Actions

Work Header

Estas condenada a crecer

Summary:

Cuando Dibra se mudo cerca de otra ciudad mas pequeña no pensaba que con ella vendrían las locuras que las que llevaba en la antigua ciudad. Y eso que vivía peleándose con un extraterrestre loco.
-¿Que pasa pequeñita? nunca viste tanta carne, pues tu también tienes lo tuyo - se rio de buena gana la criatura enfrente de ella.
-¿Eres real o me estoy volviendo loca? - pregunto Dibra pasándose las manos por la cara y frotándose los ojos con firmeza.
-Tu ya estabas loca de antes - dijo Gaz mirando desde la puerta y marchándose sin siquiera hacer mas, dejando al monstruo hormonal con ella.
-Vaya estos años serán interesante contigo, mi linda loquita - dijo la monstruo moviendo las caderas mirando a su alrededor.

 

Dibra deberá sumergirse en una etapa rara y dura que jamás pensó en su futuro, la pubertad.
Dib Fem
(Aun no hay parejas establecidas)

Chapter 1: llegando a un nuevo lugar

Chapter Text

En una cuidad casi urbana con calles agradables de los suburbios daban un ambiente muy hermoso que sería el sueño de una familia al estar en un barrio muy lindo.

Bueno no para muchos.

-¿Cómo puedes pensar en irnos de la ciudad? ¿No sabes que dejamos un alienígena loco suelto, papá? Ahora puede hacer lo que quiera, nadie la va defender por marcharnos – se quejó la voz de una chica de lentes de fondo de botella.

-Ya, ya hija mía. Lamento que pierdas tu amistad con el chico verde y no volverás a jugar ese juego del alíen, pero debes ser resiliente. Tal vez puedas hacer otros amigos – dijo el hombre conduciendo su auto por las calles buscando la dirección de la casa.

-Por milésima vez. Zim no es mi amigo – se quejó Dibra.

Siempre que hablaba con su padre iba a darle vuelta como si perdiera su amigo.

Como si fuera una amiga de un extraterrestre.

-Ya deja de fastidiar de una vez. Al menos no estás perdiéndote tu lugar de comida favorito – le recrimino su hermana – ahora deja de lloriquear o no vivirás antes de llegar a la nueva casa.

Con eso Dibra no dijo nada más durante todo el trayecto restante.

Solo miro con pesimismo las calles de la zona perdiéndose en las casas coloridas y jardines de las casas.

Durante otros minutos más, pasando por calles el auto se detuvo junto a un camión de mudanza que era el suyo.

-Muy bien mis niñas, hemos llegado a nuestro nuevo lugar – se bajó sin ceremonias esperando a que sus niñas también lo hicieran.

Dibra salió del auto con cierto aire de fastidio y se dispuso a mirar a su alrededor.

Vio la casa que era grande con un jardín delantero bien cuidado con un letrero de “Vendido” en ella. El vecindario era muy distinto al suyo. Algo más tranquilo y

Vio acercarse una pareja de adultos con miradas bastantes amables y con una charola con galletas.

-Es un gusto darle la bienvenida a los nuevos vecinos – dijo una mujer de cabellos claros.

-Es una gran gusto tener nuevos vecinos – comento el hombre de forma muy dulce extendiendo las galletas.

-Ehh…gracias señor – dijo Dibra tomando una galleta, en cambio Gaz tomo la charola y comía de ella.

Estos vecinos…eran demasiado afectuoso para apenas conocerlos.

-Saludos vecinos. Soy el profesor membrana y estas dos son mis hijas Dibra y Gaz – señalo el hombre de bata extendiendo la mano y estrecharla con la pareja.

-Un gusto señor membrana, soy Elliot y este es mi encantadora y linda esposa Diane. Les damos la bienvenida a este hermoso barrio y si tienen preguntas no duden en acercarse a preguntar, nuestra casa es esta - dijo el hombre con un tono muy amable, señalando la casa detrás de ellos.

Dibra levanto la ceja. Este comportamiento era muy distinto a la interacción de su antiguo vecindario. Allá solo salían a sacar la basura y solo se quejaban con el cartero mirando mal y los otros no les hablaban a la reputación de chica loca que se cargaba.

-Solo espero que tengamos una buena convivencia y dar un buen ambiente para mis niñas. Muy pronto irán a la escuela secundaria de  bridgeton, bueno Dibra, Gaz aún le falta un año para eso – hablaba su padre con confianza.

-Oh. Eso es maravilloso. Tenemos un hijo de la edad de su hija y va  a la misma escuela, tal vez puedan ser amigos y la ayude a integrarse mejor. Puede que le presente a sus amigos de nuestro pequeño Nicky– dijo el hombre entusiasmado.

-Fantástico. ¿Vez hija? Ya tienes compañía y posibles amigos con quien pasar el rato.

-Supongo – dijo esta con ciertas dudas. No le caía bien la gente al ser como era ella.

-Sé que mudarse puede ser difícil, pero las cosas después tomaran cierta normalidad y se asentaran bien – comentó la mujer con gentileza – después de instalarse le hablare a nuestro hijo.

-No queremos hacerle perder el tiempo. Si necesitan ayuda saben dónde buscar.

Con eso ambos se despidieron con cortesía y se dirigieron a dentro de su domicilio.

-Perfecto. ¿Lo ven niñas? Es una mejora de conducta más social con los vecinos. Espero verlas más participativas.

Con eso el hombre siguió con lo suyo para ver a los despachadores del camión de mudanzas bajar sus cosas en cajas.

Ambas hermanas se quedaron mirando a la pareja con rareza, luego se miraron con cierta incertidumbre.

-¿Eso fue…?

-¿Extraño? Si incluso para nuestros estándares – comento Gaz devorando otra galleta – espero que traigan más dulces. Esto no está mal.

 

.

.

.

.

.

.

.

.

Si sé que es una rara crossover, pero espero que les guste el tema y también tal vez haya más etiquetas u otras historias por agregar.

Esta historia será un experimento para trabajar y escribir cosas más subidas de tono, pero no tanto como al estilo del programa de big mouth.

Chapter 2: visitas inesperadas

Chapter Text

Nick estaba sentado viendo la televisión buscando algo nuevo en Netflix.

-Vamos ya me decepciono Amazon, no lo hagas tú también – decía en voz alta cambiando de serie en serie buscando algo interesante que ver.

Escucho la puerta abrirse y cerrarse y supo que eran sus padres. Habían salido a saludar a los nuevos vecinos.

-¿Entonces qué pasa? – Pregunto Nick al ver a sus padres regresar sin la charola - ¿Al menos quedo una galleta?

-No cariño, pero puedo hacerte esas de chispas de chocolate que tanto te gustan. Es más que eso. Se mudaron unos vecinos y tal vez si te parece bien puedes darle la bienvenida a la hija del vecino – dijo la madre del chico – ira a tu escuela y eso ayudaría a que se integrara mejor.

-Estaría feliz de ser ayudada por ti Nicky.

-Ohhhh, depende ¿Es una linda chica? – bromeo Nick con sus padres.

-Puedes averiguarlo con nosotros cariño. Linda o no a tu gusto puedes ir con nosotros para darle un saludo.

-Si…puede ser.

.

.

.

.

.

.

.

La chica con lentes decidió acomodar sus cosas en su cuarto en tanto con solo cajas aun sin desempacar las coas, excepto las más importantes. Solo tenía la cama hecha, el escritorio, silla y un estante.

Aun así su mente estaba muy alborotada y estresante por la situación.

¿Cómo podría estar tranquila cuando la escoria extraterrestre esta causando posibles males y atacando la cuidad cuando ella está lejos para defenderla?

Dejo la computadora en el escritorio y lo puso a cargar para poder revisar las cámaras de seguridad que tenía instalada.

Antes de poder entrar a su información, la voz de su padre la saco de su trabajo.

-Dibra baja mi niña. Espero que conozcas al vecino – dijo su progenitor.

