Actions

Work Header

No me dejen

Summary:

Fit nunca aprendió a amar… pero ahora, en la isla, finalmente tiene algo que siente como suyo. Y no soporta la idea de compartirlo con nadie más.

O

Fit siendo posesivo con sus seres queridos

---------------------------------------------------------------------------
Fit never learned how to love… but now, on the island, he finally has something he calls his. And the thought of sharing it with anyone else is unbearable.

Or

Fit being possesive

Los capitulos intercalaran entre ingles y español

The chapters will alternate between Spanish and English.

Notes:

Este es mi primer fanfic, no duden en dar cualquier recomendacion, lo lamento sin los personajes son ooc

Chapter Text

Durante todo mi tiempo en el 2b2t, aprendí que nada era realmente mío. Podía tener cosas, sí… pero nunca por mucho tiempo. Siempre listo para intercambiarlas, dejarlas, sacrificarlas. Era la única forma de sobrevivir. Y yo quería sobrevivir.

Así que no me encariñé con nada. Ni con objetos, ni con personas. Nunca tuve a nadie. Ni amigos, ni aliados duraderos. Estaba solo, y así era más fácil. Más seguro.

Hasta que llegamos a esta maldita isla… y nos obligaron a jugar a la familia.

La primera vez que sostuve a ese pequeño dragón con un bigote falso… no supe qué hacer. Era mío. Mi hijo. Bueno, también era de ese tal Spreen, pero él nunca estuvo. El niño era mío. Solo mío. Al principio, no entendía lo que sentía; era confuso, incómodo. Pero día tras día… empecé a amarlo. A amarlo de verdad. Y me juré que no dejaría que nada ni nadie le hiciera daño. Ramón era lo único que me importaba en esta maldita isla.

Y entonces llegó Pac…

Maldita sea, me costó. Me costó entender lo que pasaba con él. ¿Cómo podía hacerme sentir así? Me confundía, me sacaba de control, pero no podía alejarme. Y cuando por fin lo acepté… cuando al fin entendí que lo quería, que lo quería de verdad, él me correspondió. Me llamó suyo. Y por primera vez… no quise soltar a alguien.

Pero entonces me arrebataron a Ramón.

Y dolió. Dios, dolió tanto que no podía respirar. Estaba vacío. Así que cuando me di cuenta que ese chico con el que solo convivia por que ambos nos levantabamos temprano —ese tal Tubbo, se parecía tanto a mi hijo— quise... quise convencerme de que podía llenarme ese hueco con él. No era justo, lo sé. Pero lo necesitaba cerca. Necesitaba sentir que aún tenía algo.

Pero con el tiempo... dejé de verlo como un reemplazo. Empecé a verlo como lo que realmente era: un desastre con patas, impulsivo, terco pero leal. Y lo quise por eso. Lo quise como a un amigo, sí… pero también como a alguien que necesitaba cuidar. Como a un hermano menor que no sabía estarse quieto, o como a un hijo mayor que necesitaba que lo guiaran.

Despues Tubbo obtuvo su propia hija, una pequeña dragona consentida llamada Sunny. Fit se encariño con ella rapidamente especialmente despues de ver la cercania entre ella y su propio hijo, casi como si fueran hermanos, le costo encontrarle una etiqueda adecuada a la pequeña pero se prodria decir que ella era su sobrina.

Asi empeze a amar a estas personas con un amor que no entendía. Uno que aún estoy aprendiendo a sentir… pero que no puedo imaginarme perder.

Chapter 2

Notes:

This is my first fanfic

English isn't my first language, so I'm sorry if there are errors in the translation.
don't hesitate to correct me

The chapters will be like this: first the Spanish one, then the English one.

Chapter Text

During all my time on 2b2t, I learned that nothing was ever truly mine. I could have things, yes… but never for long. I was always ready to trade them, leave them, or sacrifice them. It was the only way to survive. And I wanted to survive.

So I never got attached to anything. Not to objects, not to people. I never had anyone. No friends, no lasting allies. I was alone, and that made things easier. Safer.

Until we came to this damn island… and they forced us to play family.

The first time I held that little dragon with a fake mustache… I didn’t know what to do. He was mine. My son. Well, technically he was also Spreen’s, but he was never around. The kid was mine. Only mine. At first, I didn’t understand what I was feeling; it was confusing, uncomfortable. But day by day… I started to love him. Really love him. And I swore to myself that I wouldn’t let anything or anyone hurt him. Ramón was the only thing that mattered to me on this island.

