Chapter 1: Un panda llorando
Chapter Text
El objetivo era un hombre de cuarenta años conocido en el mundo de la política por ser un vocero de personas adineradas. Era una especie de tapadera y fachada para crear historias falsas en prensas amarillista a favor del gobierno. El señor Asagiri, al cual le habían invitado a pertenecer a un círculo selectivo de la elite gracias a sus mentiras en televisión.
Stanley miraba su fotografía mientras los demás bromeaban en el avión.
— Escuché que tiene una hermosa esposa y un hijo.
— ¡Qué mal! Será todo un escándalo para ellos cuando nos llevemos al sujeto.
— Recuerden que todo debe ser perfecto. Nada de alertar a sus vecinos o la policía.
— ¡Pero viven en una zona grande! Sus veciones quedan a kilómetros.
Esos y más comentarios se hacían entre los soldados. Eran una brigada muy jóven, apenas comenzaban a ser adultos y a otros les faltaba un par de años para llegar a eso. La misión consistía en apresar al hombre y llevarlo a América para un interrogatorio. ¿Porqué? Apenas eran peones en todo ese proceso, no hacían preguntas de a quien disparar o el porqué, sólo seguían órdenes.
Sus ojos café miraban cada aspecto del hombre en la fotografía. Cada rasgo era memorizado. Incluso ese lunar que se asomaba en la parte de su cuello o el como sus manos estaban tan desgastadas. Quizá era un escritor, tal vez él mismo escribía los artículos de los periódicos. Esas eran las teorías pero Stanley podía deducir esas heridas de todas las opiniones.
Siendo el mejor de su clase y un aspirante a volverse el nuevo capitán algún día, conocía muy bien como quedaba tu mano cuando empuñas una navaja por primera vez o cuando golpeas el rostro de alguien y tus nudillos quedan marcados de una forma muy específica. Las manos de ese hombre le decían que no era una buena persona.
¿Cómo categorizas la vida de alguien? Jamás tuvo un problema con eso. Desde el inicio siempre fue un prodigio en un mundo donde unos le llamaban monstruo y otros lo alababan por sus hazañas. Snyder no sentía ningún tipo de sentimiento al jalar el gatillo, solo eran rostros en blanco, muñecas andantes a las cuales debía disparar y hasta ese momento creyó que las cosas continuarían de esa manera.
☆
Aquella era una casa enorme pero con un estilo muy tradicional del Japón antiguo. Juzgando a las viviendas que había observado desde los cielos parecía que solo las familias ricas podían gozar de una arquitectura como esa. El jardín era grande con incluso un pequeño arroyo que corría por debajo de un puente ficticio y el apellido de los Asagiri se encontraba tallado en la madera fina de la entrada. Lo raro es que no provenía iluminación pese a ser de noche de ningún lado de esa casa.
────── ¿Alguien sabe japonés? Porque me quedaré con la esposa de ese tonto ────── Sus compañeros seguían haciendo comentarios estúpidos pero Stanley estaba enfocado en recargar sus armas. Era un rifle personalizado como jamás se había visto antes. El arma más potente del mundo que tenía grabadas las palabras "Dr. X" en ella. Había sido un regalo de cumpleaños de su amigo el cual vería al acabar con esa misión.
Entre el jardín y los árboles de esa mansión cada soldado ocupaba un puesto importante. Las salidas estaban cubiertas, las armas apuntaban en dirección de las ventanas esperando ver algo y unos estaban en la puerta esperando la señal para entrar. Sólo necesitaban llevarse al hombre sin que su esposa o su hijo se dieran cuenta y la misión terminaría.
────── En posición ────── La voz de Stanley se escuchó en la radio de cada soldado. Siempre era un shock ya que ese hombre no hablaba casi nada pero cuando lo hacía era la señal de que estaba listo para disparar si la situación lo requería y Stanley Snyder jamás había fallado un sólo tiro en su vida...
... Pero...
No fueron los disparos de Stanley quienes alertaron a todos. La piel de cada soldado se erizó cuando escucharon dos fuertes sonidos provenientes del interior. El grito de una mujer se escuchó en todo el terreno, un sonido tan gutural y de pesadilla que atormentó a todos. Apenas eran cadetes, y pese a que habían vivido los horrores de sus entrenamientos nadie te enseña a como sostenerte emocionalmente cuando escuchas a alguien gritar así.
La teoría de todos era que alguien se les había adelantado, aunque podía ser cualquier cosa como un ajuste de cuentas de algún otro político. La radio de cada uno sonaba haciéndose preguntas entre ellos pero el hombre que estaba a cargo les informaba que debían mantenerse en sus posiciones. Sin embargo, sus dudas fueron respondidas en unos minutos.
Aquella mujer de un hermoso y largo cabello negro fue lanzada dos metros en el pasillo de madera que daba al jardín. Su cuerpo que una vez había sido el de una modelo famosa ahora parecía un cosa deforme por todos los moretones y cortaduras que poseía. Se arrastraba en el suelo con dos disparos en su pierna creando una linea gruesa de sangre por la madera rojiza. Estaba gritando y llorando, tratando de huir del hombre que apareció como un demonio en la oscuridad.
Ahí estaba el objetivo. Un hombre de estatura promedio vistiendo de negro como si fuera a presenciar el funeral de su esposa. En su mano empuñaba un arma y en la otra un cuchillo de cocina que aún tenía un pedazo de manzana incrustada en éste.
────── No pueden interferir, mantenganse en sus posiciones.
Las órdenes creaban un conflicto en cada uno de ellos. ¿Porqué no podían salvar una vida? ¿No se habían vuelto soldados para eso? Stanley se hacía las mismas preguntas pero su serio semblante no había cambiado y su cuerpo era una roca sin mover un solo músculo. Ya había visto la muerte antes asi que eso no le impresionaba pero... Su corazón no se sentía tranquilo. ¿Jamás podría volver a Xeno si desobedicia una orden y lo mandaban lejos?
El señor Asagiri agarró a su esposa por el cabello. Ella gritaba y pataleaba pese a que su pierna comenzaba a ponerse azúl por la pérdida de sangre. Cada llanto de la chica hacía que las manos de aquellos cadetes temblaran de rabia pero sea mantenían profesionales deseando que sólo fuera una pelea cualquiera.
Vaya esperanza tan falsa.
Todo empeoró cuando una manita se asomó en la oscuridad. La visión de aguila de Snyder no la perdió, vió perfectamente como un niño pequeño se arrastró de la puerta hasta los pies de su padre. Estaba igual o peor que la madre, pues su carita no se reconocía por la hinchazón de los golpes.
────── Audio, necesitamos audio.
La radio del soldado que se encontraba más cerca fue activada para que alcanzara una mejor resonancia y pronto tuvieron la voz de ese hombre a los oídos de todos:
— Te dije que no podías salir de casa y lo hiciste. ¿Porqué te gusta enojarme? ¿En serio tienes esa urgencia de ser una zorra? No puedes seguir simples sugerencias de tu marido.
Eso indicaba que los problemas venían de los celos pero no justificaba su comportamiento. El pequeño parecía también decir algo pero su vocesita era opacada por las súplicas de la esposa:────── Stanley, ¿Cómo está la situación ahí? ¿Ves una forma de distraerlos para capturarlo lejos de ellos? ¿Stanley? ¿Hola? Soldado responda ──────.
Otoño, un café caliente, hojas secas, caramelo, un rayo de sol. El color de sus ojos era eso y pasaron de un hermoso paisaje al reflejo del mismo infierno.
No escuchaba órdenes, estaba observando atentamente a las acciones de ese hombre. La empuñadura de su arma se apretaba y apuntaba a la cabeza pero se movia tanto que no podría dar en el blanco si disparaba desde esa lejanía. Asi que saltó del árbol y sus botas pisaron el suelo mojado que la lluvia repentina empapó. Sus dorados cabellos se pegaron a su nuca y el arma fue cubierta por su misma chaqueta:────── ¡Stanley Snyder! ────── Su superior le llamaba a gritos por la radio pero el americano ya se encontraba poniendo un pie en la madera ensangrentada de ese hogar.
El arma fue dirigida al rostro del hombre quien se paralizó al ver al intruso soltando a la mujer y dejando que su cuerpo hiciera un fuerte sonido contra el piso. El francotirador no decía palabra alguna y juzgando a la retorcida sonrisa que se formó en el rostro del individuo podía deducir que sabía perfectamente que hacían los americanos en su hogar.
— Pensé que ustedes eran más inteligentes. Si querías salvar a la perra que no cierra sus piernas pudiste dispararme antes.
Podía hacerlo ahora pero en la visión de su arma el rostro del hombre pasó a ser la carita del niño. Su padre lo habia alzado hasta su altura bloqueando la vista de Stanley. Claramente iba a usarlo como un rehén:────── Su nombre es Gen, tiene díez años y aspira para ser un mago al crecer. ¿No es tierno? Los niños piensan que pueden vivir del arte y luego terminan en la calle. ────── El pequeño estaba tan delgado que su ropa le quedaba grande. Ese hombre decia que tenía díez años pero no lo miraba de esa edad, parecía que tuviera menos debido tal vez a los maltratados prolongados desde su nacimiento. Su cuerpecito colgaba como un juguete de la mano de su padre escurriendo sangre de su boca y sus mejillas sucias marcadas con lágrimas secas.
────── Suelta al niño y entrégate.
Su japonés era pésimo pero el hombre entendió a la perfección lo que decía. Los demás soldados estaban atentos a las órdenes de su superior y empezaron a acercarse poco a poco. El señor Asagiri retrocedió sin darle la espalda a tirador y adentrándose en la oscuridad de su casa. Stanley claramente lo siguió con precaución sin bajar su arma pero una vez que el negro del primer cuarto lo invadió fue atacado por sorpresa. Sin visión alguna y no tener claro donde estaba su enemigo se volvió una pelea a puño cerrado. El problema era que ese hombre podría usar al niño como un escudo humano, asi que Stanley evitaba golpear a menos que sintiera con la palma la zona que afectaría.
La mesas caían, los platos se rompían. El sofá dió una vuelta entre el forcejeo de ambos. Stanley se llevó un golpe directo a su boca que le reventó el labio inferior pero le preocupó más escuchar el grito del niño proveniente de alguna dirección de ese cuarto.
¿Las personas nacemos con un propósito? ¿Si Dios tiene un propósito para nosotros entonces porque hay muchos que vienen a sufrir? ¿Lo de hoy era un milagro o su fin? El niño de díez años terminó dentro de la chimenea después de ser lanzado por su padre. Las brasas aún estaban calientes y quemaron sus manitas. Fue también bañado por una lluvia de hollín pero no podía toser porque sus pulmones ya no respiraban con normalidad desde hace unas horas.
El pequeño Gen Asagiri escuchaba las quejas de ambos hombres y de tanto vivir en la oscuridad sus ojos se habían adaptado un poco, o tal vez era su sentido de las cosas como si fuera ciego. Puesto a que sabía donde estaba cada mueble en su casa aun si no miraba nada por la falta de luz. Asi que supo que Stanley estaba sometido contra la otra mesa de la sala. Podía escuchar la madera crujir, los gruñidos de lo que quizá era asfixia provenientes del americano y los insultos de su padre a ese gobierno ajeno. Sus manos se alzaron de las brasas dejando parte de su piel en el carbón y se arrastró en la dirección del rincón más cercano.
────── ¿Te importa mucho lo que le pase a una familia que no es tuya? Pensé que los americanos era más violentos que nosotros ────── Apretaba su cuello con todas sus fuerzas. Snyder al ser alguien con entrenamiento envolvió su cadera con sus piernas y sus músculos le apretaron la pelvis hasta hacer que los huesos del enemigo crujieran, pero pese a ese intento el hombre no soltó su cuello y la falta de aire comenzaba a poner su visión borrosa. ¿Qué le dirían a Xeno? Seguramente que su amigo murió al tomar una decisión estúpida.
La sangre manchó la pared y todo el rostro de Stanley cuando una bala hizo que la cabeza del hombre casi explotara encima suyo. El cuerpo sin vida del individuo cayó sobre su pecho y Snyder pudo tener un respiro. Su pierna lo empujó al suelo y apoyándose de la pared trató de buscar el interrumpor de la luz.
No había. De hecho en toda la casa no habían bombillos. ¿Porqué? ¿Qué clase de lugar era ese? Pero no tuvo que prender la luz pues un relámpago por fin iluminó la escena. Ahí en un rincón, unas pequeñas manos sostenían el arma de Stanley la cual había disparado al enemigo. El soldado estaba impresionado que pudiera dar en el blanco sin una sola visión del objetivo pero más sorprendido estaba que el hijo hubiera disparado al padre.
────── Pensé que uno de mis compañeros había dado el tiro de gracia ────── Se acercaba al niño el cual le apuntaba también a Stanley y se topaba a la pared asustado. El soldado se agachó sosteniendo el arma y apartando el objeto del niño ────── Vaya visión más sorprendente, eres como un pequeño murciélago ──────.
Gen respiraba agitado, sus ojos llenos de lagrimas le hacían ver aún más pequeño de lo que era y trataba de aferrarse al muro como si fuera un objeto mágico que pudiera atravesar y salir corriendo por ahí.
────── Stanley, la mujer está muerta.
Su radio sonó confirmando lo que temia. La madre del niño había muerto desangrada en el jardín y cuando el hijo escuchó esa noticia su rostro palideció aún más. Sus piernas heridas y casi rotas se encogieron, sus uñas rasgaron la pared y su pecho empezó a moverse aún ritmo peligroso. Stanley no era una persona que supiera como consolar a otros o dar muestras de afecto, pero aprovechó esa distracción para sujetar al niño y cargarlo. Al principio el chico trató de oponer resistencia pero estaba tan débil que sus empujones no hacían ningún efecto. Snyder lo apretó contra su pecho suavemente y empezó a caminar lejos de aquella escena hasta que la lluvia del jardín bañó a ambos. Con la luz de la noche y las linternas de sus camaradas pudo observar como el agua limpiaba el hollín del cabello del niño.
────── ¡Es blanco y negro!
Diría uno de sus amigos al ver el cabello peculiar del pequeño. El niño estaba agitado y pese a que su mente le pedía dormir o desmayarse un rato de alguna forma se mantenía despierto y se escondía en Stanley sin querer ver o ser tocado por otros ────── Asi que no eras un murciélago. Eras un panda. Bien pequeño panda, vendrás conmigo ──────.
¿Misión exitosa? ¿Misión fallida? Estaban por descubrirlo cuando llegaran al avión militar donde no solo los esperaba su superior sino también un mensaje en el teléfono de Stanley de su gran amigo el doctor Xeno. Algo acompañado de la foto de un niño con cabello esmeralda y ojos carmesí que decía:
" Mirá quien vendrá a verme.
Ven y ayúdame con su fiesta de bienvenida "
Chapter 2: ¡Bienvenidos a América!
Chapter Text
Volar siempre ha sido una de las mayores ambiciones del ser humano. Senku que a sus seis años jamás había estado sobre las nubes no dejaba de ver el paisaje por la ventanilla. Su cerebro generaba miles de preguntas a las cuales su padre no estaba seguro de poder darle respuestas satisfactorias, pero nada lo hacía más feliz que ver a su hijo emocionado.
— ¡Papá estará más alto que las nubes cuando pase su exámen, Senku!
En el asiento libre estaba el traje que su hijo había hecho para él. Con exámen no se refería a la natación sino más bien a algo que muchas personas deben aprender para sobrevivir en otro país: El idioma.
Byakuya tenía pensado usar el traje como un amuleto ya que gracias a eso había logrado superar el exámen anterior y había sido hecho por su persona más preciada ¿Qué mayor suerte que eso?
────── ¿Cuánto tiempo nos quedaremos en América?────── Ya que aprender un idioma no era de la noche a la mañana la estadía sería de seis meses. Antes de presentar el exámen, el amoroso padre ya tenía un certificado de inglés pero la NASA requería un nivel más avanzado. Asi que le darían un curso intensivo durante esos meses con todo pagado ya que básicamente ya pertenecía al cuerpo de astronautas. Byakuya sabía que Senku adoraba su vida en Japón pero esperaba convencerlo de quedarse con él en America una vez qu esos seis meses terminaran. Sonaba como misión imposible pero mas imposible seria acostumbrar a su corazón a estar lejos de su hijo: ────── Tendrás que adivinar el tiempo, hijo, que esa sea tu tarea mientras estamos en América ──────.
A Senku le gustaban muchas cosas, los telescopios, los cohetes, los números, el dinero en la tarjeta de crédito de su padre asi que cuando escuchó la noticia no pudo dormir en toda la noche pensando en ese día. Sin embargo, había un pequeño problema... Cuando el avión aterrizo, Senku fue cargado en brazos de su padre porque su pierna derecha estaba rota. Un pequeño accidente al tratar de recrear un experimento antiguo. Quería alcanzar un rayo usando una cometa y al quedar atascada en lo alto de un árbol el niño no lo pensó dos veces y subió hasta la punta. Byakuya no sabía que era mas extraño, si su hijo teniendo la fuerza física para trepar tan alto o que no hubiera sufrido algún daño interno al caer de esa altura. Era una de las principales razones por la cual no quería dejarlo solo en Japón, ya que sus experimentos siempre le llevaban a accidentes, pero eso es lo que hace a un científico, las pruebas y fallos.
Era un niño bastante activo moviéndose mucho y señalando en todas las direcciones. Los aviones eran maquinas tan sorprendentes y Senku empezaba a hablar de sus teorías sobre la maquinaria que usaban para emprender el vuelo. A simple vista parecían una familia normal hasta que las personas se acercaban y en lugar de escuchar preguntas de que si hay aviones de colores o que si un día pueden viajar a Disneyland escuchaban ecuaciones matemáticas calculando de cuanta fuerza tendría el motor de un avión.
— Quiero una silla de ruedas, un bastón o lo que sea, es vergonzoso que me cargues a todos lados.
— Senku, eres muy pequeño, no avanzariamos entre tantas personas si usas un bastón. Además, me encanta cargarte, desde que eras bebé ya no dejaste que lo hiciera.
Iban protestando todo el camino hasta el taxi. Byakuya no era el padre biológico de ese chico y pese a que lo amaba con todo su corazón, a veces el comportamiento de Senku era idéntico a su padre real. Senku no hacía preguntas sobre eso y dudaba que estuviera interesado en un futuro pero Byakuya encontraba importante hablar de ello con él en algún punto de su vida. Ya que sus padres biológicos le habían dejado un regalo para cuando cumpliera la mayoria de edad. Tambien era una forma de brindarles respeto:────── El doctor X me escribió ────── El tema salió de sus pensamientos cuando su hijo le mostro su ipad. No estaba muy contento con dejar que Senku hablara con desconocidos en internet pero el pequeño le había hecho toda una presentación en powerpoint meses atrás del porqué debía dejarlo hablar con ese doctor X:────── ¿La NASA ya respondió a tus preguntas? ────── El joven fruncio el ceño, eso indicaba que no. Sus cálculos le decían que los científicos de la NASA le responderían cuando tuviera díez o doce años considerando la cantidad de e-mails que les llegan al día, pero quien habia leído sus preguntas había sido el doctor X. Pese a que no era algo oficial de ser su aprendiz o que sus correos no hubieran sido leídos aún, le alegraba mucho tener a alguien que le diera ese adelanto.
— Senku... Senku
El pequeño Ishigami alzo su mirada hasta su padre, la falta de sueño y la nueva zona horaria trataban de ganarle la batalle al diminuto científico pero cuando Byakuya abrió la puerta del coche Senku fue recibido por la enorme instalación de sus sueños. Olvidando que no podía caminar al tratar de saltar del auto y siendo atrapado por su padre. El cielo azúl y el inmenso edificio le daban la bienvenida a lo que su corazón categorizo como un cuento de hadas. Se sujetó de la camisa de Byakuya y se quedó sin habla mientras el hombre caminaba por el jardín del lugar. Su padre no dejaba de ver el rostro de su hijo, era una carita que solo ponía cuando era navidad y la hora de abrir los regalos.
— ¿Dónde estan los cohetes, Senku? No veo ninguno.
— Duh, hay terrenos específicos para eso, los lanzamientos no serían en una zona tan cerca de la ciudad.
— ¡Pero no veo otros edificios cercanos!
Iban conversando cuando de pronto se toparon con la puerta de la institución. El corazón de ambos latio de prisa pues estaban a punto de pisar lo que había sido el sueño de los dos por mucho tiempo y al entrar todo era como se lo imaginaban.
La enorme instalación estaba llena de científicos y militares. Iban y venían en sus trabajos junto a otros personas que asumían eran también candidatos a astronautas.
— Bienvenidos, soy el doctor encargado de su futuro lanzamiento. Pueden decirme Xeno.
A los cinco minutos de estar parados llego un hombre vistiendo una bata blanca al igual que su cabello. Xeno no era alguien de lanzarse a los desconocidos así por así pero desde su posición pudo teorizar que el niño con quien había estado chateando hace una hora era ese. Senku Ishigami.
El pequeño científico le observó por un momento fascinado de estar por primera vez con alguien que entendía todas sus preguntas y extendió su mano como todo un caballero para presentarse con Xeno.
El doctor maravillado por su educación también le correspondió el gesto y de repente lo robó de los brazos de Byakuya para alzarlo él mismo.
— ¡Senku! El niño prometedor que ama los cohetes. Ya quería verte. Bienvenido, doctor Ishigami.
Su padre estaba en pánico de que su hijo dijera algo fuera de lugar, puesto a que no le gustaba que lo trataran como a un niño y ser alzado de esa forma llamaba la atención de todos en que había uno en la comunidad científica, pero Senku misteriosamente no puso peros ni quejas, se abrazó del cuello de Xeno cuando lo cargó y un leve rubor se formó en sus mejillas. Sea como sea, aún si el pequeño quería ser tratado como alguien mayor, no dejaba de tener seis años y estaba junto a su primer ídolo de la infancia.
────── Vamos, les mostraré el lugar ────── Las enormes pantallas mostraban en lo que los científicos habían estado trabajando y como los ingenieros armaban el próximo cohete, pasaban por cuartos con muchas herramientas, desde cosas pequeñas y analizadas en microscopios hasta enormes artefactos del tamaño de un avión. Era una suerte (valga la redundancia) que Senku tuviera una pierna rota porque sino habría corrido por todos los pasillos para explorar cada rincón y Xeno podía saberlo al notar como se sujetaba de su bata. También empezaba a hacer muchas preguntas de todo lo que miraba, preguntas que el doctor le respondía con facilidad y a las cuales Byakuya trataba de ignorar porque no entendía lo que esos dos chicos decían.
La razón principal por la que el doctor Xeno se había encariñado con ese niño era porque le recordaba a su yo del pasado. Desde una temprana edad siempre fue alguien curioso que amaba crear cosas. Miraba en Senku a un futuro científico prometedor, aunque por el momento no podía tomarlo tan en serio si incluso sentía que aun tenía perfume de bebé. Quizá esa era la misma razón por la cual en el pasado los adultos tampoco le habían escuchado. Xeno podía reír ante esa ironía.
────── Ellos también serán parte de los cursos de inglés al igual que tú, señor Ishigami ────── Habían llegado a la cafetería donde se detuvieron en una mesa con tres personas. Cada uno saludo en inglés pero con un marcado acento en ruso. No sería sencillo comunicarse con ellos pero cada uno podía sentir que compartían la misma emoción de estar ahí. En el aire estaba una vibra de esperanza, y anhelo. Byakuya sonrio tratando de dar su mejor esfuerzo para presentar a él y su hijo en inglés. Mágicamente toda la atención fue para Senku ya que no era común ver a un niño en ese lugar.
Le hacían muchas preguntas, acariciaban su cabeza y otros apretaban sus mejillas. Xeno reía por ver al niño molesto y como trataba de apartarlos pero Senku poco a poco dejo de luchar contra eso. No había dormido en toda la noche y en América el cambio de horario ponía peor su situación. Su rostro pronto quedó apoyada en el pecho de Xeno y el doctor estaba a punto de devolverlo a los brazos de su padre cuando escuchó una voz conocida.
— Xeno, tenemos que hablar.
Al girarse observó a un hombre alto de cabellos dorados que se aproximaba. El humo de su cigarrillo llegó hasta el científico y arrugó la naríz al notar que su amigo aún no dejaba ese vicio.
No era extraño ver a Stanley en ese lugar pese a que sus misiones podían tomar semanas o meses. Lo extraño fue verlo en una condición tan deplorable. Sus botas estaban sucias, su rostro y su ropa estaba salpicadas en sangre y tenía visibles marcas de golpes en su cuello y su mejilla. Era un aspecto para nada elegante.
— Parece que tu misión fue un poco complicada juzgando tu aspecto, Snyder.
— El avión apenas aterrizó. Xeno, eso no es lo importante. Hay algo que debo mostrarte.
Por mucho que Byakuya pusiera objeciones, el doctor y el soldado no lo escucharon y se llevaron a su hijo con ellos. Sus compañeros le alentaban a que no debía preocuparse y que tomara esos minutos para relajarse y conocerse entre ellos. Después de todo, serían sus nuevos compañeros de clase.
Senku no entendía muy bien lo que esos adultos decían. Apenas unas palabras eran pasadas a su cerebro en ese idioma y el estar casi dormido no ayudaba mucho. ¿Niño? ¿Padre? ¿Japón? No lograba conectar las cosas y frotaba sus ojos tratando de mantenerse despierto.
— No ha dejado que nadie lo toque desde que lo sacamos de su casa. Más bien, no se ha despegado de mi en todo el trayecto. Las enfermeras trataron de asistirlo pero simplemente entra en pánico si alguien se acerca demasiado.
— Vaya, ¿Quieres que hable con él porque mi japones es mejor?
— No sólo eso. Me gustaría que se quede en tu casa, dentro del hospital que tienes ahí. Pienso que al estar rodeado de menos personas le sería más sencillo lograr revisarlo.
Los tres llegaron a una mesa apartada donde se encontraba un niño en pésimo estado. Aún había hollín en su rostro que ocultaba bastante bien los moretones, y no podía abrir con normalidad su ojo izquierdo por un enorme golpe en esa zona. Sus labios aun tenían sangre seca al igual que su ropa la cual Xeno deducía que venía del asesinato de su padre.
No eran un sistema de caridad o un orfanato. El doctor habría llamado a otras organizaciones para que se encargaran del niño pero todo cambiaba si Stanley le pedía ese favor.
— ¿Te suspendieron, no es así?
— A Xeno no se le escapa nada. Así es, estoy suspendido por tres meses por no seguir órdenes y perder al objetivo.
Xeno se sentó frente a Gen y el niño alzó la mirada lentamente. Tanto el doctor como el soldado habían creído que habia sido una buena idea traer a Senku con ellos, puesto a que ambos hablaban el idioma y eran menores. Tal vez Gen podría simpatizar con él y contarle todo lo ocurrido o al menos dejar que lo atendieran en el lado de la medicina. Senku al ver al otro chico su sueño pareció desaparecer y azotó sus manitas sobre la mesa emocionado.
────── ¡Eres de Japón! ────── Sus ojitos rojos brillaban mirando a Asagiri quien no entendió la situación y solamente se encogió de hombros. Xeno sonrió con amabilidad y dejó que Senku hablara primero para que el ambiente no fuera algo tenso.
— ¿Qué pasó en tu rostro? Cuándo hago experimentos algo siempre explota pero Taiju me ayuda a repararlos. Tengo un enorme botiquín en mi maleta. ¿Quieres que vaya por el?
El niño más mayor levantó sus manos ocultando un poco su rostro en esas largas mangas de su haori blanco y sucio. Senku lo analizaba detalladamente notando también las quemaduras en sus palmas. Se daba cuenta que ese chico no había sufrido un simple accidente, sentía que algo más estaba sucediendo y giró su cabeza hacia Xeno buscando respuestas que no le dieron.
────── ¿Te gusta la ciencia? ────── No conocía muchos temas de conversación y trataba de conocer más sobre él. Para sorpresa de ambos adultos, Gen dijo sus primeras palabras desde su aterrizaje en América.
Un simple " Sí " y eso había bastado para ellos. Xeno acarició la cabeza de Ishigami felicitándolo en inglés pero el niño seguía preguntando.
— ¿Cuál? ¿Astronomía? ¿Biología? ¿Quizá física?
— Psicología...
Ah, todo fue cuesta abajo en ese punto. El niño de cabello esmeralda frunció el ceño. Para su punto de vista la psicología no era una ciencia real, de hecho, era el estudio que menos le gustaba y se lo dejó saber en cuatro palabras.
— La psicología es basura.
Las amables caricias de Xeno fueron cambiadas por un fuerte apretón en su cabeza por cortesía de Stanley quien aplastó a Senku contra la mesa. El niño se quejó insultando al militar y pataleando para liberarse pero se quedó quieto cuando escuchó un sollozo. Ahora lo comprendía. Aquel rostro lleno de hollín, con unos ojitos más rasgados que los suyos estaba llorando por ese comentario. ¿Porqué? Senku no lo entendía, ¿Porqué era la psicología tan importante hasta el punto de llorar?
────── Suficiente ────── Stanley lo dejó libre y caminó hasta Gen para cargarlo. Ser alzado le dejo ver a los dos científicos todo el aspecto de Asagiri y la condición en la que se encontraba. También parecía que el niño estaba muy alerta de sus alrededores siempre mirando en cada dirección y tratando de esconderse en los brazos de Stanley.
— Iremos a tu casa. Te esperaré ahí, Xeno.
Verlos alejarse fue algo de lo cual Senku y Xeno no apartaron la vista. El mayor estaba impresionado porque su amigo de la infancia pudiera dar ese "afecto" a alguien mientras que el científico más pequeño estaba muy curioso de lo que en verdad sucedía con aquel otro niño. Queria preguntarle a su ídolo sobre él pero el doctor tomó las riendas de otro tema en seguida.
— ¿Quieres quedarte también en mi casa, Senku?
— Eso deberías preguntarlo a mi, Xeno.
Byakuya había llegado y se sentó al lado del doctor. Había visto todo desde su mesa y sus compañeros le habian detenido de no ir a reclamarle a Stanley por sus acciones con su hijo. Xeno sonrió y le entregó al niño quien parecía más dormido que despierto. Las grandes mentes aman pensar pero eso no significa que no tengan un límite de agotamiento.
— Mi mansión está dividida en tres secciones: El laboratorio, salones privados de clase y un diminuto hospital. Ya que son investigaciones personales mi equipo es pequeño, investigamos desde enfermedades sin cura hasta la creación de nuevos artefactos para las misiones espaciales.
