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La Búsqueda del Rey Dragón

Summary:

No podía recordar nada cuando despertó. Solo que es Park ChanYeol. Descubrir que había tenido un accidente por la pérdida del huevo dragón, heredero del pueblo de Draccoa e hijo de dos poderosas bestias que viajan en campaña militar, casi lo lleva otra vez a la inconsciencia. Por suerte, está BaekHyun, el (posible) guapo brujo y cazador que lo acompañará a recuperar el huevo robado. Y aunque todavía duda cuál es su relación, cómo acabó ahí, y qué persona es, se embarcará junto a él en la búsqueda. Es eso o morir por la furia de dos padres desesperados.

Los humanos atacan el pueblo del dragón, robaron el huevo, pero tal vez hay más allá de lo que esa simple información y la idea de un pueblo que lidia con una inmensa guerra le deja. Algo más que lo que BaekHyun le ha dicho, y por el vacío que siente en su pecho cada que lo mira, puede que descubra la verdad que ocultan esos ojos de león fiero. Todo cobrará sentido en ese viaje encubierto, listo para ver qué hay escondido en su memoria.

Chapter 1: Capítulo 1

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

La luz pegaba detrás de sus párpados. Sus ojos se movían como si quisiera despertar de un letargo, pero había algo que juntaba sus cejas sin permitirle abrirlos. En su cuerpo tenía dolor, la sensación de rocas sobre su pecho lo hundía, y al arder el interior de sus venas, no sabía si hubiera lava en su sistema o...

"No está funcionando," oyó, no escuchó bien. Por más que palabras se unieran en una oración, no podía entenderla. Su cuello se tensó, y en la búsqueda de ese algo, volteó la cabeza. A la derecha. "Creo que vamos a perderlo. Será mejor inducir el coma."

"¡No! Tiene que haber algo. Él se sacrificó, ¡no pueden...!" Izquierda. Esa voz podía oírla. Tenía un timbre conocido, como si la hubiera escuchado desde su nacimiento. ¿Era...? "ChanYeol, por favor. No lo hagas, no puedo perderte a ti. Por favor, despierta."

"Se está alterando," derecha. ¿Sabía por qué había caído en esa desgracia? ¿Qué era eso quemando en su abdomen? Los músculos de su espalda se contraían. Arriba, abajo. Tensión en los hombros, pero no había unión de sus huesos, como si todo se hubiera quebrado.

"ChanYeol."

"Si no hago algo ya, voy a perder su flama."

"¡No!" De pronto, todo se calló. Fue como caer al agua, y lo que había ardido, lo que le aplastó el pecho, quebró sus coyunturas y tensó sus músculos, flotó lejos.

Solo quedó él y un vacío. Silencio. Nada se oyó, ni una voz conocida, ningún timbre familiar. Sus orejas se llenaron de agua, y entonces, inhaló. Había abierto los ojos. Lo que lo recibió después fue un techo de seda. No era el techo de un cuarto, más bien de una cama. Podía sentir bajo su cuerpo las telas que lo cubrían, esos tonos púrpuras que chocaban con la suavidad en sus dedos. No podía ver mucho, a la altura que estaba, aun sobre un almohadón, su cabeza no veía más allá de sus piernas. Y si había una pequeña posibilidad se olvidaba por el tul caído entre cada barandal. Era un poco translúcido, así que, si de algo se daba cuenta era que 1) había luz de día, y 2) la habitación donde estaba tenía un tocador a su derecha, un clóset amplio frente a él, y un ventanal abierto a su izquierda (por algún lugar entraban aire y rayos), pero ¿qué era eso ahí en la esquina?, esa canasta o...

"Despertaste," alguien recorrió la cortina de tul antes de que él pudiera reconocer su alrededor. Sin saber dónde demonios estaba y lo que había ocurrido, ver a alguien que tampoco reconocía lo dejó estoico. Le hablaba con tanta naturalidad que se sintió mal al no identificarlo. Ese rostro blanco, de ojos caídos negros, boca pequeña, rosa, nariz boluda y pecas... ¿debía decirle algo?, no lo podía recordar, pero su cuerpo lo urgía. Tal vez era porque el hombre tenía esa figura que cualquiera envidiaba. Vestido en telas que cubrían sus brazos y colgaba una capucha sobre hombreras y amarres de cuero no mostraba más que un cuerpo esbelto, pero los pantalones abrazaban bien sus piernas y le hacían notar cuánto querría alguien morirse entre esa piel, asfixiado por ellas. ChanYeol lo debía saber, a él le gustaría, ¿estaba bien calentarse por un sujeto que no le sonaba de una? "Finalmente, después de dos días."

"¿Dos...?" Lo rasposa que se oyó su voz coincidió con lo que había dicho. Alguien que había estado durmiendo por dos días—sin agua o comida que le llegase de manera natural—, debía despertar con voz ronca. Más de lo usual. ChanYeol sabía que su voz era grave, no de esa forma. Él sonaba como alguien que te diría todo lo que podías tragar en la cama al oído, no como ese viejito cascarrabias que había fumado desde su juventud hasta los sesenta, o la del sujeto frente a él, poco más suave y aguda. En cualquier caso, el individuo como los mil infiernos lo atendió. Se fue a un buró—que no había visto de junto—, y le sirvió un vaso con agua, antes de sentarlo y hacerle beber de a poquito.

