Chapter 1: Prologo
Chapter Text
Profundo Anhelo.
Prologo
Miércoles, 21:23hs
Mensaje de Sanji a Zoro:
22hs,
Mirror Ball.
Miércoles, 21:25hs Respuesta de Zoro a Sanji.
¿Crees que siempre que me mandes este mensaje correré a tu encuentro?
Miércoles, 21:27hs Sanji a Zoro:
Sé que no le dirás que no al alcohol después del trabajo. Más si es gratis.
Sanji observó el emoticón que Zoro le envió, dibujando una sonrisa ladeada en su rostro antes de tomar el vaso de whisky frente a él, con los cinco dedos mientras lo movía para que los hielos enfriaran el líquido ámbar.
No podía negar que estaba completamente frustrado y necesitaba beber con alguien conocido para no hacer alguna estupidez. Zoro era el único de su grupo de amigos que se había quedado en la ciudad cuando todos se graduaron de la universidad, quizás estar solos los había acercado lo suficiente para convertirse en compañeros de copas.
¡Rayos!
¿Por qué era tan difícil tener un hijo estando soltero? Era un omega dominante, con varios restaurantes y una cuantiosa cuenta bancaria, pero no, necesitaba la aprobación de un alfa para hacerlo, porque solo preña un alfa que desea ser padre.
Odia a los alfas, ¿por qué todos quieren ser padres jugando a la casita perfecta? Había tenido un par de citas estos días, pero todos querían la fantasía de una boda, la mordida, hijos, una casa acogedora y un perro.
¿Dónde estaban los hombres alfas que simplemente se divertían con los omegas?
Claro, si no fuera dominante y pudiera estar con una mujer alfa, todo sería distinto, pero no, su rango lo hacía imposible de concebir con una mujer.
Estúpidos alfas, estúpidos hombres. Y estúpida también su condición.
Se bebió de golpe su trago, mientras pedía dos vasos de whisky, el barman lo miró desconfiado, pero obedeció el pedido. Cuando puso los dos vasos frente a Sanji, el rubio sonrió cuando sintió llegar a su amigo. Siempre llegaba rápido cuando se trataba de beber. Zoro se dejó caer en la silla de al lado de él y tomó un trago grande de su vaso de whisky mientras que con la mano izquierda se terminaba de desacomodar el nudo de la corbata.
—Siempre es tan refrescante verte en traje —comentó el rubio, haciendo que su compañero lo mirara alzando la ceja derecha.
—¿Cuántos vasos te has tomado ya? —preguntó preocupado, pero Sanji solo elevó un dedo— ¿Solo uno?
—Éste es mi segundo —señaló el vaso frente a él, apoyando su codo en la barra para sostener su cabeza—. Aun no estoy borracho.
—Parecías, no sueles ser tan amigable —Zoro llamó al barman que no tardó en aparecer frente a ellos, pidiendo una tabla de picoteo.
—Quiero tener un bebé —dejó escapar el rubio cuando Zoro tomó un trago de su vaso, haciéndolo atragantar con su bebida.
—¿Qué? —dijo, sacando el pañuelo del bolsillo de su chaqueta para limpiarse la boca— ¿Estás loco?
—No —negó con la cabeza—. Me siento solo, no tengo nadie con quien gastar mi fortuna.
—¿Y si adoptas?
—¿Es broma? —le dijo Sanji, cambiando de postura, para cruzarse de brazos—. Después de la ley que pide el consentimiento para ser padres, son raros los casos de niños huérfanos que necesitan un hogar. Y como requisito principal, está el casarse y yo no quiero casarme para engañar a un niño con una familia feliz.
—¿No pensaste en buscar pareja? —preguntó Zoro, agradeciendo con un gesto de la cabeza al barman cuando puso una bandeja de madera de cincuenta centímetros entre ellos llenos de aceitunas, salame, jamón y queso en cubos, uvas, galletas saladas y diversos frutos rojos. Tomó una aceituna rellena y se la echó a la boca—. Estoy seguro que debes tener una larga fila.
—Sí, la hay —respondió, pero su voz sonó ácida—. Pero todos quieren poner sus colmillos en mi cuello y no quiero eso.
—¿Te quieren marcar? —el tono de voz le salió más grave de lo que esperaba.
—Sí —negó con la cabeza—. Dicen que pueden darme un bebé si dejo que me marquen, ¿Y qué pasa si me marcan y después no cumplen con su parte del trato?
—O sea, quieren tener control sobre ti —comentó Zoro mordiendo con demasiada fuerza una galleta snack de la tabla.
—Seguramente —afirmó apoyando sus brazos en la barra y ocultando su rostro en—. Creen que, si tienen control sobre mí, pueden tener control sobre mi fortuna. Así que tendría que hacer mucho papeleo para protegerme.
Ambos se quedaron en silencio por un largo momento, solo comieron de la tabla de picoteos con la mirada perdida.
—¿Qué tiene de bueno? —preguntó Zoro, mirando los hielos moverse en su vaso—. Son ruidosos, gritones y necesitan atención todo el tiempo.
—¡Eso es lo mejor! —exclamó Sanji mirando a su amigo—. Puede tener toda mi atención, puedo dedicarme a él o ella con todo lo que soy.
—¿Y qué hay de tus restaurantes?
—Tengo gente para eso —contestó, tomando un cuadradito de jamón—. Sabes que me gusta más cocinar para gente que estimo, que para ciento de estirados que se creen lo mejor del mundo porque tienen un par de ceros más que el resto en la cuenta bancaria —Zoro hizo una mueca, porque era verdad, desde niños Sanji siempre había sido así—. Pensar en alimentar a un ser que dependa de mí, que me amé incondicionalmente.
—Mejor consíguete una mascota —comentó Zoro, haciendo que Sanji lo golpeara en la espalda con un movimiento de su mano, Zoro tosió por el golpe—. Pensé que no usas tus manos para golpear.
—Ésta te la merecías y si te pegaba con el pie, probablemente se echaría a perder nuestra comida —protestó y corrió la mirada hacia el otro lado para ignorar a Zoro—Nunca me entenderás, es hablar con la pared —al ver la actitud del rubio, el de cabellos verdes pensó en las palabras de su amigo.
Él realmente no quería tener hijos así que no podía imaginarse teniéndolos, pero ver a Sanji, conociendo como es su personalidad, da toda la sensación de que sería un padre amoroso.
Esperaba que su amigo pudiera conseguir su objetivo.
Poco a poco, el mal humor de Sanji fue pasando. Cambiaron de tema, hablaron del trabajo y de los proyectos en mente, cuando ya no quedaba nada para comer, Sanji sintió que ya se le había subido suficiente alcohol a la cabeza como para pagar y volver a su pent-house.
Se paró de su silla tambaleándose un poco, y Zoro estaba parado a su lado, justo a tiempo para que no trastabillara con sus pasos.
—Eres un alfa tan confiable —dijo, acariciando su mejilla derecha con una enorme sonrisa—. Lastima que seas mi amigo.
—¿Lastima? —preguntó, divertido acomodando el brazo de Sanji a través de sus hombros. Una escena era bastante frecuente cuando se juntaban a beber.
—Sí —afirmó con la cabeza—. Eres un alfa dominante, si quisieras ser padre algún día, solo debes concentrarte en desearlo y listo, cualquier omega, mujer o hombre, quedaría preñado. Pero no quieres ser padre. En cambio, yo, que lo deseo tanto, dependo de un hombre porque mi condición de dominante no me deja emparejarme con una alfa mujer. Eres justo lo que necesito, pero no puedo tenerlo.
—¿Por qué no?
—Porque… ¿no? —respondió y se separó de él, logrando mantener su postura—. Voy a pedir un conductor para que me lleve a casa, ¿te irás caminando?
—No te dejaré en este estado con un conductor desconocido.
Sanji simplemente sonrió.
—No seas así, Marimo —se burló, apretando las mejillas de su mejor amigo—. No me gusta que seas tan amable.
—¿Te dejo y me voy? —consultó ni bien se liberó del agarré del rubio.
—Sí —afirmó Sanji, ladeando la sonrisa—. Quizás el conductor si quiera hacerme el favor. Ya ni me acuerdo la última vez que pasé un celo acompañado.
—¿Tan desesperado estás?
—Ya te lo dije, no lo entenderás.
Sanji pidió un conductor designado para su automóvil, Zoro esperó con él hasta que éste llegara, al notar que era un beta, el alfa se despidió de Sanji que solo movía la mano de forma descoordinada.
—Avísame cuando estés en tu casa.
—Sí, papá Marimo —Zoro puso los ojos en blanco y se alejó del automóvil para que éste pudiera emprender la marcha.
Zoro aspiró profundamente el aire frío de ese octubre y emprendió su caminata hacia su departamento que estaba a solo cinco cuadras de ahí. Mientras caminaba no podía evitar que las palabras de Sanji rodearan su cabeza con mala intención, como si algo dentro de él quisieran castigarlo por lo que escuchó.
Imaginarse a Sanji siendo sometido por otro alfa, marcado, le hacía arder la boca del estómago, quería pensar que se debía a hecho de que sí oliera a otro alfa, afectaría un poco su amistad. ¿no?
Dejó que el frío le diera de lleno en la cara para poder congelar sus pensamientos, ¿por qué se sentía tan inquieto?
Él estaba más que seguro que no quería ser padre, pero, ¿podría ir contra su propio deseo para evitar que Sanji pudiera cumplir su propio sueño?
La rapidez con la que le llegó la respuesta, hizo que su cuerpo fuera sacudido con una corriente desde la espalda hasta los pelos de la nuca.
