Work Text:
Los meses se convirtieron en un año entero. La semana pasada, Husk hizo una pequeña fiesta junto a algunos de sus empleados para celebrar que Angel ha estado trabajando en su casino por un año. Además, de un año libre de Valentino.
Para Angel fue algo muy significativo. Lo vio Husk en sus ojos. Habían cumplido 6 meses de pareja hace días. El tiempo iba volando, pero para ellos el tiempo era lo de menos. Estaban juntos y eso era lo que importaba.
Husk remodeló su habitación, era un lugar mucho más grande y se tomó la molestia de agregar una sala con mas muebles, un lugar más grande donde poner más armarios donde Angel pueda colocar sus libros. Si, Husk compró más libros. Además de remodelar la alacena. Angel estuvo feliz de tener un mejor lugar para practicar sus platillos favoritos. Y además de tener un lugar más grande para poder follar en varios lados.
Durante ese tiempo, Cherri tuvo el momento exacto en donde podría postular como una empleada más. Y llegó a tener el rol de dama de ceremonias para algunas obras que hacían en el mismo casino. Angel seguía como cantante por las noches, pero también vigilaba el restaurante Romano's cuando agregaban nuevos platillos al menú.
El tiempo de Angel se redujo, pero siempre pasaba varias noches junto a Husk viendo películas, hablando sobre sus días y bebiendo algunas copas después del trabajo.
—¿Cherri volvió a usar pirotécnica en los ensayos? —habló Husk. Estaban hablando del ensayo en el escenario del día de mañana.
—Si. Pero si te pregunta. Yo no te lo dije. —dijo Angel como si fuera un niño.
—Algún día matará del susto a Pentious. —dijo el gato mientras reía.
—¿Es un nuevo empleado? Porque no he escuchado de él.
—Estabas en Romano's cuando postulo y no quería molestar. Ahora trabaja como tramoyista, además que se encarga de algunos aparatos que se usan en el escenario.
—Eso suena genial. Mi siguiente actuación será mañana así que tal vez me tope con él.
—¿Es esa actuación en donde yo...?
—Me prometiste que algún día te vería tocando el saxofón. —Angel empezó a hacer pucheros.
—No recuerdo haber hecho esa promesa, princesa. —dijo Husk tratando de no darle algo más, pero sabía que sería imposible.
—¡Ay vamos! Será divertido. Imagina cuántas entradas venderíamos para que todas vean a: Angel Dust como cantante, y al Soberano de las Apuestas tocando saxofón.
—Conociéndote, ya vendiste todas las entradas con ese mismo emblema. —dijo Husk conteniendo una sonrisa.
—Me conoces tan bien. —dió unas risitas.
—Esta bien. Estoy algo oxidado, pero creo que reconoceré todo si me das las partituras y me pongo a ensayar hoy.
—¡Pensé que nunca me las pedirías! —y sacó de un brazo retráctil unas hojas que contenían las partituras.
—Fingiré que esto no estaba planeado. —extendió su mano.
—Te amo, Husk. —y besó su cabeza y al mismo tiempo les dejo las partituras en sus manos. Se levantó del sillón para irse.
—Esto es sacar mucho de provecho a tu Soberano. —dijo Husk desde el sillón viendo como su novio se iba a ensayar.
—Mi novio. —corrigió desde lejos y cerró la puerta.
—Tambien te amo, Angel. —dijo para si solo. Y sacó de su bolsillo algo. —Creo que mañana es el día correcto.
Angel estaba junto a Cherri, necesitaba de todos modos alguien que le diga si estaba afinando en su canto antes del día de la actuación. Que por cierto era hoy.
—Estas perfecto, Angie. No te preocupes. —dijo dando palmaditas en la espalda a la araña.
—Es que... Es mi primera actuación junto a Husk, y siento que si no lo hago bien...
—Si él te deja por desafinar en su casino, lo mataré. Y no me importa si tengo que derribar todo este lujoso hotel junto a él. —dijo Cherri con un pequeño toque serio.
—Eres idiota, morirás.
—Todo por ti lindura. —hizo un corazón con sus manos.
—Por parte, aww. Y en segundo lugar, no. —se cruzó de brazos mientras veía a la cíclope. —Husk nunca me haría eso, solo que... Estoy nervioso, es todo.
—Ey. Lo harás bien. Además, el debería estar preocupándose por aprender a tocar ese saxofón. O lo que sea.