"Despacio. No quieres terminar ahogándote," chistoso que lo dijera. Hasta hace un minuto se había sentido de esa forma. Por más que no vino ese ahogo, la parte de flotar debajo del agua pasó. Y le hizo recordar la más obvia pregunta: ¿qué demonios había ocurrido? ¿Dónde estaba y quién era ese sujeto que olía a gardenia y fuego? "Ya. ¿Te sientes mejor? ¿Puedes hablar, decir algo?"

La verdad, podía. El problema era que ahora no sabía qué decir. Había como mil y un dudas en su cabeza, y el amontonamiento de ellas le quitaba todas. ChanYeol solo se podía fijar en el contrario. Por su ropa parecía que iba de caza. No se perdió de los guantes de cuero que también traía, como si usara algún arma que los requiriese o... ¿era esa una pista de quién era? ¿Un cazador?

"¿En qué piensas?" El sujeto le volvió a preguntar. Tal vez se notaba que lo hacía mucho, ¿le estaría saliendo humo de las orejas? ChanYeol nunca lo podía ocultar, sus orejas eran grandes, amplias. No como las del (posible) cazador, eran grandes, pero iban pegadas a su rostro ovalado. Las suyas estaban despegadas, curveadas, y aunque las había intentado disimular en más de una ocasión con su cabello lacio a la altura del mentón, nunca se perdían. Eran su don, su maldición, todos veían sus emociones por ellas. "¿Quieres compartirme tus pensamientos, ChanYeol?"

"¿Cómo sabes mi nombre?" Eso fue lo primero que salió de sus labios, al menos desde el primer intento fallido. Entonces, el individuo se alejó notoriamente. No para dar un paso atrás, sí para enderezarse, y si no había distancia emocional la había obtenido. Algo no le gustó de eso. Por supuesto, era lo mejor, no conocía a ese sujeto, ¿por qué permitiría que se le acercara tanto?

"JongDae tenía razón. Sabía que era una posibilidad, pero ¿en serio...?" Ese nombre que el otro dijo tampoco le vino a la cabeza. La verdad, si ChanYeol sabía algo, solo era su nombre y que estaba ahí existiendo. Nada más. No sabía por qué la sorpresa del otro. El tono de terror se la dijo. ¿Qué era tan importante de él para que lo viera así? "¿No me recuerdas?"

"Yo..." ser honesto se sintió mal. ChanYeol sentía que iba a quebrar a ese sujeto de verbalizarlo. Pensarlo era una cosa, decirlo... "Lo siento."

Fue todo. ¿Por qué se disculpó? No estaba seguro. Quizá era lo que necesitaba, al menos así no se quebraba tanto. Error. El sujeto caliente se alejó, ahora sí le dio la espalda, y cuando llegó al tocador, se recargó como si cargara con todo el mundo en sus hombros. ¿Se podía detallar lo bien que se miraba su cintura? La tela de su camisa era larga, pero fajada a su pantalón la enmarcaba bien. Él no debería pensar así, no cuando el otro tenía su momento.

"¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer ahora? Estás vivo, pero tu maldita cabeza..." se cortó antes de decir más, él solo bajó la mirada. Definitivamente no debía mirar al sujeto con lascivia, no en esa situación. No sabía quién era ni cómo se relacionaban, se sentía fatal hacerlo desde tal perspectiva. En cambio, abajo, miró su propio cuerpo. No estaba mal, como que en su memoria difusa sabía que había tenido entrenamiento, no se podía esperar nada más que un cuerpo moldeado. De anchos hombros y gran altura era el prototipo de hombre por el que otros rogaban se quitara la camisa. No usaba una hoy, su abdomen y pecho bronceado estaban (casi) al descubierto (si no hubiera vendajes a través de sus hombros, cuello y panza). "¿Qué voy a hacer? Si te hicieron esto y se llevaron el huevo..."

"¿Huevo?" Esa fue su siguiente pregunta. Cuando la dijo, de inmediato hubo una reacción. El cazador se volteó. Lo miró a los ojos en ese rojo vivo que no traía lágrimas, pero estaban a dos de tirarlas, antes de acercarse en tres pasos. "¿Quiénes me hicieron...?"

"¿Puedes recordar, ChanYeol? El huevo. ¿Recuerdas cómo se lo llevaron, las personas que lo...?" Frunció, no podía conjurar nada de eso. Su respuesta debió ser tan obvia, el otro ya no le dijo más. Suspiró y enredó sus dedos en su corto cabello lacio. "Tampoco recuerdas eso."

"¿Qué demonios pasó? ¿Dónde estoy, quién putas eres y por qué me insistes con un huevo?" Tuvo que ser directo, ya estaba harto de caminar de puntillas. Una disculpa si eso le afectaba al otro, por más guapo que fuera, ChanYeol no podía seguir callándolo todo. Quería saber, y si él le podía explicar al menos una cosa...