¿Cómo era capaz de tomar una decisión así de precipitada? No era propio de él.
Aceleró los pasos hacia su departamento, tenía una lista de pros y contras que analizar primero.
Miércoles, 23:38hs
Mensaje de Sanji a Zoro:
Ya llegué. Disculpa si fui un poco pesado hoy.
Miércoles, 23:39hs Respuesta de Zoro a Sanji.
Siempre lo eres.
Miércoles, 23:39hs Mensaje de Sanji a Zoro:
[Emoticón ofensivo]
Miércoles, 23:40hs Respuesta de Zoro a Sanji.
Infantil.
Miércoles, 23:42hs Mensaje de Sanji a Zoro:
Lo digo en serio. He estado muy ansioso, lo lamento.
Miércoles, 23:42hs Respuesta de Zoro a Sanji.
Nosotros no hacemos eso de disculparse, Curly, déjalo por la paz. Descansa y buenas noches.
Miércoles, 23:43hs Mensaje de Sanji a Zoro:
Gracias, Descansa, buenas noches.
Chapter 2: Capitulo 01: Decisión
Summary:
Tras analizar bien sus alternativas, Zoro toma una decisión.
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Profundo Anhelo
I
"Decisión"
...
Zoro a pesar de trabajar en el área de contabilidad de una institución estatal, también era un buen analítico de datos.
Después de su conversación con Sanji, había utilizado sus tiempos libres en recompilar, desde diferentes fuentes, información sobre los pro y contra de tener hijos. Consejo desde blog de personas que decidieron no tener hijos y personas que encontraban que tener hijos era lo más maravilloso del mundo. Los cambios en las personas, la diferencia entre la biología de un Omega masculino y uno femenino. Los ciclos reproductivos y su diferencia con los de los Alfas.
Para cuando llegó el fin de semana, estaba en el mismo punto que había empezado. Todavía no estaba convencido de que ser padres sea algo bueno, pero también entendía más a Sanji, porque conocía toda su historia.
Desde que llegó al colegio a los ocho años con esa apariencia escuálida, pálido, como si hubiera estado preso en alguna isla desierta. Tiempo después descubriría que fue así, que era un sobreviviente.
Sacudió la cabeza y se concentró en la rutina de pesas que estaba llevando a cabo en el gimnasio donde iba cada fin de semana por la mañana. Levantar pesas ayudaba a calmar las voces de su cabeza porque necesitaba toda su concentración en las manos y músculos de sus brazos.
Terminó la repetición cuando las voces animadas de algunos compañeros del lugar, hizo que se detuviera. Al parecer, estaban felicitando a uno de ellos.
—Tampoco es que yo necesite tantas felicitaciones —comentó el alfa de cabellos blancos con una sonrisa en sus labios que delataba que estaba feliz de que lo felicitaran—. Todo el trabajo recae en mi compañera, yo solo hice mi parte durante cinco minutos —ante su exclamación, el resto empezó a reírse, mientras se burlaban del tiempo de duración. Zoro no entendía porque solo había apoyado a su pareja cinco minutos, pero se acercó a ver qué pasaba.
—¿Por qué felicitamos a Smoker? —preguntó, secándose el sudor de la frente con la toalla blanca que tenía rodeándole el cuello.
—¡Zoro! —exclamó Smoker, acercándose a él para darle un gran palmazo en la espalda, que apenas movió al alfa de cabellos verdes—. ¡Voy a ser papá! ¿No es algo genial? —ante la mueca de Zoro, Smoker solo pudo reírse—. ¿Aun sigues alérgico a los bebés?
—No sé qué tienen de bueno —exclamó, encogiéndose de brazos—. Son ruidosos, apestosos y necesitan de ti todo el tiempo.
—Eso es lo mejor —exclamó Kin’emon, otro de los hombres que acompañaba a Zoro en el gimnasio—. Cuando vi a mi pequeña Kiku, tan perfecta como mi hermosa Tsuru… fue amor a primera vista. Y sé al ver su sonrisa que ella me amaba también.
—¿Amor? —Zoro ladeó la cabeza un poco. Si bien, esa información salía en la que había recolectado, no entendía porque se necesitaba crear alguien con tu propia esencia para amar a otro ser. ¿Qué pasaba si cuando nacía ese amor a primera vista no existía?
—A veces se me olvida que eres diez años más joven que nosotros —exclamó Smoker al ver la cara de desconcierto de Zoro ante aquello.
—Son solo ocho más que ustedes dos —protestó, pero de pronto, se le ocurrió algo, había revisado blog de omegas, pero no había encontrado mucho sobre Alfas que desean ser padres más allá de todo, los tres alfas que tenía frente a él, estaban emparejados y eran padres o bueno, uno iba a hacerlo pronto— ¿Qué es lo que los motivo a ser padres? —la pregunta hizo que los tres lo miraran—. ¿Un anhelo? ¿Una necesidad?
—En mi caso, sería un anhelo —respondió Kin’emon con una sonrisa—. Desde que me casé, deseaba tener hijos con mi esposa, un fruto de nuestra relación, una prueba de que alguna vez existimos y nos amamos con toda el alma —Zoro se sorprendió ante aquellas palabras.
—Lo mío fue más un tema de cumplir —contestó Smoker—. Mi omega quería un hijo, y yo como soy un esposo devoto, lo cumplí.
—Pero, ¿lo querías?
—No estaba convencido al inicio, pero cuando escuché el latido del corazón de ese bebé —comentó ladeando la cabeza—. Me sentí el hombre más feliz del mundo, yo había ayudado a generar eso, yo había creado una vida con la persona que amaba.
—Entiendo —Zoro, empezó a sentir como la estadística de amor para procrear iba cambiando los porcentajes en su cabeza—. Y si no hay amor, ¿y si solo quiere ser padre por qué quiere?
—¿Un alfa o un omega? —preguntó Katakuri, que hasta ese momento había estado callado.
—Un omega —comentó, no quería hablar mucho de Sanji, pero necesitaba algunas respuestas de personas que ya eran padres.
—Puede haber muchas respuestas para esa pregunta —le comentó—. Puede ir desde la desconfianza del omega a establecer relaciones amorosas, hasta un problema biológico.
—¿Problemas biológicos? —ante aquello, Zoro buscó rápidamente en su cabeza lo que había leído sobre biología de omegas.
—Los omegas masculinos tienen un ciclo biológico más corto que las omegas femeninas. Por lo que suelen buscar más rápido buscar un hijo que las omegas femeninas.
—Como tu madre que tuvo hijos hasta los sesenta —comentó Smoker, espantado de recordar cuando Katakuri les contó que tenía un hermano de ocho años a sus cuarenta y ocho años.
—Mi madre es otro caso aparte —respondió molesto Katakuri—. Usó drogas ilegales para modificar sus celos, así que por algo está con prisión domiciliaria ahora.
—Ella es una omega dominante, ¿Verdad? —consultó Zoro, a lo que Katakuri afirmó
—Los dominantes después de los treinta solo tienen un ciclo al año. Por eso tengo camadas de hermanos cada año. Pero ella lo extendió de diez años a treinta.
—Oh —ese era un dato que había pasado por alto en sus estadísticas, el punto de que Sanji era un omega dominante. ¿Sería eso el punto de su estrés? Que solo le quedaba a lo sumo dos años de celos normales antes de que sus posibilidades de ser padre se redujeran a una al año.
Eso quizás podría tener un poco de sentido.
—Nosotros, los alfas, tenemos un ciclo de fertilidad más alto —continuó Katakuri—. Estoy a dos años de los cincuenta, pero puedo tener hijos como cuando tenía veinte. Pero ellos, no. Si uno quiere a su omega, siente que es lo que quiere para toda su vida, es fácil complacerlo y darle los hijos, porque solo pueden ser madres por un corto tiempo.
—Wow —exclamó Kin’emon con un aplauso—. Se nota que eres profesor.
—Enseño responsabilidad reproductiva —les recordó Katakuri—. Así que es fácil saber sobre estos temas.
En ese segundo, Zoro se dio cuenta que había tenido todas las respuestas al alcance de su mano. Cuando los cuatro se despidieron después de completar sus rutinas de entrenamiento, Zoro detuvo a Katakuri un momento.
—¿Esto es por lo que preguntabas hoy?
—Sí —afirmó Zoro, decidido—. Puedes verlo como una clase privada.
—¿Me pegarás?
—Ofrezco Café y donas —Zoro pudo ver el momento cuando la cara de Katakuri se transformó en una obvia aceptación.
Fueron a una cafetería a dos cuadras del gimnasio y conversaron hasta bien entrada la tarde, cuando Katakuri recibió un mensaje de su esposa y tuvo que volver a casa.
—Espero que te haya servido de ayuda —le comentó, antes de irse.
—Mucho —agradeció Zoro dándole una reverencia—. Te pagaré la membresía del gimnasio el próximo mes como agradecimiento.
—Así da gusto dar charlas, adiós. —comentó el alfa de cabellos burdeos antes de emprender el camino hacia su casa.
—Nos vemos el próximo sábado —se despidió Zoro, para luego aspirar profundamente y colocar las manos en sus bolsillos para tomar su camino a casa también.
Con toda la información que ahora tenía en la cabeza, estaba seguro de lo que iba a hacer. Iba a ayudar a Sanji, lo invitaría a comer a su casa y ahí le haría la propuesta.
Llamó a su amigo, pero no obtuvo respuesta.
Quizás estaba ocupado, así que optó por mandarle un mensaje.