And then Pac showed up…

God, it was hard. So hard to understand what was happening with him. How could he make me feel like that? He confused me, threw me off balance, but I couldn’t stay away. And when I finally accepted it… when I finally realized I wanted him—really wanted him—he felt the same. He called me his. And for the first time… I didn’t want to let someone go.

But then they took Ramón from me.

And it hurt. God, it hurt so much I couldn’t breathe. I felt empty. So when I noticed that guy I only ever saw in the mornings—Tubbo, the one who reminded me so much of my son—I tried to convince myself he could fill that void. It wasn’t fair, I know. But I needed someone close. I needed to feel like I still had something.

But over time... I stopped seeing him as a replacement. I started to see him for what he truly was: a walking disaster—impulsive, stubborn, but loyal. And I loved him for that. I loved him like a friend, yes… but also like someone who needed to be looked after. Like a younger brother who couldn’t sit still, or an older son who still needed some guidance.

Later, Tubbo got his own daughter—a spoiled little dragon named Sunny. I grew fond of her quickly, especially after seeing how close she and Ramón became, almost like siblings. It took me a while to find the right label for her, but I guess you could say she’s my niece.

That’s how I began to love these people with a kind of love I still don’t fully understand. A love I’m still learning how to feel… but one I can’t imagine ever losing.

Chapter Text

Era un día tranquilo, lo cual era raro en la isla Quesadilla. Por eso no fue una sorpresa que sus residentes quisieran aprovecharlo. Varios padres salieron a pasear con sus hijos y, eventualmente, todos terminaron cruzándose. Aprovechando la inesperada calma, decidieron dejar que los niños jugaran juntos un rato.

Fit sentía una incomodidad que no lograba entender del todo. Hoy iba a ser un día solo para Ramón y él, como casi siempre. Pero en cuanto el niño vio a los demás, insistió en unirse. Y a Fit… nunca se le habia echo fácil negarle algo a su hijo.

Se mantuvo apartado, con la mirada fija en Ramón todo el tiempo, ignorando la conversación de los otros adultos. Sentía una constante sensacion de alerta, molestia… y algo más que no podía comprender. Una punzada vaga en el pecho que no sabía de dónde venía.

Cuando una mano se posó en su hombro, su cuerpo reaccionó por instinto, listo para atacar… hasta que una voz conocida le hablo.

—Tranquilo, amigo, solo soy yo —dijo Philza con su habitual sonrisa serena.

—Lo siento, Phil… estoy algo nervioso —respondió Fit, volviendo la vista a su hijo, que hablaba animadamente con Chayanne.

—Deberías relajarte no es comun que haya dias tan tranquilos, debes aprovecharlos —comentó Phil, sin perder el tono calmado mientras observaba a su propio hijo—. Estamos la mayoría de los adultos aquí. Te aseguro que a Ramón no le pasará nada.

Hizo una breve pausa antes de añadir, con amabilidad:
—Si te ayuda, puedo vigilarlo un rato.

Fit se volvio a tensar sintiendo una sensacion desconocida revolverse en su estomago. La oferta, aunque claramente sin mala intención, le cayó mal. No necesitaba que alguien más cuidara de su hijo. Él estaba ahí. Eso debia bastaba.

—Lo agradezco, pero… soy su padre por algo —dijo, con una sonrisa ligera que intentaba disimular la incomodidad. No era que desconfiara de Philza. Era solo que… prefería estar cerca.

Se alejó con calma sin escuchar la respuesta de Philza y llamó al niño para ofrecerle algo de comer. Tal vez solo necesitaba recordarse a sí mismo que aún era parte de todo esto. Que podía relajarse, aunque fuera un poco.
Sonrió cuando Ramón corrió hacia él con una sonrisa y animo.

—Hola, pequeño. ¿Quieres comer algo?
Pero antes de que Ramón pudiera responder, BadBoyHalo se acercó con su típica sonrisa amable.

—¡Hey, Fit! Le preparé unos postres a los niños. No te molesta si le doy uno a Ramón, ¿verdad?
Sin esperar respuesta, sacó unos muffins envueltos y le ofreció uno directamente al niño, que lo miró con ojos brillantes.

Fit apretó los puños brevemente, pero logró mantener su sonrisa.
—Claro… gracias —respondió, esforzándose por sonar natural.