"¿Por qué no me dijiste que había despertado?" Una tercera voz se oyó en la sala, con puerta abierta contraria al ventanal, no faltó mucho para que pronto otra figura se apareciera en su visión. No era para nada como el cazador, si en algo se parecían era en su estatura. Ninguno debía medir más del 1.75, casi quince centímetros por debajo de la suya. El recién entrado también tenía piel blanca, pero a diferencia del cazador, se veía agrietada. Los lentes caídos en su nariz recta engrandecían los ojos delineados en punta, de la misma forma que acababa su boca gruesa y pequeña. No vestía como un cazador, por su bata gris más bien le parecía... "¿No te dije que me avisaras? ¿Quién es el doctor aquí, ah? ¿Crees que mi título está empolvándose de a gratis?"

"No recuerda nada. Dice que no sabe quién soy, tampoco del huevo. No creo que pueda recordar el accidente, y no..." el sujeto le soltó en seguida. Con el temblor de su boca, ChanYeol no se esperó más que una reacción insólita. El doctor lo estaba viendo, a él, al cazador, con ojos amplios bajo el marco redondo de su armazón dorado. ¿No olía a tierra mojada? "No sé qué hacer, JongDae, ayuda."

"Te dije que era una posibilidad. Después de lo que le pasó..." sacudió la cabeza. Entonces, JongDae, doctor o como se quisiera llamar, se acercó a su lado, dejó al otro atrás para tomarle la muñeca, misma que presionó con dos dedos. "ChanYeol, ¿recuerdas quién soy, qué es lo que haces aquí o cómo ocurrió esto?"

Si lo hiciera, tal vez no estaría observando todo en ese mutismo. Ya debía saber lo que contestaría. El doctor suspiró, antes de voltearse al cazador.

"Tiene buenos signos. Parece que se recuperó pronto, no muestra dolor y tampoco huesos rotos. Considerando que ya se puede sentar..." dijo sobre una miradita. Bueno, se había sentado porque el sujeto caliente lo llevó a esa posición cuando le dio agua. Tampoco sentía un hueso roto, pero sí había algo molestándole el pecho, ¿debería comentar ese vacío en su interior? ¿Como si le hubieran sacado algo o...? "Creo que está en buenas condiciones."

"¿Y por qué no me recuerda? Míralo, está ahí, postrado como un vegetal."

"Oigan..."

"No está como un vegetal, se puede mover y también habla, reacciona. Ya es un avance, si piensas lo que le pasó."

"No me sirve que pueda hablar, moverse o hasta brincar si no tiene nada en la cabeza."

"Oye," reclamó igual que antes, ninguno lo oyó. Los dos enanos siguieron su charla.

"Era lo esperado. Debimos inducirlo a un coma. Si me hubieras dejado trabajar, en lugar de ponerte a gritar ese día..."

"¿Qué querías que hiciera? ¡Nos atacaron! Y haber visto cómo se caía y se llevaban a mi maldito—"

"¿Alguien me va a explicar qué pasó?" ChanYeol finalmente habló con suficiente autoridad para que ambos hombres lo miraran. En especial, el cazador lo hizo. Su mirada tenía esa intensidad, como una mamá leona que cuidaba a su cría. No sabía por qué la comparación, ChanYeol solo entendía que lo era. Detestaba haber sido interrumpido, más verlo a él y no tenerle palabras. "No sé dónde esté ni quiénes putas sean. Si esto fue por algún accidente y estoy ahora en un sanatorio, al menos desearía que alguien me dijera algo. Ya no quiero seguir escuchando cómo se quejan. Bien, perdí la memoria, y no sé qué signifique eso, porque ¡vaya!, no lo recuerdo. Pero si alguien me pudiera aclarar para que al menos tenga idea de por qué están a una de hacer una rabieta, lo agradecería."

Por segundos, no hubo nada. ChanYeol esperó, mas, ninguno le pudo contestar, y como si eso fuera una señal, se molestó. Tal vez debería salir de ahí, podía estar en el lugar y con la gente inadecuada.

"Articula mejor de lo que se esperaría de una persona que estuvo fuera por dos días," el doctor acabó diciendo, nada que le sirviera. Con la desesperación del cazador casi para cantarle las cuarenta, ChanYeol se paró. O al menos lo intentó, sus piernas no le funcionaron bien, se sentían entumecidas. Dos días sin movimiento provocaban eso. Las pudo sacar debajo de las sábanas con ayuda de sus manos (esas sí servían, igual que su voz). El hormigueo en las plantas lo detuvo de dar un paso. Le subió por toda la pierna. "Espera, ChanYeol, todavía no estás para un paseo. Te rompiste las piernas..."

"Pues, ahora creo que estoy mejor. ¿No que no tenía huesos rotos?" Reclamó, ciertamente sentía hormigueo, pero era como cuando te daba un calambre o un músculo se dormía. Nada de huesos rotos, y por alguna razón, ChanYeol sí recordaba cómo se sentía eso.

"No puedo. Yo solo..." señor cazador guapo negó al segundo. Después, abandonó el cuarto. Con la puerta abierta, hizo su triunfal salida. Adiós al perfume de gardenias. Diablos, a ChanYeol le gustaba.

"¡BaekHyun!" Un nombre, finalmente el cazador tenía uno, ¿le sonaba de algo? No, ni un toque. ChanYeol no sabía quién era. Estaba en blanco. "ChanYeol, espera aquí, por favor, no te muevas. No sabemos cómo puedes reaccionar, solo... espera."

