Chapter 1: CAPÍTULO 1
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CONSTRUYENDO
CAPÍTULO 1
Olivia consideraba que ahora su vida que hasta hace poco era un caos comenzaba a. arreglarse, era una mujer joven con una carrera en ascenso gracias a su dedicación y entrega que ahora tenía que dividir entre el trabajo y su vida familiar, pero eso no le importaba había luchado tanto por una familia y deseado desde niña tener una. que no le importaba; su familia era algo diferente tenía 3 hijos 2 de ellos eran adoptados, Calvin de 6 años y Noah de 1 año seis meses y Anthony que tenía 8 meses de edad el cual era su hijo con Edward Tucker, hace un año había enviudado, pero había sabido reponerse a su perdida y también a la de su compañero Elliot, aún se sentía confundida no sabía si lo que sentía por Tucker solo había sido para afrontar su soledad después de que Elliot se fue, tampoco sabía si lo que sentía por Elliot era una fuerte hermandad y compañerismo o era amor.
Pero de lo que estaría eternamente agradecida con Tucker fue el. refugio que fue en sus tiempos más difíciles y por su puesto su hijo Anthony
Otro día comenzaba y Olivia se alistaba para tener todo listo, camino a la estación iría a dejar a Calvin a la escuela la niñera llegaría pronto para cuidar a los más pequeños.
Algunas personas le decían que sería más fácil si revocaba la adopción de Calvin y Noah y solo se quedaba con su hijo Anthony, si sería más sencillo, pero ella amaba a esos chicos y hasta ahora ¿qué había sido fácil en su vida?
Olivia se despedía de su hijo – Calvin no podre venir a recogerte, pero la señora Miller vendrá por ti para dejarte en casa
Calvin: Si mami, te amo mucho y me gusta que seas mi mamá – le dio un fuerte abrazo -
Amanda: Hola Liv, ¿cómo va tu mañana?
Olivia: Estresante como siempre
Amanda: Tenemos que ir a los tribunales, el jefe nos presentará al nuevo fiscal.
La primera impresión de Olivia al conocer al nuevo fiscal fue el de un hombre guapo, aunque algo engreído, para nada le agrado su comentario, esperaba poder trabajar bien con él y hacer un buen equipo, lo más importante era atender a las víctimas y hacer justicia.
En la estación
Amanda: Liv qué te pareció el nuevo fiscal?
Olivia: Bien
Amanda: Solo bien Liv, no dejaba de verte, es guapo
Olivia: Si pero no me interesa, me pareció algo presumido
Amanda: Tienes razón, pero no sé tal vez
Rafael se encontraba en su oficina, una de las detectives que había conocido esta mañana le había parecido muy bella, no dejaba de pensar en esos ojos, tal vez seria algo pasajero ya que desde hace 3 meses no tenía novia, tal vez era eso, de repente tocaron la puerta sacándolo de sus pensamientos.
Rafael: Adelante pase
Rita: No lo puedo creer el gran Rafael Barba aceptó venir a Nueva york
Rafael: Hola Rita
Rita: ¿Vamos a cenar para ponernos al día?
Durante la cena estuvieron platicando de cosas superficiales, aunque ya había pasado un poco de tiempo, no dejaba de pensar en la detective de la mañana, ojalá hubiera prestado atención en cuál era su nombre tal vez Rita lo sabría, pero temía preguntar y que Rita. Se burlara:
Rita: Ya conociste al equipo de detectives
Rafael: Sí a parte del equipo, pero no preste mucha atención, espero que no me estorben en mi trabajo y que sean competentes y me faciliten el trabajo
Rita: Aunque me cueste admitirlo tienes un gran equipo son excelentes detectives, en especial Benson es una apasionada por su trabajo, digamos que es tu versión femenina, pero ella si tiene corazón, no como tú
Rafael: ¿Cómo yo? Cuéntame más
Rita: Olivia Benson, hemos tenido algunos malentendidos en algunos casos, pero es buena, te veo demasiado interesado en Benson, a caso quieres que haga de casamentera y te consiga una cita
Rafael: No es mal idea
Rita: Olvídalo, apenas y la conozco
Habían pasado dos semanas y Olivia había empezado a interactuar más con el nuevo fiscal, en verdad era muy inteligente y bueno en sus casos, sin embargo a Olivia no le agradaba el que no pensara más en las víctimas, en su opinión era algo frío.
En los tribunales Rafael había ganado el caso, recogía su portafolio al voltear observó que ahí estaba Olivia quien se acercaba a la víctima para abrazarla y hablar con ella.
Rafael: Detective Benson ¿qué le trae a los tribunales, veo que no ha faltado a ninguna de las audiencias?
Olivia: Fiscal Barba, vine a apoyar a Jane, no debiste ser tan duro con ella
Rafael: Disculpe detective pero ganamos el caso
Olivia: Si lo ganaste, te felicito, pero debes pensar más en las víctimas
Rafael: Gane y eso es lo que cuenta, esa chica recibirá justicia
Olivia: De verdad eres imposible Barba tú y tu gran ego
Rafael: Disculpa detective que te parece si para limar asperezas vamos por un trago
Olivia: Aunque no me caería nada mal no puedo tengo el resto del día ocupado
Rafael: Pero hoy cerramos el caso, ¿me está rechazando detective?
Olivia: Sí
Rafael se sentía enojado nunca antes alguna dama lo había rechazado
Caminando por los pasillos se encontró con su amiga Rita
Rita: ¿Qué te sucede Rafael? ¿te fue mal en tu caso? Creí que lo tenías ganado
Rafael: Me rechazaron
Rita: No lo puedo creer quien se resistió a tus encantos – dijo riendo-
Rafael: Jamás te lo diré
Rita: Adivino, la detective Benson, ven te invito un café
A la salida Olivia se encontró con Amanda
Amanda: ¿Cómo estuvo el juicio?
Olivia: Todo salió bien Jane tuvo justicia
Amanda: Liv vamos rápido por un café
Olivia: Si pero que sea rápido hoy quiero llegar temprano para ver a los niños,
Amanda: Cuenta con ello
Al entrar a la cafetería Rafael vio a Olivia y se acercó a su mesa
Rafael: Detective Benson ya veo que no esta tan ocupada para tomar un café
Olivia: No, acaso quieren unirse con nosotras abogado, abogada
Rafael: Si
Durante su estancia en la cafetería el ambiente se sentía tenso Rafael no dejaba de mirar a Olivia y Olivia igual, no se inmutaba ante su mirada, Amanda y Rita se sentían incómodas, de pronto sonó el teléfono de Olivia
Olivia: Benson, hola cariño, pronto llegare a casa – Olivia se paró para tomar su llamada
Rafael se paro algo enojado -Hasta pronto detective Rollins, Rita-
Rita: Me voy contigo, hasta pronto detective
Olivia: ¿Se fueron?
Amanda: Creo que le gustas
Olivia: Bromeas yo no soy de su tipo, piernas largas vestida a la moda, elegante en fin guapa
Amanda: Eres una mujer muy guapa Liv, lo más importante tienes un buen corazón y eres una excelente mamá
No te interesa un poco Liv
Olivia: Creo que la cafeína empieza a afectarte Amanda, vámonos
Rita: ¿Qué fue eso Rafael?
Rafael: Nada
Rafael pensaba que lo mejor sería olvidar a Olivia, hasta él tenía sus límites no salía con mujeres casadas, seguro Benson lo era o estaría comprometida.
Al siguiente día era sábado, Olivia tenía el día libre, así que como se lo prometió a Calvin y a Noah irían a jugar al parque.
Mientras Rafael se puso su ropa deportiva para ir al gimnasio, se sentía enojado, hoy no podría ir al gimnasio, ahí estaría Rita y seguro no continuaría de molestarlo, ya estaba harto así que iría al parque
Rafael: Todo por tu culpa Benson
En el parque Olivia y sus hijos disfrutaban de una mañana en el parque; Noah y Anthony jugaban en el pasto gateando y jugando con una pelota
Calvin: Mamá hoy traje mi frisbee ¿puedo jugar?
Olivia: Esta bien cariño, pero no te alejes mucho te estaré observando
Rafael trotaba por el parque – después de todo no estaba del todo mal, de pronto observó a un niño llorando primero lo ignoró, pero presa de. su conciencia regreso
Rafael: ¿Qué pasa niño, por qué lloras?
Calvin señaló al árbol -perdí mi frisbee-
Rafael: Esta bien niño te ayudaré -comenzó a subirse al árbol y logró bajar el frisbee, de pronto escucho una voz familiar, lo cual lo hizo caer-
- Cariño estás bien-
Rafael: Benson?
Chapter 2: CAPÍTULO 2
Summary:
Rafael conoce un poco del pasado de Olivia el cual no es lo que él pensaba
Notes:
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CAPTITULO 2
Olivia corrió a ayudar a Rafael a levantarse
Rafael: ¿Qué haces aquí?
Calvin: Mami el señor me ayudo a recuperar mi frisbee
Rafael volteo a ver a su alrededor, observó al niño y una carriola, él aún sostenía la mano de Olivia, vio sus bellos ojos rápidamente se soltaron
Rafael: Benson ¿tienes un hijo?
Olivia: En realidad 3, muchas gracias por ayudar a mi hijo Calvin
Calvin: Gracias señor – le extendió la mano -
Olivia: Esa caída debe haberte dolido, ven tengo una pomada que te ayudara
Calvin: Un helado mamá también puede ayudarle al señor
Rafael: Bien acepto la pomada, pero seguro a tu esposo no le molestara
Olivia: No hay esposo y dada a tu adicción y amor a la cafeína te invito un café, después de todo ayudaste a Calvin
Calvin: Hola yo soy Calvin Benson y ellos son mis hermanos Noah y Anthony – le extendió la mano-
Rafael: Hola Rafael Barba – correspondió al saludo-
Fueron a sentarse en el pasto Noah y Anthony gateaban y Calvin se acercó a jugar con unos niños
Rafael: Nunca pensé que tuvieras hijos y mucho menos 3 y tu esposo, espera eres divorciada
Olivia: Nada de eso Calvin y Noah son adoptados, Anthony es mi hijo biológico, hace tiempo estuve en una relación Ed Tucker de asuntos internos, seguro has escuchado hablar de él pero nunca nos casamos el enfermo y murió antes de que Anthony naciera y desde entonces solo somos nosotros cuatro o intentamos serlo, la situación con los abuelos de Calvin fue un poco tensa ya que para que estuviera conmigo pusieron algunas condiciones como el pasar algunas fechas importantes con ellos como Navidad, los cumpleaños y visitarlos al menos una semana en las vacaciones de verano. Disculpa te estoy aburriendo.
Rafael: Para nada, eres muy buena Benson yo nunca he pensado en tener hijos y mucho menos adoptar, debe ser muy difícil
Olivia: Llámame Olivia o Liv, como prefieras jamás cambiaría a mis hijos son mi vida, pero ya hable mucho de mi ¿qué hay de usted fiscal?
Rafael: No pensé que tuviera tanto interés en mí, no tengo hijos, tampoco casado, divorciado ni comprometido
Olivia: Disculpa soy muy entrometida, pensé que la abogada Calhoun ya sabes
Rafael comenzó a reírse -Rita es como mi hermana, jamás podría salir con ella, estudiamos en la misma universidad-
Olivia se sintió incómoda -ya es tarde debemos ir a casa Noah debe tomar su siesta voy a buscar a Calvin, gracias fue agradable charlar contigo te veo el lunes-
Calvin: Mamá quiero jugar un poco más en casa no es divertido
Olivia: Puedes jugar con Noah y Anthony
Calvin: Pero son bebés y no es divertido
Olivia: Calvin cariño
Rafael se acercó a Calvin, hagamos un trato ¿te agrada el beisbol?
Calvin: Si señor pero Noah y Anthony no pueden jugar y mamá está ocupada cuidándolos
Rafael: Que te parece si mañana yo juego contigo
Calvin estaba muy emocionado -si puedo traer mi guante nuevo, ¿mamá podemos venir mañana? di que si- Calvin hacia unos ojos tiernos y mirada encantadora
Olivia: No puedo resistirme a esa mirada, está bien mañana nos vemos a las 11:00 si el señor Rafael Barba está de acuerdo
Rafael: Si estoy de acuerdo y llámame Rafael, te daré mi número, nos vemos mañana a las 11:00.
Calvin abrazó a Rafael finalmente se despidieron.
Rafael observaba como Olivia se marchaba con sus hijos, ahora quería conocer más acerca de ella, también pensaba que hace tiempo, para ser más precisos desde la secundaria no tocaba un bat o un guante de beisbol, pensaba que había sido muy imprudente al prometer jugar beisbol, sin embargo, ese era el pretexto ideal para ver de nuevo a Olivia además de que Calvin le había parecido un buen chico, así que iría a una tienda de deportes para comprar lo que necesitaba ósea todo.
Al siguiente día muy temprano por la mañana Rafael recibió una llamada, era Olivia esto lo alegro mucho
Rafael: Hola Liv
Olivia: Rafael disculpa que te hable tan temprano, espero no haberte despertado, pero me temo que no podremos ir al parque a jugar beisbol Calvin tuvo fiebre por la noche y está enfermo, tal vez otro día, tengo que colgar
-Mami yo quiero jugar beisbol con el señor Rafa-La voz de Calvin se escuchaba débil
Rafael: Liv espera no cuelgues puedes darme tu dirección para visitar a Calvin más tarde, Olivia: Esta bien mi dirección es…
Pasados 30 minutos Rafael toco a la puerta de Olivia
Olivia lucia muy desarreglada y cansada cargaba a Noah
Olivia: Rafael pensé que vendrías más tarde la casa es un desastre y tú luces tan bien, creo que no fue buena idea que vinieras
De pronto se escuchó el llanto de Anthony – Puedes sostener a Noah, iré a ver a Anthony no tardare-
Rafael nunca había cargado aun niño tan pequeño pero aceptó extendiendo los brazos fue a sentarse al sofá donde había algunos juguetes, sentó a su lado a Noah que le extendía la mano un bloque para que jugara con él, Rafael aceptó ganándose una sonrisa del niño
Después salió Olivia cargando a Anthony – Veo que ya eres también amigo de Noah-
Rafael: Es un niño adorable y Calvin puedo verlo
Olivia: Esta dormido, toda la noche no pudo dormir, apenas le bajo la fiebre
Rafael: Sabes mi abuelita tenía un buen remedio casero, no digo que la medicina no sea buena pero también le puede ayudar a Calvin, le hablaré a mi mamá y conseguiré todo
Rafael le marcó a su mamá – Mami te hablaba para pedirte el remedio que me hacia mi abuelita ya sabes ese té que me daba cuando tenía fiebre-
Lucía: Rafael hijo estás enfermo y no quieres ir al médico-
Rafael: Mamá no es para mí es para el hijo de una amiga
Lucía: Hay algo que no me quieres decir, escucho aun bebé
Rafael: wooh mami no es lo que estás pensando, me darás el remedio y también la receta de la sopa
Lucía: Eres imposible hijo, bien tienes donde anotar
Rafael fue a comprar lo que se necesitaba, mientras Olivia dividía su tiempo entre sus hijos.
Cuando regresó a casa de Olivia preparó el remedio casero para Calvin, además de la tradicional sopa de su mamá
Olivia: Eso huele delicioso, te lo agradezco pero siento que estamos arruinando tu domingo, iré a darle la medicina Calvin
Rafael: Yo te ayudó a darle la medicina y también le daré un poco de sopa a Calvin, esto lo animara necesitas descansar
Calvin: Señor Rafa, lo siento hoy no puedo ir a jugar beisbol lo lamento, no me siento muy bien
Rafael: No te preocupes el próximo sábado podemos jugar, mira te hice una sopa te ayudará, pero antes la medicina , me quedaré contigo hasta que termines
Calvin: Gracias señor Rafa
Después de que Calvin terminó su sopa Rafael salió de la habitación se dirigió a la sala donde Olivia se quedó dormida en el sofá junto a ella Noah que jugaba con su osito y Anthony estaba en su porta bebé dormido
Rafael: Bien amigo solo quedamos tú y yo dejemos que mamá descansé
Fue por una manta para cubrirla, la observó era hermosa y acarició su mejilla y ahora viendo lo que Olivia hacia por sus hijos comenzaba a gustarle más.
Sentía un ambiente familiar que no sentía hace tiempo.
Notes:
Deja tu comentario gracias
Chapter 3: ¿Es esto una primera cita?
Summary:
Olivia y Rafael comienzan a conocerse más, tal vez Olivia se esta enamorando
Notes:
Amo esta pareja Olivia y Rafael comienzan a enamorarse
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CAPÍTULO 3 ¿ES ESTO UNA PRIMERA CITA?
Olivia despertó al oír el llanto de Anthony, se sentía un poco desorientada, no recordaba haber llevado la manta al sillón, miro el reloj había estado durmiendo desde hace dos horas, cargó a Anthony, escucho a Rafael cantar su voz le pareció preciosa, Noah estaba en su silla de bebé, deleitándose con el canto de Rafael mientras cocinaba, en cuanto vio a Olivia dejo de cantar
Rafael: Lo siento te desperté, preparo algo para la cena, Noah me esta ayudando y Calvin está mucho mejor
Olivia: Gracias Rafael, debes pensar que soy una mala mamá, me quede dormida y se supone que esto no debería estar pasando tú eres nuestro invitado.
Rafael: No te preocupes para eso somos amigos, espero que así me consideres
Olivia: Claro amigos - le extendió la mano y le sonrió- Ahora deja que me haga cargo de lo que falta, te invitaré un buen café colombiano
Noah: Galleta
Olivia: Noah te invitara galletas
Rafael: No puedo resistirme a tal oferta
-Ambos rieron-
A la mañana siguiente Olivia llegó a la estación
Amanda: ¿Qué tal tu fin de semana Liv?
Olivia: Un poco complicado Calvin se enfermó
Amanda: Debiste llamarme, no soy doctora, pero te hubiera ayudado
Olivia iba a contestarle a su amiga cuando sonó su celular, era Rafael
-Gracias por preguntar Calvin está mejor, que tengas un buen día-
Amanda: ¿Qué fue eso, regresaste con Cassidy?
Olivia: Para nada, ya sabes que lo nuestro fue hace mucho tiempo y es historia, a él no le agradaba la idea de ser padre.
Amanda: Me dirás ¿quién es tu enamorado?
Olivia: No existe, solo que por accidente Calvin conoció a Rafael y ayer me ayudo un poco con los chicos
Amanda: Esa historia me la tienes que contar
Olivia: Créeme no hay nada interesante que contar, solo que me vio en mi atuendo de mamá nada glamuroso
Amanda: Con esa horrible playera que nos regaló Munch, cuéntame tú y el señor Versace ¿juntos platicando?
Olivia: ya es tarde mejor vamos a trabajar.
En la oficina de Rafael
Rita: Hola Rafael no pensé que me tuvieras tanto miedo el fin de semana no apareciste en el gimnasio, desapareciste, dime ¿estás saliendo con alguien?
Rafael solo se le quedó mirando
Rita: Averigüe sobre tu detective Benson aunque creo que no gustara lo que te informare, tiene 3 hijos 2 son adoptados y el otro
Rafael: Sus nombres son Calvin, Noah y Anthony y son maravillosos
Rita: Veo que tienes mejores fuentes de información que las mías, Ah esa bolsa de regalo, libros no pensé que te gustaba leer libros para niños
Rafael: Deja de revisar mis cosas Rita es propiedad privada
Rita: Me voy antes de que me des una orden de desalojo, pero Rafael no te metas con Benson, ella para nada es como las mujeres con las que sueles salir, tiene una familia, vere si conozco a alguien para presentarte
Rafael: Basta Rita
Rafael por la tarde a la comisaria
Amanda: Abogado buenas tardes, usted aquí
Rafael: Hola detective Rollins, podrida decirme donde encuentro a Liv
Apenas había terminado de hablar cuando Olivia salió de la oficina de Munch
Olivia: Hola Rafael, no esperaba verte aquí
Rafael: Solo vine para darte esto es un regalo para los chicos
Olivia: No debiste molestarte, gracias
Rafael: Bien debo irme solo pasaba rapido
Amanda: Desde cundo Barba te llam Liv y te da regalos
Olivia: No es para mi es para los chicos
Amanda: Conoce a tus hijos, creo que van muy rapido
Olivia: Para nada es lo que piensas, ayudó a Calvin por accidente en el parque y se hicieron amigos, Rafael es un buen tipo
En cuanto llego a su casa Olivia fue a ver sus hijos
-Gracias señora Miller por cuidar de mis bebés, mañana Calvin regresará a la escuela –
Noah corrió a abrazarla y Anthony extendia sus brazos para abrazar a su mamá
Calvin: Mami ya estoy mejor, eso que traes son regalos
Olivia: Si el tío Rafa se los envia uno para cada uno
Calvin: El tío Rafa trabaja contigo
Olivia: Diagamos que si, el es abogado
Los chicos estaban felices con sus regalos
Calvin: Mami podemos hacer una videollamada al tío Rafa para darle las gracias por los relaos
-Si cariño, ahora le marco-
-Tío Rafa, gracias por los regalos en verdad me gusta mucho que me lean historias y el libro de historia del beisbol tien fotos geniales-
Noah también se acercó a la pantalla del teléfono – Rafa Rafa-
-Que bueno que les gustaron los regalos, hola Noah-, nunca habia visto a alguien tan feliz por verme, excepto claro mi mami-
- Tío Rafa puedes venir mañana a leernos un cuento
- Me parece genial , por mi no hay problema, ¿Liv qué dices tú?
- Claro te esperamos mañana a las 7:30
Olivia sentía que se sonrojaba al hablar con Rafael
Terminada la llamada telefónica Olivia habló con Calvin
-Calvin hijo no debes hacer eso, antes de invitar a alguien a casa debes preguntarme
-Mami pero el tío Rafa me agrada mucho y a Noah también
-Rafa, Rafa – repetía Noah muy entuciasmado
Al siguiente día por la tarde Olivia se alistaba para ir a su casa
Amanda: Liv parece que Munch está de buenas hoy nos dejó salir más temprano, vamos rapido por un capuchino
Liv: Me encantaría Amanda pero hoy tengo visitas
-¿Visitas?-
-Si a Calvin se le ocurrió invitar a Rafael para agradecerle los regalos-
-¿Tu hijo te organizo una cita?-
-Amanda eso no es una cita, muchas veces tú, Munch, Fin, Amaro y Carisi han visitado a los chicos-
-Si pero ninguna con intensiones como las de Rafael- se comenzó a reír- Bueno Liv no te quito el tiempo, ponte algo bonito de vestir quizás algo de maquillaje
-Eres terrible Amanda, no haré nada de eso, Rafael es solo una visita-
Camino a su casa Olivia se quedó pensando si debería arreglarse un poco
Cuando llegó Lucy la niñera le abrió la puerta – Hola señora Liv llegó temprano –
En cuanto los niños escucharon la voz de su mamá corrieron a abrazarla y Olivia correspodió a su abrazo.
-Lucy podrías quedarte unos minutos más en lo que me cambio, no sera mucho tiempo-
- Sin problema Liv, Noah y yo continuaremos jugando-
Olivia fue a su habitación y comenzó a sacar la ropa de su armario, buscando cual seria el atuendo adecuado, probo con faldas, pantalones y unos cuantos vestidos que casi no usaba, cuando se dio cuenta pensó – estoy haciendo justo lo que le dije a Amanda que no haría, parezco una adolescente-aunque no quería dar una mala impresión como la vez pasada, finalmente eligió una elegante blusa de seda color verde aunque sentía que ahora con la maternidad sus pechos se veian enormes, rapidamente se maquillo de forma ligera
-Disculpa Lucy por tardarme tanto-
-Señora Liv se ve muy bonita, ese color verde debería usarlo más, debió haberme dicho que tenía una cita, si gusta puedo quedarme hasta tarde con los chicos-
-Para nada Lucy es solo un amigo que nos visita-
Calvin: Si el tío Rafa – dijo riendo- mami te ves bonita
Lucy: ¿El tío Rafa?
