ahora ¿cuál es tu nombre? Ya que tu apellido es Golden, como tu padre y supongo que abuelo o ¿por qué te llaman así? – Golden sonrió.
―Porque no hay mejor nombre que Golden, es lo mejor que hay además que todos los reyes siempre se le llaman por sus apellidos, tú y yo seremos reyes Freddy y hay a acostumbrarnos a que nos llamen con los apellidos. Además Golden es mejor que mi nombre.
―Es más fácil para ti, mi apellido es Alfonso, no es feo pero le falta ese toque especial que tú tienes, ese toque único que tiene el Golden – Freddy le puso una mano en el hombro a su amigo – vamos señor Golden, vamos a cazar bestias, explorar nuevos reinos rey Golden – ambos se rieron.
―Algún día, algún día rey Alfonso – Golden se quedó callado, pensando – sí, mi apellido es mejor que el tuyo, sin ofender mi rey – ambos se volvieron a reír.
―¿Es cierto que te vas a casar con Toddy? No crees que es un poco… - Freddy no sabía cómo describir a esa chica, no era la primera vez que la veía pero si era la primera vez que tenían una conversación larga.
―¿Irritante, que se cree superior a todos, una voz chillona? Sí, lo es y cuando crezca va a ser peor, mucho peor. Respondiendo a tu pregunta, sí, me casaré con ella.
―Pero ¿por qué? Es desagradable y ¿la amas? Mi padre dice que se casó con mi madre porque se amaban – Golde se río.
―Freddy, en los matrimonios no hay amor, solo amor hacia el dinero, hacia el poder. No me importa esa niña, ni la conozco bien, no había ni nacido cuando ya decidieron casarme – dijo entre risas – no sé porque lo hicieron, lo que me dijeron mis padres cuando uno se casa todo lo que tienes lo compartes, todas tus riquezas aumentan con la de ella y así tienes más cosas. Solo tienes que soportar a la otra persona y ya, algo bastante simple, ya lo verás.
―No lo sé, quizás con el tiempo si sientan amor y se quieran, quizás estamos muy jóvenes para pensar en eso.
―Somos reyes Freddy, tenemos que madurar antes que todos para ser hombre y llevar el reino por el mejor camino, tenemos que estar preparado para evitar cualquier desastre, para ser lideres.
―Tienes razón, yo… - alguien abrió la puerta, Freddy giró su cabeza en dirección la puerta y Golden miró para un lado, ambos vieron entrar la guardiana.
―Disculpen las molestias pero los reyes los necesitan, van a querer hablar con ustedes así que prepárense para salir donde ellos cuando lleguen aquí y no se preocupen por su amiguita, ya la estamos buscando lo cual será fácil.
―¿Te lo dijo el rey? – pregunto Golden.
―Sí su majestad, son ordenes aunque quizás se demoren, solo estén atentos a las ordenes – todo esto le parecía ridículo a la guardiana pero igual lo hizo, evito reírse o decir algo que la perjudicara y siguió este pequeño juego.
―Muchas gracias Chica, estaremos listo cuando lleguen – la guardiana salió, Golden soltó una pequeña risa.
―Vaya Freddy no me había puesto atención a esa chica, es enorme y fuerte ¿quién es? Nunca me la habías presentado.
―Es mi guardiana, esa persona que siempre está conmigo sin importar que. Me sorprende que no la hayas visto ya que está a mi lado siempre, se llama Chica.
―¿Qué es ese nombre? – dijo entre risas – debe ser del campo, un lugar así pobre, esas personas siempre tienen nombres tan feos, normalmente toda esa gente es fea y viven en
miseria, quisiera hacer algo pero si les lanzo una mano ellos me arrastran al infierno en donde ellos están.
―No sé de dónde viene, nadie me lo ha dicho y creo que ni si quiera es de este reino, es alguien misteriosa y que habla poco de ella, pero sabe pelear como ningún otro. Tienes que verla algún día entrenar, deja a todos boca abiertos y se gana uno que otro aplauso.
―Por cierto ¿y tú mago? Ya que estamos hablando de nuestros súbditos, de esas personas que nos cuidan tanto y que ellos dependen de nosotros, siempre quise conocer a otro mago, el mío es algo reservado y aburrido, normalmente se esconde en su habitación que ni idea donde este o se la pasa hablando con el rey, ni le he hablado y rara vez lo he visto. Es raro.
―Si, si, aunque al mío no lo veo seguido realmente pero lo he visto de vez en cuando, aunque normalmente este atento que ningún demonio o brujo nos ataque así que está atento todo el tiempo.
―Si, entiendo, entiendo – Golden miró a la ventana – Hace un buen día, un grandioso día.
―Sí, lo está haciendo.
―¿Alguna vez te preguntaste que sería vivir en otro lado? Me refiero a otro castillo, en los barrios pobres o en el puerto, vivir pescando y esas cosas.
―No, la verdad es que no.
―Yo sí, yo sí, todo el tiempo.
Mientras ellos hablaban los reyes tenían una calurosa discusión, hablaban de todo un poco, sobre todo el rey Golden era el más enojado de todos, siempre ha sido alguien temperamental que soñaba con la grandeza, un insaciable que quería más y de un día para el otro empezó a perder algo importante, de una causa desconocido su dinero empezó a desaparecer; aunque fue un problema menor para Alfonso pues esta noticia incluso lo podía beneficiar, él decidió ayudarle, fue amable y lo ayudo a levantarse, todo volvió a una falsa normalidad. Aunque el rey Golden no estaba bien, estaba enojado y desde ese día algo se rompió dentro de él, nadie sabe qué fue lo que paso, que se dijeron esa vez o como todo se encamino como se encamino, a partir de ese día todo ya estaba decidido a ser un desastre y hay muchos culpables para todos estos pero el primero se encontraba varios años atrás.
―Freddy, no confió en ese niño, sobre todo en su padre.
―No lo sé Fred, creo que exageras, tú no lo conoces pero son buenas personas.
―Nadie es buena persona Freddy, ellos son tu competencia en la vida, incluso pueden ser tus enemigos, no es para asustarte pero si para avisarte, tendrás que decidir por encima de ti mismo que sobre los otros.
―Tú cállate, tú no eres nadie para decir eso, solo molestas y molestas. Tú no sabes lo que es ser una persona.
―Sí, lo siento Freddy, lo siento – Freddy lo miró con un poco de pesar, Freddy aun le tenía un poco de pena a esa cosa, no era su culpa no tener cuerpo, estar unido a él.
―¿Quieres cambiar de almas? Recuerda las reglas, sin salir de la habitación, sin quemar nada y si alguien entra me das el control. Incluso puedo dejarte comer a ti y dejarte dormir, es unas de las mejores experiencias de la vida.
―¿Enserió? – Dijo Fred ilusionado – te prometo no hacer ningún daño y sobre todo a no lastimar a nadie.
En esa noche oscura y fría, una de las más frías y oscuras, la luna apenas brillaba, dos almas la estaban pasando bien, mejor dicho un alma y su sombra la estaban pasando bien, Freddy regañaba a Fred por comer demasiado mal, le decía que comía como un puerco y que no sabía usar los cubiertos, que debe usar los cubiertos y no comer con la mano, eso no eran modales; y ni hablemos cuando Fred intentó dormir, eso era una lucha casi interminable, Fred no podía estar quieto y cerrar los ojos, aunque en algún punto lo hizo ya que nuestro cuerpo tiene un límite y aunque no queramos este va a dormir. Freddy no durmió toda esa noche, no podía dormir y no necesitaba dormir, lo cual le genero unos cuantos miedos y no fue bastante bonito, fue aburrido y no entendía como Fred lograba soportar todo eso todas las noches. Fue una noche especial para Freddy y su sombra, aunque ninguno de los dos sabía que desde ese día empezaba el camino a su verdadero infierno.
Chapter 32: Migas de pan
Chapter Text
Había pasado unas semanas después de la entrada de los intrusos, la guardiana y el mago salieron varias veces a buscar un rastro pero no encontraron nada, el chico que conocieron no fue de mucha ayuda y se la pasaba escondido en alguna parte. Las calles parecían tan normales, no había rastro de ese intruso, parecía que él simplemente había desaparecido pero no puede ser cierto, alguien como él no podía simplemente desaparecer, tener miedo y ocultarse, es más posible que este muerto que oculto, debe hacer algo pero ellos no lo están viendo todavía. Al final los recorridos por el reino habían acabado y cada uno volvió a su trabajo. Un día como cualquiera, un día para nada especial, Lily y Fede se sentaron con su amiga y empezaron a hablar, de nada especifico realmente, Chica los escuchaba con atención pero no se atrevía a participar, no tenía nada interesante que decir y tampoco quería participar, solo se limitaba a escuchar.
―Chica por cierto, hemos escuchado algunas cosas interesantes – Chica apenas miro a Lily – hemos escuchado que alguien entró al castillo del rey hace algunas semanas o algo por el estilo y que tú te enfrentaste – Chica siguió comiendo tranquilamente.
―Llegas tarde, ya todos han escuchado algo, todos saben que alguien entró y que me operaron, incluso ustedes me vieron – habló chica con la boca llena de comida.
―Sí, es verdad es verdad pero queremos saber más, saber exactamente lo que paso.
―Yo también – dijo chica mientras mordía el pan – sinceramente no sé qué paso y creo que el único que sabe es ese niño de pelo morado, ese que se oculta entre las paredes. Además si supiera no se los diría, el rey me puede matar por eso.
―El rey te tiene cariño aunque no lo parezca, no te haría daño. Te decimos todo esto porque todo el mundo ha hablado sobre ese tema y como andabas desaparecida y lastimada, no queríamos incomodarte o algo por el estilo.
―Lily, ustedes dos no pueden hacerlo aunque quisiera y no me molesta, por algo les dejo sentarse a mi lado.
―Por cierto, ya que Lily ha estado ocupada pintando rosas o el castillo como si eso realmente importara – Lily se enojó con él – he hablado con algunas personas y escuché algo interesante pero esto se queda entre nosotros. Al parecer alguien ha escuchado sobre alguien, un informante secreto que ha descubierto quienes entraron al castillo – Chica lo miró seriamente y empezó a escuchar con más atención – esto puede ser mentira, ya sabes cómo son todos cuando se trata de comunicar algo, algunos se le va la lengua demasiado, a este paso vamos a escuchar que su tío es Jesús. Pero mi informante es diferente y me lo ha advertido, solo son cosas que la gente dice pero por lo menos es interesante y ha escuchado sobre alguien que sabe sobre los intrusos – Chica soltó una pequeña sonrisa – no me crees ¿cierto? No te culpo, ni yo lo haría.
―No es eso Fede, solo que si sabe supuestamente quien ha entrado al castillo, quien me lastimo ¿no debería decírselo al rey? Sería lo más lógico.
―Es verdad, es verdad nosotros tenemos que hacerlo, nuestro deber nos obliga pero seamos sinceros, tampoco podemos decir al rey cualquier cosa que escuchemos y que pueda ser cierta. Por ejemplo yo he escuchado que la tierra es redonda ¿se imaginan eso? Qué estupidez; aquí pasa lo mismo, uno escucha una estupidez que te deja pensando y puede ser verdad pero una cosa no quita la otra y sabemos cómo es el rey. Nunca debes hacer perder el tiempo a los reyes.
―Entiendo, aunque será divertido saber lo de tu informante – Chica se levantó de la mesa – tengo asuntos pendientes con algunas personitas, debo matar a ese cobarde, nadie se escapa de mí, así que se rápido, te concederé unos minutos – Fede sonrió.
―Claro, claro, es mi amigo, no creo que deba aclarar que todo esto debe permanecer en las sombras. Sobre todo tú Lily que siempre le dices a la gente todo eso, casi no se te puede confiar nada.
―Te prometo por Dios que esta vez será diferente, ahora seré como un baúl con llave.
Chica estaba un poco en dudas sobre todo esto, sabía perfectamente que era una mentira, algo que se inventaban para verse más rudos o hacerse los interesante, conocía un montón de personas así, pero esto podía ser diferente, no perdía nada intentándolo, Freddy estaba con ese chico en su cuarto enseñándole cosas, podía tomarse un descanso mientras tanto. Además podía ser cierto, había una minúscula posibilidad que lo fuera pero debía tomarla, no arriesga nada y lo puede ganar todo. Una parte de ella hacía todo esto como venganza, para poder matar a esa persona, para ella un combate no termina hasta que alguno de los dos termine noqueado o muerto y otra parte lo hacía por cariño a Freddy, sabía que era una amenaza para el pequeño príncipe, no iba a dejar que lo lastimen. Sabía que las personas que se enfrentaban eran diferente, estaban en otra liga que ella nunca había enfrentado pero no podía simplemente quedarse congelada mientras los otros atacaban, Freddy era alguien cariñoso y buena persona, era de las pocas personas en las que ella confiaba y le daba cierta ternurita; ya no simplemente lo defendía porque su vida posiblemente dependiera de ello, también porque lo consideraba un amigo o un familiar chiquito que debía cuidar. Ambas siguieron a Fede que las llevó a la cocina, este hizo esperar a ambas mientras hablaba con su informante, persona que no dejo ver y que solo iban a charlar si esa persona misteriosa quería, mientras tanto ambos se quedaban esperando.
―Tengo una pregunta. Se que eres fuerte y segura de ti mismo pero ¿no le tienes miedo a la muerte? En todas las peleas que te enfrentas podrías morir.
―Si en mitad de una pelea pienso que voy a morir, seguramente voy a morir. En una pelea uno nunca debe pensar en otra cosa, jamás bajar la guarda, si pienso que voy a perder y que será mi final me congelaré y ahí si moriré, mi rival aprovechará ese momento para matarme.
―Sí, supongo que sí pero me refiero a antes de una pelea o después ¿no piensas jamás en la muerte? Cada día das tu vida por todo eso, no tienes miedo algún día morir.
―Todos moriremos, al final no importa cómo vamos a morir, solo importa escoger como vivir. Sí he pensado en la muerte más de una vez, es aterradora pero me gusta vencerla o engañarla, me gusta pelear y mostrar lo mejor de mí, cazar a mis enemigos y demostrar quién gana, así es mi vida y si algún día muero, espero que sea dándolo todo. La muerte no me importa, no tengo otra razón de vivir más allá de pelear y caminar por el castillo, de ver el sol iluminar todo este lugar. Además me pagan bastante bien por mi trabajo, aquí es vida, es un lujo y me encanta, todo mi esfuerzo al final se devuelve – Lily chasqueó los dedos y sonrió.
―Tengo una idea, una idea para una pintura, debería pintarte a ti – Chica la miró confundida – tú eres impresionante y debería haber una pintura sobre ti.
―No me interesa, pero eres mi amiga y me vas a seguir insistiendo hasta que lo hagas así que lo terminaré haciendo, primero voy a encargarme de esto y luego estoy en tu pintura o algo así.
―Chicas, ya estoy aquí, ya podemos pasar – ambas caminaron y vieron a su informante cortando algunas verduras.
―Hola chicas ¿cómo están? Fede me dijo que querían hablar conmigo.
Town, el mejor cocinero del castillo, nadie conoce bien de donde es pero todos están de acuerdo que viene de un pueblo bastante lejos, un pueblo sin nombre y que por alguna razón llego al castillo. Su talento para la cocina está a otro nivel, nadie lo puede alcanzar y su comida puede satisfacer a los reyes, algo que es muy complicado pero él tiene un don natural para la cocina pero lo que más resalta en él es su buen corazón, es alguien gentil y tierno incluso con los animales, siempre evita el camino de la violencia y ayuda a los otros; odia con todo su corazón hacer algo malvado y odia cuando la vida lo obliga recorrer ese camino. Hay personas que siempre se quieren aprovechar de él y a veces se deja aunque tarde o temprano te va a parar la cara, te va a detener o simplemente dejará de ayudarte aunque le duela; es amigo de casi todo el mundo, cuando puede ayuda los demás sin recibir nada a cambio y se sienta a escuchar las historias de los demás. Hay muchas hazañas buenas que puedo nombrar que ha hecho él pero eso no nos interesa ahora, quizás después le cuento más sobre él, lo que nos importa es que Town siempre ha sido un baúl de historias, algunas falsas y otras verdaderas, depende de quien las haya escuchado y por eso estaban ahí, era el informante de Fede, un amigo que le contaba todo lo que le pasaba y Fede escuchaba con atención.
―Fede menciono algo sobre los intrusos del lugar, que sabes algo – por un momento Town dejo de moverse, se detuvo y miró fijamente el vacío.
―No sé lo que sé, simplemente he escuchado historias por aquí y por allá y le conté a Fede lo que escuché, es algo interesante pero pueden ser mentiras, conocemos la boca de las personas, tan falsas y dañinas. Con gusto les diré que escuché pero no me hago responsable si esto escala a mayores, simplemente les voy a contar un cuento.
―Y te lo agradezco, te prometo que no le contaré a nadie, es una promesa.
―Yo a veces voy a los barrios bajos, como saben tengo una vida fuera del castillo, a veces cocino para otras personas y eso me ha dado cierta protección ¿quién mataría a una persona que ayuda a todo el mundo? Además que sin mí la mayoría de esa gente no comería, los bandidos me adoran y me protegen de otros problemas, aunque yo no quiera. El caso es que uno de esos días, donde cocinaba con lo que tenía, que en realidad era casi nada, escuché algo interesante, algo imposible, escuché que alguien entró al castillo y robo ciertas cosas, la chica que me contaba esto estaba extasiada, con una sonrisa mientras parecía hablar a la nada dijo cosas interesantes, cosas que quizás no debió haber dicho – Town se acercó a ellos para asegurarse que nadie los escuchará – lo que dijo es algo muy extraño. Según ella conoce a un sujeto capaz de llevar donde quiera, entrar a cualquier habitación sin que nadie se dé cuenta, un brujo asegura ella y con su ayuda pudo entrar al castillo. Dijo robar unos cuantos objetos y hacer equipo con un chico con el pelo blanco o gris, en realidad dijo color cenizas pero ni idea que color es ese, dijo algo más interesante, ten… - Chica abrió los ojos y empezó a creer que todo lo que dijo era verdad o por lo menos había algo de verdad. El chico no le mentía y era obvio pero ¿la chica? Posiblemente era una mentira, podría ser una mentira.
―Un chico con una X en la cara como un pelotudo, piel morena y ojos ¿verdes? ¿amarrillos? – respondió ella, aunque no parecía hablar con ellos sino con ella misma, pensando en voz alta.
―Creo que sí, creo que sí – dijo Town algo confundido – pero todo esto es una mentira ¿verdad? – volvió a tener el mismo tono de siempre – digo ¿brujos? Se que existen pero no se encuentran seguidos, solo conozco a dos y ambos son manejados por los reyes. No puede ser cierto ¿verdad? Aunque eso diga la verdad de muchas cosas pero vamos, no es la primera que dice algo así, que se cuelga los logros de otros.
―¿Cómo era la chica? ¿dónde la encontraste? – Town la miró preocupado.
―Yo no… - inmediatamente se mordió la lengua y miro hacia abajo – por favor no me digas que es verdad, no quiero que nadie salga lastimado – Chica le puso una mano en su hombro.
―Puede ser mentira, obviamente es mentira pero conoce a quien me lastimó, debemos hablar con ella. Debo hablar con ella personalmente y te prometo que nadie saldrá herido, nadie – él no levantó su mirada, no quería hacerlo pero tenía que hacerlo, se maldijo así mismo por ser tan imbécil.
―Le dicen Meg, no sé si es su nombre o es un apodo, ahí abajo todos tienen un apodo, hasta yo tengo uno. Normalmente va a una taberna a ahogar sus penas y ahí la encuentras fácilmente. La dueña de la taberna es muy amiga de ella, una chica rubia con ojos azules y tiene un amigo de cabello azul, normalmente los tres están juntos por la noche, hablando y bebiendo; bueno solo ella bebe. Es algo bajita, normalmente esta amargado o enojada, si es que no está borracha, solo tiene un ojo de color amarrillo y es muy agresiva, si van a hablarle asegúrate ser muy amable o tener un arma cerca. La otra forma de reconocerla es con su cabello, totalmente blanco que tapa su ojo. Es lo único que la diferencia de todo el mundo y creo que la pueden encontrar, aunque no es alguien amable y esos lugares no son lo mejor, ahí hay personas desesperadas, personas con miedo, personas que no tienen otra opción y deciden escoger el camino sin retorno, el de la oscuridad – Chica le sonrió, en la forma en la que hablaba parecía que enserio creía eso, pensó que era alguien no había vivido lo suficiente, que jamás se había ensuciado las manos.
―Mira Town, eres una buena persona y lo sabes pero me preocupo por ti, por todo el mundo. Ya sabes lo que paso aquí, todo el mundo lo sabe y tengo miedo, no por mí, tengo miedo por Freddy, es un niño dulce cómo tú. Quiero que me disculpes pero si de alguna manera puedo evitar problemas para él, lo haré. Te digo esto porque tú puedes salir lastimado en todo esto, será fácil descubrir quien abrió la boca y no te lo mereces, eres un buen chico; lamento por lo que haré pero tengo que hacerlo.
―No te preocupes, yo debería disculparme – Town levantó la mirada, tenía los ojos vidriosos – debí contarle eso a alguien más inteligente que yo, pero es que eso sonaba a un delirio, a una manifestación del infierno o a alguien que ha leído demasiado y se cree todo lo que le cuentan. Suena a lo que diría un trovador para que le dieras una moneda.
―Gracias por todo, te prometo que todo saldrá bien – ella salió de ahí y camino por todo el castillo, sin rumbo aparente. Sus amigos la siguieron detrás de ella algo confundidos.
―¿Qué acaba de pasar? – dijo Lily algo confundida.
―Que la persona que nombró fue quien me lastimó y todo lo que dijo esa chica es verdad ¿cómo lo sabe? No tengo ni idea pero tengo que averiguarlo. Por cierto no le digan nada de esto a nadie, jamás.
―Claro que no pero ¿por qué? Deberíamos detenernos y hablar sobre esto – Chica se detuvo en seco.
―Miren, les diré una cosa muy privada y mi confianza es una, la pierden y no la recuperan. Hay alguna rata adentro, alguien está dando información del castillo a nuestros enemigos o eso sospecha el rey; no sé si es real o no pero si el rey lo dice, debe de serlo. No quiero que nada de esto se sepa, para nada – chica giró un poco el cuello hacia la izquierda para apenas mirarlos – descubro que algo de esto se sabe por los pasillos del castillo los mato y no me importan si me cortan luego el cuello, los mataré de la forma más lenta y dolorosa posible – Ambos sintieron miedo, por su tono y la expresión que tenía parecía hablar enserio.
―Sí, sí – dijeron ambos nerviosos.
―Gracias, de verdad – ella volvió a mirar hacia adelante y antes de volver a caminar decidió decirles otra cosa – por cierto, vigilen a Town muy de cerca.
―¿Crees que es la rata? – esa idea hizo sonreír a chica.
―No Fede, no lo creo, es demasiado estúpido para serlo, el problema es que es demasiado estúpido y puede soltar algo que no quiere, parece muy inocente y la gente se aprovecha de eso. No creo que sea el informante o no directamente pero alguien se puede aprovechar de él o se está aprovechando. Además lo que dije es enserio, por lo que yo pueda hacer él puede sufrir. Cuídenlo por mí y gracias amigos, creo que nunca se los agradecí.
Chica volvió a caminar por los pasillos del castillo, no quería hacer lo que iba a hacer, él era solo un chico insoportable además de tener poderes diabólicos y a veces era bastante irritante pero sabía que era el único que sabía sobre esas cosas mágicas, era el único en quien podía confiar para descubrir eso, no quería aceptarlo pero lo necesitaba. Contra su voluntad fue a su habitación, en la misma pared de hace unas semanas, la misma pared donde lo conoció, o eso esperaba; toco tres veces a la pared y esta empezó a abrirse para mostrar la misma habitación de hace unas semanas, nada había cambiado, excepto por el chico que estaba leyendo un libro.
―Necesitamos hablar.
Chapter 33: Titiritero fantasmal
Chapter Text
Todos conocemos la hermosa casa de Usagui y Loon, por lo menos la de sus hijos ya que hace años que han muerto, pero todos hemos visto esa grande mansión, la cosa más grande que hemos visto sin contar los castillo o iglesias y ustedes no me lo van a negar que esos lugares se parecen a las mansiones embrujadas de las historias, donde fantasmas o demonios acechan en la oscuridad y todo el que entra muere. Bueno esta historia se parece un poco a esas historias, todo inicia en una desolada casa, una casa gigante donde pocas personas vivían adentro, solo algunos empleados y toda la familia de Loon, aunque parezca que es una gran familia la realidad es que no, por lo menos no tan grande comparada con la casa que había muchas habitaciones vacías sin importar cuantas personas estuvieran ahí. Normalmente no vivían más de quince personas, la mayoría de ellas aun trabajaban pero no en la mina, eso lo dejaba solo al heredero, al más inteligente y el más capacitado, los otros trabajan en otros lugares que eran heredados por sus padres, tíos o incluso primos, eso sí tenías que ser inteligente y saber manejar el lugar, sí eras un vago te sacaban de la casa o te ponían a trabajar en la cocina. Una de esas noches en la habitación de Loon, este estaba viendo algunas cosas, sus anotaciones de todo lo que pasaba en la mina y se sentía un poco aliviado, los ingresos que tenían eran mayores a los gastos y esto no paraba de aumentar, aunque esto solo era un golpe de suerte y era momento de hacer lo más importante, distribuir. Un rico no se hace rico solo consiguiendo mucho dinero, eso lo puede hacer cualquiera con un poco de suerte, la diferencia de un rico de verdad y nosotros es que el rico si sabe en que gastarse la plata, sí se va a comprar el mejor caballo en el mercado pero siempre va a guardar un poco de dinero por si acaso, la suerte te puede quitar todo y un rico siempre tiene reservas por si esto pasa.
―Es cierto que tenemos problemas con las herramientas, ya están muy viejas y deberíamos cambiarlas, aun podemos pagarle a todo el mundo el mismo precio de siempre y quizás mejorar las carrosas, algunas necesitan unos arreglos. Los caballos pueden aguantar, no compraremos alguno nuevo pero quizás deba guardar un pequeño fondo por si acaso, los caballos son como los humanos y en cualquier momento puede morirse, deberíamos prepararnos para cambiarlos, por lo menos la suficiente plata para cambiar a tres caballos. No cualquier caballo y tampoco los mejores pero si algunos aceptables… - Loon era el encargado de eso, era quien tenía la palabra en cómo iba a distribuir el dinero en su negoció, que se iba guarda y para qué, como se iba a invertir el dinero – quizás deberíamos guardar un poco de dinero por si los trabajadores tienen un accidente. Owynn me dijo que exploraban una mina algo peligrosa y que se podría derrumbar en cualquier momento, pensemos en lo peor, si esto sucede, debemos hacer un incentivo para que lo saquen, por lo menos su cuerpo y… - él empezó a hacer cálculos, cálculos que para cualquiera de nosotros es imposible, había estado horas y horas viendo un triste papel mientras con tinta y una pluma escribía algunas cosas, frases pequeñas que lo ayudaban a recordar – nuestra ganancia será menos que la del mes pasado pero no creo que a Usagi le importe, mientras las minas sigan siendo nuestras a ella poco le importa.
Un ser con piel pálida se puso detrás de él, Loon no la había notado, cada vez que hacia su trabajo se sumergía en un mundo totalmente ajeno al nuestro, no sentía cansancio, hambre o sed, tampoco sentía las horas pasar, estaba en un trance que no terminaba hasta que haya hecho visto todas las rutas posibles, todo lo trágico y como impedirlo o si pasa como repararlo. Siempre pensaba lo peor y con los años ha descubierto a como evitar problemas o solucionarlos. Aunque Loon no estuviera en ese estado, todos sabemos que un fantasma es imposible de oír excepto si ese fantasma quiere que lo escuchemos, así que ese fantasma estiro su mano totalmente blanca y huesuda y se puso en el hombro de Loon, lo que lo hizo dar un pequeño brinco y cerrar los ojos.
―Si que eres muy inteligente guapo y lo siento por entrar aquí pero no dejaba de pensar en ti – Loon prácticamente quedó paralizado. El ser humano tiene dos maneras de afrontar el peligro, pelear o correr, aunque esto es una mentira ya que en realidad existe una tercera y una un poco tonta y es la de quedarse paralizado, si yo no hago nada no me hará daño. Ese camino fue el que escogió Loon – te vez tan tierno cuando haces eso, tan quietito como un niño – dijo ese fantasma mientras le acariciaba la mejilla con delicadeza con una pequeña sonrisa – no te creas, soy yo, no te haré daño aunque ya deberías saberlo por mi voz.
―Puppet ¿qué haces…? – dijo algo temeroso, su voz temblaba y tartamudeaba, le había pegado el susto de su vida, de nuevo.
―Además que eres alguien muy guapo y que me encanta verte y la forma en que reaccionas al verme, es muy chistosa – dijo con una sonrisa – hay cosas que debemos hablar, algo muy serio y bueno ustedes son mis únicos que me pagan por el momento, las otras personas lo podríamos llamar mis jefes, han muerto misteriosamente, ustedes son los únicos que me quedan. No es por sentimentalismo es que si ustedes mueren no tengo nada de comer y hay cosas que debemos saber – Loon volvió a reaccionar y miró a la chica, estaba demasiado golpeada.
―Pero ¿qué te paso? ¿te has visto? – dijo Loon preocupado mientras se levantaba de su asiento.
―Esto no es nada, apenas si lo siento – Loon no le creyó, ni si quiera ella misma pudo hacerlo – está bien, me duele un montón pero está bien, me recuperare.
―No, yo… - él se devolvió y miró por la habitación – debo tener algo por aquí, algo que podamos hacer.
―Tranquilo, estoy bien gracias – Puppet seguía sonriendo, era un chico raro y eso le encantaba además cuando le coqueteaba se ponía demasiado nervioso y eso le gustaba a ella.
―No voy a recibir un no como respuesta, voy a ayudarte – Puppet sonrió coquetamente hacia él aunque él no le prestaba atención.
―Me pregunto a donde fue ese niño que apenas me hablaba y se ponía nervioso ante mi presencia – Loon no supo que responder, simplemente se sonrojo y siguió buscando.
―Aquí estás – Puppet sintió curiosidad, él se acercó de nuevo a ella con una cajita pequeña nervioso – no soy experto en medicina en realidad, de hecho no sé si funcione pero hay que probar algo ¿no? Los sacerdotes lo utilizan en la gente y estos se sienten mejor, quizás funcione contigo – Loon volvió a ser de nuevo ese niño tímido que ni siquiera podía mirarla a la cara.
―Qué bonito gesto pero estoy bien – Puppet le puso su mano suavemente en la cabeza y le despeino – debemos hablar de cosas importantes.
―Ya te he dicho que lo haré, nadie en esta casa va a morir si puedo evitarlo y me sentiría culpable – Loon tenía un notable sonrojo pero aun así no sé quedo paralizado y abrió la caja, adentró había algunas hierbas medicinales – me puedes contar lo que sea mientras hago esto.
―Bien, al final tú eres el jefe – Puppet se acercó un poco a la oreja – y tengo que hacer todo lo que tú me digas – esto hizo estremeces a Loon, ella se alejó y con una sonrisa – ahora si hablemos enserio, ya se quién es la persona que ha estado robándole a las otras personas y bueno él me dejo así – no podía decirle la verdad a ese pequeño chico ¿cómo le explicaba que le había roto ambas piernas y luego de unas horas estaban casi como nuevas? Era más fácil mentir – no sé quién es, jamás he visto su cara en mi vida, incluso puede ser extranjero, no ser de acá realmente. Me lo encontré en persona y es diferente a todo lo que me podía imaginar.
―¿Ustedes pelearon? – dijo Loon con cierta timidez y al mismo tiempo concentrado en su trabajo.
―Yo no llamaría pelea lo que me paso, en una pelea ambas partes están niveladas y cualquiera puede ganar, yo nunca tuve posibilidad en ganarle realmente, fui humillada. Lo intenté matar en cuando lo vi pero me fue imposible y se enojó tanto que lastimó a mi hermana y mató a mis jefes, las personas que me pagaban para que le hiciera algo.
―Estamos en peligro – Loon la miró algo asustado.
―Si sigues con vida significa que no, mato a todos de maneras horribles, por eso vine aquí a comprobar si estabas vivo – esto no calmo para nada a Loon – tengo dos posibles respuestas a que ustedes sigan con vida, una es que no los conoce, no sabía que trabajo con ustedes, que los conozco o la segunda y la más probable es que matarlos a ustedes genere algún problema, son importantes para todo el reino y para el rey mismo, desaparecen provocaría que llame mucho la atención, algo que él no quieren.
―Espera un minuto, algo que no entiendo es ¿cómo ese sujeto mato a todos tus jefes y cómo te venció? Has estado dos veces a mi espalda y no lo he ni notado – la formula estaba casi lista, faltaba algunos toques para estar completa.
―Ahí viene lo aterrador y es que la persona que ha estado manejando todos estos hilos ha sido un brujo, él es la cabeza de todo y bueno, brujo le gana a humano. Me sigo preguntando porque me dejo con vida.
―¿Brujo? ¿esos que tienen los reyes en su castillo para ayudarlos? No pensé que hubiese más de dos.
―Hay muchos más que solo dos, dicen que son quince por reino o algo por el estilo pero tienen una vida alejada y normal, no se meten en problemas con la gente, aunque este no es el caso, no sé qué quiere él ya que puede conseguir dinero simplemente haciéndolo desde cero; creo que pueden hacerlo.
―Un brujo. Un humano con una fracción del poder de Dios – dijo Loon algo asustado.
―Eso dice la gente y es verdad, lo he visto con mis ojos y eso está más cerca de ser un Dios que ser un humano. Lo más importante es saber porque me dejo vivo, debe haber una razón además de la suerte ¿un mensaje? – Loon le paso una jarra con un líquido raro.
―¿Qué es eso? No se ve rico y huele horrible.
―Es medicina, algunos sacerdotes lo utilizan para ayudar sin recibir nada a cambio, es bastante saludable y te ayuda a tu cuerpo. No te va a curar de la noche a la mañana pero todo el dolor va a desaparecer en un momento.
―¿Enserio? – Loon la miro a los ojos, solo un momento y le sonrió un poco – eres un manipulador ¿sabes eso? Eres un gran manipulador – ella agarró la jarra y se tomó el líquido que había adentro – que asco, sabe horrible, sabía que el amor hacía daño pero no creí que tanto – ella empezó a toser por el mal sabor que le dejo y Loon se sonrojo al escuchar esas palabras – ya sabes la verdad, solo cuéntale a las personas de confianza sobre esto, es alguien muy peligroso y no quiero que mueran por mi culpa, son gente buena o por lo menos decentes y no merecen morir. Solo cuidado siempre, no sabemos si quiere hacerles daño o no.
―Vas a seguir buscándolo ¿verdad? – dijo Loon preocupado.
―No quiero pero lo haré, no quiero que ustedes salgan lastimados, no se lo permitiré y vivir con miedo no es una opción. Solo tengan cuidado – Loon le soltó una pequeña sonrisa.
―Sabes, te podemos ayudar al final es… - Loon escuchó las puertas abrirse, rápidamente se giró hacia atrás para ver quien entraba aterrado.
―Oye Loon ¿sabes dónde está el anillo de tu padre? – Loon miro un momento donde estaba Puppet y vio que había desaparecido, lo cual lo dejo muy confundido.
―Mamá, él nunca entra aquí y lo sabes y deberías tocar antes de entrar. Estoy haciendo cuentas en la mina.
―Eres igualito a él, siempre se encerraba a hacer cosas de la mina, estaba tan orgulloso de eso y está contento que tú hayas seguido ese camino, incluso dice que eres mejor que él. Solo no dejes que te consuma hijo – la madre salió de la habitación – y tienes razón, él nunca entra aquí. Además ya es hora que empieces a hablar alguien, a darnos hijos – eso hizo sonrojar a Loon.
―¡Mamá! Por favor déjame solo mientras hago esto, luego los ayudo – Loon cerró las puertas de su habitación.
―Vaya, ya veo de quien salió tu belleza – Loon rápidamente se giró y la vio en el mismo lugar.
―¿Cómo? ¿cómo? – Puppet simplemente sonrió.
―Gracias por todo pequeño, nos veremos después – ella se acercó y le dio un beso en la mejilla – por cierto, te estás enamorando de un fantasma, cuidado que no sabes cuando nosotros podemos desaparecer – dijo ella mientras se acercaba a la ventana – te seguiré hablando seguido y te vigilaré, ten cuidado guapo, aunque este muerta aún tengo una lagrima que dar – ella se lanzó por la ventana, él rápidamente se acercó a la ventana en intento verla pero no la encontró.
―Vaya, que chica tan rara – dijo con una pequeña sonrisa, agradeció tener esta espectral visita.
Aunque muchos cuentan la historia hasta aquí, en realidad hay algo más, a la mañana siguiente se encontró con Usagi y primero le dijo lo importante, que debían hacer este mes y que pasaba en la mina, hablaban de números y cosas que no nos importan y a Usagi tampoco, confiaba en su amigo y sabía que él hacia su mayor esfuerzo y lo que dijera era lo mejor para todos, pero aun así tenía que siempre estar informada. Aunque lo que más llamó la atención a ella es que su amigo estaba un poquito más animado y andaba con una sonrisa, sabía que manejar la mina y hablar sobre números y su futuro lo animaba a él pero no tanto.
―Y eso sería todo – Usagi le sonrió.
―No te merezco, la verdad es que no te merezco, eres tan inteligente.
―Cómo tú dijiste alguna vez, ambos nos complementamos – Loon miró hacia los lados – aunque tenemos algo que hablar, algo que debemos hablar con Owynn y creo que es importante. Ayer me encontré con Puppet y me dijo algo interesante pero creo que debemos estar los tres.
No tardo mucho en venir el tercer compañero, Loon no tardó en explicar con detalle todo lo que paso, evitando el coqueteo que ella le hacía o cuando de repente desapareció. Usagi estaba preocupada, algo asustada; su familia siempre le había enseñado de todo, sobre todo de historia, le enseñaron a que solo hay tres personas que debes temerle, a Dios, al rey y a los magos y saber que había un mago causando problemas en la ciudad no la dejaba nada tranquila. Estaba un poco asustada y nerviosa, todo lo que había construido lo podía destruir una persona con solo pensarlo, aunque un pensamiento la hacía calmar, si todavía no ha llegado hasta aquí es porque no tiene interés, podrían estar seguros pero ¿hasta cuándo? No podía contarle a nadie ya que suena como una locura, era una locura. Owynn simplemente estuvo relajado con una sonrisa, pensaba que lo llamaban por algo más importante no por algo tan simple, no le tenía miedo a ningún mago o brujo o demonio, sabía que él a puño limpios le podía ganar, incluso con los ojos cerrados, sabía que no tenía nada que preocuparse, no creía que ese brujo malvado y aterrador los atacaría, le parecía simplemente la mejor broma que le habían contado.
―¿Esto es enserio? – dijo Owynn con una pequeña sonrisa – los brujos no existen, no hay nadie que levanté a las personas, que vuelen con escobas o que cambie de posiciones con las personas. La magia no existe – sus compañeros lo miraron algo confundidos.
―¿Jamás has escuchado de ellos? – Owynn al ver que ellos se tomaban muy enserio esto dejo de sonreí.
―Esto no puede ser real ¿verdad? ¿verdad? – ninguno de los dos sonrió – por lo que veo si es real – él se quedó callado, pensando – bueno, si alguien les hace daño pasará por encima de mí, le ganaré.
―¿No has oído hablar de los brujos? – Owynn se encogió de hombro – creo que debemos contarte una pequeña historia, todo esto que te contaré es real y hace parte de nuestra historia.
Chapter 34: La noche más oscura
Chapter Text
La tormenta perfecta se da por muchos factores, aunque se diga que las tormentas destruyen todo y nadie sale ganando, eso es mentira, existe las tormentas perfectas, todo se pone en su lugar para que alguien aproveche del sufrimiento de la gente para lograr sus metas personales y a notros nos destruya, todos hemos vivido una tormenta perfecta aunque no nos hemos dado cuenta, todo se da tan preciso para hacernos sufrir. Esa tormenta perfecta, una tormenta que duraría años empezó en la noche más oscura, ahí siempre inicia las tormentas, en la oscuridad. Había dos amigos, dos hermanos se podría decir, en la misma sala, dos personas que harían todo por el otro y que no eran ricos, eran bastantes pobres y su vida era de bandidos, su moral era escasa. Ambos se encontraban en la misma habitación, aunque uno de ellos guardaba un secreto que poco a poco le estaba pesando, no quería decirle a su amiga, a su hermana hasta poder solucionarlo o no tener más opción, no quería preocuparla y no iba a dejarse ganar sin pelear. Esa era la tormenta perfecta, dos hermanos capaces de hacer todo sobre el otro, ambos con escasa moral y uno de ellos guardaba un secreto, de esos que a veces es mejor guardar hasta que no puedas más, solo necesitaba un poco de viento para que la tormenta empezara y en la noche más oscura para ellos había viento para que todo se empezara a mover, para que el cielo les cayera encima de ellos.
―Sabes, deberíamos hacer esto, todo el mundo lo está haciendo, nosotros deberíamos intentarlo también, ganaríamos más.
―¿Por qué de repente estás tan obsesionado con el tema? Vivimos bien con lo que tenemos, el riesgo es demasiado y las ganancias son pocas ¿por qué quieres más? Está fuera de nuestro alcance, pueden llevar armas de verdad o puede que nos atrapen. No creo que sea el mejor para nosotros – ella estaba enojada, la propuesta de su amigo la había desconcertado, eran algo tan anormal que no tenía sentido.
―Todo el mundo está haciendo esto, deberíamos también ganar algo, es simple. Todo el mundo lo hace ¿por qué no me puedes apoyar? – él también estaba algo enojado, tampoco tanto ya que era casi imposible enojarse con ella pero había un fuego dentro de él, un fuego que lo molestaba y que no quería compartir.
―¿Qué nunca te apoyo? ¿quieres que te recuerdes todas las veces que te he apoyado? Estoy siempre a tu lado, te sigo donde sea e incluso te levantó cuando te tiran al suelo ¡Siempre te he apoyado! ¡todo el tiempo! Pero tenemos que tener los pies en la tierra y lo que dices es una locura. Quiero apoyarte pero no puedo, no puedo.
―No es justo – él se levantó y se iba a ir.
―Spring espera ¡Espera! – ella lo detuvo antes de que saliera de su casa – sé que algo te está pesando, lo veo en tus ojos, pensé que era algo pequeño como un estornudo o la decepción que te llega cada mes al ver en la vida en la que estás, pero esto es peor. Te comportas diferente y ¿ahora esto? Debes decirme las cosas, soy tu amiga, siempre te apoyaré y lo sabes. No tienes que cargar con esto tú solo – él simplemente suspiró y decidió volverse a sentar, sabía que solo había una manera de convencerla pero no iba a ser buena.
―Mira, lo que hago es lo mejor para todos, para nosotros y quiero ahorrarte muchas molestias. Solo por favor apóyame.
―Necesito saber, necesito saber. Puedes huir como un cobarde y está bien pero no te ayudaré, toda relación está construida en confianza, dime.
―Lo siento, Meg. Hay cosas que nunca te he dicho, ya deberías saberlo pero esta es la peor de todas ¿aun así quieres seguir? – ella se enojó ante esta pregunta estúpida.
―¿Después de lo que me has dicho? Obvio que quiero seguir, hasta el final – él suspiró y cerró los ojos, no quería ver la reacción con su amiga.
―Me estoy muriendo Meg, no sé lo que es y no creo que se pueda curar de maneras convencionales pero me estoy muriendo. Es algo bastante jodido ya que apenas puedo hacer cosas, me duele levantarme y me tiembla todo el cuerpo, siento como poco a poco pierdo el control de mi cuerpo; me duele el pecho al levantarme y a veces vomito. No puedo pagarme al doctor y no sé qué es lo que me pasa y ya intenté de todo, ya fui donde los monjes a probar su remedio milagroso y no mejoro, me sentí mejor pero a los días volvió. Cada vez es peor y peor, nada lo cura solo lo puedo retrasar, solo puedo dar un poco de tiempo, unos días antes de que muera. Obviamente los ruegos y los rezos no servirán, ya estoy manchado hasta el alma, para que él de arriba me perdone tendré que pasar toda mi vida en iglesias rezando y dándole las cosas al prójimo o algo por el estilo; yo no soy así y él y yo sabemos que lo haré. Puedo seguir diciendo todo lo que me pasa pero te haría sentir peor ¿estás bien? – él abrió los ojos, miro un momento a la chica y luego la agarró suavemente la mano – Meg lo siento por ocultártelo pero sabía que te pondrías así, me estoy muriendo.
Esas simples tres palabras destruyeron el mundo de ella, todo lo que había construido se había acabado, no sé lo podía creer, no puede ser, no puede ser. Su amigo jamás bromearía con algo tan delicado, jamás le mentiría y menos con algo tan grave, no la engañaría. No puede ser, no puede ser, es todo lo que ella se repetía mientras él hablaba, realmente ella no lo estaba escuchando, estaba intentando procesar todo lo que había pasado y preguntándose ¿desde cuándo? ¿qué pasaría después? ¿hay una salida a todo esto? Su cuerpo estaba inmóvil pero las ideas le llegaban a la cabeza, se movían por todo el cuerpo, no se detenían y la abrumaban, ahora iba a perder a alguien que le importaba y ¿qué podía hacer ella? No puede ser, no puede ser.
―No te preocupes tanto, seguiremos adelante – ella apenas lo miró y soltó algunas palabras con la voz apagada.
―Quizás podemos… - él ya recorrió ese camino varias noches, un recorrido que no le trajo nada bueno y que no quería que su amiga pasará por lo mismo, tantas noches gastadas pensando en un intentó más por respirar sin éxito.
―Tranquila, tranquila ¿me estás escuchando? Todo lo que ya se te ha ocurrido se me ha ocurrido a mí, ya lo intenté todo, todo. Claro que hay una pequeña posibilidad que todo esto sea mentira pero amanecer tosiendo sangre no es algo para llevarse a la ligera. No quiero que te preocupes ya que yo he estado en esa posición. No hay una salida. Quizás todo sea una mentira pequeña o una estafa pero he encontrado una solución, aunque suene una mentira – ella lo miró fijamente, con miedo y con pesar.
―¿Cómo? – en ese momento empezó a escuchar un pitido que le molestaba y sentía que en cualquier momento iba caer al suelo. Sentía náuseas y su saliva sabía a hierro, su alma era atormentada por las ideas que la atravesaban como espadas.
―Conocí a un tipo que puede hacerlo, que puede curarme. Antes de que me digas algo negativo él me explicó que es lo que tenía de una forma bastante simple que hasta yo entendí ¿me escuchas Meg? – ella estaba pálida y empezó a sudar – Tengo un lobo adentro de mí y no es mi animal espiritual o algo por el estilo, es algo que poco a poco se come mi interior, algo llamado hígado o algo por el estilo, poco a poco ese lobo me arranca un pedazo de mi hasta que no pueda soportar. Es una bestia que me acabará por dentro ¿estás bien? – esa idea hizo empeorar a Meg, su alma estaba siendo atravesada por miedos y por las dudas, estaban arrastrándola a un pozo oscuro – él hizo algo, algo que no entiendo pero me sentí mejor, mucho mejor y ya no me dolía el cuerpo, era impresionante; me explico que me podía curar si tan solo le hacía un favor, un favor pequeño. Por eso te necesito, quiero pelear por esta vida, quiero pelear para estar junto a ti, quiero pelear por ti.
―¿Crees que esto te va a ayudar? – ella le miro la mano del chico, lo suave que era, como cada movimiento que hacía era con delicadeza para tranquilizarla, algo que nunca lograría pero ella apreciaba el gesto. Otras preguntas le atravesaron en el pecho ¿cuánto tiempo le queda? ¿qué haré cuando me haga faltas sus manos? ¿quién me tratará como lo hace él? Su garganta se cerraba y las lágrimas empezaban a salir por su ojo.
―No lo sé, sinceramente no lo sé pero ¿qué perdemos intentándolo? No seremos los primeros y tampoco los últimos; además ya tengo un plan para eso, solo te necesito a mi lado. Por favor. Si al final solo resulta ser una estafa matamos a esa persona y le robamos todo lo que tiene, nos robamos hasta su alma y la vendemos; además todo el dinero que podamos ganar podría gastarse en un entierro para que no termine en la fosa común – esto era un chiste, algo para alegrarla pero hizo todo lo contrario.
―Yo… - ella lo miró, aún tenía ese brillo en sus ojos a pesar de todo, jamás había cambiado y ella se alegraba por eso – te apoyaré, te apoyaré. Somos amigos ¿no? Hasta el fin del mundo; hagamos tu estúpido plan, explícame que haremos – él le sonrió y luego la abrazó – no es necesario.
―Meg, si lo es, no soy tan tonto. Vamos a salir juntos de esta ¿me escuchas? Vamos a salir juntos de esto y volveremos a la vida normal, incluso a una mejor vida – fue un largo abrazo, un abrazo sincero y para alguien externo sería un abrazo demasiado largo, al punto de hacerlo hasta incomodo pero para ellos el tiempo fue insuficiente, quería estar así toda la vida – ahora nuestro plan – dijo él cuando se separaron – es bastante simple, vamos a robar el carruaje de la minería, ese que lleva las piedras preciosas; ese sujeto ya me dijo dónde va a pasar y nosotros podemos capturar y llevarnos lejos, llevarlo al punto que esa persona me dijo. Ahí nos paga y me hace lo que tenga que hacer, me cura.
―Suena bastante simple. Spring tú me enseñaste que nada es tan simple – él sonrió.
―Cierto, cierto y hay varias cosas que hay que discutir, primero que dejamos todo a la suerte y quien lleva a la persona puede ser un caballero lo cual puede complicar las cosas. Lo segundo es que él me pidió dos cosas más además de eso; en realidad fue una pero es obvio que hay algo más, esconde algo más. Primero era en no meterme con su gente, que si eso pasaba desearía estar muerto y lo segundo era estar siempre en su bando, me dijo que me va a llamar y obviamente tengo que aceptar ¿quién diría que no? Tiene a todo el mundo comiendo de su mano, es el diablo en la tierra.
―No creo que sea una buena idea… - ella miró sus ojos fijamente por un tiempo mientras se decidía que hacer, no podía abandonarlo en este momento – es obvio que va a querer más si lo logramos, va a pedir que le hagamos otros cargos pero el problema es que nos va a dejar sin pago, se hará el loco para que nosotros estemos desesperados y acetemos cualquier cosa con la esperanza de curar. No podemos simplemente acetar eso y tenemos que adelantarnos.
―Tenemos que decir que nos cure primero – ambos volvieron a sonreír.
―No una amenaza, no creo que sea tan idiota como para vernos a los dos solo, va a tener a alguien que lo proteja, no puede ser una amenaza pero hay que decirle, decirle sin que se sienta en peligro. Debemos hacer que te cure o que te sientas mejor antes de seguir con eso; lo más probable es que no lo haga de una, poco a poco para que estemos obligados a seguir trabajando para él. Cuando termine de curarte lo dejamos aún lado y cuando lo llame ahí estaremos, no con cualquier precio, no somos unos cualquiera, somos la mejor banda que existe en este lugar.
Esa fue una noche oscura para ellos, la más oscura para ellos dos y que les abrió la puerta su infierno personal pero a pesar de todo siguieron juntos, luego de esta charla ambos pasaron la noche juntos. Meg no quería dejarlo ya que no sabía cuándo lo iba a perder, quería pasar todo el tiempo junto a él, tener siempre momentos junto a él, todo lo que le quedan, fabricar recuerdos que le ayuden a soportar la perdida, si es que realmente lo perdía. Spring simplemente se dejó acompañar, no podía negarse después de todo y era lo mínimo que debía hacer después de ocultarle la verdad, de ocultarle ese malestar suyo, así es como ambos pasaron la noche más oscura, su momento más bajo hasta ahora, juntos. No importa que tan oscura sea la noche o que tan fría sea, siempre vendrá el sol cálido del siguiente día más iluminado que nunca, un nuevo sol.
Chapter 35: Pacto de sangre
Chapter Text
Pensamos que la gente va a jugar con nuestras reglas, reglas que nos imponemos a nosotros mismos, pensamos que tienen la misma cultura que nosotros y que nos van a respetar, que piensan igual que nosotros y que su tradición es igual; somos humanos y deberíamos todos llegar a la misma conclusión ¿no? Lastimosamente esto es falso y es tonto pensar que todos van a jugar con nuestras reglas, tenemos que imponérselas a la fuerza. Los piratas tenían reglas diferentes a las de nosotros, veían bien el robar y el matar al enemigo, a cualquiera que tuviera modales y la única regla que seguían era no matarse entre ellos mismos sin razón pero realmente no había castigo si esto sucede. La regla más importante es el ojo por ojo, aunque esto es una excusa para dañar al otro, ni si quiera tienes que probar que realmente esta persona te hizo algo, una vaga excusa para hacer algo y una explicación mucho más vaga. Todos los piratas son rencorosos pero rara vez se enfrentan frente a frente con sus enemigos, prefieren clavarte la espada por la espalda y luego defenderse con el pacto de sangre, una explicación mediocre; yo lo mate ya que me mato a un amigo, una mentira muchas veces y nadie le importaba si realmente era verdad, eran gajes del oficio. Hay otra regla y este es más importante, en ciertos lugares hay una paz entre piratas, puedes hacer de todo menos matarlo; torturar, abusar y golpear pero jamás matar. El castigo de todo esto es la muerte por otros piratas, dicen ser gente civilizada y la gente civilizada resuelve todo con el dialogo, los que no pueden hacer eso son inferiores y las personas inferiores merecen morir, si no te sabes comportar no mereces vivir. Aunque todo esto es la teoría, lo que los piratas se dicen pero en la práctica es un poco diferente, es cierto que no se puede matar en estos lugares y al hacerlo todos van a ir por ti, van a cortarte la cabeza y la pondrán en el puerto como recuerdo de que le pasa a los que rompen las reglas, aunque esto es un poco diferente ya que si te logras escapar de ellos no te pasará nada, incluso puedes volver una semana después y nadie se acuerda de lo que hiciste.
―No creo que este aquí, ya tiene lo que quiere y no nos va a buscar hasta que sea necesario, incluso puede haberse olvidado de nosotros ¿cuántas caras ha visto en un solo día? ¿con cuántos bandidos y piratas ha hablado? Nosotros no somos nada en la vida de él, tiene varios peces gordos que alimentar, de mantener a su lado, que lo defiendan y no le interesa gente como nosotros – el capitán Fox hablaba con seguridad y con una sonrisa pero al mismo tiempo miraba de reojo a su alrededor, como si buscara a alguien.
―No lo sé capitán, no solo me preocupa él, me preocupa muchas cosas. Aunque tienes razón, él es nuestro mayor problema pero no es el único problema, la gente anda molesta – el capitán se río.
―Deuz, los piratas siempre están molesto pero no harán nada, esto es un lugar seguro.
Los piratas después de triunfar se van a celebrar, gastan todo su dinero en reparaciones del barco, pólvora y munición para los cañones y nuevas espadas, ya con lo que queda lo gastan en vino o en mujeres, no guardan ni un centavo para el después ya que para los piratas el después no existe, no creen que vayan a vivir mucho, saben que en cualquier momento pueden morir. Nuestro capitán hizo exactamente eso pero decidió vender su antiguo bote y comprar uno nuevo mucho más grande, además de conseguir a más tripulación para poder manejar el nuevo bote, pago por todo para que se fuera imponente, nadie lo iba a enfrentar cara a cara. Por suerte le quedó media bolsa de dinero y decidió comprar vino con su tripulación, por lo menos la más importante mientras el resto cuidaba el nuevo bote.
―Pero ¿después? Soy tu mano derecha y debo pegarte en la cara para que veas la realidad. El nuevo bote me parece excesivo y la nueva gente son escoria, van a venderse al mejor postor y no sé si nosotros somos el mejor postor, ahora si obviamente pero ¿después? ¿podemos mantener todos estos lujos? Se que tienes miedo con… - él capitán Fox lo miró enojado.
―No tengo miedo, no tengo miedo de nadie, les puedo ganar a cualquiera y lo he hecho, así de simple – Deuz suspiró.
―Solo, me parce que perdiste los estribos, ya no tienes esa brújula que nos llevaba a la fortuna, ahora nos llevaba al precipicio y todo porque mencionaron algo de tu pasado. No te puedes derrumbar.
―No me estoy derrumbando, estoy mejor, de hecho mañana por la mañana vamos a aceptar un trabajo grande – el capitán se levantó con dificultades, la bebida ya le estaba afectando – somos imparables.
―¿Cuántos han dicho eso y cuantos han terminado en el fondo del mar? – dijo Deuz decepcionado.
―Ninguno tenía el talento o el carisma que yo tengo, ahora si me disculpan tengo que ir al baño, luego hablamos.
Hay formas de afrontar el miedo, la más honorable y la mejor es enfrentarlo, quedarse de pie y decirle a la cara aquí estoy, aceptar que tienes miedo pero no rendirte, todo caballero y persona de la realeza que merece ser recordado tiene que tener esa valentía, excepto los reyes que sin importar como sean siempre serán recordados, admirados y venerados. La segunda y la peor es paralizarse por el miedo, no intentar luchar, solo quedarte quieto, como un conejo enjaulado. La tercera y la más común es evitándolo, hacer cosas para no pensar en ellos, emborracharte, comprar cosas innecesarias, probar plantas alucinógenas o distraerse con el arte; todo pirata usa esta opción cuando su vida está en peligro pero no saben por quién. El capitán caminaba con dificultad, unas mujeres o alguien que parecía ser una mujer le silbaba para atraer su atención y gastar unas monedas con ella pero el capitán no necesitaba eso ahora, simplemente fue a soltar la vejiga. Se hizo enfrente de una pared lejos de todo el mundo y empezó a orinar, con la mano y la cabeza puesta en la pared para estar más cómodo y con un gran esfuerzo de no caerse por los lados. Un acto personal que no debe ser interrumpido por nadie y que deja una paz al terminar, el capitán sintió un gran alivio al soltar todo y volver a la normalidad, aún estaba borracho pero decía sentirse mejor, se sentía imparable. Cuando se subió los pantalones y se giró, alguien le dio un golpe en la cara lo que lo tiro al suelo sucio, él intentó ver quien era esa persona que lo golpeaba pero su visión era borrosa y estaba demasiado oscuro como para poder reconocer la cara, luego de sus esfuerzos por ver esa persona se sintió mareado y empezó a vomitar.
―¿Qué tenemos aquí? Un patético pirata que intenta parecer más grande – dijo una voz desconocida para él.
―Es muy bajo golpear a un hombre mientras está orinando – dijo el capitán mientras poco a poco se levantaba.
―Es igual de patético que apuñalar por la espalda, igual de patético que morir por tus manos.
―¿Qué quieres ahora? ¿quién te manda? – rápidamente el capitán Fox tiene una espada cerca del cuello.
―Tenemos un pacto de sangre que terminar, tu mataste a mi hermano ¿no te acuerdas de él? Cómo te vas a acordar si apenas te puedes mantener en pie. Vengo a pedir mi derecho de pacto de sangre, ojo por ojo.
―Y así todos nos quedamos ciegos – el capitán Fox estaba sonriendo pero al sentir el filo de la espada tocar su cuello, se quedó callado.
―Eres patético, una rata traicionera, peor que nosotros que es capaz de hacer negocios con el enemigo para sobrevivir. No eres nada, no eres nadie.
―Y aun así maté a tu hermano – sus risas fueron rápidamente interrumpidas por un golpe en la nariz.
―Tienes razón pero me encargaré de esto rápidamente, aquí, en lo oscuro, nadie nos vera y nadie te extrañara. Será como si nunca hubieras existido.
―¿Olvidas que este es un lugar santo? No puedes matar – el otro pirata levantó su espada.
―Eso no te detuvo a ti, yo estuve ahí cuando mataste a ese vendedor y salvaste a ese niño, eso no te detuvo ¿por qué me detendrá a mí? No tienes a nadie que te salve.
La vida pasa ante tus ojos cuando vas a morir, es algo que dicen todos ahora y el arte ha intentado demostrar eso, se apega a esa idea tan insulsa e insultante. Lo último que pensó el capitán Fox al ver la muerte frente a frente fue sobre su asesino, como este era mucho más grande de él, era más fuerte y lo único que podía ver era el poco pelo naranja que tenía y el feo intento de barba y luego pensó ¿voy a perder la vida tan miserablemente? Esto lo hizo sonreír, si no estuviera borracho podría reaccionar pero su cuerpo apenas se podía mover y en el momento que podría agarrar la espada ya estaría muerto.
―¿Capitán? – justo antes de que la espada le clavara en el pecho, alguien hablo a la espalda del peli naranja.
―Mierda – susurró para si mismo, miro al chico peli azul a lo lejos, estaba bastante alejado de él y si corría para matarlo rápidamente huiría y llamaría la atención de alguien. El segundo problema y la verdadera razón por la cual no lo mató fue por estar bastante lejos del barco, era básicamente un callejón sin salida y si él gritaba estaría perdido – eres un maldito con suerte, maldito – dijo guardando la espada – ahora vez pequeño, ya no tengo nada, nada – dijo mostrando sus manos – pero eso no me detiene de hacer esto – agarró al capitán Fox de la camisa y lo levantó – ya que te haces llamar Fox, un grandioso nombre para un capitán tan mediocre cómo tú, te lo voy a robar y lo mejoraré, me haré llamar Oxy ¿qué te parece? – dijo él con una sonrisa.
―Me parece que no tienes imaginación para los nombres y solo eres una copia de mí – rápidamente fue golpeado en la cara.
―Voy a disfrutar esto.
Oxy lo puso contra la pared y lo empezó a golpear una y otra vez la cara del capitán hasta que escupió sangre, ahí se detuvo y pensó que lo iba matar, sonrió y empezó a golpear en el pecho, costillas y estomago hasta que sus golpes dejaron de ser fuertes, hasta que sus manos estuvieran rojas de la sangre de sus enemigos, hasta que los nudillos estuvieron a punto de que sus nudillos estuvieron a punto de romperse. Onnie quiso hacer algo pero ese hombre era casi la mitad de alto que él y se veía bastante fuerte, sabía que nadie lo iba a ayudar hasta que mataran a su capitán y que él no podría hacer nada, por un momento se le ocurrió ir por algo para golpearlo, un ladrillo o una madera o cualquier cosa pero tenía miedo que al desaparecer este aprovechara para matarlo. Solo pudo observar aterrorizado, un observador desde una ventana, desde una torre que no podía hacer nada sin salir lastimado o muerto.
―Nos volveremos a ver, sé que sí. Cuando veas un barco ir por tu espalda yo estaré aquí. No creas que este lugar te va a salvar por siempre, tienes gente que alimentar ¿no? Tarde o temprano pagaré nuestro pacto, y quizás no solo con tu sangre – dijo mientras miraba al pequeño entrometido, el capitán Fox con las pocas fuerzas que tenía le agarró de la muñeca.
―Sí le haces algo voy a… - Recibió otro golpe en la cabeza.
―No harás nada, cobarde. Tus días están contados, no voy a quitarte mi ojo en ti, igual que un tiburón voy a cazarte por el mar – se alejó del moribundo capitán y se dirigió rápidamente donde el muchacho del pelo azul, este miro asustado un lado y al otro, quería huir pero sabía que esto solo traería más problemas. Se quedó plantado y miro fijamente a este Goliat, ignorando esos instintos que le pedía correr – mira lo pequeño que eres amigo – Oxy le puso su mano en su cabello – eres prácticamente un duende y aun así sigues aquí, te podría matar con un solo puño de lo pequeño eres pero sigues aquí. Tienes valor chico, puedes pasarte al equipo ganador – Onnie abrió la boca pero no lo dejaron responder – no digas nada, no digas nada. Solo piénsalo, pronto me darás tu respuesta amiguito. Cuida a ese borracho y no dejes que se muera o que lo maten, es mío y yo solo puedo hacer que lo maten, es mío.
Cuando ese Goliat se fue, Onnie rápidamente corrió donde su capitán, sentado y apoyado en la pared casi muerto, preocupado lo empezó a mover pero este simplemente no reaccionaba, su preocupación aumento y se insultaba por ser tan tonto y no hacer nada, pudo hacer algo, pudo hacer algo, pudo… Aún estaba respirando, eso hizo sentir un gran alivio a Onnie pero sabía que cualquiera se podría aprovechar de él en ese estado, necesitaba llevarlo con los otros. Lo intentó levantar pero este era más alto y pesado que él, era casi imposible moverlo, eran tan débil y no podía hacer nada él solo, se sentía otra vez como un niño indefenso, incapaz de hacer algo, solo podía hacer una cosa.
―¡Capitán! ¡Capitán despierte! No es momento de hacer eso ¡levántese! – él se movió un poco molesto.
―¡No tienes que gritar! Estoy a tu lado y estoy consiente – dijo algo débil – mi cabeza me duele, creo que no debí tomar todas esas botellas – él chico con lágrimas en los ojos lo abrazó – espera, que me duele, me duele – lo apartó con delicadeza – ayúdame a levantarme y a irme de aquí, vamos a encontrarnos con los demás y que me den tiempo mientras me recupero. Por favor hazlo lento y con cuidado – Onnie puso el brazo de su capitán alrededor de su cuello con delicadeza y le puso su mano en las costillas para poder levantarlo.
―Esto va a doler, a la cuenta de tres, una, dos y tres – con gran esfuerzo el capitán se pudo levantar pero hacerlo le provocó al capitán un gran dolor que lo hizo maldecirse a sí mismo.
―Esta tiene que ser una de las más grandes palizas de mi vida – estaba sonriendo aunque por dentro apenas podía con el dolor.
―¿Quién era él? – ambos empezaron a caminar lentamente hacia la luz lejos del callejón.
―No tengo ni puta idea, puede ser cualquiera, dudo que haya matado a su hermano, quizás todo sea una mentira por si alguien estaba escuchando. No creo que tenga hermano, se sentía amenazado por mí, por nosotros, hemos ganado pero el ganador también se lleva unos cuantos enemigos consigo, tiene miedo de que lo superemos, que le ganemos en su juego. Un nuevo pez llego al mar y los tiburones tienen miedo que este se los coma, son cosas que pasan. Por cierto ¿por qué estás aquí? ¿no deberías estar celebrando con todos? Creo que estabas adentro.
―Deuz me ordeno que lo siguiera capitán, pensaba que iba a hacer una idiotez o algo por el estilo, estaba tan borracho que podía quedarse dormido en mitad del camino o hacer enojar a alguien con facilidad. Me pidió vigilarlo porque estaba haciendo el ridículo.
―Tenía algo de razón, tenía mucha razón, gracias por hacerlo, estoy vivo gracias a ti. Ahora volvamos con los otros, tenemos otro problema que agregar a nuestra tripulación.
Chapter 36: Eres especial
Chapter Text
Nuestras madres nos han dicho siempre eso, lo especial que somos y muchas cosas más, no me puedes mentir, hasta a mí me han dicho lo especial que soy y lo siento si soy quien debe decírtelo pero no eres tan especial como ella decía. Es raro ver que alguien es realmente especial como nuestras madres creen, la realidad es que no somos nadie y seremos olvidados, es nuestra naturaleza y tarde o temprano les pasa a todos, a algunos antes que otros, rara vez somos tan especiales como nuestras madres nos dicen. Les voy a contar la historia de alguien que si era especial. Este chico nació como todos, con algún que otro problema al nacer pero supongo que todos los hemos tenido y su madre lo cargo y lo cuido, hizo el trabajo de madre bastante bien, lo amamanto y lo cuido con cariño, siempre sabía que quería su bebe y se lo daba, nunca le faltaba amor. Él lloraba mucho por las noches, le daba miedo la oscuridad y su madre tenía que levantarse para calmarlo.
―Tranquilo pequeño, tranquilo, mamá ya está aquí, ya está aquí. Eres especial y los niños especiales no deben llorar, deben ser un ejemplo a seguir, fuertes y lindos – el bebe dejó de llorar, abría los ojos y la miraba - ¿quieres que te cuente la historia de Owynn? ¿no estás aburrido de escuchar la misma historia? No, creo que no. Tú eres el que manda guapo, había una vez…
Su madre en realidad no sabía si realmente era especial, sabía la lógica si una bruja tiene un hijo este tiene más posibilidades de ser un brujo, de poder usar la magia pero aun existía la otra gran posibilidad de que esto no sucediera, aunque ella creía que sí, sabía que sí pasaría y con todo su alma quería que esto pasará y ella estaría ahí para ayudar a usar su poder, a entenderlo y siempre estar a su lado. Una parte de ella se preguntaba si era lo mejor, quizás ser un humano normal le traería buenas cosas, sería normal y no sería cazado por un miedo estúpido, sobre todo en el lugar donde vivían. Todos sabemos que vivir fuera del reino es peligroso, además de los animales que te van a cazar y la poca comida que encontraras y posibles espíritus que te ronden y protejan a los bosques, pero lo que hay que temerle es a las personas, a los vivos, la mayoría de ellos son salvajes y peligroso, incluso pueden ser caníbales y le temen a lo desconocido. Nosotros también somos algo parecido, es un miedo que tenemos todos los humanos, temer a las personas superioras a nosotras, pensamos que nos harán daño, lo único que nos diferencia es que nosotros somos un poco más civilizado; los salvajes piensan que todos van a estar contra ellos, que solo hay dos posiciones, con ellos o en contra, para sobrevivir tienen que eliminar lo que signifique una amenaza directa.
―¡Suéltenme! ¡Se equivoca, se equivocan! – dijo una madre desesperada mientras era arrastrada y alejado de su hijo.
Cuando eres madre o padre sacrificas mucho para cuidar al bebe, es un ser que no se sabe cuidarse en un mundo peligroso, en cualquier minuto se te puede morir, una vida tan frágil al punto de ser absurdo, suerte tenemos de estar nosotros vivos. Todo lo que un padre hacía antes de tener un hijo quedará en el olvido, todo lo que nos apasiona será remplazado con cuidar a nuestro hijo hasta que se pueda cuidar solo, también podemos poner al cuidado de nuestro hijo a otras personas pero eso solo es una posibilidad para algunos pocos, tantas cosas que podemos hacer para cuidar a este ser pequeño que se parece a ti. Usar magia para cuidar al bebe hace la tarea mucho más fácil pero sigue siendo igual de agotador o incluso más, aunque no lo creas el sueño puede afectar a la magia, el cansancio y algún problema físico puede afectar a la magia, ella obviamente dejo de concentrarse en la magia, en mejorar para cuidar a su bebe y poco a poco le costaba hacer las cosas, no era tan buena como antes pero eso no le molestaba, mientras su hijo estuviera a salvo ella estaría bien, además vivía en un lugar peligroso donde utilizar la magia podría llamar la atención de personas no deseadas, era mejor estar oculta.
―Yo te maldigo mujer, mujer del diablo que engendro un chico. Incluso puede que te lo hayas robado. Bruja, bruja, bruja – dijo una chica con una sonrisa, un pequeño cuchillo en la mano derecha y con la izquierda agarraba a su hijo por el pie.
Cuando su hijo cumplió cinco años ocurrió la tragedia, no se sabe cómo la descubrieron, quizás ni sabían que era una bruja y solo fue suerte, su forma de vivir tan separada y minimalista hicieron sospechar a las personas, así vive una bruja y por eso es tan solitaria, sabemos que varios hombres y mujeres inocentes murieron por pensar que eran brujos por creencias sin fundamentos, por miedo señalaban a los otros sin saber el daño que les estaban haciendo. El caso es que esta vez sí tuvieron suerte sin saberlo y entraron rápidamente a su casa, lo primero que hicieron fue agarrar a su bebé y luego por ella. Ahora muchos preguntaran ¿por qué no hizo nada? ¿solo aceptó la muerte sin hacer nada? Muchos han intentado responder estas dudas y comprender lo que paso y la verdad es mucha más simple, era una madre, la madre siempre va a dar su vida por su hijo. Agarraron al niño de la pierna y lo levantaron mientras ponían el cuchillo en el cuello, si mataba a las personas que lo estaban agarrando su hijo moría, si mataba a la persona que amenazaba a su hijo, esta podría soltarlo y en la caída romperse el cuello, además demostraría que sería una bruja y rápidamente los dos hombres que la sostenía la matarían. Algunos dirán también que pudo haberlo matado a todos y evitar que el niño cayera con su magia y sí pero la pregunta ¿es que pasaría después? Obviamente había más de tres personas queriendo matarla, seguramente todo el pueblo la quería muerta y batallar con todos sería una perdida de tiempo y esfuerzo además de poner a su hijo en peligro, huir con velocidad con sus hijos en brazos podría funcionar pero la verdadera pregunta era si su hijo podía aguantar el viaje, sobre todo con esos huesos tan frágiles que tenía, hacerlo ponía la vida de su hijo en peligro y ella no iba a permitir que sucediera eso. Un portal no ayudaría, primero no pueden ir los dos juntos sin matar a alguno de los dos en el proceso o incluso matando a ambos, segundo no sabría donde habría el portal y al lanzar a su hijo podría tirarlo a un acantilado y matarlo, si ella pasaba primero alguien podría aprovechar para robarse a su hijo o matarlo. No, todo ponía en peligro a su hijo, simplemente no podía dañarlo, no va a ver su esfuerzo todo este tiempo desaparecer por egoísta, eso no haría una madre.
―Con el poder que Dios me concede, nosotros te liberamos.
―¡Se equivocan! ¡Todos ustedes cometen un error! – varias personas empezaron a encender la hoguera en donde ella estaba.
Podría aguantar las llamas del fuego, había varias formas de evitar la muerte siendo un hechicero, la peor de todas era curarte mientras te quemabas pero esa opción es quizás mejor morir, el dolor no es algo que te deje sin daños posteriores. Tantas cosas que ella podría hacer pero seguía teniendo el mismo problema, su hijo correría peligro, aun lo tenían ellos y aunque quisiera quemarlos a todos ¿qué harías después? Duda incluso de poder hacerlo sin tocarlos y no creía ser lo suficientemente rápido como para salvar a su hijo, no había nada que hacer, solo sonreír y cerrar los ojos y esperar lentamente su muerte. Ella decidiría matarse antes que el fuego la lastimara pero antes escuchó un bebe llorar, ella abrió los ojos y descubrió que era él quien lloraba.
―Tranquilo hijo, tranquilo, mami estará bien, mami estará bien. Recuerda nunca llorar, somos gente especial y no debemos hacerlo, debemos mirar al frente y seguir adelante – uso su magia para hacer que solo ambos escucharan y esto lo hizo calmar – recuerda, Owynn nunca se hubiera rendido, Owynn es un ganador y no llora cuando lo tiran al suelo y lo escupen, él se levanta y le demuestra que es mejor, tú eres mejor – fueron sus últimas palabras antes de detener su propio corazón.
Después de eso todos celebraron por haber matado a la bruja y luego se puso en discusión que hacer con el bebe, al final se decidió en darle una nueva familia, que Dios perdona a todos los pecadores cuando lo aceptan en su corazón y los lleva al mundo de los cielos ¿por qué ellos no iban a hacer lo mismo? Este chico aún se podía salvar y decidieron darle a una familia que realmente necesitara un hijo. Dos años estuvo con esa familia y fue lo peor, apenas lo trataban como si era una persona y de vez en cuando lo ignoraban, era una carga para ellos y el miedo de tener sangre de un brujo los aterraba y evitaban hacer mucho contacto con él, lo trataron como un animal del rebaño no como un hijo y más de una vez intentaron deshacerse de él. Cuando cumplió siete años las cosas se pusieron mal, a esa edad empezó a descubrir sus poderes, sabía lo que iba a pasar cuando lo descubrieran, su madre paso por lo mismo, aún la recordaba, la recordaba quemarse hasta la muerte, sabía que no podía vivir aquí, no podía vivir ocultándose por eso decidió quemar todo para empezar de nuevo. Camino enfrente de sus padres quienes intentaron regañarlo pero él no los escuchó y los quemo para luego salir de su casa, sus cadáveres en llamas provocaron que la casa también se quemara y la gente preocupada se acercara al desastre, por suerte llegaron demasiado tarde y el chico ya se había ido, ya se había adentrado al bosque y caminado bastante, jamás lo iban a volver a encontrar. El chico le empezó a dar fiebre y empezó a delirar un poco, no estaba acostumbrado a usar sus poderes y el poder que uso es algo bastante avanzado para los magos, era normal que estuviera hirviendo en fiebre y delirando por culpa de esta, aunque no se detuvo y siguió caminando hasta que su cuerpo no pudo más y cayó al suelo inconsciente.
―Aquí está mi hijo ¿cuánto ha crecido? – fue lo que escucho cuando cerró los ojos, miro a su alrededor pero no podía ver a su madre, intentó gritar pero no podía no pudo sentía que litros de agua entraba por su boca y bajaban por su garganta – lo has hecho muy bien, lo has hecho muy bien. Ahora las cosas no van a mejorar, se pondrán aún más difíciles pero nunca te rindas hijo, mantén la cabeza hacia arriba y sonríe, no te detengas y sigue caminando, tarde o temprano encontraras tu camino.
El chico despertó cuando un lobo le estaba mordiendo la pierna y lo estaba arrastrando, rápidamente reacciono y quemo al animal, este corrió desesperado por el lugar hasta que murió. Su pierna estaba fatal, el lobo había arrancado casi toda la piel del tobillo y poco a poco se estaba desangrando, no podría ponerse de piel y mucho menos caminar y a lo lejos escuchaba aullidos, estaba muerto si no hacía nada. Intentó levantarse sin éxito varias veces, una y otra vez tenía el mismo resultado, hasta que en una de esas ocasiones se pudo levantar, miro su pierna y estaba como nueva ¿cómo podría ser esto posible? Quería quedarse y saber que había pasado pero tenía miedo y no quería detenerse, empezó a correr lo más rápido que pudo. Su respiración era demasiado agitada, sus pulmones luchaban para conseguir todo el aíre que podían, escuchaba un molesto pitido en los oídos, su visión era borrosa, no importaba que tan cerca o que tan lejos estaban las cosas, todo lo veía todo borroso y su corazón latía rápidamente, latía con violencia y más rápido que cualquier humano normal, estaba al borde del paro cardiaco pero él no lo sabía y posiblemente si lo hubiera sabido no le hubiera importado y seguirá corriendo. Al final llego a un sendero, uno hecho por humanos, se acostó en la mitad de este y cerró los ojos, estaba tan cansado y le dolía todo, ya estaba a salvo y tarde o temprano alguien lo recogería, sentía que su cuerpo no daba más, que llegaba a su límite y simplemente se acostó para descansar, aunque rápidamente se quedó dormido.
―Por fin despiertas, me preocupaba que nunca lo hicieras – fue lo primero que escuchó cuando abrió los ojos, estaba en una cama con un desconocido al lado.
―¿Dónde estoy? – miro la habitación, no encontraba nada llamativo además de la persona que lo miraba fijamente.
―En mi casa, obviamente. Te encontramos tirado en el suelo y te trajimos aquí, me alegra que ya hayas despertado, habías dormido demasiado y supongo que tienes hambre.
―¿Dónde estoy? – al chico se le veía un poco enojado.
―En el paraíso chico, un lugar donde poder irte cuando quieras, no eres prisionero pero hay cosas que demos hablar ¿cómo te llamas? ¿y tus padres? – el chico no decidió responder, solo se quedó callado y volvió a cerrar los ojos y ahí pudo escuchar la voz de su madre.
―Owynn nunca perdió la fe, no importa donde estuviera siempre vería el cielo y sus estrellas le recordarían su camino recorrido. Owynn no tenía miedo a las sombras, Owynn pelea contra ellas.
Chapter 37: Una silla en la grandeza
Chapter Text
Hace mucho tiempo, en este mismo lugar existían tres reinos bastante parecidos a los nuestros, los tres ya eran reinos reconocidos y algo poderosos, hace tiempo que había descubierto este lugar y lo llamaron el paraíso y los colonizadores no dudaron en empezar a expandirse, crear casas, iglesias y con el tiempo castillos, uno mediano, uno grande y uno pequeño y todos vivían en armonía, una paz dulce, la paz que hace débiles a las personas, una paz que solo te preparaba para la tormenta y todo empezó por una idiotez, algo tan simple como un caballo.
―¿En serio esto es lo mejor que me pudieron traer? – dijo un rey entre risas viendo su regalo, era un buen caballo pero no era tan bueno como para él, él se merecía algo mucho mejor, algo más fino que ese caballo moribundo.
Aunque decir esto es mentira o no les estaré contando toda la verdad, solo una fracción ya que como todos sabemos las guerras no empiezan de la noche a la mañana, las ideas de la conquistan no llegan en un sueño, siempre hay algo antes de que todo explote, siempre hay un momento de tensión antes de soltar el arco. Muchos intentan encontrar el origen de estas ideas, que provoco que el rey se volviera loco y decidiera hacer una guerra pero en realidad no hay registros solidos para esto, no hay casi nada de esos tiempos antes de la guerra, solo lo que se transmitió de boca en boca, se desconoce como llegamos a este punto con exactitud ¿fue una enfermedad que hizo delirar al rey? ¿algún pecado de los padres de sus enemigos que sentía que debían pagar? En realidad la verdad es mucho más simple, a veces olvidamos que las respuestas pueden ser demasiado simple. A los reyes se le enseñan cosas diferentes, tienen una educación diferente a la nuestra y no solo me refiero a que saben leer, escribir, cazar, saben un poco de historia, de arte, de cómo ser un buen líder y manejar las tierras, como funciona su reino; no me refiero a eso exactamente, es algo diferente que le han enseñado pero no siempre de la mejor manera, incluso muchas veces lo enseñan sin intención de hacerlo, lo aprendió por replica y es algo que le han enseñado a todos los reyes. Ellos son grandes, son superiores a cualquier y merecen todo lo que quieren solo por ser reyes, les enseñan a ser intocables y seamos sinceros, si vives en una torre alta donde no hablas con el pueblo, donde tienes una burbuja que evitas que las personas puedan entrar, eso reduce tu visión con lo que hay afuera, vas a crearte la idea diferente sobre ti y sobre el mundo que te rodea, que después de Dios estás tú.
―Hijo, tú vas a heredar todas estas tierras, todo lo que es mío va a pasar ser tuyo y vas a vivir un montón de momentos malos, vas a dudar y aprovecharan de ti. Recuerda que tienes sangre real, eres mejor que todas estas personas, no dejes que nadie te detenga, si te dicen que no tú se lo arrebatas y lo más importante, nunca dejes que nadie te humille.
Pero ahora todos tenemos una duda, si todos los reyes se educan de la misma manera ¿por qué no están haciéndose guerras uno contra otros en estos momentos? Es porque conoces quien está del otro lado, sabes que esa persona tiene un poder igual que tú, es alguien imparable y tú eres un objeto inamovible, si ambos llegaran a chocar podrías destruir todo el reino. Los reyes saben que son especiales pero aun así siguen siendo humanos, sigue habiendo gente más especial que ellos que tienen su misma sangre, que tarde o temprano morirán y para seguir viviendo tienen que construir un legado, tiene que dejar un poco la ambición y pensar en su futuro, un futuro sin tanto riesgo. Aunque esto a veces se les olvida y piensan que todo su mundo gira alrededor de ellos, que todos deben arrodillarse ante él, que no debe dar explicaciones cuando hace algo y siempre debe agradecerle por cada cosa que hagan, si tú sigues respirando es gracias a él. La sangre real nunca debe ser menos preciada, nunca debe ser apuñalada por la espalda, debes tener cuidado con las palabras cuando estás en presencia con la sangre real.
―Nos han invitado a la fiesta del nuevo rey Carlos, ya tiene veinte años.
―No quiero ir, no entiendo porque deberíamos ir, no encuentro una razón para ir – dijo el príncipe molesto, odiaba a ese rey, su voz era tan irritante y le encantaba molestarlo cuando lo veía.
―Es nuestro deber hijo, su padre cayó enfermo y sigue luchando contra la enfermedad, lleva años así, tirado en cama, es un milagro que siga con vida y mientras siga así su hijo va a ser el rey del reino más grande de estas tierras y por obvias razones debemos tenerlo en nuestro lado.
―¿Qué importa si ese descarado la tiene más grande? Sigue siendo débil, es un niño infantil que llevará su reino a la ruina, su soberbia será su perdición y al final la corona caerá y será remplazado por alguien más, no es capaz de liderar. Podemos incluso hacerle frente con lo inepto que es, tenemos ventaja.
―Puedes tener razón, puedes tener razón pero sigue siendo un rey, tenemos que aparentar ser amigos – su padre se acercó y le puso una mano en el hombro – ten cerca a tus amigos pero ten aún más cerca a tus enemigos – el príncipe sonrió un poco.
―Bien, haré lo que dices, vamos a su tonta fiesta.
―Te encargas tú del regalo – dijo el rey mientras salía de la habitación de su hijo – dale algo bonito, algo significativo, algo especial.
El caballo siempre ha sido el fiel compañero de un caballero y de un rey, es ese animal que siempre está a nuestro lado y que nos acompaña incluso a la muerte, si quieres sacar todo el potencial de un caballo tú debes formar una conexión con él, cuidarlo, alimentarlo y acariciarlo, el lazo que se genera entre ambos debe ser muy fuerte. El caballo del rey siempre debe ser el mejor, el más rápido y el más fuerte y siempre debe tener los mejores tratos, era especial, el más especial en todo el reino aunque seguía siendo un caballo. Este príncipe creía que lo mejor era darle eso para resaltar su unión, además ¿quién no quiere un caballo y quién le iba a dar un caballo? Todos le iban a dar joyas, dinero o incluso mujer lo cual era aburrido, repetitivo, él había pasado por ese proceso y quizás si le daba algo diferente se iba a hacer destacar, además no era cualquier caballo, era su caballo, el caballo del príncipe. Era difícil despedirse de su fiel corcel, tantas buenas aventuras y tantas aventuras que podían haber vivido, era joven y rápido, estaba en la flor de su vida, esa donde uno llega a todo su potencial, era difícil despedirse, mirarlo a los ojos y decir que no van a verse más, que será de otro y que quizás no lo ame igual que él lo hacía, que quizás no saque todo su potencial cómo él lo hacía pero su padre tenía razón, había que tener cerca a sus enemigos, quizás eso le sacaba un beneficio enorme, quizás por ese simple regalo ambos se empezaban a respetar y el trato entre ambos reinos mejoraban, su unión y su reino crecían, ambos iban compartir una silla en la grandeza, en la historia.
―La pasamos bien ¿no crees? Todo lo que montamos, todo lo que cazamos ¿recuerdas cuando cazamos a ese conejo? Obviamente te acuerdas – dijo el príncipe mientras acariciaba su caballo – pero hay que seguir adelante ¿no? Eres lo mejor que tengo y aunque no lo admita es mejor tener a ese desgraciado como amigo, aunque te prometo que tarde o temprano te recuperare.
Esa noche se destrozó el alma a ese pequeño príncipe y quien sabe, aún no hemos comprobado que los caballos tienen alma pero si la tenían estaría igual de afligida que la del príncipe. El gran día llego y fueron con el caballo especial, unas cuantas joyas y un cuadro de el nuevo rey, cosas menores y sin importancia. El viaje fue algo largo pero tranquilo, iba una carreta con los reyes y el príncipe, veinte caballeros con su caballo y obviamente alguien más que montaba el regalo, el nuevo caballo, al final llegaron a la fiesta sin problemas y creo que eso es lo que más importa, guardaron los regalos y se fueron a celebrar. No he tenido el milagro de estar junto al rey, nunca he estado dentro del castillo y mucho menos en una fiesta real pero todos sabemos cómo es, lujo, trajes elegante, bellezas y rica comida, todos hemos escuchado una historia sobre una fiesta y cómo estás son grandiosas. Supongamos que está no es la excepción, todos hablando y felicitando al nuevo rey, platicas importantes sobre el futuro, incluso los mismos enemigos del rey estaban ahí; que gran fiesta rey, será recordado por todos. Lo que realmente nos importa en ese momento es cuando nuestro príncipe quiso hablar a solas con el joven rey Carlos, en realidad no quería, fue obligado a hacerlo pero ¿qué importa esos detalles? al final ambos salieron y caminaron afuera para hablar.
―¿Cuánto tiempo Guillermito? Adivino que aún no eres rey – él odiaba que lo llamaran así y Carlos lo sabía, tenía su brazo alrededor de su cuello mientras caminaban.
―Sabes que no, incluso saludaste a mi papa – dijo molesto.
―Guillermito si supieras la alegría de dirigir, de ser rey, el poder. Te recomiendo matar a tu padre para poder a llegar ser rey – luego de esto empezó a reír.
―Eres bastante molesto Carlos, deberías empezar a tomarte las cosas un poco más enserio.
―Lo hago, todo el tiempo. Que esto y que lo otro, que mandar dinero a tal lugar o para allá, que exploración, guerras, invertir en barcos y bla, bla, bla. Solo estoy disfrutando este momento hasta que sea de nuevo rey, es mi día libre. Supongo que Dios también debe tomarse sus días libres. Ahora veamos tu regalo, seguramente me va a gustar ya que somos amigos.
―¿Somos amigos? No me había dado cuenta – Carlos se río.
―Me encantan tus chistes, por eso somos amigos, tú y yo, juntos vamos a trabajar y conquistar el mundo. De hecho ya tengo grandes planes para esto, voy a expandirme más que cualquier otro de mis ancestros y tú estarás ahí para observar, juntos seremos invencibles. Ahora muéstrame tu regalo, seguramente me va a encantar.
¿Qué se le regala a un rey? ¿qué le regala a la persona que lo tiene todo? Tu regalo puede depender tu vida, es una decisión difícil. Muchos dirían que un libro o un retrato de su cara y es cierto, quizás le guste, sobre todo el cuadro sobre él pero va a hacer algo que va a ver en pocas ocasiones y se olvidara rápidamente quien se lo dio. Darle joyas o dinero es como darle pan a un panadero, ya tiene por montones y unas simples joyas y monedas no van a cambiar a su vida, simplemente las tirará por ahí y seguirá con su vida. El mejor regalo para un rey es ninguno, no habrá regalo que lo satisfaga, la respuesta es no darle nada y evitar las molestias, ya lo tiene todo.
―¿En serio esto es lo mejor que me pudieron traer? Por lo menos será un buen caballo – dijo entre risas – es que un caballo, un caballo tan feo, un caballo es inútil y no vale nada, sino fueras mi amigo le cortaría la cabeza a ese caballo delante tuyo.
―Es el mejor caballo que encontré, es rápido y puede alcanzar… - se sentía realmente estúpido y denigrado.
―No sé cómo tu padre lo escogió, solo míralo, tan pequeño y tan débil. Por lo menos su carne servirá en los momentos de escases o podrá procrear con las yeguas pero nada más. Un caballo que no tiene ni armadura no es un caballo digno de un rey, quizás tú y tu familia son conformista con algo miserable pero yo soy el rey aquí, ya mando aquí y necesito lo mejor, el mejor rey del mejor reino merece por lo menos lo mejor. Espero que este no sea su mejor caballo.
―No, obviamente no pero es el que podría gustarte más – Carlos puso una mano en la cara del caballo.
―Es bonito, es bonito pero no es digno de mí, quizás para alguien como tú sí pero no es digno para mí. Igual gracias le daré mejor uso que tú o que tu padre o de quien sea el dueño – ambos volvieron a caminar como antes – tengo muchas cosas que hacer y espero que estes a mi lado.
―Siempre lo estaré, sabes que sí – Carlos lo miró a los ojos y sonrió con malicia.
―Lo sé, lo sé, eres tan inútil que no puedes vivir sin los otros, como esos mosquitos que no pueden vivir sin tomar sangre de los más fuertes, me necesitas para llevarte mi sangre pero no te preocupes, si Dios perdono al sujeto que estaba a su lado y lo envió al cielo por pedir perdón yo podría hacer lo mismo.
Quería matarlo, cualquiera en esa situación lo hubiera matado pero entendía que hacerlo podía llevarlo a una guerra, una guerra que podría perder, si quería ponerlo en su lugar necesitaba hacerlo con inteligencia y no con fuerza, debía atacar por donde más le duele pero no lo haría por algo personal ¿cierto? Ya no somos tan inmaduros como para darle un golpe al chico que nos llamo fenómeno, demonio o sin alma, nosotros simplemente lo ignoramos ¿cierto? Aunque esto paso al inicio, toda esta ofensa se ocultó debajo de la alfombra y trato de seguir adelante, aunque hubo una segunda llama que encendió más las cosas, algo que podía sonar minúsculos pero el miedo de los reyes hacia lo desconocido es gigante, miedo a ser apuñalado a sus espaldas, todos están en tu contra, todos están en tu contra, todos están en tu contra pequeño rey, jamás lo olvides. Solo necesitan un pequeño indicio para materializar ese miedo. Tal y como le prometió a Guillermito, Carlos empezó a agrandarse de una manera algo rara, empezó a mandar a personas a recorrer los valles y mandar a su tripulación a un lugar desconocido, los dos nuevos reyes estaban algo desconcertados con las acciones de Carlos, ambos tenían el mismo presentimiento, no era nada bueno. Ambos sabían que Carlos era un niño hambriento de poder y quien sabe, quizás se estaba aliando con un enemigo afuera, traer un nuevo rey que domine todos los reinos, alguien que iba a ser la mano derecha de un pueblo completo, de un rey mayor y esa pequeña libertad que tenía se acabaría, tenían miedo que por ser más grande empezarían a comerse a sus compañeros, a la gente que tiene al lado y ser un solo reino y cuando solo hay un reino solo puede haber un rey. Esa simplemente fue la excusa perfecta que se puso en los libros para empezar una guerra que se estaba cocinando hace rato.
Chapter 38: No hay arreglo
Chapter Text
Rápidamente la guardiana le contó lo que había pasado y con una pequeña mentira de Bonnie sobre el presentimiento de la magia o una cosa así pudieron salir sin generar sospechas y sobre todo sin ir a espaldas del rey, sabía que no se iban a demorar mucho, máximo un día o dos. Lo más difícil fue encontrar el lugar, un bar especifico donde estaría esa mujer, por suerte no había nadie parecido a ella y si la veían podían diferenciarlas rápidamente o por lo menos eso creía Chica.
―No sé porque te sigo, puedo cuidarme solo y se ubicarla sin tu ayuda – Chica ni si quiera lo miro y siguió caminando.
―Porque es peligroso y no quiero que te pase nada y yo sé que tú no puedes encontrarla, si fuera así ya lo hubieras hecho antes y porque cómo me dijiste antes aún no puedes usar bien tu magia porque eres muy verde o algo así.
―Sí me escuchabas y te preocupas por mi – dijo Bonnie con una pequeña sonrisa.
―Claro, no tenía otra opción y si algo te llegara a pasar el rey me mata.
―Si fueras más amable quizás tendrías más amigos.
Al final llegaron a la taberna donde estaba ella, estaba anocheciendo y el lugar estaba repleto de personas con poca moral, obviamente nadie de ahí era una buena persona, todos tendrían un arma cerca y es obvio que esa chica misteriosa no iba a irse por las buenas, habría una pequeña pelea y no sabía que tan bueno era Bonnie peleando, seguramente no era para nada bueno. Antes de entrar decidió alejarse un poquito de la taberna y hablar con su compañero, decirle que iba a pasar y lo que tenía que hacer en caso de que las cosas se pongan peligrosas, cosas que seguramente pasarían.
―Bien, escúchame ese lugar es peligroso, todo el reino es peligroso pero vamos a golpear al avispero, cuando eso pase te quiero lejos, no sé cómo lo harás pero no te quiero adentro cuando eso pase.
―Sabes una cosa, también esta ese chico de la otra vez, de hecho aquí fue donde hablamos con él, en este mismo lugar y quizás también sabe algo, debería preguntar que sabe – ella miro detrás suyo algo preocupada.
―¿Sabes cómo defenderte? – Bonnie hizo una bola de fuego en su mano – no sé cómo mierdas haces eso pero me sirve. Ve con ese chico pero mantente cerca de mí, si te pide que salgan o algo por el estilo tú vienes donde mí y yo te defiendo. Solo ten cuidado – Bonnie le sonrió.
―Ya no soy un niño, ya se cuidarme solo, ya se cuidarme.
Entraron a la taberna y cada uno se fue con su objetivo, Meg estaba mirando su vaso mientras se lamentaba de su vida, de cómo todo había acabado ahí y la felicidad había desaparecido hace mucho tiempo, se sentía rota de nuevo y no sintió la llegada de la guardiana a su mesa, estaba en su propio mundo. Bon estaba en otra silla mientras observaba a su amiga, habían tenido una pequeña discusión y ella le pidió alejarse, cosa que él hizo pero aun así se mantuvo cerca por si las cosas se ponían malas, no había sido una buen día para nadie y mucho menos para él; cuando vio acercarse a la chica de la otra vez se alarmo e intentó hacer algo pero rápidamente choco con Bonnie y ahí para él todo tuvo sentido, se mordió la lengua y maldijo por abandonar a su amiga.
―Sea lo que sea que estes buscando no lo encontraras en ese vaso – dijo la guardiana mientras se sentaba adelante suyo.
―Aléjate, vas a tener problemas – la guardiana sonrió.
―Que bien, a mí me gusta los problemas ¿quieres otro? Te puedo pagar otro – Meg la miro por un momento, se notaba que no era por aquí pero ¿qué quería? Escucharla no le iba a hacer daño, además iba a aceptar su oferta, no era tan estúpida como para no hacerlo.
―No sé qué intentas saber pero si tu pagas las bebidas mejor para mí, mejor para mí.
―Solo vine hablar, solo eso – Meg rápidamente bajo su mano hacia su cuchillo.
―Eso siempre trae problemas por aquí, no son de fiar y solo traen problemas, solo trae problemas y yo estoy harta de los problemas, cada día hay un nuevo problema, ya me cansé de esos problemas, de mi vida, ya me cansé de todo. Sabes que los problemas aquí están prohibidos, todos lo saben.
―¿En qué lugar no? – la guardiana vio que el brazo de ella se movía hacia su cadera y se imaginó que estaba haciendo y decidió también poner su mano en su espada – no eres tonta y eso se ve y la verdad he escuchado cosas de ti, cosas interesantes que he querido saber si es verdad, sí todo lo que dicen de ti es verdad, eres una leyenda por donde yo vivo – Meg sonrió, soltó el cuchillo y puso su mano encima de la mesa.
―¿Era solo eso? Me lo hubieras dicho, claro, con gusto te digo todo sin ningún problema. Si soy la fracasada que todos dicen además del fenómeno, solo mírame y ya te puedes burlar de mi, ya a este punto me da igual – al contrario de lo que esperaba, la guardiana no se río – antes éramos tres pero ahora solo somos dos, ya sabes la vida sigue y te pasa por encima con su caballo pero no se detiene, te arrastra y tú no puedes hacer nada, solo dejarte llevar. Antes éramos algo conocidos por uno que otro golpe pero nada grande, nada realmente grande y ya deberás saber que uno de los integrantes murió, siempre lo tienen que mencionar a él y luego me culpan a mí por su muerte, como si yo no hubiera intentado salvarlo, yo hice todo lo que pude – Meg empezó a soltar unas lágrimas mientras la guardiana simplemente se quedó callada oyendo palabra por palabra, estaba un poco borracha y todo lo que decía podía ser verdad pero no era lo que buscaba – creo que eso explica un poco las cosas.
―No, no lo haces, no buscaba por eso – Meg se río.
―Lo otro es lo que dicen la gente, estoy aquí con una botella en la mano hablando con una desconocida en el peor lugar del reino, sin ofender a mi amiga que es la dueña de esto pero ya has recorrido las calles, son demasiado feas. Dime como te llamas y te seguiré contando algunas cosas, con el vino uno recuerda más.
―Dime Chica, todos me dicen así.
―¿Chica? ¿eres Chica la chica? – dijo entre risas mientras escupía la bebida – que buen nombre, es hermoso, tan simple y tan creativo, Chica la chica, me hiciste el día Chica. No debes de ser acá y no digo solo por el nombre, tu voz suena algo extraña, extranjera y nadie se acerca a un desconocido a hablarle y a invitarle a un trago, son tan claras tus intenciones.
―Ya te digo, solo quiero hablar contigo, escuchar tu historia – Meg golpeó la mesa con fuerza.
―Mentiras, no vienes por eso, nadie viene por eso ¿qué quieres Chica? – Meg bajo su mano otra vez para agarrar su cuchillo y utilizarlo en cualquier momento.
―Solo quiero hablar, he escuchado sobre algo extraño, trabajos que has hechos y solo quiero participar en este mundito, en tu mundo – Meg empezaba a desconfiar más y más en ella, en cualquier momento las cosas empeorarían.
―Creo que yo soy la menos indicada para hablar de eso, cuando te digo la menos indicada es porque es verdad, simplemente camina por las calles y cualquiera te llamara. Es cierto que te pueden llamar quizás para hacerle otros tipos de favores pero dinero es dinero, ganas algo y así entras en ese mundo y no estoy abierta a formas nuevos compañeros, ya tengo suficiente con el tarado de Bon – Meg se movió un poco a su izquierda y vio a su amigo hablando con alguien de pelo morado – es un tonto que enamora a cualquiera solo para olvidar sus problemas, supongo que yo no soy tan diferente. Nadie es diferente aquí, ya no tenemos arreglo. No hay arreglo.
―Es triste escuchar eso pero no me interesa, ya he perdido bastante mi tiempo y necesito escuchar esto, saber si es verdad – Chica bajo un poco la voz para que ella solo la escuchara – se ha dicho de ti que has hecho tratos con un demonio, alguien que te dejo entrar al castillo y que te robaste algo de la reina o el rey. Obviamente eso es una locura pero me pagaron para encontrarte y llegar al fondo de la verdad y aquí estoy ¿cómo pudiste entrar al castillo sin que nadie se enterara? – Meg abrió los ojos y empezó a mirar a su alrededor preguntándose ¿cómo es que ella sabía algo así? No era posible, no era posible que se supiera. Por la reacción de Meg la guardiana supo que todo eso era real – supongo que si es cierto.
―¿Qué? – Meg la volvió a mirar – eres lista Chica pero te olvidas de algo, este es mi territorio.
―Lo sé, lo sé pero ¿segura que quieres pelear? No creo que tengas problemas en intentar matarme, vivirás con ese pecado que has cometido tantas veces pero ¿no quieres saber quién me envió? Tú lo conoces, te observa y quiere saber toda la verdad, primero seré yo pero luego vendrán más personas. Quizás tú no hables pero otras personas lo harán, solo dime que está pasando – Meg dudo, ya no iba a matarla, no por el momento y no aquí, no quería ensuciar el piso de su amiga y causar una pelea.
―Bien, bien te contaré todo pero vayamos a otro lugar más vacío – ella se iba a detener pero la guardiana le agarró de la muñeca.
―Aquí mismo vamos a tener la conversación, no hay porque moverse, nadie nos está molestando, no me moveré aquí y ya debes saber que mi mano está agarrando algo, sé que quieres matarme pero sabes que tendrás problemas al hacerlo. Te debes estar preguntando que es lo que tengo en mi cabeza y te lo diré todo pero primero tienes que tu darme la información que deseo y que se que posees – Meg intentó encontrar a su amigo en busca de refuerzo pero este ya no estaba en el lugar, maldijo su existencia y haberse encontrado con él, porque siempre desaparecía en los momentos que más lo necesitaba – sabes que mi mano no está en el aire, no seamos tontos y sabemos que todos aquí tienen un arma, tú y yo lo sabemos y si no me has intentado matar es porque algo aquí te detiene. No, no me voy a mover – dijo la guardiana con una sonrisa.
―Bien, Chica, creo que te lo has ganado, te voy a hablar de esa persona pero presta mucha atención a lo que te voy a decir – solo había una posibilidad en todo esto, que su jefe la esté poniendo a prueba, que haya contratado a alguien para saber que tan leal era ella. No iba a caer en su trampa ni iba a jugar a su ridículo juego – ya debes saber que un compañero murió, un hermano para mí y luego de eso, estaba perdida, miserable y rota y encontré a alguien que me puede arreglar pero no lo hará gratis, para él es como un juego ¿alguna vez te han roto hasta no quedar nada? Ni tu alma te queda – Meg sonrió un poco, estaba algo nerviosa, había algo en esa chica que la intrigaba y la molestaba.
―Todos hemos pasado por algo así, dicen que Dios pone esas pruebas para ver qué tan fieles somos o algo por el estilo.
―Bueno, soy el juguete favorito de Dios ya que me ha pegado una y otra vez hasta que no me quedara nada por dentro. De hecho lo debes conocer, a nuestro Dios ¿no es así? No es como la iglesia lo dice, no, es alguien que camina por las calles, que castiga a la gente y que su bondad es dejarlos vivir, siempre está a tu espalda y es tan bondadoso que deja que la gente vaya contra él para darle una lección. Es un buen sujeto que pone a pruebas a todos ¿no? – la alma de Meg, que se estaba ahogando, por unos segundos volvió a la normalidad, dejó de estar tan afligida y el alcohol ya no la confundía y ahí pensó algo, una idea que le helo la sangre ¿qué tal si venía por parte del rey? Eso tenía mucho más sentido y porque era tan diferente, no era una prueba de él.
―No creo que hablemos del mismo Dios pero con gusto me lo puedes presentar, estoy interesado en saberlo todo.
―Lo conocerás, lo conocerás – una sonrisa se formó en los labios de Meg y Chica leyó sus pensamientos.
―Ni se te ocurra, se lo que piensas y… - la guardiana saco su espada y la puso sobre la mesa – aquí está mi voto de confianza, eres una chica lista y alguien ha dado la voz sobre ti, no eres la única persona con la que he hablado, estás en un callejón y yo puedo ser la ventana que te ayuda a escapar – todo el mundo miro a las dos chicas pero ninguno interrumpió, sabían que iba a pasar pero nadie quería interrumpir.
―Quisiera contarte todo pero mi Dios no me ha dado permiso, él lo escucha todo y lo ve todo, sabe que estás aquí. No voy a traicionarlo, no voy a traicionarlo – Meg dejo su cuchillo por encima de la mesa – creo que nos volveremos a ver, Chica. Cuidado por donde te metes, si le sigues el rastro a la madriguera te quedaras atrapada en la entrada.
―No me voy a ir sin nada, quiero saber algo, una pista que me diga donde está él, sé que hiciste equipo con alguien una vez, un chico con una marca en la cara, dime y te prometo que hare lo que sea.
―Ya no hay arreglo para nadie de los que están aquí y es lo mejor. No sé de quien hablas pero… - lentamente Meg se agarró el cuchillo y Chica su espada – tengo que hacerlo, no me estorbes por favor, solo eres una molestia para todos nosotros – Meg camino con tranquilidad y paso al lado de Chica quien no la detuvo ya que vio que todo el mundo la estaba viendo y sabía que sacar la espada sería contraproducente, no podría ganarles a todos.
―Presiento que nos volveremos a ver.
―Lo sé, lo sé. Por cierto a la persona que estás buscando no debes preocuparte, tarde o temprano te encontraran – Chica solo vio como ella se iba.
Chica la iba a seguir pero se acordó que tenía un compañero, miro a su alrededor y no lo vio, no encontró ni a su compañero ni al chico del pelo azul, eso iba a ser un gran problema. Se maldijo por ser tan tonta y no tenerlo cerca, sabía que iba a hacer algo así de estúpido, era un chico y era fácil de manipular, obviamente había desaparecido sin avisarle, que tonto. Que tonta ella por no vigilarlo todo el tiempo pero luego se le ocurrió algo ¿qué tal si ese brujo ya estaba aquí? Nadie podría ganarle Bonnie así de fácil, nadie podía desaparecer así de la nada, por lo menos no una persona que sea normal y como ella ha descubierto estos años hay personas que tienen dones que no son de este mundo. Tal vez él si estaba aquí y por eso Meg hablo tanto, soltó la verdad para entretenerla y se fue cuando ya no estaba. Empezó a buscar por la taberna y no lo encontró, salió afuera y miro por sus alrededores y no tuvo ningún éxito, luego fue detrás de la taberna, todo estaba vacío, no lo encontraba por ninguna parte y esto la hizo entrar en desesperación ¿dónde pudo haber ido? Lo único que sabía era que tenía que hablar con la dueña, son amigos de ambos, seguramente conocería el paradero de su amiga.
―Disculpe la molestia pero necesitamos hablar – dijo mientras agarraba suavemente la mano de una chica rubia con los ojos azules – necesito hablar con la dueña del lugar. Es algo urgente.
―Claro, no tiene que esperar mucho, vaya detrás de la taberna y ahorita hablamos, solo denme unos minutos.
Aunque no quería le hizo caso ¿qué más podía hacer? Quizás ella no sabía lo que estaba pasando y puede aprovecharse de eso. Fue atrás y vigilo su espalda, tenía la mano cerca de la espada, sabía que todo esto podría acabar muy mal y era lo más probable que pasara, camino en círculos y miro a su alrededor, con cada segundo que pasaba ella se impacientaba más, estaba en una lucha entre entrar y quedarse aquí, por suerte la chica de la otra vez salió y le lanzó una bolsa de dinero, algo que ella no entendió para nada.
―Aquí está la paga de tu ya sabes quién, estamos a mano – la guardiana agarró la bolsa y la abrió, estaba lleno de monedas, era obvio que esto era algo ilegal.
―Lo siento señorita pero no soy quien tú crees, no vengo por esto – dijo devolviéndole la bolsa – me confunde por otra persona.
―¿No? Entonces ¿por qué estabas hablando con Bon y Meg? – ¿así es como se llaman? ya tenía un nombre que seguir – creí que por eso hablabas con ellos, hablaban de su negocio secreto y oscuro como dicen ellos, pensé que eras de esas personas y me tocaba a mi pagar.
―Te usan de tapadera – la rubia de ojos azules no le gustaba esa palabra.
―Entonces si no estás con ellos ¿qué haces aquí? – ella se alejó un poco de la guardiana.
―No te haré daño, tranquila, tranquila – la guardiana le mostro las dos manos – sin armas ni engaños, solo soy una mensajera, nada más, no vengo a lastimarte, mi nombre es Chica ¿cuál es el tuyo? – la guardiana miro detrás suyo y a su alrededor por si acaso, algo que no tranquilizo a su compañera.
―Me dicen Joy, todos me llaman así.
―Hola Joy, un gusto. Estoy aquí para hablar con una de tus amigas, el de un solo ojo, Meg creo que se llamaba o algo así, digamos que ella no se ha metido en buenos términos con mi jefe y ahora la quieren muerta excepto si hace algo por nosotros – Joy se tranquilizó un poco, aunque inmediatamente después puso una cara de fastidio.
―¿Ahora que hizo esta vez? No es la primera vez que alguien pregunta por ella.
―Si te lo digo tendré que matarte, mejor dejemos el misterio – Chica río pero Joy no se lo tomo nada bien – mi jefe es compresible y no quiere hacer esto realmente, me mando a mi para avisarle, la próxima vez el acero va a hablar, la sangre se va a escurrir y yo quiero evitar eso.
―Ya se ha metido en problemas iguales o peores, estará bien – dijo con una pequeña sonrisa pero en su voz había algo de desconcierto.
―Supongo que sí, supongo que sí pero tengo que hablar con ella para aclararle algunas cosas. No le pido nada más que me diga donde es su casa o si vuelve por acá, necesito hablar con ella – la chica suspiro.
―Ella siempre vuelve aquí, siempre. No puedo ayudarle más que eso… - dijo mientras le daba la espada.
―Otra cosa, no tengo donde quedarme esta noche ¿sabe dónde hay un hotel? – esto le pareció raro a Joy.
―Puede quedarse aquí, tengo un cuarto de invitados con una condición, dígame que está pasando, dígame la verdad, es mi amiga y quiero protegerla – Chica suspiro frustrada, buscando una mentira que parezca verdad.
―Ella no es el problema Joy, solo es la pista que nos llegara al problema ¿sabe con quién se está aliando tu amiga? Mejor que ni lo sepas pero esas personas han matado a alguien importante, un niño de tres, cuatro años y como sabe mi jefe no está en su mejor momento, quiere verter sangre en las calles y que las cabezas rueden. Su amiga solo se juntó con malas personas, supongo que todos lo hacemos tarde o temprano, ella se ha metido con gente bastante cruel y mala, supongo que lo has de haber escuchado y estos días esa persona ha generado caos por todo el lugar, hasta el rey lo ha sentido, solo quiero evitar que todo esto acabe en una masacre. Se que ella dice que no tiene arreglo pero creo que usted sabe que eso no es cierto, que aún puede ser feliz.
―Si usted logra volver a la Meg de antes, le ayudo con todo lo que pida, mi amiga estos últimos años se ha distanciado, ha cambiado tanto que ya no es quien creía, ahora es diferente, me es extraña y me asusta, me asusta encontrarla muerta en su casa o en alguna calle. Quiero tocarla, arrastrarla, abrazarla pero mis intentos son en vano, no quiere ayuda.
―Quizás no la quiere pero la necesita ¿no? Le prometo no hacerle daño a su amiga pero no puedo hacer más que eso – Chica sonreía un poco.
―Espere a que todos salgan y yo le doy las llaves al cuarto, la levanto si pasa algo y por favor, no se meta en problemas.
Chapter 39: Flotar o hundirse
Chapter Text
La vida es aleatoria, pasan cosas que nosotros no controlamos y esas cosas nos pueden arruinar, solo falta un mal día para que todo se termine en nuestras vidas, solo falta un paso en falso para caer al barranco, solo falta unas simples palabras para destruir un reino. El mercado está lleno de estos azares y lo vemos mientras más grande se hace, un buen mercader siempre está previsto de estos azares, sin ayuda de nadie sabe cómo responder a una crisis, el mercado es una bestia que no se puede domar o por lo menos no sin tomar el control de todos los reinos. No entrare mucho en tema sobre esto ya que muchos de nosotros no sabemos cómo funciona el mercado, no somos mercaderes pero hay algo que debemos entender, si el mercado es amenazado este se va a preparar; no va a contratacar, sino que va a hacer que el golpe duela menos, controlar lo que vendrá después y tener algo que los protejas y no perder lo que es suyo. Palabras simples, subir los precios.
―Estos imbéciles ya empezaron ¿por qué tenían que volver? Bajarle los costos a las cosas ¿no ven el daño que eso nos causa? ¿qué les causa a su gente? Podemos hacerlo pero iríamos en perdida, no lo sostendríamos por siempre y tarde o temprano hay que hacer un sacrificio para no desaparecer. No podemos aceptar, simplemente no podemos.
―Opino lo mismo, no es nada bueno y obviamente nos ensuciaremos las manos, el costo de las cosas es alto y bajarle el precio a ese nivel es algo tan exagerado no es natural. Nos pide casi regalar las cosas a ese rey.
―Lo siento chicos pero yo no entiendo – dijo Owynn algo perdido - ¿no se suponen que trabajan para los reyes? ¿qué los reyes hacen lo que se proponen? No entiendo lo negativo de todo esto si al final nos pagaran todo devuelta y nos darán más cosas – Usagi se río.
―Owynn eres joven y no creo que sepas de esto y no es por ofender pero este mundo funciona diferente, primero que nada jamás le creas a un rey, son mentirosos y solo creen en ellos mismos, pisotean a sus propios hermanos por un pedazo de tierra ¿qué crees que hagan con nosotros? Obviamente no van a cumplir en su palabra, para ellos mentir es como respirar. Segundo es que nosotros solo tenemos un líder, le hacemos la razón a una persona – Usagi sacó una moneda que tenía guardada en su bolsillo – esto es nuestro líder, a esto le seguimos, esto además de la iglesia y de Dios, nos arrodillamos y le veneramos, es la forma en que la gente nos puede hablar. Claro el rey tiene más dinero que todas las personas por separado, él grita para ser escuchado pero solo con el dinero, no con armas ni promesas de tierra, no, no, no ellos son igual que cualquier ser humano y si quieren un servicio tendrán que pagarlo, nada es gratis.
―Entiendo eso y que ya han discutido con los reyes sobre esto pero los tres nos están exigiendo cosas, literalmente por ellos vivimos, son las únicas personas que nos compran esto, por lo menos legalmente.
―Si y con más razón no podemos bajarles su precio, no podemos hacerlo tan de repente, el golpe nos lo vamos a tragar nosotros, desde los trabajadores hasta las herramientas, nosotros nos comemos el golpe. Te lo dejo bastante simple ¿sabes que es un bote? Por lo menos has visto mucho.
―Sí, ver botes es mi pasatiempo favorito, a veces me imagino en una isla lejos de aquí sin que nadie me moleste, nadie como los reyes o Evan.
―Bueno, tú sabes que el bote necesita madera para flotar y viento para moverse y para poder agrandarlo necesitas más madera, más clavos, más de todo. Nosotros somos ese bote, un bote gigante pero que apenas se sostiene por su propio peso, estamos en un equilibrio perfecto donde podemos aguantas cualquier golpe con una roca pero no podemos agrandar más el barco sin significar un peligro gigante para nosotros mismos, podemos mantenernos a flote a duras penas con lo que tenemos y lo poco que nos queda lo dejamos en reserva por si el barco se hunde. Sin esas reservas tocaría cerrar esa parte, quitarnos esa parte para que no nos hunda, hacer bastante pequeño el barco para mantenernos a flote pero ahí perdemos mucho, incluso buenos marineros morirán ahogados, necesitamos esas reservas.
―Eso entiendo pero tenemos reservas ¿no? ¿por qué no podemos hacerlo? Aguantaríamos.
―Sí pero no. Imagínatelo de la siguiente manera, Dios necesita una parte de tu barco, no preguntes porque es Dios y lo necesita, si le dices que sí tu barco se hunde poco a poco mientras todos mueren y no solo eso, no puedes sacar el agua porque hay un hueco gigante que va empeorando todo, usar las reservas ayudaría pero jamás tendrías tu barco del mismo tamaño, para no hundirte debes cortar gastos ya que mantener el barco en las mismas condiciones es esperar a que se hunda. Debemos decir que no, es estúpido aceptar eso ¿me entiendes? Espero haberme explicado bien – Owynn miró para abajo y pensó.
―Es clavarle un cuchillo a una persona y no tenemos el material suficiente para parar el sangrado y la única manera de que no muera es quitándole el brazo y transformándolo en algo que cierre la herida, ya no serás igual pero estarás vivo, el problema es que esas personas te volverán a clavar el cuchillo y beberán tu sangre – ambos se miraron algo sorprendido, para después Usagi soltara unas pequeñas risitas.
―Es algo turbio pero es algo así. Todo esto funciona con dinero y ellos planean robarnos, pagar menos significa menos dinero para la gente, significa miseria, significa escases y significa odio de los trabajadores, lo peor es que los reyes no van a aceptar un no como respuesta.
―¿Cuánto tiempo podemos aguantar así? Ya sabemos que decir que no es una locura, solo nos queda aceptar.
―Según mis cálculos, tres meses antes de sentir el verdadero daño, antes de perder realmente y hundirnos.
―Eso es bastante tiempo, quizás nosotros… - Usagi golpeó con fuerzas su mesa.
―No, no, conozco a esas putas personas, son reyes y cuando le abres la puerta no se van a salir, van a quedarse contigo chupándote el alma. No podemos simplemente aceptar, no podemos hacerlo. Si quieren que nos hundamos nos hundiremos a nuestra manera, que vengan y se encarguen ellos de todos esto.
―¿Estas segura de eso Usagi? Mira que nos meteremos en grandes problemas, incluso irnos a la cárcel.
―Bueno Loon ¿qué otra opción tenemos? Yo no quiero ver como todo por lo que luche poco a poco muere, pueden hacer conmigo lo que quieran, no participare de su estúpido juego solo porque el rey es un inepto. Que se hunda él solo y que no nos arrastre, no me dejaré arrastrar – ambos se quedaron callados esperando la respuesta de ella – hablare con ellos directamente y les patentaré cara, son humanos y no me harán nada. Espero – ella se acercó a Loon – ahora tengo un trabajo para ti, si llega el momento y nos sacan de aquí quiero que todas las reservasa de la empresa desaparezcan, haz lo que quieras, incluso lo mejor es dar esas sobra va a la gente, incluso has lo mismo con nuestros salarios. No quiero darles ni un centavo a esas personas, ni uno. Tarde o temprano se volverán a hundir y yo lo veré, estaré ahí festejando. Haz tu magia y que todos reciban lo mismo, el mismo pago, que nos recuerden con cariño.
―No es tan difícil, te lo tendré para mañana – Loon le sonrió, Usagi le acaricio el cabello.
―Y ahora, Owynn, tú simplemente di la verdad, has que la gente nos entienda y sientan simpatía por nosotros, pobres de nosotros y así por lo menos saldremos como unos campeones y tarde o temprano nos extrañaran, siempre quise que me recuerden con cariño. Ahora váyanse que tengo que responder la puta carta de ellos y decirle que nos encontremos en persona para hablar y bla, bla, bla. Quizás tengamos una mínima posibilidad de salir ganando. Por cierto, Loon tendremos que pagar, por lo menos el primer mes, asumamos el daño nosotros, ni me pagues si quieres pero tenemos que aceptarlo, confió en que tendrás esto a flote y aparentemos que estamos bien, que podemos mantenernos en pie. Owynn tú solo di lo suficiente y luego te quedas callado, empieza a escuchar que dice la gente y mantenlos calmados, no podemos tener otra tormenta, no podemos.
¿Alguna vez han recibido un golpe tan fuerte que te ha dejado algo tonto pero para no darle satisfacción al enemigo sigues de pie? Eso fue lo que hicieron ellos, se fueron a perdida, perdían poco a poco el dinero que tenía reservados por si algo malo pasaban y ellos dejaron de tener dinero, sabían que era un método insostenible y que algún momento la realidad caería encima de ellos pero mientras eso pasaba ellos iban a estar en pie, preparados para otro golpe, preparados para contratacar. El rey Alfonso recibió la noticia, que con gusto aceptaban pero primero tenían que hablar algunas cosas, los beneficios y para eso quería encontrarse con los tres reyes en persona, hablar cara a cara y no por medio de cartas, cosa que los tres aceptaron y al mes siguientes todos se encontraron en el castillo de Alfonso. Usagi fue rodeada por un montón de guardias, ella se sentía presionada y sin poder respirar, iba a ver cara a cara con los tres reyes al mismo tiempo y les iba a decir que no, esto no iba a salir bien de ninguna manera pero ella no iba a comerse la mierda de ellos. Entro a la habitación y sintió el ambiente muy pesado, su corazón empezó a palpitar rápidamente y sus ojos se agrandaron, actuaba igual que una gallina enfrente de un zorro.
―Bienvenida Usagi, me alegra tenerte aquí con todos, ya sabemos porque nos encontramos aquí y te vamos a resolver algunas dudas – dijo Alfonso con una sonrisa.
Ahí estaban los tres reyes, todos con una diferente postura. Alfonso quien tenía la silla más grande era el que estaba más relajado y tenía una pequeña sonrisa, incluso su voz sonaba relajante y tranquilizadora, no era la postura de un rey sino la de un padre que intenta calmar a su niño. A su lado derecho estaba el rey Golden quien la miraba fijamente, estaba recto y tenía las manos cruzadas, no sonreí y parecía enojado, era el que más le incomodaba y lo peor era que él era quien más debía enfrentarse, era la persona que recibía el favor y por obvias razones no iba a dejar que se lo quiten tan fácilmente. Por último estaba el rey Cruz, sentado a la izquierda de Alfonso, este era el menos interesados, sus manos estaban colgando, no hacía ninguna fuerza para pelear contra la gravedad, solo se dejó llevar, estaba casi acostado en la silla, se acomodó apenas un poco cuando ella entró, aun así era el que tenía peor postura de los tres, además la miraba con desprecio o con asco por unos segundos para luego mirar el suelo fijamente, perdido.
―Sí, sí, vine aquí para hablar de beneficios y de toda esta nueva situación que se plantó – estaba nerviosa, rápidamente puso sus manos detrás de ella y apretó en un puño con fuerza para calmarse un poco – quiero saber que paso, quiero saberlo todo – el rey Golden se inclino un poco para adelante.
―¿Quién eres tú para decirte eso? Simplemente es una situación y lo debes solucionar, es un favor que le haces a mi reino. Así se simple – Golden hablaba serio, era una voz potente y asfixiante.
―Sí, lo siento, lo siento solo quiero entender… - rápidamente fue interrumpida, ella miró hacia abajo intentando encontrar el valor dentro del miedo.
―No tienes que hacerlo, ya te lo dijimos en la carta, una situación financiera y tarde o temprano te devolveremos ese favor, solo hazlo – Alfonso miró de reojo a Golden.
―Entiendo, entiendo, solo quiero saber hasta cuando tengo, tenemos que aguantar esa situación, si es algo permanente o no – el rey Golden golpeó la silla.
―Somos tus jefes, te pagamos por lo que haces, vives gracias a nosotros, vas a estar así hasta que nosotros decidamos. Tú nos perteneces y vas a estar así hasta que nosotros queramos, si es toda la vida, toda la vida será.
―No tienes que tratar tan mal a la pueblerina Golden, ella no tiene la culpa que seas tan imbécil como para perderlo todo por alguna extraña razón, no tiene la culpa que seas tan inepto, el dinero no se va así por así, solo espero que a las mujeres que pagaste si hubieran valido la pena – el rey Cruz miraba a Usagi con una pequeña sonrisa – eres el rey más inepto de todos y creo que hasta ella se ha dado cuenta, por eso está aquí – él miro a Golden fijamente, su posición cambió a una más recta y un poco burlona.
―Serás hijo de puta. Jamás te presentas y te proteges en tu castillito de paja con mucho miedo, nos dejas a nosotros solos cuando te necesitamos y cuando vienes nos insultas – el rey Cruz soltó una pequeña risa.
―Y aun así soy mejor rey que tú, sé cómo manejar el reino. Por favor espero que te des cuenta que eres un estúpido que nunca debió ser el rey, por favor morite y deja a tu pendejito ser rey ¡Hasta él lo haría mejor! Pobre rey no podrá ser feliz y al final ni castillo tendrá, pobre rey, pobre rey tenía tierras y dinero pero hoy no tiene nada, pobre rey – Golden se levantó de la silla.
―Te mataré, voy a destriparte y luego me cogeré a tu esposa y a tu hija – las cosas rápidamente se calentaron, Usagi lo único que hizo fue quedarse callada y quieta, quizás si no se movía no la veían.
―¡Cállense! – Grito Alfonso golpeando la silla y levantándose de esta, estaba enojado y eso se veían en sus ojos, ese fuego ardiente con una voz intimidante, una voz de un verdadero rey – tú te calmas que hay una chica presente que viene hacernos un puto favor, vino hasta aquí para escuchar a ustedes dos pelearse. Eres un puto rey, compórtate como uno, debes estar agradecido y no tratándola como una cualquiera, y tú… - el rey se giró dónde estaba Cruz y le pego un golpe en la cara – respetas a Golden, tú no entras a mi casa e insultas a mis invitados, eres horrible como rey y en vez de ayudar a un hermano que pide tu mano tú le escupes y te burlas en su cara ¡Y siéntate bien que con esa postura pareces una puta marioneta sin vida! – Cruz rápidamente le hizo caso y se sentó como todos estaban sentados – ahora discúlpanos por todo esto, mis amigos son algo idiotas, puedes seguir – Alfonso se sentó y se quedó callado para dejar hablar a la chica.
―Por lo que entendido y por lo que ustedes me han dicho, es una situación que parece que no va a acabarse pronto.
―No, creemos que no si te somos sinceros.
―Y los veneficios vendrán después ¿no es así? – Usagi miraba sus zapatos, estaba retrasando lo inevitable.
―Sí, así es como funciona, tú haces un favor y él te los paga después – como suponía, realmente no había una buena razón para aceptar.
―Entonces, lamento decirle esto a ustedes pero no podemos hacerlo, tendré que rechazar su humilde propuesta – Golde rápidamente se levantó e iba a decir algo – por favor déjame terminar, quiero que me escuchen – Golde miró a Alfonso y luego se sentó, las posiciones de todos había cambiado, Golden la miraba con odio, Alfonso parecía estar confundido con todo esto y Cruz tenía una pequeña sonrisa – hemos hechos los cálculos de todo esto y no nos da, no podemos seguir vendiéndoles las cosas como ustedes suponen, nos terminaremos hundiendo – ninguno de ellos dijeron nada, lo que hizo incomodarla – lo siento pero si ustedes quieren el material tienen que ir por ustedes mismos, nosotros no podemos hacerlo por ustedes gratis y tenemos miedo a que el dinero no nos alcance y tengamos que saciar sus necesidades, vamos ir perdiendo poco a poco hasta que sea imposible pagarlo, supongo que ustedes saben de esto.
―Entonces tus problemas son de dinero.
―¿¡Son idiotas o qué!? Ustedes son unos ineptos – como era de esperarse, Golden se levantó enojado.
―Me agrada la chica, tienes que tener valor para rechazarnos, tendrá una buena razón para hacerlo ¿no? – dijo Cruz con una pequeña sonrisa, una sonrisa coqueta – la verdad siempre pensé que cuando se reunían todos decían que sí y luego les lamían el culo pero al parecer me equivoque, me tienen que invitar a más eventos así – Cruz cerró los ojos y puso sus manos detrás de la cabeza.
―Y ahí estas de nuevo actuando como siempre, idiota – Golden estaba fastidiado, se sintió un poco aliviada que no la estuvieran regañando.
―Entiendo lo que dices, le hiciste promesas a la gente y quieres cumplirlas, al no hacerla pierdes todo ¿no? Sí todos hemos pasado por esto pero debemos llegar a un acuerdo de alguna manera, la solución debe ser esa.
―Hay una manera pero quizás no les guste a ustedes, podemos bajarle el precio a él pero le subimos el precio a ustedes dos, ustedes pagan lo que él no puede hacerlo y así él conseguirá las cosas mucho más baratas pero ustedes deben pagar por él – los tres reyes se miraron y empezaron a murmurar algo que ella no entendió. Este era su momento, el único momento que podía ganar esto – alguien está absorbiendo ese dinero, alguien lo está pagando y ese primer mes fui yo, literalmente no he cobrado nada de este mes pero ni con esto me alcanza y hemos tenido que hacer grandes sacrificios, he dejado de pagar a las personas cercanas a mí, ellos entienden lo que ha pasado y lo han aceptado. Se los pido, se los suplico hagan esto, ustedes deben comprender que es sacrificarse por otras personas, sacrificarse por un pedazo de tierra para que funcione, que la vida de la gente dependa de uno, por favor.
―Quiero por favor que me mires directamente a los ojos y me digas eso mismo, que no vas a poder aceptar – ordeno Golden y ella lo hizo, su mirada era aterradora, su postura era amenazante, como la de un lobo a punto de saltar a su presa.
―No voy a aceptar la propuesta porque es imposible, alguien tiene que pagarlo, son yo y mis empleados o son ustedes, decidan pero yo no haré parte de esto – sus miradas se sostuvieron, Usagi estaba aterrada pero sabía que tener miedo en estos momentos no iba a servir de nada.
―Que divertido, que divertido ni el teatro tiene tanto drama – dijo Cruz mientras se reía y la miraba fijamente – y yo acepto tu propuesta chica ¿cómo te llamas? No importa, no importa. Tienes bastante valor y eso me agrada, deberías enseñarlo un poco a estos dos que les falta bastante, me has sorprendido para bien y tienes mis respetos además creo que eres inteligente o por lo menos eso han dicho ellos y les creo, gracias chica me has hecho el día. Además Golden y yo seremos familia y podre molestarlo con esto toda la vida y tener un favor con él dentro de una familia es lo mejor, te ayudare a pagar amigo mío.
―Yo también estoy dispuesto a cobrar ese riesgo, al final dependemos de todos, si uno cae todos caen y seguimos estando unidos, súbenos el precio a nosotros pero mándanos lo que vaya a costar y nosotros encargaremos a alguien para ver si es cierto lo que dices y gracias por ser tan sincera con nosotros. Ya te puedes ir y disculpa por no poder acompañarte pero hay cosas que tenemos que discutir.
Chapter 40: Resaca
Chapter Text
Lo que te pediré será algo extraño y seguramente más de uno me mirara extraño, pensará que estoy loco pero quiero que hagan este ejercicio conmigo, cierren los ojos y escuchen mi voz, imagínense lo que les voy a decir. Te despiertas algo cansado, has tenido una noche fatal, de esas que la vida te ha golpeado contra la pared, has tocado fondo y no te puedes levantar, la peor puta noche de tu vida y eso que apenas la recuerdas, aunque hay unos segundos de magia antes de volver a la realidad, unos segundos donde uno no sabe dónde está, quien es o que ha pasado, poco a poco volvemos a nuestro mundo y dejamos el sueño. Pero algo no anda bien, antes no te habías dado cuenta de esto ya que estabas en unos segundos de gloria hasta volver al fondo del barril, estás en una casa que no conoces y miras a tu alrededor en busca de algo conocido, de lo que sea pero no hay nada, todo es nuevo para ti, estas en un mundo que desconoces y haces el proceso de memoria, te preguntas ¿qué paso después? Y recuerdas una de tus mayores humillaciones que has tenido, seguramente tu peor día en la vida por ahora y de repente notas que no estás solo, tienes miedo por tu integridad e intentas defenderte, no logras reconocer al sujeto y solo te preparas para luchar o para correr. Eso que están sintiendo, ese miedo que te paraliza, ese desconcierto y un dolor fuerte en la cabeza es lo que sentía el invitado especial de Bon, aunque más que invitado era casi alguien secuestrado. Luego de lo que paso anoche Bon tenía que traer a ese chico a su casa y cuidarlo, no podía dejarlo en la calle y decidió llevarlo a la casa, no deja de ser un secuestro pero es mejor que dejarlo a su suerte; obviamente ese invitado no le agrado su gesto y lo primero que hizo Bonnie fue hacer una bola de fuego y apuntarle a Bon y no lo culpo yo hubiera hecho lo mismo. Bon rápidamente puso sus manos enfrente de él y se arrodillo.
―Soy yo, soy yo, Bon, soy yo – Bonnie hizo desaparecer su bola de fuego.
―Lo siento, lo siento – Bonnie miró a su alrededor algo perdido - ¿dónde estoy? ¿por qué me duele toda la cara? ¿qué ha pasado? Espera un minuto… - el chico del pelo morado volvió a encender su bola de fuego.
―Si te quisiera matar ya estarías muerto, de hecho deberías estarlo ¿acaso no recuerdas lo que te paso? – Bonnie se quedó callado – no creo que lo recuerdes, ni yo lo haría si fuera tú. Adivino que te duele todo lo que paso.
―¿Qué me paso? – dijo Bonnie serió.
―Te dieron una golpiza, una golpiza que no es ni humana, eso te paso – Bonnie bajo su mano y miro fijamente a Bon – vamos poco a poco, primero lo más importante ¿puedes levantarte? ¿quién eres ese sujeto? Bueno, en realidad tú y yo sabemos quién era ese sujeto, sabemos que es el diablo pero ¿tú que eres? Tampoco eres humano – Bonnie se levantó de la cama algo adolorido.
―Te agradezco pero tengo que irme – Bon abrió los ojos con sorpresa.
―¿Qué estás diciendo? Ni se te ocurra ¿acaso no vez cómo estás? Tienes que calmarte y pensar un momento – Bon lo agarró de la mano y lo detuvo.
―Suéltame, necesito ir a mi casa, decirle a Chica que estoy bien.
―No sé si los golpes te volvieron más estúpido pero él te puede estar siguiendo, buscando, lo mejor es quedarse aquí y relajarse, no es un palacio pero pasamos desapercibidos. Por favor.
―¿Por qué te preocupas por mí? Ni te conozco, no me conoces para preocuparte. Suéltame que me estás lastimando.
―No lo haré, ya se los dije la otra vez, esa cosa no es humana, es peligrosa y no deberían estar aquí, de hecho creo que me están mintiendo. Solo pasas unos días aquí y ninguno de los dos consigue más problemas, luego te largas donde quede tu casa y vives con miedo.
―¡Te he dicho que me sueltes! – con su magia lo empujo con fuerza, una fuerza inhumana que lo hizo volar hacia la pared y golpearse contra la pared – mierda, lo siento, lo siento, lo siento – rápidamente Bonnie se acercó y ayudo a Bon a recuperarse – tranquilo, en un par de segundos estarás como nuevo – su espalda había recibido todo el impacto, se había roto y había dejado inútil sus piernas pero Bonnie rápidamente arreglo ese problema – listo, listo, listo – dijo preocupado, intentó levantarse pero rápidamente se desmayó.
Bon estaba realmente confundido, en un momento a otro sintió un gran dolor, parecía que se iba a morir y ahora estaba como nuevo y el chico de repente se desmaya enfrente de él, parecía no tener ningún sentido pero ya nada tenía sentido después de esa noche, sabía que había algo más que él en el mundo, algo superior. Su primer instinto era aprovechar esta situación y matarlo, un demonio menos en el mundo pero rápidamente esa estupidez salió de su cabeza, tenía que cuidarlo cueste lo que cueste, lo arrastró hasta la cama y luego lo levantó para dejarlo caer en su cama, no sabía que iba a hacer con ese chico o con su vida, tenía tantas dudas, necesitaba algo de tomar ya que su garganta se cerraba, se levantó pero antes de poder dejar la habitación sintió como alguien lo agarraba de la muñeca.
―Ni se te ocurra dejarme. Cuéntame que fue lo que paso esa noche – Bon lo miro con algo de lastima y curiosidad al mismo tiempo.
―Primero, cuéntame que fue lo que te paso, que fue lo que hiciste ahorita ¿cómo lo hiciste? En un momento te estaba agarrando y luego estoy volando en mi casa hasta golpear con mi pared – Bonnie se río.
―Es bastante simple ¿sabes que es el aíre? Es eso que nos permite respirar, lo que hice yo fue condensar todo ese aíre y soltarlo a tu dirección, lo que hace que vaya rápidamente donde estabas tú y te empuje lejos – Bon lo mira demasiado confundido lo que provoco una pequeña risa a Bonnie – básicamente use mi magia para empujarte lejos.
―Hubieras dicho solo eso y ya. Solo no lo vuelvas a usar contra mí – hubo un pequeño silencio entre ambos – ¿qué te acuerdas de esa noche? Para saber desde donde inicio.
―Me acerqué a ti y tú me miraste realmente horrible y quisiste ignorarme pero no pudiste y al final hablamos, dijiste que te llamabas Bon y me regañaste por volver y por hablar, incluso dijiste que tu amiga mataría a la mía por molestarla, que tu amiga, la que no quería que habláramos y nosotros no hicimos caso pues le estábamos hablando, nos cortaría el cuello, que por cierto no se parece a mí en nada. Te hice unas cuantas preguntas sobre el sujeto y dijiste no saber nada nuevo y evitabas hablar, solo dijiste que te llamabas Bon y que en este momento mi presencia te molestaba, que solo te traería problemas.
―Sí, sí, al final me trajiste problemas pero ¿qué podía hacer? Sí te abandonaba tu amiga me rompía la cara. Luego de eso desapareciste de la nada, saliste corriendo de la taberna, te veías raro, abriste los ojos y tomaste mucho aíre por tu nariz, miraste a tu compañera pero no hiciste nada, ignorabas lo que te decía y al final saliste corriendo. No sé porque te seguí pero lo hice.
―Sí, no fue mi mejor momento y la verdad no sé qué estaba pensando en ese momento – Bonnie cerró los ojos – en ese momento sentí algo, olí algo horrible que casi me hizo vomitar y mi piel se erizo, sabía que algo andaba mal y empecé a correr donde estaba ese sujeto, no llame a mi amiga ya que sabía que no podría hacer nada contra él, sería un estorbo. Debí por lo menos haberle dicho que me iba. Me lo encontré en un callejón y recuerdo haberlo visto, tenía una capa y… - Bonnie guardo silencio unos segundos – no me acuerdo más, no me acuerdo más. Supongo que perdí – Bon soltó una pequeña risa.
―Para uno perder tiene que tener posibilidades de ganar. Lo tuyo fue una humillación – Bonnie abrió los ojos y lo miró enojado – lo siento pero fue así. Yo llegué justo detrás de mí, ni me notaste y ahí tú… - Bonnie lo miró confundido.
―¿Por qué me seguías? Yo era un completo desconocido, incluso odioso entonces ¿por qué me seguiste? – Bon sintió como su garganta se cerraba y su corazón empezaba a palpitar con fuerza.
―Porque le tengo miedo a tu compañera, así de simple y porque me pareces alguien gentil que no se merece todo esto, conozco estas calles y se lo que le pasa a gente como tú, he huido toda mi vida y simplemente me cansé. Además que tu compañera me mataría a golpes, creo que ya te lo dije – Bonnie sonrió – ahora no interrumpas mi relato. Cuando viste a ese sujeto ahí rápidamente levantaste tu mano e hiciste eso que tanto te encanta hacer, hiciste una bola de fuego y le intentaste disparar al sujeto pero cuando lo hiciste este ya estaba a tu lado y te cortó el brazo completo, luego de esto te agarró de la cara y te golpeo contra la pared, lo más extraño es que de un momento a otro desaparecieron para estar cerca de la pared y ahí te golpeo. Luego te dijo algo así como que la nueva generación es una decepción, que no son unos don nadies y ahí te empezó a golpear la cabeza hasta destruirla, yo imagine que estabas muerto después de esto pero aun respirabas.
―¿Qué hiciste tú en todo esto? – Bon puso una mano en su pecho.
―¿Qué hice yo? Nada, literalmente el tipo desapareció y apareció donde se le dio la gana, después de darte esa golpiza desapareció, así de simple – Bonnie se quedó callado pensando, preguntándose ¿por qué lo dejo con vida? No era casualidad o suerte, no lo era – cuando vi que estabas vivo, literalmente te arrastré hasta aquí y te dejé en mi cama, luego de eso cerré todas las puertas y me hice a tu lado, no quería que murieras.
―¿Cuánto tiempo llevo aquí? Y una disculpa por todas las molestias.
―Llevas casi un día completo así, de hecho se ha vuelto de nuevo de noche, te recomiendo no salir por ahora.
―Aunque quisiera no podría, me largaré cuando pueda, no eres mala compañía así que me quedare pero eso sí no pienses hacer nada extraño, lo sabre – Bon se río algo nervioso.
―Jamás te haría daño, no tengo razones para hacerlo – Bon se alejó de Bonnie – por cierto, debes enseñarme a conseguir ese brazo como lo hiciste tú. Eres un brujo igual que él, me podrías enseñar algo – dijo con una sonrisa coqueta.
―Lo siento pero no tienes el don, quizás en otra vida.
Bon dejó a su compañero solo en su habitación, camino hacia la ventana y miro hacia arriba mientras se preguntaba en que se había metido, estaba en un problema gigante y solo se preguntaba si Meg tenía los mismos problemas que él, si era así tendría que sacarla, huir del reino rápido y comenzar de nuevo, aunque sabía que eso no era una opción, no podría hacer nada más que seguir su juego, huir ya no era una opción. Quería salir de su casa e ir donde Meg, preguntarle un montón de cosas pero no podía dejarlo solo, ahora estaba atado a esta situación de mierda, con muchas dudas y penas que inundaban su alma, nada bueno saldría de todo esto.
Chapter 41: Usurpación
Chapter Text
Aunque te quisieras esconder en tu casa, tarde o temprano tienes que salir a comer, saciar tus necesidades pero si eres el capitán, debes saciar las necesidades de toda tu tripulación, tarde o temprano tendrías que salir de tu escondite, más si habías contratado recientemente a nueva tripulación, debías mostrar respeto y por eso debías salir en una misión que te paguen. Quisiera decir que paso pero esa parte se ha olvidado, solo sabemos que la cosa salió relativamente bien sin mucho sacrificio y le pagaron, un pago bastante alto, todos salieron felices de ahí y Fox volvió a esconderse por un tiempo hasta que era arrastrado a la aventura, esta situación se fue repitiendo poco a poco y el miedo se fue desapareciendo y volvió a ser el mismo. Lastimosamente ya era tarde para él y cuando volvió con su seguridad, un barco lo seguía, el capitán fue informado de esto, sabía que era un barco pirata por la bandera pero ¿por qué? Solo había una manera de saberlo. Preparo a su tripulación para una posible batalla y aguardo, sabía que no era nada bueno que lo siguieran pero un pirata nunca lo enfrentaría cara, nunca apostaría en algo que sabe que no puede ganar, en unos minutos después el barco se puso al lado de ellos y luego silencio. Todo el mundo estaba listo para el ataque, sus corazones latían, sus manos cerca de sus espadas y los cañones cargados, esos segundos de silencio era mortal para cualquier persona, para cualquier pirata, llena tu corazón con miedo y furia, te imaginas lo que harás, te imaginas ganar pero hasta que el otro no se mueva tú tampoco lo harás.
―Es gusto verte capitán Fox – dijo una voz que el capitán reconoció – la última vez que te vi, no terminaste bien parado – él se río, una risa algo grave y característica de él.
―Ahí está mi copia barata, Oxy ¿qué es lo que quieres? Aquí estoy, peleemos.
―Quisiera hacerlo, quisiera destruirte, poner tu cabeza en la punta de mi nave pero tengo cosas mejores que hacer. Solo te vengo a decir una pequeña cosa, cobarde, te has estado escondiendo de mí y es momento de saldar una cuenta que tenemos, sangre por sangre.
―¡Pues aquí estoy! ¡¿No me vez?! No tengo tiempo para esto, hablas de cobardía, ven te demuestro que no es así, ven y peleemos tú y yo, hasta la muerte, hasta que la sangre vuelva donde pertenecer, al mar. Ven y enfréntame – dijo el capitán Fox con una sonrisa.
―¿Crees que soy un idiota? Eres un cobarde y un cobarde siempre tiene algo escondido, yo no te enfrentaré aquí en mitad de la nada, fácilmente puedes ir perdiendo y alguien te ayude o algo te salve. No voy a dejar que huyas esta vez, vengo simplemente para charlar contigo.
―No tengo tiempo, algunos están intentando sobrevivir, si hacen algo más que buscar una estúpida venganza.
―Simplemente quiero evitar la muerte de todas las personas que tienen a tu alrededor, no quiero que vean cómo destripo a su capitán, no quiero humillarte tanto delante todo el mundo, entonces ¿qué dices? Un enfrentamiento entre tú y yo, hasta la muerte y sin interrupciones, ya debes saber las reglas y todo lo demás pero como no confió en ti yo pondré el lugar.
―Depende donde sea y yo te aviso si puedo o quizás simplemente te mate aquí – dijo con una sonrisa ganadora.
―Aunque quisieras no podrías. Va a ser en el puerto real, ya sabes cual. Obviamente ninguno de los dos va a poner la bandera pirata o gritar a los cuatro vientos que somos los bandidos del mar, por eso ni tú ni yo nos atacaremos ya que sabemos cuál es el problema al hacerlo, así me aseguro que no serás un cobarde y tu barco atacaría al mío al llegar, eres un cobarde y sabes que nunca podrías contra un barco de la realeza. Ninguno de los dos puede.
―Ya veo lo que haces, te disparo y la realeza me agarra, es obvio pero no sé qué tan estúpido puedes ser, incluso tú puedes mandar a alguien para hacer el trabajo sucio.
―No te comportes así – dijo Oxy irritado – si te quisiera matar por la espalda ya te lo habría hecho pero yo no quiero eso, yo quiero que todos vean lo débil que es, lo incapaz que eres, solo eres un niño jugando a ser un pirata. Eres patético. Nos vemos allí mañana cuando el sol se vuelva a levantar, no vayas a faltar ya que la próxima vez te buscaré y mataré a todos enfrente de ti – fue lo que dijo mientras su barco se alejaba.
―No va a hacerlo ¿verdad capitán? – dijo su mano derecha mientras le ponía una mano en su hombro.
―No tengo elección, conozco la mirada que me ha puesto, no va a detenerse hasta que cumpla algún tipo de castigo sobre mí. Estoy seguro que la próxima vez no será solo un barco, serán tres y soy bastante bueno pero nunca tanto, lastimosamente tenemos que aceptar su propuesta para hacerlo – dijo el capitán mientras caminaba por el barco y su mano derecha lo seguía.
―Pero no es buena idea ir, obviamente tiene una trampa, no va a hacer algo tan tonto como esto, incluso puede ser que nos venda a la realeza y todos caigamos prisioneros, nuestras cabezas han aumentado de precio– el capitán se río.
―Obviamente no es eso, sí va a tener algo oculto, algo que no nos dice pero un capitán nunca hace trabajos para la realeza, no si quiere seguir viviendo como pirata, primero lo que pasará es que ellos te atraparan y ya está, ni vas a escuchar. Si por alguna razón llegas a dialogar con ellos despídete de ser pirata, despídete ya que la gente sabrá que eres un perro traicionero, la venganza tiene que ser tanto como para no querer vivir más y eso no te asegura que no te encarcelen o te obliguen a trabajar en su bando. Nunca es buena idea hacer tratos con ellos.
―Entonces ¿qué planea hacer él? – el capitán se detuvo y miró al cielo.
―Solo tengo una idea, al inicio querrá vengarse con sus propias manos, va a intentarse enfrentarse contra mí a mano limpia, un uno contra uno pero en el momento en que vaya perdiendo hará su jugada, no sé con exactitud que hará pero tendrá algo para igualarme y superarme. Va a creer que confió en el terreno y en su palabra, por algo escogió ese lugar y no es solo para su defensa, para que yo no lo ataque sino que yo deba confiar en él, confiar en que no me atacará y eso es exactamente lo que hará, además existen miles de maneras de matar a una persona sin hacer ruido, matar toda una tripulación sin ser detectados. No lo sé con seguridad pero no hay que bajar la guardiana, ninguno de nosotros.
―Digamos que vamos a una trampa directa y no podemos hacer nada más que chocar contra esta tormenta ¿cómo hacemos para que la gente no se ahogue? Ya que huir no es una opción.
―No, no lo es, estamos en el ojo de la tormenta. Lo que haremos es esto, cuando llegue algunos irán a su barco, solo al ser necesario y se harán cerca de los cañones, obviamente él hará lo mismo pero eso no nos importa ya que nosotros no los tocaremos, no haremos eso, no señor. Eso será suficiente para debilitarlos y evitar una posible pelea, evitamos que nos ataquen y si es necesario tendremos que matar a los otros.
―Esto no puede hacerlo cualquiera, los nuevos te van a vender y eso es lo que te llevo diciendo desde siempre, no puedes confiar en ellos.
―Y no lo haré, por eso tú vas a ir primero, la gente de confianza va a su barco y estén preparados para pelear, va a ser demasiado peligroso pero ustedes podrán con esto, ustedes pueden con todo y confió demasiado en ustedes y si te escucho, si te escucho. Solo que estás equivocado, los nuevos no me van a traicionar, no me van a traicionar porque no conocen a donde más ir, no tienen a donde ir.
El día cayo rápidamente y el capitán Fox se acercaba a su destino, no podía hacer otra cosa realmente, no podía huir o esconderse para siempre y ya se había aburrido de esto, nadie lo había buscado, nadie lo había atacado en todo este tiempo sin contar a ese patán que se hacía llamar Oxy, quizás esa persona se había olvidado de él y podía volver a ser el de siempre. Además sabía cómo lo miraban su tripulación, como lo miraban los nuevos y sabía que un líder débil es lo que hacía hundir al barco, si quería seguir adelante tenía que quedarse sordo frente a los gritos del miedo y seguir adelante, solo cerrar los ojos y demostrar lo bueno que era él. Se dirigió al lugar asignado, quería tener un buen plan pero realmente no tenía tiempo para formar uno y solo podía confiar en su instinto, confiaba en que ese chico fuera tan estúpido como pelear uno contra uno y se veía que sí era así; en el peor de los casos ese sujeto tendría alguien adentro de su barco, muy probablemente alguien de los nuevos pero no había tiempo de definir quien, habría que desconfiar de todos. Llego al lugar asignado, todo estaba vacío y eso le dio algo de ventaja, reconoció el lugar, observo cuales eran las mejores rutas para salir rápido de ahí, cuál era la ruta de los barcos reales y que tan rápido eran, obviamente no podía quedarse quieto en el mismo lugar sin verse muy sospechoso así que fue de un lado a otro lentamente, intruso una vez se detuvo en el puerto por unos segundos, sabía que era raro que los barcos reales aparecieran por aquí pero era una posibilidad, con la suficiente mala suerte te la podes encontrar. Faltaban solo unas cuantas horas para el encuentro, cuando la lluvia empezó a formarse, nadie se dio cuenta lo que se formaba arriba de ellos ya que estaba de noche y la luna apenas brillaba, no notaron las nubes negras que se formaban en el cielo. El primero en sentirlo fue el capitán que sintió un aíre frío y húmedo, sabía lo que se vendría aunque no le importó mucho. Con los minutos cada vez el clima empezó a empeorar hasta que el cielo no resistió más y se rompió, dejando caer la lluvia, una lluvia feroz y monstruosa pero ni eso detendría al encuentro, unos minutos después apareció Oxy con su barco, aunque a lo lejos pareciera cualquier barco Foxy sabía que era él y se sintió algo nervioso, aunque estaba nervioso, se paro debajo de la lluvia y miró fijamente el bote acercarse.
―Vaya lluvia ¿No? – dijo Deuz acercándose a su espalda.
―La lluvia siempre sabe cuándo caer, es simplemente perfecta, no va a durar mucho y dentro de poco dejará de llover pero está bien, así es bonito.
―Puedes tener razón, siempre la tuviste… - Deuz miró hacia abajo - ¿estás seguro hacer eso? No es que desconfíe de ti pero todo esto me parece apresurado.
―A mí también, a mí también pero ya sabes lo que me hizo la otra vez, es alguien impulsivo, idiota y no piensa en las consecuencias, tiene un plan obviamente pero es tan tonto que si va a aceptar pelear conmigo y solo porque quiere matarme. Conozco esa mirada y quiere que mi vida se apague por sus manos y lo va a intentar hasta no poder más, lo va intentar y cuento con ello.
―Parece que tienes un plan capitán – dijo Deuz con una sonrisa.
―Algo así, algo así pero no se la contaré a nadie, por ahora, son de esos planes que necesitan hacerse en secreto, algo que si se cuenta no pasa. Disculpa la desconfía.
―Tranquilo capitán, tranquilo, todos tenemos nuestros secretos – Deuz miró hacia al frente - ¿crees que es el barco de él? – el capitán no respondió – sí, lo deseas aún tenemos tiempo de hacer algo más, de huir.
―No lo haremos, esta vez no, él dice que mate a alguien que conoce, creo que habla enserio y no va a descansar hasta conseguirlo pero mi única duda es ¿por qué espero tanto tiempo? Está preparando algo pero puede ser cualquier cosa.
―Ya sabes lo que creo, que está tramando ¿por qué estar cerca de aquí? ¿por qué está tan seguro que va a ganar? Si actúa igual que tú debe tener algo preparado y por eso está
confiado – el capitán lo miró y sonrió.
―Nosotros no somos parecidos, ni un poco pues él se cree superior porque ha sobrevivido a todo, ha llegado a la línea de meta que muchos atesoran y ahora se sienten intocables, me acabo dando una golpiza y por eso se siente confiado, cree que lo va a repetir, no necesita tener un buen plan ya que tiene talento, sabe que es mejor que yo y ese lo va a hacer caer.
―Igual te recomiendo tener cuidado con los nuevos, no confió en ellos – el capitán volvió a mirar enfrente.
―Yo tampoco, yo tampoco, en las únicas personas que confió es en ti, Onnie y quizás Maggie pero nunca la he visto pelear, los demás son unas ratas vendidas pero están bajo mi control, confían en que yo seré su camino fácil a la gloria, de hecho todos piensan lo mismo y cuando deje de serlo, me mataran o simplemente se largaran a alguien mejor, cualquiera de las dos cosas puede pasar.
―¿Le tienes miedo a la muerte? – el capitán se río.
―Después de todo lo que hemos vivido decides preguntar eso, deberías saber la respuesta, solo le tengo respeto pero temerle, eso es lo que en realidad mata, el miedo a la muerte. Yo no, hasta que mi cuerpo aguante yo vere cara a cara a la muerte – Deuz puso su mano en el hombro de su capitán.
―Voy a preparar todo para la llegada de nuestro enemigo.
El capitán Fox estaba algo confiado, había llegado donde más quería e iba por más, aunque seguía atento de todo lo que pasara, incluso veía con sospecha a su tripulación pero sabía que no le harían nada, por lo menos no antes que él se diera cuenta, decidió mejor buscar en el mar algún indicio de su trampa, algo fuera de lo común, un movimiento raro del barco o algo por el estilo pero todo parecía normal y eso le inquietaba. No se dio cuenta hasta muy tarde cual era el plan de su enemigo, de hecho si se lo hubieran dicho jamás lo hubiera creído. Deuz no abandono al capitán en ese momento, simplemente se puso a su espalda y lentamente y sin hacer ruido saco su espada, susurro algo, un perdón hacia su capitán y una explicación, cosas que en realidad no eran para su capitán, era para él mismo, palabras de un cobarde, un cobarde que apuñalo por la espalda a su capitán, un golpe mortal pero que iba a resistir, su misión no era esa, solo tenía que herirlo y el resto se encargaría Oxy. El capitán se giró y vio a Deuz con la espada en mano y una cara de horror, Fox solo pudo mirarlo confundido y decepcionado, no pudo hacer nada más en realidad, quizás ese sería su final y solo espero la estocada de la muerte, algo que nunca ocurrió pues sus intenciones no eran matarlo y eso hizo sonreír un poco al capitán. Dio unos cuantos pasos para atrás hasta tocar con espalda el borde y luego se lanzó para atrás cayendo al mar, Deuz intentó detenerlo pero ya era muy tarde, no se dio cuenta de las intenciones de su capitán y creyó que simplemente se estaba tambaleando por el golpe, no era rápido para evitar la caída de su capitán, simplemente se asomó y miro abajo en busca de su él pero no lo encontró, no se veía su cuerpo, creía que ya había muerto o que lo haría pronto, cosa que hizo maldecirse a sí mismo por dudar y no haberle clavado en las piernas. Deuz se volteó y se llevó un pequeño susto al ver a Onnie detrás suyo con una cara de confusión y horror, él había visto todo y no supo que hacer, simplemente se quedó quieto mirando al asesino de su capitán con horror y con asco.
―Lo siento, era él o nosotros, nuestro capitán ya no podía comandarnos, tenía que tomar una opción. Él ya no era bueno para nosotros, solo debemos seguir adelante, es lo que él hubiera querido – le dijo con una mano en el hombro - ¡Ha cambiado los planes, hagan exactamente lo que yo digo si quieren vivir! – Onnie se quedó quieto, mirando donde estaba su antiguo capitán.
Se que uno piensa que es imposible que uno rápidamente cambie de bando, que el honor de una persona evita hacerlo y va hasta el final con sus amigos, que algo detendrían la traición y que al morir se hiciera algo, una ceremonia o un gracias, pero los piratas no hicieron eso, rápidamente aceptaron su nueva realidad y trabajaron de la mano de su nuevo capitán Deuz, algunos pocos lamentaron la muerte de su capitán pero siguieron trabajando porque oponerse era morir. Deuz hizo que la tripulación pusiera una bandera blanca y se acercara al barco enemigo, Oxy al ver esto sonrió y dejo que se acercaran, luego se pusieron uno al lado del otro y él decidió invadir el barco emocionado, por fin podría matar al capitán Fox, quien mato a su hermano, ya se imaginaba las miles de cosas que le iba a hacer, las torturas que le pondría hasta que le dieron un golpe de realidad.
―Lo siento, pero él ya está muerto.
―¿Qué? – esto no le hizo ninguna gracia, agarró del cuello a Deuz – repítemelo – empezó a ahorcarlo.
―Lo acuchille cómo usted me dijo, en el estómago para que sobreviviera pero se cayó al mar, se cayó al mar, por favor… - Oxy lo soltó.
―Creo que tendríamos un trato, yo te daría el barco y la vida de todos si yo era quien lo mataba – él lo golpeó en el estómago con fuerza – yo era quien debía apagar su vida poco a poco, inútil de mierda – lo volvió a golpear tres veces en el estómago con fuerza – dime por lo menos que viste su cuerpo, dime por lo menos que viste su cuerpo y estás seguro de que murió.
―Cayo al agua, con esta lluvia, como está el mar, nadie puede sobrevivir, es imposible sobrevivir.
―Entonces no viste nada, entonces puede estar vivo – Oxy le pegó un puño en la cara, lo que le hizo arrodillarse – así me gustan, me gustan que imploren por su vida, que me supliquen. Te doy un consejo como nuevo capitán, uno nunca deja nada a Dios, uno se asegura que las cosas salieron como quisieron, un buen capitán controla todo – volvió a golpearlo en la cara, lo que hizo caer al suelo – nuestro trato sigue en pie pero primero te daré una lección de quien manda aquí. Amárenlo al mástil y que se quedé ahí unos cuantos días, no me importa como lo hagan pero lo tienen que hacer. Ahora su barco me pertenece pero va a ser dirigido por mi segundo al mando y no hagan nada estúpido porque los terminaré matando, de hecho ¿por qué no empezar ahora? – dijo con una sonrisa, una persona intentó hacer algo, puso su mano en su espada pero rápidamente fue apuñalado – ya tienen un ejemplo, la próxima vez dejen que se acerquen a mí, quiero que vean de lo que soy capaz.
Ese fue el último día de capitán para Fox, no tenía ni barco, ni tripulación y posiblemente había perdido la vida, mataron a unos cuantos de su tripulación como ejemplo de lo que pasaría si se revelan, personas al azar y le cortaron las gargantas, también se llevaron toda la munición de los cañones y algún que otra moneda guardada por el barco y luego todos se dirigieron a una isla propiedad de los piratas y ahí dejaron el barco pero no fue un viaje de unas horas, fue un viaje de dos o tres días, días donde Deuz permanecía amarrado al mástil, aguantando el sol, hambre y sed y cuando llegaron a la isla, lo soltaron y lo dejaron ahí con su tripulación, el trato ya estaba hecho. Deuz asumió el mando de capitán en la ausencia de Fox y a los días volvieron a zarpar con la tripulación, ninguno se quejó mucho del cambio, todos sabían que no había nada que hacer, así es como muere una leyenda y nace otra, un nuevo capitán estaba en los siete mares, un mal capitán inepto para hacerlo pero que consiguió que todo quedara a flote, todo obviamente gracias a Oxy que de vez en cuando lo ayudaba y lo mandaba a algunas misiones como distracción o carne de cañón.
Chapter 42: Una vida que no me pertenece
Chapter Text
Desde pequeño siempre sentí que era especial, que tenía algo que me diferenciaba, para bien, era superior que cualquier persona y eso fue bastante malo. Si, era bonito destruir a mis enemigos con solo mover un dedo, romper cada uno de sus huesos y escucharlo gritar, sentirme imparable era hermoso pero me aburría, llegue a un límite que nadie en esta época había llegado, era superior a cualquiera y eso se convirtió en algo malo. Todos me pedían hacer algo, que les arreglara la vida, que matara a tal persona, que hiciera cambios en el mundo para mejorarlos, pero la verdad es que el mundo ya está perfecto como está, ya las peleas no me traen satisfacción, todos tan débiles y patéticos y sabía que mostrar mi poder traería una avalancha de problemas, todos querían algo de mí, era su Dios y cada vez que no podían hacer algo recurrían a mí. Me canse, no tenía satisfacción seguir siendo un Dios, todo lo podía obtener con solo mover un dedo y me pregunte que era ser un humano, alguien normal y eso hice, caminar entre los humanos y escucharlos, ver cómo se lamentaban por sus tontos problemas era bastante divertido, ver lo miserables que eran sin notarme era grandioso y tan patético que daba risa. Conseguí una vida tranquila donde podía ver la vida pasar, la vida de todos y me sentía mucho mejor, como algunos morían de hambre, como se apuñalaban uno contra otros, como maldecían a los otros, creían que los otros eran culpable de sus problemas pero nunca ellos, no ellos no. No necesitaba torturarlos para escucharlos gritar. Algo que también aprendí era disfrutar las cosas que ganaba sin usar magia, solo mi inteligencia y me encanto, todos comiendo de mi mano y sin usar mis poderes, si tan solo supieran que podía destruir la montaña con mi mente. Los humanos son tan interesantes y actuar como uno está bien, dormir y relajarme es perfecto, sentirse tan patético y miserable es lo mejor que me ha pasado, tener una vida mortal era bueno mientras duro y aun la conservo, simplemente porque tengo dos personas que admiro mucho.
―No pensé que volverías, pensé que ibas a tener una vida tranquila – ella se veía igual, actuaba igual y eso me alegraba, tenía algunas dudas sobre ella pero habría tiempo de responderlas, ahora tengo cosas más importantes.
―Y la tuve, y la tuve pero algo me devolvió a mi camino, volví a ser yo – dije mientras me ponía mi capa, no me veía tan mal como pensaba – Dios ha resucitado.
Sí, la vida humana era tranquila pero también era una farsa, aun la sostengo pero algo me había lanzado de nuevo a mi vida real, a lo que en realidad era y lo que siempre debí ser. No sé si tú lo hayas notado, no sé qué tan buena seas pero deberías saber algo, lo debiste haber sentido así de fuerza, cuando nació sentí un poder inmenso, mi cuerpo se paralizo y me costaba respirar, era algo que jamás había sentido y mi corazón empezó a latir con pasión y emoción, jamás había sentido algo así y solo había una explicación. En realidad no era una explicación, era un mito gigante, un cuento para niños que me contaron y que sonaba ridículo pero cuando lo sentí empecé a creer, ese príncipe, Freddy tiene un poder especial mayor que cualquier brujo, mayor que mío pero nunca lo había utilizado, por lo menos no con todo su potencial. Todo lo que diga es suposición pero a mí me basta y creo que a ti también, su madre sabía de esto y le tuvo miedo, todos nos tienen miedo ya que somos dioses pero eso es estúpido, solo nos enfurecen y eso le hicieron al pequeño príncipe Freddy. Lo más fácil sería matarlo cuando era un niño y luego esconderme, así de fácil ya que no había nadie que me venciera y la verdad estar a servicios de alguien no me agrada, lo detesto, quizás piensas que lo mejor sería matarlo antes de que sea un problema pero ¿para qué? ¿dónde está lo divertido en esto? No me queda muchos años, los brujos no viven más de los cuarenta, no me queda mucho tiempo para disfrutar y si me llegara a vencer, a poner a sus pies sobre mí, solo disfrutaría meses, no tendría nada. Lo segundo es que obviamente es más fuerte que yo, una barbaridad pero eso es lo divertido, quiero llegar a mi límite, quiero superar mi límite, ver cara a cara a la muerte y seguir peleando, quiero que alguien me ponga cara y me haga verdadero daño, que tenga que pensar en cómo detenerlo y no simplemente mandar un golpe y acabar la pelea, quiero sentir la adrenalina de una pelea, solo quiero eso, pelear hasta mi límite sin importar el resultado.
―Hace tiempo que no nos vemos, ni me has explicado que vamos a hacer.
―Camí, tu tranquila que ya te digo que hacer, primero necesito un favor gigante, necesito oídos y ojos en la calle.
―Puede ayudar en eso, puedo caminar y… - yo reí ante esta idea.
―No, no me refiero a ti y tampoco me refiero a eso, quiero saber lo que se encuentra abajo, bandidos y compras ilegales, necesito saber quién quiere ponerme el cuchillo en el cuello antes que lo hagan, aunque lo intenten no lo lograran pero puede ser una molestia y necesito tener a los bandidos de mi lado.
―Puedo conseguirte uno, puedo conseguirte a alguien pero… - ella de repente se perdió, a veces le pasaba, miraba confundida un lugar a otro hasta que volvía – es un patán y va a costarnos algo de dinero, yo no tengo para sostenerme.
―No te preocupes, no te preocupes que yo tengo demasiado dinero, además lo necesitamos para conseguir dinero así que se va a terminar pagando solo, te encargo a ti porque te tengo confianza, te pagaré y comprare todo lo que necesites pero primero debemos formar nuestro propio reino.
Ya debes conocer a mis dos manos, Camí y Eak, los seguiste para encontrarme, Camí siempre ha estado conmigo, desde que llegué ella ha estado ahí para mí, tiene algunos problemas en su alma y tengo que cuidarla aunque ella no se acuerda, siempre tengo que ayudarla para que recuerde algunas cosas, es tan inútil como cualquier humano pero nadie sospecha de ella y si algún día cae, no tendrá nada que decir, nada. Eak fue un poco complicado de conseguir, de hecho intentó coquetear con Camí pero esta no le hizo ni caso y no porque no sea guapo o que ella no quisiera, simplemente ya no podía, ya la has visto y sabes que no parece humana, no es humana y sus encantos no sirvieron pero fue intrépido y la siguió hasta llegar a mí, intentó vigilar a lo lejos y poco a poco se acercó, yo me deje y le pague un adelanto y así de fácil cayo, ahora tenía alguien en los barrios pobres, bastante bueno e intocable para un ser humano, eso decía él aunque me parecía dudoso, me parece alguien irritante y traicionero pero hacía bien su trabajo, solo con un poco de miedo y dinero estuvo bajo mis pies y con ellos dos forme mi pequeño imperio aunque tu ya sabes eso, ya te lo han contado.
―Hubiéramos empezado por esto jefecito, te hubiera aceptado desde el inicio y no con el aburrido dialogo que me diste, a veces debes callar y mostrar – al inicio siempre era así de vulgar, tenía cero respeto hacia mí pero poco a poco empecé a partirle respeto.
Lo deje pasar, todo su parloteo y su egocentrismo y las grandes faltas de respeto que me hacía, rozaba lo insoportable, con esa piedra en el zapato forme mi imperio, me dijo quién era las personas más poderosas en los sectores bajos y era mi guardián de prisioneros, los humanos no aprenden hasta que le estrellas la cabeza contra la pared, incluso tú que creíste poder hacerme algo, que tonta, que tonta. Ya sabes lo que hice, lo que formé con mis manos y sabes que me volví rico aunque no lo necesito, puedo convertir la tierra en oro pero necesitaba un nombre, una cara, un miedo. Esa era la parte simple que lo logre en un mes o quizás dos, no me acuerdo bien, el problema y el reto era meterme en el castillo, saber que estaba pasando adentro y moverme antes de que el rey se dé cuenta, estar entre las paredes y era fácil hacerlo sin contar a una persona, el pequeño mago que hay en el castillo. No creo que sepas que existe, es demasiado débil incluso diría que es más débil que tú pero hasta el mago más inútil puede sentir la magia y bueno, sabría que estaría ahí, escuchando y no quería matarlo ¿para qué? Al final somos familia y sería aburrido matarlo y quizás me traiga más problemas, los reyes sospecharían así que decidí ir de otra manera, al final me di cuenta que yo no necesitaba entrar al castillo, necesitaba tener a alguien dentro de él y podía no ser yo. La verdad soy un vago y no quería buscar, amenazar uno por uno, ver quien era una persona débil y esas cosas, no me interesaba y tenía gente que lo hizo por mí, simplemente chaqueé mis dedos y me trajeron la comida.
―Es el mejor que había, de todo lo que dijiste es la mejor persona que cumple todos los roles jefecito, mejor que él no encontrara además no pide mucho, de hecho puedes no pagarle – en ese tiempo Eak se había ganado poco a poco mi confianza pero cuando llego con él me pareció ridículo, nunca pensé que fuera tan imbécil.
―Encuentro varios problemas con tu persona, primero no es ni caballero, no habla nunca con el rey y siempre se encuentra en un mismo lugar, no nos va a servir para escuchar nada.
―Es cierto, es cierto no es del alto mando, no es así importante pero piensa ¿de quién van a sospechar primero? Obviamente de los que están más cerca del rey y nos quedamos sin ojos ni oídos – tenía un punto, Eak puede decir estupideces pero es un poco inteligente.
―Demuéstrame que me equivoco, si sabe algo que lo diga y dejo que trabaje para mí. Aunque hay otro problema y creo que este es peor, me parece que es alguien demasiado débil, tarde o temprano soltará la boca, es alguien tan bueno que no sirve para esto, no va a traicionar sus principios o alguna estupidez así, es humano y los conozco a todos muy bien, nunca trabajará para nosotros.
―Excepto que le hagamos una oferta que no pueda rechazar. Se que parece un tonto y con esa sonrisa de imbécil parece demasiado débil, pero hay cosas que no importa que tan bueno seas, nunca vas a rechazar.
―Te escucho – dije con una pequeña sonrisa.
―Podemos simplemente obligarlo entrar por querer ayudar a alguien, ya he escuchado lo que has hecho, prometió a la persona lo imposible, no importa si lo cumples o no, solo debes prometerlo y ellos lo harán, siempre lo hacen. Hay otra manera mucha más divertida y es amenazarlo con algo, tu debes saber más de eso que yo, quizás con su madre, con el mismo, una pequeña amenaza y que tenga miedo de plantarte cara, que sea nuestra mascota para siempre, es buena persona y creo que si amenazamos a alguien que le importe va a aceptar, va a ser tan idiota de intentar que todo salga bien y si escondemos nuestras intenciones, se va a comer el cuento entero. Podemos decir que yo o Camí estamos en peligro por tu culpa, que necesitamos ayuda y si rechaza el trabajo nos matará, ahora sentirá una obligación de trabajar por nosotros, va a ser una buena persona y nos va a ayudar.
Tuvo razón ese pequeño idiota, al final fue bastante leal a nosotros, a pesar de todo fue demasiado leal y jamás le dijo a nadie sobre nosotros, cumplió con su palabra, sabía que estaba haciendo algo malo, no sabía cuanto pero sabía que todo lo que hacía no estaba bien pero lo siguió haciendo. Era bastante débil y más de una vez lloró por lo que estaba haciendo, lloraba porque sentía la traición hacia su tierra, hacia Dios, hacia todo lo que era ¿te imaginas llorar por un pedazo de tierra? Los humanos son tan ridículo, tan patéticos pero eran útiles al final del día, incluso alguien como él me hizo llegar mucho más lejos, al final ese idiota si nos sirvió demasiado. No tenemos mucho tiempo, pronto me tengo que ir, aun no te mato porque te necesito viva y porque puedes hacerlo mejor que antes, se que sí, mereces una muerte digna por lo menos, aunque seas patética eres mejor que los humanos.
―Camí, tengo que irme, vigila a Eak y todo lo demás, voy a estar siempre atenta a ti y si tienes un problema solo grita, yo te escucharé, te lo prometo – es lo que casi siempre decía cuando desaparecía, incluso cuando tenía todo en orden sabía que algo se me podría salir de las manos, algo que no vi, algo pequeño pero hasta la gota más pequeña puede formar un diluvio.
A pesar de todo, de ser otra vez yo, de ser esa persona que estuve destinada a ser nunca dejé mi vida falsa, la vida que en realidad no me pertenece, en realidad la robe pero ¿a quién le importa? No te diré quién era yo, mi vida humana ya que eso fue lo que siempre buscaste ¿no? Pues no te ayudaré, sigue buscando, busca la respuesta, todos le gustan los misterios. Me gustaba mi vida falsa, era tranquila y normal, rodeado de humanos patéticos y no sé porque, puedes suponer muchas cosas, Camí siempre busca una razón y a mí no me molesta que diga sus hipótesis, además los olvidará en algunos minutos u horas, no lo sé y creo que ya es muy tarde para hacer pruebas, no es el momento. Ella cree que le tengo compasión a los humanos y bueno, ya debes saber que no, quizás tiene razón en una cosa y es que me había vuelto muy débil y me hice amigos, los puedo matar cuando sea el momento pero ¿por qué no disfrutar un poco más de la mentira? Además la vida falsa me puede ser útil para después, no sabes lo que he descubierto, me cayó como anillo al dedo y aprendí muchas cosas, historias humanas que no deja de ser estúpida pero me han dado una gran idea para gobernar todo, todo es demasiado divertido. Veo tus ojos y se lo que piensas, que mataré a todos en el reino solo por diversión y puede ser, te diré que no me contendré cuando pelee con el príncipe, eso sería algo estúpido y quizás alguien muera pero será un error, no estaba en mis planes; matar tarde o temprano me aburriría, siempre quiero llevar sus cuerpos al límite pero gritan tanto y se demora tanto, no tengo todo el tiempo del mundo para pelear con ellos, yo no los mataré si no me veo obligado. Aunque eso ya lo deberías saber ¿no? Me has seguido mucho tiempo y deberías hacerlo, cuando los mato hago arte y sé que voy a demorar y que me cansaré así que solo me puedo divertir cuando estoy solo, como estamos tú y yo, solo con palabras se pueden romper a una persona ¿ves lo patético que son? Nos parecemos tanto a ellos, es como dicen, Dios nos hizo a su semejanza, por eso los humanos se nos parece tanto. Sabes que he estado desaparecido unos cuantos años, te lo diré pero no hoy, no hoy, se nos ha acabado el tiempo, volveré cuando termine de hacer unas cuantas cosas, se viene algo grande y espero que este a mi lado para verlo, será grandioso.
Chapter 43: Control
Chapter Text
Todos están contra ti, es lo único que llega a tu cabeza, todos están contra ti, es el pensamiento que te mantienen vivo a un rey y puede ser verdad, todos quieren algo de ti, el rey no tiene amigos, tiene súbditos y eso es una realidad que todos deben aceptar. Aunque todos los reyes tengan el mismo pensamiento no todos tienen el mismo resultado, miedo, odio, incluso se puede sentir alegría por ser el centro de atención, de tener algo que todos desean. Unos meses antes de la guerra de la trinidad, ese era el único pensamiento que tenía el rey, un pensamiento que lo iniciaría todo, también pensaba en la humillación que vivió hace unos años, una humillación imperdonable y decidió devolver el golpe, destruir a sus enemigos. El día era soleado y hermoso, cumplía un año de la muerte del rey y su hijo Guillermo decidió tomar el control, a pesar de ser un día triste y deprimente el día era perfecto, un sol brillante con una brisa constante, los pájaros cantaban y los niños jugaban en las calles pero en el castillo el ambiente era otro. El rey estaba pegado a su silla y la apretaba con sus manos, le clavaba las uñas, su garganta estaba cerrada y su corazón estaba acelerado, escuchaba una conversación que en realidad no le importaba, ya sabía que decisión iba a tomar, no importa todo lo que dijeran, uno nunca puede hacer cambiar de opinión a la persona que ya tomo una decisión y no acepta otra opinión, hay personas que no escuchan a otras personas que no sean él.
―Esa es mi decisión, creo que el rey central ha perdido su camino, su rumbo y no ha querido hablar con nosotros, creo que es la única manera de que nos escuche sin enviarnos a una guerra, no creo que se lo tome personal. Es la palabra del rey.
―Y se va a cumplir señor – dijo su comandante.
―Estás cometiendo una equivocación, una muy grande y desastrosa. Escucha al señor y te guiara, debes detenerte y no hacer que se derrame sangre por nada – le decía un sacerdote asustado, al parecer el único que si usaba su cabeza, que si era inteligente y sabía lo que iba a pasar.
―Tranquilo cura, todos esos no tienen alma y no siguen a nuestro señor, de hecho le hacemos un favor desapareciéndolos, no se preocupe por Dios que él estaré contento por lo que haré.
Antes las cosas funcionaban muy diferente, aunque se piense que todos los días son iguales, que todos los reyes se parecen, que la historia se repite pero eso es una gran mentira, algo que todos olvidan y me parece un insulto que lo hayan hecho es que todo lo regía el rey, incluso la iglesia era influenciada por los reyes, todo era control del rey, incluyendo las minas. Antes la minería no era un trabajo, no había nadie que se postulaba delante dos personas y te daban trabajo, te daban dinero para pagar lo que tú quieras, antes el trabajo lo hacían los prisioneros, prisioneros que no eran alimentados, ni le daban nada de beber y mucho menos descanso, siempre había guardianes vigilando y si los veían descansar los pinchaban con las espadas en las costillas para que se levanten y así les funciono por muchos años. Aunque no lo parezca hacer trabajar a los prisioneros es mucho más barato y bastante más tranquilo, los prisioneros no intentaban pelear, ya sabían que iban a morir y que este era su destino, quizás con algo de suerte y trabajo duro podían darle una muerte casi sin dolor y lo más importante, quizás con todo este trabajo duro podía limpiar los pecados que habían cometido en vida, podías disfrutar el cielo poniendo tu vida por el reino. Cada reino tenía una sección dependiendo de su tamaño y así explotaban toda la montaña, una porción bastante pequeña de lo que sacamos hoy en día; el caso era que cada cierto tiempo, cuando al rey le diera la gana iba por lo que sus prisioneros habían recogido y lo llevaba a su reino, cada uno era independiente y rara vez los reyes hablaban discutían sobre el tema de la minería, no me molestes y yo tampoco lo hago.
―Venimos aquí para llevarnos las piedras preciosas – dijo el comandante con solo veinte hombres, nadie sospecho de lo que estaba pasando, lo que se movía por las sombras.
―Claro, claro. Síganme que necesitamos hablar de algunos problemas ¿traes los prisioneros? No los veo – el comandante le puso su mano al caballero.
―Hablemos en un lugar más personal, más privado ¿sí? Ha surgido unos cambios que debemos discutir.
El rey mandó cincuenta caballeros para la misión, un número tan insignificante de su ejército pero un número más que necesario. En la mina solo había treinta caballeros para el reino más grande y diez para el más pequeño, el reino de Guillermo tenía veinte caballeros ya en la mina, más los otros cincuenta, eso se traduce en la victoria de la primera batalla. Llevar un ejército grande para algo tan pequeño iba a ser contraproducente, necesitaba ser silencioso y evitar que su enemigo se diera cuenta de tus intenciones, un grupo pequeño que se movía en las sombras y cuando menos lo esperes, ya están tocando en tu puerta. Traían comida para resistir un tiempo, dos meses o un poco más, el plan era sostener el lugar hasta que los caballeros del rey Carlos llegaran, sorprenderlos con esta pequeña sorpresa. Fue un viaje de dos semanas más o menos, se demoró un poco más de lo esperado, al llegar la mayoría esperaba la señal, rodeaban al enemigo sin que este se diera cuenta y quizás alguien si lo vio venir o algo por el estilo, siempre hay historias de personas que ven lo que pasará pero ya era muy tarde. El comandante aviso lo que iba a pasar a sus hombres en la minería, todos se pusieron de acuerdo y agarraron sus armas, uno de ellos soltó un caballo y lo golpeó por atrás lo que provocó que gritara y saliera corriendo hacia el bosque, era la señal. Sus enemigos no tuvieron ni la más mínima posibilidad de ganar, estaban con la guardia baja, lo superaban en número y los enemigos vinieron de todas partes; la montaña rápidamente se llenó de sangre y era obvio quien fue el ganador. Las cosas siguieron normales, los prisioneros siguieron sacando las piedras preciosas pero esta vez eran más cuidadoso con ellos ya que tendrían que sobrevivir un buen tiempo, todo lo que ganaron en ese tiempo fue enviado para un único reino, por una semana o un poco más las minas fueron de Guillermo, fue todo relativamente bien hasta que llegaron los recolectores de los otros reinos.
―¡Arqueros prepárense! ¡Disparen rápido y apunten a los caballos! – ordenaba el comandante al verlos acercar.
Los recolectores eran cuatro carretas, cada uno manejada por dos caballeros y otros seis caballeros que protegían los carruajes, el numero dependía mucho del reino, a veces era muchísimo más pero solo hay registro de ese día, ese día solo fueron cuatro carretas y es lo que siempre se ha contado. Estos hombres tampoco fueron capaces de hacer algo, cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando, ya era muy tarde, las flechas ya estaban golpeando a sus caballos, los caballeros que intentaban hacerle enfrente rápidamente caían al suelo y eran ejecutados, no fue un problema realmente y siguieron protegiendo su posición. Los caballeros de Guillermo no eran tontos, sabía que alguien se les pudo haber escapado y ya estaban corriendo para avisarle al rey, sabían que el rey tarde o temprano se iba a dar cuenta de esto, por eso mataron a todos los prisioneros para que no estorben y todas las piedras que consiguieron esos últimos días lo enviaron al castillo. Obviamente una parte de los caballeros tuvo que devolverse al castillo y entre esas personas se encontraba el comandante, comandante que cuando llego al reino fue directamente donde el rey para contarle todo lo que había pasado, que sus enemigos ya habían descubierto su plan pero eso ya no le importaba mucho, ya había conseguido lo que había querido, su atención. Al rey Carlos no le gustó nada esto, para nada y decidió mandar a doscientos hombres a intervenir y enviarle una carta a Guillermito para que le dé una explicación de todo lo que estaba pasando, estaba tan confundido por lo ocurrido pero debía recuperar esas tierras como sea. La tierra temblaba al pasar del ejército, los mejores caballos con los mejores guerreros cabalgaban juntos, cualquiera podía verlos por sus relucientes armaduras, un viaje que solo tardo tres días sin inconvenientes, tres días donde los caballos descansaron poco y nada, los caballeros no traían nada más que sus armas y sus caballos, lo demás solo sería un estorbo para ellos. Al llegar no se lo pensaron mucho, rápidamente corrieron a la batalla, doscientos caballeros contra sesenta, a pesar de todo los caballeros del rey Guillermo los esperaba, sabían que iban a recorrer solo un camino y ahí los esperaron, emboscándolos, mataron a unos cincuenta hombres o menos antes de empezar a perder, nadie se retiró como una rata, se levantaban del suelo con heridas y seguían peleando, hasta que sus cuerpos aguanten, hasta que Dios quiera llevárselos.
―Rey, rey, les traemos noticias, les traemos noticias – decía el mensajero del rey con dos cartas. Carlos no se movía de su silla mientras miraba un punto fijo.
―Habla – dijo con una voz grave sin emoción.
―Ha llegado dos cartas, uno es sobre el comandante de la operación de la minería, todo ha salido como lo planeado señor, han ejecutados a todos los enemigos y sobrevivieron gran parte del ejército, al llegar descubrieron que se llevaron todo, las joyas, los caballos, incluso los prisioneros han desaparecido. Ya se le entrego la carta al otro rey para que este informado de toda la situación, ahora estamos esperando su respuesta.
―Manden algunos prisioneros, todos los que tengamos, incluso los que íbamos a ejecutar en la plaza, quiero a todos allí trabajando de nuevo, también les llevaremos agua y comida y más hombres, no sabemos lo que el rey Guillermito quiere, quizás intente recuperar las tierras, debemos protegerlas y esperar un ataque hacia nosotros también.
―Hay otra carta, sobre el rey Guillermo… - el mensajero miro para abajo, sabía que esto no le iba a gustar.
―Prosigue – el rey lo miraba fijamente mientras apretaba su puño.
―Te invita a su castillo, quiere hablar cara a cara, hablar sobre lo ocurrido y darte una explicación, que las puertas siempre estarán abiertas para ti y que obviamente lo vas a visitar porque no quieres sangre, no quieres guerra, que todo se puede escoger hablando.
―Eso es una locura, una trampa ¿ir a la boca del lobo señor? Nada bueno puede suceder, será su final. Debemos llegar y plantarnos cara, destruir sus puestos de avanzada, tenemos que controlarlo – grito uno de sus comandantes escuchando semejante locura, el rey solo se quedó mirando un punto fijo en toda la sala.
―Vamos a ir – todo el mundo empezó a murmurar - ¡Vamos a ir! Pero no voy a ir solo, me va a seguir todo un ejército a las puertas del castillo, van a esperar ahí y si no salgo, ya saben qué hacer. Tres hombres entraran conmigo – las voces de las personas se empezaron a elevar - ¡Se que no es suficiente! Pero Guillermito no es estúpido, no me hará nada al ver un ejército en sus puertas, vamos a hablar con él y solucionar todo pero si él quiere guerra, guerra le daremos – todos empezaron a gritar, el rey golpeó el suelo con la pierna - ¡Silencio! Es una orden y me harán caso ¡Y si dudan de mi pueden irse rápidamente a trabajar en la mina! – todo el mundo se quedó callado – ahora queda una última cosa. Las cartas de los reyes solo son leídas por los reyes, nadie que sea un rey puede leerlas.
―Lo siento señor, discúlpeme por mi ignorancia, perdóneme por mis pecados, no volverá a pasar – las manos del mensajero empezaron a sudar, miraba a su alrededor intentando encontrar a la muerte, no la podía ver pero si la podía sentir.
―Está bien, te aseguro que no volverá a pasar. Córtenle la cabeza, aquí mismo – tres caballeros se acercaron al mensajero lentamente.
―Por favor señor, tenga piedad, por favor, por favor – el mensajero se arrodillo e imploro por su vida, lagrimas salían de sus ojos y caían al suelo, gritaba con desesperación pero nadie lo escuchó – se lo suplico, tengo familia, tengo hijos, soy leal a usted y a nuestro señor.
Fue un acto grotesco, la cabeza no le salió con el primero golpe de la espada, aunque si murió en el primero golpe y no tuvo que sufrir los otros dos que vinieron después, los vivos fueron quienes vieron todo el espectáculo grotesco, el rey no sintió nada, vio todo el espectáculo pero no lo conmovió, simplemente fue algo que paso, que miró fijamente pero no sintió nada, solo era un muerto más. Horas después salió un ejército de cuatrocientos caballeros hacia el reino de Guillermo, su viaje no tardo más de dos días y al llegar fueron recibidos con hospitalidad, abrieron las puertas del reino y los dejaron entrar con aplausos y felicitaciones, lo cual fue algo muy raro y extraño pero no era lo más importante. Ningún caballero soltó su espada, todos estaban atentos mientras el rey entraba al castillo, no sabía si sería la última vez que lo verían, no sabían si eso era una trampa pero debía de serlo, batallarían para traer honor a su rey, a Dios y a su tierra.
―Guillermito ¿cuánto tiempo? Espero que me des una buena explicación de todo esto – Carlos sonrió un poco y le estrecho la mano – igual es un gusto verte.
―Lo mismo digo, lo mismo digo. Lamento todo lo que ha pasado ¿hablamos en nuestra habitación privada? Con nuestros caballeros y todo.
Era una habitación cerrada, no entraba ni la luz, solo había una mesa con dos sillas, cada rey se sentó en una de las sillas y se miraron fijamente, los caballeros se quedaron sentados detrás de sus reyes, seis detrás de Guillermito y tres detrás de Carlos, la habitación era iluminada por velas, era un cuarto para nada natural, ambos reyes se miraban fijamente, Guillermo con las manos en las piernas mientras que Carlos las tenía por encima de la mesa, entrelazadas.
―Ya sabes todo lo que pasa ¿verdad? Tú los mandaste, fueron tus hombres por tu decisión. No quedó ni uno vivo para preguntarle, por eso estamos aquí.
―Sí, lastimosamente fui yo quien mando a los hombres, fui yo quien tomé el control en las minas – dijo con una tranquilidad aterradora.
―¿Por qué Guillermito? ¿por qué? No eres tan idiota como hacer un ataque suicida.
―Necesitaba hablar contigo… - Carlos iba a hablar pero fue interrumpido – si te envié cartas, varias cartas pero nunca me respondiste ¿si quiera las leíste? No quiero pensar nada malo pero me preocupe y lo que dicen de ti era aterrador, el silencio solo alimentó las dudas.
―¿Dudas? ¿De qué carajos estás hablando? No he hecho nada, absolutamente nada.
―Puede que para ti no hayas hecho nada pero para nosotros no fue así. Me refiero a que de repente empiezas hablar con gente de afuera, la empiezas a traer y empiezas a agrandarte.
―Es algo normal, es algo normal, mi hijo se va a casar con la princesa de otro reino, un reino lejano y es obvio que debemos impresionar a sus padres, demostrar que somos lo suficientemente importantes para que nuestra familia se una. Que un reino crezca es algo natural y que tarde o temprano tu harás.
―Primero, no sabía que tu hijo se iba a casar, no sabía. Felicitaciones – cuantas veces los humanos han maldecido su propia boca por las grandes cantidades de mentiras que ha soltado.
―¿No? Estoy casi seguro de que te envié una carta avisándote de todo.
―Nunca me llego – maldita sea la boca por las cantidades de mentiras que puede decir – eso explica algunas cosas – Guillermo le sonrió – pensábamos que querías vendernos o algo así, ya sabes como son los de allá, son adictos al control, siempre queriendo controlar todo y pensábamos que estabas haciendo algo contra nosotros, algo para tu supervivencia.