¿Qué más podía hacer? Estaba perdido. Tal vez se podía escapar y salir de ahí para irse lejos. No les debía nada. ¿Le salvaron la vida? Quizá. ¿Lo hicieron a conveniencia? ChanYeol no lo sabía, si esa era una trampa, estaba siendo una muy mala. Y ver cuánto le dejaban la puerta abierta debería decirle por qué no había razón de escaparse, si le hizo caso al doctor fue más por la intriga. De verdad que no sabía qué ocurrió. No se podía ir sin obtener una respuesta. ¿A dónde se iba? Tampoco tenía ideas. No recordaba dónde vivía, quién era ni de qué trabajaba, solo sabía que era Park ChanYeol, un hombre alto, musculoso, de orejas grandes y ojos amplios, entrenado para... sabría el mundo, no había nada más. No tenía modo de irse. Le faltaba algo, y no eran solo sus pantalones, aunque no traía, en ese short, todo vendado, ChanYeol sentía desde su pecho que no había forma de que se fuera. No si no le decían qué había pasado. Tal vez solo así podía quitarse lo que dentro le hacía falta.

Sobó su pecho. ¿Qué era ese pinchazo? Presente o no, al menos se dijo que podía mirar a su alrededor. Intentó otra vez levantarse para hacerlo. No fue tan molesto el hormigueo como antes. Podía tener una gran habilidad de curación, mas, no lo pensó tanto. De pasos lentos que se volvieron naturales, llegó al primer mueble a su izquierda. El tocador se veía repleto, a alguien le gustaba mucho maquillarse. Polvos de todos los tipos, flores para color en los ojos, pínceles y tinta negra, roja, azul... azul era un color importante. ChanYeol lo tenía al fondo de su cabeza, ¿por qué? Agh, su maldita amnesia, hasta olvidaba lo básico. Frente a él, no podía ver el interior del clóset, ambas puertas de madera estaban cerradas, había un ligero olor que todo el cuarto desprendía. Aparte del suyo, claro, de ese polen primaveral o las gardenias que dejó el tipo y la tierra mojada. Olía a talco, como a esencias suaves. Parado, apenas veía que junto al clóset también había otra puerta. Era distinta a la salida, no veía afuera nada más que una pared beige igual a la de su interior y los pisos gris. La puerta estaba cerrada, solo madera y una chapa dorada, abrirla no parecía difícil, pero no se sentía bien espiar, incluso con su pérdida de memoria. ¿Y si estaba en la habitación de alguien? La puerta tenía un diseño particular, igual que la de la salida y el ventanal, tenía muchos hechos a mano. ¿Eran esos dragones volando...?

Ahora que lo miraba un poco mejor, las paredes no estaban desnudas. Quizá lo ignoró porque no era muy experto en el arte, mas, cada pintura que colgaba como pergamino en vertical mostraba una historia. Había un dragón azul marino, de grandes alas en su cuerpo robusto y rostro puntiagudo. Cuidaba un pueblo detrás de él, se veía feroz, por los dientes o el humo en sus fosas, denotaba poder y elegancia en el agua. Nada como el dragón a su lado en tierra, ese negro y dorado, aunque se notaba de gran fuerza y parecía más grande que el azul de junto, la elegancia se perdía en sus atributos. Era pura roca, afilada, desde su nariz puntiaguda, su rostro lleno de picos y tenía unos ojos que lo podían perforar, igual que a esas criaturas en sus garras, descuartizadas. ¿Por qué verlo así no le daba miedo?

«Los dragones son de verdad», claro, eso lo sabía, en su mundo existían tales bestias y gobernaban tierras. No había perdido lo más obvio, eran reyes, igual que los elfos, las hadas, tritones, sirenas y humanos. «Los humanos...». Pensar en ellos le tomó un segundo. Había de dos: humanos que vivían bajo el poder de un dragón y humanos que no, que tenían su tierra y no se relacionaban con la magia. La detestaban. Ya que podía recordarlo... ¿no había pocos dragones en existencia?

Se volteó para mirar atrás. Vio esa especie de canasta elevada por dos patas, cubierta de telas azules y blancas. Le llamó de algún modo. ¿Acaso era...?

"Te voy a sacar de aquí ahora," ChanYeol regresó a la puerta. El chico caliente o BaekHyun había vuelto, fue el mismo que dijo aquello como si tuviera alguna lógica, y se le acercó antes de tomar tantas prendas del clóset cerrado, sin importarle que él estuviese fuera de la cama. Al menos ya sabía que sí había ropa detrás de esa puerta, ¿podía contener algo de su tamaño? Aún no sabía dónde estaba ni de quién era ese cuarto. "No pienso quedarme así ni un segundo más."

"BaekHyun, espera," el doctor reapareció al segundo, apresurado mientras BaekHyun sacaba ropa, él solo observó. Toda la fue poniendo sobre otra tela roja, misma que perdió debajo. La puerta del cuarto se cerró, otra vez quedaron ellos tres juntos. "Sabes que es una trampa. Si ustedes se van y buscan lo que ellos desean..."

"¿Qué? ¿Debería quedarme mejor aquí de brazos cruzados?" BaekHyun le devolvió, esa fiereza de león se reanimó en su tono y a ChanYeol le gustó mucho. Tal vez BaekHyun y él no tuvieran nada en común, eran dos polos opuestos: blanco, negro, alto, pequeño, delgado y robusto, pero era su tipo, si podía le encantaría probar un poco de eso. "No pienso hacerlo más, ya pasaron dos días. Antes me quedé parado y mira cómo terminaron las cosas," lo señaló, acto seguido, BaekHyun lo observó al decirle directo: "Ponte ropa, vamos ahora mismo a buscar el huevo."