Liv: Calvin -dijo con voz seria-
Lucy: Nos vemos pronto -dijo sonriendo-
Liv: Calvin apresurate a terminar tu tarea, para que pueda revisarte
-Si mami-
Faltaban solo 10 minutos para que Rafael llegará Olivia estaba muy nerviosa, en ese momento Anthony despertó de su siesta
-Cariño ven con mamá-
Olivia comenzó a amantarlo, ella amaba esos momentos con su bebé
Se escuchó el timbre
-Calvin puedes abrir la puerta, debe ser el tío Rafa, pero no olvides preguntar ¿quién toca a la puerta?, en un momento iré estoy con tu hermano
-¡Tío Rafa!
Noah corrió a abrazarlo apenas lo vió
Rafael: Calvin, Noah – sonrió apenas los vio, en verdad comenzaba a amar a esos niños-
-Mami esta con Anthony, ahora viene-
Olivia apenas terminaba de alimentar a Anthony cuando notó que su blusa se manchó, rapidamente se cambió y tomó lo primero que vio, otra vieja playera
Rafael: Liv que gusto verte
Calvin: Mami que paso con la bonita blusa que traias
Rafael: Para mi te ves perfecta, veo que te gustan las playeras temáticas
Liv: Es horrible lo sé
Rafael: Pero te ves adorable – dijo sonriendo y se quedó mirandola, correspondiendole también Olivia a su mirada-
Notes:
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Chapter 4: UN BESO
Summary:
Olivia y Rafael tienen su primer beso, sin embargo que significó esto para Olivia
Notes:
Rafael comienza a convivir más con los hijos de Olivia
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CAPÍTULO 4 UN BESO
Se sentía un poco de tensión entre Rafael y Olivia, esa mirada le pareció demasiado larga ambos no dejaban de verse, hasta que Calvin interrumpio
-Tío Rafa aún no termino mis tareas no me falta mucho, tengo que reponer la tarea por el día que no fui
-Esta bien te espero, Liv traje este pastel y frutas para los chicos y para ti
- Gracias, te invito un café
Noah: Rafa jugar -Noah jalaba del pantalón a Rafael para que fuera con él
-No debiste regalarle esos bloques, todo el día se la pasa jugando. Puedes ayudarme cargnado a Anthony-
Rafael no sabía que hacer nunca habái cargado un bebé tan pequeño pero al verlo de cerca y cargarlo pudo observar algunos rasgos de Liv, tenian la misma sonrisa aunque los ojos de Anthony eran azules y su cabello castaño claro.
Los cuatro estaban sentados en la alfombra jugando con Noah hasta que Anthony se dejo vencer por el sueño, mientras que Calvin terminaba su tarea
Olivia: Aún no te has cansado Rafa, creeme Noah puede seguir jugando con esos bloques por siempre
Rafael sentó en sus piernas a Noah, el niño jugaba con un bloque hasta que lo dejó caer. Olivia y Rafael se agacharon al mismo tiempo para levantar el bloque chocando ambos y dandose un beso
Calvin: Mami ya termine toda la tarea
Olivia se separo rapidamente de Rafael se sentía muy apenada y su cara se veía sonrojada
- Que bien hijo-
Rafael fue hacia donde estaba Calvin
- Mira tío Rafa puedes leerme este cuento-
Merendaron algo rapido después comenzaron a leer el cuento en la habitación de Calvin acompañando de Olivia y Noah.
La voz de Rafael era reconfortante por lo que Noah se durmió rapidamente, no así Calvin que se durmió después del tercer cuento.
Liv: Rafael tienes una hermosa voz deberías considerar grabar tu voz y leer cuentos para niños
Rafael: No es nada Liv
Olivia se disponía a cargar a Noah para llevarlo a su habitación cuando Rafael se acercó para ayudarla, de nuevo sus manos chocaron causando una emoción en ambos
Viendo esta escena desde lejos parecian una familia
- Gracias Rafael haz hecho muy felices a mis niños, cuidaste a Anthony, jugaste con Noah y le leiste a Calvin.
- Es hora de irme
- Te acompaño a la puerta
Ambos se quedaron viendo
– Fue una hermosa noche-
- Bueno yo-
Se quedaron viendose frente a frente, la distancia se acortó, pero Olivia se apartó rápidamente, Rafael también se sintió apenado, nunca le había sucedido eso con otra mujer, pero para él Olivia no era cualquier mujer ella era diferente.
Llegando el sábado Rafael fue por Calvin para jugar beisbol tal y como se lo había prometido, esperaba que lo recibiera Olivia, sin embargo quien le abrió la puerta fue Lucy
- Hola buen día soy Rafael Barba-
- Hola señor Barba, soy Lucy, la señora Liv no esta fue a trabajar pero me dijo que saldría a jugar beisbol con Calvin
- Tío Rafa estoy listo para ir a jugar, mamá no podrá ir tien trabajo, Noah y Anthony no pueden venir son muy pequeños, espero no te importe, voy por mi mochila-
-Claro que no solo seremos nosotros-
Rafael se sentía algo decepcionado quería ver a Liv, ya que sentía que de alguna forma lo estaba evitando
Llegaron al parque y jugaron pasando un rato Calvin se sintió cansado
- Tío Rafa, podemos tomar un tiempo fuera, tengo hambre-
- Bien que quieres comer yo invito
- No es necesario mamá me preparó un lunch y también hizo uno para ti-
-Tío Rafa puedo hacerte unas preguntas de hombre a hombre -
Rafael trato de ponerse serio ante la propuesta de Calvin
- Si dime Calvin
- ¿Te parece bonita mi mamá?
- Por su puesto, tu mamá es muy bonita y es muy buena persona
- ¿Te gusta mi mami?
- Es que yo vi que el otro día le diste un beso a mi mami y eso solo lo hacen los papás
- Calvin yo yo… mejor vamos a jugar
Por su puesto que a Rafael le gustaba Olivia pero tenía sus dudas si confesarle eso al niño, ahora estaba más convencido que no solo era atracción física lo que sentía hacia Olivia, había algo más, simplemente su forma de ser le encantaba
Cuando regreso con Calvin a casa, Olivia aún no llegaba eso lo desanimaba quería verla porloque solo se concreto a mandar un mensaje de texto mencionando “Calvin ya está en casa, te veo el lunes en el trabajo”
El lunes por la mañana cuando Olivia llegó a la estación como ya venía sucediendo desde hace unos días Rafael le llevó un café
Amanda: Hola Liv, mira tu enamorado te trajo el café de la mañana, si no te conociera diría que lo estas evitando
-Bueno no es que la verdad
Amanda se le quedó viendo
- No creo que sea correcto llevar esta amistad más allá de eso, apenas y lo conozco y después de lo sucedido el otro día
-¿Qué sucedió el otro día Liv?
- Nos dimos un beso por accidente, bueno ni siquiera fue un beso, nuestros labios chocaron, todo por culpa de un bloque-
- No suena muy romantico Liv, pero tranquila Barba solo quiere ser amable, después de todo es solo un amigo o es algo más Liv-
-Para nada Amanda, Rafa es solo un amigo
-Si no quieres ese café puedo beberlo
Munch: Es mio, oh sabe mejor que el de la estación – dijo bebiendo el café-
Los días pasaban y Olivia trataba de ser más cordial y cercana con Rafael, pero aún le costaba trabajo
Amanda: Por Dios Liv ese hombre parece que le agradas demasiado estás siendo muy indiferente y solo le dices gracias por el café, deberías desearle por lo menos que tenga un buen día, no debe ser nada facil estar en el juzgado y creeme lo hemos visto y lo sabemos
Liv pensó quizás estaba siendo muy dura con Rafael y estaba llevando las cosas muy lejos
Cerca del medio díaRafael llegóa la estación para hablar acerca del nuevo cao que estaban llevando, al finalizar se quedó hablando con Carisi acerca del caso
Amanda se dio cuenta y comenzó a hablar más fuerte ayudaría a su amiga
-Liv si no te entregan tu auto ¿cómo harás para llegar a tiempo a la entrevista
- Descuida puedo tomar un taxi
Carisi iba a intervenir cuando Amanda le dio un pisotón en el pie
Rafael:Liv si quieres puedo llevarte mañana a tu entrevista
- Gracias Rafael mañana Noah comenzará a ir a la guardería aceptó a los chicos les gustara verte
Olivia sentía que había actuado algo impulsiva ante tal decisión, pero ya no podía seguir así
Rafael antes de dormir memorizaba la rutina para el día de mañana, su plan era llegar temprano a casa de Olivia para llevar primero a la escuela a Calvin, después acompañar a Olivia y a Noah en su primer día en la guardería para después ambos ir al trabajo
Rafael toco el timbre, abriendole la puerta una mujer mayor robusta muy amigable
-Hola buen día soy Rafael Barba vengo por Liv y los niños-
- Hola caballero soy la señora Miller-
- Un placer conocerla- se inclinó y le dio un beso en la mano
Como siempre Noah y Calvin lo recibian con una gran sonrisa y abrazo – tío Rafa-
Sra Miller: Liv el señor Barba ya llegó
- Gracias señora Miller-
-Oh Liv no deberias hacer esto ya sabes que puedo cuidar de Anthony y Noah, aún soy fuerte-
- Señora Miller yo sé que puede cuidarlos, pero Noah necesita socializar con otros niños además de sus hermanos, solo seran unas horas, también para mi es difícil-
- Bueno Liv ya sabes si cambias de opinión puedo quedarme también con Noah- dijo sonriendo-
-Por cierto que buen gusto, es muy guapo, ahora entiendo porque rechazaste al hijo de la señora Diaz, se ve que quiere mucho a tus hijos-
Olivia se despidió de la señora Miller y de Anthony. La señora Miller no dejaba de llorar al ver que Noah iría a la guardería
Olivia subía al auto de Rafael, ella aún continuaba distante pero era amable desde luego se sentía apenada por el beso de la última vez y Rafael lo percibía
Calvin: Tío Rafa me encanta tu auto, quisiera que siempre me llevaras a la escuela
Liv: Ni lo pienses jovencito, esto es solo por hoy, por la tarde el taller me entregara la camioneta
- Si mamá-
Olivia y Rafael dejaron a Calvin y lo despidieron
- ¿Calvin él es tu papá?-
Calvin sabía que no era bueno mentir, pero se sentía tan emocionado -si lo es-
- Pensamos que no tenías papá-
- Ya ven si tengo, es solo que está muy ocupado con su trabajo, además hoy llevara a mi hermanito a la guardería-
Llegaron a la guardería y Rafael estacionó el auto
Liv: gracias por traerno Rafa, nosotros bajamos aquí
Rafael: Espera Liv, pensaba ir con ustedes no me perdería el primer día de Noah, después de todo es mi amigo
Liv: Estas seguro, no te quitamos el tiempo, aun tengo que pasar a una entrevista con la directora, para ultimar unos detalles
-Bienvenidos ustedes deben ser los padres de Noah, pasen por favor, ambos pasaron a la entrevista, ya que pensaban que Rafael era el papá de Noah
Terminada la entrevista Noah entraría al que sería su salón de clases, el niño estaba inquieto
Liv: Rafa no sé si podre dejar a Noah, estoy emocionada pero a la vez triste nunca ha estado tanto tiempo lejos de casa y con personas que no conoce
Rafael: Tengo una idea y si les tomo una fotografía es un día importante para Noah, debes estar tranquila y darle seguridad
Saco su celular para tomar la foto cuando una maestra se acerco
-Deben ser los padres de Noah el nuevo alumno, dejen que yo les tome la foto-
Olivia:Espere nosotros no…
- -No se preocupe señora, la tomo sin problema, sonrían para la foto-
- -Noah diles adios a mamá y papá-
La maestra tomo a Noah y lo llevó al salón, mientras que Olivia derrramaba unas cuantas lágrimas y Rafael la abrazaba.
Notes:
Gracias por leerme deja tu comentario, espero te guste
Chapter 5: UN CORAZÓN ROTO
Summary:
Alguien del pasado de Rafael regresa, lo cual hará sentir triste a Olivia.
Notes:
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Chapter Text
CAPÍTULO 5 UN CORAZÓN ROTO
Rafael se conmovió al ver a Olivia tan sencible y vulnerable, nunca la había visto así y tampoco nunca la había abrazado
- Liv Noah estará bien
- Lo siento Rafael arruine tu saco, para nada toma – le ofreció un pañuelo-
- Gracias, eres todo un caballero - trato de sonreír
De camino al trabajo todo transcurrió en silencio, en la mente de Olivia todo er un caos, el beso, en la guardería habian pensado que ambos eran los padres de Noah y luego se dejo ver tan vulnerable y Rafael la había consolado sentía que había perdido el control
Rafael percibió el silencio de Olivia, así que cuando el auto se detuvo y Rafael tomó su mano -todo estará bien Liv-
Olivia estaba perdida en sus pensamientos.
En la oficina de Rafael
Rita: ¿Por qué tan tarde Rafael? Te estuve esperando toda la mañana tu no sueles ser así, primero me evitas y ahora llegas tarde, no te reconozco
Rafael: Es solo que acompañé a Liv a la guardería
Rita: Nunca te imagine como el padre del año de los hijos de Benson.?
Rafael: Sigo siendo el mismo Rita y Liv es una amiga muy especial
Rita: No te comportas así conmigo
-¿Estás celosa Rita?
En la estación Amanda consolaba a Liv, ya que constantemente revisaba su teléfono
-Tranquila Liv si algo le sucede a Noah la escuela te llamará-
- Ya lo sé es solo que es.su primer día, tal vez. yo me apresuré, Noah es muy pequeño, debí escuchar a la señora Miller y dejar que lo cuidara-
- Fue la decisión adecuada Liv, Noah algún día tiene que ir a la escuela
Munch escuchó parte de la conversación,desde que Olivia llegó a la estación la había visto muy ansiosa, parecia un manojo de nervios
-Liv hazme un favor necesito que vayas con Barba a pedir una orden-
-Esta bien ahora voy
Amanda: Si lo prefieres Munch yo puedo ir en su lugar
- Prefiero que lo haga Liv tú concentrate en los registros que te pedí, además un poco de aire fresco no le caera mal a Liv
- Esta bien entiendo
Cuando llegó a la oficina de Rafael tuvo que esperar, ya que Rafael estaba ocupado, de su oficina salió una mujer muy atractiva, vestida a la moda alta de cabello castaño claro y ojos grises se despidió de Rafael dandole un beso en la mejilla
- Espero verte pronto Rafa, cuidate mucho – le dio un beso
Rafael parecia encantado con la presencia de esa mujer
- Oh! Olivia estás aquí deja que te presente
- Hola Marlene Rivera – le extendió la mano a Olivia
- Mucho gusto detective Olivia Benson – le correspondió al saludo, sin embargo Olivia se sintió desecha al ver la familiaridad con la que Rafael se dirigia a esa mujer quien por cierto parecia muy amable y agradable
La mujer salió dejando el pasillo oliendo a perfume
-Liv no te esperaba aquí
Olivia no lo dejo continuar- vine por una orden puedes ayudarme -
Olivia trato de contenerse para no derramar ni una sola lágrima
- Liv pensaba que más tarde puedo acompañarte a la guardería por Noah
- No creo que sea necesario ya has hecho mucho, Amanda me acompañara, quiere conocer las instalaciones, tal vez inscriba a Jesse su hija
-Liv con respecto a Marlene dejame explicarte
- No hay nada que explicar Rafael, tu eres libre de invitar a quien quieras, me pareció muy agradable- Necesitamos la orden es urgente, puedes apresurarte
En cuanto tuvo la orden Olivia salió rapidamente, por el camino iba llorando, se sentía muy tonta al pensar que Rafael estaba interesada en ella, tal vez todo lo que el sentía por ella era solo simpatía
Cuando llegó a la estación Amanda notó extraña a Olivia, pero dada la cantidad de. trabajo prefirió no molestarla.
Por la tarde Amanda la acompañó a recoger a Noah, pero su curiosidad no aguantó más
- ¿Liv qué te sucede ? todo el día has estado extraña y no creo que todo sea por Noah
- Amanda, actúe como una tonta por un momento pensé que Rafael estaba interesada en mi y no es así hoy cuando fui por la orden de su oficina salió una mujer joven y bonita
- No estás exagerando, tal vez sea un cliente
- Para nada, se despideron con mucha familiaridad, la chcia fue muy amable conmigo su nombre es Marlene Rivera
- Bromeas, ella es una modelo
- Lo siento Liv si mis comentarios hicieron que te confundieras
- No hay nada que disculpar fui yo la que se confundio, esto me enseña que me debo de enfocar más en mis hijos, además todo mejorara con el tiempo, tal vez. no estoy hecha para el amor
Por la noche Rafael le habló a Olivia
- Hola Liv hablaba para saber cómo le fue a Noah en la escuela
- Estuvo bien, gracias por preguntar
- Podría hablar con Noah
- Ya está dormido, si me disculpas tengo que colgar, Anthony me espera
- Ok te veo mañana
Calvin: Mamá yo quiero hablar con el tío Rafa
- Lo siento cariño el tío Rafa esta ocupado
- Por que mentiste mami de que Noah estaba dormido
- Porque ya es hora de dormir
- No quiero dormir
- Calvin he dicho que ha dormir no hay nada porque discutir – dijo elevando su tono de voz-
- Lo siento cariño no quise gritarte – le dio un abrazo-
Por la noche Olivia no podia dormir así que fue directo a su computadora y busco el nombre de la mujer que había conocido en la oficina de Rafael, tal y como le había dicho Amanda, Marlene era una modelo, era el tipo de mujer que seguro le gustaba a Rafael, así que apagó la computadora y se fue a dormir.
Los siguientes días Olivia estuvo muy ocupada con su trabajo, evitaba ir a la oficina de Rafael.
Los niños, sobre todo Calvin preguntaba mucho por Rafael, Olivia trataba de darle excusas sobre su ausencia pero Calvin no comprendía
Rafael no entendía el distanciamento de Olivia tal parecia que lo evitaba, sin embargo el lo justificaba por la fuerte carga de trabajo que habian tenido estas últimas semanas y por otro lado estab Marlene quien había sido su antigua novia con la que había comenzado a hablar de nuevo.
Notes:
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Chapter 6: VOLVAMOS A SER AMIGOS
Summary:
Olivia y Rafael tratarán de volver a ser amigos, podrá ser esto posible.
Notes:
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CAPÍTULO 6 VOLVAMOS A SER AMIGOS.
Había pasado casi un mes desde que Olivia no hablaba con Rafael, a la vista de todos parecía que ella se estaba escondiendo, ella no quería mostrar esa imagen de una mujer cobarde, ya que ella nunca lo había sido y no quería dar esa Imagen a su equipo y sobre todo a sus hijos, además Rafael nunca le había hecho promesas de amor, nisiquera le había hablado de ello, así que ahora que se sentía más fuerte decidió que era el momento de enfrentarlo y no ocultarse.
Munch: Necesitamos una orden
Amaro ve a los tribunales
Liv: Amaro está muy ocupado, yo puedo ir
Amanda: ¿Estás segura Liv?
Liv: Sí, no hay problema
Amaro: Te acompaño
—No es necesario, termina lo tuyo Amaro, nos espera un largo día
Nadie se atrevía a decir nada, pero sabían que algo ocurría entre Olivia y Rafael.
En la oficina de Rafael
Liv llegaba a la oficina por el pasillo, vio a la secretaria de Rafael
— Hola Carmen
— Qué gusto verla detective, hace tiempo que no la veía
— Sí, disculpa, ¿estará tu jefe disponible?
— Tiene una reunión, pero ya está por terminar, si gusta esperarlo
En la pequeña sala de espera de la oficina estaba Marlene tomando un café, por un momento Olivia pensó en irse e inventar una excusa y quizás volver más tarde pero no lo hizo
— Hola detective – dijo la chica levantando la mano para saludar
— Hola señorita Marlene
— Veo que me recuerda si mal no recuerdo tu nombre es Olivia y no me digas Marlene dime Mar
— Está bien Mar, entonces tú llámame Liv
— Liv suena muy bien
— Que bueno que tengo un poco de compañía, la secretaria de Rafa está muy ocupada, ya voy por mi tercera taza de té
— ¿Desde cuándo conoces a Rafa?
— No mucho
-En cambio, yo lo conozco desde hace 2 años es una persona fantástica, deberías ver como baila y cocina
-Una vez cocino para nosotros
-¿Nosotros?
-Si una vez uno de mis hijos estaba enfermo y nos compartió una receta familiar
-Entonces ¿tienes hijos?
-Si 3, Rafael los conoce y ha convivido un poco con ellos
-Eso es muy raro a Rafael no le gustan los niños
-Seguro tus hijos son muy especiales a mí me encantaría tener una gran familia, sabes siempre estuve sola por el trabajo de mis padres – dijo algo triste-
-Lo siento no quise hacer sentirte mal
-Olvídalo gustaría conocerlos, seguro tienes alguna foto de ellos cuéntame de ellos – dijo alegremente-
Justo en ese momento Rafael iba saliendo de su oficina acompañado de otor abogado.
-Rafa hasta que por fin sales, si no fuera por Liv ya me hubiera ido
Rafael estaba muy sorprendido de ver a las dos mujeres reunidas, tal parecía que se llevaban bien
-Hola Rafael, vine por una orden, pero puedo esperar Mar llegó primero
-Liv pasa tu primero, lo tuyo es más importante, aún me quédate - dijo sonriendo-
Esto hizo quedar sin palabras a Rafael, pero no esperaba menos de Olivia quien solía conquistar el corazón de las personas que la conocían, por otro lado, él se alegraba mucho de volverla a ver
- Vine por una orden, es para el caso Meyer
- Cuenta con ello Liv
- Liv me alegro tanto de verte
- Si han sido unas semanas de mucho trabajo
- Cuéntame ¿cómo les va a los chicos?, los extraño tanto
- A Calvin le va muy bien en la escuela, Noah se ha adaptado muy bien a la guardería y Anthony estamos intentando enseñarle a caminar
Olivia estaba por irse cunado Rafael le habló
-Liv ¿vendrás mañana para la resolución del juicio de Catenbary?
- Claro que vendré, Hellen Catenbary merece un juicio justo espero que ganes
Olivia ya se iba cuando Rafael le dijo: Liv me alegro verte de nuevo
- Yo también Rafa-
Olivia salió de la oficina se sentía tranquila por haber enfrentado su miedo de ver a Rafael
Al siguiente día como era de esperarse Olivia asistió al juicio de Cantenbary, como era de esperar Rafael estuvo implacable y ganó el juicio
Al final Olivia se acercó a Rafael- Buen trabajo Rafa-
- No lo hubiera podido lograr sin ti
- Quieres decir todo el equipo
- Si ayudaron a juntar las pruebas necesarias, facilitaron mi trabajo
- Bueno me voy Rafa, quiero despedirme de Hellen
Rafael alcanzó a Olivia por el pasillo
-Liv me gustaría ir a celebrar ¿podemos ir a comer?
- Esta bien, pero sabes que no tengo mucho tiempo, los chicos me esperan
Llegaron a un restaurante y estuvieron platicando, un poco de todo iniciando desde la plática trivial acerca del clima hasta llegar al tema favorito de Liv sus hijos, también conoció más acerca de Rafael, él quería aclarar con Liv su relación con Marlene, pero no quería romper esa atmósfera
Ambos se sentían muy bien
-Oh es muy tarde, tengo que irme Rafa, hoy no traje el auto llamare un taxi
- No es necesario te llevo, además quiero saludar a los chicos hace semanas que no los veo
- Esta bien, les alegrara mucho verte
Cuando llegaron los recibió la señora Miller quien al ver a Liv con Rafael se alegró mucho, como siempre Noah lo saludo muy contento
- Rafa Rafa juega Noah
Rafael lo cargó, en cuanto a Calvin parecía indiferente
- Calvin no vas a saludar al tío Rafa
- Hola – dijo enojado-
- Calvin que son esos modales
El niño corrió a su habitación
- Lo siento Rafa, Calvin no suele ser así, iré a hablar con él.