―No, como crees Guillermito – ambos reyes se rieron – ahora entiendo el ataque, sabías que eso llamaría mi atención y no era demasiado grave para nosotros, al final solo eran veinte personas o más, no lo sé y que importa, era bajas que un rey se puede permitir. Llamarías mi atención y evitarías una guerra, vaya genio Guillermito ¡Vaya genio! Y lamento por lo que hice con tus hombres.
―No pasa nada, sabía que hacía, a veces hay que correr riesgos, me lo merezco, el daño que le hice a tu reino fue demasiado, ojalá que todas esas muertes compensan algo - ¿qué pecado es más horrible que mentirle a un rey? – supongo que esto es todo, aunque en realidad hay una cosa más que hablar.
―Claro, claro, tengo muchas cosas que explicarte y algunas personas que ejecutar, pero me alegra que las cosas vuelvan a la normalidad.
―En realidad, no – Guillermito puso sus manos en la mesa – la verdad es que no te creo nada. Nos conocemos desde niños y se cuál es tu hambre de poder, aplastas a cualquier persona que este debajo de ti, humillas sin problema, no sientes empatía por otra persona que no seas tú. Y no me gusta que me digan Guillermito.
―Ya veo – Carlos miró a los seis guaridas, Guillermito había escogido la mesa más cercana a la salida – Guillermito, vamos a ser adultos y no te dejes llevar por emociones pasadas o cosas que te hice en el pasado. Además no puedes ganarme, soy más fuerte que tú, la guerra ya la tienes perdida.
―Es verdad, es verdad, excepto que no soy el único que está aquí metido – Guillermito le paso una carta y Carlos se sentó para leerla – somos dos contra uno. Creo que ahora yo soy el más fuerte aquí – el rey Carlos abrió la carta y la leyó detenidamente, no se lo podía creer.
―Son unos tontos ¡Unos idiotas de mierda! Si quieren guerra, eso es lo que tendrán – Carlos se levantó enojado.
―Se porque trajiste tu ejército, aun no les hemos hecho nada pero están en desventaja, incluso pueden tumbar las paredes, matar a todos los civiles pero jamás llegaran a mí, al final perderán – Guillermo tenía una pequeña sonrisa, lo estaba disfrutando.
―Entonces ¿por qué no me matas ahora? Guillermito, puedes hacerlo pero decides hablar y hablar ¿jamás te cansas? Aquí me tienes, inténtalo, Guillermito – Carlos se levantó de su silla – si quieres hacer algo hazlo ya.
―Claro que te haré algo, solo quítate la ropa – Guillermito chasqueó los dedos y los guardias sacaron sus armas – podemos pelear y ver quien es mejor pero… - Guillermito se levantó.
―Lamentarás todo esto – fue lo que dijo antes de empezarse a desnudar.
Que grandes burlarlas se hicieron en ese castillo, cuantos ojos vieron a un rey desnudo y se burlaron, era algo que no iban a simplemente dejarlo pasar sin comentar. Carlos no quería pelear, sabía que no podía ganar, si tuviera que a agacharse para implorar su salvación lo haría, al final solo los vencedores son quienes escriben la historia y este momento sería olvidado, además que importa lo que dijeran ellos, sabía que iba a hacer cuando llegara a su reino y nada iba a detenerlo o distraerlo. Cuando llego con su ejército, este le prestó una ropa decente y luego cabalgaron de vuelta, el rey estaba enojado e iba por las cabezas de los otros reyes, iba a mostrar quien mandaba y a quien se debían arrodillar pero lo que más quería era evitar matar a inocentes, sabía que eso era el peor pecado que podría cometer un rey. Cuando volvió a su reino, escribió una carta que fue dirigida a un lugar lejano, pidió ayuda a unos amigos extranjeros, sabía que esta batalla quizás no podría ganarla sola, necesitaba un poco de ayuda. Luego de eso preparo a todos sus hombres para la guerra, jamás había estado en una y solo había escuchado historias de está pero sabía que era como el arte, había que hacerlo lento y pensando en cada movimiento, cada palabra, cada pincelazo, solo era cuestión de tiempo para que cualquiera de los dos se empezaran a desgarrar.
Chapter 44: La gallina y el zorro
Chapter Text
La guardiana durmió plácidamente en la taberna, durmió bastante poco y por momentos, cerraba los ojos y a la hora se despertaba, daba unas vueltas por la habitación, miraba por la ventana y escuchaba intentando buscar algún ruido sospechoso, alguien acercándose a su cuarto, al no ser este el caso, volvía a dormir por un momento para volver a despertar y repetir el proceso. Salió de la habitación cuando el sol empezaba entrar en la habitación, camino con poco ruido para evitar a la dueña de la taberna, lo que no sirvió de nada ya que al bajar al primer piso la vio a ella barriendo el lugar. La guardiana quería devolverle el favor de hospitalidad a esa chica así que decidió ayudarla a limpiar su taberna, Joy se negó rotundamente a su ayuda pero la guardiana igualmente le ayudo, no iba a recibir un no como respuesta y las dos decidieron preparar el lugar para sus clientes.
―Dices que ella es una de los primeros clientes – la guardiana le pregunto a Joy después de atender a sus primeros clientes.
―Normalmente sí, hay días que no y a veces no viene por las bebidas pero sí para hablarme, no te preocupes que tarde o temprano llegará.
―Pues lo hago… - la guardiana estaba algo inquieta.
―Es fácil saber que algo te atormenta, además de mi amiga – la guardiana no respondió - ¿es sobre tu amiga de pelo morado? – la guardiana la miró con odio y sospecha – tranquila, tranquila, la vi llegar contigo, sé que se separaron y luego simplemente desapareció, no sé ni a quién le hablo o que hizo, pero si tú estás aquí y ella no… - Joy se quedó callada.
―Es un chico fuerte, seguramente estará bien, donde quiera que este y él me encontrara, estoy seguro de eso – dijo con una pequeña sonrisa, en realidad no creía eso pero era un demonio, si alguien lo tocaba lo iba a quemar – por cierto, me llamo Chica, no sé si te lo dije, no me acuerdo pero me llamo Chica.
―Vaya nombre peculiar, aunque ya me lo habías dicho – Joy se levantó de su silla con una pequeña sonrisa – un gusto conocerte de nuevo Chica, quisiera seguir hablando contigo pero tengo personas que atender. No te preocupes que todo tiene solución, solo tienes que esperar.
Las horas pasaron y esa chica no aparecía, esto ponía nervosa a la guardiana, tenía la idea de que alguien la vigilaba, que estaba siendo cazada, no soltaba su espada, analizaba su entorno, analizaba a las personas y dudaba de todos, incluso de la dueña, era buena persona pero todos tienen un límite. La guardiana sentía que si dejaba de buscar, él jamás volvería, no podía dejar de pensarlo y sentirse un poco culpable, aunque sabría que estaría bien, pronto va a volver, pronto va a volver. La dueña de la taberna también estaba preocupada pero por su amiga, cada minuto que pasaba miraba a su alrededor en busca de ella, sabía en que estaba metida, Bon se lo había contado un poco, lo suficiente para no ponerla en peligro dijo él, lo único que estaba seguro es que no era nada bueno, un novio abusivo quizás, una deuda con algún criminal, debía ser algo peligroso que no podía contar y eso le preocupaba, ambas se contaban todo. Luego de unas horas volvió, estaba golpeada, un morado en el ojo, estaba cojeando y tenía varios moretones por el cuerpo, moretones que apenas se podía esconder en su ropa. Chica al verla se levantó y camino donde ella para interrogarla, poco le importaba en que aspecto estaba ella pero la dueña del lugar llego primero; Joy al verla rápidamente dejo lo que estaba haciendo y caminó preocupada donde su amiga, le hizo un montón de preguntas que ella no respondió y lo único que pudo hacer es ayudarla a caminar.
―Joy, por favor vete, necesito hablar a solas con ella – dijo señalando a la guardiana – además tienes un lugar que mantener, tienes que trabajar – Joy le hizo caso y dejo a ellas dos solas en la habitación – sabía que estarías aquí, no te rindes tan fácil ¿verdad? No, no lo haces.
―Ya sabes a que vengo, no quiero ni trucos, no quiero pelear pero no dudaré en hacerlo. Necesito saber dónde está él.
―¿Tú donde crees que está? Está claro que te vio venir, te estaba escuchando ¿ves cómo me dejo? Eso les pasa a los que no siguen su ley.
―No me refiero a esa persona, poco me importa esa persona ¿dónde está Bonnie? – la guardiana puso una mano en el hombro de Meg.
―¿Quién es Bonnie? – la guardiana le dio un golpe en la cara.
―Chico de pelo morado, pequeño, aun es un niño y venía conmigo, lo más interesante es que fue a hablar con tu amigo, alguien con el pelo azul, parece de tu misma edad, mi amigo hablo con él y desapareció – la guardiana le dio otro golpe en la cara.
―Para, no hay necesidad de hacerlo – Meg se apartó de ella algo adolorida – no he visto a tu amiga Chica y no sé qué tiene que ver Bon en todo esto.
―Él ya nos había hablado de ti, nos contó todo, que hacías trato con un demonio o un Dios o la mierda que sea, nos contó que has actuado rara y que te alejas de tus amigos, se preocupa por ti – Meg se giró algo aterrada.
―¿Qué más les contó? ¿por qué les contó sobre él? ¿sobre mí? Él jamás haría eso ¿o sí? – las ideas empezaban a llegar, su respiración se agitaba y sentía el sudor en su mano – tengo que irme, tengo que verlo – Chica le agarró del hombro.
―Te quedas aquí para responder mis preguntas, tienes que hablarme de todo. Han dicho cosas de ti, solo hablan de ti y se me acabó la paciencia – Meg la miró con odio pero luego de unos segundos su cara cambió a una más sería y normal, su respiración se tranquilizó.
―Tienes razón, tienes razón, debo contarte todo – Chica la soltó – hoy tuve su visita, mira cómo me dejo ¡Mira! Obviamente estará peor al descubrir que te dije todo esto.
―Entonces ¿por qué me lo dices? Sí le tienes tanto miedo ¿por qué me lo dices? – el zorro intentó ocultar sus garras pero Dios le dio una gran astucia a la gallina para sobrevivir.
―Por ella, ya sabes a quién me refiero, tarde o temprano abrirá la boca y él se va a enojar, no le tendrá piedad y le cortará hasta el alma. Yo ya estoy muerta y quizás al morir me reencuentre con él, ella no se merece esto, si te digo yo las cosas solo me matará a mí y mi vida ya me da igual.
―¿No has pensado que quizás esto lo mate a ella? – Meg la miró algo confundida.
―¿Quieres que te diga lo que sé o no? No te estás ayudando Chica. Nada de esto debe salir entre nosotros, nada. Empezando por lo de tu amigo, no, no tengo ni idea donde está y mi amigo no hizo nada, siempre dice ser superior, tiene un poco de ego por encima y es bien guapo pero no es capaz de matar ni una mosca, de hecho me preocupo más por mi amigo, seguramente tu amigo ya le ha golpeado en la cara un par de veces.
―Creo que en algo tú y yo coincidimos. Háblame de él, de esa persona que te llevó al castillo, a la persona que te golpeó, dímelo todo y luego tú y yo iremos a ver a tu amigo, solo por si acaso y luego me largaré para siempre y puedes volver a tu aburridora vida.
―No sé cuándo apareció, jamás lo vi cara a cara, sé que trabajaba por él, todos trabajaban para él técnicamente, siempre pagaba demasiado bien pero mi pregunta era ¿de dónde sacaba tanto dinero? Nadie lo sabía, de hecho nadie sabe nada de él, ha mandado a sus lacayos a matar a varias personas, a torturar.
―¿Por qué no se lo dicen al rey? En mi tierra se le dice al líder y este quemaban a la persona enfrente de todo el mundo, así dejaba un mensaje muy claro.
―Lo han intentado pero jamás pasa ¿crees que alguien nos creería que alguien desconocido nos está amenazando? ¿qué parece un demonio y que todo lo veo? No suena creíble, además que lo hemos intentado pero él los detiene, desaparece las personas antes de poder hablar con la gente del rey. Él es el rey de este lugar y todos nos debemos arrodillar.
―¿Cómo haces para hablar con él? Dijiste que muchos trabajan para él.
―Nosotros no hablamos con él, simplemente aparece detrás de nosotros y si está de buen humor, solo te golpeara la cara. Nadie decide cuando verlo y lo más cercano de estar con él es hablar con sus secuaces pero estos también son desconocidos, solo aparecen en un lugar para luego desaparecer. Yo conocí a sus dos secuaces desde pequeña, nunca tuve la dicha o la desventura de poder charlar con él, nuestros encuentros son violentos, aunque uno de mis amigos sí lo hizo, había hablado personalmente y le dijo no sé qué cosas, seguramente mentiras y así empezamos a trabajar con él.
―Lo has visto cara a cara – Meg bajo la mirada, intentando encontrar las mejores palabras para poder decir eso.
―Técnicamente sí, me ha hablado, incluso me ha golpeado pero… - Meg se quedó callada jugando con sus manos – no sé cómo es su rostro, cada vez que alguien lo mira solo vez un remolino, lo vez borroso o simplemente olvidas lo que viste en el momento en que desaparece, no logras distinguir nada. Suena imposible pero seguramente ya te han dicho cosas imposibles que ha hecho él y seguramente todas son reales, todas. La primera vez que lo vi fue en la muerte de… - Meg se quedó callada por un momento, era la única parte de su discurso que realmente le afectaba decir, sentía como su garganta se cerraba y su voz se quebraba – de la muerte de mi amigo, ha pasado tanto tiempo pero aun así… No recuerdo que me dijo, no estaba de humor y lo intenté mandar a la mierda y ahí me golpeó, me agarró de la cabeza y me golpeó contra la pared o el suelo ¿quién se acuerda de los detalles? Pero así empezó nuestra amistad y luego de muchos años volvió para volver y me ofreció mucho dinero si trabajaba.
―Y aceptaste – Meg se río.
―Obviamente no, obviamente no, incluso lo insulté y ahí recibí mi primera golpiza, pude ver a Dios con mis ojos esa noche y al volver acá fue… - ninguna palabra podía definir lo de esa noche – la próxima vez que me invitó amablemente a trabajar para él acepté. Pago bastante bien, demasiado bien para ser real pero una vez que haces trabajos para él, jamás puedes escapar. Matar, robar, torturar es algo de día a día, básicamente me llene de problemas ninguno tiene solución.
―¿Eso es todo? Me han dicho que tenías más.
―No, no tengo nada más, ahora ¿nos dejarías en paz? Posiblemente él vendrá en cualquier momento.
―Cuéntame de la última misión que hiciste con él, la gran misión con grandes compañeros.
―Nada, solo maté a una persona y robe algo, lo hice completamente sola – chica la miró sería, estaba mintiendo, siempre lo estuvo haciendo.
―Ya perdí el suficiente tiempo contigo, supongo que no tienes nada importante ¡nadie tiene nada importante! Parece como si todos quisieran ser vistos y que los escuchemos pero todo lo que nos dice es algo que ya sabemos, algo que todo el mundo conoce, gritan para ser escuchados pero nadie dice nada especial. Solo están perdiendo mi tiempo y… - Chica miró fijamente a Meg, estaba empezando a sudar – todo esto solo es un circo y lo saben bien, quieren desesperarme, ocultan la verdad con otras verdades sin importancia, muestran sus pecados esperando a que no encuentre otra cosa, siempre sabían que yo iba a estar aquí.
El zorro empezaba a rasguñar las paredes de la casa de la pobre gallina mientras pedía que amablemente le abriera la puerta, que eran amigas y que no le haría daño, la gallina no le creyó, ya que si eran amigas ¿por qué estaba sacando sus garras? El zorro quien no era muy inteligente simplemente dijo que se estaba rascando las uñas, que gallina tan inteligente pero no podía hacer nada, el zorro tarde o temprano rompería su jaula. Meg agarró su cuchillo y se abalanzó contra Chica, sus intenciones no eran matarla y aunque quisiera hacerlo no era lo suficientemente rápida o lista para hacerlo, ella ya estaba esperando que esto pasara, lo primero que hizo fue agarrar de la muñeca la mano que sostenía el cuchillo, así evitando que se lo clavará. Ambas cayeron al suelo, Meg intentó con toda su fuerza clavarle el cuchillo en la cabeza, uso toda su fuerza, incluso ambos brazos pero no fue capaz de mover el cuchillo, Chica era más fuerte, mantuvo el cuchillo fuera de ella, con su otra mano la golpeó en la cara, luego en las costillas varias veces y al final le pego una patada en el estómago para alejarla. Meg le costaba respirar y el solo hecho de moverse le causaba dolor, lentamente y con la poca fuerza que le quedaba agarró el cuchillo, se iba a levantar pero Chica le piso la mano, impidiendo mover el cuchillo.
―Creo que es momento de que hablemos seriamente, me has estado mintiendo todo este tiempo, es bastante curioso como de repente me empezaste ayudar o como todos me empezaron a ayudar sin recibir nada a cambio. Todos hacen parte de la misma banda y me han dicho prácticamente lo mismo.
―Estás loca ¿qué te pasa? Ya te dije todo lo que se – Chica piso con fuerza su mano.
―Última oportunidad o te rompo la mano – Meg no dijo nada – así vamos a jugar ¿no? Ya estoy cansada de perder mi tiempo, no me importa si tu jefe es un maldito Dios, es un cobarde por no dar la cara ¿no estará escuchando ahora? Seguramente sí – Chica empezó a mover su pie y pisarlo con fuerza, lo que provocó que su enemiga gritara.
―Sí me mandó, me mandó – Chica dejó de hacer presión – él sabe que estás aquí, está demasiado inquieto y quiere que te vayas, que te largues lejos. No acepte al inicio ya que te tenía miedo y por eso me golpeó, fui una tonta al creer que haciendo solo un trabajo me dejaría en paz, me dijo que era el último pero luego apareció con esto, no me sorprendería que días después vuelva con otro trabajo – Meg se quedó callada, asustada.
―¿Quién te dijo que te callaras? – volvió a pisarle con fuerza.
―Él sabe quién eres, él sabe que trabajas para el rey – Chica dejó de hacerle presión – trabajas para el rey y él lo sabe, por eso te quiere lejos pero no te quiere muerta, quizás tu muerte traiga más problemas que soluciones. Solo dije lo que tenía que decir, no quería ni hablarte pero ¿qué podía hacer yo? Él me controla, controla a todo el mundo. Deberías irte de aquí antes que lo pongas más nervioso y haga una locura, no es alguien con mucha paciencia y obviamente es un mago, aunque ya lo sabías ¿cómo planeas matarlo? No podrás, no podrás.
―¿Dónde está mi amigo? – Chica volvió a pisar su mano.
―Ya deja de hacer eso, te lo diré todo pero no tenías que hacerlo. No sé de quien hablas lastimosamente, solo me dijeron que alguien vendría a verme, a hablarme y que no era por aquí, que debía darle toda la información para sacarte sin decir mucho y como último recurso debía matarte. No sé quién coño es tu amigo, ni lo he visto y Bon no hace parte de eso, si ese desgracio lo es, lo mato por puto mentiroso y porque no sabe lo que se está metiendo, es tan tonto que me creo que haga el trabajo o incluso que simplemente haya dicho todo eso para tenerlas en su cama, no lo sé pero solo te puedo asegurar que él no está de mi lado, eso espero.
―Supongo que no vas a decirme algo más – Chica le quitó la pierna, saco su espada y se la puso en su cuello – vuelves a meterte en mi camino y te corto la garganta.
―Entiendo cuál es tu punto – Meg agarró el cuchillo y lo lanzó lejos – ahora puedes confiar en mí, no te mataré. Ten cuidado y no salgas mucho del castillo, él te buscará.
―Lo puede intentar, lo estaré esperando y quiero ver si todo lo que dicen es verdad o solo es una estúpida mentira.
―Entonces ¿Amigas? – Chica le dio la espalda.
―Jamás lunática de un solo ojo – fue lo que dijo antes de comenzar a caminar.
Chapter 45: Vacío
Chapter Text
Había pasado días de la gran noticia de Puppet, noticia que en realidad no cambió nada el mundo de ellos, esa persona jamás llegaría hasta ellos pero aun así cuando caminaban miraban sus espaldas con miedo, intentaban saber si algo los seguía, un miedo que poco a poco aprendieron a controlar y lo intentaron olvidar. Todo volvió a la normalidad, todo menos Owynn quien se veía más distraído, más cansado y más deprimido, apenas podía sostener la mirada, lo cual les preocupó a sus compañeros y decidieron hablar con él, una misión sin éxito ya que él evitaba el tema o simplemente no respondía, estaba claro que algo andaba mal. Owynn caminaba con la mirada baja, despacio y sin hablarle a nadie, su voz era más apagada y evitaba a cualquier persona, estaba más extraño de lo normal y lo que parecía solo ser algo temporal se fue repitiendo día tras día, lo que preocupaba más a sus compañeros. Aun así no dejaba de trabajar, cada vez que tenía que informar a sus empleados sobre algo, él hablaba con seguridad y seriedad, miraba fijamente a la persona que le hablaba y escuchaba con atención; sus ojos tenían ojeras y parecía dormir mientras estaba parado, si es que era posible ¿qué le había pasado? Eso era lo único que pensaba Usagi.
―Ya sé que no quieres hablar y que no quieres tocar ese tema pero por favor, quédate y escúchame.
―¿Tanto se nota? – dijo con una pequeña sonrisa.
―Lo que parecía un simple resfriado ahora es la muerte. Se que algo te pesa y que no nos quieres contar, más allá que somos compañeros y que tú tienes cierto cariño conmigo, tengo que ver que seas productivo y hay algo que evita que lo seas, como tu jefa tengo que saber cuál es para que sigas siendo productivo.
―Nada, nada, solo he estado pensando – Usagi se acercó un poco más a él.
―Como todos ¿es sobre el brujo? – Owynn la miró un poco confundido.
―¿Brujo? ¿cuál brujo? – hubo unos segundos de silencio – Ya sé cual brujo, ya sé cual brujo, se me había olvidado completamente – dijo con una pequeña risa – no me acordaba ni de él. No, no, ojalá sea solo eso.
―Entonces ¿qué tienes? – Owynn miró al cielo.
―Es un lindo día ¿no crees? – Usagi no le respondió – si supiera que tengo ya lo hubiera cambiado, ya hubiera cambiado y no tendría esta conversación, no sé qué tengo solo simplemente lo tengo.
―Vaya, parece grave – Usagi le puso una mano en su hombro - ¿hablamos adentró? Es mejor que aquí afuera, donde pueden escuchar todo. Si quieres obviamente, también podemos quedarnos a ver el cielo.
―No, no, no, está bien, vayamos adentro.
Ambos entraron a la habitación y se sentaron frente a frente, Usagi lo miraba atento, intentando adivinar que pensaba su amigo, que lo afectaba y que podía hacer para ayudarlo, nadie sabía lo que pensaba Owynn, jamás lo decía y sus acciones no ayudaban mucho ¿cómo ayudar a alguien que parece no querer ayuda? Eso es lo que debía responder ella. Ambos se quedaron callados por un tiempo, Owynn parecía estar distraído, miraba sus manos y apenas se movía, Usagi lo miraba detenidamente intentando descifrar algo, una pista, un gesto que revele todo, una palabra, algo que le pueda ayudar pero esto nunca paso.
―Cuéntame que te pasa, eres un jefe y los jefes no pueden estar así de mal, hundirían a toda su tripulación.
―Lo sé, lo sé por eso no debo decirle a nadie. Estaré bien, estaré bien es algo momentáneo.
―Eso dijimos al inicio pero ya llevas un tiempo así, un largo tiempo, dime lo que pasa – Usagi amablemente le agarró la mano – por favor.
―Que no sé lo que me pasa, simplemente no tengo ganas de nada ¿sabes lo que te digo? Simplemente me levantó y me pregunto ¿para qué? Me siento incapaz de superar un objetivo, no soy lo suficientemente fuerte para hacerlo, me siento inferior, vacío. Todo lo que haga no importa ya que alguien lo hará mejor, no importa cuánto me esfuerce jamás llegaré a esa meta, quiero sentirme pleno pero solo hay un vacío en mí. No me mires así que me avergüenzo – Usagi le sonrió.
―Lo siento, lo siento, voy a intentar no hacer ninguna cara para avergonzarte o algo por el estilo, lo siento – Owynn le sonrió un poco para indicarle que no se preocupara.
―Creo que no tengo nada más que decir, el resto ya debes saberlo, te cuesta levantarte ya que te preguntas todo el tiempo ¿para qué seguir? Te sientes cansado y todo avanza hacia el mismo resultado, no puedes hacer nada para evitarlo ¿para qué pelear si al final todo no vas a ganar? ¿para que pelear si no puedes hacer nada? ¿para qué intentarlo? Al final uno se cansa y no se quiere levantar, al final lo dejas de intentar, no vas a ganar, no tienes ese don, no eres especial y la única cosa que hacías bien resulta que eres un fracasado, que jamás serás perfecto – Owynn se quedó callado y Usagi espero un minuto para pensar y para asegurarse que haya terminado.
―Hay muchas formas de querer animarte pero en realidad ninguna te servirá. No te voy a mentir, tienes razón en lo que dices, la vida te destruye, te quita todo lo que tienes, no te deja ni la sonrisa y uno siente que no puede hacer nada y se pregunta ¿para qué pelear si yo no voy a ganar? ¿para qué seguir? Así es la vida y no puedes hacer nada. Tienes toda la razón pero tienes un enfoque equivocado. Todos tienen un vacío, todos y no creo que tú seas la excepción – Owynn sonrió y miro hacia arriba.
―Los humanos se sienten vacíos – Owynn se río por su propio comentario.
―Sí, todos – Owynn la miró sorprendido, había pensado en voz alta – cada persona lo intenta llenar con lo que tenga en la mano, trabajo, alcohol, peleas clandestinas o simplemente adrenalina. Yo tuve mi momento y lo llené con mi novio, era bueno estar con él y era divertido, me hacía sentir completa pero cuando nos separábamos el vacío seguía ahí, lo necesitaba cerca para sentirme bien. Ahí está el problema con el hueco, que te hace dependiente de algo y cuando no lo tienes te sientes como una mierda. Todos los humanos sentimos ese vacío.
―Y ¿cómo dejan de sentir eso? ¿cómo hago yo para estar mejor? – Owynn volvió a ser él, un poco alegre y atento.
―Hay dos formas, la fácil y la correcta. La fácil es distrayéndote, no pensar en eso o llenar ese hueco con cosas mundanas, con personas pero eso no va a llenarte para siempre, en algún momento vas a estar solo, vas a llegar a la cima y sentirá de nuevo el vacío, es un círculo vicioso donde por no sentirte solo o sentirte una mierda te va a empujar a hacerlo. La forma correcta es simplemente cambiar de visión, tienes toda la razón en lo que dices, no lo puedo negar, no podemos cambiar la realidad, los humanos no podemos hacerlo – Owynn no pudo evitar sonreír – pero si podemos hacer otra cosa y es la forma en como vemos la realidad.
―¿Cuál es la forma correcta de ver la realidad? De hecho ¿hay diferentes formas de ver algo? Y si sí no creo que eso me ayude.
―Solo inténtalo ¿sí? Es simple. Sabemos que no importas que hagas alguien lo hará mejor ¿no? Cierto, cierto pero ¿por qué lo ves como algo negativo? Quizás ser inferior a alguien solo te impulse a mejorar, si ya eres el mejor ¿por qué deberías mejorar? Un enfrentamiento con alguien puede llevar a tu límite, al saber que eres inferior encontraras una manera de superarlo y por eso vas a ser mejor. Siempre habrá una montaña más alta que escalar, siempre hay un enemigo que derribar, siempre hay algo que conseguir. Nunca seremos perfectos, tampoco lo que hacemos es perfecto, es horrible y lleno de errores pero eso es lo hermoso del ser humano, no somos perfecto y por eso siempre podemos llegar más lejos – Owynn lo miró y sonrió.
―Sabes, es un buen consejo, demasiado bueno. Tienes algo de razón.
―Siempre la tengo – Usagi se recostó en el espaldar de la silla – cuando sientas que no hay razón de seguir, simplemente haces algo que te gusta. La vida no es justa, es cruel y te saca hasta la sonrisa y cuando sientas que no puedes más, sueltas el peso que te atormenta, así de simple, sueltas todo el peso, respiras un poco y vuelves a cargar con tus problemas, si te soy sincera tengo la teoría que eso le da el sabor a la vida, luchar y luego descansar hace más placentero el descanso, ganarte algo con tus propias manos, mejorarlo. Además eso te lleva al cielo, si nunca te rindes en esta vida, todo mejorará en la siguiente.
―Necesito tomarme un descanso, no quería decirlo pero necesito tomar un descanso largo.
―Claro, claro ¿crees que con todo lo que nos has ayudado no te vamos a dejar descansar? Todos aquí son libres de hacer lo que sea, se te extrañará pero no te detendremos. Obviamente siempre tendrás un puesto aquí por si algún día quieres volver.
―Obviamente volveré a trabajar pero no será pronto, no creo que sea pronto.
―¿Quieres hablar más de eso? ¿de todo lo que te lastima? – Owynn le sonrió por cortesía ya que en realidad no quería seguir hablando, ya se sentía cansado de hacerlo.
―Quisiera decírtelo pero es algo privado, además de este sentimiento que no se me quita, hay algo sobre la muerte, entonces… - todos los humanos evitan el tema de su mortalidad, les parece incomodo y evitan hablar sobre eso, sobre el duelo.
―No hables más, no debes darme ninguna explicación, ninguna. Lo siento por intentar hacer que hables.
―No es nada, no es nada, solo querías ayudar – Owynn se levantó – por cierto, no me pagues lo de este mes, dejemos que el pobre enamorado descanse un poco y no haga cálculos.
―Que cortes, pero tu paga en realidad no es algo que le demoré mucho tiempo, va a seguir teniendo el mismo peso – Usagi le sonrió – cualquier cosa estamos aquí para ti, cualquier cosa – Owynn estuvo a punto de irse pero se detuvo antes de abrir la puerta.
―Por cierto, por cierto, tengo una pequeña duda y quizás tú me la puedas responder, si tienes tiempo.
―Claro, claro, obviamente voy a sacar tiempo para ti – Owynn se giró algo nervioso.
―Digamos que me estoy enfrentando a alguien que es superior a mí, alguien que es más fuerte que yo ¿cómo haría para ganarle? – Usagi se quedó callada, pensando.
―Nunca he peleado con nadie así que no sé pero se dónde quieres llegar. Pongamos el siguiente ejemplo, yo soy una persona que se encarga de un negocio de minería, soy dueño de las minas pero tengo competencia, de repente aparece otra mina y otra persona decide comprarla, ahora ambos estamos compitiendo por las mismas personas, competimos para tener al mejor comprador y a los mejores trabajadores.
―Pero no tenemos competencia – ella le sonrió.
―Lo sé, lo sé, es un caso hipotético, ahora pongámonos en desventaja, nuestro enemigo tiene mejores cosas y jamás lo superaremos, mejores trabajadores y más futuro ¿cómo lo superamos? – Owynn se quedó cayado pensando.
―No lo sé, matamos a todos y los desaparecemos o intentamos hacer una revolución desde adentro, le rezamos a Dios que haga un terremoto y destruya las minas o nos rendimos ante la adversidad – Usagi soltó una pequeña risa.
―Buenas ideas pero suena muy violentas y bastante sucio. No, lo que hacemos es más simple, podemos dar precios más bajos, dar vacaciones si eso no implica hundirnos, más salarios, es más seguro para las personas, debemos destacarnos en algo que nuestro enemigo deje de lado ya que él no puede ser perfecto en todo. Justo en lo que la otra persona le falta tú mejoras ahí, el otro es fuerte, tú se rápido y así le ganas. Eso creo, jamás he peleado en mi puta vida pero así funciona en las empresas, existimos con la diferencia que existe entre nosotros. Creo que ya te diste una idea y hablar más simplemente te cansará.
―Te entiendo, si mi enemigo es rápido y fuerte pero ataca de la misma manera yo solo tengo que ver como ataca para romperle su cara – Usagi se encogió de hombros – gracias por todo, gracias por todo, te prometo verte cuando termine con todo esto.
Chapter 46: Obedecer
Chapter Text
Hay muchos lugares sagrados en el reino, las iglesias y los castillos, estos lugares quizás son los más importantes pero también hay lugares sagrados que uno no se espera, por ejemplo nuestras casas, esos lugares que nos ha visto en nuestros peores momentos, un lugar para protegernos del frío, del viento y de la lluvia, es algo nuestro y solo nosotros podemos entrar a ella. Tantas historias en un solo lugar. Todos buscamos un lugar para llamarlo hogar, hombres, mujeres, niños o ancianas, con poco o muchas cosas, incluso buscamos una casa cuando estamos solos, siempre buscamos una casa para quedarnos y ese lazo que formamos con ella nos defiende de cualquier mal, es nuestra y solo nuestra y por eso los demonios, fantasmas o incluso esos nuevos monstruos llamado vampiros no pueden entrar hasta que los invitamos a hacerlo, está protegida. El tamaño de una casa no importa, al final todas cumplen la misma misión, nos protege y deja todo lo que nos asusta afuera, por eso lo peor que nos pueda pasar es que alguien desconocido irrumpa en nuestro lugar sagrado. Una chica de un solo ojo, esa chica que ya todos conocemos estaba en su casa, en una esquina con las manos en la cabeza mientras lloraba, no importa cuánto intentará no podía detener las lágrimas, ya no sabía que día era o cuanto había pasado, solo estaba quieta mientras se lamentaba por lo mismo una y otra vez, pobre chica tan desgraciada y sola, sola, completamente sola. Alguien toco la puerta, ella decidió quedarse callada esperando a que se fuera esa persona pero la puerta volvió a sonar una, y otra vez, y otra vez.
―Ya les dije que no quiero a nadie, necesito estar sola, estaré bien amigos – dijo ella cuando se desesperó del sonido de la puerta, aun así no se movió. Sus amigos ya habían pasado antes a su casa para preguntar por ella, para ella eso fue hace unos minutos o quizás unos días, a ella ya no le importaba mucho y solo quería quedarse ahí hasta morir, quería ver por donde llegaba la muerte.
―No creo que nos conozcamos pero debemos hablar, debemos hablar – la voz que escuchó era nueva, no la reconocía y sintió un poco de curiosidad, curiosidad que se apagó por el sentimiento de tristeza.
―No quiero hablar con nadie ¡con nadie! Solo déjame aquí, no necesito a nadie – la persona de afuera golpeó más fuerte – detente, no te abriré.
―Solo déjame pasar, solo déjame pasar y te daré todo lo que quieres, solo déjame pasar. Puedo entrar sin tu permiso pero soy alguien con modales y no lo haré, te daré la oportunidad para hacerlo bien, mejor que él – ella miro fijamente a la puerta algo confundida.
―¿Quién eres? ¿a quién te refieres? – se escuchó una pequeña risa.
―Tú sabes a quién, ambos sabemos a quién, una lástima que muriera tan joven, tenía tanto potencial ¿no crees? – ella sintió que el mundo la tragaba, sus piernas temblaban y los ojos le llenaban de lágrimas, su alma aún estaba sufriendo, no podía ver su alrededor pero su cuerpo se movía solo hacia la puerta – vamos, abre la puerta, solo abre la puerta – ella estuvo a punto de hacerlo, puso su mano en el pomo y se quedó quieta.
―Jamás te menciono, no lo conoces, no lo conoces – la persona del otro lado se río.
―¿No lo hizo? Yo diría que sí niña ¿quieres pruebas? Él estaba enfermo, estaba a punto de morir y pidió ayuda. Una enfermedad que ni él conocía – esto hizo soltar un par de lágrimas a ella y sentir una punzada en su pecho.
―¿Cómo? ¿cómo? – ella tuvo que apoyarse en la puerta para evitar caer.
―Te lo puedo decir todo, solo déjame entrar, solo abre la puerta. Supongo que hay cosas que él nunca te contó… - eso no podía ser real, así no era él, no existía secretos entre ellos, ya no más, se lo había contado todo, nada de eso podía ser real, nada fuera de la casa era real – ya sabes que tenía una enfermedad mortal, iba a morir sin importar que hiciera, cuanto rezara, iba a morir. Pero también sabes que no era alguien que se rendía, al final intentó todo lo que tenía a su alcance para evitar su cruel destino, él jamás se rendiría y al final encontró una salida, encontró a alguien… - en ese momento el mundo de ella se destruía, caía encima de ella y la ahogaba, sus manos temblaban y su voz sonaba rota y su intentó vago de tomar el control no sirvió para nada.
―¿El mago? – no hubo respuesta, no había necesidad de una – tú eres esa persona que me hablo, la única persona que le iba a salvar sin tener que vender su alma, sin dejar de ser él. Eras tú, eras tú ¿por qué lo dejaste morir? ¡¿No le habías prometido que iba a sobrevivir?! – ella dio un golpe con fuerza a la puerta y las lágrimas empezaban a salir.
―Le prometí que su enfermedad no iba a matarlo, que no se tendría que preocupar si trabajaba para mí, no sería gratis ni fácil y así fue, no murió por su enfermedad, lo demás no era mi trabajo, yo no le decía como vivir su vida y su muerte es solo suya, solo suya. Él nunca te menciono directamente pero se notaba que te tenía gran aprecio, que te amaba de verdad, eras más que una amiga, eras una hermana y su única razón para seguir adelante – esto la destrozo, cayó al suelo y se apoyo en la pared, le deba pequeños golpes a la pared con la mano, su falta solo había aumentado y él simplemente la espero que soltara todo.
―¿Qué haces…? ¿Qué haces aquí? – dijo mientras se calmaba y se limpiaba las lágrimas.
―Ha muerto, era mi trabajador, era mi personal y se murió, para ti debe ser difícil y tenía que ver cómo estaba, él ha hecho mucho por mí y lo mínimo que puedo hacer es pedir disculpas – ella sabía que era mentira, algo que siempre se decía pero no sentían, una cruel mentira – aunque eso no es cierto ¿lo sabes? Pude haber hecho más por él, incluso aún puedo hacer cosas por él pero no te lo diré aquí adentro. Solo piensa en lo que hubiera querido ¿no quieres volver a verlo? Solo tienes que abrir la puerta – ella no se lo pensó mucho, su cuerpo estaba siendo inundados por sentimientos y dudas, elimino por un momento su incredulidad y le abrió la puerta.
―Mi nombre es Meg y… - él amablemente la apartó y entró a su casa.
―Sé cómo te llamas y tu rutina, sé que visitan una taberna aquí cerca. Cierra la puerta que no quiero que nadie nos vea o nos escuche – ella algo dudosa cerró la puerta – gracias Meg – él se sentó en una de las sillas – sé que tienes dudas sobre mí, temor y no te culpo pero no es momento, siéntate y confía en mí.
―¿Cómo sabes eso? Lo conozco mejor que tú y sé que él nunca diría nada – él se río.
―¿Crees que yo no investigo a mis trabajadores? No confiaba en el chico y decidí que alguien lo siguiera, que preguntaran por él y al final descubrí todo lo que necesitaba, quien le importaba y quienes tenía de enemigos. Siempre hay que tener una salida fácil, siempre debes conocer a las personas con las que trabajas y di contigo y ahí supe que el chico siempre me sería fiel, tenía un mis dudas en que tan bueno era pero al final logró todo lo que se propuso y yo no quise preguntar, de hecho ni me importaba su vida cotidiana.
―Dijiste que podías traerlo de vuelta – Meg se sentó al frente de él.
―Yo puedo hacer todo y lo haré pero nada es gratis en la vida, nada lo es y tampoco es fácil, tendrás que hacer un gran sacrificio pero supongo que él vale la pena ¿no? – él le sonrió y le puso una mano en su cara – yo puedo dártelo todo, puedes volver a los buenos tiempos, puedes tenerlo cerca y decirle tantas cosas, cosas que no le dijiste, cosas que piensas que era mejor callar – un milagro ocurrió en ese momento, Meg había recuperado su otro ojo – ahora ves con claridad. Soy un Dios piadoso y te daré una segunda oportunidad – él chasqueó sus dedos y el ojo volvió a la normalidad – pero no abuses de mi confianza, puedo quitarte todo lo que tienes, todo – ella se quedó callada, pensando algo asustada - ¿estás lista para recuperarlo? – él le estiró la mano y ella la miró algo confundida, desconfiada, realmente no quería hacerlo pero igualmente le dio la mano.
―Solo dime lo que tengo que hacer – el chico se levantó.
―Solo tienes que servirme – él se acercó a la chica, ella intentó hacer algo pero su cuerpo no reaccionaba, intentaba evitar mirarlo, alejarse pero no podía, no podía, no podía – ahora eres mía.
―Hay mejores formas de acercarse a una mujer – él se río.
―No eres mi tipo, de hecho no quería que trabajaras para mí pero al final me convencieron y te haré una pequeña prueba, primero veré que tan resistente eres – ella lo miró confundido – no tengas miedo, no tengas miedo ni te acordaras que fui yo quien te haré tanto daño. Eres alguien problemática y por eso debo asegurarme de que eres alguien lista – ella estaba esperando un golpe, un grito, algo que la lastimará pero él solo se le quedó viendo con una pequeña sonrisa – te voy a poner el trabajo fácil, simple y sencillo pero si no cumples tu trabajo o vas contra mí, desearas estar muerta, muchos inocentes pueden morir por tu culpa – hubo un silencio entre ambos – lo que tienes que hacer es muy simple. Te daré un nombre, te daré a alguien y tú lo seguirás, así de simple.
―¿Solo eso? – ella estaba confundida, con miedo y mareada, sentía que la muerte la estaba rodeando.
―¿Vas a correr cuando aún no sabes caminar? Todo a su tiempo, no tienes mi confianza y creo que no tienes el talento que busco pero tu amigo me sorprendió, espero que tú también. Solo serás mis ojos, solo te usaré cuando desconfié de alguien, no puedo estar en todos lados y hacer milagros al mismo tiempo, eso es tanto trabajo.
―Si crees que trabajaré sin conocer nada más eres bastante tonto – el chico le sonrió y se acercó a su cara, podía sentir su aliento cerca.
―Tú eres la tonta ¿no recuerdas que apretaste mi mano? Además antes de eso trabajaste para mí, ya eres mía pero soy un caballero y quería hacerte una oferta. La aceptaste y así son las cosas. Aunque entiendo, entiendo demasiado bien a los humanos y con gusto te daré algo a cambio, además de volver a traer a ese amiguito tuyo de vuelta, eso va a tardar, mientras yo hago mi magia te pagaré por tus servicios, vivirás mejor de lo que vives ahora, solo tienes que seguirme, solo tienes que obedecer y si eres una buena niña, te daré un regalo.
―¿Qué pasa si digo que no, si fallo? – los seres humanos somos curiosos, instintivos y a veces unos completos idiotas, actuar por instintos muchas veces nos lleva a la muerte, a veces solo hay que agachar la cabeza y asentir.
―Esa es mi parte favorita – él con una pequeña sonrisa le pego en el estómago, lo que provocó que callera al suelo y escupiera sangre, ella sintió como si una lanza que le atravesaba el estómago, un dolor inhumano que la desmayaría sí él no estuviera ahí – ahora levántate – ella no lo hizo, se quedó inmóvil en el suelo - ¡He dicho que te levantes! – él le empezó a patearla por el estómago y la espalda – lo siento por hacerte esto pero el dolor es el mejor maestro. Ahora por favor mírame, mírame a los ojos – aunque ella no quería no podía hacer otra cosa, lo miro con despreció – bien hecho, bien hecho.
―Eres un desgraciado – él puso su mano en su cabeza y de un momento a otro todo el dolor que estaba sintiendo había desaparecido.
―Solo soy una fuerza de la naturaleza, ni bueno ni malo. Solo te muestro que le pasa a las personas que no logran las metas que les propongo, no quiero lastimar a nadie pero todos ustedes me incitan a hacerlo y no me puedo aguantar. Preguntaste lo que pasará, eso pasará. Me tengo que ir pero nos veremos muy pronto, muy pronto – él sacó cuatro monedas de su bolsillo y la puso en la mano de Meg – lo siento por todo, no es mucho pero es un buen comienzo ¿no? Si me sigues te daré mucho más – él se acercó a la puerta y la abrió – lamente mucho tu perdida, era un poco tonto y su sonrisa era irritante pero sabía pelear, nunca se rendía y apreciaba mucho a sus amigos, ese brillo que tenía en sus ojos era increíble y solo aparecía cuando te mencionaba y seguramente cuando te tenía cerca. Si todo lo que dijo él era verdad, podrás levantarte del suelo y volver a sonreír – cada palabra fue pensada con exactitud, casi como si ella misma se estuviera hablando, algo que le torturaba el alma, que le pesaba y le hacía salir las lágrimas, unas palabras tan perfectas, dicho con la entonación y el momento exacto que no parecían naturales.
Meg se quedó en su habitación, con un poco de miedo y unas lágrimas en los ojos, no sabía que hacer, esconderse o llorar o quizás correr lejos, tantas posibilidades y todas parecían incorrectas, nada parecía lo correcto. Su cabeza le empezó a doler, decidió sentarse y descansar un poco, aunque con cada segundo su cuerpo se tensaba, su respiración se aceleraba y el miedo aumentaba, no podía hacer nada, no sabía qué hacer y su cuerpo no tenía la energía para hacer algo, solo pudo cerrar los ojos y esperar a que todo acabara, no podía hacer otra cosa. No se dio cuenta cuando se quedó dormida, al inicio solo podía ver sombras bailando alrededor suyo, hablando en un idioma inentendible, ella no podía hacer otra cosa que ver el hermoso espectáculo, hasta que vio una figura muy conocida. Era él, aunque estuviera de espaldas era él, se levantó emocionada y corrió donde el chico mientras gritaba su nombre con alegría, cuando le toco el hombro y él se giró, su sangre quedó helada y por instinto se apartaba de él poco a poco, el chico no tenía cara y solo tenía un hueco de sangre y viseras, la chica aterraba intentó decir algo, hacer algo pero no fue lo suficientemente lista o decidida ya que el chico empezó a ser tragada por la tierra. Meg solo pudo reaccionar cuando él ya había sido tragado por completo, se arrodillo y golpeó el suelo, deseaba que él volviera, de verlo una última vez, de verlo como era antes de morir, araño el suelo y gritó con todas sus fuerzas pero nada paso, todo fue en vano y a los segundos despertó.
―Vaya dolor de cabeza ¿qué fue lo que paso? ¿por qué me duele tanto la cabeza? ¿ese chico también era un sueño? Creo que debería empezar a salir de mi casa y tomar algo, seguramente Joy está preocupada por mí.
Esa idea la calmaba, solo fue un mal sueño, una pesadilla aunque eso la ponía también triste, aunque su sonrisa rápidamente desapareció al encontrar cuatro monedas en frente de ella, un frío recorrió su espalda y su miedo la obligaba ver esas cuatro monedas, intentó recordar lo que había pasado la noche anterior pero por alguna extraña razón no podía, era como ver sus recuerdos a través de un velo. Solo tenía tres cosas claras, era una idiota, estaba en las manos de un demente que no parecía humano y que había una pequeña, minúscula posibilidad de volverlo a ver. Ella se levantó preocupada mientras miraba fijamente las cuatro monedas, sus manos temblaban y sentía el sudor en su cuello, estaba pensando si salir de su casa o simplemente quedarse ahí y pensar, recordar que paso anoche y descubrir porque le costaba tanto hacerlo pero escuchó una risa detrás de ella, lo que la hizo girar rápidamente pero no encontró nada. Rápidamente empezó a ver por todas sus direcciones, buscando a esa persona, no lo encontró pero sentía que estaba en su casa, que estaba cerca, así que hizo lo más lógico y salió corriendo de su casa sin decirle a nadie lo que había vivido.
Chapter 47: El anillo
Chapter Text
Nadie sabe cómo se ve la muerte, todos tienen sus ritos y sus creencias sobre ella, todos hablan sobre ellas, tienen sus reglas para ir a un lugar, si vas a reencarnar o no, algunos dicen que es tranquila, que apenas lo vas a sentir, te dará un beso y te llevará donde tienes que ir, pero algo que todas las tradiciones dicen es que el fin de una era, el fin de nuestro cuerpo. El capitán Fox no quería simplemente rendirse, no iba a dejar que todo acabará así y con toda su fuerza nado hasta la orilla, una hazaña impresionante que ha ganado el respeto de muchas personas, a pesar de su herida y de las olas que lo tiraban al fondo del mar el capitán nunca se rindió y nado hasta que llego a la orilla. Lo primero que hizo al llegar es arrastrarse hasta estar lejos del mar, sabía que este podía aumentar y arrastrarlo de nuevo, no sabía si tenía la suficiente fuerza para volver, lo mejor sería caminar y alejarse pero apenas tenía fuerzas, no podía pararse y simplemente se arrastró por la playa unos cuantos metros hasta estar a salvo. El capitán se giró y observo el cielo, poco a poco el sol salía e iluminaba el cielo, pronto la luz saldría y opacaría la oscuridad. Cualquier persona se hubiera rendid. se hubiera dejado llevar y se hubiera ahogado pero él no lo hizo, él no quería que su vida se acabará de una forma tan patética, no iba a dejar de luchar tan fácil. El capitán quería hacer muchas cosas, su alma solo se llenaba de ideas de venganza, dolor y sufrimiento, pensaba cómo se iba a liberar de todo esto, como iba a volver a ser capitán, cómo iba a devolver el golpe. Todos piensan que el capitán se movió de ahí, se levantó y toco una puerta para pedir ayuda pero esto es completamente falso, él ya había gastado toda su energía para llegar allí y lo más importante es que no sentía ningún peligro, la muerte ya no estaba cerca, estaba a salvo y sabía que iba a sobrevivir, que ellos no vendrían hasta aquí para rematarlo, aunque deberían asegurarse de que estén muertos, la verdad es que eran unos cobardes. Las personas siempre se levantan, siempre dan su último aliento antes de rendirse ante la muerte, siempre que puedan van a luchar con todas sus fuerzas, eso no asegura que vayamos a ganar pero es algo que siempre hacemos, le tememos a lo desconocido, a nuestro destino después de la muerte y cuando la tenemos cara a cara nos aferramos de la vida con dedos y uñas. El capitán no podía más, cerro los ojos para descansar, no se dio cuenta cuando lo hizo pero lo hizo y lo que le paso es un misterio, lo más lógico que paso fue que alguien encontró al capitán y en vez de hacer lo que hacen todos y robarle todas sus pertenencias, decidió ayudarlo, lo arrastró y lo entró a su casa para después curarlo, suena ilógico e irreal y posiblemente lo sea, nadie sabe que paso pero cuando el capitán se desmayó y volvió a despertar, ya estaba en una cama, con una nueva ropa y su herida curada, ni si quiera Fox sabía cómo había llegado hasta allí.
―¿Dónde estoy? ¿qué es lo que tengo puesto? – su reacción fue la más normal y la que todos tendríamos, estaba confundido mirando a su alrededor con un poco de miedo.
―Veo que al fin despiertas – el desconcierto del capitán era tanto que no había escuchado la puerta abrirse, él cerró los puños con fuerza asustado y miró donde le habían hablado y encontró una chica pelirroja con ojos verdes – no te preocupes, no te preocupes, ya estás a salvo – la sonrisa que mostraba la mujer intentaba calmarlo pero para Fox solo lo inquietaba.
―¿Quién eres? ¿qué haces aquí? – esto genero una pequeña risa a ella.
―Mi nombre es Abby y estás en mi casa – Fox seguía mirándola desconfiado – ya sé lo que pasa por tu cabeza, solo debes confiar en mí, estabas casi muerto cuando llegaste a mí, por suerte estás a salvo y dentro de poco te podrás levantar – su voz era tranquila y calmada pero Fox seguía igual de nervioso.
―Porque no me dices donde dejaste mis cosas y me dejas marchar.
―Quisiera hacerlo pero ¿ya te has visto? – esto no le importó a él, se sentó en la cama y se levantó con dificultad – te vas a hacer daño, por favor descansa – él no le hizo caso y cayó al suelo, rápidamente ella se acercó y lo ayudo a levantar – te lo dije, te lo dije ¿qué tal si nos ayudas y me empiezas a hacer caso? Dime tu nombre para conocernos – él la miró con bastante asco.
―Ni en mil años, eres una desconocida y ahora ¡Suéltame! – rápidamente la apartó de él – solo necesito mis cosas y volver.
―Y ¿qué harás después? Estabas casi muerto con una gran herida, obviamente no te lo hiciste tú mismo, tu espada no tenía sangre y si alguien se quisiera morir nadaría al mar y simplemente se dejaría llevar. Estarías muerto en la playa si yo no te hubiera rescatado – él se quedó callado pensando, tenía razón en lo que decía, quizás podía aprovecharse un poco de ella.
―Maldita sea, tienes un poco de razón pero no creas que somos amigos ni nada – ella le sonrió.
―No te preocupes, solo con que te cuides y no me intentes matar, para mí es suficiente recompensa, por ahora – esas palabras lo inquietaron un poco pero no podía hacer nada más.
―Ahora puedes decirme ¿dónde estoy? Y ¿por qué me ayudaste? Obviamente esperas algo a cambio, no tengo nada – Abby le sonrió y luego le dio la espalda.
―Estás en mi casa, cerca del puerto donde te encontraron casi muerto y te ayude porque soy buena persona y sé que tú también lo eres, seguramente no tienes a donde ir y necesitas ayuda de alguien, por ahora. Descansa y no intentes nada estúpido – ella salió de la habitación y cerró la puerta, dejando solo a Fox.
Fox se levantó de la cama y con un paso lento y seguro se acercó a la puerta, la intentó abrir pero no podía, miro a su alrededor y vio una ventana, por lo menos podría salir por ahí pero luego se preguntó ¿qué necesidad había de escapar? estaba dentro de un techo y podía descansar, además que no podía irse sin su traje ni su espada. Se acostó en la cama, por alguna extraña razón le dolía las piernas y le costaba caminar, decidió que lo mejor era seguir el juego a esa chica pero no confiar en ella. Las horas pasaron y Abby volvió con un plato de pan, manzana e higo con cerveza, un manjar que él rechazo por obvias razones y no fue hasta que la chica le diera un mordisco al pan y tomara un pequeño sorbo de la cerveza que él decidió comer, se comió todo y bebió hasta la última gota, era una de sus mejores comidas, la chica solo lo miro con una pequeña sonrisa y cuando termino simplemente se fue, no dijo nada más. Esto se repitió unos días, solo lo visitaba una vez al día con su comida e intentaba hacerle conversación pero Fox solo la ignoraba y seguía comiendo, cada día era más fuerte, ya caminaba con normalidad y tenía más energía que nunca, solo necesitaba hacer una cosa, escapar y reclamar sus cosas para poder poner en marcha su venganza.
―Necesito irme de aquí, ya estoy bien y no me he muerto, tengo derecho a salir.
―Aun no me has dicho tu nombre – él se quedó callado – debes hacerlo, es la única regla para salir. Por lo menos puedes decirme quién eres para poder ayudarte – Fox simplemente suspiro frustrado.
―Soy un capitán, un capitán de un barco ¿con eso basta? – la chica miró hacia arriba.
―Si eres un capitán ¿dónde está tu barco? ¿dónde está tu tripulación? No los veo por aquí y no he escuchado de una tripulación sin capitán. Eso no habla muy bien de ti como capitán – él apretó los puños.
―Digamos que tuve una pequeña discusión con alguien y me quiso matar, no lo logró pero se llevó todo lo que tenía, ahora debo recuperarlo.
―Así que ya no eres un capitán – hubo un silencio entre ambos - ¿sabías que puedes decirle al rey o algún caballero que te ayuden? – Fox abrió los ojos asustados.
―No, no, jamás – su reacción solo le hizo confirmar una cosa, no era alguien legal.
―Eres un pirata – ella tenía una sonrisa pícara – la verdad no me importa que eres o que fuiste pero no sabes hacer nada y eso es un problema – ella se levantó de la cama – solo sabes ser marinero pero nunca ayudaras a nadie que venga del castillo ¿verdad? – él no le respondió – prácticamente eres inútil.
―Podrías no insultarme, de hecho voy a irme ya de aquí, no me veras más – él se levantó enojado.
―No es una prisión, puedes irte cuando quieras pero ¿dónde trabajarás? ¿dónde conseguirás comida y un techo? Vete si quieres pero tarde o temprano volverás, pueden estar buscándote ahora mismo y terminar en una celda – él se quedó callado, tenía algo de razón aunque no lo admitiera – tus cosas están por ahí, lo veras a salir, tu espada te la daré yo personalmente pero lo demás está por ahí para que lo reclames cuando quiera, aunque te recomiendo descansar un poco más para pensar mejor las cosas.
―Maldita sea – él se volvió a sentar en la cama – te odio – ella simplemente tenía una dulce sonrisa - ¿qué quieres que haga? – ella se levantó de la cama y se fue a la puerta.
―Primero, dime tu nombre - ¿qué podía hacer? Quería matarla y recoger sus cosas pero sabía que eso no era lo mejor, al final podía sacar algo beneficio con todo esto.
―Me dicen Foxy o Fox, aunque me puedes decir como quieras, me da igual.
―Un gusto conocerte, Fox, vivirás en mi casa hasta que tú quieras, eres libre de hacerlo pero debes ayudar con algo de dinero, tendrás un trabajo formal y me pagaras para estar aquí, la comida y el cuarto, no te debes preocupar mucho pero debes traer algo a la casa. En caso en que te despidas o no quieras trabajar, te dejaré de dar la comida y estarás encerrado aquí hasta que te mueras, solo por mi seguridad. Por ahora descansa y yo te consigo algo, mientras puedes ayudarme en la casa.
Al día siguiente Fox salió de la habitación, lo primero que hizo fue preguntar por su espada y su ropa, ella no sabía con exactitud, ambos lo buscaron y lo encontraron, la ropa estaba en mal estado y olía horrible pero la espada aún era funcional y tenía filo, la agarró y sonrió, era perfecta. Abby no salió corriendo o grito, ni si quiera se movió, lo veía con una sonrisa tan tranquila y toda la ropa la decidió tirar a la basura, ya no la necesitaba o no una ropa en tan mal estado. Lo primero que hizo fue salir de la casa sin decirle nada a ella y decidió explorar el lugar y planear su siguiente movimiento. La casa estaba cerca de la playa, a veinte minutos caminando y era lo único cerca que tenía, no había nada más que un camino donde pasaban las personas con sus caballos, se pasó todo el día caminando y no encontró nada interesante, no había casi nada, solo bosque y un camino, lo más interesante que encontró fue una que otra casa abandonada y unos animalitos. Volvió a la casa cansado y algo asustado, pensó que no le iba a abrir pero no fue así, fue recibido con los brazos abiertos, incluso arreglaron el cuarto, el problema es que no le dieron absolutamente nada de comer, lo cual no era un problema para él, ya estaba acostumbrado a no comer por varios días, aunque sabía que si volvía a salir sin ayudarla no le iban a dar nada, tendría que ganárselo. Los días pasaron y Fox empezó a ayudar en pequeños trabajos en la casa, limpiar toda la casa y sacar a cualquier animal que estuviera muerto o asustar a los animales curiosos que entraban en la casa. Aunque esto no duro por mucho tiempo, ya que a los tres días Abby ya le consiguió trabajo, al principio solo era un ayudante en una pescadería, ayudaba a llevar las cosas de un lado a otro, a vigilar la mercancía o el lugar, incluso una vez llego a venderle un pescado a una persona, trabajos pequeños que pagaban poco pero era lo único que podía hacer y él no se quejaba, tenía un puesto cerca del mar y mucho tiempo libre para pensar en su venganza ¿cómo iba a lograrla? Y lo más importante ¿cómo lo iba a encontrar? Sabía que nunca iban a venir aquí voluntariamente, tenía que acercarse a él y la única manera era robando un bote. Fox rápidamente consiguió otro trabajo, ya que su jefe vio su potencial y sabiduría sobre el mar y lo destino como pescador, en realidad ayudante del pescador ya que no sabía cómo pescar como ellos y enseñarle le llevaría mucho tiempo, mejor que aprenda mientras trabaja, viendo a sus compañeros, Fox estaba contento con esta idea ya que volvería al mar, aunque no como capitán pero eso no le importaba, el olor y el movimiento del mar le daba paz y tranquilidad y no podía evitar sonreír, era el primero en llegar y el último en salir. Era un buen trabajador y alguien que siempre animaba a las personas a seguirlo e ir al mar, a sacar lo mejor de sí aunque era demasiado mandón y siempre intentaban que todos lo siguieran, seguía pensando que era el capitán, aunque esto poco a poco desapareció y aprendió a hacer lo que los otros decía, de vez en cuando. A pesar de todo jamás dejo la idea de su venganza, siempre veía los barcos atentos y con algo de desprecio, pensaba en entrar como polizón y luego… la verdad es que jamás llegaba a considerar la siguiente parte, jamás pudo idear un plan completo, se sentía frustrado y empezar de cero sería demasiado difícil, tenía que encontrar la forma de entrar a un barco pirata y esperar, tarde o temprano las olas lo volvería a poner enfrente de Oxy.
―Hola – ya había pasado tres meses cuando Abby entró a la habitación de Fox con un pequeño regalo – me han dicho que has hecho cosas importantes, que has avanzado – él la miró y le sonrió.
―Obviamente ¿qué pensabas de mí? Yo siempre voy para arriba, más alto que yo solo el cielo. Creo que con mi nueva paga podemos pagarnos alguna que otra cosa, para que no te toque romper el lomo tu sola – Abbi le sonrió con su sonrisa característica.
―Gracias, aunque creo que ambos nos estamos ayudando – hubo silencio entre los dos – aun planeas tu venganza ¿verdad? – Fox no le respondió – si te soy sincera, sería más fácil rendirte y seguir adelante que hacerla, es más simple y se vive mejor, no tienes un ancla que te lleva al fondo del mar – él soltó una pequeña carcajada.
―Sabes que no lo haré, no puedo simplemente rendirme. Además alguien me necesita, seguramente toda mi tripulación ya se acostumbró a su nuevo líder, seguramente mi barco no existe más, pero hay una persona entre todos ellos que aún me necesita, no es solo que me hayan humillado, traicionado y quitado todo lo que era, necesito encontrarme nuevamente con él.
―Hombres, siempre tan idiotas buscando cosas que no les harán feliz, no hay nada que les haga cambiar de opinión – ella se sentó a su lado – algo que he aprendido de la vida es que todo se devuelve tarde o temprano, solo debes esperar el momento justo, tú me contaste que una vez fueron al puerto de aquí cerca para una misión importante secreta, vuelo ¿por qué crees que no van a volver por aquí? Solo espera a que sea el momento exacto y atacas, no importa si eso pasa mañana, la otra semana o dentro de cinco años, diez quizás o al final de tu vida, las mejores venganzas se planean solas, llegan a tus manos y tú solo debes aprovechar el momento, solo necesitas la fuerzas para hacerlo.
―No creo que pase pero no tengo de otra más que resignarme y seguir adelante mientras pasa algo, cuando llegue ese milagro – Abby le sonrió, poco a poco y sin que él lo viera, agarró su mano - ¿qué carajos haces? – él sintió como ella le pasaba algo a su mano y luego soltaba su mano.
―Un regalo, has estado aquí tres meses y has hecho más que los otros, sé que te quedas aquí porque no te queda otra y aun así eres alguien amable y respetuoso, tienes un talento y solo quería agradecerte por todo, por no ser un maniaco – él giró su mano y la abrió, vio un pequeño anillo que parecía ser de oro pero la realidad no lo era ¿saben lo caro que es un anillo así? Puedes comprarte una casa con uno de esos.
―¿Un anillo? – aunque entre piratas era habitual tener anillos y algún que otro collar, él nunca había usado uno.
―Exactamente, no te lo tienes que poner si quieres, es tu regalo, puedes hacer lo que quieras con este – Fox decidió ponérselo en la mano izquierda en el dedo medio.
―No está nada mal, me queda bastante bien pero no debiste darme un regalo, solo con dejarme quedarme aquí era necesario.
―Posiblemente pero has sido mi mejor inquilino estos días – Abby le dio la espalda – si vas a hacer una estupidez, avísame primero y yo te ayudo – Fox le sonrió.
―Eres una chica singular y gracias por todo, estoy en infinita deuda contigo.
―Lo sé – fue lo último que dijo antes de salir de la habitación.
Chapter 48: El verdadero poder
Chapter Text
La débil rata al final encontró algo, quien diría que todo el mundo hablaba sobre el rey y sus hazañas, solo con que sepa una persona, tarde o temprano todo el reino lo descubrirá. Me mintió al decirme como supo todo esto, como lo descubrió, no es buen mentiroso pero eso no me molesta, no me importa como lo haya hecho, lo importante es que nadie lo descubrió en el acto y la carta fue todo mía. Hay cosas que la leyenda no decía, de ese cuento para niños, de hecho no decía absolutamente nada, solo que era muy poderoso y tenemos que arrodillarnos en su presencia, lo cual es cierto pero hay un millón de cosas que dejaron por fuera, por ejemplo que al cumplir siete años aparecía un libro, unas instrucciones de cómo utilizar tu poder, describía lo que eres y lo mejor de todo es indestructible, no sé cómo lo hicieron, debería ser imposible pero Freddy es alguien diferentes a todos, puede moldear todo a su antojo, simplemente porque puede. Yo tuve suerte esa vez, suerte que el libro no apareciera en el castillo, que apareciera en el hogar de la familia de su madre, ese castillo viejo donde siempre habían vivido y lo tenían que mover, que alegría sentí al escuchar eso y al confirmarlo con la carta, ese libro debía ser mío por obvias razones así que ideé un plan. Quisiera decir que lo pensé todo y fue sencillo pero en realidad fue Camí quien me dio la idea y yo simplemente la mejoré, ya debes saber que paso después, al final siempre gano yo. Ya tenía el libro entre mis manos, mi corazón estaba acelerado y no podía evitar sonreír, necesitaba estar solo para ver el libro así que les avise a mis trabajadores no molestarme, a menos de que fuera muy importante, algo que ellos no se puedan encargar pero eso lo veía imposible, antes de llegar a este punto me encargue de toda posible molestia, incluso las más pequeñas que mis trabajadores podían hacer, quería dejar todo tranquilo antes de encerrarme en mi habitación, ahí fue cuando nos conocimos. Pero nada podía ser tan fácil, ese libro me tenía una pequeña sorpresita y cuando me di cuenta lo tiré al suelo enojado.
―Maldita sea ¡Maldita sea! – golpeé una pared sin magia, no quería romperla, un golpe que me termino doliendo demasiado.
―¿Estás bien? – Camí corrió preocupada donde estaba yo, me había escuchado y entró sin pedir permiso.
―¿Qué te había dicho? – rápidamente camine donde estaba ella y la agarré del cuello y la levanté – no me molestaran sin importar que, nadie entra aquí sin mi permiso – la ahorque un poco más de lo habitual, no era mi intención pero ella ya conocía las reglas, aunque no soy tan malo cuando sentí que perdía todas sus fuerzas la solté.
―Lo siento amo, lo siento, solo escuche su grito y me asuste, no sabía que usted estaba haciendo algo importante – yo me giré a recoger el libro y ni le puse atención – ya salgo, lo siento, lo siento – yo agarré el libro.
―No te vayas, te necesito un momento, ven por favor – ella se acercaba con temor, la pobre pensaba que le iba a pegar – ahora por favor, dime ¿qué ves aquí? – yo le abrí el libro, ella lo miraba confundida.
―¿Tengo que ver algo? Está todo vacío, todo en blanco – yo cerré el libro.
―Listo, vemos lo mismo pero ¿por qué? Obviamente no era mentira, la carta lo decía además siento poder mágico salir del libro, creo que es algún tipo de magia de sangre o algo por el estilo pero ¿cómo es posible? Freddy no tiene la suficiente fuerza para hacer eso además está demasiado lejos como para afectarlo ¿será que el libro tiene su propia magia? Es imposible – Camí puso una mano en mi hombro, yo la miré con algo de desprecio.
―¿Qué pasa señor? – ahí me calmé y decidí darle una sonrisa.
―Tenemos más trabajo que hacer, pensé que sería todo pero el libro tiene una medida de seguridad – ella iba a preguntar cómo funcionaba y todo eso, siempre lo hacía, así que seguí hablando – no sé cómo funciona. En realidad eso no es exacto, sí sé cómo funciona pero debería ser imposible, imposible que funcione pero lo hace y creo saber cómo burlar esa seguridad, necesitamos a alguien más para poder robar y si es necesario, tirarlo al fuego.
La magia era simple de sangre, un hechizo simple pero demasiado molesto y difícil de mantener, quizás no conozcas el hechizo de sangre, es simplemente que solo el usuario y las personas que comparta sangre con él pueden acceder a ciertos lugares. Por ejemplo a un cuarto, tú puedes poner magia de sangre para que solo tú y tu familia puedan entrar, el problema es que es difícil de mantener con el tiempo y entre más grande sea el objeto, durará menos y gastará más energía, es un hechizo poco usado pero cuando se usa es demasiado odioso, literalmente no había otra técnica que esperar a que el brujo se cansará y poder entrar o usar otra magia para evitar la barrera. El problema esta vez es que la magia parecía infinita, parecía que el mismo portador de la magia era el libro y no un brujo, era demasiado extraño y a pesar de todo la magia nunca acababa, siempre lo veía blanco, sin letras, sin nada, se convirtió básicamente en una piedra y ahí se me ocurrió una grandiosa idea ¿qué tal si me transformo en alguien de la familia? Sabía que si lo hacía físicamente no iba a servir ya que este siente tu presencia o tu alma o algo por el estilo, no lo puedes engañar pero ¿qué pasa si cambias tu alma para siempre? Que tanto tu físico como tu olor sea la de su sangre y ahí se me ocurrió la gran idea de entrar al castillo. Por tu cara veo que piensas que es un suicidio y lo es, es bastante peligroso por miles de razones, es el lugar más protegido de la tierra, aunque mi mayor problema realmente era el brujo adentro del castillo, yo era tan poderoso que si entraba iba a detectarme y causarme problemas, matarlo sería más una molestia que una solución, decidí que alguien hiciera el trabajo por mí y salió espectacular, demasiado bien y fue bastante simple. Al final me trajeron un vestido, maquillaje y un collar si mal no recuerdo, por suerte todo era de la reina y al final lo queme y lo mezcle con ciertas cosas para formar una posición para logra mi cometido, al final lo bebí, ahora olía como la reina, mi alma era la de la reina y el libro se me mostró ante mí, ya me consideraba como alguien de su misma sangre y así de fácil pude entrar, no tuve ni que transformarme en la reina y el efecto fue permanente, algo que yo no sabía pero me alegra que haya pasado.
―¿Enserio vas a hacer eso? Si desapareces por bastante tiempo las cosas se complicarán – Eak no estaba realmente preocupado por mí, solo le preocupaba que no le iba a pagar en mucho tiempo.
―Lo sé y eso es lo más divertido, muchos tendrán ideas erróneas de lo que paso, creerán que son libres pero cuando me vean se arrodillarán, algunos lucharán por su libertad y yo los utilizare como lección.
―¿Por qué se va a rendir cuando estamos tan cerca? – en realidad no estábamos cerca de nada, solo había una forma de ganarle un rey y con bandidos de poca monta no iba a lograrlo.
―No me rendiré, de hecho todo esto nos deja más cerca de nuestro objetivo. No te preocupes que sigues trabajando para mí, verás todo y cuando llegue el momento me informarás de lo último que viste, no sé cuándo será ese momento, por eso tienes que estar atento a todo. La única persona que sabe dónde estaré es Camí, si ves que hay algo importante, algo que se sale de tus manos me avisas y yo lo solucionaré pero si es una tontería, dejarás de respirar.
Me encerré durante días con el libro, apenas comía y la comida obviamente no la pagaba, me la robaba, busqué todo lo que tenía el libro, palabra por palabra, la definición del chico y sus habilidades, me aprendí todo al derecho y al revés y luego aprendí a cómo defenderme de ese poder, obviamente en un caso hipotético. Estás confundida, lo sé, por eso empecemos por el inicio. Mi plan funciono y lo primero que vi del libro es el índice, era de cuatro páginas, algo exagerado, estaba lleno de capítulos esa mierda, primero hay un árbol con todas las personas que han tenido poderes, obviamente no le presté atención y solo mire el nombre de Freddy y pase la página. El siguiente capitulo era mucho más interesante y era intentar dar una explicación a su poder, lo llamaban la sombra y era básicamente el reflejo de ti, te seguía a todos lados y hacía todo lo que le pedías y esa era la fuente de tu poder, nacía contigo aunque tu no lo vieras y veía lo mismo que tú, no necesitaba dormir o comer, siempre estaba alerta y nadie te sorprendía por las noches ya que él siempre estaba atento, podía flotar y atravesar las paredes y no se podía sentir o no con facilidad. Luego estaba un poco de historia de los portadores de sombras que me importo una mierda y me los salté, no me interesaba el pasado y por suerte los siguientes capítulos eran los más importantes, te enseñaban a usar tu magia. Empezaban con lo básico, lanzar fuego, hacer agua, empujar a las personas con el aíre y aumentar tu fuerza y velocidad, todo con una explicación detallada de que era y lo que tenías que hacer, incluso te daban consejos en lo que tenías que pensar antes de hacer, incluso te decía cuanta energía te gastaba, si cansaba mucho o no. Al inicio eran cosas simples, mover objetos, hacer bolas de fuego, tener fuerza sobre humana y luego fueron aumentando más y más, incluso había algunos trucos que yo no conocía, por ejemplo hacer un rayo de energía pura capaz de eliminar cualquier cosa o un escudo mágico que te defiende bastante bien, es un escudo bastante practico y fácil de utilizar, el problema es que si te atacan con algo muy fuerte pueden romper el escudo y debes usar el mismo poder para defenderlo. Por ejemplo si te atacan con una bola de fuego fácilmente podrás defenderlo sin usar mucha energía pero si tu enemigo decide correr rápidamente y golpear con toda su fuerza, deberás usar más poder para que no se rompa el escudo, este siempre debe estar por encima de los ataques. También he intentado envenenar a mis enemigos con mis golpes, incluso con mis besos pero simplemente no puedo, es bastante simple y es generar veneno por las manos y si mis puños, uñas o cualquier fluido entra dentro de la persona el veneno lo matará, puede llegar uno a generar visiones contra un combatiente pero es bastante complicado y más si el enemigo está preparado para eso, es magia que no conocía y no controlo pero lo haré. También daban nuevos encantamientos para los objetos bastante curiosos pero si te lo digo todos no acabamos nunca. La última sección y la más interesante era el de poderes únicos del portador de sombras, era algo que solo él podía tener, había algo más simple como un fuego negro que consumía menos energía, era más fuerte y las llamas eran más difíciles de apagar, podía manipular a las personas a su antojo, simplemente le robaba su alma y el portador o la sombra tomaban el cuerpo y hacen lo que quieran, lo que quieran. Incluso pueden enviarte al mundo de las sombras, ahí ya estás perdido ya que él tiene todo el control en ese mundo, moriste sin poder hacer nada, podía mostrarte tus peores pesadillas mientras peleas, puede sacar objetos mágicos para destruirte, era una puta locura lo que podía hacer, ese era su verdadero poder.
―Ya es hora, lo siento por interrumpir pero usted me dijo que le avisará cuando llegará, ya es la hora – dijo una voz que saco al brujo de su historia, lo enojó un poco pero sabía que necesitaba trabajar, era momento de terminar con todo.
―Gracias Camí, ya vamos para allá – el brujo miro a su prisionera con una sonrisa – llego el momento, nuestro momento, es hora de brillar – él se acercó a ella y la agarró del cuello – fue una buena historia, ahora debo hablar con alguien, pronto lo llevaré contigo y veremos qué tan poderoso es, el verdadero poder solo se muestra en momentos de furia o de peligro – ella no intentó ni luchar, sabía que todo eso era algo en vano – sabes, tengo unos minutos ¿qué tal si lo hacemos una última vez? – dijo con una sonrisa perversa.
Ella no sabía hace cuanto estaba atrapada, había perdido el tiempo hace rato y sus intentos de escape siempre eran evitados por él para luego venir un castigo, luego otro peor, él podía matarla cuando quisiera pero quería verla sufrir, quería romperla poco a poco y ese día, ese último día decidió hacer lo que más le gustaba, quemarla viva. No hay peor sentimiento que quemarse vivo, por algo el infierno está lleno de llamas infinitas que jamás se apagan, por suerte cuando uno se quema muere rápidamente, de una manera dolorosa pero tienes la bendición de que sea algo rápido pero ¿qué pasaría si nunca murieras mientras te quemas? Eso hacía él, la quemaba y la curaba pero no desactivaba sus sentidos, incluso los aumentaba para sentir más dolor, era un juego para él, un juego de resistencia entre curar y dañar, evitar que se muriera, no le quedaba ninguna cicatriz en el cuerpo pero era algo que se repetía todos los días, el mismo dolor una y otra vez, era el infierno. Ese brujo se divirtió solo por un minuto, no tenía mucho tiempo, y luego la llevo al lugar esperado con un hermoso vestido, la tenía amarrada y vendada por si acaso, además que con una mordaza para que evitara gritar y la dejo ahí por unos minutos, la dejo completamente sola en el campo con la pequeña mentira que la estaría vigilando, él sabía que no iba a escapar ya que apenas la alimentaba, apenas tenía la fuerza para quedarse parada y para ella él estaba ahí, a su lado, vigilando cada uno de sus pasos.
Chapter 49: Problemas monetarios
Chapter Text
En el reino solo existen tres cosas que realmente importan, la religión, los reyes y el dinero, si alguno de estos falta, el reino estará condenado a la destrucción, la religión es fácil de saber su papel, este es quien nos dice que está mal o bien, la religión es lo que diferencia un bárbaro de un caballero, sin la religión el mundo está destinado a destruirse a sí mismo, las personas se entregaran a sus instintos más malvados y desastrosos, el bien y el mal no se diferenciara y el pecado nunca sería castigado. El rey es quien nos protege de los peligros de afuera, bárbaros y otros animales pero también es quienes nos protege de nosotros mismos, hay gente que no le importa la religión, son bárbaros dentro del reino y no les importa quemarse en el infierno, el rey son los brazos protectores, los brazos de Dios, mientras que la religión es el alma del reino. Aun así hay una tercera cosa que muchos olvidan, todos creen que el alma y los brazos son lo único que importa pero no es así, falta la sangre y sin este tanto el brazo como el alma se debilitan hasta desaparecer, esa sangre es el dinero. Muchos ignoran la importancia del dinero ya que es un problema que jamás se enfrentara un rey, tendrá todo el dinero disponible para lograr lo que quiera y si hace falta los reyes ya tienen monedas guardados, oro incluso para poder afrontar alguna perdida, un buen líder siempre piensa en el futuro, así que problemas con el dinero jamás tendrán. El dinero hace que todos se muevan, que se saquen nuevos libros para que los obispos lean, con el dinero se construyen armaduras, arcos y flechas, todo fue movido gracias al dinero, incluso para evitar una guerra necesitas dinero y otras cosas, todo flota gracias al dinero.
―Ya saben que no los llamaría por una estupidez, lo que ha pasado aquí es algo grande, algo gigantesco, quizás no les afecte a ustedes tanto como a mí pero si uno cae, todos caen – dijo Golden algo preocupado, ansioso, ese problema lo despertaba por las noches, lo hacía sudar y a veces vomitar.
―No tienes que ser tan dramático, has ido demasiado al teatro, te vamos a ayudar siempre, aunque sea conquistando nuevas tierras y matando a nuestros enemigos – dijo Cruz con una pequeña sonrisa.
―Tengo un pequeño problema monetario – ambos reyes se miraron entre ellos – me hace falta monedas para pagar, así de simple.
―Sabes que el reino tiene reservas ¿verdad? De todo tipo, incluso materiales en bruto – dijo Alfonso algo confundido, jamás le había pasado a ningún reino, por lo menos no uno que haya conocido o escuchado.
―Por favor no me insultes así, obvio que lo sé y antes de contactarlos obviamente las mire. Cuando digo que no tengo nada, que no tengo monedas es porque no las tengo, desapareció todo – hubo un pequeño silencio entre ambos, un silencio demasiado incomodo que fue interrumpido por la risa de Cruz.
―¿Cómo mierdas te acabas todo lo que tienes? Te dije que gastarlo en teatros gratis para todos y pinturas sobre ti mismo no valían la pena, que era un malgasto y mírate ahora – Cruz se reía hasta más no poder, le costaba respirar por la risa, casi se moría en ese momento.
―Yo no sé porque te invite a ti, no te tomas nada enserio.
―Y aun así estoy mejor que tú – dijo con una pequeña risa – ya, pongamos serio. Tu problema es el dinero ¿no? Pues la solución es simple, vamos a entrar casa por casa y le pedimos algo de monedas, una o dos monedas será suficiente y si se niegan a pagar, les cortamos la cabeza y nos quedamos con todo lo que tenían, así de simple – Alfonso y Golden lo miraron confundidos y un poco aterrados.
―Obviamente no se hará eso ¿sabes lo que opinará la gente? Nada bueno, incluso se pueden levantar molestos y querrán quitarnos la cabeza.
―Alfonso, te olvidas que somos reyes, podemos aguantar lo que sea – Cruz estaba tan confiado en lo que decía.
―Sí, es cierto ¡si tuviera dinero para pagarle a los caballeros! No tengo la suficiente fuerza para defenderme, las espadas se oxidan y se necesitan arreglar o conseguir nuevas ¿cómo crees que se hace? Un por favor y un gracias no servirá – Golden había escuchado grandes estupideces pero la mayoría salían de Cruz, nunca supo cómo carajos ponía en control su reino si era tan retrasado.
―Mierda, tienes un punto, creo que descartamos mi idea.
―Creo que hablo por mí y por Cruz que para saber cómo solucionar las cosas debemos saber cómo empezó el problema, si fue un mal gasto de algo, de una iglesia o de un teatro o algo por el estilo, simplemente lo cerramos y dejamos de pagar, incluso lo vendemos a otras personas si es necesario y nos quitamos el problema pero si es por otro lado… - Alfonso intentaba buscar una respuesta, le parecía algo histórico, un suceso que los marcaría pero para mal.
―Se que ustedes no me creerán, incluso si me lo dijera otra persona que no fuera de confianza no lo creería – Golden estaba nervioso, puso una mano detrás de su cuello y empezó a mover su pie de arriba a abajo – me han robado – Cruz soltó otra gran carcajada, era lo mejor que había escuchado, mientras que Alfonso solo lo miro serio, ya había vivido algo así y quizás le paso lo mismo que a él. Golden simplemente suspiro algo decepcionado – no entiendo como lo hicieron, lo único que sé es que fue un brujo muy poderoso, alguien entró y me robo todo lo que tenía, todo.
―Acaso no tenías un mago poderoso – Cruz ya se tomó un poco más serio las cosas y se quedó callado.
―Sí, lo tenía, incluso lo detecto pero era muy tarde para él, lo primero que hizo ese brujo fue atacarlo por la espada. Por suerte no murió, está en un estado delicado pero está cerca de la muerte, fue lo primero que me quitaron, el brujo no era tonto y sabía exactamente donde se encontraba mi brujo y aprovecho que estaba solo y sin él, era prácticamente invisible y ahí aprovecho para robarme todo. Me di cuenta muy tarde, cuando mi mago, con un hueco en el estómago y media cara quemada llego hasta mí y me dijo lo que pasaba, obviamente mande toda mi fuerza por todo el castillo pero ya era muy tarde, no dejo nada – Alfonso quería decirle que paso por lo mismo, que alguien le había robado pero no pudo hacerlo ¿cómo lo tomarían? Lo oculto por un tiempo y estaba seguro que lo iban a culpar por todo, lo mejor era seguir estando callado.
―Mierda – dijo Alfonso mientras juntaba las manos y las ponía debajo de su mandíbula – tenemos un problema que nos concierna a todos, a todos. Si un brujo hizo algo así con un rey ¿qué nos asegura que no haga lo mismo con nosotros? Es un peligro para todos. Lo único que podemos estar seguro es que va a desaparecer, nadie en su sano juicio le robaría a un rey y estaría caminando por las calles con tranquilidad, creo que primero debemos hacer que Golden recupere lo perdido.
―Sí todo lo que dicen es cierto, y seguramente lo es ya que ustedes no tienen la inteligencia de hacer buenas bromas, son todos amargados, le doy la razón a Alfonso y tengo una solución ¿qué tal si pedimos prestado algunos de los materiales preciosos a las minas? Según ustedes y mi esposa el oro es lo que más valor tiene, qué tal si pedimos prestado todo el oro, nosotros no pagamos y así recuperamos todo lo que tenemos. Es mejor que despedir a gente para ganarse unas moneditas ¿saben lo que opinarán la gente? Serías el rey vagabundo – ambos reyes lo miraron sorprendido, era una buena idea, Cruz dijo una demasiado buena idea que podía solucionarlo todo, eso era para celebrar.
―La verdad, moriré por decirlo pero tienes razón, es una buena idea solo hay que hacerla realidad, ya sabes que el mundo de las ideas es muy diferente a nuestro mundo. Alfonso tú… - de hecho Golden no solo los invito para discutir sobre eso, había algo más, una pequeña pregunta que poco a poco tomaba fuerzas pero simplemente no tenía las palabras para hacerlo con respeto, ni si quiera sabía si eso era verdad ¿por qué escondería algo tan delicado? Por respeto decidió morderse la lengua – no, después te pregunto eso, primero solucionemos esto y luego vamos a cosas secundarias, seguramente no es nada importante.
Los adultos la mayoría de las veces piensan las cosas antes de actuar, muestran respeto por el otro y saben que, si al decir algo sale lastimado el otro, no lo dirán y mucho menos si lo que dice terminará perjudicando a sí mismo, van hacer lo más sensato que es morderse la lengua, es algo que a todos nos han enseñado, ya sea nuestros padres, abuelos, tíos o la vida misma. Pero los niños chiquitos aún no han aprendido eso, dicen lo primero que se les pasa a la cabeza, a veces son cosas crueles pero no les importa o no lo pueden controlar, los niños es la naturaleza humana en toda su expresión, no usan mascaras y son curiosos, con el tiempo aprenderán a ser mejores personas.
―Nos hemos visto dos veces en tan poco tiempo Golden, eso hay que celebrarlo, la última vez que me visitaste fue en mi cumpleaños.
―Lo sé Freddy, aunque creo que esta visita no es nada feliz, no es para celebrar o algo por el estilo, es algo más grave – Golden tenía una pequeña sonrisa a pesar de todo, sabía que sus padres arreglarían todo y ver a su amigo lo ponía demasiado feliz.
―¿Qué paso? ¿te encuentras bien? – Golden se dio cuenta que no debió decir eso, ni su padre el rey Alfonso sabía que estaba pasando ¿cómo iba a saber él? No quería preocuparlo y sabía lo gentil que era Freddy.
―Nada, nada, solo son cosas de reyes que a nosotros no nos interesa, aunque quisiéramos no podemos hacer nada, además nuestros padres son muy inteligentes, seguramente ya están solucionando todo esto, no hay que preocuparse – esto tranquilizo un poco a Freddy.
―Supongo que tú y yo tenemos que concentrarnos en los trabajos de príncipes – dijo Freddy mientras lo codeaba suavemente.
―Sí, creo que sí aunque todo eso es demasiado fácil, ser rey y príncipe es sencillo. Por cierto ya te lo he preguntado varias veces pero ¿seguro que no tienes ningún poder mágico? – los niños son demasiado pequeños y muchas veces pasan desapercibidos y de alguna manera escuchan todo, no entienden todo lo que escuchan pero si lo repiten.
―Obvio, soy capaz de leer mentes. En este momento estás pensando en comer pan y cazar un animal mítico – Golden se río – así que no te metas conmigo o diré tus más seguros secretos, como que tu nombre no es Golden.
―No me refiero a eso, aunque fue un buen chiste, fue un buen chiste. Según el brujo de mi padre tú eres especial, algo anormal y bastante poderoso, incluso tengo la impresión de que te tenía bastante miedo, decía cosas imposibles como que eras capaz de controlar los tres reinos, eras el diablo en la tierra – Freddy se río bastante nervioso, tenía miedo y era bastante malo para ocultarlo.
―¿Cómo crees? Seguramente solo es miedo hacia los otros, ya sabes como son los reyes, siempre temen a los otros, incluso a sus propios compañeros y amigos. No es cierto – Golden jamás había visto así a su amigo, estaba actuando demasiado extraño y eso le preocupo.
―¿Estás bien? Tus manos están temblando y actúas bastante raro – Freddy lo miró y le sonrió pero no le dijo nada, se quedó quieto con una sonrisa, tenía miedo de hablar – serán cosas mías.
―¿Qué más ha dicho tu padre sobre mí? – al inicio no quería hacer esa pregunta pero su voz de la cabeza lo convenció.
―Pues mi padre habla de todo el mundo, a veces te aprecia y otros te odia, supongo que es algo normal en los reyes pero lo que estoy seguro es que casi siempre pregunta por ti. Aunque creo que todo es mentira, lo he escuchado decir que nuestro brujo está loco o que lo intenta controlar pero hay algo que si lo preocupa y es sobre tu padre, el rey. Mi padre cree que tu padre no le está diciendo la verdad sobre un tema o que está ocultando algo importante y eso lo pone nervioso, cree que tu padre tiene otras intenciones, cree lo que paso aquí ya había pasado en tu reino.
―Y ¿qué paso aquí? – Freddy escuchaba con atención asustado, si la persona que le estuviera diciendo todo eso no fuera su amigo no creería lo que sus oídos estaban escuchando, incluso no tendrían el suficiente valor para escucharlo.
―Según mi padre y su brujo, un brujo malvado, feo y poderoso, entró aquí y robo a todo el reino, nos robo todo sin que nos demos cuenta, mi padre ha empezado a sospechar de ustedes, dice que ya vivieron algo parecido, no sé, dice que eres muy especial, más que yo o que él y puedes ser una amenaza en el futuro.
―Pues puedes decirle a tu padre que no tiene nada que preocupar – Freddy no estaba seguro de esto pero hace tres años sintió a un brujo, no sabía que lo era pero su voz en la cabeza se lo confirmo y ahora le decía que se quedara callado, que evitara el tema y hablara de otra cosa, de cualquier cosa y por lo que más quiera no dijera nada sobre él, algo que Freddy obviamente no haría – y ¿ya le empezaste a ver lo bonito a esa chica? Toddy creo que era, ya que seguirá siendo tu futura espesa o ¿cambiaste de intención? – dijo mientras miraba a Golden con una sonrisa nerviosa.
―¿Tú crees? Esa chica no sale de su casa, es igual a su padre, sigue siendo un misterio para mí.
Chapter 50: La gota que derramo el vaso
Chapter Text
Hay muchas personas que trabajan en el castillo, eso lo sabemos y entre tantas personas es difícil destacar, incluso yo he ignorado a la mayoría de los que trabajan en esa época, he pasado por encima de ellos a pesar de que cada uno tenga una gran historias para contar. Pero la verdad es que pocos soldados son recordados por la eternidad y aún más pocos son recordados por hacer algo bueno, hay muchas personas que a pesar de todo jamás alcanzaran la misma destreza que muchos de sus compañeros, no importa cuánto lo intenten. Una de esas personas fue Fede, un caballero bastante mediocre, apenas se podía decir que es un caballero, aunque su falta de talento lo llenaba con carisma, era bastante amable y jamás se rendía, quizás no era el primero en ir en una batalla ya que no era tan hábil con la espada y también se tarda en dar cuenta que su vida está en peligro pero cuando la realidad lo golpea o sus capitanes le explicaban que debía hacer, él no dudaba ni un segundo y se lanzaba contra el enemigo, aunque todo esto nunca lo llevo demasiado lejos, rara vez pudo probar su valentía. El pequeño príncipe había cumplido diez años hace algunos meses, no me acuerdo que día exacto fue pero fue un día especial para él, el día en que va a quedar en la historia, por lo menos por muchos años. El rey empezó a ser un poco más paranoico con su gente, con la persona que había adentro y con la horrible idea de la rata que no lo dejaba dormir tranquilamente, miraba a sus caballeros con recelo, desconfiaba de todos lo que lo rodeaban y con lo que dijo el rey Golden comprendió el peligro de ese enemigo invisible, sabía que estaría en cualquier lado pero no podía verlo, lo sentía cerca pero no podía hacer nada, desde que Freddy cumplió los diez años todo empezó a empeorar poco a poco y todos en el reino lo podían sentir, incluso el mismo Fede.
―Cada vez lo haces mejor, disfruto más estar contigo – dijo Felix con una sonrisa.
―Eso es una mentira, solo eres modesto pero me alegro de escuchar eso – Fede se empezó a poner de nuevo su ropa – sabes, quizás debas tener más cuidado cuando caminas por los pasillos del castillo – Felix se río.
―Si es por lo nuestro no te preocupes, por tus gritos tan fuertes avisas a todo el mundo, estoy seguro de que todos saben de lo nuestro pero no les importan, tienen una vida que vivir – dijo con una sonrisa coqueta.
―No es por eso – dijo algo sonrojado – sé que nadie me lo dice a la cara pero no soy tonto, algo está pasando, algo grande y malo, las constantes pruebas que pone el rey hacia su gente, sé cómo los mira y es algo aterrador, algo no anda bien. Creen que soy tonto pero me doy cuenta, me doy cuenta que algo malo pasa.
―El rey siempre mira así a todo el mundo, está en su naturaleza, solo ha escuchado mucho su propia voz o las voces de sus iguales, se le están subiendo los humos – Fede seguía nervioso, así que Felix le dio un corto y dulce beso en los labios – andaré con cuidado, deja de preocuparte – Fede le sonrió – nos veremos después, Freddy está algo inquieto y ha empezado a hacer muchas preguntas, preguntas que no sé si podré responder.
―No nos veremos en un tiempo – Felix le guiño el ojo.
―Exactamente guapo pero no te preocupes, cuando tenga tiempo vamos a estar otra vez juntos.
Todos los caballeros tenían una rutina, no era la misma rutina obviamente pero cada caballero tenía su rutina especial, entre más alto tu rango como caballero más ocupado estabas y más asfixiante era tu rutina, incluso la misma Ann Chica tenía su rutina, una rutina que parece diferente pero en el centro era la misma rutina de todos, aunque ella no notaba que estaba en una rutina. Fede también tenía su rutina pero este a ser de tan bajo rango era demasiada simple, por las mañanas siempre debía levantarse temprano para entrenar, duraba unas cinco o seis horas y luego no tenía nada que hacer, casi siempre alguien más alto que él le ordenaba hacer algo, cuidar un lugar o hacer un favor pero podía no hacerlo o simplemente sentarse en una habitación sin hacer nada. En este tiempo libre a veces lo utilizaba para verse con Felix, el castillo es tan grande y hay muchos lugares totalmente oscuros, uno puede perderse fácilmente y jamás ser encontrado, en esos lugares ambos se veían y se acostaban, aunque esto solo pasaba una vez en la semana si tenían suerte, Felix era el más ocupado y Fede tenía que regirse con su horario. Normalmente por las noches tenía un trabajo importante puesto por el rey y sabía que este jamás se podía saltar, si lo dice el rey tú debes hacerlo sin importar que tan ridículo o aburrido era, debía defender el comedor, no importa que este haciendo, incluso puede comer pero toda la noche debe estar ahí, atento por si había algo irregular, se quedaba así hasta que otra persona lo relevaba y empezaba su hora de dormir, se dirigía a su habitación y dormía para repetir la rutina al día siguiente.
―Llegas justo a tiempo, tienes suerte de que el rey no sale de su habitación y camine por aquí, se daría cuenta que no estas cumpliendo con tu trabajo – su compañero estaba sentado en una de las sillas del comedor.
―Y si saliera de su cuarto te ve a ti haciendo pereza, no tienes ni la armadura, te hecha rápidamente del castillo – su compañero se río – además ¿sabes lo difícil que es correr con esto? Pesa demasiado y hace demasiado ruido, es bastante incomodo y llegar aquí a tiempo es imposible, sabes que la gente siempre está atenta de los otros, escuchándote a través de las paredes.
―Es verdad, tienes un gran punto – su compañero se acostó en la silla – pero sabes que el punto de las armaduras no es ser silencioso o cómodo, es para protegerte de las armas de tus enemigos, por eso siempre me la quito, aquí no pasa nada. Además si el rey decidiera caminar por el castillo no creo que viniera aquí, tiene miles de cosas mejores que hacer que perder el tiempo con nosotros dos, incluso tiene su propio comedor con su propio chef y creo que tiene probadores personales para asegurarse que la comida no este envenenada, jamás vendrá por aquí – Fede se recostó en la pared.
―Es una lástima que nunca salgamos de esto, el rey debe ver nuestro valor, nuestro talento. Estar aquí es tan aburrido, les gano a todos ustedes fácilmente.
―Deja de quejarte y disfruta – su compañero cerró los ojos – quítate eso, se nota que estás cansado quien sabe porque, seguramente es por usarlo todo el día. Solo quítatelo y nadie se dará cuenta – Fede suspiro, quizás no sería lo correcto pero apenas podía mantenerse en pie.
―Te haré caso solo esta vez pero si me meto en problemas por tu culpa, te juro que probaras mi espada, sabes que solo tengo esto para vivir – poco a poco Fede se quitaba su armadura.
―Sí, sí lo que digas. Por cierto, me debes un favor ¿te acuerdas? Aun no me has presentado a esa chica linda, la artista que siempre está pintando las paredes o arreglando algunas pinturas, creo que se llamaba Lily – dijo su compañero con una sonrisa – por lo menos dime que esta soltera y que tengo posibilidades.
―Es un artista ¡obviamente esta soltera! Pasa todo el día en el castillo ¿crees que alguien aquí tiene pareja? Obviamente no y mucho menos ella, así que sí, tienes posibilidades, o eso creo, no lo sé, primero háblale y luego le pregunto a ella si le gustas o por lo menos le pareces atractivo. Le voy a hablar de ti pero no te prometo nada, he conocido a esa chica mucho tiempo y sé que no es agradable, está un poco loquita.
―Todos los artistas son así ¿cuál era el artista que robaba cuerpos para perfeccionar su arte? – Fede no respondió ya realmente no sabía si era verdad o solo un mito – que hambre que hace.
―Te paso algo si prometes callarte de una vez y comportarte como un caballero – su compañero se levantó y le sonrió – y cuida mi armadura, incluso escóndela si es necesario.
El comedor estaba al lado de la cocina, solo lo separaban una pared y una puerta, aunque estaba prohibido entrar si no eras cocinero, una regla que muchas veces se saltaba y las personas entraban. Por la noche la mayoría de los cocineros se había largado, la cocina se encontraba vacía ya que los caballeros solo comían una vez al día o dos si te habías ganado ese premio pero ninguna vez se comía de noche, solo los reyes o los obispos podían comer hasta tres veces en un día. Fede no tenía su armadura, lo que le ayudo a ser más silencioso y ágil, si por casualidad aun había un cocinero en la cocina no se daría cuenta que él estaba ahí, solo tomaría prestado una fruta y un pedazo de pan y luego se iría. La cocina estaba oscura y apenas se veía algo gracias a la luz de la luna, por suerte Fede ya se sabía el camino de memoria, la oscuridad ya no era un problema un problema para él, de hecho era algo que lo beneficiaba, así era más fácil esconderse si algo salía mal. Fede no tuvo que ir muy lejos para encontrar una canasta llena de manzanas, él agarró dos manzanas y se dio media vuelta para salir, pero antes de si quiera dar el primer golpe de regreso, él se detuvo y miro algo que llamaba la atención, una luz de una vela, lo más sensato sería irse sin hacer mucho ruido pero Fede sintió un poco de curiosidad, además de que se escuchaba unas voces y se preguntó ¿quién era? Era demasiado tarde para estar ahí. Camino lentamente sin hacer ruido hacia la luz y escucho la conversación sin ser visto, había solo dos voces que susurraban, una de las voces lo reconocía, era la de Town pero la otra jamás la había escuchado, no se quiso asomar para ver quiénes eran, sentía que si lo hacía sería descubierto y castigado por entrar sin permiso, algo que lo aterraba.
―Sabes que no puedes hacer eso, escucha lo que dices – la voz desconocida estaba un poco irritada, molesta y poco a poco aumentaba su tono de voz.
―Sí, lo escucho, todos los días escucho lo que digo y estoy consciente de lo que hago pero hay otras maneras, está no es la correcta – Town hablaba calmado y tranquilo – entiéndeme, su plan se les está saliendo de las manos, no quiero mancharme las manos – Town era alguien calmado, incapaz de matar a una mosca y más de una vez lo han visto alimentando a las ratas, su mayor característica era su calma y su sonrisa y que carga con todos sus problemas, jamás pide ayuda.
―Sabes cómo es mi jefe, si te sales de esto te elimina de la faz de tierra, tienes que ayudarnos.
―Le diré todo al rey – Fede sintió un increíble miedo ¿lo estaban extorsionando? Por suerte Fede aún tenía su espada, dejo ambas manzanas en el suelo con delicadeza y agarró su espada, no sabía que iba a hacer pero sabía que su amigo estaba en peligro.
―¡¿Qué?! ¡No escuchaste nada de lo que acabo de decir! – Town rápidamente le tapó la boca con miedo mientras miraba a su alrededor.
―Silencio, no sabemos quién puede escucharnos – Town miro otra vez a su alrededor tenía miedo de que alguien lo hubiera escuchado – claro que he escuchado pero no puedo hacerlo, este no soy yo, no puedo hacerlo y no importa que me digan, no puedo hacerlo. No he podido dormir.
―Mira, sabes en lo que te metías para salvarnos.
―¡Y aun lo voy a hacer! Pero no seguiré esto, no lo haré. Vamos a hacer las cosas bien, juntos – uno de los dos dio un golpe a la pared.
―¡Es que eres idiota! Me estás condenando a la muerte ¿sabes que yo fui quién se lo presentó y lo convenció de contratarte? Él te va a ejecutar primero y a mí me va a encerar hasta la muerte, eres un egoísta.
―¡Yo no pedí nada de esto! ¡Les he ayudado con todo y aun así me dices egoísta! Voy a salvarlos ¡Pero lo haremos bien! – a ninguno de los dos le importaba lo que pasara alrededor suyo, ahí Fede aprovecho para asomarse y verlos por unos segundos. Pudo ver la espalda y el gran cabello de Town y a su lado estaba un chico con los ojos amarrillo y una marca en X en su cara.
―Mierda… - Susurro Fede, ese chico que estaba con Town ya lo conocía, su amiga Ann le había hablado de él, fue quien se enfrentó unos años atrás, sabía que era muy peligroso y talentoso, no sabía que estaba pasando pero estaba seguro de que Town estaba en problemas, necesitaba ayuda. Un ataque directo no era lo correcto, seguramente el otro lo iba ver venir y esquivar, lo mejor era darle un golpe en la espalda.
―No hay forma correcta, no existe, solo existe el camino de la vida y el camino de la muerte ¿crees que el rey no te matará al decir todo lo que has hecho? Y si de milagro él decide dejarte vivo ¿crees que estarás a salvo de él? Por favor, por nosotros, solo queda poco.
―No, eres mi amigo y te quiero pero no puedo seguir haciendo eso, haría lo que fuera para dejarte vivir pero… ¡Yo no puedo con esto! – dijo Town con algunas lágrimas.
―¿Qué no puedes? Te he visto hacer cosas que antes no podías hacer, haces cosas que ninguna persona podría. Mira, si quieres hacerlo te apoyaré pero este no es el momento, debemos hacerlo cuando menos lo piense, lo hacemos juntos – dijo mientras le sacaba las lágrimas con una pequeña sonrisa - ¿recuerda lo que me prometiste? Estaremos juntos hasta el final, salvaremos a Camí juntos – que buen actor era ese chico, demasiado bueno que podía fingir su lastima, fingir la compasión pero eso no podía contra el gran corazón de Town, que lo estaba matando poco a poco, que seguía intentando que haga lo correcto.
―Lo siento Eak – dijo mientras se separaba – pero no lo haré, yo ya no puedo hacerlo. Vamos, por favor – Town le estiro la mano – vamos juntos, hagamos bien las cosas, sé que tienes miedo de él pero no es tan fuerte, juntos podemos hacerle algo. No me quedaré quieto mientras él lastima a Camí y a miles de personas ¿crees que no sé lo que hace? Tú dices que lo que diga no afecta pero aun así peleas para que me quede, sabes lo que me hará y temes por mi vida, te preocupas por mí.
―Si es lo que quieres, no te detendré – dijo Eak mirando hacia abajo – solo espero que él te tenga piedad, a pesar de tu estupidez, te deseo lo mejor amigo – ese fue su último intento para que vaya con él pero Town ya estaba decidido, no soportaba más – a pesar de todo, si me caíste bien, lástima, que eres un idiota, si sobrevives, ven a buscarme.
―Voy a salvarlos, a ambos, solo confía en mí, por favor.
Eak se había dado la vuelta decepcionado, estaba encerrado en su propio mundo, intento protegerse pero no podía que el miedo le atravesara el alma, sabía que no podía volver con las manos vacías y quizás lo mejor era matarlo, aquí y ahora pero no quería hacerlo, sentía un poco de lastima por él, quizás lo mejor era caminar como un perro con la cola entre las patas, alguien derrotado por el destino, quizás caminar ayudaría a quitar el miedo, aunque eso jamás servía. Cuando Eak miro hacia enfrente ya era muy tarde para él, Fede ya estaba demasiado cerca con la espada en mano, no pudo reaccionar para evitar el golpe, en un segundo sintió una espada atravesarlo en el estómago y luego una patada que lo tiro para atrás, la sangre rápidamente salía de su cuerpo, era grave, bastante grave.
―¿Estás bien? ¿quién es él y que haces hablando con él? – Fede paso por encima a Eak para estar cerca de Town - ¿te ha dañado? Estás pálido, no te preocupes, ya estás a salvo – Town tenía demasiado cosas en su cabeza, no podía dejar de mirar a su compañero tirado en el suelo – maldito, esto es por mi amiga – dijo mientras pateaba a Eak por las costillas.
―Detente, él no se merece eso – Fede se giró a ver a Town.
―¿No lo merece? Lo he escuchado, escuche lo que te dijo, te estaba manipulando y te estaba amenazando ¿sabes quién es? Él entró aquí y lastimo a mi amiga. Es un ladrón, asesino, mentiroso y un pecador.
―Hay que hacer algo, se está muriendo, llamemos a alguien para salvarlo, podemos salvarlo. Debemos salvarlo – Fede le dio la espalda a Town para ver al intruso.
―Lo único que merece esta persona es pudrirse aquí, solo me aseguraré de que ha muerto realmente y no escape como la escoria que es – Fede levantó la espada – me aseguraré de que realmente muera.
Antes de que Fede pudiera dar el golpe de gracia, Fede sintió dos apuñaladas en la costilla que le hizo perder el equilibrio y tuviera que apoyarse en la pared para no caer al suelo, en el momento que su cuerpo se apoyó en la pared, Fede recibió otra apuñalada en el estómago y ahí pudo ver a Town con un cuchillo en la mano izquierda y una cara de horror, se veía las dudas en sus ojos pero no se detuvo, ya estaba decidido a salvar a su amigo. Fede con sus últimas fuerzas intentó levantar su espada pero Town lo apuñalo dos veces en el estómago y luego una vez en las costillas, lo que hizo que Fede cayera muerto en el piso. Pero Town no se detuvo ahí, siguió apuñalando a Fede una y otra vez, pecho, estómago y costillas, Fede se volvió un pedazo de carne grotesco que sangraba y Town se manchaba de sangre las manos, la ropa e incluso un poco de su cara pero eso no le importaba, lo apuñalo hasta que no pudo más y dejo el cuchillo clavado en el cadáver. Rápidamente miro a su amigo, dudo en lo que tenía que hacer, miro de reojo al cadáver y supo que no había vuelta atrás, que ya no podría vivir consigo pero su compañero lo necesitaba, se acercó donde su compañero y lo empezó a cargar, no quería verlo morir, sabía que podía salvarlo de alguna manera, que debía vivir, no era una mala persona solo lo han obligado a escoger esta vida. Nadie sabe cómo escaparon pero cuando encontraron el cadáver de Fede, ninguno de los dos estaba, de hecho Town el cocinero no había vuelto al castillo, se buscó por todos los rincones e incluso se buscó por su casa y la casa de sus vecinos pero Town simplemente había desaparecido. Fede tuvo un pequeño funeral, nada demasiado grande y todos sus compañeros caballeros estaban ahí pero las únicas tres personas que se quedaron un momento viendo donde había sido enterrado fue Chica, Lily y Felix, las únicas personas que realmente le importaban. Después de la muerte de Fede el rey se volvió un poco más paranoico con su gente, cada vez se encerraba más dentro de sí mismo, ya no confiaba en nadie, sabía que la rata era el cocinero pero ¿era el único? No había manera de que solo fuera uno y si solo era uno iban a contratar a otro, no había nada seguro, lo único que sabía el rey es que su castillo no era nada seguro, no podía confiar en nadie. Lo peor era lo que las otras personas pensaban sobre este incidente, nunca se supo cómo la noticia salió de las paredes del castillo, incluso atravesó el reino y todos los que estaban fuera del castillo pensaban lo mismo, el rey había perdido su poder, no podía poner orden en su propia casa, ya no era capaz de ser rey.
Chapter 51: El regreso
Chapter Text
En las minas la vida cambia poco a poco, rara vez cambia el trabajo, solo se vuelven más grande y mejor trabajar ahí adentro pero todo se siente tan igual, tan parecido. Cuando Owynn volvió tres años después todo le parecía igual, incluso trabajan las mismas personas, había uno que otro nuevo pero aun podía reconocer a la mayoría de los trabajadores y ellos también lo reconocieron y le aplaudieron, un aplauso que puedo escuchar sus jefes, Usagui y Loon. Usagi salió algo molesta para ver que estaba pasando, que era todo este alboroto, estaba lista para gritar y para mandarlos a todos a trabajar de nuevo pero cuando vio a Owynn a lo lejos dejo que todos aplaudieran, incluso lo saludo a pesar de estar tan lejos, sabía que vendría donde ella tarde o temprano y se fue a darle las grandiosas noticias a Loon. Owynn no se esperaba esta bienvenida, todos se abalanzaron sobre él y lo abrazaron, incluso algunos se arrodillaron por alguna razón, lo trataban como alguien bendecido y eso a él le agradaba, se sentía bien pero rápidamente se aburrió de tener todos tan cerca, así que poco a poco fue alejando a las personas y caminando donde sus amigos, habían pasado tres años pero él se veía exactamente igual, quizás un poco más alto, fuerte y guapo pero por lo demás se veía bastante igual, era igual.
―Owynn ¿cuánto tiempo? – lo primero que hizo Usagi fue abrazarlo y él, aunque un poco incomodo, le toco corresponder el abrazo – adivino que vienes a trabajar de nuevo con nosotros.
―Obviamente ¿por qué crees que vendría? Son mis amigos y trabajar con ustedes es mucho más satisfactorio que trabajar con un desconocido, ustedes le dan el sabor a la vida. Adivino que sigue todo igual – Usagi señaló a Loon.
―Hablando de tu salario, este será igual que antes, nos hemos expandido un poco más así que tienes más trabajo que hacer y con el tiempo podemos aumentarte el salario un poco. No creo que a nadie le moleste que vuelvas al mismo puesto, todos te adoran y seguramente estarán de acuerdo con nosotros de dejarte en el mismo lugar. La mina ha crecido pero todos ganamos lo mismo, todas las ganancias extras se van a los nuevos obreros y a sus herramientas y nuestro sueldo no se ha dado el lujo de subir, nos ha ido tan bien estos años, hemos tenido mucha suerte, tanta que yo he empezado a pensar en expandirnos hacia otro lugar, he tenido un poco de miedo, sé que tarde o temprano se nos van a acabar los recurso y ya hemos sacado casi todo o eso creería, pienso en mudarnos poco a poco cuando los materiales nos empiece a faltar. Aunque esto obviamente no se hará ahora y mucho menos pronto, es un plan a futuro, un plan que Usagi y yo iremos ahorrando poco a poco y empezar encontrando nuevas tierras con materiales, no creo que nuestros hijos o nuestros nietos tengan este problema que estoy hablando pero siempre hay que pensar en el futuro, uno nunca sabe cuándo un rey compre unas tierras y no te las quiera compartir, siempre hay que pensar en el futuro – Owynn lo miró sorprendido.
―¿Dónde está Loon y que le has hecho? Ya hablas con seguridad y me miras a la cara sin sonrojarte y casi no titubeaste, te pusiste solo un poco nervioso pero hablaste con tanta naturalidad que no parecías tú – eso hizo que Loon mirará para abajo algo tímido – y ese es el Loon que conozco – dijo él con una sonrisa – tranquilo, me alegras que seas más valientes, siempre supe que lo eres. Me alegra que les haya ido tan bien ¿algo más que tenga que saber? – Usagi y Loon se miraron.
―Nos alegra tenerte de vuelta, nos hiciste un poco de falta – dijo Usagi con una sonrisa.
―Ustedes también, ustedes también – dijo con una sonrisa sincera – ahora, en tres años ha pasado muchas cosas, cuéntenme ¿qué paso con ese brujo malévolo? Y más importante ¿cómo te fue con Puppet? – dijo mientras le sonreía a Loon algo coqueto.
―Es bastante simple lo que ha pasado con esa persona, desapareció de repente – dijo Usagi ya que su compañero se le habían subido los colores al rostro y sabía que no iba a hablar – Puppet lo ha buscado e incluso le hemos dejado de pagar, ella insiste en eso ya que no ha conseguido nada y no le gusta ganar dinero por nada, unos meses después de que tú te fueras él también desapareció, incluso las personas que trabajaban para él, todo volvió a una extraña normalidad, incluso muchos bandidos aprovecharon ese vacío que el dejo para llenarlo sin mucho éxito. Ella lo sabe ya que ha tenido que hacer cosas no muy bonitas y hace dos años que no nos ha hablado sobre él, aunque no es la última vez que la hemos visto, por lo menos alguien de esta habitación la ha visto un par de veces – Ella y Owynn miraron a Loon, este se puso un poco nervioso.
―Quizás ella me ha visitado un par de veces en mi casa.
―¡Sabía que eras un campeón! – Dijo Owynn mientras soltaba una pequeña carcajada.
―Solo viene a visitarme para hablar sobre la minería y saber cómo nos va – dijo como si estuviera intentando defenderse de alguna acusación que le hacían.
―Yo pensaba que solo salían y tenían sexo o algo por el estilo pero si se interesa por cosas que hacen y que te gustan, esa chica está en la bolsa, ya no es tu amante, ahora es tu novia e incluso esposa – eso hizo sonrojar demasiado a Loon – mira a las mujeres no le interesan la mismas cosas que a los hombres, entonces cuando un hombre le habla sobre algo que le apasiona a él ella no le interesa la historia, le interesas tú, no le gusta la historia, le gusta que tú la cuentes con tanta pasión, se emociona por ti porque te ama. No hay más demostración de amor que quedarse a escuchar la historia de alguien y Usagi lo puede confirmar.
―Es cierto, por lo menos con todas las mujeres que conozco.
―Incluso va para los hombres, no les interesa que carajos le paso a lupita o porque decidieron hacerse una granja pero una se siente y la escucha porque la ve feliz y uno se siente feliz, la emoción de la historia se transmite hacia nosotros. Palabras más, palabras menos, esa chica ya es tuya.
―No estamos saliendo. No estamos saliendo – a ninguno de los dos le convencieron sus palabras.
―Sí tú lo dices – Owynn miró a Usagi – ahora ¿tú qué? Tu debes tener algo interesante, ya tienes mucho tiempo con tu novio – Usagi levantó la mano y mostró el anillo y él se sorprendió.
―Ahora es mi esposo, quise invitarte pero no tenía ni idea donde estabas y no podía posponer mi casamiento indefinidamente hasta que volvieras. Una lástima que no hayas estado, la pasamos genial ese día, solo me faltabas tú para ser perfecto – Owynn sonrió con lástima, esa sonrisa que las personas usan cuando ocultan su dolor.
―Lamento no estar ahí para ti pero me alegra que ya tengas un esposo, debes ser un galán para haberte conquistado – Usagi soltó una carcajada.
―Digamos que sí pero eso ya no importa, juntos hasta que la muerte nos separé – hubo un silencio incomodo, Usagi quería preguntarle que hizo, como estuvo y que paso, que era ese asunto de muerte - ¿quieres hablar sobre lo que paso? – Owynn sonrió algo nervioso, sabía que tenía que hablar sobre eso y por suerte había preparado un discurso para esta ocasión.
―¿Alguna vez les he hablado de mi familia? Creería que no, no eran buenas personas y siguen sin ser buenas personas, mi padre y yo escapamos de casa cuando yo era muy joven ya que ellos eran unos demonios, eran demasiado malas personas y sabían que no iban a cambiar así que es mejor cambiar la vida desde cero. Siempre pensé que habíamos escapados de ellos pero no era así, ellos nos dejaron escapar ya que unas semanas antes que me volviera donde ellos, me llego una carta de mi hermana, sabía dónde trabajaba y dónde vivía, lo que más me sorprende es que supiera escribir y en realidad ella tuvo suerte de que ustedes me hayan enseñado a leer o quizás ya lo sabía, con mi familia nunca se está a salvo – eso no sonó nada tranquilizador.
―Vaya, mi familia parece una mierda pero la tuya está a otro nivel – Usagi intentó hacer un chiste para aliviar la tensión en el lugar.
―Eso no era lo peor, quien sabe cómo supieron dónde iban, quizás simplemente preguntaron por mí y me encontraron, ya saben que soy muy famoso y solo mírenme, solo con mis ojos soy distinto, un fenómeno bastante llamativo y solo preguntaron por mí y me encontraron, no importa cómo me encontraron, lo único que importa es la carta – Owynn se quedó callado e intentando encontrar las fuerzas para decir lo siguiente o por lo menos eso parecía – la carta. La carta era una noticia, al inicio no sabía quién era y lo abrí por curiosidad en vez de tirarlo por ahí, vaya error. Para hacerles el cuento corto mi madre estaba muriendo y me quería ver una última vez para despedirse y así irse a la tierra de nuestro señor.
―Sabes que si quieres no nos cuentes, es algo privado y está bien dejar las cosas privadas y más si es algo que nos pesa, no te vamos a juzgar si te quedas callado, el silencio no es un pecado.
―Tranquila Usagi, está todo bien, necesitan una explicación de todo esto y somos amigos ¿no? A los amigos no se les esconde nada. Además no es justo que ustedes cuenten su vida y sus secretos y yo no, no me duele lo que pase pero si quieren que pare lo haré – ninguno de los dos tenía el valor para decirlo – tampoco se preocupen por ella, a todos nos llega nuestra hora y me siento alegre porque ella haya muerto y no porque soy mala persona. Cuando la carta llego no sentí nada, ni tristeza, ni compasión ni si quiera volvieron buenos momentos, tampoco creo que alguna vez haya tenido buenos recuerdos y eso me afecto ¿soy un mal hijo por no sentir nada por mi madre? ¿tengo que devolverme a un infierno para devolverle el favor de tenerme a mi madre? ¿soy una buena persona? Y si no lo soy ¿soy bueno en mi trabajo? Mi trabajo requiere tacto, sentir al otro, entender sus problemas pero si ni siquiera puedo tener tacto con mi madre ¿cómo lo haré con los otros? ¿acaso solo soy un mentiroso? Y ahí las preguntas empiezan a devorarme poco a poco.
―Y ahí te notamos distraído, decaído, triste. Supongo que después de darte unas vacaciones lo primero que hiciste fue ir a su casa – Usagi sentía lástima real por él, una lástima que Owynn odiaba pero que en ese momento necesitaba.
―No, lo primero que hice fue tirarme a la cama y dormir como nunca, dormí como un día entero fue una locura. Mis planes no eran esos, al inicio solo era relajarme y ya pero mi mente volvía a hacerme la misma pregunta ¿soy mala persona por no sentir compasión por mi madre? Y si quería volver a la normalidad tenía que ir con mi madre y arreglar un par de asuntos. Fui con ella para verla una última vez y tenía una rara sensación, era como si tuviera las manos manchadas de sangre y me la quisiera lavar pero no podía quitar esa sangre con nada. No lo sé, solo son estupideces que me hicieron creer que lo correcto era ver mi madre y no lo fue, ni cerca, es verdad que al inicio fue agradable y todo, me dijo muchas cosas bonitas pero cosas de cordialidad, cosas que dices pero no sientes y yo me las creí. Fui un idiota.
―Si te sirve de algo, por lo menos tuviste el valor de ir, yo me hubiera quedado aquí con la duda, todos somos idiotas en la vida – dijo Loon con una sonrisa, era una tierna sonrisa.
―Quizás era lo mejor quedarse con la duda, no valió la pena. Al inicio todos me trataban bien, completamente bien y se alegraban de mi regreso, quisiera contarles todo pero jamás terminaría y quizás dejaría mil cosas, podría decir lo grande que era la casa o el recorrido que tuve que hacer para llegar pero eso no importa realmente y no tenemos mucho tiempo hay que volver a trabajar ¿No? Mi madre me dijo muchas cosas y yo como un idiota le creía, me contó cosas de chico y cuánto me amaba pero sus historias no cuadraban y las cosas bonitas desaparecieron poco a poco. Mis familiares me empezaron a ver feo y a dejarme de hablar, me sentía como un fantasma en la casa, me juzgaba cuando caminaba y para que mentir, eso me hizo sentir bastante mal, quería abandonarlos pero mi madre se veía tan mal, tan moribunda que yo decía que podía aguantar un día más, podía resistir, portarme como el hijo que ella quería ya que siempre me lo decía en la cara. Hasta que me cansé y la enfrenté, me liberé y dije todo lo que tenía que decir y claro que se formó una gran pelea, peleé contra una moribunda y aun así ella termino ganando. Me iba a largar pero tuve unos cuantos problemas llamado mi familia, personas que me golpearon, peleamos y yo salí ganando pero termine tan adolorido que apenas me podía mover y para recorrer todo eso así que me quedé en una carpa que recibía gente, un hospedaje creo que se llamaba y me preparaba para descansar. Cuando tuve la fuerza suficiente para irme mi madre se murió, se murió – él soltó una pequeña carcajada y alguna que otra lágrima – lo siento, lo siento solo que tuve demasiada mala suerte y lo peor de todo es que ella se había muerte un poco antes de volver a mi casa y mis familiares llamaron al médico, confirmaron su muerte y llamaron a un cura ya no me acuerdo para que y luego me dieron la gran noticia, yo era heredero de algo. No la casa obviamente ya que eso lo tuve mi hermano mayor pero si tuve algo.
―Eso es bueno ¿no? Por lo menos si en la vida no fuiste bueno en la muerte podrás recompensarme todo lo que me quitaste, podré empezar una nueva vida ¿no? – Usagi no podía creer que él sufriera tanto en tan poco tiempo, solo en tres años ha sufrido de preguntas que ni el mejor filosofo puede responder y seguramente vivió peor de lo que está contando, lo notaba en su voz y en sus ojos.
―Pues quisiera decir que sí pero en realidad fue un problema más ya que como dije yo no quería nada y tenía que devolvérselos lo cual suena simple si no fuera el único con razonamiento. Todo fue una pelea de quien tenía que, que esto me pertenecía por esto, esto y esto, todos querían lo del otro y el proceso tortuoso, lo peor es que yo estaba metido en todo, creían que yo había matado a mi madre con mis malas energías o con mis pecados, que venía a destruirlos o una mierda así. Debería haberme ido desde la primera vez pero tenía que estar en el funeral de mi madre por alguna estupidez o algún sentimiento, tome muchas malas decisiones por seguir mi corazón y porque estoy así seguro de que necesitaba estar ahí para repartir los bienes y si no estaba el rey no haría justicia, algo así como entregar lo que dejo, por lo menos eso me dijeron, al final tuve que ayudar a mi familia con lo que pude que es básicamente nada, porque nadie me prestaba atención y no quería mi ayuda. Eso duro por ahí un año o un poco más, suena demasiado y seguramente lo sea pero para mí fue demasiado poco, paso todo tan rápido y lo recuerdo cómo si fuera ayer. En mi familia solo existe gente imbécil al parecer y en ese tiempo conseguí un pequeño trabajo, un trabajo que después de terminar con la herencia me largue de ahí.
―Algo no cuadra, dijiste que solo paso un año ¿qué hiciste todo ese tiempo? – Owynn sonrió, sabía lo perspicaz que era Loon con esos pequeños detalles.
―Cuando termine estaba cansado de la vida, no me sentía mejor pero por lo menos podía decir que no hubiera sido mala persona por dejar a mi madre morir sola ya que ahí todos me odiaban y cometieron el mismo error que yo cometí, se sentían malas personas y quisieron arreglar el pasado pero a nadie le interesa remediar con el pasado, el interés poco a poco desapareció. Cuando salí de su casa me sentía tan cansado, mi despedida fue una que otra paliza y me maldijeron, me aseguraron que iría al infierno, yo no les presté atención y me fui lejos, quería volver con ustedes pero me sentía tan agobiado de todo, mire hacia atrás y me sentí tan vacío, estaba cansado y necesitaba encontrar un nuevo rumbo a mi vida. Así que fui a la playa y conseguí un trabajo y una casa cerca del mar y descanse de todo, respiré de nuevo y me tire a la arena a descansar, solo sentía el sol en mi cara y el ruido de las olas yendo y viniendo y solo trabajaba cuando me faltaba dinero, de resto siempre estaba cerca del mar, de la tranquilidad.
―Yo me hubiera quedado allí para siempre, dejar todo y solo descansar suena bastante bien pero no puedo dejar mis responsabilidades de lado por una estupidez, solo cuando mi cuerpo no pueda más y haya hecho las paces con todos podré descansar para siempre en el mar – dijo Usagi con una sonrisa.
―Y yo pensaba lo mismo mientras estaba ahí, era bastante calmado pero me aburrí de la tranquilidad, me aburrí del sol y del ruido de las olas, no había ningún reto en mi vida y eso termino aburriéndome, tanta paz me hizo preguntarme para que seguir con mi vida, me sentía en mi punto máximo de la vida y nada me saciaba, me aburrí del paraíso. Además me sentía un cobarde por irme sin decirles adiós cómo se debe, así que volví, la verdad es que aquí me siento vivo, es mi casa y ustedes mis amigos, estar solo no me convencía y la tranquilidad me aburrió, necesitaba un verdadero reto y dejar escapar de todo ya que eso es lo que sentía, necesitaba volver y afrontar mis problemas.
Ambos se sintieron halagados y ninguno de los dos le preguntaron nada más, no ponían en duda su historia y lamentaba todo lo que le había pasado, sabía que lo mejor que debían hacer para que él superará todo esto sería no mencionarlo jamás, dejar el pasado enterrado y seguir caminando hacia el futuro. Fueron buenas semanas llena de paz y tranquilidad, el trabajo siguió igual sin ningún cambio, incluso los mineros trabajaron mejor a la llegada de Owynn, pero todo en la vida tiene que acabar y esta paz y felicidad cayo rápidamente a la llegada de la carta del rey, una carta que pedía que hicieran una locura, esa maldita carta destruyo su paz.
Chapter 52: Santo pecado
Chapter Text
Todos sabemos cómo se va al infierno, sabemos las reglas de Dios y si tenemos alguna duda solo le preguntamos a la iglesia más cercana y ellos nos responde, sabemos que es el infierno y la forma de evitarla, sabemos que debemos temerle para siempre, pero si uno es fiel a Dios siempre no debe preocuparse por el infierno. No soy cura y tampoco he leído la biblia, siempre me la han leído en voz alta con mucha gente, se cómo funciona los pecados pero creo que hay un pecado mayor, algo que desata todos los pecados, que nos lleva al mal camino, un camino pecaminoso y parece no tener salvación, todos los pecados inicia con una sola acción, todos los pecados inician en la soledad. Los pecados inician dejando a Dios de lado, los mayores pecadores creen que Dios los ha abandonado, creen que están solos ¿qué importa si hago un pecado si Dios no está de mi lado? Me lo merezco con todo lo que he sufrido, primero abandonas a Dios y luego te alejas de tus amigos, de esas personas que se preocupan por ti y quieren lo mejor, cuando no tienes ninguna luz cerca, cuando estás totalmente solo en la oscuridad, ahí aparece él tentándote. Lo peor que pueden hacer es pensar que estás solo, alejar a las personas que amas y a veces no nos damos cuenta que lo estamos haciendo.
―Tenemos que hablar, me tienes que explicar muchas cosas – dijo Meg acercándose a Bon algo molesta.
―Iba a ser lo mismo, me alegro que vuelvas a dirigirme la palabra, incluso puedes volver a la normalidad y no ser tan misteriosa y aparta ¿cuándo nos lo ibas a decir? ¿crees que no era necesario? – Bon estaba un poquito borracho, se sentía asustado y se odiaba un poco a sí mismo, odiaba a todo el mundo y empezó a beber, por suerte se pudo controlar antes de convertirse en su padre.
Lo más peligroso de los pecados es que parecen milagros, son las salidas fáciles y te sentirás bien cuando obtengas tu recompensa, el problema es que los pecados no te darán lo que quieras ni lo que necesitas, te darán algo de satisfacción pero esta desaparecerá y tú quieres más, te vuelves adicto. Son santos pecados, te dan razones para vivir, construye paraísos por un rato para después te aviente al infierno, para quitarte la vida poco a poco, quizás tuvieras buenas intenciones, estabas perdido y confundido y él se aprovechó de esto.
―Me vas a decir ¿qué paso? Se que no le dijiste nada pero hablaste con ellas ¿por qué? Y más importante ¿has hablado con él? – Bon no respondió, se quedó cayado – dime, háblame, por favor.
―¿Para qué? Ya sabes las respuestas, ni yo sé que paso y creo que tampoco te lo voy a decir, tú tampoco lo hiciste ¿por qué debería hacerlo yo? – Bon apenas la miro, no estaba de humor para esto.
―Mira, te has metido en algo que desconoces, algo que saldrás mal parado, confía en mí y… - Bon dio un golpe a la mesa, todas las personas en la taberna se giraron para ver lo que estaba pasando.
―¡¿Y qué me dices de ti?! ¡¿sabes en que te has metido?! ¡Tú tampoco saldrás bien parada y ni si quiera tuviste la confianza en nosotros para decirnos! – Meg se quedó callada – Yo también sufrí su perdida, yo también necesitaba ayuda y actúas como si fueras la única que está sufriendo por su ausencia ¿no crees que yo también te ayudaría con eso? Spring era mi amigo, cada vez que me levantó es una tortura al saber que no está con nosotros pero nuestra vida no acabó. No tienes ningún derecho para decírtelo y yo no te obligaré a decir tus secretos.
―Realmente lo siento, realmente lo siento pero tienes que creerme, él no es alguien de confianza – Bon se río.
―Y si no es de confianza ¿por qué trabajas con él? ¿por qué lo conoces? Apenas lo dices ahora, ahora.
―Quiero decírtelo todo, no creas que no pero si me lo guardo es para salvarte, él es un demonio y si descubría que dije algo que él no quería iba a quitarme todo lo que quería, todos mis amigos – Bon suspiró algo molesto
―Y ¿crees que yo no estoy haciendo lo mismo? Si él era tan peligroso y lo mejor era guardarse su existencia ¿por qué no te alejaste de nosotros? No confías en nosotros, nos alejaste y creíste que tú eras la única que sufría. No te necesitamos, tú decidiste sufrir sola y lo peor es que por tu culpa ahora yo también estoy sufriendo, incluso Joy puede salir lastimada en todo esto ¿valía la pena? – Meg no respondió – solo vete, vete lejos y no vuelvas a hablarnos, hasta que tengas el valor de decirnos la verdad – esto destrozo a Meg, unas lágrimas empezaron a salir y quería irse, correr lejos.
―Solo has lo que él dice, no lo enfrentes y solo arrodíllate, jamás menciones lo que le paso a otra persona ya que lo incluirás en este mundo y seguramente morirás, no queras tener las manos manchadas – Bon apenas sintió algo con estas palabras ya que el alcohol le nublaba la razón.
Meg salió de ahí, estaba destrozada y se lamentaba por todo, se prometió una y otra vez que todo estaría bien, que él cumpliría con su palabra y le entregaría el milagro, cuando estuviera de nuevo con él se largarían lejos, muy lejos donde nadie los encontraría, se traerían a Bon y a Joy para que nadie los lastimará, tendría la vida que se merece, solo tenía que aguantar un poco más, solo un poco más y todo había valido la pena. Llego a su casa y empezó a llorar, Bon tenía razón y se llamó idiota una y otra y otra vez, se rascaba la muñeca con tanta fuerza que dejaba las marcas de sus uñas, lloro toda la noche y se lamentó todo lo que había hecho, sabía que todo lo que hizo fue lo correcto, lo hizo por ellos, no había otra manera pero aun así le dolía, aun los quería y los necesitaba cerca. Quizás ese fue su error pero aun había una duda ¿por qué él decidió hablar con Bon? Había algo que no le gustaba mucho a Meg y aunque quisiera no podía hacer nada, solo necesitaba aguantar un poco más. Ella estaba esperando a que él volviera, estaba siempre atenta a su llamado, con todo el movimiento de estos días lo más probable es que le volviera a hablar para hacer algo grande ¿no? La misión había salido un poco mal pero no fue su culpa, quizás el meter a Bon en esto era su castigo, por fallarle de alguna manera, pero no era su culpa, no era su culpa. Los días pasaron y él no apareció, luego llegaron las semanas y los meses y él no volvió, su esperanza se apagó, primero lo busco, al no encontrarlo se empezó a torturar a ella misma, evitó acercarse a Joy o a Bon, estaba siempre en casa y solo salía para conseguir dinero, un trabajo simple pero nada la hacía feliz, se sentía de nuevo vacía pero esta vez no tenía a nadie, estaba completamente sola y volvió a tomar en exceso, sentía que su vida se acabó. Aunque luego de un año las cosas mejoraron un poquito, las personas no pueden estar tristes todo el tiempo, Bon se disculpó con ella y volvió todo a falsa normalidad, trabajaban juntos en la taberna de Joy, tanto en lo legal como en lo ilegal y eran una banda de nuevo, Meg volvía a sonreír; pero cuando ella estaba sola empezaba a llorar, sentía que no podía más, que todo iba a acabar, que nada era como antes, que todo era mejor antes y sin importar que pase jamás volverá a esos tiempos, no lo volverá a ver, no podía estar sola de nuevo, no lo soportaba.
―No debiste decirle eso – dijo Joy sentándose al lado de Bon preocupada, había visto todo – sabes que ella es nuestra amiga y que no tiene malas intenciones, es buena persona.
―Yo no lo sé, ya estoy dudándolo ¿sabes en que trabaja? Jamás lo descubras si quieres vivir.
―Sé que es peligroso y sé que ambos están metidos, sé que necesitan ayuda y ¿qué tal si nos empezamos a unir en vez de separarnos? Unidos somos más fuetes – Bon soltó una pequeña carcajada.
―Ella fue quien decidió separase de nosotros primero, ella fue quien no confió en nosotros, ella se buscó esto sola.
―Quizás sí pero nos necesita ahora, sé que ambos están en algo grande y peligroso, ustedes creen que ocultan bien las cosas pero la realidad es que no – Bon se levantón con dificultades - ¿qué haces? No te levantes, puedes descansar aquí si quieres.
―No, no lo haré, necesito alejarme unos días de ti – Bon se iba a ir pero cometería el mismo error que cometió Meg – ella y yo estamos en algo peligroso, yo estoy contra mi voluntad, no sé cómo ella entró, si lo eligió o no pero ninguno de los dos podemos salir. No te puedo decir todo ya que te metería en este mundo, sería culpable de tu miseria pero te puedo decir que tengo miedo de alguien, que siento que hice algo horrible, que me equivoque y no sé qué hacer, alguien me amenaza y sé que huir o luchar no funciona, por lo menos no mientras tú y Meg se queden aquí y luchar solo empeorarán las cosas. Lamento por decirlo pero me alejaré de ti por un tiempo y cuando sea seguro volveré aquí – Bon no la pudo ni mirar, era un cobarde que huía lejos.
Bon también tuvo su pequeño infierno, al inicio tenía demasiado miedo de salir de su casa, miedo de dormir y al despertar encontrar una cabeza de conejo en su cama o verlo cerca de él, se sentía vigilado y presionado, solo salía para hablar con Bonnie pero eso era una tortura. Afuera de su casa no era seguro y él lo sabía, no paraba de mirar a su alrededor, de sentir que alguien lo vigilaba, sentía un cuchillo cerca de su garganta, sentía la muerte respirando en su nuca. Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, el miedo poco a poco estaba desapareciendo, dejaba de sentirse agobiado, volvió a hablarle a joy y a contarle un poco lo que había pasado, sin contarle sobre Bonnie o sobre él, solo dijo lo básico que hacía y el miedo que sentía al estar cerca de él y como de repente había desaparecido. Él fue el primero en empezar a ayudar en la taberna, incluso empezó a coquetear con una que otra chica, jamás pasaba de una noche de pasión. Siguió hablando con Bonnie aunque no había necesidad, ya no estaba obligado a hacerlo pero no pudo evitarlo, sentía un poco de lastima por el chico, era amable con una dulce sonrisa y un poco extraño, tenía el sentimiento de defenderlo ya que él era un inútil y lo hacía reír; había otra razón y era un miedo, un miedo que Bon negaba o pensaba que había desapercibido, un miedo dentro de su alma que él no notaba, presentía que algún día volvería esa persona, la mejor manera para sobrevivir era estando con Bonnie. Los meses se volvieron en años y Bon volvió a ser completamente él, con una sonrisa, decidió hablar de nuevo con Meg, le preocupaba y cuando tuvo el valor empezó a vigilar a Meg, quería acercarse pero no tenía la suficiente fuerza, sentía miedo por ella pero también le tenía miedo no podía acercarse a ella, por lo menos no solo. Decidió pedir ayuda a Joy y ambos hablaron con Meg, ya sabemos lo que pasa, todo vuelve a una falsa normalidad, a unos tres años aparentemente felices hasta que un día todo acaba, hasta que de repente él vuelve.
Chapter 53: La feria
Chapter Text
Fox se encontraba trabajando mientras veía el mar algo distraído, uno de los barcos se había dañado y necesitaba repararlo, él no sabía cómo hacerlo pero por suerte solo era la segunda mano, el ayudante y esto le molestaba pero no podía negarse, él nunca había aprendido a reparar un barco, eso no hace los capitanes, siempre se los deja a las personas que estaban abajo. En un momento su compañero se fue y él en vez de seguir trabajando se distrajo viendo el mar. Actuaba con normalidad y fingía que no pensaba en su venganza, que había dejado atrás todo en unos cuantos meses pero la verdad es que siempre pensaba en su venganza, en cada oportunidad que tendría para volver al mar pero ninguna era demasiado buena para hacerse realidad. Ninguno cumpliría su objetivo y él lo sabía, no era lo suficientemente excelente, había tantos fallos que no tenía el privilegio de cometerlos, cuando se encontraba solo su cabeza se llenaba de imágenes, de que haría con Deuz, con Oxy, de cómo recuperar su vida. En ese momento solo pensaba en el sentimiento del mar, del barco moviéndose de un lado a otro, del poder que tenía como capitán y como todo había acabado tan patético, apretaba con fuerza el martillo y apretaba sus dientes con odio, debía recuperar su vida y lo más importante, hacer sangrar a sus enemigos sin importar el costo. Su lamento fue interrumpido por una mano que se apoyó en su hombro, Fox rápidamente se giró algo asustado y listo para pelear pero al ver que era su compañero, simplemente soltó el martillo por si acaso, no estaba solo, también estaba su jefe con una pequeña sonrisa.
―Han hecho un gran trabajo, ambos lo han hecho. Fox puedes descansar, deja que tu compañero se encargue, ven y camino conmigo – Fox se acercó a él algo confundido – dime que piensas pelirrojo – era el apodo que todos sus compañeros de trabajo usaban para él.
―Obviamente no dejarías que descanse, los descansos solo se dan cuando alguien ha hecho un buen trabajo o ha terminado el día, supongo que me vas a poner a trabajar en algo más – el jefe soltó una pequeña carcajada.
―A ti no se te escapa nada rojo, es verdad, necesito tu ayuda para un trabajo, originalmente iba a llevar a Pablo conmigo pero tú no sabes reparar un barco solo y sin ese barco perdemos demasiado, así que mejor tú me ayudas esta vez, además sé que eres alguien talentoso. Te necesito a conmigo por unos días, ya le pregunté a Abby si podía y ella dijo que sí, que eras libre de irte cuando quieras.
―¿A dónde nos vamos? – su jefe caminaba demasiado lento, lo desesperaba pero no podía hacer otra cosa que ir a su ritmo.
―Chico, tú y yo vamos al reino – Fox se detuvo un momento y pensó en esas palabras, el terror lo empezó a consumir poco a poco ¿alguien lo reconocería? ¿lo capturarían y lo llevarían a la cárcel? Pero también podía ser algo positivo, quizás podía escuchar algo sobre los piratas, quizás eso es lo que necesitaba – No te quedes, no tenemos tiempo que perder – Fox siguió caminando sin decir nada – hay algo muy importante que pasará en algunos días. Se que no conoces mucho de nuestro trabajo, apenas has empezado unos meses con nosotros y lo que te voy a contar solo pasa una vez al año si tenemos suerte, a veces son cinco, seis o nunca, es algo tan especial que nos ayuda a todos los comerciantes y más importante, nuestro producto llega a todo el mundo, a nuevas fronteras – Fox lo miró confundido y su jefe se río al verlo – me pregunto en que trabajabas antes si no conoces de lo que hablo, de hecho todos se dirigen para allá.
―No me había dado cuenta de eso, pensé que iban al reino a comprar cosas, madera o herramientas que necesiten.
―¿Sabes lo que es una feria? – Fox negó con la cabeza – una feria es nuestra única posibilidad para llegar a diferentes lados, que nuestro producto salga de su zona de confort y que nos miren la cara, todo el mundo va ahí, sobre todo los ricos, para probar la nueva comida, es una posibilidad que le da a todo comerciante y todos puede llevarse lo que quieran, siempre y cuando tengan dinero. En las ferias nosotros siempre ganamos mucho dinero, demasiado ya que dentro del reino se gana más que en las zonas costeras, donde estamos nosotros y vender nuestro pescado le va a parecer demasiado barato, todo adentro es un poco más caro, ganan mucho más pero todo es un poquito más caro y al ver nuestros bajos precios van a querer comprarlo todo. Vamos a estar todos los días de la feria y ganaremos mucho dinero, incluso podemos pagar un hostal con un poco de comida.
―¿Todos los días? ¿vamos a estar en el reino más de un día? – dijo Fox con miedo, toco suavemente con el pulgar su anillo de su mano izquierda.
―Si, las ferias a veces duran dos días, tres, un mes, depende de cuanto esté de humor el rey, no sé cuánto estaremos pero nos quedaremos hasta el final de la feria o cuando se nos acabe los productos, lo que pase primero – eso puso aún más nervioso a Fox, sentía que alguien lo iba a descubrir, lo reconocería y ese sería su fin.
―Pero ¿el pescado no se pudrirá? Usted mismo dijo que había que vender rápido el pescado ya que se volvía inútil, los humanos no lo podían comer y entre más tiempo pase nosotros debemos venderlo menor precio – su jefe le sonrió, se sentía orgulloso que su nuevo empleado realmente estaba escuchándolo atentamente. Él entró a la pequeña tienda que manejaba y dejo la puerta abierta para rojo mientras se acercaba a una caja enorme de madera.
―Es cierto, es cierto, te he dicho que naturalmente, como los humanos, los peces empiezan a descomponerse, se vuelven polvo para las plantas igual que los humanos pero hay una forma para evitar este proceso. Ayúdame a cargar esto – dijo agarrando una punta de la caja y rojo la otra – eso así, lento y despacio, a mi ritmo ya que estoy viejo. Una, dos, tres – ambos levantaron la caja y empezaron a moverla – en la carroza, ahí, ahí – ambos con mucha fuerza levantaron la caja y la montaron – son varias, podemos hablar mientras lo hacemos pero que no se te caigan, son demasiado valiosas.
―¿Qué tiene adentro? – el jefe le sonrió para luego volver a caminar donde estaban las cajas.
―Primero déjame terminar la historia rojo, si te la cuento es por algo. Como te estaba contando, hay formas para evitar que el cuerpo se pudra, obviamente no se hace en los humanos ya que esto es pecado pero no hay ningún problema en hacerlo a los animales, a la carne y esta forma es algo revolucionario, tú si le pones sal a la carne, a los pescados, detiene el proceso y los mantiene intacto, se verán igual – Fox lo miraba algo confundido ¿era algo posible? Su jefe soltó una pequeña carcajada – sí, así mismo reaccione rojo cuando me lo contaron pero es verdad, no sé cómo pero es verdad. Ahora esta, vamos a la cuenta de tres – ambos se pusieron en los extremos de la caja – cuenta de tres. Uno, dos y tres – ambos levantaron la caja y caminaron a la carroza.
―¿Eso es si quiera posible? Y si lo es ¿por qué no lo hacemos con todos nuestros productos? – dijo algo agitado mientras hacía fuerza.
―La forma en que nosotros lo mantenemos limpios, sin que se dañen es con la sal, mucha sal ¿sabes lo caro que es mantenerlos ahí adentro? No es para nosotros, por lo menos no para usarlo siempre, solo en casos especiales. Ahora subamos esta, uno, dos y tres – los dos hicieron fuera y subieron la caja – cada vez es más frecuente que me duela el cuerpo al hacer fuerza.
―¿Cómo es que la sal hace eso? Siempre pensé que era algo para agregarle más sabor a las comidas y ya, jamás pensé que fueran tan importantes – ambos empezaron a caminar por otra caja.
―No lo sé, puede ser magia, puede ser Dios, puede ser casualidad, solo sé que funciona y no me importa nada más, puedes confiar que funciona, no es la primera vez que voy a una feria, siempre utilizo el mismo método. Hay muchas cosas que funcionan pero no sabemos cómo y la verdad no nos importa mucho, no tenemos el tiempo para buscar esas respuestas y tampoco lo necesitamos, las respuestas no cambiaran nada nuestra realidad – rojo se quedó callado, pensando.
―Entonces, estas grandes y pesadas cajas ¿son sal y pescado? – Fox golpeó la caja.
―Eres muy listo rojo. En realidad es un poco más complicado pero sí, hay algo más que con palabras no te puedo mostrar pero si cuando lo vaya a hacer, aprendes de mi observación y de la repetición. Ya sabes que hacer y ahora sabes lo importante que son, ahora vamos juntos, misma cuenta de tres, uno, dos y tres – cargaron y caminaron – mierda, espero que Dios me de fuerzas para hacer esto unos años más, casi ni se sienten que son pescados los de aquí adentro – ambos rieron – pero hay algo importante, muy importante y es la verdadera razón por la que iremos a la feria. Es verdad que esto nos ayuda a todos, los pequeños y grandes comerciantes pero hay una pequeña cosa, una cosita que nos beneficiará a nosotros y sabes que dentro de poco viene la cuaresma – Fox no era muy religioso, su única religión era el robo y la supervivencia, el caos y algo tan común como la cuaresma era algo totalmente extraño para él - ¿ya ves por qué es importante ir? Ahora subamos esta, uno, dos y tres. Ya solo falta una y sería todo, aunque creas que es demasiado no lo es, los pescados se agotaran rápido, de hecho todo en la feria se agota rápido pero esta feria será especial para nosotros – ambos volvieron a caminar hacia su última caja – aunque me he dado cuenta de que tu no sabes que es una cuaresma ¿verdad? Lo que significa que no sigues a la iglesia – rojo se quedó callado, él no necesitaba ninguna respuesta – eso lo veía venir, no eres de aquí.
―No, no lo soy, vengo de una isla diferente, vengo de un lugar lejano y por suerte o mala suerte termine aquí, no sé si es un castigo o un milagro pero me toca afrontarlo – dijo mientras tocaba de nuevo su anillo, Fox no se daba cuenta, ya lo hacía hasta inconsciente.
―Sabes, a mí no me importa de donde vengas, me eres útil y sabes trabajar y mi amiga dice que eres buena persona, no necesito otra cosa que eso, puedes creer en los Dioses antiguos, puedes creer en lo que sea mientras seas buena persona, yo creo que todas las religiones comparten eso, el ser buenas personas y por eso es tan importante, no solo es una respuesta es una guía de ser buenas personas. Pero sabes que no todos son así ¿verdad? Que allí adentro todos son muy religiosos y si crees algo diferente te queman, así que mientras yo este adentro yo solo hablo con los caballeros y la gente de la iglesia, no le agradan las personas de otras partes – Fox sonrió aliviado, dejo de tocar su anillo y caminar con calma.
―Esta es la última ¿verdad? – su jefe le sonrió.
―Sí, la última de las cajas. Un esfuerzo más, solo uno más y terminaremos con esto, ya me estoy cansando de hacer esto uno y otra vez pero debemos hacerlo, ya sabes, cuenta de tres. Uno, dos y tres. Qué bueno que esto es una buena ocasión ya que si me tocara levantar esto todos los días, me quedaría sin alma. Ya que no sabes que es la cuaresma y porque nos beneficia, tendré que explicártelo para que entiendas que pasará dentro de esta feria. La cuaresma es un momento importante para la religión ya que por una semana la iglesia prohíbe comer carne, todo lugar que venda carne cierra y si alguien rompe la ley, el rey los castigará o estarán ya condenados al infierno, no me acuerdo. Lo importante es que nadie como carne esos días pero la cuaresma si deja comer pescado, se cambia la carne unos días por el pescado y ¿adivina quién le venderá ese pescado? La cuaresma es dentro de dos semanas y obviamente la gente se preparará para recibir la cuaresma con su pescado, si pueden pagarlo.
―No sabía nada de eso, es bastante curioso todo eso que no conocía pero tengo una duda.
―Primero pongamos esto y luego te respondo todo lo que quiero, ya sabes. Un, dos, tres. Y eso fue todo ¡Por fin! De verdad que eso cansa demasiado, ahora ven, vamos a subirnos, tenemos que ir al reino.
―¿Tan pronto? – su jefe se subió con dificultad a la carroza.
―Pues claro, no faltaba más, cada tiempo es valioso, tenemos que llegar rápido o puede haber problemas – rojo se subió a su lado y su jefe golpeó a los caballos con las riendas – el viaje nos tomara bastante tiempo, estos caballos ya están viejos como yo y cargar todo esto le cuesta, por eso tenemos que salir temprano para llegar a tiempo, espero que no te moleste.
―No pasa nada, de hecho será interesante pero no tengo ninguna moneda conmigo.
―Eso no importa, eso no importa, yo te ayudo con lo que quiera, lo más importante es que siempre debes estar contigo.
―Por cierto, para mi pregunta… - Fox empezó a “jugar” con el anillo, a veces lo pasaba de una mano a la otra por alguna razón, era otra cosa que hacía sin darse cuenta, al final su anillo terminó en la mano derecha cuando tuvo el valor de preguntarle – sonará raro pero ¿conoce alguna persona que me pueda llevar a algún lado? Necesito hacer un viaje por algo personal, obviamente yo pagaré todo.
―Rojo, te diría que sí pero en estos últimos tiempos los piratas se han multiplicado, cada vez hay más y más que ya no es seguro para cualquiera, nosotros tenemos suerte de no alejarnos mucho y de solo ser una pequeña barca, nadie nos nota en el mar. Te recomiendo evitar hacer ese viaje y si lo haces puedes pedirle un favor a alguien de los barcos reales que te lleven, aunque eso te saldrá muy caro – ni loco hacía eso – de hecho por eso ha desaparecido varios barcos ¿no has notado que de repente han dejado de llegar a nuestro muelle? Es un muelle para la gente común, perfecto para esas ratas marítimas. Aunque el rey ya está al tanto de esto y va a hacer algo, creo que va a ser un proceso lento pero de que traerá paz al mar, lo hará, además con el reciente hundimiento de uno de sus barcos, es otro motivo para traer la paz y vengarse, demostrar porque es nuestro rey.
―Sí, quizás debería hablar con ellos para ver si me llevan – se dijo algo decepcionado, ahí se le ocurrió una idea, jamás podría acercarse a Oxy de una manera normal ya que seguramente él estaría atento a todo, quizás ha hundido más de un barco solo para asegurarse de que este muerto ¿cómo atacar a alguien que ni si quiera puedes tocar? Solo podía esperar, esperar a que le llegara la respuesta.
Chapter 54: El eslabón más débil
Chapter Text
Uno siempre cree que los reyes son fuertes, habilidosos y poderoso pero la verdad es que existen reyes cobardes, débiles, con temor hasta en el alma. Para ser un buen rey, para seguir teniendo tu estado de rey se necesita dos cosas, control y lucidez. Para los reyes fuertes no necesitan explicación, su simple presencia atemoriza y utiliza la vida de sus enemigos como espejo de los traidores, nadie pensará en traicionarlos, pero los reyes débiles son otra historia. Cuando un rey es débil debe mantener el control de su lado, debe tener a la palma de las manos todos sus aliados, cuando siente que alguien de su propio ejército es más fuerte que él, lo elimina sin pensarlo, nadie debe ser más fuerte que él ya que le pueden robar el trono. La lucidez es simple, aunque seas un rey, vas a encontrarte alguien igual o más fuerte que tú, si te enfrentas contra el mundo, gritando que quieres acabar con todos, acabaras solo y muerto. Los reyes tienen la lucidez de saber que pueden hacer o que no, lucidez en sus acciones y consecuencias, sabe su papel en la vida, aunque se autoestimen demasiado, aun con la punta de sus pies puede tocar el suelo o pueden ver lo alto que son sus enemigos. Uno de las formas más rápidas de perder el poder es con tu guerrero más débil, aunque cogieras el mejor de toda la historia, siempre habrá uno, siempre el más débil el que te dará la espalda, que cuando pueda saldrá corriendo o aún peor, se unirá al enemigo, siempre el más débil está pensando en sobrevivir sin importar el costo, aunque también pueden ser tan débiles que sus pequeños corazones no resistan lo que están haciendo, son tan débiles que se dejan llevar por pasiones mundanas y deciden apaciguarlas.
―Aguanta amigo, ya estamos cerca. Te prohíbo morirte – dijo Town mientras cargaba a Eak, poco a poco la vida de Eak se estaba apagando,
Town se había entregado a sus emociones más primitivas para salvar a su amigo, cerró su corazón y solo dejo soltar a su león interior, al final sus manos estaban manchadas de sangre y su mente estaba llena de dudas, su vida había acabado para siempre, no podría volver a ser el mismo y se preguntaba si hizo lo correcto, al final salvo a su amigo pero ¿a que costó? Jamás iba a estar a salvo, solo le dio unos días más de vida. A pesar de todas las penas que cargaba, la duda y el malestar en el alma, Town siguió ayudando a su amigo a largarse, nadie sabe el recorrido que hicieron cuando Fede murió, simplemente desaparecieron hasta llegar a una casa donde Camí los estaba esperando. Town esperaba que su compañera se preocupara, que gritara del terror y se quedara paralizada, en mejor de los casos saliera corriendo a ayudarlos pero no, estaba lejos de la realidad. Cuando los vio lo primero que hizo fue regañarlos, se había enojado tanto que empezó a hablar otro idioma y no les ayudo, dejo que Town siguiera arrastrando a un saco casi sin vida. Camí les explico a los gritos que había un portal para que lo mandará y que él tenía que ir, que no tenía que dejar a ella sola con todo este problema, que no sea un cobarde y que le explique al jefe todo lo que paso y luego lo empezó a insultar en un idioma inentendible, casi parecía estar hablando satánico.
―¿Ahora que hicieron pedazos de mierda? – fue lo que dijo su jefe al ver el cuerpo de Eak tirado en el suelo.
Camí le explicó que solo podía pasar uno por uno y que si pasaban varios a la veces podían pasar cosas horribles, que lo mejor sería dejar el cuerpo de su compañero y avisarle a su jefe lo que estaba pasando, pero Town no quería hacerlo e insistió e insistió hasta que Camí a regañadientes acepto, lo mejor que se les ocurrió fue lanzarlo al portal para que pasara primero y unos segundos después, pasar uno y luego el otro. Su jefe tenía una capa que le tapaba toda su cara y ni si quiera los miro, simplemente fue al cuerpo de Eak y le puso una mano en su herida.
―Estábamos los dos juntos y… - el jefe levantó levanto su mano libre y Town se quedó callado.
―Esto es complicado, tengo que concéntrame, unir todo como era antes y no unir algo que no debería ¿te imaginas si uno su piel con el piso? Esto tomará un tiempo corto – segundos de silencio, Town miraba a su amigo preocupado – listo, ahora ¿me puedes explicar que paso? Entiendo que todo esto es tu culpa pequeño león – antes de que pudiera hablar, Camí habló primero.
―Antes de eso jefe, tengo algo que decirle, algo preocupante y es que creo que estoy defectuosa – él lo miró confundido – usted dijo, una y otra vez que no puedo sentir nada pero cuando llegaron pude sentir odio, los insulté – él sonrió.
―Camí, ya te ha pasado eso, no te preocupes ya que lo que te dije era una pequeña mentira, pensaba que no sentías nada o expresar más allá de tu voz actual pero hace mucho descubrimos que sentías odio, lo cual no es muy común que pasa pero sí, puedes sentir odio hacia las personas o las cosas y no es un odio normal, es un odio bastante grande.
―Eso no es todo, también empecé a insultar en otro idioma, era como si mi alma quisiera decir algo pero mi boca dice algo completamente diferente.
―Y ¿reconocías el idioma? – ella negó con la cabeza – es interesante, pero ahora no es el momento. Town creo que tú querías decirme algo, ahora dime lo que me tenías que decir.
Town algo nervioso y con la poca fuerza que tenía le conto todo lo que había pasado, lo más detallado posible, no quería dejar sin pasar nada, sabía que se estaba jugando la vida y no solo la suya, también la de su compañero, no podía simplemente mentir, era muy malo haciéndolo. Town estaba siendo juzgado por él, podía tener una cara inexpresiva, una cara tranquila sin mucho más, una cara sin alma pero Town sentía que dentro de esa coraza lo estaban juzgando, lo quería matar, las cosas se habían salido de las manos y eso nunca era bueno, no era alguien tranquilo o callado pero cuando lo estaba, generaba verdadero terror.
―Entiendo, lástima que las cosas ocurrieran así pero mira el lado positivo, ambos están aquí y están vivos, una vida por otra vida, me parece un cambio justo – Town había “olvidado” contar que él quería renunciar a esto – se lo que piensas y no te preocupes, todo está bien. Es verdad que esa muerte nos complicará aún más las cosas pero desde que los vieron a ambos hablando, ya era nuestro final, este fue el mejor resultado de todos, quizás habrá que cambiar un poco nuestros planes, nuestro enfoque pero la muerte de ese caballero nos puede beneficiar. Hiciste un buen trabajo, Town – era una gran mentira pero igualmente le sonrió para agradecerle.
―¿Dónde estoy? Mi cabeza ¿qué paso? – Eak había despertado de la muerte, miraba a su compañero algo confundido.
―Estuviste a punto de morir, incluso podía decir que tu cerebro y tu corazón se apagaron por un momento, así que dime ¿viste el cielo o el infierno? – Eak no respondió – toma unos segundos para descansar, te sentirás muy agotado y quizás muy raro, si sientes un dolor fuera de lo normal me avisas – hubo unos segundos de silencio – Town me dijo que te apuñalaron por la espalda, que mato a una persona para salvarte, que no lo viste venir y que después del golpe apenas estabas consiente.
―¿Todo eso fue verdad? Yo pensé que era un sueño, sentía la sangre escurrir y sentirme cansado con el tiempo, sentía frío. Si te lo dijo supongo que es verdad. No recuerdo muy bien lo que paso – Eak miraba a Town, vio que su compañero estaba asustado, recordaba todo con claridad, por lo menos desde que lo apuñalaron, sabía que Town quería renunciar y que por obvias razones no lo dijo, no dijo que ambos estaban discutiendo y que él bajo la guardia. Al final él le había salvado la vida, le iba a devolver el favor guardando su secreto con él, pero solo hasta que sea seguro, no iba a dejar que se hunda con él.
―Entonces, mereces una disculpa – el jefe lo agarró del cuello y lo levantó del suelo – discúlpate y agradécele de haberte salvado tu vida, de preocuparse de alguien como tú y a partir de ahora lo tratarás con el respeto que se merece.
―Lo siento, lo siento. Gracias Town, no te merezco – él lo soltó y su cuerpo cayó al suelo, golpeándose con fuerza.
―Creo que todo ha acabado, ya pueden volver a la normalidad, esperen mi llamado – el jefe comenzó a caminar lentamente algo irritado, no le gustaba que las cosas se le salieran de control.
―Señor, espero ¿qué hay de mí? – él se detuvo sin voltear a verlo, Town estaba demasiado nervioso, sus palabras chocaban con los dientes.
―¿Tú qué? ¿qué tienes? – Town sabía que esto no acabaría mal pero no podía, no podía, necesitaba volver a dormir.
―Ya sabes ¿qué pasará conmigo? No creo que el rey pase por alto todo esto, incluso pueden haber descubierto el cuerpo ¿tengo alguna misión o consejo de seguir? ¿algo que debo decir? – eso no era lo que quería hacer pero su instinto de supervivencia obligó a comerse sus palabras.
―No, creería que no hay nada, solo se tú, sonríe y saluda a los demás ¿crees que alguien sospechará? Igual si caes prisionero ya sabes que hacer, esperar tu muerte calladito y con una sonrisa, te mantienes fuerte y no mencionas nuestra existencia. Haz eso y todo el cielo será tuyo. No te preocupes, yo te vigilo tu espalda – sabía que no podía seguir así, no iba a volver a caer en ese hueco, no importaba si moría ya que no merecía vivir, era un asesino, eso jamás lo iba a cambiar sin importar cuantas vidas salve, siempre tendrá las manos manchadas.
―No quiero hacerlo trabajar más con ustedes – él se detuvo y apenas lo miro.
―¿Qué? – Town apretó fuerte su mano.
―Me escuchaste bien, no quiero hacer más esto, ya estoy cansado de mentir y hacerle daño a la gente ¡Hoy mate a alguien! No me traen nada bueno, no he podido dormir y sé que ustedes hacen algo malo con esta información, hace años tenía las manos manchadas de sangre pero hasta hoy me había dado cuenta, sé lo que han hecho y ya no lo soporto más. Esos tres años de tranquilidad me ayudaron a enderezar mi vida, volví al camino correcto, me uní a la iglesia, voy a ayudar todos los días, no puedo simplemente tirar todo eso, lo siento pero no seré más de su equipo, no volveré a mentir por ustedes.
―Sabes que Dios nunca te perdonará ¿verdad? Ya has cometido un pecado, ya tu alma está manchada, ni con todos los actos buenos de tu vida podrás limpiarla.
―Lo sé, lo sé. No lo negaré, tampoco lo intentaré, sé que estoy condenado para siempre pero cargaré con eso y haré lo correcto. Jamás cambiare lo que hice y debo pagar por eso, no importa de que tengo que pagar.
El ser humano es un animal por naturaleza, lo único que nos diferencia de los otros animales es un capricho de Dios, él decidió darnos un alma para diferenciarnos, sin ella volveríamos a ser monos, a pelearnos unos por otros para ver quién se queda la mejor banana, agarraríamos las cosas sin poder utilizarlas bien, sin saber cómo funcionan y lo más importante, sentiríamos odio hacia lo que es una amenaza para nosotros y rápidamente lo lastimaríamos o saldríamos corriendo. La naturaleza humana sigue ahí, seguimos siendo monos que se entrega a los placeres más mundanos, seguimos siendo monos.
―Está bien, está bien. Eres libre de irte, fue un gusto trabajar contigo – fue lo último que escuchó antes de morir – Camí, limpia todo ese desastre y lleva a Eak a un lugar para descansar, no me molestes tengo que pensar un momento.
Town había explotado en mil pedazos, él uso su magia para hacerlo, no era la primera vez que lo hacía pero está fue la más violenta, no quedo nada reconocible y sus restos acabaron por el resto del lugar, incluso encima de sus compañeros, el color rojo dominaba la habitación, un espectacular morboso y asqueroso. Camí no se vio afectada, aunque tuviera pedazos de ese amable chico en su pelo, no dijo nada y simplemente camino por el lugar, sacando los pedazos de Town de la habitación, limpiando todo hasta dejarlo limpió. Eak quedó totalmente horrorizado, podía sentir la sangre en su boca y eso lo asqueaba, cada vez que cerraba los ojos podía ver su cuerpo explotar, la carne desprenderse rápidamente de los huesos, sentir la sangra salpicando en su cara y maldijo a su compañero por ocurrirle algo tan tonto e idiota, incluso deseó que no lo hubieran salvado, que simplemente hubiera descansado y no vivir en ese infierno. Sabía que no tenía otra salida, seguir adelante y agachar la cabeza, disfrutar lo que podía disfrutar y jamás estar en contra de su jefe, que cualquier destino era mejor que traicionar a su jefe, había servido de ejemplo, solo los más fuertes sobrevivían, los débiles morían, siempre eran los primeros en caer.
Chapter 55: Herencia
Chapter Text
Todos heredamos algo de nuestros padres y nuestros padres heredaron algo de sus padres y sus padres de sus padres. Hay muchos tipos de herencia además de las monetarias, también están las de apariencia, incluso en nuestra religión ya estamos heredando algo, el pecado original, lo heredamos cuando nacemos y por eso nos bautizamos, para soltarnos de esa herencia que nos han dejado nuestro pasado y que posiblemente lo vamos a pasar a otra persona. Nuestros ancestros, abuelos y padres siempre nos darán algo, somos alguien gracias a ellos, pero alguna vez has escuchado ¿la herencia de los pecados? ¿que un hijo hereda los pecados de un padre? Es algo que siempre se ha preguntado la humanidad, sobre todo la religión. Se que eso suena extraño, pensamos que el único pecado que heredamos es el pecado original pero ¿había otros? Y al pareces sí que los hay, a veces los hijos pagan por cosas que hicieron sus padres, son castigados y juzgados incluso antes de que nazcan. Hay muchas historias así, todos conocemos a alguien que sufre por su padre, heredó los pecados del padre y uno debe cargarlos, sobre todo los reyes, ellos cargan todos los pecados que cometieron sus padres y sus abuelos, heredan todo, desde la más pequeña victoria hasta su gran derrota.
―Ya nos falta poco, nuestros hombres se acercan al castillo, todo esto acabará pronto – dijo Guillermo a sus tropas antes de mandarlos a la guerra, si Dios quería esa sería su última batalla antes de ganar la guerra.
La vida de los reyes es demasiado delicada y valiosa, la vida más importante del reino y por eso siempre buscan tener un hijo, un heredero, cuando ellos mueran su hijo podrá gobernar su pueblo, ser más grande y llegar donde ellos no pudieron, tener un heredero es importantísimo y por eso un rey siempre busca pretendientes. Aunque estuviera pasando la guerra de la trinidad eso no detuvo que los reyes tuvieran hijas o hijos, es casi su única función de vida, Guillermo y Carlos consiguieron hijos, ambos con reinas extranjeras y tuvieron sus primeros herederos.
―Rey, tenemos problemas, ha ocurrido algo horrible, algo impensable – aviso su general.
Las guerras son muy simples de definir, pones un montón de hombres en un lugar y los mandas a caminar hasta llegar al enemigo, suena bastante simple, llegar a la casa del enemigo y erradicarlo, pero la guerra no solo es una actividad simple, la guerra es un arte y como buen arte tiene sus reglas que se debe respetar. Las reglas son simples, jamás retirarse hasta que la persona superior a ti, comandante, general o el mismísimo rey te digan que es el momento de la retirada, tu no huyes, sigues adelante, evitar matar animales de granja o dañar estructuras abandonas y si se puede, evitar cualquier lugar donde haya civiles. Pero la regla más importante es la de no matar a civiles y nunca hacerse pasar por un civil, somos gente honrada y no animales, no metemos a personas que no tienen nada que ver en la guerra, solo eres tú contra él, no se debe meter a nadie más y todo rey que se respete sigue esta regla. Incluso se respetaron las reglas en la guerra de la trinidad, jamás se derramó una gota de un inocente, por lo menos no hay algo que confirme eso, los caballeros iban por los caminos alejado de los civiles y de vez en cuando se encontraban con un ejército, ambos empezaba a batallar, lo más sorprendente es que al inicio se intentó respetar los campos de paz, que normalmente eran las montañas donde todos podían seguir sacando sus materiales y las granjas de su propio pueblo. Aunque las guerras siempre salían y siempre van a salir lastimados todas las personas, aunque se intente evitar, uno se lleva la gente que defiende al pueblo y deja a cualquier malhechor libre en un pueblo indefenso, en tiempos de guerra todos salen perdiendo.
―El castillo no puede caer, el castillo no puede caer, nuestros hombres se están empezando a retirar, estamos empezando a perder terreno.
La guerra es una pelea de desgaste, gana el que tenga más resistencia, más musculo y mejor espalda, en este caso sería Carlos y por lejos pero Guillermo no estaba solo, convenció al tercer reino a combatir y este acepto sin dudar, ambos castillos se unieron para detener a Carlos, para matarlo y tomar su terreno y así poco a poco Carlos fue perdiendo terreno, sus enemigos se acercaban poco a poco, día tras día daban un paso más pero no fue tarea fácil. Los campos se tiñeron de rojo, la tierra se llenó de cadáveres, se podía sentir la tierra moverse al pasar un ejército, fue una guerra de cinco años hasta que llegaron a las puertas del reino del rey Carlos, tantos hombres buenos muertos para llegar aquí, la victoria se sentía en el aíre y la guerra iba a acabar, el rey Carlos no tenía posibilidad de ganar. Pero algo paso, algo cambió y Dios le volvió a sonreír a Carlos.
―¿¡Cómo es posible?! No debe haber tantas personas ¿no había mandado yo más tropas a la batalla? No debió quedarle más de mil caballeros ¿cómo perdimos contra eso? – dijo el rey enojado – los fuimos retrocediendo poco a poco, día tras día hasta ese momento ¿por qué nosotros hemos empezamos a retroceder? Solo lo hemos hecho tres veces, tres en todo lo que llevamos en esta guerra, hemos mantenido siempre una buena posición ¡¿qué carajos fue lo que paso?! No me diga que recibió ayuda externa.
―No es eso su señoría, no es eso, el rey Cruz nos ha abandonado, no envió sus tropas, se han retirado del todo y han vuelto al reino, dice que no tienen más interés en batallar.
―¡¿Qué?! Ese maldito ¡¿Qué carajos le pasa?! Estábamos tan cerca, tan cerca ¿por qué? Sin su ayuda esto será… - el rey se quedó callado pensando – dígales a nuestros hombres que resistan en su posición, ya les enviaremos refuerzos, Carlos no tiene casi personas, aun podemos ganar sin él, aun podemos ganar sin él. Resistan donde están que ya viene la ayuda, tenemos que actuar rápido.
El rey se aferró a esa pequeña esperanza de ganar con toda su fuerza, no la quería soltar, no la iba a soltar, iba a morder con fuerza para quedarse con la victoria, no había sacrificado todo para nada. Aunque al final todo fue inútil, al final nada funciono, poco a poco las tropas de Guillermo pedían terreno, sus tropas eran aplastadas por la de Carlos, fue derrota tras derrota y lo que le llevo unos dos años y medio en recorrer, a Carlos solo le demoró cinco meses, en ese punto ambos ejércitos estaban tomando el mismo terreno, ya el reino de Carlos estaba fuera de peligro y se acercaban al reino de Guillermo, solo era cuestión de unos meses para acabar la Guerra. Carlos que estaba muy consiente de esto decidió dejar de avanzar y enviarle una carta al rey, una carta que podía solucionarlo todo de una manera rápida y sencilla, un enfrentamiento entre ambos para acabar la guerra, el que moría quedaba como vencedor y dejaba en paz a la ciudad, no se debía derramar más sangre. Guillermo no tenía otra opción, sabía que estaba perdiendo, que era su única oportunidad de ganar, debía tomarla o sería obligado a ser ahorcado enfrente todo el mundo, Carlos hizo esto para evitar alargar esto más de lo necesario, además que entrar en el reino sería terrible para todas esas personas inocentes, habría una matanza, todo un pueblo desaparecería. El martes ambos reyes se encontraron en el mismo punto, encima de sus caballos, con su mejor armadura y arma, ambos bajaron del caballo con ayuda y se pusieron uno enfrente de otro.
―Me alegra que al final vinieras, jamás dude ni por un minuto que no lo hicieres – Carlos desvaino su espada.
―No me quedaba de otra, al final somos reyes, los hombres más fuertes del reino ¿qué pensaran los otros si no aceptaba? No soy una gallina y te dejaré en tu lugar – Guillermo también desvaino su espada.
―Antes de comenzar ¿quieres decir unas palabras? Además de las obvias, esto no es personal y cumpliré con mi palabra, no destruiré a tu reino después de esto y te deseo lo mejor.
―¿Sabes que todo esto es personal? Siempre lo fue pero ¿qué importa? Vamos a acabar con esto de una buena vez, te mostrare quien es un verdadero guerrero.
―Supongo que no hay nada que pueda hacer para evitarlo ¿verdad? Siempre me pareciste un poco sentimental e idiota, te dejaste llevar por tus sentimientos, aún recuerdo como te pusiste por ese estúpido caballo Guillermito, aun así fue un buen regalo, el más original y diferente en ese año – Carlos se preparó para pelear – acabaré contigo rápido.
―Te acabaré de una vez por todas, te quitaré esa molesta sonrisa – Guillermo se preparó para pelear.
―¡Escuchen bien caballeros, ninguno de ustedes interrumpa nuestra pelea, el que lo haga será ejecutado! Sin importar el resultado, el ejército se devuelve a su reino y todo vuelve a la normalidad.
Gran pelea que tuvieron en ese momento, eran grandes maestros de la espada, sabían defender y atacar y las armaduras ayudaban a defender de los golpes de su enemigo, fue casi un baile entre los dos, un baile que duro unos cuantos minutos. Guillermo siempre iba atacando, segado por su enojo atacaba con fuerza y furia, no se detenía pero todos sus golpes eran pensados, no se dejó simplemente llevar por el odio, cada golpe lo hizo pensando en el siguiente, no era un simple animal que se dejó llevar por su naturaleza. Carlos se vio obligado a estar a la defensiva, él no quería hacerlo pero se vio obligado, Guillermo fue más rápido y si no quería morir tendría que hacerlo, apenas podía pensar en lo que hacía, se defendía a la perfección de cada golpe y esperaba, esperaba a tener una pequeña ventana para contraatacar, cosa que no era fácil ya que Guillermo atacaba bastante rápido, un error de cualquiera de los dos y sería el final. Atacar conlleva la virtud de que tú eres quien decide el ritmo de la pelea pero tiene la desventaja de ser mucho más difícil que defender al quemar más energía, debes someter al otro y por eso te cansas, Guillermo bajo un poco la velocidad de sus ataques, no aguantaba más, necesitaba un pequeño descanso. Fue un momento nada más, unos segundos más lento y Carlos aprovechó para atacarle sin mucho éxito ya que la armadura lo protegió, aun así no se rindió y siguió atacando. Así podríamos resumir la media hora de la pelea, eran buenos peleadores y estaban al mismo nivel, pelearon hasta el final y cuando podían atacaban al rival, lo obligaban a solo defenderse y lo golpeaban esperando darle un golpe. Los reyes siguen siendo humanos, quizás son los mejores humanos que podemos entregar pero siguen siendo humanos, necesitan comer y dormir, se cansan y sangran, les duelen cuando les pegan, pero un buen rey nunca se rinde, sigue mirando afrente y pelea hasta que su alma salga de su cuerpo. Ambos reyes estaban lastimados, incluso el rey Guillermo había perdido un brazo pero no se rindieron, ambos cuerpos estaban débiles, llenos de heridas de espadas, cortes y su armadura estaba hecha casi pedazos pero no se detuvieron, el dolor y el cansancio no los iba a detener, solo la muerte lo haría, al final todos sabemos quién fue el vencedor, sabemos que Carlos fue quien conservo su alma en su cuerpo.
―Veo que despiertas, tienes unos buenos hombres rey, lo trajeron hasta aquí para salvarlo.
―¿Qué paso? – Carlos estaba confundido, lo último que se acordaba era atravesar el pecho de Guillermo.
―Por lo que me dijeron, usted tuvo una pelea con un enemigo suyo que salió victorioso, estaba lleno de sangre y de heridas y se desmayó, lo cual no me sorprende, su cuerpo estaba al límite, le recomiendo quedarse en cama varios días.
―¿Qué tan mal estoy? No quiero mentiras, soy el rey y necesito saber la verdad – el doctor lo miro algo preocupado – supongo que así de mal estoy.
―Al contrario, tiene suerte de estar así, Dios le perdonó la vida y lo dejo en el mejor estado que pudo, lamento decirlo pero perdió dos de sus dedos de la mano izquierda, no creo que pueda volver a correr, tiene suerte de poder caminar si le soy sincero, su pierna izquierda está bastante jodida, le será difícil caminar, si es que logra volver hacerlo. De resto estará bien, sobrevivirá.
El rey no volvió a ser el mismo, ya ni podía agarrar con fuerza la espada, sus piernas eran demasiado débiles y necesitaba ayuda para sostenerse, incluso empezó a perder la vista por el ojo derecho. Cualquiera se hubiera tirado a la cama y puesto a llorar, rendirse y sentirse solo, que Dios te había salvado simplemente para burlarse de ti pero el rey tenía la certeza de que no era así, no iba a dejarse derrumbar por algo tan mínimo, se adaptó a este nuevo estilo de vida y en unos meses volvió a ser una copia de él, volvió a ser el rey con el mismo carácter, solo que ahora tenía varias cicatrices, cicatrices que lo llenaban de orgullo. Pasaron los meses, había una pequeña paz, una paz ilusoria y el rey sabía eso, los momentos más peligrosos de la guerra es en la paz, todos confiaban en que todo acabó, soltaban sus armas y se iban a jugar o a beber, cualquier desgraciado podía aprovecharse de ese momento y empezar de nuevo la guerra, la única manera de confirmar la paz era con un tratado o algo por el estilo, eso no significaba mucho la verdad, solo era un papel, una palabra, un acuerdo vació pero era bastante significativo para la gente, un símbolo. Con el primero que obligo a firmar fue a Cruz, el cual no fue muy difícil de convencer, simplemente fue y este acepto rápidamente todo sin dudarlo y el que rompa este pacto sería sancionado, lo cual para un rey no era nada, solo era un papel muy bonito pero por lo menos era las bases de la paz.
―Y ¿por qué debería hacer eso? Ya tengo suficiente dejando entrar al asesino de mi esposo aquí ¿para qué me interesa a mí firmar eso? ¿y por qué yo? Ya tengo un hijo, que firme él.
―Lamento haber matado a Guillermo, a mí también me dolió haberlo hecho pero debíamos terminar con su locura. Tu hijo todavía no es lo suficientemente mayor para tomar las riendas del reino, eres la reina y ahora estás a cargo por ahora y esto no solo te interesa a ti, nos interesa a todos para que no vuelva a pasar lo de Guillermo.
―Eres tan egoísta ¿disfrutar pisotear la memoria de mi esposo? Esto solo te sube el Ego – Carlos solo suspiró.
―Te lo dejaré simple, puedes no firmar, al final nada de eso importa, son papeles ¿cuántas veces hemos firmado para la paz luego de armarnos para la guerra? Eso no detendrá a nadie, sigue siendo un papel pero es simbólico, es para nuestro pueblo.
―¿A mí qué me importa esas personas? Por mi se pueden ir bien a la mierda y me daría igual, eso no devolverá a mi esposo.
―Es cierto, es cierto – Carlos bajo la mirada – eso sonará egoísta o manipulador pero piensa en lo que él hubiera querido. La gente nos necesita más que ahora – Carlos la miro a los ojos – tienen miedo, piensan que van a morir en cualquier momento, que somos unos incompetentes, debes mostrarles que ahora estamos unidos, que no tienen nada que temer, que están a salvo. Para eso es la firma y el papel, no nos detendrá ninguna ley o regla pero nuestros habitantes se sentirán seguros, a salvo, confiaran de nuevo en nosotros, es una prueba que pensamos en el bien de todos, de la gente inocente, no sabes lo fácil que es arrastra con su reino, es demasiado simple y nadie me va a detener, todos saben eso y por eso tienen miedo – la reina estaba callada, pensando en lo que había dicho ese asesino.
―Está bien – dijo algo desanimada y resentida – pero eso no significa que cambiaras la historia, tú mataste a mi esposo y no lo dejaré pasar tan fácilmente.
―Yo tampoco lo haría.
La reina y el rey se encontraron en un lugar cerrado para que nadie pudiera interrumpirlos, un lugar donde no llegaba el sol y solo estaban ellos dos, sentados en una mesa mientras hablaban, la reina todavía estaba algo dudosa e hizo muchas preguntas, Carlos lo entendía, obviamente después de todo lo que había pasado eso era lo más lógico, su naturaleza fuera algo hostil y dudosa era algo natural, le había hecho tanto daño a ellos. Al final la reina acepto y firmo con disgusto y con odio, poco a poco sus sentimientos se apoderaban de ella.
―¿Quiere tomar algo antes de irse? Te has tomado las molestias de venir hasta acá – Carlos la miro algo desconfiado – debo ofrecerle algo, más usted siendo un rey ¿qué crees que dirá la gente de mí? Al final eres mi invitado y te debo tratar con respeto. Además es una buena excusa para tomar – Carlo en realidad no quería pero sabía que un buen caballero siempre aceptaba el trago de una dama.
―Está bien, uno no más ya que tengo que salir rápido.
―Espéreme aquí, ya vuelvo con una copa y un buen vino, el mejor vino.
La reina salió unos minutos de la habitación, los buenos modales del rey lo hicieron esperarla, no le molestaba, de hecho era mejor para él ya que su pierna lo estaba matando y no le caería mal sentarse un momento y pensar, pensar en porque Guillermo haría algo tan irracional, algo tan estúpido ¿por qué la gente hace cosas tan tontas? Nunca iba a ganar y sobornar a Cruz fue bastante simple y fácil, lo que más le pesaba a Carlos es que no se había dado cuenta de esa traición, de ese odio, no dejaría que eso volviera a ocurrir. La reina llego con dos vasos y su mejor vino, el rey quería levantarse pero ella le hizo señas para que se quedara sentado, la reina se sirvió dos copas y los dos brindaron por la paz, luego de unos segundos el rey se sintió mareado, intentó levantarse pero solo cayo al piso, muerto, que tonto había sido, había olvidado el arma favorita de las mujeres, el veneno y eso que había visto esta situación numerosas veces en el teatro. La muerte del rey solo avivó la llama más de la guerra y todo volvió a comenzar de nuevo y obviamente esa familia fue vista como gente maldita, traicionera y bastarda, una madre asesina y un padre que se dejaba llevar por dolores pasados, el hijo debe tener los mismos pecados ¿no? Esa familia debía desaparecer, hasta las cenizas.
Chapter 56: Obra de arte
Chapter Text
La muerte de Fede había causado una desconfianza en todos y un gran pesar en algunos pocos, la teoría de una rata ya se confirmaba pero la pregunta era ¿quién era la rata? Todos sabían que tenían la mira encima suyo, el rey estaba bastante paranoico buscando algo que ya no existía, además la desaparición de un cocinero lo dejaba algo inquieto, sabía que no estaba seguro y necesitaba poner orden. Todo el mundo hablaba de esto, agachaba la cabeza y susurraba para no ser escuchados, a pocos le importaban la muerte de su compañero, solo importaba nuestro pellejo. Lily era una de las pocas personas que realmente lo conoció, incluso sabía de su aventura con Felix, eran mejores amigos y su falta le hacía daño, no podía hablar con nadie, Chica estaba demasiada ocupada todos esos días, el rey la vigilaba de cerca y la ponía cerca de su hijo y Felix se había encerrado en su cuarto llorando la perdida, ella se quedó sola, sola con sus cuadros. Sé lo que dirán, un buen artista nace en soledad, las mejores obras nacieron cuando el artista estaba solo, que la perfección se busca en soledad y puede ser cierto, no soy artista pero conozco el alma humana, yo me conozco y sé que Dios no creo al humano capaz de estar solo, no somos capaz de estar tanto tiempos solos, menos con una pena que nos atraviesa en el alma. Lily, estando sola, mirando fijamente a sus cuadros sentía una cierta compañía, un alivio, que todo había valido la pena y que podía seguir adelante, de alguna manera traer a su amigo a través del arte pero entre más miraba el cuadro, el sentimiento y la idea poco a poco desaparecía, notaba pequeños errores que tenía, notaba lo mediocre que era, que jamás pasaría a la historia, jamás podría retratarlo como era él realmente, que sus cuadros eran muy mediocre, feos y horribles, manos feas, ojos feos, caras feas, un horrible cuadro. Cada segundo que pasaba delante un cuadro notaba poco a poco los errores que tenía, las imperfecciones, lo mediocre que había sido ella, lo vulgar, lo alejado a la realidad que estaba, esos cuadros ya no eran perfectos, ya no eras su salvación, era una pena más que le atravesaba el corazón ¿y si el problema no era sus cuadros sino ella? ¿qué pasaría si en realidad lo mediocre era su talento? Preguntas que no la dejaban dormir, ya no pintaba y ni si quiera comía, estaba hecho un desastre y ella lo sabía, era una estúpida artista con delirios de grandeza. Lily entendió que no era nadie, que no era grandiosa, simplemente se rindió ante la mediocridad por un tiempo, lloro y se arrincono en la esquina, todo era tan feo, el mundo era tan feo, tan imperfecto, tan mediocre y ella era lo peor de todo ¿para qué seguir? Al final, el arte no iba a llegar a nada, no tenía talento para hacerlo llegar alguna parte, era lo único que lo hacía y descubrió que lo hacía mal. Aunque los problemas no acabaron ahí, siguieron aumentando cuando un día, el rey la llamo, quería hablar con ella personalmente sobre un tema importante.
―Gracias por venir ¿Lily? – ni su rey se acordaba de ella – ya sabemos lo que paso hace tres semanas con uno de nuestros caballeros, la muerte de un caballero en la cocina – ¿tres semanas? Para Lily había pasado meses desde ese acontecimiento, la verdad es que también se encerró en su cuarto y se despreocupo por lo que pasaba a su alrededor.
―Sí, se lo que paso, la muerte de Fede, era mi amigo – el cuerpo de Lily había perdido fuerzas, estaba pálida y apenas podía sostenerse.
―Entonces ¿conocías a la víctima? – el rey lo dijo con cierta sospecha, algo que Lily se dio cuenta.
―Sí, como había dicho era mi amigo.
―Y dime Lily ¿sabes por qué murió tu amigo? ¿acaso se metía con las personas que no debían? ¿sabes algo que nosotros no? Por lo que veo solo lo conocían tres personas, Ann, tú y el entrenador y ya le pregunté a ellos, me dijeron que eran inocentes ¿acaso tú lo mataste? – esa pregunta la llenó de rabia.
―¡Yo no lo maté! Era mi amigo, mi amigo, jamás le haría daño ¡estuve cuando lo enterraron! No fue nadie, no tenía nadie más que a mí y a esos otros dos amigos ¿crees que sería capaz de matarlo? – Lily empezó a llorar, lo más normal es que el rey se enojaría por subirle el tono pero al final entendía por lo que estaba pasando, dejo por una sola vez pasárselo.
―No lo sé, yo no creo nada, yo no sé nada y por eso necesito saber, saber que carajos pasa en mi castillo. Solo tengo algunas preguntas ¿qué haces en mi castillo? – Lily abrió los ojos algo asombrada.
―Soy artista señor, le he pintado varios de sus cuadros, de sus autorretratos que tiene por ahí – el rey la miro fijamente sin decir nada.
―Eso lo sé, pero mi pregunta es ¿por qué sigues en mi castillo? Los artistas normales se van a su casa cuando terminan su trabajo ¿tú que carajos haces aquí? Siempre te veo vagando por el castillo, un parasito que se come mi comida – Lily bajo la mirada.
―Señor, me ofende que no se acuerde, si usted mismo me dijo que me quedara. Estoy pintando las paredes ¿no se acuerda señor? – el rey se quedó en silencio – el de la cocina, la catedral, pintar los ángeles, incluso me pidió pintar una habitación toda extraña y oculta. Es todo un placer estar aquí pero yo también tengo una casa que volver.
―Lo sé, lo sé, lo dices tan segura que parece verdad – Lily miro tímidamente – tan segura que yo creo que es verdad pero te pasas todo el día sola ¿no? Nadie sabe lo que haces, solo aparece de aquí para allá, no cumples con un horario, tu trabajo no le importa a nadie y puedes de repente desaparecer cuando quieras, nadie te vigila, ni si quieras eres fiel a mí.
―Eso no es cierto señor, yo… - Lily ya estaba desesperada.
―¡Silencio! – Lily agachó la mirada – he visto tu patético trabajo, eres una idiota imbécil ¿tantos años para eso? Nadie recordará esto, jamás – Lily soltó unas lágrimas y el rey sonrió – confió en ti, sé que no eres una rata – Lily lo miró confundida – no te mataré, no te mataré.
―Pero… - Lily no tenía palabras.
―Lily, las personas mienten, eso es un hecho, hombres, mujeres, todos mienten, la lengua es una herramienta maldita, normalmente utilizada por los débiles, las personas cercanas al poder pero no pueden acceder ¿cuántos ejemplos tenemos en el teatro? Y bueno, tú eras la chica perfecta para eso, nadie te prestaba atención, no eras importante y podías desaparecer y tenías una excusa perfecta para estar aquí. No tengo pruebas para que seas la rata, hay verdaderas personas más inteligentes y que mejor se saben expresar, saben engañar, la rata echaría la culpa a otro y tú… Solo mira como tiemblas, que patético y que dulce, no creo que tenga razones para dudar de ti.
―Gracias, gracias – Lily se giró para largarse pero dos caballeros se pusieron enfrente deteniéndola.
―Para ser artista eres mala en el teatro, el mayor arte donde se representa la mente humana – El rey se levantó – como te digo, no pienso que seas tú pero ¿cuántos han cometido ese error? No solo en el teatro, en nuestra historia, la historia de como los reyes llegan al poder es sobre traición, mentiras y muerte, así se forma un reino, la legua siempre será una herramienta maldita ¿cuántas guerras han provocado una simple palabra? Es una buena arma y los artistas son la mejor en utilizarla – el rey le puso una mano en el hombro – tú eres una artista. Los artistas son mentirosos profesionales.
―Por favor, yo no lo hice, jamás… - ella hablaba con la voz quebrada y algunas lágrimas en los ojos.
―Se que no, sé que no – él se alejó de ella – no te mataré, no soy mis ancestros, no mataré a un inocente hasta tener buen motivo, solo te daré una pequeña advertencia, tus cuadros me encantan, son buenos pero no me puedo confiar en ti, el cocinero que desapareció era buena persona y todos dicen que él fue el asesino, que destreza para sostener esa máscara, nos engañó a todos por años ¿por qué no harías lo mismo? No tengo ni una razón para confiar en ti – el rey se volvió a sentar – tienes este día para irte del castillo, irte del reino y si descubro que sigues por aquí, te colgaré enfrente de todo el mundo o te quemo. Vete pequeña bruja.
―¡Pero rey, sin ti yo no…! – los caballeros la agarraron de los brazos – ¡Yo no hice nada! ¡Por favor suéltenme, suéltenme ¡Escúcheme! – los gritos, las patadas, los movimientos erráticos, todo fue en vano, los caballeros eran más fuerte que ella y la sacaron de la habitación del trono.
