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His Butler, has a cute baby.

Summary:

Por órdenes de su amo, ese mayordomo debe darle un hijo, pero ¿Por qué?

1-13 " Arco del Nuevo contrato"

14 - 20 " Arco del Castillo de Invierno"

21- 30 " Arco de la Boda oscura"

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter Text

 

En la Mansión Phantomhive hay un estrambótico llanto cada mañana y cada noche desde aquel 21 de junio de 18XX en que inicio el cálido verano.

Aunque el Conde tiene unos devotos súbditos varios de ellos están al borde de la locura al cuidar al hijo de su querido amo.

¿Qué pueden hacer si el bebé llora?

Rodeada de sirvientes, sigue protestando desde su cuna, la alfombra esta repleta de juguetes de la compañía Funtom, además de decenas de botellas de leche materna.

" Cómo puede tener tanta hambre?", Bard se exalta, su rostro tiene ojeras oscurecidas y se toma de los cabellos horrorizado.

" Ho, Ho! Tan diferente a su padre", menciona Tanaka en su versión enana.

" Tal vez debemos llamar a Grell, su canto siempre la calma", Mey Rin luce desplomada en el borde de una columna y sus cabellos están desaliñados. " Si mencionas su nombre 3 veces creo que aparece", la doncella desvaria con voz exhausta.

" Lo arrullare! ", en un intento de amabilidad Finnian se acerca a la cuna.

" Nooooooooooooooooooo!", gritan en coro los demás.

" Diantres!, Finny que te dijo el amo Ciel con respecto a tomarla en brazos?", Bald lo reprende mientras sigue protegiendo al bebé con los brazos extendidos.

" Umh, a ver", el niño se muestra pensativo. " Me indicó que me encargue del jardín antes y practique con las crías de los animales. Ayer ayude a un pajarito a subir al árbol del que cayó, pero... BUAAA, escuche un pop cuando lo sostuve entre mis manos, nooo el bebé pajarito BUAAA, BUAAA !"

El rubio llora desconsolado en el piso, hay dos bebés estresando la paciencia de Bard, quien iba a arrojarse por la ventana, prefería una pierna rota y licencia médica que seguir torturando sus oídos.

Una sombra emerge por esa entrada donde ellas cortinas flamean, la parca Grell se presenta excéntrico con su motosierra, misteriosamente el ruido que genera calma al bebé.

" Señorita Katherine Angelina Phantomhive! ", la pelirroja se inclina ante la pequeña dama. " Tus lágrimas me rompen el corazón, tienes que ser una buena niña cuando papá y mamá no están en casa"

Luego de la reverencia, camina erguido hacia la nueva Lady de la Mansión, la arrullare en brazos cantándole "Hello my Baby", la niña abandona la tristeza y su carita se irradia de felicidad.

" No necesita que lo invoquemos, se invita solo el desgraciado", comenta Bald, huyendo a gatas.

" Me parece extraño que mencionara a su mamá, el amo Ciel no es el único progenitor que le queda?", la duda acomete a Mey Rin, escapando a hurtadillas.

" Quizás piensa en Sebastián como su madre de repuesto, recuerden que el es quien más se desvela con Lady Kat", resalta Finnian entrecerrando la vista por el exceso de cansancio.

" Qué sea lo que Dios quiera, ¡Vayamonos a dormir!, ¡Llevamos 2 días despiertos!", el ex militar corre llevándose a Tanaka sobre su hombro.

Desaparecen como remolinos a lo largo del pasillo estrecho.

" Grupo de bobos!", exclama la parca, no hay signos de molestia por ser abandonado." Tus lacayos tienen el coeficiente de un dodo mi bella señorita, yo Grell Sutcliff, revelare tus nobles y demoníacas raíces!"

Entonaba con drama y bailaba por la habitación con la pequeña en brazos, parecía que los candelabros brillarán especialmente aquella refrescante noche.

" Ni en sueños!", el baile fue interrumpido por un hombre de lentes y áspera mirada, apuntandole con su lanza lo atrajo a sus pies. " Según las reglas de los Shinigamis, los híbridos están fuera de nuestra jurisdicción, por lo que no debe intervenir en su historia"

Grell pegaba su mejilla a su pierna mientras le oía recitar con fervor los sagrados mandatos.

" Qué hombre tan frío y cruel, ¡Me gustaría tener un bebé contigo!, así mi Lady se criaria con una dulce parquita , ¿Te gustaría Will?"

El hombre suspira, acomodándose las gafas y acostumbrado a sus "brotes de esquizofrenia" , se dispone a arrodillarse en frente suyo, con una mueca de fastidio pretende bajarla de su nube.

" Es imposible, las parcas no tienes hijos", su arma golpea la frente de Grell, suavemente por consideración a la niña.

" Y los demonios tampoco, pero tengo sobre mi pecho al desafío de las reglas", sonreía ampliamente. " Podemos practi..."

La lanza de William toca sus labios, una orden clara de silencio.

" Grell Sutclif, aunque esa niña sea mitad demonio no significa que deba escuchar tus sandeces"

El le ayuda a levantarse, Katherine no pierde el tiempo y tira del largo cabello rojo, es muy fuerte, Grell aguanta el dolor y Will sin pensarlo libera el mechón apresado de sus tiernas manos.

" Mi salvador!", ella canturrea con la mirada invadida de estrellas.

" Tsk, lo hice para ahorrarnos tiempo, no es momento de ser niñera, tienes un trabajo que cuidar!, ¿Acaso el Conde te ha contratado o algo por el estilo?, ya son varias veces que te escabulles por venir aqui"

Los regaños continuos disgustaron a la bebé, despegando unas pequeñas alas oscuras voló hacia William Spears y le quebró el arma en dos.

La pelirroja en un primer segundo se espantó, luego se echo a carcajear sobre la alfombra, varios juguetes cayeron sobre Grell de tantas arcadas de risa.

El semblante de William se oscurece, levantando ambas partes destruidas, no puede llorar, no es un bebé, pero quiere hacerlo.

A la nena le gusta oír las historias de Grell y más si se trata de sus amados padres.

 

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Chapter 2: Por orden de su majestad

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1 Corintios 10-13, ante cada tentación hay una salida.

 

En las afueras de Londres, hace 18 meses atrás.

Cerca de las ventanas despejadas, dos compañeros de cierta aventura que ocurrió hace tiempo en Alemania juegan serpientes y escaleras, hay un leve signo de nostalgia en el jugador masculino, quizá porque le recuerda a un sirviente que fue parte de su mansión.

" Tu turno, Ciel", la dama sonríe al llevarle ventaja y estar cerca a la casilla 100. " No te ves muy animado, es decir siempre tienes cara de muñeco de hielo, hoy tu expresión luce demasiado decaída, no creo que me llamaras solo para jugar"

El Conde escucha en silencio y prueba el te caliente importado de la India, no está acostumbrado al parloteo de Sieglinde, pero hace su mejor esfuerzo

Aunque sean casi contemporáneos, ella le invita a abrirse un poco, porque es consciente de sus numerosas tragedias, de alguna forma es su única amiga, claro que el joven no lo reconoce debido a esa mítica frialdad inglesa.

" El juego no termina, así que quita ese brillo con el que miras el tablero", lanza el dado y cae sobre una escalera, sobrepasando la posición de la chica. " Por supuesto que hay algo más, señorita Sullivan, solicite expresamente que nos dejaran a solas para hablar de esto"

Despliega el parche de su ojo izquierdo, mostrando el contrato demoníaco, tan increíble y maldito, esperaba noticias sobre cómo escapar de ese hambriento demonio y una bruja posee esos extraños conocimientos, sea ficticia la crianza de Sieglinde, tenía acceso a viejos grimorios.

" Tan honesto, Conde", ella exhala decepcionada. " Cuando me lo platicaste en tus cartas, confieso que me sorprendiste, así que transcribi toda información posible en este libro"

La fémina lo había ocultado dentro de su pecho, Ciel ladeo el rostro, avergonzado .

" Tengo una excelente memoria, no eres el primer humano que trata de engañar a un demonio, ¡Mucha suerte!"

Después de oír sus ánimos, el hojea el libro, la caligrafía es muy pulida y bonita, entre las opciones que lee son:

Hacer que el contratado renuncie al pacto, contratar a otro demonio para que se peleen por tu alma.

El contratado renuncia por el hechizo de amor, la unión debe prosperar con el intercambio de una nueva alma, no importa que no exista vínculo afectivo, el contratado necesita vivo a la madre de su prole maldita.

Para invocar un demonio : Sacrificios, desde niños hasta bañar una ciudad entera en sangre, orgias...

Ciel sintió asco de seguir leyendo.

El es consciente de estar hundiendo se en un camino sin retorno, eso no significa que va deshonrar el apellido de su familia al asesinar más inocentes por salvarse de los colmillos de su demonio.

" Q-qué eso de hechizo de amor?", consultó entre apenado e incómodo.

" Verás, esas criaturas no saben que es ese sentimiento, esas palabras son un código que conocen, lo que puedes lograr es seducirles para que descienda a la pasión y te conviertas en una especie de novia, cada demonio tiene sus debilidades, ciertamente siempre los imagine en una relación distinta a la de amo y sirviente, se complementan mutuamente, tu tienes detalles que el no y viceversa", el dado lanzado reveló un número bajo y avanzó menos que la casilla de Ciel, quien tenía una mueca de disgusto y a la vez curiosa vergüenza . " Uy!, no creí que te interesara esa opción, ya te imaginaba quemando Londres e invocando al demonio de la ira, ¡Qué picaron!, no creo que a Elizabeth le guste compartirte ", agregó al final y llevo su mano hacia su mentón.

Nuevamente era el turno del noble acompañante, Ciel cayó en una escalera, sería ese un buen presagio?

" Descuida ese compromiso acabo por su propia voluntad ", comentó sin darle mucha importancia." He visitado cardenales, obispos, en secreto sin mostrar mi rostro y ninguno de ellos me da algo concreto, solo que me entregue a Dios para que perdone mi pecado", explico cerrando la vista, con tono aburrido. "Las chácharas de esos viejos no me ayudan en nada, tu si lo haz hecho, ya cause problemas a los que me rodean no voy a a traer otro ser infernal para librarme por algo que yo cause, tampoco me enorgullece querer burlar a Sebastián, pero necesito vivir un poco más"

El guardo su motivación en silencio, observando a la dama caer en una serpiente, la suerte si esta de su lado, Ciel se ha convertido en un hombre que cree en lo que ve, no va a dar pasos en falsos.

" Oh, que triste noticia se veían tan lindos juntos", observó el tablero, avanzaba poco y el juego se volteo en su contra,no tenía esperanza de ganar y lanzo el dado al piso. "Cada vez estas tan cerca a cumplir tu venganza, me preguntaba si esta era una despedida, no me gustaria decirte adiós", Sieglinde le habla desde el corazón con melancolía. " Afortunadamente abrazaste una esperanza, ¡Me alegro que quieras vivir Ciel!"

Los ojos verdes tiemblan y se ponen acuosos, no estaba lista ni deseaba asistir al funeral, le ayudaría en lo que sea. El dado lanzado le había dado el número ganador si es que hubiera seguido jugando.

" Te rendiste tan fácilmente , yo por mi parte nunca pensé en hacerlo, porque tengo un último deber que cumplir como Señor de esta Mansión...Asi que la próxima vez que nos volvamos a ver, conocerás al tipo que engaño al diablo"

Ciel recogió el dado, lo colocó sobre la mesa y Sieglinde alcanzó a tomar su mano.

" Deseo que así sea, Conde Phantomhive", proclamó con las lágrimas derramandose por sus blancas mejillas.

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Al transcurrir una semana el joven Ciel tenía metas, planes, claro que pataleo, gritó y destruyo lo que tuviera a la mano, tenía que superar su miedo al contacto y dejarse poseer por aquel ser infernal.

Realmente no era el mismo niño que suplicaba piedad con el orgullo y dignidad hecho pedazos, reconocía haber avanzado en el cruel juego de la vida y se lo debía a ese oscuro mayordomo que hizo una revolución imparable en su día a día.

No hay tiempo de quejas, bochornos y dudas, si planea seguir respirando oxígeno, debe trabajar arduamente en seducir a ese ser impio despreciado por los cielos.

Se oyen pasos fuertes y resonantes.

" Amo Cieeel", la mucama le aturde con su voz aguda
" La correspondencia! "

Abre la puerta y se acomoda las gafas, notando la ausencia de Sebastián, imaginaba su silueta al lado del Conde.

Ciel percibió la expresión de Mey Rin, la única mujer de la casa que no había caído en las garras de Sebastián, si lo analizaba la mujer no tenía nada que envidiar a las otras que se acostaron con el, entonces deduce que al ser un mayordomo en extremo eficiente respeta su Mansión, las reglas de etiqueta y para su mala suerte, no va a tocarle un cabello, es obvio que no va conformarse con ello si lo logrará, ese demonio consumaria su pasión al máximo y el está lejos de que le falte el respeto a su delgado cuerpo.

" Quizás ni lo interesen los hombres, ¿Qué haré? ¿Travestirme?"

Sus ojos azules aunque se enfocan en la criada pierden el contacto con la realidad, su mente se llena de conjeturas, pensar en el como posible amante le agita la respiración.

" Amo, beba agua por favor ", la chica le alcanza un vaso, la carta esta sobre la mesa. " Sería mucho pedirle que sonría un poquito de vez en cuando, todos nos preguntamos si esta afligido por su rompimiento con Lady Elizabeth"

Quizás otros nobles castigarian a su criados por invadir su vida personal, Ciel es distinto, otorga licencias a ese círculo que lo rodea.

" Gracias, tranquila ella no me hace falta ", afirma conservando ese semblante serio, luego acaba el contenido del vaso de plata, la sirvienta iba a retirarse, antes de hacer algo torpe delante de su Señor. " Espera...", su orden es suave y un milagro, siendo el un chico tan demandante y orgulloso. " Extrañas a Sebastián?, Ah! lo digo porque.. No quiero que descuides tus labores, el está apoyando a Sir Harcourt, va a comprometerse y le ayuda con los últimos preparativos, sabes que es muy eficiente en esos temas"

Con navaja en mano abre el sobre y examina el contenido, Mey Rin se pellizca, pasmada entera de la preocupación de Ciel.

Algo en el es distinto, las tragedias no sepultan su luz, quizás por eso el demonio codicia tanto su alma.

" E-en realidad si nos hace falta, la cocina es un desastre, Tanaka no puede con tantos deberes y creo que otra vez pediremos comida del restaurante, puede autorizar qué Bald y Finny salgan antes del mediodía?"

La mirada de Ciel centellea, estruja la carta y la muchacha retrocede de temor, cree que se ha pasado al darle de comer de una casa ajena.

" Perdóneme amo, prometo que buscaremos un chef mejor que el tonto de Bald, lo pagaré de mi sueldo si hace falta!"

" Huh?, no estoy enojado por eso, más bien es esta noticia, puedes dejarme por favor, Sebastián llegará en la noche y ya no pasarán hambre, no compren comida de afuera hay muchos casos de disenteria, busca a Tanaka y que los organice "

La mucama salió rápidamente en un torbellino disculpandose varias veces por los inconvenientes, recordaba la pregunta de su amo.

" Extrañas a Sebastián? "

 

Parecía que su voz sonaba áspera, no a la que acostumbra, rozaba con el reclamo.

" Por que el amo Ciel se molestaría de que lo eche de menos?, también me dio explicaciones para que lo olvidara, perdiendo su seguridad en ese instante "

Con esa conjetura se detiene en la cocina qué acaba de ser reparada por los desastres del inexperto Baldroy.

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Se fue a dormir con apetito, antes de probar esos grumos oscuros y gelatinosos qué le trajeron en bandeja hace una horas.

Ciel rueda sobre su amplia cama de sabanas de seda importada, sueños agradables o desagradables, aún no lo determina, en ellos aparece su mayordomo atandole el cuello con una correa de perro, mientras le lame desde la manzana de Adán hasta detenerse en el lóbulo izquierdo de su oreja, el se ve disfrutando en sus brazos, con una cara perdida en la lujuria

" Imposible!, ponerle tus sucias manos a tu Señor"

Despierta sobresaltado, hace minutos que alguien le está observando, su figura sale de la oscuridad y es la luna la única que ofrece ligera luz en esa grande y solitaria habitación.

" No hice nada, joven Amo"

Ciel se frota el ojo derecho, parpadea, ese hombre de frac elegante está parado frente a el, realizando una reverencia al anunciar su llegada, de la sorpresa el Conde retrocede hasta que su espalda se impacta con la pared, le huye de una forma extraña e inesperada.

" Ah, eres tu", intenta recobrar su voz autoritaria, también se cubre con las sábanas. " Un mayordomo qué no toca antes de entrar puede considerarse bueno?"

Le reprende y se limpia el sudor causado por el sueño anterior.

Sebastián recupera su pose erguida, sigue siendo más alto que el jovencito que crió para ser devorado, le causa interés esa reacción, ¿Por que se avergüenza de que lo vea en pijama? y lo más mortificante tiene una gran cuiosidad por saber con quien soñaba.

" Si toque", explica con voz serena. " Me disculpo por no esperar hasta que mi amo me ordenara entrar, solo que un pajarito me contó que usted recibió una mala noticia esta tarde, me inquieta que es y como puedo ayudarle"

El ya sabia el interior de la carta, por culpa del silbido del viento la encontró sobre la alfombra, tenía un sello real y una orden nefasta.

" Antes de eso, preparame algo de cenar", el deseaba tener algo de tiempo para preparar una emboscada, estar a solas con el en su habitación signficaba una oportunidad. " Esos tontos me tienen a dieta de lo mal que cocinan"

Renegó cruzado de brazos, con un corto puchero en sus labios.

" Por favor, mire a su izquierda", indicó con esa voz hipnotizante y varonil. " Tuve la preocupación de traerle algo de la Mansión Harcourt, cortesía de Sir Joanne, es faisan relleno de manzana y por si necesitan un digestivo el té de Ceilan esta listo para ser servido, mañana asistirá a esa fiesta de compromiso, lo levantaré temprano, no lo olvide"

Le extendió la mano, buscando ayudarlo a levantarse, antes de probar bocado, Ciel tenía que hacer un movimiento ganador, así que acepto su ayuda dejando pensativo a su mayordomo, quien entre abrió los labios, esperaba el rechazo y su voz inquisitiva ordenandole qué se marchara hasta que lo vuelva a necesitar.

Ante el desconcierto, atrapa su mano y tira fuertemente hasta hacerlo caer sobre la cama, sus perfiles quedan muy cerca del otro, no entiende el proceder de ese chico, por primera vez sus pensamientos están bloqueados al notar que Ciel abre la boca.

" La reina demanda que me conprometa y me case lo más antes posible con alguien que ha escogido "

La razón vuelve al mayordomo, de súbito se separa tomando distancia fuera de la cama y el simplemente se dedicó a informarle, ¿Para que otra cosa le deleitaria aquellos segundos con su suave aliento durante la noche?

" Era necesario que juegue a las vencidas conmigo, me ha tomado desprevenido", gira y le da la espalda, tiene que alimentar a su amo hambriento, es su principal deber, no meditar en quien es la maldita mujer que va ostentar el apellido Phantomhive. " Por otra parte, déjeme felicitarlo por su nuevo compromiso "

Es la sonrisa más falsa del planeta.

" Desde ahora necesito que estés más atento, Sebastián, si fueras alguien común y mi intención fuera clavarte un puñalada, ¿Perderías el tiempo por una absurda treta?, ahora quiero cenar a solas, retirate"

Acepto la charola de plata y el demonio obedeció con una silente reverencia.

Desde limpieza, cocina, exteriores, aun le quedaba mucho trabajo por hacer, mientras usa un pequeño recogedor para limpiar del suelo los pétalos marchitos rojos caídos al pie de un florero de cerámica fino.

" Estaba encima mio, por supuesto que perdí la cabeza"

Esas ansias por devorarle son tan incontrolables, quizá los siglos cobraban su valor en sus experiencias con los humanos, luego de depositar los restos en el contenedor de basura, desliza el guante y su marca estaba caliente, caliente por Ciel ¿Tanto deseaba su alma?, si despeja la ecuación encontraria otra respuesta.

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Chapter 3: Tiempo de pareja

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Época actual, año 18XX

Se oyen vocecillas en los pasillos, hay cuadros colgados en las paredes.

" Podía resolverlo por mi cuenta, no tenias proque regresar a salvarme", a pesar de ya no tener 12 años conserva ese timbre semi agudo, el Conde avanza por delante de su más leal sirviente.

" Se cuando estas en peligro, yo te protegeria aunque no me lo ordenaras", replica el más alto sin agregarle honorificos y eso aturde a Ciel.

Detiene sus pasos.

" Ten cuidado con tus palabras, Sebastián! ", gira mostrándole un rostro completamente enrojecido y señala cierto cuadro, donde esta retratado con un perro Borsoi, del mismo color del que poseía a sus 10 años. " Soy el amo de esta Mansión y me debes absoluto respeto"

Al mayordomo le irrita levemente qué lo siga comparando con esa criatura que aborrece.

Al menos hasta que lo solicite en el dormitorio, ese es su nuevo acuerdo.

" Lamento mi indiscreción, creo que las altas horas de la noche me afectaron", se justifica sonriendo con la mirada e inclinandose en señal de disculpa, entiende lo quisquilloso, malhumorado y anticuado que es su adorado noble inglés.

" Ja!, tu jamás sientes cansancio", el Conde sigue caminando con bastón en mano, usando un sombrero de copa negro que combina con su capa, ha dejado los pantalones cortos por unos largos.

Sebastián va detrás suyo, percibe cerca la presencia de su pequeña niña, aun le resulta un increíble sueño ser padre después de largos siglos sobre esta tierra, además de las terribles experiencias con el suyo, jamás se vio envuelto en esos temas si no fuera por ese chico que le dio un giro distinto, especial y romántico a su aburrida vida. Adelantandose con el fin de abrirle la puerta a su Señor, consigue girar el mango y que el sea lo primero que vea el fruto de su pecado.

La escena qué Ciel contempla con desagrado es a Grell dormitando sobre la mecedora, babeando y murmurando que espera muchos besitos de William.

" Niñera haragana", susurra quejumbroso, juntando el ceño y se aproxima a la cuna de colores rosa pastel, la bebe parece dormida, ahora su expresión cambia y el tono de su voz se endulza. " Katherine, buenas noches ¿Fuiste una buena niña?"

Su formalidad causa una risilla en su mayordomo que por temor oculta tras su mano, mientras la pequeña reacciona con una gran sonrisa a la voz de su madre, mayormente finge tomar una siesta, pero al ser mitad demonio, si desea puede estar despierta la noche entera, para tormento de los sirvientes.

La bebé revela unos ojos color del rubí intenso , gradualmente se tornan castaños con leve tonalidad rojiza.

Ostenta con orgullo el color de ojos de papá.

Ciel duda si tomarla en brazos, su pensamiento se debate si sería conveniente consentirla mucho o si debería acostumbrarla a no depender de nadie.

Pero Sebastián no tiene restricciones con su niña.

 

" Claro que fue una excelente dama, tan digna de ser una Phantomhive esperando en la tranquilidad de su cuna", la acoge en sus brazos y le besa la frente, como si fuera la primera vez, con una ternura desbordante qué pone en alerta a Grell.

" Tengo que fotografiarlo!", sus ojos verdes se abrieron de golpe siguiendo el radar de belleza interno que posee para localizar hombres guapos, antes de que su fanatismo lo consuma recuerda que William le ha exigido que se hagan responsables por su guadaña destrozada ." Como padres están muy ciegos, Khat tiene locos a tus empleados, Conde, además hace poco ella... "

Ciel infla una mejilla, nadie va a decirle en su propia casa que está ciego de amor maternal y que su nena se ha portado mal, sin saber que su hija se ha convirtiendo en el reciente enemigo #1 de William Spears.

" No seguiré escuchando sandeces, ve a tu casa o adonde sea que vivas", el se interpone impidiendo que ellos sean fotografiados y su altanera voz desafiante no se contiene. " Mi hija y mi mayordomo son enteramente míos"

Sebastián adora las palabras que salen de esa linda boca, vuelve a observar a la bebé y sus dedos juguetean con sus cortos mechones negros.

El dueño de casa se calma y le agradece a la parca por quedarse a cuidarla y pretende que abandone la habitación. Grell se siente usado, pero basta con una mirada de ese demonio para caer seducido y ser su esclava niñera por la eternidad.

" Me disculpo en nombre de mi joven amo, el tiene cierto tipo de emociones extremas y exageradas con respecto a su familia", aclara Sebastián, otro amante de la formalidad.

La parca esta con un pie en la ventana.

" Ah, quieres decir que es celoso", explica con desgano Grell, claramente no ha superado a ese bello demonio, sin embargo el resumen de esa palabra altera a Ciel, antes de grite una negación, Sebastián le cubre la boca con su palma.

" Gracias por la visita", con una sonrisa plana el mayordomo lo despide.

La niña sigue acunada a su pecho y esta tan cerca de su madre que por instinto su boquita busca lactar, mojando la camisa de Ciel.

Al notarlo el Conde se dirige hacia la mecedora, cerrando la mirada y resignado a darle alimento , se acomoda y recibe a la bebé, Sebastián cubre la exposición de su pecho varonil con una manta tejida a mano por el. Resulta doloroso darle leche, porque a sus 6 meses ya le ha salido el primer diente.

" Tch", no puede omitir el quejido al ser mordido y le pide con suavidad usando un sobrenombre de cariño qie solo usa en privado. " Kittye cariño, hazlo con cuidado por favor"

Sebastián cierra la ventana y las cortinas, impidiendo qué el frío gobierne en esa habitación iluminada por candelabros, luego coloca suaves cojines en la espalda de su amo quien levanta la vista y lo encuentra sonriendo.

" Te divierte verme sufrir", Ciel le devuelve ese tipo de sonrisa que se disfraza de ironía.

El se inclina para hablarle lo más cerca posible, hasta su ojos cambian, vibran, desean, aman con una devoción infernal.

" Me temo que acaba de insultar mi lealtad por usted, admiro su esfuerzo por alimentarla, mi gesto se debe a que tenía el pensamiento en otro lado"

Explica al propósito esa selección de palabras, busca esa atención recelosa de Ciel.

" En quien pensabas, dímelo ¡Te lo ordeno!"

Le complace que no cambie esa personalidad apasionada con el, creía que a los humanos se les esfumaba el libido con la maternidad.

Su adorado Señor nunca lo decepciona.

Sebastián rodea la silla y cambia de posición, ahora coloca su rostro sobre la hondonada del cuello de Ciel y se toma la libertad de masajearle los hombros.

" En Grell, pero antes de que me eche de la recamara, lo que yo pensé es que es muy diferente a la primera vez que conoció a Lady Katherine, recuerde que su obsesión conmigo le nubló el juicio, ademas de detesta a los niños po naturaleza, asi que se me hizo gracioso que hoy en día la cuide tanto hasta olvidarse de su propio trabajo"

Aunque su explicación le calmo, Ciel tenía una inquietud, ¿Por que no la llamaba hija si estaban a solas?

" Oye, mi bebé es tuya también", le recrimina con un puchero, ladea el rostro y sigue aguantando el dolor de amamantar.

" Lo se, pero que clase de mayordomo sería si admitiera que fui capaz de hacerle un bebé a mi Amo"

" Nadie más está aquí, a veces creo que lo que sucedió en el pasado aun te tiene disgustado", comentó avergonzado, que ese hombre hable de esa manera tan picante, le está quemando el alma.

" Cualquier humano no soportaría ver a su amado casarse con otra persona, ambos tuvimos nuestros errores, pero igualmente seguimos juntos"

Sebastián observa el cuadro de Elizabeth Amelie, la noble de procedencia alemana con la que el Conde contrajo nupcias, para mantener las apariencias, tienen su retrato y cualquiera en Inglaterra cree que es la madre difunta de la niña.

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Hace más de un año atrás.

En la familia Greville, hay una Lady de padre inglés y madre alemana, interesada en el rompimiento de Elizabeth y Ciel, apenas se entero de la noticia, invito a la rubia a su castillo.

La mesa esta rodeada de exquisitos postres y el inifaltable Te Earl.

Ya que ambas tienen el mismo primer nombre, le ha pedido cortesmente qué la llame Sissy y la señorita Midford lo acepta, esta obligada a sentarse allí por mandato de sus padres y los recientes conflictos con Alemania.

En realidad es la reunión de la víbora y el conejo.

" Creo que no me presentaré, después de todo nos hemos visto varias veces en tantas fiestas, además mi madre ha apoyado en las fundaciones de caridad de los Midford, así que iré directo al grano, puede usted formalmente escribirle a su majestad Victoria para que de su aprobación oficial en su rompimiento?"

Quisiera arrojarle el te hirviente, sabe que siempre estuvo tras su ex prometido, separados de palabra, comprende su punto, pero quería ahorrarle tal humillación a ******, el que se hizo pasar por Ciel.

" Nose cuantos años lleva en Inglaterra o si es que pasó más tiempo en Alemania, nosotros no somos amigas no tiene porque pedirme un favor, una carta mía hacia la Reyna quedaría grabado a la posteridad, generaciones tendrían la posibilidad de inmiscuirse en la vida privada de los nobles, no es lo que quisiera"

Así deteste a ese ursurpador y sus mentiras, ella no puede odiarlo completamente, se sentía tan confundida que había optado por olvidarlo.

La mujer que esta en frente suyo va degustando fresas, es una hiena qué esperaba el camino libre, recordaba que en las fiestas sus ojos se clavaban en quien era su prometido con descaro.

" Es impropio que en mi presencie codicie lo que fue mio", la dama rubia se niega a beber el té, el postre está intacto. " Eres 10 años mayor, por que no se interesa en alguien de su edad"

Al terminar la frase, su cara es impactada por una taza de te, el líquido se derrama por su cara, es la diferencia entre ellas, mientras una lo pensó la otra lo ejecuta, la desprecia por llamarla vieja.

" En Alemania desde los 13 años ya podemos casarnos, nunca fuiste suficiente mujer para el rey del bajo mundo de tu amado país, escribe la carta o acabare con tu familia, la arruinare sin que puedas hacer nada al respecto, además nadie va ayudarte, no despues de que soltaras la mano del Perro de la Reyna "

El dolor se mezcla con lágrimas, nada le costaría mandarla a volar de una patada, pero sus padres educaron a una Lady, a diferencia de esa loca arrebatada.

" No eres nada linda, Sissy", proclama esforzando una sonrisa. " Te deseo suerte con el Conde, la necesitarás y accedere a ayudarte con la carta"

Antes de irse le dedica una reverencia, sus dedos cogen la punta de su largo vestido rosa.

Camina con orgullo hacia la salida, es lo único a lo que debe aferrarse, si algo aprendió este tiempo junto a "Ciel" es a mantenerse firme ante la adversidad y el dolor, ella siente el temblar de sus tobillos por el largo pasillo que recorre, no puede concebir la idea de verle casado, confía en que si su amor fue verdadero, los hilos del destino volverán a juntarlos a traves del perdón.

Es un capricho de quien pierde algo y luego quiere recuperarlo.

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Chapter 4: Baile

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

"El hombre no debe acostarse con el hombre" (Levítico 18:22)

Londres, año 18XX

" Mi querido niño"

Espero que la gracia de Dios caiga sobre su usted, le pido día a día que lo cuide en su crecimiento, en sus pasos hacia la adultez, a pesar de los años para mi seguirá siendo un lindo niño muy servicial a su Reyna, tan talentoso como su padre.

El motivo de mi misiva es para compartirle una angustia, debido a la adquisición de la mente brillante encarnada en Lady Sullivan, a la que estimo muchísimo, el gobierno alemán ha conseguido rastrearla, los años no borraron su rencor y el único acuerdo para mantener la diplomacia es que su representante en Alemania, Lady Elizabeth Amelie Greville, nacida en el extranjero y criada en nuestra amada Inglaterra, sea su prometida, me parece un extraño proceder, la segunda preocupación es la carta de su Elizabeth Midford suplicando la autorización formal sobre el final de su compromiso.

Sin embargo, este evento puede causarle problemas en su reputación ante las demas familias, por eso tengo el deber de proteger Inglaterra y las buenas relaciones exteriores como también a su persona.

Asimismo, al unirse a la familia del Duque Grenville, tiene facilidad de espionaje, todo resultará en favor suyo.

 

En el plazo de 60 días, estaría asistiendo a su boda, lamento que sea de manera tan prematura, siempre he contado con su capacidad de entendimiento qué dicta la nobleza de su alma.

 

Atte. Alexandrina Victoria

 

" Si supiera que mi alma no me pertenece, que cara tendrías vieja?"

En su despacho, rodeado de papeles que firmar, releia el contenido y la malicia abordan a su sonrisa, luego cogio una tijera y la rebano en tiras, Ciel tiene aquel irreverente pensamiento ante el descaro de la reyna qué es capaz de sacrificar a sus peones con tal de obtener resultados, aunque el es 100 veces peor, no deja de molestarle.

Al tener fecha límite para cumplir sus propios objetivos, siente algo de emoción por este nuevo juego donde el moverá las fichas a su favor.

El sol del mediodía se entrometia por las grandes ventanas abiertas, maldecia la luz y renegaba de tener tanto trabajo, botó las hojas y tomo un boligrafo, rayando y garabateando una silueta torpe del principal motivo de su dolor de cabeza, ¿Que haria para se fijara en el?, si lo analizaba con frialdad, el ya no poseia nada que ofrecerle, ni pureza, ni sentimientos, estaba vacio que hasta le causaba risible que codiciara su alma, tambien otra interrogante lo invadio " Sentiria atracción por los hombres?.

Si hacia memoria su historial se deriva por mujeres, de gran cuerpo, bellas, su vista se inclino a revisar su pecho, plano y sin gracia, ya no le veia gran beneficio a ser delgado, el siguiente pensamiento que le ataca es " ¿Seré capaz de parirle un niño?, ¿Sera humano o una monstruosidad?", quizas ni sea posible alumbrar, sus dedos trazan espadas apuntando el pecho del mayordomo.

" Aunque si se trata de el, siempre lo resuelve", intuyó con algo de esperanza. " Que diablos digo!, no es posible que ese sujeto y yo..."

De la rabia golpea fuertemente el escritorio y termina lastimandose la mano con una astilla. la hoja blanca cae en esos segundos.

Se oye el golpeteo de la puerta, Sebastian, el motivo de su actual migraña, se presenta con una charola de te y pundding de vainilla con chocolate.

" Buenas tardes joven amo, es la hora del té, hoy probará la combinación de jazmines y miel, cortesia del Señor Lau", le informa con una serenidad. " Oh, le sucedió algo?"

Claro que sabe que se lastimó, huele esas gotas de sangre e intenta conservar la calma y mantenerse indiferente.

" Nada, ultimamente me dan ganas de picar en las ruecas como la bella durmiente", ironiza Ciel, observando a su sirviente acercarse y buscar vendajes, gasa y antiseptico guardados en los cajones del mueble. " ¿Que haces?, yo puedo hacerlo por mi cuenta.

" Lo sé, nunca puse eso en duda, permitame este capricho y aguante el dolor", su súplica hipnotiza, logrando que su amo le entregue su mano.

Protesta en vano, porque el no duda en cuidarle y administrar primeros auxilios, con una pinza desinfectada retira la astilla y Ciel aprieta los dientes, ahogando una queja que consideraria infantil, al final le coloca la gasa mojada en alcohol yodado, vendandole con gentileza.

Considera que conseguir que se abra y le platique sus problemas es una de las grandes proezas de la humanidad, porque tiene un amo testarudo e introvertido.

" Le tiene de mal humor su compromiso?", se aventura a interrogar colocandose a su lado.

" Ya que te concedi tu deseo, te toca devolvermelo", Ciel tiene otra idea en mente, su mirada le invita a sentarse al frente. " Sebastián sabes que no puedes mentirme, dime ¿Alguna vez te haz enamorado?"

Hay un silencio incómodo.

Por dentro se arrepiente de lo que ha dicho, pero no hay marcha atras, en el juego de ajedrez se avanza o se muere el rey desprotegido.

" Ya que no dices nada, seguramente es porque ni noción alguna de lo que significa, las veces que seduciste a esas mujeres solo te dejabas guiar por mis órdenes y por tu maldita entrepierna"

Eso sonaba a un reclamo.

" Disculpe la demora, lo que sucede es que me complique haciendo memoria, son tantos siglos e hilos rojos que me conectan a cuerpos que tomé sin sentir algo de por medio, esa es la verdad amo", explico sin miedo alguno, cuidando su vocabulario a diferencia de ese chico que ya empezaba a afectarle las hormonas, a su parecer. " Yo nunca me he enamorado"

El pez atrapó la carnada y no lo liberaría, es su turno de obtener información.

