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A Asuka le resultaba difícil comprender aquella extraña y enorme fascinación del guapísimo Ryōji Kaji por las sandías.
La joven alemana no solo había descubierto el pasatiempo secreto favorito del agente devenido en agricultor y, a partir de ese momento, Kaji ya no solo se dedicaba a plantar y cuidar sus sandías con mucho afán, también les hacía una suerte de promoción entre sus conocidos. Él hablaba con tanta devoción y sapiencia sobre dicha fruta; orígenes, tipos, propiedades, beneficios, como si intentara convencer a todos acerca de las bondades de las sandías.
Si bien ya estaba un poco hastiada, Asuka escuchaba a Kaji con atención cuando éste sacaba el tema por enésima vez en el día. En verdad, él parecía haber hecho toda una tesis al respecto y la suspicaz pelirroja solo tenía una pregunta dándole vueltas en la cabeza.
¿Por qué?
Las últimas semanas Ryōji había ido a su campo más veces de lo habitual y Asuka lo notaba un poco raro. Él comentaba que la temporada de cosecha estaba próxima a iniciar, por lo que ver y recolectar el fruto de su trabajo lo llenaba de una gran satisfacción personal.
Y aunque Sōryū estaba de acuerdo en que las sandías eran de las frutas más deliciosas, su sexto sentido le gritaba que Kaji ocultaba algo detrás de aquello que casi rayaba lo obsesivo.
La duda quedó instalada en la cabeza de Asuka, por lo que decidió llegar al fondo de ese asunto que llevaba días carcomiéndole por dentro. La chica aprovechó su día libre; en horas de la tarde eligió una ropa cómoda y casual para no llamar la atención de sus compañeros de vivienda y salió de casa con una actitud determinada.
Los campos de sandías no quedaban muy lejos de los complejos de departamentos, Asuka había planeado ir a pie hasta ahí para coincidir con el horario de salida del trabajo de su querido Kaji.
La pelirroja esperaba que aquel encuentro se viera como algo por demás casual, pese a que realmente distaba de serlo. Lo primero en su lista era descubrir lo que el inspector se traía entre manos, luego ella se encargaría de realizar los movimientos necesarios para conseguir que el caballero la llevara a cenar, justo como si de una cita romántica se tratara.
La tarde empezaba a caer y el cielo a teñirse de tonalidades áureas y bermejas. Cuando Asuka ingresó al lugar se dio cuenta de que Kaji llegó antes de lo previsto, lo que le pareció un tanto sospechoso puesto que él solía cumplir a rajatabla su horario laboral.
Intrigada y algo impaciente, los ojos azules de Sōryū buscaron con cierto desespero algún indicio de la presencia de Kaji en el sitio, mas de buenas a primeras no consiguió divisarlo por ninguna parte.
Tratando de hacer el menor ruido posible, la muchacha avanzó dando pasos lentos observando todo el paisaje con cautela. Grandes y maduras sandías saltaban a la vista, Kaji sin dudas se había lucido ese año y Asuka comenzaba a entender el motivo de tanto orgullo.
Al parecer, el hacendoso Ryōji había terminado con sus labores de poda y regadío del día. Así lo evidenciaban algunas herramientas de jardinería que yacían en el suelo, además de una regadera casi vacía que decoraba el camino hacia un rústico cobertizo de madera.
—Mmm... ¿A dónde fue ese hombre?
El aroma a tierra mojada con un toque de tabaco llenaron las fosas nasales de Asuka pero del susodicho, ni sus luces. Entre irritada y frustrada, la alemana pensó en vociferar el nombre ajeno pero se detuvo en seco cuando de pronto escuchó el crujido del piso de madera.
La adolescente caminó a hurtadillas hasta llegar a la entrada del cobertizo. Sus ojos casi se desorbitaron cuando al asomar un poco la cabeza encontró a su querido Kaji en una situación tan insólita como libidinosa que, ni en sus más húmedos y fantasiosos sueños, habría imaginado jamás.
El atractivo hombre se hallaba completamente desnudo sentado en un banco alargado. Gotas de sudor se deslizaban por todo su musculoso y fornido cuerpo mientras intentaba contener sus gemidos de placer.
Placer que se estaba dando a sí mismo en una -ya no tan- solitaria sesión de autosatisfacción. Hasta entonces, el intrépido Kaji ignoraba por completo la presencia de cierta voyeurista pelirroja que lo veía embelesada, con una mixtura de vergüenza y excitación.
Asuka sabía que lo más razonable que podía hacer era largarse de inmediato y fingir demencia para siempre. Pero lo incorrecto resultaba demasiado atrayente, tanto que sus pies no le obedecían y sus braguitas se empapaban por completo.
—¿Qué demonios, Kaji? -murmuró la chica sin poder dar crédito a lo que veía- ¿En serio? ¿Con una sandía?
El hombre sostenía entre sus manos una fruta madura y jugosa, manteniéndola posicionada frente a su pelvis para masturbarse con ella a través de un agujero realizado con un cuchillo de cocina.
Desde su escondite, Asuka podía ver con claridad cómo el gordo y alargado pene de Kaji entraba y salía de aquel hueco. Los sonidos obscenos y acuosos de cada certera penetración ponía a la joven más y más caliente, sentía que sus rodillas temblaban cual gelatina y que el autocontrol comenzaba a abandonarla.
Los sensuales gimoteos de Ryōji al correrse pusieron a Asuka aún peor, a la par experimentaba una abrasadora envidia de ese maldito agujero en la sandía al ver al hombre sacar su miembro aún erecto.