Suspirando, dejo lo que estaba haciendo para bajar las escaleras y presentarse con el chico. Mínimo por educación.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

-Hola nuevamente vecino, venimos a presentarle a uno de nuestros tres maravillosos hijos, este es Nicky.

-Soy Nick, un gusto – dijo el chico saludando con la mano al hombre.

-Un gusto pequeño. Me alegra ver y estar en un vecindario con gente tan agradable. No como ese loco a los zapatos – frunció el ceño el hombre recordando lo grosero del hombre de los mil zapatos y no era zapatero.

-¿Perdón? Usted es doctor, farmacéutico o algo parecido – pregunto el más joven confundido de verlo en dichas fachas raras.

-Oh. Joven soy científico y  me encargo e proteger y crear experimentos e inventos para el avance científico de la humanidad – dijo el profesor membrana con dramatismo.

-Genial ¿Tiene laboratorio propio o se construirá un nuevo?

-Ya está listo mi otro laboratorio y ya termine de construir uno en el sótano.

-Wow ¿Tiene robot o algo parecido? – dijo este mirando a su alrededor de la casa.

-Hasta ahora no, joven brillante. Están en transición para construirse hasta una ocasión especial.

-¿Y cuándo planea hacer uno de esos? – se mostró intrigado Diane en la conversación.

-Cuando los becarios quieran pagas y días libres.

-Si lo tiene de científico como empresario – dijo Nick en voz alta sin pensarlo mucho. Solo se dio cuenta de eso al percatarse de que los adultos lo observaban.

-Claro muchacho. Me alegra que te percates que tengo más habilidades que solo científicas. Es un chico inteligente – admiro el hombre. Dándole una palmada en la cabeza que se sintió pesada como una lata de pintura.

-Y usted en reconocerlo – dijo Elliot alagado – si gusta le decimos algunas cosas sobre cómo funciona. Del día de la basura hasta los horarios del autobús, podrían serle útil.

-Perfecto. Sigamos esta conversación en la cocina.  Qué bueno que instale la cafetera.

Antes de irse escucho al hombre hablar alto.

-Dibra baja mi niña. Espero que conozcas al vecino.

Luego miro al joven.

-Tengo otra hija en la sala de estar se llama Gaz para que puedan hablar – dijo simplemente.

Vio a sus padres perderse en la cocina con el hombre de la bata larga.

-Raro, pero no tanto ¿Dibra y Gaz? Pudo darles mejores nombres.

Se fijó que otra chica casi de su estatura que estaba  jugando con un videojuego. Tenía el cabello morado, vestía de negro casi al estilo gótico, con un collar de calavera. Mantenía los ojos cerrados en todo momento y no parecía que lo haya notado.

-Hola ¿Qué tal? Soy Nick. Vivo aquí al lado ¿Y tú eres? – pregunto extendiendo la mano bloqueando sin querer la vista del juego.

La chica solo frunció mucho más el ceño.

-Si pierdo esta partida lamentaras haber existido en este mundo. Ahora saca tu mano o solo te quedara un muñón – dijo la chica con una voz tan helada que calaba los huesos.

Saco la mano rápidamente y se la escondió detrás de la espalda. Había algo en esa amenaza que no era en vano.

La chica de cabello morado era obvio que era como su hermano Judd. No era buena idea joder con ella.

-Okey no volveré a hablarte lo prometo – dijo el chico levantando las manos como rindiéndose.

Esta abrió un ojo de manera aterradora y lo dejo pasar.

-Más te vale – dijo está desapareciendo hacia la cocina. Una vez que la vio marcharse puso respirar mas tranquilo.

-Si es así la menor no me imagino a la otra – dijo Nick en voz alta, respirando tratando de serenarse – loca.

-Alégrate ¿Cuántos no darían por sentir esa emoción fuerte a manos de una chica? – dijo una voz que ya conocía de hace mucho.

Era su monstruo hormonal, Rick.

-Solo si eres masoquista – comento el chico.

-¿Hola? – escucho una voz de otra chica que venía de las escaleras.

Vio a otra chica de su edad bajar por las escaleras.

Tenía el cabello negro en una coleta larga con mechones largos en su rostro. Una camiseta azul con la imagen de un fantasma con una gabardina negra, y una falda negra con una pantis del mismo color y una botas negras hasta debajo de las rodillas.

Con una figura muy definida y marcada para su edad.

-Wow si esta buena – dijo Nick sin pensarlo mucho.

-Toma la iniciativa. Deberías patearla –dijo Rick  apareciendo de repente y señalando a la chica con el bastón con que se apoyaba.

-¿Por qué rayos la patearía? ¿Y Además por que insiste en ello? – pregunto Nick levantando una ceja.

-Sería una buena forma de romper el hielo – dijo el monstruo hormonal de un ojo – me funciono. Yo la pateo y ella me devuelve la patada y de allí conversamos ¿Fácil, eh?

-Creo que mejor diré otra cosa.

El chico solo suspiro molesto y fue con la otra chica de negro.

-¿Me hablas a mí? – dijo la chica acercándose al muchacho que parecía verlo hablar solo.

-Perdón solo…pensaba en voz alta soy Nick Birch y tal vez futuro amigo – dijo extendiendo la mano esperando más contacto directo.

-Mucho gusto, soy Dibra membrana – dijo está dándole la mano al chico estrellando la mano del joven con notoria incomodidad. No era de mucho contacto al estar muy aislada de los otros compañeros.

-¿Así que tú eres Dibra? y me alegra que no seas agresiva – dijo intentado aligerar al ambiente.

-¿Te amenazó con hacerte daño Gaz?

-Si.

-Es el primer aviso. Lo hace con todos, incluso conmigo – se señaló a sí misma.

-¿Siempre es así con todos?

-No. Normalmente no advierto, solo ataca cuando se enoja seriamente –

-Cielos, de la que me salve – se rio, pero aun así estaba asustado – y eso que me recuerda como a mi hermano Judd.

-Pregúntale sobre su talla de sostén o como patea – se metió Rick dándole golpecitos leves en el hombro.

-Por supuesto que no le preguntare sobre su sostén y deja eso con patear. Ya lo discutimos – dijo Nick en voz baja.

-¿Qué? – pregunto al verlo murmurar entre dientes.

-Nah…solo…solo… ¿Quería preguntar que te gusta hacer? Aquí hay mini golf por ejemplo.

Una parte de él quería golpear la frente.

-Me interesan más los estudios paranormales y usar la ciencia para verificarlos – dijo simplemente.

-¿Enserio? Que loco. Suena aterrador y asombroso – le dijo Nick interesado en la charla.

-¿Así? – eso pareció animar más a la chica a conversar. Por lo general la gente al ver parlotear sobre espectros o criaturas tendían alejarse de ella como la peste.

-¿No te da miedo ir a esos lugares? Como hacen “exploración urbana” – señalo Nick.

-Para nada. He ido hasta sola y si he visto cosas raras entre ruidos raros y uno que otro vagabundo durmiendo – dijo que en esas exploraciones no había tenido tanta suerte.

-Que valiente. ¿Qué es lo más aterrador o paranormal que has visto en un lugar abandonado? – sacando conversación y curioso de ese pasatiempo emocionante y aventurero.

Dibra solo le sonreía más animada y se sentó con Nick para iniciar una charla que si pareció ser escuchada.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Ya de noche y despidiéndose de Nick y sus padres sacando el tema de conocer la escuela y sus amigos se preparó para ese fin de semana para instalarse mejor.

Al menos la cama y algunos muebles estaban puestos en su cuarto.

Las cajas todavía no estaban desempacadas y faltaba abrir las cajas y revisar el contenido.

Se puso el pijama y se fue a lavar la cara mirándose al espejo. Podría ser ella o su instinto que le decía que algo iba a pasar.

Sintió algo detrás de ella y se dio la vuelta rápidamente para mirar lo que sentía sobre su espalda.