Trataba de no dar tantos detalles complicados para que pudiera entenderlo, aunque Byakuya ya sabia en que dirección iba esa conversación.
— Me gustaría que Senku pudiera tomar clases conmigo mientras tú tomas tu curso de inglés. Tengo muchas habitaciones libres, pueden quedarse conmigo si aún no tienen un hotel.
Le hacía feliz que hubiera un científico que apreciara en esa medida a su hijo y estaba muy seguro que Senku habría saltado de emoción con esa idea, pero ya se encontraba en el mundo de los sueños sostenido con una mano en la de Byakuya y su rostro recargado en su hombro. No quería abusar tampoco de la hospitalidad de Xeno pero al escuchar que también contaba con un pequeño hospital le agradó la idea. Senku no se lastimaria con su pierna rota y no tendría más accidentes con sus inventos si había un profesional de la ciencia ayudándole.
────── Entonces, espero que no seamos una molestia, doctor. ────── Ambos hombres estrecharon sus manos en señal de sellar ese "contrato". Lo que no sabían era que esa mansión iba a traerles más llanto que alegría.
Chapter 3: Botiquín.
Chapter Text
Ni una sola alma en los pasillos. Sus botas rechinando en el piso lustroso era lo único humano que se escuchaba. El niño estaba temblando de miedo por la oscuridad y Stanley podía deducir que se trataba porque su casa original no tenía bombillos ¿Qué había con eso? Aún no podía hacerle preguntas sobre el tema. Tal vez había sido una especie de tortura psicológica de parte de aquel hombre al mantener a su familia en las tinieblas.
— Hemos llegado.
Frente a ellos estaba una puerta roja con varios stickers viejos de cohetes y flores. Hace muchos años Stanley solía quedarse en casa de Xeno y usaban ese cuarto para jugar, hoy en día el soldado lo usaba para descansar cuando venía de sus misiones. Era un lugar tan privado que había un serie de números en lugar de perilla.
— Nadie va a molestarte aquí, te daré la contraseña asi que sólo tú y yo podremos entrar. ¿De acuerdo?
La habitación era un lugar grande. Con juguetes viejos dentro de baúles y una enorme estantería de libros. El tapizado también de estrellas y nubes. Lo único que no encajaba con la decoración era esa cama tamaño adulto que estaba en la esquina. Ahí fue donde acostó a Gen.
— ¿Puedes dejar la luz encendida?
— Por supuesto.
Le gustara o no al niño, Stanley iría por una enfermera. Si o si debía revisarle esos golpes lo más pronto posible. Sin mencionar que necesitaba un baño. Las sábanas azules de la cama ya se habían ensuciado con todo el polvo y la sangre que ese chico cargaba. Stanley le acomodó el cabello apretando suavemente sus mejillas y observando sus ojitos rasgados. Gen no lo sabía pero el adulto aun seguía maravillado con aquel disparo tan certero a la cabeza de su padre. Si ese niño tuviera un entrenamiento riguroso quizá podría llegar a ser un buen francotirador.
— Trata de dormir, Xeno regresa en dos horas y te revisará junto a su equipo.
Fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta y fue el momento cuando Gen dejó de fingir. Las "mentiras" no solamente son aquellas que se dicen o se ocultan, sino también la manera en como la personalidad de alguien se adapta a una situación. Siempre manteniendo una actitud basada en lo que las personas quieren. ¿Aplicaba también en lo físico? Para Gen sí, puesto que se retorció de dolor en la cama. Esa sangre que empapaba su ropa no era la de su padre, era la suya y había fingido todo ese tiempo no estar herido de gravedad. Las personas le asustaban, no quería ser tocado por nadie aún si eso significaba la muerte.
Ahora que lo pensaba ¿Era la muerte tan mala? Desde que tenía memoria su vida había sido un desastre. Su madre nunca estaba en casa y cuando tenía reuniones en la televisión debían fingir ser una familia ejemplar. Ambos de sus padres eran famosos. El hombre siempre llevando sus amigos a casa para beber hasta la madrugada y usar al niño como una especie de tiro al blanco con los vidrios de las botellas. ¿Porqué temia a morir? Si Buda le había dejado en claro que su existencia no tenía ningún propósito. Tal vez esa habitación con juguetes ajenos sería lo último que vería y eso estaba bien.
────── Mamá... ────── le llamó entre sollozos. Sentía que no tenía ningún derecho porque no pudo protegerla y ahora había cometido un enorme pecado: El asesinato. Si existía un Dios dudaba que lo dejaría entrar al cielo. Ojalá la existencia de los humanos es como dicen los científicos, la cual cuenta que al morir desapareces. Te vuelves polvo y eso que creías un alma no existe más. Quedas borrado de todo lo que una vez existió. Deseaba eso, sonaba como a una forma pacífica de irse y entre jadeos y sollozos ya rendido y aceptando su destino escuchó como la puerta se abrió. No era Stanley.
Una carita redonda hecho un vistazo por la puerta. Su cabello esmeralda era inconfundible. Era el niño que conoció hace un rato.
¿Cómo llegó ahí? Para eso querido lector debemos retroceder un poco.
★
────── Ahora es huérfano ────── Contarle a Byakuya sobre la situación con Gen no le parecía que fuera algo malo. Después de todo, la familia Ishigami vería al niño en toda su estadía en la mansión. De esa forma se ahorraba un mar de preguntas.
El hombre más mayor no podía creer lo que escuchaba. Acariciaba la manita de Senku y no comprendía como un padre podría lastimar a su hijo. ¿Porqué habían personas así? Si no amarían a sus hijos entonces ¿Porqué traerlos al mundo? El auto pasaba por las luces de los faroles. Ya era de noche y Xeno estaba manejando. Para Byakuya le era increíble ver al doctor conducir y tener un empleo en la NASA. Lo consideraba muy joven, pero a la vez le hacía sentir como si hablara con una versión mayor de su hijo y eso le alegraba el corazón.
────── Si Gen está de acuerdo, me gustaría adoptarlo ────── Xeno abrió sus ojos de par en par con esa sugerencia pero quedó en silencio escuchando al padre: ────── Con mi trabajo de astronauta contaría con el dinero suficiente para criar a dos niños, y Senku se lleva muy bien con todos los niños. Dudo que tenga problemas en tener un hermano ──────.
────── Señor Ishigami, sé que el niño le causa lástima pero no debería tomar esa clase de decisiones tan pronto. ────── El auto se detuvo frente a la mansión y el hombre más mayor no pudo objetar ya que quedó con la boca abierta observando lo inmenso que era el lugar, incluso se podía ver un observatorio en la punta. Si su hijo estuviera despierto seguramente se habría desmayado de la emoción al ver algo como eso.
— Bienvenido doctor. Su esposo ya está en casa.
Fueron recibidos por la sirvienta al abrir la puerta pero ambos hombres se congelaron con ese saludo. Byakuya observando curioso el rostro de Xeno y él suspirando cansado. Era la quinta vez en el año que llamaban a Stanley su esposo. Seguramente alguien en su equipo de científicos había corrido rumores por verlos tan juntos. Ojalá supiera quien para despedirlo.
— Puede darle el pequeño a Elizabeth, ella lo llevará a su habitación. Mientras tanto yo le enseñaré donde serán las clases de Senku y las suyas.
El hombre más mayor no estaba seguro de entregar a su hijo a la señorita pero al final la confianza que transmitía el doctor fue más fuerte y así fue como sus aventuras se separaron por unas horas.
★
Cuando Senku abrió sus ojos se encontró con una enorme habitación similar a la de un cuarto de hotel lujoso, y una computadora sobre un escritorio (lo cuál era lo único que le interesaba en su habitación).
— ¿Byakuya?
Se movió en la cama tratando de despertar y buscaba con su mano al adulto pero no estaba. Asi que se sentó y observó el reloj. Ya eran las cinco de la tarde habia dormido casi siete horas.
— Byakuya ... Vamos a cenar.
Caminó sujetándose de los muebles. En serio le urgía una muleta o silla de ruedas, lo que sea. Hasta él mismo podría crearse algo para andar si tuviera las herramientas necesarias y claro, al no saber caminar con ese yeso en su pierna terminó chocando con una de las maletas:────── Psicología... ────── Sobando su cabeza por el golpe y tratando de estirar su pierna, notó que el botiquín había salido de la maleta y los recuerdos de aquel niño misterioso vinieron a él. ¿Cuál sería su habitación? ¿Estarían en el mismo pasillo? Senku no era alguien que gustara disculparse pero pensar en aquel rostro lleno de lágrimas hacia que su pecho le diera un golpecito. Por esos motivos tomó el botiquín y caminó hasta la puerta. Más bien, iba arrastrando su pierna y cojeando como anciano.
Frente a él estaba un enorme pasillo oscuro. Era el piso de los invitados asi que suponía que el acceso de los sirvientes trabajando era limitado para no molestarlos. En verdad rogaba que ese niño estuviera por ahí.
Veinte minutos después se escuchaban los jadeos de Senku rebotar en las paredes. Nunca fue bueno en la fuerza física y jalar ese yeso pesado por tantas puertas era una pesadilla. Estaba más que cansado y apenas iba poco tiempo. También evitaba asomarse a las escaleras porque si alguien lo descubría ya no lo dejarían explorar en el futuro.
— ¿Dónde estás?
Sus cejas estaban bajas en una clara señal de enojo. Ese igualmente pesado botiquín dejo de ser cargado y ahora lo arrastraba igual por el pasillo. Estaba comenzando a murmurar insultos pero entonces se detuvo en una puerta diferente a las otras. No fueron los dibujos o stickers que le dieron la idea de que Gen estaba ahí, sino mas bien ver ese tipo de cerrojo.
"Sé educado, Senku" era una frase que su padre le repetía varías veces cuando salían de paseo. Lo correcto sería tocar y llamar pero su cabecita estaba maravillada con la cerradura. ¿Qué combinación sería? ¿Entre las millones de posibilidades podría dar con la correcta? Los retos le emocionaban y pensaba jugar con las combinaciones hasta encontrar la correcta, pero su diversión no duró mucho.
Escuchó un quejido de dolor proviniendo del interior. Senku apoyó su oreja en la puerta y en efecto podía escuchar a Gen quejándose. Eso le preocupó y decidió dejar los juegos de lado.
Con un trozo de cinta adesiva cubrió la cerradura cuadrada y plana. Al retirar la cinta pudo ver las huellas digitales de Stanley en los números que había presionado. Fue asi como supo que la contraseña era X320.
— Hola niño psicología.
Era su apodo predeterminado. Senku colgaba de la puerta tratando de sostenerse. Había abierto sin tocar pero no ponía un pie dentro esperando una invitación.
────── Mi nombre es Gen ────── El niño más mayor trató de volver a tomar su postura y se sentó en la cama. También llamó con su mano a Senku para que no tuviera miedo de acercarse. Sentía empatía de verlo con esa pierna rota y cargando un botiquín tan pesado:────── ¿Cuál es tu nombre? ────── Gen rebotó suavemente en la cama cuando el pequeño científico puso el botiquín encima y aguantó una risa a verlo intentar subir con el yeso.
────── ¡Senku Ishigami! ────── No perdió el tiempo, ya habia tomado la mano de Gen tratando de encontrar su pulso. También se arrodillo sobre la cama para alcanzar su rostro tomándolo por las mejillas y topando su frente con la suya. Eso hacia su padre para medir su temperatura asi que era lo que empleaba. Gen estaba perplejo y pese a que odiaba el contacto físico no sentía un desagrado por esa acción. Posiblemente porque no sentía ni un solo rastro de malicia en ese niño:────── Senku... Es un buen nombre, Senku chan~ ──────.
El menor puso un rostro irritado al escuchar ese extra en su nombre pero se enfocó en lo que hacía:────── Tienes fiebre y tu pulso está débil. Significa que hay algo ocurriendo. Me gustaría tomar una muestra de tu sangre en un laboratorio ────── Entonces abrió el botiquín buscando desinfectante y unas vendas. Limpiaba con cuidado las quemaduras en sus manos y Gen no sabía que decir. No comprendía que hacía una niño pequeño en su habitación dándole esa amabilidad. Miraba como empezaba a vender sus manos con un enorme cuidado y luego le hacía preguntas sobre como se sentía. En las mejillas de Gen empezaban a resbalar lágrimas de nuevo. Era muy abrumante sentirse "amado" por primera vez en la vida y su corazón no sabia como lidiar con ese sentimiento.
Senku entró en pánico al verlo. Pensó que tal vez había dicho algo indebido de nuevo y se apresuró a limpiar las mejillas de Gen:────── No llores, si lloras tu cuerpo entrará en un estado adormecido y dormir con tus latidos bajos no es una buena idea ────── Gen no lloraba por tristeza y sonrió al notar que aún cuando Senku queria consolarlo seguía diciendo notas científicas. Entre sus lágrimas empezó a reír también, hace mucho que no lo hacía y no solo se sintió bien en su vida de diez años sino que Senku experimento algo que nunca había sentido antes. Verlo reír hizo que su corazón palpitara rápido y sus mejillas se tornaran de un intenso rubor rojo. Ese chico de cabello blanco y negro tenia una sonrisa preciosa y Senku deseaba ver más de esas facetas. No entendía el porqué, ni tampoco sabía lo que sentía, solo tenía la necesidad saber más sobre él.
Gen levantó su mano al verlo tan distraído y pasándola por la oreja de Senku de repente apareció una bonita flor de papel. "Magia" le murmuró y Senku que un día común y cualquier habría empezado una pelea porque la magia no existe, hoy estaba congelado observando en silencio a Gen y esa flor.
────── Me gusta ────── Esa frase escapó de sus labios, a lo cuál Gen pensó que se refería al truco de magia y le acarició la cabeza. Miraba a Senku como un bebé curioso que se había escapado de su habitación. Quizá para Senku llevarse cuatro años no parecía mucho pero en la perspectiva de Gen lo era.
Había sido un momento tranquilo y felíz. Si la deidad que existiera en el cielo le habia regalado ese evento antes de morir entonces estaba agradecido, porque el dolor en su costado ya no era algo que pudiera ocultar. Terminó desmayandose en las sábanas con la respiración muy agitada y una peligrosa fiebre. Senku se alarmó y lo llamó por su nombre varias veces.
Entonces se puso manos a la obra. Se colocó los guantes del botiquín y con una tijera empezó a romper el área donde la sangre de la tela estaba pegada al cuerpo.
Lo que vió le hizo sentir una enorme impotencia.
Había un cuchillo de cocina clavado en su costado. No exactamente uno grande, más bien era uno de esos pequeños que sirven para cortar el pan. Analizando la hora en que se habían conocido y que Gen aún seguía con vida deducia que gracias a tener aún el objeto clavado se había evitado que la perdida de sangre fuera demasiada. El enorme problema era que Senku no contaba aún con muchos conocimientos médicos. No sabria como emplear una operación o suturar esa herida y mucho menos evitar que Gen se desangrara al retirar el cuchillo.
Lo que más amaba de la ciencia es que siempre hay temas para seguir explorando y aprendiendo, pero en ocasiones como esas el sentirse un ignorante en un tema le causaba mucha frustración. Lo mejor que podía hacer era desinfectar el área, aunque tenía una idea de como evitar el sangrado al retirar el cuchillo. Tal vez podría utilizar una especie de cubierta con las cosas que tenia en su botiquín. Debía intentarlo... la vida no podía mostrarle la sonrisa más bella del mundo y luego llevársela. Así fue como un tanto nervioso sujetó el cuchillo con fuerza. Iba a contar hasta cinco para sacarlo.
1...
2...
3...
4...
— ¿¡Qué hacés?!
La voz de Stanley y su presencia fue la de un demonio que venía del mismo infierno. La puerta se azotó en un estruendo cuando la abrió y sus ojos llenos de irá se enfocaron en Senku.
Ver la puerta semi abierta le había alertado pero era aún peor descubrir esa escena. Gen desmayado en la cama y Senku con un cuchillo en su mano que estaba incrustado en el otro niño.
— ¡Gen está herido!
Senku no sentía ni un solo temor contra Stanley porque su mente le decía que la prioridad era Gen, pero Stanley no parecía hacer caso de lo que el niño decía y para desgracia del pequeño científico, esa enorme figura adulta tal vez le haría pagar por un crimen que él no cometió.
Chapter 4: Tipo de sangre B.
Notes:
¡GW aquí! Traté de no dar una explicación larga con la condición canónica de Gen porque considero que la mayoría del fandom la conoce. Intenté ser breve en ello.
¡Gracias por leer!
Chapter Text
───── ¡Xeno! ───── Pasos apresurados llegaron hasta el doctor y Byakuya, quienes se dieron la vuelta para encontrar a un hombre abatido en la prisa. En un brazo sostenía a Gen y en el otro sujetaba a Senku de su camisa como si de un gato se tratase.
El camino estaba lleno de una linea de sangre y cuando Xeno vió el cuchillo le ordenó a Stanley llevar al niño hasta una de las salas de operaciones. Senku fue lanzado en los brazos de su padre quien lo examinó asustado y esperando que no estuviera herido pero el pequeño hacía todo lo posible de explicarle lo sucedido al padre alterado.
───── Sobre la cama ───── Al momento justo de conectar los cables del monitor el doctor pudo leer sus signos y el como seguían bajando creaba una carrera contra el tiempo:───── Ha estado perdiendo mucha sangre, debemos suturar esa herida ─────.
Fuera de la habitación médica, observando tras un enorme cristal estaba Senku y su padre. Byakuya no creía que fuera bueno para su hijo observar todo el procedimiento pero Senku había insistido. Necesitaba aprender que hacer en situaciones como esas. Estaba muy atento memorizando todo lo que el doctor hacía, desde las inyecciones, hasta los pronósticos y la forma en como mantenía la calma.
── Su pulso es extraño, no logro encontrar su corazón.
── ¿Qué quieres decir?
── Está... ¿A la derecha?
───── Derecha... ───── murmuró Senku haciendo memoria de haber leído eso y tanto el menor como Xeno narraron lo mismo al mismo tiempo como un par de espejos:───── Situs inversus. Personas que nacen con uno o todos sus órganos del lado contrario. ───── Su padre lo observó sorprendido, no sabía que eso fuera posible.
Xeno empezó a retirar el cuchillo poco a poco. Stanley asistía en todas las direcciones que el doctor le indicaba. Su trabajo siempre preciso y limpio con las armas le ayudaba a ser meticuloso:───── Las personas con ésta condición pueden vivir una vida cómoda sin ningún problema, pero en algunos casos va de la mano con problemas cardíacos. Si Gen estuvo perdiendo mucha sangre y juzgando por su estado de desnutrición... La anemia le llevará a un paro cardíaco ───── Esa era la hipótesis de Xeno y el futuro científico que observaba tras el cristal apretó sus puños preocupado. Le era difícil concentrarse así, y no estaba acostumbrado a experimentar esos sentimientos.
El cuchillo fue removido con éxito. Por suerte no había tocado ningún órgano importante y coser la herida fue lo más sencillo. El problema vino cuando la computadora empezó a emitir un sonido agudo indicando que el corazón del paciente se había detenido. Senku jamás iba a olvidar esa escena. Todo a su alrededor se volvió una película en blanco y negro. Las voces de los adultos eran enmudecidas en su cabeza y solo escuchaba el sonido de la computadora. Observó a Xeno gritarle a Stanley para traerle una máquina, miró al soldado correr apresurado casi tropezando con la mesa de utensilios y miraba como las manos vendadas de Gen daban saltos cuando trataban de reanimarlo.
El pecho de Ishigami empezó a moverse rápido, comenzaba a hiperventilarse observando eso hasta que su padre le cubrió los ojos y lo alejó del cristal, llevandoselo por los pasillos lejos de la habitación. Senku se abrazó fuertemente a su cuello con un terror inimaginable:───── Papá, tengo miedo ───── Senku nunca lo llamaba así ni expresaba emociones vulnerables a la ligera. Byakuya sabía que su hijo estaba muy afectado y lo abrazó suavemente para calmarlo:───── Gen es un niño fuerte, todo saldrá bien. Xeno es el mejor científico de la NASA ¿No es así? ───── Acarició la espalda de su hijo y juraba que lo escuchaba sollozar. Su idea de venir a América era para que Senku cumpliera su sueño de trabajar junto a personas como él, no ver a su hijo sufriendo por cosas que ellos no podían controlar.
El desfibrilador apenas lograba hacer que su corazón diera más latidos y un nuevo ataque estaría a la vuelta de la esquina si no hacían algo pronto:───── Necesita una transfusión urgente, tipo de sangre B ───── Trataba de recordar si el banco de sangre le había hecho donaciones con ese tipo pero en toda la prisa y su concentración la voz de Stanley le dijo:───── Seré el donante ─────.
El soldado jaló otra camilla y enrolló la manga de su camisa. Xeno no hizo preguntas. Si Stanley decía eso entonces asumía que eran del mismo tipo de sangre. Jamás dudaría de él ni si quiera en momentos como esos.
Apenas la primer gota y el pecho de Gen empezó a respirar de nuevo. El monitor cambiaba y el ritmo cardíaco volvía a normalizarse. Stanley estaba acostado sin moverse con la jeringa puesta y un tubo largo y fino que extraía su sangre hasta el brazo de Gen. Ambos hombres suspiraron aliviados como si hubieran salido de una película de terror.
── Aún está delicado. Su cuerpo ha estado tan descuidado que no podrá soportar esos golpes ni el proceso de sanación para una herida como esa.
Stanley frunció el ceño. ¿De qué servía haberle salvado si iba a morir de todos modos? Más bien... Lo que sentía era un rencor consigo mismo. "Salvar" no era la palabra correcta. Sentía que no pudo hacerlo, que no llegó a tiempo y que sus esfuerzos habían sido en vano. Era algo que compartía con Senku aún si ninguno de los dos lo supiera: La impotencia de querer proteger a alguien y no saber como hacerlo.
───── Stan, No lo dejaré morir ───── El soldado observó a Xeno cuando lo escuchó hablar. El doctor tenía un presentimiento de como se sentía su amigo:───── Puede que con suero y suplementos pueda recuperar su peso normal poco a poco. También la transfusión nos da mucho tiempo antes de un futuro colapso. Haré todo lo que está en mis manos para no dejar que nada le suceda, te lo prometo Stanley ─────.
Los guantes blancos del doctor se posaron en el cabello de Gen. Su temperatura aún estaba alta pero el monitor le indicaba que iba bajando:───── La verdad, me interesa mucho estudiar su enfermedad. No es común conocer personas cuyos órganos están del lado opuesto, pero sería un crimen hacer experimentos con él si no soy su tutor legal ───── A Stanley no le sorprendía la curiosidad de su amigo, lo que le dejó en shock fue lo siguiente:───── Pero si lo adopto tendría todos sus derechos legales de hacer lo que quiera con él ─────.
── Xeno, estás demente.
── Sería su padre, por ende tendría su custodia y legalidad en querer buscar una cura para mi hijo.
── No quieres una cura, quieres experimentar y ver como su enfermedad genética reacciona.
── Eso no lo sabrá un juez.
Stanley arrugó la naríz. Malditos científicos locos. Se había sentado en la camilla con aún su sangre siendo pasada al niño. No quería decírselo a nadie pero ya que la situación había escalado a eso, de su bolsillo sacó un papel manchado y arrugado que lanzó a la mano de Xeno.
───── Tienes una buena idea. Lastima que yo me adelanté ───── Cuando Xeno abrió el papel pudo leer un registro de adopción firmado por el gobierno japonés que ameritaba a Stanley Snyder como el padre adoptivo de Gen Asagiri.
── ¿¡Qué?! ¿¡Cómo?! Los procesos de adopción pueden tardar mucho tiempo ¡Hasta años!
── La misión era desaparecer a su padre. Nuestro gobierno es bastante ególatra, no desean ver sus errores a los países enemigos. Falle en la misión y para encubrir todo el desastre querían que también asesinara al niño.
Cuando subió al avión, su superior lo golpeó y lo acorralaron en una esquina dándole esa opción. Aún tenía el moretón en su costilla que a veces le dolía.
── Dije que no quería hacerlo y que si alguien lo hacía expondría esos errores.
Xeno entrecerró sus ojos. No creía que la amenaza de Stanley hubiera funcionado, más bien, no le convenía a la milicia perder a su soldado estrella por una simple misión, pero solamente siguió escuchando.
── Les dije que me llevaría al chico lejos y que le daría una nueva identidad. Asi que movieron sus hilos y me dieron su custodia al cabo de horas.
── ¿Porqué te preocupa tanto este niño? Jamás te vi preocupado por alguien.
Stanley no podía responder eso, no sabia si era la culpa o empatía o quizá una mezcla de ambas cosas. Para Xeno todo era poético. Su amigo quería sentirse mejor en su remordimiento, él queria al niño para estudiar su enfermedad y hacer experimentos y luego estaba Byakuya que le ofrecía a Gen una familia real y amor real. Pese a los muchos estudios que el doctor y el soldado tuvieran ambos se sintieron patéticos de pensar en ese pobre niño como un objeto para exprimir y usar. Byakuya les superaba en todos los sentidos posibles.
Xeno suspiró tocándose la frente. Vaya frustración y problema. Se acercó a Stanley para retirar la aguja y de repente aprovechando que el militar estaba sentado, el doctor hizo espacio entre las piernas ajenas. Dejó caer la aguja en la cama y sujetó el rostro de Snyder por sus mejillas para le observara. Un hombre entrenado para ser un arma se sentía perdido y envuelto en muchas incógnitas. Las manos de Xeno fueron muy reconfortantes y le habría abrazado de la cintura sino fuera por una vocesita chillona que entró a la habitación.
───── ¡Gen! ───── La puerta se abrió y al suelo cayó Senku:───── Lo siento, Senku estaba insistiendo mucho ───── Byakuya lo levantó y lo cargo disculpándose por haber entrado así. El doctor fue con ellos y los guió hasta la cama del paciente donde estaba descansando luego de toda la pesadilla. Senku trató de agacharse para tocar su rostro pero Xeno detuvo sus manitas:───── Dejemos que descanse un poco ¿Está bien? En éstos momentos Gen debe estar tranquilo hasta que su fiebre baje por completo ─────.
El niño fue sentado en la misma camilla donde se encontraba Stanley. Los dos se vieron con reproche y para Byakuya y Xeno fue gracioso que no se llevaran bien
— Señor Ishigami, parece que sus planes de adopción no serán posibles. Verá, el señor Snyder ya tiene la custodia del niño.
— ¿¡Qué?! ¿¡Tan rápido?!
Senku observó a su padre, todos notaron eso pensando en que el niño iba a reclamarle no haberle dicho esa idea. Dejar entrar a un nuevo hermano a su vida era un enorme asunto y Byakuya ya estaba listo para disculparse, pero lo que dijo Senku sorprendió a todos.
───── No importa. Gen pertenecerá a mi familia aún si Byakuya no lo adopta ───── Stanley rio escuchando eso y estaba por llevar un cigarrillo a su boca cuando Xeno se lo arrebató de la mano. Estaba prohibido fumar frente a un paciente.
───── ¿Doctor Ishigami, porqué dice que Gen será parte de su familia? ¿Piensa secuestrar al niño? ───── Xeno se sentó en medio de su amigo y el pequeño sirviendo como una barrera entre ellos. Senku levantó su cabeza observando al mayor y con una enorme determinación le respondió:───── Porque voy a casarme con él ─────.
La habitación quedo en total silencio por unos segundos y luego los tres adultos empezaron a reír a carcajadas. Era un buen chiste y Senku no entendía porque reian si él hablaba muy en serio:───── Senku, tienes seis años. No puedes casarte con Gen ───── Diría Xeno aplastando el cabello rebelde del niño en una caricia. Byakuya estaba maravillado y confundido. Si fuera el caso de haberse encariñado con Gen entonces habría escuchado esa misma propuesta con Taiju pero no era el caso. Jamás en su vida había visto a su hijo interesado en el amor o cosas relacionadas al tema. Pensaba que quizá Senku miraba a Gen como un animalito herido y deseaba cuidarlo.
Los tres estaban muy equivocados. Senku estaba decidido y desde ese mismo día, misma hora, mismo minuto, mismo segundo, empezaría a contar hasta su boda con Gen.
───── Al principio quería casarme con el doctor Xeno ───── Otra declaración que dejó a todos enmudecidos:───── Cuando fuera mayor ───── Ah, esa era la última gota para la paciencia de Stanley. Oficialmente odiaba a ese mocoso horrible. Sabía muy bien que lo de Xeno solo era admiración pero no quitaba su desprecio al engendro enano.
───── El doctor Senku hubiera sido un buen esposo conmigo, es una lastima que Gen me lo haya ganado ───── El científico le seguía el juego entre risas, le parecía muy tierno y más aun ver a su padre totalmente confundido. Quizá el pequeño científico estaba pasando por una pubertad temprana. Stanley rodó sus ojos y se levantó para hablar sobre temas que SÍ eran importantes.
— Xeno, la herida va a infectarse si no le damos un baño. No se dejó tocar por nadie desde que salimos de Japón. Deberíamos aprovechar que está dormido.
El doctor se levantó también y observó la herida. No era para nada recomendable moverlo cuando penas había suturado pero si era urgente limpiar su cuerpo. Estaba ensangrentado, lleno de hollín y lodo en sus tobillos. Su parte blanca de su cabello parecía gris por el polvo.
— La herida no puede mojarse pero podemos emplear la misma técnica que usan los tatuadores. Un protector que se pega al área. Podemos usarlo por esos minutos y luego retirarlo.
Era como un plástico transparente aderido al cuadrito afectado. De esa forma no se mojaria ni tampoco le tocaría algun químico de limpieza:───── Sé necesitan al menos dos personas para darle un baño porque es muy importante no mover tanto su cuerpo. ¿Lo harán ustedes dos? ───── Limpiaba con cuidado la herida y colocaba la protección mientras ellos decidían. Senku estaba más que dispuesto a ayudar pero nadie le hacía caso en ello pues necesitaban a personas fuertes y cuidadosas.
— Doctor, tengo experiencia cuidando niños, puedo ser muy cuidadoso mientras el señor Snyder lo sujeta. Estoy dispuesto a ayudar.
Lo esperaba del señor Ishigami y juzgando en como Stanley no puso peros supuso que también estaba de acuerdo. Asi que ambos hombres se levantaron y Stanley cargo con mucho cuidado a su nuevo hijo quien ya respiraba con normalidad y gracias a la anestesia parecia que dormia tranquilo. Byakuya jaló lentamente el suero para no desconectarlo y palmeo el hombro de Senku haciéndole saber que vendría en unos minutos.