" Es increible, se perfectamente que no soy tu primer contrato, de alguna forma retorcida estar obligado a pasar años con una persona, que puede causar un apego emocional, ¿Las mujeres que te invocaban no cayeron rendidas ante ese lindo rostro?", Ciel se cruzó de brazos y uso un tono burlón, luego volvió a la afirmación anterior. " Claro no puede ser de otra forma, los demonios son incapaces de amar, te compadezco, no conoces el privilegio de los humanos, ¡Por fin encontre algo en lo que eres inútil!"

" Este mocoso"

Una vena de su sien se inflamó, menos mal no le podia leer la mente, ese chico es tan petulante, le quemaban esas palabas asi como esa altiva mirada de superioridad, pero el contrato impedia tocarle un cabello hasta cumplir su venganza.

¿Acaso no se da cuenta que luego estara a mi merced?

Mentalizaba, estirando una sonrisa de medio lado. Esconder su verdadero rostro en ese momento resultaba un gran esfuerzo, pero no iba a dejarsela fácil, la experiencia contra la ignorante juventud, eso es lo que existia entre ellos.

" Se equivoca, conozco demonios que fueron capaces de enamorarse, lastimosamente esas historias terminaban en tragedia", cerraba los ojos y sonreia en señal de que nada le afectaba. "Por eso me aseguraba de escoger contratos de reyes, faraones, zares, emperadores...Bueno hasta que me conforme con un Conde, no es una queja amo!, usted es alguien excepcional"

Ciel dejo caer su mandíbula, la inteligente forma que era insultado, le desesperaba, tanto que mordio levemente su pulgar, escondiendo ese gesto en un puño, cubriendo su molestia de su campo de visión

" Entonces fue error mio malinterpretarte, supongo que escogiste servirle a hombres porque las mujeres son pegajosas, siempre quieren hablar de romance y esas tonterias" Levanto ambas manos, creyendo tener experiencia por haber tenido de novia a Lizzie. " Seria gracioso que te interesara alguno, tu que atrapas a cualquiera en tu telaraña, ahora entiendo porque sientes repulsivo a Grell"

Su voz ya no sonaba tan convincente, es decepción, tambien hay temor, no le enfrenta desafiante, Sebastián reconoce que el tema le interesa por el y tampoco encuentra la manera de reaccionar, quizas esta confudiendo los hechos.

" No lo desprecio porque sea hombre, es que el no me gusta", de repente aclara y se levanta para acercarse a su Lord. " Yo he comido de aqui y de allá, a los demonios les atrae romper las reglas"

En esa sociedad que condena la homosexualidad, aceptar libremente que mantienes una relación con alguien de tu género es un tabú condenado en las santas escrituras para la delicia de los seres infernales, Ciel se sentia un idiota por no haberlo racionalizado, aun era un chiquillo ignorante de esos temas y le molestaba que le sobrepasara en experiencia.

Ensimismado, dejo pasar por alto que Sebastián tomara su mentón y le limpiara los restos de pudding, " Yo he comido de aqui y de allá", recordar esa afirmación le nublaba los sentidos, habia aceptado que es capaz de sentirse atraido por un hombre.

Y el es uno.

" No me trates como un niño!", Protestó y su palma alejó el toque. " Esta noche debo asistir a la fiesta de Sir Harcourt, ¿Ya esta listo mi traje?, ¡Ve a ver que todo salga perfecto!, no creas que te retuve porque me guste tu compañia, ¡Además no me gusta nada de ti!!"

Sebastián lo imagina como esos gatos callejeros huraños que encontraba a diario en la ciudad, esos gestos que se combinan con pucheros, su azul mirar altivo, es un cielo extenso donde te pierdes en segundos, tenia un instinto sádico de ir a la luz a pesar de quemarse, por eso a menudo le arañaban tantos mininos. El tiene muchas tareas que cumplir antes de seguir distrayendose, suspira al reconocer que no debio permitirlo.

" ¿Es asi?, recuerdo que hace un momento admitió que era atractivo", dijo con tono neutral recogiendo la vajilla Tirchenreuth alemana, su mano libre busco el reloj depositado en su bolsillo y revisó la hora. " Válgame Dios, si es tardísimo, espero que recuerde su entrenamiento de baile, hoy lo va a necesitar."

Murmura al borde de la puerta, lo último que observa es su amplia espalda, se cuestionaba si algún dia alcanzaria su altura.

" El baile eh...", musitó sombrio y desganado, no era un tema que le apasionara y mas si la nueva prometida se presentaría, de reojo se fijó que sobre el piso la hoja del dibujo no se encontraba.

.

.

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"Voces de Primavera" o Frühlingsstimmen, es la ópera nueva interpretada por Bianca Bianchi en la mansión Harcourt, un deleite musical para los nobles, desde una de las mesas reservadas a los amigos de Joanne, Ciel ostenta un rostro risueño, practicado durante el viaje en carroza, para engañar a su acompañante, la hija del duque Grenville.

Ella esta encantada con su presencia a pesar de las murmuraciones.

" ¿No es mayor que el?, que mujer de gustos extraños"

" Sera por quien rompió con la señorita Midford, quizas tenian una aventura"

" El Conde Phanthomhive es muy codiciado entre la nobleza, esa mujer aprovecho la oportunidad"

Que sea un donjuan, era perdonado, pero si la historia fuera al revés, seria totalmente condenado, Ciel comprendia esas reglas no escritas de la retrógrada sociedad, hacia oidos sordos a palabras vanas que salvaban su reputación.

" Me alegra que esta noche este conmigo, por favor llamemé Sissy, se que es informal, pero no me gusta tener el mismo nombre que su ex prometida"

Restaba importancia a sus tontos conflictos, se dedicó a asentir complaciente y la invitó a bailar.

" Como desee, mi Lady", extendió su palma y ella la aceptó desbordando alegría.

Elizabeth Amelie es un poco mas alta que el, se preocupo de no darle problemas por su tamaño y no llevaba tacones esa noche, su cabello castaño oscuro se extendia en una coleta alta y lacia, el vestido era verde , no combinaba con el traje azul cobalto del Conde.

El baile inició con violines, chelos, trompetas y arpas, indiscutiblemente la atención se concentró en ellos, hasta su prima no dejaba de observarle, respingando la nariz al sentirse ofendida.

La tomó de la cintura y cerró la vista, recordando la lección de Sebastián, se preguntaba si aquella vez que no pudo ser entrenado por un verdadero instructor de baile, era un motivo creible, ¿Por qué su mayordomo habia descuidado esas importantes lecciones ?, postergarlas años parecía una excusa.

Hay un caos en su mente cuando el aparece, traga saliva al imaginarle colocando sus manos sobre el, guiandole en el vals, en ese entonces tenia que ponerse de puntillas, hasta llego a subirse sobre sus pies, sabia que apestaba bailando, pero ese demonio transformó su falta de talento en un bello paraíso esa experiencia, no habia mentido en que era una excelente pareja.

Al acabarla pieza, abre la vista y no es quien esperaria encontrar.

" Le gustaria acompañarme a la terraza?", le susurra levantando la palma y buscando el lóbulo de su oreja, con esfuerzo. " Honestamente, detesto los lugares concurridos"

" Quiero hacerlo feliz, Conde", ella le toma del brazo, saltandose el protocolo. ¿Puedo llamarte Ciel, tienes un bello nombre"

El omite una risa, esa mujer no tiene idea de quien es verdaderamente, simplemente debe verla como una pieza que va usar en su juego.

" Escucharlo de Sissy me alegraria!", cada vez fingir emociones le sale mas natural lo cual le repugna.

La pareja sube al 3er piso, no son los únicos, otros enamorados tambien optaron por privacidad, ahora su reciente romance no causara revuelos cuando anuncien su compromiso

" Ire a buscar algo de beber, los empleados estan saturados, espérame", Ciel coloca su abrigo sobre sus hombros y ella asiente con un rubor que el ignora.

Su plan fue hallar a su mayordomo, por eso acudió pisos arriba a localizarle, se suponía que estaria al pie de las carrozas estacionadas y preferia conversar con el antes de seguir aguantando a esa desconocida. Las conversaciones de ambos se complementaban, o el contaba sus anécdotas con personajes históricos, todo ello le entretenia.

Lo que vió inesperadamente fue a Sebastián alejandose hacia el interior de los jardines con el joven Harcourt.

Un semblante histérico abordo su rostro, sin calmarse el ímpetu lo domino y fue a prisa por ellos, bajando tan rápido como sus delgadas piernas le permitían, enloquecido un fragmento anterior de la escuela vino a su mente.

" Obtuve la información del joven Joanne, ¿Sucede algo?, lo encontre en la biblioteca y luego fuimos al confesionario, ¿Duda de mi, joven amo?"

Se sentía un estúpido por confiar en un demonio.

" Maldito mentiroso, no confesaste lo que hiciste realmente", sufría una migraña, ademas de respirar con dolor.

Nada le costaba analizar que si incumplia una regla el contrato estaria deshecho, asi que ese escenario de engaño no existia.

El creia que le habia acariciado, besado o manoseado era la verdadera realidad y ahora ese demonio insasiable volvia a seducirlo. Siguiendo su perfume a rosas mezcladas con champagne se adentra hacia el jardín de alto relieve. Si no fuera porque no puede respirar estaria golpeandole la cara hasta que admita su engaño.

" No lo dijiste todo, tu perro traidor", su pensamiento le nublaba el juicio.

Detrás de los altos arbustos mojados de rocio nocturno, escucho la voz de Joanne.

" E-esa semana que estuviste en mi casa, me hizo sentir tan extraño, ¡No puedo sacarte de mi cabeza!, lo mismo sucedió en la escuela, Digame porque Señor Mikaelis?, porque su voz ha encantado mis oídos y su rostro aparece hasta en mis sueños ¿Es lo que llaman estar enamorado?, con mi prometida no sucede ni un ápice de lo que me pasa con usted, ¡Por favor quedate conmigo!"

Percibía otra presencia, se llevó la mano a la altura de sus ojos, impresionado de reconocer a esa persona que habia corrido hasta despeinarse y liberarse del moño que ya no le permitia respirar bien.

" Me halaga, pero usted esta ebrio, desde que nos conocimos mantuve distancia y respeto, no le di motivos ¿Verdad?, lo traje aqui para que no se desatará un escándalo", su espalda se apoyó al borde de los arbustos que similaban paredes. " Además ya tengo a una persona en mi corazón, por favor le ruego que vuelva a la fiesta, si lo llevo le generaré problemas, será mejor que cortemos lazos a partir hoy"

Lo vio alejarse entre lágrimas, ese tipo que era de profesión seductor, tambien era alguien cruel con los sentimientos de los demás.

Ahora debia ocuparse del gato curioso, atravesó el muro de follaje herbal y lo atrajo, atrapandole del brazo, luego bajó hacia su cintura.

" Q-que haces, Sebastián!", reclamaba pero no ordenaba que le soltara.

" Esa deberia ser mi linea, un noble inglés escuchando confesiones ajenas ¡Que delito!, merece una reprimenda"

El sonido del piano sumado a un tema popular, interpretado por una voz varonil, viaja hasta el exterior, ese vals da inicio al baile entre demonio y dueño, aunque Ciel golpetea su pecho, la firme mano de Sebastian sujetandole se mantiene, el tararea la letra pegadiza, sus pies siguen el movimiento de tres tiempos en un ritmo, lento, rapido, lento.

"I had a sweetheart, years, years ago. Where she is now, pet, you will soon know", canta para tranquilizar a su alterado amo. " List to the story, I'll the it all, I believ'd her faithless, after the ball"

" Te burlas de mi?", preguntó irritado. " Me perdí en el jardín, yo no queria... Puedes ser amante de quien sea, ¡No me incumbe!"

Le hizo girar y la canción seguia su curso, pero debia enviarlo de regreso, es el primer humano que conoce con esa luz imborrable en su alma, no importa la crueldad del mundo, esa luz sigue brillando y atrayendolo, esa es la verdadera carnada.

El contacto de sus manos tibias sobre las palmas frías del mayordomo finaliza.

" El castigo terminó, seguramente el joven Harcourt debe estar vomitando en alguna esquina, asegúrese de que vuelva al salón y uselo de excusa con la señorita Grenville"

" Eres mi mayordomo, yo soy quien da las órdenes!", el azul de su mirar e intensifica al levantar el rostro.

" Lo sé, es una sugerencia, dejeme arreglarle el cabello", Sebastián le arregla y luego le acomoda el moño. " No parece alguien perdido, yo diria que quiso competir con una liebre para encontrarme"

Ciel chasquea la lengua, ¿Que fue aquello?, el baile, sus atenciones, desde cuando supo que le espiaba, detestaba su perfección porque el se consideraba arruinado, lo unico valioso es esa cadena que los ata y no permitira que se rompa jamás.

" Volveré pronto, estoy harto de rodearme de esas estúpidas banalidades", ordenó dandole la espalda. " Alista el carruaje!"

Fue el mandato que aceptó su leal sirviente con una mano al pecho, aceptando su deseo con una corta frase, ahora es el turno de ver su silueta delgada desaparecer, extrae del bolsillo interno de su frac el dibujo que hizo en la tarde su amo, aunque dibuja fatal y le decore con espadas hirientes, le regocija el ego que piense en el asi no este a su lado.

" Despues del baile, la la la", canturrea volviendo por un camino diferente a la zona de carruajes, silbando mientras mariposas negras vuelan a su alrededor, escoltando a su Señor infernal.

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Notes:

Inspirado en la canción "After the ball", popular en esos años, posteriormente se usaran mas estrofas.

Chapter 5: Cazador y presa

Chapter Text

Época actual, año 18XX

 

Escuchaba a las cigarra a cantar sin cesar, observaba la luz amenazando lentamente con invadir la privacidad de la recamara, sonreía sin malicia, aquello es un milagro causado por ese humano, porque el despertar más bello era al lado de su familia.

Su Señor es siglos más joven, de menor altura, terco, introvertido, en contraste posee una determinación gigante, es un aristocráta orgulloso, elegante y secretamente dulce.

Viendo sus largas pestañas, temía despertarle, la niña que iba en medio de ellos también lo entendía, al comienzo Sebastián no fue el padre que ella necesitaba, recordaba molestarle qué tuviera el color de sus ojos, porque deseaba con receloso capricho que heredara los de "Ciel".

Pero no tiene desicion en la genética, resopla y el mechón que surca su pálido rostro se agita, muy a su pesar ya debe de levantarse.

Debe cumplir quehaceres y además cierta cita

Hace tiempo que comparte el dormitorio con su amo, al igual que sus sábanas, baño, el cómodo diván, gracias a una licencia honorifica por su "gran trabajo", es la manera tímida de decirle que lo suyo es de su demonio también.

Acaba de ducharse, gotas de agua corren por su piel y al fijarse en el espejo, cierra sus claros ojos, luego su imagen es distinta, ya no existe humedad en sus cabellos y su piel está suavemente tonificada.

" Vamos, Kittye, acompañe a este humilde sirviente a un paseo por los jardines"

A veces usa aquel sobrenombre porque es equivalente a decirle gatita y el ama a los gatos.

Después de avisarle en un susurro cautivante, la pequeña mira a su madre y balbucea "Non", causando que el pelinegro dilate la mirada.

Tan diminuta en tamaño y rebelde a flor de piel, al decirle que no quiere.

" Latín, eh", hay un tono divertido en su sonrisa, con más razón la aleja de su señor y se dirige al cuarto de la bebé

Los cambios y el crecimiento del híbrido son distintos al de un ser humano, Sebastián va descubriendo nuevas facetas de su hija.

Al ingresar a la habitación, su gesto luce reflexivo mientras busca el canasto donde colocarla, aquel recipiente de mimbre con correas fue cortesía de Lau.

" No se que cara vaya a tener primero cuando se entere que hablas el idioma de teólogos y demonios, jamás te lo enseñe", le habla teniéndola sobre su espalda. "Iba a empezar con arameo"

Su objetivo no es privar la de conocimientos, ya que ese fue uno de los motivos por el cual declararon la guerra a los cielos, si bien no tenía una noción propia de lo que un padre debía ser, lo que si haría es no repetir los errores de su propio creador.

Lo cual es una blasfemia, pero a él le da lo mismo.

El alba se va pronunciado, cada vez los rayos de luz se adueñan de los cielos y despejan los grises nubarrones, el mayordomo abandona la Mansión y la niña se muestra inquieta, moviéndose y gorgeando molesta, ella quiere regresar al regazo de mamá

" Señorita Katherine Angelina Phantomhive, le ruego resista un poco, es necesario que me acompañe" le anuncia con voz suave, a lo que ella responde con una mirada rosa carmesí. " No es necesario que te vea para percibir tu mal humor"

Le habla tan risueño que ni suena a regaño

 

La bebé necesita a Ciel, no a su loco padre alejando la de el, en venganza la bebé le tira de los cabellos.

 

Sebastián tiene una vena hinchada en la frente, oculta su fastidio, por ahora la ignora, sigue adentrandose en el bosque de robles y aromáticos fresnos.

 

Sus ojos cambian de color y examina cada parte del lugar.

" Bael, no tengo toda la mañana", el golpea el tronco del roble.

Del interior brota un ser sobrenatural. Una tarántula qué parecía estar pegada a la cabeza de un gato y un sapo, horrible a la vista y de terror, pero la niña aplaudia entre agudas risas.

" Qué clase de imbecil eres?", exclama aquel ser en un eco furioso.

El cuerpo del arácnido monstruoso brillaba y poco después cambio su apariencia, ahora es un humano guapo de cabellos borgoña, peinado en media cola, sin flecos cubriendo su cara, sus iris no tenían brillo, son enteramente oscuros

" Si nombras a un demonio por su nombre, este puede aparecer", se explica Sebastián. " Claro que es opcional, es tan extraño que respondas a mi voz, quizás la adoras"

Su cinismo sin límites irrita al otro demonio, con ese ente el ya no finge ser un educado sirviente, el demonio iba a deafiarlo gritando su nombre a todo pulmón y es detenido por la mano de Sebastián.

" No seas infantil", con ese movimiento lo tumba hacia el árbol. " Ya pasaron varios meses desde la última vez que nos vimos, que información tienes sobre la alimentación del híbrido"

La frialdad con la que denomina a su propia sangre asusta ligeramente al pelirrojo.

Lo libera esperando noticias.

" También puede alimentarse de almas, indague en los libros del infierno, si come almas su hambre se moderara, de lo contrario hará sufrir a su madre, su leche no bastará ni los frutos de la tierra", advirtió frunciendo las cejas. " Los shinigamis interferiran, será un caos, ¿Por que crees que evitamos embarazar humanos?, muchos de esos híbridos no alcanzan ni el mes de edad."

La bebé es completamente distinta, cada día y cada noche Sebastian vivía con la angustia de perderla, imaginaba escenarios terribles donde su amo abandonaba la cordura, la muerte de su Señor sería también la suya.

" Sería tan distinto si hubiera conservado mis blancas alas", añoro descansando sentado sobre la hierba. "Es verdad, un ser de las tinieblas no puede ser bendecido con felicidad, ¿No hay forma de que se vuelva humana?"

Bael lo imito, se sentó a su costado, la niña aleteaba sus manitos y entre fingidas protestas a acepto cargarla.

" No lo hay", respondió jugando con la nena haciéndole muecas graciosas, luego se detuvo. " Qué piensa tu humano?"

Esa pregunta le causó escalofrío.

" Por el momento es un secreto"

" Tarado, ***** no es idiota, se dará cuenta y se enojara muchísimo, no es que me importe, pero esa lluvia siempre me salpica", se enfadaba con un gesto de labios de tierno pato. " Puede comer en un inicio almas de animales muy amados por sus dueños, si lo piensas los niños están rodeados de ellos, no será complicado, es parte de su naturaleza"

El le escuchaba guardando silencio, dejo la canasta a un lado y se echó completamente sobre el follaje humedecido por el rocío, colocó un brazo sobre sus ojos.

" Por que aceptaste ayudarle, por tus malditos poderes estoy en este dilema"

" Qué cruel!, tu me lo ordenaste viejo desmemoriado", Bael sentó a la bebé en medio y siguió renegando. " Ustedes querían a este niño, se los di y no aceptó reembolsos, es tu sangre y la del mocoso"

Aunque le molestaba las quejas ajenas y las críticas a su edad, en esos años se había vuelto tan loco por su amo que se disponía a hacer lo que sea por seguir viviendo este edén prohibido. Esa linda "consecuencia" estaba subiendole al pecho, buscando calor paternal, se acuno encima de sus pectorales y cerró los ojos, descansando muy tranquila.

" Yo no podía mentir, pero tu si", Sebastián la abrazo con la mano libre para evitar que la nena rodara, reconocía que ahora fue su turno de ser tontamente infantil . " Por esta vez pasaré por alto que me digas viejo, la próxima vez te cocinare en una olla"

Bael no sabía si eso sería bueno o malo, adoraba la tortura.

" Alguna vez yo también tuve un bebé, creo que por eso les ayudé"

Comentó con cierta seriedad y nostalgia.

Al aparecer el sol completamente Bael desaparece sin dar oportunidad a Sebastián disculparse, quizás pasar años con un amo inmaduro le pasaba factura.

Se oyen disparos.

Sebastián por instinto cubre a la bebé con su cuerpo, olfatea la pólvora, los estruendo sos ladridos de perros infectan sus oídos, recuerda que es la época de cacería de zorros.

Por su parte Khaterine estalla en llantos, sus poderes desequilibrados alteran no solo los oídos, también a la tierra que empieza a temblar brevemente .

Desconcertado, no se fija en la presencia que aparece y le da un buen puntapié en las nalgas.

" Como te atreves!", es la voz de su amo, vestido en pijama. " En esta época del año esos bárbaros nobles vienen a cazar a mis tierras y no puedo impedirlo, hay una plaga de zorros!, sabes que Kittye odia a los perros"

En eso se parece a papá.

Ciel se la quita en automático y le coloca torundas de algodón en los oídos, le susurra qué no está sola y que castigará al mayordomo por esta falta.

" Lo siento bastante, yo... No tengo excusa", respondió entre nervios, si había escuchado los disparos y no había reaccionado por quedarse pensando en las palabras de Bael, ahora no es capaz ni de mirarlo a los ojos. " Alejemonos cuanto antes"

Sin aviso, tomo a su amo en brazos, quien a su vez sostenía a la bebé, se pierden en una audaz carrera.
Pronto los sabuesos abordan el lugar en busca de madrigueras.

El los cuida no por obligación de un contrato, es una sensación distinta, cálida, especial.

La huida le recuerda a otra del pasado

 

.
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En el pasado

Por aquel entonces, fue notificado de un segundo encuentro, donde después de una fría reunión en la mansión Phantomhive, el cabeza de la familia estaba oficialmente comprometido.

Al evento acudieron variedad de nobles, marqués es, barones, incluido el Duque Grenville, su suegro.

A Ciel no le causaba gracia convivir con esa gente superficial, soportaba las felicitaciones y los abrazos de su prometida Sissy.

Después del almuerzo, durante un rojo atardecer, los hombres de las distintas familias salieron a cazar como deporte.

Los caballos relinchaban, desde un corcel negro Ciel vestía un traje azul noche, le ha ia costado bastante que ella lo dejara en paz.

" Volveré pronto", le anunció sujetando al caballo. "No es apropiado que te expongas a acompañarme, además será buena ocación para conocer más a tu padre"

" Cariño, voy a extrañarte", ella lloriqueaban despidiéndose con un pañuelo, el cual entrego a su prometido antes d verlo partir.

Ciel cabalgo y no tenía intención de charlar con su padre,fue una excusa simple y eficaz, además el caballero estaba empecinado con que lo llame papá.

" Yo tuve un padre, no necesito otro", mascullo entre dientes.

Sobre la más alta rama de un roble, Sebastián estaba a cargo de que nada terrible ocurriera, acostumbrado a que su Lord siempre esté en la mira de asesinos, era su labor mantener todo en orden y protegerlo del peligro.

Los fuertes ladridos de los sabuesos Hunt le fatigaban los oídos, podía soportarlo hasta que vio a Elizabeth Midford cabalgar en la misma dirección que Ciel.

" Vaya!, esto me distraera del aburrimiento", murmuró divertido colocando su palma en su lindo mentón varonil.

Nadie tenía que decirle que era un mal hábito escuchar conversaciones ajenas, pero si la orden fue protegerlo de posibles amenaza, Elizabeth contaba como una, gracias a su fuerza y destreza con la espada.

Así que se infiltro entre los arbustos.

" Hasta cuando seguirás con esta farsa, no eres el verdadero Conde, tus hijos no van a merecer ese título, tu me llamabas niña caprichosa y yo te digo que eres un codicioso, volviste a sepultar a tu hermano por congraciarte en el poder!"

Ciel bajo del caballo y se dedicó a tantear el terreno.

" Regresa, por aquí hay trampas ", evitó hablar del tema, pero ella enojada le tomó del cuello del traje.

" Lo diré todo, si vas a casarte con esa mujer, entonces que sepa quien eres, alguien que no tuvo corazón para ocupar el lugar de su hermano, te las arreglaste para que te aceptaran, pero me dejaste a mi viviendo con esa verdad, ¡Es un castigo terrible!, tu debiste morir junto a él, ¡Esta familia está maldita! "

Iba a abofetearla y ella le detuvo, no le tenía miedo, era rencor por sentirse utilizada.

Y por haberse burlado de su amor al rehacer su vida.

" Vamos hazlo, ¿Quieres que yo mismo te arrastre a hacerlo?, soy el perro de la Reyna, borraré de Inglaterra a todo el que me traicione, quiero que lo intentes!"

Le disgutaba ser débil en una pelea frontal , aunque eso no le impedía lucir imponente.

La chica lloró, hipando y restregandose los ojos, siguió descargando años de dolor.

" Nunca me amaste", sus reclamos se combinaba con sus lagrimas

" No tardaste en comprometerte, nunca signifique nada, h-hasta tus sirvientes tuvieron más atención, disfrutas estar rodeado de ellos y de ese tal Sebastián, ¿Crees que me trago el cuento de como lo conociste?"

Ciel le ofreció un pañuelo, ya no estaba atado a ninguna obligación con ella, sin embargo esa ruidosa chica adicta al rosa, era el último recuerdo de los días en que era feliz.

" Elizabeth, disculpame por decepcionarte, pero ya esa relación se terminó, piensa lo que quieras de mi", iba a volver a subir al caballo y la rubia se adelantó a ahuyentarlo.

" Bésame como despedida"

Realmente no entendía a las mujeres, lo odiaba o lo amaba?, era en vano irritarse por espantar al corcél. Durante esos años jamás le había besado en los labios, ahora su severa crianza le prohibía conceder le tal deseo, tampoco lo ansiaba, pero no era tan cruel como para comunicarle que fue irrelevante en sentido romántico.

 

" Si alguien te ve conmigo habrá rumores, por favor vuelve, no puedo hacer eso contigo, seré todo lo frío y falso que imagines, pero siempre respete a mi prometida"

 

Quizá hay una edad en la que no quieres que te respeten, ella se colocaba en ese nivel, sin oír a la razón se lanzó sobre el, sus lágrimas fluian hasta caer sobre la cara de Ciel.

 

" Necesito saber que siento, ayudame ", ella próximo su rostro y el distorsiono el suyo en una mueca de horror.

 

" Sebastián!", gritó

Porque cuando esta en problemas ese demonio es en quien más confía.

 

El mayordomo apareció como si fuera una invocación y alejo a la rubia, cargandola sobre su hombro, parecía un saco de papas.

 

Ya no tenía porque tratarla bien.

 

" Uf, llegue antes de que le roben un beso, mi Señor"

 

Sin mucho esfuerzo coloco a Elizabeth sobre el caballo y golpeó al animal para que avanzará.

 

Ella maldijo a ese hombre, también a su primo, sus emociones la sobrepasaron, no consiguió ni un miserable beso y sentía que lo había perdido para siempre.

Es el precio de su anterior desprecio .

 

Por otra parte, el mayordomo caminaba por el bosque, con Ciel en brazos, rastreando trampas y con algo de temor de caer en ellas.

 

" Demonio cruel, tardaste mucho en rescatarme", su mano golpeteaba con graciosos toques su pecho.

 

" Le pido mil disculpas, joven amo, verá me quede congelado al saber que Lady Elizabeth creyera que usted me quiere más que a ella"

 

Bromeaba con tal de molestarle y causarle un puchero, ya esperaba sus comentarios negativos y hasta hirientes.

 

" Y que pasaría si fuera así?"

 

Los iris de Sebastián buscaron los ajenos, su sonrisa se borra y sus sentidos también.

 

Acaba de pisar un trampa, en lo literal y en alegoría.

Una red de fuerte lino y cañamo los atrapa, la posición en que quedan es incómoda, por el bullicio externo no escuchan el vibrar de sus corazones.

Ciel acaba de dar su primer beso.

 

Aun no esta seguro de denominarlo así, pero es lo más cercano a uno, al sentir los labios de Sebastián rozando los suyos.

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Chapter 6: Castigo

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Tan rápido como pudo, utilizo el cuchillo de plata escondido entre sus mangas con el fin de liberarse de aquella escena íntima e impropia.

 

Un sirviente no debe anhelar los labios de su amo.

 

Sebastián sumergido en su papel de mayordomo, reacciona y corta la malla de lino, ni el ni su Señor abrieron la boca durante esos segundos de contacto, aunque por dentro el alma quemaba.

 

" Que terrible manera de terminar el día, eso es lo que piensa ¿Cierto?", el demonio se adelanta en bromear sobre la absurda situación en la que se comprometieron sus labios.

 

Ciel iba en sus brazos, notando a Sebastián sacudirse brevemente para deshacerse de la red. En realidad no tenía una manera honesta de contestar a esa interrogante, porque por primera vez en años el acercamiento de otra persona no le repugnaba como en el pasado, tampoco es esa sensación de hastio e incomodidad que las chicas le producen con sus gestos melosos.

 

" Muy terrible", elige aquel amargo comentario, es un perfecto actor que esconde bajo 7 llaves sus verdaderos sentimientos.

 

¿Qué sucederá ahora?, Ciel se apresura a gesticular apatía mezclada con seriedad, mientras el mayordomo continúa escoltandolo en sus brazos, también escéptico a aquel contacto y restando importancia a los latidos cardíacos anomarles de su ser.

 

El resto del camino les gobernó el silencio, el follaje de las hojas que atravesaban, los gorriónes revoloteando por la intromisión del par brincando de rama en rama, el ruido de los rifles disparando a matar hacia los zorros, era lo único que invadian sus oidos.

 

La poca experiencia de Ciel le jugaba en contra, de reojo observó el rostro bello e implacable de su demonio y en su mente no tenía otra orden, una que deseaba borrar y sepultar, porque decir aquello es una debilidad además de una patada a su masculinidad.

 

No podía gritarle qué lo besara.

 

El es el amo, quien mira hacia arriba y no se mancha con cursilerias de tontos pubertos, siempre escapaba de crecer como los chicos de su edad, siempre, es cierto que tiene un plan, pero no significa que afecte su raciocinio, el moverá las cartas y la dirección del baile, no puede perder ante ese ángel oscuro del averno.

Y esta vez, va utilizar este contratiempo a su favor

 

" Sebastián, cuando todos se vayan y la última vela se apague, ven a mi habitación"

" Así será , amo", contestó con cierta extrañeza en su mirar.

Entender a los humanos era una de las proeza más grandes desde que les otorgaron libre albedrío, Sebastián no comprendía que necesitaba ese solitario Lord a altas horas de la noche.

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Fatigado de las adulaciones, Ciel es abordado por la variedad de nobles en su Mansión, felicitandole por su nuevo compromiso y esperando alguna fiesta de por medio.

" Improbable, tengo negocios que atender", se excusaba con frialdad, viendo a Mey Rin servir el vino y esperando un desastre también.

" Tengo la esperanza que mi prometido tenga un espacio en su itinerario, ¡Adoraria presumirte en una reunión especial", la voz de Sissy es aún más chillona que la de su ex. " De igual forma si no se puede, no le daría problemas al Conde, solo quiero hacerle feliz", expreso tomándole del brazo y apegandose a él.

 

Esas libertades le irritaban, también ese engreimiento ridículo de "hacerlo feliz", cuando no tienen idea de lo que perdió, convencido de que no hay solución para recuperarlo, por eso detestaba tanto las fiestas, llenas de promesas absurdas y gente mediocre creyéndose superior solo por gozar de una posición económica.

 

" Ah, si gracias", dio una respuesta seca viéndola por segundos, luego volvió su vista a Mey Rin.

Ella era sujetada de la cintura por su mayordomo, ayudándole a no caer con las copas de vidrio, causando vibras y brillos en los ojos de las damas.

 

" Ya se que firmaste por carta, pero igualmente dime si lo celebraremos", Lady Grenville dibujaba corazones en su pecho, creyendo que la esuchaba.

Ciel se soltó y pretendía reprender a Sebastián por ese "espectáculo" con la criada, estaba fuera de si, pero alguien le sujeto el brazo.

" Sissy, ahora no", exclamó girando de medio lado, se equivoca y dilata la mirada. "Edward?"

 

El hijo del marqués y primo suyo le golpea el rostro, toda la noche había esperado esta oportunidad, se cobraría las lágrimas de su hermana.

" Lizzy regresó a casa llorando, no me importa que me acuses con la reyna, después de todo eres un crio que sigue llorandole a un adulto para que te atienda"

Plaf!

 

Sin lazos más que los sanguíneos, Ciel ya no debía aguantar sus arrebatos y estupideces, odiaba tanto sus amenazas, la paciencia se agotó desde que el compromiso acabó.

 

" No necesito la ayuda de alguien para ponerte en tu lugar. ¡Soy el Conde Phantomhive y esta es mi Mansión!, si pretendes golpearme, te lo devolveré, si me insultas, te arrancare la lengua y se la daré de comer a los gatos, ¿Te queda claro?"

 

Sebastián admiraba a su Señor siendo independiente, ya no gritaba su nombre por algo sin importancia, se está convirtiendo en un noble de temer y el sigue a los que pisan gente, no al revés.

No deseaba acabar con su valiente espectáculo , pero debía cuidar la reputación de la familia, aunque por ahí algún invitado alentaba a Ciel para que siga con la pelea.

 

" Sir Edward, le ruego me acompañe a la salida", Sebastián se interpone y con una suave sonrisa le indica por donde irse.

 

" No me sorprende que estés de su lado, ambos son unos raros de mierda, se supone que el habia muerto ¡Te escapaste del inframundo y trajiste tu propio demonio!"

Hay una sonrisa macabra que nadie ve, por parte de Sebastián.

Como reprimenda Edward recibe una barra de jabón en la boca y el mayordomo tiene un gesto gentil.

" Recuerde que hay damas escuchándolo", fue toda la explicación que dio antes de sacarlo haciendo presión en su muñeca.

 

Muchos murmuraban qué el Conde había cambiado mucho, otros que el poder y el dinero tenían la culpa, en lo que estaban de acuerdo es que el misterioso mayordomo influenciaba en el, si parecía un demonio construyendo un camino de victoria, pero ¿A cambio de que?

Ciel se apresuró a consolar a Sissy quien lloraba asustada por el incidente, le pedía que repudiara a los Midford.

" No puedo hacer eso, son la única familia que me queda", el intentaba crear una conexión lo suficientemente débil qué los alejara, pero al mostrar piedad al no denunciarlo con la reyna, en símbolo de valorarlos por ser familiares, era una tibia consideración .

 

" Cariño, mira como te dejaron la mejilla, ¡Yo hablaré con su majestad!"

 

" Por favor dedica tu atención a nuestra boda, yo estoy esperando ese día", el sonríe muy grande, tanto que opaca al día oscuro.

 

Ciel juega bien sus cartas, causando que la mujer cambie su expresión llorosa por una de rojo rubor, ahora su público cree que es un romántico tímido y fiero como enemigo.

 

Su objetivo es en todo momento proteger su apellido, los demás son piezas que danzan al compás de sus mentiras.

 

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Época actual año 18XX.

 

En aquellos días existía la superstición de que un bebé no debía acudir a un cementerio porque las almas que no descansaban se apoderaban de los no bautizados, robando su energía y enfermando después.

 

Pero Ciel no creía en ello, antes de partir hacia el panteón, sus sirvientes lloraban a mares implorando que dejara a Khat a su cuidado.

 

Si, la pequeña les torturaba con sus llantos y caprichos, pero igualmente la amaban.

 

Ya dentro del campo santo, parvadas de palomas blancas revolotean en los cielos teñidos de dorado color.

" Eso no es real, las almas son recogidas por los Dioses de la muerte, además mi hija tiene energía sobrenatural, por tanto es superior a la humana ", comentaba a la persona que estaba a su lado. " No es así, Sebastián?"