Domingo 17: 15, Mensaje de Zoro a Sanji
Llámame cuando te desocupes. Necesito decirte algo.
Tras guardar su teléfono, Zoro no se percató que el mensaje solo salía enviado, pero no recibido.
…
Por alguna extraña razón, Zoro no había pedido dormir bien esa noche, eran cerca de las dos de la mañana y tenía que despertarse en solo cuatro horas.
Por lo que, aunque no le gustaba las redes sociales, tenía cuentas candados para revisar lo que hacían sus amigos desde las distintas partes del país. Así que tomó su teléfono y empezó a revisar los perfiles de sus amigos, a ver si aquello hacía que le entrara sueño de una vez por todas.
El Instagram de Nami estaba llena de fotos de paisajes de sus viajes, en esta ocasión estaba en una embarcación en el medio del mar; el de Luffy era parecido al de Sanji, lleno de platillos de comida, pero en la más reciente, salía con un chico lleno de tatuajes. Usopp subía sus cuadros de pintura, y por lo que se podía leer, estaba trabajando para poder abrir una exposición en un año.
Sanji no tenía actividad en su Instagram, pero si tenía actividad en su Twitter, una foto solitaria de un Martini que había sido publicada hace dos horas, con la palabra “previa” escrita en ella.
Observó su chat privado, aunque el mensaje había sido leído, no tenía respuesta. Soltó el aire por la nariz y se giró malhumorado hacia su derecha para obligarse a dormir, dejando su teléfono en la mesa de luz, mañana tenía todo un día de oficina por delante.
…
Zoro llegó al departamento de Contabilidad como cada lunes, saludando con un gesto de la cabeza a sus compañeros de piso, antes de ocultarse en su oficina. El viernes había adelantado un poco su trabajo de hoy, así que tenía un buen margen para entregar los informes de fin de mes. Estaba revisando la quinta hoja de su informe cuando la pantalla de su celular se iluminó brevemente.
Notó en la pantalla un mensaje que lo confundió, cerró el archivo que revisaba y tomando su teléfono celular, salió de su oficina hacia los ascensores.
Lunes: 8:40 – Desconocido a Zoro:
Hola Zoro, soy Robin, la Gerente de Sanji, llámame por favor.
No entendía porque ella lo llamaba tan temprano, no se hablaban mucho, apenas intercambiaban palabras cuando se veían, por lo que había algo extraño en su pedido de llamada.
Tomó el ascensor hacia la terraza del edificio y una vez ahí, procedió a hacer la llamada.
—¿Hola? —dijo cuando la llamada fue contestada.
«Zoro, disculpa molestarte en horario de trabajo, pero te necesitamos.»
—¿Por qué?
«Sanji está en el hospital» dijo, con la voz casi quebrada, por lo que Zoro sintió un dolor en el centro de su pecho, apoyando su mano libre en donde sintió el pinchazo.
—¿Por qué? ¿Qué le pasó?
«Preferiría hablar esto personalmente, pero» tras una pausa, respondió: «Fue drogado por un alfa anoche, pudimos salvarlo justo a tiempo de que pasara una desgracia.»
—Voy para allá.
Zoro no tiene mucha conciencia de lo que hizo cuando cortó esa llamada, con la cabeza latiéndole con fuerza, regresó a su oficina, apagó su computadora, tomó su chaqueta y mochila y fue hacia la oficina de su jefa. Le pidió permiso para ausentarse el resto del día.
No reconoció su propia voz, pero su jefa lo miró con una sonrisa y trató de tranquilizarlo, diciéndole que se tomara el día y que avisara si necesitaba un permiso de ausencia más prolongado.
Aunque sus feromonas siempre fueron fáciles de contener, ahora no podía. Era un alfa que olía a desesperación.
Llegó al Hospital con pasos apurados, siendo recibido por Brook, el guardaespaldas de Sanji que se veía completamente abatido.
—¿Qué paso?
—Venga conmigo, Zoro-san —le pidió, guiándolo hasta donde Robin estaba sentada, afuera de la habitación que Zoro supuso que era la de Sanji. Ésta se puso de pie en cuanto lo vio.
—Robin… ¿Pueden decirme ahora que fue lo que pasó? —le reclamó a ambos—. Se supone que Sanji tiene guardaespaldas para evitar estas cosas.
Robin y Brook se miraron entre ellos, antes de que Robin volviera a tomar asiento.
—Se suponía que salió con un cliente que viene cada quince días al restaurante —empezó a contarle sin poder mirarlo—. Lleva seis meses tratando de que Sanji le hiciera caso, y ayer fue su oportunidad.
—Yo estuve con él durante una hora —completó Brook, su parte de la historia—. No había nada raro, Sanji me pidió que me retirara. Y cumplí su orden.
Ambos hicieron un silencio, irritando a Zoro.
—Sean más directo, por favor.
—No pasó más de una hora cuando nos llegó un SOS a nuestros teléfonos —le explicó Robin—, y su ubicación en tiempo real. Cuando llegamos estaba en un hotel, el olor a las feromonas de Sanji estaban por todos lados, Brook botó la puerta y encontramos a Sanji en una esquina agitado, desordenado y al alfa con el que se había ido, desmayado de una patada a unos cuantos metros de él.
—Por suerte, su condición de dominante es algo que solo los allegados a él sabemos —agregó con una mueca— eso le permitió no perder su consciencia. Traté de usar mis feromonas para tranquilizarlo —explicó Robin, Zoro sabía que era una alfa, sus feromonas se sentían leves a través de la puerta donde estaba Sanji—. Me sonrió y se durmió y no ha despertado desde ese momento.
—El tipo trató de marcarlo —reveló Brook, haciendo que Zoro sintiendo que todo su cuerpo se enfureciera.
—¿Qué demonios acabas de decir? —tomó al beta por la ropa, sin ser capaz de detenerlo.
—No lo logró —trató de calmarlo Robin, colocando sus cálidas manos sobre las de Zoro—. La doctora indicó que esta todo bien con él, que no hubo marca ni impresión, que solo encontraron rastro de una droga que acelera los celos en las venas y eso lo tiene alterado y sedado en este momento.
—¿Y qué necesitan de mí?
—Tus feromonas —comentó Robin, volviéndose a sentar—. La doctora nos indicó que si hubiera un alfa dominante con el que él tuviera apego, sería de ayuda para estabilizarlo más rápido, pero desde que Zeff falleció, perdimos esto, hasta que Brook recordó que tú también eres un dominante.
—Sí, yo puedo hacer eso.
—Voy a buscar a la doctora —dijo Robin, dejando a Zoro junto con Brook, Zoro no tardó en tomar asiento y llevar sus manos al rostro.
¿Sería por eso que no podía dormir anoche? ¿Sentía que todo estaba volviéndose peligroso?
Esto tenía que parar. Había tomado la mejor decisión, en el momento preciso.
Zoro conocía a la doctora que estaba a cargo de Sanji, así que no hubo necesidad de presentaciones, ella lo llevó a su oficina y le informó cómo estaba su amigo.
—Voy a ser sincera contigo, Zoro —dijo Kureha, acomodándose las gafas sobre el puente de su nariz pronunciada—. Sanji está pasando por cambios hormonales significativos, ¿desde qué edad lo conoces?
—Desde los ocho.
—Entonces, puedo hablar con más soltura —la mujer que acomodó en la silla, y tecleó un par de cosas, antes de mostrarle a Zoro un gráfico—. Sanji tiene un desorden hormonal muy grave debido a la desnutrición infantil que tuvo. Eso indica que está perdiendo los ciclos de celo que un omega sano de su edad debería tener. En vez de tener cuatro al año como un omega dominante normal, está teniendo tres, hasta dos.
—¿Eso es grave?
—Para su salud, no tanto —informó, con una mueca, mostrándole otro—, pero para su anhelo de ser padre, si es un golpe bastante grave.
—Por eso sonaba tan... —iba a decir desesperado, pero prefirió no decirlo.
—Lamentablemente, con la droga que le administraron, ya perdió el último de esos ciclos del año —Zoro apretó los puños por la rabia que sentía en su interior, sin darse cuenta que la fuerza era tanta que se lastimó ambas palmas.
—¿Y no hay alguna forma de que pusiéramos ayudarlo?
—¿Ayudarlo en qué forma?
—Quiero ayudarlo a que sea padre, pero usted ahora me dice que perdió un ciclo, ¿hay algo que se pueda hacer? ¿Seguimiento? ¿Alguna vitamina que asegure que tenga sus ciclos siguientes?
La mujer observó a Zoro y se cruzó de brazos.
—¿Estás seguro de esto?
—Lo analicé cuidadosamente, y después de lo que me acabo de enterar, no puedo quedarme de brazos cruzados.
—Quizás podamos hacer algo —comentó Kureha, abriendo la ficha de paciente y escribiendo el nombre de Zoro para que su ficha medica apareciera en pantalla—. Todos tus últimos exámenes están en regla, ¿tus ciclos siguen siendo cada tres meses? —Zoro afirmó—. Si Sanji está de acuerdo, hay bastantes posibilidades de que no haya problema para ello, si el tratamiento lo hacemos en ti y no en él.
Tras la palabra de la mujer, Zoro sintió que el alma le volvía a su cuerpo y su alfa interior finalmente calmaba su desesperación.
—¿Qué necesita ahora que haga?
—Los sedantes que le administramos a Sanji debe estar por acabar el efecto, necesitamos que liberes un poco de tus feromonas para ver cómo se siente ante ellas, si logramos calmarlo, necesitaremos que estés con él hasta que las suyas vuelvan a la normalidad.