Observó en silencio cómo Ramón comía con entusiasmo. Un malestar le recorría el cuerpo, como una presión en el pecho que no terminaba de irse. No sabía qué le molestaba exactamente. Bad había sido amable. Ramón estaba feliz. Todo estaba bien… ¿no?

—¿Estuvo bueno? —preguntó al verlo terminar, limpiándole unas migajas de las mejillas.
—¡Sí! ¡Bad siempre hace los mejores postres! —dijo Ramón, inocente, sin notar el peso que esas palabras dejaban en su padre.

Antes de que Fit pudiera responder algo, el niño volvió a enfocar su atención en los demás. Etoiles estaba rodeado de niños, al parecer presumiendo sobre sus habilidades. Ramón se levantó, preparado para correr hacia él, pero Fit lo sujetó por la muñeca con delicadeza.

—¿No quieres que nos vayamos ya? Podemos construir uno de tus proyectos solo tú y yo —ofreció, tratando de sonar casual.
No entendía por qué sentía esa punzada al no tener a su hijo cerca.

Su corazón se apretó cuando Ramón negó con una sonrisa. Lo soltó, viéndolo correr de vuelta hacia los demás.

La tarde pasó así. En algún momento, Fit fue arrastrado a una conversación con los adultos, pero su atención nunca se apartó del niño. Hasta que, en un breve descuido, al volver a buscarlo con la mirada, ya no lo encontro.

El panico fue inmediato. Una punzada helada que le atravesó el estómago. Se puso de pie de golpe, girando sobre sí mismo hasta que lo encontró. Estaba junto a Tubbo y Sunny, claramente molestando al adulto con bromas infantiles.

Fit los observó, el pulso aún agitado. Había algo en esa escena que no le generaba molestia si no mas bien lo calmaba.

No tuvo tiempo de pensar mucho cuando una mano tomó la suya, haciendo que su cuerpo se tensara una vez más. Giró bruscamente, pero su mirada se suavizó al instante.

Era Pac.

El brasileño le sonreía con esa calidez despreocupada que le hacía sentir que el mundo se detenía por un segundo. Fit no dijo nada. Solo dejó que su novio lo guiara mientras hablaba sobre su día, su voz suave pero alegre.

Caminaron juntos hasta el grupo, donde Tubbo había logrado calmar a los niños. Ramón y Sunny, agotados por tantas travesuras, se habian quedado dormidos.

Y entonces, lo vio.

Tubbo tenía a Sunny y a Ramón en brazos. Pero esta vez, no sintió esa punzada amarga, ni la necesidad de intervenir.

Cuando Tubbo le pasó a Ramón a Pac, Fit tampoco sintió molestia. Al contrario. Ver a Pac sosteniéndolo con tanto cuidado, como si fuera lo más preciado del mundo, le provocó mucha felicidad…

Así está bien. Solo ellos. Solo nosotros.

Los miró: Ramón dormido en brazos de Pac, Tubbo sentado cerca, dejándose caer hacia atrás con un suspiro agotado aun con la pequeña Sunny en brazos y Pac acariciando suavemente el cabello del niño mientras hablaba en voz baja con Tubbo.

Y ahí estaba él mirándolos, sintiendo una calidez en su corazon. Junto con un impulso de mantenerlos cerca, de no dejarlos ir nunca.

No sabía si asi debia sentirse el amor, pero si sabia que los quería así. Juntos. Bajo su mirada. Dentro de su alcance.

Porque si estaban con él, podía cuidarlos. Protegerlos. Y si los protegía, tal vez… tal vez podia tenerlos a su lado para siempre.

Se sentó junto a ellos, sin decir una palabra. Solo los observó. Uno por uno.

Eran suyos. Su familia

Y mientras se quedaran cerca, todo iba a estar bien.

Chapter Text

It was a nice day, which was rare on the Quesadilla Island. So it wasn’t a surprise that the residents wanted to make the most of it. Several parents went out for a walk with their children and, eventually, they all crossed paths. Taking advantage of the unexpected calm, they decided to let the kids play together for a while.

Fit felt a discomfort he couldn’t quite understand. Today was supposed to be just him and Ramón, like most days. But as soon as the boy saw the others, he insisted on joining them. And Fit… it had never been easy for him to say no to his son.

He kept his eyes locked on Ramon the whole time, barely listening to the adults chatting nearby. There was a constant pressure in his chest—unease, irritation... and something else. Something he couldn’t name. A dull, unfamiliar ache that settled just beneath his ribs.