- Mejor voy yo, no creo que sea tan difícil como el caso de hoy
En la habitación de Calvin, el niño estaba sentado en su escritorio viendo un libro
- Hola Calvin
- ¿Estás enojado conmigo?
El niño no contesto, ese es el libro que te regale
- Sí es el libro y si estoy enojado
-Sabes Calvin te extrañe mucho estás semanas que no te vi
- Yo también- dijo Calvin quien volteo, tenía los ojos llenos de lágrimas
- ¿Por qué ya no venias a visitarnos?, Te extrañe mucho
- Han sido unas semanas muy estresantes, he tenido mucho trabajo atrapando a los malos
- Lo sé mami también -Calvin le dio un abrazo
En cuanto Rafael salió de la habitación, Noah corrió para acaparar la atención de Rafael para que jugara con él, Calvin corrió hacia donde estaba su mamá y le susurro al oído.
- Mami ya no estoy enojado, siento haberme portado mal, pero podemos invitar al tío Rafa a merendar
Rafael se quedó a cenar con ellos, esta vez Liv trato de ser más prudente ya que en el fondo de su corazón sabía que había extrañado a Rafael y aunque solo fueran amigos, esa idea no le desagradaba
Pasaron dos semanas, Liv y Rafael habían retomado su amistad
Un fin de semana Rafael decidió ir al parque, en verdad le atraía más la idea de caminar por el parque que ir al gimnasio, además que el tomar un paseo le daba más tranquilidad, tal vez Olivia había tenido la misma idea de salir a pasear ese día, después de todo era una hermosa mañana y para nada se equivocaba, pronto visualizo a Liv y sus hijos así que se acercó a saludarlos Calvin fue el primero en verlo.
Liv: Rafa que gusto verte, no esperaba encontrarte aquí
Rafael: Hola Liv que los trae al parque
Calvin: Intentamos enseñarle a Anthony a caminar, pero es un poco aburrido esperar tanto
Liv: Cariño ve a jugar con Noah a la pelota, si Anthony camina te avisare. Creo que hoy no es el día cariño – le dio un abrazo y beso a su bebé- Quisiera que no pasara el tiempo tan rápido y que siguiera siendo un bebé, Anthony ya casi esta por. cumplir un año y también Ed ya casi un año en que murió en unos días será su aniversario
Rafael: Te refieres al padre de Anthony
- Si ni siquiera pudo conocerlo, a veces me pregunto si podré hacerlo sola
- Estoy seguro que sí.
Anthony se paró por si solo dio unos pequeños pasos y abrazó a Olivia.
Liv y Rafael celebraron dándose un abrazo
- ¡Lo hiciste amor!
- ¡Bien hecho Anthony!
Noah y Calvin corrieron a ver lo que sucedía y también se alegraron por Anthony
Estuvieron un rato más en el parque
Liv: Rafa tenemos que irnos
- Liv tenemos que celebrar lo de Anthony, vayamos por un helado
- ¡Si! Dique si mami- dijeron los niños-
Calvin iba caminando enfrente, Rafael cargaba a Noah y Liv Iba empujando la carriola donde iba Anthony, caminaban por la calle cuando de pronto alguien reconoció a Liv y dijo su nombre
-Liv-
Olivia volteo, conocía esa voz
-Brian
Notes:
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Chapter 7: ALGUIEN NUEVO APARECE
Summary:
Liv se reencuentra con un antiguo novio, como reaccionara Rafael ante ello, además de que la relación de Rafael con Mar ante los ojos de Liv parece avanzar.
Notes:
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CAPITULO 7 ALGUIEN NUEVO APARECE
Un hombre alto corrió hacia donde estaba Olivia y le dio un fuerte abrazo, Rafael estaba desconcertado ante lo que sucedía frente a sus ojos
- Brian Cassidy eres tú
- Si Olivia Benson, veo que sigues siendo tan guapa como siempre – aún la seguía abrazando
- Brian me estás asfixiando
- Disculpa Liv, no pude contenerme apenas te reconocí seguro él es tu esposo
- No Brian, Rafael es un amigo deja presentártelo
- Rafael él es Brian, Brian Rafael
- Brian Cassidy antiguo novio de Liv y policía de Nueva York
- Rafael Barba fiscal de víctimas especiales
- Oh así que abogado
Calvin: mamá podemos ir por el helado -decía Calvin muy insistentemente y jalando la mano de su mamá, el niño no parecía nada contento.
Brian quedo sorprendido
-Puedes darme tu número Liv – Olivia apenas sacó su teléfono cuando Brian lo tomó y escribió su número
Calvin seguía insistiendo en irse
- Espera mi llamada Liv – lanzó un beso al aire-
Rafael y Calvin estaban algo serios y enojados por el encuentro con Brian
- Calvin que. fueron esos modales
- Lo siento mami
Cuando llegaron a la heladería Calvin pareció olvidar todo, hubo una pequeña discusión por ver quien pagaba la cuenta, al final ganó Rafael, Calvin fue al área de juegos Noah estaba en las piernas de Rafael comiendo su helado, Olivia le daba a. Anthony a probar de su helado, haciendo unas caras adorables, Liv sentía un ambiente tenso con Rafael, aunque estuvieran los niños, sin saber porque se vio en la necesidad de contarle y explicarle a Rafael su relación con Brian.
- Conocí a Brian hace mucho tiempo casi desde que me uní a víctimas especiales, yo apenas comenzaba como detective y él era policía, al mes de conocernos me pidió ser su novia, al inicio todo iba bien, si se le puede llamar a eso bien llevamos todo al límite todo era desmedido pero no había amor, después de un tiempo yo busca estabilidad, tener una familia, pase por un eventotraumático y Brian aunque estuvo ahí, no fue el apoyo que yo necesitaba. Finalmente yo decidí que lo mejor sería terminar, ya casi no nos veíamos y los planes de cada uno eran diferentes.
- Lo siento Rafael te estoy aburriendo de nuevo con mi plática
Rafael: tú aún sientes… -su pregunta se vio interrumpida por Noah
Rafael los acompañó camino a casa, sin embargo, estaba muy pensativo y furioso con la llegada de ese hombre a la vida de Liv, acaso sentía celos
Al siguiente día como se venía haciendo costumbre Mar fue a ver a Rafael para almorzar juntos, Rafael solo escuchaba, ya que Mar solo se la pasaba hablando
- No te estoy aburriendo con mi plática
- Para nada – en verdad estaba aburrido, pero Rafael no quería decirle nada
Apenas tuvo la palabra Rafael se la paso hablando acerca de Liv y sus hijos, lo anterior hizo sentirse triste, comenzaba a darse cuenta que ya no formaba parte de la vida de Rafael, que comenzaba a olvidarla, antes sentía que ella ocupaba todos sus pensamientos todo su mundo, aunque claro Rafael no era de los hombres que fueran muy expresivos, ahora él se veía más alegre, parecía más humano, era como otra versión mejorada del antiguo Rafael.
Mar solo pudo dar su mejor sonrisa mientras escuchaba a Rafael, tal vez ella había llegado tarde, en su mente pensaba que sería mejor si luchar por lo que una vez fue suyo o dejarlo ser feliz.
Esa misma mañana Olivia fue al tribunal por un caso, cuál fue su sorpresa que al preguntarle a la secretaria de Rafael por él le dijo que había salido con la señorita Marlene, Olivia pensó que tal vez Mar era más que una amiga, esto le molestaba pero sabía que tenía que olvidarlo, acaso comenzaba a sentir celos.
Pasados algunos días Brian le llamó a Olivia para pedirle una cita para ir a bailar, Liv a regañadientes aceptó ir ante la insistencia de Brian
- Está bien Brian nos vemos el sábado a las 8:00, pero no prometo estar mucho tiempo
Calvin al escuchar lo. que decía su mamá se enojó, no le gustaba ese hombre
- Mami tienes que salir mañana con ese señor
- No será mucho tiempo Calvin, Brian es solo un amigo, prometo llegar temprano, además Lucy los cuidara y el domingo podemos ir de paseo, prométeme que serás un buen chico
- Está bien mami
El sábado llegó Brian llegó temprano para recoger a Liv
-Liv mi auto se descompuso, espero no te importe ir en taxi
- Podemos usar mi auto
- No es necesario
Olivia no dejaba de dar indicaciones a Lucy sobre los niños
- Liv podemos irnos ya
En cuanto llegaron Olivia no dejaba de ver su teléfono
- Brian creo que esto es un error no debimos venir, mejorhubiéramos cenado en casa
- Liv tengo una duda ¿cómo es que tienes un hijo tan grande?, no creo haberte visto con un bebé cuando salíamos
- Oh te refieres a Calvin mi hijo mayor él es adoptado, pero lo amo tanto
- Liv tienes un gran corazón al darle una oportunidad a ese niño de tener una familia.
- No es la familia más convencional, pero amo tanto a mis hijos
- Yo no sé si me atrevería a tanta responsabilidad, tal vez más adelante me gustaría tener un hijo
En ese momento sonó el teléfono de Liv era Lucy, Noah había tenido un ataque de asma por lo que lo había tenido que llevar al hospital
-Voy en camino Lucy
- Sucede algo grave Liv
- Me tengo que ir Noah está en el hospital, lo siento Brian – dijo muy angustiada-
Brian pago la cuenta, iban saliendo del club cuando Olivia chocó con Rafael –él estaba acompañado de Mar
- Lo siento
- Liv
- Lo siento Rafael, me tengo que ir
- ¿Qué sucede Liv estás muy alterada?
- Noah está en el hospital
Mar: Rafa lleva a Liv al hospital, yo le llamaré a mi chofer para. que venga por mi
Brian: ¿Liv quieres que vayas contigo?
- No es. necesario Brian
- Ok te hablo mañana, que todo salga bien
En el auto
-Rafael puedes acelerar e ir más rápido
- Voy lo más rápido posible
Hospital
Olivia llegó corriendo buscando a Lucy, tan pronto la encontró comenzó a preguntarle sobre Noah, Calvin y Anthony la acompañaban tan pronto el médico que atendía a Noah salió les dijo que el niño estaba fuera de peligro, lo peor ya había pasado, pero prefería que pasara un día más en observación, Rafael se acercó a Liv para escuchar al doctor
- Como le decía a su esposa es necesario que su hijo permanezca por lo menos esta noche en el hospital.
Olivia se sentía mejor se dejó abrazar por Rafael
Liv se acercó a Lucy- gracias. Lucy por traer a tiempo al hospital a Noah, él está mejor, pasará la noche en el hospital
Lucy: Llevaré a Calvin y a Anthony a casa
Liv: No es necesario Lucy ya me habías contado de tu viaje, aún estás a tiempo de llegar, has hecho demasiado al salvar la vida de Noah
Lucy: Pero Liv ¿quién los cuidará? No pueden pasar aquí toda la noche, si tan solo la señora Miller estuviera en la ciudad.
Rafael: Disculpen que las interrumpa, pero yo tengo una solución, solo haré una llamada y Lucy puedo llevarte a tu casa
Liv: Insinúas que tú los cuidaras
Rafael: Alguien mejor que yo, confía en mi
El plan de Rafael era que su mamá cuidara solo por esa noche a Calvin y Anthony, él pasaría la noche en el hospital junto con Liv
Rafael: Bien todo está hecho Liv, mi mami cuidará de los niños
Liv: No puedo aceptar es demasiado
Rafael: Ella es maestra, está acostumbrada a los niños, solo será está noche, acaso no confías en mi
Liv: Esta bien, Calvin promete ser un buen niño y cuidar de Anthony
Calvin: Yo quiero estar contigo mami y Noah – dijo llorando
Liv: Noah está bien, ya ha pasado el peligro, mañana en cuanto lo den de alta estaré con ustedes – dijo acariciándolo- Se buen niño con la señora Barba.
Los niños se despidieron de su mamá, Rafael paso antes al departamento de Liv, Lucy les preparó una maleta con una muda de ropa y pañales para Anthony, después fueron a dejar a Lucy a su casa.
Camino a la casa de la mamá de Rafael, él observó que los niños estaban muy inquietos, sobre todo Calvin
- Tranquilo Calvin, te. prometo que te encantara. Mi mami y mi abuelita
- Si tío Rafa – dijo no muy seguro-
Cuando llegaron 2 mujeres mayores recibieron a Rafael y a los niños
Lucia: Bienvenidos, pasen
Calvin al ver a las mujeres se sintió más seguro, le recordaban a la señora Miller, sobre todo la abuelita de Rafael
Abuelita: Oh Rafa son tus hijos, que bellos niños – cargó a Anthony- hija hay que prepararles un chocolate caliente y algo para cenar
- No abuelita son hijos de una amiga, son Calvin y Noah
- Son mis bisnietos – insistía la abuelita
Calvin sonreía, esto le dio más confianza así que le dio la mano a la anciana
Lucía: Así que ellos son los hijos de tu amiga Liv
Rafael: Si mami, tengo que irme Liv y Noah están en el hospital, estás son sus cosas
Rafael le daba algunas indicaciones a su mamá
Lucía: Hijo olvidas que también yo soy madre, cualquiera pensaría que son tus hijos estarán bien los niños, jamás pensé verte cargando un bebé
Antes de que se fuera Calvin corrió a darle un abrazo a Rafael.
Notes:
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CAPÍTULO 8 CELOS
Rafael llegó Olivia. Hablaba por teléfono
Liv: Gracias Brian
Un Rafael enojado habló con Liv
- Así que tu novio hasta ahora se acuerda de llamar
- No es mi novio y si mal no recuerdo tú te ofreciste a traerme, además no tengo que darte explicaciones, te estás comportando como Calvin y te recuerdo que Calvin es un niño
- Yo no soy ningún niño solo estaba preocupado por ti y Noah. Tu amiguito no. conoce tanto a tus hijos como yo. Además ¿qué estabas haciendo en ese club con ese policía?
- Lo mismo digo yo ¿qué hacías con tu amiga?
- Si no hubiera estado ahí no hubieras llegado a tiempo
- Eres imposible Rafael, ya no quiero hablar más
- Bien pues yo tampoco Olivia
Ambos cruzaron los brazos y se dieron la espalda, Rafael se sentía fatal esta era la primera vez que tenía una discusión con Liv.
Pasadas algunas horas todavía no se hablaban hasta que los dos. Voltearon al mismo tiempo y ambos repitieron el nombre del otro
- Rafa
- Liv
- Lo siento-
Después ambos se quedaron platicando, siendo su tema principal Noah, se dejaron vencer por el sueño, la cabeza de Liv descansaba en el hombro de Rafa y él aprovechó para tomar su mano y entrelazarla con la de él, y cubrirla con su abrigo, no era el lugar más romántico, pero era lo más cerca que había estado de ella.
Muy temprano la primera en despertar fue ella, se dio cuenta que Rafael estaba ahí con ella y que se había quedado dormida. Sobre su hombro aprovecho esos minutos para ver su rostro, enseguida él despertó, ambos se sintieron apenados al sentirse tan cerca uno del otro.
Rafael dijo lo primero que se le ocurrió - Necesito un café-
Cuando Rafael regresó con el café vio que Olivia hablaba con el doctor
- Pueden pasar a ver su hijo-
Ambos se dieron cuenta de la equivocación del doctor al mencionar que eran los padres de Noah, pero prefirieron no corregirlo, era mayor. Su emoción de ver al niño feliz y recuperado.
Apenas Noah vio a su mamá estiro sus pequeños brazos para abrazarla, además de repetir el nombre de Rafael; en ese momento sonó el teléfono de Rafael, se apartó para tomar su llamada, quien lo llamaba era Mar, para preguntarle si sabía ¿qué había sucedido con Olivia?
- Mar estoy con Olivia, pase con ella toda la noche en el hospital, Noah esta mejor
Las palabras de Rafael fueron un duro golpe para ella, nunca había visto tanto interés por parte de Rafael hacia una mujer
- Dale mis saludos a Olivia
- Gracias Mar
- Rafa crees que pueda ir a ver a Liv y su hijo, me encantaría conocerlo.
Mar sabía que le haría sentir mal, pero quería convencerse de que la decisión que estaba por tomar era la correcta.
Cuando llegó Mar se quedó viendo en el marco de la puerta, lo inevitable Rafael era feliz y volvía a sonreír, así que tocó la puerta para entrar.
Liv: Hola Mar, no esperaba verte aquí, gracias por la visita
Mar: Hola Liv, que lindo bebé
Liv: Si él es Noah, saluda Noah ella es la señorita Mar una amiga
Mar: Este regalo es para ti Noah
Mar se quedó un rato, lo que le permitió darse cuenta que su decisión era la correcta
Al medio día dieron de alta a Noah, ahora irían a recoger a Calvin y a Anthony de casa de la señora Barba
En casa de la mamá de Rafael
- Mami venimos por los niños y también te quiero presentar a Liv
- Buenas tardes señora mi nombre es Olivia Benson, estoy muy agradecida por lo que hizo por mí y mis hijos al cuidarlos
Lucía se quedó viendo a Olivia – En cantada de conocerte Olivia, soy Lucía, mi hijo me habla tanto de ti que siento que ya te conozco-
- Llámeme Liv, espero que solo sean cosas buenas, oh él es Noah
En cuanto Calvin escuchó la voz de su mamá fue corriendo a verla, Anthony comenzó a balbucear mamá, la abuelita de Rafael se acercó
- Eres la esposa de mi Rafa – dijo tomando la mano de Liv-
- Abuelita ella no es mi esposa
Calvin solo reía, la abuelita de Rafa en cuanto a vio a Noah se emocionó
- Rafa así que tienes 3 hijos hermosos
- Hola señora soy Liv
La abuelita de Rafa la abrazo, Olivia se sentía apenada ante tal confusión
- Calvin recoge tus cosas y da las. gracias, llamaré un taxi para irnos
- No es necesario Liv
Lucía: Por favor Liv acompáñanos un rato, debes estar agotada después de estar todo el día en el hospital
Olivia y sus hijos se quedaron toda la tarde en casa de la mamá de Rafael, platicaron. De muchas cosas, su abuelita incluso se atrevió a mostrarle algunas fotografías de Rafael de cuando era niño.
Cuando llego el momento de marcharse. Lucía le agradeció a Olivia porque debido a su presencia y a la de sus hijos su mamá estuvo muy feliz.
Lucía: Rafa mijo, Liv me parece una gran mujer me encantaría como nuera – dijo en voz. baja-
Rafael solo se sonrojo
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CAPÍTULO 9 TODO SE ACLARA
El lunes en la estación todo parecía un día normal, como todas las mañanas Munch se tomaba el café que estaba destinado a Olivia, ese el que le mandaba Rafael, todos quedaron impactados con la visita que Olivia recibió en la estación esa mañana. Marlene: Disculpe buenos días me podría decir dónde puedo ver a la detective Olivia Benson
Su escritorio está ahí, dijo un sorprendido joven policía.
Gracias – le sonrió Marlene-
Liv: Oh Marlene que gusto verte, dime cómo puedo ayudarte.
Munch: Que bella dama nos acompaña el día de hoy, Liv pueden hablar en mi oficina.
Marlene: Liv, vine a despedirme me iré del país, pero antes quiero pedirte un favor especial, cuida de Rafa sé que él te ama mucho espero y sé que serán muy felices.
Liv: Mar si fue por lo del hospital no sucedió nada, Rafael y yo no somos nada te lo aseguro
Mar: Lo conozco tanto y sé que contigo es feliz siempre que lo veo habla de ti y tus hijos, nuestra historia termino hace tiempo.
Liv: yo no quería.
Mar: Tú no hiciste nada solo salvarlo de ser un hombre tiste, hace años que no tenemos nada, excepto una amistad, ¡Por favor Liv sean felices! – le dijo sosteniéndole la mano.
Olivia no sabía que pensar, simplemente se quedó sin palabras.
Oficina de Rafael.
Esa mañana Rita había ido a saludar a Rafael.
Rita: Sí que te has olvidado de los amigos Rafael, pero creo que debes ser claro con tus sentimientos debes decidirte entre Benson o tu modelo y dejar de ser un casanova
Rafael: Lo que tuve antes con Marlene fue bueno en su momento, pero ella me alejó y ya no podemos ser más que amigos, Olivia es diferente en verdad la amo
Rita: Eso no me lo digas a mi díselo a Benson y arregla todo
En cuanto salió Rita llegó Mar, Rafael sabía que era la perfecta ocasión para empezar a arreglar todo y no continuar dando falsas esperanzas a Mar.
- Rafa vine a almorzar contigo
- Mar tengo mucho trabajo
- Por favor Rafa será la última vez
Fueron al restaurante favorito de Mar, al principio todo era silencio
- Rafa hay algo importante que quiero decirte, he decidido irme a Europa y lo más importante quiero que seas feliz te dejo libre, lamento haber te dañado hace tiempo discúlpame.
- ¿A qué te refieres?
- Vi como mirabas a Liv, sé que la amas y no te culpo a mí me cae muy bien, ella ha mostrado otra faceta de ti que no había visto nunca -una lágrima cayo en su rostro- Asegúrate de invitarme a la boda – dijo riendo y se despidió dándole un beso.
Con todo lo sucedió Rafael sabía que ya era tiempo de decirle sus verdaderos sentimientos a Olivia, solo había un obstáculo, su relación con ese policía Brian.
Pasada casi una semana Brian le habló a Olivia para saber de la salud de Noah
- Mi hijo ya está bien Brian.
- Liv siendo así me gustaría pedirte otra cita ya que la vez pasada no pudimos estar tanto tiempo.
- Brian creo que no podré mis hijos y mi trabajo son primero.
- Liv no quise decir eso.
- Brian tengo que colgar.
Liv le comentó a Amanda todo lo sucedido.
- Liv yo creo que te deberías dar una oportunidad, Barba realmente parece interesado en ti y en tus hijos, a la distancia se percibe que le interesas.
- Lo sé Amanda, pero.
- ¿Estás interesada en ese amigo tuyo?
- Brian, para nada.
- Es solo que tengo miedo de amar de nuevo, sabes la muerte de Ed apenas ha pasado un año y creo que esto va muy rápido.
- Oh Liv yo solo quiero que seas feliz – le dio un abrazo a su amiga-
Aunque Olivia y Rafael seguían viéndose por el trabajo, Liv trataba de actuar de forma normal, no le contó acerca de la visita de Mar.
Ese día en la estación Amanda y Liv charlaban sobre el cumpleaños de Anthony, ya que pronto cumpliría un año, en ese momento Rafael entró a la estación.
Amanda empujo con el brazo a Liv – Vamos Liv- carraspeo la garganta.
-Rafa dijo tímidamente-
- Hola Liv, detective Rollins.
-Sabes el sábado celebrare el cumpleaños de Anthony y me gustaría invitarte a ti, a tu abuelita y tu mamá, ira el equipo, pero si no puedes lo entiendo.
- Ahí estaremos.
Amanda: Ves Liv no fue nada difícil.
El sábado llegó gran parte del equipo estaba reunido en casa de Liv para celebrar el cumpleaños del pequeño Anthony. Los niños estaban más que felices porque sus tíos y la tía Amanda los visitaban, Carisi junto con Liv y la señora Miller se encargaban de cocinar, la cocina olía muy bien, Munch y Amanda junto con Jesse jugaba con los más pequeños mientras que Fin veía un libro de deportes con Calvin.
Amanda: Bonito vestido Liv.
Liv: ¡Amanda! Yo no lo hago por él, es porque es el cumpleaños de mi pequeño Anthony, es un día especial.
Amanda: Lo comprendo, puede que no venga Liv, no me lo imagino en una fiesta de niños, al menos lo intentamos.