───── ¿Quieres ver el laboratorio, Senku? ───── Xeno lo cargó y caminó con él por la sala de operación pero el niño no parecía prestar atención puesto a que sus ojitos seguían observando como aquellos hombres se alejaban con Gen. Quizá aún no era tiempo para jugar con la ciencia, no al menos hasta que Gen despertara. Asi que el doctor cambió su táctica de distracción: ───── ¿Quieres darte un baño conmigo? Aquí en América no tenemos aguas termales pero hay algo muy parecido. ¿Quieres que te muestre? ───── El niño asintió y ambos se alejaron de ese lugar. Senku miraba como la sala se hacía más pequeña a medida que avanzaban y cuando observaba la camilla aun llena de sangre aquellos recuerdos de Gen venían a su cabeza. La forma en como su cuerpo saltaba con el desfibrilador y como sonaba la maquina indicando que su corazón no respondía. Se abrazó al cuello de Xeno asustado de esos pensamientos.
Tal vez la pesadilla había terminado o quizá sólo estaba iniciando, pues en la oscuridad de un cuarto blindado una persona atada de tobillos y manos se movía en el suelo. Sus ojos bicolor miraban con odio a los soldados que la custodiaban. Fuera como fuera asi si tuviera que vender su alma al infierno, ella iba a salir de ahí y recuperar a su hijo.
Chapter 5: Tranquilidad
Chapter Text
────── Eres como un perro dando vueltas ────── Su pierna tenía vendajes y aún así ella podia ponerse de pie y entre ese largo cabello observar a los guardias que le hablaban. Sus muñecas estaban atadas con una soga que tenía días ahí y pese a que había sido atendida de todas sus heridas ella aún estaba considerada en estado delicado.
Al principio se había quejado, pero llegó un punto donde toda esa situación le cansó mucho y... ¿Qué pasa cuando alguien ya no tiene miedo a perder su vida o la de otros? Cuando aquella sensación decepcionante del mundo es más fuerte que tú y sientes que pase lo que pase, todo te dará igual porque estás harto.
He ahí donde comienzan los actos reales.
★
── Eres muy jóven como para tener un hijo, ¿No lo creés?
Gen estaba desnudo y sentado sobre la pierna izquierda de Stanley. El agua caliente caía por sus hombros mientras descansaba. Ambos adultos estaban vestidos y teniendo cuidado, seria muy horrendo que Gen despertara de la anestesia y se encontrara con dos viejos sin ropa. Por eso habían preferido esa opción.
── Señor Ishigami, mi edad no significa que no esté preparado para todo.
── Pero es que no creo que sepas lo que realmente es cuidar de un niño. No es tan sencillo como suena, no son mascotas o juguetes.
Stanley estaba ofendido pero entendía que el señor solo hablaba desde su preocupación. Ese niño ya había pasado por muchas cosas feas y lo que necesitaba era la comprensión de alguien.
Su pelito se llenó de burbujas cuando Byakuya comenzó a lavarlo, mientras más avanzaba el tiempo miraban el color mas claro de su cabello. Era increíble, tan blanco como la nieve y tan oscuro como la noche, un contraste muy bonito.
── También he escuchado que los militares suelen irse por mucho tiempo de casa y-
Sus palabras se borraron al ver el rostro de Stanley. Entonces el señor se calló dándose cuente que había sido muy grosero juzgarlo sin conocerlo. Asi que se quedaron en silencio.
Pese a que Gen era prioridad y la esponja daba sus últimas pasadas sobre el cuello del niño, Byakuya alzó su mirada al soldado observando como le miraba. Estaba muy seguro que analizaba cada movimiento de su mano y si algo no le gustaba seguramente iba a romper cada hueso de su cuerpo. Ya tragaba saliva asustado y más cuando Gen se quejo y hundió el rostro en el pecho de su padre adoptivo.
────── Ya es suficiente ────── Diría Snyder dejando caer nuevamente el agua caliente sobre el chico y envolviendolo por fin con una toalla hasta la cabeza:────── Señor Ishigami, seré claro con usted. Su hijo no me agrada y no tolero que esté cerca de Gen ────── Ya había escuchado comentarios de ese estilo antes con algunos padres de la escuela, pero se debían a que Senku siempre estaba causando algún tipo de problema en media clase con sus experimentos, ésto era diferente, se sentía como si el padre de la novia de su hijo le estuviera reclamando. No pensó que viviría algo así tan pronto.
────── Pero usted es una persona agradable y me gustaría recibir sus consejos en el ámbito de como cuidar a un bebé ────── Los ojos de Byakuya se iluminaron. El soldado estaba siendo muy serio pero él tenía una enorme sonrisa. Por supuesto que podría ayudarle. Sentía algo extraño en su pecho, Senku nunca le pedía ayuda en sus tareas y ahora por fin alguien lo requería. Al fin se sentía útil como padre. Stanley inclinó su cabeza sin entender su emoción. Tal vez para Xeno y el militar la edad no era muy importante pero a los ojos de Byakuya seguia viéndolos como lo que eran: Dos chicos que apenas acababan de cumplir los diezciocho años.
★
── No pongas esa cara, no haz dicho nada desde hace una hora.
En una piscina enorme y caliente estaban ellos dos. Era un baño lujoso y privado con vista al jardín desde el segundo piso. Las mejillas de Senku ya estaban rojas por el calor y se hundia hasta la nariz decaído por todo lo ocurrido. Xeno estaba entre conmovido por verlo tan preocupado y curioso de ver como ese cabello rebelde por fin estaba agachado en el agua.
────── Cuando venía de la escuela siempre llegaba a crear o escribir. Taiju iba a verme y armabamos muchas cosas juntos. También tenía varios amigos en cada clase y otros conocidos no tan simpáticos ────── Xeno guardó silencio escuchando, sospechaba que le hablaría sobre el bullying en las escuelas. No tenía información de como sería en Japón pero en América eso era un sistema bastante roto. Recordar esos años de estudiante no eran los mejores pese a que Stanley siempre había estado a su lado.
Senku no tomó ese rumbo, dió una vuelta que puso a Xeno más atento:────── ¿Porqué me gusta Gen si apenas lo acabo de conocer? Lo único que sé es su nombre pero al verlo sonreír sentí que mi pecho iba a explotar, me puse mareado y mis palabras no supieron como salir ──────.
"No te rías", "no te rías" , "no te rías". Se decía en su cabeza para que los sentimientos del niño no quedaran inválidos, pero tuvo que girarse y darle la espalda unos segundos antes de poner un rostro con poca seriedad. Luego se acercó a Senku.
────── Existen muchas teorías sobre el amor. Endorfinas que tu cuerpo crea cuando miras a alguien. Hay unos que dicen que existe el amor a primera vista. Yo pienso que no es así, el amor es algo que se trabaja y se crea con el tiempo. Quizá Gen sólo te ha deslumbrado porque representa temas que son muy nuevos para ti. Eres un científico, Senku. Piénsalo desde el lado con más lógica ────── El niño le creía y sentía que tenía razón. Era imposible gustar de alguien cuando solo lo conocía de un día, y su edad era muy temprana para encontrar a alguien atractivo, pero estaba casi seguro que esos sentimientos iban a durar hasta la adultez, ojalá se equivocara de nuevo como en sus juegos porque sentir esos sentimientos era muy abrumante.
── Están aquí.
Stanley y Byakuya habían entrado al enorme cuarto de baño. Gen ya estaba vestido con ropa nueva, un atuendo holgado de mangas largas, mientras que los adultos seguían mojados hasta la cabeza.
────── Te he dicho siempre que toques primero antes de entrar aquí ────── Reprochó Xeno. Para Byakuya no fue la gran la cosa puesto que Japón tenía incluso baños mixtos. Se apresuró en tomar a Senku con una toalla y cargarlo. Su cabello largo y mojado hizo un "puff" cuando se levantó de nuevo.
────── Oye ────── El niño sujetó la camisa mojada de Stanley:────── ¿Porqué tus bubis son tan grandes? ────── la mirada de todos fue al pecho del soldado y en efecto, la camisa empapada se pegaba a sus pectorales. Ese cuerpo musculoso estaba muy a la vista. Byakuya alejó a Senku antes de que Stanley pudiera agarrarlo, Xeno estaba riendo sin salir de la piscina.
── Algún día te pondré una bala, Ishigami
El hombre se fue enojado llevándose a Gen y escuchando la respuesta de Senku quien no tenía instinto de supervivencia:────── ¡La detendré! ¡Detendré tus balas! ──────.
Dos días después, Gen Asagiri abría sus ojos a las seis de la mañana. A su derecha observó a Xeno dormido en su escritorio, a la izquierda en la otra camilla estaba Byakuya y en el suelo durmiendo sentado estaba Stanley. Observó los cables conectados a su cuerpo y trató de recordar lo que había pasado. El dolor en su costado aún estaba presente pero era un cincuenta por ciento más pasable comparado al comienzo.
Cuando intentó sentarse sintió un peso en su brazo y apartando la sábana observó a Senku que estaba dormido en su misma cama. Lo abrazaba fuertemente y presionaba su mejilla en él.
De todas las veces que estuvo enfermo en casa siempre la pasaba en soledad dentro de aquellas cuatro paredes sufriendo sin un solo medicamento y hoy en día tenía a cuatro personas preocupadas por él en su misma habitación. Gen se dejó caer nuevamente en la cama sin saber como procesar eso. Sentía una especie de emoción en su pecho y una seguridad extraña. Estaba asustado.
El cerebro siempre temera a las cosas nuevas cuando ha estado viviendo en un constante estrés por mucho tiempo. Se sentirá en peligro porque eso es todo lo que ha conocido. Es un largo proceso el enseñarle a tu cabeza que todo está bien, pero respiró profundo varias veces hasta calmar sus pensamientos y se giró en dirección de Senku observando ese bonito mechón que caía por su rostro. Entonces cerró sus ojos de nuevo y se abrazó a él. Senku sonrió entre sueños con esa cercanía sintiendo la calidez de Gen. Todo indicaba que sería un día perfecto lejos de pequeños sustos y simplemente descanso para todos. La primer tormenta había pasado.
Una hora después los ojitos carmesí se abrían para encontrarse a cobijado por los brazos de Asagiri. Las mejillas de Senku explotaron en un intenso rubor e inconscientemente empujó a Gen despertandolo:────── Buenos días, Senku ────── Trató de abrazarlo de nuevo pero el pequeño se negaba avergonzado a lo cual Gen empezó a reír:────── ¿A Senku chan no le gustan los abrazos?~ ────── Lo apretaba casi a la fuerza frotando su mejilla contra la suya. El menor resignado dejó de luchar y atrapó el rostro de Gen con ambas de sus manitas. Los dos se observaron por un rato, ojos rojos como rubíes y ojos oscuros que ocultaban un tono azul muy profundo:
─── ¿Quieres casarte conmigo? ───
Gen quedó en shock con esa pregunta. No pensó que ese niño tendría alguna especie de apego hacia él si apenas se conocían. Imaginaba que era algo como admiración por ser mayor y que Senku seguramente lo miraba como un hermano mayor. Le pareció extremadamente adorable y sin tomarlo en serio abrazó de nuevo a Senku dándole un enorme beso en la mejilla. Senku se cubrió el rostro con ambas de sus manitas muy avergonzado por ese beso inocente pensando que eso podría categorizarse como su primer beso.
— ¡Por supuesto! Cuando tengas la mayoría de edad vamos a casarnos. ¿Qué te parece?
— ¿¡En serio?!
— ¡Claro! ¿Senku me dará un anillo de bodas? ¿Se vestirá con traje elegante?
— Te daré el mejor anillo del mundo. Será un enorme diamante.
Ambos se divertían hablando de su boda ficticia. Senku estaba emocionado contándole como traería algún mineral raro del espacio y lo volvería un anillo, Gen sentía una especie de paz al escucharlo hablar. Tener conversaciónes tranquilas le ayudaba bastante, pero entre las pláticas de ambos y sus risas el niño más grande se desvaneció de nuevo sobre el pecho de Senku.
La tercera vez que despertó fue a medio día y en la habitación sólo se encontraban Xeno y él. Sentía como si todo lo anterior hubiera sido un sueño pero el doctor le explicó que había sido un desmayo. "No puedes vivir solo del suero, tienes que comer" le había dicho mirando una bandeja de comida sobre su cama. No le gustaba estar a solas con los adultos, de hecho, ningún adulto le agradaba. Stanley era la única excepción y estar a solas con Xeno le ponía en mucha alerta. Más cuando el doctor empezó a hacer preguntas.
────── No fue tu padre quien te apuñaló ¿Verdad? ────── La pregunta le puso muy nervioso. La cuchara en sus manos temblaba:────── He calculado la fuerza y la profundidad de tu herida. Si hubiera sido tu padre estarías muerto ¿Quién la hizo? ────── El adulto miraba los monitores, estaba consciente que era muy peligroso hacerle preguntas después de todo lo ocurrido y claramente estaba viendo un cambio en sus signos vitales. Si hacía más preguntas tendría otro problema en el corazón pero de repente, todas las pantallas se calmaron y el niño que hace un segundo había estado temblando le sonrió con normalidad, inclinando su cabeza y con una voz juguetona:────── ¿Quién más abría sido? Fue él, doctor ──────.
Increíble, Xeno sabía que era imposible dado a todos los cálculos realizados. Estaba a un cien por ciento seguro que estaba mintiendo pero esa pequeña actuación la hacía sonar muy creíble:────── Jamás me equivoco en mis investigaciones. La fuerza de la herida y la manera en que fue hecha indica que la persona no quería asesinarte. No tocó ningún punto vital, parece que fue hecha con miedo ────── Ese niño seguramente había aprendido a mentir para sobrevivir con sus padres y lo hacía muy bien, pero tenía díez años y había pasado por varios traumas, Xeno no iba a creerle y Gen notando la realidad de los hechos empezó a alterarse de nuevo. No quería responder eso, esa conversación no la deseaba.
────── Fue tu madre ¿No es así? ────── Gen asintió. No era toda la información que Xeno necesitaba pero dada la situación fue todo lo que preguntó por ahora. Se sentó en la cama sin decir nada más. Se quedaría a su lado por petición de Stanley quien había sido llamado de emergencia de nuevo a la base militar.
¿Porqué? Se supone que estaba suspendido. Significa que era algo de mucha importancia.
Al llegar a ese lugar se encontró con las luces rojas iluminando todos los salones, una especie de pelicula paranormal donde parpadeaban y en cada fragmento de luz se podía ver a los soldados correr.
────── ¡Snyder! ¡Toma un arma! ¡Se escapó! ────── Stanley sacó su pistola sin entender a quien se refería. ¿Algún convicto de guerra? Ya que no había estado activo en el cuartel todos esos días no podía entender lo que ocurría pero lo hizo al ver una imagen impactante.
Al caminar por esos pasillos semi iluminados pudo ver a alguien de pie entre dos hombres muertos. Aquel cabello negro cuya pintura parecía más desgastada dejando ver apenas unos mechones blancos y esos ojos ambos de colores diferentes le hicieron saber quien era.
Por instinto él levantó la pistola pero ella fue más rápido y empezó a dispararle seguramente con un arma de los guardias caídos. Stanley se cubrió trás la pared y al apuntar de nuevo, ella ya no estaba.
Chapter 6: Todo de mí.
Chapter Text
────── Las personas en el mundo del espectáculo preguntan todo lo que vaya a causar un escándalo. Parejas, conflictos, inseguridades, hasta los secretos más íntimos. Todo con la meta de arruinar tu imagen y darles más vistas a sus medios ────── Es una de las conversaciones que Gen recordaba con su madre. A veces solía verla en televisión modelando alguna marca de ropa y en otras tantas en medio de muchas entrevistas. Para ese entonces no entendía a lo que se refería con todo eso:────── Por eso se debe mentir con una sonrisa. Dejar que pirañas vean tus debilidades y emociones sólo va a llevarte a la ruina ────── Era muy gracioso que ella lo dijera, porque Gen recordaba verla llorar cada noche. ¿Todas esas reglas aplicaban nada más a las cámaras?
★
"Está herida de una pierna, tiene múltiples golpes y se encuentra débil. Es una presa fácil. Tienen díez minutos para traerla de regreso".
Todos sabían que aún seguía dentro de la base militar y aún si salía seria un poco imposible escapar. Ese lugar era parecido a una versión nueva de alcatraz. Un cuartel en medio de un espacio de tierra rodeado por el océano. Sólo podías llegar ahí por bote o por helicóptero y sin mencionar que eran más de cincuenta hombres trás ella.
────── Hola, corazón. No encuentro la salida, soy una dama que está pérdida en éste lugar ────── Hablaba con una sonrisa y ocultaba sus manos en esas largas mangas de su kimono negro, o al menos el haori porque todo lo demás estaba rasgado. El hombre le puso el arma en la cabeza diciéndole que volviera a su celda y fue ahí cuando ella le disparó al corazón. Esas largas mangas siempre servían para ocultar cosas y un arma cabía perfectamente.
Mientras caminaba por los pasillos sin rumbo fijo, tambaleándose de lado a lado con sus pies descalzos y una respiración más pobre. Ella recordaba el pasado. ¿Cómo había terminado ahí? Aquella noche había intentado escapar de su hogar. Su plan era hacerle creer a su esposo que su hijo y ella misma estaban muertos, pero las cosas no habían salido como lo pensó.
Recordaba estar tirada en el piso mirando como un hombre de cabello dorado se ponía frente a ella y le apuntaba a su esposo. Su corazón se había detenido cuando observó a su hijo estar en medio de ese ataque y honestamente, todo era su culpa.
Todos son libres de juzgar a alguien dentro de una relación tóxica. Preguntarse si la persona es "tonta" por no salir de ahí cuando los malos tratos son muy obvios, pero la realidad es muy diferente para quien vive la situación. No es algo muy sencillo como irte de la noche a la mañana y la persona misma siente una enorme culpa por no poder ser fuerte y hacerlo.
Una imagen bonita para las cámaras, maquillaje que ocultaba golpes, no ver a su hijo por seguir las órdenes de un hombre y luego ser apresada por un gobierno diferente. Cuando la tomaron de su casa y la subieron a un avión pudo ver desde las alturas como aquel hombre de cabello dorado se llevaba a su bebé. Ya era suficiente, ¿Qué más querían de ella? ¿También le quitarían a lo único bueno que tenía en su vida?
────── ¿Qué más da morir? ────── Tenía una puntería implacable ya que había participado en varios concursos de tiro cuando era niña. Eso le había ayudado un poco a llegar hasta donde estaba, pero... ¿Lo valía?
Odio, odio, odio, odio dentro. Dolor, dolor, dolor, dolor zumbando en su cabeza como una colonia de abejas. ¿Porqué las personas deben aparentar estar bien? ¿Es un cliché el preguntar eso? Oh, Dios mío. Si tan solo pudiera escapar de su cabeza, si al menos pudiera tener un descanso un solo día de su existencia. ¿Para qué había venido a ese mundo? Luces de cámaras, entrevistas, giras mundiales, marcas patrocinadas; y atrás de esa sonrisa amable estaba la mujer que a veces había pensado en morir.
"Oh, la estación del tren.
¿Debería lanzarme?"
"Estamos en el décimo piso.
¿Las ventanas son fuertes?"
"¿He dejado todo en orden antes de irme?"
"¿Debería regalar algunas cosas y las demás donarlas?"
"¿Qué pasará con mi hijo si yo muero?"
"¿Porqué pienso en morir cada día?"
"¿De verdad es necesaria mi existencia?"
"Deseo desaparecer."
"Lo deseo."
"Lo deseo."
"LO DESEO."
────── Dime, Gen. ¿Te haz portado bien? ¿Ellos te han lastimado? ────── Caminaba directo a la pistola del soldado de cabellos dorados. Stanley estaba con sus pies firmes apuntando directo a su cabeza pero ella no parecía estar asustada. Si pudiera describirlo, la palabra correcta sería "Cansada".
Honestamente, nada importaba más. Tenía tantos golpes en su bonito cuerpo producto de su esposo y en sus muñecas estaban las marcas de aquellas cadenas con las cuales la habían tenido retenida. Estaba cansada de todo y todos, demasiado harta y las balas que le dieran le darían igual. Esos ojos de dos colores le empezaron a ver con odio, hasta que ella le sujetó el arma.
Eso no habría pasado ni en un millón de años, pero Stanley sabía perfectamente quien era. No la cuestionó ni a ella o sus superiores, ni tampoco dijo palabra alguna. Simplemente cargo a la mujer como una princesa de cuentos y corrió con ella por los pasillos.
A veces, ella sentía que su vida era como un carrusel. Destellante, vibrante, atrayente a la vista de los demás pero que en realidad solo es una maquina dando vueltas y vueltas y vueltas hasta que se vuelve obsoleta. Pensaba que por muchos intentos que hiciera para cambiar las cosas siempre terminaba dando vueltas en el mismo lugar y eso pensó cuando fue alzada por el soldado. ¿Iba a violarla? ¿Matarla? ¿Regresarla a su celda? ¿Qué más daba? Se había rendido...
¿O no?
Si en verdad ya no queria vivir, si con todas sus fuerzas ya no le importaba lo que sucediera, Entonces, ¿Porqué estaba apuntando el arma sobre el cuello de Stanley? ¿Porqué había escapado de su celda? ¿Porqué había asesinado a esos guardias y porqué seguía caminando?
Snyder mantuvo una actitud de hierro sin importarle esa arma amenazando con volar su cabeza. En cada paso que daba rompía una cámara con una daga y se escondía entre los rincones esperando tener el área despejada:────── Si me disparas no saldrás de aquí. Es imposible para un civil escapar ──────.
Vaya, ¿Era de esa forma en como se sentían las princesas de cuento al ser rescatadas? Desde su posición miraba a un hombre apuesto con largas pestañas y unos brazos muy fuertes. Oh, tonterías, estaba muy cansada de los hombres y que siempre pensaran que podían tocarla a su antojo. Se movió en su agarre y quedó un poco más arriba moviendo también el arma a la cabeza del soldado y empujando con ella. Stanley sabía que esa mujer era capaz de disparar. Esos ojos se lo decían y necesitaba una buena excusa para que no hiciera algo estúpido como asesinarlo:────── Sé donde está Gen, se encuentra en la casa de un científico amigo mío. Si me matas, no sabrás como llegar hasta ahí ────── El arma no bajó pese a eso pero Stanley siguió corriendo entre los pasillos hasta que saltó sobre una de las ventanas.
Era el mejor soldado, aún si veinte hombres se le pusieran en frente él los derribaria y fue justo lo que hizo cuando llegaron al patio del lugar. Agradecía mucho que fuera de noche y las luces apenas le hicieran visible su ropa, de esa forma les haria difícil reconocerlo (aunque no imposible).
A un hombre le pateó el cuello y lo tumbó al suelo, a otro lo sujetó del brazo y lo rompió como si fuera una hoja seca. No estaba peleando con ningún arma pero no había nada más peligroso para ellos que las manos del soldado prodigio. La chica se abrazaba de su cuello apretando sus ojos y deseando que todo eso terminara pero al abrirlos asustó a algunos hombres que venían por atrás. Vaya que su mirada era espectral, sus pupilas parecían brillar contra la poca luz como si fuera un felino y su aspecto tan demacrado hacía que luciera como un fantasma. Era como si la misma muerte estuviera abrazando al soldado rebelde y traidor.
Stanley se detuvo cuando no quedó nadie en pie. Su respiración apenas estaba agitada y saltó la cerca eléctrica con ella en sus brazos. ¿Qué hacia la electricidad a un soldado? Había sido entrenado para recibir choques cuando apenas entró al army. Era una máquina de matar lista para ser usado al propósito de todos en el gobierno y Snyder lo sabía.
────── ¿Dónde está?────── Murmuró ella a su oido mientras el soldado tomaba uno de los botes vigilantes:────── ¿Cuál es el nombre del científico? ────── Él no le respondió. La sentó en el bote y le puso su chaqueta encima porque parecía que venía una tormenta. Eso era una buena señal porque no podrían seguirlos ni encontrarlos en la lluvia, pero también era muy peligroso navegar en el océano así.
────── ¿Xeno, estás ahí? ────── El comunicador de su muñeca era una herramienta exclusiva para hablar con Xeno. Un canal sólo de ellos. Era exactamente como cuando jugaban a los policías al ser niños. Stanley llamó varias veces y temia que la lluvia estuviera interfiriendo en la señal. La mujer miraba atenta como empezaban ese viaje en el agua, escuchando con atención y analizando al soldado. Claramente no confiaba en él.
────── ¿Stanley? ────── La voz de Xeno se escuchó del otro lado de la línea y el motor del bote se encendió:────── Xeno, tenemos un enorme problema. ¿Gen está contigo? ──────.
Fría era el agua del mar, la lluvia que caía por su labial, la bala que de repente le había perforado la espalda y aquel rostro que lo vió caer.
Ella estaba de pie con el arma aun apuntando a Snyder. El militar con un agujero de la espalda al pecho se giró para verla. Ah, había sido muy estúpido. ¿Cómo no pensó en quitarle el arma? Otro error para su currículum. De hecho, había cometido tantos errores con esa mujer comenzando en no haberla salvado aquella noche frente a su marido y ahora ahí estaban las consecuencias.
────── Tonta... No podrás llegar a la orilla sin mí ────── Ella se agachó y acarició el pecho del hombre justo donde estaba la herida. Sus dedos bajaron lentamente hasta una parte especial de su abdomen y Stanley lo entendió de inmediato. Iba a dispararle exactamente donde estaba la apuñalada de Gen:────── ¡NO LO VERÁS DE NUEVO SI DISPARAS! ────── Ni si quiera Xeno lo había escuchado o visto gritar de esa forma antes y deseaba tomar de los brazos a esa mujer pero la bala principal había dado en un punto muy delicado. Su visión apenas se mantenía.
────── Lo llamaste "Xeno" ────── Diría ella presionando la punta de la pistola en el abdomen: ────── Es él quien lo ha secuestrado. Muy bien, gracias por la información. Eres bastante guapo, es una lástima ──────.
Los guardias escucharon un disparo a lo lejos pero al llegar con otro bote ahí solo vieron una enorme mancha de sangre en el agua que iba disipandose poco a poco.
Poseía el comunicador de Stanley y aun su chaqueta. El cuerpo ensangrentado del hombre iba moviéndose con forme el bote temblaba entre las olas hasta que se detuvo. Dicen que la muerte es fría, indolora, y rápida, para Stanley ese sentimiento fue en un cincuenta por ciento. Ella apenas pudo levantarlo y lo dejó caer al agua.
Los ojos color caramelo del soldado observaron como aquella figura femenina se desvanecia en la superficie mientras él caía en las profundidades. Una memoria vino a su mente de cuando era pequeño.
"Cuando sea mayor voy a protegerte, Xeno"
"No digas tonterías, Stanley. Eso significa que puedes morir y yo te quiero para toda la vida"
¿Qué pensaría Xeno de todo ésto? Una mujer peligrosa iba rumbo a su casa y él no podía hacer nada. No pensaba en el más allá, su familia o sus logros. Medallas no venían a su cabeza, lo que aparecía era el rostro de Xeno sonriendo. ¿Iba a morir? ¿Había una forma de evitarlo? Las burbujas de su oxígeno se perdían en la oscuridad y en esos momentos en verdad deseó un cigarrillo.
★
────── Está lloviendo ────── Senku miraba por la enorme ventana del laboratorio, había terminado sus lecciones del día y le ayudaba a Xeno a guardar todos los instrumentos: ────── La lluvia está haciendo interferencia, no puedo comunicarme con Stan ────── Se quejaba golpeando su reloj con sus dedos.
────── Ten cuidado con la botella ────── Advirtió el niño. Hoy habían creado una versión de coca cola más lite que la original, Senku estaba entusiasmado de mostrarle a Gen y darle ese regalo pero de repente puso mala cara cuando de las manos de Xeno la botella se deslizó y cayó al piso.
— ¡Oye, la rompiste!
Tomó servilletas de la mesa y una palita para levantar los vidrios pero al acercarse se quedó quieto. Su mentor lucia diferente, un rostro de pánico total como si el horror lo hubiera invadido. Xeno trató de sujetarse de la mesa, no sabía lo que habia ocurrido. Había sido un sentimiento muy extraño como si una aguja se adentrara en su corazón y lo abriera de par en par. Algo no estaba bien.
Chapter 7: Yo también te amo.
Chapter Text
Un golpe se escuchó en la puerta: ────── ¿Gen? ────── Eran de esas puertas pesadas que debes empujar con mucha fuerza asi que Gen observó por cinco minutos enteros como el niño intentó entrar.
────── Gen... ────── Se sujetó de la cama respirando pesado por el esfuerzo, agradecía que vivieran en un mundo tecnológico porque no sobreviviría en la selva si se trataba de esfuerzo físico; y de repente, Gen lo había sujetado y subido a la cama.
─── ¿¡Cómo tienes tanta fuerza si somos del mismo tamaño?!
─── ¡Senku- chan es muy cruel! Soy más grande por cinco centímetros.
Tampoco era como si levantar a Senku fuera difícil, el niño no pesaba nada.
────── Tengo un regalo para ti ────── Decía que era uno pero en realidad eran dos pequeñas cajas puestas en el regazo de Gen. Aún estaba conectado a varias máquinas, hasta los pequeños y finos tubos de oxígeno que daban a su naríz. Un ataque cardíaco y una apuñalada no eran cosas de las cuales recuperarse tan pronto:────── ¡Yo puedo abrirlo por ti!────── Senku no quería que su nuevo amigo hiciera algún trabajo físico y era muy cuidadoso con ello. A Gen le resultaba muy adorable, puesto a que no iba a morir sólo por abrir un regalo. Aunque no sabía que Senku pensaba otra cosa, en tenerlo ayudando en el laboratorio cuando se recuperara, eso sería un sueño. Una vez que Gen estuviera mejor quizá lo pondría a trabajar hasta que le dolieran las manitas.
────── Senku es muy amable por ayudar────── Se recostó nuevamente en su almohada y observó como el niño removía el envoltorio. Al abrir el primero miles de papeles salieron volando. Senku estaba alarmado tratando de recuperarlos mientras que Gen observó todo. Eran naipes. Todos cayendo como confeti encima suyo. Al tomar uno se dió cuenta que tenían fotografías. Xeno era la reina de corazónes, Stanley el diamante, Byakuya el trébol y Senku las espadas, luego cogió una última carta, el joker y ahí estaba su rostro. ¿Cuándo había tomado esas fotos? No recordaba para nada ese suceso, de hecho, esa no era ni su ropa.