Nada.

Inquieta y paranoica busco por los cuartos creyendo que podrá sr

Vio a su hermana jugando videojuegos. Esta levanto la vista con el ceño fruncido.

-Más te vale no meterte en mi cuarto o quieres ver un mundo de pesadillas – amenazo la chica y empezó a seguir jugando su videojuego.

Solo parpadeo y se fue rápidamente reconociendo la amenaza.

Una vez llegado a su cuarto decidió sentarse en la cama y pensar un poco más.

Tal vez si era algo exagerada en este momento. No es como si la estuvieran siguiendo o algo así.

¿Tal vez la casa está encantada?

Podría empezar por allí ante todo.

Sintió unas manos enormes en sus hombros y algo peludo con dos bolas suaves se posaban en su espalda como una especie de abrazo.

-Vaya dulzura. Me da gusto conocerte finalmente – escucho una voz de mujer que le erizo la piel de golpe.

Espantada salto de la cama casi cayéndose y volteando a mirar a quien él hablaba.

Definitivamente no era humano.

Era una criatura grande y peluda que por su figura definiría como femenina. Tenía el cabello algo largo y color negro con unos profundos ojos verdes. Estaba sentada en la cama con las piernas cruzadas mirándola con cierta picardía premeditada.

-¿Qué eres tú? – señalo buscando con que defenderse o una cámara para tomarle foto.

-Tranquila corazón. Primero que nada ese pijama se ve algo soso deberías buscar algo más…candente y en segundo lugar soy Tamara. Tu monstruo hormonal.

-¿Mi qué? – se preguntó Dibra sin entender eso.

Se fijó en un punto y vio una cámara que había dejado al lado del escritorio cuando estaba desempacando sus cosas.

Corrió rápidamente a la cámara y le tomo una foto a la criatura en frente suyo. Esta solo poso ante la cámara sin molestarse en ocultarse o parecer molesta.

-Aja – y como eso a una distancia de la puerta abierta tomo una foto.

-Toma una toma de mis pechos son lo mejor de mí muñeca.

Esta solo vio la cámara y se percató que al salir la foto no había nada.

-¿Pero…que como?

Miro nuevamente a la criatura que estaba enfrente de ella saludándola con la mano tomándose su tiempo. Volvió a mirar la cámara y a la criatura nuevamente.

-¿Que pasa pequeñita? nunca viste tanta carne, pues tú también tienes lo tuyo - se rio de buena gana la criatura enfrente de ella.

-¿Eres real o me estoy volviendo loca? - pregunto Dibra pasándose las manos por la cara y frotándose los ojos con firmeza.

-Tú ya estabas loca de antes - dijo Gaz mirando desde la puerta y marchándose sin siquiera hacer más, dejando al monstruo hormonal con ella.

-Vaya estos años serán interesante contigo, mi linda loquita - dijo la monstruo moviendo las caderas mirando a su alrededor.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Y traigo en donde comenzara toda esta historia con el monstruo hormonal propio de Dibra. Habrá más interacción con personajes y espero hacerle justicia a la interacción de ciertos personajes.

Gracias por leer.

Dejen sus comentarios y opiniones, hasta luego.

 

Chapter 3: Gente nueva a que conocer

Chapter Text

Dibra se masajeo las sienes tratando de entender esto.

-Muy bien ¿Tú eras mi criatura que me acompañara el resto de mi pubertad y todo relacionado con las hormonas? –pregunto Dibra escéptica.

Esta criatura no parecía atacar a su persona y tampoco exponerla, ya que solo ella la podía ver. Así que era mejor acostumbrarse a esto. Aun así no bajaría la guardia por nada del mundo.

-Exacto cielo. Además no será la única que te acompañe ahora en adelante – le soltó de golpe la criatura, hurgando entre las cajas del cuarto.

-Espera ¿Hay más criaturas a las que debo conocer? – pregunto Dibra interesada más en la charla que la criatura que pueden existir en esta vida

La monstruo se giró y le hablo con cierta malicia propia de su persona.

-Por supuesto. Mosquitos de ansiedad, bichitos, gatos depresivos, autolesión, vergüenza, etc. Hay muchas emociones y situaciones que enfrentaras con muchos otros como nosotros – le explico.

Dibra se tomó el tiempo para pensar en ello.

-Eso explica porque los adolescentes son tan locos o erráticos – hablo Dibra en voz alta.

-Y ahora en adelante lo harás tú también. Ya eres una adolescente, después de todo llegaste a la pubertad – le señalo con su uña larga y con una manicura casi demasiado perfecta para ella – aunque la locuras ya eran parte de tu persona por lo visto – se rio mirando sus uñas.

-Un momento, tuve mi periodo hace más de un mes – Dijo Dibra recordando esa horrida experiencia - ¿Por qué te apareces ahora y no hace tiempo?

El recuerdo de la sangre en toda parte de su cama siempre le dio cierta incomodidad y más cuando su padre paso más de 2 horas queriendo explicar todo científicamente. Creyó que Zim la había atacado en la noche. Un dolor extremo y dolores en los pechos.

-Eso fue mi culpa. Digamos que tuve un problema con mi papeleo y renovar mi título de “Monstruo hormonal”, sin eso no podía trabajar y el bobo de Erik el lugar de hacerlo, lo hizo con la Carol y no me refiero solo al papeleo – explico Tamara sentada en la cama con las piernas cruzadas.

Por desgracia Dibra entendió eso con cierto asco.

-¿Dime algo estas conversaciones serán frecuentes cuando te refieras al…sexo? – pregunto la chica ciertamente un tanto incomoda.

-Siempre y vete acostumbrando preciosa y eso en lo personal es lo que más me gusta hablar. Y sobre la ropa interior de Victoria Secret.

Dibra solo la miro un buen rato y decidió que la charla debía terminar por ahora.

-Espero que sea lo último de esta charla – aun así Dibra sabía que esto no sería solo eso.

-¿Es todo? Vamos amorcito. Tendremos mucho tiempo para conocernos. Estaremos haciendo muchas cosas buenas, malas y locas, sobretodo mucho de esas últimas dos – le insinuó Tamara, dándole golpes con el cabello.

La chica de anteojos solo se sacudió la cara y se sacó un pelo de la boca.

-Puaj…para tu información llevo haciendo eso últimas dos hace mucho tiempo, por lo que dice mi padre. Si esto será así, creo que por el momento me iré a dormir.

Con eso se acostó en la cama, dejando la luz de la cómoda prendida por el momento. No pensaba estar a oscuras con ella. No tenía mucha confianza, pero hasta que investigara más a fondo dejaría las cosas así.

-Generalmente te estaría hostigando hasta que actúas como la adolescente frenética y errática que serás, pero te la dejare fácil, por ahora. Buenas noches dulzura – le deseo buenas noches la criatura.

-Buenas noches…-Dibra no recordaba que alguien le diera las buenas noches desde hace mucho tiempo.

-…

-…

-…

-¿Seguirás viéndome?

-En efecto.

-…

Solo se dio la vuelta y se cubrió la cara con la almohada.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Ya era medio día y Dibra no se topó todavía con su monstruo hormonal o rastro de ella por ninguna parte.

No quería pensar que era imaginaria, seria admitir que estaba loca.

Pasó la mañana comiendo cereal seco sin leche, con su padre alternando entre hablar de nuevos cambios y otros comienzos hasta posibles oportunidades y amistades nuevas.

Después de desayunar su padre ordeno algunas cosas y se fue a ordenar su habitación y su área de trabajo.

Después ordenando lo que podían en la cocina sin víveres.

Sacando utensilios y otros electrodomésticos que pocas veces usaban.

-Y falta la sala de estar – dijo Dibra viendo que con suerte su padre había acomodado muebles con los de la mudanza.

-Que porquería – se quejó Gaz.

Al menos para final del día estarían mejor mas despejadas con todas las cajas ocupadas y bultos que seguían estorbando.