—Puedo hacerlo.
…
Zoro miró una vez más a Robin y a Brook antes de entrar a la habitación, el olor a brisa marina le dio de lleno en las fosas nasales, dejó escapar de a poco sus feromonas, como le indicó Kureha, el olor a bosque, a tierra mojada, a musgo como le decía Sanji, empezó a mezclarse con el olor a mar, a playa en un día de verano, de las feromonas de Sanji.
Caminó hacia una silla cercana y la llevó hacia el borde de la cama donde Sanji estaba acostado, apretó los labios cuando vio la venda en su cuello. Resopló dejando salir más feromonas de las que debería, porque apenas podía contener su frustración con toda la situación. Tomó la mano de su amigo, entre las suyas, que habían sido vendadas por Kureha y esperó porque el sedante fuera perdiendo su efecto y Sanji regresara del sueño.
No pasó mucho antes de que sintiera un apretón en una de sus manos, haciendo que mirara hacia el rostro de Sanji.
—Huele a musgo —protestó, frunciendo la nariz, pero luego, se relajó completamente.
—Es lo que hay —contestó Zoro, fingiendo molestia mientras tomaba se levantaba para servirle un vaso de agua, como Kureha había indicado que tenía que hacer si despertaba—. Vas a tener que aguantarte.
—Por alguna razón, hoy me tranquilizan —dijo con una sonrisa, mientras Zoro lo ayudaba a incorporarse levemente para poder tomar un poco de agua.
—Es bueno saberlo —Zoro volvió a sentarse y tomar la mano de Sanji, el rubio estuvo a punto de protestar, pero al ver el estado de su amigo, decidió no hacerlo. Se quedó en silencio.
Los recuerdos de la noche anterior empezaron a venir a su mente, el gusto extraño en el Martini, la vista que se le nubló cuando iba a responderle a Zoro su mensaje, el pulsar el botón de pánico que tiene con Robin y Brook. Recuerda ser arrastrado con aquel alfa diciéndole que la pasarían bien, las palabras vulgares que le soltó mientras le aseguraba de que iba a domarlo. La sensación de la boca de éste en su cuello y la patada que le dio estrellándolo contra la pared.
Zoro sintió como la desesperación se apoderaba de las feromonas de Sanji, así que soltó más de las suyas, apretando la mano de éste para que se tranquilizara.
—Estoy aquí, Curly —le recordó—. Respira profundo, todo salió bien, estamos a salvo.
—Yo no estoy bien —le confesó, cerrando los ojos y soltando el aire por la nariz—. Se acabo, me rindo.
—¿De qué?
—Estoy condenado a estar solo, primero de abandonó mi familia, luego perdí a Zeff, no merezco tener una familia, merezco estar solo para toda la vida.
—Curly, no pienses así.
—Es la verdad —dijo, soltándose del agarre de Zoro—. Mira lo que he causado —le pidió, elevando su voz, alterado—. No solo me puse en peligro, sino que arrastre a Robin y a Brook a mi rescate, podría haberle pasado algo a ellos también. Y ahora tú, estás aquí, perdiendo un día de trabajo porque mi estúpido deseo me hizo un idiota.
—Oye…
—Oye nada, Zoro, basta, se acabó —dijo, corriendo la mirada para no mirarlo—. Aquí murieron mis ganas de ser padre.
—¿De verdad? —preguntó Zoro poniéndose de pie—. ¿Vas a renunciar a todo, a esta altura?
—¿Y qué más puedo hacer? —dijo mirándolo con los ojos llenos de lágrimas y Zoro sintió que su alma también se partía, pero él tenía una solución, solo tenía que dejar que se la diga.
—Dejarme ayudarte.
—¿De qué demonios hablas? —preguntó Sanji, tratando de secarse los ojos con el revés de su mano libre de la intravenosa.
—De eso mismo, de que me dejes ayudarte, puedo hacerlo, eso que quieres, puedo dártelo. Tengamos un hijo.
—Zoro, no juegues con eso.
—No estoy jugando, Sanji —ante la mención de su nombre, el rubio miró fijamente a Zoro, viéndolo por primera vez usar un tono de voz grave, recordándole su posición de alfa dominante—. Puedo cumplir tu anhelo de ser padre, si así lo quieres.
Sanji miraba a su amigo sin saber que decir, de lo único que podía estar seguro en ese momento, es que Zoro no mentía.
Chapter 3: Contrato
Summary:
Zoro le ha hecho la propuesta a Sanji, ahora solo es cuestión de que el rubio acepte.
Notes:
Este capitulo contiene un poco de material sensible.
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Profundo Anhelo
II
"Contrato"
...
Sanji debió suponer que todo esto iba a terminar mal, él no suele hacer cosas fuera de lo habitual. Nunca sale con clientes de ninguno de sus restaurantes, nunca sale a beber a un bar que no frecuenta, y si es uno nuevo, siempre va con Zoro. Y, sobre todo, nunca le dice a Brook que puede retirarse antes de tiempo, nuevamente, salvo que sea con Zoro.
Pensar en ese hecho, hace que se ría, realmente tiene al pobre hombre para su mandado.
Así que, siguiendo esa lógica, cuando este alfa de aspecto creído apareció frente a él con un ramo de violetas, debió hacer caso a todas sus señales, a todos sus “nunca”, pero no lo hizo. Ese día estaba agotado, aún seguía algo bajoneado desde su charla con Zoro, y el hombre frente a él le ofrecía un escape momentáneo a su pena.
Además, que era un crítico reconocido de gastronomía.
Así que ese día, hizo todo lo que nunca hace. Salió con un cliente, fue a un bar nuevo, le pidió a Brook que se retirara y probó una bebida que no fue preparada frente a sus narices.
Bebió un solo trago de aquella bebida y sintió el amargo sabor medicinal que trataba de ocultarse tras el vermut, pero era un especialista en sabores, nada podría engañar a sus papilas gustativas.
Dejó caer su trago, accidentalmente, por supuesto, y pidió uno nuevo. Su acompañante, se lo pidió mientras él trataba de limpiarse la ropa manchada, se disculpó para ir al baño y mojar la chaqueta con agua para quitar los restos del trago, cuando sintió el primer pinchazo en la cabeza, y su propio aroma a brisa llenar el baño.
¿Qué tan alta era la dosis que le metieron a su trago, que hizo efecto tan rápido?
Se quitó la chaqueta y la dejó a un lado mientras sentía que la transpiración se iba apoderando de su nuca, buscó su teléfono celular, notando que tenía un mensaje de Zoro desde la tarde, iba a pedirle ayuda, pero la vista se le nublo tanto que simplemente activó su mensaje de SOS, que sabía que Robin y Brook lo recibirían inmediatamente.
Se desprendió un par de botones de su camisa blanca y se echó agua en el cuello para refrescarse, cerró sus ojos y contó hasta diez, tratando de que sus feromonas se calmaran para poder regresar.
Cuando finalmente se calmó y regresó con su cita, él tipo tenía un nuevo Martini frente a Sanji y una sonrisa comemierda que solo pedía recibir una patada en la boca, pero cuando estaba por hacerlo, una nueva ola de calor lo recorrió por completo, haciendo que apoyara su cabeza sobre la barra.
—¿Está bien?
—¿Seguirá haciéndose el inocente? —protestó Sanji en medio de un quejido.
—Claro que no —respondió el alfa, activando sus feromonas que paralizaron completamente a Sanji—, todo será más fácil si coopera conmigo.
Sanji no era una persona débil, su omega dominante hacía que nunca perdiera el buen juicio durante su celo, pero esto era totalmente nuevo para él, nunca había sucumbido a las feromonas de un alfa, pero la esencia a cardamomo que lo estaba rodeando le generaba tal repulsión que lo debilitaba.
El alfa pagó la cuenta y luego, ayudó a Sanji a ponerse de pie. No sabía bien a donde se dirigían, pero se alegraba dentro de todo, de que su teléfono celular estuviera en su bolsillo, Brook llegaría tiempo, confiaba plenamente en él.
Como era de esperarse en estos casos, el tipo tenía todo completamente planeado. Afuera los esperaba un auto que los llevó hasta un motel cercano, entraron por la puerta trasera, como la gente reconocida que eran, y fueron directo a una habitación reservada.
El alfa dejó a Sanji sobre la cama y empezó a quitarse la chaqueta para revolearla en algún lado del lugar.
—No sabe cuánto tiempo he esperado por esto —se lamió los labios, mientras aspiraba con profundidad el aroma a brisa marina que llenaba la habitación—. Poner mis manos, y mi boca, sobre el platillo más apetecible de su restaurante.
—Si me toca, lo mataré —dijo Sanji, tratando de mantenerse consciente—. Se lo juro.
—Lo siento, moriré feliz entonces —se acercó a Sanji poniéndose entre sus piernas—, porque tocaré y mucho. No puedo esperar a verle retorcerse debajo de mí, que me pida más y dejar mi huella en su piel.
Sanji se movió dándole una patada, pero el alfa lo tomó como un desafío, se acercó a Sanji de forma avasallante y le abrió la camisa con fuerza, mandando a volar los botones, mientras apegaba su nariz a su cuello y aspiraba su aroma.
Sanji cerró los ojos, aspiró profundo y juntó toda la fuerza que le quedaba en sus piernas, cuando sintió que el alfa apoyaba sus dientes sobre su pie, fue suficiente. Elevó sus pies y lo pateó con todas sus fuerzas, haciendo que se estrellara contra la pared detrás de él.
