Chapter 1: Primer Día
Summary:
El primer día de escuela de los hermanos Kagamine comienza y parece que se llevarán muchas sorpresas por delante
Notes:
Los gemelos Kagamine aquí tienen 16 años, Rin tiene el pelo un poco más largo. De resto, todos los personajes tienen entre 17 y 18 años.
Chapter Text
Un escenario brillante la rodeaba, miles de fans mostraban su apoyo llenando el estadio del color amarillo como si fueran miles de estrellas en el cielo. ¡Por fin consiguió su sueño! Su voz resonó en miles de personas, muchas la admiraban y coreaban su nombre con alegría.
O al menos, ese sería el caso si no se tratara todo de un simple sueño.
El estadio no existía, ni las brillantes luces, todo esto era producto de la vivida imaginación de una pequeña rubia que se encontraba dormida en su cuarto de un humilde apartamento. Su cama estaba hecha un desastre y abrazaba fuertemente su almohada demostrando lo cómoda que se sentía; incluso un hilo de baba salía sin vergüenza alguna de su boca y no parecía que fuera a despertar pronto.
Por suerte para ella, el único que podía ver esta escena era su hermano gemelo que solo miraba todo soltando un suspiro resignado.
—Rin... —murmuró moviéndola suavemente.
—No... —lo apartó de un manotazo—, quiero más naranjas... —su sueño pareció tomar un rumbo muy distinto.
El contrario soltó un suspiro, antes de tomar su almohada y arrebatársela:
—¡Despierta!
Rin P.O.V
Aquel ruido me obligó a abrir mis ojos, encontrando unos azules igual que los míos. Pero, no estaba del todo tiempo para identificar quien era.
—¡Ahhh! ¡Un acosador! —solté uno de mis gritos más altos; lástima que no alcanzaba esas notas practicando.
Parpadeé un par de veces, acoplándome a mi entorno. Me estiré con pereza, y en el suelo encontré a mi gemelo tirado.
—¿Qué haces ahí? —pregunté extrañada mirándolo como si fuera un pervertido.
—Nunca más te despierto por la mañana —se levantó enojado—. Eres agresiva hasta dormida.
—Hmph, sabes que no me gusta madrugar —claramente era su culpa por no recordar ese pequeño detalle.
—¿Acaso olvidaste que día es hoy? —le lancé una mirada confundida ¿acaso me perdí su cumpleaños? No, imposible es el mismo día que el mío—. Hoy inicia la escuela.
Me levanté rápidamente de la cama, sacando mi ropa a velocidad increíble y yendo al baño, sin importarme haberme chocado con mi hermano. Pero, los modales no podían faltar:
—Gracias sirviente.
Aunque ese chiste no pareció gustarle mucho a mi gemelo, quien me lanzó una mirada que solo me indicaba "¡corre!" Y eso hice.
La persecución abarcó todo el apartamento, pero todo debía tener un final y lamentablemente me tropecé con uno de los muebles, accidente que Len aprovechó para hacerme cosquillas; una de las cosas que más odiaba. ¿Acaso no se podían considerar una tortura esas cosas?
—L-Len... ¡detente! —pedí entre carcajadas (y no, no estaba rogando).
Por suerte, la tortura terminó pronto, y el aire volvió a mis pulmones de forma normal.
—Idiota, ya sabes que odio las cosquillas —el muy idiota me ignoró y siguió su camino, no pude perdonar esa ofensa, así que tomé lo primero que encontré (una almohada) y se la lancé—. ¡Estúpido sirviente, no me ignores! —aquel ataque logró esquivarlo por poco, chaqueé la lengua ante esto.
─Mejor prepárate rápido o se nos hará tarde, princesa─ dijo burlonamente.
Bufé por lo bajo, pero rápidamente cambié mi estado de ánimo al recordar que hoy era mi primer día.
Creo que muchos pensarían ¿qué clase de persona estaría feliz de iniciar el primer día de clases? Bueno, si fuera una escuela común ese sería el caso, pero iniciaba mi primer paso para lograr ser cómo mis artistas favoritos, y era asistir a su misma escuela: la Super Preparatoria Vocaloid, prestigiosa escuela de donde salieron cantantes como Meiko, Miriam, Sweet Ann, León y Lola. Un lugar ideal donde todos los artistas querían entrar, ya que te podía garantizar un camino en la música. Bueno, al menos eso era lo que escuché cuando investigué un poco más de la escuela, aunque desde hace años que no aceptaban a alguien ¿acaso apenas volvió a abrir sus puertas? Meh, esos detalles innecesarios serán para más adelante.
En fin, Len y yo audicionamos hace unos meses y obviamente fui aceptada junto a mi inútil sirviente, lo cual nos lleva a este momento tan importante de nuestras vidas.
Luego de un rato, me miré en el espejo admirando mi apariencia: un uniforme de mi antigua escuela, una blusa blanca con líneas amarrillas en las mangas y un moño amarrado al cuelo del mismo color, junto a una falda azul que combinaba con mis hermosos y elegantes ojos azules.
Sonreí satisfecha, hasta que noté que me faltaba algo: el moño que siempre usaba en la cabeza; un regalo de Len, de hace años y que simplemente combinaba con toda mi ropa, por lo cual se volvió mi accesorio más importante. Aunque jamás admitiré que también es por el valor sentimental que tiene.
Me dirigí al comedor para desayunar. En la mesa encontré mi jugo especial de naranja, la cual no podía faltar en las mañanas, y un delicioso sándwich de queso digno para mi estómago; que bueno que Len sabía cocinar o no podría sobrevivir sola; ya muchas cocinas han sido víctimas de mis intentos y solo quedaron cenizas de estas.
─Muchas gracias por esta comida, hermano ─agradecí amablemente o de otra forma, señorito modales me regañaría.
─¿Por qué las mujeres se demoraran tanto para vestirse?─preguntó Len, sentándose frente a mí con su propio desayuno.
Fruncí el ceño ante la ignorancia de él, definitivamente no conocía a las mujeres a pesar de vivir conmigo tanto tiempo. Es necesario tomarse todas las molestias para arreglarnos, y más si somos lindas; al menos todos admiten que a simple vista luzco adorable aunque mi personalidad termina destruyendo esa imagen.
—¿Acaso esa vez que te vestimos de mujer no fue suficiente para que entiendas eso?
Len sudó frío al recordar aquello. Teníamos 14 años, estaba aburrida y quería molestarlo junto a una amiga, ambas logramos conseguir distintos disfraces: un vestido de baño de estudiantes, un traje de maid y demás cosas que nos pareció curiosas.
—Y eso que sigues pareciendo un shota —murmuré por lo bajo, pero aún así el me escuchó. Me tensé al ver su expresión; odiaba que lo llamaran así, especialmente al recordar ese momento tan humillante en su vida.
—Supongo que un shota como yo deba prepararte la comida, ni tampoco cumplir todos tus caprichos, ni tampoco guardar todas tus estúpidas naranjas —comenzó a despotricar.
Esto era malo, iba a explotar en cualquier momento y sería lo peor para mí.
—Eh ¡perdón! Oh mi grandioso hermano, eres la mejor persona que he conocido, por favor disculpa mis ofensas —junté mis manos en señal de disculpa, mientras lo miraba con ojos de cachorro.
Al parecer mi desesperado intento funcionó ya que vi como se calmado, pero de un momento a otro, escupe su bebida al ver su reloj, levantándose a toda prisa.
—¡Vamos a llegar tarde! Tenemos 15 minutos.
Me levanté de un salto, y a una velocidad increíble fui por todas mis cosas. ¡Me negaba a llegar tarde el primer día! Sería una mancha en mi honor.
Luego de correr como si estuviéramos en una maratón, finalmente llegamos, pero no estaba preparada para esta vista:
Era consciente de que la escuela podía catalogarse como de "élite", pero una cosa era escucharlo y otra verla: un hermoso jardín decoraba la parte delantera, dándole un estilo más británico, el edificio se alzaba como si perteneciera al mismismo rey de dicho país. ¡Prácticamente parecía sacado de una de esas historias shoujo que se desarrollan en escuelas privadas! Hasta tuve que resaltar algo importante:
─No creo que la aplanadora destruya esta escuela ─Len solo atinó a golpear su frente con su mano ante este comentario.
¿Cómo una dulce chica como yo tendría algo tan destructivo como esto? Bueno, muy fácil: poca supervisión parental en línea y ofertas de sitios sospechosos. En mi defensa, pensé que sería algún juguete, no algo real. Y aunque estoy orgullosa de tener mi propio vehículo, Len me prohíbe usarla ya que "sería un peligro para la sociedad". Tsk, como si él supiera lo que es divertirse.
Olvidamos ese tema para poder entrar, me sentía muy fuera de lugar ya que por dentro el sitio gritaba "elegancia" por todos lados. Seguramente parecíamos campesinos que por primera vez visitaban la ciudad, por la forma en que mirábamos a todos lados. Por fin, encontramos nuestro salón y ahora, la sorpresa era ver a los que serían nuestros compañeros por el resto de año. Entiendo que las personas artísticas tienden a salirse un poco de lo usual, pero ¿por qué alguien traería un pulpo de dudosa procedencia a la escuela? Una también llevaba un peluche o incluso llevaban accesorios, como unas orejas de gato.
Todos estaban muy ocupados en sus asuntos, seguramente igual o más de nerviosos por iniciar clases aquí. Así que, al visualizar unos puestos vacíos al fondo, ambos nos dirigimos en silencio para allá.
Claro, todo hubiera sido tranquilo si alguien no se le ocurriera tocar mi moño en ese mismo instante.
—¿Quién te crees...? —el insultó murió en mi boca al ver la persona que se atrevió a hacer algo así.
Su inocente sonrisa, sus dos coletas y su llamativo color azul marino, me trajeron muchos sentimientos en ese momento: se trataba de Miku, mi mejor amiga quien se había ido a Londres hace dos años por temas de estudios.
—Tonta, sabes que odio que toquen mi moño sin mi permiso —a pesar de decir esto, tenía una gran sonrisa en mi rostro y terminé abrazándola.
Jum, no solo creció en estatura por lo que veo. ¿Acaso la comida en Londres ayudó en algo?
—Lo siento Rin-chan, no pude aguantar. ¡Te ves tan linda y tierna como siempre! —el abrazó se volvió más fuerte, y aunque no me gustaba estas escenas en público, no dije nada; realmente la extrañé demasiado y me alegraba ver que su personalidad seguía intacta.
—¿Acaso ya te olvidaste de mí? Miku-nee —Len, interrumpió fingiendo molestia. Ante lo cual, su sonrisa solo se ensanchó más antes de abrazarlo a él también; la cara de Len se volvió todo un poema al tenerla tan cerca. Al parecer tendré mucho material con lo cual molestarlo más tarde.
Nos conocimos hace años, vivíamos cerca, por lo cual los tres nos volvimos inseparables prácticamente, así que su ausencia fue un golpe duro para ambos.
—¡Claro que no! Len-kun ha crecido tanto que casi no lo reconozco.
Con 16 años, yo no cambié tanto, pero mi gemelo si se volvió un poco más alto, aunque seguía teniendo una cara de bebé que no le ayudaba a ser popular. ¿Cuándo será que podré crecer un poco? Se supone que estoy en la flor de mi vida, pero mi estatura y medidas siguen iguales; lo único que creció fue mi cabello...
Antes de poder seguir maldiciendo mi mala suerte y distribución de la genética, el profesor llegó para poner orden en el salón, además de evitar que pudiera molestar a Len.
Me senté en el puesto que vi, detrás de un chico de cabello rubio, aunque a diferencia del mío, el de él lucía un poco más oscuro, más cercano al dorado. Parecía bien cuidado y peinado, ¿sus ojos qué color tendrán? Si fuera cómo los de su cabello, sería realmente lindo. ¡Un momento, Rin Kagamine! No puedes iniciar a tener esos pensamientos sobre tu compañero de clase. Siempre me burlo de que el amor a simple vista no existe, un lindo cabello no haría que le fallara a mis principios.
—Buenos días, clase —el profesor inició al ver como todos nos acomodamos en nuestros asientos—. Soy Kiyoteru Hiyama, su tutor y profesor de la clase.
Lucía una sonrisa amable, aunque su apariencia me daba la idea de que fácilmente era alguien de quien aprovecharse. Ese nombre me sonaba, pero él siguió hablando así que no pude preguntarme de dónde lo conocía.
—Les doy la bienvenida a esta escuela para formar a futuros ídolos. Aquí nos encargaremos de sacar lo mejor de su talento y prepararlos para el mundo del espectáculo.
Mi corazón latía con fuerza. Esto era real, no un sueño como el de esta mañana. ¿Todos sentirán esta misma emoción?
—Lo primero y más importante: conocerse entre ustedes. Aquí podrán formar grandes amistades y alianzas que les permitirá avanzar en el futuro —revisó su reloj rápidamente y volvió a alzar la mirada, mientras agarraba una hoja—. Llamaré a lista y les daré un poco de tiempo libre mientras llega el otro profesor ¿les parece?
¿Eh? ¿Esa era toda la introducción? Por lo prestigiosa que lucía la escuela pensé que sería más llamativa o algo así. Me imagino que al ser algo fuera de lo convencional, no seguían las reglas de otros centros educativas. En fin, horas libres son horas libres ¿de qué podía quejarme?
—Bien, respondan cuando los llame: —comenzó a decir mirando la hoja —Akita Neru y Nero─ La rubia frente a mi hermano y el chico lindo delante mío alzaron la mano
¿Oh? Así que su nombre es Nero, ¿por qué me causara tanta curiosidad?
─Big Al, Cul, Galaco, Hatsune Miku─ mi amiga en vez de alzar la mano como cualquier persona normal, en su lugar empezó a mover un puerro de un lado a otro; mi amiga era muy rara, esa era otra razón por la cual la quería. ─Kaii Yuki, Kamui Gakupo, Kagamine Rin y Len─ ambos levantamos la mano al mismo tiempo, por algo decían que los gemelos si estaban conectados de alguna forma. ─Megurine Luka y Luki─ ¡Esa era la chica del pulpo! que bueno que dije eso en mi mente o sinodefinitivamente me ganaría su odio y no quería ganarme enemigos el primer día. ─Mizki, Megpoid Gumi, Mew, Mayu, Miki, Lily, Oliver, Utatanae Piko, Tone Rion, Kaito Shion, Sakine Meito y Mei, Yuzuki Yukari, Yuma, Seeu, Sónica y Nekomura Iroha─ cuando ya no habían más nombres empezó a organizar sus cosas, para irse tranquilo.
De acuerdo, era imposible aprenderse el nombre de todos, pero haré mi mejor esfuerzo para hablar con más personas.
─Bien, hasta luego alumnos ─nosotros igual nos despedimos de él.
El silencio extraño terminó cuando cerró la puerta, muchos comenzaron a entablar conversación con quien tenían cerca. Incluso Len, ya comenzaba a hablar con la chica rubia que tenía al frente y Miku, conversaba animadamente con un chico de pelo azul que comía helado (¿cómo carajos lo trajo y no se derritió?)
Solté un suspiro, mi primer reto del día empezaba: socializar sin mostrarme como una total rarita. ¡¿Por qué tenía que ser tan tímida al inicio?! Desearía desbloquear las introducciones incómodas de un inicio como en los videojuegos.
Miré al chico que tenía en frente con cierta frustración, deseando que fuera un extrovertido que sabía iniciar conversaciones.
Ya veo porque muchos odiaban el primer día de escuela...
Len P.O.V
─Un gusto, soy Len Kagamine ─decidí presentarme con mi compañera de al frente, quien desde el primer momento, no parecía tener intenciones de despegarse de su celular en cualquier momento.
Pasaron unos segundos y no me respondió, fui completamente ignorado. Al menos, esperaba una conversación por cortesía antes de caer en el incómodo silencio y que cada uno siguiera con sus vidas, pero parece que ella no era el tipo de persona que le gustara ese tipo de charlas ¿si quiera le gustara relacionarse con otros? Bueno no importaba mucho que digamos, me gustan los retos después de todo.
─Sí, ya sé cómo te llamas─ me dijo fríamente sin mirarme, definitivamente era ese tipo de persona con cero habilidades sociales─ Y-Yo s-soy Neru ─murmuró con timidez.
Al parecer no era muy sociable, sin querer, recordé a cierta persona que compartía esas características. No pude evitar sonreír al ver que intentó ser fría al inicio, pero seguramente era una forma de ocultar su timidez.
—¿De qué te ríes idiota? —frunció el ceño al verme
─Lo siento, no fue mi intención─ si esa chica era peor que Rin debería tener cuidado, creo que esto es lo que se denomina "tsundere" ¿no?— ¿Acaso no te aburres de estar siempre con el celular? —pregunté mirando sobre su hombro, pero ella rápidamente tapó la pantalla.
─Metete en tus propios asuntos, idiota─ masculló algo enojada,pero creo que más bien estaba avergonzada.
─Lo siento solo que estoy aburrido ─ella bufó por lo bajo ante mi comentario.
—¿Acaso no tienes a quién molestar?
─Estoy bien aquí ─ susurré al mirar a mi alrededor.
Posé mi mirada en Rin, quien no tenía idea alguna de qué hacer, puede que en cuanto tuviera confianza se volviera alguien difícil de tratar, pero antes de eso, su personalidad tomaba un giro de 180 grados.
—Además no quiero ir con mi hermana, es algo loca —comenté como otra forma de iniciar conversación, pero nuevamente fui menos interesante que ese aparato. ¿Qué pasa con la gente hoy en día? ¿Acaso no pueden estar lejos de sus pantallas? Hasta Rin era así cuando se trataba de sus series o videojuegos.
─A mí me parece muy tranquila─ me sorprendí por un momento cuando me habló, aunque seguía mirando la pantalla del aparato; algo es algo.
—Que no te engañe, hace un tiempo compró una aplanadora —exclamé un "¡bingo!" en mi mente al ver como ya dejaba de prestarle atención al celular, esa historia siempre era perfecta para llamar la atención.
—¿Qué clase de persona hace eso? —por primera vez, me mostró una sonrisa y debo decir que se veía muy bien.
Así, comenzó una conversación sobre nuestros hermanos, me enteré que su hermano menor era alguien más calmado pero no le gustaba estar solo, razón por la cual era bastante sociable. Luego de estar un largo rato de narrar todo esto con una sonrisa, paró en seco al darse cuenta de que estuvo varios minutos hablando por su cuenta, logrando que sus mejillas comenzaran a teñirse de un leve rojo.
—P-pero no es como si le prestara atención a esas cosas, mi estúpido hermano puede hacer lo que quiera —¿esta es la parte "tsun" de su personalidad? De verdad era muy orgullosa...
Hablando de orgullo:
—Mi hermana es muy mandona y me trata como un sirviente. Que no te engañe tu apariencia, es muy agresiva terca e impulsiva —solté un suspiro recordando todos los dolores de cabeza que me ha provocado desde que la conozco—. Pero, aunque no lo parezca le gusta ayudar a los demás, y aunque siempre peleamos, al final nos apoyamos en todo —bueno, era mi turno de decir algo vergonzoso.
Ella soltó una risa, seguramente mi cara mostraba mi vergüenza...
—¿Q-Qué pasa?
—Ya me dio curiosidad: hablaré con ella —se levantó de su asiento con decisión, pero veía como sus manos temblaban levemente.
Para mi sorpresa, se dirigió a hablar con mi gemela.
Rin P.O.V
Mi hermano parecía estar muy feliz con esa chica ¿de qué estarán hablando? Pude notar que él me miraba de reojo y luego hacía una expresión un tanto ¿extraña? Si está hablando mal de mí, juro que lo haré sufrir...
Unos segundos después esa misma chica se levanta y se dirige hacia mi. No pude evitar sentirme algo nerviosa, no tenía idea de que le dijo Len y ahora temía decir algo inapropiado.
─Un gusto, soy Neru Akita ─se presentó amablemente, aunque logré notar cierto nerviosismo en su voz o tal vez me lo imaginé.
─Soy Rin Kagamine, hermana del idiota con el que estabas hablando —aunque Len me reclamó, ella intentó contener una risa.
Ella se fijó en el chico que estaba frente mío y lo tomó de la cabeza para obligarlo a ver a nuestra dirección.
—El idiota de aquí es mi hermano menor: Nero —soltó un leve quejido de dolor hasta que logró sacarse la mano de su hermana de encima y por fin logré ver el color de sus ojos: efectivamente eran un dorado que combinaban de forma perfecta con su apariencia.
─Un gusto Rin-san, por favor cuide de mi molesta hermana ─ese comentario solo le ganó un golpe por parte de la mencionada—. Eso dolió...
—Entonces no hagas comentarios innecesarios —veo que esa dinámica es muy normal entre hermanos.
Len, se acercó a nosotros (hasta olvidé un poco su presencia) y se presentó con Nero, ambos como buenos caballeros, estrecharon sus manos de forma amistosa.
—Rin —Neru me miró fijamente con cierta curiosidad—. ¿Es verdad que compraste una aplanadora?
Yo asentí como si no fuera la gran cosa, mientras que los hermanos Akita me miraron como si fuera lo más extraño que escucharon en su vida. Ya me acostumbré a esas reacciones, son muy divertidas.
—Lástima que Len, no me deja utilizarla, es muy aburrido.
─Ya te dije que si la usas serías un peligro para la sociedad —chasqueó la lengua con molestia.
─¿Qué tiene de malo que la use para que todos sean mis sirvientes? —hice puchero.
Nero soltó una carcajada mientras que Neru intentaba contener una risa cubriendo su boca disimuladamente (veo una tsundere por aquí).
─Rin, últimamente estás viendo mucho anime —me regañó Len.
─¡Pero si no tengo nada que hacer!
—Oh ¿así que a ti también te gusta el anime? —preguntó Neru, curiosa.
─¡Claro que sí! Además me encantan los videojuegos, más que todo los violentos —mencioné emocionada.
No tengo intenciones de ocultar mis gustos, después de todo, tarde o temprano se darían cuenta, así que lo mejor era aceptarlo con orgullo.
─A mí también, parece que no eres como las otras chicas ─dijo Nero, con una leve sonrisa.
Me sentí bastante feliz ante este comentario, muchos chicos usualmente me miraban raro al saber mis gustos.
─Bueno, algo así ─rasqué mi mejilla con algo de timidez, al sentir la atención sobre mí.
Por suerte, Nero comenzó a hablarme de este tema, sobre los último que jugó y sus opiniones al respecto, incluso de series que nos interesaban ver. Len y Neru participaban en lo que podían, así que para no dejarlos tan de lado, a veces cambiaba mi foco de atención a Neru para conocerla mejor.
Tal vez no debía adelantarme tanto a los hechos, pero presentía que se volverían una parte importante de nuestra vida escolar.
Fin Rin P.O.V
A un extremo del salón, se encontraba la chica que más sobresalía, gracias a su pulpo de color rosa con cara humana. A primera vista parecía un simple peluche, pero al verlo más de cerca, se podía apreciar como se movía por voluntad propia.
Pero eso no era lo que llamaba más la atención de ella, poseía una mirada fría y calculada, que miraba de reojo cada rincón del salón, usando un libro como tapadera. Aquella chica era Luka Megurine, muchos podían describirla como una persona muy seria y madura para su edad, lo cual era verdad, pero no porque ella quisiera; desde muy joven fue víctima de muchos infortunios ocasionados por azares de la vida, y tuvo que aprender a salir adelante junto a su hermano menor, Luki. Razón por la cual tuvo que madurar muy pronto para su edad.
No se guiaba por historias tontas, ni por expectativas del primer día como estaban haciendo mucho de sus comportamientos, dudaba mucho encontrar a su "príncipe azul" aquí o siquiera en su vida; eso solo pasaba en historias. No ayudaba mucho que, la mayoría de hombres que se acercaban a ella, solo eran unos estúpidos de mente vacía que solo se fijaban en lo más superficial de ella, porque claro, nadie podía negar su hermosa apariencia similar a la de un ángel, con ese cabello rosa que llegaba hasta su cintura, un cuerpo en forma de reloj de arena con las medidas perfectas y unos hermosos ojos azules. Pero ella odiaba a la gente que solo se fijaba en eso, y por lo visto, en ese salón, solo se encontraría a ese tipo de desagradable sujeto:
En la primera fila, vio como aquel hombre llamado Gakupo Kamui (porque si, ya se aprendió el nombre de todos), un mujeriego que ya se encontraba coqueteando descaradamente con tres chicas.
LUKA P.O.V
─Luka, no le prestes atención a tipos como él ─dijo mi hermano al ver mi cara de molestia.
Conocía bien mi problema con los hombres, él ha sido testigo de mi problema con esa clase de sujetos.
Miré a mi mascota, Tako Luka, quien solo movió uno de sus tentáculos para animarme. La encontré un día en que fui a pescar, su color rosa y su cara similar me llamaron la atención, así que la llevé a casa, aunque Luki, casi sufre un desmayo al verla, pensando que cometí algún crimen. Además, traerla solo me ayudaba en mi objetivo de ser quien más resaltara aquí.
Sé que para ser idol, mi apariencia es algo fundamental para que la gente me vea, pero en parte, desearía que ese no fuera el único motivo, quiero ser llamativa en todos los sentidos posibles: con mi voz, bailes e incluso mis habilidades. Prefería mil veces ser conocida como "la chica del pulpo rosa" antes que "la chica sexy". No quería que mi carrera fuera determinada por algo tan banal como eso.
─Maguru no tabetai, maguru no tabetai ─canté por lo bajo, soñando con el delicioso pescado, era mi forma de animarme.
Lástima que mis fantasías fueron interrumpidas cuando vi que un idiota se acercaba a mí: Gakupo Kamui, el imbécil don Juan de hace rato. Se hizo cerca de mi asiento, formó una de sus mejores sonrisas y me miró con el típico deseo masculino.
─Un gusto soy…
─Gakupo Kamui, no necesitas presentarte ─dije cortante─. Si eso es todo, ya puedes irte.
Entendía el porque es popular con las chicas por su llamativa apariencia y su sensual voz, además de su estilo de la moda desorganizado que en otros se vería horrible, pero en él solo servía para resaltar su belleza. Incluso llevaba una maldita katana para darle ese aspecto de chico rudo. Joder, si resaltaba y su presencia era impresionante, pero lejos de ser algo que me motivara a conocerlo mejor, solo sirvió para que mi instinto competitivo creciera más.
Yo soy la que traje un maldito pulpo rosa que rompía todas las leyes de la naturaleza. ¡No podía perder contra nadie! En lo que respecta en primeras impresiones, por lo menos....
─Me alegra saber eso, ¿serías tan amable de compartirme tu nombre? Debe ser tan lindo como tu rostro.
Hice una muesca de disgusto ante esa frase de coqueteo tan anticuada. ¿Acaso pensó que eso era suficiente para ponerme nerviosa? ¿Qué haría mi corazón latir mil por hora mientras mi cara enrojecía? Ja, como si fuera tan fácil.
─Luka ─respondí a secas.
Mi hermano dejó soltar una risa nada discreta al ver la cara del sujeto, definitivamente no se esperaba un rechazo tan contundente.
─Entonces Luka-san querrías-
─Lo siento, pero no estoy interesada ─lo rechacé como si se tratara de un vendedor de seguros.
Sí, definitivamente no estaba acostumbrado a esta clase de tratos tan fríos. Pero no quería jugar con él, deseaba cortarle sus alas y preferiblemente desde un lugar alto para que no volviera a molestarme.
─No tienes que hacerte la difícil, es normal sentirse nerviosa ─soltó una risa, intentando aligerar el ambiente.
Se inclinó más sobre mi asiento, pensando que al verme tan cerca algo cambiaría en mí, y si lo hizo, mi paciencia terminó por agotarse.
Saqué mi látigo anti acosadores, de un rápido movimiento lo deje inconsciente, y volví a sentarme tranquilamente con mi libro. Varios se quedaron viendo impresionados, otros asustados, pero me dio igual. Luki, solo negó con la cabeza, pero se dispuso a hablar con un chico castaño que estaba al lado de él. Mientras que las anteriores chicas que hablaban con Gakupo, estaban a su lado, para verificar que no estaba muerto.
Fin Luka P.O.V
.
.
RIN P.O.V
─Sí que hay personas impresionantes aquí─ me dije a mí misma al ver tal escena.
¿Cómo una chica de preparatoria conocía esos movimientos mortales?
─Pero tú eres incluso más sádica, onee-chan ─Nero solo logró ganarse otro golpe por parte de su hermana.
─No lo sé, creó que Rin ganaría, una vez vimos una película de terror de una asesina que le cortaba las manos a sus víctimas y las ponía en macetas. Su reacción fue "oh, que forma tan original de hacer jardinería"
Todos negaron con la cabeza ante ese viejo relato.
─Pero fue solo una broma, sí que eres muy miedoso Len ─este solo atinó a golpearme levemente la cabeza.
Antes de seguir con la charla, una animada voz llamó la atención de todos.
─¡Rin-chan! ─se trataba de Miku-nee, quien corría a mi dirección con una gran sonrisa para abrazarme. Que bueno que estaba recostada en la mesa de mi asiento o me habría tirado...
─Miku Hatsune... ─por alguna razón, Neru no parecía nada feliz al ver a mi amiga.
─Oh no, aquí vamos ─suspiró Nero.
─Ah, hola Neru-san. ¡No sabía que también estabas inscrita en esta escuela! Que bueno volver a verte ─saludó Miku-nee ignorando el aura de fuego que emanaba Neru.
A veces me pregunto si mi amiga ya estaba acostumbrada a lidiar con personas complicadas o simplemente era muy despistada como para darse cuenta de esto.
─¡Tú, Miku Hatsune no permitiré que me ganes otra vez!─ exclamó Neru con una clara aura de determinación.
Oh, ya veo, ¿acaso era una rivalidad? Ho ho, las cosas se pusieron interesantes.
─Esto... ¿qué está pasando?─ preguntó Len cerca de Nero mientras yo, seguía atrapada en los brazos de mi amiga.
─Bueno mi hermana y Hatsune-san, se conocen desde niñas, pero siempre ha superado en todo a mi hermana, así que son algo parecido a enemigas ─ susurró Nero, pero yo también alcancé a escuchar una parte.
Bueno, en parte no me extraña, desde que la conozco, siempre ha sido un objetivo perfecto para la envidia de los demás, pero jamás ha dejado que eso la afecte directamente.
─Ya veo, son celos ─comentó Len, sin pensarlo, ganándose una mirada asesina por parte de Neru. Esto lo asustó y se escondió detrás de Nero.
─Incluso aquí obtienes el primer lugar, por eso obtuviste el título de "Diva" ¿no?
No sé de donde sacó Neru la información, pero si me dejó impresionada saber esto. La Diva era la mejor cantante de toda la escuela, sacando puntaje casi perfecto en las audiciones. Eso explicaría porque Len y yo sacamos el segundo lugar, me sentía algo decepcionada, no puedo mentir sobre esto, pero al mismo tiempo, me sentía orgullosa de ella. Miku-nee amaba cantar y fue la música lo que nos unió.
Sin embargo, el enfrentamiento entre Neru y Miku-nee se vio interrumpido cuando una nueva persona entró al salón.
─¡Hola a todos! Soy una de sus profesoras, un gusto conocerlos.
Casi me da un infarto al ver que, en ese mismo espacio, se encontraba una de mis artistas favoritas de todos los tiempos.
Chapter 2: Diseño
Summary:
Todavía no terminan las sorpresas que el primer día tienen para ellos.
Notes:
Aclaración:
Existe una versión más joven de Meiko que el fandom denominaba Sakine Meiko, decidí usarla en este fic pero su nombre será Mei para evitar confusiones.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Rin P.O.V
No podía creer que frente a mis ojos, se encontraba mi cantante favorita de Vocaloid: Meiko-san. ¿Esto no es un sueño? ¡Ni siquiera apareció en las audiciones! Pero recuerdo perfectamente el comercial donde aparecía para hablar de las convocatorias, y por ella, es que estoy aquí.
Bueno, si me alejaba un poco de mi fanatismo, era normal verla en algún momento, se supone que ahora también hacía parte de la escuela y hoy se supone que conoceríamos a la mayoría de nuestros profesores.
─En realidad, soy la directora de esta escuela, pero ¡quería conocerlos! ─mostró una gran sonrisa al vernos a todos─. Sé que me reconocen más por ser una integrante de Vocaloid, pero ahora solo seré aquella persona que los controla- digo, guiará en su camino escolar ─bueno, ahora si ya no parecía tan amigable.
Aún así, nada me quitaba la felicidad de verla en persona. Tenía la misma energía que mostraba en sus conciertos.
─Disculpe ─una nueva voz sonó afuera del salón.
Posterior a eso, aquella persona entró. Algunos estaban impresionados y otros, solo pudimos sentir que la emoción solo iba en aumento. Se trataba de una mujer con el cabello plateado, levemente ondulado al bajar, con un gran cuerpo que abría la envidia de muchas (especialmente para mí). ¡Se trataba de Miriam! En serio, sus pechos se veía incluso mejor en persona, ¿cuándo será el momento en qué yo me desarrollé de esa manera?
De acuerdo, tal vez debería dejar mis dramas adolescentes para después.
─Te estaba esperando ─dijo Meiko-san con una sonrisa bastante maliciosa─. De acuerdo, ya mi hora terminó, es hora de relajarme con un buen sake ─esto último lo intentó decir en un susurro pero igual todos los escuchamos.
─¡Hermana! ¡Deberías tomar más en serio tu trabajo!
Para sorpresa de todos, Meito se levantó. Todos soltamos un jadeo de sorpresa ante esta declaración, creo que no era información pública saber que ella tenía hermanos. Aunque, viéndolo más de cerca, el parecido es innegable, supongo que solo nos gusta el drama y por eso nuestra reacción.
Meiko se encogió de hombros retirándose del salón, ignoran los regaños de su hermano. Este se sentó farfullando maldiciones. Me recordaba a cuando intentaba cocinar algo, y Len al verme me quitaba antes de que generara un accidente mayor.
─Hola chicos, si no me conocen, mi nombre es Miriam ─se presentó con una agradable sonrisa que enamoró a todos los estudiantes.
Se veía que sería de los profesores más amables y seguramente sería la favorita de muchos; esperemos que no tenga un lado oscuro al cual tenerle miedo. A veces, las personas más amables son las que dan más miedo al enojarse.
─Tenemos una tradición algo especial para el primer día: ¡Crearán sus propios vestuarios! Será su propio uniforme, algo que los representara y los acercaran más a ese ideal que tienen para ser profesionales ─juntó sus manos en emoción.
¿Acaso este día no podía ser mejor? ¡Adoraba el tema de la moda! Hasta a veces me gustaba diseñar mis propios atuendos. Solo de imaginarme que podríamos llegar a hacer, era suficiente para que pudiera soltar un grito de alegría. ¿Acaso Len y yo deberíamos usar algo similar? ¿O podría ser algo que nos contraste? ¡Tengo tantas ideas en mente!
─Rin... ─mi gemelo se acercó a mí mientras nos preparábamos para irnos del salón─. Tu harás la ropa ¿cierto? ─solo en estos casos, mostraba su lado más débil, esta no era su área y ya no tendría ningún poder en mis decisiones.
─¡Por supuesto! Verás que haré los mejores traje de toda la escuela.
─Bueno, parece que no podemos quedarnos atrás ─comentó Neru mirando a su hermano.
─Yo también, aunque no soy muy bueno con esto ─se detuvo para mirarme─. ¿Me ayudarías con eso? ─yo asentí con una sonrisa.
Miriam nos guío por el resto de instalaciones, hasta que llegamos a lo que parecía ser una bodega, iluminada con una luz blanca, dejando ver el contenido de esta: como si se trata de una tienda de ropa, se veían miles de prendas (blusas, faldas, pantalones, etc), además de accesorios como encajes, listones, y estampados de colores. En otro lado, se veían varios maniquíes que podríamos usar y máquinas de coser.
Este era el paraíso para cualquier diseñador de modas.
─Tienen 3 horas para trabajar en sus creaciones, si tienen alguna duda, yo estaré aquí ─indicó Miriam, dando inicio a esta extraña pero divertida actividad.
Las mujeres prácticamente corrimos donde se veían todas las muestras, mientras que los hombres se quedaron estáticos unos momentos sin saber cómo hacer algo decente con el poco tiempo que les quedaba.
─Rin ¿qué tienes en mente? ─me preguntó Neru, mientras veíamos en el tendedero, las distintas blusas que tenían. Ella veía con interés una blusa gris y una corbata dorada.
Nero y Len se encontraban detrás de nosotras, esperando cualquier indicación para saber que hacer con su existencia.
─Quiero que Len y yo llevemos ropa diferentes pero similares ─ella me miró extrañada─. Ya lo verás ─le guiñé el ojo, pero ella aprovechó ese momento para tomarme una foto. ¡Qué rápida!
─Tranquila, quedaste linda.
─¡Borra eso, Neru-san! ─sacó su lengua juguetonamente, dando media vuelta para luego desaparecer entre los estudiantes, aprovechando que algunas chicas se estaban peleando por una prenda azul.
─Deberías comenzar a trabajar.
─¿Disculpa? ─lo miré indignada─. No te quedes quieto, ayuda más bien.
─Ya sabes que soy malo para estas cosas ─se encogió de hombros, como si simplemente no pudiera hacer nada. Pero no lo dejaría hacer pereza como si nada.
─Mueve tu trasero y ayúdame de una vez, a menos que quieras que tu uniforme sea un lindo vestido rosa ─lo tomé del cuello de la camisa─. Por favor ─agregué cambiando mi tono a uno más dulce antes de soltarlo.
─S-sí ─al ver que por fin mi sirviente recordó su lugar, le ordené que me consiguiera ciertas cosas, y una vez terminé, él se fue corriendo a conseguirlas.
Solté un suspiro, cansaba bastante dar ordenes y luego decían que era la posición más fácil. Al girarme para encontrar un sitio de trabajo, vi a Nero mirando de forma perdida algunas camisas que estaban frente a él.
─No tienes idea de qué hacer ¿cierto? ─él solo asintió avergonzado─. De acuerdo, me siento generosa hoy así que te ayudaré, ¿qué estilo te gusta más?
─Los colores negro y amarillo ─respondió algo tímido. Pero bueno, era un inicio, luego de hablar un poco más, ya tuve una idea más concreta sobre hacer.
¡Haré algo genial!
Fin P.O.V
Len P.O.V
Busqué con desesperación las cosas de la lista, lo que menos quería era hacer enojar a Rin y más cuando tenía tanto poder sobre mi ropa. Desde niños, siempre ha sido así nuestra dinámica, por más que peleamos, al final terminaba por cumplirle todos sus caprichos, la promesa que le hice de niños no ha cambiado para nada, y aunque ninguno lo ha vuelto a mencionar, sé que no lo hemos olvidado.
Ah, que horror estar pensando esa clase de cosas tan vergonzosas ahora.
─Vaya Len, ¿qué haces por aquí? ─me preguntó Neru, seguramente no esperaba verme trabajar en esto.
─Buscando algunas cosas para Rin.
─De verdad eres su sirviente ¿no? ─se burló de mí, no podía culparla, definitivamente así lucía.
─No lo soy.
─Claro que no, solo haces todo lo que ella te pide ─replicó con sarcasmo.
Antes de poder responderle, escuché el "clic" de la cámara de su celular.
─¿Qué haces?
─Tú quieres mucho a tu hermana ¿no? ─cambió el tema sin quitarle la vista a su celular. ¿De dónde venía esa pregunta?
─Claro que sí, es la única familia que tengo ─es egoísta pensar así, pero debido a nuestra situación familiar, así lo sentía─. Pero no se lo digas o se volverá más molesta.
Pensé que Neru me haría más preguntas, pero solo formó una leve sonrisa.
─¿Crees que Nero y yo debamos usar trajes similares? ─preguntó bajando la mirada algo sonrojada. Oh, así que por eso sacó el tema.
─No lo vas a obligar a usar falda ¿cierto?
─Uhm, sería buena idea, tiene una figura bastante femenina ─mencionó pensativa.
Me disculpé con Nero, para mis adentros, por darle más ideas a su hermana sobre como torturarlo.
─Igual sería buena idea, son muy parecidos.
Miró por encima mi lista, y de un rápido movimiento me entregó un listón y cortaba, ambos de color amarillo.
─Ya tienes todo, entonces vamos ─¿qué tenían las chicas con darme ordenes hoy? Pero solo pude suspirar resignado ante esto.
Fin P.O.V
Rin, logró encontrar una mesa de trabajo desocupada, para poder hacer los bocetos de lo que ella y Len usaría, además de ahora planear que podría ir bien con Nero; el cual fue echado de ahí ya que ella le daría una "sorpresa" con su creación.
Suspiró resignado, mientras comenzaba a vagar sin rumbo, el sitio era bastante amplio pero se notaba el caos: algunos peleando por prendas, otros cosiendo frenéticamente, y los que no sabían que hacer, se encontraban desesperados viendo que podría ir mejor con ellos. Además, la pobre profesora Miriam, se encontraba rodeada de alumnos que no tenían idea de que hacer; se sintió un poco mal por ella.
En uno de los estantes con mil accesorios, encontró un moño de color amarillo e inevitablemente pensó que le luciría muy bien a Rin.
─Nero ─la voz de su hermana lo sacó de sus pensamientos.
─¿Ya tienes una idea? ─ella asintió ante su pregunta.
Le gustaba verla tan decidida por algo, pensó que tomaría la ruta perezosa y solo se quejaría hasta encontrar una solución a último minuto.
─Tengo una idea y no puedes negarte ─¿acaso podía negarse? Obviamente no.
─¿Vamos con Rin? Quiero decirle algo
Al llegar donde se encontraba la Kagamine, la vieron golpeando a su hermano con una tela de color blanca sin compasión alguna. Cuando se percató de la presencia de ellos dos, su expresión cambió y se acercó a ellos con una sonrisa.
─Oh, hola chicos ─saludó con una sonrisa inocente como si no estuviera torturando a su gemelo unos segundos atrás.
Neru, los dejó solos para ver el estado de Len y ver si seguía consciente.
─Neru ya me comentó que tienen algo listo ─lejos de sentirse mal, ella le pasó un papel doblado─. Igualmente hice esto, espero te guste ─agregó para luego volver a ir con Neru.
Al desdoblar el papel, vio el boceto: una camisa sin mangas de color negro, un pantalón amarillo oscuro con un dobladillo de un color más oscuro, que llegaba hasta sus rodillas. Además, de unos calcetines de líneas amarillas y negras, junto a demás accesorios que le daban un estilo único. ¿En serio pensó eso en tan poco tiempo?
─Creo que me matará algún día ─balbuceó Len llegando a su lado, este solo río nervioso; definitivamente no querría ver a la rubia enojada.
"Espero le haya gustado" pensó Rin mirándolo de lejos.
Neru tomó otra mesa de trabajo para ponerla al lado de ella, ambas se concentraron en darle los únicos toques a sus bocetos, por suerte, ya tenían el molde de las camisas y prendas inferiores, o sino, habría sido más difícil hacerlo todo desde cero.
.
.
─¡Ya están listo los bocetos! ¿Cómo vas, Neru? ─preguntó estirándose en su escritorio.
─No sé si usar moño o corbata ─comentó viendo ambos accesorios.
─Con una corbata te verías bien ─señaló Rin.
─Te quedó bastante bien, a Len le gustará ─comentó Neru al ver los bocetos de la Kagamine─. Además, el traje de Nero también quedó bastante bien, es obvio que le gustó.
Rin no pudo evitar sonrojarse ante esto.
─Solo lo hice porque me lo pidió, igual ya sabía que querías que usaran ropas similares para demostrar su gran unión ─comentó con un tono de burla para cambiar el tema.
─¡No fue por eso! ─exclamó Neru avergonzada. Aunque, al parecer un foco se encendió en su cabeza porque cambió su expresión a una sorprendida─. ¿Acaso querías hacerle ese traje para que él se fijara en ti? ─empleó un tono de voz exagerado para el momento.
─¡Claro que no! ─negó con sus dos manos. ¡Por Dios! Lo conocía solo por hoy, no haría una táctica tan desesperada por un chico─. Ya te dije, fue un favor ─con el ceño fruncido, se levantó para seguir con su labor.
─Es broma, tampoco es para que te enojes ─Neru la siguió de cerca─. Además, gracias ─añadió con una sonrisa, que no alcanzó a ver ya que le dio la espalda.
─¡Ahora a tomar medidas! ─exclamó mientras la tomaba de la muñeca y la arrastraba por todo el lugar. Pero viendo el caos que se estaba provocando, nadie les prestó atención.
Rin P.O.V
—Por fin terminamos —suspiré cansada, apreciando mi gran obra de arte sobre la mesa.
Tan concentrada estaba en mi labor, que olvidé ir a ver a Miku-nee, ¿qué clase de atuendo se habrá hecho? Espero que no algo muy descabellado.
—Me alegra ver que no eres inútil en todo —comentó Len, llegando junto a Nero.
Un golpe en el estómago fue suficiente para recordarle cuál era su lugar. ¿Cómo se atrevía a faltarme el respeto cuando hice todo el trabajo?
─Me alegra ver que mi hermana no me va a obligar usar falda —comentó aliviado Nero. Sacó el papel que le entregué y me sonrió—. Me encantó, muchas gracias.
Yo asentí con una sonrisa, saber que alguien apreciaba lo que hacía lograba formar un cosquilleo agradable en mi pecho.
—Tal vez es mucho pedir, pero... ¿podrías hacerlo? No creo confiar este diseño en las manos de otro —rascó su nuca con algo de timidez, se veía bastante tierno así. ¿Eh? No, no, no, tengo prohibido esa clase de pensamientos, Nero, se ve como un buen amigo, no lo arruinaré pensando en cosas que no son.
Además, es normal admitir que ciertos chicos son lindos ¿no?
—Claro, con gusto, pero no prometo tenerlo tan pronto.
No pudimos seguir hablando ya que Miriam anunció que el tiempo límite pasó y todos nos acercamos hasta donde se encontraba ella.
—¡Felicidades por completar su tarea! Ahora que están listos, es hora de la siguiente fase: ¡modelar sus creaciones! —avisó con una voz suave pero emocionada.
—Es algo vergonzoso... —murmuró uno de los presentes.
—La vergüenza es algo que experimentarán mucho en su camino al estrellato, por eso, deben saber luchar contra ella —aclaró con un gesto orgulloso.
Claro, entendíamos su lógica y no era raro que incluso ídolos famosos luego protagonizaran desfiles de moda. Aún así, algunos se encontraban nerviosos y otros algo emocionados. Yo tenía esos dos sentimientos carcomiéndome la piel, quería que todos vieran algo que me tomó mucho esfuerzo en hacer, pero jamás he modelado, si llegaba a tropezarme o caerme ¡sería demasiado vergonzoso! De acuerdo, Rin, no es tiempo de ser negativa. ¡Tienes que mentalizarte!
En el extremo de la bodega, se encontraban unos vestidores de cortinas, eran varios, así que no perderíamos mucho tiempo cambiándonos de atuendo. Igualmente, un extremo era para las chicas y otro para los chicos, para evitar cualquier accidente desagradable. Neru, al ser la más cercana que tenía, me ayudó con algunos accesorios y yo igualmente la ayudé a que estuviera perfecto su traje.
Una vez salimos y regresamos al sitio en el cual estuvimos trabajando, me sorprendí al ver el cambio radical que sufrió la zona: ahora, todos los estantes y tendederos que usamos para crear nuestro vestuario, ya no estaba y en su lugar, una pasarela se veía en la mitad como esas que solían aparecer en los reality shows de modelaje. ¡¿En qué momento hicieron algo así?! Esta escuela se tomaba las cosas en serio...
—Whoa, se ve mejor puesto —murmuró Len sin parar de mirarse, seguramente se preguntaba si realmente yo logré hacer algo así. Además, nos complementamos muy bien, si podíamos ir juntos, nadie nos superaría.
Frente a la pasarela, se encontraban sillas para que pudiéramos sentarnos mientras era nuestro turno. En serio, ¿en qué momento lograron todo esto? Si no fuera ya una historia escolar, estaría pensando que me enviaron a un mundo mágico. Las luces comenzaron a moverse y también sonó la música de fondo que se escuchaban en los desfiles de moda, Miriam, se encontraba cerca de esta con un listado en mano, para indicarnos los turnos de cada quien.
Por esto mismo, los hermanos Akita, fueron los primero en salir.
Aunque ya tenía una idea de cómo lucirían por haber trabajado codo a codo con Neru, este ambiente definitivamente los hacía lucir mucho más profesionales. Aunque logré notar como mi amiga tenía las mejillas rojas debido a la vergüenza, por lo menos lograron superar ese momento. Los demás aplaudimos para dar apoyo moral.
Así, cada quien fue pasando y permitimos ver un poco mejor la personalidad de cada quién. Por ejemplo, SeeU y Nekomura se les notaba de lejos su gusto por los gatos. Otros decidían estilos más asociados a la ciencia ficción, como Miki y Piko, con sus ropas futuristas e incluso maquillaje que les daba un aspecto más genial. Algunos, decidieron ir por lo más seguro, solo combinando las prendas que se podían encontrar, sin hacerle muchos arreglos.
Cuando llegó el momento de Luka (mejor conocida como la chica del pulpo rosa), todos los hombres (y algunas mujeres) lanzaron virotes y silbidos, definitivamente emocionados por ver a una de las chicas más lindas de la escuela con una ropa que le realzaba todas sus curvas; aunque su expresión seria no cambio en todo el momento dándole puntos extra por su profesionalidad. También Lily resaltó con sus vestimentas que dejaban ver la suficiente piel para cumplir las fantasías de algunos chicos.
No solo las mujeres triunfaron con el público, Gakupo y Kaito también lograron que muchas chicas soltaran chillidos que hirieron mis oídos.
Cuando llegó nuestro turno, intenté mostrar mi mejor sonrisa al salir, y por suerte, la conexión de gemelos hizo lo suyo, porque Len y yo nos coordinamos en los pasos.
Aunque, algunos otros mostraban sus excentricidades, como en el caso de Mayu, quien llevaba un peluche de conejo en una mano y su hacha en el otro ¿cómo la dejaron ingresar algo así? No lo sabemos, incluso algunos esperaban que se tratara de algo falso, pero algo me decía que era 100% real; por suerte nadie salió herido.
Miku-nee, logró llamar la atención de todos, aunque no haya decidido por prendas tan extravagantes, su sencillez y ternura fueron lo que resaltaron aún más su belleza natural, además se veía bastante relajada. Miré a Len, para decirle algo, pero solo me burlé en su cara al ver su expresión; casi se le cae la baba al verla.
Por suerte todo acabó, la música se apagó y Miriam, nos indicó que era nuestra hora del descanso y luego de eso, volveríamos al salón en el que estábamos.
Mientras salíamos, pude ver a Luka-san, farfullando algunas maldiciones contra cierto "samurái mujeriego" y su "apariencia estúpidamente llamativa". Solo espero haber escuchado mal...
Notes:
Los atuendos mencionados aquí, son los primeros diseños con los cuáles salieron.
Chapter 3: Nuevos Amigos
Summary:
La hora del almuerzo es clave para conocer nuevas personas
Notes:
Referencias en este cap:
Rin-chan Now!
Anteriormente, cada Vocaloid/fanloid/Utau, etc, se le asignaba alguna comida y/o ítem para asociarlo con esta. Aquí lo llevé al punto de la exageración, pero bueh.
También, en aquellos tiempos se popularizó el concepto de la bufanda desnuda de Kaito gracias a los MMD japoneses.Aclaraciones:
Vocaloid son un grupo ya formado en este mundo, muchas de las canciones más famosas fueron ya realizadas y por eso ya son conocidas por nuestros protagonistas, otras serán creadas por medio de las pruebas.
Chapter Text
Cuando terminó el "desfile de la vergüenza", apodo dado por Neru. Todos los alumnos tomaron rumbos distintos para aprovechar su hora de almuerzo, algunos fueron directamente a la cafetería, otros a explorar algunos sitios, este fue el caso de los Kagamine y Akita, quienes al alejarse de la multitud, encontraron la azotea y por suerte, no era prohibida la entrada.
Los gemelos tenían sus bentos (cortesía de Len Kagamine), mientras que Neru pensaba sobrevivir con unas papas fritas que sacó de una máquina expendedora (las cuáles habían en exceso en las instalaciones). Nero, también fue por el lado fácil y compró un par de paquetes de galletas junto un jugo.
—Nunca más vuelvo a hacer algo así —masculló enojada, desquitándose con sus pobres papas.
─No fue tan malo. Saliste bien —comentó sin pensarlo, Len. Aquel comentario logró avergonzar un poco a Neru, quien no acostumbraba a recibir ese tipo de cumplidos.
—Fue interesante, es bueno salir de la rutina —agregó Rin con una sonrisa.
—Bueno, aquí vemos dos puntos de vista de la misma situación —Len, asintió ante el comentario de Nero.
La paz se vio interrumpida, cuando la puerta se abrió de golpe, de la cual se asomaron dos coletas del llamativo color agua marina. El sonido sordo de la puerta contra la pared, hizo que todos se exaltaran.
—¡Rin-chan! ¿Estás aquí? —habló Miku, mirando a los alrededores para ver si encontraba a su amiga, al notarla, su mirada se iluminó y alzó su propio bento—. ¡Comamos juntas!
Rin, solo pudo asentir todavía algo sorprendida por la repentina llegada de su amiga. En serio, pobre puerta, que esos brazos delicados de la diva no los engañaran.
Miku, se acercó dando saltitos hasta quedar al lado de la mencionada ignorando la mirada pasmada de los demás.
—Que raro, pensé que estarías con ese amante de los helados —comentó Len con un leve tono de molestia, mientras su amiga abría su bento. La ingenuidad de Miku, venía bien en estos casos.
─Ah, te refieres a Kaito —se mostró pensativa—. Me escapé de él, quería pasar tiempo con ustedes —añadió con una brillante sonrisa que deslumbró a Len, tanto así que tuvo que mirar a otro lado.
—Ahora que lo pienso ¿dónde lo conociste? Nunca me hablaste de él cuando conversábamos —Rin la miró con gran curiosidad y un eje de malicia que más de uno detectó, que solo ponía más presión en Hatsune.
─Lo conocí hace un año en las clases de canto, al principio no hablamos mucho. Hasta que un día, estaba lloviendo y yo olvidé mi paraguas, antes de que decidiera irme corriendo, él se ofreció a que camináramos juntos para que me mojara —contó con un leve brillo en sus ojos—. Durante el trayecto, él terminó mojándose el hombro para darme más espacio, así que ese día nos conocimos mejor y terminamos siendo buenos amigos.
—Así que, ¿qué tipo de sentimientos tienes hacia él? —Rin, la miró con sospecha y picardía.
—Lo quiero mucho como mi amigo —cayeron de espaldas ante esta respuesta tan inocente. ¿Acaso era perfecta para evitar esta clase de temas o realmente no conocía el doble sentido?
—¡No es eso! —Rin se levantó de un saltó mirándola más fijamente—. ¿No hay algo más profundo?
—Ehm ¿cómo mi super mejor amigo? —respondió insegura.
—No sigas —Neru, la tomó del hombro negando con la cabeza—. Todavía es muy idiota para entender estos temas.
Al ver la mirada confundida de Miku, Rin, tuvo que darle la razón y dejar el tema hasta ahí se gastarían todo el día en esto.
Len, en cambio, soltó un suspiro aliviado ante esta respuesta. A Nero no le pasó desapercibida esta reacción.
—¿Q-Qué pasa? —preguntó el Kagamine algo nervioso, no creía que alguien lo estuviera viendo.
—¿Acaso te gusta Hatsune-san? —preguntó el contrario en un susurro para que las chicas no se dieran cuenta.
Len se puso rojo de repente, y comenzó a balbucear incoherencias, que dañaron cualquier oportunidad de negar esto.
—Lo tomaré como un sí —Nero asintió con una sonrisa burlona al ver el estado tan descompuesto del más responsable de los gemelos.
Len miró a todo lados asegurándose de que nadie escuchó, por suerte las chicas seguían enfrascadas en su conversación y Neru intentaba matar a Miku con la mirada.
─Por favor no se lo digas a nadie ─suplicó en un susurro.
─Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo —Nero hizo el gesto de cerrar sus labios, dándole más tranquilidad al contrario.
Su expresión se suavizó mientras miraba a las demás.
─Hace tiempo que no la veo tan calmada —murmuró, pero igualmente lo suficientemente alto como para que Len escuchara.
─¿En serio? —Neru, seguía con su gesto serio, mientras escuchaba a Rin. A diferencia de las brillantes sonrisas de las otras dos.
—No te mentiré, mi hermana es mu complicada y sus circunstancias igual —respondió con un tono más serio, pero al darse cuenta de que estaba arruinando el ambiente, volvió a su expresión relajada—. Lo siento, Len-kun, ahora es muy pronto para explicarte, pero si te ganas la confianza de mi hermana, lo entenderás.
Con eso, Len entendió que no debía meter su nariz en esos asuntos, cada uno tenía una parte de su historia que no querían contar. Pero no podía negar que le intrigaba bastante Neru, y ahora con esto, solo podía estar seguro de que valdría la pena conocerla más a fondo.
Nuevamente el sonido de la puerta abrirse, corta cualquier conversación que estuvieran teniendo ahora. Ahora, la nueva invitada se trataba de la chica de cabello rosa que generó furor en la pasarela. Ella se recostó en la puerta una vez la cerró, soltando un suspiro pensando que estaba sola, pero al fijarse a su alrededor, se da cuenta de los ojos curiosos y cambia su postura a una más rígida; seguramente buscaba un sitio para estar sola.
—Disculpen, no sabía que había alguien más aquí —hizo una leve reverencia dispuesta a irse.
─Tranquila Luka-san si quieres puedes sentarte con nosotros─ dijo Miku y Luka asintió, tomando puesto al lado de la mencionada.
—Ehm, ¿dónde está tu hermano? —preguntó Rin en un intento de entablar conversación con la recién llegada. Todavía seguía algo prevenida al recordar su lado más agresivo hace unas horas atrás.
—Me separé de él cuando intenté escapar de Gakupo —apretó sus puños al recordar esto.
—Qué pesado tener un acosador en el primer día ¿no? —comentó Neru, con su vista puesta en el celular.
─Sí, especialmente que sea un maldito mujeriego que apenas conoces─ masculló con un gesto sereno, pero más de uno podía ver el aura de muerte que advertía que cualquiera que se acercara sufriría las consecuencias.
Rápidamente, el ambiente se aligeró, Luka podía parecer seria pero comenzó a hablar de otros temas, haciéndola lucir como alguien mucho más normal y accesible.
Mientras Rin, contaba alguna de sus travesuras de infancia, Luka no pudo evitar quitarle la mirada de encima, al verla más de cerca, despertó ese instinto que aparece cuando ves algo tan tierno que te provoca estrujarlo. Negó con la cabeza ante estos pensamientos intrusivos, no podía pensar así de su compañera tan pronto y ni tenían la confianza para tratarla de esa forma. Sin embargo, Miku, conocía bien esa expresión, ya que ella fue la primera persona que se dio del gran potencial que la ternura de Rin Kagamine aguardaba.
Se acercó a ella sigilosamente, aprovechando que Neru le estaba mostrando algo en su celular. Los dos chicos, fueron prácticamente excluidos y se encontraban hablando entre ellos.
─Oye, Luka-san ¿no te parece que Rin-chan es tan abrazable que te gustaría retenerla en tus brazos? —mencionó Miku con un brillo en su mirada.
─Por alguna razón tengo la sensación de que si llegó a decirle lo tierna que es, ella se pondrá tan avergonzada y eso la haría incluso aún más tierna —aceptó la Megurine.
Miku, aprovechó para mostrarle algunas fotos de la mencionada, para comentar con Luka todos sus aspectos más tiernos.
─¡Rin-chan Now!─ gritaron las dos al mismo tiempo, tomando por sorpresa a todos.
El instinto de Rin, advirtió que debía correr en ese instante, pero la puerta nuevamente se abrió de golpe. ¿Acaso nadie sabía abrir una puerta de forma normal? Al parecer no.
Ahora, ahí se encontraba el amante de los helados más llamativo del mundo, buscando algo con su mirada y al ver a Miku, formó una gran sonrisa acercándose a ella.
—¡Miku-chan! Por fin te encuentro —posterior a eso, mostró un gesto deprimido—. ¿Por qué me abandonaste?
Hatsune, río nerviosa, y aun más al sentir la penetrante mirada de Rin, quien no se estaba perdiendo ningún indicio de nada.
—Kaito, te dije que quería pasar más tiempos con mis amigos —cada uno se fue presentando, hasta que llegó el turno de Kaito quien usó un tono más formal.
—Un gusto conocerlos a todos, soy Kaito Shion y mis gustos son los helados, de cualquier tipo-
Ahora la pobre puerta no tenía descanso, ya que ahora fue azotada por el mujeriego acosador del cual Luka estaba huyendo minutos atrás. El samurái de llamativo color morado, miró por todos lados hasta que encontró a quien estaba acosando.
—¡Luka-san! Por fin te encuentro, dejaste nuestra conversación a-
Pero antes de poder seguir, ella tomó a Tako Luka (quien sabe dónde estaba escondida) y se la tiró en la cara, tal fue el impacto del lanzamiento que terminó estrellándose contra la pared, dejándolo inconsciente.
Todos se encogieron de hombros sin darle mucha importancia para proseguir con la conversación.
Al ver que Gakupo, estaba despertando. El interruptor de la maldad se encendió en la mente de Rin, quien susurró rápidamente unas instrucciones a Miku y a Neru, ambas asintieron entusiasmadas, dejando a los demás algo confundidos.
—Kaito —Miku tomó de los hombros al mencionado—. Si te tapas los ojos, te llevo a comer tu helado favorito —este claramente no hizo más preguntas y aceptó.
Rin, miró a Neru, ambas asintieron y procedieron a taparle los ojos a los dos rubios. Para luego mirar a Miku, quien ya se encontraba en posición.
Ya una vez Gakupo comenzó a abrir los ojos, Miku de un rápido movimiento deshace el cordón dorado del top de Luka, logrando que este se abriera en un perfecto escote que logró hacer nuevamente al samurái en un mar de sangre, así como ocurría en los animes antiguos.
—¡Miku-san! —la víctima de todo esto se cubrió rápidamente acomodándose sus prendas.
—Excelente trabajo mis sirvientes —Rin hizo un saludo militar que fue imitado por las otras dos.
—¿Qué acaba de pasar? ─se preguntó Nero mirando a Len, pero este negó ya que ninguno vio lo que ocurrió.
Neru, se levantó del lugar con pesadez, acción que fue seguida por Len. Cuando abrió la puerta, dos chicas cayeron al suelo, una castaña y una de pelo verde.
—¿Quiénes son ustedes y que hacen ahí?
La primera en responder fue la de cabello verde, levantándose y luego ayudando a la castaña que les recordaba demasiado a Meiko.
—¡Lo siento! Solo vine a ver como mi hermano era rechazado por primera vez en su vida.
—E-eh, yo tuve curiosidad y Gumi-san me invitó, de verdad lo siento... —hizo un gesto tan tiernamente afligido que todos solo pudieron asentir en que era adorable.
—¡No hay problema! Si quieren pueden acompañarnos —Miku las invitó con una sonrisa.
Neru apretó los puños ante esto, ahora si, saliendo del lugar.
—Len, tráeme un jugo de naranja —ordenó su hermana, y a diferencia de otras ocasiones, este asintió sin pensarlo dos veces.
—Muy astuta, Rin Kagamine —la felicitó Nero al ver su sonrisa de victoria.
—¿Crees que sobreviva?
—No lo sé, pero espero que con esto, mi hermana por fin pueda confiar en alguien más.
Aprovechando el espacio vacío que dejaron los dos, Rin tomó a Nero del brazo para obligarlo a acercarse un poco más.
─Deberías socializar más.
─Mira quien lo dice —se burló él al recordar con la timidez que se portó las primeras horas.
—Tu patético hermano quedó por allá —indicó Luka señalando al samurái, quien Tako Luka ahora usaba de sillón.
—Bueno, no voy a negar que se lo merece.
—¿E-está vivo? —se preguntó Mei algo asustada.
.
.
.
Realmente Len, no entendía porque tenía ese afán de seguir a Neru, algo le decía que ella se encontraba molesta o algo le afectó, no podía dejarla sola si eso pasaba. No ahondó más en el porqué se preocupaba tanto por alguien que conoció en menos de un día, ya que logró encontrarla frente a una de las máquinas expendedoras del pasillo que llevaba a la cafetería.
Por suerte, no habían más estudiantes pasando por ahí.
¿Tal vez estaba siendo un poco acosador? Seguramente ella solo querría un poco de espacio luego de que llegaran tantas personas, pero ya llegó hasta aquí.
—¿Qué crees que haces? ─ella lo miró de reojo con el ceño fruncido.
─N-nada, ehm, pensé que estarías enojada ─respondió él sin saber cómo proceder, al notar el leve enojo en su expresión.
─Estoy bien así que puedes irte ─aquel tono no iba con su expresión, parecía algo insegura incluso. Ah, realmente las tsunderes eran fáciles de comprender.
─No lo haré ─declaró con seguridad.
─Si que eres insistente ¿no? ─pero por más que intentó fingir molestia, él pudo darse cuenta de la pequeña sonrisa que se escapó de sus labios.
─Me lo han dicho ─rio torpemente.
─Aunque no estás aquí solo por esto, ¿acaso Rin no te pidió algo?
¿Acaso era adivina? Pero bueno, tenía razón y si llegaba a olvidarse de eso, su hermana solo se volvería insufrible. Decidió ir a la cafetería a comprar uno, pero agarró a Neru del brazo evitando que se fuera.
La rubia se mostró sorprendida, ¿acaso quería evitar que se escapara? En vez de molestarse, una extraña sensación en su pecho le indicó que tal vez se sentía feliz, pero claro, no lo diría abiertamente.
─¿Qué crees que haces imbécil? ─intentó en vano zafarse de su agarre.
─Sé que estás nerviosa de estar rodeada de gente, pero deberías darle una oportunidad. Quien sabe, hasta puede que llegues a hacer grandes amigos ─ y más sorpresas le traía el Kagamine, ¿de verdad ella era tan obvia? ¿O Len sabía leer mentes? No lo sabía, pero no tuvo más opción que aceptar.
─No creas que voy por lo que dijiste ─Len la soltó al ver que no pondría resistencia, con una sonrisa victoriosa; poco a poco lograría su objetivo.
Sin querer, ambos se distrajeron un poco al explorar los alrededores, sorprendiéndose bastante de todos los lujos que una escuela así poseía.
Al final regresaron, el ambiente se encontraba mucho mas animado que en un principio, donde todos hablaban como si fueran amigos de toda la vida: Gumi intentaba que Mei se integrara más, entablando conversación con Rin y Miku, mientras Luka tenía un ojo puesto en Gakupo para que este no se atreviera a acercarse más de lo permitido, siendo prácticamente exiliado al lado de los hombres con Nero y Kaito, para evitar su temprana muerte.
La campana escolar sonó, indicando que era hora de regresar y ya todos se estaban levantando para continuar con su día.
─Len, ¿trajiste mi jugo? ─preguntó Rin de repente.
Un sudor frío recorrió la espalda del mencionado, incluso Neru se lo recordó. Antes de poder dar una excusa, su hermana ya se encontraba a su lado y le dio un fuerte golpe que lo dejó en el suelo. Los chicos solo podían preguntarse como alguien tan pequeña parecía tener tanta fuerza, y apiadándose del pobre Kagamine, decidieron llevarlo cargado al salón.
Una vez llegaron, el profesor Kiyoteru, no tardó en ingresar. A diferencia de la mañana, ahora tenía un aura seria mientras ponía el maletín en la mesa.
─Espero que hayan tenido un día tranquilo, pero quiero que sepan, que esto no será cosa de todos los días ─todos comenzaron a sentir cierta presión─. Esta escuela no es una común y corriente, es de música, por lo tanto sus calificaciones se basaran también en que tanto demuestren su potencial como profesionales. Esto lo haremos mediante una presentación musical, y dependiendo de su puntaje, tendrán que tomar clases extra, los fines de semana con Meiko.
Ahora si la presión les cayó como un balde de agua fría. ¿Una presentación musical? La mayoría eran novatos y no se han presentado con públicos grandes. Además, el tema con la directora, es que esta tenía muchos rumores que no le favorecían, algunos pensaban que eran falsos, otros solo los confirmaron al verla el día de hoy.
─Las presentaciones tendrán lugar dos veces al mes, si es posible. Contamos con un estudio de música avanzado que les permitirá sacar su máximo potencial, también tenemos alianzas con diversos productores para que puedan obtener samples para sus canciones, ya sea algo original o algún cover ─muchos asintieron, un poco más aliviados de saber que contarían con ayuda─. El viernes de la próxima semana será la primera presentación. Dependerá de ustedes sacar el mayor provecho de las clases, no queremos que haya arrepentimientos así que no duden en recurrir en alguno de nosotros para recibir ayuda con esto. La escuela se encarga de los vestuarios y accesorios que necesite su escenario, así que deben entregar un listado de lo que quieran con tiempo para poder traerlo a tiempo.
Aunque pareciera que les facilitaran muchas cosas, realmente era complicado si ellos tenían que planear en primer lugar que hacer. Rin, tendría que aprender a no dejar las cosas para última hora si quería que todo saliera bien.
─Cada presentación irá acorde a un tema o una condición, en este caso, nos enfocaremos en los solos, así que lamento mucho para aquellos que ingresaron por medio de un dúo ─Rin y Len se miraron ante esto compartiendo el mismo sentimiento: nervios─. La letra puede ser cómo les plazca, pero recuerden que al estar en horario familiar, no permitiremos cosas subidas de tono o algo muy terrorífico.
Gakupo y Yuki se decepcionaron ante esto. Que esa tierna apariencia no los engañara, ella era una amante de las historias de terror.
─Ya han ido conociendo a algunos profesores, pero cada uno les enseñara algo distinto, que será fundamental si quieren seguir en el mundo de la música. Yo, en este caso, les daré temas educativos normales, para que puedan seguir sus estudios. Ya les entregaré sus horarios que indicaran su profesor y al salón al que deben ir ¿alguna duda?
Todos negaron automáticamente.
─Bie, hoy les daré la hora libre ─su expresión cambió a una más relajada y amable, ¿acaso tenía doble personalidad?─. Es su primer día, y creo que con lo que les acabo de decir, aprovecharán para pensar sus ideas. Pero, como dije, solo es por hoy, mañana no la tendrán tan fácil ─agregó con una sonrisa que intentaba ser amable, pero que el aura oscura de fondo no ayudaba a que se sintieran relajados.
Todos estuvieron en silencio hasta que el profesor cerró la puerta, una vez por su cuenta, todos comenzaron a hablar, algunos incluso moviendo sus asientos para hablar más cómodos con sus compañeros. Como Nero, quien de un momento a otro, giró su silla para quedar frente a ella, mientras que los hermanos de ambos se acercaban también.
─Creo que deberías hacer una canción de una princesa ─sugirió Nero como una broma, pero el bombillo de la inspiración se encendió para ella.
─Deberá ser una muy tirana, pobre pueblo ─negó Len con su cabeza.
─Una princesa que quería todo el mundo, y no aceptaba un "no" por respuesta ─agregó Neru.
A pesar de que inició como una broma, Rin se vio bendecida por la musa de la inspiración, que solo le daba más y más ideas sobre el tema de su canción, sobre cómo podía sonar el instrumental e incluso ya su vestimenta para el escenario.
─¡Eso es! ¡Ya tengo una idea! ─se levantó con determinación, todos la miraron interesados─. ¿Qué les parece esto? Hablaré de una orgullosa princesa, gobernando un reino inhumano, con grandes lujos, un sirviente de cara similar y... y ¿una aplanadora? ─de acuerdo, habría sido un milagro tener una idea coherente en tan poco tiempo.
Todos soltaron un suspiro ante esto.
─Eh, porque no mejor ¿un caballo blanco con algún nombre elegante? Como Alexander o Sebastián ─recomendó Nero, aunque fuera una pequeña idea, ella le encantó tanto que tuvo que contenerse para no abrazarlo.
Rin podía ser una persona algo perezosa, pero nada la apasionaba más que la música, y ahora era su momento de crear su primera canción ¡debía ser legendaria!
─Perfecto, ¡me encanta! ¿Ya pensaron algo? ─miró a Len al tenerlo al lado.
─Es una sorpresa, hermanita ─se cruzó de brazos con una sonrisa orgullosa.
─Vamos, dime ─alargó la última vocal haciendo una voz más chillona e infantil.
─Paciencia, lo sabrás el día de la presentación.
Claro que esto, solo sirvió para desencadenar otra pelea entre ellos.
Luego de un rato, los demás fueron llegando, y al dividirse la atención de cada uno, Rin tuvo la oportunidad de pensar mejor ideas para su canción. Tenía que aprovechar este momento de inspiración o sino se le haría más difícil.
─Un nombre elegante... ─masculló mordiendo su lápiz, imaginando un hermoso corcel de color blanco. La hoja que tenía en su mesa ya tenía varios garabatos, y junto al dibujo mal hecho de un caballo, habían varios signos de interrogación.
─¿Qué tal si le pones Josephine?─ sugirió Luka, agachándose mejor para ver que estaba haciendo.
─¡Es perfecto! Muchas gracias, Luka-san ─le dio un rápido abrazo, pero ahora su atención pasó a dos grandes cosas que tenía bajo sus narices.
Se separó lentamente con un aura deprimida, escribiendo ahora sin muchas energías, dejando confundida a Luka ante este cambió de actitud.
─Por cierto, Luka-san ¿qué canción harás?─ preguntó Miku, moviendo su puerro de un lado a otro, se encontraba donde estaba Nero anteriormente.
La chica de pelo rosa se quedó pensativa unos segundos, para luego abrir sus ojos con un brillo de emoción, dejando expectantes a las otras dos chicas.
─Sobre… ¡Atún! ─aquella respuesta, les sacó una risita nerviosa a ambas.
Debajo de esa apariencia de chica ruda, se encontraba un lado bastante infantil cuando de su comida favorita se trataba.
Len y Nero, se encontraba en una misma mesa, cerca de donde estaban las otras tres, mientras que Neru estaba enfrascada en lo que sea que estuviera haciendo en su celular sin prestar atención en su entorno.
─Ahora que lo pienso, todos aquí tienen un tipo de obsesión ¿no? ─mencionó Len apoyando su mejilla en su mano.
─Uhm, a ver: Hatsune-san el puerro, Rin la naranja, Luka-san el atún, Kaito-san el helado, tú la banana y.... ¿quién me falta? ─Nero se quedó pensativo hasta que Gakupo pasó a su lado, dispuesto a iniciar otra conversación en vano con Luka.
─¡Gakupo-san! ─Len, llamó su atención─. ¿Hay algo que ames con tu vida?
Ante aquella pregunta, el samurái se quedó algo pensativo.
─Una cita con Luka-san, aunque eso no pasará ─respondió deprimido─. Así que diré que la berenjena ─y efectivamente, sacó aquella verdura de una de sus mangas como para probar su punto.
─Ehm ¿y ya sabes de qué tratará tu canción? ─preguntó Nero, intentando quitarle el aire de deprimido.
─No tengo la letra, pero ya tengo la idea de un ritmo movido. El profesor rechazó mi idea de hablar de un harem ─nuevamente soltó un suspiro resignado. Ambos rubios palmearon su espalda intentando consolarlo.
De un momento a otro, Neru, se levanta rápidamente de su asiento, asustando a los presentes que también habían olvidado su presencia. Ella, sin decirles nada, se dirigió hasta donde estaba Rin, quien seguía enfocada en sus bocetos, a la vez que Miku y Luka estaba hablando sobre ideas para sus canciones.
─Rin ─la mencionada alzó la mirada algo curiosa.
─¿Qué pasa?
─¿Quieres ir de compras conmigo esta tarde?
Rin parpadeó varias veces ante esta pregunta, nunca pensó que ella pudiera invitarla tan directamente.
─¡Claro que sí! ─respondió con una sonrisa luego de unos segundos─. Será divertido, ¿qué planeas comprar?
Mientras hablaban de su salida, Nero, quien no había perdido de un segundo de esta interacción, volvió su atención a Len.
─Hey, Len-kun ¿quieres jugar videojuegos en mi casa?
─Claro, será divertido ─asintió con una leve sonrisa─. Rin, nunca suelta la consola cuando estamos en casa ─soltó un suspiro resignado.
─En verdad pareces su sirviente─ se burló Nero, aunque a la vez sintiendo algo de lástima por el Kagamine.
─Suena divertido ¿puedo ir?─ Preguntó Gakupo amablemente, quien había regresado luego luego de ser rechazado nuevamente por la Megurine.
─Yo también quiero─ dijo Kaito entrando de la nada con solo….¡¿Su bufanda?!
─¡Kaito! ─exclamó Miku avergonzada.
Luka le tapó los ojos a Rin para no generarle traumas, Neru tomaba una foto para tal vez algún día chantajearlo y el grupo de chicos negaban con la cabeza. Otras chicas en el salón soltaron un grito al ver esto, otras aprovecharon la vista y Yuki ahora tenía un nuevo trauma del cual no se recuperaría pronto.
Chapter 4: Sucesos Inesperados
Summary:
Una salida entre amigos es igual a una tarde llena de caos
Notes:
Referencias:
-Títulos de videojuegos que salieron o conocí durante la época.
-Se asocia a Luka con el tema de los ninja gracias a la canción Japanese ninja N°1, creo que de ahí que muchos la asociaran a esta temática, pero puedo estar equivocada ya que las fuentes de hace 10 años no eran las más confiables del mundo.
-La interacción con Lily está basada en el vídeo llamado "If Lily is like this..."Advertencias:
-Gakupo es un acosador en exceso.
-Muchas situaciones cliché para reforzar vínculos
Chapter Text
Durante la última hora, conocieron a su profesora de idiomas: Clara, quien se pasó a presentarse y de pasó enviar a Kaito a dirección por incumplir con el reglamento escolar. Los demás aprovecharon hasta el último momento para planear mejor su canción, e incluso algunos comenzaron a cantar para encontrar la melodía perfecta para ellos.
Neru se quedó al lado de Rin, ayudándola con su nueva canción.
La campana sonó, indicando que el primer día terminó de forma exitosa, sin embargo, al salir de la escuela, Rin se dio cuenta de que la temperatura bajó mucho más de lo esperado. Claro, el invierno todavía no acababa y las blancas calles eran evidencia de ello. Odiaba el frío, de verdad, y peor aún, su ropa actual no la ayudaba demasiado con el clima ya que la tela era delgada, por suerte Len le recomendó accesorios para sus piernas y brazos o estaría peor.
—¡Maldición! Obligué traer mi abrigo —masculló abrazándose a sí misma para darse un poco de calor. Claro, en la mañana el clima no fue tan grave, además de que estuvieron corriendo, así que ni lo notó. Ni siquiera en el almuerzo le importó el clima, ¿por qué ahora tenían que bajar las temperaturas?
Len, solo la observaba mientras negaba con la cabeza algo decepcionado, podían simplemente irse de una vez antes de que empeorara el clima o al menos ella sacar el suéter de su anterior uniforme, pero no, tenía que complicar las cosas.
—¿Qué pasó? —preguntó Neru, algo confundida, ella si estaba correctamente abrigada e incluso tenía una bufanda.
—Nada grave, solo Rin lamentándose de haber perdido su abrigo —Len, se encogió de hombros, si no le prestaba atención a los berrinches de su hermana, más rápido se irían de ahí.
—¡¿Cómo que no es grave?! ¡Sabes lo mucho que odio el frío!
—Esa no es una razón para gritarme —regañó él tapándose los oídos.
—Ya me imagino lo siguiente: sin ningún cobijo que me resguardé del cruel invierno, moriré totalmente sola y desamparada —recitó con gestos dramáticos—. ¿Por qué tuve que hacer este tipo de ropa? —maldijo por lo bajo.
El único motivo por el cual podría gustarle un poco el invierno era por las peleas con bolas de nieve, pero ahora, ni siquiera había suficiente como para hacer algo así. Además, el invierno siempre le traía malos recuerdos.
Nero, miró con algo de pena a la rubia, luego de pensarlo unos momentos, terminó por quitarse su abrigo negro y se acercó a ella para ponerlo delicadamente en sus hombros. Rin, se volteó a verlo sorprendida.
—Te lo presto por hoy, me lo devuelves después —dijo con una sonrisa, para acariciar su cabeza.
—Pero, ahora tú tendrás frío —replicó ella preocupada, pero antes de poder quitárselo, Nero la detuvo, posando sus manos sobre sus hombros.
—No importa, me encanta el frío y nuestra casa queda cerca. Además, yo estoy mejor vestido para estos climas que tú —argumentó él, ante lo cual ella no pudo decir nada más, aunque aun tenía esa expresión de preocupación en su rostro.
—Rin, recuerda lo de esta tarde —dijo Neru, pasando a su lado para iniciar su recorrido a casa.
Antes de que la mencionada pudiera responder, una persona la atrapa por la espalda, no tuvo que adivinar de quien se trataba.
—Miku-nee, ¿qué haces? —preguntó, sintiendo como su amiga apoyaba su mentón en su cabeza.
—Venía a invitarte a comer algo hoy, para ponernos al día —dijo con un tono animado, separándose de ella para luego ver al hermano de ella—. Len-kun también está invitado —y tomó de un brazo al mencionado, atrapando así a ambos Kagamine.
Un frío recorrió la espalda de Rin, y no era por el clima.
—Ni lo creas, Hatsune, ella ya tiene planes conmigo —la rubia de forma posesiva, tomó el brazo libre de Rin para probar su punto.
—Oh, ¿puedo ir también? —la miró con ojos de cachorro.
Neru, formó una mueca intentando no caer ante los encantos de Miku Hatsune, pero cuando Rin se unió a ella con la misma expresión, sabía que tenía la batalla perdida. Miró a su hermano para solicitarle apoyo, pero este se encogió de hombros sin darle importancia.
Chasqueó la lengua, no podía ganar esta ronda sola.
—De acuerdo, mientras no seas una molestia —aceptó cruzándose de brazos.
Miku, abrazó a Rin ante esta victoria. Neru se despidió de ellas, ya por fin, dirigiéndose a casa.
—Nos vemos esta tarde, Len-kun —Nero igualmente se despidió.
Sin embargo, antes de que el Kagamine también fuera en dirección a su casa, se percató de que una bicicleta se encontraba peligrosamente de la acera y se dirigía rápidamente hacia los Akita.
—¡Neru! ¡Cuidado! —exclamó, alertando a todos.
Neru, no tuvo ni tiempo de saber que sucedía, pero por suerte, un chico de cabello rojo pasó al lado de ella y la jaló hacia él, evitando un desastroso accidente.
—Ten más cuidado la próxima vez —comentó su "salvador" con un tono arrogante, haciendo que se enojara un poco. Se quedó sin palabras al verlo más de cerca, le recordaba demasiado a Kaito.
—Hmph, no creas que te agradeceré —se soltó de su agarre, mirándolo con odio.
—Oh, espero poder dormir tranquilo —bromeó el extraño, alejándose de ahí.
—¿Estás bien? —Len se acercó a ellos corriendo, Rin se encontraba detrás de él.
—Sí, no pasó nada —contestó Neru.
Todos suspiraron aliviados al ver que nada grave pasó.
—Me alegra ver que estés bien, yo ya me tengo que ir. ¡Adiós, chicos!
Se despidió Miku, al ver que Kaito la esperaba en la entrada. Los cuatro rubios se despidieron de ellas.
—Estaré bien, no te preocupes —le aseguró Nero, al ver que la pequeña Kagamine seguía mirándolo con preocupación.
Rin, asintió sin muchos ánimos, debía compensárselo de una forma... Tendría que hacerle su traje lo más pronto posible.
—De acuerdo, ahora si nos vamos —se despidió Neru.
—Bueno, ya es hora de que nos vayamos también —indicó Len, mirando a su hermana, esta asintió y ambos comenzaron a caminar.
En el trayecto, Rin tomó el cuello de su chaqueta y lo subió hasta su nariz, al sentir como esta se congelaba también; una costumbre que tenía desde pequeña. Pero, esta no era ninguna de sus prendas y el olor masculino de Nero, le hizo pensar que esto no la hacía lucir muy bien que digamos.
—¿Qué te pasa? —preguntó su gemelo, al ver como se bajaba rápidamente el cuello del atuendo.
—N-no es nada, seguramente me resfriaré si seguimos aquí —negó con ambas manos, acelerando el paso.
Len, la observó con sospecha, la conocía toda su vida y algo no cuadraba aquí.
—Me sorprende que un chico sea tan amable contigo —comenzó a decir al alcanzarla—. ¿Acaso se habrá interesado en ti? —empleó un tono serio para ver su reacción, pero en vez de recibir algo que le sirviera de chantaje, su hermana reaccionó golpeándolo.
—¡No digas esas cosas! —exclamó cruzándose de brazos—. Se ve que es la clase de sujeto que es amable con todas, no caeré ante eso. Ni que fuera una fracasada.
Además, solo lo conocía de hoy, solo lo consideraba lindo físicamente y nada más.
—Como digas —la miró sin cara de creerle alguna de sus palabras, pero dejó el tema hasta ahí.
Rin formó una sonrisa maliciosa, ya tenía su pequeña venganza preparada.
—Hablando de eso, Len... a ti te gusta Miku-nee ¿no es cierto? —comentó con ese tono burlón.
Su hermano se paró en seco, su cara se volvió roja de repente y comenzó a balbucear un montón de excusas sin sentido.
—Lo tomaré como un sí —feliz con su victoria, siguió dando pequeños saltitos.
Len sintió un deja vu ante esto.
—Oh, por todos los dioses que sigues, Rin —Len la alcanzó tomándola del brazo—. No le vayas a decir nada, por favor —incluso llegó a arrodillarse, aprovechando que no habían personas cerca en ese momento.
—Tranquilo, no le diré nada —pero esa sonrisa le traía cualquier sensación, menos tranquilidad.
—¿Qué quieres a cambio? —se levantó con una mirada decidida, sabía que esto no le saldría gratis.
—¿Cómo se te ocurre desconfiar así de mi, hermanito? —fingió tristeza.
—¿Acaso crees que no te conozco?
Al ver que su teatro no sirvió de nada, chasqueó la lengua con molestia.
—A ver —puso su índice debajo del mentón—. No podrás reclamarte nada de lo que te pida esta semana, serás mi sirviente como siempre, pero con menos quejas. Además, tendrás que ayudarme con mi canción.
—¿Y me prometes que no le dirás nada?
—¡Claro! Incluso te ayudaré si quieres —confirmó ella alzando su pulgar.
Len, soltó un leve bufido sin poder contener una sonrisa y se acercó a acariciarle su cabeza de forma fraternal.
Pero claro, momentos de calma no duran mucho en la vid de los Kagamine.
—¡El que llegue de último hace la cena! —exclamó él, para luego despeinarla y salir corriendo.
—¡Estúpido sirviente, eso es trampa! —reclamó mientras comenzaba a correr.
Por otro lado, Neru miraba con reproche a su hermano, quien se encontraba titiritando del frío.
─Eres un idiota ¿sabes?─ replicó.
─Ya lo sé, pero tampoco podía dejarla morir de frío─ contestó él mientras se abrazaba a sí mismo intentando darse algo de calor.
─Sé que te gusta el frío, pero estamos a más de bajo cero. De verdad eres un idiota─ masculló por lo bajo con cierto enojo hacia él.
─Lo siento, onee-chan─ se disculpó con algo de pereza
Ella bufo enojada y fijó su vista en su celular más bien.
Aún así, Nero no pudo evitar sonreír al pensar que Rin, estaba en mejores condiciones que él.
─Nero, sé que eres muy amable pero no hagas que ella tenga ideas equivocadas —Nero rodó los ojos, al ver que el sermón seguía—. Y tú tampoco seas tan amable solo porque sea linda.
Nero, asintió sin prestarle mucha atención e igualmente el frío solo lograba que castañeara los dientes evitando que pudiera formar frases.
─No quiero verte sufrir otra vez─ dijo en un susurro, que no llegó a oídos del contrario
.
.
.
Media hora después, los Kagamine se encontraban arreglándose para ir a sus respectivos planes. No podían negar que estaban algo emocionados, después de mudarse, no habían tenido la oportunidad de tener muchos amigos de su edad.
─¿Dónde te vas a reunir con Neru y Miku?─ preguntó Len mientras se arreglaba un poco el chaleco.
─En el centro comercial, Neru quería visitar algunas tiendas─ respondió. ─¿Dónde estarás tú?─pregunto la rubia, mientras peinaba su cabello mirándose al espejo.
─Vamos a estar en la casa de Nero, vamos a jugar videojuegos con Gakupo y Kaito─ contestó con simpleza. La rubia se arrepintió unos momentos por no poder pasar tiempo jugando videojuegos con ellos. Aunque, su situación tampoco era tan desfavorable.
─En la salida sacaré información de Miku-nee y con eso, podrás conquistarla ─dijo mientras se tomaba de ambas manos de una forma soñadora. Ya se imaginaba una gran boda donde ella sería la madrina─, ¿Ya estás listo?
Esto, sacó a Len, de sus ensoñaciones, así que simplemente asintió y ambos salieron del apartamento.
Len, acompañó a Rin, hasta la estación y luego vio el papel donde estaba anotada la dirección de Nero y se dirigió hacia allí.
Rin en cambio, por la emoción, comenzó a imaginar un divertido escenario y rio inconscientemente, cuando llegó a su parada fue hacia una fuente cercana, donde pudo visualizar a Neru, quien (para sorpresa de nadie) estaba viendo su celular, sin darse cuenta de la presencia de la rubia.
─¿Acaso nunca te cansas?─ le murmuró Rin llegando por atrás sintiendo como la chica se ponía algo tensa y luego se volteaba a verla de una manera algo amenazante.
─¡No me asustes de esa manera!─ gritó guardando rápidamente el aparato.
─¡Rin-chan! ¡Neru-chan!─ exclamó Miku desde lejos para llamar su atención mientras corría hacia ellas.
─Hola Miku-nee─ la saludó con una pequeña sonrisa, mientras que Neru intentaba ocultar su latente odio hacia ella.
─Hola Hatsune─ respondió al saludo con cierto desinterés.
─¿Qué vamos a hacer?─ preguntó curiosa.
─Pues pensaba comprar algo de ropa─ sugirió Rin.
─Y yo quiero cambiar la pantalla de este celular─ mostró su celular abriendo la tapa, la cual estaba rota.
─¡Vamos!─ y sin esperar la respuesta de alguna de ellas, tomó a cada una por la muñeca y las comenzó a arrastrar por casi todo el camino.
Muchas personas (especialmente hombres) se quedaron viéndolas algo impresionados, pues era raro ver a 3 chicas tan hermosas como ellas. Miku llevaba un vestido blanco con un listón azul en el cuello y un abrigo negro que hacia contraste con sus típicas coletas, su flequillo estaba algo recogido con un clip de una flor azul y sus botas eran cafés. Neru usaba una blusa de mangas largas de color blanca, junto a una falda Roja oscura y unas medias que llegaban hasta sus muslos de rayas negras y rojas, junto unas zapatillas del mismo color que la camisa. Y por último Rin llevaba una blusa blanca con bordes negros con un short negro y unas medias negras con rayas blancas y unas botas cortas color negro.
La energía de Miku era algo difícil de seguirle la corriente, y cuando pensaban que podrían tener descanso, ella volvía a arrastrarlas a otro sitio.
─¡Oh! ¡Vamos por aquí!
Ambas rubias soltaron un quejido, siguiéndola con las pocas energías que les quedaba.
Len ya se encontraba al frente de la casa de Nero y cuando se disponía a tocar el timbre, escuchó un grito y volteó a ver. No supo como describir era escena, pero fue una de las más raras que jamás había visto en su vida: Kaito huyendo con un pote de helado sosteniéndolo fuertemente como si no lo fuera a soltar nunca y Gakupo persiguiéndolo con una katana de madera. De un momento a otro, Kaito ya se encontraba ocultándose detrás de Len.
─Kaito-dono, será mejor que me dé ese helado─ amenazó señalándolo con su espada.
─Gakupo, tú jamás podrás saber como saborear este sagrado helado─ dijo con un tono exageradamente serio.
─¡Sólo es helado!─ exclamaron los dos algo sorprendidos por el amor que Kaito le profesaba al helado.
Nero salió al escuchar un fuerte ruido frente a su casa, y gran fue su sorpresa al encontrarse con esa escena. Los tres chicos se dieron cuenta de la llegada de Nero y se quedaron estáticos sin saber por donde iniciar a explicarle, el pobre sin saber que hacer atinó a decir:
─¿Van a entrar?
Y ya los tres se estaban peleando por intentar entrar a la casa de Nero.
─Tu casa es genial, Nero─ halagó Len mirando de reojo la casa.