Entre tanto conversaba con Gaz, seguramente su padre debía estar encerrado en el laboratorio en el sótano de la casa ya que después del desayuno no lo encontraban.

-¿Y pedimos pizza o comida china? – pregunto Dibra sin mirar a su hermana para acomodar el ultimo plato.

-Hasta la pregunta ofende, pizza – respondió como si fuera lo más obvio.

Escucho como tocaban a la puerta y escucho una voz que reconoció de ayer.

-¿Hola? ¿Siguen en casa?

Era Nick. Y escucho otras voces que lo acompañaban.

-Deben ser el Nick o sus padres ¿Vamos a recibirlos? - pregunto Dibra para acercarse a la puerta.

-Ni de chiste – respondió la chica del pelo morado. Tomo un refresco del refrigerador y una bolsa de papas y subió al cuarto sin decir más. Solo escucho la puerta cerrarse.

-…Supongo que eso me deja a mí para socializar y dejándome hablar sola…como sea, no puede ser peor que pelearme con un extraterrestre y un robot que se cree tostadora.

-Vamos nena, muestra a estos que eres toda una dama, hecha y derecha – apareció una voz hablarle al oído y sorprendiéndola.

Salto y vio a Tamara sentada en la mesa con las piernas cruzadas.

-Así que esto será frecuente ¿Qué te aparezcas así nada más?

-Si. Ahora abre esa puerta y veamos que sea buena carne para probar – señalo la puerta.

-No pensare en ello.

Se acercó a esta y la abrió, viendo solo a un grupo de jóvenes de su edad.

Vio a Nick junto a otros tres chicos con él. Uno de ellos era un chico de cabello castaño de gafas grandes, otro era un chico de cabellos negros y puntiagudos y la otra una chica de cabello pelirrojo en una cola de caballo con ropa simple.

Venían todos juntos y supuso que eran amigos de Nick.

-Hola ¿Qué tal? – saludo queriendo ser educada.

Aunque eso era lo único normal de la socialización humana que conocía. Así que no sabía que más tenía que hacer - ¿Quieren pasar o algo…? No tenemos nada limpio todavía.

-Está bien, no importa – pasaron viendo un poco la sala y todo lo que faltaba por acomodar – ella es Dibra la nueva vecina de la que les hable ayer.

En eso uno de los chicos de le acerco.

-Hola preciosa. Toma una carta – le extendió una baraja de cartas de su mano boca abajo.

Levanto una ceja y tomo la carta, la vio era un diamante negro.

Creyó escuchar algunas quejas de los otros.

-Y me lo das – tomo la carta y mostro como barajaba las cartas se forma bastante interesante.

-¿Es el truco de la carta escondida que doblas una esquina para encontrarla después? Por cierto te olvidaste esconder la carta marcada, se te cayo – señalo Dibra al suelo.

-Bingo – se burló la chica pelirroja.

-Mierda, mierda, mierda…sabía que olvida algo, puta madre – recogió la carta frustrado – espérame que termine.

La chica se exalto del arrebato de groserías, pero no le dio importancia.

-Vaya un muchacho con actitud loca – concluyo la monstruo hormonal – interesante.

Lo vio salir al jardín como terminando de hacer algo.

-Ignóralo. Ese es Jay y siempre es así, con la magia y las chicas. Mucho gusto soy Jessie Glaser. Espero que seamos amigas – le extendió la mano la chica que se presentó.

-Gracias, Jessie ¿Y tus eres? – al último que no se presentó.

-Jejeje…eh, soy… Andrew Glouberman…- le extendió la mano y se la estrecho también.

La sintió mojada seguramente por los nervios.

-No es lo que crees. Es sudor…y no algo raro…olvídalo, por favor – parecía nervioso y ansioso.

-Andrew, mejor déjalo así – le aconsejo Nick a su amigo.

-Está bien – acepto Dibra secándose la mano con la gabardina negra.

-Sé que debe ser difícil mudarte a un lugar nuevo, pero veras que será más fácil cuando te acostumbres – dijo Jessie mostrando solidaridad con la chica -¿De dónde eras?

-Era de Detroit, Michigan – respondió acomodándose los lentes.

-Cielos, ese lugar es un basurero humano – dijo Nick, pero recordando que hablaba con la chica de allí – sin ofender claro.

-Está bien, no es tan lejos de lo que dices. Siempre había algo horrible, pero te acostumbras bien a todo lo que conlleva las ciudades grandes.

-¿Es tan peligrosa como dicen algunos? – pregunto Andrew a la chica.

-Si. Hace unos meses está el asesino vampiro. Unos que mutilaba a otros y les robaba la sangre y algunos tenían signos de tortura o de muertes horribles. Incluso llevo a matar en plena luz del día y con testigos – recordó ella sin darle mucha importancia. Ya se había acostumbrado a todo ello. Salía hasta de noche y nunca tuvo miedo de eso.

Más de uno la miraba con espanto y miedo.

“Creo que entiendo porque la gente me evitaba más” pensó está.

-Santo dios – se aterrorizo Andrew – no quiero ir allí.

-¿Y qué tal es aquí? – como si lo que dijo no fuera la gran cosa.

-Mejor que allí, eso es seguro. Aunque tenemos al asesino de las colas de caballos. Si cuídate de ello – señalo Nick.

-Bueno dejando de lado lo morboso de las ciudades. Será un gusto tenerte aquí – corto el asunto Jessie.

-¿Enserio?

Nunca conoció gente tan amable o que estaba dispuesta a serlo con ella.

-Si. Un gusto bonita fig…señorita – se corregía el chico alto.

Dibra se extrañó, pero no le dio importancia.

-Chstt se discreto, Andrew – le recomendó Maury –aunque con ese cuerpo es imposible. Mira que bien están las chicas de la ciudad grande y no es lo único grande de ella.

-Verdad que esta buena, pero cómo va el muchacho solo mirara – le respondió Tamara entre risas.

-Veamos que sucede – dijo Maury relajadamente, levantando las cejas.

-Gracias…no sé qué decir realmente – se encontró un poco abrumada de esta interacción – nunca conocí gente amable – reconoció la chica dando a entender porque se confundía con esta interacción.

Los otros se miraron, pero no dijeron nada más.

-Solo di que podamos ser amigos – le respondido Nick – créeme te acostumbraras de esto.

En eso volvió el chico que termino de hacer lo que estaba haciendo el en jardín y se acercó a la chica nuevamente.

-Muy bien. Hagamos esto bien – volvió el chico tomando otras cartas y mostrarlas nuevamente – esta vez no me veras las canillas.

-Con él te costara un poco, pero no será nada fuera del mundo – señalo Nick al chico que se llamaba Jay.

-Al menos no serás la persona más rara del grupo. Eso es seguro – respondió Tamara.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Y en esta entrega mostramos la interacción e interés que tienen los personajes con la joven nueva y que pasa afuera en la antigua ciudad de Dibra.

Chapter 4: Un día de escuela muy raro (personalmente)

Chapter Text

Entre charlas y conversaciones se despidió de los chicos que la venían a visitar.

De he le gustó mucho la charla entre los jóvenes buscando tener cordialidad para ella, conversando de cualquier cosa desde gustos, comidas y sitios de la ciudad para ver y conocer.

Se ofrecieron presentarle la escuela y se despidieron de ella a su manera.

Nick y Jay fueron quienes agarraron más confianza, se despidieron de forma más alegre y abierta. Jessi se despidió de manera más tranquila y Andrew parecía un manojo de nervios al despedirse de ella.

Una vez terminado todo subió a su cuarto para por fin verificar las cámaras que había dejado puesta en la guarida de Zim, pero no conseguían señal o fueron sacadas de antes.

-Maldita sea ¿Cómo podre vigilar a esa escoria espacial, si no sé qué está haciendo?

-¿Qué haces mi pequeña acosadora? ¿Vigilas a un chico? Que audaz, pero ¿sabes que en estos tiempos existen Instagram o twitter para espiar a los chicos? – le hablo Tamara por detrás.