Agitado, salió de la cama, pero poco pudo moverse, se arrastró para quedarse en el rincón de la habitación, esperando que el tipo no despertara hasta que llegara Brook.
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[Paparazzi Deluxe: #EscándaloGastronómico.
“Una fuente cercana nos ha confirmado que el reconocido crítico gastronómico «Le goût» habría sido ingresado en Urgencia de una clínica privada de la ciudad, después de que fuera atacado por un omega, también del sector gastronómico, en el motel. Según los rumores, se cree que el Omega no estaba en sus sentidos y se está indagando sobre el posible uso de drogas ilegales”]
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El aroma a bosque se mezcla muy bien con la brisa marina. ¿No crees?
Recordó una frase que el viejo Zeff le había dicho una vez, después de que Sanji y Zoro habían tenido una pelea y habían dejado escapar demasiadas feromonas en la casa del rubio.
Y sí, era agradable, pero eso nunca se lo diría a Zoro, antes muerto que admitir que había algo en el olor a bosque, a tierra húmeda, musgo que lo podía tranquilizar. Y como nunca lo había dicho, no esperaba ver a Zoro cuando abriera los ojos en el hospital. Tampoco esperaba que estuviera a cargo de su terapia de feromonas para poder tranquilizarlo.
Zoro a veces era una caja de sorpresas, nunca sabía conque iba a salir, con que estupidez iba a sorprenderlo; pero ahora, viéndolo tan decidido a ayudarlo, a darle finalmente un hijo, algo dentro de su pecho se inquietó lo suficiente para que sus feromonas se filtraran de su cuerpo sin permiso, rodeando a Zoro.
—Supongo que eso es un sí —dijo, dándose cuenta de cómo el aroma de Sanji lo había envuelto de forma cálida.
—Zoro, yo…
—Shh —lo silenció, apoyando su dedo sobre los labios de Sanji, haciendo que éste se sobresaltara al sentir su tacto—. ¿Qué?
—¿Qué le pasó a tu mano? —dijo el rubio, tomándola con su mano libre para ver el vendaje.
—Una de mis estupideces —dijo con una sonrisa, mientras se separaba de su amigo—. Voy a ir a buscar a la doctora.
Sanji observó como Zoro se iba con una sensación de perdida, pero no pudo hondar mucho en el asunto, porque Robin entró rápidamente, algo agitada por la preocupación.
—¿Realmente estás bien?
—Lo estoy, gracias a ambos —dijo con una sonrisa, mientras Brook acomodaba la cama para que Sanji pudiera estar sentado.
—No debí dejarte solo —se lamentó Brook, pero Sanji lo calmó, diciéndole que todo iba a estar bien.
—¿Hay repercusiones? —preguntó cuando su guardaespaldas finalmente dejó de echarse la culpa.
—Sí —informó Robin, entregándole una Tablet—. Un portal publicó que el Crítico gastronómico Le goût fue ingresado a urgencias después de haber sido atacado por un omega en un motel.
—¿Lo asocian a mí? —consultó, mientras revisaba la nota en el portal.
—Por suerte, hay varios omegas dentro del rubro gastronómico, por lo que me encargué de hablar con Morgans antes de que se filtre tu información.
—¿Y podemos confiar en él?
—Le ofrecí reservas exclusivas a precio costo para sus reuniones —informó la mujer, sacando su teléfono celular, para mostrarle la conversación que mantuvieron—. Como verás, dijo en sus propias palabras que sabe lo que es vivir como Omega Dominante en un mundo de Alfas.
—Por las dudas, comunícate con Drake, por si hay que demandar —le encargó, Robin afirmó recuperando ambos dispositivos, justo cuando la puerta se abrió de golpe, mostrando a la doctora frente a los tres.
—Sabía que te iba a encontrar trabajando —protestó la doctora, haciendo que Sanji simplemente se ría de manera nerviosa, detrás de la doctora, también ingresó Zoro—. Retírense —le pidió a Robin y a Brook—, tengo que revisar al paciente.
—Zoro, ¿viene con nosotros? —preguntó Brook, señalando la puerta—. Iremos por algo para comer.
—Él se queda —contestó la doctora, indicándole la silla al alfa para que se sentara. Éste solo se encogió de hombros mientras obedecía.
—Lo siento, Brook —dijo, y se sentó mirando a Sanji donde le pidió la doctora. En cuanto se quedaron solos los tres, la doctora pasó a examinar a Sanji. Zoro esperaba pacientemente a que Kureha trabajara, sabía que era una mujer de pocas pulgas—. ¿Está todo bien? —preguntó cuando terminó, al ver la sonrisa de la mujer, parece que mejor de lo que ella esperaba.
—Los niveles de feromonas de Sanji están más estables de lo que esperaba, has hecho un buen trabajo, Musguito. Esto facilitará mucho las cosas a partir de ahora para los planes.
—¿A qué te refieres? —preguntó Sanji, confundido, por como la doctora hablaba más con Zoro que con él, que era el internado.
—Zoro aceptó ser tu alfa para el tema del embarazo —lo señaló con el pulgar—. Que las terapias con sus feromonas hayan tenido tal éxito en menos de una hora, es que son bastante compatibles.
—Oh —fue todo lo que Zoro pudo pronunciar, mientras que Sanji se sentía completamente avergonzado.
—Aun no dije que aceptaba.
—¿Cómo que no, Curly? —protestó Zoro, cambiando su naturaleza relajada a una completamente embravecido—. Es un tema que ya está zanjado.
—Nada está zanjado, Marimo —respondió, sin mirarlo—. Hay muchas cosas que ver antes, sobre todo con lo que no quieres hijos, y si tenemos uno nosotros, estarás involucrado en su vida de una u otra forma, ¿o acaso vas a dejar de hablarme en cuanto nazca? —cuando la mirada azul del rubio se fijó en la suya, Zoro entendió el punto que a Sanji le molestaba, que, en todo caso, es un punto que estaba pasando por alto.
—Siempre puedo ser el tío buena onda —comentó tratando de sonar chistoso, pero solo se ganó una sensación amarga proveniente de las feromonas de Sanji—. Ya, perdón, pero son cosas que se pueden ir viendo como lo resolvemos.
—Creo que los dejaré terminar de conversar, me avisan cuando se decidan —se excusó la doctora, pero antes de salir miró a Sanji fijamente—. Piénsalo bien, realmente Zoro es una buena opción para ti, en el estado que estás.
—¡Doctora! —exclamó, completamente avergonzado, pero la mujer solo se río.
—Tu amigo ya sabe todo, así que los dejaré conversar.
[Kureha: No me pagan lo suficiente…]
Ambos se quedaron en quedaron un momento en silencio, hasta que Sanji suspiró y miró nuevamente a su amigo, quien se había sentado en la silla cerca de su cama.
—¿Qué tanto te contó la doctora?
—Todo —respondió, mirándose la mano vendada—. Que por la desnutrición que tuviste de cachorro, estás teniendo un problema con tus ciclos actuales y que por eso has estado actuando de esa forma. Porque las opciones para tener una familia propia, como deseaste alguna vez, se están acabando.
—No quiero tu lastima, Zoro —le dijo, negando con la cabeza—. Lo que menos quiero, es tener un hijo porque me tienes lastima, no podría mirarlo a la cara.
—No es lastima, Sanji —el uso de su nombre, hizo que el rubio lo volviera a mirar—. De hecho, el mismo día que me lo contaste, cuando dijiste que yo era la mejor opción, lástima que era tu amigo, no he podido dejar de pensar en esto. ¡Hice hasta gráficos!
Sanji no pudo evitar reír ante esto, porque claramente se podía imaginar al robusto alfa, viendo gráficos de barras o de torta, con distintos escenarios.
—No es para reírse —protestó—. De hecho, ayer hablé con un conocido del gimnasio que es profesor de Responsabilidad Reproductiva, fue una charla muy interesante, y más me dio ganas de ayudarte con todo esto. ¿Recuerdas el mensaje que te envié ayer? —Sanji tiene un breve recuerdo de haberlo leído, ¿quería hablar con él? ¿Era eso? —. Cuando te envíe ese mensaje yo ya estaba decidido, esto que te pasó solo avivó más mi convicción de que tengo que hacerlo yo.
—Tengo miedo de que luego te sientas mal —confesó el rubio, bajando la mirada a sus manos juntos en su regazo—. Eres la única familia que me queda cerca, no quiero perderte por esto.
Zoro acercó la silla y puso su mano sobre las de Sanji.
—También eres la única familia que tengo cerca, aunque seas super mandón la mayor parte del tiempo, no quiero una vida sin ti.
—Zoro… —dijo con los ojos llenos de lágrimas—, realmente, ¿estás seguro de esto?
—Sí, Sanji, estoy completamente seguro de esto —afirmó, apretándole levemente las manos—. Si quieres sentirte seguro, tú también, de que no te pediré nada después, podemos hacer un contrato.
—¿Un contrato?
—Sí, como si fuera un servicio —le comentó—. Dónde renuncio a todos mis deberes de padre, a tu favor, y tú te comprometes a que no me obligarás a participar en la crianza del niño, más allá del tío que lo va a malcriar. ¿Qué te parece?
—¿Puedo pensarlo un poco más?
—Claro —afirmó, separándose un poco, liberando el agarre de las manos del omega—. Solo que no te demores mucho, mi ciclo será dentro de diez días, más o menos.
—¿Para tu cumpleaños?
—Sí —respondió sin mucha relevancia—, sabes que no me gusta festejarlo de todos modos.