" Es así, mi Señor", el afirma mientras se inclina a revisar a la bebé, que reposa dentro de la carreola. "Me temo que no estamos solos, hay una presencia conocida acercándose"

Le advierte y toma a la niña en brazos, desde que nació se le ha ordenado que priorice la vida de ella por sobre la de Ciel.

Los árboles se agitan en aquel atardecer de invierno.

" Oh, Edward", el Conde lo ve por encima del hombro. "Cuanto tiempo me alegra que estés saludable"

El rubio se sobresalta, no entiende como es capaz de percibirlo a 7 metros de distancia, aún sin voltear. Lleva crisantemos blancos y gladiolos amarillos entre sus manos, se acerca y le devuelve el saludo.

" Eres tu Ciel, me sorprende que vinieras a visitarlo", con disimulo observa a la niña que anda jugando con una sonajero de plata. " Sigues siendo el perro de la reyna, no imagine que tuvieras tiempo y mucho menos encontrarnos "

Edward se arrodilla frente a una tumba con el nombre de su padre.

" Fue mi tío y la persona que protegió mi casa, aquel terrible día, es imposible olvidarlo "

 

Las tragedias rondan el apellido Phantomhive, esa no es una superstición, si no una maldición, ambos recuerdan con distinta forma de sentir ese dolor, recuerdan a Alexis León Midford.

Al hijo se le caen las lágrimas, Ciel había dejado cantidad de coronas de flores, su primo nunca le cayó bien del todo y luego tiene esos detalles que lo descolocan.

 

" Lizzy no pudo venir, esta embarazada y mamá teme por las supersticiones, ya no es tan devota de Dios, desde que papá falleció", aun sintiéndose mal por su partida reza un poco, causando inquietud en el mayordomo.

 

Le trae recuerdos de viejos exorcistas cada que escucha un padre nuestro.

 

" Lamento irme tan pronto, aún debo visitar la tumba de mi esposa, aprovechando que estoy en Londres", al notar que Sebastián lucia inquieto iba a zafarse con esa excusa.

 

" Ciel espera!"

 

El Conde se detiene, también su sirviente y hasta la bebé tienen el mismo gesto de sorpresa.

 

" Por favor dejame saludar a tu... A mi sobrina", se corrige acomodandose la corbata y fingiendo un poco de tos. " Se que hemos tenido nuestras diferencias, ya no tiene que ser así, al menos por esta bella niña"

 

Viendo que su Señor asiente, Sebastián la entrega a Edward, se mantiene vigilante con un cubierto de filo en una mano enguantada si se trata de su sangre, no confía en nadie.

" Solo por un momento, estoy con pendientes y debo regresar antes que haga mucho frio", detalla Ciel quien por detrás de su espalda sostiene un arma.

Ambos padres son en extremo precavidos.

" Lo sé, lo sé", Edward suena resignado. " Tienes una hija muy linda, no se parece en nada a Lady Grenville, espero no te ofendas"

 

Sebastián ahoga una risa.

 

En respuesta Ciel suspira, esta cansado de oír aquello, parece hija suya y la vez de alguien más.

 

" Siempre tan descaradamente honesto", resalta acomodandose el sombrero de copa. " Ella no la quería y por eso permito que digan lo que quieran, fue una terrible madre, estoy aquí por compromiso"

 

La bebé estira una mejilla de Edward, le gusta mucho sus ojos verdes y deja caer la sonaja, haciendo resonar los cascabeles.

Sebastián recoge el juguete y lo limpia con un pañuelo, la niña lo mira muy alegre tanto que se arroja a sus brazos.

" Seguramente pasa mucho tiempo con ella que le ha tomado cariño", una débil sonrisa se forma en los labios del rubio. " Sigue viéndose joven y diligente, Señor Mikaelis"

 

" Le agradezco el cumplido", Sebastián se aleja con una venia y les deja a solas para que se despidan.

 

Una vez más Ciel escucha que su primo pide que visite a Elizabeth, pero el le recuerda que ella está casada y el es viudo, acomodandose en las reglas de moral inglesa, no piensa volver a esos días de camaradería.

" Por favor, no se que le hiciste no puede olvidarte"

Aunque esta a considerable distancia Sebastián escucha todo.

" Ya lo hará, mi esposa murió hace poco, yo no puedo verla, cuidala mucho, dile a mi tía que también le envío mis saludos, aunque me deteste"

 

La despedida aconteció y las primeras estrellas brillaron en el firmamento azul.

 

Lidiar con la familia y tocar temas del pasado, alteran el rostro de Ciel, empieza a caminar con pisotadas fuertes, luego de pasar por la tumba de Sissy le arroja de mala gana un ramo de rosas rojas para guardar las apariencias.

 

Hay otra parada más importante que realizar.

 

" Snake"

 

" 15 de marzo de 1871 - 9 de diciembre de 1889"

 

" En memoria de tus amigos, que la gracia de Dios te reciba en el paraíso"

 

Arrodillado frente a la tumba, oyendo a los grillos cantar desde sus escondites, Ciel limpiaba la lápida con un fino pañuelo de hermoso bordado.

 

" Si estuviera en mis manos, te traería de vuelta para tomar el té y... Pedirte perdón, fue mi maldito error, yo vivía pensando en que nadie me quería"

Sebastián sostiene a la bebé quien al notar la melancolía en su madre, quiere escapar de sus brazos y cuidar de Ciel, su sensibilidad por el es muy alta, su padre entiende sus ganas de consolarlo, pero este es un momento muy íntimo.

 

" Mi Lady, me temo que ahora el Conde no puede atenderla", le explico elevandola, observandose mutuamente. " Verá, hace unos años el contrato al chico que ahora duerme en ese lugar rodeado de orquídeas, nos conocimos en circunstancias terribles, porque al principio el no era amigo del Conde, después eso cambió al vivir con nosotros en la mansión, se que que no llegaste a conocerlo, pero lo hubieras querido mucho y a las serpientes qué le acompañaban también "

 

Repentinamente, agitó la sonaja de plata, buscando que se calmara, mientras la envolvia en sus brazos, luegl la cubrió con su abrigo.

Sebastián impedía qué oyera las lágrimas de mamá.

" Los muertos no tienen una segunda oportunidad ", con esa palabras Ciel se limpia la humedad del rostro.

Quizás la maternidad o el peso de tantos muertos, Ciel esa noche quebró su voz, prometiendo qué sería la última vez que se vería tan patético y miserable.

 

Khaterine se abre paso entre el abrigo y ve a Ciel, recuperando una postura erguida y distinguida, mientras el viento agita su capa.

Ella desea que su dolor termine, tiene un amor desmedido por su progenitor, haría lo que fuera por su sonrisa, luego de que Sebastián se aproximara para permitir que la niña lo consuele.

Los ojos de la bebé brillan en rosa escarlata y arroja el sonajero qué queda atrapado entre las flores.

 

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Recuerdos del pasado.

 

Un candelabro de tres puntas sobre la mesita de noche, el aroma a leche y miel impregna la habitación amplia, mientras el mayordomo abotona el camisón de su Señor, este pretende retomar la conversación.

" Quiero hablar sobre lo que paso esta tarde"

 

Que tome la iniciativa causa ligera extrañeza en el mirar habitualmente relajado del sirviente.

 

" Vaya!, ¿Qué sucedió?"

 

" Hmph!", Ciel reacciona disgustado con aquella corta onomatopeya.

 

Sebastián se coloca un dedo sobre la mejilla, como si le costará interpretar sus palabras y adivinar a que se refiere, Ciel le empuja el pecho con un puntapié bien ganado, provocando que el más alto se apoye en sus manos.

 

" Tres mil años no pasa en vano, cierto anciano?

Franjas azules de molestia impactan el rostro del aludido.

 

Iba a intentar colocarse de pie, pero la ruda vista de su amo lo impide.

" No recuerdo haber ordenado que te levantaras"

 

Sebastian no puede comprender lo que pasa por la cabeza de ese mocoso altivo, pero tampoco desea irse sin saber sus intenciones.

 

" Me deja hablar?", le pregunta y su amo asiente frunciendo el ceño" Ah, ya recordé! Le vuelvo a ofrecer mis disculpas, fue mi error no percatarme de la trampa"

 

" Es todo?, sucio demonio ¡Tu te sobrepasaste connmigo!, me besaste y no puedo dejarlo pasar por alto!“

 

Con violencia le coge del cuello de la camisa, luego rompe su chaleco, los botones salen disparado en varias direcciones.

 

" Vaya, es un privilegio ganarme su coraje, tal como en la antigüedad va a castigarme ¿No es así?"

Sebastian se deshace de su ropa maltrecha, va a cumplir su deber de sirviente y llevar su papel hasta el final.

 

" Pensé en que sería conveniente", dice mientras busca un objeto torturador de entre los cajones. " Mandarte a ayunar no sirve contigo, tampoco aislarte, así que elije te vas tu habitación a rezar largas letanias hasta que amanezca o escoges mi látigo"

Esto rompe con la idea de contar con su amistad, no hay nada fraternal entre ellos, aunque muchos se lo digan, no conocen la perversidad de su Señor.

" Claramente, usted ya sabe que quiero", el cederia y también se vengaria. " Pagaré lo que hice, pero amo sabe lo que paso no fue un beso, no tiene ni idea de lo que una boca es capaz de hacer dentro de otra"

Tildarlo de tonto le hizo chasquear la lengua, apretó el látigo de cólera, ¿Por que nunca se queda callado?

 

" Arrodillate", ordenó y el pecho del sirviente quedo expuesto. " Debí hacer esto antes, desde que te burlaste de mi por usar un vestido en el salón del Vizconde Druitt"

 

Plaf, Plaf.

 

El castigo inicio y las aves nocturnas revolotearon de los árboles asustadas del sonido.

 

" Le dije que lucia bella, no se me tiene permitido mentir"

 

Ciel enrojece y le propina otro latigazo sobre sus hombros descubiertos, recordando ese humillante acto, bailando con ese demonio, el lo disfrutaba, verlo de faldas era un deleite ajeno.

 

" Cállate!, tu insolencia no conoce límites", seguía castigandolo y haciéndole probar el rigor de su poder. " Quien sabe que pretendías realmente, osabas tocarme bajo el vestido?, planeaste besarme cayendo en la trampa al propósito?"

" Ugh, ngh!", el dolor se combina con exitacion.

 

Las marcas rojas se apoderan de brazos, pectorales, hombros, tórax, Ciel sonríe como alguien que cae al vacío.

 

" Jamás un Conde se mezclara con un criado, es un cliché de gente estúpida, yo soy distinto"

El castigo se detiene, usando el látigo levanta el mentón del mayordomo, los iris del demonio brillan en rojo.

 

" Yo tampoco iría en contra de sus deseos, no probaria ni un centímetro de la piel de mi amo si este así lo ordenará, mucho menos sus labios"

 

El color carmesí desaparece, ninguno piensa ceder y Ciel no puede perder, debe ser el demonio quien pierda el juego.

 

Aproxima su perfil, roza la punta de su nariz con la de el, es una tortura mayor que la del látigo, tan cerca y no poder probarlo.

 

" Entonces si yo lo mandara, tu irías por el aperitivo"

Sebastián percibe ese aliento dulce por la miel, esta siendo cruelmente tentado.

 

" Si es el deseo de mi Lord, sería un honor para este humilde sirviente"

 

El abre la boca y muerde el látigo, arrebatandolo y escupiendolo al suelo.

 

Realmente es un rebelde despreciado por los cielos.

 

Ciel tiene una sensacion extraña en el corazón, verlo marcado por su mano, aun golpeado mueve la cola al amo, el perro está metido a fondo en su papel para complacencia suya.

Y como buen dueño debe premiar a ese animal.

 

Sujetando lo de los cabellos lo arroja contra la alfombra y le monta, la tela de la pijama es tan delgada que siente perfectamente la cadera de su sirviente, además de un extraño bulto en medio.

 

Ciel aprendió de la peor de las formas a reconocer aquello, pero ahora que ha avanzado bastante, no puede arruinarlo.

Un suspiro mezclado con deseo escapan del Conde, había acertado en todo, ni rosas ni chocolates harían caer al demonio.

 

" Vamos a ver quien será el que lo pida primero, juguemos Sebastián, ¿Quien perderá primero?, es una orden!"

 

Con una sonrisa ufana se deshace del parche que cubre su contrato, el cual brilla en violeta ante el demonio.

 

Una corta respuesta sale de el, satisfecho con la tortura y el regalo de su pelvis sobre el suyo.

 

En ese juegos de provocaciones, si Sebastián intenta probar su cuerpo sin que lo ordene, también sería una forma de atentar contra el mandato y el contrato se rompería, ya no tendría la necesidad de concebirle nada, Ciel confía demasiado en si mismo.

 

El destino le devolverá la bofetada con creces.

 

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Chapter 7: Aquel viaje nada placentero

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Recuerdos de hace más de un año.

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Abordaron el "Majestic", un transatlántico británico pomposo y bello, con destino al país de China.

 

Llevan varios días soportando el turbulento movimiento del mar, además de un pésimo servicio de habitación.

Aunque hay una razón.

 

La relación después de aquella noche dio un giro drástico, tanto amo y sirviente, esquivan miradas, se evitan lo más posible y esto no pasa desapercibido para el guía acompañante.

 

Desde un salón de billar, el olor del cigarro, el alcohol, causan molestias en Ciel, pero debe mantenerse escondido en aquel lugar.

 

 

" ¿Será que usted debió hacer una travesura gigante? ", Lau no pierde la oportunidad de averiguar qué les sucede a esos dos. "La cara de su mayordomo y la de usted ocultan algo, así que asumo que se portó muy mal, ¿tu que crees?, Ran Mao"

 

La mujer no responde por estar probando una jiaozi, relleno de carne, un tipo de empanadilla típica de China, el poblado país al que se dirigen.

 

" Ella prefiere degustar el dumpling antes que escuchar tus tontas especulaciones, ¿Acaso siempre tengo que estar parloteando como un loro con el?"

 

Ciel se muestra a la defensiva, lo cual le hace más culpable, definitivamente Lau tiene la certeza de que ltal conflicto existe, sonríe al ver la pacífica cara del mayordomo, como si no pasara nada .

 

"Descuide Señor Lau, intuyo que mi joven amo esta inquieto por el viaje en tercera clase, espero pronto desaparezca su incomodidad al desembarcar"

 

La justificación no convenció de todo al comerciante, pero tenía un buen punto, camuflarse entre la gente común es como la alergia para un noble.

 

Por que no puedes usar ropa elegante.

 

No puede acceder a una recámara limpia y lujosa


Los baños son compartidos.
La comida es insípida.
Hay ratas.

 

"Extraña el te de mediodia servida en porcelana fina", Lau se burlo y empujó la bola ennumerada hacia el casillero con éxito. "También extraña un dulce arrullo antes de dormir? "

 

"¡Hmp!", se cruzó de brazos, su rostro muestra una mueca de protesta.

 

" Sebastián nunca me arrulló, no soy su hijo ni el mi padre, jamás tuve esa imagen de él, ¡Qué repulsivo! "

 

Se retira apretando los puños hacia su mediocre habitación compartida con Sebastián, el par de adultos se quedan mirándose divertidos ante su berrinche.

 

"Oye mayordomo, suerte con la fase rebelde", Lau permanece con la vista cerrada, mientras RanMao buscaba su abrazo. "Necesitarás un amuleto y mi país te ofrecerá algunos, escoge el mejor porque a diario escucharas quejas, lamentos sin sentido y no olvides el desborde hormonal, será como un perro en celo sin correa"

La adolescencia explicada en pocas palabras, incluso el salto a la juventud sigue siendo un problema.

El no es su padre y es tan injusto que deba sufrir cada instante por estar atado al contrato.

 

Una sonrisa se formó en los labios del demonio, ya lo estaba viviendo en carne propia, su propio infierno con el humano .

"Le agradezco su preocupación", colocó una mano sobre su pecho, también usaba traje de civil. "Espero contar con su apoyo al llegar, oí que hay bastantes disturbios"

 

La mirada de Lau se abrió a medias, claro que lo olía, la presencia del sirviente oscuro de la reina metiendo sus narices en otro país, significa un trabajo del que participará por una buena cantidad de dinero, por eso le entrega un sobre con indicaciones, direcciones, además de identificaciones falsas para que puedan moverse fácilmente.

 

"Por supuesto, no olvides que estaré cerca y listo por si tenemos que huir, actualmente China es un caos desde la derroca del emperador por su propia esposa, un consejo mayordomo: Desconfía más de quien te jura amor, la boca es una cloaca de mentiras "

 

Llevándose a Ran Mao de la cintura abandonó el lugar y regresó a la comodidad de la primera clase.

Sebastián cede el turno en la mesa de billar y piensa seriamente en las palabras del mercader, no es la primera vez que lo oye, por eso cree que el amor es un mito, una falacia creada por Dios para dominar a los humanos, sentimientos que ellos mismos usan en contra para manipularse.

 

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La noche se extendía mostrando hermosas esferas de luz, Ciel unía constelaciones con sus dedos, ya se sentía mejor de ánimo, porque su mayordomo aún sin contar con sus útiles e ingredientes se las arreglo en mejorar la comida y también había traído su propio te Earl Grey de selección.

 

"Te luces a donde vayas, por eso te detesto Sebastián"

 

El miente y se apoya en los costados del barco, a su lado aparece el mencionado, su voz es una atrayente invocación nocturna.

 

"No diga eso, me rompe el corazón", le bromea y el barco tiembla, por magia su cuerpo reacciona y protege a Ciel de caer.

Una magia extraña?, ¿Que poder tiene realmente sobre un demonio?

 

Sosteniendolo contra su pecho, Ciel recuerda esa noche que maldice en silencio, le había mancillado la piel, además de colocarse sobre el, sintiendo más calor que un día en la playa.

 

"Estoy a salvo! , porque no te..."

 

Con una mano tapando su boca, le indica silencio, hay gente merodeando en dirección a su habitación.

Ciel se esconde entre su abrigo, no debe ser descubierto, solo sus fieles sirvientes conocen su paradero, Sebastián decide investigar y lo esconde entre barriles de vino apilados.

 

"Ahuyentare a las ratas, no tardó", desapareció en un parpadeo cargando sus clásicos utensilios de pelea.

 

 

"La señorita Elizabeth dijo que buscaremos en cada parte del barco"

 

" ¿Estás seguro que tu fuente es confiable?, si ese mocoso no está aquí estamos exponiendonos en vano"

 

Acostumbrado a que los humanos caigan por su propia lengua, se dedicó a cazar a las ratas, un corte por aquí, otro por allá, al final los dejó sumergirse entre el mar bravio y helado.

 

"Me temo que Lady Grenville no podrá ubicar a mi Señor, en unos meses"

 

El viaje sería largo y tenía la orden de que ni su prometida accediera a la información con el fin de no ponerla en peligro.

 

Al regresar por Ciel, lo llevo en brazos al notar que temblaba de frío esperándole, el no opuso resistencia y exigió explicaciones que el mayordomo cedió en comunicar.

 

"Agh, esa mujer controladora", le costaba acostumbrarse a tenerla de prometida, el pensar en ella le provocaba náuseas más que el movimiento del barco. " No entiendo porque quiere casarse conmigo, es demasiado mayor y no tenemos nada en común"

 

En cambio Sebastián es siglos de siglos más viejo y nunca le oyó quejarse de él de igual manera, ¿Debería sentirse conmovido ?, mientras lo conducía a la recamara, recordaba estos últimos días donde su amo actuaba con repentino pudor, ya no le permitiría bañarlo ni abotonarle la camisa, tampoco que se quedara después de servirle el te, esperaba que el mismo decida llamarle nuevamente para cumplir esas tareas que extrañaba.

Era un contratista difícil, complejo y alérgico a los gatos que veneraba, así que también podía decir que no le interesaba nada aparte de su alma.

Esta frustrado.

Antes de ingresar le pidió que cerrará la vista, Ciel aceptó, esperando alguna sorpresa de parte del demonio, tenía en cuenta que el no puede vivir sin destacar, así que ya intuia de que iba aquel pedido.

Al escuchar que ya podía mirar, la par una habitación de lugubres colores con 2 tristes camarotes y una ventana giratoria se convirtió en una de lujo y acogedora, con una mesa de comida abundante.

"No cambias, pero fingire que me tienes pasmado", menciona Ciel usando un tono aburrido, con una mueca de medio lado y bajando de el, su expresión cambia por una alegre y enérgica. " Eres grandioso!, realmente estoy orgulloso de ti"

 

Las trivialidades de la vida superficial no las necesitaba con urgencia y encima se burlaba de él, si fuera completamente un humano ya le hubieran salido canas desde hace mucho.

 

" Vaya, veo que nada le complace", suspiro provocando que su mechón de cabello flameara, aplaudió un par de veces y la estancia parca de tercera clase volvió a aparecer.

" Lo mismo opino sobre mis lecciones de chino", Ciel le reclama por el profesor espartano que fue durante estos días. " Si voy a infiltrarme en ese grupo, se que debo hablar lo básico, pero tu dijiste que mi dicción se asemejaba a tener una mazorca atorada en la garganta"

 

Ambos rieron al mismo tiempo, tratando de ser discretos, Ciel cubre su rostro y el mayor se da media vuelta. Sebastián planeaba retirarse y pernoctar fuera del cuarto, como ya venía haciendo, pero la voz de su amo lo impide. " ¡Espera!, ¿Q-que hay sobre esas lecciones?"

 

La contrariedad reina de nuevo.

Y Victoria de Inglaterra es la culpable.

 

"Entrar en los dominios del comandante Yuan, implica un trabajo muy arriesgado, por ello deberá mezclarse entre el sequito de concubinas"

Explica divirtiéndose de antemano por aquel espectáculo que no piensa perderse.

" Ya lo sé!, no es necesario que me lo recuerdes", protesta Ciel sentándose sobre la cama de dos niveles. "Se por Lau a que pueblos va por candidatos, pero no tengo idea de como agradarle y destacar, se supone que el experto eres tu"

"Y será un placer iluminarlo, mi Señor", agrega postrandose al frente suyo. "La juventud de su piel ya es un punto a su favor, también se deleitara con su timidez innata, el problemilla que auguro es que..."

Recuperando su postura erguida da pasos hacia el, Ciel retrocede y su mayordomo le toma de la muñeca para atraerlo, como si recrear a él inicio de un baile.

Tal acercamiento le eriza los vellos del cuerpo.

" Suéltame, ¿qué haces? ", reacciona huraño y golpeando su pecho.

" Exacto a eso me refiero ", termina el contacto y le ofrece una reverencia en señal de lamentarlo. " Le ilustraba su comportamiento, básicamente no hay nada reprochable en su natural belleza, pero una candidata a concubina no va a querer gritarle al Comandante, debe emplear otras frases "

Las lecciones comenzaron y Sebastián decidió colocarle sus lentes de vidrio, mientras sobre su palma rebotaba una vara de madera.

"La postura en China es distinta, también el lenguaje femenino, el cortejo viene del varón después de que haya demostrado algún talento para ser escogida"

Ciel palidecia de cuerpo entero que lo único visible era su parche negro.

No es por el viento silbante qué se cuela por la ventana sin reparar, es por ese hombre que no tiene ninguna vergüenza en instruirle sobre el comportamiento de una amante de Oriente.

"Si el hombre extiende su copa le servirá licor, si se quita el abrigo lo recibirás, al escuchar que palmera sus muslos, correras a calentarlos sentandote sobre ellos"

"Eso parece el trabajo de un mayordomo", observó el joven Conde con la boca abierta por el error que acaba de cometer al hablar impulsivamente"

No sabe que pasa con el, quiere gritar y solo aprieta sus labios con fuerza, castigandose por aquelas palabras salidas del alma .

Sebastián no desperdiciara el momento de jugar con esa sentencia halagadora

"La diferencia es que usted no me pide lo último, pero si lo hiciera, no me quedaría más remedio que realizar su capricho, porque, ¿Que clase de mayordomo sería si no soy capaz de darle cariño a las piernas de mi amo?"

" Tch"

Ciel ladea la cabeza, irritado y con mirada desafiante, el siempre va a tener control de todos, no perderá el juicio por ese demonio, es en lo que cree ciegamente.

" Lo haré", dijo eso con respecto al trabajo "Porque serás mi espada y mi escudo en este viaje, Sebastián me protegerás no solamente la vida también mi honra, mi límite aguantando viejos asquerosos es prácticamente nula, sin embargo por órdenes de su alteza soportare las ganas de vomitar, tu infiltrate de la forma que quieras"

Escucha el asentir de su mayordomo.

" Shi de, darén! "

Es tan positivo ante su Señor, colocando una mano sobre su pecho, porque ese ser humano acaba con su aburrimiento y en cada misión conoce más acerca del Conde al que sirve con devoción.

Su presa es tan interesante.

 

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Hace unas semanas en la mansión Phantomhive.

Antes del abordar el Majestic.

 

Descansando sobre una hamaca instalada en los jardines, un trozo de papel se ubica sobre el rostro de Ciel, ya se ha enterado de su contenido.

" Mi adorado niño"

" Primeramente quiero felicitarte por tu nuevo compromiso con Lady Elizabeth Grenville, me hubiera gustado participar en una fiesta y derramar sobre ustedes mis bendiciones, estoy al pendiente del deseo de ella, pero en esta ocasión debo de dimitir.

" La razón la compartiré contigo, hay reportes de una actividad comunista en China, se hacen llamar los peleadores bóxers, son un grupo liderado por el Comandante Yuan qué busca erradicar a cualquier extranjero de su país, además de querer recuperar las tierras conquistadas, por lo que me concierne actuar y proteger Hong Kong, que fue adquirida en un pacto sobre muchas vidas, se que esto de la política no es de tu interés y hasta es tedioso, pero necesito una vez más su ayuda. Investigue sus intenciones e informeme su planes, le ruego sea discreto y no lo comente ni con su novia, quien es alemana de nacimiento".

 

" Espero noticias suyas, al regresar podrá disponer del tiempo que requiera en su futura boda, a la que me alegrará asistir"

 

El sello rojo perteneciente a la reina se reflejaba en el sobre, siendo el que trabaja desde las sombras para proteger su corona, acepto con una amarga sonrisa.

Por un instante se preguntó que harían los jóvenes de su edad, ya tenía alguna idea al asistir a Weston College, no podía afirmar que todo aquello era falso, era como ser tentado a olvidar esa vida de balas y sangre, sin embargo sus deseos de venganza lo sobrepasaban.

Una ráfaga de viento apartó la carta de su semblante adormilado, al abrir lentamente la mirada se encontró a su mayordomo ofreciendole una bebida refrescante de frutos rojos mientras le acerca la sombra del paraguas.

 

Ciel sabía que su compañía le empujaba al fuego del Tártaro, aceptó el jugo y le platico sobre la carta, si caminaba sobre el fuego que mejor guía que un demonio, además no creía merecer algo que se asemejara a la felicidad.

Porque muchos también le gritaron maldiciendo su existencia.

 

" Si vamos a China, contactate con Lau, lo voy a necesitar para no dar un paso en falso"

" Lo haré de inmediato"

 

El mayordomo tardó menos de media hora en regresar, Ciel se quedo viendo a Finny jugar con Mey Rin, disparandose agua mutuamente con la manguera.

"Un Conde no puede prestarse a juegos infantiles"

Esa línea de pensamiento se retrato en su silente puchero, mentía el quería unirse a ellos.

Bajo de la hamaca y vio que dejaron la manguera mojando el piso infestado en hierbas.

" El Señor Lau tiene un solo pedido, aparte de su pago"

Sebastián lo sorprende sosteniendo la manguera, el muchacho también lucia sorprendido de esa acción,el mayor le ignoro, es imposible que un noble de su estirpe ceda a esos juegos tontos, por eso siguió su formal parlamento.

 

" El demanda que lleve en su equipaje el vestido que le regalo, sugiere que lo va necesitar en su viaje"

Splash!

La cara de Sebastián esta completamente empapada, le está costando mostrar esa sonrisa qué va deformandose.

 

" Oh, que decepción", murmura limpiandose con un pañuelo de blanca seda.

 

" Silencio!, se me resbaló la manguera", se justifica con una sombra de rubor en ambas mejillas, luego de aquella travesura propia de alguien que restringio su niñez, se echa a correr de vergüenza.

El suelo está inundado de agua, no escucha la voz de su sirviente clamando qué tenga cuidado.

Antes de que su Señor se manche sobre el lodo, el será ese soporte que impida el desastre de su cuerpo manchado y mojado.

Sebastián le alcanza cuando Ciel estaba por resbalar y lo enrolla en un abrazo donde termina colocandole encima suyo.

" No iba a permitir que su traje se ensuciara", su tranquila y atrayente voz explica su comportamiento protector.

Ciel medita si es parte del juego que iniciaron y utiliza aquello de pretexto, no se mueve sobre su pecho, siente que puede quedarse dormido en los brazos del diablo.

Tan encantador y tentador es ese hombre que está perdiendo el juego.

" Claro, ya lo había adivinado", agrega sin preocuparse qué la manguera los salpique por la presión.

 

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Chapter 8: Un papel humillante

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Después de la Primera Guerra del Opio, ocurrida entre 1839 y 1842, las potencias occidentales causaron grandes problemas para el Comercio en China, causando tratados desiguales que en nada favorecian tantos a pobladores como a los nobles de la Dinastía Qing, en consecuencia las rebeliones incesantes traian miles de muertos, revueltas, guerra, eran los peores años para el pais mas poblado del mundo.

 

Entonces, sucedió una segunda guerra del Opio y los gobernantes de Occidente no perdieron el tiempo, se apropiaron de tierras, tesoros, mujeres, haciendo leña del árbol caído, ofrecieron su apoyo en una Reforma, tambien a pacificar, claro que no de buena fé.

 

China era un plato de comida elegantemente servido y los reyes de Occidente las hienas que devorarian lo mas que pudiera su codicia.

 

A finales del siglo XIX, tras el golpe de Estado de la viuda Cixi, se rechazó la reforma y la ayuda de las potencias extranjeras, lo que posteriormente desencadenaría :
"El levantamiento de los Bóxers", o levantamiento de Yihetuan, denominado asi porque los rebeldes destacaban en Artes marciales, quienes promovian la xenofobia y representaban el descontento popular.

Ciel recordaba las lecciones de su mayordomo, mientras una camuflada Ran Mao actuaba como la doncella que preparaba a las candidatas que esperaban el emperador (sobrino de Cixi) y sus altos mandos, el Conde no se sorprendia de que en medio de tanto caos, las viejas pasiones por las chicas jóvenes y virginales no desapareciera.

Sentia un infinito asco.

Tambien escuchaba a niñas llorando y clamando por sus madres, se veia reflejado en ellas debido a su catastrófico pasado.

Ran Mao se habia encargado de bañarlo y ocultar su verdadero género con un improvisado suspensor, aplicó un suave tono durazno en sus labios, colocó extensiones a su cabello y lo peinó en dos moños altos envueltos en flores y cintas, por ultimo lo vistió con un hanfu de seda celeste cielo, el vestido le cubria los tobillos, maravillando a la emperatriz viuda que en persona habia acudido a trasladar a las damiselas.

" Es una seleccion exquisita, mi bella Emperatriz", comentó un hombre que tenia aspecto de funcionario, Ciel no tardó en reconocerlo.

Sebastían aparecia susurrandole a la mujer de edad madura, vistiendo un mangfu gris oscuro, su túnica posee varios bordados dorados y su cabellera larga se recogia en una alta coleta

La mujer poderosa a su lado sonreia complacida, que ese sujeto apareciera tras el "repentino accidente" de su antiguo asesor, era un milagro de los Dioses a los cuales rezaba para mantenerse en el trono hasta morir sentada sobre el.

 

Por breves segundos, las miradas de ambos varones se conectaron, su plan se llevaba con éxito, Ciel imaginaba que su mayordomo la habia encantado con sus artes en el dormitorio, sus cejas se juntaron y lo maldijo en silencio, Sebastian a su vez sintió una misteriosa corriente electrica recorrerle el hombro.

 

" Oh querido Chen, eres un eunuco muy adulador y a su vez encantador", ella le sujetó del menton por un instante y luego lo soltó. " Las florecitas pueden subir al carruaje"

Que le llamara por ese nombre irritaba por dentro al demonio, porque significa "viejo" en chino y Ciel le habia ordenado a Lau esa identificación.

Ya que el mandato es ley y en fila, subian a la carroza sujetada por varios hombres de igual categoria, Ciel atrapado por esa expresión, se congeló y casi tropieza al abordar su transporte rudimentario.

 

" Eunuco?, este demonio acepto tal humillación antes que revolcarse con ella, ¿Por que?"

, guardaba muchas ganas de burlarse de el.

 

" Min- Min, ¿Te sientes bien?", una de las niñas se preocupa por Ciel al notarlo abstraido. " No tengas miedo, nuestros cuerpos contribuyen a la revolución, esos asquerosos ingleses y alemanes quieren quitarnos mas tierras, si complacemos a los generales, los dioses nos favoreceran con la victoria"

 

Su parlamento sonaba tan convincente, le habian lavado el cerebro a tan corta edad que daba miedo.

 

" Ahh, claro", el Conde cubre su verdadera expresión tras su abanico.

 

" Min- Min, ¿Cómo te hiciste esa herida?", otra niña señala su parche.

 

" Huyendo de un cerdo inglés", mintió expresandose igual que las demás chicas. " El queria robarme y llevarme a su cochino país"

 

" Oh, pobre Min- Min!", la primera niña le consolo con un abrazo. " Si te portas bien con los altos mandos, puedes pedir la cabeza del inglés"

El grupo se perdió al caer la noche cruzando el páramo hasta llegar a la morada mas elegante de Pekin, el palacio Imperial. Se preparó una fiesta, grandes cantidades de comida, mientras afuera la gente moria de hambre, dentro los nobles de oriente se olvidaban de la tragedia externa entre melodias de flauta, laud, citaras, es un espectáculo superficial donde las doncellas presentaran un baile, de tal forma los hombres las escogeran.

 

Las niñas se presentaron en medio del salón, rodeada de algunos soldados, armados con lanzas, formaron columnas y al iniciar la danza Manchu, se movian flexionando las piernas, brazos, luego hacian figuras en filas, agitando pañuelos, mientras los hombres no disimulaban su deseo, hasta babeaban.

Al término, un grupo de jóvenes ondeaban banderas de la revolución con algunas acrobacias.

 

Las luces se apagaron y al prenderse nuevamente, cada chica ya tenia un destino en la cama de los militares de alto rango, Ciel solo habia sentido que alguien le sujetaba, no conocia a ese hombre, que ansioso la conducia a su habitación.
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" A-al menos digame quien es!", dijo asustado y el hombre extraño reflexiono mirandolo de reojo, si seria normal que una chica que se preparó para este dia sexual se comportara asi, temiendo causar dudas se adelanto a corregirse con una creible excusa. " Yo tengo mucho miedo, nunca me habia tocado un varón ni la mano"

Recorriendo los pasajes del castillo, el hombre no volteó, era mas alto que el, no hizo caso a su queja, estaba tan desesperado por esa belleza del parche, al poseer ese color azul en su mirar, intuia que algun occidente se enredo con la madre de esa criatura.

 

" Solo entra y callate!", ordeno malhumorado.

Es tan estúpido que se cree genial bramando e infundirle miedo a su dueño.

 

Lo empujó a la recámara oscura, le abordo de una forma nada delicada, destrozando el tocado de su cabeza, las flores se esparcian por el suelo de madera, Ciel comenzó a hiperventilar, creia estar listo para soportarlo, pero el pasado le tatuó los temblores a cualquier avance al sexo.

 

El hombre percibió que su piel se congelaba, por lo que cedió a que lo llamara Yuan, al conocerle esperaba que se calmara y no sea una frígida en la cama.

" ¿Ya estas contenta?, te limpiare la deshonra de ser descendiente de un occidental con mi hombría corrmpiendote esta noche, ¿Vas a quitarte la ropa o tambien tengo que hacerlo yo?
¿ Quien carajos te educó?, debiste quedarte completamente ciega, asi no ves el desastre que eres de amante"

Si supiera que quedarse a solas con el ya es nauseabundo.

 

Urgido y vociferando, le arrancó el hanfu, Ciel tragó saliva, su presión arterial descendia, ¿Donde diablos estaba el mayordomo?, cerró la vista y luego sintió un peso encima suyo, la luz de sus ojos desaparece, al percibir que le lame el hombro descubierto y el tacto de su calluda mano levantando su faldón hasta romperlo, ese pervertido es un salvaje con una supuesta "chica virgen", a quien trata de la peor forma, Ciel iba a llamar a Sebastián, pero el tipo le tapa la boca.

 

" Oye perra, no me gustan ruidosas", le advierte palmeandole las piernas hasta inflamar su piel.

Ciel no se doblega y reune valor, no va a quedarse callado, gritará, arañará, morderá, lo que sea, el miedo es su peor enemigo en esa cama y debe vencerlo.