Antes de que pudiera preguntar, Senku ya le estaba explicando como si hubiera leído su mente. Le explicó que las había hecho con inteligencia artificial. Eso podía entenderlo pero no a su enorme, larga y detallada información que vino después de eso. Números y sistemas, database, software, códigos, muchas cosas que Gen no comprendía pero amaba ver como esos ojitos carmesí se iluminaban cada vez que hablaba de las cosas que le gustaban. Senku era un sol, uno que abrigaba su corazón congelado y le hacía sentir que no estaba tan sólo en el mundo.
────── ¡Hay más! ¡Espera! ────── El niño abrió el otro obsequio y Gen quedó más sorprendido de ver una botella de cola. Ah, no podía beber eso. Recordaba ver todos los días comerciales de cola, incluso aquellos navideños desde que tenía memoria. Lo más cercano a un sabor efervescente había sido aquella vez donde su padre lo había obligado a beber alcohol y había vomitado dos veces en el jardín:────── Senku... ────── Quería explicarle amablemente que no podía pero el niño le interrumpió con otras formulas científicas. ¿Qué estaba diciendo? ¿Cómo es que toda esa información cabia en esa cabecita? ¡No entendía nada!
── Es una versión lite.
── ¿Si...? Pero aún así, no puedo tomar la soda lite que ya existe, Senku.
── Es porque aún no haz probado la mía.
Parecía con mucha confianza de su nuevo invento y Gen estaba muy tentado a aceptarlo. Es decir, había sido uno de sus sueños toda la vida, estaba tan emocionado que el monitor de su ritmo cardíaco empezaba a subir y Senku puso una manita en su pecho tratando de calmarlo. No querían que tuviera otro ataque cardíaco aunque fuera de felicidad.
Gen tomó la botella con ambas manos, estaba tan emocionado que sentía que iba a dejarla caer. Su reflejo estaba en el cristal y las burbujas hicieron un sonido cuando Senku le ayudó a abrirla:────── ¿Tienes miedo? ────── preguntó el más pequeño:────── Toda mi vida ────── Diría el más grande pero acercó ese aro de cristal frío a sus labios y por primera vez probó lo que siempre miraba en las manos de otros niños. Aquella bebida que siempre había estado en comerciales populares y de los cuales hasta se podía algunas canciones. Las burbujas le hicieron cosquillas en la lengua y sintió un placentero ardor cuando se deslizó por su garganta. En serio sabía delicioso. Senku estaba atento al monitor y al notar que su corazón no se había alterado lo daba como un experimento exitoso. Quizá el primer experimento que le salía bien o eso creyó porque observó las lágrimas de Gen caer por su mejilla.
Senku trató de limpiarlas preocupado pero Gen le detuvo sus manos:────── No, no te preocupes, sólo estoy muy feliz ────── Las mejillas de Ishigami no pudieron estar más rojas. Había hecho feliz a su persona favorita, lo había logrado y eso se sentía muy bien.
★
────── Xeno, no hemos encontrado nada aún ────── En el laboratorio casi en la siguiente habitación de los niños estaba el doctor con su comunicador en el oído y escuchando lo que Charlotte decía. Según el rastreador de Stanley su última llamada había sido en el océano cerca de la base militar y había mandado a su equipo a buscarlo, incluso a buzos profesionales pero hasta el momento no tenía noticia alguna:────── Sigan buscando y no pidan ayuda a los de la milicia. No confio en ellos ────── ¿Dónde estaba Stanley? Lo peor de todo es que el comunicador de su amigo indicaba que seguía moviéndose, que venía a su dirección pero ¿En verdad era Stanley? Su intuición le decía que podría ser el enemigo y no sabía que hacer.
Desconocía la situación en la que estaba Snyder ¿Porqué le dijo que estaban en problemas? ¿Si evacuaba la mansión entonces delataría lo que fuera que estaba haciendo? O quizá si no lo hacía todos los inquilinos correrían un riesgo al tener a un enemigo tocando a la puerta. Según su computadora, el comunicador indicaba que estaría en casa en unos díez minutos. Eso no le dejaba tiempo para nada.
Siempre había sido alguien calculador, pero por alguna razón el pensar que su amigo podría estar muerto no lo dejaba actuar con claridad. ¿Qué era ese abrumante sentimiento? Él conocía los riesgos de que su amigo muriera desde que lo vió enlistarse en el army. No debía ser una sorpresa, pero simplemente no podía aceptarlo:────── Dijiste que podías con todo, Stanley... ────── Golpeó el teclado de su monitor con ambos puños. Se llevó las manos a la cabeza derrotado. Casi no le importaba si el enemigo llegaba hasta ahí, o más bien... Si en verdad esa persona le había hecho algo a su mejor amigo de la infancia entonces iba a conocer la verdadera furia de la ciencia. Por fin obtendría una rata de laboratorio. Iba a cortarle en trocitos cada una de sus extremidades.
Byakuya no se encontraba en casa ese día. Había tenido que tomar clases nocturnas en el departamento de un colega, era como una reunión para conocer a los demás astronautas y Senku había insistido en que estaría bien dejándolo sólo con Gen y Xeno, pero el ruido que se escuchó en el pasillo hizo que el niño mirase a la puerta. Gen no escuchó nada y no entendía lo que ocurría. Jalaba el brazo de Senku para que fueran a dormir pero Ishigami bajó de la cama:────── Quédate aquí ────── No era como si Gen pudiera moverse con tanto cable conectado.
Odiaba abrir esa puerta tan pesada y con una pierna rota todo era más difícil pero logró hechar un vistazo en el pasillo. Todo estaba oscuro y la única luz era la de su habitacion. Juraba que podía escuchar pasos provenir de esa oscuridad, como si fueran tacones caminando elegantemente en esa dirección. Levantó su dedo índice hasta su rostro y cerró sus ojos. Estaba usando su cerebro para recordar si alguna de todas las ayudantes de Xeno usaba tacones. Por la presión y el sonido podía deducir que era mujer, que no pesaba mucho y esa forma agraciada de caminar debía ser alguien que usaba eso como ventaja ¿Modelo de comercial? ¿Comerciales de la nasa? ¿Persona externa? ¿Actriz? ¿Qué era?
Senku apagó las luces del cuarto de Gen y tomó las llaves de la puerta:────── Asagiri, por nada del mundo puedes salir de aquí ────── Gen parpadeó varias veces, odiaba la oscuridad pero las palabras de Senku eran tan serias que no iba a cuestionarlo. Simplemente miró como hecho llave a la puerta y tomó una linterna.
Piensa, piensa, piensa ¿Cómo podría contra un intruso? ¿Y si no era un intruso? Correr no era tanta opción por el estado de su pierna pero gracias a una muleta se movía más rápido. Abrió la puerta que daba al cuarto de la cocina y tomó unas botellas de agua. Tantas como sus brazos pudieran cargar y se escondió bajo una de las mesas cuando escucho a esa persona entrar. En la oscuridad apenas podía ver sus piernas. Eran tacones rojos que se paseaban de forma anormal como si la persona tuviera alguna discapacidad. ¿Estaba herida? ¿Era algún transtorno? ¿Alteración congénita? Cualquier información era importante pero no podía obtener mucha. También escucho un sonido. La voz de esa persona sonaba extraña, como si quisiera decir algo pero terminaba siendo en un gruñido espectral. Senku lo podía relacionar como los gruñidos de un perro. Necesitaba ver más.
Poco a poco se asomó bajo la mesa observó la espalda de la mujer. Tenía un largo cabello en blanco y negro teñido. Su kimono rasgado estaba en tiras y parecía que algún líquido escurría de sus manos y sus piernas. Sangre o agua no podía saberlo, pero juzgando a que quizá la mujer estaba herida quizá tendría una oportunidad de salir corriendo por esa puerta y eso fue lo que hizo. Tomó de nuevo todas las botellas de agua y corrió lo más que pudo con esa pierna lastimada. Sintió que la chica se giró en su dirección y con el rabillo del ojo pudo observar algo que le helo la sangre. Solamente un par de ojos bicolores en la oscuridad, los ojos de un demonio.
Voló por los pasillo abriendo las botellas y derramando el agua hasta crear un charco decente. Luego se detuvo frente a una de las múltiples cajas de cables que conectaban al laboratorio y se quedó esperando por ella. El sonido de los tacones se fue acercando poco a poco hasta que el eco cambio de suelo solido a agua:────── ¡CLASE SE CIENCIA, SEÑORITA! ────── Gritó el niño desde su posición abriendo la caja de los cables y arrancando uno de un tirón:────── ¿Cuál es uno de los mayores conductores de la electricidad? ¡Así es! El agua ────── Se las estaba jugando en teorizar que el líquido que esa mujer tenía encima era agua y no sangre porque cuando lanzó el cable eléctrico en su dirección no habría funcionado del todo si ella tenía zapatos puestos pero cuando el cable tocó el agua fue un impacto aún mayor a lo que Senku hubiera pensado. Rayos se levantaron por medio pasillo, esa parte de la mansión se iluminó como el mismo día y Senku pudo ver el rostro del enemigo.
Su corazón escapó un latido al ver aquella bonita cara idéntica a la de Gen, pero no pudo apreciarla por mucho tiempo puesto a que los rayos también fueron en su dirección:────── ¡Senku! ────── El doctor Xeno había sujetado al niño y se lanzó al suelo con él casi arrastrándose hasta la habitación más cercana:────── ¿¡SENKU, QUÉ ESTABAS PENSANDO?!────── El niño tosia bastante y su cabello aún tenía chispas. Xeno lo acostó en el suelo sacandole la ropa de encima y dejándolo tan solo con un short. Esa ropa la lanzó lejos porque aún estaba mojada y llena de estática. Los brazos del pequeño estaban un poco quemados asi como sus mejillas, no era algo grabe pero si no hubiera llegado a tiempo quien sabe lo que hubiera pasado.
Abrió sus ojitos poco a poco mirando a Xeno y se levantó enseguida señalando a la puerta:────── Una mujer... Había una mujer igual a Gen en el pasillo ────── Xeno observó como los últimos rayos de electricidad se apagaban y todo quedaba en la penumbra nuevamente. Nadie habría sobrevivido a ese choque eléctrico, estaba cien por ciento seguro de eso pero aún así se asomó con precaución con la linterna de Senku.
¿Qué observó? Absolutamente nada, ni una sola alma en el pasillo:────── ¿Estás seguro, Senku? ────── El niño asentía e intentaba describir a la mujer todo lo que podía pero no había ni si quiera huellas de agua en el piso.
────── Xeno, ¿Estás ahí? Encontramos algo ────── Su comunicador estaba sonando y Xeno volvió a ponerse el audífono:────── ¿Hay noticias de Stanley? ────── Senku escuchaba con atención lo que decía, su maestro se miraba muy preocupado y nunca lo había visto asi, parecía que la voz le temblaba al preguntar por Stanley. Del otro lado de la línea Charlotte y Maya levantaban un cuerpo que había llegado hasta la orilla de la playa:────── Es una mujer y está muerta, parece que murió aproximadamente hace unas doce horas ────── Tanto Xeno como Senku parpadeaban, aunque el niño no podía escuchar con exactitud lo que estaban diciendo.
── Charlotte, ¿Puedes darme la descripción de la mujer?
── En sus treinta, cabello blanco y negro, ojos de colores diferentes, facciones asiáticas y dos balas en su pierna.
El científico miró al niño y le pidió que describiera al intruso por segunda vez. No había duda, esa mujer había estado en su casa, pero ¿Cómo era posible?
── Manda a un equipo que traigan el cuerpo y los demás que sigan buscando a Stanley.
── A sus órdenes.
────── Ven, Senku, vamos al laboratorio antes de que tu padre te vea así ────── Cargó al niño en sus brazos, quién comenzaba a quejarse por las quemaduras y se abrazó a Xeno con fuerza. No sabía que había sido todo eso pero más que miedo había sentido tristeza de ver a esa mujer. Para más confusion, cuando Xeno sentó a Senku en el escritorio notó que en un lado estaba una brazalete. Era el comunicador de Stanley, el mismo que hace un momento le indicaba que estaba a díez minutos de ahí y que posiblemente lo tenía el enemigo. No entendía nada, ¿La vida le estaba dando señales de que jamás volvería a verlo? Cayó sentado en su silla giratoria con el rostro perdido. Senku le acarició la cabeza al notar su expresión y el hombre se giró para hundir su rostro en el pecho del niño.
Era una enorme vergüenza para él que su aprendiz lo viera llorar pero no podía evitarlo. Su corazón no deseaba aceptar aquel pensamiento que invadía su mente. Senku palmeo su espalda y le abrazó la cabeza lentamente aplastando su mejilla quemada sobre esos cabellos plateados. Estaba al tanto de que los adultos siempre fingían ser fuertes para los más pequeños pero creía que mostrar tus sentimientos era de personas muy valientes y admiraba a su mentor por hacerlo.
★
Gen no podía dormir en la oscuridad. En serio le asustaba mucho. Le recordaba demasiado a su vieja casa y el monitor de su corazón empezaba a dispararse de forma alarmante. Tomó las sábanas y se cubrió hasta la cabeza negandose a ver todo. Entonces lo escuchó, aquellos pasos de los que Senku había hablado dentro de su cuarto. ¿Había alguien ahí? Sonaba muy familiar. Su respiración se aceleraba, empezaba a toser porque el tubo de oxígeno no podía seguirle el ritmo y se sujetó la camisa en el área del pecho. Estaba empezando a dolerle.
Lo peor de todo fue cuando alguien empezó a remover su sábana poco a poco. Gen cerró sus ojos con todas sus fuerzas sintiendo la brisa fría de la habitación pero lo que vino después le dejó sin habla. Entre lo helado del ambiente, un beso cálido fue a su mejilla dejando una marca de labial púrpura en su piel y un susurro que desapareció en la oscuridad diciendo "Te amo" para perderse para siempre.
Cuando Gen abrió sus ojos no había nadie ahí. Esa voz la reconocía muy bien pero se decía que era imposible. Sus lágrimas volvieron a caer en sus mejillas. Jamás había creído en lo paranormal pero un pedacito de su corazón le decía que esa había sido una despedida de una persona importante en su vida.
── Yo también te amo, mamá.
Chapter 8: Errores.
Chapter Text
"Estás equivocado"
"Te equivocaste de nuevo"
"Pensé que eras un mejor maestro"
"Hasta un niño de kinder puede resolver esa ecuación ".
Todas esas oraciones salían de la boca arrogante de un niño con cabello esmeralda llamado Senku Ishigami. Habían pasado dos meses desde aquel incidente y ya estaba de nuevo en clases con el doctor Xeno; sin embargo, el niño no parecía darle un descanso a su profesor.
Su pierna estaba curada y sus mejillas y brazos apenas tenían unos rasguños de lo sucedido hace ocho semanas.
El salón se encontraba en una instalación fuera de la mansión principal. Era usado como una "mini universidad" para niños de varias nacionalidades. Díez en total, claramente todos debían tener un nivel de inglés para poder entender las clases ya que pese a que Xeno era un prodigio en el lenguaje no podía estar cambiando de idioma a cada momento.
Lo que estudiaban era ciencia avanzada principalmente física y astronomía ya que la mayoría estaba interesada en tener un puesto en la NASA al crecer. Gen también se encontraba ahí aunque no estaba precisamente por las clases. Desde que Stanley se había ido, Xeno se habia encargado del chico y lo llevaba consigo a todo lugar al que iba.
Tenía... Miedo... De que lo que sea que Stanley hubiera hecho para desaparecer... Quien fuera el enemigo real... Viniera también por ese niño.
— De nuevo, estás equivocado. El campo magnético de la Tierra no va a cambiar pronto, al menos no en el tiempo de vida de nosotros.
Todos los niños del lugar tenían cierto odio con Senku y Gen los entendía. Para los ojos de Asagiri y analizando su comportamiento, pensaba que quizá en Japón Senku no había tenido un "rival" en la escuela. La atención debio ser toda suya dentro del salón de clase y juzgando que era hijo único seguramente su padre lo mimaba bastante. Ahora que estaba rodeado de más niños como él trataba de hacer cosas extras para destacar como en Japón en lugar de divertirse. Gen ocultó una risa discreta entre sus mangas.
— Senku chan es un niño después de todo, no importa que tan adulto trate de comportarse, parece que no ha aprendido a compartir.
Debía hablar con él sobre eso pero no estaba seguro de como iba a tomarlo. También había otro detalle, su familia siempre estuvo en el ojo público y el espectáculo, jamás escuchó sobre ecuaciones matemáticas complicadas asi que no podía decir a ciencia cierta si Xeno estaba comentiendo errores, pero juzgando el rostro de frustración del maestro suponía que sí. Gen entrecerró sus ojos mirando detenidamente al científico mayor. Parecía que daba su clase normal pero habían detalles que no podía dejar pasar en alto. Caminaba mucho por todo el salón, movía sus dedos de forma nerviosa y miraba en todas las direcciones, especialmente por la ventana. Debía ser estresante estar cometiendo errores en la profesión que tanto ama.
Gen bajó la mirada a su cuaderno. El señor Stanley no había regresado en dos meses y aún cuando el doctor no le había dicho el porqué, suponía que algo malo había pasado. ¿Senku estaría al tanto de eso? ¿Él sabia el porqué? ¿Ambos no querían decirle? Era una mala suerte para esos nerds porque Gen era muy bueno leyendo a las personas. Sin embargo, no lograba empatizar con ellos. Ambos de sus padres habían muerto y él no había sentido un dolor que durara más de tres días en su pecho. ¿Estaba defectuoso? ¿Era una mala persona por no sentir más tristeza? ¿Superarlo así de rápido lo volvía un psicópata? No lo sabía y no comprendía el porqué esos dos tenían aún esos sentimientos, pero entendía que debían ser respetados.
────── Senku chan ────── Se paró frente a su pupitre cuando la clase terminó. Siempre iban juntos a comer algo pero hoy Gen esperó a que todos dejaran el salón para hablar con él:────── No creo que sea bueno atacar al doctor Xeno en plena clase ──────.
— No lo estoy atacando. El viejo se equivoca y me enoja
— Lo entiendo, pero el doctor Xeno está pasando por un momento complicado. Tratemos de ser amables con él ¿Está bien?
— ¿Porqué debería ser amable con los errores que tiene al enséñarnos?
— Porque los demás chicos también lo encuentran molesto. Asi no harás amigos, Senku.
— No me importa tener amigos. Vine aquí a aprender
Ah, era complicado hablar con mocosos de primaria. Parecía que Senku necesitaba una lección diferente a las palabras asi que Gen que ni si quiera vestía el mismo uniforme de clases que ellos se dió la vuelta sin decir nada y se marchó. Dejando en la silla a un niño de ojos carmesí confundido. ¿Había enojado a Gen? Eso le angustiaba.
El niño de cabello bicolor no era el único molesto, los demás pocos estudiantes también tenían una mala impresión de Senku y eso empezó a notarse cuando en los días siguiente éstos chicos dejaron de hablarle. Para Senku no era algo que le importara, estaba tan ocupado en sus estudios que escuchar las voces de sus compañeros era algo obsoleto. Hasta que Gen también dejó de hablarle. Los niños se juntaban con el chico oriental.
La inteligencia es un enorme regalo pero el saber como tratar con las personas lo era aún más. El poder de las palabras a veces va más allá que cualquier estudio realizado y Senku se dió cuenta de eso cuando Asagiri empezó a volverse popular entre los chicos.
"Vamos a casarnos, ¿Porqué le habla tanto a otros niños? Ellos no son sus esposos" pensaba el pequeño científico cada vez que lo miraba rodeado de tantas personas. No había hecho nada sobre todo el asunto ya que involucrarse en esas cosas no era lo suyo pero no podía evitar no lanzarle miradas de odio a Asagiri en plena clase. Claramente estaba celoso, no solo de que tantas personas estuvieran con su "novio" sino también porque no era el centro de atención en su clase como su escuela pasada. Qué difícil era ser un niño de seis años prodigio y enamorado.
────── Este examen representa un treinta porciento de su midterm asi que buena suerte a todos ────── Las hojas iban pasando de estudiante en estudiante. Era un exámen bastante complicado pero el pequeño estaba seguro de poder pasarlo ya que hasta el momento nada de lo que habían visto en clase era algo nuevo para él:────── ¿Puedo tomar el exámen también? ────── Todos giraron su rostro hasta el último pupitre del salón. Gen había levantado su mano pidiendo un papel al profesor Xeno. Senku frunció el ceño dudoso de lo que sucedía ¿Porqué tomaría el examen si él no estaba estudiando física? No iba a poder responder ningúna de esas preguntas.
Cada uno de los niños empezó con el reto. Elizabeth, la segunda niña más inteligente después de Senku estaba mordiendo la punta de su lápiz mirando a la pregunta número cinco. Sachi, la niña de dos coletas parecía ir ya por el reverso de la hoja. Senku hechaba un vistazo al rostro de todos y luego a Gen quien parecía tranquilo. No podía alcanzar a ver su hoja con totalidad pero parecía que apenas había respondido una sola pregunta. Oh, niño tonto ¿Porqué se había ofrecido en hacer ese exámen? Senku pensaba invitarlo a almorzar como premio de consolación.
Una hora después, el profesor recolectó todas las hojas y los chicos tuvieron un momento libre mientras Xeno hacía calificaciones. Como era de costumbre todos fueron en dirección a Gen para hablar con él. Hacían un círculo con las sillas dejando al niño en medio y Senku simplemente observaba desde la esquina.
— Ojalá desaparecieran...
"Senku, lo que hiciste fue muy peligroso" Aquel día... Donde vió a aquella mujer en la mansión. El doctor le había alabado por su manera rápida de pensar ante un enemigo, pero su padre le dió un enorme sermón. Mientras que un adulto decía que la ciencia era poder, su padre tenía la idea de que la ciencia no debería ser usada para lastimar a las personas. Haber usado electricidad y agua contra alguien pudo haber sido fatal.
Recostó su cabeza pensando en eso, si aquella mujer fue un fantasma o producto de su imaginación se había salvado del pecado del asesinato. ¿Su padre lo habría odiado toda la vida si hubiera matado a alguien? Esos pensamientos regresaban a su mente porque cada vez que miraba a Gen rodeado de otros niños su mente le decía que podía usar sus conocimientos para desaparecer a cada uno de ellos... Pero ¿Cómo podría vivir sabiendo que su padre estaría decepcionado de él? Además... Aquella mujer tenía el mismo rostro de Gen. Haberla lastimado de verdad quizá habría provocado el odio de Gen.
────── Elizabeth 50% ────── Estaban dando las calificaciones y todos regresaron a sus puestos. Cómo era de esperarse, todos estaban teniendo notas muy bajas. Los exámenes de Xeno no eran compasivos pese a que sus estudiantes rondaban desde los seis hasta los doce años:────── Senku Ishigami 70% ──────.
¿Qué?
Debía ser una broma. ¿70%? ¿Él? Jamás en toda su corta vida había sacado una calificación menor de 100%.
Tomó la hoja con rapidez casi arrebatandola de las manos de Xeno y empezó a leer sus errores. El profesor se había tomado la libertad de dejar una pequeña explicación en cada uno de los problemas fallidos y Senku sacó todos sus libros de textos porque necesitaba una doble opinión. No era cierto, no podía ser verdad, ¿¡Setenta?! Eso equivalía a una C- y solo los tontos sacaban C- de donde venía:────── Gen Asagiri 100% ──────. Azotó su libro en el pupitre cuando escuchó eso. Todos los niños aplaudieron por su amiguito y lo felicitaron pero Senku no estaba contento.
— Hiciste trampa.
Xeno se giró en dirección a la vocesita y luego de nuevo en dirección a Gen cuando respondió:────── No, no hice trampa. El cuarto tiene cámaras ¿No es asi? Pues revisalas. También puedes revisar mi exámen ──────.
— Estoy seguro que hiciste trampa, es imposible que sepas todo lo del exámen cuando personas que llevan más tiempo estudiando ciencia han sacado una calificación menor.
— No hice trampa, Senku. Me ofrecí a hacer el exámen porque llevo en ésta clase el mismo tiempo que ustedes. Veo que eres un mal perdedor ~ ¿Ésto significa que ahora soy el más inteligente del salón? Parace que le he ganado al adorable Senku.
Ah, Ishigami tenía el rostro rojo de rabia. Apretaba sus puños sobre la mesa e inflo sus mejillas en un puchero. Xeno se sentía en medio de una pelea de niños, o más bien como si dos conejos chiquitos se estuvieran peleando y así transcurrió toda la tarde. Senku no dijo absolutamente nada ni si quiera en las preguntas random de los ejercicios nuevos, era Gen quien contestaba todo y con una rapidez que asustaba al maestro. ¿Sería acaso que ese chico también era un genio?
────── El sistema solar está compuesto por ocho planetas ────── Xeno escribía en el pizarrón la tarea para mañana mientras que Ishigami murmuraba "No son ocho, son casi doce, estúpido profesor":────── Quiero que hagan una maqueta del sistema solar, pero crearán cada planeta con el componente que más los caracterice ────── Senku levantó una ceja, los planetas gigantes estaban hechos de gas, ¿Cómo pondría un gas flotante y visible en una maqueta? Amaba los retos del profesor pero hoy estaba muy molesto como para disfrutarlos.
Cuando dieron las cinco de la tarde, Senku tomó sus cosas y salió a toda velocidad. No iba a esperar a Gen para volver a casa pese a que su casa estaba literalmente cruzando el jardín.
— ¿Puedo hablar contigo?
El maestro había detenido a Asagiri antes de marcharse y el niño se acercó a su escritorio:────── No tienes la confianza para hablar con ningún adulto aún pero parece que te haz estado desenvolviendo con otros niños de tu edad. Traerte a mis clases fue una buena idea ────── Era cierto, con el único adulto que sentía una especie de confianza era Stanley, pero si debia responder algo podía hacerlo:────── Doctor, me alegra que eso le haga feliz ────── Su tono de voz cambiaba, su expresión y hasta la forma en como estaba parado. Parecía otra persona con ese porte frío e indiferente y a Xeno siempre le sorprendía como ese niño podía cambiar de personalidad tan rápido. ¿Cuál de todas sus actitudes era la real?
────── ¿Hiciste trampa en el exámen? ────── Gen abrió sus ojos de par en par y luego colocó algo en el escritorio del doctor. Era un comunicador que había mantenido en su oreja:────── Lo hice. Cada uno de los niños en el salón me pasó una respuesta por el comunicador. ────── Xeno tomó el objeto, parecía un juguete pero funcionaba a la perfección. Al ser bebés había olvidado que sus alumnos eran genios en varias áreas de la ciencia y crear algo como eso era muy simple:────── Quería darle a Senku una lección. ────── Por fin lo había visto sonreír aunque Xeno también empezó a reír. Si esos dos en verdad se casaban temia por el pequeño Senku, "su esposa" iba a dominarlo en muchos aspectos.
— Ven aquí. Estoy orgulloso de ti
Gen caminó hasta la silla de Xeno, quien acarició su cabecita. Esos dos meses se habían tenido el uno al otro y aún asi el niño parecía seguir rechazando acercarse a Xeno. En seguida que sintió la caricia dió unos pasos hacia atrás y tomó sus libros sin decir nada para salir como un cohete disparado. Xeno suspiró al verlo irse, no sabía si estaba haciendo un buen trabajo con ese niño japones. A veces sentía una especie de culpa por no entregarle la custodia a Byakuya y es que renunciar a Gen se sentía como si estuviera renunciando al tesoro que Stanley le había dejado.
Cuando Gen salió del salon y sus pies pisaron el pasto fresco del jardín, pudo ver a lo lejos como Senku corría hasta su padre. Observó la escena por un rato y luego dió la media vuelta para caminar en otra dirección. No quería interrumpirlos, o quizá, no queria desarrollar sentimientos oscuros como la envidia.
────── ¡Senku! ────── Byakuya cayó entre las flores cuando su hijo se lanzó encima suyo. Era la suerte de que sus clases terminaran a la misma hora y siempre pudieran regresar a la mansión juntos:────── Hoy tuviste tu exámen, ¿Verdad? Muéstrame ese 100 ────── Ah, el niño había hecho un puchero de nuevo y giró su cabeza en otra dirección. El hombre sin comprenderlo se puso de pie cargando a su hijo y mientras caminaba con él en brazos trataba de quitarle la hoja de la mano.
────── Gen hizo trampa y sacó 100% asi que ahora estamos divorciados ────── El hombre tuvo que ordenar el rompecabezas mentalmente intentando entender hasta que observó el examen de Senku. Muchos padres regañaban a sus hijos por sacar malas calificaciones pero eso jamás había sido el caso con Senku. Incluso un setenta por ciento era una calificación que significaba que había pasado el exámen; sin embargo, entendía lo molesto que se encontraba:────── ¡Vaya! Asi que Gen sacó una A. Deberíamos comprarle algo antes de ir a la mansión ¿Que te parece? ────── Senku negaba con la cabeza, estaba muy seguro que había hecho trampa de alguna forma y le molestaba que Byakuya no lo tomara en serio.
────── ¿Porqué es tan malo haber sacado una C? Tú mismo me haz dicho que los científicos basan sus experimentos en prueba y error. Te haz equivocado muchas veces en casa cuando construyes algo. Pense que sabías eso, que tener errores no es algo malo ────── El niño lo abrazó del cuello escuchando. No era exactamente eso lo que le tenía enojado, iba más allá de cualquier exámen y sin darle la cara a su padre le preguntó:────── Si ese fantasma hubiera sido una persona viva... ¿Me habrías odiado por matarle? ────── Byakuya detuvo sus pasos unos minutos. Ahora entendía algunas cosas. Seis años criando a ese chico y todavía no se sentía ni un gramo como experto con los niños. La paternidad en serio era una "ciencia" de la cual seguías aprendiendo todos los días.
Muchas personas tienen diferentes maneras de evadir sentimientos que no desean. La mayoría de los niños eligen la agresividad aún cuando son muy conscientes de que sus acciones no son buenas, es similar a cuando algunos adultos actúan a la defensiva si los acusas de algo. En esos momentos el señor Ishigami entendió un poco que es lo que había estado irritando a su hijo.
────── Me sorprende que creas en fantasmas cuando no crees en Dios o Buda ────── Siguió caminando y saliendo de la residencia Wingfield. Irían a visitar una pastelería hoy:────── Tu primer instinto fue proteger a Gen y eso es lo importante. A veces hay situaciones donde debes elegir proteger a tus seres queridos. ──────.