"BaekHyun..."

"¿Qué clase de huevo estamos buscando?" Él preguntó, no quiso decirle que no a esa fiera. En su lugar, hacerle caso salió natural. De la ropa en la cama, tomó un pantalón negro, parecía su talla. Largo y bombacho como quería, bueno para no rozarle vendas y ayudarlo a ignorar el hormigueo.

"Un huevo de dragón. Se robaron el huevo heredero," eso sí lo dejó pasmado, quieto al ponerse la camiseta. Miró a BaekHyun como si esa no fuera una gran bomba. "Tú y yo fuimos contratados por los reyes dragón para cuidar su huevo, y ahora nos lo robaron en nuestras caras."

"BaekHyun..." JongDae urgió, ChanYeol no le hizo caso. No vio la razón de estar molestando a BaekHyun cuando al fin alguien le decía algo.

"Entonces, ¿fallamos?"

"No si podemos recuperarlo. Hay que hacerlo antes de que el rey dragón regrese de la guerra, y peor, antes de que su madre se dé cuenta de que no está en casa," ChanYeol asintió, sí, la verdad no se quería enfrentar con la furia de una mamá dragona. Si la leona era de temer, una dragón... "Tenemos tiempo. Cinco días a lo mucho. Hay que partir ahora mismo."

"BaekHyun, pero los humanos—"

"KyungSoo está ocupado con ellos," BaekHyun siguió, de vuelta al doctor. ChanYeol no miró mientras amarraba los listones en su camisa entrecruzada. Debía cambiarse las vendas en algún punto, o quitárselas, lo que dijera el doctor. En cualquier caso, el doctor estaba ocupado, hablaba con BaekHyun y él lo oía poco (si habían dicho otro nombre irreconocible, cómo interferir, no podía ser parte de esa plática). Lo que sí fue cómo BaekHyun sacó un arco y carcaj que embrujó igual que la tela roja. «Wow», ¿BaekHyun tenía magia? Bueno, no lo sabía o no lo recordaba. De dos dedos había lanzado un brillo azul al carcaj para darle flechas y la tela debajo la empequeñeció junto a toda la ropa que lanzó sobre ella. Ahora no era más que una bolsa que se colgó en su cinturón igual que el arco, este sobre el hombro, ella en el cinturón junto a una daga. «Brujo y cazador», sí, ChanYeol se estaba haciendo una idea del chico. Él también quería armas, ¿podía pedir alguna? "Su campaña los retiene en el límite de Aluxia," Aluxia, ChanYeol lo recordaba, ese nombre de ciudad pronunciado como alushia estaba al sur. No había más en su memoria, al menos no de lo que hablaba BaekHyun. "Si nos apresuramos, ChanYeol y yo podremos obtener de vuelta el huevo y volver antes de que ellos se acerquen."

"¿Qué pasa si descubren que se han ido? ¿No ves que es lo que quieren? Ustedes son los protectores, sin los dragones y las campañas allá afuera..." JongDae insistió, BaekHyun le lanzó a él unas botas, por suerte, ChanYeol las atrapó. Vaya delicadeza para quien acababa de despertarse de una muerte segura. "Van a atacar en cualquier momento. Ellos saben lo que están haciendo, se robaron el huevo por una cosa, y si ustedes lo buscan—"

"Preferiría morir antes de dejar que esa gente se salga con la suya. No voy a dejar que sigan con el huevo otro día. Era mi responsabilidad, mi..." BaekHyun se cortó, ChanYeol solo lo miró bajo su flequillo. Suponía que también era la suya, por algo que lo viera. "Cinco días. Nos vamos una semana a buscarlo, si lo encontramos antes, volvemos. Si no, prepárate para la guerra. Va a arder el mismo infierno."

"BaekHyun, pero..." JongDae se movió frente a la puerta. Por sus pasos, ya debía saber hacia dónde iban, y se los impidió. Ninguno de los dos pasó, ChanYeol menos. Aunque ya podía caminar, no creía estar en condiciones de dar batalla. Pequeño o no, JongDae le era un buen contrincante, y si no tenía un arma... "Espera, solo... si van a irse, al menos déjame darte algo."

JongDae buscó en su bolsa, tenía una similar a la de BaekHyun en su pantalón, amarrada a su cinturón de cuero. Tal vez también estaba embrujada. Después de todo, sacó como dos relicarios y cinco frascos llenos de algo, esa sustancia negra no podía identificarla.

"ChanYeol no va a recordar nada pronto. Es posible que nunca lo haga, pero ponle esto en sus heridas. Debe tener más de una bajo las vendas, es para que sanen y desaparezcan. Quizá dejen una cicatriz pequeña," JongDae le entregó los frascos a BaekHyun como si él no estuviera ahí para oír la instrucción y hacerlo. Él los guardó, de labios apretados. Sin palabras. Después, el doctor lo vio a su derecha. "Tus vendas servirán por tres días, si no tienes heridas abiertas, puedes quitártelas, el ungüento se absorberá, no tienes que preocuparte por cubrirlas," eso se lo dijo directo, antes de darle un relicario. "Toma, aquí tienes la protección del dragón."

