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Heartman retira de la caja plateada y reparada una botella de vino. Un regalo de un científico de Lake Knot que había sido perdida camino a su entrega. Es una sorpresa que llegara el paquete y que su contenido estuviera intacto. ¿Fue el mismo cargador que lo perdió por accidente quien lo recuperó? Revisa quién realizó la entrega desde su cuff link: la carga es realizada por un independiente tras esta ser llevada a Mountain Knot por… Sam Porter Bridges. Alza un poco las cejas, él aún no conocía al hombre, pero ciertamente sabía de él por Aaron Hill, Deadman y Mama, las publicaciones de la revista sobre repartidores así como por comentarios que le hacían el Médico y su esposa en los últimos meses. Sam era no sólo un hombre excelente en su trabajo sino que digno de admiración como persona aunque fuera de lo común según Deadman, y reservado y triste según Mama. Algunas personas lo describen como tímido y otros como serio y enfocado. Fuese como fuese, era muy amable de su parte, muy amable en verdad. El ritmo de su AED aumentó ligeramente. El sentimiento de gratitud permaneció un tiempo con él aquel día, volviendo un poco cada vez que revivía y veía la botella sobre su escritorio.
Cuando recibió una notificación de que el cargador acababa de ingresar a un refugio dos horas más tarde, Heartman le habló dándole las gracias a lo que Sam respondió con un escueto: “No es problema”. Fuera del ventanal del Laboratorio, la nieve caía constante.
Cuatro días más tarde, volvería a ocurrir y el investigador volvería a agradecerle a su habitación (esta vez se encontraba en South Knot) y Sam volvió a responderle “No es problema, estaba en mi trayecto”. La mano derecha de Heartman apoyada en el AED se cerró y con el pulgar acarició en una breve sucesión rápida 3 veces el borde superior del aparato.
Una semana más tarde, un paquete que había dado por perdido acaba de ser entregado en su terminal. Excelente estado, reparado. Sam Porter Bridges es el responsable. La copa de Heartman queda suspendida a medio camino a sus labios. Oh. Una pizca de afecto y mucho agradecimiento le dan vueltas en el pecho, una sonrisa en su rostro. Un segundo paquete perdido es procesado. «¿Qué? ¿Pero por qué?». Él no solicitó la recuperación de esos paquetes. Rubor coloreó sus mejillas y orejas. Dosis de vergüenza y preocupación llenan ahora al hombre. Por sus paquetes perdidos, el que estos estén interrumpiendo el trabajo de Sam, que le este dando más trabajo a Sam e incluso quizás desviándole de sus rutas, peor aún, que le interrumpan de sus misiones de BRIDGES si es que tiene en estos momentos claro está. Una automática mueca de desagrado se forma en su rostro al pensar en que en cualquier momento la voz de Die-Hardman va a interrumpir su día para criticarlo por ello. Bueno, en realidad el director rara vez se pone en contacto con él para quejarse por su trabajo y nunca por sus actividades, aunque sabe que debería haber cero quejas ya que realiza su trabajo de manera impecable, pero sea como fuese, siempre los jefes tienen que quejarse de los trabajadores, es parte de su naturaleza explotativa, piensa. ¿Pero Sam? el hombre está haciendo un extra por él y no puede evitar sentirse contento.
Esto se repetiría una o dos veces cada dos semanas a lo largo de los siguientes 3 meses, incluso una vez a la semana, no siendo únicamente un paquete perdido sino que podían llegar a ser dos o tres o un de varios kilos de peso. Podían ser entregados con otros paquetes o sólo los perdidos. No existía un patrón, únicamente el que el científico no había podido lograr alcanzar a Sam antes de que este se fuera. Podría contactarlo directamente a su cuff link o cuando estuviera en una de las habitaciones descansando, pero no lo había hecho. Suponía que no quería interrumpir sus descansos o que se sentía algo avergonzado, contento sin embargo.
