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Junior estaba molesto. O tal vez confundido. ¿O ambas cosas? No lo sabía con certeza.

Nunca había entendido del todo a Jake. Sabía lo básico: su primo era gay, le gustaba el arte, y solía ser un solitario. Eso no le importaba mucho hasta ahora, cuando las cosas se habían vuelto… raras.

Desde hace unos días, Jake había empezado a ir a la escuela con maquillaje y vestidos. No era que a Junior le molestara en sí, pero cada vez que lo veía con un conjunto nuevo, su cerebro fallaba en procesarlo. No ayudaba que todos parecieran acostumbrarse rápidamente: Lexy reía y lo elogiaba por lo bien que le quedaban, Devon le guiñaba el ojo como si fuera lo más normal del mundo, e incluso algunos de sus compañeros lo veían con admiración.

Junior no entendía nada.

Pero entonces escuchó la verdad: Jake había perdido una apuesta con Lexy y Devon, y como castigo, debía usar ropa femenina durante un mes entero.

“Eso lo explica todo”, pensó, sintiendo una extraña mezcla de alivio y… decepción.

Porque si lo pensaba bien, no podía negar que Jake se veía bien. Demasiado bien.

Y eso solo lo confundía aún más.

Al principio, Jake pensó que esto de la apuesta sería tedioso e incómodo.

Se había resignado a recibir miradas raras, a aguantar comentarios estúpidos y a sentirse fuera de lugar con cada paso que daba. Pero, para su sorpresa, nada de eso sucedió. La ropa era cómoda, flexible, y después de solo unos días, se había acostumbrado al maquillaje como si siempre hubiera sido parte de su rutina.

De hecho… le gustaba.

Tal vez, cuando la apuesta terminara, seguiría usándolo.

Lexy lo observaba desde su casillero, con una sonrisa ansiosa y los ojos brillando de emoción. Sabía exactamente lo que pasaba por la cabeza de Jake, y la idea la emocionaba. Pronto tendría un amigo con quien hablar de maquillaje, ropa bonita y chicos sin que pareciera raro.

—¿Sabes que estás en un punto sin retorno, verdad? — Le dijo mientras se apoyaba en la puerta de su casillero.

Jake solo sonrió y se encogió de hombros.

—Quizás.

A unos metros de distancia, Devon no dejaba de sonreírle demasiado a Jake. Si no supiera con certeza de quién estaba enamorado su amigo, hace tiempo habría hecho su movimiento con él.

Porque Jake era guapo. Muy guapo.

Pero el problema no era él.

Era Junior.

"Maldito Junior, date cuenta de lo que te pierdes" Pensó Devon por enésima vez, viendo cómo el primo de Jake lanzaba miradas furtivas desde el otro lado del pasillo.

No era difícil notar que algo lo tenía inquieto.

Y Devon estaba seguro de que sabía exactamente qué era.

El día de hoy, Jake traía un conjunto especial: pantalones cortos y una blusa con un listón en el pecho. Se había comprometido tanto con la apuesta que incluso se afeitaba las piernas para que se vieran más suaves y bonitas.

Y lo lograba.

Se veía demasiado bonito.

Algunas chicas en la escuela sufrían en silencio. Sabían que Jake era gay, pero verlo con un estilo más femenino solo hacía que quisieran ser sus amigas aún más. Si no podían ligar con él, al menos podían hablar de chicos con él, como hacía Lexy.

A veces, se reunían a su alrededor, elogiándolo y dándole consejos de maquillaje o moda. Otras, intentaban jugar a ser casamenteras.

—Jake, deberías hablar con Mark. Es bisexual y le gustan los chicos como tú.

—O con Ryan, te miró dos veces en la cafetería. Eso significa algo.

—Yo te presento a Caleb, pero cuidado, porque se puso nervioso solo con oír tu nombre.

Jake solo se reía. No le molestaba la atención, pero tampoco buscaba nada serio en ese momento.

Aún así, las chicas parecían decididas a emparejarlo con alguien.

