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stay with me

Summary:

Minghao gracias a un milagro había logrado sobrevivir hace cuatro años atrás. Lo único que recuerda de ese día es que lo habían golpeado hasta cansarse. Chan y Seokmin lo habían cuidado y acogido como si fuera alguien más de su familia.

Mingyu por otra parte, la súper estrella del momento; giras, conciertos, dinero, fama, lo tenía todo. Pero para él lo más importante era su hija, por ella era quien respiraba y se mantenía en pie.

Uno de sus bailarines se lesionó y Chan recomendó a Minghao. Entre el estrés de que quedaba muy poco para su nueva gira, Mingyu se convertía en la persona más odiosa del mundo y las peleas no tardaron en llegar.

Hicieron una fiesta de celebración por el primer concierto que fue todo un éxito. El alcohol se les subió a la cabeza, los jugueteos entre ambos comenzaron a surgir.

Una mirada bastó para que ambos se fueran al cuarto de hotel de Minghao; los besos y caricias no se hicieron esperar.

Hace bastante tiempo ninguno se sentía así de… libre.

Notes:

esta historia está más avanzada en Twitter (@/pololademinghao) y con imágenes (edité algunas parte para hacer más comprensible los saltos que hay pero aún así tendré que poner imágenes pq son necesarias solo tengo q cachar como!! lenfoskfiek)

(See the end of the work for more notes.)

Chapter Text

Junio 2020

 

—Seok, necesito que solo acates lo que te digo, no preguntes nada por el momento. Necesito que me ayudes, ven a mi pieza.

 

Chan había llegado de improviso a casa con alguien entre los brazos. Seokmin se había despertado agitado por los golpes fuertes y rápidos en la puerta del departamento. Tenía demasiadas preguntas, ¿qué hacía ahí su hermano? ¿No estaban en China de Tour o ya había terminado? ¿Quién era esa persona con la que entró? ¿Por qué estaba tan angustiado? ¿Eran pareja? Todo era muy extraño, más no verbalizó ninguna de sus pregunta. Chan lo llamó con nerviosismo para que lo intentara ayuda a despertar y socorrer a la persona que estaba ahí, se veía horrible, lleno de golpes, la ropa estaba rasgada, tenía un poco de sangre en su rostro. Era un escenario horrible para alguien que recién venía despertando como Seokmin. Lograron estabilizarlo con las pocas cosas que tenían en su casa.

 

—Gracias por ayudar Seok, en serio—abrazó a su hermano fuerte una vez fueron a sentarse al sillón. Seokmin aún tenía muchas dudas y ninguna tenía respuesta.

 

—No te preocupes, sabes que antes de todo siempre te ayudaré en lo que necesites aún cuando sean…—miró su celular en busca de la hora—, ¡las tres de la madrugada!—gritó en un susurro—. ¿Chan qué haces aquí tan tarde? ¿Y-y qué te pasó en la cara?

 

Ahora ya más despierto vió el rostro de su hermano: estaba lleno de moretones, tenía un corte en la ceja y en el labio inferior, su nariz sangraba y sus puños estaban llenos de sangre. Seokmin lo miró asustado, Chan no era de meterse en peleas ¿Qué mierda estaba pasando? 

 

—Déjame traer algodones y alguna pomada, tengo que limpiarte esas heridas Chan…—el menor salió en busca de las cosas a su pieza, cuando regresó vió a su hermano tan… asustado. Se agarraba la cabeza con culpa, lo conocía.

Dejó las cosas en la pequeña mesa que tenían en el living y lo abrazó fuerte—. ¿Qué está pasando Channie?

 

—P-pensé que lo iba a perder Seok—gimoteó con pena—. Y-yo pensé que nos harían algo peor pero esto—se apuntó a su rostro—, no es nada en comparación con lo que le hicieron a Hao.

 

—Así que el chico tiene nombre—lo miró con preocupación—. ¿Quieres contarme qué sucedió o prefieres descansar por ahora?—preguntó despacio.

 

—Prefiero descansar Seok la verdad.

 

—Está bien, déjame limpiarte y te vas a duchar después, ¿sí?—dijo con una sonrisa reconfortante—. Te llevaré un té para que puedas dormir.

 

—¿Por qué pareces el hermano mayor? Auch—dijo con una pequeña risa.

 

—Mamá debió tenerme a mí primero ¿verdad?—lo molestó de vuelta—. Ya está, te llevaré ropa limpia mientras hago un té.

 

—Gracias Seokie—tomó sus manos una vez su hermano terminó de ponerle un pequeño parche en la ceja—, gracias por ayudarme y no llenarme de preguntas, porque te conozco y estás ansioso por saber todo.

 

—Bueno sí, no te mentiré—rió—, pero esto no parece uno de tus tantos amoríos e historias locas mientras estás de tour, esto luce… serio.

 

—Y lo es.

 

Seokmin lo miró con preocupación. Era verdad, amaba hacerle preguntas a su hermano mayor sobre las barbaridades que pasaban mientras estaba en otros países, pero esto era serio. Su hermano estaba implicado en algo grave y la verdad no quería especular, sino se iba a comer la cabeza creando escenarios más peligrosos de lo que eran.

Negó y se paró a calentar el agua.

 

—Esta noche será larga—dijo para sí mismo con un largo suspiro.

 


 

Minghao se despertó desorientado, ¿dónde estaba? Comenzó a sentirse ansioso, ¿lo habían capturado? ¿Y Chan? ¿Qué mierda estaba pasando?

Decidido—aunque con miedo—se levantó a inspeccionar con cuidado el lugar en donde estaba, casi pegó un grito al ver a alguien entrar con una pequeña bandeja a la pieza donde estaba.