"¿Qué es esto?" Preguntó, si quiso abrir el relicario, BaekHyun lo detuvo. Con una mano en la suya, le trajo otro ceño. ¿De verdad estaba siguiendo a ese tipo sin ninguna duda? No sabía muy bien quién era, dónde estaba, si él tuvo esa tarea de cuidar a un huevo dragón, y si lo que le pasó tenía relación con la pérdida; sin embargo, algo lo orientaba a seguir sin hacer tantas preguntas. Eso que le dolía en el pecho o no sé, aceptaba sin reservas.

"No debes abrir la protección del dragón, es solo para emergencias. La liberarás si lo abres ahora," de verdad odiaba esa amnesia, recordaba unas cosas, pero no otras. Esa debería ser básica, era cosa de magia, ¿no? ¿Por qué demonios no lo sabía?

"Este es el tuyo, BaekHyun, lo guardé después de que tuviste..." JongDae le dio una miradita. No supo a qué vino, lo que fuera, no terminó. Regresó solo a BaekHyun. "Por favor, cuídense mucho."

"Lo haré. No digas nada de a dónde hemos ido ni lo que hacemos. Mientras menos gente sepa de la desaparición del huevo, mejor. Que aquí en Draccoa se oiga será nuestra perdición, debemos mantener esta expedición en secreto. Nadie ha salido del palacio, el huevo sigue aquí, igual que nosotros," BaekHyun le indicó a JongDae, por algo, al menos ChanYeol supo qué estaban haciendo. Iban de encubierto a recuperar el huevo, su trabajo. Y mejor, que nadie supiera, si los dragones se enteraban de que lo habían perdido... "Si nadie lo sabe, entonces, no llegará a oídos humanos la desprotección del pueblo de Draccoa. Nos dará unos días más de búsqueda."

"¿Y qué pasa si alguien lo hace? No sabemos realmente quién se llevó el huevo, si los humanos lo hicieron—"

"Sabrán que iremos en su búsqueda, sí, y por eso, atacarán, seguro. Pero ahí es donde entras tú para crear una historia. Di cuán agonizantes están en el palacio por la guerra, no menciones que hemos perdido algo. Así nadie que no sepa de la desaparición del huevo lo entenderá, pero el que sepa, y si hay informantes que desconozcamos, hará que llegue a los humanos. Creerán que nos debilitan. Se equivocan, vamos a llegarles directo, a atacar sin que ellos se den cuenta."

"¿Estás seguro de que es un buen plan?" BaekHyun lo miró a él con la pregunta, como si esperara algo. Si quería confirmación, no podía dársela, no sabía qué pensar. No entendía en qué tipo de guerra estaba. ¿Dragones contra humanos? Sí, seguro. ¿Era una misión suicida? Quizá, pero era ir e intentarlo o dejar que los reyes dragones los asesinaran al saber su falla. ChanYeol prefería salir antes de encontrarse con un rey dragón llorando su pérdida. "Está bien. Estaremos en contacto."

"Claro. ChanYeol," BaekHyun le indicó seguirlo con la barbilla. Él solo lo hizo, ¿qué más podía? Era su misión: recuperar el huevo perdido en medio de un viaje de amnesia.

¿Qué mejor forma de regresar al mundo?

▬▬▬▬▬▬▬▬୧ ♔ ୨▬▬▬▬▬▬▬▬

No salieron por la puerta principal. Cuando ChanYeol se dio cuenta de que estaban en el palacio—en el maldito palacio del rey dragón, ¿cómo no lo vio venir?—, salir por las grandes puertas de mármol, atravesar el jardín de fuentes y pasar por todos los pasillos con pergaminos de dragones, pisos alfombrados, bajo candelabros grises y marcos encerados del lugar no era lo más indicado si querían irse de encubierto. Por suerte, iba con BaekHyun. Él podía no recordar ni dónde estaba o a dónde iba, BaekHyun sabía muy bien moverse por todo el lugar. Tal vez mucho, cuando pasaron de un pasillo a una biblioteca y conjuró otro de sus hechizos de dos dedos para abrir un pasadizo que bajó en escaleras las piedras del suelo, no pudo dejarlo. No conocía, mas, le servía que le dieran respuestas.

"¿Cómo sabías de esta salida?" ChanYeol preguntó por razones obvias. BaekHyun apenas lo vio, cuando tomó una antorcha encendida por su magia, siguió el camino, antes de contestar.

"Hemos vivido aquí un rato. ¿No te lo puedes imaginar?" ¿Cómo hacerlo? Esa era la cosa, ChanYeol de verdad no tenía memoria. "Somos protectores del huevo dragón, por supuesto que debemos saber todos los pasadizos, si una catástrofe ocurría y nosotros podíamos escapar..."

"Pero una catástrofe ocurrió, y creo que no actuamos de la manera correcta," no dijo más, BaekHyun solo los guio en su camino. Tal vez había dado en una fina fibra. BaekHyun se veía muy desesperado cuando dijo lo de preocuparse por fallar en su responsabilidad. Él no debió decirle así las cosas. Necesitaba saber hablar, solo así obtenía información importante, algo que le trajera claridad. En la completa oscuridad no recibió nada de ella, solo unos cuantos charcos y goteras. Debían ir bajo el palacio, con fuentes de agua y pozos en sus cabezas, que la tierra fuera húmeda y los techos gotearan era lo más lógico. "Entonces, ¿a dónde iremos?"