—Fui muy malo por dejarle esa tarea para solo un día. —eso dijo mientras tiraba algunas risas algo cómplices.
—Dia y medio. Y no fue tan malo.
—Eso si se malogra la actuación. Pues si, será malo.
—¿Perderé mi trabajo? —dijo Cherri con temor.
—Tal vez.
—Mierda. La cagamos. —dijo con algo de miedo la mujer cíclope.
Husk despejó todo su día de trabajo para concentrarse en volver a tocar ese saxofón. Lo tenía descuidado por muchos años, y afinarlo y dejarlo reluciente fue un trabajo duro.
Lo logró. Ahora solo faltaba practicar esas partituras.
Desde que era un niño, su madre le había enseñado a tocar instrumentos clásicos del Jazz. Tal vez haya sido nativo de las Vegas, pero su madre era de Nueva Orleans. Un lugar en donde destilaba la música en cantidad.
—No te defraudaré, madre. No te defraudaré, Angel. —dijo Husk para sí mismo, dándose ánimos.
Al ver las partituras le pareció familiar esas notas. Y al tratar de tener las notas que tenían en el compás, lo descubrió. Y con esa melodía en mente, tocó sin pensar mucho en las partituras. Dejo que la música fluya por sus oídos.
Recordó esos momentos cuando él estaba sola en una cantina, buscando alguna fortuna, algo que anhelar por el camino ademas de apostar. Y vió el canto de esa bella mujer, como canto de sirena fue porque quedó deslumbrado. Por unos pocos minutos, había dejado a un lado el vicio de beber y su botella para ponerle atención.
Ella era su nuevo vicio.
Y al terminar de escuchar esa voz, terminó la música. Y fue uno de los únicos que se paró a aplaudir aquel talento. Quería buscar el valor de acercarse e invitarle un trago. Pero era un cobarde. Y dejo que la oportunidad se desvanezca. Se arrepintió toda su vida después de que nunca más supiera de ella.
Pero ahora, la tenía. Bueno, lo tenía. Un hermoso novio que lo acompañó durante ese último año. Vio lo peor y mejor de él. Sabía de sus errores y él sabía lo suyos. Pero, ambos perdonaron y sanaron. ¿Y cómo no querer sanar si tenia a alguien que lo motiva a sanar? Era su motivo para mejorar y lo logró. Lo tenía todo, pero, ahora solo quería tenerlo. Y eso pediría esta noche.
La melodía del saxofón terminó.
Suspiró. Hace tiempo no tocaba un saxofón y quedó sin aliento. Tenía que mejorar sus técnicas y pulirlos antes de la noche de la actuación. Las entradas estaban agotadas y sabía que habría gente expectante. Nunca había tocado para un gran público. Pero, sabía que daría todo de sí, y más teniendo a Angel como el cantante principal. No lo decepcionará.
Volvió a afinar su saxofón y empezó a tocar nuevamente. Tenía que volver a memorizar esa sensación, y así podría tocar a la perfección. Podría hacer que todos llorarán, podría hacer que el público aplauda en ovación. Pero no para ganar al público, quería que toda esa ovación se vaya para su novio. Solo para Angel.
Ya faltaban horas para la gran función, y Angel se estaba alistando en su camerino detrás del escenario. Tenía un hermoso vestido color dorado brillante. Y consiguió unos guantes color perla nuevos. Un poco de sombras en los párpados y rimel y quedaría precioso. Sacó un nuevo conjunto de botas negras y le quedaban increíbles.
Escucho que alguien tocaba la puerta de su camerino y lo invito a pasar. Era su novio.
—¿Se me permite ver a la estrella del escenario antes del show? —traía un ramo de flores en sus manos.
—No soy una novia antes de la boda, así que si puedes. —y dió un pequeño giro para que vea su atuendo. —¿Cómo me veo, Husky?
—Como la estrella más hermosa del cielo oscuro. Creo que el escenario caería por tener un talento tan grande sobre él. —tomó una de sus manos y la besó.
—Un romántico como siempre. —el gato le ofreció flores, y Angel las tomó. —Muchas gracias, están bellísimas.
—Tus favoritas. —y le dió un beso en la mejilla.
—Tu tampoco te ves tan mal, Amore.
