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Leave everything behind if you want to survive

Summary:

Los sueños de Obi-Wan fueron destrozados desde el momento en que ha recogido todas sus pertenencias en un morral y llevado a los Campos Agrícolas, dejando atrás todo lo que conocía.

Pero la vida solo le da más desgracias en tan poco tiempo, hasta que se apiada y llega alguien para cuidar sus heridas.

Notes:

Primero que nada vengo a desearles feliz año nuevo 🎉✨💕🎇

Espero que se la pasen lindo en estas fechas y esperando que todos sus propósitos se logren ✨

Iniciando el año con el pie derecho: ¡Nuevo fanfic con nuestros gays favoritos! 😻💕

(See the end of the work for more notes.)

Chapter Text

Obi-Wan Kenobi recuerda claramente los momentos de su niñez, donde pudo vivir sus primeros años una vida cómoda y tranquila en Coruscant; si bien no fue una vida ostentosa como muchos creerían sino más bien fue una donde cubría sus necesidades en el Templo.

Él había crecido con la ilusión de convertirse en ser seleccionado, convertirse en padawan y una vez alcanzado pasar sus pruebas poder convertirse en un Caballero Jedi, tal vez incluso convertirse en un distinguido Maestro Jedi y viajar por las estrellas para ayudar al prójimo. 

Pero sus sueños se ven destrozados en tan poco tiempo, ya que la mayoría de sus compañeros del creché habían sido elegidos por algún caballero para convertirlo en su aprendiz y los pocos que no habían sido elegidos habían optado por otras ramas tales como la medicina, exploradores, profesores o incluso cuidadores, pero Obi-Wan se había aferrado a la esperanza creyendo que tendría más tiempo pero no fue así.

Con sus pocas pertenencias es enviado al Cuerpo Agrícola con las palabras de aliento de que haría un excelente servicio para los planetas más necesitados pero para Obi-Wan era un fracaso contundente pues había escuchado en susurros que aquella rama era considerado para muchos un lugar para los fracasados al no tener algo emocionante que aportar.

No habla con los pocos iniciados que tampoco fueron elegidos y mucho menos con algunos caballeros que iban por voluntad propia para sus investigaciones en el campo, así que cuando llega solo se encarga de hacer las tareas que le ordenan; no hace el intento de hablar con el resto y los otros tampoco hacen el esfuerzo pues cada quien está viviendo su propio duelo.

Pasa poco más de un mes cuando ya tiene una rutina y una pequeña tarea que le otorgan a todos para darle responsabilidad que lleva en automático, es repetitivo y de cierta manera aburrido dejándolo buscando las posibilidades de no haber sido elegido por algún maestro: ¿era porque era demasiado impulsivo? ¿por cuestionar algo? ¿por no estar tan conectado por la fuerza? ¿por sus visiones esporádicas?

Tantas preguntas se acumulaban pero siempre quedaban sin respuesta.

El tiempo pasa y con ello las responsabilidades que le otorgan, no habla más que lo necesario con sus compañeros, sus tutores le enseñan cómo utilizar la fuerza para mejorar los cultivos y como dentro de poco les estarán mostrando las sub ramas de la estación tales como investigaciones para cultivar en algunos planetas hostiles o simplemente hacer un fertilizante.

Pero aquellas promesas no llegan, al menos para Obi-Wan, ya que esa tarde hubo un ataque de piratas que simplemente querían créditos de manera rápida; así que atacando algunas de las pequeñas bases de investigación causan destrozos y pánico, mientras que los adultos tratan de defender a los más jóvenes Obi-Wan es raptado ren la ultima emboscada causando que uno de los adultos sea herido en el proceso dejandolo así incapacitado y logrando que se llevaran al niño junto con los creditos de la ultima investigación.

Obi-Wan es vendido para que trabaje en unas minas en condiciones deplorables; es enviado a espacios demasiado pequeños para un adulto, trabaja hasta que su cuerpo ya no puede más, es alimentado con sobras y con poca agua que solo sirve para sobrellevar el día pero no lo suficiente para poder escapar; las ropas se convierten en harapos y hace lo que puede para sobrevivir otro día.