El rey ya estaba cansado, su sospecha de la rata era correcta, sabían todo de él, lo observaban todo el tiempo y él no podía saber dónde, se sentía acorralado, ya no podía confiar en su propia gente y lo mejor que podía hacer era quemar todo, su padre siempre le había enseñado que cuando la tierra no dejaba plantar ninguna planta, la quemas e inicia de nuevo. El rey empezaba de nuevo, eliminaba a cualquiera que era sospechoso, alguien que no comiera de su mano y a empezar de nuevo, recuperar poco a poco el orden, Lily no era la única que fue despedida, varios cocineros y caballeros incompetentes fueron despedidos. Lily estaba devastada preguntándose ¿qué haría después? El arte no daba nada, nadie sería capaz de pagarle sus obras, no podía volver a acercarse al reino y muy posiblemente los otros reyes también la rechazarían, no podría vivir del arte si nadie lo financiaba, había perdido todo. Llego a su cuarto, se sentía vacía, derrotada, sus obras que tanto había querido ahora se burlaban de ella, esas sonrisas que había pintado, esa sonrisa coqueta la utilizaban para burlarse de su desgracia, no era nada, no había hecho nada importante, su mejor amigo murió, tantas dolorosas imágenes pasaban en su cabeza, tantas voces que la ahogaban, todas sus pinturas se reían una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. El alma de un artista es demasiado sentimental, llora por la más pequeña tragedia y a veces le da igual la peor de las tragedias, son bastante extraños y Lily no era la excepción, era extraña y a veces hablaba con sus obras, parecía tener un talento pintando, un talento que la llevo hasta trabajar para el mismo rey, había llegado tan lejos y ahora no tendría nada, el sueño se apagó. Grandes delirios pasaban por la cabeza de Lily, el alma sabe cuándo se acerca a su fin e intenta agarrarse en lo que podía, no quería abandonar el mundo pero a veces es demasiado tarde.
―Mis padres viven aquí, los mataran cuando lo descubran ¿qué pasará con Ann? Morirá si sigo siendo su amiga, lo mejor es irme pero ¿a dónde? Tantos años desperdiciados, creía tener talento, no tengo ambición, no tengo nada, jamás tuve nada. Tanto tiempo, todo, fue en vano. Todo fue en vano.
Vacío, es lo último que piensan las personas antes de morir, que están llenas de aíre y que pronto saldrán volando, sienten como todo lo que tenían desaparece y luego viene el beso de la muerte, tu alma sale de tu cuerpo y vuelve donde pertenece. Lily no salió de la habitación, la persona que la encontró colgada fue su amiga Chica, quien al descubrir lo que había pasado con el rey, iba a despedirse de ella, sabía que el rey no cambiaría de opinión y no podía dejar al chico solo, ya le había agarrado un poco de cariño, abrió la puerta y ahí estaba, colgada por el cuello, un cuerpo sin vida. Tantas cosas que tenía que decir, tantas palabras que se llevaron el viento, tantas palabras que no irán a ningún lugar. La guardiana hizo lo más lógico, aviso al rey todo lo que había pasado y este rápidamente se encargó, le dio el trato justo al cuerpo de Lily, lo puso en el patio y luego lo quemo, el suicidio es un pecado mortal, es renunciar a nuestro mayor regalo, la vida, no puedes aborrecer la vida y se considera la peor muerte, esas almas van directo al infierno y lo peor de todo es que no se pueden tirar a cualquier lugar, no se puede usar una fosa común, ni si quiera enterrar, lo mejor era quemarla hasta las cenizas y rezar para que Dios bendijera las cenizas.
―Vaya tradiciones tienen aquí, donde yo vengo te plantarían de nuevo para que tu alma regrese, aquí, nada, te vuelves nada, ya no estás con nosotros. Sabes, hay algo que nunca te dije, de hecho miles de cosas, eres rara, hablas demasiado, eras exageradamente cariñosa con Fede que sí no supiera lo de Fede pensarían que son pareja, eras una chica fuerte pero ¿por qué al final hiciste eso? Hay cosas que quizás nunca escuche, cosa que yo no escuche de ti, eras alguien extraña pero me alegra que fueras mi amiga – la guardiana estaba mirando el suelo del patio – quisiera hacer algo para hablar por última vez, escuchar a ambos hablar de todas esas estupideces. Quizás no puedo traerlos de vuelta, pero sí puedo vengarlos, alguien mato a Fede, y la tristeza te mato a ti, solo una persona provoco sus muertes, lo encontraré.
Chapter 57: Vida Feliz
Chapter Text
La felicidad ¿cuánto se ha hablado de ella? ¿cuánto se ha callado? Todos conocemos que es la felicidad pero a veces por pensar en el paraíso, lo feliz que seremos en el cielo se nos olvida que tenemos una vida en el suelo, que podemos ser felices con lo que tenemos y aun así ser fieles a Dios, la felicidad se encuentra en todos lados, incluso en los pecados ¿ustedes creen que un pecador peca por estar en contra de Dios? Obviamente no, un pecador peca por felicidad. La felicidad está con nosotros, a veces se va y a veces vuelve, Dios nos pone pruebas pero también nos da regalos, nos pode con el amor de nuestras vidas y nosotros no lo sabemos, podemos disfrutar al máximo nuestra vida y no sabíamos que ese día iba ser el último de nuestra vida feliz. Todos pensamos en nuestro último día en la vida, algunos piensan que va a ser en una gran batalla dándolo todo por Dios, otros creen que será una muerte pacifica en la cama luego de decir unas cuantas palabras y hacer la paces con todos en la vida, pero la vida jamás acaba así, la mayoría de las veces la vida simplemente acaba, es su naturaleza. Incluso en la misma vida se acaba la vida feliz, se acaba la pureza, la alegría, el amor, toda naturaleza de lo humano es la muerte, somos finitos, somos un ciclo lleno de ciclos que se repiten varias veces, a veces podemos imaginarnos nuestra vida en algún futuro, una vida feliz, que tonto a veces somos los humanos. Eso mismo le pasaba a Puppet, ella había encontrado una vida feliz, incluso había encontrado el buen camino, podía pensar en un futuro lejos de todo, una vida enserio, una vida simple.
―No te preocupes por mi hermana, estará bien y mucho menos te preocupes por mí, yo sé cuidarme sola – dijo Puppet casi desnuda debajo de unas sabanas.
―Yo sé que sí, me lo has dicho un millón de veces… - Loon estaba casi igual desnudo que ella, sabía que seguir hablando de eso con ella no iba a ir a ningún lado.
―No te preocupes – ella le puso una mano en su mejilla – sé que te preocupas por ella pero aun así se puede cuidar sola, sigue siendo ella. Por lo menos una parte de ella.
―Lo importa es que ya acabo ¿no? Y mi propuesta sigue en pie, puedes quedarte aquí cuando quieras – Puppet le dio un corto besos en los labios.
―Quisiera decir que no, me halagas que me digas eso, de verdad me gustaría formar una familia contigo, por algo estoy a tu lado en estos momentos, pero esa vida no es para mí, tengo miedo que mi pasado destruya mi presente y te arruine tu futuro. Además ¿qué pensará tu familia de nosotros? No tengo todas estas cosas como ellos.
―Mi padre celebra que este con una mujer, grita de la emoción y lo último que le importaría es de donde venga, yo creo que él sospecha que me gustan los hombres, le dará igual, mientras seas mujer. Por lo demás no te preocupes, ambos lo solucionaremos.
―Eres muy amable por todo pero no podré aceptarlo, no por ahora.
―Está bien, está bien – Loon le acaricia suavemente el cabello – me gusta cómo me miras, esa mirada que enamora – Puppet le sonrió.
―Eres demasiado tierno, mereces alguien… - él rápidamente la beso, ya había escuchado mil veces esa palabra, la verdad es que no quería a nadie más, simplemente la quería a ella – entiendo, entiendo. Sabes que, lo pensaré ¿por qué no? Pero yo cocino y arreglo todo, no sabes la paz que me genera eso, no quiero que ninguna sirvienta o algo por el estilo haga las cosas por mí.
―No estaría más maravillado – Puppet se levantó de la cama y Loon se sonrojo – tengo demasiada suerte de tener – Puppte lo miró con una sonrisa coqueta y poco a poco cambiaba a su disfraz – aunque no se cuál de los dos estilos me gusta más – ella soltó una pequeña carcajada.
―Siéntete con suerte, eres una de las pocas personas que me ha visto como soy realmente – poco a poco Puppet se volvía a vestir – estaba pensando en salir uno de estos días, hay algo que me interesa y me gustaría que me acompañes, o podría acompañarte en el trabajo y no te darías ni cuenta, vería tus hermosos ojos todo el tiempo – Loon le sonrió – eres un ángel, de verdad gracias – cuando se terminó de vestir, se acercó a su ventana – por cierto, la carne que me diste la otra vez, estuvo deliciosa. Te prometo que te voy a pagar de alguna manera, más allá de una noche de pasión.
―Con solo tener cerca es suficiente – Puppet no pudo evitar sonreír – ya sabes dónde encontrarme, no sé cómo pero ya sabes cómo encontrarme.
Puppet salió de la casa por la venta y rápidamente se puso a caminar por las calles como una adolescente enamorada, una sonrisa se formaba mientras pensaba en él, lo tenía todo, incluso lo amaba, podría casarse con él y tendría la vida solucionada pero la verdad es que tenía miedo, miedo de ella misma, que ella lo lastimara de alguna manera, no podía casarse ya que ella era problemática, él necesitaba alguien más tranquila, necesita algo que no sea solo un fantasma. Caminaba sin notar a su alrededor, su mente solo vivía pensando en él, ni ella sabe cómo hizo para enamorarse tanto, no debía de actuar así, él era simplemente dulce y ya, muchas personas ya la habían tratado así, el amor funcionaba de maneras misteriosas. Ella no noto que la estaban siguiendo, su nueva vida había hecho desaparecer la antigua vida casi por completo, ahora pensaba en cosas mundanas con una sonrisa, por fin iba a tener momento para acostarse y no hacer absolutamente nada, toda esa mortalidad le hizo olvidar en el mundo en que vivía y cuando se dio cuenta que estaba en peligro, ya era tarde. Cuando menos se lo esperaba y con la defensa baja, Puppet fue agarrada del cuello y tirado a un callejón oscuro, esto la sorprendió y no dudo ni un minuto para sacar su cuchillo y mirar a su alrededor, intentando ver a su agresor.
―¿Cuánto tiempo vieja amiga? – reconocía esa voz, su mano empezó a temblar y su mirada era más veloz, su respiración se agitaba – lo siento por ser tan brusco pero ya sabes, no ibas a aceptar si te lo preguntaba amablemente ¿verdad? Solo vengo a hablar.
―¡Aléjate! Has lastimado a mi hermana ¡la quiero de vuelta! – él se empezó a reír y esto la enfurecía.
―No digas eso, ella te puede escuchar – ella sintió como alguien le tocaba el hombro y ella giró rápidamente, ya no había nadie – mira, necesito hablar contigo pero suelta el arma y hablemos como personas civilizadas, te necesito para algo grande, algo grande.
―¿Crees que te haré caso? ¿Crees que…? – él agarró la muñeca de ella.
―No tengo tiempo, me estoy cansando con todo esto, me canse de ser el bueno, las personas solo entienden a gritos, a golpes. Solo te necesito para algo pequeño, tendrás una dulce paga. Ahora que tengo tu atención, voy a… - Puppet le dio un golpe en la cara – ahora estás muerta – dijo seriamente y mirándola fijamente, algo que le asustaba.
El mago solo necesitó de un golpe para hacerla volar contra una pared, era más fuerte y ella lo sabía, en ese momento dio su último respiró, su corazón se detuvo y su alma estaba a punto de escapar de su cuerpo, aunque el brujo no iba a dejar que eso pasará tan fácilmente, con su magia pudo curarla antes que sea demasiado tarde, hizo un milagro.
―Creo que me pasé contigo un poco – dijo con una sonrisa burlesca – pensé que después de conocerme ibas a mejorar pero te veo igual, incluso estas peor que antes. Puedo ayudarte a entrenar si quieres.
―Vete... – ella tomaba grandes porciones de aíre, respiraba más de lo que necesitaba, estaba desesperada por llenar sus pulmones – a la mierda. Jamás haría algo contigo, prefiero estar muerta.
―Eso lo sé, eso lo sé ¿por qué todos me dicen eso? – él sonrió, una sonrisa juguetona para luego acercarse a su cara – vas a escucharme atentamente, es tu última oportunidad o ¿quieres que tu hermana muera? Aunque sea un fenómeno aun la quieres ¿no? Seguramente aun intentas volver a la normalidad pero no puedes, eres demasiado débil para hacerlo – ella se quedó callada – tengo un trato, un gran trato que nos puede beneficiar a los dos.
―¿Qué pasa si digo que no? – él soltó una pequeña risa, luego le puso su mano en detrás de su cabeza y se sentó a su lado.
―Te seré sincero, no mataré a tu hermana, me gusta como es, su nuevo yo es bellísimo, tan libre, libere su propio ser, simplemente es como debería ser, no la mataré y tampoco a ti, al final somos familias y no encuentro una buena razón para hacerlo, los magos siempre deben estar unidos sin importar sus diferencias. Ahora cierra los ojos e imagínate a él – Puppet lo miró confundida, quería golpearlo pero sabía que eso sería algo en vano, si quería volver a su casa tenía que seguir su juego – no me mires así, sabes de quien hablo, el chico pequeño de la casa donde saliste, incluso estuviste en la cama con él.
―¿Cómo? – ella se sentía realmente asustada y por instinto rápidamente se levantó y se alejó de él.
―¿Eso acaso importa? – soltó una pequeña carcajada – es un grandioso chico, buen dinero, amable, con una gran sonrisa y lo mejor de todo, una delicada y perfecta piel, tan bella y perfecta que me da envidia, quiero arrancársela y ponérmela encima – él poco a poco se levantó – aunque no es el único, tiene competencia, su amiga Usagi también tiene buena piel, un buen trasero y sabe moverse con delicadeza, tiene un toque electrizante al caminar. Su otro amigo, el fenómeno, no está mal, aunque lo mejor que tiene son sus ojos, no me lo vas a negar – él puso una mano encima de la cabeza de ella y empezó a jugar con su cabello, como lo hace un padre con su hija – tres vidas, dependen de tu decisión, eso es lo malo de hacerse tan humano, de tener una vida feliz, cualquier hijo de puta puede amarrarte con eso, amaestrarte como un caballo.
No era la primera vez que Puppet se paralizaba, varias veces le pasaba cuando se acordaba de él, cuando pensaba que este momento pasaría se paralizaba, evitaba pensar en eso pero aquí ya no podía evitarlo, el miedo la inundaba, le faltaba la respiración y su cuerpo dejo de hacerle caso, era un cascarón que solo podía ver su alrededor. Los recuerdos felices la inundaron, demasiado recuerdos con Loon, la primera vez que lo beso, lo tierno que era y lo tímido, era una ternura y como olvidar la primera vez, cuando le mostró la verdad sobre ella, su verdadera cara y su trabajo de verdad y aun así el pendejo la acepto, no tuvo miedo o no salió corriendo, actuó como siempre, que supiera usar magia no cambio en nada su relación. Al final solo recordó la primera vez que se vieron y lo estúpido que se veía, le dio bastante gracia la forma de ser de ese chico, le encantaba asustarlo y ponerlo nervioso, fueron dos años felices a su lado.
―¿Qué tengo que hacer? – ella miro para abajo con algunas lágrimas en los ojos.
―Solo ven a mí, tengo grandes planes, necesito evitar llamar la atención de todo el mundo y al mismo tiempo quitar todos los obstáculos de mi camino para encontrarme con una personita especial. Te pediré dos grandes cosas, dos cosas que harás por mí y que cualquier puede hacer, la primera y la más fácil es que entrenes conmigo, te ensañaré a usar tus poderes – él esperaba que ella reaccionara, que se levantará confundida, que dijera algo pero se quedó en la misma posición llorando, algo que le pareció tan patético – lo segundo es algo que supongo que ya has hecho antes, vas a empezar a robar algo para mí.
―Puedo hacer esas dos cosas, solo no te acerques a ellos – dijo con una voz quebrada, intentaba sonar segura pero no podía, todo su cuerpo la delataba.
―No te preocupes, no te preocupes – él lentamente entrelazaba su mano con la de ella con delicadeza, Puppet lo miro a los ojos, él simplemente le sonreía dulcemente y la miraba fijamente, no le miraba a sus ojos, parecía mirar su alma – verás como tú y yo empezaremos una vida feliz junto, una nueva feliz vida juntos – él empezó a aplastar su mano con demasiada fuerza que le provoco que gritara – una nueva vida feliz juntos, para siempre – luego de unos segundos le soltó.
―Eres un desgraciado – él le dio la espalda y empezó a caminar tranquilamente.
―Gracias – él se detuvo y se giro un poco para mirarla – nos veremos después, no te preocupes que yo te encontraré, no importa donde te escondas, yo te encontraré. Y antes de que se me olvide, puedes decirle esto a cualquier, obviamente cualquiera menos al rey, puedes contarle a tu novio que volví a su vida, diles a sus amigos que corren peligro, no me importa – él se quedó en silencio unos segundos – pero si se meten en mi camino, si me llegan a estorbar, te prometo que tendrán la muerte más dolorosa y violenta que se me puede ocurrir, y yo soy muy creativo – cuando ella pestaño, él ya había desaparecido.
Ella se siguió sin mover, se quedó quieta preguntándose que debía hacer, su corazón latía con fuerza y su respiración cada vez se volvía más agitada, empezó a sudar por las manos y luego se mareó ¿cómo es que él le provocaba todo esto? Sentía un terror inexplicable al verlo a la cara, esa sonrisa suya se había quedado en su mente, sus palabras, no podía hacer nada, no podía hacer nada. Rendirse no era una opción, nunca iba a ser una opción pero debía esperar, esperar el momento indicado, esperar a que bajara la guardia y atacarlo, no tendría muchos momentos pero solo necesitaba uno para matarlo pero ¿tendría la fuerza para hacerlo? ¿acaso no dudaría? Tenía que hacer algo, era una tonta por pensar que tendría una vida feliz pero ahora tenía una razón para luchar por eso.
Chapter 58: Aún más en lo profundo
Chapter Text
―Nunca creí decirlo pero me agrada ver como Bon intenta hacer algo bien – dice Meg con una sonrisa.
―Es una ternurita la verdad, aunque tú no lo creas, siempre se es fuerza para hacer lo mejor ¡cuidado con las sillas, las corres y luego la pones otra vez! – Joy estaba a su lado, ambas estaban viendo como Bon intentaba limpiar el piso.
―¡¿Yo por qué coño acepte hacer eso?! – decía Bon enojado, lo que más le molestaba era el olor a vomito.
―Yo no soy quien acepto una apuesta conmigo, eres realmente malo intentado ser sigiloso ¿cómo no puedes asustar ni a tu amigo? Eres malo mintiendo, hasta un niño podía darse cuenta de tus intenciones.
―Cuando vea a ese borracho de nuevo lo mataré – susurró Bon para sí mismo - ¡El olor no se me quita! ¡solo huelo a vomitó! – ambas amigas se rieron de él.
―Bienvenido a mi mundo, hago eso todos los días y a veces me toca hacerlo con las manos, tengo un buen truco para que el olor no se note – Joy se levantó y se estiró un poco, estar tanto tiempo sentada le provocaba algún daño en el alma, creía que no estaba usando el tiempo, lo estaba dejando pasar.
―Joy, gracias por aceptarnos aquí, sé que ya te lo he dicho varias veces pero igualmente, gracias – Joy se giró y le sonrió cálidamente – hablo por ambos cuando digo que tuviste mucha paciencia con nosotros y nuestra incompetencia, sobre todo la de Bon.
―¡Hey! ¿cuál incompetencia? Yo no soy la que duerme cuando debería estar trabajando – Meg lo miró con ganas de matarlo.
―Bueno, ambos somos igual de incompetentes, así que gracias por soportarnos, por tener la paciencia y que nos sigas dando un techo en el que trabajar, incluso nos has dado un poco de dinero por nuestra gratitud. Creo que es la primera vez donde hemos estado más tiempo en un trabajo, para ambos – Joy soltó una pequeña risita.
―No es nada ¿para qué están los amigos? En las buenas y en las malas. Además es fácil mantenerlos en el mismo trabajo, todos los trabajos que han estado siempre los ponen en peligro y seguramente los tratan mal ¿no? Los tres me han contado experiencias bastantes extrañas, han robado, han matado, es obvio que no iban a durar mucho en un mismo trabajo.
―Y a pesar de todo, de toda nuestra historia sigues ayudándonos, eres un ángel – decía Bon con una pequeña sonrisa mientras descansaba.
―Gracias por el halago – Joy se giró para mirar a Meg – creo que me acostaré y dormiré, tu vigílalo y espera a que termine todo, eres libre de hacerle lo que quieras para que termine, solo no lo mates.
―Será un gusto – Meg miró a Bon con una sonrisa maliciosa y Bon sintió solo un poco de miedo y empezó a limpiar de nuevo.
―Oye, no puedes entrar aquí, está cerrado pero si quieres hospedarte puedo darte unas indicaciones para llegar al mejor lugar y el más barato, pero nosotros ya estamos cerrados – una figura encapuchada estaba en la entrada de la taberna, estaba completamente quieto mientras sonreía.
―Eso lo sé, eso lo sé pero igual tenía que entrar, necesitaba ver a unos amigos.
Meg y Bon lo miraron e inmediatamente quedaron petrificados, era él, lo podían sentir, sentían su corazón acelerar, el sudor caer lentamente, sentían todo su cuerpo tensarse, tenían la necesidad de correr pero no tenían la fuerza suficiente para hacerlo, solo se quedaron viéndolo fijamente aterrados. Él sabía eso y le provocó una sonrisa, poco a poco fue entrando a la taberna y se quitó la capucha, podían ver su cara claramente pero lo más extraño es que no podían recordarla ¿por qué? Sentían la necesidad de mirar a los ojos pero al hacerlo el mareo los golpeaba y les provocaba no mirarlos y se repetían la situación, la única que no parecía sufrir de todo esto fue Joy, quien estaba un poco confundida de todo lo que estaba pasando.
―Señor, ya le he dicho que hemos cerrado, así que por favor… - Meg miró a su compañera algo asustada, quería advertirle pero su boca ya no podía soltar ni una palabra.
―No se preocupe hermosa dama, la verdad no vengo por una bebida o por una estancia, necesito hablar con tus dos amigos, no te preocupes que no tomará ni un solo momento – la respiración del brujo empezó a agitarse sin razón – lo siento, a veces me da un ataque de aíre, necesito sentarme para recuperar el aliento – él agarró una de las sillas que había y se sentó en ella – ahora, por favor siéntese y hablemos.
―Joy, deberías irte, ya es tarde.
―¿Pero Meg…? – Joy miró a su amiga algo confundida.
―Deberías hacerle caso, nosotros nos encargamos y no te preocupes, al final todos somos amigos – Bon intentó sonreír pero solo provocó que su amiga se preocupara aún más.
―Que se quede, que se quede, a mí no me molesta. Al final los amigos siempre se quedan en las buenas y en las malas, además los amigos siempre se le cuenta la verdad ¿cómo no le van a contar la verdad a esa bella dama? No importa el lugar, no importa donde este, un amigo es el primero en saber – hubo un silencio incomodo – ahora, siéntense – ni su voz, ni su postura había cambiado pero Meg y Bon lo sintieron más amenazante cuando dijo eso y rápidamente hicieron caso – linda señorita, usted también se puede sentar.
―Si hace algo que no me gusta, lo voy a sacar de aquí – eso provocó una pequeña risa al brujo.
―Es su casa, estoy a sus órdenes y muchísimas gracias, me comportaré como un caballero – Joy sentía que algo no estaba bien y por esa razón necesitaba estar ahí, él se quedó callado hasta que ella se sentó – listo, ya estamos todos ¿acaso necesito presentación? – dijo mientras miraba a Joy.
―No sé quién eres, no sé qué es lo que quieres – él simplemente cerró los ojos y puso sus manos detrás de la cabeza.
―Solo quiero encontrar mi razón para vivir, en realidad solo tengo una, una misión que me puso Dios y tengo que cumplirla, pero ya sabes, es más fácil decirlo que hacerlo. Yo solo soy el jefe de estos dos muchachos, incluso conocí al que se murió, un gran sujeto, cálida sonrisa y bastante guapo ¿no Meg? – ella no respondió – me tome unos días para meditar, para rencontrarme con Dios y he vuelto. Aunque no lo creas, ambos son trabajadores bastante buenos, realmente los admiro.
―Ya sé quién eres – él sonrió solo un poco, no era una sonrisa normal, era una sonrisa de asco – sí, Spring me hablo mucho de ti antes de su muerte, que le abriste las puertas a un nuevo mundo, un mundo lleno de posibilidades, te tenía bastante apreció pero no sabía que seguías con ello, pensé que habías desaparecido todos estos años – Joy sabía manipular muy bien la verdad, con su dulce voz y cariñosa sonrisa, uno no se daba cuenta que estaba mintiendo, además mezclaba la verdad con la mentira, era casi imposible descubrir cuando estaba mintiendo.
―Ya veo, una lástima que esté muerto – su sonrisa desapareció, la miraba fijamente de la forma más seria – entonces. Necesitamos ponernos al corriente, primero que nada, lo siento Meg por irme sin avisar, de verdad lo lamento y sobre todo con Spring que todavía no lo he traído de vuelta, pero ya se cómo – Meg bajo la mirada apenada, sentía como sus compañeros la miraban confundidos – pero hay un pequeño problema ¿sabes cuál es es? – no hubo respuesta - ¿sabes cuál es? – su tono había subido un poco, lo que causo que Meg rápidamente mirará hacía arriba y le respondiera.
―Es algo satánico, tendrá grandes consecuencias en el futuro, me iré al infierno cuando muera – el brujo estalló de risa al escuchar eso.
―Eso nunca lo había pensado y tienes algo de razón pero ¿no habías pensado en eso antes de aceptar mi trabajo? Pudiste habérmelo dicho cuando quieras y yo me hubiera detenido, creo que eres capaz de sobrevivir toda la eternidad en miseria si eso significaba volver a verlo. La verdadera razón por la que no he podido es que me van a notar ¿crees que el rey estaría feliz por intentar revivir a los muertos? Pensará que soy en diablo o que he hecho pactos con el diablo y me cortará la cabeza, su mago notará mi presencia y me matará, lo volverá a matar a él y te matará a ti ¿sabes a dónde voy? – Meg asintió, aunque no sabía a lo que refería, su instinto de supervivencia le obligo a hacerlo – bien, bien. Bon, ahora tú ¿seguiste haciendo lo que te pedí? Que no esté en tu vida no significa que puedes ignorar todo lo que te dije.
―No, no, lo he hecho como me lo pediste pero cuando desapareciste, él poco a poco fue desapareciendo, perdió el interés – su voz tartamudeaba, quería hablar lo menos posible, sentía su lengua pesada, sentía que las palabras le costaban salir de su boca.
―Bien, me alegro, me alegro escuchar eso, volverá ya que yo estoy aquí y no va a olvidarse de mí, me buscará como un lobo busca a su presa. Ahora solo falta una cosa muy importante, algo que creí que necesitaba repetirse, que se entendía muy bien pero parece que ustedes no hicieron caso ¿no? Le dijeron a ella, le dijeron sobre mí, rompieron la regla más importante de todas, nunca se habla de mí ¿o me equivoco? – en ese momento Joy sentía exactamente lo que sus compañeros sentían, ese miedo, ese mareo, esa necesidad de verlo y al mismo tiempo de apartar la mirada – creyeron que por desaparecer podía hacer cualquier cosa ¿no? Solo mírense, los patéticos que son ustedes, usted no guapa señora, usted ha hecho todo bien.
―Lo sentimos, solo que cuando no volvió pensamos que usted… - él dio un golpe en la mesa.
―¿Pensaron que Meg? ¿pensaron que iba a morir? ¿qué iba a rendirme así por así? Aunque yo muera, ustedes siguen siendo mis trabajadores, siguen cumpliendo mis órdenes y rompieron la más importante, esto tendrá consecuencias.
En ese momento, en un abrir y cerrar de ojos él había desaparecido, ya no se encontraba sentado, estaba detrás de Joy, podía haberla matado en ese momento pero no quiso, solo agarró la cabeza de Joy y esperó a que sus dos amigos lo vieran, algo que para él fue una eternidad pero tenía que hacerlo, así era más divertido. Cuando ambos estaban observando, él atravesó el pecho de Joy desde la espalda, un golpe con un dolor indescriptible sintió cómo su corazón y una parte de su pulmón eran destrozados rápidamente, podía sentir la mano dentro de ella para luego morir. Ambos amigos habían observado sin poder hacer nada, el espectáculo era horrible, algo que jamás iban a olvidar en la vida. Lo más extraño de todo fue lo que paso después, en un momento todo había desaparecido, todo volvió a la normalidad, él estaba ahí sentado con una pequeña sonrisa, Joy seguía con su pecho enteró, seguía con vida lo cual le generó bastante dudas, aun podía sentir el dolor en su pecho, podía recordar el beso de la muerte, sabía que estaba muerta, que acababa de morir pero ¿cómo es que seguía igual? ¿qué fue lo que paso? El dolor aún seguía ahí, aunque no hubiera nada, aun podía sentir su brazo dentro de su cuerpo; sus amigos también estaban confundidos, recordaba con claridad lo que había pasado, vieron a su amiga morir a los ojos y no pudieron hacer nada, de un momento a otro estaba muerta y después viva.
―¿Qué paso? ¿acaso vieron un fantasma? – el brujo se empezó a reír pero su risa fue interrumpida por violentas toses, se puso su mano en su boca y empezó a escupir sangre – mierda, el frío que hace me está matando – sangre le empezó a escurrir por la nariz sin alguna razón, él se volvió a poner su capucha – mucho mejor, mucho mejor. Uno no se puede confiar con este clima, cuando menos lo esperas estás tirado en la cama escupiendo sangre – ahora no podían ver su cara, ninguno de los tres podía recordar su cara y ya no podían volver a verla, era como un agujero oscuro, un hueco en la pared de tu habitación que no puedes distinguir, tampoco sentían asco de verle la cara o la necesidad de verlo a la cara, ya no tenían esa contradicción – bueno, creo que ya entendimos ¿no es así? Ahora vayamos a lo que nos importa.
―¿Cómo es posible? – preguntó Joy confundida mientras se tocaba el pecho.
―Magia – dijo con una sonrisa coqueta – la verdad es que tú eres bastante bonita, debes tener muchos pretendientes ¿no? Bueno, agradécele a Dios por darte un buen cuerpo, no lo iba a desperdiciar así como así, no soy un monstruo – soltó una pequeña carcajada, una carcajada de niño pequeño – me sirves más viva que muerta, por ahora. Tu vida depende de ellos dos, lo cual me empezaría a preocupar, son bastante incompetentes – ninguno de los tres dijo nada – ahora ¿van a seguir mis reglas? ¿me van a respetar? Quiero saber si aun confían en mí.
―Si señor, siempre estaré a tu lado – Meg fue la primera en responder, ya estaba acostumbrada a eso, era la que más tenía miedo pero al mismo tiempo la que más sabía cómo hacerlo feliz.
―Gracias señor por todo y… - Bon se quedó callado, pensando en que más decir – gracias por darnos una segunda oportunidad.
―Está bien, está bien, me convencieron, me convencieron. Volví con ustedes y solo con ustedes por que confió en ustedes, es una decepción encontrar la verdad pero son buenos trabajadores, siempre lo fueron. Está vez vamos a hacer algo que ya hicieron, algo que ya hicieron ustedes dos y lo hicieron muy bien, robar una carroza, robar algo para mí, aunque en este caso hay una pequeña excepción, vamos a procurar matar a todos los que encontremos, que no quede ninguno vivo y nos llevaremos todo lo que tienen. No será por mucho tiempo, será solo unas pocas veces ya que luego nos superaran en fuerzas pero nosotros ya habremos cumplido nuestro objetivo, vamos a empezar a enojar al rey – Meg abrió la boca, iba a decir algo, iba a renegar y marcar lo obvio, marcar que esto era un suicidio pero pudo cerrar la boca a tiempo y tragarse las palabras – cuento con ustedes dos, no serán los únicos pero son los primero en saber, después le digo que atacar y como deben hacerlo pero con cuidado, no será fácil pero ¿qué una vida sin un reto? – nadie respondió, solo hubo un silencio interminable en el lugar – se que suena bastante extraño pero aún no estoy seguro de cómo hacerlo, ustedes solo improvisen. Nos veremos después, los estaré vigilando, siempre.
Todas las velas se apagaron de repente cuando él dejo de hablar, la taberna se sumió en completa oscuridad. Los ojos humanos necesitan tiempo adaptarse a la oscuridad, por eso cuando de repente se apaga la luz, nuestros ojos no pueden ver nada, poco a poco los ojos se acostumbran y pueden ver en la oscuridad, cuando los tres pudieron adaptarse él ya había desaparecido, nunca lo escucharon levantarse o caminar, simplemente desapareció con la oscuridad. Los tres se quedaron en silencio, sus cuerpos se sentían cansados, su vista estaba cansada y todos tenían miedo en sus corazones, en sus almas, no se podían mover o decir nada, aunque no lo podían ver no significaba que él no estuviera allí, acechando.
―Entonces ¿él era la persona que tanto le temían? – Joy fue la única que tuvo el valor de hablar primero, nadie decidió responderle.
Chapter 59: Luz de esperanza
Chapter Text
¿Qué puedo decir del reino que no se haya dicho ya? Grande, poderoso, majestuoso, un lugar donde hay posibilidades de vivir tranquilo, es muy seguro y se vive mejor que en los bosques, que en el campo que queda en la mitad de la nada, es cierto que hay bandidos por todas partes y a veces puedes morir por una enfermedad pero el reino es el mayor avance que ha tenido la humanidad. Tenemos un rey que nos protege de los peligros de afuera, animales salvajes, bandidos e incluso otros reyes maliciosos, un campo lleno de posibilidades, una luz de esperanza que ilumina nuestros corazones, incluso me han dado las herramientas para contar esta historia, todos conocemos la importancia de los reinos, lo bueno y lo malo y no podemos negar que es una luz de esperanza. Aunque, donde hay luz hay oscuridad, entre más brillante sea la luz, habrá mucha más oscuridad, una oscuridad que se esconde de la luz, que sin ella no puede vivir, la oscuridad también se puede alimentar de la luz.
―No sabía que el reino era tan lejos – dijo rojo mientras miraba los árboles pasar.
―Lastimosamente sí, pero no hay nada que debas preocuparte, este camino está bien cuidado, es bastante importante para los reyes, es un camino real, pasan seguido por aquí con prisioneros para remar en sus barcos. Solo un loco se le ocurriría atacar a alguien por este camino.
Aiden y su jefe llevaban varias horas galopando por el sendero, una caminata lenta pero segura, no tenía por qué tener prisa, tenían al tiempo de su lado, su jefe no tenía prisa y simplemente se relajaba, disfrutaba la vista pero siempre atento a reaccionar. Aiden estaba algo callado tocando su anillo en la mano izquierda, algo normal en él, normalmente estaba callado mientras hacía una tarea, se dice que pensaba mucho, que era esas personas que piensan todo lo que hacen, solo abría la boca para dar órdenes, solo hablaba con entusiasmo cuando estaba cerca del mar, hablaba con fuerza y control, como lo haría un capitán, lo más contradictorio era que aceptaba cualquier orden sin importar de donde vengan, un golpe bajo para su ego. Su jefe tenía muchas teorías de que estaba pensando rojo, quizás en Abby, ya que él sospechaba que ambos estaban teniendo un tipo de aventura, aunque ambos lo negaran, quizás estaba pensando en negocios o quizás solo pensaba en el camino, en lo bello que era y la tranquilidad que estaba, incluso puede estar pensando en los peces y la sal, intentando conseguir un sentido a la situación. Todo lo que pensara su jefe era erróneo, Aiden estaba temblando del miedo, iba directo a la boca del lobo, todo podía salir mal en ese momento, aunque tenía que fingir que todo estaba bien, que era alguien sereno aunque en su mente solo pasaba una idea, este era mi final, este sería mi final, acabaría en una prisión o si tengo suerte, me ahorcarán. Nunca había visto un rey a la cara, un rey real y no cualquier imbécil que se crea rey de los mares, lo que siempre escuchaba es que eran personas egoístas que se llevaban todo para ellos mismos y que nunca olvidaban cuando le hacían daño, con el poder de destruirte si te deseaba, con soldados infinitos y que no importa donde te escondas, si te quiere muerto el rey, morirás de la forma más cruel posible; todo eso es relativamente cierto, los reyes son así y pueden ser peor, hay reyes buenos y reyes malo pero para pirata todo rey era malo, paranoico y que defendía sus tierras como sea, ni una mosca entraba sin que él se diera cuenta.
―Te veo muy pensativo, sé que es normal eso en ti pero ya me está dando sueño aquí, ya te imaginas que desastre pasaría si me quedo dormido – rojo lo miro de reojo.
―Nada, nada, pienso en todo y nada a la vez – para muchos esta frase es profunda y con mucho significado, para mí, la mayor estupidez que el ser humano puede decir.
―Entonces disfrutas el viaje, el panorama, la tranquilidad de los bosques. Si fuera así, no tendrías esa cara de preocupación – rojo se sorprendió un poco – ¿crees que no la veo? Obviamente la veo. Cuando uno envejece empieza a perder fuerzas, ya no puedes correr como antes o golpear como antes, no puedes hablar con el mismo tono ¡Incluso no puedes dormir como antes! Hay que adaptarse, más si eres un comerciante como nosotros, la mejor forma de adaptarse es con el ojo, la gente ya no te respetará por tu fuerza, ya que no tendrás fuerza para siempre así que necesitas ver los pequeños gestos de la gente para saber en qué está pensando. Mira la reacción de tus compradores y sabrás que le tienes vender y como vendérselos, aunque también sirve con tus trabajadores, puedo ver sus almas.
―Vaya eso es… - Aiden no sabía que responder, estaba tan confundido y se sentía un poco idiota cómo le hubiera servido esa habilidad en su vida pasada – suena increíble, eres realmente alguien admirable – su jefe soltó una pequeña carcajada.
―No lo soy, es parte de crecer y parte de mi trabajo, adaptarse o morir. Ahora dime ¿qué es lo que te está molestando? Y lo digo por experiencia, no hay peor dolor del alma que ese que no se dice, que no encuentras palabras para decirlo y prefieres tragártelo, a muchos hombres nos pasan, creemos que somos muy fuertes y podemos cargar con todo, que nos lancen todo lo que puedan, nosotros sigamos en pie pero está bien pedir ayuda.
―No es tan complicado realmente, en realidad te vas a reír cuando te lo diga – Aiden se quedó callado, buscando las mejores palabras para la situación – nunca he entrado al reino, nunca lo he visto, por lo menos no por dentro y tengo algo de curiosidad y miedo – el jefe le sonrió, creía saber lo que estaba pasando.
―Si, conocer nuevos lugares son difíciles, piensas que no podrás ni ubicarte, que te perderás o que todos te miraran raro pero la verdad es que ni te topan, no se detienen a mirarte, no van a poner atención mientras tú no lo hagas evidente. Es obvio que te preocupa de no ser de esa religión – rojo en ese momento soltó una amarga sonrisa, una sonrisa algo forzada.
―Sí, eso mismo, eso mismo – dijo lo más seguro que podía – he escuchado de guerras religiosas, que hay ciertas personas que no van a aceptar a tu Dios y te dan dos opciones, o te mueres o te unes a ellos, no hay punto medio. He estado pensando en eso, en como disimular en no ser yo básicamente, he escuchado cosas tan horribles que hacen y no sé si es cierto o no, jamás he entrado y he tenido cierto miedo a hacerlo – miedo, pensó su jefe, la herramienta perfecta para controlar a un pueblo, no te separes o el lobo te comerá.
―Toda gran historia siempre tiene algo de sangre, todo gran reino empezó con un derramamiento de sangre, toda religión empezó con una lucha, para ser civilizados tenemos que acabar con la barbarie y la única forma es con miedo y poder, lastimosamente no existe otro método. Aunque allí dentro todo es civilizado, siempre habrá un idiota que será todo un bárbaro, es cierto que pueden tener grandes problemas por tu religión, eso no te lo voy a negar pero como te he dicho, si no llamas la atención, nadie te mirará jamás, solo déjame hablar y no te preocupes, pronto verás que todos esos malestares no son nada, son exageraciones del alma.
Aiden no le creía, ni un poco pero decidió darle una cálida sonrisa y le aseguro que ya estaba todo bien, cosa que el jefe no le creyó, así que solo cambió de tema para tenerlo más tranquilo, sabía que no había peor castigo para cualquier hombre que dejarlo solo sumergido en el sufrimiento, lo menos que podía hacer era hablarle. Y así el largo recorrido que quedaba ya no lo era tanto, o por lo menos ya no parecía tan largo y Aiden dejo de tocar el anillo, hablaron tanto de tantos temas tan diversos que hasta su lengua se cansaron de moverse, no sentían que se estaban moviendo o que el tiempo estaba pasando, hasta que de repente, a lo lejos se logra ver ese maravilloso lugar y los miedos que Aiden había ignorado, volvieron. En unos pocos minutos llegaron a la entrada, Aiden vio a dos caballeros enfrente y volvió a empezar a tocar su anillo de la mano izquierda, quería saltar del carruaje y salir corriendo pero no tenía fuerzas para eso, simplemente fingió seguridad y tranquilidad, lo único que podía hacer. Los caballeros no lo dejaron entrar, no importaba cuanto le explicara, simplemente no querían dejarle abrir el paso, no fue hasta que le dieron una bolsa con un poco de monedas que los dejo pasar sin ningún problema. Ambos llegaron hasta su puesto en la feria, bajaron todo el cargamento y lo metieron en el puesto, un trabajo bastante duro y que llevo bastantes horas, más si tomamos en cuenta que estaba oscuro y era fácil golpearse con cualquier esquina, el reino estaba tan oscuro que Aiden no podía apreciar el reino como era debido, una total desgracia pero sus ojos ya estaban cansados y le dificultaba ver en la oscuridad, le pregunto a su jefe por el hospedaje y su jefe se río.
―Aquí vamos a dormir – Aiden lo miro algo confundido y cansado – no es porque no podamos pagar uno, el problema es que dejar el lugar solo con los peces es una mala idea, una demasiada mala, uno no sabe cuándo alguien puede robarte el puesto o la comida, lastimosamente hay que quedarnos a cuidar de nuestras cosas, hay que hacer turno ¿quién duerme primero? – Aiden no se lo podía creer, pero estaba tan cansado que no decidió discutir.
Que frio y que doloroso es dormir en el suelo, ya lo he intentado varias veces y siempre es incómodo, podrías incluso enfermarte por dormir en el piso, aunque eso no le importaba a Aiden, estaba algo cansado y demasiado nervioso que su cuerpo le exigía dormir, no importaba que el suelo estuviera sucio, duro y oliera mal, en el momento en el que él se acostó en el suelo, cayo completamente profundo.
―Despierta, despierta que ya es tu turno – Aiden se levantó algo perdido sin saber que estaba pasando – me despiertas cuando te de sueño, no se vale despertarme de una, por favor aguanta todo lo que puedas y por lo que más quieras no te vayas a dormir sin despertarme.
Aiden estuvo despierto durante el resto de la noche, solo faltaba unas horas para que amaneciera pero aun así todo era oscuro, para no dormirse Aiden empezó a caminar de un lado al otro, se paraba enfrente y empezaba a contar cuántos carruajes pasaban delante suyo, creía que no pasaría muchos, solo uno o dos por si acaso, fue grande su sorpresa al descubrir que no, seguían llegando cada vez más y más personas, no importa que tan oscuro estuviera, siempre llegaban más y más. El sol se empezó a levantar, iluminando el reino, ese nuevo rayo de sol le dio un poco de energía para seguir despierto, se asombró al ver el enorme castillo, ya podía verlo con todo su esplendor, se quedó con la boca a vierta al ver lo alto y lo majestuoso que era y solo se le ocurrió una cosa, las grandes riquezas que escondían. Sus ojos recorrían todo el castillo, lo miraba como un joven enamorado, con todo ese oro allí adentro podía comprarse un ejército de barcos, solo necesitaba entrar; aunque la fantasía duro poco, sabía que entrar a algo como eso sería imposible, ya había demasiadas historias parecidas que él no quería solo ser uno más. Cuando Aiden se sintió que no podía más, despertó a su jefe y cambiaron de puestos y de nuevo no le importó estar acostado en el suelo cayo rápidamente dormido.
―Ya es hora de que despiertes, es momento de despertar – Aiden estaba amargado, le dolía la espalda por culpa del suelo – ya es momento que despiertes y comas algo – su jefe le paso un pedazo de pan, Aiden lo agarró y se lo empezó a comer .
―Listo, ya estoy listo para saber la magia de la feria, dime que tengo que hacer, cual es mi misión – el jefe le sonrió.
―La feria no es hoy, empieza mañana.
―¿Entonces por qué venimos tan temprano? – Aiden estaba un poco enojado.
―Al que madruga, Dios le ayuda. Teníamos que ser los primeros para escoger los mejores puestos del lugar ¿crees que somos los únicos que están interesados en esto? La feria es una competencia, necesitábamos llegar primero.
―Y ¿qué haré mientras eso pasa? – su jefe le paso una bolsa.
―Eso te lo da Abby, disfrútalo, puedes gastártelo cuando quieras pero solo tienes una así que úsalo con sabiduría. Hay una taberna cerca por si quieres ir.
―¿Acaso ya tenías planeado que iba a ir? Además ¿hablaste del viaje ella antes que conmigo? – su jefe le sonrió.
―Ya tenía la idea de invitarte, por si acaso le pedí dinero a tu novia y si no ibas, se lo devolvía.
―¡Qué no es mi novia! – Aiden miro a su alrededor – creo que daré un pequeño paseo, tengo que estirar las piernas, espero que no te moleste.
―Recorre todo esto, eres completamente libre, eso sí, cuidado con lo que dices o haces, aquí hay que comportarse.
Aiden sabía que quizás lo mejor no sería caminar por el reino, donde se podía encontrar con cualquier persona que lo reconociera, lo mejor era estar oculto pero este no era un buen lugar, estaba al aíre libre y ya había visto pasar a varios caballeros, solo era cuestión de tiempo para que alguien lo reconociera. Salió de su puesto y miro un momento su alrededor, había un montón de personas, de comerciantes acomodándose en las otras carpas, poniendo sus productos, alistándose para la feria aunque esta todavía no empieza, había demasiada gente. Aiden camino de la forma más natural entre las personas, no sabía dónde quedaba esa taberna, no le había dado ninguna instrucción de cómo llegar y simplemente camino entre la multitud, intentando pasar desapercibido. Llego un momento en que sintió un poco de curiosidad y se metió a un callejón, luego camino por las calles donde menos había gente y donde no había ningún caballero, estaba intentando encontrar un papel con su cara y una recompensa, era una de las leyendas más famosas de los piratas, uno no llega a la grandeza si jamás hacen un cartel de búsqueda sobre ti y por suerte Aiden no encontró ninguno, aunque eso fue otro golpe para su ego, ya sentía que no debía esconderse, seguramente nadie lo estaba buscando. Camino sin rumbo y por suerte o destino de Dios encontró una taberna, no dudo más y decidió entrar.
―Una debida por favor, la que sea, la más barata – dijo a la camarera al sentarse, una chica del pelo rubio y ojos azules.
La taberna estaba llena de gente, Aiden miro a su alrededor y analizo a todos, sentía que lo estaban vigilando, alguien no le quitaba la mirada pero no encontró a nadie mirándolo, cada uno estaba en su mundo, solo vio a dos personas bastante extrañas, un chico de pelo azul y una chica bastante pequeña, que ocultaba uno de sus ojos con su cabello, cabello de color blanco.
―No eres por aquí ¿verdad? – dijo la mujer de ojos azules.
―¿Tanto se me nota? – la chica soltó una dulce sonrisa – no, no soy de aquí, vengo de visita para la feria, ya sabes.
―Sí, todo el mundo está hablando de esa cosa, lo cual es bueno, trae más clientes, cualquier pregunta o duda sobre el reino, puedo ayudarle.
―Gracias pero… - él se miró el anillo por unos segundos, rápidamente se lo quitó de su mano izquierda y se la puso en la derecha – sí, creo que tengo una duda.
―Claro, espera que… - ella se distrajo unos minutos viendo algo – disculpa que tengo que poner este lugar en orden, sigo trabajando y todo eso pero si quieres puedes esperarme unos cuantos minutos y después yo te ayudo.
Eso fue lo que hizo, vio a los dos chicos y pudo sentir que estaban hablando de él, aunque podía ser pura fantasía de su cabeza. Él no estaba seguro, poco a poco se llenaba de dudas y ver a esa hermosa chica ir de un lugar a otro, lo ponía más tenso pero no sabía porque, pensaba que ya lo había olvidado y todo había sido en vano, de hecho ¿qué no había sido en vano? L lo mejor era rendirse, dejar de intentar y aceptar que él ha muerto para siempre y solo tendrá una mediocre vida, ni si quiera tendrá un nombre para ser recordado. Aiden toco suavemente el anillo y eso le dio un poco más de seguridad, no podía rendirse, no debía hacerlo, siguió tocando suavemente su anillo y las dudas desaparecieron, no perdía nada aquí, absolutamente nada.
―Lo siento por la demora, ya estoy aquí, ya estoy un poco libre, conseguí unos amigos me ayudaran a poder hablar contigo – dijo esa mujer mientras señalaba a la chica pequeña y al hombre de pelo azul.
―¿Por qué tantas molestias conmigo? Ni si quiera me conoces – ella le sonrió.
―Necesitas mi ayuda ¿o no? Todos merecen ser ayudados, será todo un placer ayudarte. Ahora dime ¿qué es lo que necesitas saber? – Aiden toco su anillo y soltó un suspiro.
―Esto quizás demore un rato, de hecho te compraré una bebida para ti ya que esto tomará un rato, ya que necesito saber todo sobre el rey y su reino, sus caballeros y sus naves, todo lo que tengas y esto queda entre nosotros, incluso te puedo pagar – la chica se negó.
―No será necesario, con gusto puedo hablarte, no será necesario un pago o comprarme algo.
Y así Aiden conoció bastante al rey, sabía básicamente que era ser un rey, cuanto poder tenía, porque era tan temido y lo más importante, como unirse al rey y las naves del reino, como funcionaban y los fuertes que eran, donde es que salían y cuando lo hacían y porque, aprendió todo lo que pudo del rey de esa bella dama. Aiden quedo impresionado con todo lo que dijo ¿cómo es que esa simple chica sabía cómo funcionaba las cosas por aquí? ¿todos sabían eso o era solo ella? Se sintió tan agradecido que decidió volver un par de veces para poder hablar y tomarse algo con ella. Muchos dicen que tuvieron una relación, que se dieron un beso incluso fueron tan lejos que se acostaron juntos, tuvieron una noche de pasión pero en realidad eso no se sabe, nadie puede negar que sentían atracción pero jamás paso de eso, una simple atracción, incluso sus amigos molestaban a esa chica por no haber ni pedido el nombre de esa persona, solo le decía que estaba tan perdida en sus ojos que se le olvidaba. No, yo no creo que haya pasado nada entre ellos, simplemente no se dio y eso no es lo que nos interesa a nosotros, lo único importante de ese día una idea que se había plantado en su cabeza por esa mujer, una idea que poco a poco fue creciendo y tomando fuerza, quizás la única manera de vengarse pero no sería una buena idea y necesitaba del momento exacto para eso, no le gustaba hacerlo, era un sacrificio demasiado grande para eso, aun no valía la pena intentarlo, aun no era el momento.
Chapter 60: La espada
Chapter Text
Ahora, vuelvan a cerrar los ojos, necesito que se imaginen algo, ciérrenlos por favor y concéntrese en mi voz, ahora quiero que imaginen dos caminos, uno es una línea recta hacia su destino y otro es un rodeo, escalando por una montaña, camino que te lastimará y llegaras bastante tarde a tu destino ¿por cuál camino escogerías? Obviamente que el más simple y directo y eso está bien, coger el camino fácil no siempre es algo malo, siempre y cuando ese camino fácil no tenga un lobo acechando es correcto tomar ese camino. Aunque no lo parezca el camino fácil normalmente está llena de trampas, por eso muchos son precavidos al tomarlo pero eso no significa que siempre debas recorrer el camino difícil, eso puede terminar siendo peor, puede terminar matándote. El ser humano siempre escoge el camino más seguro, el camino que sienta que es más seguro pero hay veces, personas especiales que no importa que, siempre recorren el camino difícil cada vez que pueden, muchos de ellos mueren haciéndolo ya que no se dan ni un descanso pero solo algunos pocos que puedan hacerlo una y otra vez, esas personas son capaces de gobernar el mundo. Esa era la mentalidad de un malvado brujo, su cuerpo estaba agotado, tenso y apenas podía mantenerse de pie, había superado sus límites y si no tenía cuidado podría morir pero eso no parecía importarle, sonreía todo el tiempo y a veces le daba por silbar, esto obviamente llamo la atención de una chica de cabello verde.
―¿Qué pasa señor? ¿tiene algo? – pregunto la chica sin alma.
―Camí, extrañaba tu voz aburrida y sin emoción, siempre eres un ancla para mí – dijo mientras se ponía a su lado – tengo grandes noticias, grandes noticias.
―¿Quiere que finja emoción? Bravo – el brujo rápidamente se deprimió por sus palabras, casi se enojó por eso, unas palabras vacías que parecían burlarse del momento.
―No vuelvas a hacer eso, te pido que te quedes callada, quédate callada y escucha atentamente – Camí asintió con la cabeza - ¿te acuerdas lo que dije sobre el libro? – Camí negó con la cabeza – básicamente es un libro que te enseña a usar magia y había un apartado interesante, algo que yo nunca había visto o escuchado, algo que parece imposible pero no lo es. Nosotros somos capaces de meterle imágenes a otras personas, que vean lo que nosotros queramos y sé que antes nosotros podíamos hacer que sientan otras cosas, implantar recuerdos, cuando estamos cerca podemos hacer que sientan cosas, miedo, emoción, admiración o enojo – ambos empezaron a caminar, él no estaba ahí simplemente para hablar de su vida, había cosas importantes que hacer.
―Entonces ¿cuál es la diferencia de eso a lo que hiciste hoy? Un recuerdo al final es una imagen ¿no? – él soltó una pequeña carcajada para luego apoyarse en ella.
―Primero, los recuerdos son algo pasado, no ayuda mucho en una pelea y toma demasiado tiempo, dos o tres días, en una pelea eso no sirve de nada. Los sentimientos son más complicado, es mucho más útil en una pelea, te puede ayudar en algo pero son sentimientos, conozco a algunas personas que pueden ignorar esos sentimientos, además no prohíbe sentir otra cosa, la persona seguirá sintiendo alegría o enojo aunque tú le infundas miedo, puede ser útil pero solo a las personas emotivas, hay pocas personas que realmente se dejan llevar por sus sentimientos. Pero hacer ver cosas a tus enemigos es otro nivel, es mejor porque puedes pasar desapercibido, puedes hacer que la atención de tu enemigo se pare en otra cosa diferente y tú le claves el cuchillo en la espalda, no lo va a poder ver, no sabrá que es verdad y que no, puedo incluso hacerle sentir el peor dolor del mundo y para él será verdad, es algo tan increíble.
―Por ejemplo, tú me haces creer que viene un lobo y me ataca, me haces ver que me rasguña la piel y muerde mis intestinos, aunque eso no sea real ¿yo lo sentiría como real? – él se apartó de ella con una sonrisa.
―Exacto, exacto y hoy lo puse aprueba con Meg y Bon, quizás ni te acuerdes quienes son pero hoy descubrí que puedo hacerlo y que no son solo imágenes para una persona, todos pueden ver lo que yo quiero que vean e incluso lo podrían sentir, me pregunto ¿cuál sería mi límite? – ambos llegaron a una puerta – antes que entrar ¿quieres decirme algo más? Cuando entremos no vamos a hablar del tema, o de cualquier otro tema ya que tenemos trabajo que hacer.
―Me surgió una pequeña duda mientras hablabas de esto, esas dos personas eran humanas ¿no? Entonces ¿por qué hacerle eso? No es más efectivo haberle cortado una mano, un dedo, quitarle los dientes o haber matado a alguno de los dos para que el otro aprenda de esto, no es más simple y más efectivo lo físico.
―Es verdad, sería más fácil y quizás más efectivo, al final son solo humanos pero habrá un momento en donde yo me enfrente a alguien igual o superior, simplemente correr y pegar no me servirá de mucho, tendré que ser más listo que él, por eso tengo que empezar ahora a practicar esa magia, es más difícil y me podría morir pero si no puedo usarla contra unos simples humanos ¿cómo me puedo imaginar usándola contra un mago? Necesito conocer la técnica y mejorar y ¿qué es mejor que practicar con los humanos? A veces escalar la montaña es más simple – él movió su mano para abrir la puerta pero rápidamente se arrepintió – antes de entrar quiero preguntarte algo, algo muy serio – él le sonrió y le puso suavemente la mano en su mejilla - ¿estarás conmigo en todo momento? En las buenas o en las malas ¿vas a seguirme sin dudar? – ella estaba confundida ¿por qué le preguntaría eso? Aun así no tenía otra opción aunque quisiera.
―Claro que sí ¿por qué lo dudaría? – él quito la mano y dejo de sonreír, se puso completamente serio.
―Se viene grandes cosas, planes grandes que pueden asegurar mi victoria pero todo requieren un gran sacrificio, solo quiero saber en quien puedo confiar y en quien no. Solo necesitaba saber si a pesar de todo, aun darías la vida por mí – fue lo que dijo antes de abrir la puerta – y aquí estamos, de nuevo ¿cómo te sientes? – Eak estaba tirado en la cama, algo mareado.
―No lo sé, aun sigo mareado y no sé cuándo es un sueño o cuando no, mis memorias están mezcladas.
―Si quieres yo te ayudo a memorizar – dijo con una pequeña sonrisa – empecemos por lo simple, trabajas para mí y tenías una sola tarea – él rápidamente lo agarra del cuello y lo levanta de la cama – solo tienes un trabajo, un simple trabajo y se te ocurre cagarla cómo siempre, me has fallado tres veces, creo que es hora de que merezcas un castigo – empezó a apretar su cuello con fuerza.
―Lo siento, lo siento – él lo soltó – gracias, sé que le he fallado en el pasado pero está vez… - no pudo terminar ya que él lo agarró de nuevo del cuello.
―Ya lo has dicho y aun así me has fallado ¿acaso no eras el mejor? ¿el más rápido y talentoso? Solo eres una mierda, mentiroso y cobarde, yo te lo advertí cuando lo vi, sabía lo que iba a pasar y aun así te hice caso – él le dio un fuerte golpe en el estómago y luego lo soltó.
―Eso significa… - le costaba respirar y se negaba a mirarlo a la cara – eso significa que realmente lo mataste, él realmente murió – dijo algo deprimido.
―¿Qué pasa? ¿acaso le habías agarrado cariño? – dijo con una sonrisa burlona – sí, tuve que matarlo, nos iba a traicionar y no nos sirve. Lo veía en sus ojos, estaba en decidido en hacerlo, en decir la verdad y lo mejor era quitar esa molestia de nuestro lado – Eak no decía nada, simplemente apretó sus puños – te vuelvo a preguntar ¿acaso le habías agarrado cariño? – esa no era la razón por la que estaba tan afectado, sabía lo que vendría después, él tenía la culpa de todo, de esa noche no iba a salir con vida, al final pagaría con la misma moneda que Town, debía pagar de la forma más cruel y lunática que se le pueda ocurrir a su jefe. Town tuvo suerte de morir rápidamente, incluso pudo ser una muerte indolora, aunque nunca lo sepamos.
―No, yo nunca podría… - él levantó la mirada aterrado y un poco decidido, iba a aferrarse a la vida como sea.
―Creo que necesitas un arreglo – rápidamente Eak sintió cómo él atravesaba su corazón con su mano, sintió un gran dolor y después la muerte - ¿te gusto mi nuevo truco? – dijo él antes de perder el equilibrio, por suerte Camí le ayudo a mantenerse de pie.
―¿Cómo? – él se miraba el pecho, lo tocaba con intensidad intentando encontrar el hueco, ya no sentía dolor y no entendía que paso, él había sentido como lo habían matado ¿por qué seguía con vida? Esta reacción hizo que él soltará una pequeña carcajada.
―En mi retiro espiritual me descubrí a mí mismo y encontré mi verdadero potencial. Aun no es perfecto pero ¿te gusto? ¿acaso se sintió muy real? – él se apoyó en la pared, las piernas le temblaban, pero Eak no se dio cuenta, estaba perdido, confundido – la próxima que me falles te haré cosas mucho peor que arrancarte el corazón ¿entiendes? – Eak asintió – ahora, hablemos de algo mucho más importante, me has fallado tres veces, eres un inútil ¿cómo te hacemos para mejorar? – Eak sabía las implicaciones de esas palabras, ya había visto a las personas que “mejoro” y no era un destino que le deseaba a nadie.
―Eso no es justo, yo… - él lo miró con odio, Camí decidió dejar a Eak completamente solo mientras él se quedó callado.
―¿Quieres que te recuerdes tu fracaso? El más reciente, Town. Te avise una y mil veces que él no era el indicado para nuestro trabajo, tenía un corazón demasiado gentil pero aun así seguiste adelante, me has traicionado más de una vez ¿crees que no sé qué hablabas a mis espaldas? Por eso siempre venía alguien a matarme, y tercero, perdiste contra un caballero de la torre, siempre hablabas con soberbia lo grandioso que eras, matabas a cualquier sin complicaciones; bueno, ella se te escapó, no eres tan bueno como decías – Eak bajo la mirada – pero no te preocupes, todos pueden caer, ahora te ayudaré a levantarte – él se acercó con dificultad.
―Ni se te ocurra – dijo Eak mientras se alejaba.
―Tranquilo, tranquilo, no te haré daño – dijo con una dulce sonrisa – no te cambiaré en nada, no te haré perfecto como es Camí, aun te necesito como un humano, pero está claro que necesitas mi ayuda – él le extiende la mano - ¿acaso no quieres vengarte de la persona que casi te mata? Te obligó a huir con la cola entre las patas, yo quisiera vengarme de ella ¿qué tal si te ayudo con eso? Te prometo que no te haré ningún cambio – Eak, dudoso, agarró la mano de su jefe.
―¿Cómo lo haré? – él sonrió y lo levantó con facilidad casi sin lastimarlo.
―Yo sé porque perdiste contra ella, además de que ella tiene talento y tú no, el problema era que tú solo traías un triste cuchillo y ella una espada, tenías que acercarte para dañarla, cosa que jamás pudiste hacer – Eak no respondió – vamos, no te pongas así ¿me equivoco? – Eak negó con la cabeza – no podías hacer nada, ella tenía ventaja por el tamaño y tú no pudiste ni lanzar al cuchillo ya que ni le darías, te quedarías sin arma y sin posibilidad de sobrevivir, eran tan arriesgado que decidiste no hacerlo, ahora ¿cómo lo haremos? ¿cómo le ganarás? – Eak lo miro algo tímido.
―La ataco por la espalda sin que pueda sacar su espada – el brujo sonrió.
―¿Con tu cuchillo de cocina? – él soltó una gran carcajada – no, no le podrás hacer daño con eso y no creo que tengas esa posibilidad la próxima vez – Eak lo miro algo confundido ¿próxima vez? – tendrás que dar la cara, frente a frente y si quieres tener una posibilidad, tienes que pelear con la misma condición.
―¿Me vas a dar una espada? – él le toco la cabeza suavemente, como si estuviera dándole cariño a un perro.
―Exactamente, que listo que eres.
―Pero, yo no sé usar una espada, además ¿cómo voy a conseguir una espada? Ellos tienen las espadas del mejor material, aquí solo consigo algo ya usado o roto, además tienen las mejores armaduras del reino, ni si quiera las mejores espadas podrán hacerle daño, hay que darles a los puntos más desprotegidos.
―Es verdad, es verdad pero de eso no te preocupes, yo te consigo una buena y reluciente espada, la mejor del reino, que sea capaz de cortar el acero como si fuera pan, no te tienes que preocupar por nada más, será una espada especial; con lo segundo, es bastante simple, tú aprenderás, yo te enseñaré. Ahora prepárate, vamos a salir.
―¿A dónde? – él brujo puso su mano en su mejilla.
―¿Eso acaso importa? Te mostraré lo que haremos, lo que provocaremos, saca tu cuchillo y tu mejor vestido, vamos a causar un poco de caos – él le clavó la uña en la mejilla – y ya debes saber que pasa si me fallas una última vez – su uña fue como un cuchillo, atravesando la piel con facilidad, de su mejilla hasta la boca dejando una gran herida que con el tiempo sería una cicatriz – ahora tienes un nuevo recordatorio, quizás eso es lo que siempre necesitabas, una nueva marca que te recuerde a quien le perteneces – Eak solo pudo temblar de miedo - ¿puedo confiar en ti? – Eak solo asintió de manera desesperada – bien, vamos juntos a dar un paseo, disfrutemos esta calma, quien sabe, quizás uno de nosotros muera esta noche – el brujo soltó una pequeña carcajada.
Chapter 61: El arte de la guerra
Chapter Text
La guerra ha sido tan explorada, tan estudiada y documentada que ya podemos hablar de la guerra sin vivirla, incluso podemos decir que la guerra es como un ser humano, hay tiempos en donde está fuerte y puede contra todo y a veces se cansa, incluso se puede llegar a enfermar y necesita un empujón para mejorarse. La guerra es egoísta y cobarde, tan frágil como el cuerpo humano, tan sentimental como el alma humana, la guerra al final es solo un reflejo del humano, del pecado del humano, al final todo hecho por los humanos, artes, estudios o la guerra, representa un pedazo del alma del ser humano. La guerra en esos tiempos estaba débil, enferma y se podía sentir la paz, pero cuando la reina mató al rey, le dio un nuevo respiro a la guerra, el rey murió envenenado y luego pidió matar a todos los que estaban en su reino y matar a los próximos que se acerquen por parte de él, ella misma se encargaría de mandar el cuerpo del rey al reino, eran clara sus intenciones y los caballeros no dudaron en hacerlo; así la guerra tomo un nuevo impulso. Los pequeños príncipes aun no estaban con la mentalidad de gobernar, eran demasiado pequeños y aun no le habían enseñado que era un reino, una guerra, aun eran unos pequeños inocentes. La reina reacciono como todos lo haríamos al ver su esposo muerto, al descubrir lo que había pasado, una rabia lo lleno en el alma y sabía lo que tenía que hacer, pidió ejecutar a todos en el reino, quemarlo completamente y destruirlo, había olvidado lo que su amado esposo le había dicho pero por suerte sus caballeros nunca lo hicieron.
―Señora, discúlpeme por tener que interrumpirla y llevarle la contraria pero no estoy de acuerdo con esto – se levantó un caballero, bastante joven e iluso pero que se ganó la admiración del rey unos años antes de morir – el rey una vez me dijo que la guerra necesita tener unas reglas para no caer a la barbarie, la gente no es nuestra enemiga, no tiene la culpa de su rey, son nuestros hermanos, siguen a Dios y se arrepienten de todo lo que han hecho, merecemos tener compasión con ellos. No debemos caer en la barbarie.
―¿Crees que alguien como ella va a respetar? ¿crees que esa reina no es una barbarie? Lo ha envenenado, una muerte de espalda, utilizo los modales para lastimarlo ¡no podemos ser compasivos con ella! Obviamente su siguiente paso es atacarnos.
―Y nosotros la detendremos ¿crees que no podremos con alguien como ella? Es mejor esperar a su ataque, imagina que mueves todo el ejercito contra el reino ¿no crees que ella está esperando que hagas eso? Nosotros sin defensa, sin caballeros para defendernos. Lo más sensato es esperar y la historia nos ha demostrado eso. Por favor – la reina se quedó callada, pensando, no quería admitirlo pero tenía un punto.
―Agrupa a todos los que puedas, dile que se preparen para defender al reino, no sabemos que quiere nuestro enemigo, no creo que quiera paz pero aun así… - ella miro para el techo, en busca de alguna señal – Carlos agotaría todas las rutas antes de ir a la guerra, manden una carta para pedirle a la reina que se entregue voluntariamente y que pague por sus pecados. Si en tres meses no hay respuesta, iremos a la guerra.
La guerra es la repetición de una batalla miles de veces, los vencedores simplemente son las personas que más resistieron, los que atacaron más fuerte, los que tenían las mejores armas, los mejores soldados y está nueva etapa no era la excepción, se podría resumir como el ganador, el perdedor con entusiasmo y el carroñero. Obviamente la guerra no termino en ese momento, no hubo paz, solo guerra. Las batallas no cambiaron mucho, el reino del medio atacaba y el gran reino defendía sin ningún problema pero hubo un pequeño cambio, justo cuando la guerra acababa o estaba a punto de acabar, el reino más pequeño atacaba por sorpresa, remataba al enemigo y se robaba sus cosas, al inicio solo lo hacía para robar tierras o cargamentos importantes y llevárselo para él solo. Uno pensaría que ambos reinos estarían de nuevo unidos como antes pero no, el pequeño reino atacaba a quien más le convenía, realmente no estaba en ningún bando y veía esta regla como un intento de progresar, de ser más grande y fuerte, aunque era un pequeño ejercito, ninguno de los otros dos reinos se arriesgaba a atacarlo, tenían la preocupación que al hacerlo su enemigo aprovecharía para atacarlos, además no lo veían como un enemigo digno, solo era una pequeña molestia, una rata que se comía todo el pastel. Y así fueron pasando los años, días tras día y guerra tras guerra, la comida empezó a ser más escasa, todo lo llevaba la realeza, la tierra que era de los campesinos había desaparecido, estos por miedo se largaron de su casa a un lugar seguro y los reyes y las reinas aprovechaban para obtenerlo, aunque se piense que esta guerra sea sobre sentimientos, sobre resentimientos y venganza, no era lo único en la mente de los reyes, al final la guerra también era un negocio, sobre todo para el ganador, el ganador se lo queda todo. Año tras año la guerra parecía en un limbo, no avanzaba, no retrocedía, se quedaba estática, más viva que nunca y parecía que nunca iba a acabar, los hombres morían, se intentaban tomar los caminos de la paz pero estos no funcionaban, parecía que la guerra nunca iba a acabar hasta que los príncipes se convirtieron en reyes. Al inicio de sus años siguieron con las guerras, no hicieron ningún proceso, tampoco salieron de la monotonía de la guerra, no habían cambiado de estrategia y eso siempre llegaba al mismo resultado, a nada. Hasta que un día, Diego, hijo de Guillermo y Carolina, cansado de toda esta guerra sin sentido y de perder a buenos hombres, decidió hacer la paz, acabar con esta estupidez y volver a la normalidad, envió una carta a cada reino en nombre de la paz, los otros reyes algo dudosos aceptaron.
―Gracias por venir aquí, si quieren algo solo pídanlo – ambos reyes negaron, no iban a cometer el mismo error – bueno, todo sabemos porque estamos aquí. Sé que no soy el único cansado de todo esto y que sabe que la guerra es una perdida.
―¿Una perdida? – respondió Tony, rey del reino más pequeño - ¿pero de que hablas? No sabes cuanto he crecido gracias a todo esto ¿saben las tierras que he tenido? Ya tengo más ganado, más comida para alimentar, incluso tengo más porción en la minería que antes, a este paso todo lo de ustedes será mío. Para mí esto no es una perdida.
―¡Todo lo tuyo es robado maldito idiota! Eres un cobarde, cobarde, cobarde – Pablo, el rey del reino más grande, quería matar a estos dos idiotas pero no podía – ustedes dos son unos ladrones, por mi está bien que siga la guerra, al final yo ganaré, tu carta me lo demuestra, se te acaba las oportunidades, la fuerza y solo puedes pedir la paz. Se un verdadero hombre y pelea hasta que tu cuerpo aguanta – Diego solo suspiró.
―Miren, sé que es complicado hacerlo, pero esto ya roza lo ridículo, podemos ser mejores que esto, podemos volver todo esto a la normalidad y dejar de pelearnos, aquí no habrá ningún ganador.
―En eso te equivocas, yo terminare ganando – dijo Tony con una pequeña sonrisa – ambos son unos imbéciles que se matan entre ustedes, no tienen ambición y pelean porque mataron unos seres queridos, que triste historia.
―Ustedes dos son unos imbéciles ¡Yo soy el más grande aquí! No pueden hacerlo solo y por eso se unen… - Pablo estaba realmente enojado, su madre le había contado que había pasado, le había dicho como tenía que gobernar, que tenía que hacer en todo momento, como hacer una guerra, incluso le advirtió lo que pasaría si hablaba con ellos, acabaría igual que su padre.
―La supervivencia del más débil, unirnos – dijo Tony mientras guiñaba el ojo – no te preocupes por esto, pronto todo acabará y todo estamos consiente de esto, pero yo siempre estaré en el bando ganador.
―Miren, podemos acabar esto aquí y ahora, solo retiremos nuestros hombres ¿cuánta sangre hay que derramar para que esto acabe? ¿cuánto hay que sacrificar para que solo uno de nosotros salga ganador? Podemos salir los tres ganando y solo necesitamos bajar nuestras armas – Pablo soltó una pequeña carcajada.
―¿Y cometer el mismo error que mi padre? No, no, mi padre lo mataron por intentar hacer trato con ustedes, ustedes están malditos, son unos desgraciados y mentiroso, tu padre inicio todo esto y tu madre lo siguió ¿crees que eres diferente a ellos? No lo eres, no lo eres. Intentas mostrar tu piel de oveja pero eres un lobo, si quieres acabar con esto, entrégate y paga con tu cabeza, mi padre merece justicia, todo esto es culpa tuya, todo.
―Yo no tengo nada que ver con mis padres, ellos cometieron errores, lo admito pero yo no soy mis padres, solo quiero acabar con todo esto, solo quiero la paz.
―La fruta no caen lejos del árbol – dijo Tony algo pensativo – Lo siento pero yo paz no quiero y menos una paz que venga de usted, me han contado historia de tu padre y parecía un rey incompetente, no quiero decirlo pero estoy de acuerdo con Pablo, tú eres el culpable de todo esto, si quieres paz, solo matate y entrégame todas tus tierras, solo así podrás ser una nueva persona, podrás ir al cielo. De hecho ni se si saldré vivo de aquí, pienso que somos unos imbéciles por estar escuchándote, eres el hijo de dos pecadores y unos pésimos reyes ¿por qué serías diferente? Ustedes se parecen demasiado a sus padres, son una copia exacta de ellos. No, no quiero la paz, no hasta que haya un ganador, que por cierto ese voy a ser yo.
―Déjame decirte algo Diego, no importa cuánto tarde, no importa cuánto esfuerzo tenga que gastar, tarde o temprano voy a destruir a tu familia, pagarás por todo lo que has hecho. Si quieres mátanos ya, como hizo tu madre ¿a qué estás esperando? Cobarde, acepta tu destino y paga por tus pecados, Tony, te prometo que si me ayudas a destruirlo, a traer gloria a mi familia, te perdonaré la vida.
―¿Dónde está lo divertido en todo esto? Mi padre antes de morir me dijo que no confiara en nadie, los hombres desesperados dicen lo que quieres escuchar.
Y así acabo el último intento de paz, el último que tuvo, en este momento la guerra estaba en sus mejores momentos, o eso es lo que todos dicen al contar la historia, parecía que nunca acabaría y que después de ese día la guerra tenía los días contado, cosa que yo difiero ya que el momento más alto de la guerra, su mejor momento siempre son los últimos, como un animal desesperado empieza a arañar y hacer movimientos erráticos para sobrevivir, se agarra de la vida con garras y dientes, da un último gran golpe. La guerra no cambio por unos meses, todo seguía igual una y otra y otra vez, hasta que a Diego se le ocurrió una gran idea, necesitaba pedir ayuda a las personas de afuera, traer un ejército más grande pero ¿cómo haría eso? Lo más simple era mandar una carta pero eso no sería suficiente, él necesitaba estar allí en persona pero no podía abandonar su reino, si los otros reyes descubrían lo que hacían, iban a unirse para atacarlo y destruirlo, esa fue la pequeña mentira que se le ocurrió a su padre para iniciar la guerra. Estaba en una crisis debatiendo que debía hacer y ahí su madre, con gran sabiduría le dio una idea.
―¿Por qué se deben enterrar ellos? – dijo su madre un día al ver que su hijo no comía y se la pasaba todo el día encerrado, él le contó todo lo que lo inquietaba - ¿acaso ellos viven siempre acá? No, puedes irte sin avisar, ellos no se deben dar cuenta, eso sí, no hagas tanto ruido, ve de manera incógnita, no uses el barco real, ve con un pequeño barco, como los pobres y así nadie se dará cuenta, tus enemigos pensaran que siguen aquí.
―Pero ¿y mi reino? ¿quién lo va a poder cuidar? No puedo abandonarlos – su madre le dedico una dulce sonrisa.
―Se te olvida que yo sigo siendo una reina, que yo lideré este reino por muchos años, todo estará bien mientras no estás – su madre se levantó y se iba a ir para dejar a su hijo solo – por cierto, primero avísales a ellos que vas a ir, a nadie le gusta las visitas inesperadas.
El rey pensó, día tras día hasta tomar una decisión, no le parecía correcto lo que iba a hacer pero no tenía otra opción, solo había una manera de acabar con la guerra. Rápidamente escribió una carta a los reyes del extranjero, carta que tardo días en ser respondida, Diego al leer la carta rápidamente hizo caso a su madre, le aviso de su viaje y lo que planeaba hacer y evitó decirle sobre el viaje a las personas que no tuvieran su confianza y se marchó de su reino. No se sabe mucho que paso después, la historia cambia cada cierto tiempo, muchos dicen que construyo un pequeño barco en muy poco tiempo y con el viajaron tres caballeros, otros cuenta que fue disfrazado de mendigo y le pago a un marinero en llevarlo a su destino, que lo único que llevaba era una bolsa llena de monedas. Otros cuentan que salió con una espada y una armadura pero que se ponía una capa y se tapaba la cabeza para no ser reconocido. En realidad no hay registro de como llego, de que ruta tomo o como iba vestido, simplemente había desaparecido, pero sabemos que hizo el viaje ya que hay un registro del veinte de marzo de ese año el rey había llegado y había hablado con los otros reyes, al final de la conversación ambos firmaron un acuerdo para que ellos le ayudaron.
―Oh buenos amigos, buenas almas, gracias por aceptarme en su castillo. Ya saben porque estoy aquí.
―Si, quiere que participemos en su estúpida guerra. Sé que está pasando por allí y me repugna, todos ustedes me repugnan ¿crees que no sé qué está pasando por allí? No has sido el primero en escribirme una carta pidiendo mi ayuda, ya estoy cansado de eso.
―¿Y crees que yo no? Está guerra ya me ha quitado todo, cada día pierdo buenos hombres, vengo aquí para terminar con esto.
―Y ¿por qué crees que quiero ayudarte? Puedo simplemente esperar a que ustedes se maten y tomar esas tierras, poner alguien que sí sea competente.
―Porque está aquí, escuchándome, por eso creo que quiera ayudarme – el rey sonrió, admitía que ese chico era un poco listo – sé que tarde o temprano usted tomará nuestras tierras y nosotros no podremos hacer nada, ahora le pregunto ¿cómo quiere ser recordado? ¿cómo un héroe que ayudo a pobres almas a terminar todo esto y como pago le dieron tierras o como un conquistador que mato a todo lo que tiene enfrente? – el rey soltó unas pequeñas carcajadas.
―Me caes bien chico, no tienes una pizca de estúpido, eres realmente inteligente a pesar de tu corta edad, ahora dime chico ¿qué me vas a ofrecer chico? La ayuda no es gratis.
―Es cierto, es cierto. Lo primero y lo más obvio, tierras, le daré las tierras que todavía no son reclamadas, donde aún viven pecadores por ahí, donde nosotros no hemos pisado ninguna tierra y le dejaremos hacer lo que quiera, formar nuevos reinos, grandes y poderosos.
―Lo quiero lo más alejado de ustedes, ya vi que ustedes no se pueden comportar no quiero que ninguna de sus guerras nos involucre, aunque nacieron de nosotros no queremos que sea nuestros hijos, ustedes son una decepción, por eso vamos a empezar de nuevo en esas tierras vírgenes, lejos de ustedes y su pecado que nunca van a poderse quitar. Podemos seguir haciendo tratos e intercambios pero nadie dirá nada, son unos fracasos y no quiero que nuestra reputación se ha dañado por ustedes, cuando cuente la historia nos van a alejar lo más lejos que podamos, ustedes no contaran con nuestra ayuda en algún futuro.
―Me parece justo – en realidad no le parecía justo pero no estaba en posición de negociar.
―Otra cosa más, tengo una hija fea, demasiado fea y que nadie quiere por acá por su fealdad, quiero que sea tu reina, que cuando todo esto haya acabado tú la lleves para allá. No pienses que pienso tomar control de alguna manera de tu reino, no me interesa, ese lugar ya está maldito, solo soy un buen padre que quiere el mejor futuro para su hija, aunque esta sea un monstruo, sigue siendo su hija – él acepto, estaba desesperado por la ayuda y no le importaba que tenía que hacer, incluso estaba dispuesto a cargar con la cruz como hizo Dios, amar o fingir amar a una mujer le daba igual, él solo quería paz.
El rey se devolvió inmediatamente para su reino con una gran sonrisa, sus manos temblaban y tenía un pequeño movimiento involuntario en la pierna, sus pupilas se agrandaron a ver su tierra y rápidamente agarró un carruaje y volvió a su casa, que alivio fue el que sintió al ver todo lo que estaba igual, aún tenía un lugar que llamar hogar. Rápidamente abrazo a su madre y le dio un beso en la frente para luego empezar a hablar todo lo que había pasado, sabía que esta guerra la tenía ganada pero su madre le advirtió que no se podía confiar, los reyes son mentirosos y hacen las cosas siempre con un cuchillo en la espalda, quizás si le iba a enviar ayuda pero no la que él esperaba, no todos los soldados que había pedido, debía que tener todos los factores en mente para ganar esta guerra. Así fue como, varios días antes de la llegada de sus refuerzos, el rey se encerró en su cuarto, ideando y pensando, hablo con sus generales de confianza, necesitaba saber cuál era la mejor manera de ganarle, solo había una bastante simple pero con mucho riesgo, día tras día ideó el mejor plan, sabía que la llegada de ellos no pasaría desapercibido, tendría poco tiempo para moverse antes de atacar, no podía dudar, tendría que tener todo listo para ese día.
Chapter 62: Rabia
Chapter Text
Rabia, todos somos humanos y sentimos cosas, amor, tristeza, asco, miedo, calma y la rabia, todos hemos sentido rabia y de alguna manera tenemos que sacarla, la mayoría de la gente guarda esa rabia dentro de ellos hasta que explota, la mejor manera sería sacarla con respiración o rezos, meditación y hablando con alguien sobre el tema, lo mejor sería hablarle a alguien que sepa pero decirle a tu amigo está bien, algunas personas, las peores de todas, deciden desquitarse con la gente que no puede defenderse para sacarse esa rabia. La rabia es un sentimiento tan humano y a veces incontrolable y para la guardiana este no era la excepción, se sentía culpable por algo, pensaba que podía haberlo evitado de alguna manera y que lo único que podía hacer ahora era buscar justicia pero ¿quién lo hizo? Era la pregunta que la atormentaba todo el tiempo.
―Entonces, chica ¿conocías al muerto? – cuando Fede murió, el rey dudaba un poco de ella, de sus intenciones y decidió ponerle a prueba.
―Sí, podía decirse que era mi amigo – el rey sonrió.
―¿Enserió? Entonces dime porque murió en la cocina ¿acaso era una rata? Lo más extraño de todo es que no tenía su armadura ¿por qué? Nadie debía entrar ahí sin permiso.
―Lo mismo me pregunto señor, conozco a mi amigo y me ha dicho que varias personas entran a veces a la cocina a comer algo, quizás este fue el caso pero nunca me llegue a imaginar que fuera capaz de incumplir las reglas, me hace bastante extraño la muerte de él. Adivino que a usted también y se pregunta si murió ahí o llevaron el cuerpo ahí – el rey se quedó callado, pensativo.
―No es lo único raro, un cocinero también ha escapado y no ha regresado, lo cual es bastante extraño, no hemos encontrado su cuerpo y nadie lo ha visto, simplemente una noche desapareció y nadie sabe o nadie nos quiere decir a donde se esconde. Ahora te pregunto Chica ¿me eres fiel? ¿jamás me traicionarías? – la guardiana estaba algo confundida.
―Si señor ¿por qué lo duda? ¿acaso cree que conspiro en su contra? – el rey se movió un poco en su silla, estaba bastante tenso.
―Eres una buena persona Chica pero en realidad no te conozco. A veces uno no quiere unir una idea, pensar en algo tan simple y que está en tu cara, quieres evitarlo pero no puedes y tarde o temprano tu cabeza te pone una idea, una idea horrenda. Eres alguien prácticamente desconocida, no tienes familia, no tienes amigos que no sean de aquí, tienes un alto rango por defender a mi hijo y por eso mismo sabes cosas importantes que otros no sabían, no hablas mucho y ciertamente no sé si practicas nuestra misma religión. Creo que eres buena Chica pero algo dentro de mí, creo que es mi alma, sospecha de ti, fuiste la única que peleó con ese chico y se te escapo. O quizás lo dejaste ir.
―Jamás haría eso señor, sería muy estúpido y si quisiera ganar la confianza de usted le traería inmediatamente su cabeza, además si quisiera hacerle daño ya se lo hubiera hecho.
―¿Me estás amenazando? – dijo el rey desafiante.
―No, solo te digo la verdad su majestad. No soy de aquí, es verdad y tampoco tengo familia, todos han muerto ya pero jamás le haría daño a usted, me dio un trabajo y me puso aquí, le debo mi vida señor, además Fede era mi amigo y también quiero matar a la persona quien lo hizo, sé que he demostrado que soy alguien en quien confiar, soy la única que sabe todo lo que ha pasado y aun así esa información no ha salido de mi boca o ¿acaso ha escuchado hablar sobre ese tema? – el rey se quedó callado – ahora si me disculpa su majestad, su hijo me está esperando. Por cierto, desconfié de los cocineros ¿nadie vio nada ahí? Un amigo desapareció y ellos no hacen nada, no los veo ni tristes, hay personas que saben más de lo que nos dicen – ella se dio la vuelta – le prometo, que traeré la cabeza de sus enemigos.
El rey sonrió un poco, confiaba un poco en ella pero aun así decidió mantenerla vigilada, envió algunos hombres para que la vigilaran para asegurarse que era la persona que decía ser, ella se dio cuenta pero no le importaba, sabía que no podía hacer otras cosas y prefería pensar en otras cosas, decidió tener la rabia dentro de ella. Un día, como cualquier otro, Chica decidió visitar a su amiga, recientemente había escuchado que el rey le había hablado con ella, decían muchas cosas, como que la iban a ejecutar, encarcelar o simplemente la sacaran del castillo y ella pensando lo peor decidió visitarla, sabía que lo necesitaba. Que horrible situación fue la que vio, su amiga había acabado con su vida con su propias manos y ni si quiera tuvo un entierro, solo había una palabra en su mente, venganza o justicia, a veces ambos conceptos son difícil de separar. A pesar de todo, Chica no se veía tan afectada, seguía actuando de la misma manera, aunque dentro de ella había mucho dolor; por suerte tenía a Freddy cerca que de alguna manera siempre le sacaba una sonrisa, lastimosamente poco a poco el humor de Freddy fue decayendo y Chica preocupada pregunto si estaba bien.
―No es nada, no es nada solo una duda que tenía, mejor dicho un sentimiento – dijo Freddy con un poco triste – a veces no odias como eres, a veces no odia lo que eres y piensas que algo salió mal en ti, que algo falta, que quizás por tu sola existencia miles de personas mueran.
―No, la verdad no, donde yo vivía no tenía el tiempo para pensar esas cosas, en esa época pensar era la muerte, uno tenía que actuar por instinto y si uno dudaba de sus capacidades, terminabas muerto, aunque he sentido que puedo hacerlo mejor, que si lo hubiera hecho mejor todos serían más felices.
―Sí, sí – Freddy se levantó y se miró en el reflejo – quizás solo sea cosas de crecer, a veces me miro en el espejo y no puedo reconocerme, no sé quién soy.
―Tranquilo, pase lo que pase estaré a tu lado, es mi trabajo – dijo ella con una pequeña sonrisa pero Freddy no cambio su cara, seguía algo preocupado.
―Mi padre me ha dicho que dentro de poco tendré que aprender a gobernar, a ser un verdadero rey y con todo lo que ha pasado, todos los ataques, las muertes, yo me pregunto ¿estoy a la altura de ser rey? Tantas vidas dependen de mí y yo ni si quiera sé cómo hacerlo realmente, todo el tiempo me han dicho lo peligroso que soy pero… - Chica solo le puso la mano en la cabeza.
―Lo harás bien, lo harás bien – dijo mientras jugaba con su pelo.
En ese momento Freddy sonrió y volvió a ser el mismo chico de siempre, aunque solo fue momentáneo o solo pasaba con ella pero algo dentro de él se generaba, un sentimiento que jamás había sentido con una sola pregunta ¿estoy a la altura? En tiempos de paz los reyes son los más débiles, los que tienen más dudas y miedos a tomar una decisión, las guerras fortalecen a las personas, te obliga a confiar, te enseña a ser un buen rey o perecer. Los días pasaron y cosas grandes se movieron, todos lo sentían, todos lo sabían y lo que poco a poco era un secreto se volvía en algo público, todo fuera del castillo era un caos, cambiaba rápidamente, las dudas reinaban por todos lados, todos excepto el castillo. Los caballeros fueron los últimos en sentir que su mundo se movía, estaban tan seguro de ellos mismos, muchos de ellos no sabían que pasaba, hasta que de repente los tres reyes se unieron, fue algo no tan privado como las otras veces, esta vez se encontraban los dos brujos de los reyes, varios caballeros, el príncipe Freddy con la guardiana, ya que él ya debía aprender lo que estaba pasando y como resolver los problemas, aprender a ser rey.
―Gracias por estar aquí reunidos hoy, sé que esto suena demasiado extraño y apresurado pero no se preocupen, nosotros, sus reyes, estábamos consientes de todo lo que estaba pasando y cada uno intentó ayudar pero fue inútil. No hemos querido avisar para que el pánico no se esparciera – dijo el rey Golden.
―Necesitamos que todos nos escuchen y que salgan del castillo – todo el mundo empezó a murmurar – cálmense, cálmense. Se que como suena todo esto, primero que todo quiero que escuchen las instrucciones, protejan el castillo con su vida, mantengan los ojos bien abiertos si algo raro sucede, nosotros vamos a estar discutiendo algunos temas así que nuestro enemigo puede aprovechar para matarnos. Le daremos una información de lo que deben hacer, donde se deben dirigir y con quién, muchos de ustedes saldrán de aquí y le tocará servir a otro rey – todo el mundo se miraba confundido, empezando a susurrar - ¡Cálmense! Escuchen bien porque esto es serio, el que no quiera participar puede dejar su espada e irse – todo el mundo se quedó callado – ahora, como decía. Vamos a explicar a donde deberán ir ustedes el día de mañana, con quienes y a quien se debe presentar, a quien deben seguir hasta la muerte.
Varias horas se tomaron para explicar todo, fueron sección por sección, caballero por caballero y le dijeron todo con lujo de detalles, no explicaron porque o que estaba pasando, era lo que se debía hacer y ellos tranquilamente aceptaron sin preguntar o llevar la contraria, todos tenían una misión aunque no se los hubiera dicho hasta mañana, todos sabían que algo malo estaba pasando pero no sabían con exactitud; obviamente el mago y la guardiana se quedaron a resguardar el castillo. Mientras todo esto pasaba, el rey Golden era constantemente aconsejado por su brujo, un chico pálido y bastante delgado, tenía los ojos de diferentes colores y los dientes algo amarrillos, estaba encorvado y sus manos eran bastante esqueléticas, todo esto lo observo la guardiana y lo único que llamo la atención fue el extraño aspecto que tenía y que cada vez que él le hablaba el rey se enojará y luego de un tiempo lo empuja con asco.
―Bonnie, Bonnie – le susurro la guardiana, por suerte ambos estaban cerca - ¿ese viejo feo al lado del rey quién es? – Bonnie, un poco asustado, decidió acercarse un poco más a ella y hablarle bastante bajito para asegurarse que nadie más escuchaba.
―Es el mago del otro reino, el mago de los Golden, hace lo mismo que yo hago y no es tan viejo como parece, solo tiene treinta o veintisiete.
―Y entre ambos ¿quién es más fuerte? – Bonnie se quedó callado, pensando.
―Realmente no lo conozco, solo he escuchado rumores pero si todos los rumores son ciertos, él me ganaría sin ningún problema, está a otro nivel a pesar de su apariencia tan destruida y horrible, nunca he hablado con él y sinceramente no quiero, da un poco de miedo. Lo único que me preocupa es que él sepa toda la verdad y ya sabes, solo nosotros deberíamos saberla, si alguien más la sabe… - Bonnie no quiso terminar la frase.
Cuando todos los que estaban ahí sabían que iban a hacer, decidieron retirar a la gran mayoría y vigilaran cada rincón del castillo, hasta cuidar a los caballos y solo dejaron a algunos pocos, incluso a los mismos magos los obligaron a salir de la habitación para no escuchar la conversación pero siempre estaban cerca por si algo muy malo pasaba, incluso el mismo Freddy se veía algo triste y enojado luego de escuchar todo eso, en toda la reunión parecía haber hablado con otra persona aunque ni una sola palabra haya salido de su boca. Al final, la guardiana y el príncipe caminaban de regreso al cuarto, ella notó que Freddy estaba algo enojado y triste, no tenía ninguna obligación de hablarle e intentar ayudarlo pero aun así decidió hacerlo ya que se notaba que algo lo atormentaba.
―¿No vez lo que acabó de pasar? Obviamente nada de eso es seguro, no lo es.
―Es obvio, si los tres reyes se reúnen es porque un mal rodea a los tres, me han contado historias de cuando los tres reyes se reúnen para arreglar un problema, historias épicas.
―A mí también me lo han contado, por eso sé que no es nada bueno ¿crees que estén hablando sobre el brujo? – Ann lo miró confundido ¿cómo sabía? Ella no le había dicho.
―¿Quién te…?
―Mi madre – le interrumpió Freddy, no le gustaba mentir pero a veces era la única opción – no le digas a nadie, sabes cómo es mi padre con todo eso y sus secretos, quiere evitar decir varias cosas. A veces pienso que todo esto es mi culpa, los brujos se mantenían a raya todos estos años hasta que yo nací ¿por qué? – él sabía perfectamente la respuesta.
―No es momento de pensar eso ¿quieres ir al patio a dar unas vueltas? – dijo Ann con una sonrisa.
―Lo siento pero no puedo, tengo que verme con Felix y estudiar por alguna extraña razón aunque ya no lo necesite.
―Nunca supe ¿qué te enseña él? – Freddy soltó una pequeña risa.
―A este punto ni yo sé que me enseña sinceramente, ya no es necesario – Ann lo miró un poco extraño – lo que digo es que ya se todo el pasado, no creo que cometa los mismos errores y creo que aprendo mejor del presente – dijo con una risa nerviosa – bueno, aquí llegamos.
―Sabes que estaré cerca por si pasa algo. Y otra cosa Freddy, sé que él puede estar a un decaído, quiero que lo intentes animar como lo haces tú – dice con una pequeña sonrisa.
―Sí lo sé, lo sé, sé que Fede era un gran amigo de él y que su perdida lo destrozo pero eso no le da el derecho de desquitarse conmigo como si yo tuviera la culpa – esto sorprendió a Ann, su actitud había cambiado, era más enojada y sombría, también cambió su tono de voz, alguien más grave, parecía otra persona – oh, lo siento, dije cosas sin pensar – dijo Freddy algo nervioso y rápidamente cerró la puerta.
Esto le pareció extraño a la guardiana pero al mismo tiempo le parecía algo normal, ella también tuvo su época de cambios, de enojo y arrebatos sin sentido, de odio hacia el mundo, incluso su madre le advirtió que viviría algo por el estiló, que le tocaría vivir esta agonía igual que ella, quién lo diría, tenía razón. Lo que no recordaba es que pasará tan temprano y tan drástico, quizás a los hombres le llegaba antes, no le tomo importancia, sabía que era algo natural y sabía que lo mejor que tenía que hacer era quedarse a su lado y escucharlo, eso es lo que ella deseaba en esos tiempos. Camino por el castillo, decidió que ya había tomado demasiado tiempo sin descubrir que pasaba, seguía sintiéndose inútil y eso odiaba, por suerte podía dejar solo a Freddy en estos momentos no solo porque estaba con Felix, también tenía la excusa perfecta para hacer lo que tenía pensado, el rey la mataría si descubría que se alejaba tanto de Freddy pero ahora todos necesitaban estar alertas, incluido ella, fue un orden del rey y todos tenías que hacerle caso. Fue donde los cocineros que por suerte aún estaban en el castillo y les preguntó que sabían del cocinero desaparecido, Town, la respuesta que le dieron fue la misma de siempre, una dulce persona con una gran sonrisa, una gran persona pero eso era algo que ella ya sabía. Les preguntó que sabían de la desaparición, si sabían la razón por la que alguien como él simplemente desapareció, todos respondieron lo mismo, no tenían ni la mínima idea; esta respuesta le pareció insuficiente a la guardiana y volvió a preguntar varias veces hasta que dijeran algo útil. Los cocineros, asustados le dijeron lo que todos creían, era una buena alma, demasiada buena, peco de bondad y alguien se aprovechó, lo mataron por confiado, por ayudar a quien más lo necesitaba en los lugares más peligroso. Otra cosa que también sabía la guardiana, no estaba yendo a ningún lugar pero veía los rostros de los cocineros, decían la verdad e hizo la pregunta más lógica ¿uno de ustedes lo vio salir del castillo ese día? Nadie respondió, todos se miraron, nadie lo había visto morir, de hecho la última vez que lo vieron fue en la cocina, fue el último en salir, pero ellos no vigilaban eso, quizás alguien lo vio salir pero no fueron ellos. Con una pequeña sonrisa se despidió de ellos y se fue, varias ideas se formaban en su cabeza pero ninguna parecía concordar con la realidad, aun le faltaba una pieza, algo que no estaba viendo, algo faltaba y ella se llenaba de rabia, cada minuto que pasaba se formaba más preguntas, intentando imaginar esa noche.
Chapter 63: Imitador
Chapter Text
Una tranquilidad se respiraba en el ambiente, una tranquilidad extraña y abrumadora, cuando estás consciente del peligro que está a tu alrededor no puedes dejar de estar alerta, preocupado. Eso mismo le pasaba a Usagi, Loon y Owynn. Puppet intentó ocultar todo lo que podía ese pequeño secreto, Loon al inicio no lo había notado pero cuando ella empezó a llegar algo distraída, cansada y a veces golpeada, supo que algo no estaba bien, sentía que Puppet estaba escondiéndole algo, tenía razón y al final le contó todo, lo que estaba haciendo y porque lo estaba haciendo, le contó que él había regresado. Obviamente Loon se preocupó por ella, la abrazo y la beso preocupado, jamás la había visto tan asustada por alguien, así no era ella, le dijo lo más obvio, el peligro que tenía enfrente, ella ya lo sabía pero no podía hacer nada, no podía hacer nada, igualmente Loon la apoyaba fuera la decisión que tomara, que él estaba para lo que sea. Al inicio no quería decirle nada a sus compañeros, quería evitarles pensar en ello pero no era tan bueno escondiendo sus sentimientos como Puppet, Usagi, su amiga del alma, se dio cuenta que algo lo atormentaba, se le notaba en la cara y Loon estuvo obligado a decirle la verdad, toda la verdad. Al saber la verdad, ella le contó a Owynn para que estuviera atento a cualquier mención de esa persona o cosa en los trabajadores. Los días no cambiaron mucho, realmente ellos no conocían a esa persona, solo lo habían nombrado, no estaban seguros que existía, eso fue lo que más les ayudo a seguir el día a día, lo más seguro es que esa persona nunca apareciera por aquí, ellos no tenían nada que ver con los de abajo, ellos se sentían protegidos y si los tocaba, el rey rápidamente los defendería, estaban seguro de eso, todos se sentían tranquilos pero dentro de sus almas, muy dentro estaba el miedo que poco a poco se hacía más grande. Para no pensar en todo esto, ellos decidieron trabajar todo lo que fuera posible, no paraban demasiado a descansar, tenían el pensamiento ocupado con el día a día y así evitaban pensar en el peligro, lo cual al final los termino abrumando, Loon tenía a Puppet, podía abrazarla y besarla, además de contarle los problemas y ella animarlo como podía. Usagi no tenía a nadie con quien hablar sobre el tema ¿cómo le iba a decir a su esposo que un brujo estaba por el reino y estaba lastimando al amante de su amigo? Sonaba como una locura y por eso se quedaba callada, pensaba que podía con esto ella sola; y Owynn, Owynn parecía no importarle mucho, o eso es lo que él fingía, al final estaba igual o más preocupado que ellos pero no se dejó llevar, siguió actuando como todos, parecía que realmente no le importaba, quizás si fingía lo suficiente hasta él lo creía, una horrible idea le había atravesado el alma y no podía dejar de pensar en eso, una idea horrible. Un día como cualquier otro, Usagi estaba pensado en todo, sabía que algo malo estaba pasando, algo que podía traer problemas ¿qué tendría que hacer? Realmente no lo sabía con exactitud, los reyes no querían ser colaborativos, fueron tan ambiguos como siempre, lo único que podía hacer era quitar un poco de sus ganancias y guardarlo por si algo malo pasaba, aunque también había escuchado que iban a venir caballeros de otros reinos ¿era verdad? Tenía que aprovechar esa oportunidad si se le presentaba.
―Hola, Usagi – dijo Owynn algo nervioso - ¿puedo pasar? No quiero interrumpirte pero… - Usagi lo miro algo confundida, le hizo una señal para que pasará – es que te vi así tan… - le costaba encontrar las palabras y decirlas – pensativa que yo me preocupe y quizás no quieras visitas.
―¿Así de mal estoy para que te pongas así? – ella sonrió – pasa, pasa, no interrumpes en nada – Owynn empezó a caminar hacia ella pero caminaba algo extraño, caminaba recto y tenía un pequeño movimiento en la mano, algo raro de él pero Usagi no se dio cuenta.
―Bueno, la vi estresada y creo saber porque es, yo también me he sentido así. A veces no me deja ni dormir.
―Es verdad que es extraño y preocupante pero ¿por qué deberíamos preocuparnos? Digo, estamos pensando en algo que ni sabemos que va a pasar en el futuro, creo que solo estoy pensando de más.
―Sabes lo que me ayudo en ese tiempo – Usagi lo miró a los ojos – usted – esa palabra hizo que soltará una pequeña carcajada – lo digo enserio, sé que te acuerdas que tuve un momento bastante malo y usted fue quien me ayudo a superarlo, te diste cuenta que algo me afectaba y me ayudaste sin dudarlo ¿lo olvidaste? Bueno, hoy voy a devolverte el favor, te ayudaré con esto, ahora dime ¿qué es lo que te molesta? – esto le pareció un gran gesto por parte de él, algo que ella sabría que tarde o temprano haría.
―No es mucho la verdad, bueno, ambos sabemos porque estoy aquí y solo pensar en la idea de él… - ella se quedó callada – tengo que mantenerme fuerte si algo llegara a pasar, y no solo es él, también las cosas con los reyes, es otro problema que hay que tener en cuenta, un problema más real – Owynn se movió un poco en la silla, sonrió algo nervioso.
―¿A qué te refieres con lo de los reyes? Nadie me ha dicho nada.
―Es normal, ni Loon sabe, son solo especulaciones mías, pienso que algo grande está pasando. Por lo menos todo volvió a la normalidad, ya los tres nos están pagando como siempre, hemos vuelto a la normalidad.
―Eso no responde mi pregunta ¿qué pasa con los reyes? – Owynn volteó la mirada para ver detrás de él, justo en la puerta – lo siento, había escuchado algo.
―Realmente no pasa nada, realmente no es nada grave y quiero dejar eso en claro pero es extraño ¿sabes? Empecemos con lo básico, como debes ya saber ha habido varios ataques hacia nuestros carruajes, no han sido muchos la verdad como para preocuparse si te soy sincera, solo un loco entusiasmado, a veces nos pasa, supongo. Lo que me preocupa es que al parecer no es el único, ha habido más negocios que le han robado sus cosas, incluso se dice que han atacado a caballeros por los caminos, ni el mismo rey se protege de estos ataques y hace unos días los reyes se han reunido o eso es lo que dice la gente, lo cual no me deja nada tranquila.
―Tienes miedo de que nos ataquen ¿verdad? Piensas que todo esto tarde o temprano te va a afectar.
―Exacto y no sé, con cada día que pasa siento que no estamos seguro, que en cualquier momento todo va a salir mal.
―No te preocupes, ya verás como todo va a mejorar – dicho esto, un hombre con una capa entró al lugar.
―¿Quién eres? ¿qué haces aquí? – Usagi no logró reconocer a esa persona, jamás había estado aquí.
―¿Yo? No soy nadie, solo vengo a visitar unos amigos, nada más – dijo él con una sonrisa – disculpa que los interrumpa, si quieren pueden seguir hablando, no estaré mucho tiempo y no les prestaré demasiada atención – Owynn se giró algo confundido.
―No puedes estar aquí, no puedes estar aquí. Señor por favor le recomiendo que se vaya antes que algo malo pase – él soltó una pequeña carcajada.
―¿Enserió? – él rápidamente apareció al lado de Usagi, un momento estaba ahí y en el otro no – y ¿qué planeas hacer? – ella rápidamente se levantó y se alejó de él – no quiero perder mi tiempo y tampoco hacerles daño, solo quiero hablar con unos amigos – Owynn se levantó asustado.
―¿Quién eres? – él solo le sonrió.
―Aun no, aun no, debemos esperar a uno más, a uno más. Sabes, yo siempre quise conocerlos, soy un fanático de ustedes, gracias a ustedes todo el reino funciona, ustedes son el símbolo de paz y prosperidad, son el futuro ¿no creen? Los reyes que tenemos ahora son unos miedosos, incapaz de tomar lo que es suyo.
―Si quieres dinero, nosotros podemos… - dijo Owynn bastante nervioso.
―¿Dinero? ¿para qué? Puedo tomar todo lo que quiero, no tengo límites – hubo un silencio incomodo – ahora, tres, dos y uno – Loon abrió la puerta – ya estamos todos, podemos empezar.
―Tú quién eres – dijo Loon tartamudeando y bastante nervioso.
―Yo soy un amigo – él lo había imitado a la perfección, incluso su tartamudeo salió perfecto – solo vengo aquí para hablarles, hablarles de algo muy importante – dijo con una sonrisa perversa – no creo que deba presentarme, ya saben todos quienes soy ¿no? – nadie respondió, él se acercó un poco a Loon – sabes, de cerca te ves más feo, pensé que eras más guapo, pero eso no importa – dijo mientras ponía suavemente su mano en su mejilla – vaya, tienes una piel bastante suave, quizás por eso Puppet te ama.
―Señor, lo siento pero no puedes estar aquí, si quiere podemos hablar pero no dejaré que asuste a mis empleados o pueda caminar aquí como si fuera su casa. Por favor si va a decirnos algo, díganos rápido y váyase – su voz intentaba sonar fuerte y segura, pero no lo lograba, tartamudeaba un par de veces y él apenas la escucho.
―Reconozco cuando alguien tiene agallas – él se alejó de Loon con una pequeña sonrisa – está claro que me conoces, sabes lo que soy capaz de hacer y lo que haré, saben que no me molesta matar a las personas – Owynn se puso enfrente de Usagi al escuchar esto – la vida humana no vale nada para mí, no pienso que deban ser eliminados, simplemente no me importan. Ustedes son árboles en mi vida, no me hacen ningún daño, solo son recursos que utilizaré para hacer mi reino, muchos seguirán viviendo, no quiero gobernar o matarlos a todos, solo quiero divertirme pero para eso necesito hacer pequeñas figuras de madera.
―No es muy de cortesía amenazar a la gente – él se río.
―Supongo que eres Owynn, vaya fenómeno. No vengo por eso, no vengo a amenazarlos, en realidad es por otra cosa muy diferente, ustedes tienen suerte, los tres me caen demasiado bien, sobre todo el pequeño que sale con esa bruja, nunca la mataré, te lo prometo ¿dónde estaría lo divertido en eso? No, siento que ustedes son mi familia de cierta manera y como mi familia, tengo que protegerlos. Por eso vengo a ofrecerle mi mano, mi ayuda – ninguno de ellos hablo – obviamente no pueden decir que no por si se los preguntan, las personas que dijeron que no tuvieron un destino horrible.
―¿Qué es lo que quieres de nosotros? – el único que tenía la fuerza para hablar era Owynn.
―Nada, realmente nada, solo les vengo avisar. Sinceramente yo no quería llegar a este punto, como les he dicho, me caen bien, desde que Puppet los conoció yo los he estado siguiendo y bueno, me agrada y no me han hecho nada malo cómo para que los odie, sé que meterme con ustedes no me traerá ningún beneficio pero ella ya les contó todo ¿no es así? – nadie respondió – sí, les dijo todo y bueno, ya se deben imaginar porque estoy aquí. No los voy a matar, tranquilos, solo les vengo a decir cómo será nuestra relación.
―¿Quién dijo que queríamos estar en una relación contigo? Déjala en paz – dijo Loon con la mirada baja.
―Pues es simple, mientras estes con ella, nosotros tendremos una relación, una linda y sana relación, lo único que tienen que hacer es ignorarme, así de simple, todo lo que sepan de mí se lo guardan, no le dicen al rey de mí ni de Puppet o su hermana, yo les prometo no hacerles ningún daño, ni económico ni físico, o intentaré ya que hay personas que no siguen mis ordenes, me disculpo de antemano. Ustedes me ignoran y yo los ignoro y evitan ponerse en mi camino, me caen bien y por eso no morirán pero eso no me evita romperles algo, dejarlos al borde de la muerte.
―¿Qué pasa si no lo hacemos? – el brujo sonrió.
―Esta es mi parte favorita.
El brujo rápidamente apareció enfrente de Owynn, este no tuvo tiempo de reaccionar cuando le dieron la cachetada, realmente no le hizo mucho daño ese golpe pero lo impulso con fuerza y desafiando todas las leyes de la naturaleza se golpeó contra una de las paredes del lugar. Sus amigos rápidamente reaccionaron e intentaron ir a ayudarlo pero solo les basto una mirada y una sonrisa de ese hombre para detenerse y quedarse quieto. El brujo se acercó poco a poco a Usagi.
―Por lo que he visto, tú eres la jefe aquí ¿no es así? – Usagi no respondió – quiero dejarte las cosas en claro, aléjense de todo esto, tengan una vida normal, todo bien que tu amigo se enamore de esa chica pero muévanse de mi camino ¿ya viste a tu amigo? ¿sabes lo fácil que es quitarles las cosas a las personas? Todos con sus amigos, sus parejas, su familia, es bonito verlos juntos pero si tengo que atacarlo por donde más les duele, no voy a dudar ni un momento – él se acercó más a la cara de Usagi, lo que generó que ella temblara – bien, creo que ya has entendido las reglas – él se alejó – por cierto, me encanta este lugar, la manera en que manejan todo esto, tienen libertad y control. Y por cierto – él miro a Loon – puedes pedirle matrimonio a ella cuando quiera, de hecho hazlo ahora ¿qué estás esperando? Ella no te dirá que no, jamás lo haría. En su luna de miel los puedo ayudar, no creo que lo pueda hacer algo económicamente pero puedo darle viajes gratis a donde quieran – él se acercó a una pared y puso su mano en ella – saben, fue un gusto conocerlos chicos, discúlpenme los daños que provoque, espero que me perdonen y que algún día podamos ser amigos – dijo con una sonrisa sincera y llena de cariño, aunque para ellos no era así, para ellos fue la peor sonrisa que habían visto en sus vidas.
El brujo atravesó la pared como si fuese liquida o algo por el estilo, simplemente la atravesó como si dejara de ser sólida. Loon y Usagi se quedaron asustados y confundidos, todos sus músculos estaban tensos, no podían ni si quiera pensar con claridad, el miedo les llego hasta sus almas y los inmovilizaba, las preguntas llegaron a los segundos, las preguntas que todos nos hacemos luego de salir un accidente y no sabemos qué pasa. La primera pregunta obviamente es ¿qué acaba de pasar? ¿es esto real? Lo primero que haces es mirar a tu alrededor y confirmarlo, luego te preguntas ¿estoy fuera de peligro? ¿en un lugar seguro? ¿estoy bien? Unos cinco o seis segundos después vuelves a reaccionar, te tumbas al suelo e intentas respirar o en este caso, sales corriendo a ver como esta tu amigo. Usagi fue la primera en reaccionar, cuando se sintió a salvo, rápidamente corrió a ver como estaba su amigo, lo intentó mover y vio que aún estaba consiente y parecía que no había sufrido ningún daño, hasta que vio su brazo, estaba completamente roto y apuntando a una dirección donde no debía, por suerte a Usagi no le pareció algo tan grave, le miro todo el cuerpo con desespero, casi lo desnuda para ver si tenía una herida grave, se alivió al saber que por lo menos no podía ver alguna otra herida. Volvió a ver su brazo detenidamente y sintió un poco de preocupación por su amigo, no sabía si su amigo se iba a curar de eso, si había por lo menos una manera de reacomodar el hueso. Lo llevaron al doctor más cercano, Owynn no sentía nada en el brazo, no sentía ningún dolor, hasta le parecía divertido la escena pero al entrar donde estaba el doctor, de repente empezó a sentir un dolor insoportable, se quería matar. Por obvias razones Owynn decidió quedarse en casa descansando, mientras sus amigos miraban con miedo atrás suyo, el más preocupado era Loon, ya entendía el peligro en que se había metido Puppet, cada vez que no la tenía cerca tenía miedo de no volverla a ver, que la última vez que la vio no dijo todo lo que debía, todo lo que sentía, que la próxima vez que la vería, sería dentro de un ataúd.
Chapter 64: Sueños de verdad
Chapter Text
En tres años la vida cambia y para Bon esto era cierto, cada día que pasaba se sentía más seguro, más vivo, aún tenía pesadillas con él, soñaba con conejos sin cabeza, no había forma de describir el terror que sentía al ver a alguien moviéndose en la oscuridad en su cuarto, igual que un niño pequeño, cerraba los ojos y evitaba abrirlos, como si eso ayudaría a hacer desaparecer a los monstruos. Día tras días sentía que no volvería, que todo estaba bien y negaba la realidad repitiéndose que todo estaba bien, no había porque preocuparse, ya todo había acabado y poco a poco fue retomando su vida, incluso la mejoró, fueron tres años un poco felices. Pero no todo podía ser perfecto, cada cierto tiempo aparecía un chico de pelo morado buscándolo, Bon no quería saber nada de él, quería evitarlo pero no podía hacerlo, tenía el miedo que si no lo hacía, esa persona, esa cosa lo mataría, no podía hacer que sospeche y hacer lo que él había dicho, hacerse su amigo y hablar, nada más, solo lo tenía que soportarlo. Al inicio sus visitas eran seguidas y solo preguntaba qué había pasado, si había vuelto, si sabía algo nuevo y él le respondía lo mismo, no sabía absolutamente nada, simplemente había desaparecido, y así poco a poco sus visitas fueron disminuyen, siempre volvía por lo menos una vez al mes y las charlas ya no volvían sobre él, ya era algo más mundano y normal, alguna que otra risa, al final Bonnie le conto todo sobre su vida pero Bon siguió siendo un misterio para Bonnie, siempre evitaba hablar sobre él. Con el tiempo, Bon sus encuentros le eran menos molesto, aunque siempre era un constante recuerdo sobre él, empezó a disfrutar sus charlas y su voz tenía algo que lo relajaba, no sabía que era exactamente, además era un completo idiota y escuchar las cosas que le pasaban era algo cómicas, al inicio tenía dudas que dijera la verdad pero era tan inocente que lo juro una y mil veces que era verdad y lo intentó demostrar. Su última salida, antes que se cumplieran los tres años de desaparición del brujo, Bon y Bonnie estaban caminando juntos, como siempre Bonnie estaba distraído con una sonrisa y Bon estaba actuando normal, a veces se sentía incomodo pero la presencia de Bonnie lo calmaba, sabía que al final ese chico iba a ser su salvación.
―Sabes, me encanta vivir aquí, todo es tan tranquilo – Bon soltó una gran carcajada.
―¿Tranquilo aquí? ¡Ja! Ya quisieras, sabes que esto no es como el castillo, aquí se vive en constante peligro, te las arreglas solo y si una persona no te mata, alguna enfermedad lo hará. Este lugar es de todo menos pacifico.
―Entonces ¿por qué jamás nos ha pasado nada? Hemos salido varias noches a caminar por aquí y nada nos ha pasado.
―Claro, es porque estás conmigo – dijo con una pequeña sonrisa.
―¿Enserio? Y tú que eres ¿el rey de este lugar? – Bonnie soltó una pequeña carcajada.
―Obvio, obvio pero no le cuentes a tu jefe que no le debe gustar, dos toros en una misma cueva, normalmente solo uno sale.
―Igual, lo sigo diciendo, salir contigo a dar estos paseos nocturnos son maravillosos y me la juego demasiado, si alguien me necesita en estos momentos, no podré ayudar por estar contigo – Bon soltó una pequeña cálida sonrisa.
―Bueno, yo también disfruto esto la verdad, eres un tonto y bastante extraño pero me haces reír, no necesito nada más.
―Creo que he hablado mucho de mí, cuéntame de ti – Bon se quedó callado – vamos, dime algo, siempre evitas el tema, no te pido hablar de tu padre o de lo que trabajas pero por lo menos di algo, todas las noches yo hablo por los dos, literalmente sabes hasta que voy a comer el día de mañana, dime por lo menos tus sueños.
―¿Mis sueños? Pues una vez soñé que tomaba un vaso de leche infinito – Bonnie se río sarcásticamente.
―Sabes que no me refiero a eso, no seas un idiota – Bon se quedó callado, pensando ¿debía decírselo? Lo miro por un momento, miro sus ojos y sonrió, decirle algo tan básico no lastimaba a nadie, además él no había regresado.
―No lo sé, si te soy sincero, no lo sé – Bonnie hizo un puchero.
―No seas malo – Bon suspiró.
―Sabes, actúas como un niño chiquito muchas veces, a veces llega a ser insoportable. Por ahora yo lo puedo soportar pero deja de hacer eso – Bonnie sonrió – y lo que digo lo digo enserio, aquí no se puede soñar mucho, me refiero a soñar a lo grande. Puedes soñar que vas a tener otro día mañana, que vas a ganar un buen trabajo, que no morirás al volver a casa, que formarás una familia, cosas así de pequeñas. De hecho mi sueño más grande es tener mucha plata y no tener que moverme de la cama, que los otros hagan todo lo demás mientras yo sigo en mi cama– Bonnie lo miro con tanta pena, quería abrazarlo, quería decirle algo para animarlo pero no sabía que hacer, no sabía que hacer – no me mires así, es normal, así es la vida, lo importante es que estás junto a mí en esos momentos – Bon se dio cuenta lo que dijo, rápidamente se quería retractar pero al ver el sonrojo de Bonnie, decidió quedarse callado, quizás podía sacarle beneficio a esta relación en algún futuro.
―Eres alguien agradable Bon, cuando no eres misterioso y te quedas callado.
―Me gusta más escuchar a las personas, no creo que tenga algo increíble que contar – Bon miro para atrás, a veces sentía que alguien lo seguía, al inicio a Bonnie le parecía raro esto pero con el tiempo se le hizo algo normal de él, era parte de su locura.
―¿Cómo qué no? Tienes una amiga que es dueña de una taberna, es alta y bonita, además me contaste de la vez que un chico alto y pelirrojo la enamoró, yo digo que tienes muchas historias que contar.
―Se llama Joy, creo que ya te había dicho su nombre o incluso ella te ha saludado. Creo que la conocí en la taberna, ella trabajaba desde muy pequeña y ella y yo nos conocimos ahí, mi memoria falla pero creo que ella trabajaba sola, de lo que estoy seguro es que estaba con mis amigos Spring y Meg y decíamos que nos íbamos a comer el mundo, seríamos grandes, alguien con un nombre reconocido por todo el reino – Bon se había dejado de escuchar, simplemente se dejó llevar por los recuerdos con una sonrisa.
―Y ¿quién es Spring? – esa pregunta lo hizo volver a la realidad, no sabía que responder, no quería hacerlo, ya había superado su muerte pero aun sentía un peso al recordarlo.
―Spring era mi mejor amigo, siempre estuvo ahí en mis peores momentos, con una sonrisa, siempre nos sacaba a ambos de nuestros problemas. Nunca lo vi arrodillarse, nunca dejaba de sonreír, siempre caminaba hacia adelante y hacía el viaje mucho más tranquilo… - Bon miro para abajo, Bonnie puso suavemente su mano en el hombro.
―Lamento escuchar eso – Bon lo miro confundido – supongo que ese amigo tuyo ha muerto – Bon no dijo nada – así me pondría yo sí hablo sobre una persona importante que ha muerto, siempre es difícil hablar de eso, incluso lo es pensar y escuchar sobre ese tema. Básicamente todo en la muerte es difícil – Bon sentía las lágrimas llegar – si te sirve de algo, yo creo que tu amigo estaría orgullo de verte ahora – esas palabras y esa sonrisa lo recordó tanto a él, era su misma mirada de compasión y esa sonrisa, demasiada parecida a él que no podía ser real, eso fue la gota que derramo el vaso, las lágrimas empezaron a salir – Lo siento, lo siento, te puse mal, lo siento. La próxima vez no tocaré el tema – dijo mirando a otro lado apenado lo que provocó una pequeña risa a Bon.
―No seas tonto, eres un pendejo por comportarte así, ven aquí tonto – dijo mientras acariciaba suavemente su pelo – mírame, ya estoy bien, no eres culpable de nada, ya estoy bien. Si descubro que estás llorando te meto un puño – Bonnie sonrió – así me gusta verte – Bon se alejó de él – ahora dime ¿cuál es tu sueño? – Bonnie se quedó callado, pensando.
―Va a sonar un poco tonto, imposible pero lo que yo más deseo en el mundo es pasar una noche con esas personas que no puedo volver a ver, abrazarla una última vez, decirle cuanto las quise y cuanta falta me hacen, me bastaría una sola noche – ambos se quedaron callados.
―Sabes, ese es el mejor puto sueño que alguien ha tenido jamás, quien diga lo contrario es un estúpido, que nadie te diga lo contrario porque lo desaparezco – Bonnie soltó una pequeña carcajada.
―Gracias – ambos dejaron de caminar – muchas gracias por todo – Bonnie lo abrazó, un abrazo incomodo para Bon y si tuviera las fuerzas lo empujaría lejos pero se notaba que ambos lo necesitaban, además por primera vez había sentido pena de verdad por el chico, simplemente se dejó abrazar aunque odio cada segundo – sabes, tú y yo vamos a lograr nuestros sueños – dijo Bonnie mientras se separaba de él – no va a ser un camino de rosas, seguramente tendremos que atravesar montañas, el mar y el cielo para hacerlo pero de que lo hacemos, lo hacemos. No será tan difícil sacarte de aquí si eso quieres, puedo pedirte al rey… - Bon lo había dejado de escuchar, su alma sabía lo que estaba haciendo no era correcto, no podía, no debía hacerlo.
―Sabes, te mentí sobre mi sueño – Bonnie lo miro algo confundido – eso de ser millonario y todo eso no es mi sueño de verdad, es una mentira. No digo que no lo quiero pero en cierta medida no es lo que más quiero y ya que tú eres sincero conmigo, debería hacer lo mimos contigo ¿no? Aunque un par de casas no me vendría mal, si se da la oportunidad la aprovecho – Bon sonrió un poco, estaba bastante nervioso – mi verdadero sueño, si es que tengo uno, es hacer algo bien, algo que me haga sentir bien conmigo mismo. Bonnie yo no soy un buen tipo, soy como cualquier otro, todos aquí han hecho lo necesario para sobrevivir y no estoy orgulloso de eso, muchas veces tengo que hacer cosas que no me gusta y por una vez quiero hacer algo que se sienta realmente bien conmigo mismo, que sea algo que elija y que haga bien a la otra persona, no solo a mí – Bonnie agacho la mirada y Bon sonrió aliviado, había entendido.
―Ya veo – rápidamente lo volvió a mirar con una sonrisa – eso significa que ya hemos logrado tu sueño – Bon lo miro confundido – solo piénsalo, la pasas conmigo, la pasas bien, ambos la pasamos bien juntos, estás haciendo algo que no es solo para ti – Bon no pudo aguantar y se empezó a reír.
―Eres un tonto y un estúpido Bonnie, ojalá nunca cambies. Eres un tonto – dijo entre risas – sabes, es algo tarde, creo que debes volver, vamos a donde te encontré.
―Ojalá ese momento fuera para siempre – Bon asintió aunque realmente no estaba escuchando – espero con ansias nuestra siguiente visita.
―Yo también, yo también. Recuerdas que debes practicar tu magia o esa cosa por el estilo que todavía no lo entiendo, pero luego se te olvida y me culpas a mí porque se me olvido avisarte aunque es toda tu culpa.
―Sí, sí – Bonnie se detuvo – de hecho, empezaré ahora – Bon lo miró confundido – veras un nuevo truco de magia que no te explicado pero espero hacerlo algún día, es bastante complicado pero creo que desde aquí llego a mi cuarto o muero en el proceso.
―Prefiero la forma original, caminando, usando nuestras piernas sin riesgo a morir.
―Gracias por la preocupación pero tienes toda la razón, tengo que empezar a mejor a partir de ahora – Bonnie puso una mano en la pared – nos vemos después, siempre es un honor hablar contigo.
Bonnie atravesó la pared, lo que dejo completamente confundido a Bon ¿cómo había logrado eso? Era increíble, se acercó a la pared e intento hacer lo mismo que Bonnie pero la pared volvió a ser sólida. Empezó a caminar de vuelta a la taberna de su amiga, con cada paso se hacía una nueva pregunta, era un buen chico, demasiado bueno, no podía no aprovecharse eso pero ¿se iba a arrepentir después? ¿tenía por lo menos el valor para hacerlo? ¿por qué se estaba arrepintiendo en estos momentos? Aunque no lo creía, Bonnie había tocado su corazón, se parecía tanto a Spring, en cierto sentido, y pasar tiempo con él lo hizo ablandarse, cada vez la idea de tener una vida normal, fuera de este lugar era posible, quizás una vez en la vida podía hacer algo que estuviera orgulloso sin perder a nadie en el camino. Quizás todo lo que había sacrificado ya tenía sentido. Llego a la taberna, cansado, le dolía los pies de tanto caminar y el frío que hacía lo iba a resfriar, lo extraño es que cuando estaba con Bonnie no sintió nada de esto.
―Y dime ¿cómo te fue con tu hijo? – dijo Joy con una sonrisa mientras limpiaba una mesa.
―No es mi hijo, si pudiera lo vendería, incluso te lo regalaría para que te ayude pero no puedo, no puedo. Y me fue bien, no paso nada interesante pero estuvo bien supongo.
―Yo no entiendo porque lo haces ¿desde cuándo eres así? Tú eres el que más se preocupaba porque hablaba con desconocidos – Bon se sentó en una de las sillas.
―Primero, tu no solo hablabas con desconocidos, ibas a la cama con ellos, segundo, intentas ayudar a todos y eso solo lleva al desastre, tercero, te vas sin avisar y uno se preocupa, yo por lo menos tuve la decencia de decirte que me voy y que no te preocupes por mí, además sales sin un arma ¿quién hace eso? Vives en una desconexión total – Joy se río.
―Me alegra que tengas un amigo, ahora ven ayúdame que Meg ya se fue – Bon suspiro molesto pero igual se levantó y ayudo a su amiga.
Bon, aunque no lo admitiera, esperaba con ansias la visita de su pequeño amigo, algo que rápidamente desapareció cuando vio el brujo volver. Los primeros días estaba loco, no dormía y caminaba por las noches, hablando consigo mismo, tenía tanto miedo y solo podía pedirle ayuda a una persona, Bonnie. Aunque esta ayuda nunca llego, Bonnie había desaparecido por completo y Bon se sintió desesperado, se sentía ahogado, sabía que no iba a resistir más. Pero lo hizo, no quería seguir adelante, pero aun así lo hizo, solo quería estar tirado en la cama llorando, no tenía razones para levantarse pero aun así se levantaba, no sabía porque pero seguía adelante y con el tiempo entendió que lo mejor era que Bonnie nunca volviese, no era seguro para él, el brujo lo tendría en la mira y ya sabía cómo acabaría las cosas. Pronto la poca luz que tenía la rechazo, decidió hundirse aún más por el bien de esa persona y sabía que lo mejor era solo verlo en sueños, aunque sabía que sus destinos se volverían a chocar ¿tendría la suficiente fuerza cuando eso pase? Pronto esa ave que volaba en libertad le habían quitado las alas.
Chapter 65: Dejar la vida atrás
Chapter Text
¿Cuánto esperas por algo? Lo que sea, un ascenso en tu trabajo, una casa, un hijo ¿cuánto esperas para lograr tu mayor sueño? Todos hacemos lo que sea necesario para llegar allí pero ¿qué pasa cuando no sabemos ni empezar? ¿cuándo no tenemos ni si quiera la oportunidad de subir el primer escalón? Muchos de nosotros abandonamos ese sueño, ese peso para no hundirnos ¿verdad? Yo lo he hecho, a veces para avanzar hay que saber soltar. Eso mismo hacia un pelirrojo, aunque no quisiera, tenía ese deseo muy dentro de él pero al ver incapaz de lograrlo, tenía que adaptarse, al inicio simplemente hizo una vida para sobrevivir, algo para matar el tiempo mientras esperaba y poco a poco olvidaba lo que era, lo que había sido y se volvió un pescador normal, uno bastante bueno que conocía muy bien el mar. Los humanos cuando algo no nos sirve o no utilizamos, lo descartamos, lo olvidamos, no porque queramos, es cómo funciona nuestra alma, somos tan finitos, tan breves que pensar en lo que hubiéramos sido, en sueños jamás logrados, no llegaríamos a ser nadie, los humanos siempre intentamos ser mejores ya que no tenemos todo el tiempo del mundo, nuestra alma es inmortal pero nuestros cuerpos no, hay que disfrutarlo hasta que dejen de funcionar. A pesar de los avances de la humanidad el mundo sigue siendo un lugar peligroso, hay que estar atentos para sobrevivir, para resistir el siguiente ataque, nuestra mente solo puede estar en el presente, las personas que siempre se mueven, productivas, solo piensan en el presente y justo antes de acostarse, piensan en el futuro. Fox vivía su día a día, aunque no lo admitiera, le encantaba vivir su día a día, era una vida simple y con bastantes lujos, una cama cómoda, buena comida y una amiga, es verdad que día a día peleaba por mantener esas cosas pero no deja de ser un lujo que quizás no se merecía el capitán Fox. No sabemos con exactitud que hizo esos dos o tres años de tranquilidad, muchos dicen que se dejó crecer la barba y se volvió alguien amable, no hay rastros de él además de historias que lo describen como una persona común, alguien luchaba día a día para conseguirse su pan. Hasta que un día las cosas cambiaron, cambiaron para todos incluyendo a Fox, que en estos años se hacía llamar Aiden para ocultar su rastro, aún tenía la idea de que era perseguido. Un día, ese fatídico día, Aiden estaba haciendo lo de siempre, navegando por los mares con una lanza, un trabajo violento y que pocos hacían, muchos preferían no usar entrar al agua y quería pescar de maneras más civilizadas, pero no Aiden, era el único momento donde volvía a su antigua vida, por lo menos una parte de ella, aun se sentía apegado al mar y jamás quería separarse. Luego de unas horas llego con algunos pecados, todo se veía normal, como cualquier día pero cuando el sol empezó a caer, unos barcos reales empezaron a anclar y embarcar en el puerto cerca de Aiden, lo cual genero mucho disturbio y atención, todos quería aprovecharse de este momento.
―¡Chicos, Vengan! Viene algo grande – incluso el jefe de Aiden se dio cuenta de esto y quería un pedazo de la torta.
Los barcos reales, bestias marítimas capaz de intimidar hasta la más grande bestia, llena de riquezas y poder, cada vez que uno llegaba uno, todos saltaban sobre ellos, como moscas hacia la luz, era bastante extraño ver una flota completa y lo único que los comerciantes veían era un nuevo ingreso. Todos se pegaron a la tripulación cuando descendió, todo el mundo obviamente estaba vendiendo sus productos, gritando y mostrando sus productos pero la tripulación no ponía cuidado, muchos de ellos los ignoraban y solo los más jóvenes pasaban sus ojos sobre los productos unos segundos antes de seguir mirando al frente. Nadie logro nada, ni una pobre alma se apiado en comprar algo local, rápidamente abandonaron el puerto y se fueron, por suerte siempre se quedan unos pocos hombres a cuidar los barcos y estos siempre eran los único que compraba cosas, sobre todo comida.
―Fox, tú vas a ir por esos chicos de allá que están jugando, invítales a unas copas, yo pago todo, hazte amigos de ellos, hazlo reír y poco a poco hablas de nosotros y también de los puestos de al lado, lo importante es que pongan los ojos en nuestra sección – las únicas personas que lo llamaban por su viejo nombre era su jefe y Abby, gente de confianza.
Aiden le hizo caso, no era la primera vez que lo hacía, tenía un don con la palabra, y esa no era la excepción, podía enamorar a cualquiera, era un don que como pirata había abandonado con el tiempo o no la desarrollo como debía, tenía poder y el poder habla por sí solo y a los piratas no se pueden convencer, solo puedes adelantarte a ellos pero nunca harás lo que tú quieras. Aiden con una sonrisa se acercó, señalo la silla y ambos tripulantes de la realeza lo dejaron sentar.
―Y otro que viene a hablar de su producto – ambos se rieron – no, no estamos interesados en nada.
―Lo sé, lo sé pero ¿van a rechazar unas copas? – ambos se miraron y sonrieron - ¿acaso nadie les ha invitado? Que idiotas es la gente.
―Está bien, una copa y luego te largas – Aiden sonrió.
―No necesito nada más – Aiden miro al barco – es una gran bestia, la bestia de los siete mares y no se esperaba menos viniendo de los reyes – ambos tripulantes sonrieron.
―Eso es obvio muchacho ¿no? Por eso todos están aquí, alrededor nuestro, nos ven y hablan, se fijan en el oro y el tamaño.
―Es cierto pero ¿quién no lo haría? Cualquiera ve una y se le abre los ojos pero en realidad no ven más allá de lo superficial y no ven la verdad – ambos tripulantes lo miraron algo curioso – empecemos por lo simple, el tamaño ¿sabes cuánta madera se necesitó para un simple barco? Nos es fácil, no es fácil, además que no es cualquier madera, es la más resistente que hay en todos los reinos, capaz de soportar varios golpes de barcos, de rocas y balas de calón, maquinas casi imparables, una belleza de barco, se han pensado en todo, todo tiene una razón de estar ahí. Ahora hablemos de las velas ¿qué les puedo decir que no saben? Tan grandes como puedan para absorber todo el viento, telas fuertes para soportar el viento, no pueden desgarrarse ¿se imagina si pasa esa tragedia? E incluso están preparados para eso, pues llevan adentro varias personas para remar ¿no es así? Seguramente la mayoría son prisioneros del rey. Y solo viéndolos ya puedo decir que nadie ni nada los tumbara, no sin dar pelea.
―Eres un chico muy listo dime ¿sabes de barcos? – Fox sonrió.
―En una vida pasada fui capitán, estoy intentando recuperar esa vida. Puedo decirle más cosas, por ejemplo la cantidad de personas que pueden caber adentro o las grandes hazañas que han hecho, son pocas hazañas ya que hay pocos que los iguales a ellos, nadie se lo quiere enfrentar y todos lo tratan de evitar. No hablemos de las espadas o los cañones, vaya maravilla ¿se imagina tener un cañón del tamaño de mi mano? Eso cambiaría el mundo que conocemos.
Aiden siguió hablando con una exactitud impresionante sobre los barcos, el mar y la navegación, hablaba sin parar y con cierto encanto que para sus oyentes era una maravilla, por fin en este pueblecito había alguien a su mismo nivel, alguien interesante y divertido, tenía tanta confianza en lo que decía que lo que fue una copa, pronto fueron dos, tres, cuatro, risas y bromas y un buen tiempo. Al final Aiden no les vendió el pescado, se vendió a el mismo, como compañero, como amigo, les contó un poco de su vida y lo que hacía y más importante, donde trabajaba con alguna que otra broma, aunque muy en el fondo sabía que esto era inútil, demasiado inútil y solo lo hacía para recordar los buenos tiempos, extrañaba la emoción y admiración que se veían en los ojos de esos dos tripulantes.
―Sabes, cuando volvamos puede que vayamos a comprarte algo y a hablarte – Aiden los miro con curiosidad.
―¿Cómo así cuándo volvamos? ¿ustedes planean volver? – ambos tripulantes se miraron, como si acabaran de decir algo que no debían.
―Puede que volvamos, la verdad es que no sabemos pero solo con el hecho de venir ya es algo interesante – Aiden cambió su posición, se puso más rígido y toco suavemente su anillo de la mano derecha.
―vaya ¿volver? Significa que es algo grave, aunque eso ya lo sabíamos porque estaban aquí ¿no? Pero ¿volver? Eso no se ve todos los días – ambos tripulantes se quedaron callados – bueno supongo que es algo que no puedo saber por obvias razones, solo prométanme algo. Vuelvan con una grandiosa historia y me la cuentan con detalles, para ver cuantas personas mataron – ambos sonrieron.
―Sabes, buenos hombres como tú nos hacen falta, quizás algún día puedas unirte – Aiden aún rechaza esa idea, primero muerto que trabajar con el rey pero se le había ocurrido algo.
―Sí, quizás lo piense pero tengo miedo, he oído historias sobre… - Aiden miró a su alrededor asustado y luego se acercó a ellos – piratas, bandidos del mar.
―No tienes que bajar la voz y actuar así, es cierto que nosotros también y es raro que nos ataquen, estamos intentando rastrear a cada uno de ellos, donde vive, cuáles son sus rutas, todo, cualquier información nos ayudaría – podría fácilmente decirle todo lo que sabía, sus rutas, donde estaban pero esa no era la manera, había varias razones para no hacerlo y la más importante es que no era una rata, él iba a matar a la persona que le quito todo con sus propias manos, además hablar significaba tener mucha atención no deseada y terminar en la cárcel. No, así no.
―Algún día llegara su fin, mientras eso pasa yo me quedare a lo lejos, solo viendo, no me molesta la verdad – a pesar de las varias copas que tenía encima, Aiden aun podía ver las cosas claramente, planear algo, ver lo que había más adentro ¿una guerra marítima? ¿contra quién? Hasta ahora había notado que el acento no era de aquí y eso le causo más curiosidad.
Lastimosamente Aiden no pudo abordar más afondo el tema, solo se pasaba de lado, no quería levantar las sospechas y que sus nuevos amigos se fueran, por eso siguieron hablando de barcos. Las horas pasaron y ellos decidieron comprarle algo a su amigo, aunque realmente no lo necesitaban y luego se marcharon, todos se reunieron para despedirse con gritos y aplausos deseando que vuelvan pronto, todos se reunieron para despedir a esos buenos hombres. Aiden se acercó a su jefe con una pequeña sonrisa.
―Creo que hoy nos fue bastante bien.
―Dilo por ti Rojo, tú eres el único que disfrutaste, por lo menos hiciste que nos comprara algo.
―Es verdad – Aiden se acercó un poco a su jefe, toco su anillo de su mano derecha y le susurro - ¿por qué crees que estaban aquí? No es normal que personas como ellas vengan aquí, no eran de por aquí.
―Tienes un buen ojo y oído, aunque eso se hubiera dado cuenta cualquiera ¿no crees? Rojo, no sé porque están aquí o no lo sé con seguridad, puede ser por cualquier cosa pero una cosa es segura, el rey ha pedido que vengan, el rey los trajo aquí pero ¿por qué? Es algo que quizás tú y yo nunca descubramos. De lo que si estoy seguro es que la economía va a cambiar, para bien o para mal.
―Ellos me dijeron que quizás iban a volver, realmente no me lo confirmaron pero se notaba que si era verdad, además con lo poco que se han demorado, seguramente solo hablaron un poco con el rey antes de volver.
―El rey pide refuerzo hacia el exterior ¿por qué? – ambos se quedan callado pensando – bueno, no hay que romperse la cabeza con eso, a veces pasas cosas así. No pienses mucho Rojo, no hay nada que podamos hacer.
―Quizás, quizás – en ese momento Aiden se acordó de algo, una situación parecida y toco suavemente el anillo – una vez, hace mucho tiempo, escuche la historia de que alguien había derrotado un barco de la realeza y que varias personas importantes visitaron el puerto, casi como esto.
―Hay algo de cierto en eso, los rumores son esos, yo no confiaría mucho en los rumores pero los barcos que se vieron por aquí eran nuestros, los de hoy no eran nuestros, eran de otro reino diferente, ya habíamos tenido una visita así de grande – en ese momento Aiden pensó en ese misterioso ser que conoció hace algunos años y se preguntó si él estaba causando todo esto, y más importante ¿Oxy estaría cerca? Quizás su venganza no estaba tan lejos como pensaba.
―Sabes, tienes razón, creo que debería dejar de pensar en eso, hay cosas que nosotros nunca descubriremos.
Chapter 66: Entrenamiento
Chapter Text
La vida estaba cambiando rápidamente, sentía que tres años de entrenamiento no iban a ser suficiente, ni si quiera una vida entera lo sería pero no podía darse tanto tiempo, ya no podía dar marcha atrás, ya cruzo esa línea y solo podía seguir adelante, hasta que el cuerpo aguante. El malvado brujo muchas veces se encontraba reflexionando, reflexionaba mucho, sobre todo sobre sus enemigos, intentaba adelantarse a ellos, manejar todo sin que los vea pero eso ya no era una posibilidad, solo tenía un camino para terminar las cosas, ya no podía cambiar de planes o pensar en alguno mejor, solo podía esperar que todo saliera como esperaba. No era un hombre de grandes planes, era inteligente pero no tenía todo calculado, no desde el inicio, todo se le iba ocurriendo en el camino, algo arriesgado pero que lo ayudaba mucho, podía moldear lo su plan con las cosas que pasaban a su alrededor pero en estos momentos se sentía estancado, sentía que ya no podía hacer nada, ya no podía cambiar el plan, ya era algo sólido y si le hacía demasiada fuerza se iba a romper. Las cosas ya no estaban en sus manos y eso lo enojaba. Por suerte encontró una manera de sacar todo el odio y no era reflexionando o respirando, aún faltaba cinco minutos para que ella llegara, sabía que era lo primero que iba a decir al llegar, sabía lo que haría.
―¡¿Qué has hecho?! – rápidamente Puppet corrió contra él con un cuchillo en la mano.
―Lenta, aun sigo esquivándote con los ojos cerrados – él le sonreía, era su forma de burlarse de ella – recuerda lo que te he dicho, no te dejes llevar por la rabia.
―¡Que te cayes! – rápidamente corrió para matarlo, él la observo y escapo al último segundo.
―Así serás predecible – ella volvió a intentarlo y él hizo lo mismo – sabes algo, voy a darte unos segundos y cerrar los ojos – él cerró los ojos.
―Te arrepentirás pedazo de mierda – ella corrió, esta vez más rápido que antes pero no fue lo suficientemente rápida, él de alguna manera pudo saber por dónde se dirigía y antes de que lo pudiera golpear, la golpeó en el estómago, lo que hizo que escupir sangre.
―Te lo dije, predecible – ella se arrodilló en el piso mientras recuperaba el aliento – has aumentado tu velocidad, un gran logro para los pocos días que hemos entrenado pero sigues peleando tan mal, sigues acostumbrada a pelear contra enemigos más lentos que tú, así nunca me vas a ganar. Ya te lo he dicho, yo no soy un simple mortal, en velocidad te ganaré así que tienes que ser más inteligente, a veces no tienes que ser el más rápido o el más fuerte para ganar una pelea, a veces un poco de ingenio es suficiente – ella lo mira con odio y él sonríe – lamento lo que tuve que hacer – el brujo estiro su mano para ayudarla a levantarse.
―Tú no lamentas nada – Puppet golpeó su mano y él se río.
―Es cierto, es cierto pero no te olvides que a pesar de todo, somos amigos, me parecía que debía decir eso – ella se levantó con dificultad – recuerda que sigues siendo inferior a mí, por eso voy a ayudarte un poco – él cerró los ojos – en una batalla siempre hay que darlo todo.
Él simplemente tenía sus oídos para poder detectar a su rival pero en realidad no necesitaba más, respiraba lentamente y escuchaba con atención, la escucho correr con claridad, como con cada pisada se acercaba más y más, era mucho más lenta que antes y el brujo creyó que era por el golpe, iba a ser un poco más amable e iba a evitar matarla, iba a jugar con esa misma velocidad. Cuando Puppet ya estuvo cerca él le mando un golpe hacia su estómago, de la misma manera que lo hizo antes, pero esta vez fallo ya que Puppet se había detenido a último momento y se dirigió a la derecha para atacarlo por el costado, esto provocó una pequeña sonrisa al brujo y le decidió dar un premio, que le hiciera un pequeño corte, incluso ella ya no apuntó a su cuello como siempre lo hacía, apunto a la cara y su cuchillo paso por la mejilla de su enemigo.
―Vaya movimiento, eso es ingenio, eso es saber pelear, si me estás escuchando – ella sonrió de satisfacción.
―Ves, no soy tan tonta como crees – el brujo sabía que la única manera de enseñarla era llevándola al límite.
―Aun así te falta mucho camino por recorrer – de repente se escuchó una puerta abrirse, era Camí y Eak – al fin llegaron, te estaba esperando ¿cómo te fue con la espada Eak? ¿si seguiste mis instrucciones? ¿si la trajiste contigo? – Puppet aprovecho para atacarlo por la espalda, ataque que no funciono.
―Es mucho más pesada que un cuchillo o el ridículo palo de madera que me dabas pero por lo menos ya la puedo levantar.
―Y eso que esta espada es mucho más liviana que las normales y cortan mucho más, aunque no prometo nada. Ahora ven que es tu momento de entrenar – Puppet lo seguía atacando y él ni se inmutaba, la esquivaba con facilidad.
―¿Por qué debo hacerlo? Yo los veo a ustedes dos muy entretenidos y no creo que yo pueda hacerles enfrente – lo que veía Eak era como una mancha borrosa iba hacia su jefe y luego lo atravesaba, él parecía que ni si quiera se movía.
―Es verdad que nunca nos vas a ganar, a ninguno de los dos pero te prometo algo, no voy a esquivar tus golpes, los voy a bloquear, porque puedo hacerlo y así es más divertido, así me entretengo – Puppet se detuvo por un momento, su respiración estaba agitada y estaba sudando – por fin te detuviste, aunque no tendrás mucho tiempo para descansar, aunque vas muy bien, vas mejorando y mantuviste muy bien tu velocidad máxima, vas mejorando.
―Algún día te mataré, te lo prometo – él sonrió.
―No serías la primera en intentarlo – él camino al centro de la habitación – ya saben las reglas, Puppet no te pegaré, con la única excepción es que si dejas de correr, voy contra ti y no querrás eso. Eak si tú sueltas la espada, vas a desear estar muerto.
No era la primera vez que ambos hacían eso, ya era algo habitual y sabían que si no lo hacían, recibirían un castigo. La primera en atacar era Puppet, se lanzaba contra su enemigo pero esta vez con más inteligencia, no corría en una sola dirección, intentaba engañarlo aunque esto era imposible, él aun sabía dónde se iba a dirigir pero por lo menos el reto era aún mayor y siempre intentaba esquivar lo más tarde posible. Luego, con algo de dudas y miedo se acercaba Eak mientras sostenía su espada y lo atacaba, este todavía no sabía manejar bien su espada y solo atacaba, no sabía defenderse pero su jefe lo sabía y no le pedía mucho, solo que atacara bien. Al inicio ambos se chocaban demasiado, Puppet lo empujaba para que no estorbara pero con el tiempo, Puppet aprendió a utilizar ese chico, esquivar su espada y su cuerpo, era incomodo pero su rival no se lo esperaría, era una mejor manera de atacar, de agarrarlo desprevenido, así duraban durante horas, hasta que uno de los dos se rindiera, normalmente era Puppet quien lo hacía. Mientras peleaba él le decía los fallos que tenía, por ejemplo que Puppet está atacando de la misma manera y que se estaba volviendo un poco lenta, que Eak no golpeaba con ganas y atacaba siempre a los mismos lugares, además era muy lento y perezoso y que realmente agarraba mal la espada, se burlaba por lo ridículo que se veía. Solo bastaron treinta minutos para que Puppet no pudiera más, para que sus piernas fallaran y cayera al suelo, él intentó asustarla para que siguiera corriendo pero sus piernas no daban más y él decidió tomar un pequeño descanso.
―No voy a decirles que les fue bien porque no es verdad pero por lo menos no empeoraron – él se notaba un poco cansado pero aun así seguía de píe – quiero felicitarte Eak, jamás pensé que podías manejar un equipo pero lo has hecho bastante bien, estás un poco debajo de la línea de competente, te falta un poco para serlo, eso ya es un logro para ti. Me has traído lo que he querido y eso es lo importante, además has matado con tu nueva arma, lo has hecho de espalda pero demuestra una cosa, la espada sirve.
―Es bastante genial pero aún me parece bastante incomoda de utilizar, gracias por todo – el brujo sabía que era mentira pero ese era el respeto que quería que todos le dieran.
―Y puppet, tú lo has hecho mejor que cualquiera, sinceramente pensé que tendría que sacarle un dedo a tu novio, quizás matar a su amiga pero hiciste todo lo que pedí, mataste a todos esos caballeros rápidamente, aunque adivino que fue difícil encontrar un hueco para meter tu triste cuchillo, hay algunos que se tapan incluso la cara y no creo que tu cuchillo sirva para cortar hueso.
―Cállate – dijo ella mirándolo de reojo, su cuerpo no daba más de sí, se había quedado pegada en el suelo – atacaste a personas sin razón, dijiste que estarías alejados de ellos pero hoy me contaron que tú lo visitaste, que le rompiste el brazo a uno de ellos – él sonrió – si pudiera te mataría.
―Eso lo sé, lo has intentado desde que nos conocimos y yo no te prometí que no los iba a lastimar, te advertí que esto pasaría, tú lo sabías y de verdad no quería hacerlo pero no confiaba en esas personas, tenía que saber en qué bando estaba y demostrarles quien mandaba, eran solo negocios pero me cayeron bien – ella lo miraba con odio – algún día lo entenderás, ojalá fuera personal, así me tomaría mejor las cosas – pasaron unos cuantos minutos donde la habitación se llenó de silencio – saben lo que se aproxima ¿verdad? – ambos lo miraron algo confundidos – me refiero a nuestro futuro, nuestros planes, los reyes ya empezaron a mover sus tropas, ya no será tan fácil robarse lo que es suyo. Ahora bien, no me preocupo por ustedes ya que van a sobrevivir pero escúchenme bien, si fallan en algún momento, hacen algo que no está en mis planes, yo les juro que van a desear estar muerto, van a vivir la peor experiencia de su vida y de las que vendrán, no me pueden fallar, no me pueden fallar – ambos lo miraron algo de temor – Puppet ¿te puedes mover? – Ella negó con la cabeza – te daré unos minutos más – él miro a Eak – levántate, vamos a practicar.
―¿Más? Pero si ya terminamos, hice lo mejor que pude – el brujo lo miró fijamente y él rápidamente se levantó – lo siento, lo siento, vamos a entrenar – agarro con fuerza su espada y se preparó para pelear.
―Esta vez será diferente, tus ataques son mediocres pero supongo que siguen siendo ataques pero jamás te he visto defenderte.
―Esta arma se supone que rompe cualquier material ¿no? Entonces ¿qué necesidad tengo que saber defenderme? – el jefe se acercó a él, la distancia entre ellos era bastante pequeña.
―Imagina que te atacan tres soldados al mismo tiempo ¿qué harás? Solo eres uno y solo tienes una espada ¿cómo harás para atacar a los tres? La respuesta rápida es que no puedes, tienes que primero defenderte y luego atacar, no te queda de otra y lo más seguro es que te enfrentes con un ejército completo ¿qué vas a hacer? – Eak no respondió – pero no te preocupes, te atacaré de una manera que sea humanamente defendible, solo pon tu mano por donde se dirige mi puño o te golpearé.
Y así empezó ese nuevo entrenamiento y el peor de todos, le fue pésimo, no defendió nada, tenía más movilidad una abuela que él, eran lento y no sabía cómo defenderse, era golpeado una y otra vez, con el tiempo mejoro y fue alguien decente pero la primera vez que lo intentó, le dieron una paliza, lo tiraron varias veces al suelo y el brujo lo obligaba a levantarse, hasta que no pudo más, todo esto lo decepciono a él y le pidió a Camí que se lo llevara. Se dio la vuelta listo para entrenar a Puppet pero descubrió que ella se había quedado dormida, incluso su disfraz había desaparecido, lo cual lo decepcionaba bastante. Se acerco lentamente sin hacer ningún ruido y la agarró del cabello y la levantó, lo que rápidamente la despertó e intentó soltarse pero no pudo y justo ahí tuvo una idea, había dejado el cuchillo en el suelo, así que rápidamente lo pateó lo más lejos de ellos dos.
―¿Quién te dio derecho a dormir? Espero que haya valido la pena – él la soltó – ahora vamos a entrenar – ella corrió hacia su cuchillo pero él la detuvo agarrándola de la muñeca – espera, aún no he terminado, aun no terminado, vamos a pelear mano a mano.
―¿Qué? ¿por qué lo haría? – ella intento soltarse, sin éxito.
―Eres muy dependiente de esa cosa, lo cual es muy malo para ti, sé que es muy improbable que te enfrentes a alguien superior a ti pero ¿qué pasa si el cuchillo se rompe? No le veo nada especial y seguramente ya te ha pasado.
―Pues compro otro y ya está, tampoco es tan complicado – él la agarró con más fuerza.
―Ese no es el punto, el punto es que te quiero ver pelear a los golpes, por lo menos así será más interesante y no golpearas de la misma manera. Además eso te ayudaría en algún futuro, las cosas humanas son tan frágiles y es malo depender de ellas en una pelea.
―Entiendo, solo mis puños, solo mis puños – Puppet le golpeó con todas sus fuerzas en la cara, pero él apenas reacciono.
―Buen golpe, bueno golpe – él la suelta – veamos que tienes – Puppet aprovecha para agarrar el cuchillo pero al hacerlo él le pisa la mano que agarraba el cuchillo - ¿qué te dije? Eres bastante estúpida – él le pega una patada en las costillas, lo que hace que suelte el cuchillo y él lo vuelva a patear lejos – la próxima vez te quitaré la mandíbula por idiota.
No creo que tenga que decir quien gano la pelea, al inicio el brujo ni esquivaba, recibía los golpes varias veces y él parecía no moverse, era como una roca y decidió no golpearla hasta que fuera necesario, simplemente se quedó quieto siendo el saco de boxeo de la chica, hasta que en un momento, respiro hondo y cerró los ojos. Puppet siguió atacándolo con todas sus fuerzas pero siempre seguía el mismo patrón, patrón que él más o menos se aprendió y la esquivo con una pequeña sonrisa. Puppet cansada de todo esto, decidió varias un poco, hacer unos golpes impredecibles y algunos tenían éxito pero él rápidamente se adaptaba y la esquivaba, con el tiempo no se quedó quieto y empezó a devolverle un par de golpes, golpes bastante lentos y que ella esquivo con toda confianza, sabía que nunca la iba a golpear ya que él no quería hacerlo así que se concentró solo en golpear, vaya error ya en uno de los tantos golpes él la agarró de la muñeca y le partió el brazo, fue tan rápido que ella no pudo ni verlo.
―Eres alguien bastante patética – él la golpeó en la cara – sabías que existes varias maneras de atacar, agarre, golpes en los ojos, patadas pero tú solo diste golpes desesperada, pensé que harías algo grandioso e increíble pero me cansé de esperar – él la golpeó en el estómago – incluso puedes morder al enemigo pero tú solo peleaste como un animal y fuiste tan débil – él la agarró de la cabeza y rápidamente la estrelló contra la pared – esperaba más de alguien como tú – ella cayó al suelo, su espalda se apoyaba con la pared mientras la sangre salía de su cuerpo – no te voy a curar esta vez, ya debiste aprender a curarte – él la miro un poco preocupado pero no tardó mucho en descubrir que seguía viva – aun te necesito con vida, eres demasiado importante para lo que se viene y tienes que estar a la altura, tienes que estar a la altura, a mi altura. Ahora tengo que salir, nos vemos después, cuídate – el brujo dejo a esa pobre chica entre la vida y la muerte, ni si quiera miro atrás al irse.
Chapter 67: El hombre más buscado
Chapter Text
En épocas muy antiguas y oscuras, los magos eran las personas que tenían siempre el control, los demás humanos se escondían de ellos ya que no podían hacerle daño, solo había unos pocos locos que iban contra ellos, aunque nunca ganaba, la humanidad y los magos estaban siempre en conflicto, uno contra el otro y la magia siempre ganaba. Eso era así hasta la llegada del arco y la flecha, no aseguraba la victoria pero ayudaba demasiado contra los magos, poco a poco la gente empezó a odiar a esta gente, a temerle y decidió que lo mejor era sacarlos, eliminarlos, por eso se empezaron a agrupar contra los magos y por primera vez en la vida la humanidad empezó a ganar, pero la victoria humana no solo se debe a los avances tecnológicos, lo que paso es que los brujos se estancaron, decidieron dejar de evolucionar, no estudiaban lo que eran o lo que podían hacer, simplemente eran dioses ¿por qué un Dios mejoraría si ya es perfecto? Nunca tuvieron un reto que superar, alguien que les hiciera cara y por eso terminaron muertos, era una magia débil y demasiado primitiva, no aprendían a usar otras magias o a mejorar su magia, lo que les hizo perder contra un gran grupo de humanos. Los magos fueron cazados, algunos pelearon pero la gran mayoría se escondieron, algo que no era bastante agradable y decidieron explorar su potencial, sabían que nunca podían hablar con los humanos además que jamás los perdonaría por los que habían hecho, ambas partes se separaron y empezaron a evolucionar, pasamos de la piedra al metal y la magia de los magos también fue creciendo, dos culturas que jamás se tocaban. Es cierto que había grandes excepciones, es cierto pero la gran mayoría estaban escondidos, separados y durante varios siglos fue así, muchos de los magos se hacían pasar por profetas o actores de teatro antiguo y la unión de estos dos mundos no se vio hasta la guerra de la trinidad, algo bastante reciente y parecía que la paz entre magos y humanos duraría, que una unión entre ambos podría servir pero muchos años después esa rivalidad reapareció, cuando un brujo muy poderoso empezó a enfrentarse contra los reyes, aunque en realidad al inicio los reyes no sabían a lo que es estaban enfrentando, todo empezó con algunos robos de bandidos que poco a poco se hicieron más frecuentes hasta llamar la atención de los reyes. Aunque en el fondo había algo más, alguien más y los tres reyes lo podían ver, algo no estaba bien, por lo que decían los supervivientes de los ataques, parecía que un ser que no era humano los estaba atacando pero ¿era eso acaso seguro? ¿podía confiar en esa persona? ¿todo lo que decía no era más que delirios? Lo único que importaba ahora era poner el orden donde pertenece, a su lado.
―Listo, ya estamos aquí los tres, las tropas ya se han movido y ustedes dos tienen a sus dos magos para que nos protejan, seguramente están hablando de lo que está pasando en estos momentos, seguramente ellos saben más que nosotros.
―Recuerda que no sabemos que está pasando, solo hemos recibido información de… - Cruz se recostó aún más en la silla.
―Sí, sí los bandidos, todos sabemos que es una molestia pero no es nuestro verdadero problema ¿verdad? Ya me encargué de proteger nuestras carretas. Debemos hablar de la persona que ha estado atacando a nuestros propios hombres. Por eso todos estamos aquí.
―Y no es algo que solo le pasa a Cruz o a ti Alfonso, si fueras tú sería algo más entendible, eres el rey más grande, todos quieren demostrar que están por encima de ti. Pero no, esa persona o cosa o grupo ha estado atacando a los tres al mismo tiempo y no sabemos nada, somos los más fuertes y no podemos hacerle enfrente – el más enojado de los tres era Golden, se sentía bastante humillado.
―Eso no es cierto – ambos reyes lo miraron algo confundido – yo se algo de esa persona, he hablado con los pocos sobrevivientes de sus ataques y me ha mencionado lo que paso.
―Sí, todos lo hemos escuchado, hombre encapuchado, rápido, parecía un fantasma y mato a todos rápidamente, algunos explotaron y otros simplemente desaparecieron pero eso es imposible, imposible.
―De todos los de aquí presente, tú serías el que más debería creer que seguramente nos enfrentamos a un brujo, alguien te robo todo lo que tenías, simplemente un día desapareció como si fuera magia ¿por qué no crees que nos enfrentamos al mismo sujeto? – Golden lo miro enojado – por lo que me han dicho, esa cosa no es humana y quizás es el mismo sujeto – los tres reyes se quedaron en silencio – pero eso no es todo. Eso no es todo, mis hombres han visto un loco con una espada, dos personas lo intentaron detener cuando se estaba robando una carreta y los mato con facilidad, no es la misma persona pero es alguien que por lo menos a mí me causa problemas.
―Yo no he escuchado nada de eso, de hecho no les creería si yo no lo viera con mis propios ojos – ambos reyes abrieron sus ojos y lo miraron sorprendidos – me refiero que un día mientras estaba cazando un hombre se me acerco y cuando menos lo esperé, estaba solo, todos mis guerreros habían muerto, es extraño pero no recuerdo su rostro, solo me dijo que quería conocerme y me entrego una bolsa de monedas por las molestias y desapareció tan de repente. Lo siento pero estoy con Alfonso esta vez, lo que sea ese sujeto no es humano.
―Está bien, está bien, digamos que es un brujo, un brujo muy poderoso ¿qué vamos a hacer? Sigue siendo un ser muy poderoso – Alfonso sonrió un poco.
―Golden, es muy simple, es obvio que esa persona no puede hacernos de frente literalmente, intenta hacernos caer, derrumbar todo lo que hemos construido con inteligencia. Te quito el dinero y ahora nos quita nuestros hombres, eso quiere decir que no es tan fuerte como para hacernos frente – Golden sonrió un poco – además los soldados que mueren siempre han sido en grupo de a cinco o menos. Quizás tenga la magia de su lado pero no se nos puede olvidar que seguimos siendo reyes.
―Una pregunta, yo no sé nada sobre magia y esas cosas pero ¿sus magos no pueden rastrear la magia? ¿no puede diferenciar alguien normal de un brujo? Es obvio que esos dos brujos son lo único que tenemos para defendernos.
―No es tan simple, yo tampoco lo entiendo mucho pero mi mago ha intentado de todo para rastrearlo, apenas sale de su cuarto, al parecer está intentando encontrarlo de alguna manera. Me dijo que era un mago débil o que sabe esconder su magia o algo así, que no lo noto cuando estaba aquí, incluso me dijo que alguien de adentro lo había hecho pasar – algo dentro de Alfonso se activó, todo lo que mencionaba ¿podría ser la misma persona? ¿debería decirles a sus compañeros? Siguió callado con una cara de preocupación – el caso es que no lo noto hasta que era muy tarde, lo ataco por la espalda, como un cobarde pero lo extraño es que no lo mato.
―Quizás es solo un cobarde ¿Cuántas personas no conocemos así? Además es un brujo, si tomo todo lo que me han dicho sobre ellos como verdadero, sé que son personas que se creen superiores aunque no lo son, son seres perezosos, son más fuertes que un humano pero no más que un reino, quizás nuestro amigo también es un cobarde.
―¿Alfonso estás bien? Tienes una cara de preocupación – Alfonso abrió los ojos y se puso un poco pálido.
―¿Qué? A sí, sí, solo estaba pensando en cómo solucionar todo esto – Alfonso soltó una pequeña risa pero Golden lo miro un poco enojado – todo lo que hemos dicho no va a llegar a nada, sabemos que no nos enfrentamos contra un ejército, es solo un humano o algo por el estilo, entonces ¿qué hacemos? ¿cómo lo detenemos? Y no llegue a nada, solo hay una solución, pedir ayuda al exterior – ambos reyes se quedaron callados – sé que son unos raros y engreídos y que quieren meter los dedos a nuestras tierras pero ¿qué más podemos hacer? Además tarde o temprano tendremos que convivir con ellos, van a llegar aquí, la mayoría del otro territorio es suyo y nosotros seguimos haciendo negocios con ellos, deberíamos pedir ayuda.
―No es eso Alfonso, no nos importa como sean esas personas o cuanto nos cueste su ayuda, el problema es que no nos van a ayudar ¿jamás te contaron la historia de tu familia? Literalmente prometieron hacer la vista gorda cuando algo nos pasara, no van a venir, no les importamos.
―Conozco esa vieja historia, claro que la conozco pero ¿eso hace cuanto paso? ¿trescientos, cuatrocientos años? Las cosas han cambiado, las relaciones han cambiado ¿no creen? Todos hemos mandado un hijo al exterior, con ellos, a un mejor futuro, de alguna manera aun seguimos siendo su sangre. Además yo me hablo con ellos y hago negocios, sinceramente quiero que Freddy consiga una buena reina y herede algo más que estás tierras, si yo le pido ayuda me la van a entregar – Golden lo miro con curiosidad, se sentó al borde de la silla y apretó los dientes – no les voy a pedir que manden sus hombres, lo vería como último recurso y no creo que nos lo vayan a entregar, ellos están pasando por un momento muy delicado. Lo que yo quiero es buscar algo de información ¡Estamos hablando de la cuna de la humanidad! El lugar con más avances en la humanidad, donde la sabiduría reina ¿no creen que tendrás algo sobre los magos? Obviamente sí. Para acabar con tu enemigo primero hay que conocerlo.
―No me parece mala idea, no me parece mala idea – dijo Golden pensativo – supongo que las cosas no escalaran a mayores pero no podemos bajar la guardia muchachos, nuestro enemigo se esconde donde no lo podemos ver.
Los tres siguieron discutiendo aunque no llegaron a nada interesante, Alfonso si les escribió una carta a sus compañeros en el extranjero, supuestamente para pedir información de un libro pero cuando los barcos no llego solo uno como era costumbre, no, llegaron varios a hablar con el rey, algo que a Golden lo puso muy nervioso y desconfiado, algo no le estaban contando, algo estaban ocultando. Y tenía razón, aunque los tres ocultaban algo entre ellos, era lo normal entre los reyes pero la relación poco a poco se puso más tensa y Golden no confiaba en sus compañeros, decidió hacer algo bastante lógico, se acercó a su mago y le golpeó la pared.
―Tenemos que hablar, tenemos que hablar – rápidamente la pared se abrió y el rey entró y la pared se cerró– ya me has dicho que no lo puedes rastrear ¿verdad? – el brujo negó con la cabeza – y ¿cómo se te da para espiar las personas? ¿puedes hacerte confundirte con las personas? Y puedes hablar.
―En teoría si no uso magia sería como cualquier humano normal y jamás he espiado a nadie pero si usted lo necesita.
―Se que Alfonso no me está diciendo todo, sé que me oculta algo y es obvio que si le pregunto me va a mentir a la cara, necesito encontrar la verdad ¡pero que no te vea por qué te mato! – el rey le dio la espalda y el brujo sonrió.
―No se preocupe señor, le prometo que le traeré la verdad y nada más que la verdad – él le abrió la pared – por cierto, sé que no es de mi incumbencia pero quizás podíamos poner una recompensa para conseguir información sobre el sujeto, cualquiera – el rey salió de la habitación.
―Tienes razón, no es de tu incumbencia, haz lo que te pedí y luego hablamos.
Antes de terminar querido espectador, te pregunto ¿cómo harías para agarrar a tu propia sombra? Parecía imposible y seguramente lo era y eso era lo más molesto de todo, parecía como si el brujo estuviera demasiado alejado de todos ellos, ni Golden ni Alfonso podían dormir bien, el miedo y los nervios lo atacaban, al único que parecía no importarle era a Cruz. Todos recuerdan esos días de tensión, incluso se podía respirar en el aíre y tocarlo, todos sabían que algo pasaba pero pocos podían ver el panorama completo. Ahora, una última pregunta ¿cómo acabas con un castillo? En realidad, solo hay una respuesta correcta.
Chapter 68: Nuevos cambios
Chapter Text
Cuando Freddy cumplió los diez años, las cosas cambiaron demasiado, cada vez la guardiana pasaba menos tiempo con Freddy, este pasaba todo el tiempo en su cuarto, un poco molesto, apenas le hablaba y la situación no le favorecía a ella, el rey había movido sus tropas para proteger algo, algo que ella no sabía pero ahora el castillo estaba más vacío, no se escuchaba ni un alma y ella tenía que recorrerlo, solo para asegurarse que no tuvieran una visita no deseada. Todos estos cambios a la guardiana no le importaban, era una lástima no poder hablar con su pequeño amigo pero sabía que pronto lo volvería a ver. Un día, como cualquier otro, ella estaba caminando con tranquilidad, pasando por lugares vacíos, incluso fue hasta el calabozo y en su recorrido empezó a escuchar muchos pasos, era una multitud y por los pasos pesados seguramente eran caballeros, esto le llamo un poco la atención de la guardiana, rápidamente se acercó y observo a varios hombres con una armadura reluciente, mejor que la suya, con lanza y espada, no eran de por acá. La guardiana los observo de lejos, sabía que no debía acercarse más, que iban a visitar directamente el rey, no podía quitarle algo de su valioso tiempo. Decidió volver al cuarto de Freddy y por suerte, ese día el chico se dejó ver, salió de su habitación y la abrazó, luego la agarró de la mano y empezaron a caminar juntos, al inició él le hablo de cosas banales, sencillas, como que vio con un pájaro se posaba en su ventana, los sueños que ha tenido y que por fin ha empezado sus clases de espadas, que era muy joven y no sabía hacer nada pero los reyes siempre deben aprender jóvenes, además le prometió ser igual de bueno que ella, llegar a su nivel y esto provoco que Ann sonriera.
―Por cierto ¿ya están aquí? Creo que los vi entras.
―¿A quiénes te refieres? – Freddy le sonrió.
―¿Cómo que a quién? A los grandes guerreros del exterior, según mi padre dice que son nuestros vecinos aunque no lo creo o no sé, dicen que su reino es superior al nuestro, que son la cúspide de la humanidad.
―Sí, los vi, aunque no pude hacer mucho, creí que fueron a ver a tu padre y no quise preguntar, supongo que el rey tiene cosas importantes que atender.
―Sí, mi padre los llamo, no me quiere decir, cree que no lo voy a soportar pero no soy tan tonto, soy un chico listo, aunque tú también deberías saber porque los llamo. Cada vez el castillo se ve más solitario.
―¿Los llamo para cuidar su casa? No creo que sea eso.
―No – Freddy soltó una pequeña risa – no es por eso, no es por eso, se enfrentan a otra cosa, llamaron refuerzos para enfrentarse a un verdadero enemigo – siguieron hablando más, sobre todo Freddy que no paraba de hablar y por azares del destino, terminaron en el patio.
―Vaya, pero si es la grandiosa Ann – dijo uno de los caballeros de afuera – eres bastante famosa por aquí, dicen que eres la mejor de tu clase, alguien realmente admirable – Freddy abrió la boca emocionado – y adivino que ese pequeño chico es el príncipe Freddy, un gusto – el caballero hace una reverencia, Freddy le hace una cara de asco pero rápidamente la cambia su expresión – me han contado mucho de usted.
―¿Enserio? ¿qué le han contado? – la guardiana lentamente agarró el mango de su espada.
―Que eres la mejor, no hay nadie como tú, bastante habilidosa. Ojalá exista más mujeres como tú, fuertes y altas – la guardiana soltó una pequeña sonrisa – pero lastima, los caballeros nunca tienen un buen amor, jamás conseguirán nada.
―Si has venido aquí para coquetearme, no va a funcionar, además hay un chico presente – el caballero se río.
―No, no vine a eso y es un halago, es raro ver que el nombre de un caballero de vueltas por tanto tiempo, a ti te mencionan como si fueras Dios, alguien superior pero igual de misteriosa, no eres de aquí o eso dicen todos y que eres ruda. Solo quería probar si todos tus rumores eran ciertos.
―No sé qué dicen de mí pero la gente tiende a exagerar – el caballero le sonríe de forma coqueta.
―No creo, esta vez no – ambos se quedaron mirando – bueno, solo tuve curiosidad y si por alguna vez te interesa, te puedes pasar al otro lado del charco, te prometo que te pueden dar mucho más.
―No gracias, tengo una promesa que cumplir – dice mientras pone la mano en el hombro de Freddy y él sonríe.
―Lo sé, lo sé, eres todo lo que dicen y mucho más. Te daré un pequeño consejo ya que me caíste bien. Al parecer se están enfrentando algo que no es humano, aunque tú debes saberlo mejor que yo y la verdad es que en una batalla solo contra él jamás le ganaras, dale una pequeña victoria para que baje su defensa y ahí le atraviesas el corazón, no es lo más honrado pero vas a salvar todo un reino. Además, esto va a sonar muy mal pero cuidado con el rey, está muy sensible y con razón, te recomiendo que no le digas nada o estes en su contra, parece que en cualquier momento te ejecuta y tú debes tener más cuidado que todos, cuidas a su hijo.
―Lo tendré en cuanta, gracias por todo – el chico se fue con una sonrisa.
―Y ¿te gusto el muchacho? – Ann se ríe.
―Es bonito, no lo voy a negar pero necesito más un día para enamorarme o que me guste, es alguien interesante, su personalidad me gusta, es diferente a todos los que están aquí aunque es extraño que este aquí y no con su equipo – Freddy había cambiado su expresión, la miraba algo confundido y atento.
―¿Personalidad? ¿crees que es una buena personalidad? – Ann lo mira a los ojos y le sonríe con dulzura.
―Sabes algo, en la vida hay que ser un poco cómo él, mostrarse seguros o si no la vida te pasa por encima, tienes que tener la frente siempre en alto y seguir adelante, es mejor que ponerse a llorar, tarde o temprano tienes que parecerte a él.
―Ser como él – susurro Freddy para sí mismo – sabes, esa persona olía un poco raro ¿no crees? – Ann simplemente se encogió de hombros, Freddy abrió la boca como si quiera hablar pero mejor se quedó callado.
Ann no veía todos los cambios, nadie puede ver todos los cambios que pasan en nuestra vida, en nuestro alrededor, para ella la mayoría de las cosas permanecían estáticas, casi iguales pero pronto se rompería esa burbuja, quizás porque estaba con Freddy no se daba cuenta de lo más evidente o lo que pasaría después. Lástima que para ese día Bonnie no estaba, había salido pero nadie se había dado cuenta, solo una persona, lástima que esa persona no tenía el suficiente valor como para decirlo, esa persona había aprendido que era un monstruo, alguien muy peligroso y si decía algo, podía sospechar de su verdadera naturaleza, descubrir el monstruo que era y perder a su amiga, por eso ignoro todo, se mordió la lengua y se guardó el secreto. Freddy después de esa visita estaba cayado, demasiado cayado algo que poco a poco se volvía algo normal, Ann no quería interrumpirlo, seguramente estaba pensando, dentro de poco ya sería todo un príncipe, sus amigos le habían dicho lo difícil que era y la transición que hacían, incluso escuchando a la reina, se notaba que no era algo fácil, te llenas de dudas y por un momento te pierdes, o eso es lo que todo el mundo le decía.
―Ann, tengo una duda – dijo Freddy con la mirada agachada.
―Hare todo lo posible para responderla pero recuerda que yo no sé nada del reino o como se reina.
―No es sobre eso, no es sobre eso, ojalá lo fuera. Mi pregunta es ¿cuándo sabes que haces algo correcto? – Ann lo miro confundida – ya sabes, cuando tienes que tomar una decisión ¿cómo sabes que escogiste bien? – Ann se queda callada y piensa ¿de dónde se saca tantas preguntas este niño? Jamás se había preguntado algo así en su vida y mucho menos a esa edad.
―Pues no lo sabes – Freddy tímidamente la mira – tu cuando escoges no sabes si escogiste bien o mal, algunos creen que escoger bien es pensando en el prójimo y otros que lo mejor es pensar para sí mismo, no creo que haya una forma de escoger bien o lo que es lo correcto.
―Entonces ¿cómo lo haces tú? ¿por qué cuando escoges algo nunca dudas? Eres un caballero, no puedes dudar cuando te enfrentas a un enemigo ¿cómo sabes que es correcto matarlo? – algunas lágrimas salían de su rostro.
―Es bastante simple, ya soy vieja y ya he recorrido por tu camino, con el tiempo empiezas a crear tu alma o algo por el estilo, nunca dudo porque ya sé que es lo correcto y lo incorrecto para mí, actúo por instinto y ni si quiera se si matar es lo correcto, si le preguntas a la iglesia dice que no, que matar es un pecado pero si matas a los enemigos del rey te premian. No dudo porque sé que estoy escogiendo lo correcto, soy sincera conmigo misma y sigo mis ideales. Cada vez que tengas que escoger, haz lo que crees mejor, si crees que lo mejor es matar a alguien, no lo dudes, con el tiempo vas a aprender a serle fiel a tu mismo.
―Pero ¿qué pasa si esa decisión termina lastimándome o lastimando a las personas que amo? – ambos habían llegado a la habitación de Freddy.
―Toda acción provoca una reacción, las consecuencias van a llegar y si piensas en ellas demasiado jamás tomarás una decisión, tendrás tanto miedo que no decidirás nada y a veces eso es peor. Hay ocasiones donde no puedes pensar mucho y solo puedes seguir tu instinto, tu alma, pero cuando puedas solo te haces esta pequeña pregunta ¿vale la pena el sacrificio? ¿el peligro? Si la respuesta es sí, no lo pienses dos veces y has lo que tengas que hacer. El mundo no está hecho para los débiles o los que dudan, solo has lo que creas correcto – Ann le acaricio el cabello – aun eres joven y no te preocupes por eso, tus padres o la vida te enseñaran a tomar las mejores decisiones – Freddy la abrazó con fuerza.
―Gracias, gracias. Te prometo que lo tendré siempre en cuenta – dijo antes de volver a entrar a su cuarto.
Cualquiera se hubiera dado cuenta que Freddy no estaba bien, la guardiana decidió quedarse al lado de su puerta por si acaso, sabía que eso podía meterla en problemas pero no le importaba, su trabajo era defenderlo y en este momento él lo necesitaba, se mantuvo cerca a la puerta y nadie la iba a mover. Ann quería hacer más, poder entrar y abrazarlo o algo por el estilo pero no sabía qué hacer con exactitud o si él la necesitaba, quizás solo necesitaba a sus padre o a su madre o quizás no, no sabía y lo único que podía hacer era esperar a que pidiera ayuda, lo único que pudo hacer es esperar, escuchar atenta y entrar cuando crea que sea necesario, cuando él pida ayuda o la necesite. Adentro de esa habitación estaba un chico peleando con alguien, al inicio lo hacía en voz baja, calmado, casi en un susurro pero la conversación aumento, se puso más caliente la conversación y sin darse cuenta, Freddy estaba gritando, las paredes eran gruesas y se oía poco pero la guardiana pudo escuchar unas cuantas palabras.
―No te haré caso, no y no ¿acaso no viste lo que paso hoy? Me prometiste algo. No te haré caso, solo eres un parasito. Aléjate, aléjate
Freddy estaba discutiendo pero no se oía otra voz, estaba él solo, incluso daba el tiempo para que la otra persona hablara pero estaba solo, no había nadie y eso preocupo un poco a Ann, lástima que no pudo escuchar más ya que Freddy volvió a bajar la voz. Ella quería quedarse más tiempo, entrar pero en este momento el rey la llamaba, quería hablar con ella sobre algo y la guardiana no opuso resistencia, camino al lado del caballero hasta llegar al trono, donde él la estaba esperando sentada.
―Se que no debería hacer esto, ni si quiera decírtelo pero no confió en nadie más. Tengo una misión importante y no quiero que esto salga de aquí, tu vida puede depender de ello.
―Sabe que puedo hacer lo que sea, solo pídalo y lo haré – la guardiana sabía que tenía el ojo encima, el rey desconfiaba, no podía darse el derecho de decir que no.
―Como puedes ver, han llegado nuevos miembros a nuestro castillo, quisiera decir que solo fue una linda visita por parte de nuestros lejanos vecinos pero no creo que sea así. Tengo prohibido contarte todo lo que pasa, hay partes que yo no sé y desconozco pero te puedo decir algo, ellos no se van a quedar quietos, sé que quieren ayudar y nos van a ayudar pero ¿eso son todos sus motivos? Conozco a los reyes, algo los beneficia tanto como para mover su culo.
―Crees que no van a traicionar – el rey se quedó callado, pensando.
―No, esa no es la forma en que ellos actúan, se mueven en las sombras, quieren expandirse pero de una manera sutil. La verdad, no confió en ellos y tampoco puedo negar su ayuda, primero porque sería algo positivo para nosotros en estas épocas tan oscuras y segundo ¿cómo crees que reaccionaría el rey? Nada bien, no puedes decirle no a un rey, menos a los que son más grandes que tú, por eso quiero pedirte varias cosas. Primero quiero que estés en las clases de Freddy, no quiero que te separes de él, tendrá su propio profesor para que aprenda a utilizar la espada y todo pero tienes que estar en su misma habitación, en estos momentos él es el objetivo más apreciado para nuestro enemigo.
―Le prometo que nada malo le pasará a mi cargo.
―Eso lo sé, por eso te pongo al frente. Ahora lo segundo es más peligroso y debes tener más cuidado, cualquier paso en falso sería nuestra perdición, quiero que sigas a los caballeros, que sepas lo que hacen, quiero que lo veas con atención y descubras sus verdaderos motivos, quiero saber dónde van, que comen, con quien hablan, lo quiero saber todo, no me importa cómo – esto le parecía un poco exagerado a la guardiana pero el rey tenía razón, la traición nunca viene del enemigo – por obvias razones no pueden descubrirnos, le estaremos dando motivos para invadirnos, para destruirnos. Esto no debe salir de aquí, solo cuenta esto con las personas que tengas más confianza si es necesario.
―Hare mi mejor esfuerzo señor, gracias señor – la guardiana salió de la habitación.
Chapter 69: Problemas en el paraíso
Chapter Text
―¿Sabes cómo está Owynn? Se que lo has visto hoy.
―Lo fui a ver, aun esta débil pero va a sobrevivir, es un chico fuerte. Deberías visitarlo Usagi, se te nota que quieres verlo – Usagi suelta una pequeña risa nerviosa.
―Es mi amigo, claro que lo quiero ver. Aunque él no es el único que me preocupa ¿cómo está Puppet? ¿la volviste a ver? – Loon soltó una pequeña sonrisa.
―Sí, sigue con vida, me ha hablado lo que ha pasado, la razón por la que vino, dijo que lo mejor era quedarse callada por el momento, nos contará la versión segura, la menos peligrosa, aunque ni con eso nos promete que estaremos a salvo, mientras yo sigo con ella nosotros... – Usagi le sonrió.
―Si la dejas te juro que te mato – Loon la miro sorprendido – jamás te he visto tan feliz, ella es la indicada, el amor también es un tipo de infierno que a veces te hace tocar el cielo ¿no vas a luchar por eso? Estaremos bien, estaremos bien, aunque lo mejor es ignorar todo el desastre a nuestro alrededor – Usagi suspiró.
―Sí, las cosas no pueden estar peor.
Lastimosamente Loon estaba equivocado, las cosas iban a empeorar poco a poco, no puedo afirmar si todo fue plan de él o fue un simple daño colateral pero lo constantes robos a los reyes, los emprendedores, la gente rica para que me entiendan, provoco algo más grande, algo que era impensable. Los pobres empezaron a entrar en las casas de las personas más ricas, muchos intentaron robar joyas, cosas de valor a las personas más altas, ninguna persona pudo cometer su misión con éxito pero eso no desincentivó a la gente, todos lo seguían intentando, el rey no se quedó de brazos cruzados y ejecutó a todos los criminales enfrente de los barrios pobres. Toda la tensión se podía sentir, se podía tocar, el descontento de la gente se podía ver, parecía que alguien más estaba manejando las calles, por suerte, todos los mineros eran fieles a Usagi y a Loon, seguían trabajando para ellos y lo más importante, querían a Owynn, lo trataban como un hijo pequeño, alguien a quien proteger y adorar. Owynn no les dijo mentiras, les contó la verdad de lo ocurrido aunque les pidió, mejor dicho les suplicó que no hicieran nada, que se quedaran callados, que las cosas ya se habían arreglado y mientras estuvieran juntos, a ninguno le pasaría algo. Los mineros se dieron cuenta de lo que estaban pasando, sabían exactamente quien era el que movía los hilos y decidieron apartarse, siguieron fieles a sus jefes y evitaron que ese mundo de caos los tocara, eran casi las únicas personas de los barrios pobres que seguían ganando dinero de forma honrada.
―Las ganancias han aumentado poco a poco, los reyes necesitan más estos minerales, todos necesitan un poco más por todo lo que ha pasado, además con la llegada de esos barcos, todos están interesados en lo que tenemos, lo que provoca que los precios suban.
―Venderlo al mejor postor, pero hay un problema ahí, todos son malos perdedores van a exigir más, podemos sacar mucho dinero de esto pero hay que tener cuidado ya que pueden pensar que estamos guardando nuestro producto para que sea más escaso y así subirles el precio – Usagi se estaba mordiendo la uña.
―No creo, primero los reyes tienen que pensar para llegar a esa conclusión – ambos se rieron – no creo que hagan algo así. Sabes que podemos aumentar nuestro producto en cualquier momento, más de lo que hemos hecho todos estos días simplemente para estar seguros pero eso no es lo que te preocupa ¿verdad? Sabes que los reyes no nos harán nada y lo que nos está pasando es lo mejor, ganamos bastante bien y muchos quieren entrar aquí para ganarse su pan de cada día. No te preocupa los reyes.
―Es verdad, ellos no me importan, están concentrados en otras cosas, ni van a sentir el aumento de nuestros precios, les da igual y piensan en otras cosas, lo que me preocupa es la razón por lo que esto está pasando – ambos se quedan callados, intentando ordenar palabras, ambos estaban evitando mencionar lo que estaba pasando, ya sea de manera consciente o inconscientemente – ya sabes que nuestros vecinos han empezado a ser atacados.
―Lo sé, lo sé, una tragedia aunque los responsables han recibido su castigo – Loon le dio un suave golpe en el hombro intentando que no pensara en ello, algo que no funciono.
―Eso no importa, no ha evitado que las personas entren y ha hecho que el rey ponga más atención a esos sectores altos lo que provoca que gasten más hombres y materiales en eso, además de los otros robos, incluso a puesto cara contra el rey y les ha funcionado hasta ahora ¿qué podríamos hacer nosotros? – ambos se quedaron callados, evitando verse uno al otro – aunque no nos ha pasado, lo cual es muy extraño ya que uno pensaría que seríamos los primeros. Te pregunto ¿nos han vuelto a robar nuestra mercancía? – Loon negó con la cabeza – solo hay una respuesta.
―Puppet dice que él nos va a proteger o va a evitar que todo el caos no nos caiga encima de nosotros, al parecer cumple con su palabra ya que nadie nos ha robado y yo no he tenido problemas con visitas no deseadas y tú tampoco. Aunque él le dejo muy en claro que no nos iba a defender de personas como los reyes o caballeros, si por algún motivo ellos sospechan de nosotros, estamos solos. Podemos estar tranquilos.
―Pero ¿Por cuánto tiempo? Has escuchado lo mismo que yo, incluso lo has visto con tus propios ojos, no es alguien que se pueda confiar, en cualquier momento estará encima de nosotros, va a pedirnos algo y nosotros no podemos rechazarlo.
―Tienes razón pero… - Loon no pudo decir nada para hacer sentir mejor a su amiga.
―Así están las cosas – ella golpeó la mesa con fuerza – bueno, no es momento de lamentarse, es hora de pensar en nuestro futuro. Es obvio que no podemos hacer nada contra él y mucho menos ahora, estoy casi segura que tiene el ojo encima de ti y de tu noviecita, solo podemos cruzar los brazos e ignorar todo lo que está pasando y esperar a que todo vaya bien ¿cómo vamos en la producción? – Loon la miro algo confundido – vamos, aun sigo siendo el jefe de este lugar, necesito saber cómo están las cosas.
―Pues vamos aumentando poco a poco, aunque no es lo suficiente para los tres reyes aunque no se pueden negar o regañarnos, nosotros seguimos dando lo que pactamos y ellos siguen necesitando de nuestros servicios, así que solo muerden sus lenguas y aceptan.
―Eso es obvio, ahora háblame de lo que pasa afuera ¿qué te ha dicho Puppet? Tenemos que saber todo lo que pasa debajo de nosotros, como han estado los negocios.
―La verdad no es nada bueno, robos y muertes, ha sido una tragedia, sobre todo para los barrios pobres. Ella cree que los ataques a los ricos es algo no planeado de él, estaba igual de sorprendido cuando le dijeron, las cosas se salieron de control aunque a él no le molesta, aprovechará todo esto y va a evitar que toda esa sangre llegue hacia nosotros. Todos estos desgraciados sucesos han provocado el descontento de la gente, aunque no van a hacer nada, además como ya sabes esto no solo le pasa a un reino, les pasa a los tres, un total desastre. Aunque no todo es malo, no todo es malo, ya que con la llegada de los nuevos guerreros, los caballeros del extranjero, las cosas se han empezado a calmar, ya es poco común los robos y saqueos a los pequeños y grandes comerciantes.
―Habrá que decirle todo esto a Owynn, estará emocionado por volver, nos va a pedir que le contemos todo lo que se perdió.
―No es mi turno, te toca a ti, ya es momento que lo visites, ya han pasado tres semanas desde que sufrió ese accidente – Usagi lo miro serió – ataque mejor, no fue un accidente. Por suerte ya se ve como nuevo.
―Así se escucha mejor – Usagi se miró sus manos – sí, debería darle una visita, aunque tengo miedo hacerlo, a veces tengo el presentimiento que alguien o algo nos está vigilando.
Chapter 70: La carretera
Chapter Text
―Como en los viejos tiempos ¿no Meg? Cuando aún éramos una gran banda – Meg lo miro de reojo, estaba enojada – no lo vuelvo a mencionar, lo siento.
―No, está bien, está bien, no puedo enojarme porque me recuerdes a él, sinceramente todo me hace recordad a él y por eso estoy de mal humor todo el tiempo, me hace falta su presencia – ninguno de los dos hablo, lo único que hacía ruido era el caballo galopando y las ruedas de la carreta moviéndose – sí, me trae muchos buenos recuerdos, casi no pudimos avanzar porque Spring no sabía cómo hacer que el caballo se moviera – Bon sonrió.
―Y la tortura que era controlarlo, casi nos chocamos contra un árbol – ambos se rieron – y me acuerdo que casi muero, me empujaste con tanta fuerza que casi caigo debajo de la carreta y moría aplastado – Meg lo miró y sonrió.
―No seas exagerado, no fue tan fuerte y con lo despacio que iba la carreta te daba varios días para escaparte. Aunque cuando arrancamos casi no pudimos detener el caballo, estaba segura de que ambos íbamos a morir – ambos se rieron bastante.
―Y lo que temblaba Spring al entrar al lugar, pensaba que alguien nos iba a detener, nos iba a robar, que los caballeros notarían que algo raro pasaría y nos capturarían, como temblaba el pobre muchacho.
―¿Solo Spring? Tú estabas pálido cuando llegamos, casi te desmayas, eras básicamente un muerto, parecías un fantasma – ambos se volvieron a reír, se rieron hasta que el estómago les empezó a doler – fueron buenos tiempos y nuestra primera gran misión, recuerdo lo que ganamos, incluso Joy nos felicitó.