—Eso significa que nosotros… —exclamó, con la voz entrecortada, Zoro lo miró confundido, frunciendo el ceño—… nosotros…
—¿Sí? —dijo, confundido del actuar de Sanji—. Es la forma más fácil y rápida —le explicó—. Por lo que me comentaron unos compañeros, con cinco minutos es suficiente para dejar embarazada a tu pareja.
Ahora el que miraba al otro confundido era Sanji a Zoro, ¿cinco minutos? ¿Acaso era precoz? Oh, bueno, eso explicaría porque siendo un Alfa Dominante con buen físico estaba soltero, y nunca le había conocido una pareja en los veinte años que llevaban de amistad.
Eso sí que era un caso de estudio.
—¿Entonces? —insistió Zoro.
—Trae el contrato y después hablaremos.
Zoro se emocionó tanto que se puso de pie y abrazó a Sanji tomándolo por los hombros.
—¡Genial! —dijo tras separarse de él—. Ahora que sé que estás bien, me iré a casa y vuelvo en la tarde. ¿Quieres que te traiga algo?
—No es necesario —negó con la cabeza, mientras lo miraba con una sonrisa—. Ya has hecho mucho por mí.
—Entonces, nos vemos más rato. —Zoro se despidió con un gesto de la mano y Sanji se vio imitándolo con la suya, para luego mirársela con espanto. Él no era así con Zoro.
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Prensa Big News: Investigación llevada a cabo por la Policía de Investigaciones de Goa, alertaron del ingreso de la peligrosa sustancia FP-03 a nuestro territorio. Esta droga de uso inyectable o bebible, oriunda del North Blue, es un potenciador de celo que afecta a Omegas en edad fértil, ésta fue rechazada por la Organización de la Salud del Subgénero por el daño que causa en la salud de sus consumidores. El caso más conocido es de la Omega Lin Charlotte, llamada “Big Mom” que alargó su celo hasta los sesenta años de edad y actualmente presenta una salud deplorable…
La investigación ha puesto en la mira al científico tras la creación del fármaco, el Doctor Judge Vinsmoke…
[Más información…]
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Sanji dejó su teléfono celular a un lado tras leer la noticia, sintiendo que su estómago se contraía, buscó un tacho de basura al lado de la cama con intenciones de vomitar, pero nada salía.
—Maldición —dejó caer su cabeza contra la almohada, tapándose la mirada con el brazo—, siempre tienen que ser ellos, maldita sea.
…
Sanji durmió toda la tarde, recién cuando sintió las feromonas de Zoro invadiendo toda su habitación fue que despertó, mirando a su amigo que traía una bolsa blanca en su mano derecha, el rubio frunció el ceño, pero se sorprendió gratamente cuando observó el vaso de helado de chocolate y almendras trozadas.
Lo recibió con una sonrisa y Zoro simplemente se sentó en la silla que usó esa mañana.
—Traje el contrato —le informó Zoro, quitándose la mochila de la espalda, para sacar una carpeta azul marina que le entregó. Sanji dejó el helado a un lado para observar la carpeta—. Lo hice lo más simple posible.
Lo leyó en voz alta.
[“Yo, Roronoa Zoro, soltero, contador auditor C.I: 32.XXX.XXX, subgénero registrado como Alfa Dominante, de ahora en más DONANTE, en total uso de mis facultades, ofrezco al señor Noir Sanji, soltero, chef gastronómico C.I: 32.XXX.XXX, subgénero registrado como Omega Dominante, de ahora en más BENEFICIARIO, lo siguiente:
- Yo, en mi calidad de DONANTE, me comprometo a llevar a cabo todos los requerimientos médicos para un resultado favorable.
- Durante el tiempo que dure el intento de concepción, el BENEFICIARIO deberá vivir con el DONANTE para un mejor acoplamiento… ]
Sanji dejó de leer para mirar a Zoro.
—¿Acoplamiento?
—La doctora Kureha me informó que, si estás en mi casa y te acostumbras a mi aroma, será más fácil la concepción a la hora de mi celo.
—Entiendo —dijo, antes de volver su mirada azul al texto frente a él.
[…
- Una vez que la concepción esté finalizada, el BENEFICIARIO obtendrá todos los derechos y deberes sobre el feto.
- El DONANTE renunciará a todos sus derechos y deberes en pos del BENEFICIARIO.
- El BENEFICIARIO NO podrá obligar al DONANTE a ejercer sus obligaciones como Padre Alfa una vez finalizado el proceso de concepción.
- El DONANTE NO podrá exigir derechos sobre el feto ni sobre el cachorro neonato.
- El DONANTE NO podrá ser enjuiciado por pensión alimenticia.
- Tanto el DONANTE como el BENEFICIARIO acuerdan que este contrato es en pos de velar por los mejores intereses de ambas partes y del hijo por nacer que será engendrado entre ellos.
- Este contrato no posee un tiempo de caducidad.
- Ambos interesados establecen que este acuerdo no dañará su amistad.
En vista de todos los antecedentes entregados, juro que estoy de acuerdo con todo lo que este contrato establece…]
…
Sanji bajó la carpeta una vez que terminó de leer todo. Era un contrato simple y directo, nada de vueltas. Era un Zoro dándole la oportunidad de ser padre soltero como tanto deseaba, es un Zoro que no está pidiendo nada, pero le está dando todo a su vez. Dejó la carpeta a un lado y tomó su helado que ya se había puesto bastante blando.
—Realmente no me vas a pedir nada por hacerme este favor.
—No —negó con la cabeza—. No sé me ocurre nada la verdad.
—Si se te ocurre algo, y no es muy extraño, me lo haces saber.
—Claro —afirmó, terminando de comerse su helado—. Lo pensaré con detenimiento, entonces, ¿eso es un sí?
Sanji afirmó con la cabeza.
—Tenemos un trato, Marimo. Tenemos un trato.
Chapter 4: Cruzar la línea
Summary:
Sanji fue dado de alta y ha ido a vivir con Zoro, ¿qué saldrá de esta convivencia?
Chapter Text
Profundo Anhelo
III
"Cruzar la línea"
...
Durante casi una década, Goa estuvo bajo una extraña pandemia que evitaba que nacieran Omegas y Alfas en la región, casi todos los habitantes entre treinta y veinte años, nacidos en el East Blue, eran completamente normales. Llamados Betas.
Ese fue el motivo principal por el que sacaron distintos tipos de leyes sobre la reproducción responsable para mitigar las consecuencias de este fenómeno.
Kureha era una doctora especializada en ciclos de alfas y omegas, así que, durante ese tiempo extraño, estuvo realizando pruebas y ensayos con distintos laboratorios de la región tratando de descubrir que era lo que estaba pasando con los embarazos omegas que no generaban un subgénero.
No tuvo mucho tiempo libre a pesar de la falta de pacientes hasta que conoció a Mihawk, un omega recién llegado al país con tres niños alfas. Dos niñas y un niño. El hombre tenía un porte y una elegancia que pocas veces se veía en ese país, era muy educado, pero de pocas palabras. Estaba muy preocupado por la salud de sus cachorros.
La niña mayor de cabellos rosados tenía ocho años, de un brillante cabello rosado atado en dos coletas, ella era la única que mostraba una buena talla y peso para su edad, mientras que los otros dos eran un caso distinto, la del medio era una niña de cabellos negros azulados y el chico de cabellos verdes, eran más bajos de lo que debería para sus siete y seis años respectivamente, y estaban un par de kilos por lo bajo, aun así, tenían una apariencia avasalladora.
—Sus tres cachorros estarán muy bien. Según los exámenes de subgénero son tres alfas —le explicó con una sonrisa observando a los niños, que estaban sentado muy bien portados—. Perona no tiene ningún problema en sus exámenes, pero Kuina y Zoro necesitarán un par de suplementos para poder regular sus defensas.
—Entiendo —afirmó con la cabeza, acariciando la cabeza de ambos niños—. Ha sido duro para ellos, trataré de dar lo mejor para que se recuperen completamente.
—Cualquier cosa que necesite —tomó una de sus tarjetas y se la entregó—, no dude de contactar conmigo. Puedo ayudarlo en lo que pueda surgir con ellos.
—Muchas gracias.
Durante dos años, Kureha se enfocó en el cuidado de los pequeños alfas, en solo un año Zoro, el más pequeño pasó completamente a sus hermanas en tamaño. Era estimulante ver el crecimiento de niños alfas después de tanto tiempo, hasta que una tarde, se presentó ante ella, un alfa adulto con un pequeño en sus brazos, en clara señal de desnutrición.
—Ayúdenos, por favor —pidió el hombre y Kureha no tardó en poner manos a la obra. El pequeño de cabellos rubios no solo tenía señales de desnutrición, sino que también signos de violencia y varios hematomas en brazos, como si hubiera tenido intravenosas o extracción de sangre permanentemente.
—¿Qué rayos le ha pasado a este niño?
—Su familia lo tiro a la basura —Kureha observó como el hombre de cabellos rubios y ojos azules apretaba sus puños con mucha rabia, podía hasta olerse en las feromonas que estaba soltando—. Yo no pude quedarme quieto, lo envolví en una manta y me lo llevé muy lejos.
Kureha observó al hombre y después al niño, acarició su mejilla y le sonrió.
—¿Quieres quedarte con este hombre? —el pequeño cachorro observó al hombre con el que llegó y afirmó con la cabeza.
—Es mi salvador.
Kureha le acarició la cabeza y afirmó con la cabeza.
—Entonces, confía en mí, te ayudaré también.