" Ya vas tarde, ¡Sebastián!"

 

Sentado cruzado de piernas sobre el borde de la ventana, se manifestó aquel ser de inframundo con apariencia de humano y ojos brillantes de rubi, aplaudiendo, curvando los labios y brincando a los segundos para dejar inconsciente al viejo al golpearle la nuca, quien cayó a un lado de su amo y de sus bolsillos, deslizó una lista de nombres implicados en la revuelta.

 

" Lo hizo bien, joven amo", dijo a sus pies con una sonrisa seductora y tranquila.

 

De recompensa recibió un suave puntapié en la boca.

 

" ¿Juegas conmigo?, claramente te ordene que protegieras mi honra", le recriminó esta vez tirando del cuello de su traje, luce inclemente y enojado.

 

" Cumpli lo acordado, ese viejo comandante se quedo con las ganas de probarlo", se justificó acercando su perfil hacia la de el.

 

El demonio jugaba bien sus cartas, la orden no fue " Ven de prisa antes que me toque un cabello", debia proteger su honra de ser follado y eso hizo, en el tiempo que creyo conveniente, es decir a su capricho. Sebastián necesitaba comprobar que tanto se habia recuperado su amo de aquel trauma pasado, la razón no la hallaba.

 

" Idiota, siempre con tus tretas ¡Demonio descarado!", le soltó y se dejo caer sobre la cama, extendiendo los brazos al deshacerse de ese costal de carne que arrojó al suelo.

" Es hora de retirarnos, conseguiste información y..."

 

De pronto se oyó pasos, Ciel dilató las pupilas, ¿Quien rayos venia?, Sebastián lo atrajo hacia el y le susurró que fingiera gemidos, habia escuchado de la viuda Cixi sobre la inspección nocturna, aunque los militares estuvieran en sesiones de sexo, no podian emborracharse, mantenerse alerta es la prioridad las 24 horas.

 

" Comandante, ¿Esta usted a gusto", consultaron del otro lado.

 

Con visible bochorno, Ciel realizaba quejidos agudos y el mayordomo fingió la voz del comandante, usando sus habilidades demoniacas, agravo su tono.

 

" Ay, si, uy, ay!", sus chillidos sexuales eran un chiste, pero Ciel fingia lo mejor que podia. Sebastian se mordió los labios, evitando una carcajada.

 

" Largo, me desconcentran!", exclamó y luego jadeaba sentado al lado de su amo." Uf, esta perra es deliciosa!"

 

Al reconocer que sus presencias humanas se alejaban, el peliazul se rasco la cabeza avergonzado, sonrojado y refunfuñando entre dientes por lo que acababa de suceder.

 

" Te ordeno que borres esto de tu memoria, ¡Ni yo gemi por ti ni tu me hiciste tu p-, ¡Ya sabes a que me refiero!", protestó sin confrontarle la mirada y girando de medio lado.

 

Ese chico que descendió a la fuerza al mundo de las impurezas, conservaba ese pudor que confundia a Sebastián, esa noche aceptó que lo deseaba carnalmente, el fue quien perdió y testarudo al fin, no pretendia reconocerlo ni hacerselo saber.

 

" Eres el peor gimiendo, mis lindos oidos no recordaran algo tan lamentable", le aseguró su sirviente arqueando la mirada.

" Sin embargo, no creo que su majestad se conforme con la mitad de sus planes, el pegamino faltante contiene las rutas de acceso a su pobre armería, los poblados que los apoyan y sus bases de reuniones, si yo estuviiera en lugar de la reina, quisiera tener conocimiento absoluto y luego los aplastaria como hormigas"

 

Quedaba claro que necesitaban otro dia mas en esas tierra extrañas.

 

" Tu conoces quien maneja esa información?"

Su sirviente asintió, le divertia la cara de fastidio del Conde, desde que ingreso al salón con ese hanfu que hacia juego con su mirar azul, desde que danzó elegantemente gracias a sus clases, fue un orgasmo visual, pero Sebastian no puede tocarle un cabello ni exponer ese secreto deseo.

 

" Puedo hipnotizar a esa basura, despertará creyendo que usted fue su devoto amante esta noche, solo que tendrá que despertar a su lado con pruebas de ello", su indice señalo sin palpar a Ciel los puntos donde debieran existir huellas. " Entiende a lo que me refiero"

 

Ciel encendió una lámpara y revisó los daños, Yuan ya habia dejado un moretón en su hombro en pocos minutos, con el pasar de las horas, imaginaba que seria muchos de ellos, el no desearia recordas los asquerosos chupetones que vio en su hermano y en su propio cuerpo, en esos años de tortura física y mental, los sufrió.

Esta prueba es complicada y se toma unos minutos antes de responderle, quedando frente a un espejo en completo silencio, hasta que gritos de los cuartos vecinos le advierte que no es la única persona que es victima de las salvajadas de esos militares, ese país esta consumado por pecados de lujuria y codicia, adonde vaya el mundo sigue siendo una porquería.

 

El no puede hundirse con esa mierda, debe sobrevivir.

 

" Sebastián, tu...", pausó y exhalo una gran cantidad de aire. " Tu me marcarás la piel, seran en el abdomen, el pecho, el cuello, muslos y caderas, solo consentiré esos lugares, rápido o lento, suave o feroz, no importa el método, ya que tenemos toda la noche, ¡Esa es mi orden!"

 

Hace un par de horas ese demonio susurró a la viuda Cixi: " Y si divides los planes en dos grupos, no es muy inteligente que un solo hombre maneje toda la información, asi tus enemigos atrapen a uno, el segundo al mando podrá escapar antes de perder completamente, mi señora"

 

Tentar, conspirar, sembrar discordia, es un demonio, es su naturaleza innegable, la recompensa a su suspicacia se va quitando el vestido, pero el lo detiene después de asentir en el idioma de ese país.

 

"Shì de, dàrén"

 

Ni Ciel puede creer lo que acaba de ordenar, sus labios permanecen entreabiertos, aunque no se arrepiente ni un ápice.

 

" ¿Sucede algo?", se inquieta cerrando la vista, luego siente que el le quita con suavidad el cinturón de su vestido.

 

" Dijiste que seria a mi manera, entonces permite que este humilde sirviente te mancille delicadamente la piel", Sebastián deja caer la cinta y el hanfu desabrochado se desliza.

 

Ciel viste ahora la túnica interna de color blanco, Sebastián lo desnuda la mitad, le toca ambos hombros y lo gira para que lo mire, no le gusta hacer tal trabajo con alguien que aprieta la vista.

 

" Fijate en mi cara, soy quien se arrastra por tu alma como un perro", sus dedos retiran con cuidado el mechón de su amo, permitiendo un mejor panorama de lo que ocurrirá. " No estoy aqui para lastimarte, solo haz conocido el dolor, pero no el placer, debido a estas circunstancias, te enseñaré"

 

" Lo disfrutas, maldito demonio", responde altivo y sonriendo con malicia. " Si eres tu, lo soportaré, en estos años yo...Se que estas atado a mi por un contrato y no hay nada mas entre nosotros, dejare que mi perro pueda lamerme un poco"

 

Inesperadamente, Ciel lo taclea hacia la cama, provocando que caiga sentado y dominante se coloca sobre sus piernas, deshaciendose de lo que queda de ropa, el chico tembloroso con ganas de llorar no existe si se trata de ese ser que le ha pintado la imitación de un paraiso con su oscuridad, esa belleza que fue ángel caminando dia a dia detrás suyo conduciendole a la corona de su venganza, el motivo de su poder y su riqueza.

Si es su demonio, entonces el se entregará a sus deseos.

 

Le ha tomado un cariño extraño, que no tiene nombre, un apego del que reniega y que su codicia humana fomenta por obtener mas de ese falso Eden.

 

" Incline el cuello, mi Señor", realiza aquel pedido con una voz que derrite al hielo.

 

Su amo lo permite y lo acepta, siente el roce de esos colmillos, Sebastián perforaría sin problema esa fragil parte de su cuerpo, pero esta ahi para suplantar una noche irreal, asi que succiona con cuidado hasta dejarle el primer moretón, sin perder otro minuto va por la segunda marca en su pecho, resistiendose chuparle como cachorro hambriento.

Es una tortura maravillosa, pero Ciel se repite que no le gusta y que lo odia, hasta que su boca le traiciona.

 

" Ahhhhhhh!"

 

Ese sonido es música de violines para el demonio, quien sigue marcandole varias partes del pecho, sin darse cuenta ambos caen sobre el colchón y Ciel se arquea ante la sensación de su boca rompiendo los vasos sanguíneos, le regala ese elegante color morado a su blanca piel, nuevos gemidos se oyen y Sebastián alimenta su ego al escucharlos, esta vez decide omitir palabra alguna que arruine su momento, solo atina a girarlo debajo suyo.

" Mmgh, mmgh"

 

Ese cuerpo le traiciona al friccionar sus muslos, una erección nace en el proceso, los ojos del demonio resplandecen en rojo neón, sintiendo los movimientos de su Señor y correspondiendole sin falla, eleva sus piernas y las coloca detras de su espalda, comienza a moverse acompañandole a masturbarse por encima de la ropa.

 

Los contorneos siguen, la curvatura de su cuerpo ligero le excita y gruñe, mordiendole el lóbulo de la oreja, en respuesta el chico que va arriba le araña los hombros, siente que el pecho le arde, se va quemando en un infierno gobernado por la pasión, frotarse con el cuerpo de su mayordomo, es una locura.

 

Van perdiendo la noción del tiempo hasta que Ciel logra correrse, arqueandose en sus brazos, gritando una última vez su nombre.

 

Ahora tiene en mente aquel juego que inició, ha perdido y le produce tanta rabia que golpea el pecho de su criado.

 

" Suficiente!", gira hacia un lado de la cama y se esconde entre las sábanas. " Te castigare luego por lo que hiciste"

Ese tono ácido y enfurecido no lo soporta, luego de regalarle un orgamos, ¿Esa es su paga?

 

" Ya oí", responde secamente, porque el esta igual o mas confundido, se dedica a colocar a Yuan sobre la cama.

 

Retira los pantalones de ese comandante, los arroja con furia, es el primer humano que le ha puesto un alto a su seducción, ahora su ego esta hecho pedazos, ve su reflejo en el espejo y duda de su apariencia, si esta envejeciendo o algo, si es agradable a la vista o es mas feo que el comandante, le ha creado dudas horribles, tiene varias preguntas e inquietudes que hablar con su amo, lo que acaba de ocurrir es tan increible, lo esperaba, lo ansiaba, pero el rechazo le duele mas que la guadaña de Undertaker partiendole el pecho.

 

"Los demonios no aman"

 

Tiene eso perfectamente claro en su cabeza, mientras hipnotiza a ese corrupto hombre, Ciel sigue dandole la espalda, envuelto y avergonzado, maldiciendo mil veces por dentro por dejarse llevar.

 

"Los humanos y los seres sobrenaturales no tienen un futuro juntos, el contrato es mi fecha límite con el"

 

Se repite aguantando unas ganas de sollozar.

 

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Chapter 9: Después de la tormenta

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Atrapando peces en el río con una lanza rudimentaria, con lasmejillas acalorada por el extenueante sol, Ciel se encuentra pescando con muy mal humor, agregando otro detallito a su mala suerte sigue vistiendo de mujer.

 

Respirando hondo y jadeando, vocifera improperios en chino, no tiene porque guardar las apariencias en tierras extranjeras donde nadie conoce su noble estrella

 

" El maldito viejo me mando lejos y de empleada", recordaba la figura del militar con severo enojo. " Despertó creyendo que fui muy zoso en la cama y todo por culpa de Sebastián !"

 

Hace varias noches, el mayordomo jugó con su mente e introdujo recuerdos alterados, donde se sumaba inconscientemente la negativa de "Ming-Ming" a acostarse con el.

 

" Suficiente!"

Lo detuvo en su avance, hiriendo el orgullo del comandante en esas falsas memorias donde Ming Ming no respondía a sus caricias

Esa sublevacion le había costado su estancia de concubina y terminó siendo enviado a Shanxi, a servir de doméstica a los demás colegas de armas.

 

En ese largo viaje fuera de Pekin, fue seguido por un cuervo, es decir, su mayordomo, quien en ningún momento lo dejó a su suerte.

Ahora que sufría en el río, se preguntaba donde estaría su demonio, las dos veces que había aparecido en forma de ave le trajo mensajes en su pata.

Y su amo no reconoció su disfraz, para deleite de Sebastián quien le picaba la cabeza antes de irse, asu demonio le gusta molestarle con la excusa de ser vengativo.

Al marcharse, Ciel le gritó al ave que desaparecía a lo lejos, le lanzó el arpon, con una trayectoria tan débil que termino cayendo en su pie.

Herido, arrugó la carta, peor recordó que tenía que leerla cuanto antes.

" Tenga cuidado mi Señor, una caravana tumultosa se aproxima, hay rumores de la que viuda emperatriz en persona ha decidido esconder al sobrino heredero en Shangxi, es su oportunidad para acceder a la información restante"

 

Aquella carta la incinero más tarfe, recordaba su contenido y siendo una sirvienta no tenía el lujo de entrar a las habitaciones de los altos mandos, ¿Qué haria?, su papel de amante fue terrible según el temible Yuan.

 

A la mañana siguiente, fue mandado nuevamente a pescar, su pie fue vendado y su peinado lucia desastroso sin ayuda de alguien, un moño arriba otro desnivel adi, para nada parecía una dama seductora.

" Ya quiero irme a casa, ¡Estoy harto de atrapar peces!", protesto clavando la lanza con furia en múltiples direcciones y sin obtener resultados favorables.

 

Esa desesperación le había causado risa a cierta persona que espiaba hace minutos, en una corta distancia.

" Niña tonta, no apuntaste a las branquias"

Un joven de unos aparentes 16 años se presentó tan sigiloso que "furiosa pescadora" paso por alto ser espiado, el vestía un traje común de la región.

Aparte de insultarla, le arrebato la lanza y atacó a los peces con una ferocidad descomunal, amontonando varios pescados sobre el canasto.

" Y tu quien rayos eres?", pregunto después de haberle dado su falso nombre, Ciel detestaba hacerse pasar por mujer, pero era en lo que mejor destaca.

" Es un secreto, esperaba que me dieras las gracias antes de apuñalarne con la mirada, chica de descendencia inglesa? "

El color de su ojo derecho le llamó la atención, era muy extraño que esta situación y que le señale su verdadero origen.

" Mi padre fue de otro país, no se exactamente de donde", dijo manteniendo compostura y encargandose de que los peces no cayeran de la canasta. "Te agradezco por hacer un trabajo que no te pedí"

Ciel suele ser tan orgulloso y de difícil actitud, cuando no tiene que actuar.

Ese fue el inicio de esas constantes visitas.

Al segundo día le ayudo a pescar nuevamente.

Al tercer día, a recolectar hortalizas

Al cuarto día, le acompañó cargando la canasta.

Al quinto día, se había ganado algo de consideración y Ciel estaba interesado en esa persona que le ayudaba sin pedir nada a cambio.

" Ya que tu nombre es un secreto, al menos dime adonde vas cuando nos despedimos"

El joven se coloco a su lado, el campo desprendió un aroma húmedo y floral, el cielo despejado de nubes mostraba un rojo atardecer.

" Si me dejas hacer esto... Te lo diré", el se aventura a tocarle la mejilla y pretendía robarle un beso.

Hasta que una serpiente le brinco encima y los separó

"¡Emperador!", un séquito de soldados salieron de entre los árboles, camuflados y diestros en ocultar su presencia.

Repentinos temblores se apropiaron de la piel del Conde, solo bastaba una palabra de ese chiquillo para que ordenará su muerte, temía qué todo esté tiempo lo estuviera poniendo a prueba.

Lo alejaron de el y preocupados de su salud, le reprendieron diciendo que era una chica de mal agüero.

Pero el joven emperador susurro a uno de sus lacayos:

" Necesito a ese en mi palacio"

 

Las ordenes son absolutas y cumplidas, por fin el Conde tiene acceso a la tradicional pagoda del monte Hua.

 

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Dentro de las instalaciones de mármol y madera, Sebastián pensaba que un mayordomo a donde vaya seguiría siendo un mayordomo.

 

El motivo : Encontrarse sirviendole cerezas directamente a la boca de Cixi, ex emperatriz.

 

Mujeres tan maduras no era de su gusto, aunque le seducia su poder, pero es más esclavo de un mocoso que le ha hechizado con el brillo inusual de su alma.

 

Por eso se trago su dignidad y se hizo pasar por un eunuco, un sirviente que fue castrado.

 

A la vieja Cixi le causó severa decepción qué un hombre tan malditamente hermoso perdiera la virilidad, porque lo que más deseaba era morir de pasión en sus brazos.

 

Sebastián le colocó la última cereza, comenzaba a llegar la oscura noche y debía empezar a relatarle el cuento, uno nuevo cada día, esa era la condición de no relevarlo de su cargo, porque muchos deseaban estar cerca de la poderosa mujer y obtener sus favores.

Así que el inició la historia con su suave y seductora voz:

 

"La diosa San Sheng Mu caminaba por un bosque cuando, de repente, se cruzó con un joven erudito llamado Liu Xiang. El destino volvió a juntarlos una y otra vez hasta que, finalmente, la diosa y el humano se casaron y tuvieron un hijo semidiós, al que llamaron Chen Xiang"

 

Viéndolos desde el Cielo, el hermano de la diosa, la divinidad de tres ojos Erlang Shen, enfureció. ¿Cómo había podido su hermana menor violar el decreto del Cielo y casarse con un humano? ¡Qué deshonra!. Así, en un ataque de ira, encarceló a su hermana dentro del Monte Hua"

 

Cixi recostada en su cama se con gracia escuchándolo, pero tiene una interrogante, por lo que decide interumpirlo.

 

" Tu crees que es un gran pecado que humanos y seres sagrados se unan?, yo en lo personal creo que el amor no conoce límites y es tan triste que existan diferencias, por eso pienso que este país va al declive debido a su odio por gente que es en apariencia distinta"

 

Sebastián pensó en Ciel, su imagen es tan nítida en su mente, que por un instante se desconecta de la realidad, por primera vez se planteó que pasaría si lo hiciera suyo.

 

Esa semana echo de menos su presencia, hasta sus llamadas de atención, los típicos engreimientos a la hora comer o dormir y su infinita arrogancia le produjeron un vacío al que no se atrevía a definir.

Extrañar es emoción de débiles que puede convertirse en dolorosa melancolía, es sentir que no estas completo y el no quería considerar que había caído en algo tan absurdo y tan impropio para un maligno demonio.

 

" Cierto es mi bella y poderosa Señora", respondio apresurandose antes que advirtiera su mente distraída, pero debía comportarse como un nacionalista extremo. " Sin embargo, nuestro joven emperador no opina lo mismo, los generales se encargaron de bloquear toda conexión con la tecnología extranjera, derribaron trenes y expulsan occidentales a diario, es como debe ser, el sol bendice esta tierra y su mano con el éxito, lo que decida es el verdadero camino y quien piense lo contrario, morirá "

 

La mujer se levanta y sonriente le acaricia el rostro, complacida de un sirviente tan creyente de sus ideales, ha pasado la prueba y quiere compensarlo con su cuerpo.

" Me ofreciste una respuesta correcta con respecto a política, que hay de una emperatriz y un plebeyo?, no somos como San Sheng y Liu Xiang?"

" Ah, valgame", el retrocedió hasta sentir el borde de la pared. " Sería un honor, si es que no fuera eunuco"

Mentía para salvarse.

Ella hizo caso omiso y lo arrincono, repasando su aroma desde el cuello hasta los pectorales.

" Hay varias cosas que se pueden hacer sin necesidad de lo que te falta", se consideraba de notable experiencia y no tenía problemas en enseñarle a usar la lengua.

Pero ese sujeto no tiene nada que aprender, en esa incómoda situación y esperando el efecto del narcotico contó hasta 10 en silencio, mientras huia graciosamente de la fémina qué lo perseguía como gata en celo por la habitación .

" Me gusta que te hagas el difícil"

Le habla la ex emperatriz correteandole y causando que un jarrón se rompiera, ella perdió el equilibrio y cayó dormida sobre el tapete, oportunidad que aprovecho el mayordomo de inspeccionar cada rincón del cuarto donde se sentía prisionero.

 

" Siendo honesto no lo soy con quien yo elija, no funciona al revés madame", explicaba a la mujer inconsciente y dormida que ella no es su tipo ideal

 

Fue lo último que dijo antes de desaparecer de aquella lujosa recamara .

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Ese sujeto lo engaño demasiado bien, sentirse un completo idiota le irritaba tanto que Ciel quería vomitar.

 

" Me da lo mismo tu nombre, me vengare no lo dudes"

 

Encerrado en el piso más alto, se encuentra atado a una silla vistiendo un atuendo típico y muy corto, en las piernas lleva inscrito ramera en su propio idioma.

 

" Es mi verdadero nombre, dandy hijo de perra", le abofeteo con un guante burlándose de sus costumbres. " Tuve la amabilidad de revelartelo al atraparte en mi palacio, aunque para un sucio inglés solo permitiré qué me llames Gran Emperador Guanxu"

 

El que se conocieran no fue un accidente, desde que había pisado Pekin, sus facciones extranjeras causaron alerta, después de la noche de debutantes y los raros recuerdos de Yuan, algo no cuadraba, ese chico era sospechoso y por eso lo alejaron de la base central.

 

" Yuan fue un imbécil, siendo un hombre te infiltraste, pero te queda bien ese leotardo rojo Ming - Ming", después de burlarse, se acercó y cortó parte del vestido con un cuchillo.

 

" Si fueras realmente una mujer tal vez yo me hubiera dejado llevar al abismo del infierno, ya no se que pensar"

Medito silente y apuntando a la yugular, su desicion se quebró, no pudo cortarle la vena, entre el deber y el romance prohibido, ese chico le confunde.

 

" Te odio, es lo que es, no hay nada más, maldito invertido", Guanxu soltó el arma y prefería castigarlo a puño limpio.

 

Ciel apretó los dientes, omitiendo insultos de igual calibre, porque es ante todo un caballero, lo que más le encendía la sangre es sentir que llego a pensar que había conseguido un amigo.

 

" Burlate, al menos no soy un miedoso que se desmaya por una simple víbora"

 

La mirada del emperador oscureció al llamarlo cobarde, levantó la mano nuevamente y antes de que repartirá un nuevo golpe, el suelo tembló.

El piso entero se partió.

Cayendo entre escombros y polvo, Guanxu observó incrédulo a un hombre de traje oscuro sostener en brazos al chico inglés y escapar por la ventana mientras todo se destruia.

 

" Te dije que lo pagarías"

 

También oyó a Ciel despedirse, con esa sonrisa de malicia que le enamoro, los sirvientes en alerta se apresuran a salvarle, desea hablar con el, sin títulos, solo siendo ellos, pero es imposible y solloza de un lado antes de perder la conciencia

 

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Sobre una canoa hacia el puerto, Sebastián va remando con el objetivo cumplido, Ciel tiene en sus manos la información completa de los integrantes estrategas y su próximo asalto a la Cancillería alemana

 

Atento a su cuerpo tiritando, le cubrió con su chaqueta negra, mientras su señor le sermoneaba por abandonalo, el mayordomo esperaba esa reacción, luego de la pelea y de las explicaciones ya brindadas, el Conde se quedó callado, por la conmoción de hace un momento.

Su señor extendió una mano, vio su reflejo en las aguas, vistiendo de mujer le produce profunda vergüenza, poco después mojo un trapo, el agua del mar limpiaria la tinta con esa inscripción obcena en su pierna, fregaba con ahinco, frunciendo el ceño y chasqueando la lengua, no necesitaba armar un alboroto para demostrar lo molesto que estaba.

 

" Joven amo, deje de tallar fuerte, usted no es definido por esa vulgar palabra"

 

El hombre del frac coloca el remo sobre la canoa y busca un frasco de acetona en sus bolsillos, humedecio uno de sus guantes y se apresuró a atender el apuro de su Señor por librarse de esas humillantes letras, le frotó con suavidad

 

" Fueron 7 malditos días, ¿Te importó?, me hicieron su maldito sirviente y ese sujeto se aprovecho de mi soledad, fingiendo ser mi amigo ¡Lo deteste!, el que me buscará a diario, sus proyectos, sus sueños, ¡Aborreci todo de el!"

 

Ese reproche con emoción desbordada, le desagrado a Sebastián, claramente ocultaba el dolor de ser engañado.

 

" Si no me importara, ¿Qué hago aquí?, mi joven amo"

Herido por el hábil emperador, ya no se permite confiar en nadie, mucho menos en el demonio que ansia su alma.

 

" El contrato te une a mi, así odies, aborrezcas y maldigas cada centímetro de mi ser, debes protegerme"

 

Acostumbrado a pagar los platos rotos, el demonio sonríe con melancolía aceptando la realidad, sus ojos brillan por segundos en carmesí, ¿Qué hubiera sucedido si esa serpiente entrenada no interferia aquel día?, su amo y ese sujeto de noble alcurnia terminarían besándose o algo más.

No quería ni imaginarlo.

 

" Claro, me ha quitado las palabras de la boca", escogió la mentira tanto para su Señor como para su etereo corazón.

Se arrodilla frente a él, como el primer día en que juro servirle.

 

Ciel no se satisface con ello le arroja su chaqueta y el impulso se apodera de su palma, lo abofetea y su mirada lo juzga, no se siente amado por nadie, ni siquiera por el diablo.

 

Las pupilas del demonio arden en carmesí.

 

" Ya empezó el castigo?, me congracia el roce amable del pequeño y malcriado amo", Sebastián arquea la vista, demostrando fortaleza ante lo insignificante de su berrinche y sus golpes de gato .

 

" A quien llamas débil?, demonio hambriento, tu te mueres por probarme! "

 

Con semblante alterado, le sujeta del cuello de la camisa, sacudiendole hasta romper los primeros botones.

Ciel se sorprende de si mismo, ese lugar le hizo perder la compostura, los recuerdos se acumulan en su mente y grita, soltandole para cubrir su vista, prefiere la oscuridad que seguir siendo patético, porque no hay nada verdadero en su vida, ni su nombre ni su mayordomo.

El demonio contempla a su Lord al borde de la locura, no puede mover un dedo sin su orden.

Le cubre la boca y lo atrae a su pecho, sintiendo ese ajeno corazón agitado latir.

 

" Lo lamento joven amo, me ausente demasiado, le falle, lo lamento, no voy a abandonarlo, si me concede una oportunidad yo haré lo posible por cuidarlo por encima de todo infierno y cualquier cielo "

 

Cuanto necesitaba oír aquello, su voz se oía tan deliciosa enmascarando el arrepentimiento, ese bello ser no suena a un hombre patético y común como el piensa al automenospreciarse .

 

Ciel levanta la mirada y se arrodilla para tomarle de las mejillas, recuerda que el se mantuvo a su lado al aparecer su hermano, así sea por la correa en su cuello, seguía orquestando la senda de la victoria.

 

Ese demonio lo enamoró, con su belleza, galanteria, suspicacia, fuerza, carácter, amabilidad, perfeccionismo.

 

Luego, invadidos por el helado cefiro soplando sus cabellos, su señor se inclina y Sebastián queda congelado, no comprende a ese humano indescifrable, tan triste y tan sediento de amor a la vez.

 

El peso sobre su cuerpo y la marea juegan en contra, Ciel apresa su boca, la cual desea más que a su postre favorito y ambos caen al mar, sumergidos en agua salada donde el beso no concluye.

No importa el frío y la falta de respiración, por ahora se compensa con esa pasión maldita e infinita .

 

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Chapter 10: Si escupes al cielo, ¿Que sucede?

Chapter Text

Continuan los recuerdos pasados:

 

La bravura de una boca inexperta unida a la suya.

Sebastián no cuenta a los humanos que ha devorado, ni graba sus nombres, características, los detalles sobran en ese ser maléfico de la oscuridad, el solo se divierte causando caos a donde vaya y regocijandose con las tragedias que desatan esos bichos que inundan la tierra como plaga: Los humanos.

 

Aunque, si se trata de realizar una exhaustiva investigación en su mente, ese chiquillo es el primero en ser a su parecer el mas insufrible, desagradable, desagradecido y terco, pero el tormento que le provoca con sus inesperadas acciones lo confunden.

"Algo cambio y no se que es", reflexiona sin interrumpir ese gesto íntimo que Ciel comparte en sus labios.

Un beso inexperto, con ansiedad, sin inocencia, percibe el movimiento nada delicado mientras se hunden en el mar y hay una conjetura interna en ese momento:

 

"¿Cuanto demora un humano en ahogarse?, ¡Oh, ya se!", resuelve y comienza una lenta cuenta en su cabeza.

Tiene tres minutos, pero solo aprovechará 120 segundos en ese cielo prohibido que le brinda su amo, Sebastián no es romántico al besarle, su boca se mueve por la pasión que le produce el Conde, al abandonar su dignidad y estatus al rebajarse para besar a un simple mayordomo.

 

Después de ese cortísimo, pero delicioso tiempo, regresa a la superficie, parece un pez angel revoloteando en el aire al impulsarse por salir del mar, ve a su Lord desmayado y se apresura a brindarle primeros auxilios sobre la canoa de madera.

 

Le golpea el pecho, cubre su nariz y le brinda respiración boca a boca, sin malicia ni perversión, no es que no quiera, no es que no pueda, su contrato demanda proteger al contratista y eso es lo que hace, con seriedad, entrega y determinación.

 

Todo un profesional, es tan gracioso que un demonio pretenda engañarse asimismo.

 

Poco después, Lau los alcanza en una embarcación de su propiedad, el rostro de Sebastián se ve iluminado por la linterna, se pregunta si fue capaz de presenciar el R.C.P, vuelve la vista a Ciel y este expulsa agua de mar, esta a salvo e inconsciente aun.

 

Las horas transcurren.

 

Ran Mao se encarga de cambiarle las ropas mojadas al Conde, por pedido del mayordomo, ella asiente y se lo lleva cargado sobre los hombros, ahora Lau siente mas curiosidad de esa desición.

" Te incomoda verlo desnudo por un simple R.C.P?, ¡Vaya que interesante!", sus labios se curvan en media luna, mientras la noche se intensifica con fulgorosas estrellas.

 

" No es eso", se niega tranquilamente, arqueando la vista y desabrocha su camisa. " Creo que ahorrar esos minutos es necesario, yo debo estar cuanto antes limpio y en buenas condiciones al servicio de mi Señor, ahora si no le importa puede girar o seguir viendo a un hombre desvestirse"

" Entiendo", Lau escoge voltear, le ha proporcionado su maleta, donde guardaba otro conjunto frac, vajillas, cubiertos, té, claro que lo revisó y le resulta un tipo común y devoto, esperaba que su salario fuera grande al ser tan servicial. " Por cierto, ¿ A que rayos vinieron a China?

Sebastián queda perplejo y casi pierde el equilibrio.

" Negocios, señor Lau, quizas unos que no favorezcan a su tierra", responde apaciguando su duda y termina de colocarse la chaqueta negra, ajustandola a su cuerpo delgado y esbelto.

 

" ¡Ya veo!, una vez cierta abuelita clarividente presagió que China estaria maldita por largos años y lo atribuyó a un demonio vengativo", dijo impactando un puño sobre su palma. " Si mi país esta destinado a caer, yo no lo hare con el, no soy un idiota"

" Ah!, pero si cree que un demonio esta detrás de su ruina", ironizó y luego se corrigió. " Santa Virgen!, ingerir agua de mar me causó opinar sobre temas que no me competen, le ofrezco mil disculpas"

Realizo una reverencia y se despidió con la idea de confrontar a su amo.

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Tocó la puerta y escucho una voz tibia que lo invito a ingresar al camarote. " Adelante", anunció ya cambiado y usando la pijama que empacó en su maleta. Encontró a Ciel despierto, reposando sobre una cómoda cama, su rostro implacable no mostraba una minima pizca de vergüenza o timidez, Sebastián lo saludo con la misma frialdad con la que fue recibido y se apresuró a preparar el te importado.

Si el fingia que no sucedió nada, el haria lo mismo.

Si el queria hablar del tema, entonces lo escucharía divertido y con interés.

Dejaría a Ciel el trabajo más dificil: Hablar de sentimientos.

 

El bebió el té con sabor a frutos rojos, comenzó una charla trivial sobre política, al acabar la última gota el mayordomo recibe la taza vacia y Ciel le indica que coloque la bandeja sobre la mesita de noche.

" Sucede algo, joven amo?", es un placer para el fingir inocencia, se pone de cuclillas en el borde de la cama, observandole alargar la mano y entregarle un objeto que tuvo guardado dentro de las sábanas.

Le alcanzó un bozal.

Sebastián se vio limitado a improvisar un rostro amable aunque por dentro estalló en mil pedazos.

 

" Durante el viaje de regreso, lo usarás", le ordenó con aguda mirada y una voz de hielo, sentado en el borde le dio un puntapié en el hombro. " Al parecer mi perro quiso probarme, por eso debo castigarlo"

 

" Se refiere al beso que usted inició", sabe que debió callar, pero Ciel le empuja a acabar con su inexistente paciencia.

" De que hablas?, crees que un noble de alcurnia puede rebajarse a cometer semejante locura, ¡Que tonto y lamentable perro!". Echo su cabeza hacia atrás, soltando una carcajada, luego se calmó. " Se por Ran Mao que usaste R.C.P conmigo y me salvaste, pero tocar mi boca esta prohibido"

Ese chico planeaba perder la memoria, específicamente la escena donde se besaron por su voluntad.

 

" ¿Que esperaba?, fue usted quien estableció que lo protegiera en el contrato", le recriminó con tono grave.

 

" Es una orden Sebastian!, usa el maldito bozal y la próxima vez que me hagas algo similar ya imaginaré otro castigo, claro te escudas en ese pretexto para sacar a flote tus instintos de bestia"

 

Por un segundo imagino que le cubría la boca y en un arrebato volvía a besarlo, pero el es un perfecto mayordomo, obediente y educado.

En esas épocas solo la gente esclava portaba bozal en señal de humillación y sometimiento, Ciel no habla de sentimientos, es cruel mientras sigue picandole con los dedos de los pies y su demonio se ve obligado a contestarle que lo hará.

 

Se coloca el bozal y ata las correas por detrás de su nuca, por dentro realmente lamentará a quien sea pareja de ese sádico Señor, siempre sorprendiendole y sacandole de sus casillas.

" Ya esta contento, joven amo?", ironiza sonriente con una reverencia.

 

" Esta noche te quedarás velando mi sueño, me congracia tenerte arrinconado, fiel y sumiso a mi palabra, como un lindo animalito esperando la caricia del amo", Ciel se cubre con las sábanas y gira de medio lado.

 

Le brinda su delgada espalda y su indiferencia, ese es el premio a su trabajo.

" Tanto rencor me tiene por estar lejos de lujos durante esa semana, como si yo fuera la persona que le manda a realizar esos viajes"

 

Editó en silencio y recobrando su postura erguida, su rostro serio y sus labios planos guardan las ganas de atrapar esas manos y apretarlas hasta que confiese la verdad de lo que pasó por su mente al besarle, luego ve que hay una araña escurridiza subiendo por la espalda de Ciel.

Las sábanas vuelan, el mayordomo las retira con una fuerza que provocan que el delgado cuerpo del amo flote y durante esos segundos en el aire, lo atrapa entre sus brazos, evitando una dura caida.

" ¿Estas loco?, ¡Que maneras son esas, Sebastián!", reprocha tratando de escapar de el y durante esa pelea, ruedan hasta tocar el piso.

Ciel esta tendido sobre el pecho de su criado, oye sus latidos, percibe su calor, pero no se atreve a verlo directamente, una corriente electrica se apodera de su cuerpo entero

 

" Vi una araña y la espanté, si la mataba ensuciaria las sábanas, como ve en este barco no abundan", justifico sin mover al chico.

 

El quiere levantarse, pero aun no se recupera del todo, ese cuerpo débil le enoja, pero tambien es tan cómodo descansar encima suyo, empieza a pensar en aquel beso impulsivo, con sabor a mar, empieza a jadear, ya que esta caliente por la repentina fiebre.

 

Sebastián lo lleva hacia la cama y le administra su ayuda, colocandole paños húmedos sobre su frente, dedicado y silente, usado, despreciado, atormentado por un humano indescifrable, le tiene hechizado, amarrado, inquieto por ese azul mirar y esa piel enrojecida.

 

" Si escupe al cielo, esto es lo que sucede joven amo", se deleita con una sonrisa, porque Ciel prueba el karma.