―Sabes, éramos un gran equipo, el mejor de todos – silencio entre ambos, pero esta vez no era un silencio incomodo, ambos tenían una pequeña sonrisa mientras recordaba momentos pasados – me acuerdo cuando Spring intentó adoptar un gato dándole de comer un tomate pero este le aruño la cara – ambos soltaron una pequeña carcajada.
―Aunque bueno, eso le pasa por tonto, los gatos son fieras temibles, hay que tomárselos enserio, son bestias muy temibles que te arrancan la cara con sus garras.
―Sí, sobre todo cuando te dice miau y te ronronea, eso te destruye el alma y caes al suelo muerto – Meg le sonrió – Spring era alguien con buen corazón, hizo todo lo que pudo para darnos una buena vida y al final, fue alguien bastante honorable, tan especial y siempre te alegraba con su sonrisa, lástimas que tuvo que morir tan pronto – ambos se quedaron callados, los buenos tiempos habían acabado.
Ambos se encontraban dentro de una carreta en dirección a un lugar secreto, un lugar que ellos nunca habían conocido, en realidad salían poco del reino, solo en ocasiones especiales. Él les había encargado el robo de unas cosas, una carreta para luego llevarla de lugar de un lado a otro, lo cual parecía simple, el problema es que tenía que robárselo a unos comerciantes, tenían que robar la carreta y matar a todos los presentes, algo imposible para ellos, no les gustaba matar y se mentían diciendo que no lo volverían a hacer, incluso se negaron en hacerlo de la manera más sutil que podía. Aunque eso eran solo palabras, palabras alejadas de la realidad, lo que en realidad pasaba es que los robos a los comerciantes habían aumentado, los caminos ya no eran seguro y cualquier loco te podía robar, algo que ya había pasado años atrás, ahora el problema es que los reyes estaban protegiendo sus caminos, las carretas de los comerciantes, los robos habían aumentado tanto que llamaron la atención de los reyes, ellos dos solos jamás podrían contra un solo caballero. Él sabía esto de antemano, por eso les dio una solución, no solo fueron ellos dos, él envió uno de sus más fieles guerreros, un chico de pelo gris corto y unos ojos morados, ellos no se pudieron negar y así los tres fueron donde su destino. Cuando escucharon algo acercarse, movieron a los caballos a un lado del camino y esperaron detrás del camino, ni Meg, ni Bon sabía que debían hacer, tenían un poco de miedo y solo se quedaron viendo como el chico se paraba enfrente de la carreta, provocando que todos pararan y en un pestañeo todos los que estaba ahí habían muerto y el chico había desaparecido. Ambos salieron con miedo, el chico estaba apoyado en la carreta mientras respiraba con dificultad, ellos querían decir algo pero ese hombre misterioso fue el primero en hablar, les dijo que siguieran el camino hasta llegar a su destino, una pequeña casa de madera, les dijo que él no podía acompañarlos, debía hacer otras cosas y les advirtió de hacer algo mal, él jamás lo perdonaría. Al final ellos siempre cumplían, todo lo que les ordenan ellos lo hacen y esta no fue la excepción.
―Creo que ambos necesitamos charlas sobre algo, y no hablo de ese hombre que hizo magia, un milagro contra esas personas, me refiero a él – Bon agacho la mirada – no sé cómo lo conociste, no sé lo que ha dicho y lo siento por no decírtelo antes pero… - Bon la miro y le sonrió.
―Entiendo tus motivos, no los comparto pero estabas intentando hacer lo que creías correcto, no hiciste nada malo, la primera vez que lo vi intenté golpearlo, no pude ni agarrarlo, sé que no es humano, quizás es el diablo. No hay nada que mencionar.
―Eso no es cierto, eso no es cierto. Lo conozco mejor que tú, sé lo que es capaz de hacer, sé que es un mentiroso y por eso necesito saber que te dijo – Bon no le respondió – por favor.
―¿Por qué lo tendría que hacer? Tú no me dijiste nada de él y todavía no me has dicho nada sobre él, yo acepto que no me lo digas pero no me obligues a yo decírtelo, no lo haré. Además creo que de alguna forma eso va a empeorar nuestra situación – Meg suspiró.
―¿Qué quieres saber de él? No he sido justo contigo, no merezco ser llamada tu amiga pero hay que dejar eso atrás.
―¿Cómo lo conociste? ¿por qué trabajaste con él? ¿por qué no nos habías dicho nada, lo que sea, aunque fuera una pequeña pista? – Meg se quedó callada, pensando. No quería mencionarlo, no quería decir que Spring fue el primero que lo conoció, no quería ensuciar su nombre, no quería que lo recordara así.
―No me acuerdo cuando lo conocí exactamente, la memoria no es algo confiable, no lo recuerdo con seguridad pero fue después del funeral de Spring, en esa época que no salía de mi cuarto, ahí lo encontré y bueno, charlamos. Fue algo bastante extraño, es algo que casi siempre me pasa al hablar con él y quizás a ti también te pasa y es que sientes que estás hablando como en un sueño, sientes que nada a tu alrededor es real, que no tienes el control de tu vida. Ahí él me prometió algo que deseaba, lo que más deseaba en mi vida, me lo prometió cosas imposibles, no importa cómo me lo dijera yo no le creería, no le creí hasta que me mostró que de alguna manera era posible, fui una completa estúpida y creí ciegamente con él y empecé a trabajar bajo sus órdenes. No le dije nada a ustedes no por querer protegerlos, por lo menos no al inicio, estaba tan emocionada con lo que pedí que los olvide – Meg suelta algunas lágrimas – olvide que ustedes existían, simplemente sentí que no necesitaba nada más, olvide las personas que realmente me importaban. Con el tiempo descubrí en que me metí y tuve miedo, mucho miedo y no quería arrastrarlos conmigo, él me lo dejo muy en claro que la persona que mencionara todo esto lo metería conmigo, trabajaría con él o lo mataría. Pensé que lo mejor era quedarse callada – Bon se quedó en silencio, pensando.
―Primero que nada, deja de llorar, no es tu culpa – le puso una mano en su hombro – actuaste como cualquiera, no es tu culpa. No llores que así no te vez bonita – Meg se limpió las lágrimas y sonrió – ahora, no sabía que él te había dado algo a ti, que te daba una recompensa – Meg lo miró confundida – la primera vez que lo vi fue horrible, pensé que era una pesadilla pero no me tomo mucho tiempo para descubrir que no lo era, él me dejo un pequeño regalo. Él no me prometió absolutamente nada, no me prometió darme lo que más quería, solo me dice que si quiero vivir tengo que hacerle caso, ni si quiera me paga, si es que a ti lo hace, a mí solo me amenaza y yo le hago caso. Ya lo has visto, obviamente le haré caso a algo que no es humano – hubo un silencio entre ambos, Meg se intentaba calmar mientras Bon pensaba, no en algo especifico, solo dejaba que sus ideas fluyeran como un río – por cierto ¿qué te prometió para que acetaras trabajar con él? Ya que nunca te amenazo para que aceptaras – Meg acarició la cuerda del caballo, la miró fijamente y abrió la boca, aunque no dijo nada, le era difícil decirlo, las palabras se perdían en el nudo de su garganta.
―Va a sonar estúpido, es estúpido y lo peor es que aún creo que es imposible, aunque ya no sé porque lo hago, porque sigo a su lado, quizás miedo a morir o a que les haga daño, ya no tengo otra opción, a lo mejor al final cumple lo que me prometió – Bon la miró fijamente, estaba esperando la respuesta, respuesta que parecía alejarse un poco – él me prometió ver a Spring una última vez, agarrarlo una última vez – ninguno de los dos no dijo nada, se quedaron completamente callados e incomodos – yo creí que era posible. Aún lo sigo creyendo, ya lo has visto hacer cosas imposibles, la pregunta es ¿realmente lo va a hacer? Yo ya no lo creo pero tengo que seguir adelante, es lo que Spring hubiera querido.
―Entiendo, yo también hubiera hecho lo mismo.
Ninguno de los dos hablo más, se quedaron callados, Meg golpeó un poco el caballo para que fuera más rápido y Bon solo miraba el paisaje, se sentía realmente mal y no paraba de pensar en su compañera, quería hacer algo pero era imposible, nada se podía decir en ese momento y lo mejor fue mirar su alrededor y escuchar el caballo galopar. El tiempo paso y el silencio se volvió demasiado incomodo, Meg miraba al frente, atenta de algún peligro, evitaba pensar en todo lo que había dicho, algo que era demasiado difícil, le asaltaban recuerdo de Spring y le generaban un vacío en el corazón, aunque no era tan terrible como las otras ocasiones. Mientras tanto Bon no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido, quería decir algo pero no sabía qué, no encontraba las palabras perfectas, el orden perfecto, el único orden que pondría sentido a todo esto, que les haría sentir mejor y les soltaría una risa a ambos, pero no la encontraba por más que lo intentara y esto provocaba que se sintiera mal consigo mismo ya que estaba perdiendo el tiempo, se obligaba a decir algo pero no encontraba las palabras, se sentía mal al no consolar su amiga, a no poder decir nada, estaba perdiendo el tiempo, estaba perdiendo quizás la única oportunidad de hablar con su amiga con completa sinceridad, pero no sabía que decir y solo quedaba callado.
―¿Has visto lo que ha pasado últimamente? Le han robado a Joy – Meg fue la primera en tomar la iniciativa, veía a Bon de reojo y decidió romper el silencio por los dos.
―Sí, lo sé, ella me contó también, que horrible, estaba bastante enfadada y no digamos el impacto que tendrá eso en ella, literalmente vive su día a día, si algo se pierde o no gana lo suficiente puede ser algo bastante malo para ella.
―Sí, horrible pero lo peor de todo es que no solo le ha pasado a Joy, por lo que me han dicho también les pasa a otros comerciantes, hay muy pocos los que se salvan y la gran mayoría solo le roba sus carretas y normalmente son los comerciantes de más arriba, los de medía y alta pero ahora, ahora todo se fue a la mierda, ya no es seguro para nadie.
―¿Crees que él está detrás de todo esto? – Bon le miró y le sonrió nervioso.
―Vamos, tú ya sabes mi respuesta, no importa quién es el culpable, solo importa saber cómo todo esto no nos va a perjudicar a nosotros, vivo preocupado por Joy.
―¿Crees que yo no? Se que es alguien fuerte y que puede todo sola, yo lo sé, lo sé y que le debemos tener confianza, que podemos seguir la vida sin preocuparnos de ella pero es solo una persona, incluso solo puede ser una pero con un cuchillo. No importa que tan fuerte seas, el cuchillo lo es más.
―Sí, se cómo es ella pero lo que dice es verdad, esto es más importante, no queremos tenerlo en nuestra contra – ambos se quedaron callados, dentro de unos minutos iban a llegar a su destino, aunque ellos no lo sabían – solo me pregunto algo ¿vale la pena todo esto? No sé si a todos le prometieron algo para unirse con él pero ¿vale la pena todo esto para ganar algo? ¡Nos estamos metiendo contra el rey! Esto no va a acabar bien, no sé si mi vida vale más que esto.
―Y ¿qué más podemos hacer? – Meg se había enojado – si quieres dejar de luchar, hazlo, no tengo ningún problema pero voy a seguir con mi vida hasta el final, no me importa cuánto tenga que sacrificar. Además no es solo mi vida, también son las de mis seres queridos.
―¿Qué te dice que nunca nos hará daño? Tú lo conoces mejor que yo, sabes que mata a todo lo que le estorbe, no sé si sea verdad pero más de una vez me lo ha dicho y le creo, tiene cara y la leyenda de cumplir con eso.
―Entonces nunca le estorbemos, seamos siempre útiles.
Ahí acabo la conversación para los dos, ninguno dijo nada. Al poco tiempo llegaron a su destino, al inicio solo vieron la casa y poco a poco fueron frenando hasta quedar enfrente de ella y de la casa salió una chica de pelo verde llamada Camí, se podría decir que la mano derecha de él, siempre a su lado y con la misma expresión. Ellos se detuvieron, Bon no la había visto jamás o no recuerda haberla visto, no la conocía de ningún lado pero de alguna manera se le hacía conocida, la recordaba de algún lado, ya la había visto pero eso es imposible ¿verdad? Aunque no la miro por mucho tiempo, no quería parecer sospechoso o algo por el estilo, rápidamente bajo la mirada y dejo que su amiga hiciera todo. La conversación no duro mucho, solo Camí les felicito con la voz más aburrida que habían escuchado, les dijo que había dos caballos para ellos, que se pueden ir y que los volverán a llamar cuando sea el momento. Meg intentó sacar un poco más de información pero Camí ni si quiera la mirada, no le iba a decir nada. Ambos se subieron a los caballos y empezaron a galopar algo lento ya que Bon no sabía cómo manejar un caballo y le daba miedo ir rápido y Meg no quería dejarlo solo, aunque no le gustaba ir lento y le aburría igualmente se quedó cerca de su amigo por todo el recorrido, aunque ninguno de los dos hablo hasta llegar a su destino, el reino. Bon pensaba que podía quedarse con el caballo pero Meg no lo dejo, dijo que lo mejor era dejarlos libres ya que ellos no merecían tener caballos, levantarían muchas sospechas, los caballos no eran para personas como ellos.
―No voy a ir donde Joy, tengo cosas que hacer ¿puedes ir tú? – dijo Meg mientras ambos caminaban por las calles.
―Sí claro, de hecho no tengo nada más que hacer, ya no tengo el estómago como para robar algo, además ustedes siempre eran el cerebro y yo el musculo – Meg lo miro de reojo.
―Prométeme algo, no vas a salir de tu casa o donde Joy este a menos que él te lo pida ¿entiendes? Ten a alguien cerca, una cuartada aunque quizás no te sirva de nada debes tenerla igualmente, no tengas problemas con nadie, solo sal cuando él te tenga algo especial – Bon la miró confundido.
―No te tengo que prometer nada, ya lo hago, es mi día a día. Pero, ahora me pregunto ¿por qué me dices eso? Sabes algo más que yo.
―No es algo seguro pero… - Meg dejo de caminar – es un rumor no más y no me tienes que hacer caso a esto pero igual hay que estar preparado – Meg miro a su alrededor y luego se acercó a su oído – he escuchado que hay personas que planean robar las cosas a los más ricos, meterse a sus casas y si es necesario, matarlos.
―¿Esa gente está loca? – rápidamente Meg le tapó la boca.
―Silencio. Aun no sé si es algo planeado por él o es algo de la gente pero es mejor no arriesgarse. Lo que te quiero decir es que esto va a enojar mucho al rey, es obvio que va a defender a sus amigos, el problema es que nosotros vamos a ser los culpables, va a venir aquí y va a asignar a un culpable, lo más probable es que lo escoja a dedo, por eso quiero advertirte, el rey no se va a quedar quieto y si te pones enfrente de él, te va a cortar la cabeza, mantente fuera de las calles, a salvo – Meg se separó, le guiño el ojo y le sonrió - ¿nos vemos mañana? Tengo cosas que hacer.
―Sí, sí, claro – Bon estaba un poco confundido pero no dijo nada más, solo vio como su amiga lentamente se iba.
Chapter 71: Indecisión
Chapter Text
Vamos caminando por el bosque y de repente encontramos un cruce, uno a la izquierda y otro a la derecha, incluso si estamos lo suficientemente locos podemos seguir adelante por el bosque pero eso significaría la muerte, entonces estamos caminando y no sabemos que camino tomar y lo peor de todo, estamos perdidos ¿qué haríamos? Tantas decisiones, parece simple pero ¿qué pasa si nos equivocamos? ¿qué pasa si el camino que escogemos nos lleva a un acantilado? Además está oscureciendo, no podemos devolvernos, si tomamos un camino no podemos abandonarlos, es simplemente tener suerte. En ese cruce de caminos se encontraba Aiden aunque todavía no lo sabía, le había contado a Abby lo que había pasado y que tuviera cuidado porque algo pasaba en el reino, aunque no le conto de esa pequeña llama que se estaba encendiendo dentro de él. Los días pasaron, Aiden sabía que era malo tener esperanzas así que decidió olvidar lo que había pasado, actuar con normalidad, vivió su día a día, pero cuando vio a lo lejos los barcos acercarse, sus ojos se llenaron de esperanza igual que un niño. Aunque solo fue unos segundos y volvió al trabajo con normalidad, hizo como si no le importara las cosas y siguió con lo suyo, evitando ver a los barcos, ignorando el ruido que hacía la gente al ver esas monstruosidades acercarse, aunque al final fue imposible, era ya insoportable el ruido que la gente hacía, los gritos llenos de emoción y ver todos parados viendo como poco a poco acercaban era imposible ignorar, Aiden no lo pudo soportar y observó como los barcos se acercaban y no pudo evitar sonreír cuando embarcaron en el puerto. Paso lo mismo que la otra vez, todos intentaron venderles algo a los caballeros pero ellos no hicieron ni caso y rápidamente se fueron, Aiden lo sabía y se quedó en su puesto “trabajando” aunque en realidad estaba solo perdiendo el tiempo, actuaba igual que una mujer enamorada esperando a su caballero, no podía pensar en otra cosa aunque por fuera parezca alguien normal y luego de unas horas el caballero blanco llego, los dos caballeros blancos. Aiden rápidamente los vio y los saludos.
―Bienvenidos amigos ¿qué se le puede ofrecer? – dijo con una pequeña sonrisa.
―Pues nos dijeron que aquí vendían buenos pescados y estamos interesados.
―Claro que sí, ya les damos los más frescos y recuerdes que no aguantan mucho tiempo, les recomiendo comérselo el día de hoy, uno nunca sabe que le espera el mañana.
―Gracias por su recomendación, queremos dos pescados por ahora y si nos gusta, quizás compremos más.
―Claro que sí, serían cuatro monedas de oro en total y adivino que quieren hablar conmigo.
―Puede ser, el trabajo es primero.
―Mi jefe me va a dejar ir con ustedes, me va a decir que es necesario hacer lo que sea, incluso me obligaría a aprenderme todas las ciudades del reino y sus características para dejarlos entretenidos ya que como saben, el que escucha siempre le da más hambre – ambos se rieron – ya se los paso.
Un negocio fácil y sencillo, Aiden le paso los pescados y ellos las monedas y para comprobar que si eran reales, Aiden las mordió, eran reales, luego se disculpó por hacer eso pero era algo que siempre tenía que hacer sin importar quien sea el cliente. Los caballeros se fueron, dijeron que lo visitaran en el barco, le señalaron en que barco estaban y cuando se fueron Aiden le fue a contar a su jefe, el jefe al descubrir lo que le paso sonrió, le dio dos suaves palmadas en la espalda y lo felicito por hacer buenos negocios, le iba a dar un gran sermón de felicitación pero rápidamente se dio cuenta que no era lo mejor y lo dejo irse. Aiden con una sonrisa camino hacia el barco, primero paso por el puerto con una sonrisa, lentamente mientras escuchaba las maderas crujir, se sentía tan tranquilo, se sentía como en casa y luego llego al barco, los pelos de su brazo se erizaron, su respiración se agitaba y no podía evitar sonreír, puso su pie en el barco y se sintió en completa calma.
―Hasta que llegas – Aiden los mira, toca su anillo de la mano izquierda y sonríe.
―Disculpa la tardanza, es que ver todo esto, los barcos tan grandes, como se mueven es algo hipnotizante y me distraje un poco – ambos estaban en la cubierta del barco hablando tranquilamente - ¿no es problema que este aquí? Digo, no puede entrar cualquiera aquí eso está más que claro, no quiero meterlos en problemas.
―Eso no importa, si tu pescado está tan bueno como dices, nuestro capitán podrá perdonarnos, además ellos no vendrán pronto, se van a demorar un poco.
―Me alegra, así podré conocer por más tiempo este lugar, adivino que solo podré estar en la cubierta – el tripulante le guiño el ojo.
―Exacto, son las reglas, nos debemos quedar dos en este lugar siempre por si algo pasa, no dejar que la gente común entre y todo eso, tendrías que entrar con nosotros pero solo podemos estar dos… - el tripulante se queda callado – ya me entiendes.
―Sí y no me molesta, estar aquí ya es suficiente, mira lo elevado que estamos es impresionante – Aiden mira para arriba – y el mástil, es el más largo que he visto en mi vida, es una verdadera monstruosidad.
―Supongo, la verdad es que nosotros nos acostumbramos a todo esto, lo que era la gloria ahora nos parece algo normal, algo mundano.
―Adivino que deben tener buenas peleas, unas guerras en el mar contra monstruos y esas cosas – Aiden volvió a tocar su anillo para intentar calmarse, debía hacerlo lento y sin levantar sospechas.
―La verdad es que la vida aquí adentro no es tan emocionante como crees, el mar está bastante bien y es tan relajante, raras veces estamos en conflicto, la mayoría de personas nos evitan porque somos gigantes, no tienen posibilidad contra nosotros y la guerra entre reinos hace mucho tiempo se acabó, lo que más te debe preocupar son las tormentas, hay algunas que hunden cualquier cosa, incluso a nosotros, es como un constante recordatorio de Dios sobre nuestra mortalidad. Llevamos demasiado tiempo de paz que no me puedo quejar, ojalá siempre sea así, sin guerras y si lo hay no tenemos que hacer mucho para vencer a tu enemigo, aunque pronto algo grande va a venir, eso lo sé y espero que haya acción en el mar.
―Sí, es aburrido el mar pero mira esto, ven acércate y te enseñamos la razón por la que hacemos todo esto, bueno, tu reino hace todo esto – Aiden, dudoso, se acerca donde ellos – mira todas esas personas, toda esa vida depende de nosotros, nosotros evitamos una invasión por el mar para que toda esta gente pueda vivir tranquila y en paz, sin preocupación de que alguien los venga a gobernar, somo la paz – Aiden sonrió – aunque no es solo eso, aunque lo otro ya lo sabes, la vista al mar, el movimiento del barco, todo tan tranquilo y pacifico.
―Amigo no pensé que fueras tan poético – se río el otro tripulante.
―Quien sabe, quizás en mi vida pasada era un poeta o quizás en la siguiente lo seré – Aiden toco suavemente su anillo y suspiró.
―Tengo una pregunta y es ¿cómo acabaron aquí adentro? No debe ser fácil, son una de las manos del rey, el poder sobre el mar, el rey no se va a quedar con cualquier, no, no, va a pedir lo mejor – ambos se miraron y sonrieron.
―Sí, tienes razón, aunque no me parece justo, nosotros te contamos todo y tu nada, no creo que sea bastante justo – Aiden apretó un poco los puños.
―¿Qué quieres saber? – dijo con una pequeña sonrisa, se sentía atrapado, que el aíre le faltaba.
―Pues algo más allá de lo obvio, tenemos curiosidad saber de dónde aprendiste tanto de los barcos, obviamente no fue en tu trabajo, ahora responde ¿cómo es que sabes tanto sobre estos? – Aiden se quedó callado, pensando, se quitó su anillo de la mano izquierda y lo puso en la derecha, un movimiento que por alguna razón lo relajaba.
―Bueno, lo haré pero con una condición – Aiden estiró la mano – yo no digo mi vida privada a unos desconocidos, así que mejor nos presentamos, un gusto soy Aiden, un gusto en conocerlos – el más alto de los dos le sonrió, le dio la mano y la apretó.
―Un gusto, soy Toño aunque todos me dicen Don Toño y no sé porque. Un gusto conocerte Aiden – él le soltó la mano y su compañero, que es más acuerpado hizo lo mismo.
―Un gusto, mi nombre es Ben. Un gusto conocerte.
―Lo mismo digo – ambos se soltaron de las manos y hubo un silencio incómodo para todos – bueno, es complicado responder esa pregunta – Aiden se calló, buscando las mejores palabras, qué debe decir, cómo decirlo, cómo hacerles creer que lo que está diciendo es verdad – yo no soy de aquí, yo no nací en este lugar, de hecho no me acuerdo donde nací exactamente, no sé su nombre y tampoco me importa, mi casa era el mar. Yo era comerciante, llevaba personas y materiales de un lado a otro, no sé si era algo que el rey apoyaba o no, por eso tengo miedo… - Aiden se quedó callado, Ben lo miro enojado pero luego se río.
―Tranquilo, tranquilo hemos conocido gente así y son muy buenas personas, además es algo que el rey no le importa así que no hay nada contra ellos. Y que no te intimidemos, sé que Toño tiene un gran bigote y que no parece natural y que yo te puedo partir a la mitad con mis músculos pero aunque quisiéramos, no podemos hacer nada ya que no es nuestro reino, está completamente prohibido a menos que sea en defensa propia.
―Ya veo – Aiden se quedó callado pensando – el caso es que yo iba de puerto en puerto entregando cosas, cosas de poco valor sinceramente, sobre todo personas, pero un día, un día que estaba llevando personas cerca de aquí, nos atacó un barco, un barco gigante del lugar, fue un desastre, todos murieron menos yo y no porque me tuvieron compasión, no, no, ellos me apuñalaron – Aiden se levantó un poco la camisa para que vieran su cicatriz – me apuñalaron y me tiraron al mar, luego de eso perdí el conocimiento y cuando desperté, estaba en esta misma playa, casi muerto – Aiden se bajó la camisa – no morir porque Dios no quiso.
―Sabes quién te ataco.
―Piratas, obviamente ¿quién más podía ser? Recuerdo bien su capitán, alto, fuerte, con el pelo anaranjado y una risa tan extraña – don Toño y Ben se miraron por unos segundos – no recuerdo quien más estaba, solo lo recuerdo a él porque me apuñalo, su cara fue lo último que vi antes de caer y… - Aiden toco suavemente su anillo en la mano derecha – y perder todo lo que tenía, amigos, mi barco, mi trabajo – Aiden se quedó callado por unos segundos, pero luego sube la mirada y sonríe – pero eso ya no importa, sigo con vida, tengo otra oportunidad.
―Nos alegra escuchar eso, es lo más importante – don Toño le sonrió – sabes, no es la primera vez que nos mencionan a esa persona, la persona que te ataco, ya nos lo han mencionado antes sobre ese pirata, siempre nos mencionan lo mismo, roba y mata y es una molestia para cualquiera que no sea el rey, jamás nos hemos topado con él y parece más una leyenda. Lo llaman Oxy el pirata – Aiden apretó lo puños – dicen muchas cosas de él, ninguna es cierta por cierto, solo es un pirata promedio pero sabe moverse, sabe evitarnos la rata sucia. Dice que mata a todos los que están en su contra, incluso piratas y que empezó con un pirata con aíres de grandeza, que mato a su capitán y puso a su tripulación de rodillas, un temor para cualquiera que esté en el mar.
Aiden sintió rabia, enojo, quería gritar, hacer algo pero no podía, no podía, su nombre quedo en la nada, no solo estará ligado a su derrota, también empezó a ser olvidado mientras que esa personas que incluso se robó su nombre está teniendo éxito, mucho más éxito que él y no podía hacer nada, solo quedarse viendo a lo lejos y lo peor de todo es que seguramente Deuz seguía vivo, dueño de se barco, quizás era lo más probable. Todo podía acabar si le daba la dirección de la isla pirata, quizás estuviera ahí, acabaría con todos pero Aiden no quería eso, quería matarlo con sus propias manos, robarle su vida él mismo y quizás se escaparía, no podía dejarlo todo a ellos, tenía que ser el mismo quien lo encontraría y lo mataría.
―¿Estás bien? – su enojo no pasó desapercibido, Ben noto que estaba un poco afectado por lo que le habían dicho.
―Sí, sí. Solo me da rabia ser la única persona que sobrevive, no sé, me siento culpable por tener suerte y lo odio y sobre todo odio a esa persona, ese tal Oxy ya que yo sentí que es perderlo todo y al parecer no soy el único, han sido varios y yo… - Aiden se quedó callado.
―Sí, entiendo lo que dices, te siente mal y piensa que debes hacer todo por un mundo mejor pero rápidamente te das cuenta que nunca podrás hacerlo, que el mal siempre existirá. Pero eso no significa que hay que dejar de luchar, siempre hay que luchar por lo que es correcto – Aiden soltó una pequeña carcajada.
―Bueno, ya les conté mi historia ahora cuéntenme la suya ¿cómo acabaron aquí adentro y que es lo que normalmente hacen? No debió ser nada fácil.
La verdad es que la historia no era tan magnifica, ambos eran simples personas normales en buscas de trabajo y por suerte lo consiguieron en los barcos, al inicio solo limpiaban los puertos y a veces los barcos que estaban aparcados en los puertos, iniciaron realmente jóvenes, a los doce años empezaron a limpiar las cosas por un largo tiempo. Se que eso no suena como un trabajo que pondría el rey, era imposible pero eso es lo que cuentas ellos. El caso es que la muerte en el mar, el hundimiento de barcos, las enfermedades, todo era muy común entre los marineros y siempre dejaban un puesto libre para cualquier y ambos aprovecharon esto, a los quince años empezaron a navegar en un barco bastante pequeño y le enseñaron todo lo que necesitaban saber. Así día tras día, semana tras semana, iban subiendo de puesto, eran más reconocidos e incluso el rey les aplaudió por una gran hazaña y terminaron aquí, solo tenían que destacar demasiado y el rey los pondría ahí. Lo demás que le contó no fue muy importante, la vida de un guerrero en momento de paz no era nadie y ambos no eran tontos, no le contaron nada lo que estaba pasando aunque ya era muy obvio, Aiden seguía siendo un civil, no tenía que poseer esa información.
―Vaya vida tienen ustedes, ambos se la ganaron. Bueno, quizás me tengo que ir, ya es tarde y tengo que seguir trabajando para ganarme mi pan, además sus compañeros pueden volver en cualquier momento y no quiero molestar.
―No te preocupes, ellos no volverán hasta mañana, tienen mucho trabajo que hacer con el rey, van a hablar bastante y no le gustan salir de noche, no creo que lleguen el día de hoy – Aiden al escuchar eso apretó con fuerzas su anillo.
―Vaya, parece que algo grande está pasando. Cómo sea, entre más sean mejor, quizás me compran más pescados – los tres se rieron – fue divertido pasar tiempo con ustedes chicos, nos vemos mañana – Aiden ya iba a bajar del barco cuando se detuvo y se dio la vuelta – por cierto chicos, aún me deben algo – ambos lo miraron confundido – aún no me han contado una buena historia de lo que hicieron lejos, a veces extraño el mar pero ahora solo puedo mirarlo de lejos.
Chapter 72: Naturaleza
Chapter Text
El maravilloso bosque, aunque sea tan hermoso y veamos animales majestuosos en realidad es un lugar peligroso, aunque todos sabemos eso, sus padres e incluso yo ya se lo hemos mencionado pero hoy vamos a mencionar otro de los tantos peligros que existen, las personas. Se que suena raro ya que en teoría eso es lo primero que queremos ver en el bosque pero la verdad es que no, un hombre misterioso en mitad de la nada jamás es algo bueno, desconoces de sus intenciones, puede ser alguien de un culto o unos salvajes, el bosque es el lugar perfecto para esconderte de la gente ya que la mayoría lo evita. El brujo sabía eso, se crío entre la naturaleza, a veces lo utilizaba cómo escondite o se iba a lugares fuera del reino, pero él no iba simplemente por un refugio, él utilizaba el bosque para descansar, para meditar y pensar, le gustaba sentarse en mitad de la nada y respirar, saborear el silencio, respirar el aíre, una tranquilidad que le ayudaba a pensar en su siguiente movimiento. Pero esta ocasión no pensaba en nada, no había nada que pensar, sabía lo que tenía que hacer y cómo hacerlo, ese día solo se fue a no pensar y esperar los resultados, esperar a que todo salga bien, quizás este sería la última vez que estaría aquí.
―Ya estoy aquí.
La tranquilidad no duro mucho, luego de media hora Puppet había llegado, la había escuchado correr pero no se movió, sabía lo que le iba a decir. Puppet estaba cansada, le costaba respirar y apenas se podía mantener de pie, había llevado su cuerpo al límite, su visión era borrosa y sus pies sangran, había roto sus zapatos de tanto correr y por un momento pensó que había muerto.
―Llegas medía hora tarde, te dije específicamente que no te demorarás – Puppet se sentó en el suelo.
―Sí es tan fácil hazlo tú, no sé qué necesidad había de que fuera yo.
―Es simple, era algo demasiado peligroso y cualquier cosa podría salir mal, mi vida valía más que la tuya, si morías poco importaba, aún eres débil, además aún no te ganas mis respetos, aún solo eres una pequeña insoportable – Puppet maldijo en voz baja – y te escuché pero te entiendo, no estás acostumbrada a que tu cuerpo esté al límite, por eso eres tan débil.
―Pero ¿qué necesidad había de todo esto? Casi muero y ni hablemos lo que paso en el castillo, pensé que iba a morir – él sonrió, su plan estaba funcionando.
―Dime, dime que hiciste, con detalles.
―Lo que me pediste – él soltó una carcajada.
―Eso lo sé, lo sé pero quiero asegurarme, quiero que me digas todo lo que hiciste, a esta altura no permito fallos – él se levantó – necesito saber que hiciste, incluso lo que paso antes de que nos encontremos.
―Eso ya deberías saberlo, nos estabas espiando.
―Dímelo, quiero escucharlo – Puppet sintió como él ponía su mano en su garganta pero la quitaba rápidamente.
―Hice lo que Camí me ordeno, acompañar a esos inútiles hasta llegar a la mitad de la nada, esperé a esa carreta y la detuve solo poniéndome enfrente, los muy estúpidos se detuvieron y yo rápidamente los mate, a todos menos a uno cómo me dijiste – Puppet lo miró y rápidamente se arrepintió y bajo la mirada – quizás me pase un poco con esa persona, con el sobreviviente que tenía que contar lo que vivió pero no me di cuenta en su momento.
―Bien hecho, para mejorar primero hay que ver nuestros errores, reconocerlos.
―No me importo mucho, lo había apuñalado en el estómago y no pensé que fuera a morir. Esas dos personas se habían asombrado demasiado, lo veía en su cara y no estaban pensando en lo que tenían que pensar, el plan y yo se los recordé sutilmente y se fueron del lugar y ahí apareciste tú, al parecer estabas viéndolo todo y decidiste no ayudar.
―Era una prueba y tenía cosas que decirte, ubicarte fue bastante simple, agradece que en nuestra época no haya grandes magos, solo personas mediocres. Ahora sigue que viene la mejor parte.
―No entiendo ¿por qué me pusiste hacer eso? Tú podías hacerlo mejor que yo.
―Todo tendrá sentido luego – él se acercó a ella, Puppet podía sentir su aliento – ahora sigue, no tenemos mucho tiempo.
―Ya sabes lo que me pediste, viste al hombre que estaba en el suelo aún vivo y me golpeaste en la cara con fuerza, me insultaste porque estaba al borde de la muerte y lo curaste un poco, ahora tendría más posibilidades de vivir. Desapareciste por el bosque y yo busque a esos caballeros que mencionaste, cerca del reino de los Cruz, la verdad es que me tarde mucho más de lo que quisiera admitir pero luego de unos minutos los encontré. Me detuve un momento para recuperar el aliento y cuando estuve lista, los mate a todos, eran cinco personas o síes, no me acuerdo, lo importante es que los mate a todos y encontré a nuestro hombre, el caballero con los ojos azules y barba, agarré su espada, le quite su casco y le corte la cabeza, no fue tan fácil, el cuello se negaba a separarse, fue horrible y me manche toda de sangre, fue horrible. Cuando le quite la cabeza la guarde, hice lo mismo con los otros y lo puse donde me dijiste, uno en la iglesia, otro en mitad de la plaza, uno cayó del cielo enfrente de varios caballeros, todo el reino estará hablando de lo que paso.
―Aunque eso era lo menos importante, aun me falta lo más importante.
―Sí, aparecí enfrente del rey con una sonrisa, como te hubiera gustado, él se asustó y rápidamente llamo a sus guardias, yo solo lo dije que nos viéramos pronto en el bosque cerca de aquí y le tire la cabeza del primer caballero que mate y antes de que alguien me pudiera tocar, salí corriendo lejos del castillo, corrí lo más rápido fuera del reino.
―Eso te debió tardar solo unos minutos, entonces – él puso su mano en su hombro - ¿por qué te demoraste tanto? Hay algo que no me estás contando.
―¿Quieres saber cuánto corrí y a qué velocidad? Luego del salir del reino no pude más y me tiré al suelo un tiempo, literalmente no me podía mover, no sé cuánto tiempo duré así, ni me importaba si alguien me encontraba, pensé que había muerto – él soltó una pequeña carcajada y le dio unas palmadas en la espalda.
―Bien hecho, bien hecho – él se separó de ella y le dio la espalda.
―Ya estamos a mano ¿no? Ya me dejarás en paz – él se río.
―¿Dejarte en paz? Hay mi cielo, obvio que no, esto solo es el inicio de una gran amistad, nos falta mucho por hacer, te necesito más que nunca, ya tenemos un nombre, una leyenda, la gente tiene miedo, los reyes miran detrás suyo con temor.
―Sabes que no acabara nada bien para nosotros ¿verdad? Nadie le puede ganar al rey, ni si quiera nosotros, matas a toda su generación y pronto vendrá alguien a remplazarlo, jamás dejaras de luchar.
―¿Quién dijo que yo quería acabar con los reyes? Sé perfectamente eso y la única forma de destruirlos sería destruyendo todo el reino, dejarlo a cenizas pero luego ¿Dónde voy a vivir? Mi objetivo no es ese – Puppet lo miró confundida – para ayudarte un poco más te diré lo que hice, luego de que te largaras, yo empecé a cazar algunos caballeros, tres que estaban cabalgando por el bosque, sabía que te ibas a demorar así que espere unos minutos antes de matarlos, hice eso unas tres veces más, mataba a todos en diferentes lados, fue difícil encontrar a tres caballeros desprevenidos por el bosque pero lo hice y solo me tomo un solo minuto, al final deje uno con vida para que contara la historia. Ahora ya que sabes que hice, te pregunto ¿por qué lo hice? ¿por qué te mandé a ti y no fui yo? En realidad hay dos motivos.
―Supongo que el primero es para ver mi límite o algo así, no paras de decir eso una y otra vez, que lo más importante de nuestro entrenamiento es la resistencia y no sé mierdas – él sonrió victorioso.
―Aprendes rápido, me alegro. Ese es mi primer motivo pero no el original, yo puedo ser un Dios todo poderoso, el mejor brujo de los tiempos actuales pero hay un problema, soy solo una persona y el reino sigue siendo un reino, aun necesito comer, dormir, respirar, no puedo estar en todos lados pero ¿por qué ellos lo iban a saber eso? – Puppet no sabía que decir y ella solo suspiró – te lo haré más simple ya que eres alguien de estrato bajo, ni si quiera sabía controlar tus poderes, no me sorprende que no entiendas el arte de la guerra.
―Se lo que quieres hacer, intentas vender alguien que no eres, dos en un mismo lugar casi al mismo tiempo, suena imposible y algo extraordinario, eres más rápido que un rayo, más rápido que el aíre, mientras estabas hablando con el rey, también estabas matando a varias personas al mismo tiempo, viajabas de un lado a otro en menos de un segundo ¿cómo es posible? Estás formando una imagen de alguien superior, alguien invencible – él soltó una pequeña carcajada y la miro.
―Bien hecho, le atinaste. Las personas sienten miedo, temor al ver algo que es mayor que él, más fuerte, más rápido, más grande, más poderoso, si ven que no tienen posibilidad lo único que pueden hacer es rendirse. Yo soy un hombre que vale todo un ejército pero ¿qué pasa si piensan que soy uno que vale tres ejércitos? Los reyes son orgullos pero ni ellos van a querer enfrentarse contra mí. Además tengo mi propio ejército ¿no? No es el mejor pero está jodiendo a los reyes. Tanto caos, tanto miedo que no podrán darse cuenta de que están peleando contra un enemigo de papel.
―Pero ¿por qué haces todo esto? Es lo que no entiendo ¿por qué tantas molestias en todo esto? Eres inteligente y sabes que jamás van a dejar de buscarte, además no entiendo porque tanto sacrificio para ¿qué? – él sonrió y miró hacia arriba.
―Porque es divertido, es demasiado divertido – él se acercó a ella – ¿tú no haces cosas porque es divertido? La vida humana es tan frágil que da hasta risa ver cómo actúan, cómo corren de lo que no conocen, es divertido – Puppet se levantó del suelo – veo tus dudas en tu cara, la reconozco.
―Nunca me he enfrentado a un rey, solo me parece extraño y menos de una forma tan directa.
―Es porque te faltaba ambición, estabas acostumbrada a pelear con gente débil, no salías de tus límites. Cuando las cosas se pongan feas, cosa que pasara, vamos a huir lo más lejos. Los caballeros tienen un código que respetan, no huir de la batalla jamás, morir dándolo todo, jamás abandonar a tus compañeros y por eso mueren ¿por qué nosotros tenemos que hacer lo mismo? ¿por qué no podemos hacernos los muertos y ya? A veces huir es lo mejor, hacerle pensar a tu enemigo que estás muerto y ahí huyes lejos, hacia una nueva vida, quedarse a morir es una completa estupidez, mientras ambos bandos se matan, nosotros nos arrastramos por el suelo y nos escondemos entre los muertos.
―Lo siento pero yo no puedo huir, yo tengo una vida – él la miró y sonrió de manera perversa.
―Loon – ella bajo la mirada – el pequeñin te conquisto, eso lo sé, pero hay varias maneras de escapar, por ahora solo me buscan a mí pero nadie conoce mi cara ¿tú sabes quién soy? No, nadie lo hace y no deberían jamás hacerlo ¿cómo saben que mataron al brujo correcto? – Puppet se dio cuenta de su propósito, ella iba a ser su remplazo, su doble, ella iba a morir para que él viviera – no, no voy a hacer eso – Puppet lo miró confundida – se nota en lo que estás pensando, tú no vas a morir, no te usaré como carnada y es por una sencilla razón. Los humanos siempre se agarran a la vida con dientes y uñas, no los culpo, yo también lo haría y ese es su instinto, cuando van a morir lo activan, si yo llegara a ponerte en esa situación, lucharías por tu vida y yo necesito a alguien que no lo haga, que no luche y solo muera. Además somos amigos ¿recuerdas? Jamás te haría daño, por lo menos no uno mortal.
―Creo que ya me tengo que ir ¿me acompañas o te quedas? – Puppet odiaba tener que decir eso pero él le había enseñado modales, incluso le arranco la lengua por no despedirse apropiadamente.
―Te acepto la despedida, suena horrible pero por algo se empieza – Puppet apretó las manos para evitar golpearlo – y no, no pienso ir contigo, creo que dentro de poco me encontraré con el rey Cruz o eso espero, uno nunca sabe, quizás lo asustamos demás – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―¿Enserio crees que va a venir? Sería muy estúpido que lo hiciera, y si lo hace no lo haría solo.
―Primero no le hemos dejado otra opción, hemos entrado a su lugar seguro, a su casa y hemos matado a uno de sus mejores caballeros, hemos pisado su honor, va a estar aquí, solo dale tiempo. Obviamente no estará solo pero no será un problema para mí, hablaremos normal y él me escuchará, al final seremos amigos ya que, como sabes, tengo un don para caerle bien a la gente.
―Buena suerte con él, espero vernos después – dijo Puppet con una sonrisa falsa – por cierto, el cargamento que robamos, lo vi y sabía de qué era. Me prometiste algo – él soltó una pequeña carcajada.
―A ti no se te escapa nada ¿verdad? Sí, sí y lo lamento, no te lo dije porque no ibas a entenderlo, le robe a tu novio, me robe un poco de oro y de hierro o lo que esté ahí pero era necesario. Te prometo que no voy a venderlo, no es por eso y la verdad no quería pero no encontré otra solución, necesitaba conseguir una gran espada a Eak, ya lo debes conocer, le haré una espada desde cero y será mejor que cualquiera. Es uno de mis trabajadores más fieles, obviamente me preocuparé por enviarlo de la manera correcta a la guerra. De verdad lamento mucho romper mi palabra y sobre todo no decirte pero ¿lo entenderías? No, la respuesta fácil es no, aunque tienes la razón, debí decírtelo, no antes ya que podrías hacer alguna estupidez pero si decírtelo, no tenía planeado hacerlo.
―Espero que no lo vuelvas a hacer o si no… - el brujo rápidamente se puso enfrente de ella.
―¿o si no qué? ¿qué me harás? – Puppet se quedó callada – eres muy buena novia, esa persona es el indicado, te lo prometo – él le puso una mano en su hombro – te prometo no volver a robarle a tu novio sin advertirte, si vuelvo a fallar en mi palabra podrás cortarme el cuello y no pondré resistencia. Aunque ya te digo que eso no me matará. Ya te puedes ir – Puppet rápidamente abandono el bosque y el brujo volvió a meditar con tranquilidad, solo en el gran bosque.
Chapter 73: Parasito
Chapter Text
La educación, algo que la mayoría de nosotros no podemos acceder, yo lo admito, jamás tuvo educación, la educación por ahora son para unos pocos y se discute mucho sobre ella, que es una herramienta para escalar socialmente, la educación solo la ven los más ricos y esas cosas. Aunque no vengo hablar de eso, claro que no, todos conocemos el papel de la educación, de la enseñanza, como la educación nos vuelve más civilizados, aquí vamos a hablar de algo más curioso sobre la enseñanza, muchos piensan que cuando hablo de educación piensan de una en el colegio o la universidad pero esto no es cierto, nosotros los humanos siempre estamos aprendiendo, es un don que el señor nos ha dado. El teatro enseña el alma humana, la iglesia nos enseña el camino hacia el paraíso, nuestros padres nos enseñan cómo comportarnos, incluso yo les estoy enseñando algo, el solo hecho de ver a tu alrededor ya te está enseñando, todo el mundo te enseña pero ¿qué pasa cuando todo el mundo te ha enseñado algo es peligroso? Por ejemplo, todo el mundo siempre nos dice lo peligroso que son los osos salvajes, todos estamos de acuerdo ¿verdad? Y es por algo, todos tenemos una historia de un familiar que ha muerto por culpa de este majestuoso animal. Pero qué pasa si lo que creemos, lo que nos enseñaron está equivocado, que pasaría si algún día descubrimos que la tierra gira en realidad alrededor del sol, lo sé, una completa locura, yo también he leído y he escuchado ese disparate pero ¿qué pasa si estamos equivocados? Lo sé, lo sé, suena un disparate pero ya ha pasado, en la actualidad ya sabemos que la tierra es redonda pero antes pensábamos que era plana. Si, escucharon bien, plana, eso se enseñaba todo el tiempo y estábamos equivocados, la equivocación es humana y es gracias a eso que aprendemos, para estar más alto primero tenemos que caer. Entonces descubrimos que podemos poner en duda muchas cosas que sabemos y muchos de nuestros mejores pensadores lo hacen, intentan revolucionar sus trabajos, algo bastante difícil ya que llevan años enseñándoles lo mismo una y otra vez, toman lo que han dicho antes como verdad. La educación es el fundamento de las personas y pueden estar equivocadas, al final la educación son nuestras creencias, la educación es mucho más importante de lo que la gente cree, puede hacerte odiar a alguien que solo quiere ayudarte.
―No te haré caso, no y no ¿acaso no viste lo que paso hoy? Me prometiste algo. No te haré caso, solo eres un parasito. Aléjate, aléjate – decía el pequeño príncipe, solo en su habitación.
El pequeño Freddy, todos envidiamos la vida de los príncipes, incluso yo pero también son humanos, también sufren, no tanto como nosotros y no de nuestras mismas maneras pero sufren, el pequeño Freddy nació con un don, no cualquier don, era el don de la magia, todos podían sentir su poder, lo que provocó que muchos se escondieran, se alejaran del reino. El poder provoca miedo a aquellos que no lo pueden controlar. Por petición de la antigua maga del reino, la madre de Bonnie, y Marta la reina, se le dio a Freddy una educación especial y privada, no solo le enseñaron todo lo que un príncipe tenía que saber, también le enseñaron a controlar sus poderes, o eso es lo que ellas se decían a sí mismas para descansar por las noches, para que la culpa no las destruyese. A Freddy no le enseñaron a usar sus poderes, le enseñaron a reprimirlos, a nunca utilizarlos y que mejor forma que hacer temer a lo que es, Felix, su instructor de magia que no es un mago, le contaba historias sobre sus poderes, el alcance que estos tenían pero de manera negativa, los miles de muertos que gente con su don había dejado en su reinado, los reinos destruidos, le enseñaron a temer a su poder a odiarlo, vas a evitar todo lo que temes, todo lo que odias.
―Tú no deberías existir, no deberías estar aquí, no eres nadie, solo un monstruo, no me estás haciendo caso, no respetas nuestro pacto – Freddy estaba realmente enojado.
―Solo te digo la verdad yo… - Fred intentaba calmarlo pero era inútil.
―Tomaste mi cuerpo enfrente de mi amiga ¡Qué pasa si ella lo descubría! No te lo permitiré, eres un monstruo, todos me lo dicen.
―¿Enserio le crees al gay más que a mí? Por favor, debes saber que no es cierto, todas esas historias ¿por qué tú deberías ser como ellos? Tú puedes ser mejor, puedes no corromperte como dice tu maestro – Freddy se tapó los oídos.
―No te escucho, no te escucho – Fred suspiro irritado.
―Que maduro Freddy, que maduro.
Así eran normalmente sus conversaciones, Fred poco a poco tomaba más el control, se cansaba de los insultos y que lo juzgaran por existir, además desde la primera vez que tomo el control del cuerpo, sintió curiosidad por vivir, todos esos sentimientos, dormir, comer, respirar, sentía tanta curiosidad, quería ser un humano común, aunque ese sueño luego se volvió en una pesadilla. Pero esa vez fue diferente, Freddy se hartó de la presencia de Fred, estaba harto de saber que era un monstruo y que podía acabar con cualquiera si no lo controlaba, dejo de escuchar a Fred, decidió ignorarlo, justo en el mismo día donde Fred sintió algo extraño en esa persona, algo no andaba bien y quería decirle a Freddy, ese hombre no era una buena persona, no era lo que decía.
―Solo vete de aquí, déjame en paz.
―¿Crees que no quiero? No puedo, estoy ligado a ti – ambos se quedaron viendo enojados – yo no soy así, tú lo sabes.
―¿Enserio? ¿enserio te conozco? Todos me dicen lo peligroso que eres, el parasito que vive dentro de mí – Fred se acercó lo más que pudo a Freddy, teniendo pocos centímetros entre ellos.
―Escúchame bien, nos tienen miedo, nos temen a los dos, por eso te dicen todo eso, vamos que ese chico con el nombre ridículo te mete miedo ¿enserio crees que yo sería capaz de hacer eso? Y más importante, si soy tan fuerte como dicen ¿por qué no tomo simplemente el control para siempre? Te están mintiendo, te están encerrando para que no llegues a tu verdadero potencial.
―¿Recuerdas el accidente? Yo lo hago, todos los días, jamás lo olvidaré porque todo fue tu culpa, tuya.
―Mira, lo siento, acepto mi culpa pero no puedes tener los ojos cerrados todo el tiempo ¿no te das cuenta de que ese hombre te culpa por la muerte de su novio? No eres tan tonto para no notarlo, como nos mira con odio y que no se te olvide la vez que entro llorando y casi nos pega por interrumpirlo, él nos culpa como si lo hubiéramos matado.
―Tú no deberías existir, tú no deberías existir, todo lo que me dices es mentira.
―Aquí el único amigo soy yo ¿acaso no lo ves? Ya te lo he dicho, dile a esa amiga tuya, nuestra niñera sobre ese sujeto, sé que no es normal, no pertenece aquí, no pertenece aquí.
―No, no pertenece porque vino a ayudarnos, es de mala educación hablar así de los invitados – Freddy le dio la espalda – no es de aquí porque viene a visitarnos, es una ayuda, no es alguien que debamos tenerle miedo.
―Ya te digo que él no era lo que dice, después que lo vimos desapareció, como la otra vez hace tres años ¿cómo eres tan tonto? Escúchame, escúchame, tienes que decirle a tu padre o madre, a quien sea que esa persona no era de confianza, no sé quién era, no sé qué es lo que quería pero no es quien dice ser. Aunque no te preocupes, ya no está aquí.
―Mentiras y más mentiras, si es alguien como la otra vez Bonnie lo sentiría – Fred se río.
―¿Ese inútil? Antes no pudo sentir que alguien entraba a nuestra casa, fuimos nosotros quien nos dimos cuenta ¿te acuerdas? Ese inútil además se va del castillo varias veces, desaparece quien sabe dónde, siento cuando usa su magia, se cuándo se va y sorpresa, se fue cuando esa persona llego – Freddy se da la vuelta.
―Muy conveniente ¿no crees? Solo tú lo viste, solo tú, que coincidencia, solo tienes tu palabra.
―Sí, exacto, quien sea el sujeto que estaba aquí, que hablo con nuestra niñera en el patio sabía perfectamente que no había magos, que Bonnie no estaba, no era un idiota y no causo ningún problema ¡incluso su magia era bastante poca! No lo sentí hasta tenerlo cerca y eso me dio miedo, tiene talento y quien sabe lo que quería, no era alguien débil, su olor era tan asqueroso.
―El diablo se te acerca al oído y te dice lo que más anhelas para ser libre – Freddy se fue hacia su cama.
―No tengo tiempo para tus juegos.
―Yo tampoco, ahora déjame dormir que mañana hay muchas cosas que hacer – Fred suspiró.
―No me mientas, soy la única persona que sabe cuándo dices la verdad y cuando no, sé cuándo duermes y cuando no, cuando dices la verdad, puedo ver lo que siente de verdad – Freddy no le respondió – solo estoy aquí para ayudar.
―Juan Pablo tercero, eso mismo le prometió su sombra y ¿sabes cómo acabo? Su sombra le prometió el reino enemigo, él acepto, fue un grave error ya que todo lo que quería había desaparecido, la sombra lo destruyo. Si te hago caso, todos los que amo van a morir.
―Si te quedas callado igualmente lo harán, por cobarde, acepta de una vez que solo vine a ayudar, sabes que es lo correcto – Freddy lo miro enojado.
―Cállate, cállate y no vuelvas a mencionar eso, solo eres un mentiroso, no puedo, no debo confiar en ti, quiero que te calles y no me vuelvas a hablar – Fred miro hacia abajo.
―¿Es eso lo que realmente quieres? – Fred había desaparecido, Freddy ya no lo podía ver.
―Sí, eso es lo que más quiero en la vida, no quiero ni escucharte, quisiera poder acabar contigo, monstruo, parasito, es fácil decir todo lo que dices porque no tienes sentimientos,
―Entonces si eso es lo que quieres, eso pasará – Freddy sonrió un poco – pero cuando estes en un verdadero peligro yo apareceré, tomaré el control de tu cuerpo y acabaré con ese peligro, no me importa quien sea o si le tienes cariño, lo acabaré. Te mostraré en realidad como eres, no eres un dulce cordero que tanto te crees, yo seré sincero con todos, mostrare lo que tu corazón en realidad siente, cuando desees algo, ten cuidado porque lo voy a cumplir.
―No harías eso ¿verdad Fred? – no hubo respuesta - ¿Fred? – no hubo respuesta, Freddy lo buscaba por toda la habitación – Fred no es momento de jugar – por más que intentara, Freddy no podía ver o escuchar a Fred.
Ese día Freddy dejo de hablar con Fred, este simplemente desapareció para él, aunque lo buscara jamás lo encontraba, lo cual al inicio fue un alivio pero luego fue una pesadilla, Freddy no paraba de pensar que estaría haciendo Fred, que estaba tramando, era la araña que desaparece cuando la dejas de ver, sabes que está cerca y no puedes estar tranquilo hasta encontrarla. Freddy podía verlo de reojo, con una sonrisa burlándose pero cuando se giraba, ya se había desaparecido pero lo peor iba por venir. A partir de ese día, Freddy dejo de ser un niño, no solo por la pelea con su sombra, su cuerpo ya empezaría a cambiar poco a poco y se haría más insoportable y empezaría a tener clases de espada, un rey sin saber defenderse no debería ser llamado rey, grandes cambios venían y aunque no lo sabía, alguien tenía el ojo sobre él, alguien que se acercaba cada vez más a él.
Chapter 74: Desconfianza
Chapter Text
Para ustedes cual es lo más importante en una relación, no solo romántica, hay relación de trabajo y relación de amistad pero para ustedes ¿qué es lo más importante en la relación? Algo que sin eso no puede funcionar, la respuesta es fácil, la confianza. En el amor es fácil de saber ya que la relación muere cuando no hay confianza, cuando empiezas a creer que tu pareja te está mintiendo, que algo te está ocultando, que no es el de antes, algo ha cambiado en él y no te transmite la misma confianza. Haces equipo con la persona que más tienes confianza, con la persona que sabes que va a entregar las cosas a tiempo, que cumple con su palabra y que es buen trabajador, el trabajo se rige de confianza, y la amistad, bueno, solo llamamos mejores amigos a aquellos que nos dan la mano para no caernos al abismo. Todas nuestras relaciones se centran en la confianza y en el momento que una de las dos partes entre en desconfianza, solo es cuestión de tiempo que esa relación muera.
―Bonnie, abre, sé que estás aquí – la guardiana miraba de un lugar a otro algo asustada, por suerte no había nadie que la pudiera ver y ella quería mantener eso así – no tengo tiempo, abre de una vez – las puertas se abrieron y la guardiana entró de inmediato – ¿por qué te tardaste tanto? – Bonnie tenía la respiración agitada y el cabello hecho un desastre.
―Lo siento, estaba dormido – dijo mientras recuperaba el aíre.
―¿Qué te paso? parece que te paso un tornado encima de ti, estás hecho un desastre además ¿duermes con esa ropa? – Bonnie no le respondió – no importa, no importa, quiero que me hagas un favor.
―Claro, el que sea, menos revivir muerto o matar a alguien.
―Quiero que me mires a la cara y me prometas que nada de esto saldrá de aquí – Bonnie soltó una pequeña carcajada – mírame – Bonnie se asustó un poco y la miro.
―Sí, te prometo que no diré nada a nadie.
―Te mato, te mato si le dices a alguien esto – Bonnie se alejó un poco de ella y trago con fuerzas – quiero que vigiles a algunas personas, a los nuevos guerreros que han llegado, quiero saber con quienes hablan, que dicen, donde van, que piensan hacer, quiero saberlo todo – Bonnie la miro confundido.
―¿Por qué? Se supone que son aliados, debemos tratarlos con respeto y… - la guardiana simplemente le sonrió un poco, una sonrisa algo extraña, cosa que le generó miedo.
―Porque eres mi amigo y no confió en nadie más que tú – la guardiana se puso sería – y porque eres el único mago que conozco, supongo que tu magia puedes hacer cosas que yo no, que me es imposible. Además son órdenes del rey, no mías.
―Haré lo que pueda, aunque no prometo nada.
―Tienes que, por favor – Bonnie suspiró.
―Lo haré, pero si muero, quiero la mejor lapida y el mejor lugar – Chica le sonrió de una manera normal
―Por cierto ¿qué te paso en la cara? Es obvio que no estuviste acá, vamos que eso ni te lo crees tú – Bonnie sonrió un poco.
―Solo fui a ver a un amigo, nada más y empezamos a jugar – Chica soltó una pequeña carcajada y le guiño el ojo.
―Yo le decía eso a mis padres cuando iba a tener sexo con alguien – Bonnie rápidamente se puso rojo e intentó negarlo – no tienes que ponerte así ni poner escusa, yo tuve mi primera vez siendo más joven que tú, es normal en esta época.
―No, no, enserio que eso no paso – los colores en el rostro le decían todo lo contrario a Chica – solo fue una salida normal.
―Sí, sí – Chica le dio la espalda – aunque eso no importa, solo concéntrate en lo que te pedí, yo también intentaré acercarme lo más que pueda a ellos y veré que pasa pero tú eres el único que conozco que puede acercarse sin que se den cuenta – Bonnie le abrió la pared.
―Claro que podré hacerlo, confía en… - Bonnie se quedó callado mientras miraba su alrededor detenidamente, su respiración aumentaba, tenía una mueca de asco, sus ojos medio cerrados y sus cejas levantadas, era la expresión que siempre pone cuando algo lo perturbaba – lo siento, sentí algo extraño, quizás fui yo o la falta de sueño – su voz había cambiado, hablaba más lento, arrastrando las palabras – cualquier cosa te digo, buena suerte – dijo antes de cerrar la pared.
La guardiana estaba confundida con lo que acababa de pasar, la cara de confusión que puso no era normal, aunque sabía que si le iba a preguntar no le diría nada, pero eso no era lo que más le preocupaba, su instinto solo le hizo pensar en Freddy, puso su mano en el mango de la espada, escuchaba su alrededor con suma atención y estaba atenta a cualquier sombra que viera, quizás estaba exagerando pero la expresión de Bonnie la había alertado. Aunque todo ese sentimiento desapareció cuando vio a Freddy caminar por el pasillo, la guardiana inmediatamente miro a su alrededor, no había nadie cerca ¿se habría salido del cuarto? Además había algo extraño en él, su forma de caminar era tan rara, con cada paso que daba parecía que iba a caer, sus piernas temblaban con cada paso, tenía la mirada en el piso y lo más raro es que Freddy aún no había notado la presencia de Chica.
―¿Qué haces por aquí tan tarde? – Freddy la miro asustado.
―Solo quería salir a caminar – su voz era diferente, más grave, aunque también su voz delataba lo asustado que estaba.
―No deberías hacerlo ¿qué dirían tus padres si te ven aquí? A ti seguramente nada, a mí me van a culpar por no poder cuidarte – Freddy bajo la mirada.
―Lo siento, lo siento – Ann se acercó y le puso su mano en la cabeza.
―No pasa nada, vamos a la cama y a dormir que mañana te espera un gran día, aunque eso ya lo sabes.
―Sí, estoy tan emocionado – su voz no transmitía alegría y seguía con la mirada baja.
―Sabes que me puedes contar cualquier cosa, cualquier cosa, no le contaré a mi padre – Freddy la miró y sonrió.
―Aunque te lo dijera, jamás me creerías – Ann no supo que responder – lo siento no debí… - Freddy intentó disculparse pero no encontró las palabras o la razón por la que debe disculparse.
―No, no, está bien, yo sé que hay cosas que jamás entenderé pero eso no significa que no lo intentaré.
―Siempre con tus lecciones – Freddy soltó una pequeña risa – deberías ser filosofa o poeta o yo no sé, seguramente ayudaría a muchas personas – Ann soltó una pequeña risa.
―No, es un trabajo muy aburrido, por aquí por lo menos siempre pasa algo – Ann se detuvo – pronto vamos a llegar ¿seguro que no quieres decir nada? – Freddy miro hacia abajo callado – bueno, supongo que debemos volver.
―¡Espera! – Freddy la mira a los ojos – si quiero decir algo antes de entrar – Ann se detuvo, se quedó callada dándole el tiempo para que pudiera ordenar sus palabras – que pasa cuando el mundo te reduce a ser un parasito, que todo el mundo cree que solo tienes un solo propósito pero tú no quieres hacer eso que todos dicen, no eres así o sientes que en realidad eres algo más, sientes que tienes un propósito más grande, crees que lo que haces es el correcto pero todos los demás te señalan como el malo, el parasito, el monstruo. Quizás si lo soy – Ann le pega suavemente una cachetada.
―Cada vez que piensas o digas eso, te das un suave golpe, tú no eres un monstruo, no eres un parasito, no importa quién lo diga, tú no eres eso. La persona que lo dice es un tonto, un gran estúpido pero tú lo eres más por creerle, llevo varios años contigo y puedo decir que eso es mentira – Freddy bajo la mirada – ya te lo he dicho varias veces, si sientes que es lo correcto, hazlo ¿qué importa que opinan los demás? Haz lo que creas correcto, estoy seguro que entre tú y yo, tú eres el que más sabe que es hacer lo correcto – Freddy sonrió un poco – pero recuerda y esto es muy importante, cada acto siempre tendrá sus consecuencias – ambos empezaron a caminar hacia la habitación.
―¿Cómo aprendiste todo eso? – Ann sonrió.
―La vida misma me ha enseñado, no hay manual que te diga cómo vivir la vida, cómo hay que experimentarla, la vida te enseña con la marcha, no está preparado pero lo más importante es levantarse y no volver a caer de la misma manera – ambos llegaron a su cuarto, el caballero que estaba cuidando el lugar se sorprendió al ver a Freddy afuera de su cama.
―Señor Freddy ¿qué hace aquí? ¿cuándo salió? – Freddy no le respondió, lo ignoró y abrió la puerta de su habitación.
―Fue un gusto hablar contigo, espero tener más noches así – él cerró la puerta, la guardiana se giró dónde estaba el caballero.
―¿Me explicas por qué estaba afuera? – el caballero abrió la boca y empezó a decir cosas sin sentidos, palabras inútiles intentando defenderse.
―No lo sé – fue lo último que dijo antes de quedarse en completo silencio. La expresión de la guardiana lo incomodaba, respiró hondo e intento contar todo de nuevo – yo estado aquí todo este tiempo, mirando fijamente la puerta, no me he movido ni apartado la mirada. La puerta nunca se abrió, Freddy nunca salió de la habitación cuando estaba aquí y yo llegue cuando tú te ibas, no sé cómo Freddy salió de su habitación – su voz temblaba, apenas se podía escuchar, miraba de un lado al otro esperando que nadie se diera cuenta de su fracaso, su cabeza le decía que debía quedarse callado, que no debía hablar pero su lengua no le hizo caso.
―¿Nunca salió? Entonces ¿cómo…? – la guardiana hablaba con un tono bajo y pensativo, no estaba hablando con el otro caballero. Se giró y miro la puerta.
―No lo sé, pero esa puerta nunca se ha abierto mientras estaba aquí – la guardiana se acercó a la puerta y la abrió – nunca – la guardiana miró la habitación y no vio nada raro, solo estaba Freddy acostado en la cama y se podía escucharlo roncar. La guardiana cerró la puerta y se giró para ver al caballero.
―Es algo raro – la guardiana miró al pobre caballero, él estaba temblando – qué tal si dejamos esto entro nosotros ¿sí? O yo le digo todo lo que paso, los reyes no tienen saber que estuviste aquí – los ojos del caballero se iluminaron – yo me encargo – ella miró a su alrededor – ahora tú… - antes de que pudiera hablar, el mago Bonnie abrió la pared delante de ella.
―Chica, tenemos que hablar, es importante – la guardiana lo miró algo confundido y agarró el mango de su espada como reflejo – no tenemos tiempo que perder, es importante.
―Ya voy – la guardiana miró al caballero – me tengo que ir ¿te puedes quedar un tiempo aquí? – el caballero asintió – recuerda, nadie puede saber de eso, acércate a la puerta e intenta escuchar lo que pasa adentro, si escuchas algo sospechoso, sin hacer mucho ruido entras y mira si todo está bien – el caballero volvió a asentir, la guardiana no creyó que él lo estuviera escuchando realmente. La guardiana entró a la habitación del mago – no tengo tiempo para esto, dime lo que descubriste.
―Es algo sobre Freddy, algo que me preocupa.
―Si, ya sé que salió de la habitación, ya me encargué de eso – Bonnie la miro confundido.
―¿Freddy salió de su habitación? ¿dónde estaba? ¿cómo salió? – la guardiana abrió la boca pero Bonnie le interrumpió – ya todo tiene sentido, tiene sentido.
―¿Qué tiene sentido? Estaba en mitad del pasillo, nadie lo vio salir ¿cómo todo esto tiene sentido? Quiero saber – Bonnie la miró confundido.
―¿Aún no te lo han dicho? – Chica se quedó callada esperando que Bonnie le dijera algo y Bonnie solo puso cara de preocupación y evito mirarla – mierda, creo que no debería decirte, no debería… - Chica se acercó detrás de Bonnie – Si los reyes no te dijeron, yo menos, no debería decirte – Chica puso una mano en su hombro y él se giró rápidamente.
―¿Qué está pasando? ¿qué es lo que no sé? – Bonnie se mordió el labio y se maldijo a sí mismo.
―Hay algo que debo contarte, algo sobre Freddy.
Chapter 75: Visita
Chapter Text
El poderoso ejército del rey, todos hemos escuchado sobre ellos, cuando caminan la tierra tiembla, nadie se quiere enfrentar a ellos, por lo menos nadie cuerdo y la gente rápidamente se aparta cuando llegan, lo peor que puede pasar es que el ejército del rey nos visite, quieran hablar con nosotros, llegue hasta nuestra casa y se sientan en nuestras sillas y claro, no podemos decir que no, los dejamos entrar y sonreímos. Sí, todo eso suena como una tragedia o mala suerte, cualquiera se asustaría pero tenemos algo con que consolarnos, son nuestros hombres, no vienen a hacernos daño, si no hemos hecho nada malo nada nos pasará, el rey conoce su gente y sabe lo importante que son, no destruye lo que él mismo construyo, de alguna manera le importamos y por eso se va a tomar las cosas con calma. Pero un ejército extranjero no es así, trabajan casi sin restricción, los reyes no les dirán nada ya que son sus invitados, debe traérselos con respeto, no quiere ir a una guerra y a ellos no les importa la tierra, no es suya, no les teme a destruir lo que no es suyo, no manejan las mismas costumbres que nosotros y muchas veces se sienten superiores. Un día el ejército extranjero caminaba hacia la minería, quería revisar los lugares más importantes del reino y el rey decidió enviarle sus caballeros más importantes y confiables para que les mostrara el camino. Ni Loon ni Usagi estaban preparados, para ellos eran un día normal cuando ellos llegaron, todo el mundo se detuvo y los miro con curiosidad, incluso con miedo, solo el capitán, su mano derecha y la guardiana del príncipe estuvieron en la misma habitación con los jefes del lugar, mientras todos los otros simplemente caminaban por el lugar, lo “cuidaban” y lo exploraban.
―¡Todos vuelvan a su trabajo! – Grito Usagi antes de entrar.
El ambiente en la habitación era tenso, demasiado tenso, los tres caballeros estaba parados en completo silencio, la forma en que estaba parados intimidaba a cualquiera, no se movían y se mantenían lo más recto que podían y no quitaban la mirada en Loon, parecían unas estatuas que te seguían con la mirada. Loon, como siempre, estaba temblando y evitaba hablar y mirarlos, aunque si lo hubiera hecho, este empezaría a tartamudear.
―Disculpen las molestias, muchos de nuestros trabajadores no se saben comportar.
―No es ninguna molestia – Usagi se sentó enfrente de ellos, a su lado estaba Loon con la mirada hacia abajo.
―Supongo que no son de acá, su brillante armadura, su forma de hablar, ese aíre de superioridad, no son de acá. Excepto ella, ella sí es de acá, la armadura es diferente.
―Veo que tiene un buen ojo – el capitán sonrió – no somos de acá, es verdad, venimos de muy lejos para ayudar a nuestros vecinos, le dimos de muy lejos.
―Y ¿qué les trae aquí así de repente? ¿estamos en peligro? – el capitán miró a su alrededor.
―No lo sabemos señorita, hasta donde sabemos no corren ningún peligro, solo venimos a observar el lugar – el capitán sonrió – es un agradable lugar el que tiene aquí, hermoso – el capitán miro fijamente a Usagi con una sonrisa – sabes, todo esto me es extraño y quisiera saber una cosa ¿por qué estás a cargo tú? No eres el rey, ni su hija, eres una mujer cualquiera ¿por qué el rey no se hace cargo de esto? ¿cómo funciona? En mi tierra todo pasa por el rey, sacan los minerales… ―Usagi sonrió y decidió interrumpirlo.
―Sé cómo funciona en su reino, yo lo sé, aquí antes funcionaba de la misma manera pero aquí hay un pequeño cambio, algo que ustedes tienen y nosotros no, no tenemos un reino poderoso, un reino capaz de someter a sus vecinos, aquí los tres reinos tienen el mismo poder y las mismas ambiciones, tú debes conoces a los reyes mejor que yo, son ambiciosos y quieren todo para ellos mismos, el problema es que aquí los tres ya se mataron para controlar esto, no llegaron a nada bueno, todos salimos perdiendo y buscaron una solución, aquí llegamos nosotros como medidor de los tres. Piense que somos el mercado de los reyes, un lugar donde salen a comprar el pan en vez de ellos hacerlo, eso somos nosotros.
―¡Cómo se le ocurre interrumpir al capitán! ¡Cuando él habla…! – la mano derecha del capitán estaba enojado, le habían hecho faltar el respeto, sus ojos se dilataban y apretaba fuerte los puños para evitar una tragedia. El capitán le puso una mano en el hombro y este se calló.
―No pasa nada, no pasa nada, debemos comportarnos, aquí somos invitados – el capitán miró a Usagi y le sonrió – disculpa lo de mi compañero, es algo explosivo pero es muy bueno siguiendo órdenes, aun es joven y tonto. Veo lo que usted está diciendo y es comprensivo, no debería decir eso pero a veces los reyes son un dolor en el trasero – ambos se rieron – entiendo porque están aquí y veo que eres muy lista, tú y tu familia. Ahora dime ¿cómo funciona todo esto? – Usagi sentía en la mitad del bosque mientras un animal la estaba cazando, sabía que no podía hacer nada y si se quedaba quieta quizás no la atacaría.
―No sé qué tan diferente sea del suyo, aquí pueden entrar cualquiera y trabajan por un sueldo, los reyes no ponen a nadie a trabajar, todos son hombres pobres del reino que buscan un futuro mejor, agarran los materiales y los transportamos directo al reino, donde los reyes nos pagan, le llevamos varias carretas llenas y nos pagan para que nosotros le paguemos a nuestros trabajadores, el alimento de los caballos, el mantenimiento de las herramientas, básicamente somos como cualquier tienda pequeña.
―Ya veo, ya veo – el capitán miró su alrededor – tengo otras dudas, no tienen ninguna conexión con los reyes más allá del pago ¿verdad? Y ¿les dan siempre la misma cantidad? – Usagi no sabía que estaba buscando ese hombre, lo único en lo que estaba segura es que si mentía, todo acabaría mal para ella.
―Pues ambas son difíciles de responder, la primera tendría que decir que sí pero a veces, en ocasiones especiales, necesitamos ayuda de los reyes, como ustedes saben, su defensa es algo necesario en muchas ocasiones y ellos nos prestan algunos de sus hombres, nosotros de recompensa le bajamos un poco el precio. Y para lo segundo, no, no le damos la misma cantidad. No digo que tengamos favoritismo, un cliente es un cliente pero deben saber que los reinos no consumen lo mismo, algunos necesitan más que otros y no sé cómo se arreglaron o que hicieron pero los tres saben sobre esto y están de acuerdo, es una pregunta para ellos, no para nosotros.
―Entonces, no tienen nada que ver, interesante – el capitán sonrió – ahora tengo varias preguntas sobre eso ¿cómo hacen para que la gente no les robe? ¿sus propios trabajadores? Dijeron que eran gente pobre, desesperada ¿qué evita que no les roben? Adivino que hay todo un mercado negro sobre esto – sus ojos sobre ella, tan fríos, era un baile que ella conocía, tenía que seguir su juego, bailar con él a su ritmo.
―Es un gran problema es cierto y supongo que todos los tenemos pero nosotros conseguimos una solución o eso quiero creer. Cada vez que una persona vea a alguien robar y haya pruebas que eso realmente paso, se le dará un pequeño aumento como recompensa, además el pobre diablo será entregado a cualquier rey y bueno, ahí no puedo hacer más, el rey se encargue. Además en el pasado hemos tenido problemas con el robo, el rey nos tuvo que proteger ya que algunos bandidos nos estaban robando la carreta y nos protegieron, cuando las cosas se ponen feas ellos nos protegen.
―Interesante, interesante – la cara que tenía no le traía confianza a Usagi – adivino que usted ya sabe lo que está pasando.
―Sí, toda una tragedia – el capitán se río, una risa que la estremeció.
―Tienes toda la razón, ahora mi pregunta es ¿por qué nadie los ha atacado? No me refiero en el pasado, ya que en el pasado tuvieron problemas, me refiero ahora, con todo el desastre ¿ustedes no serían los primeros o los más afectados? – Usagi se mantuvo tranquila aunque por dentro se estaba muriendo, no podía mencionarlo a él y mucho menos decir que tenían cierta clase de pacto, estaba entre la espada y la pared pero ella no se iba a rendir tan fácil.
―Si le soy sincera, no sé, no tengo ni la más mínima idea porque no me han atacado – el capitán frunció el ceño, no le creía – nosotros somos una pieza importante para el reino, de nosotros depende eso, cuando la gente empezó a robar, a matar y esas cosas, el rey se preocupó por nosotros, empezó a mandar sus hombres a protegernos, dijo que enviaría un mensaje o una cosa así. No debería decirlo ya… - Usagi soltó una pequeña carcajada nerviosa – bueno, es inmoral y suena mal que el rey ponga sus intereses por encima de la gente pero eso paso, aunque dejaron de llegar no sé porque.
―Y ¿no crees que debiste preguntarle por eso? Es extraño que eso pasará y no hiciste nada – Usagi se río.
―Es el rey, es el puto rey, yo no soy nada al lado de él ¿crees que le puedo exigir algo? Soy una persona normal, no me iba a escuchar, eso lo tienes más que claro y si por si acaso se me ocurre la loca idea de levantar la voz, me mata, incluso a ti te dan un tiempo para hablar, si lo desobedeces, te matan – la mano derecha se ofendió, iba a decir algo pero su capitán lo miro y le alzó la mano y decidió quedarse callado – todos tenemos nuestros turnos, todos. Son reyes, le gusta que todo este con su orden, a su control, lo mejor es agachar la cabeza y hacerles caso, jamás ponerlos en duda, por lo menos no enfrente de ellos, a su cara. Es cierto que yo tengo el control de todo este lugar, que aquí mando yo pero al final solo soy un bicho que vive debajo de sus pies, ellos son dueños de todo, dueños de mí y lo mejor es no enojarlos, dejarse llevar y preparase para las cosas, correr de un lado a otro para no terminar aplastado – el capitán le sonrió.
―La protegida de papi – él se río – te creo, te creo, eres alguien inteligente, sobrevives en el hueco que ellos te dejan, sabes tu lugar y no le muerdes a la mano que te da de comer. La verdad sospeché de ti al inicio, eso que nadie te atacara y digamos que los reyes no me dijeron cosas buenas de ti, aunque ahora tiene más sentido, se han movido en las sombras y nosotros somos una luz, no nos dirán la verdad ya que no nos pueden controlar.
―Ahora dígame ¿por qué sospechó de nosotros? Podemos ser algo aparte de los reyes y es verdad que soy un poco ruda, tengo que mostrarme imparcial entre los tres, sin favoritismos.
―Eso lo sé, por eso hablan así de ti, todo cobra más sentido – el capitán se quedó en silencio mientras volvía a mirar el lugar – lo que pasa es que nos pareció raro que nadie les atacara ni lo intentara. Es cierto que lo hicieron más de una vez, según los reyes un brujo y no han entrado a su casa – Usagi sonrió un poco.
―¿Quién dice que no? – el capitán la miró confundido – no que sepa el rey pero si paso – el capitán sonrió – que esto quede entre nosotros ¿está claro? Los conozco, sobre todo a la mujer que está allí, hace parte del rey y ellos dicen todo – el capitán se giró y miró a la guardiana.
―Tranquila que si le tengo que cortar la lengua para que no diga nada lo hago – él volvió a mirarla – esto queda entre nosotros, se lo juro por Dios.
―La verdad es que sí, una vez entraron en mi casa, no traían armas ni nada, solo sus puños y bueno, matar es ilegal.
―El rey les hubiera compensado si lo hacían – el capitán la miro desafiante.
―Eso lo sé, lo sé – Usagi no se quedó atrás y lo miro de manera coqueta – pero ¿usted conoce a mi padre? Es un hombre explosivo, me enseñó a defenderme y como utilizar un cuchillo, a como matar como una dama. Crees que alguien como él solo los mató – Usagi se acercó un poco y empezó a susurra – lo torturo toda la noche, le rompió todos los huesos que pudo, hizo que su muerte sea lo más lenta y dolorosamente, hasta que quisiera ir al infierno – el capitán hizo una sonrisa perversa mientras escuchaba.
―Y ¿usted como sabe? – Usagi se apartó y sonrió.
―¿Usted cree que no participaría? Es mi casa, mi familia ¿una dama tampoco puede tener un poco de diversión? O ¿la tortura es algo solo para hombres? Por eso no dijimos nada, al final es un alma y no debe ser trata así y lo más importante, eso es solo diversión del rey ¿qué pensará el rey de nosotros? Seguro que no somos competentes en manejar este lugar – el capitán soltó una gran carcajada.
―Si yo fuera más joven le hubiera invitado a una copa – Usagi le mostró su anillo – eso hace más divertidas las cosas ¿no crees? Necesitamos más mujeres como ustedes, sí, no tendrán la fuerza como nosotros pero también tienen sus encantos. Ahora le hago una pequeña pregunta ¿por qué crees que no le diré esto al rey? – su expresión cambió a una más sería, intentaba intimidarla pero Usagi simplemente sonrió.
―No lo harás por varios motivos, primero no eres de aquí, tu misión es completamente otra, con todo este caos, esos problemas, yo soy un pequeño ángel, un inocente en todo eso, allá afuera hay verdaderos demonios y creo que tanto usted, como yo y como el rey lo sabemos, no soy importante para lo que sea que están buscando.
―Y ¿qué pasa si miento en todo esto? Puedo decir que encontramos algo sospechoso, algo incriminatorio y te torturamos hasta la muerte, tengo a dos testigos sobre eso.
―Bueno, ahí entra lo más importante en esta situación ya que en realidad ahí estaría perdiendo usted – el capitán sonrió y la miro de manera desafiante – aunque usted no lo crea, lo es. Usted es un caballero, lo más importante que tiene es la palabra, su honor y hace unos cuantos minutos prometió no ante el rey, ante Dios que no iba a decir nada, le estaría incumpliendo a nuestro señor creador y ¿cómo lo dejaría a usted mal parado? Igual que usted, yo tengo dos testigos, incluso tres con mi amigo al lado. No solo quedará mal ante Dios, nunca prometas nada en vano ante su nombre, sino que también quedara mal ante sus hombres, ese chico a su lado ¿qué pensará? ¿se sentirá orgulloso después de eso? Y no hablemos de la otra chica que es parte de los caballeros del rey ¿cree que a ella no se le escapará todo eso? Le fallará a todo el mundo señor, nadie quiere eso.
―Usted es una mujer ejemplar, lástima que la conocía tan tarde. Creo que eso es todo – el capitán se giró – solo una última cosa, tu compañero ¿qué le pasa? No ha hablado en ningún momento ¿acaso es mudo? – Usagi iba a hablar pero Loon fue más rápido y dijo.
―No señor, no soy mudo – estaba tartamudeando y aunque solo sea cinco palabras, le costaron demasiado.
―Lo que pasa es que es un genio para los números y ya saben cómo es la gente lista, muy poco sociable, una vergüenza para decir verdad. No es muy sociable con la gente, no se abre y menos con caballeros, digamos que les tiene bastante miedo, y ni digamos del rey, ve que uno este enfrente de nosotros y se desmaya, se muere – el capitán sonrió, aunque Usagi no lo podía ver.
―Supongo que es todo, vámonos chicos.
―Antes de que se vayan, me pueden decir ¿qué hacen aquí? ¿qué estaban buscando exactamente? – el capitán se quedó quieto y en silencio por unos segundos.
―Tú eres de por aquí, deberías saberlo mejor que yo. Solo vengo a arreglar las cosas – y con estas últimas palabras, abrió la puerta y sus dos compañeros se salieron de la habitación.
―Por cierto, capitán, estoy esperando que me invites por unas copas – dijo de forma coqueta mientras le guiñaba el ojo, el capitán soltó una pequeña carcajada. Usagi y Loon se quedaron solo en la habitación, en completo silencio, solo hablaron cuando escucharon los pasos del ejercito retirarse.
―¿Crees que se creyó todo lo que le dijiste? – dijo Loon con un poco de miedo.
―Obviamente no Loon, no se creyó ni una sola palabra pero no sospecharán más de nosotros, en realidad sospecho que sus verdaderas intenciones eran otras.
Chapter 76: Lo que sea necesario
Chapter Text
―Creo que ya esto bien, solo fue, solo fue… - en realidad no estaba bien, apenas podía hablar antes de volver a vomitar, por lo menos tuvo la decencia de vomitar en el baño.
―¿Qué le paso? – sus dos amigas lo miraban con preocupación y algo confundidas.
―No lo sé, solo volvió de salida con su hijo y se puso así, camino, saludo y hablamos un poco, dijo que no se sentía bien y empezó a vomitar.
―Estoy bien chicas, estoy… - no pudo seguir hablando, el vómito lo interrumpió.
Bon solo tenía unas palabras en la cabeza, lo que sea necesario, palabras que se repetían en su cabeza una y otra y otra vez, ya lo tenía harto pero no podía ignorarlo, cada vez que dejaba de ver a Bonnie estás aparecían con fuerza una y otra vez. Bon no era alguien fuerte, valiente o que peleara por un bien mayor, no, Bon era una rata que agachaba la cabeza y comía las migajas, que hacía lo necesario para sobrevivir, no tenía problemas con eso.
―No necesito ayuda chicas, de verdad puedo solo – Bon era arrastrado por sus dos amigas, sintió tanto asco sobre él, se veía tan patético y lo odiaba – estoy bien.
―¿Bien? Apenas te puedes mantener de píe ¿cómo puedes decir que estás bien? – Meg estaba enojada, muy enojada pero esa era su forma de mostrar su cariño hacia él.
―Estoy bien Meg, solo fue el frío, el frío.
―Ambos son malos mintiendo ¿sabían eso? – Joy le toco la frente – al parecer estás bien, quizás el vómito fue otra cosa, quien sabe que te dio, quizás comiste algo mal – Joy se levantó – quizás deberías comer algo, ya te traigo algo, la casa invita.
―Hiciste algo por él ¿no es verdad? Por eso estás así – dijo Meg cuando Joy se fue.
―No quiero hablar de eso – Bon puso todo su brazo en la mesa y se acostó en el brazo.
―Entonces fue un si ¿verdad? – Bon no respondió – mira, tenemos que estar unidos en esto, debes decirme que… - Meg se quedó callada y solo suspiró luego de unos segundos – a veces odio este trabajo – dijo sentándose en una silla.
―Me dijiste que hiciera lo necesario para él, que sobreviviera ¿no? Eso hago – Bon levantó la mirada - ¿sabes lo que he hecho por él? Estoy seguro que no y no quieres saberlo – Bon volvió a agachar la cabeza – es una estupidez fácil, debería ser fácil y aun así me quejo, no tengo que matar a nadie y no tengo que hablar mucho con él. No te preocupes que no es nada – Meg no le hizo caso y se preocupó.
―Está bien, solo cuando te sientas así llámame, algo que aprendí tarde es que no estás solo en esto – Bon levantó la cabeza y la miro fijamente, no le creía – está bien, quizás si estás solo pero ¿por qué debes sufrir solo? Él no está aquí y yo no tengo que enterrarme que te hizo, podemos hablar de otras cosas, cosas que te hagan sentir mejor. Además una enfermedad es seria, lo sabes.
―Haré mi mejor esfuerzo.
Bon pensaba que el día no podía empeorar, se iba a llevar una gran sorpresa antes de acabar la noche. Joy le ofreció un pan para comer pero él lo rechazo, Joy insistió e insistió varias veces y Bon no tuvo otra opción que aceptar, comió aunque no le gusto nada lo que había comido, sentía de nuevo las ganas de vomitar. Joy y Meg decidieron dejarlo un momento solo para que se relajara mientras ellas hablaban, Bon no dijo nada y siguió en la misma posición, lamentando todo lo que había pasado, sentía un poco de curiosidad saber que estaban diciendo de él, era claro que estarían hablando de él pero no pudo ni moverse, su cabeza le dolía y con solo el hecho de respirar le daba nauseas. Mientras él estaba solo, dos idiotas decidieron robar la taberna, sería fácil, es lo que pensaba y siempre está lleno, habrá mucho dinero que robar, además lo maneja una sola persona y ellos son dos, algo bastante simple. Entraron confiados y encontraron una pequeña sorpresa a ver alguien ahí, por la posición en la que estaba y porque no se movía pensaron que era solo un borracho, no le dieron importancia, no creía que fuera un problema, seguro ya estaba soñando y que nada lo iba a despertar, además era un borracho ¿qué les podía hacer? Entraron y caminaron tranquilamente por el lugar.
―¿Qué hacen? – Bon levantó la cara y vio a esas dos personas entrando a la taberna – el lugar está cerrado, creo ¿quiénes son? – ambos se miraron, lo mejor sería engañarlo para no tener problemas.
―Somos amigos de la dueña del lugar, queríamos visitarla y nada más ¿sabes dónde está? – Bon volvió a su posición inicial con una pequeña sonrisa.
―Está allá adentro, no creo que sea tan difícil encontrarla.
Bon los dejo caminar un poco, escucho sus pasos con atención y lentamente acercó su mano al mango de su cuchillo, lo agarró y se levantó de la silla, sabía moverse en silencio, los otros no lo escucharon hasta que fue demasiado tarde, él ya estaba detrás de ellos, apuñalo en la pierna derecha varias veces al que tenía más cerca, obligándolo a arrodillarse, lo que Bon aprovecho para ponerle su cuchillo en su cuello. El otro se giró asustado, agarró su cuchillo y lo apuntó hacia Bon.
―Son malos mintiendo ¿sabían eso? Hace poco aquí mismo paso un robo – ambos se miraron fijamente – creo que ya se conocen la reglas ¿verdad? – Bon hizo un poco de presión en el cuello al sujeto que tenía atrapado.
―Te voy a matar – Bon solo lo miró fijamente.
―Puedes intentarlo, claro que puedes pero tu compañero habrá muerto ¿quieres que eso pase? – hubo un momento de silencio, Bon sabía perfectamente que él no haría nada peligroso, iba a escucharlo – les tengo un pequeño trato, ustedes se van y yo los dejo vivir.
―¿Enserio crees que vamos a creerte? Si hacemos eso ambos moriremos, de hecho mi amigo ya está muerto, si bajo el arma ambos moriremos, es algo básico – Bon suspiro, solo había una palabra en su cabeza, mátalo, mátalo.
―Puede ser, puede ser – Bon lo soltó y se alejó de él, el chico rápidamente se arrastró y se puso detrás de su amigo – ahora ¿se pueden ir por favor? No quiero tener que limpiar su desastre.
―Eso fue un error.
Quizás fue la adrenalina o ambos eran sordos pero no se dieron cuenta que ellos no eran los únicos, que una chica se acercaba por su espalda y esta no dudo, rápidamente agarró el chico que estaba en el suelo y lo apuñalo por la espalda, este solo hizo un pequeño ruido al ser atravesado, un grito ahogado. La chica lo apuñalo varias veces para asegurarse que realmente este muerto, mientras su otro compañero, asustado se dio la vuelta, sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, le causo un gran horror que no lo dejo ni pensar, inconscientemente empezó a caminar para atrás, se había olvidado de alguien. Bon aprovechó esta ocasión y lo apuñalo en las costillas dos veces y luego se alejó, no quería salir lastimado.
―Les dije, tenían que irse cuando tenían la posibilidad, no me hicieron caso – Bon le pego una patada en la pierna – nadie me hace caso pero está bien, al final yo soy el que gano.
―¿Quieres acabar tú o…? – Bon suspiró.
―No tengo ganas, hazlo tú – Bon camino hacia una silla y se sentó para luego poner su brazo en la mesa y acostarse sobre él. Meg solo lo miró algo preocupada, aunque había otras cosas importantes y ella lo sabía.
―Haber dime una cosa – Meg rápidamente lo apuñalo en el hombro - ¿alguien te envió? – ella empezó a mover el cuchillo él grito.
―No, no, no nos envió nadie – Meg lo miró enojada y lo movió con más fuerza.
―¡No les creo! – rápidamente saco el cuchillo y lo apuñalo en el estómago - ¿por qué estaban aquí? Dímelo si quieres que acabe rápido contigo.
―Solo creíamos que era fácil, nos dijeron que aquí solo vivía una persona muy amable, alguien demasiado amable, pensamos que sería fácil de engañar y llevarnos algo, nadie la quiere lastimar por eso creímos que era fácil, alguien que no tiene enemigos.
―Entonces ¿aseguras que nadie te envió? – Meg sacó el cuchillo y se lo clavó en la pierna.
―¡Nadie! Nadie, no tengo razón para mentirte – Meg sonrió.
―Está bien, te creo, te creo – Meg saco el cuchillo de su pierna y le corto el cuello, matándolo.
Los tres se deshicieron de los cuerpos, simplemente lo dejaron en la otra calle en un callejón y problema de otros, ninguno volvió a mencionar el tema, aunque hubo algunos cambios esa noche, como que ellos dormían en la taberna por turnos por si algo pasaba. Los días pasaron y las cosas no se calmaron, Bon volvió a ser el de antes pero Meg estaba demasiado preocupada por él, lo seguía con la mirada y veía como estaba, le preguntaba varias veces como se sentía, Bon siempre decía lo mismo pero Meg no le creía, había algo que a ella le preocupaba y decidió hacer lo peor que puedes hacerle a un amigo, espiarlo. Meg sabía la razón por la cual estaba mal, cuando Bon se iba a encontrar con su jefe, el brujo, ella lo siguió y decidió escucharlo todo, quería saber qué hacía Bon, que era la cosa que tanto le pesaba, escucho toda su conversación y todo lo que tuvo que hacer y le provocó arcadas, por suerte no hizo tanto ruido para ser escuchada. Bon hablo por cinco minutos de todo lo que tuvo que hacer y todo lo que consiguió, lo cual parece no ser mucho realmente, pero el brujo no paraba de sonreír al escuchar todo eso, era el único en el lugar que sabía qué hacer con toda esa información, con las palabras que le entregaba Bon.
―Me has sido de mucha utilidad Bon, demasiado útil – el brujo le aplaudió – sinceramente no pensé que llegarías tan lejos a hacer algo como eso, déjame decirte que ya tienes un lugar en el infierno – Bon lo miró con odio y el brujo se río – te has ganado esto, te has ganado esto – el brujo le entrego dos bolsas llenas de monedas – ahora te puedes ir, es más seguro ir por el camino que está detrás de mí, llegaras más rápido – Bon sabía perfectamente que eso no era así pero de igual forma le hizo caso – sabes que está muy mal escuchar conversaciones ajenas ¿no Meg? – ella salió de la esquina.
―¿Hace cuanto supiste que estaba aquí? – él se acercó a ella.
―Desde el principio, pensé que era una idea de Bon pero no vi ningún indicio de eso así que ¿qué tienes? Ahora que nos vemos cara a cara, puedo verlo mejor, hay algo que te incomoda.
―Bon ha estado algo extraño y me preocupé por él, nada más.
―Sí, no es un trabajo fácil, no lo es, lo supe cuando se lo di pero ha cumplido mis expectativas y mucho más, tenía razón en elegirlo – Meg bajo la mirada y apretó sus manos.
―Quiero cambiar con él – el brujo la miró de manera extraña.
―Disculpa ¿qué dijiste? – él se acercó un poco más a ella, Meg sentía que no podía respirar, el miedo tensaba todos sus músculos.
―Quiero cambiar con él, quiero hacer lo que Bon hace, quiero dejarlo fuera de eso – el brujo se río – soy mejor que él y lo sabes, podría entregarte mejores resultados.
―Es verdad que eres mejor que él en muchos sentidos pero él tiene algo que tú no. Hablemos de lo principal, un cambio a estas alturas es algo perjudicial, no se va a poder y va a tomar mucho tiempo, demasiado y lastimosamente ya no tengo tanto tiempo. Además te falta, algo, algo importante.
―Lo aprendo y ya está. Por favor necesito… - el brujo puso suavemente su mano en la mandíbula de la chica y esta rápidamente se alejó.
―Lo que tiene Bon no es algo que se enseña y tú nunca lo aprenderías, es alguien patético ¿no crees? Si yo le hubiera hecho lo mismo a él ni se movería, agacharía la cabeza y empezaría a temblar, es un conejo que tiembla de miedo y ¿a quién no le gusta los conejos? Es débil, miserable pero al final del día es un superviviente, hará todo lo que sea para sobrevivir, quien diría que esa cosa tan dulce te podía hacer daño. Tú eres alguien fuerte, indomable, que mira para adelante y que no duda en matar, él prefiere más quedarse en lo seguro, tiembla.
―Te equivocas, es más fuerte de lo que crees – el brujo se giró y le dio la espalda.
―Sabes, puede que tengas algo de razón, al final él me sorprendió bastante el día de hoy, estoy satisfecho con él, se merece un pequeño descanso de mí – él se acercó a una pared y la toco – al final Meg es algo de apariencia, él tiene la apariencia de una presa y tú de un depredador, es tan dulce que cualquiera se encariña con él, quieres ayudarlo de una manera porque sabes que no lo hará solo – él soltó una pequeña carcajada – incluso puede ser un buen amigo, no lo sé, no lo conozco tanto.
―Espera, hay algo que debemos hablar – él suspiró frustrado pero decidió no moverse – aun me debes algo, lo sabes, quiero reencontrarme con él ¿cuánto tiempo ha pasado? – él apretó su puño.
―Ya debes saber lo que pasa, porque no puedo hacerlo – él la miro fijamente, Meg pudo sentir un pequeño escalofrío en su espalda – es demasiada magia, hay magos muy poderosos contra nosotros, además necesito algo que tiene el rey para poder hacerlo de la mejor forma, no quieres tener un cuerpo que se esté pudriendo poco a poco. Lo siento pero hasta que no acabemos con lo que empezamos, lo único que conseguirás son charlas con él, nada más y eso que me arriesgo demasiado, quisiera poder ayudarte pero no puedo, puedes retirarte cuando quieras pero sabes que eso no es lo correcto – fue lo último que dijo, antes de atravesar la pared y desaparecer.
Chapter 77: Salvación
Chapter Text
El mar, tan inmenso y gigante, muchas personas han intentado dominarlos pero al final el mar es tierra de nadie y siempre lo será. Tantos peligros que hay, es el lugar perfecto donde existe la maldad, donde uno puede ver lo más podrido del alma humana y el gran capitán zorro lo sabía con perfección, él fue alguien con suerte, alguien que tuvo una cama y un trabajo que dentro de todo eran decentes, hay miles de trabajos peores allí afuera y cuando el pequeño capitán fue creciendo y dejando atrás su inocencia se dio cuenta de lo afortunado que era y decidió hacer lo mismo, darle la oportunidad a quienes él creía que lo merecía. En realidad necesitaba una gran tripulación siempre fiel a él, ya había conseguido el barco con pequeños trabajos, un barco demasiado barato pero al final era un barco, el problema es que un capitán sin tripulación no era capitán y él necesitaba a alguien, se le ocurrió buscar en la misma isla donde estaba, buscar a cualquiera, el problema es que su búsqueda no dio frutos, todos ya tenían dueño.
―Ven aquí pequeño mentiroso de mierda – escucho el capitán zorro a lo lejos.
Su búsqueda no lo trajo a nada y al final decidió pagar por unos borrachos, viejos y amargados, la peor tripulación que podía tener pero no tenía otra opción, si quería ser reconocido y tener fama necesitaba empezar con algo y justo un día antes de partir hacia un mar de misterios y horror, escucho a varias personas gritarles a un chico, esto le causo un poco de intriga y decidió acercarse.
―Vas a pagar por esto – los tres hombres golpearon al chico hasta tirarlo al suelo y luego de eso le pegaron patadas.
―¿Qué pasa aquí? ¿qué le hizo este pequeño chico? – los tres hombres miraron confundidos y algo enojados.
―¿Tú que te metes? No deberías estar aquí.
―Quizás no, quizás no pero hacen mucho ruido y tuve curiosidad.
―La curiosidad mato al gato – uno de esos hombres se acercó a él, casi intentándolo intimidar – ahora vete – el capitán pelirrojo le dio un cabezazo, lo que le obligo retroceder – cabrón.
―A mí me respetas, si quieres amenazar a alguien… - él sacó su espada – asegúrate de que esa persona es inferior a ti.
―Ya nos íbamos. La próxima vez no tendrás tanta suerte cabrón– ese hombre se giró molesto – vámonos chicos, no perdamos nuestro tiempo.
―¡No habrá próxima vez! – dijo con una pequeña sonrisa mientras se acercaba al niño, este rápidamente se levantó asustado – ahora dime ¿qué carajos le hiciste? – el niño no respondió – no te haré daño – el niño rápidamente le piso el pie e intentó huir, pero el pelirrojo lo agarró del cabello y se lo jaló, evitando que corriera.
―¡Suéltame! ¡Me duele, me duele! – el capitán lo jaló con más fuerza.
―La próxima vez que alguien viene a salvarte lo tratas con respeto – él lo soltó – ahora dime ¿por qué esas personas querían matarte? – este chico iba a empezar otra vez a correr pero él lo agarró de la muñeca – no voy a dejarte de ir tan fácil.
―Solo les prometí algo y cuando se los di, no parecieron muy contentos.
―Los estafaste y se dieron cuenta ¿qué tan mal debes ser estafando para que se den cuenta tan rápido? Y ¿por qué esos imbéciles hicieron trato contigo? Es obvio que no eres de fiar – el chico lo miró con odio y desprecio – por suerte, aquí vengo a salvarte, te vengo a hacer una propuesta.
―¿Por qué aceptaría? – el capitán sonrió y se acercó a la cara del chico.
―Porque la próxima vez yo no estaré aquí y ellos no tendrán piedad contigo, te van a sacar todo lo que tienes adentro y lo venderán, no es una muerte bonita, no tienes otra opción – el chico miró hacia abajo – ya que dejamos esto claro, vámonos.
―¿A dónde? – el capitán lo soltó y empezó a caminar, el chico podía escapar pero ese desconocido tenía un punto.
―A mi barco – el chico rápidamente lo siguió emocionado.
―¿Eres un pirata? ¿cuál es tu nombre de pirata? – el capitán se quedó callado, todavía no era digno de recibir uno.
―No es tan simple las cosas, yo soy alguien pequeño, demasiado pequeño y los nombres se tienen que ganar, la gente debe darte ese nombre, como una leyenda, tú no puedes darte tu propio nombre, los otros deben hacerlo. Es raro ver a alguien obligar a la gente llamarlo de cierta manera, es como el agua, no la puedes controlar, solo la dejas fluir.
―Pero entonces ¿cómo te llamo? – el pelirrojo se encogió de hombros.
―Capitán está bien.
―El capitán pelirrojo – dijo el chico con una sonrisa – ese nombre me gusta, ese nombre me gusta.
―Es una mierda pero he escuchado peores, así me puedes llamar tú, ahora ¿cómo te llamo yo? – el chico se quedó callado, pensando.
―Deuz, me gusta ese nombre – el capitán se río.
―Está mucho mejor mi nombre, mucho mejor.
―¿Por qué haces todo esto? – el capitán se quedó callado, veía potencial en él, además esos chicos siempre eran lo más fieles de la tripulación, miran con admiración a sus capitanes.
―Necesito a alguien pequeño para limpiar, eres perfecto para eso, cabes por todos lados y con un poco de practica podrás ser el mejor – ambos llegaron al barco y la alegría del chico se desmorono – hogar dulce hogar.
―¿Ese es tu barco? Ni si quiera puede llamarse un barco.
―Es lo más barato que había y ten más respeto, puede ser el más feo pero aún tiene sentimientos. Ahora ¿vas a venir o no? Te puedes quedar aquí, por mí no hay ningún problema pero el barco se largará de aquí – el chico, dudoso, se subió al barco, en realidad no tenía otra opción y cualquier lugar era mejor que donde vivía.
―Sabía qué harías caso, bienvenido a la tripulación.
El pequeño capitán empezó con cosas simples, llevar cosas de un lugar a otro, personas, algo poco común entre los piratas pero era lo único que se podía hacer, su barco eran varios troncos atados de mala manera, poco a poco se iba hundiendo así que necesitaba dinero rápido, fue un camino largo y tortuoso pero al final consiguió lo que quería, un barco con una tripulación que lo admiraba. Antes de que se formara su nombre por los mares, el capitán tuvo un pequeño empujón de fama, un gran robo donde nadie supo que él era en realidad el ladrón. Un día, el capitán Zorro se encontró con un amigo de hace tiempo, al parecer este tenía una loca idea que podía hacerlos ricos a los dos, no le hablo mucho sobre el tema, los piratas nunca lo dicen todo, solo lo suficiente para que te sientes a escucharlo. Su amigo había tenido más suerte que él, mucha más suerte y ya era un pirata consolidado, había tenido una que otra hazaña grande pero necesitaba ser reconocido por todos y tuvo una brillante idea, idea que decidió compartir con su amigo para que le ayudara.
―Gracias por venir.
―No podía decir que no a tu petición – el capitán Zorro se sentó – ahora dime ¿de qué quieres hablar? – su amigo se sentó enfrente de él.
―Te tengo un gran movimiento, algo que nos hará muy ricos – el Zorro dudaba de su palabra, lo hacía con todos.
―¿Por qué compartirlo conmigo? De tantas personas que había, mejores ¿por qué conmigo? No tengo nada para darte.
―Eso no es cierto, hay varias razones para elegirte, primero, eres alguien de confianza, confió en ti, confió demasiado, tienes todos los requisitos para hacerlo, eres alguien apenas iniciando, jamás has pisado esa tierra y puedes decir simplemente que te dio curiosidad, lo tercero y más importante, el chico que traes. Se que suena tonto pero te necesito hacer pasar por una persona importante y su hijo que está interesado en todo esto, serás una distracción pequeña y juntos nos vamos con el motín – mentiras y más mentiras, era todo lo que creía el Zorro, no podía ser real, había algo más pero sintió curiosidad, podía sacar provecho a todo esto.
El plan era bastante simple, dentro de unos días, unas personas con esclavos venían y los ponían a la ventana, era algo bastante común, ya era casi una fiesta y muchas personas venían, desde gente pobre hasta los piratas más ricos y obviamente los más jóvenes eran los más caros, era una feria bastante reconocida entre las peores personas que existían. El plan era simple, el Zorro iba a tomar la imagen de alguien importante, alguien que acaba de aparecer en el mapa de los piratas pero es bastante elegante y tiene mucho dinero, alguien de la alta sociedad, su amigo había creado ese pequeño personaje y él tenía que interpretarlo, una persona con bastante exitoso y reconocimiento, que venía a comprar un esclavo para entretener a todo el mundo mientras él se escabullía. Al parecer su amigo no podía hacer todo esto solo porque era buscado por los organizadores de esos eventos, pues ya en el pasado había intentado robarles y no salió también, por eso necesitaba ayuda. Al final todo el botín iba para el bote de él, solo tenía que volver luego de unas horas de mirar un lado a otro llamándole la atención a las personas y volver al barco donde su amigo lo estaría esperando. El Zorro acepto con una pequeña sonrisa y ambos se dieron las manos y lo siguiente que hicieron fue conseguir una buena vestimenta, alguien tan importante no iba a llevar los trapos que tenía, tenía que verse un hombre de verdad y su amigo fácilmente le consiguió una buena camisa, buenos pantalones, ya era alguien elegante y completamente diferente, pero no se quedaron solo con él, a Deuz también paso por lo mismo y no se negó, le gustaba la ropa que tenía.
―No ves que todo esto puede salir mal capitán – ambos caminaban entre las jaulas donde tenían a las personas, el capitán siempre ponía su mano en el hombro de Deuz y cuando decía algo que no debía, lo presionaba con fuerza.
―Lo sé, lo sé pero así es la vida, a veces te toca agachar la cabeza, solo confía en mí, esto saldrá muy bien – en un momento Deuz se detuvo - ¿por qué te detuviste? ¿estás bien? – Deuz miraba fijamente a uno de los prisioneros, una chica con el pelo rosado bastante largo – oh, con qué es eso pillín – él le pego un pequeño codazo en las costillas mientras lo miraba de manera picara – parece de tu edad, seguramente es bastante cara.
―Así es, señor. Esta pequeña adquisición la conseguimos hace unas semanas, es bastante fresca y un poco salvaje, es nueva en todo esto, no está acostumbra.
―Salvaje, eso me gusta – ambos se rieron – sí, estoy interesada en esta chica, le veo bastante potencial aunque no me llevare solo esta, tengo otra interesada y quisiera verla.
―Claro, dígame ¿cuál es? – el zorro se mordió el labio y se rasco la cabeza.
―Lo siento, tengo mala memoria pero me acuerdo donde estaba, si quiera lo llevo y ahí hablamos le parece – el sirviente le sonrió.
―Claro señor, con mucho gusto yo lo sigo.
―Vamos hijo, te prometo que volveremos por ella – Dijo agarrando el hombro de Deuz mientras él no paraba de mirar a esa chica.
Los tres siguieron caminando, el capitán hablo un poco con el sirviente de casi todo en el evento, la compra y como conseguían a las personas, lo importante es que mientras caminaba el Zorro le susurro al sirviente que algo iba mal, que había visto algo sospechoso y que sería mejor llevarlo al lugar, no quería decir nada ya que no estaba seguro y no quería hacer el ridículo. Los llevo donde estaba su amigo y de casualidad lo encontró mientras llevaba algo entre sus manos, el sirviente rápidamente lo reconoció y llamo la seguridad, donde mataron rápidamente a su amigo, todos los organizadores y guardias podían reconocerlos, ya le había dado una advertencia, esta vez no tuvieron ni piedad, ni si quiera lo dejaron hablar, lo mataron enfrente de todo el mundo y tiraron su cadáver al océano.
―Gracias señor, sin usted todo esto saldría muy mal – el capitán sonrió.
―No te preocupes, soy buena persona, me preocupo también por la gente luchadora que intenta salir adelante como ustedes.
―Sabes que, por agradecimiento puede llevarse uno de nuestros esclavos completamente gratis, se lo merece.
―Gracias por su gratitud, quiero llevarme a la chica de pelo rosado, no voy a quedarme mucho tiempo así que por favor, llévenla a mi barco – cuando se fueron y él y Deuz se quedaron completamente solos, este se agacho y le susurró al oído – que te dije, todo iba a salir bien. Cuando veas que alguien te lleva al fondo del mar, que es tu perdición, tú lo sueltas, le pegas una patada en la mano y te salvas tú mismo.
El capitán volvió al barco de su amigo con Deuz, todo el mundo lo miro confundido, se miraron entre ellos y murmuraron algo, como sospechaba, lo más posible es que lo dejaran aquí adentro mientras él se tragaba todos los problemas, lo que causo más misterio fue la llegada de la chica, todo el mundo se asustó demasiado, todos estaban confundidos aunque nadie dijo nada hasta que estuvieron completamente solos.
―Bueno, voy a decir lo que todo están pensando, el plan salió completamente mal y su capitán murió, pueden quedarse y llorar su pérdida o pueden largarse y unirse a mí – todo el mundo empezó a murmurar – se cómo suena, tampoco quiero esto pero ¿enserio se van a quedar? ¿su capitán vale más que su vida? Pueden intentar matarme o algo así pero eso solo los meterá más en problemas. Ahora pónganse a trabajar antes que se den cuenta que algo les falta, vamos, vamos – todo el mundo le hizo caso y pusieron a navegar.
―¿Qué haremos con ella? – Deuz señalo a la prisionera, quien estaba confundida mientras miraba su alrededor.
―Vamos a liberarla, ahora es uno de nosotros – el capitán le mostró la llave – aunque quizás me golpee en la cara o algo por el estilo, hay que estar preparados – ambos se acercaron lentamente, ella no se movió ni se asustó, solo los vio cómo se acercaban lentamente – hola, bienvenida al grupo, nosotros somos… - cuando la liberaron, ella rápidamente araño al capitán e intento correr lo más lejos que podía pero Fox la agarró del cabello y se lo jalo - ¡Escúchame bien niña de mierda! ¡No somos las personas que tú crees! Somos mejores y venimos a salvarte – la muchacha los miro confundida – te lo explicaré en el viaje pero ¿no quieres ser libre? ¿sentir el viento y la marea? ¿hacer lo que quieras? Lo único que tienes que hacer es calmarte – él la soltó y ella volvió hacer lo mismo, le araño la cara y él la golpeo en la cara, haciéndola caer al suelo – lo siento, no me dejaste opción. No seas tonta, sabes que no tienes a donde ir, mira tu alrededor, estás en el mar ¿qué planeabas hacer? – ella suspiró.
―Si quieres mátame ya pero nunca estaré bajos tus ordenes – el capitán se río.
―¿Crees que te obligaré? Eso es lo peor que puedes hacer para crear una tripulación, no, puedes irte cuando lleguemos a tierra pero ¿qué te asegura que no vas volver a dónde estabas? – la chica no respondió – sabes que no tienes opción hasta que lleguemos a tierra y aun así no estás a salvo, yo te puedo dar esa seguridad que tantas personas te arrebataron – el capitán miro a Deuz – Deuz, tráele algo de ropa a esta mujer, nadie debería vestirse con lo que tiene.
Chapter 78: Placer
Chapter Text
La única forma que un humano evolucione es con el esfuerzo, es llevar su cuerpo a límite o su cerebro al límite pero aquí hay un pequeño problema, el alma del humano es muy perezosa, todos sabemos eso, si pudiéramos estaríamos tirados en el suelo todo el día sin miedo a las consecuencias pero no lo hacemos porque nos encanta vivir y no nos podemos rendir tan fácilmente, siempre tenemos una razón para luchar. La única forma en que el ser humano se levanté es con un enemigo, cuando se encuentra superado por alguien o por algo y ya sea por ego o por supervivencia, necesitamos superar esa cosa, llegar a nuevos horizontes ya que los antiguos ahora son muy pequeños para nosotros. Eso mismo le pasaba al malvado brujo, nunca dejaba de entrenar, llevaba su cuerpo al límite, jamás pensó que tenía que hacerlo, ya era perfecto pero encontró algo que lo motivo, no solo su ego lo obligaba a pelear, también su instinto de supervivencia lo hacía, además ¿qué genera más placer que una buena pelea? Nada lo hacía para él y para que algo sea una pelea, ambos deben tener la posibilidad de ganar. Practicaba su magia para que no se desgastara tan rápido, mantenía una pequeña roca en el aíre mientras mandaba golpes al aíre, intentaba cansarse pero por nada del mundo podía dejar caer la roca, algo bastante simple pero él lo llevó al extremo, golpeando lo más rápido que podía a una gran roca sin dañarla, sin importar que sus manos sangraban seguían golpeando y en menos de un minuto ya estaba cansado pero esa piedra no se podía caer, no debía hacerlo. Y la cereza del pastel porque al parecer todo esto no era suficiente, cambiaba constantemente su apariencia, lo que lo seguía agotando cada vez más, para alguien como nosotros todo este esfuerzo nos dejaría en el suelo sin posibilidad de movernos, ni lo intentaríamos porque nos parecía imposible pero él seguía con lo suyo, jamás paraba hasta que era completamente necesario.
―Señor, tengo noticias, tengo noticias – Camí entró a la habitación sin tocar y lo vio haciendo todo esto, lo que le causo una pequeña confusión, aunque no pregunto pues no tenía tiempo para eso – es el momento, el gran momento que estábamos esperando – por más anormal que suene, Camí pudo transmitir un poco de emoción con esa frase – ya llamo a Puppet para que ambos… - el brujo dejo caer la piedra y sonrió.
―Eso no será necesario, eso no será necesario, yo me encargo esta vez, voy con ella – el brujo le puso su mano en su cabeza y le acarició– buen trabajo, has hecho un buen trabajo hasta ahora, me alegra haberte encontrado y lo fiel que has sido, te aseguro que Dios te tiene un puesto allá arriba – fue lo último que dijo antes de irse.
El brujo apareció en mitad de la ciudad, caminaba lentamente evitando a cualquier caballero, podría simplemente aparecer en la casa de Puppet pero él era un caballero, no le gusta interrumpir la privacidad de los otros, además no sabía si esta sería la última vez que podía caminar libremente por el reino, quería disfrutar este momento con tranquilidad. Aunque la tranquilidad no duro mucho, rápidamente noto que alguien lo estaba siguiendo, esto le causo mucha gracia, como su perseguidor se hacía pasar por una persona normal y sabía que no era uno, había varios siguiéndolo lo que le causo un poco de gracia y siguió su pequeño juego, se metió a un callejón oscuro y todos se metieron con él.
―Al parecer son cinco personas, no espera, son diez – el brujo soltó una gran carcajada – creo que si estoy un poco cansado pero ¿qué le podemos hacer? No voy a perderme mi sorpresa.
―Te vas a morir – el brujo lentamente se giró.
―Seré cuidado son ustedes señoritas, aunque si les soy sincero, no les recomiendo hacer esto, no solo porque yo soy un Dios y ustedes unos simples humanos si no que el terreno no les favorece, es demasiado estrecho y no pueden entrar todos, solo estorbaran entre sí. Ahora antes de empezar ¿quién les pago? Ustedes no hacen nada gratis y ¿cómo sabían a dónde iba? No creo que la suerte exista.
―Nadie nos pagó, todavía, tu cabeza tiene precio, un gran precio.
―El suficiente como para que quieran morir, porque eso es lo que harán – ellos empezaron a sacar su cuchillo.
―¿Cómo estás tan seguro? Sabes, pensé que era más difícil encontrarte pero resulta que siempre haces el mismo recorrido y no es tan difícil reconocerte, eres el único estúpido que lleva una capa tan ridícula – el brujo suspiro.
―Les daré un poco de ventaja para que sea más divertido. Para mí.
El brujo fue atacado, el primero intentó atacarlo justo en los ojos, podía ver como su cuchillo se acercaba lentamente, podría esquivarlo en cualquier momento pero espero al último minuto para esquivarlo hacia la derecha, agarró la muñeca de la persona con la mano izquierda y con la derecha le atravesó el pecho con un puño. Otro se acercó intentando cortar el cuello, el brujo simplemente se agacho, dejo pasar el ataque y luego le agarró la muñeca con la mano derecha, la izquierda la puso en sus costillas e inmediatamente el sujeto se prendió fuego por todo su cuerpo, matándolo de inmediato. Uno de ellos aprovechó que estaba atrás de él y lo intentó atacar por la espalda y él simplemente con aíre lo lanzó con fuerza hacia atrás, chocando contra una pared que lo termino matando por el impacto, los únicos restos que quedaron de él fue la mancha roja en la pared. Rápidamente agarro uno de los cuchillos que estaban en el suelo y esperó el siguiente golpe del chico y esta vez no lo esquivo, decidió recibirlo, justo en el pecho, lo que provocó que el cuchillo se rompiera, el bandido al ver esto se quedó paralizado y el brujo, con una pequeña sonrisa, lo acuchillo en el cuello. Sin importar que tan cruel haya sido, los otros seguían viniendo, el lugar era tan estrecho que solo podían ir de tres en tres, él ya se estaba cansando de todo esto, así que rápidamente agarró a uno de la muñeca y lo tiro contra su compañero, ambos cayeron al suelo y él aprovecho para abrir un portal debajo de ellos dos, ambos salieron detrás de él, juntos, toda su piel y órganos se habían juntado, se habían fusionado lo que causo su muerte. Solo quedaron cuatro y ninguno se echó para atrás, seguía avanzando. El brujo rápidamente hizo explotar a uno de ellos en miles de pedazos y luego se acercó al que estaba más cerca a la pared, lo agarró de la cabeza y lo golpeó contra la pared, solo le bastó un solo golpe para matarlo.
―Ahora solo quedan ustedes dos ¿aun así lo quieren intentar? No hay nada de malo en rendirse.
Uno de los bandidos se abalanzo contra él, el brujo sonrió y dejo que lo atravesara, justo en el estomagó, luego le agarró de la mano y obligo al bandido a subir por todo su estomagó, haciendo un grave corte mortal para un humano pero no para él ya que rápidamente la herida se cerró. El brujo agarró la cabeza de la persona con las dos manos e hizo fuerza, aplastando su cabeza con facilidad. El último hombre que quedaba con vida soltó el cuchillo y rápidamente se giró asustado, sabía que no tenía posibilidad e intentó correr lo más rápido que pudo pero ya era muy tarde, el brujo lo agarró por detrás de la cabeza con su mano derecha y con la izquierda lo agarraba del cuello.
―Intentabas huir ¿no es así? Un movimiento bastante inteligente. Ahora si quieres que esto termine rápido dime ¿quién les pago? – el hombre empezó a llorar.
―No lo sé, no lo sé, solo me dijeron que debíamos matar a alguien, si lo hacíamos podíamos ser ricos.
―Entonces pusieron precio a mi cabeza.
―Sí, sí, creo que no es una persona, creo que todos empezaron a odiarte y quería deshacerse de ti, te culpan por todo lo malo que ha pasado, la gente ya está cansada y quieren que paren.
―Pues se van a alegrar que todo pronto va a acabar. Sabes algo más, se te ve en los ojos.
―Todos te temen, eres un cabrón y nadie tiene el valor de decírtelo en la cara, eres un demonio que ha contaminado a todo el mundo, están hartos de ti, incluso en la iglesia hablan de ti como el diablo, pronto morirás, te has hecho enemigo hasta de Dios – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―Eso es verdad pero eso me da el placer, me da placer que todos me busquen, que todos me vean, que todos piensen en mí, me da placer sentir dolor y lo mejor, repartir ese dolor a personas que se lo merecen – el brujo de un momento a otro le cortó la cabeza de esa persona usando solo la mano – me da placer llegar a mis límites, demostrarles quien es el más fuerte.
Odiaba deshacerse de los desastres que hacía pero tenía que hacerlo, rápidamente se sentó en el suelo, cerró los ojos y quemo los cuerpos, la llama fue tan fuerte que solo quedó cenizas en cuestión de segundos, todo, menos la sangre, había desaparecido. El brujo vomito en el suelo y se levantó algo mareado, apenas podía mantenerse de pie pero eso no le importaba mucho, siguió caminando como un borracho y decidió tomar el aspecto de uno, no tuvo más problemas pues todas las personas lo evitaban ya sea por la forma en caminar, su aspecto o que olía a vomito y en unos cuantos minutos llego a la casa de Puppet. Podía sentirla, su magia, su vitalidad y se preguntó si ella sentía la de él, lo más probable que no, era bastante mala en eso pero quien sabe, quizás ha mejorado más de lo que él creía; también pudo sentir a su gemela, podía sentir el rastro que había dejado en ella y eso le hizo sonreír. Toco la puerta y espero con paciencia a que le abrieran, nadie lo hizo así que toco otra vez y ahí escucho pasos acercarse a la puerta, él puso su mejor cara con una sonrisa encantador, la puerta se abrió poco a poco, era Puppet quien la abría y cuando lo vio estaba demasiado confundida y asustada, eso le causa gracia al brujo.
―¿Puedo pasar? – Puppet se hizo a un lado para que pudiera pasar – gracias. Sabes, tenemos que mejorar en tu percepción de la magia, como te he dicho antes, un mago puede sentir la magia y si tu no me sentiste estando al lado, estás muy mal – dijo el brujo mientras entraba a su casa.
―Lo siento, aun no estoy arreglada, estoy hecha un desastre.
―No te preocupes, de hecho así me agradas más, pelo largo, ojeras en la cara, una cara de miseria total, es lo que más me gusta a mí – Puppet miró hacia abajo – aunque pensándolo bien, arréglate que tenemos que hablar
―¿Qué ha pasado? Debe ser malas noticias para… - el brujo la interrumpió.
―No, no, todo lo contrario, son excelentes noticias, si todo sale bien claro está. Tengo una última misión para ti.
―¿Cómo que una última misión? – el brujo miro todo el lugar, era una casa bastante bonita y grande para ser de los barrios pobres.
―Como escuchaste, haces lo que te voy a pedir y no te vuelvo a ver, si quieres porque podemos seguir entrenando pero después de esto te dejaré en paz. Eso no significa que estes fuera de peligro luego de todo esto, lo que me refiero es que acabe como acabe, no te volveré a tocar ni a ti ni a tu novio, están libres pero hay grandes posibilidades que esto acabe realmente mal y todos quieran matarte o te busquen pero yo ya no estaré en tu vida, para bien o para mal – Puppet sonrió.
―¿Qué debo hacer? – el brujo toco suavemente su cabeza.
―Ponte algo linda y vayámonos de aquí, te lo contaré en el camino, no creo que hagamos esto hoy pero máximo tendremos una semana, se puede decir que tu vida dependa de que tan bien hagas tu trabajo. Ahora vete, vete que no tenemos tiempo, vete antes de que te arrastre hasta el lugar – Puppet con una sonrisa, se fue de la habitación – listo, es hora de ver a la otra – el brujo camino un poco hasta llegar a una habitación pequeña y entró – hola ¿cuánto tiempo? – en el centro de la habitación se encontraba Mai tejiendo.
―¿Eres tú? Eres el hombre de mis sueños – el brujo sonrió.
―¿Enserio? Me halaga oír eso.
―Cada vez que el viento sopla, cuidado donde pones la vela, te puede llevar hacia el abismo – el brujo se río.
―Cuanta sabiduría Mai, veo que no has cambiado nada.
―Nos conocemos, mi hermana, o eso dice ella, me dice una y otra vez que no hable con extraños pero eso es una locura, un extraño es un amigo todavía sin conocer – el brujo le dedico una suave sonrisa, aunque la diversión no duro mucho, escucho los pasos de Puppet saliéndose de su habitación.
―Me alegro de ver que todavía estás tan viva como siempre, tan inteligente, tan tú. Todo eso me llena el corazón – Mai soltó una pequeña y dulce carcajada – te prometo que nos veremos después e iremos juntos a hacer algo increíble, lo que tú quieras – y con una pequeña sonrisa, el brujo se despidió de ella.
Chapter 79: La guerra de la trinidad
Chapter Text
El punto más crítico fue este momento, la llegada del ejercito vecino, no paso nada desapercibido, todos los reinos sintieron su llegada y Tony y Pablo se unieron contra un mismo enemigo, una fuerza casi imparable y Diego sabía que se unirían, es cierto que tenía buenos hombres, caballeros dignos para hacerle enfrente pero creía que ni con eso podía acabar de una vez con la guerra así que decidió idear un pequeño plan. Decidió contratar a su propia gente como caballeros y los empezó a entrenar poco a poco, solo había un pequeño problema en esto, no tenía los suficientes materiales para darle a todos espadas y armaduras y eso era un problema grave, no iba a enviar esa gente sin nada pero tenía una solución, aunque no pudo hacer nada hasta que llegaran sus refuerzos. Los días antes hubo una falsa paz, todos los reyes sabían que la guerra se aproximaba, lo sentían pero nadie sabía quién iba ser el primero en dar el paso, no querían dar ese primer paso o no podían darlo, solo Diego sabía por dónde venía la guerra y tenía esperanza de salir vencedor. Todo fue tan repentino, demasiado repentino que Tony y Pablo no tuvieron tiempo para reaccionar y Diego aprovecho eso para mover sus hombres, el que ataca primero empieza con ventaja, el inicio siempre es primordial en la guerra y Diego no lo desaprovecho, inmediatamente sus refuerzos llegaron, la mitad de su ejército cabalgo rápidamente hacia las montañas y tomar las minas, algo que hicieron con facilidad pero lo más difícil ahora era resistir. Diego sabía que los reyes iban a empezar a concentrar toda su fuerza en recuperar las minas así que decidió atacarlos de frente, mando unos cincuenta hombres, un ataque que no gano ni estuvo cerca de hacerlo, solo fue un desgaste innecesario pero lo importante era dar un mensaje, atacarlo por dos lados, al final elegirían proteger su vida que unas tontas minas.
―Rey, rey, tenemos un mensaje para usted, nuestro enemigo quiere hablar con usted, se encontrarán en el campo de batalla para hablar.
―Es una mala idea pero ¿qué imagen tendría si no lo hago? Voy a ir, trae a los mejores guerreros, vamos a ganar una batalla. Manda un poco de hombres a la mina, eso es importante y diles que se apuren, que necesitamos esos materiales.
―Si señor, gracias – dijo para después hacer una reverencia.
Trece de marzo, Diego y Pablo se encontraron en mitad del campo de batalla, quinientos hombres contra quinientos hombres, una cantidad enorme para ambos reinos, ya había pasado un mes donde Diego tomo las minas y las protegía todo lo que podía mientras daba inútiles ataques a los puestos de avanzada de sus enemigos. Ninguno de los dos ejércitos de movieron, se encontraron cara a cara y esperaron las ordenes de sus generales, los dos reyes pasaron entre los dos ejércitos y lentamente galopaban con sus caballos hasta estar cara a cara y completamente solo. Muchos piensan que sería fácil matar a tu enemigo mientras esta así, que acabar con el rey en esos momentos todo acabaría, solo necesitarías una sola flecha pero la verdad no es así, su muerte solo haría más grande el fuego de la guerra, además que los ejércitos rápidamente atacarían con violencia, el dialogo es un intento hacia la paz que normalmente no funciona pero ¿qué pasaría si sí lo hace? Todos salimos ganando. Pero lo más importante es que eso está prohibido, tenemos modales, en la guerra no podemos perder eso, no podemos caer en la barbarie y cuando ambos reyes dicen que se detengan, tú te detienes y respetas al otro.
―Veo que has conseguido un gran ejército, pensé que tu dignidad valía más – Pablo tenía una pequeña sonrisa.
―Sabes, podemos acabar todo esto solo detén todo esto Pablo, ya se derramo mucha sangre, ambos hemos perdido todo ¿por qué no nos detenemos? Podemos dejar todo esto en el pasado.
―Aun quiero justicia por mi padre, además trajiste extranjeros, no sé qué le prometiste pero no es nada bueno, no lo es, ahora tengo que defender lo que es mío y matarte.
―Si quieres guerra, guerra tendrás pero cuidado con lo que deseas, se puede cumplir.
―No te hagas el filósofo Diego, solo quería verte una última vez antes de matarte. Ya lo veo en tus ojos, la paz nunca fue una opción.
Ambos reyes se dieron la vuelta y lentamente se fueron del campo de batalla. Los ejércitos estaban inmóviles, esperando que el otro diera el ataque, el aíre era denso y el corazón de todos estaba acelerado, ambos generales se miraron fijamente y solo hicieron una cosa, dar la orden de acabar con sus enemigos. Todos corrieron con valentía y gritaron para sacar el miedo por la boca, la tierra tembló, fue un gran espectáculo donde las espadas chocaban, las flechas volaban y la sangre se derramaba, no hay palabras para describir lo glorioso que fue. Diego fue el ganador, él tenía los mejores hombres con las mejores armaduras, armaduras que no eran hechas aquí, eran mucho mejores y eso le dio la ventaja para ganar, además fueron los últimos en la fila, mientras su enemigo estaba cansado y apenas podían mantenerse de pie, ellos daban su mejor golpe; aunque Diego hubiera ganado, la batalla fue desgarradora para ambos lados, solo cincuenta personas sobrevivieron y diez murieron por sus heridas cuando se dirigían al reino. A partir de aquí empezó poco a poco la victoria de Diego ya que empezó a usar su técnica más famosa, empezó a utilizar a su propia gente en la guerra, caballeros casi sin experiencia desgastaban al enemigo poco a poco y cuando estaban lo suficientemente débiles, los verdaderos caballeros aparecían y mataban a sus enemigos, el objetivo de los caballeros de repuestos era únicamente cansarlos y en verdad lo hacían muy bien pero había un pequeño problema, no tenía tantas personas para hacerlo y es cierto que con esta técnica Diego gano muchas batallas y la guerra era prácticamente suya pero sabía que no podía confiarse. Hizo un último movimiento que le aseguro su victoria en la guerra y también se ganó un aliado que no solo ayudaría a su familia sino también a la de sus hijos, iba a hablar con los brujos e intentar que estén de su lado, un movimiento peligroso ya que ambos se odiaban por muchos años pero Diego creía que podía dejar atrás sus diferencias para un mejor futuro. Diego sabía el peligro de esto, podía morir en cualquier momento y por eso dejo a cargo a su madre por si él no volvía y le dio órdenes especifica a sus generales de más confianzas, esos que sabían que nunca lo iban a traicionar y se fue lejos del reino sin que nadie se enterrara. Por esos tiempos los brujos vivían en comunidad para protegerse y tenían hijos entre ellos para tener más suerte de tener un hijo con magia pero si esto no pasaba, lo mataban, no querían humanos cerca y solo protegían a los suyos y lo peor de todo o eso es lo que cuenta la leyenda sobre ellos, es que robaban los niños que nacían con poderes y a veces mataban a sus padres.
―¡Soy el rey! Vengo a hablar con ustedes.
Los brujos habían sentido su presencia y notaron que era el rey pero no hicieron nada, al inicio pensaron que solo estaba de paso pero cuando empezó a entrar poco a poco más en el bosque se preocuparon, muchos querían matarlo para defenderse, desaparecerlo pero algunos más sensatos los detuvieron, era el rey y matarlo lo traería problemas, lo mejor sería esperar a ver qué es lo que quería. Los vigilaron de cerca y el rey ni se dio cuenta, al final llego al lugar donde “vivían” una fachada por si algún día lo buscaban ya que en realidad todo el bosque era su casa, solo un brujo fue a darle la bienvenida al rey.
―¿Por qué pisas mis tierras persona mundana? Creo que alguien ha olvidado su lugar – el brujo hizo una bola de fuego en su mano.
―No vengo a desafiarlos o confrontarlos, quiero hablar con ustedes, de algo que les puede interesar – el rey miró a su alrededor – supongo que tú y yo no estamos solos, alguien más nos está escuchando.
―Es lo más probable. Ahora vete antes que decidamos matarte, eres un rey pero aquí nosotros mandamos, estás pisando tierras que no te pertenecen.
―Lo sé, lo sé pero no haría tal infamia si no estuviera desesperado, vengo aquí a hacer un trato con ustedes, con cualquiera que quiera hacerlo.
―Nosotros conocemos a su gente y los tipos de tratos que hacen, no son personas de confianza, lo mejor es que te vayas lejos, muy lejos.
―No me iré hasta que me hayas escuchado, sé que en el pasado nos hemos tratado muy mal, pero hoy vengo a cambiar eso, a los enemigos se les hace un puente de oro y eso estoy haciendo aquí ¿no quisieran vivir entre nosotros? – los brujos empezaron a murmurar entre ellos, el rey podía escuchar algunas voces entre los árboles.
―Mentiras y patrañas, es lo único que dices, mentiras y patrañas, además ¿por qué queríamos estar entre ustedes? Son tan débiles y nos temen, sería una pérdida de tiempo – el rey suspiró.
―Qué tal si hacemos esto, a partir de hoy la caza de brujos queda completamente prohibido, pueden entrar a mi reino y serán bienvenidos, no puedo prometer que todos lo trataran igual ya que no lo harán, la gente es estúpida y lo sé pero nosotros, la realeza, los trataremos como lo hacemos con todos, serán un ciudadano más y serán juzgados como un ciudadano si cometen un crimen.
―Ahora si tienes nuestra atención, sabes cómo mentir – el brujo tenía una pequeña sonrisa.
―Ustedes son muy listos y ya deben saber que está pasando y la guerra en la que me encuentro y necesito su ayuda ¿qué les suena trabajar para mí? – el brujo se enojó.
―Nosotros no trabajamos para nadie.
―Es verdad, ustedes son caballos indomables y eso es lo que necesito, un caballo indomable que me lleve a la victoria, ustedes me pueden ayudar de muchas maneras que no se pueden imaginar, he escuchado muchas cosas de ustedes y si no les interesa combatir, bueno, hay otras maneras de pelear, pueden ayudarme a mejorar mi estrategia, incluso ver el futuro y como cambiarlo, estoy seguro que ambos podemos ayudarnos.
―Tienes razón en algo rey pero el problema es que tú no nos das nada, tú no nos ofreces nada relevante, no te necesitamos.
―Te equivocas, yo les puedo dar algo que ustedes nunca podrán conseguir, la paz ¿no están cansado de esconderse de la gente? ¿de vivir en el bosque? Puedo darle un techo y comida, pueden pasar todo el día haciendo su magia y mientras estén de mi lado, los protegeré, les mostraré al mundo que ustedes son buenas personas. Solo pido que uno, al menos uno venga conmigo, ayúdenme a acabar con esta estúpida guerra.
―Eres un mentiroso pero aquí no obligamos a nadie a quedarse, todos son libres de irse cuando quieran, ya enseñamos todo lo que deberían saber, pueden abrir sus alas cuando quieran – el brujo ya había aprendido a hacer eso, no creía que nadie se fuera, sabían el peligro del mundo y que estar solo significa la muerte pero si los más jóvenes no lo experimentan, serán un problema a futuro, no creerán en la advertencia de los otros.
―Yo quiero – un joven de veintitrés o veinticuatro salió entre las sombras – yo les ayudaré pero con la condición de que cumplas todo lo que dice y que nadie entre en este lugar.
―Tienes mi palabra, ustedes podrán vivir tranquilos, ya sea conmigo o donde quieran, siempre y cuando no se metan en problemas.
Así fue como los brujos volvieron al reino y a trabajar para los reyes, no todos estuvieron de acuerdo pero el rey cumplió con su palabra, los brujos eran libres de hacer lo que quieran y eso destruyo al pequeño grupo de magos en el bosque, todos se fueron y no hubo necesidad de juntarse de nuevo, la gran mayoría fueron a trabajar con los reyes o tener una vida normal en el reino. Aunque eso no nos importa y eso lo sabemos ya, hicimos un puente entre la magia y nosotros, una relación donde todos salen ganando y ese primer gran mago fue de gran ayuda, un chico temerario y sin miedo a la muerte, un poco soberbio pero era exactamente lo que necesitaba el rey, un último empujón. La primera guerra que estuvo el brujo lo obligaron a esperar, algo que no le gusto demasiado, pensaba que podía derrotar a un ejército él solo pero igualmente hizo caso, la carne de cañón fue disparada, debilitando al enemigo y ahí entro en juego el brujo, no le tomo ni tres minutos para matarlos a todos, era un verdadero monstruo. Gracias a él la victoria era una imposibilidad a los enemigos, rompió todas las defensas, fue la mejor arma de Diego, tan buena que dejo un poco de lado a la carne de cañón, solo lo mandaban a él y lo hacía todo, en realidad no toda la mayoría de las veces se cansaba tanto que decidía retirarse para no morir, a veces se desmayaba por el cansancio y ahí sus caballeros daban el golpe final. Poco a poco y con facilidad los hombres del rey Diego rodearon el reino de su enemigo Pablo, el más importante y el único que importaba en realidad, Tony solo era un ayudante, los caballeros simplemente esperaron a que el rey y todas sus tropas vengan, una última batalla donde se iba a jugar todo.
―Amigos, compañeros, hermanos, todos estamos aquí reunidos por un solo propósito, acabar con la guerra que nos ha estado atormentando por generaciones, hemos sacrificado tanto para acabar con la guerra, ya estamos hartos de todo y queremos paz, no podemos decepcionar a todas las personas que pusieron su vida, su sangre por esto. El miedo no vive en nuestros corazones, no somos cobardes y tampoco asesinos, evitemos caer en la barbarie y matar a inocentes. Por la paz, por Dios y por el rey.
Entrar a un reino sería bastante complicado para alguien normal, con muros gigantes casi irrompibles, la única forma de entrar eran las puertas pero todos los reyes conocen eso y tienen la mayor parte de sus caballeros ahí, el punto más débil de las murallas, pero para un mago, todo eso era como papel, solo necesito cuatro golpes para derrumbar las murallas y darles paso al ejército. Fue una gran batalla, al inicio ambos tenían la misma fuerza aunque Diego tenía más soldados, el problema era que el poco espacio de las calles hacía que la grande cantidad de guerreros se convierta en una desventaja, se volvió una batalla de resistencia. El ejército de Diego era quien tenía más guerreros tenía pero Diego temía una cosa y era el tiempo, él estaba contra el tiempo y temía que de alguna manera Tony se diera cuenta y mandara sus hombres, un ataque por ambos lados sería fatal y podría perder, no iba a dejar todo al azar. Había dejado al brujo con una simple misión, hacer más huecos en las murallas y así entraron más guerreros suyos, Pablo era atacado por diferentes frentes, una guerra que perdió totalmente y rápidamente todos los guerreros entraron al castillo, Pablo sin miedo se puso su mejor traje y fue a batallar, no era un cobarde y espero pacientemente a sus enemigos y cuando entraron peleo con todas sus fuerzas hasta caer casi muerto. Diego detuvo a sus hombres cuando vio a Pablo caer y preocupado se acercó, aún estaba vivo y Diego aprovecho eso, solo había una forma para hacer verdadera paz y la violencia sin control nunca acabaría con esto, debía demostrarle su amabilidad, ya le mostró su fuerza y le demostró que jamás le ganarían, demostró quien era el más fuerte.
―Veo que ya despertaste, diste una buena batalla amigo – dijo Diego con una sonrisa – ya te gané, ya te gané.
―Esto nunca acabará hasta que me mates – Diego le puso un cuchillo en la garganta.
―Ya viste que te gane, no eres rival para mí, entre a tu propio reino, destruí tus defensas, no eres nada, no eres nadie, puedo destruir todo lo que construiste, que no quede ni tu triste recuerdo pero aquí estoy ¿no es así? Acabemos ya con eso, ríndete – Pablo sonrió.
―Jugaste bien, jugaste bien, admito mi derrota pero déjame decirte una cosa, hiciste un trato con el diablo y cuando él venga a saldar las cuentas no vengas donde mí, no las voy a abrir.
Así Diego fue el vencedor de la guerra de la trinidad, pudo someter a sus dos hermanos y empezó a prosperar, la familia Alfonso se volvió la más fuerte y su reino creció unas tres veces más, con el paso del tiempo su reino creció mucho más que la de sus hermanos con la ayuda de ciertas personas y se convirtió en el reino central, el más prospero y rico de los tres, mientras que la Familia de Pablo, los Golden, fueron perdiendo poco a poco sus fuerzas y se quedaron solo con resentimiento. Una guerra que definió nuestra actualidad.
Chapter 80: Igualar al enemigo
Chapter Text
Ann miraba a Freddy agarrar una espada y pelear, era bastante malo y le causaba un poco de risa cada vez que lo veía perder, se veía tan adorable ver cómo se enojaba cuando perdía y la cara de resignación que hacía, le faltaba mucho camino por recorrer pero eso no pensaba Ann, ella solo tenía una idea cuando lo veía ¿era cierto? ¿Freddy era uno de ellos? No lo podía creer, jamás había visto utilizar la magia y tampoco era peligroso ¿cómo era posible? Tenía tantas dudas pero no podía contestarlas, tenía que estar fuerte y mirar en alto, Freddy aún era un niño y era bastante listo, debía estar con él. El mayor problema de Freddy con la espada es que parecía que no quería golpear con fuerzas, temía lastimar a alguien y por eso dudaba, algo que el profesor intentó corregir sin éxito la primera clase pero no lo logro.
―Sabes, me gusto eso, pensé que sería peor – dijo Freddy con una pequeña sonrisa.
―Y ¿cómo pensaba que iba a ser? Eres el hijo del rey, obviamente pondremos lo mejor para ti – Ann y él caminaban de regreso a su habitación.
―No sé, desde mi ventana los podía ver entrenar y parecía algo increíble, siempre me gustaba verlos pero cuando me dijeron que yo iba a hacer lo mismo pues… - Freddy se quedó callado, pensando – no lo sé, no me lo imagine así.
―Ambas son muy diferentes, yo empecé igual y cuando empecé a estar a la altura de cualquier caballero, empecé a batallar contra ellos. Primero hay que aprender a caminar antes que correr, todos empezamos como tú, ya el problema será después – Freddy la mira confundido.
―¿Cómo que después? Yo creo que ya tengo problemas ahora con el presente, si apenas puedo sostener la espada de madera ¿cómo será con una espada real? Eso será muy pesado y mis brazos no podrán sostener ese peso – Ann sonrió.
―Tranquilo, todos pasamos por eso, dudas, miedos pero cuando menos lo esperes lo has logrado, pensabas que nunca lo harías y fue más fácil de lo que creías. Lo que te digo es que en el futuro cuando ya sepas defenderte, necesitas a alguien que te enfrente ya que la educación sin practica en la vida real, no sirve de anda, todo lo que te enseñaron tienes que utilizarlo en una pelea real, el problema es ¿quién se atreverá a dañar al hijo del rey? Todos te trataran de manera suave.
―Y ¿qué tal si tú me enfrentas? Ya nos conocemos, sé que jamás querrías matarme o me harías daño – Ann la miró con un poco de temor.
―Podría ser, no te prometo pelear al cien ya que quien sabe que me prepara el futuro, aun eres muy pequeño para mí y me contendré un poco para no lastimarte enserio. Eso no significa que no vaya a darte pelea, que no te meta en problema y te haga pensar, que no sea un desafío pero te advierto que me contendré, además podría estar algo vieja y bueno, la edad no perdona a nadie – ambos llegaron al cuarto del príncipe y Freddy le soltó la mano.
―Por cierto, esto va a sonar extraño pero hace rato vi que tenías una expresión extraña y aun no sé porque estás vigilándome – Ann se puso sería y escondió cualquier sentimiento, intento hacer que todo lo que diga suene a verdad.
―Bueno, ya conoces a tu padre, ya lo has visto los últimos días con el miedo constante y es algo comprensible, me puso a vigilarte, no confía ni en su propia sombra y me puso a cuidarte. Miraba todo con detenimiento porque primero es el rey y mi jefe, tengo que hacerle caso a todo lo que dice y puede que un poco de su miedo me haya tocado, por ejemplo cuando ves a alguien llorar y te da ganas de lloras, eso mismo me pasa con tu padre pero con el miedo – Freddy le sonrió.
―Gracias por tu preocupación, siempre estaré agradecido – Freddy le sonrió y entró a su habitación.
La guardiana miro hacia los lados con temor, no había nadie cerca, sabía que lo que estaba haciendo era algo inmoral pero igualmente se acercó a la puerta y puso su oído, intentó escuchar algo, lo que fuera, un ruido de una voz, un objeto moviéndose o simplemente pasos pero no pudo escuchar nada, estaba en completo silencio. La guardiana respeto un poco su privacidad y se alejó, había cosas más importantes que él, así que con gran pesar en su corazón camino por el castillo hasta llegar con el mago Bonnie, se acercó a la pared y antes de tocar miro a su alrededor.
―Por fin llegaste, no pensé que tardarías tanto – la pared se abría mostrando a Bonnie con una pequeña sonrisa
―Estaba cuidando a Freddy, ya empezó sus clases de espadas, aun es un completo desastre pero por lo menos lo intenta – la guardiana entro a su cuarto y la pared se cerró – dijiste que querías verme, que tenías algo importante.
―Si, es algo que descubrí, no es sobre nuestros compañeros, por lo que he podido ver ellos están limpios, no encontré motivos para desconfiar de ellos, por ahora. Pero haciendo todo lo que me dijiste encontré algo interesante y a la vez aterrador.
―¿Cómo supiste todo esto? – Bonnie le sonrió, una sonrisa de orgullo y algo picaresca.
―¿Recuerdas que me dijiste que tenía que seguir a nuestros aliados? Bueno, lo hice y escuché algo interesante, fueron a ver a un sobreviviente del ataque del brujo, uno que sobrevivió de milagro y lo que contó fue interesante. El que los atacó no fue el brujo, fue una persona que ya conocemos, marca de X en la cara, ojos amarrillos y ataca siempre por la espalda ¿te suena? – Chica abrió los ojos con sorpresa – sí, te acuerdas de él, al parecer trabaja con nuestro enemigo pero eso ya lo sabemos hace tiempo – Chica se acercó bastante a él y lo agarró de las muñecas.
―Tengo varias dudas pero primero dímelo todo – Bonnie trago con fuerza por el miedo.
―Por lo que sé está usando una espada y atacó a todos por la espalda, lo más curioso es que la espada que está utilizando no es normal ya que ha atravesado las armaduras como si fuera agua, el metal que tenemos es insuficiente para hacer algún daño, no lleva ni armadura porque dijo no necesitarla y cuando los otros intentaron atacar, él se defendió, sabía manejar la espada decentemente pero lo más interesante es que cada vez que las espadas chocaban, se rompían en mil pedazos.
―Me estás diciendo que de alguna manera tiene una espada con un mejor material que el nuestro – Chica lo soltó – eso suena imposible ¿cómo? – Bonnie sonrió.
―Es simple, con magia – Chica la miro seriamente – es una teoría que tengo pero es así de simple, nos enfrentamos contra un mago ¿no crees que haría un cambio para que tuviera la ventaja? Él no utiliza las espadas, sería un estorbo pero ¿qué pasa con sus aliados? La única manera de convencer a alguien de estar contra el rey es mostrándose más fuerte, que tú puedes hacerle frente al rey y a su ejército. Sabemos que robó materiales de la mina, fueron bastante pocos y solo paso una vez pero ¿qué pasa si esos materiales fueron creados para crear una nueva arma? ¿un arma más resistente? Quizás solo la está probando para luego hacer un ejército con eso, no lo sé.
―Tú eres un mago, dime la manera de contrarrestar su magia – Bonnie se quedó callado mientras se mordía la uña – Bonnie, necesito saber cómo puedo tener una batalla igualada con él.
―Hay dos formas que se me ocurren, la fácil y la difícil, lo mejor que nos puede pasar es que el mismo brujo sea quien ayude a la espada, que sea él quien le dé la dureza que tiene.
―No entiendo que tiene de bueno que en vez de enfrentarnos a un enemigo, nos enfrentamos a dos – Bonnie sonrió.
―Es cierto, nunca dije que sería fácil pero en el momento en que yo u otro brujo lo ataque, se desconcentrara y dejará de darle la dureza a la espada, preferirá defenderse él mismo y la espada se convertirá en una espada normal. Además para darle fuerza a la espada siempre tiene que estar cerca para hacerlo, si uno viene, el otro también y los ambos caerán y lo más importante, deja un rastro, si yo me encuentro a la persona de la espada podría sentir un rastro que lo lleve hacia el mago y bueno, con suficiente fuerte lo obligamos a huir y matamos a su compañero con facilidad.
―Y ¿cuál es la difícil? Ya que nada de eso me suena fácil.
―Es verdad pero la otra no es mejor, en la primera si separamos el arma del mago, solo será una pobre espada pero ¿qué pasa si no es así? Se que existe una manera que el arma endurezca mientras se está fundiendo, cambiar las propiedades de los materiales.
―Dímelo en un idioma que entienda.
―El arma es especial por naturaleza, no hay nada que pueda hacer para quitar esa especialidad, la crearon para destruir a cualquier hombre sin necesidad de que el brujo este ahí y bueno, no hay forma de quitarle esa cualidad sin destruirla, usaron magia para crear la espada pero puede vivir sin ella, el brujo puede morir y la espada seguirá igual de fuerte
―Me dices que el arma fue construida así, con magia crearon una espada mejor desde cero y no puedes hacer nada ya que no tiene magia, fue hecha por el mejor herrero pero ahora te pregunto ¿no podemos hacer lo mismo? – Bonnie la miró de reojo – no podemos replicar.
―Técnicamente podría pero me tomaría tiempo – Chica se acercó a él.
―Solo dime, puedes o no el tiempo no me importa pero ¿podrías replicar una espada así? – Bonnie empezó a morderse la uña – responde.
―Sí, sí puedo pero no sería del mismo material.
―No me importa, mientras resista más de un golpe de su arma, ya es suficiente para mí.
―Sí, sí puedo pero… - Chica se dio la vuelta.
―Hazlo, no quiero escuchar más – Bonnie le abrió la pared – y gracias por todo, has hecho un buen trabajo – Bonnie sonrió un poco.
La guardiana salió con tranquilidad y camino por el castillo, quería estar cerca de Freddy, quería comprobar con sus propios ojos si lo que decía Bonnie era verdad, ese brujo ya se había ganado su confianza pero ella se aferraba a la idea que quizás estuviera equivocado o que estuviera mintiendo. Antes de poder llegar al cuarto de Freddy, fue interrumpida por un caballero, que le aviso de una orden del rey, tenía que acompañar a los aliados hacia las minas ya que ellos querían verlos, el rey desconfiaba de sus intenciones y dijo que iba a mandar cuatro o cinco caballeros para llevarlos, para que no se pierdan y uno de ellos era la guardiana. Ella no se podía negar, no podía hacerlo, apretó los dientes y acepto.
―Bienvenida, con que tú serás nuestra ayudante – dijo el capitán con una pequeña sonrisa – nos dijeron mucho sobre ti, debes ser muy importante para el rey.
―Solo soy un caballero más como todos, a los ojos del rey soy igual.
―No, no, claro que no, cuidas a su puto hijo ¿crees que eres igual a todos? Obvio no, eres bastante importante.
―Y ¿hay problema con eso? – el capitán susurro algo al caballero que estaba en su izquierda y luego la miro.
―No, no hay problema, quizás para mis compañeros pito corto si pero a mí me da igual tener alguien importante, incluso me enorgullece hacerlo, incluso si tengo suerte podemos llegar a pelear.
―El rey me mataría si descubre eso.
―El rey no tiene que enterrarse, es nuestro secreto. Es un honor tenerla en nuestro equipo, mañana partimos y te diré los detalles de todo.
Chapter 81: Nuevos administradores
Chapter Text
La tensión se sentía en todo el reino, se sentía en el aíre, era tanta que era difícil respirar, fue un año demasiado difícil para todos, en las calles las cosas estaban calmadas pero todos tenían miedo de lo que no podían ver, tenían miedo de que alguien o algo los atacara por la espalda, el rey había perdido poder, había alguien nuevo moviendo los hilos, alguien que no le gustaba hacerse presente pero todos sabían que estaba ahí. El rey por miedo a perder su poder hizo lo más considerable, mandar sus mejores hombres a los puntos más débiles, donde él creía que iba a ser atacado, un punto frágil y vital para el reino y uno de esos puntos era la minería, el punto más débil de los tres reinos y los aliados decidieron hacerle ese pequeño favor, iban ellos mismos a cuidar las minas, una idea que no le gustó nada al rey pero no tuvo el valor de negarse. Los caballeros estuvieron tres semanas en la minería, parecía que nada había cambiado con ellos, siempre se permanecían callados y en las sombras pero la verdad es que ahora ellos tenían cierto control, a todos le incomodaba su presencia, siempre preguntando, siempre encima de todos y era obvio que no eran buenas personas, que algo buscaban. Usagi intentó sacarlos más de una vez pero los caballeros se ponían enojados y sacaban sus espadas, ellos no eran unas personas de palabras, su único lenguaje era la violencia y lo peor es que cada día parecían llegar más como ellos, estaban en cada rincón de la minería, Usagi no los aguantaba y quería sacarlos de aquí.
―¿No me van a decir que hace aquí? Ya llevan casi un mes aquí, debería por lo menos saber que hacen aquí.
―Ya la hemos dicho, estamos aquí para defenderlos, somos su defensa personal por si las cosas salen mal, esto es tan frágil y tan importante que cualquiera puede hacerle daño. Tú no dejas el corazón de alguien enfrente de todo el mundo, expuesto para que cualquiera pueda dañarlo.
―Defensa mis ovarios, ustedes están aquí por algo más ¿no es así? Hemos estado bastante bien hasta que ustedes llegaron ¿qué hacen realmente aquí? No me vengan con tonterías de protección u órdenes del rey, ustedes no están haciendo nada bueno.
―¿Enserio? ¿Y qué harás entonces? – el caballero agarró el mango de la espada, Usagi se quedó callada – exacto, no puedes hacer nada, agradece que no queremos hacerte daño.
―Ustedes quieren hacerme daño pero sería estúpido hacerlo, es obvio lo que necesitan y tarde o temprano van a querer lo que yo tengo, temen que el rey los descubra, por eso actúan así.
―Eres una molestia, con razón me pusieron contigo, ahora quédate callada y sigue con lo tuyo, no me molestas y yo no te molesto.
Las horas pasaron, la producción en la mina había bajado porque admitámoslo, nadie trabaja bien si tiene a alguien encima de ti atento a todo, no solo Usagi que ya le había pedido de varias maneras al caballero que necesitaba estar sola para trabajar, no le hizo ni el mayor caso, todos tenían a alguien así cerca suyo, Loon era uno de los más afectados, temblaba cuando tenía a alguien cerca y los otros normalmente se burlaban de él en su cara, intentaba concentrarse pero le parecía imposible. Pero los que peor lo pasaban eran los trabajadores, no solo les molestaba la presencia de los caballeros, sentían que estaban haciendo algo mal, que estaban encerrados por algo y ese era su castigo, lo peor eran las burlas constantes de los otros, todos opinaban cómo sería mejor hacer su trabajo y cada vez que salían de las minas los requisaban para revisar que tenían en sus bolsillos. En pocas palabras, los trataban como criminales, personas sin honor y respeto y a nadie le gusta ser trato así, sobre todo la gente inocente, solo fue cuestión de tiempo que todo explotara.
―¡¿Si tanto te interesa esto por qué no lo haces tú?! ¡Vamos, estabas opinando tanto! – dijo el minero soltando su herramienta – vamos a ver qué tan bueno eres.
―¿Qué crees que haces? ¡Recoge esa cosa! – el caballero se acercó – recoge esa cosa antes de que te destruya la boca.
―Si tanto te gusta opinar de mi trabajo ¿por qué no lo haces tú? Dijiste que eras más fuerte, que eras mejor que yo ¿por qué no lo comprobamos? Vamos, toma el pico y hazlo por mí.
―Te estás ganando un buen golpe, no lo vuelvo a repetir.
―Quizás sea lo mejor, solo quédate callado y observa hijo de puta, solo llegaste hasta aquí por comerle el pito al rey y estoy seguro que no puedes hacer nada sin él, eres patético.
―Me vuelta a llamar así y… - el minero le escupió en la cara – ahora sí que la has cagado cabrón – el caballero le dio un puño que lo tiro al suelo – y no te levantes, recuerda respetarme.
―Si tanto te molesta es porque es cierto ¿o me equivoco? Odias tanto que te digan la verdad en la cara, te crees muy superior pero… - rápidamente el caballero le dio una patada.
―¡Qué te calles! ¡no has entendido eso! – todo el mundo dejo de trabajar para ver qué pasaba – y ¡ustedes que ven! ¡vuelvan a trabajar! – el minero se empezó a reír.
―Creo que lo has cagado amigo mío, tú estás solo y nadie te quiere, mientras que yo, yo soy amado por mis amigos, bastardo de mierda – él se empezó a reír y el caballero lo empezó a patear, a pesar del dolor, el minero se empeñó a seguir riendo – te vas a morir.
―¡Qué te calles! Agradece que no te he querido matar, ya que ganas me han faltado – los mineros poco a poco se han empezado a acercar - ¿Ustedes que hacen aquí? ¡Vuelvan a trabajar! – el caballero saco su espada – dan un paso más y mueren.
―El único que va a morir eres tú – las risas del minero fueron interrumpidas por otra patada.
―Ahorita lo veremos, cabrón.
Solo hubo un valiente, uno que se acercó amablemente hacia el caballero, este le advirtió que se alejará pero él no le hizo caso, en realidad el minero solo quería intentar levantar a su amigo pero el caballero no lo sintió así, sabía que en cualquier momento lo iban a atacar, era él o yo y el caballero se escogió a sí mismo. Rápidamente le atravesó con su espada en el estómago y se lo saco, un golpe mortal que lo hizo caer al suelo, el caballero rápidamente miro a su alrededor con una sonrisa vencedora, pensaba que tenía las cosas en control pero cuando vio que los otros se acercaban, el pánico se apoderó de él, no lo dudo mucho y salió corriendo. Vaya revuelto causo ese simple acto, por suerte Usagi pudo escuchar e intervenir a todos esto, con un solo grito de ella las cosas se calmaron momentáneamente, exigió una respuesta a lo que estaba pasando y sus trabajadores se lo dieron, sintió tanto dolor, tanta ira y tanta miseria en su alma, sentimiento que todos sus trabajadores compartían. Usagi pidió inmediatamente hablar con la persona que estaba al mando y al caballero que causó la muerte de uno de sus hombres, que si querían seguir estando aquí debían hablar con ella.
―¡¿Pero a ti que mierda te pasa?! En qué cabeza cabe lo que hiciste, no puedes ser más estúpido, enserio.
―Ya se lo dije, las cosas no pasaron así – Usagi se acercó enojada al caballero.
―¿Crees que me importa cómo pasaron las cosas realmente? ¿Crees que a ellos les importas? Lo único que importa es que ellos creen que eres una mierda de persona, que eres alguien sin honor y lo peor de todo, quieren que tu sangre sea derramada.
―Debes decirle, eso no es verdad, sé que tú me entenderás, no tenía opción.
―¿No tenías opción? ¿acaso esa persona te hizo algo? Mataste a alguien indefenso, pateaste a alguien hasta casi matarlo, te has metido en ese problema muy grave, la verdad que no le veo problemas en darles tu vida – el caballero se sorprendió.
―¿Quieres decir que lo que hice estuve mal? Cualquiera lo hubiera hecho – alguien de afuera toco la puerta pero ninguno de los tres prestó atención.
―Vaya nivel tiene su equipo ¿no creen? Supongo que la honrades de los caballeros ha bajado bastante.
―Es cierto que este es un idiota pero no podemos simplemente dejarlo morir aquí, sigue siendo de los nuestros y no vamos a llevar al matadero a uno de los nuestros.
―Conmigo no es el problema, sé que ustedes harán jus… - volvieron a tocar la puerta, esta vez más fuerte - ¡Está ocupado, pasen después! – Usagi miro al caballero – yo no soy el problema, son ellos, has lastimado a uno de sus amigos y has matado al otro ¿crees que te perdonarán así de fácil? No, nunca lo harán y no creen que vayan a cumplir con la justicia, que te saldrás invicto.
―Les juro por mi vida, les juro por mi rey y por Dios que él tendrá la justicia que se merece pero ustedes… - volvieron a tocar la puerta con violencia – mierda ¿quién es el loco que está del otro lado? – Usagi suspiró.
―Yo abro chicos, no se preocupen por ayudar a esta dama – Usagi se acercó a la puerta y agarró el pomo – estoy en una reunión, espero que… - Usagi al abrir se llevo una gran sorpresa, era ese brujo que tanto buscaban, ese que atormentaba tanto a Puppet.
―Tranquilo, no les quitaré mucho tiempo solo vengo a hablar con alguien. De hecho le traje un regalo por las molestias – el brujo le paso una cabeza de una persona, Usagi rápidamente se alejó – no seas mala, acepta mi regalo – Usagi no lo pensó mucho, con asco la agarró – buena chica, ahora sal de la habitación, deja que los hombres hablen – Usagi no lo pensó dos veces, rápidamente se fue del lugar, tiro la cabeza lo más lejos que podía y empezó a vomitar.
―¿Quién carajos eres? – los caballeros, confundidos con todo el espectáculo, sacaron rápidamente sus armas y se levantaron.
―¿Acaso no reconocen la persona más buscada en los tres reinos? Vamos, soy la muerte personificada – el brujo cerró la puerta con fuerza – este lugar es de una amiga, voy a tratar de no dañarlo demasiado.
Ambos caballeros corrieron contra él, ambos apuntaron a la cabeza para intentar matarlo pero igual que un fantasma, las espadas le atravesaron sin hacerle daño, incluso ambas espadas se chocaron. Al ver esto, ambos rápidamente se alejaron en forma defensiva, él sonreía, dio un solo paso lentamente y luego se hecho a reír como un desquiciado, uno de los dos caballeros cayó para adelante muerto, su otro compañero lo observo y vio con horrores que su cabeza estaba mirando para atrás, alguien le había roto el cuello. El caballero sabía que de alguna manera había sido culpa de ese brujo, no sabía cómo pero eso no importaba, con toda su fuerza obligo a su cuerpo moverse contra el brujo lanzando golpes desesperados, izquierda, derecha, todo parecía atravesarle sin causarle daño pero él no se rindió, golpe tras golpe no se detuvo hasta que sintió un fuerte golpe en el pecho. El brujo sonrió y chasqueó los dedos, el dolor en su pecho se hacía cada vez peor y escuchaba un pitido en los oídos, sentía que se iba a morir, la saliva salía de su boca y sangre por su nariz pero a pesar de eso, no dejo de atacar, apenas tenía fuerzas para levantar la espada pero eso no lo iba a detener, hasta que el cuerpo aguante. El brujo le dijo algo, algo que el caballero no escucho, quizás no podía escuchar o no quiso escuchar, siguió adelante con enojo y violencia pero cuando el brujo volvió a chasquear los dedos, el caballero cayó muerto.
―Peleaste bastante bien, me sorprende que hayas durado tanto, tienes mis respetos – el brujo se agacho y puso una mano en el hombro del muerto – creo que por eso les tienen tanto respeto a ustedes, peleaste bien a pesar de ser un humano – el brujo se acercó a la puerta y abrió – ya puedes pasar Usagi, disculpa por el desastre.
―¿Por qué estás aquí? ¿qué hiciste? – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―Ven, entra que tenemos que hablar.
―Prometiste jamás hacernos daño, prometiste… - el brujo la agarró de la muñeca y con amabilidad la entró, ella no opuso resistencia, sabía que hacerlo era un suicidio.
―Aun sigo con mi palabra o ¿hecho daño a alguno de ustedes? Tus trabajadores están bien, tu amigo está bien, si no contamos el posible trauma que le genere ver gente muerta, yo no le he hecho daño a ninguno de ustedes, el muerto ya estaba muerto cuando llegue.
―¿Qué es lo que quieres de nosotros? – el brujo se acercó a ella, estaba centímetros de su cara.
―De ustedes, absolutamente nada, en realidad vengo por ellos – el brujo se alejó de ella – lamento lo que tuviste que ver, me llevaré todos los cadáveres y tranquilo que la minería tendrá los mismos administradores, ustedes, solo vine por ellos – Usagi abrió la boca, quería decir algo pero las palabras no le salieron – ya me iré, te prometo que limpiaré lo mejor que pueda todo este desastre y no te debes preocupar por problemas en el futuro, yo cargaré con todo – Usagi no se dio cuenta hasta ahora pero los cadáveres había desaparecido – como siempre, es un gusto verte – fue lo último que dijo antes de desaparecer.
Chapter 82: Manos manchadas de sangre
Chapter Text
Pocos recuerdan lo malo que fue la llegada de nuestros aliados aquí, nosotros no lo sentimos porque primero no vivíamos en esa época, segundo éramos gente honrada y vivíamos en barrios medios y altos, no es por ofender a nuestros amigos de barrio bajo pero la gente en situaciones desesperadas va a tomar medidas desesperadas, no nos hagamos los santos, nosotros también somos humanos, somos imperfectos. En esas épocas las personas más ricas volvían a estar seguras y podían vivir con tranquilidad, nadie había vuelto a robar pero lastimosamente la única forma de combatir la violencia era con más violencia, todos sabían que la mayoría de los bandidos se encontraban en los barrios bajos y se hizo una limpieza total y necesaria. Agarraba a alguien que hacía algo malo y lo ejecutaban inmediatamente, el rey había perdido un poco el control y necesitaba recuperarlo con ayuda del miedo y gracias a ese miedo, la paz se fue formando poco a poco, un proceso violento, sí pero el único que le ha funcionado a la humanidad. Meg había despertado con una pesadilla, miraba a su alrededor asustada, su corazón palpitaba con violencia, las pesadillas eran algo recurrente para ella pero esta era diferente, se sentía diferente pero rápidamente olvido el sueño como hacemos todos o eso se dijo a ella misma para evitar pensar en eso. Su vida se sentía vacía por momentos, como un cascaron vacío, apenas encontraba razones para levantarse de la cama pero encontraba estúpido pensar en lo negativo de su vida y hacía la rutina de siempre, rutina que adoraba, agarró su cuchillo y salió de su casa con una pequeña sonrisa. Hizo el camino de siempre, un camino que se sentía segura, que nunca le había pasado nada, pero por primera vez sintió algo de miedo ya que en la calle estaban agarrando a unos bandidos, lo tenían en el suelo mientras le hacían unas preguntas, esto aterrorizaba a Meg pues creía que ella iba a ser la siguiente. Camino con una pequeña sonrisa mientras caminaba lo más calmada que podía mientras ignoraba su mundo alrededor, aunque no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que encontró un montón de personas alrededor de la calle mirando con asombro, esto molesto a Meg que tenía que tomar otro camino pero sintió un poco de curiosidad.
―Y aquí, como hemos prometido hemos traído a estos traidores de la patria, traidores del rey y de Dios, ya todos sabemos qué hacemos a los traidores.
Hay miles de formas para mostrar tu poder, para mostrar quien manda, una pelea, una guerra, historias cantadas por trovadores, hay muchas maneras de que el otro te tenga miedo pero la favorita del rey y la más efectiva para el reino eran las ejecuciones públicas, todos hemos visto una y las personas por morbo o curiosidad se quedaba viendo. Está no era la excepción, todos se juntaban para ver quiénes eran los afectados ahora, intentaban reconocerlos ¿dónde trabajaban? ¿tenían acaso familia? ¿de quién era vecino? Todo esto se murmuraban los espectadores de este gran espectáculo. Lo importante de las ejecuciones públicas es ver el castigo, los humanos no se van a detener excepto si ven la pared a lo lejos a la cual chocarse, los aliados y sus nuevas reglas eran esa pared, estas ejecuciones se volvieron cada vez más comunes y al mismo tiempo efectivas, suena horrible y era horrible pero es la única manera.
―Está banda ha traído desgracias a nuestro reino, ha trabajado con alguien que todos ustedes conocen, han planeado contra el rey y contra Dios. Lo hemos dicho una y mil veces, este es el destino de los traidores… - toda ejecución siempre venía con un gran discurso.
―No alcanzo a ver ¿sabes quienes hay ahí? – lo que más temía Meg era ver a uno de sus amigos allá arriba.
―Ustedes no solo le fallaron al rey, le fallaron a su familia, a sus amigos y vecinos y no es excusa decir que están desesperados, todos lo estamos y no por eso ignoramos la llamada de Dios, no por eso tomamos el camino incorrecto… - la gente h murmuraba entre ellos, pocos le interesaban lo que iba a decir, a veces las acciones dicen más que las palabras.
―No te preocupes Meg, no es nadie de tus amigos, solo una chica pelirroja, un tipo alto y negro y un hombre calvo moreno, no son tus amigos, creo.
―Me alegra escuchar eso, todo esto es una locura.
―Lo sé, lo sé pero ¿qué podemos hacer? Todos ustedes corrieron contra el rey, estás son sus consecuencias, yo no tengo nada que preocuparme, soy completamente inocente, pero tú… - esto erizo la piel de la chica.
―No vuelvas a mencionar eso, jamás – Meg estaba enojada, mientras se empinaba e intentaba ver la ejecución.
―Que esto quede como una lección para el futuro, para que entiendan quién es el rey, a quién deben respetar. Ustedes han vivido mucho tiempo de paz y la paz solo forma gente débil y creída, han vivido en una burbuja donde creen que son más importantes del rey, pues yo soy el golpe de realidad. La historia solo ha mostrado una cosa, nadie puede contra el rey, si alguien les promete un futuro mejor que les da el rey, que hay mejores formas para llegar a una utopía, solo son mentirosos que se van a aprovechar de ustedes, son mentirosos que quieren poder y ellos han caído, lastimosamente no hay otra forma, he estudiado la historia toda mi vida, muchos pensadores han intentado y fracasado. No hay otra forma.
―¿Enserio crees que todas esas personas son culpables de algo? ¿enserio crees que había otra forma? Yo solo creo que son puras mentiras, mentiras que se dicen a ellos mismos para poder dormir.
―Supongo que tienes experiencia con esto – el chico la miro de reojo y sonrió – creo que sobra decir que todo lo que haces se te va a devolver algún día, solo espero que cuando eso pase, te hayas arrepentido de todo y puedas encontrar por fin la paz.
―Ahora lo que todos estamos esperando, recuerden que si tienen información sobre estas personas nos ayudarían demasiado y si ustedes conspiran con el rey, lo mejor es rendirse y pueden tener una muerte honrada y rápida – el caballero miro a los ejecutores – córtenle la cabeza.
Era un espectáculo sangriento, primero obligaban a los prisioneros a arrodillarse frente a todos, los encadenaban para que no se pudieran mover y estando ahí, ponen la espada cerca de su cuello, cuando termina el discurso los caballeros levantan su espada con armonía y esperan la orden. Si tienes suerte, el primer golpe va a quitarte la cabeza y morirás rápidamente pero eso rara vez pasa, en realidad la cabeza aún se quedaba pagada al cuerpo y necesitaba varios golpes para que caiga al suelo, un espectáculo grotesco y traumático para muchos, sobre todo las personas que conocían a los ejecutados, por suerte las personas normalmente morían al primer o segundo golpe. Cuando se le cortaba su cabeza, el caballero la agarraba por el pelo y los levantaba hacia el público, para que todos vieran las consecuencias de sus actos, las levantaba enfrente del público por siete segundos y luego simplemente las dejaba caer, luego de eso, nadie veía el cuerpo, seguramente acababan en una fosa común con muchos más cuerpos. La gente aún estaba ahí, viendo la sangre salir de los cuerpos, a pesar de ser tan horrible, muchas personas no podían simplemente dejar de ver, era una fascinación rara, la única que apartó la mirada fue Meg, quien rápidamente apartó la mirada con asco y tuvo grandes ganas de vomitar. Rápidamente dejo el espectáculo mientras caminaba donde su amiga, sentía temor por lo que acababa de ver, ella sabía que podía meter a sus amigos por todo eso, sabía que iba a ser la siguiente, que alguien la iba a señalar, no podría escapar ya que todas las calles estaban rodeadas de estas personas, estos caballeros con manos de hierro, estaba atrapada y no podía hacer más que ver cómo se hundía. Camino por las calles algo inquieta, mirando un lugar a otro, necesitaba llegar con sus amigos y descansar durante mucho tiempo pero vaya la sorpresa que se llevó al entrar en la taberna, había unos cuantos caballeros tomando y eras los únicos clientes hasta ahora, lo cual era muy raro y solo había una explicación, los demás huyeron al verlos.
―Meg, que bueno que llegas – Joy se acercó con ella con una sonrisa y la abrazó.
―Sí, sí, lo siento por la demora, estaban pasando cosas allí afuera – Joy la miro algo preocupada.
―¿Estás bien? Estás muy pálida, más de lo que eres – Meg no respondió – ya sé lo que tienes, ve a mi cuarto y luego te hablo, tranquila, no te preocupes por nada, yo me encargo de todo, no sería la primera vez.
Meg quiso decir algo pero las palabras no salían de su boca, miro a su alrededor y no encontró a Bon, lo que era extraño ya que normalmente él llegaba primero. Ninguno de los caballeros se fijó en ella, ni les hizo caso pero Meg sintió que todos la estaban observando, camino con timidez y cerca de su amiga, sentía que si separaba de ella, iba a caer al suelo. Al final llegaron a su habitación y Joy la dejo sentada en la cama mientras decía que pronto iba a volver con un vaso con agua y se fue, inmediatamente Meg se acercó la puerta e intento escuchar que pasaba afuera, sentía que estaban hablando de ella, agarraba con fuerzas su cuchillo como si este podía salvarlo de cualquier cosa.
―¿Crees que están aquí por ti o crees que al verte sospecharon de ti? – Meg se giró asustada, no se había dado cuenta que Bon había estado en la habitación.
―¿Qué haces aquí? – Bon sonrió.
―Lo mismo que tú, supongo, esas personas dan miedo, miedo de verdad, cada día llegan más y más, más y más y bueno, cuando estuvieron aquí me paralice, por suerte Joy estaba ahí y me ayudo a seguir adelante, parecen ser amables, hablan tan ostentoso y divertido, aunque todo esto acabará cuando nos descubran, cosa que no creo que pase pronto. Ahora estoy en mi descanso de diez minutos.
―Ya veo, igual no crees que… - Joy abrió la puerta, Meg asustada se alejó y agarró el mango de su cuchillo.
―Aquí estoy, disculpa las molestias, los hombres de abajo te vieron tan asustada y preguntaron que paso, les dije la verdad, que viste una ejecución publica y que eso te dejo así – Joy dejo el vaso en una mesa – ellos lamentaron eso, incluso para ellos es difícil y eso que lo ven todo el día.
―¿Qué hacen ellos allí abajo? – Joy la miró confundida.
―Son mis clientes, vienen aquí a tomar algo y a descansar.
―Pero son caballeros, son extranjeros y saben lo que han hecho – Joy soltó una pequeña risita.
―He servido copas a peores personas y lo sabes, no sé porque debería decirles que no, siguen siendo personas comunes, además decirles que no sería mucho peor para nosotros, mejor que crean que somos gente normal – Joy se giró – es posible que los veas más seguido por aquí, tienen que hacer varias jornadas por el lugar, ver ciertos sospechosos y no estaría mal entrar aquí y olvidar un poco las cosas. Te recomiendo que actúes como una persona normal y jamás sospecharán de ti – Joy salió de la habitación, Meg rápidamente se giró para ver a Bon.
―Ya sé lo que vas a decir pero ¿qué podemos hacer? Los dos sabíamos en que nos metíamos cuando seguimos con esto, lo mejor que podemos hacer es seguir la corriente, nos va a ir bien, además prefiero estar con ellos que con el brujo ese.
―Sí, quizás me estoy comportando como una tonta – Meg se sentó en la cama.
―No te preocupes, solo estás preocupada por nosotros, nosotros somos a las personas que tanto buscan y estamos ahí, a su lado. Solo relájate lo más que pueda y se amable y quizás nadie sospeche de ti.
―Sí, sí… - Meg puso sus manos en su cara.
―Cada vez que los ves lo recuerdas ¿no es así? – Meg lo miró confundida – al final, ellos son los culpables de su muerte, yo también me culpo cuando los veo, adivino que aun sientes las manos manchadas de sangre, que va a ocurrir otra vez, debes hacerlo mejor que antes, mucho mejor – Meg no respondió – quizás eso es lo que te pasa, te aferras tanto al pasado que olvidas el presente y ni hablemos del futuro – Bon se acercó a ella y le puso una mano en su hombro – pero te prometo que nada de lo que piensas pasará. Deja de pensar en lo malo, no es momento de dudar, ya escogimos nuestro camino, solo nos queda disfrutar.
―Gracias por el consejo – Meg se levantó – gracias por el consejo – Meg abrazó con fuerzas a Bon.
―No es nada ¿para qué están los amigos? En las buenas y en las malas ¿recuerda? – duraron unos minutos así, Bon no quería pero tenía que separarse – lo siento Meg pero tengo que bajar, cuando quieras vamos los dos y trabajamos – Meg se separó de Bon – además, olvidaste de algo importante.
―¿Qué cosa? – Bon le dio un suave codazo a su amiga.
―Que eres Meg, la mujer más fuerte que conozco, le haces frente a todo el mundo, esas cinco personas allá abajo no tienen oportunidad contra ti, ellos deberían tenerte miedo, no al revés – Meg se río un poco – vamos, no todo es tan malo como parece.
―Iré en un rato – Bon se giró y abrió la puerta de la habitación – por cierto ¿desde cuándo te volviste tan listo? – Bon solo soltó unas pequeñas carcajadas mientras desaparecía.
Bon tenía razón, Meg se levantó y agarró el vaso y con una sonrisa se tomó toda el agua, se sentía como nueva, había hecho cosas peores y nada malo le iba a pasar ¿verdad? Tenía un poco de dudas en la cabeza, poco a poco se sentía más débil y decidió tomar un poco de aíre para levantarse los ánimos, abrió la ventana y sus pulmones se llenaron de aíre. Se sentía mejor pero ese sentimiento poco a poco desapareció al ver un caballero golpeando a alguien, le gritaba cosas, le decía ladrón, escoria, lo estaba matando a golpes, ella se asustó y rápidamente se alejó de la ventana con miedo.
―Debes tomar el control Meg, debes tomar el control – ella cerró sus ojos con fuerza – tengo que calmarme, tengo que calmarme – ella abrió los ojos y respiró hondo – no has hecho nada malo, eres bonita, amable y dulce, nadie te hará daño. Solo baja ahí y demuestra de lo que estás hecha.
Chapter 83: Caminar sobre el agua
Chapter Text
La playa se había llenado de barcos día a día, no cualquier barco, barcos reales. La gente en la playa vive en otro mundo, los más alejados del reino, viven en una burbuja alejados de nosotros, es verdad que también tiene sus problemas y todo eso pero cuando digo que viven en una burbuja, es que las noticias de aquí y allá vienen muy tarde, nosotros apenas nos enteramos de lo que pasa en la playa y en la playa apenas se enteran lo que pasa acá, mundos diferentes. Pero a veces, la noticia es tan grande que mueve todo el reino, que todo el reino sabe lo que paso y uno de estos ejemplos fue el nacimiento del rey, cualquiera de los tres, pero ese no es lo que nos interesa, está vez no, hablaremos de la gran noticia de la llegada de los caballeros del extranjero, algo que impresiono a todos y lo más raro es que día tras día llegaban más barcos, lo cual generaba un poco de dudas en las personas que vivían en la playa.
―Nos tenemos que ir Aiden, fue un gusto probar tu pescado – dijo don Toño con una sonrisa.
―No es nada, estoy aquí para servirles, si algún día van a volver, yo los atenderé con mucho gusto – Aiden le sonrió mientras tocaba su anillo de la mano derecha.
―Quisiera decir que nos volveremos a ver pero eso no lo sabemos, pero si te portas bien quizás nos vemos en la otra vida – ambos se rieron.
―Quizás, quizás – Aiden miro hacia atrás y toco de nuevo su anillo – por cierto ¿no van a esperar a sus compañeros? Ustedes vinieron como cincuenta o más y ahí solo hay diez, con suerte – ninguno de los dos respondió – ya sé, ya sé, cosas del rey – don Toño le dio un suave codazo.
―No te deprimas, eres bastante inteligente y ya deberías saberlo, de hecho creo que todos por aquí tarde o temprano se van a dar cuenta pero ¿qué importa? Lo más divertido de todo fue conocerte y si tienes suerte, puedes unírtelo.
―Dios te escuche – dijo Aiden con una pequeña sonrisa.
Nadie le pareció raro que los barcos reales se fueran con menos gentes de la que vino esa segunda vez, de hecho era algo esperado, lo raro era el tiempo que se quedaron, todos se reunieron para ver los barcos desaparecer en la inmensidad, todos se despidieron y creyeron que jamás volverían, que grande fue la sorpresa a ver a lo lejos varios barcos reales acercándose a la playa. Todos se acercaron emocionados, incluso Aiden estaba emocionado por ver a sus amigos pero está ocasión fue muy diferente, demasiado diferente, los barcos llegaron y varios caballeros bajaron de estos y esta vez todos los barcos rápidamente zarparon de nuevo al mar hasta que desaparecieron de la vista de todos y todas las personas que llegaron se fueron inmediatamente al reino. Está situación se repitió por varias semanas después, llegaba un barco, bajaban varios hombres y rápidamente se iban, nadie se preguntó lo que estaba pasando ya que ellos sabían realmente que estaba pasando, todos ya tenían en su cabeza la misma idea. Aiden intentó ver si podía encontrar a sus amigos pero no lo dejaron entrar al barco y estos rápidamente se iban, lo cual lo hacía sentir frustrado, además con la llegada de estos barcos solo lo ponía más nervioso.
―Algo grande ha pasado, todos esos barcos, todas esas personas.
―Es algo curioso rojo, en toda mi vida no había visto algo así pero te recomiendo algo, no lo pienses mucho ya que no puedes hacer nada, es claro que algo paso, algo grande, incluso la guerra.
―Y ¿qué hacemos? – el jefe lo miro confundido.
―¿Qué hacemos? Nada, no podemos hacer nada, a nosotros no nos pasará nada aquí, lo peor que nos puede pasar es que suban los precios y recaudemos menos pero es algo que nosotros no controlamos – su jefe parecía interesarle poco lo que pasaba.
―No te interesa un poco lo que está pasando – su jefe lo miro y suspiró.
―Sí, sí lo hace pero es obvio, se acerca una guerra y lo mejor cuando eso pasa es alejarse, alejarse lo más que puedes.
Los días pasaron y los barcos poco a poco fueron desapareciendo, no volvieron a llegar, la tranquilidad se sentía en el aíre pero esa tranquilidad se rompió cuando a lo lejos se vieron acercar varios barcos de la realeza y las cosas sucedieron igual que siempre, todos se acercaron emocionados intentando vender su producto pero todo dio un giro horroroso cuando los barcos tocaron tierra. Todo parecía tan normal hasta que el primer barco llego y cuando toco tierra, este rápidamente se incendió, de la nada todo se prendió de manera violenta matando a todos los que estaban adentro, algunos suertudos lograron saltar del barco y salvarse pero las desgracias no terminaron aquí ya que cuando el segundo barco llego, este de la nada se empezó a hundir. Todos los que estaban viendo rápidamente se escondieron, solo algunos pocos se quedaron a ver que estaba pasando, obviamente estaban escondidos y en un lugar donde ellos consideraban seguros.
―Hay dos cosas que odio en este mundo, la arena y la gente oportunistas, ustedes no están aquí para ayudar pero tranquilos, ya arreglo esto – dijo un chico de pelo morado bastante corto - ¡Aléjense todos lo que estén cerca! No quiero matar a nadie inocente.
Ese chico que apareció no era humano, no solo por su valor que era demasiado grande para enfrentar a un gran ejército, uno de los ejércitos más poderosos él solo, si no que tenía habilidades especiales, habilidades que podíamos llamar como divinas. Lástima que la hazaña quedo algo perdida, nadie supo con exactitud que paso, muchos dicen que se enfrentó uno a uno pero primero sabemos que las cosas duraron cinco minutos o menos y eso sería un gran desgaste innecesario, lo más acetado entre la gente es que empezó a explotar la cabeza de cada uno de los presentes a su alrededor, persona que miraba, persona que perdía la cabeza. Obviamente no pudo acabar con todos y que todo esto lo desgastó un montón, empezó a sangrar por la nariz, a tener las rodillas flexionadas y a caminar muy lentamente y para los pocos supervivientes lo dejaron con vida, no hay mucho que decir más que les gano a todos los que les enfrentaba aunque tuviera años de experiencia como caballero, era alguien imparable. Lo más recordado y lo que todos comentan es el gran suceso que hizo este extraño hombre en mitad de este suceso, simplemente se acercó al mar y empezó a caminar por el agua con tranquilidad.
―¡¿Están todo bien?! – dijo un guerrero que se había salvado por haberse hecho el muerto.
―¿Qué ha pasado? ¿qué era eso? – la gente poco a poco se empezó a salir de sus escondidos, algunos pocos decidieron estar escondidos hasta que cayó la noche.
Lástima que ya nadie este vivo para hablar sobre está experiencia pero muchos antes que yo lo hicieron, algunos con más prudencia y respetos que otros pero todo describen lo mismos, el terror al ver lo que había pasado, los cuerpos, las personas no volvieron a ser los mismos, después de eso nadie vuelve a ser el mismo. Todos salieron del lugar, estaban algo perdidos, confundidos, sentían como si el mundo dejara de moverse, como si el tiempo no existiera, donde no tienes control de cuerpo y lo único que puedes hacer es mirar a tu alrededor, parecía que todo se había calmado pero la realidad es que no, ya que luego de unos segundos y a lo lejos, el único barco que había sobrevivido, aún estaba demasiado lejos para este desastre, empezó a quemarse y luego se hundió, algo que dejo completamente confundido a todo el mundo. Ese es un incidente bastante famoso y recordado por todos, el día en que Dios volvió para castigar a los pecadores.
―Esto debe ser una broma – Aiden se cubrió la mano con su cara – esto es una broma, esto no puede ser real.
―¿Estás bien Rojo? – el jefe puso con cariño su mano en su hombro.
―¿Qué era esa cosa? No puede ser humano, viste lo que hizo, mato a todos, mato a todos.
―Yo no lo sé pero no es seguro quedarnos, te recomiendo ir a tu casa – su jefe lo ayudo a levantarse – no es momento de desmoronarse, levántate y sigue adelante, solo detente cuando estes en un lugar seguro.
Todo el mundo evacuó la playa lo más rápido que pudo, a las personas no les importaba nada más allá de sus vidas o las vidas de sus amigos, se fueron a sus casas a ponerse en un lugar seguro, solo las personas que no se podían mover por el miedo o los que no tenían a donde ir se quedaron en el lugar. Pasaron las horas y varios hombres del rey llegaron para saber la noticia y todo el desastre que luego tuvieron que limpiar, los pocos soldados que sobrevivieron le contaron toda la verdad y fueron rápidamente escoltados hacia el rey donde le explicaron todo lo que había pasado. Pero eso a nosotros no nos interesa, lo que nos importa es saber lo que paso con Aiden. Rara vez había sentido tanto miedo por todo, no sabía cómo reaccionar y lo mejor que pudo hacer es dejarse llevar por los otros, ser dócil y seguir a todo el mundo y con ayuda de su jefe lo llevaron a su casa, donde Abby los dejo pasar, le parecía raro que estuvieran tan temprano y la cara de su amigo no la tranquilizaba. Dejaron a Aiden en su habitación y este se quedó sentado durante varias horas mientras Abby y su jefe empezaban a hablar de lo ocurrido, lo cual no fue fácil para nadie, Abby no podía creer todo lo que decían pero la forma que lo decía él le parecía tan real, su voz desgarrada, las manos temblorosas, los ojos yendo de un lugar para otro, Abby no tuvo más opción que creerle.
―¿Cómo estás? – Abby había tocado la puerta, nadie le respondió así que se atrevió a pasar – ya tu amigo me dijo todo lo que había pasado, fue difícil creerle pero… - Abby le había dejado un tiempo para estar solo mientras pensaba en que decirle, cuando al fin parecía tener esas palabras mágicas que podían arreglar todo en la lengua, se le escaparon cuando entró a la habitación – no puedo decir que viví algo parecido, porque no lo fue, nadie lo ha hecho pero conozco lo que te hace ver cosas así, conozco que pasa cuando intentas soportar tanto peso tú solo.
Hablar con Aiden era hablar como con una pared, tarde o temprano Abby lo abandono no sin antes abrazarlo suavemente, un abrazo que necesitaba. Saber lo que le pasaba a Aiden por la cabeza en esos momentos es imposible, es un evento traumático que jamás vamos a conocer, todo lo que conocía había acabado para él, vio literalmente una persona explotar y a una persona caminar por el agua, yo no sé ustedes pero si tengo el milagro de ver eso, me volvería loco. La noche no fue mejor, tuvo varias pesadillas y empezó a decir cosas mientras dormía, cosas que no tenían sentido, apenas comía y siempre estaba encerrado en la misma posición, hasta que un día, algo cambio.
―Gracias por todo, sé que ha sido difícil mantener a un vago como yo – dijo Aiden mientras miraba a Abby entrar.
―No eres ningún vago, no te puedo pedir que sigas con tu vida como si nada, debes superarlo poco a poco.
―¿Cómo lo hago? Antes había visto cosas peores, había hecho cosas peores que esto entonces ¿por qué me afecta tanto? ¿por qué no puedo olvidarlo? – Abby se acercó cariñosamente y se sentó a su lado.
―El alma humana es tan confusa y poco comprendida, no creo que algún día puedas olvidar todo esto, eso es imposible, lo que debes hacer es aprender a vivir con ello, seguir adelante y saber que la vida hay razones por las cuales luchas, la comida, el amor, la religión, lo que se te ocurra pero el olvido nunca es una opción. No creo que jamás olvides eso pero puedes superarlo, puedes usar eso para ser mejor ¿cómo? No tengo ni idea, ya tu verá – Aiden miró para abajo y sonrió un poco.
―Tienes algo de razón, tienes algo de razón – él se levantó en la cama – venga te ayudo por lo menos con la casa, ya mañana vuelvo al trabajo a ver cómo están las cosas.