En ese momento sonó el timbre, Liv corrió para abrir la puerta era Rafael que llegaba con su abuelita y mamá, ambos se quedaron viendo y sonriendo.
Lucía: Hola Olivia, lamento la tardanza.
Liv: Pasen Lucía bienvenidas.
En cuanto entraron, los niños corrieron a saludar, Jesse se unió al grupo quien fue bien recibida por Lucía y Catalina.
Fin: Nunca pensé que Barba y Liv se llevaran tan bien
Amanda: Fin no los vayas a molestar
Fin: Esta bien, pero me siento un poco celoso, pensé que yo era el tío favorito no pensé que los chicos lo conocieran.
Amanda: Tranquilo Fin Barba es bueno.
Fin: Eso espero.
La noche transcurrió muy tranquila Munch charlaba con la abuelita de Rafael y su mamá, los niños jugaban, todos platicaban comían y bebían.
Rafael quería confesarle sus verdaderos sentimientos a Liv, sabía que ese no era el lugar adecuado y menos con tantos testigos así que buscaría el momento adecuado para pedirle una cita.
La fiesta iba terminando y todos comenzaban a retirarse
- Rafa espero que hayan disfrutado de la reunión
- Liv hace tiempo que no veía así de feliz a mi abuelita y mi mamá, realmente nos sentimos parte de la familia
- Los niños las adoran
- Liv yo quiero invitarte a cenar solo tú y yo ¿qué dices?
- Sí -dijo sin pensarlo-
- Esperare con ansias ese día.
Notes:
GRACIAS POR LEERME DEJA TU COMENTARIO ME AYUDA MUCHO
Chapter 10: "YA NO PUEDO DECIRTE QUE NO"
Notes:
El capítulo de hoy se basa libremente en la canción “Dime que no” de Ricardo Arjona, y en esos silencios que a veces gritan más que las palabras.
Agradezco a quienes han seguido estas historias con cariño, y a quienes se han enamorado de Liv, Rafael.
No soy escritora profesional, solo una soñadora romántica con muchas ideas.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 10 "YA NO PUEDO DECIRTE QUE NO"
Un día más comenzaba en la estación, Amanda llegaba con su habitual sonrisa esa que llevaba años iluminando los pasillos grises del escuadrón. Se acercó a Liv con paso decidido, lista para ponerse al día de lo sucedido el día sábado.
-Fue una bonita reunión —comentó mientras se servía café— pero jamás pensé que Barba llegaría con compañía y menos con su familia. No sabía que fueran tan cercanos, ¿hay algo más?
Liv bajó la mirada y, aunque quiso ocultarlo, sus mejillas se tiñeron de rojo.
-Para nada Amanda, solo ha sido amable… él y su familia han sido muy generosos con los niños.
Amanda arqueó una ceja, divertida.
-No tienes que darme explicaciones Liv, solo bromeaba. Pero, entre nosotras... yo deseo que seas feliz y puedas rehacer tu vida, mereces ser feliz.
- Soy feliz-respondió Liv, casi con rapidez.
-Sí, pero puedes ser más feliz.
Hubo un pequeño silencio. El tipo que solo se da entre amigas que ya se han dicho todo.
Liv se quedó pensativa, con los dedos rodeando su taza caliente debatía entre si debería comentarle a su amiga acerca de su cita o guardarlo para ella.
¿Decírselo? ¿Contarle sobre la cita? ¿Sobre esa chispa que aún no sabía si era miedo o esperanza?
Sin embargo, prefirió guardarlo mejor para ella, era un secreto hacia tanto tiempo que no se sentía tan emocionada, tal vez en unos días le diría o tal vez lo guardaría para ella.
Y por primera vez en años, le gustaba tener algo así.
La mañana transcurría entre el ruido constante de los teléfonos y el tecleo constante de las computadoras. Para fortuna de Liv ese día Munch les había asignado al equipo completo trabajo de escritorio redactar: los informes finales para cerrar algunos casos pendientes.
No era precisamente de su actividad preferida, pero agradecía no tener trabajo de campo.
No ese día. No con su mente tan revuelta. A decir verdad, no sabía qué habría hecho si hubiese tenido que enfrentarse a un arresto complicado o interrogar a alguien y tener que lidiar con capturar algún sospechoso, no sabía que locura hubiera cometido.
Usualmente Liv era reconocida por hacer reportes impecables y rápidos. De hecho, era la envidia silenciosa de Amaro y Carisi, quienes odiaban redactar detestaban esa tarea.
Pero ese día su falta de concentración era demasiado evidente su mente todo era un caos.
Amaro levantó su informe, estirando el cuello para relajarse sintiéndose orgulloso y aliviado por su trabajo terminado
- No puedo creer que termine antes que Liv – dijo, con una sonrisa satisfecha.
-No puedo creerlo Amaro… que alguien me pellizque, estoy soñando- respondió Carisi, teatral.
- Bien vamos a almorzar. Yo invito- anunció Fin, poniéndose de pie.
- ¿Vienes Liv? —preguntó Amanda.
- Vayan ustedes chicos los alcanzo después. —respondió Liv, sin despegar la vista de su monitor.
Ya en el pasillo, el grupo comenzó a comentar con tono cómplice:
-Eso no es típico en Liv- dijo Amaro , frunciendo el ceño.
- Tal vez solo tiene un mal día. Ya sabes es lunes vamos empezando- añadió Carisi, con su habitual optimismo.
- Entonces eso explica tu falta de concentración Carisi- dijo Fin sin mirarlo.
- Si para Carisi todos los días son lunes - soltó Amaro, riendo mientras le daba una palmada amistosa en la espalda.
- ¡Oye qué fue eso! protestó Carisi, medio en broma, medio en serio.
Amanda solo los miraba, riendo con esa mezcla de cariño y resignación que solo una buena amiga puede tener.
Porque conocía a Liv. Y sabía que ese brillo en sus ojos no era de tristeza.
Era algo más.
Liv respiró hondo mientras se preparaba para imprimir el informe que tenía listo para entregárselo a Munch y que lo firmará, aún tenía que trabajar en dos informes más.
Aunque solía ser meticulosa hasta el mínimo detalle, esta vez el cansancio y la presión le pasaban factura. Las pilas de expedientes se acumulaban como montañas en su escritorio, y sus pensamientos—más caóticos que nunca—no ayudaban a enfocarse -suspiraba, ese trabajo era interminable-.
No era su costumbre apresurarse, pero entendía que sus retrasos también afectaban el trabajo de sus compañeros. Así que, suspirando, envió el documento a impresión sin repasarlo una última vez. ya no podía seguir retrasándose.
Con el informe en mano, caminó hacia la oficina de Munch Toco suavemente antes de entrar.
Adentro, Munch que se encontraba bebiendo y saboreando el café que, curiosamente, no era para él y que todos los días Rafael mandaba para Olivia de una de sus cafeterías preferidas, pero que con el tiempo Munch había apropiado para él y disfrutaba cada mañana llamándolo su ritual del café.
-Disculpa la tardanza Munch, aquí está el informe para que lo firmes —dijo Liv, extendiéndoselo.
Munch alzó la vista con una sonrisa sarcástica.
- Pensé que no terminarías. Ya no le ayudes a Amaro él debe de aprender.
Liv solo soltó una pequeña risa -Yo no le ayude esta vez lo hizo él –
-Entonces debo suponer que: el alumno ha superado al maestro – comentó Munch, cruzando una pierna sobre la otra mientras sostenía el informe con una mano y el café con la otra.
Munch siempre tan analítico y ojo crítico impecable, enseguida encontró los errores en el informe de Liv
– Muy poético de tu parte escribir esto… pero no es clase de literatura- ironizó—. Y el nombre del abogado en letras negritas y mayúsculas… Siento envidia – dijo con su natural sarcasmo
-Lo repetiré, lo siento tanto – haciendo una exagerada reverencia, agachando la cabeza varias veces.
Justo en ese momento iba entrando Rafael con paso seguro elegancia y porte natural que lo caracterizaba a la oficina de Munch.
-He aquí Romeo- Dijo Munch con una carcajada
Liv le rogaba con la mirada a Munch que no dijera nada, Munch entendió, conociéndola bien, captó el mensaje, en su interior reía y se divertía como un niño. Estaba convencido de que entre ellos pasaba algo… aunque aún nadie lo hubiera confesado.
-Buenos días teniente, buenos días detective Benson. —saludó Rafael con formalidad, extendiendo un documento—. Traje la orden que solicitaron.
- Sabe abogado—intervino Munch, levantando la taza. Creo que el capuchino empieza a cansarme ¿no deberíamos probar otro sabor de café? -
Rafael entendió perfectamente la indirecta. Pero no dijo nada. Solo sonrió con cortesía.
- ¡Excelente trabajo como siempre, Liv! —agregó Munch, hojeando las páginas—Solo cuida los detalles que te di y lo firmamos en seguida.
Rafael permaneció un buen rato en la oficina de Munch repasando con él los detalles de un caso importante.
Mientras tanto, Liv en su interior agradecía lo que Munch había hecho por ella al no exponerla ante Rafael, se obligaba a concentrarse en su informe, volviendo a reescribir varias veces.
Sabía perfectamente que había cometido errores poco comunes en su redacción, y no quería que Rafael pensara que su mente estaba en cualquier parte… menos en el trabajo o que era tonta.
Cuando Rafael salió finalmente de la oficia, Liv no volteo estaba absorta en corregir su informe y ni siquiera lo vio salir.
Pero Rafal si vio.
La observó desde el marco de la puerta: el ceño ligeramente fruncido, la mano jugando con su lápiz, el cabello cayéndole suavemente a un lado del rostro.
– Se ve tan concentrada – pensó con una leve sonrisa.
Miró en su reloj que ya eran cerca de las 12:30
Sabía que Liv no había almorzado aún.
Y también sabía —por amarga experiencia— que el café de la estación era terrible,
era casi un crimen.
Así que, sin decir nada, decidió hacer algo más elocuente que cualquier conversación, decidió hacer algo y tener un bonito detalle.
Liv volteo hacia la oficina de Munch, pero no vio a Rafael -Quizás ya se fue. No pude despedirme, perdí la oportunidad de decirle que no, tal vez esto sea una señal tal vez le escriba un mensaje para decirle que no para la cita-.
Veinte minutos después, un joven mensajero apareció en la estación, caminando entre los escritorios hasta llegar a su destino llevaba un paquete
-Busco a la detective Benson
Liv alzó la vista, sorprendida.
-Soy yo – dijo Liv levantando la mano
- Este pedido es para usted. ¿Podría firmar aquí, por favor?
-Yo no ordene nada, debe ser una broma.
- Por favor firme, yo solo cumplo con mi trabajo- dijo el chico algo angustiado.
- Esta bien calma- le dedico una sonrisa.
La bolsa que entregó el mensajero era elegante, discreta… y absolutamente inconfundible. Adentro, una caja térmica con comida de uno de los mejores restaurantes del centro. Y una pequeña nota, escrita con una caligrafía impecable:
“Para Liv, la detective más brillante y trabajadora de todo Nueva York.
Recuerda: el desayuno es el alimento más importante del día…
PD: Desde ahora enviaré dos cafés.
Uno es para ti.
El otro… para Munch.
Te veo el viernes, más tarde te envío la dirección y la hora
Rafael.
Liv sostuvo la nota entre los dedos durante largos segundos. Sonrió. Y luego bajó la mirada.
—Ya no puedo decirle que no… —susurró.
Aunque el miedo persistiera. Aunque el mundo aún dudara.
Aunque ella aún no supiera cómo llamarlo…
Sabía que había alguien que no se cansaría de esperar.
Y eso… ya era amor.
Notes:
✨ Gracias por leer. Si te gusta, déjame un comentario o un kudos. Significa el mucho.
¡Nos leemos pronto!
Chapter 11: EL CAFÉ MÁS DULCE DE NUEVA YORK
Summary:
Aquí veremos a Liv intentando mantener el control, mientras el corazón... ya ha tomado una decisión.
Notes:
Agradezco a quienes han seguido con cariño estas historias, y a quienes se han enamorado de Liv, Rafael.
No soy una escritora profesional, sólo una soñadora romántica con muchas ideas.
Inspirado en dos canciones muy especiales:
🎵 "Ring My Bell" - Suzy (Miss A), por ese ritmo juguetón y la emoción de lo que está por comenzar.
🎵 "Can't Control Myself" - Taeyeon, por el contraste emocional y la intensidad.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 11 "EL CAFÉ MÁS DULCE DE NUEVA YORK"
El equipo regresaba tras un merecido almuerzo, cortesía de Fin. Se habían tomado algunos minutos extra, lo cual no era raro en días que tocaba redactar y hacer informes para cerrar los casos.
-Amaro eres un barril sin fondo. Recuerdame no volver a invitarte a comer- decía Fin muy molesto rodando los ojos mientras masajeaba su billetera imaginaria..
- Ni siquiera me invitaste postre- decia Amaro, con gesto ofendido.
- Lo bueno es que dejaste algo para Liv- —añadió Amanda, guiñando un ojo.
- Sí un sandwich, pobre Liv se tendrá que conformar con el temible café de la estación.
—remató Carisi, fingiendo dramatismo.
- ¡Calla Carisi!, no soy tan malo decía un muy apenado Amaro.
-Ni siquiera pagaste Carisi, fui yo —gruñó Fin.
Los chicos caminaban directo al escritorio de Liv entre risas, cuando todos se detuvieron, cual fue su soprpresa al ver que Liv seguía trabajando en sus informes, pero al lado tenía un elegante café que tan solo olerlo se antojaba, al igual que su almuerzo que lucía espectacular, digno de restaurante gourmet para un miembro de la realeza. El aroma envolvía a todos en la sala.
Amanda fue la primera en fruncir el ceño, de forma curiosa mirando de reojo a la detective y su sofisticada comida.
Todos se quedaron sin palabras.
-No entiendo —dijo Carisi, con la boca abierta—, su almuerzo se ve mejor que lo que comimos, Exijo una explicación … ¡y un rembolso!- decía rascandose la cabeza.
-Calla Carisi, tu nisquiera pagaste, fui yo —replicó Fin, cruzándose de brazos.
Justo en ese momento salio Munch sosteniendo su café igual al que -tenía Liv .
¿Aqué se debe estos 30 minutos de retraso? A trabajar señoritas que el crimen no espera
-¡Pero solo es si hoy es puro trabajo de escritorio- protesto Amaro.
—Ya vi quién es la consentida —masculló Fin en voz baja, mirando el café en manos de Liv—. Le compran café igual que al jefe, y a nosotros ni un mísero panecillo. Nada personal, Liv.
Liv solo sonreía a sus compañeros-
Carisi, con su simpatía habitual, se acercó con paso sigiloso al almuerzo de Liv
.-Querida Liv ¿puedo probar un poco?
-Solo una muestra de esa delicia visual...- Carisi actuaba muy amable
- Por su puesto, toma lo que quieras, pero el café es mío -dijo Liv muy amable
La mano de Carisi se extendía justo cuando su mano estaba a punto de aterrizar sobre el almuerzo, de Liv, Amanda lo interceptó hábilmente, ya que con su vista de águila, alcanzó a visualizar cerca de la bolsa una nota que decía el nombre de Rafael, asi que estiro la mano antes que Carisi y la recogió.
-Lo siento Carisi este es para mi- dijo Amanda, alzando la bolsa como si fuera un trofeo—. Este almuerzo es mío ahora, quédate con el sándwich que era para Liv- Le dijo sonriendo.
- Esta bien, peor es nada. —se resignó Carisi, mientras su estómago rugía en protesta.
Amanda, con una sonrisa traviesa, se acercó a Liv.
- Gracias Liv, ¿ me pasas una servilleta? Ya sabes... es que aveces soy muy descuidada.
Liv le pasó la servilleta sin decir palabra.
Amanda, al mismo tiempo, le devolvió discretamente la nota, intercambiandola por una servilleta. , como si intercambiaran secretos invisibles y miradas que solo entienden las amigas.
Amanda esperó pacientemente a que los chicos se alejaran, cada uno en sus escritorios, mientras Munch desaparecía con su taza en dirección a su oficina. Entonces, se acercó como quien no quiere la cosa y se apoyó con los codos en el escritorio de Liv.
—¿Te sabe bien el café? —preguntó Amanda, con una media sonrisa y las cejas levantadas.
Liv, que estaba concentrada (o pretendía estarlo) en su informe, apenas levantó la mirada.
—Sí, bastante… está fuerte, como me gusta.
Amanda ladeó la cabeza, divertida.
—Qué coincidencia... porque ese es exactamente el tipo de café que le gusta a cierto fiscal de mirada intensa y trajes impecables.
Liv levantó una ceja con gesto indiferente, aunque sabía perfectamente a qué se refería.
—En esta ciudad hay miles de hombres con trajes y café fuerte, Amanda.
Amanda rio suavemente.
—Sí… pero no todos mandan almuerzos de tres tiempos y notas manuscritas con su nombre al pie.
Liv fingió buscar un documento entre sus papeles, intentando que su sonrisa no se notara.
—¿Sabías que Munch quiere todos los reportes del trimestre listos para hoy? No sé tú, pero a mí me faltan tres casos por cerrar.
Amanda cruzó los brazos.
—Ajá… evasiva clásica número tres: “tenemos mucho trabajo”.
—No estoy evadiendo nada —dijo Liv, sin mirarla.
—Entonces dime tú, ¿qué dice exactamente la nota que intercambiamos? Porque la letra era bonita, pero lo que importa es la intención.
Liv finalmente levantó la vista, con expresión serena, pero en sus ojos había un brillo suave, casi nostálgico.
—Amanda…
—¿Sí?
—Gracias por entender que a veces… algunas cosas es mejor guardarlas un poco más. Hasta que una esté lista para decirlas en voz alta.
Amanda se quedó en silencio. No necesitaba una confesión. No necesitaba un “sí, es él”. Lo había visto en los gestos, en la delicadeza con la que Liv había recibido aquel café. En la forma en que desvió la mirada. En el rubor casi imperceptible de sus mejillas.
Suspiró y sonrió, apoyando una mano sobre la de Liv.
—Solo prométeme una cosa.
—¿Cuál?
—Que cuando sea la hora de contarme todo, no escatimes en detalles. Y que me invites al brindis si esto se convierte en algo más.
Liv soltó una pequeña carcajada y asintió con ternura.
—Prometido.
Amanda se levantó del escritorio y, antes de alejarse, añadió:
—Y por cierto… no te hagas, Benson. Ese café no lo compraste tú. Huele a Barba desde la primera gota.
Liv la observó alejarse, con una mezcla de risa y resignación. Sabía que Amanda lo sabía. Y también sabía que, cuando llegara el momento… ella sería la primera en saberlo todo.
Oficina del Fiscal – 1:42 p.m.
Rafael observaba el celular sobre su escritorio. No había notificaciones nuevas, pero igual lo miraba como si fuera a responderle algo más que un silencio elegante.
“¿Le habrá llegado bien?”, pensó,
Sabía que lo suyo con Olivia no era algo que pudiera forzarse. Nunca lo había sido. Ella era una fortaleza que no se abría con llaves, sino con tiempo, respeto y paciencia.
Se levantó de la silla y caminó hasta la ventana de su oficina. Desde ahí podía ver parte de la ciudad, caótica y hermosa, como ella.
Recordó cómo Liv había alzado la ceja cuando lo vio entrar por la puerta de Munch. No dijo nada, pero sus ojos… sus ojos hablaban en un idioma que él estaba empezando a comprender muy bien.
Y aunque no lo hubiera dicho, él sabía que lo había reconocido todo:
El café.
La caligrafía.
La intención.
🎵 I’m doing fine, fine, fine
I’ll forget you, I’ll erase everything… just smile.
La canción sonaba en su cabeza como si el recuerdo de ella tuviera su propio soundtrack.
Pero Rafael sabía que no era cierto. No podía olvidarla. No podía simplemente sonreír y decir que todo estaba bien.
La había visto romperse y reconstruirse.
Había visto cómo amaba a sus hijos y cómo había dejado de amarse a sí misma en el proceso.
Y aún así, ahí estaba. Enviándole café. Porque era lo único que podía darle sin que ella huyera.
No era una declaración.
Era un susurro.
Una promesa silenciosa:
"Estoy aquí. Cuando estés lista."
Se sentó de nuevo, abrió su libreta y escribió unas líneas, casi sin pensar:
“Ella se guarda el mundo en los bolsillos.
Se pone la coraza cada mañana.
Y sin embargo, aún toma su café con azúcar…
como si esperara que algo dulce llegue, al menos una vez al día.”
Cerró la libreta, respiró hondo y volvió al expediente frente a él.
Y mientras lo hacía, pensó que no necesitaba una respuesta inmediata.
Porque el simple hecho de que Liv hubiera aceptado ese almuerzo…
…ya era un “quizá”.
Y en su mundo de verdades absolutas y veredictos firmes, un quizá de Olivia Benson era más poderoso que muchos “sí” rotundos.
Rafael Barba al no obtener respuesta de Liv y presa de los nervios continuo su trabajo, miró la pantalla de su computadora portátil por enésima vez, sin haber escrito una sola línea coherente. Los archivos judiciales estaban abiertos… pero su mente no.
pero no su trabajo de fiscal.
Con el ceño fruncido y la taza de café ya casi vacía entre las manos, exhaló lento. Sabía que si seguía intentando trabajar como fiscal en ese estado, podía cometer un error garrafal. Y él no cometía errores. No cuando se trataba de su profesión… ni cuando se trataba de ella.
Así que cerró los documentos legales, empujó los papeles a un lado con su café como fiel compañero y su laptop personal comenzó a buscar cuál seria el sitio más adecuado para una cita no quería ser muy atrevido, pero tampoco queria dejar pasar esta primera gran ocasión que era muy especial . Una primera cita que no solo marcara el inicio de algo… sino que le hiciera sentir a Olivia que no estaba sola, que merecía ser amada con calma y verdad.
Su búsqueda ya llevaba cerca de 30 minutos sin rendir frutos hasta que a su memoria vino esa frase que decian en su barrio en Brooklyn: “El amor entra por el estómago”.
Sonrió al recordarla. Quizás tenía razón.
Dejó que esa frase lo guiara
Por lo que busco en internet que restaurante le convenia más para esa primera cita, aunque el bar Forlini era uno de sus favoritos, sabía que no era el adecuado, tenía que ser algo inolvidable
Hasta que por fin de mucho buscar lo encontro…
Un restaurante discreto pero exquisito, con música en vivo, iluminación suave y una carta de vinos que la haría sonreír.
Perfecto.
Tomó el móvil y, luego de un instante de duda escribió el tan anhelado mensaje a Liv.
Todos regresaron a sus escritorios, resignados a enfrentarse con la torre interminable de informes que los esperaban.
Se escuchaba a todos teclear en la computadora para conseguir el tan deseado informe y de ve en cuando uno que otro bostezo o alguna maldición por parte de Amaro.
Mientras tanto Liv ya había recuperado un poco su ritmo habitual en el trabajo, pero de vez en cuando su mirada se desviaba hacia su celular. Parecía distraída, esperando el mensaje de Rafael.
Amanda como siempre atenta a todo observaba a cada detalle, veía con disimulo a su amiga.
-¿Esperas alguna llamada Liv? —preguntó, fingiendo inocencia.
- No, solo miraba por si a acaso llamaba la señora Miller, ya sabes hoy cuidará de Anthony --respondió Liv con la voz más neutra que pudo.
- Solo eso, pensé que la señora Miller tenía mucha experiencia cuidado niños-
- Sí, ya sabes que Anthony es un niño algo difícil. —añadió, con una media sonrisa.
Internamente, Liv pensaba – ¿Por qué Amanda siempre debe estar en todo?, tal parece que fuera un general- debería trabajar para inteligencia militar,
Pasaron casi tres horas. El ritmo del día continuaba entre teclas, papeles y risas ocasionales. Y entonces, por fin, el tan anhelado mensaje llegó
Liv,
Sé que estás ocupada y no quiero presionarte
Espero que hayas disfrutado el almuerzo
Me encantaría invitarte a cenar.
