Archive of Our Own ^beta

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Melissa entra por la puerta de nuestro departamento. Acaba de llegar de la escuela, lo sé por su aspecto cansado y su cabello recogido en una coleta alta. No hay nada más que ella ame que usar su cabello suelto, mostrando las bonitas ondas que se le forman de manera natural. Sé que ha sido un día largo. 

— Ya llegué, mi cielo. — dice con voz calmada, dejando sus llaves en la mesita que tenemos justo al lado de la puerta. Se acerca a mi, dándome un beso suave en los labios.

— Hola, corazón, ¿día pesado? — digo mientras siento a Melissa sentarse a mi lado en el sofá, apoyando su cabeza en mi hombro. 

— Así es, cada día falta menos para graduarme y para Navidad, sinceramente no sé que me emociona más. — Toma el control de la televisión, buscando algún programa que le parezca interesante, olvidando por completo que yo estaba mirando la tele antes que ella. 

— Mhm, yo siento que debería ser 70/30. Navidades hay muchas, pero graduaciones de universidad solamente una. ¿No es así mi licenciada en Moda? — le beso la frente, escuchando la risa que suelta por mi comentario. 

— Cállate, gracias a mi tienes estilo y eres la chica más guapa del universo. — quita su cabeza de mi hombro, tomándome las mejillas para dejar besos en mi rostro y labios. 

Me río. Melissa y yo llevamos saliendo 2 años, nos conocimos gracias a un amigo en común, yo estudio psicología y ella diseño de modas, aún me falta un semestre para graduarme, así que puedo estar tranquila. 

— Ya, pará, empalagosa. — la aparto con suavidad, mirando directamente a sus ojos color caramelo. — ¿Ya cenaste? 

— No, aún no, pensé que podíamos comer juntas, aunque en este momento solamente quiero estar junto a ti. — Me abraza tan fuerte que no puedo respirar, así que intento safarme de ella sin éxito, ambas riéndonos.

☆☆☆☆☆☆

Ahora estamos preparando la cena. Insistí en que lo pidieramos a domicilio, pero Melissa es amante de la comida casera, así que terminamos haciendo un spaghetti con albóndigas.

— Por cierto, Quackity nos invitó a su fiesta de año nuevo. — Dice ella mientras se enjuaga las manos en el fregadero. 

— Mel, falta mucho para año nuevo.. ¿por qué está haciéndola con tanta anticipación? — Es verdad, estamos apenas a 18 de diciembre y es temprano para planear algo. O al menos así lo veo yo. 

— Dijo que quería invitarnos y aparte le ayudaramos a organizar, ya sabes, invitar gente, llevar regalos, cosas así. — Busca los platos para ponernos a cenar. Cuando nos mudamos juntas compramos una vajilla azul y roja, los colores favoritos de ambas. 

— Uh, que paja. Voy a pensarlo, igual mañana veré si hablo con él, no me había dicho nada. — Quackity es nuestro amigo en común, que en realidad nos unió a todos los amigos que tenemos ahora, es un chico carismático, y que antes tenía un crush en Melissa. Gracioso, porque ella es probable la chica más lesbiana que conozco. 

— Ándale, no seas mala. Yo creo que será emocionante y, mhm no sé, puede que haya sorpresas. — el tono de su voz es más extraño de costumbre, no puedo verle la cara ya que está a espaldas a mi, pero probablemente esté ocultando algo. No le doy importancia y llevo la olla hasta la mesa, dejándola en el centro. 

— ¿Y esa insistencia? — le pregunto cuando terminamos de acomodar todo. La tomo de la cintura y la obligo a enfrentarme, de esta manera podré examinarla a detalle. 

— No sé.. solamente pensé que sería divertido, aparte sería nuestra primera cena de Año Nuevo con amigos, siempre la pasamos con tus padres, y, los amo, pero me gustaría estar con mis amigos. — Me rodea el cuello con sus brazos, jugando con los mechones rizados de mi nuca. 

— Bueno, está bien, vos ganás, pero deberíamos invitar a mis viejos, ya sabes, no le gusta pasarla solos. — la acerco más a mi, oliendo el aroma a perfume de vainilla, uno que usa desde que sale conmigo, también veo lo preciosa que está con ese maquillaje y sus labios rojos como las flores. 