— ¿Creés... Creés que mi ciencia es mala?
— Para nada. Senku, lo que puedes hacer es increíble, puedes volver lo imposible en posible. Estoy seguro que cuando seas mayor harás muchas cosas para la humanidad.
El chico miró al frente, recostando su cabecita aún en el hombro de su padre. No estaba muy seguro de eso. Estaba asustado de la manera en la cual había pensado ese día:────── Gen está enojado conmigo ────── A Byakuya le daba tanta ternura cuando hablaba del otro niño, aún le era tan interesante ver esa faceta de Senku cuando antes jamás había presentado algún interés en alguien.
— Por eso vamos a la pastelería. Le compraremos un postre. A todos les gustan los pasteles. Recuerdo que así conquisté a mi primera novia.
— No quiero saber de tus novias.
— ¿Porqué no? Era la mejor amiga de tu madre. Recuerdo que solíamos salir en citas dobles.
Reía para si mismo, era su manera a veces de ir introduciendo a Senku al tema relacionado con sus padres, pero cada vez que mencionaba hasta lo más pequeño de ellos, el niño ponía un rostro irritado. Habían sido muchas emociones para el pequeño asi que quizá ese tema seria para otra ocasión:────── Hemos llegado ────── Bajó a su hijo para que caminara al frente y cuando ambos entraron vieron todos los postres deliciosos en los estantes. Estados Unidos no es muy popular por sus postres y menos en Florida, asi que Byakuya había sido bastante selecto en donde ir.
────── Elige uno para Gen, yo elegire otro para Xeno ¿Está bien? ────── Senku señaló el más costoso. A su padre casi le da un paro cardíaco. CLARO QUE ESE MOCOSOS IBA A ELEGIR EL MÁS CARO. Incluso levantó su manita pidiendo su tarjeta de crédito como si fuera un angelito. De hoy en adelante, esa repostería estaría prohibida para visitarla.
•
Sus pasos se escuchaban por el largo pasillo oscuro hasta detenerse en su habitación. Su mano se elevó hasta la puerta para poner el código que Stanley le había dicho y luego volvió a cerrarla cuando entró.
Todas sus cosas seguían ahí. El closet con sus uniformes del servicio secreto. Libretas en la mesa con apuntes. Un atuendo colgado desde la última vez que se vieron y el perfume de ese hombre invadía toda la habitación. Gen subió a la cama y abrazó la almohada. Tal vez su padre biológico tenía razón y su nacimiento solo había traído mala suerte a la vida de todos aquellos que estaban a su lado.
Se sentía solo.
•
Dos horas después, ambos Ishigami estaban regresando a casa. Senku había insistido en cargar las bolsas pero eran casi de su mismo tamaño asi que Byakuya traía la mayoría. Olvidó que America era muy costoso y venía exprimido monetariamente.
────── Ponlos en la nevera o van a derretirse ────── lo regañó Senku y se perdió en la cocina. Byakuya estaba apunto de hacer lo mismo pero un sonido llamó su atención. A su lado había una puerta que daba a la oficina de Xeno. Sentía vergüenza de espiar pero la curiosidad era más fuerte. Asi que se acercó un poco y topo su oído a la superficie.
El doctor estaba llorando.
────── ¡Oye! ────── Senku le jaló del pantalón, pero las bolsas pasaron a sus manitas cuando su padre le dijo que acomodara todo. El niño puso mala cara pero obedeció sin quejarse. No era que no quisiera sino más bien no alcanzaba en esa mesa alta de la cocina. Seguro tendría que mover algunas sillas.
El hombre tocó la puerta y escuchó mucho rudio en la oficina. Parece que eso había sorprendido a Xeno y se había tropezado con muchas cosas, pero pronto atendió al llamado:────── Oh, hola, señor Ishigami, pase por favor ────── Creía que venía a charlar por el exámen de Senku. Quizá era un shock que su hijo prodigio sacara una C.
Xeno se sentó en su silla y le sonrió aunque Byakuya no parecía nada contento:────── ¿Estás bien? ────── El doctor abrió sus ojos de par en par por esa pregunta:────── Lo estoy, estoy bien ──────. No, no lo estaba, y que alguien estuviera mostrando interés en sus sentimientos volvía todo aún peor.
— Cuándo... Cuando los padres de Senku murieron...
— No, por favor no digas la palabra muerte. No puede estar muerto.
Su voz empezó a romperse y el más mayor se levantó de su asiento hasta el doctor tocando su hombro para hacerle saber que no estaba solo:────── ¿Sabés? Cuando éramos niños rompí algo muy importante para Stanley y lo hice llorar en la escuela. Era una carta de su madre. Creo que ahora los papeles se han invertido y el karma ha llegado a mi. Ya obtuvo su venganza ────── Un doctor con muchos estudios, un trabajo en la Nasa y miles de diplomas colgados en la pared y aún así, seguía siendo un adolescente de diezciocho años llorando por la pérdida de su persona especial. Byakuya lo miraba como un niño y no pudo evitar abrazarlo para la sorpresa del científico.
────── Dijo que nunca iba a morir, que siempre iba a estar a mi lado. Dijo que iba a ser mi caballero de armadura dorada hasta que alcanzaramos el cielo ────── Por mucho que intentara no llorar no podia evitarlo y tenía tanta vergüenza que ese hombre tuviera que consolarlo. La vida solitaria de un científico nunca había sido un problema para él porque Stanley estaba a su lado. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo podría seguir? Desde que tenía memoria siempre se habían tomado de la mano en cualquier adversidad y ahora se sentía como si alguien hubiera robado esa luz de su vida.
────── ¿Qué es eso? ────── Gen estaba en la puerta de la cocina mirando como Senku movía una silla hasta la mesa alta. Le ayudó a subir y él también movió una para acompañarlo:────── Es para ti. Felicidades por tu calificación ────── De una de las bolsas de papel sacó un pastel de chocolate y lo acercó a Gen, quién estaba maravillado y confundido. ¿Senku no estaba molesto? Alzó su brazo para tirar de la mejilla del niño más pequeño y al escuchar que se quejaba comprendió que eso no era un sueño.
— ¿Senku chan no está enojado conmigo?
— Pense... Que eras tú quien estaba enojado conmigo
Asagiri ocultó su sonrojo trás sus mangas al ver al chico. Senku desviaba la mirada y fruncia sus cejas, debía ser complicado para un científico todas esas cuestiones del corazón. Para Gen todo eso era simplemente adorable:────── Lamento molestarte en clase, pero es que tu comportamiento se estaba volviendo muy malo con todos los demás ────── Al ser el mayor, Gen creía que tenía una responsabilidad en dar el primer paso y Senku en serio había agradecido eso.
────── Lo siento, estaba confundido por algunas cosas y fui grosero con las personas ────── El niño de cabello esmeralda sujetaba su misma camisa nervioso:────── ¿Aún quieres casarte conmigo? ────── Gen había estado casi riendo de ver a Senku tan avergonzado pero se atoró con su propia saliva al escuchar la pregunta. Habían pasado dos meses desde esa propuesta ¡Y todavía lo recordaba! ¿Qué debía decirle? Dudaba que unos veinte años siguieran en contacto o que Senku se recordara de él. Seguramente sería un científico exitoso mientras que él regresaría a Japón.
────── Si volvemos a vernos me casaré contigo ────── Esa respuesta hizo sonreír al científico. Claro que iban a verse de nuevo, Senku iba a mover los océanos para verlo y su expresión maliciosa hizo que a Gen se le erizara la piel. De cierta forma sentía que había firmado su sentencia.
────── ¡Xeno! ────── La puerta de la mansión era golpeada repetidas veces y los gritos de una mujer se escuchaban. Los niños giraron su rostro en dirección a la puerta de la cocina y vieron como el doctor y Byakuya corrieron hasta la entrada. Algo estaba sucediendo y era algo grande.
────── Lo encontramos, Xeno ────── Tras la puerta estaba una señorita voluptuosa, de labios gruesos y un uniforme de las fuerzas especiales. Era Charlotte que había aterrizado el helicóptero en el jardín. Ni Gen o Senku entendían lo que ocurría pero vieron a Xeno tomar su abrigo con rapidez y luego acercarse a ellos:────── Tenemos que irnos ────── diría a su hijo adoptivo y cargandolo para llevárselo.
Senku corrió hasta la puerta de la entrada observando como los tres entraban en el helicóptero. La carita del niño se miraba trás el hombro de Xeno diciéndole adiós a Senku con su manita. Esperaba que eso solo fuera temporal.
────── Se robaron a mi esposa ────── diría el niño molesto, pero Byakuya le aplastó su cabello cuando le tocó la cabeza para darle las noticias: ────── Pues al parecer, encontraron a tu suegro, Senku ──────.
Chapter 9: El hospital.
Chapter Text
───── Lo siento, pero no pueden ver tu cara. Al menos no los pacientes ───── La bata blanca de Xeno fue puesta sobre Gen casi como una capucha. Sólo la milicia tenía información sobre el niño y Juzgando a que era hijo de personas famosas no sabía en que tipo de problemas podían meterse. Asi que para Gen toda la travesía hasta la recepción fue a oscuras.
Era un hospital común en un área un poco cuestionable del Estado de California. Jamás habría pensado que un militar entrenado y con muchos recursos económicos estaría ahí, pero Charlotte llegó corriendo hasta el mostrador para hablar con una enfermera. Xeno y Gen estaban con ella y escuchaban atentos todo lo que la mujer decía.
"Recibió dos impactos de bala cerca de su corazón y estuvo en estado crítico por varias semanas; pero hemos logrado hacer que se estabilice"
El científico estaba horrizado, Stanley había podido morir y no estuvo presente. Se culpaba diciendose a sí mismo que no había hecho un buen trabajo en buscarlo. Quizá habían lugares que había saltado por alto, quizá Stanley había nadado hasta la orilla, pero ¿Y si no era Stanley quien estaba ahí? ¿Y si estaban equivocados? Tenía muchos nervios, abrazaba a Gen con todas sus fuerzas y el niño apenas alcanzaba a mirar su rostro lleno de ansiedad bajo su bata.
Ella preguntaba toda información sobre Stanley y Xeno tuvo que mentir dando datos falsos. No sabía exactamente lo que su amigo había hecho y quizá no era buena idea que alguien supiera donde estaba: ────── ¿¡Podemos verlo?! ────── Preguntó Charlotte con algo de desesperación pero ya que ninguno de los dos tenía alguna especie de documento que comprobara que conocían a ese hombre era un poco complicado hasta que Xeno buscó en su celular una foto de todo ellos reunidos. No era una muestra legal pero confirmaba que le conocían, asi que la enfermera les indicó el número de su cuarto.
Decir que corrieron fue quedarse corto. Xeno jamás había hecho tanto ejercicio en toda su vida y llegó agotado hasta el piso más alto de ese rústico edificio. Era bueno que Charlotte hubiera ido con ellos porque él no se atrevía ni si quiera a girar la perilla de la puerta:────── ¡Capitán! ────── En una habitación llena de doctores se encontraba el cuerpo de Stanley tendido en una cama. Sus labios estaban azules ya no por el labial sino porque aun no lograban hacer que recuperase toda la sangre que había perdido. Tenía enormes ojeras pese a todo el tiempo que había estado cedado y el pecho desnudo con vendajes abarcando sus pectorales, hombros y parte de los brazos.
Los doctores aún estaban haciendo revisiones y el soldado no parecía estar tan cuerdo. Apenas despertaba de los cedantes. Charlotte corrió a tomar su mano y a decirle que estaba felíz de haberlo encontrado; pero Xeno se quedó de pie en la puerta. Su corazón latía tan rápido, sentía que iba a salir de su pecho. Siempre había dicho que la madurez de un adulto se basa en lo bien que controla sus emociones pero sus lágrimas estaban cayendo por sus mejillas:────── Me alegro que estés bien ────── Diría acercándose poco a poco. Sentía que flotaba entre las nubes y al mismo tiempo que sus pies eran muy pesados; y que cadenas lo ataban para no ir con él:────── En verdad me alegra ────── La chica al notar el estado de Xeno les dió privacidad, ella se encargaría de todo el papeleo para que su capitán pudiera reunirse con su persona importante.
El soldado giró su rostro en dirección a Xeno. Toda esa escena le traía un dejá vú de cuando eran pequeños y sin pensarlo dos veces tomó el mentón de su amigo y le regaló un beso en los labios. Las lágrimas de Wingfield aún caían por sus mejillas pero sus ojitos negros estaban abiertos de par en par observando impactado lo que había hecho. Claramente Stanley no estaba en sus cuatro sentidos y en lo único que pensaba era que no quería ver a Xeno llorar.
───── ¿Usted es su pareja? ───── Preguntó uno de los doctores que aún estaba en la habitación:───── Deje que el chico descanse una hora y el efecto del cedante se irá ───── Xeno asintió un poco con el cerebro en las nubes pero negó a irse de la habitación y cuando todos se habían marchado abrazó a Stanley con todas sus fuerzas. Sollozando y casi llamándolo un tonto por haberse expuesto al peligro.
Gen estaba sentado en la cama observando. Todo el tiempo había creído que era un sueño. Es decir, ¿De verdad una persona importante en su vida aún seguía con vida? ¿Stanley era real? Se mostraba un poco temeroso de tocarlo y se sujetaba de Xeno; pero el soldado levantó levemente su brazo y acarició la cabeza de Gen:───── Si te casas con Ishigami, lo mataré ─────. Ah, eso confirmaba que era él.
El niño se acercó despacio en la cama amplia donde incluso Xeno estaba sentado. Sus ojitos azules eran cristalinos por las lágrimas que se asomaban y Stanley lo jaló para abrazarlo junto a Xeno. Charlotte miró por la puerta a los tres en esa bonita reunión y sonrió felíz. Toda la brigada de su capitán siempre le había deseado la felicidad y ahora podría decirles que la había conseguido. Al menos... Por el momento.
Las horas pasaron y lo dejaron descansar. Bueno, físicamente porque mental, ambos estaban contándole todo lo que habían hecho esos dos meses. Xeno estaba emocionado diciéndole sobre todos sus proyectos y Gen le contaba como le estaba yendo en clase. El capitán también estaba despertando más del medicamento hasta que pronto pudo incorporarse en totalidad. Claro, esos dos estaban tan llenos de energía y felices que no le daban un respiro.
Ya era muy noche para que un niño estuviera despierto asi que observó como el cuerpo pequeño de Asagiri iba derrumbandose poco a poco hasta quedar dormido a su lado. Stanley lo cubrió con la sábana y lo acomodó con una almohada. Amaba mucho a ese niño, era su bebé después de todo.
───── ¿Cómo fue que llegaste aquí? ───── Preguntó Xeno. Aún tenía un rostro de angustia mirando los vendajes en su pecho. Si habían pasado dos meses sin noticias significaba que había sido un accidente grabe. Stanley lo atrajo de su cintura de nuevo a la cama. Le hizo subir encima suyo sentando a Xeno en su pelvis. El doctor X le reclamaba de hacer esas cosas cuando estaba herido pero la enorme sonrisa del hombre rubio le convencía de todo:───── No estoy seguro... creo que nadé hasta la orilla y camine por las calles hasta que me derrumbé. Lamento haberte dejado solo por tanto tiempo. ───── La verdad, toda la situación estaba borrosa del como había salido del agua. Recordaba el brazo de alguien sacándolo de las profundidades, pero ¿Quién había sido esa persona? Su mente tenía más claro el haber deambulado sin rumbo que el rostro de su salvador. No le daría detalles porque preocuparlo no venía al caso, simplemente lo acercó más a su rostro hasta que sus labios se rozaron entre ellos. Sino fuera porque tenían a su hijo ahí mismo tal vez habrían hecho algo más.
•
───── ¡Te balearon las bubis! ───── Al día siguiente una vocesita HORRIBLE Y CASTRANTE lo había despertado. Reconocía esa voz donde fuera y Stanley gruñó mirando al pequeño Ishigami subido en su cama. El señor Byakuya estaba en el pasillo hablando con Xeno, podía verlos desde la ventana de cristal y Gen estaba también en la cama abrazando a Stanley del cuello:───── La bala pasó por la espalda e hizo su camino hasta la izquierda ───── Senku ponía sus deditos en las "bubis" masculinas del hombre y trazaba lineas explicándole a Gen todo el asunto. El otro niño respondía con más preguntas. Stanley se sentía en medio de un juego de críos donde ellos eran los doctores y él su paciente.
Aunque...
La diestra del militar acarició la cabeza de Senku. Al niño no parecía importarle ya que estaba muy enfocado hablando con Gen. La mirada de Stanley estaba en ese niño japonés, le recordaba mucho a Xeno. Su obsesión con la ciencia, su curiosidad, incluso había adivinado lo que sucedió con la bala en su cuerpo al solo verlo. Luego le acarició las mejillas masajeandoselas como si el niño estuviera hecho de algún material esponjoso. Ahora Senku si se estaba quejando, sosteniendose de las muñecas de Stanley y tratando de apartar sus manos:───── Tienes seis años ¿No es así? Significa que hace dos años aún te tambaleabas al caminar y no podías pronunciar bien las palabras. ───── Senku no comprendía lo que quería decirle pero sus mejillas ya estaban empezando a arder de tanto que se las amasaba como gato. ¿Acaso Stanley era uno de esos gatos en internet que les dicen gatos naranjosos?
── ¡Basta!
Se aferró a su suegro de su abdomen hundiendo su rostro ahí para salvar sus mejillas de que explotaran según su lógica. Gen apretó su agarre en el cuello del adulto por igual. Como si quisiera decirle a Senku "Oye, Stanley es mío, tú ya tienes a Byakuya".
El hombre sonrió de estar atrapado entre los dos y volvió a aplastar su mano en la cabeza de Ishigami:───── Me refiero a que no había notado lo pequeño que eres. Eres prácticamente un bebé. Apuesto a que hace unos meses aún mojabas la cama ───── Senku se ofendió, claro que eso no pasaba desde hace... Un año. Levantó su carita de esos músculos marcados y le dió una enorme bofetada a Stanley directo en los pechos vendados. Entonces toda la empatía del soldado se esfumó y su odio a ese mocoso regresó. Lo agarró de sus manitas y se las puso hacia atrás como si fuera un policía esposandolo:───── Maldito engendro, no asesino niños de tu edad pero solamente espera unos díez años y te lanzare a los cocodrilos del everglade ─────. Pero no estaba seguro de cumplir esa promesa porque su mente volvía a decirle que ese niño se parecía mucho a Xeno. Era como si Senku fuera hijo biológico de Xeno y Byakuya; y juzgando que podía ver a esos dos adultos platicar en el pasillo le daba un poco de celos.
───── Si me asesinas, Gen se quedará viudo ───── El niño le sacó la lengua. Estaba atrapado y sin poder moverse pero seguía siendo un rebelde:───── No puedo parar una bala pero puedo buscar la manera de evitarla, no voy a tener un agujero en las bubis como tú ───── ¡Jah! el soldado sonrió. Ese mocoso estaba loco creyendo que tendría musculos como los suyos. Ni si quiera en un millón de años. Apostaba que de adulto seguiría siendo una rata inofensiva.
── Niño tonto, ¿Cuántas veces debo decirte que no son pechos femeninos?
── Se ven como unos asi que lo son. Son como los de las mujeres.
── ¿¡ Y porqué le miras los pechos a las mujeres si dices que vas a casarte con Gen ?!
── No es mi culpa, por ejemplo, tú los tienes desnudos a plena vista de todos.
Le apretó las mejillas ahora con fuerza haciendo gritar al niño. Los adultos que estaban en el pasillo entraron casi corriendo y Xeno cargó a Senku para alejarlo de Stanley. El niño se escondia en el cuello del doctor.
── Stanley, no estás recuperado y aún así estás molestando a Senku.
── Él empezó, es un mocoso pervertido. Lo quiero lejos de Gen y de mi vista.
── Es sólo un niño, no puedes pelearte con infantes
Genial, ahora por culpa de ese niño verde Xeno lo estaba regañando:───── No puedes alejarme de Gen, si lo haces no tendrás nietos ───── Diría el menor en los brazos de su profesor:──── Quiero díez hijos, uno se llamará Nicola Tesla, otro Albert Einstein, otro Newton... ──── Contaba con sus dedos los nombres y mientras aun hablaba, Xeno decidió llevárselo a desayunar. Seguramente Senku no había dormido en todo el trayecto del helicóptero y estaba más hiperactivo de lo normal. Cosa común en un niño de su edad pero muy peligroso para la paciencia de Stanley.
───── No vas a casarte con ese niño ───── Le diría a Gen. El menor no sabía que decir. Todo el asunto le era como un chiste. Senku le agradaba mucho pero no tenía la suficiente autoestima para imaginar un futuro en el cual sería feliz. A veces las personas evitan imaginar o tener esperanzas en algo para no llevar el sentimiento de la decepción después. Eso era lo que Gen pensaba; pero no fue él quien habló sino el señor Ishigami:──── Yo si les daré mi bendición. Mi hijo será una persona importante en el futuro y estoy muy seguro que hará felíz a Gen ──── Stanley no comentó nada, el señor Ishigami le caía bien, a pesar de que tuviera un hijo al cual quería balear y tirarlo a un río.
───── Les traeré el desayuno. Senku y yo compramos postres ayer. Deberían probarlos hoy ───── Cuando el adulto se fue, Stanley se sentó en la cama y acomodó a Gen en una esquina. Charlotte le había comentado lo que sucedió con aquella mujer y que su cuerpo ahora se encontraba en la mansión de Xeno para una autopsia; sin embargo, ¿Qué podría decirle a Gen? Sentía que no había necesidad de contarle todo lo ocurrido y al mismo tiempo sentía que le debía a aquella mujer darle los detalles a su hijo:───── ¿Sabes? Mis compañeros me llaman capitán pero aún no lo soy. Es un puesto que seguramente alcance a los veinte años pero he cometido tantos errores que no me siento merecedor de ello. Éstas manos fueron hechas para arrebatar la luz y el aliento de las personas. No importa todo lo que haga, jamás podrán ser usadas para salvar a alguien. ────── "Puedo hacerlo, soy tus ojos y tus armas, tus herramientas y tu perro leal" Recordaba haber dicho eso cuando era un niño. Algo asi como una promesa para Xeno, pero últimamente a sus diezciocho años estaba sintiendo demasiadas inseguridades ¿Porqué estaba comentiendo tantos errores hasta ahora? Tomar personal una misión no era lo suyo y sin embargo no podía lograr escapar de todo ese desastre causado. Tal vez era un ángel de la muerte después de todo. Disfrazar la sangre con miel no cambiaba nada.
El niño desvío la mirada observando que nadie estuviera cerca y luego abrió las capas de su kimono mostrandole la herida de la apuñalada que aún seguía sanando en su abdomen:──── Me salvaste a mi ────. No era solo eso, Gen tenía varias marcas en todo su cuerpo. Cicatrices, heridas, todas producto de sus padres y cada una de ellas iba sanando. Incluso su peso corporal tenía números más saludables que cuando lo habían encontrado.
Los traumas no son algo que se borran en un dos por tres pero el hecho de que su cuerpo fuera sanando era la clara prueba de que con amor y paciencia las heridas van doliendo menos. El niño lo abrazó con cuidado y Stanley correspondió. Escuchó al militar sollozar y Gen lo abrazó con más fuerza. No tenía padres, no tenía familiares, no había nadie en Japón que lo estuviera buscando; pero al abrazar a Stanley era como estar en un hogar del que siempre había soñado. Entendía que la vida no había sido amable desde su nacimiento pero en serio le rezaba a todos los dioses de cada religión que le permitieran quedarse en la vida de ese soldado. Un "adulto" que hace un año también había sido considerado un menor legalmente. Quizá era un ciego guiando a otro ciego o quizá eran dos personas destinadas a encontrarse y ayudarse el uno al otro. Fuera un paraíso o un infierno futuro, Gen no deseaba irse de su lado.
•
──── Yo puedo comer solo ──── Senku aún seguía molesto por ser llamado y tratado como un niño asi que negaba el tenedor que Xeno acercaba a su boca. Estaba sentado en las piernas del señor Ishigami y ambos adultos reían por verlo enojado. "Sé la formula para crear ácido o un químico corrosivo. Incluso armas de fuego y me tratan como un tonto " murmuraba en japonés mientras tomaba su propio tenedor.
── Mi hijo es una ternura, mira sus mejillas rosas y redondas.
── Sin duda lo es, el doctor Ishigami es muy tierno. He escuchado que a veces hasta se traba en su mismo idioma.
"Malditos vejesterios", clavó el tenedor en su pancake y llenó sus mejillas con eso. Esos dos hombres eran tal para cual, salidos de la misma caja de cereal. Admiraba a Xeno pero no soportaba su humor cuando se juntaba con su padre. Aunque de pronto empezaron a conversar en inglés y Senku puso atención. Sabía que lo hacían con la esperanza de que él no entendiera y si bien aún no sabía algunas palabras, había avanzado muchísimo durante esos dos meses.
── Xeno, ¿Los padres de Gen eran celebridades no es así?
── Oh, parece que estás al tanto de las noticias de Japón.
── Dicen que fue un robo. Unos hombres entraron a la casa y asesinaron a la familia entera. Ya que sus padres eran muy reconocidos está en todas las redes sociales. No creo que sea buena idea que Gen salga de casa por un tiempo
── Es lo mismo que pensé, señor Ishigami. Aunque el niño ha cambiado bastante en aspecto. Ya no es un conejito escuálido que estaba muriendo de desnutrición. Aunque aún hay mucho por trabajar en su cuerpo.
── ¿Piensas que no van a reconocerlo?
Esa pregunta lo dejó pensando, no era como si no le preocupara toparse con paparazzis y que todo el país se enterase de eso. Sino que era muy peligroso para su vida. Obviamente los militares habían creado esa información falsa sobre el ladrón y tampoco estaba seguro si luego del escape de la madre de Gen, Stanley iba a tener consecuencias. A los traidores se les paga con una bala en la cabeza y muerto Stanley irían por el siguiente error de la milicia, lo cual era el niño.
Senku terminaba su desayuno en silencio. Nuevamente tenía pensamientos oscuros. Quería culpar a Xeno y su influencia en él pero muy en el fondo sabía que su profesor no era el culpable. "Podría matarlos" pensó. "Acabar con toda la base militar" frunció el ceño. En serio no quería pensar en esas cosas, él no deseaba ser una mala persona pero en verdad no podía controlar su cabecita cuando se trataba de la vida de Gen ¿Porqué sucedía eso? ¿Era un amor enfermizo? Quizá Stanley tenía razón y no sería un buen esposo para él.
──── Doctor Ishigami ──── reaccionó a la voz de Xeno y levantó su rostro: ──── Tenías un rostro que asustaba. No deberías hacer esas expresiones siendo tan jóven. Te saldrán arrugas ──── El doctor sonreía con amabilidad pero Senku entendió el mensaje. Sabía que Xeno había adivinado lo que estaba pensando:──── ¿Saben? Si el mundo fuera reseteado me gustaría gobernarlo. Llevaría a la humanidad a su máximo potencial y mandaría a la horca a todos aquellos que han lastimado a otros ────. Byakuya frunció el ceño, olvidaba a veces que los ideales de ese científico eran horrendos:──── Me gustaría que el doctor Ishigami me ayudara a crear un mundo mejor cuando sea mayor ────. Era la forma de decirle a Senku "No puedes lastimar a nadie ahora porque no tienes poder, pero si te quedas conmigo, llegará un punto en que podrás lograrlo".
── Mi hijo no necesita gobernar a otras personas con fines de castigarlos.
Xeno arrugó la naríz al escuchar eso, y Senku observó a su padre. El señor se levantó cargando a su hijo y alejándose del doctor. Adoraba que el niño estuviera aprendiendo muchas cosas de ciencia y que pudiera estudiar en la NASA pero no estaba de acuerdo con envenenar su mente.
── Sólo bromeo señor Ishigami. Hay una posibilidad de una en un millón de que el mundo se resetee.
── A veces no pienso que estés bromeando
El doctor sonrió con amabilidad y la tensión se sintió en el aire. Eran como una pareja divorciada peleando por la custodia de su hijo y fue un alivio cuando la vocesita de Gen rompió esa situación incómoda. Venía corriendo por el pasillo sin la bata de Xeno, totalmente expuesto. Un error que iba a pagar caro.
Byakuya bajó a su hijo y ambos niños se abrazaron causando las miradas de algunas enfermeras. Eso hizo que los dos adultos se relajaran un poco y olvidaran todo el tema; pero también que no prestaran mucha atención a su alrededor. Ya que alguien estaba grabando al niño de cabello bicolor. Claro que se les haría familiar si su rostro era de imagen pública en Japón y partes del mundo. Rápidamente los videos se viralizaban en un parpadear.
"El niño que murió está vivo"
"El hijo de la modelo Haru Asagiri"
"¿Nos mintieron? ¿No es ese el hijo de Haru?"
Quizá el que aquellos adultos hubieran hablado del tema había traído la mala suerte o invocado todo el suceso. Pues pronto ambos niños estaban rodeados de personas. La mayoría hacía preguntas a los dos y Senku abrazó a Gen con fuerza ocultandolo de todos los flash de los celulares:──── ¡Hey! Son un par de niños, dejenlos en paz ──── El señor Ishigami se había puesto frente a los chicos; pero era demasiado tarde. No solo la nación entera estaba corriendo los rumores sino también todo estaba llegando a los oidos de la base militar.
Chapter 10: ¡Punto para Senku!
Chapter Text
Luces y más luces, personas hablando todas a la vez. Cámaras en cada rincón, gente acercándose tanto que se tropezaban unos con otros. Su respiración se aceleraba recordando a sus padres. La regla principal de su padre era "siempre guardar silencio". Llegar a contestar a una pregunta sería el resultado de un golpe, la de su madre era algo similar ... ¿Qué importaba, si ya no estaban? ¿Porqué estaba tan ansioso? Sus dedos se hundian en la ropa de Senku y empezó a desplomarse poco a poco en el suelo. Ishigami trató de sostenerlo pero no tenía fuerza asi que terminó cayendo por igual.
Gen podía escuchar a ese hombre que ya no estaba con vida. Su voz retumbaba en su cabeza. Sus cicatrices parecían arder aún cuando él mismo sabía que todo era mental; y un flash le cego los ojos teniendo que frotarlos. Xeno intentaba alejar a las personas pero ni él o Byakuya estaban teniendo éxito. Hasta que se escuchó un disparo y todas las cámaras giraron a la izquierda. Ahí estaba Stanley de pie con su arma y un suero aun conectado a su brazo. Estaba siendo grabado y eso era peligroso pero apuntó la pistola en dirección de todos ellos.