Lo que Jake no sabía era que, desde el otro lado del pasillo, Junior observaba todo con una expresión difícil de descifrar.

Porque cada vez que veía a otro chico ponerse nervioso con Jake… algo dentro de él se revolvía de una manera que no quería admitir.

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El día de hoy, Jake traía un conjunto especial: pantalones cortos y una blusa con un listón en el pecho. Se había comprometido tanto con la apuesta que incluso se afeitaba las piernas para que se vieran más suaves y bonitas.

Y lo lograba.

Se veía demasiado bonito.

Algunas chicas en la escuela sufrían en silencio. Sabían que Jake era gay, pero verlo con un estilo más femenino solo hacía que quisieran ser sus amigas aún más. Si no podían ligar con él, al menos podían hablar de chicos con él, como hacía Lexy.

A veces, se reunían a su alrededor, elogiándolo y dándole consejos de maquillaje o moda. Otras, intentaban jugar a ser casamenteras.

—Jake, deberías hablar con Mark. Es bisexual y le gustan los chicos como tú.

—O con Ryan, te miró dos veces en la cafetería. Eso significa algo.

—Yo te presento a Caleb, pero cuidado, porque se puso nervioso solo con oír tu nombre.

Jake solo se reía. No le molestaba la atención, pero tampoco buscaba nada serio en ese momento.

Aún así, las chicas parecían decididas a emparejarlo con alguien.

Lo que Jake no sabía era que, desde el otro lado del pasillo, Junior observaba todo con una expresión difícil de descifrar.

Porque cada vez que veía a otro chico ponerse nervioso con Jake… algo dentro de él se revolvía de una manera que no quería admitir.

Junior era terco.

Terco, necio y demasiado orgulloso como para admitir lo que realmente sentía.

Lexy lo sabía bien. Había sido su novia y ahora era una de sus amigas más cercanas. Devon también lo tenía claro. Era algo que ambos compartían en miradas cómplices cada vez que Junior fruncía el ceño viendo a Jake rodeado de chicas y chicos nerviosos.

—Míralo nada más —Murmuró Devon, apoyándose en los casilleros con los brazos cruzados— Está que se muere.

—Pero nunca lo admitirá —Respondió Lexy con una sonrisa burlona— Mira esa mandíbula tensa, esas manos en los bolsillos, la forma en que finge que no está viendo a Jake.

Junior, efectivamente, fingía desinterés. Apoyado contra la pared del pasillo, con la mochila colgando de un hombro, mantenía la vista en su celular como si realmente estuviera concentrado en algo. Pero cada cierto tiempo, su mirada se desviaba, casi inconscientemente, hacia Jake.

Hoy se veía… diferente.

No es que antes no lo notara, pero algo en ese conjunto, en la forma en que se veía tan cómodo con su apariencia, le hacía difícil ignorarlo.

Sobre todo cuando algunos chicos lo miraban demasiado.

Junior apretó los dientes al ver a un tal Ryan, un chico del equipo de teatro, acercarse a Jake con una sonrisa nerviosa.

Lexy y Devon lo notaron al instante.

—Va a explotar en cualquier momento —Susurró Devon.

—Le doy una semana antes de que lo acepte —Dijo Lexy, divertida.

—¿Una semana? ¿Tanto?

—Junior es demasiado terco.

Devon lo pensó por un segundo y suspiró.

—Sí, tienes razón.

Mientras tanto, Junior seguía en su lucha interna, sin darse cuenta de que su negación era cada vez más evidente.

Y Jake, ajeno a todo esto, solo seguía disfrutando de la apuesta sin saber el efecto que estaba causando en su primo.

Había pasado una semana.

Jake se sentía algo decepcionado.

Al principio, le había parecido divertido. Quería ver cómo reaccionaba Junior, quería saber si notaba la diferencia, si al menos tenía algo que decir. Pero hasta ahora, nada.

Nada de miradas prolongadas.

Nada de comentarios sobre su ropa.

Nada de nada.

Ni siquiera un simple “te ves bien” como el que todos los demás le daban sin problema.