El niño es demasiado débil para utilizar la fuerza y teme mostrar algún signo de debilidad para que lo vuelvan a castigar, una actividad demasiado entretenida para sus esclavistas en azotar repetidamente la espalda de la pobre víctima de turno o peor aún que activar el chip y darle fin a aquel sufrimiento.

En una de las grandes minas hay una gran explosión que causa varias muertes, esclavos y esclavistas por igual, causado por las malas condiciones y por un ataque a otro grupo de piratas que lo toman como venganza al no pagar la cuota acordada con sus “socios” causando así un derrame de sangre por todos lados.

El pelirrojo es capturado por segunda vez cuando intenta escapar y es enviado a una de las zonas donde tienen poca, sino nula, relación con las leyes y comunicación con La República dando así sus propias leyes donde probablemente sea vendido a algún burdel por sus facciones femeninas y delicadas, causando un ataque de pánico en el joven.

Cuando llegan al planeta es arenoso y demasiado caliente a causa de los dos soles, su piel pálida y maltratada se quema rápidamente y su boca se seca en tan poco tiempo, se tropieza varias veces al no estar acostumbrado en caminar en la arena y demasiado débil a causa de la desnutrición que llega a un punto que lo llevan a rastras a la ciudad más cercana donde lo arrojaron al suelo una vez que ingresan al edificio donde lo vuelven a vender para una subasta.

Escucha que gritan órdenes en un idioma que no entiende y lo llevan a otra habitación donde lo limpian y lo revisan por todos lados, dando paso a la humillación ante tales acciones, escucha otra palabra que no conoce pero sabe lo que significa para acto seguido ponerle un collar en el cuello y muñecas para evitar su escape y ponerle ropa con telas demasiado transparentes, dejando la piel expuesta que no deja mucho a la imaginación.

Le pintan los labios, le limpian las lágrimas y le acomodan el cabello antes de sacarlo al exterior donde hay una pequeña plataforma donde están expuestas varias personas de diferentes especies humanoides, todos adultos rondando entre los 20-30 años y con vestimentas aunque provocativas eran más modestas.

Obi-Wan es el único niño que hay ahí.

Siente la pena de sus acompañantes pero Obi-Wan no se atreve a levantar la mirada del suelo; siente las miradas pesadas de varios adultos sobre él e incluso le han obligado a levantar el rostro para sus posibles compradores que lo ven de forma morbosa, hablen con su vendedor, sueltan algunas palabras malsonantes antes de irse molestos.

Siente cómo su estómago se retuerce a causa de los nervios cada hora que pasa y teme vomitar, no sabe que es peor: que alguien lo compre o lo lleven directamente al burdel apenas inicie la noche.

Escucha la voz de una mujer hablar en aquel idioma extraño con su vendedor pero no se atreve a levantar el rostro, teme hacerlo ya que podría encontrarse con la mirada de algunos de aquellos hombres, así que no se da cuenta que lo han jalado del brazo hasta que lo han bajando así del escenario donde lo tenían exhibido haciendo que el corazón del niño golpea salvajemente a causa del miedo.

“Aquí están los créditos y tres litros de agua.” Dice la mujer mientras le pasa un pequeño costal y un envase mediano donde está el oro en estado líquido de ese planeta. “Espero que Jabba se entere de la nueva mercancía que estás tratando de ingresar al mercado.”

El hombre solo bufa en tono burlón pero recibe el pago con una sonrisa engreída y le entrega una pequeña bolsa donde se supone que está el control de la bomba y la llave de las cadenas, la cual la mujer se la arrebata mientras atrae al niño para alejarlo de aquel sujeto.

Sin decir nada cubre al pelirrojo con su capa y le pone la capucha para cubrirlo completamente del sol y de las miradas curiosas al estar vestido de esa forma tan humillante antes de abrazarlo por los hombros.