When a hand suddenly rested on his shoulder, his body reacted instinctively, ready to strike… until a familiar voice spoke.

"Relax, mate, it’s just me," said Philza with his usual calm smile.

"Sorry, Phil… I’m just a little on edge," Fit replied, turning his gaze back to his son, who was chatting animatedly with Chayanne.

"You should try to relax. It’s not often we get days like this—you should enjoy it," Phil commented, still calm as he looked fondly at his own son. "Most of us adults are here. I promise Ramón will be fine."

He paused for a second, then added kindly:

"If it helps, I can keep an eye on him for a bit."

Something twisted in Fit’s stomach. The offer, clearly made with good intentions, didn’t sit right with him. He didn’t need anyone else looking after his son. He was heree. That should be enough.

"I appreciate it, but… I’m his father for a reason," he said, forcing a faint smile to hide his discomfort.

It wasn’t that he didn’t trust Philza. It was just that… he preferred to be close.

Without waiting for a reply, he calmly walked away and called for his son, offering him something to eat. Maybe he just needed to remind himself that he still had a place here. That he was still needed. That he could relax—at least a little.

He smiled when Ramón ran over to him with excitement in his eyes.

"Hey, little one. Want something to eat?"

But before Ramón could answer, BadBoyHalo approached with his usual cheerful smile.

"Hey, Fit! I made some snacks for the kids. You don’t mind if I give Ramón one, right?"

Without waiting for a response, he pulled out some wrapped muffins and handed one directly to the boy, who looked up at him with bright, eager eyes.

Fit clenched his fists. But he smiled.

"Sure… thanks," he said, forcing the words to sound normal.

He silently watched Ramón eat with enthusiasm. A strange discomfort crept through him, like a pressure in his chest that just wouldn’t go away. He didn’t even know why it bothered him. Bad had been nice. Ramón was happy. Everything was fine. So why did it feel so off?

"Was it good?" he asked softly as he wiped crumbs off the boy’s cheeks.

"Yeah! Bad always makes the best treats!" Ramón replied, innocent, completely unaware of the weight those words left on his father.

Before Fit could say anything else, Ramón turned his attention back to the others. Etoiles was showing off again, surrounded by an eager crowd. Ramón stood, ready to run back over—until Fit gently grabbed his wrist

"Don’t you want to go home already? We could build one of your projects—just you and me," he offered, trying to sound casual.

He didn’t understand why it hurt not to have his son close.

His heart tightened when Ramón shook his head with a smile. He let him go and watched as he ran back to the others.

The afternoon went on like that. At some point, Fit was pulled into a conversation with the other adults, but his eyes never strayed far from the boy. Until, in one brief moment of distraction, he looked up—and couldn’t find him.

Panic hit immediately. A cold jolt pierced his stomach. He stood up quickly, spinning around until he spotted him. He was with Tubbo and Sunny, clearly bothering the adult with jokes.

His heart still raced, but the tension… lessened.

Before he could process why, a warm hand slipped into his. His body tensed again—reflex—but this time, it melted just as quickly.

It was Pac.

The Brazilian smiled at him with that warm, carefree look that made the world feel like it stopped for just a second. Fit didn’t speak. He just let Pac pull him gently toward the group, talking softly about his day.

They walked together toward the group, where Tubbo had managed to calm the kids down. Ramón and Sunny, exhausted from a day full of chaos, had fallen asleep.

And then he saw it.

Tubbo sat on the grass, holding both children in his arms but now Fit didn’t feel that bitter sting in his chest, or the urge to step in.

When Tubbo passed Ramón to Pac, Fit didn’t feel irritated either. On the contrary. Seeing Pac hold him so gently, like he was the most precious thing in the world, made something warm stir in his chest…

This is good. Just them. Just us.

He looked at them: Ramón asleep in Pac’s arms. Tubbo lying back, still holding Sunny. Pac stroking Ramón’s hair while whispering something to Tubbo with a small laugh

And there he was—watching them. Feeling a strange warmth settle in his heart. Alongside an urge to keep them close. To never let them go.

He didn’t know if this was what love was supposed to feel like. But he knew he wanted them like this. Together. Under his gaze. Within his reach.

Because if they were with him, he could protect them. Keep them safe. And if he protected them, maybe—just maybe—they’d stay by his side forever.

He sat down next to them without a word. Just watching. One by one.

They were his.
His family.

And as long as they stayed close, everything would be okay.