Lexy y Devon observaban desde lejos cómo Jake se encogía sobre su celular, deslizando la pantalla sin real interés, con una expresión que no le quedaba. No tenía que decirlo en voz alta para que ellos entendieran lo que pasaba.

—Esto ya no es divertido —Murmuró Lexy, cruzándose de brazos.

—Sí, Junior es un caso perdido, pero ver a Jake así es peor —Asintió Devon.

Por supuesto que era entretenido ver a Junior retorcerse en negación, pero ver a Jake desanimado le quitaba toda la gracia.

Tenían que hacer algo.

Lexy sonrió con malicia y se inclinó hacia Devon.

—Tengo una idea.

Devon arqueó una ceja.

—Me asustas cuando dices eso.

—Confía en mí. Vamos a hacer que Junior deje de hacerse el idiota… y que Jake sonría otra vez.

Devon la miró con cautela, pero en el fondo, estaba de acuerdo.

Lo que sea que Lexy estuviera planeando, Junior no saldría ileso.

Y era exactamente lo que necesitaban.

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El ruido en los pasillos crecía con cada segundo.

—¿Oye, no crees que?— Dijo Devon mirando hacia Lexy.

—¿Qué? No lo creo. El no haría algo tan tonto...

Lexy y Devon intercambiaron miradas antes de correr, sus sospechas confirmadas al escuchar un nombre entre el alboroto.

Junior.

Jake también se apresuró, su corazón latiendo rápido mientras avanzaba entre la multitud.

Cuando llegaron, la escena frente a ellos los dejó en shock.

Junior estaba en el suelo, con un labio roto y un ojo que probablemente se volvería morado pronto. Encima de él, un chico más alto lo sujetaba con fuerza, presionándolo contra el suelo.

Devon reaccionó rápido, empujando al tipo con ayuda de un amigo. Junior aprovechó el momento para liberarse, respirando pesadamente, la rabia aún reflejada en su rostro.

Jake y Lexy se apresuraron a ayudarlo a levantarse.

—¿Qué demonios pasó? —Exigió Lexy, mirando a Junior con incredulidad.

Junior escupió al suelo y se limpió la boca con el dorso de la mano antes de responder.

—Ese imbécil dijo cosas sobre Jake.

Jake parpadeó, confundido.

—¿Sobre mí?

Junior apretó los dientes y asintió.

—Dijo que le gustaría hacer lo que quisiera contigo… que te ves como alguien fácil.

Un escalofrío recorrió a Jake.

No era la primera vez que escuchaba comentarios desagradables, pero saber que Junior había reaccionado así por él…

Lexy y Devon se quedaron en silencio por un momento. Luego, Lexy suspiró y sonrió con burla.

—Vaya, Junior. Para alguien que dice que no le importa Jake, pareces demasiado alterado.

Junior se tensó.

—No es eso. Solo no me gusta que hablen así de—

—De Jake —Completó Devon, cruzándose de brazos.

Jake solo los miraba, sintiendo su rostro calentarse.

Junior lo defendió. Se metió en una pelea por él.

Era la primera vez que veía algo así.

Y aunque Junior intentara negarlo… algo dentro de Jake le decía que esto significaba más de lo que parecía.

---

El pasillo se despejaba poco a poco, pero Jake apenas lo notaba.

Lexy le guiñó un ojo antes de soltar a Junior.

—Deberías encargarte de él.

Jake dudó, pero cuando Junior tambaleó ligeramente, no lo pensó más.

Tomó su mano y lo guió hacia la enfermería.

Junior no protestó. Solo lo siguió en silencio, su mano cálida en la de Jake, aunque él intentó no pensar demasiado en ello.

Cuando llegaron, Junior se dejó caer en una silla sin quejarse, y Jake se apresuró a buscar gasas, alcohol y un poco de hielo. Se movía con eficiencia, pero su mente estaba demasiado ocupada tratando de ignorar lo que acababa de pasar.

Junior se metió en una pelea por él.

Por él.