Sanji, el nombre del pequeño, resultó ser un omega. Aquello preocupó mucho a Zeff, el hombre que lo había traído, pero no se arrepintió de haberlo recogido, dedicándose completamente a la recuperación del pequeño. Resultó que el hombre era un empresario gastronómico muy importante en Goa que había estado recorriendo el mundo en busca de nuevos sabores, así que recursos sobraban para que Sanji pudiera estar bien.
Kureha también presentó a Zeff con Mihawk, después de todo, Zeff era un alfa criando a un omega y Mihawk era un omega criando tres alfas. Ambos hombres encontraron una bonita amistad entre ellos, con conversaciones de crianzas, comidas y vinos.
Sus hijos también tenían una buena convivencia, Sanji se reía y se divertía con Perona y Kuina, pero con Zoro era un poco precavido, no fue recién hasta que entraron al colegio en la misma sala que empezaron a interactuar más, quizás porque Zoro lo ingresó al grupo que tenía, presentándole a Usopp, Nami y Luffy, tres betas, afectados por la extraña pandemia.
Kureha vio crecer a esos niños, sintiéndose responsable de ellos, siempre disponible para que Zeff y Mihawk pudieran cuidarlos correctamente.
Así que tenerlos ahora, veinte años después, sentados frente a ella porque decidieron tener un hijo juntos era una cosa bastante curiosa. Se preguntaba que tanto estarían disfrutando de esto sus viejos amigos, que siempre habían visto una chispa especial en ambos, aunque estos parecían ser bastantes ciegos, aún hoy día, después de tremenda declaración.
—Entonces, ¿ya puedo ser dado de alta? —preguntó Sanji, impaciente por salir del hospital, nunca ha sido de sus lugares favoritos.
—Sí, Zoro ha hecho un buen trabajo con sus feromonas —dijo la mujer con una sonrisa tan perversa que Sanji solo la miró de reojo—. Creo que no habrá problema con la concepción.
Esperaba tener alguna reacción exagerada de ambos, pero solo los vio ponerse completamente rojos a los dos.
—¿De verdad nunca pensaron del otro como un alfa u omega? —ambos negaron al mismo tiempo con la cabeza, tan cómicamente que parecía ensayado—. Ni un beso, ni una miradita, nada —volvieron a negar con la cabeza—. Admiro su fortaleza, se nota que ambos son dominantes.
—¿Ya podemos irnos? —preguntó Zoro, con la punta de las orejas rojas.
—Claro que sí —afirmó con una sonrisa, poniéndose de pie—. Vayan a hacer la tarea.
—¡Ya! —dijo Sanji completamente irritado, saliendo de la oficina de Kureha, Zoro solo se despidió con la cabeza mientras tomaba el bolso que Sanji había dejado atrás.
—Me pregunto que saldrá de todo esto… —se volvió a sentarse en su silla cuando quedo sola y se giró hacia la venta detrás de ella—. Me gustaría que sean dos bebés —dijo risueña, antes de volver hacia su escritorio para seguir atendiendo más pacientes.
…
Zoro abrió la puerta de su departamento, para luego hacerse a un lado y dejar que Sanji entrara primero. El rubio, sorprendido, adelantó sus pasos para quitarse los zapatos e ingresar al departamento, girándose hacia su amigo con una gran confusión.
Había estado un par de veces en el departamento de Zoro, era chico, una habitación, un baño y una cocina separada por una isla de la sala de estar. El típico departamento que entregaba el estado a sus trabajadores de planta para que no tuvieran que gastar en alquiler. Pero, sin dudas, no era donde se encontraban en ese momento.
Era un elegante departamento pintado de un tono gris marengo con techo y guardapolvos blancos y un brillante piso flotante. Después de pasar el pasillo de entrada, se encontró a su derecha una cocina con una encimera que abarcaba de pared a pared, un refrigerador de dos puertas y una mesa central con cuatro sillas, a la izquierda estaba el living, con una televisión de grandes pulgadas apernada a la pared y un sillón cubierto por una funda blanca en forma de L llena de cojines de tonos grisáceos.
—¿Qué pasa? —preguntó Zoro divertido ante la expresión de desconcierto de su amigo.
—¡Tú no vives aquí! —lo acusó, mientras ingresaba hacia el living y observaba la maravillosa vista a través del ventanal, tenía tan buena ubicación que se podía ver la costa de Goa.
—En realidad, no, pero sí. —le respondió, dejando la maleta de Sanji a un lado de él, para ir a pararse a su lado, y de pronto, notó como los ojos azules de su amigo estaban fijos en el balcón totalmente vacío—. Siento que tu imaginación ya le dio miles de uso a ese balcón.
—¿No te molesta si le doy mi toque? —le preguntó, abriendo el ventanal para salir al balcón—. Ya que voy a estar un par de semanas aquí.
—Adelante —dijo, como si no fuera nada importante, apoyándose sobre el borde de la barandilla del balcón, Sanji observaba los detalles encantados. Toda la pared que actuaba como protección tenía ondas caladas que daban efecto en el piso cuando entraba la luz solar entre ellas.
—¿Me dirás la verdad? —preguntó Sanji de nuevo, imitando la pose de Zoro a su lado—. ¿De dónde sacaste este lugar?
—Realmente es mío —le comentó, tras suspirar, al ver que su amigo no le creía.
—¿Y por qué vives en la caja de fósforos que te da el estado? —realmente no podía creer que Zoro teniendo un departamento tan acogedor, viviera en ese lugar tan diminuto.
—Una valiosa lección que me dejó mi padre, fue de que invirtiera en propiedades —comentó y después hizo una pausa, como si estuviera evaluando el impacto de mencionar a ese hombre.
Sanji simplemente lo miró, preocupado, mencionar a su padre adoptivo era tan doloroso para Zoro como mencionar a Zeff para él, ambos murieron en el mismo accidente de tránsito hace cinco años, cuando regresaban de la fiesta de graduación de Zoro.
Aquel accidente los marcó a ambos profundamente y también hizo que se acercaran más, aunque siempre fingían que solo estaban cerca porque eran compañeros de tragos y no les quedaba otra porque eran los únicos que quedaban en la ciudad, la verdad es que se sentían apoyados. Por eso es que Sanji lo invitaba a tomar a algún bar, por eso es que Zoro, a veces, se dejaba caer en el pent-house de Sanji con la excusa de que se había perdido y terminado ahí.
Estaba tan perdido en sus recuerdos, que no se dio cuenta de que estaba envolviendo a Zoro con sus feromonas hasta que el de cabellos verdes, lo tomó del hombro para regresarlo al lugar.
—¿Está todo bien? —le preguntó, preocupado—. De repente, empezaste a soltar feromonas.
—Sí, estoy bien, lo siento —se disculpó, colocando su mano en la nuca—. Solo que mencionaste a tu padre y… —no terminó la frase porque hizo una mueca con sus labios.
—Es difícil hablar de él, pero gracias a sus enseñanzas tengo este departamento ahora —indicó, encogiéndose de hombros, como si fuera un asunto zanjado y superado.
—¿Cuántos departamentos tienes? —consultó Sanji, ingresando hacia el living una vez más. Zoro cerró el ventanal en cuanto entró detrás de él.
—Tengo tres —le indicó con una sonrisa—. Dos los tengo con agente inmobiliario porque están en alquiler.
—O sea que tienes tres ingresos todos los meses —Zoro sonrió ante la sorpresa de Sanji, encogiéndose de hombros otra vez.
—He estudiado contabilidad y finanzas, solo he aplicado mis conocimientos.
—¿Los tienes hace mucho? —le preguntó, tomando asiento en el sillón, Zoro permaneció parado.
—De los que tengo alquilados, uno lo compre hace dos años y el otro hace un año, éste me lo entregaron hace poco, porque se mudaron dos omegas al edificio y no me gusta pasar mis celos con ellas cerca.
—¿Me vas a decir que nunca pasaste un celo acompañado?
—No —afirmó como si aquello fuera una ley fundamental—. Nunca.
Sanji se cubrió el torso con sus brazos cruzados frente a él.
—¿Voy a quitarte tu virginidad?
—No seas idiota —dijo, tomando un cojín del sillón para pegarle con él—. Dije que no paso mis celos acompañados, no que nunca haya estado con alguien.
—¿Por qué?
—Me gusta estar con alguien porque quiero, no porque mi instinto me lo pedí —respondió sentándose al lado de Sanji—. Además que, fui criado por un omega, no quiero que mi papá interrumpa su descanso eterno para venir a tirarme de las patas por no respetar lo único que siempre me pidió.
—¿Y cómo los pasas?
—Con meditación, medicina y si nada funciona —flexionó sus brazos, enseñando sus bíceps—, hago ejercicios.
—¿Con la muñeca? —completó Sanji, pero solo pudo reír cuando Zoro lo miró de mala forma— ¿Qué?
—Eres un idiota —se negó, poniéndose de pie una vez más—. La cocina tiene de todo, el refrigerador está lleno y cada habitación tiene su propio baño. Yo salgo a mi trabajo a las siete de la mañana, regresaré a eso de las seis de la tarde porque no haré horas extras.
—Perfecto —indicó, tomando un cojín para abrazarlo—. ¿Y cómo vamos a hacer…?
—¿Con respecto a mi celo? —lo miró, dejando que su malhumor por el chiste anterior se esfumara al ver a Sanji tan cohibido. Obviamente él también estaba aterrado ante la idea de cruzar esa línea con Sanji, sabía que, aunque había prometido que todo está bien, una vez que tomara el cuerpo de Sanji entre sus brazos, nada volvería hacer igual.