“Vamos cariño.”

Lo guía a un pequeño vehículo viejo de carga, la mujer toma un pedazo de cuerda que tiene cerca y lo rodea en la cintura del niño para que sirva de cinturón y evitar así que se abra la capa que trae puesta. Una vez satisfecha lo sienta detrás suyo, en medio de la mercancía, antes de iniciar el viaje antes que se oculte el segundo sol.

Ninguno de los dos habla en el transcurso del viaje.

Llegan a una pequeña casa en medio de la nada, a simple vista solo un gran platillo de lo que alguna vez fue blanco enterrado en la arena, la mujer se cuelga la mochila, toma la bolsita y guia al niño hacia la entrada de la vivienda abrazandolo por los hombros e ignora la reacción de encogimiento de este.

“¿Mamá, estás en casa?”

El pelirrojo se queda congelado al escuchar la voz de un hombre adulto y empieza a temblar en su lugar. ¿Para eso lo trajeron aquí? ¿Para satisfacer al hijo de aquella mujer?

“Cariño respira.” Le dice la mujer castaña antes de tomar su mano y ponerla sobre su pecho. “Respira conmigo ¿si?”

Obi-Wan sigue los ejercicios de respiración aunque a duras penas ya que sus pulmones no cooperan en lo absoluto, siente como si estuviera sumergido en una gran alberca donde no puede percibir por completo los sonidos alrededor suyo ni las figuras que lo rodean, solo lo que puede ver es el rostro de la mujer que está frente suyo.

Es castaña y sus ojos son oscuros igual que su cabello; su piel es morena y maltratada por el sol pero aun así conserva su belleza de su juventud. Lo guía con una tranquilidad infinita para que salga de aquel ataque que está sufriendo; puede percibir el ligero olor que desprende haciendo que poco a poco se relaje y vuelva en sí.

“Estás a salvo, cariño.” Le limpia las lágrimas ¿cuando empezó a llorar? “Ya todo terminó ¿okay? Vamos a cambiarte esas ropas por unas más cómodas, pero primero te quitaremos esas horribles cadenas. ¿Te parece bien?”

Cuando percibe la afirmación del niño saca la pequeña llave de la pequeña bolsa y le quita los grilletes que tiene, después lo guía hacia el cuarto de baño donde le llena una pequeña tina que casi no usan quedando de espaldas para darle privacidad al joven, solo se voltea cuando siente un ligero tirón en un costado de su ropa así que aun sin voltear la castaña le pasa una toalla para que se cubra y solo se gira cuando vuelve a sentir el tirón en su ropa.

El pelirrojo está cubierto con la toalla, la cual está puesta debajo de sus axilas pareciendo que trae un vestido sin tirantes, así que la mayor lo guía hacia la tina y lo obliga ingresar ahí con la prenda puesta.

Con una pequeña cubeta le echa agua y con un poco de jabón lo empieza a bañar; Obi-Wan no se mueve en lo absoluto mientras siente las manos de la mujer lavar su cabello o cuando siente el cubetazo con agua sobre el.

Ve sorprendido una esponja y el jabón frente suyo. La mujer solo le regala una sonrisa tranquilizadora. “Espero que te talles bien el cuello y en medio de los dedos, yo ya cumplí con tallarte detrás de las orejas.”

Sin decir nada la mujer se voltea frente suyo para darle privacidad y una vez que está seguro que no se está asomando empieza a tallar, siempre alerta de si hay algo extraño; se lava con rapidez y se talla con fuerza el rostro para quitar por completo el maquillaje que le habían puesto horas antes.

Cuando termina abre la boca pero la vuelve a cerrar, repite la acción dos veces más pero de su boca no sale ningún sonido así que con nervios a flor de piel utiliza la pequeña cubeta como un pequeño mazo y golpea la superficie de la tina dos veces consecutivas para llamar su atención.