Sacudió la cabeza, tratando de enfocarse.

—Esto puede arder un poco —Murmuró mientras se inclinaba para limpiar su labio roto.

Junior ni siquiera se quejó. En cambio, hizo algo que Jake no esperaba.

Deslizó los dedos por el listón de su blusa.

Jake se congeló.

Junior lo miraba, pasando los dedos lentamente sobre la tela antes de murmurar:

—Te ves bien. Aunque no me sorprende. Te ves bien con cualquier cosa que te pongas.

El corazón de Jake se disparó.

Intentó ignorarlo. Se enfocó en seguir curándolo, en mantener las manos firmes. Pero su rostro lo delataba, rojo hasta las orejas y el cuello.

Junior notó la reacción y, por primera vez en toda la semana, sonrió un poco.

Jake apretó los labios y desvió la mirada.

—Deja de moverte —Murmuró, aunque su voz no sonó tan firme como quería.

Junior solo sonrió más.

Y en ese momento, Jake supo que su primo se estaba divirtiendo con esto.

Junior no lo diría en voz alta, pero estaba feliz.

Jake estaba concentrado solo en él en ese momento.

Sus manos eran firmes mientras limpiaba las heridas, pero su expresión decía otra cosa. Su ceño estaba fruncido, sus labios en una fina línea de molestia.

—No deberías verte tan feliz después de haber sido golpeado tan feo —Murmuró Jake, sin levantar la mirada.

Junior se encogió de hombros.

—Valió la pena.

Mientras hablaba, sus dedos volvieron a rozar la tela de la blusa de Jake, disfrutando la suavidad del listón entre ellos.

No podía evitarlo.

Jake se veía demasiado bien.

Junior dejó que sus ojos recorrieran su figura, deteniéndose en los pantalones cortos que dejaban al descubierto sus piernas largas y tonificadas.

Tal vez era porque Jake era más alto que él, pero sus piernas se veían increíblemente bien con esos zapatos altos.

Jake notó su mirada y apretó los labios, visiblemente incómodo.

—Deja de mirarme así —Espetó, con las mejillas encendidas.

Junior arqueó una ceja, fingiendo inocencia.

—¿Cómo?

—Como si estuvieras… —Jake se detuvo, su cara poniéndose aún más roja— ¡Como si estuvieras evaluando mi ropa o algo así!

Junior sonrió, divertido.

—Bueno, es que te queda bien. Ya te lo dije, todo te queda bien.

Jake sintió que su corazón latía con fuerza contra su pecho.

No sabía si quería golpear a Junior o si quería que siguiera hablando.

Y eso lo estaba volviendo loco.

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Jake apretó los labios, sintiendo que el calor en su rostro no hacía más que empeorar.

—Deja de decir esas cosas —Murmuró, concentrándose en terminar de curarlo.

Junior inclinó la cabeza, observándolo con diversión.

—¿Por qué? ¿Te incomoda?

Jake exhaló con frustración.

—No es eso…

Junior sonrió con suficiencia.

—Entonces, ¿Qué es?

Jake finalmente levantó la mirada y lo fulminó con los ojos.

—Eres un imbécil, ¿Lo sabías?

Junior rió entre dientes.

—Me lo han dicho.

Jake resopló, pero su ceño fruncido no escondía el temblor en sus dedos. No podía seguir con esto.

Se giró rápidamente, guardando el botiquín con movimientos bruscos.

—Ya terminamos —Dijo, sin atreverse a mirarlo.

Pero antes de que pudiera alejarse, Junior atrapó su muñeca.

Jake se quedó helado.

—Oye… —Murmuró Junior, y esta vez su tono no era burlón, sino suave, casi inseguro.

Jake tragó saliva y sintió un escalofrío recorrer su espalda.

No podía hacer esto. No con Junior mirándolo así.

Así que, con un movimiento rápido, se soltó y retrocedió.

—Nos vemos luego —Dijo con voz apresurada antes de salir de la enfermería, sin mirar atrás.

Su corazón latía desbocado.