─Gracias, aunque mi otra casa era mucho más grande─ comentó inocente. Los tres chicos solo se lamentaron de saber que eran los amigos pobres de este.
─Entonces, ¿por qué discutían?─ decidió preguntar para acabar con el silencio.
─Todo comenzó cuando Kaito-dono y yo, decidimos venir juntos ya que nuestras casas quedan cerca. Pero en el camino vimos un helado de berenjena y lo compramos entre los dos─ comenzó a relatar con dramatismo Gakupo.
─Pero sabía que si lo dejaba en sus manos, Gakupo no sabría aprovecharlo, entonces lo tomé y empecé a correr hasta llegar aquí─ terminó de decir Kaito; ambos ahora parecían competir por saber quien ponía más tensión al relato.
Dicho esto, Gakupo se levantó del sofá y sacó su espada poniéndola en el cuello del contrario.
─Por eso, entrégame el helado….¡o tú vida!─ y como cualquier persona normal haría. Kaito comenzó a correr.
Nero, le rezó a lo que fuera que lo estuviera escuchando en este momento para que no rompieran nada, o sino él tendría que correr por su vida cuando su hermana llegara a casa.
.
.
.
Cuando por fin Miku liberó a las dos rubias, Rin entró a una tienda de videojuegos mirando el material que ahí había. Esto se podía considerar el paraíso para ella, habían tantos animes, películas y (válgase la redundancia) videojuegos.
─¡Danganronpa!─ exclamó con felicidad al ver el juego, rápidamente lo tomó y lo llevó a la caja con una sonrisa de oreja a oreja mientras Miku y Neru probaban un juego de baile
─¿Solo te llevarás este juego? ─ mencionó una voz muy conocida para Rin.
─¡Luka-san! Nunca pensé que trabajas aquí─ dijo sorprendida Rin y Luka sólo formó una leve sonrisa.
─Necesito dinero ¿no?
─Pensé que jamás lo conseguiría─ lloró de felicidad interiormente al sostener su nuevo tesoro. Ya sabía con que desvelarse ese fin de semana.
─Aquí podemos conseguir todos los animes, mangas y videojuegos que quieras —le pasó la tarjeta del local y le guiñó el ojo—. Incluso puedes pedir algún encargo si es muy difícil de conseguir.
─Desde ahora, esta será mi tienda favorita ─ sentenció con una sonrisa la chica.
─Luka-san, no pensé verte aquí─ dijo Miku llegando a ellas, ya que le pareció escuchar a alguien conocido.
─Buenas tardes, Luka-san─ saludó Neru.
─Entonces… ¿me harás un descuento?─ preguntó Rin esperanzada y la peli rosa sólo formó una sonrisa de vendedora.
─Claro que no, no quiero que me despidan─ Rin con mucho dolor sacó el dinero y le pagó.
─¿Qué hacen aquí?─ preguntó Luka mientras le daba el recibo a Rin.
─Vinimos a hacer algunas compras─ respondió Neru.
─Y también a divertirnos─ completó Rin.
─¿Quieres venir con nosotras?─ finalizó Miku con esa pregunta.
—Me encantaría, pero todavía no termina mi turno ─respondió con un tono de cansancio, poniendo una mano en su mejilla.
─¿A qué hora termina?─ indagó la Kagamine.
─Creo que en media hora.
─Entonces... daremos otra vuelta y después vendremos aquí, para así tener nuestra tarde de chicas─ sentenció Rin y las otras dos asintieron.
─De acuerdo, las veo después─ se despidió la peli rosa al ver como el trío de chicas se alejaba. Cuanto odiaba su trabajo en esos momentos….
.
.
.
Los chicos se encontraban en total paz, probando algunos videojuegos, como si hubieran olvidado los acontecimientos recientes con el helado. Todo esto fue gracias a Len y Nero, quienes aprovecharon la persecución, se comieron el helado pensando que así la guerra terminaría más rápido. Grave error. Al final ellos fueron los perseguidos, pero pudieron hacer una tregua cuando se vieron acorralados y en medio de la desesperación, decidieron comprarle a cada uno un pote de helado.
─¿Acaso no tienes Assanssi's Creed?─ preguntó Len mientras miraba uno de los 200 juegos que Nero tenía. Incluso su colección era más grande que la de Rin.
─No, se me ha olvidado comprarlo.
─¿Y por qué no vamos a una tienda para conseguirlo? ─ sugirió Gakupo, con una sonrisa que hizo sospechar a los demás.
─Y vamos a comprar más helado─ dijo Kaito.
─Ya que alguien ya se comió todo el que tenía en la nevera...─ Nero miró acusatoriamente al peli azul. ─Además quiero comprar algunos juegos de pelea, para que podamos tener más donde escoger ─ añadió.
─Entonces vamos─ dijo Len y todos se prepararon para ir al centro comercial.
Fue sospechoso como Gakupo dio todas las indicaciones, enfatizando en cierta tienda que tenía de todo. Los chicos realmente no dijeron nada, pero cuando llegaron a dicho local, vieron a la chica del pulpo rosa que ha logrado sacar más de un suspiro el día de hoy. Oh, eso explicaba muchas cosas.
Luka gruñó por lo bajo al ver quién entró al local. Ya con solo ver su cara, su humor se arruinó completamente.
─Buenas tardes, no pensé verte aquí, Luka-san─ comentó con sorpresa Nero.
¿Deberían preocuparse de que su compañero ya sabía donde ella trabajaba con solo conocerla hoy? Bueno, hay ciertas cosas que es mejor no desenterrar.
─Necesito dinero─ respondió toscamente al sentir la mirada de Gakupo sobre ella.
─Que coincidencia encontrar a tan hermosa dama aquí─ mintió Gakupo tomándole la mano y Luka disimuladamente se la hizo golpear en el estante haciendo que la soltara.
─Uh, ¿tienes Assassin's creed IV?─ preguntó Nero mientras los otros chicos veían por ahí.
─Claro que sí ─ sacó el juego de debajo de la vitrina. ─Tienes suerte era el último que había —añadió con una sonrisa más afable.
─Es un placer ser atendido por un ángel como tú─ habló Gakupo, con una sonrisa de galán de cuarta.
─Te digo que en mi otra vida fui acusada de bruja─ dijo cortante. Era sorprendente como sus expresiones cambiaban radicalmente cuando se trataba de él; y no era de buena forma.
─Luka, ya puedes irte ─en buen momento, el jefe de ella anunció.
Se dirigió a la parte de atrás para quitarse su delantal y recoger sus cosas. Cuando salió de su puesto de trabajo, cierto personaje la seguía esperando.
─Entonces que te parece una…
─Lo siento pero tengo planes─ lo interrumpió fríamente.
─¿Acaso hay otra persona que osa conquistar tu corazón? ─ preguntó celosamente, y Luka suspiro pesadamente, deseando que llegaran las chicas en ese momento.
─No te importa─ de nuevo usó ese tono tan frío como el hielo.
─Parece que ellos dos se llevan muy bien─ mencionó Nero con una sonrisa nerviosa.
─¿Lo crees? A mí me parece que Gakupo es un masoquista─ dijo Len extrañado.
─Como dicen del odio al amor hay un helado de por medio ─ comentó Kaito entrando de la nada.
─Ehm, no creo que sean los helados —murmuró Nero, con una gota en la sien.
─¡Luka-san!─ llamó Rin a la peli rosa mientras entraba al local junto a sus amigas.
─Hola chicas─ saludó ignorando a Gakupo.
─¿Chicos? —Miku parpadeó varias veces para asegurarse de ver bien—. ¿Qué hacen aquí?
─Necesitábamos comprar un videojuego─ respondió Len.
─¿Ves, Gakupo? No tenías de qué preocuparte─ dijo Kaito mientras el samurái tenía un aura negra alrededor.
─Luka, me odia─ balbuceó él en un rincón.
─Entonces… ¿Qué tienen planeado?─ preguntó la amante del atún.
─Ya hicimos todas nuestras compras─ dijo Neru, mostrando su nuevo celular el cuál estaba reluciente.
─¡Así que vamos a divertirnos!─ exclamó Rin mientras salía y todos la siguieron.
─Esperen─ los detuvo Neru al ver que los hombres las seguían de cerca ─Es una tarde de chicas así que no pueden venir.
Estos se encontraron decepcionados.
─Pensábamos que debíamos pasar más tiempo juntos─ dijo Len, con falsa tristeza
─Conocernos mejor ─continuó Nero.
─Disfrutar todos juntos como amigos─ dijo Kaito con falsas lágrimas, mientras una falsa aura negra se hacía alrededor de los chicos.
─Vámonos, ya sabemos que no nos quieren aquí ─concluyó Gakupo con lágrimas falsas.
Los chicos le dieron la espalda, caminando con una lentitud extrema; era obvio que esperaban que alguien los detuviera.
─Ay, chicas, creo que deberíamos dejarlos venir con nosotras─ sugirió Miku, mirando con pena a los que hicieron ese patético teatro.
─Aceptaría si no estuviera el estúpido samurái─ respondió Luka mirando con odio al mencionado.
─Algún día deberán trabajar juntos ¿no crees?─ dijo Rin, ante lo cual ella solo se cruzó de brazos y miró hacia el otro lado; odiaba admitir que era cierto.
─De acuerdo, pero que no sean una molestia─ refutó Neru con el ceño fruncido.
─¡Chicos! Pueden venir con nosotras─ dijo Miku con una gran sonrisa y los chicos mostraron una gran sonrisa y se acercaron a ellas, aunque Gakupo aprovechó y se lanzó hacia Luka, quien de un rápido movimiento, sacó el puerro de Miku y se lo metió en la nariz.
El pobre samurái se quedó en el piso chillando como nena por el dolor de su nariz.
─Entonces, ya vamos─ dijo Luka como si no hubiera pasado nada y retirándose del lugar.
Todos la siguieron dejando a Gakupo, olvidado como la simple berenjena que era.
Al final decidieron ir a un arcade para poder pasar el rato. Lo que comenzó como una ambiente tranquilo, rápidamente se volvió una guerra entre chicos y chicas, siendo liderados por Nero y Rin, respectivamente, al ser los más fanáticos de estos mismos. Pero claro, los hombres fueron aplastados en derrota, gracias a la caprichosa rubia.
En medio de esta "competencia", Luka se desvió un poco al encontrar algo que le llamó la atención, sin embargo, era una máquina de realidad virtual que no entendía muy bien como usarla. Gakupo, aprovechando esto, decidió ir al rescate e intentar ganar algunos puntos extra.
─¿Necesitas ayuda preciosa?─ preguntó él en una pose de galán de primera, Luka sólo se cruzó de brazos con una pose de superioridad.
─No la necesito─ respondió volviendo su atención al aparato.
─¿Por qué me odias tanto?
─¿En serio preguntas? ─arqueó una ceja, indignada─. Odio a los mujeriegos que no aceptan un "no" por respuesta ─ respondió directamente, Gakupo suspiró pesadamente.
─Sólo tenías que presionar este botón─ le señaló el botón, el cual al tocarlo, encendió la pantalla donde se mostraba el menú principal.
─Con razón no funcionaba ─murmuró algo impresionada ya que no estaba acostumbrada a ese tipo de juegos, a duras penas conocía las consolas más reconocidas.
Sin previo aviso, Gakupo la abrazo por detrás o eso pensó ella.
─Toma esto firmemente y cuando estés lista presionas el gatillo.
Solo se acercó de esa forma, para poder alcanzar las dos armas que serían utilizadas en el juego. Le entregó la pistola y se alejó apropiadamente de ella, antes de recibir. Ella solo pudo asentir algo nerviosa, no sabía como actuar con él cuando se comportaba como alguien decente.
─¿Jugamos juntos? ─sugirió el samurái, alzando el arma.
─No le hace daño a nadie─ respondió ella, era verdad, no podía evitarlo toda su vida y ahora no parecía tener oscuras intenciones.
Gakupo, sonrió mientras seleccionaba la modalidad de juego, por lo menos poco a poco lograba acercarse a ella.
El juego fue relativamente fácil para ambos, tanto así, que incluso tuvieron un público que miraban impresionados sus grandes reflejos y halagaban sus habilidades. Al finalizar, sacaron el puntaje más alto y su pequeño público aplaudió ante esto. Ambos se miraron algo extrañados ante esto, no pensaron haber hecho gran cosa.
─Que buenos reflejos tienes ─halagó a Luka, mientras dejaban las cosas en su sitio.
─Tú también ─reconoció ella.
─Me criaron como un samurái, esto es un juego de niños ─admitió con orgullo.
─Pues en mi familia me enseñaron las técnicas de una ninja, no te creas tan superior ─con un giró de cabeza, llevó su pelo hacia atrás dándole un aire más presumido, pero que solo dejó a Gakupo con la boca abierta, mientras ella iba con los demás.
─Luka Megurine, definitivamente haré que te enamores de mí ─ susurró él con una sonrisa difícil de describir.
.
.
.
─¿Ahora dónde vamos? ─ pregunto Rin, mientras contaba el dinero en sus manos.
Las competencias subieron bastante de nivel y muchos llegaron a apostar dinero para aumentar la intensidad de las cosas, pero los chicos fueron los mayores perdedores, especialmente Nero, quien fue el que compitió varias veces contra ella, ahora quedándose sin dignidad y ni un centavo.
─Te dije que no la retaras─ regañó Len, lamentándose por su pobre amigo quien había subestimado a su obsesionada hermana.
─Increíble, Rin venció a Nero ─dijo Neru, ya que su hermano era el mayor aficionado a los videojuegos que había conocido en toda su vida.
─¡Rin! Exijo una revancha ─exigió Nero, ahora perdiendo toda la caballerosidad que mostró en un inicio.
─Te recomiendo que no lo hagas, perderás más dinero ─comentó Kaito negando con la cabeza y poniendo una mano sobre el hombro del rubio.
─¿Por qué no? Estaba distraído, solo por eso me venció─ replicó él.
Neru suspiró, su hermano amable desparecía con los videojuegos.
─¿Acaso no sabes la leyenda? ─cuestionó el Shion, llamando la atención de todos. ─Se dice que hay una persona que saca las puntuaciones perfectas en los juegos online, cualquier contrincante es vencido, no importa que tantos años lleve jugando. Pensé que eran rumores, hasta que una vez me enfrenté contra esa persona en un juego de contienda, y mi ejército fue destruido en menos de un segundo─ narró lastimosamente, Rin parecía indiferente a todo eso y todos la miraron esperando una respuesta.
─¿Qué? Estaba aburrida, y Len estaba de viaje por una semana, solo dominé como 3 juegos en general ─ a todos le bajo una gota por la sien.
─Si recuerdo bien, su apodo era "Reina del País Amarillo" ─mencionó Kaito.
─Yo creo que el ejército más débil para mí fue el del "país azul" ─comentó como si nada, poniendo un dedo en la llaga de la dignidad de Kaito, quien se dispuso a comer su helado para ahogar sus penas.
─No puedo creerlo una mujer me gano─ balbuceaba Nero, aún sin poder creerlo. Solo decía estas cosas porque su espíritu competitivo estaba más activo que nunca.
Ella solo lo miró con aires de superioridad. Nadie podía subestimar a Rin Kagamine, por más tierna y dulce que luciera.
─Rin, buen trabajo, venciste a Nero y pensé que eso era imposible; por fin alguien lo bajó de su nube ─felicitó la Akita mayor y Rin solo levantó el pulgar en señal de victoria.
Ahora, todos estaban pensando nuevamente qué hacer. Fueron echados del arcade, ya que la cantidad de cupones era impresionante y no querían quedarse sin más recompensas que dar; además de que algunas máquinas fueron cruelmente lastimadas debido a la intensidad de los enfrentamientos.
─¿Por qué no vamos a la rueda de la fortuna?─ sugirió Miku, y como nadie tuvo una mejor idea, aceptaron.
El lugar estaba lleno, aunque no fuera comparable a un parque de diversiones, habían diversos juegos aptos para los más pequeños, así que muchas familias parecían haber coincidido en sus días libres para ir a ese lugar. Aún así, se encontraba algo alejada dicha atracción, ya que era la más grande.
─Que raro suele estar así en fiestas o fines de semana─ comentó Gakupo.
─¡Vamos sirvientes! ─lideró Rin y todos no tuvieron otra opción más que seguirla.
Pero luego de 10 minutos, la rubia se sentó en una banca parando el paso y soltó un suspiro.
─Estoy cansada.
Algunos querían recriminarle, pero Luka, al ver su expresión, simplemente decidió cumplir sus caprichos.
─Es verdad descansemos ─dijo ella sentándose a su lado, conteniéndose fuertemente para no abrazarla.
─¡Si! Hay wi-fi─ exclamó Neru, ganándose la atención de todos─. ¡Cállense! No les importa─ y con vergüenza tapo su cara con el celular.
─¿Dónde está Gakupo-san?─ preguntó Miku al no verlo en ningún lado.
Luka lo buscó con la mirada hasta que lo vio hablando con una desconocida. La chica tocaba de forma coqueta su brazo, mientras se reía de algo que este le decía.
─Parece que estará ocupado esta noche ─susurró ella con molestia.
─Gakupo es un desgraciado ─maldijo Rin al ver la escena.
─Tampoco es para tanto─ habló Neru, con indiferencia.
─¿Qué paso con los chicos?─ preguntó Miku notando como habían desaparecido de la nada.
─Los mandé a que nos compraran unos refrescos ─respondió Rin.
Luka, seguía inmersa en aquella interacción entre el samurái y la desconocida. Vio el momento exacto donde este se agachó para quedar a escasos centímetros del rostro de la chica, provocando un gran sonroja en esta. Ugh, por esto odiaba a esa clase de hombres.
─Por eso nunca se confíen de un mujeriego, las hará sentir especiales pero no solamente a ustedes─ aconsejó sabiamente.
─Si, Luka-senpai ─contestaron todas al unísono.
La peli rosa se levantó de su lugar y decidió caminar un poco, no entendía su enojo, ya sabía que iba a hacer algo así, pero recordar como se estaban divirtiendo hace un rato, provocaba una incomodidad en su pecho. Claro, solo estaba actuando así para conquistarla, solo era otra persona interesada en su físico y nada más.
No se dio cuenta de que las demás, decidieron seguirla al no saber qué más hacer, además, de estar algo preocupadas por ella.
─Sabía que no debía confiarme solo es otro idiota que se acercó a mí por mi belleza ─masculló enojada por lo bajo.
─¿Por qué de tan de mal humor? Preciosa ─dijo una voz desconocida.
Luka había caminado tanto, que no se había dado cuenta de que se había alejado del punto en el que estaba anteriormente, lanzó algunas maldiciones y miró con furia al tipo. Estaba alejada de la zona donde pasaban las demás personas, así que era normal que en estos escenarios, se encontrara con los típicos delincuentes que solo parecían existir para molestar a quien vieran por la zona.
─Te recomiendo que no me molestes, no estoy de humor ─ advirtió con una mirada desafiante.
─Oh ¿en serio? Yo podría ayudarte a mejorar ese ánimo ─ decidido se acercó a ella, pero Luka, lo alejó de un empujón.
─Vaya si eres agresiva ─murmuró adolorido sobándose su pecho.
─Aléjate de ella pervertido ─gritó una enojada Rin, quien acababa de llegar junto a una enfadada Neru.
─No te metas, plana ─eso solo aumentó la ira de la Kagamine.
─¡Tú!... ¡Maldito! ─se habría abalanzado a golpearlo, pero Neru la retuvo.
─Vaya otra molestia ─susurró el chico con fastidio─. Pero no crean que estoy solo ─hizo un silbido y más personas vinieron desde las sombras.
¿Desde cuándo se alejaron tanto como para terminar en un punto de encuentro de una pandilla? ¿Acaso este sitio no tenía mejor seguridad?
─Pero ellas tampoco están solas ─advirtió Gakupo, con un gesto más serio. Detrás de él, se encontraban Len y Nero, con la misma expresión.
Aún así, ellos seguían algo alejados de las chicas, por lo cual los delincuentes dieron el primer paso.
─¡Len!─ gritó Rin al sentir como era retenida por uno de ellos.
─Intenten algo y ella sufrirá ─Len sudó frío.
Maldijo por no haber estado con ella, pero de reojo, vio como alguien se acercaba discretamente al sujeto, para aplicarle una zancadilla y hacerlo caer, logrando liberar a Rin, quien aprovechó esto para alejarse.
─¿Estás bien?─ pregunto Nero, llegando a su lado.
Rin, asintió al no saber que decir, no pensó que él llegaría a mostrar un lado tan heroico.
─Oigan les recomiendo que las dejen en paz ─dijo Nero con molestia en su voz.
Debido a la adrenalina del momento, tenía un brazo alrededor de la cintura de Rin de forma protectora. Esta de la vergüenza no sabía que hacer o donde poner sus manos, era la primera vez que se encontraba en una situación así. "¡Es como en mis novelas de romance!" Pensó con cierta emoción, pero tuvo que cachetearse mentalmente para volver a la realidad.
─¡Esperen! ─exclamó Neru, cuando alguien pasó rápidamente al lado de ella─. ¡Mi celular!
Uno de ellos, aprovechó que ella lo tenía en la mano para arrebatárselo. Len al ver la escena, decidió ayudarla, pero antes de poder hacer algo, vio como ella lo derribaba de una patada, logrando que soltara su celular, el cual salió volando debido al impacto. Por suerte, estuvo en el lugar adecuado y logró atraparlo antes de que tocara el suelo, y Neru sintió como el aire volvía a sus pulmones.
─Gracias, Len ─él sólo le dedicó una sonrisa de victoria.
Otros dos, lograron atrapar a Luka, quien mantenía una postura serena, sin embargo, Gakupo sacó su katana de madera para ir en contra de esos sujetos y salvarla. Claro, ese habría sido el plan, pero ella de unos rápidos movimientos, logró zafarse y tomar distancia. Sacó su látigo mientras chocaba su espalda con la del samurái, ya que ambos habían sido rodeados por lo que quedaba de ese grupo.
Pero lejos de estar asustados, vieron esto como un juego más.
─Te apuesto a que yo derroto a más─ dijo Gakupo.
─Si ganas iré a una cita contigo, pero si yo gano….─no terminó ya que notó como algunos se acercaban a los Akita y Kagamine. ¡No permitiría eso!
.
.
.
En este punto, vale preguntarse ¿dónde se encontraban Miku y Kaito? Después de todo, no se les veía desde hace rato y eso era porque ahora mismo, Kaito se encontraba haciendo fila en un puesto de helados; sus prioridades eran claras.
─¡Kaito! Hay que ir tal vez necesiten ayuda─ dijo Miku jalando el brazo de este, pero sin moverlo ni un centímetro─. ¡Kaito! ─suplicó en un tono más chillón, realmente estaba preocupada por los demás.
─Miku ─pronunció su nombre dulcemente, volteando a mirarla─. No quiero que te pase nada malo ─dijo con un tono algo tierno que la dejó estática.
Cuando volvió a reaccionar, Kaito ya había comprado su helado.
─Pero… ─antes de poder decir algo más, fue callada por una cucharada de helado.
─Tranquila, Luka es una ninja y Gakupo un samurái, de seguro van a estar bien. Nosotros solo estorbaríamos ─para sorpresa de Miku, este la tomó de la mano para guiarla a otro lugar.
─Pero estoy preocupada ─murmuró sintiendo sus mejillas calentarse.
─Todo estará bien. Ve, busquemos un buen lugar donde esperarlos.
.
.
El lugar donde se encontraban los demás, ahora estaba decorado por los cuerpos de los delincuentes que antes intentaron hacer algo, pero como era de esperarse, su aparición solo sirvió para fortalecer aún más los vínculos que se estaban formando esa tarde. Los que se salvaron, huirán para darle el siguiente mensaje a los demás: no meterse jamás con una chica de pelo rosado y un hombre de cabello morado, a menos que quisieran sufrir la paliza de su vida.
─¿Quién ganó? ─preguntó Gakupo, algo esperanzado.
El grupo de rubios se quedaron pensando unos momentos antes de dar su veridicto.
─¡Luka-san!─ exclamaron todos, Gakupo se deprimió al saber que dejó ir esa oportunidad de oro.
─¡Chicos! ─la voz de Miku llamó la atención de todos.
─Tardaste mucho ─ regañó Neru. Se suponía que se alejó de ellas para ir por ayuda.
─Lo siento, pero Kaito no me dejó venir─ todos lo miraron, pero algunas miradas eran picaronas como las de Gakupo, otras eran de "espero que no le hayas hecho nada" como Len u otras simplemente eran "ya sabemos tus intenciones", como Rin.
─Entonces, como ya terminaron vamos a la rueda de la fortuna. En el camino vimos que la fila ya no es tan larga ─indicó Miku.
Finalmente, lograron llegar a la atracción, pero una voz muy conocida llamó su atención.
─¡¿Cómo que no puedo subir ahí?! ¡Ya les dije que no estoy borracha!─ alegaba ella con los guardas del lugar que intentaban retenerla, haciendo una escena algo cómica para algunos.
─Nunca pensé que la directora se comportara así en público ─comentó Rin y todos asintieron. ¿Así sentía cuando perdías el respeto por un adulto?
─Hola, chicos ─ella los visualizó y se acercó a saludarlos, como si nadie hubiera presenciado esa escena.
─Buenas noches, directora ─ saludaron todos automáticamente.
Meiko, no pudo quedarse más tiempo, ya que notó como los guardas de seguridad comenzaban a venir. "Así que para estas cosas si aparecen, ¿eh?" Pensaron todos, recordando su pequeño accidente hace rato. La directora, mostró una sonrisa nerviosa dispuesta a realizar su huida.
─¡Disfruten! ¡La noche es joven! ─y dicho esto, comenzó a correr por el lugar.
A todos se les corrió una gota en la sien al ver como ella golpeaba a algunos de seguridad y era apresada por otros más. Ya comenzaban a entender porque era de las artistas con más polémicas.
─Entonces… ¿Quién sube primero?─ preguntó Neru haciendo como que nada pasó, y todos la imitaron.
Pero en esa salida no paraba de verse con personas conocidas, ya que cuando se disponían a hacer la fila, a lo lejos vieron a alguien haciendo una señal de saludó desde lejos.
─Hola chicos ─Gumi hizo su aparición, pero no estaba sola, a su lado se encontraban Mei y Meito.
─¡Gumi! No pensé verte aquí ─mencionó Gakupo con sorpresa.
─Pues, ellos me invitaron así que vine, onii-chan─ respondió Gumi, rascando su mejilla.
─Lo siento Gakupo-san, por no pedirle permiso─ se disculpó Mei y su hermano mayor le pegó suavemente en la cabeza.
─No te disculpes por todo─ la regañó mientras chasqueaba la lengua.
─Lo siento, onii-sama─ se disculpó con un tono de voz tan tierno, que era casi imposible saber cómo estaba emparentada a la familia Sakine. Era una de las personas más tiernas que conocían, ni siquiera su hermano era inmune a su magia y tuvo que girar la cara para no verla. Claro, Gumi si aprovechó el momento para abrazarla.
─¿Acaso no puedes ser más linda? Mei-chan─ la castaña estaba avergonzada por la acción de su amiga. Cualquiera que las viera, no creerían que apenas se conocían el día de hoy.
¿Quién decía que todas las apariciones eran agradables? Una voz arrogante, los tomó por sorpresa.
─Oh, ¿Qué hacen todos aquí?
─Pero si es Lily-san─ dijo Gumi normalmente. En ese momento las miradas de Rin y Lily se cruzaron.
Rin decidió dar el primer paso, ya tenía su confianza en las nubes gracias a todas las cosas buenas que le pasaron hoy.
─Un gusto soy Kagamine Rin─ se presentó amablemente, pero ella hizo un ademán de arrogancia.
─¿Kagamine Rin? Pero si nunca he escuchado hablar de ti─ río en un tono que hizo hacer enojar a la más pequeña, todos notaron cuan tenso se ponía el ambiente.
Algunos no pudieron evitar pensar "oh, así que esta clase de persona si existe", decidiendo poner a Lily en su lista de "personas que es mejor tener lejos".
─Es normal ya que apenas nos conocemos hoy ─dijo Nero, tratando de hacer calmar a la pequeña rubia.
─En realidad, no estoy interesada en recordar los nombres con poco talento ─miró su pecho soltando una risa aun más burlona─, especialmente con atributos tan pequeños. ¿Segura que te aceptaron aquí y no en una escuela primaria?
Todos dieron un paso para atrás al ver como el aura de la Kagamine se volvía más oscuro y diabólico.
─¿Así que eres amarilla? Lo siento si te entristeces por verme ─Neru apretó su celular con fuerza.
─¿En… tristecerme? ─ Len notó como ahora las dos rubias tenían un aura de muerte y esto no era bueno para nadie.
─Onee-chan, también ─musitó preocupado Nero.
─Compañero, tráeme eso─ exigió Rin a su hermano.
─Esto Rin-san, no creo poder hacerlo ─su hermana lo miró con tanto odio acumulado, que pensó que ella se llevaría su alma si no traía la aplanadora.
─Lo siento, pero no estoy interesada en estar con ustedes, fingiendo ser amiguitos de toda la vida. Adiós como quieras que te llames ─dando media vuelta, se fue de ahí.
Len y Nero tuvieron que actuar para retener a la rubia, quien parecía a punto de estallar por la ira. Ninguno quería que luego fuera expulsada por golpear a una de sus compañeras; por más insufrible que fuera.
─Cálmate un poco ¿por favor? ─pidió Nero en casi una súplica.
─¡Suéltenme idiotas! Quiero golpear la estúpida cara que tiene esa-
─Recuerda que estamos en un sitio familiar ─le susurró Len, y ella se calmó.
─Si fuera posible ya la hubiera mandado a decapitar─ susurró mientras se sentaba en una banca.
─¿Dónde está mi hermana? ─preguntó, al no ver a Neru por ninguna parte.
─Fue donde Lily, dijo que tenía que arreglar asuntos─ mencionó Miku, la cual acababa de llegar para ir por los tickets y no se enteró de nada. Todos sudaron frío ante esto.
─¿Por qué no la detuviste? ─preguntó Kaito.
─No sabía a qué se refería ─todos maldijeron internamente.
─Entonces yo la ayudaré─ dijo Rin con una sonrisa sádica pero Nero la detuvo tomándola de un brazo.
─No debemos causar problemas, Rin-chan ─aconsejó este. Se sorprendió al notar la fuerza de la Kagamine. "Ya sé porque Len nunca la contradice".
─Pero ella me insultó, me dijo plana─ hizo un puchero y ahí es cuando Nero decidió soltarla, pero atento a atraparla por si decidía escapar.
─Yo no creo que tenga algo de malo... ─ susurró algo sonrojado.
─¿Qué dijiste?─ en ese instante el chico sintió su cara arder repentinamente.
─N-No dije nada, tranquila─ Rin lo miró con cierta desconfianza, aunque eso quedó atrás cuando notó como todo el grupo observaba a Len, dirigirse hacia Miku.
─Miku ¿hacia dónde fue Neru? ─preguntó algo serio. Ella señaló la dirección algo confundida.
─Len-dono ¿Qué harás?─ intentó saber que tramaba el rubio.
─Voy a evitar que haga una estupidez─ contestó y se fue de ahí, dejando al grupo con un silencio algo tenso.
─Nunca pensé que Lily-san actuara tan arrogante─ comentó Gumi.
─Tal vez es muy tímida como para actuar con sinceridad─ todos negaron con la cabeza ante el comentario de Mei, pensando que lo tsundere no le quedaba a Lily. Ya tenían un personaje así, no se necesitaba más de esos estereotipos en el grupo.
—Aun así estoy enojada─ reclamó Rin mientras se cruzaba de brazos.
─Pero Rin-chan tu eres muy adorable─ comentó Miku y la abrazo con mucho cariño.
─Es verdad no tienes que sentirte mal por los comentarios de una cualquiera ─apoyó Luka.
─Gracias chicas.
─Ahora que lo pienso, ¿Len-kun no se ha demorado un poco? —cuestionó Nero, al ver que ni él ni su hermana se veían cerca.
Solo esperaba que no llegaran más problemas...
─Oye tu rubia─ le llamó la atención Neru.
Lily suspiró con pesadez al oír la voz de la Akita.
─¿Qué quieres?
─Quiero que te disculpes con Rin, ahora─ exigió con firmeza.
─¿Por qué habría de hacerlo?─ preguntó con arrogancia llevando su pelo hacia atrás.
─¿Necesitas preguntar? Tu arrogancia no me agrada para nada, y no me gusta que se metan con mis amigos.
Las dos se miraron con fiereza digna de dos grandes rivales. Si seguían así las cosas, todo se volvería más grave.
─¡Neru! ─gritó Len jadeando del cansancio ya que había corrido todo el camino.
─¿Len? ¿Qué haces aquí?─ preguntó Neru con sorpresa.
─Justo lo que faltaba: otro idiota─ murmuró con sarcasmo Lily, rodando sus ojos.
─Vine porque no quiero que cometas una estupidez─ contestó Len, luego de calmar su respiración.
─¿Y quién te crees para juzgar lo que hago?─ cuestionó enojada y poniendo sus manos en la cintura.
─Sólo no quiero que lastimes a alguien físicamente el primer día de escuela─ respondió Len con cierto temor.
─¡Pero esa idiota insultó a Rin! ─ señaló a Lily, pero al instante se dio cuenta de que esta había aprovechado esa interrupción para escapar de ahí─. ¡Esa Maldita! ─maldijo Neru y luego giró su mirada sobre Len, el pobre rubio sintió un escalofrío al sentir aquella intimidante mirada sobre él.
─E-Espera Neru podemos solucionar esto─ suplicó al ver como ella se acercaba como si fuera a golpearlo, pero gran fue su sorpresa al sentir sólo un leve empujón.
─¿Qué haces ahí? Todos nos están esperando ─parpadeó varias veces intentando saber si aquella pequeña risa que había visto en Neru sólo había sido parte de su imaginación.
Cuando llegaron todos se acercaron preocupados y le preguntaron por qué se habían ido así de repente, mientras que Gakupo, no podía dejar de malpensar la situación, ganándose una merecida patada baja de Luka.
─¿Dónde estuvieron? ─interrogó Rin con un puchero.
─Neru fue a reclamarle a Lily por lo que te dijo─ contestó con simpleza Len.
La chica de ojos dorados se sintió algo intimidada al sentir todas las miradas de ellos sobre ella, así que fue inevitable que un sonrojo apareciera en su cara.
─¿En serio?─ ante la pregunta de Rin, apartó su mirada algo avergonzada. Apretó sus puños intentando tomar algo de valor para poder responder.
─C-claro que sí, no me gusta que insulten a mis... amigos ─su voz fue bajando cada vez más, dificultando que la escucharan.
Sin embargo, Rin no se contuvo para abrazarla con fuerza, sorprendiéndola un poco.
─Gracias, Neru ─sonrió un poco, sin saber muy bien que hacer en estos casos, comenzó a palmear su cabeza de forma amigable.
—¿Acaso no estás acostumbrada a los abrazos? —se burló Rin.
Ante esto, Neru la alejó rápidamente y decidió ignorarla.
—¡Era broma! ¡No te enojes!
Los demás rieron ante esta interacción, ver como la Akita, retomaba su actitud seria, solo confirmaba que a ella solo le costaba un poco demostrar cariño de forma normal.
.
.
Finalmente, luego de tantos tropiezos, finalmente pusieron un pie en la rueda de la fortuna. Esperaban que la vista valiera totalmente la pena luego de tanto estrés.
Se separaron en grupos, por obvias razones: Los Kagamine y Akita subieron primero, luego fue Luka, Miku, Kaito y Gakupo. Hasta que finalmente fue el turno de Gumi y los hermanos Sakine.
─Hoy fue un día muy divertido ─dijo Rin viendo por la ventana.
─A pesar de que nos enfrentamos a unos delincuentes─ comentó Neru mientras le tomaba fotos al ambiente de afuera con su celular.
─Verdad ahora que lo pienso ¿Nero por qué me salvaste? ¿No te dio miedo? ─ preguntó Rin posando su azulada mirada sobre el mencionado, él sólo miró a otro lado.
─Bueno, si mi onee-chan, hubiera estado en esa posición, estaría igual de preocupado que Len, así que comprendiendo sus sentimientos como el hermano responsable, decidí hacerlo —siguió mirando por la ventana, para no tener que verla directamente, pero el reflejo de la ventana no ayudaba mucho, aumentando aún más su vergüenza.
─Muchas gracias Nero, ya me has salvado dos veces hoy ─ le brindó una gran sonrisa y luego miró a su hermano. ─Yo también te quiero, Len ─lo despeinó juguetonamente y luego de que él se quejara por esta acción, recordó algo─. Por cierto, Len, ya conseguí información de Miku ─comento con una sonrisa maliciosa.
─Pero no lo digas frente a todos─ reclamó algo sonrojado.
─No sabía que te gustara Hatsune─ comentó Neru desinteresada del tema, ya que no le importaba la relación que él tuviera con su mayor rival—. Aunque... si es bastante obvio si lo piensas.
─Entonces… ─ disimuló su gran curiosidad pero deseando que Rin le dijera de una vez que había conseguido.
.
.
En cambio Luka charlaba con Miku, mientras Gakupo hablaba con Kaito de cosas que sólo hombres entenderías, pero pospuso esa conversación al recordar la apuesta que habían hecho hace una hora atrás.
─Luka, ya que ganaste, dime ¿qué es lo que quieres?─ preguntó algo decepcionado por haber perdido la oportunidad de una cita con la peli rosa. Y con miedo a que la petición de ella fuera firmar una orden de restricción en su contra.
─Te dejaré ser mi amigo, pero solo eso, nada más. Solo si aceptas.
El orgullo del mujeriego se fue al suelo al escuchar eso, no era algo malo, era su mejor escenario tomando en cuenta sus circunstancias, pero simplemente no sabía como tratar a una amiga. Tendría que estudiar mucho para saber como acercarse a la Megurine, pero igual no se rendiría con su objetivo inicial.
─Ni se te ocurra pensar que tendrás el derecho de pedirme una cita─ añadió haciendo que ahora el humor de Gakupo se volviera más deprimido; aunque tuvo que aceptar de todas formas.
─Gakupo-san ¿estás bien?─ preguntó Miku al bajar de la atracción, y verlo en un estado deplorable.
─Tranquila Miku-dono, dame unos minutos─ pidió intentando recomponerse en vano.
.
.
.
Fue un día lleno de muchas sorpresas, algunas un tanto agradables y otras no tanto. Conoció nuevas amistades y rivales, donde los problemas sacaron a flote un lado desconocido en los demás, definitivamente no olvidaría su primer día.
"Espero que sea el primer día increíble de muchos" pensó la rubia, preparándose para dormir, mientras miraba a través de su ventana el cielo nocturno.
─Fue mejor de lo que creí ─susurró para luego meterse en su cama.
En el asiento que estaba frente a ella, se encontraba extendido el abrigo que Nero le prestó en el día, se sintió como una tonta por olvidarse en devolvérselo, pero prometió hacerlo mañana. Aunque, no pasaba nada si se lo quedaba más tiempo ¿cierto?
Chapter 5: Las Pruebas Comienzan
Summary:
La vida de los estudiantes no es fácil entre tantos profesores excéntricos y la presión de las presentaciones.
Notes:
Canciones de este capítulo:
-Bad Apple (All stars)
-Promise (Rin y Miku)
-Gocha Goche Urusee! (Neru)
-Sekiranun Graffiti (Miku)
-Dancing Samurai (Gakupo)
-Aku no musume (Rin)
-Aku no Meshitsukai (Len)Advertencias:
Nuevamente humor raro japonés con temas como el incesto.
Chapter Text
Luego de una salida donde sucedieron muchas cosas, la mañana terminó por asomarse, dando inicio a un nuevo día. Sin embargo, cierta rubia se encontraba todavía durmiendo mientras abrazaba fuertemente su almohada, y aunque su alarma sonó, el cansancio de tantas emociones vividas el día de ayer, solo provocó que ignorará dicho aparato mientras se taba sus orejas con la misma almohada, para intentar escapar un poco más al hermoso mundo de los sueños.
Pero su despertador tampoco se rendía, y es que ella conociéndose muy bien, puso varias alarmas sabiendo que eso sucedería.
—No quiero levantarme... —murmuró cansada, solo moviendo su brazo a ciegas para intentar apagarlo. Ya una vez el silencio volvió a su cuarto, formó una sonrisa para volver a dormirse.
Ahora era el turno de su segunda alarma.
—Rin, vamos despierta de una vez —Len entró a la habitación de su perezosa hermana, sabiendo que esto es exactamente lo que sucedería.
Un ronquido que sonó debajo de las sábanas, indicó que fue inútil. Una gran vena apareció en la frente de este, ¿acaso esta sería su rutina toda las mañanas? Increíble.
—Parece que será por las malas.
No quería ser golpeado de nuevo, como ayer. Así que fue hasta la cocina, llenó un vaso con agua y regresó a la habitación para tirárselo un poco, las sábanas podrían secarse más tarde.
—¡Kyaa! ¡Está fría! —la rubia se levantó de un salto, con sus dientes castañeando—. ¡Sabes que odio el frío! ¿Por qué hiciste eso?
—La escuela. No quiero llegar tarde —le recordó saliendo del cuarto.
—Algún día me vengaré —murmuró con odio.
Tomó rápidamente sus cosas para meterse al baño.
Por suerte, no tuvieron ninguna pelea que los retrasara.
El camino a la escuela, igualmente fue tranquilo. Rin, todavía seguía con las energías algo bajas y Len aprovecharía esos minutos sagrados, eran algo tan raro de ver como un pokémon shiny.
—¡Buenos días! —saludó Rin a su nuevo grupo de amigos, quienes les respondieron con el mismo ánimo.
Hablaron un poco más, hasta que el profesor llegó, y se dirigieron a sus respectivos puestos de forma perezosa.
—Buenos días estudiantes —saludó cordialmente Kiyoteru, cambiando su aura a una tan malvada como la de ayer—. Ayer pudieron disfrutar un poco de libertad, pero como dije, solo era el primer día. Al ser una escuela con gran prestigio, las demás clases serán difíciles, así que si llegan a distraerse, pueden perder una gran ventaja. Exprimiremos todo su potencial hasta que no quede ni una gota.
Todos decidieron concentrarse, se notaba que él hablaba muy en serio.
En el tablero, comenzó a escribir los horarios que tendrían durante la semana. Verían las siguientes clases: Estudios generales con él, técnica vocal con Miriam, actuación y teatro con Prima, León sería quien se encargaría de enseñarles la gestión de relaciones públicas, también verían clases de idiomas, otra de artes y una de deportes. Igualmente, confirmó que muchos horarios podrían cambiar dependiendo de eventos y disponibilidad de profesores. También, si querían, podrían acceder a otros cursos que les aportara algo en su vida de cantantes.
Rin, al principio estaba emocionada, muchos de los nombres los conocía y le daba alegría saber que compartiría con gente tan talentosa, pero tenía un don de aburrirse demasiado rápido, así que cuando Hiyama comenzó a explicar tecnicismos, reglas y demás cosas difíciles de entender, comenzó a sentir que el sueño llegaba a ella. Len, le tiró, discretamente, un papel a su cabeza al ver esto, el cual decía:
«Llega a dormirte y no creas que te ayudare»
Ella bufó enojada y miró de reojo a su gemelo con cierto odio que, lógicamente, el Kagamine ignoró.
Por suerte, a partir de ahí las horas pasaron volando. Luego de esa primera hora, verían clases con Miriam y el humor de todos mejoró notablemente al ser la profesora que parecía ser la más amable de todos.
Las clases la vieron en un salón más amplio, en vez de escritorios, solo estaban las sillas organizadas en forma circular y en el centro se encontraba ella. Quien les dio la bienvenida mientras entraban de a poco y se organizaban.
—Buenos días, clase—sonrió amablemente, sacando suspiro a algunos estudiantes masculinos—. Hoy quisiera conocerlos mejor, y también hablar un poco de la presentación que tienen pensada. Sé que seguramente no tendrán todas las bases listas, pero si me gustaría saber de qué tema tratará su canción.
Muchos alzaron su mano, sorprendiendo a Rin, bueno, no debía extrañarse, la timidez no podía hacer parte de su personalidad al buscar una carrera tan expuesta como la de ser cantante.
Ella iba dando la palabra por orden, algunos solo daban ideas vagas y ella intentaba guiarlos un poco, otros tarareaban una melodía para ver si iba con su tema y recibían una opinión. Luego de charlar por unos 20 minutos, ella se levantó y comenzó a darles consejos sobre cómo escribir la letra, algunas normas en general a la hora de hacer esto, para luego sacar una guitarra que se encontraba en su asiento y comenzar a hacer los ejercicios de calentamiento.
Con su paciencia y cariño, terminó por ganarse a todo el salón que no deseaba que esta clase terminara pronto.
—Bueno chicos, esta clase pronto va a terminar así que quiero ver que tan afinadas están su voz para tenerlas listas para la actuación del próximo viernes —todos asintieron y por instrucciones de la profesora, decidieron organizarse como en un coro, eligiendo una canción para cantar por líneas, al ver la cantidad de alumnos que había. Por votación, ganó Bad Apple, al ser una canción bastante conocida y cuyo ritmo, no era difícil de seguir. Cada uno comenzó a cantar, empezando por los Akita, ya que sería por el orden lista.
—¡Felicidades! Todos tienen muy buenas voces, parece ser que entendieron perfectamente todo, así que ahora pueden irse.
Muchos salieron satisfechos por su trabajo, ahora era turno de ir a su clase de actuación. Ahora, en vez de entrar a un salón, entraron a un cuarto totalmente oscuro, muchos se miraron confundidos pensando que se habían equivocado. Sin embargo, un reflector iluminó el centro de un escenario, donde se encontraba una mujer de cabello corto y algo ondulado, con un vestido vino tinto elegante, como si fuera a hacer una presentación. Al ver mejor el lugar, podían notar que lucía más como un pequeño teatro.
—Ser o no ser, una extraña cuestión ¿no creen? —recitó en un tono dramático, tenía una manzana en su mano como si posara para algún tipo de cuadro. El aire misterioso los dejó a todos sin palabras, pero sus caras decían lo mismo "¿qué rayos le ocurre?"—. No se queden ahí, vamos, vamos, tomen asiento —indicó cambiando totalmente sus gestos, decepcionada de que su presentación no hizo efectos en ellos.
Al ser como un pequeño teatro, muchos tomaron asiento en las primeras filas y la profesora seguía en el escenario, pero este no era tan alto y tenía escaleras a los lados para que pudieran venir e irse cuando quisieran. Aún así, era impresionante lo bien cuidado que estaba el lugar.
—Un placer conocerlos, mi nombre es Prima, mi especialidad es la ópera así que seguro muchos no me conocerán muy bien —se presentó ella, aunque eso explicaba un poco su apariencia—. Las clases de actuación son para llevar su presentación más a ella, no importa si tienen la voz más hermosa del planeta, no servirá de nada si no pueden transmitir sus sentimientos con esta misma. Y mucho menos servirá de algo, quedarse estáticos mientras cantan —ella se paró recto con los brazos a cada lado para demostrar su punto.
Siguió hablando un poco del arte de teatro, pero muchos no parecían muy interesados en esto mismo o mejor dicho, no lograban entender las exageradas analogías de su profesora.
—Bueno, haremos un ejercicio sencillo para despertarlos. Llamaré a alguien de la lista para que venga aquí conmigo —todos se urgieron en sus asientos, ahora si prestando total atención, rezando para que su nombre no fuera llamado—. Miku Hatsune, por favor sube al escenario.
Ella asintió sin mostrar algún tipo de nerviosismo, como siempre, su personalidad tranquila era una gran ventaja para esta clase de ejercicios.
—Dime, ¿tienes algún género favorito de música?
—Uhm, todos me gustan —respondió con una sonrisa algo torpe.
—Excelente, no podemos quedarnos solo con uno —asintió orgullosa y se acercó a ella mirándola de cerca—. Veo que eres alguien muy amigable, así que te pediré que traigas a una amiga a la que le tengas mucha confianza o un compañero que sientas que has conectado bien el día de ayer.
Rin tragó saliva, adoraba a su amiga pero deseaba que en ese momento no la notara y más bien llamara al idiota de los helados para esto. ¡No le gustaba salir sin saber que harían!
La suerte no estuvo de su lado y cruzó miradas con su amiga, quien mostró una gran sonrisa para luego señalarla. Rin soltó un suspiro antes de subir al escenario junto a ella.
—De acuerdo, quiero que demuestren su gran unión. Pueden hacer alguna escena, inventarse alguna historia o incluso cantar una canción si así lo desean.
Rin palideció ante estas instrucciones, sentía toda la atención sobre ella y no quería ser objeto de burla por algún error o tontería que hiciera. Buscó consuelo mirando al público, pero en vez de dirigir su mirada a su hermano, se topó con la de Nero y este le sonrió alzando sus pulgares para indicarle que todo estaría bien. De alguna forma, eso le sirvió.
Las dos se acercaron para susurrar cualquier cosa que harían, mientras Prima indicaba que otra persona subiría luego de esto.
—Miku-nee, ¿recuerdas la canción que compusimos hace dos años? —la mirada de la chica con coletas se iluminó y asintió emocionada.
—¡Vamos a cantar! —declaró Miku dirigiéndose a Prima, y esta asintió entregándoles dos micrófonos.
No tenían melodía alguna, pero en sus mentes comenzó a reproducirse. Quien iniciaba era Rin, así que ambas se miraron con una sonrisa, para obtener un poco más de fortaleza y afrontar ese desafío. Rin tomó una gran bocanada de aire:
—Al momento en que tocaste mi herida, al fin regresaron a mi ser las ganas de vivir. Tu camino con, el mío se unió como un ángel que del cielo descendió.
Su voz tenía un tono alto, pero se escuchaba claramente e impresionó a más de uno, incluyendo a Lily que no podía creer la fuerza de su voz la cual no coincidía con su tamaño.
Miku, sonrió, tomando el micrófono con fuerza y con su otra mano, buscó la mano de la rubia.
—El dolor que albergaba en mi corazón anhelaba con urgencia una solución. Fue cuando llegaste tú hasta mí y sellamos con promesas ese día.
La voz de Miku tampoco se quedaba atrás, su voz era tan dulce y suave, que lograba que fuera bastante agradable escucharla.
Con cada palabra, ambas rememoraban sus años de amistad, como la vez que presentaron esta canción en su último día de escuela, sellando así una promesa de seguir juntas. Incluso llegando a olvidarse un poco del público y cantando cada verso con alegría. Un agradable ambiente se formó entre las dos.
Al terminar el coro, dejaron de cantar. No dijeron nada, pero una ronda de aplausos fue la respuesta perfecta para aquella presentación. Sus voces sonaron perfectas juntas, nadie creería que era algo que se les ocurrió a último minuto.
—¡Muy buen trabajo! —Prima se acercó aplaudiendo—. De esto es lo que hablo cuando digo que hay que transmitir sus sentimientos por medio de una melodía. Dejaron en claro su fuerte vínculo. Se merecen puntos extra por esto.
Ambas chicas chocaron sus palmas en señal de victoria, y luego Miku abrazó a Rin mientras volvían a sus asientos, recibiendo sus felicitaciones por parte de sus amigos.
Las clases terminaron con algunas actuaciones bastante improvisadas, bueno, es que costaba que algo luciera bien luego de aquella presentación tan emotiva. Pero el ambiente se vio mucho más relajado que al principio.
Su siguiente clase sería con León, muchos se preguntaban cómo sería, ya que era algo raro ese tema pero definitivamente necesario. Len, creía que Rin necesitaría clases extra, porque si llegaba a ser famosa con esa actitud, su carrera caería en picado.
Al llegar al salón, algunos se mostraron intrigados y otros pusieron una cara de asco, al no encontrarle sentido a esa presentación. De acuerdo, si, sus profesores ya demostraron ser excéntricos, pero León quiso llevar todo al siguiente nivel: llevaba una ropa de marca, su cabello rubio parecía brillar más que el sol, y por alguna razón, tenía un fondo de rosas rojas y se encontraba recostado en una mesa de forma sensual. Algunos se preguntaron si era apropiado que alguien así les enseñara.
—Hola, chicos. Soy su perfectamente sensual profesor, León —incluso cuando parpadeaba, brillitos salían al lado de su rostro—. Les enseñaré todas las dificultades que debe vivir un famoso como yo —chasqueó los dedos y un montón de personas se acercaron para cambiar las cosas en un instante, ahora en vez de una mesa, tenía un sillón. Incluso algunos retocaron su maquillaje y le entregaron una bebida.
Simplemente no tenían palabra alguna para describir todo esto.
A diferencia de las otras clases, esta se pudo considerar la más aburrida que tenían. El rubio se la pasó hablando sobre varias anécdotas de sus primeros días siendo famoso, pero en vez de darles consejos o algo por el estilo, todo giraba en torno a él y su "genialidad". Ya muchos decretaron que esa sería la peor clase de todas.
Por fin las horas infernales con aquel rubio oxigenado (apodado así por Neru), terminaron. Algunas chicas suspiraron decepcionadas, mientras que algunos chicos salían determinados pensando "quiero llegar a tener ese poder en el futuro".
—Un último consejo antes de que se vayan —todos se detuvieron para verlo—. Den todo de sí mismo para la próxima presentación o no serán dignos de pertenecer a esta escuela.
Los alumnos asintieron cansados, ya que no podían negar que ese sujeto despreciable tenía toda la razón.
Por lo menos ya era la hora del almuerzo.
Todos se dirigieron a la azotea, era ya su sitio predilecto para pasar el rato, era un sitio ideal para poder tener conversaciones sin ser interrumpidos o extrañar a las personas son sus rarezas.
Cada uno, llevó su almuerzo con su comida favorita: Luka, un sándwich de atún. Gakupo, una ensalada con berenjena. Miku, algo hecho puerros (era difícil saber tenía mucho verde). Gumi tenía tanta zanahoria en su bento que no se veía el arroz. Mei tenía un almuerzo normal, bueno, con respecto a los ingredientes, porque se veía bastante fino resaltando su clase social. Kaito increíblemente solo comía un helado de vainilla; seguía siendo un misterio como mantenía su figura. Rin su jugo de naranja y una combinación de otros alimentos con naranja; Len llevaba lo mismo que su hermana la única diferencia era la banana. Neru también llevaba algo normal mientras, Nero comía con su tenedor algo de queso. Todos se encontraban comiendo a la vez que hablaba de alguna que otra cosa trivial.
—¿De dónde sacaron esa canción? —preguntó Gumi llamando la atención de todos quienes también se contagiaron de esa
curiosidad.
Ambas chicas se miraron algo pensativas, hasta que formaron una sonrisa cómplice.
—Fue hace dos años atrás. Miku tenía que irse a estudiar a otro país así que decidimos crear nuestra propia canción —contestó Rin con nostalgia.
—Es una prueba de nuestra verdadera amistad —completó Miku, abrazando cariñosamente a la Kagamine.
—Nunca pensé que una canción pudiera nacer a partir de estas experiencias, creí que solo pasaba con las románticas —murmuró por lo bajo Gakupo. Él era el tipo de persona que disfrutaba del ritmo de las canciones más que la letra de las mismas.
—Las canciones pueden transmitir diferentes sentimientos, si lo canta la persona correcta —explicó Luka al oír el murmullo de Gakupo.
Todos asintieron ante esa frase, ya acostumbrándose a la grandiosa sabiduría de ella.
—Chicos, ¿ustedes que tipos de canciones harán?- ante la pregunta de Mei, todos se quedaron callados para pensar en una respuesta.
—Yo cantaré sobre una princesa que nunca recibía un «no» por repuesta —contestó Rin con emoción.
—Además de ser una tirana que hacía sufrir a todos —añadió Len con un falso pésame por el pueblo ficticio de su hermana.
—Y terminó decapitada al final —completó Luka mientras le daba un último mordisco a su sándwich.
—¡Me encanta la idea, Luka-san! —a pesar de ser sólo un simple comentario, Rin se sintió feliz, ya que por fin tenía un final para su canción.
—Yo cantaré sobre la imaginación —comentó Miku, todos se miraron entre si esperando una respuesta más concisa—. ¿Recuerdas esos días en los que creías ser todo en este mundo? Voy a cantar sobre ello.
—Miku-chan, si pensaste mucho sobre eso ¿no? —la felicitó Kaito mientras acariciaba la cabeza de Miku, ella se sonrojo levemente por esta acción.
—Solo les diré esto: «Dancing Samurái» —contestó Gakupo, con una sonrisa de superioridad, todos se mostraron cruelmente indiferentes hacia su idea.
—Creo que ya sé de que se tratará —mencionó Luka para alegría de este, al menos ella no lo había ignorado como los otros.
—Pensé en dedicarte una canción de amor, pero sé que me tirarías de esta azotea —agregó el samurái con una sonrisa coqueta.
Luka, asintió dejando a Gakupo, de piedra, de verdad ninguno de sus métodos de conquista funcionaban con ella.
—Yo haré una canción de helados —para nadie fue una sorpresa la respuesta de Kaito.
Continuaron hablando normalmente luego de acabar el almuerzo relajándose por la agradable brisa que pasaba por ahí; Rin se preguntaba cómo podía hacer tanto frío ayer y que hoy estuviera tan fresco.
Lamentablemente, la paz terminó cuando el timbre sonó dejando a todos decepcionados, el sueño y la pereza les estaban ganando por poco, pero con toda la fuerza del mundo fueron a su salón. Gran fue la desgracia de la mayoría del grupo al saber que serían horas de matemáticas, la peor materia de la mayoría de estudiantes.
Hiyama, comenzó a explicar un tema "básico", que no fue de todo menos eso, dejando a Rin más confundida de lo que ya estaba; definitivamente esa materia no le iba muy bien. Ella quería cantar, ¿para qué le servirían los números? Si algún necesitará usar esto, contrataría a alguien cuando fuera famosa y listo.
—Ahora les dejaré unos ejercicios para ver su comprensión del tema —Rin sudó frío, oh no, estas eran noticias graves para ella—. Para su mayor tranquilidad, será en parejas.
Muchos comenzaron a mover sus asientos para organizarse, pero el profesor carraspeó su garganta.
—Yo las asignaré —aclaró, haciendo que todos regresaran a sus posiciones.
Rin al oír esto deseó a todos sus dioses que, primero: no le tocara con Lily, no quería tener que aguantar su peor materia con la persona que más odiaba. Segundo: fuera con alguien que entendiera, el dicho de que dos cabezas piensan mejor que una son solo mentiras.
Sus plegarias fueron escuchadas ya que le tocó con una tal IA, bueno, era mejor que nada.
—Un gusto soy Kagamine Rin, tu compañera —se presentó algo nerviosa mientras acercaba su mesa hacia la albina, esperaba que ella tuviera la personalidad que aparentaba, no quería llevarse una desagradable sorpresa como lo que pasó con Lily.
—Mucho gusto, soy IA. Llevémonos bien —le dedicó una amable sonrisa que hizo qué Rin se preguntara si no estaba viendo a un ángel en ese momento.
Miró a su alrededor mientras esperaba que el profesor le entregara el taller. Notó que a Len le tocó con Miku, ante eso sonrió burlescamente al ver a su responsable hermano sonrojado y nervioso ante la cercanía de la chica. Nero se encontraba junto a Galaco la cual se veía algo nerviosa sin alguna razón aparente, «debe ser tímida» pensó. Neru se encontraba con Cul y parecían llevarse bien. Para suerte de Gakupo, su compañera fue Luka, este se encontraba con una mirada soñadora viéndola, pero cuando intentó acercar un poco su mano, casi pierde su mano por un lápiz muy afilado que portaba la ninja. Kaito se encontraba con Mei, y Rin se apiado de ella cuando el sacó un helado de quien sabe dónde.
Una vez el profesor le entregó el taller con los problemas a resolver, sintió como su alma salía de su cuerpo al ver la dificultad de los mismos, bueno, tampoco es que fuera la estudiante más aplicada así que parte de la culpa recaía en ella. "Maldición ¿por qué no presté atención? Ahora IA-san pensara que soy una idiota".
—¿Te encuentras bien, Kagamine-san? — preguntó con preocupación IA al verla tan pálida.
—No es nada, solo… —no pudo terminar la oración por vergüenza, en cambio, señaló con timidez la hoja esperando que captara la indirecta.
—Ya veo, no entiendes ¿cierto? —Rin asintió avergonzada—. Tranquila le puede pasar a cualquiera, además este tema es algo difícil si es la primera vez que lo ves.
La presencia de ella la tranquilizaba, parecía tener la misma aura de seguridad que Luka, pero combinado con ese brillo que relucía la ternura, como Miku y Mei.
Eso si, cuando comenzó a hablar del tema, pareció volverse otra persona, parecía incluso una verdadera profesora, pero una a la cual era fácil entenderle. Por eso, logró terminar rápidamente los ejercicios, pero fue gracias a la colaboración de su compañera. Mientras esperaban que el profesor recogiera, Rin decidió iniciar alguna conversación para evitar ese silencio que la incomodaba.
—Por cierto ¿tu verdadero nombre es IA? —soltó sin pensarlo, sintiéndose una idiota por los siguientes segundos.
Posiblemente, esa pregunta la haya intimidado, es decir, que alguien comience a cuestionar tu nombre no tiene nada de divertido, por eso se sintió aliviada al ver como soltaba una pequeña risa.
—En realidad, me llamo Aria, este es solo un apodo o mejor dicho: mi nombre artístico. Decidí usarlo ya que pensé que vendría bien en esta escuela de ídolos.
Por suerte, la hora de matemáticas terminó y todos volvieron a sus respectivos puestos.
La siguiente hora tendrían una clase de historia, momento que posiblemente hubiera sido el mejor para tomar una siesta, pero cuando se disponía a acomodarse, un ruido sordo la obligó a sentarse derecha. El profesor golpeó a Big Al con una regla, ya que este tuvo su misma brillante idea, pero con un resultado aterrador. Por eso, soltó un bostezo pero acomodándose para escuchar atentamente.
—En el Medioevo, el poder feudal era uno de sus pilares más importantes, pero al mismo tiempo, de los más desorganizados y que trajo muchas tragedias para ese entonces. Con solo alguien en el poder absoluto, se llevaron muchas guerras sin sentido y por capricho de sus gobernantes, como por ejemplo, el caso de un príncipe que inició una masacre contra el país vecino ya que la princesa de este, se negó a contraer matrimonio con él.
Valió totalmente la pena quedarse despierta, ¡este era un tema perfecto para su canción! Lo disfrutaría al máximo, así podría construir un poco mejor el mundo y ver las verdaderas consecuencias. A partir de ese día, la revolución francesa se volvió de sus temas favoritos.
Una vez el timbré sonó un par de veces indicando que la jornada escolar terminó, todos salieron prácticamente corriendo con deseos de llegar a su casa a descansar. Nadie mintió cuando les dijeron que las cosas serían difíciles en este sitio.
Ya en su hogar, Rin no pudo tomar ni una siesta, ya que su cruel gemelo la obligó a trabajar en su canción, con la excusa de "esta es mi forma de ayudarte", al recordar la promesa que le hizo anteriormente. No pudo tener descansos ni para ver sus series o jugar algo, pero por suerte, logró terminar la primera estrofa y coro.
Por otro lado, usó el sitio de la escuela, en el cual podían encontrar samples o comunicarse con productores para trabajar en el instrumental de su canción. Logró conseguir uno perfecto, y al hablar con el productor de esta, él le mencionó que haría los arreglos que la beneficiaran más. Por suerte, tenía esa parte cubierta.
.
.
.
Al día siguiente, su horario cambió un poco y ahora verían educación física con Lola, hermana de León, pero no se parecían en nada, hasta su apariencia era todo lo contrario.
—No crean que podrán holgazanear en mi clase, son idiotas si no creen que deben trabajar su físico para el mundo del espectáculo —fue su explicación sobre la importancia de la clase.
Luego de ponerlos a correr, los obligó a jugar un partido de fútbol. Primero irían los hombres, quienes demostraron porque la mayoría decidió elegir una carrera más artística en vez de algo deportivo.
Una vez terminaron, fueron a buscar agua o a descansar un poco, como fue el caso de Nero, que se quedó viendo el partido de las chicas o específicamente a cierta persona: Rin. Le sorprendió bastante que ella pareciera tener habilidad para las actividades físicas, contrastando bastante con esa actitud perezosa que solía mostrar.
Estaba tan concentrado en ella, que cuando alguien tocó su hombro, casi da un salto del susto.
—Hola Nero-san, te veo muy concentrado —se trataba de Big Al agachándose un poco para quedar a su altura, sintió escalofríos ante su presencia y no de buena manera—. ¿A quién ves? Dime, tu secreto pervertido esta salvo.
¿En serio tenía que encontrarse con un pervertido? Increíble.
—A nadie en específico —volvió su vista al partido esperando que esto diera por terminada la conversación.
—Ya veo —pensó que se iría, pero no fue así— ¿Estás interesado en Kagamine Rin?
—¡No es así! —exclamó indignado.
—¿Sabes? Eliges bien. Puede que sea algo plana pero tiene un buen trasero y geniales curvas —dijo en un tono pervertido, antes de que alguien golpeara su cabeza.
—¿Qué están diciendo de mi hermana? —Len, llegó justo a tiempo, mirando tan fríamente al castaño que hasta Nero, tuvo algo de miedo de él.
—Ignóralo, solo es un pervertido más.
—Así que Len, eres muy sobreprotector con tu hermana ¿cierto? —el castaño hizo una pose pensativa mientras lo miraba fijamente.
—No lo soy, pero tampoco quiero que lidie con algún acosador —contestó secamente.
—Oh vamos, esas no son todas tus intenciones. ¿Acaso no tienes fantasías sobre tu hermanita llamándote "onii-chan"? Y que en medio de la noche ella-
Fue interrumpido por un doble puñetazo en su cara haciéndolo volar lejos. Así es como aprendió a que hay preguntas que jamás deben hacerse.
—Se sintió bien hacer eso —dijo Nero con una gran sonrisa mientras en el fondo Big Al estaba recostado en un árbol semi-inconsciente.
—Es verdad —comentó Len, soltando un suspiro de alivio.
.
.
Sus horarios no le dieron descanso alguno, y con el pasar de los días, los nervios seguían creciendo al acercarse su primera presentación. Los últimos días fueron frenéticos: molestaban a sus profesores, se quedaban por horas después de clase para seguir practicando, todo con la intención de mostrar algo digno que los hiciera reconocidos en esa escuela.
El día de la presentación llegó, muchos comenzaron a sentirse enfermos por la ansiedad y hasta deseaban usarlo como excusas, pero Meiko, conocía muy bien estas emociones.
—Ya su trabajo de dos semanas terminó, ahora es momento de que disfruten lo que han hecho y solo piensen en divertirse —fue lo que les aconsejó.
No vieron ninguna clase ese día, se la pasaron arreglando el lugar del evento: otro auditorio dentro de las instalaciones educativas con la capacidad de un público grande. Tuvieron que montar algunos escenarios, revisar que la ropa que les entregaran fuera la correcta, hacer pruebas de sonido y de luces, además de prepararse mentalmente.
A pesar de que la escuela contaba con los fondos para tener un equipo de profesionales, Meiko, no dejó que nadie descansara ya que ellos debían comprender los esfuerzos que requería llevar a cabo una presentación de este calibre. La crueldad de la directora, no pasó desapercibida para nadie y les daban más razones para jamás hacerla enojar.
La organización terminó en la tarde, y la mayoría tuvo que dirigirse a sus camerinos, pero al ser tantos estudiantes, tuvieron que compartirlos en grupos pequeños. Rin, Miku y Neru compartían uno mismo.
Abrieron las puertas para que el público general llegaran, las voces sobre las presentaciones de una de las escuelas más prestigiosas, llegaron a cada oído de la ciudad y muchos se mostraban interesados por conocer los nuevos talentos, especialmente si tenían que ver con el famoso grupo Vocaloid.
Rin se quedó en su camerino, apreciando su vestido, pensó que le sería negada la petición de tener algo tan costoso, pero Meiko la tranquilizó con que, mientras no le trajera problemas a ella, podría traerlo. ¿Algún día podría llegar a ser tan influyente como ella? Eso esperaba, le ayudaría bastante a cumplir todos sus sueños.
Aunque era un traje complicado, no quería arreglarse todavía, aun quería ver que presentaciones tendrían sus compañeros y no quería ensuciarlo con sudor o algún accidente.
Al ver la hora, se dirigió detrás del escenario para ver a Neru, quien sería la que abriría esa noche con su canción. Al encontrarla, la vio tecleando tan fuertemente su celular, que pensó que rompería este mismo en cualquier momento.
—Ehm, Neru —la llamó suavemente esperando no alterarla más— ¡Todo saldrá bien! No te preocupes, tienes mi apoyo.
Guardó el celular y formó una sonrisa.
—Ya lo verás, no te decepcionaré.
Rin se sorprendió por ese cambio de actitud, pero conociendo a su amiga, seguramente solo se estaba ocultando. Aún así, alzó sus pulgares viendo como ella se dirigía al escenario y corrió de ahí para poder ver la presentación en un mejor lugar.
Neru, sentía sus nervios a flor de piel, sentía su corazón latir fuertemente debido a la adrenalina, incluso sus manos se sentían tan heladas que pensó que todo su cuerpo se estaba entumeciendo. Esta era la primera vez que cantaba frente a tantas personas, además, conocía los demás talentos que la escuela aguardaba y lo que menos quería era quedarse atrás.
«Sólo canta lo que sientes» resonó la voz de Len en su cabeza. Ese fue el consejo que le dio al verla tan estresada por no encontrar su tema. «Mientras seas tú misma, podrás conectar con distintas personas. No tienes que hacer una historia compleja o una letra poética para llegar a los demás».
Ese chico, desde que lo conocía siempre se metía en todos sus asuntos, recordándole constantemente que no estaba sola. Cuanto odiaba saber que al final, él seguía dándole ánimos.
Meiko, fue la presentadora esa noche. Una vez terminó con la introducción, presentó a Neru, dejando el escenario en una completa oscuridad mientras ella se dirigía rápidamente a su lugar.
Los aplausos de cortesía cesaron cuando comenzó a sonar la música, y un reflector la iluminó a ella. Desde esta distancia, todos parecían pequeños puntos. Comenzó a mover su pierna al ritmo de la música, y cuando llegó el momento de cantar, tomó el micrófono.
¡Deja de molestarme!
¡Deja de molestarme!
¡Deja de molestarme!
¡Deja de molestarme!
¡Deja de molestarme!
¡Deja de molestarme!
Todos se mostraron levemente confundidos con esa letra. La voz de Neru era un poco más aguda que la de Miku, pero aun así llegaba a sonar un poco tierno; o eso es lo que Len pensaba, pero también le sorprendía bastante, ya que durante las prácticas, solía usar un tono más grave. ¿Acaso tenía un gran rango vocal?
¿Terminaste tus tareas?
¡Deja de molestarme!
¿Quieres dar una excusa?
¡Deja de molestarme!
¿Por qué no te das por vencida?
¡Deja de molestarme!
¿No puedes hacerlo, Verdad?
¡Deja de molestarme!
La rubia no tenía un escenario tan elaborado, su uniforme y su voz era lo único que necesitaba. Aún así, todos podían halagar sus expresiones, realmente se veía molesta.
Dejen de molestarme todos
Siempre encuentras fallas en lo que sea que haga
Esta bien hacer una queja
¿Pero no crees que esto ya es injusto?
Nunca te interesas por cómo me siento
Todo lo que quieres es tu propia satisfacción
¡Qué persona feliz que eres para quemar tu estrés con eso!
¿Que significó "yo" para ti?
Neru se movía por el escenario como si estuviera quejándose de algo con un amigo, logrando así una afinidad con el público que asentía con cada palabra. Len, presentía que tanta frustración, demostraba que esa canción iba para alguien, pero no sabría bien a quien y tal vez estaba buscando exagerando con sus suposiciones. Al final, estaba orgulloso de que lograra cantar lo que deseara.
Cuando termino de cantar, ella se inclinó ante todo, ganándose unos eufóricos aplausos por parte del público y sus compañeros.
Ese día, los jueces eran: León, Miriam, Lola y Sweet An, una de las antiguas integrantes de vocaloid (además de ser su profesora de arte), haciendo que los estudiantes estuvieran más nerviosos ante la presencia de la última. Ninguno dijo nada, pero si escribieron un par de cosas en sus hojas de calificación y al final de la noche, darían un veredicto.
Cuando salió del escenario, se encontró con Nero, quien la felicitó por su presentación, ella asintió débilmente y él entendió que ahora no estaba para hablar, aún así, ella le deseó suerte por lo bajo.
Al encontrar un sitio solitario, sintió como perdía la energía en sus piernas. ¡Lo había logrado! No se había equivocado ni una vez en la letra, o eso esperaba, estaba orgullosa de si misma. Ahora, debía correr a su lugar para poder ver correctamente las demás presentaciones, especialmente las de su hermanito.
Nero cantó "Butterfly on your right shoulder", muchos no le prestaron atención a la letra ya que el ritmo era bastante energético, pero ella al analizarlo un poco más, tuvo desagradables recuerdos. Aunque claro, Nero le había comentado que esa letra no lo creó solo, ya que el productor que lo estaba ayudando, también aportó algunas cosas. Tal vez debería dejar de preocuparse tanto por cosas del pasado.
A continuación, Big Al, cantó Last Dance donde ahí demostraba que sabía manejar muy bien el inglés. CUL, interpretó Lost Memory una canción que con la melodía hacia contraste con su aguda y fuerte voz. Galaco, hizo una presentación especial con la canción Galaxias y el escenario tuvo varias luces de colores que hacían parecer que era el espacio.
Cuando llegó el turno de Miku, Rin se mostró emocionada, mientras que Neru chasqueó la lengua con disgusto.
Cuando la música comenzó a sonar, Miku, no estaba en el escenario extrañando a todos. Pero todos señalaron la gran nube que iba bajando, la cual estaba decorada con tonos rojizos y naranjas abajo, imitando el fuego. A medida que fue bajando, todos notaron a la energética chica, quien vestía una blusa blanca que era algo holgada con un listón rojo en el pecho, también vestía unos shorts negros, con unas zapatillas negras sencillas, sus coletas eran recogidas por dos listones rojos, y en las muñecas tenía un listón atado del mismo color.
"Eso no estaba durante los ensayos" pensó Rin, pero bueno, Miku le encantaba sorprender a la gente.
Una lluvia repentina pasa
Empapada, me detengo
El olor del verano se siente un poco
Oye, salgamos juntos esta vez
Comenzó a cantar con su dulce voz, se bajó de la nube, durante el coro y comenzó a correr por todo el lugar, para darle ese aire de inspiración y energía a todo el sitio. Rin, sonrió orgullosa ante su presentación, una vez demostraba porque logró conseguir el primer lugar y no dejaría que nadie la sobrepasara tan fácilmente.
Len, igual estaba impresionado, pero quedó sin palabras ante lo hermosa y radiante que se veía, el blanco resaltaba el color de su cabello y ojos.
—Len-kun, cierra la boca —se burló Nero al ver su expresión.
Ahora todos entendía de que hablaba Miku, con su tema. Muchos recordaron su época de infancia con esto, y aquellos días donde todo parecía mucho más simple.
Amor y música, eso es todo lo que necesitamos
Porque todo lo importante está ahí
Desde el principio
Dentro de ti
Al final de la canción, varios globos de varios colores cayeron, haciendo que todo luciera mucho mejor y más colorido. Todos exclamaron emocionados y aplaudieron con fervor. Seguramente quedó como una de las mejores presentaciones de esta noche. Hatsune, saludaba al público, con la respiración un poco irregular debido al esfuerzo anterior, pero no paraba de sonreír torpemente. Dio una leve reverencia y luego se fue del escenario cuando las luces se apagaron.
.
.
.
Cuando terminó, Miku, se dirigió al camerino que compartía con Rin, para ver cómo iba con sus arreglos, especialmente porque ese vestido se veía difícil de acomodar.
—¿Cómo va todo por aquí? —preguntó, entrando a la habitación.
Neru, se encontraba recostada en la pared viendo su celular.
—Acaba de entrar —contestó sin alzar la mirada. Sacó una caja de pockys para pasar el rato.
Luego de 5 minutos, y no escuchar ningún ruido que indicara que su amiga estaba viva, Miku comenzaba a impacientarse.
—¿Rin-chan? ¿Está todo bien? —al no recibir una respuesta, Miku tocó la puerta con fuerza—. ¡Rin Kagamine, sal de una vez!
Era muy raro escuchar estresada a la Hatsune, tanto así que Neru, por fin le dirigió la mirada algo asustada por ese cambio de personalidad.
—P-pero es muy vergonzoso —contestó con una voz débil.
—¡Al menos muéstranos! —exigió Neru, al percatarse de la hora.
Ambas chicas se miraron impacientes, al parecer tendrían que sacarla por las malas.
—Hace falta tu maquillaje y peinado, no puedes quedarte más tiempo ahí —volvió a insistir Miku.
Al no recibir respuesta, Neru estuvo a punto de derribar la puerta, pero esta comenzó a abrirse poco a poco, dejando ver el vestuario que usaría la Kagamine esa noche.
—Whoa, te ves genial —murmuró Neru, asombrada.
—¡Te ves tan tiernamente genial! —exclamó Miku, abrazándola con fuerza
.
.
.
Por otro lado, Len se encontraba junto a Nero viendo las demás presentaciones, bromeaban sobre ciertas cosas, además de cuestionarse cómo es que llegaron tantas personas para una presentación escolar.
—Len-kun ¿no vas a ir a prepararte? —cuestionó Nero, al verlo bastante relajado, y eso que se trataba del gemelo más serio.
—Después de esta canción —respondió con un tono perezoso.
—Rin-chan, estará muy feliz con la sorpresa.
Ambos enfocaron su atención en IA, quien interpretaba Six Trillion Years and Overnigth Story, sorprendiendo a todos con sus pulmones al hacer partes bastante rápido sin perder el ritmo. Efectivamente, luego de esto, Len se retiró dejando a Nero solo, pero bueno, él se encontraba relajado, ya siendo uno de los primeros en salir, ahora tenía todo el tiempo para ver a los demás.
Luego de IA, siguió Yuki quien interpretó Disco Chocolate, demostrando una inocencia y dulzura que enamoró todo el público. Luego de ella, se presentaría Gakupo.
Luka, se encontraba en otro lado, al escuchar ese nombre, frunció el ceño preguntándose con que cosa ridícula saldría el samurái ahora. "Seguro hará cosas de doble sentido" rodó los ojos ante ese pensamiento.
Nuevamente, el escenario estaba oscuro, pero para su sorpresa, no sonó primero la melodía. Inició con una frase que caracterizaría al samurái por el resto de su carrera:
SA-MU-RÁI (¡mátate tú mismo, bastardo!)
Todos soltaron un "¿eh?" Ante esa extraña frase, pero rápidamente se olvidaron de eso al escuchar la música energética y que provocaba ganas de bailar. El ambiente parecía una disco, y durante la parte instrumental, Gakupo, demostraba sus grandes dotes en el baile, logrando reunir una cantidad de fanáticas que quedaron fascinadas ante él.
Un hechizo que funcionó en todas, menos en Luka, quien encendió su espíritu competitivo al ver esto. ¡Odiaba que llamara tanto la atención! Definitivamente lo destruiría.
Al final de la canción, hizo una breve demostración de sus habilidades con la espada (la cual salió de la nada, al parecer). Luka, apretó aún más los puños ante esto, tal vez fuera un gran bailarín, tal vez supiera manejar la espada, tal vez fuera de los hombres más guapos de la escuela, pero nadie, absolutamente nadie podía resaltar más que ella. Sonaba presuntuoso, lo sabía muy bien, pero cuando entró a la escuela, le prometió a su difunta abuela que daría lo mejor de si misma y que nadie la opacaría.
"Ya verá este idiota, quien es mejor" pensó para sus adentro, el aura llameante a su alrededor asustó a más de uno.
—L-Luka, deberías calmarte —sugirió Luki, sabiendo lo peligrosa que se volvía ella ante estas situaciones. Rezó internamente por el nuevo rival de su hermana, no garantizaba que saldría vivo al finalizar el año. Pero, en parte, esto le alegraba, tener un rival que la motivara solo sacaría a relucir mucho más su potencial.
Mientras tanto, Gakupo, solo podía ver de lejos a Luka, deseando que con esto la impresionara. "Seguro ya notó mi atractivo", pensó tontamente al sentir esa mirada llena de determinación, si tan solo supiera los verdaderos sentimientos que acarreaba esa mirada...
.
.
.
—No piensen que hemos acabado, todavía faltan muchas presentaciones y cada una los sorprenderá de maneras distintas —comentó Meiko, dando tiempo entre una presentación y otra—. ¡Ahora! ¡Rin Kagamine los sorprenderá con su gran historia!
Ahora, en vez de que las luces se apagaran, un telón rojo bajó.
—Espero que todo vaya bien —decía Miku abrazando fuertemente a Neru quien ya comenzaba a faltarle el aire, debido al agarre de Hatsune.
Nero fijó toda su atención al escenario, no podía perderse de esto por nada en el mundo.
Len, se encontraba corriendo para llegar por el lugar para poder llegar tras bambalinas, listo para entrar en escena en cualquier momento. Sonrió orgulloso, podía ser la chica más molesta que jamás haya tenido que presenciar, pero al ser su gemelo, confiaba en el talento que ella poseía.
"Vamos Rin, demuestra lo que tienes".
Lily, soltó una risa burlona al escuchar ese nombre, hasta ahora, la chica no había resaltado mucho durante las clases, seguramente no tenía nada extraordinario preparado.
Oh, ho, ho, ho, ho ¡Ahora, arrodíllense!
Dicha esta frase, el telón se abrió dejando ver un trono que parecía de oro y sentado en este estaba sentada Rin la cual llevaba un hermoso vestido de color amarillo con algunos boleros color blanco y una que otra rosa de adorno; su cabello era recogido por una pinza, que tenia de adorno una rosa negra dejando unos pocos cabellos sueltos y algo ondulados al final.
Hace muchísimo tiempo en algun lugar
del reino de la traidora inhumanidad
yacía en aquel castillo para gobernar
la princesa de solo 14 años
Un gran castillo falso se elevó al fondo mientras ella sostenía el abanico.
Los lujosos muebles eran su comodidad
Su sirviente al lado de ella era similar
Su caballo adorado era Josephine
Poseerlo todo le hacia sonreír
En ese momento llegó Len, posicionándose a su lado haciendo una leve reverencia.
Prácticamente todo parecía un musical, los accesorios usados detonaban como ella pensó en cada detalle para que todo saliera perfecto. Ahora mismo, no se sentía como Rin Kagamine, no, ahora estaba encarnando a esa malvada princesa que condenó a miles de personas.
Todos quedaron cautivados, sin querer perderse ningún detalle, la voz de Rin era perfecta para esta canción y las clases con Prima dieron sus frutos, ya que cada gesto era perfecto para la ocasión. Con el último coro, ella volvió a su trono, dando fin a su presentación.
Los aplausos fueron ensordecedores, el esfuerzo dio totalmente sus frutos. Miró de reojo a su gemelo, que le dedicó una sonrisa orgulloso.
Entre el público, Miku, solo podía exclamar "¡lo logró!" Sin dejar de abrazar a Neru, la pobre casi se pone morada por la falta de aire, pero una vez se deshizo de ese agarre, sonrió orgullosa ante la presentación de su amiga. Lily, por otra parte y con su orgullo destruido, solo pudo gruñir por lo bajo.
"Solo fueron los efectos de su presentación, quítale el escenario y no tiene nada. Ni su voz fue tan impresionante" era lo que se decía en un intento de negar el talento de la Kagamine.
Meiko, apareció en el escenario dando aplausos para seguir dando paso a las demás presentaciones.
—Si pensaban que esta historia es genial, solo quédense a ver lo que Len Kagamine tiene por mostrarles.
Rin intentó irse pacíficamente, todavía no sabía porque Len, no se cambió de ropas cuando tuvo la oportunidad. Pero, obtuvo su respuesta cuando este la tomó del brazo, evitando que se fuera.
Para sorpresa de todos, volvieron ambos al escenario. Ahora Len, arrodillado frente a ella, comenzó a cantar:
Mi querida princesa siempre estaré
Aquí tu sirviente fiel yo soy
Hermanos de corazón
Vine a l mundo para darte toda p rotección
Mi vida por ti daré el tirano seré yo.
Rin, no tenía palabra alguna para describir esto que sentía. ¿Acaso Len planeó su canción para que tuviera la misma historia que la suya? Y por lo visto, con un enfoque más lindo. Si quería que esto fuera una sorpresa, lo logró totalmente.
—Solo finge que eres la tirana princesa —murmuró alejando brevemente su micrófono, para luego continuar con su canción.
Prácticamente la historia hablaba desde el punto del sirviente, pero todos se encontraban conmovidos por como lograron juntar dos presentaciones para dar más vida a esta historia. Rin, se la pasó mayormente en su trono, mientras su hermano era el centro de los reflectores.
Hasta que llegó la parte en que a ella la atrapaban, Len, se acercó a ponerle su chaleco, para revelar ese giro de los acontecimientos que dejó a todos al borde de su silla. Hasta ella se impresionó con tristeza, al ver hasta el punto en que el sirviente llegaría para salvarla.
Rin, rápidamente reconoció la melodía que seguía, era el mismo tempo del puente. Así que sin dudarlo, cantó por lo bajo, a la par que su hermano. No tendría que dudar de los tiempos, ambos eran gemelos después de todo y la sincronización era algo sencillo.
Aunque el mundo vaya en contra de los dos
(Al final llegó la hora que se acordó)
Contigo a mi lado siempre caminaré
(Las campanas ya iniciaron su función)
Nunca olvides que siempre yo te cuidaré
(Y tú sin mirar a nadie a tu alrededor)
Y verte sonreír siempre desearé
(Recitaste mis líneas sin rastro de temor)
Ambos juntaron sus frentes durante esta escena, para el efecto dramático. Prima, se encontraba sumamente orgullosa por sus alumnos.
Cuando el verso final llegó, más de uno sintió como las lágrimas amenazaban por salir. En serio, ¿desde cuándo Len creó algo tan hermoso? Simplemente esta presentación los estaba dejando sin palabra alguna.
Al terminar, los Kagamine, se pusieron en el centro y dieron una gran reverencia, recibiendo los aplausos y elogios que se merecían. Si fuera posible, incluso lloverían rosas.
—Que conmovedora historia, por suerte ahorré bastante con esto —esto último hizo que se ganara una mirada de advertencia por parte de Kiyoteru—. ¡Ups! Digo, es hora de seguir con el show. ¡No es tiempo de seguir deprimidos!
Ya detrás de bambalinas, Rin aprovechó para abrazar fuertemente a su hermano.
—Muchas gracias por esto —él sonrió mientras le correspondía.
Mientras se dirigían a sus camerinos a cambiarse, se encontraron con su grupo de amigos, que simplemente debían ir a felicitarlos luego de ver una presentación de esa calidad.
—Len, realmente nos sorprendiste a todos —comentó Neru.
—¡Sí! Len-kun estuvo excelente —halagó Miku, ganándose una mirada de reproche por parte de Rin—. ¡Especialmente Rin-chan! —abrazó fuertemente a la mencionada.
—Los dos estuvieron asombrosos, por un momento creí que Rin-chan se volvió una tirana —comentó Nero, para luego hacer una pequeña reverencia ante ella—. A sus órdenes, hija del mal.
Rin, lo empujó levemente riendo ante su pequeña broma.
—¿Quién sigue? —se preguntó Kaito, acabando con ese ambiente rosa.
—Luka —respondió automáticamente Gakupo, quien al darse cuenta de esto, comenzó a correr para no perderse ni un segundo de esta.
—Pobre... —fue lo que murmuraron todos.
Rin, pidió que los demás se adelantaran, ya que ella tendría que cambiarse, no le apetecía estar el resto de la noche con ese pesado vestido y Meiko fue muy estricta con el tema de no dañar ni un hilo de este o sería ella quien tuviera que pagarlo.
—Debo darme prisa o sino me perderé la canción de Luka-san —murmuró para si misma, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. El vestido ya estaba colgado, se quedó con un leve rastro de maquillaje ya que se tardaría mucho en quitarlo. Ahora, solo faltaba su moño, el cual estaba amarrado a una diadema blanca.
Pero al encontrar la diadema sin este accesorio tan importante, sintió como se le bajó la presión.
—No puede ser —susurró afligida, al notar la ventana abierta. Al parecer sus sospechas eran ciertas, y esto era una mala señal.
Chapter 6: Mi Tesoro
Summary:
Rin pierde algo muy importante e intenta encontrarlo, aunque como siempre, las cosas no serán tan fáciles
Notes:
Canciones:
-Maguru Tabetai (Luka)
-Luka Luka Nigth FeverAdvertencias:
Amigos metiches, juego de verdad o reto, estupideces masculinas, referencias a películas de terror, ceros explicaciones sobre como unos adolescentes saben usar perfectamente los efectos especiales.
Chapter Text
Estuvo unos momentos alterada, a punto de entrar en pánico y con ganas de arrancarse el cabello al no saber que hacer. Así que tuvo que respirar hondo, y pensar: ¿Cómo rayos su prenda se iba volando por su ventana como si fuera un pájaro? Ni siquiera hizo tanto viento para que sucediera esto.
Cerró los ojos haciendo memoria. Dejó la diadema en la mesa cuando fue a cambiarse, y cuando salió, desamarró la tela para hacerse el moño con el nuevo peinado, pero al no gustarle el resultado, la dejó ahí encima. ¿Acaso no lo aseguró con algo pesado? Ugh, nuevamente su descuido era su peor enemigo.
La Kagamine, quiso que en ese momento la tierra se la tragara, mucha gente pensaría que solo era algo sin ningún significado y que podía comprarse en cualquier tienda, pero para ella era un objeto irreemplazable, ya que Len, se lo había regalado en su cumpleaños. Simbolizaba aquel lazo de hermandad que habían formado desde el vientre de su madre, por eso ella lo usaba todo el tiempo para mostrar su agradecimiento.
Lo que más temía en ese momento es ver la expresión de total decepción de su hermano. Ella podía ser una persona descuidada y despreocupada, pero quería demostrar que ella era capaz de cuidar las cosas importantes y que no era tan desinteresada como muchos creían.
Ahora debía calmarse, más tarde lo buscaría. Si se quedaba más tiempo ahí se perdería la presentación de Luka y eso lanzaría sospechas, sólo debía buscar una excusa coherente para luego buscarlo.
—Rin ¿estás bien? —Neru tocó la puerta del camerino de Rin algo preocupada.
—Tranquila. Ya salgo, ve y adelántate —respondió intentando sonar normal, aunque suponiendo como es Neru ya estaría sospechando algo, que bueno que ella acató la orden y se fue.
Llegó al lugar de las presentaciones observando como Luki terminaba su canción Come on Me.
—¿Luka-san ya salió? —preguntó algo decepcionada.
—No, Luka cambio lugares con el porque te estaba esperando —respondió Nero. notando como la chica se mostraba algo avergonzada ante esto. Decidió no decir nada sobre eso.
Luego de que Luki terminara de cantar, Meiko llegó al escenario dándole paso a Luka quien portaba su ropa usual de escuela pero se notaba más confiada que nunca. Se posicionó frente al micrófono tomando una gran bocanada de aire mientras una suave melodía comenzaba a sonar.
Quiero comer atún
Quiero comer atún
Un delicioso pescado fresco quiero probar
Todos quedaron con cara de no saber que decir, especialmente los hombres se mostraban decepcionados ya que esperaban ver un poco más de movimiento. El grupo se quedó con la boca abierta, cuando ella dijo que cantaría sobre comer atún, no creyeron que fuera tan literal.
—Sólo está calentando —comentó Luki, con una sonrisa de orgullo, aun sin salir de detrás del escenario.
Luka, formó una sonrisa más confiada, tomando algo de aire para iniciar:
¡No lo hagas, no!
El ritmo cambio a uno totalmente diferente, sonaba más energético, más movido, como si de una discoteca se tratase, incluso tenía una bola disco encima del escenario que reflejaba distintas tonalidades. Luka, quitó el micrófono de en medio para darse más espacio y comenzar a bailar. Ahora era su turno para deslumbrar a todos con su talento, sus habilidades físicas no solo servían para pelear, también le brindaron una gran estamina para poder cantar mientras seguía su coreografía. El hechizo que puso en todos funcionó, ya que muchos hombres se encontraban babeando por ella, especialmente a Gakupo.
Su baile permitió conectar con el público, hacía señales a los demás para que aplaudieran en determinados momentos.
Luka Luka Nigth Fever
Me encanta cómo brillas
Saltemos con todas nuestras fuerzas
¿Estás listo?
Mucha gente quedó sorprendida ante el gran talento que la Megurine demostraba, su voz era tan madura pero a la vez tan dulce que muchos quedaron embelesados con su voz, y no parecía flaquear a pesar de los rápidos movimientos que hacía, demostrando un gran control en su voz. Fue tanto el impacto que tuvo, que incluso obtuvo un club de fans en los pocos minutos que duró la canción; el cual Gakupo se encargó de sacar del lugar.
