Actions

Work Header

Freedom Frequency

Summary:

Inspirado en los hechos ocurridos durante el segundo World Link de Vivid Bad Squad, donde Akito y Toya son una sola unidad tratando de cumplir un sueño juntos, cuando una ocasión los pensamientos intrusivos de Toya lo consumen por completo.

Notes:

Hola ehhhh esto lo escribí cuando el evento del segundo World Link de vbs seguía activo en el servidor japonés o sea hace un montón, lo terminé poco después y a las malas así q el final tuvo que ser escrito muy rápido, recuerdo que no le tenía nada de fé a este fic y solo lo hice pq sentí el wl como algo personal de sega hacía mi /j
Soy toya kinnie y eso fue un plus para que el wl me dejara MAL. El what if me fascina y me gustó muchísimo como desarrollaron cada capítulo de ambos world links el de vbs y mas recientemente el de wansho uhhhh ya dije lo del final pero literalmente fue escrito en 10 minutos perdón por eso ^_^ no tenía planeado subirlo acá pero hay varias partes q me gustaron muchísimo y asi(??? No se q mas decir acá AH SI tome varias líneas de toya directamente del juego pero pues aquí tienen un contexto situacional diferente…

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

“I’ve only made it this far because you were here with me”
“The only reason I was able to chase my dream…was because you where there to listen to me”
“Because I know you believe in me”

 

— Please, take care of Akito for me.

 

“Debo hacerlo mejor la próxima vez” “tal vez si en esta parte Akito tomara mis líneas” Toya se planteó miles y miles de opciones en cómo poder mejorar más y más desde su última presentación con Akito, ambos estaban más que dispuestos a intentarlo una y otra vez hasta que pudieran llegar a la cima, hacia donde querían estar juntos, ya que después de todo ellos dos se habían hecho una promesa, serían los mejores y superarían a todas las leyendas posibles. “Si, eso es lo que quiero lograr junto con Akito, él y yo seremos los mejores. Es por eso que somos compañeros” pensó para sí mismo, pero muy dentro de su subconsciente sabía que esto no estaba funcionando por más que él se quisiera convencerse en que hacía más de lo posible para mejorar simplemente no podía, y eso lo frustraba demasiado, pasaba horas y horas desde que se despedía de Akito hasta que sus ojos se cerraban cada noche.

 

Recuerda perfectamente una ocasión en la que su presentación fue perfecta, tristemente para ellos aquella vez tampoco fue suficiente. Akito golpeó la pared en furia, esto hizo que algo en la mente de Toya hiciera click, su mente divagó como en los demás momentos, cuando llegó a su hogar simplemente reflexionó y con la cara en sus manos pensó, “¿Es esto lo que quiero? Estoy desperdiciando el talento de Akito, él no merece un compañero tan miserable como yo.” Su mirada tembló, sus manos estaban en el borde de sus ropas “Merece algo mucho mejor, muchísimo mejor. Alguien que no dude, alguien que sea más talentoso y que pueda adaptarse a él” Toya continuó, por primera vez en mucho tiempo, desde la última vez que su padre lo obligó a tocar el piano él jamás se había sentido así otra vez, pero eso ya era lo de menos. Toya estaba llorando. “Y ese compañero debería ser suficiente para ayudarlo a alcanzar su sueño…” Su voz gimoteó “Y ese compañero no soy yo.”

 

Si tan solo supiera cómo se sentía su contrario, pues por más que el joven jamás hubiera sido capaz de admitirlo bajo ninguna circunstancia, para él Toya era todo. Claro, era muy importante para él cumplir sus sueños, pero saber que lo hace mientras tiene al más alto de su lado, estar con Toya y verlo cumplido juntos era lo mejor que le pudo haber pasado a Akito en ese entonces, siempre le costó expresarse pero sus sentimientos estaban ahí, no haciendo más que crecer y crecer cada día que ambos tomaban su coraje para exponerse a sus inseguridades y notaban que el mundo a su alrededor no eran más que ellos mismos para el otro.

 

Y aún así nunca pudo salvar a Toya de sus pensamientos intrusivos, pero lo que pensaba Akito no importaba para él, siempre empujó esos sentimientos negativos hacia lo más profundo de su ser, siempre enfocándose en lo que podía mejorar. Pero para Toya terminó de ser demasiado difícil. Su cabeza dio vueltas hasta que por fin pudo caer a su suave cama, ni siquiera haciendo esto se sintió mejor, irónicamente para él solo así fue como finalmente lo entendió todo en un instante. “La música clásica, la música callejera…son algo que una persona como yo nunca debió haber tocado.”

 

Las palabras hicieron eco en su cabeza, mientras intentaba limpiarse las lágrimas con su antebrazo, esas palabras simplemente hicieron sentido una vez que comenzó a repetirlo, lo que su mente concluyó después fué tomado por sus sentimientos como una puñalada en el pecho, tomando todo lo que Akito y él habían logrado y tirándolo por la borda de su subconsciente como si fuera absolutamente nada, como si esa no se hubiera convertido en la única razón de su pobre alma para vivir, porque si ya no era aquel niño pequeño obediente que seguía todo lo que su padre le dictaba pero tampoco era esa alma libre que sólo alguien como Akito pudo enseñarle a ser, esas palabras también perforaron a través de él, pero ahora en su corazón, se levantó de golpe y miró fijamente sus manos, si no era el compañero inigualable de Akito entonces…¿Quién era? ¿Qué más le quedaba sino su miserable vida de fracaso tras fracaso?, si seguía así jamás podría ser suficiente para nada ni nadie, decepcionó a su padre a tal punto que la relación está podrida y ahora había hecho que Akito terminara fracasando con él a su lado.