No podía quedarse ahí más tiempo.

Si lo hacía, temía que Junior notara lo que realmente sentía.

Y eso… eso era lo que más le aterraba.

Jake caminó por los pasillos con pasos rápidos, sin mirar atrás.

No quería ser rechazado. No tan rápido.

Sabía que era raro sentir algo por su primo. Pero no podía evitarlo.

No cuando Junior lo miraba así.

No cuando su toque le hacía estremecer.

Suspiró, sacudiendo la cabeza.

No podía pensar en eso ahora.

Mientras tanto, Junior seguía sentado en la enfermería, todavía sintiendo el calor de la muñeca de Jake en su mano.

¿Por qué reaccionó así?

Nunca antes se había sentido así por alguien… y mucho menos por Jake.

Se pasó una mano por el cabello, frustrado.

—¿Qué mierda me pasa?

Pero antes de que pudiera seguir cuestionándose, Lexy y Devon irrumpieron en la enfermería.

—¿Por qué demonios sigues aquí? —Preguntó Lexy, cruzándose de brazos.

—¿Qué?

Devon rodó los ojos y lo empujó del hombro.

—Jake se fue molesto y tú ni siquiera intentaste seguirlo.

—¿Por qué debería…?

Lexy bufó y lo empujó también.

—¡Porque eres un idiota, Junior!

Antes de que pudiera responder, ambos lo agarraron y lo arrastraron hacia la puerta.

—Vamos, vamos, tenemos clase —Dijo Devon, con una sonrisa burlona— No vamos a arreglar esto ahora, pero créeme, lo haremos después.

Junior gruñó, intentando zafarse.

Pero la verdad era que, por primera vez, no estaba seguro de si quería alejarse de Jake…

Lexy y Devon prácticamente arrastraron a Junior hasta el aula de química.

—Si no nos apuramos, Jake terminará con otro compañero —Susurró Lexy.

—No podemos dejar que eso pase —Añadió Devon con una sonrisa traviesa.

Junior frunció el ceño.

—¿Y qué?

Lexy lo golpeó en el brazo.

—¡No seas idiota!

Mientras tanto, Jake ya había llegado y estaba acomodando sus cosas en la mesa de laboratorio.

Se veía tranquilo en apariencia, pero por dentro aún sentía su corazón latiendo con fuerza tras lo que pasó en la enfermería.

No quería pensar en Junior. No quería recordar cómo sus dedos jugaron con su listón, cómo lo miró.

Pero era imposible.

Y, para empeorar las cosas, un chico de la clase ya se estaba acercando a él con una sonrisa confiada.

—Oye, Jake, ¿Quieres ser mi compañero? —Preguntó, apoyándose en la mesa con demasiada confianza.

Jake parpadeó, sorprendido.

Antes de que pudiera responder, sintió una presencia familiar acercándose rápidamente.

—No —Dijo una voz firme a su lado.

Jake giró la cabeza y se encontró con Junior, que se había colocado entre él y el otro chico sin dudarlo.

El aula se quedó en silencio unos segundos.

El chico alzó una ceja.

—¿Y tú quién eres para decidir eso?

Junior cruzó los brazos.

—Su primo.

—¿Y?

—Y su compañero —Sentenció Junior, con una mirada desafiante.

Jake sintió cómo su corazón se detuvo un segundo.

El chico resopló, murmurando algo sobre "territorialidad rara", y se alejó.

Jake miró a Junior, todavía confundido.

—¿Por qué hiciste eso?

Junior desvió la mirada y se encogió de hombros.

—Porque somos familia… y siempre hacemos equipo.

Jake sintió un nudo en el estómago.

No supo si la respuesta le dolió o le alivió.

Lexy y Devon, desde la distancia, intercambiaron una mirada cómplice.

Esto se estaba poniendo interesante.

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Jake apretó los labios y bajó la mirada, sintiendo ese nudo incómodo en el estómago cada vez que Junior mencionaba que eran primos.

¿Por qué tenía que recordarlo todo el tiempo?