 

" Maldito demonio, n-no juegues conmigo", ese tartamudeo se debe a las ondas de calor que lo debilitan. " Lo disfrutas, ¿Cierto?, que dependa de ti "

 

" No es mi culpa que mi amo se enferme ante la pobreza", Sebastián adjudica su resfriado a la falta de su lujosa estancia, sirvientes, comida de primera, abundante, su ropa elegante y la reverencia del condado, el exprime otro paño, retira la compresa anterior. " Cada vez que pisa un lugar que no va con su categoría mi amo desfallece, pero esta vez no va a tener quien le caliente la camita, un mayordomo no esta para esas labores, lamentablemente la chica del circo ya no podrá hacerlo, ¿Deberia buscar a Ran Mao?"

 

Ciel respira hondo y rápido, en el mar la brisa es fria, esa humedad le enferma, no esta de acuerdo con lo que proclama Sebastián, o al menos no pretende reconocerlo. No tiene fuerzas ni para gritarle que se calle, detesta sus burlas y que todo salga a su favor.

Como le gustaria morderle la boca y causar que sus labios sangren, Sebastian se entretiene cambiando el agua en el baño adjunto y se le ve tan feliz regocijandose con este descenlace.

" No es necesario que la llames, mi perro dormia sobre mi cama cuando me enfermaba, asi que sube de una maldita vez", esta desvariando por la fiebre o por amor, lo único que desea es ese reconfortante calor. " Ja!, mira esa cara ¿Que te da miedo?, no voy a comerte"

 

Sebastián frunce el entrecejo y duda en subir, ese mocoso juega con su mente, no puede decir su corazón porque considera que no tiene.

 

" No puedo captar lo que quiere, yo no escuche que...", negocia resistirse, el necesita salir de esa habitación, soportar ese rostro afiebrado que tanto le atrae es una estaca en el pecho.

" Es una orden!, duerme al pie de mi cama y enrollate como un perrito si deseas, no permitas que tu amo muera de frio"

 

El sello del contrato quema, no tiene otra opción que acompañarle y dormir con el, sin tocarle, ni frotarse o acariciarle, es una agonía.

 

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Algunos dias despues.

A través de las diferentes experiencias vividas y sufridas, Ciel tenía una forme convicción con respecto a lo que debe ser una familia:

El entorno importa, no necesariamente rodearse de gente que comparta su sangre, también ese espacio puede ocuparse de excelentes personas que forman mejores lazos, bajo esas en raras circunstancias sus leales sirvientes encajan con ese concepto.

Uno no planea la familia, es un agregado que la vida te da y te ata a pesar de irritación por huir de ella.

 

Ubicado en uno de los asientos de su enorme sala de comedor, es acompañado por su tía, Francis y su primogénito de adusta mirada, claramente disgustados por el reciente compromiso.

La mesa esta repleta de exquisitos platos de comida, tanta delicia en un ambiente tenso, no es de extrañar que Ciel haya querido evitar esta visita; sin embargo los protocolos y las tradiciones corren por la sangre de esos nobles, quienes en esa cena deben tragarse el descontento y felicitar al Conde.

" Sobrino, espero que la dicha caiga sobre esta mansión, se que a mi hermano le hubiera encantado verte en el altar, como manda Dios", Francis ensayó aquel discurso porque sinceramente no le nacia nada bueno con respecto a esa boda.

 

" Primo, es una buena noticia que la hija del Duque Grenville y tu se casen, no dudes que ire a tu boda en primera fila", el rostro de Edward se distorsiona al forzar una sonrisa.

Ciel no es tonto, aprecia la máscara que ostentan por guardar las apariencias, aunque no las necesita.

 

" Porsupuesto que lo invitaré, ¿Mi prima Elizabeth, esta bien?", indaga por compromiso.

 

Edward no soporta esta farsa y pide permiso, sale de la sala y apreta las manos, si ese chico no fuera un Conde, le hubiera pegado en el rostro.

En ese lapso a solas, Francis se prepara para dar otro tipo de golpe, uno que hiere el orgullo Phantomhive.

 

" Sobrino, en estos dos meses de ausencia, tu prometida se vio envuelta en un escándalo", le relata casi riendose. " Verás, se dice que estuvo recibiendo visitas de un noble alemán, el "Times" iba a publicarlo, pero su familia lo impidió, sin embargo el rumor no desaparece, al menos MI HIJA, te respetó y ..."

Ya intuia por donde va la señora de noble cuna, Ciel se tocó la frente, primero tendria que confirmar los rumores y por lo pronto cerrarle el pico con elegancia.

 

" Le agradecería que no hable mal de mi actual prometida, con respecto a Elizabeth le recuerdo que se fue con mi hermano en un parpadeo, ni tuvo la piedad de darme tiempo a despedirme", dijo mientras su vista se dirigia hacia su copa

Se limpió las gotas del jugo de frutas con la servilleta, habia dicho aquello sin pena alguna, mientras su tía quedo pasmada y con truenos sobrevolando a su alrededor.

 

Y ese solo fue el inicio de la nada linda reunión familiar

 

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Chapter 11: Obligaciones que gustan y disgustan

Chapter Text

Época actual año18XX, en las afueras de Londres, Mansión Phantomhive.

 

" Buaaaa, Buaaaa"

El quejido enérgico, aturde la gran casa que parece temblar, los pájaros abandonan sus nidos en plena noche y es una clara alerta para los sirvientes de que la consentida de la casa demandaba alguna necesidad que debia ser calmada cuanto antes. Es una tarea complicada saber que es lo que quiere, ellos prefieren arriesgar el pecho enfrentando asesinos antes de confrontar a la primogénita de Ciel. Desde la cocina Baldroy se hiere la mano al propósito antes de ser llamado a la habitación de la pequeña llorona

 

" Ayudaaaa, la pancita de Lady Katherine aun no se satisface", Mey Rin baja asustada por las largas escaleras, lucia desaliñada y con la gorra a medio caer, sosteniendo a la bebé. "No sean cobardes, están escondidos, ¡Lo se!

 

Y la mucama tenía absoluta razón, porque ya el cocinero se habia encerrado en su cuarto advirtiendo a viva voz que se encuentra herido y Finny desde el jardín se apresura a trepar un roble alto, se excusa con el pretexto de calentar el nido de los papás gorriones fugitivos, producto del ensordecedor llanto.

 

De Tanaka no se vio ni su minisombra, a veces solo desaparecía.

Mey Rin busca ayuda saliendo a prisa de la Mansión, las botellas de leche que dejó su amo están vacías, esperaba que regresarán lo mas pronto posible. Envidiaba que solo una mirada del mayordomo bastará para que la niña cese de llorar, hasta había practicado quitandose los lentes, pero la bebé simplemente se reía de ella.

 

" Qué tendrá de especial el señor Sebastián?"

 

Se apegó al borde del tronco, reflexionando en el poder que tenía ese hombre sobre la futura señora de dicha mansión, lo que nunca se le pasó por la mente es que tal habilidad reside en los lazos sanguíneos qué comparten.

 

La niña buscaba en su pecho deseperadamente y balbuceando, sus manitas apretaban el uniforme, a veces Mey Rin imaginaba que si sería madre no dudaría en compartir la leche con la niña hambrienta.

 

" Perdóname pequeña, lastimosamente soy una triste solterona, fea y sin gracia ¡Buaaa!"

Lloriqueaba con ella.

 

Finny la escucho desde su escondite metros arriba y se le estrujo el corazón, le sorprendió que se sintiera así, además todos en esa casa no tenían pareja, hasta su Señor era un viudo atractivo muy joven y solitario, el luto no le permitía tener otra esposa al menos dentro de un año, Baldroy era apático y fiero con las damas por alguna razón y el a pesar de ser lindo no controlaba su fuerza, temía que si salía con una chica le terminara rompiendo algún hueso, pensaba que son escalofriantemente extraños y descalificados a los ojos de los demás.

Aunque si se trata del mayordomo, ¿Qué de malo hay en el?, no le encontraba ningún defecto, físicamente nada que reprochar, es el estándar inglés preferido de las damas y hasta de los hombres, recordaba a cierto familiar de Ciel insinuandosele en su propia casa, fue un evento pasado que desearía borrar porque ya no lo volvió a ver igual. Es bastante difícil de creer que sea soltero, quizás su romances son un secreto, estaba seguro de ello, luego meneo la cabeza, no era momento de perderse en esas alocadas conjeturas.

El rubio respiro hondo y tomó valor para bajar a su lado.

 

" Yo, lo siento mucho Mey Rin", su rostro arrepentido se encontró con el de la mujer embarrada en lágrimas, la niña de la nada cesó el llanto. " Regresemos adentro antes de que el amo vuelva y nos regañe por exponer al frío a la bebé"

 

" Finny eres un tonto, por el hecho que sea mujer no significa que yo lo sepa todo con respecto a niños", se quejaba con justa razón limpiandose el rostro con un pañuelo que el le brindó. "No me dejen la responsabilidad, Lady Katherine llora y yo con ella, ahora somos dos almas sufriendo en pleno frío "

 

Una tercera sombra se unió.

 

" Muy cierto!, no es una hora adecuada para un paseo nocturno, si mañana se resfría, descontare el tratamiento de sus salarios"

Ambos giraron a la izquierda y sus ojos vibraron primero de emoción, después con terror al reconocer a Sebastián con una sonrisa plana y unos ojos que quebrantan el hielo.

 

" S-señor Sebastián", gritaron al unísono. " Por favor discúlpenos, nos confiamos porque siempre goza de buena salud "

Ahora ya Finny podía decir que aunque sea guapo, galante, eficiente y multifacetico, en ocasiones inspiraba miedo aunque lo disimule con ese gesto que intenta ser amable, es esa aura negra que lo delata, el es maldad pura si se lo propone.

 

El primero en ingresar fue Ciel, no iba a perder tiempo en discusiones con sus sirvientes, decidio ir a la recamara de la bebé y esperarla allí, se desvistió de cintura para arriba y retiro los vendaje qué cubrían sus pechos masculinos hinchados mas de lo normal por la maternidad. Antes le horrorizaba los cambios de su cuerpo, con los meses, asimilo qué era por el bien de su querida hija y por ella esas obligaciones se realizan con la cabeza en alto y con gusto.

 

Knock- knock.

 

Sebastián se adelantó en alcanzar al par y les sugirió que descansaran, extendió las manos y acuno a la niña en su cálido regazo, era por el que Katherine se calló hace poco, al sentir su aura, se esforzó en ser buena niña, aunque sus labios se retorcían y temblaban.

 

Despues de escuchar el pase, Ciel se vistió con una camisa blanca de mangas anchas, conocía el apetito de su niña, pero cada vez era complicado alimentarlo.

Con un simple movimiento de cabeza, le indico que entrará y se acercara a él.

Esa frialdad tatuada en su alma era la fascinación del demonio, quien deslumbrado va hacia el como perrito y le entrega a la bebé.

Ciel se acomoda sobre la cama amplia y suave, mientras Sebastián le acomoda el espaldar con almohadas rellenadas de plumas, luego pide permiso con la intención de traerle su cena.

 

El dueño asiente y al quedarse con ella a solas, la estrecha entre sus delicados brazos, con un amor único de madre, le reparte besos sobre su cabezita cubierta con una gorra de vuelos. ¡Si, mil veces si, es madre!, aunque deteste tal observación de labios de su mayordomo, por eso es más cariñoso si no están esos ojos rojos vigilantes, que luego le abochornan con expresiones de burla, desde su punto de vista.

 

" Hija, mi pequeña hija, por favor perdoname", le ofrece su pecho y ella succiona con avidez y desesperación.
" Por capricho de la Reyna Victoria, tuve que ir al palacio a atender su pedido, sabes a papá no le agrada en lo mínimo, pero es mi trabajo y una tradición familiar"

Un millón de veces sí, Ciel se considera padre.

 

Le hablaba con la mirada cerrada, tras de la puerta Sebastián estaba pendiente de la conversación, adoraba lo sociable que era el con Katherine, tan distinto que hasta parecía normal y común, siendo afectuoso, le causaba gracia que se refiera como padre, claro que ante la sociedad es lo que estipula según su género, pero si supieran que el fue capaz de llevar un embarazo y parir con dolor, luego amamantarla, ¿No la convierte esos detalles en madre?, esas discusiones con el nunca se acababan.

 

Tocó de nuevo con la charola de plata que traía encima el te y varios cornish pasty, un tipo de empanada rellena.

 

De repente no escucho respuesta, por eso ofreciendo disculpas del otro lado de la puerta, ingresó y su vista vibró ante el jadeo de impotencia de Ciel.

 

" Sebastián, la bebé tiene fiebre", hablo con angustia y agitación. " Tu dijiste que ella no es capaz de enfermarse, ¡Dime que sucede!"

 

El mayordomo casi suelta la bandeja, reacciona gracias a sus reflejos sobrenaturales y la coloca sobre la mesa de noche, su serenidad desaparece, a los pies de su Señor confiesa la verdad.

 

" No mentí, un híbrido de humano y demonio posee alta resistencia, siempre y cuando se alimente correctamente", dijo con esa voz solemne que rozaba con molestia por lo que venía. " Joven amo, no se sienta culpable por favor, pero la leche ya no es suficiente para satisfacer su apetito, ella necesita almas"

 

Ciel entre abrió los labios ante el desconcierto, registro cada palabra de el en su mente, buscando alguna salida, pero intuia que Sebastián ya lo había intentado, no sería capaz de darle tremenda noticia si no hubiera investigado antes.

Lo conoce más que a nadie.

 

" Debiste decirmelo apenas te enteraste, ¡No juegues con la vida de una dama Phantomhive!"

 

" Si fue mi error, puede castigarme como prefiera", levantó la vista hacia el, observando su ceño fruncido y unos dientes rechinando de cólera.

 

Le reprendio y se levantó, colocando a la niña sobre la cama y retirando el ajuar grueso de lana, necesitaba aire fresco, su mayordomo se apresuró a traer compresas frías, la medicina humana no serviría, así que era en vano traer a un médico.

 

Ese trago amargo se lo trago solo, iría a solucionarlo, no queria que Sebastián le tocará, pero el igual le jalo del brazo.

 

" No tiene caso que usted se ensucie las manos, yo llevaré esa carga, además las parcas se lo impedirán"

" Te atreves a retenerme, ¡Tu Señora esta ardiendo en fiebre!, haré lo que sea por mantenerla viva, ¡Oíste Sebastián!"

Luchaba por deslindarse de su agarre, esa rabia escondía frustración y tristeza, el demonio no lo suelta, lo atrae a su pecho y lo envuelve en sus brazos, no va a permitir que nadie vea sus lágrimas corriendo por sus blancas mejillas.

 

" Solo cuando esta realmente molesto la niña es exclusivamente suya", le reprochó con la vista cerrada y con una sonrisa tibia, colocando su barbilla sobre su cabeza. " Vuelva a la cama, lo resolveré, no necesita ordenarmelo, nuestra hija es fuerte y será capaz de esperar un poco más"

Franjas rojas se dibujan en el rostro de Ciel al escuchar esa última frase, esta tan loco de amor por el que levantó el perfil buscando sus labios y su hombre estaba listo para recibirle encantado y fascinado por su dolor de madre, después de todo es un demonio.

El corto acto de amor se interrumpió por los alaridos de los sirvientes.

 

¡QUÉ HACES AQUÍ, ¿ESTOY SOÑANDO?, ¡ES IMPOSIBLE! "

 

Tal grito puso en sobreviso a los padres, se separaron en el acto y con la bebé envuelta en una manta de algodón, Ciel la arropa contra su pecho , intrigados fueron a ver que rayos sucedía en la entrada de la Mansión.

 

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Tiempo pasado, Reunión Familiar en el gran salón del Conde Phantomhive.

 

Las palabras calmadas y agresivas a la vez de su sobrino, le causaron migraña y súbitamente se levanto para encararlo, no permitiría un insulto a su amada hija.

" ¡Quien te crees tú!, ¿No fuiste el primero en mentirnos a todos? ¿Tanta falta te hacía el dinero y el poder?, eres quien menos debe criticar la desición de Elizabeth, ella siempre amó a Ciel, no a la copia que pretendía serlo"

Tolerar a su estrepitosa familia es una obligación que disgusta.

 

El aludido seguía en la mesa, apoyo su cabeza sobre su palma y su diestra jugaba con la copa semillena, estiró los labios complacido al hacerla enojar.

 

" Enamorada de un muerto, siempre supo que el no era yo, pero al ser gemelos le dio igual con quien se quedaba, ella no fue nada linda querida tía, los ojos de madre te ciegan"

 

" Ya llegará el día en que tus propios hijos te causen dolor, ahora no lo entiendes porque eres un niñato insensible a mis sentimientos, es mi hija y la amo, la veo marchitarse cada día porque te ama, estuvo confundida y..."

 

Ciel dejo caer la copa y al estrellarse el jugo rojo se expandió por la alfombra, su mirada de aburrimiento seguía intacta ante sus vanos intentos por buscar una reconciliación, demostraba que lo que se rompe no vuelve a su forma original y Francis no es idiota, lo entendio perfectamente.

 

" A partir de ahora, me gustaría que no me nombres a Elizabeth de esa manera tan íntima, mi actual prometida es muy celosa, las reuniones que tenemos son por protocolo y aunque me cuesta recibirlos no hago un drama, así que vuelve a tu asiento y termina tu comida, el Beef Wellington de Sebastián es muy bueno, te lo recomiendo "

El no probó su plato hasta que ella aceptó volver a su silla, causando un suspiro breve de alivio en su sobrino, quien se preguntaba porque su mayordomo estaba ausente si traer el vino era una tarea sencilla.

Excusándose de ir al servicio higiénico fue por Finny con la finalidad que hallara a su predilecto sirviente infernal, por que el es un Conde, no va a rebajarse a ir en persona.

"Inadmisible", protesta en un secreto pensamiento que no se aparta de Sebastián y su curiosidad por el.

 

" Ni que mi almacén quedara en China", refunfuñó en su voz baja, dando fuertes pisotones a lo largo del pasillo.

 

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Por otra parte, en la bodega de vino, un ebrio Edward seguia degustando en soledad el dulce borgoña de selección, los recientes problemas familiares terminaron conduciendole al dulce licor, posee un semblante alegre y mejillas sonrosadas que revelaban su estado, sentado en una esquina de la estancia con una botella vacía en el piso y dispuesto a abrir otra, se levantó. Inclinado la vista se volvio borrosa, su cuerpo tambaleó y ante de probar el concreto de cara fue sostenido por unas manos enguantadas.

 

" Joven Midford, es suficiente alcohol por hoy ¿Por qué no me acompaña a descansar?"

La presencia de ese hombre era lo que menos necesitaba en su actual estado, ¿Huir?, no era opción viable, sus piernas no respondian, tampoco su raciocinio, sus ojos verdes se clavaron en sus labios de brillo apetecible.

 

" ¿Como que joven Midford?, ¡Hip!, ¿Ya no soy tu gatita precoz?", dijo apuntandole con el índice sobre el esternón.

 

Sebastián abrió los ojos mas de lo normal, pestañeo y terminó sonriendole divertido de su honestidad, producto de beber porsupuesto que lo esperaba, desde la vez que le coqueteó, ese rubio quisquilloso nunca le fue indiferente, podia probarlo si quisiera, contra el suelo rodeado del aroma a uva fermentada. Además su amo era tan complicado en mente y alma, recordaba el último castigo del bozal, tan humillante que estaba seguro de jamás olvidar a ese enano desagradable, a diferencia de sus anteriores contratistas de quienes ni el rostro recordaba.

La tentación estaba a un paso de caer en el placer de la carne, pero demorar no era parte de su estética de mayordomo.

 

" ¡Oh!, pensé que esas palabras inapropiadas las borraria de su memoria", le ayudo a reincoporarse e intentó conducirlo a la salida, pero Edward opuso resistencia. " ¿Sucede algo, joven Midford?"

Sorprendido de que no se mueva y de que buscara algo en su bolsillo, lo esperó a dos pasos detras suyo, dio un vistazo a su reloj de bolsillo y llevaba retraso de 10 minutos, imperdonable, se repetia internamente, su amo le reclamaría sin duda, rapidamente fue por una botella de gran reserva y regresó a su posición.

 

" Regresemos, por favor", suplico con amabilidad y al levantar la mirada se impactó con algo increible.

Soportar al minino dorado en celo, es una obligación que acaba con su paciencia.

 

Edward se colocó orejas de gato negro, tambien pintó su nariz con una botellita de tinta, ademas de dibujar bigotes, la cola de felpa se la entregó.

 

" Puedes ponerméla tu?, en la cama porsupuesto"

 

Sebastián retrocedió por inercia, pero el chico terco y alcoholizado se aferro a sus brazos, en ese instante maldecía ser tan seductor porque retrasaba sus tareas, consideraba que era un lindo y peculiar detalle.

Rehuye a su iniciativa y solo tiene en mente la cara de su Lord inflando las mejillas y con su único ojo visible brillando por matarle.

 

" Me temo que no puedo, yo estoy...", pausó al sorprenderse de lo que iba a decir y al escuchar el rechinido de la puerta abriendose.

 

" Señor Sebastián, el joven amo dice que-", Finny se calló y se rascó la cabeza murmurando muchas veces que era muy tonto, cerró la puerta y se dió contra ella intentando recordar la orden de Ciel. " Ehhh, mmm, lo que sucede es que nadie me mando!, yo solito me perdi en la bodega y ya que le encontré aqui me preguntaba porque no esta atendiendo a los invitados, ¡Aja, si eso es! "

 

Definitvamente era un cabeza de nabo, habia demorado en captar el cuadro frente a el, sus grandes ojos reconocieron al primo de Ciel, maquillado de gato y al mayordomo agarrando la cola que completaria su disfraz.

 

" ¿A que juegan?, yo puedo participar, ¡Voy por mi disfraz ahora mismo!", hablo con entusiasmo, desde la inocencia.

 

Sebastián se masajeó la sien, no tenia porque explicarle, pero detenerlo era prioridad antes que se arme una fiesta de disfraces en la bodega si se sumaban los otros sirvientes mononeuronales a su percepción.

 

" Finnian, aqui no hay ningun evento especial", expresó con seriedad, tratando de alejar al rubio que se negaba y le hacia ojitos de borrego a medio morir. " El primo del joven amo bebió a escondidas aqui y no se porque pretende fingir ser un gato"

 

" Prr, ¡miau!", Edward le atacaba el talón de Aquiles, sin miedo al éxito, causando un rayo eléctrico sobre la nuca del demonio.

 

" Por favor, alejálo antes de que pierda mis cabales", volvió su vista al jardinero, franjas azules adornaban su frente.

 

" ¡No puedo hacerlo!, si le jalo del brazo quizas se rompa como una rama seca, ¡El Conde se enojaría!", negaba agitando los brazos. " ¿Por que no lo lleva en brazos? usted siempre hace eso con el joven amo cuando no puede caminar por si mismo"

 

Porsupuesto que habia formulado esa salida, pero temia que su destino no fuera la sala si no su cama, lo miró una vez mas, con esas orejitas muy bien hechas, peluditas, puntiagudas, se preguntaba como insertaria esa colita, lo observó y se trataba de un juguete sexual, ese chico venia dispuesto a todo con el, maldijo en silencio por perderse esta oportunidad, el chico no dejaba de ronronear, era un verdadero calvario para el demonio.

 

" Lo que sucede es que yo debo llevar al gato, que diga", carraspeo al equivocarse de frase. "Esta botella de vino a la sala, pero el joven no me suelta"

 

Intentaba moverlo suavemente, ante la presencia de Finnian, no podia darle un cocotazo y desmayarlo, seria lo mas factible, pero ya habia un testigo, su alterada mirada se incremento, nadie tentaba al diablo, pero ese humano se habia sobrepasado. Lo mejor sería derribarlos a ambos y llevarlos sobre sus hombros, no resultaria esfuerzo, contó hasta tres en su mente con ese proyecto que nunca se ejecutó al abrirse nuevamente el portón de madera.

 

" ¡Se puede saber que de interesante tiene esta maldita bodega que no regresas!", la protesta de Ciel resonó entre las 4 paredes. " ¡Sebastián!, ¡AHHHHHHH!, ¿Por que Edward te abraza?¿Que diantres hace vestido de gato callejero?"

 

" Ningún callejero!, ¡Hip!, soy un gato noble que ya encontró dueño", se defendió colgandose del mayordomo.

 

" Sebastián!, suéltalo en este instante"

Vociferaba y su vista dilatada demostraba lo alterado que estaba, el mayordomo escondió la cola en su chaqueta, no se habia asustado tanto ni la vez que fue arrojado del cielo, pero ese dia ese humano le habia hecho palidecer con esa entrada y esos reclamos.

" Un mayordomo de los Phantomhive, no puede maltratar a sus invitados", se excusó cerrando los ojos.

 

" No somos nada y sin embargo, me siento como una rata queriendo huir de un gato furioso", trago saliva y pensó aquello, agachando la mirada. La boca de Ciel se abrió y tembló, sumado a un tic visible de segundos en su ojo derecho, ningún ser humano o sobrenatural va a quitarle lo que es suyo, incontrables celos provocan que le den una doble bofetada a Edward, el golpe resonó como eco y luego lo arrastró del cuello de la camisa, injuriando y diciendole que era un completo desvergonzado.

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Al final de la velada, Ciel cerró la puerta del carruaje de los Midford y le repitió a su tia que no tenia idea del estado de Edward y que se preguntara ella misma, las ruedas echaron a andar sobre la grava y el transporte se alejaba.

 

Pasos atrás su mayordomo le acompañaba en solemne pose, ya le ofreció disculpas por su falta, pero siendo el malvado que es, volteó la culpa al entrometido Finnian, ya que dificultó la táctica agresiva de escape.

 

" Ire a alistar la tina de baño", anunció con la intención de librarse del bochornoso recuerdo y la cara de pocos amigos de su amo.

Prefería esas obligaciones antes que seguir respirando el mismo aire de su amo enojado.

 

" Nada de eso, acompañame daremos un paseo", giró para mostrarle su sonrisa perversa y vengativa.

 

Si ese demonio tuviera un corazón, estaria preocupado.

 

Lo siguió y juntos se internaron entre los árboles altos y frondosos, el Conde trepó solo gracias a las enseñanzas de su jardinero y bajo la mirada para indicarle con un gesto que lo siguiera, Sebastián pensaba que lo dejaria sobre ese arból castigado el resto de la noche o quizas de su vida, de todas formas le alcanzó y se estacionaron sobre una rama gruesa.

El viento nunca descansa y flamea el cabello de ambos, se miran mutuamente.

 

" Demonio travieso y desobediente", el escarnio duro comienza. " Eres mas fiel a tus sucios instintos que a tu Señor?, responde Sebastián"

 

El hombre del frac recordaba esa frase, la vez que Ciel cayó sobre el mientras usaba el bozal, porque en ese camarote, sobre ese tosco suelo de madera, su anatomia reacciono al calor de su amo.

 

" Como le dije esa vez, no hare nada que usted no requiera, sus órdenes son absolutas, no importa lo que este cuerpo desee", aclaró barriendo el mechón frontal de su cabello. " No debió abofetear a su primo, mañana se dara cuenta de lo que hizo, fue un ebrio desubicado, parte de su naturaleza humana"

 

Que lo defendiera le enojaba, una vena resalta en su sien.

 

" A mi no me pasaría, le gustas al idiota de Edward ¿Tan dificil es reconocerlo?", hablo con indiferencia y miró hacia las estrellas del cielo. " Pero te agradezco que no te aprovecharas de su calentura, es la primera vez que actua asi, que sea un secreto, Londres no necesita saber sobre ese minino coqueto"

 

" No tiene porque aclararmelo, tambien hable con Finnian", por un momento su piel se estremció ante la suavidad de sus palabras. " Nuevamente me disculpo con usted, me salvó de sus garras", bromeó y Ciel arqueo los labios.

 

¿Adonde se habia ido el mocoso alterado y amenazante?, al parecer el paseo sirvió de algo, le calmó los celos.

 

" Le robé las orejas de gato, me pregunto si puedes resistir que las use yo", ahi regresaba el amo vengativo que conoce muy bien, Ciel se acomodó la vincha facilmente. " ¡Miau!", pronunció con aguda voz.

Antes que pronunciará "Prr", Sebastián junto sus mejillas con una sola mano y acercó su rostro, las narices de ambos se separaban a milímetros.

 

" ¿Robar?, que modales son esos, ¿Las finanzas andan mal?, Uhm, permitame darle un consejo sobre esas orejitas", su clásico humor intentaba desvanecer las ganas de probar sus labios, bromear para disipar el deseo, se quedaba sin salida, decidió susurrarle al oído. " Joven amo, no juegue con fuego"

" Tsk, ¿Por que?", preguntó desafiante. " Temes quemarte conmigo"

 

Ciel apartó su mano con fuerza, causando que el mayordomo diera por pérdido cualquier esperanza de avance, pero se equivoca, no puede predecir a ese humano, quien tira de su corbata y une sus labios con los suyos, saboreando, entrometiendo su lengua, fue la segunda vez que se besaban y ese chico lo hacia mejor, Sebastián lo apoyo al filo del tronco y profundizó esa unión sacrílega, bebiendo de el, ese nectar que le hacia adicto a su boca y esclavo de los gemidos que escapaban, ruidos que representaban melodias bellas e infinitas, perdiá la cordura, sus ojos estallaron en carmesí y más cuando se apartó para morderle el cuello.

Si es parte de una obligación o de un juego, el está complacido al participar.

 

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Chapter 12: Imposible, jurídicamente

Chapter Text

Nos encontramos en la línea de eventos pasados.

 

Aquella iluminada mañana, Ciel ostenta un rostro avergonzado y rojo frente al espejo, recordar lo que fue capaz de hacer por cumplir su objetivo, le hizo enojarse consigo mismo, levantó el taburete que tenia al lado y lo arrojó con fiereza contra el suelo, el asiento sin respaldo se quebró, astillándose en varias partes que impactaron sobre el vidrio, al igual que su mente confundida por el demonio, al que besó la noche anterior y ahora no era capaz de ver, pero permanecer encerrado no servirá de mucho, ni aunque desee esconderse bajo mil pliegues de la tierra, ese ángel desterrado lo encontrará.

 

Respirando hondamente, por el arrebato, lleva su diestra hacia el parche y lo retira, ahi ve de nuevo sobre los trozos del espejo, esa estrella invertida, brillante, blasfema y misteriosa, ese vínculo maldito tiene fecha límite: Hasta que se cumpla su venganza.

 

Y luego que?, la nada.

 

Sebastián le aclaró que las almas devoradas no reencarnan, simplemente se desvanecen para siempre, es decir que si el paga lo pactado, su linaje desaparecerá, el apellido, su historia y los asesinos al final lograran su cometido: Acabar con los Phantomhive .

 

Ese es el motivo y fuerza de su irretractable resolución, si consigue descendencia, el legado no morirá, aunque también acarrea nuevas conjeturas:

 

" ¿Nuevos enemigos irán por mi heredero?"

" ¿Como sobrevivirá siendo un simple humano?"

" ¿Es posible que mi demonio quiera hacer un nuevo contrato pronto?"

" ¿Con quien diablos voy a tener un bebé?"

Tal cuestionamiento le robó el sueño varias noches, por eso siendo el estratega afamado que es, resolvió el problema a través de ese sujeto servicial y hambriento por el:

Su mayordomo.

 

Un niño con su sangre, sería invencible y perpetuaría su linaje por largos años, lo que causaría la derrota de los que planearon la extinción de los Phantomhive, suena perfecto en la mente de Ciel, entonces ahi nace otra interrogante: ¿Cómo rayos el y yo vamos a tener un hijo?, aquel dia recuerda haberse mordido la lengua de nervios, alguien debia iluminarle en esos temas oscuros y esotéricos, esa fue la razón de la visita de Lady Sullivan.

 

" Estoy avanzando, el realmente esta atraído hacia mi", afirmó con orgullo, cruzandose de brazos y frunciendo los labios. " No me rechaza en lo absoluto, al comienzo crei que se reiria de mi y me diria que olvidara tal juego"

 

Caminaba de un lado para otro, su mano sujetaba su fino mentón, si todo iba saliendo de acuerdo a sus macabros planes, entonces porque el corazón le pesa tanto cada vez que se besan, el no quiere enamorarse y solo busca utilizarle, pero esta hecho de piel y carne, de músculos y nervios, de sangre y alma...

También de rotos sentimientos.

 

Knock- Knock.

 

Sin que vea a traves del portón ya reconoce de quien se trata, la única persona que es capaz de entrar en sus aposentos sea la hora que sea, Sebastián se presentó ante ruido anterior, ingresó con llevándole el atuendo preparado con esmero, perfectamente doblado, planchado, traia sobre sus manos: la camisa, pantalón, chaleco y abrigo fabricados por la señorita Nina. Sus ojos pardos con destellos rojizos reconocieron un panorama lamentable, la alfombra hecha en Estambul se rodeaba de trozos fragmentados, además el Conde no fue capaz ni de quitarse el pijama.

 

Tan dependiente de el, le maravilla y le causa una plana sonrisa.

 

" Buen dia, joven amo", lo reverencia a corta distancia. " Por favor no avance un milímetro, déjeme limpiar este desastre"

 

Con esas simples palabras, colocó el atuendo sobre la cama, luego prosiguió a buscar la escoba y el minirecogedor, mientras Ciel descalzo no obedece la recomendación, pisa un fragmento, astillandose la blanca piel y sangrando, cojea hasta brincar a la cama.

 

" Duele", murmura apretando la mirada.

 

Sebastián suspira, ahora tiene el trabajo de curarlo, ninguno habla de la noche anterior, cuando al final decidieron interrumpir el beso y Ciel, tan "adorable como siempre", le ordenará que lo dejara en paz, el se fue primero, acatando la orden, después el Conde se arrepintió porque no sabia como bajar del árbol.

 

" Si no fuera por Finny, hasta ahora estaría sobre esa rama", meditó en silencio, fijandose en la caja de botiquín que el mayordomo colocaba a su lado.

 

Sebastían lava el pie lastimado, coge una toalla y lo seca con suavidad, tambien administra antisépticos, en perfecta calma, pero Ciel en su mente acalorada se lo imagina succionando su herida y murmurando sensualmente que es delicioso.

 

" ¿Sucede algo?, joven amo", consultó al percibir su vista sobre el.

 

Ciel no logra leer su expresíón calmada que pretende inocencia, ¿Acaso no le importa lo que hicieron?, ¿Los besos le saben a falsedad?, si no toma en serio sus iniciativas, no le queda mas que encararlo.

Así que se digna a emitir un : Tsk, evadiendole la mirada y haciendo caso omiso a su preocupación.

Cuando termina de envolver el vendaje, el pie lastimado se dirige hacia el hombro derecho del mayordomo y se estaciona arrogantemente en el.

 

" ¡Oye, Sebastián!", exclama con el ceño fruncido, pero las palabras se atoran en su garganta. " Que haz averiguado acerca de ese rumor?"

 

Cambia la trayectoria del dilema, hoy se siente tan extraño, con chispas quemandole, haciendole temblar a pesar de esa pose imponente, por ello Sebastián le brinda un sonrisa complacida y no se aleja de su toque autoritario.

Claro que tiene información, se ha pasado lo que restaba de la noche para entrometerse en la casa de Pitt, el reportero estrella del Conde, solo necesito una cantidad de libras sobre su mano para hacerle cantar las últimas noticias, de antemano negativas.

Ciel levantó los brazos, en señal de que se cambiaría con su ayuda sobre la cama, de tal manera su pie lastimado no tocaría la alfombra, su mayordomo cerró la vista y entendió el mensaje, con suave destreza, deslizó el camisón de seda importada, ahí estaba el moretón que le regaló a su cuello sobre el reflejo de sus ojos lascivos por algunos segundos, aunque le soñara inundado de múltiples rosas rojas dejadas por sus colmillos, ahora su concentración debe seguir con la investigación recolectada

 

" Me temo que no es un rumor, su tía no mintió", afirmó sin levantar la vista, con una mano descansando sobre su pecho. " Verá joven amo, sucede que en este par de meses su prometida estuvo frecuentando al sobrino del Emperador alemán, con la excusa de mostrarle el palacio real, pero dichas reuniones se alargaron durante la noche, además ante tanta vulgaridad, la misma reina mandó a investigarla y ambos fueron sorprendidos por sus edecanes en la misma habitación, la salida de Lady Grenville fue insistir que fue auxiliada al sufrir migraña"

" JA!", exclamó el Conde, sonriendo con sorna. " Si, claro"

 

Corage, es lo que expresa su mirar, a nadie le gusta que le tomen por tonto. Sebastián ataba las cuerdas de sus botines bien lustrados y brillantes, Ciel habia quedado presentable y majestuoso, sin duda el era su mejor trabajo. Con cierta amargura camuflada de seriedad, presintió que el desayuno no seria del todo satisfactorio al percibir ciertas auras que conoce.