Chapter 84: Una solución sencilla
Chapter Text
Las cosas en el reino de Alfonso se habían descontrolado un poco, muertes por todas partes, los bandidos se creían mejores que cualquiera y con el suficiente esfuerzo podían hacerle enfrente a alguien como el rey, eran muy estúpidos pero al mismo tiempo personas muy leales hacia el dinero, el rey necesitaba una solución, aquí y ahora. Es verdad que los aliados habían ayudado demasiado en todo este tema pero poco a poco se volvieron un gran problema y seamos sinceros, el rey Alfonso no tenía el suficiente valor para ser un rey y eso provocaba que muchos pasaran por encima de él, los aliados lo hacían y poco a poco tomaron el control, algo que no dejo muy contento a Alfonso. El problema es que no veía solución, era una gran ayuda y por alguna extraña razón el brujo se había escondido con las llegadas de ellos, sus ataques fueron disminuyendo significativamente y la mejor solución que tenía el rey era que les tenía miedo y mientras ellos estén aquí, él no iba a salir de su cueva. Aunque la realidad era muy diferente, el brujo estuvo ocupado observando a su enemigo poco a poco, sabía que podía destruirlos un poco pero eso solo les daba más razón para destruirlo, debía hacer algo para que el tablero este a su favor, era alguien demasiado paciente y no iba a mover un dedo hasta que sea necesario. Que piensen que tengo miedo, eso me va ayudar pero debo darle un pequeño empujón más para que caigan en el abismo, es todo lo que pensaba el brujo con una sonrisa, de alguna forma lo veía y escuchaba todo, dejo que las cosas siguieran su rumbo y cuando fue oportuno, decidió atacar.
―Disculpen las molestias señor rey, espero no molestarlo pero tenemos cosas importantes que hablar.
Espera y perseveras, esa parecía ser la filosofía del brujo, no tenía que hacer nada para lograr sus metas, dejo que el rey desconfiara de sus propios aliados, que se sienta desesperado y ahí aparecer como un ángel salvador que tiene una solución mágica que arregla todo, era momento de atacar, de salir de su cueva y divertirse un poco. Lo más difícil de su plan era ganarse la confianza del rey, cosa que jamás iba a lograr, no de una manera convencional, necesitaba demostrar lo buen asesino que era, por eso se acercó a la minería tranquilamente y mato a todos los caballeros que estaban ahí, todos. Agarró sus cadáveres y como gran mago, los hizo desaparecer, pasaron solo una hora de este suceso cuando al brujo decidió entrar al castillo justo delante del rey, venía a hacer una pequeña tregua.
―Creo que me conoces, jamás has visto mi cara pero debes conocerme, yo soy… - por la espalda del brujo, las puertas se abrieron.
―Rey tenga cuidado, es la persona que estamos buscando es el brujo – el brujo sonrió.
―El único e inigualable – rápidamente fue rodeado por varios caballeros – no hagamos eso muchachos, solo vengo a hablar, a hacer un trato.
―Nosotros no hacemos tratos con tipos como ustedes, eres un asesino ¿crees que no sé quién eres? – el rey se levantó – te crees con el derecho de pisar a mi castillo, de dirigirme la palabra, crees que por un momento te escucharé.
―Y lo harás porque hay una cosa que tenemos en común – del techo cayó una cabeza de un aliado enfrente del rey – los dos odiamos esas personas más que a nosotros mismos y ahí me pregunte ¿por qué no nos ayudamos mutuamente? – en un simple pestañeo, el brujo había aparecido al lado del rey, cerca del oído y le susurro – podemos recuperar todo lo que quitaron, lo único que te pido es que me escuches – Bonnie fue el más rápido en responderle, fue el primero en verlo y el primero en llenar su corazón de valentía, rápidamente corrió donde estaba el brujo e intentó golpearlo por sorpresa algo que no le funciono – vaya, eres más rápido de lo que esperabas, me sorprendes – dijo el brujo con una pequeña sonrisa.
Bonnie enojado intentó golpearlo con todas sus fuerzas y lo más rápido que podía, nadie excepto ambos brujos, podían ver los golpes, eran demasiados rápidos para los ojos humanos, el brujo como siempre, decidió divertirse u poco y decidió no atacar, decidió simplemente esquivar con una pequeña sonrisa, se podía dar ese lujo, para él no era una pelea, era un simple juego. La pelea no duro más de treinta segundos cuando Bonnie consiguió dar un puño, un puño en el estómago, un puño que en el momento del impacto soltó una gran ráfaga de viento por la habitación, no se sabe si Bonnie realmente le dio un golpe al brujo o el brujo se dejó golpear, lo único que sabemos es que ambos se detuvieron justo en ese momento. Bonnie no se detuvo ahí e intento golpearlo en la cara pero no se dio cuenta cuando el brujo lo agarró con una mano la muñeca y con facilidad lo levantó, todo su cuerpo estaba por el aíre y luego fue tirado con fuerza hacia el suelo, haciendo un gran cráter en este. Bonnie intentó levantarse y seguir en la pelea pero el brujo rápidamente puso su pierna en su cuello y le hizo una llave a su brazo.
―Señor, yo no quiero hacer esto, de verdad no quiero ser el malo pero si me obligan, mataré a este chico – todo el mundo estaba sorprendido, procesando lo que había pasado.
―Admiro a la gente con determinación y veo que tú tienes demasiado, supongo que te has ganado que te escuche – el rey con firmeza caminó hacia su silla y se sentó – habla, habla todo lo que quieras pero eso no asegura que voy a estar en tu lado.
―Gracias señor – el brujo se levantó y dejo libre a Bonnie – quisiera tener un poco más de privacidad, no lo digo por mí, usted estará más cómodo si solo estamos usted y yo. Yo no tengo problemas que todos esos monos pero le evito una vergüenza a usted.
―Váyanse por favor y dejen hablar a estos dos caballeros.
―Pero señor… - el rey golpeó con fuerza su silla y todos se callaron.
―Es una orden, lo que significa ¡Nada de excusa! – todo el mundo le hizo causo, aunque todos sintieron que estaban haciendo lo incorrecto – listo, estamos solos, ya podemos hablar tranquilos.
―Creo que ya sabes que hago aquí – con magia hizo aparecer una cabeza en su mano – todos sabemos porque ellos están aquí para capturarme porque soy una amenaza para ustedes tres, eso lo sé completamente y son mucho más fuertes que ustedes pero todos sabemos cuál va a ser las consecuencias, que va a pasar cuando me ganen ya que tarde o temprano lo harán. Hace poco encontré a esta persona que tengo en mis manos en la minería, dando ordenes ¿sabes lo que significa? No eres tonto y ya lo debiste haber descubierto, sabes cuáles son sus verdaderas intenciones acá.
―Es obvio pero yo mismo acepte eso, es el precio que tengo que pagar.
―Es cierto, es cierto y eso lo sé pero ¿por qué todo debe acabar así? Quizás yo tenga una mejor solución, más rápida y sencilla donde todos salen ganando.
―Sobre todo tú – el rey sonrió.
―Eres alguien listo, su señoría. Vengo a hacer un tratado de paz – el rey lo miró confundido – voy a dejar de pelear, me rindió y me iré lo más alejado que pueda y ustedes pueden vivir con normalidad, sin preocuparse de mí pero solo pido una cosa, que me deje matar a todos esos hijos de puta, a cada uno de ellos, destruir la plaga que poco a poco nos está matando.
―En tu plan veo dos problemas, el primero es que nadie de los tres reyes va a aceptar eso, todos quieren tu cabeza, no se van a conformar con menos. Lo segundo es que si haces eso, nos estarías llevando a una guerra contra él, ha sacrificado tanto solo para dejarte libre por ahí, nos verá como unos incompetentes y le daremos razones para que él se encargue de nuestras tierras – el brujo sonrió.
―Y ¿por qué se debe enterrar? Yo los puedo liberar sin dañar su relación con los otros, puedes decir que me mataron y ya, una mentira inocente, los mato a todos o casi a todos y haga como si ustedes hubieran ganado, me hacen arrodillarme ante todos y ya, pido disculpas y no vuelven a verme en su vida. Una salida fácil, todos salimos ganando.
―Y ¿crees que ellos no se van a enterrar? Te apareciste aquí enfrente de mí, estamos hablando solos tú y yo, no debes ser el más listo para saber que algo malo está pasando.
―Yo lo puedo arreglar – dijo el brujo con una sonrisa maliciosa.
―No los quiero muerto.
―Yo no pensaba en matarlos, yo tengo mejores ambiciones, he encontrado la manera de hacer que las personas olviden ciertas cosas, te advierto que no es perfecto y que puede salir mal, que algunos olviden de más pero que olvidarán este día, lo olvidarán. El único problema sería el brujo, con ese no podría hacerle nada lastimosamente.
―Suenas tan seguro de todo esto pero ¿qué pasa si no acepto? Al final solo eres un mentiroso.
―Es cierto, es cierto su majestad pero solo hay dos cosas que sabemos que son verdad, la primera es que soy un asesino – él le tiro la cabeza hacia el rey y justo cayó delante de sus pies – soy un completo asesino que odia a ellos más que otras personas. Lo segundo es que ustedes no están a la altura y lo saben, tarde o temprano perderé pero ¿a qué costo? ¿Cuántas vidas se tienen que perder para que haga lo correcto? Le entrego el camino fácil, una solución fácil, solo le pido mirar hacia otro lado.
―¿Por qué estás seguro que aceptaré? No creo que te arriesgarías tanto si no valiera la pena, es obvio que crees que aceptaré.
―Al final todos somos humanos, elegimos el camino más fácil y el más corto ¿por qué no deberías hacerlo ahora? Además, se cómo miras a ellos, sé que tienes miedo de ellos, no quieres convertirte en el malo, no tienes el valor que se necesita. Solo te pido que cuando sea el momento, mientes y ya, todo volverá a ser como antes, incluso puedes seguir atacándome después de esto pero cuando yo te diga, hacemos las paces, solo te pido eso, una mentira del rey – el rey sonrió un poco.
―Eres el diablo, eso se nota demasiado, primero demuéstrame que eres capaz de hacer todo lo que dices y si me los sacas de encima, yo veré que hacer contigo, lo hablamos después, primero demuéstrame de lo que eres capaz – el brujo sonrió e hizo una reverencia.
―Gracias su señoría, le prometo que no va a arrepentirse, tomo la decisión correcta – la única que podía tomar.
El brujo desapareció en ese momento, dejando solo al rey con algunas preguntas, la verdad es que no era momento de dudar, no era momento de preguntarse si lo que hacía era correcto o no, vio con sus propios ojos lo imparable que era y si no lo puedes vencer, por lo menos úneteles, además que todo lo que había dicho el brujo lo repetía una y otra vez en la cabeza, ya estaba cansado de todo esto y quizás esto sería la mejor solución de todas; aunque el rey sabía que había algo más, sabía que el brujo no era de confianza, el rey solo podía hacer una cosa. El brujo salió del castillo con una sonrisa, todo lo que había hecho por fin daba sus frutos, también se sorprendió que el rey le hiciera cara, a pesar de todo el rey no se doblego, se mantuvo firme y eso le parecía curioso, aunque esto era menor comparado con su hijo. Ese poder, ese gran poder le hizo temblar, era demasiado fuerte, quizás el pequeño Freddy noto de su presencia y se preparó para pelear, igual que un animal cuando siente el peligro, saca sus garras y dientes, en un punto el brujo se empezó a reír mientras miraba el cielo, había encontrado a su nuevo Dios.
Chapter 85: Una nueva era
Chapter Text
Los cambios no se dan del día a la mañana, es algo que se da gradualmente, poco a poco pero si podemos decir más o menos en que día acabó una era y empieza otra, que día es donde todo ha cambiado para los reinos, incluso las mismas personas que vivían ese momento podían sentir el cambio, podían verlo e incluso intentaban evitarlo sin mucho éxito. Eso pensaban todos en esa pequeña habitación, sabían que lo que estaban a punto de hacer cambiarían la vida para siempre, daba paso a una nueva era, solo tenían que mirar a su alrededor, ver quienes tenía al lado, las personas más importantes en los tres reinos, Alfonso, Golden y Cruz, los tres reyes en una misma habitación, nada bueno podría salir de esa habitación. Muchos dirán que exagero pero no lo hago, en esa habitación se jugaban el destino de todo, de los tres reinos, estaban los dos brujos de los reyes, la guardiana Chica y varios caballeros más, todos esperando a una sola persona, persona que abrió la puerta lentamente y entró a la habitación, un chico con el pelo morado corto y con la piel blanca, lastimosamente para todos el brujo no dejaba que vieran su cara.
―Disculpen la demora su señoría, no me resultó tan fácil encontrar la habitación – dijo el brujo con una pequeña sonrisa.
Todos en la habitación estaban con el mismo propósito, juzgar al brujo, Alfonso jugo la única carta que podía y era hacerle un juicio contra él, aunque le había prometido la paz, el juicio simplemente eran formalidades, al brujo esto no lo molesto, de hecho le parecía un poco divertido y con gusto acepto con una pequeña sonrisa, así llegamos a esa situación, las personas más importantes de los tres reinos estaban en la misma habitación. Los primero en sentir que el brujo se acercaban eran los magos, Freddy, Bonnie y el brujo del rey Golden, aunque algo le pareció extraño a Bonnie, su poder era bastante inferior a la otra vez, incluso podría decirse que era menor al suyo.
―Saben, nunca me imagine estar enfrente a los tres grandes reyes, es todo un honor – el brujo, torpemente, hace una reverencia.
―No creo que debamos presentación, todos sabemos porque estás aquí, ahora lo que te pregunto ¿qué prefieres perder, las manos o la cabeza? – Golden solo tenía una idea en su cabeza, la muerte.
―Puede ser, puede ser pero olvidan un pequeño detalle – el brujo se apoyó en la mesa y se acercó un poco más a ellos – yo soy Dios.
― ¿Enserio? Porque todos sabemos que está por encima de Dios, nosotros.
―Golden cálmate, no venimos aquí a pelear, intentamos hacer las cosas bien para nuestros reinos ¿crees que yo quiero hablar con él? Obviamente no.
―Pero él ha matado a… - el brujo golpeó con fuerza la mesa.
―Por favor escúchenme y luego dan su veredicto, no pienso quitarle mucho tiempo – todo el mundo se quedó callado – ya me deben conocer, soy egocéntrico, traidor, insufrible y una plaga, lo que he hecho no tiene perdón, voy a estar en el infierno cuando me muera, si es que puedo morir, todos sabemos porque estoy aquí y por eso mismo saben que jamás podrán vencerme. Es así de simple, jamás podrán vencerme – el brujo tenía una pequeña sonrisa soberbia – por si alguno no lo sabe, que no creo, acabo de matar a sus mejores hombres, fui a la minería, al bosque y hundí varios barcos de sus aliados, los destruí poco a poco hasta que estuvieron solos ¿ustedes creen que ustedes me pueden ganar? ¿me ganaran sin ayuda? Se que ustedes tienen tanto ego y admitirlo es difícil pero lo mejor es una paz, me dejan en paz y yo los dejo en paz, todos ganamos.
―Quisiera creerte pero si estamos aquí es que no queda de otra, sabes que vas a perder y está es tu última oportunidad para vivir, además ¿cómo confiamos en que vas a cumplir tu palabra? Solo nos has demostrado que eres un asesino, un verdadero asesino – Cruz estaba algo enojado y al mismo tiempo temeroso – cómo me prometes que podré dormir tranquilo sabiendo que te deje libre.
―La historia solo nos ha demostrado una sola cosa, el más fuerte gana y es cierto que ustedes tres son más fuerte que yo, yo puedo ser Dios pero sigo siendo solo uno, ustedes son miles y miles y tarde o temprano perderé.
―¡Lo ha admitido! ¡¿Qué hacemos perdiendo el tiempo hablando con él?! – Golden se levantó de su silla enojado.
―¡Déjame terminar! – Golden miro desafiante al brujo – sí, es verdad que ustedes me ganaran pero ¿cuánto perderán? ¿cuánto sacrificaran? ¿estarán preparados para la guerra que viene? Por qué eso es lo que vendrá después de mi muerte.
―¿Guerra? ¿cuál guerra? – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―Vamos Cruz, no seas tan tonto, sabes cual guerra, ustedes son reyes, comprenden a los de su propia especie, está claro que después de eso sus aliados van a venir a destruirlos, a gobernarlos porque seamos sinceros, es lo que han estado haciendo ¿no creen? Caminando por las ciudades como si fueran suya, pasando por encima de ustedes, ya reconocen el reino ahora les pregunto ¿dónde está la lealtad de esos hombres, en ustedes o en sus verdaderos reyes? Yo puedo seguir peleando, todo el día y moriré con la cabeza en alto, ustedes, ustedes morirán en un tribunal si tienen suerte, así como yo.
―No juegues con nosotros… - Golden se sentó lentamente en su silla – eso no puede ser verdad.
―¿Crees que no? Se que me odian y yo los odio a todos ustedes pero les tengo una sola pregunta ¿a quién odian más? Solo pueden matar a uno, a mí o a sus vecinos – hubo un silencio en la habitación, la expresión del brujo cambió a una de impaciencia – vamos, ustedes son reyes ¿acaso nunca han usado esa técnica contra sus enemigos? Lo llamo el enemigo de paja, mientras cansas al enemigo contra un enemigo débil, tú te preparas para atacar por la espalda y cuando no tenga fuerzas para responder.
―Creo que hemos oído suficiente de usted, ahora si nos permiten, vamos a hablar nosotros para dar una sentencia. Ahora si nos disculpa, debe ser acompañado por nuestros dos brujos y tres caballeros.
―No es ninguna molestia, entiendo lo que hacen – el brujo hizo una reverencia – gracias su señoría.
El brujo salió de la habitación, los reyes rápidamente miraron a sus brujos y estos sin decir ninguna palabra, se levantaron y lo siguieron, luego cada uno de los reyes escogió a su mejor guerrero para vigilarlo, dentro de esos caballeros estaba la guardiana, quien no paraba de agarrar con fuerza el mango de su espada, era quizás la más preparada para pelear. El brujo se apoyó su espalda en la pared y cerró los ojos y quedo completamente quieto, los dos brujos se acercaron, Bonnie se hizo a su derecha y el otro a su izquierda y luego los guardias se hicieron delante de él, evitando que pudiera escapar, Bonnie fue el primero en hablar.
―No te pases de listo, la última vez me tomaste por sorpresa, no volverá a pasar – el brujo simplemente sonrió – no sé qué crees que haces pero no será nada bueno, no lo es.
―¿Qué dijiste? Estaba un poco distraído ¿por qué no vienes y me lo dices a la cara? – el brujo bostezo – sabes, mejor ni lo intentes, no perderé mi tiempo contigo, no eres importante y jamás lo serás.
―Todo lo que haces se te devuelve, crees que puedes pasar por encima de todos pero te prometo que hay alguien muy superior a ti – el brujo soltó una carcajada – incluso yo podría ganarte, podría demostrarte lo que soy capaz.
―¡Bonnie! – grito el brujo del otro lado – no caigas en sus tentaciones ¿no ves lo que está intentando hacer? No puedes ser un niñato y caer tan fácil, lo único que podemos hacer es aconsejar a nuestros reyes y detenerlo por si aparece un peligro mágico, incluso para él la muerte es una bendición. No, él se merece algo más pero no está en nuestras manos decidir su destino.
―Lo que ustedes no saben es que hagan lo que hagan, yo ya gané solo que no soy un mal ganador y me gusta compartir la victoria, la pregunta es ¿ustedes están dispuesto a aceptarla? Yo solo quiero una cosa y no me importa si tengo que unirme con ustedes para lograrla, lo haré.
Todo el mundo afuera de la habitación estaba nerviosos, todos de alguna manera lo conocían y solo dos tuvieron la suerte de encontrarlo cara a cara y vivir para contarlo, todos estaban nerviosos, todos sabían contra quien se enfrentaban, sabía que no había que tomársela a la ligera, era como tener a la muerte enfrente tuyo. Pero adentro no estaban mejor, tenían una acalorada discusión, cada rey buscaba lo mejor para ellos mismos, Alfonso no quería admitirlo pero le veía un punto al brujo, no confiaba en él y debía haber un castigo pero tiene razón, pelear contra él tarde o temprano lo llevara a la ruina, Golden por un momento fue engañado por él y le creyó pero rápidamente deshecho esa idea, pensaba que solo era una manipulación y Cruz, Cruz quería dejar libre al brujo, así de simple, quería acabarlo todo ya. Con cada minuto que pasaba todo se volvía más tenso y más tenso, el único que estaba tranquilo era el brujo, todos sentían que cualquier decisión que tomaran era una pérdida para ellos, nadie hizo nada, hasta que la puerta se volvió a abrir, los reyes tomaron una decisión.
―Ya hemos hablado y hemos tomado una decisión, hablo por todos en la habitación que no cree justo que tú te largues así sin nada, has matado a varios de los nuestros, te has burlado de nosotros y seguramente has hecho miles de crímenes que nosotros no conocemos, deberás devolvernos algo a cambio, es lo mínimo – el brujo sonrió.
―Eso suena interesante – se apoyó en la mesa – la verdad yo no nací para hacer trabajos así, eso es algo que solo hacen los mortales pero serán divertido ¿acaso me pondrán en una celda y me obligarán a dar golpes a una roca? También me dedico a otras cosas, quizás alguien les da molestia y quieren simplemente desaparecerlo, nadie los culpará y nadie me verá.
―Estamos conscientes de tus capacidades pero lo que tenemos en mente contigo es algo más grande, primero que nada, quítate esa capucha ridícula y muéstranos tu cara, queremos confiar en ti pero si no eres capaz de mostrar tu cara, quizás nosotros no seamos capaces de confiar en usted, no nos gusta hablar con la nada – el brujo sonrió y poco a poco se quitó la capucha, mostrando su pelo morado, su piel blanca como la nieve y unos ojos morados.
―Tienen suerte, pocos han visto mi cara y han sobrevivido – el brujo guiña el ojo y sonríe – no se vayan a enamorar.
―Listo, así podemos hablar de persona en persona. Escucha muy bien porque las cosas no se te van a repetir.
Al final llegaron a un simple arreglo, el brujo iba a estar siempre encadenado y vigilado por otro brujo además de un grupo de caballeros, siempre iba a ser llevado a alguna parte fuera del reino para hacer favores a los reyes, ya sea quitar árboles, matar a salvajes o proteger carretas, incluso le han puesto a hacer cosas matemáticas, contar las monedas del reino y asegurarse que el dinero no vaya a otros lugares. Fue un prisionero personal de los reyes y ayudo mucho para que los reyes prosperaran, todos los actos malvados que había cometido estaban “perdonados”, aunque esto no era cierto, pues los reyes solo lo veían como en realidad era, una herramienta eficaz y pensaban tener el control total sobre él, el brujo no ponía resistencia y hacía todo lo que le pedían, no fue muy problemático y fue demasiado civilizado. El único cambio que decidió hacer fue que tuviera dos días libres y cuando su deuda quedara saldada, no lo volverían a nombrar ni a buscar, no habría ni un registro sobre él, se convertiría en un fantasma y como máximo dirán que hoy ha muerto el brujo, que todo ha vuelto a la normalidad.
Chapter 86: Encuentro religioso
Chapter Text
Antes que la paz llegara, había una lucha por el poder, como cualquier guerra y el rey estaba ganando, de hecho estaban tan confiados que solo con el primer ejercito que llego sería suficiente, solo faltaba acabar con la cabeza y sería el final, el problema era encontrarla y como todo un cobarde se escondía de ellos. Ya revisaron por todo el reino, cada lugar oscuro donde las ratas se puedan esconder y no lo encontraron, era un fantasma, la única conclusión que pudieron llegar es que no se escondía en los reinos, quizás se ocultaba en algún lugar donde el poder del rey no existía. Pensaron que con solo cincuenta hombres sería necesario para acabar con él, iba a recorrer los lugares que aún no habían sido civilizados y no volverían hasta encontrarlo y traer su cabeza, el rey algo desconfiado de ellos, les dio veinte hombres más, no solo para asegurar su victoria ante el enemigo, además iban a ser guías para ellos. Dentro de todo este grupo de caballeros estaba la guardiana, ella no opuso resistencia y se unió al grupo, todos le aplaudieron y la halagaron, todos querían pelear con ella y ver si lo que decían de ella era cierto. El gran grupo de caballeros salieron del castillo directo al bosque más cercano, estaban en cacería, todos hacían bromas de cómo iban a acabar con el brujo, incluso hicieron una competencia de quien mataba más animales del bosque. Aunque piensen que eran muy infantiles, la verdad es que tomaban las cosas muy enserio, al momento en entrar al bosque, todo el mundo se quedó callado y vigiló a su alrededor, todos creían que el brujo estaba cerca y si ponían la suficiente atención, lo iban a escuchar o incluso pensaban en una pequeña emboscada, sabían lo peligroso de la naturaleza y por eso se quedaban callados con todo el cuerpo tenso y su respiración lenta. El ejército se movía lentamente, quería seguir manteniendo el factor sorpresa, además no había necesidad de cansar a los caballos tan rápido, lo mejor era dar una pequeña caminata por el bosque. Lo que muchos ignoran y pocos dicen es que este recorrido tomo varios días, los caballeros tuvieron que hacer una pequeña fogata y comer las provisiones que tenían, no paso nada durante una semana, una semana donde recorrieron caminos que ni Dios conocían, todo fue muy tranquilo y a veces tuvieron que luchar contra tribus, nada muy llamativo.
―Y dime ¿alguna vez has estado en el bosque? ¿alguna vez has visto el cielo así de tranquilo? – el capitán se sentó al lado de la guardiana.
―Sí, es tranquilo, he escuchado varias historias de los caballeros sobre los bosques, un lugar lleno de magia – el capitán soltó una pequeña carcajada.
―Te doy un consejo, no creas lo que dicen, siempre lo exageran, es verdad que los bosques son hermosos y silenciosos pero también son demasiado peligrosos, pero nosotros somos caballeros, capaz de sobrevivir cualquier adversidad – hubo un silencio entre los dos – disculpo por los comentarios de mis compañeros, no es nada personal, son idiotas con todo el mundo y tú no eres la excepción. De hecho creen que tú estás aquí para vigilarnos y que hagamos bien nuestro trabajo – la guardiana abrió la boca para hablar pero el capitán siguió hablando – no, no digas nada, es obvio que lo haces, todos tus compañeros lo hacen y no es tu culpa, son órdenes del rey y ciertamente entiendo al rey porque lo hace, enserio lo comprendo. Yo haría lo mismo, haría lo mismo, he hecho lo mismo.
―¿Por qué me dices todo esto? ¿No es mejor dejarlo oculto? – el capitán soltó una pequeña carcajada.
―Nosotros a veces olvidamos que los reyes son más inteligentes de lo que parece y te lo digo para explicarte porque todos te miran como te miran, odian a todos ustedes porque creen que el rey está contra nosotros o confían poco en nuestra destreza, yo en cambio soy el único que realmente entiende la situación. Y si estuviera enojado por alguna extraña razón, no lo estaría contigo, lo estaría con el rey pero no puedo, al final es un rey y ese es su trabajo, protegerse incluso de sus aliados – el tono de la voz del capitán era tranquila y suave – cuando te veo me pregunto ¿qué haces aquí? Todos tenemos una razón para ser caballeros, obligación, fama, gloria, dinero o el deber, algunos simplemente están para que sus amigos puedan dormir tranquilos. Y yo quiero saber eso, la razón por la que eres caballero.
―Pues sinceramente, estaba buscando un techo y una comida y lo encontré, no tuve que hacer mucho esfuerzo.
―Creo que todos empezamos así, buscando gloria o dinero o porque era obligatorio pero ¿por qué sigues aquí? ¿cuál es tu razón de seguir peleando? Por algo sigues siendo un caballero y no eres cualquier caballero, literalmente el rey te puso a ti de primeras, tienes su confianza.
―Creo que lo hago porque quiero cuidar a alguien, sé que ese es mi trabajo y sonará egoísta pero quiero salvar a una sola persona, a una sola sonrisa, es lo único que realmente me importa, en mi trabajo, incluso puedo decir que me importa más que mi vida.
―Entiendo lo que dices, he conocido gente con ese mismo propósito y son gente amable. Quisiera decir que los que tienen esa mentalidad son los mejores caballeros pero estaría mintiendo, el dinero y el honor mueve demasiado, además la razón por lo que haces algo no tiene nada que ver con el desempeño que lo hagas después.
―¿Por qué me dices eso? ¿por qué eres tan amable conmigo? He visto como actúas y por lo menos es extraño – el capitán sonrió.
―curiosidad, he conocido a muchas personas con una gran leyenda pero que en persona son unos cobardes pero tú, tú eres más grande que tu leyenda.
―¿Cómo puedes decir eso si apenas nos conocemos? No me has visto pelear.
―¿Enserio crees que no? Te he visto entrenar y tienes talento, destruiste completamente a tu rival, eres alguien que merece mi atención, cuando las cosas se pongan mal, te quiero tener a mi lado.
Los días pasaron, la búsqueda no estaba dando resultados, la comida empezó a escasear y cuando la esperanza empezaba a desaparecer, un milagro apareció, habían encontrado a su objetivo en mitad del sendero que recorrían, con su característica capa, sentado en la mitad del sendero, el primero en verlo fue el capitán, volteó para atrás y aviso a sus hombres lo que había enfrente y ordeno detenerse. Solo dos se bajaron del caballo, el capitán y su mano derecha, ambos desenvainaron su espada y lentamente se acercaron a esa persona, no estaban seguros de que ese era el brujo pero ¿una persona en mitad del bosque sentada sin mirar lo que pasaba a su alrededor? No significaba nada bueno.
―Buenas tarde señor, no queremos molestarlo pero tenemos que pasar por este camino así que por favor aléjese del camino.
―¿Por qué quieren seguir? – esa persona levantó la mirada - ¿qué es tan importante para pedirme eso? Y no creas que por su armadura haré todo lo que dicen.
―Estamos buscando a un enemigo del rey, por eso es importante encontrar – esa persona volvió a bajar la mirada.
―Les vuelvo hacer la pregunta ¿por qué quieren seguir? Ya lo han encontrado – en un solo segundo el brujo desapareció y apareció detrás de la mano derecha del capitán con el codo derecho encima de su hombro del caballero y su mano tocando suavemente su casco y su otra mano estaba ubicada en su espalda – además, yo no soy su enemigo cualquiera sin respeto, yo soy Dios.
El brujo no dudo un segundo y atravesó al caballero desde la espalda hasta su pecho con su mano y sin dejar reaccionar a los demás caballeros, se giró, hizo una bola de fuego con su mano derecha y la lanzó contra los caballos, pocos murieron con su ataque pero logro asustar a los caballos, lo que provocó que algunos se pararan en dos patas, provocando que los caballeros que estaban montados cayeran al suelo. Los arqueros rápidamente empezaron a disparar pero el brujo agarraba con la mano todas las flechas antes de que estas lo tocaran y cuando por un solo segundo las flechas dejaron de ser disparadas, el brujo aprovecho para clavarle dos flechas en los ojos a cada arquero, matándolos a todos o la mayoría de los arqueros. Los caballeros no se quedaron de brazos cruzados, todos fueron rápidamente hacia él y lo atacaron, el brujo no tenía escapatoria y por eso endureció todo su cuerpo, era tan duro que las espadas se rompían al chocar contra él, le hacían pequeños cortes que él apenas se molestaba en curar y empezaba a golpear con fuerza a todas las personas que estaban a su alrededor. Rápidamente fue cayendo uno por uno pero los caballeros no se rindieron, siguieron atacando uno por uno, algunos tuvieron la suerte de si quiera tocarlo, incluso le cortaron varias veces las extremidades pero esto no era problema para él ya que podía regenerar todo su cuerpo con rapidez, era un monstruo imparable o eso parecía, siempre se mantuvo en pie y con la cabeza en alto. Acabó con la gran mayoría, demostró ser más fuerte que cualquier hombre y más fuerte que cualquier espada, estaba bañado en sangre y con una gran sonrisa, todos los caballeros temblaban de terror y algunos soltaron su espada por el terror, muchos quedaron paralizados antes su presencia. El brujo para asustarlos un poco más y se rindieran, se quitó toda la sangre que tenía a su alrededor y la lanzó a alrededor suyo, él con una sonrisa empezó a caminar lentamente hacia los últimos supervivientes. Con lo que el brujo no contaba fue que su nariz empezó a sangra, un fino y pequeño rio de sangre que iba desde su nariz hasta sus labios, un pequeño detalle que solo el capitán se dio cuenta, agarró con fuerza el mango se espada, sonrió y levantando su espada mientras hablaba.
―No eres un Dios, los dioses no sangran ¡con honor hasta el final! – y así todos los que estaban ahí empezaron a correr contra él.
Obviamente los caballeros no pudieron hacer mucho, el brujo decidió matarlos a todos sin piedad, solo dejo a uno, al capitán, el brujo parecía evitarlo todo el tiempo y al final lo dejo para el final, lo tiro al piso con fuerza y luego empezó a caminar lentamente hacia él con una sonrisa, el capitán a pesar de todo el miedo que sentía agarró el mango de su espada con su mano temblorosa y la puso enfrente del brujo. Antes de que el brujo pudiera hacer algo, una flecha voló hacía su cabeza pero antes que la flecha impactara, el brujo la agarró sin darse la vuelta y la rompió. La guardiana estaba aún con vida y al ver que no podía hacer nada contra él, decidió atacarlo por la espalda y de una manera segura, agarró un arco y una flecha y disparó. El brujo se dio vuelta lentamente, la guardiana rápidamente soltó el arco y saco su espada, conocía su velocidad y sabía que no tendría otra oportunidad de lanzarle la flecha, el brujo se detuvo por un momento, mirando a la guardiana directamente, una mirada con malicia. Lentamente se agachó y agarró una espada que estaba en el suelo, la miro detenidamente, no tenía ni un solo rasguño, puso la espada en la palma de su mano y se hizo un pequeño corte, era una espada perfecta.
―Tú debes ser la guardiana personal del príncipe, sabía que nos íbamos a encontrar pero no en esta situación, he escuchado lo que eres capaz y lo quiero comprobar, la mejor guerrera del rey que protege a su pequeño hijo, Ann la Chica.
El brujo se acercó a la guardiana y la empezó a atacar, era un grandioso rival, era rápido y fuerte y se contuvo a usar todo su potencial, aunque la guardiana no se quedaba atrás, defendía todos los golpes con facilidad y cuando veía la oportunidad, contraatacaba sin éxito, era una pelea que ella nunca iba a ganar pero no se rindió, no había peor pecado para un caballero que rendirse. Con cada golpe el brujo aumentaba su velocidad y su fuerza, la guardiana hizo lo mismo, el problema es que la guardiana tenía un límite humano y solo era cuestión de tiempo que perdiera, el brujo sabía y antes de matarla, decidió darle unos pocos minutos más de vida. Ambas espadas estaban chocando con fuerza, ninguna se estaba moviendo ya que ambos estaban haciendo fuerza para cortar el cuello, el brujo abrió la boca para hablar y burlarse de ella pero la guardiana aprovechó este momento para pisarle con fuerza el píe, el brujo se desconcentró por un momento, miró hacia abajo con una pequeña mueca de dolor y ahí la guardiana aprovechó para intentar quitarle la cabeza. Movió un poco su espada hacía atrás y lo atacó, directo al cuello pero el brujo se dejó de juegos y rápidamente se movió para atrás esquivando el ataque, soltó la espada y con su magia empujó con fuerza a la guardiana y la hizo caer, antes de que pudiera levantarse, el brujo la piso justo en el pecho y la miró con una sonrisa.
―Tienes talento, fue divertida jugar a tu manera pero esto acabará ahora – la guardiana intentó cortarle la pierna pero cuando la espada toco su pierna, se rompió en miles de pedazos – nunca te rindes ¿verdad? Aunque tengas todo en contra – de repente la espada que había utilizado antes empezó a levitar y a dirigirse hacia su mano – eres una molestia, debo encargarme de terminar esto – antes de que pudiera hacer algo, una roca lo golpeó en la cabeza.
―¡Ven aquí cobarde! Métete con alguien de tu tamaño, alguien que si puede pelear – el capitán empezó a caminar hacia él – además tenemos asuntos pendientes, no vas a huir ¿cierto? Solo ven aquí y bailemos – el brujo suspiró.
―Todos ustedes son una molestia – el brujo dejó de pisar a la guardiana y lentamente empezó a caminar hacia el capitán – hagamos esto rápido que tengo cosas que hacer - la guardiana aprovecho este momento y apuñalo con su espada el talón del brujo, es verdad que la espada estaba rota pero aún conservaba un poco de su filo. El brujo hizo una mueca de satisfacción, lentamente miro detrás suyo – te estabas tardando un poco, pensé que no te había dado cuenta, eres inteligente y admiro eso – el brujo volvió a mirar para enfrente y siguió caminando como nada – son gente curiosa, ojalá todos fueran así, me divertiría mucho más – el brujo hizo una reverencia – se ganaron mi respeto, se pueden ir con vida de este lugar. Gracias por todo – y de repente, el brujo desapareció. El capitán y la guardiana se quedaron confundidos, completamente quietos.
―¡No bajes la guardia, aun puede estar por aquí! – el capitán corrió rápidamente hacia la guardiana con la espada en la mano – vigila tu alrededor, puede estar aquí – cuando llego donde ella, el capitán empezó a mirar su alrededor con miedo, intentando encontrar a esa cosa que lo estaba cazando. Los minutos pasaron y todo estaba en completo silencio y tranquilidad - ¿te sientes bien? ¿aun puedes luchar? – la guardiana se levantó.
―He pasado peores, he pasado peores – silencio, ambos tenían la idea que él seguía por aquí – deberíamos irnos antes de que vuelva – le susurro la guardiana.
―Creo que tienes razón, vámonos.
Ambos hicieron un largo recorrido hasta encontrar a uno de sus caballos, ambos se montaron en él y empezaron a cabalgar lo más rápido hacia el reino, un viaje que tardo tres horas en llegar a su reino, los caballeros se sorprendieron al verlos solos, tenían muchas dudas pero ambos tenían mejores cosas que hacer, ignoraban y seguían adelante, hasta llegar al castillo, donde obviamente los dejaron pasar. No perdieron ni un solo segundo y caminaron hasta la habitación donde se encontraba el rey, no les importo si estaba en reunión o en algo importante, ambos le explicaron lo que paso con lujo de detalles, como habían sido atacados y como ellos habían sido los únicos supervivientes. El capitán, enojado por perder a todos sus hombres, le pidió al rey a llamar a más de sus hombres, muchos más, que con lo que tenía no bastaba y que era su derecho matarlo, que era peor que cualquier mal que se estuviera enfrentando actualmente y el rey obviamente acepto, desde ese día empezó la llegada de los nuevos aliados, no fueron pocos, no fueron pocos. La magnitud de este nuevo ejército era preocupante, incluso para el mismo rey, estos nuevos aliados hacían todo con puño de hierro pero fue la única forma en que todo volvió a la paz y el brujo se dejó de ver por mucho tiempo, la llegada solo fue el inicio ya que el capitán tenía muchas ideas, grandes ideas. Al inicio solo buscaba venganza, capturarlo y quitarle toda la piel que tuviera, quemarlo era algo muy piadoso para él pero sabían que primero tenían que fortificar sus puntos débiles, todos los que tenían, empezaron a fortificar la mina y a ser más duros con los ciudadanos, era obvio que el brujo no trabaja solo y que alguien sabía algo sobre él, una pista que podían seguir, solo había que poner un poco de presión. El rey acepto todo esto y los dejo casi con total libertad, no les caía bien nada ellos pero no podía discutir sus resultados, no pudo hacer más que aceptar.
Chapter 87: Historia de amor
Chapter Text
―Entonces me perdí de todo eso – Owynn soltó una pequeña carcajada – por un lado me alegra no haber estado en ese momento.
―Sí, todo fue un desastre, de verdad que trabajar con ellos fue horrible pero cuéntanos ¿cómo te encuentras? Y nos alegra volverte haber – Usagi le dedico una suave sonrisa.
Pobre alma había sido Owynn, iba de tragedia en tragedia, por lo que veo ninguno de nosotros se ha roto el brazo y no se los recomiendo a nadie pero es un dolor infernal, al inicio no sentiremos el dolor, simplemente veremos el brazo y lo tocaremos por curiosidad, no sentimos absolutamente nada pero en el momento que alguien nos empieza a revisar todo el dolor entrar a nuestra alma y no es un dolor que se pueda describir, solo sentir. He visto a estas personas y las he escuchado gritar hasta que se quedan sin voz. Esto mismo le paso a Owynn, al inicio no sentía absolutamente nada y pudo cabalgar en el caballo casi sin dolor hasta llegar a alguien que lo atienda y luego de ahí, empezó el dolor infernal, la desesperación; la realidad es que nosotros no sabemos que paso después, fue a un medico pero luego desapareció, sabemos que volvió a su casa pues Loon y Usagi lo visitaban allá pero no sabemos cómo llego, no solo podemos decir que Owynn está en su casa por los testimonios de Loon y Usagi, también por los horrorosos gritos que se escuchaban fuera de la casa, gritos de desesperación de Owynn que provocaba que muchas personas que pasaran por ahí salieran corriendo. Pero todo eso había quedado en el pasado, la vida le volvía a sonreír y cuando dejo de sentir dolor y que podía volver a mover el brazo, volvió con sus compañeros, con una nueva cicatriz, una pequeña cicatriz comparada con otras cicatrices de romperse un brazo, dentro de todo fue alguien con suerte.
―Bueno entonces ¿qué hago? ¿cómo vamos? Cuéntenme todo lo del trabajo – Loon lo miro algo dudoso.
―¿Seguro que puedes hacer? No es porque desconfíe de ti pero… - Owynn sonrió con dulzura.
―Mi pequeño amigo, te prometo que ya estoy bien, me tome todo el descanso posible, ya estoy mejor que nunca y lo hice porque sabía que si ustedes no me veían bien, me mandarían a casa. Si he vuelto es porque ya estoy en condiciones óptimas.
―pues nadie te conoce mejor que tú, si dices que ya te encuentras bien, te vamos a creer. Además no te podemos obligar no trabajar, no somos los reyes como para creer que podemos controlar a todo el mundo, que debemos hacerlo. Es un gusto volverte a ver.
Todo volvió a la normalidad, el reino entero volvió a la normalidad, los reyes ya habían informado sobre la muerte del brujo y todo el mundo celebro, Usagi y Loon pensaron que todo esto ya había acabado, que solo debían preocuparse por llegar a fin de mes y cumplir las exigencias de los reyes, como siempre lo habían hecho. El que lo mejor lo paso fue Loon con la noticia, no solo por el terror que le causa esa persona, también estaba preocupado por su novia que trabajaba con él, sabía que Puppet era una chica fuerte pero esa persona no era un humano, lo primero que hizo cuando supo de su muerte fue pasar tiempo con ella, incluso ella lo visitaba en el trabajo.
―Hacen buena pareja – dijo Owynn con una sonrisa.
―Sí, es un chico con suerte, aunque bueno, ambos tienen suerte de tenerse a su lado – ambos estaban viendo a la parejita hablar a lo lejos.
―Sabes, nunca pensé verlo con pareja, siempre me imagine que estaría soltero – Usagi le sonrió.
―Yo siempre pensé que le gustaban los hombres – ambos se rieron – pero me alegra que haya encontrado a su persona ideal.
―Bueno, ambos encontraron a su persona ideal, tú mucho antes que él ¿no? – Usagi miro su anillo de bodas.
―Sí, mi persona ideal – dijo con un tono algo triste.
No seamos tontos amigos, todos sabemos que se trata el casamiento, la unión de una fuerza, dos familias se cansan para tener más poder o conservar el poder que tienen, el amor es algo irrelevante para el casamiento, muchos se casan por presión de la iglesia, es una regla importante para ir al cielo, para no pecar y nadie quiere quemarse en el infierno, el casamiento nunca se ha tratado de amor. Aunque los jóvenes actuales por alguna razón se han empeñado en pensar que sí, que sin amor no hay casamiento, sin amor no se puede convivir, que casarse sin amor lleva al desastre. Ilusos, no han estudiado la historia, no se puede vivir del amor, no se puede comer el amor, es una tragedia, claro que sí pero una tragedia que solo los más ricos sufren ya que admitámoslo, tener un casamiento no es para todos. Yo creo que todo es culpa de las historias de amor, hemos idealizado el amor a puntos que un ser humano no podemos llegar, no solo las historias para jovencitas sobre amor nos hacen ver el amor como algo que no es, también es culpa de los mejores libros de caballeros ¿quién no conoce la historia del amor imposible de los caballeros? Esas doncellas que les manda la cabeza de sus enemigos para enamorarla, que hacen rituales por el nombre del amor y siempre hablan de esa persona como si fuera un Dios, la historia del caballero que pelea por el amor de una damisela; incluso antes de las historias caballerescas había otras historias que tocaban el mismo tema de forma similar, es algo que siempre ha estado con nosotros, ya sea la historia de la dama en apuros o la razón por la que el caballero hace todo lo que hace, el amor siempre están en las historias. Todo es ficción, la más bonita que nos llena el corazón pero no podemos olvidarlo, sigue siendo ficción, un mundo irreal, un mundo que no es nuestro, el amor es mucho más complicado que un libro pueda contar, las historias de amor ya no existen, incluso dudo que alguna vez existieron y todas esas mujeres que leen esas historias románticas esperando a su príncipe azul, se van a llevar una gran decepción.
―Tengo una pregunta, va a sonar fatal pero ¿cómo es que su familia acepte eso? No quiero decir que tiene nada de malo pero debe tener problemas esto ¿no? – Usagi le sonrió.
―Al inicio Loon pensaba lo mismo aunque rápidamente le demostré que estaba equivocado, que su familia lo iba a aceptar, primero porque no era el primero en su familia en enamorarse de una pobre y estar con ella y segundo, su familia pensaba que le gustaba los hombres, ya no tenía salvación, así que él consiga una mujer ya es un alivio para todos – hubo un silencio entre los dos – por cierto, gracias por lo que hiciste la otra vez, no sé si ya te había agradecido.
―¿La otra vez? – dijo Owynn confundido.
―Sí, sí, con el hombre alto, la persona que nos advirtió tanto Puppet, la persona que te rompió el brazo, solo quiero agradecer lo que hice – Usagi se empezó a sonrojar.
―Pero ¿por qué? Yo no hice nada, no logre hacer nada.
―¿Enserio crees eso? Cuando se acercó y empezó a amenazarme tu me defendiste, más o menos, sé que no lograste mucho pero es más de lo que puede hacer cualquiera – Owynn la miró aún más confundido
―¿estás bien? Tienes las mejillas algo rojas ¿no será fiebre? – sutilmente Owynn le toco la frente – no te noto caliente, quien sabe que tienes – Usagi rápidamente alejó su mano.
―Estoy bien, estoy bien, hay cosas más importantes que mi salud ¿tienes algo nuevo que decirme? ¿ha habido algún cambio? – dijo nerviosa.
―No, no, todo el mundo está trabajando, aunque todos me felicitaron por volver, de nuevo, y me hablan de lo sucedió, están algo entusiasmados de volver a trabajar sin tanta presión del rey, aunque nadie me ha mencionado lo que paso el último día, siempre dicen que simplemente todos se fueron y jamás volvieron.
Owynn no era tonto, claramente se dio cuenta lo que pasaba con Usagi pero no quería aprovecharse de ella, el adulterio era uno de los mayores pecados que existían y él no quería meterse en todo eso, pensaba que si lo hacía iba a meterse en un problema con su amiga, por eso al inicio trato su relación como era debido, de compañeros y amigos pero nada más, notaba como Usagi se sonrojaba al verlo pasar o como a veces su ánimo cambiaba, hasta un tonto se daría cuenta de la verdad. Fueron días felices, unos pocos días felices, días tranquilos, las semanas pasaron hasta que Owynn quiso seguirle un poco el juego a Usagi, sabía que hacerlo solo iba a llevarlo a un solo camino, no quería hacerlo pero algo lo llamaba en intentarlo, salía que esto iba a acabar fatal pero él jamás había estado con alguien románticamente, aunque suene imposible esa era la verdad.
―Usagi ¿podemos hablar? – Owynn entro algo dudoso a la habitación, sabía que después de eso no había marcha atrás.
―Claro, claro pasa – dijo Usagi con una pequeña sonrisa, no era una chica fea, era bastante atractiva y muchas personas la amaban, ya sea por su físico o su dinero pero Owynn igualmente estaba algo dudoso de lo que tenía que hacer, en estas cosas él no era humano, hasta un elefante sabía mejor cómo enamorar.
―¿Sabes dónde está Loon? – solo estaba haciendo tiempo mientras se decidía si realmente iba a hacerlo, él ya sabía dónde se encontraba su compañero.
―Creo que ha salido con su novia ¿por qué? ¿lo necesitas? – Owynn nunca vio a Usagi con otros ojos, creía que el amor era un sentimiento innecesario, que él estaba por encima de eso pero nosotros somos personas muy curiosas, se preguntó si estaba equivocado, quizás iba a ser divertido, además Usagi no era una mala chica.
―No, no, realmente no lo necesito, solo curiosidad – silencio, Owynn la miro a los ojos y se dijo a si mismo que no iba ser tan malo – oye, lo que te voy a decir suena fatal pero te he visto ver un poco mal y me pregunte si estabas bien, si no quieres hablar de eso está bien pero solo me preocupe por mí.
―¿Qué te hace creer que estoy mal – Owynn soltó una pequeña risa nerviosa.
―Tu actitud ha cambiado demasiado desde que volví y es comprensible, todos los horrores que has vivido hacen que cambies un poco, incluso yo estoy aterrorizado con solo escuchar todo lo que paso ¿pero tú? Y bueno, no quiero sonar ofensivo pero te has puesto nerviosa cerca de mí y con las mejillas rojas – esto hizo sonrojar a Usagi – quien sabe lo que tienes, quizás ni es físico.
―Owynn, no te tienes que preocupar por mí, no es nada – Usagi soltó una pequeña risa nerviosa.
―No digas tonterías, me debo preocupar somos amigos ¿no? Ya me has dado la mano y aún no te he devuelto el favor, además es un consejo de amigo – Owynn agarró suavemente la mano de Usagi lo que provocó que el color de las mejillas de la chica se volviera más fuerte – lo digo por experiencia, no puedes hacerlo tu sola, pasar por un momento malo, tienes grandes amigos contigo que te pueden ayudar, yo te puedo escuchar.
―Gracias Owynn lo tendré en cuenta – Usagi saco su mano lentamente – eres un gran amigo y no sé porque te preocupas por mí – Owynn hizo una dulce sonrisa.
―Porque me importas, tú me diste trabajo, tú me apoyaste cuando lo necesitaba, te devuelvo el favor y aunque no fuera así, eres una grandiosa persona y mereces todo lo que te propongas, hay pocas personas así en el mundo – Usagi se puso un poco más roja.
―Debes dejar de halagarme tanto, me pones nerviosa – Owynn miró un poco hacia abajo algo decepcionado – no, no es algo malo, no es algo malo te lo prometo, es algo que a las mujeres nos gusta.
―¿Entonces quieres que lo haga más seguido? – Usagi no encontró algo que decir y simplemente cambio el tema de conversación.
―Sabes, creo que si me pasa algo pero no quiero preocuparte más, tu vida ya debe ser difícil para que yo ponga mis problemitas encima de ti.
―No importa, no importa, con gusto te ayudaré – Usagi suspiro.
―Está bien pero solo porque insistes tanto. He tenido ciertos problemas con mi esposo – Usagi toco suavemente su anillo – digamos que nuestra situación no es la mejor de todas.
―Vaya… - Owynn puso una mano detrás de su cabeza – pues justo me preguntas algo que no soy muy bueno – Owynn soltó una pequeña risita – pero no te preocupes, aprendo rápido, ahora dime ¿qué es lo que te molesta? Sé que los problemas entre parejas no es una cosa pero debe haber algo malo en específico, algo que realmente te moles – Usagi se quedó callada y luego suspiró.
―Eso es lo más jodido de todo, creo que todo simplemente acabo, nada me traía la felicidad de antes con él, ya no me puedo imaginar una vida junto a él, simplemente me aburrí.
―Mi madre siempre me decía que la repetición siempre lleva al aburrimiento, que el alma humana no está hecha para repetir lo mismo varias veces, eso te llega a matar, es cierto que uno debe hacer cosas que no le gusta para sobrevivir, trabajos que no le gustan pero todos tenemos tiempo libre ¿no? Esas cosas que hacemos por diversión no pueden ser siempre las mismas cosas, si comes lo mismo terminas aburriendo de tu comida, intenta varias para sentirte vivo – Usagi lo miró con atención.
―¿Lo que quieres decir es…? – Owynn sonrió con dulzura.
―Que pasa tiempo de calidad con tu novio pero de manera diferente, me refiero a que si solo se encuentran para hablar, la próxima vez que se vean lean un libro, caminen por las calles o simplemente duerman, has pequeños cambios en tu vida para sentir que la estás viviendo.
―Y ¿qué pasa si él no quiere? – Owynn bajo la mirada como si estuviera apenado.
―Esto va a sonar muy mal, va a sonar fatal y no sé qué pienses de mí después de lo que le voy a decir pero si él no quiere quizás puedas cambiarlo a él, te aseguro que hay muchas personas que van a querer formar una vida con usted sin importar que se haya casado antes y no le va a importar los años que tiene encima.
―¿Me estás llamando vieja? – Owynn rápidamente subió su mirada y negó rápidamente.
―No, no, claro que no, mi intención no era… - Usagi soltó una pequeña carcajada.
―No te preocupes solo te molesto. Eres alguien sabio Owynn, demasiado sabio, no sé qué hemos hecho para merecerte pero gracias por todo, de hecho que te parece sí… - antes de que pudiera terminar de hablar, Loon entró rápidamente a la habitación con la respiración agitada y muy sudado.
―Tenemos un problema – la paz crea hombres débiles y los hombres débiles crean guerra.
Chapter 88: Tiempos de paz
Chapter Text
La gente volvía a respirar luego de tanto tiempo, los aliados empezaron a irse poco a poco hasta no quedar ni uno, pasaron días donde la normalidad parecía falsa, donde la gente no pensaba que esto había acabado, donde los bandidos seguían escondidos con bastante temor, es cierto que todo el mundo se sintió más seguro con la llegada de estos y muchos aceptaron sus métodos algo extremistas ya que era la única manera. Todos se sentían seguros a su lado pero al mismo tiempo sentían temor, se notaba que estos nuevos caballeros no eran de por aquí y eso causaba temor, no tenías que ser muy inteligente para saber que la situación era delicada y peligrosa, es impresionante como una persona puede hacer sentir dos cosas completamente diferente. Cuando se fueron la gente se empezó a sentir más segura al tener los aliados lejos de los reinos, por muy extraño que suene, la retirada de esos hombres solo significaba una cosa, la situación ya era algo controlable, y aunque el rey todavía no había dicho nada al respeto, no había una versión oficial del suceso la gente ya empezaba a murmurar de lo ocurrido. Con el paso de los días los reinos empezaron a aclarar todas las dudas que sus habitantes tenían de diferentes maneras pero en esta ocasión me voy a centrar en un solo reino, el reino de Alfonso quien quiso hacer las cosas diferentes, decidió decir las cosas personalmente enfrente de todo el mundo. La aparición del rey por las calles es algo que pocas veces se ve y mucho menos caminando, todo el mundo se acercó con curiosidad, no se lo podían creer, era como ver a Dios caminar por nuestras calles. Obviamente el rey no iba a ir solo, estaba rodeado por una gran fila de caballeros que no dejaba a nadie pasar, estaban ahí para detener un desastre que nunca iba a ocurrir pues todo el mundo se arrodillaba al ver al rey pasar, pero la seguridad nunca está demás. El rey encontró el mejor lugar que había, en la plaza a la mitad del pueblo, todo el mundo estaba ahí, emocionado, empujándose unos a otros para poder ver con claridad y de alguna manera el rey gano un poco más de altura y todos pudieron verlo.
―Se que hemos pasado por malos momentos, demasiados malos y todos lo sabemos, sobre todos ustedes y primero que nada quiero disculparme por todo lo que ha pasado, creo ustedes son los que más han sufrido estos días y sin miedo a equivocarme voy a disculparme personalmente con ustedes y prometerles que no volverá a pasar. Muchos de ustedes tienen preguntas, susurran con sus amigos teorías que creen que es verdad y eso es fatal para mí, un rey vive gracias a la esperanza que tiene su pueblo, un reino vive gracias a la verdad, todos conocemos un rey que ha decepcionado a su pueblo y ha tenido que pagar las consecuencias, yo estoy aquí para hacer lo correcto, decirles toda la verdad. Como han visto todos estos días hemos tenido cierta visita, una visita inesperada para ustedes y puede llegar a ser incomoda pero necesaria, todos saben que no hemos pasado los mejores momentos ¡todo el mundo sabe eso! Lo han visto con sus ojos y creerán que yo he perdido el poder, cosa que no es cierto, los pequeños bandidos del reino me encargo yo pero había un problema mucho más grande y que ustedes deben saber cuál es, un brujo que ha estado aterrorizando nuestro reino – todo el mundo empezó a murmurar – se cómo suena eso, yo no lo creí hasta verlo cara a cara. Pero no importa quién era esa persona, ya todo ha acabado, nosotros hemos cortado la cabeza de esa bestia, ya no corren ningún peligro pueden confiar en nosotros, los caballeros que vinieron fueron de gran ayuda pero ya no los necesitamos, no necesitamos que alguien nos diga cómo vivir.
La gente quedo encantada con su lengua, la forma en que decía las palabras, su entonación, todo el mundo lo escuchaba y lo miraba y parecían incapaces de no hacerlo, hablaba con tanto intelecto y tanta firmeza que nadie dudo de sus palabras, que todo aquel que lo escuchara quedara completamente enamorado de su lengua, de su rey. A partir de aquí la noticia se esparció como el fuego dentro de un bosque, todo el mundo estaba hablando de este maravilloso encuentro con el rey y lo más importante, ya no tendrían más problemas con extranjeros, todo el mundo volvió a sentirse seguro a salir por las calles, por lo menos lo más seguros que podían sentirse en esas calles. En un pequeño bar, un montón de personas estaban celebrando esta gran victoria, tomando y cantando, un gran día sin fuertes desastres hasta que llego la noche y todas las personas salieron, todos menos los tres amigos que trabajan allí se sentaron es una misma mesa y empezaron a celebrar por el fin de todo.
―Y yo pensé que nunca acabaría – dijo Meg con una pequeña sonrisa – saben, tenían razón, las cosas si pueden terminar mejor de lo que uno piensa.
―Vez, solo había que ser amable y para nada sospechoso, yo que no he matado a nadie, que solo ayudo se eso y ¿ustedes no? Vaya ironía – dijo Joy con una pequeña sonrisa – lo bueno es que todo ya ha acabado.
―Por ahora – dijo Bon mientras acariciaba su bebida, no había dado su primer sorbo.
―Ya escucharon al rey, él está muerto – Meg también miró hacia abajo.
―Yo no tendría tantas esperanzas de eso Joy, él es alguien demasiado peligroso, seguimos corriendo peligro a pesar de todo.
―Creo que tienen algo bueno pero por fin podemos descansar ¿no? – ambos amigos sonrieron – debemos hacer un brindis por esto, por volver a la normalidad.
Los tres amigos con una gran sonrisa hicieron que sus copas se chocaran, era un momento perfecto entre ellos, solo Joy y Meg tomaron mientras Bon miraba fijamente el líquido que tenía dentro de su vaso, sus amigas no tardaron en darse cuenta en eso, ambas se miraron fijamente mientras pensaban lo mismo.
―Bon, no tienes que tomar si no quieres, no tienes que hacerlo, no necesitas encajar para estar con nosotros – Bon soltó una pequeña carcajada que apenas se escuchó.
―No, no, pedí el trago y me lo voy a tomar, ya les prometí hacerlo, les di mi palabra, no les puedo fallar – el probo un pequeño sorbo y luego hizo cara de disgusto – además está noche es especial, necesitaré esto para seguir adelante, para resistir lo que viene.
―¿Saldrás otra vez con tu hijo? Sigo sin entender que le vez a ese chico, no eres su padre para andarlo cuidando siempre, además estamos en celebración, no puedes dejarnos así – Bon volvió a tomar e hizo una cara de desagrado.
―Joy, aunque tuviera las palabras para explicártelo, no me creerías y creo que lo mejor es dejar cosas en secretos, estoy obligado a verlo. Es un imbécil, lo es, es insoportable, la peor persona que conocí y no quiero pasar ni un segundo más con él, tiene una voz muy aguda y siempre habla y habla sin parar, nunca se detiene y solo habla y habla, es inocente e ingenuo y se nota tanto que me admira, no quiero romperle esa ilusión. Él tiene todo lo malo de un ser humano, todo lo que odio pero me da pena, es alguien débil, que tiembla cuando está solo en la oscuridad y que necesita un amigo ya que al parecer vive en una cueva, no sé – Bon miro a Joy - ¿tú dejarías llorando a un bebe en mitad de la calle? Obvio que no, es un completo idiota pero me necesita, además sabe contar buenos chistes, algo bueno debía que tener.
―Sabía que eras buena persona, alguien tan gentil y con buen corazón – Bon tomo otro sorbo de su bebida – si crees que es correcto pasar tiempo con él no te detendré, es tu tiempo y tu decisión, sabes que aquí estaré para apoyarte, además es por algo bueno, no lo sé tú pero hasta yo creo que tengo más fuerza que él – Bon soltó una pequeña carcajada.
―Cuidado, te puede sorprender, sabe defenderse.
―No creo, aunque si es un niño chiquito en una calle tan seguro algo ha de tener, además tú lo estás cuidando, sé que no les pasará nada – Joy miró a Meg – Al final tenía razón, Bon sí tiene corazón – por obvias razones Meg no podía decir nada, se quedó callada mientras escuchaba toda la conversación.
―Me sorprende un poco este nuevo comportamiento pero ¿qué puedo decir? Ya es demasiado mayor para que me preocupe por eso, es un adulto, ya sabe que es lo correcto y lo incorrecto, no necesita consejos alguien como yo – Meg bajo un poco la mirada – no necesita consejos de alguien como yo.
―Joy, sé que nunca te lo hemos dicho, por lo menos Meg jamás lo hace y siempre tiene esa pinta de malvada de chica ruda y que no le interesa nada – Meg hizo una cara de confundida mientras se sentía ofendida – pero hablo por los dos que agradecemos todo lo que haces, tú eres nuestro soporte todo el tiempo, nuestra guía – Joy sonrió de la manera más dulce que podía.
―No es nada, somos amigos y eso se supone que hacemos, estar en las buenas y en las malas, siempre juntos – Bon se tomó el último sorbo de su bebida.
―Gracias por todo chicas pero me tengo que ir, ya saben que tengo que hacer.
Bon se despidió de sus amigas y se fue, la verdad es que quería seguir pasando más tiempo con ellas pero ese chico era más importante en estos momentos, además pasar tiempo con él no era tan malo como Bon decía. Meg y Joy se quedaron hablando por un rato más, primero hicieron bromas de Bon, preguntándose quien era la madre del chico o si realmente ese chico existía, Meg hacía bromas con que tenía un amante y ese chico era la perfecta excusa para verla a ella.
―Yo solo tengo una duda ¿por qué actúas así con Bon? – Meg la miro confundida.
―¿Así cómo? Esta es mi cara normal.
―No me refiero a tu cara de amargada, esa no, te veías algo arrepentida, algo extraña y a ti te gusta hablar sobre ese asunto de Bon, incluso hacer bromas pero ¿qué paso? – Meg no respondió – es algo que odio de ustedes, siempre creen que hacen lo correcto cuando se callan, creen que lo correcto es mantener sus secretos, no ven el daño que hacen cuando hacen lo “correcto”. Cómo dirías tú, el fin justifica los medios – Joy suspiró.
―Mira, no te he querido contar porque te vas a preocupar – Joy la miro enojada.
―¿Crees que ya no estoy preocupada? Te pido solo por favor que me cuentes que sabes, por lo menos para estar más tranquila, siempre me tengo que enterrar de todo de las peores maneras – Meg empezó a jugar con sus manos – aunque no te preocupes, no soy tan tonta para no darme cuenta de la verdad – Meg estaba algo nerviosa – ya había visto al chico antes y hablaste con esa gran mujer de pelo rubio, la que te golpeó, me puedo imaginar de que se trata.
―No, no es eso, aunque es parecido – Meg miró hacia abajo – soy una cobarde que solo huye de las cosas, no quiero contarte porque tengo miedo a lo que te pueda hacer él – Joy la mira y hace una sonrisa coqueta.
―Se te olvida mujer que ya conocí a tu amigo, ya estoy dentro de eso – Meg no reacciono ante esto y Joy suspiro – mira, no te voy a obligar a decirlo, esa no sería yo pero no puedes cargar eso sola, quiero ayudarte – Joy agarra suavemente la mano de su amiga – quiero ayudarte, quiero estar ahí para ti, quiero atravesar ese muro que me pones para poder abrazarte. No puedes decidir por mí, yo quiero ayudarte y si eso trae algo malo para mí ¿qué importa? Yo lo decidí, fue mi decisión pero no voy a dejar que te hundas sola, no de nuevo – Meg no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas y apretar un poco fuerza la mano de su amiga.
―Lo siento yo… - rápidamente Meg siente un abrazo de Joy, un abrazo que necesitaba y que no dudo en corresponder – gracias… - dijo con una temblorosa y fina voz.
―¿Mejor? – dijo después de un largo tiempo abrazadas.
―Siempre – dijo con una sonrisa nerviosa – y tienes razón, te contaré la verdad y nada más que la verdad – Meg se quedó callada un momento pensando que era lo mejor, que debía hacer, a pesar de todo seguía dudosa – no sé qué hace Bon con ese chico, realmente no lo sé, lo mejor puede ser que ambos caminen y solo hablen pero no les creo, no les creo, tú ya debes saber que nos encontramos antes con esas personas.
―Sí y no terminaste muy bien, incluso Bon se comportó extraño cuando llegaron y lo peor es que no me explicaron casi nada o lo hicieron de la manera más ambigua.
―Lo siento por eso. Lo que pasaba es que ellos eran caballeros del rey pero no son unos cualquiera, son personas importantes – Joy cambió su postura, ya no era la relajada de siempre, ahora estiró su espalda y se acercó un poco más a Meg – buscaban respuestas, no sé por qué terminaron aquí, tampoco fueron muy sinceras con lo que dijeron, me puse a la defensiva y ambos sabemos lo que paso – hubo un silencio entre ambas – por eso no quería decirte nada, no solo porque él te puede matar por haberte dicho esto, si no… - Joy la interrumpió.
―No debes hablar más, entiendo, entiendo pero lo que no comprendo es ¿por qué Bon se junta con ellos? No es algo perjudicial.
―Lo mismo pensé yo, lo mismo pensé yo pero solo llegué a una conclusión, él quiere que ese chico sobreviva, creo que quiere aprovecharse de toda esta situación, quizás Bon ayuda o quizás le ayuda o quizás no, cada vez que le pregunte me evita responder, es un desgraciado, no sé qué hace con ese chico, de que hablan, ni si quiera sé si son verdaderos amigos. Solo me preocupa una cosa, él, ya no sé si Bon está a salvo, no sé si lo que hace es por complacerlo o para desobedecerlo, realmente no lo sé y no quería preocuparte, quizás al final no es nada y Bon es tan tonto para hacerse amigo de él.
―Bueno, entiendo lo que me dicen – Joy se levantó – pero él no es un idiota y lo sabes, estoy seguro de que él está tomando las mejores decisiones, tú ya lo dijiste, es demasiado grande para que le ayudemos a volar. Creo que debo dormir, mañana hay que levantarse temprano.
―Gracias por todo Joy, no sabría que haría sin ti.
―No es nada, somos amigas ¿no recuerdas? No sé porque tengo que repetirles lo mismo siempre pero no me cansaré de hacerlo, estaré a su lado, en las buenas y en las malas.
Chapter 89: Cotidianidad
Chapter Text
Doce meses tiene nuestro año, cada uno tiene varios días que se repiten uno detrás de otro, todos tenemos la percepción del tiempo, quizás nuestro señor fue quien lo inventó pero incluso antes del nacimiento de su hijo, la gente ya empezaba a definir lo que era el tiempo, había épocas muy antiguas con calendarios, algo demasiado extraño y que suena imposible pero así era, nuestros antepasados ya estaban intentando descifrar el tiempo, ya sentía el cambio de este. Pero de eso no quiero hablar aquí, todos sabemos que es el tiempo y que tenemos un tiempo finito, nuestro tiempo es finito pero eso ya lo sabemos, los días pasan, día tras día, nos levantamos y vamos a nuestros trabajos una y otra vez, hay trescientos sesenta y cinco días y nosotros repetimos lo mismo casi todos los días, una y otra vez, esto lo llamamos la cotidianidad. Me parece sorprendente de todo el tiempo que he estado aquí, entre ustedes, solo once días he hecho algo completamente diferente, todos se sientes como un día repetido varias veces y eso no es malo, es lo que vivimos todos los seres humanos, es nuestra cotidianidad, la repetición tarde o temprano se convierte en cotidianidad, algo que el ser humano tarde o temprano termina adquiriendo. Eran las diez de la tarde y Aiden se levanta de su cama, hace un poco de pereza mirando de un lado a otro, no quiere dejar su cama, abraza con fuerza su almohada y dice cosas sin sentido, solo necesita unos segundos para despertar del todo y al hacerlo, se levanta y bosteza. Rápidamente se viste y baja a comerse algo.
―Pensé que nunca te ibas a levantar, me asusté – Aiden le sonrió.
―Sigues con esos chistes horribles, todavía no dan gracias – Aiden agarró un pan y lo empezó a masticar.
―Algún día te reirás – Aiden iba a salir pero Abby lo agarra suavemente y de la manera más cariñosa posible - ¿no te olvidas de algo? – lentamente Fox le planta un beso en los labios – no me refería a eso pero no me quejo – Abby soltó una pequeña risa juguetona – por cierto no me has dicho que paso con tu jefe, si ha estado bien – Aiden la miro fijamente.
―Pues está mejorando, es algo terrible lo que ha pasado pero ya paso nueve días desde que ese hombre se ahogó, ya no se siente tan culpable.
―Me alegra escuchar eso, ahora si ya te puedes ir – Aiden rápidamente se acercó a su boca y le dio un beso apasionado, un largo y tranquilo beso y solo se separaron para respirar – vas a llegar tarde.
―Eso no me importa – Aiden se aventuró a poner su mano en las caderas de Abby – eres tan irresistible que a veces no me aguanto – ambos se besaron otra vez, un beso lento y lleno de amor – nos vemos después hermosa.
Aiden camino hacia su trabajo con una pequeña sonrisa, no quedaba muy lejos y siempre le gustaba caminar de su casa a su trabajo, decía que le ayuda a pensar y a relajarse, dice que le agrada su alrededor, los árboles y los cantos de los pájaros aunque no se detiene mucho tiempo para mirar su alrededor, él siempre ha sido uno de los primeros en llegar. Su jefe le sonrió al verlo, ya estaba un poco viejo, los años ya le estaban empezando a pesar de más, era viejo pero aún le gustaba trabajar, aún tenía la fuerza para caminar y correr, era un viejo que le ponía ganas a lo que hacía y con los años se volvió un poco más gentil, empezó a ayudar un poco más a los empleados con lo que hacían, era una gran persona. Aiden había subido de puesto hace mucho tiempo, ya no era un simple cajero, un simple ayudante sin puesto, ahora era otra vez un marinero que conducía uno de los ocho barcos que tenía, barcos pequeños perfecto para la caza, un barco donde cabía dos personas, el capitán y su ayudante. La muerte de uno de sus compañeros había cambiado un poco las cosas, además del ánimo, después del accidente todos se encontraban un poco deprimidos, sobre todo el jefe, también cambio los puestos de trabajo y Aiden tuvo que cuidar al nuevo, una idea que no le gustaba pero no se pudo negar, toco suavemente el anillo de su mano derecha antes de empezar a navegar por el mar, él era quien le tocaba remar.
―¿No crees que estamos muy alejados? – Aiden soltó una pequeña carcajada.
―Estamos bien, entre más lejos mayor la recompensa ¿no sabías eso? – era obvio que el nuevo tenía miedo al mar, no lo culpaba, todos al inicio le tenían miedo al mar.
―Sí pero ¿por aquí no fue lo que paso la tragedia? No lo pudimos ayudar porque estábamos muy lejos – Aiden suspiró y toco su anillo.
―Sí, por aquí fue que paso pero no sabemos que paso, algo golpeó el barco y los hizo caer o la fuerza de los peces fue demasiada y lo tiro bajo el agua, incluso perder el equilibrio te puede matar, son cosas que pasan en nuestro oficio – Aiden dejó de remar.
―¿Qué tan seguido pasa? – Aiden se levantó y le dio la espalda.
―Es muy raro que pase, es muy raro que pase, yo en toda mi vida solo he visto a siete muertos, lo cual es bastante poco si cuentas todos los años que he trabajado aquí, es una tragedia – Aiden miró a su alrededor – sí, aquí es, aquí, debes lanzar la red – el ayudante no lo dudo y la lanzó.
―Listo, ya tiene la carnada y todo, solo queda esperar – Aiden se sentó.
―Tienes toda la razón, espero que no te moleste el sol estar bajo, a veces te puede quemar así que te recomiendo refrescarte un poco con el agua de mar, estar bajo el sol por seis horas no es muy sano que digamos – el nuevo soltó una pequeña carcajada – en realidad no duraremos tanto, cuando tengamos suerte nos vamos – pasaron los minutos, uno tras otro y no tuvieron suerte.
―Tengo una pregunta señor – dijo el ayudante mientras miraba para abajo - ¿cómo es tan bueno? ¿cómo es que no le tiene miedo al agua? – Aiden sonrió.
―Pues es simple, no le tengo miedo al mar pero si le tengo respeto, se lo que capaz, el monstro más grande que conoce la humanidad, hay que respetarlo para que tu barco no quede en el fondo del mar. Sí le tengo miedo, estar en mitad de la nada, mirar a tu alrededor y solo ver agua, eso es terrible pero tengo que enfrentarme a ese miedo, ya estoy viejo y conozco demasiado bien el mar, ninguno de los dos nos haríamos daño porque somos como hermanos.
―Eso no me ayuda en nada – Aiden se levantó y miró a su alrededor.
―Solo respira y mira tu alrededor ¿no es una linda vista? – el ayudante sonrió – la muerte nos acecha a todos todo el tiempo y vivir pensando en ella es estúpido, cuando llegue tu momento, ella irá por ti y no podrás escapar, solo disfruta este momento, relájate y disfruta – Aiden sonrió – ya es momento de irnos.
―¿Qué? Pero si no hemos atrapado nada – Aiden lo miro triunfante.
―¿Seguro? – el ayudante empezó a hacer fuerza a la red – está pesado ¿no es así? Venga te ayuda – Ambos jalaron y sacaron la red llena de peces – lo único malo de este trabajo es ver como los peces mueren de esa forma tan despiadada, luchando por pelear.
―Bueno, somos ellos o nosotros, por lo menos estarán en un lugar mejor.
Ambos llegaron a la playa y Aiden fue quien tuvo que cargar con la red llena de peces, algo pesado e incómodo para él pero su ayudante tenía brazos de fideo, se podían romper con facilidad y le toco hacerlo todo, entro la red al lugar especial y su jefe lo felicito, era el sexto que volvía y era el que más había atrapado, una cosa impresionante. Ustedes no conocen el negocio de los peces pero es extraño que atrapen tantos peces en muy poco tiempo, esta vez era algo especial, un comprador había comprado grandes cantidades de pescado por alguna razón y decidió pedírselo solo a ellos, era un gran negocio. Aiden se quedó ayudando a su jefe, le dijo que descansará pero no hizo caso, siguió trabajando, ayudando a su amigo para cargar las grandes cajas llenas de pescados, el jefe ayudo todo lo que pudo, hasta que su cuerpo no pudo más, estaba tan cansado que su cuerpo lo obligo a sentarse y con una sonrisa dijo que no podía más, que siguiera ellos. El encargado ya era viejo, muchos no admitían esta idea pero era la verdad, no le quedaba mucho tiempo, su respiración forzosa, sus ojos apagados y la tos que intentaba ocultar, no era una buena señal y Aiden lo sabía, por eso poco a poco fue agarrando más tareas y ayudando con lo que podía, incluso a veces era el encargado personal del jefe, algo que hacía fuera del trabajo pero él no lo hacía como empleado, lo hacía como amigo. Aiden se puso a atender a los clientes, algo bastante aburrido, ya se estaba cayendo el sol poco a poco, ya había pasado la hora donde todo el mundo quiere comer algo, lo más probable es lo que no se puede vender más el día de hoy, lo que quede lo tendrán que botar o comérselos ellos mismos, aunque no era mucho, solo cinco pescados más.
―Veo que te diviertes, tu cara me transmite toda tu alegría, Rojo – trabajar años en el mismo lugar inevitablemente te hace conseguir amigos.
―Me la paso increíble Paco, es lo mejor que me puede pasar – ambos se rieron – por lo menos la vista no está nada mal, el mar, los barcos, las personas, el sol, es una linda vista.
―Una hermosa vista, la mejor de todas – su amigo le dio un suave codazo – por cierto, tengo cosas que contarte, he visto cosas interesantes, he escuchado cosas interesantes – Aiden rodo los ojos algo irritado, siempre llegaba con una loca teoría, algo extraordinario que había pasado.
―¿Qué ha sido esta vez? ¿un oso? ¿un lobo? ¿te volvió a aparecer Dios en tus sueños? – él soltó una pequeña carcajada.
―No, nada de eso, es algo mejor y si es real, está vez es real – Aiden soltó una pequeña carcajada recordando la última vez que dijo esto antes de decir la mayor estupidez que haya escuchado – pero es algo que debe quedarse entre nosotros, no quiero que el pánico se esparza.
―Tranquilo, si no lo he hecho antes, mucho menos ahora ¿es el fantasma otra vez? – su amigo lo miró fijamente mientras él se reía.
―Esto es serio Rojo, más serio de lo que te puedes imaginar y está vez es real – Paco se acercó a su oído – he escuchado que cerca de aquí ha aparecido barcos, barcos sospechosos, barcos piratas – esto provocó que Aiden temblara y tocara suavemente su anillo de la mano izquierda – sé que esto suena algo normal y algo que a todos nos pasa, hemos escuchado uno que otro ataque de ellos pero está vez es diferente, muy diferente. Los ataques piratas cerca nuestro han aumentado, han aumentado un montón y lo peor no es esto, lo peor es que han visto a cuatro barcos piratas llegar a los puertos cercanos, no eran cualquier barco, eran barcos enormes, incluso reconocieron a tres de ellos, tres piratas temidos y obviamente con recompensa por su cabeza – Aiden se alejó un poco molesto.
―¿Escuchas lo que dices? Suena ridículo – Aiden empezó a jugar con su anillo, pasándolo de una mano a otra.
―¿Acaso no crees lo que digo? – Aiden dejo de jugar con su anillo y solo lo miró fijamente.
―Sabes que es lo peor de todo, que sí te creo – Aiden se puso el anillo en su mano derecha – habla, habla antes de que me arrepienta y espero que todo lo que me digas sea verdad – Paco le sonrió.
―¿Por qué no lo sería? – él se acercó un poco al oído de Aiden – no sé realmente que estaban haciendo o que planean, todo lo que sigue es pura especulación que he escuchado, que todo se trata sobre un plan para algo importante o es una secta pero de piratas, la verdad es que cada vez que escucho algo se vuelve peor y peor, la única verdad es que no planean nada bueno. Todo esto lo dice la gente no solo porque son piratas ya que seamos sinceros, todos hemos visto algún pirata y no nos hemos dado cuenta, el tema es que uno de los grandes piratas ha llegado con su enorme barco, su nombre es Oxy y solo hay dos personas por encima de él. Dos – Aiden apretó con fuerza sus puños – este pirata alto y poderoso se ha hecho un buen nombre entre las personas, incluso algunos lo han llamado como uno de los próximos piratas que saltará a la historia, un verdadero hijo de puta y si lo vez, reza para que acabe rápido contigo. Esa persona que todos lo retratan como un demonio, se encontró caminando con tranquilada un puerto cerca y obviamente todos se han asustado.
―¿Por qué me dices todo esto? – dijo Aiden con un poco de desagrado.
―Rojo, Rojo, Rojo, no eres ambicioso y no ves las cosas como son, es obvio que algo grande pasa, algo con los piratas y ¿qué pasaría si todos los piratas se reúnen en un mismo lugar? Es peligro entrar, obviamente pero si sabemos dónde va a ser, quienes se van a reunir, nos pagaran por esa información, lo suficiente como para no volver a trabajar.
―Me parece una completa locura ¿crees que alguien te va a decir así como así dónde están? Y si llegan a descubrir, te van a matar, te cortarán la cabeza – su amigo agacho su cabeza, Aiden se sintió un poco culpable, así que puso su mano en su hombro – cuando sepas algo sobre tus locas teorías, yo me hago cargo del resto ¿sí? – Paco lo miró, en sus ojos había una luz de esperanza.
―No te vayas a robar toda mi recompensa – Aiden le sonrió.
―Nunca lo haría, sabes donde vivo, que hago, no me quiero imaginar lo que pasaría después, sinceramente tengo más miedo de ti que de los piratas – ambos se rieron – ahora si vete, tienes trabajo que hacer.
―Sí, debo ayudar al jefe con algunas cosas, pobre viejo, se merece el cielo y mucho más.
La tarde siguió casi con normalidad, es cierto que esa noticia había resonado dentro de su alma pero pudo ignorarla, tenía una gran vida, esos sueños de venganza y volver a su vieja vida habían acabado, tenía una buena vida y acepto que quizás la única que iba a tener por el resto de su vida, además no podía dejar a sus amigos solos, había personas que realmente lo necesitaban, no podía simplemente dejarlos, le gustaba su nueva vida. Con el tiempo ignoro todo esto y simplemente observo el mar, era una pintura, no, era algo mucho mejor que eso, su olor y su sonido eran celestiales, una calma que no podía describir y solo sentir, pero esa calma rápidamente desapareció al ver algo que no le gustaba, algo que lo inquietaba, como una mancha que le había escapado al artista, una mancha que no convivía con los otros colores. Era un barco, un barco a lo lejos que se acercaba, un solo barco en toda la inmensidad del mar que se acercaba hacía el, un gran barco; lo que más le molestaba a Aiden era que quizás se tendría que hacer horas extras para darle poder vender aunque sea unos pocos pescados, algo que no quería pues quería pasar tiempo con su novia pero si no lo hacía él entonces ¿quién? Ya se estaba mentalizando que él era el único que lo podía hacer.
―¿Eso lo que veo a lo lejos es un barco, Rojo? – el jefe se apoyó en su hombro.
―Lo es, lo es ¿quiere que me quede un poco más para venderlo? – el viejo se quedó callado mientras miraba el barco.
―No parece ser un barco real pero tampoco creo que sea comerciante, me pregunto ¿de qué será? – el jefe miro a Aiden con una sonrisa – no te preocupes Rojo, yo puedo con eso, vuelve a tu casa y pasa tiempo con Abby. Además si descubre que no te deje salir temprano, me va a quitar la cabeza, ve con ella, te lo has ganado.
Aiden sonrió y agradeció a su jefe, se fue a la parte de atrás y se preparó para salir, quizás debía salirse de inmediato pero él creía que era temprano, dio una mirada al local para saber que todo estaba ahí, hasta que no supo que no estaba en orden no se fue, sabía que su jefe estaba teniendo un poco de problemas con la memoria, por eso debía asegurarse que todo estaba realmente bien. Cuando se iba a ir el barco estaba aparcado y algunas personas tripulación empezó a bajar, Aiden hecho una rápida mirada y no sé pudo creer lo que vio, al inicio parecían gente normal pero al ver en lo más alto del mástil, vio una chica con el cabello rosa, alguien que le hacía parecido. No fue la única persona que reconoció, también pudo ver a un chico con el pelo azul bajando del barco y estirando las piernas, lo reconocía, no podría ser otra persona, Aiden dudaba un poco de si de verdad eran ellos pero su alma no dudaba, sabía que era su tripulación pero antes de poder confirmar lo que había pasado, salió corriendo lo más rápido que pudo hacia su casa.
Chapter 90: Con un gran dolor en el corazón
Chapter Text
La vida, un camino entre caminos entrelazados, la vida es un camino de decisiones, izquierda, derecha e incluso quedarse quieto es una opción, tantas posibilidades, tantos caminos ¿cuál vamos a tomar? Eso es la vida, decisión tras decisión y no tienen que ser decisiones grandes, puede ser algo tan pequeño como agarrar otro camino cuando volvemos a casa o dormir una hora antes. Aunque no todo es tan fácil como ir a un lado o ir al otro ya que en la vida no nos podemos devolver, no podemos escoger otro camino cuando hemos empezado a andar, además todos los caminos no son iguales, algunos son mejores que otros, lo más duro en la vida es que hay que escoger un camino con un gran dolor en el corazón. Sabemos que camino escoger pero no va a ser un camino de rosas, va a ser doloroso, vamos a perder a personas por caminar por ahí pero debemos pasar por ahí, nos va a doler pero debemos seguir adelante, a veces uno para hacer el bien tiene que hacer el daño, lo mejor sería cerrar el corazón y pensar con la cabeza, ignorar el corazón, debemos hacer cosas aunque no queramos. Solo había un camino para la victoria, un camino que lo significaba todo y no importaba cuanta sangre se debía derramar para pasar, él estaba dispuesto a hacerlo, sin importar a cuantos compañeros deba matar, él iba a llegar, a pesar de su gran pena en el alma lo iba a hacer, iba a cerrar su corazón. El brujo volvía con una gran sonrisa, había pasado unos días después del trato con los reyes y hoy había empezado a trabajar, algo tan simple y divertido, le agrado todo esto, le agrado ser su prisionero y también pudo escuchar varias cosas interesantes pero lo más divertido de todo era el príncipe Freddy. El primer rey que pidió trabajar fue Alfonso, tenía que pasar todo este mes con él, por lo menos una vez por día, el rey al ver su llegada, primero le preguntó que podía hacer y el brujo con una sonrisa empezó a hablar detalladamente de sus grandes capacidades y el rey no tuvo mejor idea que lo ayude en la herrería, un trabajo simple para él, solo era un ayudante que llevaba un lado a otro y dejaba a los otros trabajar además de adelantar un poco el proceso; lo mejor de todo es que siempre estaba dentro del castillo, es cierto que el brujo del rey siempre lo tenía cerca para vigilarlo pero eso a él no le importaba, solo le importaba Freddy. Aunque no estuvieran en la misma habitación, el brujo podía sentir la magia de Freddy, era algo aterrador, se erizaba su piel, lo hacía sentir tan pequeño e insignificante pero el brujo tenía una pequeña duda ¿por qué no lo había sentido antes? Es verdad que la magia de Freddy es diferente y muy poderosa, imposible de ocultar pero la pregunta es ¿por qué era más fuerte ahora? Solo pudo llegar a una conclusión y es que Freddy podía sentirlo, sentir su poder y se sentía amenazado, cuando un hombre sabe que está siendo cazado por lobos, empieza a gritar para asustar a los lobos, la gente demuestra su poder para que no lo ataquen, eso estaba haciendo Freddy, mostrar lo que era capaz, así cualquier estúpido pensaba dos veces antes de atacarlo.
―¿Cómo le fue jefe? – la chica sin alma lo estaba esperando en su lugar especial.
―Mejor que nunca, hoy pude descubrir que Freddy es más inteligente de lo que pensamos, mucho más inteligente, quizás si le están dando entrenamiento o quizás simplemente es su naturaleza, lo que hace mucho mejor esta situación.
―Me alegra escuchar eso – el brujo se rio.
―Tu voz no lo demuestra pero bueno ¿ya acabaste con todos? ¿ya detuviste toda la locura? Ahora somos gente civilizada y debemos comportarnos así.
―Ya lo he hecho, hace unos días atrás, nadie nos va a rastrear y las personas erráticas han desaparecido, todo ha vuelto a la normalidad.
―Excelente, perfecto ¿has vigilado a nuestros amigos de la taberna? Quiero saber que fueron de ellos.
―Andan tranquilos, fueron fieles hasta el final, cuando usted desapareció ellos tuvieron vidas normales, no creo que le genere problemas al rey – el brujo empezó a caminar por la habitación, dando vueltas mientras pensaban.
―Sí, se han portado demasiado bien conmigo, creo que podemos darle un regalo, uno pequeñito además de la paz. Igual quiero que vigiles a todos y me digas que hacen, no podemos caer en la barbarie.
―Creo que eso sería todos los asuntos que tenemos discutir, ahora si quiere pedirme algo más, aquí estaré – el brujo se sentó en la silla que estaba en la habitación.
―No, no tengo que pedirte nada más, solo quiero que vigile muy bien al príncipe y a nuestros amigos de la taberna.
―¿Puedo saber el propósito de esto señor? Si no le molesta claro.
―Tranquila Camí, es algo demasiado simple y que cualquiera se daría cuenta, no estoy al nivel de Freddy, no soy suficiente.
―¿Cómo que no es suficiente señor y cómo se dio cuenta? ¿acaso todo lo que hicimos fue en vano? – el brujo se rio.
―No me refiero a eso Camí, lo que hicimos si fue más que suficiente, hemos llegado a horizontes que jamás me hubiera imaginado, quizás en este momento soy un poco más fuerte que él, una diferencia no tan grande, el problema es que ese chico va a crecer y al hacerlo su poder también lo hará, tarde o temprano será más fuerte que yo, no podré estar a su nivel.
―¿Qué planeas hacer? – el brujo sonrió.
―Llevar a mi cuerpo al límite, deje un poco el entrenamiento de lado pero ya puedo volver – ambos se quedaron callado – Camí ¿me debes decir algo? – Camí apenas lo miro – lo veo en tus ojos, quieres decirme algo pero no eres capaz.
―Se que me vas a decir, te vas a molestar si te digo.
―Puede ser ¿por qué no lo intentas? Vamos, dilo – Camí apretó con fuerza sus manos.
―No es por ofenderlo señor pero hemos dejado un cabo suelto, algo que puede perjudicar nuestro plan a futuro – el brujo entrelazo sus dedos y apoyo sus codos en los brazos de la silla
―Prosigue – Camí evito mirarlo todo el tiempo.
―Es esa chica Puppet, ella es un problema constante, no solo es alguien errática que hace todo por su novio, cuando se sienta amenazada usará toda la información que tiene para salvarse, es una rata, también tiene información de su cara, de donde se encuentra, tiene el plan metido en la cabeza, sabe lo que hemos hecho, todo el engaño que hemos formado, incluso ha visto con quienes trabajamos.
―Y ¿por qué crees que haría eso? ¿crees que no la tengo controlada? – Camí no dijo nada, tenía miedo aunque su cara no la expresaba.
―Es diferente a nosotros, a ti, a mí, a Eak, incluso nuestros amigos de la taberna, todos estamos sumidos en la oscuridad, no tenemos esperanzas, tú eres nuestra esperanza, nuestra luz pero ella, ella tiene otra luz y eres consciente de esto, tiene un mejor futuro sin ti.
―Camí, levanta la mirada, mírame a los ojos y dime lo que piensas – Camí negó con la cabeza – no te haré daño, solo quiero que me mires a los ojos – Camí, dudosa, levantó la mirada.
―Puppet es un cabo suelto que debe ser eliminado, nada bueno saldrá de ella – el brujo se levantó, lo que provocó que Camí agachara la cabeza.
―Voy a ver qué puedo hacer, voy a encargarme de esto – el brujo empezó a caminar hacia la salida y antes de salir decide decirle algo a Camí – vigila a las personas de la mina, a los tres, sobre todo a su noviecito, no creo que se queden quietos cuando descubran lo que va a pasar.
El brujo rápidamente se dirigió hacia el reino, hacia la casa de Puppet, solo le tomo un segundo para llegar, se acercó la puerta, apretó un puño e iba a tocar pero no pudo, quedo con la mano levantada, rápidamente la bajo y saco algo que tenía guardado, una bolsa llena de monedas, la miro detenidamente y la acarició. Soltó un pequeño suspiro y toco la puerta, dentro de su cabeza se armaba lo que tenía que hacer, como un rompecabezas y espero, sintió como Puppet se acercaba, le abrió la puerta y se sorprendió al verlo, reacción que le hizo sonreír.
―¿Qué haces aquí? – obviamente estaba asustada, el brujo simplemente le mostró la bolsa llena de dinero y ella le dejo pasar.
―Gracias, gracias, disculpe las molestias – el brujo camino con completa seguridad por su casa – está mejor que la última vez.
―Sí, he hecho unos cambios con el dinero que usted me dio – era mala mintiendo pero a él no le importaba.
―Lamento llegar así de repente pero tengo algo que hablar – el brujo estiro su mano hacia ella, mano donde tenía la bolsa de dinero – supongo que este es nuestro final.
―¿Nuestro final? – Puppet, dudosa, agarra la bolsa de dinero.
―Sí, has hecho un gran trabajo.
―Pero usted ya me pago ¿por qué este dinero? – la voz de ella cada vez sonaba más suave, el miedo empezaba subir por su garganta.
―Es cierto, es cierto, te pague por tu hermosa actuación de mí, lo hiciste excelente, aunque no me vieras yo siempre estaba a tu lado, como tu ángel de la guarda, te pague por este trabajo pero las cosas han cambiado, sé que te lo había dicho antes, que después del trabajo acabaría todo y es cierto solo que lo hiciste mejor de lo pensado. En otras palabras, ese dinero es un agradecimiento por todo y una promesa, promesa que nadie te tocará, excepto los reyes.
―¿Gracias? – el brujo se dio la vuelta con una sonrisa.
―Fue un gusto conocerte, incluso al final fuiste alguien competente, si quieres algún día entrenar, ya sabes donde buscarme.
Ella sonrió, sabía lo que tenía que hacer, no era tan difícil, ya lo había hecho antes, no era tan difícil. Rápidamente le dio un golpe en la cabeza que casi la mata, le abrió la cabeza y la sangre le empezó a salir, por suerte él fue más rápido que la muerte, la curo lo mejor que pudo y luego reviso su corazón, aún estaba latiendo, estaba con vida. La agarró de la pierna y abrió un portal a un lugar secreto, un lugar donde él solo conocía y solo él podía acceder, primero la lanzó ella por el portal y luego fue él, quizás lo más fácil sería matarla pero él no quería hacerlo, podía sacarle mejor provecho, era más valiosa si estaba con vida. La dejo atada con cadenas en una silla, para él escapar de ese lugar sería pan comido pero para ella sería imposible, era muy débil, además para asegurarse que no pudiera salir la vigilaría constantemente, además podría ser su mejor experimento, matarla quizás sería muy despiada pero ¿llevar su cuerpo al límite? Es algo que podría hacer, lástima que fuera ella pero en la vida hay que tomar decisiones difíciles. La dejo allí y suponía que no despertaría pronto, decidió vigilar a Loon toda la noche, estaba algo inquieto moviéndose de un lugar a otro, seguramente estaba esperando a Puppet pero nunca salió de su cuarto, tarde o temprano él se daría cuenta. Cuando Loon se fue a dormir, él hizo lo mismo, solo durmió unas cinco horas para luego volde donde Puppet, supondría que estaría despierta, intentaría escapar con todas sus fuerzas pero sería en vano. al entrar a su pequeña habitación descubrió que tenía razón, ella aún era muy débil
―Vaya, parece que la princesa ya despertó de su letargo sueño – Puppet tenía un pañuelo en la boca para evitar gritar – ya sé, ya sé, estuve mal pero ¿qué querías que hiciera? ¿acaso confiabas en mí? – ella estaba enojada, lo miraba fijamente con odio – supongo que ya te diste cuenta que por lo menos para ti es imposible salir, que patética – el brujo le saco el pañuelo en la boca – puedes hablar.
―¿Qué crees que haces? Teníamos un trato.
―Es cierto, es cierto pero ¿me creíste? Es tu culpa por hacerlo, además me di cuenta que eres algo errática, puedes joderme en el futuro.
―Nunca haría eso y lo sabes, solo suéltame o mátame – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―Pues tenemos un pequeño problema – el brujo se acercó a su cara – si te libero, causaras problemas, muchos problemas y no puedo matarte – el brujo toco suavemente su mejilla – no puedo matarte, desperdiciarte de esta manera sería tan fácil. Lo siento pero tendrás que quedarte aquí – el brujo se separó de ella – tengo que salir, luego vuelvo.
―¿Qué vas a hacer? – la chica hizo fuerza para salir - ¡¿qué vas a hacer?! – el brujo se rio.
―Te ves demasiado patética así, eres tan débil. No te preocupes por mí, yo no haré nada, no puedo hacer nada, así que tu novio estará bien si eso te preguntas – el brujo toco una pared – nos veremos después, tengo asuntos demasiado importantes, por si no lo sabías, ya trabajo con el rey.
El brujo desapareció por un largo rato, por varias horas hasta que se hizo de noche, ella solo podía ver lo que pasaba afuera atreves de una ventana que estaba lo más arriba de la pared enfrente suyo, aunque ella no la había notado aun, estaba concentrada en otras cosas. Lo primero que hizo fue gritar, gritar con todas sus fuerzas pero nadie la escucho, nadie la respondió, estaba completamente sola, así que ideo un pequeño plan, un plan que le iba a tomar bastante tiempo pero tarde o temprano iba a liberarse. Lo que hizo fue deslizar poco a poco las cadenas, gracias a su magia podía hacer eso sin usar las manos, el problema es que no era buena en ese tipo de magia, además el agotamiento de su cuerpo le estaba pagando factura, apenas podía mover las cadenas, un proceso lento y constante, que la cansaba cada vez que lo hacía. Lo peor de todo no era lo lento que era el proceso, lo malo es que cada vez que lo hacía, todo en su cuerpo se agudizaba, su sed, el movimiento de su corazón, su hambre, el sudor, era un desgaste demasiado grande y ella no había comido nada, estaba llevando su cuerpo al límite pero no le importaba, tenía que largarse de aquí, de alguna manera, podía hacerlo. Los minutos pasaron y se convirtieron en horas, aunque ella no sabía eso, no sentía que el tiempo pasaba y estaba tan concentrada en una sola cosa, tardo bastante tiempo pero cuando sus manos quedaron completamente libres, lo demás fue pan comido, lo primero que hizo al estar libre fue caerse al suelo, su cuerpo llego al límite. Sus labios estaban secos y la respiración agitada, podía sentir la muerte en su cuello, lo más inteligente era intentar escapar pero ella ya no estaba en control de su cuerpo, estaba tan fatigada que su cuerpo decidió rendirse, se dice que ella estuvo consciente de todo esto, mirando su alrededor mientras intentaba mover su cuerpo sin éxito. Con el tiempo su cuerpo volvió a tener fuerzas y en el momento que pudo, se levantó, estaba un poco mareada y apenas se mantenía de pie, sabía que tenía que largarse de ese lugar, temía lo peor si él la viera suelta, miro a su alrededor algo confundida, buscaba una salida y por suerte la encontró, un hueco en lo alto de una pared. Se maldijo así misma por no ver esto antes y se puso la tarea de salir de ahí, saltó con todas sus fuerzas pero no lo logró, tuvo que de nuevo usar un poco de magia para alcanzar, corrió lo más rápido que pudo y saltó con más fuerza que antes pero eso no fue suficiente para llegar, lo volvió a intentar y esta vez dio un pequeño golpe a la pared lo que hizo saltar aún más alto y agarrar el borde de la ventana.
―Vaya, me has sorprendido, creo que eres más fuerte de lo que pensaba. Baja de ahí, te harás daño – el brujo llego en el momento exacto cuando ella estaba colgada – no me hagas bajarte – ella no hizo caso y como castigo, le corto todos los dedos, Puppet no pudo verlo, simplemente se soltó y cayó al suelo – te lo advertí – Puppet miro sus manos, no tenía dedos, la sangre le salía y ella empezó a sentir el dolor y grito con fuerza – lo siento por lo que hice pero no me dejaste opción – el brujo miro toda la habitación y sonrió – eres sorprendente, realmente lo eres, es una lástima que te tenga que mover de aquí – eso fue lo último que escucho antes que él la golpeara hasta perder el conocimiento.
Chapter 91: El castillo de Golden
Chapter Text
―Dime ¿qué has podido encontrar? – le dijo el rey Golden a su brujo.
Normalmente olvidamos los otros castillos ya que no son tan importantes que digamos, no hemos explorado estos castillos y sus historias ya que no eran importante, hasta ahora. Me concentrare en el castillo de los Golden, la verdad es que no tiene muchas diferencias con el castillo de Alfonso, los tres castillos son parecidos, una réplica del otro. En un tiempo los Golden fueron los más fuerte, los ganadores pero ahora, ya no son ni la triste sombra de lo que era antes, una historia que se repetía de generación en generación, incluso el mismo príncipe Golden sabía la historia de su familia, su padre se encargó de eso. Eran personas normales que siempre soñaban por más, eran demasiado ambiciosos pero su historia no nos interesa, hasta ahora, con la llegada de ese brujo, Golden era el único que quería cortarle la cabeza y sentía tanta rabia no poder hacerlo, no solo porque sus compañeros estaban en contra de eso, sino también porque era completamente imposible, no podía ni tocarlo. En esta época, unos dos o tres años después de que el brujo se haya convertido en prisionero, el rey Golden estaba demasiado paranoico, se había vuelto loco pero no hizo nada, toda su locura se la guardo para él mismo, aunque intento confirmar que todo ese miedo que sentía si tuviera fundamentos, era como un zorro que se ocultaba, miraba su presa antes de saltar para matarlo.
―El brujo es alguien muy poderoso, obviamente siente mi presencia cuando me acerco pero de igual manera me deja acercarme a él, se está comportando.
―No me agrada nada de eso y eres un inútil. Dime por lo menos que tienes algo útil con Alfonso.
―Más de lo mismo, al parecer su mago Bonnie sale a veces del castillo a hacer algo, está demasiado distraído que no siente que yo estoy ahí, aunque no me puedo acercar mucho, solo mirar muy por encima – el mago era alguien feo y muy distinguido, demasiado – ya me ha visto antes y fácilmente me puede reconocer, ya me ha visto antes y eso es un problema, estoy seguro de que recuerda mi cara, todos lo hacen.
― y ¿no puedes hacer ese truco tuyo? El cambiar tu cara – el mago sonrió.
―Lo siento señor pero eso sería aún más peligroso, él sentiría la magia, sabría que alguien está usando la magia y se alejaría, de hecho es un milagro que no sienta mi presencia todavía.
―¿Qué me dices del hijo de Alfonso? ¿Has podido saber algo? – el mago mordió suavemente sus labios, al rey no le iba a gustar esa respuesta.
―No, no, ya sabes lo que pasa, es demasiado poderoso para saber lo que pasa, ya no hay caos para poder disfrazar mi presencia, ya no podemos culpar al brujo, eso causaría una guerra contra él, una guerra que no podemos ganar. Lo único que puedo decir con seguridad es que ese chico cada día es más fuerte, su magia crece y crece y no sé si tiene límites, me atrevería decir que en estos momentos es más fuerte que yo – el rey apretó fuerte sus puños.
―Entiendo lo que me dices así que ¿me quedo de brazos cruzados mientras ponen una espada en mi cuello? ¡necesito algo importante! Joder.
―Se que lo que voy a decir sonará insensato y quizás lo sea pero solo hay una forma de que todo termine bien, que todo se incline hacia nuestro lado.
―No voy a hacer una estúpida guerra por algo que ni entendemos, además tenemos problemas más graves que ese mocoso, lo siento pero la guerra no es una opción, quizás nuestro prisionero aprovecha esto para destruirnos.
―Es verdad pero usted olvida algo señor, el enemigo de nuestro enemigo es nuestro aliado.
―No voy a trabajar con un asesino sin escrúpulos, es un cobarde y prefiero estar muerto antes que trabajar con alguien así, nunca voy a trabajar con él, es una rata traicionera, sé que tiene el cuchillo en su espalda, sé que me lo quiere clavar, solo por eso no debo acercarme, no voy a acercarme.
―El árbol te tapa el bosque – el rey se enojó aún más, odiaba esas frases que sonaban tan “profundas” aunque para él no decían absolutamente nada – estamos en peligro, la espada ya está en nuestro cuello, en el pasado tu familia era despiadada, era quien comandaba, era quien tomaba todas las decisiones ¿crees que alguien te va a recordar si sigues siendo tan callado? Ellos ya lo hicieron una vez, le robaron todo a tu familia ¿crees que no lo harán otra vez? Al final la familia Golden está destinada a desaparecer.
―No lo haré, no mandaré a mis hombres a una guerra, por más que tengas razón, por más que odie a esa familia, no lo haré, aunque cueste admitirlo, Alfonso aun sabe cómo mandar, aún tiene el control de todo, aun es un buen líder, obviamente yo soy mil veces mejor pero él fue la persona que nació en el lado correcto. No es momento de ir a la guerra, no lo es ¡y que te he dicho de ese aspecto tan horribles que tienes! Ya te lo he dicho varias veces, si me vas a mirar no quiero que lo hagas con esa cara – el mago no dijo nada, no se enojó, no le contestó, solo se quedó quieto como una estatua.
―Eso es todo mi señor, me retiro – el mago hizo una reverencia.
―Es lo mejor ¡lárgate de aquí! Hay personas que si deben trabajar.
Todos los castillos eran diferentes a su manera, este gobernaba con una dura mano, era la ciudad más pacífica y al mismo tiempo era la ciudad donde más ejecuciones públicas se hacían, era un bonito lugar para estar pero había un pequeño problema, el rey era un poco loco, era alguien enojado que creía que estaba siendo oprimido, que nació con el derecho de gobernar y debía recuperar ese poder, en otras palabras, era un gran idiota. Aunque muchos se estarán preguntando ¿si él creía todo eso por qué no lo hacía? ¿por qué no tomaba lo que creía que era suyo? Y la respuesta es muy simple, no podía negar la realidad, era un hijo de puta pero era alguien listo, sabía cuál era su puesto y las consecuencias de sus actos pero no por eso iba a dejar el odio atrás, suena contradictorio pero así es la vida, estaba condenado a ver pero nunca tocar. El rey salió del cuarto en el que estaba y empezó a caminar por todo el castillo, algo que le ayudaba a pensar con claridad, obviamente todos los caballeros se hacían un lado cuando lo veían pasar, podrían tener la mala suerte de chocarse con el rey, al final el rey decidió ir donde estaba su hijo y entró a su cuarto sin tocar.
―Tenemos que hablar – el príncipe Golden se gira asustado.
―¿Qué pasa? ¿por qué entras sin tocar? – el rey lo miro enojado.
―¿Tenía que tocar? Lo siento no lo sabía. Necesito hablar contigo, de algo importante.
―¿Esto no puede esperar a mañana? – el rey rápidamente lo agarra de la oreja con fuerza.
―Si te digo que necesito hablar contigo es que tengo que hablar contigo, ahora siéntate y escúchame – el rey lo soltó – quiero que me hables del príncipe Freddy, has hablado con él, deberías saber más que yo.
―¿Yo por qué voy a saber de él? No es nada de lo que dices, es un chico normal y simpático – el rey levantó su mano y el príncipe rápidamente bajo la mirada – ha empezado a entrenar con la espada, es lo único que sé, no habla mucho y siempre está acompañado por su niñera.
―Si sabes que son personas débiles, tan débiles que necesitan a alguien que los cuide, alguien que siempre les cambie la ropa, tú no puedes ser así, jamás puedes ser así de débil, debes valerte por ti mismo, ser independiente.
―Si padre, lo sé, lo sé ¿ahora me puedes dejar? No sé porque entras aquí.
―Te iba a decir que no bajes la guardia, aunque estemos en tiempo de paz, seguimos siendo amenazados, no quiero que pienses que todo está bien, no quiero que bajes la guardia, un rey siempre debe saber dónde está su enemigo, siempre debe saber cuándo está siendo atacado.
―Pero padre, al brujo ya lo tenemos controlado ¿no? Ya está bajo nuestros pies.
―¿Eso crees? Que tonto eres si piensas así. No, es un animal salvaje, no se puede domar y siempre va a pelear por lo que piensa que es correcto, tarde o temprano sacará sus garras, no puedes pensar que estás a salvo, nunca lo estás, no te confíes y jamás dejes de entrenar, jamás, nunca sabes cuando una flecha volará hacia tu cabeza. Quiero que tengas más cuidado cuando hables con ese chico, puede ser amable y todo lo que quieras pero no son unos tontos, no lo son, quiero advertirte que quizás en algún futuro tendrás que enfrentarte.
―¿A qué te refieres? – el rey se quedó callado, simplemente se giró, dándole la espalda a su hijo y se acercó a la puerta.
―Solo tienes que recordar todo el daño que nos han hecho, todo lo que nos han quitado – fue lo último que dijo antes de salir.
Chapter 92: Tiempos que no regresan
Chapter Text
El tiempo, algo que se ha hablado toda la vida, todos lo conocemos, incluso he hablado sobre él, un ser que no se puede detener, sigue avanzando y no espera a nadie, incluso podemos morir pero la vida sigue adelante, el tiempo no se detiene con nosotros y lo peor de todo es que el tiempo no regresa, es algo que al ser humano siempre atormenta, lo que nunca pudo hacer, las decisiones que no tomo o momentos buenos comparados con los de ahora. Cuando vivimos el presente no tenemos una guía, no sabemos si lo que hacemos es lo mejor, tampoco sabemos que pasara mañana, como nuestra vida cambiara, cuando los buenos momentos se detendrán, no sabemos que fuimos felices hasta que es muy tarde y lo único que podemos hacer ahora es ver esa época con una sonrisa.
―¿Estás listo para esto Freddy? Entiendo si no quieres hacerlo, hasta a mí me daría pena hacerlo – Ann tenía una pequeña sonrisa mientras agarraba con fuerza su espada.
―Puedo ser un chico pero podré hacerlo, no te contengas.
―Lo tengo que hacer, si no lo hago no habrá pelea, aun así no te lo dejaré fácil.
Viajemos a una buena época para Freddy, tenía ya catorce años y dentro de poco quince, empezaba a mejorar con la espada, ya era alguien que se puede defender, alguien competente pero le quedaba aún mucho por aprender, esa época era muy tranquila para casi todos, es cierto que se temía aun por el brujo pero el miedo era poco y con el tiempo se fue olvidando. La carga que tenía Freddy poco a poco fue aumentando, no solo tuvo que pelear con varios caballeros para demostrar su destreza en la espada, también le enseñaron a leer de la manera más efectiva, a entender las cartas que casi nadie podría entender y a comunicarse como un rey, a dar órdenes y varias cosas más, el camino de Freddy poco a poco se iba formando y no era nada fácil, y no nombremos el pequeño problema que tenía con su sombra. Era un día cualquiera y desde temprano Freddy tuvo que entrenar, primero entreno sus músculos con unos cuantos ejercicios algo fáciles, recordemos que seguía siendo un niño, no podemos exigirle mucho, luego empezó a practicar con su maestro de espada y al final el maestro tuvo una pequeña sorpresa, su amiga Ann iba a pelear con él, Freddy encantado acepto. Ambos iban a pelear con espadas de madera, algo simple y que no se iban a hacer daño, por lo menos no tanto. La batalla empezó y fue bastante igualada, Ann estaba siempre a la defensiva, golpe tras golpe, jamás ataco a Freddy, no hasta que Freddy cometiera un error y ahí lo golpeaba, lo golpeaba suavemente y le decía su error, Ann más de una vez se burló de Freddy, no con palabras si no con sus actos, bostezaba entre ataques y a veces amagaba para atacarlo y cuando él se defendía, ella soltaba una pequeña carcajada. Todo esto hizo enfurecer a Freddy quien atacaba mucho más fuerte y un poco más rápido, se dejó llevar por el odio por un solo momento pero para Ann era mucho más fácil bloquear pues era alguien predecible, atacando una y otra vez de la misma manera, alguien tan experimentada como ella aprovecharía esto y vencería a su enemigo, Ann con facilidad tiro al suelo a Freddy.
―Es bueno estar enojado, eso te da fuerza pero si te dejas llevar por esos sentimientos… - aun puso la punta de su espada en su pecho – terminaras muerto, nunca dejes que tus sentimientos te controlen, utilízalos, ellos no deben utilizarte a ti.
―Entiendo, entiendo – Freddy sonrió un poco – pero aún no hemos acabado ¿escuchaste? – Freddy se levantó, listo para seguir.
Las espadas se volvieron a tocar, Ann no había cambiado su táctica, solo defendió cada uno de los golpes de Freddy, aunque él había cambiado, era mejor, más calmado y atacaba con mucha más fuerza, por fin había hecho lo que Ann le había dicho, Ann se dio cuenta de esto y se dejó ganar, un premio por haber mejorado, además no hay mejor catalizador para mejorar. Ann decidió cometer un pequeño error que le daría la victoria a Freddy, él no lo dudo mucho y aprovecho ese error para darle un golpe en las costillas, Ann suelta la espada de manera dramática y cae de rodillas, esperando su golpe de gracia. Freddy agarra su espada con fuerza y duda unos segundos, solo unos segundos antes de rematarla, ella se da cuenta de ello y sonríe antes de ser suavemente golpeada por Freddy en el pecho, ha ganado. Su maestro también ha visto el error que cometió Freddy al final pero decide quedarse callado, mañana iba a hablar sobre eso, simplemente los dejo ir con una pequeña sonrisa y Freddy como siempre le agradeció por su tiempo; es un chico bueno, demasiado bueno, es lo que pensaba su entrenador y se preguntaba si tenía el valor para matar. Freddy y Ann se fueron juntos como los viejos tiempos pero Freddy ya era muy mayor para ir agarrado de la mano, decía que eso era para niños pequeños, aun así disfrutaba volver a caminar con su amiga.
―¿Quieres hablar del entrenamiento? Tu entrenador no dijo nada sobre este, nada relevante pero supongo que lo hará mañana.
―Claro que sí ¿por qué no quería? Así me ayudas avanzar, además siempre es bueno hablar de tus hazañas, todos hacen eso, incluso mi padre que me habla de las veces que ha cazado animales, sus días de gloria, así mi padre los llama, dime todo lo que tengas que decirme, yo escucharé con gusto.
―Lo primero y lo más obvio, te dejaste llevar por tus emociones, esa rabia era bastante buena, me agrado pero tenía un pequeño problema, me atacabas de la misma manera, entraste en desesperación y olvidaste defender tus francos, te concentraste en solo atacar.
―Sí, lo sé, lo sé, es algo que mi profe también me dice, supongo que aún me queda un camino que recorrer – Ann sonrió.
―No es tu único problema ¿sabes? Cometiste otro error, uno no tan grave pero cualquier error puede darle la victoria a tu enemigo – Freddy la miraba con atención – cuando me ibas a matar, dudaste por unos segundos.
―Pero ya estabas en el suelo, no podías hacer nada – dijo Freddy con una pequeña sonrisa.
―Es cierto, es cierto no podía hacer nada pero mi pregunta es ¿volverás a dudar? En una batalla lo peor que puedes hacer es dudar, no rematar a tu enemigo ¿qué pasa si dudas antes de tirarme al suelo? Te mataba sin pensarlo, no puedes darle esa ventaja a tu enemigo – Freddy bajo la mirada, Ann observo eso y suavemente le dio un golpe en el hombro – no te pongas así, para tener catorce años eres muy competente y hay peores errores, el humano siempre va a cometer un error, yo los cometo pero lo que debes hacer siempre es aprender de ellos, no volver a cometerlos.
―Gracias por todo – ambos llegaron a la habitación – fue un gusto pelear contigo hoy, fue divertido y creo que aprendí mucho, te prometo que para la próxima vez mejoraré y te venceré – Freddy con una sonrisa abrió la puerta – y sé que me dejaste ganar, no soy tan tonto – Freddy entró a su habitación, se giró y cerro su puerta con una sonrisa.
―¡Te lo habías ganado! ¡para la próxima no me dejaré ganar! – Grito Ann cerca de la puerta.
La guardiana mira el cuarto por unos momentos y su pequeña sonrisa desapareció, no solo porque tenía que trabajar, también estaba preocupado por Freddy, sabía que no podía hacer o decir nada para ayudarle, lo mejor era esperar a que él pidiera ayuda. La guardiana mira fijamente el cuarto por unos minutos hasta que decide marcharse, tiene que hablar con Bonnie sobre algo importante, puso a otro guardia a hacer su trabajo y le dijo la verdadera razón por la que no podía hacerlo, tenía que hablar con el brujo. Esta vez no tuvo que caminar muy lejos, simplemente tuvo que golpear tres veces una pared y esta se abría, hace dos años que Bonnie había aprendido este pequeño truco, y se lo dijo a Chica para que pudiera contactarlo cuando quiera, solo tenía que golpear la pared tres veces.
―Veo que te agarro un poco ocupado – Chica entró a la habitación y vio a Bonnie leyendo un libro.
―No pasa nada, solo estaba viendo algunas cosas – Bonnie cerró el libro – siempre hay que estar preparado, para todo – con su magia hizo flotar el libro hasta ponerlo en su lugar – te vi mientras entrenabas, lo hiciste muy bien, eres una gran maestra.
―¿No te han dicho que hacer eso está mal? Creo que es un pecado – Bonnie soltó una pequeña carcajada.
―El rey me ha pedido eso, está muy nervioso porque hoy vino el brujo ese, quería que vigilara todo, me pidió vigilar todo el castillo.
―¿Confías en ese brujo? Tú debes conocerlo mejor ¿crees que se van a rendir de fácil? ¿lo de tu especie se rinden así de fácil? – Bonnie se agacho para buscar algo.
―Primero eso me ofende, él y yo no nos parecemos en nada, simplemente tuvimos suerte de nacer del mismo lado y segundo, no creo que se haya rendido, creo que sigue tramando algo ¿por qué trabajar con alguien que odias? La única respuesta que he llegado es supervivencia pero no creo que él busque eso, si quieres vivir, nunca te metas con el rey – Bonnie se levanta con una espada con su vaina puesta – ya está lista.
―¿Recuerdas la última vez que dijiste eso? Era más débil que la madera – Chica soltó una pequeña carcajada – y ni hablemos de las otras, cada una era peor que la otra, hasta yo podía hacer mejores espadas – Chica desvaina la espada – por lo menos tengo que darte puntos por el diseño, es la mejor que he visto – Chica empieza a mover su espada de un lado a otro con mucho cuidado – es bastante ligera y rápida, no se siente que sea algo pesado, con buen material si no me entiendes.
―¿Acaso no confías en mí? Tranquila que es mi séptima espada y como todos dicen, la séptima es la vencida.
―Nadie dice eso – Chica miro la espada – no pierdo nada intentándolo, hagamos la prueba.
La prueba consistía en golpear su nueva espada con alguna otra espada, lo que tenía que hacer era golpear la espada hasta romperla, no servía ser igual de fuerte que la espada, debía ser más fuerte y poder romperla de un solo golpe, un desafío fácil pero hasta ahora ninguna espada había resistido, todas terminaban rompiéndose en mil pedazos. Bonnie saco otra espada que tenía, una espada robada que el brujo nunca iba a admitir, con un poco de miedo el brujo puso esa espada en frente y Chica la empezó a golpear con todas sus fuerzas, ambas espadas aguantaron, algo que genero una pequeña sonrisa en Chica, había llegado más lejos que cualquier espada que él haya hecho. Aunque esto no era suficiente, debía ser mejor, así que dio dos golpes más y la espada de Bonnie se rompió en dos, la espada era un completo éxito, Bonnie rápidamente miro su espada sorprendido, por fin lo había logrado y Chica estaba haciendo lo mismo, buscando si tenía alguna marca de daño, alguna grieta pero no tenía nada, estaba perfecta.
―Debo admitirlo, esta vez es perfecta, te luciste amigo – Chica se acercó a Bonnie – te agradezco, hiciste un grandioso trabajo – Chica estiro la mano y Bonnie sin dudarlo la apretó – quien lo diría, me equivoque al pensar que solo eras un inútil.
―Y tú no eres una amargada después de todo – Bonnie le sonrió.
―Aún hay algo que debemos hacer, lo sabes, sabes que no es perfecta, es inferior a la que tiene mi enemigo, sigue siendo débil – Bonnie se vio un poco lastimado por el comentario pero ella rápidamente sonríe – pero ya saben lo que dice, no es la espada, si no quien la porta, te prometo que con esto puedo acabarlo – ella volvió a mirar la espada – me gusta, me gusta.
―Gracias por tus comentarios – con su magia hizo que un libro volara hacia su mano – creo que podré mejorarlo en algún futuro pero necesito tiempo, más tiempo, te prometo que tendrás la mejor espada.
―Tomate tu tiempo, con esto tengo más que suficiente – Chica iba a salir pero se detiene antes de tocar la pared, se gira y mira al mago – por cierto, sé que el cumpleaños de Freddy es dentro de dos meses pero ¿sabes que debo regalarle? No quiero que se quede sin regalo de mi parte.
―No lo sé, ni si quiera me acordaba – Bonnie soltó una pequeña carcajada – pero juntos podemos pensar en algo, algo que le guste.
―Es una grandiosa idea, cuando estes libre me hablas, ya sabes dónde encontrarme – Chica se dio la puerta a la pared y esta se abrió – por cierto, aun no me has presentado a tu misteriosa alguien, esa persona que te obliga a desaparecer por las noches – Bonnie se pone nervioso, no puede decirle la verdad – algún día me debes contar esa historia.
Chapter 93: Esos ojos morados
Chapter Text
El amor, todos hemos estado enamorados, todos hemos tenido pareja o vamos a tener pareja, el amor es un sentimiento muy humano, quizás el más humano, un sentimiento que no se puede controlar y quizás eso es lo peor de todo, cuando tienes amor y no se lo puedes dar a nadie, ese sentimiento termina convirtiéndose en algo peor, termina convirtiéndose en sufrimiento. Se ha hablado mucho del amor, incluso se ha hecho poemas con este, incluso yo tengo pareja, sí, he conseguido a mi alma gemela y puedo decir que es lo mejor que me ha pasado, tiene unos hermosos ojos negros que lo último que quiero hacer es verlos llorar. Lo mejor de todo es poder hablar con ella durante horas, simplemente sentarnos y hablar, escuchar su hermosa sonrisa, escuchar sus secretos, sus chistes malos y todo lo que ha hecho en el día, no hay nada mejor que su voz, quizás sus hermosos ojos negros le hacen competencia. Ya todos recuerdan esa época de cuando estábamos enamorados, realmente enamorados, cuando sabemos que tenemos a la persona adecuada a nuestro lado pero ¿qué pasa cuando nos arrebatan a esa persona? ¿ese amor que teníamos en que se convierte? La única respuesta que podemos tener es la más simple, un infierno, infierno que Loon iba a atravesar. Lo más duro de ese día para Loon fue que no sabía en que infierno se estaba metiendo, estaba tocando el cielo, los días más hermosos de su vida, quizás por fin podía pedirle matrimonio a su linda novia como era debido, por fin podían estar juntos hasta que la muerte los separe. El problema es que esa noche no apareció y eso preocupo un poco a Loon, ella no llegaba tarde, menos para salir con él, aunque decidió en no pensar en lo peor, quizás algo había pasado, quizás su hermana la necesitaba esta noche, se mintió diciendo que todo estaba bien, que mañana iba a ir a su casa para darle una pequeña sorpresa, no era la primera vez que iba a su casa así que no habría problemas si iba a saludadrla. Llego la mañana y Loon despertó, lo primero que hizo fue ir a la minería y contarles a sus compañeros que iba a visitar a alguien especial, ellos no dijeron nada, simplemente sonrieron sabiendo exactamente lo que él iba a hacer. El camino siempre era largo y tardaba un par de horas pero eso no le importaba a Loon, solo quería verla, ver esos hermosos ojos suyos, cuando llego al reino, empezó a caminar por sus calles con una capucha que lo cubría todo el cuerpo, siempre tenía miedo de ser reconocido y que algo malo le pasara, sabía que esas calles eran peligrosas y si iba sin cuidado, podría morir. Camino lo más rápido que pudo hasta llegar a la casa de Puppet, sonrió y se acercó a la puerta, su corazón latía rápidamente, no lo pensó dos veces y toco la puerta con una pequeña sonrisa, un príncipe esperando a que su princesa habrá la puerta. Pasaron los minutos y Loon se puso nervioso, toco otra vez, no hubo respuesta, toco una tercera vez y puso su oreja cerca de la puerta, no escuchaba nada y eso es lo que más lo asustaba, entro en desesperación, no lo pensó mucho y entro a la fuerza, quizás solo estaba exagerando pero su alma solo pensaba lo peor.
―¡Estás aquí! – Loon grito con todas sus fuerzas, esperando una respuesta que nunca iba a llegar – por favor, dime que sigues aquí, dime que estás aquí – dijo con una voz quebrada mientras buscaba habitación por habitación, aún tenía la esperanza de encontrarla.
La casa estaba completamente vacía, intruso su hermana gemela había desaparecido, ella nunca la abandonaría al pueblo o su casa, tenía muchos recuerdos cómo para abandonarla así cómo así, además con su hermana en ese estado era malo viajar. Esto hizo desmoronar a Loon, sentía sus piernas temblar y un gran dolor en el pecho, quería caer al suelo y llorar, solo llorar pero no era el momento, no era el momento ni el lugar, debía hacer algo y rápido, no se le ocurrió nada pero lo mejor era abandonar su casa e ir con sus amigos, quizás ellos sabían que hacer. Con un gran dolor en su alma empezó su camino de regreso, evitaba llorar, evitaba dejar que el mundo lo derrumbase, tenía que ser fuerte si quería volver a encontrarla, llorar no iba a traerla de vuelta. El camino fue largo pero para él fue mucho más largo, había perdido la noción del tiempo, se sentía atrapado corriendo infinitamente, su alma no podía pensar, estaba destrozada y solo se movía por su naturaleza, su cuerpo solo se movía por instinto hacia su hogar. Sintió un gran alivio al ver a la mina a lo lejos, estaba cerca, estaba cerca, solo unos pasos más y podría llegar. Obligo a su caballo a ir mucho más rápido, a su límite y cuando llego, se detuvo en seco y rápidamente se bajó, ni si quiera amarro al animal para que no salga corriendo, eso no importaba, no miro a nadie y mucho menos hablo con alguien, solo camino hasta llegar a la oficina de Usagi, no sabía que decir cuando entró a la oficina.
―Tenemos un problema – fue lo único que se le ocurrió a Loon, su respiración era agitada y sus ojos estaba dilatados – no está, no está.
―¿Quién no está? – pregunto Owynn preocupado, nunca había visto a su amigo así.
―Puppet y su hermana, no, no están, no están – se notaba que estaba nervioso, apenas se podía mantener en pie. Owynn se dio cuenta de esto y rápidamente se levantó y fue donde su amigo, le ayudo a mantenerse de pie – lo siento, lo siento, creo que se me bajaron los humos.
―No pasa nada, por eso somos amigos, en las buenas y en las malas – con cuidado, hizo que Loon caminara lentamente hacia su silla – aquí estarás mejor, aquí estarás mejor – Owynn rápidamente puso su mano en su boca, parecía preocupado.
―¿Qué ha pasado? ¿cuéntamelo todo? – dijo su compañera asustada.
―No encuentro a Puppet, no está en su casa, tampoco está su hermana y su hermana tiene problemas en el alma, no la iba a dejar sola, no la iba… - Loon dejo de hablar, Usagi miro preocupado a Owynn quien solo miraba fijamente a su amigo.
―Tienes idea de quien fue – dijo Owynn cuando destapo su boca para poder hablar.
―No, con seguridad no sé… - Owynn volvió a poner su mano en su boca – pero juro por Dios que fue ese brujo, fue él, fue él – hubo un silencio, nadie en la sala quiso hablar.
―Quizás deberíamos decirle eso al rey, quizás… - Owynn abrió los ojos y miró preocupada a Usagi.
―¿Qué dices? Eso no lo podemos hacer, lo dejo muy en claro cuando nos visitó, si descubre que nosotros hablamos con el rey, será nuestro fin.
―Y ¿qué propones? ¿qué podemos hacer? – Owynn se mordió el labio algo preocupado.
―Quizás ustedes nada pero yo… - Owynn se quedó callado por unos segundos – yo podré hacer algo, por lo menos lo puedo intentar – ambos lo miraron confundidos.
―¿A qué te refieres? – Owynn bajo la mirada.
―Cuando tuve el brazo roto me sentí inferior, me sentí débil, me sentí un idiota y quería compensarlo de alguna manera, quería vengarme de ese sujeto, quería encontrarlo pero jamás lo hice, lo más cerca que estuve fue unos nombres de personas que trabajaron para él, quizás si sigo excavando pueda encontrarlo, quizás si lo hago podamos encontrarla, a Puppet.
―¿Crees poder hacer algo? – se le veía la esperanza en los ojos de Loon.
―Solo te puedo prometer que lo intentaré, no es algo que será inmediato, quizás no consiga nada y obviamente será muy peligroso, demasiado peligroso.
―Dime que vas a hacer y te ayudamos – Owynn miró con un poco de pena a su compañera.
―Lo siento Usagi, no puedo hacer eso, es un trabajo peligroso y cuando él se dé cuenta de lo que ocurre, lo más probable es que quiera mi cabeza, no les puedo decir nada a ustedes, solo así puedo estar a salvo – Usagi se levantó de su silla – siéntate, siéntate y escúchame por favor.
―No voy a dejar que te sacrifiques tu solo, ya has sufrido mucho, ya has hecho mucho por nosotros, no volveré a dejar que pase de nuevo – Owynn agarró suavemente las manos de Usagi.
―No tienes que preocuparte, es algo que yo escogí, además es lo mejor para todos, cuando él llegue y les preguntes si sabían algo ustedes responden que no, porque en realidad no saben nada, nuca supieron nada porque yo no les dije que iba a hacer, son solo personas inocentes.
―Te odio – Usagi se apartó enojada – haz lo que quieras pero si te llega a pasar algo, yo voy a causarte mucho más daño que él y si te mueres voy al infierno por ti a darte una gran golpiza por imbécil, quedas advertido – Owynn sonrió.
―Gracias por la preocupación y no se preocupen, yo traeré a Puppet sana y a salvo.
Pasaron los días, Loon no se sentía mejor, se sentía cada vez peor y su única luz era Owynn quien estaba intentado ayudarlo, era lo único que lo mantenía de pie, eso y mantener la minería a flote, por suerte no era la cara de la minería y podía irse a la oscuridad para llorar pero lo único que no podía hacer era detener su vida, tenía que mirar al frente y caminar, caminar hasta que llegue el momento de llorar. Fueron días difíciles, nadie supo lo que tramaba ellos tres y si le preguntaban, los tres supieron mentían bastante bien, creando una ilusión casi perfecta de que todo estaba bien. Loon a veces pasaba unos cinco minutos para hablar con Usagi sobre todo lo que pasaba, sus preocupaciones, por lo menos los primeros días ya que él no podía soportar el peso, fue un duro golpe y para poder levantarte a veces necesitas ayuda de otras personas.
―Se que esto es demasiado pedir pero necesito hablar.
―Tranquilo Loon, te entiendo, somos humanos y debemos batallar contra nuestros sentimientos y yo estoy aquí para ayudarte. Eso sí, no podré ayudarte todo el tiempo y algún día tendrás que enfrentarlos tu solo.
―Lo sé, lo sé – Loon entrelazo sus dedos – solo que es complicado ¿sabes? A veces me hace falta su figura por la noche, esos abrazos que me daba, su olor, su voz, sus hermosos ojos, a veces la extraño – Usagi soltó una pequeña risa, risa que rápidamente tapo con sus manos.
―Lo siento, lo siento solo que eres muy adorable, eso es verdadero amor, jamás te vi así, de hecho nunca pensé que tendrías descendencia, que si no fuera por tus hermanos tu apellido desaparecería pero escucharte hablar así, no lo sé es bonito.
―Supongo que sí pero pase tanto tiempo con ella que ya no puedo vivir sin ella, es como si fuera mi alma, sin ella mi cuerpo no funciona – Usagi miro su anillo con un poco de tristeza.
―Sí, se a lo que te refieres, lo he vivido.
―Lo peor de todo no es eso, lo peor de todo es que he tenido estos sueños, sueños rarísimos donde ella está y pasamos una buena tarde, algo que suena demasiado feliz y lo es, el problema es que no es real, que cuando despierto ella ya no está, la realidad es otra, es algo completamente diferente, al abrir lo primero que hago es buscarla, buscar sus ojos para confirmar que sigue aquí.
―Lamento escuchar eso, debe ser algo difícil.
―Es imposible, así de simple – Loon miró a su amiga y le sonrió un poco – pero no estoy solo, sé que pronto todo va a mejorar, todo va a mejorar pero me preocupa una cosa y es que al final no lo logremos, tengo miedo de no volverla a ver y… - Usagi rápidamente lo interrumpió.
―No pienses en eso amigo, la vamos a recuperar,
―Déjame terminar, por favor – la actitud de Loon se había vuelto algo pesimista – lo que me da miedo no es encontrarla, lo que más me da miedo es que no la encuentre y luego la olvide, como un libro o como algo sin importancia, que solo sea un capítulo más en mi vida y con el tiempo la olvide – Loon empezó a soltar unas cuantas lágrimas.
―Sabes una cosa, que lo peor no va a ser eso, lo peor es que jamás la vas a olvidar, que vas a vivir siempre con eso en la cabeza, nunca la podrás olvidar, por cada paso que des te obligaras a mirar hacia atrás, creo que el humano en realidad es incapaz de olvidar, todo lo que podemos hacer es vivir con ello, nunca rendirnos ya que hay cosas que valen la pena luchar. No la podrás olvidar pero no puedes dejarte vencer así de fácil, debes levantarte y seguir peleando, pelear hasta que Dios te llame, hasta que el cuerpo aguante.
―Gracias – Loon se seca las lágrimas – gracias por todo, eres una gran amiga – ambos se abrazaron y en ese preciso momento supieron que siempre iban a estar para el otro, sin importar que, eran como hermanos.
Chapter 94: Fantasmas del pasado
Chapter Text
¿Alguna vez han visto un milagro? Se que todos creemos en los milagros, solo tengo que verles la cara para confirmarlo pero ¿ustedes mismos han visto alguno? Son más seguidos de lo que uno piensa pero hay un pequeño problema con estos y no, no estoy en contra de los milagros ni contra en Dios pero hay un dicho famoso entre la religión y es, cuidado a quien le rezas. A veces ignoramos que en realidad hay otras personas que pueden hacer milagros o disfrazar las cosas como si fuera un milagro, pecados que parecen milagros, no sería la primera vez que demonios intentan hacer eso. En una noche oscura, demasiado oscura y tranquila, se encontraba una chica a punto de dormir, había tenido un día difícil y ya estaba a punto de acostarse cuando tocaron la puerta, ya son muchas historias que no dicen que es malo abrir la puerta cuando es de noche, algunos dicen que es el demonio, otros que una bruja, no le abras la puerta a desconocidos.
―Ya voy – dijo Meg con un cuchillo en la mano mientras se acercaba a la puerta, incluso para ella era raro que alguien tocara tan tarde - ¿quién es? – Meg estuvo a punto de abrir pero dudo por un segundo.
―Hola Meg – de inmediato reconoció esa voz, no lo dudo una vez y abrió la puerta.
―Imposible, imposible – era él, era él, se veía exactamente como la última vez que lo vio, no había envejecido nada – Spring – algunas lágrimas salían de sus ojos, lágrimas de alegría y lo primero que hizo fue lanzarse a sus brazos – Spring – lo abrazo con fuerza mientras lloraba, Spring puso una mano suavemente en su cabeza.
―Es un gusto volverte a ver enana – pasaron así un tiempo, hasta que Meg se separó con una pequeña sonrisa.
―Lo siento, pasa, pasa, afuera está haciendo mucho frío – Spring sonrió mientras entraba a la casa.
―Es bastante bonita – Spring miro detenidamente el lugar, Meg solo lo miraba a él confundida – creo que mi memoria está fallado pero ¿siempre habías vivido aquí o cambiaste de casa? Es que no me acuerdo con seguridad – Spring miro a Meg, vio sus dudas en sus ojos y él solo sonrió – siéntate, creo que debemos hablar unas cuantas cosas.
―¿Cómo es posible? – Meg estaba un poco distraída, su cabeza no lo podía creer, pensaba que era mentira pero su alma no aceptaba eso, sabía que era él, era él – yo te vi morir, llevas muerto un montón de años.
―Y sigo muerto – Spring agarró suavemente la mano de su amiga – pero eso es difícil de explicar, mejor siéntate, siéntate que te voy a explicar algunas cosas – Meg fue llevada lentamente hacia una silla y luego fue sentada – necesito explicarte algunas cosas.
―¿Algunas? ¿cómo es que estás con vida? Es imposible, es, es… - Spring se sentó delante de ella.
―Sí, técnicamente es imposible pero hiciste un trato con el diablo ¿no te acuerdas? – Meg puso lentamente su mano en su boca – creo que él me trajo a la vida, no lo sé todo es tan confuso, me desperté desnudo y había una chica verde, cuando me vio despertar salió de la habitación y luego entro esa persona alta y encapuchada, me dijo que había muerto y que hizo trato con una amiga mía para traerme de vuelta. No entendí mucho y esa persona no me explico bien, solo dijo que era libre y que tenía que ir aquí, cuando escuché tu voz, supe porque me había mandado – Spring sonrió dulcemente.
―No puede ser yo pensé que iba a ser imposible, yo pensé… - Meg aun no podía creer lo que estaba pasando.
―Sí creíste que era imposible ¿por qué hiciste un trato con él? De hecho ¿Cuánto llevo muerto? Sé que son demasiado años ya que te vez más vieja aunque sigues siendo igual de pequeña.
―Ha pasado varios años desde que te perdí – Meg mira hacia abajo – me sentía tan mal cuando te perdí, te necesitaba, te necesitaba y lo encontré a él, me ayudo, me ayudo a encontrarte, al inicio dijo que podía y creí, creí demasiado pero el tiempo paso y no te trajo de vuelta a mí y yo perdí la fe, yo creí que… - ella empezó a temblar, no pudo terminar la frase. Luego de un tiempo sintió una mano tocando su mejilla.
―Tranquila, tranquila, ya estoy aquí y podemos hacer cosas que nunca pudimos, puedes hablarme de lo que paso, tengo curiosidad ¿estás saliendo con alguien? – Meg soltó una pequeña carcajada.
―No, no, lo intenté varias veces pero no salió nada bien, fue bonito pero yo no estoy para eso ¿recuerdas? Solo importa la gloria, la fama y nosotros, nada más, nada de distracciones – Spring puso su mano detrás de su cabeza.
―Sí, quizás debí decirte algo más positivo, quizás así tendrías pareja y podrías ser más feliz.
―¿Por qué crees que no soy feliz? – Spring solo miro a su alrededor y decidió no responder – vamos, no es la vida de ensueño pero es lo mejor que pude conseguir, soy feliz y estoy viva, creo que eso es lo único que importa.
―¿Te puedo hacer una pregunta incomoda? – Spring se veía algo dudoso y nervioso.
―Claro, siempre y cuando yo pueda hacer preguntas a ti pero primero – Meg lentamente se acercó a él y lo abrazo – te extrañe, te extrañe tanto.
―Lo sé enana, lo sé – Spring miro hacia arriba – ojalá fuera de día para salir y recorrer las calles.
―Te prometo que para la próxima haremos eso.
―Sí, para la próxima – duraron un gran tiempo hasta que Spring la separó – quisiera estar así toda la vida pero tengo varias cosas que contarte, lo siento, lo siento – Meg, algo confundida, se alejó de él – primero quiero preguntarte ¿por qué me trajiste de vuelta? Por lo que veo ha pasado tantos años y tú sigues queriendo que vuelva, vives en el pasado – Meg pareció enojarse por esas palabras.
―¡¿Cómo que por qué?! ¡me prometiste que nunca me ibas a abandonar! ¡qué siempre estaríamos juntos! Y un día te perdí – unas pequeñas lágrimas empezaron a salir de su ojo – yo solo quería pasar una noche más contigo, escuchar tu voz, ver tu sonrisa, pasar una noche más contigo – Spring se acercó lentamente y la abrazo con cariño.
―Lo entiendo, lo entiendo pero lo que me preocupa es que por mi culpa tu vida se haya estancado, que no vuelvas a avanzar por mi culpa – en un momento, Spring vio su mano y vio como una de sus uñas se estaban cayendo – solo quiero que me prometas una cosa y es que sigas adelante, si quieres puedes olvidarme un poco pero no te olvides de todo ya que tarde o temprano nos volveremos a reunir, no debes preocuparte por eso – Spring agarró otra de sus uñas que estaba flojas y se la arranco por completo, hizo una pequeña mueca de dolor, por suerte Meg tenía los ojos cerrados – solo quiero que me prometas que vas a seguir adelante, que me podrás olvidar, por lo menos que lo vas a intentar.
―No lo haré, no lo haré, yo sería incapaz, yo… - Meg lo abrazó con fuerza y así duraron unos minutos – siempre has sido tan listo, siempre buscabas lo mejor de nosotros, sé que tienes razón pero no sé si pueda intentarlo – Meg se separó y se limpió las lágrimas – aunque tú me obligaras a intentarlo – Spring rápidamente ocultó sus dos manos.
―Ahora pregunta tú, sé que me quieres preguntar algo.
―Puedes no responderla si quieres pero ¿cómo se siente morir? ¿estabas en un buen lugar? ¿podías sentir cosas allá arriba? Y ¿te acuerdas de tu anterior vida? ¿acaso existe otra vida? Y más importante ¿me extrañaste? – Spring se mordió el labio.
―Es difícil de explicar, la muerte fue para nada satisfactoria, fue horrible, sentí mucho dolor y luego dejé de sentir todo, el miedo, el dolor, todo desapareció y luego sentí paz, no podía sentir nada más, es como estar en un sueño pero un buen sueño, un sueño que te transmite tranquilidad, no recuerdo mucho más allá de sentimiento, de intentar mirar a mi alrededor pero no había nada, no tenía ni cuerpo pero solo sentía paz. No sé cuánto tiempo paso hasta que desperté, se sentía extraño volver a sentir otras cosas, de volver a caminar, de sentir el viento contra tu cara.
―Ya veo… - ambos se quedaron callados, Spring tenía sus dudas si debía decirle o no y no fue hasta que se le cayó el dedo meñique de la mano derecha que decidió contarle la verdad.
―Oye Meg, tengo que contarte algo – Spring le mostró su mano y Meg se sorprendió – el hechizo no es para siempre, tengo un tiempo limitado o eso dijo él, no tengo mucho tiempo y sé que tarde o temprano te darás cuenta así que mejor te lo digo yo – Meg se acercó y toco suavemente su mano.
―Podemos hacer algo, quizás si hablamos podamos… - Spring le sonrió.
―Meg, tranquila, tenemos aún mucho tiempo ¿no es así? Primero que nada me dijo que no puede hacer nada pero me prometió que me iba a traer de vuelta las veces que sea necesarias ¿por qué no simplemente disfrutamos esta noche y luego nos preocupamos por rencontramos ¿vale? Te conozco y sé que lamentarás no pasar el tiempo conmigo – Meg se quedó callada – no te preocupes por mí, yo ya tuve bastante tiempo por aquí, pasamos bastante bien pero mi mundo no es este, te prometo que volveré pero solo disfruta este pequeño milagro.
―Siempre has sido tan inteligente – Meg miro hacia abajo – por eso eras el líder de nuestro grupo.
―Cierto que teníamos un grupo ¿cómo se llamaba el otro? ¿Pan? No era masculino ¿Po? No, era de tres – Meg lo miró confundido – si cierto, es Bon, es Bon.
―¿Cómo no te acuerdas del nombre de Bon? – en ese momento, pequeños pedazos de carne se empezaron a desprender de Spring, por suerte Meg no se dio cuenta de esto - ¿Por qué no te acuerdas de su nombre? Era tu mejor amigo, bueno eso decías y yo no te lo podía negar.
―Es bastante complicado pero no recuerdo muchas cosas, recuerdo lo importante, mi nombre, mi muerte, tu cara, donde nos conocimos, la noche que lloraste cuando descubriste mi enfermedad, recuerdo que robamos algo pero no recuerdo que con exactitud. Es difícil recordar, es como si hubiera una niebla dentro de mí que distorsiona todo lo que recuerdo y a veces me duele recordar, recuerdo el aspecto de Bon pero no me acordaba su nombre, creo que es algo que pasa al revivir, es extraño – ambos se quedaron callados – y dime ¿cómo está él? Creo que era algo miedoso ¿no? Y lo encontramos llorando en… - Spring hizo una mueca de dolor – lo siento, no me acuerdo, no me acuerdo.
―No te preocupes, no te preocupes, él no ha cambiado mucho, supongo que sigue siendo el mismo, está igual que yo, él ya no llora tanto tu perdida pero te extraña, te extraña y mucho. Sigue siendo el mismo pendejo pero ya es alguien más maduro e inteligente, me ha ayudado – poco a poco el cabello de Spring se empezó a caer – y nos separamos un poco cuando te fuiste, aunque él siempre ha intentado estar ahí para mí, seguimos siendo amigos.
―Me alegra escuchar eso – él paso su mano sobre su cabello – también recuerdo a la chica de la taberna, la dueña que era bonita y amable, nos dejó quedar varias veces en la taberna.
―Joy, su nombre es Joy – la actitud de Meg había bajado, sonaba más aburrido, más triste – sigue siendo la misma, es la única que creo que jamás cambiara, sigue siendo amable y seguimos estando juntas, es un sol.
―Si, no ha cambiado mucho – Spring la abrazo – me alegra volverte a ver.
Luego de un tiempo se separaron y volvieron a hablar con tranquilidad, como dos amigos, hablaron de temas sin importancia, a veces con algunas risitas por aquí y por allá, todo era perfecto excepto que Spring se estaba pudriendo poco a poco y las cosas se empezaron a notar, el cabello se le caía, empezó a expulsar un mal olor, olor que al parecer solo podía oler Meg pero aun así siguieron hablando. Aunque todo llego a su fin cuando pedazo de su cara se empezó a caer, la mejilla derecha se empezó a desprender poco a poco, mostrando su hueso, algo que horrorizo a Meg, Spring se sintió demasiado avergonzado por eso.
―Lo siento, lo siento – Spring se vio la mano, observó que la mayoría de su carne se había desprendido – creo que tengo que irme, tengo que irme, el tiempo se me acaba – Meg estaba un poco asqueada, el olor la estaba matando – creo que nos vemos después, fue un gusto volver a verte – Spring se levantó y empezó a caminar hacia la salida pero en ese momento Meg lo abrazó por detrás - ¿Meg? – ella lo abrazó más fuerte.
―Solo, déjame un momento, una última vez – Spring no dijo nada, solo se quedó callado – gracias – Meg poco a poco se separó – gracias por todo – Spring le iba a secar las lágrimas pero observo un momento su mano y vio lo que quedaba de su mano, lo mejor era no tocarla con eso.
―No es nada, no es nada, sabes que siempre volveré hacia ti, ya veo que ni la muerte nos puede separar – Spring soltó una pequeña carcajada – nunca te olvidaré Meg, fue lo mejor que me paso en mi vida – eso fue lo último que dijo ese cadáver andante antes de desaparecer en la oscuridad.
Meg sentía muchas cosas en ese momento, solo cerró la puerta y se apoyó en esta, las lágrimas empezaron a salir y su pecho le empezó a doler, había conseguido hablar con él, debería estar feliz pero ¿por qué se sentía tan vacía? ¿por qué se sentía peor que antes? Quería tenerlo de vuelta, abrazarlo, quería tenerlo para toda la vida, se preguntaba ¿por qué se tuvo que ir? ¿por qué no peleó por tenerlo cerca, para tenerlo unos minutos más? Se sentía tan mal. Rápidamente cayó al suelo y empezó a llorar desconsoladamente, todas las fuerzas la abandonaron de su cuerpo, se quedó así hasta caer dormida y tuvo un sueño, un sueño bastante agradable pero lo peor siempre es despertar, despertar y notar la triste vida que tienes, lo miserable que eres.
Chapter 95: Entrenar al perro
Chapter Text
Animales, un labor que solo las personas más ricas pueden tener, caballos, perros e incluso gatos, algo de alta sociedad, incluso en sociedades antiguas se creían que los gatos eran deidades pues estos solo eran acompañados por los hombres más fuertes y las mujeres más importantes de sus tierras pero ¿saben la razón por lo cual es tan difícil? Una gran parte es por el aseo y la comida, algo para nada barato, hay algunos caballos que viven mejor que yo pero otro gran problema es su naturaleza salvaje. Todos sabemos que los animales son salvajes, es parte de su naturaleza, incluso podíamos decir que parte de su alma pero aún no sabemos si los animales tienen alma, el caso es que ellos están acostumbrados a una vida de correr o morir o matar o morir, algo tan simple como eso, incluso los humanos a veces seguimos aplicando esas reglas, por eso hay que enseñarles a comportarse, que tienen que hacer caso a su dueño, que ya no corren peligro. Hay miles formas de hacerlo, yo no soy un cuidador de caballos, cada animal que me ve se va rápido, supongo que hace parte de su naturaleza pero hay muchas formas de entrenar a un perro, de que sea fiel a su dueño. Puppet estaba peor que antes, apenas la alimentaban y le daban de beber y era vigilada todo el tiempo por una chica de pelo verde, cada vez que ella intentaba algo, esta chica la apuñalaba en los hombros, un pequeño corte inofensivo pero doloroso. Habían pasado solo cinco días en la que el brujo la encontró a ella intentando escapar, una tragedia que obligo al brujo a moverla y ponerla en un lugar seguro aunque esto no era lo peor, lo peor es que cada día era golpeada por el brujo una y otra y otra vez, era algo doloroso, le tiraba varios dientes abajo, le rompía varios huesos pero al final la curaba para no dejarla morir. Aunque no lo hacía todo el tiempo, el brujo tenía cosas que hacer y no solo trabajar para el rey, también tenía asuntos personales que atender, nadie sabía en realidad que hacía, muchos creen que se iba a meditar o algo por el estilo pero yo no puedo afirmar eso, solo se sabe que volvía de noche para castigar a su pequeña prisionera.
―Dime Camí ¿cómo se ha portado nuestra invitada? – decía el brujo cuando llegaba a la habitación.
―Sigue haciendo lo mismo, no es alguien de confiar, es agresiva y sigue intentando escaparse, tampoco me hace caso, sigue igual que siempre – el brujo hace una cara de frustración.
―Esa chica, esa molesta chica, jamás aprende, jamás aprende ¿cómo le hacemos entender? Jamás lo hizo por las buenas, tocará hacerlo por las malas – el brujo sonrió – el alma humana, tan interesante y tan inexplorada me pregunto de cuantas maneras se puede romper, ese fuego que hay dentro de cada de nosotros, esa determinación ¿se puede acabar? ¿podemos obligar a los otros a saltar? – el brujo se quedó callado por un momento - creo que tengo una idea Camí.
―Claro señor, dígame que puedo hacer por usted.
―Sigue vigilando a la chica, vamos a ver si puede aguantar nuestro pequeño experimento, vamos a ver si ella soporta lo que pasará. Voy a traer a la segunda invitada.
Puppet escucho todo esto pero no podía hacer nada, tenía la boca tapada y también los ojos, era algo que él a veces hacía por alguna razón y al escuchar todo eso lo primero que hizo fue moverse enojada, intentando escapar de sus cadenas, el brujo se fue por unos minutos y luego volvió y le quito la venda de los ojos a Puppet. Ella miro a su alrededor, le costaba un poco pero sus ojos se acostumbraron al terreno, esperaba ver a alguien más pero solo estaba ella y él, era la hora de la comida, la única que tenía, al inicio ella rechazaba la comida pero el hambre la estaba matando y al final acepto comer, aunque no podía utilizar sus manos para hacerlo.
―Supongo que ya tienes hambre ¿no es así? – lentamente le quito la cosa que le tapaba la boca – lamento hacerte esperar, hoy fue un día muy pesado pero especial y me disculpo por mi demora.
―Dame de comer, no quiero oírte – el brujo simplemente se río.
―Como quieras, eres nuestra invitada.
La comida paso en completo silencio, no le dieron mucho, un pan y una manzana además de un poco de vino y esta vez por suerte le dieron un poco de pescado para que se sienta mejor, sé que suena bastante poco pero para ella era un completo banquete. Cuando termino él simplemente se apartó y se quedó completamente callada, ella estaba esperando los golpes pero nunca llegaron, esto la dejaba un poco con miedo pero al mismo tiempo aliviada, hasta que él dio tres fuertes patadas al piso y entraron en la habitación la chica de pelo verde y su hermana.
―El cuarto misterioso – dijo Mai con una pequeña sonrisa.
―Mai – Puppet rápidamente se asustó, intentó liberarse, el brujo rápidamente se acercó a ella – no, suéltenme, suéltenme – rápidamente él le tapó la boca.
―¿Hermana? – Mai se veía algo asustada y preocupada.
―Tranquila es parte del juego ¿recuerdas? – el brujo se acercó cariñosamente a ella y le puso una mano en su hombro – es como la historia de la rana ¿recuerdas? – Mai sonrió un poco aunque no dejaba de ver a su hermana algo preocupada – la rana Martin, le gusta saltar y bailar era demasiado buena en eso hasta que conoció a la luciérnaga.
―Me encanta esa historia – Mai lo miró como una niña chiquita – siempre me pone los pelos de punta – el brujo lentamente lo condujo a Mai delante de su hermana.
―Lo sé, lo sé a mí también y lo que pasa al final, una historia tan oscura y tan dulce que no parece que fuera para niños – Puppet se movió erráticamente y con enojo, no podía dejar que él le hiciera algo a ella, todos estos esfuerzos llamaron la atención de Mai - ¿Qué le pasa a mi hermana? ¿está bien? – el brujo sonrió con malicia.
―No le pasa nada pequeña, solo esta entusiasmada por jugar con nosotros, como cualquiera ¿no es así? – el brujo le tocó la nariz a Puppet – ahora vamos a jugar.
―¿Jugar? A mí me encanta los juegos ¿puedo jugar? – el brujo sonrió.
―Claro Mai, de hecho, tú serás nuestra invitada especial en este juego – Mai dio pequeños saltitos de alegría – adivino que te gusta el teatro.
―Claro que sí ¿a quién no? Tantas buenas historias, el espejo del alma humana.
―Sí, eso dicen seguido ¿quieres jugar al teatro? Solo hay que usar nuestra imaginación, algo que hacen los autores con frecuencia. Mira, incluso tenemos público – Camí se hizo al lado de Puppet.
―Suena divertido ¿qué vamos a interpretar? ¿el rey Liar? ¿Hamlet? – el brujo se río.
―¿Por qué íbamos a copiar algo que existe? Hagamos algo nuevo, algo más interesante, algo nuestro ¿te parece? – Mai sonrió con dulzura – podemos crear algo mejor, al final ambos somos dioses – silencio, el brujo miro a su público fijamente – ya tengo una idea para nuestro primer acto ¿sabes que es un culto? – Mai niega con la cabeza – mejor, mucho mejor, vamos a improvisar mira a nuestro público y cierra los ojos – Mai hizo todo lo que él dijo – ahora di. Socorredme, socorredme rápido, pido a Dios que me salve.
―¡Socorredme, socorredme rápido, pido a Dios que me salve! – el brujo sonrió.
―Bien, bien, eres bastante buena en eso, podrías ser actor cuando salgas de este lugar, aunque no creo que tengas mucha suerte, es un mundo cruel allá afuera. Solo déjate llevar por el corazón, por tus sentimientos y grita esas palabras lo más fuerte que puedas.
―Si señor, daré mi mejor esfuerzo.
―Se que lo harás siempre lo haces. Ahora llega mi momento – el brujo tose un par de veces - ¡Ojalá alguien del público pueda salvar a esta señorita de su fatal destino! – el brujo miraba a Puppet con una sonrisa burlesca – es hora de actuar.
Él puso una mano sobre el hombro de Mai y ella empezó a gritar con fuerza, como si la vida se le fuera arrancada, un grito tan sincero y tan real y al mismo tan hermoso ¿saben cómo logró transmitir dolor de manera tan genuina? Simple, no estaba actuando, estaba sintiendo fuego dentro de su piel, algo doloroso y luego empezó a sentir como toda su piel se empezó a despegar poco a poco empezando por su hombro. Puppet miraba todo esto, se movía de manera errática intentando liberarse mientras unas lágrimas salían de sus ojos, todo era inútil y solo pudo escuchar a su hermana gritar una y otra y otra vez, de alguna manera su voz nunca se fue, siempre gritaba más fuerte de manera tan horrible aunque tardo varios minutos en el que se notara un daño real. Como dije, la piel se empezó a desprender poco a poco y gracias a él que decidió que ella debía sobrevivir una gran parte a este lento proceso y él no se tomó la molestia de hacerlo rápido, no, lo hizo poco a poco, cacho a cacho la piel se fue desprendiendo de sus huesos y ella no paraba de gritar, de pedir ayuda a su hermana. Aunque no solo hay que aplaudirle por la gran actuación de Mai ya que también el brujo merece sus aplausos, en un momento se sintió mareado y casi se cae, tenía que resistir hasta que el acto acabara algo más simple de decir que de hacer, mantenerla viva era demasiado complicado. Luego de una hora el cuerpo de Mai se encontraba en el suelo, sin vida, sin piel, su hermana solo podía mirarla fijamente horrorizada, el silencio inundaba la habitación, el brujo tenía las manos llenas de sangre y una pequeña sonrisa, sabía el mal olor que iba a dejar Mai así que rápidamente la quemo.
―Fue bastante divertido, tu hermana sí que sabe actuar – él chasqueó los dedos – claro pude haber hecho eso ¡qué idiota que soy! – con sus manos manchadas de sangre se tocó la cara y luego la arrastro para arriba hasta tocar su pelo, manchándose todo de sangre – debí ponerle su anterior apariencia así era más efectivo, claro, claro, soy un idiota por olvidarme de eso – él soltó una pequeña carcajada – tranquila, pudo ser mucho peor, le di una muerte delicada – Puppet no reaccionaba – Camí, puedes dejarnos solos.
―Si señor – Camí no dudo dos veces y salió de la habitación lo más rápido que pudo.
―Mira, es lo mejor para todos – el brujo le quito lo que le tapaba la boca a Puppet pero ella siguió estando en silencio – ella fue un buen experimento, me divertí mucho con ella pero ya no tenía algo más, ya acabo su utilidad y lo que no es útil, hay que eliminarlo, fue lo mejor para los dos, además ¿por qué te impostaba tanto? Era una simple humana, débil y patética, incluso antes que yo empezara a mejorarla, era alguien detestable, quizás pasar demasiado tiempo con personas te hace demasiado débil, quizás ese es el problema de nosotros, nos estamos volviéndonos muy débiles. Todo esto ha sido tu castigo por no obedecernos, si vuelves a intentar escapar, el siguiente será tu novio – el brujo toco suavemente la nariz de Puppet – y a él no le tengo respeto, es demasiado patético y se merece la peor muerte ¿no crees? – ella no respondió – ya sabes no intentes nada o se volverá peor – el brujo salió de la habitación con una pequeña sonrisa.
―¿Eso es todo? ¿ya nos hará caso? – le pregunto Camí algo inquieta.
―No lo sé, mañana veremos, quizás se vuelva un poco loca, eso también puede pasar pero es divertido, cualquier reacción de ella nos dará satisfacción, nos dará una clara respuesta.
―¿Por qué? – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―¿No es fácil? Somos exploradores, los primeros en tierras jamás recorridas, no importa si vamos a la derecha o a la izquierda, estamos explorando y haciendo un mapa, conociendo tierras que nadie jamás pudo tocar ¿enserio importa por donde vayamos? Solo disfrutemos del viaje y anotemos todo lo que veamos, será divertido.
―Entonces ¿volvemos a todo como fuera antes? – el brujo se quedó callado, pensando.
―No, vamos a cambiar un poco las cosas, lo intentamos por las buenas, fuimos amables ¿no crees? Nos obligó a hacer cosas tan horribles pero es completamente su culpa – el brujo sonrió mientras decía esas palabras – se sentirá tan culpable de la muerte de su hermana. Vamos hacer pequeños cambios, empezando con uno muy simple, ya no estará sentada, la necesito levantada o mejor dicho colgada, no sé cómo lo harás pero lo harás, puedes esperar a que yo llegue para vigilar que todo salga bien pero quiero que siempre este parada y que no pueda escapar, aunque quien sabe, quizás ya no quiera escapar.
―Voy a ver qué puedo hacer, gracias señor.
Esto parecía el final, que las cosas no iban a empeorar, que ya había tocado fondo pero la verdad es que el fondo nunca existe, no lo hay y cuando piensas que tocas fondo lo atraviesas una y otra vez, te puedes hundir todo lo que quieras hasta ahogarte, lo que toco Puppet no era un fondo, era apenas la orilla del infierno. Al día siguiente se hizo el cambio de posición, un cambio no tan complicado, Camí decidió cambiarla luego asearla, llamo a Eak para que le ayudara en esto pero no fue necesario, ella ni se movía, no se quejó, no peleo, no hizo absolutamente nada y quedo completamente de pie, así por un par de horas hasta que llego él. El brujo la bajó con mucho cuidado y luego le dio de comer, al inicio ella no quería pero él solo tuvo que insistir un poco más y tocar su estómago para que se dé cuenta que en realidad si tiene hambre y acepto toda la comida, sentada y cómoda como una reina, aunque ella no dijo nada, ni si quiera las gracias. Luego de eso vino lo más duro, lo más difícil de todo, el pequeño juego de la papa caliente, así es como él le decía y era un juego bastante simple, hervías la papa lo más que podía, lo metías directamente al fuego, hacías que su carne se quemara pero al mismo tiempo evitabas que esta papa se echara a perder. Eso fueron todos sus días casi sin excepción durante mucho tiempo, quedaba aparada durante mucho tiempo y cuando él volví le daba de comer, sentada y aliviada, era sus minutos en el cielo para luego caer en el peor infierno, ponía una mano en cada una de sus muñecas, una era para matarla y otra para salvarla y aunque ella quisiera no podía soltarse. La quemaba viva, hasta el punto de matarla pero al mismo tiempo la curaba, no le dejaba ninguna cicatriz, algo que lo dejaba completamente exhausto pero era divertido, incluso le quitaba la mandíbula para que no pudiera gritar, era muy divertido para él y desafiante, era caminar entre vida y la muerte ¿la mente está preparada para soportar eso? ¿el dolor puede romper el alma? Ella le suplico varias veces que se detuviera, que la matara pero él siempre le decía que la muerte era un hermoso regalo que ella aún no se había ganado. Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, el juego cambio un poco, incluso él se daba la tarea de contarle todo lo que hacía una y otra vez, la misma historia una y otra vez, a veces la cambiaba ya que la memoria no es precisa pero la premisa era igual, una y otra vez, aunque eso no nos interesa a nosotros ya que yo ya se las conté. El destino de Puppet por mucho tiempo fue quedarse atrapada en el mismo lugar con la misma rutina, hasta que el brujo en un gesto de bondad dejó que pudiera ver las estrellas por la noche, una simple noche donde él estimulaba sus sentimiento para que ella se sintiera feliz y relajada.
Chapter 96: El diablo te espera en la esquina
Chapter Text
Todos nos hemos visto nuestro reflejo, hemos visto nuestras caras, para las personas más ricas están los espejos, ese invento mágico que nos ayuda a reflejarnos pero para la gran mayoría solo con el agua podemos reflejarnos, una copia de nosotros que imita nuestros movimientos, solo una burla copia, como un títere pero mucho mejor, un cascaron vacío de nosotros mismos. Eso era Fred, un simple reflejo aburrido o una sombra, obligado a seguirlo, obligado a ser como él, obligado a hacer todo lo que él quiere, suena bastante horrible y seguramente lo es pero Fred, igual que una sombra, no tiene sentimientos, no sabe lo que es vivir, solo tiene algo en la cabeza, seguir a Freddy. Pero hubo un pequeño problema, uno minúsculo, Fred era una copia demasiado perfecta, tan perfecta que era capaz de sentir y es cierto es imposible sentir mientras estaba en su forma base, siendo un fantasma, así lo describía Freddy, pero cuando cambiaban de cuerpos, cuando Fred estaba en control, podía sentir cosas, podía sentir la vida. Obviamente Fred empezó amar estar vivo, vivo de verdad, lo que nosotros los humanos llamamos vivir que no es solo respirar y eso lo volvió un poco loco, imagínense que de repente no sientes hambre, no sientes amor, tristeza, felicidad, no sientes nada, solo flotas y flotas, no necesitas dormir o respirar ¿eso se le puede llamar vida? ¿es acaso una vida que ustedes quieren vivir? Fred tampoco. La sombra solo quería pasar una noche normal, ser normal, poder comer y disfrutar esa comida, poder dormir, tener un cuerpo propio pero él no estaba destinado a algo así, estaba destinado a solo ser el cascarón vacío de su dueño, hasta que un día, exploto. Yo no lo culpo, si llamas a alguien loco por mucho tiempo, al final se convertirá en un loco, si le dices a alguien por mucho tiempo es un parasito, una molestia, el diablo, cosas así y no puedes callar esas voces ni separarte de esas palabras, solo puede haber una consecuencia. Fred toco el cielo, sintió lo que era tener sentimientos, lo que es tener un alma y no lo iba a dejar ir tan fácilmente, ya no quería ser un simple reflejo, por lo menos por una sola vez, su cabeza se llenó de ideas, ideas que intento apartar todo lo que podía pero era inútil, todo era inútil. La sombra era un reflejo demasiado fiel al humano, copio nuestra naturaleza, copio nuestra necesidad de ser tan curiosos en la vida, de ahogarnos con lo que no nos hace bien, de ser egoístas, solo quería abrir las alas y estirar un poco las patas pero pobre animalito, pobre sombra, no sabía que el diablo lo espera en la esquina.
―Voy a dormir, no quiero que me molestes, ya tuve un día difícil – Fred no le respondió – buenas noches.
―Descansa Freddy – decía en un susurro que solo él podía escuchar.
A veces cuando Freddy dormía, su sombra aprovechaba para tomar su cuerpo y controlarlo, caminar por la habitación de un lado a otro, mirar al cielo y tratar de dormir, era algo pequeño pero le gustaba, aprendió a caminar él solo, algo que fue bastante complicado hasta dominarlo, a veces se le olvidaba y siempre caminaba algo cojo pero con ayuda de magia podía caminar fácilmente, aunque realmente quería aprender a caminar de manera normal. Un día, cuando Freddy cumplió los quince años, Fred decidió tomar el cuerpo sin permiso, como muchas veces había hecho antes, nunca hacía algo grave pero esa noche, esa noche cometió un gran error, quiso ver que había más allá del castillo. Salir era algo complicado, estaba todo rodeado de caballeros caminando de un lado a otro, iban a ser una gran molestia pero lo peor no eran ellos, lo peor era el caballero que esperaba delante de su puerta, vigilando que nadie entre o salga, sería imposible para un humano salir sin ser detecto pero él conocía un truco, un truco que había usado antes. Se acercó a la pared e hizo un portal fuera del castillo, lo más lejos del castillo que podía sin salir del reino y luego lo atravesó, Fred creyó que nadie se daría cuenta y que si solo se tardaba treinta minutos ni notarían que se había ido, pero este pequeño truco no pasó desapercibido por todos.
―Es una gran noche, tan oscura y silenciosa – fue lo primero que dijo Fred cuando estaba afuera. Sabía que con su aspecto actual solo le traería varios problemas, así que cambio todo su cuerpo, su pelo e incluso se hizo un poco más grande.
Fred camino un poco por las calles, algo peligroso pero él no tenía miedo, no tuvo que caminar mucho hasta llegar a una pequeña taberna algo modesta, por suerte aún estaba abierta y pudo entrar antes de que cerraran, no era la única persona que estaba ahí, en la esquina había una chica de pelo blanco y un chico de pelo azul hablando tranquilamente con la dueña del lugar, debe ser buenos amigos. Fred camino con completa confianza y se sentó en cualquier silla y se quedó completamente quieto, no sabía que tenía que hacer pero creía que si esperaba lo suficiente podía alguien le vendría a ayudar, y tenía razón pues una chica de pelo rubio se acercó a él. Fred miro a Joy caminar hacía él y algo sintió ¿amor puede ser? ¿calentura? No lo sabemos y mucho menos él, simplemente sintió una electricidad al verla, quizás fue su cara, su pelo o sus ojos, quizás fue su cuerpo, es lo primero que miran los chicos a esa edad o quizás fue su forma de caminar, quizás le pareció sexy o simplemente se enamoró de la primera chica que vio de cerca, la primera que no llevara una armadura que tapara demasiado. Cuando se le acercó solo pudo quedar como un tonto, callado viéndola fijamente con una pequeña sonrisa pero cuando se acercó a él no supo que decir, se quedó congelado por unos minutos y solo se le ocurrió decir una cosa.
―Eres realmente bella – decir lo primero que se le ocurriera – lo siento, lo siento – Fred agachó la mirada algo avergonzado – sé que no debería decirlo y que sonó algo indecente pero cuando te vi quede algo tonto, me impresiono tus ojos y esa sonrisa tuya. Me disculpo si sueno algo indecente – Joy soltó una pequeña carcajada infantil para luego sonreír como siempre lo hace.
―No pasa nada, me lo dicen seguido – su sonrisa cambio por una más picara – aunque tú eres el que mejor me lo ha dicho, suena más sincero y más bonito, suena demasiado sincero y respetuoso, me gusta – Fred soltó una pequeña carcajada nerviosa.
―Sí, supongo que le debe pasar seguido.
―Son comentarios ¿qué me importan? Además si todo el mundo que soy sexy por algo será – Joy toca suavemente la mano de Fred - ¿crees que soy sexy? – esto hizo sonrojar a Fred.
―¿Por qué preguntas algo tan obvio? Ya debes saber la respuesta – Fred le respondió con picardía, algo le decía que eso era lo que ella quería escuchar – me atrevo a decir que todos tenemos la misma respuesta, incluso un ciego vería lo hermosa y sexy que eres – Fred no creía lo que estaba haciendo, le agradaba pero jamás llego a pensar que haría algo así, no sabía si estaba haciendo todo bien o estaba haciendo el ridículo.
―Vaya, eres bastante ingenioso y al mismo tiempo dulce, me encanta, eres único y bastante lindo, aunque eso sí guapo, no importa que me digas no te hare rebajas, puedes ser lo bonito que seas pero debes pagar como todos – esos ojos tan lindos, Fred no puede dejar de verlos.
―Tranquila hermosa, eso debería ser tratado como un crimen de guerra, te pagaré como debe ser y nada de rebajas, a mí me gusta ganarme las cosas por mis capacidades y no por mi cuerpo. Tráeme lo que sea más barato por favor – Joy le guiño el ojo.
―Chico inteligente, eso me gusta. Ya le traeremos lo que pidió.
Fred vio a Joy salir, no podía dejar de mirarla, le parecía tan atractiva y su cuerpo tenía reacciones naturales de cualquier hombre, no creo que haga falta entrar en detalle, todos conocemos de qué hablamos, él estaba tan confundido, su corazón latía, su piel se erizaba y su cabeza solo pensaba en una cosa, verla desnuda, no sabía dónde venían esas ideas pero no podía evitarlo, solo llegaba eso a su cabeza una y otra y otra vez. Cuando Joy desapareció Fred se pudo controlar, tenía tantas preguntas sobre su cuerpo y emociones ¿eso siente Freddy? ¿por qué está tan emocionado? Era extraño y raro pero le gustaba, le gustaba ese sentimiento, le atraía esa chica pero no sabía por qué.
―Aquí está, cerveza – Fred la agarró y tomo un trago con una sonrisa, a pesar de ser su primera cerveza, no sintió el mal sabor, su cara seguía siendo de disfrute.
―Vaya es bastante delicioso – para Fred esto sabía cómo agua amarga, le parecía demasiada insulsa pero no le iba a mentir a su nueva amiga.
―Sí necesita algo más solo avísame.
―¿Podrías quedarte un poco más conmigo? Es que me agrada demasiado hablar contigo, pasar tiempo contigo y conocer un poco mejor a este pequeño ángel – Joy sonrió con dulzura.
―Lo siento guapo pero tengo que irme, tengo cosas que hacer y personas que atender, aunque no lo creas soy la dueña del lugar y me encargo de todo yo sola – Fred sonrió.
―Claro, claro, el agua hay que dejarla correr – Joy se giró con una pequeña sonrisa – por cierto, nos volveremos a ver pronto, aun no me has dicho tu nombre, además no soy tonto, sé que eres un ángel y nadie deja ir a un ángel tan simple, así que sería todo un honor ser tu loco enamorado – ella no respondió aunque si soltó una pequeña carcajada.
Todo iba bien para Fred, incluso disfrutaba de esta nueva bebida tranquilamente hasta que llego una nueva persona a la taberna, un hombre alto de pelo morado corto, miro detenidamente el lugar y luego camino con completa tranquilidad, estaba buscando a alguien para poder hablar y por suerte lo encontró aquí. Ese chico no tenía prisa y caminaba lentamente hacia su objetivo, sabe que hacer y sabe que no debe llamar la atención, eso obligaría a que le corten la cabeza, se sentó al lado de Freddy pero primero fingió dudar, observo el lugar pero al final se sentó detrás de Freddy con una pequeña sonrisa, este parece no haberlo notado, lo cual era mucho mejor. Espero a que Joy se acercará a pedir algo y cuando la chica se empezaba a ir, se acercó un poco más a Freddy.
―Disfrutando la noche ¿no? – Fred apenas lo miro de reojo, estaba perdido viendo a esa chica que no lo escucho – me refiero a… - el chico apuntó a Joy.
―Solo me parece linda, nada más – el hombre se río.
―Y no te culpo, a mí también, a mí también – el chico se puso en una posición más cómoda para hablar – un gusto conocerlo, soy Paul – el hombre le estiro la mano.
―Mi nombre es Fred, un gusto – Fred le dio la mano.
―Es una bonita noche ¿no crees? Además encontrar tabernas abiertas a esta hora es bastante complicado para no decir imposible, es casi un milagro que usted y yo estemos aquí.
―Supongo que sí, realmente no soy de aquí y solo vine de visita, no creo que me quede mucho.
―Es una lástima, hay buenas cosas por aquí, cosas que valen la pena para quedarse, además de las mujeres – Paul lo golpeó suavemente en las costillas.
―Tienes razón pero ¿vas a decir que ella no te parece atractiva? Es simplemente hermosa, tiene la cara de un ángel – Fred suspiró con una pequeña sonrisa.
―Sí, atractiva es no te lo puedo negar pero yo prefiero a alguien diferente, bonita es pero si me preguntas a mí a quien prefieres, yo digo a la chica del fondo, me parece un poco más bonita, aunque supongo que el chico que está hablando es su novio.
―¿Por qué? Se que es bonita pero ¿más que la rubia? – Paul sonrió.
―Bueno, creo que son mis gustos lo que la hacen elegir a ella antes que la otra chica, primero tú estás tan enamorado que no te deja ver con claridad así que cualquier cosa que te diga no lo vas a creer, el amor te nubla la vista – Fred se sonrojo.
―Yo no estoy enamorado.
―Vamos, hasta el más tonto vera que sí, no solo te atrae, estás es enamorado que es lo siguiente y por lo menos te puede decir que ella te atrae, aunque yo no sé nada de mujer, puedo equivocarme. Mueve tus fichas, campeón – Paul dio palmadas en su hombro – ahora, lo segundo es que la chica del fondo me parece interesante, es única ¿ves que solo tiene un ojo? Algunos lo llaman fenómenos pero yo lo llamo alguien exótico y eso me gustan más. Ahora lo tercero es su forma de ser – Fred lo miro confundido.
―¿Sabes cómo es ella sin hablarle? ¿solo viéndola desde lejos? – Paul se río.
―Sí, es una suposición y puedo estar completamente equivocado pero por lo que he visto ella lleva las riendas de la conversación, ella es quien decide hablar y el otro escucha y escucha, cada vez que habla el del pelo azul se nota nervioso, tímido o una de dos, no es su novia o su novia lleva la relación. Se parece a alguien que se enoja fácilmente, que si no le haces caso te jala del cabello pero en el fondo es un ángel, alguien dulce, alguien que cuando te da un beso en los labios si significa algo, algo más allá de compromiso y esas chicas me gustan, hace la relación más interesante. Ahí viene tu novia, aunque hablará conmigo, no te molestes – Joy se acercaba con un vaso en la mano.
―Aquí esta el vaso, que lo disfrute – Joy miro un momento a Fred – por cierto, me llamo Joy y salgo en una hora, por si está interesado – ella le guiño el ojo y Fred se sonrojo.
―Vaya, ya te la ganaste, no debes hacer nada más – Paul se recostó en la silla – aunque creo que es por tu altura, creo que le encantan los chicos altos y tú eres bastante alto.
―No puedo creer que eso haya pasado – Fred suelta una pequeña carcajada mientras su corazón latía con violencia – vaya… - Paul lo mira confundido.
―¿Por qué estás confundido? Somos dioses, conseguimos lo que queremos, de hecho ¿qué hacemos aquí? La vista es bonita, sí pero no necesitamos nada de esto.
―Yo disfruto mi noche, tú, no sé, me empezaste hablar y me pareció interesante hablarte, creo que solo estás borracho – Paul sonrió.
―Bueno, igual que tú, eso es imposible, no podemos emborracharnos, por lo menos yo no. Somos dos dioses con todo el poder para tomar todo lo que queramos, nadie nos va a detener, entonces ¿por qué agarramos algo tan pequeño? ¿por qué fijarse en algo tan mundano? Nacimos con todo, riqueza, poder, ser demasiado guapos y decidimos agarrar algo tan pequeño y mundano, como una bebida. Por lo menos es para reírse, no lo crees ¿Freddy? Todo esto es solo un desperdicio de nuestro poder.
En ese momento Fred sintió miedo, miro fijamente a la persona que tenía a su lado y se preguntó ¿cómo era posible? ¿quién era ese sujeto? Todo esto le aterraba y no sabía si quería respuesta, lo único que sabía es que podía estar en graves problemas, que de alguna manera supo quién era él pero ¿cómo? ¿cómo? Una pregunta que no lo dejo moverse, se quedó paralizado por miedo, no se había dado cuenta en el problema que se había metido. Por suerte un ángel vino para protegerlo, uno de color morado que llego rápido a la taberna con la respiración agitada, algo molesto y asustado al mismo tiempo.
―¡Freddy! – quizás lo mejor no fue gritar su nombre pero en ese momento Bonnie no estaba pensando con claridad.
―Lo siento señor pero me tengo que ir ¿pagaría usted? – Fred se levantó algo nervioso y camino donde Bonnie pero Paul lo agarró de la muñeca.
―Aun no te puedes ir, primero porque no te voy a pagar y no te puedes ir sin pagar, además no te dejaré ir hasta que me demuestres quién eres realmente, si todo lo que dicen es real o solo eres un fraude, no me voy a quedar con la duda. Siempre me pregunte que pasaría si me enfrento a un igual, por una vez en mucho tiempo quiero sentirme acorralado ya que ser siempre el numero uno es aburrido – el aíre se empezó a ser más tenso, Meg y Bon veían todo desde atrás, querían reaccionar pero descubrieron la verdad de quien era él antes que Fred e hicieron lo más inteligente, alejarse – jamás me había sentido tan emocionado, está adrenalina ¡casi ni me importaría morir! Solo te pido un golpe, de Dios a Dios.
―Estás loco, aléjate de mí.
―Lo siento Freddy pero nuestro destino ya está unido, no puedo dejarte escapar tan fácil, tu compañero ya sabe quién soy, no me iré sin nada. Yo soy el brujo que ha estado jodiendo tu existencia desde que he podido, yo soy quien mande personas a tu castillo, incluso trabajo para tu padre, mate un montón de personas, así que por favor no te aguantes y pégame
En ese momento la piel de el brujo se empezó a endurecer, no quería esquivar el golpe, su piel se convirtió en el material más fuerte en la tierra e imposible de mover, un truco simple de viento no le haría ni cosquillas, era un objeto inamovible, sonreía con confianza de su pequeño experimento, confiaba en sus habilidades, no había nada que podía moverlo. Fred deja todos los sentimientos de un lado y golpea con toda su fuerza justo en el estómago de su captor, un golpe que provoca que salga disparado hacia atrás contra la pared de la taberna, rompiéndola y llegando a la pared del vecino, pared que también rompe. Fred se queda quieto viendo el cuerpo y parece que no se mueve, su mano está manchada de sangre y estaba completamente rota pero él la curo sin mucho problema, lo más sorprendente es que lo hizo de forma automática, ni si quiera sintió su mano rota, sus ojos solo estaban en la persona que había golpeado, quería asegurarse que no loe siguiera molestando y al ver que el cuerpo no se movía, que parecía muerto, Fred camino donde estaba Bonnie. El brujo no estaba muerto, ni si quiera cayo desmayado, solo no se pudo mover, sentía un gran dolor y rápidamente empezó a escupir sangre, tuvo que tomarse cinco minutos para recuperarse, para por lo menos moverse aunque nunca perdió su sonrisa, una sonrisa de satisfacción. Cuando se levantó del suelo, lo primero que hizo fue matar a todos lo que estaban viéndolo y que no trabajaran para él, luego miro su estómago y vio la gran marca que le había dejado, literalmente estaba negra y no sabía cómo lo habían ganado tan fácilmente aunque eso no le preocupaba, de hecho nada le preocupaba, la toco varias veces y no sintió dolor, solo puedo reírse como un maniático.
―Vaya poder, vaya poder, jamás había sentido algo así, jamás había sentido algo así – el brujo empezó a toser sangre – eso casi me mata, eso casi me mata ¡y fue grandioso! Has mejorado un montón, tienes un gran poder, incluso endureciendo mi piel no fui capaz de resistir ni un solo golpe – el brujo empezó a caminar con dificulta – obviamente sin esto habría muerto enseguida, no quedaría ni un poco de mi persona, hubiera desaparecido para siempre. Que alegría, que alegría Freddy, has superado mis expectativas, ahora yo tengo que superar las tuyas. Nos volveremos a ver, te lo prometo.
Chapter 97: Un último baile
Chapter Text
Todos hemos ido al teatro, muchos dicen que el teatro es un espejo de nuestra realidad, sobre todo nuestra realidad y es algo cierto ya que la ficción siempre se basa en la realidad pero ¿la realidad no se puede basar en la ficción? No seré en primero en decirlo que la vida es un espectáculo, no debes dejar de actuar, no hasta que acabe tu escena, igual que un actor lo vas a dar todo en el escenario, hasta que tu cuerpo aguante porque seamos sinceros, todos sabemos que hay allá arriba pero igual da miedo, da miedo morir y por eso debemos bailar todo lo que podamos hasta que Dios venga por ti, hasta que el cuerpo aguante. Las cosas en el reino eran un poco más exigentes, sobre todo para Freddy que se llevó un susto al descubrir lo que había hecho la noche anterior, estaba asustado y enojado con su amigo, Bonnie le había contado todo lo que había pasado, toda la verdad y Freddy solo miraba con odio a Fred y él simplemente tenía la mirada agachada. Aunque no todo fueron malas noticias ya que gracias a ese pequeño infortunio Freddy empezó a recibir verdaderas clases de magia, al inicio él no quería pero Bonnie le explico todo lo que estaba pasando, en el problema que estaban, además le dijo lo obvio, es más fácil controlar lo que temes que simplemente alejarlo y tratarlo con disgusto, que podía sacarle buen provecho si aprendía a usarlo, le prometió que él le enseñaría, enseñar de verdad. Lo que más temía Freddy es que gracias a esto su relación con Ann se dañara, que Fred le hiciera daño a ella pero ella le dijo que lo apoya en todo eso, no le importa lo que sea, no importa que tipo de problema tenga, nunca le iba a alejarse de él. Le duele un poco que no le haya dicho antes, su trabajo es proteger a Freddy, estar atento de él y cuidarlo, ser alguien de confianza, además fue la primera persona que le cayó completamente bien, aunque no puede culparlo por no decirle, ni si quiera ella sabía si tenía el valor para contar algo delicado. A pesar de todo lo nuevo que había aprendido de estas semanas, Ann no lo iba a dejar solo por algo tan tonto cómo tener poderes o porque era peligroso, eso ya lo sabía y aun así decidió quedarse a su lado.
―Hay muchos tipos de armas, dependiendo de que use tu enemigo debes atacarlo, si es una flecha y espada, lo mejor sería tener un escudo para acercarse.
La guardiana estaba comiendo tranquilamente hasta que un caballero algo nervioso se sentó enfrente suyo, sabía que iba a pasar y no le gustaba, lo miro con odio pero al parecer él no capto el mensaje, por suerte la dejo comer tranquila. Cuando se iba a ir, él la siguió y le empezó a hablar, quería preguntarle unas cuantas cosas pero ella no estaba para nada interesada, le dijo no de mil maneras diferentes que no quería hablar pero él siguió insistiendo, insistiendo e insistiendo hasta que la obligo a hablar, hablar sobre el arte de la guerra y nadie era mejor en eso que la guardiana, nadie.
―La mejor forma de vencer a tu enemigo es con una buena estrategia, suena bastante simple pero no lo es ya que una buena estrategia siempre empieza observando al enemigo, ya ves el problema ¿no? En una batalla tienes poco tiempo para hacerlo.
―Entonces ¿qué hago? Me quedo a lo lejos viendo.
―Puede ser una opción, los generales lo hacen pero tú no eres un general así que no puedes hacer eso, lo otro es que tengas un gran don para eso y puedas pensar rápidamente o la que yo utilizo, vas a la defensiva, recibes los golpes y observas a tu rival y cuando sabes cuál es su talón, lo aplastas.
―Pero ¿por qué el enemigo iba a dejar atacar su punto débil así de fácil? – la guardiana sonrió, era una buena pregunta.
―Es simple, están confiados, quizás confían en su capacidad, quizás en la pelea han visto que no vas a aguantar tanto tiempo, que estás acorralado o solo las personas que se defienden y no atacan son las más desesperadas, las que primero van a perder pero tú aprovecharas todo eso, ellos saben que se encuentran en ventaja y por eso pierden. Están confiados y no les cabe en la cabeza que les puedas ganar pero lo harás, simplemente atacar inteligentemente, usas la fuerza del enemigo para ganarle, a veces literalmente usas su fuerza para ganar, entre más confiados de su victoria estén, son más fáciles de vencer. Aunque no todos son así, hay algunas excepciones, alguien con verdadero talento o mucha experiencia, para esos debes pensar de otra manera, debes ser más inteligente que ellos.
Un día normal, un día tranquilo hasta que la burbuja estallo, algo había pasado, algo grande y peligroso pero igual que un trueno, el sonido siempre tarda en llegar, la guardiana no sabía que estaba pasando, jamás lo iba a sospechar, era solo un día normal, aunque todo esto cambio para ella cuando vio a un montón de caballeros correr al mismo lado, asustados ¿estaban huyendo de algo? Imposible, son caballeros, incluso la muerte es mejor.
―¿Qué demonios pasa? – nadie le quiso responder todos estaban corriendo al mismo lugar, la guardiana tuvo que agarrar a alguien para obligarlo a escucharlo - ¡¿Qué está pasando?! – el chico estaba algo aturdido y confundido, apenas pronunció unas palabras.
―Nos están atacando, alguien ha entrado al castillo – la guardiana rápidamente lo soltó en completo silencio y el chico salió corriendo con sus compañeros.
―Pero eso es imposible, nadie puede entrar aquí, nadie puede entrar ¿verdad? – la guardiana apretó su mano.
―Lo es, para un humano lo es. Síguelos – la guardiana miro al chico – síguelos con ellos y no tengas miedo, cuando veas a alguien lo matas.
―Si señora, pero usted… - la guardiana no tenía tiempo para esto.
―Solo vete, yo iré después.
No tenía forma de saber si sus sospechas eran reales pero algo dentro de ella le decía que era él, era el brujo y quizás alguien más, además ¿quién más podía entrar así de fácil al castillo sin que lo notaran antes? Solo podía ser él y con esa triste espada no podía hacer nada, maldijo no hacerle caso a Bonnie y llevar siempre consigo su espada especial pero no podía tomar el riesgo que la descubrieran. La había guardado en su habitación, en un lugar especial aunque no tardo ni cinco minutos para llegar a su habitación y sacar su espada, mata demonios, así la quiso llamar y las buenas espadas siempre tienen grandiosos nombres, aunque en ese lugar no solo encontró su gran espada, también encontró un pequeño cuchillo que le traía buenos recuerdos. Acaricio el filo del cuchillo por un corto tiempo, un filo de piedra, hace mucho tiempo hubiera quedado inútil si no le hubiera pedido a Bonnie afilarla, inútil para el metal y para muchas otras cosas pero por alguna razón ella decidió también traerla consigo. No podría decir que pensó exactamente para llevársela, además dejó su antigua espada en la habitación, sabía que solo sería un estorbo y se fue hacia la batalla, no sabía dónde estaba pasando toda la acción pero eso a ella no le importaba, rápidamente corrió a la habitación de Freddy, algo le decía que él iba a ser uno de los objetivos del enemigo, debía ponerlo a salvo. Pero se encontró un gran problema antes de llegar, era ese chico con X en la cara, sus manos y su ropa estaban manchados de sangre, ya había matado a varios de los suyos, incluso lo encontró apuñalando a un cuerpo en el suelo, seguramente rematando a un enemigo. Si quería pasar debía matarlo, además era muy peligroso dejarlo con vida y que recorriera los pasillos con tranquilidad, no podía dejarlo vivir, no podía, se le escapo una vez y varios murieron por eso, no lo iba a dejar escapar.
―Veo que por fin llegaste, me pregunte cuando vendrías – dijo con una pequeña sonrisa – por cierto, me llamo Eak, un gusto.
―Y a mí que carajos me importa cómo te llames – la guardiana procuraba estar bastante alejado de él.
―Muy simple, todas las personas que han escuchado ese nombre han muerto – Eak dio unos cuantos pasos hacia ella – me alegro volverte a ver, estaba esperando nuestro reencuentro y que manera de encontrarnos, ahora podemos terminar lo que dejamos pendiente ¿no crees? La última vez me ganaste pero esta vez es distinto ¿qué dices? ¿bailarías una última vez conmigo? O es que tienes miedo de que sea mejor que tú, cómo puedes ver ya tengo una hermosa espada como tú, de hecho he aprendido a usarla, ya somos iguales.
―Eso es una mentira – la guardiana se quitó el casco – dame un minuto, pelear con esta armadura es demasiado incomodo.
―¿Por qué harías algo así? ¿no están diseñada para protegerte? – Eak se recostó en una pared y sonrió de manera confiada – eres una chica rara, demente pero eso me gusta, atrevidas como pocos veamos que tal te funciona y no creo que seas de esas personas demasiadas confiadas como para no usar algo que les ayude a ganar.
―La verdad es bastante simple, por primera vez en la historia no es el portador, es la espada, no es por ofenderte pero ¿alguien cómo tú matando a tantas buenas personas? No son novatos, los conozco, se cuál es su nivel y hubiera barrido el piso contigo pero que extraño, al parecer ha sido al revés. Además romper una armadura es bastante difícil ¿no es cierto? Pero usted lo ha hecho con tanta facilidad, lo vi cuando llegue aquí, estabas apuñalando a ese cadáver, corta las cosas como si fuera mantequilla. Además no creo que se ha fijado en el suelo pero hay un montón de pedazos de espadas, las espadas no se rompen tan fácilmente sería un pecado para nuestro herrero, excepto que alguien este haciendo trampa – Eak sonrió y la guardiana se quitó su última prenda de su armadura – por eso, pelear con armadura es un estorbo, la romperás de igual forma – la guardiana agarró su espada y de manera muy disimulada también agarro el pequeño cuchillo y lo dejo en un lugar especial donde no se iba a perder.
―Y aun así decides atacarme, eres o muy estúpida o muy valiente – Eak soltó una pequeña carcajada – me gusta – la guardiana desvaino su espada.