-No. Quiero espiar a un extraterrestre que trata de matarnos a todos y tengo el deber de proteger a la tierra de su inminente amenaza – señalo Dibra a su computadora – sin embargo no logro ver nada.

Esta solo suspiro y se resignó a dejar a un lado su computadora portátil y pensar un poco.

-Bueno ni modo…espero que la ciudad esté bien – se acostó y se acomodó – mañana será mi primer día en la nueva escuela… ¿Cómo crees que sea?

-Si por como lo cuentas no puede ser peor que tu antigua escuela – le respondió Tamara acostada de lado sobre la cama.

-Buen punto.

.

.

.

.

.

.

.

.

El primer día escolar era tranquilo para Dibra. Normalmente sus días no empezaban bien, pero hoy fue relativamente sin novedades.

 Bueno más tranquilos que sus días en la escuela anterior o de su vida en general.

Iban en auto con su hermana y padre, ya que esta estaría sola por el momento en el nuevo lugar.

-Sé que será difícil estar solas, pero ambas podrán estar bien – dijo el profesor membrana como si eso ayudara – Tal vez puedan variar su círculo social.

Ambas hermanas se miraron sabiendo que “amigos” no tenían ni allá o acá.

 -Uhhhh. Míralo cielo, puedes ser toda una chica mala y nadie se lo dirá a papi – hablo nuevamente su monstruo hormonal.

Esta solo levanto una ceja y no dijo nada a su monstruo.

Ya de por sí sola su familia ya la creía loca, no sería buena idea echarle leña al fuego.

Su padre la llevaba a la escuela para que pudiera guiarse y luego se vendría con Nick y sus amigos para guiarse mejor por la ciudad.

-Bueno mi niña, te dejo. Que tengas un buen primer día de clases. Y no hagas locuras, hija mía – le dijo el profesor Membrana – hablo enserio de lo último.

-Adiós Dibra – se despidió su hermana sin ánimos.

-Nos vemos papá y Gaz - salió del auto despidiéndose de su familia.

Vio el vehículo irse y solo suspiro para serle frente a un nuevo capítulo de su vida.

Se enfrentó a las puertas de la escuela, se fijó en ciertas cosas. Además de calles y sus alrededores con jardines lindos, el establecimiento era grato a la vista.

-Vaya sí que es diferente a la mía – vio alrededor del lugar – el letrero de la escuela está bien escrito.

Entro y vio que de hecho los pasillos y paredes parecían más pintorescas y limpias. Con un ambiente menos de pesimismo y más de enseñanza.

-¿Qué te parecer las otras personas? – Pregunto Tamara viendo por todas partes, visualizando jóvenes por todas partes –algunos están buenos.

Se dirigió mirando por donde quiera mirar y vio que los jóvenes parecían más agradables y menos raros.

“Ya es mucho decir viniendo de mi” pensó la chica de gafas gruesas.

Se topó con otros estudiantes y algunos se le quedaban mirando un rato, preguntándose quien era ella.

-¿Vez como algunos te miran, linda? – dijo Tamara moviendo las caderas mientras caminaba.

-Soy la chica nueva, es normal que se me queden viendo. No me habían visto nunca en su escuela.

En eso se escuchó una voz hablando.

-¿Qué tal? que linda es – se escuchó un joven hablar con otro.

Dibra busco quien dijo eso, pero no pudo reconocer la voz de quien fue. Nunca pensaría escuchar eso para ella, tal vez fue para otro persona.

-¿Vez? Ya encantas hombres, bomboncito ¿No hay ni un chico que te guste? Mira que algunos están bien calientes – se le insinuó la monstruo.

-Ni uno – dijo con apatía sin reconocer a nadie.

-Dios, eres una aburrida – se quejó Tamara.

-Tienes 5 años para acostumbrarte – le dijo Dibra con sarcasmo.

.

.

.

.

.

.

.

Una vez dirigida a la oficina de la dirección se le dio si número de casillero y lo busco en tanto aun no empezaban las clases.

Vio a muchos alumnos mirarla y comentar en voz baja. Dejo algunas cosas en el casillero y se dirigió al aula de clases.

Ya estaban por empezar cuando ella entre y reconoció a Andrew, Nick, Jessi y Jay allí.

La maestra parecía súper amable y de esas que siguen la educación por vocación en lugar de rendirse con la vida y hacer algo y aunque lo haga mal le seguirán pagando.

-Ella es Dibra Membrana y es la nueva alumna de nuestro aula  ¿Puedes decirnos un poco de ti linda? – pidió la maestra con tranquilidad – y una no explicita, por favor – recordando el alboroto de la última vez que la alumna nueva se presentó a clases.

Se quedó mirando la maestra sin entender mucho.

-Muy bien…soy de Detroit, Michigan. Mi padre es científico y vino aquí por tranquilidad para trabajar. Y me gusta la ciencia…sobrenatural y estudiar fenómenos – dijo esta un tanto con cuidado, esperando las mismas reacciones que recibía de los demás.

Escucho un murmullo entre ellos. Como si hablaran sobre ella y como seria.

-OH dios mío – escucho la voz de una chica - ¡¿Tu apellido es Membrana?! ¡Tu padre es aquel famoso científico! – se emocionó una chica morena.

-Si…así es- con cierta molestia – mi padre es famoso científico reconocido.

Lo más que llamaba la atención de ella, era su apellido.

Se escuchó a la genta hablar más alto y señalándola.

-Ohhh ¿Estudias esas cosas de terror y fantasmas? – pregunto otro curioso.

-Si. La ciencia sobrenatural abarca estudios de fenómenos que están fuera de las leyes científicas o naturales – explico de manera simple.

-Genial – dijo alguien con voz arrastrada.

-Uh ¿Parecido a esas exploraciones urbanas en lugares de terror? – pregunto un joven detrás de otro.

-Parecido, pero buscando espectros o demonios…y…

-Bien…dejémoslo así. Tendrás tiempo de interactuar con tus compañeros. Puede tomar asiento – ofreció la mujer antes de que la chica dijera algo mas escabroso.

Vio a Jessi hacerles señas con la mano para que se sentara junto a ella.

En eso se acercó y tomo asiento al pupitre al lado suyo.

-¿Qué tal Jessi? – Saludo Dibra – debo decirlo, esta escuela es…agradable, demasiado tranquila.

-¿Lo ve? Te vas a adaptar bien por aquí – le dijo la pelirroja – y te aseguro esta escuela no es tan tranquila, pero te acostumbras.

-Si…supongo.

-No es peor que cuando nos jodimos el gimnasio de la escuela – dijo de repente Jay – mierda, ese día estuvo bueno.

Miro por su alrededor y otros le daban miradas curiosas, pero simples de alguien nueva. Andrew la saludo, la chica morena, fue más efusiva.  

-Tal parece que diste una buena impresión – salió de la nada Tamara – mira, que eres como esas chicas de películas que cuando llegan traen un mar de emociones y aventuras.

Busco su cuaderno y decidió tomar notas por el momento. Miro y no vio a su monstruo, dejo las cosas así para concentrarse en la clase que dictaba la profesora.

.

.

.

.

.

.

.

.

En otro estado del país en una más desastrosa estaban también comenzando las clases. El bullicio de los alumnos entrando a clases y conversando.

Zim entro a la maloliente eskuela y sintió que algo no estaba bien.

No vio a la humana Dibra en su habitual asiento cerca del ventanal del aula.

Eso le resulto raro, pero no pensó mucho en ello. Es más, se dio la oportunidad de que tal vez su archienemiga estaba bajando la guardia y atacaría cuando tuviera la oportunidad.

Tampoco noto que algo era raro cuando no vio a la hermana de su enemiga, ni a ella por el pasillo ni en el comedor, en ese día largo.