Cuando tuvo la oportunidad de conocerlo al recibir el cuerpo de Mama, Heartman no podía evitar sentirse afectado por todo lo que había leído y escuchado del hombre, sobre todo su carpeta de BRIDGES y la muerte de su familia. Heartman a estas alturas siente que comprende un poco al hombre e incluso ha llegado a ver similitudes entre los dos. Estiró su mano emocionado para estrechar la de Sam tras revivir, pero este retrocedió.
–Oh, eh… —confusión y una punzada de vergüenza, el sentimiento de rechazo se hace presente, —Lo siento, no quería alarmarte, pero soy lo que soy– su rostro serio. Por supuesto que nadie le había hablado de él. El resentimiento que recientemente ha estado creciendo en el hacia Die-Hardman, BRIDGES y todo lo que representaba creció en ese momento. Indicó al hombre que depositara el cuerpo de Mama en la mesa y tomó la decisión de él mismo explicarle a Sam quién, qué era y que no tenía que tener miedo de él. Esperaba que Sam entendiera.
—... Me empezaron a llamar el científico de la Playa- una profunda tristeza es visible en sus ojos– Heartman– una pequeña sonrisa en sus labios, baja la mirada y luego mira el rostro de Sam y la tristeza vuelve a estar por un segundo antes de que vuelva la esperanza a su rostro. —Estoy feliz de que hayamos podido tener esta conversación—. Extiende su mano por sobre el cadáver intacto y Sam nuevamente retrocede.
—Oh uh— ¿Qué está haciendo mal?. Trata de seguir profesionalmente y dirige su atención a Mama, le queda poco tiempo antes de morir.
De regreso de la Playa ya no se siente triste respecto a la reacción de Sam y la esperanza vuelve a estar en su ánimo, han pasado unas horas. Prosigue con su explicación:
—... Dormir es complejo y copular, supongo —una leve risita nerviosa— verbal o físicamente —aclara, está consciente de que se pueden tener relaciones sexuales de diferentes maneras y no sólo penetrativamente o estando en el mismo espacio físico. Sam le mira desde el sofá, nada en su rostro. No es como que Heartman esté particularmente pendiente de ello y se lo hace saber: —No es como que alguien en mi posición tenga mucho que preocuparse de todas maneras…–. Sam no comenta nada, sólo lo mira.
–Ehh ahm ¿T- tú lees, Sam?
Y cuando Sam le dijo que entendía los sentimientos de Heartman ya que él también había perdido a su familia, el corazón de Heartman dio un vuelco:
–No esperaba te abrieras conmigo, Sam– la emoción embargó al hombre y sin pensarlo se acercó para abrazarlo. Sam le evadió caminando lejos de él. Está bien, está bien, no se conocen. Opta por hacer su usual gesto con la mano para indicar algo positivo y le da 20 Me gusta al cargador. Quizá si seguía hablando podría entablar amistad con Sam, después de todo este ya le había dicho algo de sí y de su familia, era significativo.
El dolor de Heartman, su sufrimiento y misión presentadas a Sam, las lágrimas no dejan de caer. Siente está desnudo ante el hombre, rogando por conexión, pero quien tiene frente a él ha puesto una barrera entre si y el mundo, eso le queda claro como el cristal ahora. En cierta forma, él también hace eso, dando prioridad a su búsqueda muerto por sobre su vida vivo, ¿pero qué más queda en su vida?
Sam le pide que vuelvan al trabajo, que le diga qué tiene que hacer. Tras explicar o casi finalizar de hacerlo, su corazón se detiene y lo último que escucha es la respiración de Sam a su lado. Inerte, Heartman golpea el suelo que se infla con aire para evitar se hiera. Sam no es lo suficientemente rápido para atraparle al tiempo que teme tocarle, pero también porque no sabe qué tan delicado es el cuerpo del hombre, cómo funciona su dispositivo o si habrá alguna reacción si se tocan. Die-Hardman lo saca de su predicamento y abre la puerta para que se vaya. Sam no logra aplacar en su totalidad el querer haber puesto en su silla al hombre. Antes de irse recuerda reiniciar el reloj de quiralio y da un vistazo final a Heartman.