 

—Oh estás despierto, acuéstate por favor, todavía estás malherido—Minghao sabía un poco de coreano así que entendió a medias lo que dijo aquella persona, pero no hizo caso, por el contrario se arrinconó en una esquina y tomó lo primero que encontró para defenderse—. ¡Oh, no no no!—dijo rápido dejando la bandeja en la cama—, no te haré nada malo, lo prometo—dijo con cautela—. Soy hermano de Chan—lo último Minghao lo había entendido, Chan. ¿Dónde estaba Chan?

 

—¿D-donde está?—dijo torpemente y ahí entendió Seokmin que había una barrera de idioma. Hizo un gesto con la mano de que esperara y lo llamó por celular—. Chan, ¿dónde estás? Despertó.

 

—Oh Seok, ponlo en altavoz—Seokmin le hizo caso y su hermano comenzó a hablar en chino—. “Haohao, cariño, ¿cómo estás?—dijo con preocupación—. Estoy comprando algunas cosas, ¿sí? Vuelvo a casa en diez minutos. La persona que está ahí contigo es mi hermano menor, ¿te acuerdas que te hablé de Seokmin hace un tiempo?”

 

—”Sí…”

 

—”No pasará nada malo mi vida, Seok te ayudó anoche cuando perdiste el conocimiento, sin él no habría sabido qué hacer”.

 

—”E-entiendo”.

 

—”Ya estoy yendo a casa, quédate tranquilo ¿sí? Cualquier cosa que necesites pídeselo a él”.

 

—”Bueno.”

 

—”Nos vemos Haohao”—se despidió—, Seok ya voy a casa—cambió a coreano—, ya lo tranquilicé así que pueden comer mientras llego, perdón no pensé que se despertaría tan temprano.

 

—No te preocupes.

 

—Sabe un poco de coreano, lo básico, así que mientras háblense en señas no sé.

 

—No puedo creer la mierda de consejo que me acabas de dar—rió.

 

—¡Oye!

 

—Existe el traductor idiota.

 

—Bueno qué sé yo—rió de vuelta—. Ya, colgaré.

 

—Cuídate.

 

Seokmin miró con delicadeza a Minghao. El pobre chico lo miraba con vergüenza, había montado un pequeño espectáculo, estaba apenado.

 

—No te preocupes por lo de hace un momento—comenzó despacio—, en tu lugar habría hecho lo mismo.

 

—¿...?—Minghao lo miraba con confusión, no había entendido ni la mitad de lo que dijo Seokmin.

 

—Ay que tonto, quizás no entendiste… A ver…—tecleó rápido en su celular—. "No te preocupes por lo de hace un momento"—le mostró la pantalla y leyó la traducción al chino, Minghao rió con ternura—. "¿Quieres comer mientras? Chan debe estar por llegar"—el chino asintió.

 

—Minghao.

 

—¿...?—Seokmin lo miró con confusión.

 

—Me llamo Minghao.

 

—¡Oh! Yo soy Seokmin, un gusto.

 

Minghao se sentía en confianza con aquel chico, le inspiraba tranquilidad, una que hace bastante tiempo no tenía.

 

Comieron en silencio, Seokmin no quería bombardearlo con preguntas por dos razones: una, porque no quería agobiarlo y dos por el idioma. Ya todo iba a recobrar sentido con el tiempo.

 

Chan llegó con un par de bolsas con comida para el mes.

 

—¿Te quedarás más tiempo de lo habitual?—preguntó su hermano viendo cómo iba hacia Minghao y lo abrazaba con fuerza. Seokmin tenía intriga de qué tipo de relación tenían ellos dos. Chan no lo trataba como amigo, eso era claro, pero aún así parecía que lo cuidaba como a un hermano menor, era extraño.

 

—Sí, después de lo que pasó anoche le avisé a Mingyu que me tomaré unas vacaciones largas, no puedo dejarlo solo tampoco—miró a Minghao que comía despacio.

 

—Entonces… 

 

—Lo sé… tenemos que hablar de todo.

 

—S-si quieren p-puedo dejarlos solos—dijo Minghao con su pobre coreano.

 

—”¿No quieres estar presente cuando le cuente qué pasó?”—habló en chino Chan.

 

—”Honestamente no—tomó su mano con una sonrisa triste—, estuve inconsciente la mayor parte del tiempo, parece que sabes con mayor exactitud qué pasó durante este periodo—desvió la mirada—. Además fui—hizo una pausa y se corrigió—, no, estoy siendo una carga para ustedes en estos momentos”. 

 

—”No digas esas cosas—tomó su rostro con cariño, Seokmin sentía que sobraba en ese pequeño comedor, claramente hubo algo amoroso ahí que su hermano no le había contado—. Jamás serías una carga para mí Hao, sabes que hago todo esto porque te quiero”.

 

—”Chan…”

 

—”Ya no de esa manera—rodó los ojos y por primera vez en mucho tiempo Minghao soltó una risa sincera—, eso… así me gusta verte, con una sonrisa en esa preciosa cara”.

 

—”Cara que está toda magullada por golpes y cortes”.

 

—”Sigues siendo bonito de todas maneras—Minghao rodó los ojos con el sonrojo subiéndole por el cuello, Chan rió un poco por aquello, le parecía adorable—. Ve a descansar, te llevaré medicinas más rato ¿si?”

 

Minghao asintió y se levantó no sin antes que Chan le dejara un beso en la mejilla.

 

—Muchas gracias por el desayuno Seokmin.

 

—No te preocupes—sonrió amable—. Y puedes decirme Seok.

 

—Y tú puedes decirme Hao—hizo una pequeña reverencia. Antes de ir a la pieza se dió vuelta hacia Chan—. “Ah Chan—dijo en chino—, n-no quiero que le des tantos detalles—dijo nervioso—, o sea, puedes contarle desde cuando nos conocimos y todo eso, pero no reveles tanta información de él, no quiero que corra peligro“

 

—”No te preocupes, le diré lo justo y necesario, tampoco quiero que se vea envuelto en algo malo y le hagan daño”

 

—”P-perdón”.