 

“¿Porqué sigo aquí?, tan rodeado de música, constantemente obligado a tocarla...el seguir aquí me hace sentir tan culpable todos los días, ya no puedo más.”
“…hasta respirar se siente doloroso. Ya veo, no hay lugar para mí en esta casa."

Por fin se liberó, su alma, corazón y cuerpo se alinearon una vez más y las lágrimas no dejaban de caer. Esas lágrimas contra las que luchó aguantando por incontables noches, aquellas lágrimas de frustración, tristeza y enojo al mismo, las dejó fluir por sus cansados pómulos, ignorando su dolor de cabeza y punzadas persistentes, ignorando los gritos de su molesto padre al otro lado de la puerta. Nada le importó, lloró y lloró como nunca antes, “Qué más queda para mí?” Repitió, si no podía aceptar y satisfacer los deseos de su padre por él para ser un exitoso pianista, pero si tampoco podía buscar un sueño por su cuenta para cumplirlo con quien era la persona más importante en su vida, ¿Qué quedaba para él?, eso nunca le costó admitirlo, aquel joven rebelde se había convertido en su razón de todo, la razón de Toya para despertar cada mañana ponerse su uniforme y hacer el mayor esfuerzo en la escuela para posteriormente hacerlo también en su siguiente presentación con Akito.

 

Todo pasa de forma rápida en sus memorias ¿Cómo fué capaz de mantenerse tan positivo cada día?, Sería por el poder en su voz que se complementa perfectamente con la del más bajo? Sería por esas miradas que ambos se daban siempre en aquel escenario? Siempre se concentraron en dar lo mejor pero esa era su chispa, era lo que los demás no tenían y ellos sí, una química insuperable, y otra vez, esto nunca fue suficiente.

Akito se esmeró tanto en ayudar a toya a superarlo, que con más y más práctica todo mejoraría pero ¿Qué tan cierto era eso?, ¿Qué tan probable era que Toya en algún punto se convirtiera en el compañero que Akito merecía? Akito no podría seguir esperando. Toya lo admitió, si él no daba un alto Akito tendría que echarlo por su cuenta y buscar a alguien más, ¿Cierto?, era mejor si Toya daba el primer paso. Y así lo hizo, el mismo arruinó su relación con su padre, quien le dió todo en la vida para que triunfara, y ahora él mismo sería quien arruinaría lo que era probablemente la más hermosa y preciada relación que tendría jamás. Se imaginaba a él mismo en un lugar mejor, un lugar donde su existencia no dañara los sueños de nadie, pero aún así quería seguir viviendo, quería seguir siendo egoísta y quería seguir amando estar con Akito. Tristemente para él fue en aquel momento que lo reconoció, Toya amaba a Akito. Y estaba a punto de alejarse de él por completo.

Su mente fue rápida, quizás demasiado.
Dimensionó no muy lejos de sí una pequeña caja, debía ser el kit de medicina que su hermano había dejado como protocolo para cualquier necesidad, pero dentro de este estaban varios tipos de pastillas, Toya tomó un frasco de pastillas para dormir, no pensó, no se detuvo ni un solo momento y frenéticamente tomó un puño de estas y las introdujo a su boca, tomándolas en seco; su garganta ardió, pero sea como fuera ya nada importaba, él estaba consciente de lo que había ingerido y lo que provocaría en su cuerpo, sin embargo ya nada importaba para él, porque jamás tendría que volver a soportar ver la cara de akito arrugada por haber perdido una vez más, no importaba porque él ya había decidido que todo debía terminar ahí y ahora, por primera vez en su vida su dolor en el pecho se calmaba gradualmente, una sensación que lo hundió, literal y figurativamente lo hundió tanto que ya no sentía nada, poco a poco sus extremidades simplemente ya no se podían mover, cayo al suelo de aquel cuarto gris y lleno de memorias tristes, sus ojos se concentraron en lo que parecía ser la luz de la habitación, así se dejó ir, se permitió ser egoísta por última vez, lo prometió, después de todo ya no habría ni un solo rastro de conciencia para poder arruinar algo más, no después de esto, no después de arruinar lo último que le quedaba, su propia vida. Esto era lo mejor para él, esta sería la única forma de parar el fracaso que era su vida, cualquiera podría pensar lo contrario si no conocieran a Toya, porque claro él parecía tenerlo todo bajo control, pero no era así. Lo último que su cuerpo pudo sentir fueron delgadas lágrimas saliendo de sus ojos entrecerrados, por fin después de todo lo que arruinó, la primera cosa que no arruinó fue su propia muerte.

 

Toya se aferró a la sensación de picazón en sus ojos y dejó que esto fuera su último suspiro de vida, unos segundos después esos ojos se cerraron por completo y sus labios se secaron lentamente, finalmente podía descansar de todo ese peso de sabotear lo que tocaba, no volvería a hacerlo, y en su deseo por cumplir ese único deseo tuvo que arruinarse a sí mismo hasta ese punto, hasta el punto en el que su cuerpo no era más que un cascarón vacío de lo que alguna vez fue un simple ser humano con sueños inalcanzables para él y quienes más lo amaban.

Notes:

^_^_^_^_^^_ mi intención con este fic siempre fue q Toya se autodesviviera y aun así no se como le hice para q esa fuera la parte en la q menos me tarde en escribir, volvería a escribir akitoya? Obvio si pero no creo hasta q vuelva a pasar algún evento grande de ellos yayayayaya q mas escribo no se soy medio idiota perdón gracias por leer y así