Sabía que en el pueblo no era tan raro que algunos primos terminaran juntos. No era lo ideal, pero tampoco era el escándalo que sería en otros lugares.

Aun así, cada vez que Junior lo decía con tanta seguridad, como si estuviera marcando un límite infranqueable, Jake sentía que sus pocas esperanzas se apagaban poco a poco.

Intentó concentrarse en la clase, en los experimentos, en cualquier cosa que no fuera Junior a su lado.

Pero no podía ignorar la forma en que Junior lo miraba de reojo cuando pensaba que no se daba cuenta.

O cómo se inclinaba un poco más de lo necesario para observar lo que estaba escribiendo en su cuaderno.

O cómo sus dedos tocaban la mesa cerca de los suyos, como si estuviera tentado a cruzar esa pequeña distancia.

Lexy y Devon, sentados unas filas detrás, intercambiaban miradas significativas.

—Va a explotar en cualquier momento —Susurró Devon con una sonrisa divertida.

—Apuesto a que Jake lo va a ignorar para hacerlo sufrir un poco —Susurró Lexy de vuelta.

Devon asintió.

—Eso lo va a volver loco.

Y tenían razón.

Porque cuando la clase terminó y Jake recogió sus cosas sin siquiera mirar a Junior, este sintió un vacío extraño en el pecho.

¿Por qué lo estaba ignorando ahora?

No le gustaba.

No le gustaba en absoluto.

Devon se apresuró a alcanzar a Jake, notando su expresión distante.

—¿Estás bien? —Preguntó en voz baja mientras caminaban por el pasillo.

Jake suspiró, ajustando la correa de su mochila.

—No lo sé.

Devon levantó una ceja.

—¿Por Junior?

Jake se detuvo un momento, luego volvió a caminar.

—Solo… me cansa. Cada vez que parece que tal vez… que tal vez hay algo, lo mata con un "somos primos". Se muy bien que lo somos, pero aún así...

Devon suspiró y le dio una palmada en la espalda.

—Sí, Junior es un idiota. Pero también es un idiota enamorado, créeme.

Jake soltó una risa sin humor.

—No se nota mucho.

Mientras tanto, al otro lado del pasillo, Lexy caminaba con Junior, mirándolo con atención.

—Así que… —Empezó con un tono inocente— ¿Te molestó que Jake no te hiciera caso después de clase?

Junior chasqueó la lengua, fingiendo que no le importaba.

—¿Por qué habría de molestarme?

Lexy rodó los ojos.

—Porque tienes una cara de celos que no puedes ocultar.

Junior la fulminó con la mirada.

—No estoy celoso.

—Claro —Dijo Lexy con burla— Por eso estabas frunciendo el ceño cuando Devon se acercó a él y le tocó el hombro.

Junior apretó los labios.

—Devon siempre está cerca de Jake.

—Y tú nunca habías reaccionado así.

Junior desvió la mirada, su mandíbula apretada.

Odiaba admitirlo, pero tenía razón.

Ver a Jake alejarse sin siquiera mirarlo había sido molesto. Pero ver a Devon acercarse, hablarle en voz baja y hacer que Jake sonriera un poco…

Eso sí lo hacía arder por dentro.

Lexy sonrió con satisfacción.

—Tienes un gran problema, Junior.

Él suspiró con frustración.

—Lo sé.

Lo peor era que no tenía idea de qué hacer al respecto.

Junior no podía ignorarlo más.

Cada vez que veía a otro chico acercarse a Jake, sentía que su cuerpo se tensaba y su humor se volvía más oscuro.

Devon era la única excepción. Sabía que Jake y él eran inseparables y, por más molesto que fuera, Devon nunca intentaría nada con Jake.

Pero los otros…

Esos chicos que se acercaban con sonrisas demasiado amplias, que le hablaban con confianza, que encontraban cualquier excusa para tocar su brazo o su hombro…

No. Eso no lo soportaba.

Y ahora, mientras veía a uno de esos chicos inclinarse demasiado cerca de Jake en la fila del almuerzo, sintió que su paciencia se rompía.