 

" ¿Que hara, mi Señor?, romper el compromiso no lo creo viable", las yemas de sus dedos frotaron la punta del calzado con un pañuelo, puliendo aunque no faltara. " Lady Elizabeth viene acompañada de un oficial, ella no aceptará que la abandone y la reina le respalda, lo extraño son sus peculiares motivos"

 

" Esa mujer me asquea, esta aqui para limpiar su honor", descifró levantándose de la cama, la pomada calmaba el dolor de pisar fuerte. " ¿Que hay del cuello de mi camisa?"

 

Tenia que tragarse la vergüenza y armarse de valor, el pecado que comparten esta inscrito en esa piel marcada por el demonio.

 

" Su vestimenta le encaja excelente, mi Señor, ¿Hay algo que le moleste?", su tono de fingida inocencia irritaba a Ciel. " ¿Qué le sucedió?", se inclinó para examinarlo y le cubrió la mancha violacea ajustando las cintas de su camisa.

 

" No lo sé, un mosquito molesto, quizás", Ciel se contuvo de culparlo, por el momento se ocuparian de la fastidiosa y traidora prometida.

 

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La doncella de anteojos se encargó de abrir las puertas de la mansión, los recibió con una nerviosa reverencia, con disimulo el mayordomo la apartó de la entrada y se encargo de guiarla hacia el despacho, Sissy levantó una ceja, ¿Acaso no la invitaria a desayunar antes?, apretó los puños esperando un regaño, que merecia y del que era culpable. Le lloró a mares a suelo tendido del faldón de la reina esperando que creyera en ella, pero Victoria no hace favores que no le convengan.

 

Necesitaban privacidad, por eso Sebastián habia preparado cantidades de platillos durante la madrugada, si la reina daria su voto de confianza a su familiar, entonces mandaría a uno de los oficiales que ya conocian la casa, en el peor de los casos a Charles Grey y dió en el clavo, fue el quien se presentaba escoltándola del brazo, al ser hipnotizado por la cantidad de aromas dulces y salados, corrió a la cocina.

" Este lugar alejado no me gusta nada, aunque la buena comida que sirven lo compensa!", vitoreo como un niño recompensado por dulces al vislumbrar los diferentes platillo ingleses y extranjeros del comedor principal.

 

Sissy no tenía apetito, aun sin escolta se sintió con via libre en la que considera SU CASA, su mirar castaño ennegrecido registra las habitaciones, hasta encontrar el despacho del Conde, quedo prenda da de la enigmática cara de su prometido, ubicado al filo de la ventana, quien al reconocerla ladeó el rostro, con una expresión indiferente y fría.

 

" Conde Phantomhive, yo...", ella se aproximó apurada, tropezó con la esquina de su vestido y Ciel no dudó en recibirla en sus brazos.

 

" Sissy, ¿La reina fue informada que me visitarias?", indago sosteniendola, pero a su vez manteniendo distancia para no rozarle la cara. " Estuve ausente por órdenes suyas y al regresar, ¡No me ire con rodeos!, escuché de tus citas con otro hombre"

 

Su rostro se apartó con molestia, Sebastián le recomendó que un buen mentiroso lleva su papel hasta el final, asi que se mostraba falsamente dolido.

 

" Ciel, no es cierto!, yo estuve tan desconsolada sin noticias tuyas, ¡Nadie en el palacio me dijo donde estabas!, el Duque de Brunswick y yo nos conocemos esde que eramos niños, ¡Es como un hermano!, me agripé esos dias y me cuido, ¡No ocurrió nada entre nosotros!, mi integridad esta intacta, puedo ir a un médico legal si tu necesitas pruebas de ello.

¿Gripe?, y la migraña ¿Donde quedó?, el perro de la reina podia olfatearlo, esa unión tenia un propósito del que no se le ha informado, presiente que algo se está cociendo a sus espaldas, soportar las habladurias ya es un gran peso sobre sus hombros, ¿Se trata de una prueba?, deshacerse de ella por el momento es imposible, a menos que tambien se deshaga de Charles, Ciel pestañea, sorprendido de su frialdad y de pensar en ellos como insectos que su demonio puede pulverizar.

 

" Ah, se supone que como hombre tienes que ofenderte", el oficial de la monarca actual regresó al notar tardíamente la ausencia de la mujer, vino y se apoyo en el marco de la puerta, limpiandose los restos de comida con una servilleta de tela, ante la escena no dudo en molestar al Conde.

 

Charles escuchó lo necesario, cuidando la vida de Elizabeth a manos de un prometido engañado, llegó en la hora precisa, pero le producía severa hilaridad que el noble mas temido entre los aristócratas sea un cuernudo, Ciel arrugó la frente, ese desvergonzado se atrevia a opinar de su vida privada, debia aguantarlo por representar a su majestad?, o podia cortarle la garganta para no escuchar mas su desesperante voz.

 

Pensamientos malignos e invasivos nuevamente atacandole, vivir demasiados años con un demonio va cobrando consecuencias a la moral.

De todos modos, ese sujeto albino y odioso tenia razón, si por presión su relación debia arreglarse, no le queda mas que comportarse como el novio lindo y celoso que ella espera.

 

" ¡Oh, mi Dios bendito!, ¡¿Sissy, como pudiste? !", la abrazó y se lamento sobre la hondonada de su cuello. " Aunque es culpa mia por estar trabajando sin descanso estos meses, ¡Por favor!, os suplico que intentemos cultivar nuestra relación, tu me gustas mucho"

 

Un piso abajo, Sebastián acaba de romper su primer plato.

 

Claro que le oyó, por esas desarrolladas habilidades de las que tanto fanfarronea, ese humano volvió a impresionarle, jamás penso que ni en broma sea capaz de proclamar aquello como un verdadero enamorado.

 

Si fue capaz de trabajar en un circo, vestirse de Bruja, bailar con un vestido ante el Vizconde Druitt, ese chico que conducia por el camino de la oscuridad le rendía frutos excepcionales y aplaudibles, pero a que precio...

 

Quien busca acaparar su ser entero, alma y vida, se niega a pensar en esas malditas palabras, Sebastián se repite mil veces que es un fraude, un ardid, la engaña para cerrarle la boca.

Y aun así, le jode haberle escuchado.

 

" No eres taaaaan perfecto, ¡Hoy es un gran dia, puedo ver un arcoiris!", a Baldroy le brillan los ojos ante la torpeza de su jefe. " Tu siempre nos andas corrigiendo y ya le debes una pieza carísima al Conde, ese plato pertenece a la vajilla francesa"

La expresión de Sebastián quebraba el mismo hierro, molesto y con franjas negras sobre la frente, causó que el cocinero se tensara y retrocediera temiendo por su vida.

 

" Encargáte de la cocina, no quemes nada o te dejaré peor que al plato", su tono amenazante no cobró sociego hasta que respiró. " Ah!, estoy seguro que el Conde perdonaria este error, despues de todo ¿Que clase de mayordomo sería si no tuviera el aprecio de mi amo?"

 

Su aura se restableció y volvió a sonreir antes de salir de la cocina.

 

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En la sala adornada de candelabros, cuadros de pintores famosos, esculturas y relojes de antaño. Ciel se ve obligado a tener una cita con la novia que "extraño", si acaban de hacer las paces el debe ser miel, aunque por dentro la aborrezca.

La chica sigue con su cara arrepentida, después del desayuno, no ha probado mucho bocado, argumentando que se siente fatal por causarle problemas.

 

" Tranquila, no llores", Ciel le acerca un pañuelo y le limpia las lágrimas. " Ya lo aclaramos, no hay que volver a tocar el tema"

" Pero por mi indiscreción, los nobles y la prensa van a estar pendientes de nosotros, ¿Y si nos casamos la proxima semana?, se que falta un mes, yo ya no quiero esperar, ¡Tu tambien me gustas muchísimo!"

 

Ya que ambos se confesaron, Sissy espera un beso que jamás sucede, Ciel flaquea y aleja su rostro en automático, Mey Rin retira las copas de néctar afrutado, observar a una pareja la pone mas nerviosa de lo normal, sus brazos tiemblan llevando la bandeja y por accidente, la botella con restos de jugo se derrama sobre el faldón de Lady Grenville.

 

¡Plaf!

 

Esa mujer no tiene misedicordia con los empleados, no vaciló en castigar la mejilla de la doncella causando un severo espanto en el rostro de Ciel.

 

" ¡Que clase de empleada eres!, ¡Mi vestido es de colección!", reclama chillando en medio del salón.

 

" L-losiento!", se excusó tocandose la cara y huyó del lugar.

 

" Cariño, ¿No piensas hacer nada?", Sissy esperaba el apoyo cruel de su prometido.

 

El se quedo en silencio con un solo pensamiento: " Fue suficiente, de mis sirvientes me encargo yo, ¿Con que derecho te entrometes bruja horrible?"

 

Se muerde los labios y hunde sus uñas en las palmas, esa mujer le desespera, es como cualquier otro noble de sangre fría y arrogante, no concibe la idea de pasarse lo que le reste de vida con ella, esta seguro de que seria infeliz.

 

" Si pretendes ser señora de esta Mansión, es una mala idea ganarte enemigos, ya la castigaste asi que dejala en paz", luego se fijo en el reloj de piezas bronceadas. " Será mejor que regreses al palacio, una dama no puede quedarse con un hombre a altas horas, es indecoroso"

 

Indirectamente le recordaba su error.

 

Eso le martiriza, pero no hay manera de refutar, si ya fue perdonada al menos marcharse antes de pelearse por una sirvienta, no es algo que considere valga la pena.

La despacha encargándole a Charles que la cuide, su tono es grave, ya no la soporta otro minuto en sus dominios, Sissy lo abraza, el no le corresponde, sus brazos estan rigidos, ella le besa el borde de la camisa y el Conde vuelve a rechazarla moviendo el rostro en sentido contrario, es ahi donde ve esa marca resaltando y esta segura que ella no es responsable

 

Antes de gritar, Ciel cierra el carruaje y los caballos se echan a galopar.

 

Al regresar, nunca antes visitó a algun sirviente en su habitación, por normas que ahora le valen, esta preocupado por Mey Rin, angustiado, aun no tiene las palabras precisas para disculparse, hay un debate afuera de su cuarto, hasta que oye voces.

 

" S-Señor Sebastián, no lo haga asi, ¡Me duele!"

" Shh, te acostumbrarás "

 

Las orejas de Ciel arden, el no es nada inocente y en su mente se recrea un cine novelesco donde sus criados se lian en un romance, el impulso se apodera de su mano y rueda el pomo de la puerta, no contrató a ese demonio para que se aproveche de los integrantes de la casa.

Estirando ambos brazos sujetando la entrada abierta de par en par, el azul de su mirar se tiñe de sangre.

 

" ¡ QUE HACES EN LA HABITACIÓN DE LA DONCELLA!", alza la voz, su expresión va deformada por los celos.

 

Lo que aprecia es a su mayordomo curando diligente reservado y con suave dulzura el rostro de Mey Rin, parece un hermano mayor que unta pomada antiinflamatoria, la cama luce ordenada y cada quien conserva sus ropas.

Ahí no ocurrió nada para mayores de 18.

Se siente un completo idiota que no puede mover las piernas para echarse a correr.

 

" Me contó lo que sucedió en el salón, ni Finny ni Baldroy estan calificados en atención médica, ellos solo pueden empeorarlo todo"

 

Explicó con tranquilidad y se retiró de alli, suponiendo que si un Conde se traga su orgullo y visita a su sirviente, no puede marcharse de la nada,esta seguro que esta ahí por ella.

 

La chica se acomodó los anteojos, apresurandose a disculparse, pero Ciel no quiere oir eso, ese grupo es especial y lo mas parecido a una familia, aunque no es capaz de reconocerlo abiertamente, intenta el dialogo.

" Lamento molestarte tan tarde, Mey Rin", no avanzó hasta que ella se lo pidió.

 

" Oh, Conde!, sientése en aquella silla, es cómoda", le indico ofreciendole el mueble de blanco barniz. "Me hare responsable del vestido, por favor no se pelee con la señorita por mi torpeza"

 

" Eso no es necesario, ella no debió ponerte un dedo encima, te prometo que no volverá a suceder, lo arreglaré, ¿Alguna ve te he fallado?", le dijo intentando redimirse. "A veces nos toca bajar la cabeza, pero tambien existe la oportunidad de levantarse y cortar la ajena"

 

En su lenguaje retorcido, habla de venganza.

El le tiende su palma y la dama entreabre los labios, asiente con firmeza, siempre ira de la mano de su Señor, seal al cielo o al infierno.

 

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La media luna se establece en el azul firmamento, socializar cansa la vitalidad de Ciel, pero aun hay cientos de papeles sobre su escritorio, adicto al trabajo, va a desvelarse entre documentos y jarras de té, esta sumergido en la lectura de recibos, cifras, pagos, mientras su mayordomo cierra la puerta, lleva entre sus manos enguantados una bandeja de plata con panqueques de dulce aroma.

 

El candelabro de tres puntas ilumina el despacho, Ciel hace una pausa y decide que el le acompañe a esa cena secreta de medianoche.

 

" Come conmigo"

 

Su orden es sutil, no lo ve directamente, su mano sigue cogiendo la pluma, firma y descansa, coloca sus codos sobre el escritorio, dejando que su bello rostro repose sobre la curva de sus manos.

 

Sebastián no evito sorprenderse ligeramente, ¿Le besa y finge demencia?, si el fuera un humano normal y corriente consideraria estas acciones de su jefe inapropiadas, un acoso laboral latente del que puede hacer una novela.

 

" Debo sentirme halagado o es una linda broma de mi amo?", duda antes de tomar asiento.

" ¿Me ves riendo?", cerró la vista revelando esas largas pestañas. " Hay ciertas cosas que quiero tratar contigo"

 

La firmeza de su voz le impulsó a sentarse al frente, no era alguien de apetito, pero accedio a beber el té puro de la India, por su parte Ciel mordió el panqueque, el relleno de leche se deslizo por la comisura de sus delgados labios.

 

Un cuadro apetitoso para el demonio.

 

" Lo escucho", le hablo con distinguida carisma y degustó el sabor aromático de la canela en las hojas de té. " Estoy a su entera disposición"

Esa frase complace los oídos del Conde.

 

" Se perfectamente lo que hago, Sebastián, no estoy loco ni nada por el estilo"

 

Las cejas negras del demonio se levantaron ligeramente, ¿Buscaba intimidarlo?, el estiró su indice por debajo de su mentón completamente interesado.

 

" Oh!, con respecto a que?, si es que puedo preguntar", le interroga divertido.

 

Desde el inicio del juego, al cruzar la línea imaginaria de la compostura que guardan entre amo y mayordomo, esperaba que Ciel fuera quien cayera antes de aceptar que el tambien estaba perdiendose en el mayor pecado de un sirviente infernal: Desear el cuerpo de su contratista.

 

El alma deberia ser suficiente pago, pero el demonio ansia mas de lo que cabe en sus manos.

 

Por su lado, Ciel abrió su unico ojo visible, sus labios formaron una curva arrogante, deslumbrante y atractiva, percibe la codicia en esas orbes del color del rubí, nunca fue ajeno a su cercanía, siempre aceptaba la calidez de sus brazos, bailando con un ángel caido, fue seducido y esta es la excusa perfecta para exponer sus sentimientos a través del engaño.

 

Ambos son incapaces de sincerarse.

 

" No te hagas, desde lo que pasamos en China, hasta lo de anoche", aclaró confrontando su mirada, sin pestañear, ni voltear, si tiene que dominarlo no piensa fallar. " Sebastián, yo inicié ese camino prohibido, con un fin que aunque no compartas, estarás obligado a realizar"

 

Le aclaraba que preparó esas licencias por una tarea, el mayordomo borra la sonrisa, su perfil inexpresivo demuestra que intuye por donde va esa conversación, no va a exponerse ni a quebrar su linda cara fresca y angelical, aunque el enano que se cree superior se mereciera una reprimenda sobre sus piernas, va a contenerse.

 

" Y yo que pensé en que usted me apreciaba", dijo con drama, exhalando un suspiro. " Si, creo recordar al Conde comportandose inadecuadamente con este humilde mayordomo, ¿Cual es su motivo?"

 

Su espalda se acomodó contra el respaldar de la silla, aprovechando de la informalidad del momento, colocó ese atractivo rostro sobre su palma, observandole con ojos amenos y relajados.

 

" No confió en Lady Grenville, ni en ningún otro humano con respecto al matrimonio, he decidido concebir por mi cuenta", su voz no dudaba ni flaqueaba, lo decia como si nada, estoico y firme, actuando lo mejor que podia, aunque en su interior se moria de vergüenza. " Mezcla tus genes con los míos, esa es mi orden, Sebastián"

 

Con un simple movimiento, su parche se deslizó hasta caer sobre el escritorio, la estrella invertida fulguraba en su izquierda.

 

" ¡Santo cielo!", entonó esa típica blasfemia de autentica burla. " Lo siento, Conde Phantomhive, pero eso es juridicamente imposible"

 

Respondió casi al instante, arqueando la vista, disfrutando de la tremenda sorpresa en la cara de Ciel, a quien no solo le falto el aire, en su corazón agitado algo dolió, ¿Lo que hizo fue en vano?, maldecir a Sullivan no servía de nada, ella intentó ayudarle y el plan se vino abajo, ¿Que argumentaría ese demonio?, lo primero es calmarse y borrar ese gesto de perdedor.

 

Rememorando las clases, su cerebro identificó aquel concepto:

" ¿Que era un objeto juridicamente imposible?, ¡Si, ya recuerdo!, es un conjunto de circunstancias de carácter legal o físicas que hacen imposible el cumplimiento de la sentencia en sus propios términos"

 

Se aclaró la garganta, antes de ahogarse al sentirse derrotado y humillado.

 

" Dentro de este contrato es imposible, ¿Que posibilidad existe fuera de ello?, ¡Responde!", su mano izquierda sostenia el peso de su frente, limpiando los rastros de sudor, por el bochorno al que se expone.

 

Sebastián cruza las piernas y retira el guante blanco que protege el tatuaje blasfemo, complacido de la astucia del humano, esta era sin duda la mejor época de su existencia, nunca nadie antes le habia pedido un hijo.

 

" Porsupuesto, usted no va a rendirse y yo no voy a desperdiciar la oportunidad de regocijarme al envenenarle con mi semilla"

 

Meditó en un pensamiento secreto, observando su tibia desesperación, cada gesto lo atesoraba, esas cejas juntandose de impaciencia, la mueca de sus labios luchando por no estallar en ira, ese chico terminaba superando sus expectativas por lo que decidió recompensarlo, luego de una breve pausa, castigarlo un poco valia la pena, despues de los cortes, balas, heridas, apuñalamientos y demás tentativas contra su vida que sufrió por sus órdenes cargadas de insensibilidad.

Es la oportunidad de cobrarselas.

 

¡Si, existe una esperanza!, aférrese a ella, porque no existe otra solución a su necesidad de embarazarse de un demonio y se lo digo con todo el respeto del mundo, mi Señor", le acomunicó con un aplauso y ladeó la cabeza, alegre, cándido y sonriente.

 

Ciel sufríó esos minutos por su respuesta, pero el alivio compensó su ansiedad.

 

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Chapter 13: Segundo Contrato

Chapter Text

Ezequiel 28, 15-17.

Te llenaste de violencia. Y pecaste; Yo, pues, te he expulsado por profano del monte de Dios. Y te he eliminado, querubín protector, De en medio de las piedras de fuego. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; Corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé en tierra, te puse delante de los reyes. Para que vieran en ti un ejemplo.


 

Nunca en su vida sintió ese frío cosquilleo recorriendole la extensa piel, mientras se escabulle del tedioso papeleo de su escritorio, su mirar revisa el reloj enmarcado en madera y todavía quedan un par de horas antes del encuentro pactado. 

 

Una cita. 

 

Ciel recuerda fragmentos de la noche anterior. 

 

" Valgame Dios!, ya es muy tarde joven amo", Sebastián se levanta del asiento de madera tallada y mira su reloj de bolsillo. "Será mejor que continuemos esta interesante charla mañana" 

 

El Conde frunce los labios, irritado porque quiere aclararlo todo de una vez, ya no soporta el suspenso al que le somete ese bello demonio. 

 

" Oye!, ¿No será que estas huyendo de mi propuesta?", usa la burla para tacharlo de cobarde y provocarle a quedarse. 

 

Aunque no cuenta con que ese diablillo huele la trampa tendida de esa dulce boca que conoce demasiado. 

 

" No dije que esta conversación desapareceria de mi memoria", el gira de medio lado, sus manos recogen la bandeja con las tazas vacías. " Si no duerme lo suficiente no crecerá, que le parece si lo dejamos para las 8 pm en la colina de prímulas" 

 

¿Como era posible que le invitará a salir sin un signo de bochorno en sus blancas mejillas?, Ciel creía comprender la mente de ese demonio, pero se da cuenta que la inexperiencia le sobrepasa y simplemente asiente, ni se ha fijado en la burla recurrente sobre su altura. 

 

Hasta esta noche que lo recuerda, es la razón por la que aprieta unos papeles, sus dientes rechinan pensando en el mayordomo. 

 

" Maldito!, ¿Quien se cree que es con esos consejos que nadie le pidió?" 

 

Las protestas son el día a día de Ciel, lo que es nuevo y contraproducente para un noble como el, es salir con un mayordomo, un sirviente, su escudo demoníaco. La faz intranquila se ve invadida por el rubor, mientras quiebra una pluma, las gotas de tinta manchan el mueble, no está listo para ese tipo de inusuales situaciones.

 

Cuando se trataba de su ex prometida era distinto, pasar tiempo con ella es similar a jugar con una hermana, por criarse desde pequeños jamás se le cruzó por la cabeza anhelarla con deseos mundanos y poco caballerescos.

 

Esa posición la ocupa Sebastián.

 

Concluye lo más rápido que puede su trabajo de escritorio y camina con algo de prisa hacia la habitación, encuentra a Mey Rin limpiando las esquinas de los ventanales con un plumero.

" Oh, perdóneme joven amo creí que estaría trabajando"

La mujer se disculpa entre temblores y nervios, pero Ciel le indica que tome asiento y se quede un momento, lo cual confunde su expresión.

Del interior de su ropero de cedro, retira varios trajes y los coloca frente a ella.

 

" Dime cual te gusta más", el ladea la cabeza y su vista se concentra en un punto alto d ela habitación por la vergüenza. " En una cita nocturna, ¿Qué color me favorece?"

 

La doncella no comprende porque no está aquí Sebastián escogiendo el traje de su Señor, mira hacia ambos lados y luego conduce su índice hacia si misma, incredula de la repentina consulta.

 

" A-amo yo, ¿Esta seguro? ", las dudas le acometen.
" Normalmente quien se encarga de eso es..."

 

" ¿Ves a alguien más aquí?, yo quiero tu opinión"

 

A Mey Rin le brillan los ojos, lástima que las grandes gafas de cristal lo impiden, es la primera vez que el Conde al que sirve confía en ella para una tarea tan personal.

 

" A mi me gusta mucho su traje azul, combina con usted, el veston negro se me hace muy apagado y triste, a-además no va a un velorio"

En su inocencia, la doncella intuia qué se preparaba para una cita con su prometida, en lo que no erraba es en el interés romántico que nace en el por otra persona.

 

Son instintos humanos, querer agradar y verse exquisito ante tu conquista.

 

" ¡De acuerdo!, te lo agradezco", Ciel siente alivio por la ayuda, tanto que olvida las formalidades de un frío noble británico.

" N-no tiene porque amo, yo solo hice lo que me pidió", Mey Rin se rasca la nuca, cabizbaja y con una sonrisa temblorosa. " Si el Conde esta entusiasmado por su cita con Lady Grenville , con gusto le apoyaré"

 

Ella es una dama devota hacia su Señor, olvidando el altercado con Sissy, se muestra verdaderamente con buenas vibras, aunque esa bruja sea insoportable.

 

" Pff!", Ciel ahoga una risilla." Te parece que me esmeraria por esa mujer?, ¡Ja!, ahora necesito que me guíes con el planchado, no hay necesidad de acudir a Sebastián si eso es lo que piensas"

 

Esto es un completo misterio, la mucama se apresura a proporcionar los materiales: la plancha, la tabla, la jarra de agua, aunque quiere encargarse teme malograr el traje así que comprende las razones de Ciel, lo que le quema la curiosidad es saber a quien quiere ver en secreto, pero no interviene porque en el mundo de los ricos, las amantes son el pan de cada día y la actual prometida no vale la pena su saliva ni tiempo en defenderla.

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Por otra parte, las horas avanzan y el mayordomo prepara doble ración, mientras tiene entretenido a Bald pelando papas, con maestría se desplaya por la cocina, batiendo, sazonando, friendo, envolviendo los platillos : Camarones al olivo en la cena y una tarta Banoffe destinada al picnic nocturno con ese amo adicto al dulce.

 

" Sebastián!, ¿Por que haces tanta comida?, ¿Habrán invitados?", el cocinero se muestra intrigado. " O te estas preparando para cuando el amo se case y llene esta casa de niños, te faltara manos ese día"

 

De pronto la cabeza de un camarón impacta contra la nariz de Baldroy.

 

" Qué dijiste? , perdón no te escuche", se fija en el de forma despreocupada, arqueando la mirada y fingiendo que no ha pasado nada.

En realidad no le agrado aquel comentario, Ciel le pertenece y no puede asimilar que haga una familia con un detestable y mísero humano.

¡NI EN BROMA!

Pero el cocinero no es tan idiota como cree, se limpia con el mandil y su cara se colorea de ira, no se tienen la suficiente confianza de jugar con los suministros, presiente qué algo le ha enfadado.

 

" Oye no tienes porque reaccionar así, por más ocupado que estés soy una persona y merezco respeto!", el coge la cabeza del camarón y se la devuelve, lástima que el pelinegro la esquiva. " No se vale!, tu empezaste primero"

Bard zapatea de la impotencia, ¿Qué había de malo en insinuar que en la Mansión habrían niños?, ¿Acaso el los detestaba?

 

En venganza iba a robar la tarta, pero el mayordomo se adelanta a retirarla y esquiva cada intento por arrebatarle su obra de arte.

 

" No es justo, al menos dejame comerla", el rubio le persigue por la cocina. " Si tanto te molesta que el amo tenga hijos entonces huye mientras puedas, los mocosos desvelan, impacientan, acaban con tu estabilidad mental y física, ¡Huye Sebastián!, porque no te queda otra, en un mes nuestro Conde va a casarse y cuando menos lo pienses ¡Pluf!, por arte de magia aparecerán los bebés, ya te veo sufriendo, será como cuidar una guardería, incluyendo al Conde, infelices noches te esperan ¡Hahahha! "

 

La persecución cesa al carcajearse con las manos en la cintura, presagiando el futuro calvario del mayordomo.

 

" Seremos infelices, no se te olvide que tu también vives aquí "

 

Al oír aquello algo se rompió en su interior, Baldroy no desea volver a ese tipo de vida familiar, aún hay temas que no supera.

 

" Tu si sabes como deprimir al prójimo", el cocinero se reclina sobre la pared, derrotado por las noches que le esperan entre pañales y llanto. " Sí puede que yo también esté aquí si no muero en alguna misión, pero si quisiera vivir para ver a los mini descendientes del amo, se que seria una nueva forma de tortura y también a la vez, una expiación para el, los hijos son una extensión de ti mismo donde puedes tener la oportunidad de reparar y sanar errores"

 

Al terminar de envolver la caja de pastel, Sebastián se interesó por sus últimas palabras, sus cejas se levantaron, no tiene planeado tener hijos con nadie, la idea le es risible y estúpida, su intención fue tomar lo que a su cuerpo le urgía del quisquilloso Conde, pero Bard ha causado que su perspectiva cambie.

 

" Expiación dices, que concepto tan profundo"

Afirma viendolo con complaciente arrogancia, en su mano lleva una gran canasta. " Le encargo la limpieza, en la noche hay cierto mapache que anda rondando la mansión, si lo atrapas cuidando la integridad de las paredes reconocería que eres alguien mejor del soldado que encontré hace años"

 

" Lo haré, pero no porque me ordenas!", el rubio busca un cigarro, ante el stress que se vendrá. " Por cierto, ¿A que se debe que alistaran los caballos, el Conde va a salir o algo así?"

 

No le tomo mucho tiempo en lo que encendía el cerillo, al levantar la vista el mayordomo habia desaparecido.

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Siendo inglés la puntualidad era parte de su código de existencia, mucho antes de la hora pactada, ya la carroza se echo andar sobre el camino despejado, húmedo y llano, afortunadamente es un dia sin lluvia, las ruedas giran y giran aproximándolos hacia la zona norte del centro de la ciudad, el parque estaría cerrado para las criaturas normales, pero no para un astuto demonio que amaba la tranquilidad de una charla con un delicioso té de por medio, quizás ya llevaba demasiados años con ese humano, que hasta se le pegó sus costumbres.

 

Encargaron al cochero estacionarse lejos, donde nadie sospechará, luego burlaron la vigilancia y cruzaron hacia los enormes parques de prímulas, bellos arbustos de flores pálidas los rodeaban, también árboles de fresnos, arces blancos y avellanos, desde esa colina verde se lograba divisar la entrada hacia la ruidosa ciudad.

 

Sebastían extendio una manta de picnic, colocó los aperitivos y sirvió el té, ese lugar era perfecto para... Hablar de negocios.

Ese es su panorama árido, combina perfectamente con la visión de un demonio.

 

En ese extenso páramo natural y silencioso, eran dos varones dandole la espalda a la luna, con un plan egoísta maquinandose en sus mentes, por un lado Ciel necesita un nuevo favor de ese mayordomo, mientras sostiene la taza de té de manzana, lucha por no temblar, sabe que la propuesta es muy seria y que el demonio va a querer jugar a su conveniencia, con determinación, agarra con firmeza la loza de finos acabados, no debe dejar que el olfatee su miedo a entregarse.

 

Fiel a su personalidad, Sebastián subestima la capacidad humana de anhelar descendencia, no lo entiende, el mismo ni se imagina teniendo hijos, le gustaría reconocer que le sorprendió la valentía con la que se lo pidió, porque alguien que experimento violencia, solo tiene dos caminos: Normalizar el abuso y caer en la hipersexualización o detestar cualquier forma de contacto físico. Suponía que el Conde se encontraba en la segunda opción, hasta el dia en que cruzó la línea y le besó.

 

" ¿De aca cuando tan callado?", Ciel repasa una servilleta de tela a cuadros sobre sus labios con sabor a manzana. " Es simple, vil criatura, ¿Puedes cumplir mi deseo?, ¿Qué deseas a cambio?"

 

Claro que expresarlo de esa boca inmadura suena tan sencillo, pero no se trata de obtener consentimiento sexual, le esta ordenando ser padre y los niños hibrídos no viven mucho en el mundo humano sin devorar almas, asi que guardará el secreto si el Conde no indaga

 

" Oh!, que descortesía la mia, le ofrezco mis disculpas", Sebastián está sentado a su lado, sus brazos se extienden y las yemas de sus dedos palpan el borde del mantel. " Usted es el primer humano que no le da tantas vueltas a un asunto, aprecio eso y por eso escogí este lugar para conversar de un segundo contrato"

 

Hasta ahora el avance de Ciel funcionaba, ese hombre de engreida voz seductora no le dió luz roja a sus intenciones, al oirle hablar de un segundo contrato, comprendia que no afectaba la estética por la que se regía, porque los beneficios afectaban al mismo contratista.

 

" Y bien, ¿Que esperas de mi?, yo ya te explique mis motivos, no quiero que la familia Phantomhive desaparezca con mi inminente muerte, necesito enseñarle a mis detractores que de alguna manera tengo la protección de un demonio y por ello si atentan contra mi apellido, terminarán en un ataúd "

 

El hombre del frac no se burló, ni se carcajeó de su convicción, porque fue el quien tendió su mano cuando ese humano fue obligado a sumergirse en el estiercol de la humillación, fue únicamente el quien lo levantó y lo ensalzó a recuperar su posición, convirtiendose en un formidable peón de un terrible Señor.

 

" Ya que la creación del alma y del cuerpo es un completo misterio, te diré que no fueron simultáneos, yo ya soy dueño de su alma, por consiguiente su cuerpo quedará como un cascarón vació, entonces pensé: ¿Debería recoger aquel cascarón o simplemente permito que lo devoren los lobos?"

 

Ahora tenia sentido estar en la colina de Primulas, donde desde hace años esos animales aulladores eran conocidos por rondar la entrada de Londres, ese bello lugar también puede significar la muerte.

 

" ¡Hmph!, ya veo", en el hermoso rostro de Ciel se dibuja una sonrisa suave y maliciosa. " Tu irás por el papel de lobo, si quieres devorarme de la forma que sea lo permitiré"

 

" Muy bien !, ese será el pago establecido", la mano enguantada se dirige hacia su ojo izquierdo y desliza el parche con delicadeza. " Sin embargo, pedirle un hijo al diablo es un camino complicado, ¿Se ha fijado que es biologicamente imposible?, pero puedo arreglarlo, a cambio sere yo quien exija 3 demandas"

 

La mirada entusiaste de Ciel se borró, el no cree en la bondad y si en la maldita venganza, su corazón era un tambor a punto de estallar, sabia que se las cobraría, ese demonio es despiadado, por un momento se imagino cayendo del Big Ben antes de cumplir sus demandas, luego soltó un suspiro, escucharle no estaba demás.

 

" Adelante, tienes toda mi atención en esta despejada noche sin nubes, Sebastián"

 

Ciel disimulaba no mostrarse muy sensible a esto, pero su cara le traicionaba, ¿A donde se fue el amargado Conde de porte señorial?, si el pudiera ver en un espejo su expresión congelada y de penuria, se diria asimismo: ¡Como puedes ser tan patético!

 

" Gracias!", respondió con muy buen ánimo, el en verdad disfruta torturandole. " Primero, a partir de hoy ese cuerpo suyo me pertenece no sera compartido con ningún otro ser, asi que no se como le hara cuando se case, ¡Sera divertido verlo!", arqueo la vista y su mano oculto una suave risita al cubrirse los labios. " Segundo, demando que nuestros encuentros sexuales sean a la antigua, tendrá que conquistarme si necesita que este humilde sirviente sea seducido por su amo"

 

Esta inusual situación es diferente a lo que ocurrió años atrás, nota que un demonio es capaz de ofrecer lo que sea por un alma, pero el cuerpo de un humano es un pago no tan valioso, ahora es Ciel quien tiene que cumplir sus expectativas y eso le causa un tic en el ojo derecho.

 

" Tercero", Sebastián repasó su lengua por esos labios de terciopelo, delgados y lindos. " No importa la hora o el lugar que sea, si tengo apetito de mi Señor, me lo comeré desde esta noche "

 

" Tiempo límite", Ciel recordó que en un contrato el no creia en excepciones ni plazos infinitos, decidió devolverle sus palabras y obtener alguna esperanza. " El hecho de que mi cuerpo te pertenezca no creo que se reduzca a que solo me acueste contigo, supongo que si deseas podrás hacerme tu sirviente al cumplir mi venganza, ¡Seria una gran bofetada a todo lo que te hice pasar! , eso es lo que pienso o es que me equivoco"

 

Sebastián cerró los párpados, su amo es el zorro astuto de esta solitaria noche al negociar un escape de ser su amante por largo tiempo, abrió los ojos de rojo rubí y una mesa apareció con un par de sillas y una hoja en medio, la tinta estaba lista para ser utilizada, le extendió la mano y con su característico profesionalismo, le acomodó la silla, se sento al frente suyo y colocó sus codos sobre la mesa, esa atractiva cara reposaba sobre sus manos entrelazadas.

 

" El tiempo límite, no existe, porque eres una criatura con un índice de vida éfimera, serás mio completamente, alma y cuerpo, hasta que YO decida un final"

 

" ¡Que desgraciado!", Ciel no duda en coger la pluma, firma con cólera acumulada y ve que el mayordomo lo observa como si hubiera descubierto algo sorprendente. " ¿Creiste que iba a salir corriendo?, que poca fé tienes demonio, firmé porque acostarme contigo no significa nada.

 

El le arroja el contrato además de burlarse, Sebastián lo atrapa, la hoja se transforma en una diminuta estrella que adorna el contrato anterior, los tatuajes que portan ambos vuelven a brillar simultáneamente. Porsupuesto que esperaba eso, el procesar esta tensión sexual que vino desarrollandose desde hace años causa que Ciel reaccione a la defensiva. Es tan huraño como un gato y no se va a dejar querer. El humano se cruza de brazos, indiferente, su orgullo desespera , sabe que ofrecerle su cuerpo al demonio es darle un caramelo a un mendigo, ese es el escenario que le pinta a través de la frialdad de su mirada.

 

Al mayordomo ese desprecio le vuelve loco.