¿Qué iban a decir los periódicos o los videos en internet? "¿Hombre pechugon apunta con un arma en un hospital?", "¿Loco psicópata dispara y se da a la fuga?", "¿Un señor con rostro de chica lo amenazó con una pistola?"
Claramente todo el hospital entró en pánico. Las personas empezaron a correr y algunos llamaron a la policía. Parecía que la estadía de ellos en ese hospital había terminado. Ahora debían correr.
Senku fue arrancado de los brazos de Gen para ser cargado por Byakuya y Stanley sujetó a su hijo:──── El helicóptero aún está afuera ──── Afirmó Xeno guiandolos por los pasillos. Asagiri se apretaba el pecho arrugando su ropita. Le estaba doliendo bastante y no podía artícular una sola palabra. Era el pánico , ansiedad y estrés de toda la situación. Senku intentaba alcanzarlo desde el hombro de su padre. Alzaba su brazo en dirección a Gen pero no podía tocarlo. ¿Cómo se había vuelto todo eso en un caos?
── ¡Tonto! ¿¡Porqué tenías que disparar?!
Diría el niño de ojos rojos a Snyder:──── Se supone que eres un estratega si estás en el área militar ──── Iba quejándose todo el trayecto hasta que de repente fue alzado más arriba. No era como si Stanley hubiera cargado a Senku, sino a Byakuya quien a su vez tenía al pequeño Ishigami en brazos. Ambos quedaron en shock, Byakuya por estar siendo alzado por un chico muchísimo más jóven que él. Estaba realmente avergonzado y Senku no podía calcular bien las matemáticas de como ese hombre tenía la fuerza para eso, sumado a que aún tenía un agujero de bala en el pecho.
Xeno rió mientras corrían como si aquello fuera un juego:──── Mi Stanley es muy fuerte ──── Alardeó y Senku puso mala cara, ya que en lugar de regañar al militar, Xeno lo estaba alabando. "Malditos gays" pensó.
Charlotte al ver la conmoción y como venían corriendo entró rápidamente al helicóptero. Stanley dejó a los demás en los asientos traseros y se colocó el headset para tomar el lugar de co-piloto.
── ¿Tienes las coordenadas, Lottie?
── Por supuesto, capitán.
La policía apenas iba llegando cuando ellos se elevaron en el cielo. Lo único de ellos que había quedado en la escena del cine había sido un agujero en el techo y un suelo tirado. Se habían salvado de un enorme problema, haber dado información falsa también había sido un alivio pero no querían pensar hasta que niveles había viajado cada uno de los vídeos tomados en ese lugar. ¿Qué más daba? Había un problema mayor en sus manos.
Senku abrió la ropa de Gen dejando su pecho desnudo y luego lo recostó con cuidado sobre sus piernas. Los dos adultos que iban en la parte de atrás buscaban en algún lado algo que pudiera ayudar. En casos como esos donde existe un peligro de ataque al corazón se podría ofrecer una Aspirina pero era un cinco porciento de lo que el paciente en verdad necesita.
──── Mantener la calma, retirar la ropa del paciente, acostarlo .... ──── Senku recitaba lo que había estado estudiando sobre el tema esos meses y acariciaba las mejillas de Asagiri con total delicadeza, apartando mechones blancos de su carita. El niño mayor estaba jadeando a mares, con sus ojos cerrados con fuerza y moviéndose a veces por el dolor. Cada ataque al corazón es diferente, a veces puede ser algo leve, otras veces fulminante:──── Estarás bien ──── Le decía el menor besando la frente de Gen y abrazándolo con ternura. Quería calmarlo y lograr que su miedo disminuyera:──── ¿Sabés? Veo a Byakuya como la luna, siempre radiante en las noches, Stanley quizá es Venus, con un rostro bonito pero siendo el planeta más peligroso de todos, Xeno sería Plutón, alejado de las personas y siendo incomprendido ──── Acarició su pecho sintiendo como la respiración de su amiguito iba bajando poco a poco asi que siguió distrayendole:──── ¿Qué planeta serías tú? ¿Saturno? Ya que Saturno tiene tantas lunas escondidas y tú tantos trucos bajo la manga o quizá una de sus lunas. ¿Sabías que existe una luna con los mismos materiales de la Tierra? La única diferencia es que no posee el mismo oxígeno ──── Los ojitos azules del chico empezaron a abrirse observando a Senku, le escuchaba hablar atento y sin darse cuenta la situación iba cambiando. Ver la sonrisa de Ishigami y escuchar su voz en verdad lo tranquilizaba.
──── No te muevas ──── diría el doctor acomodando al niño en los brazos de Senku. No había nada en ese helicóptero que pudiera ayudar pero por suerte la situación parecía haber mejorado un poco. El dolor de su pecho había sido detenido pero tenía espasmos aleatorios porque sentía punzadas extrañas en la misma zona. Simplemente el niño escondió su rostro en el pecho de Senku y se aferró a él durante el trayecto. Si de verdad existía un futuro para él, casarse con Ishigami no parecía una mala idea.
Byakuya estaba en silencio observando a su hijo. Siempre era un pequeño bastante maduro y estaba muy orgulloso de él. Aunque "maduro" no era una palabra cien porciento correcta ya que recordaba sus preguntas sobre si la ciencia era mala o buena. ¿Cómo podía tener esa duda? ¿Cómo podía sentirse como una mala persona si estaba cuidando de otro niño? Trató de decirle "Senku, déjame cargar a Gen, tus piernas van a cansarse" pero al intentarlo se llevó una mala cara de su hijo como si fuera un gato erizado de que tocan lo que es suyo.
El soldado había escuchado todo y su mirada se enfocó en el par de niños y la manera en como Senku seguía hablando con Gen, pero una llamada interrumpió:──── ¿Capitán? Soy Maya ──── Xeno se acercó a los asientos delanteros para escuchar lo que ocurría:──── Estoy en la mansión del doctor. Gran parte de la milicia está aquí buscando tanto a ti como al dr. X, no creo que sea bueno que vengan ──── Oh, eso era malo. No podían regresar a casa si ya estaba invadida y los americanos se vieron entre ellos pensando en qué hacer:──── Dime si necesitas algo del laboratorio. Trataré de conseguirlo para ti ──── Diría por último la mujer. Tanto Charlotte, Maya, Brody, Stanley y Xeno se conocían desde muy jóvenes asi que no había poder o regla alguna en toda la Nasa que hiciera que ellos se traicionaran. Si Maya decía que estaba de su lado entonces era la absoluta verdad.
──── De hecho hay algo muy importante que me gustaría que rescataras.... ──── Xeno tuvo que acercarse a la radio para que los demás no escucharan su petición y luego les informó a sus chicos que cambiaran las coordenadas del helicóptero.
── Señor Ishigami, lamento haberlo involucrado en todo ésto. Usted no es parte de cualquier castigo que la nación desee darnos asi que podemos bajarlo donde desee
── No voy a abandonarlos después de todo lo ocurrido. Además, mientras más aliados tengas, mejores resultados ¿No es así?
El doctor sonrió agradecido y regresó a su asiento. Poco después pasaron por encima de la mansión y observaron la situación abajo. Habían muchos autos afuera y uniformados tanto en el jardín como las siluetas en las ventanas. No podían ver mucho pero gracias al peculiar cabello de Maya pudieron diferenciarla en el jardín. Xeno no creía tener cargos en su contra pero al ser alguien cercano a Stanley seguramente lo miraban como uno de los principales sospechosos y no podía arriesgar la salud de Gen llegando a esa mansión.
──── Tengo una cabaña bastante amplia en las afueras de la ciudad. Cuenta con un laboratorio aunque más pequeño. Estaremos a salvo ahí, poseo varias propiedades no registradas a mi nombre ──── Lo único que Senku escucho fue "Hola, soy Xeno y tengo dinero" y sus ojitos brillaron a montones como cuando miraba la billetera de su papá.
──── Helio debe estar esperándonos ──── Diría Stanley a lo cuál Senku giró su rostro en su dirección sin entender pero pronto comprendería de quien hablaba cuando el paisaje de la ciudad cambió a la de un bosque.
Gen intentó sentarse pero el otro niño le insistió en que no debía moverse y lo abrazó de nuevo diciéndole que pronto estarían en casa, que iban a dedicarse a jugar y dejar los libros para más tarde.
Ahí estaba la magnífica cabaña. Entendía que no muchos supieran de ella si estaba en el corazón del bosque. Era enorme, de tres pisos y lo que parecía un lago con un pequeño bote. Senku sujetó la manga de la camisa de Xeno mirándolo maravillado y haciéndole ojitos. Byakuya sólo desvío su mirada sabiendo que esa expresión de su hijo era su lado explotador y golddigger.
No podrían aterrizar debido a los árboles asi que Charlotte bajó todo lo que pudo el helicóptero y dejó caer la escalera. Uno a uno iban bajando:──── Regresaré con Maya al anochecer, capitán ──── Se despidió la chica. A todo eso ella no había hecho preguntas sobre esos niños ni el hombre civil que estaba con ellos. Tenía plena confianza en Xeno y Stanley como para cuestionar sus acciones. Además de ser sus jefes los miraba en el ámbito personal como sus hermanos mayores. Ella se despidió y el helicóptero se elevó más lejos, su misión sería llegar con Maya y pretender que no sabía nada al respecto de la ubicación de esa cabaña.
Stanley era quien cargaba a ambos niños. Habría dejado caer a Senku sino fuera porque se negaba a soltar a Gen:──── Es muy bonita ──── Por fin el hijo del militar estaba diciendo algo. Ver la cabaña le relajaba un poco. Era cierto que no tenía buenos recuerdos de su casa en Japón pero de alguna forma ver ese lugar le traía recuerdos de aquella casa. Tal vez porque ambas estaban hechas de madera o porque tenían un estilo japonés:──── Ven conmigo, Gen ──── Xeno se acercó a robarlo de los brazos de Snyder para llevarse a Gen al laboratorio que estaba ubicado en la planta de arriba:──── Sientanse como en casa, bienvenidos ──── Diría antes de desaparecer con el pequeño.
Senku y Stanley se miraron por un largo rato. El mayor sonrió notando como el niño quería bajar de sus brazos pero él no lo dejaba.
── Suéltame
── ¿Porqué? Eres un bebé y a los bebés hay que cargarlos
── No soy un bebé
Mientras esos dos se peleaban Gen había sido acostado sobre una cama. Nuevamente estaba conectado a varios cables y miraba como Xeno preparaba unas inyecciones. Quería estar con Senku, y a la vez no. Estaba asustado de cuanto se había encariñado con esas personas. Tenía miedo de "amar" o volver a alguien "importante " porque sabía lo doloroso que era perder a alguien y no deseaba pasar por esos sentimientos de nuevo; sin embargo, no podía dejar de ver a la puerta con la esperanza de ver a Senku cruzando por ahí.
──── Parece que no fue algo grabe ──── El doctor sacaba la aguja de su brazo con mucho cuidado. Por suerte solo había sido un ataque espontáneo seguramente producto del estrés. Apenas habían pasado algunas semanas desde la última vez asi que debían tener más cuidado con su cuerpo:──── No puedes hacer esfuerzo físico o recibir noticias fuertes... ──── Xeno le explicaba pero el niño estaba más intrigado en quien había entrado por esa puerta. Claramente no había sido Senku pero si una bola de pelos.
Un pomeriam albino supremamente pequeño. Era tan esponjoso que parecía una bola de algodón andante:──── Doctor Xeno... ──── Diría en voz baja porque el perrito empezó a gruñir. Ahí donde se miraba a esa cosita chiquita y peludita ya había comido cuerpos humanos y arrancado extremidades de algunas personas. Estaba entrenada más allá de lo que sería un perro policía y ver el peluche chillón en forma de pistola en su hocico revelaba quien había sido el culpable de volverla una máquina de matar.
──── ¡Ah! ¡Helio! ──── El perrito cambió de actitud al ver a Xeno moviendo su colita de lado a lado emocionado y soltando su peluche:──── Gen, ésta señorita es Helio. Es la mascota de Stanley, la pequeña dama ya tiene muchos años con nosotros pero pese a ser una señora mayor sigue conservando su belleza ──── De hecho no parecía un perro viejo, pero Gen no estaba seguro como podían saber la edad de los animales. Helio saltó hasta la cama olfateando a Gen y al sentir el aroma de su dueño en el niño se emocionó bastante. Las mejillas de Gen estaban ruborizadas en la misma emoción de ella. La estaba acariciando y era como tocar el terciopelo. Sus padre biológicos jamás le habían dejado tener una mascota o mucho menos acercarse a algún animal de la calle asi que estaba maravillado con ella.
──── Doctor... Lamento que no pueda regresar a su casa ──── Vaya, asi que pese a que había estado en peligro había escuchado todo lo que pasaba en el helicóptero: ──── También quiero agredecerle todo lo que ha hecho por mi. Si hay algo que pueda hacer para pagarlo por favor dígamelo ──── Se miraba apenado y nervioso abrazando a Helio contra su pecho mientras el perrito le lamia la mejilla. Xeno se sentó en la cama y acarició la cabeza del niño:──── ¿Porqué habrías de pagarme? Stanley y yo decidimos tomar responsabilidad sobre ti. Esa fue nuestra elección no porque deseemos sacar provecho de ti sino porque queremos cuidarte ──── Claro, en un momento había estado interesado en la condición de Gen pero ahora su interés iba más allá de solo estudiarlo. También se atrevió a abrazarlo, despacio porque sabía que Gen no confiaba mucho en él pero para su sorpresa, el niño correspondió.
Xeno estaba muy emocionado. Era la primera vez que Gen se acercaba de forma física.
──── ¡Gen! ──── Senku llamó trás la puerta, tocando y esperando tener permiso para entrar. Su padre ya le había regañado antes de entrar a todos los lugares sin ser invitado; pero al momento cuando Xeno le dijo que podía pasar, Helio saltó de la cama directo lanzarse sobre Ishigami. El niño gritó asustado pensando que una rata se la había subido encima y el doctor tuvo que correr a separarlos antes de que Senku fuera mordido:──── QUÉ ES ESA COSA ────
──── No es una "cosa", es mi hija ──── diría Stanley al entrar también por la puerta. El perrito estaba gruñendo a Senku. En verdad no le caía bien y con una sola orden de Stanley podría arrancarle hasta una oreja al niño, lastimosamente ahí estaba Xeno vigilando la situación asi que el soldado solo le entregó su peluche de pistola a Helio y el perrito salió corriendo por la puerta a jugar:──── Ishigami ──── Levantó al chico de la camisa y lo colocó sobre la cama junto a su hijo. Senku aún estaba asustado por el perrito y ver a Stanley tan cerca le alteraba más. Hacía que instintivamente buscara a su padre con la mirada:──── De hombre a hombre te doy las gracias por cuidar a Gen en el helicóptero ────.
Los tres se quedaron en shock mirando a Snyder. ¿Hablaba en serio? ¿Le estaba dando las gracias a Senku?
──── Estoy en deuda contigo por tranquilizarlo y mantenerlo estable, asi que te haré un sólo favor en algún futuro pero luego de ese favor te mataré ──── Algo es algo, y tanto como Gen y Xeno empezaron a reír. Senku lo miraba extrañado pero al final sonrió aceptando:──── Me deberás muchos favores porque pienso hacer a Gen feliz toda su vida ────.
Una cálida escena luego de tanto desastre. Todos estaban ignorando que todo el mundo estaba viendo los videos viralizados. El jefe del servicio secreto era uno de ellos:──── ¿Aún no saben la ubicación de Snyder? ──── Estaban registrando toda la residencia de Xeno en busca de algunas pistas pero no encontraban indicios de que Stanley hubiera estado ahí esos dos meses. En las cámaras de seguridad de la "prisión" había una figura masculina muy parecida a Stanley quien había ayudado a la prisionera en su escape y juzgando que Snyder había desaparecido el mismo día él era la principal prioridad:──── No fue buena idea entregar la custodia del niño a ese hombre ──── Otro de los superiores había llegado:──── El niño es un testigo de lo ocurrido en Japón. Asi que debe ser silenciado. Claro, si se logra comprobar que Snyder es un traidor ────.
El jefe no sabía que pensar. Stanley siempre había sido un soldado estrella y desde los actos en el pais oriental ahora se comportaba extraño.
──── Jefe, ¿No ha pensado que el niño podría tener la información que buscabamos del señor Asagiri? ──── El superior lo observó, no lo creía ya que Gen tenía díez años, casi once. ¿Qué podría saber un niño de esa edad? ¿Secuestrarlo y meterlo a la misma celda que su madre les traería respuestas? Aunque había otro detalle.
──── No es como si buscamos información, teniente, recuerde que fuimos contratados para desaparecer a esa familia. Si llegaramos a tener en posesión la vida de ese niño tendría que ser entregado a quien nos contrató y que ellos decidan qué hacer con él ──── Las cosas políticas no era algo que ellos entendieran y mucho menos las venganzas sobre tontos millonarios. La persona que los había llamado aquel día venía de la misma fuerza de inteligencia, alguien casi del mismo rango del presidente, pero ¿Qué tipo de venganza podría tener esa persona con esa familia? Quien sabe, sólo seguían órdenes:──── A este punto esa persona ya sabe que el niño sobrevivió. Puede que nos de la orden de matarlo o entregarlo y posiblemente reclame por que no hicimos un buen trabajo antes. Asi que la prioridad es encontrar a Snyder y a ese niño ────.
•
Cuando cayó la noche todos estaban separados. Senku se había dormido temprano compartiendo su cama con su padre y se abrazaba a él. Xeno se encontraba en la puerta trasera recibiendo a Maya y Charlotte con el encargo de antes.
── Jamás pensé que me pedirias traer un cadáver
El cuerpo de la señorita Haru Asagiri era puesto sobre una camilla y empezaron a subirla con cuidado por las escaleras hasta el laboratorio.
── Si encontraban su cuerpo en la mansión habríamos estado en más problemas
La dejaron en una mesa metálica y Xeno subió la temperatura del cuarto a lo más extremo para conservarla. Ni Stanley o Gen habían visto el cuerpo de esa mujer y tenía que pensar como decirles pero por ahora todos merecían un descanso.
Las chicas se despidieron diciendo que iban a seguir en contacto y que le avisarían de todo a su ingeniero de confianza. Xeno las observó desaparecer entre esos árboles y luego observó por la ventana a Stanley quien estaba en el jardín. Gracias a que estaban lejos de la ciudad las estrellas se miraban hermosas en el cielo y Gen bostezaba acomodándose en el pecho de su padre mientras se mecian en esa silla de madera.
─────En la montaña hay un zorro ───── El chico de cabellos dorados le estaba cantando una canción que su misma madre solía cantarle a él cuando era pequeño. Gen bostezó de nuevo escuchando y jalando más la sábana que cubría el cuerpo de ambos:───── Un zorro... ───── Decía repitiendo las palabras de Stanley:───── Y cuando bajó de la montaña se perdió entre la gente. Pobre Zorro estaba sólo en el mundo. ───── La voz de ese hombre era tan reconfortante. Ojalá pudiera escucharla toda su vida
"Sé que estás sólo, pero puedo hacerte compañía, dijo un conejo blanco que saltaba por ahí.
Y ambos viajaron a la luna.
Pero ¡Oh, no! El zorro no pudo llegar a ella. Quería proteger al señor conejo, su nuevo amigo.
Asi que cuando mires a la luna y veas el dibujo de un conejo, sabrás que la estrella más cercanas es el señor Zorro velando por él.
Como yo lo estaré haciendo por ti."
Esa noche Gen tuvo un sueño. Se miraba a si mismo con orejas de Zorro corriendo por el bosque y se encontraba con Senku que tenía orejitas de conejo. Ambos jugaban entre las flores y la paz llenaba su corazón. Tenía una sonrisa dibujada mientras dormia. Quizá era la primera vez que dormía con felicidad en su corazón.
───── Hoy no fue un día tan malo ───── Dijo Snyder mirando al cielo. Helio saltó a sus piernas y se acurrucó entre él y Gen. La brisa fría de primavera movía el cabello del hombre. Su herida estaba un poco abierta por todo el ajetreo pero era alguien que toleraba muy bien el dolor. De hecho, estaba contento de haberse reunido con Gen. Sabía muy bien que se avecinaba un enorme conflicto pero al menos por esa noche quería ser feliz.
Chapter 11: Veneno.
Notes:
Una disculpa por la tardanza, tenia emergencias con mi gatito. También, he visto que hay dudas sobre el autor de ésta historia porque también está en Wattpad. Somos la misma persona hahahha. Pink_kisses es mi cuenta de ahí. Actualizo en ambos lugares a la vez.
Gracias por esperar.
Chapter Text
Cuando Xeno bajó las escaleras se encontró con Stanley y Senku mirando la televisión. Estaban viendo un documental sobre la fabricación de aviones y se quedó observando un poco sin que ellos se dieran cuenta.
— Ese tipo de nave requiere un entrenamiento largo, la velocidad que puede alcanzar es capaz de cortar tu oxígeno, por eso se usa una máscara.
— Interesante, he escuchado que los soldados en esas naves tienen simuladores como los aviones comerciales
Vaya, vaya, así que había un tema que a ambos les interesaba. Eso era un avance hasta que Stanley cambió el canal a caricaturas y Senku se quejó:───── ¡Oye! ───── La excusa de Stanley era que Senku debería ver programas infantiles como un niño normal pero en realidad lo hacía para enojarlo.
El niño se movió en el sofá tratando de tomar el control remoto del hombre pero no podía hacerlo:───── ¡No me interesan las marionetas parlantes! Déjame ver mi programa de ingeniería ───── Stanley le sujetó de la cintura apresandolo contra su cuerpo y con su otra mano soltó el control para tomar ambas mejillas de Senku. Había girado el rostro del niño a que viera la televisión. Claro que Senku estaba muy enojado; sin embargo, al ver los colores de la pantalla y la música se quedó hipnotizado. Ni si quiera apartó a Stanley, estaba como una estatua observando la televisión.
El militar empezó a reír al ver como el pequeño cedía a su "edad" pero Senku no prestaba atención a Stanley. Simplemente se acostó en el sofá abrazando un cojín y mirando las caricaturas. Los colores brillantes aún eran muy llamativos para él. Xeno se acercó hasta tocar el hombro de Stan y observar a Senku:───── Parece que estás aprendiendo mucho sobre como tratar a los niños, aunque hacerlos enojar no es algo bueno, Stan ───── El doctor acarició la cabeza de Senku quien al verlo solo le regaló una sonrisa.
•
───── Me preocupa que usted esté sólo aquí ───── Después de dejar a esos dos solos había caminado hasta la parte trasera donde encontró al señor Byakuya sentado a la orilla del lago. Parecía abrumado y Xeno no podía juzgarlo por ello. Habían pasado tantas cosas que ahora tampoco podía seguir con sus clases de inglés:───── Mi querido futuro astronauta, quizá yo podría ser su maestro mientras estamos en la cabaña ¿Qué le parece? Estamos en un periodo de pausa. No puedo regresar a mis experimentos, Stanley tampoco puede volver al trabajo y usted a la escuela. Deberíamos aprovecharlo. Yo puedo enseñarle todo lo que necesita ───── Sonreía con mucha amabilidad y tomó asiento junto al hombre.
— En verdad te lo agradezco. Sólo no quiero decepcionar a Senku. Quiero dar lo mejor de mi. Quiero que sepa que puede alcanzar sus sueños también
— Estoy muy seguro que él ya está orgulloso de usted. De hecho, lo admiro mucho como padre, señor Byakuya.
— ¡Qué dices! Hago lo que puedo, estoy seguro que tu padre también está orgulloso de usted, doctor Xeno.
El científico cambió de expresión a una nostálgica y observó el lago. Podía ver algunos cocodrilos paseandose por ahí tomando el sol:───── Mi padre murió antes de que yo naciera, pero no es como si estuviera sólo en aquel entonces, tenía una madre y un hermano mayor ───── Byakuya se disculpó por haber hablado antes a lo cual Xeno solo empezó a reír por verlo avergonzado, aunque la palabra "tenía" era preocupante en la cabeza de Byakuya. ¿Ya no estaban? ¿Sería mala educación si le preguntaba sobre ellos? Pero fue Xeno quien guío la conversación.
— Una vez en el laboratorio Senku me contó que usted ha tratado de hablarle sobre sus padres
— ¿¡Te contó eso?!
— ¡Claro! Me cuenta muchas cosas, me dijo incluso que una vez tuvo una tortuga mascota llamada Einstein.
El señor Ishigami no tenía idea de la enorme confianza que su hijo tenía con Xeno. En realidad le preocupaba ya que había conocido a Xeno por internet. Tenía que darle la charla número cincuenta del porqué no podía dar tantos datos online o hablar con extraños.
───── Como dije, mi padre murió antes de que yo naciera pero mi hermano solía contarme muchas cosas sobre él. No es como si ese hombre hubiera tenido un rol importante en mi vida pero saber de su existencia y toda su información me hizo sentir como que mi pasado y presente estaban completos ───── No sabía muy bien como explicarlo y sus manos arrugaron su bata. Cuando un tema no era su fuerte le daba cierta timidez:───── Mi punto es que, quizá para Senku en éstos momentos no sea algo que desee saber pero creo que en un futuro la información de sus padres le ayudará a saber de donde vino y hacía donde va ─────.
Senku... Un niño que siempre miraba adelante y quien jamás se rendía. Cada vez que Byakuya intentaba hablar sobre sus padres, el niño le ignoraba. ¿Porqué? Porque para Senku no había nadie más importante que el señor Ishigami. No quería saber sobre personas que no existían en su vida; luego estaba la otra cara de la moneda en que el señor Ishigami deseaba honrar la memoria de sus amigos y contarle a su hijo sobre ellos. La situación era un poco complicada, no sabía si era un mal o buen padre. Quizá no podía ser un hombre perfecto pero deseaba darle toda la felicidad a su hijo.
Hablando del rey de Roma, el grito de Senku se escuchó a lo lejos. Esos dos llevaban tanto tiempo conversando que no se dieron cuando cuando tres personitas ya no estaban en la cabaña.
───── No es necesario que él aprenda a disparar, es una pérdida de tiempo ───── Se quejaba el niño con los brazos cruzados y sentado en su sillita. Tenía un sombrerito de paja en la cabeza, protector solar en sus mejillas redondas y una mesita con su juguito y su sandwich. Estaba observando a Gen que sostenía un arma y apuntaba a unas latas.
Stanley las había puesto en una fila y se encontraba a la espalda de Gen ayudándole a sostener el arma:───── Sólo respira profundo. Los nervios de tu corazón no deben pasar a tus manos. El arma es una extensión de tu cuerpo, ella no puede asesinar si tú no lo deseas ───── Gen no lograba darle a ningúna, lo cual Stanley estaba un poco confundido. Había tenido una puntería perfecta al asesinar a su padre ¿Porqué ahora no podía hacerlo?
───── Déjalo en paz ───── Una pequeña roca golpeó la cabeza de Stanley y al girarse era ese mocoso que tanto odiaba. Esa distracción bastó para que Gen corriera de sus brazos a los de Senku. Suponía que eran un par de niños y era normal el miedo a las armas, pero no podía identificarse porque casi a la edad de Gen, él ya deseaba asesinar a alguien... Alguien que hoy en día aún odiaba. Los observó como se abrazaban y como Senku le señalaba las plantas contándole cuales eran venenosas y cuales medicinales. Ese niño tenía un gran impacto en su hijo. La pregunta era si esa influencia era algo bueno.
Sin que ellos dos lo notaran, Stanley alzó su pistola en dirección de Ishigami. Desde su pequeña mira podía ver la cabeza del niño. Podía dispararle ahí mismo y tirarlo al lago. Ningúno de los otros dos adultos sabría que había asesinado. Podría decirles que simplemente se había caído al agua.
¿Debía hacerlo?
Entonces una manita le detuvo. Su bebé que le sostuvo del pantalón tratando de llamar su atención. El rostro de Gen lucia preocupado como si pudiera leer la mente de su padre adoptivo:───── ¿Qué sucede? ¿Quieres regresar? ───── El arma fue bajada para atender al niño pero este negó con la cabeza. En realidad, si hablamos sobre leer a las personas, Gen tenía una capacidad mayor a todas las almas de esa cabaña. Los gestos, ademanes, tono de voz, cada parte de un cuerpo humano tiene un propósito y leer a Stanley no era difícil. Gen sabía lo peligroso que era ese hombre y aunque lo quisiera mucho, también le temia.
───── Ojos cerrados ───── Le dijo al tomar un pedazo de tela. Stanley al principio no lo entendió pero le ayudó a cubrir sus ojos con ella. Luego el niño tomó el arma sin ayuda de su padre y apuntó a una lata. Pesaba horrible, sus brazos temblaban tratando de mantener la posición pero del primer disparo había dado en el blanco.
El rostro de Senku y Stanley era de sorpresa. Enmudecieron más cuando una a una las latas fueron cayendo. Ahora el mayor lo comprendía todo. Cuando ocurrió lo de su padre estaban en tinieblas. En la perpetúa oscuridad. ¿Se basaba más en el sonido para saber donde estaba su objetivo? Eso era digno de un murciélago y su eco localización. El piloto lo cargó en sus brazos alzandolo contra la luz del sol y diciéndole que había hecho un buen trabajo. El niño de cabello bicolor se movió agitado hasta que removió la venda de sus ojos y le sonrió feliz.
Palabras de aliento, abrazos y besos en las mejillas. El labial de Stanley se quedaba pintado en la carita de Gen. Quien no estaba contento era Senku. Miraba las latas en el suelo y luego el arma en la mano de su amiguito. No quería que Gen siguiera los pasos de ese hombre. Una vida donde robas la de otros no era un camino honesto en su criterio. ¿Porqué asesinar usando la ciencia era malo pero era correcto enseñarle a un niño a disparar? Fue la primera vez que sus ojos perdieron ese mismo brillo de siempre al mirar a Gen. Hoy estaba enojado y no entendía porque. Sólo sabía que no quería verlo, ni a él o a Stanley. Tomó su juguito y se dió la vuelta para adentrarse en el bosque. Helio que había estado con ellos observando a lo lejos corrió en dirección a Senku como una pequeña motita de algodón.