Chapter 5

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Fit no se consideraba una persona controladora. Confiaba en Pac, su novio, más que en nadie. Sabía que nunca lo engañaría ni haría nada que pudiera lastimarlo.

Y, aun así… no podía calmar esa inquietud que se enredaba en su pecho cada vez que lo veía interactuar con Mike. Sabía que eran cercanos, que compartían una historia pero eso no hacía más fácil soportarlo.

Verlos abrazarse al saludarse, o cómo Mike pasaba un brazo por encima de los hombros de Pac mientras reían, le dejaba una presión molesta en el pecho. Esa incomodidad no se disipaba hasta que Pac regresaba a su lado.

Ahi podía volver a respirar con normalidad, aunque sin entender del todo por qué se sentía así.

Le parecía ridículo. No había una razón lógica para enfadarse pero no podía evitarlo.

...

Tubbo se ofreció a cuidar a los niños ese día, riéndose mientras bromeaba con que “el romance pegajoso que tienen ustedes los va a traumar”. Fit también se rió… aunque algo en el tono de Tubbo al decirlo lo confundio. Como si supiera algo que no le gustaba pero tampoco queria decir. Aunque eso no tenia sentido Tubbo jamas le guardaria secretos.

Aceptó de todas formas, y no le dio más vueltas al asunto… hasta que noto cómo, antes de marcharse, Tubbo le aseguria demasiado que Ramon estaria bien con él.

Pero lo que lo hizo fruncir el ceño fue escuchar a Tubbo decir a Ramom que habia otras personas dispuesto a cuidarlo y que deberia darle un poco de espacio su padre, cuando creyo que no escuchaba, otra vez noto ese tono raro en la voz de Tubbo pero decidio archivarlo en su mente para hablarlo luego.

Ahora estaba en casa, por fin tranquilo, sentado junto a Pac en el sofá. El ambiente entre ellos era cómodo. Fit se había acostumbrado a buscar el calor de su pareja, a abrazarlo cuando por fin estaban solos, a sentirlo cerca.

Todo iba bien… hasta que Pac empezó a hablar de sus planes y proyectos. Y, entre una cosa y otra, surgió el nombre de Mike otra vez.

-Han pasado mucho tiempo juntos, ¿eh? —preguntó Fit, intentando sonar indiferente.

—Bueno, casi siempre hemos estado juntos —respondió Pac, con un dejo de duda en la voz, mirándolo fijamente—. Ya es una costumbre, supongo.

Fit apretó la mandíbula y frunció el ceño. El silencio que siguió se volvió espeso entre ambos.

—¿Te molesta? —preguntó al fin Pac, haciendo que Fit se pusiera a la defensiva sorprendido por la pregunta.

—¿Qué? ¡Claro que no! Solo que... —desvió la mirada y se levantó rápidamente—. Se está haciendo tarde, mejor vamos a ver a Ramón.

—¿Qué? ¡Si ni siquiera son las cinco...! —trató de razonar Pac, pero Fit ya se había marchado.

...

Sonrio al ver a sus dos amigos acercarse, feliz de haberlos podido ayudar a tener un momento a solas. Aunque tambien estaba aliviado de verlos llegar, controlar a dos niños mientras intentaba trabajar en sus maquinas era agotador.

Alzo su brazo para saludar hasta que logro verlos mas de cerca, Fit se veia tenso.. casi molesto y Pac atras de el estaba notablemente frustrado.

- ¿Hey.. todo bien? - dijo mirando entre ambos nervioso

-Si. ¿Y Ramon? - dijo Fit de forma cortante sin mirarme

-Esta atras.. - respondi desconcertado viendo a Fit irse con rapidez hacia donde Ramon. Giro a mirar a Pac confundido y este solo solto un suspiro derrotado.

-¿Has notado algo raro en Fit? - me pregunto mirando por donde Fit se habia ido

Raro de que forma? Sabes que todos en esta isla no son exactamente normales - dijo con una sonrisa intentando aligerar el ambiente

Gracias Tubbo. Ya me tengo que ir - Tubbo se sobresalto al escuchar la voz de Fit de la nada viendolo irse otra vez con rapidez ahora con un Ramon dormido en brazos

Necesitamos hablar -dijo Pac cuando Fit ya estaba lejos mirandose serio, solo pudo asentir preocupado de lo que habia pasado entre sus dos amigos.

Notes:

Voy a tardar en subir el cap en ingles por que ando de viaje, lo siento por cualquier error en este cap