“Ja. Humana tonta. Está dejando a Zim un espacio abierto para maniobrar este sucio planeta a su destrucción” pensó el alíen regocijándose de su inminente triunfo.

No sabía que no la vería en mucho tiempo.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

¿Qué tal le es parecido la historia? Espero que les haya gustado.

Es una parte de como comienzan las puntos de vista de ambos personajes que esperaban ver.

Chapter 5: primer inconveniente

Chapter Text

Cuando terminaron algunas clases, se dirigió al comedor con sus compañeros a almorzar.

El comedor parecía limpio y más higiénico. Dibra estaba gustosa al ver la comida. Se veía fresca y jugosa.

-Esto está bastante bueno – comido Dibra la hamburguesa de un par de bocados, con dicha con cada mordisco.

Comía antes de conversar.

-No es la gran cosa, aunque cuando hay hamburguesas están ricas, pero tampoco es para exagerar – dijo Nick dándole un mordisco a su propia comida.

-Vaya sí que abre bien la boca – comento Maury a Andrew - ¿Qué más podría comerse? – se rio el monstruo.

-Maury, no ahora – pidió Andrew al ver a la chica comiendo – aunque si, se nota que abre bien la boca.

-¿Cómo era la comida en tu antigua escuela? – pregunto Nick comiéndose unas patatas fritas.

Dibra se puso a pensar antes de responderle.

-Una vez vi una cabeza de pescado en el puré de mi comida del almuerzo misterioso – comento la chica tomando un trago de su refresco.

-Oh, qué asco – dijo Jessi pensando en ello.

-Creo que son muy delicados, digo ¿Se tiene que comer? – Dijo Jay – digo, los asiáticos lo hacen y dicen que es un manjar.

-Se supone que no tenía pescado, ni debería tener – dijo la joven de gafas gruesas- ¿Alguien quiere un refresco?

-No…gracias – dijo Jessi incomoda – perdí el apetito.

-No, estoy bien – comento Nick, volviendo a comer sus papas.

-Mierda ¿Quién rechaza refresco gratis? Claro – acepto jay.

-Bueno…sí que te ofreces tan amablemente…

Antes de que el joven de lentes respondiera, se les acercaron un par de jóvenes. Una con un micrófono y el otro sosteniendo una cámara profesional para grabar.

En ese un joven bastante elegante con porte orgulloso e irradiando confianza se le acerco apuntando con el micrófono, como si fuera a entrevistarla.

-¿Te eres la famosa hija del científico Membrana? – pregunto este sin darle tiempo a reaccionar o hacer otra cosa.

-Si – viendo con desconfianza la cámara con la que la apuntaban – ¿Esto es una entrevista o algo así? – pregunto la chica pelinegra con cierta fijación.

-Si. Solo quiero hacer algunas preguntas de ti – dijo el joven – me llamo Mathew y estas siendo grabada para el boletín matutino.

Algunos miraron interesados para ver que pasara. Cuando las entrevistas a veces pueden pasar a mayores o a incomodas.

-¿Es verdad de que comentan por allí? Tienes antecedentes de que te digan que estas con problemas con los demás – pregunto con cierta curiosidad morbosa.

-¿Perdona?

La chica miro al entrevistador con cierta indignación.

-Mathew, tal vez no sea momento para ello – pidió Jessi – tal vez debas darle tiempo a que se acostumbre.

-Jessi, esto es noticia que si o si debo cubrir, digo, ¿Cuándo uno puede entrevistar a la hija de una celebridad casi mundial? En este lugar, jamás.

-Wow, wow, wow ¿Vas a dejar a esa perra te insulte así? – en eso Tamara apareció

-No sería el primero que lo haga – se inmuto Dibra recordando cómo la gente allá y su familia la trataba.

Tamara no parecía aceptar eso.

-¿Y solo porque lo otro lo hacen tu debas quedarte callada? No mi ciela, patéale el trasero – señalo Tamara con furia. Agitando el puño con ira contenida.

-¿De dónde sacaste esa información? – interrogo Dibra con cierto recelo y paranoia, ignorando a su monstruo. No le gustaba que la gente la entrevistara o le sacara datos sin saber para qué era - ¿Y para que las quieres?

-Vaya así que es verdad. Cuando buscaba tu nombre, solo encontré datos de la “hija loca del científico mundial” me sale eso –comento el chico gay mostrando su celular con el titular – ¿Algo que quieras comentar?

Los jóvenes si miraron y comenzaron a mirar el artículo del joven para ver mejor la noticia.

-Vaya. Mujer sí que eres noticia – bromeo Jay. Nadie se rio.

Ella solo miro el micrófono y la cámara con molestias.

Los demás venían el intercambio que parecía explotar en cualquier momento.

-Esto no acabara bien – dijo Nick sin despegar la mirada.

-¿Pero no harás nada? – pregunto Rick al ver a su cliente.

-No. Esto está demasiado bueno para eso.

La chica no dio su brazo a torcer.

-Gracias, pero voy a declinar.

-Vamos, linda solo quería hacerte una entrevista – quiso suavizar las cosas el joven de ojos azules.

-Creo que esa pregunta fue algo ofensiva – comento Andrew rompiendo el tenso ambiente.

-No me digas Andrew – Jessi puso los ojos en blanco.

-Bueno si, es que…

-¿Y tú quién eres? Cuando haces investigación y estudios de este tipo, más de una persona señalaran que estás loca – se defendió la chica – y con respecto a ti…trata de hacer algo de provecho… ¿No has pensado en conseguirte un pasatiempo o algo más para hacer de tu vida? Yo también he hecho esas mismas cosas, pero al menos lo hago para estudios y no por llenar un espacio vacío de mi vida – comento a la ligera Dibra sin notar el claro insulto.

Se hizo un silencio incomodo. La miraban con la boca abierta.

Los otros en la mesa se quedaron en shock y creyó que otros en las mesas parecían escuchar algo.

-Eso, muñeca tu mandas – tronaba los dedos Tamara – Comete esa.

-Mierda, Mathew te estas cogiendo verbalmente – exploto Jay señalando lo obvio - ¿Te quedas callado o respondes? Mierda responde que esto está bueno.

-Ehhh mejor nos calmamos – pidió Jessi. Viendo que esto se saldría de control.

-Wow, wow ¿Quién se cree esa pequeña perra? – dijo Maury al lado del joven.

-Esa perra comenzó primero – dijo Tamara con recelo – y empezó y perdió – se burla la monstruo.

Mathew se puso firme de golpe, frunciendo el ceño.

-Escúchame bien, pequeña Juana La loca. Por lo menos puedo andar sin tener antecedentes y ser un chiste. Yo algo más que y… ¿Aun está encendida la cámara?

-Sigo grabando – señalo Caleb.

-¿Y alguien quiere un refresco? – Volvió a preguntar Dibra a la mesa - Le invito yo.

Hablaba como si Mathew no existiera para ella.

-Sabes que…si quiero un refresco – pidió Andrew – que sea de cola.

-Oye te estoy hablando – reclamo el joven gay.

Se giró para mirar a los de la mesa.

-Vaya muchachos, lamento el caso de caridad que te toco cuidar – se burló Mathew - ¿Debe ser todo un suplicio vigilar que la madre nodriza no lo venga a buscar, eh?

-En realidad es entretenida para conversar. Y sus anécdotas son interesantes y aterradores como la saga de Chucky; algunas son aterradores y otras media divertidas – dijo Andrew riéndose un poco.

-Y muy candente para ver – se giró Maury a Andrew apoyando a su otro cliente.

-Siiiii – se calentó Andrew al recordarla.

El chico alto solo rodo los ojos.

Vio que ella ya no estaba sentada en su lugar.

-¿Dónde se metió esa chica? – Pregunto Mathew buscándola – la pobre, seguramente se fue intimidada – creyendo que la chica no podría seguirle el ritmo.

-Ja, pobre ñoña – se burló Maury con Mathew – que aprenda que Mathew MacDell no juega en vano.