— Sí.. está bien, podemos hacer eso. — Dice rozando sus labios con los míos, sin juntarlos, sonrío y finalmente le doy el beso que tanto espera.

Pruebo su boca de manera lenta, sin apresurarme, cada parte de ella es suavidad. Mi mano sube hasta sujetar su mejilla, acariciando mientras la sigo besando, a veces mordiendo ligeramente su labio inferior. Ella suspira en respuesta, pegandose a mi cuerpo lo suficiente para sentirla rozándose contra mi. Me separo lentamente, buscando aire y juntando mi frente con la de ella. 

— Mel.. si seguimos así probablemente no cenaremos. — dejo un beso en su nariz y ella abulta los labios. 

— A la verga la cena, ahora mismo hay otra cosa que quiero comer. — dice con tono insinuante en su voz, me río, separándome de ella para sentarme a comer. 

— Yo seré tu postre cariño, no te preocupes. — le guiño con ojo y ella se sienta frente a mi, con las mejillas teñidas de carmín. 

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19 de diciembre, 2024. 

Estoy en mi última clase del día. Quackity está sentado a mi derecha, poniendo atención a la clase. Yo debería estar haciendo lo mismo, pero me parece más prudente pensar en que haré de cenar al llegar a casa. Mi teléfono vibra sobre la mesa de mi pupitre, rápidamente lo agarro, comprobando que es Melissa quién me escribe. 

Mel <3

holi :3

hoy salí temprano de la escuela, ¿ya vas a salir?

[7:30 pm]

Hola.

Salgo en aproximadamente 30 minutos, ¿vas ya a casa?

[7:31 pm]

Mel <3

mhm, no, tenía una propuesta para ti

hoy encenderán el árbol de navidad en el centro de la ciudad, ¿quieres ir?

es una cita, yo invito ( ꈍᴗꈍ)

[7:32 pm]

¿Estamos celebrando algo en particular?

Aunque sí, quiero ir contigo. 

🤍

[7:33 pm]

Mel <3

tenerte conmigo todos los días es razón suficiente para celebrar 

te espero en la cafetería de siempre 

te amo 💗🌸

[7:33 pm]

Te amo más.

[7:34]

Leído.

Dejo mi teléfono en la mesa, tengo una sonrisa tonta en mis labios mientras intento poner atención a la clase, aunque mi mente se desvía a qué tengo la mejor novia del mundo. 

Llevamos saliendo dos años, nos conocimos en la fiesta de año nuevo que organizó Quackity en el 2022. Desde que la ví quedé impresionada por lo hermosa que era y sigue siendo. Le pedí una cita, que fué en una cafetería cerca de nuestras universidades, desde entonces se ha vuelto nuestro lugar especial, algo que solamente ella y yo conocemos.

Sin que me dé cuenta pasan los 30 minutos y la profesora nos deja salir. Agarro mis cosas diciéndole a Quackity que lo veré luego. Después escribo un mensaje a Melissa diciéndole que voy a la cafetería. Ella responde con un “okey” y con un corazón rosa. 

Camino por las calles, notando como el sol se ha ocultado, ahora las farolas de la ciudad están encendidas, dando un aspecto casi mágico. Estamos a mediados de diciembre, el frío llegó y la neblina se extiende por todas partes. Finalmente estoy afuera del local, empujo la puerta, mirando a mi novia sentada en nuestra mesa habitual. 

— Ya llegué. — Le aviso cuando me acerco a ella, dándole un beso en la mejilla, para después sentarme enfrente de ella. Mi mochila la dejé en la silla a un lado mío. 

— Te ví. ¿Cómo te fué hoy en la escuela? — Me agarra de la mano, jugando con mis dedos de manera despreocupada. A Melissa le encanta el contacto físico, siempre trata de mantenerse cerca de mí en cualquier momento. Antes me ponía nerviosa; no estoy acostumbrada a eso, pero con ella cualquier cosa es un regalo.

— Bien, pero sinceramente ya quiero salir de vacaciones, no me puedo concentrar más. — Le miro, tiene puesta su bandana color rosa que le compré hace unos meses, su fleco cae frente a su rostro, dándole un aspecto adorable. Está vestida con una falda rosa y una camiseta blanca. Por supuesto lleva medias, también un abrigo grande que se ocupa de abrigarla en esta temporada fría. 