 

—”No cariño, tú no tienes que pedir perdón de nada—Chan fue hasta el chico y lo abrazó, los ojos de Minghao amenazaban con dejar salir lágrimas—. Eres una víctima de todo esto, nadie merece pasar por el infierno que pasaste”.

 

Minghao miró a Chan con muchos sentimientos en su pobre corazón, estaba asustado, toda la situación parecía de película. Cuando el chico salió del campo de visión de ambos Chan volvió a sentarse con un Seokmin que lo miraba intrigado y una pequeña sonrisa burlesca.

 

—No empieces con tus cosas raras.

 

—Ni siquiera he abierto la boca—tomó de su café el menor—. Te gusta.

 

—Sí, pero no puedo hacer nada al respecto.

 

—¿Por qué?—preguntó ahora con confusión.

 

—Ah…—suspiró—. Es una historia larga.

 

—Tenemos mucho tiempo.

 

—¿Te acuerdas que el 2017 te dije que conocí a alguien que me volvía loco?

 

—Sí, fue para el primer Tour que tuvo Mingyu, me acuerdo.

 

—Bueno ese era Minghao.

 

—¿¡Él era tu infinito!?

 

—¡¿Cómo es que te acuerdas de cómo le decía?!—se tapó la cara con vergüenza.

 

—Ay Channie, no te callabas nunca sobre él y lo hermoso y perfecto que era.

 

—Y lo sigue siendo—pasó sus manos por su rostro con una sonrisa boba, definitivamente fue la mejor época que pudo haber tenido en su vida—. Cuestión, a él lo conocí cuando estábamos en China y no fue de una manera muy convencional…

 

—¿Fue en esas cosas raras que te gustan?—intentó acordarse del nombre—. ¿Bdsm?—preguntó con cierto deje de risa. La verdad le ponían nervioso hablar sobre sexo con su hermano, más aún sabiendo que a él le gustaban ese tipo de prácticas sexuales.

 

—No lo digas de esa manera que suena mal—rió.

 

—¡Pero a ustedes les gusta pegarse e infringir dolor!—dijo histérico—. No entiendo cómo es que existen esas cosas—hizo un gesto de escalofríos.

 

—Deberías probarlas, “te hacen falta”—dijo lo último en chino.

 

—¡Entendí eso último!—le tiró una miga de pan en la cara—. Ay dios no podría, soy muy vainilla para eso…

 

Chan negó con una sonrisa burlesca al ver lo exagerado que era su hermano.

 

—Bueno sí, nos conocimos en estos espacios que solo son para amos y sumisos, de verdad es que me volvía loco, era tan atrapante, yo jamás había sentido tanta emoción en mi vida por alguien—Seokmin lo miró con una ceja levantada y Chan carraspeó—. La química que tuvimos fue innegable, estuvimos juntos poco tiempo la verdad, fueron alrededor de seis meses—la sonrisa que tenía poco a poco se iba desvaneciendo—, todo fue culpa de él, su ex pareja. Minghao tuvo una relación de tres años antes que yo, también estaba metido en este mundo del bdsm—apretaba los puños de pura impotencia—. Cuando se enteró que estábamos juntos se volvió loco Seok, comenzó a seguirlo, lo acechaba y le mandaba cartas de que algo malo le pasaría si no terminábamos. 

 

—¿Cómo existe gente tan mala y enferma?

 

—Ser malo le queda chico a él. Lo hostigó y manipuló hasta que hizo que Minghao terminara conmigo. Pero la gracia no terminó ahí.

 

Seokmin sentía escalofríos mientras escuchaba atento a su hermano.

 

—Este año en febrero más o menos volvimos a ir a China, ¿te acuerdas?

 

—Sí…

 

—Quería ir a visitar a Hao, lo extrañaba. Habían pasado años desde que no nos veíamos—su voz se rompía de a poco—. Un día que habíamos terminado temprano la práctica pensé en ir a verlo, le había mandado un mensaje avisando que iría a su casa—hizo una pausa, el recuerdo todavía le dolía en el corazón—. Llamé a su puerta pero nadie salía, s-se me hizo extraño, una sensación horrible se instauró en mi cuerpo…—sus ojos se llenaron de lágrimas—. S-seok, si yo ese día no insistía, si no hubiera sido terco y me hubiera ido, Minghao estaría muerto.

 

Seokmin no sabía en qué momento las lágrimas habían comenzado a salir por sus ojos.

 

—E-estaba tirado en la cocina, había sangre por todo el piso, apenas podía respirar. Tuve que romper una ventana para entrar y ayudarlo. Fue todo tan caótico, llegó la ambulancia en poco tiempo, los paramédicos actuaban lo más rápido que podían. Yo había tomado la mano de Minghao y sentía como poco a poco se desvanecía. Estaba histérico.

 

—Channie…—dijo secándose las lágrimas y yendo a abrazar a su hermano mayor.

 

—Los médicos dijeron que si me demoraba solo cinco minutos más lo perdía p-para siempre—Chan lloró sobre el hombro de su hermano, le ponía los vellos de punta acordarse de aquello. Tomó aire y prosiguió—. Estuve yendo todos los días al hospital a ver si estaba bien o si necesitaba algo, cuando le dieron de alta casi lo obligué a quedarse conmigo, no quería dejarlo solo, tenía miedo de que le hicieran algo peor—dijo aún con temor—. Ahí me contó todo lo que pasó cuando volvió con su ex pareja, la misma que lo amenazó cuando estaba conmigo. El infierno que vivió, los abusos psicológicos, físicos y sexuales que había cometido todos estos años—su voz se rompió—. Todo fue mi culpa…

 

—No Channie, jamás vuelvas a pensar en eso, todo esto es netamente culpa de esa horrible persona.