La nieve le enfría el rostro y el escarcha el traje. Tras unos minutos de haber abandonado el laboratorio de Heartman, Die-Hardman le llamó para comentarle respecto a Heartman. ¿Así que los DOOMs del tipo eran más altos de lo normal? ¿cuál es siquiera el nivel normal de DOOMs? No logra terminar el pensamiento cuando el ringtone del científico le informa una llamada entrante que inicia con un profundo y triste suspiro:
—Mis disculpas, Sam. Has venido hasta aquí para visitarme, y sin embargo he descuidado el darte una despedida apropiada —la voz está cargada de arrepentimiento— Se cuidadoso ahí afuera. Como mencioné antes, esta región es abundante en recuerdos de muerte y extinción —ahí está el sufrimiento y la añoranza— No es de extrañar que los BT sean avistados aquí con más frecuencia. Tal vez recuerdes los modelos de mi laboratorio. Sus diseños se basan en relatos de testigos. Aunque supongo que te habrán parecido extraños, teniendo en cuenta las veces que te has encontrado cara a cara con el verdadero McCoy —una pequeña risa finaliza la llamada. Sam no comprende la referencia sin embargo si recuerda los CVs, ¿cómo olvidarlos?
No volverá a verlo en un tiempo, más que uno que otro mail o llamada. Sam continúa rescatando de la nieve u otros lugares paquetes dirigidos a Heartman, ahora sabe quién es el tipo y puede ponerle un rostro al nombre y no sólo una fotografía o un holograma de baja resolución. Cada vez que puede recoge una carga pérdida del científico y en lugar de entregarla a los repartidores independientes u otros cargadores que van camino al laboratorio como hacía antes, decide hacerlo él mismo.
Los repartos desde la Fotógrafa, la Biologa, el Doctor, la Estación Meteorológica y Mountain Knot a Heartman así como desde éste a ellos aumentaron con los progresos de Sam en conectar las centrales y a los preparacionistas con la ocasional visita al Laboratorio de Mama para llevar documentos o equipo a Mountain Knot o a Heartman, así como realizar paradas para descansar y fabricar equipo con la ayuda del científico entre envíos por el área. El poder usar la piscina de aguas termales en el techo del Laboratorio es toda una ayuda para el entumecimiento, los inicios de resfriado, el agotamiento y su salud en general. Con los avances en terreno, en la recuperación de información y las preguntas que aumentaban con cada nuevo nudo y con cada semana sin dar muchas respuestas, realizaba más entregas y paradas en el Laboratorio del lago. Comenzó a cruzar una que otra palabra en un inicio con el investigador, usualmente era este quien hablaba, pero a medida que pasaban los días y los envío, hablaba un poco más, preguntaba cosas o comentaba respecto a sus viajes cuando le preguntaba.
En ocasiones, cuando Heartman estaba vivo y lograba encontrarlo en el recibidor junto a la terminal del laboratorio, le invitaba a pasar a descansar; a veces Sam usaba el baño y partía inmediatamente, otras descansaba sentado en uno de los sofás, comía un sandwich o fruta que le daba Heartman o que le regalaban en algunas de sus entregas. A veces Sam pasaba después de usar la piscina y en otras al revés. Cuando Heartman no estaba disponible o prefería estar solo, se sentaba a descansar o dormitaba en el pasillo de piso acolchado un pequeño calefactor en el brazo encendido. En aquellos momentos, cuando el científico recibía la notificación y veía que era Sam, le dejaba tranquilo. En caso de ser otro cargador dejaba que el sistema por sí mismo recibiera los paquetes. Sam era quien más venía a hacerle entregas de cualquier manera y estaba agradecido ya que por mucho que quisiera interactuar con personas, no podía dejarse morir frente a cualquiera y necesitaba ocupar su tiempo en sus investigaciones por lo demás.
En ocasiones, Heartman se preguntaba si debería instalar una incubadora para cuando Sam y Lou pasaran a descansar. Quizás debería mandar a realizar un refugio, pero no sería beneficioso para la red quiral. Ya vería qué hacer, de momento debía recostarse y reiniciar el reloj.