La pelirroja se relamió los labios y apretó las piernas cuando contempló en todo su esplendor el brillante pene de Kaji, desde el cual aún goteaba semen mezclado con el jugo de la refrescante fruta y tenía unas cuantas semillas pegadas a su piel.
Un par de minutos después, Kaji tomó una nueva sandía y volvió a hacerle un agujero. La sesión no había concluido y Asuka se debatía entre continuar espiando o mostrarse por fin frente al hombre, pero eso sí, marcharse no estaba entre sus opciones a considerar.
Ni bien Ryōji reanudó sus pervertidas acciones con su fruta predilecta, sus jadeos se intensificaron. Él disfrutaba sentir su miembro envuelto en la carnosa textura interior de la sandía, la fricción lo hacía estremecerse y moverse por instinto yendo tan profundo como podía.
Verlo y escucharlo en esas condiciones una vez más fue mucho para Asuka. Sin perder tiempo, la alemana deslizó hacia abajo su diminuto short junto con su ropa interior hasta despojarse de ambas prendas, entonces dirigió su mano derecha hasta su propio sexo y estimularse.
Con sus dedos índice y medio, Asuka se abrió paso entre su vulva hasta alcanzar su clítoris y empezó a masajearlo despacio trazando círculos a un ritmo cadencioso. Ella jamás había hecho algo semejante y ahora se hallaba en una situación de esas, desnuda de la cintura para abajo prácticamente al aire libre tocándose así mientras veía cómo el hombre que le gustaba se follaba una apetitosa sandía.
Acelerando sus movimientos digitales sobre su sensible y pequeña protuberancia, Asuka se corrió con intensidad sintiendo cómo sus fluidos resbalaban por sus delgadas piernas. Un leve e inoportuno gimoteo que escapó de su boca alertó a Kaji sobre su presencia.
Lejos de espantarse al ser descubierta, la pelirroja salió de su escondite y se mostró ante el mayor sin un ápice de pudor. Más bien, le encantaba que Kaji la viera de ese modo tan lujurioso.
—¿Asuka?
Ella se acercó con una sonrisa traviesa, denotando una actitud atrevida y despreocupada. Se plantó frente a Kaji y poniendo sus manos en la cintura, lo miró con los ojos entrecerrados antes de proferir acusadoramente.
—¡Así te quería agarrar!
Al escucharla, Ryōji se ruborizó como pocas veces. Lo único que él podía pensar en ese bochornoso instante era que no había nada que explicara o justificara su patético espectáculo lascivo; no tenía caso negarlo, era un pervertido, un fetichista, un degenerado de la peor calaña.
¿Pero acaso se arrepentía? ¡Para nada!
—¡No! No te levantes, himmel (cielo).
La voz melosa y pícara de Asuka tranquilizó a Kaji, aunque se sintió extrañamente sumiso y dispuesto a obedecer cualquier mandato que ella pudiera darle. No por vergüenza ni por miedo, el hecho de que ella pudiera ir a contarle a todo el mundo lo que acababa de presenciar le importaba un carajo.
Dispuesto mas no intimidado, los ojos de Kaji recorrieron el armonioso cuerpo casi desnudo de la bella jovencita hasta detenerse en su entrepierna. Más específicamente en ese montículo lampiño, suave y tentador. Los rastros de una reciente corrida todavía eran visibles en la blanca piel de ese par de juveniles muslos.
El morbo contaminó hasta la última célula del cuerpo de Ryōji.
Jugosa, dulce y deliciosa, justo como una sandía.
Kaji empezaba a fantasear con enterrar su cara entre las piernas de Asuka y devorar todo lo que pudiera encontrar a su paso, quería hundir su lengua en su enrojecido y apretado agujero y beber de allí hasta la última gota de su exquisito elixir.
Pero la burbuja de fantasía explotó para Kaji en cuanto un firme agarre se asió a su miembro, luego una tersa y caliente sensación recorriendo toda su extensión. El hombre estaba tan disperso que ni siquiera se había dado cuenta que ya tenía a Asuka de rodillas frente a él lamiendo y chupando golosamente su pene aún bañado con el dulce jugo de la sandía ahora abandonada a un lado.
—Pon tus manos hacia atrás, tienes prohibido usarlas por ahora -indicó Sōryū con una sonrisa maquiavélica y Kaji no pudo sino acatar todo por su propio gusto- ¡Buen chico!
Ese elogio que fue como música para sus oídos provocó que Kaji se dejara por completo a merced de Asuka y ésta parecía muy entretenida experimentando y jugando con él; besándolo, tocándolo, quitándole semillas del prepucio, usando la lengua para limpiar toda esa erguida y venosa longitud y otros agradables etcéteras que se le iban ocurriendo.
Los placenteros servicios manuales y bucales de la pelirroja hicieron que Kaji volviera a eyacular en abundancia. Asuka probó por primera vez el sabor de un hombre adulto, esos fluidos blancos y espesos, endulzados por el constante consumo de sandía le supieron bastante bien.
Desde ese día, los encuentros vespertinos en el cobertizo se repitieron en innumerables ocasiones. Kaji se sintió liberado y contento de poder compartir con alguien su secreto más indecible y Asuka entendió porqué las sandías eran tan fascinantes.
FIN
★★★★★
Artista: AmondeTauro
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(Ilustración publicada con permiso del artista)
AzulaMarjaneNaberrie Thu 02 Oct 2025 01:37PM UTC
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Suneater_Ikari Sun 05 Oct 2025 08:22PM UTC
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