Eak pensó que esto solo duraría un solo golpe, como la gran mayoría, simplemente ataco primero, directo a la cabeza, un golpe rápido pero que la guardiana pudo bloquear y para sorpresa de Eak, la espada soporto el golpe, era imposible, no tenía sentido, él no podía entenderlo, se distrajo por unos segundos y ella aprovecho ese desconcierto para contraatacar. Ya que su ataque fue por arriba tenía que atacar de una diferente manera, quería cortarlo por la mitad, con una espada normal sería imposible hacerlo al primer golpe pero con esta espada, todo era posible. Eak se dio cuenta de sus intenciones, vio la espada moverse con rápides así que se alejó lo más rápido que pudo, esquivando el golpe por poco, la espada lo había rozado su estómago, haciéndolo sangrar. Cualquiera puede imaginar que esto le haría ganar a la guardiana pero eso está lejos de la realidad, él ya sabía su pequeño truco, no iba a dejar que esa espada lo tocara de nuevo, quizás no era tan bueno como la guardiana pero era bastante ágil, golpearlo iba ser muy difícil. Pero lo peor no era eso, lo peor es que Eak decidió ser quien atacara con fuerza y rápides, era alguien que sabía cómo mover la espada y poner en posiciones incomodas a sus rivales, no dejaba respirar a la guardiana con sus golpes pero ella no lo necesitaba, no le importo estar presionada y siguió pensando, pensando y analizando, intentó golpearlo de varias maneras pero solo lograba tristes roces, si es que tenía la suerte de acertarle, parecía ser una pelea de resistencia entre ellos, el primero en cometer un gran error, pierde. La batalla no cambio ni si quiera un poco en cinco minutos, Eak atacaba y ella defendía, golpe tras golpe, de la misma forma y con la misma intensidad hasta que Eak se empezó a cansar, jamás tuvo que practicar mucho, todas sus peleas habían acabado con el primer golpe, no estaba acostumbrado a pelear de manera continua y su cuerpo empezó a agotarse. Eak sabía que no iba a durar mucho, podía sentirlo en su cuerpo y lo veía en los ojos de la guardiana, no iba a poder ganar, debía hacer algo y solo se le ocurrió una idea, escapar. Luego de dar un golpe, Eak corrió hacia atrás huyendo del combate, la guardiana reacciono con rápides y lo empezó a seguir evitando caerse con los cadáveres que estaban en el suelo, al final Eak entró a una habitación y cerró la puerta con fuerza, provocando un gran ruido al cerrarse; cualquiera hubiera entrado rápidamente a la habitación pero ¿qué pasa si era una trampa? Este chico era una rata y podía estarlo esperando cerca de la puerta para matarla, decidió tomar las cosas con calma. Primero atravesó la puesta con su espada y miro por el hueco, no veía a nadie cerca, no estaba enfrente, luego de una patada abrió la puerta pero no entró, espero unos segundos completamente quieta, observando el lugar, respiró profundamente y entró. Primero miro el lugar detenidamente, sus alrededores, no estaba cerca, luego camino por el lugar con tranquilidad, miro todo momento a su alrededor.
―Sabes, me esperaba esto de ti, solo eres un maldito cobarde.
―Solo fui a respirar, hacer esto es difícil – ella siguió donde estaba la voz.
―No importa cuánto corras, yo te seguiré.
―Eso es cierto, eso cierto así que ¿nada de correr? – ella se estaba acercando cada vez más y por eso camino aún más despacio, algo la perturbaba.
―No me importa, no importa lo que hagas, esto tendrá el mismo resultado.
―¿Has visto a un hombre explotar en miles de pedazos? Yo sí y creo que más de una vez, es algo horrible, de repente está ahí y luego, está por todos lados, es algo que no quiero vivir así que morir por tu espada es mucho mejor – Eak salió de su escondite – lo siento por irme del escenario, creo que subestime mis habilidades de actor.
La batalla comenzó y solo duro tres minutos, al inicio Eak no quería pelear y solo esquivaba una y otra vez, incluso se pudo defender varios de los ataques de la guardiana hasta que salió de esa molesta habitación, miro a los lados y supo que no podía escapar y ahí empezó a estar más al ataque, él volvió a mandar el ataque, no era tan rápido y tan eficaz, Ann logró hacerle un poco de daño pero nada mortal; la batalla no iba a durar mucho y estaba claro que la guardiana tenía la ventaja, hasta que su espada se rompió. Era una buena espada, más resistente que cualquier otra en el castillo pero no llego a ser suficiente, al final el filo cedió ante el enemigo y se rompió, solo quedaba un pequeño filo a la espada, la guardiana no podría ni defenderse con eso, era casi inútil, Eak solo suelta una pequeña carcajada, ya tiene la victoria y lanza un golpe, un último golpe. Pero cuando más confiados estén, son más fácil de ganar, su ataque fue tan patético, no sabemos si fue su confianza o su cansancio pero eso no nos importa, solo nos importa que la guardiana pudo esquivar ese golpe y aprovechó ese pequeño error para contraatacar, su rival pensaba que la espada era inútil pero aún tenía un poco de filo y ella aprovechó para clavárselo en las costillas, un golpe mortal. Eak, igual que un animal, ataco salvajemente, no quería morir, usaba toda su fuerza para escapar, luchar o morir y él no iba a dejar las cosas tan fácilmente, atacaba rabioso, sin sentido, desesperado pero le funcionaba, la guardiana solo podía esquivar a que el enemigo bajara un poco la guardia para matarlo pero no tuvo tanta suerte, Eak pensó que lo mejor sería quitarle las alas. Hizo un ataque de amague y luego ataco su brazo izquierdo, el brazo de la espada, lo corto completamente sin resistencia y luego la apuñalo en el estómago.
―Por favor aun no te mueras, me quiero divertir contigo – él saco la espada de su estómago muy lentamente, simplemente para hacerla sufrir más.
―Mi nombre es Ann – la guardiana agarró su pequeño cuchillo oculto y lo apuñalo en la garganta, Eak abrió los ojos sorpresivos, aunque lo intentara no podría hacer nada – y todos los que han escuchado mi nombre han muerto – Ann movió el cuchillo hacia la izquierda, provocando un gran corte en su cuello que lo terminaría matando– nos vemos en el infierno.
Eak no pudo reaccionar, desde que sintió el filo entrando a su garganta, ya estaba muerto, solo pudo caer al suelo. La guardiana, aunque con gran dolor, decidió seguir adelante, aún no había encontrado a Freddy, debía ponerlo a salvo, ese era su trabajo. Agarró la espada de su rival con su mano derecha y empezó a caminar con dificultad, el dolor era infernal pero lo peor no era eso, lo peor era la sangre que estaba perdiendo, iba a morir y pronto pero ella sabía eso, sabía que no podrían hacer nada, solo tenía que poner a salvo a Freddy una vez más. Si estuviera mejor se estaría preguntando porque había tanto silencio, algo estaba mal, algo estaba mal pero ella no podía saberlo, su cabeza estaba tan concentrada en no morir que ni si quiera se hacía las preguntas obvias, solo había una idea en su cabeza, en su alma, proteger a Freddy. Se apoyaba en la pared para no caer al suelo mientras dejaba un gran rastro de sangre, no estaba lejos del cuarto de Freddy pero para ella era una tortura, paso tras paso sentía que su alma se iba, que en cualquier momento iba caer al suelo y nunca se iba a volver a levantar. Llego a la habitación y entró, se apoyó en una pared y miro a su alrededor, no estaba ahí pero si estaba Bonnie tirado en el suelo, camina un poco hacia Bonnie pero de repente sus pies dejan de funcionar, cualquiera se hubiera rendido pero ella no lo iba a hacer, se arrastró un poco hasta llegar donde Bonnie, puso su mano en su boca y su nariz y pudo sentir su respiración, aún estaba vivo. La guardiana se arrastra hacia el pecho de Bonnie y se sube encima de él, es un proceso lento y doloroso pero al final pudo sentarse encima de Bonnie y le dio dos golpes en la cara y luego dos en el pecho y repite el proceso, necesitaba despertarlo lo más rápido que podía. Cuando repitió estos golpes por cuarta vez, Bonnie se despertó asustado, su respiración era agitada y sus ojos miraban a su alrededor, su cuerpo empezó a temblar del miedo y ni si quiera se dio cuenta de la situación en la que estaba su compañera.
―¿Dónde está Freddy? – la guardiana lo agarró de la camisa y lo obligo a mirarlo.
―Yo no… - Bonnie rápidamente noto el aspecto de su compañera - ¿Chica? Tú estás… - ella ya no le importaba eso.
―¡¿Dónde está Freddy?! Encuéntralo y protégelo – fue lo último que dijo antes de caer hacia un lado.
―¡Chica! ¡Chica! – su amigo se acercó desesperado a ella.
―Se que tú podrás hacerlo mejor que yo – su cuerpo ya no aguanto más.
Chapter 98: Seguir adelante
Chapter Text
A veces nuestras tragedias no nos hacen ver el panorama completo, nos nubla la razón, toda historia, todo lo que contemos siempre va a estar sesgado por una persona, por su vivencia o por lo que te quiera contar, para hablar de la guerra hay que hablar de las personas y muchas veces tenemos que hablar sobre sus sentimientos. Está historia nunca fue igual para todos, hay personajes con más importancia que otros, eso es algo básico en cualquier historia pero también llega a pasar en nuestras vidas y no nos damos cuenta, a veces nuestra tragedia nos hace egoístas, pensando que solo existe una persona que importa, nosotros; el árbol nos tapa el bosque. La tragedia, todos hemos sufrido alguna, es algo doloroso, algo horrible y a veces nos destruye, nos tira al suelo y nos saca todo el aíre pero debemos seguir adelante, debemos levantarnos, es lo mejor aunque no deja de ser doloroso, esa tragedia te va a seguir por el resto de tus días y siempre te va a pesar. Muchos no aguantan el dolor y prefieren no pasar por ese camino doloroso, siguen cayendo por el pozo del dolor, lo cual es lo peor que te puede pasar, es un hueco que nos obliga vivir al pasado, nos obliga a vivir en pena, no nos podemos dejar llevar por el dolor, por la tragedia.
―Hemos alcanzado las metas y podemos dejar un poco en las reservas y descansar ¿por qué estamos recogiendo más que antes? Aun no me lo has dicho y ya sabes que no me gustan los secretos entre nosotros.
―Sí te lo he dicho ¿no te acuerdas? Te lo dije ayer.
―¿Enserio? Lo siento, creo que no he estado escuchando – han pasado unos cuantos meses desde que Puppet había desaparecido.
―Sí, no debe ser fácil, nunca lo es, la vida no es fácil pero uno sigue adelante.
―Lo sé, lo sé pero ahí voy ¿no? Cada día se hace más fácil – hubo un silencio incomodo entre ellos – repíteme porque los Golden necesita más materiales.
―La verdad no lo sé – Loon la miró confundido.
―¿A caso no le preguntaste por qué? – Usagi soltó una pequeña carcajada.
―Claro que les pregunte, claro que les pregunte pero ¿crees que me respondió? – Usagi se volvió a reír – no, me dijo que no le interesaba, él es nuestro jefe y debemos hacer todo lo que ellos digan. Al final me calle porque me iban a pagar más por eso.
―Por lo menos, ya tenía miedo de que no nos pagaran – Loon miró a su compañera, ella estaba seria mirando a la nada – ahora que pasa, se cuando haces esa cara y no es buena señal.
―No es nada malo solo una sensación y una pregunta ¿por qué? Está claro que algo que no vemos ¿por qué aumentar la producción? Además como reacción, es como si supiera que decir la verdad solo le traería problemas, evito responderme.
―Piensas que es algo malo ahora te pregunto ¿por qué no puede ser simplemente que esté agrandado su reino? Entre más grande más hombres para cuidar su ciudad, más hombres significa más espadas y armaduras, eso explica las cosas.
―Es verdad, es una respuesta simple pero ¿por qué no me lo dijo? ¿por qué debía esconderlo? Simplemente no confió en él, no creo que sea sincero con nosotros.
―Y si es cierto ¿qué podemos hacer? – Usagi se quedó callada.
―Nosotros nada. Nosotros debemos pensar a futuro siempre y prepararnos cuando algo malo viene y te lo digo por experiencia, una tormenta se acerca – Loon le sonrió.
―Esa es mi chica, solo di lo que tenemos que hacer y lo haremos, sabes que siempre te apoyare sin importar que, ahora dime lo que piensas.
―Sonará exagerado pero pienso que los Golden se preparan para algo grande, podría ser incluso una guerra o el rey está paranoico y piensa que tendrá una guerra, no sería la primera vez pero el rey se prepara para algo, por eso necesitamos tener un fondo por si acaso, sacar dinero de algún lado y tenerlo de reserva.
―¿De qué quieres sacar? – Usagi sonrió un poco.
―No lo sé, por eso te digo todo eso, quiero que tú pienses que puede sobrevivir sacando un poquito de dinero, cuenta incluso nuestros salarios, no me importa pero tenemos que estar preparado por una tragedia.
―¿Qué pasa si te equivocas? ¿qué pasa si solo es paranoia del rey y nada malo pasa? Todos nos podemos equivocar.
―Sería lo mejor para todos si me equivoco, podemos usar ese fondo en algo más interesante, quiero estar seguro que podemos aguantar cualquier tormenta, truene o llueva nosotros seguiremos de pie.
―Si señora, de inmediato hago eso – Loon se levantó pero Usagi no había terminado.
―Espera, quiero hablar contigo, sobre tu situación.
―Estoy bien, de verdad puedo hacerlo solo, ya me siento como nuevo.
―Siéntate – dijo ella seriamente y él le hizo caso – no me puedes mentir, somos amigos, somos hermanos, cuando digo que tenemos que hablar es que tenemos que hablar.
―Ya sabes lo que pasa, ya te lo he dicho muchas veces – Loon se quedó en silencio viendo la cara de Usagi, al final suspiro algo cansado – hay días mejores que otros, a veces se vuelve demasiado difícil y siento que la esperanza se apaga, que no la volveré a ver, que tendré que vivir sin ella, algo que día a día se vuelve más mi realidad pero sabes lo peor es que cada vez siento que puedo seguir adelante, que ya no me pesa su ausencia, es complicado de decir pero ya no la extraño tanto, incluso la he empezado a olvidar y me siento culpable al hacerlo, no quiero soltarla, siento que le fallo cuando la olvido, siento que no es lo correcto, no es lo correcto – Loon estaba algo afectado, sus cara no había cambiado pero sus ojos mostraban la tristeza que sentía el alma.
―Sí vuelves a decir eso te golpe – él la miro confundido – eres un idiota pensar eso, olvidar es parte de la vida, seguir adelante es parte de la vida, no tienes que sentir culpable, es algo natural y no es malo y estoy segura que ella hubiera pensado lo mismo – él no respondió – yo creo que ella hubiera estado orgullosa de eso y diría que no te sentirías culpable, no es malo lo que estás haciendo.
―Quizás puedes tener razón.
―Yo sé que la tengo – hubo un largo silencio, ninguno de los dos sabía que más decir o no querían hablar – ahora vete, hay trabajo que hacer – él se levantó sin decir nada – por cierto Loon, estoy orgulloso de todo lo que has hecho, pocos han logrado hacer eso.
El día paso con normalidad, todo se sentía tan normal, tan mundano que nadie esperaba lo que pasaría después. Las horas pasaron y la noche empezó a caer y él llego, nadie lo vio llegar, solo apareció en la puerta y toco la puerta de Usagi mientras ambos estaban hablando, ellos no escucharon el toque de la puerta, estaban tan concentrada en su asunto que apenas estaban concentrados en lo que pasaba a su alrededor, la persona que estaba afuera golpeo de nuevo y Usagi la escuchó. Camino hacia la puerta, pensando que era Owynn quien quería hablarle sobre algo, quizás traía noticias sobre Puppet pero al abrir la puerta se llevó una sorpresa, era el brujo pero no estaba solo, traía a otras dos personas, Puppet y Owynn. Usagi no pudo reaccionar, simplemente los dejo pasar mientras intentaba decir algo pero fue inútil, estaba completamente paralizada, Loon veía toda esta situación confundido, su corazón latía con fuerza y su cuerpo se preparaba para huir pero al ver Puppet, él sonrió, no podía creer lo que estaba viendo. Puppet no lo tardo ni un segundo y corrió para abrazarlo, aunque ella quisiera lastimarlo, Loon no hubiera negado el abrazo de ella; él correspondió su abrazo con cariño, un abrazo especial para los dos. Usagi algo dudosa se acerca a Owynn, estaba algo nerviosa pero quería saber que estaba pasando.
―¿Qué ha pasado? ¿por qué ha vuelto? – le susurro ella.
―Lo encontré y tuvimos una charla productiva. De hecho eso es mentira, él quiso que yo lo encontrara, me dijo que mi entusiasmo le agradaba y que necesitaba hablar con nosotros, que yo era el más indicado para todo eso y hablamos – respondió Owynn con un susurro.
―¿Qué te dijo? – ella lo miraba de arriba abajo, buscando alguna herida.
―No puedo contarte eso, es un secreto entre él y yo – Owynn se quedó callado.
―Entiendo – ella apartó la mirada molesta – por cierto, me alegro que estes con vida, siempre es un gusto volverte a ver.
―Pues no tenía otra opción, no te iba a dejar sola, te hice una promesa, además es peor enfrentarlo a él que a ti.
―¿Ya acabaron tortolitos? – dijo el brujo molesto – no quiero romper el momento a ninguno de los dos pero escúchenme bien, hay cosas que tienen que saber – todo el mundo se quedó callado mirándolo fijamente – seré rápido y directo, hoy es el día libre de mi prisionera y bueno, ella quiso venir contigo así que tendrán un tiempo a solas. Aunque no se hagan los listos, los estaré vigilando en todo momento pero ninguno se dará cuenta de eso. Disfruten el día – fue lo último que dijo el mago antes de salir del cuarto y desaparecer.
―Deberíamos irnos, dejémoslo solo – Usagi agarró a Owynn de la mano y lo arrastró hacia afuera, le daba el espacio que Loon necesitaba.
Así quedaron solos ellos dos, lo primero que hicieron fue abrazarse, fue un momento mágico y hermoso pero después todo empeoro, Loon hablaba a Puppet todo lo que había pasado, todo el sufrimiento pero algo no andaba bien, ella estaba algo descolocada, algo extraña, era alguien diferente, no hablaba mucho y evitaba decir que le había pasado, solo lo abrazaba y le decía lo mucho que lo extrañaba. A pesar de todo eso, fue un buen momento para ambos, Loon solo podía mirar atontado y algo preocupado, sabía que algo le pasaba a su novia pero no quería obligarla a decir, solo quería tenerla cerca de nuevo. Hicieron cosas de enamorados, incluso Puppet soltó una que otra carcajada, era un descanso para los dos, obviamente los besos estuvieron presentes, las caricias, todo parecía tan normal, como cualquier cita que ambos hubieran tenido pero aun así Loon estaba preocupada por ella, apenas reaccionaba, era rara, demasiado rara pero no tenía el valor para preguntarle, sabía que la respuesta no le iba a gustar. Paso todo el tiempo que pudo de la mejor manera, una manera que ambos disfrutaron, Puppet se quedó callada mientras jugaba con el pelo de Loon mientras él le contaba mil y una cosas, cada cierto se besaban y solo se separaban para terminar lo que estaba contando pero el tiempo se les acabo, el tiempo siempre se acaba. Alguien toco la puerta y Puppet sabía que era él, que su tiempo había acabado y con mucha tristeza, se despidió de Loon, lo agarro suavemente de la mano y lo miro con tristeza mientras le prometía que iba a regresar, que no sabía como pero que iba a regresar y podrían estar por siempre juntos pero él no se quedó quieto, la abrazó fuerte y la beso por toda la cara, pequeños besos rápidos para terminar besándole en la boca, pensaba que sería su última vez juntos, fue un beso que demostraba todo su amor.
Chapter 99: La vida que pudimos tener
Chapter Text
El alma humana, lo que nos diferencia de los animales, algunos dicen que el alma humana es lo que hace un humano un ser humano, tan diferentes, algo tan explorado pero igual de ambiguo y desdichado, el alma humana muchas veces es floja y egoísta, no tengo que poner ejemplo, todos sabemos a que me refiero. La iglesia empezó a vender disculpas porque ganarse el perdón de Dios es un trabajo demasiado duro para algunos, las personas siempre buscamos hacer menos trabajo porque somos flojos, no somos perfectos, por algo Dios nos sacó de su jardín. Incluso es egoísta cuando alguien piensa en la vida de los otros, creemos que tienen una vida mil veces mejor que la nuestra, que jamás sufren como nosotros, que nosotros merecemos todo lo que tienen y más porque sentimos envidia, que ellos son unos ángeles que viven en su propio cielo y nosotros nos tenemos que confortar en el infierno. Aunque eso puede ser malo, hay algo mucho peor ya que aunque eso es muy malo, comparar nuestras vidas puede salir algo bueno en todo eso, es un incentivo a ser mejores, a ganarnos algo que creemos merecer y nos hace querer mejorar, por lo menos en la mayoría de las veces pero hay una cosa peor que esto, imaginarse la vida que pudimos tener. La vida se construye mediante decisiones, ya todos lo sabemos pero no hay nada peor que después de tomar un camino, arrepentirse de haberlo tomado y creer que hubiéramos sido más felices haciendo algo completamente diferentes, una vida que pudimos tener, una vida que por nuestra culpa no pudimos conseguir, si tan solo hubiera hecho eso, quizás hubiera sido más feliz.
―Sabes, a pesar de los años la bebida sabe igual – como era costumbre, para este momento ya parecía un ritual, los tres amigos se reunían en la taberna a beber.
―Supongo que sí, sabes que no me agrada mucho tomar.
―Lo sé Bon pero te tomas una vez al año, sabrás que tengo una razón.
―Yo solo tengo una pregunta ¿eso es algo malo o algo bueno? – Meg se río un poco.
―Algo bueno, demasiado bueno, si algo es bueno ¿por qué debemos cambiarlo? Has llegado a la perfección – Joy sonrió.
―Aunque fuera mala nunca me lo dirías, gracias – Joy miro su alrededor – tengo que limpiar el lugar, ustedes aún tienen los cinco minutos de descanso.
―Te prometo que te ayudaremos cuando me termine esa bebida – Joy se fue con una pequeña sonrisa, ambos amigos se le quedaron viendo – Sabes, todo esto me trae un poco de recuerdos, buenos recuerdos, a pesar de todo ella no ha cambiado, todo lo que ha sufrido y aún sigue sonriendo, después de escuchar miles de atrocidades ella sigue ahí, para nosotros, con una sonrisa.
―Sí – ambos se quedaron en silencio mirando a su amiga – sabes, agradezco todo lo que hemos vivido, a pesar de todas las tragedias no me arrepiento de nada, de nada, hemos llegado bastante lejos sin hacer lo que algunos llaman como lo correcto – Bon sonrió.
―Hacer lo correcto es algo que solo lo hace personas ricas o personas que quieren presumir de su bondad, lo buenos actos son invento del rey para poder controlarnos – ambos se rieron, aunque luego ven a Joy y piensan en lo mismo – creo que ella es la única persona que siempre hace las cosas bien, hace las cosas que nosotros denominamos como lo correcto.
―Sí, a veces me parece demasiado lo gentil que es ella, es una buena amiga. Creo que Dios le debe tener un espacio en el cielo solo para ella, quizás el más grande que pueda conseguir – Meg mira un momento su bebida – si al final no termina en un buen lugar, debo decir que Dios está haciendo un mal trabajo.
―Sí – Meg tomo un último sorbo de su bebida – a veces pienso en devolverle todo lo que me ha hecho pero ni con esta y la otra me alcanza, es una buena chica y no sé cómo agradecerle – Bon se levantó.
―Yo sí, yo sé cómo, cambiando un poco – Meg lo miro confundida – ya sabes a lo que me refiero, ser buena persona y ayudarle siempre cuando puedas, esas típicas choradas de la iglesia, ella haría lo mismo, hay devolverle el favor, con ella seamos mejores personas – Bon miro hacia abajo – sabes lo que debemos hacer ¿no? – Meg no respondió – sí, supongo que no tenemos el valor.
―No, no lo tenemos, no merecemos a alguien como Joy – Bon empieza a caminar - ¿A dónde te vas? – Bon se detiene.
―Ya sabes a quien voy a visitar – su voz había cambiado, estaba algo enojado – cuando todo esto acabe debemos ser mejores, se lo debemos, se lo debemos.
Bon camino, sentía un dolor en el estómago pero él no podía decir por qué ¿nervios quizás? Era algo extraño ¿lo había causado el alma? ¿era una señal sobre algo? No lo sabía y tampoco le interesaba, solo podía caminar y verse con Bonnie, lo vio en el mismo lugar, con la misma ropa, parecía un chico perdido. Al inicio Bon pensó en no ir, que podía irse e invertir el tiempo en otra cosa completamente diferente pero tuvo la mala idea de ver a Bonnie, él todavía no lo había visto, tenía la mirada agachada mientras se apoyaba a la pared, quería mostrarse seguro y confiado pero Bon sabía que no era así y sintió un poco de pena por él, era como un chico perdido que era muy hombre para llorar. Se maldijo así mismo por lo que iba a decir, pensó que era muy débil y que cualquiera lo hubiera abandonado ¿por qué él no lo hacía? Al final salió de su escondite con su mejor sonrisa.
―Lo siento por la demora, tuve que atender unos asuntos – Bonnie giro rápido y cuando lo vio sonrió, una sonrisa algo molesta para Bon.
―No pasa nada, lo importante es que estás aquí – Bon se puso al lado de Bonnie y evito mirarlo.
―Una bonita noche ¿no es así? – la excusa perfecta para no verlo.
―Ya sabes mi respuesta, todas las noches son lindas para mí, tan tranquilas y tan oscuras, son relajantes.
―Sí, bueno, yo también diría eso del exterior cuando he vivido toda mi vida encerrado – Bonnie soltó una pequeña carcajada.
―No es tan malo, puedo salir cuando quiera, es como ser un caballero pero desde las sombras.
―Sí tú lo dices – Bon no lo creía – pero bueno, mi vida ha estado un poco mejor, ya todo ha estado más tranquilo.
―Ni que lo digas, esos caballeros eran un poco agresivos ¿no te hicieron daño? – Bon miro a Bonnie algo confundido, aún le parecía irreal que eso pasara, de hecho el simple hecho de estar junto a él le parecía algo irreal– no me mires así y dime, prefiero saber que quedarme con la duda.
―No sé porque te preocupas por mí ¿enserio crees que alguien sería capaz de dañarme? ¿enserio creerías que me dejaría golpear? – Bonnie sonrió de alegría, una sonrisa que puso nervioso a Bon, este chico era extraño.
―Sí, debí ser un idiota por pensar en eso – Bonnie lo abrazo, Bon se sintió completamente incomodo pero sabía que sería imposible apartarlo, a pesar de ser mucho más pequeño que él, Bonnie era mucho más fuerte que Bon, no tenía sentido pelear cuando sabía que iba a perder – mira, está vez si me dejaste abrazarte.
―¿Qué ves de raro en eso? Hemos hecho cosas peores y ¿te sorprendes porque me dejo abrazar? – Bonnie se sonrojo y se apartó, Bon sonrió, sabía que esas simples palabras iban a funcionar – pero bueno, ya todo se acabó ¿no? Por esos hombres han desaparecido y las ejecuciones públicas son cada vez más raras de ver.
―Sí, aunque no ellos no eran porque te debes preocupar – Bon miro de reojo a Bonnie – ellos son aliados, no debes preocuparte por ellos, si no hiciste nada malo, no te van a tocar – Bon soltó una pequeña carcajada.
―Supongo que tienes algo de razón y si ellos se fueron significa que no me debe preocupar más por él ¿verdad? – Bonnie cambio su posición, para cualquiera esto no significaba nada pero para Bon, alguien que había pasado demasiado tiempo con él sabía que significaba eso, lo conocía como la palma de su mano.
―Sí, no te debes preocupar más por él, ya está muerto.
―Sabes, eres malo mintiendo – Bonnie lo miro sorprendido y Bon sonrió victorioso mientras evitaba mirarlo – eso confirma que si estabas mintiendo en algo ¿sabías que cuando mientes tienes la misma expresión? Tu cuerpo se tensa y tu voz cambia, eres un mal mentiroso.
―Si me conoces bien – hubo un silencio entre ambos – quieres que te cuente ¿verdad? – Bon solo podía responder una sola cosa, solo había una respuesta correcta.
―Haz lo que quieras, si no me quieres contar está bien y no quiero que cambies de opinión, tus razones tendrás y las respeto, me da igual que pase, mientras estes bien, no me importa nada más – Bon volvió a sonreír victorioso.
―Pues la verdad es que no estoy tan bien, el brujo no está muerto pero está bajo control, los reyes lo tienen como prisionero, no deben preocuparse.
―¿Enserio? ¿estamos hablando del mismo brujo que me has mencionado? Me has dicho lo poderoso que es, como te ha ganado más de una vez y yo he visto su poder, dijiste que sentías que no podías hacer nada – Bonnie bajo la mirada – no creo que no deba preocuparme, creo que es todo lo contrario si te soy sincero, muchos de estos lugares lo han visto por aquí y… - Bon miro a Bonnie, él solo suspiró y puso su mano en su hombro – disculpa, creo que me pase.
―No, tienes razón, tienes razón, tienes toda la razón – hubo un silencio entre ambos – sabes que es lo peor, eso.
―¿Con eso te refieres a que está vivo? – Bonnie no respondió por unos segundos y eso preocupo un poco a Bon, aunque nunca lo admitiría – di algo, no eres esas personas que se quedan calladas cuando algo te molesta, en general nunca te quedas callado.
―Tienes razón que él es más fuerte que yo y quizás eso es lo peor, me lo volví a enfrentar y arraso conmigo, se el peligro que ese brujo representa, lo sé pero siento que jamás podre estar a su altura, yo mejore mi magia pero él… - Bonnie se quedó callado, no fue hasta que Bon pusiera la mano en el hombro para reaccionar – lo siento solo es difícil, es difícil saber que jamás podré hacer algo contra él, jamás seré útil, soy inútil, el más inútil, el más inútil y todo lo saben, incapaz de lograr su cometido. Tan inútil, tan inútil – Bonnie parecía que se iba a golpear pero Bon le agarra de la muñeca y lo detiene.
―Quizás eres un poco tonto por pensar eso, por rendirte tan fácil y es tan estúpido que tú creas eso ¿tengo que recordar quién eres? No eres un inútil – Bon lo soltó – por lo menos para mí no lo eres – Bonnie bajo la mirada sonrojado.
―Gracias – Bon suspiro algo decepcionado.
―No es nada, no digo eso por ser amable, lo digo porque es verdad. Somos débiles por naturaleza, todos lo somos, hace parte de nuestra alma, no podemos ser perfecto en todo, tampoco vamos a destacar demasiado pero también sé que las personas son muy tercas, eso también hace parte de nuestra naturaleza, todos pensando que somos superiores, que siempre tenemos la razón y eso nos ayuda a superar nuestros límites, queremos demostrar que tenemos razón, que somos superiores, debemos serlo. Todas las personas pueden hacer eso, todos pueden pasar sus límites, siempre habrá alguien superior a ti pero no por eso eres menos o no sirves para nada, vas a mejorar poco a poco hasta estar a su altura, tarde o temprano lo estarás, solo no te rindas, sigue adelante, sigue hasta que tengas razón – Bon no lo había notado pero Bonnie lo estaba mirando fijamente con una sonrisa.
―Sabes, aunque lo niegues constantemente, eres buena persona.
―No creo que lo sea, no creo que pueda ser otra vez una buena persona, ya mis pecados son tantos que ni con esta vida pode quitármelos, podre equilibrar la balanza.
―Puede que sea cierto pero nunca me has lastimado y creo que nunca lo harías, siempre estarás ahí para mí, siempre me sacas una sonrisa – Bon no dijo nada – piensas que eres alguien malvado, peor de lo que en realidad eres ¿qué tal si hacemos una promesa? Prométeme que nunca nos lastimaremos – Bon bajo la mirada.
―Te lo prometo, nunca te haré daño siempre te voy a apoyar con cualquier cosa, siempre te intentaré ayudar, estaré ahí, en las buenas y en las malas. Te lo prometo.
―Ves, no eres tan malo – Bonnie le sonrió – por cierto hay muchas cosas que cambiaron en mi vida.
―Sabes – Bon le sonrió – por hoy déjame que yo hable, si no tienes nada importante que decir.
―Solo eso realmente, el brujo ahora está como prisionero de nosotros, todos creen que está muerto pero en realidad… - Bon miro a Bonnie – esto se queda entre nosotros.
―Claro, claro – Bon le sonrió un poco – es otra promesa que tengo que mantener. Ahora sobre mí… - Bon miro al cielo callado – en realidad las cosas no han cambiado mucho, no han cambiado absolutamente nada, mis amigas estoy bien y yo estoy bien – una gran mentira, todo había cambiado o eso sentía él pero al mismo tiempo todo lo sentía igual.
―Vamos, eso debe ser una mentira, la vida siempre cambia, siempre cambia – Bon soltó una pequeña carcajada.
―Bienvenido a la vida de adulto, donde las cosas dejan de cambiar – hubo un silencio entre ambos – sabes eso no es cierto, en realidad tienes razón, estos días he tenido un pensamiento raro, recuerdo mi vida de antes, lo que había hecho antes.
―Pero eso siempre lo haces, yo odio que lo hagas pero nunca me haces caso.
―Claro que te hago caso, cuando estoy aquí contigo se me olvida todo lo que pasa alrededor, es mi lugar tranquilo, son mis diez minutos de descanso de la vida – Bonnie sonrió nervioso – pero ese no es el caso, este pensamiento es diferente, es verdad que yo siempre pienso en mi pasado y pienso que era mejor pero esta vez es diferente, antes el pensamiento era controlable, yo lo podía apagar cuando quisiera pero ahora, no puedo dejar de pensar en eso. No en la vida que tuve antes, eso ya lo superé, me refiero a la vida que pude tener, todos los errores que cometí hasta ahora, como cada error me puso más en lo profundo, si tan solo hubiera hecho lo correcto sería feliz, si tan solo hubiera visto el peligro todos mis amigos estarían vivos, todos mis amigos estarían felices – Bonnie le dio un pequeño golpe en el hombro pero rápidamente se asustó.
―Lo siento, solo pensé que te gustaría más eso que un abrazo – Bon soltó una pequeña carcajada – necesitaba que dejaras de hablar para escucharme, puedo ser joven pero sé varias cosas y sé que hacer lo correcto no existe, no hay nada que sea algo correcto, muchos dicen que matar al mal es bueno pero sigue siendo matar a alguien, sigue quitando una vida lo cual no me quejo pero yo no sería capaz.
―El punto es… - Bon lo miro detenidamente.
―El punto es que para tener la mejor vida es haciendo lo que uno cree correcto, cada acción va a tener consecuencias, tú solo debes elegir las acciones con que puedas vivir, ya sea con la vida o contigo mismo, yo sé que hacer lo correcto es eliminar el mal pero no sé si seré capaz de matar a alguien, por eso dejo ese trabajo a otras personas, no puedo dejar que esa persona se vaya pero tampoco puedo matarlas, agarro lo que es mejor para mí y para el mundo, una decisión que me deja dormir por las noches.
―Es una linda manera de ver el mundo – Bon miro hacia arriba y sonrió – creo que seguiré tu consejo.
―Y yo el tuyo – Bonnie se arrimó un poco más a él – supongo que estamos a mano.
―Por lo menos por hoy pero mañana seguramente te voy a deber algo, de alguna manera – hubo un silencio entre ambos, silencio que solo para Bon le era incomodo – por cierto ¿crees que existe el más haya? ¿la otra vida? – Bonnie no lo miro, estaba viendo el ciego igual que él.
―No lo sé, no tengo pruebas para decir si existe o no pero es bonito pensar que sí, que las personas que nos abandonaron siguen a nuestro lado, siguen observándonos, nos sigue apoyando.
Chapter 100: Mirar hacia la izquierda
Chapter Text
Las cosas no mejoraron, Deuz nos prometió que todo saldría bien, que todo estaría bien si lo seguíamos, que tontos fuimos al confiarnos de él, aunque sea solo un segundo. Yo vi como lo tiraron al mar con la espada, creo que Deuz lo lanzó y miro para abajo buscando su cadáver, asustado, no había notado mi presencia, no sé porque no me moví, no lo sé, creo que mi cuerpo estaba tan aterrado que no me podía mover, no me podía mover. Pasaron unos segundos o quizás unos minutos, mi memoria no es exacta pero Deuz levantó, lo pude ver en la mirada, estaba realmente asustado, miro a su alrededor y me vio, ahí volvió a ser él, el chico rudo y tranquilo, la persona que estaba en control y se acercó a mí y yo, yo no pude hacer nada, me quede quieto como alguien patético, pude hacer algo pero no lo hice, no lo hice.
―Tranquilo, tú y yo somos buenos amigos ¿no? – me incomodaba tenerlo tan cerca, me incomodaba.
―Acabas de… - las palabras apenas salían de mi boca, temblaba por el miedo, me veía tan patético.
―Sí, nuestro capitán había perdido varias capacidades importantes, ya no era capaz de comandarnos, teníamos que deshacernos de él antes de que nos hundas ¿entiendes? – yo solo lo mire con un poco de miedo, estaba aterrado hasta el alma, todo lo que había en mi era miedo pero al mismo tiempo había una chispa de odio, odio por lo que había pasado, odio que aumentaría con los años – vamos amigo, con el tiempo verás que tome la decisión correcta – él se separó de mí y sentí como podía respirar de nuevo – y no te preocupes por esto, todos lo tienen que saber, todos lo van a saber.
Y eso hizo, la noticia agarró a todos desprevenidos pero nadie hizo nada, al inicio pensé que era por egoísmo, que son unas ratas traicioneras que estaban contra usted, que se alegraron con su muerte pero con el tiempo he aprendido que no era así, cada vez que lo recuerdo y repito la escena en mi memoria una y otra vez busco entender porque le hicieron caso, había algo más que miedo, el miedo no era al mismo nivel que yo sentía, había algo más en sus ojos, por lo menos en la mayoría. Al inicio todo el mundo estaba sorprendido e incluso algunos sacaron su espadas pero Deuz menciono algo que asusto a todos, Oxy venía para aquí y es cierto que pueden tomar el control de la nave y pelear contra él pero ellos nunca le iban a ganar, aunque quisieran estarían muertos si no le dan la bienvenida, todo el mundo le creyó, además pocos éramos fieles a usted, pocos daríamos la vida por usted. Es algo cobarde pero era la mejor opción, sabíamos que dar la vida por usted de esta manera es algo estúpido, lo mejor era esperar nuestro momento, algún momento; por lo menos eso me decía para dormir mejor, eso es lo que decidió creer. Deuz nos hizo levantar una bandera blanca, una bandera que solo significaba una cosa, el peor castigo de un pirata pero al parecer nadie le importaba, muchos estaban de acuerdo, al final le iban a pagar por seguir trabajando y los demás lo hicieron por miedo, nadie quiere morir tan patéticamente, su orgullo no valía nada y dejaron pasar a Oxy al barco.
―Conque ustedes son el gran equipo del capitán Fox, no está nada mal, nada mal – dijo él mientras caminaba por el barco, detrás de él venían tres tripulantes suyos, él nos miraba a todos detenidamente y con una pequeña sonrisa – ahora solo tengo una pregunta ¿dónde está su capitán? – todo el mundo se quedó callado y miraron a Deuz.
―Sí, señor, en eso hay un pequeño problema – él estaba nervioso, se arrodillo asustado, casi como suplicara por su vida – cuando lo ataque por la espada como usted me dijo, su cadáver cayó al mar – Oxy no estuvo contento con eso, rápidamente se enojó y le pego una pata en la cara a Deuz.
―Una misión tenías y no pudiste hacerlo, eres tan patético – Oxy miro a todos detenidamente – está bien, está bien, papá se encargara de todo muchachos, no se preocupen, no se preocupen – nos miraba como si buscara algo, una X en el mapa que lo guiara a usted – me encargaré de lo demás ahora yo… - rápidamente sacó su espada y lo clavó a la persona que estaba más cerca – yo me haré cargo de ustedes pero si me desobedecen, morirán – él dio unos pasos en círculos con la espada ensangrentada mientras hablaba – van a tener que seguirme y si se pasan de vivos – él volvió a clavar la espada a alguien al azar, uno de los nuestro reacciono y saco su espada pero rápidamente los compañeros que esa alimaña trajo evito que si quiera pudiera acercarse, le clavaron su espada sin piedad y lo dejar morir en el suelo desangrado – ya saben que hacer pero como no confió mucho en ustedes, no los mataré pero tampoco los puedo dejar libre. Que dilema.
Oxy rápidamente nos separaron, algunos pocos intentaron resistirse, terminaron muertos, algunos fueron encerrados y otros tuvieron que ayudar a navegar el barco, yo tuve la suerte de ser prisionero. Nos llevaron a su barco y nos metieron en sus celdas, fue algo horrible, si hacíamos mucho ruido, nos golpeaban con la punta de sus espadas, claramente no importaban si nos moríamos en ese mismo instante. No sé qué le paso a Deuz o a Maggie, ellos estaban en otro grupo, me preocupe por Maggie pensando que podría morir, lo único que sabía es que nos estábamos moviendo, no supe si ambos barcos o solo el barco de Oxy, solo podía pensar en lo peor. Los días pasaron, jamás nos dieron algo de comer, con suerte nos dieron algo de beber, no sé cuánto pasamos en el mar pero no fueron más de cinco días hasta que llegamos a tierra y nos llevaron de nuevo a nuestro barco, nunca sentí tanto alivio volver a tocar a tierra.
―Su capitán está muerto, jamás lo volverán a ver, ahora me harán caso o si no, acabaran como él – ellos cargaron a Deuz hasta nosotros, estaba casi muerto, tenía quemaduras y los labios secos, me alegre un poco a verlo en ese estado – él me ha fallado, que les sirva de recordatorio – él le piso la mano a Deuz haciéndole gritar – la próxima vez que te pido que hagan algo, lo cumples – nuestro nuevo capitán quito su pie y nos miró a todos con una sonrisa – ahora van a cambiar un par de cosas, ese idiota que ven ahí va a ser su capitán, cuando sea alguien competente pero no se les suba los humos, siguen trabajando para mí.
Duraron unos días de bastante tensión, Oxy decidió quedarse un tiempo más con nosotros aunque no lo volvimos a ver, siempre estaba encerrado en su habitación, normalmente Deuz entraba para hablar con él, hablar de cómo ser un buen capitán y recordarle constantemente su puesto y estoy seguro que si Oxy pudiera, le cortaría una mano como recordatorio pero necesitaba alguien competente y capaz de hacer todo lo que se le diga en ese puesto. Los demás estuvimos en un pequeño infierno, los trabajos que nos hacíamos eran demasiado fácil, limpiar los barcos, algo que ya hacemos pero el problema es que no le agradábamos a nadie, cada día yo tenía una espada en mi cuello y pensaba que era mi final, más de una vez pensé que iba a morir y no hablemos de lo que pasaba si los desafiabas. Con el tiempo Deuz se volvió alguien más leal hacia Oxy de manera decente y Oxy ya confiaba en ponerlo al mando mientras no estaba, era el capitán de remplazo y nos abandonó, dijo que tenía cosas que hacer, cosas importantes y que nosotros solo lo estorbaríamos, nuestra orden fue esperar hasta que él volviera y como no confiaba en nosotros, dejaron a algunas personas de su tripulación para controlarnos y un poco de dinero por si nos aburrimos. Justo cuando él se fue, todos pensaron en lo mismo, recuperar el control, una rata como Deuz no se merecía ser llamado capitán. Nadie le gustaba vivir bajo sus ordenes pero había un pequeño problema, el miedo y los bajos números que teníamos en esos tiempos, además el problema del liderazgo era algo demasiado presente, todos sabíamos que si matábamos a Deuz no había nadie que tomara el papel de capitán, todos irían a donde quisieran, nadie tenía la fuerza para comandar o el dinero para hacerlo; lo segundo era el miedo, no tengo mucho que decir, solo era aterrador imaginarse lo que Oxy nos haría cuando nos encontrara. Aun así, algunos intentaron y fallaron, todos fueron torturados, si tenías suerte simplemente te cortaban los tendones y te tiraban al agua, algunos los dejaron sin comer y beber hasta morir, a veces les habría el estómago y sacaba todo lo que tenían, cada tortura era peor que la anterior y parecía que solo iba a empeorar, Deuz tomo el control del barco a través del miedo.
―Tripulación, tenemos una nueva misión, nuestro capitán nos llama, vamos a tener una gran aventura.
Al inicio nosotros teníamos un papel diferente al de ahora, antes éramos como su hermano menor, sería mejor decir que éramos su perro y él nuestro amo, decidía como debíamos movernos y como debíamos atacar, hemos tomados varios papales como explorador de lugares peligrosos, mensajero cuando él no podía aparecer o un escudo humano, a veces nosotros éramos los primeros para debilitar al enemigo. Muchas personas se fueron y muchas más se unieron, por suerte yo siempre encontraba la manera de sobrevivir, Deuz era un cobarde y siempre se escondía para sobrevivir y Maggie, creo que tuvo la peor parte, Oxy la quería en su tripulación y la deje de ver tan seguido pero cuando lo hacía se notaba tan miserable. Nuestro barco también tuvo muchos cambios, tantas veces que se destruyó que ya no es cómo lo recuerdas, sus reparaciones eran bastantes costosas pero por alguna razón el capitán Oxy quería que nosotros estuviéramos cercas, que siguiéramos vivos, según yo solo éramos un mal gasto y nunca entendí porque quería que nosotros estuviéramos bajo sus pies. Los días pasaron y las cosas cambiaron, cambiaron demasiado, aun éramos su perro y cuando él chasqueaba los dedos nosotros teníamos que acercarnos mientras movíamos la cola pero en nuestros tiempos libres nos puso una gran misión, encontrarlo a usted. Oxy tenía cierta obsesión con usted, lo buscaba desesperadamente, Deuz le decía una y otra vez que había muerto pero él le preguntaba por su cadáver, quería verlo con sus propios ojos, creía que usted seguía con vida y no iba a descansar hasta encontrarlo, el problema es que él estaba demasiado ocupado y nos encargó a nosotros buscarte, era nuestra única misión hasta que él chasqueara los dedos. Pasamos años buscándolo, Deuz era el que estaba a cargo de esta gran búsqueda ya que era quien más te conocía, iniciamos buscando en el lugar que moriste pero no te encontramos, tampoco te buscamos muchos, solo nos acercamos un poco y ya, Deuz tenía miedo a acercarse y caerá capturado por la realeza, aunque no sé que tan buena idea era mentirle a Oxy y luego fue a buscar a todos tus amigos, todos los que te conocían y si no nos daban nada útil, terminaban hablando con los peces.
―Con que tú eres el gran Onnie.
Una vez Oxy quería verme, había pasado varios días y la búsqueda no daba resultados para nada y estábamos en un punto muerto pero Deuz tenía miedo de decirlo así que decidió seguir buscando entre la nada y robar algunos barcos porque estaba aburrido, hasta que llego el momento de hablar con nuestro nuevo jefe. Como siempre, Deuz y él se encerraron en su habitación, lo cual era bastante normal pero algo cambio, decidieron meter a un tercero a esa pequeña habitación, me llamaron y yo temí por mi vida, intentaba recordar que había hecho mal en ese momento en que había fallado, aunque había veces donde no necesitabas fallar para darle una razón a Oxy para matarte.
―Sí señor, soy yo – obviamente estaba temblando y seguro que estaba cerca de mi final.
―Mi amigo y yo estábamos hablando sobre su capitán y entramos en una pequeña discusión, su antiguo capitán Fox o Foxy como sea que lo llamen ustedes, tu amigo dice que tu antiguo capitán ya ha muerto y yo creo que él sigue con vida ¿quién tiene la razón? – la respuesta parecía fácil pero si le daba la razón él me iba a preguntar porque y sospecharía que tengo uniones con usted, que yo lo estaba ayudando.
―Es difícil de decirlo ya que si sigo la lógica diría que no, hemos buscado por todo el mar y no hemos encontrado una pista de él, ni una mención, la gente lo empieza a olvidar pero también tiene razón usted en algo, sin cuerpo ¿cómo estamos seguros que realmente está muerto? Deuz siempre me ha dicho que si no encontramos cadáver puede que no este muerto, siempre asegurar su muerte – Deuz me miró con odio y yo le sonreí.
―Eres alguien sabio ¿tú que me aconsejarías? – me quede callado, pensando, podía verlo en sus ojos, mi vida dependía de ello.
―Es difícil de saber, ese charlatán es alguien inteligente, si ha sobrevivido es claro que primero se tiene que esconder y curar, buscarlo solo sería una pérdida del tiempo ya que estaría escondido en la cueva más profunda y oscura como una rata, no lo vamos a encontrar, es una rata escurridiza. Ahora lo que debemos hacer es esperarlo, es obvio que va a querer vengarse de usted de alguna manera, no tenemos ni que movernos, solo hay que esperarlo a que él aparezca, llegara a nuestros brazos tarde o temprano solo hay que saber dónde va a llegar y como va a atacar, hacerle creer que va por buen camino, que es imparable y luego choca con la pared que somos nosotros. Solo debemos esperar, es tan estúpido como para acercarse lo siguiente sin sentir la espada en su cuello – Oxy sonrió, al parecer lo estaba convenciendo.
―Es buen plan, muy buen plan – él se levantó y se acercó a mi – eres más inteligente, quizás debería ponerte como capitán a ti y no a él – Oxy puso todo su brazo alrededor de mi cuello y se apoyó a mí – pero hay un problema, no soy muy paciente.
―Pues tengo otra idea pero quizás no le guste mucho.
―Soy todo oídos – él sonrió, una sonrisa horrorosa.
―Pues podemos poner una recompensa por su cabeza – él iba a hablar pero yo seguí, sentía una espada atravesando mi pecho, mi vida dependía de las siguientes palabras – no va a ser una gran recompensa, va a ser pequeña, lo que usted considere pequeña pero demasiado para los pequeños barcos, está claro que si ponemos un gran precio esa noticia se esparcirá como pólvora y él tendrá más cuidado con sus pasos pero si ponemos una recompensa media, normal la noticia no saldrá y será menos precavido. Pero esa no es la única ventaja, si ponemos mucha recompensa los grandes barcos van a estar interesados y no es por ofender pero ellos no son las personas más silenciosas y no conocen el bajo mundo, Fox no podrá hacer otra cosa que recurrir a los más pobres y empezar de nuevo, un proceso lento pero silencioso ¿qué pasa cuando ponemos una recompensa desesperada para los más pobres? Nuestro antiguo capitán no podrá hacer nada.
―Entiendo tu punto pero sigo sin entender ¿por qué una baja recompensa? Entre más alta, más rápido será – él me agarró con fuerza el hombro, yo evite gritar o hacer una mueca de dolor.
―Hay dos razones más que aún no he compartido – él me miraba fijamente, como si quisiera arrancarme el alma – la primera es que los más grandes no son muy competitivos y van a hundir la competencia, las cosas son siempre así entonces los más pequeños tendrán miedo y no van a querer participar, solo los más idiotas o los más valientes lo harán y eso deja un gran margen para esconderse. Ahora lo segundo es que cuando ellos vengan por la plata nosotros los hundimos ¿por qué deberíamos pagarles? Solo serían una sucia plaga y tenemos el poder para desaparecerlo, no le pagamos a nadie, no hicimos mucho esfuerzo y usted consiguió al capitán Fox, si tenemos suerte lo conseguiremos vivo pero lo más probable es que nos traiga solo su cadaver pero ¿con eso nos bastará? – Oxy empezó a reírse, una risa que me ponía los pelos de punta cada vez que lo escuchaba, una risa característica de él.
―Es una gran idea ¡qué gran idea! Vamos a implementarla, me gustas, eres bastante inteligente – él puso una mano sobre mi cabeza – eres bastante inteligente a pesar de ser tan pequeño – él se alejó de mí, yo no podía hacer otra cosa más que temblar – admiro varias cosas de ti pero no puedo decirlo con esta compañía – él miro a Deuz – ya sabes que hacer ¿no? Encárgate de que su plan se ponga a marcha.
―Si señor, vámonos Onnie – Deuz se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida.
―No, él no se va aún, tengo cosas que preguntarle, quiero ver que dones tiene además de esa gran inteligencia, quien sabe, incluso puede ser mejor capitán que tú, es más valiente que tú y no me miente en la cara como si fuera un estúpido. Me agrada – me dijo con una pequeña sonrisa perversa – nos puedes dejar solos, voy a hablar con tu pequeño amigo un poco más.
Chapter 101: Una última vez
Chapter Text
Imagina que eres un escalador de montaña y te preparas toda tu vida para escalar una gran montaña, si, se puede entrenar tus pulmones para poder respirar en lugares que ninguno otro lo ha hecho, te preparas todo lo que puedes hasta que te sientes listo y decides enfrentar a la montaña. Te sientes confiado, crees que tienes una posibilidad pero cuando estás enfrente de ella notas por primera vez que escalar esa montaña es imposible, superar esa montaña es imposible, no estabas preparado para esto pero eres muy orgulloso y devolverse no es una opción, no lo es, solo podemos hacer una cosa y es intentarlo, quizás mueras en el intento pero eso no importa, devolverse no es una opción. Eso sentía el brujo al llegar a su guarida, estaba hecho mierda, apenas se podía mantener de pie, estaba agotado pero no se iba a rendir tan fácil, Freddy había superado sus expectativas, las había destrozado, creía que ya estaba listo, que ya podía salir a jugar con él, quizás lo que iba a hacer era algo precipitado, algo desquiciado pero sería algo muy divertido.
―¿Camí? – el brujo pregunto por ella, por suerte ella estaba ahí, siempre estaba ahí a la espera de él.
―¿Qué pasa señor? – él sonrió al verla, el dolor que sentía en su cuerpo era horrible, le dolía todo y en estos momentos le importaba más poner sus fichas en marcha que su propia salud.
―Ha llegado, es el comienzo del final, un último gran golpe contra el rey.
―¿Por qué? ¿qué ha pasado? – el brujo soltó una pequeña sonrisa.
―Hoy vi a Dios a los ojos y vi lo insignificante que es mi vida. Freddy ya está listo, podemos ir al ataque.
―¿Estás seguro de eso? – el brujo cerró sus ojos.
―Lo estoy, lo estoy, prepara todo para mañana, quiero a Eak aquí y a Puppet también, tengo grandes planes para esos dos idiotas, quiero a todo el mundo vigilando el reino, cada punto y necesito estar completamente solo, no necesitamos más molestias, a partir de ahora solo nos concentraremos en los más importantes. Además no pongas a Meg y a Bon en esto, son demasiado preciados para sacrificar tan pronto, dejémoslos vivir un poco más. Prepara todo por favor, yo necesito descansar un poco – fue lo último que dijo antes de quedar completamente dormido
Camí hizo caso y puso todo en marcha, llamo a todos y les informo de lo ocurrido, también trajo a su pequeña prisionera con un gran miedo a que ella intentara escapar, tenía un cuchillo siempre cerca de las costillas de ella cómo amenaza pero Puppet no hizo nada para liberarse, solo camino en silencio, parecía estar en otro mundo. Todo el mundo se impaciento, mentían diciendo que tenía cosas mejores que hacer, no les gustaba mucho esperar pero Camí les decía que si hacían eso él los iba a esperar y cazar, contaría como traición y ellos se quedaban sentados.
―Lo siento por la tardanza, tenía asuntos pendientes y no quería que esos asuntos me molesten mientras hacemos este trabajo – la verdad es que apenas se había despertado – bueno creo que ya sabemos porque están aquí, ya me canse de esperar, es momento de actuar, vamos a atacar al rey – todos empezaron a murmurar asustados, el brujo solo sonrió.
―Y ¿cómo haremos eso? – él estaba esperando esa pregunta.
―Será simple, ustedes no van a hacer nada, por lo menos la mayoría de ustedes – todo el mundo empecé a murmurar – yo entraré al castillo y voy a negociar algo con los reyes fuera del castillo, su misión es evitar que los caballeros nos molesten, tienen que evitar que ellos salgan del castillo pero no se preocupen, provocare tanto caos que no podrán reaccionar a tiempo, no van a querer salir del castillo pero si por alguna razón ellos deciden salir, ahí estarán ustedes para detenerlos y hacer un poco más de tiempo – ninguno estaba decidido pero no quería llevarle la contraria – obviamente habrá una gran recompensa a todos ustedes, entre más maten mejor será esa recompensa y si logran matar a los reyes y salir con vida, tendrán todo el castillo. No es tan difícil, solo hagan lo que hacen mejor, generen caos, manténgalos alejados de nosotros solo por unos cuantos minutos. Ahora pueden largarse, todos menos Eak y Camí, por favor – todos tenían dudas pero nadie dijo nada, solo se largaron del lugar.
―Algo me dice que no fue sincero con ellos y que solo nosotros vamos a hacer todo este plan posible – el brujo sonrió.
―Nada se te escapa ¿verdad? Ayer conocí a Freddy, lo vi cara a cara y está listo, está listo.
―¿Lo vamos a matar? – el brujo hizo una sonrisa burlesca.
―¿Ustedes? No pueden hacer más que estorbar.
―¿Cómo todos? – el brujo se acercó a él.
―Si me vuelves a interrumpir, te arrancaré un ojo – el brujo puso su mano en su cachete – siempre lo mismo contigo ¿no crees? Quizás deba arrancarte la lengua – Eak trago con fuerza – no te preocupes, aunque quisiera no te haría daño – el brujo se separó de él – te necesito completo, tienes una misión importante, muy importante, tienes que matar a los reyes – Eak está desconcertado, quiere decir algo pero teme hacerlo – señores, tenemos que acelerar todo esto, tenemos que obligar a los otros a moverse como nosotros queremos, no podemos perder más tiempo y la única forma para que el viento esté a nuestro favor es atacar. Se lo que piensas, un plan desesperado y así es pero ya esperamos demasiado, hemos perdido mucho tiempo esperando a que los reyes tengan las pelotas en hacerlo pero todos son unos cobardes, aunque incluso la persona más cobarde entra en pánico al estar al borde del barranco, solo falta empujarlos un poco para caer; el tiempo no está de nuestro lado, es momento de torcerle la mano al destino y escribirlo nosotros mismos.
―¿Estás loco? Primero no creo que tú y yo podamos ganar solos, ya dijiste que Freddy es más fuerte que tú ¿crees que yo tengo posibilidad? Además no voy a encontrar a los reyes por ahí, cuando lleguemos ellos van… - el brujo se acercó a él y se quedó callado.
―Tienes razón en algunas cosas pero te falto una muy importante – el brujo puso su mano en su hombro – no tienes opción, ya me has fallado tantas veces y yo sigo acudiendo a ti ¿crees que me puedes defraudar una vez más? Te acuerdas de tu amigo, Town, él también se hecho para atrás como un cobarde y murió, eso le pasan los cobardes y ahora te pregunto ¿eres un cobarde Eak? No lo tienes que dudar, son solo órdenes y si no lo cumples… - el brujo presiono fuerte su hombro, como si lo quisiera romper – te haré comer tu propio interior, te aseguró que no es algo que quieres probar y lo querrás mantener dentro de ti.
―¿Yo también iré con ustedes? – si no fuera por Camí, quizás el brujo le rompía el hombro a Eak. El brujo se giró y ella bajo la mirada – lo siento por interrumpir.
―No pasa nada Camí es una buena pregunta y no, tú tienes un papel muy importante – el brujo se alejó de Eak – creo que todo tendrá sentido cuando le explique que es lo que va a pasar. Primero Eak y yo entraremos al castillo, yo dejaré a Eak en uno de los pasillos para que se dirijan dónde están los reyes y luego me iré a hablar con Freddy cara a cara, si tengo suerte podré sacarlo del castillo y podamos hablar lejos, muy lejos, mientras yo lo entretengo y si tengo suerte poder matarlo, Eak va a matar a sus padres, va a caminar hasta llegar directamente donde los reyes. Se que suena imposible y todos los caballeros irán donde ti a atacarte, podrás morir pero tienes ventaja, primero es que los pasillos son demasiados estrechos para que todo el mundo pase, el numero puede ser una molestia para ellos y una ventaja para nosotros, además tienes la mejor espada en todo el reino y sabes utilizarla, serás imparable. Eso sí, cuidado con las personas de arco y flecha, quizás te lo encuentres pero ese no es mi problema, estarás completamente solo cuando entremos al castillo, tú simplemente ve donde los reyes y mátalos, no te demoraras mucho y luego de eso resistes, resistes en la habitación que yo llegue para retirarnos.
―Sigue siendo un ataque suicida – el brujo lo miro de reojo con una sonrisa perversa.
―¿Dijiste algo? – Eak negó rápidamente con la cabeza – no me mientas, tengo un buen oído y sí, es una ataque suicida pero ¿a quién le temes más? – Eak no respondió – ahora hemos ignorado a Camí en todo este plan pero ella no tiene capacidad de sobrevivir contra ellos, aún así ella tendrá un papel igual de importante, uno muy interesante y tiene que ver con nuestra dulce invitada – Puppet por primera vez levantó la mirada – quiero hacer un pequeño juego con Freddy y ella me va a servir pero no confió en que se quede completamente quieta, por eso Camí nos va a esperar con ella tranquila.
―Ella me gana, incluso con un cuchillo en las costillas va a quererse escapar, es una mala maniobra, va a escapar en el primer momento que usted se vaya y no creo que estemos en el reino, sería un inconveniente – el brujo sonrió.
―Cierto, cierto pero ya tengo un plan, ella no puede correr sin talones ¿verdad? Solo tenemos que evitar que corra, así se quedara tan quieta que no te causara problemas – el brujo se acercó a ella – no lo crees ¿Puppet? – ella no respondió - ¿por qué tan callada? Tú no eres así – ella abrió la boca y mostró que no tenía boca – cierto, yo te había cortado la lengua, se me olvido – el brujo empezó a reír con fuerza, se rio hasta quedarse sin aíre – eso no importa al final, también tienes que aceptar igual que todos, no quiero hacerle daño a tu pequeño noviecito.
―Entonces solo tengo que ir y matar a todos ¿verdad? – el brujo lo miró fijamente y asintió con la cabeza – hubieras simplemente dicho eso y ya hubiera aceptado.
―Eso es mentira, estarías emocionado pero luego te daría un bajón al escuchar las malas noticias y quedarías fatal, tendrías miedo y pasaríamos por el mismo proceso, no importa que te hubiera dicho reaccionarias igual – había silencio en toda la sala y la sonrisa del brujo había desaparecido – hay una última cosa que les debo decir y por primera vez puedo perder e incluso morir, existe esa posibilidad y no sería un buen capitán si no los preparo. Primero Eak las cosas se te complicaran a ti, se te complicaran demasiado y puedes morir, la única salida es por enfrente pero no creo que puedas llegar aunque tienes una espada irrompible, quizás se te ocurre algo para no morir, además entregarte tampoco te va a ayudar, y tu Camí debes correr lo más rápido cuando aparezca con Freddy y deben llegar aquí. Cuando estén aquí lo que deben hacer es eliminar todas las pistas que los lleve a ustedes, maten a todos lo que los conozcan personalmente, donde viven, que hacen, cómo se llaman eso es una pista que los llevará a ustedes, deben matarlos, es lo más seguros y luego en el anonimato le pagan a alguien para vigilar al resto para que no salgan de control, para que sigan las normas, Camí sabe dónde está el dinero y lo utilizará con confianza. Cuando quemen su vida anterior, pueden empezar de nuevo, hay suficiente plata para hacerlo, los reyes los buscaran y lo mejor que pueden hacer es desaparecer, así de simple, desaparecer – una buena acción, una mentira inocente, una mentira necesaria.
―¿Cuándo haremos esto? – el brujo sonrió.
―En unos días Camí, tengo que descansar un poco y relajarme – el brujo miró a Puppet y sonrió – se me olvido decir lo que harás pequeña, va a ser simple, la dejaremos libre, se lo merece pero tenga cuidado – el brujo se acercó al oído – aunque yo esté muerto siempre los estaré vigilando, estaré detrás de ustedes y cuando menos lo esperen, mataré a todos los que quieren, no podrás detenerlo – el brujo se alejó de ella – entonces ¿qué dicen? ¿vamos a ser historia? – el brujo miro hacia arriba con una sonrisa – hagamos esto una última vez.
Chapter 102: Un buen corazón
Chapter Text
Ese día que todo cambio, un día que todo se acabó, quizás el día más significativo en la vida del joven Freddy, un día que lo cambiaría para siempre. Freddy fue el primero en sentirlo, siente al brujo en el castillo, un sentimiento que le agobia demasiado, sabe lo que siente, le enseñaron hace poco pero el sentimiento es tan agobiante que Freddy no puede pensar con claridad, siente algo en su garganta, algo que apenas lo deja respirar, las manos le empiezan a temblar.
―Fred ¿qué está pasando? ¿qué…? – Freddy se tiene que sentar, sus piernas no podían más y sus se movían desesperado de un lado a otro.
―Es nuestro cuerpo, nos avisa del peligro inminente, algo nos está amenazando pero nosotros no podemos verlo, alguien realmente… - la sombra no pudo terminar su frase, pues una persona salió de la pared con una sonrisa.
―Hola de nuevo, mi príncipe – el brujo hace una reverencia – es un gusto volverlo a ver – el brujo lo mira fijamente – aquella noche en la taberna fue interesante, nos divertimos mucho ¿no crees? – Freddy se quedó completamente callado – lo siento por mi tardanza tuve que tomarme un tiempo para mí mismo, vaya puñetazo me habías dado, casi me matas – el brujo se río – pero creo que esa era tu intención. Aunque la tardanza no fue solo por eso y ambos lo sabemos, venir aquí directamente es una mala idea, como lanzar a un niño de tres años al río, no puedes vencer a Dios solo con fe, aunque las ganas me ganaban sabía que… - el brujo se quedó completamente callado, se estaba preparando para la pequeña interrupción que iban a tener.
Bonnie apareció en la habitación a través de la pared, no lo dudo ni un segundo e intenta golpear al brujo con todas sus fuerzas, aunque no era lo suficientemente rápido o fuerte, el brujo pudo ganarle con facilidad, solo le basto un puño para tener la victoria asegurada, un puño en el estómago que obligo a Bonnie arrodillarse y ahí lo agarra del cabello y chocarla contra el suelo. Freddy se quedó viendo atónito este suceso y sabía que solo podía hacer una cosa, rápidamente respiro hondo y le dejo el cuerpo a Fred y este no duda en salvar a su compañero, rápidamente se abalanza contra el brujo y le intenta dar un golpe en la cabeza para acabar todo, pero el brujo lo esquiva, el golpe solo lo rozo.
―Vaya, sabía que no te ibas a quedar quieto, eso estuvo cerca – el brujo se ríe como un demente - ¿creíste que te iba a dejar las cosas fáciles? Esta vez no – Fred no estaba interesado en él, rápidamente se agacho y puso dos dedos en el cuello de Bonnie mientras miraba a su enemigo fijamente, preparado por si decide atacarlo. Fred siente como el corazón de Bonnie aún sigue latiendo, sigue con vida – debes venir conmigo, quisiera hablar un poco más contigo pero todas las demás personas solo van a estorbar, morirán por el simple hecho de estar cerca de nosotros, incluso todo el castillo va a derrumbarse si nos quedamos aquí.
―No vamos a hablar ¿verdad? Lo que quieres es pelear.
―No, solo quiero hablar pero sé que vamos a terminar peleando, así que quiero omitirme algunas molestias – Fred ya no responde, solo se pone en guardia mientras que de reojo mira a Freddy, ambos tenían una forma de comunicarse sin que nadie los escuchara.
―¿Qué debemos hacer? Si lo seguimos puede ser una trampa, obviamente va a ser una trampa pero ¿qué opción tenemos? Todo lo que dice es verdad, el castillo no aguantara y a él no le importa las vidas que se perderán, no tiene compasión, no creo que se vaya a arrepentir por un daño colateral, incluso puede que vaya a disfrutar destruyendo todo esto, no le importara usar todo su poder.
―Entonces ¿qué dices? – dijo el brujo algo impaciente - ¿qué demonios estamos esperando? No tenemos tiempo para dudar, toma una decisión.
―Acepto, te voy a seguir pero cuidado con pasarte de listo.
El brujo sonríe, lentamente y sin dejar de ver a Freddy pone una mano en una pared, el brujo no debe decir nada, Fred ya sabe que está haciendo, lo siente y se repite en su cabeza que esto es una mala idea pero no puede hacer nada. Fred entra al portal aunque todo su cuerpo le avise que es una mala idea, simplemente no le hace caso y entra al portal, aunque no es tonto y lo primero que hace al atravesarlo es abrir otro portal a su habitación, por si el brujo se digna a engañarlo sería fácil detectarlo pero lo que él más temía era no ser lo suficientemente rápido para detenerlo antes de que haga algún daño. Esos miedos rápidamente desaparecieron cuando sintió que el brujo se estaba acercando, tarde o temprano iba a parecer por aquí y le iba a preparar una pequeña trampa, terminar todo en este momento pero Freddy, quien lo siguió a través del portal, noto algo extraño. Todo era tan amplio, tan verde, una pradera solitaria sin ningún ruido pero a lo lejos, Freddy alcanza a notar dos figuras, dos figuras que parecen ser mujeres, una parece estar arrodillada y con una mueca de dolor, o eso le parecía a Freddy, estaban tan lejos que apenas podía verlo y eso lo asusto.
―Fred mira, hay alguien allí – Fred decidió mirarlo solo por unos segundos y también le llamo la atención – debemos ir donde ellas, quizás necesitan nuestra ayuda – Fred sabe que no es lo mejor, hay algo que no cuadra, dos personas en mitad de la nada solo puede significar dos cosas, son muy estúpidas o es alguien con malas intenciones, no iba a ayudarlas.
―¿Tú también sientes lo mismo al atravesar un portal o es diferente? – Fred solo se distrajo unos segundos pero fue el momento exacto para que el brujo saliera del portal, el factor sorpresa había desaparecido – espero que no te moleste el pasto o el sol, tenía que asegurarme que nadie sufriera en nuestra pequeña charla.
―¿De qué quieres hablar? – Fred no bajo la guardia, lo miraba fijamente.
―Se que tú eres como yo o te sientes como yo, somos dioses, seres superiores incluso entre los mismos magos, tenemos mucho poder y eso lastimosamente nos hace pelear, estamos destinados a pelear, igual que dos jueyes en una misma cueva, no pueden vivir si hay otro atravesando su territorio, no pueden vivir y uno debe morir, van a clavar sus cuernos hasta la muerte, simplemente no pueden vivir dos jueyes en una misma cueva.
―Freddy, tenemos que hablar – mientras el brujo estaba hablando, Fred decidió hablar con su compañero – te voy a ser sincero, este tipo es una amenaza seria, no seré amable y no me contendré, si lo hago puede morir muchas personas, personas que amamos.
―Yo también siento ese miedo, creo que ambos lo sentimos pero por favor, si puedes, evita que todo este desastre le quite la vida a alguien, por favor – Freddy imploro algo asustado.
―No te puedo prometer eso, tu vida es más importante que cualquier otra, mi misión es protegerte – Fred lo miro por unos segundos – aunque hare mi mejor esfuerzo.
―Aunque nos parecemos, también tenemos nuestras diferencias, como todos, tú naciste en una muy buena familia, eres un príncipe que en cualquier momento puede ser rey pero también naciste con la sangre de un brujo pero no cualquier brujo más poderoso en la actualidad, eres literalmente una leyenda.
―Yo no escogí ser nada de eso – el brujo con una sonrisa y empezó a caminar hacia las dos siluetas que se encontraba a lo lejos.
―Lo sé, lo sé, llámalo suerte, destino o Dios pero nosotros no lo controlamos, hasta donde sabemos. Pero eso no es lo que vengo a hablarte en realidad, lo que vengo a hablarte es algo más interesante y es sobre liderazgo, dicen que para ser un rey debes tener un buen corazón, quiero comprobar si tú lo sientes – Fred vio solo por un segundo un brillo aterrador en el brujo – te voy a contar una pequeña historia.
―Esperemos que eso llegue a algo – el brujo soltó una pequeña carcajada.
―Es lo más importante de nuestra conversación, luego de eso te juro que voy a irme sin molestarte más – Fred no creía que esto era cierto, era muy obvio que no iba a cumplir su palabra – solo debes escuchar esta pequeña historia ¿ves a las personas que están a lo lejos? Claro que los ves, una de ellas se llama Puppet, por lo menos así la llaman y sé que es un nombre ridículo, era una buena chica pero hizo lo que nunca se debe hacer, desobedecerme. Cayo prisionera por mi poder, le he quitado la libertad en casi todos los sentidos, ahora es completamente mía. No me acuerdo cuanto tiempo cayo prisionera, de seguro ella menos y en todo ese tiempo la torture, la escucha gritar día tras día, hay miles de maneras de cortarle la carne a los humanos, de romperles un hueso, cada una peor que la otra y supongo que todas esas torturas te dejan algo desnivelado, no es la misma, nunca lo será y quizás eso es lo más divertido de todo. Aun así le he dejado la libertad en una cosa, la libertad de vivir, más o menos, no la mataré de una forma rápida e indolora, no, va a ser la peor muerte que se me pueda ocurrir, que pida que la mate y la mantendré con vida en ese dolor que desearas la muerte, que incluso el infierno sea mejor que esto. Quizás eso ayude un poco en su decisión pero creo que ella quiere seguir viviendo por una sola persona, la última persona que le importa, su novio, es la única razón por la que sigue adelante, su luz al final del túnel – ambos llegaron donde las dos personas, aunque Fred no se fijó mucho en ella, estaba mirando algo aterrorizado al brujo, quería ganas de golpearlo pero ¿qué pasa si eso estaba buscando? ¿lo estará provocando? Lo mejor era esperar y estar atento a su alrededor – veo que sigues estando igual de tranquilo, no intentas golpearme, bien hecho – dijo con una pequeña sonrisa.
―Uno de los factores decisivos en una batalla es la concentración, la tranquilidad y si la pierdes con simples palabras, la batalla ya está perdida – el brujo le guiño un ojo y Fred quedo completamente confundido, tenía muchas preguntas ¿quién carajos era este tipo? Pero rápidamente las ignoraba, tenías cosas más importantes que hacer.
―Chico listo, demasiado listo, aunque no te diste cuenta de algo importante, quizás porque no te importa pero la chica es alguien importante ¿no te has preguntado porque no se ha ido? – Fred no respondió – es simple, le corte los talones, nada grave, solo no podrá caminar aunque lo intente. Además la he apuñalado varias veces, nada mortal realmente, no toque ningún órgano, solo pierde mucha sangre, lo cual lo terminará matando, y lo hará muy rápido.
―No entiendo porque me dices todo esto – el brujo miro hacia el cielo.
―Quizás no eres tan listo o solo te haces el rudo, te hago una pequeña prueba, prueba para tu corazón, quiero ver que haces ¿dejarías vivir a alguien para luego ser torturado de nuevo? Quiere vivir pero vivirá un infierno, quiero ver si crees que tu decisión es más importante que la suya.
―Eso no es cierto – el brujo lo miro algo sorprendido – quieres ver si soy capaz de creerte, que tan incrédulo soy y si me trago toda esa historia sentimental y triste, casi me hace caer una lágrima pero hay un problema, toda tu cara me dice que eres un mentiroso, no puedo creerte y quieres ver qué pasa ¿este tonto chico caerá en la trampa? ¿si le digo que hago todo esto por mi familia me perdonara? ¿bajara la guardia? Quieres saber si puedo sentir algo – el brujo miro a Puppet y sonrió un poco.
―Eres bastante bueno, esa no la había pensado y tiene cierta lógica, tan joven y tan listo, me agradas – hubo un momento de silencio, se podía sentir la tensión, Fred sabía que el brujo tramaba algo grande, no podía, no debía confiar en él – ya veo tu posición, hagamos las cosas un poco más interesantes, lo único que debes hacer es pensar rápido.
En ese preciso momento el brujo mando por los aíres a la chica, la elevo lo más alto que pudo, algo que desconcertó a Fred, pensó que eran amigos ¿por qué? Miro un momento al brujo y vio su cara de satisfacción, una sonrisa de oreja a oreja y un brillo en sus ojos, lo estaba disfrutando. Freddy rápidamente le pidió que la rescatara, que hiciera algo, iba a morir, no lo pensó mucho y la iba a salvar, tenía que hacerlo y luego debía ser juzgada, solo si era mala persona. Detenerla en el aíre tan de repente podría ser malo, podría dañarle algo, sería como chocar con el suelo pero en el aíre, lo que hizo fue simplemente bajar su velocidad poco a poco y con cuidado, quizás al llegar al suelo solo se haga un pequeño raspón. El problema fue que el brujo no se quedó de brazos cruzados, no iba a dejar que la dejaran vivir tan fácilmente y lo ataco, Fred pudo ver cómo se giró rápidamente y corrió para intentar golpearlo, Fred alcanzó a esquivar el golpe, era muy lento pero el brujo había logrado su cometido, la chica volvía caer rápidamente. Fred pensaba en volverla a detener pero el brujo lo interrumpía una y otra vez, solo podía hacer una cosa, ganar un poco más de tiempo, decidió lanzarla arriba de nuevo, causándole un poco de daño a su cuerpo pero dándole un valioso tiempo para poder enfrentar al brujo, Fred trato de contratacar pero el brujo simplemente lo esquivaba o lo defendía, no lo iba a dejar en paz tan fácilmente. Es cierto que Fred es mucho más fuerte pero todavía era un niño y sus prioridades no eran matar al brujo, era salvar a esa pobre chica, su cerebro no pensaba bien y el miedo se apoderaba de él ¿qué pasa si fallaba? Es cierto que seguía peleando y si pudiéramos verlos en la batalla no lo hubiéramos notado pero esas pequeñas preguntas hacían que Fred viviera el momento, no pensara en futuro, solo decidió reaccionar. La batalla fue de resistencia y el brujo era el que iba a perder, incluso él lo sabía pero tenía una pequeña carta bajo la manga, pero decidió jugar un poco más, pensó que había encontrado su gran debilidad, su talón de Aquiles, solo era un pequeño juego para él bastante divertido pero en el momento que se sintió superado, que no iba a poder más decidió acabar con todo de una vez. Tres minutos estuvieron peleando, parece poco pero la velocidad que se movían era impresionante, se movían más rápido que un aleteo de una libélula, el cuerpo de Puppet no era un problema del todo pues para ellos caía de forma lenta y cada vez que ella estaba cerca del suelo él la impulsaba hacia arriba, ya no estaba seguro que estuviera con vida pero debería intentarlo; la tierra entre ellos se movió, temblaba por los movimientos de ambos, incluso se llegó a separar cerca suyo, fue algo sin precedentes. El brujo se separó y lo dejo de atacar de repente, Fred no le pareció raro eso, podía notarlo en su respiración, estaba agotado así que decidió aprovechar ese tiempo para salvar a la chica, un gran error ya que el brujo estaba cargando su gran truco, un gran rayo que lo cargo entre en el dedo índice y el del medio y lo disparo, un rayo mortal que segó a todos, era más brillante que el mismo sol, eso es lo que todos afirman algunos, un segundo sol que de repente apareció. Lo más curioso de este rayo es que no iba dirigido a Fred, fue dirigido hacia el castillo, hacia el reino, un arma que podría dejar el reino en cenizas, Fred no tuvo tiempo de darse cuenta de eso, en menos de tres segundos el rayo impactaría contra el reino, aunque con ese tiempo le fue suficiente para saber lo que estaba pasando, sabía que le diría Freddy si no hace nada, decidió ponerse delante del rayo, recibir todo el impacto él. El brujo sale disparado hacia atrás con varias quemaduras, algo que no le molesta curar, el lugar donde estaba Fred ahora había un gran hueco en la tierra, un enorme de ocho o nueve metros, el brujo detiene la caída de Puppet como lo hacía Fred, tenía una cara de estupefacción y luego simplemente se río, soltó una gran carcajada y se cubrió su cara, era tanta su risa que le costaba respirar.
―No lo puedo creer, eso fue… - no pudo terminar su frase, ya le empezaba a doler el pecho – no pensé que funcionaría, al parecer si tienes buen corazón, un muy buen corazón, eres un chico hecho de azúcar – el brujo dejó a Puppet en el suelo, aún seguía con vida pero eso iba a cambiar en unos minutos – eres un estúpido ¿por qué te pones entre mi gran poder y el reino? ¿acaso tus padres no te enseñaron que tu vida era más importante? Qué estúpido que eres – el brujo se levantó con un poco de dolor y empezó a caminar hacia el horizonte – no creo que hayas muerto, una leyenda no muere tan fácil ¿verdad? Eres un puto Dios, eso para ti debe ser un lunes. No estás muerto, no lo estás pero te tardaras en levantar, supongo que seguirás cojeando hasta la semana siguiente. Se que no te sacrificarías así tan tonto, no eres tan estúpido, no lo eres.
El plan de brujo era simplemente dejar morir a Puppet lentamente mientras se desangraba, era una muerte tranquila y lenta, ya iba a ser un estorbo y quizás así podía golpear a Freddy de una forma, la iba a dejar así, morir viendo el cielo soleado en mitad de una pradera, no era una mala muerte. Camino lentamente lejos del lugar, le dolían las rodillas, necesitaba caminar, respirar, necesitaba saborear su pequeña victoria. De repente el cuerpo del brujo se detiene, siente un poco de miedo y evita darse la vuelta, Freddy seguía con vida y consiente, parecía estar curándose, no iba a largarse, en cualquier momento se levantaría y lo intentaría matar, el brujo no lo dudo y corrió hasta llegar donde Puppet, la agarró de la cabeza pero antes de que pudiera hacer algo, Fred le cortó el brazo, fue tan rápido que el brujo no pudo reaccionar, no pudo verlo venir y tampoco lo sintió tan cerca.
―¿Creíste que con ese truco me matarías? Por favor, apenas fue un rasguño.
Eso era mentira, Fred estaba bastante débil, estaba bañado en su propia sangre y toda su ropa se había destruido, su respiración es agitada y sus piernas están temblando, apenas se puede mantener de pie, Fred ha sacrificado mucho más de lo que iba a admitir, estaba cansado y no se podría mover como antes, la buena noticia es que Puppet ya estaba a salvo, ya no tendría que preocuparse por ella. Ambos dieron lo mejor de ellos, por lo menos lo que su cuerpo podía dar, parecían estar al mismo nivel, no era fácil recibir los golpes, para ninguno de los dos pero ellos seguían adelante, no se iban a rendir tan fácilmente. Era una pelea demasiado igualada, ambos se movían a la misma velocidad, lo que significaba que esquivar los golpes era más complicado, decidieron recibir los golpes de alguna manera que les hiciera menos daño y contratar, aunque esta situación solo duro un minuto ya que Fred lo empezó a superar, se volvía más rápido y más fuerte al pasar el tiempo y alcanzó a darle un puño en toda la cabeza, un golpe que le rompió el cráneo.
―¿Ya ha acabado? – pregunto Freddy mientras miraba algo horrorizado la situación, el golpe lo había mandado demasiado lejos a su rival, lo mando donde apenas se podía ver, por suerte el golpe había dejado un rastro de tierra en línea recta hasta el cuerpo inmóvil del brujo. Al parecer el cuerpo del brujo se arrastró por la tierra con violencia, lo que detuvo en gran parte el recorrido que iba a recorrer y provoco que la tierra se moviera hacia los lados hasta que se detuvo, esa es la explicación más lógica.
―Solo hay una forma de saberlo – Fred camino hacia él, sabía que si lo dejaba vivo iba a ser peor, mucho peor, tenía que asegurarse de su muerte.
―Espera ¿A dónde vas? Tenemos que salvar a la otra chica, no sabemos cómo está, debemos salvarla – Fred se detuvo – sabes que es lo correcto, es alguien inocente. Por favor – Fred apretó los dientes y las manos con furia.
―De verdad que te odio – fue lo único que dijo antes de ir donde estaba la damisela en apuros.
Puppet estaba fatal, demasiado mal, primero había perdido demasiada sangre que ya estaba en un pie en la tumba, su piel estaba demasiado blanca, sus labios secos y sus ojos miraban hacia la muerte, sus órganos estaban peor, mucho peor, todo el juego que hicieron con ella casi la mata, le rompieron varios huesos, se le abrieron varias heridas internas, empezaba a poco a poco llenarse los pulmones de sangre y sus riñones estaban destrozados, era un milagro que estuviera con vida. Fred pone una mano en su pecho y la empieza a curar, primero los daños externos, pudo volver a unir toda la carne como era antes, la sangre ya no iba a salir de su cuerpo y luego arreglo todo lo que estaba mal adentro, algo imposible y que no sabemos explicar más allá de magia, de alguna manera pudo hacer que su cuerpo volviera a como era antes, aunque no era perfecto y tenía ciertos defectos pequeños, Fred le dio otra oportunidad para vivir. Mientras la curaba Fred miraba su alrededor algo asustado. Sabía que iba a actuar pero ¿cuándo? ¿por dónde? No lo siente cerca, algo que lo relaja y lo tensa al mismo tiempo, es un leopardo que te está cazando, quiere que te sientas seguro y que bajes la guardia para atacarte, no bajes la guardia, no lo has matado, no lo ha matado; eran las únicas palabras que se repetía Fred en su cabeza. Cuando ella estaba a salvo, Fred corrió lo más rápido que pudo donde estaba el brujo, no sabía exactamente dónde estaba, pero podía sentir su magia, entre más cerca este de él más poderoso va a ser su magia; lástima que cuando lo encontró, ya era muy tarde, el brujo había matado a la otra chica que estaba aquí, la chica de cabello verde, le había cortado su cabeza. Freddy grito al ver esta escena, no tenía que hacerlo, no la conocía, no sabía los horrores que ella había cometido pero aun así lo hizo, se sintió mal por una desconocida, en cambio Fred no perdió la compostura, al inicio sintió algo de terror pero las cosas no habían terminado, no podía dejar que sus sentimientos lo controlen.
―Que esto te sirva de recordatorio, siempre debes rematar a tus enemigos.
El brujo no estaba muerto, aunque deseó estarlo, tanto dolor en unos pocos segundos, quería gritar pero no pudo, unos pequeños segundos luego del golpe el bruno no podía ver y por un segundo pensó que estaba muerto, que todo había acabado hasta que el dolor llego y deseo estar muerto, aunque él decidió no rendirse, sabía que él volvería por él, debería estar preparado. Lo primero que hizo fue dejar de sentir dolor, no conocía la manera de que no haya más dolor, más daño sin sacrificar mucho pero sabía cómo engañar a su cerebro, de alguna manera su cabeza interpreto todo ese dolor por placer, se engañó a sí mismo y creyó que todo lo que sentía era un placer, lo importante es que es más fácil pensar en medio del placer que el dolor, o por lo menos era más fácil para él. Lo segundo que hizo fue regenerar su ojo, un solo ojo era más rápido y miro a su alrededor, no lo vio cerca lo cual era raro, no iba a desaprovechar esta oportunidad que él le había dado, se curó lo suficiente para no morir y estar consciente de su alrededor, también se curó sus piernas para poder caminar pero todo lo demás lo dejo como estaba, tenía un daño mortal pero curarlo quizás lo alertaría, tenía que pensar y rápido. Por suerte no estaba solo, la chica de pelo verde había visto todo, se alejó lo más que pudo cuando la batalla empezó, corrió a toda velocidad hasta que su alrededor se ilumino, esto la obligo a mirar y por primera vez en mucho tiempo, se impresiono de lo que había visto, una iluminación más poderosa que el sol. Ella se quedó quieta sin saber que hacer, no sabía quién había ganado, simplemente se quedó quieta, hasta que de repente se escuchó algo, parecía ser una explosión, algo que la obligo a caer hacia atrás, se arrastró un poco hacia atrás mientras miraba lo que pasaba, solo podía escuchar varias explosiones, su mente se llenaba de dudas pero jamás dejo de retroceder. Hasta que de repente se escuchó una gran explosión, la más grande hasta ahora y vio a alguien salir disparado, esto le provoco algo de curiosidad y se acercó corriendo, el brujo pudo escuchar sus pasos a los lejos, se giró y rápidamente la reconoció. Se levantó con algo de dolor y se acercó lo más rápido que pudo pero si usar mucha magia, Freddy estaba distraído, debía aprovechar este momento, debía pasar desapercibido.
―Me alegra que estes bien Camí – el brujo sonrió.
―Pensé que estabas muerto – el brujo se arrodillo y se agarró la panza.
―No me falta mucho para ser verdad – él soltó una pequeña risita – tengo un plan, un plan que nos dará la victoria, creo que encontré su debilidad y no importa que tan fuerte sea, ya ha perdido.
―¿Qué estás esperando para aprovecharlo? – el brujo se levantó con dificultades.
―El problema es que para hacerlo tengo que matarte, tengo que quitarte la cabeza – el brujo giro su cabeza algo adolorido – no sé cuánto tiempo tenemos, debemos tomar una decisión. Lamento pero lo tenemos que hacer si queremos ganar, me va a doler y me arrepentiré después, lo lamentare demasiado pero tu muerte será un golpe para él, el problema es bastante simple, solo tengo que hacer un gran sacrificio.
―¿Por qué me dices eso? Solo hazlo.
―No iba a hacerlo hasta que lo confirme – el brujo puso una mano en el hombro de ella – somos compañeros y eres agradable, quería despedirme de ti y confirmar que también querías esto.
―Ya te lo había dicho antes, en las buenas o en las malas estaré aquí, tú me creaste para estar contigo, siempre a tu lado. Si crees que es lo necesario, hazlo, confió en ti – el brujo no lo dudo más y le cortó la cabeza a Camí y unos segundos después, Fred apareció.
―Que esto te sirva de recordatorio, siempre debes rematar a tus enemigos – Fred no se había movido – ¿qué pasa pequeño rey? ¿acaso te sientes culpable? Has escogido mal, ahora vive con las consecuencias, eres un idiota que dejo morir a esta persona, debiste matarme pero no lo hiciste, ahora todo el reino corre peligro, eres un inútil – en este momento el brujo lanzó la cabeza de Camí.
Fred no se dejó intimidar, sabía lo que estaba tramando y siguió su juego, se quedó quieto y actuó como si estuviera un poco afligido, dejo que él actuara primero y cuando lanzó la cabeza, sabía que iba a atacarlo, así que lo espero, sintió como se acercaba con velocidad, lo mejor que se le ocurrió fue recibir el daño y contraatacar con fuerza. El brujo atacó directo al corazón, un golpe posiblemente mortal para Fred, lo más posible es que quisiera atravesarlo, Fred solo se movió un poco a la derecha lo que provocó que el golpe de su enemigo fallara y solo atravesara su pulmón, peligroso pero algo que no lo iba a matar. Fred rápidamente agarró el brazo del brujo y con toda su fuerza y le golpeó en el pecho y luego en la cabeza, fue tanto el poder que su cuerpo no lo aguanto, un poco de la piel del brazo se desprendió, simplemente se rompió mostrando el musculo. El brujo salió volando por el golpe, es cierto que Fred lo agarraba del brazo para que no saliera y hacía fuerza para que no sacara el brazo pero el problema fue que su brazo se desprendió completamente, quizás si lo hubiera agarrado la cabeza quizás el cuerpo salía volando pero la cabeza se quedaba con él. Lo más sabio en ese momento sería ir y rematarlo pero Fred se distrajo unos segundos, primero se curó su brazo y la herida en su pecho, obviamente primero quito el brazo del brujo y luego procedió a curarse todo su cuerpo, mientras lo hacía Fred miraba la cabeza de la chica, se sentía culpable por alguna razón y odiaba sentirse así, sentía remordimiento y eso provocaba asco en su interior. En estos momentos no podía escuchar a Freddy aunque no era necesario, sabía lo que pensaba de todo esto, de alguna manera le había fallado, quizás si lo hubiera buscado a él ambas chicas saldrían con vida pero luego pensó ¿realmente esto es mi culpa? Eso es estúpido, él no la mato, ni la toco, no sabía quién era, sentirse así sería estúpido, él no tiene la culpa. Todos estos pensamientos desaparecieron cuando Fred sintió el uso de magia, ese cabrón aún seguía con vida, no lo iba a dejar con vida, esta vez no. Corrió lo más rápido que pudo, sus piernas se desgarraban por el esfuerzo, sus músculos explotaban sin razón aparente pero él no dejo de correr, se curaba lo más rápido que podía y seguía corriendo, no tardo ni un segundo en encontrarlo, estaba intentando escapar a través de un portal pero Fred lo agarró de la muñeca a tiempo y lo levanto, evitando que cayera por el portal.
―¿Por qué huyes? ¿acaso tienes miedo? – el brujo sonrió un poco.
―Ese golpe casi me mata, estuve preparado esta vez y aún así me ganaste, endurecí todo mi cuerpo, incluso moví un poco mi corazón para no morir pero no basto, igual tocaste mi corazón y casi me matas desgraciado – el brujo empezó a toser sangre – me has superado, admito mi derrota.
―Yo no quiero eso, yo quiero que mueras.
―Pero hay un pequeño problema príncipe, esa chica que no pudiste salvar se llamaba Camí, murió por tu culpa, por decidir salvar a mi prisionera, deseas haberme matado en ese momento pero decidiste hacerte el caballero e intentar salvar a todos, esas son las consecuencias de tus acciones, ahora tienes que hacer lo mismo. En este momento hay alguien dentro del castillo, alguien especial capaz de matar a cualquier caballero, no entre solo al castillo y no hay ningún brujo para defenderlo, esa persona planea matar a tus padres y seguramente lo va a lograr, quizás tienes suerte y ya lo detuvieron pero ¿te vas a arriesgar así? ¿te importa la vida de los humanos? ¿tus padres significan algo para ti? Si tienes suerte, aún puedes salvarlos, escoge tus consecuencias – luego de decir eso, el brujo alargó un poco su poca y de un mordisco al brazo logró que este se desprendiera y cayera por el portal.
―Maldición volví a hacerlo – Fred iba a buscarlo, no iba a dejarlo escapar, si lo hace todo lo que hizo no iba a significar nada, todas las muertes siguientes serían su culpa – no te escaparas, se exactamente dónde fuiste, no te escaparas.
―¿Qué haces? No lo has escuchado, nuestro hogar está siendo atacado, debemos defenderlo, él dijo… - Fred lo miró enojado.
―¡¿Y tú le crees?! ¡Está desesperado, diría cualquier cosa! – Fred se agacho, dispuesto a abrir el portal para seguirlo.
―Tú lo haces, pareces conocerlo mejor que yo, veo tus pensamientos ¿recuerdas? En el momento que te lo dijo pensaste que era una mierda capaz de traicionar a sus compañeros, sabes que te dice la verdad – Fred no se movió ni dijo nada – debemos salvar a mi familia, debemos salvar a toda esa gente, está bien que odies a todo el mundo por cómo te tratamos o una mierda así pero ¿No hay nadie adentro del castillo que te importe? – Fred solo suspiro.
―Mierda – susurro Fred frustrado – hagamos lo que dices – Fred se giró – vamos a ser buenas personas y salvemos a todos pero cuando las consecuencias lleguen, no me busques, lo vas a cargar tu solo.
―¿A dónde vas? – Fred empezó a correr y Freddy lo estaba siguiendo, era como estar amarrado a una roca, si esta roca se mueve te obliga a moverte.
―A partir de ahora cuando yo agarre el cuerpo, yo tendré el control, no tienes que gritarme lo que tengo que hacer, ya lo sé. No más preguntas, no más respuestas, solo te quedas callado y escuchas, solo eso.
Fred se acercó al cuerpo de Puppet, puso sus manos en su cuello y pudo sentir el corazón de ella latiendo, aún seguía con vida, rápidamente hizo un portal a su lado y luego lanzó a Puppet por el portal, un portal que la llevó directamente al calabozo; Freddy hizo varias preguntas pero Fred solo lo ignoro e hizo otro portal, un portal que lo lleva directamente al castillo.
Chapter 103: Colgar la espada
Chapter Text
A veces la vida nos obliga a detenernos, nos detiene en seco, pensamos que somos imparables pero no es así, a veces nos detiene hacer las cosas que nos gustan, sobre todo ese tipo de cosas que requieren cierto físico para completarlas, tener cierta energía, una energía de jóvenes, los deportes son el mejor ejemplo, solo los mejores de los mejores podrán destacar pero hay un pequeño problema, entre más avanza el tiempo, nuestro cuerpo empieza a perder fuerza, manos, piernas, pecho, todo pierde fuerza y tarde o temprano seremos remplazados por alguien mejor, alguien más joven. La vida nos obliga a detener las cosas que nos gusta ya sea por que sufrimos un accidente y ya no podemos hacerlo o el paso del tiempo nos ha jodido tanto que ya no somos como antes, nuestro cuerpo no puede soportar esa carga, pero eso no significa que sea nuestro final. La vida siempre te va a tirar hacia abajo, te va a quitar cosas pero uno siempre debe levantarse, sin importar cuantas veces caigas al suelo, rendirse nunca es una opción y menos frente a la muerte. La muerte, ese momento que a todos nos llega, muchos dicen que con la llegada de la muerte sientes cierta liberación, la liberación de tu alma, el alma no empieza en la luz, empieza en la completa oscuridad, simple oscuridad te rodea, una oscuridad tan tranquila, tan fría, hasta que vez una luz a lo lejos, una luz blanca que se acerca poco a poco a ti hasta consumirte por completo, y Dios dijo, hágase la luz. La guardiana, todos sabemos lo que paso al final, su gran sacrificio, paso por ese mismo recorrido de antes, hasta que vio una luz blanca y pensó que era el cielo pero la verdad era muy diferente, esa luz no significaba muerte, esta vez la luz significaba la vida. La guardiana seguía con vida, parecía un milagro pero así era, seguía con vida, al despertar, la luz le obligaba a cerrar los ojos, también le dolía la cabeza, era un milagro que haya despertado, ella tiene unos segundos de tranquilidad, de paz hasta que siente un dolor, dolor que la obliga a gemir y a cerrar los ojos con fuerza hasta que de nuevo, solo hay oscuridad.
―Freddy dice que estás viva y que de alguna manera escuchas eso, solo quiero decirte que hemos sido atacados – ella reconoce esa voz, era Bonnie, abre los ojos para asegurarse de que fuera él, solo lo mira por unos segundos, ve como él sonríe por unos segundos, el problema es que la luz la volvía a molestar y le obligaba a cerrar los ojos - ¿estás viva? – Bonnie quiere abrazarla pero duda unos segundos, no es lo mejor, quizás la pueda lastimar.
―Sigue con lo que estabas diciendo ¿qué paso? ¿cómo acabo todo? – Bonnie tartamudea un poco nervioso.
―Nos han atacado, por lo que sabemos solo eran dos personas, el brujo y al que te enfrentaste tú, el brujo ha escapado y lo estamos buscando, Freddy se enfrentó con él pero eso no es todo… - Ann abrió los ojos sorprendida.
―¿Cómo está Freddy y su familia? – Ann lo agarró del hombro con algo de fuerza.
―Bien, bien – Bonnie se apartó un poco de ella – ambos están con vida, Freddy está un poco exhausto pero sigue con vida, los reyes están un poco asustados pero siguen con lo suyo, todo gracias a ti, fuiste la única que lo pudo detener.
―No lo hice sola ¿sabes? Tu espada me ayudo bastante, sin esto estaría acabada – Bonnie sonrió un poco – bueno, creo que ha sido suficiente, tenemos cosas que hacer – Ann se levantó con algo de dificultad, Bonnie rápidamente la detiene.
―Tranquila, tranquila, acabas de casi morir, te mereces un tiempo largo de descanso – la guardiana miro a su izquierda y noto que no tenía brazo, no se había dado cuenta de esto hasta ahora.
―¿Cómo es que no me di cuenta antes? – era extraño, ella aún podía sentirlo, podía “moverlo” pero no había nada ahí, podía mover algo que ya no tenía o eso le hacía creer su cabeza.
―Lo siento por eso, no pudimos salvar tu brazo, ya era muy tarde y no había nada que hacer, Freddy lo intentó de varias maneras, intentó unir su antiguo brazo con este pero no pudo, simplemente no pudo. Los brujos podemos regenerar pedazos de carnes que no estaban, podemos hacer crecer extremidades faltantes pero eso solo funciona con nosotros mismos, si lo hacemos con un brujo es poco peligroso pero si lo hacemos con alguien normal es mortal y Freddy no quería correr ese riesgo. Yo tampoco quería correr el riesgo – Ann no responde nada, solo mira su brazo inexistente, no había ni una expresión en su rostro, estaba callada mirando fijamente a su izquierda – creo que debemos descansar – Bonnie acuesta lentamente a Ann en la cama – vamos a acostarnos y a estarnos muy quieticos, en este momento tu cuerpo debería sentir dolor, mucho dolor. Por suerte estoy yo y puedo evitar que sufras todo ese dolor, recibes todo el dolor pero no lo sientes, sientes otra cosa, no sé qué pasara si me voy de la habitación o si con el tiempo el dolor desaparecerá pero eso no importa, creo que debemos a Freddy ¡Freddy ven, la paciente ya despertó! – Ann lo miró fijamente y sonrió un poco.
―Si él no viene en cinco segundos, me levanto y te jaló las orejas o algo peor – Bonnie soltó una pequeña carcajada.
―Sabes que es lo peor, que ella si lo cumple amigo mío – dijo Freddy atravesando la pared – me alegro de que sigas con vida – Ann se levantó un poco para recibirlo como se merece, Freddy la ve un poco preocupada y luego la abraza, un abrazo que Ann corresponde con cariño – lo siento, todo esto es mi culpa, todo esto y culpa de Fred, si yo no lo tuviera, quizás ustedes no… - Ann se separa del abrazo y lo interrumpe.
―Eso no es cierto, eso solo es una estupidez y una excusa para que te sientas mal, como un mártir pero la verdad es que eres un rey y los reyes siempre van a ser atacados, no importa la razón, está en su naturaleza, todos quieren tomar la posición del rey así que no pudiste hacer nada para evitarlo, nada. No debes culparte, no debes cargar con la culpa, primero encontramos a nuestro enemigo y luego lloramos la perdida en silencio y en el rincón más oscuro.
―Supongo que tienes algo de razón – Freddy sonríe como un niño pequeño – por cierto ¿cómo te encuentras? ¿te duele algo? ¿necesitas algo? Solo dímelo y te lo traigo.
―No soy una niña chiquita, se irme por mi cuenta, lo que necesito saber es ¿cómo están los reyes? Y más importante ¿cuántos hombres hemos perdido? Vi un par de cadáveres cuando lo encontré.
―No fueron tantos, solo cuarenta vidas hemos perdido – Freddy mira hacia abajo y empieza a jugar con sus dedos – cuarenta y uno – Ann abrió la boca algo preocupada, Freddy era malo escondiendo sus sentimientos pero ella siguió hablando – mis padres preguntan por ti, quieren saber cómo te encuentras, si te pude salvar, seguramente quieren verte.
―Entiendo, a veces hay cosas más importantes que uno mismo – Ann mira a Bonnie fijamente – dime ¿hay alguna forma de que me pueda levantar sin sentir dolor? En este momento siento que todo mi cuerpo está dormido, que se mueve lento ¿hay alguna forma que eso no pase? Por lo menos disimular que me puedo levantar con facilidad.
―No lo sé, quizás pero no estoy tan seguro, además no sabría como esconder lo de tu brazo.
―Mi brazo no importa, debemos decir la verdad ante los reyes siempre, ustedes mismos lo dicen, ante Dios y el rey, siempre la verdad o algo así, no podemos mentirle. Lo que yo quiero es simplemente levantarme, verlos a la cara y aceptar mis consecuencias con la cara en alto, con honor, además no podemos hacer esperar a los reyes. Mi cuerpo está extraño, apenas tengo energías para moverme y caminar sería una tortura, apenas puedo mover.
―No sé, sinceramente no sé cómo podríamos ayudarte, es casi imposible para mí hacer que te muevas por ti misma, te puedo mover como una marioneta pero los movimientos serían poco humanos.
―Yo sí tengo una idea – los dos miraron a Freddy – no es tan complicada pero solo hay un pequeño problema, debo estar cerca de ti todo el tiempo para que te sientas mejor, solo debo… - Ann sonrió aliviada.
―Eso es suficiente para mí, no debo saber cómo funciona, solo saber que funciona, muchas gracias.
―Somos amigos, claro que te voy a ayudar – Freddy puso una mano en el hombro de Ann y en ese momento su cuerpo se sintió renovado, se sentía con tanta energía que era capaz de correr y saltar, se sentía imparable y eso hizo sonreír a Freddy. Ann se levantó de la cama, Bonnie miro todo esto sorprendido.
―¿Cómo? Eso es… - Bonnie se quedó callado buscando la palabra correcta.
―Simple, yo no hice nada, el cuerpo humano es maravilloso y puede hacer cosas que muchos dicen milagros, yo simplemente forcé ese milagro, aunque no sé muy bien las consecuencias, no son mortales pero pueden generar dolor en la cabeza.
―Lo puedo manejar, ahora vamos a visitar a los reyes.
Ambos se levantan, Ann agarra con fuerza el brazo de Freddy mientras Bonnie abre una puerta que los lleva directo a la puerta del trono real, ambos al salir provocan confusión a los que estaban cerca, miraron algo incrédulos la escena y en completo silencio, luego empiezan a susurrar a su compañero que tiene al lado a para sí mismos, se preguntan cómo era posible lo que sus ojos estaban viendo ¿acaso era un engaño? Era un milagro. Los dos guardias asignados a defender la puerta decidieron abrir la puerta sin dudarlo, no solo era la guardiana, alguien que a partir de ahora será vista como una heroína y que estaba caminando entre los vivos como si fuera un milagro, también estaba Freddy, el príncipe, y nadie le va a cerrar una puerta, debería estar un loco para decirle que no a la realeza en su propia casa. Ambos entran a la habitación, Freddy se aleja un poco de ella pero se mantiene en el radio del hechizo, en teoría Ann se debería sentir bien, la guardiana hace una reverencia, no solo para los reyes sino para todo el mundo que se encontraba en esa sala.
―Discúlpenme por haberme tardado tanto, vine lo más rápido que pude, apenas hoy pude abrir los ojos – los reyes lo miran sorprendidos, aunque no dudaban que era ella, su voz, la forma en que se paraba, era ella pero ¿cómo sobrevivió? Era un milagro.
―Me alegro Ann que te encuentres bien ¿te acuerdas lo que paso? ¿cómo terminaste tan mal? Si acaso no te acuerdas seguramente alguien ya te lo habría dicho, no hablan otra cosa que no sea de eso.
―Claro que me acuerdo, me acuerdo bastante bien, incluso en mis sueños podía ver lo que había pasado. Estaba hablando con alguien tranquilamente, no era nada especial, mis segundos de descanso cuando algo paso, todo el mundo empezó a mover hacia un lado, me dijeron que alguien había entrado, no dude ni un segundo y me dirigí hacia la batalla. No sabía a quién estaba buscando, en general no sabía que estaba pasando pero igual busqué algo sospechoso por todas partes hasta que por suerte lo encontré, ese chico con una marca en forma de X y pelo gris, era el mismo chico que nos había atacado un tiempo atrás, era el mismo. Tenía algo especial ese chico, no solo por los cadáveres que había en el pasillo, había algo en su cara, cierta satisfacción, era extraño, sabía que algo tramaba y supe que era, de hecho él me lo dijo.
―¿Cómo? – el rey escuchaba atentamente cada palabra de la guardiana.
―El muy tonto me lo dijo, era muy soberbio, se burló y dijo que no tenía posibilidad de ganarle, que era imparable y que ninguna espada o armadura lo iba a detener ya que era especial y en ese momento rompió una armadura cómo si fuera madera, el muy idiota mostro sus garras antes de tiempo. Me enfrenté a él con un poco de ingenio, lo único de especial que tenía era su espada pero el portador era alguien patético, aunque al final no estuve a la altura como pueden ver pero al final termino muerto, eso es lo único que importa, su cadáver debería estar en los pasillos del castillo.
―Pero tú no estabas ahí ¿verdad? Se que paso algo después, te encontramos en la habitación del príncipe.
―Había sufrido bastante pero no me iba a rendir, tenía que asegurarme que ustedes estaban bien, me apoye en la pared y camine hacia la habitación de Freddy, temía lo peor y entré preparada para dar mi mejor esfuerzo. Lo único que encontré en ese lugar fue al mago Bonnie tirado en el suelo, lo desperté con fuerza, con gritos y puños, le pregunté la ubicación de Freddy pero al parecer había sobrestimado mi fuerza, en ese momento mi cuerpo cedió ante la presión y cerré los ojos. En ese momento sentí a Dios, me estaba llamado, mi momento había llegado, lo sentía cerca de mí, en todo y en nada al mismo tiempo y de un momento a otro desperté y estaba así, seguía con vida, creo que no era mi momento – la habitación se quedó en silencio, los corazones de todos latían con violencia, sudaban y admiraban a la guardiana, nadie iba a igualarla, por lo menos no pronto.
―Creo que hablo por todos en esta sala de que lo que nos dices es impresionante, nosotros estaremos siempre agradecido y serás siempre recordada por tu valor, no eres solo una niñera especial para mi hijo, de alguna forma te convertiste en una amiga y diste lo mejor de ti, realmente querías destacar y todos lo vimos, eres alguien singular. Yo y mi familia estaremos siempre agradecido por eso, nos has salvado desde hace tanto tiempo – la guardiana sabía lo que iba a pasar, conocía bien el procedimiento. Los reyes solo celebran los grandes logros y reconocen su gran valor cuando están muertos, eso era lo que estaba pasando en esa habitación, tenía un aíre de funeral, de despedida – siempre estaremos agradecidos contigo. Pero hay un pequeño problema, tú lo debes saber mejor que nadie, necesitamos a personas fuertes para defender a los nuestros, tú ya no eres competente para nosotros, menos con lo que ha pasado hoy, estamos en un punto crítico y necesitamos lo mejor de lo mejor. Lamento decir eso pero no podemos dejarte cargo del cuidado del reino, con un gran peso en el alma, nosotros debemos cambiarte, es momento de que cuelgues tu espada.
La guardiana no se queja, no dice absolutamente nada, sigue con una expresión normal después de eso, acepta su destino porque ya cumplió lo que tenía que cumplir, fueron amables, confiaron en una desconocía, además quería al pequeño Freddy, sabía que era lo mejor para él, en ese estado solo era un estorbo, de hecho cualquiera que no fuera mago sería un estorbo al final, era su destino y solo lo iba a aceptar mirando hacia arriba.
―Muchas gracias rey por darme tanto tiempo de servicio con ustedes.
―Gracias a ti – silencio, un silencio que ahogaba a los presentes – no te preocupes, no te vamos a dejar sola, aún puedes trabajar en tu estado y por lo que siempre nos has mostrado, logras todo lo que te propongas, intentaremos darte el mejor trato, podemos conseguirte una casa fuera del reino si eso quieres, una casa y un trabajo digno.
En la oscuridad había un chico, un chico que temblaba y evitaba hacer cualquier ruido para que alguien se fijara en él, era algo difícil, sentía un dolor en su pecho y no podía evitar que las lágrimas se le salieran, cada segundo que pasaba el dolor le pesaba más y más, incluso su pequeño parasito se sentía mal, se sentía culpable. Aunque no tuvo tiempo de llorar, todo el mundo aplaudió y eso saco al príncipe de su mundo de miseria, aprendió a ser un buen actor y dejó de lamentarse, aplaudió con fuerza y sonrió para luego salir con la guardiana.
―Salió mejor de lo que hubiera esperado, por lo menos tendré una casa en la playa si tengo suerte, nunca la he visto, de hecho nunca he visto nada del mundo.
―Y nadie lo hace, conocer el mundo, ver todos esos lugares tan hermosos es algo que solo pasa en el arte, nadie puede hacerlo y nadie lo hará jamás, ni yo lo haría.
―Quizás, quizás – ambos llegaron a la habitación – creo que aquí nos despedimos, tú tendrás cosas mejores que hacer, entrenar para ser mejor y esas cosas.
―Es lo más probable, no dejaré que lastimen a nadie más, no lo permitiré – Freddy aprieta su puño.
―Prométeme una cosa, que me vas a visitar sin importar que, me vas a visitar y vamos a hablar, si tienes los mismos dones que Bonnie, podrás hacerlo.
―¿Crees que yo pueda hacerlo? – Ann le acarició la mejilla.
―No es algo que deba creer, lo tienes que hacer, lo vas a hacer porque eres muy buena persona y cuando se trate de salvar a las personas, lo harás, mataras a ese hijo de puta.
―¿Crees que tengo lo necesario? Lo tuvimos varias veces enfrente y se nos escapó.
―Es difícil matar, la primera vez que yo mate a alguien me temblaba las manos, casi llore al hacerlo. El bien no es un camino de rosas, nunca lo es, hay personas que deben hacer el mal para que otras prosperen, algunos deben mancharse las manos de sangre para que otros nunca lo hagan, es un trabajo que un rey debe hacer – Ann se separó, giró hacia la puerta y la abrió – sé qué harás lo mejor, así eres tú.
Freddy se quedó quieto en completo silencio, solo miro la puerta que su compañera había cerrado. Respiró hondo y se dio la vuelta, para después abrir un portal hacia su habitación, entró y lo primero que hizo fue caer al suelo, agotado, desbastado, física y mentalmente, su cuerpo apenas se mantenía en funcionamiento, apenas había descansado, había llevado su cuerpo al máximo, todo le dolía, todo. La falta de sueño solo lo obligo a una cosa, dormir, dormir como nunca lo había hecho, bien por el pequeño Freddy, ya que en los días siguientes nadie podría dormir, todos vivirían el peor infierno de todos.
Chapter 104: Final feliz
Chapter Text
Los libros, todos hemos leído uno y si no lo hemos hecho por lo menos lo hemos escuchado, sabes que estas historias siempre tienen un final feliz, el caballero termina con la princesa a pesar de todas las adversidades que se ha enfrentado, parecía imposible pero el caballero lo ha logrado, tuvo que sacrificar demasiado para llegar a este momento pero al final ha salido victorioso. Es cierto, no todas las historias terminan así, hay historias que terminan en tragedia, en el sacrificio del héroe o que no consigue lo que quiere, un final de tragedia, como la vida real dirían algunos deprimidos, aunque esto es la excepción a la regla, siempre termina con un final feliz, por lo menos lo que he podido leer. Ese día se podría considerar como un final feliz, lo tiene todo, un momento de tensión, el clímax, parece que todo va a explotar y al final el desenlace bonito y satisfactorio, los lectores ya saben esto con antelación, es la norma pero las personas en la misma obra lo desconocen, no pueden ver el futuro, es una sorpresa calidad para los personajes. Todo paso esa noche, una noche fría pero tranquila, estamos en la casa de Loon, él sentía un vacío extraño en su pecho, sentía las lágrimas intentar salir de sus ojos pero no podían hacerlo, apenas podía levantarse de la cama, lo único que le quitaba las sábanas de encima era ir a trabajar, encargarse de los números. Su trabajo lo distraía, las matemáticas lo distraían de la realidad pero al volver a su casa, está le golpeaba en la cara, no se puede correr siempre de nuestros problemas, al volver a casa Loon siente su ausencia. Una parte de él quiere acabar con todo, tirarse a la cama y no volverse a levantar jamás pero la parte racional y más sentimental le decía lo estúpido que era eso, no solo le fallaba a su amiga Usagi por rendirse de manera tan patética, también le fallaba a Puppet, ella seguía con vida, seguía aquí, tan cerca, solo tenía que aguantar, haría lo necesario por ella. El pequeño Loon estaba sumido en preguntas que solo le iban a traer miseria, dolor, una tras otra sin poder detenerlas, una y otra vez, saber que Puppet estaba con vida, tenerla tan cerca y no poder tocarla, eso le hacía sufrir, quería hacer algo para nunca separarse de ella pero no podía, no podía y ese era el origen de todos sus males. Aunque nosotros estemos sumidos en nuestro mundo, el mundo de la imaginación siempre hay algo que nos vuelve a la realidad, no estamos del todo separados de este mundo, por eso cuando escuchamos un ruido, sobre todo en las noches, salimos de nuestro mundo a verificar que fue lo que escuchamos, la ventana lentamente se estaba abriendo y eso saco a Loon de su pequeño mundo trágico. Al inicio Loon sintió terror, su cuerpo se quedó inmóvil por unos segundos, estaba paralizado por el miedo, no sabe lo que va a pasar pero el miedo rápidamente desaparece y busca algo para defenderse, el miedo le hace ignorar que su cuarto está en un segundo piso y es casi imposible llegar a su ventana, o quizás si lo sabía y ese era el origen de todos sus miedos. Al final no encontró nada y solo pudo ver con horror hacia delante mientras se preguntaba ¿qué puedo hacer? La puerta está cerca de la ventana ¿alcanzará? No lo sabía pero no importó al final, toda esa presión desapareció al ver la persona que intentaba entrar, era Puppet. Él se levanta rápido de su cama y corre al abrazarla, a abrazarla con fuerza, ella corresponde y ambos están así por un largo tiempo, una muestra de verdadero amor, no se tienen que besar o decir algo, el abrazo ya lo decía todo, aunque no todo debe durar para siempre y ambos se tienen que alejar.
―¿Puedo dormir contigo? – dijo tímida y sin mirarlo a la cara.
―Claro – Loon soltó una pequeña risa – no es ninguna molestia, de hecho es todo lo contrario, es un halago que lo hagas
Ambos se van a la cama, lo que antes parecía el cielo, un milagro, en realidad era algo más aterrador que antes, Loon ve algo diferente a Puppet, lo ve en sus ojos, ese brillo que tenía había desaparecido, temblaba constantemente, sus piernas no podían estar quietas y ella lo abrazaba con miedo, lo abrazaba un poco más fuerte que de costumbre. Loon se preocupa y le pregunta si está bien, si tiene algo, si necesita algo pero ella solo dice que ahora no, ahora no, Loon decide no presionarla más y disfrutar el momento, ambos sonríen a pesar de todo, es una gran noche para ambos. Aunque por la mañana las cosas solo iban a empeorar.
―¿Ya estás despierto? Me alegra – Puppet estaba sentada en la cama.
―Sí, espero que no sea tarde para mi trabajo – Loon se acercó lentamente a ella y luego la abrazó por detrás con cariño, un gesto dulce y como cereza del pastel, un beso en la mejilla.
―Tengo que contarte algo.
―Sabes que lo puedes hacer, lo que sea cuando sea.
―Quizás necesites sentarte para escucharlo – su voz sonaba rara, Loon se dio cuenta y preocupado se sentó a su lado – ya sabes que yo no podía verte, me tenía raptada en un lugar oscuro y horrible, siempre era vigilada y siempre intentaban cosas para que no me pudiera mover, como romperme las piernas, cortarme piel o no alimentarme, eso no era lo peor de todo, lo peor eran las torturas, eran diarias, se acercaba y quemaba todo mi cuerpo pero luego lo curaba, no tenía ningún daño pero el dolor estaba ahí, siempre estaba ahí – Puppet empezó a llorar – todos los días el mismo dolor infernal. Pensé que nunca sería libre, nunca lo sería y que me tenía que conformar con esa vida, con solo verte un mes con suerte, hasta que algo cambió. Ayer me había sacado de mi celda, me cortaron los talones para que no pudiera correr y me pusieron en una celda y luego… - Puppet se queda callada – alguien me salvó, eso es lo importante, alguien me salvo – Puppet siguió con la historia y Loon no podía creer lo que estaba escuchando, parecía imposible ¿el príncipe ayudándolo? ¿la dejo simplemente libre? No tenía sentido pero no podía poner en duda la historia - ¿puedo quedarme aquí? Solo serán unos días, no tengo a donde ir.
―Claro que sí ¿por qué creerías que no? – Loon le sonrió dulcemente – mi casa es tu casa, quédate el tiempo que necesites pero no hables con mi familia, aún no le he mencionado lo de nosotros pero creo que ya lo sospechan, lo mejor sería no decir nada, por ahora – Loon la abraza con fuerza – te prometo que pronto estaremos juntos de nuevo, no tendremos que preocuparnos más.
Loon salió a su trabaja algo preocupado, no podía quitarse las palabras de Puppet en su cabeza, las escuchaba una y otra y otra vez, cuando llego a la minería, rápidamente se dirigió dónde estaba Usagi y si tenía suerte Owynn estaría ahí, tenía que decirles la verdad, tenía que hacerlo. Cuando abrió la puerta vio un rápido movimiento, ambos estaban en la oficina pero por alguna extraña razón estaban separados y actuaban algo extraño, la respuesta era muy fácil pero a Loon no le interesaba eso, había algo más importante que la pequeña aventura que tenían.
―Puppet ha vuelto.
Loon les contó todo, todo lo que ella le había contado, estaba emocionado, su voz lo delataba y empezaba a caminar de un lado a otro, no era una emoción positiva pero tampoco negativa, parecía ser una mezcla de emociones, miedo, alegría, tristeza, compasión, todo se reunía y hacía que Loon actuara un poco raro pero aun así les contó la verdad. Lo importante y que nosotros no escuchamos es lo que paso con Puppet después de la pelea, ella en algún punto simplemente perdió el conocimiento y cuando despertó estaba en una celda pero no intentó escapar, aunque pudiera no lo iba a hacer ¿qué le haría él si la descubría? Prefería no arriesgarse. De repente ella vio como el príncipe se acercaba, no estaba en un lugar cualquier, un lugar vacío y sin importancia, estaba en el castillo, ahí Freddy decidió hablarle, le pregunto quién era y si todo lo que él dijo era verdad, si de verdad la torturaban ya que él la veía muy sana. La primera reacción de ella es alejarse de él asustada, él le dice que no tiene que temerle, es amigable y no le hará daño pero primero debe hablar con ella, le promete que esa persona no se volverá a acercar al reino, no volverá a hacerle daño. Ella solo responde que es verdad, se llama Puppet y que si la torturaban solo que él era un brujo poderoso, capaz de tapar cualquier daño de una persona, lo hacía diario y era bastante ingenioso, día tras día me dijo lo que hice mal, traicionarlo. Freddy se quedó callado mirándola fijamente, parecía tener un conflicto con él mismo y de repente la dejó libre con una sonrisa mientras le dice que no haga ninguna travesura, que si lo hace le cortan el cuello, tendrán una muerte rápida si vuelve a cometer otro crimen, pero si vuelve a encontrarse con él, hará que sufra un verdadero infierno. Todos quedaron sorprendidos, era tanto que ninguno podía decir nada, un silencio incomodo y desalentador.
―Me pregunto si todo esto ya acabo – dijo Owynn antes de reírse pero rápidamente taparse la boca con el brazo – lo siento, lo siento, solo es aterrador, todo es aterrador pero supongo que ya todo acabo ¿verdad? – ninguno de sus compañeros pudo responder, todo se quedó en completo silencio.
Chapter 105: El beso
Chapter Text
El bien y el mal, todos sabemos lo que son estos dos conceptos, por lo menos la gran mayoría de aquí lo puede diferenciar, sé que no todo es blanco y negro, que la vida casi todo el tiempo es gris o algo así, que a veces por hacer bien terminamos haciendo el mal pero entre el bien y el mal hay una gran diferencia. Sabemos que el bien es más difícil de lograr, a veces se debe sacrificar muchas cosas, sacrificar algo para llegar a tus objetivos pero es mucho más gratificante cuando llegas a la meta haciendo el bien, es el camino más largo pero también el más gratificante, sus consecuencias son mejores, no es fácil hacer el bien pero debe hacerse, debes ser igual a un caballero, ellos pierden todo pero siguen adelante para al final ganarse el beso de la bella dama. Un callejón oscuro, hay un chico de pelo azul, camina de un lado a otro nervioso, mira para todos los lados, su corazón late con fuerza, sus manos sudan mientras espera a un amigo suyo, no se ha dado cuenta pero ha llegado antes y eso lo pone nervioso, cada segundo que pasa sin verlo solo hace que piense lo peor, todo ha acabado y es por su culpa. Vio a su amigo en la taberna, estaba ahí, quizás Bonnie no lo vio pero él sí lo hizo, estaba ahí, Bonnie puede sufrir, morir por su culpa, ya se vio con el brujo, con el diablo y eso nunca es bueno, va a estar enfrente de él, ya no tiene que ocultarse pero eso no ha sido lo peor, lo peor es la información que llego a sus oídos, algo grande y peligroso ha pasado en el castillo. Su mejor amiga Meg se lo había dicho, ella nunca le mentiría con algo así pero tiene una mala maña, una mala costumbre, guardarse un poco de información solo para ella, nunca dice todo lo que sabe. El pobre chico del pelo azul se pregunta si su amigo estaba muerto, aunque eso no puede ser cierto ¿verdad? Simplemente no puede ser real, no puede ser… Cada segundo que pasa es peor para Bon, antes era capaz de matar con tanta facilidad, era algo tan natural pero ahora se preocupaba por una de sus posibles víctimas, él no se mancharía de sangre las manos, él no clavaría el cuchillo pero es quien puso todo en orden para que eso pase, él dejó que pasará sin remordimiento, él murió por tu culpa, era las únicas palabras que se repetía en su cabeza una y otra vez, es algo que simplemente no puede evitar. Cada cierto tiempo le llegaban un cuadro horrible que le dejaba los pelos de punta, su amigo muerto, de varias maneras, ninguna muy bonita y no importa que tanto moviera la cabeza o cerraba los ojos, ese cuadro perverso no se iba, lo veía tan cerca pero no puede ser, no puede ser real ¿cierto? Simplemente no puede ser real, no puede ser.
―Lo siento por la tardanza, han pasado cosas – dijo Bonnie saliendo de una pared – quisiera haberte visitado antes pero tenía que hacer cosas, cosas que no podía posponer, de verdad lo siento – a Bon no le importa que estaba diciendo él, eso ya no importaba, lo primero que hace es abrazarlo con fuerza, gesto que sorprende a Bonnie - ¿te encuentras bien? ¿qué está pasando? – Bon no responde, solo se aleja de él poco a poco, luego mira a su alrededor algo asustado.
―por favor… - Bon agarro suavemente ambas manos a Bonnie – hablemos en otro lugar, un lugar más privado, más cómodo que estas sucias calles, por favor, vayámonos de aquí.
―Claro, claro, no hay ningún problema – estaba un poco asustado, su amigo no se comportaba así, nunca lo hacía.
Bonnie se acerca a una de las paredes y la toca, hace un portal y hace señas para que Bon entre, él no quiere hacerlo pero es mejor que hacerlo afuera, solo debía confiar en él y que todo saliera bien, Bon es el primero en entrar al portal, cuando sale se siente mareado y escucha un pitido molesto en los oídos. Mira a su alrededor algo confundido, está en una habitación solitaria, cuatro paredes y no se ve ninguna puerta, tiene varias cosas misteriosas, rusticas si se podrían decir y una mesa extraña y atrapante para Bon, también había un montón de libros, con suerte había visto uno en su vida pero aquí había más de treinta y eso le sorprende, le sorprende que Bonnie tenga tantos en su poder, quería mirarlos todo y pedirle a Bonnie que le enseñe a leer pero había cosas más importantes que hacer.
―¿Qué pasa? Sé que te pasa algo, actúas muy extraño – Bon soltó una pequeña risa.
―Bueno, supongo que sí pero tú no deberías estar preocupado por mí, yo debería estar preocupado por ti, fuiste a una taberna del reino con alguien completamente desconocido y de repente rompen una pared, fue algo impresionante de ver pero aun así es muy raro, me dejo sin palabras cuando lo observe con mis propios ojos, eras tú pero ¿quién era la otra persona que estaba contigo? La persona que dio el golpe. He escuchado muchas cosas de ya sabes quién y esa persona afirma que tu compañero era el príncipe o el rey, no me acuerdo pero era alguien de la realeza – Bonnie baja la mirada algo triste.
―Lo siento pero no puedo decirte nada de eso.
―Eso no importa, en serio que no importa, puede ser Dios el que te acompañaba, lo que quiero saber es si tú estás bien, que estes a salvo y que todo ese delirio haya acabado – Bon se calla mirando fijamente a Bonnie – pero eso es falso ¿verdad? He escuchado algo curioso, algo que parece imposible, el castillo había sido atacado y me preocupé por ti, pensé que alguien te había hecho daño – Bon se acercó a Bonnie – pensé que habías muerto – Bon le acaricia suavemente la mejilla del chico de pelo morado.
―Yo estoy bien, los reyes están bien, no me lastimaron demasiado, el problema es que no hice absolutamente nada, no fui útil, de nuevo, aunque lo intenté no pude hacer nada, sigo siendo igual de inútil que antes – la voz de Bonnie se empezó a quebrar y dentro de poco las lágrimas empezarían a salir. Bon puso su otra mano suavemente en la mandíbula de Bonnie y la levanta con delicadeza para obligarlo a mirar, descubriendo que Bonnie ya había empezado a llorar – soy un inútil, un inútil – Bon no dice nada y simplemente lo abraza – soy un inútil, no pude cuidar a mi amiga, no pude salvarla, ella casi muere, cuando murió me quede congelado, no pude hacer nada hasta que Freddy apareció, soy un inútil – Bon le acaricia la cabeza preocupado.
―Eso ya no importa, no importa porque todo ha acabado.
―Eso no es cierto, no es cierto, él sigue con vida, sigue por aquí, en mi alrededor, cazándome, cazando al príncipe y cuando eso pase no podré hacer nada, es más fuerte que yo.
Bon no dice nada, solo lo acaricia como un pequeño conejo que tiembla de frio, sabe que lo mejor es simplemente escuchar y no decir nada, calmarlo poco a poco con pequeños gestos, las caricias iban a ayudar pero la decisión de que se calme no depende de él. Al final Bonnie se calma, ya no llora y su voz deja de temblar, tiene la suficiente fuerza para apartase de Bon algo avergonzado, se supone que debería ser fuerte, se lo ha prometido a tantas personas pero les fallo, a todos ellos le fallo. Se siente mejor, los problemas se han ido por ahora pero no te dejes engañar, es la paz antes de la tormenta.
―Lo siento, no ha sido una buena época, deberías y saberlo, solo es tragedia tras tragedia y no puedo evitarlo, ya es evidente como me siento, ya sabes lo que soy – Bon se queda callado, no sabe que decir, está buscando las palabras perfectas.
Todo se podría solucionar si dice la verdad, solo debes decir la verdad, es lo que su cabeza se repetía una y otra vez, todo sería tan fácil pero al parecer las palabras no salen de su garganta, no puede pronunciarlas y solo se puede observar cómo su pequeño amigo sufre ¿cuánto podría aguantar eso? No lo sabía pero tenía que hacer algo. Bonnie lo mira algo extraño, sabe que se actúa raro pero no sabe porque, supone cosas pero no le bastan para él, lo ve en sus ojos, algo lo atormenta, siempre lo hace, cada vez que mira a sus ojos ve algo extraño, parecen apagados.
―Bonnie creo que deberías parar con todo esto – sintió un pequeño dolor en la garganta, como si decir esas palabras lo lastimaran – estoy preocupado por ti, estoy demasiado preocupado y sé que no te lo muestro, nunca lo hago pero tengo miedo, miedo a lo que pasará después, sé que si las cosas se van a poner peligrosas tú estarás al frente y eso es lo que tengo miedo. Eres más valiente de lo que crees y eres capaz de dar tu vida por los otros pero a eso le tengo miedo ¿qué pasa si te pierdo? Ambos sabemos en el peligro que estás, me lo has contado cada vez que nos encontramos y me importas, no deberías importarme tanto pero lo hace – Bon le agarra las manos a Bonnie – tú me importas y no quiero perderte. He visto a ese brujo, se su leyenda y tú me has dicho que es aún más peligroso de lo que cuentan. No quiero perderte – Bonnie, algo sonrojado, sonríe con dulzura.
―Gracias por lo que me dijiste, es quizás la cosa más bonita que me han dicho pero no cambiaré de opinión, sé que quieres que me vaya contigo, escaparnos juntos y así salir con vida de todo eso pero no puedo hacerlo, no puedo hacerlo y nunca lo haré, me quedaré y no habrá nada que cambie mi opinión. Tengo gente que me importa aquí dentro, tengo que protegerlos, jamás me perdonaría si huyo como un cobarde, ellos me necesitan y yo me voy a quedar aquí con ellos, aunque eso me traiga la muerte, es lo correcto, es lo que debo hacer y si no lo hago, jamás me podré perdonar. No voy a huir más.
―¿Por qué haces eso? Yo te necesito, te necesito con vida ¿por qué arriesgas tanto? – Bonnie se queda callado unos segundos.
―No lo sé, no lo sé, simplemente tengo que hacerlo, no solo las personas me necesitan, dependen de mí, también hice una promesa, voy a demostrar que no soy un inútil, aun puedo hacer algo, haré algo. Prefiero ser un cadáver que un cobarde.
―Creo que tienes razón en algo – Bon le suelta las manos y se aparta de él – tengo que contarte algo, algo muy importante – Bonnie lo mira atentamente, con curiosidad y con algo de miedo, mientras Bon mira hacia abajo algo triste, no puede sostener la mirada, no quiere ver su cara cuando le diga la verdad, no quiere hacerlo pero no tiene otra opción. Seguramente lo que iba a decir no le ayudaría a nadie pero tenía que decirlo, tenía que hacerlo. Toma un gran bocado de aíre para tener un poco de confianza – esto no va a ser fácil y te va a doler demasiado pero debes conocer toda la verdad. Te he estado utilizando todo este tiempo, desde que te conocí, siempre he sido un informante del brujo, todo lo que me decías yo le decía a él, todas las caricias, todos los abrazos, besos, todo momento fue premeditado por él para que ganara tu confianza, me decía que tenía que decir, que hacer para que te sientas mejor y abrieras la boca como el tonto que eras – Bon aprieta los puños con fuerza – no tenía otra opción, no la tenía, estaba amenazado de muerte, amenazo a mis amigos y a todas las personas que me importaban, no podía decirle que no, no podía. Solo fuiste un juguete para mí, nuestra amistad empezó cómo algo falso, se fundó en una mentira, solo fui un cobarde que te utilizó. No quiero utilizarte más, no quiero mentirte, quiero pasar más tiempo contigo pero si seguimos aquí seguirás sufriendo y no lo mereces, mereces ser feliz.
Esas palabras rompieron a Bonnie, solo salen unas cuantas lágrimas de sus ojos pero no dice nada, no hace nada, se queda quieto como una estatua con una cara de asustado, de lamento. Bon estaba esperando el grito, la frustración, el regaño o el lamento, cualquier reacción normal de Bonnie pero este solo se quedaba quieto con la misma expresión, no hizo absolutamente nada lo cual hace que tenga un poco más de miedo y de odio hacia sí mismo ¿debería decir algo? No, ya dijo suficiente. Lo miro a los ojos y vio su cara eran tan lamentable, le causaba algo dentro de Bon, algo más allá del remordimiento, un sentimiento que no conocía y que lo obligo a decir algo, aunque lo mejor hubiera sido estar callado.
―Lo siento, lamento mucho lo que ha pasado, yo deberí… - Bonnie lo mira enojado.
―¡¿Lo sientes?! ¿enserio me vas a decir eso? Si enserio lamentas todo lo que paso ¡¿Por qué esperaste tanto tiempo para decirme?! ¡¿Por qué dejaste que me encariñara?! – Bon se queda callado, no sabe que decir, solo lo mira e intenta agarrar la muñeca de Bonnie pero él rápidamente se aleja asustado – aléjate de mí, no me toque, no me toques, no te quiero volver a ver.
―Mira lo que hice no está bien, no tenía elección, así de simple, la única opción de sobrevivir era seguir la corriente, hacerle caso, me daba miedo morir y sentía culpa al pensar que por mi culpa mis amigos iban a morir, ellos no merecían algo así, sé que hice las cosas fatal, que me equivoque pero estoy aquí para hacer lo correcto, por lo menos intentarlo. Solo dime que hacer, sí te quieres quedar nos vamos a quedar, sí quieres salir conmigo lo hacemos, si quieres derrotar a esa persona yo te ayudo pero dime lo que debemos que hacer – Bonnie lo miró con asco y repulsión.
―No tenías opción, no tenías opción ¡Siempre hay una opción! Siempre había una opción pero tú no querías verlo o eras tan cobarde que no la veías, ya hiciste las cosas mal y no puedes hacer nada para cambiar eso, me puedes traer la cabeza del brujo pero las cosas no cambiaran para mí, eres alguien egoísta, una verdadera mala persona. Por tu culpa varios compañeros casi mueren ¿acaso importan esas vidas? Obvio que no, solo importa la tuya y la de tus amigos, que los otros se jodan ¡Casi muere una amiga por tu culpa! Y no pude hacer nada.
―Si yo no lo hacía, otra persona lo hubiera hecho.
―¡¿Crees que eso me importa?! Quizás la otra persona no hubiera jugado con mis sentimientos – unas lágrimas salieron de sus ojos – nunca vas a ser perdonado por mí, nunca, eres un amigo de mierda, una rata que se va al equipo ganador. No puedo creerte, no puedo creerte – silencio, Bon intentó acercarse y Bonnie no tomo muy bien este pequeño gesto - ¡lárgate! No te quiero ver, no te necesito ¡Vete! Ya hiciste suficiente. Si no te vas tendré que matarte – Bonnie intentó secarse las lágrimas – no importa que hagas, siempre tendrás las manos ensangrentadas.
―Bonnie – fue lo último que dijo antes de ser sacado a la fuerza. Bonnie hizo un portal en los pies de Bon, sacándolo del castillo.
Bon cayó de espaldas en la calle, un golpe que lo lastimo un poco pero a él no le importo, se sentía falta, su pecho le dolía y su mente repetía las últimas palabras que le habían dicho Bonnie como si fuera su castigo. Se acerca a la pared con la esperanza de poder volver, la toca con su mano izquierda pero no pasa nada, sus piernas empiezan a temblar, sus ojos se llenan de lágrimas, siente que no puede más, que la presión del mundo lo va a matar, dobla sus piernas e intenta respirar con calma, no lo logra y al final se rinde, se sienta en el suelo apoyando la espalda en la pared. En medio del llanto se preguntaba ¿por qué tenía que hacerlo? ¿por qué acepto el trabajo? Su vida no valía nada, pudo haber dicho que no y morir, ahorrarse ese estúpido sentimiento, quería saber por qué después de tantos años se sentía tan culpable, ya lo había hecho antes, había matado, traicionado, manipulado y nunca había sentido remordimiento hasta ahora. Todos estos pensamientos fueron ahuyentados por aplausos que se escuchaban a los lejos, rápidamente Bon se levanta y busca el origen de ese sonido, no sabe porque pero algo lo aterra, algo en su interior le dice que está bajo amenaza, alguien lo está cazando.
―Felicitaciones, lo has hecho muy bien – Bon reconoce esa voz, sabe lo que va a pasar y por eso mismo su cuerpo queda completamente paralizado, tiene miedo a lo que va a pasar y no es capaz de afrontarlo – muy bien, lo hiciste realmente bien, aguantaste más de lo que yo había esperado, eso es para felicitarte, aguantaste como un campeón, aunque seamos sinceros, eres demasiado sentimental, un arma de doble filo pues te escogí por eso mismo pero sabía que tarde o temprano estarías en mi contra, la razón es simple, eres demasiado sentimental – entre las sombras salió el brujo con una sonrisa maliciosa - ¿por qué lo hiciste? Conmigo podías tocar el cielo y aun así me rechazas, quisiste hacer tu vida un infierno por un chico que conociste gracias a mí, decidiste dejar de correr y tomar el buen camino, recorrer tu infierno personal cómo todo un hombre. Estoy muy orgulloso de ti – Bon sentía algo extraño, le pedía a su cuerpo correr pero este no le hacía caso, ya no era dueño de su cuerpo – quizás era su inocencia, quizás era ese cabello extravagante que tenía o la estúpida sonrisa suya, ayúdame a comprender ¿por qué hiciste eso? Es algo tan antinatural, algo que no harías tú. Quizás fue su voz tierna y dulce, quizás fue su cabello morado o quizás fue sus ojos rojos, esos hermosos ojos rojos – mientras él decía eso, poco a poco se transformaba en Bonnie, su altura, su voz, sus ojos, su cabello, todo era igual a él.
―¿Qué haces? – pobre Bon, lo único que podía hacer era mirar asustado, atrapado en su propio cuerpo. “Bonnie” se acercó a él, se pone demasiado cercaba a un punto incomodo.
―¿Por qué no me apuñalas? He sido un chico muy malo ¿acaso no puedes sacar tu cuchillo? Qué lástima, yo quería verlo ya que he escuchado ciertas cosas interesante, por ejemplo que tu cuchillo es el más largo y grueso del todo el reino – “Bonnie” pone sus manos en su cuello y se acerca a sus labios, tanto que Bon puede sentir la respiración de él.
―Por favor, vete – suplico Bon.
―Varias culturas creen o creían, algunas ya no están presentes con nosotros, que en el momento en que tú te mueres, la muerte viene a ti y te da un beso, un beso que te lleva a la otra vida ¿no te parece algo hermoso? Los besos no son solo algo romántico, no solo es amor, vida y todas esas cosas sentimentales y super emocionales. No, los besos son más que eso, un beso puede quitarte la vida, también los besos son despedidas, son muerte, la gran despedida de dos amantes que jamás podrán verse, un adiós para siempre, un solo beso puede llevarte al peor infierno – “Bonnie” sonrió - ¿no quieres probar mis labios? – “Bonnie” no le dio tiempo a contestar, se acercó y le dio un beso en los labios, un beso que solo duro unos segundos antes de separarse – no besas nada mal chico pero no te hagas esperanzas, esto es algo de una sola vez.
―¿Por qué? – “Bonnie” se separó de él con una pequeña sonrisa.
―Porque quería experimenta. Hace poco aprendí a cambiar mis fluidos corporales, por si no sabes los fluidos corporales son las lágrimas, el sudor, el semen, la sangre, todos los fluidos que salen de nuestro cuerpo, la saliva es un buen ejemplo y algo que consume bastante energía, aun me cuesta hacerlo. Puedo convertir todos esos fluidos en lo que quiera, cosas extraordinarias como el ácido o la lava pero no debería irme tan lejos, quise empezar con algo pequeño, por ejemplo el veneno – en ese momento Bon cayó al suelo y empezó a convulsionar, algo que le causa mucho dolor, “Bonnie” lo miro retorcerse y gritar de dolor, además se aseguró que nadie los interrumpiera, no importa que tan alto gritara, nadie lo escucharía. Era una gran imagen para el pequeño “Bonnie” – escogí el sabor de mis labios pensando solo en ti, no podía dejarte ir tan fácil, debo experimentar, lástima que separásemos nuestros labios, eso te hubiera ayudado con las ganas de gritar. O tal vez no y solo empeoraría las cosas, jamás lo sabremos – “Bonnie” soltó una pequeña carcajada infantil.
Bon grito de dolor por cinco minutos, un veneno lento pero doloroso, incluso pudo ser un veneno que el brujo inventó por sí mismo, solo para hacerlo sufrir, eso hubiera sido más divertido, lo único que sabemos con certeza es que murió cinco minutos después de su beso con “Bonnie”, cuando él se da cuenta de esto suelta una carcajada de victoria, por fin lo había logrado. Era un pequeño truco que parecía simple pero era demasiado agotador, había gastado demasiadas energías para algo tan simple pero seguía siendo una victoria, ya sabía controlar su nuevo truco y no se había desmayado en el proceso, eso era toda una victoria para él.
―Fue un buen beso, debo admitirlo, quizás sea el mejor beso que te hayas recibido, el beso de la muerte.
Chapter 106: En busca de la grandeza
Chapter Text
Las cosas estuvieron lejos de mejorar, no solo porque Deuz es un idiota, demasiado idiota incapaz de liderar, había otros grandes problemas y es que Oxy se fue enojando cada vez más, no solo con nosotros, con el mundo. Aún era inteligente y sabía cómo hacer las cosas, seguía siendo un buen pirata pero cada vez que podía sacaba su odio de distintas maneras, gritándonos, torturando a sus enemigos o destruyendo barcos que no se podían defender, la idea que usted estuviera vivo lo estaba irritando pero poco a poco esa idea fue desapareciendo, cosa que lo enojaba aún más. Con el tiempo Oxy empezó a aceptar la realidad y que usted había muerto tan estúpidamente, simplemente se ahogó o la herida lo mato, era una completa decepción, él quería torturarlo hasta la muerte, hacer tu vida el peor infierno.
―Izad las velas, tenemos trabajo por hacer – es lo que escuchábamos una vez por semana.
Las cosas no cambiaron mucho, se quedaron igual, es cierto que poco a poco conseguimos mejores trabajos, algo más emocionante pero nunca fueron como los tuyos, eran mejor pero seguían sin darnos satisfacción; hasta que un día las cosas cambiaron, no fue un cambio de la noche a la mañana, fue un cambio gradual, algo cambiaba en nuestro pequeño mundo, todos lo sabíamos, incluso se podía sentir en el aíre hasta que fue demasiado tarde, el cambio ya estaba dentro de nosotros, el cambio era imparable. Todos los piratas actuaban extraños, todos son todos, algo grande se estaba moviendo pero al parecer nosotros fuimos los últimos en saberlo, hasta que nuestro capitán nos dijo que iba a pasar, que por cierto, nuestro nuevo capitán se pasaba días sin vernos, simplemente se desaparecía y nos dejaba casi solos, lástima que la confianza y el miedo estaba puesto en Oxy y no en usted.
―Tenemos una misión, una misión demasiado importante, será la misión donde nosotros demostraremos nuestro valor y es eliminar a una persona, a un rival que tenemos – esas mismas palabras uso él, lo que me parece bastante curioso pues nosotros en realidad no tenemos ningún rival, era un rival fantasma.
No tenemos que mencionar la pelea, no paso nada relevante, de hecho me atrevo a decir que ni siquiera fue un reto para nosotros, fue fácil y sencillo y luego de eso vinimos aquí, a esta costa aunque muchos no saben porque, ya sabes cómo es Deuz, no es muy comunicativo y le gusta guardarse cosas, cierra la boca y deja que los otros especulen. Normalmente en los viajes se encierra en su habitación solo, no habla con nadie, casi no nos da instrucciones, es un completo cobarde. Por suerte yo sé que está pasando, mi relación con Deuz mejoro, mejor y bastante, me hizo su mano derecha porque una vez le salve la vida y me mostro toda su gratitud, es una historia bastante interesante pero veo que no tenemos mucho tiempo, quizás te la cuento otro día. El caso es que él, mi nuevo capitán me convirtió en su mejor aliado, su mejor trabajador y poco a poco pude descubrir lo que estaba pasando, siempre me llevaba a todos lados y la forma en la que actuaba me decía algunas cosas, además investigué ciertas cosas que él me ocultaba por mi cuenta. El primer indicio que él me dio que algo extraño estaba pasando fue cuando lo encontré en su habitación, obviamente estaba solo, esa vez estaba preocupado, más de lo normal mientras miraba a la nada, antes me había llamado para discutir algo conmigo pero la verdad es que hablamos bastante poco.
―Necesitamos cambiar las cosas, necesitamos hacer algo grande, debemos estar preparados, algo grande se acerca a nosotros – sus palabras eran extrañas, parecía haberse vuelto loco, decía frase sin sentido pero esta era la que más repetía – consigue los mejores hombres, consigue hombres fieles, necesitamos más hombres – y le hice caso, reclute a las personas en quien yo más confío.
Apenas puedo entender lo que paso, es extraño y confuso pero al parecer alguien nos había llamado, por lo menos a los capitanes, los llamaron para hacer algo importante, nadie me sabía explicar con exactitud qué es lo que estaba pasando, qué íbamos hacer, cada vez que preguntaban todos se quedaban callados mirando a la nada preocupados, todos se hacen los sabios pero nadie sabe lo que está pasando. Sabes algo, todo me recuerda a esa vez que vinimos por aquí pero por lo menos tú tuviste la decencia de contarnos todo lo que sabías, eras más confiable mientras ellos, simplemente nos ven como sus prisioneros, no necesitan explicación solo ordenes, de hecho tenemos la misma razón por la que vinimos aquí. Todo lo que diga a partir de aquí son solo especulaciones mías, al parecer nosotros somos el mensajero de Oxy aunque no nos demos cuenta, nuestra misión es hablar con alguien que desconocemos, alguien misterioso, hablar en detalle sobre algo, algo importante, algo grandioso pero la única persona que sabe la verdad es Deuz pero quieres saber algo curioso, Deuz es la única persona que ha salido del barco. Todo es muy misterioso e intentan ocultar el sol pero no pueden, todos saben que algo está pasando pero nadie se digna a decírmelo, nadie, todos se quedan callados. Pero algo estoy seguro, estamos repitiendo lo que paso lo mismo de la otra vez, lo mismo que hicimos contigo, buscaremos de nuevo la grandeza, como Oxy no puede correr ese riesgo ya que es muy importante, mando a sus trabajadores de respaldo para hacerlo y luego cuando consigamos lo que quiere nos intentara convencer de que estemos con él para llegar a la grandeza. Todos los capitanes usan esa palabra pero son pocos lo que realmente lo cumplen.
―Entonces crees que la misma persona que hablamos hace unos días está haciendo lo mismo – Aiden froto su anillo que se encontraba en la mano derecha.
―No sé si es la misma persona, no lo he visto, ni la primera vez y mucho menos lo haré en esta, simplemente no lo sé pero es cierto que hay cierto parecido, nosotros no somos los primeros en venir aquí y pronto vendrán más pero esta vez es diferente, es más ordenado, más lento y quizás más grande.
―¿Qué me dices de Oxy? ¿qué sabes de él? – Onnie se quedó callado, pensando.
―Realmente no sé nada más de lo que ya te había dicho, no lo he vuelto a ver después de mucho tiempo, solo he escuchado como le grita lo inútil que es Deuz para él y a veces como lo golpea, soy su mano derecha así que tengo el labor de levantarlo del suelo casi muerto pero Oxy no me dirige la palabra. Es como si fuera un fantasma, lo ves pero cuando te acercas ya ha desaparecido, solo puedes escuchar leyendas de él – Onnie mira a su alrededor algo preocupado – creo que ya he hablado de más, seguramente Deuz ya salió de su importante charla.
―¿Se van a quedar un tiempo por aquí? – Onnie sonrió.
―Creería que sí, Deuz no tiene cara de irse, nos quedaremos unos días y vigilaremos, fue lo que nos dijo.
―Vaya incompetente que es ese hijo de puta.
―Lo es – Onnie se levantó con una sonrisa – es un gusto volverlo a ver, capitán, si necesita algo o tiene algo en mente solo dímelo, yo sigo siendo fiel a usted.
―No se preocupe, tendré en cuenta eso, lo pensaré y si sabes algo más, necesito que me lo digas, ya sabes dónde encontrarme.
Aiden se quedó callado viendo como su viejo amigo se iba, se sentía de nuevo vacío, sentía rabia, sentía impotencia, sentía un montón de cosas, no sabía qué hacer y se quedó en blanco, paralizado por primera vez en mucho tiempo, quizás esta era la oportunidad que necesitaba aprovechar pero ¿cómo lo iba a hacer? ¿sería capaz? Él solo pudo tocar con fuerza su anillo, solo necesitaba pensar.
Chapter 107: Una tumba digna
Chapter Text
Terror, un sentimiento que todo humano siente, incluso los reyes. El terror era lo único que podía sentir el rey Golden en esos momentos, eso y un enojo casi incontrolable, él había tenido razón, tenía la razón, la mejor solución era matar al brujo cuando podían pero no le habían hecho caso, no lo escucharon, los idiotas jamás escuchan. El rey se encontraba perdido en medio de la oscuridad, necesitaba una luz y la buscaba con desesperación, solo necesitaba encontrar algo que lo ayudara, aunque fuera algo pequeño pero jamás apareció, jamás hubo luz y sus pensamientos iban y venían de forma incontrolable a su cabeza, él solo pudo imaginarse lo peor sin poder hacer nada, era inútil. El miedo, uno de los sentimientos de alma, algo que no podemos controlar del todo, a veces el miedo nos rodea y nos hace temblar y quizás lo peor de todo, según algunos filósofos que para mí son solo charlatanes, nos hace primitivos ya que nuestra cabeza no puede pensar correctamente ya que solo puede pensar en nuestro antiguo instinto, correr o pelear. Cuando sentimos miedo somos las personas más vulnerables, es nuestro momento más manipulable, el miedo es una buena forma para manejar a un gran rebaño, pero no teman gente que tengo la solución mágica, solo deben seguirme y nunca caerán al infierno o al abismo, solo tienen que confiar en mí. Hace poco el rey Golden recibió una carta, una carta con una horrible noticia, el brujo ha escapado y ha ido contra sus dueños, contra el rey Alfonso. Está noticia genera un verdadero terror en el rey y decide encerrarse en su habitación por varios días, apenas hace el trabajo de rey, casi nadie lo ve y el rey no da explicaciones, prefiere estar encerrado en su habitación sin hablar con nadie y eso le preocupaba a su hijo.
―Padre ¿te encuentras bien? – su hijo entraba a la habitación y veía todo envuelto en sombras.
―No necesito hablar con alguien, hijo no es momento para que te preocupes por mí, necesito pensar, necesito estar solo.
―¿Seguro? – el rey Golden se giró a verlo.
―Es una orden de tu rey pequeño pendejo, cúmplela – Golden no se movió – te lo pido como padre, no te puedo decir que está pasando pero por favor déjame solo, necesito pensar.
Se que todo se ve oscuro, el momento más bajo de tu vida pero no temas ya que siempre llega la luz, en el momento más impensable llega esa luz que te indica el camino, aunque cuidado, muchos pueden crear su propia luz, una luz ciega. El mago de los Golden entró a la habitación del rey unos días después, estaba algo golpeado y solo podía respirar por la boca pero esos pequeños detalles no lo noto el rey.
―Su señoría, traigo noticias – el brujo hizo una reverencia pero el rey ni lo miro.
―Lárgate inmundo animal, sal de mi habitación, no tienes permitido entrar a mi habitación, eres un maldito inútil que no podrás hacer nada al final.
―Tengo noticias mi rey, noticias muy importantes y no me iré hasta decírselas – silencio, el mago era la única persona en todo el reino que le hacía enfrente y más de una vez lo desafiaba – cómo le decía tengo una noticia mi rey y creo que le… - El rey se giró molesto.
―Que se escapó ese brujo de mierda, sí lo sé, ya me habían avisado, llegas tarde – el mago sonríe un poco.
―Pero rey, eso no es a lo que me refiero en realidad, eso todo el mundo ya lo sabe, lo que le traigo es mucho mejor. Estos días lo he visto demasiado estresado y por eso… - el mago pone su mano detrás de él – he hecho algo para que le alegre el día – de repente el mago saca la cabeza del brujo, el rey lo mira incrédulo – sé que esta pequeña cosita le ha traído demasiado problemas, por eso lo he decido matar y cómo ves, lo he hecho. He acabado con todos sus problemas – el rey se acerca con curiosidad, extiende su mano para tocar la cabeza y comprobar que todo esto es real pero su mago rápidamente mueve su mano evitando que el rey toque la cabeza – lo siento su alteza pero no puedo permitir que haga eso, es un poco peligroso que alguien como usted toque esto, no sabemos nada sobre este sujeto y puede tener magia peligrosa impregnada aún en él, sería muy tonto tocar la cabeza.
―Sí claro, lo siento, no estaba pensando claramente, solo que ver todo esto… - el rey estaba atónito - ¿cómo fue posible? – al inicio el mago solo se quedó callado, sabía que debía decir algo, el rey se lo iba a pedir.
―Explicarte todo lo que paso me demoraría bastante tiempo, hay varios temas mágicos que no conoces y explicarlos tardaría demasiado, pero al final eso no importa, solo diré que fue bastante difícil, casi imposible, casi muero intentándolo pero ya todo ha vuelto a la normalidad, todo está arreglado, ya no causara más problemas.
―Debemos avisar a los otros, no debemos preocuparnos por nada. Le escribiré una cara a Alfonso este maravilloso suceso y celebrar – rápidamente el mago agarra el hombro del rey con delicadeza y lo detiene.
―Disculpe mis atrevimiento señor pero le sugiero pensar bien las cosas, recuerda que aún podemos estar en peligro – el rey lo miro confundido – creo que usted ya se ha dado cuenta pero todo esto es culpa de la familia Alfonso, primero ha dejado vivir al bastardo de aquí, el mismo bastardo que nos había robado hace un tiempo, bastardo que había matado a varios de nuestros hombres por diversión o no sé por qué. El bastardo que se paró enfrente de los tres reyes y se salió con la suya, se burló de ustedes y de sus leyes, si te hubieran hecho caso en ese momento todo se hubiera acabado. La familia Alfonso ya no puede gobernar, lo ha demostrado varias veces, han entrado a su castillo dos veces y lo peor de todo, nos han mentido en la cara, nos ocultan todo tipo de cosas, cosas que un rey merece saber, no pueden, no deben ser el reino mayor, el reino que guía a los otros, no se lo merecen.
―Y ¿qué quieres que haga? ¿le robe el poder? Eso solo haría las cosas peores, no puedo hacer nada, son unos ineptos pero no puedo hacer nada, solo ver como su imbecilidad los lleva a la ruina y cuando ellos no estén, ocupar su lugar o por lo menos alguien de mi familia.
―Su alteza, no me trates como tonto, ambos sabemos que es usted quien merece estar allá arriba, su familia debería estar allá arriba, ellos se lo robaron a tus antepasados, te quitaron lo que merecías y se burlan por eso. Tú hijo merece estar ahí, te mereces recuperar lo que hace mucho tiempo te robaron ¿qué crees que harían tus antepasados? Recuperar lo que es suyo. Tampoco nos podemos olvidar que el príncipe Freddy es el brujo más poderoso que hay en la actualidad, aun no controla a la perfección sus poderes, aún no ha desbloqueado todo su potencial pero ¿qué pasa si lo hace? ¿qué será de nosotros? Un Dios que camina entre los mortales.
―No sabes si estarán en nuestra contra y creo que ya hemos hablado suficiente – el rey le quita su mano de manera brusca – no haremos nada de eso, vamos a respetar la paz – el rey empezó a caminar hacia la puerta pero antes de abrirla su mago le hablo.
―Está claro que tú los odias ¿crees que ellos no te odian a ti? – el rey se detuvo – vamos, está claro que los reyes se odian entre sí es parte de su naturaleza pero no pueden hacerse nada porque son demasiado fuertes pero ¿qué pasa si uno de ellos es un Dios? Ya lo hemos varias veces, a Dios le gusta erradicar las cosas para empezar de cero. Aunque quisiéramos no podríamos hacer nada cuando él quiera destruirnos, lo destruirá todo y la familia Golde desaparecerá, ya no habrá nada más que cenizas, ni su recuerdo quedara, lo único que podemos hacer una cosa, la guerra – el rey se gira algo asustado.
―Eso es imposible, ese mocoso no haría nada como eso, nadie haría algo tan estúpido como eso – el mago suelta una pequeña risa.
―No soy tonto, sé sobre el cargamento extra que ha llegado, incluso antes de la aparición de este brujo, ya se estaba preparando para este momento, afilando sus dientes y sus garras, te has preparado durante mucho tiempo, su alma no me miente, sabe que lo que estoy diciendo es verdad, entonces ¿por qué esperar aún más? Se acabo el momento de dudar, es hora de decidir, escoger el camino que va a definir nuestro futuro. Ya tienes todo lo que quieres al frente, solo debes estirar la mano y tomarlo.
―Voy a hablar con los reyes, tarde o temprano van a saber la verdad, es mejor que lo sepan por nosotros y así tomemos una decisión sobre todo esto. – el mago solo asiente una reverencia para acto seguido hacer una reverencia y salir de la habitación.
Igual que un buen bromista él dejo de ser una persona, dejó de ser él para ponerse un disfraz encima y engañar a todos, un truco simple pero muy divertido. En ese momento el bromista se quitó el disfraz, mostrando su verdadero rostro, era el temido brujo, ese bastardo que los tres reinos buscaban pero jamás podían encontrar, jamás se les ocurrió que estuviera dentro del castillo, en sus propias narices. Le gustaba ese trabajo, lo había conseguido hace tiempo, sabía que le era útil, movía los hilos en la oscuridad, sin que nadie se diera cuenta, como un titiritero y la cabeza que le presentó al rey Golden obviamente no podía suya, en realidad era de su trabajadora más fiel, Camí. Ese disfraz le había costado un poco y lo había dejado un poco mareado pero ya estaba en su rincón oscuro, ya no tenía que usar ese pelo blanco que odiaba y esas deformidades y la cabeza podía volver a ser la de Camí, que a este momento ya empezaba a pudrirse, por suerte también pudo ocultar el olor. El brujo agarra del pelo la cabeza de Camí y la pone enfrente suyo para mirar sus ojos.
―Y por fin hemos logrado nuestro objetivo Camí, nunca lo imagine así, ni por un segundo pero que puedo hacer, ya no se puede detener y al final nosotros ganamos, solo quiero mirarte a los ojos y agradecerte una última vez, fuiste fiel, hasta el final – el brujo dejo la cabeza en el suelo – pero si me permites vamos a dar una última charla, piensa que es nuestra despedida. En el último enfrentamiento con Freddy note algo muy curioso, algo divertido y es que él tenía los ojos de otro color, unos hermosos ojos color negro pero ¿por qué? Obviamente no es estético, debe haber otra razón. Seguramente en estos momentos deberías estar preguntándote ¿eso que tiene de importante? Y te respondería que no lo sé, ni si quiera sé si tiene importancia, podría no significar nada o podría significar todo, quizás algo tenga que ver esos ojos negros, como si al usar su magia le dejara una deformidad, cambio de pelo, de ojos, quien sabe pero hay algo que me molesta y me causa curiosidad ¿cómo no lo había visto antes? Estuve enfrente de él, cara a cara y ¿no lo note? Quizás uso su magia para esconderlos, eran demasiado negros, completamente negros entonces no me pareciera raro que los ocultara con su magia o quizás la emoción pudo conmigo y no note esos pequeños detalles ¡Incluso el golpe me pudo haber provocado olvidar! Cualquier respuesta es bastante interesante ¿no crees? – el brujo se quedó callado mirando la cabeza – sí, debería ponerte en la mesa, ahí estarás más cómoda. Quizás nunca conozca a Freddy de verdad, solo será ese mito que muchos veneran pero no me quejo, solo con estar a la altura ya me alegro – el brujo se agachó para agarrar la cabeza con cariño – ya hablamos mucho de Freddy, si sigo así pareceré la doncella enamorada que cuenta los días que su príncipe venga a rescatarlo, que está obsesionado con él, mejor hablemos de ti. Tú siempre… - el brujo puso la cabeza de Camí en la mesa – has sido una buena empleada, eras inteligente, callada y fuiste la única que realmente me siguió ciegamente, es cierto que de alguna manera te quite los ojos pero a pesar de todo esos años te quedaste, yo no te obligue, por lo menos no de manera directa. Jamás me fallaste o no que me acuerde yo pero yo sí lo hice, varias veces, por ejemplo cuando te iba a quitar el alma, casi te mato, un error y jamás nos hubiéramos conocido, fuiste mi más grande creación y no hice algo por ti, ni te pagaba por estar a mi lado y aun así te quedaste, eres la mejor humana que he conocido. Es cierto que el pequeño golpe que hice a tu cabeza ayudo pero eso no quita lo grandiosa que eres, nadie será cómo tú y lo digo literalmente, he intentado replicar lo que te hice sin éxito, las personas simplemente se mueren o se vuelve aburridas ¡Más que tú! ¿puedes creerlo? Eso son solo fracaso. Lo hacía en mis tiempos libres, lo hacía para desestresarme y como una tortura pero lo deje de lado cuando nos concentramos en Freddy. Te has ganado mi respeto y eso no se lo gana cualquiera, ni si quiera mi madre se ganó mi respeto aunque no la recuerdo, creo que tuve dos madres pero eso no importa, el pasado solo nos estorba y es mejor mirar al futuro, estoy seguro de que ambas madres están muertas y la única mujer que necesitaba era alguien dócil cómo tú, nadie más que tú. Siempre me pregunte ¿por qué siempre estabas conmigo? Eras todo un enigma y siempre te estudiaba solo que no te acuerdas, de hecho seguramente no te acuerdas de nada pero créeme, sentía curiosidad por ti y quería ver como hice esta nueva creación, planeaba hacer más cómo tú solo porque me parecía divertido pero llego Freddy y ahí todo pasó a segundo puesto, un enigma aún más grande. Siempre has estado en las buenas y en las malas hasta el final, incluso tu último sacrificio ha servido a nuestro favor, puso todo en marcha, ganamos y es cierto que pude conseguir cualquier otra cabeza pero Freddy tenía que fallar, ya viste como el imbécil trató de salvar a Puppet, no pensé que lo haría ¡Era una desconocida! Pero lo hizo y seguramente verte morir le dolió, incluso si eras una desconocida – el brujo se quedó callado, viendo la cabeza fijamente – te lo prometo, tu sacrificio no será en vano, ganaré la siguiente pelea. Antes de morir, voy a asegurarme que tengas una tumba digna, o lo que queda de ti. Eligiré un lugar bonito y agradable donde puedas descansar, si es que hay vida después de la muerte aunque eso no importa al final, en otra vida o en la nada, mereces una tumba digna por mi parte, te lo mereces, la única humana que se ha ganado mi respeto – el brujo puso la mano arriba de la cabeza – te extrañare, mi mejor invento, mi más grande obra.
Chapter 108: No importa nadie
Chapter Text
El egoísmo, todos lo hemos conocido, según muchos filosos y pastores de la iglesia creen que el egoísmo es en realidad la naturaleza de los humanos, en realidad no es nada nuevo, desde las civilizaciones anteriores lo sabían y nos lo decían en sus textos, ese pensamiento no es nada nuevo. El humano es egoísta por naturaleza, un lobo capaz de atacar a sus semejantes y para evitar eso tenemos que enseñarles a la población a decir que no, a rechazar su naturaleza, intentamos que sean mejores y solo hay una forma para lograrlo, imponernos reglas para ser las mejores versiones de nosotros mismos. Desde antes nos enseñaban a cómo comportarnos desde el teatro, todos iban a aprender algo, era su educación como persona, ahora es un poco diferente, ahora es Dios quien nos enseña, Dios nos lo ha advertido varias veces, incluso nos ha ayudado a encontrar el mejor camino, solo los mejores irán al cielo, solo las personas que ayuden al prójimo podrán hacerlo. Todo lo que he dicho en realidad no tiene ningún misterio, incluso los mejores actos, los más bondadosos tienen un poco de egoísmo ¿no creen? Muchos hacen su buena acción del día para engañar a Dios e ir al cielo, dar comida o varias cosas al que no tiene solo para ir al cielo, no importa quien ayudas, solo importas tú. Gobernar también necesita un poco de egoísmo, preocuparte porque tu gente y tu reino salga adelante es un acto puramente egoísta, y podría seguir dando ejemplos pero ya todos lo sabemos, lo hemos vivido o incluso podemos haber sido esa persona egoísta, lo que en realidad nos importa a nosotros es que las guerras son algo completamente egoísta. Siempre tienen un inicio egoísta, sé que ignoro varios sucesos que desencadenaron la guerra, sé que estoy solo viendo un pequeño fragmento de lo complicado que es la guerra, que soy muy reduccionista pero nos sirve para entender el inicio del final. Los tres reyes se reunieron en el mismo reino para celebrar, la noticia de la muerte del brujo fue un gran alivio para todos, era como dejar de sentir una presión que te tiraba al suelo, esta gran noticia fue esparcida mediante una carta que solo podían leer los reyes y estos, llenos de alegría, le avisaron a todo el castillo la gran noticia. La primera decisión de todos los reyes fue detener la búsqueda del brujo en los bosques y en el reino, no querían malgastar más recursos, los reyes tenían unas cuantas dudas ante este gran suceso, parecía imposible que eso pasara pero jamás esperarían que uno de los suyos les mentiría en la cara y mucho menos con algo tan delicado. Obviamente no todos que escuchaban esta gran noticia se la creía, había unas personas desconfiadas, como el mago Bonnie y el príncipe Freddy, era quienes más lo conocían, sabían su poder, no podría ser tan fácil, tan simple, no puede ser cierto, no puede ser, no puede ser. Ambos pensaban que era una trampa, creían que algo grande se avecinaba ¿qué pasa si el brujo había tomado la forma del rey y engañado a todos con una simple carta? Era lo más probable aunque al mismo tiempo era lo más improbable ¿él haría algo tan estúpido como eso? No, no lo haría pero seguramente se va a presentar cuando los tres reyes estén reunidos. Cuando llegue la reunión él va a estar cerca, no va a estar disfrazado, no sería tan tonto como hacerlo pero de alguna manera estaría aquí, lo único que estaban seguros es que tenían que estar preparados de una visita no deseada.
―Bienvenido señor Golden.
El rey había llegado al reino de Alfonso y fue recibido con los abrazos abiertos y con una gran orquesta de aplausos, tampoco podemos olvidar las reverencias que le hacían, aunque eso era normal, todos lo veían cómo un héroe pero no como cualquier héroe sino como EL héroe y eso al rey Golden le encantó pero todo lo bueno dura poco. El rey visita sus colegas, van a hablar en privado mientras Bonnie y Freddy vigilan al rey, no sentía magia salir de él, si fuera un disfraz lo sabrían de inmediato, no estaba cerca pero no saben por cuanto tiempo esta paz se mantendrían, no podrían bajar la guardia, en cualquier momento el aparecería.
―Bienvenido de vuelta amigo mío – dijo el rey Alfonso abrazándolo.
―Es raro lo que voy a decir pero me alegro ver tu cara de estúpido – dijo el rey Cruz antes de abrazarlo.
―¿Se encuentran bien? ¿No estás enfermos? ¿Desde cuándo son tan amables? Ustedes no son los mismos de siempre – los dos reyes se rieron.
―Se llama agradecimiento, nos ayudaste un montón, era una piedra en el zapato, sobre todo para mí.
―Seguramente se cansó de escuchar quejar a todos estos viejos y quiso recuperar su juventud, mi hija dice que ya estoy viejo y cada vez que me acerco le robo su juventud.
―Pues tiene algo de razón Cruz, desde que me reúno contigo me han salido más canas, no creo que sea mi hijo Golden, es juicioso ¿pero tú? Eres peor que un niño chiquito – los tres reyes se rieron.
―Estoy seguro que si estuviéramos en forma, los tres, seríamos capaces de matarlo sin ayuda de nadie.
―Habla por ti mismo Alfonso, yo sigo en mis mejores días – Alfonso soltó una pequeña carcajada.
―Claro, con esa panza que llevas eres más rápido cuando ruedas que cuando corres – los tres reyes se volvieron a reír y luego hubo un pequeño silencio – saben, todo esto nos deja una lección, además de que Cruz es un inútil que solo sirve para la cama – el rey Cruz hizo una reverencia – nos recordó nuestra naturaleza, somos reyes, ni el brujo más poderoso pudo con nosotros, no era nada comparado con nosotros.
―Tienes razón, esperemos que esto no nos suba demasiado el ego.
―Supongo que no vinimos solo a escuchar chistes malos o pensar en cosas filosóficas, vinimos por algo más importante – Alfonso sonrió.
―Es cierto Cruz, no vinimos a eso, somos reyes y debemos discutir un par de cosas, creo que hablo por Cruz y por mí cuando digo ¿cómo demonios hiciste eso? ¿cómo es posible que tú mataras al brujo? Tenemos nuestras dudas y no te lo tomes a mal, confiamos plenamente en ti pero ¿estás seguro que el brujo está muerto? – el rey Golden se puso recto y los miro seriamente.
―No les diría algo que no es cierto, no sería capaz de mentirles en la cara, obvio que los mate ¡Incluso pude tocar su cabeza! Puede ser un brujo, incluso el ser más poderoso del reino pero necesitaba tener su cabeza pegado a su cuerpo, ya está muerto. No lo mate yo con mis propias manos aunque lo hubiera querido, necesitaba un león para enfrentar otro león y así gane, fue complicado y perdí muchas cosas, tanto hombres como recursos, no quería avisarles para que él no se asustara, no era ningún loco o estúpido, nos veía y salía corriendo. Fue un juego de poder donde lo más difícil fue sacrificar algo para ganar pero todos tenemos que hacerlo, somos reyes y hace parte de nuestro trabajo pero cuando beso mi espada ya no pudo hacer nada, ya había acabado con su vida. Al final todos se arrodillan ante el rey – aunque parezca, el rey Golden no dijo absolutamente nada, no fue coherente y no buscaba ninguna lógica, dijo cosas completamente ambiguas pero eso a los reyes no les importaba, ambos querían creer que todo había acabado, para creer tienes que suspender las dudas.
―Ahora lo que debemos hacer es volver a la normalidad, aunque sea un pequeño suceso no significa que no nos haya costado nada, debemos recuperar lo poco que perdimos.
―No te voy a pagar para ayudarte Alfonso, hasta donde sé no te han robado nada, solo destruido y matado varias personas y si me sales que en realidad si te robaron algo, es tu culpa, ya sabías el peligro y no hiciste nada para proteger lo que te pertenece, está vez no te voy a ayudar.
―Gracias Cruz, es un completo halago saber que cuento contigo para todo, eres demasiado bueno – Cruz sonrió un poco – no me refiero a eso, me refiero a saber si dejaron algo importante y no mencionaron, seguimos siendo como tres hermanos, algo que les afecta me puede afectar a mí. Eso sí, no les voy a solucionar su vida.
―Yo estoy bien, mis bajas son mínimas, la gente no se ha desesperado, sigue estando tranquila y creo que saben lo que paso, creo que saben más de los que lo he dicho. El reino Golden no tiene ningún problema, quizás el único es que los caballeros tendrán el ego muy arriba y van a presumir pero creo que es un problema que tendremos todos por igual.
―En mi reino ni saben que paso, no les he dicho nada y ellos parecen no molestarse, quizás eso sea un problema para el futuro pero ya se me ocurrirá algo, solo digo una disculpa y una razón para hacerlo. El peor de todo eres tú Alfonso, fue el que más sufrió.
―Estaré bien, no se preocupen, no se preocupen, podemos levantarnos, siempre lo hago y este problema menor no es nada, creería que es momento que nosotros nos unamos más que nunca, es verdad que somos fuertes pero podemos llegar más lejos, no hemos descubierto todo nuestro potencial, creo que… - eso había sido suficiente, todo esto parecía una obra de teatros a ojos de Golden, era como una marioneta, ya no más.
―No, basta, basta – los dos reyes lo miraron – en realidad tengo algo importante que decirles. Alfonso, tienes una pésima administración, es peor que mediocre
―¿A qué te refieres? – el aíre de la habitación parecía no alcanzar, los cuerpos de los reyes empezaron a tensarse y Cruz empezó a respirar menos, más corto y más callado.
―Sabes a que me refiero ¿no es obvio? Desde tus inicios has sido un rey incompetente, un rey sin valor ni decisión. Antes el brujo te había visitado, incluso antes de que él me haya robado todo, tú sabías de la amenaza y no nos dijiste, también por tu culpa ese pedazo de mierda siguió con vida ¿quién fue la persona que dio la idea de que caiga prisionero? No eres buena persona, solo eres incompetente. Sí lo hubiéramos matado aquí nada de eso hubiera pasado ¿sabes que piensa la gente de mí? ¿qué piensa de ti? Somos reyes, seres superiores y por eso tenemos que actuar mejor, tú no mereces ser rey.
―Cuidado lo que dices, no olvides donde estás y cuál es tu puesto.
―Mentiras, lo único que dices son palabras vacías.
―¿Seguro? Olvidas que esa es mi casa, estás solo, sin hombres ¿crees que es momento para morder la mano que te da de comer? No eres tan estúpido para hacer eso.
―Hasta un mono es más capaz que tú – los dos se miraban fijamente, su odio era demasiado que el resto del mundo dejo de importar, ambos se controlaban de cierta manera aunque esto podría cambiar en cualquier momento – yo debería estar ahí.
―No seas estúpido, sabes que eso no es cierto, no serías capaz, además no quiero ni necesito pelear contigo, ya hemos peleado demasiado ¿por qué no podemos descansar estos años? ¿no quieres volver a la normalidad? Una guerra solo complicaría las cosas de manera muy estúpida.
―No importas lo que digas, no importa cuánto digas no podrás cambiar la realidad, eres un incompetente. Voy a recuperar lo que debería pertenecer, por las buenas o por las malas, si quieres guerra, guerra tendrás. Yo no soy mala persona y nunca lo seré, sé todo lo que has hecho por mí y por esa misma razón te daré un tiempo para que lo pienses, dos semanas para que te largues de aquí y me dejes entrar y si acaso te niegas, voy a convertir todo esto a cenizas. Recuperaré lo que es mío – así empezó la guerra, con un deseo egoísta, son pocas las guerras que inician con palabras, con un dialogo civilizado entre ambos enemigos.
El rey Golden salió de ahí, aunque las cosas se calmaron un poco aún se sentía algo cansado, le costaba respirar y cada cierto tiempo miraba hacia atrás, se aseguraba que nadie lo siguiera. Alfonso no dijo nada más, no hizo nada más, se quedó callado pensando en todo lo que dijo Golden, ni si quiera noto cuando Cruz se despidió y salió de su habitación, no sabía que había pasado o si lo que paso era real, no tenía lógica lo que acababa de ocurrir.
―He llegado – dijo el rey con una sonrisa algo temblorosa – supongo que ya me estás escuchando.
―Sí, disculpa que no puede acompañarte – dijo el brujo mientras salía de las sombras de la habitación – pero no podemos confiar en sus brujos, no sé cómo se te ocurrió esa idea tan peligrosa – en realidad no se le había ocurrido al rey, pensaba que sí pero él ya no era quien lideraba en su cabeza.
―Conozco a Alfonso, sabía cómo iba a actuar y sabía que nunca me haría daño, todo salió a la perfección. Ahora te toca a ti, quiero saber dónde están ellos en todo momento, sobre todo a su príncipe, por lo que me has dicho él es la única persona que puede detenernos, la única persona con la que podemos perder, será nuestro mayor problema si se acerca a nosotros. Quiero saberlo todo, quiero saber que hace en cada momento, no podemos dejar que se interponga en nuestro camino, debemos mantenerlo alejado de esto, simplemente no quiero problemas con él.
―No se preocupe mi señoría, yo me encargo de esto, tendrás el camino solitario y tranquilo hasta Alfonso.
―Si pierdes te quito la cabeza – el brujo sonrió, no esperaba nada más – ya te puedes ir, vete rápido, pueden estar siguiéndome, incluso pueden estar dentro del castillo – el rey mira muy despacio su alrededor mientras el brujo salía.
Lo primero que hizo el brujo al estar solo es reírse a carcajadas, se reía mientras miraba a lo lejos el reino de Freddy, lo sentía tan cerca. Se hizo en un lugar tan apartado y alejado que nadie podía escucharlo, su mano temblaba y no paraba de reír, quizás ya se había vuelto loco.
―Por fin todo va a terminar pequeño Freddy, podremos terminar lo que comenzamos hace muchos años ¿no estás emocionado? Tantos años para esto, ya nos conocimos, ya sé todo lo que necesito, es momento de llevarlo a la práctica, esta estúpida guerra no nos importa, somos Dioses y la vida de un mortal no nos debe importa, podemos crear otra en cualquier momento, son tan insignificantes. A nosotros no nos importa nadie, solo tú y yo, somos lo único que importa.
Chapter 109: Primeros avances
Chapter Text
Era obvio cuál iba a ser la respuesta de Alfonso ¿qué persona con honor iba a retirarse sin pelear? No olvidemos que el honor de los reyes es demasiado grande, no hay nada peor que le puede pasar a un rey que perder su honor, prefieren incluso primero la muerte, así que Alfonso le escribió una carta de respuesta. Describir palabra por palabra la carta es algo imposible, era más de tres páginas pero se ha recuperado lo más importante, la carta decía que no iba a escuchar sus razones porque no tenían sentido, que había conocido gente estúpida cómo él y saben que tienen tanto ego que no escucharan, él no lo va a escuchar, si quieres guerra pues ven por mí, yo te daré lo que deseas, no me asustas, te estaré esperando descerebrado. Había varias cosas sin importancias, algunos insultos ingeniosos y otros que dan solo pena, era una carta que intentaba llamar a la razón pero al mismo tiempo insultando al otro por no dejarle paso a la razón, por ser tan idiota. El rey Golden se había enojado, no lo pensó mucho y lo primero que hizo fue mandar a su ejército hacia el reino de Alfonso, el problema es que quizás Golden no leyó bien o quizás se le había olvidado pero él ya lo estaba esperando, el rey Alfonso ya había preparado su ejército. Fue una batalla desastrosa, el ejército de Golden no tenía posibilidades de ganar, eran menos hombres, el terreno no los ayudaba y la formación de Alfonso era superior a la de él, su ejército fue obligado a retroceder, un golpe duro hacia la imagen del rey, aunque Golden no va a quedarse de brazos cruzados, solo quiere una cosa, matarlo, sin importar el costo.
―¡Quiero destruirlo! ¡Quiero cortarle la cabeza! – fue lo que dijo al entrar en la misma habitación del brujo – quiero que uses tu magia y quites a todas esas molestias en mi camino ¡ahora! – el brujo no lo miraba, quizás era lo más inteligente, evitar la confrontación o hacerla más ligera.
―No podemos hacer eso, sería lo peor que podríamos hacer, lo siento pero tengo que negarme, tengo que ser la voz de la razón, hacer algo como eso sería una derrota peor que la que sufrimos hoy.
―¿Por qué? ¡No eras el brujo más poderoso! – el mago sonrió – soy el rey, lo que te digo una orden, debes cumplirla porque soy el rey – el mago suspiró.
―Incluso si ganamos esa pequeña batalla perderíamos toda la guerra, si usamos mi magia Alfonso se verá obligado a respondernos y ¿con qué se responde la violencia? Con igual o más violencia, moverá su mejor ficha antes de tiempo, antes de lo planeado y ahí perderíamos, Freddy mataría a todos nuestros hombres y tendríamos que arrodillarnos enfrente de él, sería nuestra perdición.
―Sí eso es cierto ¿por qué Freddy no lo ha hecho ya? Al parecer no lo puedes detener, tiene el poder para tomarlo todo pero simplemente no lo hace.
―Primero, sí lo podría detener el problema es que no es el único brujo que tiene ¿verdad? Aunque ese chico no sea ni la mitad de fuerte que yo, si me golpea en la espalda cuando yo este débil me podría matar, un buen golpe en mi pierna y haría perder el equilibro, tiempo perfecto para que Freddy me mate. Lo segundo es que no creo que ninguno de los dos tenga el valor para hacer eso, no son como tú, ellos son estúpidos, los he vigilado por mucho tiempo, incluso tú deberías saber cómo actúa el rey, simplemente no tiene el valor para hacer lo necesario para acabar con esto. Solo es un cobarde que cree que todo se soluciona con honor y respeto y esas cosas, no es tan tonto como para dejarse golpear pero si lo suficiente como para no eliminar a su enemigo cuando puede, tiene un gran corazón. No podemos y no debemos obligarlo a usar su arma más suerte, nosotros necesitamos provocarlo en el momento exacto, es cierto que tarde o temprano tendrá que utilizarlo, su último movimiento pero esperemos tener sus manos bien amarradas para que no nos cause tantos problemas. Nuestra victoria depende de Freddy, todo depende de él, debe atacar tarde para que nosotros tengamos la posibilidad para ganar, mientras eso no pase, tenemos la ventaja, debemos atacar su punto ciego.
―¿Los reyes tenemos puntos ciegos? Supongo que sí pero en estos momentos Alfonso debe estar mirando su alrededor asustado, no es tonto aunque lo parezca, sabe cómo pelear, es bueno en el arte de la guerra.
―Supongo que sí pero en el arte de la guerra te enseñan a ser justos, a ser buenos, hacer honrados, debemos atacarlo primero donde no se lo espere, debemos atacar a la minería, el corazón de los tres reinos – el rey lo miro algo desconfiado – sé que tienes muchas dudas y eso suena horrible pero no lo es tanto, somos reyes ¿no? Podemos tomar todo lo que necesitamos, necesitamos tomar el control de la minería ya debes saber las razones, un simple movimiento y estaremos muy cerca de la victoria. No prometo que va a ser fácil pero es nuestra mejor opción, nadie lo espera ¿quién haría semejante locura? Ese es su punto ciego, su punto débil – el rey Golden estaba atónito, no creía lo que estaba escuchando, en ese lugar trabajaban personas inocentes.
―No podemos hacerlo, no es lo correcto, no… - el mago soltó una pequeña carcajada.
―Somos reyes ¿acaso quieres convertirte en Alfonso? ¿quieres convertirte en alguien débil y sin importancia? Los reyes, después de Dios, son las personas con más poder, es nuestro deber recuperar lo que nos han quitado, empezando por esas tierras que no son suyas, no les pertenecen. Aunque debería decirlo, no podemos matar a nadie en ese lugar, a nadie, aún tenemos que tener un poco de honor pero no por nosotros, nosotros no nos interesa, el honor viene en la era de paz, no podemos matar a nadie, ni a los trabajadores y mucho menos a los jefes que se encuentran ahí, no digo que no lo toques pero tampoco te pases, creería que con solo una amenaza de muerte los podríamos controlar.
―Entonces quieres que me apropie ese lugar pero no quieres que los mates a todos ¿por qué? Es obvio que la gente no te importa.
―Deberíamos apenas tocarlos, no podemos cortarles una oreja o una mano, debería verse bien físicamente y eso no lo hago por ellos, lo hago por nuestro futuro, debemos tener a la gente de nuestro lado, el miedo no solo sirve para controlar a las personas, la gente se vuelve errática cuando siente demasiado miedo. Si nosotros matamos a alguien inocente, alguien importante como ellos la gente va a desconfiar de nosotros y eso puede causar una pequeña guerra dentro del reino, sería bastante molesto – el mago suspiro – debemos seguir el arte de la guerra aunque no queramos, ellos siguen siendo inocentes y no podemos matar a personas inocentes, es parte del arte. Por lo menos respetar esa parto, lo demás no nos importa, hagamos nuestras propias reglas.
―Todo lo que me dices es una locura, una locura demasiado grande, no tiene sentido, no es un buen plan, es horrible, es una condena de muerte.
―Es cierto, no es un maravilloso plan, tiene grandes fallos, es obvio que ellos van a recuperar el control de la mina tarde o temprano, son mucho más fuertes que nosotros, mucho más fuertes pero esa pequeña derrota en realidad nos dará una pequeña ventaja, nuestro enemigo tiene que defender dos posiciones estratégicas, no importa que tan grande seas eso te va a resultar incomodo y te va a debilitar. Mientras ellos están en esa posición nosotros jugaremos todas nuestras cartas, empezando con una pequeña alianza con el rey Cruz, debemos meterlo a esta guerra y que nos ayude, sería una gran ventaja – el rey se ríe, una risa algo molesta y creída.
―¿Crees que Cruz hará algo cómo eso? Se ve que no lo conoces, él no va a participar en esto, toda su familia está llena de cobardes, es lo que más los representa, no se van a meter, nunca lo harán y si por alguna razón ellos deciden ayudarnos no podemos confiar mucho en ellos, tarde o temprano nos terminaran traicionando. Es una rata, es lo que siempre han sido.
―Tienes algo de razón pero del resto me encargo yo, no te debes preocupar, eso solo es un problema menor.
―¿Problema menor? Si tu plan depende de ellos es un pésimo plan, es el peor plan.
―Puede ser pero hay algo que no pensaste, el rey Cruz no tiene un mago, sin mago nadie me puede detectar, puedo entrar en su habitación y hablar con él, lo convenceré, nadie se dará cuenta que yo lo ayude a entrar en razón, ni si quiera se les pasará por la cabeza que algo así podría pasar, solo podrán pensar una cosa, que él eligió por su propio bien. Con su ayuda la batalla estará más equilibrada y Alfonso no lanzará a sus magos por nosotros, será una gran ventaja para nosotros y por primera vez tendremos una verdadera posibilidad para ganar – el rey lo mira fijamente, no se mueve, no dice nada, solo lo mira fijamente en silencio.
―Está bien, voy a seguir tu estúpido plan pero si algo malo pasa, voy a cortarte la cabeza personalmente.
En este mismo momento, mientras se planeaba el futuro, mientras se planeaba una guerra, había un chico de otro reino que miraba por la ventana preocupado, no podía creer todo lo que estaba pasando, era extraño y sin sentido, el rey Golden no podría hacer algo como eso, no después de todo lo que su padre y él habían vivido. El chico sabía que podía acabar con todo esto, tenía el poder para hacerlo pero no sabía si tenía que hacerlo, si debía hacerlo, solo se quedaba pensando mientras miraba por la ventana, le daba vueltas al asunto una y otra y otra vez, siempre se preguntaba qué podía hacer, cómo podría acabar con todo esto.
―Freddy, sabes que podemos acabar con esto fácilmente, solo debes liberarme y yo me encargaré, debes dejarme libre, solo debemos ir allí y acabar con nuestros enemigos, caminamos con facilidad hasta el reino de los Golden y ahí matamos al rey, si quieres podemos dejar vivo a tu amigo el príncipe y que tome el trono, dejar que heredere todo lo de su padre y tendrá el miedo suficiente para entender el lugar en donde pertenece. No es tan difícil Freddy, lo único que debes hacer es dejarme salir.
―No, ni se te ocurra hacer algo así, lo que dices es terrible, completamente horrible, no podemos hacer eso, ellos son personas, son mis amigos y amigos de mis padres – Fred soltó una pequeña carcajada.
―Vaya amigos. Por cierto ¿el brujo no era una persona? Pregunto porque ahí no tuviste problemas en dejarme salir, incluso lo planeaba matar y tú no me detuviste, no te pareció incorrecto.
―No confundas las cosas, esa situación era completamente diferente.
―¿Por qué? ¿qué lo hace diferente? Yo lo veo igual, es igual, ni si quiera dudaste en matarlo ni un segundo.
―No lo sé, sentía que las cosas eran diferentes, sentía el peligro que ellos eran, su cuerpo le avisaba de alguna manera, sentía miedo y sentía algo extraño, sabía que él no era humano, que era un peligro real. Esa vez te deje libre por miedo, esa cosa no era un humano, tenía miedo y un amigo estaba en peligro, nos necesitaba.
―¿Crees que esto es diferente? Claro que no, un amigo te necesita, todo el puto reino te necesita, nos necesita. Freddy no te va a gustar lo que te voy a decir pero eres un cobarde de mierda.
―Así no vas a lograr que te saque.
―¡Solo quiero que entiendas las cosas! No puedes buscar hacer lo correcto siempre, al final no vas a poder, es imposible, lo que debes empezar a hacer es subirte los pantalones y hacer lo incorrecto para salvar a miles de personas, para que no pierdan sus casas, para que no pierdan a su familia, miles de personas morirán si no haces nada y será tú culpa, no puedes quedarte esperando de brazos cruzados mientras esperan que te maten, debes atacar.
―No, no vamos a hacer eso, he estado pensando un par de cosas y ¿no te parece sospechoso todo lo que ha pasado? Quizás el rey no es el rey, quizás lo han cambiado desde adentro, quizás el brujo controlo todo esto desde el inicio.
―Eso sería imposible, controlar a alguien es complicado, el cuerpo humano no está diseñado para eso.
―Tú me habías dicho que los humanos somos irracionales y que nosotros debemos ser racionales, no hacer que nuestros sentimientos nos muevan porque perdemos en una batalla ¿verdad? – Fred asintió – y me dijiste que los brujos pueden controlar los sentimientos, pueden hacer que salgan unos más que otros ¿qué pasa sí todo esto no está siendo movido a través de la racionalidad? ¿qué pasa si los sentimientos controlaron al rey Golden? Quizás poco a poco le metió odio, un odio que parece casi natural hasta que soltó todo este odio, lo hizo alguien irracional, no puede pensar porque está lleno de odio.
―Un crimen perfecto, no deja huella y todo piensa que es natural – Fred miro fijamente a Freddy.
―Además, ni tu y ni yo creemos que ha muerto, quizás solo sigue detrás de todo esto, nos observa y mueve a todas las personas a su antojo ¿crees que él está esperando que nosotros ataquemos? ¿no crees que él está esperando para que nos ataque con la guardia baja, sin ayuda de nadie? Pelearemos contra humanos cuando el brujo está muerto ¿por qué deberíamos estar preocupados por los demás? No hay nadie en este reino que nos pueda tocar. No podemos simplemente tirarnos al vacío, va a utilizar eso en nuestra contra, debemos pensar bien nuestro siguiente movimiento, no podemos ser idiotas.
―¿Qué debemos hacer? – la expresión de Fred ha cambiado, ahora está más callado, lo mira diferente, lo mira atento escuchando cada palabra – no pienso quedarme con los brazos cruzados, no voy a esperar que me maten y mucho menos voy a soportar ver como miles de personas mueren mientras yo puedo hacer algo. No podemos quedarnos quietos.