 

—Si no le hubiera mandado ese mensaje de que estaba en China y que quería verlo de nuevo quizás no lo hubiera intentado matar…

 

—No vuelvas a decir una barbaridad como esa—dijo serio esta vez—. Esa persona está enferma, tú mismo dijiste que vivió un infierno lleno de abusos, es todo culpa de él.

 

—Lo sé… Pero aún así no puedo evitar sentirme culpable—dijo triste—. Cuando terminó de contarme todo lo que sucedió con él solo sentí impotencia, tenía ganas de romperle la cara.

 

—Hasta yo quiero hacerlo.

 

—No… Tú no puedes involucrarte en esto—espetó con pavor—, m-mientras menos sepas de él mejor…

 

—¿P-por qué lo dices?—preguntó con miedo.

 

—Él fue el que nos hizo esto—Seokmin dejó salir un grito ahogado, la ex pareja de Minghao era un monstruo—. Me costó convencer a Hao de comenzar una demanda contra él, pero logré que aceptara. Era impresionante el nivel de manipulación que manejaba con Hao, ¿puedes creer que cada golpe que recibió creía realmente que se lo merecía? Cada vez que lo obligaba a tener sexo, utilizaba el masoquismo como excusa para agredirlo y luego lo desechaba como si no importara, también creía que se lo merecía—lágrimas de frustración salían por sus ojos, contarle todo esto a Seokmin dolía—. Y-yo no sé cómo es que me controlé de ir a buscarlo y matarlo con mis propias manos Seok—la rabia lo consumía, ese malnacido había dañado tan profundamente a una de las pocas personas que había amado con intensidad—. La  policía allá en China actuó rápido, acogieron la demanda y el abogado que habíamos contratado sugirió que le pusieran una orden de alejamiento por su seguridad. Logramos hacer todo ese papeleo bastante rápido, claramente tuvimos que pagar más pero no me importaba, yo quería que Hao estuviera a salvo—tomó un sorbo de su café que ya estaba helado—. A mí algo no me cuadraba todo este tiempo sabes—miró a su hermano—, sentía que alguien nos seguía, a cada lugar que iba solo o con Hao me sentía observado, me dio una paranoia horrible. Todos los días pensaba quién mierda era o si me lo estaba imaginando, porque él estaba en la cárcel, era imposible que hubiera salido porque se hizo un fallo a favor de nosotros. Le dije a Hao que viniera a Corea conmigo, que no estaba a salvo allá. Estaba escéptico al principio, no quería… Pero luego la pequeña casa en la que vivía la quemaron por completo. Yo de verdad agradecí de mi terquedad y hacer que viviera conmigo mientras estábamos allá preparando las últimas presentaciones del tour de Mingyu.

 

—Dios esto parece de película Channie…

 

—Sí—pasó una de sus manos por su cabello—. En ese preciso momento aceptó sin dudarlo, creo que ahí recién se dió cuenta del peligro que corría.

 

—¿Aún así después de haber sido golpeado hasta dejarlo inconsciente?—preguntó anonadado.

 

—No lo juzgues tampoco Seokie—tomó sus manos—, estar en una relación abusiva durante muchos años no te hace dimensionar la gravedad de lo que estás viviendo. Creo que tuve suerte que Hao sea más dócil conmigo.

 

—Tú también lo manipulaste—lo miró recriminando.

 

—Sí, pero era por su bien. Sabes que jamás se me pasaría por la cabeza dañarlo a la persona que más he amado. 

 

—Sí, lo sé.

 

—Otra vez tuvimos que hacer todos estos papeleos, su pasaporte, la visa de trabajo aquí en corea, los boletos de avión, ya sabes—Seokmin asintió—. Llegamos aquí hace dos días, pero otra vez yo sentía que nos seguían y no quería decirle a Hao para no asustarlo más, quizás me equivocaba.

 

—Pero no lo hacías.

 

—Exacto. Salimos del hotel, mientras manejaba ya era totalmente evidente que nos seguían, eran dos motos, con dos personas en cada una. Nos hicieron una encerrona en un túnel, nos bajaron del auto y comenzaron a golpear a Hao con fierros, y-yo actué lo más rápido que pude, dejé inconsciente a uno de los que me afirmaba mientras me golpeaban. Tuvimos tanta suerte que aparecieran un par de autos que salieron despavoridos corriendo, pero uno de ellos… uno de ellos dijo el nombre de él. 

 

—¿Cómo mierda los mandó si se supone que está en la cárcel y en China?

 

—Eso es lo que no me explico.

 

—Dios Channie, debemos mudarnos, y-yo puedo ayudar a Hao con el idioma y a que se mueva con más confianza por aquí, pero nosotros no podemos seguir viviendo y arriesgarnos a que ahora sepa en dónde está Hao.

 

—Eso estaba pensando y era algo que quería conversar también. Mingyu ya sabe de todo esto, claro que no le di tantos detalles porque Hao no quería, pero Mingyu quiso ayudar, después de todo sabe quién es.

 

—Espera, acaso es…

 

—Sí, fue uno de los bailarines que llegaron de apoyo en China.

 

—Yo siempre pensé que tenía cara rara, ya sabes… Un aura muy extraña.

 

—Y para que tú digas eso es porque realmente era evidente—. Cuestión, Mingyu me ayudó a encontrar un lugar que está cerca de la empresa pero a la vez está un poco más alejado del centro de Seúl. El lugar es lindo y es tranquilo podríamos-

 

—Cambiémonos hoy mismo.

 

—Tranquila fiera—rió Chan por lo decisivo que se veía Seokmin—, dejemos que Hao se mejore y lo conversamos con él también ¿sí? 