Husk iba de negro, su traje tenía algunas líneas grises oscuras. Un corbatín dorado que hacía juego con el vestido de Angel. Además que aún tenía puesto su anillo de oro, que hacía juego con el de Angel también. Su cabello peinado hacía atrás. Un gran banquete para Angel.
—Tendré que resistirme en el escenario para quitarte todo este estorbo.
—Imaginaré que tu cuerpo es mi saxofón para tocarlo delicadamente y en los lugares correctos. —guiñó un ojo.
—¡Oye! El de los chistes sexuales soy yo. —dijo Angel fingiendo molestía con un sonrojo en sus mejillas y parte de su pecho.
—Me contagiaste.
Ambos soltaron unas risas conjuntas.
—Me parece extraño que hayas aprendido todo en un solo día.—Angel habló.
—Dia y medio, mi amor. Y no, fue realmente práctico de todos modos.
—Para una siguiente vez te lo diré con unas semanas de anticipación.
—¿Habrá siguiente vez? —levantó una ceja.
—¡Obvio! De seguro amaré nuestro tiempo juntos. Nah, bromeó. Ya estoy amando esto ahora mismo. —junto sus manos con las del Soberano.
—Haria cualquier cosa si es a tu lado.
Ambos juntaron sus frentes y acariciaron sus manos entre sí.
—Tengo una sorpresa para ti después de esto. —Husk rompió el silencio.
—¿Y si me la das ahora? —dijo Angel entusiasmado.
—No. Deberás ser paciente. —besó su frente.
Antes de que Angel pueda objetar, sonó una pequeña bocina del escenario, dando ya principios de que ya empezaría el show. Y escuchó a alguien que tocaba su puerta.
—Señor Angel Dust, sale en cinco minutos. —dijo una voz afuera de la habitación.
—Ahi salgo. —respondió. —Supongo que si tendré que esperar.
—Te veré en el escenario, Cuore.
Angel se arregló otra vez el cabello, dio un beso corto a Husk y se despidió saliendo de su camerino. El Soberano respiró, y ya calmado salió del camerino para ir a tomar su puesto.
Husk estaba detrás del escenario, veía como Cherri daba el anuncio de siempre: "No se olviden literalmente de dejar todo su dinero en máquinas o en el blackjack del casino". Obviamente discretamente para que nadie sospeche y pueda apostar sin ser obligado.
Luego, anunció el show principal y por el que todos estaban allí, ver a Angel Dust cantar una nueva canción junto a su equipo de músicos de su lado.
Después del gran debut de Angel como cantante, Husk consiguió músicos de verdad para que toquen en su casino, en vez de estar poniendo una pista de música y que Angel cantara.
Los músicos se acoplaron en su lugar, junto a Husk, que al mismo tiempo Cherri lo anunció como uno de los músicos principales en esta ocasión. Los presentes subieron sus aplausos al ver al Soberano en el escenario junto a un saxofón. Ahora sabíamos de que hablarían los periódicos esta semana, o último mes.
Luego, Cherri siguió hablando.
—¡Que gran ovación para nuestro gran Señor Husk! —junto con gritos más agudos. —Y ahora. Nuestra estrella del escenario. Nuestro segundo Señor del Casino. ¡Angel Dust!
Todo el público empezó a aplaudir, silbar y gritar al ver a Angel sobre el escenario. Admiraban el nuevo talento que tenía, y se volvió muy conocido como Cantante y Actor en el Casino. Husk sonrió al ver a su hombre entrar en escena, se veía mucho más hermoso sobre un reflector.
Toda la sala quedó en silencio. Cherri se retiró del escenario y dejo que Angel, Husk y los músicos hagan lo suyo.
Dio un visto bueno a Pentious que estaba detrás del escenario para ordenar a su gente que subiera la intensidad de los reflectores y apagaran las luces del lugar fuera del escenario.
Y Angel empezó a cantar al escuchar el sonido de la música.
Era como estar en un lapso de tiempo, Husk veía a Angel desde atrás. Cantando como si estuviera solo en su habitación practicando alguna nota y no entre tanta multitud. Se veía tan relajado y bello. Su voz era como un calmante para todos los del público. No había nada que indicara que iban a ver a Angel por lo obsceno, sino solo por su voz.
Trató de concentrarse para no llegar tarde a la nota que debería tocar, pero era casi imposible.
Era su turno, y entro en el momento ideal. Aunque su mirada se fijaba aún en Angel. Parecía que la canción nunca terminaría. Llegó el momento en donde solo habría un medio minuto de solo escuchar el saxofón. Reunió todo el aliento que tenía para tocar esa nota.