Solo tú y yo. Sin informes. Sin títulos. Solo nosotros.
El viernes paso a las 9:00 por ti a tu departamento
Hice reservaciones para La Grenouille – Midtown
Espero te guste la comida francesa
Que termines pronto tu trabajo, éxito
PD: Prometo que no habrá discursos… a menos que tú los pidas.
Rafael
Liv sintió cómo su corazón latía a mil por hora. En ese momento, agradeció que
por suerte Amanda había ido al baño y no le podría cuestionar nada
-¿Qué le sucede a Liv?- le pregunto a Amaro
- No lo ves es la felicidad de saber que ya termino un informe más presumida.contesto Carisi
El mensaje por parte de Rafael fue su impulso para terminar su trabajo. Redobló su ritmo, con una sonrisa contenida. La cita ya no era una posibilidad… era una realidad.
-Que sonriente Liv, sucedió algo en mi ausencia.—dijo Amanda, entre bromas.
- Nada es solo que ya casi termino mis informes y cada vez está más cerca la hora de la salida. salida —contestó Liv.
- Alguien cambio a mi amiga, la amiga que es adicta al trabajo. ¿Dónde quedó?
- Calla Rollins Liv merece rebelarse al menos una vez. —intervino Carisi desde su escritorio.
La jornada de trabajo termino, todos se marcharon pero en la mente y memoria de Liv estaba viernes La Grenouille – Midtown.
Aprovechando que todos se habían ido y solo quedaba. Ella y Munch , tecleó discretamente el nombre del restaurante en el buscador: La Grenouille – Midtown.
Las imágenes del sitio la dejaron boquiabierta. Demasiado lujoso, demasiado francés, en ese momento agradecía el haber aprendido francés en su juventud habilidad de la que casi no hacia uso, no lo hablaba seguido, pero esperaba poder aún recordarlo y tener ese perfecto acento que muchos le envidiaban al hablarlo.
Suspiró.
Esto no es cualquier cena. Es… especial.
-Vamonos Liv ya es tarde – le dijo Munch sacándola de sus pensamientos-
—Sí, jefe. Ya voy —dijo ella, saliendo de su ensoñación, mientras su corazón palpitaba al ritmo de un viernes que se aproximaba.
De regreso a casa, Liv pensaba detenidamente cómo responder aquel mensaje. Sus dedos recorrían la pantalla del celular, pero ninguna palabra le parecía suficientemente beuena.
Finalmente, después de mucho borrar y escribir decidió por la sencillez y el cariño:
Nos vemos el viernes
gracias por el café
Descansa, los niños te. envían saludos
Liv
Durante el resto de la semana Liv estuvo demasiado feliz, felicdad que irradiaba en su trabajo y en casa notaba en el brillo de sus ojos cuando cruzaba los pasillos de la estación, en la calidez con la que saludaba al equipo…
En casa Calvin lo notaba había aprendido a leer las emociones de su madre, encontando a su mamá más feliz y sonriente que de costumbre.
Liv cumplía con todas sus responsabilidades en casa con la misma dedicación y amor de siempre, pero ahora lo hacía acompañada de una sonrisa más serena, más brillante.
Habia empezado a adoptar una rutina, cada noche, cuando terminaba de acostar a Noah y Anthony preparaba una olla de café, se acomodaba en la mesa del comedor con su computadora, sus audífonos y un viejo libro de francés que desempolvó de su juventud para recordar sus clases de frances, no queria quedar mal en la cita y hacer pensar a Rafael que era una chica ignorante. . No quería que Rafael pensara que no estaba a la altura.
No por él. Por ella. Por esa Liv que hacía tanto no se sentía protagonista de su propia historia.
Y aunque estuviera cansada en el buscador ponía el nombre del restaurante , reflejando así que esa era la meta, la meta del viernes , el sueño en el que el día viernes.
El día en quepor unas horas, ella se convertiría en la Cenienta. Una madre, una mujer, una soñadora.
Aún tendría que ver algunos detalles por resolver como su vestido los zapatos, el peinado y los niños, por suerte Lucy tendría el día disponible para cuidar de sus chicos.
Y con eso, Liv podía permitirse ilusionarse sin culpa.
Notes:
✨ Gracias por leer. Si te gusta, déjame un comentario o un kudos. Significa mucho para mí.
Nos vemos pronto.
En el próximo capítulo veremos cómo cumple su. sueño al convertirse sólo por esa noche en la Cenicienta perfecta de Rafael.
Chapter 12: EL VIERNES A LAS NUEVE
Summary:
Olivia Benson se prepara para una cita que no esperaba y que tal vez no sabe si merece. Entre recuerdos, risas tímidas y silencios que hablan más que las palabras, descubrirá que también tiene derecho a sentirse viva.
A veces, un vestido, una joya, una frase, pueden ser el inicio de algo más. Algo que tal vez… no duela.
Notes:
Me inspiré en esa sensación que tenemos a veces cuando una amiga nos ayuda a vernos lindas. No porque no podamos solas, sino porque hay días en los que no recordamos cómo.
Esta escena es para todas las veces que pensaste que ya no podías brillar… y alguien te lo recordó.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 12 EL VIERNES A LAS NUEVE
Era viernes por la mañana, aún era temprano cuando se despertó en la mesa de noche, el reloj digital proyectaba en rojo la hora: 4:45 a.m.
Ya no podía dormir, daba vueltas por la cama, inquieta y de solo recordar lo que le esperaba esa noche, comenzaba a sentir ese cosquilleo en el estómago… mezcla de emoción y nervios.
Pero aún había algunos detalles por arreglar.
Ya no pudo más. Se levantó en silencio y caminó por el pasillo. Abrió la puerta de la habitación de los niños.
Noah y Anthony dormían plácidamente. Desde hace meses, lo que Liv había pedido se había cumplido por fin Anthony conseguía dormir de un solo tirón toda la noche.
Liv acarició el rostro de ambos niños con suma ternura. Eran tan dulces y adorables. … tan suyos.
Por un momento, el recuerdo de Ed Tucker cruzó su mente pensando:
¿Cómo serían las cosas si él siguiera vivo?
¿Disfrutaría de este momento con los niños?
Anthony reflejaba en su mirada esos mismos ojos, esos ojos azules de su padre Ed.
- ¿Estaba bien lo que estaba haciendo? —pensó, sintiendo la punzada de la culpa. Apenas había pasado un año...
Pero ¿A quién quería engañar? solo era una cita no una boda
Liv sacudió la cabeza espantar la tristeza. Hoy no. Hoy quería sentir ilusión.
Siguió caminando por el pasillo hasta la siguiente habitación.
-Ya amaneció mami- dijo Calvin tallándose los ojos con voz soñolienta.
Aun no es hora cariño duerme un poco más- respondió Liv empleando su tono dulce y maternal, que solo usaba en los momentos más tiernos.
Como era aún temprano y volver a la cama significaba una tortura para ella y sus pensamientos decidió ponerse a estudiar un poco más su francés.
Después de todo La Grenouille no era cualquier lugar.
De solo recordarlo le dio risa, ya que hace unos días antes, por accidente, le respondió a Amaro en francés durante una conversación, dejándolo totalmente desconcertado.
- No parlo francese -le había dicho Amaro, torciendo la cara.
- ¡Oye el italiano soy yo! —protestó Carisi, ofendido—. Y, además, tu acento es horrible.
El volver a recordar ese momento la hizo sonreír. Tal vez su pronunciación no era perfecta aún, pero el esfuerzo ya valía la pena.
Reviso su reloj aún quedaba tiempo y era muy temprano.
Así que preparo un gran desayuno para los chicos, y, de paso, las loncheras de Noah y Calvin.
Estaban tan completas y coloridas que seguramente serían la envidia de sus compañeritos ese día. También le dejo el almuerzo a la señora Miller, quien cuidaría a Anthony durante el día.
Después, se arregló para ir al trabajo. Examino su armario lo recorrió rápidamente con la mirada. Aún no tenía nada, que le agradara llevar para la cita de esa noche.
Nunca había sido una mujer especialmente muy enfocada en la moda, y si era sincera llevaba toda la semana posponiendo esa elección, claro no había mucho tiempo, apenas y había mirado unos cuantos escaparates al salir del trabajo.
Por lo que había ideado un plan en cuanto al vestido quería ir a comprar, tal vez a la hora del almuerzo. Nada muy elaborado… solo algo que la hiciera sentirse un poco como ella.
El problema: ¿cómo hacerlo sin que Amanda la cuestionara? Sabía que ya sospechaba algo, algo muchísimo.
Aunque dijo que la esperaría como amiga y no le había dicho nada, siempre que lo intentaba algo sucedía y la detenía.
Un rato después, la casa se llenó del aroma del desayuno recién hecho, y con él, las voces alegres de sus hijos.
- ¡Esta delicioso mami! Decía Calvin muy alegre
- Noah quiere más! - Aplaudía y estiraba sus pequeños brazos.
- Dame, dame- decía Anthony con su tierna y adormilada voz.
Liv se despidió con cariño de Anthony que se quedaba con la señora Miller, luego llevo a Calvin y a Noah a la escuela y a la guardería que se despidieron de ella entre risas, abrazo y besos.
Llegando a la estación, todo lucía igual. Bueno… casi al menos ahora la fila interminable de expedientes había disminuido considerablemente.
-Estoy muerto, ha sido una semana horrible- se quejaba Fin, dejando caer su carpeta sobre el escritorio.
-Ni lo digas- decía Carisi, rodando los ojos.
- Vamos chicos, no ha sido tan duro- dijo Liv muy sonriente
- Tú lo dices porque ya casi terminas Liv- replicó Amaro, algo molesto.
- Puedo ayudarte solo me falta un informe—dijo Liv, amable—. Y Munch no tiene que enterarse.
- Esta bien- dijo Amaro muy orgulloso mientras le entregaba algunos pesados expedientes.
-Si quieres mi silencio… exijo tu ayuda Liv- añadió Carisi entregando una fila de expedientes más pequeña.
-Está bien chicos solo porque estoy de buenas aceptó ella con resignación.
Fin se limitó a observar, cruzado de brazos.
-Liv Liv no sabes en que líos te acabas de meter.
-Por cierto y ¿Amanda no la veo? - dijo Liv mirando alrededor, buscando a su amiga entre los escritorios.
- La muy lista pidió permiso para ausentarse– dijo Carisi hablando rápidamente
Fiel a sus promesas, Liv paso toda la mañana trabajando en los informes que prometió ayudar a sus compañeros. Revisando expedientes, notas, solo se escuchaba el ruido de las hojas pasar y el sonido de las teclas de la computadora golpeteando como una canción repetitiva.
Trabajaba como loca.
La hora del almuerzo llegó, pero dada la cantidad de trabajo resultaba imposible salir y justo ahora que todo le favorecía, sin Amanda que la inspeccionara y revisara cada uno de sus movimientos, hubiera sido el momento ideal para escaparse en el almuerzo a algunas de las boutiques y comprar el tan anhelado y buscado vestido.
¡Pero no! dado su sensible corazón y buen humor de ese día la habían traicionado.
Sus compañeros aprovecharon su amabilidad y ahora la fila de trabajo era inmensa.
Por suerte, tenía el café de Rafael. Hoy lo había acompañado con un croissant.
Un detalle simple, pero reconfortante.
El reloj seguía avanzando ya eran las 6:00 de la tarde y Liv aún no terminaba, se podía ver muy cansada- masajeando sus sienes con los dedos, mirando fijamente la pantalla como si pudiera convencerla de escribir sola.
Entonces, su celular vibró.
Era Rafael.
No lo había visto durante toda la semana desde el lunes.
Hola Liv
Recuerda que hoy tenemos una cita, paso a tu casa a las 9:00
Rafael
Aunque el mensaje sonaba esperanzador, para ella ya no lo era, el trabajo acumulado era inmenso a este paso apenas tendría tiempo de llegar a casa y tal vez cambiar de abrigo y zapatos
Examino su atuendo con la vista de arriba abajo-
-No luce tan mal- murmuró.
A quien engañaba ese atuendo desentonaría con la elegancia de La Grenouille.
Y con Rafael, seguro el iría impecable como siempre
- Claro el siempre luce bien.
Mientras Liv suspiraba, Amaro y Carisi se acercaban al ascensor y se despedían de Liv
-Ya es hora Carisi te invito a comer algo- dijo Amaro.
Pero antes de que pudieran irse, Munch apareció en el umbral de su oficina, cruzado de brazos, con su mirada firme que podía atravesar paredes.
Había estado observado todo a la distancia, sospechaba lo de Liv y Rafael y por supuesto Fin le había contado lo sucedido.
-¿A dónde van chicos?
-Ya hemos terminado- dijo Carisi, sonriendo.
- Si nuestro escritorio esta libre- añadió Amaro en forma de reverencia señaló su escritorio como si fuera un trofeo.
- Dada la eficiencia de mis detectives estrella, me ayudaran con una nueva misión.
Carisi y Amaro entornaron los ojos, al unísono.
- ¡Fuiste tu Fin! ¡Alta traición! —acusaron en coro.
-Nunca compraron mi silencio así que no es traición —respondió Fin, con una sonrisa.
Munch se acercó al escritorio de Liv, Se inclinó un poco y le tendió la mano con gesto solemne y moviendo un bolígrafo simulando una varita mágica le dijo suavemente
- Bibbidi-Bobbidi-Boo. Hora de irte, Cenicienta. Tu príncipe te espera. Apaga esa computadora.
Hoy yo seré hada madrina o mejor dicho padrino.
Saluda al príncipe de mi parte.
El café de hoy me encantó.
Liv solo se sonrojo.
Yo me encargo de la computadora Liv - dijo Fin en tono muy paternal. -Ve a casa
Liv asintió, agradecida, y estaba a punto de tomar su abrigo cuando Munch volvió a hablar, con ese tono suyo tan neutro que a veces escondía algo más.
—Un momento, Benson.
Ella se giró.
Munch abrió uno de los cajones de su escritorio y sacó una pequeña cajita rectangular, forrada en terciopelo negro. Caminó hacia ella y, sin rodeos ni miradas sentimentales, se la tendió.
—Te falta un toque final.
—¿Qué es esto…? —preguntó Liv, sorprendida.
—No te emociones. No es de compromiso ni de esas cursilerías —murmuró él, casi incómodo—. Era de mi madre. Lo llevó en su primera cita con mi padre. Siempre decía que ese anillo traía suerte.
Lo encontré hace unos meses… no sé por qué lo guardé.
Liv lo abrió con cuidado. Dentro, un anillo sencillo, de plata, con una pequeña piedra azul. Nada ostentoso. Pero de inmediato le pareció hermoso.
—Munch… yo no puedo aceptar esto.
—Claro que puedes. No te lo regalo. Te lo presto —dijo él, con una media sonrisa—. Esta noche, llévalo. Y cuando sientas que estás a punto de sabotear tu propia felicidad… míralo.
Liv lo miró en silencio, conmovida de una forma que no esperaba.
—Gracias —susurró.
Munch se encogió de hombros y caminó de regreso a su oficina.
—Ve antes de que me arrepienta. Y si ese tipo no nota el anillo, dile que renuncio a tener fe en los fiscales —dijo justo antes de cerrar la puerta detrás de él.
Liv sonrió. Guardó la cajita con cuidado en su bolso.
Esta vez… de verdad iba a intentarlo.
Saliendo de la estación Liv miró su reloj eran cerca de las 6:30.
La tarde estaba llegando a su fin comenzaba a sentirse la noche que llegaba con una suavidad inesperada, envuelta en la brisa tibia de una ciudad que jamás duerme. Manhattan vibraba en su habitual elegancia.
Las luces comenzaban a encenderse poco a poco, como si la ciudad tomara aire antes del gran acto final. Unas nubes grises en el horizonte dejaban entrever que quizás, más tarde, la lluvia vendría a visitarlos.
Liv cruzó la calle con paso rápido, aún se sentía en una encrucijada si ¿ir a comprar un vestido nuevo o improvisar con algo en casa?
Lo que llevara esta noche, aunque no debía importar tanto, de algún modo… importaba.
Necesitaba una señal
En ese momento, su celular vibró.
Era un mensaje desde el número de Lucy, la niñera.
Liv deslizó la pantalla, y en segundos apareció un audio
Con solo escuchar las primeras voces, su corazón se apretó con ternura:
—¡Mami! —gritaba Anthony con emoción
— ¡Eres la más linda del mundo! —decía Calvin con voz seria pero dulce—.
—Mami guapa —añadía Noah, arrastrando las sílabas mientras Lucy reía de fondo.
El audio se cortó, con un pequeño coro improvisado:
-¡Te amamos!.
Liv se quedó quieta por un momento, con el celular en la mano y los ojos llenos de una sonrisa silenciosa.
Esa era la señal.
Sin decir nada más, giró sobre sus pasos y caminó hacia su casa con los chicos de su vida. sus hijos.
Cuando llegó a casa Liv como siempre muy cariñosa y amorosa saludó y abrazo a sus hijos, dejándose envolver por las risas infantiles de sus hijos.
Se agachó enseguida, abrazándolos con fuerza, dejándose envolver por esos bracitos pequeños y cálidos que siempre sabían devolverle el alma al cuerpo.
Después de jugar un momento con ellos, se acercó a Lucy y le hizo una pregunta que nunca creyó hacerle.
-Lucy ¿sabes algo de maquillaje y peinados?
Lucy muy extrañada se quedó viendo
- Por su puesto Liv, aprendí de mis hermanas y puedo ayudarte-
Con la seguridad de esa respuesta Liv corrió a su habitación.
Había una decisión que ya no podía postergar.
Abrió el clóset, recordó aquel vestido que compró hacía meses, uno de esos impulsos que raras veces se permitía pensando en una ocasión especial para usarlo, pero esa ocasión no había llegado hasta hoy
Recordó que apenas lo había visto se había enamorado de ese vestido.
El vestido aún tenía las etiquetas esperando ser usado por una bella dama.
Liv lo tomó con cuidado y fue directo a la ducha.
Cuando volvió se probó el vestido, le quedaba perfectamente, parecía hecho a medida especialmente para ella. No solo por cómo caía sobre su cuerpo…
sino por cómo la hacía sentir.
El espejo reflejaba algo que Olivia Benson no recordaba haber visto desde hacía mucho tiempo
Una mujer. Nerviosa. Ilusionada. Viva.
Así misma, arreglada no por protocolo, ni por deber, sino por algo que le provocaba mariposas en el estómago. Un vestido negro corto, sobrio, elegante de tela suave y caída impecable que resaltaba su figura con una elegancia silenciosa.
Lucy toco la puerta- Liv voy a pasar, deje a los niños viendo una película.
Abrió la puerta… y la imagen la dejó sin palabras.
-Woo Liv tienes una figura increíble ¿quién diría que tienes un hijo de 1 año?
—No exageres…
—No exagero. Lucy examino a Liv- ¡Ya sé qué haré!
Lucy fue directo al tocador. Con manos seguras y con mucha delicadeza cepillo el cabello de Liv comenzó a cepillarle el cabello con delicadeza, separando mechones, probando estilos. Luego buscó tonos suaves de maquillaje que resaltaran lo mejor de Liv: sus ojos, su luz, su esencia ayudándole a elegir el maquillaje más adecuado, incluso le presto parte de su maquillaje.
—Esto es una emergencia de la moda —dijo Lucy—Y las chicas siempre están ahí para apoyar a sus amigas Porque eso eres, Liv… para mí eres como una hermana mayor.
Liv sonrió con ternura. Se dejó hacer. Por primera vez en mucho tiempo, se dejó cuidar.
Cuando Lucy terminó, se cruzó de brazos con aire orgulloso y teatral, sonrió al ver terminando su trabajo.
Y como si fuera un programa de moda, Lucy le pidió a Liv abrir los ojos lentamente.
Liv giró hacia el espejo.
Y por un instante… se quedó sin palabras casi se le salieron las lágrimas.
La imagen reflejada era más que hermosa.
Era ella, completa, volviendo a sentirse viva.
Liv sonrió y al ver su imagen reflejada. En el espejo.
-Es hermoso Lucy. ¡Gracias! de verdad —dijo, con la voz casi rota por la emoción.
-¡No Liv. ¡Tu eres la hermosa! - dijo la chica con una sonrisa cálida en el rostro.
- Iré a ver a los chicos. Tú… quédate contigo un rato.
Liv asintió, y cuando Lucy cerró la puerta, se quedó frente al espejo.
Mirándose.
Respirando.
Entendiendo que esta vez, de verdad, iba a permitir que la vieran.
- Aún hace falta algo más…
Fue entonces que recordó uno de los últimos regalos que le hizo su difunto esposo, Ed Tucker.
Buscó con cuidado en el cajón más profundo del armario. Allí, envuelta en terciopelo negro, encontró la pequeña caja elegante que había evitado abrir durante meses.
Abrió la caja era unos hermosos y delicados aretes de diamante acompañados por un brazalete fino y sobrio que solo uso una vez.
El brillo seguía ahí. Impecable. Silencioso. Casi intacto, como si el tiempo se hubiera detenido dentro de la caja.
Los sostuvo entre sus dedos… y entonces llegó el recuerdo.
Absorta los contemplo y recordó el día que se los regalo su amado Ed, de un esposo que amó pero que no fue el amor de su vida.
Flashback
—¿Liv? —preguntó Ed, con esa mezcla de ternura y nerviosismo que solo mostraba cuando estaba fuera de su zona de confort.
Ella lo miró, aun temblando un poco, con la prueba de embarazo en la mano.
—Voy a ser mamá…—susurró, como si las palabras aún no terminaran de asentarse.
Ed no dijo nada al principio. Solo la abrazó. Largo. Fuerte. Como si en ese instante no hubiera nada más en el mundo.
—¿Estás feliz? —preguntó ella, buscando su mirada.
Él asintió con los ojos húmedos.
—Liv… estoy más que feliz. Estoy orgulloso. De ti. De lo que somos. Y… —dijo, sacando una pequeña caja de su bolsillo—. Quiero que tengas esto.
Ella la abrió, desconcertada. Y allí estaban: los aretes brillando como pequeñas promesas.
—No tuvimos una boda, ni anillos, ni nada tradicional… —continuó Ed—. Pero estos diamantes… son mi forma de decirte que siempre quise darte algo hermoso. Porque tú… eres lo más hermoso que me ha pasado.
Liv no pudo responder. Solo lo besó. En silencio. Conmovida por ese amor tranquilo, imperfecto, pero verdadero.
Fin del flashback
De nuevo en el presente, Liv volvió a mirar las joyas.
Los volvió a tocar, las sostuvo por un momento sobre su corazón. No con tristeza. Sino con respeto.
—Gracias, Ed —susurró—, aún no sabía si era correcto usarlos esa noche.
Pero algo en su interior le susurró que no se trataba de reemplazar memorias, sino de honrarlas.
No sé si es apropiado. Pero necesito sentirme valiente, hermosa solo esta noche.
—Él querría que siguiera viviendo. No escondiéndose
Se colocó los aretes. El brazalete.
No eran para Rafael.
No eran para Ed.
Eran para ella.
Para recordar quién fue.
Recordó también el anillo que Munch le había dado en la tarde. Un diseño simple, de plata antigua. Sin palabras, pero lleno de significado. Liv se lo puso en la mano derecha.
Salió de su habitación, que aún olía a un delicado y dulce perfume.
Se detuvo un instante y se observó.
El cabello, recogido en un chongo sofisticado y bajo con mechones sueltos que caían a los lados, le daba un aire elegante que no solía permitirse.
En sus orejas, colgaban unos aretes de diamante. El brazalete, discreto, envolvía su muñeca como un susurro.
Lucy, la niñera, la miró desde la sala con una sonrisa suave.
—Pareces de película, Liv.
Liv al inicio no respondió, pero sus ojos lo dijeron todo.