───── No necesito que me sigas. Estoy molesto ───── Hablaba con la señorita que le ladraba a sus pies. Senku estaba muy consciente de que no podía deambular por si solo en un área peligrosa pero en serio no quería ver a nadie y como siempre, no sabía como gestionar las emociones que no eran comunes en él:───── ¿¡Porqué le enseñaría a disparar?! Además.... Me da la impresión de que no es la primera vez que lo hace ───── Iba conversando con el perrito quien simplemente caminaba a paso presuroso haciendo mover su colita esponjosa de lado a lado. Quería ser una persona madura y analizar todas las opciones posibles. Como científico no podía descartar todas las hipótesis:───── Los están buscando hombres peligrosos asi que es bueno que Gen sepa defenderse ───── Ese era uno de sus razonamientos pero pese a que se lo repetía una y otra vez en su cabeza no lograba empatizar con ello. Ojalá fuera fuerte, deseaba con todas sus fuerzas ser de ayuda, tener la edad de Xeno y poder proteger a Gen para que sus manitas jamás tuvieran que mancharse de sangre.
Bam! 💥
Un disparo que provenía de otra dirección. Senku puso mala cara y pateó una roca aún más molesto pensando que aquellos dos seguían jugando, pero su rostro cambió cuando la punta de una pistola se presionó en su frente.
Lo primero que observó fueron unas botas negras y un pantalón militar. Era muy similar al uniforme de Stanley pero esa complexión no le pertenecía. Stanley estaba más mamado, nalgón, guapo y pechugon. Obviamente.
Al alzar la mirada pudo ver a un hombre con una máscara de humo y un casco. El arma empujó a Senku hasta hacerlo caer en el suelo y Helio empezó a ladrar sin control.
— ¿Quién eres tú? ¿Vienes de algún lado? ¿Cuál es tu nombre?
Preguntas que Ishigami se negaba a responder. Si había un soldado significaba que la zona estaba rodeada o ¿Habían enviado a una sola persona a investigar? No lo sabía pero podía aferrarse hasta la última esperanza para alejar a ese hombre de la cabaña. Gen ya había pasado por muchas cosas y no necesitaba más problemas.
───── Asagiri Gen, ese es mi nombre ───── Diría el chico y emprendió su marcha. Corrió a toda velocidad por los árboles. Escuchaba como la radio del soldado se ponía loca y las ordenes de captura se dieron. Vivo o muerto, la cabeza del niño era requerida.
Senku pasó por algunas ramas, cuevas en las que pudo haberse ocultado pero su plan era alejarlo lo más que podía de ahí, asi que se mantenía a una vista visible para el sujeto. El perrito seguía a Senku a toda la velocidad del mismo niño y le guiaba de tropezar con alguna cosa como si ella conociera todo el terreno, pero poco les duró cuando chocaron con otra persona. El niño cayó entre las hojas tocando su cabeza por el impacto y fue alzado del cuello por alguien más. Todo estaba pasando tan rápido que no podía procesar las cosas. No supo cuando soltó su jugo o cuando cayó su sombrero.
───── Lo tengo. ¿Cuándo vendrá el helicóptero? ───── Exactamente como el hombre anterior, ambos tenían mascaras y cascos. ¿Pensaban usar algún gas venenoso? ¿Era para no ser reconocidos? El chico arañaba las manos del soldado por la presión en su cuello y fue liberado cuando el perrito mordió el brazo del enemigo.
— ¡El maldito perro me mordió!
— Oh, estás aquí. El chico vino del lado Norte. Podríamos enviar más personas a esa zona pero si Snyder sabe de nosotros no es buena idea hacerlo
Ahora eran dos contra uno y el pronóstico no era bueno ya que Senku fue jalado de sus piernas y arrastrado en el suelo. En la guerra se cuentan varias anécdotas de soldados aprovechandose de los demás. En lugar de ser ángeles de salvación se vuelven los mismo verdugos de las pobres almas que confían en ellos. Era una de las razones por las que Stanley prefería trabajar para el servicio secreto que directamente con los militares. Un niño no creaba ni la más mínima lástima para ellos.
Un golpe fue a su mejilla, tan fuerte que el chico escupió sangre. El otro hombre lo sujetaba de sus brazos y contra el suelo:───── ¿Asagiri Gen? Sabes, solía masturbarme mirando las entrevistas con tu mamá en la televisión. Una mujer muy bonita ───── Ellos se burlaban como si estuvieran molestando a alguien de su misma edad. A Senku le parecía asqueroso, odiaba tan siquiera respirar su mismo oxígeno y se movía tratando de soltarse:───── Aunque me habían dicho que su hijo se parecía mucho a ella. Supongo que la información no está actualizada. ───── Le abrieron las piernas tanto hasta que sus rodillas tocaron sus hombros. Eso dolía, no era alguien tan flexible y la posición hacía que no pudiera respirar bien. Pensaba en su padre rogando que viniera, pero quien ayudo fue el perrito. Poniéndose entre las piernas del niño y gruñendo al otro hombre. Nadie iba a moverla de ahí y si daba un paso más, ella les iba a arrancar un dedo:───── Perro tonto ───── El arma del hombre apuntó al animal quien no se inmutó y simplemente siguió en su posición.
Cuando iba a disparar, Senku le dió una patada y la bala pasó rozando al otro soldado. Fue cuando tomó a Helio en sus brazos y trató de correr una vez más. Abrazaba al perrito con todas sus fuerzas como si su vida dependiera de ello. "Piensa, piensa, piensa" su corazón estaba acelerado, estaba en shock y no podía formular nada. Miraba las plantas buscando con la mirada alguna que pudiera usar pero todas debían ser ingeridas. "Oh, cerebro ¿Porqué fallas ahora?" Además, correr más rápido que dos soldados entrenados era una broma muy cruel. Hasta que un destello de luz le hizo detenerse al pisar un campo de flores blancas.
El otro disparo que se escuchó lo derrumbó. La bala perforó su hombro e Ishigami cayó aplastando al perrito. Ella se movía inquieta saliendo de ahí y lamiendo las mejillas del niño quien apenas miraba lo que ocurría. Nunca experimento un dolor como ese. ¿Era lo que Gen había sentido al ser apuñalado? Sentía que su cuerpo bajaba de temperatura y su respiración se descontrolaba. Aplicar sus conocimientos cuando era tan pequeño era un acto de valor muy grande. Se quitó las camisa y con el cinturón de su shorsito se ató la tela en la herida:───── Treinta minutos.... Sangrado en treinta minutos... Anemia en treinta minutos ───── Repetía:───── Regresa con papá ───── Acariciaba al perrito, sentía lástima de ver todo su pelaje blanco empapado en sangre pero no quería que ella muriera ahí, y ella no quería dejarlo solo, pero Senku insistió hasta que la observó desaparecer entre los árboles.
───── ¡Vaya! Asi que sabes como detener un sangrado, aunque ya debes saber que una camisa no hara mucho ───── Senku se giró y fue encontrado con otro golpe a su cara. Ya no podía hacer mucho para defenderse o correr si estaba herido. Simplemente se arrastraba en el suelo para que los tres estuvieran en el centro de las flores:───── El jefe dijo que si llegabas a morir en la captura no importaba, pero que lo ideal es llevarte con vida. Veremos si sobrevives mientras llega el helicóptero. ───── Le patearon la espalda para detener sus movimientos y ambos reían al compararlo con un insecto:───── Aunque debo admitir, chico. Estoy impresionado. Cualquier niño de tu edad ya estaría llorando por ese disparo. ¿Debemos hacerte algo peor para que lo hagas? ─────.
Ambos hombres se agacharon en el suelo. Giraron al niño boca arriba, quien con sus pocas energías trató de patearlos nuevamente pero fue recibido por un beso. Asqueroso, horrible, ni si quiera se dió cuenta cuando el hombre se quitó la máscara. Senku le empujó el rostro con ambas manitas y las lágrimas empezaron a asomarse en sus ojos:───── Ahí estan, los bonitos diamantes de los humanos, lágrimas de dolor y miedo ───── No les convenía que gritara asi que tomaron una rama de entre las flores y se la pusieron en la boca. Vaya, Senku no sabía si había sido un milagro divino. Si Dios o el diablo le ayudaron porque a simple vista pudo saber que la planta en su boca era venenosa, justo la que deseaba alcanzar antes.
───── Si no quieres jugar bien, entonces lo haremos a la mala ───── El hombre sin mascara cortó el short de Senku. No por completo pero si una parte de arriba rozando el cuchillo por la piel suave del chico. El pequeño no dejaba de moverse y fue sujetado por el cuello por el segundo soldado.
" ¿Dónde estás, papá? "
" Tengo miedo "
" Tengo mucho miedo "
Sintió como la hoja afilada se iba metiendo en su vientre. Las lágrimas caían a montones por sus mejillas y sus piernas se movían sin control sobre la tierra.
" Basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta basta. Duele, duele mucho "
Que lo hicieran con una lentitud era aún más cruel y las risas de ambos lo hacían sentir como si todo eso fuera un sueño. Quizá era una pesadilla y en realidad estaba dormido en la misma cama que Gen escuchando sus historias y contandole sobre magia.
Cuando el niño dejó de moverse sus manitas cayeron a los lados. Aún estaba respirando pero había perdido tanta sangre que todo estaba borroso. Le quitaron la rama de la boca y volvió a sentir la repulsión de otro beso. Su estómago se revolvía con eso, hacía que sacara fuerzas donde no las había pero se aguantaba de protestar sino, el plan no funcionaría. Entonces vió como el otro soldado también se sacó la máscara y lo sujetó de ambas mejillas. La fuerza de esos hombres le abrumaba, los dedos le dajaban marcas en el rostro y el beso fue bastante agresivo, casi haciendo sangrar sus labios en una mordida.
───── Veneno.... ───── Murmuró a lo cual ambos hombres no comprendieron:───── Hay muchas plantas venenosas. Mi favorita es "Ojos de muñeca" porque parece que ustedes prefieren el water hemlock. Estamos encima de ellas y ya la han probado por igual ───── Una de las plantas más venenosas del Norte de América:───── Todo en ella lo es... Sus hojas, sus flores... Frutos.... Tallo... Puedes envenenarte por inhalar, tocar o consumir hasta por tener contacto en heridas y ustedes besaron los labios de alguien con esa flor ───── ¿Cómo creerle a un niño? Al principio ellos empezaron a reír por la cantidad de tonterías que decía.
───── Buen intento, pequeño, pero eso significa que tú también morirás y dudo que hayas sido tan estúpido para no haberlo escupido antes sabiendo lo que era ───── Senku no podía seguir discutiendo, sólo observó como el resto de su ropa era removida y el cuchillo salía de su cuerpo salpicando su mismo rostro. Lo acercaron a una de sus piernas y hacían chistes con que iban a cortarsela, luego le daban algún golpe random cuando estaba por perder la consciencia, lo querían despierto para jugar con él.
¿Qué más daba todo eso? Se lamentaba jamás haber llegado a la luna, mostrarle a Gen las estrellas o ver a su padre en un cohete. La pérdida de sangre quizá le hacía alucinar porque miraba entre los arbustos a una figura femenina de pie. Como un fantasma, ¿Era la muerte que venía por él? Parecía que tenía un cabello largo y ondulado, con una bata muy similar a la de Xeno y que le miraba con preocupación. Ojos carmesí con los que Senku extrañamente podia sentir una paz al verlos; pero esa figura se distorsionó por la de Stanley quien empezó a disparar a los enemigos.
Pronto se convirtió en una guerra de balas. El rubio cambiaba de arma como si fuera un juego de niños y avanzaba entre las balas ajenas. No por algo era el mejor en su rango. Los otros hombres no sabían ni comprendían el porque no podían darle. Lo primero fue disparar en las manos de aquellos hombres y lo segundo fue darles una patada directo a la cabeza. Eso había dolido a mares. Senku los vió volar como si fueran juguetes y de una sola pisada el hombre le había destruido la cara al enemigo. El pequeño corazón del niño se aceleraba con la impresión, Stanley en verdad era un monstruo, uno que se manchó de sangre y sacudía sus botas como si el asesinar a alguien le hubiera arruinado el día.
El otro hombre quiso correr pero cuando Stanley alzó su pistola lo observó caer. Estaba convulsionandose por el veneno, aunque su agonía no fue difícil ya que el piloto le disparó en la cabeza. La muerte por consumir esa flor llega en quince minutos y Stanley se la dió en uno.
Quince minutos para Senku quien empezó a vomitar en el suelo. Trataba de alejarse de Stanley, se arrastraba dejando un camino enorme de sangre a su paso. Sentía muchas náuseas por el veneno y las heridas, pero también sabía que ese hombre lo quería muerto desde un principio. Era demasiado conveniente toda la situación. Se alejó de las flores hasta topar con un árbol y se abrazó a éste. Jadeando con sus lágrimas secas en las mejillas y escuchando los pasos de Stanley
───── Vaya, Ishigami. Estás hecho un desastre. Supongo que ya no vas a casarte con mi hijo. De hecho, no debería dejar que él te vea en éste estado. Diremos que no llegué a tiempo y que la bala en tu cabeza fue obra de ellos ───── Senku observó como el arma se levantaba, pero no le importaba. De todos modos no había antídoto para el water hemlock, quizá una bala en su cráneo iba a ser una muerte más piadosa.
Chapter 12: Captura.
Chapter Text
Se apegaba más al árbol, asustado. No se sentía como un niño valiente. La ansiedad de todo lo que había ocurrido lo estaba consumiendo por dentro.
¿Qué es la ansiedad en sí? No hace falta una explicación más que decir que todos la experimentan de una forma similar y diferente a la vez. Empezar a respirar con dificultad, la mente diciendo cosas que no están pasando, pensando siempre lo peor, ahogándote en seco, queriendo arrancarte la piel del cuerpo. Senku estaba en una crisis. Su pequeño pecho se inflaba y se quedaba sin aire. Trató de correr, pero volvió a caer al suelo.
Al menos ya no estaba cerca de esas flores, pero la bota de Stanley le pisó la espalda. Si no fuera porque Helio corrió a toda velocidad para interponerse entre la punta del arma y Senku, quizá Stanley no lo habría dudado.
───── ¡Mi bebé! ───── gritó Xeno a lo lejos. No se refería al niño, sino al perrito, quien fue corriendo a los brazos de Xeno. Cuando eran niños solían bromear con que Helio era la hija de los dos, y ver a Stanley apuntándole con un arma lo había enojado mucho: ───── ¿¡Qué demonios te pasa?! ───── Ah... Tuvo que retroceder cuando observó a Senku. Estaba tan demacrado que juraba haberlo confundido con otra cosa, es decir, ¿cómo iba a esperar ver una escena así? Debido al shock, Xeno le dio una enorme bofetada en la mejilla. El cabello dorado de Stanley saltó como si fueran rizos, pero su cuerpo no se había movido. Los golpes de Xeno nunca le dolían.
───── No es lo que parece, doctor idiota ─────. Los dos cuerpos en el suelo daban una idea de lo que había sucedido, y el doctor Wingfield se formó una imagen mental de aquello. Sin embargo, no era momento para disculpas, sino de ponerse manos a la obra: ───── Estaba encima de las plantas venenosas, Xeno. Ya debes saber que esa, en específico, no tiene cura ─────. Stanley tenía razón. Había estado muchas veces a campo abierto, así que sus compañeros y él tenían una vaga idea de qué hierbas eran letales, pero Xeno no iba a rendirse.
── Depende de la exposición que haya tenido. Si solamente fue un roce, tocarla...
— Sabes que si tiene contacto con las heridas, no hay nada que hacer.
— ¡Sus heridas están cubiertas con tela! ¡Tal vez no fueron tocadas!
— Hay rastros de hojas en sus labios, posiblemente la consumió. Es mejor darle una muerte rápida que dejarlo sufrir por los efectos.
— ¡No! Tal vez no tragó la planta.
— AÚN ASÍ, XENO.
— NO PUEDES PEDIRME QUE LO DEJE MORIR, STANLEY.
Stanley chasqueó la lengua y se apartó de Ishigami. Sabía que jamás podría hacer que Xeno cambiara de opinión, pero el estado de ese niño era crítico. Tenía un agujero de bala en el hombro, estaba envenenado y tenía una puñalada en el vientre. ¿De verdad iban a poder salvar lo que no tiene salvación?
Xeno trataba de aplicar los primeros auxilios, pero el niño le apartaba las manos y trataba de arrastrarse a otro lugar. El doctor no entendía lo que intentaba hacer, pero Snyder sí. Así que caminó enojado hasta Ishigami y lo sujetó de un brazo para alzarlo: ───── ¡Oye! ¡Está herido! ───── Xeno era como una madre preocupada gritándole a su "marido", y claro que los siguió.
───── Si no la ha tragado y solo fue un contacto superficial, quizá pueda salvarse, pero la posibilidad es muy baja ─────. Habían llegado a una cascada cercana. De hecho, por todos los disparos anteriores no habían podido escuchar el agua caer. Ahí, en ese pequeño lago, lanzó a Ishigami. A Xeno casi se le sale el alma al ver ese acto, pero antes de poder reclamarle algo a Stanley, el militar empezó a entrar al agua para sacar al niño. Senku estaba tosiendo, casi ahogándose cuando fue alzado de nuevo y nuevamente sumergido como un trapo sucio en el agua fría. ───── ¡LAS HERIDAS VAN A INFECTARSE CON EL AGUA! ───── gritó el científico desperado, pero Stanley no lo escuchaba y seguía remojando a Ishigami, a veces hasta que el niño dejaba de moverse en lo profundo. El agua se tiñó de rojo, la sangre se esparcía como tinta, y el niño terminó vomitando de nuevo.
───── Una vez más ─────. El soldado lo sumergió de nuevo en otra zona donde el agua estaba cristalina. El cabello de Senku se había bajado, revelando que le llegaba casi a los hombros. Xeno entraba al agua, pero con su bata era difícil llegar hasta ellos. ───── ¡Suficiente! ¡Ya le limpiaste el veneno! ───── le reclamaba casi al borde de sus lágrimas, y Senku se aferró con debilidad a la cadera de Stanley sin dejar de toser. Sentía que iba a desmayarse en cualquier momento; de hecho, era un milagro que siguiera despierto... o con vida.
— Tiempo... ustedes...
De repente, la voz del niño se escuchó, débil, suave, como el canro de un pájaro muriendo. Parecía que trataba de decirles algo: ───── Están... ─────. Sus ojos a veces se ponían en blanco y luchaba por mantenerse en ese mundo. Ya no sabía qué era la realidad y qué una pesadilla; solo sintió los brazos de Xeno acogerlo, y vaya, si hubiera sabido lo que era el amor de una madre, quizá le hubiera gustado que fuera Xeno. Pero el niño tuvo que rechazarlo, empujando con sus manitas al doctor: ───── ¡ESTÁN PERDIENDO EL TIEMPO! ─────. Exactamente, ya que el sonido de un helicóptero opacó la cascada, y una bala fue directa a la cabeza de Stanley, derribándolo sobre el agua.
Claro, simplemente le había pasado rozando, pero había sido lo suficiente como para que el militar se enojara. Era un perfeccionista, no toleraba más fallos. Si antes se había equivocado, era hora de redimirse: ───── Llévate al niño ─────. Xeno no puso peros, cargó a Senku y se alejó de ahí. Helio quería ir con ellos, pero cambió su rumbo a la cabaña; necesitaba avisarle a aquel niño de ropa púrpura lo que estaba pasando.
Un arma mojada no sirve de mucho, así que Snyder salió del agua y tomó una de aquellos muertos que adornaban esas flores. Desde arriba, las balas caían como lluvia. No se arriesgaban a usar la metralleta porque había demasiados árboles, así que desplegaron las escaleras para que más hombres empezaran a bajar.
¿Qué había pasado con Senku y el doctor? Estaban ocultos en una de las cuevas, en la oscuridad, donde Xeno apretaba al niño contra su pecho y trataba de pensar en cómo salir de esa situación. Vamos, era la mente más brillante de su siglo. Algo debía hacer, no podía fallarle a su estudiante estrella.
—Papá... —la voz de Senku pedía por su padre mientras se aferraba a Xeno.
Oh... Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del doctor. El hielo en su corazón, el diamante envuelto en sus pensamientos, todo se desmoronaba. Diablos, él no solía ser tan sensible y siempre mantenía la cabeza fría ante cualquier situación, pero era la primera vez que un tercero, un inocente salía involucrado en sus errores.
Su mano apartó los mechones esmeralda de las mejillas mojadas del niño con cuidado y ternura. Trataba de calmarlo sin la necesidad de usar sus palabras, simplemente darle ese sentido de estar acompañado.
★
───── ¿Qué sucede? ─────
Gen caminaba por el pequeño puente que separaba la casa del lago. Byakuya llevaba al menos treinta minutos en la misma posición, y eso comenzaba a preocuparlo. No había visto a su hijo desde la mañana y, aunque Xeno había prometido traerlo de regreso, no parecía ser el caso.
"Nosotros conocemos todo el bosque. No te preocupes."
¿Cómo no iba a preocuparse? ¡Era su hijo, por Dios! Pero también le habían encargado la seguridad de Gen mientras ellos iban a buscarlo.
—Algo anda mal...
Podía sentirlo. Como un fantasma susurrando en su oído o un insecto venenoso trepando por su espalda. Lo sabía. Sabía que su bebé no la estaba pasando bien.
───── Gen, no creo que venir conmigo sea lo adecuado. ¿Podrás quedarte solo por unos minutos? ─────
El niño asintió sin comprender nada y observó cómo la figura de aquel hombre desaparecía entre los árboles. Así que corrió de nuevo hasta la cabaña. Xeno y Senku eran personas extremadamente inteligentes. Tenía fé en que volverían sanos y salvos.
Entonces un ladrido le dio las malas noticias. Helio estaba bañada en sangre. Gen la tomó en brazos, haciendo preguntas, pero lamentablemente los animalitos no tienen la misma voz que los humanos. ¿Qué debía hacer? ¿Quién estaba herido?
Tal vez, si tomaba una de las armas de Stanley....
Tal vez si seguía las huellas de Byakuya...
Tal vez....
Era un cobarde cuando se trataba del peligro, pero esas eran las personas que más amaba en el mundo.
───── Vamos, Helio. ─────
Tomó la pistola más pequeña, pero su disparo no fue para pedir ayuda, sino para disparar a una de las paredes. Fue una advertencia.
Había alguien en casa.
¡Ah! ¿¡Porqué iban de mal en peor?! ¿¡Acaso el escritor los odiaba?!
★
La respiración bajaba; apenas tenía pulso, y sus manitas, aferradas a la bata de Xeno, comenzaban a perder fuerza. Ya había dejado de temblar, pero la anemia por la pérdida de sangre, el frío del agua y el dolor estaban acabando con el niño, quien tenía los ojos abiertos, pero ya no podía reconocer a Xeno.
—Senku, mírame. Estaremos bien. Vamos a casa, te atenderé en el laboratorio.
Las lágrimas caían por las mejillas del niño. No eran suyas, eran de su mentor, quien lo alzó nuevamente y trató de salir de la oscuridad de esa cueva. Necesitaba tratar a Senku con medicina real cuanto antes, o terminaría con un cadáver entre sus manos.
───── Así que las sospechas de que el doctor Wingfield estaba involucrado eran ciertas ─────
Desde la cima de la cueva, saltando casi como un depredador, apareció un soldado. Llevaba una máscara, casco y el arma lista. Xeno retrocedió, pero terminó chocando con otro enemigo más.
En realidad, eran cinco contra uno. No había nada que hacer; estaba rodeado.
—Vaya, no es muy elegante emboscar a dos personas inocentes.
Su sonrisa nerviosa jugaba en su contra, ya que todos lo tomaron de mala manera. Cabe decir que en cinco minutos el doctor ya estaba tendido en el suelo. No hubo mucha pelea, y Xeno sabía que las cosas terminarían así. Lo único que lamentaba era ver cómo uno de los soldados cargaba a Senku y se lo llevaba a un destino desconocido. Ni siquiera supo más. El golpe que recibió a continuación en la cabeza apagó todas las luces de su cerebro.
★
—Sssshh
Escondidos en una de las habitaciones estaban Helio y Gen. No era solo un hombre (eran muchos) No podía enfrentarse a todos. Necesitaba correr al laboratorio de Xeno y buscar algo que pudiera ayudarlo. ¿Qué guardaban los científicos? ¿Alguna bomba? ¿Ácido como en las películas? El perrito lo guió en secreto escaleras arriba hasta su destino. Quizá, solo quizá, esa puerta de difícil acceso estuviera abierta.
¡Bingo! ¡Lo estaba!
Suspiró aliviado al entrar, con la intención de cerrar con llave, pero lo que vió tendido sobre la mesa metálica en el centro de la habitación lo dejó helado.
¿Su... madre?
Sus labios temblaron, las piernas también. Cayó sentado, horrorizado, mirando aquel cuerpo que comenzaba a descomponerse. Los bonitos labios que antes le habían dado un beso ahora estaban hinchados. Las manos que una vez le acariciaron la cabeza parecían algo deformes. No se atrevía a acercarse. No podía. Además, el olor nauseabundo empezaba a llegar a su naríz. A pesar del frío que hacía en ese lugar, ese cuerpo no parecía conservarse bien.
Su pecho empezó a tomar más aire, su ritmo cardíaco se disparó, y Helio ladraba al cadáver, pensando que era algún enemigo del cual el niño tenía miedo.
—¿Qué... qué hace ella aquí?
Estaba muy asustado, pero su mente rápidamente hizo click. No en su seguridad, sino en que quizá esa sería la última vez que vería a su madre. Tenía que despedirse al menos.
Cigarrillos apagados en su cuerpo, golpes hasta desmayarse, vivir en la oscuridad... una vez lo habían intentado ahorcar con un simple listón. Tantas torturas, tantas cicatrices mentales, y nada de eso se comparaba con tener que caminar tres metros hasta el cadáver de su madre. Era como pisar agujas que se clavaban directo en el talón y viajaban al corazón. Ni siquiera podía ver su rostro, ya que estaba cubierto por un pequeño manto blanco. Pero, ¿cómo no reconocer a esa mujer? Su hermoso cabello no tenía comparación, y aún conservaba aquel anillo de bodas de ese matrimonio infernal.
—Mamá...
La llamó casi en sollozos, un llanto que se quedó atascado en su garganta cuando uno de los soldados lo tomó por la espalda. Fue arrancado de esa escena, extendiendo los brazos en dirección al cadáver, gritando que lo dejaran ir. Pelear no era lo suyo, resistirse menos, y aun así, hoy lo hacía con todas sus fuerzas.
—¡BASTA! ¡TENGO QUE VERLA! ¡TENGO QUE VERLA POR ÚLTIMA VEZ! ¡TENGO QUE PEDIRLE PERDÓN!
Aquellos hombres examinaban el cuerpo. Era toda la evidencia que necesitaban para inculpar a Xeno. Pero para Gen, esa persona muerta no era una prueba judicial. Era su madre.
—¡SUÉLTENME! ¡POR FAVOR, POR FAVOR, POR FAVOR!
Gritaba, lloraba, pataleaba, empujaba a todos, hasta que una inyección fue clavada en su cuello. Un tranquilizante que usaban para cazar conejos. No lo aturdiría por completo, pero sí lo suficiente como para volverlo manejable. Sus ojos azules simplemente observaron cómo la puerta se cerraba, para no volver a ver a esa mujer jamás.
★
───── Todos han sido capturados ───── Sonó la radio a los pies de Stanley. Había díez hombres muertos tirados en varios puntos. Algunos sin cabeza, como si un oso gigante se las hubiera arrancado. Otros con agujeros de bala en los globos oculares, y algunos con su propia arma incrustada en la garganta. Stanley estaba cubierto de sangre, pero al escuchar la noticia, algo en él cambió.
Alzó la mirada al cielo, observando cómo Byakuya, la última persona en pie, era subido al helicóptero por las escaleras.
Corrió. Como un atleta profesional, impulsado por la adrenalina y su deseo de llegar a ellos. Pero no eran estúpidos. Ya habían subido.
Todos celebraban en la nave por el "buen trabajo". Pero al echar un vistazo al suelo, un escalofrío les recorrió la espalda. Ese hombre rubio no parecía humano. Sus ojos... esos ojos que alguna vez destellaron el cálido sol otoñal, ahora estaban impregnados del odio más puro y visceral.
Los estaba sentenciando a la máxima tortura.
Si le habían quitado a su familia, él les quitaría los órganos uno por uno.
Chapter 13: ¡Lo deseo!
Chapter Text
Despertaba en una habitación nueva. ¿Cuántas veces había pasado eso? Ya no se sorprendía de ser cambiado de lugar en lugar, pero ahora su cuerpo brincó por el miedo.
Recordaba todo lo ocurrido y se movía desesperado por todos lados, chocando con los muebles y las paredes. Tenía que calmarse.
Vamos...
Respira...
Llevó su mano al pecho mientras caía al suelo. Podía sentir su corazón latir a un ritmo peligroso, pero aún así trataba de calmarse. Cerró los ojos pensando en Stanley, en aquella sensación de ser cargado cuando se fue con él de Japón. La suavidad de haber estado en sus brazos y sentir la protección que nadie más en la Tierra le había dado. Su canto durante la noche, cuando le enseñaba a disparar, e incluso aquella mirada de odio cuando hablaba con Senku.
Su respiración empezaba a normalizarse hasta que se acostó en el suelo frío y se quedó ahí unos minutos. Suponía que todo había terminado. La historia había llegado a su fin. ¿Había sido capturado por malas personas? ¿O era el doctor Xeno el villano? Tenía el cadáver de su madre en ese laboratorio... ¿Por qué? Al final de cuentas, los adultos siempre mentían.
Su antiguo estilo de pensar le decía que ya no quería pasar por cosas como esas. Los adultos lo trataban como una muñeca, haciendo con él lo que querían. Si pudiera rendirse, estaría excelente, pero no esta vez. Necesitaba saber si había sido capturado solo o si su familia estaba en el mismo lugar. Tenía que pensar; ya habría tiempo para lamentarse.
Lo primero fue ponerse de pie y analizar dónde estaba. No era una celda o un calabozo como en los cuentos de hadas, era una habitación normal, como si fuera una sala de espera. Había un sofá largo, una mesita y un estante con revistas, luego una enorme ventana que tenía vista al cuarto de al lado: el infierno.
Sus manitas golpearon el cristal observando lo que pasaba del otro lado. Era una especie de cuarto de hospital o de operaciones donde un niño de cabello verde le estaba dando pelea a los doctores. En primer lugar, era sorprendente que estuviera despierto, pero ahí estaba, el pequeño científico tratando de golpear a quienes lo sostenían.