—¿Acaso él no es un acosador? —cuestionó Neru.
—Además de idiota —añadió Rin con una mirada de indiferencia. Len la miró fijamente como si hubiera notado algo nuevo en ella dejándola algo nerviosa.
—Rin ¿dónde está tu moño? —y ahí estaba la pregunta que tanto temía, incluso pudo jurar que sonaba algo molesto.
—Se me olvidó, es que tenía mucha prisa para ver a Luka-san —respondió con una sonrisa nerviosa que solo notaron Nero y Len, pero el segundo decidió no preguntar nada, ya después hablaría con ella.
Las presentaciones siguieron su curso y con ello Mizki comenzó a cantar Cyber Thunder Cider, una canción que dejó impresionado a más de uno por los efectos tan tecnológicos que tenía la canción. Durante la canción, Luka quien ya estaba harta de su acosador samurái, decidió tomar un poco de aire para alejar a ese maldito pervertido de ella. Justo en ese momento mientras ella se levanta, Len, quien llevaba algunos refrescos y por estar tan pendiente de la canción, chocó contra ella justamente en sus grandes pechos.
El silencio fue sepulcral, pero luego de tres segundos, todos reaccionaron.
Resultado: un Gakupo muy celoso, Neru grabando el momento, y los demás sorprendidos mientras que su hermana comenzaba a planear su funeral.
—L-Lo siento Luka-san —rogó por su vida de una manera que no hiciera que perdiera la poca dignidad que le quedaba.
—Len-dono, creo que hoy es tu último día —comenzó a sacar su katana rodeado de un aura de celos que asustó más al pobre rubio quien sólo tuvo un pequeño accidente.
—Tranquilo Len-kun, sé que fue un accidente —dijo Luka haciendo que los todos quedaran con la boca abierta de la impresión, eso no se lo esperaban para nada—. Pero si lo vuelves a hacer considérate muerto —advirtió en un tono tan siniestro que asustó a todos, luego de eso decidió salir de una buena vez por todas.
La siguiente fue Gumi quien llevaba una chaqueta naranja y unos pantalones desgastados su canción fue Jinsei reset button, con la cual logró impresionar a todos con su dulce voz y su gran historia; Mew cantó Stella una canción muy linda para todos mientras usaba una ropa más abrigada; Mayu, cantó Kodoku no Bannin donde demostraba su naturaleza yandere, asustando a todos los chicos que les parecía linda. Miki, interpretó Satellite una canción de amor que la hacía ver muy tierna; la siguiente fue Lily y fue el motivo por el cual Rin deseaba tirarle varias cosas contundentes como naranjas, tomates incluso el hacha de Mayu. Lily, empezó a cantar Prototype haciendo sensuales danzas haciendo que algunos hombres (como Gakupo) babearan por ella, Luka (quien regresó un poco antes) al verlo sintió una gran furia pero lo disimuló.
No le agradaba para nada Lily por cómo había actuado con Rin, ella no se metió en la pelea por el simple hecho de que no quería causarle cicatrices para la presentación. Cuanto lamentaba no haberle dado su merecido en ese momento.
Oliver, cantó Tarántula una canción que fue extraños para muchos, pero al final tenía un mensaje oculto. Piko interpretó Meteor Words. Tone Rion la chica Moe presentó Toki yo tomare donde mostraba su aguda voz. Por fin llegó el momento de Kaito, y Miku por alguna razón, se sentía ansiosa y también tuvo un sentimiento extraño en el pecho al ver como varias chicas se volvían locas por él. El muy idiota había olvidado abrocharse su chaqueta dejando ver su gran marcado abdomen que provocó muchos ataques al corazón esa noche.
—Miku-nee ¿estás bien? —preguntó con miedo la Kagamine al ver que no tenía ningún brillo en su mirada, algo que le recordó demasiado a Mayu.
—Estoy bien Rin-chan —formó una sonrisa que solo le causó escalofríos.
Neru frunció el ceño al ver a Len sonrojarse como idiota cuando Hatsune le hablaba o le sonreía. ¿Acaso no se daba cuenta de que ella estaba enamorada de alguien más? El amor definitivamente era algo molesto. Ya cansada de ver el masoquismo por parte del rubio, salió a tomar un poco de aire. Len al ver esto quiso seguirla, además, no quería seguir escuchando como Kaito cantaba My Ice Cream Is Melting.
—Neru ¿estás bien? —preguntó al verla sin su celular en mano, esto ya era una señal de alerta.
—Eres raro ¿sabes? —comentó haciendo confundir a Len—. Siempre vienes a mí, a pesar de que quiero estar sola —dijo mientras veía el cielo pero su flequillo tapaba su mirada. Algo muy malo debió pasarle para que empezara a hablar así.
—Es porque tengo el presentimiento de que odias estar sola, pero lo ocultas para no salir lastimada. Así que, prefiero que me odies por esto, antes que realmente dejarte a tu suerte —la rubia se mostró muy sorprendida ante sus palabras pero su vergüenza pudo más así que ni siquiera podía alzar correctamente la mirada.
—¿Por qué te atreves a hablar como si me conocieras? —masculló con enojo, apretando sus puños.
—Porque me importas —respondió simplemente haciéndola sonrojar más de lo que ya estaba. ¿Cómo carajos Len podía decir cosas como esas cómo si nada?
—¿Uh?
—Sé que nos conocemos hace poco, pero siento que hablarte es tan natural como si nos conociéramos de toda la vida. Rin y yo no tuvimos muchos amigos de nuestra edad, así que quiero apreciar a las personas con las que pueda sentirme en confianza —contestó de forma tan sincera, que perdió la oportunidad de molestarlo o insultarlo para cambiar el tema.
"Claro, amigos..." pensó con tristeza, aunque luego su mirada reflejó algo de culpabilidad, era muy difícil saber que tantas cosas pasaban por la mente de Akita.
—S-Si quieres te puedo ayudar con Hatsune —dijo titubeante con la mirada baja cambiando rápidamente de tema.
Si él era un tonto por creer que tenía oportunidad, ella era peor porque lo quería apoyar hasta el final, aunque alguien seguramente saldría lastimado de todo esto. Al parecer la idiotez era algo contagiosa.
—Gracias Neru —le acarició su cabeza gentilmente y luego lo apartó de un manotazo.
—¡No te trates como una niña! —fingió enojo, pero era para que no notara la tristeza en su mirada.
Cuando la pareja llegó a sus lugares, Rin notó ese extraño ambiente que se había formado entre los dos, exactamente en Neru. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que se trataba cuando vio a Len sentarse junto a Miku haciendo que la Akita tomara unos asientos muy separados de ellos dos.
—Mi hermano es un idiota —susurró algo enojada, ahora que tenía al menos una mínima idea de lo que pasaba ¿qué debía hacer en esa situación? ¿Seguir su instinto o cumplir los deseos de su gemelo?
—¿Por qué lo dices? —preguntó Nero quien estaba sentado junto a ella.
—Sólo lo vi y me acordé —se encogió de hombros intentando restarle importancia al tema.
El siguiente en cantar fue Meito, quien canto Bad Apple una canción muy conocida, ya que con una molesta hermana no podía crear letras tan fácil. pero para evitar quejas por su falta de originalidad, hizo un cover a guitarra acústica logrando resaltar su hombría. La siguiente fue su hermana, Mei, la cual cantó Honey una canción que la hizo ver más inocente y tierna ante los ojos de todos. Yukari interpretó Setsu-Getsu-Ka. Yuma continuó con The Flower of Glass una triste historia de amor vistiendo un traje tradicional japonés; muchas admitieron que esos trajes de verdad le lucían. Seeu interpretó I=Fantasy. Sonika siguió con Cybermoon, y por ultimo Nekomura finalizó con Koi no I・RO・HA Oshiemasu.
Cuando terminó la presentación de todos los estudiantes Rin, iba a irse rápidamente a buscar su prenda, pero se dio cuenta de que lanzaría muchas sospechas de sus amigos, además de que Meiko diría quien recibiría el castigo y eso no podía perdérselo por nada. Estaba muy ansiosa por saberlo y sólo deseaba que no le tocara a ninguno de su grupo por lo menos; más bien quería que Lily recibiera ese castigo.
—Bien estudiantes, todos hicieron una presentación increíble, estoy orgullosa de su esfuerzo y dedicación. ¡Pero! Hoy tenemos que elegir un perdedor lamentablemente. El perdedor recibirá como castigo no mis clases; tendrá que venir disfrazado de un gran conejo rosa y en vez de caminar hará saltitos por toda la semana.
Todos sudaron frío ante esto, algunos para escapar de esto, se levantaron con intenciones de tirarse por una ventana (aunque estuvieran en un primer piso).
—¡Idiotas, quédense quietos! —después de ese grito carraspeó un poco antes de continuar. —El perdedor es… —sacó con lentitud el sobre donde se encontraban los resultados, con tanta lentitud que solo aumentaba la presión, formó una sonrisa sádica al leer el contenido. Muchos ya ni estaban respirando para este punto. —. ¡Ninguno! —exclamó con una sonrisa.
—¡Ehhh! —exclamaron los estudiantes impactados deseando matar a la directora por desperdiciar su tiempo en algo como esto.
—¡Cálmense mocosos! —gritó dejando de nuevo el edificio en silencio. Si la Meiko, amable era una persona sin piedad, no querían imaginársela enojada—. Decidimos que todos lo hicieron muy bien, además es como un premio por haber trabajado tan duro, pero no piensen que la próxima ronda se salvan del castigo.
Todos lanzaron un grito de victoria llenando el lugar de alegría.
—Fue un gusto tenerlos aquí, así que tengan un buen viaje camino a casa —los despidió Miriam en la salida del edificio con una amable sonrisa.
No podían creer que todo acabó, al final las cosas resultaron bastante bien y sin accidentes, incluso varios del público se fueron felices y halagaron la profesionalidad con la que se llevó a cabo el evento.
Ya todos iban saliendo, incluido el grupo de Rin, pero ella tenía que quedarse, tenía que encontrar su lazo.
—Rin ¿Qué pasa? —preguntó Len al verla sin moverse.
—Estoy bien, pero creo que dejé el vestido sin guardar, y no quiero que Meiko-san me mate. Así que adelántate ya te alcanzo —respondió. Ya casi todo el grupo había tomado su propio camino así que sólo estaban ellos dos.
—Ya es de noche, ¿seguro no quieres que te espere? —no le parecía buena idea dejarla sola.
—Oh, ¿acaso temes que me pase algo? Oh vamos, ni que viviéramos a dos horas de la escuela —bromeó ella para despistarlo, cosa que funcionó.
—Tsk, como sea, más te vale no llegar tarde para la cena.
Len, se quedó viendo como Rin, corría de nuevo adentro de la escuela. Miró a su alrededor, todavía se quedaban algunas personas y las calles no se veían tan solitarias. Ugh, ¿en serio se estaba comportando muy sobreprotector? Sería mejor irse antes de recibir otra burla.
Aún así, su mal presentimiento no se iba del todo.
Rin, entró a las instalaciones de la escuela, buscando en cada salón, en cada asiento, incluso fue hasta la azotea, pero no había nada. Estaba tan preocupada que no se dio cuenta de que ya había pasado más de una hora, sólo quería encontrarlo rápido.
Intentó recordar la dirección en la ventana que lo dejó, así que decidió buscar afuera de la escuela, llegando a una parte con algunos árboles decorativos y efectivamente, ahí se encontraba su prenda. Ahora, ¿cómo la bajaría? Se encontraba muy alta y dudaba mucho tener los zapatos adecuados para trepar.
.
.
Len, quien estaba en la cocina preparando la cena, miro el reloj que estaba en esta viendo que hace una hora Rin ya debería haber llegado. Ese comportamiento después de su presentación era muy extraño, se estaba empezando a preocupar. Ni siquiera contestaba su teléfono haciendo que esa mala sensación solo creciera en su pecho. Solía burlarse de la gente que creía que los gemelos podían leerse la mente entre sí, pero algo le indicaba que Rin si se encontraba en problemas. ¿Acaso se le perdió algo importante? ¿O dañó el vestido y quería arreglarlo antes de que Meiko se diera cuenta?
—Tsk, ¿por qué no contesta? —se preguntó con clara preocupación.
Miró su teléfono luego de ser enviado de nuevo a buzón. Marcó otro número rápidamente, debía asegurarse de que no se hubiera metido en problemas.
Él no era el único preocupado por el comportamiento de la rubia, Nero se encontraba en casa reflexionando un poco sobre el cambio de actitud de Rin luego de su presentación. ¿Acaso no le gustó cómo quedó todo? ¿Sintió que cometió un error que nadie más notó que ella? Bueno, seguramente eran paranoias suyas, podía estar solo cansada luego de haberse esforzado tanto, era algo normal ¿no?
En ese momento sus pensamientos son interrumpidos por su hermana quien entró a la habitación.
—¿Qué pasó? —preguntó. Por la mirada de Neru, suponía que era algo serio.
—Es Rin, desde que nos fuimos ella no ha regresado a casa. Len dice que estaba en la escuela, pudo haber pasado algo —respondió, aun aferrándose fuertemente a su celular.
Como un resorte, se levantó de ahí decidido a actuar, no podía perder más tiempo. Tomó la chaqueta de su asiento dispuesto a salir, pero antes de hacerlo, miró a su hermana:
—Encuéntrate con Len, yo iré a buscarla.
Neru, se mostró algo confundida al inició, pero terminó aceptando.
Luego de unos minutos ella también sale para reunirse con el mencionado en una calle cercana. La preocupación era palpable incluso desde lejos, no quería imaginar el caos que tenía en su mente el Kagamine, en estos momentos.
—No te preocupes, Nero fue a revisar la escuela —fue lo primero que dijo al verlo.
—Es mi culpa, debí haberla esperado. Sabía que algo estaba mal, pero no seguí mis instintos —apretó con fuerza sus puños mientras baja la mirada.
—No es culpa de nadie —tomó sus hombros para intentar transmitirle un poco de apoyo y para que dejara esa actitud tan lastimera—. Ya verás como la encontramos a salvo —en ese momento él alza la mirada encontrándose con los dorados ojos de Neru.
Puede que Neru dijera cosas tranquilizadoras, pero la verdad es que ella también estaba preocupada, pero se estaba haciendo la fuerte para apoyarlo en esos momentos. Len, tuvo que agradecer esto. La mirada de Neru, le transmitió algo de calma, podía perderse en ellos un largo rato, como si fuera hipnotizados por estos mismos. Pero antes de caer más, ella desvió su mirada para sacar su celular.
—Voy a llamar a Nero a ver si ha encontrado algo.
Len al entrar en razón se avergüenza un poco por aquellos pensamientos ocultando su sonrojo tras la bufanda. Neru lo miró de reojo unos segundos sin poder evitar pensar lo lindo que se veía de esa manera. ¡No era tiempo de pensar en eso! Debía preocuparse por Rin.
—Ella siempre hace lo mismo —murmuró Len, caminando junto a Neru—. Quiere solucionar todo por su cuenta, como si siguiera siendo el niño débil de antes. Es muy molesto.
—Ambos son unos tontos —comentó ella—. Tú también le has ocultado cosas a ella para protegerla ¿o me equivoco? —Len, aceptó a regañadientes—. ¿Ves? Tal vez ella no ve el problema tan grave, pero creo que cuando sea algo que la supere, te buscará.
—Eso espero...
Ninguno dijo nada más, comenzando a buscar por zonas cercanas a la escuela por si llegaban a cruzársela.
.
.
.
La pequeña rubia, se encontraba hecha un desastre: tenía hojas en su cabello, sus piernas y brazos estaban llenos de aruñones debido a las ramas del árbol. No tenía zapatos, ya que se los quitó para tener un mejor agarre al subir, pero todavía le faltaba fuerza en los brazos para alcanzar la rama donde se encontraba su moño. Cualquiera que la viera en ese momento, no creería que se trataba de la misma persona que interpretó a la princesa del mal hace unas horas atrás. Por suerte, no traía su uniforme, sino ropa deportiva, así que no le dolería tanto arruinar este atuendo.
La prenda se encontraba en el borde de una rama, debido a su baja estatura, tendría que acercarse bastante para poder si quiera rozarlo. Miró abajo, tragando saliva, cualquier error y terminaría seguramente con algún hueso roto. Negó con la cabeza, alejando esos pensamientos y volvió su vista hacia arriba.
"Sólo un poco más" pensó, poniéndose nuevamente en marcha. Usó una de las ramas como si escaleras se tratara, pero, al no tener cuidado, terminó pisando una rama bastante débil que terminó rompiéndose, arruinando su equilibrio y sin poder sostenerse adecuadamente, terminó cayendo.
Cerró los ojos preparándose para el impacto. Ugh, ¿acaso este era su castigo por todos los errores de su vida? Maldición, esperaba al menos no desmayarse o sino nadie la encontraría. Ah, tal vez debió ser sincera desde un inicio, ella y su estúpido orgullo.
Pero, no llegó a sentir el duro suelo, en cambio, se vio envuelta en unos cálidos brazos. ¿Este aroma? Oh, le recordaba bastante a Nero, sería genial que fuera él quien la salvara. ¡Un momento! Esto no era un sueño ¿cierto?
—Nero… — susurró su nombre mientras abría los ojos encontrándose con el rostro preocupado de este.
Este, había corrido para alcanzar, y para evitar algún impacto mayor, terminaron ambos en el suelo, aunque él se encontraba debajo, protegiendo a Rin de cualquier golpe.
—Estábamos muy preocupados —fue lo primero que dijo al verla.
Ella se percató de la posición en la que estaban, y terminó levantándose rápidamente mientras ayudaba a Nero a hacer lo mismo. Pensó que este tipo de escenas solo ocurrían en películas...
—Lo siento —murmuró mirando hacia el suelo—. S-solo, no quería que Len se enojará conmigo.
A Nero le extrañó bastante esa actitud, ¿qué cosa tan grave hizo como para comportarse así? En otra situación, simplemente habría tenido una pelea con Len y listo.
—Mira, no sé que pasó, pero aunque se enoje, te perdonará rápidamente. Volvamos a casa, él se encuentra preocupado —le ofreció su mano, pero ella negó con la cabeza.
—No puedo volver sin eso —por fin alzó su mirada para señalar la blanca prenda, que seguía ondeando en la cima del árbol, como si se burlara de ella—. Sé que parece un pedazo de tela cualquiera, y puede que no valga la pena todo el esfuerzo, pero es un regalo de Len; es muy importante para mí —su mirada reflejaba una fragilidad que no pensó ver jamás en Rin.
Para sorpresa de ella, Nero la miró con comprensión, para luego poner una mano en su cabeza, quitándole algunas hojas que tenía en su cabello.
—Entiendo. Si es tan importante, entonces te ayudaré a tenerlo de vuelva —miró nuevamente el lugar donde estaba el objeto, y luego se quitó la chaqueta para tener una mejor movilidad—. No me gusta ensuciarme, pero si es por ti, lo haré.
Rin lo miró impresionada, ¿acaso era normal que un chico se comportará de esta forma? Por suerte la caballerosidad no estaba muerta, gracias a personas como Nero.
Ella observó como este escalaba rápidamente el árbol, y gracias a su estatura, logró agarrar de forma rápida la tela, para luego bajar de un salto. Lo hizo parecer tan fácil, que en parte se sintió bastante ridícula por haber luchado tanto tiempo con una planta.
—Listo, princesa —dijo Nero con una sonrisa.
Rin recibió el moño en sus manos, lamentablemente, ese se notaba algo sucio, pero por suerte, no se encontraba roto o algo a por el estilo. Se lo llevó a su pecho, aliviada de tenerlo con ella, podía lavarlo y estaría como nuevo.
—Pero, debes prometerme algo —agregó él, con un tono serio. Rin lo miró confundida—. Confía en mí. Si es algo que no puedes decirle a nadie más, puedes contar conmigo. No quiero que vuelvas a enfrentarte a un problema sola, ¿entendido?
Nero definitivamente salió de algún manga, porque no podía creer que dijera esas cosas sin titubear. Rin asintió levemente, alzando su meñique en señal de promesa.
—De acuerdo, muchas gracias, Nero —dijo con una sonrisa, ambos sellando el trato con un sus meñiques.
—Ya es tiempo de volver, debemos curar tus heridas —mencionó ver al ver la apariencia de la joven. Aliviado de ver que solo eran heridas superficiales.
Ahora con la calma de nuevo en su mente, Rin fue muy consciente de su apariencia, fue a buscar sus zapatos para al menos tener un poco más de dignidad consigo misma.
—¡Rin! —gritó una voz conocida para ella.
En la entrada de la escuela, dos rubios corrían hacia ellos.
—¿Neru? ¿Len? ¿Qué hacen aquí?
—¡Idiota! ¿No ves lo preocupado que estabas? ¡Ni siquiera respondías tu celular —regañó su gemelo con un tono severo.
—Lo siento... —volvió a bajar su mirada, realmente no podía culparlo.
—Todos estábamos preocupados —enfatizó Neru, pero con un tono más calmado—. Len, no le hables así a tu hermana apenas la ves —puso ambas manos en su cintura mirándolo con reproche.
Este tomó algo de aire, calmándose un poco.
—¿Qué pasó? Tu nunca sueles hacer eso —en eso, notó como Rin tenía su moño en un puño a la altura de su pecho.
—No quería perderlo y que te enojaras —Len se sorprendió al ver que todo este problema se había causado por un regalo tan insignificante como ese. De todas formas estaba feliz por ese gesto.
—Idiota, no tenías que hacer esto. Mira estas toda lastimada —reprochó señalando las múltiples heridas leves que tenía en sus manos, ella no pudo evitar sentirse avergonzada por esto—. La próxima, solo dime y te compraré uno nuevo —Rin hizo un puchero ante esto.
—Que bueno que estás a salvo —comentó Neru cerca de ella.
—Hora de vuelvas a casa —sugirió Nero.
Los Akita terminaron acompañando a los Kagamine hasta su apartamento, con un ambiente mucho más ameno.
—Oigan, ¿no quisieran pasar a comer algo? —preguntó Len. Ambos hermanos se miraron un brillo en sus ojos.
—¡Claro que si! —no disimularían su felicidad, después de todo, se salvaron de tener que cocinar en su casa.
Unos minutos después, los 4 se encontraban en el comedero de los gemelos, fascinados por las habilidades culinarias de Len.
—Esto es delicioso —halagó Neru, con las mejillas como una ardilla.
—Es verdad —Nero estaba igual de fascinado por la cena—. Definitivamente eres un buen sirviente.
A Len Kagamine no le gustó esta broma.
—Es culpa de Rin por no saber cocinar —replicó con molestia señalando a su hermana.
—Tú sabes que si cocino puedo quemar la cocina —mencionó Rin con desinterés mientras seguía comiendo. Ya sus manos y rodillas habían sido vendadas.
—Ya lo hiciste una vez —masculló el rubio.
Ambos Akita, se mantuvieron al margen de la posible pelea que se daría, ya sabían que este tipo de enfrentamientos era algo muy común entre ellos; pero también era una buena señal de que todo estaba bien.
Para su suerte, la pelea es interrumpida por el sonido del timbre.
—Yo voy —Len se levantó, sin muchos ánimos, de su asiento yendo directamente a la puerta, la cual al ser medio abierta se vio a si mismo aplastado por varias personas que intentaban entrar al mismo tiempo.
—¡Rin-chan! —Miku fue la primera en salir de la multitud y se abalanzó hacia su amiga, la cual no entendía que pasaba.
Detrás de ella, vio a su grupo de amigos, que poco a poco iban llenando la sala. El pobre Len, quedó prácticamente aplastado y poco a poco se iba recuperando de la estampida.
—Esperen —Rin se soltó del abrazo de Miku para ver a los demás invasores—, ¿qué hacen aquí?
—Neru, nos llamó —respondió Luka, indiferente como siempre, cruzada de brazos.
—Diciendo que Rin había desaparecido —añadió Gumi.
—Así que vinimos cuanto antes —completó Gakupo.
—¿Y por qué esas maletas? —preguntó ahora Len, algo fastidiado por la forma en que habían irrumpido en su casa.
—Nos vamos a quedar —contestó con una gran sonrisa Kaito quien ya iba directo a la nevera de los Kagamine para ver si tenían helados, ganándose un regaño de Miku en el proceso.
—¡¿Qué?! —exclamaron sorprendidos los gemelos.
—Pensamos que sería buena idea —mencionó Gumi.
—Para que Rin-san, se sintiera mejor después de lo que pasó- dijo tímidamente Mei.
—¿Y sí Rin-chan no hubiera aparecido? —cuestionó Nero.
—Nos hubiéramos quedado de todos modos —respondió Miku regresando de la cocina, arrastrando a Kaito de la bufanda.
—No hubiéramos podido estar tranquilos —se lamentó Luka con falsas lágrimas.
Los gemelos se sorprendieron de lo oportunistas que podían ser sus amigos.
—¿Acaso te molesta que se queden? —preguntó Neru refiriéndose a Len, el cual gruñó por lo bajo—. Si dejas que se queden, Hatsune va a dormir aquí —comentó ella mientras sacaba su celular. Esa simple frase hizo que este reaccionara.
—Tú planeaste esto ¿cierto? —Neru simplemente se fue ignorando al rubio.
Ya haciéndose la idea de que no podrían deshacerse de sus amigos esta noche, Rin y Len, aceptaron su destino dejando que se quedaran. Acomodaron la sala, moviendo los muebles para tener más espacio.
—¡Juguemos a verdad o reto! —sugirió una sonriente Gumi alzando una botella de vidrio vacía, como si fuera un premio.
Todos se miraron entre sí y se encogieron de hombros, no estaría mal jugar eso por un rato. La peli verde esperó a que todos estuvieran en círculo para hacer girar la botella, cuando ya todo estaba listo, la botella señaló a Rin.
—Así que ¿verdad o reto? —preguntó Gumi, con una cara maliciosa, que hizo que todos desconfiaran de sus intenciones con este juego.
—Verdad —no se iba a arriesgar a que la pusieran a hacer algo vergonzoso.
—Entonces ¿quién fue tu primer amor?
Rin se quedó en blanco ante esta pregunta mientras que Miku y Len, se miraron entre sí algo tensos. Al parecer no era un tema que se mencionara mucho entre ellos. La rubia soltó un suspiro resignada, sintiendo la presión de las miradas curiosas.
—Mikuo Hatsune, el hermano mayor de Miku —contestó con simpleza.
"¿Qué tienen de especial los Hatsune?" Fue lo primero que pensó Neru, mirando de reojo a su hermano, quien estaba apretando fuertemente sus puños. Negó con la cabeza ante esto.
Nadie supo que decir ante esta respuesta, las miradas incómodas de Miku y Len, no es que ayudaran mucho, pero Rin, simplemente sonrió, tomando la botella y haciéndola girar, logrando que el tema fuera olvidado.
Durante los siguientes turnos Gakupo, recibió un beso en la mejilla por parte de Luka, quien juró nunca más volver a decir reto si estaba presente el samurái. A Kaito, se le fue prohibido comer helado de lo que resta de la noche; sólo queda decir que hizo un drama monumental para que le cambiaran el reto pero ni siquiera eso fue suficiente para que todos se apiadaran de él.
Al final, el turno fue de Miku, quien escogió verdad; no se iba a arriesgar a que la obligaran a hacer algo horrible como lo que le pasó a Kaito.
—Miku-nee ¿hay alguien quien te guste? —preguntó Rin con una sonrisa felina, la cual creció al ver como Kaito, estaba totalmente pendiente de la conversación.
—Si hay alguien, pero no creo que esté a su altura.
Todos se miraron confundidos, Miku Hatsune, era de las personas más populares que alguien podría conocer, su título de Diva no solo era por ser la mejor cantante, sino que su personalidad lograba que fuera amado por todos. Rin, recordaba perfectamente como recibía una confesión al menos una vez a la semana.
—Siempre está rodeado de chicas lindas, no se da cuenta de mis indirectas, Creo que... simplemente no es capaz de fijarse en alguien como yo —formó una triste sonrisa que provocó que todos pensaran «¡quiero abrazarla!»
—Miku-nee —susurró con algo de lástima. Se sentía tan mal de verla en ese estado, se supone que ella era su amiga y debía animarla pero no sabía ni siquiera qué decirle.
Mientras tanto Len, se decepcionó al saber que él no era el chico del cual ella estaba hablando. "Igual, me lo esperaba" pensó con tristeza.
—Miku-chan, no deberías decir eso —dijo Kaito mientras se acercaba a ella y la tomaba de sus hombros—. No deberías decir que no está a tu altura. Tú eres muy talentosa y linda, además de ser muy amable. Si no lo puedes conquistar ese tipo de verdad es un idiota —soltó de repente, se avergonzó cuando se dio cuenta de que todos lo veían pícaramente.
Miku, se puso aún más roja por las palabras dichas por su "amigo". Gumi, sonrió satisfecha, por fin obtuvo un poco de material.
—Creo que ya deberíamos hacer otra cosa —sugirió Gumi, quien le guiñó el ojo a Miku; la cual no entendió ese gesto.
—¡Veamos una película de terror! —exclamó Rin levantando sospechas de que se traía algo entre manos.
—Deberíamos hacer palomitas —sugirió Luka.
—Nosotras elegiremos la película —dijo Rin junto a Gumi, las cuales traían algo entre manos.
—¿Estará bien confiar en esas dos? —preguntó Len temiendo por la dignidad de todos.
—Quien sabe —murmuró Nero teniendo el mismo presentimiento.
Cuando ya todo estaba listo los chicos se sentaron en la sala, algunos en el suelo otros en el sofá. La película que verían seria «Actividad Paranormal». La mitad de la película no fue la gran cosa, pero para otras personas más asustadizas (como Mei y Miku) creían que les daría un infarto en ese momento. Cuando las partes más terroríficas llegaron, Rin, calló su vergüenza y abrazó a Nero como si de un peluche se tratara sin dejar de ver la pantalla. Neru, en cambio intentaba no mostrarse miedosa ante estas escenas aunque de verdad estaba muy asustada, mirando disimuladamente su celular para no ver todo el tiempo la pantalla.
—¿No tienes miedo? —susurró Len cerca de ella provocando que ella se sobresaltara.
—C-Claro que no tengo miedo solo es una película —dijo cruzándose de brazos pero a Len esto sólo le ocasionó más gracia, al ver que estaba temblando.
—Tranquila Luka, si tienes miedo puedes abrazarme todo lo que quieras —Gakupo se acerca lentamente a ella arrinconándola en la punta del sofá, pero ella logra alejarlo, poniendo su mano frente a su cara, poniendo un límite.
—Estoy bien, esta película no da tanto miedo —rechaza indirecta pero muy directamente su "invitación".
Miku, quien estaba al lado de Gakupo, siente un poco de lástima por este, al ver el aura deprimida que traía encima.
—¿Kaito, a dónde vas? —preguntó al ver al mencionado levantarse de su lugar.
—V-Voy al baño —el peli azul se va rápidamente del lugar ante la mirada de sospecha de Miku.
La chica de coletas decide seguirlo, no confiando en sus palabras y lo intercepta a mitad del pasillo. Estaban en un punto ciego, pero igual, el resto de sus amigos se encontraban muy concentrados en la película como para notar esto.
—No voy a dejar que comas helado —extiende sus brazos con la intención de no dejarlo pasar.
—No iba a hacerlo —contestó el chico quien ya empezaba a sufrir la abstinencia de no haber comido su "delicia de los dioses" en más de una hora.
Se acerca lentamente a ella poniendo más nerviosa a la chica quien estaba algo extrañada de esa actitud. "Sólo está así por el helado" se repetía en su mente intentando no darse ideas equivocadas.
—¿K-Kaito... ? —susurró intentando hacerlo entrar en razón, estaban tan cerca el uno al otro que podía sentir su aliento, sobre sus labios, generando un cosquilleo en los mismos.
—Te digo que no es nada —murmuró en una voz tan ronca y sensual que Miku sintió como sus piernas comenzaban a fallarles y su corazón daba un salto—, Solo voy al baño —repitió con un tono infantil, alejándose de ella, rompiendo la burbuja en la cual estaban.
Miku se sintió una idiota por empezar a creer cosas equivocadas. Volvió a la sala, ahora sentándose en el suelo, ya que el mueble fue ocupado por Gumi, quien estaba aprovechando ver a una Mei asustadiza, para poder abrazarla hasta que su corazón quedara contento. Poco después, el amante de los helados volvió, y ella no pudo quitarle la mirada de encima, al recordar la escena que protagonizaron hace unos momentos. Sentía su cara enrojecer ante esto. Por suerte, nadie se percató del lío que estaba viviendo internamente.
Por suerte la película terminó, así que viendo la hora, todos se prepararon para dormir. Las chicas fueron al cuarto de Rin, y los chicos, al de Len.
Una vez en la privacidad de su cuarto y sin ninguna interrupción masculina, las chicas dirigieron su mirada a Miku, quien comenzó a ponerse nerviosa por la repentina atención hacia su persona.
—Así que Miku-chan… —comenzó Gumi con una sonrisa misteriosa.
—Sobre el chico que te gusta… —continuó Rin.
—Es Kaito ¿cierto? —completó Luka, y aunque no era tan expresiva como las otras dos, se podía ver la misma aura soñadora a sus espaldas.
—¿C-cómo lo supieron? —preguntó avergonzada.
—Tu mirada tiene un brillo distinto cuando estás con él —respondió Mei, con una tierna sonrisa.
Rin y Neru, se miraron compartiendo el mismo pensamiento "lo sentimos, Len", porque realmente no había forma alguna de que el rubio tuviera una oportunidad. Además, Rin, creyéndose una experta cupido, sentía que ellos dos no harían tan buena pareja, aunque no tuviera a Kaito en una gran estima, podía darse cuenta de que su amiga era realmente feliz al estar con él. ¿Quién era ella para luchar contra los lazos del destino? Además, puede que el verdadero romance de su gemelo, estuviera más cerca de lo que imaginaba.
—¿Cuándo te diste cuenta? —preguntó Neru, sin mostrarse muy interesada a decir verdad.
—El día que salimos todos. Él me abrazó y sentí una extraña sensación que al mismo tiempo me hizo sentir muy ¿cálida? Por eso, leí varios mangas shoujo y me di cuenta de que era amor —respondió con una gran sonrisa, aunque la mayoría la miraron incrédulas ante su conclusión.
—Les dije que los mangas revelan secretos —exclamó Rin victoriosa.
Ya sabían de donde venía esa mala influencia.
—¿Por qué dices que no tienes esperanzas? —continuó Gumi, con un cuadernillo en su mano anotando cada detalle como si de una detective se tratara.
—Bueno, como han notado, él es algo popular con muchas chicas —comenzó a jugar con sus dedos ante esto—. Incluso en nuestras salidas, suele verse rodeado por ellas, y suelen ser bastante lindas.
El foco se prendió en la mente de todas ante esto último.
—Salidas ¿solo ustedes dos? —preguntó Luka con cierta picardía.
—Como citas —explicó Gumi.
—C-Claro que no, solo era para comer helado —respondió con algo de vergüenza mientras negaba con sus manos.
—Si claro —comentó con sarcasmo la Kagamine—. Tal vez Kaito no sea tan idiota como parece.
—Yo creo que le gustas —dijo Mei, haciendo que la cara de Miku tornara (si es que se podía) más roja.
—¿Eh? ¿P-Por qué lo dices?
—Bueno, cuando Miku-san dijo que no tenía esperanzas con el chico que le gusta, Kaito-san, trato de animarla diciéndole varias cosas. A pesar de que sus palabras eran sinceras lo noté algo triste, como si le doliera saber que te gusta alguien más —respondió la castaña, aunque su cara roja le quitaba algo de seriedad a su respuesta.
—Tienes razón Mei-chan, además Kaito se puso muy interesado en saber a quién le gustaba Miku-nee.
—Deberíamos hacer que Kaito sea un hombre y se declare a Miku —sugirió Neru. Sin darse cuenta, terminó contagiándose por el espíritu de las demás.
—¿Cómo lo vamos a hacer?
Todas se pusieron pensativas, intentando crear un buen plan.
—¡Ya sé! Es muy simple: dándole celos —contestó con una sonrisa más bien siniestra.
Mientras todas discutían otras opciones, Miku se sintió excluida aunque se tratara del futuro de su vida amorosa.
.
.
.
Por otro lado, en la habitación de los chicos, se sentía una presencia extraña, una energía tan negativa que parecía enfriar el cuarto. No tardaron mucho en darse cuenta de que se trataba de Kaito, quien tenía un aura negativa sobre él mientras estaba echo bolita en un rincón.
—Kaito-san ¿qué pasa? —preguntó Nero algo preocupado.
Mejor dicho todos estaban tan preocupados que catalogarían este problema como una emergencia, Kaito no quería comer helado ¡helado! Por dios, debía estar sumamente mal o a punto de morir para no querer esa delicia de los dioses.
—No sé —respondió en un hilo de voz.
—¿No será por qué a Miku-chan le gusta alguien? —ante este comentario de Len, sintieron como empeoraba el humor de este.
—Al parecer si.
—Entonces ¿por qué intentas conquistarla? —recomendó Nero. Kaito voltea un segundo a verlos para luego volver a su rincón.
—Pero ella nunca me querrá —se lamentó por lo bajo.
—¿Estás seguro? Ya tienen una gran amistad, puede ser un punto clave para que cambie algo entre ustedes —dijo Len intentando animar al peli azul.
Para su sorpresa, no se sentía tan mal como pensaba, claro, seguía decepcionado, pero tampoco quería que Kaito fuera igualmente rechazado, especialmente cuando era obvio que ambos se correspondían. ¿Acaso su lado enamorado se fue de vacaciones o era como un interruptor que podía encender a su gusto? En fin, luego pensaría mejor en esto.
—Pero ¿cómo? Soy un inútil, Miku-chan, siempre me cree infantil y nunca me verá como a un hombre —se deprimió aún más mientras se levantaba de su lugar y se iba de la habitación.
—E-Espera Kaito-san ¿a dónde vas? —preguntó Nero algo asustado, ya que tenía miedo de que su amigo tomara una decisión impulsiva.
—Solo voy por helado ya vuelvo —responde para luego retomar su camino y los 3 chicos suspiran pesadamente, ignorarían el reto que le impusieron en un principio, solo por esta noche, merecía comer todo el helado que quisiera.
—¿Acaso hoy todos tienen problemas de amor? —se preguntó Nero, recordando las situaciones de Gakupo y Len, aunque este último se mostraba muy tranquilo.
—Parece que sí, incluso tú- —contestó con simpleza Gakupo llamando la atención del rubio.
—¿P-Por qué lo dices?
—¿Crees que no vi como reaccionaste cuando Rin-dono, dijo quien fue su primer amor?
—Creo que tienes oportunidad, Mikuo se fue hace varios años y parece que mi hermana ya lo ha olvidado —comentó Len dándole su aprobación.
—¡Pero a mí no me gusta Rin-chan! —exclamó tan alto que incluso se escuchó en la habitación de las chicas.
Al oír esto, el ambiente divertido cambió a uno más tenso, mientras todas las miradas se posaban en la rubia.
—¿P-Por qué me ven así?
—Rin-chan ¿a ti no te gusta Nero-kun? —ante esta pregunta no puede evitar sonrojarse más.
—C-Claro que no, solo somos amigos —ante esta respuesta Neru ríe con sarcasmo.
—Le contaré eso a mis sobrinos —este comentario solo hace sonrojar más a la Kagamine, provocando que varias risas en la habitación.
—Parece que se están divirtiendo allá —comentó Nero con una pequeña sonrisa; esperaba que no hubieran escuchado lo de hace unos minutos.
—Ya es tarde pero no tengo sueño —dice Len con algo de pereza.
—Hagamos algo divertido —sugirió Kaito, quien luego de ahogar sus penas con su postre favorito, parecía volver a ser él mismo.
—¡Ya sé! —exclamó Gakupo, de repente llamando la atención—. ¿Qué tal si asustamos a las chicas? —los tres sudaron frio al pensar las consecuencias cuando los descubrieran
—¿No crees que es muy arriesgado? —cuestionó Nero.
—Quiero estar vivo al menos hasta la graduación —dijo Len algo temeroso por su vida. Si ya con Rin, era como convivir con un demonio, no quería imaginar como serían las demás chicas.
—Piénsenlo bien, así ellas querrán dormir junto a nosotros —claramente todo esto era para su propia conveniencia.
Sin embargo, a pesar de que esa era la idea más estúpida que habían escuchado en la semana, la señora consciencia se había quedado dormida y no pudo evitar el desastre que se avecinaba. Porque claro, algunos más que desear pasar tiempo con ellas, solo deseaban molestarlas un poco, por venganza de eventos pasados (Especialmente en el caso de Len).
—Hagámoslo —exclamó Kaito por lo bajo.
—Espero que funcione tu plan, Gakupo-san —murmura Len, mientras todos se reunían en un círculo cerrado.
—Tranquilo Len-dono así dormirás al lado de la chica que gustes —este solo pudo negar con la cabeza, comenzando a cuestionarse que tan buena idea sería todo esto.
Gakupo, solo podía pensar en los excelentes resultados que obtendría: Luka y él, durmiendo juntos, siendo iluminados por la luz de la luna. Ella lo abrazaría con fuerza, transmitiéndolo todo el cariño y amor que guardaba dentro. Seguramente él podría besarla y a partir de ahí... de acuerdo, lo siguiente no se puede narrar por no ser una historia para mayores de edad.
.
.
.
Las chicas, ya se encontraban durmiendo, mientras que otras ya estaban a punto de conciliar el sueño. Lograron acomodarse todas en el suelo, pero un ruido rompe el silencio de la noche, provocando que todas se pusieran alertas.
—¿Qué es ese sonido? —preguntó Rin algo asustada, recordar esa película de terror no ayudaba mucho que digamos.
—Juro que si son los chicos, los dejaré en el sueño eterno —masculló Luka por lo bajo sacando su látigo.
—Vamos a ver —sugirió Gumi pero otras como Miku, Rin y Mei les daba miedo salir.
—Vayan ustedes nosotras estamos bien aquí —dice Rin, mientras era fuertemente abrazada por las otras dos chicas.
La valentía de la Kagamine iniciaba cuando se trataba de molestar a otros y terminaba cuando ella se veía afectada.
—Gallinas —bufó Neru, mientras activaba la linterna de su celular.
Gumi en cambio estaba emocionada, aunque no pareciera, era una fanática de las películas de terror y adoraba lo paranormal. Luka simplemente era Luka y por eso ninguna entidad del mundo espiritual la asustaba.
El sonido de unas pisadas acercándose a la habitación las pone a todos más alertas. Luka sale de la habitación para ver de que se trataba pero no vio nada, y también los sonidos pararon.
—Ya volvemos —avisó con un tono serio.
Caminaron un poco por los pasillos, pero a los pocos segundos se escucha un grito venir del baño. Las tres fueron rápidamente hacia allá encontrándose con un Kaito tirado en el suelo.
—Kaito ¿qué pasó? —preguntó Gumi, viendo la expresión horrorizada de él.
—E-El e-espejo —las chicas miran el espejo pero no ven nada, segundos después ven un horrible reflejo de una niña parecida al exorcista, en un parpadeo. Eso si las había impactado.
—¿Qué diablos pasa? —farfulló por lo bajo Neru intentando mantenerse calmada.
—Debe ser Gakupo y sus estúpidas bromas —comentó Luka, esperando que sea verdad.
—Lo siento, pero no soy yo —dijo Gakupo llegando al lugar de los hechos junto a Len y Nero.
—¿Dónde están las otras chicas? —preguntó Nero, fingiendo preocupación.
—Están bien, se quedaron en la habitación —contestó la hermana de este.
—Voy a quedar traumado de por vida —murmuró Kaito, abrazándose a si mismo.
Nuevamente, un sonido logra ponerlos alertas, sonaba como a vidrios quebrándose y parecía provenir de la cocina. Pero a medida que se acercaban, el sonido de muebles moverse paralizan los pasos de todos, sin saber si debían avanzar o no.
Neru se encontraba muy asustada pero debía seguir haciéndose la valiente, pero justo con eso, se aferró sin querer al brazo de Len ya que este estaba más cerca. El rubio se sorprendió un poco por esta acción, pero no podía culparla, incluso él estaba asustado ya que eso no estaba entre sus planes.
—Neru, tranquila todo estará bien —susurró inclinándose un poco.
—N-No creas que estoy asustada, solo tengo frio —se excusó con un puchero, acción que Len vio como adorable.
Incluso Gakupo se encontraba algo asustado, por lo que recordaba él sólo había hecho el truco del espejo gracias a sus conocimientos sobre efectos especiales. Sería mejor ver de que se trataba todo esto en vez de hacer teorías en su mente.
Cuando llegaron a la sala, descubrieron el origen de esos sonidos: las tres gallina, se encontraban en la sala moviendo los muebles para dejar un gran espacio en el centro. Incluso tenían el sitio lleno de almohadas y sábanas.
—¿Pero qué ha pasado? —preguntó Luka.
—Vamos a dormir en la sala, la habitación me da miedo —contestó Rin, temblando.
"Si le decimos lo del espejo si que no dormirá tranquila" pensó Nero.
—Esto es muy sospechoso —meditó Gumi, quien volvía de la cocina y no encontró nada.
—También... encontramos este pedazo de papel en la puerta —mencionó Mei, mostrando una nota que tenía escrito en lo que parecía ser sangre: "Morirán esta noche".
Y como si de una película de terror de cuarta se tratara, cadenas y gemidos de dolor se comenzaron a escuchar por todo el apartamento. El cansancio y tensión del ambiente fueron los analgésicos perfectos para su sentido común, dejando que el miedo se apoderara de ellos.
—Creo que será buena idea dormir en la sala —asintió Gakupo.
Nadie dijo lo contrario, ni siquiera los más orgullosos fueron capaz de sugerir lo contrario. Los demás ayudaron a acomodar la sala, la cual no era tan grande, pero si lo suficiente para que todos pudieran acomodarse y caer muertos donde quisieran; después de todo, el día fue demasiado pesado y más de uno necesitaría dormir más de 8 horas.
Luego de una hora pudieron conciliar el sueño tranquilos. Nero abrazaba fuertemente a Rin y está también le correspondía de forma gustosa, pareciendo un koala. Neru usaba el brazo de Len como almohada y este se apoyaba en la cabeza de ella. Luka sin darse cuenta se acomodó de una forma que usaba el pecho de Gakupo como almohada, y este no se dio cuenta de ello así que no pudo disfrutar de ese preciado momento. Miku se encontraba durmiendo cómodamente en el pecho de Kaito mientras este la abrazaba de forma protectora.
Testigos de escenas tan tiernas y valiosas para el desarrollo de las futuras parejas,
Con todas esas escenas tan tiernas se encontraban Gumi y Mei, la primera tomándoles fotos desde distintos ángulos.
—Esto funcionó a la perfección —comentó Gumi, relamiéndose los labios, orgullosa de su trabajo.
—Me siento mal por ellos. Les mentí —se lamentó por lo bajo la castaña.
—Sabía que onii-chan, haría una idiotez como esa, pero él no sabía que yo llevaba mi grabadora de sonidos paranormales —rio de manera victoriosa.
Mei negó con la cabeza al ver la conclusión de la noche. Agradecía saber que no tenía ningún problema amoroso, para verse envuelta en los planes de su amiga.
Chapter 7: Utauloid Aparece
Summary:
Neru, tiene que enfrentarse a su pasado, aunque eso signifique lastimar a Len.
Notes:
Advertencias:
Plot twist de segunda
Exageración de los rasgos de ciertos personajes
Chapter Text
La mañana llegó tranquilamente, iluminando la ciudad. El sol indicaba que era hora de iniciar un nuevo día, el cielo se veía tan claro que parecía ser que sería una mañana tranquila. Excepto, que no sería así en cierto apartamento.
El sonido del flash, alertó a todos quienes estaban durmiendo felizmente, generando un efecto domino: Luka, despertó primero, golpeando a Gakupo, el quejido de este, despertó a Kaito, quien sin querer le dio un codazo a Nero en un intentó de moverse, hizo que Rin despertara, de la sorpresa, intentaron tomar distancia, pero chocando con las demás personas, así, todos se encontraban despiertos, alterados y altamente avergonzados por haber dormido con alguien del sexo contrario, y que no fuera algún familiar.
—¡Tú! —Luka, como la buena líder innata que era, señaló a Gumi, quien en vano intentó ocultar su cámara, a su lado, Mei se alejó poco a poco, rezando por el alma de su amiga.
De la vergüenza, llegó el enojo. La mayoría (los que no se encontraban paralizados por la timidez), se prepararon para atacar a la chica de pelo verdad. Sin embargo, Gakupo se interpuso entre todos.
—Onii-chan... —murmuró Gumi, conmovida por ser defendida así.
—Luka —mostró una expresión seria, antes de sonreír de forma coqueta. Gumi perdió el brillo en su mirada, dedicándole una expresión de asco—. Desearía que esta ocasión se repitiera a solas y...
Un fuerte golpe lo lanzó hasta la pared, donde quedó un gran hueco debido al impacto. Todos hicieron una mueca de dolor, esperando que eso no dejara heridas tan graves.
—Tranquilos, pagaré los daños —se dirigió a los dos gemelos—. Pero primero...
Nuevamente la atención fue puesta en Gumi, quien se intentó escapar en hurtadillas, pero fue inútil y ahora todos intentaron alcanzarla. Bueno, casi todos, ya que Mei miraba la escena sentada en el sofá, tomando una postura neutral en todo esto; tal vez así aprendería algunas lecciones, como no tomarle fotos a tus amigos durmiendo, por ejemplo. Mientras que Len y Miku, decidieron ir a cocinar, ya que tampoco lo consideraron algo de vida o muerte; especialmente la segunda, quien no se quitaba la sonrisa de encima al recordar tener esa cercanía con Kaito.
El apartamento era pequeño, así que volvieron al punto donde inició todo: la sala. La pobre Megpoid se encontraba contra la espada y la pared (casi de forma literal), mientras intentaba cuidar su cámara como si de un tesoro se tratara. Todos se acercaban con esa aura asesina que tenían los leones al estar a punto de devorar a su presa.
—Gumi, danos las fotos —pidió "amablemente" Rin.
—Y reza por tu vida —concluyó Luka, quien mostraba la mirada más aterradora.
—¡Esperen! —nuevamente intervino Gakupo, ya recuperado pero seguramente con una leve contusión—. Gumi, dame una foto mía y de Luka, antes que nada.
Los presentes negaron con la cabeza ante las ocurrencias tan poco oportunas del samurái. Luka sin mucho humor para aguantar los comentarios de éste, intentó golpearlo fuertemente en la cara, pero este logró tomar su mano antes del impacto, mirándola con ternura.
—Luka, sé que tú también quieres una foto de nuestros hermosos recuerdos juntos.
Lástima que no sabía cuando callarse, porque esto solo le ganó otro golpe que lo mando al otro lado de la sala; por suerte, ahora cayendo sobre uno de los sillones, cerca de donde se encontraba Mei.
—Gakupo-san, sabes que a Luka-san, le molesta que digas esas cosas —le recordó.
—Es que me encanta verla avergonzada —murmuró con un aura soñadora.
Mei, lo miró con lástima, en serio, esos golpes debieron alterar bastante su cerebro para llegar a esas conclusiones.
—Estoy tan feliz de haber dormido al lado de Luka, que nada podrá desanimarme —agregó con una sonrisa de tonto. Era difícil creer que era un mujeriego.
—E-esperen chicos, esto se puede arreglar de manera pacífica —suplicó Gumi.
—No lo creo, tomaste fotos que nadie debe ver —advirtió Kaito sin su faceta de idiota. Tal vez se encontraba jodidamente feliz de haber dormido junto a la chica que le gusta, pero eso no quita el hecho de que se levantó temprano un sábado, incluso él tenía sus etapas de mal humor.
—Esto no es tan malo como cuando les hice cree que esta casa estaba llena de fantasmas —se excusó sin pensar dándose cuenta de que solo cavó más profundo su tumba.
Lo último que se escuchó de Gumi Megpoid fue uno de los gritos más agudos que jamás había hecho en su vida. En paz descanse, fue una gran hermana, hija y cantante...
Como esta no es una historia (tan) violenta, simplemente le impusieron un castigo sin afectar su integridad física.
—Por favor chicos, déjenme comer —suplicó la peliverde.
Ella se encontraba amarrada a una silla, viendo como todos sus amigos comían la deliciosa comida que Miku y Len habían hecho, el olor hacía que su estómago hiciera ruidos extraños; no hay peor castigo que el hambre. Además, Rin se estaba encargando de borrar las fotos que había tomado, aunque la apreciaba mucho como su cómplice en este sentido, pero ahora mismo, no le hacía nada de gracia estar en la posición vergonzosa. ¿Esto haría que cambiara su actitud en el futuro? Lo dudaba.
.
.
.
—Entonces ya me voy —avisó Neru, en la puerta de los Kagamine. En realidad no esperaba que alguien la despidiera, los chicos y Rin se encontraban jugando videojuegos.
—Ten cuidado —le dijo Len, quien parecía más la madre del grupo, ya que todavía llevaba el delantal de cocina mientras arreglaba, en lo que podía, el desastre de la sala.
Neru apartó la mirada algo avergonzada confundiendo al rubio. Maldición, si que haría de buen esposo...
—Nero, no estorbes tanto tiempo aquí —le dijo a su hermano quien sólo la ignoró, al estar enfrascado en otra competencia con Rin—. Adiós —se despidió finalmente y salió de ahí.
Luka, Mei y Gumi se habían ido antes que ella, y Miku se quedó a pasar el rato con ellos.
Por alguna razón estaba molesta, pero no sabía que era esa sensación que la carcomía por dentro. Quería que este sentimiento se esfumara rápido, por esa misma razón decidió ayudar a Len con su amor platónico pensando que así esos estúpidos pensamientos se irían de su cabeza. Pero todo se arruinó cuando se dio cuenta de que a Hatsune le gustaba Kaito y se notaba que no era un gusto pasajero, esto simplemente la desanimó pero a la vez la reconfortó; estar en esa escuela le había hecho cambiar para mal, se estaba llenando de sentimientos y pensamientos ridículos. Por ahora no debía preocuparse por ello, era más urgente comprar un protector para su celular.
De camino a casa, Neru caminaba tranquilamente sin ningún apuro con el celular en mano y en la otra llevaba una pequeña bolsa; al final había comprado más de lo necesario. Como siempre, su mala costumbre de caminar viendo su aparato, provocó que no se fijara en la persona que tenía al frente, chocando con esta.
—Deberías tener más cuidado advirtió en un tono amenazante, a pesar de que ella era la culpable.
—Akita, no deberías hablarle así a un superior —se sorprendió al escuchar esa voz. Al alzar por fin su mirada, sintió como su sangre se helaba.
—Namine Ritsu, ¿qué haces aquí? —frunció su ceño, su cuerpo se sentía muy tenso.
—Vine porqué alguien no está cumpliendo su tarea. La quimera está muy enojada, como es de esperar —respondió algo seria y fría.
—¿Qué quieren?
—Tendremos una reunión pronto, tu hermano también tiene que participar.
—¿Cuándo? —Ritsu solo hizo una pose pensativa.
—Te mandaré un mensaje, pero sabes que al líder no le va a gustar que estés siendo tan amigable con los Vocaloid —dijo esto último antes de retirarse.
Neru se quedó en plantada en aquel lugar, no esperó que las cosas sucedieran tan pronto y tampoco que ellos aparecerían en persona.
"Rayos, me confié demasiado"
Regresó a su hogar al cabo de unos minutos. El olor a queso inundaba la morada dando a entender que Nero estaba en casa.
—Casi que no llegas a casa, onee-chan —comentó mientras comía su queso con un tenedor.
—Hoy me vi con Ritsu —fue al punto rápidamente viendo como su hermano soltaba el tenedor por la sorpresa.
Era otro comienzo en la semana y como todo (maldito y condenado) lunes, no todos se encontraban tan energéticos, pero si se encontraban ansiosos, porque ese día anunciarían cuál sería la siguiente temática, y luego de haber vivido tantas cosas el día de la presentación, ya muchos querían volver a repetirlo.
—¡Buenos días, estudiantes! —exclamó la directora entrando de repente al salón.
—Directora, no debería interrumpir así mi clase —regañó Hiyama.
—Soy la directora hago lo que quiero —se excusó con indiferencia sorprendiendo a los estudiantes con su actitud tan infantil—. Vine a decirles que vamos a hacer unos cambios.
Si se trataba de Meiko, no podía salir nada bueno.
—Primero: la prueba dentro de dos semana, consistirá en dúos. Espero que muestren algo incluso mejor que antes —miró discretamente a Rin y a Len, quienes sintieron la presión de lograr otro éxito como ese—. Segundo: el perdedor se escogerá de otra forma —todos, incluidos el distraído Big Al prestaban atención—. Durante las dos semanas de preparación, cada uno de ustedes tendrá 10 puntos, los cuales bajarán por problemas, no cumplir los retos del día o sacar malas notas, así mismo pueden subirla, si resaltan en estas mismas o logran llevar a cabo los desafíos que se les impongan.
Rin, se mostró deprimida ante esto, ya sabía que con las clases de Kiyoteru-sensei, no tenía oportunidad alguna, tendría que esforzarse el doble en las otras para mantener un buen puntaje.
Justo cuando todos comenzaron a murmurar el tema, Meiko aclaró su garganta de forma exagerada indicando que no ha terminado.
—Además que en la presentación deban demostrar que en verdad su pasión es cantar. Me da igual si cantan excelente, si no vemos su pasión por lo que hacen, esto podría restarles puntos y afectar su resultado final. ¡Espero que sigan divirtiéndose al cantar para que esto no suceda! —todos asintieron y ella sonrió orgullosa—. Ah, por cierto, la ¿próxima semana? Creo que vendrán dos estudiantes transferidos.
—¿Cómo que crees? —cuestionó el profesor ante ese anuncio tan descuidado.
—No he revisado bien el itinerario, pero vendrán cuando tengan que venir. ¡Adiós clase! —con esto último se fue dejando a sus alumnos incrédulos ante la actitud de la directora de una escuela tan prestigiosa.
.
.
—¿Cómo serán los nuevos estudiantes? —se preguntó Rin estando en un lugar diferente a la azotea, ahora se encontraban en uno de los jardines de la escuela. Se encontraban con su hermano y los Akita; los demás ya tenían sus otros planes o tuvieron que comprar algo en la cafetería al olvidar traer almuerzo.
—Si son de otro país deberían ser lindos —dijo Neru con total normalidad.
—Onee-chan, ¿acaso ya quieres un novio? — se burló Nero ocasionando un gran sonrojo en el rostro de su hermana. Ante esta reacción todos rieron.
—C-Claro que no, no necesito a un hombre para ser feliz —replicó mientras se cruzaba de brazos. Notó como Len la miraba fijamente y esto la puso más nerviosa—. ¿Q-Qué pasa?
—De verdad estás roja —comentó sin tacto alguno.
Neru se levantó de improvisto y todos se prepararon para alguno de sus ataques de ira, pero en vez de golpear a Len, les dio la espalda.
—Ya vuelvo, necesito ir a la enfermería —se excusó y luego se retiró de ahí.
Inmediatamente, Rin y Nero posaron su mirada en Len.
—¿Qué ocurre?
—Le hiciste algo a Neru ¿cierto?
—Tal vez intentaste algo pervertido con mi hermana ese día.
Len se sonrojó ante esta suposición tan apresurada.
—Pobre Neru-chan, le toco ser amiga de mi tonto hermano —ambos rubios siguieron con sus indiscretos insultos.
—¿Qué rayos quieren? —preguntó ya harto de la situación.
—Por tu culpa ella se fue —acusó Rin con los brazos cruzados.
—Claro que no, ella se fue porque se sentía mal —dijo en un vano intento de defenderse.
—Len-kun, todavía no conoces a las mujeres —comentó haciendo confundir al chico mientras ponía su brazo alrededor de sus hombros.
—He vivido con Rin toda mi vida, claro que se cómo son —ante esa respuesta Nero y Rin suspiraron.
—Pero no a una mujer enamorada —aclaró Rin.
Bueno, incluso eso era falso recordando el crush que su hermana sintió por Mikuo. Además ¿eso que tenía que ver tema? En serio, sentía que estaba cayendo en una broma, pero no sabía cuál sería la gracia de toda esta.
—Tienes que ir a disculparte Len —reprochó Rin con un puchero.
—Si lo hago ¿me dejan en paz? —Los dos asintieron energéticamente.
Len, soltó un suspiro y luego se levantó dispuesto a seguir a Neru, era mucho mejor que seguir recibiendo comentarios molestos por parte de esos dos.
Los dos rubios observaron en silencio como Len se iba, y cuando desapareció de su vista, ambos se miraron cómplices para luego chocar sus manos en señal de victoria.
—Espero que le vaya bien.
—Desearía que mi hermana confiara más en él—mencionó el rubio—. Me gustaría que no estuviera tan a la defensiva todo el tiempo.
—Bueno, puede que no lo parezca, pero Len, también puede ser muy insistente si se lo propone —lo intentó animar un poco.
Rin, podía entenderlo bastante, conocía poco a Neru, pero a diferencia de su hermano, ella parecía seguir teniendo una barrera que evitaba poder conocerla mejor. Len, era la mejor opción para solucionar este problema, tenía más delicadeza con estos temas después de todo.
—Ya vuelvo, voy al baño —la Kagamine se levanta de donde estaba y se estira un poco antes de irse.
—Okay, yo iré por unas bebidas.
—¡No olvides mi jugo de naranja!
—Sí, sí, como digas —el sonrió divertido ante esto. ¿Desde cuándo se volvió otro de sus sirvientes?
Se dirigió a una de las máquinas expendedoras que se encontraban en los pasillos, por suerte encontró la que tenía la bebida favorita de Rin, así que no tendría que ir más lejos.
Estaba silbando, cuando sintió que otra persona se dirigía a él. Se trataba de Galaco, la chica con la que hizo pareja en matemáticas, ella parecía algo tímida mientras se acercaba a él. No habían tenido mucho la oportunidad de hablar, más allá que saludarse al verse.
—Hola Nero-kun —lo saludó mirando para otro lado, mientras jugaba con un mechón de su cabello.
—Hola, ¿cómo va todo? —dijo con una sonrisa.
—Eh, todo bien, que curioso verte por aquí —soltó una sonrisa nerviosa—. Ehm, ¿estás solo? Podríamos ir a comer algo juntos —lo miró de reojo, sus mejillas estaban levemente sonrojadas.
Nero, tuvo una batalla interna, sabía que debía tratar a las chicas con amabilidad, pero en este caso, no podía cumplir su petición.
—Lo siento, me encantaría pero ahora estoy con Rin-chan —comentó dedicándole una expresión de disculpa.
—Oh, bueno, en ese caso, nada se puede hacer —ella soltó otra risa pero parecía bastante tensa—. Nos vemos luego.
Ahora, caminó de vuelta por los pasillos totalmente derrotada. Su grupo de amigas, se encontraba espiándola desde una esquina, y al verla llegar, solo pudieron abrazarla para intentar consolarla un poco.
—Rayos, al parecer si son algo más —comentó sin pensarlo Mizki.
Cada palabra, fue una cuchillada para el corazón de Galaco.
—Hacen linda pareja, que envidia —comentó Yukari, asestándole, sin querer, más golpes a su amiga.
—¡Hey! ¡Están destruyendo la poca dignidad que le queda a Galaco-chan! —las regañó Nekomura.
—Perdón, no lo volveremos a decir —se disculparon ambas al tiempo, al ver la nube negra rodear a su amiga.
Un poco antes de esto, Rin iba regresando, vio la espalda de Nero y estaba dispuesta a hacerle una pequeña broma, pero en eso, ve a Galaco, con una expresión que solo gritaba "me gustas", aunque el rubio parecía ignorar esto. Sin quererlo, terminó ocultándose detrás de la pared.
Era extraño, usualmente aprovecharía esas situaciones para molestarlo o incluso impulsarlo a que se fuera con una chica que obviamente estaba interesado en él, pero al pensar en esta posibilidad, sintió un leve chuzón en su pecho. Solo podía pedir internamente que rechazara cualquier avance con ella, sus plegarias fueron escuchadas al ver como ella se iba con una expresión de derrota.
Estaba siendo egoísta ¿no? Su papel era reunir a parejas, mientras molestaba a sus amigos en el proceso, pero si Nero llegaba enamorarse de alguien y a salir con esta persona, no pasarían tanto tiempo juntos. Se conocían desde hace poco, pero ya compartieron demasiado cosas juntas, incluso ya podía considerarlo como su compañero de juegos.
—Eres mala ocultándote.
Nero se asomó por la misma pared que ella estaba usando de escondite. Esto casi le da un infarto.
Debía bromear un poco sobre la escena anterior, incluso regañarlo por no aprovechar la oportunidad, pero no podía.
—Q-quería hacerte una ¿broma? —respondió con una sonrisa nerviosa.
—Como digas —él posó la fría lata sobre su mejilla, ganándose una mirada de odio de su parte—. Volvamos, tal vez ya volvieron nuestros hermanos.
Rin, tomó la lata con sus dos manos y asintió.
"Al menos, quiero que estos momentos duren así un poco más" pensó mientras reía a su lado.
"Neru, si tanto quieres a tus 'amigos' entonces tendrás que tomar esa opción"
Se encontraba reflexionando sobre esa frase, la cual se repetía como una grabadora descompuesta en su mente. Estaba en una parte escondida de la escuela, aun estando en llamada.
—De acuerdo, nos vemos después.
Una vez colgó, por fin pudo soltar el aire que estaba conteniendo, mientras se recostaba en la pared. No pensó estar tan tensa por esta situación, se supone que era una profesional.
—¿Qué te pasa?
Por algún motivo que desconocía, ahora Len, se encontraba a su lado. ¿Acaso alcanzó a escuchar algo de su conversación? Esperaba que no.
—¡Deja de hacer eso! —regañó con enojo.
En verdad, le molestaba que este siempre la saludaba cuando estaba distraída o cuando ella quería pasar el tiempo a solas él la iba a buscar; nunca podía tener sus momentos de tranquilidad. ¿Por qué se preocupaba tanto por ella?
—No te importa —se cruzó de brazos mirando a otro lado.
—Siempre eres así conmigo, ¿acaso no te agrado? —el rubio se apoyó en la misma pared que ella
—Trato así a todos, deberías acostumbrarte.
Len, se la quedó mirando como si analizara algo. Esto solo puso más nerviosa a la Akita, sintiendo que sus mejillas comenzaban a ponerse rojas.
—Lo siento —de acuerdo, no se esperaba esto.
—¿Por qué te disculpas?
—Rin y Nero, me obligaron a decirlo.
Ella bufó ante esta respuesta.
—Entonces no las acepto, ¿qué clase de disculpas son esas? —se quejó por lo bajo.
—Neru, ¿confías en mí? —Len cambió radicalmente el tema.
—¿D-de dónde viene eso? —al sentir la seriedad de la situación, bajó la mirada—. Tal vez... —murmuró en un tono bastante bajo.
—Por lo menos, pensé que me dirías directamente "no" —mostró una sonrisa más relajada—. Bueno, tengo el resto el año para que cambie por un "sí".
Neru, se tensó en su lugar, sus manos encontraron el borde de su falda, apretándola con fuerza.
—Tú eres el que no debe confiar en mí —susurró con un tono bastante melancólico. No se atrevía a alzar su mirada.
—¿Por qué lo dices? —Len, la miró confundido.
—Si no quieres salir herido, ya no te acerques a mí. No vale la pena —por fin lo miró a los ojos, parecía hablar en serio.
—¿Neru? —la chica se movió de ahí dispuesta a irse—. ¡Espera!
—Y ya no me busques, te arrepentirás —con estas palabras se marchó dejando aún más confundido al chico.
—¿Qué bicho le picó? —se preguntó Len por lo bajo, ¿acaso dijo algo que no debía? Siempre que pensó haber avanzado con Neru, se daba cuenta de que daba otros dos pasos atrás.
.
.
Nero y Rin, ni se habían preocupado por la tardanza de sus hermanos, se encontraban concentrados en una consola portátil, tomándose turnos para pasarse el nivel del videojuego que tenían en sus manos.
—¡Ugh! Está difícil —Rin bajó los brazos, al tener nuevamente la pantalla con "game over".
—Pensé que podías pasarte cualquier juego —Nero, se burló sutilmente de ella, ganándose un codazo.
—¡Hey! Dije difícil, no imposible. Ya verás como la tercera es la vencida —sentenció orgullosa, volviendo a estar en una posición de total concentración.
—O-oye, era mi turno —murmuró Nero, pero no hizo más esfuerzo por quitarle el aparato.
El rubio se fijó en la expresión tan concentrada de la rubia, le parecía gracioso como su personalidad despreocupada tomaba un giro de 180° al tratarse de sus aficiones.
—Rin-chan, si yo me llegara a ir ¿cómo te sentirías? —comentó de repente.
Ante la extraña pregunta, la rubia pausó su juego para verlo (así de grave sintió la situación).
—Eh, pues... me sentiría triste —comenzó a decir, sintiendo como su cara se calentaba—. Te has vuelto alguien muy especial para mí en poco tiempo, además ¿a quién podría quitarle sus juegos? —agregó en un intento de relajar el ambiente.
—Ya veo —murmuró con satisfacción—. Tú también me harías mucha falta.
Acarició juguetonamente la cabeza de la rubia ganándose unas quejas por parte de ella, las cuales dejó pasar. Ambos decidieron retomar el nivel, para ver si podían pasarlo antes de que el descanso terminara.
Sin embargo, en la mente de Rin quedó resonando esa pregunta. ¿Acaso algo malo iba a pasar pronto? ¿Tendrían que trasladarse a otro colegio? Esa y muchas más preguntas se formaron en su cabeza haciéndola preocupar más.
Tal vez era raro preocuparse por personas que conoces desde hace poco, pero los Akita habían sido diferentes para ella, habían sido personas con las cuales había logrado conectar tan pronto, así que pensar en esa posibilidad la aterraba.
Debido a esto, no pudo concentrarse en sus clases de la tarde, tuvo que regañarse a sí misma por esto. Seguramente no era algo grave.
Pero, cuando pensó que por fin podría dejar morir ese tema, de camino a casa, Len, le comentó algo que la preocupó.
—Rin, creo que algo le pasa a Neru.
La mencionada paró sus pasos, para mirarlo con sorpresa.
—Yo también lo creo, la vi muy distante —Rin notó la preocupación de su hermano respecto a la rubia, al parecer ella tampoco era la única que se sentía así.
—Mañana le debemos preguntar. Tal vez tenga un problema.
—Sí, deberíamos hacer eso —Len asintió y ambos retomaron su camino.
Pero, ahora que se encontraban hablando de temas serios, Rin recordó otra cuestión.
—Len, lo siento —dijo de repente sumamente arrepentida.
—¿Por qué te disculpas? —preguntó extrañado, tuvo un ligero deja vú.
—Por no ayudarte con Miku-nee, en cambio sí ayude a Bakaito...
Aquella expresión, le recordaba bastante a cuando destruía algo y tenía que disculparse por esto. Algunas cosas no cambiaban a pesar de los años.
—No importa, de todos modos Miku, nunca me miraría de otra forma —a pesar de decir esto, no sonó tan decepcionado o dolido.
—¡Tranquilo! El amor llegará a tu puerta en cualquier momento, también puedes ser popular con el otro lado ¿sabías?
Sin querer meterse en una discusión que solo acabaría con su paciencia, la golpeó en la cabeza para quitarle las ideas ridículas de encima.
Aún así, Rin seguía sintiéndose como la gemela más inútil del mundo. ¿Quién carajos ayudaba al enemigo de su hermano? Sólo ella, genial, deberían darle un premio por eso.
Al llegar a casa, no pudieron relajarse, ya que comenzó a sonar el teléfono y como Rin era la más cercana, decidió responder, solo pocas personas tenían el número de su apartamento.
—¿Aló? —contestó Rin—¿Rinto? Es raro que llames….ya veo, si, le diré de una vez —se mostró algo sorprendida—. ¡Hey! Más te vale no causarle problemas a mis tíos, si, si.... nos vemos —colgó con una sonrisa.
Len, como el buen sirviente que era, ya se encontraba en la cocina para planear la cena de ese día.
—Rinto y Lenka vendrán a pasar las vacaciones.
Len soltó un pesado suspiro ante esto.
—Solo espero que no causen muchos problemas...
A pesar de que la primavera llegó, el clima frío seguía inundando las calles, dándole un toque más tétrico a las mismas. Por estas mismas, caminaban los hermanos Akita, ninguno decía mucho, el aire se sentía tenso y no era porque hubieran peleado o algo por el estilo. Tendrían una reunión que definiría el resto de su año escolar.
—¿Qué crees que pase? —preguntó Nero intentando calmar sus nervios.
—Solo te diré que estés preparado para cualquier cosa —recomendó ella con una mirada más seria de lo normal.
Él la miró con cierta preocupación, esa mirada le traía recuerdos de antes y no de los agradables...
Por fin llegaron a unas instalaciones que eran casi tan grandes como las de su escuela, sólo que estas no eran tan elegantes, el ambiente se sentía más bien lúgubre, y muchas personas los miraron con malos ojos mientras entraban.
Se dirigieron a lo que parecía ser la oficina del director. Tocaron unas dos veces antes de entrar definitivamente.
—Vaya, no pensé que vendrías —Ritsu, fue la primera en recibirlos.
—Te equivocaste, igual que tu gusto por la ropa —dijo retándola con la mirada.
—¡Tú! —masculló mientras se levantaba dispuesta a iniciar una pelea.
—Tranquilízate, Ritsu —dijo una ¿chica? Alta, la cual se encontraba sentada en la ventana dándole un aspecto misterioso. Su cabello negro estaba recogido en dos coletas, pero lo que más resaltaba era sus ojos de distinto color.
—¡Ya cállense! —gritó enojada una chica con dos coletas con forma de taladro color rosa. A pesar de ser pequeña parecía ser alguien muy temperamental, además, estaba sentada en la silla del director.
—Parece que alguien no comió su pan francés el día de hoy —dijo burlonamente una chica con ropa parecida a la de una ninja, su cabello negro era recogido en una coleta.
—Ten, Teto-san —una chica de cabello rosa y vestida con un traje de maid verde, le entrega el tan mencionado pan francés.
—¡Gracias! Momo-chan —agradeció infantilmente mientras se disponía a comerlo.
—¿Ya pueden decirme por qué me llamaron? —masculló con enojo la chica mientras sostenía el puente de su nariz.
Teto, aclaró su garganta volviendo modo serio. Dejó el pan de lado y puso ambas manos sobre la mesa, uniéndolas y poniéndolas frente a su cara, dándole una apariencia más seria.
—Tú ya debes saber, fallaste con el encargo —respondió fríamente una chica que estaba al lado de Teto. Tenía el cabello morado y corto, con una mirada indiferente a todo.
—Defoko, tiene razón, no nos has contactado por casi un mes, ¿acaso te hiciste tan amiga de los Vocaloid que te olvidaste de nosotras?
—¿Qué quieres que hagamos? —cuestionó Nero.
—Bueno si no van a hacer útiles en la escuela Vocaloid, quiero que regresen aquí —respondió Teto mientras jugaba con sus coletas.
Nero se mostraba tenso ante esto, en cambio su hermana parecía que ya se esperaba algo así.
—¿Y sí no lo hacemos? —preguntó Neru.
—Supe que ustedes dos eran muy amigos de Kagamine Len y Rin, no sé qué podría pasarles a ellos —respondió con una sonrisa algo sádica, Roku, la ¿chica? De pelo negro.
Ambos hermanos se miraron y tragaron saliva. No pensaron que tendrían que llegar a límites tan extremos. ¿Acaso la historia ahora se tornaría más violenta y en vez de cantantes se volverían pandilleros?
—Déjame hablar con Nero, unos momentos —pidió ella.
—De acuerdo, pero igual ya sé su respuesta.
Así que los hermanos salieron unos momentos a discutir el asunto. Jamás pensaron estar en esta situación tan seria.
Al parecer, el día no estaba siendo el mejor para todos.
Luka miraba con desprecio a la persona que se encontraba en la misma tienda con ella y quien se supone que sería su compañero por ahora. Esa persona no era nada más ni nada menos que el acosador que se ganó el primer día: Gakupo.
—¿Sabes que te puedo demandar por acoso? —comentó mientras él organizaba unas películas.
—No digas eso, sabes que te gusta mi presencia —ella chasqueó su lengua y se fue a atender en la caja.
Desde el primer momento en que Gakupo, cruzó esa puerta supo que no todo iría bien, o al menos no para ella. Sentía muy dentro de su ser cierta ira que le provocaba golpearlo e incluso de matarlo a pesar de que ella se consideraba a sí misma como alguien tranquila.
Lo que más le molestaba, era que estaba resultando ser un estorbo para sus tareas diarias. El sujeto coqueteaba con cada chica que entraba e incluso saliendo de la tienda para usar sus habilidades de conquista y atraer clientela. Lo peor de todo: poco después volvía hacía ella diciéndole lo mucho que la amaba, si claro, como si estuviera ciega. Odiaba a esta clase de sujetos, de verdad que sí.
Por fin el tan esperado momento para irse llegó, sentía cierto alivio al saber que tendría el resto de la tarde para ella misma, pero el universo tenía otras ideas para arruinar su día.
—Luka ¿no te gustaría dar un paseo por ahí? —preguntó Gakupo con una sonrisa de príncipe. Hasta sus turnos terminaban al mismo tiempo, increíble.
—¿Por qué no se lo pides a otra? —cuestionó con enojo mientras tomaba su bolso, de verdad sólo quería estar sola el día de hoy.
—Porque sólo quiero estar contigo.
Lo miró con enojo, pensando que se encontraría con la típica sonrisa de mujeriego de quinta, pero en cambio, se encontró con aspecto inusual en el pervertido samurái. La miraba con dulzura, su voz era sincera y quien no lo conociera, creería que se trataba de un chico dulce y honesto.
Aquel cambio, descolocó un poco a la Megurine, quien tuvo que morderse el interior de su mejilla para volver a la realidad.
—Eso se lo dices a cualquiera —reclamó ella recomponiéndose de lo anterior. No podía caer por nada en el mundo ante él.
—Bueno, no tiene que ser una salida con otro significado, somos amigos ¿no? —comentó él recordando la petición de ella—. Si hago algo que no te guste, eres libre de irte.
Luka, se quedó pensando unos segundos, es verdad, fue ella quien le propuso la idea de ser amigos, no podía fallar a su propia palabra.
—De acuerdo, pero intenta algo y me iré —aceptó no con tantos ánimos.
Gakupo, tuvo que pellizcarme discretamente para saber que no estaba soñando. Vaya, de verdad se estaba interesando mucho en Luka Megurine.
—¿A dónde quieres ir?
Esa pregunta fue respondida cuando la peli rosa señaló un restaurante típico japonés. Ambos entraron y tomaron asientos siendo rodeados rápidamente por murmullos que hablaban sobre ambos.
Las chicas hablaban de lo sexy que lucía Gakupo mientras que los chicos decían sin pudor alguno lo hermosa que les parecía Luka. En ese tiempo el humor de ambos no mejoró para nada, por lo cual ni podían conversar tranquilos. Terminaron de comer rápidamente para por fin dejar de escuchar esos comentarios que solo arruinaban el ambiente.
Decidieron caminar un poco por el centro comercial, ya que Luka a pesar de trabajar ahí no conocía muy bien todos los lugares nuevos que habían ahí. Gakupo se sentía feliz de ver a una Luka que no lo despreciaba, podía sentir de alguna forma que todas sus facetas de galán y mujeriego se iban cuando estaba solamente con ella. En cambio, ella, se sentía al menos un poco alegre al ver que Gakupo si estaba cumpliendo su promesa de no hacer nada, le agradaba mucho más ese Gakupo que el coqueto.
Aún así, cualquiera que pasara al lado de ellos, creería que se trataba de una cita de una pareja visualmente muy hermosa. Claro, hasta que Gakupo intentaba tomarla discretamente de la mano, ganándose un manotazo que volvía a establecer la distancia entre ambos.
Salieron del centro comercial, Luka se sorprendió al ver lo rápido que pasó el tiempo, a pesar de que muchas veces solo se veían rodeados por el silencio. ¿Qué podía decir? Siempre le gustaba más escuchar que hablar.
—Bueno, supongo que ya es hora de irme —mencionó ella, viendo la hora, necesitaba llegar a hacer la cena, ya que Luki, llegaría tarde debido al trabajo.
—Espera —la detuvo tomándola de la muñeca.
—¿Qué pasa? —se mostró confundida, pero algo le decía que no lo alejara tan pronto.
—No entiendo porque me siento así —confesó—. Pensé que con el tiempo, estos sentimientos se irían, pero solo aumentan cada vez más. Siento una gran ira por cada sujeto que osa mirarte.
Realmente se encontraba sin palabras, ¿acaso estos eran los famosos celos? Le daban ganas de burlarse, ya que ella ni siquiera le prestaba la atención a estas personas, pero por alguna razón, no pudo hacerlo. Escuchar a Gakupo, le daba un sentimiento de nostalgia difícil de explicar, ¿por qué esa expresión le parecía tan familiar?
—Gakupo...
—Me pregunto que clase de hechizo pusiste en mí, porque simplemente no puedo olvidarte.
Su corazón era débil ante esas muestras de vulnerabilidad, notó como el se acercaba más a su rostro. Ella no podía hacer nada, su muñeca seguía siendo retenida por esas fuertes manos. Sabía que podía soltarse fácilmente como las otras veces, pero ¿por qué no podía hacerlo? Acaso... ¿al final él también terminó hechizándola?
—¡Oh! —una voz los sacó de su burbuja, y ella aprovechó para alejarse—. ¡Gakupo-san! ¡Luka-san!
A lo lejos se encontraba Miku, corriendo hacia ellos. Luka sentía su corazón latir con fuerza, debido a la adrenalina de casi ser descubierta en una situación vergonzosa y más con aquel que consideraba su rival/acosador.
"¿Qué rayos estaba a punto de hacer? Al menos no pasó nada"
—Hola, chicos —saludó Kaito, quien como siempre, estaba al lado de la energética chica.
—¿Apenas saliste del trabajo, Luka-san? —preguntó Miku, sin ninguna malicia en su voz. Realmente no se daba cuenta del ambiente entre ellos dos.
—¿O era una cita? —ante ese comentario de Kaito, Luka lo silenció con su mirada—. P-perdón —el azulado decidió esconderse detrás de Miku.
—Ya nos íbamos a casa —respondió Luka.
—Nosotros también- comentó Kaito.
—¡Podríamos ir juntos! —agregó la chica.
Y ¿quién podía decirle que no? Especialmente cuando Luka vio la oportunidad perfecta para despertar de ese breve sueño, donde casi comete una estupidez. El único con los ánimos bajos, era cierto samurái quien sintió que perdió la oportunidad de su vida.
Por fin, los hermanos Akita tomaron una decisión. Nuevamente se encontraron en la oficina para compartirla con las demás.
—Entonces ¿a qué conclusión llegaron? —preguntó Teto totalmente seria haciendo que ese ambiente se sintiera incluso más pesado que antes.
Lo que posiblemente ninguno de ellos sabía, era que Teto realmente sólo quería terminar con todo este asunto rápido y hacer karaoke con sus amigos. A veces muchos se preguntaban si sus prioridades eran de verdad las correctas.
Neru, miró a su hermano, ambos asintieron, para posterior a eso, lanzarle una mirada a la "jefa" del lugar con determinación, no había ningún rastro de temor en su mirada y eso hizo que todos los Utauloids que ahí se encontraban prestaran más atención a su respuesta. Nero confiaba firmemente en ella y por eso no estaba asustado por las consecuencia de esta respuesta, aunque debía admitir que estaba un poco nervioso.
—Nosotros...
.
.
Era una nueva mañana en la preparatoria Vocaloid y como siempre todo era un desastre. Ese día a las primeras horas, les tocaba idioma con Clara, quien era proveniente de España y por ese motivo, quería inculcarles ese idioma antes que el inglés, la mayoría se sentía inútiles al no poder pronunciar correctamente algunas palabras. Así que mientras la profesora llegaba decidieron hablar de sus vidas.
—¿Por qué no habrá llegado? —se preguntó Rin, al ver los asientos vacíos de los Akita.
—Tal vez se levantaron tarde como las otras veces —dijo Len, recordando como ellos habían llegado más de tres veces tarde últimamente ganándose un regaño de los profesores.
Pero, cuando no aparecieron ni durante ni después de esa hora. El mal presentimiento en los gemelos Kagamine solo aumentaba, especialmente al recordar la conversación de ayer.
La directora entró durante el cambio de clases, pero ninguno sintió el entusiasmo de siempre, lo cual solo podían significar malas noticias. Se paró frente a todos con una expresión seria, analizando el ambiente para luego dar su anuncio.
—Vengo a hacer un anuncio, sé que tomará a muchos por sorpresa, así que escuchen con calma —advirtió ella, ambos hermanos solo se miraron deseando que no fuera lo que pensaban—. Neru y Nero Akita, han sido trasladados oficialmente a la Escuela Utauloid.
Chapter 8: Máscaras
Summary:
Ante la gran revelación, la tensión entre ambas escuelas solo va aumentando.
Notes:
Advertencias:
-Muchos Utauloid mencionados, su personalidad puede ser muy exagerada pero era así como los habían descrito en ese entonces.
-Dramas entre escuelas
-Malentendidos para alargar la trama
-Poca o nulo conocimiento de técnicas ninja
Chapter Text
Las noticias dejaron a todos impresionados. Algunos se preguntaban "¿qué ocurrió para que esto sucediera tan pronto?" Llegando a pensar que seguramente algo muy grave debió pasarles para esto. Otros murmuraban si posiblemente era debido a la presión de la escuela y simplemente decidieron abandonar, eso era algo muy común en estos ambientes.
—No puede ser cierto —susurró Rin en estado de shock.
—¿Por qué no dijo nada? —se preguntaba Len casi en el mismo estado que Rin, sólo que éste de alguna manera se sentía más enojado.
"No confíes en mí" esas palabras volvieron a él como si un balde de agua fría le cayera encima. ¿Acaso era eso a lo que se refería?
—¿Por qué tan de repente? —cuestionó Miku igual de perpleja.
—No me pregunten, si quieren obtener respuestas hablen con ellos —acto seguido la mayoría de estudiantes se levantaron de sus sillas.
—¡Oigan! ¡Vuelvan a sentarse! —el gritó resonó en el salón haciendo que todos volvieran a sus puestos.
—Pueden preguntarles después de la escuela —sugirió Clara, intentando calmar la situación.
—Ahora vayan a su siguiente clase, y si me llego a enterar de que alguno de ustedes no fue, las consecuencias serán terribles —advirtió Meiko antes de irse.
Sus tacones resonaron en los vacíos pasillos, mientras se dirigía a su oficina. Una nueva figura se posó a su lado, con una agilidad increíble.
—¿Por qué no le dijiste la verdad? —preguntó una chica al ver como la castaña salía del salón de clases.
—¿No crees que es mejor que lo digan ellos mismos? —miró de reojo a esta persona.
La misteriosa persona se trataba de una chica, su cabello es corto de color azul pero se iba degradando en un morado, sus ojos de color azul y llevaba puesto una falda azul ondulada, una blusa blanca tipo escolar, unas botas y guantes del mismo color. Llevaba un pañuelo color celeste alrededor de los hombros con una joya adornada en el centro. No mentiría si dijera que parecía un hada de los cuentos de hadas.
—Pero sabes que me tomó tiempo saber todo eso —dijo en forma de reproche.
—Lo sé, Aoki-chan, pero no quiero decirles algo que deberían oír de Neru-chan y Nero-kun.
—Entiendo —murmuró no muy satisfecha.
—Vamos te invito un pastel —dichas estas palabras a Aoki se le iluminó la cara mientras asentía con una sonrisa tímida.
La escuela Utauloid, no contaba con las mismas excentricidades que la de Vocaloid. Sus instalaciones eran grandes, sí. Pero tenían una mayor cantidad de alumnos, así que no podían contar con ciertos lujos, haciéndola lucir como una escuela mucho más normal y tranquila. Las clases tampoco tenían profesores tan alocados, así que era extraño sentir tanta normalidad.
Ya era hora del descanso, los hermanos Akita, se encontraban en la mesa detrás de un patio con Momo Monone, una chica que de apariencia se veía muy dulce y a su lado, alguien que la contrastaba totalmente: Ruko Yokune, quien a pesar de haberlos amenazado ese día en la reunión, realmente era una muy buena amiga de ellos dos.
—Extraño a Rin-chan —suspiró Nero, percatándose de la mirada de los demás—. Y-Y obviamente a los demás —añadió con algo de vergüenza.
—Oh, ¿acaso Nero-san, se enamoró de alguien? —comentó Momo, con un gesto de sorpresa.
—¿Qué le dirás a tus fans? —preguntó burlonamente Ruko.
Antes de que el rubio pudiera decir algo, las tan mencionadas y temidas fans aparecieron gritando su nombre con alegría. Nero se puso pálido y comenzó a correr por su vida.
—¿Por qué actúan como psicópatas? —cuestionó Neru.
—Bueno si lo pensamos bien, en esta escuela es mayormente de chicas así que si ven a un chico lindo, se pondrán como locas —contestó Ruko encogiéndose de hombros.
La rubia solo pudo negar con la cabeza, al parecer las rarezas la seguían a donde fuera que estuviera.
—Ya vuelvo necesito ir a hablar con alguien- dijo para luego levantarse.
—No te preocupes, él también te extraño —comentó la chica de pelo rosa con una sonrisa amable.
Neru, fue caminando por los pasillos de esa gran escuela hasta que llegó a un cuarto, en vez de tocar la puerta como cualquier persona normal haría, entró sin aviso alguno encontrándose como un hombre abría rápidamente su portátil de forma nerviosa, como si su jefe lo encontrara haciendo del vago en vez de estar trabajando.
—No es lo que parece —se excusó nervioso tirando también su cigarrillo. Al ver de quien se trataba se relejó formando una sonrisa—. Hola Neru-chan, hace tiempo que no nos vemos.
—Y veo que tus vicios no han cambiado, Dell Honne —apuntó ella, viendo el cenicero donde anteriormente había tirado su cigarrillo.
—Veo que los tuyos tampoco —dijo el al verla coger su celular y se sentaba frente a él.
—No sabía que te habían ascendido a secretario.
—Es muy aburrido no me dejan hacer lo que quiero —la rubia río ante sus desgracias—. Y bien ¿qué hiciste durante estas semanas sin vernos?
El humor de ella cambió rápidamente, quien la conociera bien, diría que hasta se veía triste.
—No pude cumplir mi misión —contestó sin poder alzar su mirada.
—Ahora que lo pienso ¿por qué aceptaste? Sé que odias que te den ordenes —cuestionó mientras apoyaba los pies sobre la mesa, para luego ser apartado bruscamente por la mano de su amiga.
—Es una larga historia: bien sabes que aquí hay un periodo de prueba antes de entrar, a diferencia de las audiciones de Vocaloid. En ese entonces, conocí a las que serían las representantes de Utauloid, nos dimos cuenta de que compartimos un odio hacia Miku Hatsune, y al saber que ella se inscribiría en la Super Escuela Preparatoria Vocaloid... decidimos infiltrarnos y así ser mejores que ellos. Quiero que Hatsune sepa lo que es la derrota...
—Y así fue como te terminaste encariñando con Vocaloid —dijo Dell y Neru se sonrojó levemente.
—C-Claro que no, no me importa nadie —Honne rió al ver esa reacción en ella.
—¿De qué te ríes, idiota? —cuestionó con cierta molestia.
—Es raro verte así —al ver la sorpresa en la rubia decidió cambiar de tema—. A ver, tomando en cuenta de que fallaste la misión, ¿qué planea hacer Utauloid ahora?
—Su meta es superar a Vocaloid, después idearan un plan —mencionó Neru sin darle importancia.
—Y ¿tu ayudarías?
La respuesta se supone que debía ser un "sí" sin titubear, pero no lo hizo, simplemente se quedó como una idiota mirándolo a los ojos sin saber que responder. Al pensar en la probabilidad de hacer caer a esa escuela donde había conocido a los Kagamine de alguna forma, hacía que sintiera algo extraño en el pecho, como si este le doliera. Esto no podía considerarse traición ¿cierto? Después de todo ella nunca perteneció a ese lugar. Aun así no podía dejar de sentirse mal.
—No lo sé, pero creo que también las entiendo por hacer todo esto.
—Suena muy raro querer destruir una escuela solo por el odio a una persona. ¿Qué más motivos tendrán para hacer todo esto?
—No vengas con idioteces, tú ya sabes la razón —reprochó con enojo mientras se levantaba y se iba de la oficina de su amigo.