—Eso me da más miedo que confianza —respondió ella con una sonrisa tensa.
Calvin alzó la vista desde su tarea… y se quedó en silencio la miró como si no pudiera reconocerla.
-¡Wow mamá!
—¿Qué? ¿Me veo muy rara?
—Te ves… como una princesa. Estás hermosa, mami-dijo muy emocionado.
Los pasos menudos de Noah de apenas dos años interrumpieron el momento El pequeño frunció el ceño al verla.
—¿Dónde está mami? —preguntó, desconcertado.
Anthony, de un año, la miraba sin parpadear estiró los bracitos con confusión, como si ese vestido hubiera borrado a su mamá de siempre.
Liv se agachó y los abrazó a los tres.
—Sigo siendo yo, pequeños. Solo que hoy… mamá sale un ratito.
La ternura de sus hijos hizo que el corazón de Liv titubeara.
-¿Estaba bien hacer esto?
Una cita. Rafael Barba.
El fiscal que había estado a su lado en momentos difíciles. El que se ganó a sus hijos, sin prometer nada. Y ella, por impulso o por coraje, había dicho que sí.
¿Estaba traicionando algo… o a alguien?
Pero entonces llegó el mensaje a su celular sacándola de sus pensamientos.
“Estoy abajo.
Cuando estés lista.”
RAFAEL
-Puntual como siempre pensó Liv.
Ya no había vuelta atrás se despidió de sus hijos y de Lucy. , tratando de que su voz no temblara.
Bajó las escaleras.
Y al verlo, supo que no había vuelta atrás. Y ahora estaba ahí. Con miedo. Con ilusión. Con una parte de su corazón despierta… y otra aún adormecida por el duelo al recordar a Ed.
Pero también estaba Rafael Barba de pie, elegante como siempre, con un traje azul marino y una mirada que parecía detener el tiempo.
Cuando la vio, la saludó con una mezcla de nervios y encanto, nunca la había visto tan elegante.
Ni tan decidida.
Ni tan ella.
Notes:
✨ Gracias por leer. Si te gusta, déjame un comentario o un kudos. Significa mucho
En el siguiente, veremos la cita desde la mirada de Rafael… y todo lo que sintió al verla llegar.
Porque a veces, el amor no empieza con un “te amo”, sino con una mirada que no puedes olvidar.
Chapter 13: ESE HOMBRE
Summary:
Rafael Barba se prepara para una noche que no esperaba necesitar tanto. A través de recuerdos, dudas y silencios, descubrimos su lado más íntimo: el de un hombre que no quiere impresionar, sino estar a la altura de una mujer que admira profundamente.
Entre corbatas, fragancias y una pequeña caja con una luna creciente, se construye el inicio de algo que podría cambiarlo todo.
A veces, basta una cita… para atreverse a sentir de nuevo.
Notes:
Este capítulo está narrado desde la perspectiva de Rafael Barba, y es el complemento emocional al capítulo anterior (“El viernes a las 9”).
Quise mostrar el lado más humano de Rafael: el hombre que se detiene frente al espejo antes de una cita importante.
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Chapter Text
CAPÍTULO 13 ESE HOMBRE
Desde el punto de vista de Rafael
Los primeros rayos de sol se dejaban sentir con delicadeza y entrar a través del ventanal, anunciando el inicio de un nuevo día, uno lleno de promesas y de sueños aún por cumplirse.
De pie frente al cristal, un hombre observaba en silencio aquella hermosa transición. Ese amanecer no era como cualquier otro. Era su amanecer, era. Rafael.
Por fin, el tan anhelado día había llegado, ese viernes marcado con más ilusión que cualquier audiencia o cierre importante. Hacía mucho, demasiado tiempo, que no se sentía tan ansioso por algo. No desde que era un niño y aguardaba la Navidad o los partidos en casa con su padre.
Durante la semana hubiera querido ver más a Liv, escuchar su voz, rozar su mano, reírse juntos de cualquier cosa… pero el trabajo había sido absorbente. Aun así, en su mente conservaba intacta esa imagen del día lunes, de Liv en su oficina, trabajando tan profesional, tan única, tan ella.
La forma en que sonreía cuando creía que nadie la observaba. La manera en que su voz se volvía más suave con los niños.
Esa imagen bastó para sostenerlo durante los días largos de trabajo de esa semana.
Más de una vez, sintió el impulso de llamarla. Pero no lo hizo.
No porque no quisiera.
Sino porque temía que ella, buscara el pretexto para decir que no y cancelara.
Era actuar como un cobarde, pero él no quería perder ese hermoso y frágil sueño, que empezaba a sentirse real
No quería perderla.
Aunque sabía que la mirada de Liv decía otra cosa, esperanza. de que lo de ellos si podría ser.
Durante días, había ensayado mentalmente lo que le diría esa noche. No por consejo de su madre, ni por el impulso de su exnovia —ahora amiga— Mar, que insistía en que no dejara pasar a alguien como Olivia Benson.
No, esta vez era un hombre que amaba por convicción propia
Lo haría por sí mismo.
Porque la amaba.
Y esa noche, al fin, iba a decírselo.
FLASHBACK
Fue el martes mientras trabajaba en su laptop con expedientes apilados a un lado, cuando decidió que quería hacer algo inolvidable para Liv.
- ¡Flores! - pensó
Pero enseguida descartó la idea. Era demasiado cliché y siempre a sus novias les había regalado flores y Liv no era cualquier mujer.
Además, ¿si Liv era alérgica? ¿y si no le gustaban?
- ¡Chocolates! - demasiado común.
Además, conociendo a Calvin y Noah terminarían comiéndoselos, y en menor medida también Anthony. No los culpaba así eran los niños.
No, esta vez debía ser algo distinto.
Algo que fuera más inolvidable, más íntimo, algo que con los años contara una historia, su historia si es que Liv estaba dispuesta a comenzar a contar una historia con él una joya con un significado especial.
No tenía que ser algo costoso, si no algo hermoso.
Esa misma tarde estuvo caminando por las calles bulliciosas de Nueva York, deteniéndose frente a los escaparates de varias joyerías: Catbird, Mejuri, Tiffany & Co, Verameat, WWAKE, Aurate New York y Jane Pope Jewelry.
Vió diamantes, rubies, esmeralda, amatistas, todas brillaban, todas eran preciosas.
Pero ninguna le hablaba de ella.
Pero él quería algo más, algo único, sencillo pero brillante como era su amada Liv.
Por fin lo encontró:
una pulsera delgada, de oro rosa. No tenía piedras preciosas ni grabados vistosos.
Solo un pequeño dije en forma de luna creciente, discreto… pero brillante al contacto con la luz.
¿Por qué una luna creciente?
Porque en astrología, la luna creciente se asocia con el crecimiento, el impulso, la acción ilusión, descubrimiento nuevos comienzos.
Y eso precisamente reflejaba a Liv y también lo que le hacía sentir en su vida.
La joya se encontraba resguardada en su escritorio, el cual contemplaba antes de ir a dormir, con la promesa que le encantará a su destinataria.
Salió de la joyería con la pequeña bolsa entre las manos, sujetándola con el mismo cuidado con el que uno sostiene algo valioso… o frágil.
No era el objeto lo que pesaba, sino todo lo que representaba.
Una intención. Un deseo. Una promesa silenciosa.
Caminó por la acera, entre taxis amarillos y el murmullo inconfundible de Nueva York.
Y aunque las calles estaban tan llenas como siempre, Rafael sonreía.
Una de esas sonrisas que no se ven con frecuencia.
No burlona, no cínica.
Una sonrisa leve, serena, que le nacía desde adentro.
Por primera vez en mucho tiempo, tenía la sensación de que algo realmente hermoso estaba por comenzar.
Guardó la joya con cuidado en el cajón superior de su escritorio.
Y cada noche, antes de dormir, la sacaba un momento, contemplándola con el corazón palpitando de anticipación.
Soñando con el momento perfecto.
Convencido de que, cuando ella la viera, entendería todo lo que quería decir sin palabras.
FIN DEL FLASHBACK
El viernes, al llegar a los tribunales, el ambiente se sentía como siempre, los mismos pasillos, el mismo murmullo lejano de voces y tacones, el eco de puertas al cerrarse.
Pero él se sentía diferente.
Por dentro, algo vibraba.
Una expectativa silenciosa.
Un brillo apenas perceptible detrás de su mirada concentrada.
Caminaba por los pasillos cuando, entre el gentío, se encontró con Rita que al verlo se apresuró haciendo repiquetear sus tacones con su tono tan particular que él ya reconocía.
_ ¡Rafael! vengo gritándote desde hace unos metros ¿qué te sucede estás muy raro?
—¿Raro?
—No sé, como distraído. Tal parece que te fueran a nombrar juez.
Él soltó una ligera sonrisa.
_Tienes suerte hoy tengo que entrar a juicio – añadió Rita, ya rebuscando entre sus papeles mientras se alejaba—. No te desaparezcas.
Rafael continuó su camino El resto del día transcurrió de forma habitual, con la habitual carga de trabajo, aunque su mente, por momentos, volaba lejos de los expedientes.
Ya entrada la tarde, volvió a llamar discretamente a La Grenouille – Midtown, para confirmar que todo estaba en orden con la reservación.
Quería que todo fuera perfecto.
Por la tarde, cuando el reloj marcó las 6:00 p.m, ya no lo pudo resistir más y le envío un mensaje a Liv
Hola Liv
Recuerda que hoy tenemos una cita, paso a tu casa a las 9:00
Rafael
Unos segundos después, recibió una respuesta.
Una simple carita feliz. 😊
Pero fue suficiente.
Sonrió.
Porque la conocía.
Y sabía que ese pequeño emoji era su forma de decirle:
"Te estoy esperando."
Quizás y lo más seguro era que estuviera terminando su trabajo o camino a casa, como él debería estalo ya.
Se quedó un instante mirando la pantalla.
Y por primera vez en mucho tiempo, sentía que esta noche no sería solo una cita.
Podía ser el inicio de algo más.
Estando en su departamento observaba el enorme reloj negro en la pared.
Parecía que las manecillas se burlaban de él, avanzando con una lentitud insoportable
Así que decidió hacer lo único que estaba en su control: ocuparse de su arreglo personal.
Tal vez, si llenaba el silencio con rutinas, la espera dolería menos y quizás así esos terribles momentos pasarían más pronto.
Rafael se ajustó los gemelos con movimientos lentos, casi ceremoniales. Frente al espejo, su reflejo le devolvía la imagen de siempre: impecable, sereno, contenido.
Pero por dentro… no era el mismo.
Había revisado cinco veces que la camisa no tuviera ninguna arruga. Tres veces el nudo de la corbata. Había probado dos fragancias y al final eligió la más discreta. Nada invasivo. Solo una presencia sutil. Como él intentaba ser en la vida de Liv.
No quería deslumbrarla.
Solo quería estar a la altura de su historia.
La elección del traje azul marino no fue casual. Era sobrio, elegante. Firme, como debía ser su actitud esa noche. No era solo una cita. No para él.
Mientras se colocaba el reloj, su mirada cayó sobre la pequeña caja en su escritorio. Dentro, una pulsera delgada de oro rosa. La había elegido con tanto cuidado
Comenzaba a dudar si debería o no darle la pulsera aún no lo decidía. ¿Era demasiado
No quería que pareciera una deuda, ni una presión.
Quizá solo quería recordarle que merecía cosas bonitas.
No por él.
Sino por ella.
Se acercó a la ventana y miró hacia la calle.
El cielo comenzaba a oscurecer.
La ciudad no se detenía.
Pero él sí.
Por primera vez en años… se detenía.
Tomó aire con profundidad.
Sintió el peso de la expectativa, el eco del miedo.
Pero también, la certeza de que ya no podía seguir reprimiendo lo que sentía.
No buscaba respuestas definitivas.
Solo quería compartir la noche con ella.
Sin títulos.
Sin máscaras.
Solo Olivia y Rafael.
Solo ellos.
Ya no podía esperar más y tomó las llaves de su auto, las luces de la ciudad parecían iluminar su camino.
La noche había llegado con una suavidad inesperada, envuelta en la brisa tibia de una ciudad que jamás duerme. Manhattan vibraba en su habitual elegancia,
Llegó al departamento de Liv, media hora antes, pero no subió, prefirió esperar dentro del auto y escribirle a una hora más pertinente.
Por fin la tan anhelada hora llegó
Respiró hondo.
El corazón más rápido que la lógica.
Tomó el móvil, revisó la hora las 8:59.
Escribió:
“Estoy abajo. Cuando estés lista.”
—Rafael
Y mientras lo enviaba, supo que todo en él estaba listo.
Aunque el pasado doliera.
Aunque el futuro fuera incierto.
Esa noche, no quería ganar un juicio.
Quería ganarse una sonrisa.
Una mirada.
Un fragmento de ella.
Liv bajó las escaleras con paso lento, cada escalón resonando como un compás emocional contenido. Rafael la esperaba junto al coche.
Llevaba ese bonito vestido negro le sentaba como una caricia.
Los aretes de diamante y brazalete que le había obsequiado Ed su esposo fallecido.
En su mano el anillo que le había prestado Munch.
Y El abrigo negro favorito envolvía sus hombros como un puente entre su pasado y su presente.
Ecos de otros tiempos.
Símbolos de todo lo que había sido.
Y todo lo que aún estaba dispuesta a ser.
Desde la ventana los ojos curiosos de Lucy y los niños observaban a Liv deseándole que fuera una noche especial para ella, inolvidable.
Siguió caminando y entonces lo vio.
Rafael Barba estaba de pie, junto al coche, elegante como siempre, con un traje azul marino y una mirada que parecía detener el tiempo.
Parecía un caballero como de otra época.
Primero se saludaron con la mirada, una mirada que parecía decir todo.
No necesitaban palabras.
La mirada lo dijo todo.
Rafael no dejo de observarla.
La había visto mil veces. En tribunales, en pasillos oscuros, en salas de interrogatorio, en hospitales, con el alma hecha trizas.
Pero nunca así.
Nunca tan serena.
Nunca tan hermosa.
—Hola —dijo ella tomando la iniciativa con una pequeña sonrisa que parecía iluminar todo el lugar.
—Hola —respondió él, como si la palabra se le quedara corta para todo lo que sentía.
.
Rafael le ofreció su mano para ayudarla a subir, un gesto simple que Liv, no solía aceptar. Pero esa noche en cambio, la aceptó. No era una noche cualquiera.
Le abrió la puerta del coche con delicadeza y, cuando ella se acomodó, cerró despacio.
El coche estaba en silencio. Música instrumental de fondo, apenas audible.
Encendió el motor.
No dijo nada.
Los primeros minutos fueron… callados. Pero no incómodos.
Era un silencio lleno de cosas no dichas.
Lleno de miradas de reojo, de respiros medidos, de emociones contenidas.
Liv cruzó las piernas y acomodó las manos sobre su bolso.
Miró por la ventana unos segundos. Y luego, lo miró a él.
No aguantó más el silencio así que tomó la iniciativa
—Ha sido una semana intensa en la estación —dijo con voz suave—. Amaro llegó tarde dos días seguidos, Rollins no paró de pelear con Carisi, y Fin se queja del café como si fuera veneno.
Una sonrisa asomó en los labios de Rafael, sin apartar la vista del camino.
—Y tú… —continuó Liv, ladeando un poco la cabeza—. No te apareciste en toda la semana.
Guardó una breve pausa. Él no respondió enseguida.
—Supongo que tuviste una semana muy ajetreada, ¿no?
Rafael giró ligeramente la cabeza hacia ella, sin perder la expresión serena.
—Sí —respondió al fin—. Muy ajetreada…
(Una pausa más larga. Luego, con voz un poco más baja:)
—Pero si lo hubiera sabido… que ibas a estar así esta noche…
(La mira un segundo más, y luego regresa la atención al volante.)
—…habría cancelado todo.
Liv bajó la mirada un instante. Sintió el rubor subirle por el cuello, como si de pronto los elogios no se pronunciaran, pero flotaran en el aire.
—Solo es un vestido —susurró.
—No —dijo él, con suavidad firme—. No lo es.
Silencio otra vez.
Pero ahora era otro tipo de silencio.
Cómplice. Íntimo. Sincero.
Como si ya no hiciera falta llenar el aire de palabras.
Ambos miraron hacia el frente. El tráfico seguía su curso, pero el mundo dentro del coche era otro. Un mundo que por fin empezaba a abrir la puerta a algo más.
Algo que tal vez, solo tal vez…
podría durar.
Y en medio del tráfico y las luces de Manhattan, sin que ninguno lo supiera aún… esa noche cambiaría algo en ellos para siempre.
No por lo que dirían.
Sino por lo que, al fin, se atreverían a sentir.
Notes:
Gracias por leer. Espero que este episodio te abrace con la misma calidez con la que fue escrito.
Si tegustó dejame un kudo o un comentario, me haria feliz, gracias por tu tiempo.
Chapter 14: “LA NOCHE DE LA LUNA CRECIENTE”
Summary:
Una cita.
Un vestido que esperó su momento.
Una ciudad que no duerme.
Y dos corazones que, entre silencios, comienzan a latir al mismo ritmo.
En La Grenouille, bajo la luz de los candelabros y el murmullo del piano, Liv y Rafael comparten más que una cena: un instante suspendido en el tiempo.
Una pulsera, una luna creciente y una promesa que no se dice en voz alta… pero se siente con el alma.
Notes:
Gracias por seguir acompañándome en esta historia.
Este capítulo es muy especial para mí porque marca un antes y un después para Liv y Rafael.
Quise escribir una escena íntima, elegante, sin prisas… como esas citas que no se olvidan.
La Grenouille existió realmente en Nueva York, y aunque hoy ya no abre sus puertas, su atmósfera clásica me pareció perfecta para este momento.
🌙 La pulsera con la luna creciente simboliza eso que apenas comienza, como el amor cuando aún está aprendiendo a caminar, pero promete crecer si lo cuidamos
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Chapter Text
CAPÍTULO 14: LA NOCHE DE LA LUNA CRECIENTE
La noche se sentía cálida vibrando cierta elegancia, como si Manhattan supiera que era un día especial. La luna llena colgaba brillante sobre el cielo, iluminando las calles con un resplandor suave.
Liv iba en silencio. Se sentía apenada ante los comentarios de Rafael, por lo que prefirió enfocarse en lo que la rodeaba Desde hacía tiempo no se daba el lujo de simplemente observar la ciudad. Siempre iba deprisa, con el trabajo encima o los niños reclamando su atención.
Las luces de Nueva York iluminaban el camino. Parecía que el motor del coche cantaba una suave y pausada. Dentro del auto se podía oler un aroma dulce y elegante mezclando ambas fragancias, era un olor embriagador.
A través del retrovisor, Liv vio su reflejo a una mujer que no reconoció, pero esa mujer del espejo le gustaba.Una mujer diferente
Imaginaba historias donde ella no estaba sola y Rafael formaba parte de su vida de su siempre.
Pero ese pensamiento la asustaba.
No podía permitirse eso
Apenas tenía unos meses de conocerlo… un nuestro siempre no podía ser posible.
¿cierto?
La luz del semáforo en rojo la sacó de sus pensamientos. Casi como si le dijera: ¡Alto, estás soñando demasiado!
Liv suspiró y, para distraerse prefirió repasar mentalmente los saludos en francés, para mantener su mente ocupada.
Rafael notó que Liv cambió su semblante. Así que simplemente se dedicó a conducir, sintiendo el peso firme del volante en sus manos.
Encendió la radio, dejando escuchar suave música.
Estiró la mano por un momento queriendo tocar el brazo de Liv, hacerle saber que no estaba sola, que él... también lo sentía.
Pero se detuvo a medio camino.
La dejó suspendida un segundo en el aire, para luego empuñarla suavemente y llevarla al pecho.
Liv se percató de ese gesto. Lo notó.
Pero no dijo nada.
Rafael solo carraspeó la garganta y siguió conduciendo.
La tensión se dejó romper cuando el coche se detuvo frente a la entrada del restaurante.
La Grenouille.
Rafael bajó primero y con ese gesto elegante tan suyo dio la vuelta para abrir la puerta del copiloto.
Liv descendió con calma. El viento nocturno movió apenas un mechón suelto de su peinado, y el brillo de los diamantes se encendió bajo la luz tenue, como si supieran que estaban allí para celebrar algo importante.
Un joven anfitrión vestido con esmoquin los recibió con una sonrisa.
—Bonsoir, monsieur Barba. Bienvenue à La Grenouille —dijo con acento perfecto, inclinando la cabeza levemente—. Votre table est prête.
(A su lado, una joven asistente añadió con una sonrisa:)
—Su esposa está deslumbrante esta noche.
Liv sintió cómo la incomodidad le subía por la espalda.
—Disculpe —corrigió con cortesía, pero firme—. Ya veo a su prometida, no a su esposa.
El joven palideció ligeramente.
—Mil disculpas, madame. No era mi intención…
Pero antes de que la tensión se apoderara del momento, Liv añadió en un francés impecable y sereno:
—Ce n’est rien. C’est une belle nuit, n’est-ce pas?
(No es nada. Es una noche hermosa, ¿no cree?)
El anfitrión parpadeó sorprendido… y luego sonrió con más respeto.
—Absolument. Cette nuit vous va très bien, madame.
(Absolutamente. Esta noche le queda muy bien, señora.)
Rafael se quedó inmóvil por un instante.
Había escuchado a Liv dar órdenes, consolar víctimas, enfrentarse a criminales.
Pero nunca la había oído hablar francés.
Nunca la había visto así.
Era como si en cada paso, en cada palabra, en cada mirada, ella desdoblara capas que él ni siquiera sabía que existían.
—¿Siempre hablas así cuando te enojas? —susurró, mientras el anfitrión los guiaba a su mesa.
—Solo cuando no quiero gritar —respondió Liv con una sonrisa contenida.
Y Rafael no pudo evitarlo.
La admiró.
La deseó.
Y, sobre todo… la respetó un poco más.
Al cruzar la entrada, Liv se detuvo por un segundo.
El lugar parecía detenido en el tiempo, iluminado por faroles cálidos que lanzaban destellos suaves sobre los vitrales y las flores frescas de la entrada. Era como haber entrado a otro mundo. Uno más lento. Más delicado. Uno donde el tiempo no corría… flotaba.
La mesa estaba junto a un ventanal, con vista parcial a la calle, donde las luces de la ciudad titilaban como recuerdos lejanos. Un candelabro discreto lanzaba reflejos suaves sobre la mesa de mármol, y entre ellos, una flor blanca. Sencilla. Perfecta.
Rafael ayudó a Liv a sentarse y quitarse el abrigo con delicadeza. Lo hizo en silencio, como si incluso ese gesto pudiera romper algo sagrado.
Ella, en su vestido negro sobrio y elegante, caminó como si aún no creyera estar ahí. Rafael la miró con esa mezcla de admiración y ternura que solo se reserva para alguien que uno nunca dejó de esperar.
—Vous êtes encore plus belle que ce que j’avais imaginé (Que el vestido no compite con tu presencia) —susurró Rafael.
—Gracias pero no es para tanto. -Ella bajó la mirada, halagada. No estaba acostumbrada a escucharse bonita. No desde hacía años.
_Lo siento, pero no puedo negar una verdad absoluta, olvide que sabes francés. Créeme cada vez que te conozco me impresionas más.
El maître llegó y dejó las cartas con una leve reverencia y desapareció
Espero que te guste el lugar.
Liv recorrió con la mirada el espacio: los manteles de lino, los platos de porcelana, el murmullo bajo de las conversaciones, la música en vivo que llegaba desde un piano lejano.
—Es hermoso —dijo con sinceridad—. No estoy acostumbrada a esto.
—¿A cenas?
—A que me inviten a algo… sin pedir nada a cambio.
Rafael la miró con ternura.
—No vengo a pedirte nada, Liv.
(Una pausa.)