 

Sebastían trepa a la mesa, sus rodillas se posicionan sobre el frio metal y su diestra se aproxima hacia la cinta que rodea el cuello del Conde, sus ojos perversos encuentran los suyos.

 

" Punto número 2: Dije la hora y el lugar que sea", susurra respirando cerca de su perfil. " A partir de esta noche, con la luna de testigo, mi Lord me pertenece "

 

Ciel abrió la boca, ¿Que rayos le sucede?, tenia mil maldiciones en la punta de la lengua, pero ese demonio se adelanta a ahogarlas y profana sus labios con fervor, no es nada dulce, al contrario, mueve su lengua buscando una caliente sincronía.

 

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Chapter 14: Presagio (1ra parte)

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La niebla se disipa por la mañana sobre la fría ciudad de Londres, el clima helado invita a las personas a envolverse en abrigadores cobertores, Ciel no es la excepción, se encuentra enrollado entre las frazadas y no pretende salir de esa comodidad, no le importa que el reloj marque las 12, porque cierto demonio le quita el sueño, no es que lo torture en ellos, más bien causa un efecto distinto, en sus sueños revive esos momentos íntimos, únicos y placenteros que jamás creyó volver a vivir con alguien, mucho menos con un ser infernal.

 

" Se supone que hay una leyenda sobre dos almas destinadas, desde el día que naces, estas atado a el por el hilo rojo del destino, según Tanaka todos tenemos a una persona, pero yo ¿Qué poseo?, el día en que nací ¿Acaso los cielos me maldijeron?, es la única manera en la que yo esté envuelto hasta el cuello con el demonio "

 

Murmura emergiendo del fondo de las sábanas, coloca su palma derecha sobre una cara atomatada y avergonzada, cierra la vista y contempla un hermoso recuerdo, ve el rostro de Sebastián aproximadonse y susurrandole palabras calientes mientras lo sujeta con firmeza de la cintura.

" No tienes ni idea lo que una boca es capaz de hacer dentro de otra"

 

" ¿Acabas de llamarme quejándote armoniosamente y pidiendo que no pare de tocarte entero?, así que usted también conoce de lujuria, joven amo.

 

" Se cuando detenerme, por ahora lo haré, pero no olvides a quien le gemiste hasta las lágrimas esta inolvidable noche "

 

Ciel pataleta de rabia, confundido, rechinando los dientes, mostrar su lado vulnerable es lo que más detesta; sin embargo ese delgado cuerpo honesto le traiciona cada vez que el mayordomo esta encima suyo.

 

Podía ver claramente en ese recuerdo a Sebastián sobre la mesa, mandando a volar la etiqueta, sus iris del color del carmin indican que esta fuera de si mismo al profanar esa boca malagradecida qué le ha ofendido.

 

Ese beso tiene demasiada fuerza que Ciel abre la vista, estupefacto, atrapado por esos labios codiciosos qué no le permiten respirar

" Mmgh, mmmngh!", sus cuerdas vocales no mienten y reacciona ante Sebastián gimiendo sin pudor en plena colina abierta.

 

Nadie en Londres sería capaz de creer que se trata del Conde Phantomhive, dejándose llevar por el placer entre los brazos de un sirviente, a veces el mismo piensa que sus padres estarían horrorizados

 

Ambos caen sobre el verde pastizal, Sebastián logra poner su espalda primero para recepcionar el cuerpo de su amo, lo abraza y sigue besándolo con devoción, su lengua prueba cada rincón de su boca, Ciel se está volviendo loco por su forma de besar tan salvaje, propio de un demonio, comienza a salivar de una forma incontrolable y dicho hilillo transparente desciende hasta pasar por un lado de su mentón.

Sumergirlo en el deseo iba bien hasta que sus manos presurosas de más contacto físico quisieron entrometerse dentro de sus pantalones, Ciel no está listo, enterrar el pasado es realmente difícil cuando tiene tatuado en la piel aquellos toques indebidos de los miembros de la secta, sus risas, el abuso que sufrió es un tormento que le impide seguir.

 

" Detente, Sebastian!", ordenó golpeandole el pecho con ese puño débil qué simulan las motas de un gato.

El demonio maldice en su mente al oírlo, la comida vuelve a escapar, parece un mal chiste, en cuestión de segundos se concentra en detener esa reciente erección, si fuera un humano le sería imposible.

" Lo haré, pero le recuerdo que no estoy obligado a parar por el nuevo contrato, considerelo un favor"

 

Los perfiles de ese par están muy cerca, ojos desafiantes, heridos y con tintes de molestia, Ciel detesta deberle algo a quien sea, pero realmente no puede seguir, así que se levanta y se sienta al lado suyo, hundiendo su cabeza entre sus rodillas.

Sebastián considera que si esto sigue así será desastroso intentar llegar al siguiente paso sin que lastime a su amo de por medio y el no necesita de un llanto lastimero en la cama, jamás en su larga existencia necesitó obligar a alguien a tener relaciones sexuales, es una ofensa para sus naturales encantos.

 

La redonda luna, pálida y misteriosa se va escondiendo tras la colina, esa oscuridad reciente y la imagen de ese humano silente pinta un panorama melancólico en el mayordomo, la razón: Lo valora muchísimo. Ese chico es quien le hizo conocer el significado de la palabra diversión, avanzando en codicia por su alma, después obsesión y actualmente ya no sabe en donde esta parado, quiere descubrirlo junto a él, por muchos años más

" Joven amo ¿Me permite una sugerencia?", decide interrumpir el lúgubre silencio, avanzando hacia el y por un instante estaba por tocarle el cabello, pero decide sentarse a su lado.

 

" Si vas decirme que no estoy listo, puedes ahorrarte las burlas", le reprocha sin salir de su escondite. "Pero si es algo útil, entonces habla"

Las diminutas prímulas aletean por la brisa nocturna, varios florecillas se desprenden y un par se cuela en la cabeza de Ciel.

 

"Conozco a cierto humano que podría ayudarle con ese tema, literalmente me debe un favor", recomienda el mayordomo atreviendose a desprender la primula blanco de su amo, este reacciona y levanta la vista, entre abre los labios, otra vez los nervios se apoderan de los latidos de su corazón. " Disculpe, tenía algo en el cabello", le advierte con esa voz tranquila que puedes escuchar por horas. " Verá, esa persona es un psicoanalista de prestigio, si usted accede a visitarle estoy seguro que podrá superar este problema, creame que aunque sea un demonio, no estoy familiarizado con forzar una relación, va contra mi estética "

 

El Conde siente que esta intensamente unido a Sebastián, es una conexión distinta a la habitual, claro que admite que necesita ayuda, su cuerpo y su mente lo piden a gritos.

 

" Entrégamela", Ciel extiende la mano y obtiene la flor pequeña y simple, luego la guarda en el bolsillo de su veston. " Bien, como quieras, si crees que estoy loco entonces no me queda más que recibir terapia"

 

Lo ve con extrema seriedad, porque ese tema lo merece; sin embargo no es capaz de decirle:

" Usted no está más loco que los horribles humanos de aquel día", las palabras quedaron atorada en su garganta, luego se fija en el enorme cielo y cree que es un castigo de allá arriba que sea tan cerrado en expresarle su preocupación, ¿A que le teme? Pero su gesto habla por el, cuando su diestra toca la mejilla del Conde y sus labios se posan sobre su frente.

 

" Q-qué diablos haces?", la boca del humano tiembla, hasta su voz, ya no puede sostenerle la mirada. ¡Tch!, mi mayordomo también enloqueció, será que ambos debemos acudir al psicólogo? "

 

El sarcasmo de su amo le agrada, Sebastián sonríe, creía que sería complicado hacerle aceptar la desventaja en la que se encontraba si planeaba acostarse con él, es incómodo percibir sus temblores y su miedo.

 

" Me temo que si, ¿Porque no?", le contesto cómplice de su ironía.

 

"Ha, ha!, me cuesta entenderte, el hecho de que mi cuerpo te pertenezca significa que harás más cosas como esta?", dijo tocandose la frente.

 

" A partir de mañana, solo si tu me concedes ese honor"

 

¿Le hablaba de tu a tu?, ¿Donde quedaron los honorificos? , Ciel quería caer de espaldas,ahora si estaba 100% seguro que sus padres no lo aprobarian, si es que vivieran, claro. Por otra parte, ¿Qué le pasaba por la cabeza?, ese beso casto no es digno de un ser oscuro e infernal, ¿Será que su demonio está descompuesto?, ¿Ahora a va interpretar el perfecto papel de un novio?, Ciel intenta racionalizar opciones y no obtiene ninguna.

 

Porque esto no se explica con la razón.

 

La mente del joven Conde se detiene en ese último pensamiento, precisamente en la palabra "novio".

 

Sin tiempo a replicar, Sebastián se levantó y observó su reloj, un ser tan estructurado como el no podía quedarse y perder otra hora.

 

Por supuesto que el se encarga de recoger los platos y las tazas.

 

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La cocina es un caos desde que Lady Grenville envío a su mensajero anunciando que vendría a recoger a su prometido, fue invitada a una boda asi que no va desperdiciar la oportunidad de presumirlo.

Sonidos de ollas, el "chas chas" del batidor manual, cuchillos picando, sumado al "Ho-Ho" de Tanaka, mantienen ocupado a Sebastián principalmente, porque el otro par de sirvientes se entretienen cuchicheando acerca de la misteriosa cita del Conde, el no los detiene, por alguna razón tambien quiere estar enterado.

" A-anoche ayude al amo a bañarse, no me permitió quitarle el parche fue ahi cuando yo...", relata Mey- Rin con el rostro enrojecido hasta el cuello. " Vi que tenia una marca a la altura de la clavícula, según las novelas que leo, el morado es el color que imponen los amantes al posar sus labios sobre la piel expuesta, las sorben como jugo y las fibras capilares se rompen, estoy segura que no fue la señorita Grenville"

 

" ¿¡QUEEEEEEEE!?", ese grito colectivo casi deja sordo a Sebastián.

 

Ni el par de rubios logran concebir que su Señor sea un infiel, si se la pasa abstraido en su trabajo, además con ese carácter insufrible, dudan que alguien cuerdo se anime a ser su amante y peor si esta encadenado a un futuro matrimonio.

 

" ¡Yo no estaba enterado de esos actos íntimos!, no sabia que te pueden hacer eso", exclama Finnian con las mejillas coloradas. " Pero el amo es tan serio, ¿Se tratará de alguien nuevo?, anoche el cochero se lo llevó sin darnos explicaciones

" Lo dudas?", Bald clava el cuchillo sobre la tabla de madera. " Los ricos cambian de mujer como de calzoncillos, claro que tienen una oficial en casa, pero fuera de ella su vida es traviesa, o no?, Sebastián "

 

Que lo catalogue como la otra no le llena de orgullo, pero tampoco es que pueda defenderse.

De espaldas al grupo y sin parar de batir la crema de pudding, el mayordomo sonrie complacido de los avances con su deseado Lord, cada que escuchaba de el, su estómago es presa de un extraño revoloteo, pero debia mantener la compostura y poner fin a la tertulia de viejas chismosas, que era la manera en la que los imaginaba, a Bard y Finny con sombrero de señora aburguesada, Mey Rin con crochets y bufanda, contándoles chismes de su sagrado patrón.

" Será que ya terminaron sus labores como para chismorrear acerca del Conde?", ese confuso regaño se envolvia en una sonrisa arqueada que a la vez es espeluznante. " Finny ¿Ya colocaste las rosas rojas en los floreros de la mesa principal?, Bald, ese pavo no se va a cocinar solo ¿Revisaste el jugo?, Mey- Rin, los asuntos del amo no nos conciernen, si el decide divertirse fuera del compromiso ¿Quiénes somos nosotros para juzgarlo?"

La chica se escondió entre sus palmas, apenada por las palabras del mayordomo, lo cree tan sensato y perfecto que se ruboriza en el proceso.

 

" Tiene mucha razón Señor Sebastián, disculpe mi atrevimiento contra el joven amo", suplicó lloriqueando y mordiendo un pañuelo.

 

" No se que haré con ustedes", suspiró masajeandose la sien. " Por ahora ve y limpia la platería, la prometida del joven amo llegará pronto"

 

El trío de criados salió disparado a cumplir las funciones demandadas de su superior, este demonio en cuestión se apresura a subir las escaleras y buscar a ese escurridizo contratista que hasta esas horas no se asomaba a mostrarle su agraciado rostro.

 

Es tan sigiloso moviendose en medio del largo pasillo, la cola de su traje se contornea en cada paso, sostiene una bandeja que despide el aroma clásico del "Earl Grey",su perfil sereno y a la vez completamente hundido en la frialdad es precioso, el se ve invadido de una irracional necesidad de verlo, oirle, luego su deseo aumenta y nace una nueva aspiración al confrontarle: Besarle.

 

Se anunció tocando el portón de madera pulida y al obtener respuesta, ingresó saludándole y mostrando sus respetos con una venia, en sus iris se retrata el atractivo dueño del Condado, vestido a medias porque no consigue atarse el moño de la corbata, además su camisa va mal planchada, a diferencia de la noche anterior, realmente necesita ayuda o la guia de otro ser si necesita lucir presentable.

 

" Si mi joven amo pretende bañarse y alistarse solo, me va a dejar sin trabajo", le hablo con un tono lastimero y fingido. " ¡Ay Dios mio!, que será de este mayordomo sin poder posar las manos en su Señor"

 

Ciel se cruza de brazos y ladea el rostro emitiendo un chasquido de disgusto, observando a su demonio colocar la bandeja sobre la mesita, se dirige a el y su cuerpo comienza a sudar, ¿Por que se aproxima?, retrocede hasta que su cuerpo se pega contra uno de los 4 pilares que rodean su elegante cama, ¿Acaso va a besarle cada que despierte?, ¿Por que rayos cierra la vista como si lo esperara?

" Fuck!", se siente patético que maldice internamente.

 

Sin embargo, las manos enguantadas del sirviente atinan a arreglarle el moño y el peinado, después acomoda su parche y realza el amarre, Ciel recuerda que ese demonio aceptó ese nuevo contrato, pero cobrando con anticipación, no es un idiota que va esperar, ya no más, sin haberselo propuesto se convirtió en ese fuego ardiente que atrae al insecto alado y lo quema, entonces si el quiere jugar, necesitan una palabra clave o terminará exponiendose nuevamente.

 

Sin pensarlo, actúa como un gato huraño y le empuja con ambas manos, Sebastián analiza si esa reacción es porque esperaba un beso o no, el Conde apreta los puños y respira hondo, porque va a costarle establecer ciertas reglas necesarias si pretenden seguir ¿Siendo que?, ¿Amantes?

 

" Oye, Sebastián!", con un gesto altivo le indica que lo siga hacia la mesa de su habitación y el le sigue fascinado de esa cara apática.

 

Ciel toma asiento y se cruza de piernas, se toma algunos segundos meditandouna frase para usarla con él, ambos se miran en silencio, su mayordomo es un perro obediente que mueve la cola esperando sus órdenes, en parte eso le complace, por lo que sonrie con esa superflua malicia, mientras apoya un codo sobre la mesa de acabado victoriano.

 

" Lo escucho, joven amo, ¿En que puedo servirle?", el demonio se inclina levemente.

 

" Cheeky party or bored cat" , pronunció y luego probó la frutilla del pastel de chocolate, causando que Sebastián se detuviera a mirarle los labios. "Cada que te diga esta frase es porque tengo ánimos de tus avances, prometiste que no forzarías nada, si me das cierto control sobre nuestro 'asunto', no dudaré en jugar mis propias cartas, asi que no lo olvides, porque hace rato pensé que tu..."

 

Explicaba inflandose de valentía, lo cual era muy loable en una chico que no tenia idea de como llevar una relación de ese calibre, a diferencia de su anterior compromiso con quien jamás se propasó de un simple agarre de manos.

 

" Ese asunto al que no quieres calificar, se trata de ser amantes"

 

" ¡QUE!", Ciel soltó el tenedor y el trozo de pastel cayó por sus labios, manchandole.

 

Su mayordomo vuelve a intentar acercarse al gato escurridizo, le toma del mentón y lame el dulce chocolate de su rostro, lanzando a Ciel a ese abismo de pasión, flotando como si no existiera la gravedad, logra que ese severo rostro le susurre:

 

" Cheeky party or bored cat?, ", su aliento tibio rozando la nariz de el, Ciel ruega internamente por un avance. " Lo sé somos amantes, ¿No es eso obvio?"

 

De esa forma, siguiendo esa caliente voluntad, el mayordomo responde inclinadose hacia su boca y adueñandose de su interior, Ciel le corresponde al recepcionar su lengua y juega con mas experiencia, ahora son cómplices en el maldito arte del Amor.

 

Un sirviente y un noble.

Un demonio y un humano. ¡Que acto terrible cometen!

 

Ninguno de los dos toma consciencia de sus acciones, solo se pierden en el devaneo exquisito de sus labios, ese delirio sublime causa que Ciel envuelva sus brazos por detras de la nuca de Sebastián, profundizando esa unión sacrílega y odiada por los cielos.

El infierno entero sabe que el no quiere parar, pero los ruidosos tacones que resuenan le advierten que esto debera posponerse.

 

" Cariñoo!, ¿Por que no bajaste a recibirme?"

La estruendose voz de Lady Grenville pone en sobresalto a su prometido, quien al abrir la vista, esta sin el, la compañia que mas desea y abruptamente esta obligado a aceptar a esa mujer, quien le observa extraño.

 

" Cof- cof", emite una tos nerviosa, se acomoda el cuello de la camisa y finge qué nada ha sucedido. "Buenas tardes, otra vez olvidaste las reglas básicas de etiqueta", infiere con tono seco y se levanta para conducirla lejos de su cama y por consiguiente de su recelosa habitación.

Muy a su pesar le ofrece su brazo, guiandola hacia la sala principal, ella no hace otra cosa que hablar sobre la boda de sus amigos y que espera ser la atracción principal de los diarios al ir juntos.

 

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Chapter 15: Presagio (Parte 2)

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Chapter Text

Al cruzar el iluminado y largo pasillo, apareció Sebastián caminando en sentido contrario del Conde, llevando el traje que usaría su amo por la noche y la prometida no dejaba de mirarlo, aunque Ciel también de reojo, jugar al amante le causaba cierto gusto extraño, comprobado con la presión de esos traicioneros latidos, no le quedo más que forzar una expresión indolente y desatenta de su presencia, luego hubo roce sobre su hombro al pasar por su lado, sentir el toque inofensivo de Sebastián le exhalta en un temblor, parece que fuera una corriente eléctrica sobre su piel al tenerlo cerca. La mujer entre abrió los labios, expectante y curiosa del comportamiento de su novio.

 

Porque acaba de tropezar.

 

Tal error al caminar advertia un signo de nerviosismo, algo que el Conde se encarga de esconder del mayordomo desde que iniciaron ese torrido juego, aunque esta vez falló, Sebastián sonríe, ya lejos de el, su ego se dispara hasta las inmensas nubes que cubren Londres.

 

" Cariño, ¿Te encuentras bien?", consulta Sissy con rostro preocupado.

" No es nada", comenta con voz seca, negando lo evidente, ese mayordomo le desconcentra, aturdiendo hasta sus movimientos.

 

Ciel retoma su paso y se olvida de Sissy, causando que ella recuerde el extraño moretón que vio la noche anterior, había regresado con la intención de reclamarle, pero no se atrevía, porque ese hombre causa temor y nada de confianza, se preguntaba mientras lo veía alejarse, ¿Qué sería de ella en su vida de casada?, esperaba que cambiara y que su matrimonio bendecido por la iglesia sea la más bella y romántica de las historias.

 

Poco después se apresura a seguirle el paso, ingresan a la sala comedor y degustan de un exquisito almuerzo
, una antesala de merluza en salsa inglesa, servida por Mey Rin, quien había practicado con vehemencia, para evitar peleas innecesarias, todo iba de amarilla hasta que llego el momento de servir el vino digestivo.

 

Las manos de mantequilla provocaron que la botella se le resbalara cerca a Lady Grenville.

 

Alguien atrapó el vino añejo a tiempo, para sorpresa de los presentes,

 

" Cuidado", la suave voz del mayordomo advierte y su acción salva a la doncella de ser castigada nuevamente.

" Y-yo lo lamento, prometo practicar más horas", tartamudea con la congoja reflejada en su llorosa cara.

 

Ciel observa a ambos empleados y sus labios se tuercen, no le importa que Lady Grenville casi sufriera por un vestido manchado, el motivo es verlos a esos dos tan juntos, platicando sobre ser precavidos, pero en la cabeza del Conde se desarrolla una película de drama entre sirvientes y no lo soporta.

 

" Mi vida, despide a la muchachita esa, es muy torpe"

Esa sugerencia ya no le parece una locura, hay algo que nubla su juicio, aunque si esas palabras vienen de Sissy, debe dudar y calmarse, un hombre culto, inteligente y rico no puede dejarse llevar por los celos.

 

" Se porque la conservo, en la Mansión Phantomhive lo que menos importa es que se desenvuelvan conperfección en sus deberes", explica y después prueba otro trozo de filete, termina de masticar y presiona los dientes en el filo del tenedor . " Mis empleados poseen virtudes que desconoces y sobretodo, son más fieles que un perro, aunque si tal perro me traicionara, lo mataría "

 

Sebastián no entendía si esa indirecta era por el o dedicada a la prometida desleal que estuvo envuelta en un escándalo.

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En la amoblada y elegante habitación del Conde, el mayordomo recibe a su Señor, ya tiene la tina de baño preparada a pedido de el, le regocija que su joven maestro permita ser aseado por sus manos grandes, suaves y talentosas

" Puedo preguntar porque me devuelve mis funciones", el le extiende una palma para ayudarlo a ingresar a la bañera.

" Porque voy con prisa, esa maldita boda y la ansiedad de Sissy me tienen harto", acepta su ofrecimiento y esta vez tocar su mano le causa un pálpito, internamente espera que el agua mitigue el deseo de ser corrompido por el diablo y su hábil lengua al besar.

 

Ciel inclina su cabeza hacia atrás, recibe el shampoo de aroma a coco y avena, el masaje comienza, su mayordomo ha mejorado bastante, a diferencia de la primera vez que fue tosco y sentía que le tiraba del cabello en vez de lavarlo como hace ahora, con delicadeza y destreza.

 

" Ahora que lo pienso, tal vez lo hizo al propósito"

 

Sebastián continúa su tarea y enjuaga el cabello negro azulado de su maestro, el agua tibia recorre cada fibra capilar y lo deja brillante, hermoso, fragante, pero se da cuenta que Ciel tiene la vista clavada en sus labios, encontrandolos apetitoso y aunque le hierva el orgullo desea con candente fervor que haga "aquello", ¿Por que él?, hasta hoy se lo pregunta, esa idea de concebir con un demonio le ha volado la mente, literal si pudiera dormir con ese deseo le hubiera quitado el sueño. Se queda en silencio reflexionando si debe seguir sus órdenes comportandose cual perro faldero o desafiar le un poco.

Elige lo segundo.

El demonio había establecido que los avances de amantes serían producto de la conquista por parte del Conde, por eso le cubre la boca antes que se exalte sin permitir que se lo recuerde.

Claro que Ciel lo sabe, no es un idiota, pero prefiere actuar frescamente y esperar que el haga todo el trabajo, según la costumbre.

 

" Le recuerdo joven amo que la recompensa viene después del esfuerzo", sin parar de tallarle la espalda reanuda esa conversación que concluyó por la oleada de frío que hizo ayer. " Yo se que si voy a cruzar el límite con mi maestro, deberé escuchar su autorización, pero ¿Qué hay de este humilde sirviente?"

 

El perfil de Ciel se proyecta en el agua, tiene ganas de chapotear hasta que se desborde, ese berrinche se controla apenas al morderse los labios.

 

No conoce de coqueteo con un hombre, en sus clases premaritales, se le enseña sobre los placeres y deberes hacia una dama, ¿Aplicaría lo mismo con ese demonio?, ¿Aceptaría flores, chocolates y gatos?, otra conjetura es el horario, ahora tiene que añadir "Flirtear con mi amante" a su ajustada agenda, le parece extraño que le exigiera aquello y sea quisquilloso, después de todo es un demonio, ¿No debería ser fácil llevarlo a la cama?

 

Se le viene a la mente el recuerdo de Beast y es ahí cuando da palmetazos al agua. Las gotas de agua salpica en múltiples direcciones, mojando el rostro del aturdido mayordomo.

" No creí que me dieras problemas, normalmente eres alguien accesible"

 

Si existiera un espejo, este se rompería ante la frase insultante de Ciel, al sirviente se le marca la mirada, no puede verlo porque esta detrás suyo, se serena en segundos, antes que lo descubra, el Conde gira de medio lado, mientras el agua cae por sus hombros hasta el tórax.

" La segunda cláusula lo establece así, ya nada puede cambiar", reitera con una afable sonrisa. "Si desea renunciar, tomaré mi pago y creame no será nada divertido"

 

" Amenazas a tu amo! , que demonio más descarado", refuta Ciel con una mueca nada amistosa.

 

El rechaza la ayuda de Sebastián al salir de la tina, luego ordena que se voltee y le arrebata rápidamente la toalla afelpada.

 

" Vuelvo a ser relevado de mis funciones?", ese ser infernal no se calla y la provocación afecta al humano, quien es un ser repleto de emociones. " Se rindió, ¡Vaya que duro poco!

 

" Escuchame bien, caliente demonio! ", Ciel le obliga a mirarlo tirándole de la cola del elegante frac, Sebastián enarca una ceja ante ese comportamiento infantil y lo observa con seriedad." A la mitad de la ceremonia estaré esperandote cerca a la terraza de los Dudley, tengo entendido que se casan porque vienen un niño en camino y me pidieron que me encargue de la decoración, será una cita, aprecialo!"

Sebastián se inclina y examina la mirada de su Señor, no miente y esta lleno de determinación, la misma que le impresionó el día que se entrevistó con la Reyna, si Ciel no duda el tampoco lo hará.

 

" Supongo que la línea de decoración de Funtom para niños esta siendo reconocida, sobre lo otro espero que me sorprenda con algo distinto a flores y chocolates", con cautela acerca su mano para secar sus cabellos, Ciel se lo permite.

Por una parte es mejor que sepa sobre lo que espera de el, pero también le enoja que le leyera la mente, Sebastian no espera más de lo mismo, quiere que lo impresione, por eso su índice recorre el borde de su párpado izquierdo donde lleva la marca del contrato, ese dedo atrevido desciende hasta esos delgados labios ajenos y es ahí que el Conde le aprieta la muñeca.

 

" No comas ansias demonio, dije que esperaras la cita, sabes que mi prometida está esperándome, no voy a traicionarla contigo cerca", esa sonrisa irónica contagia al mayordomo, en nivel de sarscamo se comprenden muy bien.

 

Ah, pero fuera de ella...

 

Ese chico no es tan distinto de los nobles en algunos sentidos, el mayordomo lo advierte y sonríe mientras cierra los ojos.

" Ya oí, será su voluntad", le reverenció extendiendo un brazo con elegancia.

 

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De camino hacia la iglesia, el trayecto en carruaje es agonizante para Ciel, si existiera un botón de apagado en la parlanchina prometida esta seguro que lo apretaria mil veces con furia, ya esta harto de oir los chismes acerca de los novios proximos a casarse, no entendia quien seria la novia tan ingenua al confiarle que se casaba porque tenia dos meses de embarazo, por si fuera poco la mujer no deja de gritar que el vehiculo avance mas rápido.

 

" En comparación a esta raposa, Sebastián es un excelente acompañante", pensaba con su cara reposando sobre la palma abierta, viendo por la ventana.

 

Lo echa de menos, saber que va en una carroza subsecuente le alivia un poco, ese frio silencio detiene el cacareo de Sissy, lo examina de pies a cabeza, con ese atuendo azul imperial y envuelto por una capa negra incrustada con tres rosas negras y mas arriba por la camisa blanca resalta un moño del mismo color, portando un sombrero de copa alto adornado en un solo lado con un par de rosas negras y una sola pluma acompañandolas, ese traje perfectamente planchado, zapatos con taco bien lustrados y pulcros, guantes de cuero oscuro en donde destacan un par de anillos, es una bella obra de arte, todo el, la dama no se contiene y se aproxima abrazarlo.

 

" Mi prometido es precioso, de cualquier ángulo, lo es", le murmura buscando el calor de su aliento.

 

" Q- que haces!", el no se siente nada cómodo, aborrece esos ojos de burdo deseo, trayendole horribles recuerdos.

 

Ya no puede rechazarla más después de tantas excusas, imagina que va a lloriquear porque no le corresponde, pero le fastidia en extremo besarla, su corazón se agita por la naciente repugnancia, desea que Sebastían aparezca y lo rapte, no puede depender siemore de el, asi que recapacita y a segundos de empujarla, el coche tambalea, Ciel la sujeta por los hombros impidendo que se lastime y salvandose de probar esa boca traidora.

 

" ¡Atropellaron a ese hombre!"

 

La gente se reune alrededor del carruaje, gritos de horror, habladurias y voces ofendidas, Ciel pretendia descender a ver lo que sucedia y Lady Grenville lo detiene, en su reemplazo su mayordomo se apresura a auxiliar al afectado, oyendo la discusion de ese par de nobles.

" ¿Qué te pasa?, hay una persona herida porque mandaste a acelerar el carruaje"

" No es problema nuestro, ¡Eres un Conde, no un médico!", reclama ella indignada. " Además haras que nos reconozcan, yo no quiero estar en otro escándalo por tu indiscreción"

Su nivel de descaro le acelera el pulso.

 

" Ire a ver personalmente que es de ese hombre, no te interpongas"

" Jamás he llegado tarde a una boda y menos a la de mis amigos!", reafirmo terca y enojada. " Además, ¿Que hay de esa mancha en tu cuello?, iba a pasarlo por alto y ya no puedo, ¿Me engañas?"

 

Era increible que esa mujer se victimice aun habiendo causado indirectamente el atropello, Ciel sufre una migraña, punzante y dolorosa, ya no puede estar respirando el mismo aire que ella, decide escapar de su aguda mirada y baja, Sissy se aproxima y le sujeta del antebrazo, pero el se libera con fuerza, su único ojo funcional brilla de coraje.

 

" E-es el Conde Phantomhive", murmura un pueblerino.

" ¿De que hablará con ese guapo mayordomo?, no alcanzo a oir"

" Si se preocupa en persona, no es tan despiadado como el Zar de Rusia"

 

El último comentario alerto la mirada de Sebastián, quien cargaba en brazos al hombre hacia el carruaje que conducia, tenia una indicación para el joven Conde antes de retirarse.

 

" Trate de calmar a esta gente, escuché que en el extranjero hubo cierto evento desastroso parecido a este que termino con la reputación del Zar, calme a su prometida, convencela que todo esta bien y que ella e sus prioridad, no querrá que la Reyna le recuerde el motivo de su unión con ella, lo alcanzaré pronto"

 

" Pero yo...", ese rostro preocupado es admirado por el mayordomo, quien le brinda una sonrisa confortante. " Lo haré, por favor manténme informado y toma este dinero para lo que haga falta, asumire mi responsabilidad"

 

Aceptado el consejo elevo la voz en esa última frase, los plebeyos aplaudian el noble gesto. Cerca de ahi, Sissy no ve con buenos ojos a ese par. Una intriga nace

 

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Evitar pisar la Santa Iglesia fue la mejor desición de Sebastián, descansa al pie del carruaje, observando la multitud aglomerarse al concluir la ceremonia, se pregunta si tamaña concurrencia es debido a la boda de esos ricos prestigiosos o es algo más, luego se arrepiente de tal interés porque acaba de llamar a la mala suerte al aparecer cierto rubio con rasgos delicados.

 

" Profesor Michaelis, buenas tardes"

 

La voz suave que roza con la femenina conduce a Sebastián a querer huir, pero segun la estricta etiqueta con la que se maneja, permanece alli y con tibia sonrisa le devuelve el saludo con una respetuosa venia.

 

" No me llame mas asi, solo soy un infernal mayordomo"

 

El rubio no piensa dejar que se le escape al notarle girar, su mano tímida y temblorosa le coge la punta de la manga ajena.

 

" S-sabe en la recepción va a presentarse el Señor Liszt, es un famoso pianista que fue contratado por los Dudley", comento esperando que el no se fuera tan rápido. " Sobre la vez que me confesé, por favor acepte mis disculpas, me equivoque y le cause molestias"

 

" Asi que renuncia a sus sentimientos, típico de los humanos"

 

Joanne ostenta un rostro de confusión mientras lo ve alejarse, ¿Es que acaso no era eso lo que el queria?, perdia la oportunidad de volver a acercarse aunque sea como amigos.

 

" Que es lo que desea de mi?", victima del impulso corrio a abrazarlo por la cintura.

 

Antes de ser descubierto por la gente que se dirige hacia sus carruajes, Sebastián lo lleva a la parte trasera la iglesia, una corriente helada cubre su cuerpo al sentir la mirada punzante de Ciel que observa a metros.

 

" Esa cabecita tonta y terca debe entender que una relación fuera del compromiso es inadmisible y la cereza del pastel es que dos hombres sean amantes, es un tabú desde la antiguedad, ¿Lo comprende?"

 

Joanne se alegraba por volver a oir esa voz que seduce aun cuando no se lo proponga, volvia a ser el mismo hombre que le enamoro en la escuela, queria olvidarse de las amenazas anteriores, pero esta actuación es por su Señor, a quien le evita un escándalo por ser de su propiedad.

 

Claro que le encanta pensar asi de si mismo.

 

" Entonces, lo nuestro no puede ser por esas razones, no es porque no me ame"

 

" Ese también es otro detalle, no existe nada de eso", manifiesta arqueando la mirada.

 

El corazón del ex alumno se fragmenta, ¿Como puede ser tan adorable y cruel al mismo tiempo?, el mayordomo se fija en su reloj de plata y se apresura a seguir el coche del Conde al que sirve con devoción.

 

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En la mansión Dudley las mesas del amplio local de recepción estan abarrotadas, las damas de la alta sociedad murmuran acerca del genio del Piano, con gran algarabía desea escuchar su arte expresada a través de esas mágicas manos.

 

Hay un problema con ese popular pianista, lleva retraso con su presentación.

 

En una habitación del segundo piso, la pareja de recién casados lucen alterados y caminan de un lado a otro, frente a ellos ubicados en unas sillas el Conde se anima a probar un cóctel de frutilla y ginebra, acompañado de Sissy, amiga íntima de los recien casados, ella no le quita la bebida, desea que se emborrache y pecar en su cama al caer la oscura noche.

 

" Que haremos querido!, si el señor Liszt no se presenta seremos el hazmereir de la sociedad, el Times hablará de nosotros por meses"

" Por eso queria una boda privada", el Barón Dudley se sirve una copa llena de whisky, luego otra de ginebra pura. " Mis padres van a desheredarme, ¿¡Oyes eso!?, los bucheos comenzaron"

" No me culpes!, Sissy amiga tu siempre tienes excelentes ideas y el Conde Panthomhive es un reconocido estratega de negocios, ¡Os suplico su ayuda!"

La pareja ignora que es el noble que rige desde la oscuridad favor de la Reyna, al menos en ese detalle Lady Grenville guardo discreción.

 

Ella se interesa en servirle mas cóctel a Ciel, pero el no quiere recibirle nada y simplemente deja la copa intacta, le pide que le repita de que hablaban, de amistad no sabe nada.

 

" ¿Mmm?, yo que podria hacer, en piano nunca me fue bien, ¿Que tal tu querido?", ladea el rostro, fastiadada por el rechazo.

 

Por otra parte, le toma unos segundos idear un plan al mas joven del grupo.

 

" Sigan su papel de novios felices, en un momento hare que ese tal Liszt aparezca, necesito que cubran el escenario , también que soliciten a Scotland Yard el paradero de ese fugitivo, si incumple un contrato adviertanle del castigo"

 

La manera con la que jugaba con la fruta en el fondo de su copa, esa estoica expresión y esa voz profunda e indiferente, parecia un rey repartiendo deberes y ellos unos vasallos congraciados de su presencia, se sobrepusieron y salieron a prisa a cumplir sus mandandos.

 

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En esa época escuchar este tipo de música es un privilegio de la gente rica y el piano de Franz Liszt también, amado por cantidad de féminas, se considero una fiebre titulada Lisztmanía.

A metros de distancia por pedido de los Dudley, se apagaron casi todas las luces quedando solo unas cuantas al medio del escenario cubierto con una gran tela de lona, explicando que crearian un aire de misterio antes de revelar al artista.

Artista que iba con retraso por tener su propia fiesta de admiradoras en el Hotel Cecil, tan pronto fue avisado por la policía se encamino hacia la mansión, temiendo una demanda millonaria.