 

—Verdad, lo siento—dijo avergonzado; pero es que no lo podían culpar, Seokmin era una persona muy sensible y empática. Los vagos recuerdos que tenía de cuando Chan estaba con Minghao, su hermano hablaba maravillas de él y desde ese momento supo que el chino era una persona buena, le tomó cariño aún si no lo conociese en persona. Y ahora saber toda su historia simplemente hizo que se le rompiera el corazón, una fuerza de querer cuidarlo lo invadió por completo—. Es que siento una impotencia horrible, nadie merece pasar algo así. Anoche cuando te ayudaba a vendarlo se veía tan frágil, quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien, no sé por qué sentí la necesidad de protegerlo.

 

—Bueno, no es raro en tí tampoco, eres la persona más buena que conozco en este feo planeta—acarició con cariño la cabeza de su hermano—, eres alguien puro Seokie, alguien bondadoso, no me sorprende para nada que quieras protegerlo y menos después de todo lo que te conté.

 

—Siempre estaré para lo que necesites ¿sí? Nunca más me ocultes nada con respecto a este tema, estuve a punto de perderte casi y ni siquiera sabía. 

 

—No quería ponerte en riesgo, pero ahora sé que no puedo hacer todo solo—una sonrisa triste se instauró en su rostro—. Pero eso es todo lo que pasó con Hao. Y-yo no quiero dejarlo solo, no puedo permitirme que esté en peligro y arriesgarme a que lo maten Seok—dijo a penas.

 

—Oye, tranquilo, estoy aquí contigo, tenemos a Mingyu también, ¿cierto?

 

—Sí, quedó totalmente preocupado con todo, imagínate tener a un potencial asesino en tu equipo de trabajo, está histérico también.

 

—Bueno, entonces estamos yendo por buen camino—le dió una mirada tranquilizadora—. Ven dame un abrazo—Seokmin apretó con cariño a su hermano, lo amaba, Chan por lejos es la mejor persona que había conocido en su vida, agradecía tanto tenerlo como hermano—. Vamos a descansar un poco, ¿qué quieres de almuerzo?

 

—Carne—miró con ojitos de cachorro.

 

—Dios sigo sin entender cómo es que eres el mayor Chan.

 

—Si fueras a verme a las prácticas entenderías por qué—rió.

 

—No…—se ruborizó—, hay alguien de tu equipo en particular que me pone nervioso.

 

—¡Lee Seokmin!—el nombrado pegó un salto del susto—. ¡Dime inmediatamente quién te gusta de mi equipo!

 

—¡No porque lo vas a echar, te conozco!

 

—¡Nadie puede salir con mi hermano menor! ¡Sobre mi cadáver!

 

—¡Tengo veintidós ya!

 

—Y sigues siendo un bebé que se sonroja cuando le dicen lo lindo que se ve—Seokmin le pegó despacio en el brazo pidiendo que parara de molestarlo—. Iré a ver cómo está Hao, aprovecharé de cambiarle algunas vendas.

 

—Te acompaño.

 

Minghao yacía durmiendo en la cama. Chan y Seokmin lo miraban con tristeza; todo su cuerpo estaba magullado, tenía cortes y moretones notorios por sus brazos y rostro. Chan quería abrazarlo y besarlo, decirle que todo estaría bien, pero él realmente no tenía certeza de aquello. Tenía miedo, estaba asustado y sentir que en cualquier momento podían volver a atacar lo tenía estresado.

 

Despertó con cuidado al chino. Ambos hermanos lo trataban como si de un cristal se tratase, tenían miedo de que se rompiera en cualquier momento. 

Hablaron sobre lo de mudarse, Minghao estuvo de acuerdo, quería estar tranquilo después de aquella noche terrible que pasaron. Seokmin le dijo que desde ese momento sería su profesor de coreano, se encargaría de ayudar y hacer lo mejor que estuviera en sus manos para que manejara bien el idioma.

 

Las semanas pasaron, Minghao se estaba adaptando bien a su nueva vida en Corea. Chan pasó un mes entero con él y de verdad que lo agradeció porque sentía pavor al estar solo y no es que la compañía de Seokmin no le agradara, si no que se sentía en más confianza, podía hablar libremente con él sin sentirse estúpido por no poder articular bien una frase. 

Minghao tenía una coraza enorme que lo cubría por si salía lastimado nuevamente, pero poco a poco comenzó a abrirse más con el Lee menor. Seokmin con mucha paciencia y amor se acercó a él, salían juntos, intentaba darle su espacio y no agobiarlo con muchas cosas y el chino realmente estaba muy agradecido por eso, no cualquiera te acogía en su casa y te trataba como uno más de su familia. Aprendió que Seokmin era profesor de canto y coreano por eso estaba tan empeñado en ayudarle a aprender el idioma y la verdad es que enseñaba bastante bien. En alrededor de cuatro meses pudo comenzar a hablar solo y mantener conversaciones de mayor complejidad. También supo que Seokmin era un año mayor que él, que amaba las cosas tan simples como tomar sol en un día cálido de primavera, que amaba mucho a Chan, que era muy cercano a sus padres y que amaba ayudar a las personas. Seokmin también aprendió que Minghao era muy bueno cantando, era dulce su voz, que le gustaban mucho los gatos, que amaba a su mamá más que a cualquier cosa en el mundo; también aprendió a conocerlo con profundidad y ahí entendió por qué Chan se había enamorado de él: era sencillo, la manera en la que veía el mundo era delicada, profunda. Tenía una filosofía de vida preciosa para ser así de joven. Se complementaban demasiado bien, Seokmin siendo energético y Minghao siendo su cable a tierra.

 

Comenzó a trabajar en uno de los estudios de baile que tenía Chan. Al principio se había rehusado, quería encontrar algo por sí mismo y dejar de ser una carga para los hermanos Lee, pero Chan era bueno persuadiendo y terminó por convencerlo. Y claramente no podía estar más contento, volver a ver a Minghao sonreír, ver como cada día se superaba y volvía a tener confianza en sí mismo.