Antes de darse cuenta, ya estaba caminando hacia ellos.

—Jake —Llamó con firmeza.

Jake giró la cabeza, sorprendido al verlo ahí.

—¿Qué pasa?

Junior lo ignoró por un segundo y miró al chico que estaba con él.

—Necesito hablar con él —Dijo en un tono que no dejaba espacio a discusión.

El chico parpadeó, algo confundido, pero asintió y se alejó.

Jake cruzó los brazos, mirándolo con desconfianza.

—¿Qué quieres, Junior?

Junior tragó saliva. No había pensado tan lejos. Solo reaccionó por instinto.

—Tú… ¿Vas a seguir ignorándome?

Jake lo miró con incredulidad.

—¿En serio? ¿Después de que tú me ignoraste primero por quién sabe cuánto tiempo?

Junior apretó los labios, sin saber cómo responder.

Jake suspiró y tomó su bandeja.

—Si no vas a decir nada importante, mejor déjame en paz.

Junior vio cómo se alejaba y sintió algo retorcerse en su pecho.

Odiaba esto.

Odiaba que Jake estuviera molesto con él.

Y lo peor es que sabía que la culpa era suya.

Lexy, que había visto todo desde la distancia, negó con la cabeza.

—Dios, Junior, de verdad eres un desastre.

Devon, a su lado, sonrió.

—Sí, pero al menos ahora se dio cuenta.

Lexy suspiró.

—La pregunta es, ¿Qué va a hacer al respecto?

Junior se quedó ahí, con la mandíbula apretada, mientras miraba a Jake alejarse.

Tenía que hacer algo.

Pero… ¿qué?

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Junior apenas y tuvo tiempo de reaccionar.

Sentado al lado de Lexy, mirando su bandeja sin apetito, de pronto sintió algo caliente deslizarse de su nariz.

—¿Qué demonios…? —Susurró, pasándose la mano por la cara.

Cuando vio su propia sangre manchándole los dedos, soltó un suspiro frustrado y, sin decir palabra, se levantó de golpe para dirigirse hacia los baños.

Lexy y Devon hicieron ademán de seguirlo, pero se detuvieron en cuanto vieron a Jake levantarse de su asiento de un brinco, dejando su comida intacta. Su rostro mostraba una expresión de alarma, preocupación pura, como pocas veces se veía en él.

Jake corrió detrás de Junior, empujando suavemente a un par de personas que estorbaban en el pasillo.

—¡Junior! —Llamó, pero su primo no se detuvo.

Junior apenas era consciente de su entorno, demasiado avergonzado y molesto consigo mismo. Pero Jake no iba a dejarlo solo.

Entró en los baños justo detrás de él.

Junior se apoyaba contra el lavabo, intentando detener la hemorragia presionando su nariz con un par de toallas de papel improvisadas. Sus ojos se encontraron en el espejo, ambos respirando algo agitados.

Jake se acercó de inmediato, su voz suave pero urgente.

—Déjame ayudarte, Junior. Siéntate o te vas a desmayar.

Junior gruñó algo entre dientes, claramente avergonzado.

—Estoy bien.

—No, no lo estás —Replicó Jake con una firmeza que no solía usar.

Sin esperar permiso, Jake se acercó, tomó papel y con suma delicadeza ayudó a Junior a inclinar la cabeza hacia adelante.

—No la eches hacia atrás, ¿Quieres tragar sangre o qué? —Lo regañó, su voz temblando un poco.

Junior cerró los ojos, derrotado, dejándose cuidar. Sentía el calor de Jake muy cerca, sus manos suaves, el aroma dulce del maquillaje que llevaba mezclado con su colonia ligera.

Era tan frustrante.

Porque todo eso solo hacía que quisiera aún más a Jake.

Después de un rato, cuando la sangre disminuyó, Jake tiraba al tacho los papeles ensangrentados.

Se mordía el labio mientras trabajaba, como si estuviera a punto de llorar.