 

Una figura delgada se refleja cual sombra, realiza una reverencia silente y se ubica en la silla frente al piano, la melodia comienza, dulce, relajante, mágica, te lleva a pensar que son dos amigos despidiendose para nunca mas encontrarse o quizás imaginas que deseas encontrar a ese amor que perdiste.

 

Sebastián es quien interpreta " Love Dream", una composición muy triste y dulce a la vez, donde sueñas que ese ser amado es tuyo por un instante y cuando despiertas derramas lágrimas porque ya no esta a tu lado.

 

Es una oda a la despedida de dos amantes.

 

El demonio muestra su gran habilidad con el piano, pero cada vez que toca piensa en Ciel, un humano que le durará por siempre, no puede ni imaginarse verlo envejecer y desvanecerse con los años.

 

" Que sueño despreciable y horrible seria ese"

 

Medita con su vista color de las frambuesas fijas en el teclado, es lo que odia de los humanos, quienes nacen con fechas de caducidad y a veces mueren por nada, envueltos en odio, lamentos y lágrimas, ese era el mínimo común de la sociedad, pero su Señor es un especime raro, embarrado en la oscuridad y en su centro aun permanece una luz, al recordar la manera en que se preocupo de un don nadie de la calle, nada le costaba seguir su viaje hacia la boda, cada acto amable suyo lo esconde con alguna justificación, por eso el...

 

Se complace de ser suyo.

 

Al final del hermoso tema, múltiples rosas son lanzadas al escenario, aplausos, llantos por conmoverse de tan magnífica pieza, Sebastián se levanta y las luces se apagan por unos segundos por completo, alguien cruza su lado, es el mismo Franz quien murmura un gracias y le guiña travieso, los candelabros ahora se enciende completos y el telón se descubre, el afamado pianista se presenta y saluda a la multitud que clama mas piezas que deleiten sus mortales oídos.

 

Consultando su reloj, el esta interesado en la reunión que prometió su amante, se fascina de conseguir esta oportunidad, una que le costó literalmente sangre y en sentido figurado lágrimas si pudiera llorar, moviendose hacia el segundo piso, sus pasos resuenan por el largo pasillo aislado y cerrado por cordones, la cola de su frac flamea, la habitación del futuro bebé de los Dudley es la que esta al final, la reconoce e ingresa, antes de cerrar una mano tibia lo atrapa y le obliga a confrontarle.

 

" Tu interpretación fue de mi agrado"

 

Ciel le felicita a su manera y lo lleva hacia una mesa que ha preparado para los dos, con variedad de bocadillos, percibía sus sentidos alterados por el alcohol y sobretodo al escuchar que necesitaba saber que paso entre Joanne y el.

 

" Con respecto a lo de fingir ser un pianista, no fue nada joven amo", aclaro el escogiendo un asiento luego de que el Conde se sentara primero. " Con respecto al siguiente punto, ¿Que podría pasar?, cada célula de mi endemoniado ser es de usted, asi como su alma y su cuerpo me pertenecen"

 

" Responde con claridad, ¿Lo besaste?"

 

" No, sabe que no puedo mentirle", afirmó levantando ambas palmas. " Se supone que alguien accesible es capaz de irse con cualquiera, ahora se da cuenta que se equivocó al tildarme de esa cruel forma"

 

Le observó con esos ojos grosella deseosos por devorarle, pero no va arruinar esa linda escena de celos, escucharle reclamando es un deleite, con ese puchero en sus labios y ese cruce de brazos que indican molestia, luego las aguas se serenan y ambos comen, opinan sobre la decoración, tambien conversan de lo que le costó escabullirse de Sissy, mandandola a molestar al prodigioso pianista mintiendole que el la miraba mucho.

 

" Ha, ha!, en verdad es diferente a Lizzy, al menos ella solo prefería a mi hermano, no andaba engañandome con cuanto hombre conozca", después se arrepintió de lo que dijo. " ¡Oh, que estupidez!, la justifique como un arrastrado, ¿Alguien vio mi dignidad caer?"

 

Cualquiera se hubiera reido con el, menos su mayordomo, una mueca de desagrado se formó en sus labios y la borro en segundos, ese momento íntimo esta manchándose con el nombre de esas mujeres, el detesta que piensa en ellas, si pudiera echarlas al fuego, lo haria sin culpa alguna.

 

" Por la madrugada quemé su acta de compromiso con la señorita Midford, crei que no le importaría ¿O me equivoco?", confiesa y sus labios se estiran, quiere molestarle creyendo que ella signfica algo en su corazón.

 

Ciel puede estar ligeramente haber bebido una copa y eso no le convierte en un tarado, aun conserva su extraordinaria memoria, ya le mando una vez a quemar cartas y caramelos, lo de Elizabeth dolió porque pensó que ella lo valoraba por ser El y no su hermano, fue una disputa infantil de orgullo, un clásico entre nobles.

 

" Me parece genial, adivinaste mis pensamientos", responde y busca servirse por primera vez wisky.

 

Sebastián se lo impide.

 

Retira la botella de sus manos con cuidado y lo conduce hacia un closet de madera, donde se esconden, Ciel murmura que le explique que rayos le sucede, poco despues lo entiende al oir cuchicheos de personas que reconoce.

 

Los Dudley.

 

Esa pareja subió para rendirse a sus deseos carnales, sin esperar la luna de miel, el hombre le murmura que con el bebé en camino ya no tienen porque cuidarse y desnuda a su esposa, apoyandola contra el muro y follandola entre chillidos sonoros, esa melodía de lujuria calienta las mejillas de Ciel.

 

Nadie de los invitados de abajo van a ser testigos de esas voces llegando al éxtasis, porque Liszt ahora toca " Hungarian Rhapsody", una composición que engaña al comenzar lento y cobra intensidad con los minutos.

 

La cita interumpida no complace al Conde, al estar encerrado con su amante, recuerda haber prometido sorprenderlo y no piensa renunciar a su propósito, al pensar en lo que haria, no evito sonrojarse un poco, respiro hondo y trato de estabilizar esa confusión en su mente, caótica por el demonio y los gritos lascivos externos. Se dio un par de palmadas en la cara y el demonio tenia la vista fija en la pequeña rendija, atento a noquear a quien sea para no ser atrapados en el closet.

 

De repente, unas manos invasoras descubrian el cierre de su pantalón de fina calidad, los iris carmín del mayordomo se reducen por la incredulidad. Tan pronto como tomó su miembro, Sebastián captura esa delgada muñeca atrevida.

 

" No es necesario, usted no desea hacerlo", el duda si su determinación es debido a querer impresionarle o haber bebido ese maldito vaso que no logró quitarle, detestaba que Lady Grenville no fuera capaz de cuidarlo.

 

" Cállate, esta fue mi intención desde hace tiempo, si piensas que estoy ebrio eres un idiota, se lo que hago, se lo que quiero"

 

La pieza de piano estaba en los altos, cada tecla tocada con habilidad y rapidez, mientras que muchos ignoran lo que sucede en el segundo piso, en ese oscuro closet, Ciel comete una deliciosa felación contra su sirviente.

 

En el interior de su boca, el miembro de gran tamaño crece y las venas se remarcan, es un demonio al fin y al cabo, follandose a su amo, el sexo oral le arranca un gemido de tono grave, Sebastián le coge del cabello y aumenta la fuerza de las embestidas.

 

" No lo muerdas, voy a entrar mas profundo"

 

Era la primera vez que el Conde se arrodillaba ante esa figura esbelta y alta, estaba seguro que su mayordomo jamás olvidaria la rica mamada que le profesa con esfuerzo, hasta quedarse sin respirar, atragantándose con esa enorme polla que le embiste una y otra vez al compas del piano.

El calor de esa boca deseada y los movimientos que hace con la lengua, le provocan arremeterlo otros minutos, pero va a correrse y mancharle el traje, tampoco cree que este listo para beberse su semen, admite que el Conde se ha excedido en esforzarse.

Retira ese pene inflamado y palpitante, levanta a su amante y cogiendole de la cintura con una mano acerca sus labios y lo besa lentamente, por esta noche no le devorará los apetitosos labios con salvajismo, por ello le besa con cuidado, ternura y su mano libre se dedica a masturbarle ese miembro que esta por alcanzar el orgasmo.

 

Jadeos, externos de los esposos e internos de los amantes.

 

" Ah!, Ugh, joven amo ¿Que hace de mi?", susurra y respira para ahogarse de placer nuevamente en la boca de su Señor, sin importarle donde estuvieron antes, es un demonio que ha descendido al infierno de toda práctica sexual y esas minucias por las que otros se horrorizarian a el le vale un comino.

 

" Mmmh, mmmf!", Ciel intenta aumentar el ritmo del beso y lo invade con su húmeda lengua, deseando que enloquezca por él y se condene hasta que el firmamento se despedace sobre ellos.

 

Los latidos de ese par se acelera, el Conde siente flotar al ser besado por su sirviente, la melodía del piano termina y Sebastián con él, la pared del armario se mancha de blanco.

 

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Chapter 16: Presagio (3ra parte)

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En el momento en que la novia se despedía, Ciel se acercó hacia la multitud de adineradas señoritas y ubicó a una ansiosa Sissy, advirtiéndole que le esperaria en el carruaje, al aturdirse de la gente y la música, esperaba su comprensión.

 

Tras el ventanal, Sebastián observa la silueta de ambos prometidos y esta listo esperando al lado de la carroza, pero su Señor no llegaba, porque la mujer le insistia con un forcejeo de brazos que se quedará, colmados de féminas agitando sus brazos para recibir el ramo de gardenias blancas, Ciel se deshizo de su firme agarre y fue caminando hacia el exterior del tumulto de jóvenes, al estar adelante el ramo cayó sobre unas manos que luchaban al abrirse camino.

 

" Q-que tontería es esta!", se reprocha internamente y las decenas de miradas estan sobre el.

 

" ¡El Conde Phantomhive será el próximo en casarse!", vitoreó la nueva señora Dudley, " Me alegro por Sissy y usted, se que seran muy felices"

 

El semblante amable de Sebastián se borró, no basta con que exista aquel maldito contrato, ni con encerrarse y ser besado a escondidas, nunca en su larga vida le habia dolido ser el amante, el otro, frente a sus ojos de infernal carmesí, esta tipa es su enemiga.

 

" La odias, ¿Cierto?", un noble de apariencia adulta, contextura delgada y de iris verde jade, cabello rubio cenizo atado en una colá de caballo que cae hasta su cintura, aparece colocandole una mano sobre su hombro y a la vez sosteniendo un bastón.

Su habilidad consiste en leer el pensamiento, aparte de poseer gran conocimiento sobre artes y ciencias.

" Claro que lo hace, ******* ya la asesinó de multiples formas en su cabeza, puedo verlo", afirma un joven de aparentes 18 años, sentado sobre el carruaje, mientras se ajusta el sombrero de copa negra, su cabello es con ondas de color durazno y sus ojos en extremo claros, semejante a un celeste hielo.

Ese individuo aparece con una premonición, una de sus habilidades.

 

"Dantalion, Flavros", el mayordomo menciona sus nombres en venganza porque el segundo acaba de hacer lo mismo. " ¿Que de interesante tiene esa boda de humanos?, no creo que asistieran por ser amigos vuestros.

 

Esos seres con estética agradable y humana son al igual que el, dos malditos demonios. El que esta cerca suyo, sonrie ante la perspicacia del mayordomo, el ambiente se siente tenso, los demás invitados lo perciben y les cuesta mantenerse respirando, el tiempo se detiene para los humanos, aunque claro hay un enano que se zafa a la regla.

 

" El descendiente de Claudia Phantomhive", advierte Flavros y omite una risilla al observarle desconcertado por el escenario paralizado. " Que gustos tan simples y extraños, ¿Por ese chiquillo no haz regresado al infierno?"

 

Sebástian tiene la vista fija en Ciel, quien mueve la cabeza y se recupera de la sorpresa, luego se llena de firmeza y lo busca, corriendo hacia el con el propósito de hallar una explicación.

 

" Cualquier humano se alteraría al contemplar un suceso que no comprende, en cambio el mantiene la compostura y viene hacia mi con ese rostro tan frío que puede congelar tu hogar, el busca respuestas no es un tipo cualquiera, la inteligencia predomina sobre sus banales emociones"

 

" Shit!, si que estas enamorado", Dantalion malice y abandona lo alto del carruaje, se coloca a su lado. " Ya me interesó conocerle, pero creo que por ahora causamos suficiente alboroto"

A pesar de ese aspecto adulto, se comporta inmaduro.

 

" Ja!, no me insultes", Sebastián le amenaza colocando un cuchillo afilado sobre la vena que recorre el cuello. " Retráctate!"

 

" Te gusta un humano, te gusta un humano!", Canturrea provocándole infantilmente.

 

Las reuniones de demonios acaban en peleas, los tres no escapan de esas reglas, pero Flavros en vez de interponerse les permite desquiciarse como quieran, en cambio dirige sus pasos al chico, sobre sus manos aparece un bouquet de rosas negras, mientras detrás suyo Sebastián y Dantalion se lanzan a luchar, ágiles que solo escucha apenas el resonar de los golpes.

 

Se supone que Dantalion no queria causar desastres y ahora...

Por otra parte.

Flavros que también ve el pasado tiene un suave semblante de melancolía por Ciel, sin duda es alma deliciosa cuidadosamente cultivada, manchado y ensalzado a un título real, perdió su sonrisa y conservo aun asi su luz, empieza a dudar de la capacidad de Sebastián para contaminar a los humanos, su pasos se detienen y realiza una corta reverencia causando que el joven se sorprenda ligeramente, elije reprimirse y no temblar ante ese extraño .

" ¿Quién diablos eres tu?", Cuestiona con severidad, sus cejan fruncidas demuestran que no esta contento.

 

" Pff, tu mismo te haz respondido", Flavros se divierte con ese chico que se muestra serio y decidido. " Crei que un Conde posee mejores modales que el resto, en fin...", suspira cerrando la mirada y le entrega el ramo. "¡Felicidades!, se que vas a contraer nupcias con..."

 

Ciel interrumpe la charla, causando frustración al demonio.

 

" ¡Nada de eso!, no quieras desviar el tema, ¿Por que aparecieron aqui mas demonios?"

 

Flavros recupera su postura erguida y se atreve a sacudirle los cabellos con gracia, Ciel se disgusta y su figura se torna blanca, lo unico que resalta es su clasico parche negro.

 

" Deberías dejar que los mayores acaben de hablar", haciendo alusión a su verdadera edad milenial, ese regaño dicho carisma no suena a un reto difícil de aceptar. " No es precisamente tu actual prometida la persona con la que te casarás, serás el primero de tu familia que rompa las reglas en varios sentidos, ¡Eso me enorgullece!"

 

Los demonios cambian de actitud con normalidad, es decir nunca estarás seguro si te apoyarán o te terminarán apuñalandote, al principio dudaba de el y esas últimas palabras representan un permiso para que esos dos se casen pronto.

 

" Si no me casaré con Lady Grenville, entonces...", el iris azul se fija en Sebastián, quien ha ganado la pelea y se sacude las manos enguantadas. " Mientes!, en la actualidad es imposible, la ley no lo permite "

 

Examinando su reacción, Flavros reconoce que no esta asqueado u horrorizado, ese visible sonrojo le confirma que ambos cayeron en el sentimiento mas insufrible, tortuoso y desagradable, según el concepto de un demonio.

 

" No te olvides invitarme a la boda", sus ojos claros como el hiello le observan una última vez, mientras le da la espalda con rumbo a recoger a su compañero. " Eres muy inteligente, dudas cuando debes y organizas tus ideas con rapidez, creo que merece la pena verlos en el altar"

 

Cruzo el lado de Sebastián, quien encogió sus rojos iris por la noticia, ahora entendia porque se mezclaron entre los humanos, luego chequea el estado de Ciel y este esconde su expresión al voltearse, intuye que lo esta mirando y es lo que menos desea, nunca se habia avergonzado hasta que le queme el rostro, ni cuando se vistió de mujer frente al Vizconde Druitt.

 

" Por cierto, ¿Sebastián?", lo llama nada convencido de ese nombre humano, que le hace enarcar una ceja, después carga a Dantalion sobre sus hombros. " Mandaste por Bael, el trabaja en Rusia, si quieres hablar con el, ya sabes que tienes que hacer"

 

" Sobre lo anterior", protesta el mayordomo. " Tus predicciones se realizan sobre un sello en el suelo, de lo contrario podrias estar mintiendo"

 

" Ha, ha!, tal vez", sobre el césped se abre un círculo oscuro, donde resaltan flamas del mismo color que va arrastrandolos. " Cada noche la incertidumbre te hará añicos, ¡Qué divertido! "

 

Desapareció de la vista de ambos, Sebastián maldijo en un susurro, jamás en su larga existencia se le ocurrió casarse, ¿Que estupidez es esa?, el no ... Y con ese humano gruñón, amargado, dependiente. ¡Tiene que ser una completa locura!"

 

El tiempo vuelve a retomar su curso y ninguno emite palabra alguna, le ayuda a subir al carruaje, tocar esas manos frias le causan electricidad, Sebastián se propone analizar que rayos le pasa con su contratista.

 

" Sube, seguramente Sissy va a demorar, aclaremos esto de una vez", demanda Ciel quien despide al cochero hasta que vuelva a requerirlo.

 

Por su lado Sebastián accede, claro que deben hablar, pero ahora se siente incómodo, se toma la temperatura colocando la mano sobre su frente el nunca antes se ha enfermado y siente un extraño calor dispersandose por su bonita cara.

 

Ciel mismo queda boquiabierto ante ese primer sonrojo, le encataria fastidiarle, pero por alguna razón no puede, en cambio se queda embelesado de esa hermosa facción.

 

" Joven amo, sobre lo que sucedió en el armario", Sebastián es quien tiene mucho que decir, recuperando su actitud parlanchina. " Le pido me disculpe, no fui capaz de rechazarlo después de beber licor, es una falta grave y si usted quiere acabar con el contrato, lo entenderé", sentados frente a frente, su seriedad resalta. " Nunca permita que vuelva a suceder, no importa si fue un mísero vaso o mucho, soy un demonio asi que las cosas que ustedes los humanos condenan, a mi me parecen normales, "

 

Ciel se levanta y le toma por las mejillas, que van recobrando su color natural, ansioso por el, necesita a su mayordomo.

 

" Cheeky party..." susurra a centimetros de sus labios. " Or Bored cat"

 

Porsupuesto que escoge besarle y eso cometen encerrados en el carruaje, Ciel le permite invadirle la boca a ese experto de la lujuria, se sienta sobre sus piernas y piensa en el presagio del demonio.

También le intriga quien es Bael y porque su amante lo mando a buscar.

 

El beso concluye por los celos.

 

" ¿Por qué necesitas a ese sujeto?, tampoco te ordene que te reunieras con esos demonios, ¿Hay algo que deba enterarme? , sabes que no puedes mentirme!"

Una expresión que le juzga a través de ese centelleante azul, el no suplica ni se humilla, Ciel es un noble de alcurnia qué teje una cadena dorada sobre el demonio complacido del implacable amo.

 

" Es tal cual su palabra, joven amo".

Cada uno resupera su posición inicial, distanciados, Ciel anda cruzado de piernas y brazos, su cara de molestia permanece indeleble.

 

" Y bien, explicate", ordena impaciente.

 

" Para cumplir el nuevo contrato, necesitaré que cierto demonio médico puede someterlo a un tratamiento de fertilidad"

 

El Conde enmudecio, cada que sentía celos estos no tenían razón de ser, su perro es insufriblemente fiel, las acciones se debían a cumplir el arreglo fomentando por su iniciativa y su deseo de quedar embarazado.

 

Naceria un niño que lleve sangre noble y demoníaca, la curiosidad es inminente, ¿Cómo sería aquel bebé?, ¿Un monstruo de negro humo y figuras salvajes?, ¿Le devoraría el vientre?, Ciel emite un suspiro largo que le hace flamear el flequillo.

 

" A partir de ahora me informarás los detalles, no te los guardes, si no elegiré a otro para el contrato, por lo visto existen más demonios rondando Inglaterra"

 

Que comentario más desatinado.

 

Ese chico esta mal de la cabeza, Sebastián siempre lo supo, sus manos se contienen para no mandarlo a volar de una bofetada.

Ese espacio cerrado le asfixia, decide bajar del carruaje antes de cometer una locura contra su Señor.

 

" Me gustaría que lo intente, seguramente mi joven amo es capaz de seducir más demonios", le desafío viéndole por encima del hombro, arqueando la vista y sonriendo con falsedad. "Hablando del diablo, Bael tiene un discípulo aquí, anteriormente le comente sobre acudir al psicólogo, por favor no lo olvide"

 

Encorvándose, le muestra sus respetos antes de desaparecer al sentir la presencia de Sissy.

Alguna vez Tanaka le platicó qué es demasiado condescendiente con su amo, mimandolo y concediendo cada deseo, lo orientaba a ser más soberbio y quisquilloso.

 

" No hay otro ser en este universo que te acepte como yo", piensa y su rostro se vuele severo, sus iris fulguran en rojo.

 

La idea de matrimonio le es risible, inadmisible, una estupidez.

 

Aquel pensamiento jamás salió de sus delgados y besables labios, Sebastián se aleja hacia el coche del área de sirvientes, donde las maletas aguardan ser llevadas.

 

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Chapter 17: Catarsis es...

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A mediodía.

 

La terapia en casa es un tema que no convence del todo al Conde Phantomhive, contarle intimidades y temas incómodos personales a otros le hace arrugar el ceño.

 

Por lograr su objetivo, es capaz de vender su alma, ¡Oops!, acaba de recordar que ya lo hizo, ahora esta más enojado que hace unos segundos.

 

Sobrellevando la amargura que le acompaña como una sombra encadenada va a paso lento y firme dirigiendose hacia el salón de música.

 

Las clases de violín comienzan en una lluviosa mañana.

 

 

 Sostiene el Stradivarius, su postura es buena, pero las notas un asco,  esos pensamientos sobre recostarse en un diván más tarde a contar sus penas le distraen y falla en reproducir la melodía provocando que el profesor Carter le mire con rudeza, a pesar de que un guapo sirviente le sirve el té Earl Grey acompañado del postre dulce créme brule.

 

El sordido ruido causa que Mr Carter suelte la taza y eche chispas de coraje.

 

 

" Es una deshonra, ¡Qué vergüenza!", el maestro de canas y corta estatura se acerca con la inteción de reprenderle con el látigo de corto alcance, pero no logra impactarle al desviarse hacia un lado, aun frustrado sigue con el reclamo. "Ese stradivarius se romperá en dos si sigues desafinando"

 

Fue Sebastián quien siguió la trayectoria con una piedrecilla, aunque salvar a su Señor no sosiega esa mirada explosiva, luego la impulsividad de modular un lenguaje soez supera al Conde.

 

"Я попробую это на твоей голове, чертова свинья."

 

Ciel acaba de tildarlo de amenazar con romperle en la cabeza el instrumento además de insultarlo en ruso, su cabeza permanece apoyada en el violín y el mayordomo omite una carcajada con mucho esfuerzo y se cubre con la charola de plata que lleva en mano.

 

" Te parece gracioso lo que sea que dijo?, consulta al delgado criado quien reacciona tranquilo apesar de ser atrapado, al escuchar su risilla suave, percibe que el ha entendido el idioma que obviamente no domina.

 

" Mi amo solo practicaba, le acaba de agradecer su ferviente enseñanza y si me permite traducirle dijo siguiente: ¡Benditas sean las manos del maestro!, con cada nota que toca rejuvenece", explico con histrionismo.

 

"¿Y por eso te reíste?", el señor Carter levanta las ceja por la duda.

 

"Perdone la impertinencia, es un tic que sufro, cada que escucho un regaño actuó así", mintió ofreciéndole una reverencia. "Precisamente por eso vendrá a visitarnos un neuropsicólogo, mi amo es tan benévolo que anda preocupado por este humilde mayordomo"

 

Esos bellos ojos encantan directamente del profesor, no imagina que un demonio lo seduce a caer en el engaño.

 

La clase concluye y Sebastián escolta al profesor hacia el carruaje que guarda en el jardín, le proporciona una canasta llena de aperitivos, dejando en alto la hospitalidad Phantomhive.

 

 

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Por la tarde...

 

El resonar de la lluvia cesa en un 90%, también el aroma a petricor es intenso sobre la mansión Phantomhive y alrededores, además la neblina cubre los extensos jardines.

 

Un hombre de barba, buen porte y cabello marron con entradas, aún en sus 30 despide al cochero y vislumbra la gran vivienda de estilo gótico, no duda que es un lugar digno de un Conde, prende un cigarro y camina hacia la entrada, un perro chow chow lo acompaña, ellos se conocen poco porque lo adoptó al arribar en Londres,  le demuestra cariño al hablarle y lo alimenta con croquetas, el animal mueve la cola agradecido a pesar de que habitualmente es de una raza testaruda.

 

Cierto jardinero de risueña cara se acerca, intrigado de su presencia corre controlandose hacia el hombre que indiferente se dedica a prender un puro.

 

"¿Es usted invitado del Conde?", cuestiona arqueando la vista y el hombre permanece en silencio, soltando la correa del perro. "Waaa, que lindo", canturrea el niño feliz y el canino se lanza sobre el, provocando que caiga de espaldas, para su suerte le llame la cara. "Oh, tengo que tener cuidado con su mascota señor, no quisiera hacerle daño..."

 

 

Esos ojos verdes se tornan fríos y sin brillo.

 

 

"Va a decirme quién es?, al Conde no le gustan los extraños"

 

"Y que si no me identifico que harás?", menciona el hombre con tono altivo y las cenizas del puro caen sobre las dalias del jardín que con tanto esmero cuida.

 

El joven de dorados cabellos retrocede en busca de un busto de mármol y le amenaza con lanzarlo.

 

El viento silba, las hojas secas se arremolinan.

 

" Señor, no quisiera lastimarlo", explica sin abandonar esa sonrisa que roza con ser tétrica.

 

"Tranquilo, el amo de la Mansión me citó", extrañamente el hombre se muestra cooperativo al fin. "Soy el neurosicólogo Freud, vine a Inglaterra a tratar a vuestro señor"

 

Hasta su voz suena amigable, lo que ha hecho eso minutos  es estudiar al chico, quien tiene los labios entreabiertos.

 

"Yo soy Finnian, disculpe la escena de hace un momento!", dice nervioso y sus manos bailan en un aleteo gracioso. " Si es un médico significa que el amo está enfermo o algo así?, ¡Ay, que desgracia!, es tan pequeñito no quiero que se muera, ¡Buaah!"

 

Sujeto 1: Presunto diagnóstico de bipolaridad, rasgos de inestabilidad emocional y extremadamente impulsivo.

 

Mr. Freud aspira otra bocanada del puro humeante y continúa su recorrido ignorándolo, al ubicarse en la entrada una doncella de burdeos cabellos le da la bienvenida.

 

" Buenas tardes doctor, el joven amo dijo que no le dispar...Digo!, me avisó que lo reciba", ¿O no era así?, creo que debía dispararle si no se trata del médico que espera ¡Que tonta!, ni le pregunté si se trata de usted"

 

La mujer se traba y tiembla de inseguridad, al distraerse el perro ingresa y sus patitas enlodan la alfombra tejida en Marruecos, ya es muy tarde para que la mucama lo aparte.

 

" Sebastián va a disgustarse"

 

"¡Oh, no!, perrito que hiciste", la mujer persigue con gracia al pequeño can y lo atrapa después de unas vueltas por el vestíbulo. "Perrito no ensucies la casa sino Sebastián va a regañarme, cuando es severo me da miedo aunque sigue siendo muy lindo"

 

Ella enrojece y sobrepiensa en el mayordomo hundiendose en fantasías, donde la regaña colocandola sobre sus piernas.

 

"Fuiste una niña mala, Mey Rin"

" Si Sebastián, lo soy ¡Castigueme!"

 

Esa cinta mental tiene a Mey Rin babeando de medio lado, cae de rodillas y cierra la vista soñando que el le palmea el trasero, luego acerca su perfil y ... ¿Le lame la oreja?

 

Es momento de despertar.

 

 Entre bochorno y sorpresa ve al perro lengüeteandole, su rostro humedecido y pegajoso la hace gritar.

 

"¡Yiaaaaa! "

 

“ Señorita usted se distrae fácilmente, yo acabo de encargarme de su débil jardinero hace un rato,¿Son tan ineficientes los sirvientes de ese mediocre Conde? "

 

El rostro de la doncella borra toda sonrisa cordial y emerge la asesina cuando los lentes horribles de botella son retirados.

 

" Qué diablos dijo? ", la sirvienta está apuntandole con un revólver que escondía bajo su faldón." Si no es el médico que espera mi amo, entonces lo mataré"

 

 

Sujeto 2: Mujer de unos aparentes 20, presenta rasgos de ansiedad y doble personalidad.

 

 

" Le sugiero que se calme, simplemente le jugué una pésima broma", confiesa a medias levantando ambas manos. " Estoy seguro de que su amo se ha divertido ¿Cierto, Conde Phantomhive?"

 

Su mirada lo ubica en lo alto, apoyado en la barandilla y Sebastián susurra a su oído que colabore porque ese médico no es conocido por gustarle las terapias.

 

" Si, claro", emite cerrando la vista y con voz conformista. " Supongo que es muy divertido ver a mis sirvientes como conejillos de indias, sea bienvenido a mi Mansión, Mr Freud"

 

El escucha su saludo informal, reconoce esa caminata orgullosa mientras baja los peldaños, es seguido por ese hombre alto, atractivo, elegante, silente y de mirada devota al noble que va en frente.

 

 

" He alargado mi vida con el fin de seguir estudiando la mente humana, pero nunca estuve preparado para conocer a otro demonio"

 

 

Divaga en un pensamiento, hasta que Ciel llega hasta el mismo lugar donde está, esa sonrisa ufana, su ropa de tonos azules y de finos acabados, zapatos con tacones, todo parece indicarle que ese jovenzuelo necesita que le reconozcan como a un adulto.

 

" Es la primera vez que siento placer al conocer a un noble", Freud se interesa por conocer los secretos de su psique. " Tengo una sugerencia para empezar con lo prometido"

 

Sebastián y Ciel se observan mutuamente, esa complicidad es otra alerta a los ojos del médico.

 

 

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En el despacho, que Freud este enterado de la verdad sobre ellos fue reconfortante, el Conde no necesitará orquestar un nido de mentiras para proteger la identidad de Sebastián.

 

Tazas de té vacías, restos de emparedados  y postres sobre la carriola, luego de la comida viene el disgusto.

 

" Me niego!, no haré tal cosa", protesta Ciel, golpeando el escritorio hasta hacerla temblar. " Jamás voy a decirle a ellos lo que me ocurrió, ¡Es absurdo!"

 

Freud se frota la barbilla, se da cuenta que el demonoo esta completamente domesticado alno entrometerse en el berrinche de su señor.

 

" Si no supo responder que es Catarsis, entonces tiene que ponerse en mis manos Conde", le sugiere mientras su mano juega con la cucharilla y parte la ciruela en dos. " Quizás el mayordomo nos ilustre con sus conocimientos, porque yo odio hacerlo y le seré sincero estoy aqui por el Señor Bael"

 

Al Conde le sorprende levemente que sea respetuoso con ese demonio, intuye que hicieron un contrato.

 

El médico espera su respuesta y Ciel le indica con un gesto que responda, Sebastián afirma y explica con una sonrisa en sus labios.

 

" Según el griego, significa purificación", habla complacido de ser alabado por su inteligencia. " Mediante el arte o terapia se utiliza para liberar emociones intensas, en teoría se puede sanar a través del desahogo, por eso la sugerencia de Mr Freud es reunirlo con los sirvientes y que sea capaz de compartir lo que reprime y le cause dolor"

 

" Te encanta lucirte, ¿Verdad?", Ciel se cruza de brazos con mirada desafiante y hastiada, luego observa al doctor. " Encuentre otra forma, yo no creo que funcione, lo que se ha perdido no regresa, ni mi pureza, ni los muertos, ¡Es estúpido volver al pasado!"

 

" Que mocoso tan amargado y cabezadura", sentencia desvergonzado, impactando al Conde y su sirviente.

 

Terco como mula, de poca tolerancia, arrogante, a pacientes extremos medidas extremas. Extrae un arma del interior de su saco, pero el mayordomo extiende su brazo en señal de proteccion, los cuchillos se deslizan, el color de sus iris brilla en bermellón.

 

" Le suplico que tenga paciencia con mi amo", recomienda con una frialdad en su bello semblante pálido. " Amenazarle no va a resultar como hizo con esos tontos"

 

¡Pum!

 

La bala emerge en cámara lenta  a los ojos rubís del demonio, no vacila en arrojarse hacia su señor y caer sobre el en el proceso, el impacto recibido le ha rozado el hombro y su frac presenta un hoyo.

 

Ambos se pierden en los ojos del otro, esa cercanía calienta las mejillas de Ciel, se percibe embobado, hasta se olvida que acaban de dispararle...

 

" Por que lo protegiste, mayordomo?", cuestiona el médico. " Tengo conocimiento por Bael de que ustedes tienen un contrato, pero la manera en que reaccionas no es la de un perro, es la de alguien que experimenta una pasión, tal vez va convirtiendose en amor"

 

Ciel dilata su vista, se repite ue es imposile y que el demonio va a enloquecer de risa por las habladurias  que acaba de oir.

 

" Este humano es mi comida", declara sosteniendo a su amo y levantandolo para envolverle en sus brazos. " Si quieres dañarla entonces me interpondré y la defenderé"

 

" Y quieres llevarte a la cama ese platillo?, ¡Puede un demonio ser patético y mentirse asimismo", el sigue presionándolo esperando un paso en falso. " Crees que va a rechazarte, ¿ Estoy en lo cierto?, tu amo cree que eres un ser sucio e indigno, te pisoteará peor que a las flores malolientes del cementerio y tu valor es la que califica ese mocoso, ¡Realmente eres una decepción!, por eso tu creador te arrancó las alas y te escupio a la tierra, ¡Cobarde!"

 

 

Nunca habia sentido querer matar a alguien desde que conoció al Vizconde Druitt, este es el segundo humano que le crispa los nervios y los labios, sus dientes rechinan y sus colmillos aparecen con mas claridad, además su aura se expande en una niebla oscura y envolvente.

 

 

" Alto Sebastián", Ciel se acomoda en sus piernas y sus manos le cogen las mejillas. " Yo también necesito saber porque aceptaste mi propuesta, tu sabias que existian otros demonios cerca, no te costaba entregarme a uno de ellos, ¿Por qué?, no importa lo que ese loco diga, no puedes mentirme, ¡¿El tiene razón!, respondele ¡Esuna orden!"

 

 

Al firmar ese contrato ese humano no significaba nada mas que un reto, un juego, una forma de divertirse luego de una aburrida y larga vida, Sebastián entreabre los labios, respira y exhala, su diestra atrapa la mano de Ciel, recordando que la socuridad decidió seguir a la luz, a ese amo que finge ser egoísta y cruel cuando en el fondo su bondad nunca desapareció, un chico que buscaba reconocimiento a través de la venganza, se convirtió en un compañero, después en una obsesión insana, regocijándose de poseer su atención, su reciente deseo, muestras de pasión, el placer de besarle, pero ese amo codicioso ha excedido los límites de un contrato y exige un hijo de su carne y de la suya, impia y oscura.

 

" Puede un demonio ser patético y mentirse asimismo"

 

¿Por que no podria hacerlo?, es lo que hubiera respondido si tacharamos al Conde de la ecuación, pero el no se mueve, escucha a ese corazón latiendo por una respuesta.

 

" Yes, my Lord", acepta la orden porque quizás es el momento de que caigan las máscaras.

 

El contrato quema, definitivamente ha dejado a ese ser infernal entre la espada y la pared, asi que Sebastián se moverá hacia la espada y entregará el pecho, exponiendose a salir herido.

 

El no es ningún cobarde.

 

" Jugaste bien tus cartas, joven amo, yo soy incapaz de mentirle", sus largos dedos se deslizan bajo el parche que cubre su contrato, lo remueve con una peceptible dulzura y cae al mismo tiempo que reconoce un secreto. " No se nada de amor ni innecesarias emociones humanas, por eso acepte aprenderlas contigo, mi alma corrupta y la tuya, se complementan. Y esta vez e sun lazo deseado"

 

 Aquellas embriagantes palabras congelaron al Conde, presintiendo su huída, Freud le da un suave puntapie hacia adelante.

 

Hacia donde siempre debe ir aunque afuera llueva y exista neblina gris y meláncolica.

 

Los labios del demonio y del humano se juntan nuevamente, se endulzan por la confesión, las brumas tenebrosas desaparecen y una mano va entrelazandose con la otra, un agarre cálido e indestructible.

 

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Notes:

Las edades no se mencionan, queda a criterio del lector, solo se resalta la diferencia de tamaño de los protagonistas.