────¿Ya fue puesta la anestesia? ──── preguntó uno de los doctores. Gen apenas adivinaba lo que estaban diciendo trás el cristal. Trataba de leer los labios de los demás, pero todo era estresante. ¿Qué le había pasado a Senku? ¿Por qué tenía esas heridas? Sus ojitos carmesí estaban llorando de desesperación. Su abdomen, bañado en sangre, seguía escurriendo el líquido por toda la cama. Para suerte o desgracia, Senku no era alguien físicamente fuerte, así que bastó una sola persona para someterlo en la camilla.
Gen golpeaba el cristal y era ignorado por los cinco doctores y enfermeras, así que corrió hasta la puerta, tratando de abrirla, pero estaba con llave. Ya no le importaba lo que pudiera pasarle, su ubicación o dónde estaban Xeno y Stanley. Necesitaba ir con Senku y saber cómo estaba. ¿Qué podía hacer? Pues, una carta se deslizó por la ranura de la puerta, con cuidado, poniéndose justo entre el metal que lo mantenía cautivo y la libertad de ir con el otro niño.
Los doctores quedaron sorprendidos de ver a Gen corriendo fuera de su confinamiento directo hasta Senku. Al principio trataron de llamar a algún guardia o soldado, pero estaban muy ocupados en estabilizar al otro chico y finalmente no le dieron importancia.
—Senku...
Tomó la mano del pequeño, mirando cómo aquellos bonitos ojos de rubí empezaban a cerrarse gracias a la anestesia. Gen estaba acostumbrado a ver escenas difíciles; presenciar cómo estaban cosiendo a su amiguito o cómo lo llenaban de inyecciones era algo que podía soportar, pese a su edad. Simplemente apretaba la mano de Ishigami y le decía que todo estaría bien. No se perdonaba que Senku hubiera terminado involucrado en todo eso. Lo que tenía en el hombro era claramente un disparo. Ya estaba cansado de lo que las armas le estaban robando.
¿Pero qué hay de Senku?
Él estaba muy confundido. Su mente apenas podía comprender lo que pasaba. La primera vez que había cerrado los ojos, había visto el arma de Stanley apuntándole, luego el rostro de Xeno, y ahora estaba rodeado de personas que no conocía. ¿Por qué le estaban tocando? No quería que manos sucias se acercaran a su cuerpo. Solo podía pensar en las risas de aquellos soldados, y el delirio de haber perdido tanta sangre le hacía alucinar con ellos. Podía verlos de pie sobre su cama, con un agujero de bala en sus cabezas y con las mismas estúpidas sonrisas, como si le dijeran que, al morir, lo estarían esperando en el infierno.
—Yodhídrico... perclórico... sulfúrico...
Gen no comprendía lo que murmuraba ni el por qué Senku miraba un punto fijo de la habitación. Tenía una expresión que jamás había visto en él. No era un niño que se enojara fácilmente, pero podía sentir ese desprecio del pequeño niño herido hacia quien no estaba allí.
—Ácido... les lanzaré ácido en sus rostros...
Oh... Gen estaba aliviado de que Senku fuera alguien de "los buenos", porque si ese chico llegara a ser un villano, estarían no solo los adultos perdidos, sino quizá la nación entera. También agradecía que no fuera fácil hacerlo enojar.
Finalmente, sus ojitos se cerraron, derrotado por la pérdida de sangre y los rastros de un veneno que buscaba ser tratado. El niño mayor se acercó más, abrazando su cabeza conectada a los cables y al tubo de respiración, pidiéndole que se quedara con él.
—Vamos, Senku... Íbamos a casarnos, ¿no es así? Tienes que ser fuerte.
Pero su voz no era alcanzada, ni la de Gen ni la de los doctores.
.
.
.
.
"Bienvenido, doctor Ishigami."
Senku despertó sentado sobre un diván, en la esquina de lo que parecía ser una fiesta con personas que no conocía. Un enorme salón elegante, como si estuviera dentro de un castillo de cuentos. Candelabros de oro y perlas, mujeres en largos vestidos elegantes y señores con copas de vino en sus manos. Ahora sí había perdido la cabeza... o quizá estaba soñando.
—No deberías pensar en asesinar a alguien cuando Gen te abraza de esa manera.
Senku no tuvo que girarse para saber que no estaba solo. A su lado estaba una mujer haciéndole compañía.
—¿Qué es esto? ¿Estoy soñando?
—Tal vez es el limbo.
La pequeña y elegante risa de la mujer no le causó gracia a Senku. Él no creía en cosas como el cielo y el infierno. Pensaba que, al morir, simplemente desaparecías de la Tierra.
—Tal vez es un recuerdo, mi querido niño.
—Imposible. No recuerdo una fiesta como ésta. Además, está probado que los humanos pueden ser capaces de recordar desde los dos años de edad, y te aseguro que mi memoria no posee registro de ésto.
—Quizá sucedió cuando apenas sabías ponerte de pie.
—Podría ser el caso, pero entonces... ¿por qué eres una imagen tan clara? No pareces un recuerdo borroso. Simplemente todo ésto es imposible. Mi cuerpo debe estar tan lastimado que ha entrado en estrés y está creando esta historia ficticia para tratar de nivelar mi presión arterial y calmarme.
Decía todo eso, y en verdad lo creía, pero al mismo tiempo tenía los puños cerrados sobre sus piernas. Estaba temblando un poco, nervioso de ver directamente a la mujer que estaba con él, ya que era obvio de quién se trataba...... cabello esmeralda y ondulado que le llegaba más allá de la cintura, unos labios rojos del mismo color que sus pupilas y una bata larga y blanca con el logo de la NASA en ella. Sus piernas, con medias negras, se cruzaron tomando una pose más recta. Parecía que tenía mucho tiempo de estar sentada ahí esperando a alguien.
—Se dice que, antes de morir, tu cerebro reproduce por siete minutos los últimos recuerdos más importantes de tu vida. ¿Es acaso este tu recuerdo más atesorado, doctor Senku?
—Esas son solo fantasías. Tratas de enfatizar que tenemos un alma, cuando en realidad nuestro cuerpo es lo que es gracias al cerebro.
—Byakuya estaría triste si te quedas aquí conmigo...
Fue el momento en que Senku se atrevió a verla. Su corazón de hierro se sacudió y frunció el ceño, enojado con ella por hacerle sentir emociones que no deberían estar ahí. Ella le sonrió y se giró en su dirección para tomar ambas mejillas del niño con sus manos y darle un suave beso en la frente. Fuera un recuerdo o un fantasma, aquella acción le sacó una lágrima. Sentía una profunda nostalgia, como si hubiera perdido una parte muy importante de su vida y no pudiera recordarla. Quería hacerle muchas preguntas, pero toda esa ilusión se desvaneció de la misma forma en que había aparecido. Su alma quedó en la completa oscuridad.
Fuera de toda esa fantasía, estaba Gen abrazándolo. Habían terminado los procedimientos, pero el niño estaba muy lejos de despertar aún.
—Veremos cómo evoluciona esta noche. Si logra pasar los primeros cinco días, tal vez haya esperanza.
Doctores hablando de esperanza, cuando su gente había sido la culpable de que Senku estuviera así en primer lugar. Gen estaba entre molesto y triste, con una enorme frustración creciendo en su pecho. Pero no era momento de lamentarse. Debía buscar una forma de salir de ahí, o al menos encontrar respuestas a todo lo que estaba pasando.
Pasaron dos horas sin que ninguna enfermera o doctor estuviera con ellos. Suponía que los médicos no deseaban involucrarse en las manchas del gobierno, si lo habían estado ignorando todo el tiempo. Senku tenía vendajes por todo el cuerpo desnudo, apenas cubierto con una delgada sábana. Sus brazos estaban repletos de cables, al igual que su pecho y su cabeza. Tampoco podía respirar por sí solo, ya que tenía una máscara en la boca que le bombeaba oxígeno. Aún si hoy encontraba una salida, iba a quedarse con Senku toda la noche.
Esos eran sus planes, pero un soldado entró en la habitación.
—El hijo del jefe quiere verte. Andando.
Se había acostumbrado tanto al perfecto japonés de Xeno, que escucharlo de forma tan torpe en los labios de alguien resultaba cómico. Tampoco puso resistencia, ya que prefería cooperar a ser golpeado por un adulto.
Al salir de la habitación se dio cuenta de que, efectivamente, no estaban en un hospital. Las paredes eran tan blancas como las de uno, pero había habitaciones con barrotes como si fueran celdas. También largas filas de soldados marchando por los corredores. ¿Era alguna base militar? Trataba de ocultar sus manitas bajo la manga, tocando el arma que había escondido ahí antes de ser capturado, y se encogía de hombros, pareciendo un pequeño animalito inofensivo.
—¿El jefe es uno de los superiores que vi en Japón?
Necesitaba obtener información antes de ver a esa tan aclamada persona. Es decir, era el villano principal en todo ese lío, así que debía estar preparado.
—Somos una fuerza especial que puede ser contratada por personas poderosas. Todo tu caso es una misión fallida de la cual alguien nos contrató, y estás por hablar con esa persona.
Interesante. Alguien con más poder que el doctor Xeno, y con el suficiente dinero para mandar a desaparecer a una familia entera. Fuera quien fuera, esa persona tenía ganado el respeto y el odio de Gen.
Pasaron de pasillos blancos a tomar un elevador hacia el piso superior. Gen era un chico muy observador, con solo ver y escuchar los sonidos del elevador, podía deducir que estaban bajo tierra, y que la combinación para acceder a dicha salida era 187.
La persona que esperaba por ellos tenía todo un piso para sus comodidades. Las puertas que fue observando eran tonterías sin fin; un cuarto de juegos, de postres, de revistas, de... mujeres. Hasta que, al final de ese largo corredor, se encontraron con una puerta roja. Gen la asimilaba a la misma puerta de la película Insidious, donde seguramente habría un demonio trás ella.
El soldado llamó dos veces antes de abrirla y empujó a Gen dentro. El chico solo escuchó cómo echaban llave a sus espaldas, así que suponía que no se iría de ahí pronto.
—Gen Asagiri. Diez años. Padece situs inversus. Hijo de una modelo y de un hombre metido en muchos escándalos políticos.
Los ojos azules de Gen se centraron en la silla giratoria de esa oficina. Alguien estaba ahí, mirando por la ventana con un paisaje falso. Todo eso era un cuarto grande, con una mesa de madera en el centro, un escritorio en el área del enemigo, libros a los lados y apenas un pequeño sofá.
—Lamento mucho decepcionarte, pero mi padre no pudo venir hoy. Sin embargo, me dejó al tanto de la situación, así que harás negocios conmigo.
Cuando la silla se giró, Gen abrió los ojos de par en par. Lo que estaba ahí no era un hombre, sino un niño rubio de prominentes cejas negras y una sonrisa tan grande que le daba escalofríos.
—Mi nombre es Ryusui Nanami.
Gen se frotó la sien, se rascó la cabeza y luego miró en todas direcciones, buscando saber si eso era una broma. ¿¡Era en serio?! ¿¡Cómo vas a mandar a un engendro a hacer un trabajo tan importante?! El rostro de asco de Gen fue captado por Ryusui, quien chasqueó los dedos y le señaló la silla.
—Sé que no lo parezco, pero ya tengo once años y medio.
Lo decía como si eso fuera a darle consuelo, pero si lo pensaba bien, quizá manipular a un niño sería más sencillo. Así que Gen obedeció y comenzó su pequeño show.
—Oh~ Han pasado tantas cosas malas, señor Nanami. Mi familia fue asesinada y ahora he terminado aquí. Me pregunto si el señor Nanami va a matarme...
Se encogía en la silla como si todo eso fuera algo de todos los días, fingiendo tristeza y cerrando sus ojitos. El chico rubio curvó las cejas, consternado por lo que escuchaba y un tanto preocupado. No estaba a favor de asesinar personas, pero la información que le dieron hacía ver a los padres de Gen como unos criminales a castigar.
—Escuché que tu padre inventó rumores sobre nuestros negocios y nos metió en varios aprietos. También estábamos buscando un código en específico que robó. ¿Sabes sobre eso?
—¿Un código?
Debía ser todo una mentira. ¿Esas eran todas las razones para el desastre? Además, era la primera vez que escuchaba sobre un código.
—No lo sé, mis padres hablaban de muchas cosas, señor Nanami. Puede que haya escuchado algo al respecto o no. Sin embargo, es una lástima que el código se pierda si llego a morir.
—¡Jah! Eres un chico inteligente, tratas de evitar que te mande a la horca.
—Si no encontraron nada en mi casa, eso significa que solo los miembros de la familia Asagiri lo conocen, y dos de ellos están muertos. Soy la única esperanza que tiene tu padre.
—No creas que soy alguien tan suave. Fácilmente puedo decirles a los soldados que te torturen y saquen esa información. ¿Qué te hace tan especial, Asagiri?
—Si ese fuera el caso, lo habrían hecho cuando llegué. Pero en lugar de meterme en una celda, me dejaron junto a los doctores. Eso significa que el señor Nanami... al menos su hijo... no es tan malo.
Oh, atrapado. Ryusui no tenía cómo argumentar ante eso. Estaba fascinado con la valentía de Gen, porque cualquiera en esa situación estaría temblando, pero el chico estaba sereno y formal, como si fuera todo un hombrecito de negocios.
—¡Jah! Lo deseo.
—¿Eh?
—Desde hoy eres mi novio.
—¿¡EH!?
Primero Senku y ahora este niño que, pese a ser mayor que Gen en edad, al levantarse de la silla apenas le llegaba al hombro.
—No te preocupes. Cuando sea mayor, seré más alto que tú y te cargaré como a mi esposa.
Su enorme sonrisa destellaba, y Gen no sabía qué hacer exactamente. Quizá jugar un rato con ese niño podría significar la salvación de todos. Claro, siempre y cuando el padre de ese chico no decidiera aparecerse por ahí. Estaba seguro de que ese hombre no iba a tener piedad con ninguno de ellos.
—Eso es muy tierno, Ryusui-chan, pero Sen-
Sus palabras se quedaron en la boca. No, no podía decirle sobre la promesa con Senku. Ryusui podría ser pequeño, pero nada le aseguraba que no fuera un niño caprichoso. Había la posibilidad de que mandara a matar a Senku si le contaba esas cosas. Así que Gen giró toda la conversación en otra dirección.
—Mi amigo Senku está muy enfermo y debo quedarme con él. Así que no puedo jugar contigo aquí, pero podrías venir conmigo si quieres.
—¿Senku? ¿El chico con el cabello extraño? Ordenaré que lo instalen en mi habitación, así podrás jugar conmigo. Tendrá a todos mis doctores personales, los mejores del mundo.
Chasqueó los dedos, y de repente, como si fuera un fantasma, una señorita de cabello rubio y rizado apareció de entre las sombras. Ni Batman era tan hábil como esa mujer. O... ¿era un hombre? Gen no podía deducirlo, ni siquiera por la voz, pero miraba cómo esos dos hablaban sobre las preparaciones.
Vaya que la vida de los ricos era muy diferente para cada persona. Él también había sido hijo de una pareja adinerada, pero jamás habían tenido un solo empleado en casa. Por eso siempre estaba sucia y polvosa, con arañas en las paredes y murciélagos apilándose en el techo. Sentía un poco de envidia mirando a Ryusui, quien a simple vista había tenido una vida muy diferente a la suya.
—Excelente trabajo, François. Cuando sea grande, me tatuaré tu rostro en una zona íntima.
Gen gritaba internamente. Ese niño no tenía ningún tipo de filtro al hablar. Era como si, en lugar de una tragedia, estuviera viviendo una comedia. Ojalá a Xeno y Byakuya les estuviera yendo diferente.
•
Su cabeza zumbó con el golpe que recibió. Estaba atado a una silla, con muchos hematomas en el cuerpo, pero se negaba a dar información sobre Stanley.
—Los ignorantes y tontos siempre entran en pánico cuando no saben lo que ocurre.
Ahora había escupido sangre. El doctor estaba en una habitación que apestaba a muerte. Había cuerpos en descomposición en las esquinas, y gracias a eso podía saber que usaban ese lugar para las torturas.
—Diga lo que diga, él y tú están bajo arresto y posiblemente con una condena de muerte.
Los hombres se vendaban las manos con trapos y volvían a golpearlo. Xeno no era alguien fuerte físicamente, así que ya se había desmayado varias veces en el transcurso del día. Sus preguntas tampoco eran respondidas. Al menos le gustaría saber si Senku seguía con vida, pero no deseaba escuchar una negación de ellos ni que se burlaran en su cara por no saber protegerlo.
—Burocracia...
Los soldados preparaban una cubeta de agua y uno de ellos tomó una toalla.
—Un día haré que todos los humanos paguen por su ignorancia y formaré una civilización donde todos estén bajo mis garras.
No pudieron seguir escuchando sus fantasías, ya que la toalla fue puesta sobre su rostro y fue tumbado, con todo y silla al suelo. Lo estaban ahogando con ella, derramando el agua fría encima de su cara para que el proceso fuera peor.
¿Pero dónde estaba Byakuya? ¿En el cielo? ¿En el infierno? O quizá conversando con el verdadero responsable de todo lo ocurrido. A veces se debía poner en una balanza qué era más importante:
La seguridad de su hijo o traicionar a sus amigos.
Chapter 14: Nuevo aliado.
Chapter Text
Cuando Senku despertó, había pasado una semana. Se encontró en una habitación oscura, con el sonido de cables conectados a su cuerpo. Su cerebro, que apenas intentaba recordar lo ocurrido, tardó varios minutos en buscar a las dos personas más importantes en su vida: su padre y Gen.
No debía moverse. No tenía fuerzas ni para caminar y, aun así, cayó de la cama y empezó a arrastrarse por la habitación.
-Gen...
Iba desconectando los cables adheridos a su cuerpo. Sus heridas comenzaron a sangrar un poco, y el niño empezó a jadear. Avanzaba en dirección a la luz de una puerta abierta y al sonido de las risas que provenían de ese lugar. ¿Ya no estaban en peligro? Lo único que deseaba era pasear con Gen por las calles de Estados Unidos, comprar un helado y tomar su mano mientras visitaban un museo. ¿Era mucho pedir?
Al llegar a la puerta, observó una escena agridulce. Ahí estaba el amor de su vida, pero junto a él había otro niño que no conocía. Estaban jugando a que se casaban.
───── ¿Señor Asagiri, acepta como esposo al amo Nanami para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe? ───── decía François. Ambos niños tenían un mantel transparente sobre la cabeza. Habían movido algunas macetas para simular un altar, y Ryusui tomaba de las manos a Gen, algo que no duró mucho tiempo, porque cierto niño de cabello verde se le lanzó encima.
Gen se quedó perplejo mirando la escena, mientras Senku se peleaba a golpes con el otro niño. Jamás había sido un chico violento pero ahí estaba, mordiendo el brazo de Ryusui.
───── ¡Llevo casi tres meses trabajando para que se case conmigo y tú vienes a interferir! ───── Claramente, Senku tenía las de perder, pero no fueron los golpes de Nanami los que lo derrumbaron, sino sus heridas. Cayó sobre el pecho del rubio, respirando con dificultad, y Gen se apresuró a ayudarlo.
───── Senku... has despertado ───── Sus ojitos azules se llenaban de lágrimas, pero Senku no aceptaba su ayuda. Retiraba las manos de Gen con desdén. Estaba muy enojado con él, y aún más con Ryusui, quien, en lugar de molestarse, lo miraba curioso.
-Así que el famoso Senku ha despertado. Bienvenido a mi edificio especial. Veo que conoces a mi esposa.
-No es tu esposa, idiota. Es mi esposa.
-No es cierto. ¡Yo le propuse matrimonio!
-¡Yo se lo pedí antes que tú!
¿Qué tipo de arma podría tener un científico tan pequeño? La anatomía. Su manita presionó con fuerza una zona especial de la pierna, a pocos centímetros de la rodilla, donde duele bastante. Ryusui empezó a quejarse y a gritar. Fue François quien separó a los niños.
───── Senku... estás herido, vamos a la cama ─────. Gen trataba de calmarlo mientras caminaban de regreso a la habitación. Ah, el pequeño genio estaba furioso. Prefería lidiar con los pechos asesinos de Stanley que ver a alguien más llamando "esposa" a Gen. ¿Quién se creía ese niño tonto? Gen era suyo y de nadie más. Incluso sacó la lengua en señal de burla hacia Ryusui.
Una vez en la cama, Gen subió con él. Lo abrazó, pese a las negativas de Ishigami, hundiendo su rostro en el pecho ajeno y herido.
"Gracias", pensaba. "Gracias porque está con vida".
Cuando las cosas han salido mal por tanto tiempo, la esperanza se pierde. Toda esa semana había temido lo peor. Ver a Senku despierto movía su corazón. Sus mejillas se empapaban de lágrimas; lloraba de felicidad y desesperación al mismo tiempo. Senku dejó su berrinche al verlo así. Jamás deseaba lastimar a Gen, y menos hacerlo llorar.
───── Lo siento, Senku. Pasaste por tantas cosas por mi culpa. En verdad lo siento. Por favor, perdóname ───── Su llanto no paraba aunque quisiera, y se aferraba a Ishigami sin soltarlo. El otro niño correspondió su abrazo.
Quizá estaban solos, lejos de los adultos que los protegían y en un lugar peligroso, pero se tenían el uno al otro, y eso bastaba para que hubiera una pizca de esperanza.
───── Vamos a buscar a papá y nos iremos de América ───── Gen levantó la cabeza. Ese plan sonaba extraño. ¿Irse de América? En primer lugar, lo de encontrar a Byakuya ya era difícil ───── Tres meses más. Te prometo que en tres meses esta pesadilla habrá terminado y estaremos en un avión rumbo a Japón. Te doy mi palabra ───── Vaya ojos rojos tan bellos... Esa determinación le daba a Gen una calidez especial en el pecho. Casi podía reír entre lágrimas porque él no tenía tanta fé como su "novio".
-¿Pero quién es ese?
-¿Ah?
Con mala educación, Senku señaló a Nanami, quien observaba con un juguito en la mano, y él mismo respondió.
-¡Ajá! Soy tu boleto para salir de aquí, Senku, pero solo si también te conviertes en mi esposa.
★
Un hombre fue aplastado contra la pared. Su sangre salpicó toda la superficie, y parte de su piel quedó adherida ahí.
Se rumoreaba que por las calles había un monstruo. Uno que salía a cazar por las noches y estaba acabando con todos.
"¿Dónde está?"
"¿Dónde está mi hijo?"
Xeno siempre había sido el de los planes. Cosas elegantes, sofisticadas, que Stanley seguía al pie de la letra. Ahora, al no estar juntos, Stanley tomaba el camino de la violencia. Ya no quedaba piedad en su sangre.
───── Capitán, le daré las coordenadas ─────. Su radio sonaba. Era Charlotte del otro lado. Stanley salió del callejón para atender. ¿Cuántos cigarrillos llevaba ya? Se acababa cajas enteras por hora.
-¿Tienes acceso?
-Sí. Maya y yo estamos en la base. No hemos visto a los rehenes, pero se rumorea que trajeron a dos niños. Podemos cortar las cámaras por veinte minutos, pero Brody debe saber cuándo llegarás.
-Si está dentro de mi rango, será hoy mismo.
Era bueno tener aliados no perseguidos por esos idiotas, aunque quería hacerlo solo. Aun así, tuvo que pasar primero por la mansión de Xeno.
Seguía custodiada, pero le fue fácil entrar. La conocía desde adolescente, desde que iba a visitar al doctor. Sabía todas las entradas y salidas. ¿Qué tipo de juguetes guardaba Xeno? Armaduras, máscaras, ácidos, compuestos corrosivos... pero el premio era una metralleta enorme con su sello. Era pesada, pero Stanley la alzó con una sola mano.
La ubicación quedaba lejos, quizá a dos horas en auto. Ir sin plan era un suicidio, aunque a Stanley ya no le importaba. Pensaba entrar y arrasar con todo hasta encontrarlos.
★
-Mi madre estaba en su laboratorio.
Ambos niños hablaban de lo ocurrido, y Senku quedó abatido. ¿Xeno tenía el cadáver de su madre? ¿Estaba con los malos? Tal vez no debían volver con el doctor. La mejor opción era escapar juntos.
-Puedo ayudarte a buscar al señor Ishigami, pero luego buscaré cómo salir de aquí.
Senku le tomó las manos. Sabía que su padre lo entendería, que estaría orgulloso por cuidar de Gen.... Eso esperaba.
───── Iré contigo ───── Nanami, aún metiche, se subió a la cama y puso sus manitas sobre las suyas:───── ¿A dónde vamos? ─────
-Tú no irás con nosotros, ratero de esposas.
-¡Pero qué dices! Ambos son mis esposas, y yo cuido bien de mis esposas. Además, necesitan un helicóptero.
Ser el hijo del villano era contradictorio. Ni Gen ni Senku veían a ese niño como una amenaza. De hecho, les parecía ridículo. ¿Los soldados no lo notarían? ¿Su padre no pediría informes? Senku analizaba todo. Podía ser una trampa, podían fusilarlos antes de llegar al helicóptero. O tal vez decía la verdad. Pero ¿a dónde irían?
-Iremos contigo.
Gen había tomado la decisión, para molestia de Senku. No le gustaba estar de acuerdo con Ryusui, pero no había muchas opciones.
-¡Bien dicho, esposa número uno! Pero tu amiguito necesita un doctor las 24 horas. Conozco a uno que podría ayudarnos al salir de aquí.
Senku no confiaba en él, pero su entusiasmo era contagioso. El niño científico tomó una hoja de papel y explicó cómo escapar. Si ese piso era de Ryusui, solo debían pasar por los guardias de la azotea.
───── Tu mayordomo puede crear una distracción ───── La "mujer" se acercó al escuchar eso y puso atención a lo que decía. Era increíble cómo un niño tan pequeño tenía esa inteligencia; había memorizado todo el lugar aún estando herido. ¿Cuándo lo había hecho? ¿En el momento en que fue traído allí? Lanzaba miradas a Nanami, como diciéndole que necesitaban a ese chico en su equipo para planes futuros. Eso aseguraría las inversiones de esa familia.
El plan estaba listo, solo faltaba implementarlo.
─────Mi padre vendrá dentro de tres días. Para entonces, ya estaremos lejos ─────decía Ryusui con mucha confianza, cargando a Senku como si no pesara nada. François se había ofrecido a hacerlo, pero él insistía en que un hombre de verdad cuida bien de sus esposas. Así que caminaron todos por el pasillo hacia el ascensor. Como suponían, el único peligro que quedaba eran los guardias custodiando el techo.
No podía ser tan fácil; debía haber gato encerrado.
No. En realidad, ya habían sufrido demasiado, así que la autora les estaba concediendo una ruta sencilla ésta vez (solo ésta vez).
La mujer sacó una pistola del cinturón y disparó al aire. Los dos soldados corrieron hacia esa dirección, solo para encontrarse con una señorita especializada en combate. Gen se quedó petrificado un instante al ver cómo alguien tan bajita había logrado derribar a hombres fornidos y altos con una habilidad impresionante.
─────¡Yo voy a pilotear! ─── dijo Ryusui, pero antes de subir al asiento del piloto, François ya le había ganado el lugar. Permitir que el joven amo piloteara no era aceptable, aunque Ryusui ya volara su jet privado por las tardes para ir de compras.
-¿Están listos? Por favor, abrochen los cinturones.
Senku se abrazó al brazo de Gen. Tanto viaje en helicóptero comenzaba a marearlo, y sus heridas no estaban en condiciones para ese tipo de cosas. Al sentir cómo la gravedad los aplastaba, se quejó de dolor. Ryusui acariciaba su espalda, comenzando a preocuparse. Siempre había sido alguien que hacía lo que quería, sin escuchar reclamos de nadie. Pero ahora... no sabía si estaba haciendo lo correcto. Tampoco entendía las intenciones de su padre al querer lastimarlos. Una vez Sai le habia hablado sobre esa clase de cosas, de como su familia había hecho una fortuna a base de la vida de otros, pero siempre había creido que eran cuentos de terror.
Eran tres niños contra el mundo ahora.
Al mismo tiempo que el helicóptero despegaba, una camioneta se detenía frente a la entrada de la base militar. La tarjeta de acceso activó la máquina, y el portón se abrió acompañado de una voz robótica:
"Bienvenido, Stanley Snyder"
Las alarmas comenzaron a sonar en todo el edificio y los francotiradores se posicionaron en cada esquina. Algunos se quedaron atónitos al ver la silueta de Stanley cuando las luces se enfocaron en él.
Era la leyenda viva, el hombre prodigio, el criminal... aquel humano capaz de destrozar a otro con sus propias manos. Lo vieron alzar su metralleta y abrir fuego.
Todos sabían que no podrían detenerlo, menos cuando el chico rubio comenzó a lanzar bombas de humo. No podían ver ni siquiera dónde estaba.
─────Todas las unidades a sus puestos ─────ordenó una voz entre la confusión. Maya, quien apuntaba su arma en dirección al capitán, cambió su mira y disparó a los demás soldados. Charlotte hizo lo mismo. Si no iban a cumplir con cortar las cámaras, entonces se unirían a la masacre que acababa de comenzar.
Cuando eran niños, los tres habían hecho la promesa de superar cualquier obstáculo juntos. No importaba si estaban equivocados, si los métodos eran sucios, si se condenaban en el proceso. Se irían al infierno al mismo tiempo.
Pero el fuego se detuvo cuando uno de los oficiales de mayor rango lanzó a Xeno al suelo.
Stanley bajó su arma al observar el estado del doctor. Su rostro estaba irreconocible, y su bata blanca empapada en sangre. Pensaban usarlo de rehén para forzar a Snyder a entregarse.
-Tenemos un trato para ti.
Ah, él no era de palabras. Disparaba primero y preguntaba después. Pero la vida de Xeno estaba en juego.
-Podemos darte al niño, pero el doctor se queda. O podemos darte al doctor, y el niño se queda. La segunda opción es la mejor para ambos, ya que podrán regresar a una vida normal. Solo debes renunciar al chico.
Nada garantizaba que eso fuera cierto, pero al mismo tiempo, Xeno jamás le perdonaría haberlo elegido a él antes que a Gen. Esos ojos negros que apenas se mantenían abiertos se lo decían.
-Mátalos a todos.
La orden había salido de los labios de Xeno, y tanto Stanley como las dos chicas alzaron nuevamente sus armas.
El doctor había pasado años domesticando a esos perros suyos. Todo lo que dijera iba a cumplirse. Pero, incluso si lograban salir de esa...
No sabían que su hijo adoptivo ya no confiaba más en ellos.