"A buscar el huevo. ¿No te ha quedado claro?"

"Sí, creo que eso lo pude asumir con todo lo que han dicho, aunque no me incluyeran en su conversación..." ChanYeol continuó, si debía ser honesto, todo iba muy rápido. Todavía tenía dudas, entre ellas cómo había perdido la memoria. Si aquella no era su prioridad como lo era esa, se la podía guardar y dejar que las cosas fluyeran. "Pero no me queda claro hacia dónde vamos. ¿Tienes una pista de a dónde se pudieron llevar el huevo?"

"Si son los humanos quienes lo han robado, entonces, ya hay una pista."

"¿Y qué te da tanta seguridad de que sean los humanos quienes lo robaron?"

"¿El que los dragones dorados de Draccoa estén en guerra con ellos desde hace cinco años?" Esa era otra información básica, tal vez debía saberlo. Claro que no lo hacía, su mutismo lo dijo. BaekHyun se detuvo, previo a darse la vuelta y fruncirle el ceño. "No me digas que tampoco recuerdas eso."

"Entonces, no te digo," no creía que un humano normal haría el sonido que BaekHyun hizo con su garganta. En serio que era un león, ¿le gruñó? ChanYeol se volvía loco por eso. Quería oírlo de nuevo.

"¿Qué es lo que sí recuerdas?"

"Ah, que me llamo Park ChanYeol y soy un tipo guapo."

"¿Recuerdas que esta es tu daga?" BaekHyun probó, al mostrarle la daga que le había visto, fue su turno de juntar ambas cejas. Obviamente no lo hacía, él quería un arma, ya la habría pedido de hacerlo. BaekHyun la guardó con su mango dorado en punta, fuera de la luz que marcaba los diseños de fuego y algunas cuantas letras en ella. "No. Entonces, no te la entrego, no debes ni recordar cómo usarla."

"¡Oye!"

"¿Me equivoco?" Apretó sus labios. BaekHyun tenía un punto. "Sabes que estás en el pueblo de Draccoa, ¿no?"

"Sí, al menos porque el doctor y tú lo dijeron. Es... ¿uno de los cuatro pueblos de Áureo?"

"El continente Áureo, aja, tierra de dragones dorados. ¿Y recuerdas por qué pueblos está compuesto?"

"Ah..." ahora se sentía en un examen. Debía contestar, al menos su memoria tenía una valía, no todo lo había perdido. "Sí, al sur está Aluxia, que es el reino de los elfos, duendes y hadas, y al norte se encuentran los ríos de tritones y sirenas, Chakán. Los humanos sin magia están en Ickland al este, y Draccoa al revés, al oeste, la tierra de dragones dorados."

"Sí. Entonces, recuerdas que hay todo tipo de gente por acá, inmortales, magos, ninfas, nereidas, demonios, magos, brujas..." claro, su mundo era muy extenso; como continente, era pequeño. Por supuesto que sabía cómo había muchos más en el planeta Cetrino. Entre siete continentes se repartían siete dragones gran parte de ellas. Eso lo sabía, era geografía, historia. No había olvidado todo, solo lo más reciente y particular en su vida. "Draccoa vivía tan bien como el pueblo más poderoso de los cuatro. Al mantener bajo control el comercio, intercambio, tierras, economía y seguridad, lejos de los queveres infernales, vampiros y cambiaformas descarriados u otros..." BaekHyun se encogió, antes de girar en una esquina, aparte de la pared mohosa. "No había razones para creer que hubiera molestias. Los elfos y las hadas podían tener de repente sus problemas, nada como cuando el humano al este decidió que no podía más y quería robarse el dominio del dragón. Así inició guerras. Entre robar mercancía de Draccoa, desaparecer gente, atacar y masacrar grandes familias por todo alrededor, el rey dragón no lo soportó. La guerra fue obvia, y como el poder tanteó mucho, por supuesto, se extendió."

"¿Qué haría que el rey dragón no terminara pronto esta guerra? Los dragones tienen poder absoluto, ¿no? Para destruir mundos con fuego, aplastar y desaparecer colonias..."

"¿Tú qué crees?" Obvio, no dijo más. BaekHyun tuvo que hacerlo. "Tampoco es que el rey dragón desee desaparecer todo el pueblo humano. Las acciones de un gobierno no engloban el pensar de toda la gente. Que la guerra pasase en medio de la muerte del antiguo rey dragón, el poder pasara al heredero, hubiera una boda y un huevo de por medio entorpeció mucho la táctica militar. El rey dragón podrá tener aliados, y que viniera la campaña de KyungSoo, el dragón del continente Zarco, fue una. Pero aún no lo acabó, y como el humano se desespera pronto sin ver resultados, el robo del huevo debió ser su respuesta."

Tenía más sentido. Para ChanYeol todo se empezaba a ordenar. Su mente no tenía recuerdos, pero al menos eso le resonaba. El humano, sí, era el problema. Su pueblo estaba en contra, y él como... eh, ¿protector?, debía irle por igual. Por algo la molestia. ¿Ahora le podía explicar cómo perdió la memoria?