La castaña solo le sonríe mientras lo envuelve en otra toalla y le pasa unos pantalones y una blusa que parece una bata para él pero ella le pone un cinturón de tela para sujetar las prendas y le dobla las mangas para que pueda ver sus manos; le seca su cabello y toma un cepillo para poder desenredarlo.

“El cabello está demasiado maltratado.” Le explica mientras toma unas tijeras. “Necesitaré cortarlo para evitar dañar tu cuero cabelludo.”

O evitar que tenga piojos 

Obi-Wan piensa aquello no dice nada, solo escucha el suspiro de la mujer para acto seguido escuchar las tijeras cortar su cabello; con cada sonido de las tijeras puede ver como el pequeño mechón de cabello que hay en el suelo crece. Una vez que termina puede ver que su cabello ha terminado por completo en el suelo y poco después en la basura.

La mayor lo guía hacia el pequeño comedor donde puede ver a dos adultos, un hombre y una mujer (al parecer ambos betas según puede percibir en su olor) que termina de hablar en susurros para prestarle atención a los recién llegados, pero la castaña solo saca un plato de la alacena, pone el holovideo que reproduce algunas noticias del exterior y le sirve una gran porción de lo que hay servido en la mesa.

“Vamos, necesitas comer.” Cuando lo ve titubear solo le sonríe de forma maternal.

El pelirrojo come titubeante pero apenas prueba el primer bocado pareciera que su cuerpo le recuerda el hambre atroz que tiene así que apenas masticando la comida empieza a llevarse más y más a la boca al probar la comida más rica y decente que ha tenido en mucho tiempo. Se talla los ojos al sentir sus ojos llorosos y solo se enfrasca en comer y beber la leche azul que le ha puesto la mujer rubia.

Los adultos hablan sobre algunos temas relacionados con algunas piezas, granjas y demás cosas mundanas, como si no hubiera un niño esclavo recién llegado a su casa y fuera la cosa más normal del mundo. Tal vez lo fuera.

 “Mi nombre es Shmi Skywalker.” Se presenta la castaña una vez que se percata que le da el niño. “Él es mi hijo Owen y su nueva esposa Beru.”

“Mucho gusto.” Le dice Beru con una voz que lo tranquiliza inconscientemente. “Es un placer conocerte.”

Owen no dice nada, solo se enfrasca en su comida y Beru solo rueda los ojos ante la conducta de su esposo. “No te preocupes, Owen tiene una forma extraña de mostrar cariño.”

“¿Tienes algún nombre?” Le pregunta Shmi. “¿Podrías decirme cómo te llamas?”

Obi-Wan solo se queda en silencio, titubea un poco antes de afirmar con la cabeza pero cuando abre la boca nuevamente no sale ningún sonido haciendo que fruncir el ceño y mejor opta por encogerse de hombros.

Los tres adultos se miran preocupados pero tratan de tranquilizarse para no preocupar al joven, así que Beru decide aclararse la garganta. “¿Puedes escribirlo?”

“Tal vez no sabe escribir.” Dice Owen con seriedad. “O tal vez no le han dado uno formal.”

Las mujeres hacen una mueca al escuchar aquello, a veces los esclavos les hablan como objetos, cuando cambian de dueño les cambian el nombre más de acuerdo al agrado de su comprador o simplemente el mismo esclavo tiene un nombre “oculto” que utilizan para sentirse como un ser libre.

 “¿Qué te parece si te ponemos otro nombre? Para iniciar un nuevo comienzo.”

El pelirrojo solo se encoje de hombros para quitar importancia, aunque no quisiera cambiarse el nombre ante la ley del planeta ellos podían hacer lo que quisieran ya que técnicamente les pertenecía por derecho y él no era más que simple mercancía que no tenía voz ni voto.

“Muy bien déjame pensar… Podría ser Jaina, Aayla, Tahiri…”

Obi-Wan sólo niega la cabeza mientras escucha a Beru. ¡Esos eran nombres de niña!