 

Como comenzó a salir más seguido habían decidido entre los tres buscar un nombre coreano para Minghao, solo por precaución, nadie lo decía a viva voz pero seguían estando en alerta.

 

—¿Qué te parece MyungHo?

 

—Oye sí, es lindo, me gusta.

 

—Tan lindo como tú—apareció Chan de la nada.

 

—Deja de ser tan cursi enfrente de los pobres me dan asco.

 

—¡¿Y qué culpa tengo yo?!—preguntó Minghao riendo.

 

—Ser tan lindo—Seokmin apretó sus mejillas con cariño.

 

—¡Oye! Es mío, yo lo vi primero—Chan le pegó un manotazo y atrajo al chino hacia él.

 

—Pero a mí me quiere más—sacó la lengua burlándose.

 

—¡Xu Minghao! ¡Quiero que en este preciso momento niegues lo que acaba de decir ese traidor!

 

Minghao reía en los brazos de Chan, a veces se comportaban como un perro y un gato.

 

—Los quiero a los dos por igual—rió mirando la hora—. Tienes que ir a trabajar, se te hará tarde. 

 

—Pero no quiero dejarte con Seok, me aleja de tí, ni siquiera negaste que lo quieres más que a mí—lloró falsamente.

 

—"Pero tú me conoces mucho más a fondo que él, sabes lo bueno que soy contigo"—dijo en chino y de forma sugerente.

 

—”La pasábamos tan bien”.

 

—”¿Debería volver a rogarte?”.

 

—"Como amo que seas un deslenguado".

 

—¡No se vale!—dijo indignado—. ¡Yo no entiendo lo que dicen y por sus caras debe ser algo sexual! 

 

—¿Qué cosas te estás imaginando Seok?—dijo Chan riendo.

 

—Dios ya ándate, asqueroso, depravado, masoquista.

 

—Quiero que sepas que estás insultando a Hao con eso también.

 

—No porque él no es asqueroso y depravado. Masoquista sí, pero lo demás no.

 

—¿Gracias?

 

Los tres rieron con ganas, sus vidas iban cada vez mejor. Chan se despidió de ambos a regañadientes porque aunque quería pasar más tiempo con ellos no podía, tenía que volver a trabajar con Mingyu, pronto tendría un comeback y como siempre estaba encargado de crear las coreografías para su amigo. 

Al principio cada día que salía de su nuevo hogar se agobiaba, “¿cómo estará Minghao? ¿Le hablo para saber si está bien? ¿No le ha pasado nada a Seokmin? ¿Ambos estarán bien?” Eran preguntas que no paraban de sonar en su cabeza cada día que salía directo a la empresa.

 

—¿Oye Chan estás bien? Estuviste muy distraído en el ensayo de hoy, no es propio de tí—preguntó Mingyu un día que habían terminado la práctica temprano.

 

—Sí, perdón—suspiró pesado desplomándose en el piso del estudio—, simplemente estoy preocupado.

 

—¿Es por Myungho?—se sentó con él en el suelo.

 

—Sí—se encogió en su lugar—, tengo una mala sensación, sabes.

 

—¿Quieres que te contrate seguridad?—preguntó honesto—. Ni siquiera lo conozco en persona pero no sé por qué siento la necesidad de protegerlo—carraspeó corrigiéndose—, protegerlos a todos ustedes.

 

—Créeme—sonrió con gracia—, Myungho provoca querer cuidarlo. 

 

—¿Estarías más tranquilo si le digo a algunos de mis guardias que esté allá en los departamentos? 

 

—¿De verdad harías eso por mí?

 

—Oye Chan, nos conocemos hace años, confiaste en mí desde el día uno, me ayudaste cuando más lo necesité y a parte tienes un rol fundamental en mi vida—lo miró sincero.

 

—Gracias Gyu—lo abrazó—. Ah oye—miró hacia todos lados para asegurarse de que estaban solos—, ¿Cómo está Young-gyu? 

 

—Está preciosa mi niña—susurró con un brillo en la cara—, está en casa de mi mamá ahora, Youngmin estaba en camino a buscarla, yo aún me tengo que quedar viendo algunas cosas con Cheol hyung.

 

—Extraño a mi ahijada—lo empujó juguetón—, cuando todo se calme me iré a pasear por tu casa.

 

—Sí, me ha preguntado por tí—sacó su celular y le enseñó un video de su hija—, mira, se aprendió una de tus coreografías.

 

—¡Mingyu!—tomó sorprendido el celular de su amigo—, ¡Esa coreografía es muy difícil! 

 

—Tiene talento—sonrió orgulloso.

 

—Cuando tenga edad suficiente la voy a explotar, acuérdate de mí.

 

—¡Oye!—le pegó en la cabeza—, ¡tiene cinco años recién!

 

—A los diez la invitaré a que sea bailarina de apoyo tuya—rió con ganas—. Dios… baila demasiado bien, realmente es tu hija—dijo asombrado todavía—, tiene tu carisma, deberías llevarla a algún casting.

 

—¿Y traerla al mismo infierno que vivo yo todos los días? No gracias.

 

—Algún día te saldrá con que quiere ser idol y ahí quedarás.

 

—Y yo la encerraré en un castillo.

 

—Anticuado.

 

—Más o menos—ambos chicos rieron.

 

A Mingyu le gustaba pasar tiempo con Chan, era el único que no lo trataba como "Kim Mingyu" el súper idol del que estaba en boca de todos. Chan lo molestaba, le hacía bromas, le pegaba e insultaba de manera juguetona, era como volver a sus días de aprendices donde la vida quizás era un poco más fácil. Fue el único que depositó toda su confianza en él, el único que lo acompañó cuando se quería rendir y dejar todo atrás. Chan realmente ha sido un pilar fundamental en su vida y es por esa razón que no puede permitirse que se sienta tan indefenso.

