Chapter Text
Tina Goldstein estaba más que molesta, no solía perder el control de sus emociones tan fácilmente, o eso creía ella, pero esto le sobrepasaba.
Amaba a Percival Graves y no, no de la forma que todos podrían imaginar. Ella lo amaba como a un hermano mayor, si bien el hombre nunca fue la persona más cariñosa o expresiva que ha conocido, fue su mentor y guía desde el primer día que había entrado a la MACUSA. Por varios años trató de no verlo como nada más de lo que era: su jefe, después de todo él no dejaría de pensar en ella como su aurora más entrometida y con complejo de salvadora del mundo que constantemente los metía en problemas.
Sin embargo, algo cambió al regreso de Percival después de ser suplantado sin que nadie se diera cuenta. Este hecho fue motivo de culpa y decepción de sí misma para Tina, ni ella que tanto decía admirarlo pudo percatarse de que no era él realmente. Trató de disculparse una y mil veces aún si sentía que Graves no le daba la suficiente importancia. De alguna manera, de esas cosas extrañas de la vida, comenzaron a relajarse más con la presencia del otro, descubrieron que tenían más cosas en común de lo que jamás habían pensado así que pronto se formó un vínculo fraternal de muchísima confianza y cariño.
Percival era el único heredero de la familia Graves, nunca tuvo consanguíneos por más que lo deseo, entonces no le resultó difícil acoplarse a tener una hermana menor postiza a la cual rápidamente le tomó infinito cariño.
Durante los próximos seis años compartieron los momentos más importantes de sus vidas como si siempre hubiese sido así.
Es por eso que Goldstein está tan enojada.
Esta mañana, mientras tomaba el desayuno con su hermana y su cuñado, recibió una lechuza de la presidenta Picquery. Al principio se alertó imaginando que lo peor había sucedido, por suerte no fue así. El sobre, para empezar, no contenía ningún sello oficial de la MACUSA, solo el nombre de su remitente. Confundida la abrió y leyó con detención cada palabra: ¿Una boda? ¿Por qué la presidenta le mandaría la invitación a una boda? Sus preguntas fueron respondidas cuando se percató de los nombres de los novios: celebrando la unión nupcial de Percival Graves y Newt Scamamder.
¿Era una broma? Sabía que Percy estaba en una relación con ese magizoologo revoltoso que poco conocía , estuvo muy feliz por él y esperaba que así como fue la primera en enterarse de su noviazgo fuese de la misma manera en su compromiso. Le dolía suponer que después de todo no era tan importante para Percival como para que no se diera el tiempo de darle la noticia en personalmente y solo le mandara una invitación como a cualquier otro invitado y, como si fuera poco, por medio de Seraphina Picquery.
¡Por supuesto que iría a Londres pronto! Le haría saber su descontento.
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Queenie y Jacob la estarían acompañando en el viaje, Seraphina les informó que su presencia era requerida semanas antes de la boda porque los novios recurrían de su ayuda en los preparativos. Ambos estaban felices con lo que sea que los necesitaran, específicamente el muggle que vería a su amigo después de tanto tiempo. Por la misma condición del hombre, no podían llevarlo con ellas por medio de un traslador, que sería lo más rápido y eficaz, la misma presidenta les ordenó viajar por el medio no-maj más útil.
Tina se la pasó todo el tiempo en barco refunfuñando y demostrando su molestia ante la situación. Queenie trató de hacerla razonar y que dejara de actuar tan celosa con quién una vez fue su jefe. Lo que obtuvo en cambio fue que su hermana comenzara a guardar cierto resentimiento al prometido de su hermano.