—Solo a compartir contigo lo que ya es tuyo: mi respeto.
Liv bajó la mirada. Apretó la servilleta entre los dedos. Sus ojos brillaban, pero no de tristeza.
—Gracias —susurró.
El camarero llegó con el menú, cada quién pidió su menú
Rafael seguía impresionado con el francés de Liv, excelente pronunciación, su seguridad y soltura al hablar.
Los platos por fin llegaron cada uno dejandose degustar por:
- Kir Royal para ella (champagne con cassis).
- Pinot Noir para él.
- Liv: Soufflé au fromage, ligero y tibio.
- Rafael: Bisque de homard, una crema de langosta especiada.
- Liv eligió: Dover Sole Meunière, un lenguado delicado con mantequilla de limón.
- Rafael: Magret de Canard au Miel, pechuga de pato con miel y pimienta verde.
- Ambos compartieron papas dauphinoise y haricots verts (ejotes al vapor).
La cena fue un susurro de sabores, pausas suaves y miradas compartidas.
La conversación fluyó entre risas, memorias compartidas. Hablaron de los niños, de libros, de los silencios.
Rafael reía con moderación, sin exagerar y escuchaba con atención.
Olivia sonreía con una dulzura que no se permitía desde hacía mucho.
Y mientras el mundo giraba afuera, ellos parecían haberse encontrado en un rincón secreto del universo. Donde el amor no se gritaba. Se compartía.
De pronto sus voces se apagaron y se dejaron llevar por el dulce sonido de la música, el pianista parecía acariciar cada una de las teclas, todo parecía celestial, romántico.
Liv se dejó llevar por la música cerrando los ojos y apoyando su mano y su brazo sobre su rostro.
Rafael absorto, no dejaba de mirar a Liv. Y como si la música le diera la señal, buscó en la bolsa de su sacó, el hermoso regalo preparado especialmente para esa noche.
Con magistral elegancia sacó la caja negra de terciopelo buscando el momento adecuado.
Entonces, Le serveur, con su voz grave de barítono, interrumpió en la intimidad del momento.
Presentó el postre con elegancia contenida. Un soufflé de Grand Marnier, tibio, etéreo, decorado con pétalos comestibles y una ligera nevada de azúcar.
-Espero no te moleste que haya pedido por ti —dijo Rafael, con seguridad. Sé que te gusta el chocolate …pero tal vez en otra ocasión podamos venir de nuevo y tú elijas el postré.
Liv solo levantó la ceja.
Pensó-¿una próxima vez?-en el fondo de su corazón la idea le emocionó. Como una puerta que se entreabre y no da miedo.
Fue entonces que se percató de la caja de terciopelo sobre la mesa, pero desvió la mirada concentrándose en el hermoso postre.
Fue ahí donde Rafael tomó la iniciativa, con delicadeza tomó la mano de Liv -ambos sintieron una descarga eléctrica, acompañado de esas mariposas en el estómago.
-No soy bueno con los discursos, Liv…—empezó, con voz suave— Pero quería que llevaras algo que te recuerde esta mágica noche, porque para mí lo ha sido
Suavemente soltó su mano, y abrió la caja. Que contenía la joya y aunque estaba nervioso, con manos hábiles y seguridad abrió la caja.
Revelando su contenido: una pulsera delgada, de oro rosa. No tenía piedras preciosas ni grabados vistosos.
Solo un pequeño dije en forma de luna creciente, discreto… pero brillante al contacto con la luz.
—¡Oh Rafael! No era necesario— susurró Liv, con la voz entrecortada dejando escapar una lágrima.
—Lo era —respondió él, mirándola sin apartar la mirada.
-Y antes de que digas algo — añadió, bajando el tono — no es una promesa, ni una declaración.
Es solo… un recordatorio. Para que recuerdes que siempre hay esperanzas que apenas despiertan, nuevos comienzos como la luna creciente
(la mira con ternura)
—Como lo que siento contigo. No sé en qué se convertirá esta historia, Liv. Pero si tú me dejas, quiero verla crecer...
Igual que esa luna.
Liv no dijo nada de inmediato. Sus dedos temblaban apenas cuando tocó la pulsera. No era el regalo… era lo que había detrás. La delicadeza. La ternura. El respeto.
Rafael extendió la mano, esperando permiso.
Ella se la ofreció sin pensarlo.
Con manos suaves, le colocó la pulsera. El broche hizo clic con un sonido minúsculo, pero que resonó como algo definitivo en el aire entre ellos.
Liv bajó la vista.
Luego lo miró, con una sonrisa leve, de esas que solo aparecen cuando el alma se siente segura.
—Es hermosa, gracias prometo llevarla
—Pero no tanto como tú cuando sonríes sin miedo.
El piano, al fondo del salón, comenzó a tocar una melodía más lenta. Afuera, las luces de Nueva York parpadeaban como estrellas terrenales.
Y por un segundo —uno de esos que se quedan para siempre— el tiempo se detuvo.
Aunque La Grenouille ya no está abierto, en esta historia sigue siendo un refugio romántico en el corazón de Nueva York. La magia de ciertos lugares no desaparece: se transforma en recuerdos.
Notes:
Si llegaste hasta aquí: gracias por tu tiempo, tus comentarios, tus kudos.
Significa más de lo que imaginas. 💛
Chapter 15: LA NOCHE QUE NO FUE
Summary:
Después de una cena que parecía sacada de un sueño, la ciudad les regaló un paseo bajo la luna. Entre confesiones y silencios, Rafael se atrevió a dar un paso más… pero Liv no pudo seguirlo.
No porque no lo sintiera, sino porque aún no está lista.
A veces, el corazón también necesita tiempo.
Y hay noches que, aunque no terminan como uno quisiera, se quedan para siempre.
Notes:
Este capítulo está inspirado en dos canciones que marcan el contraste perfecto entre deseo y contención:
🎵 “That Man” – Hyun Bin (Secret Garden OST)
Una melodía que habla de un amor silencioso, de esos que no se atreven a gritar lo que sienten, pero lo dicen todo en la mirada.
🎵 “La Luna” – Il Volo
Un tema que envuelve, como esta noche, en una atmósfera suave y nostálgica. Porque a veces la luna tiene la culpa… de hacernos creer que el amor ya está listo para quedarse.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 15 LA NOCHE QUE NO FUE
Después de un regalo tan hermoso.
Rafael, aún embriagado por la emoción del momento, le propuso dar un paseo
– La noche aún es joven, ¿podemos disfrutar de un último paseo ma belle dame?- le dijo con una reverencia juguetona, extendiéndole la mano de forma ceremonial
Liv, sonriendo, aceptó su propuesta y entrelazó su mano con la suya.
Salieron del restaurante para caminar sin rumbo fijo, rodeando, por las calles cercanas.
La noche era hermosa, cálida con la temperatura ideal. La ciudad parecía haberse vestido de gala solo para ellos: luces tenues en los escaparates, el murmullo de Nueva York
Se podía escuchar el ruido de los tacones de Liv, sus pasos parecían llevar un compás, pareciendo que con tan solo caminar siguieran una melodía invisible, como si estuvieran bailando. Cada movimiento parecía una danza silenciosa.
Llevaba puesto su abrigo y con ambas manos sostenía fuertemente su bolso.
Le sudaban las palmas, más aún cuando bajaba la vista y veía la bella pulsera con el dije de luna creciente.
Alzó la mirada hacia el cielo. Aunque esa noche había luna llena, para ella era como si fuera una luna creciente, como si en su muñeca llevara un fragmento de esa luna llena
Era el símbolo de algo que apenas comenzaba.
Él caminaba a su lado siguiendo el compás de los pasos de ella.
Se respiraba una tensión suave, pero llena de romanticismo.
Rafael carraspeó la garganta para atraer la atención de ella. Buscando romper el silencio sin romper la magia.
En su mente buscaba el argumento correcto para iniciar la conversación.
No quería sonar presuntuoso. No quería presionarla con el obsequio. Así que expresó lo primero que se le vino a la mente
—No quiero parecer entrometido —dijo, con una media sonrisa—, pero luces… increíble con esos diamantes.
Liv se tocó un arete con delicadeza.
—Gracias. Fueron un regalo de… alguien especial.
—¿Alguien especial? —repitió él, sintiendo miedo de que hubiera alguien más.
Ella al ver la expresión preocupada de su acompañante, rió de forma traviesa
—No te preocupes —dijo suavemente —. No estás compitiendo con nadie esta noche.
(Pausa.)
Rafael soltó un suspiro casi imperceptible, puso una cara de alivio y su cuerpo se relajó.
Liv lo vio con mirada soñadora, entornó sus ojos mirando al cielo.
-Me los obsequió mi esposo… cuando supimos que seriamos padres.
- Dio un largo suspiro y bajo la mirada
- Ed. Tucker.- su voz era como de añoranza
Rafael se quedó en silencio por unos segundos. No por celos. Sino por sorpresa genuina.
—¿Ed Tucker? —repitió en voz baja, como si procesara la información—. Vaya…
Sonrió, un poco ladeando la cabeza y se detuvo en seco
- Espera Liv, tal ves sea una coincidencia pero creo haber escuchado hablar de él Capitán de la Oficina de Asuntos Internos de la Policía de Nueva York. ¿cierto?
Un hombre inteligente. Muy astuto. Lo conocí brevemente cuando trabajaba en Queens. Siempre iba dos pasos por delante.
Liv asintió.
—Eso mismo me enamoró. Su forma de leer a las personas… de entender sin hablar demasiado.
Hizo una pausa, profunda.
—Anthony es hijo suyo.
Rafael ahora comenzaba a comprender todo. Esa misma mirada que tenía el niño.
Recordó cuando fue por primera vez al departamento de Liv y conoció a los niños, ella había mencionado algo del padre de Anthony , pero hasta ahora no había profundizado en el tema.
Él no dijo nada de inmediato.
No porque no le doliera.
Sino porque… entendía.
Entendía el peso que Liv cargaba.
Los silencios que arrastraba.
Los fantasmas con los que aún cargaba
Y aun así, estaba ahí. Frente a él.
—Gracias por confiarme eso —dijo, finalmente, con voz serena.
Liv lo miró. Su rostro era sereno, pero sus ojos estaban ligeramente húmedos.
—No es algo que suela decir en una primera cita.
Él se sintió terrible, no por lo que ella había dicho, si no por haber sido el causante de esas lágrimas que, al caer, parecían pequeños diamantes.
-Perdona – murmuro con la voz apretada por la culpa.
Como todo un caballero le ofreció un pañuelo para que limpiara sus lágrimas. Quería secar él mismo esas lágrimas, pero prefirió no hacerlo y no invadir su espacio
Dio un paso atrás, luego se detuvo.
Ella aceptó el pañuelo y sintió las fibras de este, que delicadamente rozaban su piel.
-Disculpa, no se suponía que esto tuviera que ser así- su voz aún sonaba quebrada y se veía visiblemente avergonzada.
Respiro hondo y decidió hablar
-Mi esposo… murió hace un año. Lo amé. Me ayudó mucho en mis momentos más oscuros, cuando más lo necesitaba.
Pero… no fue el amor de mi vida.
Creo que volver a amar me asusta.
Sin embargo, me hace feliz tener a mis hijos. Ellos me hacen feliz.
Esta noche ha sido inolvidable. Gracias…
Sabía que Rafael no le había exigido ninguna explicación, pero consideraba necesario dársela.
Aquel momento trajo nuevamente una conexión entre ellos, como si sus pasos —antes inciertos— volvieran a sincronizarse.
Caminaron unos metros, hasta encontrar una banca, iluminada por la luz cálida de unos faroles, como si los invitará a sentarse allí.
Liv fue la primera en sentarse, comenzaba a sentir el aire frío acariciando sus mejillas. Aún tenía el pañuelo entre las manos, como si necesitara aferrarse a algo que la sostuviera.
Él se sentó a su lado.
Fue ella quien rompió el silencio, tratando de cambiar el tono de la conversación,
—¿Así que trabajaste en Queens? - cruzó las piernas y se quedó viéndolo
- Si, casi toda mi carrera la hice ahí. —Respondió con una sonrisa que empezaba a aliviar tensiones.
Con un gesto divertido, llevó el puño bajo la barbilla y entornó los ojos, imitando una pose teatral:
—¿Sabías que en Queens me llamaban “el Tiburón de los tribunales”?
Ella rio con dulzura.
-No lo dudo, das miedo. créeme. He visto bastantes abogados... pero tú… tienes algo especial.
— No quisiera estar en el banquillo siendo uno de esos criminales y estar bajo tu mirada.- —añadió con tono juguetón.
Ambos terminaron riendo, como si por un instante el peso del pasado se desvaneciera.
Entonces, él tomó su mano. Y ella no se apartó.
Una corriente eléctrica los recorrió.
-Es una hermosa luna- susurró él.
- Si lo es dijo Liv inclinando ligeramente su cuerpo hacia él, con la vista fija en la luna.
En su mente, resonó la canción que había escuchado en el restaurante hace apenas un momento: “La luna hizo esto fue culpa de la luna enamorarme de ti la luna lo hizo así logro que se encendiera mi corazón…”
Lo que se convertía hace apenas en una suave canción, ahora se volvía una duda
¿Realmente estaba comenzando a enamorarse?
¿O era solo que se estaba dejando llevar por esa atmosfera romántica y encantadora?
Él permaneció callado, sintiendo solo el calor de su cercanía.
—Lo siento —dijo ella, rompiendo el hechizo con suavidad—. Me distraje… hace tiempo que no levantaba la vista para mirar la luna.
Ante sus palabras él sintió como si saliera de un sueño o recibiera un balde de agua fría.
Notó que ella se sonrojó ligeramente.
-Bueno ¿dónde nos quedamos? - —preguntó, intentando retomar la conversación.
- ¿Siempre has trabajado en el mismo lugar?
—Sí… siempre he sido detective. Aunque, en otra vida, creo que me habría gustado ser psicóloga forense.
Pero disfruto mucho de mi trabajo, Los chicos son muy divertidos, además siento que es mi manera contribuir a hacer un mundo un lugar mejor.
Una nube gris atravesó su mirada, haciéndola sentir triste.
Aunque… -
- ¿Aunque, que Liv?- —inquirió él con suavidad, atento.
- Munch quiere que me prepare para el examen de sargento
Es una oportunidad que no puedo dejar pasar. No solo por mí… sino por ellos Calvin, Noah y Anthony.
Rafael asintió.
—Sabes que eso solo me hace admirarte más.
-Gracias – susurró ella
Las palabras. Sus pensamientos que compartía. más. Todo lo que compartía con ella lo hacía sentir más cerca.
Esto ya no solo era físico, ni un amor pasajero.
Era algo más profundo. Algo real que él nunca había sentido
La noche tenía la magia perfecta, Rafael lo sabía.
Y sabía también que había llegado el momento.
Tal parecía que se enfrentaba a un juicio sumamente difícil … solo que, esta vez, el veredicto lo daría su corazón.
Con la seguridad que lo caracterizaba, tomó las manos de ella entre las suyas. Estaban frías.
-Liv
Ella lo miró. No apartó la mirada, pero su corazón ya presentía lo que vendría.
—No quiero que esto quede como un lindo recuerdo. No quiero que tú… quedes como un “y si hubiera.
—Si tú me dejas, Liv… quiero acompañarte. Caminar a tu lado.
Olivia tragó saliva. Apretó ligeramente su bolso, como si en él pudiera sostenerse de el.
Rafael se arrodillo, con ternura, y delicadamente sostuvo su mano entre las suyas
-Me encantaría que saliéramos formalmente. Que seas mi novia.
El mundo se detuvo.
Olivia bajó la mirada.
Su corazón palpitaba con intensidad, como si cada palabra la arrastrara de vuelta a todo lo que había perdido, y a todo lo que aún no sabía si podía merecer.
El viento soplo delicadamente.
Liv bajó la vista a su muñeca, donde la pulsera de la luna creciente brillaba tímidamente. Como si esta le pudiera dar la respuesta.
Ella lo sabía.
Respiro hondo, pero…
—Rafa… yo…
Se le quebró la voz.
—No sé si estoy lista. No sé si puedo amar de nuevo.
Mis hijos, la muerte de Ed, el examen para sargento-
Cada palabra la iba desarmando.
El golpe fue suave, pero certero. —Entiendo — murmuró él, con voz grave.
Se levantó con torpeza, como si el alma pesara más que el cuerpo.
—Lo siento… de verdad- le dedico una sonrisa triste. De esas que duelen más que cualquier lágrima
—No sabes cuánto… quisiera decir que sí.
—Tú mereces a una persona que no tenga tantas heridas como yo.
Lo soltó de la mano,
Pero cada roce se sentía frío, como una daga.
Se giró rápidamente. Las lágrimas ya se asomaban en su rostro
Comenzó a alejarse, caminando rápido.
Como si el cielo lo supiera, comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia.
-Espera Liv – corrió tras ella para alcanzarla.
Él la tomó del brazo, suave, firme, sin intención de retenerla, solo de detener el mundo un segundo más.
—No te preocupes. —le dijo, con una sonrisa apagada. Esperaré.
Y si ese momento nunca llega… seguiré aquí como tu amigo.
Sonrió con dolor.
Tratando de animarla, aunque sabía que se rompía por dentro.
—Aunque eso me convierte oficialmente en mejor amigo que Amanda, ¿no crees?
Liv soltó una risa nerviosa entre lágrimas.
—Lo eres. Pero no le digas, se pondría celosa.
-Solo te pido que me permitas seguir a tu lado y ver a los niños.
Sacan lo mejor de mí, en verdad los amo.
—Gracias por entender. Por no forzarme
Ella hizo una pausa, antes de decir:
—Y si algún día… llego a estar lista…
Lo miró con una sonrisa temblorosa.
—Espero que aún estés ahí.
Se abrazaron,
La lluvia se dejó caer más fuerte
Pero, de algún modo, ayudaba a cubrir las lágrimas de ambos.
Y también… les daba un poco de tregua.
Notes:
Gracias por acompañar a Liv y a Rafael en esta noche suspendida entre lo que fue… y lo que aún no puede ser.
Deja. tu comentario y tu nudo , en verdad me haría muy feliz
Miss Scarlett
Chapter 16: SUSURROS BAJO LA LLUVIA
Summary:
Después de una noche llena de emociones contenidas, Liv regresa a casa envuelta en el abrazo protector de Rafael, literal y figuradamente. Aunque la lluvia inunda las calles, también parece lavar las heridas del pasado y abrir una ventana hacia un posible futuro juntos. Pero el peso del recuerdo y el miedo a volver a amar siguen siendo fuertes.
Entre lágrimas y silencios, la presencia invisible de Rafael se siente más cerca que nunca, mientras una nota escondida en su saco promete nuevas esperanzas.
Notes:
Este capítulo se inspira en la melancolía y la esperanza que solo una noche lluviosa puede traer.
La lluvia es símbolo de purificación y renacimiento, pero también de despedidas y nostalgias.
Aquí, Liv se enfrenta a sus emociones más profundas y al paso delicado entre dejar ir y permitirse empezar de nuevo.
Una pequeña nota, escondida en el saco mojado, es el signo sutil de que la historia aún tiene capítulos por escribir.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 16 SUSURROS BAJO LA LLUVIA
La lluvia comenzaba a sentirse más fuerte.
Su abrazo se prolongó más de lo necesario, como si ambos se aferraran al último refugio antes de volver a la realidad. Ninguno quería que el abrazo terminara.
Sus corazones latían al mismo compás, como si no quisieran separarse nunca.
Fue Liv quien se separó primero,
Estiro los brazos con lentitud, sintiendo en ellos un peso enorme, como si cerrara la puerta hacia la felicidad que pudo haber sido.
Para Rafael, en cambio, el movimiento fue una herida: los brazos de Liv alejándolo eran como dagas suaves que lo desgarraban por dentro.
-Será mejor que nos vayamos- susurró ella. Su voz apenas se dejaba escuchar bajo el sonido de la lluvia.
—Sí... voy por el auto —respondió Rafael con un hilo de voz.
Antes de alejarse, se quitó el saco y se lo colocó sobre los hombros
—Espera aquí —le pidió, cubriéndola con ternura.
Se inclinó y le dio un tierno y delicado beso; casi tembloroso...
Liv no dijo nada. Pero lo correspondió.
Solo pensó que ese beso… sabía a despedida.
-Será mejor que tome un taxi, Rafa. No quiero herirte más.
-Entonces no te vayas —dijo él, con un dejo de súplica—. Déjame llevarte a casa una última vez.
La tomó de la mano.
Con el saco cubriéndola de la lluvia, corrieron juntos hacia al auto, como si, por unos segundos más, aún pudieran desafiar el final.
Subieron al auto. Liv se quitó el abrigo con cuidado y lo dejó sobre el asiento trasero, prefiriendo quedarse solo con el saco de Rafael.
Aunque estaba algo mojado por la lluvia, ese saco le daba un calor especial, como si fuera un abrazo silencioso y protector en medio de la noche fría.
—Liv, vas a enfermarte —dijo él, en tono paternal.
—Voy a buscar si tengo algo en el auto… —Pero al verla tan aferrada al saco, prefirió guardar silencio.
La lluvia seguía golpeando con fuerza los cristales del coche, como si el cielo también llorara lo que no pudo ser.
El auto avanzaba lento por las calles húmedas. Ninguno de los dos decía palabra.
El sonido de la lluvia golpeando los cristales parecía llenar todos los silencios.
Rafael, buscando romper esa tensión sin romper la noche, encendió la radio.
Pero el destino, caprichoso, no estuvo de su lado. Todo parecía en su contra
La canción que comenzó a sonar le pareció una broma cruel.
La letra penetraba en lo más profundo de su. ser
“That man… cries more than me.
That man… looks straight at only me.”
Cada verso se sentía como un espejo que lo exponía.
Ese hombre… era él.
Sintió un nudo en el pecho, por lo que prefirió bajar el volumen de la música. Luego redujo aún más la velocidad del auto.
Liv no pudo más y con la voz quebrada, rompió el silencio entre ellos
-Rafa ¿podemos ir más despacio? No quiero que los niños … ni Lucy me vean así —sollozó suavemente.
Él asintió.
—¿Quieres que tome la 42? —preguntó Rafael, con la voz baja.
Liv dudó un instante. Luego asintió.
—Sí…
Tomó la ruta hacia Bryant Park
Y como si el cielo lo supiera y dando último gesto de consuelo a su corazón cesó, la lluvia cesó lentamente. Las nubes dejaron ver otra vez la luna.
Cuando llegaron, al parque había una ligera niebla.
La fuente brillaba con reflejos dorados, y el césped mojado parecía un espejo del cielo.
Liv apoyó la cabeza en la ventanilla, mirando al horizonte, sin decir nada.
Él bajo su cristal dejando que entrara el aroma a tierra mojada. Inspiró profundo y como si ese aire le diera fuerza, murmuró sin pensarlo y sin notar que la voz escapo de él
:
—Aquí… habría sido un buen lugar para un primer beso
Liv cerró los ojos. No respondió
Permanecieron allí, en silencio, durante unos minutos más sin decir nada.
Ella acariciaba distraída su pulsera de luna creciente, como si buscara una respuesta que no llegaba.
Él la observaba, como si quisiera grabarla en su memoria para siempre. No solo su rostro… sino el recuerdo de ella, en esta noche exacta, con la luna, el silencio y la tristeza entre los dos.
Porque en su mente… ella aún sonreía.
Y, quizás algún día, se permitiría volver a amar.
De vuelta al vehículo, Rafael encendió el motor y ajustó la calefacción con suavidad.
Mientras avanzaban por la avenida casi despejada, una llovizna ligera comenzaba a caer de nuevo, como si el cielo se negara a dar por terminada la noche.
Liv apoyó la cabeza en el respaldo, cerrando los ojos para contener las lágrimas.
Rafael, al volante, también luchaba contra el nudo que tenía en la garganta.