―Yo tampoco, tienes algo de razón, podemos detener esto pero ¿por qué vamos a ir contra la mano si podemos cortar la cabeza? No creo que juegue limpio, va a estar preparado para nosotros, por eso debemos hacer lo que Bonnie nos dijo, llevar nuestro cuerpo al límite, voy a dejarte salir pero solo para entrenar.
―Lo voy a hacer con una sola condición, cuando llegue el momento y quizás el momento llegue pronto, no tendré compasión, voy a destruir a todos mis enemigos, a todo lo que un obstáculo y seguramente tú me pedirás que me detenga pero no lo haré, seguiré peleando hasta aplastarle la cabeza. Pero no te preocupes, seguramente me pedirás que no tenga compasión, ya te ha quitado suficiente por lo menos para entender eso – Freddy no respondió, simplemente siguió mirando la ventana en silencio.
Chapter 110: El juego de la familia
Chapter Text
Nadie se esperaba una guerra, algunos historiadores dicen que es muy fácil saber cuándo la guerra se avecinaba, que era algo simple de ver, pero la verdad es que cuando uno vive en esa época no puede ver lo que se aproxima, no hasta que esta toque tu puerta, ni si quiera Loon y Usagi pudieron venir la guerra que se les aproximaba. Ambos estaban un poco distraídos, su mente apenas podía procesar todo lo que había ocurrido recientemente, toda su historia con el brujo, además Loon tenía otro problema, toda su atención tenía que estar en su novia, ella lo necesitaba, él sentía lástima por ella y quería tener un día tranquilo junto a ella, simplemente abrazarla todo el día. Cuando estaba junto a ella Loon podía sentir y respirar la tranquilidad pero en realidad era una falsa tranquilidad, él pensaba que en cualquier momento el brujo volvería a tocar a su puerta, pensaba que vivía con tiempo prestado, no podía pensar en su futuro si creemos que no lo tendremos. Los dos ignoraron algunos indicios extraños, por ejemplo el aumento de la demanda de los minerales, ambos llegaron a la conclusión que era algo normal, acababan de salir de una guerra y necesitaban recuperar su fuerza, es algo que iba pasar, algo natural. Lo mismo pasaba entre los encuentros de los reyes, ambos sabían porque se encontraban y era normal, estaban llenando sus cuerpos de vino, no era algo para preocuparse. Era un día tranquilo, Owynn estaba algo raro, un poco deprimido, un poco desconcentrado pero seguía siendo él, era algo pequeño, después de lo vivido ¿quién no iba a estar afectado? Era el que mejor lo llevaba de los tres.
―Supongo que eso es todo sobre la mina – Owynn los miro a los dos con una pequeña sonrisa – supongo que podemos pasar a otros temas.
―Quisiera decir que sí Owynn pero tenemos cosas que hacer y… - Owynn la miró fijamente.
―Vamos Usagi, sabes que eso es una mentira, no tenemos nada que hacer, debemos hablar algo importante o hablar algo normal, no creo que sea el único que mira hacia atrás asustado – Usagi suspiró.
―Está bien, hablemos de nuestra vida.
―Gracias, por eso es que la gente te quiere demasiado – Usagi sonrió un poco – quisiera decir algo importante yo pero yo estoy soltero, Usagi no nos dirá nada y Loon acaba de recuperar a su novia, yo creo que Loon debe decirnos como va todo.
―Supongo que bien, todavía está un poco desubicada, aun tiembla por las noches y las pesadillas siguen estando presente, está un poco mejor pero no demasiado, no demasiado.
―Y ¿tú Usagi? ¿ya tienes a quién abrazar cuando tienes miedo? – Usagi se sonrojo.
―Que pregunta tan tonta, obvio que tengo – Owynn soltó una pequeña carcajada.
―Sabes es algo extraño, jamás imagine que alguien como tú abrazara a un mortal – Usagi lo miro confundida.
―¿Alguien como yo? – Owynn cambió su mirada a una un poco seductora.
―Sí, ya sabes, una Diosa como tú – eso hizo sonrojar demasiado a Usagi y que ella apartara la mirada, mientras Loon se sentía mal por estar ahí, era como interrumpir un acto íntimo, sabía que no debía estar ahí pero tampoco tenía el valor para levantarse e irse, eso podría arruinar el momento.
El pequeño y normal día fue interrumpido con el violento sonido de los caballos acercándose. La primera en escucharlos fue Usagi, los escucho llegar a la mina y como los caballos se detenían, algo que no le gustaba, se levanta de la silla y sale del cuarto y observa algo que dejaría a todos con los pelos de punta, un montón de caballeros había entrado a la mina, varios se bajaron y empezaron a apartar a todo el mundo para que no estorben. Usagi pregunta enojada ¿qué está pasando? ¿qué hacen aquí? Pero nadie tiene la decencia de contestarle, nadie, los caballeros solo caminaron con la frente en alto y serios a donde estaba ella, no fueron nada amables, ella intentó hablarles pero solo ellos solo la metieron a la habitación a la fuerza.
―¡No pueden hacer eso! ¡No tienen ningún derecho de hacerlo! ¡Nosotros somos los dueños de este lugar! – que tonta era Usagi, intentó defenderse con palabras pero ellos no la escucharon, hicieron su trabajo ignorando sus gritos y al final cierran la puerta, no quiere que nadie los interrumpa.
―Lo siento por el trato pero tenía que hablar con ustedes – solo una persona se quitó el casco, era algo viejo pero tenía una sonrisa encantadora – hay nuevas órdenes del rey y cómo ya deben saber, todo lo que el rey pida se debe cumplir de inmediato. El rey pide devuelta sus tierras, las tierras que ustedes se creen dueños, aunque no se preocupen nosotros no les haremos nada, no vinimos a lastimarlos, van a volver a su casa sano y a salvo, además de una pequeña recompensación por parte del rey por todo, solo deben abandonar estas tierras.
―Esto no es justo, nosotros teníamos un trato, todos ellos me habían dado su maldita palabra y nada ha cambiado por mi parte, yo he sostenido lo que prometí, yo he hecho mejor mi parte que ellos tres, no voy a botar todo lo que he construido todos esos años, toda mi vida la pase para mejorar este lugar y mantener contentos a los reyes. Está mina ya es una parte de mí, es mi vida y por eso no me voy a ir – los caballeros sonrieron un poco, nunca creía que algo así pasará, quizás tenían que enseñarle un poco de modales. Owynn y Loon sentían la tensión en el aíre, les dificultaba respirar, cada vez que lo hacía sentían como algo les tapara la garganta.
―Señorita, son órdenes del rey, se deben cumplir.
―¿Acaso soy la única que ve el desastre que se van a provocar? Nada bueno pasará si ustedes toman el control, primero que nada nosotros sabemos cómo controlar este lugar, como funciona este lugar, alguien como el rey solo destruirá todo eso, no les harán caso a sus necesidades y querrá matar a todos los que no estén con él. El rey no sabe cómo manejar una mina, es diferente al reino, aquí el poder es diferente, él no sabrá como manejar este lugar pero yo sí, yo sí lo sé. Esa es la verdad, aunque el rey no lo crea o, aunque lo niegue, él no sabe cómo funcionan las cosas aquí, será un completo desastre y solo pondrá a gente que sabe que nunca lo va a traicionar, gente que se arrodilla ante él y eso solo causara un problema mayor ¿saben cómo perdió el rey estás tierras? Porque un rey quiso tomar el control de todas ellas ¿saben que intentan hacer ustedes? No repitan los mismos errores del pasado, no hagan está estupidez – Owynn algo asustado le jala suavemente la manga para que ella se detenga, al ver que esto no funciono se acerca a su oído y le susurra unas palabras.
―Quizás lo mejor es hacerle caso a ellos, luego pensaremos en algo pero debemos hacerle caso a estas personas – Usagi ni lo escucho, no podía escucharlo.
―Vamos a repetirlo solo una vez más, no tenemos ni la paciencia ni el tiempo para hablar con ustedes, son órdenes del rey, se deben cumplir de inmediato. Si no vienen por las buenas, tendremos que usar la violencia pero se van a tener que ir – ninguno de ellos se movió, solo se miraron fijamente – te vamos a dar un tiempo para pensar – varios de los caballeros se acercaron a ellos – somos seis y ustedes tres, no tienen la ventaja de número. Por favor, vengan con nosotros.
―No tienen ningún derecho.
―No quería hacer eso. Ya saben que hacer – rápidamente dos caballeros agarraron a Usagi y a Loon de los brazos y lo empiezan a arrastrar fuera de la habitación.
Usagi es la única que pelea, se mueve erráticamente, dificultando la tarea de los caballeros, Loon no podía pelear, no solo porque estaba aterrorizado y su cuerpo no le hacía caso, no podía hacer nada, su pequeño tamaño era una gran desventaja, seria fácilmente dominado por los caballeros. Al único que no agarraron fue a Owynn, él era alguien sin importancia, un fenómeno débil que no hacía parte de la misión, no era necesario gastar esfuerzos en él, un pequeño error por parte de ellos, al inicio no hizo nada, solo se quedó mirando con miedo hasta que algo lo hizo reaccionar, los caballeros molestos por el comportamiento de Usagi decidieron darle un golpe en la cara para que se calmara, algo que hizo enfurecer a Owynn. Intentó defenderla pero no pudo hacer nada, era un simple humano, Owynn se acercó y con todas sus fuerzas le pego a la espalda de uno de los caballeros que estaba llevando a Usagi, eso no fue algo muy listo de su parte, la carne era más débil que el metal, el caballero apenas sintió el golpe mientras que a él le dolía toda la mano. El caballero soltó un momento a Usagi, se giró y le dio un golpe en toda la cara a Owynn, golpe que lo hizo retroceder, le empezaba a salir sangre por la nariz pero eso no le preocupaba tanto, sentía la necesidad de hacer algo pero ante de que pudiera hacer algo recibió otro golpe que lo hizo caer al suelo. El caballero pensó que eso es era todo, que ese idiota no se va a volver a levantar, que ya tuvo su merecido, por eso le da la espalda y se acerca a Usagi para empezar de nuevo su trabajo, Owynn se levanta lo más rápido que puede y corre donde está el caballero y rápidamente lo agarra y lo tira al suelo, Usagi mira todo esto algo desconcertada, quiere intentar ayudarlo pero el otro caballero la agarra con fuerza, la inmoviliza. Sus compañeros no tardan en reacionar y rápidamente saca a Owynn de encima del caballero con un golpe en las costillas, lo empuja hacia un lado y con ayuda de sus compañeros lo inmovilizan agarrándolo de los abrazos y obligándole a levantarse.
―Sabes, para tener brazos de fideos eres bastante fuerte, me pudiste tirar a mí, eso es impresionante – el caballero le sonrió – pero eso no quita que sigas siendo un fenómeno, mira tus ojos tan extraños y tu cabello ¿cómo le haces para que crezca tanto? A mí solo me crece las puntas – el caballero le da un golpe en el estómago – y el color de tu pelo ¿acaso es natural? Morado y la punta es diferente, eres bastante extraño – él mando otro golpe al estómago – y tu cuerpo es bastante malo pero ¿qué puedo esperar de alguien cómo tú? Apenas tienes para comer, seguramente has matado a alguien, fenómeno – le pega dos veces más en el estómago y luego se aparta de él con una sonrisa – se me olvido lo divertido de eso y ¿sabes lo mejor? Nadie se va a quejar, nadie te quiere, seguramente nadie te espera en la casa, estás solo y si te mato, serás olvidado – lo golpea una última vez en el estómago – fue bastante divertido, cuando quieras me llamas para más diversión – le dijo mientras lo agarraba detrás de la cabeza con fuerza – y gracias por no gritar, te has ganado un puesto especial en mi corazón.
Usagi miraba esto aterrorizada, intentaba soltarse y poder ayudar a su amigo pero no pudo, no importa que tan fuerte se moviera, el caballero no la soltaba, Loon intenta gritar pero no puede, la voz no le sale, se mueve pero lo hace poco, el miedo lo deja paralizado, cuando terminan de golpearlo Loon les ruega que lo dejen en paz, que ellos irán donde quiere pero que lo dejen de golpear.
―Me pregunto si eres importante, si por lo menos eres alguien digno de mirar no solo por lo extraño que eres, me pregunto si has hecho algo en tu vida, porque si eres un don nadie podría matarte en este momento.
―Eso sería algo indeseable, ya debes saber las ordenes, sería algo horrible que no hicieras caso al rey y yo tendría que decirle personalmente sobre tu actitud rebelde y no pidas que mienta, no lo haré ¿sabes lo que pasará si te cubro? Tendré un peor castigo, lo siento pero no puedo dejar que lastimes a esa persona. Ahora suéltenlo, nos estamos demorando bastante por aquí, debemos irnos ya, suéltenlo, no creo que tenga energías para seguir peleando – los caballeros sueltan a Owynn y este cae al suelo. Todo el mundo se queda el silencio, Usagi intenta acercarse a Owynn pero le es imposible mientras los caballeros solo miran al suelo, todos menos uno – supongo que ya todo está arreglado entre nosotros, voy a salir un momento que debo arreglar unos asuntos muy importantes, voy a salir un momento, me voy a llevar a algunos a fuera para que me acompañen, solo dejaré a tres aquí adentro. Tú serás el capitán mientras yo no estoy – dijo mientras apuntaba al caballero que había golpeado a Owynn – arregla todos los problemas que tengas antes de salir, no me interesa cómo pero quiero que cuando salgas seas un hombre nuevo, más tranquilo y comprensivo, a veces hay que entender a las otras personas.
―No se preocupe señor, yo me encargo – dijo con una pequeña sonrisa.
―Seguramente sí pero creo que no has entendido mi punto, tienes que entender a las otras personas para poder ganar, acertaste en una cosa y es en lo físico, si es un fenómeno, por eso actúa así, supongo que ha vivido cosas horribles que al morir Dios le daría un buen lugar en el cielo y a ti te perdonaría ya que estarías haciendo una buena acción, llevarías a una pobre alma al lugar que pertenece, lo envías a un lugar mejor. También acertaste que seguramente no tiene a alguien que llore en su funeral, es algo cierto pero tú lo dijiste con odio, debes tenerle compasión, está solo y quizás por eso merece una segunda oportunidad, sé que su cara parece la de un loco, alguien capaz de matar a un caballero y nadie lo pondría en duda, solo hace falta verlo una vez para ver el peligro que hay en sus ojos. Lo más triste de todo es que su muerte no afectaría en nada, la vida seguiría adelante, el rey no pondrá atención a lo que paso con alguien como él, el rey tiene cosas más importantes que hacer. Aunque no puedes matarlo, no eres alguien que deba decidir si hacerlo o no, eso sería algo horrible, somos personas honradas, debemos tener respeto a las personas inferiores a nosotros, no le hagas daño mientras no estoy, por favor. Por cierto, si las cosas salen mal no te preocupes, todos sabemos que hiciste lo que pudiste, no quisiste hacerlo, intentaste que todo terminara de una manera pacifica pero ellos te obligaron a hacer esto – silencio, el capitán sonríe – bueno ¡Vámonos! Solo tres se van a quedar en este miserable lugar, no me importa quién, solo espero que sean personas confiables – y así, el capitán y dos caballeros más dejaron la habitación, los abandonaron a su suerte.
―¿Ya escuchaste esto fenómeno? – el caballero lo agarra del cabello y lo obliga a levantar la mirada para que lo vea fijamente – te prometo que seré rápido, lastimosamente nadie te salvara, vas a ir donde mereces, aunque yo siempre intente hacer lo contrario la vida me obliga a matar a alguien, a liberar su alma – el caballero rápidamente desenfunda su espada y se la clava en el estómago, un golpe mortal, el cuerpo de Owynn cae al suelo, aún sigue vivo pero no lo estará por mucho tiempo. Usagi y Loon se dejaron de mover, no pueden entender lo que están pasando, no creían lo que estaban viendo, no podría ser real, no podría ser real, no importa cuánto repitieran esa frase, jamás cambiaria el hecho de que su compañero estaba tirado en el suelo desangrándose – sabes, yo puedo dejarte así, esperar que te mueras poco a poco, lentamente. Es algo que te mereces pero yo te mostraré la compasión que nadie te dio, voy a rematarte para que no sufras más, además un caballero siempre debe rematar a sus enemigos – el caballero rápidamente lo apuñala dos veces más en el estómago – Debo asegurarme. Se que esto es imposible pero he visto milagros, he visto a gente sobrevivir algo como esto, no soy tan mala persona como hacer que sufra una muerte tan lenta, es mejor dejarlo descansar – el caballero guarda su espada lentamente y se acerca a Usagi.
―Maldito monstruo, maldito… - es lo único que puede decir, sus ojos se llenan de lágrimas mientras todo su cuerpo se tensaba.
―Eso es lo que les va a pasar si no me hacen caso, si van contra el rey, ustedes pueden tener todo el dinero que quieran pero eso nunca los hará más fuerte que el rey – el caballero mira hacia Loon y se acerca lentamente – no los mataran, no los tocaran, esa es nuestra misión pero nunca nos dijeron que no podemos culparlos por lo que paso, jamás nos ordenaron no sacar sus pecados, tendrán tantos que ni el diablo los querrá cerca. Tampoco nos dijeron nada sobre no matar a su familia, supongo que ustedes son solo los importantes y para que aprendan a nunca meterse con el rey, los mataremos enfrente suyo. Todo esto se podría haber evitado si simplemente me hacía caso – el caballero volvió a caminar hacia Usagi – siempre los imagine más imponentes, más poderosos pero ahora están arrodillados enfrente de mí, solo Dios es más fuerte que nosotros y no se preocupen por su compañero, pronto irán con él – el caballero sonrió y empezó a sacar su espada – de hecho si ustedes quieren pueden ir con él en este momento – el caballero puso su espada en el hombro de Usagi - ¿sabes lo fácil que es cortar la carne humana con esto? No tienes que usar mucha fuerza, es como atravesar el agua.
―¡Ni se te ocurra tocarla! – grito Loon con todas sus fuerzas.
―¿Y qué harás para detenerme? – silencio, el caballero deja de moverse, esa sonrisa que tenía ha desaparecido, ahora se encuentra preocupado, asustado – me siento raro – el caballero mira para atrás adelante, su respiración se ha vuelto mucho más agitada y sus manos empiezan a temblar. Vuelve a mirar hacia el frente – me siento raro.
Lo que paso después fue algo horrible e imposible, el caballero empezó a levitar, su cuerpo se despegaba del cielo, el caballero no decía nada, estaba callado aunque muy seguramente estaba aterrorizado ¿quién no lo estaría? Jamás se movió, jamás peleo, jamás hizo nada, solo podía mover sus ojos de un lado a otro asustado, estaban buscando una respuesta, respuesta que jamás iba a encontrar. Esto solo duro unos segundos, ni si quiera sus compañeros pudieron reaccionar, estaban confundidos y asustados por lo que estaba pasando y antes de que si quiera se les ocurriera ayudarlo su amigo exploto, todos sus órganos y toda su sangre salió disparado hacia las paredes. Aunque no era el único milagro que observaron, el cadáver de Owynn se levantaba, se ve bastante molesto, mira a los dos caballeros fijamente con odio y con asco, ni si quiera miro a sus compañeros.
―Se los había dejado bastante claro, no debían tocar al personal de la mina, sobre todo a sus dueños – sus amigos miran asustados lo que estaba pasando y los caballeros también miraban aterrorizados, cómo dos chicos que acababan de descubrir que había un monstruo debajo de sus camas, uno de sus compañeros había muerto de maneras inexplicables – esto sucede cuando se lo dejas a alguien más, si lo quieres bien hecho el trabajo hazlo tú.
Los caballeros agarraron sus espadas, listos para desenfundar pero Owynn fue más rápido y lanzó hacía atrás con fuerza al caballero que tenía inmovilizada a Usagi, solo él fue lanzado con fuerza contra la pared. El otro caballero miro a su compañero, solo fue unos segundos pero eso fue tiempo suficiente para que cuando el caballero volviera a mirar a Owynn, este ya haya desaparecido, Owynn ya estaba detrás de él.
―Aquí estoy.
El caballero suelta a Loon y se gira asustado, no ve a nadie, todo estaba vacío, había jurado que estaba detrás de él. De repente siente un fuerte dolor en el pecho, Owynn lo había atravesado con su brazo desde atrás y en ese preciso momento el otro caballero empieza a incendiarse sin razón, las llamas eran tan calientes que derritieron la armadura del caballero, las llamas del verdadero infierno. Lo más raro de estas llamas eran el hecho que no se esparcían por el lugar, solo atacaba al caballero y cuando él murió, de una manera demasiado dolorosa, las llamas decidieron apagarse de inmediato. Mientras Owynn atacaba, Usagi aprovechó para agarrar la espada de uno de los cadáveres, la desenfunda lo más rápido que puede y se acerca a Loon, primero se hace a su lado algo asustada, lo mira preocupa, puede ver en sus ojos el temor y piensa que lo mejor sería protegerlo, le intenta pedir que salga pero sus palabras no salen de su boca y quizás no era lo mejor, quizás Owynn lo escuchaba y lo detenía. Usagi nerviosa se pone delante de él y levanta la espada de manera vergonzosa, es demasiado pesada para ella, le tiembla la mano lo que provoca que la espada se mueva demasiado, jamás había tenido la necesidad de agarrar una espada, no creía que sería algo necesario. En el fondo, Usagi sabía que iba a morir, que ese sería su final y que no podría hacer nada para evitarlo pero no iba a dejar que lastimen a su amigo, no iba a perder su vida sin antes pelear por ella, no iba a esperar su muerte. Owynn tiene una sonrisa perturbadora hasta que se giró y vio a sus compañeros, esto le provoca que su sonrisa cambie a una sonrisa demasiado dulce, una sonrisa como la de un niño pequeño corriendo y jugando por las calles con sus amigos, él se empieza a acercar con calma.
―Aléjate de nosotros, aléjate, no te acercas o te dañaremos – unas tontas palabras, sonidos desesperados de un animal acorralado.
Owynn los mira fijamente sin perder su sonrisa, suavemente agarra la punta de la espada y le ayuda a su amiga a apunta a su pecho y luego se empezó a acercar un poco más, cada vez más hasta que la espada toco su pecho, no le importa que la espada lo atraviese, simplemente se acerca a ella hasta estar a centímetros de Usagi, hasta sentir su respiración cerca de él. Owynn agarra lo poco que queda de espada entre ellos y hace fuerza para romperla y luego se separa a ellos, no dice nada, solo saca poco a poco su espada de su cuerpo, decide que lo mejor es alejarse y va a una esquina y los mira fijamente, no dicen nada pues prefiere que ellos empiecen, espera que hagan algo, lo que sea, un insulto, una pregunta, incluso salir corriendo pero solo se llevó una gran decepción, ellos no hicieron absolutamente nada. Esto lo irrito, no tenía tiempo para esto.
―Ya pueden hablar, sé que tienen preguntas y sé que me van a gritar, hagan lo que quieran, les prometo que no les haré daño.
―¿Quién eres? – Owynn dejo de sonreír.
―Owynn, el de siempre.
―Sabes que no me refiero a eso, claramente no eres un humano, lo que has hecho… - ella lo mira asustado, no quiere mencionar esas palabras, no lo quiere hacer – nunca has sido humano, eres como Puppet, eres especial, eres como el brujo – ella no lo quería aceptar, no podía hacerlo, no lo iba a permitir – si eres así de especial ¿por qué nunca hiciste nada antes? ¿por qué no fuiste contra el brujo que nos atacó? – Owynn sonríe de nuevo, una sonrisa pequeña y agradable.
―Usagi eres bastante lista, debes ya saberlo, ya lo sabes pero no lo quieres admitir, te niegas a aceptar que yo siempre he sido el brujo, esa persona que ha torturado a Puppet por semanas, la persona que mato a varios inocentes sin remordimiento, la persona que les robo a los reyes, la persona más buscada – su sonrisa había desaparecido, se quedó callado mirándolos fijamente – la persona que ustedes más le temen, ese soy yo y siempre lo he sido.
―¿Por qué? – Owynn se encogió de hombros.
―Solo es trabajo, ni si quiera es algo personal, solo me dio curiosidad, quería entenderlos, quería ser igual de miserables que ustedes, tan miserable como un humano. Al inicio quería solo reírme de sus miserias, ver como peleaban cada día por algo tan insignificantes era bastante divertido, todos siempre me parecieron una hormiga y ustedes lo sabían, saben lo miserables que pueden llegar a ser su vida pero eso jamás los detiene – Loon se levanta enojado y sin pensarlo dos veces se lanza contra él, intenta golpearlo pero Owynn es mucho más rápido, lo esquiva con facilidad – adivino, nunca has lanzado un golpe en tu vida, ese es el peor golpe que he visto – Owynn se ríe de él y Loon vuelve a intentarlo con el mismo resultado – lo siento por hacerles perder su tiempo todos estos años, realmente lo lamento, ustedes no estaban en mis planes, simplemente me parecieron divertidos.
―¿Por qué te reunías con nosotros? ¿por qué decidiste ser amigos de nosotros? ¿Qué ganabas con todo esto? ¿por qué nos hacías sufrir? – Loon empezó a llorar y Owynn suspiro.
―Ya se los había dicho, ustedes no estaban en mis planes, fueron una variante que no controle, ustedes eran un pequeño experimento más que admirable, necesitaba saber más de ustedes y saber porque me intrigaban tanto ¿alguna vez han jugado a la familia? Ese juego donde una persona le toca ser el padre, otro la madre, otro el hijo, la tía e incluso la rata que tenía en la cocina, ese juego ridículo de simular ser una familia. Yo nunca pude jugar a algo tan ridículo, parecía que las personas se divertían haciéndolo así que lo intenté, jugué a ser mortal. Ustedes tenían algo que yo no entendía, algo que me atrapaba y me intrigaba al mismo tiempo, eran penosos y ridículos pero aun así eran fascinantes, me daban asco pero había algo que me obligaba a mirarlos fijamente. Todos sus músculos, sus huesos, todo en armonía pero con grandes imperfectos, quería saberlo todo de ustedes y la mejor forma de estudiar a alguien es en su habita natural, decidí jugar a ser un humano, conseguir un trabajo y tener amigos, lo normal de un ser humano, aunque extrañare las épocas donde a veces me veneraban por algo tan estúpido, esos tontos, era algo magnifico. Necesitaba entenderlos a fondo para saber todo sobre ellos, quería saber si realmente ustedes tenían alma, que los controlaba, que los motivaba a seguir, como funcionaba todo su cuerpo y cuanto podía durar sin ciertas partes, quería saber cómo podía cambiarlos para hacerlos mejor y al final descubrí que todo su cuerpo era magnifico, una verdadera obra de arte. Si Dios existe me río de él por hacer algo tan hermoso y detallado en algo tan patético como ustedes ¿cómo demonios van a morir al caer de un primer piso? Es un fallo inaceptable, tienen varias debilidades ridículas y yo quería ver como quitárselas, si es que podía quitarlas, quería replicar un experimento que hice hace mucho tiempo y este era el mejor lugar, la gente desaparece con frecuencia y no se nos hace raro. Era divertido, era perfecto esta vida de miserable, ustedes me pagaban bien, tenía una casa y unos vecinos, una vida tan miserable como cualquiera y eso era entretenido, sufrir como ustedes me daban gracia y sentía que los entendía un poco mejor, hasta que nació el príncipe Freddy. Por culpa de su nacimiento tuve que dejar mi pequeño experimento, deje de tomarme enserio el juego, tenía un experimento aún más ambicioso y mejor que ustedes, algo sin precedentes había tocado la puerta.
―Sí se supone que todo acabo cuando Freddy nació ¿por qué seguiste con nosotros? Te empañaste demasiado a que nosotros no sospecháramos de ti, pudiste haber usado la salida fácil, simplemente desaparece o peor, pudiste habernos matado pero seguiste con tu vida, con el juego ¿por qué? – Owynn la mira y se queda completamente callado.
―No lo sé, es lo único que nunca he podido responder, al inicio pasar tiempo con ustedes eran divertidos, mis malas bromas, que a pesar que todos sepamos que eran malas nos reíamos, ver lo nervioso que se ponía Loon a hacer cualquier cosa era lo más cómico que he visto y realmente me emocione cuando el pendejo pudo conquistar a una mujer ¿sabes lo raro que es eso? Yo pensé que iba a morir solo, no sabe hablarle a otra persona sin morir en el intento – Owynn lo mira fijamente – fue algo que jamás se me ocurrió. Ni se te vaya a ocurrir la idea de engañarla porque te mato – Loon aprieta sus puños con fuerza – no tengo una respuesta para tu pregunta Usagi, quizás jamás la tenga, solo era divertido ser patético, era como mi momento de relajación ¿uno que hace cuando trabaja ocho horas al día? Duerme, come, tiene sexo, habla con su mejor amigo, hace cosas que lo relajan de la tensión, nunca se preguntaron ¿por qué el teatro tiene payasos? Para dejar descansar al espectador, para que se relaje, todo eso representa este lugar, un lugar seguro donde aprendía mucho de los humanos – Owynn se queda callado, pensando y luego sonríe – eran buenos tiempos pero sabía que todo iba a terminar así. Ver a Loon llorando por cualquier cosa sin importancia, ver como temblaba, la actuación de mí que hizo mi trabajador fue excelente y emocionante, incluso me puse feliz con el reencuentro de Loon y Puppet, incluso me gusto el pequeño amorío que compartí contigo Usagi. Quizás por eso los humanos siguen adelante en esta vida tan mierda, no importa cuánto lo tires siempre se van a levantar si tienen fuerza, hay pequeñas razones para vivir la vida, quizás esa sea la simple respuesta del gran misterio que buscaba en sus miserables vidas – Owynn se queda callado, mira a la puerta, sabe que el tiempo se les ha acabado. Se acerca lentamente a la pared y la toca suavemente con su mano derecha – es momento de que ustedes se vayan, ya hemos hablado demasiado.
―¿Qué vas a hacer? ¿A dónde nos va a mandar? – Ninguno de los dos decidió moverse, quizás por miedo o por odio.
―Los voy a enviar a su casa, así de simple – ninguno de los dos decide moverse, Owynn aprieta su mano enojado - ¡Hagan lo que digo antes de que pierda la paciencia! – el primero en moverse es Loon, camina lentamente hacia Owynn, aunque en realidad él no es quien mueve sus pies, estos simplemente ganaron autonomía y se dirigieron hacia Owynn – eres demasiado patético, eres demasiado patético, te ves demasiado patético, eres la persona más inútil y patéticas que ha visto pero eso es lo mejor que tienes ¿no lo crees? Te cogí cariño por darme risa, te funciono para sobrevivir. Me diste pena varias veces, tienes unos cachetes perfectos para estirar hasta arrancarlos y ni se te ocurra dejar ir a Puppet, alguien cómo tú no tendrá una chica como ella, es una grandiosa chica que le debes de tener paciencia, la acabo de romper y si tengo razón sobre los humanos, jamás podrá recuperarse, hice un daño peor que el físico. Ella es más humana que yo, quizás por eso era tan débil y me parecía desagradable – Loon quería responder algo, estaba enojado ante estas palabras pero antes de que pudiera responderle Owynn lo lanzó hacia la pared y este desapareció.
―¿Qué le hiciste? – Usagi lo miraba asustado, su mejor amigo había desaparecido, no sabía si estaba vivo o muerto, la pared se lo había tragado.
―Lo mande a su casa, ya se los había dicho antes, tienen que volver a su casa – Usagi empieza a levitar igual que el caballero – lo siento por hacer esto pero la otra manera es demasiado esfuerzo y no tenemos tiempo para esto, tendré que hacerlo de la antigua forma, no tenemos tiempo para lucirme – Usagi empieza a flotar hasta quedar cara a cara con Owynn y este le sonríe con picardía – lo siento por lo que paso, sé que nunca debía hacerlo, debí dejarlo que los mataran e incluso que te violaran, quizás estarías mejor. Tu fuiste la tonta de la relación y yo fui la persona que se aprovechó, así siempre funcionan las relaciones y fue fantástico pasar tiempo contigo ¿puedes creer que yo nunca había dado un beso? Todas esas cosas que hicimos en secreto solo hacían más excitante. Era divertido pero sabía que era una farsa, sabía que iba a terminar así – Owynn pone cariñosamente su mano y le limpia las lágrimas que caían de su mejilla – no te preocupes preciosa, encontraras miles de razones para odiarme y posiblemente olvidarme, eres alguien fuerte y superarás todo eso, sé que volverás a mirar hacia arriba – Owynn la beso por última vez, un beso de despedida, un beso rápido y sin cariño, un beso de adiós – los amantes siempre deben despedirse con un beso.
―Owynn – susurro ella algo decepciona, estaba destrozada, sentía tantas cosas en este momento que no podía pensar con claridad. Owynn la tira hacia el portal y mira la pared unos segundos con una pequeña sonrisa.
―Gracias por jugar conmigo.
Chapter 111: Cuatro monedas
Chapter Text
¿Alguna vez has visto el cadáver de un conocido en la calle? ¿Alguna vez han sentido ese vacío al verlo, a ver esos ojos muertos, estáticos y sin vida? No es algo agradable, el algo que te destroza por dentro, te destruye todo, es un golpe que pocos podrán recuperarse, recuperarse de verdad y ¿qué pasaría si la muerte de tu amigo es tu culpa? No lo mataste tú, no agarraste el cuchillo y le cortaste la garganta, no, tus decisiones influyeron en su destino trágico, eso haría mucho peor la situación. Eso fue lo que sintió Meg al llegarle la noticia, era un día normal, tan corriente como cualquier otro, se levantó temprano con una pequeña sonrisa pues había tenido uno de sus mejores sueños, había vuelto a soñar con Spring, eso siempre la ponía de buen humor. No fue un sueño extraordinario, fue un sueño normal e incluso aburrido dirían algunos, un sueño donde simplemente hablaron de las cosas que le pasaban, lo malo del sueño es que cada vez que se despierta, ella siente la ausencia de él; aunque esto solo es algo momentáneo ya que el resto del día sonríe de verdad. Ella normalmente no tiene razones para despertarse tan temprano, era más un animal nocturno pero hoy tenía una buena razón para levantarse temprano, necesitaba hablar con Joy así que salió rápido de su casa y camino hacia la taberna. Meg conocía muy bien a su amiga, sabría que estaría nervioso por todo lo que estaba pasando y Bon no la ayudaría, solo la asustaría un poco más, seguramente ambos necesiten a alguien que les dé un abrazo y que los levante cuando caigan, necesitan ver luz en el horizonte. Ella caminaba con completa tranquilidad por las calles, se veía feliz y tan confiada, una presa fácil para cualquiera, por eso siempre lleva un pequeño cuchillo cerca suyo, ella ya había pasado mucho tiempo por estas calles y sabe que uno nunca sabe cuándo la desgracia lo podría estar esperando a la vuelta de la esquina. Ciertamente no parecía ser Meg, era tan diferente pero eso no era malo, simplemente estaba feliz mientras pensaba en otras cosas, estaba flotando en su propio mundo, hasta que algo volvió a poner sus pies en la tierra con violencia. Meg ve a varias personas cerca de un callejón, todos estaban apretados, todos se estaban empujando para ver con horror que había pasado y ella sintió un poquito de curiosidad y decidió ver que estaba pasando. Horribles pensamientos entraron en su cabeza, su cuerpo temblaba y su respiración se agitaba pero no era miedo lo que provocaba esto o no del todo, era algo extraño, aun no veía con claridad que había enfrente pero sabía que era un cadáver ¿qué más podía ser? Nadie le presta tanta atención a un borracho, debía ser un cadáver y ella sabía quién había hecho ese acto. Sabía que había sido él, no había otra opción, las cosas se estaban saliendo de sus manos, el brujo ya no tenía el control, muchas personas lo han abandona y han ido contra él, seguramente ese cadáver lo intento amenazar, por eso debió haber muerto, se veía reflejada en esa historia, pudo ser ella pero al final entró en razón, era un recordatorio que jamás podía dudar de él, iba a terminar así si empezada a dudar de él. Era extraño, aunque ya sabía la respuesta, Meg se siguió acercando, su cuerpo sentía algo extraño, empezaba a temblar y sentía que le pesaba, quizás su alma ya sabía que encontraría adelante y quería detenerla, no quería verlo pero Meg no le hizo caso a lo que su alma le estaba diciendo. Empezó a empujar poco a poco las personas, no podía ver nada, era demasiado pequeña como para ver por encima de las personas y no tenía ganas de saltar para saber así que se metió poco a poco al callejón hasta encontrarlo. En ese momento, cuando lo mira a los ojos, sus oídos empezaron a pitar, aislando cualquier sonido de su alrededor, sintió como su alma recibía un golpe, un golpe que la atravesaba, sus piernas perdían la fuerza y fue obligada a apoyarse en la pared, vio a su amigo muerto tirado en el callejón. Tardó unos segundos para entenderlo, para confirmar de lo que estaba viendo es real, rápidamente se lanzó sobre su amigo desesperada, empujó a algunas personas pero a ella no le importo, acercó su cabeza a su pecho y escucho atentamente, no escuchaba su corazón moverse y tampoco sentía su respiración con la mano, inútilmente intentó hacer algo para que viviera, para que volviera a respirar pero era inútil, ya estaba muerto, ya estaba muerto.
―Esto no es posible, esto no es posible, debe ser un sueño, debe ser un sueño, no puedes estar muerto – de los ojos de Meg, varias lágrimas empiezan a salir, ella lo abraza desesperada, la abraza con fuerza como si eso pudiera ayudarlo. Esto no era verdad, no era verdad, era las únicas palabras que se repetía en su cabeza.
―Oye… - alguien se acerca lentamente a ella, no quiere hacerlo, no quiere romper este momento pero debe hacerlo. Ese chico le toca suavemente el hombro, ella gira asustada con los ojos llorosos – lamento tu perdida chica, nosotros lo hemos encontrado aquí esta mañana, no ha pasado mucho desde que el primero lo encontró y grito con fuerza que necesitaba ayuda. No sabemos qué ha pasado, intentamos ayudarlo pero era demasiado tarde, demasiado tarde, alguien ya fue a buscar un caballero, pronto vendrán a llevarse su cuerpo. Nadie de aquí lo conoce, lo hemos visto pero en realidad no sabemos mucho, si tú nos puedes ayudar diciendo quien estaríamos muy agradecidos – Meg no sabe qué hacer, su mundo le da vueltas, las lágrimas evita ver con claridad pero cuando ve la cara de Bon algo cambia en ella, ya sabe que tiene que hacer pero no sabe si tiene el valor para hacerlo.
―Joy – susurro Meg algo asustada.
Meg se levanta asustada, mira a su alrededor rápidamente para luego mirar una última vez a su amigo tirado en el suelo, no quería dejarlo, quería quedarse con él para despedirse por última vez pero no podía pensar con claridad, tenía miedo, miedo por no saber que estaba pasando, miedo al descubrir que todos sus amigos se habían ido.
―Debo, irme, debo irme – Meg se acercó un poco al chico, miraba constantemente su espalda – lo siento pero no puedo hablar, no ahora pero cuando vuelva, cuando vuelva… - ella no pudo terminar la frase, volvió a mirar el cuerpo y sintió que le apretaban el pecho – cuídalo hasta que lleguen los caballeros, por favor – fue lo último que dijo antes de correr hacia la taberna.
Meg corría con todas sus fuerzas desesperada, sentía que hacerlo era inútil, sentía que no avanzaba y se quedaba recorriendo la misma calle una y otra vez, su cabeza se llenaba de imágenes de su amigo, no tenía ninguna marca de ser apuñalado, no tenía ninguna herida visible ni tampoco sangre salía de su cuerpo, no pudo morirse por causas naturales, eso sería imposible, imposible. Meg se preocupaba por su amiga y tenía miedo al encontrarla de la misma manera que Bon, sin vida, tirada por ahí en la calle, en algún lugar donde nadie te reconoce, esto no podía estar pasando, no es real, esto no podía estar pasando. Meg llego a la taberna, todos esos miedos y preocupaciones desaparecen momentáneamente, siente un gran alivio, sonríe al ver que todo está como antes, todo sigue limpio y ordenado, eso le generó un poco de seguridad, entro al lugar y camino un poco con miedo, poco a poco esas horribles imágenes regresaban. Meg intentó llamar a su amiga pero no pudo hacerlo, era incapaz de hablar, más que intentara las palabras no salían de su garganta, quizás la tristeza le quitaron la lengua o quizás fue el miedo, intentó varias veces y no podía hablar, su cuerpo se tensaba y su respiración se agitaba, no fue hasta que cerró los ojos hasta que su voz se liberó.
―¡Joy! – gritó con todas sus fuerzas. Su amiga entra a la taberna corriendo algo asustada, no es normal que te llamen tan temprano; tenía los ojos medio cerrados y bostezo cuando vio a su amiga.
―¿Qué ocurre? ¿por qué gritaste? – Joy se rascó un ojo mientras sonreía un poco.
Era ella, ese tono de voz, esa sonrisa, era ella, parpadeó un par de veces para estar segura de que su cabeza no este jugando con ella y sonríe, es ella, nadie puede imitarla jamás. Meg repite su nombre feliz y corre rápidamente hacia ella para luego lanzarse en un abrazo, un abrazo emotivo por parte de Meg, un abrazo sincero, un abrazo fuerte y con unas lágrimas, Joy se asusta por este acto pero corresponde el abrazo, su amiga no es así pero tampoco iba a negar o discutir el abrazo, lo correspondió con todo el cariño y empezó a acariciar suavemente su pelo, algo que haría calmar a Meg. Pasan un tiempo así, un tiempo largo, algo no anda bien, pensaba Joy, los abrazos de duelo normalmente son los más largos, ni si quiera un abrazo de amor dura tanto, Meg me necesita pero ¿por qué? Joy le asustaba un poco esa respuesta. Con el tiempo Meg se aleja poco a poco, su labio está temblando y varias lágrimas cae por sus mejillas.
―Bon ha muerto.
―¿Qué? – Joy tiene muy buenos oído, había escuchado la pregunta y la había entendido, solo no podía creer lo que su amiga acaba de decir - ¿qué acabas de decir? – era un acto reflejo, se negaba a aceptar - ¿Bon está? – Meg mueve lentamente la cabeza mientras mira hacia un lado con los ojos llorosos, a Joy le faltaba poco para llorar con su amiga - ¿cómo? – sus ojos se llenan de lágrimas, su voz se empieza a quebrar.
―No lo sé, no lo sé… - Meg respira hondo – lo han encontrado hoy muerto, muerto en la calle – las piernas de Meg no resisten más su peso, empiezan a temblar demasiado, lo que la obliga a sentarse – al parecer murió hace poco, vi su cuerpo cerca de aquí, por allí – Meg señala por donde había venido – y no había pasado tanto, aún tenía su color en la piel, su cuerpo aún estaba fresco, tampoco tenía alguna herida ni sangre, no había nada, simplemente… - no puede terminar la frase, el llanto la obliga a callar – lo siento, lo siento – dice mientras se seca las lágrimas. Joy no dice nada, solo se queda callada con la cabaza mirando hacia abajo, el pelo le tapa su cara, se niega a llorar, sabe que lo mejor sería liberar ese dolor pero no quiere hacerlo, no quiere llorar. Sabe que hay algo mal, lo presiente, por eso toma grandes cocados de aíre y con una voz quebrada decide preguntarle algo a Meg.
―¿Tú lo viste enfermo? Algo que nos haya indicado que estaba mal, cualquier cosa, una tos, algo raro en su piel, en sus ojos, lo que sea pero ¿tu viste que estaba enfermo? Incluso en su cadáver ¿tenía algo fuera de lo normal? – la respiración de Joy se empieza a agitar.
―No, estaba normal, estaba sano.
―Entonces no fue una enfermedad, las enfermedades no matan de la noche a la mañana, las personas sí. Quizás lo mato el brujo – Joy levanta la vista y Meg logra ver cómo se le caen unas lágrimas por sus ojos pero su expresión es diferente, se ve enojada, furiosa.
―¿Joy estás…? – Meg no termina la pregunta, su amiga se había levantado y lentamente empezaba a caminar hacia la calle - ¿A dónde vas? ¿qué haces? – Meg no entiende que está pasando pero sabe que no es nada bueno.
Lo mejor hubiera sido que la hubiera detenido, sería fácil pero Meg no quería hacerlo, no tenía el valor para hacerle daño a su amiga, intentó que ella entrara en razón, que le hablara pero nada de eso surge efecto en su amiga, ella camina enojada, ignorando a su amiga. Ambas llegan donde estaba el cuerpo de Bon, los caballeros ya habían llegado a la escena, apenas se estaban llevando el cuerpo de Bon, Joy pude ver claramente a su amigo muerto y en ese momento se sintió demasiado débil, era incapaz de mantenerse de píe. Casi cae al suelo, por suerte su amiga la agarro y le ayudo a mantenerse de pie, ella la miro, la cabeza de la rubia daba vuelta y su respiración era demasiado agitada, lo mejor sería sentarse y descansar pero ella no lo iba a hacer, había cosas más importantes que su bienestar. Joy miro a su amiga y se apartó lentamente de ella y camino hacia los caballeros, Meg intenta hacer que entre en razón pero su amiga no escucha, todo lo que haga es inútil, le susurraba cosas, le agarraba de la muñeca y le hacía un poco de fuerza para detenerla pero Joy no se detenía, seguía caminando. Había otras formas de detenerla, algunas más efectivas que otras pero Meg no quería llamar la atención de los caballeros, eso sería un problema aun mayor, además tampoco quería lastimar a su amiga, eso es algo que nunca se lo perdonaría, por eso dejo que Joy toco el hombro del caballero, cuando él se giró ella le sonrió dulcemente.
―Disculpe las molestias señor ¿usted sabe que está pasando? Es que acabo de salir y encontré todo este alboroto.
―Lo siento pero no podemos dar esa clase de información a la del pueblo, aunque quisiera no les puedo informar de nada.
―Entonces no sabes nada – el caballero sonrió un poco.
―Me da pena admitirlo pero sí, apenas hemos llegado, necesitamos tiempo para saber qué es lo que tiene, la ciencia y la justicia siempre camina lento.
―Por favor, necesito saber algo, lo que sea, me preocupa que haya alguien peligroso cerca, necesito saber si es seguro para mis hijos.
―Lo siento pero no la puedo ayudar señorita – el caballero se iba a girar pero Joy agarra su mano con ternura.
―Por favor, no se vaya, ese chico es mi amigo, lo conozco, era alguien demasiado cercano y todo esto es… - Joy no pudo terminar la frase – se lo suplico necesito saber por lo menos como fue que murió, si fue un asesinato o de causas naturales.
―Lo siento no soy médico, yo no soy responsable de saber esas cosas, no tengo idea de cómo murió. De lo que si estoy seguro es que tu amigo no fue apuñalado, no lo atravesaron con un cuchillo o una espada, quizás murió por alguna enfermedad o una falla en el alma, nunca lo sabré con claridad, nosotros lo caballeros no nos enseñan para determinar la causa de una muerte – Joy mira el cadáver de su amigo, se ve aún con vida, sus ojos están apagado pero toda su piel aún estaba rosada. Joy pudo sentir como unas suaves manos le tocaban el hombro mientras alguien le susurraba.
―Debemos irnos, no podemos molestar a este caballero – aunque lo intentara con todas sus fuerzas, Joy no le haría caso.
―El brujo debería mirarlo – el caballero lo miro confundido – en estos días han aparecido varios muertos por extrañas razones, no solo es una enfermedad o una peste, no es algo natural, muchos dicen que es magia al no poder explicar lo que está pasando – el caballero la mira con atención, se nota que la está juzgando, analizando.
―Debemos irnos, estamos causando muchos problemas al señor – susurra Meg asustada – por favor, ya causamos muchos problemas – Meg tira de su brazo pero ella no quiere irse, no va a irse.
―Veré que puedo hacer, si el medico no encuentra nada relevante o encuentra algo fuera de lo común, yo personalmente hablaré con nuestro brujo para que lo mira atentamente.
―Muchas gracias caballero, lamente consumir su tiempo – dijo Joy con una pequeña sonrisa para luego girarse y devolverse con su amiga a la taberna.
―¿Qué crees que estabas haciendo? ¿por qué hiciste eso? – cuando ambas ya estaban a solas y a salvo, Meg empezó a regañarla – no debiste hacer eso, lo sabes ¿verdad? Fue demasiado imprudente, pero demasiado imprudente – Joy ni si quiera la está escuchando, tiene la mirada hacia abajo, no responde, incluso dudo que estaba escuchando a su amiga - ¿acaso las consecuencias que esto tendrá? ¿los peligros? Él va a empezar a desconfiar de nosotros y todo terminará, tendremos suerte si nos deja en paz, nos deja sin pedir nada a cambio. Todo lo que hiciste fue destruir lo que estábamos construyendo, no podemos que todo termine mal pues esto podría… - Joy en ese momento la mira, enojada y se levanta.
―¡¿Matarnos como lo hizo con Bon?! Porque eso fue lo que paso ¡él lo mato! – Meg niega con la cabeza algo nerviosa.
―No tenemos pruebas de que eso verdad, no podemos asumir lo peor de alguien, por lo menos con él no, pudo haberlo matado cualquier cosa – Joy suspira enojada.
―¡¿Cualquier cosa?! Estás ignorando lo más evidente, tienes las pruebas delante suyo y decides ignorarlas. Lo peor de todo es que defiendes a ese demonio, a la persona o a la cosa que acaba de matar a unos de tus mejores amigos y lo tratas de defender, actúas como si no te importara.
―Eso no es cierto, no es cierto, yo nunca… - Joy no la dejo seguir, no quería escucharla.
―No hiciste nada para ayudar a Bon, no quieres justicia para él, no te importa. Siempre has sido egoísta, todos estos años solo pensaste en ti, tú te metiste con el demonio porque sí, tú lo fuiste a buscar y no por falta de riqueza, no es eso, sabías que si necesitabas ayuda podías trabajar conmigo o en algún otro negoció, yo te hubiera ayudado pero estás buscando algo que quizás yo no te pueda ayudar. Ya te lo habían dicho, ya lo habías visto y ahora lo estás viviendo, cada vez que le abres la puerta al diablo, este se lleva una vida inocente.
―Mira yo no quise que esto pasara, yo… - no iba a escucharla, no quería hacerlo, no podía ni si quiera sostenerle la mirada.
―Pero paso, sabes que paso, te equivocaste y no lo quieres admitir, no te querías caer pero te caíste, admite que hiciste algo malo, ese es el primero paso y sabes que te perdonaré pero primero debes aceptar la verdad.
―Joy, no peleemos por favor, debemos hablar y calmarnos, estar juntas, hagámoslo por Bon… - Joy se sienta enojada – Joy, por favor.
―No vuelvas a mencionar su nombre jamás y menos con esas intenciones, deberían cortarte la lengua – Meg quedo impactada ante estas palabras, ahora miraba hacia abajo triste.
―Joy, lo siento yo… - su amiga la mira, siente un poco de lástima pero no va a permitir darle ese beneficio, le cuesta pero al final encuentra razones para odiarla.
―No lo sientes, no estás arrepentida, no me mientas y no me vengas con que vas a hacer lo correcto a partir de ahora, lo debiste de hacer hace mucho tiempo. Estoy seguro que ese monstruo, ese demonio era la persona quien te golpeaba, la razón por la que nos evitabas, por la que te encerraste aún más en tu pequeño mundo ¿acaso no viste los intentos para ayudarte? ¿acaso alguna vez te importo el esfuerzo que hacíamos? Pero eso al final no importa, tú nos ganaste, al final nos llevaste a la desgracia, nos sumergiste en la desgracia. Solo te pido que me dejes sola, no quiero verte ni escucharte, no quiero verte, no te necesito. Solo te pido tiempo.
―No puedo hacerlo, lo siento pero no voy a hacerlo, si lo hago nunca me perdonaría. Abandonarte sería lo peor que podría hacer, él pronto se dará cuenta de lo que hiciste y querrá hablar contigo, quizás nosotros dos podemos hablar tranquilamente con él.
―No te debes preocupar por mí, si tengo que morir, entonces voy a morir, no le tengo miedo a la muerte, defenderé lo que es correcto sin importar las consecuencias. Yo te di la libertad para estrellarte contra la pared porque sabía que detenerte sería una mala idea, ahora te pido que tú me dejes la misma libertad.
―No me voy a ir, no habrá nada que me separa de ti – Joy se quedó callada, no tenía ganas de seguir hablando.
Las horas pasaron con bastante normalidad, Joy se levantó y se fue al baño para tranquilizarse un momento, para volver a ser ella, se puso su uniforme y volvió a trabajar, incluso se dio el lujo de sonreírle a los clientes. Meg la seguía y le hablaba, intentaba convencerla de hacer lo que era lógico, como todo lo que estaba haciendo solo la llevaría a la desgracia pero Joy hacía como si no la escuchara, como si no existiera y seguía con su trabajo. Fue un día malo, de hecho los días malos se había prolongado durante mucho tiempo, con todo lo que pasaba en el reino, la gente le gustaba salir menos de casa, no se sentían seguros en la calle, no iban a salir si no era necesario e invertían su tiempo libre a ir a la iglesia y rezar, preferían ser perdonados ante Dios que buscar salvación en la bebida. La gran mayoría de personas pensaban y aseguraban que el final estaba cerca, que un juicio iba a caer sobre ellos y que era necesario limpiar sus almas, pero no el juicio final como lo indica la biblia, no, era un juicio provocado por el hombre, una guerra. Ese era el pensamiento de la mayoría de las personas, aunque siempre había un borracho que prefería seguir tomando que pensar en eso, hace años había cambiado su sangre con otro tipo de líquido y si él la dejaba de consumir, posiblemente iba a morir, eso es lo que siempre dicen antes de pedir otro trago. Hubo varias personas que se acercaron a la taberna, no iban a tomar algo, solo se sentaban y esperaban a Joy, habían escuchado la noticia y sentían la necesidad de hablar con la chica, le daban su apoyo, que sentían la desgracia por la que acababa de pasar, que estarían ahí siempre para ella y que recuerda que no está sola, siempre puede recurrir a Dios. Palabras vacías, ellos en realidad no pensaban nada de lo que decían, en realidad querían saber que estaba pasando, querían la gran noticia, saberlo antes que todo el mundo y creían que si eran amables con ellas quizás en medio de las lágrimas y el dolor le soltaba algo. También puede pasar que ellos se sientan mal consigo mismo de preguntar sin antes dar su apoyo, sin hacerla sentir especial, tenían antes que dar un poco de ánimo antes de llegar a las preguntas incomodas, sentían que eso era lo correcto. Aunque también hubo, pocos pero hubo, personas que le preguntaron directamente lo que había pasado, sin dar el monologo que todos habían dado, que sentían su perdida o que siempre estarán ahí para ella, simplemente se sentaron y cuando llego Joy ellos preguntaron por el muerto, quién era ese chico que todos hablaban y por qué murió, Joy solo les respondía lo mismo, es un amigo y no tengo idea porque murió, a veces solo los ignoraba y seguía trabajando y las personas al final se iban del lugar ya que se cansaban de esperar.
―¿Estás bien? – ya no quedaba nadie en la taberna, todos se había ido, poco a poco el sol se escondía dando paso a la oscuridad – no tienes que actuar así, estamos solas, podemos hablar con tranquilidad.
―La respuesta a tu pregunta es muy obvia ¿no lo crees? – Joy se aleja un poco de Meg y se sienta – no te acerques, por favor – ambas se quedan en silencio, se evitaban mirar pero era algo imposible, a veces sus miradas conectaban y Meg era la primera en apartar la vista, era un momento incomodo. Meg se muerde suavemente el labio para luego respirar hondo.
―Lo lamento.
―Ya lo habías dicho antes y yo te pregunto ¿lo que dices es verdad? ¿desde cuándo empezaste a sentir lastima? No tienes que mentirme, no hay necesidad.
―No seas cabeza dura, no quiero perderte ¿crees que no extraño a Bon? ¿qué esto no me duele? No quiero que mueras, no lo soportaría – Joy le sonríe con dulzura.
―Meg, todos vamos a morir tarde o temprano, es una condición humana que es inevitable.
―¡Pero no puedes decidir suicidarte! – la tensión solo no hacía más que aumentar, Meg empezó a sentir un fuerte dolor en el estómago, como si le clavaran un pequeño cuchillo por ahí.
―Puedes tener algo de razón, nada me da el derecho a matarme pero yo no quiero morir, yo aun quiero pasar tiempo contigo, atender las personas, aun quiero sentir el aíre pasar por mi cara. Yo no quiero morir pero tampoco puede vivir si dejo ser quien soy, si dejo que Bon no tenga justicia, me sacrifico por un bien mayor, tú hiciste lo mismo, sacrificaste cosas para conseguir algo, no te importaba perder tu vida pero ¿acaso la razón por la que uniste con él vale más que la vida de tus amigos? ¿estás dispuesto a conseguir lo que sea que te haya prometido ese demonio a cambio de mi vida y de tu silencio? Tú serás la última en decidir y no te voy a juzgar, eres libre de hacer lo que quieras.
―Joy, quiero hablar contigo, sé que debí habértelo dicho antes pero yo… - Joy levanto su mano.
―No importa, ya nada de eso importa, pudiste haber pedido la cosa más buena del mundo, la más caritativa como acabar con el hambre, que el humano por fin entienda que es igual y así traer la paz, la comprensión con todos, hablar todos una única lengua o algo por el estilo, algo que ayude al prójimo, algo que te reserva un puesto en el cielo. Suena todo bastante bonito pero olvidaste algo, hiciste un trato con alguien que claramente no va a cumplir con su palabra, todo lo que te dice son mentiras y se nota, es un experto mintiendo y engañando a la gente ¿cómo no te diste cuenta? Dios no es el único que puede provocar milagros – el silencio gobierna por unos minutos, ninguna de las dos quiere hablar, un silencio fatal para Meg que provoca que el dolor de su estómago aumente – se está haciendo tarde, ya está oscura afuera, deberías irte para que estes a salvo, sé que las cosas pueden salir mal y no quiero que salgas lastimada, por favor ponte a salvo.
―No lo haré, ya te lo he dicho y no me importa repetirlo varias veces, eres mi amiga y me quedaré.
―Si eres mi amiga ¿por qué no me apoyas? Sé que no podemos lograr hacer mucho contra él, conozco mis límites, conozco mi humanidad pero no me quedare con la boca cerrada, solo apóyame está vez, una última vez, solo te necesito a mi lado una última maldita vez. Bon necesita justicia por lo que le hicieron, necesita ser vengado, sé que no era un santo pero no merecía morir en mitad de la calle, solo y sin nadie en sus últimos momentos, estoy seguro que sufrió. No se lo merecía, había dejado el sucio mundo para conseguir algo más honrado, más digno y más seguro. Por lo menos hasta que él llego, ese demonio lo volvió a arrastrar hacia su infierno.
―No sé cuántas veces tengo que decirlo pero no me cansaré de hacerlo, lamento lo que paso, realmente lo siento, ustedes no merecen nada de lo que les ha pasado, son inocentes y no es justo, tampoco es justo todo el apoyo que me han dado, no es justo.
―Te equivocas, en realidad si es justo, necesitabas todo nuestro apoyo, necesitabas eso y más ¿crees que salir de una muerte es fácil? No, es doloroso pero el problema no es lo que nosotros te dimos, el problema ni si quiera es el brujo, te sientes culpable pero eso no es culpa del brujo, es culpa tuya, no viste lo más evidente, ignoraste lo que estaba enfrente de ti y causaste todo esto.
―¡La única razón por la que sigo con él es porque puede traer a Spring de vuelta! – Meg se le llenaron los ojos de lágrimas – tú lo has visto en persona, es la única persona que hace cosas imposibles, he vuelto a hablar con él, le he vuelto a hablar, volví a ver esa sonrisa que tanto extrañaba, con Spring de vuelta me siento completa, vuelto a estar completa.
―Y ¿valió la pena? ¿acaso la vida de Spring era más importante que la de Bon? – Meg no responde, se nota su incomodidad – entiendo lo que hiciste, también pasé por algo parecido, no creo que hayas hecho lo correcto, creo que te has equivocado pero no es del todo tu culpa, todos tenemos que cargar con nuestro propio infierno pero se siente tan bien cuando otro nos ayuda a hacerlo. Se aprovecho de ti, no es justo que te culpe a ti por todo, al final nosotros somos responsables de nuestros propios actos, Bon escogió el mismo camino que tú, fue bastante estúpido pero tú no lo obligaste a nada, incluso yo tengo la culpa, me quede callada por demasiado tiempo, debí haber intervenido antes, todos debemos pagar por nuestras acciones. Quizás aun no te has dado cuenta pero todos somos libres de hacer lo que queramos, obviamente habrá consecuencias tarde o temprano pero eres libre de hacer lo que quieras, todos hemos escogido mal y yo misma me encargaré de que él sufra sus consecuencias. Ya te lo he dicho muchas veces, eres libre de irte de aquí cuando quieras, solo te pido que por favor me des la libertad de tomar mi decisión, aunque sepa que eso provoque mi muerte, no me importa.
―Sé que me había equivocado, lo sabía desde un inicio pero no quería verlo, pensaba que todo podría salir bien, que podía todo salir como antes pero ya no quiero, no quiero perderte, no quiero cometer ese mismo error, has estado ahí para mí todos los días, con tu sonrisa, con tu dulce voz. Tengo que devolverte el favor – Meg se acerca lentamente a Joy – solo te pido que me disculpes y que me puedas ver a la cara de nuevo, ya no intentaré convencer de nada y cortaré todos los lazos con él – Joy sonríe y se acerca un poco más a Meg.
―Eres una mal mentirosa, demasiado mala, te conozco demasiado tiempo y ya no puedes mentirme, sé que eso no es verdad – Joy pone suavemente su mano en el hombro de su amiga – eres una grandiosa amiga, capaz de mentir para que la otra persona se sienta bien pero ya no puedes mentirme a mí. Siempre has tenido buenas intenciones pero tus actos son desastrosos, causan más mal que bien, aunque intentes engañarme tú no vas a engañarme, no vas a cambiar y seguirás adelante hasta que no puedas más y colapses, cuando veas tu mundo en llamas ahí preguntaras que hiciste mal y solo en este momento te preguntaras que hiciste mal. No vas a cambiar, de hecho ahora tendrás más razón para estar con él, le prometerás que si trabajas demasiado volverá a traer a Bon, a Spring y salvará tu vida, no vas a cambiar.
―Tienes toda la razón bella dama, las personas nunca cambian, no hay necesidad que lo hagan – detrás de Joy había aparecido el brujo – es un defecto que tienen de fábrica, nunca van a cambiar excepto si los obligas, son tan patéticos – Meg se acerca a él, preocupada, intenta decirle algo pero él solo levanta un poco la mano y ella se queda completamente callada, baja la mirada y se aparta un poco – es obvio, ustedes saben porque estoy aquí, no somos idiotas, hicieron algo arriesgado pero no les importo, yo haré lo mismo, lo que haré me puede poner en desventaja pero ¿qué importa? Nada me puede detener, ni si quiera la muerte. Ya he cumplido todas mis metas, ya estoy completo y lo que pase después no importa, pronto todo acabará, eso no significa que dejaré que las personas hagan lo que quiera, que no cumplan con sus palabras, no puede dejar de castigar a los pecadores, yo… - Joy estaba harta de todo esto, todo el mundo le hablaba una y otra vez, ya no quería escuchar nada, no le importaba.
―Mira, no quiero perder mi tiempo y creo que tú no tienes mucho tiempo, no me interesa lo que me digas, un discurso sin importancia y largo, veo tus intenciones en la cara, has venido a matarme y nada de lo que diga o haga te hará cambiar de parecer, creo que tenemos eso en común, no vamos a dar marcha atrás. Ambos sabemos que esto solo terminará de una manera – el brujo le sonríe.
―Eso si es tener valor ¡Por fin! Se ve muy poco y lo agradezco, además de la sinceridad, todos intentando decir lo que quieres escuchar, endulzándote tu oído, son una pérdida de tiempo pero tú tuviste el valor de levantar la cara a un Dios y eso lo aprecio. Seré gentil, lo haré rápido y casi sin dolor, puede verse muy violento pero te prometo que no sentirás nada, solo tardaré unos segundos – en esos momentos el brujo aparece detrás de Joy, la agarra del cabello y se lo jala hacia abajo, lo que le obliga a subir la cabeza y mirar hacia arriba, donde él estaba – disfruta el viaje.
El brujo le pega una patada en las piernas lo que la hace caer al suelo, ella lo mira asustado mientras se arrastra con miedo pero no la deja ir muy lejos, el brujo se pone encima de ella y le empieza a golpear en la cara una y otra y otra vez, podía matarla de un solo golpe pero eso no era para nada divertido, no había una lección para nadie, era mejor si con la fuerza de un simple humano la mataba a golpes. Aunque él cumplió su palabra, más o menos, en realidad Joy no sintió nada, no sintió dolor ni angustia, quizás miedo por no sentir nada y por tener a la muerte enfrente suyo pero no sintió dolor y al final murió en quince segundos, aunque el brujo le siguió golpeando después de estar muerta. Su amiga Meg observo este grotesco espectáculo, sentía nauseas, sentía como el peso en sus hombros le estaban ganando y la tiraban para abajo, aunque lo peor no fue ver que golpeaban a su amiga, lo peor fue ver como quedo su amiga después de la paliza, una imagen que jamás iba a quitar de su cabeza, la cara de su amiga había desaparecido, ya no tenía ojos y sangraba por todos lados, ya nadie la podía reconocer, casi toda la cabeza estaba rota y había varios pedazos de su interior esparcidos por el suelo del lugar. Meg es incapaz de moverse, incapaz de pestañar, no podía hacer nada, se quedó estática en el mismo lugar, se sentía sin fuerza, se sentía cansada, era incapaz de moverse, por lo menos hasta que el brujo le toco el hombro, ya que en ese momento ella se giró asustada, reacciono y lo primero que hizo fue vomitar.
―No te preocupes, ya todo ha terminado, por fin hemos terminado.
―¿Por qué? ¿por qué los mataste? No merecían eso – Joy la miraba, primero con odio pero cuando él le devolvió la mirada, ella no la pudo sostener.
―Ya sabes cómo era Bon, eran alguien especial, alguien con un buen corazón y no se sentía cómodo haciendo lo que le pedí, no era como tú que eres capaz de hacer lo que te pidan, el muy idiota no soporto más y le contó la verdad a Bonnie, el objetivo que tenía que vigilar. Ya sabes lo que pasa cuando alguien rompe las reglas, tenía que castigarlo. Era un cabo suelto, uno muy grande y era demasiado débil para soportarlo, dejarlo libre sería un error y Joy, bueno, en realidad no tenía una razón, solo tenía que sacar mi odio, en realidad no hizo nada malo pero no iba a dejar que lo arruine, aunque solo sea una pequeña hormiga no la puedo dejar libre. De hecho lo que hizo me benefició ¿sabes cómo va a sentirse el mago cuando vea a su amante muerto? Eso lo va a destruir, quedará destrozado, seguramente se dejará llevar por los sentimientos y eso vuelve a la gente estúpida, errática, al final Joy me hizo un favor.
―¿Por qué la mataste entonces? Dijiste que no hizo nada malo.
―No, ella no hizo nada malo, me ayudo demasiado pero tú si cometiste un error, tú y tu amigo Bon, le contaron demasiado, no debieron ni nombrarme, era amable y algo vengativa, era obvio que iba a intentar hacer el bien cuando llegar el momento, iba a hacer justicia. Tú pudiste hacer algo pero te quedaste con los brazos cruzados, pudiste solo golpearla, amenazarla o prometer que te matarías si hace algo como eso pero no hiciste nada, solo te quedaste llorando, patética – Meg baja la mirada y el brujo sonríe – aunque no te estoy diciendo toda la verdad, aún queda otra cosa incluso más importante, hemos llegado al final y tengo que quitar a todos lo que estorban, mis piedras en el zapato, ya no me generaban ningún beneficio. Esta semana yo morí, tuve que sacrificar una parte de mí para lograrlo, se supone que este muerto y no puedo dejar que alguien afirme lo contrario. Pero tú no te preocupes Meg tu eres interesante, una chica muy interesante, no te mataré por una simple razón, dejarte con vida es el peor castigo que puedes tener, seguir con el peso de tus errores. Tú eres la mejor representación de un ser humano, el reflejo perfecto.
―¿Puedo hacer algo por ellos? Los necesito a mi lado, necesito a Joy, a Bon y a Spring – varias lágrimas salían y bajaban por su mejilla – yo daría mi vida para que ellos vuelvan, por favor – el brujo solo suelta una pequeña risa.
―Lo siento Meg, es muy divertido pero no, están muerto porque no son confiables, porque no podían mantener la boca cerrada – Meg lo mira a los ojos, se ve un poco enojada.
―Nunca vas a cumplir con tu parte ¿verdad? No vas a traer a Spring de vuelta – él abre los ojos sorprendidos y mira a su alrededor para luego reírse con fuerza, una risa horrorosa.
―¿Enserio sigues creyendo que yo iba a hacer algo como eso? Eres una tonta, siempre los has sido pero creo que ya te has dado cuenta. Quieres saber lo más triste, nunca has hablado con él, todo lo que has visto es falso – el brujo empieza a sonreír con malicia – lo único que has visto es a mí, no era su cuerpo, sabes que me puedo disfrazar de otras personas, incluso puedo transformar mi cuerpo en cosas sin vida, has visto que puedo provocar alucinaciones, te obligue a ver cosas que para ti son imposible, jamás estuviste con él, solo eres una estúpida y no te diste cuenta de eso, o quizás si lo hiciste pero vivir en la mentira es mucho más cómodo. Aunque pudiera traerlo de vuelta a la vida, jamás lo haría, no eres tan especial, eres una simple y patética humana, alguien tan normal, algunos pidieron cosas realmente interesantes, cosas que podemos denominar como buenas, otros pidieron cosas fáciles de conseguir y muchos otros lucharon mejor que tú, se esforzaron más. No eres nadie, no eres nada, ni la mejor, ni la peor, eres alguien promedio ¡ni si quiera fuiste una amenaza para mí! Por eso te dejo vivir, eres demasiado débil que no gastaré energías en ti – él se acerca poco a poco y la agarra del cuello para obligarla a mirarlo – así es como termina las cosas hermosas, apostaste todo y lo perdiste. Ni si quiera te mentiré para que te hagas sentir bien a ti misma, todo lo malo que te paso fue tu culpa, todas las muertes de tus amigos son tu culpa, estás sola y serás incapaz de culparme, aunque lo intentes siempre te odiarás a ti, estás destinada a vivir en la miseria.
―Ya no más – dice Meg enojada, agarra su cuchillo que tenía escondido y lo apuñala en la garganta, esto provoca que el brujo sonría.
―Bien hecho, por fin haces algo importante en tu vida, eres una buena jugadora – Meg empieza a quemarse, todo su cuerpo se prendió fuego, ella intentó hacer algo, intentó huir pero el brujo la agarra del brazo con fuerza y la retiene – tranquila, no tienes que pelear, la muerte nos iba a llegar a todos, solo debemos aceptarla – Meg muere a los pocos minutos, una muerte dolorosa para ella, todo su cuerpo quedó calcinado, completamente quemado. El brujo abre lentamente la mano carbonizada de Meg y le pone cuatro monedas encima – esa es la paga por tus servicios, ha sido un honor trabajar contigo.
El brujo sale de la taberna con una pequeña sonrisa, detrás suyo la taberna se empieza a quemar, un fuego intenso e imparable, un fuego que consumía todo a su paso, un fuego que solo dejo cenizas, todo desapareció, incluso los cuerpos que había adentro, todo desapareció. Nadie se atreve a decir lo que había pasado, todos temían que por decirlo se volvería realidad pero todos sabían exactamente lo que paso, solo tenían miedo a mencionarlo, tenían miedo que esas malditas palabras salgan de su boca y los termine matando, todos sabía que era él, el diablo que caminaba por el reino, el diablo que te vigilaba en las sombras, el diablo que tenía todo el poder del reino en la palma de su mano.
Chapter 112: El viento a favor
Chapter Text
Aiden tocaba con suavidad su anillo, lo miraba fijamente mientras pensaba, tenía un dilema enfrente suyo, no sabía que debí hacer, que era lo correcto y pensaba que si frotaba su anillo lo suficiente este le daría la respuesta. Todo era confuso, nada parecía ser lo correcto, la vida por fin le volvía a sonreír, la vida le estaba dando esa cosa que tanto pedía, el viento estaba a su favor, lo que tanto esperaba por fin se estaba cumpliendo pero ¿por qué estaba dudando? No debía dejar pasar esta oportunidad, no debía dudar, espero toda su otra vida por este momento tan preciado ¿por qué ya no quiere hacerlo? Solo debía tomarlo, solo debía tomarlo. No sabía o no podía tomar una decisión, todo parecía tan difícil, una parte de él no quiere hacerlo pero otra parte sí, no sabe qué hacer, no sabe a qué parte darle la razón. Todos hemos tenido dilemas de este tipo, somos humanos y nuestra existencia está llena de dudas, es algo inevitable, incluso varios caballeros dudan lo que deben hacer, a veces no saben que es lo correcto, dudan antes de pelear y a veces dudan ante la muerte, quizás las dudas es algo inevitable, algo que jamás dejaremos de sentir, es algo que hace parte de nuestra naturaleza humana, algo que nos diferencia con los animales. Las dudas, no creo que deba mencionar nada más, solo hay una pregunta ¿de dónde viene? algunos dicen que estás vienen del alma capaz de analizar nuestro alrededor y capaz de ignorar nuestro instinto animal, muchos dicen que es por educación que dudamos, nos enseñan a como comportamos y cuando hacemos algo malo nuestra cabeza nos hace dudar, por eso es importante las iglesias y la educación. Dudar es algo que solo los humanos pueden hacer, aunque eso no significa que sea algo bueno. Aiden no es alguien hábil escondiendo sus sentimientos, Aiden era un nuevo ser, alguien con pocas experiencias en la vida, un ser nuevo que lo había llenado de amor y de verdaderas oportunidades pero toda esa base, toda esa mentira como dirían algunos, empezaba a tambalearse. Tocaba su anillo preocupado, había pasado tanto tiempo ¿aún sabía cómo usar su espada? No lo creía, había demasiado tiempo sin blandir su espada, además ¿qué podía hacer? Tenía la información pero ¿cómo la iba a aprovechar? ¿cómo se iba a acercar? Sabía que tenía que hacer algo, no era miedo lo que lo detenía, aunque muchos lo piensen, él no sentía miedo, era algo más, algo profundo, algo que todavía no tiene nombre, es peor el miedo, es peor que sentirse inútil, es peor que tener a la muerte a la cara. Muchos de sus amigos se dieron cuenta del pequeño cambio que sufría Aiden, ya les había dicho que era malo escondiendo sus sentimientos, al inicio era algo leve, algo pequeño y que todos pensaban que era normal, ya era viejo y a cierta edad todos actuamos como él, miramos hacia atrás y nos preguntamos como llegamos hasta aquí, a veces nos sentimos insatisfechos o a veces el pasado toca la puerta y nos deja pensando, nos deja con dudas. Al inicio podías ver a Aiden mirando a la nada, pensando pero esto solo duraba unos segundos y era fácil traerlo de vuelta, solo tenías que tocarle el hombro o llamarlo por su nombre, él rápidamente reaccionaba y te sonreía; aunque las cosas solo empeoraban con el paso de los días. Aiden y Onnie se encontraron varias veces, cada vez que ambos hablaban, Aiden era más diferente, sus síntomas empeoraban y todos se daban cuenta de esto, nadie era lo suficientemente tonto para no verlo, todo a su alrededor sabía que algo le estaba afectando, sobre todo a una chica muy especial. Un día Aiden estaba reflexionando sobre lo que debería hacer, como lo hacía casi todas las noches, veía tantas posibilidades, sentía que tiempo se le acababa, debía actuar rápido si no lo hacía su gran oportunidad se largaba pero ¿cómo aprovecharla? Ni si quiera a estas alturas sabía si aún quería hacerlo. Todas esas cosas le nublaban la cabeza, algo que le pasaba seguido, se quedaba quieto con una gran cara de preocupación mirando a la nada; por suerte Abby decidió ayudarlo esa noche, decidió darle el empujón que él tanto necesitaba.
―¿Puedo pasar? – dijo Abby mientras entraba con dulzura a la habitación - ¿te encuentras bien? – ella se acercó un poco y se sienta a su lado, Aiden la mira y le sonríe.
―Claro que sí, está todo de maravilla – Abby era alguien que notaba lo pequeños detalles, había pasado demasiado tiempo con él para saber cuándo las cosas no iban bien, lo había visto pensativo y sabe que no es por nada, que algo no lo deja dormir, algo lo obliga a pensar.
―No quiero sonar ofensiva pero tú nunca te detienes a pensar por cosas sin importancias, nunca te detienes, algo te está pesando en esa cabeza pero no pides ayuda, finges que todo está bien. Solo vengo a ayudarte, no te obligaré a que me digas lo que te pasa, solo me preocupo por ti, tu no actúas así – Aiden suelta un pequeño suspiro.
―Hace poco me he reencontrado con un compañero de mi antigua vida, de hecho era alguien de mi tripulación, al parecer la persona que me mato va a volver por estas tierras muy pronto, por fin tengo la oportunidad de recuperar lo que me quitaron, la suerte me sonríe.
―Entonces ¿qué estás esperando? Devuélvele el golpe con todas tus fuerzas, ahora dime ¿cuál es tu siguiente paso? Quizás te pueda ayudar en algo.
―Ahí está el problema, yo no sé, ni si quiera estoy seguro si vengarme es lo correcto, si estoy dispuesto a sacrificar mi vida por eso – Abby lo miro con un poco de culpa, le agarró suavemente la mano y le sonrió.
―La verdad la cosa no es tan complicada, solo tienes dos caminos, hacerlo o no hacerlo, ambos caminos tienen consecuencias que no sabemos, que no conocemos, solo podemos especular, si escoges el camino de la venganza lo peor que podría pasarte es la muerte, ya estuviste cerca una vez, puedes morir con demasiada facilidad. Si deseas irte nos vas a perder a todos, tendrás que despedirte de todos ya que no sabes si vas a vivir, si nos volveremos a ver, puedes caer preso y morir en una celda y si por un milagro consigues tu venganza y vuelves de todas maneras ya nos perdiste, muchos de nosotros nunca volverán a abrirte la puerta, la venganza es un pecado.
―¿Y tú? ¿me abrirá la puerta si la toco? – Abby sonríe y pone suavemente su mano en su mejilla.
―En esta decisión yo no importo, solo importas tú, solo debes centrarte en ti, decidir si eres capaz de decirnos adiós, de perder está vida. Solo tú puedes saber que es lo mejor para ti – silencio, ambos se miran fijamente, ambos tienen una mirada cálida, llena de cariño – y sí te la abriría, esta puerta siempre estará abierta para ti mientras yo viva – otra vez silencio, Aiden siente la necesidad de besarla pero Abby decide seguir hablando.
―El otro camino es aún más difícil de especular, vas a seguir con esta vida, vas a seguir siendo Aiden, vas a estar siempre a mi lado pero quizás con el tiempo empieces a arrepentirte, quizás no mañana, ni el próximo año pero con el tiempo te arrepentirás por no haberlo hecho, por no tomar esa preciada venganza que siempre anhelaste cuando pudiste, quizás no puedas dormir por las noches. Con el tiempo podrías empezar a insultarte, a llamarte estúpido y solo podrás pensar en la vida que pudiste tener, será un proceso doloroso volver a la normalidad, incluso puede que el resto de tu vida sientas esa insatisfacción, pensaras que la vida te ha tratado de manera injusta. Ese es el camino que tú necesitas pero no es el camino que deseas realmente, ahí está tu problema – Aiden la mira y le sonríe, luego la abraza lentamente y le da pequeños besos en la mejilla.
―Gracias por intentarlo, creo que veo todo más claro pero sigo con la misma duda, no sé qué escoger.
―Sí lo sabes pero no tienes el valor para correr el riesgo, no te puedo ayudar más de lo que ya te ayude, el resto depende de ti, está decisión te pertenece y no la puedo tomar por ti. Si realmente te amo debo apoyarte en todo, debo estar ahí para ti y mostrarte todo el panorama, hagas lo que hagas te apoyaré y te esperaré con ansias.
―¿Acaso no quieres que me quede? – ella suelta una pequeña risita.
―Obviamente quiero que te quedes a mi lado, todo eso de la venganza me parece estúpido y sé que nunca trae nada bueno, nada, la venganza es algo estúpido pero tú ya lo sabes, hemos pasado tanto tiempo juntos que ya nos conocemos como la palma de nuestra mano, ya nos hemos visto todo, desde el interior hasta el exterior. Sabes que no estoy de acuerdo pero tampoco te detendré, sé que vas a tomar la mejor decisión y lo único que puedo hacer es apoyarte y asegurarme de que estarás bien – Aiden se acerca a Abby y le susurra algo al oído, algo que nadie sabe que fue pero sabemos que eso le causo una pequeña risa nerviosa a Abby.
―La verdad es que nunca hubiera sabido que hacer sin tu ayuda y aun así todo está tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos, no sé cómo aprovecharme del viento esta vez, sé que algo grande va a pasar y en el caos podré atacar pero ¿cómo llego al caos? ¿cómo llego hacia él? A veces siento que no lo podré hacer. Solo necesito tener una espada y estar en ese lugar cuando todo pase, acercarme por las sombras y terminar con todo – Abby se levanta de la cama.
―¿Por qué no le dices al rey? Quizás tú solo tengas que decirle lo que está pasando y él te crea. Aunque te seré sincera, suenas un poco loco y no creo que te crea tan fácilmente, aunque creo que al final no tendrá otra opción que creerte, estos días el rey se ha vuelto un poco loco y quizás te entienda, solo un loco entiende al otro, quizás te dé la razón, confié en ti y así conseguirás algunos hombres y estarás enfrente de todo, podrás terminar con eso – Aiden soltó una sonrisa sarcástica, una risa que Abby odiaba y la hacía enojar.
―Eso es una buena historia pero no vivimos en los libros, jamás importará lo que le diga ¿por qué él querrá escucharme? No importa cuánto grite mis palabras jamás le llegaran a él. Además soy un don nadie, no tengo relación con el rey o las personas cercanas a él, ni si quiera tengo relación con el reino ya que ni nací aquí y si me preguntan algo importante sobre su religión no sabré responder, jamás he ido a una iglesia a escuchar un padre.
―Tú no te preocupes por eso, conozco la gente correcta para tu misión, puedo hacer llegar tu mensaje hacia el rey. Te pondré tan alto que incluso Dios te va a escuchar – Aiden la mira un poco confundida.
―¿Y cómo harás eso? ¿Acaso fuiste la amante del rey? – ambos se rieron.
―Ojalá haber tenido esa suerte pero no, solo conozco a una antigua trabajadora del rey, alguien demasiado amable, puedo hace que hables con ella y si tú logras convencerla de que algo grande está pasando, algo gigante o lo que sea podrás hablar con el rey o su hijo o la reina, cualquiera de ellos es mejor que nada – Aiden mira el anillo de su mano derecha y lo vuelve a tocar suavemente.
―Te agradezco, todo lo que has hecho… - Aiden se quedó callado frotando su anillo – no tengo ni palabras para agradecerte, jamás podre devolverte todo lo que has hecho por mí – Abby se acerca lentamente a él, pone su mano en su hombro y lo besa.
―Eso no es cierto, ya has pagado todo lo que te he dado y quizás has pagado de más – Abby lo vuelve a besar – ya estamos a mano – Abby lentamente se sienta en sus pies, ella pone lentamente sus brazos alrededor del cuello mientras él la agarra de la cintura – ni se te ocurra comer pescado, ya sabes cómo te pones cuando lo haces – Aiden rodo los ojos – siempre me pregunte ¿qué tan mal pirata debes ser cómo para que no puedas comer pescado? – Aiden la beso y ella soltó una pequeña carcajada durante el beso.
―Tenía otros dones que recompensaban eso, ya los debiste haber visto.
―Creo que se me olvido ¿me podrías volver a mostrarme? – cómo hay niños aquí presentes, corriendo de un lado a otro y a veces escuchándome, dejaremos el resto a la imaginación.
Esa noche ambos se amaron como nunca lo había hecho, un amor joven y duradero, uno sabe y siente cuando te llega el amor de toda la vida, eso fue lo que sintieron ambos esa noche, Aiden se sentía por fin libre, por lo menos un poco libre, ya no sentía esas presiones que lo ahogaban, por lo menos por una sola noche dejo de pensar todo eso que lo aterrorizaba.
Chapter 113: El equipo ganador
Chapter Text
Para ganarle a alguien debes tener la misma fuerza que tu oponente, debes por lo menos estar a su nivel para poder ganarle, si eres más débil debes ser ingenioso, más inteligente que tu contrincante, debes saber cómo y cuándo pegar pero al final la fuerza es lo que más importa. Las cosas se ponían feas para todos los reinos, en la guerra todo salen perdiendo. Golden fue el primero en mover sus piezas, aunque eso ya lo sabemos, ya hemos escuchado esa historia tantas veces que ya no nos importa, lo que nos importa es lo que pocos dicen y muchos ignoran, el reino Cruz. Los Cruz eran una familia olvidada por todos, preferían esconderse en su castillo como unos cobardes, su influencia afuera de su reino era tan poca que apenas es recordada, no merece ser nombrada, siempre actuaban como si lo que pasara afuera no les importara, algo que jamás los tocaría. Si me obligaran a describirlos en una sola frase diría que los Cruz era una familia maldita. Obviamente lo primero que hicieron al escuchar la gran amenaza de Golden fue esconderse y subir sus defensas, tenían miedo de los desastres que causaría esta guerra, no veían la necesidad de intervenir y tampoco querían hacerlo, quizás si tenían un poco de suerte podrían picotear los cadáveres de los reinos, lo único que tienen que hacer es sentarse y esperar. El rey Cruz se sentaba en su trono y esperaba pacientemente, no sabemos que esperaba o que planeaba, solo espero, se quedó de brazos cruzados sin decir nada, sin dar ninguna orden, simplemente se alejó del mundo y observo, cómo un león esperando a que su presa pase por enfrente de él. Incluso cuando le llegó la triste noticia de la perdida de la minería, de su nuevo dueño ilícito, él no hizo nada, siguió esperando pacientemente. Muchos creen que el rey Cruz tenía la creencia de que si no hacía nada, si no intervenía, las cosas se iban a solucionar por si solas, esta pequeña guerra ridícula no iba a ir a ningún lado, no había posibilidades de una revolución, sabía que Golden había perdido completamente sus cabales, Alfonso podía ser todo lo incompetente que Golden decía, podría tener el cerebro de un chico de diez años pero sabía que a las personas por encima de ti hay que respetarlas, sobre todo a las personas que no puedes hacerle enfrente. Todo iba a acabar pronto y lo mejor de todo es que él no tenía que intervenir, no tenía que moverse, Alfonso se encargaría de todo, volvería todo a la normalidad, la vida le había dado la razón, Alfonso recupero sus tierras sin mucho problema, era claro quién era el más fuerte, el eterno vencedor. Cruz no estaba preocupado, tenía varias ideas en mente, solo tenía que aprovecharse de esa situación pero ¿cómo? No quería correr ningún riesgo, no quería mancharse las manos de sangre. Mientras pensaba en todo lo que no tenían importancia, el rey tendría una pequeña visita esa misma noche, una visita inesperada y no deseada. El rey se encontraba acostado en su cama, la luz de la luna apenas iluminaba el cielo, el frío viento soplaba afuera de su habitación y todo estaba más callado que un cementerio, era una noche algo agradable hasta que alguien irrumpió en su habitación, el rey no estaba dormido cuando esa presencia lo molesto, lo escucho caminar hacia él, rápidamente se levanta y mira hacia su derecha, donde venía el sonido.
―¿Cómo es posible? – el rey estaba aterrorizado, temblando de miedo.
―¿Qué pasa? ¿acaso viste un fantasma? – el brujo estaba enfrente suyo, ingenuamente le había creído lo que le dijo Golden – no importa porque estoy vivo, simplemente lo estoy, eso es lo único que nos importa esta noche, aún puedo llevar tu alma hasta el infierno. Piensa que soy tu consciencia, un fantasma o una alucinación, piensa lo que te haga dormir por la noche, pero te necesito ahora, necesito salir contigo.
―No lo haré, salir contigo es algo irracional, una completa locura. Entrar aquí ha sido tu peor error, puedo matarte, puedo matarte aquí y ahora – el brujo sonrió, una sonrisa que el rey no vio con claridad.
―También visite a tu hija, es bastante hermosa, un buen cuerpo, una buena piel y un hermoso cabello como ninguno otro, y no empecemos a hablar de su boca o de su cuello, tan suave, tan perfecto, todo en ella es tan perfecto, esperemos que la muñeca nunca se rompa – el rey se queda callado por un momento, lo mira enojado, quiere decir algo pero las palabras no le salen.
―Acepto ir contigo – el rey dice mientras mira hacia abajo, se siente tan débil, tan pequeño – pero no te pases de listo, los otros reyes van a descubrir si desaparezco y se van a unir para destruirte – el rey volvió a subir la mirada y el brujo le sonríe.
―Claro, claro ¿por qué crees que no te he matado? No tienes nada de qué preocuparte, no te haré daño siempre y cuando me seas fiel – el brujo le da la espalda y empieza a caminar hacia la pared – no hay tiempo que perder, levántate y juega conmigo – el rey solo pensaba que todo esto era una mala idea, que hacer tratos con él no podrían traer nada bueno pero igualmente se levanta de su cama – no te preocupes por tu ropa, nadie nos va a ver – el brujo se acerca a la pared y la toca suavemente con la mano – ya está listo, solo acércate.
―Nunca podrás ganar, ya estás condenado – dijo el rey mientras se acercaba con miedo.
―Ya lo sé, yo nací condenado.
El brujo agarró la cabeza del rey y con fuerza lo empuja contra la pared, el rey intenta poner sus manos en su cara como un acto reflejo pero es inútil pues el rey atraviesa la pared y en cuestión de segundos llega a un bosque completamente oscuro. El rey se encuentra algo desubicado, mareado, veo todo borroso y tiene ganar de vomitar, mira a su alrededor asustado en busca de algo conocido pero no encuentra nada, solo oscuridad. El brujo aparece unos segundos al lado del rey, él no lo había visto, cuando se voltea lo ve demasiado cerca, algo que lo asusta y lo hace caer para atrás.
―Aquí fue donde nos conocimos por primera vez ¿te acuerdas? Nos vimos cara a cara y hablamos de negocios, donde me prometiste algo y para mi sorpresa lo cumpliste, pensé que no lo lograrías. Pero Ya no vivimos en ese pasado y no tengo intenciones de revivirlo, estoy aquí para construir un futuro. No creo que tenga que amenazarte, eres lo suficientemente inteligente como para saber de lo que soy capaz, incluso eres tan inteligente que sabes de que venimos a hablar – hubo unos segundos de completo silencio, no se escuchaba ni si quiera a los animales.
―Quieres hablar sobre la guerra, eso es nuestro futuro, un futuro cercano e inevitable. Solo me ocurre una idea para que me visitaras esta noche, quieres que yo haga algo por ti, me vas a utilizar – el brujo sonríe una sonrisa maliciosa para luego empezar a aplaudir.
―Tienes toda la razón mi inteligente amigo pero no es cómo tú crees, yo solo vengo a ayudarte, sé que muchos ya te han dicho esto pero yo soy diferente, yo soy mejor. Jamás tuviste un mago que te aconsejara sobre tu futuro, siempre fuiste relegado a la miseria, a ser menos que ellos pero hoy será tu día de suerte, hoy yo seré tu mago – el rey se quedó callado, inmóvil – te conozco muy bien, los humanos son como un libro abierto para mí, no hay cerradura que me detenga, puedo literalmente entrar en sus cabezas sin resistencia pero hacerlo es tan aburrido. Conozco quién eres y que vas a decir por la historia de tu familia, por las acciones que has hecho, puedo comprender que es lo que hacen especiales a los Cruz, lo más sorprendente es que la sangre de los Cruz no ha cambiado, sigue siendo exactamente la misma sin cambios. Son cobardes pero esconderse ayuda a tu supervivencia ¿no crees? ¿para qué intentarlo si puedes fallar? El riesgo es demasiado y la ganancia tan poco, tú no participas hasta que sabes que vas a ganar. Pero esta vez será diferente, vamos a olvidar el pasado y ser mejores a partir de hoy, pero no te preocupes pues te prometo que tú siempre saldrás ganando sin importar el resultado, lo único que tienes que hacer res apoyar a la familia Golden, apuñalar a la espalda a Alfonso y todo terminará, con eso ya habremos ganado.
―¿Y qué voy a ganar yo exactamente? Pues no lo veo por ningún lado, Alfonso tiene aliados, aliados poderosos y nosotros comparado con ellos somos unos don nadie.
―Es verdad, es verdad, no te voy a mentir ya que no puedo tapar el sol con un dedo, pero lo que tú no sabes es que tenemos una gran ventaja, nosotros estamos aquí, a su lado. Cuando el rey pida ayuda, nosotros ya le habremos cortado la cabeza, solo tienes que hacer lo que hicieron tus antepasados, deja que ambos bandos se maten y cuando menos lo esperes le das el tiro de gracia, incluso podrías tomar el poder tú – el brujo lo miró de arriba abajo y luego puso una mueca de asco – quisiera decir algo bueno de ti pero no tienes mucho, ni si quiera tu familia es tan importante. Sé que en el pasado Golden fue el más grande de los tres pero ahora con suerte llega a ser la sombra de lo que era antes pero ¿tú? No has cambiado nada, sigues siendo igual de inservible. Tu hija también lo será y lo sabes ¿no estás cansado de repetir el mismo error – el rey lo mira desafiante y el brujo le responde con una sonrisa, una sonrisa creída.
―En realidad no me importa ¿por qué me debo preocupar por tonterías como esa? Nadie me nota, nadie cree que soy una amenaza y me dejan tranquilos, no se aprovechan de mí, me olvidan, no les importa que me pase y yo los trato igual, no me importa lo que pase afuera, simplemente cierro los ojos y dejo que el rey me lleve a mi destino, solo me dejo llevar. No me preocupo pues soy un don nadie y cuando todo esto acabe, yo estaré aquí, al final seré el último que quede en pie.
―Eso es bastante impresionante – dice algo sorprendido para luego soltar una gran carcajada – incluso puede a llegar a ser algo admirable pero para esta ocasión no te va a servir, lo siento pero así son los negocios, lo siento pero debemos mover tu trasero a otro lugar y no importa que no quieras o no desees hacerlo, debes hacer lo que yo diga. Solo tienes que hacer algo importante, eso del don nadie ya se acabó, es hora de cambiar, lo único que tienes que hacer es unirte al equipo ganador. Si fracasamos simplemente dices la verdad, explicas todo pero con la verdad, solo escondes lo que no te ayuda, dices la verdad que más te beneficie y quedas libre para seguir siendo rey en este pequeño reino, quizás tengas que besar un poco el culo a Alfonso pero no creo que tengas problemas en hacerlo.
―No estoy tan seguro de eso pero ¿tengo opción? Esto no es una salida de amigos, nunca será mi amigo de hecho, esto es algo más importante.
―Obvio que esto no es nada de lo que dijiste, simplemente estamos hablando de negocios pero sabía que si lo hacía aquí me beneficiaría, toma esta conversación como un aviso, no te asustes cuanto tus hombres estén obligados a batallar – silencio de nuevo, solo que este es mucho peor, es más largo y más tengo pero el brujo no pierde su sonrisa – creo que ya terminamos por hoy, no hay nada que discutir.
―¿Qué ganas con todo esto? ¿por qué te arriesgas en visitarme? No eres alguien tan idiota cómo no ver un premio tan cerca, tan fácil de tomar – el brujo lo mira algo enojado y con un poco de asco.
―La vida, es lo que gano con esto – el rey se ríe y eso le molesta un poco.
―Obviamente no es eso, eso ni si quiera es una posibilidad, si quisieras ganar tu vida jamás te hubieras metido con los reyes. No, tú quieres algo más, algo más grande que tu vida. Agradezco todo lo que has hecho, que me dejes vivo solo me muestra lo importante que soy para ti en tu pequeño plan pero necesito algo más para poder hacer lo que me pides, aunque sea el más pequeño sigo siendo un rey, siempre quiero más de lo que me dan, un rey sin importancia pero un rey igual que todos, un insaciable – el brujo sonríe, una sonrisa retadora.
―Eres más interesante de lo que creí. Te voy a decir lo que vas a ganar si me sigues, si eres alguien obediente. Vas a pertenecer al gran poder, vas a conservar tu vida y tienes una gran posibilidad de ganar el poder de los tres reinos y por fin unificarlos en uno solo ¿acaso eso no te parece suficiente? Le estoy dando oportunidades inimaginables, puedes incluso hacer que tu hermosa hija tenga lazos con personas más fuertes que tú y así tu linaje sobrevivirá, la hará deseable para todos los hombres, puedes por fin darle el futuro que tanto deseas, un futuro mejor. Pero y este es un gran pero, todo esto va a pasar después de todo esto, cuando todo termine así que no te pases de listo, yo en cambio a ti no dudo. He pasado tanto tiempo con los reyes que sé cuándo tú le das algo ellos no te van a molestar hasta que se cansen de jugar con el mismo juguete, no te van a molestar, ni si quiera se van a mover de su lugar, se quedaran tan quietecitos disfrutando de ese hermoso regalo que te esforzaste tanto en darle.
―Supongo que es un honor hacer tratos con usted señor – dice con una pequeña sonrisa encantadora – en mi tierra siempre me enseñaron a dar la mano para hacer un trato, voy a dejar que el agua fluya, me dejaré mover por ella y haré que la corriente sea más fuerte pero sigo teniendo una pequeña duda ¿cómo se supone que digo que usted me amenazo y me obligo a entrar en la guerra si usted está muerto? Aún no me parece una buena salida, me parece que todo eso es puro humo.
―Tranquilo, igual que Jesús voy a revivir al tercer día y haré tanto ruido que hasta los muertos se levantarán.
―Supongo que esto es una mala idea – el brujo estira su mano lentamente.
―¿Quieres ser parte del equipo ganador? Ya sabes lo que tienes que hacer, sabes que puedes hacerlo – el rey le da la mano lentamente, ambos la aprietan un poco y luego se sueltan – es un gusto tenerlo en nuestro equipo.
Chapter 114: El campo de batalla
Chapter Text
Era un día caluroso, el sol te da en la cara, te molesta, sudas demasiado debajo de tu brillante armadura, quieres quitarla pero hacerlo es un suicidio, no importa que pases tienes que tenerla puesta. Tus pies te están matando, no eres lo suficientemente talentoso como para ir acaballo, debes caminar hasta que no puedas más, te preguntas que haces aquí y porque lo haces, el cansancio te obliga a pensar cosas que no quieres, sabes lo importante que eres pero no te sientes así, solo quieres volver a tu cama y descansar. Tus ojos miran un lado a otro en busca de alguien, sientes que te están cazando pero no sabes donde, agudizas tu oído en busca de alguien, cualquier ruido que delate a tu enemigo y agradeces que están en el campo abierto, no tendrás sorpresas, verás tu enemigo acercarte con claridad. Eso es lo que pensaban todos los caballeros en esa gran batalla, aunque ellos no sabían que iban a ser historia, que sería recordados, para ellos solo era un día normal y aburrido, la guerra se acostumbra a tener grandes intervalos de paz o quizás no paz pero si de aburrimiento, momentos donde no pasa nada, donde no sientes que estás en una guerra.
―Enemigos al frente señor – informo un caballero al general del grupo.
―Supongo que es nuestro día de suerte, no parecen ser muchos, podremos con ellos – por suerte para ellos, este día iba a ser diferente, se habían encontrado hombres del señor Golden, un grupo algo grande pero no lo suficiente como para generarte muchos problemas, en unos cuantos minutos acabaras con ellos.
―Vamos a demostrar nuestra fuerza, vamos a acabarlos – todos estuvieron de acuerdo y el general dio las ordenes de atacar.
Sigues la formación de siempre, las personas de más alto mando van primero a caballo, son los primeros en dar la cara y normalmente son los primero en caer, no es un trabajo para cualquiera. Tú vas detrás de ello, suena ridículo pero vas a pie, por suerte el enemigo no es cobarde y decide confrontarlos, sus hombres también se preparan para el ataque, antes de poder desenfundar tu espada, puedes ver cómo las flechas vuelan por encima de ti, algunas logran darte pero tu armadura evita que te hagan daño, no te detienes a pesar de saber que vas a morir. Sacas tu espada y entras al campo de batalla, al inicio estás desorientado, confundidos, todos parecen saber quiénes son tus enemigos, todos menos tú, no sabes a quién atacar, quién es el enemigo hasta que alguien intente cortarte con su espada. No es momento de pensar, sacas tu espada y empiezas a batallar, no eres el mejor guerrero pero es competente, eso es lo único que importa, dar fuertes golpes y cuando puedes intentas golpear a tu enemigo pero al inicio fue inútil, su armadura lo protege del golpe mortal, te ves obligado a seguir con la pelea. Escuchas un pitido molesto, un pitido que ignoras, ya no sientes calor pero aun sientes el cansancio, la espada te pesa y sientes que eres más lento, sientes que no das para más y de pronto sientes la muerte respirar cerca de tu oreja, le tienes miedo a la muerte y por eso te esfuerzas más en acabar con tu enemigo pero no dejas que tus sentimientos te dominen, sigues pensando con claridad. Solo duras unos cuantos minutos hasta que lo logras matar, al final su armadura ha cedido ante tu espada, el enemigo cae muerto y tu solo ves asustado, te mareas un poco, tienes ganas de vomitar, el cuerpo aún se mueve pero es inútil, ya no tiene salvación y eso te genera asco y un poco de culpa pero no es momento para eso, alguien te llama a lo lejos y vuelve a la realidad.
―No es momento de pensar soldado, debemos seguir atacando, ellos no saben cuándo rendirse – en ese momento te das cuenta de lo más obvio, su armadura es diferente a la de ustedes, es demasiado diferente, ya sabes cómo diferenciarlos y aunque suene estúpido, no te habías dado cuenta de esto.
La acción sigue estando lejos de ti, al frente tuyo puedes ver cómo se matan, te quedas quieto unos segundos, analizas lo que está pasando y sueltas una pequeña carcajada. Sigues derecho hacia la acción, agarras con fuerza el mango de la espada sabes que puedes morir pero te aferras a la idea de cómo te recordaran, la idea de que hay una vida después y si la sacrificas aquí podrás llegar a lo que muchos denominan cómo el cielo, nunca habías sido tan creyente pero en ese momento no tienes dudas de la otra vida. Te metes más al centro de la batalla, el punto crítico y más caótico, las flechas vuelan por todas partes, alcanzas a ver caballos muertos que cayeron encima de sus dueños, dueños que ya estaban muertos, seguramente utilizaron ese momento para matarlo. No puedes concentrarte, los ataques vienen de todos los lados, defiendes lo mejor que puedes y te apartas del enemigo, sientes que es demasiado para ti pero igualmente decides volver a entrar. Ves a uno de tus compañeros en peligro, no lo piensas dos veces y te lanzas contra el enemigo, lo intentas golpear por la espalda pero su armadura evita que el golpe sea mortal y se concentra contra ti, vuelves a sentir el pitido y tu respiración aumenta pero la batalla solo dura unos segundos pues uno de tus compañeros compañero asesta un golpe mortal por la espalda, matando al enemigo.
―Gracias, te debo una – fue lo último que dijo antes de entrar de nuevo al campo de batalla.
Miras a tu alrededor mientras vas al centro del campo de batalla, miras los muertos, miras el piso e intentas no tropezarte con ningún muerto, alguien te ataca pero tu batalla es corta, una flecha le da en la rodilla y alguien por la espalda le pega en el cuello, cortando su cabeza. Estás un poco desconcertado, miras a tu alrededor y solo ves caos, antes de que te des cuentas sientes cómo tu cuerpo cae el suelo con violencia. Dos hombres están arriba de ti, te detiene, no te puedes mover y has cometido el tonto error de soltar la espada, ahora no la alcanzas, uno de los hombres intenta matarte, agarra su espada y con violencia arremete contra tu pecho, por suerte tu armadura detiene el golpe, no deja que la espada toca tu carne. El enemigo no es tan tonto, rápidamente se da cuenta de esto y decide poner su espada entre tus ojos, una parte que tienes desprotegida, levanta su espada y tú piensas que es el final, hasta aquí has llegado, no ves tu vida pasar por tus ojos, no ves nada solo miedo y una espada subir lentamente. Por suerte Dios aún quiere que estes con vida pues una flecha vuela entre los ojos del enemigo, matándolo en el proceso, en este momento solo puedes agradecerle a Dios por darte otra oportunidad para seguir con vida. Rápidamente golpeas al otro hombre que te retenía, estaba estupefacto, distraído por lo que había pasado y aprovechas ese momento para escapar, agarras tu espada y empiezas a pelear. Está vez el pitido a desaparecido, sientes el sudor caer por tu cuerpo pero eso no te molesta, de hecho nada te molesta y comienzas a batallar con el otro, ambas espadas bailan al mismo nivel, se escucha el toque entre ellos, todo va más rápido, más rápido, apenas puedes mantener el ritmo pero por suerte tu enemigo comete un error, pisa la mano de un cadáver, esto le hace perder el equilibro hasta caer al suelo. Aprovechas esta oportunidad y le clavas tu espada en la costilla, un lugar desprotegido, tu enemigo te ve a los ojos, tiene miedo pero tú no sientes nada, solo sacas tu espada de su cuerpo y te das la vuelta, si sientes pena por él habrás perdido. Te enfrentas con otro más pero eso no es destacable, algo importante está pasando fuera del campo de batalla, algo que no ves. En menos de cinco minutos el ejercito enemigo va perdiendo, ya mataron la mitad o incluso más, la batalla ya estaba ganada pero algo te detiene a seguir peleando, incluso los detiene a todos, escuchas a lo lejos como alguien se acerca, son varios, la tierra tiembla y a lo lejos los ves llegar, otro ejército se acerca. No lo logras reconocer y al inicio sientes terror, sientes miedo, piensas que son refuerzos del enemigo, crees que vas a seguir batallando pero de repente alguien grita algo que te calman.
―¡Son los hombres de Cruz, vienen a ayudarnos! – esto te pone los pelos de punta y te hace dibujar una sonrisa en tu cara.
La batalla se detiene por un momento, el enemigo piensa en la retirada, saben que jamás va a ganar, la razón los obligará a salir corriendo mientras que sus enemigos celebran la llegada, ustedes ya están seguro de su victoria absoluta, no solo en esta batalla si no la victoria en la guerra. Tu corazón salta de alegría y por un momento sientes alivio, ya todo había acabado. Pero te estabas equivocando, todos estaban equivocados, el ejército de Cruz no venía ayudarte, no estaba ni cerca y cuando te das cuenta de esto ya es demasiado tarde, ellos ya han matado a tus arqueros. Al inicio no lo entiendes, nadie lo hace, te parece algo ilógico, algo antinatural pero no tienes tiempo de pensar, debes atacar, el ejército de Cruz se está acercando y no puedes hacer nada, solo pelear, una pelea que no vas a ganar. Te rodean poco a poco, todas las flechas que salen disparadas van hacia ti, ahora tú eres el de la desventaja, la rata atrapada entre la espada y la pared, recibes tantos golpes que no puedes defenderlos todos, por suerte tu armadura aguanta pero no por demasiado tiempo, sin explicación alguna la pechera de tu armadura cae, dejándote expuesto. Intentas dar todo de ti, el pitido ha vuelto y es cada vez más molesto, ya no puedes pensar con claridad solo reaccionas, dejaste llevar por tu instinto de supervivencia pero eso no fue suficiente, eran demasiados, no eres lo suficientemente rápido cómo para pelear con todos, poco a poco tus compañeros van muriendo y los enemigos van hacia ti, sientes la muerte respirar en tu hombro. Hasta que te toca, una flecha vuela y te da en el hombro, eso te hace detenerte por un segundo, bajas la guardia y cuando vuelves a levantar tu espada, otra flecha huela directamente hacia tu pecho, te da justo en el pectoral derecho, sientes un gran dolor y piensas por un segundo que lo mejor sería morir, sería rendirte. Ves cómo alguien se acerca hacia ti, ves su cara, sabes que se aprovechara de todo lo que estás pasando, te levantas con dificultad pero antes de que ambas espadas se toquen, sientes un dolor todavía peor justo en el estómago, alguien te había atravesado con su espada por tu espalda, no puedes resistir y caes al suelo.
―¡Traidores! – escuchas gritar a lo lejos y te preguntas si este es tu final.
No, no puede acabar así, no puedes dejar que ellos aprovechen esta situación, debes informarle al rey, hables poco a poco los ojos, el sol te vuelve a molestar, por un momento crees estar en el cielo pero luego escuchas los gritos de dolor de tus compañeros. Miras a tu alrededor lentamente y con cuidado, no tienes nadie cerca y aprovechas ese momento para irte, al parecer algunos de tus compañeros pudieron huir, no se fueron muy lejos pero te dio el suficiente espacio cómo para estar solo. El dolor te está matando, pararte parece una misión imposible pero aun así lo haces, te encorvas un poco por el dolor y flexionas tus rodillas, sientes que te vas a caer en cualquier momento pero no lo haces, sigues de pie y empiezas a caminar para luego correr silenciosamente. El dolor te está matando pero no te vas a rendir, quieres tu puesto en el cielo y la única forma es dándolo todo, además el rey necesita esa información, debe saber lo que está pasando para que tus compañeros no sufran lo que tu viviste, esto no puede ser en vano. Dios te vuelve a sonreír pues un caballo corre hasta estar cerca de ti, parece buscar su dueño sin éxito, podría irse pero no lo hace, es un compañero fiel, lo va a esperar atento, mirando a su alrededor. No lo quieres asustar, te acercas lentamente mientras le muestras tus manos, ya te han enseñado cómo acercarte un caballo salvaje y él es tú única oportunidad, no puedes echarlo a perder, no importa que este pasando detrás de ti, debes ir lento y con cuidado, no quieres asustar al caballo. Pones tu mano lentamente en su cara, al inicio el no quiero, mueve su cara hacia un lado y se aleja un poco pero tú insistes un poco más y al final él se deja acariciar, te has ganado su confianza, una parte de ti quiere subirse y largarse pero todavía no, todavía no, aún no han llegado a ese escalón.
―Tranquilo chico, no te preocupes, todo estará bien, todo estará bien – le dices mientras acaricias lentamente la cabeza – vamos a dar un paseo amigo.
Tu mano pasa lentamente por el cuerpo del caballo, paso lento y tranquilo hasta llegar a su montura, sabes que te va a doler pero no tienes otra opción, de un salto te subes al caballo, provocando un gran dolor en tu cuerpo, aunque eso no es lo peor de todo, lo peor es que al hacerlo el caballo hace ruido, aún eres un extraño para él y te intenta tirar al suelo, no lo logra pero hace el suficiente ruido para llamar la atención de tus enemigos. Escuchas gritos a lo lejos, miras solo por un momento a tu espalda y eso te deja completamente congelado, vez cómo todo un ejército se acerca a ti. Golpeas con fuerza al caballo y este empieza a trotar pero para ti no es suficiente, debes ser más rápido, debes alejarte de ellos, por eso golpeas al caballo con más fuerza y logras que empiece a correr, volteas unos segundos y ves que se acerca, lo sientes cada vez más cerca y más cerca, entras en desesperación y golpeas de nuevo al caballo. No sabes que hacer, no dejas de mirar tu espalda y eso solo provoca más terror, no piensas con claridad, no sabes que hacer, pronto te alcanzaran y sientes que no puedes hacer nada, hasta que ves un bosque cerca de ti y ahí se te ocurre una idea, una idea que te llena de seguridad. Tu postura cambia radicalmente, te encorvas y mira con determinación tu destino, ya no miras para atrás, ya no es necesario, golpeas con fuerza a tu caballo y este corre más rápido, no sabes si funcionara pero debes intentarlo, tiene que funcionar, tiene que funcionar. Va a funcionar. El bosque está más lejos de lo que pensabas y eso afloja un poco tu confianza, el miedo vuelve poco a poco pero no tienes otra opción, no puedes pensar en otra cosa y te niegas a hacerlo, va a funcionar, es lo único que dices constantemente, cómo si repetirlo demasiado iba a hacerlo realidad. Llegas al bosque, sueltas una pequeña risa al hacerlo pero aún sientes el peligro recorrer tu espalda, también sientes cómo tus manos se entumecen pero eso no te detiene, sigues con determinación. Ir en línea recta sería una estupidez y lo sabes, por eso giras a la derecha una vez, cuentas hacia cinco y giras hacia la izquierda, ahora cuentas hasta siete y giras hacia la izquierda, cuantas hasta diez y giras a la derecha. Intentas hacer un recorrido irregular y cuando crees que los has perdido, sigues en línea recta para salir del bosque.
―Puedo hacerlo, puedo hacerlo – repites mientras tu dolor aumenta.
Sentías tu sangre salir de tu cuerpo, sentías cómo la fuerza te abandonaba, te ladeabas de un lado a otro, sabías que en cualquier momento te podrías caer y si no estás atento, caerías al suelo, además te duele mantener los ojos abiertos, necesitas cerrarlos, necesitas descansar pero sabes que en el momento que hagas esto no te volverás a levantar. Pero no todo es malo, ves el castillo de Alfonso a lo lejos, solo debes hacer un esfuerzo más, un último esfuerzo. Golpeas a tu caballo con fuerza y él corre más rápido pero no lo suficientes, lo sigues golpeando, no te importa si muere en ese momento, debes llegar al castillo, debes evitar un desastre. A los pocos minutos y gracias a la gran velocidad del animal llegas a las puertas del reino, los guardias te ven algo asustado y asombrados, no tienes tiempo que explicar y le dicen que abran las puertas y que se aparten, tiene trabajo que hacer. No dicen nada, solo te dejan pasar algo asombrados y cuando te encuentres lo suficientemente lejos, murmurarán sobre lo que ha pasado. Llegas hasta las puertas del castillo, tu piel se ha vuelto un poco más blanca, la luz del sol te molesta, te irrita y te obliga a cerrar un ojo, tus labios están secos y estas mareado, demasiado mareado, por suerte ya estás aquí, lo has logrado. De repente sientes tu cuerpo caer, la gravedad te ha ganado y caes con fuerza hacia el suelo, por suertes no te dolió el golpe y seguías consiente, cuando un caballero se te acercó asustado tú dices unas simples palabras.
―El rey – murmuras, el caballero no te escucha y solo te ayuda a levantar, te pregunta que t ha pasado pero tú solo repites las mismas palabras – debo ver al rey, los Cruz nos han traicionado.
Todo el mundo se mueve alrededor tuyo en un intento de ayudarte, todos te ven con pena y a veces con admiración, te das cuenta fácilmente con esto, la noticia crece como pólvora y en unos segundos todos los caballeros te ayudan a llegar para el rey, tienes la atención a todo pero eso no te importa mucho, el dolor te está matando y ya no puedes mantenerte en pie, sabes que no llegaras muy lejos pero solo con decir lo que ha pasado al rey. Llegas a los aposentos del rey y te dejan enfrente del rey, apenas tienes fuerza para saber lo que está pasando pero debes hacerlo, solo un esfuerzo más.
―Disculpa las molestias pero hay algo importante que debo decirles, el ejercito Cruz nos han traicionado – todo el mundo se asombro por la declaración.
―¿Tienes alguna prueba de eso? – miras al rey a los ojos.
―Solo mi palabra ¡Lo juro ante Dios y ante usted! Todo lo que digo es real ¡Ellos me han dejado así! Debemos prepararnos, debemos… - tus piernas fallan y te obligan a arrodillarte.
―¿Estás bien? – el rey se escucha preocupado y eso te hace sonreír.
―Eso no importa, lo único que importa es que confíe en mi palabra, haga lo que sea necesario pero avíseles a todos, avíseles que los Cruz ahora son nuestros enemigos.
―Vere que puedo hacer, por favor lleven a este buen hombre al médico, necesitara… - fue lo último que escuchaste antes de caer inconsciente.
Chapter 115: Sin importancia
Chapter Text
El mundo da vueltas, todos lo sabemos, desde los griegos habíamos descubierto eso, nuestro cambio de suerte, cómo descubrir algo nos hacía cambiar nuestro ánimo, nuestro mundo se destruía al saber la verdad, a todos nos ha pasado y cuando las cosas se saben no se puede dar marcha atrás. En realidad cuando tomas una acción jamás puedes dar marcha atrás, no importa cuánto lo implores, cuanto lo intentes, puedes deshacer algo que ya hiciste, solo puedes intentar controlar las consecuencias de tus acciones. El humano siempre ha intentado controlar varias cosas imposibles y quizás una de las más famosa son los sentimientos, queremos enterrarlos pues no son adecuados en el momento, no queremos sentir eso, no es necesario, incluso pensamos que no merecemos sentirnos así, esa persona no merece que yo me ponga triste, que me compadezca de él.
―Aquí estará bien, el doctor pronto lo revisara – dijo un caballero antes de abandonar la habitación con sus compañeros.
¿Alguna vez se han preguntado que les pasan a los cadáveres? No me refiero a sus almas ni el proceso natural que hacen, me refiero a que hacen las personas con ellos, sobre todo las personas que no tienen a nadie o son identificables o quizás cadáveres que están siendo investigados. Está historia es sobre uno de esos cadáveres, un cadáver que murió de manera sospechosa y que fue llevado por los caballeros, nadie supo responder cómo había muerto. Primero fue recogido y llevado al castillo, a ninguno le importaba realmente, solo era un muerto más, es cierto que su muerte era demasiada extraña pero todos tenían cosas mejores que pensar, ese cadáver era alguien sin importancia. Aunque les he mentido, en realidad si había una persona interesada en él, un caballero que le parecía que todo lo que había pasado con el cadáver era un poco raro y quería ayudar a alguien que todos ignoraban e hizo que las cosas se movieran, aunque en realidad no logro mucho, solo le imploro al médico para que lo revisara y el medico casi a regañadientes acepto verlo. El medico no encontró nada, quizás si hubiera abierto el pecho del cadáver hubiera encontrado algo interesante, algo anormal pero hacer eso es pecado y acabaría en la horca o peor, solo podía revisar el exterior y tocarlo un poco, cosa que hizo sin encontrar nada interesante, ni moretón, ni herida, no había indicios de pelea o de alguna enfermedad, sus ojos eran normales y eso era extraño. El doctor manoseo el cuerpo con cuidado, quería saber si podía sentir algo fuera de lo normal, hueso rotos o cosas que no deberían estar ahí aunque no encontró nada, intruso le pincho un poco la piel para ver su sangre y era normal, no había nada extraño pero el doctor no supo responder de qué había muerto ese chico. La medicina aún no está tan avanzada, desconocemos lo que tenemos adentro, sabemos porque hemos inspeccionado a los cerdos, un animal que se nos parece demasiado y también por algún que otro loco que se roba cadáveres para inspeccionarlos, aunque ninguno de ellos lo ha hecho cerca del castillo, todo lo hacen a escondidas, nadie se quiere arriesgar.
―Quizás moriste por la gripe o alguna enfermedad que desconocemos. No hay ronchas, no hay cambio de color y sus ojos están bien, incluso tu sangre es normal pero ¿qué te mato? La persona que me insistió en verte dijo que había algo interesante, algo grandioso, un misterio y pensé que lo encontraría pero no hay nada, te ves tan normal, entonces ¿por qué te moriste? ¿quisieras decirme esto? – el doctor le hablaba al cadáver, un hábito que adquirió con los años, cuando uno está mucho tiempo con los muertos uno adquiere hábitos extraños.
―Lo siento doctor pero tengo que revisarlo – el doctor se giró asustado, detrás de él estaba el mago del castillo – lo siento, órdenes del rey.
―No pasa nada, además ya terminé con él, suerte encontrando algo interesante, este chico se ve completamente normal – el médico le puso suavemente la mano en su hombro antes de salir de la habitación.
Bonnie se quedó completamente solo mientras miraba el cadáver a la persona que alguna vez considero amigo, no sabía cómo sentirse en ese momento, no creía correcto llorar por él pero tampoco pensaba que lo correcto era celebrar por su muerte, solo se le quedo viendo fijamente, su cuerpo estaba tenso y su cabeza trabajaba para encontrar algunas palabras para decirle. Nunca las encontró. Poco a poco Bonnie se rendía y las lágrimas salían de sus ojos, se llamaba estúpido por hacerlo pero no podía evitarlo, no podía evitarlo. Se acercó lentamente y puso una mano en el cabello de su “amigo” y lo acarició con delicadeza.
―Si me vieras, seguramente me llamarías idiota por llorarte – Bonnie soltó una pequeña carcajada – y quizás lo sea, quizás lo sea. Solo eres un monstruo… - Bonnie se alejó del cadáver – cuando me dijeron que habías muerto no lo creí, no lo creí pero aquí estás, ese caballero tenía razón, también me dijo que había algo raro, que unas chicas le hablaron y estaban extrañas, sabían algo pero no se lo dijeron. Ambos sabemos quiénes eran y que trataban de decir, incluso sabemos cómo moriste ¿él te mato? Seguramente… - Bonnie volvió a soltar unas cuantas lágrimas – lamento lo que paso, lamento haberte encontrado, lamento haber confiado en ti ciegamente, Chica me lo había advertido y no hice caso, confíe cómo un estúpido y aun así aquí estoy, llorando por un estúpido que solo se aprovechó de mí. Quiero decir algo positivo de ti pero mi lengua no quiero hacerlo, sabe que no me perdonaré si lo hago, no te lo mereces y tampoco te insultaré ya que eso no importa ya, estás muerto y no me escucharas pero puedo sacar aún provecho de ti. Cómo tú lo hiciste tantas veces de mí – en ese momento Bonnie revisó el cuerpo de Bon por dentro – no te falta nada, no fue una explosión interna, no tienes nada anormal y es extraño. Lo más seguro es que detuvo tu corazón, lo apretó con fuerza y tú te moriste – Bonnie deja de mirarlo – sé que sí te pregunto por qué lo hiciste me saldrás con la misma mierda, con mentiras tan básicas y estúpidas pero lo que de verdad no entiendo es ¿por qué decidiste al final decirme la verdad? ¿acaso ya sabías que estabas muerto y cómo último deseó quisiste joderme? ¿o quizás quisiste protegerme de alguna manera? Una parte de mí dices que eres un ángel y otro un diablo ¿a quién carajos le hago caso? – Bonnie volteó a verlo – siempre fuiste un buen chico, esa fue tu naturaleza pero nosotros podemos superar nuestra naturaleza ¿no? Ignorarla, ir contra ella. Pasamos buenos momento, por lo menos yo pase buenos momentos contigo, momentos que muchos llamarían inolvidables pero ¿eso va a significar algo después? ¿realmente fueron naturales o todo solo fue un gran engaño de tu parte – Bonnie lo miró fijamente – tengo tantas cosas para decir, tantas ideas en mi cabeza pero no puedo hacerlo, no salen de mi garganta, yo no… - antes de que pudiera terminar, Bonnie sintió una pizca de magia detrás suyo y rápidamente se giró algo asustado.
―¿Interrumpo? – dijo el príncipe entrando lentamente a la habitación - ¿estás bien? – Bonnie rápidamente se secas las lágrimas que tenía en los ojos y se voltea lentamente hacia Freddy.
―Estoy perfectamente, solo estaba haciendo cosas sin importancia, me estoy encargando de unos asuntos mundanos.
―Eso no es cierto, es obvio que estaba llorando, no, lo que dice no es cierto, parece que se estaba despidiendo de alguien – dijo la sombra del príncipe, una voz que solo Freddy podía escuchar.
―Y ¿quién es el muerto? Te ves algo interesado por él, jamás había entrados a está habitación.
―Es alguien sin importancia – dijo lo más normal que podía – no creo que estes aquí de hablar sobre muertos ¿verdad? Tienes algo en mente.
―Sí, la verdad es que sí, he estado pensando… - Freddy se queda callado mirando a la nada mientras mueve la boca.
―Pues todos pensamos alguna vez ¿no crees? – Freddy lo miró algo confundido.
―Lo siento, me distraje un poco – Freddy rio nervioso – he estado pensando en todo lo que ha pasado y cómo debemos intervenir, que debemos hacer, no quiero ser un simple espectador y es momento que nosotros interactuemos, es momento de que hagamos algo.
―Sabes que te seguiré aunque no quieras, eres un príncipe y mereces ser defendido, pero también soy tu empleado, solo debes ordenar lo que quieras y yo te lo doy. Además… - Bonnie miró el cadáver – quiero hacer responsable a esa persona que ha hecho nuestra vida un infierno, a quien nos ha quitado tanto.
―Sé que está vivo, los dos lo sabemos y jamás nos compramos su cuento pero ya sé que hacer cuando aparezca y va a aparecer pronto, está ansioso, pone todo en su lugar ¿por qué nosotros no le ponemos una trampa? No basta con solo prepararnos al ataque, debemos ser más inteligente que él. Hace poco aprendí algo, algo que quizás él no sabe y si lo supiera no podría aprovecharlo pero nosotros sí, es un truco que me va a beneficiar pero se necesita de otro mago para ejecutar la magia, necesito que tú hagas lo que te pida para poder ganarle. Lo único que tienes que hacer es… - a ambos se les puso la piel de gallina, algo era extraño y lo podían sentir, aunque fue Freddy el primero en detectar exactamente qué es lo que le llamaba la atención – es él, estoy seguro, nos está enviando un mensaje – a lo lejos se podía ver cómo una casa se quemaba con violencia, no era cualquier llama, era poderosa, extraña y ambos sabían que había sido provocado por él - ¿crees que planeé atacarnos? ¿crees que debamos ir? – Bonnie mira el fuego fijamente, como si estuviera hipnotizado.
―Obviamente no vamos a ir, él no es tan idiota cómo para dejar un rastro tan evidente sin darse cuenta, es una trampa o algo por el estilo o en el mejor de nuestros casos, él ya se habrá ido. No es tan idiota, no es tan idiota.
―Entonces ¿por qué crees que hace todo eso? ¿acaso si quiera es un mensaje? – Bonnie puso suavemente su mano en el hombro de Freddy.
―Creo que le estás dando muchas vueltas a eso, quizás todo lo que hace no tiene sentido – Bonnie gira la cabeza y mira hacia el cadáver – quizás solo está haciendo cosas personales, quizás está destruyendo todos los puentes que lo llevan a él para no estorbarle al final, elimina las pruebas hasta dejarlas a cenizas. Quizás está enviando un mensaje pero no a nosotros, quizás a los que lo conoce, hace la llama más grande que pueda para que todos vean su destino, las consecuencias de los actos que van contra él – Freddy lo notaba en su voz, no importa cuánto lo ocultara, era evidente que algo le dolía y su fantasma le dijo exactamente que era. Freddy lo mira un poco apenado.
―¿Estás bien? – Bonnie lo vuelve a mirar y rápidamente sonríe.
―Claro, estoy bien ¿por qué crees que no lo estoy? – Freddy lo abraza por sorpresa y Bonnie se queda completamente congelado.
―Eres demasiado tonto para admitir que no estás bien, no puedo dejar hundirte en la miseria y no hacer nada, voy a hacer todo lo posible para que te sientas mejor, no me debes decir que te molesta pero por lo menos acepta mi abrazo – Bonnie duda unos minutos pero al final corresponde el abrazo - ¿mejor? – él no respondió, solo dejo abrazarse por unos segundos más para al final separarse de él.
―Ahora sí, solo eran cosas sin importancias pero ahora ya estoy mejor, nada me va a volver afectar ¿qué es lo siguiente que vamos a hacer? ¿tu gran plan? – Freddy le sonríe.
―Él solo tiene una forma de proceder y lastimosamente tengo que jugar su juego, no me arriesgaré a que él mate a personas inocentes, usará eso en mi contra y yo me dejaré. Estamos en una guerra, si no cae hoy caerá mañana, sabes lo que está pasando con Golden, no podemos dejar que nuestros impulsos nos ganen, debemos pensar con claridad y actuar con rápides pero aún no, lastimosamente debemos esperar con paciencia, debemos atacar con el momento justo, atacarlo cuando menos lo espere por donde más le duele, tan fuerte que no podrá volverse a levantar.
―Eres bueno con los discursos pero en realidad no dijiste nada ¿cómo te voy a ayudar? – Freddy miro por la ventana con una sonrisa.
―Vamos a seguir su juego, va a hacer que me canse pero él también se cansará y en algún momento bajará la guardia, cuando eso pase tú entras en acción y haces algo que no pensabas que sería posible, no te va a matar pero te dejará muy débil, usarás todo tu poder en un solo hechizo que nos dará la victoria y lo más importante es que él no debe esperarlo, no te ve cómo una amenaza pero no te conoce como yo. Eres lo más importante es esta crucial misión.
Chapter 116: La rata
Chapter Text
Es difícil contar esta historia ¿lo sabían? Y no me refiero al trabajo que tuve que hacer para contarles, memorizarme todo para luego buscar las palabras para poder transmitir todo lo que conseguí, incluso me atrevo a decir que es imposible, que lo que tengo en la cabeza es mejor que lo que sale de mi boca, no me refiero a eso. Cuando una cuenta una historia, uno tiene miles de formas para hacerlo, uno solo debe encontrar la mejor, la mejor forma para que el otro te crea, la mejor forma para que el otro se quede sentado escuchando toda tu historia, es complicado hacer que el otro sienta a través de tus palabras, una dificultad que todos lo que han contado historias se encuentran, ya sea historias pequeñas de la vida cotidiana o la gran historia que cambio el reino. Ese gran dilema se encontraba nuestro muerto viviente, el capitán Fox, él no pudo hacer mucho, solo pudo decidirse si hacerlo o no, algo que no tomaría mucho tiempo pero para él le tomo demasiado y mientras él perdía el tiempo dando vueltas en el mismo asunto, Abby se encargó de todo, le hizo un camino directo a las puertas del cielo. Aun no les diré cómo lo logró, cómo demonios pudo conseguir a alguien cercano al rey, no era cualquier lacayo sin importancia, alguien del monto, consiguió a alguien importante del rey. Fue difícil hacerlo pero lo había logrado, solo tuvo que pedir unos cuantos favores y hablar con algunas personas hasta que la encontró, fue difícil de convencer a esa persona pero con su encanto Abby pudo darle a el capitán unos cuantos minutos.
―Ya está, ya puedes hacerlo, ya puedes tomar tu venganza – Aiden la mira algo impresionado e incrédulo.
―¿Cómo? – Abby le sonríe y le guiña el ojo.
―Secreto de mujer. Ahora tienes que ir, debes ir.
―¿Estás segura de que puedas soportarlo? – Abby lo abraza con cariño.
―No, pero sé que te irás de todas maneras, sé que si no lo haces no podrás seguir adelante, vas a hacer lo que tú quieras, yo solo te ayudo a que las cosas te salgan bien y vuelvas con vida – Aiden le corresponde el abrazo.
―Claro que volveré pero solo por si acaso… - Aiden no pudo terminar la frase pues Abby lo beso en los labios.
―Ni se te ocurra decir esas palabras, no lo arruines.
Fue un abrazo dulce, un abrazo sincero y muy lento, un abrazo que ambos desearon ser eterno pero el tiempo no se detiene con nada, al final se dieron un último beso lleno de pasión y se separaron con los ojos llenos de lágrimas. Aiden sentía un vacío pero decidió ignorarlo, sabía que si le prestaba atención se devolvería donde Abby, solo siguió adelante en un viaje de unas cuantas horas a caballo, él estaba alejado de todo el mundo pero el viaje no fue molesto, de hecho fue demasiado tranquilo y precioso. Al final llega a una pequeña cabaña en el bosque, a Aiden le pareció esto demasiado extraño, se supone que era aquí pero no era como Abby lo mencionaba, esto no se veía como algo acogedor, duda por unos segundos si tocar a la puerta o no, se dijo que ya estaba aquí, que no tenía sentido devolverse, suspiró con fuerza y toco la puerta. Alguien le abrió la puerta, era una chica grande y bastante robusta y lo más extraño es que solo tenía un brazo, era mucho más grande que la mujer promedio pero no tan grande como él, con un hermoso pelo amarrillo y una mirada desafiante.
―Un gusto – él no sabía cómo presentarse o que debía de hacer, simplemente hizo una reverencia cómo Abby le había enseñado y se sintió ridículo.
―¿Eres Aiden? – su mirada parecía atravesar su piel hasta llegar a su alma, era una mirada algo espeluznante pero él no se iba a dejar asustar tan fácil.
―Sí, soy yo, en carne y hueso – esa chica le abre la puerta por completo.
―Pasa, pasa, ya eres bienvenido – Aiden un poco desconfiado entra lentamente mientras mira por el lugar, se sentía cómo si estuviera entrando en una cueva llena de lobos.
La cabaña era cómoda a pesar de todo, no estaba sucia y estaba bien iluminada, aunque Aiden tenía miedo a que las velas que iluminaban el lugar cayeran al suelo y prendieran todo el lugar. No tenía muchas cosas, era un lugar modesto y cómodo, no tenía muchas cosas, solo las necesarias para tener un lindo hogar, incluso tenía un patio con su propia huerta. Aiden no le gustaba mucho el lugar y menos le gustaba la chica que estaba a su lado, era extraña, la forma que lo miraba, obviamente lo estaba juzgando pero él sentía que había algo más detrás de lo más obvio pero no sabía con seguridad. Aiden se sentó en una de las sillas y puso un brazo en la única mesa del lugar, era un lugar vacío y muy pequeño pero a ella no parecía molestarle, tampoco parecía molestarle estar alejado de todo el mundo.
―¿Quién eres? – dijo por fin la guardiana mientras caminaba por el lugar.
―Soy Aiden – río nervioso.
―Eso lo sé, me refiero a lo que haces ¿por qué estás aquí? ¿qué tan importante eres para llamar mi atención? ¿quién eres? ¿por qué estás aquí tan desesperado? – la guardiana se detuvo para mirarlo fijamente – no creo que seas alguien normal, alguien simple, debes ser alguien importante o un mentiroso.
―Tuve una anterior vida a está, una vida diferente, era una vida criminal y corrosiva, era mala y muy peligrosa, era dueño de mi propio barco, de mi propia tripulación y de mi propio destino.
―Eras un pirata – Aiden se sintió aún más nervioso al escuchar esas palabras
―Sí, era un pirata, sé lo que piensan lo demás de eso y todo es cierto y más, todos son unas ratas traicioneras, yo forje mi camino traicionando a las personas, siendo más inteligentes que mis enemigos, mate tantas personas que cuando mueran ellas me arrastraran al infierno y no me dejarán salir de ahí.
―No te haces una buena imagen de ti mismo – Aiden bajo la mirada.
―No, no lo hago pero necesito contarte la verdad, toda la verdad. Hubo una época donde tuve una misión importante, muy importante, atacar un barco de rey y tuve éxito, sobre todo porque utilicé a los otros cómo escudo, hice que otros dieran los otros golpes para robarme la victoria – la chica hizo un gesto extraño y decidió sentarse, ahora sí lo estaba escuchando enserio, analizando cada palabra que salía – le di algo a una extraña persona, alguien que no es humano, capaz de desaparecer enfrente tuyo, un demonio. El caso es que después de esa gran misión, una gran misión que nos convocaron a todos yo tuve mucho éxito, fui una leyenda por unos días pero luego caí al fundo del mar, me hundí completamente. Cuando te vuelves famoso te haces enemigos de muchas personas, personas poderosas, yo me hice enemigo de un pirata algo envidioso llamado Oxy, incluso se robó mi nombre, el caso es que íbamos a enfrentarnos para ver quién era más grande, más poderoso… - Aiden se quedó callado mientras miraba hacia el suelo.
―Y tú perdiste contra él – Aiden sonrió un poco.
―No, fue algo mucho peor, antes de si quiera poder desenvainar mi espada, una persona de mi tripulación me apuñalo por la espalda y me tiro al mar, seguramente creyó que estaba muerto, un error de novato. La marea me trajo a la playa, con vida.
―Bonita historia pero eso no me dice nada, más allá de que no eres alguien que sigue las reglas.
―Necesitaba contártela para que entiendas mejor. Pasaron los años y tuve una vida tranquila, una buena vida pero siempre estuvo esa idea de venganza, de volver a donde pertenecía pero jamás pude lograrlo, cada vez que intentaba la oportunidad se iba, no importa que tan fuerte la agarraba, siempre se escapaba de mis manos. Hasta hace unas semanas que me encontré con un viejo conocido, su nombre es Onnie y es una gran persona a pesar de ser un pirata, la inicio me asusté, pues también reconocí a la persona que me había traicionado, estaba aquí pero no iba a desaprovechar esta oportunidad, no era tan idiota. Conseguí acercarme a Onnie sin que nadie más lo sepa y tuvimos una pequeña charla, una charla interesante, al parecer ese hombre misterioso había vuelto, ese demonio e igual que antes los había llamado a todos para reunirse y hacer una gran misión, dice que saben los planes del rey y se aprovecharan pero él no sabe cómo, no es de tan alto rango. Pero lo que te puedo asegurar es que están preparando un ataque contra el rey y antes de que pienses que nunca le harían tanto daño recuerda que ellos están en una guerra, los piratas solo serán una molestia pero una molestia que los hará perder, van a apuñalar al rey por la espalda cuando menos se lo espere.
―Es interesante lo que me dices, suponiendo que es cierto – la postura de la chica era mucho más relajada y ya no lo miraba fijamente, algo que Aiden agradeció.
―Ya que te conté mi historia tú deberías hacer lo mismo ¿quién eres tú? ¿realmente eres la persona que tanto me hablaron? – la guardiana sonrió un poco.
―No sé qué te dijeron, normalmente inventan cosas de mí pero no me importa. Yo fui un caballero del reino, para ser más exactos era la guardiana del príncipe, era la mejor en mi trabajo y por pura suerte conocí a tu amiga, Abby. En realidad nunca la vi dentro del castillo pero conocí a una amiga suya, una amiga con el pelo azul que se llamaba Lily, también era mi amiga hasta que no pudo más y decidió quitarse la vida por sus propias manos. Nunca había visto a Abby, solo la había escuchado de vez en cuando, Lily no hablaba mucho de ella o yo no la escuchaba, no sé cuál será la verdad, pero al parecer Lily si hablaba mucho de mí, menciono varias cosas a Abby, según la misma Abby Lily me apreciaba demasiado, quería ser cómo yo o algo por el estilo, no dejaba de hablar de mí y de mis hazañas. Hace pocos días Abby me encontró, no sé cómo supo que vivía aquí pero lo hizo, al inicio no me dijo a que venía, solo pregunto si yo era Ann, yo algo dudosa le respondí que sí y luego ella empezó a presentarse y a decir que era amiga de Lily, que había escuchado un poco de mí y muchas cosas, a veces no paraba de hablar. Lo más importante que me dijo fue que tú vendrías y me dirías algo importante.
―Y así fue – Ann mira un momento al cielo pensativa.
―Sé que sonará algo fastidioso pero ¿podrías repetirme la historia? – Aiden le pareció extraño eso, la forma en que lo dijo, su mirada, era extraña y generaba desconfianza, aunque él no estaba en control de la conversación. Aiden la repitió mientras Ann escuchaba atentamente y no lo interrumpió en ningún momento – entonces todo esto lo sacas de un antiguo compañero, un antiguo tripulante tuyo ¿verdad? – Aiden afirmo con la cabeza - ¿por qué confías en él? ¿hace tiempo no te ve y lo último que sabes de ellos es que te traicionaron? Ya no trabajan para ti, no es de confianza.
―No es capaz de mentir, es un buen chico y si por alguna extraña razón en realidad me estuviera mintiendo, hay algo en verdad con lo que dijo, fui un pirata y sé cómo actúan ellos, muchas personas sospechosas han llegado, se ven sus barcos a lo lejos, los piratas tienen un interés aquí, un interés que apareció de repente.
―Y ¿por qué quieres hacer todo eso? ¿cuál es la intención de que me digas todo esto? ¿qué el rey se defienda contra tus antiguos compañeros? – esto ya rozaba lo ridículo para Aiden.
―¿Eso acaso importa? Voy a salvar a muchas vidas, las tuya incluso ¿por qué importa mi motivación – ella no contesto, solo lo miraba fijamente y Aiden suspiro – es obvio porque lo hago ¿no? Quiero venganza, quiero quitarles a ellos lo que me quitaron, quiero vengarme.
―Una razón egoísta pero muy humana, supongo que es la verdad – ella sonrió un poco – eres interesante Aiden, te has ganado mi atención y un poco de confianza – ella se levanta de la silla.
―¿Significa que vas a hablar con el rey? – Aiden estaba emocionado, no creía que esto realmente estuviera pasando.
―Haré lo que pueda, la decisión al final no me pertenece pero te pondré enfrente del príncipe por lo menos, te prometo que tendrás tu venganza, lo único que debes hacer es esperar, déjame las cosas a mi – la chica camino hacia la puerta y la abrió – lastimosamente debes quedarte aquí conmigo, por seguridad.
―Todo lo que dije no saldrá de nosotros ¿Verdad? Me refiero a mi historia, no le dirás que soy un pirata.
―No se darán cuenta por mí, solo diré lo importante pero quizás tu debas decirles la verdad, tienen un don para saber cuándo mientes pero no te debes preocupar por mí, tu secreto siempre estará a salvo conmigo – fue lo último que dijo ella antes de salir.
Chapter 117: Esfuerzos de un ahogado
Chapter Text
Las cosas iban relativamente bien para los Golden, iban ganando terreno poco a poco, su ejército era el más poderoso, los Cruz fueron vital para eso y por primera vez está generación de la familia Golden tenía oportunidad de tomar el trono. Aunque no todo era positivo, miles de personas morían cada día, miles estaban heridos, al borde de la muerte, la gran mayoría no iba a sobrevivir, muchos cuerpos no fueron enterrados, fueron comida para la naturaleza o si tenía suerte serían quemados, miles de cuerpos que nunca volverán, miles de familias que no tendrán un cuerpo en el cual llorar. Aunque eso es algo normal en las guerras, algo que todos sabemos y los reyes no se preocupan por eso, no están ansiosos por los miles de guerreros que van a morir, solo son un número más, son remplazable, aunque muchos intenten negar la realidad. Muchos cuando cuentan esta parte hacen creer al espectador que Golden estaba preocupado por todo lo que pasaba, su conciencia lo estaba matando y eso es una mentira, no el hecho de que sintiera temor por algo, algo que no lo dejaba dormir, pero ese temor, no era una pena por los muertos, antes se alegraba que tantas personas hayan muerto en su nombre. Lo que Golden en realidad le temía era algo más grande, algo mucho más grande que él. Al inicio intento negarlo pero eso no funciono más de dos días, luego busco una solución, caminaba de un lado a otro pensando, había descubierto que lo que más temía se haría realidad, su temor se volvió algo palpable, sabe y siente el peligro que le espera y no sabe qué hacer, está congelado, sabe que todo este espectáculo acabara pronto. Dicen que la historia se repite varias veces y que en el futuro vamos a repetir la misma historia ¿no les suena acaso esto conocido? ¿el rey Golden teniendo un problema? Se podría decir que ambos casos estaban al borde del colapso ¿acaso saben cuál fue la solución? La misma de siempre, él no hizo nada, su mago entro a la habitación con una respuesta.
―Es nuestro fin, es nuestro fin.
―Seguramente estás exagerando – dijo el mago con una pequeña sonrisa.
―No lo entiendes, no lo entiendes – el rey lo agarró de los hombros y lo miró fijamente – el rey Alfonso ha contactado con los reinos exteriores, vienen a su rescate, lo que solo significa una cosa, es nuestro fin, es nuestro fin.
―¿Eso es todo? No parece tan grave, son esfuerzos de un ahogado, alguien desesperado. De hecho hay una solución simple para tus penas, ponemos nuestros barcos en la bahía, donde supongo que ellos llegaran y los detenemos – el rey abrió los ojos con sorpresa, no entendía cómo alguien podía ser tan estúpido.
―¿Es que eres idiota? ¿acaso no verás lo que pasará? ¿no ves lo estúpida que es tu solución? ¡no servirá de nada! Es obvio que nos ganaran, son más fuerte, incluso su fuerza marítima es mejor que la nuestra, no ganaríamos nada confrontándolos ¿qué crees que pasaría cuando nos encontremos en el puerto? Va a ser un completo desastre.
―¿Acaso ellos saben que tenemos está información? – el mago seguía componiendo la compostura, aunque tenía muchas ganas de golpearle la cara al rey.
―No, no creo que sepan que sabemos sus planes.
―Entonces eso nos puede ayudar y demasiado, aunque no lo creas toda esta situación nos beneficiara – el rey lo miro confundido y el mago sonreía – los humanos son fáciles de leer, siguen todos las mismas reglas, el mismo manual. Es obvio que no van a enviar muchos hombres para recibir a sus aliados, no se van a arriesgar a ser detectados, entre más sean es más posible que nosotros nos demos cuenta de sus intenciones, por eso van a ser poco y solo gente de confianza. Aprovecharemos ese momento, no se lo esperarán y mataremos a todos sus hombres, no cometeremos el estúpido error de dejar a uno vivo, después usaremos sus barcos y sus ropas, nos robaremos su vida y nos haremos pasar por ellos, así ellos nos abrirán los brazos y nosotros los apuñalaremos por la espalda.
―¿En serio piensas que Alfonso va a dejarnos una oportunidad así? No es tan idiota – el mago se río.
―Señor Golden, estamos en una guerra, aunque parezcan los hombres no son ilimitados, todos nosotros hemos perdido buenos hombres ¿crees que se dará el lujo de mandar todos sus hombres a un mismo lugar? No. Además cómo se lo había dicho antes, el rey Alfonso quiere pasar desapercibido, agarrarnos por sorpresa y dejarnos sin tiempo para reaccionar, entre menos sean es menos probable que esa pequeña pero valiosa información llegue hacia nosotros y ahí estará su error, aprovecharemos ese pequeño error para acabar por fin a la guerra. Los refuerzos serán un problema, obviamente y si no tenemos cuidado podemos perder todo lo que hemos construido, es claro que no podremos hacer nada contra ellos más allá de ganar tiempo pero no debemos preocuparnos por eso, tengo una solución, algo que se deshará de esa molestia por un rato y nos deje el camino libre hacia el reino. Lastimosamente no puedo mencionarlo ya que si lo hago quizás no funciones, los oídos tienen paredes, lo mejor es que no lo mencione.
―Debo saber, soy el rey – Golden no parecía seguro de eso, lo veía desconfiado.
―No es necesario, no se debe molestar con eso su majestad, si no se lo digo es porque no puedo y porque es lo mejor si no lo menciono, solo debes confiar en mí, yo me encargaré de todo – el mago tenía una sonrisa encantadora, una que no le sirvió demasiado, el rey apretó con fuerza su puño, reconocía que tenía razón y eso es lo que más odiaba.
―Está bien, no me lo digas pero si tu maravilloso plan fracasa voy a cortarte la cabeza antes que Alfonso me quite la mía.
A veces nos sentimos en control de nuestra vida, de nuestras decisiones, incluso algunos piensan que son capases de controlar nuestro sentimientos pero lo que muchos ignoran es que hay varias personas que nos pueden tener comiendo de su mano sin darnos cuenta, y el rey no era la excepción. El brujo sabía todo lo que estaba pasado, planeo todo para que este escenario por fin llegara, fue un camino molesto y lleno de errores, sabía lo que debía que hacer, aunque lo odiara era su única oportunidad, ya tenía un plan para evitar alguna molestia antes y durante su encuentro con Freddy, no iba a dejar que nada ni nadie lo distrajera de su objetivo. No creía que esta guerra funcionará en algo, no creía que Golden saliera ganador pero todo esto solo le daría tiempo y eso era lo único que importa, el tiempo.
―Ya pronto todo acabará – el brujo se encerró en su habitación y se sentó – pronto tú y yo nos encontraremos, ya no importa que pase, nuestro encuentro ya está pactado – el brujo se acostó en el suelo – supongo que tú estás así o peor ¿sientes la emoción pequeño Freddy? Moveremos incluso montañas, todo el mundo sentirá nuestro encuentro – el brujo cerró los ojos y sonrió – queda poco, queda poco. Quizás debería dejar de jugar con el rey, creo que me pase un poco con sus sentimientos, creo que lo rompí pero ¿eso que más importa? Si no fuera un incompetente ya lo hubiera dejado solo, todos los humanos son tan incompetentes – el brujo estuvo en el suelo en silencio por unos segundos, hasta que de repente se levantó – aún queda cosas por hacer, quiero que nuestra primera vez sea especial.
El brujo se preparó, se puso su capa favorita y salió rápidamente del castillo, incluso salió del reino, caminaba por el bosque con tranquilidad, aún tendría unos minutos para que ellos llegaran, decidió simplemente mirar la naturaleza, siempre le pareció tan asquerosa pero era lo mejor que tenía este mundo, solo silencio donde él reinaba, incluso los animales le temían, no había nadie que lo molestara. Aunque esto no duro mucho y desapareció del lugar, en un segundo ya estaba en el puerto, en una pequeña casita, una casa que pidió prestada hace mucho tiempo y que lo usaba bastante poco, solo para operaciones especiales. Sintió el primer barco llegar, rápidamente cambio su aspecto a uno completamente diferente, pelo rubio, ojos verdes y alguien bastante flaco.
―Bienvenidos, lo estaba esperando.
El brujo pensaba que este plan quizás iba a funcionar, antes lo hicieron muy bien ¿por qué no repetirlo? Volvió a contactar a todos los piratas que podía para un último trabajo, uno muy peligroso, por eso también le subió el precio del premio, era tanta la ganancia que nadie se iba a negar. Aunque los piratas eran desconfiados por naturaleza, iba a ser complicado pero algo que un poco de magia no solucione las cosas, y así poco a poco el brujo fue consiguiendo un ejército de piratas, al inicio todos dudaban de él, incluso sacaron su espada pero nada que un par de monedas y la sangre no arreglen, al final la gran mayoría se quedó el tiempo suficiente por lo menos para escucharlo. La misión era fácil, otro ataque suicida, sabía que eso no iba a funcionar, no iba a lograr mucho pero cada segundo importaba, debía detenerlos, aunque sea momentáneo ya era una victoria para él. Muchos al inicio le parecieron exagerado, juraban una y otra vez que nunca haría algo así pero son piratas, gente sin alma, le pagas lo suficiente para que hagan lo necesario, todos ellos tienen un precio, al final pudo contar con ellos aunque el costo fuera alto. Además había uno que otro loco emocionado por enfrentarse a los reyes, los llenaba de emoción pensar en poder derrotar a los reyes, hacerles frente a esas personas que tanto los molestaba, se harían canciones de ese gran momento donde ellos será el foco de atención, pasaran a la historia como el más grande pirata de su época ¿quién iba a decirle no a eso? Al final todos aceptaron.
―Solo tienen que esperar a que yo te de la información y estarás ahí – rápidamente el brujo le pasa tres bolsas llenas de monedas – recuerda decirle eso a todo el mundo lo que está pasando, entre más sean más posibilidades de ganar.
―¿Cómo sabrás quien realmente lucho por ti? – el brujo soltó una pequeña risa, la habitación se fue oscureciendo poco a poco y el aíre se volvía un poco más tenso.
―Por qué yo lo veo todo.
Chapter 118: El rey
Chapter Text
Y llegamos al gran día, toda la historia nos llevó a este momento, toda la sangre, todo el sudor, todo terminó en esto, las grandes decisiones nos llevaron aquí y hoy se termina, aunque hubo tres grandes piezas para la resolución de todo esto, empecemos por el más obvio, el rey Alfonso. Es obvio lo que estaba pasando, ustedes ya se imaginan, Alfonso poco a poco estaba perdiendo, cada vez era más débil y perdía más terreno, eran dos contra uno y lo peor de todo es que tenía también que defender las minas, tanto espacio, tantos flancos por lo que te pueden atacar, solo puedes perder. Aunque él no perdía la esperanza, creía que sería el último en reír, que triunfaría, sabía que lo único que debía hacer era resistir a que la ayuda llegara, aguantar, nada más y después podía acabar con Golden, destruir todo lo que él había construido, tanto que le ayudo, hizo de todo para estar a su lado, eran cómo hermanos pero Golden acabo todo esto por idiota. Es complicado saber lo que va a pasar cuando lo vives, uno cuando ya lo ve en un futuro lo ve tan claro, sabe lo que va a pasar pero en ese momento no, todos creían que Alfonso estaba acabado, lo más seguro es que iba a perder e iba a venir una nueva ley, alguien diferente, ni si quiera el mismo Alfonso sabía cómo iban a acabar las cosas, aunque estuviera pareciera seguro de aquello.
―Sabes lo que va a pasar cuando llegue el día, sabes lo que debemos hacer – le dijo Fred preocupado.
Aunque todos sabemos que esta historia nunca trato de los reyes, jamás, solo fueron piezas que fueron manipuladas, aquí el único que importaba en realidad era Freddy, la única persona que podía hacerle frente a Owynn, el gran brujo, era más poderoso que el brujo pero le faltaba determinación, le faltaba cerrar su corazón.
―Sé lo que debo hacer, aunque sabes lo que voy a pedir – Fred suspiró.
Ambos se habían preparado para este momento, sabía que él no iba a jugar limpio, iba a hacer lo necesario para ganar y aunque ellos no quieran admitir jamás han peleado en realidad, no tienen esa experiencia y eso es una desventaja, una desventaja que él iba a aprovechar y ambos lo sabían, saben que no pueden hacer nada mediante eso, solo mejoras teniendo más experiencias. Pero si puedes hacer una cosa, entrenar lo que tu cuerpo, entrenar tus músculos, entrenar tu fuerza y resistencia, el ingenio no les pertenecía a ellos pero ellos tenían más fuerza que él, solo les faltaba resistencia, el brujo iba a jugar a la larga y ellos debían seguir su ritmo. Entrenar la magia es como entrenar un musculo, solo repites lo mismo una y otra y otra vez, tienes que llevar tu cuerpo al límite y aguantar, Bonnie fue quien le enseño a utilizar la magia, aunque él era mil veces más débil que él sabía cómo entrenarlos. En una época de paz y normalidad quizás el entrenamiento se tomaría con calma, siempre llevando el cuerpo al límite pero sin verdadero peligro para la persona, pero no eran épocas tranquilas o normales, él en cualquier momento atacaría y debían estar preparados, sin importar el costo debían mejor lo más rápido posible. Resistencia, fuerza y velocidad, era todo lo que entrenaba Freddy y había varias formas de hacerlo, él prefería cargar cosas pesadas encima suyo por un largo rato, le gustaba hacerse daño mortal y curarse lo más rápido posible, le pedía a Bonnie quemarlo y él debía curarse rápidamente, era doloroso pero debía soportarlo, pasaba noches sin dormir mientras flotaba en el aíre, también mantenía su cuerpo en forma con ejercicios un poco simples. Aunque lo más importante eran sus días de descanso, entrenaba cinco días y descansaba dos, dejaba que sus músculos reposen completamente y se pasaba todo el día en cama, aunque no descansaba del todo, siempre tenía un libro en la mano para intentar entender la magia, Fred lo obligaba llegar a su límite, si no podías levantarte de la cama, entrena tu cerebro.
―No lo haré, no salvaré a nadie, sabes que eso hará él, se aprovechará de esa debilidad.
―Pero podemos hacer algo, podemos hacer algo – Fred volvió a suspirar irritado.
―Solo te prometo una cosa, solo una cosa – Freddy lo miro atentamente – voy a hacerme lo más alejado de cualquier civilización, no vamos a lastimas a nadie y en la pelea evitaré llevarlo hacia nuestro reino, pero nada más, el resto lo decidirá a la suerte – Freddy no respondió – sabes que debemos hacerlo.
―Lo sé, lo sé pero…
―¡¿Pero?! ¿Sabes lo que ellos decían de mí? ¿El peligro que era? Él es igual, es peligrosos para todos, quiere destruirlo todo, sabemos que no está muerto, no me puedo contener porque dejarlo libre es un error. No podemos dejarlo con vida – Freddy miro hacia abajo y apretó un puño.
―Y no lo haremos, eres libre de hacer lo que quieras, tendrás completo control de mi cuerpo, solo no lo dejes vivir – Fred se sorprendió un poco – no quiero hacerlo pero ¿qué podemos hacer? Casi mata a mi amiga, hemos escuchado cosas horrorosas de él, no es humano, no debe tener perdón, no puede… - Freddy se detiene un momento y respira hondo – debemos proteger a nuestro reino.
Quizás para los príncipes no había algo más importante que esa piedra en el zapato, ese monstruo que los aterrorizaba debajo de su cama, ellos eran dioses, obvio que las cosas humanas no les iba a importar, ganar, perder, ellos podían cambiar todo eso con un chasquido. Miles de vidas se perdían, los ríos se llenaban de sangre, los cadáveres servían de comida para los animales, el que más había perdido era Alfonso pero los otros reinos no se quedaban atrás, el número es insignificante comparados contra otras grandes guerras pero para nosotros era demasiado. Todos sabían lo mismo, sabían que el final estaba cerca pero ¿quién iba a caer primero? Era obvio que Alfonso solo podía estar en defensa, resistir y Golden aprovechaba para atacar, aunque muchos crean que el que defiende tiene todas las de perder, la verdad no es esa, el primero que cometa un error, que retire sus tropas, pierde. Todos sabía que el final venía, ambas fuerzas estaban agotadas, apenas se podían mantener en pie, Alfonso estaba desesperado, todas estas muertes le pesaban pero no podía hacer nada más, absolutamente nada, excepto una idea tan estúpida que podía funcionar, conocía a Golden y sabía que iba a aceptar.
―Necesito una pluma y un papel ¡Ya! – dijo el rey mientras miraba por la ventana hacia las montañas.
Alfonso ya había intentado dialogar con Golden varias veces pero ese puente ya se había quemado hace tiempo, Golden no le respondía las cartas, incluso dudo que había llegado a los aposentos de él pero esta ocasión era diferente, no era una carta para hacer la paz y mucho menos una de rendición, era una carta de provocación. No se ha sabido, y creo que nunca se sabrá, que decía la carta pero el rey Golden al leerla se puso furioso, empezó a romper la carta y a gritar cómo loco, maldecía al rey, decía lo insolente que era, fue tan ruidoso que su propio hijo lo escuchó.
―¿Estás bien padre? – el rey lo miró enojado.
―No, Alfonso es un insolente ¿cómo se ocurre retarme? Es un idiota a pesar de estar perdiendo, sabe que está perdiendo.
―¿Qué paso? ¿qué te provoco así? – el rey le dio la espalda.
―Es un insolente, eso fue lo que pasó, Alfonso me ha retado a mí en un enfrentamiento ¡A mí! Me ha retado a una batalla solo él y yo. No iba a aceptar, era obvio que es un intento desesperado por ganar, está desperado e intentará lo que sea para ganar.
―Pero dijiste que no ibas a aceptar ¿por qué te enojas tanto? De hecho es algo que debemos de celebrar, hemos ganado.
―No es así de simple, está desesperado pero soy un caballero, tengo que aceptar, no soy un cobarde ¡no soy un cobarde! Me ha llamado de todo, lo conozco y si no acepto pondrá el grito en el cielo, dirá cosas horrorosas. Tengo que aceptar.
―Pero ¿por qué? Eso sería idiota.
―Porque tendría razón, lo que no me molesta es lo que diga, lo que me molesta es que tenga razón, no soy un traidor cobarde, no soy un tirano, a mí me duelen las muertes, no soy un tirano cobarde que se esconde en su castillo, debo aceptar, mi nombre está en juego.
―¿Y eso que importa? Las historias se olvidan, las palabras mueren, la historia cambia ¿acaso los ganadores no hacen la historia? No importa lo que diga.
―¿Crees que soy un cobarde? ¿crees que perdería? – el rey se giró enojado – le puedo ganar, incluso con una mano amarrada en mi espalda.
―Eso es lo que él quiere – el rey lo agarró de la muñeca con fuerza.
―Quizás pero ambos somos reyes, quizás no lo entiendes porque no eres importante, no eres nadie, tu madre es mucho más importante que tú y eso que está enterrada bajo tierra hace mucho tiempo – el rey lo golpeó en la mejilla con fuerza – eres un inútil, no eres nadie sin mí ¡Ahora vete! No te quiero ver, te demostraré de lo que soy capaz, se lo demostrare a todos – el príncipe salió de la habitación sin decir absolutamente nada – acepto tu propuesta Alfonso, ambos nos vamos a encontrar y vamos a solucionarlo directamente, como dos buenos caballeros.
Golden no tardo en escribir su carta, una carta simple, una carta formal que no demostraba su odio, la carta viajo con rapidez hacia el castillo de Alfonso donde el rey lo leyó, su plan había funcionado, sabía que iba a caer con esa pequeña provocación, aunque lo que Alfonso pensaba que iba a hacer una solución rápida y fácil en realidad fue algo demasiado largo, el encuentro ya estaba pactado pero Golden siguió escondiéndose en su castillo. Alfonso le escribió varias cartas, cartas para decirle donde iba a ser su encuentro con el rey pero Golden nunca contestaba, siguió avanzando poco a poco, esto molesto bastante Alfonso, su enfrentamiento era para evitar seguir alargando esta guerra sin sentido pero nada había funcionado, los soldados morían, la sangre se derramaba, nada había cambiado. Hasta que un día alguien entro con una carta del rey Golden, se iban a encontrar a las puertas de su reino, así todos iban a presenciar lo superior que era. Alfonso no tenía otra alternativa, las tropas de Golden ya estaban lo suficientemente cerca, era cierto lo que su hijo decía, la historia se escribe por los ganadores, él iba a ser el héroe de esta historia, había derrotado a su enemigo y le había dado la posibilidad de acabar con él justamente, cómo un caballero. Alfonso sintió un poco de alivio, por fin todo esto iba a acabar, su pueblo iba a dejar de sufrir y sería recordado cómo un rey que lo dio todo por su pueblo, había peores formas de morir. No estaba en sus mejores años pero Golden tampoco, es verdad que la experiencia es importante en una lucha pero la fuerza lo es más. Ambos reyes se pusieron sus mejores armaduras, sus mejores espadas y su mejor caballo, ambos sabían que quizás morirían el día de hoy pero no le temían a la muerte. Golden fue el que hizo el recorrido largo, uno de varias horas que fácilmente podía cansar a cualquier, eso lo sabía él y por eso viajo dos días antes, lo hizo para reconocer el terreno y para descansar con tranquilidad, no quería dejar a su enemigo con ventaja. Llego ese día, el siete de septiembre, Alfonso sale del castillo con un pequeño grupo de soldados y llego al lugar establecido, Golden lo estaba esperando y rápidamente lo reconoció por su brillante armadura, los reyes siempre debían destacar. Rápidamente montó en su caballo y cabalgo hacia su enemigo, ambos se encontraron frente a frente, ninguno de los dos dijo nada, solo se miraron fijamente, ambos tenían el mismo pensamiento, ambos sentían lo mismo.
―No creí que fueras a venir – el primero en hablar fue Alfonso – pensé que te acobardarías, que todo esto solo era una trampa para matarme con facilidad.
―Lo pensé, varias veces pero eso no sería digno de nosotros, somos reyes, debemos confiar en nuestro poder y darle la oportunidad a nuestro enemigo en defenderse. No hay nada más glorioso que una pelea entre dos caballeros.
―Creo que ya no hay nada más que decir, dejemos que nuestras espadas hablen por nosotros, espero que gane el mejor.
Chapter 119: El pirata
Chapter Text
Y llegamos al gran día, toda la historia nos llevó a este momento, toda la sangre, todo el sudor, todo terminó en eso, las grandes decisiones nos llevaron aquí y hoy se termina, aunque hubo tres grandes piezas para la resolución de todo esto, muchos olvidan mencionarlo, no es tan importante cómo los otros pero sin él quizás todo hubiera acabado diferente. Aquí les hablo de una historia que no ha sido ignorada injustamente, no es la mejor historia pero yo no soy quien la escribo, yo solo la canto, la suelto al aíre esperando a que alguien lo escuche, es una pena que no estoy dispuesto a soportar si no lo menciono, si lo ignoro cómo muchos lo han hecho antes. Hay muchas razones para no contar esta historia pero yo creo que no es justo, no importa que él me caiga mal, que sea alguien egoísta, que obtuvo lo que quiso solo por suerte, que es un traidor o cosas por el estilo, ya le conté su inicio, estoy comprometido a contar su final. Aiden había conseguido todo lo que había querido pero todavía no lo sabía, cada día que pasaba, cada hora, cada minuto lo mataba, sentía que el peso en su espalda aumentaba, sentía que todo era un fracaso, una farsa, su pequeña maña de jugar con su anillo aumento estos días. Él jugaba con su anillo, que en esta ocasión estaba puesto en la mano izquierda, lo hacía girar y girar hasta que le doliera, a veces se lo quitaba y se lo ponía en la otra mano, pero está vez no hubo necesidad, solo lo giraba y lo miraba fijamente, como si estuviera hipnotizado. Hasta que de repente algo cambio, toda su suerte cambio cuando él llego, su destino ya estaba sellado. Aiden había pasado varios días, incluso semanas, conviviendo con esa mujer, era alguien extraña pero a él le caía bien, aunque mantenía su distancia, aún era una desconocida y la forma en que le miraba y le hablaba, no le causaba confianza, ni si quiera un poco; aun así tuvo que convivir con ella, hablaba poco pero se llevaban bien. Ella le había prometido una y otra vez que su caso ya se estaba discutiendo, se estaba analizando, algo que él no creía, hasta que el mismísimo príncipe entro por la puerta de la casa, aunque él no sabía que era el príncipe.
―¿Este es la persona que tanto hablan? – el chico era pequeño pero se veía fuerte, tenía una mirada seria y una ropa demasiado elegante.
―Y adivino que tú eres alguien importante, ya sea un cura o alguien que trabaja por el rey.
―Soy el príncipe – Aiden soltó una pequeña risa – lo digo enserio, ella me ha hablado de ti, de la loca teoría que tienes – Aiden mira a su alrededor algo iluso.
―¿Enserio? – el príncipe asiente con la cabeza.
―Soy Freddy. Estoy aquí para discutir algo, para discutir tu historia y saber si lo que dices es verdad o es una mentira, tú solo cuenta lo que le contaste a mi amiga, por favor – Aiden nervioso pasa el anillo hacia su otra mano.
Apretó con fuerza su mano derecha y empezó a contar su historia, no sabía porque pero sentía que la presencia de ese chico lo intimidaba, se sentía indefenso, asustado y su expresión no ayudaba, una expresión fija y casi vacía, lo miraba directamente a los ojos y Aiden sentía que le estaban observando el alma. A pesar de todo él pudo contar toda la historia cómo lo había hecho siempre y casi no tartamudeo, pudo controlar sus sentimientos, aunque al parecer esto no fue suficiente para Freddy ya que le pidió que repitiera la historia una vez más. Aiden dudoso repitió la misma historia, cada segundo junto a él se sentía más incómodo, esa mirada, esa mirada, aunque no lo mirase a la cara Aiden podía sentir sus ojos encima de él; por suerte cuando contó por segunda vez su historia, Freddy sonrió.
―Eres una persona muy interesante ¿lo sabías? Puedes creer que fue un milagro el que te trajo aquí o quizás fue suerte, mi compañera tenía lo sospecha de que lo que decías era una mentira, pero yo te creo, yo sé que estás diciendo la verdad. O crees que todo lo que dices es la verdad, no una verdad subjetiva, es la gran verdad. Aun así tengo un pequeño problema contigo, aún no puedo confiar en ti, tú dices la verdad pero ¿él te dijo la verdad? ¿no te estará utilizando? – Aiden abrió la boca pero Freddy siguió hablando – sé qué crees que sí pero no puedo confiar solo en tu palabra. Lastimosamente no puedes hacer nada más, es obvio que no podrás traerme a ese amigo tuyo para que cuente su historia, aunque yo te lo ordene al final todo eso solo complicara las cosas para todos, es demasiado riesgoso. Además no sabemos si esta persona sigue aquí ¿verdad? Quizás ni quiera dar la cara – Freddy se queda callado pensando – gracias por tu tiempo Aiden, del resto me encargaré yo, voy a confirmar tu información y hablar con algunas personas para que todo termine como deseamos.
―Pero entonces ¿qué debo hacer? ¿eso es todo? – Freddy le sonrió.
―Sonará un poco mal pero debes seguir esperando, aunque no creo que debas esperar mucho, debemos movernos rápido y cuando eso suceda tienes que estar atento, levantarte y hacer todo lo que dices – Freddy le dio la espalda – muchas gracias por todo Aiden, sé que pronto nos volveremos a ver. Chica, ven conmigo, debo hablar algo contigo.
Aiden sintió un gran alivio cuando el príncipe se fue, rápidamente tuvo que sentarse y tranquilizarse, su mano temblaba y no sabía porque, se sentía igual que la otra vez, se sentía igual que hace unos años, cuando estaba delante de esa persona, de ese demonio. Aiden miró por la ventana pero no vio a nadie, ambos habían desaparecido y eso le pareció muy raro, algo extraño pasaba pero ¿a él que le importaba? Tendría su venganza y eso era lo único que le importaba, decidió salir un momento y practicar con la espada. Aiden le había pedido a esa chica que le diera una espada, solo para entrenar al llegar el momento, le decía que iba a estar ahí sin importar que, necesitaba matarlo con sus propias manos pero había dejado su vida de pirata hace tanto tiempo que hasta un ciego le podía matar, necesitaba tener una espada en su mano, tener la fuerza y la velocidad de antes. Chica no le dio importancia al principio pero era tan irritante que al final le dio un puñetazo en la cara y luego de unos días le trajo la maldita espada, le explicó que esa era la espada que usaba los marineros de la realeza, esa es la arma que tendrá cuando llegue el momento. Aiden notaba las grandes diferencias entre está espada y su antigua espada, está era mucho mejor, se veía de calidad, era más pesada y cortaba mejor que su espada, era demasiado hermosa aunque difícil de manejar, la empuñadura era diferente, la forma en que debía defender y atacar también, era extraño y tuvo que aprender a utilizarla.
―Vamos salchicha segundo, es momento de salir a pasear – todo gran pirata siempre le pone un nombre a su espada, no importa que tan ridículo sea, todas tienen un nombre, aunque ellos rara vez comparten el nombre con otras personas.
Pasaron varios días, hasta que la gran noticia llego, su compañera llego con una sonrisa y una carta, se la entregó a Aiden y este estuvo a punto de abrirla, por suerte ella le alcanzó a dar una palmada en la cabeza, evitando que dañara la carta y luego le explicó lo que tenía que hacer, esa carta era sus dos monedas hacia el infierno. Le dieron el visto bueno, el problema es que ellos no tenían personal para esto, estaban en una guerra y necesitaban todos los hombres que tuvieran, así que tendría que ir él a reclamar su venganza.
―Lo que harás es fácil, un barco te estará esperando en el puerto, es pequeño y va a estar en una de las esquinas, vas a creer que va a estar vacío pero no es así, simplemente le acercas y le entregas esta bolsa – su compañera le entrega una bolsa pesada – no lo pierdas, es la única manera de que entres en ese barco. Vas a ir con varias personas así que ten cuidado de que te roben, por el resto no te debes preocupar, no te va a pasar nada, será un recorrido tranquilo pero hasta donde sabemos, ningún barco los tocara, lo demás depende de la naturaleza. Esa carta que te entregue, debes dársela al rey, solo debes hacer eso y ya, eres un mensajero.
―¿Qué tiene la carta? – su compañera se encogió de hombros.
―No sé, no la he abierto y no la puedes ni dañar y mucho menos la puedes perder, ya cuando la entregues todo será sencillo, seguramente te darán un lugar entre sus filas y si tienes suerte te encontraras con esa persona que tanto odias. Ahora seguramente el rey te preguntará quién eres, tienes tiempo para inventarte una mentira bastante creíble, lo mejor será decir que eres un marinero o un caballero, así no abra problema que te acepten.
―Pero no parezco uno.
―Sí, sobre todo con eso brazos tan frágiles – ella se río – no me interesa pero debes irte ya, el barco te espera.
―¿Qué? – ella se dio la puerta y empezó a caminar hacia la puerta.
―Tú caballo te espera, ya sabes dónde encontrar el barco, no te debes tardar mucho, el barco zarpa con la llegada de la luna, no hay tiempo que perder.
Aiden tenía muchas preguntas pero sabía que no era momento de hacerlas, él era un hombre de acción y sabía que había cosas que era mejor no preguntar, todo tenía su momento y este no era el momento para hacer preguntas que no llevaban a ningún lado, era momento de seguir ordenes, se guardó la carta y subió al caballo. Aiden tenía mucho tiempo, el sol aún estaba en su cabeza pero él no se quería confiar, no quería dejar nada a la suerte y por eso cabalgó lo más rápido que pudo, su respiración era agitada y cada cierto tiempo ponía la mano en la carta, para asegurarse de que todavía estaba ahí. El sol apenas se empezaba a esconder cuando Aiden llegó al puerto, al inicio no sabía qué hacer con el caballo, obviamente no se lo podía llevar con él pero ¿Dónde lo dejaría? Al final decidió simplemente soltarlo y dejar que se vaya lejos, lástima por el dueño pero él no podía hacer otra cosa. Antes de si quiera poner sus pies en la arena, Aiden se detuvo completamente y observo donde trabajaba antes y le dio un poco de nostalgia, quizás verlo a sus antiguos compañeros no era tan malo, entrar y saludar, solo una última vez. Pero no tuvo la fuerza, en su cabeza se decía que eso no era producente, solo traería problemas y lo mejor era simplemente largarse, aunque en realidad no tenía la fuerza para decir la verdad y mucho menos para mentir, no podía hacerlo, sabía que si lo hacía, quizás se arrepentiría de volver a su antigua vida, de cumplir su venganza. Aiden camino sin mirar atrás, tenía la mirada agachada y caminaba lo más rápido que podía sin llamar la atención, llego al puerto y solo miro a los lados detenidamente, solo había uno que tenía un barco, un barco algo pequeño pero lo suficientemente grande como para llevar veinte o treinta personas, camino hacia el barco, vio que solo había una persona en el exterior del barco, este rápidamente se bajó y decidió saludarlo.
―Bienvenido ¿en qué le puedo ayudar? – ese sujeto estaba demasiado feliz, mostraba su sonrisa a pesar de tener pocos dientes.
―Vengo a querer un viaje, no sé si tú lo haces – el señor se río.
―Sí, sí, lo soy pero sabes que no es nada barato ¿verdad? – Aiden rápidamente le pasa la bolsa llena de monedas.
―No te molesta si las cuento ¿verdad? – Aiden se encogió de hombros – sabía que no te negarías – el sujeto agarró la bolsa y la abrió – parecen reales – agarró una y la levanto hacia arriba para verla a contraluz – parece de verdad, llena de vida, de detalles – la bajo y la mordió – parece real – él metió su mano en la bolsa y cerró los ojos, algo que dejo bastante confundido a Aiden – creo que serían todas, tienes todo lo que necesitas.
―Muchísimas gracias – Aiden iba a entrar al barco pero antes de hacerlo ese señor sonrió y le cerró el paso.
―Se me olvido decir una última cosa, los precios han subido lastimosamente, les cobraré más de eso.
―¡¿Pero por qué?! ¡Hace dos segundos me dijo que estaba bien! – él se río.
―Sí, cómo está la economía. Lastimosamente debo pedirle un poco más para dejarlo entrar.
―Pero yo no tengo nada más, le di todo lo que tengo – Aiden se tocó todo el cuerpo en busca de algo – no tengo nada, absolutamente nada.
―¿No? ¿y ese anillo en su dedo? Estoy seguro de que le bastará para su entrada – Aiden se miró el anillo detenidamente.
―No se lo puedo dar, lo siento pero no se lo puedo dar – el señor dejo de sonreír.
―Qué lástima, supongo que no necesitas viajar – el señor rápidamente le dio la espalda, Aiden sabía que no podía dejarlo irse, debía hacer lo necesario, sabía que debía hacerse sacrificios difíciles, cueste lo que cueste debía estar ahí.
―Espera – el señor se giró con una sonrisa – son una maldita escoria – fue lo que se dijo mientras se quitá el anillo – aquí tienes, espero que sepas manejar este barco – el señor rápidamente agarró el anillo y se lo puso en su mano derecha.
―No te preocupes, soy el mejor – el señor se miró el anillo y sonrió – es un honor tenerlo en el barco señor… - él hizo una reverencia mientras esperaba que Aiden le dijera su nombre.
―Fox, mi nombre es Fox – dijo algo enojado mientras entraba al barco – y si te atreves a estafarme otra vez, te mato – el señor soltó una pequeña risita.
Fox entro al barco, sus pulmones se llenaban de oxígeno, el señor lo guio para esconderse dentro del barco, no era el primero y lo peor es que tampoco era el último, había varias personas en el lugar, Fox entró con dificultad y empezó a empujar a los otros, quería hacerse lo más alejado de la puerta, tenía la mano siempre en la carta, la agarraba con fuerza. El tiempo paso y cada vez más personas entraban al barco, cada vez había menos espacio, cada vez eran más apretado y era incómodo para Fox pero no se quejó, al final el barco cerró sus puertas y zarpo al mar cuando la luna había aparecido en el cielo. El viaje fue terrible, todos estaban bastante apretados, muchos no habían comido y viajar con el estómago vacío siempre es un desastre, no había lugar para hacer tus necesidades, era aguantar muchas horas sin tener lo básico, por suerte te podías sentar en el suelo para descansar y si estabas cerca de una pared te podías recostar. Quizás lo peor del viaje son las olas, ese constante movimiento mareaba a las personas que nunca había montado en un barco, más de uno vomitaba en ese lugar y lo peor era que te cayera encima, no te lo podrías limpiar, por lo menos no con facilidad y tendrías que soportar ese horrible olor. Pero Fox siempre había sido un marinero, todo esto le traía buenos recuerdos y soltaba algunas carcajadas, ese movimiento no era nada para él, sentía que el mar lo arrullaba, fue un viaje tranquilo para él, un poco incomodo pero a él no le importaba. Al final llegaron a su destino la mañana siguiente, no sabría decirles cómo es el lugar que Fox observo, jamás lo he visitado pero se las historias cuentan que el lugar tenía grandes castillos, una gran civilización, gente rica y educada, lo que nosotros aspiramos, un mundo lleno de grandezas y posibilidades, aunque todo esto no le impresiono a Fox, a él le daba igual, aunque no pudo evitar sonreír al ver el puerto.
―Ahora ¿Dónde debo de ir? – fue lo que dijo Fox al tocar tierra.
El barco llego al puerto y espero unos minutos, espero que el lugar estuviera un poco menos concurrido y luego los dejo salir, pero no los hizo salir a todos de una, los soltó poco a poco y cuando nadie los estuviera observando, Fox fue uno de los últimos, cuando fue su momento, puso su mano en la carta y la agarró con fuerza, sabía que en esta situación era lo único que lo mantenía a flote. Miro a su alrededor y sonrió, al inicio no sabía que hacer pero era fácil de adivinar, solo debía encontrarse con uno de los hombres del rey y mostrarle la carta, estaba seguro que eso iba a funcionar pero ¿Dónde estarían? Camino hacia la playa mientras miraba el suelo, el puerto era simplemente hermoso, algo que debía admirar, tan bien cuidado, tan bello y tan simple, pensamientos que desaparecieron cuando sus pies tocaron la arena. Miro a su alrededor y se llevó una gran sorpresa cuando vio un barco llegar al puerto, no era cualquier barco, era un barco real, lo conocía perfectamente pero eso no era lo que le sorprendía, dentro de todas las personas que se bajaron de ahí, Fox pudo por lo menos reconocer a dos de ellos.
―Esto no puede ser cierto – dijo con una pequeña sonrisa, sabía que lo que veía si era real solo que no lo podía creer, parecía que alguien lo estaba favoreciendo para cumplir con su venganza. Era Don Toño y Ben, esas dos personas que se había hecho amigos cuando trabajaba en la pescadería, traían unas armaduras ligeras pero bastante relucientes. Todos se quedaron un momento en el puerto, simplemente se bajaron y empezaron a hablar, Fox no sabía por cuanto tiempo se iban a quedar ahí, debía aprovechar – hola – Fox se acercó un poco apenado, no sabía cómo acercarse a ellos con naturalidad, no sabía que iba a ser una molestia y por suerte no lo fue, ambos se sorprendieron y lo recibieron con una sonrisa.
―Amigo ¿qué haces tan lejos de casa? – Ambos le dieron la mano con una dulce sonrisa.
―Pues tengo algo importante que hacer, quizás me podían ayudar – Ben y Toño se miraron.
―Depende, no tenemos plata así que… - Fox soltó una risita nerviosa.
―No, no es eso, sé que sonará loco pero necesito que me prometan algo, cuando yo les diga no se van a reír y no le dirán nada a nadie – esto era realmente extraños, ambos se sentían un poco desconfiados pero también estaban intrigados.
―Claro, dime lo que necesitas – Fox dudo por un minuto en mostrarle la carta pero podría confiar en ellos ¿verdad? Solo debía mostrar la carta.
―No creo que las palabras basten para lo que les voy a decir, así que… - Fox sacó la carta y se las paso – es una carta del rey, me dijeron que debía entregársela al rey, no sé qué dice, no la he visto, solo debo llevarla al reino – ambos la miraron, estaba sorprendido, tenía el emblema de la casa Alfonso, además de un papel muy fino, estaban seguros que eran reales pero ¿por qué su amigo al tenía? Era algo que los inquietaba.
―Nos encargaremos – Fox agarró la muñeca de Don Toño.
―Tengo que estar ahí, es lo único que pido, debo estar ahí y avisar todo lo que está pasando, me dieron esa misión.
―Está bien, de hecho es lo más responsable, tú deberías llevar la carta, es tuya – Don Toño le devolvió la carta – vamos a hablar con unas personas y te prometo que te llevaremos con el rey. No creo que deba decirte cómo comportarte con un rey, que mentir frente a él solo significa una cosa, la muerte – Fox sonrió.
―Eso lo tengo más que claro, muchas gracias señores, les debo una – Fox hizo una torpe reverencia y sus dos amigos se fueron.
Todo lo que paso después le parecía algo irreal a Fox, alguien como él siendo escoltado hacia el rey, no para ser juzgado y luego ejecutado, sino para ser una herramienta para él, jamás se imagino trabajar con la familia real pero a esta altura ya no le importaba, solo quería vengarse, devolver el golpe con mucha más fuerza. En el camino practico lo que iba a decir, no podía decir cualquier cosa, debía inventarse una historia que se sienta real, debía decir la verdad pero una verdad que a él le convenía, aunque todo el trabajo lo hacía la carta, él solo debía darle el toque final, el último empujón. Llegaron al reino y todo el mundo se hizo alrededor de él, Fox se sentía importante y eso le gustaba, estaban suficientemente cerca para vigilarlo y para protegerlo pero con suficiente espacio para estar cómodo. Al final llegó al cuarto del rey, para Fox todos esos lujos le daban igual, sabía que estaba fuera de su alcance y que no eran necesario para él, impresionante, sí, pero toda una pérdida de tiempo, hasta que llego a la habitación real, donde lo esperaba el rey, cuando él entró no puedo evitar que todo el aíre de sus pulmones salieran, se sentía tan pequeño en la habitación. Pero Fox no se distrajo mucho, sabía que nada de eso importaba realmente, lo único que tenía que hacer era convencer al rey, lo miró fijamente y admiro a esa persona, era alguien con demasiado poder y aunque era un poco viejo aún se mostraba imponente. Le entregaron la carta del rey, este solo necesito tres segundos para verificar que era real para luego abrirla, se llevó una gran sorpresa al leerla, tanta que necesito releerla dos veces más.
―Muchacho ¿sabes lo que dice está carta? – Fox se acerca con timidez y hace una reverencia casi perfecta.
―No señor, mi rey solo me dijo que se la debía entregar a usted y que hiciera lo que hiciera no leyera su contenido.
―Tú no eres el de siempre ¿verdad? Eres diferente ¿qué le paso al otro? – Fox sintió cómo se le empezaba a formar un nudo en la garganta.
―Es complicado de decir señor – el rey se enderezo y lo miró fijamente.
―Tomate tu tiempo, no tenemos ninguna prisa – eso no era cierto, a los reyes nunca le gustaba esperar, además la forma en que lo dijo, tan apagada, tan amenazante.
―Lo que pasa es que hemos tenido problemas con nuestros ejércitos, con nuestros aliados, hemos tenido problemas de confianza y me enviaron a mí. El rey cree y asegura que tenemos ratas entre nuestras paredes, entre nuestros hombres, desconfiaba de todo y de todos, por eso eligió alguien de confianza, alguien que no existe, alguien sin pasado y sin futuro, un fantasma que pueda hacer una simple misión.
―¿Qué has hecho por el rey? – Fox soltó una pequeña sonrisa algo confiado.
―Nada muy llamativo, soy los ojos del rey, quizás usted no lo sepa porque suena muy mal decirlo y los reyes son orgullosos pero Alfonso contratan a personas que parecen normales para hacer cosas no tan correctas, informar al rey de la posición del enemigo, hacerse amigos de ellos, sobre todo sirvo para llevar cosas de un lado a otro, nadie sabe quién soy, luego de que me ven desaparezco, dejo de existir.
―¿Sabes pelear? – Fox se quedó callado pensando un momento.
―Sé lo básico, no llego a estar al nivel de sus tropas pero se defenderme, le gano a cualquiera del estrato bajo y se cómo apuñalar por la espalda, pero lo que se refiere a arco y flecha o incluso el escudo, soy un completo inútil.
―Interesante – el rey sonrió un poco – yo tenía uno de ustedes hace tiempo, la verdad es que eran demasiado inútiles pero allí son todavía una jungla, son monos así que deben tener medidas tan anticuadas cómo estas – él rey soltó una pequeña risa – supongo que no sabes que dice la carta.
―No señor, aunque me puedo imaginar lo que dice realmente no sé con exactitud que escribió el rey.
―¡Escúchenme todos! Esto es importante, muy importante y solo lo repetiré una vez, nuestros enemigos saben que vamos para allá, vamos a esperar resistencia, por eso vamos a atacar con todos, se quieren hacer los listos pero lo que no saben es que yo soy superior a ellos ¡demostraremos que es ser un verdadero rey! ¡qué es el verdadero poder! Allá todo es un desastre, necesitamos enderezarlo. Necesitamos más barcos, más armas, vamos a aprovecharnos de su ignorancia cómo ellos iban a hacerlo con nosotros – el rey se levantó de su silla – ahora, invitado mío ¿tienes algo más que decir? ¿eso es lo que esperaba el rey? – Fox tartamudeó un momento antes que responder.
―Creo que no señor, creo que lo ha dicho todo con claridad, el rey está desconfiado y depende de ustedes aunque no lo quiera admitir, tiene miedo de que sus planes se descubran pero si ustedes llevan más hombres y más armas y están preparados para la guerra no hay nada de qué preocuparse. Hay que tener siempre la guardia arriba ya que ellos son unos cobardes, saben que no pueden ganar en un enfrentamiento directo, por eso siempre hay que estar atentos y desconfiar de todos. Nuestros enemigos han estado varios pasos por delante de nosotros pero ahora las cosas van a cambiar y estoy seguro que el rey estará en enorme gratitud con usted, va a darle lo que usted quiera, lo que sea. Está guerra no es normal y ese es mi trabajo, informarle a usted que se puede encontrar.
―Muchacho ¿qué guerra es normal? – primero se río el rey y luego todas las personas en la habitación lo siguieron – supongo que eso es todo, no vamos a partir antes, debemos partir el mismo día, dejemos que ellos piensen que tienen el control, esperemos que ellos nos den una buena pelea para después acabarlos, dejemos que preparen su show y luego lo disfrutamos. Listo ¡Ya se pueden largar! No hay nada más que discutir – Todos se preparaban para discutir pero Fox aún tenía algo que hacer, se arrodillo frente el rey y miro hacia abajo, esto le parecía ridículo pero sabía que era algo que a los reyes les encantaba.
―Espere señor, aún no he acabado – todo el mundo se quedó en completo silencioso, lo miraban fijamente – sé que no estoy en derecho de pedir nada pero les suplico, necesito estar cuando esto pase, necesito estar en uno de esos barcos cuando todo pase.
―Tranquilo, nosotros después de la guerra te devolveremos a tu patria, no se debe preocupar.
―No es por eso señor, le agradezco mucho su amabilidad pero yo debo estar ahí cuando todo eso pase, mi pueblo es azotado por esta guerra tan estúpida, no me quedaré viendo cómo otros se sacrifican para pelear por mí, yo no soy tan importante, yo no voy a dar la espalda cuando los otros me necesitan. Le voy a ser sincero mi señor, quiero venganza, me mataron a mi esposa, acabaron con mi vida y no quiero quedarme de brazos cruzados, no me lo perdonaría, el señor tampoco lo haría, debo hacer lo correcto, debo estar ahí. Por favor… - el reyo sonrió.
―Me llamaste mi atención. Un hombre está en todo su derecho en pelear por su patria, ni si quiera Dios puede detener eso, es lo más noble que he escuchado y claro que te llevaremos para allí ¿quién era la persona con que hablaste? Me refiero a esos amigos tuyo que te llevaron hacia mí – Fox miró a su alrededor y por primera vez se dio cuenta que no estaba con ellos.
―Sus nombres son Ben y Toño – el rey se quedó callado pensando.
―No, ni idea quienes son pero les ordeno que a partir de ahora este muchacho será parte de su equipo, denle algunas clases para que sea competente. Muchas gracias por el mensaje, no te preocupes por el resto, puedes quedarte aquí hasta que llegue ese gran día.
Chapter 120: Y el brujo
Chapter Text
Y llegamos al gran día, toda la historia nos llevó a este momento, toda la sangre, todo el sudor, todo terminó en eso, las grandes decisiones nos llevaron aquí y hoy se termina, aunque hubo tres grandes piezas para la resolución de todo esto, la pieza quizás más importante en toda está historia, la persona que ha girado todo esto, que manipulo para que todo esto se lograra, el Brujo. Qué no he dicho de él hasta ahora, un verdadero problema para Freddy, un verdadero demonio con una gran inteligencia, siempre ha estado detrás de todo, se había hecho pasar por un humano, por aliado, por un ángel e incluso por un demonio pero su papel más importante siempre ha sido y será el mago de la familia Golden. Al inicio él no iba a saber lo beneficioso que era, solo lo hizo por instinto, sabía que esos tres hombres tenían fuerza e influencia, iba a usar sus alas para protegerse, para ver a Freddy de cerca sin levantar sospecha, vaya decepción se llevó al descubrir que se debía quedar siempre en el castillo. Por un momento se iba a ir pero encontró algo que le gusto, algo hermoso, las reservas del rey, algo que podía sacar mucho beneficio y decidió seguir trabajando para el rey. Hasta que caminando por el castillo, algo que le encantaba hacer por las noches, escuchó algo interesante, pudo sentir el odio de Golden hacia sus vecinos y ahí supo que debía hacer, debía alimentar este odio poco a poco hasta soltarlo, formar la tormenta perfecta para que nadie lo moleste.
―Hoy es el gran día, hoy todo tendrá sentido, tantos días preparándome para esto, tanto sacrificio para llegar hasta aquí.
El brujo no era ningún tonto, era un buen estratega y sabía que es lo que tenía que hacer para ganarle, para equilibrar las cosas, no creía que Freddy cayera en el mismo error dos veces pero seguía siendo humano, quizás la idiotez se le había pegado. Lo intentaría pero no confiaría en eso, en cambio decidió llevar al límite su cuerpo, sabía que Freddy estaba haciendo lo mismo y uso todo su tiempo libre para entrenar, llego a nuevos límites que no podía ni imaginar, descubrió nueva magia que le sería muy útil.
―Tranquilos, por fin tendrán una muerte digna – dijo él en el sótano del castillo.