Shmi solo se ríe al ver el rostro del joven que mira a la rubia con horror reflejado en su rostro y se ríe aún más al recibir la mirada confundida de esta. “Creo que no es una niña sino un niño, Beru.”

“¡Pero tiene facciones demasiado delicadas!”

“Cariño, todos cuando somos pequeños tenemos facciones delicadas.”

La pareja inicia una pequeña pelea sobre cómo era posible que un niño se viera tan femenino y viceversa, pasando a los posibles nombres neutros y demás hasta terminar desviándose poco a poco del tema principal.

“Ben.”

Obi-Wan se gira a ver a Shmi que lo ve con una pequeña sonrisa en sus labios, transmitiendo tranquilidad y él solamente le regresa la sonrisa aunque cree que sería más una mueca forzada que otra cosa.

“Ben.” Repite Beru probando el nombre. “ Me agrada, ¿te gusta?”

El joven repite el nombre en su mente; es corto, fácil de recordar y muy alejado de su verdadero nombre… Ve el rostro de ambas mujeres y no tiene corazón de rechazarlo, en especial al ver los ojos castaños de la mayor que lo ven haciendo que la fuerza cante tranquilamente haciendo que afirme con la cabeza por aquel nombre.

Se dice que es para evitar problemas, podrían darle un nombre atroz o ni siquiera otorgándole un nombre en lo absoluto… Pero al ver la sonrisa de ambas mujeres hace que sienta un pequeño calorcito en el pecho que prefiere ignorar.

Continúan con la cena y con las conversaciones; Owen se queja de una máquina que va lenta y sobre algunas piezas que tendrá que comprar en el mercado para reemplazarlas, Beru habla sobre el encargo de comida seca que tiene que entregar y Shmi agrega un poco de ambos temas más las tareas que tendrá que realizar en la granja.

Le explican que manejan una granja de humedad y que básicamente se encargan de recolectar la humedad del aire para convertirlo en agua, el cual venden una parte en el mercado y otra la tienen para uso personal.

Hablan un poco más y la pareja se encarga de limpiar la mesa y asegurar la entrada para evitar visitas inesperadas a causa de la inseguridad del planeta, dejando a Shmi guiar al joven a una habitación en la cual ingresan y el joven puede ver qué hay una cama, un escritorio y algunas cajas que sospecha que son piezas de las máquinas y otras cosas rotas o sin usar que tenían guardadas en esa bodega improvisada.

“Muy bien, está será tu nueva habitación.” Le dice Shmi mientras le tiende la cama con una sábana que sacó de una de las cajas. “Lamento el desastre, hace tiempo que no se usa pero cumple con su función.”

La castaña solo ve a Ben en el marco de la puerta y puede ver cómo mira con nerviosismo el lugar así que le regala una sonrisa pequeña que espera que reflejen tranquilidad.

“Debes de estar cansado, así que no me sorprendería que te quedarás dormido apenas toques la almohada.”

El pelirrojo camina lentamente hacia la cama hasta quedar a un lado y la castaña solo le da un movimiento en la cabeza haciendo que el joven se recueste temeroso en la cama; con cuidado la mujer lo arropa y no satisfecha le pone una colcha más gruesa.

“La noche es demasiado fría.” Le dice mientras lo cubre hasta el cuello. “Más vale prevenir.”

Le da un poco de risa solo ver el cabello demasiado corto asomarse, recordándole a un fuzzball o un bogling.

“Descansa Ben.”

Y sin espera ninguna respuesta cierra la puerta detrás de ella dejando a Obi-Wan solo en la habitación/ bodega. El pelirrojo tiene miedo de quedarse dormido y no despega su vista de la puerta con temor de que alguien entre pero pasan las horas y nadie viene, lucha con el cansancio pero su cuerpo pierde la batalla al haber recibido un baño, una buena comida y un lugar cómodo para descansar.

No se da cuenta que se ha quedado dormido hasta que es despertado por Shmi tocando su puerta antes de ingresar a la habitación.

“ Buenos días Ben, es hora de empezar el día.”