—Neru, veo que has cambiado algo, pero eso es bueno —menciono él con una sonrisa paternal al verla partir.
Durante todo el día Len sólo había tenido una cosa en mente y esa era hablar lo más rápido posible con Neru. Quería saber sus motivos, porque había abandonado la escuela tan de repente, odiaba el hecho de no conocerla para nada.
Por eso, apenas terminaran las clases, iría a verla.
—Rin, adelántate ya te alcanzo —avisó éste mientras tomaba otro camino.
La gemela de este, se despidió de él algo insegura sobre si ir o no, intentaba no preocuparse demasiado pero era algo imposible. De alguna manera esperaba que ellos vinieran personalmente y le explicaran la situación.
—Rin-chan, vámonos juntas —dijo Miku, al ver su expresión.
—¡Claro! —rápidamente cambió su expresión—. Eh, ¿él siempre está contigo?
Cuestionó la Kagamine al ver al amante de los helados al lado de su casi hermana.
—E-es que vivimos cerca —se excusó Kaito, sin sonar muy convincente.
—Aja...
.
.
Mientras tanto Neru, caminaba sola por las calles, últimamente sentía que el frío solo se hacía más helado hasta calar sus huesos. ¿Por qué el invierno no se iba del todo? Esta clase de ambientes, solo le recordaba la soledad que acarreaba desde hace años. Su pecho se sentía mucho más pesado que antes, como si le costara respirar, ¿por qué se sentía así? Creyó tomar las decisiones correctas, pero su corazón le decía lo contrario.
Nero, tuvo que irse antes, ya que sus locas fans lo estaban esperando, si era rápido, seguramente ya estaba a salvo en casa. Así que no tenía como ignorar todas esas sensaciones. Tal vez, solo debía acostumbrarse nuevamente a esa emoción.
—¡Neru!
Se quedó paralizada unos segundos, pensando que escuchó mal. Pero no, sus oídos no podían engañarla. Aún así, se negó a mirar para atrás y caminó más rápido, no podía verlo en este estado.
—¡Espera! No me ignores.
El Kagamine, terminó corriendo para quedar frente a ella, obstaculizando su paso. Ella tuvo que apretar fuertemente sus puños, intentando ignorar como ahora su ansiedad predominaba dentro de ella.
—Quítate, no me dejas pasar —dijo seriamente.
—¿Por qué no nos dijiste nada?
—No me parecía necesario...
—¿No ves que todos estábamos preocupados por ti?
Intentó que la sorpresa no se viera reflejada en sus ojos, tenía que seguir siendo firme y fría. No podía caer ante sus palabras, así que tuvo que fingir indiferencia. Sí, hacía todo esto para evitar involucrarlos más en sus problemas, si podía alejarse lo suficiente de ellos, ya en menos de un mes la olvidarían y ambos podrían tomar rumbos distintos.
—No me importa, después de todo ustedes no son nada para mí.
El dolor en su corazón, reflejó la expresión que le mostró a Len, en ese momento. Lo dejó sin habla, seguramente sorprendido por tanta crueldad. Neru, tuvo que bajar la mirada ante esto, ella sabía que era algo difícil de asimilar y no pudo evitar sentirse como la peor persona en el mundo.
—¿Cómo puedes decir eso....? —murmuró Len, apretando sus puños—. ¡¿Acaso no te importa todos esos momentos que pasamos juntos?! Sé que fueron pocas semanas, pero debió significar algo ¿no?
—Soy de Utauloid, no creo que podríamos seguir siendo amigos —evadió su pregunta
—¿Por qué te cambiaste de escuela? —insistió como siempre. Maldición, él solo dificultaba más las cosas, comenzaba a frustrarse por toda esta situación.
—No es que haya cambiado, solo volví al sitio al cual pertenezco —ahora Neru se sintió mucho peor al ver el dolor en la cara de Len.
—¿Por qué? —ahora lo dijo en un susurro.
—Estuve en Vocaloid solo para información, nunca pensé ser amiga de ustedes. Solo estuve a su lado para mi misión —admitió en voz baja—. Por eso te dije que no confiaras en mí —concluyó, aunque a este punto, no sabía quien saldría más lastimado por las palabras dichas esa tarde.
—Ya veo —murmuró, apartando su mirada—. Y creí que podrías ser una buena persona.
Neru, observó como Len, pasaba a su lado para alejarse de ahí. Aunque esto fue lo que quiso desde un principio, algo dentro de ella quería gritarle que esperara y poder decirle la verdad. Pero ¿qué ganaría con esto? Este era el momento ideal para romper vínculos con aquella escuela.
—Es mejor así —se repitió a sí misma, como si esto le trajera algo de calma, pero no sirvió de nada.
El frío le recordó que se encontraba totalmente sola. Tuvo que morderse el labio para despertar y reanudar de nuevo su camino.
.
.
.
Rin, caminaba con lentitud hacia su apartamento sin poder parar de pensar en cómo le estaría yendo a Len con Neru (o sino ¿qué otra cosa estaría haciendo?). Ella de igual manera deseaba hablar con alguno de los dos Akita para saber que rayos estaba pasando pero tenía que ser paciente. Podría llamarlos, pero, dudaba mucho que alguno de los dos le contestaran o peor aún: le dijeran que ya no querían verla nunca más.
Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no pudo reaccionar a tiempo cuando una persona la tomó por la espalda tapándole la boca y llevándola a un callejón.
—Lo siento —dijo el "secuestrador" mientras la soltaba.
Se tranquilizó al reconocer esa voz.
—¡Nero! —exclamó de felicidad abalanzándose hacia él.
—Idiota ¿por qué no me dijiste nada? —replicó enojada, dándole un fuerte zape en la cabeza.
—Solo cálmate un poco —le pidió—. Solo vine porque quería verte.
Nuevamente uso su sonrisa de caballero, la cual sería perfecta para engañar a cualquier chica. ¡No caería ante esto! Un momento, no podía estar pensando en idioteces en ese momento, tenía otro asunto que resolver en este instante. ¡Concéntrate Rin Kagamine!
—No digas cosas como esas —reprochó algo avergonzada, dejando de abrazarlo—. ¿Por qué te transferiste?
Antes de que Nero, pudiera decir alguna palabra al respecto, escuchó varias pisadas como si una estampida llegara, junto a las voces de sus fastidiosas acosadoras, que parecían jamás haber recibido alguna atención masculina en su vida o por lo menos, saber las normas sociales de cómo comportarse en público.
Él miró a la rubia bastante nervioso, si llegaban a encontrarlo a solas con ella, no sería una escena bonita para nadie. No tenía por donde escapar, así que tomó a Rin entre sus brazos, logrando pegarse más a la pared como si esto los fuera a volver invisibles.
La Kagamine, no pudo decir nada más, su corazón parecía querer salirse por su boca debido a lo fuerte que sonaba y debido a la cercanía, se dio cuenta de que Nero estaba igual o peor que ella. De reojo, notó como un gran grupo de chicas exclamaban "¡Nero-kun!" Y eso le ayudó a no malinterpretar la escena.
Una vez que su táctica funcionó gracias al poder del guion, soltó a la chica sin muchas ganas para verla a los ojos.
—Lo siento por eso —se disculpó algo avergonzado.
—E-Está bien —aclaró su garganta intentando concentrarse de nuevo—, pero responde mi pregunta.
—Me encantaría, pero no puedo por ahora, si me ven contigo estaré en grandes problemas —soltó un suspiro ante esto—. Prometo visitarte después.
—¡Oye!
Pero solo pudo observar como el rubio salía corriendo, mirando a todos lados nervioso como si no quisiera encontrarse con nuevas acosadoras.
"¿Por qué vino en primer lugar si no me iba a decir nada?" Se preguntó haciendo un puchero.
Por fin pudo llegar a casa, notando que su gemelo no se veía por ningún lado. Lanzó un gruñido al sentir como su estómago le pedía comida, se supone que un sirviente debía estar para la hora de la cena.
Así que mientras, hizo un sándwich sencillo. Comió en el sofá, para ver algo en su televisión. Luego de unos minutos, escucha la puerta abrirse.
—Ya llegue —saludo él y Rin le devolvió el saludo—. Y... pude hablar con Neru —comentó, llamando la atención de Rin, quien pausó su serie para escuchar su historia.
Len, se sentó a su lado, con un gesto derrotado y comenzó a narrar todo lo que pasó. Rin, sorpresivamente, no lo interrumpió en ningún momento, pero aún así quedó bastante consternada al escuchar todo.
—¿Crees que Nero…?
—Es probable —asintió con aires pensativos.
Ambos gemelos se quedaron callados pensando en que podrían hacer ante esta situación, aunque realmente no había nada que pudieran hacer. Si los Akita, preferían quedarse en Utauloid ellos no podían traerlos de regreso, además al parecer sólo fueron utilizados por Neru para su actual escuela; se sentían traicionados pero tampoco aceptaban que la Akita pudiera hacer algo como eso.
Rin, se negó a creer que aquellas palabras eran ciertas. Nero fue a verla por algo ¿no? Y dijo que le explicaría la situación después.
Ninguno de los gemelos pudo dormir tranquilo esa noche.
.
.
Al día siguiente, decidieron contarle a sus compañeros lo que había pasado el día anterior formando un debate en el salón. Ante estas circunstancias, Hiyama, decidió dejarlos libres un rato porque sabía que no podían concentrarse en nada más por el momento.
—Entonces ¿dices que Neru-chan nos traicionó? —preguntó Miku.
—Parece que es así, pero ¿con qué motivos? —se preguntó Luka y todos se pusieron a pensar.
—La repuesta es obvia: quieren destruirnos —respondió IA soltando su libro.
—No creo que ambos hayan aceptado hacer esto por algo así —replicó Kaito.
—Piénsenlo bien: la misión de un espía es llevar información para saber cómo atacarnos luego. La verdadera pregunta es ¿por qué Neru-san acepto? —terminó de decir dejando un ambiente algo reflexivo en todos.
Len, se sumergió en sus pensamientos intentando saber por qué haría eso, aunque al final siempre se frustraba debido a que no sabía realmente nada del pasado de Neru. Realmente, nunca conoció nada de ella ¿cierto?
Un ruido en seco hace que todos volteen a ver de donde proviene, encontrándose con la graciosa imagen de una Aoki, tirada en el suelo.
—¿Quién eres? —preguntó Gakupo ayudándola a levantarse.
—Y-Yo no debería estar aquí, adiós —dijo torpemente a la vez que salía huyendo del salón.
En ese momento el profesor llega, anunciando que deben iniciar con las clases, quieran o no, después de todo, tenían mucho trabajo por delante.
Neru, se encontraba en el cuarto de reuniones junto a las demás. Cualquiera pensaría que se estaría llevando una conversación seria debido a los problemas que estaban pasando en este momento, pero ahí se encontraba Teto cantando a todo pulmón junto a Ruko.
—¿Por qué me llamaron? —preguntó con enojo, una vena comenzó a brotarle en la frente.
Teto al darse cuenta de esto apaga el karaoke y se sienta, de un momento a otro el ambiente realmente se pone serio.
—Planeamos algo para definitivamente acabar con Vocaloid.
—¿Qué harás? —preguntó ocultando su preocupación.
—Declararemos la guerra —contestó Ruko Yokune, sirviéndose una taza de café.
—Es buena idea para acabar de una vez con todo esto —comentó Ritsu con una sonrisa.
—¿Acaso no te alegra Neru? Así superaremos a Hatsune Miku —dijo Teto con una sonrisa y ella asintió no muy segura.
—¡Bien! Entonces, tú Mako-chan, darás el mensaje a Vocaloid —la ninja asintió y se retiró al instante.
—¿Y cómo crees que ganaremos en esta "guerra"? —preguntó Defoko.
—No pensé en eso. Solo dije "oh, declarar la guerra suena genial" —a todas se les hizo una gota estilo anime, no sabían en que momento eligieron alguien tan idiota para ser su líder.
—¿Si hacemos un concurso? —sugirió Ritsu y a Teto se le iluminó la mirada.
—¡Oh! ¡Un concurso de talentos!
—De canto —Ritsu llevó su mano a su frente.
—Sí... claro, obviamente hablaba de eso.
—Tienen que tener cuidado hay muy buenos cantantes ahí —mencionó Neru.
—¿Quiénes fueron los mejores? —pregunto Ritsu con una sonrisa que no le daba buena espina.
—No lo sé.
Ninguna creyó esa mentira, así que, con el chasquear de sus dedos, Teto ordenó a Ruko y a Ritsu a retenerla, así, Defoko pudo acercarse y quitarle el celular.
—Dinos o tu querido objeto será destruido —amenazó Ruko mientras Neru forcejeaba para que la liberaran.
—Ya que no vas a responder despídete de tu celular —dijo Ritsu.
Defoko, puso el celular en el suelo, con la intención de pisarlo. Al ver que ella no parecía decir nada, bajó fuertemente el pie, destruyendo de una vez al pobre celular. Neru, sintió como el alma se salía de su cuerpo ante tal acción. ¿Acaso no exageraron por no responder una simple pregunta? Pero claro, quedó tan impactada que no pudo hacer nada.
—Bueno, lo descubriremos de otra forma, la reunión acaba por hoy —dijo Teto soltando un suspiro al ver que las cosas no habían resultado.
Neru se retiró de ahí, estaba totalmente pálida como si hubiera visto un fantasma o más bien, como si ella fuera un espíritu que llevaba su negatividad por donde pasara. Realmente, esa experiencia había sido bastante traumática.
—Pensé que no tendríamos que llegar a esto —comentó Ruko mientras veía el celular destruido, se sentía algo mal por su amiga realmente.
—Hiciste un esfuerzo, es algo. Aunque, ¿en serio tuviste que destruirlo? —se dirigió a Defoko, quien solo se encogió de hombros.
—Necesitábamos un efecto dramático.
—Ugh, de acuerdo, solo esperemos que esto no frustre nuestros otros planes.
.
.
.
Otra hora de clase transcurría normalmente en SEPV (abreviado para no tener que escribir el título todo el tiempo, aunque ahora este paréntesis está llevando más texto del que debería, en fin). Luego de esa agitada discusión, todos decidieron ser pacientes con los futuros acontecimientos, por lo cual ahora intentaban enfrentarse a su primer obstáculo del día: no dormirse en clase (aunque esto solo aplicaba a contados estudiantes).
La paz se ve perturbada cuando una bomba de humo cae en su salón. El pánico no tardó en llegar para la mayoría, al sentir como el humo entraba por sus gargantas haciéndolos toser.
—¿Qué rayos pasa?- preguntó Rin algo confundida por la situación, se rascó los ojos un poco para quitarse la molesta sensación.
Cuando por fin se disipó este, vieron a una extraña ninja en el salón haciendo poses raras, parecía sacada directamente de un programa para niños.
—¿Quién eres? —preguntó Hiyama, algo enojado.
—Vengo a dejarles un mensaje por parte de la Escuela Utauloid —todos se paralizaron ante esto—. A partir de hoy, les dedicamos la guerra, idiotas. ¡Ho ho!
Luego de esa mala imitación de risa malvada, volvió a tirar otra bomba de humo menos potente, pero igual de efectiva para distraer a todos. Así como vino, se fue y no quedó rastro de que ahí estuvo.
—Ya vera esa idiota ninja, yo soy mejor que ella —masculló con enojo la peli rosa a tal punto de que casi rompe el lápiz que tenía en su mano.
—Luka es tan linda enojada —dijo Gakupo embelesado mientras todos se preguntaban si era un masoquista; y si, si lo era.
—Bueno, sigamos con la clase.
"¡¿En serio?!" Se preguntaron todos, al ver como Kiyoteru volvía su atención al tablero, como si nada hubiera pasado. Debían respetar su amor a la educación, en serio.
Neru, al ver como su preciado tesoro había muerto frente a ella, buscó un sitio o mejor dicho, una persona que la ayudara a desahogarse. Su estúpido hermano seguía huyendo de sus locas fans, sus amigas de ahí no le servirían de nada, así que fue a la oficina de Dell, al menos él la entendería.
—¿Qué haces aquí? —fue lo primero que dijo él, al verla. Se notaba levemente molesto al recibirla con esa expresión de tristeza, si alguien le hizo daño, definitivamente no se quedaría de brazos cruzados.
—Rompieron mi celular —musitó.
El albino suspiró, en serio, solo se trataba de ese molesto aparato, por lo menos nada le pasó a ella.
—Si quieres te compro uno nuevo —dijo mientras palmeaba su cabeza intentando animarla.
—Utauloid declaró la guerra —comentó Neru ahora más calmada.
—Ya veo… ¿estás preparada para eso?
—No lo sé, pero creo que tengo que participar.
—Ah, es de esperarse, tú conformas el grupo de las más talentosas —dijo Dell mientras encendía otro cigarrillo.
—Por cierto ¿dónde está Haku? No la he visto desde que llegué aquí.
—Fue a buscar trabajo. Le dije que la sacaría de la casa si lo único que hacía era tomar sake —respondió levemente molesto.
.
.
En la oficina de reuniones de Utauloid, las chicas seguían pensando en cómo realizar todo este tema, después de todo, ningún adulto responsable estaba cerca para apoyarlas o decirles lo pésima idea que sería esto. Luego de unas largas horas, varias llegaron con su propia información.
—Bien chicas ¿qué han descubierto? —preguntó seriamente la chica de pelo rosa.
—De acuerdo a lo que dice esta página: Miku Hatsune y los gemelos Kagamine son los mejores de esa escuela —respondió Defoko, quien descubrió un blog en internet donde comentaban sobre la primera presentación de ellos.
—Ella siempre es la mejor, va a una escuela y le sacan mil artículos, pero ¿a nosotros? ¡Absolutamente nada! —refunfuñó totalmente enojada.
—Entonces ¿qué hacemos Teto? —preguntó Ritsu, cruzándose brazos.
—"Ella", me pidió que de cualquier forma ganáramos, aún si teníamos que hacer sabotaje... —dijo algo decepcionada.
—Pero, Teto-san tu sabes que no podemos hacer algo tan sucio —exclamó Momo.
—Chicas, ustedes saben porque hacemos esto, y yo tampoco quiero hacerlo, pero no veo otra forma —ante sus palabras, todas se quedan calladas.
—Nunca pensé que tuviéramos que recurrir a algo así —mencionó Momo con algo de tristeza.
—No eres la única que piensa así, pero sabes que "ella" dio la orden —dijo Ruko mientras tomaba café, todas asintieron y salieron de ahí dando la reunión como terminada.
La tranquilidad, no era algo que podían disfrutar por mucho tiempo en SEPV.
Poco después de la advertencia de Mako, una enojada Meiko entró de repente al salón asustando a todos. Tenía ropas de camuflaje y una gran mochila como si estuviera lista para ir a la batalla.
—¡Oigan ustedes! ¡¿Cómo pueden estar tranquilos cuándo estamos en guerra?! —gritó de repente asustando a más de uno.
—¿Eh? —pronunciaron muchos algo confundidos—. ¡Estamos en guerra! ¡Maldición! —repitió con enojo—. Vine aquí a planear estrategias, puede pasar cualquier cosa, así que deben tener cuidado —comenzó a hablar ella con esa firmeza que hacía destacar a los comandantes del ejército.
—Eh, ¿Meiko? —el profesor sentía que su paciencia terminaría agotándose con tantas interrupciones.
—¡Tú cállate, inútil! Estás fuera de la discusión —y sin decirle nada más, lo obligó a salirse del salón de clases.
Ahora, más que una cantante famosa, parecía una temerosa comandante con muchos años de experiencia. No sabían si estaba siendo una loca exagerada o si tenía la razón, de todas formas tenían que obedecerla si no querían sufrir las consecuencias.
—En primer lugar, les quiero presentar a alguien —dijo con un tono más tranquilo—. Ven, entra Aoki-chan —la mencionada acepta algo nerviosa.
Todos se quedan sorprendidos al ver que era la misma chica que los estaba espiando hace unas horas atrás.
—Ella es la mensajera, aquella que será la informante de aquí, sus habilidades para obtener información son impresionantes. Su nombre es: Aoki Lapis.
—U-Un g-gusto, e-espero llevarme bien c-con ustedes.
—¡Qué linda! —exclamó Gumi acabando con el silencio incómodo que se había formado.
—Bien, vine a decirles que deben tener mucho cuidado. Nunca estén solos, es mejor que estén en grupos grandes, y además que la presentación va estar cancelada hasta que esta guerra termine. ¿Entendido?
—¡Sí señora! —todos hicieron un saludo militar.
Meiko se despidió de todos y se fue junto a Aoki, la cual antes de irse hizo una leve inclinación.
Len se quedó pensando en todas las cosas que estaban pasando en este momento, ¿desde cuándo cambió tanto la trama escolar? Claro, sabía que existían muchos obstáculos, pero no imaginó que uno de ellos se tratara de una pelea con otra escuela. Le recordaba un poco a los animes de pandilleros que Rin solía ver, a decir verdad.
Aún así, él tenía la leve esperanza de que Neru volviera y le dijera que todo fue una mentira, que su traición solo fue por otra cuestión. Pero, seguramente eso no pasaría.
"¿Por qué no puedo dejarla ir tan fácil?"
.
.
—Meiko ¿no crees que estas exagerando? —replicó Hiyama estando en la oficina de la directora.
—Debemos tener cuidado, se trata de ella, sé que nos hará la vida imposible —dijo mientras sacaba una botella de licor, de debajo de su escritorio.
—Tienes razón, pero ¿por qué rayos tomas en esta situación? —cuestionó enojado.
—Tú sabes que me pongo muy estresada —dijo levantándose de su asiento, para acercarse coquetamente al castaño—. Además, me he sentido algo sola —susurró mientras acariciaba el rostro de éste, logrando sacarle un leve sonrojo.
—Sabes que no es un sitio adecuado, pueden necesitarte, y lo más importante podrían descubrirnos —se excusó él mientras la alejaba gentilmente.
—Entonces… —fue hasta la puerta echándole seguro y de nuevo se acercó a él—. Así no podrán interrumpirnos ¿cierto?
La tensión entre ambos se rompió cuando sus labios por fin se encontraron, el tiempo no había disminuido su pasión ni siquiera un poco. Meiko, terminó sentada en su escritorio, sin importarle ni un poco las cosas que tirara, solo podía pensar en aprovechar esos breves minutos que le quedaban, antes de volver al mundo exterior.
Más tarde, todos se preguntarían porque Hiyama-sensei se encontraba de tan buen humor, asustando incluso a algunos, quienes creían que solo estaba planeando nuevas formas de torturarlos.
.
.
.
Cuando fue la hora de la salida, todos se fueron a sus respectivas casas, creían que su profesora exageraba con el tema de los grupos, pero los hombres (Kaito y Gakupo) aprovecharon esta oportunidad para intentar pasar más tiempo al lado de sus amadas.
Rin y Len no dijeron nada, así que tomaron su camino usual como siempre, creyendo que nada malo podría pasarles en un trayecto tan corto.
—Oye —Len la miró más de cerca, notando algo raro—. ¿Esa no era la chaqueta de Nero?
—S-Sí, pero es porque era lo primero que vi —se excusó de una manera nada convincente.
—Si claro…
No pudo seguir molestándola, ya que un par de personas se posaron frente a ellos, tapando el paso.
—Vaya pero si son los gemelos Kagamine.
—¿Quién eres? —preguntó Len mientras ponía detrás a Rin para protegerla.
—No te va a servir esa información si te mando al hospital.
Chapter 9: Preparación
Summary:
Los primeros preparativos de la guerra entre ambas escuelas comienzan.
Notes:
Aclaraciones:
No recuerdo el nombre de los Utauloid que usé para este capítulo, y ha sido un dolor de cabeza recordarlo ya que en 10 años han aparecido muchos más.Advertencias (?):
-Utauloid haciendo cosas de villanos de cuarta.
-Cero entendimiento de los concursos de música.
Chapter Text
—¿Quién eres? —Len intentó usar su tono más amenazador, pero realmente no estaba haciendo mucho efecto.
—Utauloid me mandó aquí, creo que es suficiente respuesta para ti —respondió el extraño.
El primer desconocido, era un chico alto cabello negro y ojos rojos. De verdad se veía amenazador.
—Rin, corre —susurró su hermano.
Ella asintió y cuando comenzaba a tomar impulso para correr, la segunda persona, le tapó el paso.
—¿A dónde crees que vas? —retó la otra persona la cual era una chica de cabello color plateado, ojos azules y ropa de lolita gótica.
Rin retrocedió un poco ya que no sabía que le iban a hacer estas personas, pero sabía que no sería nada lindo. Sería genial si tuviera su aplanadora cerca, así nadie le tendría miedo. Miró de reojo a Len. quien de igual manera se veía preocupado. Tenía que pensar en la mejor situación para los dos, este no era el típico caso para pelear con los bullys de su infancia, no podría tomar decisiones tan impulsivas. Por eso, aprovechando su gran agilidad, pasó de largo al lado de la chica, corriendo lejos con la intención de buscar ayuda.
"Espero que Rin llegue a salvo" pensó Len. Se preocupó aún más cuando esa extraña chica comenzó a correr persiguiendo a su hermana, ahora debía encontrar una forma de deshacerse de ese sujeto para ir a salvarla.
—¿Qué nos harán? —preguntó sin quitar su fría mirada.
—Pues los dejaremos inválidos para el concurso —contestó con una indiferencia que asustó al Kagamine—. Así que quédate quieto o el dolor será peor.
El misterioso chico comenzó a acercarse de una manera amenazadora, Len, a pesar de estar muerto de miedo por dentro no quitó en ningún momento su mirada sobre él, no perdería esto como un cobarde; al menos intentaría ganar tiempo para Rin.
Cuando ya se preparaba para lo peor, aquel chico de alguna extraña manera, terminó en el piso a unos cuantos metros de él. Al abrir sus ojos, se dio cuenta de quien fue su salvador.
—¡Gakupo-san! —exclamó aliviado al ver al samurái frente a él.
—Len-dono ¿se encuentra bien? —preguntó algo preocupado. Len asintió.
—¡Maldición! Debemos ir por Rin —dijo de repente volviendo de nuevo su gran preocupación.
—Tranquilo, Luka ya se dirigió hacia allá —dijo él, calmando por lo menos un poco al chico.
Mientras tanto la rubia corría con todas sus fuerzas, algo que agradecía ahora mismo es que siempre había sido ágil a pesar de su vagancia extrema ¡viva la ironía! En fin, ahora si debía concentrarse para que no la mataran.
—¡Vuelve aquí! Maldita! —oía los gritos de la chica haciendo que se sintiera aún más asustada. Okay, debía sorprenderse de que aquella chica pudiera correr tan bien a pesar de ese vestido.
Ahora, maldecía la coincidencia de estos eventos, porque justo ahora las calles se encontraban vacías o simplemente, no existía alguien valiente que quisiera ayudarla en ese momento.
Las cosas iban realmente bien, pensaba perderla en la siguiente esquina, pero eso no fue posible ya que un paso en falso hizo que se tropezara con sus propias piernas. ¡Malditas coincidencias para aumentar la tensión! Definitivamente alguien la quería ver sufrir a toda costa.
—Vaya, parece ser que perdiste —se burló la chica mientras se acercaba a Rin con una sonrisa algo sádica.
Se acercó lentamente a ella, tenía un palo de metal en su malo y Rin tuvo que cerrar los ojos, ya aceptando ese cruel destino. "Todo menos la cara" incluso así, sus prioridades no estaban tan claras.
Pero, antes de que ella pudiera asestarle algún golpe, la mano de su agresora se ve atrapada por un látigo, evitando que hiciera un movimiento más.
—No en mi presencia —el tono de Luka era frío. Volvió a mover su arma, lanzando a la chica en un basurero que se encontraba cerca.
Si nuevamente necesitan motivos para jamás meterse con Luka Megurine, aquí los tienen.
—¡Luka-san! —exclamó aliviada viendo a Luka como si de un ángel de tratara.
—¿Estás bien? —Rin asintió con una sonrisa, levantándose de su lugar de un salto para acercarse a ella.
Antes de que las dos pudieran cantar victoria, a lo lejos veían como un malherido Gakupo venía junto a Len quien servía como su apoyo. Ambas chicas fueron hacia ellos rápidamente para saber qué rayos había pasado.
—¿Qué sucedió? — preguntó Rin mientras ayudaba a Len con Gakupo.
—Digamos que el otro chico también estaba armado y sabía pelear —respondió Len.
—Ya veo —dijo Luka, levemente decepcionada.
—S-solo me confíe un poco, no es nada —y para agregarle más dramatismo a su escena, escupió un poco de sangre.
—¡Ugh! ¡Vas a ensuciar mi ropa!
—¡No sueltes a una persona herida! —la regañó su gemelo.
La chica que Luka lanzó anteriormente, se encontraba nuevamente consciente y con la ira a flor de piel por haber vivido esa humillación, sacó una fuerza sobrehumana que le permitió tomar uno de los cubos de basura que tenía al lado e intentar lanzárselo a aquella peli rosa que la venció.
A pesar de sentir su cuerpo destruido, Gakupo encontró la fuerza para alejarse de los gemelos y abalanzándose hacia Luka, tirándola al suelo para evitar que fuera impacta por aquel proyectil. La abrazó de forma protectora, evitando que sufriera algún impacto durante la caída.
—¿Pero qué estás…? —antes de poder terminar la oración, el objeto apareció volando por encima de ella.
Luka se mostró impresionada debido a esto. Se veía tan herido hace un rato, ¿cómo sacó la fuerza y habilidad para reaccionar en estas situaciones? Tal vez no debía subestimarlo tanto. Además, tenerlo tan cerca, hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza, desde esta posición, podía verlo desde otro ángulo.
—Lo siento, Luka —entró en razón cuando éste se reincorporó, extendiendo su mano para ayudarla a levantarse.
—Tranquilo, fue mi culpa por descuidarme —dijo ella.
—¡Mierda! Hubiera planeado mejor esto —refunfuñó frustrada la Utauloid, yéndose del lugar.
Luka estaba dispuesta a seguirla y acabar de una vez con ella, sus entrenamientos como ninja le habían enseñado que era mejor capturar al enemigo para obtener información.
—Déjala ir, tenemos que saber que le pasó a los demás —sugirió Rin quien no quería ver que algo terrible le pasara a Luka por enfrentarse a ella, sabía que era fuerte pero tampoco podían subestimar al enemigo.
—¡Chicos! —gritó a lo lejos la diva junto al comedor de helados más codiciado.
—¡Miku-nee! —dijo Rin con algo de alivio al saber que a su amiga no le había pasado nada.
Ambas chicas al verse cara a cara se abrazaron con entusiasmo.
—¿Qué paso? —preguntó Len al ver a la chica de coletas, con una expresión llorosa.
—Unos tipos vinieron y nos amenazaron, logramos escapar de ellos por poco —respondió Kaito, quien increíblemente no tenía helado encima, Luka, ante esto, puso una pose pensativa.
—Es muy raro que nos ataquen a todos el mismo día —mencionó Luka un tanto pensativa—. Conocen nuestras direcciones y horarios, además tienen el personal suficiente para hacer un ataque así.
Todos sintieron un escalofrío ante esto, ya entendían un poco las advertencias de Meiko.
—Ya mandé a Gumi y a Mei, para que le dijeran a la directora- dijo Gakupo, guardando su celular.
—¡Esos malditos están jugando sucio! —exclamó Rin enojada.
—Pero ahora esto se pone más interesante —mencionó Luka con una sonrisa maliciosa, provocando un mal presentimiento en todos.
—¿Por qué lo dices Luka-san? —preguntó Miku.
—Esto solo demuestra que están aterrados de nuestro talento. Tenemos que ganar esa estúpida competencia y demostrarles que seguimos siendo los mejores.
—Es verdad, debemos hacer la mejor presentación en nuestras vidas —secundó Kaito.
—Me gusta esa actitud —dijo una recién llegada Meiko junto Gumi y Mei. Las tres saliendo de un carro negro con las ventanas polarizadas como si fuera de algún político importante.
Muchos se sorprendieron por la velocidad con la que llegó, definitivamente era confiable en momentos de crisis.
—¡Directora!
—¡Es hora de destruir Utauloid y hacerlos sufrir en el infierno! —exclamó con un aura de determinación que asustó a más de uno, menos a Luka quien estaba pensando exactamente lo mismo.
—Esto… Meiko-san ¿cómo haremos eso? —preguntó Miku con ciertos nervios.
—Bueno, primero tenemos que tener una base, creo que volverán a atacarnos así que es mejor estar unidos —pensó en voz alta.
—Onee-sama, ¿qué tal si se quedan en nuestra casa?
—Buena idea, Mei-chan —acarició la cabeza de su hermana con cariño.
—¡Bien! Equipo, nos reuniremos en mi casa dentro de media hora.
—¡Sí, jefa! —exclamaron emocionados.
—¿Pero dónde queda tu casa? —preguntó Rin.
—Bueno haremos esto: reúnanse en la casa de los Kagamine y yo los recogeré en una hora —sentenció de nuevo, antes de que los gemelos preguntaran por qué en su casa, ya todo el grupo se estaba disolviendo.
Luego de la hora dicha, todos estaban con sus maletas listas y esperando a una atrasada Meiko, quien minutos después de lo acordado, llegó en una lujosa limosina que dejó a todos boquiabiertos.
—¿Qué hacen ahí parados? Vamos rápido —ordenó ella sacándolos del trance, todos acataron la orden y entraron en orden. Se impresionaron de lo cómoda y grande que lucía por dentro.
—No sabía que Meiko-san fuera tan rica —comentó Rin sintiendo el terciopelo de los asientos impresionada.
—¿Creían que Vocaloid no ganaba tanto dinero? —cuestionó con una sonrisa de superioridad mientras sacaba una botella de licor.
Cuando llegaron, todos fueron saliendo y lo que vieron los dejó aún más impresionados. Era normal pensar que una cantante tendría una casa grande pero jamás llegaron a pensar que ella tendría una mansión tan majestuosa como esa que veían; incluso podían jurar que era casi tan grande como la escuela, pero claro, sólo exageraban.
—Ya quisiera ser famosa —pensó en voz alta la rubia.
—Todavía falta mucho para eso, ni has debutado —dijo su hermano destruyendo la burbuja en la cual se había metido.
La castaña los guio adentro, y cuando todos creyeron haberse acostumbrado a estos lujos, un vistazo al interior los dejó con la boca cerrada, o mejor dicho, abierta porque simplemente no podían creer que alguien cumpliera todos esos estereotipos de millonario. La casa tenía muchos artículos que perfectamente podrían costar más que sus casas juntas, todo se encontraba excelentemente limpio y ordenado, que casi podían jurar que todo brillaban, contrastando con la personalidad desorganizada de la Sakine.
El recorrido terminó cuando los llevó al tercer piso, esa parecía ser su oficina ya que tenía un gran escritorio con varias armas como decoración; mejor no preguntaban por qué estaba ahí o si eran reales, y había una gran silla de cuero en la cual se sentó.
—Ahora comencemos —dio inicio a la reunión de "cómo vencer a Utauloid" mientras apoyaba sus codos en la mesa.
Un sirviente, que perfectamente podría tener de nombre Sebastián, les llevó unas bebidas perfectamente organizadas. Muchos tuvieron miedo de si quiera cogerlas pensando que tendrían que pagar una fortuna.
—La directora de Utauloid me dijo que para definir al ganador de la guerra se hará un concurso: serán ocho vs ocho —pasó su mirada sobre cada uno—. Habrán distintas rondas con una categoría designada, la idea es que gané quien haya hecho la mejor interpretación del tema.
Todos escuchaban atentamente a la vez que uno que otro tragaba saliva debido a los nervios, además querían saber quienes serían los elegidos. Como si ella supiera esa duda, les sonrió.
—Ustedes ocho serán los que representaran Vocaloid —dijo con una sonrisa y todos se sorprendieron.
—¿Por qué nosotros? —preguntó Gumi. Le pareció obvio que serían Miku, Rin, Len y Luka por haber ocupado los primeros puestos. Lily incluso llegó a tener el cuarto lugar, debería ser ella quien tuviera una oportunidad en la competencia. No creía merecer ese honor.
—Después del evento varias personas comentaron nuestro sitio Web, y ustedes ocho fueron los mejores según los comentarios —contestó ella.
La autoestima y el ego de todos, llegó a subir un poco más ante esto. Pero un momento, ¿cómo que sitio web? Antes de poder preguntar, ella continuó evitando que se desviaran del tema.
—Las categorías son: un solo; puede ser cualquier género; un dúo, con las mismas condiciones de la primera. Luego una canción de amor; pueden interpretarla más de tres personas, una de pop; pueden ser hasta tres. La siguiente seria de un cover se puede hasta dos, y por ultimo una grupal —dijo Meiko leyendo todas las categorías en un papel—. Lo mejor es no repetir a personas en las categorías, claro, exceptuando en la grupal.
—Quisiera interpretar el solo —se postuló Gumi alzando la mano.
—Bien, Gumi tú serás la primera —sonrió mientras anotaba en un papel—. En los dúos quisiera que fueran los Kagamine, veo que su hermandad será muy útil aquí —los gemelos asintieron, demostrarían cual era su especialidad.
—Haremos la mejor canción hermano —dijo Rin emocionada mientras chocaba los cinco con su gemelo.
—La canción romántica podría ser Miku, ya que tú eres muy buena expresándote —la mencionada asintió—. Para la canción de pop, pensaba que podrían ser Bakaito y berenjena.
Los dos iban a lanzar una queja ante estos apodos, pero una mirada fue suficiente para callarlos.
—El cover pueden hacerlo Mei y Luka ¿cierto?
—Pero no soy muy buena cantando delante de un público grande. Además, ¿segura que debo ser yo? —dijo con timidez.
—Aún así pudiste hacerlo delante de mucha gente en la presentación —mencionó Gumi.
—Era diferente, estaba en un ambiente conocido —replicó.
—Mei, no digo esto como tu hermana, en serio siento que tienes un talento que podemos explotar aquí —Meiko la miró seriamente, ante lo cual ella solo pudo asentir débilmente—. Mejor sigamos —carraspeó un poco antes de continuar—. Para la canción que van a presentar todos juntos será una nueva, llamada "Crazy Night".
Todos se miraron confundidos ante el título de esta, y si era nueva, ¿qué género sería? Les daba mucha curiosidad.
—Les explico: una joven aldeana tiene una carta que debe entregar pero en el camino se encuentra una mansión y decide pasar la noche ahí. En la mansión siempre tienen que seguir un guion, pero la página final desaparece culpando a la aldeana y ella… —todos se quedaron expectantes para saber el final.
—¿Qué paso después? —preguntó Rin como una niña a la cual le contaban historias antes de dormir.
—Es un secreto —respondió Meiko dejando a todos en blanco—. Es una historia que uno de nuestros productores está trabajando, lo importante es que suena muy bien y el público la amará.
Ya deberían acostumbrarse a este tipo de respuestas, pero seguían sorprendiéndose ante la forma tan descuidada en que ella decía las cosas.
—Tendremos dos semanas para prepararnos, aquí también tenemos estudios de grabación, así que no se preocupen por tener un lugar donde practicar —comentó ella—. Por eso, se quedarán aquí para evitar que vuelvan a intentar emboscarlos, reforzaré la seguridad en la zona de la escuela para evitar que lleguen a usar a los otros estudiantes.
—Si, no sería bueno que tomaran rehenes —asintió Luka.
—Y-yo les mostraré sus habitaciones —dijo Mei, guiándolos fuera de la oficina y llevarlos a sus respectivos cuartos.
En algunos casos debían compartir habitación, cosa que Gakupo vio como una oportunidad para pasar tiempo con su Luka pero al final ella terminó quedándose una habitación para uno solo, dejándolo a él con Kaito. Cuando la organización de los cuartos terminó, todos fueron al comedor.
Neru, miraba su nuevo celular como si de una reliquia se tratara, ahora sería su nuevo precioso y no lo dejaría caer en malas manos. Daba vueltas en su cama, sin poder contener su felicidad.
Cuando Dell se lo trajo, una sonrisa se posó en su rostro, ni siquiera le importó el dinero cuanto gastó, por fin tenía su maldito celular. Por suerte, tenías las fotos guardadas dentro de una memoria, o sino habría sido un fastidio recuperar todo. Ahora, tendría que volver a pasar sus contactos, primero comenzaría con Nero, Dell y Haku, luego podría... sin querer, su mente trajo de vuelta a Len.
Las palabras que dijo aquel día, seguían abriendo viejas heridas.
—Será mejor si él me odia, después de todo le mentí —susurró para sí misma dejando caer sus brazos a cada lado sintiendo como el mullido colchón de movía debido a esto.
Para dejar atrás sus deprimentes pensamientos decidió bajar para tener algo de comer. Ahí vio a su hermano, con su celular en mano, totalmente inmerso en lo que sea que estuviera haciendo.
"Cambiamos de papeles ¿o qué?"
—¿Qué haces?- preguntó de repente provocando un gran susto en su hermano.
—N-Nada —respondió con vergüenza mientras ocultaba la pantalla del celular en su pecho.
—Si claro —rodó los ojos incrédula—¿Acaso Rin te mandó un mensaje? —volvió a indagar, al ver como apartaba la mirada supuso que dio en el blanco.
—¿Cómo van las cosas con Len-kun? —prefirió cambiar de tema antes de llegar a una conversación incómoda.
—Digamos que él me odia ahora por haberle mentido.
—¿No deberías explicarle la situación? Así tal vez…
—Las cosas están mejor así, no debe afectarme esto —dicho esto se dirigió a la cocina.
—Entonces, ¿estás lista para enfrentarte a ellos? —preguntó seriamente antes de que ella cruzara el umbral.
—Claro que si, por algo estoy aquí.
Faltaba un día para que la guerra diera comienzo, esto podría ser una oportunidad para que esos chicos demostraran su verdadero talento en el escenario, pero si existía la mínima posibilidad de perder, entonces eso dañaría de cierta forma sus planes a futuro.
—Espero que mañana ganen —comentó Hiyama organizando unos papeles, en la oficina de Meiko.
—Yo también lo espero —susurró, mirando por la ventana de su oficina—. Será duro para ellos enfrentarse a los Akita —agregó con una sonrisa triste.
—Tal vez después de esto, todo se resuelva —dijo intentando animarla.
Al ver que no decía nada, decidió abrazarla por detrás.
—No te preocupes, con una líder como tú no perderemos.
La castaña sonrió antes las palabras de su novio. Cambiando un poco su expresión, giró su cabeza un poco para darle un dulce beso.
.
.
.
En la Academia Utauloid se sentía un ambiente algo serio, como si estuvieran a punto de llevar a cabo un plan para la dominación total del mundo. En la habitación se encontraban los mejores cantantes de la escuela.
—Mañana definitivamente destruiremos Vocaloid —dijo victoriosa la quimera.
—Espero que este plan si funcione, no como el anterior —bufó Neru.
—Todo hubiera resultado mejor si alguien —Ritsu le lanzó una mirada a Neru—, nos hubiera dicho que habían una ninja y un samurái.
—Aunque me alegro de que nadie saliera herido —murmuró Momo.
—Eres muy amable Momo, aunque los nuestros si salieron lastimados. Pobrecitos siguen hospitalizados —comentó Ruko, arruinando los ánimos de la pequeña maid.
—Espero que si ayuden ustedes dos —demandó Defoko señalándolos.
—Sabes que soy de Utauloid, obviamente los ayudaré.
—Ahora que lo pienso —comenzó a decir Mako ganándose la atención de todos—, Nero es el único hombres aquí —en ese momento toda las miradas se dirigieron al Akita, quien se puso nervioso por la repentina atención.
—Fue elegido por la líder, no podemos hacer nada —se encogió de hombros Teto.
—¿Acaso querías un grupo de solo mujeres? —se cuestionó el chico ante este comentario pasivo-agresivo.
—Ya estamos cerca de cumplir nuestro objetivo, espero que cumplas con el trato —dijo Ritsu, con una mirada más seria sobre la puerta.
Una risa femenina sonó del otro lado, pero no parecía nada amable.
—Ustedes saben que yo siempre cumplo, me parece increíble que hayan hecho todo esto —comentó la voz del otro lado.
—Espero que nuestros esfuerzos no hayan sido en vano —rezó Momo por lo bajo.
"Traicioné a mis amigos por esto" pensó Neru sintiendo como la furia recorría su cuerpo. "Sólo canta lo que sientes" de nuevo esa molesta voz aparecía en su mente haciéndola preguntarse si esto había sido lo correcto. Ya no debía pensar más en eso, después de todo, ya era demasiado tarde.
.
.
.
Finalmente llegó el día en que Vocaloid y Utauloid se enfrentarían. Dos grandes escuelas de música, demostrarían quien merecía el título de ser la mejor escuela de música de la ciudad o incluso, del país.
Muchas personas se reunieron aquel día para ver esta gran batalla musical que parecía ser épica de todas las maneras posibles, y claro, también estaban los idiotas quienes solo estaban ahí por el drama y hacer sus respectivas apuestas, para intentar llevarse algo de dinero extra.
El evento era el aire libre, con entrada libre, por lo cual, las masas no tardaron en hacer fila mientras el equipo de logística comenzaba a organizar cómo sería la entrada.
Pero, en este momento, a ninguno de los dos equipos les importaba cuantas personas lo vieran, aun si fuera en un estadio vacío, cantarían con todo lo que tenían, para demostrar algo.
"Voy a demostrarles a todos que no me quedaré atrás" pensaba Neru con una gran determinación. Incluso había vuelto a su antiguo uniforme, el cual era una blusa negra en vez de una gris.
"Por favor que no me toque contra Rin-chan" suplicaba Nero en su mente, deseando que el destino no hiciera alguna conspiración para que se enfrentaran ellos dos.
Mientras las Utauloid, conversaban entre ellas intentando calmar un poco los nervios, un ruido de motor logró que todos se callaran. ¿Por qué se escuchaba cada más de cerca ese auto? No, no parecía ser ningún auto o vehículo usual.
Su pregunta fue respondida al ver a lo lejos una gran aplanadora amarilla y para sorpresa de todos, ahí estaban el grupo que se enfrentarían.
—¡Al fin puedo manejar la aplanadora! —comentó felizmente la Kagamine, mientras que su gemelo pensaba que esta era la peor idea que se les había ocurrido hasta ahora.
Estaban organizados de la siguiente manera: Rin conducía, a su lado se encontraba Len, al lado de este estaba Mei y luego Miku, quien se asomaba por la ventana saludando a todos con su gran sonrisa. En el techo de la aplanadora se encontraba Meiko sentada con las piernas cruzadas, demostrando su faceta de mujer ruda. En los extremos se encontraban Gakupo, quien tenía su kimono abierto dejando ver parte de su torso (orden de la directora para ganar más fans) y Kaito quien se encontraba atrás, esta vez tenía una chaqueta de cuero negro con algunos detalles en azul, y su tan amada bufanda, igual que Gakupo, mostraba su bien formado pecho y abdomen dándole un buen espectáculo a las chicas del lugar; incluida Miku.
Cuando llegaron se bajaron y se encontraron con los de Utauloid, una bomba de negro que terminó convirtiéndose en un viento de pétalos de rosas, reveló a Luka y a Gumi. La primera quien quería declararle abiertamente la guerra a Mako, y la segunda porque quería experimentar una entrada así, al menos una vez en su vida. Incluso el viento soplaba a favor, haciendo que sus cabellos de movieran de forma interesante y protagónica.
"¿Acaso tienen unos ventiladores designados?" Se preguntaron algunos sin saber cómo reaccionar ante esa entrada tan extraña.
—Oigan, ¿por qué no pensamos en una entrada triunfal? —masculló Teto por lo bajo, intentando no mostrar tanto su molestia.
—Ehm... porque no tenemos una aplanadora —murmuró Momo a su lado.
—Igualmente, no habría aceptado un circo como este —agregó Defoko.
Los dos grupos estaban en líneas paralelas y se podía notar la tensión del ambiente.
Rin, al ver que se encontraban los hermanos Akita, tuvo que contener las ganas de correr a abrazarlos, sabía que ahora eran rivales y debían actuar como tal, Len en cambio se sorprendió de ver a Neru, de alguna forma le pareció ver algo diferente en sus ojos, pero todavía seguía enojado con ella y por eso apartó su mirada. En cambio Teto apretó los dientes al ver a Miku, quien parecía inmune a cualquier mirada de envidia que el equipo contrario parecía lanzarle en ese momento.
En aquel mismo momento, una mujer de la misma edad que Meiko apareció detrás de Utauloid, su cabello era blanco, llegando hasta los hombros y era recogido de forma desorganizada por la mitad. Sus ojos poseían una tonalidad rojiza, casi peligrosa, y sus labios estaban pintados con un color morado, que solo le daba un aspecto más maduro y amenazante.
—Vaya, tiempo sin vernos Meiko —dijo cínicamente.
—Lo mismo digo Deruko Honne —masculló su nombre y sus ojos se encendieron en rabia.
—Ahora veremos quién es el mejor grupo —dijeron ambas al mismo tiempo.
La batalla de Vocaloid vs Utauloid daría inicio ¿quién ganará el derecho a llamarse "la mejor escuela de música"?
Chapter 10: Vocaloid vs Utauloid
Summary:
Por fin la competencia da inicio y Neru tiene un mensaje que dar por medio de su canción.
Notes:
Canciones utilizadas para este capítulo:
-Error (Namine Ritsu)
-Setsuna Trip (GUMI)
-Synchroncity Paradise of Light and Shadow (Rin y Len)
-Matryoska (solo mencionada)
-Kimi ni Uso (Original Miku Hatsune)
-Neverland de APG (Miku Hatsune)
-World End Dancehall (original Miku y Luka)
-Melt (original Miku)
-Rolling Girl (original Miku)
-Interviewer (original Luka)
-Crazy Night
-Motteke Sailor Fuku (original, op de Lucky Star)Advertencias:
-Giro de trama muy de telenovela (?)
Chapter Text
La competencia, estaba a punto de iniciar. En el escenario, se veía una cuenta regresiva que tenía el público al borde de sus asientos. Todos comentaban emocionados sobre esta presentación, era gratis y además, podrían apreciar un poco la conclusión entre la guerra de estas dos escuelas.
—Definitivamente va a ganar Vocaloid.
—Hmph, Utauloid ha tenido más tiempo siendo una escuela, obviamente su experiencia será fundamental aquí.
—¿Habrá chicas lindas?
Esos y más comentarios se podían escuchar entre los visitantes.
Detrás de bambalinas, había una gran zona para que los dos grupos pudieran prepararse. En la zona izquierda, se encontraba el equipo Vocaloid y a la derecha, los Utauloid. Cada uno con su propio equipo que les ayudara con los vestuarios y el maquillaje. En sus respectivos camerinos, tenían dos vestidores para mayor comodidad. Nuevamente, los chicos se preguntaban que tanto poder adquisitivo podría tener una institución educativa.
La primera en cantar sería Gumi, por lo cual, fue la primera en arreglarse. Se puso un uniforme que consistía en una blusa blanca, con una corbata roja y encima un chaleco sin mangas de color negro, junto a una falda roja con rayas negras, unas medias que llegaban hasta más arriba de sus muslos, con unos zapatos de color marrón, además tenía unas gafas rojas colgando en su chaleco. Los primeros en cantar seria los Utauloid (ya que lo decidieron al azar), y quién los representaría sería Namine Ritsu.
La cuenta regresiva por fin dio 0, y salió un presentador, un chico joven de cabello color negro y con mechones de color rojo, llamado Rook.
—¡Ahora! Sin más demora comienza el concurso de Utauloid Vs Vocaloid. Ambos grupos vienen a darla toda, tendremos varias rondas que demostraran sus distintas facetas, ¿están listos para escucharlos? —el público vociferó con emoción—. La primera categoría se trata de un solo, ¿qué tan bien podrán desempeñarse nuestras participantes en el escenario? —dejó una pausa dramática, dejando a todos atentos—. Quien iniciara el ataque esta ronda es, nada más, ni nada menos, que la gran: ¡Ritsu Namine! Quien ha logrado una gran popularidad en internet gracias a sus covers, representando a Utauloid.
La voz de Rook era exageradamente energética, pero era suficiente para tener al público igual de animado. Muchos aplaudieron, dando lugar a la cantante.
Ritsu, salió al escenario con una algo diferente a lo que solía usar: era una top de escote corazón, con un diseño de piano en su pecho izquierdo, con dos mangas en sus antebrazos de color negro. En la parte inferior, portaba una mini falda color morado oscuro en el lado izquierdo y negro en el derecho. Además sus zapatos eran unas botas color moradas con algún diseño al frente de color azul, pero con unas medias de largo desigual. En su cabeza tenía un pequeño sombrero de color morado oscuro.
Ya solo con su presencia y atuendo, dejó a más de uno sin aire. Con toda la confianza del mundo, se paró frente al micrófono con parecía que los nervios no eran sus compañeros ese día. Tomó un poco de aire y comenzó a cantar.
Dime si puedes ver las lágrimas en mis ojos
Mientras mi vida se esfuma
¿Por qué me haz dejado? Me pregunté
Estoy a punto de colapsar
Ahora todo se mezcla
Ya no distingo nada
Sólo se que debo gritar más
No solamente su voz era clara y fuerte, sino que sabía transmitir la misma tristeza y frustración que la canción intentaba demostrar. Era inevitable no quedarse hipnotizado ante aquella interpretación de ERROR-.
—Estoy nerviosa —murmuró Gumi al ver como su oponente terminaba su canción y todo el público aplaudía eufórico.
—Lo harás bien, no te preocupes —dijo Mei en un intento de animarla.
—Es cierto, Gumi-chan, tiene una gran voz —Miku tomó ambas manos de la chica en señal de ánimos.
—¡Ve a patear traseros! —la motivó Rin.
Nuevamente, el presentador salió al escenario, y Gumi tuvo que posicionarse para salir apenas dieran la señal.
—Ahora el contraataque de Vocaloid, les presentamos a ¡Gumi Megpoid! Una artista novata, pero que ha causado muchas reseñas positivas en su primera presentación al público.
Entre los asistentes, se encontraban todos los estudiantes y profesores de su escuela, tenían carteles con palabras de ánimo, demostrando todo su apoyo.
—Prometo no defraudarlos —dijo con una pequeña sonrisa antes de salir al escenario. Tenía una guitarra roja en sus manos, aunque muchos consideraban que era parte del atuendo.
—Vamos tú puedes, Gumi-chan —murmuraba Rin totalmente emocionada, ella sabía lo que su amiga era capaz y estaba más que segura que daría un gran espectáculo.
Gumi, cerró los ojos mientras comenzaba a sonar una melodía algo suave y cautivadora, todos murmuraron si podía tratarse de una balada, pero poco después, cambió totalmente a ser una más movida.
1, 2, ¿estás listo?
En 3 y 4 vamos a patearlo.
¿No está bien el hacer el solo hacer las cosas espontáneamente?
No es como si algo fuera a cambiar a pesar de todo,
¡Sigue hacia adelante! ¡Bien, disparando hacia el futuro!
Su voz, aunque fuera mucho más suave que la de Ritsu, no dejaba de transmitir esa energía que caracterizaba tanto a la peli verde. Aun no usaba la guitarra en sus manos, pero sus movimientos lograban que el público no pudiera quitarle la mirada de encima.
“¡Ah! ¡Suficiente ¡Guitarra!”
En ese momento, demuestra que su guitarra no era solo decoración y empieza a tocarla con destreza, sorprendiendo a todos los presentes ya que fue algo que no esperaba nadie. Cuando llegó a la parte final, volvió a concentrarse en su canto, pero al final, volvió a hacer un solo de guitarra que la hacía parecer como una profesional de alguna banda de rock.
La mayoría del grupo no podía creer lo que veía ¿desde cuándo la Megpoid tocaba la guitarra con tanta destreza?
—Ritsu ¿por qué no hiciste algo genial como ella? —reclamó Teto señalando el escenario.
—Si alguien me hubiera dicho que hiciera algo genial lo hubiera hecho —contestó con cierta indiferencia cruzándose de brazos.
—Era tu presentación, es tu trabajo pensar en como mejorarla —replicó ella haciendo un puchero.
La discusión entre las dos, no pudo continuar, ya que con el final de la presentación de Gumi, se debía decidir quien sería la ganadora.
—Ahora les voy a pedir a las dos participantes que se paren frente al escenario -pidió Rook y ambas chicas acataron la orden, siendo iluminadas al instante por los reflectores dándole un toque algo más dramático—. Querido público empiecen a votar por su favorita, con los controles que les pasamos al comienzo del concurso —indicó él.
A los pocos segundos, ya todo mundo tenía su control en mano pensando seriamente quien merecía ser la ganadora de esa ronda. En el escenario, había una gran pantalla que reflejaba como el porcentaje subía y bajaba, junto con la música típica de los programas de concurso. En cada lado provocando cierta ansiedad en los competidores.
—El ganador de esta ronda es… —hizo una pausa dramática para que finalmente los números se mostraran en pantalla—. ¡VOCALOID! Con un 52% de votos.
Gumi, se quedó estática sin poder creérselo, pero al escuchar la alegría en sus compañeros, se pellizcó a si misma para reaccionar, dando varios saltos llenos de felicidad. Ritsu, como la buena perdedora que era, no dijo nada pero aun así, chasqueó su lengua antes de retirarse de ahí.
—¡Estuviste genial Gumi-san! —exclamó Mei llena de felicidad mientras abrazaba a su amiga, cuando esta regresó.
—Todavía no ha acabado —dijo Meiko totalmente seria cambiando el ambiente a uno más tenso.
—¿Rin y Len, ya están listos? —preguntó Gumi al no verlos cerca.
—Ya casi salen —contestó Kaito comiendo su sagrado helado, que en momentos como estos, calmaba un poco sus nervios.
—A continuación, en la categoría de los dúos, el primer ataque será de Vocaloid. Es un dúo que, con poco tiempo, ya ha cautivado a los oyentes con una historia digna de un libro. Si, hablo de los ¡gemelos Kagamine!
Rin, se sentía algo nerviosa por salir, pero al brindarle una mirada a su hermano, pudo recobrar un poco la confianza que tenía al principio. Ambos salieron, para estar en sus posiciones.
Nero, se acercó a mirar la presentación de ambos, intentando no lucir tan obvio. Intentó excusarse con que solo quería ver con que nueva locura salieron esos dos, pero la verdad es que estaba interesado en la rubia a quien decepcionó hace días, aunque ella aun intentaba hablarle con normalidad por medio de mensajes, no podía dejar de sentirse culpable.
Todo el escenario se encontraba totalmente a oscuras, un solo reflector iluminaba a Rin quien empezaba caminar hasta el centro del escenario, llevaba un vestido de color blanco con unos boleros al comienzo del vestido, y una cinta amarilla en la cintura. Tenía una tela de color negro que sostenía en sus dos brazos, dándole una apariencia elegante y un collar de color negro con el símbolo de una nota musical. Ella comenzó la canción bailando con ágiles pasos usando la tela para hacer su danza más elegante.
Nero se sonrojó al ver cuán linda se veía la chica, parecía ajena a lo que pasaba por su alrededor y se veía tan metida en su papel que por un momento pudo notar la tristeza en sus ojos.
Cuando Rin terminó su parte de la canción, nuevamente el escenario quedó a oscuras. El reflector iluminó a Len, quien llevaba una capa sin mangas de color negro que tenía una capucha, y una camisa blanca sin magas debajo de esta, llevaba un pantalón del mismo color y unas botas de café oscuro.
Neru, quien también fue a ver "porque no tenía nada más que hacer", no pudo evitar pensar que Len se veía demasiado bien con ese traje, además tenía una expresión tan madura, no parecía para nada el chico torpe que la había saludado el primer día. Ante estos pensamientos, movió su cabeza como si quisiera sacarse esas ideas de encima.
Nuevamente las luces se apagaron y cuando el reflector apareció de nuevo, ambos se encontraban recostados en la espalda del otro y miraban con cierta melancolía hacia arriba.
Rezo / Lucho
Para proteger / Para poner un final
Este mundo / Estabas llorando
Que está lleno de sonrisas… / Sola…
Una canción de esperanza y de luz/ Una canción de desesperación
Que se conecta al mañana / Que lanza mi pasado lejos
Doy mi vida / Una voz
Y mi voz que envío por el viento / Que declara el fin, la drenaré en la lluvia interminable
Hasta que muera… / Hasta que muera…
Sus voces eran una unión perfecta que parecían ser los dos lados de una moneda, cada uno cantando desde su propia emoción (anhelo e ira), pero complementándose perfectamente. Claramente, alguien había prestado mucha atención a las clases de Prima y Miriam.
Los hermanos Akita no pudieron evitar sonreír al escuchar las voces de ellos, el público quedó en total silencio, hipnotizado por esta historia que ambos contaban a través de sus voces.
—Parece que ellos si están dando lo mejor —comentó Neru totalmente embelesada con la escena.
—Esos son mis estudiantes —celebró Prima con lágrimas en sus ojos.
Al terminar de cantar, se tomaron de las manos e hicieron una reverencia ocasionando que el público estallara en aplausos.
—Creo que parece más una obra de teatro —susurró Len en el oído de su hermana.
—Cállate, mira que les gustó —replicó ella, sin dejar de sonreír, en un susurro mientras se retiraba del escenario.
—Hora del contraataque de Utauloid. La gran líder de este grupo y su mano derecha, vienen a demostrar que no se van a rendir tan fácil. Den paso a ¡Teto y a Ruko!
—¡Bien! Vamos Ruko —dijo Teto con gran emoción.
—Debemos mostrarles nuestra hermosa voz —Ruko asintió.
1,2,3,4
Ambas salieron, cada una con una chaqueta del color llamativo que las representaba, aunque en el caso de Ruko, traía una capucha que la hacía lucir más misteriosa. La melodía era bastante pegadiza, y ambas tenían una coreografía que iba perfectamente con esta. Como punto extra, la diferencia de tamaño de ellas dos, solo llamaba más la atención, ya que Ruko se veía como un gigante al lado de la pequeña Teto.
Eh, oye
Dame más y más de ese baile
¿Kalinka? ¿Malinka?
Tañe las cuerdas
¿Qué hago yo ahora con estos sentimientos?
Venga, ¿Por qué no me lo explicas un poco?
El coro hizo su magia, y cuando menos los pensaron, los demás asistentes del evento se estaban dejando llevar por el ritmo, a pesar de que la letra no tuviera una idea clara.
—¡Maldición! Vamos a perder —farfulló Rin.
—Te dije que hicimos una obra de teatro.
Ante ese comentario hecho por su hermano, ella tomó el objeto que tenía más cerca y se lo lanzó, ocasionando que comenzara otra de sus peleas. Ambos tenían los nervios de punta, después de todo, no pensaron ir en contra de las dos mejores de Utauloid.
—¡Dejen de pelear! Aún no se ha decidido nada —Miku, se interpuso entre ellos quienes simplemente se lanzaron insultos con la mirada antes de mirar a otro lado.
—Debemos admitir que son muy buenos —comentó Luka para sorpresa de todos—, así sabrá mejor nuestra victoria —concluyó con sus ojos llenos de determinación.
—Me pregunto cuándo saldrá Neru —se preguntó Rin, lanzándole una mirada nada disimulada a su hermano, quien solo siguió cruzado de brazos ignorándola.
"Debe estar más afectado de lo que creí..."
Ruko y Teto, terminaron su canción y al igual que la vez anterior, los 4 salieron para decidir quien sería el ganador. Ya todos sabían las reglas, así que siguió el mismo proceso que antes.
—Y es un ¡empate! Vaya, no creíamos que fuera posible, pero es para que vean lo reñido que está esto—exclamó el presentador.
A Rin parecía que se le fuera salir el alma del cuerpo, así que Len tuvo que literalmente arrastrarla de nuevo.
—Lo siento chicos —murmuró totalmente decepcionada.
—No te preocupes, no perdieron —dijo Gumi intentando subir sus ánimos.
—Bien Miku, va a ser tu turno, prepárate —ordenó Meiko. La chica de coletas asintió y se dirigió a cambiarse—. ¡Y ustedes! —señaló a los gemelos—. ¡No se depriman! Apenas esto inicia, ¿entendido?
—¡S-si señora! —ambos respondieron al tiempo.
—¡Esto solo se va calentando! —Rook indicó—. Ahora, preparen sus corazones, porque estas canciones van a traer los sentimientos de amor, incluso para el más frío. En la categoría romántica, representando a Utauloid tenemos a ¡Neru Akita!
Nadie esperaba escuchar ese nombre en la categoría mencionada, Neru, siempre pareció ser reacia a las temáticas románticas, llamándolas inútiles y cosas por el estilo.
Su hermano recordó la respuesta que dio cuando dijo el porqué quería participar específicamente ahí "simplemente quiero demostrar algo" es lo que había dicho. Bueno, su hermana podía ser bastante terca, y eso era obvio cuando se proponía algo.
Por otro lado, Len, inmediatamente se asomó por detrás del telón para verla más claramente y se sorprendió al verla. Neru, llevaba un vestido de color blanco de tiras, tenía un encaje alrededor de su cintura que le ayudaba a mostrar su figura, esta vez tenía el pelo suelto adornado con un pequeña flor blanca en su oreja izquierda dándole un aspecto más tierno. Len, simplemente se quedó sin palabras al verla, mientras seguía como su corazón parecía querer bombear más sangre. Acaso ¿así se sentía la impresión de verla luego de tanto tiempo?
La melodía comenzó a sonar, se notaba que era algo relajante, una balada que iría perfecto con el tono de su voz. Neru, se posicionó frente al micrófono y su mirada parecía perdida; algo que al parecer sólo notó Len. Unos segundos después, comenzó a cantar.
Incluso ayer estuve buscando
Los colores que cambiaron
Cuando escogí este camino
Pensé que nada cambiaria
Siempre estuvimos juntos
Aquellos arboles de sakura no
han cambiado
Me pregunto si esos eran los
últimos momentos
No pensé en eso,
por estar a tu lado
Esto contrastaba totalmente su primera presentación en la escuela, ahora no mostraba enojo ni frustración. Su voz se dejaba confundir con la melodía como si de una canción de cuna se tratara, todos estaban en silencio, pero porque sentían que cualquier ruido externo, arruinaría completamente el ambiente que Neru creo.
Esas palabras fueron una total mentira
Se hicieron un leve eco que escuchaste
Ese día, en aquel lugar, ese escenario
Cierro mis ojos, no te vayas
Era una mentira, ¿por qué no te diste cuenta?
Len, sintió algo extraño en su pecho ante estas palabras. Esto... no podía tener relación alguna con lo que pasó ¿cierto? Es decir, claro que todos los artistas cantan con sus sentimientos, pero eso no significan que deban vivir todas las experiencias de sus canciones. Aquel tono, aquella melodía, todo acerca de esta canción parecía despertar sentimientos de tristeza en él también.
"Tal vez estoy bien", "no esperaré"
"No te preocupes por mi"
Te estaba mintiendo
Esas palabras fueron una total mentira
Nuevamente, el rubio sintió un rastro de culpabilidad, pero ¿por qué? Él fue el traicionado aquí, ella fue la que decidió irse, entonces... ¿por qué se mostraba tan afligida? Incluso su expresión parecía decirle que lloraría en cualquier momento, aunque su voz nunca se quebró ante esto.
Cuando terminó de cantar, todos parecieron despertar de su sueño, y aplaudieron con ánimos pero algunos realmente conmovidos, incluso del lado de Vocaloid. Porque si, puede que sea considerada una traidora, pero igual pasaron tiempo con ella y era difícil odiarla del todo.
—Neru, tiene una voz muy hermosa —susurró Rin con algo de tristeza al verla así, despertándolo de su ensoñación.
La rubia, recuperó su rostro inexpresivo y se fue detrás del escenario.
A pesar de lo enojado que había estado con ella, necesitaba respuestas acerca de esa canción. Porque, si era así, necesitaba disculparse con ella.
"¿Cómo puedo pedirle que confíe en mí si no soy capaz de reconocer sus mentiras?" Se regañó a si mismo, decidido a ir tras ella.
Ni siquiera le importó si seguía Miku, necesitaba una respuesta por parte de ella o tal vez, solo necesitaba verla.
Caminó por detrás del telón, tropezándose varias veces con personas de logística y ciertos arreglos para la siguiente canción, como habían tantas personas, todos pasaban de él preocupados por seguir al pie de la letra con las indicaciones.
Cuando llegó y la vio a lo lejos, formó una sonrisa aliviado pero rápidamente desapareció al verla como un hombre de cabellos plateados se acercaba a ella y la abrazaba con cierta ternura. Apretó sus puños ante esa escena, ¿por qué se sentía tan enojado? ¿o era una tristeza? No lo sabía diferenciar bien, pero creía ya estar viendo rojo.
—No te preocupes Len-kun, son solo amigos —aclaró Nero para sorpresa de Len ¿a qué hora había llegado?
—No es que me haya interesado en ese dato —susurró él.
—Pero bueno, ¿quién sabe? Pasan muuucho tiempo juntos, seguro si puede volverse algo más —mintió con una pequeña sonrisa para probar al contrario. Se dio cuenta que su plan fue un éxito, al ver como el Kagamine daba media vuelta para irse.
— ¿Por qué los dos son tan idiotas? —suspiró, negando con su cabeza.
El Kagamine, decidió regresar, pero un extraño enojo parecía carcomerlo por dentro, su sangre hervía debido a la furia que sentía en ese momento. ¿Quién era ese chico? ¿Por qué era tan familiar con Neru? Y lo más importante ¿por qué le molestaba tanto? Más y más preguntas que él mismo se hacían, no lo dejaban tranquilo. Realmente, se sentía un idiota por pensar en que lograría conocerla en tan poco tiempo.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no notaba a nadie a su alrededor y por eso mismo, fue que terminó chocando con alguien. Esto lo hizo darse cuenta, de que debería dejar sus pensamientos para después, debía concentrarse.
—De verdad lo siento ¿estás bien? —preguntó Len algo preocupado.
Frente a él, se encontraba una chica de cabello blanco, la cual estaba en el suelo debido al impacto, así que le tendió la mano para ayudarla a levantarse.
"De verdad es muy lindo" pensó la chica albina de grandes ojos. "Además es bastante caballeroso"
—Ehm, bueno me tengo que ir, lo siento —dijo algo incómodo al no recibir respuesta.
—M-me llamo Tei Sukone —se presentó con cierto nerviosismo extendiendo su mano.
—Len Kagamine —se presentó con una sonrisa aceptando el apretón de manos—. Bueno, nos vemos luego Tei-san —se despidió él.
La chica se quedó con una expresión soñadora, viendo como aquel príncipe seguía su camino.
"Oh, es de Vocaloid. ¡¿Sería un amor prohibido?!"
—Creo que me enamoré —dijo para sí misma totalmente sonrojada entrando en una fantasía donde Len era su valiente caballero.
—Oye Tei, no deberías estar aquí —regañó Ritsu a la contraria.
—Encontré a mi príncipe azul —parecía ajena a la presencia de la otra.
Ritsu hizo una mueca de disgusto ante esto.
—Me apiado del pobre chico —susurró para sí misma y luego sacó a Tei de ahí.
.
.
—Len ¿dónde estabas? Ya casi va a acabar la presentación de Miku —reclamó Rin, al verlo. Pero al ver su cara de enfado, un escalofrío recorrió su espalda—. ¿Pasó algo?
—No es nada.
La frialdad fue tal, que muchos pensaron que una corriente de aire fría llegó hasta allí. Rin, usualmente aprovecharía para burlarse, pero apreciaba lo suficiente su vida para saber que este no era el momento.
—¿Será que Len-dono, vio algo que no quería ver? —preguntó el samurái viéndolo sospechosamente.
—C-claro que no, solo me fui a ver por ahí —respondió con temor a que lo descubrieran, ¿por qué le daba tanta pena que supieran la verdad?
—Esto es sospechoso —mencionó Kaito al ver el extraño comportamiento del Kagamine. Y vaya, para que él se diera cuenta debía ser algo muy obvio.
—Vaya, Miku-nee ya terminó —comentó Rin al ver como terminaba de cantar «Neverland», ahora todos se encontraban pendientes de quien podría ganar.
—Yo no sabría a quién escoger —comentó Mei con algo de duda, pero expresando los pensamientos de todos.
—Que el público escoja —respondió Gumi, poniendo una mano en su hombro, lista para ver el resultado de esta ronda.
Las dos chicas se encontraban impacientes por ver los resultados, estaban casi iguales y eso sólo ponía más nerviosa a Neru.
"Va a ganar ella, siempre es así" pensó para sus adentros. Ya debería acostumbrarse a ese tipo de humillación, en todo era felicitada por los profesores, especialmente en los temas musicales. A pesar de que ella se esforzara, se quedara hasta tarde practicando, nada de eso servía. No hay peor frustración que hacer tu mejor esfuerzo, pero solo para ser superada fácilmente. Miku parecía haber nacido en cuna de oro, ¿alguna vez habrá conocido lo que es la derrota o ser la segunda opción? Lo dudaba mucho, la personalidad de esa chica solo reflejaba lo bien que la ha tratado la vida.
—¿Crees que Neru gane? —preguntó Momo igual de nerviosa que todas.
—Bueno se enfrentó a Miku, es algo casi imposible —respondió Defoko.
—¿Por qué siempre la eligen a ella? Ni siquiera es la mejor voz en todo este sitio... —se preguntó Teto algo frustrada.
—¡Vaya! Las votaciones si que han estado reñidas, pero, esta vez no se trata de un empate —Neru cerró los ojos, apretando sus puños, saber el resultado solo la ponía más tensa—. Ambas lo hicieron excelente, pero quien se llevó el corazón del público fue: ¡UTAULOID! Gracias a la hermosa presentación de Neru Akita.
—… ¿eh?
Neru se mostró impresionada ante los resultados, no esperaba ganar y al parecer casi todos estaban igual que ella. ¿En serio ella había vencido a la «diva» de la escuela? ¿Miku Hatsune? ¿Quién desde niña se ha llevado un montón de reconocimientos por sus habilidades musicales? Deberían pellizcarla, porque simplemente se quedó mirando al vacío sin poder asimilarlo.
—Cantaste muy bien, Neru-chan, estoy feliz de haber competido contra ti —felicitó Miku brindándola una de sus brillantes sonrisas antes de regresar de nuevo detrás del escenario, la rubia solo asintió aún atónita.
Los Utauloid se encontraban celebrando, finalmente habían logrado vencer a la diva, y sobre todo, su primera ronda.
—¡Al fin ganamos una! —exclamó Teto.
—Pero esto no termina aquí —murmuró Defoko frunciendo el ceño.
—Es verdad, ustedes dos tienen que dar lo mejor en la presentación ordenó Teto a Momo y Mako.
—Como ordene —respondieron ambas al estilo militar.
En la canción de pop se presentaron Gakupo y Kaito interpretando «World End Dancehall» y por supuesto que volvió a todas las chicas locas, logrando muy buenos resultados. Lo malo de esto es que ocasionaron unos celos nada disimulados en Miku y que Luka tuviera un humor peor.
—Será mejor alejarnos —recomendó Rin.
—Mi plan está funcionando —celebró Meiko con una sonrisa algo malvada.
—Creo que será mejor no molestar a Meiko-san —sugirió Len y de nuevo todos asintieron.
Kaito y Gakupo, terminaron la canción ocasionando que todas las chicas se decepcionaran. Pero ahora era turno de los chicos para animarse al ver a las chicas de Utauloid. Momo y Mako cantaron juntas «Melt» una canción de amor. De nuevo quedaron en empate en esa categoría, después de todo, fue una dura competencia entre lo sexy y lo tierno.
La competencia siguió su rumbo, en la parte de covers, Luka y Mei serían las representantes, pero, primero era el turno de Utauloid con Nero y Defoko, quienes interpretaron "Rolling Girl".
Era inevitable que Nero cantara con alguna de sus compañeras, pero aún así, Rin se sentía fastidiada por como el rubio cantaba tan apegado a su compañera, aunque sabía que solo era su actitud caballerosa, simplemente no podía soportar esa vista.
—Mejor no la molestemos —sugirió Miku con una sonrisa nerviosa.
La mencionada, prácticamente estaba destrozando todo lo que tuviera en sus manos.
—Rin celosa es demasiado peligrosa para mi salud —murmuró Len sabiendo que su hermana siempre terminaba descargando su ira en él, aun si lo único que él hacía fuera respirar.
Luka y Mei, ya se encontraban listas para salir, ambas usaban una chaqueta de color blanco de tamaño grande, con capucha. Pero los detalles variaban un poco, mientras que los de la ninja eran de color azul, de Mei eran rojos.
—Voy a demostrar lo mejor que yo soy la mejor ninja -dijo para sí misma, ateniendo al llamado del presentador.
—¡Luka! Te apoyaré con todo mi corazón —exclamó Gakupo, como todo buen fan, pero fue cruelmente ignorado. Razón por la cual decidió lamentar este hecho en un rincón bastante solitario.
"También te demostraré quien hará la mejor presentación, berenjena" pensó con rabia, su espíritu competitivo solo aumentaba en estas situaciones.
—Con Luka-san ya ganamos —dijo Rin con determinación.
—¿Por qué lo dices, Rin-chan?
—Ella tiene dos grandes cosas —respondió Rin en modo pervertido, haciendo movimientos circulares con sus manos, Miku, quedo confundida ante esta respuesta. A veces, la diva no era muy buena captando cosas de doble sentido.
—Tienes razón —apoyó Gakupo, ya recuperado.
La melodía comenzó a sonar, las decoraciones estaban en su sitio y ambas se movían por el escenario, interactuando con algunos accesorios, para generar una mejor conexión con el público. La canción, es una llamada "Interviewer", y aunque originalmente es un solo, ambas lograron crear una gran combinación con sus dos voces. Y claro, la apariencia de ellas dos, era suficiente para que cualquiera quedara encantado.
—¿Acaso todo mundo se puso celoso hoy? —se preguntó Len al ver como Gakupo despotricaba contra todos los chicos que alababan a Luka. Kaito, tuvo que detenerlo antes de que sacara su katana y decidiera hacer estragos entre los asistentes.
—Qué bello es ser joven —dijo Meiko mientras tomaba directamente de una botella de alcohol.
Por otro lado, las Utauloid, intentaban no mostrarse tan nerviosas, pero al ver la reacción del público, tenían un mal presentimiento.
—¿Quién diría que Nero sería nuestro punto débil? —murmuró Teto.
—Hey —Neru golpeó su cabeza levemente—. El fanservice no le puede ganar al talento.
—Lo sé, pero si al menos hubiera aceptado que lo vistiéramos de mujer, tal vez habría llamado más la atención.
—Tienes razón.
—Oiga, saben que estoy aquí ¿no? —un leve tic se posó en el párpado de este.
Cerca de ahí, se encontraba Deruko, mordiendo su pulgar, mirando la situación sin buenos ojos.
—Debemos pensar en algo, ellos posiblemente ganen —dijo Deruko.
—¿Qué podremos hacer? —preguntó Teto.
La directora simplemente sonrió con cierta malicia que hizo sospechar a Neru, no le daba un buen presentimiento todo esto. ¿Debería decir algo?
—Mako, querida, te voy a pedir un favor —le hizo un ademán para que se acercara a la mencionada y luego susurró unas cuantas palabras en su oído.
—P-pero ¿eso estará bien? —preguntó con cierta inseguridad.
—Sólo es una broma —respondió ella. Los hermanos Akita se miraron entre sí algo preocupados por esa acción. Aumentando sus sospechas de que algo malo pasaría pronto.
Pero antes de que alguno pudiera intervenir, Mako ya desapareció entre las sombras.
—¿Qué le dijiste? —cuestionó Neru.
—Nada de lo que preocuparse —pero esa respuesta simplemente logró lo contrario.
—En el trato no estaba la idea de lastimarlos —masculló por lo bajo, intentando que las demás no escucharan.
—Es tu palabra contra la mía, en estas situaciones siempre pueden ocurrir problemas "técnicos", especialmente con un evento tan apresurado como este —soltó una risa maliciosa.
Neru, corrió para ver el escenario. No podía interrumpir sin saber exactamente que pasaría, miró para todos lados ansiosa, pero maldición, Mako era muy buena si de hacer las cosas discretas de trataba.
.
.
La ninja de Utauloid, se encontraba en la parte de arriba, logró subir rápidamente y sin ser vista, gracias a sus habilidades. Miró hacia abajo con duda, ¿esto estaría bien? Bueno, si se trataba de una broma, esto solo haría que las dos contrincantes solo se asustaran y dejaran de cantar. Nada grave tenía que pasar ¿cierto?
Con este procesamiento, decidió tirar una de las bolsas que solían estar encima de los soportes, cerró los ojos esperando que todo saliera bien.
Abajo, Luka estaba enfocada en la parte de su solo que daría pie al puente, por lo cual, no pudo reaccionar a tiempo cuando su instinto le advirtió que algo no estaba bien. Solo pudo ver con desesperación todo en cámara lenta...
—¡Mei! —el grito de Meiko fue lo último que resonó en el escenario.
.
.
.
—¿Mei-chan, estará bien? —preguntó Gumi, sumamente preocupada.
Los demás se encontraban en el camerino con un aura de tristeza encima. Por suerte, el evento fue pausado para verificar que todo estuviera bien.
—Los de emergencia se la llevaron, aunque despertó al poco tiempo, es necesario que se haga exámenes médicos para verificar que no vaya a tener secuelas —respondió Meiko, entrando al cuarto. Su seriedad solo reflejaba lo mucho que estaba conteniendo su ira en ese momento.
—Vi que Mako fue quien lanzó eso —confesó Luka con enojo—. Si tan solo hubiera prestado más atención...
Gakupo, quien por fin entendió a leer el ambiente, solo se posó al lado de ella y puso una mano en su hombro en señal de apoyo.
Pero los demás, se encontraban enojados ante esto. Claro, ¿qué esperar del grupo que desde el primer día intentó hacerles daño? Se confiaron demasiado en territorio enemigo.
—Esos malditos nos hicieron perder —masculló con enojo la Kagamine, ganas no le faltaban para usar su aplanadora contra ellos.
—¿Qué haremos? Sin Mei-chan, no podemos interpretar la canción —el asunto era tan serio, que incluso Kaito estaba preocupado.
—Parece que tendré que tomar otras medidas —dijo Meiko, comenzando a caminar.
—¿A dónde vas? —preguntó Miku con temor de que hiciera algo drástico.
—Ustedes prepárense, ya verán.
Todos decidieron confiar en ella y la siguieron de cerca.
—Lo sentimos por el anterior percance —avisó Rook, a través del micrófono con algo de pena—. Lamentablemente, las malas noticias continúan, porque sin todos sus integrantes, Vocaloiod será descalificado.
—¿No vieron que hizo trampa? —exclamó alguien del público.
—Es verdad. ¡No cayó por un simple accidente! —de repente todo el público se volvió un caos en medio de tantas quejas.
—Por favor cálmense, así son las reglas, no podemos hacer nada —respondió nervioso el presentador.
—No pueden descalificarnos —dijo Meiko entrando a escena con un porte bastante seguro.
—Pero les falta un integrante —repitió él volvió a decir con algo de fastidio.
—¿Acaso no se da cuenta de que yo también soy de Vocaloid?
—¿Pero que planea? —preguntó con enfado Deruko.
—Las reglas eran claras, Vocaloid vs Utauloid, pero no decían nada de que tenían que ser exactamente siempre los mismos 8, y especialmente: que no podían participar también los profesores o directores —replicó con una mano en su cintura.
Esta era la mujer que ha escapado muchas veces de la justicia, si no fuera cantante, seguramente se habría vuelto una gran abogada porque siempre sabía como navegar entre los vacíos legales de todo contrato.
—Meiko, tu nunca te rindes ¿cierto? —suspiró Hiyama al ver a su novia retar las reglas que habían puesto al principio. Nunca se lo diría abiertamente, pero esa era una de sus cualidades más atractivas.
—¿Oh? ¿Acaso el ratón te comió la lengua? —le arrebató el micrófono al presentador—. ¡Gracias a todos por su espera! ¡El show va a continuar!
Ahora, con el apoyo del público de su parte, tenían que seguir sí o si con la competencia o tendrían grandes quejas. Definitivamente supo jugar con las cosas que tenía a favor.
—Esa maldita —gruñó por lo bajo la albina.
—¿Acaso estas con Vocaloid? —inquirió Teto con enojo al ver como Neru se había puesto algo aliviada al escuchar el anuncio de Meiko.
—Claro que no, tú sabes que no me importa —replicó fríamente—. Pero, ¿realmente habrían sido felices ganando así? —las confrontó con la mirada, muchas tuvieron la decencia de mostrar cierto arrepentimiento.
—P-perdón, todo esto fue mi culpa —murmuró Mako, apenada.
—¡Ugh! De acuerdo, si no me hubiera gustado ganar así —comentó la quimera, soltando un bufido.
—¿Acaso algún día serás totalmente honesta? Onee-chan —se preguntó Nero.
—Yo siempre digo las cosas como son, idiota —respondió ella.
—¡Oigan! No hay tiempo de seguir lamentándonos, debemos salir en 10 minutos —avisó Teto.
—Tengo una duda, chicas, aunque no sé si sea lo adecuado para preguntar en estos momentos —comenzó a decir Momo.
—Este es el momento adecuado para traer más dudas —respondió Ruko.
—Ehm, bueno, ¿de dónde viene ese odio a Vocaloid? No eran una escuela hasta este año, como para decir que tenemos un historial de rivalidad —preguntó Momo llamando la atención de todos.
—Vi la publicidad de que iniciarían las audiciones para entrar a la escuela, admiraba mucho al grupo y pensé que sería la oportunidad de ser como mis ídolos. Aunque, en ese tiempo, también estábamos para las pruebas de Utauloid, quería tener más opciones a la mano —comenzó a narrar Teto—. Presenté la prueba, y a los pocos días me llamaron para decirme que fui aceptada, y que incluso fui nominada como "Diva", pero, a los pocos días, vuelven a llamarme para decirme que todo fue una broma, al final que mi canto no fue suficiente para entrar a la escuela. Me dolió tanto, que ese día me encontré con Deruko-san y me contó que usualmente hacían eso, pero que si me volvía la líder en Utauloid, podría demostrar muchas más cosas.
Un ambiente pensativo quedó en el aire. Muchos asintieron sintiendo la frustración de Teto, de ahí, que inevitablemente comenzaran a odiar todo lo relacionado a Vocaloid y a Miku Hatsune.
—¿Estás segura que fueron ellos? —preguntó Neru. interrumpiendo el ambiente.
—¿Por qué lo dices?
—En realidad, cuando me aceptaron en Vocaloid, nos mandaron una carta, no nos llamaron —respondió ella—. Según la línea de tiempo, las pruebas fueron antes, pero entonces ¿cómo podríamos habernos infiltrado Nero y yo luego? Las audiciones fueron a finales del año pasado —hizo un gesto pensativo.
Claro, cuando ella llegó a Utauloid, Teto ya tenía cierto resentimiento hacia Miku, no podrían haber hecho las pruebas al mismo tiempo.
—Ehm, pensé que fue porque falsificaste un papel o entraste a la base de la escuela —comentó Mako.
—Oigan, que me guste el celular, no significa que soy hacker —masculló ella.
Aún así, seguía pensando que todo esto era muy extraño. Es verdad, la escuela Vocaloid no existió hasta hace poco, pero todos los estudiantes sienten cierta rivalidad por esta, ¿acaso es algo que han ido implantando poco a poco?
—Oigan, ya tienen que salir —avisó Deruko, interrumpiendo este momento lleno de revelaciones.
Todos asintieron dispuestos a seguir con su objetivo principal y salieron al escenario, más tarde podrían preocuparse por esas cosas tan pequeñas.
Se posicionaron perfectamente, en las manos de cada uno, tenían pompones de porristas y su ropa. Comenzaron a cantar al mismo tiempo que el instrumental, logrando que muchos se emocionaran, después de todo, se trataba del popular disco "Motteke! sailor Fuku", a todos les pareció una gran canción, con un ritmo muy pegadizo, los pasos de baile combinaban perfectamente, y al ser tantas, se veía mucha armonía en sus pasos; aunque para Nero fue lo más vergonzoso del mundo ya que era una coreografía planeada especialmente para mujeres. De seguro se burlarían de él por un largo tiempo…
—Nero, baila muy bien —admitió la rubia algo impresionada por ese baile, hasta no le dolería admitir que lo hacía mejor que ella.
—A Rin-chan, le gusta todo de Nero —comentó burlona Gumi provocando un leve sonrojo en ella.
—C-claro que no.
—Lo tsundere no te queda —agregó Gakupo.
—Admítelo, no está bien guardarse los sentimientos —sugirió el amante de los helados.
—Entonces ¿por qué no admites que te gusta Miku-nee? —eso fue un golpe bajo para Kaito, mientras que Miku simplemente intentó disimular su vergüenza.
—¡Rin-chan! No digas esas cosas —la regañó Miku.
—Oigan ustedes, ya es tiempo de salir, luego será el momento de sus dramas amorosos —avisó una estresada Meiko.
—¿Cómo me veo Luka? —preguntó Gakupo luciendo su disfraz de mayordomo.
—No está mal —contestó indiferente, aunque en su mente pensaba que ese traje realmente le lucía, incluso lo consideraba un poco guapo. Aunque desechó rápidamente estos pensamientos como si temiera que alguien los leyese.
"Maldito, incluso con un simple traje piensa que va a resaltar más que yo" claro, su molestia era por su auto proclamada rivalidad con el samurái, nada más.
Ella vestía diferente, llevaba una falda amarilla de tiro alto, que le llegaba más arriba de los talones y se ajustaba en su cintura, una blusa blanca con un moño negro en el cuello y una flor amarilla decoraba su cabello.
—Por fin, viene la última presentación de esta noche, ¿cómo lo hará Vocaloid a pesar del cambio de miembros? ¡Ya lo descubriremos!
El escenario se puso completamente oscuro, y cuando inició la canción, un solo reflector iluminó a Miku quien usaba un vestido blanco junto con una capaz de color salmón.
Resuena el bis, los aplausos no cesan
Haz que resuene más y más
La alarma de inicio suena, el telón se levanta
Con el uno, dos, tres, comienza el show
La luz iluminó una puerta, y mientras el instrumental sonaba, ella daba pequeños pasos al mismo ritmo. La puerta falsa, desaparece del escenario y las luces dejan ver algo parecido a una sala de una mansión donde se encontraban los demás. A pesar de que Meiko no práctico directamente con ellos, hizo sus partes sin equivocarse y con un profesionalismo envidiable, después de todo, fue quien estuvo más pendiente de sus ensayos, pero igual era increíble como pudo superar una crisis como esta.
Hasta que esos créditos
Desaparezcan
Con estas últimas líneas de Miku, la canción terminó. Los 8 hicieron una fila e hicieron una reverencia al público.
—Ahí si no te quejas de que fue una obra de teatro —masculló Rin por lo bajo.
—Cállate.
Aún así, ella se sentía feliz de estar ahí, era una experiencia nueva y muy gratificante el haber cantado en grupo para una ocasión tan importante, siempre había sido ella junto a Len, pero ahora, podía compartir el escenario con personas maravillosas. Vaya, realmente amaba cantar, puede que al inicio le diera miedo enfrentarse al público, pero ahora, esa misma adrenalina era la que la llenaba y le daba un propósito a todo. Vaya, realmente amaba este ambiente, tanto así, que por unos segundos olvidó que todo esto se trataba de una competencia.
Rook, volvió al escenario y detrás de él, venía el grupo Utauloid, indicando que ya iniciarían las votaciones.
—Muchas gracias a todos por quedarse hasta este momento —una música melancólica comenzó a sonar—. Hemos sido testigos de increíbles presentaciones que destacó el talento de todos, pero, lamentablemente solo podemos elegir un ganador—ahora la música comenzó a ser más tensa—. Damas, caballeros y estimados de género no binario, los invito a iniciar las votaciones que darán fin a esta gran noche.
El momento más tenso llegó, todos se tomaron de la mano dispuestos a aceptar cualquier resultado. Veían nerviosos como los porcentajes subían y bajaban en ambos lados. Los de Utauloid cruzaron sus dedos y cerraban los ojos esperando que esta votación acabara rápido.
Finalmente, el marcador dejó de contar y todos contuvieron sus alientos.
—El ganador de este concurso es… —nuevamente una pausa dramática—. ¡VOCALOID!
Todos vitorearon y celebraron llenos de energía. Rin abrazó a su gemelo al ser quien se encontraba más cerca, luego Miku se unió a ellos y así hasta que todos se encontraban en un gran abrazo grupal, incluso Luka dejó que Gakupo la abrazara por los hombros, gracias a la emoción del momento.
Sin embargo, del lado contrario, solo se podía ver un ambiente totalmente distintos. Sus rivales se encontraban tristes y frustradas, Teto se quedó atónita ante los resultados, sin poder creerlo.
—Teto, lo siento —susurró Ritsu mientras ponía una mano en su hombro. Le rompía el corazón ver a la chica en ese estado.