De pronto una suave llovizna se volvió a sentir, más ligera, pero a la vez más fuerte en sus corazones por la despedida
El coche se detuvo frente al edificio. Rafael rodeó el automóvil para abrirle la puerta
La acompañó en silencio hasta el vestíbulo. Bajo la luz tenue del recibidor, ella lo miró.
Se inclinó, le dio un beso en la mejilla, lento, con un temblor apenas perceptible
Ella lo miró y se despidió
—Buenas noches, Rafael —murmuró, sin fuerza en la voz.
—Gracias por llevarme —susurró Liv, sin mirarlo.
—Buenas noches, Olivia —respondió él, con apenas un hilo de aire.
Rafael no se fue de inmediato.
Se quedó dentro del auto, observando hasta que la vio subir y las luces del departamento encenderse. Solo cuando se apagaron, sintió cómo algo también se apagaba dentro de él, las luces de su corazón
En la radio aún se dejaba escuchar esa triste canción
One man loves you
That man loves you sincerely
Following you like a shadow every day
That man smiles and cries
I love you
Mientras tanto, Olivia estaba en el ascensor. Miró su pulsera de luna creciente: Ese pequeño símbolo que era la promesa suave de que un “quizá” que podría crecer... hasta convertirse en certeza, pero que ahora en ese momento era una utopía.
—Hasta pronto, Rafael. - dijo en voz baja
Cuando Olivia llegó cerró la puerta, prendió las luces en automático, con pasos leves y contenidos.
Para asegurarse que nadie estuviera despierto o esperándola.
No quería dar explicaciones ni a Lucy ni a sus hijos y mucho menos que la vieran así.
Por suerte todos sus habitantes estaban dormidos.
Apenas unas horas atrás, había salido ilusionada. Llevaba un vestido hermoso, unos diamantes que brillaban…, pero más que eso llevaba un corazón que latía con fuerza, que se atrevía a soñar y clamaba ser feliz
Se acercó a la ventana y movió la cortina, con suavidad, como si al correrla quitara un velo que le impidiera ver su futuro… el que quizás hubiera tenido junto a él.
Desde allí, vio su auto aún estacionado.
Levantó la mano, realizando un movimiento para despedirse.
Las lágrimas comenzaron a correr como cascada, por su delicado rostro, silenciosas pero firmes, como si cada una fuera el adiós que no supo decir.
Ya no podía más eso era muy duro.
Con la respiración entrecortada, se alejó de la ventana, se llevó amabas manos a la boca tratando de contener el llanto, pero fue inútil.
Corrió a su habitación y cerró la puerta con apremio.
Su cuerpo, exhausto por dentro, se fue deslizando lentamente hasta el suelo.
Se sentó, abrazándose el pecho, que vibraba con cada sollozo.
Y por primera vez en mucho tiempo, se permitió llorar… por lo que no fue.
Prendió la tenue luz de la lámpara sobre su mesa de noche.
Como pudo, Olivia llegó a la cama, se quitó los tacones. Mientras lo hacía, una frase cruzó su mente:
“Unos bonitos zapatos te llevaran a bonitos lugares”
Y entonces, como un torbellino suave, regresó a ella los recuerdos de todo lo hermoso que vivió esa noche, las luces, las palabras, los silencios, el casi.
Por un momento, se sintió como Cenicienta.
Pero el hechizo ya se había roto.
Se sentía agotada, como si acabara de terminar el operativo más difícil de su vida.
No tenía fuerzas para quitarse el vestido, ni los diamantes de Ed, ni el anillo que Munch le prestó. Mucho menos, la pulsera de luna creciente: un regalo de Rafael… solo para ella.
Se recostó lentamente. Solo entonces notó que aún llevaba puesto el saco de Rafael.
Lo abrazó con fuerza, como si pudiera aferrarse a él. Al hacerlo, no se dio cuenta de que algo asomaba por uno de los bolsillos...
Su aroma seguía allí, como un suave y dulce elixir que la envolvía y tranquilizaba.
El llanto cedió un poco convirtiéndolo solo en sollozos
Pasada un par de horas, Lucy se despertó al notar la luz encendida. Sonrió con ternura, ilusionada de escuchar sobre la gran cita de Liv.
Tocó suavemente la puerta de la habitación, al no recibir respuesta, la abrió con cuidado.
Vio a Liv que aunque dormida aún se podían ver lágrimas correr por su rostro.
Lucy no dijo nada. Solo apagó la lámpara.
Sabía que algo no estaba bien. Liv casi nunca se dejaba ver así… rota tan vulnerable.
Algo había sucedido.
No sabía que.
Pero sí sabía una cosa: no preguntaría todavía
Caminó en silencio hacia ella, buscó una manta y la cubrió con cuidado.
Buenas noches Liv…
"Entre lágrimas y gotas de lluvia, ella se aferró a la promesa que aún no estaba lista para romper."
Notes:
Si te gusto no olvides dejar un nudo o comentario , me ayudas a crecer y mejorar
Gracias por leerme
Chapter 17: DESPUÉS DE LA TORMENTA
Summary:
Tras una noche llena de emociones sin resolver, Rafael se enfrenta al peso de lo que ha quedado sin decir, y Olivia lidia con la culpa de volver a sentir. Mientras él abraza el silencio con una rosa que nunca le dio, ella encuentra consuelo en una promesa oculta y en la risa de sus hijos. A veces, el amor llega como una tormenta, y lo único que queda después... es aprender a reconstruir.
Notes:
Este capítulo marca un punto de quiebre emocional para los protagonistas. Agradezco mucho que lo leas y lo sientas conmigo. La historia aún no termina… 💙
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
CAPÍTULO 17 DESPUÉS DE LA TORMENTA
Rafael conducía lentamente por las iluminadas calles de la ciudad.
Por fin la lluvia había cesado, no quería llegar a casa todavía. Dejó que el auto avanzara sin rumbo fijo, dando una vuelta más por la ciudad.
Por su rostro se podían ver algunas lágrimas
That man... cries more than me
Detuvo su auto en Gantry Plaza State Park, en Queens. Era uno de esos sitios que había querido compartir con ella: observar la ciudad juntos, en silencio.
Recordó que había preparado un pequeño obsequio, algo que jamás llegó a entregarle. Abrió la guantera, y ahí estaba: una rosa blanca, intacta.
En el lenguaje de las flores significa: Te amo forma pura y sincera, Quiero un amor duradero
Precisamente eso era ella para él. Eso y más.
Durante unos segundos pensó en tirar esa rosa. No era un hombre particularmente cursi ni dado al sentimentalismo. Pero algo en su interior le pidió guardarla un poco más.
Aunque ella nunca lo supiera.
O hasta que tuviera el valor de tirar la rosa y dejar ir ese sentimiento
Solo por hoy…- se concedió.
Antes de bajar del auto, giro y notó que en el asiento trasero estaba el abrigo de Liv.
Lo mejor habría sido dejarlo allí, pero no pudo. Lo tomó con delicadeza, como si ella estuviera ahí.
También tomó la rosa
Recordó su rostro iluminado al inicio de la noche, su dulce sonrisa al comenzar la velada, su perfecto acento francés. La charla… ya no la recordaba. Pero sÍ su expresión al ver el regalo que le hizo: aquella luna creciente.
Llegó a su apartamento ya muy avanzada la noche.
No encendió las luces. Caminó hasta la cocina, dejó las llaves sobre la mesa y se sirvió una copa de vino que no probó.
Se quedó de pie, observando su reflejo en la ventana. El traje que había elegido con tanto cuidado ahora le parecía absurdo. Como si se hubiese vestido para una victoria que nunca ocurrió.
Se sentó frente a la ventana,
—Demasiado pronto —murmuró—. Demasiado perfecto para ser verdad.
Pero no estaba molesto con Olivia.
No.
Solo dolido… consigo mismo. Por esperar tanto. Por ilusionarse. Por atreverse a soñar con algo que quizás no era para él.
Recordó su risa durante la cena. Su mirada cuando le dijo: “No sé si estoy lista”. Esa mezcla de miedo y anhelo.
Eso valía más que cualquier “sí” forzado.
Sacó su celular. Abrió su bloc de notas. Escribió una sola línea.
“Esperaré. Porque ella vale cada segundo.”
Luego puso su playlist favorita de jazz. Pero al final, fue That Man lo que empezó a sonar.
Se sentó en el sillón abrazando el abrigo hasta que el cansancio y el sueño lo vencieron.
Ya estaba un poco avanzada la mañana cuando Liv despertó.
Los rayos del sol entraban por la persiana. Aunque había dormido más de lo habitual, se sentía agotada. Se llevó la mano al cabello, tenía el peinado un poco deshecho.
De pronto tuvo flash back de todo lo sucedido la noche anterior.
No le quedaban lágrimas, ya no podía llorar más. Teñía que levantarse y seguir por sus hijos.
-¡Oh por Dios los niños!- —exclamó, horrorizada—. ¿Cómo pude olvidarlos?
En ese momento, Amanda se asomó a la puerta.
—¿Amanda? ¿qué haces aquí? - dijo entre curiosa y sorprendida —Quiero decir… siempre eres bienvenida.
—¡Oh la, la, la Liv!. Nunca te había visto así. ¡Luces fantástica! Lista para los premios Emy. —bromeó Amanda.
Liv, avergonzada, se cubrió con el saco de Rafael.
Amanda cruzo los brazos.
– ¿Y ese saco?
—Yo yo…- se sonrojó.
—No necesitas explicarme. Si aún no estás lista, está bien.
—¿Y los niños?
—Están bien, Lucy me llamó está mañana. Estaba preocupada por ti. Vine a ayudarte Espero no te moleste traje a Jesse. Todos están en la sala jugando.
—Arréglate, Bella durmiente. Vamos a almorzar. Te están esperando.
Apenas termino la frase, Amanda le lanzó un cojín, causando que cayera el saco.
Al recogerlo, Liv notó algo dentro
Era un papel, cuidadosamente doblado. Dudó un instante, pero la curiosidad la venció.
Lo abrió. Solo había dos líneas, escritas:
“Por si dudas, recuerda esto:
Yo sí creo en un ‘nosotros’.”
Un secreto, una promesa que Rafael había guardado para ella.
Abrazó el saco con fuerza, como si al hacerlo pudiera abrazarlo a él.
Suspiró pensando que él también había idealizado un” Nuestro siempre”
Pasado un rato Liv, había dejado atrás el vestido, los tacones, el peinado, maquillaje. Sin embargo, no pudo quitarse la pulsera.
Decidió llevarla un poco más.
Al llegar a la cocina, vio a sus hijos en la mesa. Por fin, algo de su cotidianidad parecía regresar.
Sentía que la mujer de anoche fuera otra, una versión de ella que le parecía agridulce.
—Mami —gritó Noah.
—¡Te extrañamos! - agrego Calvin
—Yo también —respondió ella cariñosamente besando y abrazando a sus hijos y también a Jesse.
—Gracias Lucy por todo, juro que te compensaré.
La chica solo le sonrió
Anthony, el más pequeño, observaba a su mamá
—¿Ya no me reconoces mi dulce niño? lo cargó para darle un gran abrazo.
—Seguro que no mamá. Ayer no parecías una mamá.
—¡Tía! ¡Debiste ver a mamá anoche! ¡Parecía una princesa! — dijo Calvin muy entusiasmado
—Ya me imagino... —dijo Amanda, divertida—. ¿Y vieron al príncipe?
—Mejor comamos antes de que se enfríe todo —interrumpió Liv rápidamente
De pronto, Anthony se vio atraído por la pulsera de luna, tocándola para jugar con ella, como si quisiera quitársela.
—Parece que alguien esta celoso —cantó Amanda.
Liv solo se sonrojó ligeramente
El resto del desayuno transcurrió con calma. Las conversaciones giraron en torno a los niños y sus historias.
Ya por la tarde Lucy se despidió,
Amanda también se alistaba para irse, pero algo en la expresión de Liv la detuvo.
—Te noto rara…
—No es nada. Solo estoy cansada.
—Por Dios, Liv… sabes que puedes contarme lo que sea —dijo Amanda, tomándola del brazo.
—Está bien te lo diré, porque ya no puedo seguir con esto. Pero promete que no te enfadarás — puso cara triste
— Vamos a mi habitación, que los niños vean una película.
—¡Disney al rescate! —respondió Amanda, con una sonrisa cómplice.
Ya en la intimidad de la habitación Liv no paraba de caminar y daba vueltas. No sabía cómo iniciar, no dejaba de tocar la pulsera de luna, acción que no pasó desapercibida por su amiga.
—¿Y bien? -preguntó Amanda tratando de iniciar la conversación.
Liv respiró hondo. No podía seguir guardándoselo.
—Ayer tuve una cita —soltó, de golpe.
—¿Una cita, Benson? ¿Y no me dijiste nada? ¿Ni una indirecta? ¿Ni un emoji sospechoso?
Olivia bajó la mirada, culpable.
—No sabía si lo haría hasta que ya estaba haciéndolo.
Amanda abrazo un cojín e invitó a su amiga a sentarse con ella.
—¿Con Rafael?
Olivia asintió en silencio.
Amanda dejó escapar un suspiro largo.
—No me molesta que hayas salido con él. Me molesta que no confiaras en mí. Que pensaste que te juzgaría.
—No quería sentirme culpable. No tan pronto… no después de todo.
Amanda suavizó la mirada.
—Liv… hace un año enterraste a un buen hombre. Pero no enterraste tus ganas de vivir. Ni de amar. Nadie espera que lleves luto por siempre. Ni siquiera tú.
—Lo amé, Amanda. Fue un buen esposo. Un padre maravilloso. Pero…
—¿Pero?
—Nunca fue… esto. Lo que siento con Rafael. Es más profundo. Más aterrador. Más real.
Amanda bebió un sorbo de té, y luego le apretó la mano.
—Te entiendo. Y tienes derecho a estar confundida. A no saber si decir que sí. A tener miedo.
—Pero Liv… también tienes derecho a volver a ser feliz. A construir una historia nueva.
Los ojos de Olivia se llenaron de lágrimas.
—¿Y si me equivoco? ¿Y si lo pierdo también?
Ahora no soy solo yo están Calvin, Noah, Anthony, tal vez presente el examen para sargento, son tantas cosas…- Liv comenzaba a. desmoronarse y bajar el tono de su voz apenas enunciaba su larga lista
—Entonces lo llorarás. Lo lamentarás. Y te levantarás como siempre lo haces. Pero no vivas con miedo al amor. Eso no te va. - le dio un abrazo reconfortante
—Además… Rafael no es cualquiera.
—¿Y sabes qué? —añadió Amanda—. Si tú no lo quieres… ¡yo voy por él!
Ambas rieron y se abrazaron
Liv por primera vez en días no se sentía sola.
Su amiga era para ella como una estrella y Rafael era su luna.
Y aunque el futuro seguía siendo incierto, Liv sintió que había dado el primer paso hacia algo nuevo.
Algo que no sabía si podría manejar, pero que se sentía, al menos, real. Como el latido de su propio corazón, que nunca dejó de sonar, aunque a veces parecía apagado.
Notes:
Muchas gracias por leerme
Si te es posible déjame un nudo o un comentario , ¿qué te pareció la historia?, Así me ayudas a mejorar.
Miss Scarlett
Chapter 18: VISITAS INESPERADAS
Summary:
Después de una noche difícil marcada por el silencio y la distancia, tanto Liv como Rafael enfrentan las consecuencias emocionales y físicas de la lluvia. Ambos enferman, pero lo que más pesa es la ausencia del otro. A través de un tierno dibujo de Calvin, Liv se enfrenta al dilema de si debe o no volver a comunicarse con Rafael. ¿Es este el momento para dar un paso más? ¿O solo una señal más del destino que los une?
Chapter Text
CAPÍTULO 18 VISITAS INESPERADAS
Pasado un rato, todo volvía a la rutina.
Liv tomó el teléfono varias veces para escribirle a Rafael, pero siempre descartaba la idea. No quería hacerle más daño… y si él llegaba a escribirle, tampoco sabía qué contestar.
Así que dejó su teléfono abandonado en la mesa de noche de su habitación y se dedicó a sus tareas habituales.
Anthony, Noah y Calvin le daban mucha alegría y tranquilidad a su corazón.
Por la noche, las consecuencias de la lluvia no tardaron en aparecer. Liv comenzó a sentir dolor de cabeza, el cuerpo cansado y una ligera fiebre.
Con termómetro en mano suspiró y pensó: “Espero estés bien y no enfermes”.
Rafael sentía lo mismo. Él no solía enfermarse con frecuencia, pero rápidamente hizo memoria y recordó que era consecuencia de esa lluvia que compartió con Liv, un momento que no cambiaría.
Aunque hubiera preferido que el final fuera otro.
Tenía un fuerte dolor de cabeza, esperaba que pasara pronto.
Solo deseaba que Liv estuviera bien.
El resto del domingo permaneció en cama con el abrigo de Liv a su lado, que en ese momento se había convertido en su amuleto.
Tal vez por la fiebre, entre sueños imaginaba que ella estaba sentada a su lado.
Liv, por su parte, hizo todo lo posible por cuidar de sus hijos, sobre todo a Anthony y Noah, que por su edad requerían más cuidados.
Aunque sentía claros síntomas de estar enferma y sabía que podía llamar a Amanda, ya no quería molestarla; prefería estar sola para asimilar todo lo acontecido.
Aún pensaba en él, por lo que se obligaba a mantenerse ocupada.
Anthony dormía abrazado a su osito, mientras Noah tomaba una siesta ligera. Aprovechando el momento, Liv recogía los platos cuando Calvin se acercó con un dibujo en la mano.
—Mami, ¿estás enferma? —preguntó.
—Un poco, pero pasará pronto. Mañana estaré como nueva—respondió, acariciándole la carita y esbozándole una sonrisa.
Calvin sonrió con ternura y extendió los brazos para entregarle el dibujo.
—Te hice este dibujo para que te sientas mejor.
Era una dibujo de ella y Rafae. Liv vestida como princesa, ambos con coronas brillantes.
El corazón se le aceleró y una lágrima escapó de sus ojos mientras tocaba con delicadeza la hoja.
—No soy muy bueno dibujando princesas… pero ayer te veías así. —dijo Calvin con una sonrisa tímida.
—Mira, aquí está el tío Rafa—señaló con el dedo. —También le puse una corona.
—¿Te gusta mami? — preguntó con esperanza.
—Es hermoso, lo voy a guardar siempre. — respondió Liv, abrazándolo con emoción y dándole un beso.
—¿Podemos hablarle al tío Rafa? Él podría ayudarme a cuidarte, así como cuando yo me enfermé y él me cuidó.
Olivia no supo qué contestar, la pregunta de Calvin la hizon sentir incómoda. Se sonrojó y su corazón comenzó a latir más rápido.
Entonces, Calvin emocionado fue corriendo a buscar el teléfono.
—¡Hablemos con el tío Rafa!
Liv lo tomó, sintiendo que sus palmas sudaban.
¿Era esta la señal? ¿Era el momento de hablarle a Rafael?
Liv no se pudo resistir a la mirada tierna y feliz de su hijo.
¿O tal vez era su corazón hablándole?
Con manos temblorosas, buscó el contacto de Rafael en el teléfono.
Sentía un nerviosismo intenso, así que tomó el móvil con ambas manos, intentando que Calvin no notara lo evidente.
Marcó una, dos, tres veces, pero Rafael no contestaba. Y Liv lo comprendía.
Con mirada triste se llevó el teléfono al pecho.
—¡Mamá! —Calvin interrumpió sus pensamientos, brincando a su alrededor.
—¿Qué pasó? ¿Contestó?
—Parece que el tío Rafa está ocupado—dijo Liv, esforzándose por sonar tranquila mientras dejaba el teléfono sobre la mesa.
Pero Calvin no se daba por vencido.
—¡Por favor, mamá! ¡Una última vez! —le extendió el teléfono con esperanza.
—Sabes que será la última. No debemos molestar a las personas, hoy es su día de descanso.
—Está bien... solo esta vez. Te lo prometo.
Liv pensó en mentir a su hijo, fingió continuar la llamada.
Pero ella también deseaba noticias. Encontraba fuerza en él
No hubo suerte. Nadie contestó.
Se sentía derrotada.
Aprovechando la distracción de su hijo, fingió continuar la llamada.
—Te escuché hablar… ¿Qué dijo? ¿Si viene? —Calvin desbordaba de energía.
—El tío Rafa no puede. Salió de la ciudad—dijo Liv con la mayor naturalidad que pudo mostrar.
—¡Ahh! —Calvin se sintió derrotado, bajó los hombros y agachó la cabeza—Bueno, iré a dibujar.
—Tal vez otro día podemos invitar al tío Rafa. —intentó consolarlo.
—Sí, será la próxima vez.
—Iré a descansar un poco. Estaré en la habitación por si necesitas algo—agregó, tomando su taza y corriendo a su habitación.
En la soledad de su habitación. La incertidumbre la mantenía despierta.
Sabía que lo había herido con sus palabras. Solo había pasado un día y ya lo necesitaba más de lo que quería aceptar.
Se recostó en la cama. No sabía si su malestar era físico o emocional. Se sentía estresada; daba vueltas por la cama y trataba de dormir, pero no podía. Su respiración era entrecortada.
En una silla descansaba el saco de Rafael. Aún conservaba su aroma, lo tomó entre sus manos. Jugueteaba con su pulsera y, como si el dije en forma de luna la hipnotizara, pronto sintió la vista cansada. Cerró los ojos.
Lo imaginó a él sentado junto a ella, vigilando su sueño; no había palabras, solo miradas.
Todo se sentía tan real y vívido.
Hasta que su sueño se vio interrumpido.
—¡Mami, mami, tu teléfono! — dijo Calvin, que llegó apresurado con el celular de Liv en mano.
—Gracias, amor—respondió Liv, incorporándose. Se llevó una mano a la frente; tenía una ligera fiebre.
Al ver el nombre en la pantalla, suspiró y contestó:
—Hola—dijo tímidamente.
—Hola— respondió él, tosiendo—. Lo siento, Liv... me quedé dormido —volvió a toser.
Liv no pudo contenerse.
—¿Estás bien?... Bueno, es obvio que no, después de lo de ayer —dijo, nerviosa. Ella también sintió la garganta arder al toser.
—Ninguno de los dos está bien después de la lluvia de anoche —respondió él, riendo con suavidad, tratando de aliviar su preocupación. Ella lo sintió en su voz.
—¿Podrías darme tu dirección? Los chicos quieren verte—dijo impulsivamente.
—No creo que sea conveniente, dado mi estado.
—Pero tú has estado en mi departamento. No veo por qué yo... digo... nosotros no podríamos visitarte.
—Sabes, eres demasiado persuasiva— respondió sonriendo al otro lado del teléfono.
—Solo dime, por favor.
—Te lo diré, pero tal vez sea mejor que me visiten en otro momento. Vivo en Upper West Side—cedió finalmente. No dejaba de sonreír. La imaginaba tomando nota con esa mirada terca y dulce que tanto conocía.
—Cuidate. No salgas. Descansa, te veré el lunes—agregó él, antes de volver a toser y colgar.
Para Liv, esa llamada fue como quitarse un peso del corazón
—¿Todo bien, mami? —preguntó Calvin, curioso.
—El tío Rafa está enfermo.
—¿Iremos a visitarlo?
—Sí... ¿por qué no? Tengo un plan —dijo, sonriendo mientras se llevaba el teléfono al pecho.
Los ojos de Liv volvieron a brillar con ese resplandor habitual, y un ligero sonrojo apareció en sus mejillas, sin saber si era por la fiebre... o por esa promesa renovada.
Tal vez ra el momento de concederse un instante de calma, para un suspiro compartido, para un…
Nuestro siempre.
Notes:
Muchas gracias por regalarme un poco de tu tiempo y leerme
Si está en ti me alegraría que me dejaras un comentario o kudo me ayudas a mejorar
Atte: Miss Scarlett