 

—Gracias de verdad por ayudarme tanto Gyu, no sé qué haría sin tí.

 

—Y yo no sé qué haría sin tí tampoco, eres como el hermano que nunca tuve, además me enseñaste demasiadas cosas que un adolescente necesita saber.

 

—Ni tanto, te enseñé sobre otras maneras de tener sexo pero no te enseñé a cómo prevenir un embarazo—le dió un pequeño golpe en la cabeza.

 

—Bueno tampoco me arrepiento.

 

—Obvio, tú no la tuviste nueve meses en su panza—rodó los ojos con gracia—. Pobre Youngmin, si fuera yo te habría pateado.

 

—Se veía muy linda cuando estaba embarazada.

 

—¿Te sigue gustando?

 

—Actuamos como una pareja pero no hemos dicho qué somos realmente—agarró su cabeza frustrado—, es complicado… Q-quiero estar con ella pero…

 

—Ya encontrarás la manera de equilibrar tu vida amorosa y tu vida de idol, Youngmin ha sido siempre comprensiva con eso, ¿verdad? 

 

—Sí, es la mejor.

 

—Ves, tiempo al tiempo…—miró su celular, se le había hecho tarde—. Me tengo que ir ya.

 

—Acompáñame para hablar con los de seguridad, así van contigo ahora.

 

—Gracias amigo.

 

Salieron de la sala de prácticas derrotados, Mingyu habló con sus guardias. No dió mucha información sobre por qué tenían que cuidar a Chan desde ahora en adelante, quería proteger aunque fuera un poco la integridad de Minghao. En la empresa sabían que uno de los bailarines de Mingyu se vió envuelto en algo grave y lo despidieron, más no qué ocurrió realmente. 

Chan le había contado pero por encima la situación y si con la poca información quedó horrorizado no se quería ni imaginar el infierno que vivió el pobre chico.

 

2024 segundo semestre (presente)

 

Minghao estaba ansioso, hacía semanas que llevaba así. Estaba en estado de alerta, aprendió a confiar en su instinto y sabía que algo malo estaba pasando. 

No quería, no… Él no podía estar cerca, ¿verdad?

 

—¿Estás bien?—preguntó Seokmin sacándolo de sus pensamientos.

 

—Tengo la sensación de que algo malo va a pasar.

 

—¿Tú crees que es por …?

 

—Sí—lo cortó de una, el solo nombrarlo le daba escalofríos—. Ha estado muy tranquilo todo sabes—dijo angustiado—, estoy acostumbrado a estar en alerta.

 

—Pero tiene una orden de alejamiento Hao—intentó tranquilizarlo—, hay una orden de búsqueda y captura por él también en China, no creo que sea tan fácil para él viajar a Corea y venir hasta acá. 

 

—Tienes razón… Quizás estoy dándole mucha vuelta a esa idea estos días.

 

—Y no es para menos, ya van a ser, ¿casi cuatro años ya?—el pálido asintió. Los recuerdos lo estaban atormentando, cada vez que se acordaba de ese suceso en su vida se ponía histérico. No quería volver a verlo, no quería que estuviera cerca de él otra vez acechándolo—. ¿Quieres dar un paseo? Tal vez salir ayude a que te distraigas—dijo su amigo viendo como Minghao se sumía en los recuerdos.

 

Era desgarrador ver como su amigo no podía vivir tranquilo. Verlo como un cordero asustado la mayor parte del tiempo lo ponía triste, porque sabía que no podía hacer más por él que solo prestarle apoyo.

 

Habían pasado ya cuatro años desde que Minghao llegó a su vida. Si miraba en retrospectiva había crecido mucho como persona: se desenvolvía mucho mejor ahora, seguía siendo igual de desconfiado pero se permitía mostrar un poco de debilidad con ellos.

 

—¿Te sientes mejor?—preguntó Seokmin después de un buen rato, habían llegado a un parque poco transitado, era precioso. Ambos tomaron fotos del paisaje, los árboles y del uno y del otro para el recuerdo. Exhaustos se acostaron en el pasto cerca de un árbol que les hacía sombra.

 

—Sí, gracias por todo Seok.

 

—No he hecho mucho la verdad.

 

—No Seok—fijó su mirada en él—, siento que nunca lo dije apropiadamente, pero realmente estoy agradecido por todo lo que has hecho por mí en estos años. N-nadie a parte de Chan se había preocupado y me había querido tanto, s-sé que soy una persona difícil, que fue y sigue siendo complicado acercarse a mí, pero de verdad gracias por jamás alejarte de mí, por quererme tal y como soy.

 

—No sabía que se había puesto a llover—dijo en tono de broma secándose las lágrimas que salieron sin aviso de sus ojos—. Créeme que haría todo eso una y mil veces más de ser necesario. Eres importante para Chan y lo eres para mí. He aprendido muchas cosas gracias a tí, a ser crítico con las personas y no dejarme llevar por mi bondad y creer que todos son igual de buenos que yo. Te quiero mucho Minghao, y créeme que si pudiera te sacaría toda esa angustia y miedo que sigue habiendo dentro tuyo.

 

Minghao se lanzó hacia su amigo en un abrazo para ocultar las lágrimas que se avecinaban. Quería mucho a Seokmin, de verdad. Sentía que de alguna manera había encontrado a su alma gemela con él y en el más puro sentido de la palabra. Se complementaban bien, eran el opuesto del otro y por eso mismo era que tenían esa complicidad tan única.

 

—Oye—dijo Seokmin una vez se soltaron de ese gigante abrazo—, ¿cómo van tus clases en el estudio? Chan me dijo que este año llegaron más niños y niñas y que las mamás de las criaturas te amaban.