—Pensaba que quizás, podríamos… —apretó más el cojín entre sus brazos, por lo que Zoro volvió a acercarse a Sanji—… intentarlo antes del celo.
—¿Cómo?
—Sí —dijo, mirando a su amigo con las mejillas tan sonrojadas, que si Zoro no lo conociera como lo conoce, pensaría que realmente el virginal aquí era él—. No sabes cómo pasar un celo con un omega, entonces, ¿no sería mejor que probáramos hacerlo antes, digo, yo… —se fue encogiendo de hombros hasta que terminó pegando su cara al cojín, ¿qué diablos había dicho?
—¿De verdad quieres probar antes de mi celo? —Sanji movió el almohadón levemente para poder mirarlo entre su flequillo y afirmar.
—Sí —Zoro elevó su mirada al techo, antes de tomar el cojín que Sanji tenía en sus brazos y quitárselo— ¿Zoro?
—Siempre me haces todo tan difícil —protestó, antes de tomar al rubio de su rostro para acercárselo y poder besarlo. Ante aquello Sanji abrió enorme sus ojos por la impresión de aquel movimiento.
Zoro lo estaba besando… Zoro lo estaba besando y parecía como si quisiera arrancarle el alma con la boca… Besaba tan bien el condenado que no pudo resistir dejarse llevar; cerró los ojos y cruzó sus brazos por detrás de la nuca del alfa mientras éste lo lanzaba lentamente hacia atrás sin separar sus labios de los del rubio.
La temperatura entre ambos estaba subiendo lo suficiente como para que los pantalones de ambos se ajustaran en la zona de la entrepierna por el roce de sus cuerpos, Sanji dejó escapar su jadeo cuando la mano de Zoro se posó en su cintura, pero justo cuando estaba por arquear la espalda para darle mejor acceso, su teléfono celular los hizo detenerse, ambos se miraron sonrojados, agitados y con la mente tan completamente nublada que no pudieron evitar volver a buscar la boca del otro.
Nuevamente, el sonido del teléfono volvió a llenar el living, haciendo que Sanji finalmente quitara sus manos de la espalda de su amigo, tras darle un leve golpecito para que lo dejara ir.
—Debe ser Robin —susurró, por lo que Zoro se quitó rápidamente para que Sanji pudiera buscar su teléfono celular. Lo encontró en su bolso, lo sacó y efectivamente, era Robin.
—Puedes usar la habitación de la izquierda —le dijo Zoro, Sanji solo lo miró y afirmó con la cabeza antes de desaparecer tras la puerta de la habitación.
Zoro lo observó hasta que desapareció y se dejó caer hacia adelante en el sillón ocultando su rostro contra el cojín que Sanji había estado apretando, el olor del omega hizo aún más dura su erección, haciendo que, tras soltar un gruñido, se metiera al baño de su habitación por una ducha helada.
Y ni siquiera habían estado una hora bajo el mismo techo.
…
Sanji aspiró profundamente un par de veces para tratar de calmarse, el mismo podía sentir las feromonas de Zoro en su cuerpo, las mismas que siempre lo habían tranquilizado, ahora le generaban demasiado calor en todas partes.
Volvió a respirar profundo antes de responderle a Robin.
—Robin, querida —dijo, tratando de normalizar su voz.
«¡Sanji! Hasta que me responde» la voz de la mujer, más que enojada sonaba ansiosa.
—¿Está todo bien?
«Big News, como diría Morgans» ante aquello Sanji caminó hacia la cama y se sentó en ella
—¿Qué pasó?
«No fuiste la única víctima de ese demente, fuiste la quinta y el único que frustró su ataque»
—¿Qué?
«Drake me aconseja que presentes una demanda, ya que tenemos pruebas contundentes que lo acusan. De hecho, el caso destapó una red bastante grande, no han parado de caer grandes empresarios de distintas farmacéuticas»
Sanji apretó los labios, porque sabía a donde podría ir Robin.
«Todo gracias a Vinsmoke Reiju» Sanji se sorprendió a escuchar aquel nombre. «Es la hija mayor de Vinsmoke Judge, acaba de presentar una carpeta con pruebas de que su padre ha estado comercializando en el mercado negro la droga desde que fue prohibida.»
—Eso quiere decir…
«Acaba de ser arrestado, según las noticias del North Blue que he estado leyendo. ¿Sanji?» preguntó cuándo del silencio de ese lado de la línea se rompió con un débil sollozo «¿Está todo bien? ¿San?»
—Sí, Robin —afirmó—. Está todo mejor que nunca…
«Drake dijo que se asegurará de que Le Goût se refunda en la cárcel por lo que te hizo, pero que necesita tu autorización.»
Sanji aspiró profundamente para que las lágrimas dejaran de escaparse de sus ojos azules y retomó el habla.
—Lo llamaré para que lo haga, más ahora que nunca.
«¿Ya estás con Zoro»
—Sí, estoy en su casa —le contó—. Voy a encargarte unas cosas por mensaje para que me las traigas, quiero darle un toque mío a este lugar o me volveré loco aquí encerrado.
«¿Y cree que podrás hacerlo?» le consultó «Cuando firmaste ese acuerdo hace dos días y me pediste notariarlo, no te veía muy convencido.»
—Ya crucé la línea —respondió, dejándose caer hacia atrás, contra la cama.
«¿Cómo dices?»
—Me acabo de besar con Zoro, Robin.
«Eso fue más rápido de lo que esperaba, ¿y qué tal? ¿Crees que ahora si podrás?»
Sanji apretó sus labios, realmente, si era sincero consigo mismo, no sabía que pasaría una vez que volviera a ver a Zoro.
—Creo que veo probable que en unos meses sea papá —ante la respuesta, Robin se quedó en silencio del otro lado de la línea, antes de empezar a reírse—. ¿Robin?
«Lo siento, Sanji, es solo hace unos días parecías tan conflictuado, y hoy tan seguro.»
—Besa tan bien el condenado —se lamentó, colocando su antebrazo sobre su mirada, pero solo volvió a escuchar una risa de Robin.
«Me quedo tranquila de saber que estarás bien, yo me encargaré de todo aquí en los restaurantes, así que no te preocupes de nada.»
—Gracias por todo.
«De nada, y disfruta» agregó antes de cortar la comunicación, Sanji simplemente cerró su teléfono celular y se quedó sobre la cama un par de minutos.
Volvió a abrir su teléfono para observar las noticias, el nombre de Judge era tendencia.
Estaba lleno de noticias del ser humano más nefasto de toda su vida, trató de ignorar las fotos de ese tipo hasta que reparó en una de Reiju, su hermana había cambiado tanto, pero ese había convertido en una versión en rosa de su difunta madre.
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[Noticias North Blue:
“La toxicóloga Vinsmoke Reiju ha dado una rueda de prensa esta mañana, desde las instalaciones de Germa S.A tras la orden de arresto en contra de su padre emitida el día de ayer. La mujer de treinta y tres años se disculpó públicamente en nombre de su padre y pidió a todos que no desconfiaran de la efectividad de los medicamentes aprobados por la Organización Mundial de la Salud del Subgénero.
Horas más tardes, Germa S.A emitió un comunicado donde la junta directiva nombraron a la mayor de la dinastía Vinsmoke como nueva CEO.”]
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Sanji sintió que aquella noticia era como una bendición en medio de todo el caos que había sido toda su vida. Como si el infame Judge tuviera que joderle la vida una vez más antes de finalmente pagar todo el dañó que hizo. Pero bueno, después de todo, gracias a todos esos males, es que estaba ahora ahí, en casa de Zoro, a punto de hacer realidad uno de sus anhelos más profundos.
Abrió la puerta para buscar a Zoro con la emoción que sentía de que finalmente su padre biológico finalmente fue puesto tras las rejas, pero la escena que se encontró frente a él, le hizo cortocircuito la cabeza.
Su amigo estaba en su habitación con la puerta abierta, recién salido de la ducha, mirando su teléfono celular en la mano derecha mientras que con la izquierda se secaba el cabello. Iba descalzo, con un pantalón de chándal a la cadera y sin camisa. Sanji aspiró profundamente mientras miraba fijamente a su amigo sin parpadear.
—¿Curly? —preguntó el alfa que dejó de mirar el teléfono al notar el fuerte aroma de su compañero. Al no obtener respuesta se acercó a él, haciendo que volviera en sí—. ¿Está todo bien?
—Más que bien —respondió mirando a su amigo a los ojos, agradeciendo la misma altura que ambos poseían—. Judge fue arrestado.
—¿De verdad? —exclamó con una enorme sonrisa, cuando Sanji afirmó con la cabeza, lo abrazó con fuerza—. ¡Esto sin duda hay que festejarlo!
—Sí, hay que festejarlo —dijo, separándose un poco de Zoro para mirarlo a los ojos, el alfa se separó, pero no se alejó.
—¿Sanji?
—¿Zoro?
No sabrían decir quien se movió primero, pero sus labios se juntaron una vez más.
tsos on Chapter 2 Tue 01 Jul 2025 09:44AM UTC
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replicante4 on Chapter 2 Tue 01 Jul 2025 04:08PM UTC
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Nsosos (Guest) on Chapter 2 Wed 02 Jul 2025 05:25PM UTC
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zumix (Guest) on Chapter 2 Sun 13 Jul 2025 08:34PM UTC
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Redhoodwillalwaysbeabatkid (Guest) on Chapter 3 Thu 10 Jul 2025 03:19AM UTC
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Akiraish001 on Chapter 4 Wed 23 Jul 2025 08:16PM UTC
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