-Fue por unos refrescos mientras hablabas – señalo Caleb viendo a la chica en las máquinas expendedoras de la cafetería.

El joven delgado se puso un poco molesto.

-¿Quién se cree esa niña para tratarlo así? ¿A nuestro amigo? – Se ofendió Connie -Dios esa niña tiene carácter – se rio Connie.

-Si. Pareciera que no le molesta o no deja que la traten mal – respondió Jessi pensando que la chica tenía más carácter de lo que aparentaba.

Entre eso la joven volvió con más de un refresco a la mano con mirada aburrida.

Ambos se miraron a los ojos, pero no se dijeron nada más. Y los otros a su alrededor miraban el espectáculo gratuito para ellos.

-¿Todavía sigues aquí? – preguntó Dibra como si fuera una molestia.

Le entrego un refresco a Jay y Andrew. Sin mirar a Mathew, que parecía aún más indignado por esa respuesta.

-Gracias – solo agradeció Andrew, Jay solo bebió el refresco.

-¿No te ibas? – pregunto Dibra al ver al chico parado a un lado suyo.

Todos en la mesa no le quitaban la vista de encima. La miraban como si ella actuara como loca o que estaba cometiendo un crimen.

Mathew solo se cruzó de brazos.

-Si. Creo que es lo mejor para no perder mí tiempo y el de los demás para hablar de ti – se quiso ir Mathew, aun con la dignidad magullada.

Esta solo levanto una ceja y siguió comiendo como si nada hubiera pasado.

-¿Dije algo malo? – se preguntó Dibra al sentir la mirada de todos en la mesa sobre su persona.

-¿Dime algo ¿Nunca interactúas con las personas, verdad? – pregunto el más bajo de todos.

-…

-…

-…

-¿Se nota tanto? – pregunto Dibra a los demás. Que solo asentían o conversaban en voz alta.

-Bueno. Yo pensaría que eras alguien que no se deja amedrentar por nadie – señalo Nick con una papa a medio comer – y es impresionante como lo manejaste. Y ahora dejaste sin palabras a Mathew.

-Cielos no había visto a Mathew callarse así desde que el hombre gay del condominio le callo la boca– dijo Andrew sin creerlo.

-Esa cría es una jodida locura. No sé si me gusta esto o no – evaluó Maury, esta vez desde la perspectiva de Andrew en lugar de la de su otro cliente.

-Creo que me fascina esa personalidad – comento Andrew – y me intimida a la vez.

-¿Lo hice? – pregunto Dibra volteando a ver dónde el chico se había marchado hace un rato con algunos mirando o fingiendo no hacerlo.

-Bien, ya metí la pata y muy mal por lo que se – pensó Dibra en voz alta. Al menos estaba vez no se metió sola a todo esto.

-Mal y jodidamente divertido – se rio Jay señalándola con la lata de refrescos.

Jessi no sabia que decir. Mathew era su amigo, pero no podía decir que la chica no haya sido provocada.

La monstruo que aún seguía con ella, negaba con la cabeza.

-Claro que no, ese hipo de puta empezó y ahora que perdía se va con la cola entre las piernas – Tamara hizo un gesto despectivo – no es tu problema. Mejor disfruta la compañía y saquemos lo mejor de aqui. 

Dibra solo se encogió de hombros y siguió comiendo un poco mas tensa.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Gracias por leer. Y si puede que la interacción con Mathew sea pasiva-a agresiva, pero Mathew no es mala persona. O bueno no trata de ser muy amable al respecto, a veces insiste mucho y eso le jugo mal con él y Dibra.

 

Chapter 6: Cambio en la rutina

Chapter Text

Despues del almuerzo siguieron las miradas y algunas charlas las clases habían terminado con muchos en el pasillo ya congestionados de alumnos.

Dibra estaba guardando sus libros en su casillero. Paso poniéndose al día con el trabajo escolar, cosa que se le hizo fácil.

Escuchaba como algunos hablaban sobre ella y no eran discretos al respecto. Tal vez siempre haya sido su paranoica, pero creyó escuchar que la mencionaban muchas veces.

Escucho algunos comentarios hablando sobre ella.

-¿Supiste lo que paso?

-Viejo, eso estuvo loco. Esa chica esta intensa.

-Vaya, que descarada.

Entre conversaciones y habladurías vio que otra parte del pasillo en los casilleros al frente vio al chico con quien discutió en el almuerzo, levantado las cejas cada vez que la veía, pero esta trataba de ignorarlo.

Solo soltó un suspiro contenido.

-¿Crees que debería haberme callada? – hablo Dibra es voz alta guardando sus libros en su casillero asignado.

En eso apareció Tamara como si fuese llamada.

-No. Deberías haberlo gritado a los cuatro vientos – le dijo está señalando a su alrededor - ¿Por qué deberías aguantar mierda de otros y dejar que te insulten? No eres Jar Jar Binks.

-¿Eh?

-Es una referencia mi pequeña loquita – le explico la otra – y ¿Cuándo callarse ha funcionado a otros?

-Bueno…yo no lo hago y me ha pasado de todo.

Tamara y Dibre se quedaron mirando un buen rato sin decir más.

-Creo que debí leer mejor tu expediente. Lo siento, me quede pegada en Netflix viendo la tercera temporada de “Squid Game”

.

.

.

.

.

.

Jessi que veía todo no sabía si preocuparse o impresionarse de como la chica puede haber manejado esa disputa con el joven gay.

Vio que Mathew le devolvía la mirada con furia en los pasillos. La chica lo miraba, pero no parecía inmutarse. Solo miraba y seguía en lo suyo.

Connie estaba mirando toda la interacción en todo momento.

-La chica no está mal, pero como que es media extraña – hablo la mujer monstruo mirándose las uñas y a la joven – entre el estilo de chica con autoestima y loca a la vez.

Aunque después se rio.

-Por otro lado lucirás como una diva; segura y cool con ella. Júntate y te verás bien – dijo Connie moviendo las caderas – como cuando te juntabas con Missy antes de que se pusiera tranzas.

Jessi solo negaba con la cabeza.

-No se trata de eso. Es de darle apoyo y comodidad en esto. Tal vez Mathew sea mi amigo, pero como feminista debo brindarle una base para sentirse segura y bienvenida a esta escuela. No creo que uno se sienta segura cuando es insultada.

- Así se habla nena. ¿Y quién mejor que tú para dárselo que la mismísima Jessi Glasser? Fuerte, dominante y decidida. Una figura a seguir que la guiara a una mejor vida– se emocionó Connie.

Con eso Jessi se dirigió hacia la chica, no sin antes toparse con Mathew.

-Oh Mathew ¿Qué tal estas? Ya sabes…sobre lo ocurrido en el comedor – hablo con cuidado.

Este solo puso los ojos en banco, negando con la cabeza.

-Por favor, esta “chica nueva” no me molesta. Cuidado con la loquita Jessi – le aconsejo Mathew yéndose a otra parte del pasillo escolar. Sabiendo que se dirigía con la chica de lentes grandes.

Vio que se aleja y se acercó a la chica para conversar. No pudo hacerlo después de terminar el almuerzo.

-¿Oye Dibra, que cuentas? ¿Qué tal tu primer día de clases? – pregunto la pelirroja a la otra chica.

Vio a la chica acomodarse los lentes y mirarla.

-Oh, Jessi. Creí que bien, medianamente de lo que puede esperar con mi suerte. Y creo que él no me quitaba la vista en todo momento – cometo la joven – creo que me odia.

-Pues que esa pequeña perra intente algo – dijo Tamara, levantando la voz – es puro ladrido y nada de mordida.

-Cielos te enemistaste con Mathew, ya vamos mal – dijo Jessi en voz alta hablando Dibra. Esta solo lo pensó.

Esta se detuvo un rato como si pensara que decirle a la pelirroja.