 

—Este año ha sido muy ajetreado, pero estoy super contento—minghao tenía una sonrisa brillante en su rostro—, de verdad que me pone tan feliz enseñar a niños, absorben tan bien la información a pesar de ser tan pequeños, me dan hasta ganas de ser papá—el comentario hizo reír a Seokmin—. Y sí, más de alguna mamá me pidió el número o me invitaban a salir. Las caras de decepción cuando las rechazaba cordialmente. ¡Incluso había uno que otros papás que me invitaban!—rió con vergüenza—. Algunos hasta hacían que sus hijas me llevaran regalos.

 

—¿Y por qué no sales con algunos de ellos?

 

—No creo poder…—lo miró triste.

 

—¿Nunca has pensado en volver a darte una oportunidad?—acarició su cabello con cariño—. Hao mereces volver y que te vuelvan a amar.

 

—Es complicado, ya sabes…—volvió a acostarse en el pasto mirando el cielo que se teñía de colores anaranjados y violáceos—, no es fácil recuperarse de una relación abusiva de años que casi te mata—rió.

 

—Dios Hao perdóname yo-

 

—Tranquilo Seok—lo cortó antes de que el mayor se deshiciera en disculpas—, mis traumas, mis chistes.

 

—¡Tonto!—le pegó en el brazo.

 

—¡Oye!—se sobó riendo—. ¿¡Qué hice ahora!?

 

—¡Hacerme sentir mal y pensar que la estaba cagando!

 

—¡Noo mi vida perdón!—rió esta vez con ganas—, ya está un poco más superado el tema, ¡hasta puedo hacer bromas viste!

 

—No es gracioso—cruzó sus brazos haciendo un mohín enojado—, realmente pensé que estaba tocando un tema delicado.

 

—Mira piensa qué, hacer bromas al respecto, hace más llevadero el tema y siento que cada vez estoy cerrando más ese capítulo de mi vida—fijó su mirada en él—. Piensa que todo lo que me pasó me hizo crecer como persona, claramente nadie debería pasar por algo así en su vida, ni siquiera tener la mínima posibilidad, pero hay gente muy mala que te manipula en los momentos precisos y te arrastra a un espiral de miedo y dependencia. Pero gracias a eso me di cuenta lo fácil que fue manipularme y moldearme y ahora tengo las facultades para cambiar el rumbo de mi vida si es que me encuentro en una situación similar. Tengo certeza que ya no soy ese Minghao de veintiún años que se vió envuelto en cosas terribles para ser tan joven, ahora soy un Minghao de veinticinco años que es más fuerte mentalmente y que sabe que tiene gente a su lado que pelearía con uñas y dientes por mí.

 

—Claramente eso último fue por Chan—lo empujó juguetón haciendo que se sonrojara—. ¡Mira cómo te pusiste!

 

—¿Para qué lo nombras?—se tapó la cara avergonzado—. Hablaba de ustedes dos, ¿o acaso no pelearías con uñas y dientes por mi? Qué malo eres Lee Seokmin.

 

—Oye yo me moriría por tí—lo abrazó.

 

—No lo digas ni en broma—Seokmin rió.

 

—¿Nunca has querido volver con Chan?—carraspeó—. Digo… Se ve a leguas que ustedes dos se siguen amando ¿y si se dan una oportunidad?

 

—Lo he pensado mucho sabes…—abrazó sus piernas y se encogió—. Lo sigo amando con la misma intensidad o quizás más, pero realmente tengo miedo de que algo le pase—su voz de a poco comenzaba a tener un timbre de tristeza—. Yo sé que puedo actuar distinto si me encuentro solo con él, pero yo no sé cómo se comportaría si me encuentra con otra persona. Eso es lo que más me aterra de todo—suspiró—. Y-yo no sé qué haría si por mi culpa me arrebatan a Chan de mi vida, no podría soportarlo. Lo amo tanto como para protegerlo de mí y las consecuencias que conlleva estar conmigo.

 

—Pero aún así se dan besos de vez en cuando.

 

—¡¿C-cómo sabes…?!—dijo con sorpresa y vergüenza a la vez. Cuando lo miró supo que la había cagado.

 

—¡¿HACEN ESO?!—comenzó a reírse histéricamente—¡NO SABÍA! ¡Te acabo de sacar mentira por verdad!

 

Minghao comenzó a tomar sus cosas con vergüenza para irse a casa, Seokmin lo seguía detrás burlándose y haciendo sonidos de besos. 

 

—Oh llegaste—fue lo primero que escuchó Minghao al abrir la puerta. 

 

Chan lo fue a recibir con un beso en los labios y un abrazo apretado. Minghao no pudo esquivar el beso y de atrás escuchó cómo la risa de Seokmin se reanudaba.

 

—Pensé que no estabas en casa—dijo tranquilo Chan a su hermano, al contrario de Minghao que el sonrojo se esparcía por toda su cara—. ¿Qué? ¿Qué pasa?—dijo con una sonrisa.

 

—Nada, me voy a bañar—dijo el menor de todos intentando escapar.

 

—Que te acompañe Chan, así los dejo solitos.

 

—¡Ay Seokmin cállate dios!—Minghao no estaba aguantando ser el centro de burla de su amigo.

 

—¿Pero qué les pasa a ustedes dos?—a Chan le daba risa la situación pero quería saber qué pasaba.

 

—Me enteré que se dan besitos de vez en cuando—hizo gestos para molestar al pálido.

 

—Ah sí, ¿había que ocultarlo?—miró al menor con confusión y una sonrisa asomándose por sus labios.

 

—Los detesto a ambos, en serio—dijo yéndose a buscar sus cosas para bañarse.

 

—¡Noo mi amor ven!—Chan fue detrás de él.

 

—¡Uy! ¡Te dicen mi amor ahora!

 

—¡SEOKMIN BASTA!—gritó Minghao desde su cuarto.

 

Las risas inundaron ese pequeño apartamento en el que vivían los tres. Chan tenía una sensación de calidez, por fin todos estaban teniendo paz en sus vidas.