Chapter Text
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En una noche silenciosa, Philza se deslizaba por los cielos de un pequeño pueblo, uno en el que buscaría a una nueva víctima.
Su sed de sangre lo había llevado a moverse lejos de su zona, ya que no era la primera vez que acababa con un pueblo entero solo por hambre.
Y nuevamente estaba hambriento.
Siguió volando hasta que de repente, sus sentidos detectaron a una persona caminando cerca de dónde se encontraba.
Al verlo, se dio cuenta de que era un hombre joven, y a su lado, dos lobos de pelaje plateado, vigilando su entorno y estando alertas.
Inconscientemente relamió sus labios, podía oler su sangre desde ahí y olía bastante bien.
Descendió rápidamente, aterrizando frente a ellos en silencio, una sonrisa apareció en sus labios al ver al hombre tropezar con uno de los lobos que se colocó delante de él, cayendo al suelo.
No tendría tiempo de escapar así, ni siquiera de reaccionar una vez acabe con él.
Abrió su boca, mostrando sus colmillos largos y afilados, siseando para asustarlo y preparándose para atacar.
Los lobos se alertaron de inmediato y comenzaron a gruñir y a ladrar, poniéndose frente a su dueño para protegerlo, pero lo que no esperaba es que el hombre se mantuviera sorprendentemente tranquilo aún con su presencia.
Observaba como intentaba buscar algo en el suelo mientras su cabello cubría sus ojos, intentando acariciar a sus lobos y que no se alejaran de su lado.
Parecía que estaba ignorando la amenaza frente a él. ¿Acaso no le parecía aterrador?
Los dedos del hombre acariciaron con ternura el pelaje de sus lobos una vez los encontró, murmurándoles palabras suaves para que se calmaran.
"Por favor tranquilos, no ataquen al gatito, seguramente se asustó al verlos"
¿Gatito? ¿Le acaba de llamar gatito en su cara? Tenía que estar burlándose.
Entrecerró los ojos con enojo, decidido a atacar de nuevo, pero luego el hombre levantó su mirada hacia su dirección y se quedó paralizado.
Ojos grises, demasiado claros para ser normales, no es que lo estuviera ignorando y burlándose de él, era ciego.
Lentamente bajó el brazo con el que lo iba a atacar, observándolo más de cerca con curiosidad, tenía piel morena y cabello oscuro y largo que le llegaba por arriba de los hombros.
Era muy lindo.
Sintió su rostro ardiendo de repente por su pensamiento, viendo como se levantaba con cuidado con la ayuda de un bastón que ni siquiera había visto antes, dándose cuenta de la clara diferencia de altura entre ambos.
Era alto, muy alto...
La forma en que el hombre le hablaba suavemente a sus lobos, tratando de calmarlos sin saber de la amenaza frente a él, por alguna razón hizo que se sintiera mal.
Mal por querer matarlo y comerlo, y no entendía la razón, ha acabado con otras personas por mucho menos.
¿Por qué justamente con él se sentía de esa forma?
"¿Por qué siguen tan alterados? ¿El gatito no se ha ido?"
Lo escuchó preguntar en voz baja, sintiéndose repentinamente atraído por lo suave y melodiosa que era su voz.
Tal vez el hambre ya le estaba empezando a afectar de mala manera, normalmente no actuaba de esa forma.
Los lobos comenzaron a relajarse lentamente, aunque mantenían sus ojos fijos en él, atentos a cualquier movimiento que decidiera hacer.
El hombre giró la cabeza ligeramente, como si percibiera su presencia sin necesidad de verlo, solo que bajando la mirada al suelo.
Donde creía que estaba el supuesto gato.
"Puedes irte tranquilo, no van a hacerte nada malo"
Lo vio sonreír y jaló las correas de sus lobos para regresar por donde vinieron, no sin antes recibir miradas enojadas de ambos animales.
Mientras tanto, él se quedó en el mismo lugar, observando en completo silencio como se iba.
¿Era normal sentirse así o el humano lo embrujó para no ser atacado?
Tendría que vigilarlo de cerca, solo para averiguar lo que le hizo, nada más.
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