—¡No puede acabar así! ¡Quiero ver a Ted-onii-san de nuevo! —exclamó con lágrimas en sus ojos para luego salir corriendo lejos de ahí. Todos la siguieron totalmente preocupados.
—Sigámoslos —ordenó Meiko y todos asintieron.
Llegaron hasta lo que parecía ser el estacionamiento del recinto, donde se encontraba todo el grupo con un aire totalmente diferente a la usual. Deruko, se encontraba frente a ellos con una fría mirada sobre ellos con una mezcla de ira y decepción.
—¡Por favor, Deruko-san! Danos otra oportunidad —imploró Teto.
—¿Para qué? ¿Para que vuelvan a perder tan patéticamente? Será un milagro recuperarse luego de esta humillación.
—¿Acaso no hemos hecho suficiente ya? —cuestionó Ritsu.
—Si, ya dejaron el nombre de Utauloid por el suelo. Será un milagro que alguien quiera encargarse de esa escuela.
—¿D-de qué hablas? —preguntó Mako.
—No me interesa seguir a cargo de artistas sin ningún talento, ya he desperdiciado demasiados recursos en ustedes.
—¡Dime dónde está Ted onii-sama! —exigió Teto.
—La mandaré saludos, claro. Aunque, le hago un favor al alejarlo de personas tan mediocres como ustedes.
Dicho esto, les dio la espalda para subir a su auto e irse de ahí, dejando solo una estela de polvo y una desesperanza en el ambiente. Teto, cayó de rodillas sin poder creer que todo esto estuviera pasando.
—Maldita —gruñó Ritsu llena de frustración.
Por fin, Vocaloid vio el momento ideal para entrar.
—¿Qué pasa? —preguntó Miku totalmente preocupada ganando la atención de todas las miradas.
—Y-yo, yo lo siento, de verdad —soltó aquellas palabras totalmente arrepentida.
—Nosotras no queríamos hacer nada de esto —declaró Ruko, para sorpresa de todos.
—Pero es que… —la voz de Teto se fue rompiendo lentamente.
—Era por tu hermano Ted ¿cierto? —Meiko se agachó para verla a los ojos.
—¿C-cómo lo supiste? —preguntó Teto limpiándose las lágrimas.
—Bueno, me pareció muy raro que Utauloid nos declarara la guerra tan de repente, así que decidí investigar —dirigió su vista hacia Neru—. También se la razón por la cual Neru abandonó Vocaloid.
—Te recuerdo, yo nunca pertenecí a Vocaloid —negó aquello, cruzándose de brazos.
Su hermano suspiró resignado, nada era más fuerte que el orgullo de ella.
—Bueno si tú lo dices —se encogió de hombros—. Mis chicos se merecen una explicación de todo esto, ¿no creen? —Meiko le sonrió con amabilidad, ayudándola a levantarse.
—En Utauloid, las pruebas para entrar duran alrededor de 3 meses —comenzó a decir Defoko.
—Son días llenos de prueba y al ser tantas personas, se nos asigna un tutor, en este caso, fue Ted-san, el hermano de Teto, tal vez por esta cercanía, nosotros también comenzamos a considerarlo como si fuera nuestro hermano mayor —continuó Momo con una triste sonrisa.
—Durante esas fechas, algunas decidimos inscribirnos en Vocaloid, pero fallamos, Deruko se enteró de esto, y aunque nos aceptó en la escuela, igual nos dijo que tendríamos que pagar por esa "traición" —añadió Ritsu.
—Ted-san, desapareció un día sin dejar rastro. Nos dijo que si queríamos volver a verlo, teníamos que superar a Vocaloid o sino algo malo podría pasarle —susurró Mako, avergonzada de sí misma.
—Por eso lo sentimos, yo solo quería ver a mi hermano de nuevo.
Los hermanos presentes, se miraron compartiendo un mismo sentimiento.
—Te entendemos totalmente —dijeron al mismo tiempo los gemelos Kagamine sorprendiendo a Teto.
—Yo también haría lo mismo por mi hermana —comentó Nero con una sonrisa mientras frotaba fuertemente la cabeza de su hermana, ella se mostró molesta ante esta acción, así que le pegó con el codo para que la dejara en paz.
—Sólo lo hiciste por un ser querido, no tiene nada de malo —dijo Rin.
—La que tiene la culpa, es la maldita de Deruko —masculló con rabia la castaña—. No puedo creer que intentara usar a unos niños solo para fastidiarme —murmuró para su misma.
—Meiko-san ¿no te falta algo? —inquirió Aoki entrando en escena, asustando a más de uno.
—Ah, es verdad —cambió su expresión a una más desinteresada— Creo saber dónde está tu hermano.
—¿En serio?
—¿Dónde está?
Ya se encontraban sobre Meiko, exigiendo alguna respuesta.
—Verán, hay muchos detalles innecesarios, así que para resumir: Estaba trabajando en América, no le pasó nada malo.
Todas quedaron hechas piedra ante esta declaración
—Entonces… ¡¿Todo el esfuerzo fue para nada?! —exclamaron todos al mismo tiempo.
—Rin ¿me prestas la aplanadora? —pidió Neru, a pesar de tener una cara neutral, se sentían su aura asesina de fondo.
—No lo hagas —dijo Nero detrás de su hermana, negando rápidamente con sus manos.
—Un momento —Defoko interrumpió—. Entonces ¿por qué no hemos recibido ningún mensaje de su parte?
Todas las miradas se posaron en Meiko.
—De nuevo, muchos detalles de fondo, pero influyó un poco su carga laboral, la diferencia horaria y... ¡Oh! Que Deruko hackeó su celular, haciendo que todas sus llamadas y mensajes fueran dirigidos al celular de ella. Es decir, la supuesta víctima, ni tenía idea alguna de lo que está sucediendo aquí.
Antes de que pudieran continuar, se escuchó una gran estampida se escuchó de fondo, pudieron ver a los profesores y estudiantes, incluyendo, algunos de Utauloid, dirigirse a donde ellos se encontraban.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Hiyama algo preocupado.
—No ha pasado nada, solo arreglábamos unos asuntos —respondió desinteresada la castaña.
—Solo falta el asunto de Neru-san —comentó Aoki por lo bajo, ante esto, la mencionada se tensó en su lugar.
—No hay nada que hablar, a mí nunca me interesó Vocaloid —respondió ella mientras se cruza de brazos.
—Entonces ¿no pues que habías aceptado ayudarlas, para que no le hicieran daño a ellos? —recordó Nero, haciendo que su hermana se sintiera avergonzada.
—Es verdad, además Neru-chan, a pesar de ser una espía, nunca nos dio ninguna información —comentó Momo aumentando más la vergüenza de la rubia.
—N-no es cierto, solo no encontré información útil es todo —contradijo.
—Incluso rompimos tu celular y no dijiste nada —mencionó Ruko encogiéndose de hombros. Todos giraron su vista sorprendidos hacia ella.
—Deben ser muy importantes para ella, su celular era como su vida —Neru, quería callar a su hermano de un golpe y luego que la tierra se la tragara.
—Vamos, sabes que quieres volver a Vocaloid —trató de convencerla Teto.
—No creo que acepten —susurró con un eje de tristeza.
—Claro que si queremos que vuelvas —dijo Rin esperanzada.
—¿Por qué? ¿Acaso no los traicione? Les mentí, incluso los lastimé con mis palabras y acciones —bajó la mirada ante esto último al recordar la charla que había tenido con Len.
—Pero has demostrado que de verdad te gusta Vocaloid —comentó Meiko sorprendiéndola.
—Claro que no, si me hubiera gustado Vocaloid me hubiera quedado ahí.
—Neru, deberías ser más sincera, siempre mientes para no lastimarte a ti misma —dijo Len acercándose a ella—. Vamos, ya no estoy enojado contigo, entendí el significado de la canción —susurró esto último cerca de ella para sorpresa de la rubia.
—Pero, te lastimé, hice que dejaras de confiar en mí —alzó su vista para ver a los demás—. Acaso... ¿ustedes no me odian?
—Aceptamos que estábamos enojados contigo al principio —comentó IA.
—Pero luego nos dimos cuenta de que en realidad nos estuviste protegiendo —explicó Yukari y todos asintieron para que viera que fuera verdad.
—Además, todos aquí somos una familia, podemos tener problemas, pero no significa que sea el fin de las cosas —concluyó Miriam con una amable sonrisa.
—No tiene nada de malo tratar de ser feliz, además eres muy mala mintiendo —Len le sonrió como sólo él sabía hacerlo.
—Idiota —le dio un leve puñetazo en el hombro, pero esto fue una buena noticia para Len, por lo menos ella volvía a actuar como siempre.
—Vamos Neru, sabes que tu lugar está con ellos —comentó Dell para sorpresa de ella, no sabía a qué hora había llegado ahí.
En serio, que la tierra se la tragara de una vez ¡y rápido!
—¿Acaso estas llorando? —preguntó Ritsu, sorprendida al ver como agachaba la mirada y su cuerpo temblaba ligeramente.
—¡Claro que no! —masculló ella intentando no soltar ninguna lágrima.
—Te ves tan linda así —comentó Miku con una sonrisa acercándose de igual manera a ella.
—Neru-chan, ¡bienvenida! —exclamó la Kagamine, antes de abalanzarse sobre ella.
—Parece que ya todo se solucionó —dijo Nero con una sonrisa.
—Nero, eres un buen hermano —comentó Gakupo al lado de él.
—¿Por qué lo dices? —preguntó algo extrañado.
—Bueno, la seguiste en toda esta aventura —contestó Kaito.
—Incluso si te alejo de la chica que te gusta —bromeó Gakupo por lo bajo.
—¡C-claro que no! Además, tengo que hacerlo o sino me mata.
El ambiente actual no se comparaba nada con el de hace rato, todos se encontraban hablando entre sí, incluso algunos de Vocaloid alababan las grandes presentaciones de Utauloid, Miku comenzó a hablar con Teto, y fue inevitable para esta última, terminar cayendo bajo los encantos de la Hatsune. Pero, todavía tenía un asunto por atender.
—Meiko-san, ¿sabe dónde podría contactar a mi hermano? —preguntó Teto acercándose con cierta cautela.
—Gracias a que Aoki-chan ya lo contacto, viene en camino —todas se sorprendieron ante esa respuesta.
—Se tardará un día, ya saben, los viajes son complicados. Además Meiko-san ¿¡por qué arruinaste la sorpresa!?
—Ella preguntó no podía hace nada —respondió desinteresadamente.
—Como estamos revelando secretos, creo que es mi turno —comentó Ritsu llamando la atención de todos. Antes de que todos se preguntaran de qué se trataba todo esto, tomó su larga cabellera y la jaló dejando ver que esta era una peluca.
—¡¿Eres hombre?! —al ver sus caras de sorpresa, Ritsu sonrió divertido.
—¡SI! —exclamó Teto con felicidad, haciendo que todos la miraran extrañados, Ruko la miró pícaramente—. No me mires así —pidió con algo de vergüenza.
—¿Cómo es posible…? Tu voz sonaba tan femenina —murmuró Miku incrédula.
—Bueno, mi voz siempre ha sido algo aguda, por eso entrené bastante para llegar a este nivel.
—Si lo pensamos bien, tampoco sonaba tan femenina —argumentó Rin.
—¿Por qué lo hiciste? —inquirió Defoko poniendo una mano en su frente.
—No lo sé, simplemente me pareció divertido —todos casi caen de espaldas al escuchar esta excusa.
—¿Qué pasa? Rin-chan —preguntó Nero al verla decaída.
—Ritsu siendo hombre tiene los pechos más grandes que yo…
—No te preocupes, son falsos, están hechos de metal —comentó dejando a todos aún más sorprendidos.
—¡Con razón pesabas tanto! —exclamó Ruko.
—¿Pensabas vivir todo el tiempo como una chica? —cuestionó Mako.
—Siempre me han gustado las prendas femeninas, no pensé que al inscribirme mi disfraz funcionaría tan bien y perdí la oportunidad de revelarlo todo.
—Estoy rodeada de idiotas —masculló Defoko.
Por eso dicen, que realmente nunca terminas de conocer a las personas.
—Aunque estoy feliz, Nero y Neru volvieron a Vocaloid —dijo Miku en un intento de cambiar de tema.
—Es verdad, pero ahora ¿nosotros dónde estudiaremos? Después de todo no creo volver donde la maldita de Deruko —masculló Teto, con desprecio.
—Y ella tampoco parecía interesada en volver —añadió Ritsu.
—¡Tengo una idea! —exclamo Meiko ganándose la atención de todos—. ¿Qué tal sí Vocaloid y Utauloid se unen? —todos se miraron confundidos—. Piénsenlo, Utauloid será una clase y Vocaloid otra, harán su vida escolar mucho más amena —continuó ella cada vez más emocionada.
—Acepto, aunque no sé si legalmente sea posible —respondió Ritsu.
—Tranquilas, yo me encargo de todo.
"¿Por qué siento que yo seré quien se encargue de todo?" pensó Hiyama.
—Yo también, pero depende de los otros —aceptó Teto mirando a sus compañeras recibiendo una respuesta afirmativa.
—Entonces, tendré que hablar con los demás, a ver que dicen —avisó Mako y se dirigió a otro lugar, posiblemente donde estaban reunidos los otros Utauloids.
—¡Por la nueva Súper Escuela Preparatoria Vocaloid y Utauloid!
Meiko y Teto estrecharon sus manos para cerrar el "trato". Todos festejaron al ver esta nueva unión.
—¿No es un nombre muy largo? —cuestionó Neru.
—Si lo pusiéramos corto ¿no sería "SEPVU"? —comentó Rin.
—Supongo —asintió su gemelo.
De un momento a otro, Len sintió un escalofrío en la espalda, se sentía como si alguien lo estuviera observando.
—¿Qué pasa Len-kun? —preguntó Nero al ver a su amigo así.
—Siento como si alguien me observara…
"Estaré en la misma escuela que Len-kun" pensó Tei con una gran felicidad observando a su amado rubio detrás de un poste cercano.
—Parece que todo volverá a la normalidad —comentó Meiko y dio media vuelta para irse.
—¿A dónde vas? —preguntó Hiyama.
—Tengo que ir a ver a Mei, Meito sigue con ella, así que quiero ver como sigue —respondió, demostrando una expresión más cansada. Estuvo conteniendo su preocupación hasta el final.
—¿Quieres que te lleve? —preguntó el castaño sacando las llaves de su bolsillo.
—Es muy raro que actúes tan caballeroso —comentó en un tono seductor mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello de este.
—Bueno, no quiero que tengas un accidente —respondió él con una sonrisa ladina.
Más de un estudiante se quedó impresionado al verlos actuar de esa manera.
—E-ellos ¿están saliendo? —preguntó Rin impactada.
—Parece que si —murmuró Gakupo.
—No sé si felicitarlos o desearle suerte a Hiyama-sensei —todos asintieron ante las palabras de Len.
—¡Ahora vayamos todos al Karaoke a festejar! —exclamó Teto sacando a los otros de su shock.
—Siempre tienes mucha energía Teto-chan —comentó Ritsu haciendo sonrojar a la chica—. ¿Estás bien? —preguntó preocupado.
—Tienes un gran poder que pocos tienen —mencionó Ruko, con cierta picardía.
—Pero primero me voy a ir a cambiar —murmuró algo apenado, después de todo seguía llevando un vestido.
—¡Yo te ayudo! —se ofreció Teto sin un ápice de vergüenza.
—¡Usen protección! —exclamó Ruko al verlos alejarse, ganándose una seña algo ofensiva por parte de su amiga.
—Ruko-san no deberías decir esas cosas —la regañó Momo.
—Sólo espero que no se demoren mucho —comentó Defoko.
La celebración por la unión de ambos grupos se llevó a cabo en el gimnasio de la escuela de los Vocaloids, ya que de seguro no había un sitio tan grande en la ciudad que tuviera un karaoke para tal cantidad de estudiantes. Se quedaron hasta tarde, conociéndose un poco mejor y compartiendo como si hubieran sido compañeros desde hace tiempo. También fue una oportunidad para conocer a futuros rivales, en este caso, Luka y Mako.
A partir de ahora, los días serían mucho más entretenidos, ¿qué clase de aventuras los esperarían a continuación?
Chapter 11: Guerra de San Valentín
Summary:
Un nuevo evento inicia en la escuela, ¿cómo sobrevivirán las chicas a este? ¿Los hombres podrán obtener un poco de lo que quieren?
Notes:
Aclaración:
Los diálogos con efecto, significa que están hablando en español.No se usaron canciones, pero en la parte final de Rin y Nero, está levemente basada en la canción de ella llamada Suki daisuki
Chapter Text
Una semana pasó luego de la "guerra contra Utauloid", la escuela tuvo que darse unos días de descanso para ver todas las cuestiones administrativas de aceptar una nueva clase a su institución, por suerte, contaban con los recursos para hacer esto como si nada. Ahora, los Utauloid compartían un salón distinto, con diferentes horarios e igualmente tendrían que participar en las pruebas bi semanales, aunque estas serían en días distintos para poder llevarlas a cabo correctamente.
Así, como si fuera una moda tener nombres muy largos, la Súper Escuela Preparatoria Vocaloid y Utauloid abría nuevamente sus puertas. Y como ya hemos visto, la normalidad no es algo que ocurra con frecuencia aquí.
—Buenos días chicos. Meiko-san, informa que seguimos sin noticias de los estudiantes que iban a ser transferidos.
Con la llegada de Aoki, ahora ella sería la encargada de los anuncios, ya que según Meiko, hablar por los parlantes era muy pasado de moda.
—Seguro vendrán para un momento impactante —murmuró Rin, cerca de Nero.
—¿Por qué lo dices?
—¿De qué otra forma podríamos seguir sacando más anécdotas?
El rubio solo pudo asentir ante esto.
—Además, aunque sabemos que San Valentín ya pasó, igualmente queremos hacer un evento para este viernes, así que todas las chicas: deben preparar chocolates.
—¡¿Uh?!
Todos los estudiantes se extrañaron ante tal petición, no tenía sentido alguno celebrar dicha fecha a inicios de abril.
—Claro, como solo vemos un año de clases, es muy importante llevar a cabo todo los eventos. O bueno, eso es lo que quiso decirles —respondió con cierto nerviosismo. Era muy difícil explicar de forma coherente todas las ideas de la directora.
"Maldición" es lo único que pudieron pensar las dos rubias.
Este tema, no pasaría desapercibido por nadie y ahora, se volvió el tema principal a la hora del almuerzo.
—¿A quién le vas a dar chocolate? Rin-chan —preguntó Miku, mostrando cierto interés.
Tuvo que recordarse lo mucho que amaba a su amiga, porque ahora mismo la odiaba por hacerla el centro de atención.
Mientras tanto, Neru le lanzó una sonrisa burlona a Nero, ya que este estaba sumamente interesado en la respuesta.
—E-ehm... —un leve sonrojo se posó en las mejillas de la Kagamine.
—Yo creo saber perfectamente a quien será —comenzó a decir Kaito, quien no dejaría ir la oportunidad de molestarla.
Rin, tomó una rodaja de naranja que tenía en su almuerzo y la exprimió cerca de los ojos de Kaito, quien ahora se encontraba llorando en el suelo. Nadie más se atrevió a decirle nada.
—En fin, puede ser a cualquiera, pero no prometo que serán chocolates normales —con esa amenaza, ahora si ninguno más quiso insistir en el tema; aunque igualmente, ya todos sabían la respuesta.
Bueno, casi todos.
—¿Participarás en esto? Neru —preguntó Len, cambiando el foco de la atención.
La Akita si no hizo nada para disimular su enojo ante esto, aunque casi se ahogaba con su jugo en el proceso.
—O-o-obviamente a nadie, ninguno se los merece —bufó por lo bajo.
—¿Ni siquiera Dell-san? —preguntó Nero, fingiendo inocencia.
—¿Y él que tiene que ver? —cuestionó su hermana.
—Oh, ¿acaso es tu pareja? ¿O tu crush? —intervino Rin, dándose cuenta de lo que intentaba hacer Nero.
Ambos le lanzaron miradas nada discretas a Len, para ver su reacción.
Este simplemente soltó un suspiro.
—Ni creas que te ayudaré en la cocina, Rin.
—¡¿Ah?!
Y disimuladamente dejó una cáscara de banana sobre el almuerzo de Nero.
—Yo desearía que Luka me diera unos chocolates llenos de su amor —comentó Gakupo, quien comenzó a meterse en sus propias fantasías.
—Si te llego a dar chocolates, seguramente tendrán veneno —respondió con una tranquilidad amenazante.
Gakupo, comenzó a cuestionarse que tan lejos llegaría para recibir esos dichosos chocolates.
—Creo que le daré chocolates a todos, ustedes son muy importantes para mí —dijo Mei con una sonrisa.
—Mei-chan ¿acaso no puedes ser más tierna? —dijo Gumi abrazándola con fuerza, como si de un peluche se tratara.
—Es verdad, es imposible encontrar algo tan linda y tierna como ella —comentó Rin orgullosa.
—¿No se dan cuenta de que Gumi, tiene algo por las cosas tiernas? —cuestionó Neru, mientras comía.
Todos asintieron, una cosa era caer ante las cosas de esa categoría, pero la peli verde parecía llevar todo al siguiente nivel. Un día de estos, no les extrañaría que terminara secuestrando a la castaña.
—¿Me pregunto si me darán chocolate? —se preguntaba Kaito, aunque por dentro solo podía preguntarse si cierta persona se los daría.
Rin, miró a Miku arqueando una ceja, poniendo nerviosa a su amiga.
—Kaito, tu serás uno de los que más reciban chocolate —dijo Len, y sin quererlo, salvó a Miku de caer ante las bromas de su hermana.
—Pero él solo quiere los de Miku-chan —dijo burlonamente Gumi.
Ambos se miraron, al darse cuenta de esto, se sonrojaron y tuvieron que apartar rápidamente la mirada.
—¡Gumi-san, no digas esas cosas! —exclamo Miku con vergüenza.
—Todos aquí sabemos que es verdad —dijo Rin siguiendo el juego.
Al parecer no pudieron salvarse, Rin no era la única con interés en molestar a los demás.
—Gracias por tu ayuda, Rin-chan —dijo sarcásticamente Kaito, la rubia solo alzó el pulgar.
La hora del almuerzo terminó, por lo cual todos tuvieron que volver a sus respectivos salones. El peculiar grupo, llamaba la atención sin querer, al seguir bromeando sobre el tema mientras se dirigían a su salón.
—Parece que se están divirtiendo —comentó Teto, quien los veía desde la distancia.
—Bueno son un grupo algo particular —dijo Ritsu.
Aunque este, se haya declarado abiertamente hombre, muchas veces le gustaba vestir con prendas femeninas, pero cuando vestía como hombre, era bastante guapo. Aunque para Teto, lucía genial con los dos tipos de ropa.
—Teto-chan, ¿a quién le entregaras chocolates? —preguntó Ruko, mientras acariciaba fuertemente la cabeza de esta.
—¡Ruko! Déjame en paz. ¡Sigo siendo tu superior! —exclamo ella, por alguna razón su coletas que parecían taladros, parecían moverse.
Las demás solo podían reír ante esta escena.
El 14 de febrero era considerado un día amado por muchos (si tenías parejas) y odiados por otros (si estabas soltero), era el día internacional del amor y la decepción, donde miles de confesiones ocurrían, pero solo pocas lograban resultados, y de ser así, seguramente su relación solo tendría una relación bastante corta, al darte cuenta de que el romance incluía muchas más cosas y no solamente corresponderse mutuamente, un día en que... Ah, es verdad, ni siquiera era esa fecha, pero gracias a su directora, tendrían que repetir ese día obligatoriamente. Incluso, la escuela poco a poco se iba decorando con el color rojo y rosa.
Mientras esperaban que el profesor llegara, Neru y Rin hablaban sobre que harían para este día.
—Nos reuniremos mañana a comprar los ingredientes —dijo Neru, sin dejar de ver su celular.
—¿Por qué no hoy? —pregunto Rin quien quería hacer todo lo más rápido posible, para quitarse la ansiedad de encima.
—Porque hoy tengo que ir al trabajo —respondió seria ante su infantil amiga, Rin solo hizo un puchero.
—¿Qué van a hacer? —Miku, llegó de la nada.
Las dos se sorprendieron, Rin dio un salto en su asiento y Neru dejó de mirar la pantalla.
—Parecen que planean algo para los chicos —Comenta Luka con una sonrisa maliciosa, provocando un sonrojo en ellas.
—Tal vez —contestó con un puchero, Neru.
—¡Yo también quiero participar! —dijo con emoción, abrazando a Rin desde atrás.
—Puede ser positivo —secundó Luka.
Aunque esta respuesta solo lanzó sospechas por parte de las dos rubias, quienes inmediatamente formaron una sonrisa más maliciosa.
—¿Oh? ¿A quién piensas darle chocolate, Luka-san? ¿Acaso a cierto samurái? —preguntó burlona Rin.
—Claro que no —aunque su tono fuera serio, el leve sonrojo en sus mejillas les indicó que estaba en lo correcto.
.
.
—Creo que Gakupo-san y Kaito-san serán los que reciban más chocolate —comentó Nero con las manos detrás de la cabeza.
Ahora los chicos se encontraban caminando por el patio trasero de la escuela, las mujeres tenían un aire de estar muy concentradas y temían demasiado por sus vidas como para interferir.
—Solo me importan los de Luka —comentó Gakupo, con un suspiro de damisela.
—¿Aunque eso pueda matarte? —contestó Len, arruinando la extraña fantasía de Gakupo.
—Creo que Len y Nero también recibirán chocolates —comentó Kaito.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Len, algo confundido.
—Bueno, sé que antes te consideraban un "shota" en el pasado (gracias a la información de tu hermana), pero ahora que has crecido, muchas chicas han comentado que tienes un aire maduro aunque delicado —explicó con un gesto pensativo.
—Es difícil ser considerado sensual, a menos que seas tan alto y fuerte como Gakupo-san —comentó Nero.
—Prefiero llamar la atención siendo "delicado" antes de que me vean como una de las posibles parejas yaoi de algún grupo —Len recordó uno de los muchos traumas que su hermana le generó.
—¿Cómo fue eso? —preguntó Gakupo, con cierto morbo.
Todos pararon su caminar, Len miró a todos lados para asegurarse de que nadie estuviera escuchando y luego soltó un pesado suspiro, como si estuviera a punto de contar una de sus peores tragedias.
—Antes que nada, necesito su voto de silencio. Si llegan a quebrantar este mismo, prometo que yo mismo haré que su vida sea un infierno —todos se miraron algo nerviosos pero terminaron aceptado, la curiosidad fue más fuerte—. Como dijo Kaito, antes tenía una apariencia más infantil y hasta femenina, de ahí que me consideraran un "shota". Durante un tiempo, Rin entró al mundo del yaoi junto a Miku, y ambas decidieron que Mikuo y yo.... hiciéramos alguna escena.
Todos palidecieron al imaginar una escena así, tal vez de Rin se lo imaginaban, pero ¿de Miku? Debían tener cuidado en no subestimar la maldad de la diva.
—Por suerte, ambos logramos salvarnos por poco, pero... la herida a mi orgullo y dignidad como persona, sigue muy presente —finalizó con un gesto de tristeza.
—Rin-chan y Hatsune-san, dan miedo — comentó Nero, rompiendo el silencio.
Todos podían imaginarse a esas dos como pequeños demonios.
—Recuerden: no se vuelve a hablar de este tema. Rin y Miku, también están advertidas —aunque intentó sonar amenazante, ese gran sonrojo en su cara no ayudaba.
—Lo juramos —los tres alzaron la mano.
Así, decidieron retomar su camino sin algún rumbo fijo y decidieron cambiar el tema.
—Len-kun ¿quieres que alguien en específico te de chocolate? —preguntó Nero curioso.
"No puedo decir que Miku, Kaito está presente" pensó al ver al amante del helado, mirándolo con ingenuidad. Agradecía que fuera tonto y jamás se hubiera dado cuenta por sus sentimientos hacia la chica.
—De cualquiera estaría bien.
"Aunque, si Neru decide darme algunos, no me molestaría" ¿Eh? Un momento, ¿por qué estaba pensando eso? Negó con su cabeza para disipar estos pensamientos.
—¿Y tú? Nero —preguntó Kaito, viendo al menor de los Akita.
A pesar de que fuera una persona bastante relajada, cuando se trataban de estos temas, solía ponerse bastante nervioso.
—Si quieres que te los de Rin, no veo ningún problema —dijo Len, con indiferencia, pero solo sirvió para avergonzar más al rubio.
—C-claro que no, bueno tal vez sí, pero no malpiensen. S-sé que solo sería en plan de amigos, ¿saben?
Los tres solo podían mirarlo con picardía, haciéndolo avergonzar más si es que era posible.
Vaya, ya entendían porque a la Kagamine le encantaba tanto molestarlos, era genial estar desde el otro lado.
.
.
.
—Nos vemos mañana, chicas —se despidió Rin, recibiendo la misma respuesta por parte de ellas.
Los gemelos Kagamine como siempre hablaban de camino a casa.
—¿No piensas hacer nada para el viernes? —pregunto Len.
—No —fue una respuesta tan rápida que fue sospechosa.
Al voltear a verla, se dio cuenta de que estaba levemente roja.
—¿Ni siquiera para Nero?
Una avergonzada Rin, era alguien bastante agresiva, así que comenzó a golpearlo con su bolso.
—No digas esas cosas.
Por suerte, no fueron tan dolorosos, así que pudo ignorar esto.
—Entonces, ¿sabes si Neru le dará chocolates a alguien? —preguntó por curiosidad.
Realmente le daba curiosidad, la chica dijo que "no" desde un inicio, pero seguramente era su orgullo hablarlo. ¿Acaso estaba algo mal desear que él fuera quien los recibiera? Es decir, sentía que era de los chicos más cercanos a ella, debía ser un motivo más que suficiente ¿no?
—Claro que sí —ahora Rin, tenía el control sobre la conversación
—¿Y? —insistió amablemente, pero que de amable no era nada.
—Creo que será a Dell-san, ella dice que de amistad, aunque es obvio hay mucha química entre ambos.
Len, detiene sus pasos, ante la mirada expectante de su hermana. Termina lanzándole una de sus miradas más frías hasta el momento para luego hablar con una extraña tranquilidad.
—¿Recuerdas el postre de naranja que dije que tal vez te haría? Bueno, lamento decirte que ya no hay naranjas.
—¿Eh?
—Sí, no habrá más hasta nuevo aviso.
Con esa fría indiferencia, siguió su camino, dejando a Rin en blanco ante tal reacción.
—¿Y ahora qué hice? —se quejó intentando seguirle el paso.
"Nota mental: los celos de Len son un arma de doble filo" fue lo que pensó, mientras intentaba ver cómo convencerlo de que no le quitara su apreciada fruta. En serio, ni siquiera cuando peleaban, llegaban a esos extremos.
Todos de alguna forma u otra no podían parar de pensar en el tema. Por un lado, algunas estaban nerviosas, sin saber como se tomaría el verdadero significado de dichos dulces que caracterizaban tanto el día del amor y la amistad, aunque esto último más bien parecía ser una excusa para las más cobardes (en la mayoría de los casos). Como era el caso de Neru.
Ella se encontraba en su computadora buscando las recetas más fáciles para hacer chocolate, era la primera vez que entregaría unos. Pensaba darle unos a Len y a Dell, porque, aunque jamás lo admitiría en voz alto, se convirtieron en personas importantes en sus vidas.
—Onee-chan, tengo hambre —Nero, entró de repente a la habitación.
De la impresión, su hermana le tiró uno de los zapatos al ser el objeto que tenía más cerca, dándole en toda la cara.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó adolorido, sobándose la nariz.
—Te he dicho que toques antes de entrar —respondido ella con enojo ante su desinteresado hermano.
—Pero tengo mucha hambre —reiteró el.
¿Qué le pasaba hoy? ¿Acaso decidió molestarla justo cuando estaba más ocupada? Claro, porque su hermano más que ser un caballero era un maldito vago.
—¡Pues ve a la cocina! —se levantó de su asiento para sacarlo de ahí.
—¿Por qué te avergüenzas de que sepa que le vas a dar chocolates a Dell-san y a Len-kun? —la miró algo confundido, sin darse cuenta de que cometió un grave error.
—Espero que Rin-chan no te de chocolates —tal dureza en sus palabras, lo dejó sin comentarios, y cuando menos lo pensó, ella ya le cerró la puerta en la cara.
—Eres muy mala, onee-chan —murmuró con falsa tristeza.
Su estómago rugió indicándole que efectivamente, el hambre seguía ahí. Resignado, se dirigió a la cocina, para encontrar algo fácil que preparar.
Mientras tanto, otras chicas se cuestionaban si realmente necesario hacer esto, su orgullo era fuerte, pero sabían que al menos debían entregar algo por cortesía.
—¿Debería darle chocolate? —se preguntó Luka, por lo bajo.
Se encontraba en el trabajo junto a Gakupo, quien en ese momento se encontraba en el otro lado de la tienda, arreglando unos estantes. Odiaba admitirlo, pero tenerlo ahí, le facilitó bastantes cosas.
"¿Me dará chocolate?" el samurái morado no perdía la esperanza de que esto pasara.
Miró de reojo a la chica de sueños, chocando así sus miradas, la chica reaccionó rápidamente y volteó a un lado mirando con enojo, aunque podía ver un leve rastro de vergüenza en ella. Esto solo provocaba que su corazón latiera más rápido.
—Definitivamente, algo está mal conmigo —suspiró Gakupo, sin saber en que momento cayó tanto por alguien así.
"¿Por qué me avergüenzo por algo así?" se preguntó la ninja sintiendo su cara roja. Esa sensación de calidez en su pecho, no se iba por ningún motivo.
Ni siquiera recordaba muy bien como pasaba esta fecha antes, siempre culpó a sus circunstancias, aunque, siendo sincera, no recordaba mucho de su infancia.
Por otro lado, existían personas más normales que no les costaba ser más sinceras con sus sentimientos, y deseaban aprovechar este día con todo.
—¿Qué le debería hacer a Kaito?
Miku, se encontraba acostada boca abajo, apoyándose en sus codos para ver la pantalla de su portátil. En la pantalla, se veían mil recetas, entre ellas, una de helado con chocolate. Sonrió para sí misma, definitivamente eso sería perfecto para él.
—Creo que le gustaría, es helado después de todo.
Tarareó una canción mientras guardaba la receta, se encontraba muy emocionada por hacer todo esto.
Con cada día que pasaba, los nervios y ansiedad en las chicas era más que evidente. Incluso, los chicos se veían afectados por este ambiente, ¿acaso recibirían algo? Incluso algunos pensaron si era oportunidad de iniciar su vida amorosa, porque vamos, eran adolescentes, obviamente ese tema pasaba por sus cabezas de vez en cuando.
Por eso mismo, en las clases, nadie le estaba prestando atención a Kiyoteru, quien simplemente intentaba explicar las cosas pero sin la misma energía, ni siquiera amenazar con los puntos sirvió de algo, simplemente todos volvían a su burbuja de sueños o desesperanza.
—Eh, disculpe... —una suave voz llamó su atención—. Hiyama-sensei, ¿puedo dar un anuncio? —preguntó Aoki, asomándose por el marco de la puerta.
—Pasa, tranquila —asintió cansado.
—Aoki-chan, no deberías tan tímida, especialmente con él, solo entra cuando te dé la gana —sugirió Meiko, quien a diferencia de ella, entró como si el salón le perteneciera (y en cierta forma, era cierto).
—Meiko, no deberías sugerir cosas así —pero como siempre, su voz fue ignorada.
En serio, hoy no era su día.
—¡Hola chicos! —incluso su voz fue suficiente para alertar a todos—. Vengo a darles un anuncio.
—¿Ese no es el trabajo de Aoki-san? —cuestionó el castaño.
—Bueno... —la chica miró a otro lado.
—Solo quiere saltarse el trabajo ¿cierto? —preguntó en voz baja, ante lo cual, ella solo pudo asentir débilmente.
—En fin, debo advertirles que es obligatorio que todas entreguen al menos un chocolate. ¡No quiero ver ninguna excusa barata! Y si la quieren, por algo tienen la parte de la "amistad". ¡Y tampoco a sus hermanos! Ese es un camino incluso mucho más patético —muchas se sintieron avergonzadas al ser descubiertas—. Si no lo hacen, tendrán 5 puntos menos.
"Realmente es un demonio" pensaron varios.
—¿Puede ser a una amiga? —preguntó Galaco.
—Uhm, podría aceptarlo, pero eso sería dejarles el trabajo fácil.
—Bueno, habrán excepciones, como siempre, pero deben convencer a Meiko-san entonces —respondió Aoki, evitando que se formaran grandes malentendidos.
—Pero tranquilas chicas, tendrán su recompensa el próximo mes con el día de blanco. Ni crean que los hombres se iban a salvar de esto —formó una sonrisa de villana, todos tragaron saliva al saber que definitivamente esto no sería nada fácil.
—¡Oh! Y ese día no verán su horario normal, tendremos una gran celebración —añadió Aoki con una sonrisa.
—¿Ninguna pregunta? ¡Listo! Ahora a darle la misma información a Utauloid.
Ambas salieron de ahí, llegando tan rápido como el viento pero dejando estragos como un tornado.
"Bueno, ahora que es obligatorio..." pensó Luka algo aliviada mirando disimuladamente a Gakupo.
.
.
—Bueno, nos vemos luego —se despidió Rin de su hermano, quien se encontraba al lado de Nero.
Vieron como las cuatro chicas se reunieron para irse por otro camino, dejando a todos confundidos. Kaito solo se lamentaba de no poder compartir más tiempo con Miku.
—¿Qué harán esas chicas? —se preguntó Nero, al ver la actitud sospechosa de ellas.
—Solo espero que no sea algo malo —respondido Len.
—Si tenemos fe, seguramente estarán pensando en que darnos —intervino Gakupo.
—Miku-chan me dijo que es una tarde de chicas —murmuró Kaito, comiendo su típico helado con tristeza.
—Ehm, ¿qué tal si aprovechamos y hacemos algo? —sugirió Nero.
—Claro, pero primero quiero regresar a casa —contestó Len.
Así, los abandonados, decidieron hacer sus propios planes para ignorar un poco esa sensación de ansiedad.
.
.
—¿Ya saben que compraran? —preguntó Neru, sin despegar su vista de la pantalla, aunque esta vez tenía una razón importante para hacerlo: tenía la lista de cosas que necesitaba.
Todas asintieron, Miku no tenía nada pero confiaba en su instinto, Luka definitivamente sabía lo que hacía y Rin, tenía una lista pequeña y arrugada.
—Bueno, Luka-san, ahora que esto es obligatorio entregar un chocolate... ¿Quién será tu víctima? —preguntó Rin con un tono malicioso.
La Kagamine debía agradecer que su ternura no despertara los instintos asesinos de Luka, o seguramente no podría molestarla como siempre lo hace.
—Meiko-san, no me dejó opción, tiene que ser a la estúpida berenjena —respondió con vergüenza.
—Podría ser a otra persona ¿no? Tal vez a otro del grupo —sugirió inocentemente Miku.
—Lo pensé, pero no quiero generar problemas en su amistad —reflexionó Luka, y todas asintieron. El samurái seguramente sería culpable de algún cargo de asalto si llegaba a presentarse ese escenario.
Caminaron por el supermercado, recogiendo las cosas fundamentales para hacer ese apreciado dulce. Una vez compraron todo, salieron de ahí para retomar su camino.
—¿Dónde los haremos? —se preguntó Rin, moviendo su bolsa de adelante para atrás.
—Mi casa está libre, por si quieren ir—sugirió Miku con una sonrisa.
—Ya es tarde y no creo que tengamos tiempo, por culpa de alguien —dijo Luka señalando a Rin.
Cuando iban de camino al supermercado, Rin, encontró una tienda que se encontraba en liquidación y era específicamente de videojuegos, así que tenía muchos descuentos y ella no pudo desaprovecharlo.
—Bueno, entonces iremos donde Hatsune —sentenció Neru mostrando su expresión indiferente a todo, aunque por dentro se moría de nervios, ya que temía que no pudiera hacer un chocolate comestible.
—Vaya, ¿chicas que hacen por aquí? —preguntó Meiko quien pasaba por ahí.
—Acabamos de comprar los ingredientes para hacer chocolate —respondió Miku con una sonrisa, alzando su bolsa.
—¿Por qué mejor no lo compran en vez de prepararlo? —sugirió Meiko con aires superiores ante su gran idea
—Bueno Meiko-san, dicen que si tu preparas algo con tu corazón, aquella persona sentirá lo mismo, incluso podemos hacer que hagan lo que queramos —contestó Rin con falsa inocencia, pero se podían ver sus oscuras intenciones detrás de esto.
—Ya veo que quieres hacer con mi hermano —comentó Neru, haciendo sonrojar a la rubia.
—¡Tú tampoco te salvas! —contrarrestó ella, Miku y Luka miraron la escena sin meterse mucho.
Meiko, ya no se encontraba en mente con ellas. Su imaginación comenzó a correr a rienda suelta ante las palabras de la rubia:
Visualizó un escenario donde ella le entregaba unos chocolates caseros a Kiyoteru, él quedaba tan encantado con estos que terminaba cargándola como una princesa.
"Sentí todo tu amor, hoy podrás hacer lo que quieras conmigo" y por alguna razón, en su ensoñación, su novio tenía una sonrisa aun más de galán y tenía los típicos brillos en los ojos, dándole un aspecto más de príncipe.
—Eh, ¿qué le pasa a Meiko-san? —se preguntó Neru al verla tan pensativa.
—Quien sabe —contestó Luka, tomando a Rin de los ojos y alejándola de ahí.
—¡Ya sé! —exclamó de repente asustando a las presentes—. ¡Yo también haré chocolates!
Todas la miraron extrañadas al ver esa curiosa determinación en su mirada.
—Oh, eso es genial, Meiko-san —la felicitó Miku.
—Mañana, nos reuniremos en mi casa, haremos unos chocolates tan deliciosos que los chicos solo podrán arrodillarse para mostrar el mínimo agradecimiento —su aura emanaba fuego, parecía más bien que se estuviera preparándose para pelear.
—Bueno, sería mucho mejor que en mi casa —comentó con una sonrisa, recordando la gran cocina que tenía la mansión Sakine.
—¿Acaso tenemos opción? —murmuró Neru con desinterés.
Una vez con el plan para mañana, cada una comienza a despedirse para ir por sus respectivos caminos.
Rin y Neru, caminaron juntas ya que sus casas se encontraban por la misma zona.
—Estoy nerviosa —confesó de repente la Akita sin quitar la mirada de enfrente—. Jamás he hecho chocolate, será un desastre —suspiró.
—Mira, no creo que lo hagas peor que yo por lo menos —respondió Rin, recordando sus intentos de hacer algo en la cocina, resumen: siempre terminaban llamando a los bomberos o una ambulancia para Len.
—Mientras sigamos la receta, nada puede salir mal ¿cierto?
—Claro que no.
Aunque ambas rubias dijeron esto en un intento de consolarse, realmente tenían cero confianza en esto.
.
.
.
—Ya llegué —anunció Rin mientras entraba, pero le pareció raro no escuchar a nadie. Dejó su mochila en el sofá, y vio una nota en la mesa de centro que tenían en la sala. Al verla más de cerca, se dio cuenta que era la letra de Len.
"Voy a llegar tarde, haz tu cena y no seas tan vaga para hacerlo.
Atentamente, Len"
—¿Acaso cree que es un correo? —masculló por lo bajo, arrugando la nota con un gesto de enfado.
Fue a la cocina, comprobando que efectivamente, no había nada hecho.
—Primero me dejas sin naranjas y ahora sin comida, te voy a matar cuando te vea —susurró con algo de molestia, planeando formas de torturarlo más tarde—. ¿Qué podría hacer?
Miró la nevera, no tenían muchas cosas, ¿quién debía hacer las compras de la alacena? No era su turno ¿cierto? Maldición, si ese era el caso, Len la terminaría matando a ella. Joder, ¿por qué él no podía hacer siempre las cosas? Era el encargado de la cocina después de todo.
—Como sea, esto es caso de emergencia.
Fue hasta el cuarto de Len, sacando una pequeña cartera de su escritorio y ahí se encontraba la tarjeta de crédito. Formó una sonrisa maliciosa ante esto, no haría nada de daño usarla de vez en cuando.
—Quiero dos pizzas medianas, con queso extra. ¡Gracias! Oh, y si el pago será con tarjeta —dijo usando el teléfono.
Prácticamente se sentía con una libertad que solo experimentaban los jóvenes al no tener sus padres en casa.
Al otro lado de la ciudad, un mal presentimiento vino a la cabeza de Len Kagamine.
—Espero no esté haciendo de vaga.
Los demás lo miraron extrañados, preparándose para entrar a la sala de cine.
—Confía en tu hermana, no creo que pase nada malo —dijo Nero, tratando de ayudar los nervios de su amigo.
—No conoces su historial penal... —Len no parecía estar bromeando—. La última vez nos dejó varias deudas, razón por la cual tuvimos que trabajar extra, y de paso, nos peleamos porque la obligué a devolver un televisor. Sin mencionar que hace dos años, se compró la maldita aplanadora y esa si no tenía devolución.
Si alguna vez pensaban que Rin Kagamine ya los sorprendió lo suficiente, estaban muy equivocados.
—Bueno se distraerá con algo, ya tiene suficiente que hacer —comentó Kaito, disfrutando su granizado.
—Serán solo dos horas no te preocupes —Gakupo puso una mano en su hombro, intentando darle confianza.
.
.
.
El aburrimiento de la Kagamine, solo iba en aumento.
Su "preciado" hermano, no solo le quitó sus preciadas naranjas, sino que también escondió varios de sus videojuegos para que no se distrajera e hiciera sus deberes; como su nueva canción.
—Parece más mi padre que mi hermano —pensó en voz alta, recostándose en el sofá y mirando el techo con aburrimiento.
"Escucha, vamos a vivir solos así que es normal que alguien deba mantener todo en orden" Fue lo primero que le dijo cuando entraron a ese apartamento.
Claro, desde hace dos años, su pequeño hermanito tímido que no podía decir un "no" como respuesta, evolucionó a alguien más estricto, responsable y organizado. "Como un sirviente molesto" pensó divertida. ¿Desde cuándo cambiaron tanto las cosas? En un inicio ella era quien lo empujaba a él, pero resultó siendo lo contrario.
—¡Okay! No puedo comenzar a pensar en esas cosas —se levantó de un salto—. Mejor, leeré historias de terror, siempre me entretienen.
Para poner todo en ambiente, apagó todo en la sala, no sin antes botar las cajas de pizza, y se dirigió a su cuarto, cerró la puerta y prendió su laptop. Rápidamente encontró blogs, vídeos y demás sitios para adentrarse en ese ambiente terrorífico. Sin embargó, no tomó un factor en cuenta; ella no era tan buena lidiando con el terror como pensaba, es decir, era una asustadiza muy curiosa.
"¿Por qué Len no llega?" se preguntó tapada con su cobija y aun con la computadora encendida. "Una última historia y listo" se dijo a sí misma.
"Los sonidos de los pasos se acercaban más y más, pensé que por fin alguien de mi familia llegó a la casa, pero vaya que estaba muy equivocada.
Salí al pasillo, pero no vi a nadie o algo que estuviera haciendo esos sonidos. La oscuridad envolvía todo, pero solo ayudaba a que me sintiera más intranquila, ¿por qué me sentía tan observada? Pero al prender la luz, no vi nada o a nadie. Al percatarme mejor, en el suelo, encontré unos rastros de sangre que me dejaron helada. No debía seguir ese camino, pero, me veía atraída a conocer lo que habría al final de este.
Ah, si tan solo hubiera escuchado mejor a mis instintos.
Deseaba que fuera una broma, el rastro de sangre me llevó hasta la puerta principal, pero al ver mejor, me di cuenta que el rastro iniciaba ahí. Lo seguí de vuelta, y un malestar me llenó el estómago al ver que el camino terminaba en mi cuarto, donde anteriormente estaba, la puerta estaba abierta pero la luz apagada. Mis manos se pusieron más frías, definitivamente sentía a alguien ahí, y cuando encendí la luz..."
El sonido de la puerta abrirse, hizo que Rin diera un salto. Su corazón latía como loco y no ayudaba que todo iniciara como esa historia que estaba leyendo.
Mandando todo al diablo, salió corriendo, como la sala estaba oscura, solo vio un atisbo de cabello rubio y se lanzó hacia este pensando que era su hermano.
—Eh, ¿pasó algo? —preguntó Len a su lado, mirándola confundido.
Un momento, ¡¿entonces a quién estaba abrazando?!
Al abrir bien sus ojos, sintió su cara enrojecer, ahí frente a ella se encontraba Gakupo y Kaito, y si Len estaba a su lado... Oh no.
Se alejó rápidamente de Nero, quien estaba demasiado callado y sin ser capaz de mirarla. ¡Claro que no la vería a los ojos! ¿Ahora qué pensaría de ella?
—¡No pasó nada! —exclamó llena de vergüenza y sintiendo como su mente sufría un corto circuito.
Así como llegó, volvió a desaparecer en su habitación, dejando un extraño silencio en el cuarto.
—¿Qué le habrá pasado? —se preguntó Kaito.
—Quien sabe, seguro algo la asustó —se encogió de hombros Gakupo, mirando de reojo a Nero quien seguía con la cara roja—. Pero veo que a Nero-dono, le gusto esa sorpresa.
—¡Claro que no! —por fin reaccionó el mencionado.
—Si claro —murmuran los tres con sarcasmo.
Len, se dirige al estante en la sala revisando los cajones.
—Creo que Rin, lo tiene. Voy a preguntarle —comentó el rubio para dirigirse a la habitación de su hermana.
—Sé que Nero, quiere que Rin-chan lo salude así siempre.
—Se ve que le encantó ese gesto.
Ambos chicos aprovecharon para molestar a Nero, quien solo quería que la tierra se lo comiera vivo. Pero, no se iría solo.
—Kaito-kun, me pregunto, ¿acaso no has tenido muchas citas con Hatsune-san? Sé que han visitado varias heladerías juntos, pero... ¿no son solo excusas? —comentó fingiendo inocencia.
Cantó victoria internamente al ver como se descomponía la expresión del mencionado.
—¿A-acaso dos amigos no pueden ir a comer helados juntos? —intentó defenderse, pero en vano.
—Uhm, eres un hombre al fin y al cabo, Kaito-dono, no es de extrañar que tengas oscuras intenciones —asintió pensativo Gakupo.
—¡No soy un pervertido como tú! —exclamo señalando a Gakupo y así estuvieron en una estúpida pelea de quien tenía peores intenciones.
"Ni crean que seré el único molestado esta noche" pensó victorioso Nero.
En cambio, Len, se encontraba frente a la puerta de su hermana dio un suspiro antes de tocar la puerta.
—Rin, voy a entrar —avisó y acto seguido abrió la puerta.
Encontró un bulto en la cama que supuso era su hermana.
—¿Qué te pasa? —preguntó mientras rebuscaba en sus cosas.
—Fue vergonzoso —respondió en un susurro.
—Mo te preocupes, él lo olvidara mañana —dijo en un intento de ayudarla, ella simplemente no dijo nada—. Bueno voy a prestarle esta película a los chicos, si no te importa.
Al no recibir respuesta, lo tomó como algo afirmativo y salió de ahí.
"Que horror, ahora ¿qué pensará de mí?" comenzó a moverse ansiosa en su cama, sin saber como lidiar con la ansiedad.
—Aquí tienen, ahora ya salgan de mi casa.
Sin esperar respuesta, los tres terminaron afuera del apartamento sin oportunidad de despedirse.
—Len-kun, está de mal humor —comentó Kaito, dolido.
—No lo culpo, casi nos sacan porque entraste helado que trajiste, y no ayudó que Gakupo-san se peleara con unos chicos por andar coqueteando con sus novias.
—Es que es mejor mi helado —murmuró Kaito.
—No estaba coqueteando, solo me hablaron primero —se defendió Gakupo.
La mirada de Nero fue suficiente para callarlos, en serio, ese comportamiento fue más que vergonzoso.
.
.
Era ya casi media noche y cierta rubia no podía dormir, las historias se terror ya se apoderaron de su mente y la oscuridad de su cuarto, solo parecía esconder fantasmas, demonios y otros entes de los cuáles leyó más temprano. Incluso el silencio era insoportable, porque cualquier ruido parecía ser producto de seres sobrenaturales más que algo normal. Inevitablemente, recordó ese día de la pijamada cuando también ocurrieron cosas raras, el problema es que ahora no tenía a Gumi al lado para culparla de todo esto.
"Así no podré dormir nada" pensó alterada y al escuchar como algo golpeaba su ventana, salió corriendo de ahí, envuelta en sus sábanas como si esto fuera a ayudarla en algo.
Fue hasta la habitación de Len, por suerte no tenía seguro así que pudo entrar a hurtadillas. A duras penas logró visualizar su figura, se encontraba dándole la espalda pero con el espacio perfecto en la cama para que ella pudiera meterse sin problemas.
Eso le hizo recordar cuando eran niños, siempre dormían juntos cuando hacía mucho frío o cuando alguno de los dos, especialmente Len, tenía pesadillas.
"Me pregunto si ahora, le asustará algo" pensó con una sonrisa nostálgica.
—¿Qué crees que haces? —preguntó somnoliento, sorprendiéndola un poco.
—Ehm, ¿compartir tiempo de calidad con mi hermanito? —formó una sonrisa nerviosa aunque él no pudiera verla.
—Leíste historias de terror ¿cierto?
El silencio fue suficiente confirmación.
—¿Qué tiene? Solo déjame dormir aquí.
—Por eso abrazaste a Nero ¿cierto?
—¡No es que quisiera abrazarlo a él! —exclamó en un susurro avergonzada—. S-solo estaba ahí cerca.
—Tranquila, tampoco creo que le haya disgustado.
Rin intentó ignorar esa sensación de alivio y emoción al pensar en esto.
Su hermano se acomodó un poco más, dándole espacio. De todas formas, ella terminó abrazándolo como si de un peluche se tratara.
Cuando pasaban estas cosas, ambos podían olvidar un poco sus diferencias y recordar el cariño que se tenían. Pero claro, su terquedad evitaría que algo así saliera a la luz.
—No volverás a dormir en mi cama —declaró Len.
—¡¿Eh?! Pero si es muy cómoda.
—Por eso, es horrible despertarte.
Ambos se encontraban prácticamente corriendo para ir directamente a la escuela, ya que tuvieron una pelea típica cuando Len tuvo que despertarla con agua, al ver como no despertaba con facilidad.
—Entonces, ¿tuviste dulces sueños con Neru? —preguntó con malicia.
—¿Uh? No sé de que hablas —pero claro, su rostro rojo indicaba lo contrario.
—Estuviste murmurando su nombre toda la noche, no sabía que ya habías crecido tanto —siguió con esa sonrisa que solo sabía sacarlo de quicio.
Len, se negaba a rememorar ese sueño, simplemente no podía creer que su subconsciente decidiera que era algo apropiado. Y no, no se trataba de algo de doble sentido como se estaba imaginando Rin (y quien quiera que esté leyendo esto), era uno más bien inocente. Claro, si por inocente se refiere a soñar con tu amiga en una situación romántica donde tienen cita, se besan y abrazan.
"Solo es mi amiga" se repitió como si fuera capaz de borrar esas imágenes de su cabeza. Es que lo peor de todo, era el no sentirse culpable e incluso disfrutarlo. "Solo es culpa de mi soltería" intentó recapacitar.
—Mira, es normal, ya estás en esa edad. Es mi culpa por no darte privacidad.
—¡No fue eso lo que soñé! —contradijo totalmente avergonzado, en serio, no quería que su hermana si quiera comentara sobre esa clase de sueños en mitad de la calle y donde alguien pudiera escucharlos.
—¿Oh? ¿Pero igual tenía que ver con Neru?
Cada vez, solo cavaba más profunda su propia tumba.
—No te importa.
—No lo estás negando —se adelantó un par de pasos, mirándolo desde abajo—. ¿De qué fue? ¿Romántico? ¿Algo dramático? —comenzó a pedirle como si de una niña pequeña se tratara.
—Ugh, no estoy para soportar esto tan temprano.
Masculló, y como si fuera un milagro, vio a dos personas conocidas más adelante.
—¡Neru! ¡Nero! —llamó la atención de ambos, quienes detuvieron sus pasos.
—No creas que te salvaste de esto —dijo con una leve molestia, acercándose a los Akita.
—¿Pasó algo? —preguntó Neru al ver la reacción de Rin.
—Nada —contestaron al tiempo los gemelos, provocando reacciones de confusión.
—Seguro es otra de sus peleas —comentó Nero, intentando suavizar el ambiente.
Por suerte, rápidamente entraron en otro tema de conversación en el poco camino que les quedaba.
En la entrada de la escuela, para sorpresa de los cuatro, se encontraba la profesora Miriam, con una caja al lado.
—Buenos días, chicos.
—Buenos días.
—¿Qué es eso? —preguntó Nero, señalando la caja, tenía un mal presentimiento.
—Meiko-san, dijo que hoy sería el día de usar gafas. Es obligatorio que todos usen unas o perderán cinco puntos —respondió con su típica sonrisa.
Bueno, al menos no fue una idea tan radical, podían vivir con esto.
La caja estaba llena de gafas de distintos estilos de marcos, estaban desde los más básicos hasta unos realmente extravagantes y los lentes no tenían aumento alguno, así que estaban bien.
—¿Cómo me quedan? —preguntó Rin, mirando a Nero. Usaba unas gafas rojas de marco delgado resaltando aun más el color de sus ojos.
—Te ves bien —respondió al instante, totalmente asombrado.
—Cierra la boca —bromeó por lo bajo su hermana, haciéndolo reaccionar y provocando un gran sonrojo en su rostro.
—Tú también luces bien —Len miró a Neru, quien llevaba un marco delgado y redondo, dándole un aspecto más serio.
—Hmph, tú no luces tan mal —halagó a su forma, aunque estaba levemente sonrojada.
Len usaba unas similares a su hermana, pero de color azul.
—Buenos días —saludó Galaco, pasando cerca del grupo.
—Hola, Galaco-san —respondió Nero, dejando a la chica de cabello llamativo estupefacta con su apariencia.
Neru, usaba una gafas de marco negro y junto a esa sonrisa, su corazón latió con fuerza.
—L-luces muy bien —murmuró ella mirando al suelo.
—Oh, gracias —sonrió de forma amable, e incluso podía jurar que tenía brillos alrededor de su rostro.
De la vergüenza, tomó las primeras gafas que vio y entró rápidamente al salón.
Rin, quien estaba viendo de lejos todo esto, soltó un bufido ante la reacción de la chica. "No entiendo porque me molesta tanto" pensó para si misma, "yo quería ser la primera en felicitar a Nero" si, seguro era por eso.
—¿Rin-chan?
El rubio se encontraba frente a ella, mirándola con cierta preocupación. "¡Maldición! Luce demasiado bien, cualquiera enloquecería con esto", sus pensamientos fueron mucho más rápidos que su lógica.
—¿S-sí?
—Ya vamos al salón —respondió él, apartando la mirada rápidamente.
A lo lejos, Galaco, solo podía maldecir su propia timidez, viendo como ahora, era Rin quien caminaba al lado de Nero. "Siempre está con él, ¿acaso se cree su novia?" Pensó con enojo, decidiendo seguir su camino para no presenciar más esa escena.
En el salón, todos habían aceptado el reto del día, después de todo, por más simple que se tratara, no querían despertar la ira de la directora.
—Parece que nadie quiere arriesgarse —comentó Nero, mientras todos se dirigían a sus respectivos lugares.
—¡Rin-chan! —Miku llegó a saludarla, ella usaba unas gafas de marco rosa resaltando su inocencia—. ¡Te ves tan linda así!
—M-Miku-nee, me ahogo —musitó la pobre rubia, al no poder salir del abrazo mortal de su amiga.
—Hatsune, la vas a matar —advirtió Neru, apiadándose de su amiga.
Al otro lado del salón, Gakupo, solo podía ver con desolación el puesto que correspondía a la chica de pelo rosa que era dueña de sus suspiros. Su hermano ya se encontraba en su puesto ¿por qué ella no?
—¿Pasa algo? —preguntó Kaito, quien lucía unas gafas de marco cuadrado y azul, además, por si quisiera realmente resaltar ese día, la mitad de su cabello se encontraba peinado hacia atrás.
—Luka, no ha llegado.
Al parecer, Kaito no fue el único que quería lucirse hoy. El samurái, llevaba unas gafas de marco grueso y de color negro. Ese día, no llevaba su típico kimono, sino algo parecido a un uniforme escolar, que siendo él, solo resaltaba mucho más su belleza y que, casi todos los hombres a su alrededor, solo lucían como unos extra a su lado.
—¿Le pasó algo a tu otro uniforme? —preguntó Nero.
—Mi perro lo destruyó —contestó con simpleza—. Tuve que llevarlo a una sastrería, no tengo las herramientas para arreglarlo en mi casa.
Antes de que su aura depresiva aumentara, finalmente la Megurine entró al salón, usaba unas gafas redondas de color rosa, resaltando su mirada. Además, con su actitud, solo realzaba su seriedad y elegancia; muchos no pudieron quitarle la mirada de encima, incluyendo Gakupo, quien cambió radicalmente su actitud, teniendo ahora una nube rosa a su alrededor.
—Parece que ahora está feliz —comentó Len.
—¡Hola, Luka-san! —saludó Miku desde lejos, la mencionada le respondió al saludo, ignorando olímpicamente al samurái mientras se dirigía a su puesto.
No pudieron compartir más (Especialmente su emoción ante la nueva apariencia de Rin), ya que las clases dieron inicio.
En vez de Hiyama, quien daba las primeras horas era Clara, con su clase de idiomas. Usualmente enseñaba inglés y español, pero al ver que la mayoría ya tenía reforzado el primero, decidió trabajar un poco más con el segundo.
"Odio esta clase, no entiendo nada y la pronunciación es difícil" pensó Rin, viendo un montón de letras que no entendía en el tablero.
—¿Puedo pasar? —una voz llamó la atención de todos, quienes se miraron al no reconocer lo que decía.
En la puerta, se encontraba una chica que aparentaba estar a inicio de sus 20's. Lo que más resaltaba, era su largo cabello, el cual era blanco y terminaba en puntas moradas.
—¡¿Maika?! —Clara pareció bastante sorprendida al verla—. Ehem, clase, repasen el último tema, ya regreso —recuperó su compostura, y posterior a esto, salió del salón junto a la nueva chica. Ambas parecían felices de verse.
—¿Quién será ella? —se preguntó Miku.
—Escuché que hay una nueva Vocaloid española, debe ser ella —respondió Kaito, al ser el más cercano a ella.
Los Kagamine y Akita, se encontraban más atrás, teniendo la misma conversación.
—Pensé que los Vocaloid eran solo japoneses —murmuró Rin—. Bueno, sé que hay de distintas nacionalidades, me refiero a que solo debutaban aquí.
—Recuerda que Vocaloid es un proyecto de una disquera quien colabora con empresas de otros lados, cada cierto tiempo entran nuevos personajes, por ejemplo, Lola, Leon y Miriam son de Estados Unidos, y por parte de España, tenemos a Clara, Bruno y ahora a Maika —respondió Neru, revisando su celular, donde tenía toda la información.
—Oh, ¿pero por qué solo reconocemos a unos en un grupo específico? —preguntó Nero, recordando a sus profesores participar en conciertos como grupo.
—Uhm, el grupo que lideraba Meiko-san, es como el "representante" de todo lo que simboliza. Pero por eso, muchos pueden tener proyectos solitarios, o participar en colaboraciones más fácilmente con otros. Incluso, hay eventos muy grandes donde participan todos los Vocaloid, aunque hace años no se ve uno de esos —respondió Rin, como la buena fan que era.
—Suena complejo esa alineación —murmuró Nero.
—Realmente es muy normal aquí, incluso hay grupos con más de 30 miembros y cada cierto tiempo van cambiando la alineación. No es algo raro si lo piensas —contestó Neru, sacando sus respuestas de internet.
—Por eso, también aquí hay estudiantes extranjeros como SeeU y Big Al. Además, también es importante que vayan saliendo Vocaloid representativos de ciertas zonas, por eso han logrado tener su fama alrededor del mundo —agregó Len.
—No solo eso, también de distintos géneros. Prima-sensei, es una cantante de ópera muy reconocida —comentó Neru—. ¡Oh! Y no solo Maika debutó, también salió un tal Yohio.
Rin, con curiosidad, se acercó para ver el celular de ella, quedando sorprendida ante la imagen del nuevo cantante.
—Es bastante guapo.
Nero, intentó contener la molestia en su pecho ante ese comentario.
—Bastante, ¿será que podemos conocerlo? —se preguntó Neru.
"¿Hasta ella?" Len, la miró con asombro, sintiendo ese mismo malestar que apareció desde que conoció a Dell.
—Chicos —Clara, entró nuevamente al salón provocando que todos se callaran—. Les presentó a la nueva Vocaloid, quien estará representando a España: Maika. Se quedará aquí unos días.
—¡Un gusto conocerlos! —dijo con una gran sonrisa, pero dejando confundidos a los demás.
—No puedo creerlo, es una de las frases que ya hemos practicado —masculló la profesora con cierta frustración.
—Tranquila, puedo hablar japonés —dijo Maika con una sonrisa nerviosa—. Espero que no tengan problemas con mi pronunciación.
"¡Pero si lo habla perfecto!" fue lo que pensaron todos al escucharla.
Ahora que la veían mejor, muchos terminaron hipnotizados con su belleza, al ser extranjera, era normal que llamara un poco más la atención.
Gakupo, se quedó mirándola sorprendido (tenía ojos ¿acaso era un delito?) y no se dio cuenta de que Luka, lo estaba fulminando con la mirada. Kaito, también se quedó viéndola fijamente, provocando que Miku se sintiera mal, pero lo que realmente pasaba por la mente del chico, era que el cabello de ella parecía un helado de vainilla con un endulzante.
—Me alegra ver que ya estás aquí —Meiko, entró al salón como si nada—. Bueno, chicos, siéntanse afortunados, hoy no conocerán a uno, sino ¡a dos nuevos vocaloid!
Ahora era el turno de las chicas para sorprenderse, al salón, ahora entró Yohio, un chico rubio de ojos rojos que sacó más de un suspiro con su apariencia.
—De verdad es sexy —susurró Rin. Nero, quien se encontraba frente a ella, soltó un leve gruñido ante esto.
—Maika y Yohio, desde hoy forman parte de nuestra gran familia. Esperemos que no tengan muchos problemas para adaptarse —dicho esto, se llevó a los otros dos con ella y dejó que Clara, siguiera dando su clase.
—Me imagino que repasaron algo ¿no? —preguntó la maestra, quien al ver la expresión asustada de sus alumnos, solo pudo soltar un suspiro.
.
.
Mientras caminaba por los pasillos, Hiyama llegó a ver de reojo a Meiko junto a un joven rubio. Se detuvo unos momentos, para verlos mejor.
"¿Será el nuevo Vocaloid?" Se preguntó y por alguna razón se escondió detrás de la pared.
—Meiko-san, ha sido muy amable —dijo Yohio con una sonrisa que Hiyama considero coqueta.
—No es nada, es mi trabajo como líder.
"Vamos Kiyoteru, no eres un adolescente para dejarte llevar por estos sentimientos" intentó recapacitar, pero el agarre que tenía en sus libros solo se hacía más fuerte.
Al escucharlos reírse, fue su señal para dirigirse directamente a ellos.
—Hola, Meiko —saludó a su novia, fingiendo no haber visto al rubio—. Oh, perdona, creo que no nos hemos presentado. Soy Kiyoteru Hiyama, uno de los profesores de aquí.
Su sonrisa era falsa, incluso se podía apreciar el aura amenazante que tenía detrás.
—¡Oh! Eres Kiyoteru-san. No te había reconocido, usualmente en los conciertos tienes un look muy diferente —comentó Yohio con una sonrisa—. Un gusto conocerlo, soy Yohio.
Ambos estrecharon sus manos, aunque el castaño usó un poco más de fuerza que la usual para demostrar superioridad.
—No sabía que eran pareja, pero debí suponerlo —comentó Yohio sonriendo divertido.
Por primera vez, Meiko se mostró levemente avergonzada.
—Disculpen la tardanza —Maika se dirigió hacia ellos con una leve sonrisa—. Mucho gusto, soy Maika —se presentó rápidamente al percatarse del castaño.
—Un gusto —asintió él, un poco más tranquilo.
—En fin, nuevamente gracias, Meiko-san. Ahora, le mostraré a Maika un poco de Japón —de forma amistosa, la abrazó por encima de los hombros, haciendo sonrojar a la chica.
—E-ehm, si, perdón por irnos así —se disculpó la chica.
—Tranquilos, vayan disfruten del paisaje —se despidió Meiko.
Una vez quedaron solos, la sonrisa maliciosa de la Sakine fue en aumento.
—Ufufu, no pensé que volvería a ver esa faceta de niño celoso —dijo divertida.
—No eran celos —negó rápidamente, aunque ella ya lo conocía muy bien como para saber que estaba mintiendo.
Meiko, soltó una risa abrazándolo y dándole repetidos besos en la mejilla. En serio, Hiyama debería agradecer no tener personas cercas.
—En fin, no importa si un rubio europeo viene aquí, yo solo tengo ojos para mi sexy profesor.
—Ugh, no entiendo como puedes decir esas cosas tan vergonzosas.
—Exactamente, por esto —se río ella al verlo todo rojo.
Aunque pasaran los años, ciertas cosas no cambiaban entre ellos.
.
.
.
Una vez finalizado el horario escolar, las chicas se encontraban afuera de la oficina de Meiko, para esperarla y que las llevara a su mansión. Pero, como era de esperarse, no era la persona más puntual.
—¿Cuánto tardará? —se preguntó Neru.
—Es la directora tendrá mucho que hacer —respondió Miku, en un intento de defenderla.
—Me sorprendería si ella trabajara —murmuró Rin.
La puerta se abrió de repente, de ahí salió a quien esperaban, pero Meiko parecía haber corrido un maratón ahí adentro, su respiración estaba agitada y su ropa algo desarreglada. Para formar más sospechas, cerró rápidamente la puerta y nadie pudo ver que pasó ahí adentro.
—¡Listo! Vámonos —ordenó ella, recuperando su energía de siempre.
—Te demoraste 10 minutos —resaltó Luka.
—Cuestiones de adultos, no entenderían —respondió dejando a las demás confundidas.
Salieron de la escuela, pero por la parte de atrás donde se encontraba el estacionamiento. Ahí estaba un auto rojo, donde cabían todas y tenía un color rojo brillante, el modelo se veía caro, pero ninguna conocía de autos como para saber que marca era.
—Este es mi bebé, más les vale no ensuciarlo —todas asintieron.
—Oh, verdad ¿y Mei-chan? —preguntó Miku mientras subían.
—Me comentó que haría los chocolates en la casa de Gumi —contestó Meiko, abrochándose el cinturón.
Claro, ellas dos seguramente solo harían chocolates de cortesía para los demás, con razón no habían participado tanto estos días al no tener que matarse la cabeza con esos temas.
—¿Listas? —preguntó la castaña.
Luka, estaba en el asiento de copiloto, las otras 3 en la parte de atrás con Rin en la mitad. Todas asintieron, pero por alguna razón, su instinto de supervivencia se activó cuando Meiko encendió el carro.
No estaban equivocadas, la velocidad con la cual manejó fue tal, que creyeron que morirían por un accidente o por un infarto, seguramente infringió varias leyes de tránsito en el proceso, lo cual solo demostraba su terrible forma de conducir. Con razón ni Mei ni Meito, se iban a casa con ella. Luka, no pareció afectada, las de atrás sí, ya que Miku abrazaba a Rin y esta a Neru, esperando que este no fuera el día en que perdieran la vida.
Cuando ya el camino infernal terminó, todas se bajaron mareadas y sin poder sostenerse bien. Las únicas que parecían inmunes fueron la misma conducta y Luka.
—Y eso que no fui tan rápido —comentó pensativa.
—No volveré a subirme en un vehículo con ella —dijo Neru, recuperando un poco el equilibrio.
Aunque ya han conocido la mansión, simplemente les parecía increíble todo el lugar. Neru, era la única desinteresada, como si estuviera viendo una casa cualquiera; Meiko, al verla, sonrió con tristeza.
—¡Comencemos! —exclamó la castaña al llegar a la lujosa cocina.
Por suerte, el espacio era amplio así que cada una podía tener su lugar de trabajo.
—Luka-san, no creo que el atún sea para el chocolate —comentó Neru, al ver como la ninja cortaba un gran atún.
—¿En serio? —se preguntó Luka—. Pero si va bien con todo —pensó en voz alta.
—¿De dónde sacas esas recetas? —dudaba mucho que alguna receta tuviera ese extraño ingrediente.
—Miku-nee ¿no crees que quedara con un sabor raro? —ahora Rin cuestionaba las decisiones de su amiga, al verla cortar un cebollín para echarlo en la mezcla.
—Hay que darle un poco de sabor —respondió con una sonrisa.
"Esperemos que Kaito no salga envenenado" pensó la rubia, aunque seguramente a ese tipo no le importaría ese detalle si era un regalo por parte de Miku.
—Entonces, chicas ¿quiénes van a ser los afortunados que recibirán sus chocolates? —preguntó Meiko, con una sonrisa maliciosa, intentando tener un tema de conversación.
—Kaito —respondió sin pensarlo, al ver las miradas de sus compañeras, reaccionó con vergüenza—. S-solo de amigos.
Todas solo pudieron pensar en lo mala que era mintiendo.
—A Len y a Nero —respondió Rin, con una sonrisa.
—Solo a Nero —tosió falsamente Neru, avergonzando a la rubia.
—¡Hey! Tú solo estás pensando dárselos a Len ¿no? Solo usas a Dell-san como excusa —la señaló como venganza.
—¡C-claro que no!
—Ya, ya —Meiko se acercó a ambas poniendo una mano en el hombro de cada una—. No tiene nada de malo admitir sus sentimientos.
—Solo es por amistad —dijeron al tiempo, mirando para otro lado.
"Espero que su terquedad no las haga sufrir en el futuro" pensó la castaña soltando un suspiro.
—¿Y tú, Luka? Me imagino que la estúpida berenjena será el afortunado —cambió el foco de atención.
—Solo es por la regla que pusiste —respondió rápidamente, pero podía notarse que estaba levemente roja.
—¿Acaso ninguna puede ser honesta? Se demorarán mucho en tener su apropiado romance, si siguen así —con cierta resignación, volvió a su posición para echar un montón de alcohol en su mezcla.
"Hiyama-sensei, rezamos por su salud" pensaron todas al ver la exorbitante cantidad de sake.
Las horas pasaron, aunque tuvieron que hacer varios intentos debido a las combinaciones raras, finalmente lograron algo más o menos decente y no algo que podría intoxicar a cualquiera.
—Pensé que harías un helado —comentó Rin, al ver el resultado de Miku.
—Uhm, tenía miedo de que se derritiera en el trayecto —confesó soltando un suspiro.
—¿Cómo le hace Kaito para llevar tanto helado a la escuela? —se preguntó Rin, recordando que este parecía tener este postre listo para cualquier momento y situación.
—Ni idea, desde que lo conozco ha tenido ese talento.
—Uno bastante inútil, si me preguntas —agregó Neru.
—Tal vez pueda invitarlo a uno después.
—¿Oh? Miku-nee, que osada eres —se burló la Kagamine—. ¿Vas a confesar tu amor ese día?
—¡N-no es eso! Además, no creo que tengamos tiempo de pasarla solos, él es muy popular después de todo.
"Si tan solo te fijaras en como te mira ese idiota" pensó su amiga negando con la cabeza. Definitivamente eran dos idiotas, si quería funcionar como cupido, tendría que tener mucha paciencia.
.
.
.
—Ya estoy en casa.
—Pensé que no llegarías —comentó Len, comiendo algunos dulces en el sofá.
—Es que Meiko-san, nos invitó a cenar... ¡Ah! Olvidé que hoy era el especial de Inuyasha —reaccionó al ver una de sus series favoritas en la pantalla.
Con rapidez, dejó los chocolates en la nevera, luego fue a su cuarto para cambiarse por ropas más cómodas. De un salto, tomó su lugar en el sofá y comenzó a robarle unos cuantos dulces Len. Al final, terminaron dormidos en el sofá.
.
.
—Llegué —anunció Neru, algo cansada.
Pensó que por fin descansaría, cocinar resultó mucho más difícil de lo que pensó, pero por lo menos, obtuvo algo decente. Ahora solo quería dormir y prepararse mentalmente para mañana.
Sin embargo, se encontró una escena del crimen en la cocina: todo se encontraba sucio con, lo que parecía ser, queso derretido, creando una pesadilla para cualquiera, al saber que tendrían que limpiar tan desastre.
—¡Nero! —exclamó con rabia, apretando sus puños y dirigiéndose a la habitación de su inútil hermano, abriendo la puerta de una patada.
—O-Onee-san —el rubio tragó saliva al verla, incluso se puso más pálido—. Todo tiene una explicación.
Neru, sin darle oportunidad de escapar, lo tomó del cuello de la camisa.
—¡Ek!... Eh, bueno, intenté hacer algo nuevo, pero me distraje unos segundos y el horno terminó explotando —explicó de forma rápida antes de quedarse sin aire.
Ella lo soltó, pero su silencio era el peor escenario posible, solo podía sentir que iba a ser sentenciado por el mismo diablo.
—Ve a limpiar, ahora —sentenció con una mirada tan fría como el hielo.
¿Acaso podía decirle algo? No, si apreciaba su vida. Por eso, corrió hasta la cocina para asegurarse de dejar todo impecable.
—En serio, que vergüenza esto, y las chicas piensan que es perfecto en todo —rodó los ojos ante esto.
Tal vez debió tomar alguna foto, para usarlo de chantaje en el futuro.
Luego de unos locos días, finalmente San Valentín hacía su aparición, un día lleno de rosas, chocolates, y de parejas melosas, claro, si solo fuera correcta esa fecha, pero solamente en la Super Escuela Preparatoria Vocaloid y Utauloid iba a hacer su propia aparición. El edificio se encontraba decorado con esta festividad tan llamativa, corazones rojos y rosas decoraban los pasillos.
Aunque se supone que era un día sin clases, los estudiantes se encontraban en el salón sin mucha idea de que hacer.
—¿Y la gran celebración que mencionó Meiko-san? —se preguntó Rin, recostada en su asiento.
—Aoki-chan, dijo que durante la próxima hora todo estaría listo —respondió Nero, igual de aburrido que ella.
—Que sospechoso —murmuró Neru, abriendo los ojos con sorpresa al darse cuenta de las intenciones de esta "hora libre".
"¿Acaso debemos entregarlos ahora?"
No se creía lista para hacer algo tan vergonzoso desde temprano, pero si se esperaba hasta el final del horario escolar, podría perder su oportunidad o que seguramente Meiko hiciera algo para avergonzarla en público.
Len, sintió de repente un escalofrío recorrer toda su espalda, miró a todos lados al tener esa molesta sensación de ser observado, y efectivamente, así era. En el marco de la puerta, se encontraba una albina, mirándolo con una sonrisa, pero por alguna razón, no lo hacía sentir más tranquilo.
Tei, aprovechó la oportunidad para acercarse, ocultaba algo en sus espaldas y se acercó con timidez. Len, no pudo quitarle la mirada de encima, pero más que todo por el miedo que su cuerpo sentía, como si le advirtiera "deja de verla un segundo y morirás". Aunque, seguro solo eran estúpidas paranoias ¿no?
—Buenos días, Len-kun —saludó con una sonrisa.
Neru, se tensó en su lugar al verla. Mientras tanto, Rin tuvo el infortunio de cruzar miradas con ella.
—¿Cuál es tu relación con Len-kun? —preguntó de forma amable, pero la rubia tuvo el mismo presentimiento que su gemelo.
—Eh, ¿gemelos? —contestó sin saber que pasaba por la mente de ella.
—Oh, claro, tonta de mí no darme cuenta —su aura cambió radicalmente a una más tranquila.
"Oh no, mi hermano atrajo a la loca" pensó para sus adentros.
—Q-quise aprovechar esta oportunidad para darte unos chocolates, espero te gusten, puse todos mis sentimientos aquí.
Le entregó la caja ante la mirada escéptica de Len. Por fuera, no parecía nada rara, aunque era más grande de lo normal. Al abrirla, se quedó en blanco al igual que los demás curiosos. El chocolate tenía la forma del rostro de Len, a su alrededor otros dulces de color rojo que simulaban la sangre y además, otro postre debajo con un "I love you" que tenía una fuente nada linda.
—¿Qué significa esto, Tei? —cuestionó Neru, al ver el contenido de la misma.
—Solo puse todas mis emociones —alargó las vocales como si esto le diera un toque más tierno—. ¿Algún problema con eso? —sus ojos perdieron el brillo.
—No me digas, ¿piensas acosarlo también? —chocó frentes con la albina de forma retadora.
Todos los presentes temblaron ante la inminente guerra entre una yandere y una tsundere, todas las discusiones absurdas de otakus, tendrían su resolución en este mismo lugar.
—Si no te quitas de mi camino, te mataré —sacó un cuchillo de su bolsillo, pero esto no aterró a Neru, quien por suerte, ya tenía conocimientos de las rarezas de la chica.
Antes de poder responder, un ruido llamó la atención de todos. Al voltear, vieron a Mayu, quien destrozó un pupitre con su hacha.
—Vaya, ¿qué veo aquí? ¿Alguien quien quiere quitarme mi temática? —dijo con una sonrisa totalmente falsa, y al igual que Tei, no se veía brillo alguno en sus ojos.
—Esto va a terminar mal —comentó Nero, ahora viendo como una tercera persona se unía a esta pelea.
—¿Por qué no te vas a tu salón? Aquí no eres bienvenida —se cruzó de brazos, mirándola con frialdad.
—Fufu, es muy temprano para estas discusiones. Ya cumplí mi objetivo de ver a Len-kun, no tengo que tener estas discusiones.
Terminó yéndose del salón con una extraña aura rosa, y cuando no la vieron más, todos suspiraron con alivio.
—Tsk, siempre hace lo mismo, esa maldita.
—¿La conoces? —finalmente, Len, logró reaccionar. Para evitarse más líos mensajes, cerró la caja y decidió ignorar su existencia.
—Es Tei Sukone, suele amar de formas muy extremas. Ha recibido denuncias por acoso, y por eso tiene mil ordenes de restricción, además, ese cuchillo nadie sabe si es decoración o si es real —contestó Neru, volviendo a sentarse.
—¿Ves? Te dije que recibirías chocolates —Kaito, apareció en escena, poniendo una escena en su hombro.
—Hubiera preferido que fuera de cualquier otra persona...
—Len, ¿tsundere o yandere? —preguntó de repente Rin, confundiéndolo.
—Eh, ¿tsundere?
Ante esta respuesta, Rin y Nero chocaron los cinco como si fueran una victoria, pero nadie entendió realmente de que hablaban.
—Voy a tomar algo de aire —dijo Neru, yéndose del salón.
Esta vez, ni Rin ni Nero tuvieron que intervenir, ya que Len, al verla preocupada, decidió ir a buscarla por su propia cuenta.
La encontró en la azotea, ella miraba al cielo dejando que el viento jugara con su largo cabello. Lucía realmente bien así, como si fuera el momento perfecto para tomarle una foto. "Espera, yo no soy un acosador" negó con su cabeza ante estos intrusivos pensamientos.
—¿Pasó algo?
Neru, se volteó a verlo sorprendida.
—Claro que no —apartó su mirada, la luz del día le permitía ver mejor sus gestos. ¿Desde cuándo el dorado de sus ojos parecía ser tan brillante?
—Siempre dices eso, pero ¿acaso estás nerviosa por entregar el chocolate?
Nuevamente lo miró con sorpresa, no pensó que sería tan obvia.
—E-es la primera vez que lo hago. ¡No te burles de eso! —aclaró con la cara más roja que antes.
—No lo haré, es algo tierno a decir verdad —soltó sin pensarlo dejándola sin palabras—. Pero, no debes preocuparte de nada, de seguro a Dell-san le gustarán.
"¿Qué está diciendo? ¿Acaso si cree que Dell...?" Ante esa idea, no pudo evitar reírse, confundiendo aun más al rubio.
—Idiota, ni siquiera estaba pensando en él —ahora, un poco más tranquila, sacó la pequeña caja de su bolsillo y se la entregó sin mucha delicadeza—. No vayas a pensar nada raro, fue por ese estúpido reto —aclaró sin poder mirarlo fijamente.
Len, tuvo que parpadear varias veces para saber que no se trataba de una broma. En sus manos tenía una caja de color amarillo junto a un listón dorado. Por alguna razón, se sintió mil veces mejor recibir este pequeño detalle.
Sin poder contenerse mucho, puso una mano en su cabeza, sorprendiendo un poco a la rubia.
—Gracias, Neru —susurró juntando su frente con la de ella, de una forma gentil, que solo sirvió para que la vergüenza de la chica aumentara más.
—¡N-No hagas esas cosas! —lo regañó en un intento de controlar sus emociones—. Estoy agotada.
Ambos deciden sentarse un rato, el clima era agradable y no hacía tanto sol. Len, aprovechó el momento para abrir la caja, los chocolates adentro tenían formas irregulares, pero en vez de verse aterradores como los de Tei, simplemente demostraban el esfuerzo que hizo Neru al hacerlos. Decidió probar uno.
—¿Acaso no te gustaron? —preguntó con cierta timidez, al ver que no decía nada.
—Están deliciosos, se nota que seguiste la receta —de forma cariñosa, puso un brazo alrededor de ella, felicitándola por sus esfuerzos, ganándose unas quejas por su parte.
Lo que ninguno sabía, era que aquel momento no estaban ellos dos solos. Detrás de la puerta, se encontraban varios espías asegurándose de que aquella misión fuera un gran éxito.
—Excelente, por primera vez mi hermanito no necesita un empujón —comentó Rin orgullosa.
—Y quien diría que fue la primera en entregarlo —murmuró Luka, con algo de envidia por la determinación de ella.
—Len-dono, será un hombre —comentó con falsas lágrimas de orgullo, Gakupo.
—Eh, no creo que avancen tan pronto —dijo Kaito.
—Je, aunque no lo parezca, él también guarda un lado pervertido —concluyó Rin.
—Pensé que sería más caballeroso —murmuró Miku, algo impresionada.
—La caballerosidad es solo pasos extra para llegar a sus objetivos —comentó Gumi, asintiendo varias veces.
—N-no creo que debamos discutir eso... —pensó Mei, en voz alta.
Así, comenzó una discusión sobre la hombría y caballerosidad de Len, provocando que su pequeño escondite, muy pronto fuera revelado.
—¿Qué creen que hacen? —una voz de ultratumba, los obligó a callarse rápidamente. Todos voltearon lentamente, encontrándose a una Neru, totalmente enfadada.
—¡Corran! —exclamó Rin, y nadie lo dudó dos veces antes de hacerlo.
El gran grupo salió corriendo, siendo perseguidos por una enojada chica que a duras penas llegaba a 1.50m, pero que su ira no dejaba a nadie indiferente.
Al final, terminaron separándose, como era de esperarse, en parejas: Gakupo y Luka, Rin y Nero, Kaito y Miku, por último, siendo Gumi y Mei.
Los primeros, al ser los más rápidos, llegaron hasta un pasillo desolado. Luka, vio esto como la oportunidad perfecta y aprovechar aquella oportunidad. Calló su propio orgullo y sacó una caja rosa.
—Ten —tomó la manga del samurái llamando su atención, una vez la tuvo, dejó el objeto en sus manos para tomar su distancia—. No te hagas ideas raras, me niego a perder puntos.
Él, simplemente se quedó sin palabras, sintiendo como una gran calidez y alivio llenaba su pecho. Sin poder contenerse, la abrazó fuertemente.
—Gracias, prometo apreciarlos —susurró en su oído, con una voz bastante grave.
Aquello, hizo que sintiera un cosquilleo en todo su cuerpo, pero decidió perdonarlo hoy, correspondió con timidez su abrazo. Gakupo, solo reforzó el abrazo, deseando no alejarse de ella, ¿qué clase de hombre sería capaz de contenerse con su amada? Él no, especialmente cuando esta era la persona más hermosa de toda la tierra.
Luka, volvió a sentir una punzada en su pecho, sin entender porque estar ahí se le hacía tan familiar y especialmente cálido.
Quedarse ahí unos cinco minutos no estaría mal...
.
.
.
Nero y Rin, terminaron en uno de los patios de la escuela, atentos a que Neru no estuviera siguiéndolos, su hermano, más que nadie, sabía lo peligrosa que podía volverse si su ira llegaba a extremos altos.
—Neru, da mucho miedo —comentó Rin, aun sintiendo su vida en peligro.
—Aun viviendo todos los días con ese monstruo, cuesta acostumbrarse —admitió Nero, recordando todos sus arranques de ira.
—Len es el único que logra domarla.
Los dos rieron ante este comentario, era divertido imaginarlo.
El silencio comenzó a poner cierta presión en Rin, quien sabía que este era el momento ideal para entregar los chocolates. "¿Por qué me siento tan nerviosa? Solo es un amigo" pero aún así, sus latidos solo aumentaban cada instante con expectativa.
—Oye, ¿tienes un momento? —preguntó deteniendo su caminar.
—Claro.
Nero, la miró algo extrañado al verla tan callada.
—¿Qué tal si nos sentamos allá? —lo tomó de la manga mientras señalaba un árbol, con la perfecta sombra (y ambientación) para este momento.
"¡¿Qué estoy haciendo?! Ahora parece que me voy a confesar, no, esto no va a pasar" se regañó internamente, pero ahora mismo su razón y sus sentimientos no parecían estar muy de acuerdo.
—¿Rin-chan, estás bien? —preguntó, mientras se dirigían al sitio.
—B-bueno, yo... —ni siquiera tenía mucho control sobre su voz—. ¡Ten esto! —terminó diciendo, extendió ambas manos donde se mostró una caja amarilla pero con un listón naranja.
El Akita, se quedó sin palabras, tomando el objeto con mucha delicadeza con temor a romperlo.
—Es un agradecimiento, por todo lo que me has ayudado desde que nos conocemos —por fin, pudo soltar aquellas palabras, sintiéndose un poco más tranquila.
—Muchas gracias, Rin-chan —Nero, formó una de sus sonrisas más amables para luego acariciar su cabeza de forma cariñosa, despeinándola un poco en el proceso.
—Oye —advirtió ella en un tono burlón.
—¿Podría tomar esto como....?
—¡Nero-kun!
No pudo terminar su frase, ya que a lo lejos, vio como una chica se acercaba a ellos dos. Se trataba de Galaco, quien al percatarse de la presencia de Rin, se mostró algo tensa pero rápidamente suavizó su gesto.
—Lo siento, no pensé que interrumpía algo —comentó, jugando con su cabello de forma tímida.
—No te preocupes, ¿pasa algo? —preguntó Nero, alejándose un poco de Rin, consciente de que estuvo a punto de hacer algo muy vergonzoso.
"Casi digo algo que podía arruinar nuestra amistad" se sintió aliviado, en serio, debería mejorar su impulsividad.
—Ehm, si quieren los dejo solos —comentó Rin, sabiendo bien que Galaco no venía solo a saludar.
—T-tranquila, no es nada importante, solo vengo a entrar los chocolates, por el reto, claro —dijo rápidamente, mientras sacaba una caja mucho más grande y bonita que la de Rin—. Eres el único chico de la clase con el cual me he sentido cómoda, gracias.
La entregó de forma brusca y apresurada antes de irse corriendo. "Maldición, mi confesión se fue al traste" pensó dolida, sin ser capaz de mirar atrás.
Rin, no pudo evitar sentir ciertos celos y hasta un poco de vergüenza al ver la diferencia de empaques, claro, Galaco se veía que era mucho más femenina, seguro practicó mucho más que ella.
"Esto no era mi estilo, solo debí comprar algo ya hecho y listo" pensó decepcionada.
—Uhm, están deliciosos —para su sorpresa, Nero abrió la caja que ella le regaló.
—¡N-no tienes que comerlos ahora! Además, seguro los de Galaco-san, saben mucho mejor.
—Pero Rin-chan, hizo esto para mí, obviamente los disfrutaré. Incluso si pueden envenenarme.
Ah, definitivamente esa sonrisa debía ser ilegal.
.
.
.
Finalmente, con Kaito y Miku, ellos no tuvieron tanta suerte como sus otros compañeros, ya que Neru se aprovechó de que fueron los más lentos.
Miku, tuvo la mala suerte de tropezarse, y Kaito simplemente no podía dejarla ahí. Así que decidió ayudarla.
Al intentar agacharse, Neru saltó hacia él con una patada, que lo mandó a volar lejos y dejándolo completamente inconsciente; fue un golpe completamente efectivo que lo dejó K.O en cuestión de segundos.