Tres vidas interpretadas por una misma persona, parece imposible que él estuviera en todos los lugares y al mismo tiempo pero es una mentira que él le dedico todo su ingenio para ser perfectas, más allá de lo que ya he mencionado, estas tres vidas tienen un propósito demasiado útil, las tres son máscaras, el brujo, el mago del rey y el humano, todo eran máscaras para esconderse. Sabía que tarde o temprano se darían cuenta de quién era él, lo estaría siguiendo y para no llamar la atención y hacer las cosas más simples, decidió dividir su vida en tres ¿quién sospecharía que estás tres personas que nunca han interactuado tienen algo en común? Quizás alguien haría la unión pero sería demasiado tarde. Mientras trabajaba en la mina, a veces se iba a un lugar oscuro y privado y abría un portal al castillo, solo para saber si lo necesitaban, mantenía un perfecto balance, hasta que no necesitó más esas vidas y solo las quemó, ya habían logrado su cometido.
―¡Debes hacer entrar a mi padre en razón! – el príncipe estaba enojado.
―Señor Golden, lamento decirle que eso es imposible.
―¿Por qué? – el mago soltó una pequeña carcajada.
―No lo sé, pienso lo mismo que tú, todo esto es estúpido, no nos va a llevar a ningún lado pero no importa, mis días están contados y ni tu ni yo podemos hacer nada.
―Debemos detener está locura – el mago puso su mano gentilmente en su hombro.
―Príncipe, no podemos hacer eso, ya no. Ambos somos inútiles, no somos nadie, no importamos pero no te preocupes ¿sabes lo que pasará después? Tendrás el trono y por fin podrás arreglar los errores que cometió tu padre.
―Yo no quiero eso, yo quiero evitar todo esto, mi padre no es así.
―Creo que tienes razón, tu padre no es así. Pero no te preocupes, pronto todo esto podrá ser tuyo y podrás reconstruir todo lo que quieras, por ahora no puedes hacer nada pero algún día llegará tu momento de brillar.
Alfonso estaba perdiendo, eso era algo obvio, sabía que Freddy tarde o temprano actuaría pero ¿cuándo? Él creía que lo iba a buscar como loco después de su primer enfrentamiento pero no fue así, se mantuvo oculto, hizo lo más inteligente y espero, lo provoco varias veces pero se quedó en el castillo, era un chico más inteligente de lo que creía. Sabía que la única manera de hacerlo salir era con algo espectacular, algo que le llamará la atención a lo grande, por eso preparo un gran sacrificio para él, así antes es como se llamaba a los dioses. Agarró a veinte personas, los elevó lejos y los empezó a encender, todos ellos se quemaron al mismo tiempo, todos gritaban de dolor, se movían erráticamente, todo un espectáculo y al final simplemente los hizo estallar, uno por uno. Eso fue más que suficiente, cuando el brujo se dio la vuelta encontró con Freddy, quien estaba lejos y estaba enojado, apretaba su mano derecha, preparado para pelear.
―Veo que ya estamos aquí, nuestro destino por fin se entrelaza, el gran día ha llegado.
―¿Esto lo ves solo cómo un juego? – Freddy aún no se movía, primero observó a su alrededor atento, buscando algo.
―No, es más que eso, no sé cómo describirlo pero es simplemente emoción, todo lo que construía era este momento.
―Pues te vas a decepcionar, destruiré todo lo que has hecho, no tendrás nada, absolutamente nada, me encargaré que nadie te recuerde – él se río.
―Eso no me importa, ya estás aquí, el futuro ya no importa, el pasado tampoco, ya no existe, solo existe este momento – el brujo observó que todavía no se acercaba, así que decidió dar el primer paso – quizás no lo entiendes pero eres una leyenda, eres el poder encarnado ¿seré capaz de igualarte? Solo quiero tocar mi límite, solo quiero demostrar que soy mejor que cualquiera. Además por fin puedo pelear, tú eres el único que me dará una verdadera batalla, por fin podré usar todo mi poder sin romperte, eres mi juguete perfecto – Freddy dio unos pasos hacia atrás.
―No te acerques, aún no sé lo que planeas, no vendrías aquí sin un plan – el brujo se río.
―Sí, sería lo más inteligente, pero antes quiero saber una cosa – el brujo se sentó – mira, estoy aquí, sentado, no me moveré – Freddy seguía alerta, preparado para defenderse – antes de empezar lo más obvio quiero hacerte una pregunta ¿quién eres? Ya sé que eres el príncipe, Freddy Alfonso pero tus ojos son diferentes, son negros ¿por qué? ¿sigues siendo el mismo sujeto o eres otra cosa? ¿quizás es la forma que usas tu poder? He escuchado de brujos que tenía marcas negras en el cuerpo, aparecían cada vez que usaban su poder, supongo que esto es lo mismo.
―No te diré nada, no confío en ti y jamás lo haré.
―Supongo, supongo. La generación de ahora es tan desconfiada pero no te culpo, eres de la realeza, eres desconfiado por naturaleza, así que empezaré yo. Hola, soy la persona que te ha molestado toda tu vida, mis padres adoptivos me pusieron el nombre de Pablo, un horrible nombre y para nada serió, tan vacío y normal, por eso me cambié mi nombre a Owynn, Owynn era un chico espectacular, era especial, podía hacer todo lo que se proponía y nunca se rendía, siempre con la mirada en alto, siempre de píe. Es un nombre genial así que me lo apropie, un gusto, soy Owynn.
―Que buena historia pero no me interesa – Owynn se levantó – mi nombre es Fred, recuérdalo muy bien hijo de puta porque yo te acabaré – Owynn sonrió.
―Ya lo veremos, aunque estaría encantado por morir entre tus manos. Ahora sí podemos empezar, primero quiero probar una pequeña cosita.
Owynn tenía un pequeño as bajo la manga, algo que podía funcionar pero dudaba, lo veía en sus ojos, Fred estaba lleno de determinación, quería acabarlo, quería matarlo pero aun así lo intento, lanzó por los aíres a uno de los prisioneros al cielo, Owynn esperaba que Fred por lo menos reaccionara, dudara un segundo en salvarlo. Pero eso nunca paso, el cuerpo llegó a su altitud más alta y luego cayó con violencia, en menos de cinco segundos el cuerpo ya se había chocado contra el suelo, no quedo nada de ese cuerpo, solo la sangre y Fred ni se movió, ni si quiera lo miró, no parecía afectarle.
―Eso es sorprendente, pero no me malinterpretes, es algo positivo, al final… - Fred no dudo ni un segundo más y fue contra Owynn.
En menos de un segundo los pies de Fred recorrieron la distancia que lo separaban y rápidamente ataco hacia la cabeza, aunque no fue lo suficientemente rápido, Owynn alcanzó a esquivarlo por poco, el puño alcanzó a tocarle la mejilla izquierda pero no le hizo demasiado daño. Owynn movió todo su cuerpo hacia la izquierda, sonrió y abrió la boca pero antes de que pudiera decir algo, Freddy mandó un golpe hacia el estómago, un golpe que Owynn decidió solo mitigar un poco el daño. El cuerpo de Owynn salió volando un metro hacia atrás, un buen golpe pero nada que a él lo impresionara, camino con facilidad con una pequeña sonrisa.
―Te has vuelto veloz y mucho más fuerte, has mejorado pero todavía te falta para alcanzarme, aún no eres lo suficientemente bueno – Owynn rápidamente formo un pequeño cuchillo con su propia mano, primero la endureció y luego le dio la forma de un pequeño cuchillo – espero que me conceda este baile mi príncipe.
Chapter 121: Ojo por ojo: primera parte
Chapter Text
Ese día fue conocido por tres cosas, Freddy, el rey y la guerra en el mar, hoy nos centraremos en la historia de los refuerzos del rey Alfonso, es cierto que ellos en esta historia no aportaron nada pues el verdadero enemigo era un ser mágico, nosotros no somos comparables con ellos, es verdad que si la historia hubiera sido normal, esos refuerzos significarían la completa victoria del rey Alfonso, destruirían con todo. Aunque la historia nunca es normal, a pesar de todo siempre hay personas que destacan más, historias más importantes que otras y hoy te contaré una de ellas, quizás lo que ayudo fue poco, ya que en realidad su misión era otra, pero sin esa pequeña ayuda quizás la historia hubiera sido diferente. Esta historia se divide en tres, empezaremos por la historia más olvidada, el mago Bonnie. Muchos no lo saben pero él fue muy importante, cuando Freddy no podía salir del castillo, pues su magia era muy poderosa y quizás el brujo lo detectaba, él hacía todo lo que Freddy tenía que hacer, era sus oídos y sus ojos, incluso fue la persona que habló con Fox. Freddy tenía miedo a salir, creía que si lo hacía el brujo aprovecharía para atacarlo por la espalda o algo mucho peor, atacar a su reino mientras no estaba, por eso cuando escuchó la noticia de su amiga Ann, le pidió a Bonnie verificar lo que estaba diciendo, además le pidió que se disfrazara de él, solo para engañarlo, todos conocen a los príncipes y a los reyes, quizás si no está delante de uno, no vaya a hablar. Bonnie tenía que verificar que lo que decía era verdad, los magos tienen millones de formas de hacer eso y Bonnie escogió la más simple, escuchar su corazón, su forma de hablar, escuchó todo y le obligo a repetir para ver si se equivocaba, si cambiaba la historia, al final confirmó que ese chico decía la verdad.
―Todo lo que dice es, por lo menos es lo que cree él pero ¿le dijeron la verdad? Es algo extraño, dudo de lo que está pasando, no es normal.
―Yo también pero ¿qué más podeos hacer? No hay forma de sacarlo, tenemos que jugar su juego o aparentar que lo estamos jugando – Bonnie lo miró confundido – es simple lo que haremos, lo mejor de todo es que no nos tenemos que mover – Freddy miró hacia arriba, algo distraído – tienes razón. Haremos dos cosas muy importantes ¿crees que esa persona es de confianza? Alguien capaz de abandonarlo todo por nosotros.
―Ann dijo que sí, que ya lo había hecho, está buscando venganza y ambos creemos que es capaz de hacer lo que sea para lograr su cometido. También hablé con su novia, llevan mucho tiempo juntos y dice que es de confianza, ha estado viviendo en su casa por mucho tiempo, hasta que ese viejo amigo le volvió a hablar de ese pirata.
―Entonces le daremos la vía libre para que cobre su venganza. Firmaré una carta cómo si fuera mi padre, le explicaré todo lo que pasa al rey y él se encargará de llevarlo, tú te encargarás de saber cómo va a escapar, nuestra última opción es usar la magia, mejor que sea un camino inadvertido, normal, que se confunda con la gente hasta llegar al reino y ahí él le entrega la carta.
―No me parece un buen plan, hay demasiado huecos, dejamos muchas cosas al azar, todo puede salir mal.
―Es cierto, es cierto, por eso tengo otro plan que se va a ejecutar ese mismo día y todo eso depende de ti. No creo que sea algo difícil o complicado pero no puede haber errores, todo debe ser perfecto y si todo sale bien, quizás no necesitamos a Fox pero es mejor asegurar, no dejar nada al azar.
Ellos nunca supieron cómo le fue a Fox, lo ignoraban por completo pero esperaban lo mejor, aun así su segundo plan era igual de bueno y no dependía de un desconocido, fue algo complicado, sobre todo el poco uso de magia que tuvieron que hacer para que el brujo no los detectara pero al final Bonnie pudo seguir desde las sombras a los hombres de Golden. Bonnie se preparaba para atacar, le dolía demasiado solo ser un espectador, no poder advertirles y ver cómo mataban a sus compañeros pero no podía hacer nada, aún no, debía ser paciente y si debía sacrificar unas vidas para ganar una guerra tendría que hacerlo. Los hombres de Golden se empezaron a cambiar su ropa, se quitaban su armadura y se ponían la de sus enemigos, no eran demasiadas pero alcanzaban para engañar a su enemigo, por lo menos lo suficiente para que se acercaran y apuñalarlos por la espalda, estaban tranquilos y con la guardia baja. Tan indefensos, tan desgraciados, se reían después de quitarle la vida a las personas, Bonnie quería acabarlos pero solo había un problema, el brujo, no sabía si estaba vigilando de cerca a sus hombres, usar su magia antes de tiempo sería un error, solo debía esperar pacientemente, cómo un león antes de saltar encima de su presa. De repente Bonnie sintió la magia de Freddy, su cuerpo se tensó, sus pelos se le pararon y su corazón empezó a latir con fuerza, era un poder aplastante y también era su señal, Freddy debía ya estar frente a frente con el brujo, su magia lo taparía a él y entretendría al brujo mientras él se encargaba de ese problema menor.
―Vamos, tenemos que movernos – dijo un caballero mientras se montaba a su caballo – ya hicimos lo más difícil, ahora lo único que tenemos que hacer es… - rápidamente esa persona había desaparecido.
¿Sabes la facilidad que es matar a una persona? Nos podemos matar incluso con una piedra, para un brujo era tan fácil como respirar. Bonnie no quería matarlos al inicio pero no tenía otra opción, además estaba enojado y no había mejor manera de desquitarse que matando a personas sin alma como ellos, al primero simplemente lo agarró del cuello y lo arrastró para alejarlo de sus compañeros, ahí lo mato con su propia espada. Todos los caballeros miraron a su alrededor, sorprendidos, no sabían que había pasado cuando otro desapareció, este simplemente decidió arrastrar su cara contra el suelo, quitándole gran parte de la piel. No murió al instante, se desangró poco a poco pero tuvo la suerte de perder el conocimiento para nunca despertar. Los caballeros restantes decidieron hacer un círculo para protegerse, miraban a su alrededor asustados, no sabían que estaban pasando, estaban cayendo uno a uno y creían que si estaban juntos sería menos la posibilidad de ser atacados, que ilusos. Dos de ellos empezaron a prenderse fuego, todos se alejaron de ellos rompiendo la formación y en ese momento hubo una tercera víctima, alguien que de repente se le había caído la cabeza. Todos los demás estaban asustados y el miedo no haría otra cosa que aumentar, a lo lejos se veía un hombre encapuchado que se acercaba lentamente, los caballos se volvieron locos, empezaron a tirar a sus dueños de su espalda y empezaban a correr mientras él se acercaba lentamente. Todos murieron en esa ocasión, Bonnie endureció su cuerpo, más que el metal y los mató a golpes a todos los que estaban presentes, no importa cuantos vinieran, Bonnie era más fuerte y nunca dudo en matarlos, aunque le imploraran, no se iba a detener. Luego de la pelea, Bonnie se acercó a un árbol y se apoyó en este, había usado demasiada energía, más de lo que había pensado y necesitaba tomar un respiro, aunque eso no era del todo cierto, en realidad se detuvo para vomitar.
―Maldito olor, no podré olvidarlo jamás – Bonnie miró sus manos ensangrentadas y las apretó con fuerza – acabemos con esto – Bonnie tenía unas lágrimas en su mejilla, nunca es fácil matar por primera vez e incluso hay personas que les es difícil matar siempre, jamás lo superan y una de esas personas es Bonnie.
Bonnie corrió rápidamente hacia el puerto y ahí vio lo que estaba pasando, pudo observar la masacre que se estaba dando delante suyo, de alguna manera quería intervenir pero no podía, debía descansar y prepararse para la única pelea que sí importaba, era obvio que la batalla era una victoria para la realeza pero Bonnie sentía la necesidad de ayudar, pero la ignoro. Se preparó para su siguiente movimiento, sabía que lo que seguía le exigiría demasiada energía, por eso se escondió entre los árboles y esperó la señal pacientemente, hoy podría terminar todo y se puede decir que todos dependíamos de él.
Chapter 122: Ojo por ojo: segunda parte
Chapter Text
Has pasado toda tu vida siendo aplastado por otro, siempre encadenado, siempre viviendo en una vida miserable y quizás injusta, has visto a tus amigos morir, algunos con suerte simplemente escapan y huyen lejos pero tú no puedes hacerlo, tú sigues aquí atrapado a esta vida de mierda, estás obligado a quedarte. Tu capitán te desea a su lado, te necesita por alguna razón, no te dejará irte tan fácil y además el jefe de él también te quiere en el equipo, les pareces divertido, no podrás abandonar nunca esa vida, la vida que te resignas a vivir y lo peor de todo es que no te puedes quejar, hacerlo puede significar la muerte. Pero no todo es malo, sabes que tarde o temprano te llegará la oportunidad de volar lejos, de desaparecer e incluso de matar a tu capitán y su jefe, vengarte por lo que le hicieron a tu verdadero capitán, el único e inigualable Fox. En secreto sigues siendo fiel a él, pero no tienes la suficiente fuerza como hacerles frente, agachar la cabeza y asentir te ha permitido vivir mientras esperabas pacientemente a que un milagro cayera sobre ti. Hasta que un día un rayo de esperanza iluminó momentáneamente tu vida, tu capitán seguía con vida, estaba un poco viejo y más flaco pero sin duda era él, su misma altura, sus mismos ojos, era él, seguía caminando por el mundo de los vivos y lo más importante, su interés sobre Oxy y Deuz seguía presente, eso era algo positivo para ti. Él va a volver y tú lo sabías, dudaste por mucho tiempo, no sabías si lo correcto era seguir bajo ellos, no sabías si debías huir o esperar pacientemente a que ellos mueran, pero al tener a tu antiguo capitán enfrente, tus miedos desaparecieron, sabía que él iba a vengarse de ellos pero ¿cuándo y cómo? Eran preguntas que él nunca respondió y quizás era mejor así, mantener esto en secreto, que ni si quieras tú sepas que va a venir después. Nadie sospechaba de tu pequeña traición, de hecho nadie sospechaba nada de ti, eras solo uno más, alguien pequeño y débil pero aun así, a pesar de ser alguien poco importante, de pasar desapercibido, te sentías algo asustado, mirabas desconfiado de los otros, quizás ellos ya saben, quizás ellos ya saben y solo te están vigilando. Apenas puedes aguantar las ganas de que esa venganza se cumpla pero sabes que ese día está lejos, muy lejos, él no te dijo cuando los iba a atacar pero podías suponerlo, solo había un momento para reclamar su venganza, el problema es que ese día todavía estaba muy lejos. Todas las dudas que tenías las tuviste que guardar, hablar con él ya era un peligro, era muy sospechoso, lo único que podías hacer es esperar a la llegada de ese gran día. Las horas se convirtieron en días, los días en semanas y las semanas en meses, cuando menos lo esperabas ese gran día por fin llegó, ese día tan deseado, todo el mundo se preparó para la grandeza, esa isla llena de gente y caos por primera vez en mucho tiempo quedó completamente vacía y en silencio, todos los piratas se habían largado de ahí, tenían un llamado con la grandeza y la mayoría de ellos habían aceptado.
―Preparasen, tenemos que irnos, va a ser un viaje algo movido pero no es nada que no podamos hacer – menciono Deuz con una sonrisa. Todos se preparan al mismo tiempo, todos tenían el mismo procedimiento y discurso, una emboscada bastante simple, solo debían esperar pacientemente a que ellos llegaran.
―¡Se acercan tres barcos hacia nosotros! – grito Maggie emocionada, aunque en ese momento no fue la única persona que lo dijo, todos los vigías se dieron cuenta de esto.
Todos los piratas piensan que todo va como lo acordado, que la batalla es suya pero Onnie fue el único que notó algo extraño, algo diferente, no lo sabría explicar pero sentía algo en el aíre, algo le avisaba que todo iba a acabar diferente pero ¿cómo y por qué? ¿acaso Fox ya estaba entre nosotros? Aunque él se detuvo a pensar, la vida se seguía moviendo, su barco se empezaba a mover poco a poco en dirección hacia la muerte. El plan era bastante simple, primero iban los barcos más débiles y pequeños, iban cómo personas decentes y cuando pasaran cerca del barco real tendrían que empezar a disparar y así poco a poco debilitarlo, luego los barcos más grandes darían el golpe de gracia y se robarían todo el crédito. Era una misión demasiado fácil, ellos tenían la cantidad de su lado, esos tres barcos nunca iban a significar una amenaza, era una batalla ganada. Pero el plan ya estaba maldito desde el inicio y muchos lo notaron, los supuestos barcos reales que los iban a ayudar jamás zarparon, la mayoría simplemente pensó que ya llegarían, que estaban escondidos y cuando más lo necesitaban iban a aparecer, ya llegarían; además muchos creían, el ego les hacía creer, que no lo necesitaban, eran tan fuertes como para encargarse de todo esto ellos solos. Los barcos se acercaban poco a poco y de manera natural, era una presa muy fácil pero antes de que cualquiera pudiera dar el primer golpe, se escuchó una voz gritar con todas sus fuerzas.
―¡Oxy, Maldita gallina, tenemos algo pendiente, ven y enfréntame como un macho reclama lo que supuestamente es tuyo! – solo algunos pocos pudieron reconocer esa voz y solo hubo una persona que se alegró al escucharla, Onnie.
El grito no tuvo efecto en muchas personas o por lo menos no el esperado, todos siguieron con normalidad algo confundidos, solo hubo dos barcos que cambiaron su comportamiento radicalmente, el barco de Deuz que se detuvo completamente, Deuz ordenó detenerse un momento y el barco de Oxy que se empezó a mover en dirección a los barcos. Las cosas ya no iban tan bien, poco a poco muchos se dieron cuenta de esto pero el último clavo en el ataúd fue el sonido inconfundible de un disparo de un cañón. Nadie los vio acercarse, nadie miraba su retaguardia, todos observaban atentamente a los tres barcos reales que se acercaban poco a poco, nadie se dio cuenta cuando otros diez barcos reales se acercaba a ellos por atrás. Estaban acorralados y ellos nunca se dieron cuenta, taparon sus rutas de escapes obligándolos a pelear, aunque intentaran escapar, jamás lo lograrían. Puedo estar horas hablando sobre esa guerra sobre el mar, describir uno por uno los muertos que se dieron, sus historias, incluso puedo hablar de la furia de los barcos reales pero en realidad en esta ocasión solo nos interesa una historia, la de Onnie. Deuz quedó completamente congelado al escuchar la voz de su antiguo capitán, no podía hablar y no podía hacer nada, estaba completamente congelado, Onnie se acercó a él fingiendo estar preocupado.
―¿Qué vamos a hacer? Estamos rodeados, los barcos reales son demasiados, nosotros… - Onnie se queda callado, no sabe cómo terminar la frase así que espera a que Deuz responda, algo que nunca ocurre – debes decir algo, debes hacer algo – Onnie lo agarra de los hombros – no es momento de dejarnos solos, necesitamos un capitán, necesitamos a alguien que nos guie, incluso si huimos de aquí sería algo bueno pero necesitamos hacer algo y rápido.
―Tienes, razón, tienes razón, yo… - Deuz se alejó de Onnie mientras miraba su alrededor – debemos hacer algo, lo que sea – Deuz apretó con fuerza sus manos y gritó - ¡Escúchenme! Tenemos algo que discutir – Deuz empezó a caminar por el barco hasta llegar al segundo punto más alto de este – sé que tienen miedo, yo también lo tengo pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, debemos actuar. Por eso debemos pelear, morir con la cabeza levantada, esos hijos de puta nos han jodido toda la vida ¿no creen que es momento de devolverles el golpe, por eso yo planeo… - antes de que pudiera acabar, una espada le atraviesa el pecho desde la espalda para luego caer al suelo muerto.
―Eso es por traicionar a mi capitán hijo de puta – dijo Onnie mientras miraba con asco a Deuz. Todos lo miraban ilusos, no se podían creer lo que estaba pasando ¿cómo hacerlo? Onnie sabía que debía decir algo, ser el nuevo capitán si no quería morir – antes de que saquen sus espadas y hagan una estupidez les pregunto ¿ustedes no querían hacer lo mismo? ¿ustedes conocen a esta persona? Era un cobarde que no debería estar aquí, era un pésimo líder, se quedó paralizado cuando escuchó esa voz y quizás muchos de aquí no lo saben pero esa voz era de su antiguo capitán, alguien que él traicionó para llegar a este puesto. Deuz era un verdadero idiota, jamás debió ser nuestro capitán y me avergüenza tenerlo al mando, solo se ganó ese puesto por arrodillarse e implorar con fuerza, por ser una sucia rata ¿creen que le importaba la gente? ¿creen que nosotros importamos? ¿se acuerdan a cuántos hemos perdido por su ineptitud? Yo sí, yo sí y no podíamos seguir estando así. Lo puedo ver en sus caras, el odio, el arrepentimiento, muchos de nosotros no queremos estar aquí pero de alguna manera estamos siendo obligados a participar en esto ¿enserio debo creer que alguien realmente escogió estar aquí por voluntad propia? No, no y yo ya me cansé, me cansé de lo cobarde que era, me cansé de sentir que no importamos, incluso ahora somos menos preciados ¿por qué creen que nos mandaron primero? Porque somos remplazables, porque no somos especiales, no somos nada para ellos ¡pero ya no más! Yo solo les tengo una pregunta ¿no quieren devolverles el favor? Es sencillo cambiar eso, podemos hacerlo ahora, pero deben escucharme. Sé lo que les pido es algo imposible, algo estúpido ya que muchos vamos a morir y eso lo sé, nadie quiere morir pero les pregunto ¿qué pesa más? ¿la supervivencia o la rabia? ¿no quieren cortarles el cuello a esas personas sin importar el costo? ¿no quieren ver cómo su sangre se derrama? Vamos a demostrar lo que somos capaz, antes este barco era glorioso y aún puede serlo, lo único que debemos hacer es lo de siempre, tener la cabeza en alto y pelear. Si vamos a morir ¿por qué no hacerlo de manera gloriosa? ¿no quieren que las futuras generaciones hablen de ustedes? Este es el momento. Y sí a pesar de todo esto ustedes quieren huir, están en todo su derecho, podemos hacerlo pero ¿cómo vamos a hacerlo? ¿no ven que estamos rodeado? Además hay un problema aún peor ¿qué creerán los otros al saber lo que hemos hecho? ¿qué creerá Oxy? Él nunca nos dejará tranquilos, él nos va a cazar poco a poco, uno por uno hasta que nos mate a todos, ya nos lo había dejado claro antes, huir es una traición ¿enserio quieren vivir esa vida? ¿esa vida con miedo? Es nuestra única oportunidad de ser libre, él está aquí, podemos terminar con todo este día y por fin ser libre, acabar con esos hijos de puta, es hora de devolver los golpes que siempre nos han pegado, de vengar a nuestros amigos, familiares que han muerto por su ineptitud, por su desprecio. Además si tenemos suerte el mar quedará completamente vació ¿saben quién se quedará con todo eso? Nosotros, podemos quedarnos con todo lo que le pertenece solo sí lo matamos, nadie nos enfrentará pues saben lo que hemos hecho, nos quedaremos con lo que por fin nos pertenece.
Todos apoyaron a Onnie, era un loco pero tenía razón, ya sea por la libertad, por venganza o por avaricia, todos participaron para ir en contra de sus compañeros, no podían hacer muchas cosas, eran demasiados pequeños para enfrentarse con todos los barcos pero podía darles espacio a los barcos reales, iban a pelear hasta que no pudieran más. Lo primero que hicieron fue levantar una bandera blanca y se acercaron con miedo a los barcos reales, sabían que no podían defenderse, solo esperar a que ellos estuvieran de humor y no los ataquen.
―¡Estamos con ustedes! ¡estamos con ustedes! – Maggie se bajó de su lugar y se acercó a Onnie.
―Esto es una mala idea, esto no va a salir bien.
―Posiblemente pero tú también lo escuchaste, era él, él sigue con vida y está ahí, nada malos no puede pasar.
―Sí, eso no te lo puedo negar, era su voz y yo también me emocione, pero nunca te has preguntado ¿por qué está ahí? ¿qué hace en un barco real? – Onnie sabía la respuesta, aunque prefería ignorarla.
―¿Eso acaso importa? Mientras muera Oxy me importa un carajo el resto, además no tenemos otra opción, debemos agachar la cabeza – Maggie no le responde, solo lo mira algo preocupado y lo deja solo.
―Es un gusto volverte a ver – Fox apareció en la proa del barco con una pequeña sonrisa – no te preocupes, no te haremos daño pero te recomiendo salir de nuestra mira, debes correr lejos.
―¿Y perdernos de esta diversión? Lo siento pero nos quedaremos, he prometido la cabeza de las personas que más odiamos y todos han aceptado – Fox sonríe.
―Me gusta escuchar eso, aunque sabes que no podremos defenderte, vas a estar solo.
―No te preocupes, de hecho haremos lo posible para que ningún barco te moleste, no prometemos mucho pero estarán tranquilos por un tiempo hasta que él llegue.
―¿Dónde está él? He esperado tenerlo frente a frente y arreglar unos asuntos, entre más rápido lo encuentre mejor para todos.
―No te debes preocupar por eso, estoy seguro de que viene en camino, lo notaras rápidamente ya que es el único barco grande que se va acercar a ti – Onnie mira a su alrededor – estoy casi seguro que es ese, pero aun así no te preocupes, él aparecerá tarde o temprano, solo debes resistir para que él se ponga delante de ti. Puedo dejar que las pequeñas molestias te dejen de molestar, limpiar un poco el camino para que puedas reclamar tu venganza, no prometo mucho pero no nos quedaremos de brazos cruzados. Ojalá volver a los tiempos de antes.
―Lo mismo digo, lo mismo digo pero seguramente las cosas jamás serán así, solo cuídate ¿sí? Sin importar que debes sobrevivir.
―Entendido, mi capitán.
La tripulación de Onnie tenía buenas intenciones pero seamos realistas, jamás durarían demasiado tiempo y eso fue lo que paso, era un barco demasiado pequeño comparado con otros barcos pero aun así dieron lo mejor que pudieron, siguieron peleando hasta su último aliento. Nunca bajaron la guardia cuando se acercaba a sus antiguos compañeros, todos habían visto que había sacado la bandera blanca y hablando con sus enemigos, el factor sorpresa se había perdido, así que fueron directamente a los barcos que se acercaban al barco de Fox y los hundían, no dieron mucha pelea pero si fue una gran molestia, ellos solo eran la carnada y Fox era quien les hacía un daño de verdad. El barco se enfrentó a sus enemigos por varios francos, hundieron a varios enemigos pero a todos nos llega un momento donde nos tenemos que hundir, el barco se hacía pedazos, volaba la madera, los hombres, el agua poco a poco se entraba al barco, iba a ser su final pero ayudó solo un poco al encuentro de Oxy y Fox, un encuentro un poco más equilibrado. Solo duraron tres minutos o incluso más, sé que suena poco, que suena ridículo pero nunca acorrales a un león herido, atacaban con todas sus garras y toda su fuerza desesperado, ataques que venían de todos lados y todo momento, de un momento a otro todos fueron contra él, intentaron hundirlo y ellos aguantaron, destruyeron varios barcos con ayudo del barco real. Aunque Onnie pensaba que ya había cumplido su misión la verdad era muy distinta, un barco más grande que ellos se acercaba hacia Fox, ya habían destruido varios de sus cañones y sus hombres apenas se podían levantar pero aún podía hacer una cosa. Onnie giró el barco y apuntó a su enemigo, cualquiera hubiera pensado que era algo inútil pero por suerte aún se podían mover y se acercó al barco, quería chocarlo, si ellos se iban a hundir, no lo harían solos. Onnie logró su cometido pero con esa acción condeno a toda la tripulación que aún quedaba con vida. Rápidamente lo del barco enemigo empezaron a invadir su barco, eran demasiados y la tripulación de Onnie ya era un número bastante reducido, intentaron hacer lo mejor pero no duraron mucho, rápidamente fueron asesinados y se acercaban poco a poco hacia el capitán. Maggie se acercó, lo miró fijamente y no dijo nada, se podía ver en sus ojos, Onnie estaba asustado, no era buen peleador, tampoco era mala persona, todos los años que pasaron y él se acercaba a ella sin esperar nada a cambio, es la única que podía pensar cómo un amigo.
―Lo siento, esta vida no es para todos y tú eres demasiado gentil para vivir, mereces una segunda vida – Onnie la miró confundido, antes de que pudiera reaccionar Maggie lo lanzó al mar.
Aunque no me lo crean, en estos momentos era más seguro estar en el mar que en un barco, lo mejor era pasar desapercibido, las balas de cañón nunca te tocarían y ningún metal te atravesaría, el mayor problema era ahogarse pero eso no era un problema en esa situación, los barcos volaban en pedazos y esos pedazos flotaban en el agua. Onnie apenas sabía nadar realmente, se cansaba demasiado al hacerlo, apenas alcanzó a agarrarse de un pedazo de madera y flotar, Onnie quedó flotando mucho tiempo, esperó a que la batalla acabará y se hacía el muerto para que nadie lo atacase y poco a poco se acercó a la playa, Onnie fue uno de los pocos sobrevivientes de la guerra.
Chapter 123: Ojo por ojo: tercera parte
Chapter Text
Todos nos comprometemos en algo, poco a poco construimos para alcanzar una meta, el capitán Fox podía sentir que pronto iba a tocar la gloria, iba a conseguir su venganza, una última vez, una última gran historia. Fox fue más importante en el plan de lo que muchos dicen o piensan, él no se quedó con los brazos cruzados a que ese día llegara, sabía cómo actuaban los piratas, cómo pensaban, sabía qué era lo que iban a hacer sus enemigos, una información valiosa que decidió compartir con el rey.
―¿Por qué no dejamos que ataquen primero? – era obvio que no podía hablar como siempre con el rey, debía tenerle respeto y dejarlo intrigado, debía subirle el ego – es obvio que los piratas siempre han sido un problema para ustedes, para nosotros, para todos ¿por qué no erradicarlos a todos en ese momento? Es nuestro momento y será una solución bastante sencilla, ellos no tendrán oportunidad, jamás. Pero hay un pequeño problema, son unos cobardes, cuando saben que van a perder, huyen, por eso yo les propongo que piensen que van a ganar, que tienen esa posibilidad, y para hacerlo debemos hacer que algunos de nuestros barcos vayan primero, que vayan por un desvío para que nadie los note, es obvio que los piratas nos atacaran cerca de nuestro destino, podemos llegar por cualquier lado, nuestro rumbo puede cambiar pero el destino siempre va a ser el mismo. Estos primeros barcos deben hacer un giro incomodo y largo, no pasar cerca de nuestro destino y luego devolverse, deben aparecer detrás de los barcos piratas, acorralarlos para que no puedan escapar y ahí erradicarlos a todos.
El rey sonrió ante esa idea, estuvo completamente de acuerdo con el plan y decidió que todos sus capitanes entraran a la misma habitación junto Fox para discutir sobre ese tema, hacer un verdadero plan que funcione y esa idea se transforme en algo real, algo que sí se pueda hacer. Los días pasaron, uno tras otro, todos se preparaban para su encuentro hasta que el gran día llegó, Fox se sentía preparado, había entrenado junto a la realeza, ellos le habían enseñado cómo usar la espada, quizás no estaba tan fuerte como antes, tan rápido pero sabía que podía ganar, iba a ganarle, solo necesitaba estar junto a él. Todos los barcos hicieron lo que había planeado, solo tres barcos iban por el recorrido real, iba a aparecer enfrente del puerto mientras los otros iban a aparecer por otros lados, un plan arriesgado pero si funcionaba, iban a liberar el mar, valía la pena, fue un recorrido que duró algunos días pero para otros fue un recorrido de semanas, incluso un mes, todos sentían que se acercaban a algo grande. Fue fácil detectar a los piratas, nunca habían sido buenos escondiéndose, muchos de la tripulación estaban nerviosos, era un plan arriesgado pero todos confiaban en sus compañeros, era el todo por el todo, algo normal en las guerras. Los tres barcos se acercaron con naturalidad, dependían del engaño, ninguno de ellos perdió sus papeles cuando algunos barcos pequeños se acercaban, estaba claro que eran piratas, los más grandes esperaban a la distancia con las garras escondidas. Fox estaba ansioso, por fuera se comportaba neutral y tranquilo pero en el interior estaba ansioso esperando su encuentro, con su catalejo observaba cada barco con tranquilidad, quería encontrarlo, quería asegurarse que él estaba aquí pero jamás lo que encontró. Aunque si vio algo un poco más interesante, su antigua tripulación era uno de los barcos que se acercaban. Pudo reconocer el llamativo color de pelo de Maggie, ese rosado brillante y llamativo, era ella y estaba seguro, empezó a buscar entre la tripulación a Onnie, no era tan difícil de encontrarlo, era el único con el pelo azul en su tripulación pero lo que más le llamó la atención era que Deuz estaba en la tripulación y parecía ser el capitán, esa maldita rata. Fox se le ocurrió una idea, no sabía si iba a funcionar, desconfiaba de Onnie, no sabía si valía el riesgo arriesgarse pero debía intentarlo. Fox tomo un gran bocado de aíre, llenó todos sus pulmones de aíre y gritó.
―¡Oxy, Maldita gallina, tenemos algo pendiente, ven y enfréntame como un macho reclama lo que supuestamente es tuyo! – muchos de sus compañeros lo miraron raro, algunos lo odiaron por eso, pensaban que había hecho a perder su plan pero Fox sabía que iba a funcionar, eso llamaría la atención de Oxy, solo debía esperar a que se acercara.
Su grito también tuvo otro efecto positivo que pocos notaron, su gran grito había llamado la atención de todos los barcos, estaban confundidos, no podían dejar de observarlos y no se dieron cuenta cuando los barcos reales estaban delante de ellos, ya estaban condenados, ya era tarde para ellos. Se escuchó la primera explosión a lo lejos, la primera bala había sido disparada y el caos reino por todo el lugar, en solo unos minutos los barcos piratas empezaron a ser destruidos, miles de muertos en cuestión de minutos, la sangre de miles de cucarachas caía al mar. Los barcos reales no tenían la necesidad de embarcar a los otros barcos, eran tan pequeños, tan débiles que solo bastaba unos cuantos disparos para hundir a sus enemigos, era una masacre. Los únicos barcos que podía hacer algo, los únicos que podían plantarle la cara eran los barcos más grandes de los piratas, lentos pero golpean fuertes, incapaces de huir ya que no pasan desapercibidos, algunos intentaron enfrentar a los barcos reales pero ninguno tuvo éxito, los barcos reales eran superiores, solo eran sucios piratas, no eran nada comparado con nuestros guerreros. Fox miraba con una pequeña sonrisa su alrededor, disfrutaba el paisaje y lo mejor de todo es que sabía que él estaba cerca, pronto podría encontrarse cara a cara pero por ahora solo tenía que esperar y disfrutar. Algunos barcos se le acercaron e intentaron luchar, intentaban dar unos golpes desesperados, hubo unas cuantas bajas esperables y un poco de daño al barco pero nada muy significativo, nada de preocuparse. Nadie en la tripulación se sorprendía con el resultado, todo iba como lo iba planeado, pero hubo algo que sorprendió a todos, menos a Fox, un barco pequeño se les acercaba con una bandera blanca en lo más alto del mástil, Fox rápidamente abrió el catalejo y observo el barco. Ahí pudo ver a Onnie en el timón del barco, por más que miraba no podía a encontrar a Deuz entre la tripulación, eso le generó una pequeña sonrisa y al mismo tiempo una molestia, él quería matarlo con sus manos pero era más la alegría de saber que estaba muerto; además si se rindieron, solo significaba una cosa, Deuz estaba muerto. Fox les avisó a todos sobre la bandera blanca, aunque eso era algo innecesario, todos la habían visto, ellos dudaron unos segundos en que hacer, eran piratas que se rendían, eran unas ratas cobardes y más importante, eran traidores, jamás se podía confiar en ellos, al final decidieron prepararse para el contraataque. Fox caminó hacia la proa y se asoma para saludar a sus viejos amigos.
―Es un gusto volverte a ver. No te preocupes, no te haremos daño pero te recomiendo salir de nuestra mira, debes correr lejos.
―¿Y perdernos de esta diversión? Lo siento pero nos quedaremos, he prometido la cabeza de las personas que más odiamos y todos han aceptado – Fox sonríe.
―Me gusta escuchar eso aunque sabes que no podremos defenderte, vas a estar solo.
―No te preocupes, de hecho haremos lo posible para que ningún barco te moleste, no prometemos mucho pero estarán tranquilos por un tiempo hasta que él llegue.
―¿Dónde está él? He esperado tenerlo frente a frente y arreglar unos asuntos, entre más rápido lo encuentre mejor para todos.
―No te debes preocupar por eso, estoy seguro de que viene en camino, lo notaras rápidamente ya que es el único barco grande que se va acercar a ti – Onnie miró a su alrededor – estoy casi seguro que es ese, pero aun así no te preocupes, él aparecerá tarde o temprano, solo debes resistir para que él se ponga delante de ti. Puedo dejar que las pequeñas molestias te dejen de molestar, limpiar un poco el camino para que puedas reclamar tu venganza, no prometo mucho pero no nos quedaremos de brazos cruzados. Ojalá volver a los tiempos de antes.
―Lo mismo digo, lo mismo digo pero seguramente las cosas jamás serán así, solo cuídate ¿sí? Sin importar que debes sobrevivir.
―Entendido, mi capitán.
Fox observó cómo su amigo se alejaba y sintió un poco de nostalgia, aunque no mucha, eran buenos momentos pero ya estaban en el pasado, debía concentrarse en el presente, aún tenía una cosa por hacer. Su barco mantenía la misma velocidad, nada los detenía y nada los apuraba, mientras que el barco de Oxy se acercaba con ciertos problemas, era el barco más grande y eso tiene sus desventajas pero también muchas ventajas, era un bote que generaría muchos problemas, era el terror de los piratas, pero en los corazones de los caballeros el miedo no existía. Ambos barcos se encontraron frente a frente y no tardaron nada en ponerse a los lados y las balas empezaron a llover. Fox se alejó lo más que pudo y espero a que todo acabara, se sentía mal pero no podía hacer nada más, esperaba que Oxy también sobreviviera, tenía que sobrevivir. Igual que miles de barcos, miles de historias, los cuerpos empezaban a caer desmembrados, el agua era remplazada por la sangre, el rugido de los cañones dejaba sordo a todos, el mar temblaba y favorecía a este encuentro, las balas perforando a los botes, el mar ahogando a las personas. Ambos barcos sufrieron grandes bajas pero el barco real era el verdadero ganador, el barco real aún seguía a flote mientras el barco de Oxy empezaba a hundirse, lo peor de todo es que el barco real se había alejado para acercarse a otro de su compañero para rematar al barco de Oxy con facilidad y evitar que este lo abordara. Aunque eso no iba a detener a Oxy, él no se iba a rendir, estaba lleno de odio y haría lo que sea para destruir a su enemigo, intentó hacer su último golpe, un golpe desesperado, intentó chocar su bote contra el barco real, algo arriesgado pero a él ya no le importaba, ya no tenía nada que perder, no iba a dejar que se escapara otra vez. La tripulación del barco real no eran unos tontos, se dieron cuenta de su plan, al inicio empezaron a disparar pero eso no los detuvo, Dios no tuvo la amabilidad de darle al mástil del barco, aunque había otra manera para evitar el ataque, poco a poco el barco giraba hacia la derecha evitando que el barco los golpeara, apenas los pudo tocar. Pero había un pequeño problema, un problema que pocos notaron en el momento pero que Oxy aprovechó, ambos barcos estaban demasiado cerca, Oxy ordenó a todos su tripulación al abordaje de su enemigo. Fue una masacre, los piratas eran demasiados pero en esta ocasión el número no importaba, cada tripulante real valía por diez hombres, tuvieron unos cuantos problemas pero al final ellos salieron vencedores, se habían perdido varias vidas pero eso ya es algo normal en una guerra, eso no importaba, lo único que importa era la victoria. Aunque en realidad no nos importa eso, no importa quien ganaría, ningún enfrentamiento nos interesa tanto como el de Fox contra Oxy, Oxy fue el último en subir al barco, quería que su tripulación le diera el espacio suficiente para que nadie los molestara, quería matar él mismo a Fox. Mientras él entraba Fox estaba peleando contra dos piratas al mismo tiempo, no eran muy buenos, así que cuando subió al bote los mató rápidamente, esquivó uno de los ataques de sus enemigos y contrataco atravesando el estómago de él, el otro compañero intentó atacarlo, Fox sacó la espada del estómago su enemigo y bloqueó el ataque y luego le pegó una patada en la pierna, lo que hizo perder el equilibrio a su enemigo y Fox aprovechó para cortarle el cuello. Ambos se acercaron lentamente, cómo si su alrededor ya no importara, ambos se acercaron frente a frente con las espadas en sus manos, Oxy era más alto y el más fuerte y quizás lo peor de todo eran sus largos brazos, Fox estaba en desventaja pero eso no le importaba. Ninguno de los dos se atacó, solo se miraron fijamente con odio, ambos se prepararon mentalmente, Fox fue el primero en romper el silencio.
―Sabía que vendrías, sabía que estarías aquí.
―Yo también sabía que tarde o temprano llegarías, nuestro encuentro estaba pactado y lo esperaba con ansias, sabía que volverías arrastrándote de la muerte para vengarte, aunque nunca esperé que te aliaras con los reyes, siempre supe que eras una rata pero no pensé que tuvieses el valor para hacer esa estupidez.
―Ya sabes lo que dicen, ojo por ojo, tú me quitaste la vida, mi barco y mi tripulación, ahora yo te quitaré lo mismo sin importar el costo, no te quedará ni el nombre.
No había necesidad de palabras, ambos agarraron sus espadas con fuerzas y estas empezaron a bailar, se chocaban con fuerza, Oxy era quien llevaba el ritmo, golpeaba con fuerza y unos segundos después volvía a atacar contra su enemigo solo para encontrarse con el metal de su espada. Fox solo se podía defender pero eso no le molestaba, defendía todo con facilidad, aunque las cosas no hacían más que empezar, los espadazos eran más rápidos y más impredecibles. Si alguno de nosotros hubiera visto esa batalla hubiéramos pensado que ellos estaban iguales, era impredecible saber quién iba a ganar ya que ninguno tenía una ventaja significativa, pero la verdad es que Oxy era quien estaba ganado, hacia retroceder a Fox poco a poco, incluso Fox tuvo que esquivar varios de sus ataques para no ser golpeados, solo era cuestión de tiempo para que cometiera solo un error que le diera la victoria. Fox chocó con una de las paredes del barco, su movilidad se veía reducida y Oxy aprovechó este momento para atacar, aunque Fox no se quedó de brazos cruzados, sabía que era peligroso pero decidió aprovechar este momento para contraatacar. Fox se movió un poco para que la espada le atravesara el pecho, lejos de su corazón y luego contrataco, agarró la espada con fuerza y lo golpeó en el costado, provocando que la sangre de su enemigo empezara a escapar, una gran herida dolorosa que lo mataría tarde o temprano. Cualquiera hubiera pensado que con ese golpe bastaría, pero ambos capitanes siguieron luchando, no se iban a rendir tan fácil, ambos se aguantaron el dolor y siguieron peleando, iban a pelear hasta que el cuerpo aguante. Ninguno de los dos se dio un minuto para descansar y empezaron a bailar, ahora era Fox quien llevaba el ritmo, quien manejaba el baile pero eso no le aseguraba nada, pudo cortar un poco a su enemigo, varios cortes molestos pero él también fue rozado por la espada, ninguno de los golpes había sido mortal pero los hacía más lento. Antes se movían con gracia, un gran baile sincronizado pero ahora sus movimientos eran torpes, lentos y patéticos, ambos ya estaban llegando a su límite, el dolor los estaba matando, aunque el que peor estaba era Oxy, a pesar de todos sus esfuerzos él no pudo sostener el ritmo. Fox lo atacó con todas sus fuerzas, Oxy se defendió el primer ataque apenas pero para el segundo ataque ya no tenía la fuerza para hacerlo, sus músculos se rindieron, no fue tan rápido y Fox alcanzó a atravesar el pecho de Oxy, lo que obligó a bajarle la guardia completamente y él sin dudar un momento le atravesó el cuello con su espada. Fox dio unos pasos hacia atrás y luego se sentó, él tampoco estaba muy bien, estaba perdiendo mucha sangre, apenas podía mover su cuerpo, se sentía mareado pero sabía que iba a superar todas esas heridas, sabía que iba a sobrevivir, su venganza nunca estaría completa si él no vive esa nueva vida que se ganó. Con un gran esfuerzo se mantuvo despierto, no quería dormir, no era necesario, tampoco quería seguir peleando, estaba cansado y seguramente sería un estorbo, solo espero a que sus compañeros acabaran el trabajo. Ese día el mar se tiñó de rojo, varios barcos se hundieron hasta el fondo del mar, miles de almas que nunca van a tener paz, fue una masacre en la que pocos piratas pudieron escapar de esta guerra, no fueron muchos, fueron unos pocos con suerte que siempre tendrían miedo a navegar. Ese día fue recordada como una pequeña victoria para los reyes, un gran alivio para Fox y una gran derrota para los piratas.
Chapter 124: Dos dioses bailando
Chapter Text
La vida nunca nos ha pertenecido, solo es tiempo prestado, tiempo de otro que creemos como propio pero no es nuestro, no es pertenece, todo lo que empieza debe terminar, toda historia tiene un fin, muchos ven la vida cómo un baile y creo que ese pensamiento es aceptable para nuestra situación, dos dioses en la tierra, dos personas que bailan junto a la muerte, el que primero caiga pierde, el que peor baila muere. El baile empezó simple, Owynn llevaba el ritmo, lanzaba golpe tras golpe, todo calculado y medido a la perfección, atacaba de maneras erráticas y rápidas, no iba a dejar que Fred contraatacara, cada vez que Fred se defendía él lo atacaba su zona vulnerable. Este pequeño preludio no duró demasiado, tampoco es impresionante, es cierto que la tierra se movió y se empezó a agrietar un poco pero comparado con lo que pasó después, eso no es nada. Fred no iba a seguir su juego, sabía que ir al ritmo de él, jugar a sus reglas era mala idea, por eso cuando Owynn mandó un golpe directo a la costilla izquierda, seguro de que Fred defendería, él se dejó golpear, sintió cómo sus huesos se rompían y empezaba a sangrar por dentro, pero si se quedaba paralizado por el dolor el sacrificio había sido en vano. Fred agarró rápidamente la muñeca de Owynn con su brazo izquierdo y luego lo golpeó en el pecho con todas sus fuerzas, el brazo de su oponente se desprendió mientras todo el resto de su cuerpo volaba hacia atrás, salió volando unos veinte metros más o menos, una distancia enorme que Fred recorrió en cuestión de un segundo. Owynn apenas se pudo levantar cuando Fred apareció para agarrarlo de la garganta, iba a matarlo y no se iba a detener, Owynn lanzó un golpe desesperado que Fred detuvo con una sola mano y luego le apretó la mano con fuerza, rompiéndola, para Fred esto ya había acabado. Pero las cosas no eran tan simples cuando se trataba del brujo. De la mano cortada salió una espada roja, al parecer su sangre se unió y se solidifico, creando una espada roja escarlata que atravesó el estómago de Fred, él no tardó en reaccionar y rápidamente se alejó de él, la decisión más sensata.
―¿Te gusta? – su mano empezó a regenerarse pero la espada nunca desapareció – es una magia bastante interesante.
―¿Magia de sangre? Jamás la había visto – Owynn sonrió con satisfacción.
―Es obvio que ya no te podré sorprende con este truquito, sé que vas a entender cómo funciona muy pronto, si no es que lo sabes ya. Sí, es sangre, es mi sangre, lo único que tengo que hacer es sangrar y se formará en lo que sea, solo tengo que pensarlo y tener suficiente sangre para solidificarla, algo tan simple pero bastante efectivo, puedo crear cosas más duras que el hierro ¡No te parece hermoso! – Fred no bajo la guardia, lo miraba fijamente y lo analizaba – ahora el verdadero combate empieza.
Fred lo esperó paciente, esperando un ataque que nunca llegó, ahora él tenía que llevar el ritmo y él no desaprovechó, se acercó hacia él preparado para golpearlo en la cara, pero fue interrumpido por flechas carmesí que volaban rápidamente hacia él. Owynn se había cortado su mano izquierda, mano que ocultaba detrás de su espalda, con sus uñas y con esa sangre empezaba a atacarlo, intentaba acercarse pero las flechas evitaban que se acercara, era molestas y sabía que lo mejor sería esquivarlas. Los ataques no venían en una sola dirección, algunos venían por atrás de Fred, otros de arriba y la peor de todas venían por debajo de la tierra, Fred estaba siendo atrapado poco a poco por estos ataques aunque rápidamente comprendió algo, había forma de romperlas de forma segura. Era cierto que la punta de la flecha iba a lastimarlo pero ¿qué pasaba con el resto? Si le daba un golpe al palo este se rompería con facilidad, Fred no quería malgastar demasiada energía así que solo endureció sus manos y empezó a romperlas. Quizás no era la mejor idea, aún podía huir y atacar desde lejos, pero Fred no tuvo el tiempo para pensar en esa posibilidad, además sabía que si se quedaba lo seguía presionando se iba a cansar, estaba utilizando demasiada sangre, tarde o temprano se sentiría cansado o mareado. Fred no sabía bien cómo funcionaba el poder, había cosas que no entendía pero solo sabía una cosa, no tendría sangre para siempre y cuando esta se separa de su portador, esta volvía al estado líquido y caía al suelo. Aunque Fred cometió un pequeño error, lo perdió de vista y Owynn aprovechó esto para desaparecer, los ataques habían cesado y Fred lo empezó a buscar con la mirada, lo más extraño de todo es que lo sentía cerca, lo sentía a su lado, al frente, lo sentía en todas partes con la misma intensidad. De repente él aparece delante suyo con una espada en mano intentando apuñalarlo al pecho, directo al corazón pero Fred alcanzó a moverse un poco para que la espada carmesí solo le atravesara el pulmón derecho. Fred no desaprovecha este momento y agarra a Owynn de la mano y le pega un puño en la cara, esta vez no tiene la suficiente fuerza y se le escapa la mano de Owynn, la fuerza de su puño hace que el cuerpo de su rival salga volando lejos. Fred se regenera y mira a su alrededor, en busca de él, en su cabeza solo reinaba una idea, seguirlo a donde quiera que vaya, llevarlo hasta el mismo infierno, pero antes de empezar a correr Fred sonrió, por primera vez en la batalla relajó su cuerpo, una nueva idea se estaba formando en su cabeza, una idea que podría funcionar. Lo primero que hizo fue descansar, por lo menos su cuerpo, mientras que su cabeza estaba atento, sabía que pronto vendría él, su rival tampoco podía darse el lujo de perder a su presa, pronto volvería, y así fue, Owynn volvió corriendo para verificar que Fred no se haya escapado. Su plan ya tenía muy buena pinta, rápidamente empezó a escapar de Owynn mientras esquivaba sus golpes, no tenía tiempo que perder, rápidamente se acercó y entró al bosque, Owynn no lo perdía de vista, se acercaba para atacarlo pero los árboles solo eran un estorbo para él, cada vez que intentaba golpearlo con sus flechas carmesí Fred se escondía detrás de un árbol y desaparecía. Fred siguió aprovechando la ventaja del terreno, le empezó a lanzar árboles lo más rápido que podía, algo que distraía a Owynn y cuando tenía la guardia baja Fred aprovechó para darle con todo. Se acercó de frente, Owynn apenas pudo reaccionar cuando el primero puño golpeó en el estómago, el siguiente fue un agarre alrededor de la cabeza y la mantuvo quieta para que no pudiera escapar del rodillazo que venía directamente a su cara. Owynn sangró por la nariz y con esa sangre lanzó dos flechas carmesíes a Fred pero él ya no caería tan fácil, después de ese golpe sabía que debía alejarse. Owynn ya estaba harto de esto y empezó a quemar los árboles a su alrededor.
―Eres alguien muy listo ¿lo sabía? Pero aún te falta muchas cosas, un camino gigante que debes recorrer – Owynn dejaba en cenizas todo su alrededor – ya no tienes donde esconderte.
―No necesito esconderme, tú creaste el escenario perfecto – con el poder de mover el viento hizo bajar todo el humo que Owynn había creado además de levantar las cenizas del suelo – maldito imbécil – Owynn apenas podía ver, sentía a Fred moverse a toda velocidad a su alrededor.
―¿Quieres jugar? Vamos, se creativo, veamos que puedes hacer.
Fred apareció delante suyo y con su puño le atravesó su pecho, Fred estaba seguro que había atravesado su corazón, que se lo había pulverizado, ningún ser vive sin corazón pero la realidad era muy diferente, nunca le toco el corazón, unos centímetros más a la izquierda y todo hubiera acabado pero había fallado, suena imposible pero había fallado. Owynn ya lo estaba esperando y no desaprovechó este momento para atraparlo, le atravesó todo el brazo con la sangre que estaba en su interior, creo pequeñas espadas que retenían el brazo dentro de él, Fred intentó golpearlo la cara pero Owynn lo detuvo, no fue simple, primero endureció su mano y al mismo tiempo creó un escudo con su sangre para detener un poco la fuerza del golpe. Incluso con todo eso, Fred había podido romper un par de huesos de su mano. Owynn lo tenía acorralado y no desaprovechó esta situación. Con su otra mano libre golpeó el estómago de Fred, seguido por tres golpes en sus costillas, dos en su pecho y para terminar Owynn endureció su cabeza y le pego un cabezazo a Fred. Este era el momento para que Owynn arremetiera con todo, ya había empezado pero Fred tenía un pequeño truco bajo la manga, una patada en los testículos, un golpe mortal para cualquier hombre, incluido Owynn, un golpe que lo paralizó completamente y le soltó todo el aíre de sus pulmones, Fred aprovecho este momento para quitar su brazo del cuerpo de su enemigo. Él hizo fuerza y su brazo se empezó a desgarrar, las pequeñas espadas cortaban toda su carne, un proceso doloroso pero era peor mantenerlo ahí dentro, además solo duraría unos cuantos segundos, ya estando libre, Fred se agacha un poco y agarra a Owynn de la cintura para levantarlo y empezar a volar con él. Owynn intento detenerlo, apenas pudo dar dos golpes desesperados en el cuerpo de Fred cuando él lo soltó, es difícil calcular que tan alto estaban pero lo que sí sabemos es que llegaron más alto que cualquier montaña. Fred se hizo arriba de Owynn y lo agarró de la cabeza y se dirigió lo más rápido al suelo. Owynn solo pudo hacer una cosa, endurecer su cuerpo y hacer un escudo de sangre al frente suyo para amortiguar la caída, ir contra Fred sería algo inútil, él era más fuerte y la forma en la que lo sostenía era perfecta para inmovilizarlo, además el tiempo de reacción no fue más de seis segundos, no es fácil ocurrir buenas ideas en tan poco tiempo. El hueco que hizo el impacto fue gigantesco, la tierra tembló, todos pudieron ver cómo el polvo flotaba por el cielo cómo si fuera magia, todos escucharon el golpe y todo lo que había cerca salió volando con fuerza o pereció en el impacto. El cuerpo de Owynn quedó horrible, parte de la carne de su cara se había desprendido, la mayoría de sus huesos estaban rotos, estaba sangrando por todos lados pero eso no lo iba a detener, era una cucaracha, no importa que tan fuerte la pisara, él siempre volvería. Se levantó con su cuerpo hecho pedazos, no tenía un brazo, el otro estaba roto y Fred aprovecho este momento para atacarlo, una patada a las costillas, pero su enemigo no se iba a quedar de brazos cruzados, sus brazos eran completamente inútiles pero estaban sangrando demasiado y gracias a esto pudo cortarle la pierna de Fred, hizo dos espadas carmesí que viajaron verticalmente hacia la pierna de Fred, él ni se inmuto y siguió con su ataque, después de perder su pierna él la regeneró rápidamente y lo golpeó con fuerza. Owynn estaba acorralado, perdido e hizo lo único que se le ocurrió, crear un portal debajo de sus pies, cuando Fred le pego la patada él se dejó vencer por la gravedad y atravesar el portal, Fred quería seguirlo pero conocía los peligros de hacerlo, así que simplemente espero a que Owynn saliera al otro lado. Algunos pensarían que lo mejor sería seguirlo con un portal pero tu enemigo puede rápidamente notar eso y crear otro portal ante que tu salgas, es fácil detectar portales, por eso Fred decidió correr lo más rápido que pudo donde se dirigía su enemigo.
―Sabes, nunca pensé que eras un cobarde, eso es una decepción incluso para ti – dijo Fred cuando apareció a su lado, decidió tener una distancia sensata mientras lo analizaba, estaba claro que planeaba algo.
―Puede ser pero ¿qué importa el honor? Nosotros no debemos encadenarnos a cosas tan mundanas cómo el honor o la deshonra, nosotros somos superiores.
―Para ser alguien superior no llegaste muy lejos, las personas que hablan en medio de la pelea es para pedir clemencia, para rendirse.
―Eso jamás pasará, primero la muerte que pedir que esto acabe; además solo te hablo para hacer tiempo.
El pelo de Owynn empezó a cobrar vida, ese pelo corto y simple empezó a alargarse y a dirigirse a los ojos de Fred. Todos pueden pensar que eso no puede causar muchas molestias, quizás solo podía enredar a su enemigo y ya, pero recuerden que nada es tan simple con él y Fred lo sabía, no sabía que planeaba pero igualmente esquivo su ataque, sintió cómo ese pelo le alcanzaba a cortar un pequeño pedazo de su mejilla. Esto dejo perplejo a Fred, una situación que su enemigo aprovechó para girarse rápidamente y darle una patada en el cuello y luego le atravesó el estómago con solo dos dedos, algo que no parece tan fatal, el problema es que Owynn se había hecho un pequeño corte en ambos dedos y, en el interior de Fred, empezó a generar pequeñas flechas carmesí que atravesaban todo su interior. Aunque eso pudo ser mil veces peor, ya que deshacerse de esas pequeñas molestias era bastante fácil, simplemente ibas hacia cualquier lado y ellas atravesarían todo tu cuerpo, liberándote. Algo doloroso pero mejor que tenerlo adentro y mientras te lastiman constantemente. Fred rápidamente se alejó hacia atrás, liberándose del ataque, Owynn no lo iba a dejar escapar tan fácilmente, rápidamente corrió hacia él intentando golpearlo pero su golpe fue interrumpido por una barrera invisible, Fred al ver esto solo pudo sonreír un poco.
―Es algo débil pero lo lograste solo siguiendo tu instinto, es algo de admirar, es simplemente sorprendente.
―No eres el único con trucos debajo de la manga – la respiración de Fred se escuchaba agitada, demasiado agitada.
―Bueno, prepárate porque ahora voy enserio, la última parte, la sección más rápida, quizás podemos terminar esto en unos pocos minutos o podemos duras horas y horas ¿qué piensas de eso? – Fred soltó una pequeña sonrisa.
―Que hablas demasiado, no sabes callarte.
Fred desactivo el escudo y Owynn empezó a atacarlo, lanzó varios golpes a la cara, golpes que Fred esquivo con facilidad, Owynn intentó atacarlo con sus flechas carmesí pero Fred ya estaba preparado, saco un gran pedazo de tierra y lo utilizó cómo distracción, la visibilidad de su enemigo se veía comprometida, provocando que las flechas le fallasen, aprovechó esta distracción para ubicarse en la espalda de su enemigo, golpeó con fuerza la espalda de su rival, un golpe que obligo a Owynn arrodillarse. Aunque no se quedó quieto, rápidamente su pelo agarró con fuerza la mano de Fred, no lo iba a dejar tan fácil, pero Fred hace una bola de fuego en su mano y la lanza contra su enemigo, es un fuego extraño, es negro y se esparce rápidamente por el pelo de Owynn, lo que lo termina debilitando el agarre y liberando a Fred para luego alejarse de él. Owynn lo sigue muy de cerca, se hace un pequeño cuchillo carmesí e intenta apuñalarlo en el cuello, Fred decide pegarle una patada en la rodilla que le rompe la pierna, eso obliga a bajarle la guardia y Fred aprovecha para agarrar la muñeca de su enemigo y, con su misma mano, apuñalarlo en el cuello, un buen plan pero lastimosamente no funciono. Owynn deshizo el cuchillo, se convirtió en pura sangre antes de si quiera tocarle la piel. Owynn al tenerlo tan cerca, decidió sacarse un poco de sangre en la otra mano y apuñalarlo en las costillas a Fred, este apenas se inmuto, soltó un pequeño gemido de dolor, decidió no darle mucha importancia a esto ya que ya estaba pensando en su contraataque. Abrió su dedo medio y su índice formando una V y ambos dedos se dirigieron a los ojos de su enemigo. Fred atravesó ambos ojos, dejando ciego a su enemigo momentáneamente, aprovecho su momento de vulnerabilidad para darle varios golpes en el pecho y el estómago e intentó de nuevo atravesar el corazón de su enemigo, el problema es que Owynn ya lo estaba esperando. Dentro de su cuerpo había endurecido su sangre para detener el golpe además de endurecer su piel, cuando Fred lo golpeó su mano simplemente se rompió, no pudo atravesar la defensa de su enemigo. Owynn sonrió triunfante, casi burlándose de él, esto molesto a Fred, tanto que decidió atravesar la mejilla de Owynn con sus dedos, hasta llegar a su boca y la obligo a abrirla su boca, su otra mano se ubicó en los dientes de abajo, para evitar que con un mordisco le quitara los dedos, hizo fuerza con su mano derecha hacia abajo, tanto que le quito la mandíbula y con su otra mano hizo una bola de fuego que disparo directamente a lo que le quedaba de boca a Owynn. Su enemigo se volvió a arrodillar y empezó a escupir sangre, aunque quisiera el cuerpo de Owynn apenas se mantenía de pie, estaba agotado y sabía que no iba a durar mucho tiempo, era momento de pasar a su otro plan. Dejo que Fred intentara dar el siguiente golpe, lo miro de frente mientras empezaba a escupir sangre por lo que quedaba de su boca. Fred no dudo ningún momento y corrió hacia su enemigo, apunto directamente a la cabeza mientras estaba atento a las armas carmesí, no sabía que movimiento esperar de su enemigo, debía estar atento y aprovechar de esa situación, pero a primer movimiento sospechoso de él se iba a echar para atrás. Lástima que Fred no vio, en realidad no podía ver, las manos de su enemigo, Owynn junto el dedo medio y el dedo índice y los apunto hacia Fred, uno hacia el brazo de Fred y otro dirigido al estómago, para ser más exactos a la derecha del estómago, cerca de los riñones, de esos dos dedos se formó una pequeña luz, un pequeño rayo bastante poderoso, capaz de atravesar cualquier cosa. Ambos rayos impactaron a Fred, algo que obligo a Fred a detenerse. Owynn aprovecho este momento para agarrar la cabeza de Fred y tirarlo con fuerza hacia el piso, era el momento para acabar ahí la pelea, de terminar con el baile pero ¿por qué no seguir disfrutando? ¿por qué detenerse? Quiere llevar el cuerpo de su enemigo al límite. Owynn decide agarrar la cabeza de Fred con fuerza y la empezó a arrastrar contra el suelo, hacia que su cuerpo volara a máxima velocidad de manera vertical cerca del suelo mientras que arrastraba la cabeza de Fred contra el suelo, lo que le provocaba gran daño, su piel se empezaba a despegar, dejando una gran línea de sangre. Owynn lo llevo hacia el bosque y lanzó a Fred contra los árboles, él rompió varios de ellos con su cuerpo, en el suelo, Fred, se quedó inmóvil por unos segundos, estaba adolorido y algo confundido pero no iba a rendirse, con dificultad empezó a levantarse. Owynn empezó a atacarlo lanzando varios árboles contra él, un movimiento inútil pero que molestaba bastante, lo despistaba pero Fred ya había usado esa técnica y sabía que en el momento que los árboles dejaron de caer sabía que iba a aparecer detrás de él, y así fue, Owynn estaba agachado con sus dos dedos juntos preparado para disparar, Fred alcanzó a esquivar el golpe y rápidamente agarró la muñeca de su enemigo y levantó su brazo, para inmovilizar el ataque de su enemigo. Owynn intentó atacar con su otra mano pero Fred con un puño le rompió un dedo y le quito la mano, lo que provocó que Owynn no pudiera atacar. Aunque no todo estaba acabado para él, estaba sangrando y su rival estaba enfrente suyo, con una simple y con esa pequeña flecha carmesí pudo atravesar a Fred e intentó escapar. Aunque las cosas no paso cómo esperaba, esta acción solo hizo enojarlo y golpeó a Owynn en el pecho, un golpe que lo iba a lanzar lejos pero Fred no lo dejo, agarró su pierna, detuvo su trayectoria y lo lanzó contra el suelo, abriendo un gran hueco en este, Owynn escupió sangre y de un intento desesperado, con su mano buena disparó su rayo, Fred rápidamente se alejó de él y se puso en defensa, no era lo mejor pero mientras lo hacía podía descansar.
―¿Alguna vez te has preguntado por qué los humanos siempre se levantan? – Owynn se levantó lentamente, se sentía mareado, sentía que sus parpados empezaba a pesar – son patéticos, siempre están en el suelo, siempre lamentándose por cosas tan mundanas y la gran mayoría se levanta – se le empezaba a salir sangre por la boca, podía escuchar su corazón latir con fuerza, podía sentir a la muerte a su alrededor – sería una vergüenza si yo no lo hago, soy alguien superior, debería por lo menos estar a su nivel, debo levantarme y seguir peleando, es algo hermoso no crees.
―Lo mejor que puedes hacer es rendirte.
―¿Y dónde está la diversión en eso? Ya casi lo tengo todo, ya casi te entiendo, solo me falta una cosa más ¿qué dices? ¿quieres hacer una gran apuesta? A puro golpe limpio, voy a rebajarme a tu nivel y te demostraré que soy superior.
―Gracias – Fred sonrió, aunque estaba algo confundido, sabía que estaba mintiendo, no sería tan idiota cómo para amarrarse una mano y pelear así, jamás pelearía en desventaja.
―Se acabó la defensa, se acabó esquivar, solo atacar, atacar y atacar y ver quien de los dos cae primero.
El primero en atacar fue Fred, este se acercó a golpearle la cabeza a Owynn y él estuvo encantado en recibir el golpe, no esquivo y ni si quiera se defendió pero sí contraataco aruñando su panza, Fred se alejó un poco pero Owynn no lo iba a dejar, iba a estar lo más cerca que podría, igual que una garrapata. Owynn intentó golpearlo en el pecho y Fred solo se defendió, puso sus manos en el pecho, recibiendo el golpe en los brazos, un golpe que lo envió un poco hacia atrás, quería contraatacar pero su enemigo fue más rápido, él empezó a lanzarle bolas de fuego, Fred solo pudo mantener su posición hasta que Owynn estuvo lo suficientemente cerca para su siguiente movimiento. Él levantó la pierna lo más arriba que pudo, intentó pegarle en la cabeza pero este fue rechazado por Fred quien puso sus manos en forma de X, asumiendo otra vez todo el daño en los brazos. Owynn rápidamente quito su pie y volvió a atacar dándole en las costillas, Fred no tardó en reaccionar y agarró la pierna de su enemigo y empezó a dar vueltas, y vueltas para que agarrara fuerza y al final soltarlo y mandarlo lejos. Antes de que Owynn se pudiera levantar, Fred ya lo estaba atacando, empezó a volar rápidamente detrás de él y cuando cayó intentó golpearlo con fuerza, el golpe había hecho temblar la tierra, además de hacer un gran hueco en la tierra, un gran golpe que fue inefectivo ya que su enemigo alcanzó a esquivarlo y no solo eso, aprovechó ese momento para pegarle un codazo en toda la cara. Aunque eso no fue todo, el golpe lo dejo desorientado, él aprovecho eso para hacerse una herida en la mano y hacer que su sangre saliera por ahí y se dirigiera hacia su pierna, lo rodeara e hiciera una bota donde la punta de los pies tenía un gran filo, un zapato extraño e innecesario pero yo no soy quién para juzgar. Owynn lo golpeó con el pie de la daga varias veces, provocando que sangre, Fred solo se aleja y Owynn le sigue el paso, intenta golpearlo pero Fred lo esquiva, se mueve hacia la derecha y con la mano izquierda contraataca, un golpe en el cuello, un golpe que inmoviliza a su enemigo, él se pone su mano en el cuello mientras respira hondo, cómo si acabara de perder la respiración. Fred le empieza a golpear lo más rápido que puede en todas partes, pecho, costillas, estómago, piernas, hombro, en todas partes, lo tiene dominado por unos segundos, hasta que Owynn logra detenerle un golpe, esquica uno de sus golpes y lo golpea justo en el codo, rompiéndolo. Fred intenta huir pero no puede, algo lo detiene, mira hacia abajo y nota que algo lo ha atrapado, es el pelo de Owynn pero ¿cómo? Aunque en realidad no hay tiempo para esas preguntas, su enemigo lo agarra de la cadera, el pelo suelta los pies de Fred y él lo levanta, encorva su espalda lo suficiente para que Fred caiga de cara contra el suelo, un golpe casi mortal para cualquier humano, pero no para un Dios. Fred queda tirado al suelo, desorientado, Fred levanta la cabeza y solo puede ver un pie acercándose a él. Owynn intenta de nuevo el golpe pero Fred lo esquiva girando, rápidamente se levanta y empieza a defenderse, la batalla solo se hace más sangrienta aquí, ambos se pegaron con todas sus fuerzas, golpe tras golpe, una pelea de resistencia. La tierra tembló e incluso se abrió por culpa de este enfrentamiento, de alguna manera se podía escuchar los golpes y todo lo que estaba a su alrededor moría, golpe tras golpe en una batalla sangrienta. Aunque Owynn era el que tenía más desventaja en realidad fue casi el ganador de esa pelea, es cierto que estaba cansado y que no iba a durar más de siete minutos a ese ritmo pero no los necesitaba, Fred empezaba a bajar la guardia, Owynn noto cómo el brazo izquierdo de su enemigo empezaba a perder fuerza, cómo bajaba poco a poco y aprovechó todo eso, además sus piernas estaban débiles, podía aprovecharse de eso. Aunque decirlo era más fácil que hacerlo, es cierto que Fred también lo noto y por eso empezó a golpear con la derecha, que golpear la izquierda era casi un golpe limpio, que Fred no iba a usar sus piernas, aun así, Owynn era quien recibía más golpes, más daño y tocaba defender, solo intentaba debilitarlo todo lo que podía hasta tener una oportunidad. Y esa oportunidad al final se presentó. Primero los golpes de Fred fueron más lentos y cada vez más débiles, estaba perdiendo fuerza y Owynn solo dejo que lo atacara y mandar uno que otro golpe, iba a desgastarlo hasta que Fred bajo completamente el brazo izquierdo y él aprovechó para golpearlo lo más fuerte que podía, tan fuerte que atravesó la carne de Fred. Fred soltó una pequeña sonrisa, rápidamente golpeó el estómago de su enemigo, atravesándolo también pero Owynn no era ningún tonto, cuando hizo eso rápidamente lo atrapo cómo antes.
―Te tengo – susurro Fred victorioso.
En ese momento el interior de Owynn empezó a quemarse, Fred creaba una bola de fuego que esparcía por todo el cuerpo de su enemigo, del hígado para abajo se pulverizo, solo quedó huesos y polvo, Owynn se alejó de inmediato a sentir el dolor pero ya era tarde para él, su cuerpo había recibido demasiado daño. Se regeneró lo más rápido que pudo, aunque tenía otros problemas, empezaba a ver borroso, estaba mareado y sentía que no se podía mover, sus piernas no respondían, sentía vértigo, sentía que cada vez que respiraba el aíre era remplazado por sangre, su cuerpo no podía más, aunque no era el único. Fred se acercó a él pero no lo hizo de la misma manera, lo hizo caminando normal, estaba encorvado y respiraba con dificultad hasta acercarse a su enemigo, Owynn intentó hacer algo pero su cuerpo apenas respondía, intento mandar un golpe pero ya era muy tarde, Fred le dio un golpe en la cara que lo tiró al suelo y luego se montó encima de él. Fred empezó a golpearlo en la cabeza una y otra vez, golpes con odio y apenas con fuerza, golpe tras golpe, Owynn no podía hacer otra cosa más que aguantar y aguantar, endureció todo su cuerpo y no fue hasta que Fred se detuvo por un momento que él no contraataco. Estaba claro que el punto débil de su rival estaba en su lado izquierdo, no lo iba a desaprovechar, lo golpeo repetidamente en las costillas izquierdas. Fred gimió del dolor, rápidamente agarró la muñeca de su enemigo y se la rompió, luego agarró su otra mano y no la dejo mover y con su mano izquierda lo volvió a golpear en la cara. Owynn cómo un intento desesperado se muerde la lengua y de la sangre hace pequeñas flechas carmesí que vuelan hacia e impactan en su ojo derecho, aunque esto parece no importarle a él ya que le pega un cabezazo con toda su fuerza a su enemigo y luego un segundo y casi un tercero. Antes de que pudiera atacar por tercera vez, Owynn lo golpeó con su rodilla en los testículos para luego darle un golpe en la garganta, golpes que ayudaron a apartar a Fred de arriba y él aprovechó para huir en un portal.
―Maldito hijo de puta, voy a ir a por ti, voy a ir a por ti – Fred agarró, con odio, agarró un pedazo de tierra e intentó abrir un portal pero estaba exhausto – no te escaparas – dijo Fred levantándose – no te escaparas de mí.
Chapter 125: El fin
Chapter Text
Aunque muchos no lo crean el cuerpo y la magia están separados, ciertamente tienen ciertas similitudes, ambas se pueden llegar a cansar, pueden dejar de responder, pero que tú te canses por una no signifique que la otra esté igual, aunque en la mayoría de los casos los magos sacrifiquen su cuerpo y su magia al mismo nivel, la verdad es que uno de ellos se cansará primero, un brujo puede estar cansado de su cuerpo pero no de su magia. Para hacerlo más simple, pensémoslo como si fuera la mente y el cuerpo, puedes tener el cuerpo cansado, ser incapaz de moverte pero tu mente sigue funcionado, sigues pensando, sigues viendo, sigues funcionando aunque tu cuerpo no responda. Fred estaba agotado, apenas podía usar magia pero su cuerpo aún estaba en forma, se podía levantar y correr incluso un poco más rápido que cualquier humano, aún podía golpear fuerte pero no podía hacer nada más que eso, mientras que Owynn se había agotado pero su cuerpo. Sus músculos no daban más, llegaron a su límite, es cierto que había magia que no necesita de su cuerpo pero esa era inútil, cuando llegó a la mina no podía moverse, simplemente cerró los ojos y relajo todo su cuerpo; hacer que tu cuerpo se recupere es mucho más fácil que recuperar la energía de la magia, incluso la magia puede activar el cuerpo, aunque Owynn sabía lo peligroso que era y no quería utilizarlo aún, solo lo haría como último recurso. Fred se levantó y miró a su alrededor, sabía que él no tardaría en venir, lo único que podía hacer era sentarse y esperar, esperar pacientemente aunque con cada segundo que pasaba él se ponía más nervioso.
―¿Dónde está? ¿sigue con vida? ¿ganamos? – Bonnie apareció delante suyo.
―Sigue respirando, sigue estando fuerte, tendremos que pasar al siguiente al plan C, ya sabes que hacer – Bonnie le extendió la mano.
―¿Si sabes lo que estás haciendo? – Fred le sonrió.
―No, claro que no, claro que no pero no tengo más opción, creo que llegué a mi límite, fui un tonto y cometí varios errores pero ya sé cómo actúa, sé lo que hará, ya no me puede sorprender – Fred agarró su mano – déjame el resto a mí, te prometo que no escapará.
―Mata a ese hijo de puta y tráeme su cabeza, eres el único que te pido – lo que hicieron fue bastante simple, aunque nadie ha sabido cómo replicar su magia, básicamente Bonnie lleno de energía a Fred, vació toda su magia de su interior y se lo paso a Fred, hubo una transfusión de magia – mierda, no me dijiste que iba a marear tanto – Bonnie casi cae al suelo, por suerte Fred lo agarro y lo sentó – lo siento, es que todo me da vueltas, yo… - Bonnie cerró los ojos y empezó a respirar agitadamente – recuérdame no volver hacer esto.
―Quédate quieto, dentro de poco deberás sentirte a la normalidad, no podrás utilizar magia por un tiempo pero te pondrás bien.
―Eso no me importa, ese es mi trabajo, dar mi vida, mi espíritu por el bien del castillo, de nuestra gente, del rey, ahora mátalo de una vez.
Fred sonrió y dejo a su amigo ahí, rápidamente hizo un portal en el suelo y se dirigió dónde estaba Owynn, este apenas se estaba levantando, tenía la guardia baja con la mirada perdida, tenía la espalda encorvada y los brazos colgaban cómo si no pudiera moverlos, el momento perfecto para atacar, tan perfecto que no parecía natural. Fred decidió solo estar a la defensiva y mirarlo, mirar su alrededor, estaba claro que él planeaba algo, debía adelantarse a su enemigo, era claro que él le estaba preparando una trampa pero ¿dónde? Era mejor esperar pacientemente. Fred notó que estaba en las minas, un lugar que ahora estaba completamente abandonado, Fred lo miró atentamente, cada detalle, cada sonido, intentó utilizar todos sus sentidos para notar algo extraño pero todo parecía normal, demasiado normal y eso no le gustaba a él.
―Eres fuerte, eres diferente, eres excepcional, solo sabes usar tus puños, el fuego y los portales pero aun así estás a mi nivel, tu fuerza bruta es algo que admirar. Aunque sigues siendo un niño ¿no es verdad? ¿hace cuanto que usas tus poderes? ¿cuántas veces te han llevado al límite? Sigues estando limitado, no sabes cómo ser eficiente, gastas mucha energía al pelear y eso me dio mi pequeña victoria, aún no estás acostumbrado ¿verdad? – Owynn poco a poco se puso en posición de defensa.
―¿Por qué me dices todo esto? – Owynn le sonrió.
―¿Qué tiene de malo? Ya te disté cuenta de todo esto, eres inteligente, bastante inteligente y ya debes saber todo eso, eres conscientes de tus errores y lastimosamente no los volverás a cometer, lo veo en tus ojos, en tu cuerpo, sé lo que harás pero lo único que no sé es ¿cómo demonios sigues en pie? Sentí cómo tu cuerpo se vaciaba, terminaba sin energía, pareces casi cómo nuevo ¿cómo? – Fred sonrió.
―Un buen mago nunca explica sus trucos.
Owynn no dijo nada más, ni si quiera reaccionó, simplemente se lanzó contra él, intentó golpearlo en la cara, Fred lo esquivó sin problemas, su rival intentó golpearlo varias veces, pero Fred solo esquivaba con facilidad y al tercer golpe, uno que intentaba golpearle en las costillas, Fred agarró a su enemigo de la cabeza y le dio un fuerte cabezazo que desorientó a su enemigo. Owynn apenas pudo reaccionar cuando Fred lo volvió a agarrar con fuerza, esta vez intentó aplastar la cabeza de Owynn, algo que quizás iba a funcionar pero nada es tan simple con él, rápidamente escupió con todas sus fuerzas, saco una gran cantidad de saliva que cayó en toda la cara de Fred. Era muy tonto creer que Owynn no tendría un truco para salvarse, era una cucaracha difícil de aplastar. La saliva en realidad era un líquido que podía quemar cualquier metal, un líquido corrosivo para cualquier sólido, un líquido capaz de derretir la piel. Lo peor de todo fue que ese líquido había caído en los ojos de Fred, lo que lo dejó completamente ciego y el dolor, el dolor era horrible, indescriptible, lo único que pudo hacer Fred fue taparse la cara con sus manos. Owynn aprovecho este momento para intentar dispararle con el rayo pero Fred pudo sentir la magia, sentía el gran poder de Owynn y rápidamente intentó atacar, el golpe falló completamente pero dejo claro algo a su enemigo, seguía siendo competente incluso sin poder ver con sus ojos la amenaza. Owynn miro para atrás y sonrió para luego empezar a correr y entrar a la mina, Fred intentó seguirlo pero lastimosamente fue muy lento, cuando entró a la mina Owynn ya había desaparecido, no sabía por qué camino había cogido y lo peor de todo, se sentía extraño, volvió a sentir cómo si toda la magia lo rodeaba, como si su enemigo estuviera en todas partes al mismo tiempo. Fred no tuvo otra opción que entrar a la mina atento y preparado para correr o luchar, sabía que él estaría cerca, observándolo, no podía bajar su guardia.
―Y todos los caminos siempre llevan al mismo lugar – Fred empezó a escuchar la voz de Owynn, rápidamente se giró hacia atrás asustado, buscándolo – cada acción, cada pensamiento, incluso el azar nos llevó aquí, todo culmina aquí en estas minas.
―¿Dónde estás? ¿por qué te escondes? – Fred sabía que buscarlo con la mirada iba a ser inútil, no era tan tonto cómo para dejarse ver, simplemente respiró hondo y confió en sus sentidos, sabía que estos le avisarían por donde lo atacaría.
―Quería hablar contigo, así de simple, quiero ponerme en tu piel, quiero ser tú, quiero ser mejor que tú, pero al final, no importa cuánto me esfuerzo, siempre serás más fuerte que yo.
―Sí, es una lástima, algunos le tocan perder y otros ganar, pero aún tengo una duda ¿por qué? Juraste matarme, juraste destruirme, de alguna manera siempre has estado cerca de mí, vigilándome ¿no es cierto? Las desapariciones en el castillo, cuando le robaron a mi madre, todo eso fue tu culpa, esta guerra es tu culpa. Pudiste matarme cuando era niño, incluso antes, siempre tuviste la oportunidad de matarme ¿por qué no lo aprovechaste? – por un momento hubo silencio, algo que puso nervioso a Fred.
―No es tan simple, en realidad no te quiero ganar, no te quiero matar tan rápido, jamás quise eso, eso nunca significo una victoria, ya te dije lo que quiero, quiero conocer todo sobre ti, tocar toda tu piel, ponérmela encima, quiero conocerte cada centímetro de tu ser, eso es lo que he hecho todo el tiempo, te he estudiado. Sé que eres diferente pero ¿por qué? Es obvio que eres superior pero ¿por qué? En realidad no eres el príncipe, no eres Freddy, eres algo más, tus ojos te delatan pero ¿qué eres exactamente? ¿de qué eres capaz? Solo quiero comprenderte, quiero saber, es todo lo que he hecho. Todo siempre ha sido un experimento, al parecer hay un alma humana dentro de ti y un Dios, quiero saber que pasa dentro de ti ¿quién tiene el control? ¿cómo actúas bajo tensión? Todas esas preguntas me encaminaron a estudiarte a cada paso hasta este momento. Eres alguien sorprendente pero ya sé todo sobre ti, ya no tengo más preguntas, por lo menos no mientras estes vivo, pero una duda siempre me salta a la cabeza, es la más latente ¿qué pasara cuando te mata? ¿podré absorber tus poderes? ¿realmente morirás o quedaras cómo un fantasma o igual que un Dios revivirás al tercer día? – Fred empezó a sentir la magia de su enemigo, estaba cerca, el problema es que parecía que estaba dentro de una pared, quizás rompiendo la pared podía encontrarlo pero tenía miedo de que eso solo derrumbara la mina.
―Pudiste haberte acercado a preguntar, estoy seguro que te diría todo lo que querías saber y nos saltaríamos todo esto – Owynn soltó una gran carcajada.
―¿Y crees que puedo confiar en tu palabra? ¿crees que me dejarían acercarte a ti? No, no, solo había una manera de hacerlo. Ahora te prometo que no buscaré lastimarte, hacerte todo el daño que pueda, no intentaré llevar tu cuerpo al límite ya que me di cuenta de que perderé, ahora voy a matarte, ya no me sirves vivo pero tu cadáver puede ser demasiado útil – en ese momento Owynn disparó, estaba lejos de Fred, paredes y paredes de tierra y roca los separaba, aunque ese no era un problema para el rayo que rápidamente atravesó todo con facilidad. Por suerte, Fred alcanzó a esquivarlo sin que lo tocara, el rayo estaba muy lejos y le dio unos segundos para reaccionar
―Es bastante pequeño – Fred miro a su alrededor algo nervioso – el disparo fue demasiado pequeño, apenas pude sentirlo ¿será acaso que ya te estás quedando sin energía? Aunque me hubieras dado eso no me mataría.
―Lo sé, solo no quiero que la mina caiga encima de nosotros, todavía no. Además necesitaba distraerte.
Owynn apareció detrás de Fred y empezó a atacar con sus flechas carmesí, se hizo un pequeño corte en la muñeca y de ahí empezó a atacar. Estaba bastante alejado de Fred para poder atacarlo con los puños, además su rival era más fuerte a corta distancia, así que mientras él tendría la ventaja si se mantenía lejos de Fred. Aunque las flechas lo atacaban desde todos los lados, y muchas de ellas intentaban perderse entre las paredes de la mina, no fue ningún problema para Fred, alcanzaba a esquivar todos los ataques y a veces endurecía su cuerpo para que estos no lo dañaran, las flechas habían perdido fuerza y la punta ya no era tan afilada como antes. Aunque esto no duro para siempre, varias flechas salieron del techo, pero lo más extraño fue que al momento de estar encima de Fred, estás se deshicieron, volvieron a ser sangre que salpicaba en todos lados, cualquiera puede pensar que eso no tenía sentido pero recuerden que la magia que te derrite la piel sirve en cualquier líquido del portador, cualquier líquido. Fred se dio cuenta de lo que estaba pasando cuando la primera gota le cayó en la cabeza, pero ya era muy tarde para esquivar, lo único que pudo hacer es cubrirse la cara con sus manos, solo para asegurarse de no quedar ciego de nuevo. Era un momento de vulnerabilidad y Owynn aprovechó para acercarse a toda velocidad con una espada carmesí entre sus manos. Fred pudo escuchar cómo se acercaba, abrió los ojos y vio cómo se acercaba, estaba demasiado cerca y no podría esquivarlo pero si podía evitar que le hicieran un gran daño. Cuando la espada iba a impactar en el pecho, Fred bajo la trayectoria de la espada con la mano y esta termino impactando entre el estómago, Owynn intentó levanta la espada hacia el pecho, pero Fred lo detenía con la mano, había endurecido su mano y agarraba la espada con fuerza, a él no le quedo otra alternativa que deshacer su espada y quemar el interior de Fred. Fred sintió un gran dolor, grito del dolor pero no se quedó paralizado, por fin lo tenía cerca y aprovecho este momento para pegarle en las costillas de su enemigo, luego agarro el brazo de su enemigo y lo acercó a él, así para poder agarrarle con su mano derecha el pelo y pegarle en la cara con todas sus fuerzas con la otra mano. Owynn intentó atrapar la mano izquierda de Fred con su pelo pero él se dio cuenta de esto y lo lanzó contra la pared y ahí le empezó a golpear en el pecho unas tres veces, hasta que el último golpe lo lanzó volando hacia atrás, rompiendo varias paredes de la mina. Fred quería tenerlo cerca para golpearlo pero sabía que eso era un peligro, Owynn era errático, tenerlo cerca era también un peligro, debía acercarse y luego alejarse, era la única manera. Owynn intentó atacarlo con sus flechas carmesí, trato de volver a derretir la piel de Fred con el mismo truco pero eso ya no iba a funcionar, Fred activo su escudo y no dejo que nada lo tocara, aunque esto en realidad al final también era contraproducente, nada podía ni salir ni entrar del escudo excepto que él lo desactive. Por eso decidió empezar a arrancar grandes pedazos de roca de la pared que tenía cerca y se le empezó a tirarla a su enemigo, ataques que no le provocaban mucho daño pero que eran bastante molesto. Un poco de tierra le había caído en los ojos de Owynn, obligándolo a cerrarlos, Fred aprovechó para desactivar su escudo y empezar a disparar varias bolas de fuego hacia su enemigo. No era un ataque muy fuerte pero sabía que si se acercaba sin distraerlo iba a perder, así que mando unos pequeños golpes que Owynn podría esquivar con facilidad, ignorando el hecho de que Fred se estaba acercando. Al estar enfrente de él, intento golpearlo lo más rápido que pudo, pero fue casi inútil, Owynn esquivaba todos sus golpes, todos menos uno que parecía ir hacia la cara de Owynn, pero este se detiene y con la otra mano le pega en el pecho, después viene una patada en la pierna que lo hace caer. Fred iba a golpearlo en el suelo pero su enemigo fue más rápido y junto sus dos dedos para empezar a disparar, el rayo alcanzó a rozar la mejilla de Fred, el rayo había fallado, aunque al final el ataque hizo algo más, ya sea intencional o no Owynn logró que la mina empezara a caer encima de ellos. Él sabía cómo funcionaba esas minas, ya la había visitado en una vida pasada, solo tuvo que empujar un poco todas las rocas hacia abajo y estas empezaron a caer, intentó usar eso cómo distracción pero Fred pudo sostener por un momento las rocas con su mente y salió corriendo detrás de Owynn, rápidamente lo alcanzó y lo intentó golpear.
―Creo que hemos molestado a la mina, ahora esta caerá encima nuestro como castigo – Fred lo miro con odio.
―No me importa – dijo Fred lanzando otro golpe contra Owynn.
La mina poco a poco se empezó a derrumbar, obviamente las parades, incluso la misma montaña no era nada comparado con la fuerza de los puños de ambos, no era necesario que ellos golpearan las paredes, a veces Fred mandaba a Owynn contra las paredes rompiéndolas en el proceso y a veces el impacto de los puños de ambos hacía temblar la tierra. Owynn aprovechó todo este momento y sacó su última carta. Se acercó rápidamente hacia Fred con el brazo levantado intentándole pegar dejando todo su cuerpo desprotegido, Fred aprovechó esto e intentó golpearlo en el pecho pero cuando su puño lo toco, su enemigo se evaporo, desapareció cómo si estuviera hecho de nubes. Fred estaba completamente confundido pero eso no era lo peor, lo peor era que el verdadero Owynn estaba afuera y obligo a la montaña a caer encima de Fred, obviamente que eso no lo mataría pero si lo inmovilizaría por un tiempo, era un momento donde estaba vulnerable y él aprovecho a lanzarle un rayo hacia él. Luego del rayo la mina quedó en completo silencio, Owynn aún podía sentir la presencia de Fred, solo era cuestión de tiempo que saliera, bajo lentamente y se sentó en el suelo para esperarlo, sabía que si lo atacaba iba a ser inútil, su escudo iba a detener cualquier daño. Fred levantó todas las piedras que tenía encima y las empezó a lanzar a Owynn, él simplemente las esquivo, primero esquivo en el suelo, para luego empezar a volar erráticamente por el cielo para que las rocas no lo toquen. Fred empezó a volar enojado hacia él, Owynn simplemente abrió los brazos sin moverse, esperando el golpe, algo que hizo dudar a Fred y lo obligó a retroceder, algo no estaba bien y la sonrisa de su enemigo solo lo confirmaba, estaba tramando algo. Owynn lo miró algo confuso y un poco preocupado, al final fue él quien se acercó y lo empezó a atacar, Fred solo pudo esquivar hasta esperar que cometiera un error. Cuando eso pasó y su puño atravesó al cuerpo de su enemigo, este volvió a desaparecer, no era un cuerpo real y cuando lo tocaba este desaparecía pero ¿cómo? De repente sintió un golpe en la cabeza que lo tiro hacia el piso. Owynn siguió ese mismo plan un par de veces, una ilusión, una imagen lo atacaba y cuando Fred tocaba esta imagen desaparecía y segundos después algo le pegaba por la espalda, siempre en la cabeza. Aunque el plan no iba a durar mucho tiempo así que cambio de táctica, ahora la imagen, el clon falso era el real, Fred no le dio importancia, sabía que no era él y se llevó una gran sorpresa cuando él le dio un golpe que lo tumbo al suelo. Esa situación duro por lo menos cuatro golpes más, donde Owynn cambiaba de estrategia, a veces era él el que atacaba y a veces era su imagen, hasta que Fred se cansó y cuando vio a su enemigo acercarse, puso sus manos en el suelo y todo a su alrededor se quemó, el fuego salía disparado en todas las direcciones, la imagen de Owynn desapareció y el verdadero salió a la luz. Fred no dudo y se acercó lo más rápido que pudo al verdadero y le pego en el mentón, un golpe que lo mando volando hacia arriba. El corazón de Fred latía con fuerza, su sangre estaba hirviendo, salió volando y lo empezó a golpear por todo el cuerpo repetidamente en el aíre, hasta que Owynn esquiva uno de sus golpes y lo agarra de la muñeca y lo acerca a él para pegar un cabezazo, luego lo agarra del cuello y se dirige hacia el suelo. Ambos chocan contra él, Owynn utilizo a Fred cómo escudo y evito lastimarse demasiado, dejaron un gran hueco en el suelo, quizás por suerte o algo planeado por Owynn ambos terminaron cerca del castillo de los cruz.
―Vamos a ver si ese pequeño príncipe sigue adentro, si esa parte humana aún convive contigo – Owynn empezó a levitar y a juntar sus dos dedos, apuntó y disparó al castillo de los Cruz, el rayo le dio justo en la base y gran parte del castillo se empezó a caer. Aunque Fred no dejo que los restos del castillo cayeran al suelo – que triste, realmente pensé que lo ibas a dejar caer – Owynn lo miró fijamente con una pequeña sonrisa - ¿acaso aun no has entendido o es que no te quieres caer en cuenta? Sus vidas no importan, solo nosotros importamos – se dio cuenta tarde, cuando la primera piedra le pego, que en realidad Fred no estaba salvando a nadie, utilizo los restos del castillo y los tiro contra su enemigo.
―Solo te estaba distrayendo, lastimosamente tienes razón, si no te mato aquí y ahora todos en mi reino morirán, no puedo permitir que hagas eso – Owynn quedó sepultado por los restos del castillo – vamos, levántate, no te di tan fuerte.
Owynn empieza a salir de los escombros, él sale con una mirada extraña, mira fijamente a Fred, lo mira de los pies a la cabeza un par de veces y luego sonríe. Fred lo espera a su enemigo, sabe que lo mejor es esperar, ir siempre a la defensiva pero Owynn no se mueve, se queda quieto con una sonrisa que lo provocaba, una sonrisa de idiota que lo invitaba a golpear, la posición de las manos, todo era una provocación para que Fred se acercara. No iba a acercarse, no podría darse ese lujo, así que simplemente levanto un pedazo de piedra de los restos del castillo y lo lanzó a la espalda de su enemigo, el pelo de Owynn atrapo esta piedra y la rompió en varios pedazos, en ese momento a Fred se le ocurrió una idea que quizás funcionaría. Owynn corrió lo más rápido que pudo y lo intentó atacar, Fred alcanzó a esquivar el primer golpe y luego el segundo, a simple vista era complicado definir cuál era la imagen y cual era verdad, aunque se le ocurrió una pequeña idea que podía funcionar, rápidamente agarró una pequeña roca y se la lanzo a las piernas de su enemigo, la roca lo atravesó completamente, era una imagen, solo una nube. Aunque Fred lo supo siguió esquivando los golpes de la imagen, aún no sabía dónde estaba el real pero sabía que pronto lo iba a atacar, por eso siguió un poco más el juego y cuando pudo contraataco a la imagen y esta desapareció, en ese preciso instante Owynn intentó golpearlo por la espalda pero Fred ya lo estaba esperando. Al momento en que la imagen desaparece, Fred manda una patada que recorre todo su eje, no importa por donde Owynn intentara golpearlo, se encontraría con su ataque, lo que lo obligó a alejarse hacia atrás para no salir golpeado, Fred aprovecho que era visible para intentar golpearlo, se acercó y empezó a mandar una ráfaga de golpes, donde esquivo la mayoría menos uno, un último golpe que le da justo en la pierna. Owynn vuelve a desaparecer cómo antes, era otra vez una imagen y luego sintió una apuñalada por la espalda, no sabía cuándo se había escapado de él pero eso ya no importaba, rápidamente se giró y le disparó una bola de fuego, un golpe inútil que su enemigo esquivo. Owynn volvió a estar lejos y Fred intentó atacarlo de nuevo pero esta vez lanzó una roca grande hacia su enemigo y él la esquivo con facilidad, aunque eso solo era una distracción ya que Fred corrió lo más rápido que pudo y embistió a su enemigo tirándolo al suelo. Lo golpeó una vez en el estómago y luego le dio una gran mordida a su pierna izquierda para luego alejarse, no era lo mejor pero era lo único que podía hacer. Owynn intentó atacarlo por segunda vez y el resultado fue el mismo, la piedra había traspasado la imagen y Fred le siguió el juego, esquivo solo dos golpes y luego contraataco para luego dar la patada que por suerte golpeó las costillas de su enemigo. Fred aprovechó este momento para acercarse y pegarle dos puños en la cara, dos puños rápidos y luego se alejó, debía ser rápido, sabía que él estaba tramando algo, debía ser impredecible, rápido e impredecible. Owynn volvió a atacar pero esta vez fue diferente, era él quien iba a atacarlo, Fred hizo el truco de la piedra y noto como esta impacto y cayó al suelo, rápidamente esquivó dos de sus golpes y se dejó golpear al tercero, un golpe directo a la cara pero él rápidamente agarró la muñeca de su enemigo con su mano izquierda y lo empezó a golpear en el estómago, luego lo soltó y con la mano izquierda lo golpeó en la cara. Owynn había notado su pequeña trampa, volvió a atacar, sintió la piedra tocar contra él y le dio solo un golpe a Fred, luego de eso creo una imagen que lo seguía golpeando, Fred no se había dado cuenta, cayo completamente en la trampa, Owynn lo golpeó antes de que su enemigo golpeara a su imagen. Fred miro a su alrededor algo sorprendido.
―Es molesto ser invisible todo el tiempo, es cansador – Fred recibió un golpe en el estómago – pero no me dejaste otra opción, esa técnica tuya fue bastante buena pero hasta aquí llegaste – Owynn intentó golpearlo otra vez pero no pudo tocarlo, Fred había activado el escudo.
―Eres un tramposo pero no te preocupes, yo tampoco jugaré limpio. Supongo que esa técnica tuya es más molesta que mi escudo, nada lo romperá, no podrás hacer tu famoso rayo para destruirlo, lo sentiré antes y lo esquivaré, eso lo sabes. Así que muéstrate antes de que caigas cansado.
―Chico listo – Owynn se mostró frente a él – quizás en otra vida pude ser tu maestro, quizás en otra vida pudimos estar juntos y disfrutar de la miseria humana pero aún eres muy joven para entenderlo, aún eres muy joven y quizás nunca lo descubras, estás rodeado con esas hormigas, ya sientes compasión por ellas – Fred bajo el escudo y se quedó inmóvil, no sintió ningún golpe de él – eso al final solo te estorbara.
Owynn decidió hacer las cosas un poco más diferente, esta vez separo su cuerpo en dos y ambos lo atacaron, Fred no sabía a qué prestarle atención así que lanzo dos bolas de fuego, el problema fue que ambos la esquivaron, no tenía más tiempo ni otra opción, empezó a esquivar a los dos lo mejor que podía aunque esto al final fue imposible, uno alcanzó a golpearlo pero su mano atravesó el cuerpo de Fred y luego desapareció. Fred no lo dudo ni un segundo más y rápidamente ataco al Owynn que quedaba, no le importaba lo golpeaba, su golpe iba a ser más fuerte, aunque este también era solo una imagen, al golpearlo este desapareció, el verdadero Owynn lo volvía a golpear por la espalda. Las cosas siguieron así durante un tiempo, a veces Owynn creaba a varias copias suyas o creaba solo a una, a veces se escondía entre las copias y a veces era invisible, Fred no pudo hacer más que resistir, parece que Fred va en desventaja pero la verdad es que no, es cierto que su cuerpo está demasiado debilitado pero aún tenía energías para usar su magia. Mientras tanto Owynn se cansaba más y más, las imágenes se volvían menos realistas, eran más difusas, eran borrosas y entre más clones había más obvio era estos errores, al final la cosa no se pudo sostener para siempre y Fred alcanzo a contraatacar, pudo ver el ataque de Owynn, lo esquivo y luego lo tiro al suelo con una patada. Se puso encima de él para que no se levantara y empezó a golpearlo en la cabeza una y otra vez, esto no duro mucho, su enemigo agarró sus manos y con ayuda de su pelo poco a poco empezó a levantarse, Fred levantó una roca bastante pesada de los restos del castillo y con esta golpeó el pie derecho de Owynn, rompiéndolo y luego hizo lo mismo con el izquierdo, haciendo que ambos cayeran al suelo. Owynn le escupió y el ácido le cayó en la cara de Fred, lo que obligo a Fred a alejarse. La respiración de Owynn empezaba a acelerarse, las manos le temblaban, sabía que no era buena idea seguir con ese ataque, no hasta un momento concreto, para saber que realmente va a ser útil. Fred vio que no se movía, lo vio respirar con dificultad y no lo dudo, se acercó y lo intentó golpear, Owynn lo esquivaba y luego contraatacaba, a veces sus puños se encontraban y eso provocaba que la tierra temblaba, algunos guaridas intentaron acercarse pero al sentir la tierra mover y escuchar los golpes se acobardaron y se fueron lejos, muy lejos. Las cosas fueron subiendo poco a poco, Owynn se estaba quedando atrás de nuevo, por eso empezó a usar su entorno para su beneficio, empezó a levantar piedras y a lanzarlas contra Fred, lo peor que hacía era coger un poco de tierra y cuando menos se lo esperaba o estuviera acorralado lo lanzaba a los ojos de Fred, en ese momento él aprovechaba para golpearlo y alejarse de él. Fred estaba siempre intentando acercarse, era el que atacaba una y otra vez, Owynn prefería alejarse, su mejor forma era ir a la defensiva, siempre lejos de Fred y lo atacaba con piedras, aunque eso poco a poco fue haciéndose más inútil, Fred activaba su escudo, lanzarle rocas no iba a causarle nada, solo había una opción, sacrificarlo todo. Owynn dejó de correr y se empezó a cortar las manos, de ahí empezaron a salir varias flechas carmesíes debajo de él, algunas impactaron contra él pero el escudo hizo su trabajo, solo permanecían cerca de él mientras Owynn se acercaba, intentó golpearlo pero Fred esquivó y contraataco pero, como siempre, él solo estaba peleando contra una imagen y al momento de tocarla las flechas se dirigieron a su mano, atravesándola y luego deshacerse y derretir el brazo de Fred.
―Maldito hijo de puta, pensé que ya habíamos pasado por eso, pensé que ya lo habíamos superado.
―Pues quita tu maldito escudo – Owynn apareció enfrente de él y le pego un puño en el estómago.
Owynn empezó a golpearlo y Fred solo se quedó defendiendo, no lo intentaba esquivar, solo ponía sus manos cerca de su cabeza y dejaba que lo golpeara, hasta que vio su oportunidad, esquivó uno de sus golpes y luego le pego un rodillazo en el estómago para luego clavarle dos pequeñas rocas puntiagudas en el talón de su enemigo. Owynn perdió el equilibro, la gravedad lo estaba venciendo y al final gano al Fred patearle las piernas, ya en el suelo Fred le rompe una de sus piernas con una patada, intentó hacer lo mismo con la otra pero una roca iba hacia su cara, él la esquiva con facilidad, pero se da cuenta que algo lo está sosteniendo bajo tierra. Esto lo detiene tan solo unos segundos pero es suficiente para que Owynn cree una espada carmesí que atraviesa a Fred por el costado y luego se deshace para causarle aún más daño. Fred vuela hacia arriba con dolor, el pelo de su enemigo no resiste y logra escapar para tocar el cielo, Owynn lo sigue a los pocos segundos, intenta golpearlo por abajo pero falla, ninguno de los dos se quiere acercar al otro, por eso se empiezan a lanzar bolas de fuego sin ser capaz de darse uno al otro. Aunque al final el encuentro se tiene que dar y ambos a gran velocidad y fuerza se golpean mutuamente en la cara, las nubes que tenían arriba suyo habían desaparecido, ambos salieron volando hacia atrás contra el suelo. Fred es el primero en levantarse y el que intentó atacar primero, corrió tan fuerte y tan rápido que si le hubiera golpeado a Owynn este hubiera muerto o, por lo menos, le haría volar la cabeza, fue tan rápido que sus piernas no soportaron y la piel se empezaba a romper pero Fred se regeneraba y seguía corriendo. Owynn apenas tuvo tiempo para reaccionar, un escalofrío recorrió su espalda, rápidamente creo una imagen la cual Fred golpeó y este se hizo solo a un lado, junto su dedo medio y su dedo índice y cuando Fred dio el golpe él disparo, no tuvo mucho tiempo para apuntar, por eso hizo que el rayo fuera grande, muy grande y luego disparó. El ataque logró conectar contra Fred, quito de la cintura para abajo, cualquiera se hubiera rendido, creería que todo estaría acabado pero Fred no se iba a rendir, era el mejor y le hizo una promesa a Freddy, siempre lo iba a cuidar, siempre. Antes de que cayera al suelo Fred empezó a levitar, su enemigo no pudo reaccionar a tiempo, Fred salió disparado contra Owynn con el puño cerrado y le atravesó el pecho, Owynn hizo que su sangre se convirtiera en flechas carmesí y luego las convertía en acido, aunque esto no le importo a Fred y empezó a golpearle en la cabeza mientras poco a poco regeneraba sus piernas. Owynn junto dos de sus dedos y le apunto a la cabeza de Fred, estaba cargando su rayo cuando Fred le dio un cabezazo y le rompió los dos dedos, evitando así que pudiera disparar. Fred alcanzo a regenerar una de las rodillas de su cuerpo y empezó a golpearlo por el costado con ella como podía, mientras que con la mano libre lo golpeaba en la cara, algo que no duro mucho ya que la mano que tenía Fred dentro de él había desaparecido, el ácido la había destruido completamente y Owynn se pudo alejar de él. Fred no iba a dejar que se escapara, rápidamente lo siguió mientras le lanzaba dos piedras por la espalda, Owynn con su pelo detuvo las rocas y esquivo el primer ataque, ya con el segundo no tuvo tanta suerte. Fred puso su mano en la cara de Owynn y empezó a quemarla, Owynn agarro la muñeca de su enemigo y con su otra mano libre le pego en la garganta tan fuerte que logro abrirla, luego aprovecho para romperle una de las manos a Fred, luego le pego en el hombro tan fuerte que lo rompió y por último le pego una patada que alejo a Fred. A partir de ahora Fred era más violento, más rápido y fuerte, él sabía que su enemigo se estaba debilitando poco a poco, lo notaba en su cara, creía que él estaba peor y si lo empujaba un poco más iba a caer, solo necesitaba un empujón, un gran empujón. Por eso lo ataco con todas sus fuerzas y Owynn no pudo hacer mucho, la velocidad de Fred era impresionante, además que era errático, no sabía cómo iba a golpear, a veces lo hacía con la cabeza, con las piernas o con los puños, no sabía por dónde vendría el golpe y cometer un solo error era fatal. Owynn empezó a usar el entorno a su favor, a veces cuando iba a golpear él las ponía enfrente para que Fred las golpeara o las lanzaba en la rodilla de Fred para que este estuviera obligado a esquivar o si no el golpe iba a perder el equilibrio. Owynn tuvo una oportunidad muy interesante, él alcanzo a golpearlo en la pierna, lo que hizo que Fred se arrodillara momentáneamente, él iba a golpearlo en la cabeza pero observo el reino detrás de su enemigo y ahí se le ocurrió una maravillosa idea, rápidamente lo agarro del cuello y voló contra todo el reino, utilizaba a Fred cómo escudo mientras atravesaba las murallas del reino. Owynn intentó hacerlo pasar por todas las casas, además de arrastrar su cara por el suelo, pero Fred le rompió el brazo y se soltó, para después lanzar a su enemigo hacia el reino, rompiendo un monto de casas y seguramente matando a un montón de personas. El cuerpo del brujo cuerpo descansaba dentro de una casa, tenía la espalda rota y sentía que no se podía mover cuando Fred llego y se puso encima suyo para golpearle la cara varias veces. Owynn intentó golpearlo pero rápidamente Fred lo inmovilizo, le rompió completamente la mano derecha y con su mano izquierda inmovilizo la mano izquierda de su enemigo y así lo siguió golpeando, hasta que varios pedazos de madera lo atravesaron por la espalda. Owynn aprovechó para soltar su mano izquierda, agarrar la cabeza de su enemigo por atrás y luego pegarle dos cabezazos con fuerza y luego golpear la cabeza de su enemigo con toda su fuerza contra el suelo, Fred hace un poco menos de fuerza, así que Owynn aprovecha para liberarse y lanzarlo hacia la izquierda. Ambos se miraron, ambos estaban acabados y ambos querían acabar con esto de un solo golpe, ninguno de los dos dudo y rápidamente se dirigieron hacia su enemigo, ambos puños se encuentran y el resultado es devastador, las casas que estaban a su alrededor salieron volando, no quedo absolutamente nada a su alrededor, el piso quedo completamente destruido, la tierra se abrió por completo y los brazos de ambos quedaron hecho añicos, los huesos se les rompieron, la carne se le cayó, todo ese dolor los obligo a retroceder.
―Antes de terminar con esto, dime que eres exactamente, eres alguien diferente a Freddy, me habían dicho cosas de él y tú eres casi lo contrario a él – Owynn poco a poco se regeneraba su brazo.
―Solo soy un puto fenómeno que acabara con tu vida. Además tú ya lo dijiste, soy un Dios, tengo que ponerte en tu lugar.
―Si yo tuviera más tiempo nos hubiéramos conocido mejor, incluso podría darte lo que quieras, hubiera sido diferente pero ambos sabemos que los magos no tenemos una larga vida.
Fred se regeneró más rápido, Owynn podía sentirlo, él estaba mejor, iba a resistir más así que jugo su última carta, lleno su cuerpo de adrenalina y obligo a su corazón a latir lo más rápido posible. Fred empezó a correr hacia su enemigo y Owynn empezó a huir, era más rápido que antes, para alcanzarlo, Fred tuvo que usar más energía para que su cuerpo, intentó golpearlo en la cabeza pero su enemigo pudo detener el golpe con facilidad, algo que sorprendió a Fred, no analizo mucho la situación y decidió atacar de nuevo. Owynn simplemente lo esquivo y contraataco con una patada que lo lanzo hacia unas casas, lo espero pacientemente, sabía que él aparecería y así lo hizo, Fred intento golpearlo pero otra vez salió corriendo, aunque esta vez Fred pudo alcanzarlo y golpearlo pero al hacerlo sintió algo extraño, todo su cuerpo era mucho más duro que antes y los golpes también, apenas reacciono al golpe y rápidamente Owynn contraataco. Fred decidió alejarse, debía pensar en otra estrategia pero su enemigo no lo iba a dejar, ahora era él quien llevaba el ritmo, era él quien atacaba y no lo dejo respirar, empezó a seguirlo, Fred intentó detenerlo lanzándole varios restos de casa pero él simplemente los esquivo y alcanzo a Fred, intentó golpearlo pero él lo esquivo y le dio dos golpes en la cara. La pelea siguió así durante un tiempo, Fred solo podía correr y contraatacar mientras Owynn era quien lo perseguía, sus golpes eran mucho más fuerte que antes y le causaba más dolor, lo mejor era esquivar sus golpes pero era más fácil decirlo que hacerlo. El reino quedó completamente destruido en esa pelea, pasaban a través de la casa como si nada y usaban sus restos para intentar golpear a su enemigo; por suerte la gran mayoría de las personas se habían ido desesperadas al ver el castillo caer, todo el mundo salió corriendo desesperado, es cierto que varios murieron ese día pero el numero pudo ser mucho peor. La batalla parecía estar igualada, incluso te digo que Owynn estaba ganando, parecía un animal que atacaba con fuerza y rapidez, no se detenía y Fred solo podía esquivar pero Fred solo tenía una cosa clara, los ataques no durarían para siempre, solo debía aguantar. Aunque decirlo es mucho más fácil que hacerlo, su cuerpo era un saco de boxeó gigante, él no iba a aguantar tanto tiempo y sus golpes parecían no tener efecto, estaba acorralado, entre la espada y la pared, una pelea de resistencia. Hasta que de repente el musculo del brazo exploto, el cuerpo de Owynn no podía más, no resistió y cedió ante la presión, Fred miro asombrado esto y entendió que este era su momento, rápidamente le pego una patada en el estómago y se alejó. A pesar de esto Owynn no dejo de atacar, cada golpe que daba le dolía, incluso sangraba internamente pero eso no le importaba, rápidamente se regeneraba y seguía atacando, sus golpes eran más débiles pero seguía haciendo mucho daño. Fred tuvo una gran idea, recibir todos los golpes y contraatacar, golpearlo en las partes donde sus músculos explotaban, donde sangraba, quería hacerle el mayor daño posible. A veces Owynn esquivaba un golpe y agarraba la mano para rompérsela pero la mayoría del tiempo recibió todos los golpes, todo y cada uno de los golpes, hasta que no pudo más, sus piernas empezaron a fallar, explotaron sus músculos y él perdió el equilibrio y termino arrodillado. Fred aprovechó todo esto y lo golpeó por todo el cuerpo lo más rápido que pudo, lo golpeó hasta que se le rompieron sus manos y más, Owynn intentaba detenerlo pero era inútil, él rápidamente esquivaba los golpes que le lanzaba o se protegía con su brazo, agarraba el brazo y lo movía hacia un lado y lo seguía golpeando, cuando intentaba levantarse Fred le daba una patada a la rodilla que la partía y lo seguía golpeando, no lo dejo caer al suelo, no lo dejo de golpear. Golpeó y golpeó hasta que su cuerpo no pudo más, hasta que tuvo que alejarse y sentarse, hasta llegar a su límite.
―Esto es por todos lo que mataste, todas las personas que hiciste perderlo todo, su familia, sus amigos, esto es por todos ellos – Owynn se ríe para luego escupir sangre.
―¿Enserio? ¿enserio crees que ellos merecen tus últimas palabras? ¿enserio crees que mi castigo es por culpa de ellos? No eran nada comparado conmigo, somo dioses, por favor si me vas a matar por lo menos que sea por algo que sí valga la pena, por odio hacia mí por intentar matarte, por algo que te hice pero ¿esto es por los que mate? ¿crees que merezco un castigo por aplastar un montón de hormigas? No, no, eso es patético, los humanos son patéticos – Fred lo mira fijamente mientras aprieta con fuerza su puño.
―Puedes que tengas un poco de razón pero hay algo que no ves, te equivocas en algo. Es cierto que hay humanos patéticos, igual a los que describes pero también hay humanos que merecen la pena, humanos que nos pueden enseñar algo a nosotros mismo, te crees superior pero no lo eres, eran tan inferior como ellos, toda tu vida siguió un propósito tan estúpido. Te burlas de los humanos y sus razones para seguir adelante pero tú eres peor, tu razón es la más banal de todas. Eres igual a ellos – Owynn sonríe y deja que la gravedad lo venza completamente, ya no intenta luchar y solo se relaja.
―Eso está mucho mejor.
Fred se pone a su lado, cerca de su cabeza y de una sola patada le parte la cabeza, matándolo pero aun así, Fred decide asegurarse de su muerte, se acerca al pecho de su enemigo y le saca el corazón para luego quemarlo, para que no haya nada más de él, para que no tenga nada, ni un cuerpo, ni un alma. Fred miro a su alrededor y sonrió, pudo por primera vez en el día cerrar los ojos y sentir el calor de sol en su cara, el viento pasar entre sus dedos y al final cayó contra el suelo exhausto.
Chapter 126: Epilogo: Los muertos
Chapter Text
Muchos no llegaron hasta el final, hasta ese día donde todo cambió, no solo porque todo un reino había desaparecido, también Freddy fue el nuevo rey e hizo muchos cambios, muchos murieron para llegar hasta aquí, mucha sangre fue derramada y si hablo de todos ellos jamás acabaré. A nosotros solo nos importa un par de muertos, alguien que dejó impacto en su mundo, incluso algunos dejan la huella hasta el día de hoy. Pasemos por la persona que menos se sabe, Camí, al final no sabría decirles qué pasó con ella, si al final tuvo un entierro o no, lo que más se dice es que sí, antes de pelear se había enterrado lo que quedaba de su cuerpo, pero hay otras personas que dicen que no, que su cadáver, sus huesos, todo simplemente desapareció. Nadie recuerda a Camí, no como una persona, muchos dicen que solo era una creación del brujo, que era un cadáver viviente, saben que fue la mano derecha y alguien importante, la cara de él, los ojos y los oídos pero es poca la información sobre algo puntual que hizo ella, muchos ni sabían que se llamaba Camí, incluso yo a veces lo dudo. Lo más extraño que he escuchado es que ella nunca existió realmente, lo cual es imposible, pero a la gente le gusta crear cosas que son imposibles. Aunque Camí tuvo mucha suerte, siempre estuvo en la mente de las personas, tratando de descifrar el misterio que la rodeaba, siempre tan distante y borrosa pero estaba presente. Algunos no tuvieron esa misma suerte como Meg y Bon, ellos fueron olvidados con la siguiente generación, los pocos amigos que tuvieron al final murieron sin compartir su historia, nadie los recuerda, solo eran otros bandidos más. No hubo cuerpo para Meg, ni entierro y tampoco lágrimas, no hubo nada, no era alguien que salía demasiado y a casi a nadie le importaba y Bon tuvo una historia un poco diferente, su cuerpo fue revisado y estudiado y al final, tuvo el mismo destino que muchos cuerpos que se encuentran en la calle, se tiran a la fosa común y se olvidan. Aunque él sí tuvo una persona que le lloró, que lo recordó, lo recordó con odio pero lo recordó y cada cierto tiempo le llevaba flores a la fosa común que fue tirado, o la que Bonnie creía que fue tirada.
―Fui un idiota ¿lo sabías? Claro que lo sabes, debía haber hecho algo más que sacarte de mi habitación, estaba tan herido que no vi lo más obvio, podía utilizarte como tú me utilizabas, sacar toda la información que tenías, aunque fuera a la fuerza, debí hacer algo, yo debí… - Bonnie apretó con fuerza su puño – aunque fueras una mierda espero que estés en un lugar mejor, siempre me dijiste que no querías estar aquí, que no hay lugar para subir, querías dejar de ser tú ¿no es así? Siempre te arrepentiste, solo espero que alguien le haya importado eso y te haya dejado en un buen lugar, solo espero que puedas descansar en paz.
Joy fue la que tuvo más suerte, el día en que murió mucha gente lloró, sobre todo los borrachos, realmente sintieron la pérdida y la recordaron, aún sigue siendo recordada por alguna que otra historia de borrachos pero siempre la nombran o la recuerdan como la mejor dueña de una taberna de todos los tiempos o quizás la más noble. Ella hizo algunas cosas malas, nadie es perfecto pero la gente no lo menciona, estoy seguro de que ni se acuerda, creen que era un pan de Dios, un ángel, alguien tan noble y quizás lo era, quizás era la mejor persona rodeada de un malestar, de la suciedad, el objeto más limpio y puro de la basura. Suena cruel pero es cierto, solo miren sus amigos, no tenían las manos limpias, solo ella. Town también fue uno de los pocos que fue recordado, aunque no sé si así quería ser recordado, que quizás lo mejor sería ser olvidado; Town solo se convirtió en la rata del brujo, ese informante que estaba dentro de las paredes del reino, se convirtió en un asesino, en alguien que buscaba que el brujo lograra sus objetivos. El Town buena onda con una sonrisa y que siempre ayudaba a todos falleció y solo quedo sus malas acciones. Yo no me quejo, él lo escogió por sí mismo, estas deberían ser las mínimas consecuencias por todo lo que hizo pero lastimosamente mi trabajo va más allá de lo que pienso, debo decir la verdad aunque yo no quiera, una vida tranquila y buena se transformó en la de un cobarde. A Eak le fue bastante bien, actualmente está siendo venerado por alguna banda de bandidos, siempre te cuenta la historia de Eak, la persona que entró dos veces al castillo, una persona sin miedo y con grandes ambiciones, capaz de enfrentarse a doscientos soldados y casi llegar hasta el rey, una completa leyenda. Los bandidos lo tienen como inspiración, alguien que debes llegar a ser si quieres realmente ser un bandido y por suerte su cuerpo no fue enterrado porque si no, todas estas personas se arrodillarían y quizás rezarían por él. Nadie sabe en realidad donde está su cuerpo, no tuvo entierro, nadie lloró por él cuando murió, no era nadie y al inicio el rey lo celebró, celebró su muerte pero poco a poco la leyenda de Eak fue tomando fuerza, dejó una huella para la posteridad como inspiración para los peores tipos de persona. Lily es quizás la persona más recordada por el momento, aunque no por su personalidad o sus acciones sino simplemente por su arte, admirada por varias personas, quizás demasiado pero a mí me da igual, no sé nada de arte ni me interesa, incluso creo que las personas solo se centran en su arte y odian a su creadora, intentarán separar a la artista de su creación. Esto llevará a lo más evidente, poco a poco la olvidaremos, ya no habrá ninguna Lily que creó los cuadros, que pintó las paredes, que hizo todo este arte, ya no importa y nunca importó, solo era una loca suicida con un pequeño don, como muchos de los artistas.
―¿Ustedes han escuchado la historia de Fede? Si jamás lo han hecho, han fracasado como caballeros, quizás nunca fue el más importante y comparada con verdaderos caballeros y gente con habilidad cómo la guardiana, Fede desaparece completamente pero aún así deberían escuchar la historia – mencionaba un caballero a sus dos compañeros jóvenes.
La historia de Fede vive dentro del castillo por el boca a boca, se le dice sobre todos a los más jóvenes, si quieres ser caballero sí o sí debes conocer la historia de Fede, si escuchas con atención siempre escucharás un susurro que habla de él, que menciona una muy pequeña parte de su historia. Siempre hablan de lo buena persona que era el caballero, como él nunca se rendía, aunque nunca llegó muy lejos, siempre se quedó en la sombra del castillo. Era alguien a quien admirar, su gentileza y determinación eran admirables, solo que simplemente no tenía el talento para manejar la espada, a veces no importa cuánto lo intentemos, no estamos hechos para algo. Obviamente lo más mencionado en su historia es el último día que estuvo con vida, el día de su muerte, jamás ha cambiado mucho y todos dicen lo mismo, muerto en el castillo por un cuchillo de cocina, muerto solo y en la oscuridad y seguramente sea lo único que nunca cambie con los años, se olvidará su nombre pero nunca de su muerte. Mai es un caso complicado, no tuvo cuerpo ni entierro, no sabemos nada después de que Puppet la vio morir, de hecho, desde que el brujo la cambió físicamente, la mayoría de las personas se alejaron, solo la miraban con pena, la pobre chica con problemas, fue algo triste de ver y muchos creían que era mejor que estuviera muerta, que fuera con Dio para descansar. Al morir todos sintieron un alivio, estaría en un lugar mejor, jamás supieron cómo murió pero todos sabían que había muerto y se fue olvidado de ella poco a poco hasta no quedar nada. Pero Puppet no iba a dejar que esto pasara, iba a encontrar una forma de que su hermana viviera para siempre, hizo pequeños gestos para que siempre sea recordada pero todavía no me quiero adelantar tanto. Además, le puso Mai a la hija que tuvo, muchos solo conocen a la hija y no a la hermana, y es normal, pero sigue siendo un gesto para mantener a su hermana entre los vivos. Descifrar cómo son recordados Deuz y Oxy es aún más complicado, nunca he pisado el mar, me aterra y sé que si conozco un pirata, este primero me va a querer matar que hablar conmigo, así que no puedo decirles si son recordados, pero por las historias que he escuchado, yo no lo creo, incluso he escuchado que otras personas se han robado sus nombres. Al parecer no quedan más de ellos más que el triste recuerdo de mi memoria y de mi verso, seguramente cuando muera el recuerdo morirá conmigo, como pasa con un montón de historias. Ahora tengo que hablar del elefante en la habitación, el único muerto que es recordado por la gran mayoría, Owynn, el brujo, nadie lo quiere mencionar, nadie lo quiere recordar pero ahí sigue, vigente, algunos lo recuerdan cuando ven un mago, es una peste que no se puede olvidar, siempre está ahí, vivo por el boca a boca, incluso yo estoy ayudando en eso. Todos tienen miedo de mencionarlo, por lo menos todas las personas sin poderes, he escuchado a veces que algunas personas lo veneran como un dios y algunos locos simpatizan con él, es quizás la persona que siempre estará en nuestros recuerdos, la eterna pesadilla.
Chapter 127: Epilogo: Los marineros
Chapter Text
Fox al final se recuperó de sus heridas, fue a un hospital del reino y ahí se quedó varios días, cuando por fin se pudo levantar de su cama, fue llamado por el nuevo rey Freddy. Quería agradecerle personalmente por todo lo que hizo, aunque en realidad eso es un poco mentira. De toda la habitación Freddy era el único que sabía la historia de Fox, sabía todo y no podía perdonarle tan fácilmente, el pasado nunca se borra, él nunca hizo nada para hacerlo, aún seguía existiendo esa maldad en su corazón, latiendo fuertemente, debía pagar con la muerte. Por lo menos eso es lo que decían las leyes. El problema es que Freddy no lo veía correcto, al final él los ayudó, sabía el costo de decir la verdad, y aun así les quiso ayudar. Freddy se encontraba en un cruce, el primero de varios, pero encontró una solución muy simple, decidió hablar primero con él y le contó todo lo que iba a pasar después, le contó que ya sabía quién era y lo que hizo en el pasado, que era un pirata y que ambos saben cómo se castigan a esas personas. Pero Freddy le dio una salida muy simple, debía pagar de otra manera, debía trabajar para él, podría volver al mar, ser un marinero honrado, el único problema es que seguramente solo sería alguien que limpiara la borda, ponerle de capitán era demasiado arriesgado, debía ganárselo poco a poco, si movía sus fichas quizás lo lograría, pero debía empezar desde abajo. Además, no se le iba a pagar por nada y tampoco pisar el reino sin autorización de su capitán o alguien superior a él. Fox estaba un poco dudoso con ese tema, no se escuchaba como un buen trato, pero hubo algo que Freddy prometió que lo hizo aceptar sin dudar, le prometió que iba a liberar a Onnie y perdonarle todos sus castigos siempre y cuando trabaje con nosotros o con algún rey, le dijo que lo había visto y que parecía alguien amable pero seguía siendo pirata. Ambos quedaron libres de la muerte, pero con una gran advertencia, todos los errores que él cometa, ambos los deberán pagar.}
―Aquí les presento a un nuevo miembro de nuestra nueva tripulación, el marinero Fox – Freddy agarró su espada y se lo puso suavemente en los hombros – ahora eres uno de nosotros, ahora puedes empezar tu nueva vida.
Se hizo una celebración por los actos del capitán Fox, muchas personas asistieron, aunque la gran mayoría ni lo conocía e igual aplaudieron cuando lo volvieron un marinero, nadie estuvo en contra y rápidamente fue aceptado con honores y todo, algo que ayudaba tanto la imagen de Fox cómo la del rey, tanto que incluso hoy en día solo se cuenta y se recuerda la historia de Fox cómo marinero del rey, un leal guerrero. La transición fue simple, nadie le dijo que no a Fox, todos sabían que él llegaría y fue recibido con aplausos y halagos, a él no le importó mucho, solo estaba esperando una cosa, que él estuviera ahí, su tripulante más leal, su amigo. La triste realidad es que no era así, Onnie no se encontraba ahí y se decepcionó bastante al saberlo, pero no podía hacer otra cosa que resignarse y esperar a que sus destinos se juntaran. Sus primeros labores no eran demasiado buenos o emocionantes, trapear, limpiar, quedarse despierto hasta noche para vigilar, cosas menores y normalmente lo dejaban sin descanso, era un castigo, nunca olviden eso, siempre será un castigo y a él no le importaba, era mejor que estar muerto. Además no todo era malo, estaba en la playa, cerca de su antigua vida y cada vez que tenía un descanso, sus amigos lo venía a saludar, a hablar, aunque solo sea por cinco minutos, él contó bastante poco de lo que pasó, era algo cerrado y siempre contaba una historia corta y diferente para todos, la única persona que le dijo la verdad fue a Abby. Aunque antes de llegar con ella, debemos hablar de algo importante, de Onnie. Los barcos reales no se mueven mucho, esperan órdenes y rara vez tienen grandes batallas, solo cuando hay guerras, Fox se quedó diez días en el mismo lugar haciendo lo mismo pero justo en el día número ocho llegó Onnie, rodeado de varios caballeros. Fox quiso hablar con él pero no pudo, solo podía hablar su capitán, y lo haría de manera privada. Fox suspiró algo frustrado y miro toda la situación desde lejos. Le informaron al capitán que él iba a ser su nuevo miembro de la tripulación, por lo menos momentáneamente ya que el rey tenía otros planes para él, el capitán acepto, al final eran órdenes del rey, él no era nadie para llevarle la contraria. Onnie rápidamente entro y lo metieron dentro del barco, cada barco real había celdas para los prisioneros y Onnie fue a parar ahí, Fox no entendía que estaba pasando, le preguntó al capitán quién era él y que es lo qué estaba pasando y el capitán simplemente se río.
―No seas tonto, ustedes dos se conocen – Fox intentó negarlo pero el capitán siguió hablando – tranquilo, lo sabemos todo, el rey ya nos contó absolutamente todo así que no hay necesidad de hacerse el inocente. Lo siento por tener a tu amigo así pero es pura burocracia y apariencia ¿qué pasaría si la gente descubre que el rey está liberando prisioneros? Se forma un gran problema, así que hicimos todo el espectáculo para que la gente crea que es solo un prisionero especial, aunque lo liberemos cuando salgamos.
―¿Cuándo vamos a salir? – el capitán se encogió de hombros.
―No lo sé, cuando sea necesario. Pero no te preocupes, normalmente no pasamos más de tres semanas en el mismo lugar, siempre nos necesitan en algún lado, aunque sea solo apariencia, así que tu amigo estará bien, de hecho, ve a hablar con él – Fox sonrió y se acercó a su compañero.
―Jamás te imagine trabajando con ellos – dijo con una pequeña sonrisa.
―Y yo jamás te imaginé aquí atrapado, pensé que ibas a salir victorioso con tu barco, te convertirías en una leyenda pirata.
―No, eso no es para mí, ya lo viví y no gracias, solo he pasado una semana con esa gente y me trataron mucho mejor que mis compañeros – Fox se rió.
―Estamos hablando de Deuz, un tiburón te trata mejor que él – Onnie también se río.
―Lamento haber matado a Deuz, debí haberlo dejado por ti, seguramente tú lo hubieras hecho sufrir mucho más – Fox se encogió de hombros.
―Realmente me da igual, no era mi mayor problema, sabía que tarde o temprano caería, tú me lo habías dicho, no era un buen capitán y vi tu barco, una porquería comparado con lo que yo les deje, así que esperaba que lo mataran.
―Y ¿qué sigue capitán? ¿volveremos al mar? – Fox miró hacia arriba.
―No lo sé, no lo sé, supongo que nuestro trabajo como piratas ya por fin ha terminado, pero supongo que es mejor que la muerte ¿no? – Fox volvió a mirar a su amigo – además, quien sabe lo que nos prepare el futuro, quizás podamos ser capitanes juntos, matar piratas no debe ser tan diferente, incluso lo habíamos hecho antes y gratis, así que nada ha cambiado.
El último día antes de irse, Abby apareció en el muelle, tenía su mejor traje y su mejor sonrisa, caminaba lentamente hasta llegar al bote, ahí lo vio a Fox trapeando el barco, nadie estaba en el barco, por lo menos ningún tripulante, la mayoría había salido a tomarse algo, a comer algo, solo estaba Fox y Onnie en su celda. Abby no le dijo nada, simplemente lo observo fijamente, le causaba gracia cómo lo hacía, era malísimo para trapear el suelo, siempre agarraba tan mala la escoba y trapeaba de manera horrenda, era algo que ella amaba y se burlaba constantemente. Cuando él aún vivía en su casa, ella siempre lo ponía a trapear solo para verlo hacer el ridículo, siempre le pareció algo tierno. Fox por suerte se giró y la vio, no se podía creer lo que estaba viendo, soltó el trapeador y camino hacia ella, Abby no pudo aguantar más y corrió a abrazarlo, tenía algunas lágrimas en los ojos, lágrimas que Fox rápidamente se quitó y le dio varios besos en las mejillas para que se sintiera mejor.
―No has cambiado nada, todavía no sabes limpiar bien – dijo con una pequeña sonrisa.
―Pero que dices, no encontraras a nadie mejor que yo. Ya le agarré el ritmo, no era tan difícil.
―Y entonces ¿cómo te debo llamar ahora? ¿Aiden o Fox? – Abby puso sus manos en el cuello.
―Cómo quieras, mientras venga de ti, cualquier cosa me basta – Fox puso sus manos en su cintura y la acercó un poco más a él.
―Me alegras que hayas vuelto, a veces temía lo peor y no podía dormir, a veces pensé que… - Fox rápidamente la beso, acto que la tranquilizaba.
―No tenías que preocuparte, ya te lo dije antes, yo siempre cumplo mis promesas y te prometí volver sin importar que, siempre volvería a tus brazos.
Hablaron un poco de todo, también se besaron y se abrazaron por un tiempo largo, apenas estuvieron juntos treinta minutos pero para ellos fue toda una vida, no necesitaban más, querían más pero en realidad ya no lo necesitaban, solo con ver feliz al otro podía seguir aguantando, solo pensar que esa sonrisa me esperara al llegar a casa era la razón para seguir adelante. Fox habló de lo que había pasado, le conto toda la verdad y lo que tuvo que hacer para sobrevivir, Abby no opino sobre eso, se quedó callada y solo sonrió al saber que él estaría a salvo, le dolía saber que no lo tendría siempre cerca, que no estaría en su cama pero tenía la seguridad de que estaría con vida y siempre tendrían otro día para encontrarse. No creo que deba hablar más del tema, todos los que hemos tenido pareja sabemos cómo se siente, sobre todo si no la habías visto por mucho tiempo, los abrazos, esos labios tan exquisitos, esa mirada suya queriendo más y esa sensación de estar en casa, en un lugar seguro, reír con una estupidez y sentir cómo tu corazón late por esa persona especial. Su gran momento de amor se terminó porque los marineros llegaron al barco, la verdad es que, la primera vez que los vieron, les dieron cinco minutos más y luego entraron, no querían que el nuevo perdiera la oportunidad de ligarse a alguien, aunque no sabían que ella era su pareja. Cuando ellos entraron, Abby se despidió con un rápido beso en los labios y se fue, todos le preguntaron a Fox quien era ella y él con una sonrisa le decía que era su novia, ninguno dijo nada más, simplemente sonrieron y siguieron con sus labores, incluso Fox que volvía a trapear. Al día siguiente se tuvieron que ir, iban a visitar a alguien muy importante, una charla política, simplemente para hacer presencia y demostrar el poder de su reino, nada más. Así se puede resumir la nueva vida de Fox, yendo de aquí para allá simplemente metiendo miedo a los demás, era tan imponente y tan poderoso que nadie se metía con ellos, solo iban de un lado a otro para transportar algo muy importante, defender un bote o hablar con los reyes y prometerles que juntos seremos más fuertes, pero para estar juntos ambos deben respetar las reglas del otro. Fox pudo recorrer todo el mundo, viajes de varios meses de aquí y allá, trayendo cosas, conociendo nuevas personas pero nunca quedándose mucho tiempo en un mismo lugar, aunque al final siempre volvía a casa. El cargo más alto que pudo tener Fox fue el oficial de cubierta o algo por el estilo, era básicamente ser la mano derecha del capitán, el segundo al mando, era bastante inteligente, sabía mucho sobre el mar, quizás un poquito menos que el capitán y eso era algo que admirar, sabía reconocer los peligros y sabía cómo atacar, poco a poco se fue ganando la confianza del capitán; aunque no la obtuvo por completo, su pasado siempre se lo impedía, un pirata nunca puede ser de confianza, siempre se le sube el poder a la cabeza. Cuando volvía a casa, algo bastante raro ya que lo hacía cada seis meses si tenía suerte, lo primero que hacía era hablar con sus antiguos compañeros de trabajo, les decía que él estaba aquí y que por favor trajeran a Abby, además de que pronto estaría con ellos para hablar, a todo el mundo le encantaba escuchar las historias de Fox sobre sus viajes. Fox tenía prohibido salir del puerto, así de simple, él no podía buscarla a ella pero eso no le molestaba demasiado, sabía que ella volvería a sus brazos y eso hacía, se ponía su mejor vestido e iba a la playa a pasar tiempo con él. Normalmente solo hablaban, era lo único realmente podían hacer, hablar y caminar alrededor del mar, por la orilla, era algo simple pero ninguno le molestaba, de hecho ninguno de los dos pedía nada más, sentían que eso ya era perfecto, un beso, una caricia, un abrazo y una charla, así se podía resumir sus pequeñas salidas. Aunque no era todo realmente, a veces cuando el capitán estaba de humor, él le daba permiso a él para ir a la casa con ella, solo para pasar tiempo juntos y hacer lo que quieran pero siempre y cuando llegara antes que saliera el sol. Todos sabemos que pasaba cuando iban a la casa, más allá de dormir juntos y a veces comer, pero todos sabemos que hacían después y si no lo haces, aún eres muy menor para escuchar mis historias. A los nueve meses de ese encuentro nació el primer hijo, Fox no supo de esto hasta muy tarde, hasta que su hija había cumplido el mes, realmente se llevó una gran sorpresa, jamás se imaginó ser padre, pero tampoco le disgusto esa idea, cargar a alguien parecido a él, tan frágil y tierno le hizo sentir compasión. Siempre fue un padre ausente pero siempre visitaba a sus hijos cada año y siempre les traía un regalo, algo que había conseguido para ellos, él quería pasar más tiempos con ellos pero no podía, al final solo tocaba resignarse a verlo solo algunas veces.
―Te llamaras Angela – ese fue el nombre de su primera hija, él siempre era el encargado de ponerle los nombres, nunca era muy creativo y Abby se burlaba por eso.
Tuvo siete hijos, aunque solo cuatro llegaron a la adolescencia, un golpe duro para ambos pero algo natural lastimosamente, lo peor de todo es que Fox no estaba ahí, no estaba para enterrar a los niños, para abrazar a su mujer, Fox simplemente no estaba y ella no lo culpaba, culpaba a la maldita suerte, a Dios, pero jamás a él. Al final Fox murió quince años después de cumplir con su venganza, su hija más mayor apenas tenía doce años cuando eso pasó, una enfermedad lo tiró a la cama y ahí murió, sus riñones empezaban a fallar pero nadie podía responder ¿por qué empezaron a fallar? Y más importante ¿cómo curarlo? No podía hacer nada más que aplazar su vida unos cuantos meses. El capitán al oír esa noticia decidió darle el permiso de volver con su familia, para morir al lado de los suyos y se despidió de él, a pesar de todo había sido un buen marinero. El cuerpo de Fox poco a poco era más inútil, perdía el color de su piel, ya no podía levantarse de la cama sin ayuda, Abby siempre lo acompañó todo lo que pudo, lo abrazó y lo besó mientras lloraba, hizo que sus hijos pasaran un poco más de tiempo con su padre antes de que se ponga peor, quería que tuvieran un recuerdo bonito, pero cuando Fox tenía la misma imagen que la muerte, no dejo que nadie además de ella entrara. Al final cuando murió, fue rodeado por las personas que amaba, muchos de sus hijos no lo recuerden, era muy chiquitos cuando eso paso, pero ese día no importo, todos lloraron por su pérdida, Abby no volvió a conseguir pareja, solo se concentró en cuidar a sus hijos y de vez en cuando trabajar más allá de ser madre, los cuido bastante bien hasta el día de su muerte, donde no sintió miedo ya que sabía que Fox lo estaba esperando del otro lado.
―Sabía que llegaría tarde o temprano el momento pero jamás pensé que sería tan rápido – Fox abrazo a su amigo por última vez.
―Sabes que estaré bien, ya he aprendido todo lo que me has intentado enseñar, tú y nuestro verdadero capitán – Fox odiaba cuando decía eso – ya me hicieron una prueba y todo.
―Lo sé, lo sé, solo me sigue pareciendo irreal, aun me acuerdo cuando te saqué de esa jaula, cuando eras un inútil para limpiar el barco y Maggie te regaño y te tuvo que enseñar varias veces a hacer el trabajo. Y ahora mírate, serás un capitán de la realeza.
―No te debes preocupar por mí, me sé cuidar solo.
―Y no me preocupo por ti, debería preocuparme por tus enemigos, no tendrán posibilidad, cuando menos lo piensen serán atravesados por una espada – Fox le dio unas pequeñas palmadas en la espalda – espero que el destino nos vuelva a juntar y espero que no te vuelvas arrogante, eso siempre les pasa a los capitanes.
―No prometo nada – Onnie se apartó y agarró sus cosas – sé que nos volveremos a ver, no importa cómo, nuestros destinos volverán a entrelazarse – Dios o el destino no tuvo esa gentileza, esa fue la última vez que ambos amigos se miraron cara a cara.
Onnie fue alguien exitoso, se convirtió en su propio capitán en muy poco tiempo, no era el más joven, pero si era algo joven comparado con los otros capitanes. Era alguien talentoso, alguien admirado, alguien que se debía respetar y a pesar de su pasado, sabía respetar las reglas, llegaba a veces a flexionarlas demasiado sobre estas, su utilidad, pero nunca las rompía. Luego de cinco años de la gran batalla en el mar, el rey Freddy decidió hacer que estirara las alas y volara lejos, hizo un pequeño trato con otro rey, un intercambio donde adentro estaba Onnie, que paso a estar en otra tripulación como capitán, el otro rey no estaba convencido pero el trato era tan bueno que no le importaba tener a un inútil en su marina cómo capitán. Fue un camino algo doloroso pero poco a poco Onnie se fue ganando un nombre, se fue ganando la confianza del rey y la admiración de sus compañeros y el temor de sus enemigos, él con su sola presencia hacía los mares aún más seguros. Hasta que un día, nueve años después de haberlo nombrado capitán, perdió la vida por culpa de una guerra, una guerra en el mar. Él, cómo casi siempre, era el primero en estar al frente, ser el primero en atacar, así lo quería el rey y él no se negaba, fue los primeros en ir a la batalla, aunque la guerra aún no había empezado realmente. La historia es confusa, por lo que he escuchado un rey de otras tierras, no las nuestras ni la de Onnie, se le había subido el poder a la cabeza y empezó a hacer cosas erráticas, empezó a atacar a otros reinos. Al inicio fue algo pequeño, la destrucción de barcos mercaderos, simplemente los hundían y luego huían, había secciones donde no dejaba pasar a nadie, solo su gente, ese espacio le pertenecía. El rey no le tomó mucha importancia a lo obvio, si le pareció algo preocupante cómo para tener que hablar pero no tanto como para eliminar al otro rey, más de una vez tenía que lidiar con esos problemas y sabía por experiencia que simplemente querían hablar y llegar a un acuerdo, y luego de esto todo volvería a la normalidad. Mandó solo cinco barcos para charlar, para aclarar las cosas y obviamente en uno de esos barcos estaba Onnie, él tampoco notaba nada raro, ya era algo normal que eso pasara y ya había participado de ese juego de tira y afloja, pero esta vez iba a ser diferente, muy diferente. Rápidamente fueron atacado por toda una flota, los números siempre varían, parecen estar inflados, números irreales pero creo que fueron quince barcos como mínimo, iba a ser una masacre, pero Onnie actuó rápido y con sabiduría, fue su último acto de bondad y heroísmo.
―Díganles a los otros que se separen y vayan al reino lo más rápido que pueden, si se separan quizás tengan oportunidad de sobrevivir – grito Onnie cuando atacaron al primer barco.
―¿Qué hacemos nosotros capitán? – Onnie sonrió.
―Lo de siempre, defender a nuestro pueblo y llevar a algunas personas al infierno, quizás con esto nos ganemos el pase al cielo.
―Pero ¿capitán? Eso sería una locura, lo más sensato sería huir.
―¡Pero ¿qué veo aquí?! ¡¿unos cobardes?! ¡somos guerreros, sabemos cuál va a ser nuestro destino, nuestra muerte! ¡debemos proteger a quien nos importa! ¿quieren que sus compañeros mueran? ¿su vida vale más que la de cientos de compañeros? ¡debemos avisarle al rey para poder ganar! La gran victoria siempre se da con pequeñas derrotas, nosotros debemos perder para que los otros ganen. Sé que da miedo arriesgar nuestra vida, tener la muerte cara a cara pero por eso mismo debemos hacerlo, para que otros no tengan que pasar por lo mismo ¡¿creen poder vivir con la vergüenza de ser unos cobardes?! Porque yo no y creo que ustedes tampoco, sabíamos en lo que nos metíamos al subirnos a este barco y ahora no podemos echarnos hacia atrás, siempre con la frente en alto muchachos.
Eso llenó los corazones de las personas, lo suficiente como para arriesgar su vida en una pelea que no iban a ganar. Onnie estaba emocionado, hace rato no tenía una pelea así, hace rato no se sentía contra la pared y la espada, sabía que este sería su último día pero eso no le importaba, solo tenía un arrepentimiento, no poder despedirse de su amigo, de su capitán, pero la vida era así, le tocó jugar con las cartas que le lanzaron. Tampoco tuvo miedo o si lo tuvo, lo oculto demasiado bien. Entretuvo a sus enemigos, no los atacó directamente, primero se acercaron y atacaron un poco para luego alejarse, todos lo seguían y Onnie los alejaba de sus compañeros hasta que no pudo más, hasta que una bala de cañón arrancó el mástil, hasta que lo alcanzaron y él tuvo que pelear, no tuvo miedo, nadie tuvo miedo en ese momento ya que no había manera más honorable de morir que esa. Con ese simple sacrificio todos fueron recordados, son admirados y cuenta su historia como uno de los grandes capitanes que tuvo ese reino, un ejemplo a seguir y a veces alguien que es venerado, a veces le piden a él para que le den valor como si fuera un santo, se convirtió en un verdadero héroe.
Chapter 128: Epilogo: Los ricos
Chapter Text
A pesar de tenerlo todo, una casa, dinero, algo de poder, nada de eso le sirvió para ayudar lo que estaba pasando, después de que Owynn los salvara y al mismo tiempo los condenaba, ellos no pudieron hacer nada, absolutamente nada. Usagi fue la que peor pasó, cayó en su cuarto de su casa, rápidamente se levantó e intentó atravesar de nuevo el portal pero este estaba cerrado, no importa cuánto tocara la pared, jamás iba a volver con Owynn y lo peor de todo es que no sabía nada de su compañero, rápidamente se sentó en su cama e intentó respirar, sentía que se moría, todo su mundo se destruía, todo temblaba, estaba sola en su habitación mientras sentía cómo su vida salía de su alma. No pudo moverse, por lo menos no en un tiempo, no sabía qué hacer, tenía un gran impulso que la impulsaba a salir y hacer algo, informarles a las personas, al rey mismo lo que pasó, pero esto chocaba contra el miedo, un miedo paralizante, un miedo que la protegía de hacer algo estúpido, la mantenía con vida y no pudo moverse, no hasta que alguien más entró a su cuarto. Loon la tuvo un poco más fácil, cuando cayó en su cuarto, Puppet le ayudó en todo, primero lo levantó con gentileza, él estaba perdido, desorientado y no entendía lo que pasaba, ella decidió decirle lo que había pasado, por lo menos lo que había visto, le explicó los poderes de los portales y cómo funcionan, ahí Loon pudo reaccionar y se levantó asustado, quería ir con su compañera pero Puppet lo detuvo. Ahí le explico un par de cosas, no sabe que había pasado pero podía verlo en su cara, en sus acciones, en ese movimiento nervioso que hacía con la mano, se había encontrado con algún brujo, seguramente con ese brujo. Loon no pudo más y la abrazó algo nervioso y Puppet correspondió con cariño, aunque no pareciera ella estaba muerta de miedo pero Loon necesitaba un pilar, necesitaba a alguien fuerte y ella podía serlo, tenía que devolverle el favor de ayudarla. Aunque no fue fácil, la idea de haberlo perdido la aterraba, lo abrazaba para saber que aún estaba ahí, estaban juntos, siempre estarían juntos. Calmó a Loon y le explicó lo que iba a hacer, que debían quedarse callados y dejar que todo esto pasara, él no creía esas palabras, no quería hacerlo, debían hacer algo, Owynn tenía a Usagi, debían volver por él, quería salir pero Puppet no lo dejó, se arrodilló y le agarró la mano con cariño y soltó sus primeras lágrimas del día. Le imploró que se quede, que ellos no pueden hacer nada, sí lo hacen iba a perderlo y no quería, no podría aceptarlo, no quería, no quería, no podría. Loon la miró con lástima, al final aceptó quedarse callado pero necesitaban ir con Usagi, ella necesitaba su ayuda y ahí Puppet le explico que no se preocupe, que podía estar tranquilo ya que ella había tenido el mismo destino que él, termino en su habitación, sí quería ella podía visitarla mientras que tú estarías aquí, solo que no quiere abandonarlo, no sabe si eso era lo correcto. Loon aceptó sin problema y Puppet desapareció, rápidamente corrió hacia la casa de Usagi, ella al verla la abrazó con fuerza y le preguntó por Loon, quería saber cómo estaba y ella le dice toda la verdad, está bien solo que algo perdido, tiene miedo de lo que ha pasado y sobre todo miedo de ti, así que vino para asegurarse de ella.
―Estoy bien, y ahora contigo estaré mejor, ahora podemos hacer algo, podemos informar al rey, decir lo que ha pasado.
―No te recomiendo hacer eso, no te lo recomiendo.
―¿Por qué no? Tú no estuviste ahí, él mató a varias personas, él siempre… - Usagi se quedó en silencio, pensativa.
―No digo que esté bien, es un monstruo, me torturó y… - Puppet tampoco pudo seguir con su frase – lo conozco, no va a dudar cuando llegue el momento, tuviste suerte de salir completa, él pudo hacerte de todo y lo sabes. Todo lo que has escuchado es verdad y seguramente hay peores cosas de él que jamás vamos a escuchar. Solo podemos esperar, alguien se encargará por nosotras pero si nosotros abrimos la boca, vamos a morir, él va a matar Loon enfrente de nosotros, primero va a desear que muramos y luego va a dejarnos con vida lo más que pueda, nos hará la vida una tortura hasta que nuestro cuerpo no aguante – Usagi miró hacia abajo – no podemos hacerlo, debemos quedarnos callados.
―¿Por qué nos tuvo que pasar eso? – Usagi le empezó a salir unas cuantas lágrimas.
―Así es la vida, jamás la controlamos pero te prometeré en algo, tarde o temprano eso acabará y cuando pase todo volverá a la normalidad.
Puppet tenía razón, más o menos, las cosas volvieron a una falsa normalidad, algo que por fuera parece normal, parece igual pero si te acercas notarás pequeños cambios, notaras que hay algo que no está bien. Cuando el brujo murió, Usagi y Loon reclamaron lo que era suyo, fue bastante fácil recuperar la minería, Freddy se las cedió sin ningún problema pero había un pequeño problema, todo su trabajo, todo su imperio quedó destruido, ya no había montaña, ya no había materiales, ya no había nada. Es cierto que muchas rocas seguían por ahí tiradas, el material seguía ahí pero ahora era mucho más difícil de sacar, un proceso más lento, la producción bajó y por suerte solo tenían que alimentar dos reinos, pero todo bajó, las ganancias, los hombres, todo bajó poco a poco y vivieron unos días apretados, todo era más pequeño. Pero la vida siempre sigue, cambia y a veces mejora, Loon ya tenía planes para eso, planes de expansión y utilizaron esos planes a la primera oportunidad que pudieron, no fue algo fácil pero tenían bastante dinero cómo para empezar de nuevo y poco a poco volvieron a ser lo que fueron antes, aunque no en esta generación y tampoco la siguiente. Fue bastante difícil reconstruirlo todo de nuevo, volver a tener la grandeza de antes, aunque al final cumplieron su propósito, asegurar su futuro a sus hijos. Usagi siguió trabajando bastante tiempo, aunque a los primeros años tuvo que poner un remplazo temporalmente ya que ya iba a nacer su primer hijo y ella era incapaz de levantarse de la cama, hijo que nació sin ninguna complicación. Usagi se terminó pasando toda su vida con el chico de siempre, no era muy guapo pero era alguien persistente de familia alta y alguien bastante agradable, además sabía varias cosas del trabajo de Usagi así que a veces le ayudaba. Nunca superó lo vivido con Owynn, de hecho nadie lo hizo, pero quizás ella lo paso un poco peor, era más que un amigo, no podía controlar sus recuerdos, no podía dejar de verlo por la noche y no dejaba de preguntarse ¿por qué? De hecho se preguntaba muchas cosas sobre él pero jamás consiguió una respuesta clara. Ella tuvo doce hijos, aunque no todos tuvieron la suerte de sobrevivir, dos nacieron muertos y ese dolor no se puede expresar, es simplemente horrible y desastroso, algo que se lleva un parte de tu corazón, ver siempre morir a tus hijos es lo peor que le puede pasar a una madre o aun padre pero al mismo tiempo es algo demasiado normal. Solo seis vivieron, los otros no tuvieron tanta suerte, la mayoría de ellos expandieron el negocio, pero solo dos de sus hijos tuvieron un gran éxito, Leo fue el que tomó el camino de la minería y fue bastante bueno, incluso muchos dicen que era mejor que su madre, Tamara fue alguien que empezó a expandir el negocio de su familia, empezó una pequeña empresa de construir barcos, al inicio no era nada, era tan pequeña y débil que ni un milagro la salvaría; aunque al final el milagro si vino y la empresa creció poco a poco, empezó a ser reconocida y hacerle competencia a los más grande, su problema era la cantidad, apenas podía hacer un bote al día mientras que otros hacen cinco o seis. Nunca llegó a ver qué tan lejos llegó su pequeño invento, lo que empezó cómo algo que se discutía en la cena, algo para llevarle la contraria a la familia, se convirtió en una gran empresa que trabaja para los mismos reyes.
―Lamento por lo que paso – la relación entre él y Loon se distanció un poco, cada vez sus vidas se alejaban de su trabajo y les daban paso a las nuevas generaciones, debían construir la vida de sus hijos.
―Es algo que tiene que pasar, yo ya lo sabía, cuando lo vi a los ojos, yo ya lo sabía y ella también, aunque no me lo quiso decir – Usagi lentamente le dio un pequeño abrazo.
―Aun así no es fácil, no es fácil.
Loon tuvo una vida parecida a Usagi, quizás un poco mejor, él a veces despertaba de la pesadilla, soñaba que él volvía y lo mataba, mataba a su esposa, mataba a todas las personas que le importaba, pero al mirar a su alrededor y al ver a Puppet dormida a su lado lo relajaba, se volvía a acostar y la abrazaba. Loon no espero nada, cuando él había muerto lo primero que hizo fue casarse con Puppet, todo el mundo aplaudió pues nadie creía que iba a conseguir una esposa, alguien que lo acompañe al final de los días. Puppet obviamente aceptó encantada por la idea, se adaptó rápido a la familia y todo lo que tenía que hacer, realmente no era buena para otra cosa que no fuera matar, habilidades que no iba a utilizar más, así que aprendió a barrer y a cocinar. Es difícil decir si Puppet fue feliz, es cierto que con Loon se sentía feliz, su aroma, su cara tierna, sus dulces besos, le alegraban el día, pero a veces sentía un vació, un vació que ese hijo de puta le robo, cada día hablaba con su hermana, nunca fue muy creyente sobre el cielo pero aun así decidió hablar con su hermana, soltar palabras al aíre. También hizo varios cuadros sobre su hermana, a veces retratos, a veces paisajes que ambas habían vivido, cada cuadro que dibujaba iba dedicado a ella de alguna manera y a veces firmaba el nombre de su hermana en la esquina del cuadro. No era muy buena artista, tampoco pintaba para ganarse la vida, realmente no tenía trabajo, el arte solo era una afición que intentaba llenar su interior, de intentar nunca olvidar a su hermana. Aunque eso no era lo peor de todo, lo peor de todo era la soledad, los recuerdos. Cada día sentía que su piel ardía, que se desprendía de ella, recordaba el sonido de sus gritos. Cada día recordaba esos días y más de una vez, cuando nadie la estaba viendo, lloraba, le gustaba llorar sola, no quería que nadie la viera llorar, ni si quiera Loon. Aunque él tarde o temprano se dio cuenta de esto pero no la juzgó, no le dijo nada, simplemente la abrazo con fuerza y no la soltó, no la soltó hasta que ella lo apartó con cariño, eso le ayudo a ella pero fue momentáneo, fue un pequeño respiro, ella nunca estará completa de nuevo y cada vez que mire sus manos, su carne, va a sentir el calor y el dolor. Ambos tuvieron ocho hijos, aunque solo llegaron cinco a la adolescencia y cuatro a la adultez, Emi, quien era la viva imagen de su madre, fue el encargado de llevar el rumbo de la mina, era igual de inteligente que su padre, sabía mucho de números y también era algo decidido, nunca se llevó bien con Leo y había cierta rivalidad, pero ambos se necesitaban, Emi era el corazón y la mente y Leo, Leo agarró el temperamento de su madre. Mientras que Emi era amigable, dulce e inteligente, el que cerraba el trato con las manos, el que siempre sonreía y que siempre sabía elogiarte. Mientras Leo es la cara del castigo, el que te pega por portarte mal, el que sabe cómo obligarte a cerrar los tratos desde el miedo y las amenazas, y tenía un gran don para hacer que el negocio se expanda, sabía cuál debía ser el siguiente paso, traer nuevos inversores, alguien malhumorado que siempre consigue lo que quiere. Cuando a Emi le decían que no, Leo era quien se encargaba de hablar con esas personas. Aunque un secreto entre nosotros, aunque no parezca, Leo era un amor de persona, era bastante amigable y se preocupaba por todo el mundo, algo que jamás admitiría. Aunque en realidad Emi no fue el único que trabajo en las minas, después de lo que había pasado con Owynn empezaron a emplear seguridad privada, no es lo más ético pero la confianza por el rey se había perdido, mejor defenderse por sí mismo y Emi decidió contratar a su hermano más problemático, Mean. Su sueño fue ser caballero, entrenó demasiado para lograrlo pero no tenía mucha paciencia, eso de seguir las leyes y ser responsable no era para él, le gustaba más el peligro, golpear a las personas, ser el más fuerte y demostrarlo, cuando peleaba no se contenía y casi mató a alguien en un entrenamiento. El perfecto indicado para contratar personas que defiendan la mina y personas que sean fieles, no a ellos sino fieles a las monedas, fieles a un salario ya asignado y que se sepan comportar o cómo mínimo no interactuar con sus trabajadores. Y para sorpresa de todo el mundo, las cosas salieron realmente bien, era un buen jefe y se comportaba bastante bien, aunque lo más seguro era porque quería a su hermano y no quería causarle molestias, además la paga era lo mejor que iba a conseguir en su vida.
―Y ¿a ti cómo te va? – dijo Loon después de un tiempo.
―No me puedo quejar, amo mis hijos y todo pero a veces tengo miedo ¿ella tenía miedo cuando murió? – Loon se quedó callado pensando.
―No, conmigo nunca tenía miedo, no sé por qué pero sí estoy seguro de eso, ella no tenía miedo, de hecho parecía feliz, feliz de estar rodeada de seres queridos, feliz de estar conmigo, feliz por volver a ver a su hermana.
Puppet murió a los treinta y ocho años, ese último día se levantó normal e hizo lo que siempre le gustaba, cocinar, trapear, hablar con sus hijos y a veces regañarlos, no era la vida que soñó desde pequeña, era mucho mejor. Se sentía en paz por momentos, cómo si tocara el cielo y eso la motivaba a seguir, ese último día también toco el cielo. Veía a sus hijos jugar, un poco preocupada por lo que podía pasarles pero no intervino, sabía que si se caían ellos se levantarían solos. Era una linda imagen, una de las pocas imágenes que intentó pintar sin mucho éxito. La mañana era perfecta, el sol era tapado por las nubes sin mucho éxito, algunos rayos se les escapaban, había un poco de viento que soplaba dulcemente, ella ya había acabado de hacerle el desayuno a todos, ella no tenía hambre ese día y decidió observar a sus niños jugar. Hasta que ella se cansó de estar sentada, sentía que debía estirar las piernas, caminar un poco, incluso barrer o trapear, así que se levantó y llamo a sus hijos, no quería que jugaran sin supervisión, camino hacia ellos pero cuando dio solo cuatro pasos hacia ellos, Puppet se sintió mareada y rápidamente se desplomo al suelo. Cuando Loon vio todo esto, corrió rápidamente a ayudarla, ve que hay un poco de sangre en la cabeza pero esta empezó a salir por culpa del golpe que se dio contra el suelo, intentó despertarla pero no podía, no importa que dijera, no importa que movimiento hacía, ella no despertaba. Todo el mundo se acercó preocupados, incluso sus hijos se acercaron, por un momento estuvo rodeado de personas que la querían, mientras que Loon se desesperaba cada vez más, la persona que más quería estaba en sus brazos y no respondía. Hasta que, cómo si fuera un milagro, despertó, Loon ya estaba al borde las lágrimas cuando ella agarró suavemente su mano y le sonríe mientras le promete que todo va a estar bien, que ambos sabían que esto iba a pasar tarde o temprano, ella ya se lo había dicho y aun así ambos corrieron los riesgos. Le aseguro varias veces que no se arrepentía de nada, que él fue lo mejor que le pasó en la vida, le dio todo lo que quería y más, me diste más que una razón para vivir, me diste mis mejores días y estuviste ahí en los peores, siempre para apoyarme cuando podías. Lo último que le dice es que sabe que estará bien, que es muy fuerte y lo superará, seguirá adelante por el bien de sus hijos, que será feliz sin importar qué, y que no importa donde este, siempre estará con él, a su lado, aunque él no la pueda ver. Y así muere, con una sonrisa en la cara.
―¿Crees que hay un más allá? – ambos amigos se sentaron, Loon aprovechó para poner su cabeza en el hombro de su amiga.
―No lo sé, la fe dice que sí y hemos visto al demonio con nuestros ojos así que ¿por qué no sería posible? – ambos amigos se quedaron callados, cómo si no tuvieran nada que hablar. Pero el silencio no era algo malo, ambos se sentían cómodos con este, él estaba cansado de las palabras, no las sentía reales, lo decían por conveniencia, no le ayudaban, no le ayudaban.
―¿Aún sueñas con él? ¿aún le temes? – ese tema siempre se ha estado evitando, era su elefante en la habitación.
―Todo el tiempo, quiero odiarlo pero hay una parte de mí que no puedo, yo no puedo odiarlo del todo y me siento estúpida por eso, debí hacer algo, debí ver algo pero no pasó.
―Nunca pudiste haberlo visto, aunque pudieras. Él no era humano, no era humano – Loon no quería decir esas palabras, no quería pero su lengua fue más rápida – sabes, yo creo que en el fondo nos quería de una manera retorcida, sobre todo a ti – Usagi lo miró algo confundida – lo siento pero tú ya debes saberlo, Puppet está viva y no es gracias a su bondad, nosotros éramos importantes para él, por eso nos dejó vivir.
―Lo sé, lo sé – Usagi miro al frente – aunque de nada sirve pensar en el pasado, no lo podemos cambiar y tampoco podíamos cambiarlo a él – ambos se quedaron otra vez en silencio, solo viendo el tiempo pasar.
―¿La próxima vez dónde será? Tengo demasiado tiempo libre y creo que estoy embarazada otra vez. Además cada vez mis hijos están interesados en lo que hemos construido, veo su pasión, se parecen a nosotros.
―Sí, cuando mi padre dijo que pasaría no me lo creí. Es hermoso ver cómo ellos crecen, cómo algunos son nuestras copias exactas y otros deciden hacer su propio camino, a pesar de todas las diferencias no puedes evitar amarlos a todos, ver que todo lo que construiste lo maneja alguien más talentoso que tú es tranquilizador, es un sentimiento que no se puede describir tan fácilmente.
―Es una huella que se construye por generaciones, algo que trasciende de nosotros.
Loon murió veinte años después, al parecer su sangre entró a los pulmones y no pudo respirar o algo así, es lo que más se cuenta y cuando murió fue rodeado por las personas que amaba, su familia, sus amigos, sus hijos, fue enterrado en el mejor lugar y todos le tenían bastante respeto, aunque Usagi estaba algo tranquila, sabía que Loon se reencontraría con Puppet. Loon nunca dejó de trabajar, incluso cuando se retiró completamente de la mina, siempre estaba aprendiendo algo, ayudando de alguna manera, su cuerpo nunca fue muy fuerte y al pasar los años sus huesos se volvieron más débiles, más de lo que ya eran, así que lo único que podía hacer era entretenerse leyendo o haciendo lo que más le gustaba hacer, contar. Su muerte no fue bonita, sus últimos días estuvo luchando por aíre, se ahogaba constantemente, él quería rendirse ante la muerte pero el cuerpo seguía luchando, su cuerpo seguía respirando aunque eso solo signifique dolor para él, solo estuvo así tres horas pero fueron tres dolorosas horas. Usagi murió cinco años después, un día durmió para nunca despertar, lo enterraron junto a Loon y al lado izquierdo mientras en el derecho estaba Puppet, una tradición que tenía su familia, muertos ambos todo pasaba a sus hijos, todo lo que construyeron fue pasado a sus hijos, nunca hicieron el trabajo para la gente o por los reyes, lo hicieron cómo un acto de amor de sus padres y luego para sus hijos.
Chapter 129: Epilogo: proctectores del reino
Chapter Text
Bonnie visitó a Ann después de todo el desastre del brujo y Freddy habían causado, Bonnie ayudó a Freddy a hacer un montón de cosas, cosas mundanas y que él apenas entendía pero eran dos brujos ¿qué tan mal podía ser? Y en pocos días ambos, sobre todo Freddy, tuvieron que dirigir todo el reino. Bonnie estuvo ayudando todo el tiempo en cosas simples, reconstrucción de algunos lugares además de agilizar ciertos procesos, algo que no era exigente pero lo hacía todo el día y todos los días. Hasta que un día todo termino, volvió a ser todo como antes y Freddy le dijo que podía tomarse una tarde libre, se la había ganado. Él decidió visitar a su antigua compañera, Ann por suerte siempre estaba en casa y lo dejo pasar sin ninguna molestia, aunque solo tenía una duda ¿por qué tocar la puerta cuando podía atravesarla? Bonnie solo le respondió que por respeto. La vida de Ann era muy diferente a la de Bonnie, ya era alguien retirada, después de haber perdido el brazo ya no podía ser caballero y eso realmente no la molestó, entendía que había algo superior a ella, que si debía proteger a Freddy lo mejor que podía hacer era apartarse y que alguien joven y fuerte tome su lugar. Los reyes le dieron una pequeña cabaña y cada cierto tiempo le daban provisiones, nadie sabe con certeza cómo es que se mantenía viva, que comía, que hacía para no aburrirse, no tenía vecinos, no sabemos si tenía algún trabajo, no sabíamos cómo vivía, era un completo misterio. Su cuerpo ya no estaba acostumbrado a pelear y hacerlo con una sola mano era incómodo y notaba lo mala que era, al final se dedicó a otra cosa, solo que nadie puede decir a qué se dedicó con seguridad, a veces ayudaba a Freddy y Bonnie, le daba consejos y a veces lo regañaba, nunca se hizo la idea de ser alguien que vive así, en medio del bosque, retirada sin hacer nada pero con el tiempo esa idea le empezó a gustar.
―Y eso es todo, todo ha terminado por fin, ya no tenemos que preocuparnos por el brujo.
―Es algo bueno escuchar eso. Yo estuve en la celebración cuando Freddy lo hicieron rey, el problema fue que todo el mundo quería hablar con él, era demasiado importante y todos querían hablar con esa nueva promesa.
―Sí, las cosas en realidad no habían cambiado, sigue estando muy ocupado pero los primeros pasos son siempre difíciles, te aseguro que cuando tenga tiempo te va a visitar.
―Y dime ¿qué más ha cambiado? ¿ya han obtenido mi nuevo remplazo? – Bonnie le sonrió.
―Nunca habrá otra como tú, no habrá alguien igual.
―No, pero tarde o temprano encontraran alguien mejor, de hecho me atrevo a decir que Freddy ya no necesitan que lo cuiden, si alguien lo intenta matar, pobre de ese sujeto.
Las cosas dentro del castillo no cambiaron mucho, al inicio todo era extraño, parecía nuevo o parecía algo distinto, no parecía real, parecía falso, igual que una pintura, siempre congelada mostrando lo mismo, pero poco a poco las cosas volvieron a ser como antes, por lo menos en el tema de caballeros y la magia. Bonnie ganó un poco más de poder, era ahora un consejero, Ann le enseñó varias cosas sobre la guerra y la pelea, lo volvió en un estratega competente, fue su mano derecha, aunque en realidad Freddy no lo necesitaba mucho, era más su ancla cuando quería pasarse, además siempre era bueno tener otro tipo de opiniones, otro punto de vista y nada mejor que todo eso salga de un amigo.
―¿Quieres hablar sobre ese tema? – preguntó Ann unos años después de la coronación de Freddy.
―En realidad no, no quiero jamás volver a hablar de ese tema.
―Si no lo haces, ese tema te hundirá. Cometiste un error ¿crees que yo no cometo errores? Siempre los hago, siempre, pero aprendo de ellos, soy imperfecta y eso es lo mejor de nosotros, cada error es una posibilidad a mejorar, a estar más alto. Si nunca lo hablas, si nunca lo sueltas, volverás a cometer el error en algún futuro.
―No quiero hablar, a veces solo quisiera olvidar todo, incluso olvidar quién soy, quizás así sería feliz, quizás así no me sintiera tan culpable.
La leyenda de Ann poco a poco crecía, muchos pensaban que murió ante las manos de Eak, que dio su vida en esa pelea y nunca supieron que ella vivía a las afueras del reino tranquila, de hecho lo más extraño es que nadie sabe dónde se fue Ann, simplemente desapareció luego de ese ataque, muchos piensan que en realidad el rey fue quien quiso ocultar todo esto, aunque la verdad siempre es mucho más simple. Ann quería una vida tranquila, no sentía estar ligado con el reino y el rey, era un estorbo, eso es lo que siempre se repetía y decidió llevar una vida normal, simplemente no se hacía destacar porque no veía necesidad, ya cumplió lo que debía hacer, ahora necesitaba hacer algo nuevo, algo más allá de sentarse en el pasto y ver el sol caer. Solo estoy de una cosa seguro, y es que aún seguía haciendo ejercicio, siempre tuvo un cuerpo saludable y fuerte, además es algo que le pasa a la mayoría de antiguos caballeros, normalmente salen a caminar o siguen entrenando con la espada, siguen teniendo pequeños recuerdos de esa vida. También compraba mapas, muchos mapas de diferentes lugares, incluso mapas de los mismos lugares pero diferentes, algunos eran demasiado inexactos y estoy seguro de que más de uno era completamente inventados, no sabemos por qué, tampoco sabemos si salió de su casa, simplemente desapareció y las únicas personas que la visitaban eran Freddy y algún que otra persona que pasaba por aquí. Lo más triste es que ni sabemos cómo murió, sabemos que murió sola en su casa ya que Freddy la encontró días después de su muerte, el cuerpo ya empezaba a pudrir y el olor empezaba a molestar; lo primero que hizo Freddy fue acercarse, agacharse y abrazarla con fuerza antes de que las lágrimas empezaran a correr por sus mejillas. Al inicio Freddy quería hacerle un entierro digno, donde todos la pudieran ver y despedir pero su sombra le hizo darse cuenta de algo, quizás eso no era lo que ella quería ¿por qué se fue a vivir aquí? Nunca lo entendió, quizás la respuesta era simplemente que quería estar sola, seguramente no era tan simple pero quizás eso ella había querido, un entierro silencioso, un entierro donde solo asistieran sus amigos. Su sombra le ayudó con ciertos ritos que la gente de Ann hacía, no sabía si lo estaba haciendo bien o si eso es lo que ella quería algo así, pero aun así lo hizo, aun así lo hizo y espero que donde quiera que estuviera ella estaría en un buen lugar, podría descansar por toda la eternidad.
―Algún día vamos a morir, es mejor hacer cosas que no nos arrepentiremos después.
―Muy tarde, demasiado tarde. Tú tenías demasiada razón y no te hice caso – Ann sonrió un poco.
―Lo sé, lo sé, pero solo lo supe porque yo pase por eso, todos pasamos por algo parecido, habrá personas que nos utilizaran, es algo inevitable, es como la vida misma.
―Ya te dije todo lo que sentía, ya lo sabes todo.
―Y a pesar de todo ¿lo extrañas? ¿aún lo recuerdas con cariño? ¿quieres que se encuentre en un lugar mejor? – Bonnie no respondió, se quedó callado.
El mago Bonnie poco a poco empezó a construir su propia leyenda, es cierto que era muy opacado por Freddy, cómo todas las personas que lo rodeaban, pero Bonnie no tenía nada que envidiarle, era respetado por todos, siempre miraba un poco mal a la gente y era algo reservado, pocos pudieron adentrarse en su silencio pero en el fondo seguía siendo el mismo Bonnie. Él normalmente era el que se encargaba en organizar sus hombres, en los ataques y verificar que todas las personas a su alrededor eran de confianza, su magia le hacía tener una ventaja que nadie iba a superar, no era cruel pero sí demasiado desconfiado y cuando sabía que algo malo habías hecho, le iba a decir directamente al rey. Bonnie vivió hasta los cuarenta, aunque sus últimos cinco años de vida fueron horribles. A los treinta y cinco años Bonnie sufrió una enfermedad que poco a poco le hacía olvidar las cosas, al inicio fue algo pequeño, algo nada notorio, olvidaba los días, pequeños eventos del pasado, nada llamativo pero poco a poco las cosas se complicaban y al año ya no podía recordar ni el nombre de su madre, poco a poco su pasado desaparecía. Luego empezó a olvidar los lugares, a veces se perdía entre las habitaciones, luego fueron olvidando a sus compañeros, cada vez que veía a alguien se asustaba, no lo reconocía, no lo recordaba y a partir de este punto Bonnie dejó de usar magia, ya no recordaba cómo utilizarla y creo que ni siquiera se acuerda de que él podía usar la magia. Al final no recordaba ni cómo hacer sus necesidades, fue horrible, solo era un cascarón vacío, un ser sin pasado, un cascaron de lo que alguna vez fue.
Chapter 130: Epilogo: El rey
Chapter Text
Freddy volvió al castillo luego de un par de horas, la batalla lo dejó completamente agotado y durmió, durmió por un largo tiempo y parecía que nada lo despertaba, ni el viento, ni el sol y mucho menos las personas que poco a poco se acercaban con temor, nadie quería tocarlo, ni siquiera los más valientes caballeros querían acercarse. Freddy se despertó, miro a su alrededor algo asustado, murmuró algo que nadie escuchó y luego empezó a volar hasta llegar a su reino y cuando llegó, todo el mundo lo rodeó, todos estaban asustados, todos sacaban sus espadas pero ninguno decidió acercarse a él. Fue un día difícil, demasiado difícil, Freddy intentó explicar la situación y no fue hasta que el rey y Bonnie aparecieron, que todos empezaron a guardar las espadas, luego de eso el rey, Bonnie, Freddy y sus invitados iban a hablar sobre todo lo que había pasado en privado. Los cuatro decidieron hablar, el capitán de más alto rango fue quien decidió entrar como representación del otro rey y se quedó callado, escuchando todo, no tenía el poder de tomar grandes decisiones pero sí de escuchar y decirle al rey lo que estaba pasando, en ese cuarto oscuro Freddy empezó a contar todo lo que había pasado, quién era Fred, quién era el brujo, cómo descubrió sus poderes, cuando digo que decidió contarles todo es todo. El cuarto se llenó de silencio, de miedo, nadie quería decir nada, nadie podía decir algo, solo silencio mientras el rey y el capitán se miraban, buscando y esperando a que el otro diga algo, la paz antes de la tormenta, ya que cuando pudieron soltar la primera palabra no pudieron dejar de hablar y hablar.
―Creo que solo tenemos una solución – el rey miró de reojo a su hijo – creo que es momento de que otro tome mi manto, hijo – Freddy lo miró confundido.
―¿Por qué? Aún estás bien de salud, aún te queda algunos años.
―Lo sé hijo, pero tú eres un Dios, todo lo que nos contaste… - el rey se quedó callado, buscando las mejores palabras – el mundo va a cambiar con tu presencia y debemos prepararnos para eso, mejor que yo te guie mientras aún me quede fuerza para hacerlo, vas a empezar a ser el nuevo rey de aquí, que entiendas cómo solucionar los problemas solo con las palabras.
―Y además es importante hacer amigos poderosos a partir de aquí, muchos de ellos, para no decir todos, van a querer traicionarte, solo debes escoger el rey que tenga el suficiente miedo y honor para no hacerlo hasta tu muerte. Todos van a ir por ti así que es mejor empezar a hacer amigos mientras aún eres un misterio que cuando todos se te tiren implorando tenerte cerca.
―Quieres que hable con tu rey.
―Sí, eso quiero, eso quiero.
―¿Tengo otra solución? – todo el mundo se quedó callado – bueno, sabía que este día llegaría, no puedo negar mi destino, seré el nuevo rey, pero antes tenemos que hablar de varias cosas importantes, primero su rey va a ser respetuosos con nosotros, van a ser amables y van a jugar con nuestras reglas, me respetaran a mí y a Golden, sí es que sigue con vida, además que necesito algo que valide su palabra, ya las palabras no me bastan, quiero una acción.
―No te preocupes por eso, el rey aceptará todo eso con una sonrisa, aunque no puedo hablar por él, tengo que preguntarle a él y seguramente él te responderá lo más rápido que pueda, pero lo conozco, es casi un hecho de que diga que sí.
A partir de ahí empezó el camino de Freddy cómo rey, no fue nada fácil, sobre todo el inicio, la fiesta y la coronación estuvieron excelentes, dignas de un rey pero lo demás fue horrible, todo el desastre que provocó lo tuvo que solucionar, la gente del reino de los Cruz tuvo que migrar hacia a otro lado, además descubrieron que los Cruz estaban metidos con el brujo así que perdieron todo derecho para seguir siendo reyes y empezaron a ser buscados. Empezó poco a poco a agrandar su castillo, a poner todo en orden, hizo lo que ya les conté con anterioridad, darle de nuevo las minas a sus dueños, el trato con Fox, empezó a agrandar a su ejército, con más espacio los soldados debían ser más, recorrer más distancia y eso implicó en más caballeros. Además un rey siempre piensa en el futuro, sabía que iban a tener muchos problemas en el futuro así que mejor tener fuerza de sobra para someter a sus enemigos, además de tener muy buena relación con el nuevo rey, le dio el lugar que era de los Golden y rápidamente ambos construyeron un nuevo castillo con un nuevo reino. También Freddy tuvo la oportunidad de hablar con Golden, fue un poco complicado y Golden casi lo golpea cuando lo vio, pero rápidamente todo se calmó, Freddy le explicó todo lo que había pasado y estaba dispuesto a olvidar los pecados de su padre si juntos iban a un futuro mejor, quería incluirlo en sus planes, quería aún tenerlo como amigo. Su relación no fue la misma, Golden tenía demasiado miedo como para hacer algo, solo agachó la cabeza y decidió unirse a Freddy, además sus planes a futuro sonaban bastante prometedores, quería también ser parte de eso. Primero se tuvo que volver a la normalidad, no fue fácil y muchos intentaron aprovecharse de la situación pero Freddy era un Dios, cualquier intento de meterse en su camino terminaba con un castigo, aunque intentaba no matar a las personas, siempre dañaba su barco o le quitaba las armas a sus enemigos, rara vez él mataba a las personas, ambas partes de él la quería vivas, para demostrar su perdón además de esparcir el miedo entre todos. El reino se llenó de prosperidad, Freddy empezó a abrir su reino a otros reinos, les dio más importancia a los intercambios, dejó que otros reinos entraran a hacer negocios, es cierto que muchos se aprovechaban de él pero cuando él lo descubría, solo faltaba una pequeña visita para que esas personas salgan asustadas.
―¿Con qué está es la reina? – dijo Golden con una sonrisa.
―Sí, es bonita ¿no te parece? Alta, ojos hermosos y ni hablemos de su sonrisa. Su voz es irritante pero nadie es perfecto, sé que no me ama, lo sé pero sabe fingir demasiado bien y a veces me engaña haciéndome parecer que sí.
―Hay peores, sacaste el premio ganador.
―También hay mejores pero ¿qué importa el amor? Todos aquí dejan de lado los sentimientos, todos buscan lo mismo.
―¿Y qué es? – Freddy miro hacia el cielo.
―Prosperidad y seguridad, saber que aquí pueden crear un futuro, asegurarse que ellos y sus familiares van a ser felices sin nada que les falte.
―Lo que buscamos todos ¿no? Construir algo para nosotros y cuando estemos al final de nuestros días verlo y admirarlo.
Freddy estuvo obligado a casarse, cómo a todos los reyes, un matrimonio calculado para unir familias, unir planes pero Freddy tuvo una pequeña ventaja, ser la persona más poderosa en el mundo, tuvo la suerte de elegir con quien se podría casar, nadie le diría que no, de hecho todas las mujeres se tiraban para que las eligieran y él escogió la que más le gusta. Tuvo tres hijos, ninguno tuvo problemas realmente, si los tenía Freddy los curaba con mucha facilidad, era mejor que cualquier doctor, de hecho su don lo llevo muy lejos, dejando una marca en todos, sí querías hablar con él, Freddy rápidamente aparecía al lado tuyo con una sonrisa. Nadie le dijo que no a sus grandes ideas, incluso si fuera un capricho, todos se arrodillaban y decían que sí, aunque Freddy nunca le gusto eso, siempre intentó hacer las cosas bien, era algo iluso pero nunca mostro esa parte, Fred no lo dejaba mostrarlo, aunque con sus acciones sí, dejo que todo prosperara en su reino y evitaba guerras, solo se ponía al frente y golpeaba a algunas personas, a veces se debía marcharse las manos. Dentro de lo que cabe fue un buen rey, no hizo muchos cambios, solo mejoro lo que ya había visto, siempre con una sonrisa, siempre ayudando a que realmente lo necesitaba, no importa que tanto lloraras e imploraras él vería dentro de ti y decidiría si merecías la ayuda. También hizo grandes inventos, hizo las pistolas, pequeñas armas que usan pólvora y se disparan con fuerza, visito a varios reinos y charlo con ellos, no digo que los unifico pero sí aprendió algo de ellos, cómo hacían las cosas, las delicias que tenían, los inventos, la forma en que se defendían, poco a poco fue llevando ese conocimiento a su reino y luego lo vendía a los demás, si es que esa información se podía replicar aquí. También bajo los crímenes, no solo porque tendrías que ser un demente para cometer un pecado frente a Dios, sino que todo criminal era obligado a trabajar de alguna manera, sobre todo los ladrones y aquellos que no querían cooperar, siempre había por lo menos uno que no quería, lo mataba enfrente de todos, no quería pero era su trabajo, tenía que mancharse las manos para que otros no lo hagan. También sufrió de varios atentados pero ninguno con mucho éxito, agarraba rápidamente a esa persona y luego dejaba que la justicia se encargara.
―¿Qué crees que pase cuando muramos? – dijo Fred mientras miraba el cielo.
―No lo sé, si hemos sido buenos vamos al cielo, si hemos sido malos vamos al infierno, depende de cómo nos hayamos comportado.
―No conozco otra persona más gentil que tú Freddy, a veces demasiado gentil. Debiste haberle partido la cabeza a esa persona, intentó matarnos, así enviamos un mensaje – Freddy se encogió de hombros.
―Puede que tengas razón, puede que no, viste lo mismo que yo, viste su vida y no pude matarlo, dejamos que nuestros hombres lo hagan, lo juzguen.
―Y cómo te lo dije, eres la persona más amable que conozco, seguramente irás al cielo – Fred se quedó en silencio – pero ¿yo que soy? ¿yo también iré contigo? ¿qué me pasará al morir? – Freddy lo miro e intentó tocarlo sin éxito.
―No lo sé pero te prometeré algo, no te dejaré solo, eres una plaga que nunca me vas a dejar y yo tampoco, queramos o no estamos unidos, conectados. Aun así eres alguien amable, siempre quisiste protegerme, eres un monstruo pero cada reino necesita uno para seguir adelante.
―Había mejores formas de halagarme – Freddy se rió.
―Sí, sí, lo sé – Freddy miro a Fred - ¿crees que lo que hacemos importe? ¿qué el mundo está mejor sin nosotros? – Fred lo miro y sonrió.
―Sabes que sí, mira todo lo que has traído de otros reinos, las frutas, todo eso es impresionante, además en muy poco tiempo la gente empezó a interesarse en nosotros no solo por lo que somos sino por todo lo demás, lo que está abajo, cuando nosotros muramos la gente seguirá viniendo aquí, este lugar seguirá creciendo y todo gracias a ti. Y ni hablemos de todo lo demás, si existe Dios estoy seguro de que se parece a ti.
Freddy murió a los treinta y ocho años, nadie sabe qué enfermedad lo mató. El mundo lloró su pérdida, recibió un entierro digno donde todos estuvieron y por un momento todos tenían miedo, sus hijos eran demasiados pequeños para gobernar y el padre de la reina ya quería poner las garras en el reino, además que otros familiares de él, todos querían el reino. Por suerte, a los treinta y cinco años, Freddy sabía que no le quedaba mucho tiempo, que en su muerte todo iba a empeorar, todos iban a volar a su cuerpo como cuervos, despedazando toda su carne, por eso le pidió a Golden que le ayudara en esto, cuando él muriera su esposa sería la que tendría todo el poder. El problema es que la reina no sabía gobernar, era solo una cara bonita, un buen cuerpo pero nada más, no se interesó en gobernar y Freddy lo sabía, por eso le pregunto a Golden si lo podía ayudar, él sería realmente el encargado del reino pero su esposa solo sería la cara, la que se llevaría todo el reino, por lo menos hasta que su primer hijo tenga la madurez para gobernar. Golden no pudo decir que no, lo que ganaba era demasiado, además sentía que así pagaría los pecados de su padre para siempre, aunque había muchas cosas que Freddy no dijo, cómo que su trabajo era demasiado limitado, le contó a su esposa toda la situación y le dejo unas instrucciones para ella, de hecho ambos tenían una carta con instrucciones de lo que debían hacer. Así fue cómo incluso después de la muerte de su rey el reino siguió creciendo, tenía un poder marítimo magnífico y solo fue mejorando más y más con el tiempo, sus hombres eran los más fuertes y siempre tenían algo con que negociar, se volvió incluso más fuerte que cuando Freddy respiraba. Y pasó lo que todos sabemos, el nombre de Freddy, su historia, simplemente desapareció, las pinturas de él desaparecieron, los colores, todo, los escritos de él también lo hicieron, las palabras desaparecieron, ya no había registro de él e incluso puedo llegar a afirmar que el día después de su entierro el cuerpo desapareció. Es como si Freddy jamás hubiera existido pero aún existía una manera de recordarlo, gracias al boca a boca, Freddy vivió en el recuerdo colectivo, todos querían recordarlo, todos hablaban de él e incluso muchos años después yo hablo de él, simplemente porque la gente no lo quiere olvidar, no lo quiere soltar, simplemente porque su historia es demasiado importante como para olvidarla, no sería justo.
Antes de que se vayan amigos míos quiero agradecerles a todos ustedes por escucharme, sé que no es fácil, sé que muchos piensan que esto es mentira y no es simple, mi mente es una unión de historias sin sentido, son recuerdos que no son míos, un labor que no le deseo a nadie, algo horrible pero que lastimosamente Dios me lo asignó. Aun así no puedo decir que no lo disfruto, solo quiero agradecerles por escuchar y también agradecerles por apoyarme, muchos de ustedes me dieron ánimos a seguir, algunos incluso me obligaron a seguir contando la historia, saber que estoy ayudando al otro, que lleno la necesidad de alguien me llena de vida. Gracias a todos aquellos que me tuvieron paciencia para escucharme, todos aquellos que esperaban con ansias, a aquellos que extendieron mi voz, todos aquellos que hablaron de mí y me hicieron reconocido, jamás podré pagar lo que han hecho, solo con estas palabras. Esas personas saben a quién estoy hablando, lamento que lo que pueda hacer tan poco que solo decir gracias, gracias por estar ahí siempre, gracias por sonreír cada vez que los veo, gracias por no dejar morir esa historia, hacer que lleguen a otros, gracias por estar siempre a mi lado.
saturna_saturna on Chapter 1 Thu 05 Dec 2024 12:45AM UTC
Comment Actions
saturna_saturna on Chapter 8 Tue 17 Dec 2024 05:22PM UTC
Comment Actions
Account Deleted on Chapter 8 Wed 08 Jan 2025 02:10AM UTC
Comment Actions
EcoDePalabras on Chapter 125 Thu 11 Sep 2025 04:16PM UTC
Comment Actions