— ¿Cuándo salías?, ¿el 23? — Me entrelaza la mano, yo le sonrío. 

— Seh, pero prácticamente no tengo nada más que hacer, mis exámenes los pasé y todo eso. Así que mis vacaciones empiezan mañana. — Se ríe aunque no haya dicho nada gracioso. Ella es así, normalmente todo lo que diga le parece divertido. 

— Es un alivio escuchar eso, estaba.. pensando en que podíamos hacer algunas cosas antes de navidad, no sé, simplemente pasar el tiempo juntas. — Noto que está nerviosa, últimamente se pone así aunque no sé porqué. 

— Dale, me parece. — Le acerco la mano a mi boca, dándole un beso en el dorso. — ¿Vas a pedir para tomar acá o nos lo llevamos? 

— Para llevar, quiero que agarremos un buen lugar para ver cómo encienden el árbol. — Está sonrojada por mi beso. Cuándo la conocí me contó que sus exes no habían sido tan buenos con ella. Desde ese día me juré hacerla feliz todo el tiempo que me diera permiso. 

— Pues vámonos, ¿a qué hora empieza? — La suelto aunque no quiera hacerlo y me levanto, agarrando mi mochila para colgarla en mi espalda. 

— Es a las… 9:30. — Se levanta también. Se arremanga la chaqueta para mirar su reloj inteligente. — Son las 8:30 tenemos tiempo. — Toma su bolsa, ahora está parada a mi lado. 

— Andando entonces. — Le tomo la mano libre para ir a pedir.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Con café en manos, Melissa y yo caminamos agarradas de la mano, mirando las decoraciones navideñas en los árboles o postes de luz. Ella pidió un capuchino y yo un café con calabaza. Mel odia la calabaza. 

— ¿Te acuerdas la primera vez que caminamos por aquí? — Me dice. Con ella el silencio nunca es abrumador. Me hace sentir en confianza y en casa. 

— Sí, tenías tu cabello más corto, estabas usando un vestido con flores. — Le dí un trago a mi café, imaginando la escena en mi cabeza. 

— Así es. — Se voltea a verme por un segundo. — Hay algo que jamás te dije. — En ese momento llegamos al lugar donde será encendido el pino. Una plaza con un gran árbol en medio. Está rodeado por una valla de seguridad, así que nos acercamos para que ese trozo de metal sea nuestra barrera contra el pino.

— ¿Qué me vas a decir? — Ahora puedo verla como corresponde. Ella me sonríe, apartando uno de los mechones negros de cabello de mi rostro. 

— Te conocía desde antes, digo, Quackity nos presentó formalmente, pero yo ya te había visto. A veces en nuestra cafetería, a veces caminando por aquí y, en especial, una vez que encendieron el árbol. Estabas tú aquí, parada justamente al lado mío. Brillaste más que todas las luces cuando todo se encendió, yo estaba tan impactada que no pude hablarte antes de que te fueras. — Me acuna la mejilla con su mano libre. Está un poco fría. — Cuando te volví a ver, supe que no era una coincidencia, tú eras para mí y yo para ti.

No me da tiempo de responder, pero es verdad, hace unos años yo estuve en este mismo lugar, sola, pero ahora estoy acompañada de Melissa. La mujer que amo profundamente. La misma que en este momento me está besando, mientras escucho a la gente acercarse a toda prisa. «¡Uno!, ¡Dos, ¡tres!» Escucho el murmullo de todos, también el grito cuando la oscuridad desaparece dando paso a la luz. 

Todos gritan, ríen y se abrazan. Pero mis sentidos están borrachos de Melissa, así que rodeo su cintura con mis brazos, atrayéndola a mi mientras separo mis labios de los suyos. 

— Te amo. — Apoyo mi frente en la suya. En este momento no existe nadie más que nosotras dos. — Tenerte en mi vida es el regalo más preciado que tengo. También sé que teníamos que estar juntas desde la primera vez que nos vimos. Gracias por salvarme de la oscuridad. — Me separo para verla mejor. 

Ella está ahí, con sus ojos brillantes como el diamante, con esa sonrisa que me hace querer hacerla mi esposa. 

— Yo también te amo. — Y entonces, me vuelve a besar.