—Ya tuve suficiente, creo que no te haré nada, Hatsune —mencionó ella arreglando su falda—. Será mejor que lo lleves a la enfermería —indicó, señalando a ese muñeco azul que antes era Kaito.
Miku, no dijo nada, y cuando Neru finalmente se fue, se llevó a Kaito con gran esfuerzo hasta la enfermería.
—Oh, no pensé que vendría alguien —mencionó la enfermera, quien era Haku Yowane, la hermana de Dell.
Meiko, se apiadó de ella y le dio este trabajo aunque no tuviera conocimientos médicos ya que "son pocos estudiantes, no creo que hayan accidentes".
—Eh, tuvo un leve accidente —respondió, sin dar muchos detalles de lo que pasó.
Ambas llevaron a Kaito, hasta la camilla, luego trajo algunas vendas y pañuelos para limpiar la sangre de su nariz.
—Uhm, creo que no es tan grave, si no despierta en los próximos minutos, llamaremos una ambulancia —dijo luego de hacer un rápido examen.
—Espero esté bien —por lo menos, no creía que Neru quisiera matarlo.
—Tengo que ir a una reunión ¿podrías cuidar de la enfermería? Prometo no demorarme —pidió la albina y Miku asintió, después de todo no se iría sin Kaito.
Mientras esperaba, pensó que sería el momento perfecto para darle los chocolates, pero al tocar sus bolsillos, se dio cuenta que nos los tenía encima.
"Se habrán caído durante la huida" pensó con cierta desesperación, más que los puntos, realmente le habría encantado darle ese detalle.
—¿M-Miku...? —murmuró Kaito, despertando poco a poco.
La chica se exaltó, pero tomó aire para calmarse.
—Lo siento, Kaito —tenía sus dos manos sobre su regazo, arrugando su falda—. Perdí tus chocolates, realmente quería dártelos —confesó en voz baja.
El chico de cabello azul, se tranquilizó al saber el motivo. Tal vez fue el golpe en su cara, que le quitó un poco su raciocinio, porque puso una mano en la mejilla de Miku, quien se sorprendió por el tacto y finalmente alzó su mirada, la cual se veía más brillante debido a que estaba conteniendo su frustración.
—No te preocupes —dijo en un tono amable, pero su voz sonaba diferente, en un tono más grave—. Puedes compensarlo de otra forma.
La diva se quedó sin palabras, sintiendo como la mano de Kaito bajaba hasta su mentón, para evitar que ella mirara a otro lado. En cámara lenta, vio como sus rostros se acercaron más y más, sus respiraciones se juntaron en un suspiro, pero ahora, no había ninguna interrupción que pudiera separarlos.
Aunque Kaito, fue quien inició el acercamiento, Miku, fue la que finalmente cerró la brecha que los separaba.
Tras las cortinas de la enfermería, se escondió un tierno beso que, hasta el momento, solo había sido posible en sus sueños.
Chapter 12: Nuevos Rivales... ¡¿En el Amor?!
Summary:
Finalmente, los estudiantes transferidos llegan a la escuela y guardan mucha sorpresa por delante
Notes:
Aclaraciones:
-Clichés de anime llevados al extremo.
-Combinaciones del japonés con español, porque son necesarias para la trama (?)
-Anteriormente a Ruko se le etiquetaba como "hermafrodita", pero ahora mismo el término correcto es intersexual, de ahí el cambio, aunque no se vuelve a mencionar en toda la historia.
-Utauloid nuevo que aparece: Luna AmaneCanciones:
-Fate to Soul (Rin).
-Se hace referencia a la canción Checkmate en la parte de Gumi.
Chapter Text
La mejor directora del mundo (y no, no están amenazando al narrador para que diga esto), terminó organizando la mejor fiesta hasta el momento. Se desarrolló en el auditorio donde hacían sus presentaciones, pero ahora sin la tarima, tenían mucho espacio de sobra, los aperitivos eran alusivos a la temática e incluso hubo una sección de karaoke para aquellos enamorados que quisieran expresar su amor de otra forma. Muchos aprovecharon este mismo tumulto para entregar sus chocolates sin darle mucha importancia. Eso si, al final Meiko anunció por medio de un micrófono quienes faltaban para avergonzar a las pobres públicamente, y estas tuvieron que elegir a cualquier persona para entregarlo frente a toda la escuela.
—Gumi-san, ¿a quién se lo entregaste? —preguntó Mei, sorprendida al no escuchar el nombre de su amiga.
—A mi rival —esa respuesta la dejó más confundida.
Teto, por suerte, se atrevió a dárselos a Ritsu durante la fiesta, evitando el escarmiento público. Este como agradecimiento, le dio un beso en la mejilla, dejándola en el suelo.
—Vaya, ¿estás bien? —preguntó preocupado, pero con una expresión bastante femenina.
—Está mejor de lo que crees —respondió Ruko, cargándola como si fuera un saco de papas.
Para sorpresa de todos, Ruko recibió chocolates, ya que al ser intersexual, muchas vieron un vacío legal, incluyendo a Momo; aunque realmente si tenía sus motivos ocultos, pero ¿quién desconfiaría de ella?
Los demás chicos, terminaron recibiendo más chocolates de lo esperado, Nero, gracias a su popularidad en Utauloid y Len, porque a muchas les llegaba a parecer la mezcla entre tierno y sexy. Lamentablemente, por esto mismo, no podían pasar tanto tiempo con los demás sin ser interrumpidos. Rin y Neru, tuvieron que aguantar muchas miradas de envidia.
Gakupo y Kaito, tampoco salieron ilesos, fueron de los de más populares. Nadie sabía porque Kaito, pero bueno, su apariencia ayudaba un poco a su personalidad. Luka, intentó fingir que no le importaba, pero se encontraba molesta por algún motivo.
—Tranquila, tu chocolate es el único que me importa —fue lo que dijo Gakupo, al verla, pero sonaba poco convincente al tener una bolsa gigante de regalos.
La fiesta duró hasta altas horas, por suerte, mañana era sábado así que podían descansar todo el día.
A pesar de todos los problemas, los malentendidos y demás cuestiones, podían decir que las cosas terminaron bien.
Bueno, para casi todos.
Desde ese día, Miku, no podía parar de pensar en lo que sucedió en la enfermería esa mañana.
A pesar de que tres semanas pasaron, todavía podía recordar vívidamente todo lo que sucedió.
Luego de aquel dulce beso, ella pensó que era su oportunidad. ¡Por fin podría decirle lo que sentía! Pero, sus labios todavía tenían ese cosquilleo y la impresión la dejó sin voz, pensó que con su mirada, pudo explicarle todo lo que sentía, pero, cuando se separaron, Kaito la miró con un arrepentimiento como si hubiera cometido el peor de los crímenes.
—K-Kai...
—Perdón —cortó sus palabras, apartando su mirada y levantándose de la camilla.
—¿Por qué...? —no encontraba las palabras para expresarse, todo esto le parecía tan confuso.
La volvió a mirar, pero esta vez con una de sus sonrisas infantiles.
—Vaya, realmente me golpeé fuerte la cabeza ¿eh?
Ella jamás pensó que un corazón roto podía doler tanto.
—Perdona, por favor olvida que pasó eso —se retiró rápidamente, aunque ella pudo notar que algo le ocultaba. Sin embargo, cuando encontró la fuerza para levantarse y hablar, él ya no se encontraba en el cuarto.
Estaba tan confundida, que ni siquiera podía llorar, se quedó ahí hasta que Haku, volvió y ahí, tuvo que reaccionar para fingir que todo estaba bien. Ocurrió también en la fiesta, fue como si lo que pasó en ese cuarto, fue un sueño del cual despertó cuando salió de ahí.
"Acaso ¿no le gustó el beso?" Pensó con tristeza tocando sus propios labios.
Podía ver el esfuerzo de Kaito, en mantener su relación como antes, pero aun así, podía sentir que puso una barrera entre ellos dos. Le dolía que él no pudiera contarle que pasaba por su cabeza, ¿acaso la confundió con alguien? ¿El golpe le cambió la personalidad? Pero claro, ella también tenía mucho miedo de ser rechazada, y por eso decidió jugar su mismo juego, al menos así, podía seguir a su lado.
Se puso su pijama verde, decidiendo que ya no tenía sentido pensar en eso.
—¡Oh! Verdad, oni-san dijo que me llamaría —pensó en voz alta al ver su celular.
Solo quedaba esperar que los días pasaran, y tal vez podría aprender a vivir con esos sentimientos.
Los días pasaron con normalidad, las semanas pasaban y las pruebas seguían, ahora con los Utauloid integrados, las presentaciones mostraban otro nivel. Ya no les daba tanto miedo el escenario como antes, pero seguían teniendo sus errores en ciertas cosas, algunas pruebas eran en solitario, dúos o hasta en grupos grandes, lo cual solo les recordaba lo difícil que era este mundo, pero al mismo tiempo, lo divertido que podía ser al tener sus resultados. Las clases también se volvían un poco más entendibles, pero claro, no fáciles. Lo único que podían estar seguros, es que iban estrechando sus lazos de amistad.
Así, un mes pasó, y una época difícil llegaría para todos.
—Ya, por fin, luego de mucho tiempo, los estudiantes transferidos han llegado —mencionó con un tono monótono la directora, quien solo quería ir a dormir.
¿Y Aoki? Bueno, ese era su día libre así que los anuncios los haría la directora.
Al salón entraron dos chicos, uno tenía el cabello rojo brillante y por alguna razón, era muy parecido a Kaito, incluso su ropa era similar, con la diferencia de que era roja. El otro, si causó impresión en los gemelos Kagamine y en Miku, ya que este, podría decirse que parecía una versión en masculino de esta última, solo que con una expresión más inexpresiva y parecía ser el chico serio.
—¿Mikuo...? —murmuró Rin.
"¡¿Ese es...?!" Pensó impresionado Nero, ahora si prestándole mucha atención, después de todo, fue (o es) el primer amor de Rin. "¿Por qué me duele el pecho?" Puso una mano en el mismo, sin entender muy bien porque se sentía tan mal de repente.
—Soy Akaito Shion, un placer —se presentó con una sonrisa de galán, aunque su mirada terminó en Miku, quien intentó recordar donde lo vio antes.
Kaito, apretó más fuerte su bote de helado, se notaba que odiaba a ese sujeto.
"¿Acaso no tienen originalidad en esa familia?" Se preguntó por dentro, Neru, mirando escéptica la situación.
—Mikuo Hatsune, un gusto —se presentó el hermano de la diva, con menos emoción, pero aún, muchas se vieron encantadas por las diferentes personalidades de esos dos.
—Eso es todo, tomen asiento donde vean libre. No quiero problemas, y con esto dicho, me retiro —la directora seguramente tendría resaca, ya que se veía sumamente cansada y sin muchas ganas de trabajar; más de lo usual.
Hiyama, tuvo que ir detrás de ella para regañarla por esa conducta "inadecuada", aunque seguramente sería ignorado.
Ante este desliz, muchos aprovecharon para rodear a los nuevos estudiantes.
Akaito, sin quitar su sonrisa, ignoró a quienes se acercaban y fue directamente hacia Miku, dándole esos aires de chico malo que no le importaba hacer lo que quisiera.
—¿No será familiar de Kaito? —Nero, se giró para ver a Rin, quien todavía se veía en un trance al ver a Mikuo.
"No debería afectarme tanto" intentó decirse, pero aun así, el aura deprimente se apoderó de él y terminó recostándose en su escritorio sin muchos ánimos de seguir con este día.
—¡Onii-san! —Miku, ignoró a Akaito y se abalanzó hacia su hermano, quien la recibió con brazos abiertos y suavizando su expresión.
—Que bueno verte, ¿cómo has estado? —dijo mientras se alejaba un poco de ella, para verla más de cerca.
—¿Cómo está Zatsu-nee?
—Está bien, pero me pidió que vigilara a este idiota —señaló al pelirrojo.
—Te tardaste mucho en venir —dijo con un puchero—. Es muy difícil vivir sola.
—Perdón, pero fue un largo proceso ser trasladado. ¿Acaso creíste que fue fácil solo irnos? —soltó un suspiro mientras acariciaba su cabeza.
—Parece que Nero va a tener problemas- comento Neru, alternando su vista entre su celular, el hermano de Hatsune y su propio hermano.
Mikuo, miraba a Kaito, como si quisiera matarlo con la mirada, interponiéndose entre él y su hermanita. Rin, confundida, decidió acercarse para ver que estaba pasando.
—Miku-nee ¿Por qué están así?
El amante de los helados no se quedaba atrás, ambos parecían estar teniendo una competencia de miradas y no parecía haber un ganador pronto.
—Ellos nunca se llevaron bien, no sé porque —respondió encogiéndose de hombros.
—A eso lo llamo un hermano celoso —comentó Neru, acercándose a ellas dos.
Akaito, quien se distrajo un poco por estar hablando con sus nuevas compañeras, posó su mirada sobre Neru y Miku, así que formando una sonrisa algo maliciosa, se acercó a ambas por la espalda.
—No sabía que teníamos chicas tan lindas en este salón —puso sus brazos alrededor de ellas, de una forma coqueta. Miku, sonrió nerviosa, Neru quitó su brazo con desinterés.
Ahora la pelea visual de Kaito y Mikuo, pasó a segundo plano ya que ahora tenían un enemigo en común, incluso Len, quien se encontraba un poco alejado, vio esto con malos ojos.
"Tsk, ¿por qué tiene tanta confianza para acercarse así a Neru? Y a Miku, claro" pensó con molestia.
—¿Acaso ya no teníamos a alguien haciendo el papel de mujeriego? —Luka, miró a Gakupo recordando los primeros días.
—¡Luka! He cambiado, ya ese título no me corresponde —se defendió mirándola con una inocencia que provocaba que algo en ella se removiera.
—Como sea —rodó los ojos y volvió su atención a su libro, sin mucho interés de los dramas que pasarían a continuación.
—Oh vamos, no deberías ser tan fría —Akaito, intentó abrazarlas a ambas.
—¡Aléjate! —exclamaron los tres chicos.
Pero antes de que pudieran moverse a ayudarlas, Neru, lo tomó del brazo y lo tiró al suelo sin mucho esfuerzo.
—Odio a los mujeriegos —acomodó su pelo, como si nada, mirándolo con desprecio.
—Ese salvajismo me encanta, solo enciende más mi interés en ti —Akaito, se recuperó rápidamente y aunque su nariz sangrara, se levantó rápidamente.
Miku, simplemente no sabía que decir en estos casos, la amabilidad no parecía ser suficiente para alejarlo.
—Y tú —el pelirrojo se fijó en ella—. Esa mirada llena de inocencia, ¿qué más cosas guardará?
—Eh... —la diva no sabía que decir, no era su carácter ser agresiva; solo en muy pocos casos.
—Akaito, será mejor que te alejes de ella —Mikuo intervino, poniéndose delante de su hermana.
—¿O si no qué?
—Tú lo pediste —masculló por lo bajo.
Así, una pelea entre los cuatro chicos (si, porque Len también terminó involucrado) dio inicio, donde se tiraron un poco de todas las cosas que tenían a la mano, incluyendo comida, un hacha y hasta una Tako Luka salvaje.
.
.
Rin, simplemente se aburrió de esa absurda pelea y volvió a su puesto. Ahí, fue cuando notó a Nero, quien seguía recostado en su lugar con un aura deprimente a su alrededor.
—¡¿Qué pasó?! ¿Estás bien? —reaccionó inmediatamente al verlo así.
—Creo que sí... —respondió, volteando a verla sin muchos ánimos.
La rubia simplemente no podía permitir esto, no le gustaba verlo triste de ninguna forma y aunque no supiera el porqué, quería ayudarlo a recuperar su ánimo.
—¿Quieres ir a algún lugar?
Nero, se sorprendió ante esta propuesta. El azul de sus ojos, demostraba lo determinada que estaba.
—¿Uh? —su mente estaba jugando sucio, porque comenzó a pensar en un escenario donde ambos estuvieran a solas; algo parecido a una cita.
—P-para hacerte sentir mejor —carraspeó su garganta, ahora siendo consciente de sus palabras—. Podríamos ir con Len y Neru.
Ahora, su postura era un poco más tímida, comenzó a jugar con sus manos y hasta podía jurar que su moño también se movió un poco, dándole una apariencia más tierna.
—Me encantaría —ahora si, sentía como las fuerzas volvían a él.
—¡¿Qué está pasando aquí?!
Hiyama, entró al salón y se sorprendió al ver la guerra campal que se llevó a cabo en el lugar. Todos los pupitres estaban tirados, y la mayoría de estudiantes se veían desorganizados. Incluso, por algún extraño motivo, logró ver a estudiantes de Utauloid infiltrados en ese sitio. Así, luego de un gran sermón y de ser obligados a limpiar todo, siguieron con su horario normal.
Durante el resto de la jornada, Mikuo se volvió como una clase de perro guardián, evitando que cualquier pervertido (especialmente los que se apellidaban Shion) se acercaran a su hermana.
—Oh si, Akaito es mi primo lejano —confesó Kaito, a la hora del almuerzo—. Nunca nos llevamos bien, por eso evitamos estudiar en los mismos sitios. Es de mis primos menos favoritos.
"¿Cuántos familiares tiene?" Se preguntaron varios ante este detalle.
Siguió comiendo su helado con cierta molestia, recordando lo insufrible que ha sido su primo durante todo este tiempo.
.
.
.
En vez de regresar a su casa, como lo harían normalmente todos, los Kagamine y Akita, se encontraban en la salida sin ningún rumbo fijo.
—¿A dónde vamos? —preguntó Rin.
—Tú eres la que dijo que hiciéramos algo —respondió Neru, cruzándose de brazos.
—B-bueno, estoy tomando su opinión.
—Solo admite que no sabes que hacer —Len, rodó sus ojos al ver la actitud de su hermana.
—Rin-chan, no te preocupes, no tenemos que hacer algo hoy —intervino Nero.
—Pero... quiero ayudarte a que te sientas mejor —dijo con un puchero, lo cual fue un golpe directo al corazón de Nero.
—Yo sé cómo hacer que Nero se sienta mucho mejor —comentó Len, mirando cómplice a Neru, quien solo asintió con una sonrisa pícara.
—¡No piensen cosas raras! —exclamó avergonzado.
—¿Acaso me perdí de algo? —aunque Rin fuera perfecta para lanzar indirectas, no era la mejor para identificar las que se referían a ella.
—¡Chicos! —Miku, se acercó a ellos, a su lado se encontraba su hermano.
—Pensé que ya se habrían ido —comentó Mikuo, aunque posó sus miradas en cada uno, finalmente su atención fue directamente hacia Rin, aunque de una forma disimulada.
"Ahora no sé si Mikuo llegó muy tarde, o si Nero llegó a tiempo" pensó Len, al ver el posible desarrollo de rivales amorosos.
—Estamos pensando que hacer hoy —contestó Neru, mirando con cierto enojo a Rin.
—Pero es un plan de último minuto, así que no tenemos nada.
La pobre Kagamine, terminó escondida detrás de Nero, para evitar ser juzgada con la mirada.
—¿No abrió hace poco un parque de diversiones? —sugirió Mikuo, luego de estar pensativo unos segundos.
—La sabiduría de Mikuo, nos salva de nuevo —comentó Rin, con una gran sonrisa.
—¿Quieren venir? —los invitó Len, después de todo, le parecía grosero irse sin ellos.
Aunque claro, a su lado, Neru lo miraba con cierto recelo, pensando en que seguro tenía otras intenciones con esto.
—¡Sí! Onii-san, necesita recordar como era la ciudad —y así, todos emprendieron camino a este lugar.
—Veo que has crecido, Rin-chan —Mikuo, se posicionó al lado de ella, acariciando su cabeza—. Hasta dejaste crecer tu cabello, pensé que te molestaba tenerlo largo.
—Creí que era el momento de cambiar algunas cosas —comentó con cierta nostalgia, tomando uno de sus mechones.
—¿Tenía el cabello corto?
Nero, quien se encontraba detrás de ellos, escuchó todo y no pudo evitar imaginarse a la mencionada con otro corte. Se sonrojó al instante, simplemente se veía muy linda con cada estilo.
—Pervertido —murmuró su hermana mirándolo con asco.
Rin y Mikuo, aprovecharon el trayecto para ponerse un poco al día, por eso, Nero no tuvo la oportunidad de acercarse a ella, aunque ese malestar en su pecho solo aumentara.
"El motivo de mi desanimo está justo frente a mí" pensó con ironía, ¿qué diría Rin si supiera leer la mente? Se llevaría una gran decepción de seguro.
—¡Es genial! —exclamó la rubia al ver la entrada, desde el exterior de podía ver una rueda de fortuna gigante, incluso más que la del centro comercial que visitaron en su primer día de clases.
—¡Hora de divertirnos! —exclamó Miku, arrastrando a los dos gemelos con ella.
—Deberías esperarnos —Neru, los siguió de cerca con un gesto de molestia.
Así, Nero y Mikuo se quedaron atrás, dejando un ambiente bastante incómodo para ambos.
—Esos chicos... —masculló Mikuo, al ver como no cambiaban con los años.
—Su energía nunca se acaba —comentó Nero, con una leve sonrisa.
Por suerte, su lado caballeroso salió a la luz, pero por dentro quería salir corriendo, pero sabía que sería grosero dejarlo atrás.
—No hemos tenido mucha oportunidad de hablar, eres Nero ¿cierto? —comenzó a decir el Hatsune.
—Sí, un gusto conocerte, Hatsune-san, nos ha hablado de ti —comentó con una sonrisa falsa, pero que seguramente el contrario no notó.
Maldición, incluso el sujeto era alto, tenía que mirar un poco hacia arriba para verlo.
—Veo que eres muy cercano a Rin, ¿acaso son algo? —preguntó de forma repentina.
Claro, con solo mencionarla a ella, su faceta se volvía inservible, incluso pudo sentir el ambiente un poco más tenso. ¿Acaso Mikuo, quería tantear las aguas?
—No, solo somos amigos —respondió al final, con un tono serio. Después de todo, esa era la verdad ¿no? Pero, esa sensación en su pecho no se iba.
—Ya veo —su mirada casi parecía reflejar un alivio—. Bueno, será mejor apurarnos antes de que nos dejen —así, concluyó el tema.
—Se demoraron mucho —los regañó Rin, al verlos.
—Lo sentimos, Rin-sama —dijeron al mismo tiempo, se lanzaron una leve mirada de molestia que pasó tan rápida, que fue desapercibida para la mayoría.
Comenzaron a hacer fila para subirse a distintos juegos.
.
.
—¿No vas a subir? —Len, se acercó a Neru quien se encontraba en una banca.
—No me llama mucho la atención —respondió mirando su celular.
Len, soltó un suspiro y luego miró a la montaña rusa que tenían al frente, ahí se encontraba el resto del grupo.
—¿Qué te gusta de Hatsune? —preguntó de repente, sorprendiendo al rubio.
—¿De dónde viene esa pregunta? —se puso pensativo unos segundos intentando encontrar las palabras—. Desde que la conozco, siempre ha sido muy amable, y eso no ha cambiado con el tiempo, se nota que no lo hace por aparentar. Terminó siendo una de las pocas personas en quien podía confiar, así que supongo que esa es de las mayores razones.
"Aunque no sé si siga siendo un gusto a este punto" añadió en su mente. Dándose cuenta que el tiempo podía cambiar su percepción de muchas cosas.
—Ya veo —Neru soltó un suspiro, parecía algo melancólica—. Creo que se van a demorar, ¿quieres hacer otra cosa? —preguntó al señalar el grupo, quienes nuevamente hacían fila para volverse a subir, aunque Mikuo más bien parecía estar ahí en contra de su voluntad.
—Claro, busquemos un sitio con wi-fi —con esa pequeña broma, logró hacer que ella formara una sonrisa.
"¿Uh? ¿Qué es esta sensación?" Se preguntó al sentir su corazón palpitar un poco más fuerte.
—¿Estás bien? —preguntó ella, mirándolo con preocupación, pero aquella mirada solo sirvió para ponerlo más nervioso.
—S-sí, no es nada, sigamos.
Luego de un rato, volvieron a reunirse con todos de nuevo. Probaron diversos juegos, comieron cosas deliciosas, y finalmente terminaron en la rueda de la fortuna, para mirar el ambiente nocturno de toda la ciudad. Lamentablemente, mañana tenían clases y ya pronto el parque cerraría.
—Fue divertido ¿qué te pareció? —preguntó Rin, acercándose a Nero.
—Sí, gracias, al final ayudó —le dedicó una sonrisa, que fue contagiosa. Entrando así, en esa pequeña burbuja donde parecían ignorar a los demás.
—Parecen novios —susurró Neru, cerca de Len, quien asintió con una sonrisa maliciosa, pensando en como molestaría a su hermana más adelante.
—Hubiera sido más divertido con los demás —comentó Miku, con cierto toque de lástima.
—Fue de última hora, y ya tenían otros planes —respondió Neru, recordando que Luka, usualmente trabajaba esos días—. Eso si, me extraña que Kaito, no esté aquí.
—Oh, eso fue porque tuvo un castigo por parte de Meiko-san, por lo que pasó esta mañana.
—¿Cómo es que Mikuo, se salvó? —cuestionó Len.
—Tuve el sentido común de quedarme callado.
Todos podían imaginarse esa escena, solo les quedaba compadecerse de su compañero y esperar que la directora no haya sido tan cruel con él.
—Es verdad, Rin, no olvides que mañana trabajamos —recordó Len, mirando a su hermana.
—No quiero volver ahí —murmuró quedándose pálida, como si hubiera visto un fantasma.
—¿Por qué siempre reacciona así cuándo le toca trabajar? —comentó Neru, a pesar de llevar unos meses conociéndose, los Kagamine aun mantenían en secreto su sitio de trabajo.
—Tú fuiste la que quiso independizarse, tienes que ayudar a tu hermano —la regañó Mikuo, dándole un leve golpe en la cabeza.
—Sí, si... —contestó sin muchos ánimos.
Al final, llegaron a un punto donde todos tuvieron se separaron para ir a sus respectivas casas.
Los gemelos Kagamine, regresaron a su pequeño apartamento sin problemas, pero, había un asunto que Len, tenía que saber cuanto antes.
—Rin, ¿todavía sientes algo por Mikuo?
Su hermana lo miró sorprendida, esa pregunta la tomó con la guardia baja. Pero en vez de avergonzarse, se puso algo pensativa.
—Realmente no —respondió con cierta indiferencia—. Cuando lo vi, creí que despertarían nuevamente esos sentimientos, pero solo me dio impresión verlo. Como cuando ves esa serie que creías que era tu favorita, pero la vez luego de años y te das cuenta que la trama realmente no es tan buena. Es raro...
—No tiene nada de raro, después de todo, ahora es Nero, quien te gusta ¿no?
Ahora si, la expresión de la rubia se descolocó, se puso bastante roja de repente.
—¡Claro que no! ¡Idiota! —exclamó y comenzó a golpearlo con su bolso.
Len, solo podía reír ante esta reacción.
"Al parecer, Nero, llegó justo a tiempo" pensó con cierto alivio.
Un nuevo día iniciaba, y para los estudiantes, significaba ir a la escuela a cumplir sus labores. Todo iba normal, pero ahora con la adición de Akaito y Mikuo, al salón, un nuevo caos aparecía esa mañana.
El pelirrojo parecía coquetear con Neru y Miku, para sacar el enojo del hermano mayor de esta última, a quien parecía que se le iba a estallar una vena del estrés en ese momento. De resto, pasó sin muchos incidentes.
Mikuo, a pesar de estar pendiente de su hermana, logró entablar una amistad con Luki y Meito (a saber la razón de esto). Los tres decidieron almorzar en uno de los patios, aprovechando el día despejado, sin embargo, mientras iba a la máquina expendedora para sacar una bebida y volver con su grupo, notó como la pequeña Mei, parecía buscar a alguien o algo.
Tomó aire ante esta situación, algo le decía que esto sería problemático, pero su hermana ya le ha comentado un poco (en exceso) sobre sus nuevos amigos, y simplemente no la podía dejar sola, le recordaba mucho a un pequeño hámster.
—¿Pasa algo? Mei-san —se acercó a ella, asustando a la castaña.
"Definitivamente parece un animal pequeño".
Ella miró de un lado a otro, como si tuviera miedo de que alguien la estuviera siguiendo, pero cuando él revisó su entorno, se dio cuenta que no se encontraban más personas cerca.
—¿No estás con los demás? —preguntó algo confundido.
—Eh, bueno... —comenzó a jugar con sus manos sin poder mirarlo—. Gumi-san, ahora mismo está en la biblioteca con Yuma, y no quiero interrumpirlos. Pero me da vergüenza llegar sola con Miku-san y los demás, así que, no tengo mucha idea de que hacer —terminó con una sonrisa algo nerviosa.
—No pensé que fueras tan tímida, con un grupo como el de mi hermana.
—He, me lo suelen decir mucho —ahora mostró una sonrisa más sincera.
Ahora, él simplemente podría decirle que su hermana definitivamente la integraría sin problemas, pero, algo le decía que si la dejaba sola ella seguramente iría a otro lugar apartado o algo por el estilo. Le recordaba un poco a cuando conoció a Rin, solo esperaba que con la confianza, Mei, no se volviera en alguien tan testaruda como ella.
—Si quieres puedes acompañarme, perdí a mis amigos y me da pereza buscarlos —sugirió poniendo una mano en su nuca, sin saber si era muy obvia su mentira.
—Gracias, Mikuo-san —por suerte, pareció relajarse al saber esto.
—Pero, en serio, ya van varios meses ¿cómo es que sigues siendo tan tímida con ellos? —cuestionó, probando un poco su bebida.
—¡Ugh! N-no puedo evitarlo ¿de acuerdo? —admitió avergonzada.
"Si, definitivamente no puede estar sola" acertó en su mente, asintiendo para si mismo varias veces ante este descubrimiento.
.
.
.
En la biblioteca, se daba una lugar una pelea, pero no de aquellas típicas que se han visto antes, no, ahora se trataba de una batalla mental entre dos personas.
Gumi, miraba con atención las fichas delante de ellas, intentando descifrar el siguiente movimiento que le daría la victoria. Al mover su ficha, pensó que por fin logró una jugada perfecta.
—Jaque mate.
La persona frente a ella, derribó a su rey con un alfil. Un gesto de indiferencia, como si esa victoria no significara nada para él.
—¡Ugh! Casi lo logro —puso sus manos en su cabeza en señal de frustración—. ¿Cómo es que siempre me ganas?
—Quien sabe —se encogió de hombros—. ¿En serio me retarás todos los días? —la miró de reojo, como siempre, su mirada no dejaba reflejar sus verdaderos pensamientos.
—Hasta que sea capaz de vencerte —declaró ella con una gran sonrisa.
Yuma, se quedó callado unos momentos, recogiendo las fichas para acomodar el tablero, dejando a la chica expectante de cualquier cosa.
—De acuerdo, esperaré ese día —terminó por decir, dedicándole una sonrisa de lado.
El corazón de Gumi, no estaba preparado para un gesto así y sintió un flechazo directo a su corazón.
—¡Chicos, chicos! —Miku llamó la atención de todos, ahora mismo se encontraban en el salón—. ¿Quieren ir a una cafetería cosplay?
Todos se miraron entre si ante esa propuesta, pero ninguno pareció tener problema con la idea.
—Me parece bien —Luka fue la primera en responder.
—Suena a un buen plan, si Luka, va —dijo Gakupo, dedicándole una sonrisa, y esta vez, no recibió ningún golpe. Al parecer su relación ha mejorado bastante.
Así, los demás fueron asintiendo.
—Nosotros no —respondió Rin, con una mirada perdida como si hubiera perdido cualquier rastro de felicidad.
—Tenemos que trabajar —contestó rápidamente Len, antes de que todos pensaran lo peor.
—Que mal —Miku, abrazó a Rin para consolarla—. Prometo tomar fotos, e invitarlos la próxima vez.
—No sé si ir —comentó Neru.
—¿Por qué no irá Len? —cuestionó con burla, Gumi, cerca de ella, un grave error de su parte, ya que la rubia comenzó a jalar sus mejillas como castigo.
—¡N-no es eso! —aunque su rostro sonrojado no era muy convincente.
—Vamos, vamos, no peleen —intentó intervenir Mei.
—Deberías ir, seguro te diviertes —sugirió Len, ella asintió débilmente agachando la mirada.
—Como dijimos antes, Len es un domador de onee-chan —comentó Nero, cerca de Rin. Sin embargo, la mencionada alcanzó a escuchar y le tiró un libro en la cara.
—¿Habrá helado? —Kaito, comenzó a fantasear sobre el menú, provocando que se le hiciera agua la boca.
Así, el tiempo pasó, y al terminar la clase, los Kagamine fueron los primeros en irse, aunque Rin, terminó haciendo otro de sus dramas infantiles ya que "es sobreexplotación infantil hacer tantas horas", hasta que Len, le recordó que ese era el motivo por el cual comían.
Mientras todos esperaban a que los demás alistaran sus cosas, Neru se fijó en algo.
—¿Qué hace el idiota de Akaito aquí? —lo señaló con disgusto.
—¿Acaso es un delito ir a los mismos sitios? Solo quiero asegurarme de que estés bien —intentó tomar su mano con una sonrisa de galán.
—No —dijo cortante, tomando uno de sus dedos y doblándolo de una forma que se veía muy dolorosa.
—¿Y por qué no le dicen nada a Mikuo? —señaló al hermano de Hatsune, con su mano libre.
—Él se comporta como una persona normal —contestó Neru, hasta que se escuchó el sonido de un chasquido.
Akaito, terminó en el suelo llorando y nadie se preocupó por verlo.
—Aquí es —anunció Miku, señalando el gran cartel que decía "Cafetería de ensueño" la cual tenía letras muy coloridas, y su decoración se asemejaba a un mundo de fantasía.
—No se ve mal —apreció Luka, el lugar. Todos entraron por la puerta, haciendo sonar la típica campana.
—Bienvenido...
Para sorpresa de todos, la mesera que los recibió era una cara demasiado familiar. Rin, se encontraba frente a ellos con un típico vestido de maid.
Nero, tuvo que cubrir su boca antes de soltar algún sonido de la impresión. No estaba nada preparado para esto, podría jurar que hasta le sangraría la nariz de la impresión.
—¿Algún problema? —otra voz conocida se acercó.
Len, llevaba un traje de mayordomo y su cabello estaba recogido en una coleta baja. Neru, tuvo que repetirse muchas veces que el estúpido Kagamine no lucía para nada bien.
—¡Rin-chan now! —exclamaron de repente Luka y Miku, asustando a la pobre.
—Agrégalo a la lista, ahora falta una foto en vestido de baño —susurró Luka, sacando su celular y sacando una foto tan rápido, que nadie supo que ocurrió. Lo único que sabía Rin, es que su dignidad estaba en juego.
—Hmph —Akaito la miró pensativo de pies a cabezas, Nero, tuvo miedo de que ella se volviera víctima de sus acosos—. No vas a causar impresión con un cuerpo tan plano.
—¿Ah?
Len y Nero, tuvieron que agarrarla de ambos brazos para evitar que hiciera algo que justificara su despido.
El grupo de adentro, no era el único sorprendido por ver a los gemelos con esas ropas, afuera, se encontraba una albina con cámara en mano y apuntando al hombre de sus sueños.
"Len-kun, en traje es tan sexy" pensó Tei, con un delgado hilo de sangre en su nariz, con una sonrisa maniática que asustaba a cualquiera que pasara por ahí.
Basta decir, que luego de tantas quejas la policía terminó en la escena, pero ninguno de los presentes, se dio cuenta de esto.
—¿Por qué no nos dijeron que trabajaban aquí? —preguntó Kaito, mientras los llevaban a una mesa.
El sitio tenía el tamaño de una casa grande, así que tenía esa aura muy acogedora, alrededor se podían ver distintas decoraciones que podían ser perfectas para fotos, pero también con referencias para los fanáticos más acérrimos. Por eso, la cafetería era popular, tanto otakus como gente normal podrían llegar ahí, sin sentirse fuera de lugar.
—Nunca preguntaron —respondieron al mismo tiempo gracias a su sincronización, incluso teniendo la misma cara de "¿es broma, cierto?".
Todos se avergonzaron un poco ante esto, era verdad, nunca les preguntaron sobre esto a pesar de sus meses de amistad.
—No sabía que cambiaron de trabajo, ¿desde cuándo están aquí? —Miku, decidió cambiar el tema.
—Poco después de que te fuiste, la paga resultó buena y nos da horarios más flexibles —contestó Len, pero de repente, sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—Ya se dio cuenta —susurró Rin, teniendo la misma sensación.
—¿Qué desean? —ahora, la actitud de ambos se transformó en la de meseros con perfectas sonrisas, dejando a todos bastante confundidos.
De todas formas, hicieron sus pedidos y los gemelos los ayudaron con recomendaciones del día, mostrando su profesionalismo ante esto. Hasta Luka, se mostró sorprendida por esto, ella no era tan buena en servicio al cliente; agradecía ser linda, eso si le ahorraba muchas cosas.
Mientras esperaban sus órdenes, algunos comenzaron a hablar, otros (Neru) revisó su celular y tomaba fotos del sitio, mientras tanto, Nero, se encontraba molesto al ver el ambiente: Un montón de pervertidos, iguales a los extra de cualquier historia, quienes solo iban ahí por las chicas en lindos trajes; porque claro, el estereotipo de otakus que amaban ver trajes de maid, resultaba difícil de negar cuando existían esta clase de personas.
—Ah, me pregunto como se vería Luka en uno de esos trajes —y efectivamente, uno de esos pervertidos se encontraba al lado de él—. Sí, sería perfecta —asintió para si mismo, adentrándose en su fantasía.
—No sé, pero me entraron deseos violentos de golpearlo —comentó Luka de repente, quien (para suerte de Gakupo) no escuchó nada.
Por suerte, llegaron las bebidas y postres, así que no tuvo la oportunidad de hacer algo. Después de todo, no sería capaz de desperdiciar ni una pizca de comida.
—Onii-chan, es un pervertido más —concluyó Gumi.
—¿Cómo lo aguantas? —le preguntó Neru, mirándola con cierta lástima.
—Creo que ese es su único defecto, aunque, debo decir que antes no era así, y llevamos viviendo juntos un largo tiempo ya —todas la miraron con cierta impresión.
—¿A qué te refieres? —indagó Mei, con curiosidad.
Gumi, se puso pensativa, intentando recordar bien los hechos.
—Siempre ha sido amable con las mujeres, y aunque era popular, solía decirme "solo me interesa una persona, no necesito más" —todas casi escupen su bebida ante esto, los hombres, por su parte, parecían estar inmersos en otro tema—. Nunca conocí a esa persona, solía decirme que su amiga era muy tímida y no se llevaba bien con los demás, pero creía que pronto podría invitarla a casa. Siempre la comparaba con un gato —soltó una pequeña sonrisa al recordarlo.
Sin embargo, algo comenzó a removerse en el pecho de Luka, como un mal presentimiento que le enfriaba sus manos, no entendía bien de dónde venía esa sensación.
—Vivíamos en una zona lejos de la ciudad, prácticamente todo era naturaleza a nuestro alrededor, por eso no me solía llevar con él para que no me lastimara o perdiera —explicó ella—. Pero un día, todo cambió, se veía más preocupado y siempre salía con la esperanza de encontrar algo. Nunca supe el motivo, pero luego de tener una charla con mis tíos, se vio decaído unos días, y también, comenzó a cambiar su actitud con las mujeres. Creo que tiene que ver con esa chica, ya que no volvió a mencionarla —formó una sonrisa algo triste al recordar todo esto, dejando un ambiente pensativo a su alrededor.
Luka, odiaba esa sensación de saber de lo que estaba hablando pero no poder decir exactamente el "qué", solo era una sensación molesta, como si su mente le intentara decir "oye, hay una cosa que debes acordarte pero me niego a decírtelo, tienes que darte cuenta tú", odiaba eso.
"Eres muy arisca, pareces un gato" otra vez, recuerdos que no parecían pertenecerle aparecían como sensaciones que la llenaban de nostalgia.
—¿Luka-san? —Mei a su lado, la vio con preocupación.
—Tranquila, estoy bien.
Gakupo, la miró con cierta preocupación, no tenía idea de que hablaron las chicas, pero su instinto protector apareció, pero, algo le decía que no era el mejor momento para preguntarle.
—Entiendo que tenga buena decoración, pero ¿por qué es tan popular? —se preguntó Neru, cambiando el tema a uno menos denso.
—Su comida es deliciosa, le doy puntos extra —respondió Gumi, llevándose un pedazo de pastel a la boca.
Las respuestas llegaron cuando las luces se apagaron de repente, un reflector iluminó lo que parecía ser un pequeño escenario. Ahí, salió una chica albina de ojos rojos con un micrófono, Neru, casi escupe su bebida al verla.
—¡¿Haku?! —exclamó en un susurro.
—Oh, ella es la enfermera de la escuela —apuntó Miku, pero al mencionar este detalle, recuerdos vergonzosos llegaron a su mente y negó con la cabeza; por suerte estaba oscuro.
—Tenemos nuevas deudas, así que es más trabajo.
Nuevamente el día estaba de caras conocidas, Dell, apareció a su lado y llevaba el mismo traje que Len.
—¿Problemas de alcohol? —preguntó Nero y este solo asintió con un gesto cansado.
Sin embargo, ella no sería la presentadora, una chica de rubia quien llevaba audífonos con forma de conejo, apareció en el escenario mientras Haku, se retiraba silenciosamente.
—Espero estén disfrutando su comida, y ahora, para que disfruten más su estadía aquí, les presento a la estrella del lugar... ¡Rin Kagamine! —la presentadora dio el espacio para que la mencionada saliera.
Ahora si creían que como traje de maid lucía hermosa, en ese momento tenía otro look: un vestido color negro con una manga en el brazo izquierdo, y un lazo amarrado en el otro, y en vez de su moño, tenía una hermosa flor adornando su cabello. Nero y Mikuo, quedaron sin palabras ante esa apariencia, y por suerte, nadie les estaba prestando atención como para ser objeto de burla.
—Rin-chan, luce muy bien —susurró Miku, emocionada tomándole distintas fotos, con una cámara que nadie se cuestionó de donde la sacó.
Ella tomó el micrófono, cerrando sus ojos mientras la melodía comenzaba a sonar, comenzó bastante lenta al inicio.
Sin dejar ningún fragmento de los recuerdos
Incluso el destino que desaparece
Acepto cualquier cosa y cierro mis ojos
Pero...
Ah, al menos por poco tiempo
"Quiero ser amada por ti"
Deseando esto ¿es acaso una indiscreción?
Su voz sonaba hermosa, incluso con un tono más maduro que le daba más peso a la nostalgia que transmitía la canción.
No hay motivo por el cual titubear
Este no es el final
Continuare siendo yo misma para siempre...
Ah, incluso por poco tiempo
Para ti, quien llegó hasta mi
Lo que te quiero decir es gracias.
Cuando terminó de cantar todos aplaudieron eufóricos, y las luces volvieron a encenderse, ella se despidió de todos con una sonrisa.
En medio de esa alegría, la mente de Nero comenzó a divagar sobre lo que acabó de presenciar. ¿Acaso esa presentación tenía un significado oculto? ¿O Rin mejoró demasiado sus niveles de actuación? Porque realmente parecía entender cada parte de la letra, sin querer, comenzó a nacer ese miedo de que esa canción fuera dedicada a alguien, por la forma tan dulce en que cantó el final.
"Acaso ¿sigue enamorada de Mikuo?" Terminó concluyendo, pero no tenía las suficientes pruebas o más bien, se negaba a aceptarlo del todo.
—¡Rin-chan, cantó excelente! —exclamó Gumi.
—Debe estar realmente enamorada —ante este comentario de Luka, Nero sintió una puñalada en su pecho.
—Es verdad, se ha visto más feliz de lo normal —apoyó Mei, sin saber que solo echaba más sal en la herida (autoproducida) de Nero.
—Creo saber la razón —Neru, miró de forma discreta a su hermano.
Las chicas terminaron asintiendo, dejando a los demás confundidos; excepto Nero, quien sucumbió a la desesperación.
—¿Uh? ¿Pero quién se enamoraría de una princesa caprichosa? —preguntó Gakupo, con cierto sarcasmo.
—Te sorprendería, onii-chan.
—Hay gustos para cualquier loco —añadió Akaito, mirando de forma burlona a Mikuo.
—Oigan, no es por echarlos, bueno si —interrumpió Len—, pero ¿cuánto tiempo se quedarán aquí? —preguntó al ver que ya terminaron con todos sus platos.
—Es que es tan cómodo —Gumi se estiró en la mesa como un gato.
—Oh, ¿en serio? Entonces espero que estén listos para ordenar más —Len, sacó su libreta con una sonrisa algo malvada.
Todos se miraron con pánico, teniendo el mismo pensamiento: "No tenemos más dinero".
—Oh, acabo de recordar un asunto que debo atender —Akaito fue el primero en levantarse, y todos decidieron seguirlo.
—¿Acaso ya se van? —preguntó Rin, quien volvió a ponerse su uniforme—. Falta la presentación de Len.
—Hoy no voy a cantar —interrumpió él.
—Otro día será, ya se nos acabó el dinero —respondió Mikuo, con cierta incomodidad.
—Cantaste muy bien, Rin-chan, tendré que venir más seguido —Nero, lo dijo como si nada, provocando un leve sonrojo en la rubia.
Cada uno se fue despidiendo, hasta que finalmente no quedó nadie.
—¿Acaso pasó algo? —preguntó Rin, de forma discreta al saber que no se presentaría hoy.
—No me siento con mucho humor.
No pudo seguir interrogando a su hermano, ya que su jefa seguía pendiente de su desempeño, ser la estrella ahí no significaba que pudiera holgazanear de gratis.
—¿Eh? ¿Dónde están todos? —Neru, llegó a la mesa encontrándola totalmente vacía.
—Si, hace un rato —Len la miró como un bicho raro—. ¿Qué tanto hacías?
—Ugh, mientras esperaba el baño, encontré un juego y... me quedé ahí —admitió con cierta vergüenza.
—Tu adicción no te traerá cosas buenas —bromeó Len.
—Eh, bueno, será mejor que yo también me vaya —dijo con cierta incomodidad—. ¿Y Rin?
—Terminó su turno hace unos minutos —soltó un suspiro agotado ante esto, incluso aquí, él tenía que trabajar de más—. Pero, ya casi salgo ¿quieres que nos vayamos juntos?
—N-No puedo —contestó de forma nerviosa y muy rápido, lanzando sospechas.
Antes de que el rubio pudiera decir más, ella sale corriendo de ahí, dejándolo con varias preguntas.
Len, siguió trabajando sin problemas hasta que por fin terminó su turno y pudo volver a casa. Pasó cerca del supermercado, pensando si hacía falta algo en casa, pero en eso, una figura conocida llama su atención.
—¿Q-qué haces aquí? —Neru, se mostró nerviosa al verlo.
—Voy camino a casa —respondió con simpleza—. No sabía que tenías un gato —señaló la bolsa de comida que ella tenía en su brazo.
—N-no te importa —masculló avergonzada, intentando esconder esta misma, pasando apresuradamente al lado de él, como si quisiera huir—. Adiós.
Sin embargo, para este punto, debía ser consciente de que Len, igualmente la seguiría como el buen amigo que era.
Vio como Neru, caminaba unas pocas calles y luego giraba hacia lo que parecía ser, un callejón, se preocupó ya que era una parte desolada, así que aceleró el paso.
Neru, se agachó al lado de un contenedor de basura, donde se encontraba una caja vieja. El rubio, tuvo que acercarse más para saber que fue lo que causó que sonriera en ese momento. Bueno, a este punto, solo le quedaba esperar que no estuviera haciendo nada ilegal.
—¿Acaso te pedí que me siguieras? Idiota.
Al final, fue descubierto, igualmente tampoco tenía intención de esconderse.
—Solo me dio curiosidad —se acercó con más confianza y por fin vio lo que ocultaba esa caja—. No sabía que te gustaran los gatos.
Ahí, se encontraban dos gatitos de pelaje amarillo, se veían muy pequeños así que lo más probable fuera que alguien descuidado decidió dejarlos ahí.
—Me los encontré un día camino a casa, no puedo llevarlos porque Nero, les tiene alergias. Tampoco quiero llevarlos a un refugio, no tienen buena fama —narró con cierta tristeza, acariciando uno de los mininos—. No puedo creer que las personas puedan hacer esto.
—Yo me los podría llevar —soltó de repente, dedicándole una sonrisa.
—¿En serio? —lo miró con sorpresa y alivio—. Pensé que no querrías tener mascotas.
—No es que las odie, me encanta tener animales, pero nunca he tenido el tiempo para pensar bien en esto —admitió—. Además, a Rin le encantan los gatos, se pondrá muy feliz.
Se arrodilló al lado de Neru, para agarrar la caja. A su lado, ella seguía mirándolo algo estupefacta.
—¿Vamos?
—S-sí —Neru, no pudo ocultar su felicidad al ver esto.
La Akita, decidió acompañarlo hasta su apartamento, para dejarles la comida y ver como se acoplaban a su nuevo hogar.
Solo basta decir, que Rin, no podía contener su emoción.
—Pero nunca me habías dejado traer una mascota —comentó Rin, mirando a su gemelo con sospecha.
—Porque tú nunca te encargarías bien de ellos. Ahora espero que seas un poco más madura.
—Hmph, me pregunto que te hizo cambiar de opinión —dijo con un tono sugerente, mirando de reojo a Neru.
Len, se sonrojó un poco ante lo que estuviera implicando, pero no pudo contradecirla a tiempo.
—Te llamaré Rilliane —cargó al primer gato que vio sin importarle nada más.
—Que nombre tan ridículo, Allen es mil veces mejor —soltó un bufido burlándose de su gemela.
Aunque realmente ambos nombres sonaban igual de ridículos para unos gatos.
—¡¿Ah?! Solo tienes mal gusto, obviamente ella será una reina merece un nombre así —comenzó a decir Rin, iniciando una de sus tantas peleas.
—Será mejor que me vaya, ya es tarde y no quiero que Nero, termine llamando a la policía.
—Te acompaño —se ofreció Len, dejando a los gatos en el suelo—. Espero que no hagas un desastre.
—Adiós, Neru, gracias por encontrarlos —Rin, ignoró a su hermano.
La mencionada le devolvió el gesto, saliendo junto a Len.
Este la acompañó hasta mitad de camino, donde las calles ya no eran tan solas. Antes de que ella pudiera despedirse, él la tomó de la muñeca.
—Antes de irte, quiero que me prometas algo —la miró con determinación.
Neru, era pésima ante estas situaciones tan directas y con cierto contacto físico, pero simplemente no podía golpear a Len, para alejarlo.
—¿Q-Qué es? —preguntó nerviosa, sintiendo como todos los colores se subían a su rostro.
—Sé que te cuesta confiar en los demás, pero quiero que seas capaz de contarme todo, me siento como un idiota cuando no soy capaz de ayudarte a tiempo —confesó, aunque su agarre se volvió más débil, no se alejó de todo.
—De acuerdo —contestó tan rápido, que ambos quedaron sorprendidos—. D-digo, puedo intentarlo —otra vez estaba ese lado testarudo.
Len, formó una sonrisa, la soltó del todo, y luego alzó su mano en forma de puño, pero sacando su meñique.
—¡¿Acaso crees que somos niños?! —se sentía más roja ante algo tan infantil.
—Vamos, para sellar esta nueva promesa —insistió él.
Ella se quejó, pero con mucha vergüenza le correspondió al gesto, los meñiques de ambos se enlazaron, formando así un nuevo voto de confianza.
Chapter 13: Los Hombres También Pueden ser Románticos
Summary:
El día de blanco llega y ahora es turno de los chicos para causar grandes impresiones. Además, otro día importante se junta, ¿podrán sobrevivir al caos que supondrá este día?
Notes:
Aclaraciones:
-El cumpleaños de Nero es en noviembre, pero cuando hice el fic, no tenía tan presente este dato y ya había metido esa trama, así que no pude corregirlo cuando me di cuenta.
-Kabe-don o golpe de pared: Es la típica escena en animes o series cuando se empuja a la otra persona contra la pared, dejándola acorralada, se usa más que todo en contextos románticos.Canciones utilizadas:
-The world is mine (Len Kagamine, la de Kaito es un desmadre).
-Your Highness, my Princess.
-Rin Rin Signal
Chapter Text
—Espera... ¡¿Qué?!
La paz de ese día, se vio interrumpida por el grito de un grupo de amigos.
—Que este viernes es el cumpleaños de Nero, así que pensaba hacerle una fiesta sorpresa —respondió ella, como si el ruido ya no la afectara. Como siempre, miró su celular sin decir más explicaciones.
—Por lo menos ya tengo el regalo —comentó Rin, con aires superiores.
—Es gracias a tu procrastinación y pereza —replicó en un tono molesto, su gemelo.
Claro, era obvio que le regalaría la ropa que ella le diseñó el primer día de clases.
—Al menos tengo algo —le sacó la lengua de forma infantil.
—Justo cuando tenemos el evento de día de blanco —reflexionó Kaito.
Todos los chicos, cayeron en cuenta que estaban más que jodidos, no adelantaron ningún regalo y ni tenían idea de cocinar.
—Más les vale no arruinarlo —amenazó Neru, alzando la mirada para ver a cada uno de forma autoritaria. Todos asintieron con miedo.
A los pocos segundos, Nero llegó, ladeando la cabeza confundido ante el repentino silencio.
—¿Pasó algo?
—Nada de nada —Rin, fue la primera en hablar al recibir la mirada de advertencia de Neru.
—Nada raro —secundó Len, sintiendo la presión.
—Ehm, ¿de acuerdo? —se sentó al lado de Rin, para proseguir con la conversación.
—Oh verdad, estábamos hablando del día blanco que tendrá la escuela —dijo Gumi, cambiando de tema.
—Espero que se esfuercen en nuestros regalos —asintió Luka.
—Es verdad, nos esforzamos mucho, ustedes también deberían hacerlo. Y fue muy divertido cocinar —comentó con emoción, Miku, ilusionada por saber que le daría Kaito.
Claro, aunque no le entregó chocolates, Meiko, por alguna razón se enteró de lo que pasó en la enfermería y la felicitó por ser tan audaz. Claro que prometió no decirle a nadie, pero dijo que entonces, Kaito sí o sí tendría que darle algo a cambio.
—Pero no se vale otro beso, no sean aburridos —bromeó ella, dejando a una avergonzada Miku.
Ahora si, volviendo al presente.
—Por Luka, haré el mejor chocolate blanco del mundo —decretó el samurái con una pose victoriosa y mirando al horizonte, mientras el viento movía su cabello.
—Lo esperaré con ansias —para sorpresa de todos, Luka, no dijo nada amenazador.
—¡Luka-san, no rechazó a onii-chan! ¡Es el fin del mundo! —exclamó alterada, haciendo que todos se mostraran aun más asustados.
—Oh, tus palabras solo traen esperanzas a mi corazón, ¿acaso me estás dando una oportunidad? —se arrodilló frente a ella, tomando con delicadeza una de sus manos.
Nuevamente, tentó demasiado su suerte, ya que Luka, al estar almorzando, tenía un tenedor en la mano y no dudó dos veces en apuñalarlo con el mismo.
—Ahí está, nada ha cambiado —suspiró Mei, con alivio.
—¿Acaso sabes cocinar? —cuestionó Rin.
—Claramente no, pero, sé que Len-dono, me ayudará —respondió poniendo una mano sobre el hombro del mencionado.
—¡Él me ayudará a mí! —exclamó Kaito, tomando el otro brazo del Kagamine.
Ambos chocaron miradas, lanzando chispas el entrar en una competencia ridícula.
Len, miró a su gemela en busca de apoyo alguno, pero ella lo ignoró cruelmente.
"Es mi venganza" pensó victoriosa al recordar su muy pequeña discusión de más temprano. En fin, ¿acaso no serían hermanos si no tuvieran rencores por las más pequeñas cosas?
Al día siguiente, tenían clases de música con el profesor Bruno, en esta clase, aprendían a leer partituras y de paso, aprender algún instrumento que desearan. En este caso, Gakupo y Kaito, habían elegido la guitarra y el bajo respectivamente.
—Esos dos han mejorado mucho —comentó Miku, viéndolos de lejos.
—Solo van a aumentar su absurda popularidad —agregó Neru, rodando los ojos al ver como algunas chicas seguían viéndolos con admiración.
—Len, ¿tú no tocabas también la guitarra? —preguntó Rin, con curiosidad.
—Hace mucho no práctico —se encogió de hombros.
—Ya sé que volverá locas a las chicas —Gumi, tuvo una mirada iluminada por la inspiración, ganándose la atención de todos—. Una banda conformada por ellos tres, nadie se resistirá a sus encantos.
Todas aplaudieron ante su brillante idea, pero Len tuvo un mal presentimiento, nuevamente ese instinto de "corre por tu vida" apareció de repente.
—¡Len-kun! —una voz alegre llamó su atención—. Me alegra encontrarte aquí.
Tei, se apareció de repente, abrazando a Len por la espalda. El miedo y el hecho de que estuviera rodeando su cuello, no le daba mucho espacio para hablar.
—¿Qué crees que haces llegando a una clase ajena? —cuestionó Neru, frunciendo el ceño ante la llegada nada esperada de la albina.
—Es normal querer estar con tu predestinado —contestó con una sonrisa de enamorada, aunque estuviera ahora asfixiando al "amor de su vida"; este contraste solo la hacía más aterradora.
Neru, en un intento de salvarlo, tomó uno de sus brazos, jalándolo hacia ella para intentar salvarlo, pero el forcejeo solo empeoraba las cosas.
—¡No hables idioteces! Ni siquiera le gustas.
El pobre Len, fue ignorado por todos los cobardes que no tenían la suficiente valentía para interrumpir esa discusión.
—Córtenlo por la vida y así todos felices —sugirió Rin, con tanta normalidad, que te hacía recordar que tenía un lado sádico muy latente.
—¡¿Acaso no te importa tu gemelo?! —logró tomar el brazo de Tei , para alejarlo de su garganta, logrando que el aire volviera a sus pulmones.
—¡Kya! ¡Len-kun me tocó! —debido a la emoción del momento, su acosadora lo soltó para festejar su victoria.
Sin embargo, al hacer esto tan de repente, y que Neru, siguiera forcejando, provocó que Len terminara cayendo sobre ella. Así, se formó una escena muy cuestionable entre ambos rubios, que no podían de la vergüenza en ese momento.
—¿Uh? ¿Qué crees que haces? —la voz de Tei, cambió radicalmente a una más grave y sus ojos perdieron brillo, mientras sacaba su cuchillo, nada feliz con la escena que tenía al frente.
Pero antes de que pudiera acercarse a Neru, Mayu la intercepta con su hacha.
—¿Acaso no te dije que yo fui la primera con ese papel?
La sed de sangre se sentía en el ambiente, y poco a poco se fueron alejando un poco más ante la posibilidad de ver una pelea entre dos yanderes.
—Parece que están muy cómodos en esa posición —comentó Nero, cerca de Rin, y en un tono lo suficientemente alto para que los susodichos se percataran de que seguían en una posición muy comprometedora.
Neru, terminó pateándolo para poder alejarlo y así levantarse.
Luego de que Bruno, intentará detener la pelea, ser herido en el proceso y que los demás tuvieran que llamar a la policía para que detuvieran a las dos asesinas, ya las cosas volvieron un poco a la normalidad; excepto que Neru, no podía ver a Len a los ojos, debido a todo lo que pasó en esa clase.
Ese día, los chicos y chicas decidieron almorzar aparte, aunque seguían en la azotea, solo que en sitios algo alejados. Ya que los primeros dijeron "tenemos una reunión de emergencia", aunque ya todas tenían una idea de que podía tratar.
—¿Qué piensan hacer? —ante la pregunta de Gakupo, todos se quedaron pensativos.
—Yo invitaré a Miku-chan, a comer un gran helado —respondió Kaito, como si fuera lo más ingenioso que se le ocurrió.
—Kaito-san, si eso es lo mejor que tienes Hatsune-san se cansará de ti —dijo Nero produciendo que Kaito se pusiera en blanco.
—Y tal vez prefiera a Akaito —concluyó Len, solo para molestarlo un poco.
Él se quedó en silencio por, bajando su mirada, todos se preocuparon de haberlo descompuesto, hasta que de repente se levantó con un aura ardiente a su alrededor.
—¡No lo permitiré! ¡Ella es mía! —gritó sin pensarlo. Al darse cuenta de que todos lo miraban, bajó la mirada avergonzado y volvió a sentarse en silencio.
—¿Qué tal si le dedicamos una canción a las chicas? Si es como en San Valentín, seguro podremos cantar algo —sugirió Nero.
—¿Será una grupal o individual? —preguntó el samurái.
—Uhm, podríamos intentar hacer una propia, ya que seguramente todos tengamos una idea distinta.
—Es buena idea, y luego cada uno de nosotros da su regalo personal —sentenció Len con una sonrisa y todos asintieron.
Entre susurros, comenzaron a planear sus propios regalos y qué tipo de chocolates podrían hacer.
—¿Qué estarán planeando? —se preguntó Rin al ver a los chicos con un aura sospechosa.
—Tal vez algo estúpido —respondió Neru con indiferencia—. Gakupo, le dará algo inapropiado a Luka-san, y Kaito, seguramente invitará a Hatsune, a comer helado.
—Yo creo que puedan estar pensando algo más elaborado —dijo Miku, con una sonrisa nerviosa.
No es que le disgustara comer helado con él, pero viendo la fecha, esperaba algo más.
—Pero ¿Gakupo-san no tendría que hacer mucho regalos? Muchas chicas le entregaron chocolates a él en san Valentín —comentó Mei.
—Al igual que Kaito —secundó Rin, viendo como su amiga se deprimía ante esto.
—Es solo chocolate, me da igual —la ninja soltó un leve suspiro, intentando no mostrar su descontento.
—Luka-san, sufre en silencio —comentó Gumi, con falsa tristeza.
—Es verdad, viendo como el hombre que ama está rodeado de chicas constantemente. ¿Realmente se acordará de darle algo? —Rin, le siguió el juego.
—¡No me molesta! —exclamó enojada, ambas chicas rieron al ver que sus provocaciones dieron resultado.
—Pero Gakupo-san, de verdad está enamorado de Luka-san —afirmó Mei, recordando todas las veces en que este, siempre parecía estar más pendiente de ella que de otras chicas. Incluso dejó de coquetear con cualquier chica linda que veía.
—No lo creo —negó con la cabeza Luka, con un tono indiferente, pero por dentro, todavía tenía ese presentimiento de que él seguía enamorado de aquella chica de su infancia que le rompió el corazón. Alguien que dejaba una herida tan profunda, no era fácil de olvidar.
"Solo es un capricho para arreglar su corazón" pensó con tristeza. Pero bueno, ha salido de cosas peores, podía salir adelante.
.
.
.
La escuela terminó, pero los chicos tenían que iniciar con su tarea, así que decidieron reunirse en la casa de Kaito para esto.
—Len, una última cosa —Rin, le hizo señas para que se acercara. Este fue sin muchas ganas.
—Si quieres sorprender a Neru, dile que serás su mayordomo por un día.
Len, se pudo hacer la imagen perfecta de esto, así que sacudió su cabeza para sacar esas ridículas ideas de su mente.
—Rin, cállate —la regañó entre dientes, intentando que su vergüenza no fuera tan obvia.
—Buena suerte, chicos —se despidió Miku.
Todos se encontraba tranquilo, ni Mikuo ni Akaito estaban presentes, para alivio de varios ahí.
—¿Qué tal si hoy tenemos nuestra tarde de chicas? —sugirió Luka.
—Es buena idea —asintió Neru, estaría bien estar lejos de tantas idioteces.
—Solo espero que no haya ningún entrometido —Rin, soltó un bufido.
—Entonces, vamos a la casa de Rin-chan —sentenció Miku con una sonrisa, las demás asintieron y no le dieron oportunidad a la rubia de si quiera negarse.
"¿Por qué siempre mi casa?" Se preguntó internamente, mientras todas comenzaban a caminar.
.
.
Todos se encontraban en el cuarto de Kaito, sin saber muy bien que hacer.
—Maldición, a duras penas podemos hacer una canción en dos semanas —maldijo Len, por lo bajo, aumentando el aura deprimente.
—Luka, me va a odiar.
—Miku, se va a sentir decepcionada —lloró Kaito, internamente.
Antes de que pudieran seguir con sus lamentos por ser unos fracasados, alguien tocó la puerta para luego entrar.
—¿Nii-chan? Aquí traje refrescos para todos —una chica, que tenía todos los genes Shion, apareció. Incluso usaba una bufanda amarrada como un moño en la parte de atrás.
Seguramente si Gumi, llegaba a verla, gritaría sobre lo linda que vería.
—Gracias, Kaiko —dijo su hermano, mientras ella entregaba las bebidas. Los demás chicos le agradecieron.
—Si necesitan algo más, no duden en pedirlo —dijo con una gran sonrisa.
—Eh, Kaiko-chan, ¿sabes qué podría gustarle a las chicas? —preguntó Gakupo.
A pesar de ser el más experimentado del grupo, cuando se trataba del amor, terminaba siendo un novato como los demás, especialmente si se trataba de una chica tan difícil, como lo era cierta ninja.
—Uhm —puso su índice debajo del mentón, pensando por unos segundos—. Diría que cualquier cosa que venga del corazón, no importa por más pequeño que sea el detalle, incluso la chica más fría no podrá estar indiferente ante un gesto sincero.
Len, no pudo evitar sonreír al pensar en Neru.
—Gracias, creo que se me acaba de ocurrir una idea —y así, la canción comenzó a tomar forma en su mente, para luego ver a los demás—. Usualmente, planeamos una letra y ritmo para demostrar lo mejor de nosotros en una presentación, pero esta vez solo tenemos que guiarnos por lo que sentirnos, no tenemos que preocuparnos por detalles pequeños.
Todos asintieron, aun sin estar muy seguros, pero era un avance.
—Suerte, chicos —se despidió Kaiko, para luego retirarse de ahí.
—Ah, tu hermana es muy tierna —comentó Gakupo, todos estuvieron de acuerdo con esto.
Las hermanas del grupo estaban lejos de ser perfectas, una era muy bromista, otra mandona y la otra parecía estar siempre enojada.
—Comencemos, tendríamos suerte de avanzar algo hoy —comentó Nero.
Así, cada uno comenzó a escribir alguna letra que vieran acorde para la canción, y también escuchar distintas melodías que le sirvieran para inspirarse.
.
.
En cambio, las chicas se encontraban viendo tranquilamente algunas películas en el apartamento de la Kagamine.
Ahora, estaban pasando un filme romántico, cuya temática era "amor aparentemente imposible".
—Estas películas siempre son lo mismo —se quejó Neru, comiendo algunas palomitas.
Allen, se encontraba en su regazo, mientras ella miraba con asco como ocurría la escena de confesión.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Miku, quien no lo veía así, mientras acariciaba el lomo de Rilliane.
Ambos gatos crecieron un poco más, y se podía apreciar que sus ojos eran de color azul para Allen, y verdes en el caso de Rilliane. Ambos ya se acostumbraron un poco a la vida en el apartamento, eso si, Len impuso muchas más reglas para que la casa no se terminara volviendo un chiquero.
—Siempre pasa esto: se conocen de una extraña manera, luego se dan cuenta de que son opuestos así que se odian, para luego darse cuenta de que están enamorados, pero ocurre un malentendido que los obliga a separarse o alejarse. Hasta que el chico, demuestra su amor de una forma muy especial, logrando que ambos se reconcilien —explicó con un gesto aburrido.
—Usualmente no veo mucho estas películas, pero tienes razón —asintió Rin.
—Por eso prefiero las películas de acción —mencionó Luka, dándole un sorbo a su bebida.
—¿Realmente creen que los chicos se esfuercen en darnos algo interesante? —preguntó Rin, con curiosidad, ya algo aburrida al ver el desenlace tan cliché que tendría la historia.
—A duras penas podrán hacer unos chocolates blancos —respondió Neru, los veía a todos en una cocina con Len, como su chef principal.
—Es mejor no esperar nada —comentó Luka, recordando que cada detalle del samurái, terminaba siendo algo muy simple o con un doble sentido escondido.
—Un helado, estoy segura —Miku, soltó un suspiro algo cansada, al menos debería ser agradecida si llegaba a darle algo, pero por dentro, esperaba algo más.
—Gumi, no nos has dicho a quien se lo diste —comentó Rin, poniendo la atención en la peli verde.
—¿Oh? ¿En serio? Bueno, es un secreto, es un chico tímido después de todo —respondió con una sonrisa burlona.
—Algo me dice que debo tener lástima por el chico —murmuró Luka.
—Bueno, Mei, recibirá muchas cosas, le dio chocolates a toda la clase, después de todo —Gumi, cambió rápidamente el tema.
—E-eh, realmente no creo recibir muchas cosas —comentó jugando nerviosa con sus dedos.
—¿Tú que esperas de Nero? —la Akita, se dirigió a Rin, ahora todas las miradas estaban puestas en ella.
—Cualquier cosa estaría bien, además, Galaco también le dio chocolates, puede que piense darnos algo sencillo a las dos —respondió, con una sonrisa para evitar mostrar su incomodidad con este tema.
—Rin...
—Aunque, ¿no sería genial que fueran nuestros sirvientes por un día? —añadió ella, evitando hablar de eso.
Todas se imaginaron sus propios escenarios, algunas se traumaron, otras se pusieron más soñadoras y algunas se divirtieron al pensar en las posibilidades.
—Pero nunca pasará —suspiró Miku, desanimada.
Siguieron viendo la película, pero ahora, ninguna estaba prestando mucha atención al estar tan sumidas en sus propios pensamientos.
.
.
—¡Bien! Ya tengo la canción —exclamó Nero, victorioso.
Era el único que tenía este sentimiento, a su alrededor, todos se veían desanimados.
—Eh, ¿siguen teniendo problemas? —preguntó temeroso.
—Es imposible crear una letra en tan poco tiempo —Kaito, puso sus manos en la cabeza sin saber bien que hacer.
—Ni siquiera sabemos que música de fondo usar... —murmuró Gakupo.
—Crearla desde cero sería un reto —agregó Len.
—Podrían usar las muestras que da la escuela, ¿no? —Nero, se acercó a la mesa donde estaban los tres, viendo un poco el resultado de cada uno—. ¿Por qué no intentan unir sus letras? Hacer una canción entre los tres sería mucho más fácil ¿no creen?
—Muchas gracias, Nero-dono —Gakupo, por fin veía una luz al final del túnel.
—Por eso, sería un perfecto cuñado —dijo Len, sin pensarlo, ocasionando que todos rieran ante la expresión avergonzada de Nero.
—¿Ya tienes idea del instrumental? —le preguntó Kaito.
—¡Sí! Usaré el sample de una canción popular, así que fue un proceso más fácil, solo tenía que cambiar la letra.
Todos se sintieron algo tontos, al no haber tenido idea de hacer algo así.
—Bien, ya es tarde, mañana podremos comenzar las prácticas de la canción —Len, se levantó con algo de pereza.
—¿Ya sabes qué más le darás a mi hermana? —preguntó Nero,
—Sí, creo saber que le va a gustar.
—Oh, ¿acaso complacerás sus más oscuros deseos? —indagó Gakupo, con una mirada pervertida.
—¡Claro que no! —terminó golpeándolo con un libro que tenía cerca—. No soy un pervertido como otros —señaló a los dos más altos de la habitación.
—¡Yo no soy un pervertido! —negó Kaito.
—¿Y esas veces que te desnudas en público? —cuestionó Nero.
—La bufanda desnuda es más bien un arte poco comprendido —respondió con un molesto tono intelectual, a pesar de la idiotez que albergaban sus palabras.
Solo pocas chicas disfrutaban ese espectáculo.
—Pobre Hatsune-san —se lamentó Nero, si llegaban a salir, ella tendría muchas dificultades.
Salieron de la casa de los Shion, Kaito y Kaiko los despidieron con una sonrisa.
—Espero que el viernes no sea tan problemático —comentó Len.
—Yo creo que será mucho más llamativo —dijo Nero, recordando la actitud de la directora.
—Mientras Luka, acepte mi regalo, nada me importara.
Gakupo, cayó en sus propias fantasías nuevamente, ahora imaginando como después de interpretar aquella canción, ella quedaba tan encantada que terminaba abalanzándose sobre sus brazos, por fin aceptando todo su amor.
Hablaron un poco más, hasta que llegaron a una intersección donde cada quien tomó su propio camino.
Len, al llegar a su apartamento, rezó para que no tuviera que presenciar algo que lo estresara o traumara. Al abrir la puerta, chocó con alguien que justo en ese momento buscaba salir. Neru, alzó la mirada sorprendida al verlo, pero su cara se puso mucho más roja que de costumbre y salió corriendo sin decirle nada más.
Al entrar, escuchó la risa de las demás chicas.
—¿Qué hicieron? —frunció el ceño al verlas.
—Nada malo —respondió Luka, pero esa calma solo le traía desconfianza.
—Ya me tengo que ir, hablamos luego, Len-kun —se despidió Miku, dándole un corto abrazo para después irse.
Así, el resto de chicas se fueron despidiendo de él, hasta que el apartamento quedó solo con los gemelos.
—Rin, ¿qué hiciste? —la interrogó, pero ella solo se recostó en el mueble aprovechando el espacio.
—Le conté que soñaste con ella, pero que debió ser muy vergonzoso como para que no me lo dijeras —contestó con simpleza.
—¡Ahora va a malinterpretar las cosas! —exclamó enojado.
—Eso te pasa por no contarme —tomó a uno de los gatos, y se fue a su habitación, dejando solo a Len, en la sala.
Este sintió como su mundo se desmoronaba, todos sus esfuerzos para lograr que Neru, confiara en él, se han ido al caño por esto. Ahora solo lo vería como un pervertido más. Oh no, ¡¿Ahora estaba al mismo nivel que Gakupo... y Kaito?!
Se recostó en el mueble, ya sin más energías para seguir existiendo en esta nueva realidad. Podía pensar en que podría decirle, ¿no?
"Neru, no soñé nada cuestionable contigo, solo soñé que estábamos en una relación" por alguna razón, esto solo lo hacía sentir más avergonzado. Solo la asustaría con una declaración así.
Tampoco todo estaba perdido, si, estaría algo ocupado con el tema de la canción, pero ella le pidió ayuda para organizar la fiesta de Nero, así que no podía evitar por siempre. Esperaba que cuando eso pasara, ella no lo mandara al hospital
—No veo a los chicos por ningún lado —comentó Miku, algo aburrida.
Era la hora del almuerzo, pero solo se encontraban ellas.
—Incluso hoy tuve que venir sola, Len ni me esperó —se quejó la Kagamine, quien casi llega tarde debido a esto.
—Espero que no sea algo malo —pidió Luka y todas asintieron.
—Hasta Nero, estaba actuando algo raro —recordó su hermana, ya que ayer se quedó hasta tarde escribiendo y ensayando una canción.
Cada una se esperanzaba con que fuera una sorpresa grande, pero tampoco podían pedir demasiado. Miku, por un lado, quería que Kaito le devolviera aquel beso y de paso, que ocurriera algún avance, pero negó con su cabeza ante estos pensamientos tan vergonzosos. Luka, simplemente se imaginó a la estúpida berenjena haciendo mil chocolates para todas las chicas, enojándose ella sola por pensar en esto. Rin, de paso, no quería esperanzarse ni nada por el estilo, solo eran buenos amigos y lo ideal es que todo siguiera igual.
En cambio, Neru, se sentía con una guerra interna con sus pensamientos. No deseaba ver a Len, pero también quería hacerlo, sin embargo, esta semana han ocurrido muchas cosas vergonzosas con él, como en la clase de música y luego de que Rin, le dijera eso, no ayudaba mucho a su nervioso corazón. ¿Y qué si Len tenía sueños con ella? Puede que solo haya sido una mentira para ver su reacción, pero ¿y si fuera verdad? No era raro, estaban en esa edad después de todo, ¡no es que fuera una pervertida! Solo que, eran cosas que no podía controlar.
Maldición, Len Kagamine, solo se estaba volviendo una contradicción constante para ella.
.
.
.
Debido a que solo tenían 3 días, los chicos decidieron ensayar muy temprano en la mañana y durante el almuerzo, ya que después de clase, existían más posibilidades de que alguien los viera.
—Bien, este plan saldrá a la perfección —dijo Len satisfecho.
Se encontraban en uno de los salones de práctica, casi nadie pasaba por ahí a esas horas y como no tenían una prueba pronto, nadie los estaba usando.
—¿Qué están haciendo?
Hiyama, entró al cuarto, con curiosidad al ver que alguien los estaba usando a estas horas.
—Oh, Hiyama-sensei —Nero, soltó un suspiro al ver que no se trataba de ninguna chica.
—Estamos ensayando —respondió Kaito.
—Solo que pensamos en añadir a alguien más, la distribución de líneas sería mejor con una cuarta persona —agregó Gakupo.
—Lo siento chicos —murmuró Nero, haciendo un gesto de disculpa.
—Bueno, ya saben que también hago parte de Vocaloid ¿cierto? —comentó con un tono orgulloso.
—Oh, ¿en serio? —preguntó Gakupo, dejando al castaño en blanco.
—No recuerdo haberlo visto —murmuró Kaito, haciendo memoria. Si, recordaba a alguien castaño en el grupo, pero tenía un estilo muy distinto al de su profesor actual.
—Ja... Ja, claro, no soy tan reconocido —susurró para sí mismo, sentido su orgullo destruido en cuestión de segundos.
—P-por cierto, sensei —interrumpió Nero, viendo el ambiente ponerse algo pesado—. ¿Está saliendo con Meiko-san?
—Sí, solo que no nos gusta demostrarlo mucho en público —respondió, recuperando un poco su compostura.
—¿En serio? Si es muy obvio cuando están juntos —comentó Len, recordando las distintas interacciones de ellos dos.
—Mejor los dejo solos para que sigan practicando —intentó huir de ahí, antes de que su dignidad también fuera afectada.
—Chicos, ¿no creen que él puede ayudarlos? —sugirió Nero.
—¿Por qué lo dices? —Gakupo arqueó una ceja ante esto.
—Si lo piensan bien, está enamorado y es un buen cantante. ¡Sería perfecto para la canción que quieren interpretar! —respondió con una gran sonrisa, y así, de paso se sentiría menos mal por haberlos dejado solos.
Un bombillo se encendió en la cabeza de los tres idiotas en ese momento, e inmediatamente fueron a buscarlo antes de que se fuera más lejos. Por suerte, lograron convencerlo de que los ayudaran.
Gumi, se encontraba en el salón junto a Mei, ambas leyendo alguna revista mientras pasaban el tiempo. Debido a las preparaciones del Día de Blanco, tenían usualmente más huecos de descanso entre clases.
—Esto es... —ambas miraron impresionadas lo que estaban leyendo.
—¿Cómo rayos pasó esto? —exclamó Gumi, sorprendida.
—¿Pasa algo? —Rin se acercó a ellas con curiosidad, Miku, Neru y Luka, no tardaron en seguirla.
—¡¿Uh?! ¿Por qué estamos en una revista? —Neru, tomó esta para verla más de cerca y asegurarse de estar viendo bien.
Ahí, se podía leer un artículo que se titulaba "Fiebre Vocaloid", con una leve introducción a los estudiantes que más resaltaron e incluso fotos de su primera presentación.
—Esto es de hace más de un mes —comentó Luka, al ver la fecha de publicación.
—La tenía en casa hace rato, no pensé que tendría algo así —dijo Gumi, algo confundida.
—No pensé que seríamos tan populares —susurró Miku, con impresión. Después de todo, no pensó que saldrían en esta clase de medios tan pronto.
—Aunque, eso explicaría muchas cosas... —reflexionó Rin, recordando la cantidad de personas que iban a verlos durante sus pruebas y como parecían llamar la atención al ir a un sitio.
—Pero, ¿quién publicaría esto? —se preguntó Mei.
"No, no puede ser, si ellos ven esto..." Neru se mostró asustada al pensar en esa posibilidad. Terminó mordiendo la uña de su pulgar, debido a la ansiedad.
—¿Neru?
—No es nada, solo es incómodo que hayan subido esto sin nuestro permiso.
—Además, durante los eventos, muchos que no son estudiantes se pasan por aquí de vez en cuando —comentó Miku.
—Es verdad, de ahí salen la mayoría de acosadoras. Las chicas de nuestra clase ya se han acostumbrado a ellos —añadió Luka.
—Podríamos preguntarle a onee-sama, ella seguramente sepa algo —sugirió Mei.
Todas asintieron, igual no tenían mucho por hacer y este tema si ameritaba su curiosidad.
Llegaron hasta la oficina de Meiko, la cual se encontraba cerrada, tocaron un par de veces sin recibir respuesta. Luka, por alguna razón puso una oreja en la puerta.
—No se escucha nada —dijo luego de unos segundos.
—Tal vez no está —murmuró Rin.
—O tal vez se está escondiendo —Luka, se preparó para derribar la puerta.
—Eh, Luka-san, ¿no sería pasarse un poco? —cuestionó Miku, con una sonrisa nerviosa.
—No estaré tranquila, hasta saber quien publicó eso —tronó sus nudillos, y todas retrocedieron sintiéndose amenazadas por el aura asesina.
De una fuerte patada, la puerta terminó cediendo y todas soltaron un pequeño grito de la impresión, ante el ruido.
La ninja, fue la primera en entrar y todas la siguieron con algo de miedo, al pensar en las posibles consecuencias de todo esto. Y ahí, en medio de este desastre, se encontraba Meiko, durmiendo cómodamente en su escritorio. Una botella con medio contenido a su lado, indicaba que el sueño no solo fue producto del cansancio.
—¿Y ahora? —preguntó Neru, tomándole una rápida foto a su directora.
—Ay, cuando está así, es muy difícil levantarla —respondió Mei, nerviosa.
Y claro que lo demostró, ¿cómo es que a pesar del ruido seguía totalmente inconsciente?
—Bueno, entonces como castigo tendremos que llevarnos su tesoro —con una sonrisa de gato, Gumi, se acercó para tomar la botella.
El ambiente se sintió más frío, como si las mismas puertas del infierno se estuvieran abriendo en ese momento.
—¿Qué crees que haces? —con una voz de ultratumba, Meiko tomó con fuerza la botella, levantándose lentamente, como si de una película de terror se tratara.
Todas las chicas terminaron retrocediendo, listas para suplicar por sus vidas; excepto Luka, quien veía la situación con desinterés.
—Ah, son solo ustedes chicas —se quedaron en blanco al ver el cambio de actitud de su directora—. ¿Qué pasó? ¿Acaso necesitan mi gran sabiduría?
Luka, tiró la revista en su escritorio, señalando el artículo que les hizo ir ahí en primer lugar.
—Oh, ¿acaso no les dije? —todas la miraron extrañadas—. Subí sus videos por Nico Nico Douga, se volvieron tan populares que la revista me contactó para hacer un artículo de ustedes, y como la periodista es una de mis amigas, pues no pude negarme.
—¿Por qué lo hiciste? —Miku, fue la primera en reaccionar.
—Uhm, estaba aburrida y pensé "es un desperdicio de que su música no la escuchen todos". Así que, piensen que fue como un experimento —tomó un trago directamente de la botella de sake—. Así, veremos si están listos para la fama.
Soltó una risa de superioridad, pero las demás solo podían negar ante las razones tan despreocupadas de ella.
—Otra cosa, ¿por qué dejas que desconocidos entren a la escuela? —preguntó Luka, frunciendo el ceño.
—Sé que esta escuela no cuenta con tantos estudiantes como para hacer eventos grandes, así que por lo menos, podemos hacer una fiesta donde todos puedan participar —declaró ella con una sonrisa.
—No sé si es fácil discutir con su lógica —murmuró Rin, cerca de Neru.
—Ya igual no hay por hacer —comentó Neru, encogiéndose de hombros.
—Entonces, ¿listas para mañana?
Por fin, el viernes llegó, y con ello, una nueva celebración en SEPVU.
Al igual que en San Valentín, las primeras horas fueron libres mientras terminaban de organizarse, especialmente los chicos que tenían planeado un día de presentaciones. Así, cuando el momento llegó, todas las estudiantes y profesores, ya se encontraban en el gran auditorio listos para ver que sorpresas tenían preparadas.
—¿Ya están listos? —preguntó Len.
Todos se encontraban ensayando por última vez.
—Claro que sí —respondió Gakupo.
—Vamos a demostrarles a las chicas que también podemos ser románticos —exclamó Kaito.
—Hiyama-sensei ¿está listo? —Len, miró a su profesor quien se encontraba arreglándose su corbata.
—Sí, vamos, no las hagamos esperar más —respondió él.
Todos asintieron, y salieron del salón de música, para dirigirse al auditorio.
.
.
"Parece que este año, no recibiré nada. Bueno, tampoco es como si estuviéramos acostumbrados a eso" pensó con cierta tristeza Meiko, al no ver a su novio por ningún lado. Es verdad, ellos dos usualmente no le daban tanta importancia a estos eventos, debido a sus ocupadas agendas y estilos de vida, pocas veces podían disfrutar de tiempo a solas, a duras penas celebraban aniversarios. Además, esta era una actividad para los alumnos, no es como si él tuviera que darle algo.
No era su estilo estar deprimida, por lo que con una sonrisa, tomó su micrófono y salió al escenario. La anfitriona tenía que hacer que el show siguiera antes que nada.
—¡Bienvenidos a todos! —grandes aplausos la recibieron—. En San Valentín, las chicas demostraron su valentía, ahora es el turno de los hombros para devolvernos el favor. ¿Estás listas? —gritos eufóricos fueron la respuesta que recibido—. De acuerdo, entonces ¡comencemos con la primera presentación!
Para sorpresa de todas, Nero, fue el primero en salir. Muchas lo aclamaron con gritos y aplausos, que no lo engañara su cara delicada, su personalidad lo hacía uno de los más populares en la escuela.
Rin, lo observó con igual emoción, este tipo de celebraciones era su favorita y le encantaba el ambiente que se formaba con estas mismas.
—Hola, Rin-chan —saludó Mikuo, poniendo una mano en su hombro para llamar su atención.
—¡Mikuo! ¿Preparaste algo para hoy? —preguntó con curiosidad.
—No, como llegué luego de San Valentín, Meiko, dijo que no tendría castigo si no hacia nada hoy —respondió con una leve sonrisa.
Desde el escenario, Nero vio esto sintiendo su sangre hervir. Tomó su micrófono, el silencio se hizo en el lugar, y cuando Rin, finalmente volvió su atención a él, sonrió victorioso ante esto. "¡No dejaré que Mikuo, me gane!" Pensó de forma egoísta.
—Esta canción es para alguien muy especial para mí —inició su presentación con esto, sin quitarle la mirada a la rubia, le dedicó una de sus típicas sonrisas.
El corazón de la chica simplemente no podía con esto. "Debe ser una broma ¿no?" Pensó intentando no hacerse esperanzas por lo que fuera a escuchar.
A su lado, Mikuo hizo un gesto de disgusto mientras se cruzaba de brazos. "Si tan solo me hubiera enterado de esto antes...." pensó con fastidio.
La única princesa de este mundo se de corazón como hay que
tratarla ¿o no es así?
Muchos reconocieron la melodía, era una de las canciones más populares entre las chicas, pero la letra era levemente diferente. Aunque lo más impactante, era ver las notas altas a las que podía llegar Nero.
Primero: creo estar consciente cuando tu cabello luce diferente
Segundo: te observo todo hasta los zapatos ¡lo siento!
Tercero: siempre cumplo con facilidad todos tus deseos egoístas
Bien, si así consigo que me perdones con solo sostener tu mano no
creo que seas egoísta pero creo que eres tierna ¡no dije nada de
eso!
La única princesa de este mundo estaré a tu lado para siempre por
eso sonríe ahora y siempre tu y yo somos uno cuando estamos
juntos nunca haría algo para para que te alejaras
Hey princesa… Me gustas…
"Él... no debe estar hablando de mí ¿o si?" Rin, puso una mano en su pecho, sintiendo como este se sentía más apretado. Claro, él constantemente la llamaba princesa, como una broma interna que nació a partir de su primera presentación, pero igual, era un apodo muy común que decirle a las chicas. A su alrededor, todas se encontraban encantadas, claro, ella no fue la única que le dio chocolates...
¿Defectos? Tiene demasiados, no tengo días libres, no tengo palabras
propias y en comparación a otras chicas…
Hay más, ella nunca me escucha ya sabes… Bueno pero creo…
Que si me llama con su inocente risa y su voz puede pedirme lo que
sea
No odio sus "¡no me molestes!" "Déjame en paz! o cállate" tú eres la
"princesa" ¿está bien?
En verdad no creo que seas egoísta pero… ¿No quisieras ser
amable conmigo aunque sea una sola vez?
Nero recordaba todas las veces que la Kagamine lo empujaba por sus caprichos, cuando se metían en problemas por no escucharlo, incluso a veces actuaba como si él no le importara, ¡hasta lo había
intentado aplastar una vez con la aplanadora! "Era broma" fue la única disculpa que recibió. Ni que decir cuando ni siquiera podía jugar en paz ya que ella terminaba quitándole el control o dándole consejos. Pero maldición, no podía enojarse con ella cuando luego le dedicaba una de sus lindas sonrisas.
En parte, todo esto hacía que la presentación fuera mucho más amena de escuchar, Nero, parecía estar divirtiéndose al cantar todo esto, dándole más autenticidad a su canción.
La única princesa en el mundo, para mi eres la más hermosa de
todas cuando te tomo de las manos ¿aún no estas satisfecha de
estar solo conmigo?
N-no me refería a eso ¡s-solo bromeaba! ¡En serio! no entiendes nada
en absoluto! honestamente, solo bromeaba
¿Cuál fue la primera canción que te oí cantar? Tu hermosa voz
nunca la olvidaré
Nada, nunca olvido nada, todo eso son los recuerdos con mi
princesa, por eso no me digas "¿lo recuerdas? Tú también debes
recordarlo!"
Por supuesto porque tú eres: la única princesa del mundo, como
lo veo puedes ser quien tu eres repentinamente saque mi mano
derecha. ¡Repentinamente! Y con un apretón
" Solo quería sostenerla" cuando dije eso ella me devolvió el apretón
ciertamente, mi princesa es la mejor…"
Terminó de cantar con una gran sonrisa, todos aplaudieron emocionados por esto, especialmente las chicas que parecían alcanzar nuevos registros más altos debido a la emoción que sentían.
Buscó entre el público a quien le dedicó esta canción, pero al no verla por ningún lado, se preocupó y salió rápidamente de ahí, dejando al público expectante por las siguientes presentaciones. Aunque, definitivamente, su canción fue la mejor forma de abrir ese evento, todos tenían una opinión respecto a esto.
—¡Nero-kun es tan genial! Seguramente esa canción es para mí, recordó que es de mis temas favoritos —comentó Galaco, soltando suspiros de enamorada. Sus amigas simplemente no tuvieron el valor de bajarla de su nube y solo la dejaron ser.
—Parece que ganó puntos extra como cuñado ¿no? —Gakupo, miró a Len, de forma burlona.
—Solo espero que mi hermana no sea tan tonta como para no darse cuenta del mensaje —fue lo único que dijo mientras tomaba algo de agua.
Lástima que, aquellas palabras representaban un poco lo lenta que podía ser la mencionada con estos temas.
Actualmente, ella se encontraba fuera del auditorio, apoyada en la pared mientras escuchaba la música de fondo, con un aire nostálgico a su alrededor.
"¿Por qué me siento así? Igualmente era algo que ya sé" Se regañó a si misma, recordando lo que pasó unos momentos atrás.
Estaba tan inmersa en la presentación de Nero, que quiso acercarlo para verlo mejor, después de todo, su corta estatura le estaba jugando en contra y no servía que todas las chicas se convirtieran en fanáticas locas que empujaban de un lado a otro para estar en primera fila. Y entre tanto gentío, terminó chocando con su peor enemiga: Lily.
—Tsk, ten cuidado —le advirtió, pero cuando la vio, le volvió a lanzar una de sus sonrisas burlonas—. Vaya, pero si eres la chica de nombre sin importancia, ¿acaso piensas que esta canción es para ti? Pobre ilusa.
—¡Claro que no! —exclamó totalmente sonrojada, por suerte, el ruido permitió que nadie le prestara atención.
—Será mejor que no te confíes, aunque sean buenos amigos, Akita-kun es así con todas las chicas, es molesto de ver —dicho esto, le da la espalda para intentar salir de la multitud.
Lo peor, fue sentir que despertaba como de un sueño y esa fue la caída que necesitó para reaccionar.
—Ya lo sé —murmuró con tristeza.