"El asunto es que no creo que los humanos hayan llevado el huevo a la campaña militar. Sería obvio y tonto, no nos guiarían a su lucha. Deben querernos fuera. Y han pasado dos días del robo, no puede seguir en un mismo lugar. Si quiero encontrarlo, no tengo más que guiarme por la conexión espiritual."

"Eres un mago, ¿no?" ChanYeol dijo lo que asumió, que BaekHyun lo mirara sobre el hombro con esa ceja arqueada solo le pidió explicación. Él se la dio, como quería. "Te vi usando ese hechizo para hacer pequeña la ropa, rellenar tu carcaj y ahorita que abriste el pasadizo o encendiste la flama..."

"Tú también podrías hacerlo si recordaras cómo..." fue su turno de mostrar intriga. Entonces, ¿él también era un mago? En frente no había más camino, tuvieron que parar. Como todo en esa redescubierta magia, BaekHyun apuntó sus dedos en cruz para generar una puerta. Escaleras llenas de pasto y musgo los recibieron con luz de día. Salían por algún lado inadvertido. "Dime como quieras. Ahorita lo que importa es que me dejes concentrarme. De aquí saldremos al Bosque de Lux, lejos del palacio y el pueblo de Draccoa. Me sirve para coincidir con la naturaleza. Podré conectar con el espíritu y ubicar al huevo."

ChanYeol asintió. No entendía ni una mierda del espíritu o alguna otra cosa, pero bien por BaekHyun. Él los iba a salvar. No le quedó más que confiar en la idea.

Cuando subieron las cuantas escaleras, detrás vio lo lejos que estaban del palacio. Una amplia pared de ladrillos beige y blancos daban la forma del gran fuerte que cualquier guarida de dragón era. Entre torres de cada esquina y paredes que acababan en rendijas para atacar una emboscada, todo un pueblo y civilización quedaba atrás. Frente a él había el pasto, las enredaderas de una muralla que seguían por los arbustos y árboles, pinos, y los grandes troncos de sombra. Ya que el pasadizo se cerró solo, BaekHyun propuso el camino en línea recta. Fueron juntos al interior del Bosque de Lux.

Y ahí, en medio de la tierra y sus botas enlodecidas, BaekHyun se sentó. No le importó pasar lo mismo con su ropa. Cruzó las piernas y unió sus manos. De tener los ojos cerrados, ChanYeol se preguntó si debía vigilar, tal vez alguien podía venirles de sorpresa. Más lo distrajo ver al otro. En cuanto BaekHyun separó sus palmas y de ella brotó un halo de luz azul, negra y dorada, lo hipnotizó. Sus dedos la torcieron, pronto se volvió un espiral, y en las vueltas que dio a su alrededor, la luz se absorbió en el cuerpo de BaekHyun, justo en su pecho. ChanYeol sintió un pinchazo, otra vez donde algo faltaba. Antes de que se pudiera quejar, BaekHyun abrió los ojos, no vio sus orbes caídos y negros, sino una luz intensa, blanca y roja.

"BaekHyun..." después, se desplomó, el cazador cayó sobre su espalda. Otra vez con ojos cerrados y luz perdida. "¡BaekHyun!"

ChanYeol fue en seguida. No podía perder a su única fuente de información, menos si era también su escapatoria. Lo tomó en sus brazos, solo cuando BaekHyun respiró para verlo. La luz ya no estaba en sus ojos, sí una intención, la misma que hablaba de ese león flameante.

"¿BaekHyu—?"

"Sé dónde está el huevo," BaekHyun lo tomó por la camisa. Sostenido como si por ahí se le fuera el alma, ChanYeol lo agarró con igual seriedad. "Se lo llevó un humano. Lo tienen en Chakán."



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Notes:

¡Bienvenidas, bienvenidos y bienvenides a esta nueva historia! No saben cuán emocionada estoy de traerles al fin esta idea. Desde hace tanto que la cultivaba en mi cabeza. Y ahora ya está aquí con ustedes ✨

Como pueden notar, es todo otro mundo. Fantasía, aventura, un misterio y romance, habrá mucho por entender de ella. Tengan paciencia, las cosas se irán desmarañando, y ya que ChanYeol está igual de perdido que ustedes, aprenderán juntos~

💠 ¿Qué les pareció? ¿Ya les agarró como a mí la ansiedad de saber todo? 🫣

💠 Tenemos dos nuevos perfiles de ChanYeol y BaekHyun aquí, y aunque no saben todavía mucho de ellos, ¿qué piensan? ¿Les gusta lo que han leído?

💠 Aún hay más personajes por leer y descubrir, de a poco algunos se verán e irán conociendo. Mientras, ¿a quién o qué esperan ver más? Denme sus primeras expectativas de la historia, me encantaría saberlas~

¡Muchas gracias por llegar aquí una vez más! Saben que en mi perfil siempre pueden encontrar tantas historias. Espero que esta la disfruten igual que yo escribiéndola. Nos estaremos leyendo pronto para siguientes capítulos, ¡hasta entonces! 💙

Pd. Si no lo hacen ya, recuerden seguirme en mi perfil de Instagram (link en bio), ahí les aviso cuándo saco o actualizo historias, así como comparto otro par de cosas. Estarán al pendiente de todo por ese medio, igual gracias~