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En un frío día catorce de octubre, un príncipe, una princesa, una jovencita del futuro, y un niño de un reino divino, iban en camino a las aguas termales de Askr.
- ¡Me siento muy feliz! - Un sonrojado Rune comentó.- Nunca he ido a ninguna agua termal, pero se debe sentir muy relajante, por lo que me informé.
- ... - Alina, futura hija de Alfonse y Verónica, suspir con pesar, viendo la ventana del carruaje. Estaba muy molesta de que su día familiar fuera "arruinado" (en sus propias palabras) por Rune, un niño que no es de la familia. Desde que ella conoció a Rune, sus padres lo querían casi cómo un hijo. Lo llevaban a comer a restaurantes, Alfonse lo llevaba de vez en cuando a parques para jugar, y Verónica hasta le compraba ropa. Alina frunció el ceño, furiosa y celosa por la atención que Rune recibía.
- Ali... Señorita Alina.- Rune la llamada, notando su cara ligeramente roja.- ¿Estás...? Digo, ¿estás bien? Te noto... ¡Le noto la cara roja! - El pequeño tosió. Sabía que a Alina no le gustaba cuándo él no le hablaba de Usted.
- ... - Alina puso los ojos en blanco.- Estoy perfectamente bien... - Dijo en tono sarcástico, con una sonrisa falsa.- No es como si usted se robara la atención de MIS PAPÁS. De MIS futuros PROGENITORES. De los que ME VAN A CONCEBIR. De la mujer que ME DARÁ A LUZ.- Resaltó cada palabra mientras miraba a Rune con celos y envidia.
- ...
-¡ALINA! - Alfonse le levantó la voz, mirándola con firmeza.
- Alina, por favor, compórtate. Siempre que Rune está con nosotros, te comportas muy grosera.- Verónica la regañó.
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Los tres se quedaron callados, hasta que Rune, queriendo mejorar el ambiente, señaló que ya habían llegado a las aguas termales.- Ya estamos en el lugar. Vamos a bajar...
Los cuatro se bajaron, y tomaron la maleta que contenía los trajes de baño de cada quién. Entraron, tomaron su turno, y fueron a los vestidores a cambiarse. Alfonse y Verónica llevaban sus trajes de baño del año pasado, el que habían usado en la playa, mientras, la adolescente se puso un bañador completo, y el niño un short con una camisa ligera.
Alina y Rune salieron primero de los vestidores, caso que Alina aprovechó.
- Oiga, si vas a nadar conmigo y MIS papás, vete lejos. Te quiero a cinco metros de distancia. O más, entre más lejos, mucho mejor.
- Este... Tengo entendido que las aguas aquí no miden tanto de ancho...
- Entonces ve a nadar a la orilla, y quédate allí. No lo quiero cerca de mis papás y yo.
- ¿Cómo está eso, Alina? - Alfonse apareció atrás de ella, con una mirada seria.- ¿Otra vez estás siendo grosera con Rune? Él no te ha hecho nada, y va a estar con nosotros, le guste o no.
- Papá, no... No estaba siendo grosera. Le estaba diciendo que... "Lo quiero ver cerca de nosotros", has escuchado mal.
- ... - Una gota de sudor se deslizó por el sien del príncipe, un poco cansado de la situación.- Te daré el beneficio de la duda por esta vez.
Después, Verónica salió, y la "familia" se sumergió en las aguas.
- ¡Ay, no me gusta esta agua tan caliente! - El niño de ojos dorados señaló, mientras sumergía la mitad de su cuerpo en las aguas termales.
- ¡Tranquilo, Rune! Ya verás que pronto te vas a acostumbrar.- La princesa de Embla le acarició dulcemente la cabeza.
- Así es. Métete más en el agua, y te vas a sentir mejor. Es cosa de acostumbrarse.- El príncipe de Askr le dió la razón a su pareja.
Tras unos segundos, Rune comenzó a relajarse.
- ¡Ya me siento mejor! - Tras un par de minutos, Rune comentó.- ¡Se siente muy bien el agua! ¡Tenían razón!
- ¡Nos alegra mucho saber que estás disfrutando!
- ... - Alina pensó rápido.- ¡Ay, me pegué con una roca! - Fingió dolor.- ¡Me duele mucho! ¡Me duele mi pie! - Gritó desesperada.
- ¡¿Estás bien, Alina?! - Verónica se acercó rápidamente.- Déjame ver tu pie. Necesito examinarlo.- La joven alzó su pie derecho, completamente sano.
- ¿Te arde? - Alfonse se acercó para analizarla también, preocupado.
- Sí... me está doliendo... - Mintió la niña de ojos azules.
- ¡Yo tengo un hechizo! Lo aprendí hace unos días, déjame intentar.
- ¡NO! - Alina se alejó ligeramente de Rune, quién se acercó a ella.- No necesito su ayuda, joven Rune.
- Pero estás diciendo que le duele, señorita Alina. Le prometo que mi hechizo es efectivo; lo encontré en mi Grimonio.- Rune acercó su mano oscura al pie supuestamente herido, murmuró un hechizo, y una magia lila lo envolvió.- ¿Hizo efecto?
- Supongo... - Alina suspiró.
- ¿Cómo se dice, Alina? Rune fue muy empático contigo.- Verónica preguntó.
- Gra... Gracias... - Susurró ella, escupiendo aquellas palabras con envidia.- Alina se salió de las aguas termales.- Los espero a todos ustedes en la sala. Iré a secarme y eso...
- ¿Ya se va, señorita Alina? Apenas entramos... - Rune nadó hasta ella.- Quédese un rato más, por favor...
- Ya me aburrí.- Volvió a mentir.- Adiós. Los espero en la sala.
- ... - Todos se quedaron en silencio viendo a la joven celosa yéndose.
- ¿Fue mi culpa? - Rune cuestionó.- Perdón, príncipe Alfonse, princesa Verónica... No debería estar aquí... Por mi culpa, la señorita Alina se sintió incómoda, y...
- No es tu culpa. Ya sé, después de esto, iremos a comer algo que a Alina le guste mucho.
- No.- Alfonse interrumpió a Verónica.- No debemos recompensarla por su mal carácter, Verónica.
- Tienes razón... Pero ella está muy...
- Luego hablaremos con ella.- Alfonse tomó la mano de Verónica y Rune.- Vamos a nadar un rato, ¿de acuerdo?
- Está bien.- Ambos afirmaron.
La "familia" se quedó un par de horas en las termas, relajándose, y olvidándose lentamente de todo lo demás.
- Maldita sea, joven Rune.- Alina pensó, viéndolos divertirse sin ella.- Me vas a pagar, ojo por ojo.