"Solo es una canción sin importancia" intentó repetirse a si misma, pero se sintió tan mal por haberse esperanzado por unos segundos, que tuvo que salir de ahí para tomar un poco de aire fresco.
Por eso, ahora mismo se encontraba en una discusión consigo misma por ser tan tonta. ¿Por qué tenía que deprimirse por estas cosas? En primer lugar, nunca pensó en ser algo más con Nero, de por si ya eran grandes amigos y no quería cambiar eso ahora, además, conocía muy bien la actitud que tenía el rubio con las otras chicas. Odiaba sentirse así, ¿por qué su razón y emociones no se podían poner de acuerdo?
En parte, era su culpa por tener que había un atisbo de esperanza, nuevamente culpándose por caer como una típica fanática que veía señales donde no las había. ¿Acaso creyó que encontraría el amor aquí? Si que era una tonta.
—Podría volver a casa, y prepararme para lo de más tarde —murmuró para si misma, decidiendo salir de ahí, antes de que el peso de sus sentimientos terminaran por aplastarla.
—¡Rin! —se detuvo en seco al escuchar esa voz.
Volteó, para encontrarse con un Nero corriendo hacia ella, una vez estuvo a su lado, se quedó en silencio unos momentos, intentando controlar su respiración.
—¿Qué haces aquí? —estaba realmente confundida por su presencia.
—Eso debería decir, me tenías preocupado —una vez recuperado, la golpeó levemente en la frente.
—¡Hey! —puso ambas manos en el sitio donde la golpeó—. Solo quería algo de aire fresco, los gritos casi me dejan aturdida —intentó sonreír para fingir que estaba todo bien.
—No es eso —la miró de forma seria—. Dime al verdadera razón.
Por unos momentos, no pudo mantener su faceta, no espero que alguien, además de Len, viera a través de sus mentiras de forma tan fácil.
—Vaya, ¿acaso estás preocupado? No es nada, es en serio —golpeó de forma bromista su hombro.
Sin embargo, la mirada seria de Nero, no cedía ante nada, lo cual solo la ponía más nerviosa.
En eso, Nero, aprovecha para acorrarla contra la pared, poniendo uno de sus brazos muy cerca de su rostro.
"¡¿Un Kabe-don?!" Pensó alarmada la Kagamine, sintiendo su corazón palpitar más rápido que nunca. Así era imposible que mantuviera su compostura. Maldecía a Nero, y a su instinto innato de protagonista de shoujos.
—No me iré, hasta que me lo digas —advirtió empleando un tono de voz más grave, y sin dejar de mirarla fijamente.
No tenía espacio por donde huir, y no es como si realmente quisiera a decir verdad, sus caras estaban extremadamente cerca, y por alguna razón, no podía ni siquiera apartar su mirada. Sabía que Nero, era alguien guapo, pero joder, a esta distancia, se veía mil veces mejor. Tuvo que cachetearse mentalmente, para así reaccionar.
—S-solo... —sus labios temblaron ligeramente—. Me di cuenta de algo, es todo.
Apartó su mirada avergonzada de sus propios pensamientos. ¿En serio esto era algo que haría con cualquier chica? Quería reclamárselo, y por fin dejar de tener dudas.
—Rin... —este, terminó por sostener su mentón con su mano libre, obligándola a alzar la mirada, dejando su mente en blanco—. Yo...
Pero sus palabras quedaron en el aire, ya que sus rostros se encontraban tan cerca en ese momento, que podían sentir la respiración del otro. Solo un paso más y terminarían besándose.
—¿Chicos? ¿Están por aquí?
La voz de Neru, los sacó a ambos de su pequeña burbuja y terminaron separándose, ambos sintiendo como la vergüenza llegaba a recriminarlos por la escena que acaba de ocurrir entre ellos.
—Oh, aquí están. ¿Qué estaban haciendo? —la Akita, los miró con sospecha, al ver como ahora ambos estaban prácticamente en dos extremos distintos.
—¡N-nada! —dijo Rin, con cierto nerviosismo.
"Por suerte llegó, o sino... "de solo pensarlo, volvió a sentir su cara arder.
—¿Qué necesitabas? Onee-chan —preguntó Nero, con una falsa sonrisa que extrañó aun más a su hermana, pero ella decidió no interrogarlos más.
—Todos se preguntaban donde estaban, decidí buscarlos ya que van a salir los demás —respondió, dándose cuenta que seguramente cometió un error al hacer esto.
—De acuerdo, ya vamos —Nero miró a Rin, quien solo asintió para que ambos siguieran a la mayor de los Akita.
"Tendré que pensar mejor en mis sentimientos, pero, sé que por ahora, quisiera seguir a tu lado de esta forma" pensó la Kagamine, con una leve sonrisa.
Tenía mucho por reflexionar, los temas de romance eran sus favoritos pero solo cuando se trataban de otras personas, ella siempre ha sido algo torpe en todo esto y lo que menos quería, era malinterpretar las acciones de Nero, y mucho menos, enamorarse solo por una faceta que le demostraba a las demás.
Por otro lado, Nero, tenía ganas de golpearse con la pared más cercana, debido a lo inútil que se sentía. "¡Casi la beso sin su permiso! ¿Qué tal si hubiera arruinado toda nuestra amistad?" Se reclamó a sí mismo, sabiendo que su lado impulsivo solía actuar en los peores escenarios. Por ahora, debía tener más cuidado, si realmente quería enamorarla, tenía que ser paciente y demostrarle que ella era la única para él.
"Siento que arruiné un momento importante" reflexionó Neru, negándose a mirar hacia atrás. Lo que menos quería, era meterse en la vida amorosa de su hermano y su amiga.
.
.
—Ahora, un grupo de estudiantes vienen a impresionarnos con una composición 100% original —Meiko, dio paso a dicho grupo.
Ella tenía presente que el trío de idiotas harían algo juntos, pero fue una gran sorpresa cuando vio también a Kiyoteru, en el escenario con ellos.
Ahora si, todo el auditorio estaba eufórico, con los chicos más populares y su profesor en el escenario, lo cual daba a entender que esa canción, sería algo extraordinario.
De paso, todos lucían geniales: Kaito usaba un uniforme con un chaleco de color azul, Gakupo vestía lo mismo que el solo que sin el chaleco y tenía la camisa medio abierta, además de que su corbata estaba más suelta dándole una apariencia de chico malo, Len en cambio lucia más lindo ya que usaba lo mismo que Kaito solo que con el chaleco amarillo y una bufanda del mismo color. Por último, Hiyama usaba su traje negro pero sin sus gafas.
—¿Desde cuándo Hiyama-sensei es tan lindo? —se preguntó Miki, ganándose una mirada extrañada por parte de sus amigos.
La melodía comenzó a sonar, y los cuatro se posicionaron frente a sus respectivos micrófonos. Hiyama, miró a Meiko de reojo y le guiñó el ojo, ella le devolvió una dulce sonrisa.
Por el aire que soplo repentinamente
Cerraste tus ojos
Tomaste mi mano fría-tiernamente
Un muy dulce derretimiento
Soñar despierto me dejo algo confuso
He sido atrapado por ti
Es tuya
Diciendo "solo para ti"
"Guardare el secreto"
Sentir tu boca junto a mi oreja-con tus labios
Tu voz susurrante voz
No puedo moverme por la impresión acércate a mi
¿Por qué haces una excepción conmigo?
Dime más si va a ser posible
Me tienes mucho en suspenso
Quiero saber un montón de cosas sobre ti
Así que por favor dime
Dime solo a mi
Su alteza, se lo ruego
Mi deseo es solo para ti
La voz de los cuatro combinaba de una forma interesante, incluso muchos se sorprendieron por el tono tan gentil que usaba Kiyoteru, el cual demostró que si seguía perteneciendo a Vocaloid, ya que supo ponerle su sentimiento a cada letra que entonaba.
—Parece que alguien tendrá una gran recompensa —murmuró Meiko, para si misma, aplaudiendo junto a los demás luego de la presentación.
Las demás chicas, también se sentían algo impresionadas. Lo más romántico que podía hacer alguien por ti, era dedicarte algo, pero ¿hacer una canción desde cero? Whoa, eso explicaba porque estuvieron toda la semana desaparecidos.
Neru, intentó no hacerse muchas ilusiones "lo hizo pensando en Hatsune, no tengo nada que hacer aquí" se dijo a sí misma, para evitar caer ante los encantos de Len Kagamine.
Por otro lado, Luka, también quería negar que sintió algo con todas esas letras, pero la forma en que Gakupo, siempre le dirigía su mirada en ciertas partes de la canción, era suficiente para sentir sus piernas algo débiles.
La única que parecía aceptar ser feliz, era Miku, quien sentía su corazón latir mil por hora. No tenía idea si Kaito, ayudó con la letra teniéndola en mente, pero saber que hizo algo diferente, fue suficiente para recordarse lo enamorada que estaba de él.
Una vez todos bajaron del escenario, fueron rodeados de halagos y felicitaciones por parte de sus compañeros e incluso algunas fans que lograron entrar esa tarde.
—¡Len-kun! ¡Eres tan lindo! —Tei, exclamó desde lejos, intentando asustar a su competencia con el cuchillo que tenía en su mano.
Aún así, los tres decidieron reunirse con sus respectivas "princesas", al final, era la única opinión que les importaba.
—Luka, ¿qué te pareció la canción? —fue lo primero que dijo Gakupo, al verla, haciéndolo ver un poco desesperado.
—No estuvo mal —apartó la mirada para que este no viera su leve sonrojo.
Sin embargo, debido a la emoción del momento y de no haber sido rechazado cruelmente, terminó por abrazarla fuertemente.
—¿Q-Qué crees que haces, idiota? —intentó despegarse del samurái, pero este no cedió.
—Lo siento, luces tan linda que no puedo evitarlo —aprovechó que ella no hizo mayor esfuerzo para soltarse, para seguir abrazándola.
—Así parecen novios —comentó Rin, pasando cerca de ellos.
Ante esto, Luka, reaccionó y terminó alejándolo de un golpe.
—Me recuerda a cierto par —se burló Len, mirando de forma nada disimulada a Nero.
Rin, lo ignoró, pero su cara se puso roja al recordar lo que pasó hace rato en el pasillo.
—Oh, por cierto, Neru —llamó la atención de ella quien se sorprendió un poco cuando tocó su hombro—. Tengo otro regalo para ti.
"¿O-otro? Entonces la canción..."
—¿Qué es? —fue lo que realmente salió de sus labios, en un intento de sonar tan ilusionada.
—Ven, vamos a un lugar más privado —la tomó de la muñeca, llevándosela afuera del auditorio.
—Me preguntó que será —murmuró Miku, curiosa viéndolos irse.
—Creo saber que será —comentó Gakupo, ya totalmente recuperado e imaginando escenarios nada santos.
—No creo que vayan tan rápido —opinó Rin.
—Es verdad, mi hermana es muy orgullosa.
—Además, Len, todavía es muy lento.
—¡Miku-chan! —Kaito se acercó a ella, la energía que irradiaba era igual a un perrito viendo a su dueño—. Más tarde te daré algo especial.
—¿En serio? —su corazón se aceleró más ante esto.
—Sí, solo espera un poco —acarició su cabeza con dulzura, y ella asintió gustosa.
.
.
.
Len, guío a Neru, hasta el patio trasero. El clima era fresco, y la luz del día todavía seguía presente. Ambos se detuvieron cerca de un árbol, el cual les daría la sombra y privacidad necesaria.
—¿Por qué me trajiste aquí? —preguntó cansada de tanto caminar.
—No quería que los demás arruinaran esto —respondió con simpleza—. Cierra los ojos.
La Akita, lo miró con sospecha, pero terminó accediendo.
En un momento, llegó a sentir algo cálido tocar su frente y cuando abrió sus ojos, Len, tenía una caja amarilla frente a ella. Se tocó la frente, preguntándose que había sido eso. "¿Acaso... me besó?" Pensó sintiendo como su corazón se alteraba ante esa posibilidad.
—¡¿Q-Qué hiciste?! —la vergüenza a duras penas le permitía formular frases.
—Uhm, me pregunto que fue —se hizo el tonto, poniendo su índice en sus labios, esta acción solo provocó mayores sonrojos en la pobre, quien sentía que sufriría un infarto debido a las provocaciones del Kagamine.
—No puedo creer que me trajiste solo para darme unos chocolates —miró la caja en sus manos, la cual abrió para ver que tipo de chocolate sería, pero se sorprendió enormemente al ver que no solo era el dulce, sino que este tenía forma: un celular y demás cosas tecnológicas.
Lo miró sorprendida, sintiendo su corazón estrujarse ante este gesto.
—¿Cuánto te tomó hacer esto?
—Fueron tres días, viendo tutoriales y haciendo intentos, pero valió totalmente la pena.
Aquella sonrisa, siempre lograba hacerla tambalearse un poco en cuestiones de sus emociones. Es la primera vez que alguien llegaba a hacer un detalle tan lindo con ella.
—No debiste esforzarte tanto, ni siquiera te di unos buenos chocolates —recordó su regalo, a duras penas logró que tuvieran una forma redonda.
—¿Qué tiene de malo? Quería esforzarme en darte algo, porque sé que tu también hiciste algo que normalmente no harías.
"¡Ese idiota!" Ahg, no podía creer que se estaba sintiendo tan conmovida por esto.
—Supongo que debo agradecerte —murmuró ella.
Para la sorpresa de Len, ella lo tomó de la bufanda, obligándolo a inclinarse un poco, para así poder darle un ligero y rápido beso en la mejilla. Él se quedó anonado ante esto y solo pudo poner su mano en el sitio donde estuvieron los labios de ella, sin poder creer como un gesto así, logró hacer que su corazón diera un salto.
—Deberíamos irnos primero, y organizar las cosas para la fiesta —sugirió ella, cambiando rápidamente el tema. Guardó la caja de chocolates en su bolsillo y le dio la espalda, para que no viera su expresión.
—Sí, le avisaré a Rin —respondió luego de salir de su ensoñación, pero sin poder quitar su sonrisa.
.
.
Ya en el auditorio, Rin, ve el mensaje en su celular con una sonrisa gatuna.
—Bien, el plan comienza —susurró para sí misma.
—¿Dijiste algo? —Nero, a su lado, la vio algo confundido.
—No, nada —respondió rápidamente evitando cualquier sospecha—. ¡Vamos a cantar algo! —lo tomó del brazo, para llevarlo a la parte del karaoke.
—¿Cuál canción? —se dejó arrastrar, aunque algo nervioso debido a la cercanía. Además, de la ilusión que le hacía cantar algo con ella.
—Uhm, ¿qué tal Rin Rin Signal? —sugirió con una sonrisa.
Claro, era pura coincidencia que tuviera su nombre, era una canción que escuchaba desde niña y sus tíos bromeaban con que de ahí, sus padres decidieron su nombre; lástima que nunca tuvo confirmación de eso.
—Me parece bien —asintió con una sonrisa.
Al llegar, los presentes no sabían si mostrarse sorprendidos, ya que realmente se esperaban que esos dos hicieran pronto su aparición.
Su grupo de amigos, los miraban desde la distancia con una sonrisa, parecían estar yendo por buen camino.
—¡Hola chicos! —Teto, se acercó para saludar.
Lo novedoso de esto es que iba de la mano con Ritsu, quien hoy iba vestido de forma elegante.
—¡Teto-chan! Hola —saludó Miku, emocionada.
—¿Acaso están saliendo? —señaló Lula, al verlos juntos.
Teto, comenzó a balbucear incoherencias, Ritsu, soltó una sonrisa al verla así.
—Se lo propuse hoy —respondió orgulloso—. Ya que alguien, no quiso hacerlo en San Valentín, tuve que aprovechar el momento o no habría avances hasta nuestra graduación —comentó con un ademán burlón.
—¡Hey!
—Incluso, casi se desmaya de la emoción —agregó Ruko, llegando a escena solo para molestar a su amiga.
—¡No digas esas cosas! —exclamó avergonzada, todos rieron con esta escena, definitivamente nadie la dejaría ir tan fácil.
El ambiente fue ameno entre todos, ya muchos incluso olvidaron su rivalidad inicial, y ahora podían convivir perfectamente juntos. Incluso, Miku y Teto, se hicieron grandes amigas, gracias a su amor por el canto. Rin y Nero, no tardaron en reintegrarse al grupo, hablando un poco de todo.
Hasta que una llamada, hizo que Rin, tuviera que irse a un sitio más silencioso para responderla. Desde el otro lado, Len le confirmó que ya podían seguir con la siguiente parte de su plan.
"Hora de usar mi talento como actriz" pensó con una sonrisa malvada, colgando la llamada y volviendo con su grupo.
—¡Chicos! —se acercó con una expresión de pánico preocupando a todos—. E-Esto es malo, ¡Neru tuvo un accidente!
Los demás que sabían del plan, fingieron sorpresa ante esto, pero tanto Nero como los Utauloid, realmente se mostraron consternados ante esta noticia.
—¿Qué le pasó a mi hermana? —su expresión pasó a ser una más seria, por un segundo, Rin, temió estar llevando todo muy lejos.
—Len, la estaba acompañando a casa porque se sentía enferma, pero terminó desmayándose. No sabía si llamar a la ambulancia o esperar a que despertara.
—Tengo que ir rápido —exclamó Nero apurado, pero todos decidieron seguirlo, unos porque sabían que todo era parte del plan y los Utauloid simplemente no podían abandonar a su antigua compañera, y por más que Neru, ya no pasara tanto tiempo con ellos, seguían llevando una buena relación.
Llegaron a la casa delos Akita, totalmente agitados, Nero, entró apurado a la puerta, deseando que su hermana se encontrara sana y a salvo.
—¡Sorpresa!
Y vaya que recibió una, porque en vez de una Neru al borde de la muerte, ahí se encontraba su hermana totalmente saludable y tirándole un montón de confeti encima. Incluso, la sala de su casa se veía decorada con cosas de cumpleaños.
—Eh, ¿qué es esto? —cuestionó totalmente perdido.
—Pensamos que sería buena idea hacerte una fiesta sorpresa —Rin, lo tomó por los hombros y comenzó a guiarlo al interior de la casa.
—Por eso hicimos este teatro —agregó Luka, poniéndolo un gorro de cumpleaños, aprovechando que todavía se encontraba en blanco.
—¡¿Fue un engaño?! —reaccionó Teto, luego de un rato.
—Lamentamos no decirles —se disculpó Miku.
—Está bien, igual Momo, no sabe guardar secretos —señaló Defoko, esta solo se avergonzó en su lugar.
—Es la primera vez que me hacen una sorpresa así, por eso, supongo que no me enojaré con ustedes —dijo Nero, luego de estar un rato en silencio.
—¡Ahí está! El gran caballero de la escuela —señaló Ruko, burlona.
Todos dieron inicio a la celebración, que incluyó karaoke, bromas estúpidas y demás idioteces por parte de los chicos, incluso peleas absurdas que nadie entendía porque se formaron en primer lugar.
Luego de que cantaran el feliz cumpleaños, inició la entrega de regalos y Rin, fue la primera en participar.
—Perdón la demora —le entregó un paquete algo grande.
Cuando este lo abrió, notó que era ropa, pero no cualquiera, se trataba de la misma que ella le diseño el primer día de clases. Pensó que jamás lo vería, ya que realmente no pensó que podrían seguir hablando luego de tanto tiempo, pero le hizo feliz verla.
—Muchas gracias, Rin-chan, te quedó excelente —dijo asombrado.
—¡Whoa! Rin-san, eres muy buena en esto —halagó Momo, viendo el traje.
La Kagamine, se sintió orgullosa de su resultado pero aun más, de ver la expresión de alegría de Nero.
Los demás siguieron con sus regalos: Kaito, le entregó unos cupones a las mejores heladerías de la ciudad, Gakupo, le regaló una serie de libros eróticos que, por suerte, tenían portadas disimuladas así que ninguno no supo bien de que se trataban a simple vista. Len, le dio un libro de cocina con las mejores recetas de comidas con queso, Luka, por alguna razón, le dio un látigo.
—Eh, no sé usarlo, ¿cómo me puede servir? —admitió él, sin saber bien que hacer en esta situación.
—Tranquilo, puede que lo necesites para defenderte —asintió ella orgullosa de su idea.
Gumi, le entregó un juego de mesa, Mei, le regaló unos accesorios y por último, Miku, le entregó un cupcake con glaseado verde; este solo pudo esperar que no hubiera usado cebollín en la receta.
Los Utauloid, prometieron entregarle algo después, ya que no tenían idea de que iban a celebrarlo hoy.
La fiesta siguió hasta tarde, pero ya todos tenían que irse pronto a sus respectivas casas, después de todo, Neru, no permitiría que nadie se quedara a dormir ahí.
—Kaito, ¿cuál es el otro regalo? —preguntó Miku, ambos caminaban juntos ya que sus casas quedaban cerca.
—Seré tu sirviente por todo un día —respondió con confianza.
Miku, se quedó sorprendida ante esto, ¿quién diría que la conversación que tuvo con las chicas tendría este resultado? Su emoción, fue interrumpida por el tono de su celular.
Al revisarlo, se le bajó toda la presión al ver que tenía un montón de llamadas perdidas por parte de su hermano.
—¿A-aló, onii-sama?
—¡¿Cómo que "hola"?! ¡¿Cómo se te ocurre desaparecer así?! ¡Estaba muy preocupado, tonta! —tuvo que alejar su celular para que no la aturdieran sus gritos.
—Ehm... lo siento —rápidamente le explicó todo lo que ocurrió.
Lamentablemente, Kaito, no pudo seguir hablando con ella ya que Mikuo se negaba a colgar hasta verla en persona.
.
.
En otro camino, se encontraban Gakupo y Luka, este con la excusa de acompañarla hasta la estación y de paso, quería aprovechar el momento para darle su regalo personal. Por suerte, Gumi y Mei, se irían juntas ya que esta segunda tenía un conductor privado; en fin, muchos ya se estaban acostumbrando a esa diferencia de estatus.
—Entonces ¿qué planeas? —cuestionó ella, con sospecha.
—Quería besarte, pero no quiero morir tan pronto, así que ten —de la bolsa donde llevaba el regalo de Nero, sacó una caja algo grande—. Ábrela cuando estés sola.
Le susurró en su oído, causando escalofríos en la ninja, quien no alcanzó a golpearlo a tiempo.
—También, está la idea de ser tu esclavo sexual si eso-
Sin embargo, fue callado por una patada que lo dejó en el suelo.
—Pervertido —masculló ella, mirándolo con asco, para luego seguir caminando.
"Casi veo su ropa interior" fue lo único bueno que pudo sacar de toda esta situación.
.
.
.
Luka, llegó a su hogar, agradeciendo que Luki tuviera un turno nocturno, ya que no quería recibir sus sermones por llegar tarde. Aunque fuera el menor, a veces le gustaba actuar bastante protector; le recordaba bastante a Len, a decir verdad.
Estaba cansada, así que se dio una ducha rápida para ponerse cómoda, se puso su pijama y antes de ir a la cama, miró la caja que le dio Gakupo. Su curiosidad fue más fuerte, así que decidió abrirla.
—Espero no sea nada pervertido —si así era, una patada no sería suficiente para la próxima vez que lo viera.
Para su gran sorpresa, adentro había un peluche de berenjena, que al sacarlo, se hizo más grande debido a la falta de presión. Se sentía muy suave al tacto, y tenía la forma perfecta para usarlo como algo para abrazar. Antes de irse con su nueva adquisición, vio una nota al fondo de la caja:
"Para que siempre me recuerdes"
—Ese idiota —masculló totalmente sonrojada.
Odiaba estas nuevas emociones, y esa situación de tirar y aflojar que tenía con Gakupo- Era difícil abrirle tu corazón a alguien que solo parecía ser un pervertido más. Pero, no podía negar los grandes cambios que ha presenciado en él: no lo ha visto coquetear con chicas, aprendió a guardarse un poco más sus comentarios y siempre estaba muy pendiente de ella.
—Tal vez... deba dejar de engañarme a sí misma —susurró, acomodándose en la cama con su nuevo peluche, imaginándose como sería compartir un momento así con Gakupo.
Su corazón se aceleró más ante la idea. Pero, realmente temía mucho de abrir esa caja de pandora en su corazón.
Por esta noche, no le daría más vueltas al asunto, mañana sería otro día.
Chapter 14: Sesión de Fotos
Summary:
La vida al estrellato no es nada falso, especialmente cuando tienes que hacer muchas cosas vergonzosas de por medio...
Notes:
Aclaraciones:
-La lista de ships la saqué de las parejas más populares de esa época.
-El peinado de Rin es igual al que usa en Meltdown.
Chapter Text
Las secuelas del día de blanco, siguieron gracias a las promesas de alguno de los chicos. Kaito, decidió ser el sirviente de Miku un día entero, el problema fue que se presentó en la casa de ella vestido como mayordomo, y quien lo recibió fue el hermano mayor de Miku, quien solo atinó a malpensar toda la situación y casi llama a la policía porque "un pervertido estaba entrando a su casa". Luego de un montón de peleas entre ambos y la intervención de Miku, finalmente dejaron el tema, y más bien Kaito, fue quien hizo la limpieza en la casa de los Hatsune.
—La próxima vez te daré un mejor regalo —se lamentó Kaito.
—Tranquilo, hacer esto es más que suficiente —dijo con una sonrisa, por lo menos logró verlo con ese traje.
—Menos hablar y más trabajar —Mikuo, lo observó desde la sala, sin dejarlos solos en ningún momento.
Por otro lado, Len, al final, no pudo aclarar el asunto con Neru. Entre tantas cosas, ambos hablaron con normalidad, así que pensó que era mejor dar ese tema por olvidado y no volver a traer la incomodidad en su relación; aunque seguramente siga siendo visto como un pervertido.
Pasaron los días, llenos de clases interesantes y matarse la cabeza pensando ideas para sus canciones, ya a este punto podían decir que los nervios no estaban tan presentes como antes, pero la dificultad no disminuía, especialmente cuando no lograban ponerse de acuerdo con los productores o mismos compañeros de equipo. En fin, luego de su presentación bi semanal, ahora se encontraban tranquilos, disfrutando de la brisa de la azotea y Rin, más que nadie, no podía de la dicha al ver que el verano estaba ya a la vuelta de la esquina.
—Los he reunido aquí para entregar información importante —comenzó a decir Gumi.
Ella, tenía un extraño brillo en su mirada y tenía un montón de hojas en sus manos, como si estuviera a punto de iniciar una sesión.
—Gracias a los esfuerzos de nuestra directora, hemos ganado reconocimiento en Nico Nico Douga, y luego de una extenuante investigación, he podido crear una lista en especial —todos los miraron atentos, sin siquiera parpadear—. ¡Vamos a ver cuáles son las parejas más populares!
Todos se mostraron interesados, algunos emocionados y otros simplemente rodaron los ojos ante esto, considerándolo una "estupidez".
—¿Y por qué la gente quiere emparejarnos? —cuestionó Neru, cruzándose de brazos.
—Ni siquiera nos conocen —confirmó Luka.
—Verán, en internet a la gente le gusta el romance y especialmente, imaginarse historias. También es una forma de ganar popularidad —respondió con simpleza.
—Sí, si, ya inicia y veamos que tal —insistió Rin, dejándose llevar por su instinto de cupido.
—Eh, de acuerdo —Gumi, miró algo incómoda la primera parte—. En primer lugar tenemos a... Rin y Len.
Ambos gemelos se miraron entre sí, y luego apartaron sus miradas sintiéndose asqueados.
—¡¿Por qué con este inútil?! ¿Acaso no saben que somos hermanos? —exclamó con enojo.
"Maldición, y en primer lugar, al menos Nero, debió estar ahí" negó con su cabeza ante estos pensamientos.
—Dicen que el incesto lo hace mejor, la gente en internet es rara —se encogió de hombros.
Rin, realmente no podía culparlos, en sus juegos y series ese tema era algo recurrente, pero no pensó que llegaría a estos límites. Pensar en esa posibilidad, solo le daban ganas de vomitar.
—Siempre están juntos —comentó Miku, dejando a los gemelos sin habla al sentir tal traición por parte de su amiga de la infancia.
—Y viven solos, quien sabe lo que harán cuando no hay nadie —ante este comentario de Gakupo, ambos le dieron un fuerte golpe antes de que su imaginación llegara más lejos.
Los Akita, intentaban mostrarse neutrales, pero por dentro tenían un lío en su cabeza al pensar en esa posibilidad, lo cual los llevó a estar en un estado de ansiedad: Neru, tecleaba aun más fuerte su celular, y Nero, balbuceaba cosas solos intentando encontrar la lógica en esto.
—¿Qué mal hicimos para que la gente piense eso de nosotros? —Rin, maldijo al mundo entero, temía que esto dañara su reputación.
—Malditos pervertidos... —masculló Len, con una ira silenciosa. ¿Tantos años intentando protegerla para que ahora iniciaran esa clase de rumores?
—Como han interpretado tantas canciones juntos, es inevitable que la gente se haga esas ideas, ya sabes. En fin, sigamos —respondió Gumi, restándole importancia al tema—. Segundo lugar: ¡Luka y Miku!
Ahora era el turno de ambas para mirarse extrañadas ante esto.
—Así que son fanáticos del incesto y del Yuri —aportó Neru, soltando un suspiro, agradeciendo que se haya cambiado de tema; ahora rezaba que ella no corriera con la misma suerte de esos cuatro.
—Luka, no sabía que eras de ese lado —Gakupo, la miró como si le hubieran roto el corazón.
—Ja, ja... —Kaito, comenzó a soltar una risa nerviosa—. Ya veo, Miku-chan, no tuvo la confianza para contarme algo así.
—¡No tengo nada con Luka-san! —exclamó avergonzada, lamentándose de no haber sido emparejada con él.
—El karma llega tarde o temprano —se burló Rin, y junto a su gemelo, miraron con burla a Miku.
—Los motivos que encontré fueron: ambas lucen bien juntas y además, cuando interpretaron Magnet, sintieron que sus voces sonaban bien juntas —agregó Gumi.
—Bueno, la canción si habla de un amor prohibido pero no pensé que nos verían como protagonistas —murmuró Miku, algo avergonzada. En parte, tenían que culpar al productor de la canción, él fue quien las eligió a ellas para interpretarla.
—Son solo votaciones de la gente, no representa nada real —comentó con tranquilidad, pero todos podían ver un aura maligna salir de Luka.
—Me da más miedo cuando no muestra su enojo —comentó Mei, escondiéndose detrás de Gumi.
—Será mejor no meternos en su camino —sugirió Rin, y todos estuvieron de acuerdo.
—¿Quiénes votaron en esa encuesta? —preguntó la ninja, con una mirada de asesina.
—Eh... —detrás de ella, todos negaron ansiosos—. No lo sé, perdón —terminó por responder Gumi, y sin saberlo, salvando más de una vida.
Siguió viendo la lista, y formó una sonrisa, pero ahora todos solo podían tensarse al pensar en que extraña combinación podría salir de ahí.
—Sorprendentemente: Kaito y Miku.
Ambos se miraron, pero a diferencia de casos anteriores, un leve sonrojo apareció en el rostro de ambos y tuvieron que apartarse.
—Un momento, como que ¿sorprendentemente? —cuestionó el amante de los helados.
—Es que son tan amigos, no pensé que les gustaría que los vieran de otro modo—respondió burlona.
—Si, es una pena que no se haga realidad, todavía... —añadió Rin, disfrutando de la expresión de vergüenza de ambos en ese momentos.
—Oh, sigue Luka-san y Gakupo-san —comentó Mei, arruinando un poco el trabajo de narradora de su amiga.
Por fin, el samurái dejó su lado depresivo y renació con una nueva motivación.
—Luka, nuestro amor es tan evidente, que incluso muchos están de acuerdo con que debemos estar juntos —tomó su mano de forma romántica, aunque otros podían afirmar que se veía más bien patético.
—Entonces, ¿no debería estar más bien con Miku? —arqueó una ceja, destruyendo las pocas esperanzas de este.
—¡Oh no! ¡Onii-chan, ha perdido todos sus deseos de vivir!
—Ahora se volvió un muñeco blanco...
—¿Eh? El alma está saliendo de su cuerpo —exclamó Nero, y tanto él como Kaito, ayudaron a devolverle su alma.
—En fin, ¿continuamos? —Rin, cambió rápidamente su expresión de disgusto a una sonrisa emocionada.
—Es una lista larga, ¿menciono a solo los presentes o a toda la escuela? —preguntó Gumi, mostrando que tenía varias hojas.
—Solo los que estamos aquí, no tenemos tanto tiempo —contestó Neru.
Sin embargo, antes de poder continuar, la puerta de la azotea se abre de repente y todos se miran entre sí extrañados, haciendo un conteo para ver si faltó alguno.
—Oh, ¿así que esta es su base secreta?
Akaito y Mikuo, entraron, el primero con una sonrisa maliciosa y el segundo, soltando un suspiro resignado.
—¡Onii-san! Que sorpresa verte aquí —Miku, fue la primera en reaccionar.
Usualmente era raro verlos a los dos a solas, usualmente estaban con Luki y Meito.
—Vengo a ser su niñera —respondió este, señalando al pelirrojo.
—Quería ver a mis dos princesas —se acercó a ambas con claros deseos de abrazarlas, pero Neru, lo detiene con un puñetazo—. Aunque, esta vez tengo mayores deseos de verte a ti —tomó la mano con la que lo había golpeado.
—Me niego —respondió cortante.
—¿En serio? Tengo una gran noticia para ti, Neru-sama.
Algo en esa mirada y tono de voz, hizo que ella reaccionara.
—De acuerdo —soltó un pesado respiro, para luego seguirlo.
El ambiente era raro, pero quien más sospechaba de esa actitud, fue Len, quien no le gustó para nada ver como la rubia parecía seguirlo como si estuviera siendo amenazada.
—¿Ahora con que querrá molestarla? —pensó en voz alta, con un tono de molestia.
—Onii-san, ¿sabes qué relación tiene Zatsu-nee con Akaito? Siento que los he visto antes juntos.
—Oh, ¿de quién hablas? —preguntó Mei, con curiosidad, viendo a los Hatsune.
—Es nuestra prima —respondió con un gesto resignado, Mikuo, como si le trajera malos recuerdos—. Comparte el nombre con mi hermana, una broma interna de nuestros familiares, o algo así. Tienen la misma apariencia, excepto que ella parece ser su versión oscura.
Todos se imaginaron a una Miku, mucho más rebelde y con apariencia gótica.
—Ella no es tan salvaje —comentó en un intento de salvar la reputación de su prima.
—¿En serio? Len, todavía sigue traumado —señaló Rin.
—Oye, no es así, solo... no me gustaría volverla a encontrar.
—Te entiendo, Len —Mikuo, puso una mano en su hombro en señal de apoyo.
La mayoría miró la situación con muchas más dudas, ¿qué cosas tan terribles ha hecho que incluso causo una mala impresión en los gemelos?
—¿Y por qué tuvo que venir aquí? —refunfuñó con enojo Len.
—Acaso... ¿Len-kun esa enfadado de que Akaito sea posiblemente importante para mi hermana? —Nero, fingió cierta sorpresa ante esto.
—C-Claro que no, Neru, no saldría jamás con un tipo como ese —se cruzó de brazos intentando restarle importancia al tema, pero realmente nadie podía tomarlo en serio cuando tenía la cara totalmente roja,
—Ajá, y yo que creía que Neru, sería la única tsundere del grupo —Rin, rodó los ojos ante esto, y Nero solo asintió apoyándola.
—¿Qué estaban haciendo? —preguntó Mikuo, compadeciéndose un poco por su amigo y así cambiar el tema.
—Viendo quienes son las parejas más populares de la escuela —respondió Gumi, mostrándole los papeles.
Mikuo, tomó una de las hojas y formó una sonrisa de lado.
—Oh, al parecer a Yuma, le interesará bastante esto —aunque no usó ningún tono burlón, solo mencionar aquel nombre, ya fue suficiente para que la peli verde se sonrojara.
—Hey, tú no te salvas, aunque seas nuevo ya estás en esta lista —comenzó a revisar rápidamente la lista, hasta que llegó a una parte importante—. Fu fu, veo que muchos piensan que harías una gran pareja con Len.
—¡¿Qué?! —ambos se exaltaron.
Sin querer, recordaron su oscuro pasado y antes de que alguien pudiera mencionar algo, el Kagamine los calló a todos con la mirada.
—Len, puedes intentar huir del pasado, pero este siempre llegará a ti —suspiró al lado su hermana.
.
.
.
—Eres un mentiroso, no puedes estar hablando en serio.
Neru, negó varias veces con su cabeza, harta de escucharlo, le dio la espalda dispuesta a irse. Sin embargo, Akaito, la detuvo tomándola de un brazo.
—Mira, a mi también me encantaría que fuera una broma —por primera vez, parecía bastante serio—. Ten, si luego de ver esto no me crees, ya será tu problema.
Le entregó un sobre, pero ni siquiera lo vio del todo antes de confrontarlo.
—¿Cómo sé que no es falso?
—Mírala bien, creo que el sello te parecerá muy familiar.
Al revisar bien la carta, un sello de cera cubría la misma, tragó saliva al ver esto, solo conocía a pocas personas que todavía usaban un método tan anticuado como este.
Abrió el sobre y comenzó a leer el contenido del mismo, apretaba con fuerza el papel sin poder creer las palabras plasmadas ahí.
—Ahora, ¿me crees?
Cuando se dio cuenta de que no podía huir, su mundo se fue cayendo a pedazos.
.
.
.
—¡Whoa! Rin y Nero, tienen muchos votos, están casi empatados con Len y Neru —comentó Gumi, lanzándole una mirada burlona a los dos rubios, quienes se sonrojaron al instante.
—Oh, Mikuo-san y Rin-san, también son mencionados.
Ante este comentario de Mei, ambos chicos se miraron con cierta rivalidad. Nero, frunció el ceño, mientras Mikuo, mostraba una leve sonrisa de superioridad como si le dijera "ni creas que me he rendido tan fácil".
—Gumi-san, ¿con quién te emparejaron? —preguntó Mei.
—Es verdad, tu nombre no ha salido en ningún momento, ¿acaso arreglaste los resultados? —cuestionó Rin.
Los demás la miraron curiosos, poniendo más nerviosa a la chica.
—Está junto a Yuma —intervino Mikuo, provocando un gran sonrojo en la chica más bromista del grupo.
—Ho ho, con razón pasan tanto tiempo juntos —comentó Rin.
Si la Megpoid no se encontraba con el grupo, seguramente estaba con Yuma, encerrados en la biblioteca.
—Si ese desgraciado piensa sobrepasarte contigo y robarte tu pureza, juro que lo mataré —Gakupo, tenía una mirada asesina muy parecida a la que le dedicaba a los acosadores de Luka.
Si, él era un hermano sobreprotector, porque él mismo reconocía que era un desgraciado y por ende, no confiaba en los de su mismo género.
—Oh, que sorpresa, no pensé que serías un hermano celoso —murmuró Luka, al ver su actitud con este tema.
—¡Onii-chan! No pasa nada entre nosotros —exclamó Gumi, aun más avergonzada por el comportamiento de su hermano.
—Entonces, ¿qué son? —interrogó Nero.
—S-solo somos rivales en el ajedrez —era muy raro escuchar tan nerviosa a Gumi, muchos estaban disfrutando ver estas nuevas reacciones en ella.
—Hmph, Neru y Shion-san, se están demorando bastante —mientras tanto, a Len, le daba igual ese tema, no paraba de ver la puerta esperando la llegada de esos dos.
En serio, debía dejar de juntarse tanto con Gakupo, porque su paranoia lo estaba llevando a ciertos escenarios que no quería volver a repetir, aumentando la ira interna en su interior.
"Solo me preocupo por ella como un amigo" se repitió a si mismo, intentando encontrarle lógica a sus pensamientos.
.
.
.
—¿Dónde estabas? —cuestionó Len, una vez que estuvieron en el salón.
Le pareció curioso verla llegar sola, justo antes de que iniciaran las clases.
—No era nada importante —respondió de forma automática.
Antes de que ella siguiera, la tomó de la muñeca para evitar que lo ignorara.
—Espero que no rompas tu promesa —fue lo único que le dijo antes de soltarla.
Tal vez sonó bastante enojado, pero simplemente no sabía como separar su preocupación de (los celos) el fastidio, que le producía Akaito.
Se quedó en silencio unos segundos, pero luego de reflexionar un poco le dijo:
—Prometo decírtelo, pero... dame más tiempo.
—¿Vas a hacer lo mismo de siempre? —cuestionó Len, pensando que sería otra forma de evitar el tema.
—Que molesto te has vuelto —murmuró—. ¿Puedo ir a tu casa después de la escuela? Te contaré ahí, es algo personal.
En parte, odiaba la promesa que le hizo a Len, pero por otro lado, sabía que era necesario aprender a desahogarse de vez en cuando.
—En unos días tendremos una sesión de fotografías, así que deben prepararse mentalmente para esto —anunció Aoki, como usualmente hacía cada cierto tiempo, ya que las ideas de su directora solían aparecer de la nada.
—No quiero otro momento vergonzoso —Neru, parecía mortificada de esta idea.
—No digas eso, seguro sales bien —intentó alentarla, Len.
Ante esto, simplemente lo ignoró para que no viera su expresión.
—Veo que otros están muy emocionados —Nero, se encontraba hablando con Rin, sobre las reacciones de sus demás compañeros.
—Lo peor es que tiene la apariencia para ese ego —masculló Rin.
El que parecía más motivado con todo esto, era Gakupo, quien pareció relucir más sus lados fotogénicos.
"Ya verá ese maldito, yo seré quien resalte mejor en la sesión de fotos" pensó Luka, sintiendo su espíritu competitivo más ardiente que nunca.
.
.
Ya es conocimiento público que SEPVU, no es una escuela como otras, tal vez porque solo se dedicaran a crear una nueva generación de artistas, seguro por su gran diversidad cultural, o también, por las locas ideas que su directora solía tener de repente para hacerlos sufrir un poco más.
—Como saben, en ciertos días tendrán que cumplir con ciertas reglas a menos que quieran perder puntos —comenzó a explicar con una sonrisa de superioridad—. Por ello, hoy se me ocurrió la idea de un... ¡cambio de imagen! —exclamó con emoción, incluso extendiendo sus brazos, aunque lo único que la recibieron fue el sonido de los grillos del jardín.
Miradas confusas fue la mejor reacción de los estudiantes. Bajó sus brazos decepcionada, soltando un suspiro.
—Es hacer algo distinto a su apariencia, no pido nada radical. Si tienen el pelo suelto, se lo recogen, si lo tienen corto, pueden hacerse otro peinado o agregar un accesorio —como ejemplo, uso su mano para llevar su cabello hacia atrás, dándole una apariencia mucho más seria y madura—. En fin, ¿ven qué no es tan difícil? Más tarde vendré a ver sus resultados.
Cuando se disponía a salir, Aoki, quien iba entrando, choca con Meiko, pero al ser tan pequeña, es ella quien termina en el suelo.
—¿Por qué tanta prisa? —preguntó de forma burlona mientras la ayudaba a levantarse.
—Venía a avisarles que Ann-san, no podrá venir. Eh, tiene una pequeña emergencia —respondió, todavía algo mareada por la caída.
—¡Ya oyeron, mocosos! Tienen la hora libre, disfruten de mi pequeño reto —decretó la directora, tomando a Aoki por los hombros para que así ambas pudieran salir del salón.
—¿Algún día se tomará en serio su trabajo? —se preguntó Len, en voz baja, aun con miedo de ser escuchado.
Cuando volvió la vista al frente, se encontró con la inquisidora mirada de Neru, lo cual, lo puso más nervioso de lo que esperaba.
—¿Q-Qué pasa?
—Ya sé que hacer con tu cabello —hizo una pose pensativa, logrando confundirlo más.
Acto seguido, se levantó de su asiento posicionándose frente a él, pero antes de que Len, pudiera decir algo más, ella le quitó rápidamente la liga de su cabello.
—Rin, tus clips.
Antes de que la mencionada pudiera decir algo, Neru, con su agilidad, le quita sus accesorios dejando caer su flequillo sobre su ojo izquierdo.
—Pft, te ves graciosa —comentó Nero, con una sonrisa que provocó que la Kagamine solo pudiera sonrojarse, mientras intentaba acomodar un poco su cabello.
Len, por más quejas que tuviera, tenía a Neru, haciendo experimentos en su cabello, no pensó que este tema podría motivarla tanto.
—¡Listo!
Se alejó de su modelo y los demás se acercaron a ver los resultados, provocando que Len, se sintiera avergonzado por la atención, realmente no sabía que cosa hizo Neru, pero con los clips, tenía una leve idea de que seguramente tenía el mismo peinado que su gemela; no era el estilo más masculino a decir verdad.
—¡Oh! Te pareces a Rinto, debería tomarte una foto —comentó Rin, sacando su celular, pero su gemelo rápidamente la detuvo.
—¿Quién es ese? —preguntó Gumi.
—Es nuestro primo, por alguna razón, tiene un estilo parecido a Rin —respondió Len, quitándose los accesorios.
—Además, tiene una gemela llamada Lenka. ¡Es super linda! Todo lo contrario a Len —agregó Rin, con una gran sonrisa.
—¿Acaso la familia Kagamine es propensa a tener gemelos? —se cuestionó Neru, haciéndose una imagen mental de como lucirían los primos de esos dos.
—¿Ya estás preocupada de tu futura familia? —inquirió Nero, con un tono burlón, recibiendo un golpe en la cara.
—Recuerdo cuando antes confundíamos mucho a Rin-chan y a Len-kun —mencionó Miku, con un tono nostálgico.
—Era fácil confundirlos, hasta su cabello era del mismo largo. Lo único que los delataba a veces, era su personalidad —recordó Mikuo.
—Sí, era divertido hacer esas bromas —asintió Rin, con una sonrisa de orgullo.
—Tsk, por eso nos metíamos en tantos problemas. ¡Y por eso solían pensar que era mujer! —se quejó mirándola amenazante. Ya sin sus clips, seguía con el cabello suelto, pero decidió peinárselo hacia atrás, generando una imagen mucho más madura de si mismo.
Neru, tuvo que voltear la mirada un segundo, sintiendo que caería más bajo si lo seguía viendo.
—Deberías dejártelo suelto, Len-chan —su hermana, procedió a despeinarlo de una forma bromista.
Los demás, viendo esto divertido, comenzaron a planear distintos peinados, aprovechando que su cabello no era tan corto. Aunque esto solo terminó por agotar la paciencia del Kagamine.
—¡Dejen de molestarme!
Ya harto, comenzó a mover sus brazos de un lado a otro para alejarlos a todos. Al final, se quedó con el cabello completamente suelto.
—Kaito, ya sé que te quedaría bien.
Miku, llamó la atención del mencionado, quien se acercó a ella curioso por lo que tenía planeado. Sin embargo, no esperó que ella de repente pusiera sus manos sobre su cabello, dejándolo congelado en su sitio ante la repentina cercanía.
"¿Lavé bien mi cabello? Espero que se sienta suave, usé el acondicionador de Kaiko, que bueno que existen las coincidencias" fueron uno de los muchos pensamientos que pasaban por su cabeza. "Ah, pero sus manos se sienten tan bien" fue el que más se presentó, tanto así, que podía ignorar perfectamente las miradas asesinas que Mikuo, le lanzaba en su dirección. Aunque, a decir verdad, ambos tenían un aura rosa a su alrededor que los hacía ver como una pareja pérdida en su propio mundo.
—Parece que Kaito-san, no podrá escapar de la ira de Mikuo-san —comentó Mei, al ver el gran aura de enojo que se formó detrás del Hatsune.
—Ahora que lo pienso, ¿tú no eres sobreprotector cuando se trata de Rin-chan? —preguntó Luka, haciendo que las miradas se dirigieran nuevamente a Len.
"Además, es tan linda que si yo fuera su hermana, no dejaría que ningún chico la mirara" por suerte, nadie podía leer los turbios pensamientos de la ninja.
—Ya es suficiente trabajo ser su guardián —soltó un suspiro ante esto—. Tal vez no llegue al nivel de Mikuo o de Gakupo-san, pero definitivamente no dejaría que se le acercara un pervertido.
—¡A veces eres tan buen hermano! —la primera reacción de Rin, fue abrazarlo.
—Por suerte, Nero, se ha ganado la confianza de él —comentó Gumi, en voz baja, pero el mencionado alcanzó a escucharla—. Aunque la tendrá difícil cuando quiera conquistarla en serio.
—¡Oye! No digas esas cosas —siseó avergonzado, esperando que nadie más escuchara aquello.
—Oh, Miku-chan terminó su trabajo —señaló Luka.
—Las chicas quedarán encantadas —añadió Rin, soltando un silbido.
El resultado de Kaito, fue su cabello perfectamente peinado hacia atrás, haciéndolo lucir mucho más sensual y maduro, tanto así, que hasta podría olvidarse el hecho de que realmente es un idiota.
—Nero, ¿qué piensas hacer? —preguntó Rin, interesada.
Por dentro, quería tener la misma valentía que Miku o Neru, para hacerle peinados a sus "amigos". Realmente no tenía intenciones oscuras (un poco, tal vez), pero no quería sonar tan lanzada.
—Supongo que me lo recogeré un poco —tomó uno de sus mechones, por suerte, no tenía el cabello tan corto.
"¿Será que quiere ayudarme?" se preguntó internamente, pero conteniéndose lo suficiente para no hacer esa pregunta en voz alta.
—Parece que Rin, quiere ayudarlo —por suerte, su hermana intervino e hizo ese comentario. Aunque ambos terminaron avergonzados al saber que eran bastante obvios.
—Y tal vez llegar más lejos —agregó Gakupo, con su típica expresión pervertida, ganándose un golpe por parte de Luka.
—No dañes el ambiente —lo regañó por lo bajo.
Por suerte, con el tiempo, el samurái poco a poco se iba acostumbrando más a esos golpes, por lo que no tardó en recuperarse y se la quedó mirando fijamente. Esto solo logró ponerla más nerviosa.
—¿Q-Qué pasa? —odiaba cuando la miraba de esa forma, se sentía muy consciente de sí misma.
—¿Quieres ayudarme con el mío? —en vez de usar su típico tono coqueto, empleó uno mucho más gentil.
—De acuerdo —murmuró por lo bajo.
Aunque claro, Gakupo, nunca aprendió a controlar sus impulsos e intentó acariciar su cabeza, pero fue rápidamente rechazado por esto.
—Parece que avanzan poco a poco —Gumi, los veía con una sonrisa.
—Todos van en pareja —señaló Mei, viendo a todos sus amigos estando con su respectivo interés amoroso, para luego voltear a ver a su amiga—. ¿No quieres ir con Yuma-san?
—C-Claro que no, además él ya tiene compañía.
En el otro extremo del salón, se podía ver al mencionado rodeado por Yukari, Mizki (quien era la más cercana a él), Nekomura y Galaco. Ante esto, apartó la mirada.
—Oh, no pensé que también te sintiera insegura —la castaña no lo decía por mal, pero esa misma inocencia le daba más peso a sus palabras.
—¿I-insegura? No, no, no, desde siempre lo he visto rodeado de mujeres —soltó una sonrisa nerviosa—. Solo somos rivales, solo me preocuparé por nuestras partidas de ajedrez, ¿por qué me sentiría celosa por esto? —agregó en un intento de respaldar su punto, pero solo la hacía lucir más nerviosa.
—No tiene de malo sentirse así, demuestra cuanto te gusta esa persona y lo mucho que quieres estar a su lado —dijo Mei, con un tono soñador.
Esa imagen fue tan tierna, que el interruptor de Gumi, se encendió y terminó por abrazarla fuertemente.
—¡Mei-chan! Deja de decir cosas tan lindas o te comeré —bromeó su amiga—. Más te vale conseguir un buen hombre o juro que mataré a quien te haga sufrir.
La pobre solo pudo soltar una risa nerviosa, ya que no sabía si sentirse feliz o asustada por aquella declaración.
.
.
—¿Cómo me veo?
Al final, Rin no pudo ayudar a Nero, con su peinado, ya que este demostró gran habilidad con esto. Se dejó su cabello medio recogido, ese estilo desorganizado le quedaba extremadamente bien.
—Muy bien —respondió Rin, sin pensarlo. Tuvo que voltear a otro lado, para no caer más bajo los encantos del Akita.
—Ahora falta tu peinado —señaló el rubio, haciéndola reaccionar.
—Pensaba en copiar el estilo de Miku-nee —de esta forma, invocó a su amiga, quien apareció abrazándola por la espalda.
—Entonces, yo tomaré el peinado de Rin-chan.
Se alejó de su amiga, para soltar su cabello, el cual llegaba hasta el suelo. Ambas chicas, se ayudaron mutuamente para lograr su objetivo.
—Tu solo piensas en soltártelo ¿cierto? —comentó Len, viendo a Neru, quien se enfrascó en su celular olvidando la tarea del día.
—Si, pero es muy molesto que sea tan largo.
Aprovechando que no quitaba la vista de su celular, Len, aplicó lo mismo que ella le hizo antes y desató su cabello sin avisar.
—¿Por qué lo hiciste? —volteó a mirarlo enfurecida, pero con un leve sonrojo que solo le daba una apariencia más tierna.
—Te ves linda —respondió de forma directa—. Aunque...
Tomó uno de los clips de Rin, acercándose a ella, quien terminó cerrando fuertemente sus ojos al no estar lista para verlo tan cerca.
—Listo, así dejas ver mejor tu rostro —dijo satisfecho por su trabajo.
Neru, tomó un espejo de mano que estaba cerca para apreciar el resultado. Len, utilizó las pinzas para llevar su flequillo a un lado.
—N-no creas que te voy a agradecer —fue lo único que pudo decir.
—De nada —luego de estar tanto tiempo con ella, aprendió a descifrarla.
—¡Su gran Akaito-sama, regresó!
El ambiente fue interrumpido cuando el pelirrojo volvió al salón, pero rápidamente fue ignorado y todos volvieron a sus propios asuntos.
—¿Dónde estabas? —cuestionó Mikuo, mirándolo sospechosamente.
—Solo me quede dormido —respondió como si no fuera la gran cosa—. Todavía no me acostumbro al cambio horario.
—Pero si ya llevas aquí varios días —masculló ante esta tontería.
—¿Y?
—¡Oh! ¡Un momento! —intervino Miku, ahora usando el moño de Rin en su cabeza dándole un aspecto mucho más tierno—. ¿Acaso él no estaba aquí desde antes?
—Ho, así que te diste cuenta, mi princesa —Akaito, sonrió victorioso—. ¡Sí! Pensé que nadie se daría cuenta, pero hice una pequeña aparición en los primeros capítulos.
—¿En serio? —Luka, se puso pensativa mientras seguía peinando el cabello de Gakupo.
—No lo recuerdo... —agregó Neru.
—¡Pero si hice un acto heroico contigo! Yo, el gran Akaito, logré salvarte de un accidente.
—¿Algo así pasó? —cuestionó Len, cruzándose de brazos.
El pelirrojo se quedó en blanco, al ver que su primera aparición, simplemente no fue tan épica como para quedarse en la mente de los presentes. Incluso, comenzaron a hablar entre ellos, ignorándolo nuevamente.
—¿En serio nadie va a hacer más preguntas?
—Seguramente Neru, te golpeó tan fuerte que terminaste inconsciente ¿no es así? —supuso Mikuo.
—Rin-chan, ¡luces muy linda! —exclamó Miku, con brillos en sus ojos al terminar el peinado de la Kagamine: dos coletas altas, pero al no tener el cabello tan largo como su amiga, le daba una apariencia un poco más infantil.
—¿En serio? —se mostró algo tímida ante su nuevo estilo, casi nunca se hacía otros peinados.
—¡Claro! Te ves realmente bien —respondió Nero, con tanta certeza que la hizo sentir aliviada.
—Miku-chan, también —agregó Kaito, acariciando la cabeza de la mencionada.
—¡Hey! No ensucies mi moño.
Una nueva pelea dio inicio, aunque ya todos se estaban acostumbrando a esta clase de caos.
—Creo que yo solo me recogeré un poco el cabello —comentó Luka, tomando uno de sus mechones entre sus dedos.
—¿Puedo ayudarte? Tu cabello es muy lindo, hay que sacarle provecho —sugirió Gumi, con una gran sonrisa.
—Te lo agradecería.
—Aunque si quieres que mi hermano te ayude, no me quejaré.
—¿D-De dónde sacas esas ideas? —Gumi, soltó una risa al ver que su provocación dio resultados.
—Luka-san, hizo un gran trabajo contigo —comentó Len.
Gracias al trabajo de Luka, el samurái portaba una trenza suelta de lado, con algunos mechones que enmarcaban mucho mejor su rostro. Nuevamente, avergonzando a la población masculina por tener un estilo tan simple.
—También me encantaría ayudarla, pero Gumi, ya me ganó —soltó un suspiro, posando una mirada en las dos—. Se vería bien con dos coletas bajas —sugirió Gakupo, mirándola fijamente.
—N-no te concierne esto —respondió intentando ignorarlo.
—En serio, ya deberían salir —murmuró Neru, apoyando su mejilla en una de sus manos.
—Neru-chan, otra vez, tu belleza me cautiva —Akatio se abalanzó hacia ella, con la intención de abrazarla.
Al estar distraída, y en una posición nada cómoda, no fue fácil sacárselo de encima. Incluso Len, comenzó a emanar un aura llena de ira ante la escena que estaba presenciando.
—Al parecer vamos a presencia el inicio de una guerra —comentó Rin, divertida ante esta escena.
—Aunque igual sabemos quien va a ganar —agregó Nero.
—Pero, si Len, no hace algo pronto, puede que pierda su ventaja —Gumi, apareció de repente para dar su punto de vista.
—Shion-san, será mejor que te alejes de Neru —amenazó Len, con un aura sombría.
—¿Yo? —preguntó Kaito, inocente.
—¡Obviamente no se trata de ti! —exclamó el rubio, con un leve tic en su ceja.
—¡Miku-chan! Len-kun se ha rebelado —Kaito, se mostró asustado y lo mejor que hizo fue esconderse detrás de ella.
—Bueno, Akaito-san, la estás incomodando —lo señaló a él, olvidando la interrupción anterior.
Neru, simplemente veía todo sin saber cómo reaccionar, incluso olvidando por unos momentos que seguía siendo abrazada por el pelirrojo.
—Creo que tengo derecho para abrazar a-
Pero antes de que pudiera terminar esa frase, recibió un fuerte puñetazo en toda la cara.
—¡Vamos, Len-dono! Lucha por lo que es tuyo —Gakupo, le dio porras, haciendo que los dos rubios se miraran algo impresionados.
—Estúpido mujeriego, no hay nada entre nosotros —siseó Neru, apretando sus puños aunque su rostro se encontraba ligeramente rojo.
—Onee-chan, deberías dejar de ser tan orgullosa —pero lamentablemente, esto hizo que Nero, se ganara un libro en la cara.
—Meh, Len, es muy idiota. Neru, va a preferir a cualquiera antes que él —mencionó Rin, pero sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Su gemelo, simplemente le lanzó una mirada fría como el hielo que dejaba sus advertencias muy claras.
—Perdón, hermano —murmuró, tomando refugio también en la espalda de Miku.
—Vaya, Len-kun, está pasando un momento difícil en su adolescencia —comentó la diva como si de una madre preocupada se tratara.
—¿Acaso no pueden quedarse calmados por más de 5 minutos? —Luka, por fin se acercó al grupo con su nuevo look.
La peli rosa, ahora llevaba unas lindas coletas de colegiala, dándole un aspecto más tierno.
—Gumi, eres la mejor hermana del mundo —fue lo primero que dijo, encantando al ver a su amada así.
—¡¿Dónde está tu ropa, estúpido animal?! —exclamó furioso Mikuo, al ver llegar a Kaito solo con su bufanda puesta, tapando sus partes nobles.
Este simplemente se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.
—Es mi momento de brillar, no lo entenderías.
—Ya, puede ser un buen chico —comentó Rin, evitando que el Hatsune asesinara al que sería su futuro cuñado.
Gracias a este desastre, Galaco aprovechó para acercarse al grupo, más específicamente a Nero, quien como siempre, se encontraba lo más lejos de Mikuo, si era posible.
—¡Nero-kun! —lo llamó con una sonrisa radiante—. ¿Qué te parece mi nuevo estilo?
La chica, llevaba una trenza de lado, que gracias a su largo y los diversos colores de su cabello, la hacía lucir bastante bien. Aunque se mostraba tímida, no dudó ni dos segundos en hacer una vuelta como si mostrara su vestido, haciéndolos parecer mucho más cercanos de lo que realmente eran.
—Luces muy bien, Galaco-chan —respondió con una sonrisa amable.
Aunque la respuesta fue algo esperable, la chica sintió su corazón latir con fuerza ante esto.
—¡T-tú también luces muy bien! —agregó ella, totalmente sonrojada.
—Parece que Rin-chan, tiene una rival en el amor —comentó Gumi, cerca de la mencionada.
—¡Rin-chan, nunca se rendirá! Su ternura le dará su victoria por el amor de Nero-kun —exclamó Miku, con una llama de determinación en su mirada.
—Pero si no avanzan, se lo van a quitar. No pueden seguir siendo "mejores amigos" por siempre —Gumi dio un largo suspiro.
—Oigan, saben que estoy aquí ¿no? —murmuró la Kagamine.
—¿Acaso no estás enojada? —preguntó Neru, luego de poder alejarse de Akaito.
—¿Por qué lo estaría? Nero, es muy popular y puede elegir a quien quiera —respondió con una leve sonrisa—. De todos modos, solo somos amigos.
La Akita, la observó por unos segundos, aunque sonriera, podía notar cierto rastro de decepción y tristeza en su mirada. En parte, no podía culparla, esa amabilidad que Nero, le brindaba a todos hacía que muchas terminaran confundiéndose.
"Espero que el idiota de mi hermano se de cuenta, o sino terminará por perderla" pensó con cierta resignación.
.
.
—Tengo hambre... —Len, lanzó un gran bostezo. La hora estaba pasando algo lenta desde que los demás ya terminaron con sus cambios de look.
A su lado, vio a Kaito (ya por fin vestido) comiendo un gran helado de chocolate.
—Oye, oye, Kaito —llamó la atención de su compañero—. ¿Me das un poco? —señaló el postre, mientras le dedicaba una mirada de cachorrito abandonado; eso sumado con su cabello suelto, lo hacía lucir mucho más tienro.
—Lo siento, Len-kun —sin embargo, eso no pareció funcionar ya que le dedicó una sonrisa falsa—. Yo no comparto —sentenció él con un aura ominosa.
El pobre rubio quedó en blanco ante este rechazo tan directo.
—Vaya, Kaito-dono, es muy egoísta —comentó Gakupo, impresionado por lo que acababa de presenciar.
—El helado es mi vida, no lo pienso compartir con nadie —con una sonrisa de idiota, continuó comienzo.
—Solo te pones serio con dos cosas: el helado y Miku-dono —bromeó, ocasionando que dejará su cuchara a mitad de camino.
—¡N-no es eso! Miku-chan, solo es una amiga claro que me preocupo por ella —farfulló, llenándose rápidamente de helado para no decir ni una palabra.
Gakupo y Len, se miraron para luego negar con la cabeza.
El samurái, poco después se fue de ahí para ver que otra cosa podía hacer (y si era con Luka, aun mejor). Por suerte, la encontró en su escritorio, leyendo algo a solas.
—Luka, ¿qué lees? —se acercó a ella, tomando un asiento desocupado que estaba a su lado.
Para su suerte, ella no lo insultó ni lo ignoró.
—Una historia de amigos de infancia. Por un motivo, se tienen que alejar y los años pasan, por suerte se vuelven a encontrar, pero ninguno recuerda su pasado o al menos, eso nos quieren hacer creer al inicio —respondió sin despegar su vista del libro.
—No pensé que te gustarían las historias románticas —comentó Gakupo.
—Por alguna razón, me interesó la trama. Más que ser romance, lo veo como algo nostálgico, también habla un poco sobre lo difícil que es darte cuenta de que ya eres un adulto.
"Además, siento como si ya conociera esta historia antes, aunque nunca antes la he leído" agregó en su mente.
Una risita por parte del Kamui, logró que ella por fin lo mirara a la cara, pero con un leve gesto de molestia.
—¿Qué es tan gracioso? —en serio, iba a perder muchos puntos si comenzaba a burlarse de sus gustos.
—¿Te diste cuenta que es la primera vez que hablamos por más de dos minutos sin que me insultes o rechaces? —apoyó su rostro en la palma de su mano, sin quitarle la mirada de encima.
—B-bueno, no has dicho nada estúpido —contestó con un leve sonrojo.
—Creo que tus buena influencia ha logrado que cambie un poco.
Ella solo atinó a esconderse detrás del libro, para dejar de sentir su mirada sobre ella.
"Maldición, si me sigue mirando así, terminaré por creerle" se avergonzó por pensar esto, pero ¿quién no lo haría al recibir una mirada que parecía transmitir tantos sentimientos?
Sus horas libres finalmente terminaron, y procedieron a tener clases con la profesora Clara, quien se tardó un poco más de lo esperado y por eso, se encontró con un caos en el salón. Una vez, todos se organizaron, ella pensó ingenuamente que podría iniciar sus clases en paz.
—Perdón por interrumpir, pero necesito a una estudiante.
Yohio apareció en la puerta, sacando suspiros a más de una, pero Clara, le dedicó una mirada de molestia que ni intentó disimular, haciendo que él se sintiera en peligro.
—¿A quién?
—M-Miku Hatsune.
Ante esto, tanto Mikuo como Kaito, miraron confundidos a la mencionada, quien no parecía nada sorprendida ante esto. ¿Desde cuándo esos dos se conocían?
—No se demoren mucho, no quiero que pierda clases —amenazó a ella, ante lo cual el rubio asintió múltiples veces.
Kaito, solo vio estupefacto como la chica de sus sueños caminaba hacia aquel rubio europeo que hacía enloquecer a todas. Sus celos fueron más fuertes que su razón, provocando una pelea en su mente sobre cómo vigilar que realmente nada pasara entre ellos dos.
Con el paso de los minutos, su lado más estúpido e impulsivo ganaba fuerza, la duda lo carcomía por dentro al no verla llegar pronto, ni siquiera le prestaba atención a la clase. Por eso, terminó cediendo ante la presión de sus propios pensamientos.
—¡Profesora! —alzó su mano interrumpiendo a Clara, quien tenía la paciencia muy baja hoy—. Necesito ir al baño, por favor déjeme ir.
La española lo miró con cara de pocos amigos, hasta que soltó un pesado suspiro.
—De acuerdo, pero sin demorarte —enfatizó en esto último con gran seriedad.
—¿Ahora que bicho lo picó? —se preguntó Len por lo bajo, aprovechando que esa pequeña interrupción logró que los demás pudieran hablar entre sí.
—¿Acaso no lo ves? Es amor —respondió su gemela con un aire rosa.
Los demás solo la miraron con una gota en la sien.
.
.
Como todos sabemos un hombre celoso hace cualquier estupidez en ese estado (¡porque es un hombre!) así que los planes en esta situación, no venían de la lógica sino que de los impulsivos, razón por la cual no tenía mucho sentido. Por ese motivo, se encontraba recorriendo prácticamente todo la escuela, con sus bajas habilidades ninja, hasta que notó a Yohio y a Miku saliendo de una biblioteca, se veían ambos muy contentos.
"Si están felices, es porque seguro hicieron algo muy divertido, como comer helado" comenzó a pensar su mente ya delirante por los celos, olvidando que era prohibido comer en la biblioteca.
"¡Claro que no! Hay algo mucho más delicioso que el helado: los labios de Miku-chan. Ah, son tan suaves y cálidos, pero... ¡¿Acaso ese maldito también los probó?! Ese hijo de perra me las pagara si es que se atrevió a tocarla" por poco y termina arruinando la pared en la cual se estaba escondiendo.
"Tranquilo Kaito, no es hora de planear una venganza por la cual podrías ir a la cárcel" tomó un respiro "pero, si ese desgraciado la tocó... ¡Voy a hacerlo sufrir de las formas más terribles! Podría decirle a Gakupo, que me ayude o mejor Luka... ella parece mejor para estos temas. ¡Maldición! Ya vienen para acá".
Dejó de pelear en su subconsciente al ver que pronto lo descubrirían, así que se fue corriendo para devolverse al salón.
Al entrar, nadie dijo nada, pero sus amigos más cercanos se dieron cuenta del aura que lo hacía parecerse demasiado a un asesino serial. Todo resultó muy extraño, cuando después Miku, apareció con una sonrisa de oreja a oreja y un aura rosa a su alrededor.
Los comentarios no demoraron en aparecer.
—Parece que Hatsune y Yohio-kun, se llevan muy bien.
Por alguna razón, Kaito escuchaba perfectamente cada una de estas cosas, aumentando peor sus celos.
—Es verdad, harían una linda pareja.
—Ella es muy linda y él es guapísimo, claramente se complementan muy bien.
Aunque, de la ira, llegó la tristeza al darse cuenta que posiblemente todos esos comentarios eran ciertos.
Desde otros ojos, esto se veía de forma muy graciosa: Kaito se la pasó todo el resto de día deprimido, mientras que Miku, a su lado parecía ser la felicidad en persona. Este contraste entre ambos, solo generaba curiosidad entre sus amigos, quien cada uno comenzó a utilizar su mente para algo además de la clase.
Luka, por un lado, consideraba que era una pelea o malentendido que ambos debían solucionar solos, muy al contrario de Gakupo, quien creía que al final todo terminaría en resultados para mayores de 18 años. Rin, claramente pensó en tomar esto como una forma para saber como molestarlos.
Lamentablemente, no pudieron indagar más en el tema ya que las últimas horas tendrían que hacer la vergonzosa sesión de fotografía, patrocinada por nada más ni nada menos que su gran directora: Meiko.
—Hoy será un día especial para todos ustedes, ya que por fin tocarán un poco de lo que se trata ser un ídolo —comenzó a decir León, ganándose rápidamente un golpe por parte de su hermana.
—También será un buen momento para aprender que no deben hacer, como este idiota de aquí —terminó de decir Lola.
Ahora mismo, se encontraban en la bodega donde hicieron sus trajes el primer día, pero ahora estaba remodelada y se encontraba separada por una pared, tenía de todos los equipos posibles y diferentes vestuarios para la ocasión.
—Maika y Yohio, se encargaran de ayudarlos —cada uno les dedicó un saludo—. Buena suerte, espero tener buen material —se despidió Meiko, con un brillo en su mirada que provocó que más de uno tuviera miedo por su integridad.
—¡Chicas! Síganme, por favor —indicó Maika, con una gran sonrisa mostrándoles el camino.
Neru, seguía a la multitud con pasos robóticos, debido a los nervios que crecían cada vez más, no quería que su dignidad se fuera al caño solo por una simple y estúpida foto.
—Tranquila, todo saldrá bien —comentó Rin a su lado, pero ella se veía igual o más tensa.
—Deberíamos tomar de ejemplo a Luka-san, ella no se ve nerviosa —sugirió Miku.
Efectivamente, la Megurine mantenía su expresión calmada como si simplemente fueran a una excursión.
—¿Cómo no va a tener seguridad? ¡Su cuerpo de modelo es perfecto! Solo miren sus curvas y sus proporciones son las correctas en todos lados —comenzó a explicar Rin, haciendo unos gestos nada educados en la parte delantera, en serio, a veces parecía que juntarse mucho con Gakupo, la estaba afectando.
Al final, terminó recibiendo un leve golpe en la cabeza por parte de Luka, para que por fin se callara.
—¡Aquí es! —anunció Maika, mostrándoles lo que sería el estudio de fotografía.
—Definitivamente tienen muchos ingresos —comentó IA, por lo bajo.
—¡Que divertido será todo! —exclamó SeeU, abrazándola por los hombros.
—Las fotos cambiarán dependiendo de lo que el fotógrafo logre notar de su potencial. Es decir, algunas irán por un concepto más tierno, o puede ser algo sensual. Eso si, no importa que tema sea, algo es seguro: los hombres morirán por ustedes —explicó Maika, decidida.
—Creo que voy a enfermarme —comenzó a decir Neru, en un falso intento de actuación.
—Ni creas que me dejarás sola —siseó Rin, por lo bajo tomando fuertemente su corbata para evitar que se fuera.
Así, entre risas y muchos nervios, Maika junto a estilistas, se encargaron de hacer un buen trabajo con cada una de ellas.
.
.
—Me preguntó como saldrá Luka —comentó Gakupo, con un aire soñador.
—No me preocuparía por ella —dijo Len.
—Esto será un desastre —se lamentó Kaito, quien todavía no se recuperaba de su episodio depresivo.
—¿Alguno quiere ser el primero? —preguntó Yohio, con una sonrisa.
El único que se ofreció fue Gakupo, nadie sabía si agradecerle o más bien maldecirlo, porque cuando comenzó a posar, el autoestima de todos se fue por el suelo debido a lo fotogénico que era el samurái. ¿Acaso la vida no era muy injusta al darle tanta belleza a una persona?
Así, pasaron unas horas divertidas, entre risas y burlas a sus compañeros, sentimientos de vergüenza, e intentos de escape por medio de patéticas excusas, al ver los atuendos o poses que emplearían para sus fotos. Pero, todo tiene un final, incluso esta clase de momentos que parecen eternos.
Todos se encontraban nuevamente en su salón, con Meiko en frente quien les daría las siguientes recomendaciones.
—Las fotos estarán listas para mañana, pero, decidí hacer la entrega un poco más divertida —comenzó a explicar con una sonrisa que no traía nada bueno—. ¡Serán entregadas al azar!
Ante esto, todos se quedaron en blanco.
—¡Momento! Eso es muy vergonzoso —exclamó Yukari, logrando que los demás reaccionaran.
—¡Es verdad!
—No queremos que nadie las vea.
—¡Silencio, mocosos! —gritó, para calmar las aguas—. Cuando sean ídolos, estrellas o lo que sea, tendrán que salir en revistas o en redes sociales, donde los verán miles de personas. Por eso, hay que irlos acostumbrando a esta clase de trabajos —explicó con cierta molestia—. No quiero más quejas, así que me iré.
Como un tornado se fue, dejando todo el desastre atrás. Los alumnos se miraban entre sí, mortificándose ante la idea de que alguien tuviera aquella foto tan vergonzosa.
—Rin-chan, ¿estás bien? —preguntó Nero, al girarse para hablar con ella.
La rubia tenía la mirada pérdida y hasta podría verla algo pálida.
—Nadie puede ver esa foto... —respondió ella, ocultando su rostro con sus manos.
—Tranquila, creo que debió salirte excelente, tu apariencia tierna debió ayudarte —intentó animarla, pero este comentario solo la hundió más.
—Ja... tierna, si, claro.
—¿Eh? ¿Rin-chan? ¿Acaso dije algo malo? —comenzó a preocuparse al ver que ella solo parecía hundirse más en el arrepentimiento.
Las clases por fin dieron fin, pero también fue una mala noticia para todos, la saber que mañana pasarían su camino de la vergüenza que Meiko, les tenía preparado a cada uno. Así que para alivianar un poco los nervios, decidieron hacer algo diferente, como ir a la casa de Gakupo, por ejemplo.
—Que linda, se ve muy tradicional —comentó Mei, mirando los alrededores.
La fachada de la casa tenía toques muy antiguos y tradicionales, con puertas y pisos de madera.
—Fue lo que nos alcanzó para vivir aquí —comentó Gumi, sabía que Mei lo veía todo muy interesante por ser una chica rica, pero ante ojos comunes solo era una casa de pobres.
—¿Y sus padres? —preguntó Nero.
—Ellos viven en el pueblo a un par de horas de aquí, se negaron a volver a la vida de ciudad —contestó Gakupo.
—Además, mis padres tienen su propia granja, no podrían dejarla a cargo de nadie más.
—Ahora que lo pienso, ¿por qué no comparten apellidos? —preguntó Rin, algo curiosa.
—En realidad, somos primos —respondió Gakupo.
—Pero nos llevamos tan bien, que lo consideró mi hermano mayor —completó Gumi—. Nuestras familias comparten mucho, incluso la casa, que es bastante grande, onii-chan y mis tíos se mudaron ahí desde que soy una niña, por eso, no fue extraño considerarlo así.
—Tengo una hermanita en casa, se llama Gakuko, pero por alguna razón... ella me odia —agregó con un suspiro.
—Yo haría lo mismo —la indiferencia de Luka, fue un arma letal.
—Tus palabras matan —comentó Miku.
—Literalmente... —completó Len, viendo al samurái deprimido en un rincón del cuarto.
—Oye, Kaito —Rin, se acercó discretamente al mencionado, mientras los demás escuchaban alguna historia de sus anfitriones—. ¿Estás bien?
En algún momento normal, el peli azul, se habría alarmado de esta muestra de humanidad, pero ahora, simplemente parecía que todo le daba igual.
—No es nada —fue lo único que dijo.
—¿Pasó algo con Miku-nee? —inquirió en un susurro, para no llamar la atención.
Un suspiro fue su única respuesta, pero Rin, además de orgullosa era alguien muy terca por lo cual no se rendiría tan fácil. Por eso, luego de insistirle por un largo rato y chantajearlo con helado, él le terminó contando todo; omitiendo claro, sus intenciones de asesinar a Yohio.
—Eres un idiota —fue lo primero que dijo al escuchar su historia.
—¿Uh? —tampoco se esperaba palabras de ánimo, pero esto era muy cruel incluso para la hija del mal.
—Yohio inició una relación con Maika, Miku, solo le ayudó a planear su primera cita.
—P-pero ¿cómo se conocen? ¿Por qué estaban solos en la biblioteca? —se negó a aceptar que todo esto era un simple malentendido.
—Ambos se conocen porque Yohio, ha trabajado con los padres de ella antes. Además, están planeando una sorpresa, obviamente necesitaban privacidad —Rin, se cruzó de brazos sin quitarle su mirada juzgadora.
Kaito, ocultó su rostro con una de sus manos, sintiéndose como un inútil por todo este tiempo que perdió estando deprimido, aunque al mismo tiempo, se sintió aliviado y contento al darse cuenta que no tenía una relación con ese estúpido rubio.
Volvió a ser el mismo de antes en poco tiempo, y se unió a la tarde de juegos que todos tenían planeado, ignorando que Miku, se mostró aliviada al verlo actuar como antes.
.
.
.
Luego de una divertida tarde, llegó la hora de irse. Todos se encontraban afuera de la casa de Gumi y Gakupo, despidiéndose unos de otros.
—Len, no pensé que pasaríamos toda la tarde aquí, será mejor que te cuente mañana.
El Kagamine, frunció el ceño ante esto, no le gustaba la idea de quedarse con la duda el resto de la noche.
—De acuerdo —soltó un suspiro resignado—. Mañana hablamos, no me importa a que hora sea.
Por alguna razón, esto solo ponía más nerviosa a Neru, pero con una mezcla de ¿expectativa? En fin, cuando Len, se comportaba de forma seria, se veía mucho más maduro.
—A-adiós —se despidió rápidamente, para que este no notara su vergüenza.
"Ugh, este sentimiento pasará pronto" pensó para sí misma, negándose a mirar atrás.
Len, se quedó ahí unos segundos más, viendo como la figura de Neru se iba alejando poco a poco.
—¿Acaso debo recordarte que está mal acosar?
Dio un saltó ante este comentario de su gemela.
—¿No te habías adelantado? —acusó él como forma de huir del tema.
Ambos comenzaron a caminar para regresar a casa.
—Noté que te estabas demorando un poco, y temí por la seguridad de Neru —respondió con burla.
—Ni que fuera un pervertido —bufó molesto.
—¿Quién dijo que algo pervertido? —sintió su cara enrojecer—. ¿Oh? Vaya, si que eres un total perver... ¡Ouch!
Tuvo que golpearla en la cabeza para que por fin se callara.
Finalmente el momento llegó, las campanas anunciaron el final…
Un momento. ¡Corten! Hay un error de guion para seguir con la narración, ni que estuviéramos en la historia de Hija del Mal.
Volviendo al tema, ahora la pobre Neru Akita, definitivamente no quería afrontar el nuevo día que tenía por delante. En primer lugar, su vergonzoso foto sería revelada al mundo y en manos equivocadas (como las de Rin Kagamine) sería usada para arruinar la poca dignidad que le quedaba, después de todo, el fotógrafo tuvo la grandiosa idea de ponerla en un concepto "tierno", a pesar de su personalidad hostil. En segundo, simplemente no quería hablar con Len, claro, prometió confiar más en él, pero todavía le costaba un poco.
No pudo pensar más en ello, ya que Meiko llegó con unos sobres donde contenía las fotos de cada uno de ellos.
—Como dije, será entregadas al azar, pero no vayan a verlas hasta que yo les diga ¿de acuerdo? —indicó, para luego ir de asiento a asiento entregando la foto desde la parte de atrás.
Todos tragaban saliva, deseando que si no era la foto que les pertenecía, por lo menos fuera de su crush. Incluso, todos se encontraban en silencio e inmóviles, como si cualquier movimiento fuera a arruinar las cosas.
—¡Listo! —Meiko, volvió al frente—. Ya pueden verlas.
Todos voltearon las fotos de forma automática, pero tres segundos bastaron para que más de uno tuviera un derrame nasal como aquellos animes de comedia, vaya, los pobres encargados de la limpieza tendría mucho trabajo por delante..
—Adiós, chicos —su directora se vio satisfecha con esa reacción y se retiró de ahí con una sonrisa victoriosa.
Basta decir que nadie se dio cuenta de su ida.
Len, tuvo que limpiar rápidamente el hilo de sangre que seguía en su nariz, por su reacción, cualquier pensaría que se trataba de Miku, pero no, era nada más ni nada menos que aquella que se sentaba frente a él: Neru.
Se veía realmente avergonzada en la foto, pero eso solo le daba puntos extra a su ternura. Vestía con una blusa holgada blanca, que dejaba a la vista sus hombros. Sus piernas, llevaban unas medias largas de color negro generando un interesante contraste. Se encontraba sentada con una mano cerca de su cara y un brazo entre sus piernas, evitando ver lo que tenía debajo, eso dejaba mucho a la imaginación (y nuevamente tuvo que repetirse, que debía dejar de juntarse con Gakupo). Pero el punto clave, eran esas orejas de gato que parecían casi reales, y junto a su cabello suelto, simplemente compararla con un ángel no era suficiente.
—Len —escondió rápidamente la foto como si lo hubieran descubierto haciendo algo malo—. Eh, ¿quién te tocó?
Neru, arqueó la ceja ante esto, pero decidió ignorarlo.
—N-nadie importante —respondió carraspeando un poco su garganta, disimulando su vergüenza.
¿Acaso debía decirle? Pero ya era muy tarde para decirle la verdad, además, se sentía afortunado: nadie más vería esto.
—Ya veo —susurró volviendo su vista hacia adelante.
"Ahora, ¿quién tendrá mi foto?" comenzó a preguntarse. Ella no recibió la gran cosa, el protagonista era Akaito, no se fijó en nada más y terminó por destruir la foto. "Idiota, obviamente no te iba a salir Len" soltó un suspiro ante esto, pero luego se regañó ante estos pensamientos.
Cerca de ella, Rin, también mostró una gran decepción al ver que no se trataba de Nero. "Solo es para molestarlo" intentó decirse. Aunque tenía una gran carta a su favor: se trataba de la gran Luka, quien definitivamente sería la más codiciada entre los pervertidos de su salón.
La Megurine, se encontraba en un asiento cruzada de piernas, mostrando lo esbeltas y largas que eran, una camisa ajustada que hacía relucir mucho más su delantera. Su flequillo ocultaba uno de sus ojos, y junto a una expresión sensual, le daba un aspecto mucho más misterioso y coqueto. Ah, no tenía que ser hombre para entender lo que provocaba la belleza de su amiga.
Bueno, solo había algo que hacer en estos casos.
Se dirigió hasta donde estaba , aprovechando que muchos ya se encontraban hablando del tema e incluso avergonzando a sus compañeros por las fotos mostradas.
—Gakupo, tengo algo que podría valer oro —canturreó la Kagamine, acercándose al samurái.
—¿Qué es? —preguntó con un tono apagado; después de todo, no tenía una foto de su amada.
Una imagen valía más que mil palabras, así que Rin, le mostró rápidamente la foto antes de volverla a poner detrás de su espalda.
—¡Haré lo que sea por esa foto! —exclamó encendido.
—Entonces ¡cambiemos! —sugirió ella.
"Por favor que Luka-san, no se de cuenta" rezó por su seguridad.
Así, la Kagamine se movió entre todos, fingiendo que cambiaba de fotos como si se trataran de cartas Pokémon, para poder obtener su propia fotografía. No podía dejar que estuviera en manos equivocadas.
Sin saberlo, su foto se encontraba mucho más cerca de lo esperado.
Nero, observó nuevamente la foto en secreto, como si de un criminal se tratara, y es que, a él le tocó ver a la Kagamine. Difería mucho de su usual apariencia, llevaba un kimono de color negro, pero sin usar una de sus mangas, dejando expuesto su pecho, el cual estaba cubierto con unas vendas, que demostraban que ella no era una tabla como muchos suponían. Bajando, vio cinturones naranjas que hacían resaltar más sus caderas. Se encontraba arrodillada en una esquina en una pose algo sensual, porque en la mano llevaba algo parecido a una correa y miraba a la cámara con un toque coqueto y retador. Flores rojas decoraban su cabello, logrando que resaltara aun más el azul de su mirada. Esa combinación entre salvaje y sexy, fue un combo mortal para el pobre, quien tuvo que contenerse para no soltar ningún ruido que lo delatara.
Por suerte, Rin, volvió a su puesto cuando este se encontraba recostado sobre su escritorio, así que ninguno tuvo que pasar algún momento incómodo. La Kagamine, aprovechó para ver el resultado de su juego de intercambio, no logró encontrar su foto en ningún lado, aunque, obtuvo algo muy interesante a cambio.
Al ver la foto, su corazón dio un salto, ya que se trataba de Nero, quien el muy estúpido, a pesar de tener una apariencia más delicada, podía lucir realmente sexy cuando se lo proponía. Su traje no cambió mucho, pero la forma en que posaba y miraba a la cámara como si quisiera devorar a quien tuviera al frente.... ¡Maldición! ¡Esto no era normal! Tuvo que guardarla para evitar sentirse como una pecadora, ¿debería devolverla a su dueño? Bueno, nunca se estableció que algo así debía hacerse, sería su pequeño secreto.
.
.
.
Luka, se encontraba afuera del salón, recostada en una de las paredes, tomándose un descanso del caos que ocurría adentro por todo el tema de las fotos. No se sentía de mucho humor, y el motivo de eso, se debía a cierta berenjena que parecía poner su vida de cabezas.
Desde hace unos días, sentía que los sentimientos de cariño estaban reinando más sobre los de odio y fastidio. ¿Desde cuándo sus sonrisas se volvieron más sinceras al verla? Casi pareciendo un niño emocionado, en vez del pervertido que conoció el primer día. Lo peor de todo, era la sensación de felicidad cuando recibía esos gestos.
Observó la foto que tenía en sus manos, se trataba del susodicho, ¿por qué le tocó a ella? ¿Acaso el destino una vez más se reía de este nuevo dilema? Ahí, tenía un tesoro, muchas matarían por tener este material.
Gakupo, se encontraba sentado en un gran sillón, en vez de su kimono usual, llevaba un traje formal. La camisa blanca se encontraba abierta, demostrando los años de entrenamiento. Su cabello suelto, lograba generar una mejor atmósfera, y tenía una sonrisa por la cual más de uno mataría.
Tal vez, todo estas dudas se debía a una atracción física, ¿no? ¿A quién quería engañar? Era la primera vez que alguien guapo le causaba todas esas sensaciones.
.
.
Adentro, ahora era Kaito, quien tenía su lucha de moralidad, ya que, tenía la foto de Miku en sus manos, luego de haberse enfrentado contra su primo para obtenerla.
En la foto, Miku, demostró una vez más porque dominaba el concepto tierno. La cámara se encontraba desde un plano picado, mostrando a una Miku sentada, quien vestía una camisa holgada de color azul claro, quien abrazaba un gran peluche de un perro. Ella parecía muy cómoda; definitivamente tenía madera para ser idol.
—¿Qué te pareció?
Miku, lo sorprendió desde la espalda.
—T-te ves muy bien —admitió él, girándose a verla.
—Tú también saliste muy bien —comentó Miku, con una sonrisa.
Ante esto, Kaito, jaló uno de sus cachetes de forma afectuosa. Ah, agradecía que fuera inocente o sino le costaría mucho más seguir siendo tan cercano a ella.
Aunque, la inocencia de Miku, podía ser algo muy cuestionable. Ya que ella, recordó con vergüenza, la fotografía del Shion, el cual lucía bastante sensual. Kaito, se estaba quitando su chaqueta, el viento movía su cabello y bufanda, generando una gran composición, pero especialmente, dejaba ver sus formados pectorales (que sigue un misterio el porque existen a pesar de su dieta).
—Aléjate de ella, pervertido —Mikuo, intervino entre ambos.
Ambos se alejaron rápidamente, al recordar que no estaban a solas.
.
.
Aunque no todo era alegría para todos, Gumi, observaba con aburrimiento desde su asiento, las cosas que pasaban a su alrededor pero sin la energía para ir a participar. Veía rostros avergonzados, algunos con expresiones pervertidas, un ambiente perfecto para molestar a los demás, si le preguntaban.
En su mente, últimamente rondaba bastante cierta persona. Su sonrisa burlona, cuando veía una de sus jugadas, cuando la regañaba por hacer ruido, los comentarios sarcásticos, pero también la forma en que demostraba su amabilidad en pequeños momentos, como cuando la invitaba a una bebida luego de sus partidas o seguía cumpliendo sus caprichos para seguir jugando a pesar de no mostrar mejoría.
Sí, seguramente solo la trataba amable ya que estaba acostumbrado a tratar con mujeres, solo era una compañera molestaba que solo lo retaba todos los días ajedrez. ¿Por qué fijarse en ella? Si ya estaba en un grupo con hermosas mujeres con las que también parecía llevarse bien. Claro, le decía que eran solo amigas, pero vamos, él tenía ojos, podía cambiar de opinión en cualquier momento.
"Odio sobrepensar esto" con esto en mente, decidió salir antes de preocupar a alguno de sus amigos.
—Oh, Gumi... ¿estás bien? —preguntó Luka, quien todavía seguía afuera del salón.
—Sí, tranquila —pero su sonrisa no fue lo suficientemente convincente.
Luka, la tomó de la mano evitando que se alejara.
—Vamos, aquí no podremos hablar tranquilas.
—P-pero ya casi inicia la próxima clase.
—No importa, igual en esta escuela todos los profesores llegan tarde.
La terminó arrastrando hasta el patio más cercano del salón, fueron hasta una banca para sentarse.
—Ahora si, ¿quieres decirme que pasó?
Gumi, simplemente no pudo negarse, aunque Luka pareciera ser muy reservada, cuando se acercaba así simplemente podía darse cuenta de lo buena confidente que era. Por algo, era como la hermana mayor o mamá del grupo.
—Prométeme que no le dirás a nadie, ni siquiera a mi hermano.
"Nunca le contaría nada por voluntad propia" respondió en su mente.
—Eh, ¿cómo comienzo? Oh, verdad. Ehm, ya sabes que Yuma y yo, solemos tener partidas de ajedrez de vez en cuando —comenzó a decir mientras jugaba con sus manos—. Pero, últimamente comienzo a sentir cosas... raras —tomó un poco de aire—. Creo que me estoy enamorando, aunque solo hablamos pocas veces.
Luka, se mostró sorprendida ante esa confesión.
—Así que ¿no sabes qué hacer?
—Exacto, sé que él no me ve de la misma manera, me duele el pecho al pensarlo. Pero, no sé como quitarme este sentimiento, odio estar tan insegura, ni me siento yo misma —su mirada se cristalizó, se notaba que hacía un gran esfuerzo para no llorar.
Luka, terminó por abrazarla, sabiendo que era justo lo que necesitaba. Gumi, se mostró sorprendida al inicio, pero terminó por corresponderle, sintiendo que ya no podía detener su llanto.
—Gumi, el amor es un sentimiento muy raro. Puede hacernos sentir felices y tristes al mismo tiempo, por eso es algo maravilloso ya que nos permite conocernos a nosotros mismos en el proceso. No es necesario que te deshagas de esos sentimientos, al menos, mientras aun tengas esperanzas.
La chica, se quedó ahí en sus brazos desahogándose, sin darse cuenta todo lo que estuvo conteniendo todo este tiempo. Ah, el amor, un sentimiento bastante pesado que cada día solo se hizo más fuerte, no sabía lo mucho que necesitaba soltar un poco toda esta tensión que había acumulado.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Luka, ambas rompieron el abrazo para que la peliverde pudiera secarse sus lágrimas.
—Sí, gracias por esto. Serás una cuñada perfecta —dijo con una sonrisa.
—O-Oye...