-Normalmente solo evito a esa gente, pero bueno…hay una primera vez para todo en esta escuela. Siempre cuando hablo con la gente pasan estas cosas; tal vez si sea yo – se cuestionó la joven de cabellos negros, acomodándose la mochila para irse – creo que puedo vivir con eso.

En eso apareció el monstruo de Jessi.

-Vamos, tenemos que alejarnos de esta loquita que puede pegarnos su mala reputación – susurro Connie a su clienta.

Jessi no negó eso. Tampoco sabía porque se acercó sin quedar mal con su otro amigo.

-Siento que pases por esto.

-Estoy acostumbrada a que la gente hable mal de mí. Ya me marginaban desde que era pequeña, hasta los adultos lo hacen muchas veces. Siempre eran insultos o malos ratos – hablo Dibra como si no fuera la gran cosa con Jessi mirándola todo tiempo – “eres rara”, “una loca”, “deberían meterte al manicomio, fenómeno” esto no es nada nuevo para mí.

Jessi la miro con pena e incomodidad.

-Eso suena terrible ¿Y tu padre no dijo nada para defenderte?

-Mi padre es quien más me dice loca – recordaba como cuando quería decirle algo, solo minimizaba sus asuntos o no la escuchaba cuando le hablaba.

-Auch – respondió Jessi – eso debe ser duro. Tal vez su padre no era el mejor ejemplo a seguir o una persona de admirar, aun así era alguien que la quiere y la cuidaba lo mejor que podía.

La joven de cabello largo solo se acomodó los lentes con pena.

-Siempre ha sido así. Tenga razón o no, lo ha sido desde que puedo recordarlo – se acarició la barbilla pensando – más bien desde que estudie asuntos paranormales.

Solo suspiro y miro a Jessi con cansancio.

-No es algo nuevo.

Connie en eso le puso ambas manos en los hombros de Jessi.

-Cariño, estamos pasando al radio de “Uh esta perra sabe moverse” a “dios esta niña parece un Jay 2.0 con clase” - comento Connie en voz alta a Jessi, señalándola dramáticamente.

-¿Así que…? – Jessi se rasco el brazo incómodamente, mirando a cualquier lado menos a la chica - ¿Las cosas con tu padre son algo…frías?

-Es bastante suave decirlo así – se encogió de hombros - Supongo que no me siento escuchada por él, muchas veces. Solo cree que mis estudios de paranormales son un chiste para el – dijo Dibra con cierto resentimiento.

-Bueno…cualquier cosa que sientas que necesites hablar, puedo estar allí para ti – conforto la pelirroja.

Dibra solo parpadeo confundida. No esperaba este nivel de solidaridad o que alguien buscara saber lo que pensaba o decirle eso.

-¿Enserio? – no quería hacerse ilusiones fácilmente. Ya le había pasado más de una ocasión.

-Sí, esto puede ser muy jodido para algunos y en parte te entiendo. Tal vez apenas nos conozcamos, pero quiero apoyarte – dijo Jessi poniéndole la mano sobre su hombro con compañerismo – además, entre mujeres debemos cuidarnos – sonrió la chica.

-Gracias – le dedico Dibra una sonrisa sincera a la pelirroja – nunca pensé tener a alguien para conversar, bueno una persona de verdad, incluso que se ofreciera hablarme.

-¿Así? – pregunto Jessi avanzando a la salida donde debían estar los chicos esperando.

-Sí, creo que no paso mucho tiempo ni converso con alguien desde……

-¿Desde qué?

-Estoy tratando de hacer memoria. Y no creo que mi familia cuente para eso. Más que mi hermana ignora casi todo lo que le digo – comento Dibra caminando con Jessi a su lado.

-Okey. Dejemos las cosas deprimentes a un lado ¿Por favor? – pidió Jessi esperando que todo fuera menos incomodo – Te mostraremos un poco de aquí y para que te organices mejor. Hasta podrías hacer nuevos amigos.

Dibra solo se quedó callada, con cierta inquietud.

-¿Tú crees eso? Me gustaría tener una charla sobre las comparaciones fantasma y poltergeists sin que sonara errática o loca – sin mirar la mirada recelosa de Jessi y Connie.

-Si…eh, digamos que dejemos eso para charlas posteriores – recomendó la pelirroja.

-Si tú lo dices.

-No te preocupes, yo te guiare esta locura y porquería que es la vida de secundaria – le dijo Jessi con burla haciendo reír a Dibra.

-En eso dos cosas puedo confirmar que es la vida para nosotras y general, supongo– se burló Dibra, atreviéndose a bromear y riéndose ambas.

-Míralo bebe ya tienes amiga en este pueblucho – se regodeo Tamara caminando al lado de Connie.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

-Mierda Nick, tu vecina es candente – dijo Andrew a su mejor amigo – tienes suerte.

Estaban parados en la entrada, esperaban que ambas chicas llegaran para irse juntos. Algunos ya se irían caminando juntos y poder explicarle más cosas a la chica nueva.

-Lo sé – dijo Nick al chico de las gafas – tiene gustos raros, pero parece alguien interesante y extravagante que la mayoría de las chicas. Su padre es científico, no a lo loco, más bien extravagante.

-Parece alguien que le gusta las cosas raras – comento Jay – y eso intrigante y sensual. Me gusta el misterio en una chica o un buen truco de magia.

Antes de poder seguir vieron a las dos chicas salir por el portón escolar y dirigirse hacia ellos para marcharse.

-Por fin, se tardaron una eternidad – bromeo Nick al ver a las chicas.

-Como si tuvieras a donde ir – se burló Jessi – venga Dibra no seremos interesantes, pero debe haber algo que te pueda interesar de este sitio.

.

.

.

.

.

.

.

Después de la salida de la escuela, se fue con los chicos conversando mientras le señalaban y mostraban la zona, dándoles datos para poder ubicarse mejor por la ciudad.

Se vio despidiéndose de los chicos y se metió a la casa con un sentimiento que nunca tuvo antes, ni con su familia ni con nadie que conociera, ni siquiera con quienes hablaba de sus trabajos, ya que muchos de ellos no tenían su edad y estaban en investigaciones mas profesionales.

Aceptación.

Con gente de su edad.

Vio a su hermana sentada el sofá, como siempre sin despegar la vista de su videojuego favorito como siempre era.

-Hey Gaz ¿Qué tal te ha ido en clases? – pregunto Dibra acercándose al sofá.

La chica solo se encogió de hombros.

-Nada mal de hecho. Pensaba que todos serian imbéciles sin cerebro, pero hay mucho que les gustan los videojuegos interesantes. Me recomendaron muchos de terror como “La masacre del cerdo” y “La pizzería at Tony´s” – hablo y luego siguió jugando.

-Yo me metí en una pelea verba y gane – en eso la chica de pelos morados solo levanto una ceja, pero no dijo más – y creo que hice una nueva amiga.

-Como sea, bien por ti – y siguió jugando como si nada.

Dibra no lo tomo mal, ya que siempre sabia como se comportaba Gaz con ella. En eso se fue a la cocina a buscar bocadillos para comer.

.

.

.

.

.

.

.

.

Una vez el timbre la campana escolar, clases en la eskuela habían terminado y los alumnos corrían del instituto a disfrutar el tiempo libre.

Algunos corrían y otros pasaban cambiando, pero conversando con sus amigos y compañeros.

Uno de los alumnos, el más extraño de ellos con un patrón de color verde y sin rasgos faciales obvios se retiraba del lugar vigilando entre las calles y carretera, esperando una emboscada de cierta enemiga.

Las calles sucias y descuidadas de la ciudad, el chico de piel verde se dirigía a un lugar específico que sabía su ruta desde hace mucho tiempo.

Paso por una casa muy tecnológica y limpia comparada a todas, pero se dio cuenta que…… ¿Estaba vacía?

Si no tuviera su peluca hubiera levantado sus antenas.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

¿Y qué opinan de este capítulo? Algo lento, no.

Las cosas se pondrán más interesantes a futuro.