Junior lo notó.

—Jake… —Murmuró, su voz ronca.

Jake no lo miró. Se concentraba demasiado en limpiar su rostro.

—Deja de actuar como si no te importara nada —Jake susurró apenas, las manos temblorosas— Deja de actuar como si fueras invencible.

Junior se quedó quieto, sus propios sentimientos atrapados en su garganta.

Jake lo estaba cuidando con tanto cariño…

—Y deja de pelear por mí —Añadió Jake, su voz quebrándose— No quiero que te lastimes por mi culpa.

Hubo un silencio espeso entre ellos.

Junior, con torpeza, llevó su mano hacia la de Jake, deteniéndolo.

Jake levantó la vista, encontrándose con los ojos azules de su primo, que ahora lo miraban de una forma tan intensa que le cortaba el aliento.

—No me importa si me lastimo —Dijo Junior muy bajo— Si es por ti, no me importa.

Jake sintió cómo su corazón latía tan fuerte que creía que todos podían oírlo.

Quiso decir algo, cualquier cosa, pero su garganta no le respondió.

Junior, todavía sosteniéndole la mano, solo lo miraba, demasiado honesto, demasiado vulnerable.

Y Jake entendió que, tal vez, Junior tampoco podía evitar lo que sentía.

Junior estaba inquieto, más que nunca. Quería besar a Jake, tocarlo, sentirlo más cerca. Y aunque estaba casi seguro de que Jake lo permitiría —después de todo, sabía que le gustaba—una parte de él no quería simplemente lanzarse. No quería ser como esos imbéciles que trataban a Jake como si fuera "fácil".
Así que, con algo de nerviosismo y la voz más baja de lo normal, le pregunto:

—¿Puedo besarte?

Jake, sorprendido, se quedó en silencio por un segundo. Sus ojos se abrieron un poco, dudando... pero luego, con una sonrisa tímida, asintió.

Junior se acercó despacio. Jake tuvo que agacharse un poco, acomodándose a su altura. El primer beso fue torpe, lleno de duda y timidez, pero poco a poco, como si todo lo que sentían hubiera estado esperando este momento, el beso se volvió más intenso. Sus labios se movían con necesidad, como si buscaran ponerse al día por todo el tiempo perdido.

Impulsado por la emoción, Junior empujó a Jake con suavidad contra el lavabo. Para sorpresa de ambos, logró levantarlo de las caderas, sentándolo sobre la superficie fría. No sabía de dónde había sacado fuerzas —Jake era más alto y algo más pesado que él—pero no le importó. Se colocó entre sus piernas, sosteniéndolo firme, sus manos agarrando el trasero de Jake sin pudor, los dedos hundiéndose a través de la tela de sus pantalones cortos.
Jake, entre suspiros ahogados, envolvió con fuerza la espalda de Junior con sus piernas, mientras sus brazos descansaban sobre sus hombros, jalándolo aún más cerca.

Una de las manos de Junior subió por debajo de la blusa de Jake, buscando a ciegas su piel, buscando sus pezones, queriendo sentirlo todo.

El momento, lleno de calor y deseo contenido, fue brutalmente interrumpido por un aplauso.

—¡Ey, ey! ¡Guarden algo para cuando lleguen a casa! —Bromeó Lexy desde la puerta, riéndose junto a Devon.

—En serio —Añadió Devon, entre carcajadas— Si alguien los ve, mañana estarán en todos los chats del colegio.

Jake y Junior se separaron de golpe, las mejillas encendidas.

Jake se bajó del lavabo, nervioso, acomodándose la blusa mientras intentaba no hacer contacto visual con nadie.

Junior, por su parte, metió una mano en su bolsillo en un intento por disimular lo alterado que estaba, pero con la otra buscó, casi de forma instintiva, la mano de Jake.

Y Jake, aunque su rostro seguía sonrojado, dejó que sus dedos se entrelazaran con los de Junior.

Por primera vez en mucho tiempo, Junior sonrió abiertamente. Esta vez, no iba a soltarlo.