—Tranquila, tengo otro hermano mayor —bromeó, lo cual significaba que efectivamente que todo estaba normal—. Pero, creo que deberías ser más sincera con lo que sientes por onii-chan.
—Más bien, creo que Gakupo, debe darse cuenta de que no es buena idea enamorarse de mí.
Bajó su mirada, sin saber porque le estaba contando esto. Pero bueno, sería hipócrita de su parte no ser sincera dada la situación.
—¡No digas eso! Si para onii-chan tú eres...
No pudo seguir hablando, ya que escuchó los pasos de alguien, al ver de quien se trataba, abrió los ojos con sorpresa.
—Yuma... —susurró al ver al chico ahí.
—Bueno, yo volveré al salón —se levantó con una leve sonrisa, pasando al lado del recién llegado—. Cuídala bien.
Ante esto, Yuma asintió decidido para acercarse donde estaba ella.
—¿Q-Qué haces aquí?
—Yo debería preguntar eso —respondió él, tomando el lugar donde anteriormente estaba Luka—. Me preocupaste, te veías triste.
—N-No fue nada, seguramente eran los nervios por la foto —negó con ambas manos.
—Claro, no pienses que no te conozco —la miró fijamente, de tal forma que ella sintió que si era imposible ocultarle algo.
—¿Eh? ¿Pero...?
No pudo terminar la frase, ya que Yuma se acercó a ella, hasta que finalmente sus labios estaban a escasos milímetros. Su corazón latía a mil por hora debido a las expectativas.
—Porque me gustas —fue lo último que dijo antes de cerrar esa brecha que los separaba.
Gumi, finalmente dejó que sus inseguridades y temores salieran por la ventana, solo disfrutaría el momento.
.
.
Cuando Luka, regresó al salón, fue testigo de una escena inusual: Gakupo y Lily, se encontraba hablando como si fueran amigos de toda la vida, en el pasillo. Arqueó una ceja confundida ante esto, era la primera vez que los veía interactuar.
Sintió un leve dolor punzante en el pecho, era normal a la ira que solía sentir al verlo, pero esta vez, se sentía mucho más desanimada. Claro, ni ella misma sabía si era correcto llamar celos a esto.
Aún así, siguió su camino, ignorándolos como lo haría normalmente. Aun si, Gakupo, quien siempre era el primero en notarla, ni siquiera se haya fijado que estaba ahí.
—¡Luka! —cuando por fin pasó al lado de ese par, él la llamó, tan radiante como siempre—. ¿Sabes si le pasó algo a Gumi?
—Está bien, pero... tal vez recibas noticias impactantes pronto —fue lo único que dijo, dejándolo en blanco.
Pasó al lado de Lily, quien solo le mostró su típica sonrisa de superioridad antes de volver a llamar la atención del samurái.
"Es difícil cambiar las viejas costumbres" fue lo único que pudo pensar.
—¡Neru-chan! Quiero pasar más tiempo contigo —exclamó de repente Akaito, intentando abrazarla por los hombros.
—No —fue una respuesta cortante, a duras penas reconociendo su existencia.
—Pero es necesario que nos conozcamos mejor ¿no crees?
—Ella ya te dijo que no —intervino Len, mirándolo con cara de pocos amigos.
—Vamos, hermano, demuestra que también puedes pelear —alentó Rin, desde la distancia comiendo algunos dulces.
—Oh, Len-kun, creo que más bien yo debería advertirte que no te juntes más con mi princesa —amenazó con una sonrisa algo malvado.
—¿Ah? ¿Desde cuándo crees que puedes decidir eso por ella? —se levantó de su asiento enojado.
—Acaso... ¿no sabes la situación?
Neru, lo miró sorprendida, pero no pudo detenerlo a tiempo, ya que él se acercó al rubio.
—Como su prometido, tengo derecho a decir esas cosas.
El ambiente se volvió dolorosamente silencioso de repente, la noticia fue tan impactante que muchos dejaron lo que estaban haciendo para prestar atención.
Lo que rompió el ambiente, fue cuando Len, apretó fuertemente sus puños y salió de ahí azotando la puerta. En ningún momento dejó ver su expresión.
"Lo volví a arruinar todo, por mi indecisión" pensó Neru, con un gran dolor en el pecho sin dejar de ver la dirección por donde se fue él.
Chapter 15: Interview
Summary:
Neru tiene que resolver el malentendido con Len, en medio de esto, Luka tiene que replantearse muchas cosas sobre cierto samurái.
Notes:
-Solo diré que 2013 fue una época rara, y la canción mencionada representa mucho las cosas absurdas que solo me alejaron de la normalidad.
-Creo que no es necesario mencionar quien es Makoto Ito ¿cierto? En fin, para más referencias vayan a ver el anime de School Days
-La mayoría de los trajes serán basados en fanarts de la época. Solo recuerdo que Miku usaba la de Himitsu Keisatsu
-La línea final, efectivamente es de donde viene el título, pinche canción toda hermosa
Chapter Text
En ese momento, el tiempo se detuvo para Neru, quien solo podía pensar en Len. Le daba igual que todos se quedaron mirando con impresión y curiosidad, ignoró la forma en que Nero la miraba con reproche, o las miradas preocupadas de sus amigos. El tiempo se detuvo ahí mismo, solo podía culparse una y otra vez por haber lastimado a Len.
—Oh, se fue —fue lo único que pudo mencionar Akaito, pero fue suficiente para sacar a Neru de su trance.
Ella, sin pensarlo dos veces, le atinó un puño con todas sus fuerzas dejándolo en el suelo.
—¿Qué... crees que haces? —masculló con ira reprimida.
—Oye, eso dolió —se quejó el pelirrojo levantándose con dificultad—. Solo creí que sería divertido.
Una respuesta simple que solo terminó por cavar más profundo su tumba.
Por suerte, Nero y Gakupo, se acercaron para detener cualquier intento de asesinato que ella tuviera planeado.
—Onee-chan, no servirá de nada que lo mates —le recordó su hermano, intentando retenerla con dificultad.
Sus amigos más cercanos, comenzaron a alejar a los demás y quitar cualquier objeto que pudiera ser usado en la posible escena del crimen, lo cual significo un reto ya que, de nuevo, ¿qué clase de estudiante traía un hacha a instalaciones educativas?
—Pero... —susurró ella, dejando de hacer esfuerzos, pero aun mantenía esa mirada asesina que solo provocaba el deseo inconmensurable de correr por tu vida.
—Acaso ¿estás enojada por qué arruiné todo entre tú y Kagamine?
—¡C-Claro que no es eso! —por suerte, la vergüenza le brindó unos segundos más de vida.
—¿Por qué no dijiste nada? —preguntó Rin, mirándola con sorpresa.
—No quería darles problemas —contestó bajando la mirada, la culpa comenzaba a ser un peso más fuerte en su consciencia.
—Neru-chan, jamás serás una molestia —Miku, la abrazó de forma amistosa.
—Es normal tener tus razones —asintió Mei con una sonrisa.
—¿Acaso no dirás nada? Es tu amiga —comentó Lily, al lado de Luka, quien se mantenía al margen de toda la situación.
—No es de tu incumbencia —contestó con frialdad.
—Tsk, con esa actitud solo demuestra que tu físico es lo único bueno que tienes —comentó enojada, haciendo que Luka tensara sus puños—. ¿Oh? ¿No me digas que pensabas que Gakupo, te seguía por otro motivo? —con una sonrisa triunfadora al ver que dio en el clavo.
—Ya lo sé, no tienes que decirlo —susurró por lo bajo.
La rubia, observó todo esto con una sonrisa maliciosa. "Para ser la mejor, tendré que quitar a la competencia" era el pensamiento que impulsaba todos sus actos, ahora, tenía a dos de los más populares jugando en sus manos, podría aprovechar la situación para que sus notas bajaran.
.
.
—Lamento arruinar el ambiente, pero tengo malas noticias —anunció Akaito, llamando nuevamente la atención de todo—. No podremos concretar nuestro matrimonio, princess —todos se quedaron perplejos ante esto—. Una maravillosa princesa oscura me espera y a ella le entregué mi corazón. Hice todo esto por diversión y ver la reacción de todos. Antes de venir aquí, cancelé el compromiso y le anuncié a mis padres mi decisión. Pero vaya que valió la pena todo esto, la cara de todos fue digna de una obra.
Su risa terminó haciendo un contraste en el ambiente, el cual poco a poco se volvía mucho más tenso y su risa terminó muriendo cuando notó que su vida corría un verdadero peligro, cuando todos comenzaron a alejarse de Neru, quien ya estaba tronando sus nudillos.
—Buena suerte, soldado —Kaito, hizo un saludo militar.
—Fue un placer conocerte —secundó Gakupo.
Un fuerte sonido en seco dio inicio a la penitencia de Akaito, quien se volvió el muñeco de boxeo para una rubia quien no desaprovecharía para sacar todas sus frustraciones contra él.
—¿Deberíamos dejarla? —preguntó Mei.
—Nah, él se lo merece —contestó Rin, con indiferencia.
—Además ¿quién la detendría? —cuestionó Miku, las chicas solo negaron con su cabeza.
—Ahora que lo pienso, ¿dónde está Gumi-san? —ante esta pregunta de la castaña, todas se miraron confundidas.
—Está bien, no te preocupes —dijo Luka con una sonrisa.
Al ver a sus alrededores, notó a Gakupo al otro lado de ese improvisado "ring de pelea", quien se encontraba hablando nuevamente con Lily, ambos parecían disfrutar mutuamente su compañía; era molesto verlos.
—El siguiente que merece una paliza es Gakupo, por hablar con esa idiota presumida —bufó por lo bajo Rin.
—Luka-san, es mucho mejor que ella —asintió Miku, aunque el aura de Luka, se volvía un poco más amenazante.
—¿Acaso hoy todas se están enfadando? —se cuestionó Kaito, temiendo por la integridad física de sus compañeros.
—No sé si sentir lástima de que esté recibiendo la paliza de su vida —comentó Nero.
Finalmente, el golpe final fue una patada en la entrepierna, dejando que todos los hombres soltaron un "auch" en unísono, viendo esta escena como si de una película de terror de tratara; sobra decir que Akaito, no pudo volver a levantarse luego de recibir un daño así.
—Esa herida tardará años en sanar... —murmuró Gakupo.
Un recordatorio mental llegó para todos: "Jamás hacer enojar a Neru Akita" especialmente si deseaban tener descendencia. En el suelo, yacía el mayor ejemplo de esto: Akaito Shion, ya solo era una sombra de lo que era.
—Eh, ahora que terminaste con tu venganza ¿no deberías ir a hablar con Len? —intervino Rin, mirando con asco
—Es verdad —reaccionó rápidamente y salió del salón, ignorando el rito funerario que los chicos estaban realizando por Akaito, en ese momento.
Corrió por un rato sin tener un rumbo fijo, después de todo no tenía idea de donde podría haberse ido el Kagamine. Paró sus pasos en seco, sintiendo como la escuela se hacía cada vez más gigante a su alrededor, maldita Meiko y sus excentricidades, en serio... Un momento, todavía le faltaba buscar en un lugar.
.
.
"Siempre supe que ella no confiaría fácilmente en alguien, odio cuando me oculta las cosas, pero ¿por qué me siento tan enojado ante esto?" La cabeza de Len, era un lío en estos momentos, ¿acaso era normal que un amigo se enojara tanto por esto? Es decir, claro que hicieron una promesa, pero ella quería contárselo en un sitio más privado y con más tiempo para prepararse mentalmente para todo esto. Su lado más racional le decía que todo era culpa de Akaito, más que de ella, pero ¿en serio le costaba contarle algo así?
"Como su prometido..." esa frase resonaba como un eco en su cabeza, maldición, hace años que no odiaba a una persona a este nivel. En serio era insoportable ese sujeto.
Un momento ¿prometido? Ambos eran jóvenes como para pensar en esos planes, además, por su interacción podía saber que era la primera vez que se conocían en persona. ¿Acaso sus padres decidieron esto? De igual forma, era algo muy tradicional para los tiempos de hoy en día.
—¿Qué está pasando? Podría preguntarle y listo... —el dolor en su pecho no disminuía, se sentía muy extraño últimamente cuando se trataba de Neru, sus emociones estaban por todos lados y no podía encontrar el espacio para organizarlas.
La puerta de la azotea fue abierta bruscamente, exaltándose por el ruido, pero ya tenía una idea de quien podría tratarse.
—Al fin....te....encuentro —su voz sonaba agitada, pero sus ojos no perdían ese brillo de determinación que los caracterizaba.
"¡¿Ahora qué le digo?!" Realmente, no se esperaba llegar a este punto tan pronto, no tenía discurso o las palabras exactas que quisiera transmitirle.
Un ambiente incómodo comenzó a formarse mientras ella intentaba recuperar el aire.
—¿Qué haces aquí Pensé que estarías con Shion —Len, volteó su rostro siendo un gesto algo infantil, como si quisiera demostrarle que realmente estaba fastidiado por la situación.
Len P.O.V
Maldición, no debí decir eso...
¿Ahora que pensará? Posiblemente me mande a volar si no la escucho.
¡No entiendo porque me enoja tanto! Creo que debería preguntarle a Rin después, aunque eso sería igual que vender mi alma al mismo diablo. Aunque si a mí me gusta Miku ¿Por qué no siento lo mismo cuando ella está muy cariñosa con Kaito?
—Len, y-yo… me quiero disculpar —las palabras de Neru, me trajeron a la realidad.
Un momento, ¿se estaba disculpando de forma tan directa? Esa si era una sorpresa. Cuando volteé a verla, no pude evitar sentirme cautivado por aquella imagen: ella completamente sonrojada, sin poder mirarme y parecía totalmente nerviosa, era obvio que era del tipo de persona que no decía estas cosas de forma frecuente; mi corazón dio un salto ante esto.
—Akaito y yo no tenemos nada —aclaró ella mirándome fijamente con aquellos hermosos ojos dorados, esperen…. ¿desde cuándo los ojos de Neru son tan lindos?
¡Concéntrate Len!
—Entonces ¿Por qué me lo ocultaste? —pregunté esperando una buena respuesta.
Ante esto, se puso algo tensa y bajó la mirada. Se posicionó a mi lado en la baranda, fijando su vista en el cielo.
—Es algo difícil de explicar, todavía no me acostumbro a tener a alguien que quiera escuchar mis problemas, además de mi hermano —comenzó a decir, aun sin mirarme, pero podía notar cierta nostalgia en sus ojos—. Me acostumbré a estar sola, aun cuando los demás intentaban acercarse a mí, debido a mi personalidad, se alejaban al poco tiempo. Por eso, me da miedo de que vuelva a pasar.
Se abrazó a sí misma, aunque yo quería ser quien la consolara en ese momento, pero tenía que contenerme, eso solo podía dañar el ambiente debido a la propia personalidad de ella. Este momento de debilidad debía aprovecharlo y no arruinarlo por mis tontos impulsos. Me sentía algo mal, pero me hacía feliz de que poco a poco tuviera la confianza de mostrarse así conmigo.
—Creo que te entiendo, debe ser doloroso que alguien se aleje de ti —rememoré un poco aquellos días de mi infancia junto a Rin, como nos costaba crear nuevas amistades ya que muchas terminaban huyendo por las bromas de mi hermana.
Ella bajó la mirada, parecía indecisa sobre si seguir hablando. Oh, creo que mi tono todavía sonaba algo serio.
—Ya no estoy enojado contigo, así que tranquila —acaricié su cabeza con dulzura por inercia.
Me detuve en seco al percatarme de esto, esperando un golpe o algo por el estilo, pero lo que me encontré fue a una Neru paralizada por la vergüenza. Oh, ahí está otra vez ese extraño latido.
Fin Len P.O.V
—Gracias —susurró ella sin poder ocultar su sonrisa.
Ambos adolescentes, incómodos al tener sus sentimientos a flor de piel, no dijeron nada y siguieron apreciando el cielo, ignorando el gran sonrojo que se decoraba en la cara del otro.
Ya cansados de estar ahí levantados, decidieron sentarse en algún lugar con sombra, sin muchos ánimos de volver a su salón donde seguramente todas las miradas se dirigirían a ellos dos.
Len, ya volviendo a su actitud de antes, se recostó sobre Neru, quien se puso bastante nerviosa ante este movimiento tan audaz por parte del Kagamine.
—Q-Qué crees que haces —si fuera otra persona, ya la habría lanzado lejos, pero con él, ni siquiera podía pronunciar correctamente las palabras.
—Tengo sueño —respondió con simpleza—. Allen y Rilliane, no me dejaron dormir anoche —cerró los ojos, aparentando caer en un profundo sueño.
"¿Ahora qué hago?" Neru se quedó congelada en su lugar, sin respirar o mover un músculo, era la primera vez que pasaba por algo así después de todo. ¿Acaso Len actuaba así con sus otras amigas? Mejor se quitaba esas ideas de su mente.
Al visualizar mejor al rubio que usaba descaradamente su hombro como almohada, pudo ver mejor sus facciones. Maldición, se veía muy lindo cuando estaba así de tranquilo.
—Hasta me está entrando sueño también —murmuró para si misma, soltando un gran bostezo.
Más allá de los nervios que le producía esta cercanía, poco a poco la comodidad fue dando lugar en aquel lugar que parecía tan alejado del mundo exterior. Ahí, en medio de la azotea y con las nubes como refugio del sol, Neru bajó su guardia y apoyó su cabeza con la de Len, quedándose finalmente dormida, representando el nivel de confianza que tenía actualmente en el rubio.
Oh, lástima que Len, no pudo ser testigo de esto.
.
.
.
—¿Qué pasaría con esos dos? —se preguntó Rin.
—Uhm, seguro ya están hablando —respondió Nero, esperanzado de que su amigo no encontrara la muerte ese mismo día.
Su hermana era muy complicada de sobrellevar, e incluso él, muchas veces fracasaba en sus intentos de ayudarla a superar su orgullo.
—Neru, solo necesita un buen helado para refrescar su mente —intervino Kaito, comiendo su helado de vainilla.
—¿Me das un poco? —preguntó Miku, llegando a su lado.
Todos quedaron a la expectativa al escucharla decir esto, recordando lo que Kaito dijo hace unos minutos atrás sobre su regla de "no compartir". ¿Sería tan desalmado de negárselo a la chica que le gusta?
Pero claro, Miku, usó su mejor expresión de chica dulce, logrando que todos se sintieran enternecidos ante esa escena. Ningún hombre o persona sería capaz de rechazar a alguien así.
—¡Claro que sí! —respondió casi al instante Kaito, provocando que los espectadores se fueran de espaldas ante este cambio tan abrupto.
Posterior a eso, protagonizaron una escena muy dulce, donde él le daba de su helado con su propia cuchara protagonizando una escena digna de una pareja enamorados; pero claro, todos sabían eso, menos ellos dos.
—Ahora, págame —demandó Gakupo, con una sonrisa ganadora extendiendo su mano hacia Nero.
—Es increíble que haya abandonado sus principios tan fácil —dijo Rin algo impresionada. Definitivamente voluntad y dignidad eran dos cosas no tenía el amante de los helados a la hora de tratarse de la chica que le gusta.
—¿Por qué se sorprenden tanto? Solo es helado —comentó Luka, sin darse cuenta de la gravedad de sus palabras.
—¡¿Qué dices?! —Kaito, se levantó para confrontarla, cortando su tierna escena con la Hatsune—. ¿No ves que el helado es lo más delicioso de este planeta? Estás insultando el arte de un postre mundialmente conocido y amado por todos.
—¿Y? —fue lo único que atinó a decir, con una expresión que demostraba lo poco que le interesaba el tema.
Esto simplemente lo dejó en blanco.
—Kaito-dono, es inútil discutir con ella —Gakupo, se acercó a palmear su espalda en un vano intento de darle ánimos.
Mientras los chicos intentaban consolar al pobre amante de los helados, Luka vio de reojo como Gumi y Yuma, llegaban al salón nuevamente, pero esta vez, ambos con una sonrisa de oreja a oreja y agarrados de las manos.
—1... —comenzó a contar al notar como se acercaban.
—¡Chicos! —saludó con entusiasmo.
—2....
—¡Yuma y yo somos novios a partir de hoy! —exclamó con alegría Gumi, alzando sus manos entrelazadas con orgullo.
—3 —finalizó de contar, al ver como el amable Gakupo poco a poco era consumido por un espíritu vengativo.
—¡Felicidades! —dijo Rin, y luego miró de reojo al samurái con una sonrisa malvada—. Eso te pasa por no vigilar a tu hermana.
—No creo que debas bromear ahora —murmuró Nero, llegando a su lado, algo preocupado por el aura oscura que envolvía al Kamui.
—Así que Yuma-dono —comenzó a decir con una voz de ultratumba, logrando que el ambiente fuera mucho más frío—. ¿Qué intenciones tienes con mi hermana?
—P-Pienso cuidarla, no la lastimaré de ninguna forma —a pesar de sus nervios, logró mirarlo a los ojos con determinación.
—Más te vale no quitarle su pureza antes del matrimonio o juro que te mataré —con esa amenaza, la recién formada pareja se avergonzó; especialmente porque todo el salón estaba viendo esta escena.
—¡Onii-chan! ¡Ya no digas nada! —exclamó Gumi, con un gran sonrojo en su rostro.
—Solo quiero ver que sea digno para ti, ya que estoy aquí representando a la familia —su expresión se suavizó un poco al dirigirse a la mencionada.
"Maldición, su perfil también es atractivo" maldijo por lo bajo la ninja, quien estaba viendo atentamente todo este show y sus ojos no parecían querer despegarse del samurái.
—Si no me dejas en paz, le diré ciertas cosas que podrían interesarle mucho a Luka-san —amenazó con el ceño fruncido.
Ambos hermanos se miraron fijamente por unos largos segundos, la expresión de Gakupo se descolocó ante esa posibilidad.
—¡Bienvenido a la familia, cuñado!
Su expresión dio un giro de 180° e incluso abrazó a Yuma por los hombros.
"Que cambio de humor" fue lo que pensaron todos al ver esto.
—¿De qué cosas están hablando? —se preguntó Luka, con un leve tic en el ojo.
Sin embargo, su pregunta se perdió en el aire, ya que ahora todos se encontraban felicitando a la nueva pareja, e incluso el grupo de Mizki se acercó para molestar a Yuma por esta noticia.
—¡Noche de karaoke! —exclamó Rin, todos asintieron contagiados por la misma emoción.
—Lo siento chicos, hoy no puedo —respondió Luka, haciendo que la celebración de su grupo parara en seco.
—¿Por qué no? —Rin hizo un puchero a propósito, para lograr convencerla.
—Hoy será una noche muy divertida —secundó Miku.
—Tengo un turno en la tarde, perdón —soltó un suspiro, apartando la mirada.
"No caeré ante la ternura de Rin-chan" intentó convencerse a sí misma.
—¿Acaso pediste turnos extra en la tienda? —preguntó Gakupo, quien como todo buen acosador, tenía muy claros los horarios de Luka.
—Conseguí otro.
—¿Por qué necesitas otro? —preguntó Mei, con un leve gesto de preocupación.
—La situación en casa es algo difícil, y a Luki lo despidieron de su otro trabajo, no puedo dejar que se acumulen las deudas —a pesar de esto, su tono seguía sin muchos cambios, como si fuera algo normal.
Sus amigos se miraron entre ellos algo preocupados, sin saber muy bien que hacer ante esta situación. Rin, no sintió que fuera su lugar para decir algo, entendía lo difícil que era vivir por su cuenta y ella tenía la suerte de que ni ella ni Len, tenían que depender de otros trabajos para poder sostenerse.
—Si necesitas algo, no dudes en pedirnos ayuda —dijo Rin con una sonrisa.
—Siempre te apoyaremos, Luka-san —aseguró Gumi.
Los demás no tardaron en apoyar esto. Al principio le sorprendió un poco, pero finalmente formó una sonrisa.
—Gracias, chicos.
"Es un ángel" fue el pensamiento de todos al verla con esa expresión,
Las horas pasaron, y luego de que todo se calmó un poco, todos notaron que todavía faltaba la presencia de dos rubios que al parecer todavía no habían resuelto sus problemas. Por ello, los hermanos de estos fueron a buscarlos por todas partes, temiendo que siguieran peleando o, en el peor de los casos, que Neru cometiera algún crimen.
—Tal vez no han arreglado sus problemas —comentó Nero.
—Pero estamos hablando de Len, la única persona que sabe lidiar con Neru.
Rin, ya se estaba cansando de buscar y quería rendirse.
—Ahora que lo pienso, el lugar favorito de ellos dos es.... —pensó en voz alta, y un bombillo apareció en su cabeza.
Se giró a ver a Nero, y ambos pareciendo tener la misma idea.
—¡En la azotea! —exclamaron al mismo tiempo y se dirigieron rápidamente a ese lugar.
Llegaron apresurados, pero se detuvieron en seco al llegar a la puerta, se miraron intercambiando una mirada cómplice y abrieron lentamente la puerta para evitar arruinar cualquier momento (posiblemente) romántico.
—¡Idiota! —unos insultos interrumpieron la tranquilidad del ambiente—. Por tu culpa me quedé dormida.
Claro, la primera impresión que tuvo la rubia al despertar, y ver al Kagamine en su regazo (ni siquiera sabía en que momento cambiaron de posición), fue tal, que la única forma que encontró de ocultar su vergüenza fue despertarlo de un zape e iniciar una discusión con él; como forma de ignorar sus molestos latidos.
—¡Oye! Tú también te quedaste dormida —señaló el rubio.
"Me relajé demasiado, su presencia fue tan cómoda... además olía muy bien" pensó avergonzado, pero rápidamente decidió enterrar esos pensamientos en lo profundo de su mente, no podía pensar así de su amiga.
—¡T-Te quedaste dormido de repente! —reclamó ella, su rostro parecía tan rojo que parecía un tomate.
—Entonces ¿por qué no me despertaste? —Len, se cruzó de brazos arqueando una ceja.
El silencio fue mortal, ahí fue cuando Len se dio cuenta de que cometió un grave error al cuestionarla tan abiertamente.
—Oh no, Len-kun, declaró su sentencia de muerte —susurró Nero, por lo bajo, espiando desde un pequeño hueco de la puerta.
—Fue un placer tenerlo como hermano —añadió Rin, con falsas lágrimas en sus ojos.
—¡Cállate!
Luego de ese grito, un gran golpe sordo se escuchó.
Ambos espías se miraron preocupados y luego salieron rápidamente para ver el desenlace de todo esto: Ahí, en el suelo, se encontraba otra de las víctimas de la ira de Neru Akita.
—Eso te pasa por hacerme enojar —bufó por lo bajo Neru, acomodando su cabello.
—¡Hermana, lo mataste! No puedo ayudarte a ocultar dos asesinatos —exclamó Nero.
La mencionada volteó a verlos sorprendida, siendo mucho más consciente de lo que posiblemente esos dos entrometidos han estado escuchando.
—¿Qué hacen aquí? —cuestionó ella, mientras Rin comenzaba a rezar por el alma de su gemelo.
—Los estábamos buscando, no aparecieron en todo el día —respondió la Kagamine, ya dejando su papel de hermana de luto.
—¡Es culpa de tu hermano!
—No quiero muchos detalles, solo espero que hayan usado protección.
Ante ese comentario, un sonrojo más fuerte volvió al rostro de la Akita.
—Te dije que no hicimos nada —hizo énfasis en cada palabra, mientras jalaba las mejillas de su amiga de forma algo dolorosa.
—Lástima que ni pude felicitarte por salir con mi hermana —lamentó Nero, mientras ayudaba al pobre Kagamine a levantarse.
—No... estamos.... saliendo —masculló el rubio, quien no tenía ni las energías para enojarse.
—Len, Len, hay que irnos, tengo hambre y ya se hace tarde —reclamó Rin, sin importarle mucho el estado físico de este.
—¿Acaso nunca te puedes preocupar por mí? —la miró con disgusto, pero tarde se dio cuenta de que ahora estaba siendo ignorado por ella.
—Deberíamos irnos —Neru, siguió a Rin, dejando a los dos chicos solos.
Definitivamente ellas no tenían un corazón, o si no lo tenían, era de un demonio (o princesa tirana, dependiendo el caso).
Luka, ha experimentado muchos grados de disgusto a lo largo de su vida, pero ahora, el ser camarera estaba llegando a probar los límites de su paciencia.
Aunque no usara ningún uniforme vistoso, como los de Rin, aun así muchos creían tener el derecho de mirarla, de hacerle comentarios sutilmente inapropiados o decir cosas absurdas como "te verías más linda con una sonrisa ¿sabes?"
Así que ella, tuvo que recurrir a su antiguo entrenamiento ninja para fingir ser una buena persona, ocultando este disgusto bajo una falsa sonrisa y cortesía, que asustaría a cualquiera que la conociera realmente. Pero por suerte, logró soportar su primer día, lamentando que al parecer tendría que acostumbrarse a esto, o mejor, patear el trasero de su hermano para que consiguiera un mejor trabajo rápidamente.
Realmente, esto no es que le molestara del todo, desde muy pequeña, ella ha tenido que aprender a trabajar duro, ya que su familia en un principio era conformada por Luki y sus dos abuelos maternos, pero luego de que estos fallecieran, ambos Megurine tuvieron que encontrar una forma de sobrevivir, y ella, al ser la mayor, tuvo que tomar las riendas para que ninguno cayera en la desesperación. Con razón tuvo que adaptarse a tener una actitud madura y ser indiferente a varias cosas, pero quien sabe, tal vez incluso si su vida hubiera sido distinta, tendría siguiendo la misma personalidad.
Mientras caminaba para regresar a casa, comenzó a tararear "Interviewer", la misma canción que interpretó en la guerra contra Utauloid, y ahora que ya no tenía en mente el final de este mismo, ahora si podía comenzar a prestarle atención a la letra, la cual, por alguna razón, comenzaba a entenderla mucho mejor.
—¿Hay alguien que quisieras ver? Está bien si esa persona no soy yo... —terminó cantando, pero soltó un suspiro al final.
"¿Por qué me duele tanto el pecho?" Las canciones de desamor usualmente no la afectaban tanto, después de todo ¿cómo podías sentirte identificada si jamás has experimentado algo parecido? Sin embargo, su mente traicionera decidió jugar un poco más con sus sentimientos, trayéndole recuerdos sobre la repentina cercanía entre Gakupo y Lily.
Sus pensamientos (por suerte) fueron interrumpidos por, lo que parecía ser, el llanto de un infante. Buscó con su mirada de donde provenía aquel sonido, una vez tuvo claro de donde venía, se dirigió hasta la fuente del ruido y vio a una pequeña niña sollozando cerca de una fuente.
Sus instintos maternales fueron más fuertes, así que simplemente no pudo ignorar esta escena, así que se acercó para ver que ocurría.
—¿Estás bien?
La niña alzó su mirada ante esta pregunta, su mirada estaba cristalina debido a las lágrimas y su cara estaba roja del llanto, el cual no pudo contener y volvió a bajar la mirada para llorar más fuerte.
—T-Tranquila, no te voy a hacer nada —sus intentos de tranquilizarla no daban ningún resultado, pero de repente, la pequeña giró su cuerpo para abrazarla fuertemente.
Al principio, se quedó paralizada sin saber muy bien como continuar, pero tomó un poco de aire y comenzó a acariciar su cabeza en un intento de consolarla.
"Adiós a mis planes de llegar temprano a casa"
.
.
—Gracias, Gakupo.
Lily, se encontraba a su lado, ambos caminaban para regresar cada quien a su casa.
—¿Por qué lo dices? —la miró confundido, deteniendo sus pasos.
—Por ayudarme a encontrar trabajo. No pensé que me ayudarías con todo lo que pasó con tus amigas antes —acomodó su cabello, dándole un aire un poco más refinado.
—El pasado quedó atrás. Es un placer ayudarte a que seas una mejor persona —sonrió el samurái.
Cuando Lily comenzó a hablarle de la nada, Gakupo, se mostró un poco reacio e incluso desilusionado sobre lo que, parecía ser, intentos de "coquetear" con él, lo cual fue una falsa alarma. Aunque aun seguía siendo algo arrogante, ya no se parecía tanto a esa grosera chica que conoció en la rueda de la fortuna y hablaba solo sobre "superar a los demás". Fue interesante conocer otros lados de ella, tal vez incluso algún día podría incluirla en su grupo de amigos; aunque seguramente Rin, se negaría ante esto.
Soltó un suspiro cuando ambos tomaron caminos diferentes, se sentía cansado y el no haber visto a Luka, en toda la tarde, ya comenzaba a afectarlo.
Mientras pasaba por el parque, pensó que ya se estaba volviendo loco ya que vio una cabellera rosa muy reconocible. Se quedó estático en su lugar, y decidió acercarse al darse cuenta que no era solo su imaginación.
—¡Luka! ¿Qué haces por aquí? —la saludó con una gran sonrisa; su noche mejoró un 100% con solo verla.
—Ugh... —mostró un gesto de cansancio al verlo, pero igualmente le respondió—. Encontré a una niña, creo que se separó de sus padres.
Finalmente, el samurái se percató de la pequeña persona que se encontraba aferrada a su amada: una niña de cabello rosa pálido y corto, sus dos grandes ojos hinchados por el llanto.
—¿Cómo te llamas? —se agachó para quedar a su altura, dedicándole su mejor sonrisa.
—Ami —su voz era suave y desconfiada.
—Tranquila, él no te hará nada —dijo Luka, con una pequeña sonrisa acariciando su cabeza.
La niña se quedó mirándolos analizando la situación, pero lo que imaginó fue algo para lo que ninguno estaba preparado:
—¿Están saliendo?
—¡C-Claro que no! —Luka fue aun más rápida en contestar, pero su sonrojo logró traicionar un poco su postura.
—¿Por qué lo dices? —el único que parecía disfrutar la situación era Gakupo.
—Porque nii-chan y nee-chan, se miran igual que papá y mamá... —una sonrisa se escapó de sus labios.
"¿Con odio?" Fue lo primero que pensó Luka, con un leve tic en el ojo.
—¡Es amor! —concluyó.
Gakupo, miró a Luka de forma coqueta, la cual solo volteó su mirada sintiendo sus mejillas calientes.
Antes de que la ninja decidiera romper todas las ilusiones de la niña, y decirle la verdad, un grito los alertó.
—¡Ami!
A lo lejos visualizaron tres personas, quienes se dirigieron hacia ellos. El más pequeño, fue el que se encontraba corriendo, y una vez llegó hasta Ami, la abrazó fuertemente.
—Nos tenías muy preocupados —exclamó una señora, llegando poco después, se notaba agitada pero aliviada. No tardó en cargar a la niña, y abrazarla fuertemente.
—Muchas gracias por cuidarla —el señor, que aparentemente era el padre, se inclinó en agradecimiento.
—No hay de qué —Luka, le dedicó una sonrisa gentil.
—Se nota que serán unos excelentes padres en el futuro —comentó la mujer sin pensarlo.
—N-no lo somos —masculló Luka por lo bajo.
—Gracias por ayudar a mi tonta hermana —el niño tenía un gesto serio, pero tomando en cuenta su edad daba algo de ternura.
—Solo promete que la protegerás siempre —el samurái puso una mano en su hombro.
"Si es bueno con los niños" pensó Luka, al ver la interacción tan tierna que llevaban esos dos.
La familia, luego de agradecerles mil veces, se despidieron de ellos y los dejaron solos; los niños no paraban de despedirse hasta que ya estuvieron a una distancia considerable
Un silencio reconfortante los rodeó, era extraño que Gakupo no aprovechara esta oportunidad para hacer algún movimiento.
—¿Qué hacías por aquí? —por primera vez, Luka tomó la iniciativa.
Esto casi provoca un cortocircuito en el cerebro de Gakupo, pero pudo mantener suficiente cordura para responder.
—Oh, verdad, estaba con Lily. Me pidió ayuda para conseguir empleo —respondió con una sonrisa, pero no por como pasó su día, sino porque realmente se sentía feliz de que por fin, Luka, mostrara el mínimo interés en él.
Sin embargo, al escuchar esto, Luka tuvo una ligera opresión en el pecho, como un mal presentimiento pero que no podía elaborar correctamente.
—Ya veo, ¿logró conseguir alguno?
—Buscamos por un largo rato, pero luego me enteré que en la tienda donde trabajamos necesitamos más personal, así que... ella trabajará con nosotros.
Gakupo, se quedó en silencio esperando algún golpe, pero solo pudo ver como la pelirrosa comenzaba a caminar dejándolo atrás.
—¡L-Luka! Sé que tal vez no haya tenido la mejor primera impresión, y no lo dudo, no fue nada amable —a duras penas, el samurái intentaba seguirle el paso sin mucho éxito—. Pero, ha cambiado mucho, no digo que sean amigas, pero al menos ¿darle una oportunidad?
Se detuvo de repente, y Gakupo tensó todo su cuerpo pensando que recibiría algún golpe o algo por el estilo. Sin embargo, lo único que hizo la chica fue soltar un gran suspiro.
—No es mi problema —su voz sonaba tranquila, pero luego lo miró de forma amenazante—. Pero, si llega a hacer algo que me moleste, no se lo perdonaré jamás.
El Kamui, asintió múltiples veces temiendo que si llegaba a decir algo más, ahí si recibiría alguna paliza.
—Entiendo, le diré que no se meta en tu camino —relajó su cuerpo al ver que su humor parecía mejorar.
—Muy bien —asintió ella.
Sin embargo, aunque el tema se dio por terminado, sus miradas no se apartaron en ningún momento; azul y morado, chocaban, pero no podían dejar de encontrarse.
—Además, eres fuerte, creo que sería inteligente de su parte no meterse en tu camino —agregó con una leve sonrisa.
Apartó su mirada al escuchar esto. Gakupo, se preocupó ante esta reacción, pero antes de poder preguntarle, ella comenzó a hablar.
—Que tontería...
—¿Qué dijiste?
Luka, comenzó a caminar, pero esta vez con mucha más calma. El contrario no tardó en seguirla.
—No soy tan fuerte como todos creen, siempre quiero evitar las cosas complicadas.
Gakupo, se mostró sorprendido ante estas palabras, no esperaba que lo tomara como un buen confidente para estos temas.
—No creo que debas lamentarte por eso, no podemos ser fuertes todo el tiempo y me encantaría ser la persona en quien puedas confiar para cuando te sientas así. Ya eres perfecta así como eres.
Lo que antes ella habría tomado como palabras de un mujeriego más, ahora las sentía de verdad sinceras. "¿Acaso me estoy volviendo más débil?" Fue lo que se preguntó.
—Gracias, pensaré en tu oferta —formó una leve sonrisa.
Sus pasos se volvieron más lentos, y ella dio el primer paso para acercarse, dejando que sus manos rozaran levemente, pero ninguno hizo un movimiento, ya que temían que su burbuja pudiera estallar ante cualquier mínimo cambio.
Ambos miraron al cielo, y le pidieron a las estrellas que aquel momento no terminara pronto, sin ser conscientes, de que sus corazones estaban completamente sincronizados por primera vez.
Los días se fueron haciendo más cálidos, a medida que la primavera entraba en su etapa final. Fueron tiempos sin muchos cambios, Luka poco a poco se acostumbraba a la presencia de Lily, aunque no es que hablaran, pero al menos la rubia sabía mantenerse en su lugar y no provocarla. Por suerte, las presentaciones tomaban parte de su tiempo, así que no tenía con que distraerse.
Aunque claro, acostumbrarse no era lo mismo a que le gustara como tal. Gakupo, por algún motivo, tuvo un cambio de corazón con respecto a esa engreída chica y parecía defenderla más. Hasta Rin, una vez lo cuestionó sobre esto, pero este solo se encogió de hombros y le dijo que no la obligaría a que fueran amigas.
—¡Maldito mujeriego! Seguro solo está buscando aprovecharse de ti —fue lo que le respondió la Kagamine.
"Tal vez por eso no se mete en mi camino" reflexionó para sus adentros, pero ¿esa era toda la verdad? Al ver sus interacciones diarias, podía darse cuenta de como Lily, parecía tratarlo mucho mejor, bromeaban de cosas que ella no entendía, pero sus golpes contra el samurái siempre eran delicados pero juguetones, muy distinta a la forma en la que ella lo trataba.
En su poco conocimiento, hasta podía darse cuenta que esa era la forma más sana en que podrían interactuar dos personas. O podía verlo de otra forma: así actuaban las chicas normales y que usualmente los chicos deseaban tener como pareja.
Junio llegó anunciando que el verano estaba cerca, y con ello, la emoción de todos estaba más presente que nunca al pensar en las miles de cosas que podrían hacer para sus vacaciones. Pero cierto samurái, parecía mucho más que expectante para que estos días llegaran.
—Veo que Gakupo-san, está muy feliz —señaló Nero.
—Desde ahora comienza a contar cuanto falta para su cumpleaños —respondió Gumi, encogiéndose de hombros.
—¿Cuándo exactamente? —para sorpresa de todos, Luka fue quien hizo la pregunta.
—El 31 de julio.
—Ya veo, falta bastante...
—Por fin Luka, parece interesarse en Gakupo —comentó Kaito, pero fue escuchado por la ninja quien le lanzó un libro a la cara.
—No quiero tener deudas con él —se cruzó de brazos apartando la mirada.
—Aún sigue en negación ¿eh? —mencionó Neru, con una sonrisa divertida.
—Mira quien habla, eres mucho peor que ella —replicó Nero, provocando que sus amigos rieran ante la expresión de la rubia.
—A ambas les queda muy bien esa actitud, aunque Neru se ve más tierna y Luka más ruda —reflexionó Rin, poniendo su índice debajo de su mentón.
—En cambio a ti, te vuelve insufrible —se burló su gemelo.
Antes de que los dos Kagamine dieran inicio a sus peleas diarias, Miku intervino.
—¡Deberíamos planear algo especial!
—Solo será especial si está Luka-san —ante esta gran verdad de Len, todos posaron su mirada en la mencionada.
—No haré nada raro —masculló por lo bajo.
—¿Ni siquiera un besito? —bromeó Gumi, poniendo su brazo alrededor de ella e imitando el gesto mencionado.
Luka, puso una mano sobre su rostro para alejarla pero no pudo ocultar su sonrojo ante esta broma. "Debería dejar de pensarlo tan en serio" se regañó a si misma.
—Igual creo que, cualquier cosa que venga de Luka-san, lo hará muy feliz —mencionó Mei.
—¿Y si me niego?
Antes de que todo el plan fracasara incluso antes de iniciar, Rin Kagamine hizo de las suyas y susurró algo en su oído, haciendo que ella cambiara su expresión.
—De acuerdo...
—¿Qué le dijiste? —cuestionó Len, mirándola con sospecha.
—Nada —respondió tan rápido que solo incrementaron las dudas—. En fin, ¿qué importa ese samurái? ¡Ya casi inician las vacaciones de verano! —cambió radicalmente el tema, incluso sus ojos parecían brillar al pensar en las posibilidades.
—Deberíamos planear cosas divertidas —sugirió Miku.
—Como ir a la playa —sugirió Luka, volviendo en sí—. Inicia una buena temporada de pesca.
Las chicas rápidamente comenzaron a plantear sus propias ideas, y poco a poco dejaron a los chicos fuera de la misa.
—Eh, ¿cómo quedamos afuera? —se cuestionó Len.
—¿Y... ahora qué?
Los tres se miraron en silencio, moviendo sus manos sin poder formar correctamente alguna idea.
—Como hombres que somos, deberíamos hacer cosas sin sentido, así como lo dicta nuestra biología y normas sociales —respondió Nero, con un tono intelectual aunque el contenido de la frase haya sido todo lo contrario.
—Oh, ahí están —Gakupo apareció y les mostró su celular—. Necesito mostrarles esta canción.
Comenzó a reproducir el vídeo, los tres miraron con curiosidad aquella joya que acababan de descubrir. La canción era "What does the fox say?" Algo tan absurdo y sin sentido, que cualquiera estaría cuestionando el estado mental en el cual fue creada aquella pieza musical.
—Es lo más raro, drogado y desorganizado que he escuchado en mi vida —comenzó a decir Len, sin saber como sentirse ante esto, el vídeo musical no ayudaba mucho a elaborar su opinión.
—Pero es...
—¡Simplemente genial! —exclamó Kaito.
El cuarteto de idiotas se miraron y asintieron con aprobación, recobrando el sentido de su existencia luego de haber sido vilmente apartado por las chicas.
—What does the fox says?!! —cantaron los cuatro, porque maldición, el ritmo inevitablemente era adictivo. ¿Acaso era posible ponerle drogas a una canción?
—¿Están bien? —se preguntó Neru, mirando desde lejos con algo parecido al asco.
—Cosas sin sentido y estúpidas —respondió Luka.
—Bueno, así son los hombres —sacó su celular para comenzar a grabarlos.
.
.
.
Al rato, iniciaron las clases con Clara, quien como siempre, se sentía que era un caso perdido enseñarles algún otro idioma a toda la clase, pero aun mantenía la fe de que al menos uno saldría con la motivación de al menos no quedarse con su idioma natal.
En un salón, no era raro ver que se dividieran los alumnos de la siguiente forma: los que realmente prestaban atención, otros que fingían hacerlo aunque su mente realmente divagara en otro lado, y otros que tenían la valentía (o más bien descaro) de quedarse dormidos. Pero, en una escuela como esa, un equilibrio así, podría ser fácilmente perturbado.
Kaito, sacó un poco de su helado a escondidas, realmente nadie sabía como funcionaba su mochila pero realmente la teoría de que tenía una mini nevera ahí, cada día parecía ser la respuesta correcta. Siguiendo con el tema, cuando este iba a darle una probada a su postre favorito, un proyecto rozó su flequillo, haciendo que unos hilos de cabello cayeran. Paralizado por el miedo, escuchó a continuación el sonido de queja de Big Al, quien parecía ser el verdadero objetivo.
—¿Qué acaba de pasar? —murmuró por lo bajo, mirando a su compañero quien hacia una mueca de dolor.
—¿Algún problema? —preguntó Clara, al ver como un silencio inusual inundaba el salón.
Al ver que todos los estudiantes miraban la ventana, ahí se obtuvo la respuesta: una Meiko, con un uniforme militar y un fusil de francotirador. Bueno, igualmente eso no respondía absolutamente nada y solo generaba más preguntas.
—¿Qué rayos se le ocurrió ahora? —Neru, frunció el ceño.
La castaña, presumió sus habilidades militares, entrando de un salto y aterrizando perfectamente de una voltereta sin ningún rasguño. A estas alturas, no era raro que más de uno pensara que vino de un grupo de mercenarios o algo por el estilo.
—Onee-sama... ¿no debería estar trabajando? —Mei, fue la primera en hablar, aunque su voz no sonaba tan segura.
—Trabajar es para pobres —respondió bruscamente, acomodando su arma en su espalda, para ahora usar su megáfono (aunque perfectamente podría ser escuchada sin uno).
—¡Mocosos! —todos taparon sus oídos ante el fuerte sonido—. ¡He presenciado que en esta clase son pésimos así que tuve que intervenir! Tengo 27 planes para mejorar el rendimiento de ustedes, así que más les vale que esto funcione si no quieren que sea cada vez peor con mis métodos —la mayoría sudo frío ante esta amenaza.
—Algo típico de Meiko-san... —murmuró Miku, con una sonrisa nerviosa, realmente dudaba que sus notas mejoraran pronto.
Meiko, volvió a su posición anterior, haciendo las mismas maniobras de antes. Ahora si, todos se encontraban sentados en una perfecta posición y con la mirada al frente, ya que cualquier cambio de movimiento o incluso el mínimo bostezo, provocaba que recibieran un "head-shot" instantáneo.
Por suerte, solo era una hora, pero si se sintió eterna.
Lo que seguía a continuación, fue un aire fresco para la mayoría, menos para Kaito quien sentía que hoy su suerte estaba desaparecida por alguna razón.
Ese día, su profesora de artes, Sweet An, decidió que era un momento perfecto para un trabajo en parejas. No solo tuvo el infortunio de no ser el compañero de Miku, sino que además ella tuvo que estar al lado del segundo shota más codiciado de la clase: Piko, y por si fuera poco, ambos parecían llevarse de forma excelente por las sonrisas que se estaban compartiendo.
(Claramente estaba sufriendo de un mal humor porque por culpa de Meiko, no pudo seguir comiendo helado)
—Mira, no es que me moleste verte celoso, pero primero ayúdame a hacer esto —exigió Rin, mirándolo de forma despectiva.
—Si, si, solo estoy viendo que no hay nada de que preocuparse —ni siquiera la miró.
—No tendrías nada de que preocuparte, si ya te le declararas —lo señaló con su pincel de forma acusatoria.
—Ja, ¿para que me rechace? —era increíble, como su autoestima bajaba un 100% cuando se trataba de Miku Hatsune.
Sin embargo, Rin no deseaba una mala nota y menos ahora que Meiko, parecía tan interesada en la educación de todos. Así que digamos que su paciencia no era la mejor en ese momento.
Así, que la Kagamine, tomó a Kaito por su cabello para obligarlo a inclinarse y que ambos quedaran a la misma altura. Parecía una escena sacada de una película de delincuentes.
—Mira, estúpido amante de los helados, si no mueves tu trasero para ayudarme con este trabajo, juro por todos los dioses que haré que te sea imposible hablarle a mi casi hermana ¿entendido? —amenazó con una voz demoniaca, tanto así, que el pobre Shion, no pudo decir nada más y solo asentir por temor a provocar su ira.
"Ya entiendo porque Len, le tiene tanto miedo" fue lo único que pudo pensar, en el futuro, no se burlaría tanto de su situación.
Por otro lado, los celos parecía ser una enfermedad contagiosa, ya que ahora Luka, presentaba los mismos síntomas al ver como Gakupo y Lily reían de algún absurdo chiste, mientras trabajaban. Era tan obvio que la rubia estaba intentando coquetear con él, que solo le quedaba entornar los ojos ante ese patético espectáculo.
"Ugh, parecen una absurda pareja feliz" pensó con fastidio, intentando concentrarse en su trabajo.
—Eh, Luka-san ¿todo bien? —preguntó Len, el cual tenía mucho miedo del aura que estaba emitiendo la mencionada en esos momentos.
—Sí, tranquilo —contestó con una falsa tranquilidad.
—No eres la única que odia a Lily, Rin también lo hace, y creo que la mayoría también —comenzó a decir en un intento de bajar la tensión del ambiente.
—No entiendo porque me sigue enojando tanto, antes ni me importaba su existencia...
—Tal vez, no solo se trata de ella, sino más bien de Gakupo-san —Len, sabía que se estaba metiendo en terreno peligroso, pero sabía que era una oportunidad única—. Sé que ustedes dos llevan esta extraña relación, pero deberías ser más sincera con él.
—Me impresiona que seas tú quien lo diga —por suerte, no pareció enojarse por su consejo.
—¿Huh? ¿Por qué lo dices?
—Si vamos a hablar de relaciones "extrañas", lo que tienes con cierta tsundere adicta a la tecnología, entraría en esa categoría —comentó de forma burlona.
—N-no es como si sintiera algo romántico por Neru —bufó por lo bajo, pero su gesto avergonzado delataba que estaba mintiendo.
—Si claro —dijo con sarcasmo.
De forma silenciosa, ambos acordaron con dejar ese tema atrás y mejor concentrarse en su trabajo.
Al otro lado del salón, Neru, parecía estar fijándose demasiado en Len y en sus interacciones con Luka.
—¿Por qué se sonroja con ella? —masculló por lo bajo.
Claro, Luka era la fantasía para cualquier hombre y no era extraño el efecto que tenía en estos, pero se sentía ¿decepcionada? ¿Dolida? Realmente no sabía como expresarlo sin sentir que estaba cayendo en la locura.
—Ehm, ¿hermana?
Nero, se preocupó al verla con esa expresión que parecía la de un asesino.
—¿Qué? —masculló con un tono de enojo, Nero sabía que entraba en terreno muy peligroso.
—N-Nada...
"¿Celos? Pero eso solo significaría una cosa... "negó repetidamente su cabeza intentando sacar esas ideas de su mente.
Solo cabe decir, que el resto del trabajo lo tuvo que hacer su hermano, ya que temía siquiera confrontarla para que lo ayudara.
Nuestra ninja favorita, ahora mismo se encontraba en un dilema de camino a su trabajo.
Pensó sobre Gakupo, sobre Lily, sobre su extraña relación con el samurái y como había evolucionado para bien; hasta cierto punto por lo menos. Pero ahora que veía a Gakupo, como una persona que no guardaba malas intenciones (solo que su lado pervertido a veces ganaba un poco), se sentía contrariada.
Era fácil rechazarlo cuando solo lo veía como un mujeriego más, alguien que sabía que solo se interesaba por su físico, pero ¿ahora? Ese maldito pervertido llegó a demostrar que tenía un lado bastante humano, no solo era amable, sino que la comprendía de formas que ni ella lograba comprenderse. Para cualquiera sería fácil decir que simplemente ya no debería rechazar tanto sus avances, pero, inevitablemente, comenzaba a recordar lo radical que habían sido sus rechazos en el pasado: desprecios, golpes, ignorarlo e incluso abuso físico, abarcaban las cosas que caracterizaban a su relación.
¿El problema? Ella no creía mejorar pronto, todo este tema del romance descolocaba sus pensamientos y su falta de experiencia era equivalente a su vergüenza, esta última, solo sabiendo afrontarla siendo violenta con aquella persona que la hacía sentir así.
"No creo que sea lo ideal para él" claro, las relaciones debían ser empalagosas, llenas de palabras bonitas. Algo que no creía ser capaz de dar en un futuro cercano, sin contar que tenía un sueño de por medio y lo que menos quería, era descuidar este mismo solo para aprender como ser una pareja ideal.
Soltó un suspiro antes de entrar a la tienda donde comenzaría su turno, Gakupo, por alguna razón no había llegado y lo agradecía, seguramente se daría cuenta de que algo pasaba por su mente.
Bueno, ahora tendría que poner su plan en marcha.
.
.
.
—Chicos, es de mi agrado informales que hoy oficialmente iniciarán sus vacaciones.
Todos se encontraban en el gimnasio, Meiko estaba en la tarima con su micrófono y los profesores se encontraban detrás de ella, lo cual daba un sentido de normalidad a su escuela.
Sin embargo, cuando todos comenzaron a celebrar, su directora no se lo tomó bien,
—¡Cállense! —gritó pero no surtió mucho efecto—. Todavía no he terminado.
—Así son siempre —se lamentó Hiyama, negando con la cabeza.
—¡OIGANME DE UNA MALDITA VEZ! —acercó tanto el micrófono a su boca, que generó una interferencia que provocó que todos se cubrieran sus oídos, pero al final resultó—. ¡Bien! Ahora que tengo su atención, les explicaré de que trata el último evento de este semestre.
Ahora si, todos se encontraban atentos, para saber en que clase de locura los metería su directora.
—¡Jugaremos a la mafia!
Luego de un silencio que permitía que hasta el viento fuera escuchado, y los grillos aprovecharon para hacer su función.
—¿Eh? —fue lo único que pronunció alguien.
—¿De qué se trata? Meiko-san —preguntó Iroha.
—Es muy fácil, tienen que hacer un equipo que no sobrepase las 12 personas. En cada grupo se elige un líder y una mano derecha. Los miembros pueden tener títulos como: "el mejor tirador", "el sigiloso" o hasta "el más tonto".
A estas alturas todo esto parecía un juego infantil, pero conociendo a su directora, lo más probable es que lo llevara a gran escala.
—Además ¡tengo ropa exclusiva para este evento! Tal vez así se motiven un poco más —les guiñó el ojo, la mayoría la miraban sin creérselo demasiado, pero los ojos de Rin brillaban llenos de expectativas ante esto último—. Así que vayan a cambiarse en el salón de al lado, nos veremos dentro de media hora, para terminar de explicar las reglas.
Una vez finalizado su discurso, se bajó de la tarima junto a los demás profesores y automáticamente todos comenzaron a hablar, buscando con quien formarían grupo. Aunque, a decir verdad, la mayoría ya estaban seguros de quienes serían sus compañeros, así que no tardaron mucho con ese proceso.
—¡Último día y no veremos clase! —celebró la Kagamine.
—Voto por Luka-san para líder —Neru, alzó la mano, iniciando una votación.
—Yo propongo a Gakupo-san —Len, la imitó iniciando así una guerra de miradas.
—Bueno, ambos tienen grandes habilidades en combate —comentó Miku, algo indecisa.
—Luka-san da mucho más miedo —señaló Rin, para ganar puntos extra.
Por ahora, esta era una pelea de géneros, así que no parecía terminar pronto.
—Yo también voto por Luka —Gakupo, decidió poner fin a ese pequeño debate, ganando la atención de todos.
—¡¿Pero que dices?! —Kaito le dio un zape en la cabeza—. ¿No ves que es nuestra oportunidad de triunfar en algo?
—Creo que Luka-san, es la más apta para el rol —agregó Nero.
—Traicionados por nuestra propia especie... —maldijo por lo bajo Kaito.
—Es cuestión de estrategia, ella tiene toda la madera de líder y su frialdad hará que todos nos teman —explicó Gumi con llamas en sus ojos.
—Eh, ¿hay que tomarnos tan en serio un juego? —murmuró Mei, con algo de miedo por la actitud tan competitiva de todos.
—Gumi-chan, ¿Yuma no estará en nuestro equipo? —preguntó Miku, cambiando el tema.
—Creo que ya hizo equipo con las amigas de su hermana —intentó sonar desinteresada pero era obvio que se sentía algo decepcionada.
—Yuma es bendito entre las mujeres —apuntó Len al susodicho, quien se dirigía a los vestidores junto a: Mizki, CUL, Yukari, Seeu, IA y Galaco.
—Si quiere ser como Makoto Itou, entonces me aseguraré de que termine como él —farfulló por lo bajo Gakupo, con una gran aura asesina de fondo.
—Podrás tener tu venganza en el juego —dijo Luka, poniendo una mano en su hombro, aunque pareciera tranquila, el fuego de la competencia la rodeaba.
—¿Nos falta algo? —preguntó Len.
—Ahora hay que poner los títulos, solo elegiré a la mano derecha los demás pueden hablarlo entre ustedes —comenzó a decir Luka—. Gakupo, tu tendrás ese rol.
—No te fallaré —asintió con una sonrisa llena de confianza para demostrar su determinación.
Se dirigieron a los vestidores, quien Miriam, como siempre, parecía ser la guía en todo este proceso relacionado con ropa y disfraces.
En medio del camino se encontraron con Teto y su grupo.
—¡Hola chicos!
—Hey, quimera —saludó Neru.
—¿Por qué la llaman así? —preguntó Miku.
—Es porque cuando quiso presentarse, dijo "soy mitad gato y dragón, así que no se metan conmigo" —respondió Ruko, apoyándose en la cabeza de la mencionada.
—Suena genial —la diva parecía realmente asombrada por esto.
—Solo lo dije como una forma de encajar y ahora me marcará de por vida... —se lamentó con una mirada pérdida.
—Aquí nos separamos —indicó Ritsu, al ver que había una pared que separaba los vestidores de hombres y mujeres.
—Todavía no me acostumbró a ese Ritsu, como hombre es tan elegante... —comentó Rin, recordando que cuando lo conocieron parecía una persona mucho más explosiva.
El cambio de ropa por suerte no se demoró tanto ya que aunque fueran muchos, para ser una escuela grande, contaban con muy pocos estudiantes a decir verdad. Incluso las bolsas con la ropa tenía los nombres de cada uno, así no habría confusiones ni demoras para elegir algo. A Meiko, le debió tomar mucho tiempo de preparación para tener todo listo.
Pero vaya que valió la pena el esfuerzo de la directora, ya que todos se veían realmente rudos, sexys, mientras que otros lucían tiernos al intentar tomar esa apariencia de "malos".
Luka vestía con una camisa blanca con un chaleco sin mangas de color negro; llevaba uno de esos típicos sombreros de la mafia, y unos pantalones que parecían ser algo cómodos pero a la vez elegantes. con unos zapatos de media bota color café, luciendo como una verdadera líder, y su mirada amenazante solo confirmaba esto.
—¡Luka-san es tan genial! —exclamó Rin.
Ella, por otro lado, llevaba una blusa blanca sin manga de boleros, junto a una falda negra y unas mangas que llegaban desde las muñecas hasta sus codos, del mismo color. Su moño, ahora recogía su cabello en una coleta baja.
—Rin-chan, también luce bien —comentó Nero, con una leve sonrisa.
Los chicos, no tuvieron que pensar mucho en sus vestuarios, la mayoría llevaban esmoquin o traje de dos piezas, con la única diferencia de la camisa básica. En el caso de Nero, era de color dorado resaltando aun más sus ojos.
—Para Nero, Rin siempre lucirá bien —se burló por lo bajo Neru, pero igual fue escuchada por los dos rubios que se ruborizaron ante esto.
Neru vestía una blusa de tiras, color gris pero las tiras eran de color rojo; una falda roja con líneas negras, con unas botas de color plateado. Encima y la verdadera estrella de su look, era una chaqueta color negro que llegaba hasta más debajo de sus muslos, y un collar de plata.
—¡T-Tú piensas lo mismo de Len-kun! —su hermano no se quedó callado.
—¡¿Q-Qué estás diciendo?! —aunque intentaba sonar enojada el tartamudeo no la ayudaba mucho (ni su cara roja).
—Tranquilos, ya entendemos que los dos están locos por los Kagamine —mencionó Kaito, en un vano intento de calmar la pelea. ¿Lo único que ganó? Un golpe de Neru, para callarlo.
—¡Claro que no!
—Aunque Nero tiene más competencia —mencionó Gumi, con una pose pensativa. Recordando el triángulo amoroso con el Hatsune mayor.
—Aunque Nero-san, parece tener más probabilidades —aportó Mei.
La más tierna del grupo, usaba un vestido rojo ceñido a la cintura con un moño negro, y que caía en corte princesa, resaltando perfectamente su figura. Además, como accesorio llevaba un pequeño gorro negro al lado derecho.
—¿Por qué empezaron con ese tema? —se cuestionó Rin levemente avergonzada.
—Todo porque Nero te elogió —contestó su gemelo negando con la cabeza.
—Tsk, idiotas todos —farfulló por lo bajo.
—Cállense —la voz de Luka fue firme y todos inmediatamente guardaron silencio, sus instintos gritaban que si la desobedecían, su vida correría riesgos.
—Como ordene, Luka-sama —contestaron al unísono y parándose perfectamente recto.
Meiko llegó en ese momento, también vestida para la ocasión: un traje de color negro, con una camisa roja debajo pero con los primeros botones desabrochados dejando ver un lado más salvaje y sensual. Todos se quedaron sorprendidos, no solo por su belleza, sino que también se veía como una verdadera líder de la mafia.
—Ahora si, explicaré el juego.
Todos prestaron atención a las reglas: el juego consistía en que cada grupo sería una "familia", con su respectivo territorio y cada uno portaría armas de paintball. La idea era iniciar un juego de "atrapar la bandera" pero en este caso, sería atrapar o dar de baja al líder de equipos contrarios. Una vez el líder de una familia cae, esta salía del juego, así hasta que solo uno quedara en pie.
—¿Cómo se considera que alguien "murió" y esta fuera del fuego? Fácil, con dos disparos ya perdió y debe retirarse, las balas son de pintura así que ni crean que podrán borrarlas tan fácilmente. Ahora si, ¿cuál es el rol de la mano derecha? Además de acompañar siempre al líder, también tiene un rol fundamental cuando este cae. Si en los próximos 10 minutos logra "vengarse" al "matar" al líder del equipo enemigo que les dio de baja, entonces este tomará el papel de líder y su familia volverá al juego. Creo que eso es todo ¡buena suerte!
Para preparar sus territorios, tuvieron un plazo máximo de 15 minutos y en el gimnasio podían sacar las armas y munición que quisieran, incluso tenían cuchillos con pintura por si alguno prefería los combates cuerpo a cuerpo, como el caso de Gakupo, quien tenía experiencia con la espada.
La "familia" de Luka, claramente tomaron la azotea, no solo por el valor sentimental, sino que era un fuerte que podían proteger y tenían una buena vista del lugar.
—Hermana, lamento decirte que este lugar ya está ocupado.
Gran fue la sorpresa cuando vieron a Luki, junto a su "familia" luciendo como verdaderos gánster. Pero claramente esto no hizo que Luka retrocediera.
—Oh, ahí está ¡hola, onii-san! —Miku, lo saludó entusiasmada. Ella llevaba un vestido negro de manga larga, que llegaba hasta sus rodillas y tenía boleros de adorno.
Mikuo, soltó un suspiro mientras le devolvía el saludo, realmente su hermana era muy despistada.
—Luki, sé que crecimos como hermanos, pero el día de hoy no importan nuestros lazos de sangre. No tendré compasión por nadie.
Luego de ese discurso de película, el grupo de Luki fue sacado de ahí de forma humillante.
—Si que son débiles —comentó Lily, con disgusto.
—Esa chica tiene mucha actitud, que miedo —Akaito soltó una risa.
—Deberíamos encargarnos del equipo de Tei Sukune —sugirió Mayu, con su hacha en mano, con una pintura misteriosamente roja.
—Me da igual, mientras no le hagan nada a Miku —añadió con cansancio el Hatsune.
Luki, solo maldijo por lo bajo lo decepcionante que parecía ser su equipo.
Familia de Luki Megurine: Luki: Mikuo, Meito, Mew, Lily, Mayu, Yuki, Akaito, Piko, Oliver y Miki. Mano derecha: Mayu.
.
.
.
—Ahora que tenemos nuestra base, debemos planear una estrategia —indicó Luka, llamando la atención de todos.
—¡Como ordene, capitana! —dijo Gumi, con un saludo militar.
Ella vestía algo diferente a los demás, era una blusa negra de tiras, con unos pantalones holgados de camuflaje y con una sudadera amarrada a la cintura. Las gafas de color rojo que siempre traía en el cabello ahora las tenía sobre sus ojos.
—E-Ehm, ¿alguien sabe usar esto? —preguntó Mei, de forma tímida, llevaba un fusil de francotirador que parecía ser de su misma altura.
—Perfecto, nos servirá para el lugar. ¿Quién quiere usarlo?
—¡Yo lo haré! —respondió la chica de pelo verde, tomando con emoción el arma como si fuera un regalo de navidad.
—La idea es que seas capaz de cubrir al equipo que esté en tierra. Sin embargo, pienso que un grupo tan grande sería complicado de manejar, así que por eso sugiero que vayan en parejas no dejar un punto ciego. Ya en 5 minutos saldremos al campo de batalla, solo puedo decirles.... ¡destruyan todo a su paso!
Terminó su gran discurso con un puño al aire, y todos los demás la acompañaron lanzando un grito de guerra.
—Gumi-san, ¿puedes ver bien con eso? —preguntó Mei, intrigada por saber que no solo eran un accesorio más.
—Las estaba guardando para este momento, verás, me permite tener una mejor visión así que ningún enemigo escapara de mi vista —dijo orgullosa.
—¿Desde cuándo tiene algo así...? —Neru, solo la miraba intentando comprender que pasaba por su cabeza.
—Para estas cosas si se ponen serios —comentó Len, a su lado.
—Tienes razón... por eso es divertido —dijo esto último en un susurro.
—Len-kun —Nero, puso una mano en su hombro—, cada día estoy más convencido de que debes ser mi cuñado.
—¿Q-Qué bicho te picó? —cuestionó el Kagamine.
—Eres el único que logra que mi hermana sea honesta.
—Sigue hablando, Nero, y juro que te disparo en la cara.
—¿Acaso dijo alguna mentira? A mi también me encantaría tenerte de cuñada, solo les falta ser más sinceros —intervino Rin, fingiendo inocencia.
—Traicionera —masculló Len, viendo como se le formaba una sonrisa de gato.
—Ahora que lo pienso —a Rin no se le pasó ese comentario—, Dell-san sería una mejor opción.
—¿Uh...? —pero antes de que Neru hablara, fue interrumpida.
—Sí, sí, es mucho más maduro y de seguro la trataría mejor —añadió Nero, intentando ocultar su sonrisa burlona.
—Un disparo no será suficiente —mencionó el Kagamine, alzando su arma contra el dúo.
—¡¿Ah?! Pero si soy tu tierna y hermosa hermana, no puedes dañar mi piel con pintura —alegó ella.
—Me da igual, sería mejor callarte de una vez —respondió fríamente.
Todos miraban sorprendidos la escena al ver la frialdad que se apoderó del más tranquilo de los Kagamine.
—¿Acaso es mi culpa decir la verdad?
—Oh, antes de olvidarme, hoy es tu día de hacer la limpieza y juro que si no veo todo organizado, venderé la aplanadora y las naranjas que enviaron nuestros tíos.
Rin, palideció ante esa amenaza, así como estaba su hermano, no dudaría en que si cumpliría su palabra.
El sonido de la alarma sonó, callando a todos; era la indicación de que este juego de cacería inició.
—No creo estar preparada —comentó Miku algo nerviosa.
—No te preocupes Miku-chan, yo te protegeré —dijo Kaito, con una sonrisa de galán.
—Gracias... —susurró ella con una sonrisa aferrándose al brazo de este.
—Apuesto a que mueren primero —comentó Gumi.
—Yo digo que Kaito, morirá estúpidamente intentando proteger a Miku-chan. Spoiler: no le servirá —secundó Rin.
—La pareja acaramelada siempre muere en estos escenarios... —reflexionó Luka.
—¡No estamos acaramelados! —exclamaron los dos.
—Igual no quita que morirán primero —Gakupo, puso una mano en el hombro de Kaito, como si quisiera apiadarse de él.
—Estoy rodeada de idiotas —se lamentó Neru.
—Ok, vayan en parejas y no vayan a meterse en mi camino —dijo esto último como advertencia.
El equipo de Luka, no tardó en hacer aparecer una lluvia de pintura una vez salieron.
Los dos expertos en combate, se encontraban en racha, a pesar de sus diferencias, hacían un equipo impecable, dejando detrás de ella un montón de pérdidas. Cualquiera que se topara con ellos, recordaría ese día como el más cercano encuentro que tuvieron con la muerte.
Aunque los demás no resaltaban tanto como ellos, igual hicieron un intento:
Len y Neru, hicieron equipo, como excusa de estar enojados con las idioteces de sus respectivos hermanos. Ambos rubios se encontraron en un callejón sin salida, al entrar por accidente en la base de uno de los equipos contrarios.
—Neru, me caes bien, en serio, pero me gusta más ganar —dijo Teto, apuntándole con una pistola.
Familia de Teto Kasane: Ritsu, Defoko, Mako, Momo, Ruko, Sora y Luna Amane. Mano derecha: Ruko.
—Nos tuvimos que encontrar con la más problemática —rodó los ojos al ver a su ex compañera de clases.
—Si, será difícil salir de esta —asintió Len, sin saber bien que podrían hacer.
—¿Tienes un plan? —susurró Neru, aprovechando que la "quimera" se encontraba regocijando de su victoria aun sin hacer su primer disparo.
—No...
—Al diablo todo.
Neru, comenzó a correr como si su vida dependiera de ello, por su pequeño tamaño, logró pasar a través de todos con gran agilidad. Len se quedó unos minutos sorprendido por esto, pero rápidamente le siguió el ritmo aprovechando que todas las miradas estaban sobre ella.
Como era de esperarse, una bala terminó rozando la pierna de ella, haciéndola perder el equilibrio, pero no sintió jamás el piso ya que Len, logró tomarla entre sus brazos, y de una voltereta, terminaron detrás de una pared que les sirvió como protección temporal.
—¿Estás bien? —preguntó él, su respiración era agitada pero aun no la soltaba.
—S-Sí —apartó rápidamente su mirada, pero su rostro enrojeció aun más al darse cuenta que estaba completamente rodeada por la presencia del Kagamine.
—¡Por aquí están! —escucharon a lo lejos la voz de Ritsu.
—Ehm ¿deberíamos irnos? —más que una sugerencia sonaba a pregunta. Ninguno parecía tomar la iniciativa para alejarse.
—Claro —Len, casi se pierde nuevamente en sus ojos, pero no tardó en darse cuenta en la comprometedora situación en la que se encontraban—. ¡P-Perdón!
Neru, por fin fue libre, pero se alejó lentamente, casi como si no quisiera hacerlo. Pero tenían una misión que cumplir.
—No perdamos más el tiempo, ya casi nos alcanzan —le dio la espalda para que no notara lo roja que se encontraba su rostro.
"¡Ahhhh! Maldito Len, ¿acaso le sale ser caballero de repente?" le daban ganas de golpearse contra una pared para sacar todos esos pensamientos.
.
.
Por otro lado, Kaito y Miku, se encontraban escabulléndose como las gallinas que eran, ya que en primer lugar: no sabían ni usar una estúpida arma de juguete. Segundo: no querían enfrentarse a los psicópatas que se estaban tomando el juego demasiado en serio.
—Hey, Kaito, ¿no deberíamos salir?
Ambos encontraron un escondite perfecto en un almacén solitario, a lo lejos solo escuchaban los sonidos de disparos e insultos, pero igual, ella se estaba sintiendo algo mal de no ser de mucha ayuda.
—No deberíamos arriesgarnos, ¿qué tal si nos encontramos a Luka en su modo sádico?
Ambos temblaron ante esta idea.
El silencio era cómodo, pero para Miku, se estaba volviendo una burbuja que le estaba quitando todo el aire. Todavía no olvidaba lo que pasó en la enfermería, y hasta ahora, no encontró el momento adecuado para hablar bien de eso, en parte, por miedo al rechazo. Pero decidió enfrentar sus miedos, prefería eso antes de que seguir viviendo en la ignorancia.
—Kaito —hizo un esfuerzo sobrehumano para que su voz no temblara—, ¿te arrepientes de lo que pasó en la enfermería?
Aquella pregunta lo tomó por sorpresa, sabía que ni su actitud "tonta" podría sacarlo de eso.
—Ehm, bueno, ¿cómo decirlo? —comenzó a balbucear—. No es como que me arrepienta... —terminó diciendo en un suspiro.
No podía mirarla a la cara, se sentía sumamente culpable y ver sus ojos llenos de inocencia no lo ayudaban en nada.
—Me alegro escuchar eso —pareció realmente aliviada, causando curiosidad en él.
—¿Por qué lo dices?
—Cuando eso pasó, parecía que cometiste el mayor error de tu vida —respondió con algo de tristeza.
—¡Eso no es cierto! —actuó por instinto y la tomó de los hombros—. Es todo lo contrario, solo que... recordé que dijiste que te gustaba alguien más. Me sentí como un aprovechado, y no quería que te sintieras mal por eso —soltó todo sin pensarlo, Miku lo miró sorprendida pero sus ojos brillaron con esperanza.
"Es ahora o nunca" pensó con determinación. Puso una mano en su pecho como si quisiera evitar que su corazón saliera de su pecho, tomó algo de aire para decir lo siguiente.
—Kaito, tú me-
—¡Agh! Maldición.
—¿Estás bien?
Ambos se congelaron en su lugar al escuchar como abrían la puerta del lugar, junto con un alboroto que parecía ser una emboscada. En fin, ya se arruinó completamente el ambiente para una confesión, ahora esto se volvería un sitio de guerra.
Guiados por la curiosidad, los dos salieron sigilosamente para ver de que se trataba todo esto.
Rin y Nero, se encontraban usando un barril como escudo, miles de balas de una "familia" rival los tenía sin oportunidad de actuar.
Lleno de adrenalina y emoción, por lo que pasó anteriormente, Kaito, decidió actuar como un héroe. Tomó su arma y corrió hacia la guerra, actuando como un señuelo para que ambos rubios pudieran hacer de las suyas. Miku, simplemente no podía permitir que él tomara todos los riesgos solo, así que lo siguió y comenzó a disparar con los ojos cerrados, esperando al menos asustar a los otros.
La estrategia improvisada, pareció ser un éxito, ya que los enemigos pensaron que se trataba de una emboscada mucho más grande y terminaron huyendo. Los cuatro suspiraron aliviados al verse a salvo.
—Gracias, chicos —Nero, se limpió el sudor de su frente con su antebrazo.
—Pensé que moriría —soltó un suspiro la Kagamine.
—Bueno, no podíamos quedarnos sentados sin hacer nada —dijo Miku, con una sonrisa, abrazando a la rubia.
—¡Fue genial! Es como un juego de realidad virtual, pero sin lo virtual —exclamó Nero, ya recuperado.
—Ah, es hermoso esto, es la mejor forma de iniciar las vacaciones.
Ambos parecían realmente contentos de todo esto, incluso un aire rosa los rodeaba, Miku y Kaito, se miraron encogiéndose de hombros al sentir que realmente no entendían del todo su emoción.
Tan cómodos estaban, que no notaron como uno de los integrantes que los estaba persiguiendo, se había quedado atrás y ahora le estaba apuntando a Miku, para sacarla del juego.
Kaito, no tardó en darse cuenta de esto, y su instinto heroico salió a flote de nuevo: de un salto, recibió la bala que iba dirigida a su amada.
—¡Kaito! —exclamó Miku, con sorpresa.
Como aquí el drama nunca falta, Kaito cayó al suelo, pintura azul decoró su pecho, incluso su expresión parecía cansada y como si de verdad estuviera al borde de la muerte. Miku, preocupada se arrodilló a su lado, con una expresión de preocupación mientras tomaba una de sus manos.
—Me alegro.... ver que... estás a salvo —musitó débilmente el peli azul.
Rin y Nero, miraban con incredulidad la escena. La rubia, para evitar la interrupción, disparó sutilmente al tirador enemigo, sin quitar de vista la escena que estaba protagonizando su mejor amiga.
—No tenías que hacer algo así —incluso pequeñas lágrimas se comenzaban a formar en sus ojos.
—Prometí protegerte ¿o no? —le dedicó una sonrisa de satisfacción.
—¿Hasta cuándo van a seguir con esta estupidez? —murmuró Rin por lo bajo, Nero solo se encogió de hombros.
—¡Y Kaito queda afuera!
Meiko, apareció de la nada y tomó a Kaito de la bufanda para arrastrarlo fuera del sitio, mientras Miku extendía su mano hacia él como si de una película dramática se tratara.
—¡¿Por qué siempre arruinan mis escenas?!
—Oh, Meiko-san, lo tiene todo calculado —fue lo único que pudo decir Rin, luego de analizar la situación.
—En fin, ¿seguimos con el juego? —Nero, la miró con una leve sonrisa, olvidando totalmente a su compañero caído.
—¡Claro! —la rubia dio un pequeño salto de emoción, pero luego soltó un quejido.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado, viendo como cojeaba un poco.
—Sí, sí... esto no es nada —le dedicó una sonrisa decidida, pero cuando intentó dar otro paso, tropezó por su propio peso. Por suerte, Nero logró agarrarla por la cintura, evitando que cayera.
—Claro que no lo estás. Vamos a tomar un descanso —su mirada parecía mucho más seria que antes.
"Maldición, cuando me mira así deja de ser lindo y pasa a guapo...." maldijo en su cabeza.
—Ehm, ¿chicos? —Miku seguía ahí, tenía una sonrisa nerviosa—. Odio interrumpirlos pero... vienen más enemigos —advirtió, señalando como a lo lejos venían un grupo de personas.
—¡Maldición! ¿Justo ahora? —se quejó la Kagamine.
—Déjame cargarte —propuso Nero.
—¡Ni lo creas!
—Ahora no es tiempo de discutirlo.
—Ya vienen... —insistió la diva mucho más preocupada.
—Ah, perdón por esto —dicho esto, Nero cargó a Rin al estilo princesa, y comenzó a correr como si su vida dependiera de ello.
Miku, se quedó encantada de ver esa escena, ya que parecía como esas series románticas que tanto le gustaban, pero cuando escuchó el sonido de balas, espabiló y terminó huyendo por otra dirección.
—¡Nero Akita, juro que me vengaré! —ese grito resonó por todos lados.
Al final, ambos rubios terminaron cerca de unas escaleras que conectaban a un edificio, al ver que nadie los seguía, Nero la acomodó en uno de los escalones. La expresión de Rin era todo un dilema: su cabello desorganizado por la carrera, y su rostro rojo por haber sido protagonista de una escena tan cliché.
—Al final salió bien ¿no? —soltó una sonrisa nervioso, sabiendo que vendría algún regaño.
—Eso fue muy vergonzoso —mantenía la mirada firme en él, como si quisiera odiarlo, pero realmente solo parecía como una niña haciendo berrinche.
—Como disculpa, haré todo lo que quieras por una semana —soltó un suspiro, sabiendo que esto la alegría.
—¡¿En serio?! —su expresión cambio a una interesada y luego hizo una pose pensativa—. Uhm, debería pedirte muchas naranjas, también deberías ayudarme a probar la aplanadora aunque te de miedo que te aplaste y... y bueno, ¡lo que se me ocurra! —terminó por decir satisfecha, pero se sorprendió cuando vio al rubio arrodillado frente a ella y a punto de tomar su pie lastimado.
—Como ordene la princesa.
Esa sonrisa, esa pose, todo esto debería ser ilegal, porque cada día estaba más convencida de que Nero, era un personaje sacado de algún manga shoujo.
—¿Q-Qué haces?
—Ver que tan grave es la herida —dijo como si nada—. Aun si no hubiera prometido eso, te habrías enojado conmigo por no cumplir tus caprichos —lo dijo con un tono divertido.
"Como aquella vez que fuimos por todo el centro comercial a comprar ropa"
—Nunca muestras ningún agradecimiento por todo lo que hago —soltó un suspiro un poco más resignado—, pero, a pesar de eso, prometí serle fiel solo a mi princesa —terminó de decir guiñándole el ojo.
Rin, no podía creer que su corazón pudiera soportar todo esto.
—Nero... —fue lo único que salió de sus labios.
—Bueno, si está inflamado deberíamos ir-
Fue interrumpido por los brazos de Rin alrededor de su cuello, cuando su cerebro comenzó a funcionar, se dio cuenta que esto era un abrazo y no tardo en corresponderle.
"Si alguien llega a interrumpir esto, lo aplanaré más de 100 veces..."
.
.
.
Luego de dos horas, donde ocurrieron tanto escenas dramáticas, de acción, pero las que más le importaban a los lectores: románticas. Finalmente llegó la etapa final de todo esto.
La familia Megurine y Kasane eran las últimas en pie, así que la batalla final se daría pronto, ¿el lugar donde sucedería? Todavía era un misterio.
Luka y Gakupo, volvieron a la base a descansar un poco. Ahí se encontraba los que "sobrevivieron" hasta el momento.
—Si no atacamos primero, vendrán a emboscarnos —comentó Luka, tenía una expresión cansada y sus ropas también se veían desgastada. Tomó asiento en el suelo, al lado de la puerta.
—Descansa, Gumi está vigilando y me tienes a mí como tu fiel guardián —Gakupo, se sentó al lado de ella, con una sonrisa que le decía que todo estaría bien.
—Igual puedo defenderme por mi cuenta... —aun así, por dentro, se sentía algo feliz de ese comentario.
—Kaito, Miku-nee y Mei, están fuera del juego —dijo Rin, con desinterés, se encontraba descansando ya que al final tuvieron que vendar su pie, así que se encontraba ayudando a Gumi, en su puesto de vigilante.
No quería salirse del juego por algo así, por eso, Nero tuvo que encontrar la forma más segura con la que ella podía seguir participando.
—Len-kun y onee-chan, siguen sin aparecer —agregó Nero.
—Esos dos deben estar disfrutando a gusto en algún lugar —comentó Gakupo, con su característico doble sentido.
—Ugh, estás hablando de mi hermana.
—Y mi gemelo.
Ambos rubios tenían una mueca de disgusto, porque el samurái tenía una forma de decir las cosas que las hacía ver mucho más pervertidas de lo que eran.
—De acuerdo —Gumi, se unió a la conversación, se acercó a ellos masajeando uno de sus hombros—, al parecer la "familia" de Teto también tuvo algunas bajas, así que estamos en igualdad de números.
—Pero tenemos la ventaja de habilidad —Rin, formó una sonrisa malvada, ya saboreando su victoria.
—Escuchen —Luka, se levantó de su lugar viendo a lo que quedaba de su equipo—, en 5 minutos saldremos, los heridos tendrán que participar desde la distancia —miró fijamente a Rin, quien hizo un puchero—. Si algo me llega a pasar, sé que Gakupo será un excelente líder, así que no teman.
Le dedicó una mirada de confianza a su mano derecha, quien quedó embobado por aquella muestra de confianza tan grande.
—¡Sí, capitana! —exclamaron todos los que si estaban prestando atención.
—¿Luka? —Gakupo parecía querer decirle algo.
—¿Qué pasa?
Gakupo, abrió la boca pero ninguna palabra salió, la volvió a cerrar mientras su mirada se suavizaba.
—No, mejor lo diré luego —desistió con su idea, y le dedicó una sonrisa—. Mejor enfoquémonos en ganar.
La líder quedó algo confundida ante este comportamiento, pero no pudo preguntar más ya que Gumi la llamó para preguntarle algunas cosas de la estrategia.
.
.
Mientras tanto, en otro lugar...
—¿No deberíamos volver? —se preguntó Neru, tomando un juego en cajita.
—Se la pueden arreglar solos —Len, solo se encogió de hombros.
Ambos se encontraban "escondidos" en la cafetería, que a pesar de todo el desastroso juego, parecía ser uno de los pocos sitios respetados ya que nadie pasó por ahí.
—¿Quién crees que fue el primero en morir?
—Seguramente Kaito —contestó de inmediato, Neru.
—Aunque también apuesto por Miku y Mei, no las veo capaz de sobrevivir mucho tiempo sin ayuda.
—¿Será que ya acabo el juego?
—Meiko, ya lo habría anunciado ¿no? Mejor descansemos un rato.
—Tienes razón.
Ambos rubios se quedaron en su pequeño espacio, lejos de todo el peligro y disfrutando la presencia del otro en un cómodo silencio.
—¡Por fin tenemos un vencedor! —exclamó Meiko, a través de los parlantes—. Luego de una dura batalla entre la familia Megurine y Kasane, finalmente la líder Luka, logró acabar con la quimera haciéndose con la victoria. Felicidades al equipo ganador, y con esto damos por terminada la jornada escolar y el inicio de sus vacaciones. ¡Cuídense de camino a casa y diviértanse!
Todos los alumnos soltaron un suspiro de alivio, y comenzaron a moverse con normalidad en la escuela nuevamente. Todos se dirigieron a donde se cambiaron de ropa, para no tener que irse a casa con prendas llenas de pintura y sudor. Ahí, en la entrada, estaba Miriam esperándolos con una sonrisa.
—Recuerden que pueden usar las duchas del gimnasio si lo desean. Espero hayan disfrutado el evento y los veré nuevamente en el siguiente semestre —se despidió de todos con una sonrisa. Algunos profesores también la acompañaban en esto.
—Creo que solo me cambiaré —pensó en voz alta Luka, no muy cómoda con la idea de usar una ducha compartida luego de un evento tan grande.
—¡Luka! —Gakupo la tomó del brazo, evitando que se perdiera entra la confusión.
—¿Uhm?
—Quería saber algo.
Cierta incertidumbre junto a nervios se juntaron en su estómago.
—Será mejor que hables rápido —nuevamente usó su faceta de chica dura, para evitar que estos sentimientos molestos se apoderaran de ella.
—Solo quería saber ¿por qué renunciaste a la tienda?
"Oh, solo era eso" por alguna razón, se sentía levemente decepcionada.
—Luki, ya consiguió un nuevo trabajo y me dijo que no era necesario que me desgastara tanto, así que decidí mantener el trabajo en el restaurante, ya que es mejor paga —no era del todo mentira esto, pero por dentro, existían muchas más razones.
—¿En serio? Podrías habérmelo dicho —al ver su expresión de decepción, se sintió levemente angustiada; era la primera vez que le dirigía esa clase de mirada.
"No será la primera vez que se decepcione de mí"
—¿Solo era eso? —sin darle más oportunidad de hablar, se soltó bruscamente de su agarre—. Tengo que ir por mi ropa antes de que sea imposible entrar, perdón.
Y así, se escabulló entre las personas hasta que el samurái la perdió de vista.
"¿Desde cuándo soy una cobarde? Maldición" odiaba mucho esta nueva faceta que estaba descubriendo de ella misma, no quería volver a sentir ese apego en alguien, solo la hacía más vulnerable...
.
.
.
—¡Nos vemos, Luka-san! —se despidió Rin, saliendo de los vestidores—. Luego hay que hablar para vernos.
Ella asintió con una leve sonrisa, haciéndole un gesto de despedida. Era reconfortante tener amigos así, ya hasta podía hacerse ilusión de que podrían hacer.
"Tendríamos que ver que sitios de pesca podríamos ir todos" al pensar en ese delicioso atún que podría tener en sus manos, se le hizo agua la boca.
Miku, ya se había retirado desde hace un rato, al igual que las demás, cada una con promesas de escribir y llamar para concretar alguna salida. Ella decidió tomarse su tiempo, por miedo a encontrarse con Gakupo una vez que saliera de ahí.
Luego de un rato, se encontró sola en el vestidor, ahí se dio cuenta de que era hora de salir y dejar de huir.
—Oh, una lluvia de verano —notó algo impresionada al ver el cambio de clima, ahora, gotas de lluvia decoraban todo con tonos más apagados, aun así, le gustaba el olor de este clima.
Ahí afuera, notó dos figuras que logró reconocer rápidamente. Se sentía algo confundida por esto, y mientras se acercaba para dirigirse a la salida, obtuvo una respuesta que no le gustó para nada:
En medio de la lluvia, Lily besaba a Gakupo, como si ambos protagonizaran esos dramas románticos que tanto detestaba. Ella se aferraba fuertemente a su pecho, y no podía ver la expresión de él ya que le estaba dando la espalda, pero... seguramente lo estaba disfrutando.
"Tonta, que tonta eres" se recriminó a sí misma, al tener evidencia de que la personalidad coqueta de Gakupo no había cambiado para nada.
Claro, ¿por qué esperarla cuándo podía llamar la atención de cualquier chica linda? Nadie tendría la paciencia para lidiar con ella.
Lily, se percató de su presencia y terminó alejándose lentamente, su mirada demostraba una superioridad odiosa que intentaba disimular un poco de "vergüenza" por haberla obligado a presenciar algo así.
—Oh, perdona —lo dijo con una sonrisa que no demostraba nada de culpa.
Gakupo, se giró mucho más lento, como si temiera ver quien fue el testigo de algo así.
"Una mirada de culpa" era así, como Luka Megurine, describiría la forma en que, aquellos ojos que hace unas horas la veían con devoción, ahora demostraban un miedo real, justo como si lo encontrara con las manos en la masa.
—Disculpen, no quería interrumpirlos.
Por alguna razón, no podía sentir ni ira, tristeza, o algo parecido, sus emociones se cerraron nuevamente y ahora solo podía pensar en ese vacío que parecía consumirla desde adentro.
—L-Luka, esto no es... —intentó en vano dar alguna excusa coherente.
"¿Hay alguien que te gusta ahora mismo? No me importa si esa persona no soy yo" nuevamente fragmentos de aquella canción que la perseguía desde hace unos meses, aparecía en el peor momento posible. Ahora entendía perfectamente el sentimiento que quería transmitir la cantante con eso.
"Por eso dicen que la curiosidad mató al gato" pensó con tristeza, porque definitivamente esta no era una respuesta que esperaba recibir de forma directa.
Sin saber que más decir, siguió adelante con la mirada en alto, negándose a demostrarse derrotada.
Cuando pasó al lado de ellos dos, Gakupo la tomó de la muñeca para evitar que se fuera, pero ella de forma automática lo evitó. Quiso ignorar la mirada dolida que le dedicó el contrario, y apartó la mirada.
—Felicidades, por tu nueva relación —su tono fue monótono y sin ninguna emoción, haciendo que incluso el frío de la lluvia pareciera hasta algo cálido.
—¡Espera! —Gakupo exclamó en un intento de detenerla, pero ella solo siguió adelante sin mirar atrás.
Luego de caminar unas cuentas calles, miró para atrás, pero no vio que él la estuviera siguiendo. Su corazón se estrujo ante este sentimiento de soledad absoluto que se estaba apoderando de ella.
—Parece que me di cuenta muy tarde —murmuró por lo bajo—. Es mejor así, por algo ocurren las cosas ¿no?
Pero, por más que intentara ver lo mejor de la situación, simplemente no podía quitarse esa horrible sensación de encima.
Luka, ha experimentado muchos tipos de dolor a lo largo de su vida, pero aquel sentimiento de desamor, era definitivamente mucho peor de lo que imaginaba.
Nerurin on Chapter 1 Thu 05 Jun 2025 03:39AM UTC
Comment Actions
HarukaHagaren on Chapter 1 Mon 18 Aug 2025 09:34PM UTC
Comment Actions
ToriTeru on Chapter 1 Wed 18 Jun 2025 08:45PM UTC
Comment Actions
HarukaHagaren on Chapter 1 Mon 18 Aug 2025 09:34PM UTC
Comment Actions