Las miradas se cruzaron. Angel dió una pequeña vuelta para ver a su esposo tocar. Sin dar espalda al público. Lo vió. Se veía tan guapo mientras tocaba ese saxofón. Recordó esa promesa que Husk le dijo en el camerino, que tocaría el saxofón tan bien como lo hacía con su cuerpo, y le dio un pequeño escalofrío al recordarlo.
Y cuando terminó de tocar su solo de saxofón, Angel se volvió al público y siguió cantando la parte final de la canción. Esta vez lo hizo pensando en su pareja. Lo hizo pensando en Husk. Y al llegar a la última palabra, hubo un pequeño momento de volver a escuchar el saxofón de Husk, esta vez solo cerró los ojos y se concentró en esa melodía, mientras iba apagándose mientras terminaba esa canción.
Un segundo de silencio. Dos segundos. Tres. Y empezó la ovación del público. Angel apenas podía verlos aplaudir ya que el salón estaba oscuro y solo podia verse a sí mismo y a los músicos por los reflectores. Cherri se acercó al escenario junto a un reflector que le seguía.
—¡Que gran ovación! ¡Den un aplauso para Angel! —y la gente no paraba de aplaudir y lanzar algunas rosas al escenario. Era como un sueño hecho realidad. —Ahora, por cortesía de nuestro amado Soberano del Juego, un trago gratis para todos los que hayan comprado la entrada al show. ¡Pueden ir al bar más cercano del Casino para reclamar! Y sin dejar de lado, ¡Al regresar tendremos un baile con todos los presentes!
Angel se quedó asombrado. No había eso en el itinerario. ¿Habrá sido esa la sorpresa que Husk le había mencionado antes? Luego salió junto a sus músicos del escenario.
Todos habían bajado del escenario, y Husk fue hacia Angel. Se le veía demasiado feliz.
—¿Y esa sonrisa que traes?
—Amo verte cantar. Debería pagar por verte cantar en privado. —mencionó Husk.
—No parece mala idea. Pero lo haría solo por ti. —le dio un beso. Estaba demasiado necesitado solo con verlo tocar el saxofón.
—¿Estuve bien? —preguntó Husk.
—Tan bien que tengo una erección en este instante. —guiñó.
—Te diría para coger en el camerino. Pero tengo una sorpresa mayor para después. —sus pupilas empezaron a dilatarse después de escuchar ese comentario de Angel.
—¿Mejor que coger? Lo dudo. —bromeó.
—Ya verás, Piernas. Ven. Tenemos que tomar un trago y bailar en la pista. —le ofreció el brazo.
—¿Esto es parte de tu sorpresa? —tomó el brazo de Husk.
—En parte sí, pero hay más.
Angel se entusiasmo mucho al ver que si era parte de su plan. Pero se decepcionará mucho si no terminan follando en algún momento.
Habían varios demonios y pecadores tomando sus tragos por varios bares. Fue una increíble estrategia para atraer a más gente a comprar entradas, un trago gratis siempre lo valía y Husk lo tenia muy en claro.
—Me gusta tu sonrisa. Estas pensando mucho.
—Recorde que iba a varias funciones solo por el trago gratis. Un gran recuerdo de cuando era joven. Y estaba vivo. —rió Husk.
—Nunca me contaste como eras de vivo. —Angel tenia curiosidad.
—Era moreno. Tenía mas cabello de lo que tenía antes de morir de hecho. Trataba de vestir bien aunque, era un vago y bebedor. Aunque ganaba dinero en las apuestas asi que si me daba algunos lujos.
—¿Y de lujos hablamos de alcohol mas caro?
—Ahora esos lujos los gozo de más. Pero sí. —sonrió Husk.
—Tal vez me hayas visto de mujer en los bares pero, tenía pelo algo más claro que rubio. Pecas como las tengo ahora pero más por el rostro. Aunque las cubria al subir al escenario.
—Osea, un sueño hecho hombre. —Husk admiraba con su mirada mientras Angel hablaba.
—Estas muy romántico, más de lo que acostumbras. —pasó un dedo sobre el cabello de Husk jugando con él.
—Aun no termina la sorpresa. Apenas empieza. —dio un sorbo a su trago.
—Espero que sea buena.
—¿Cuándo te he decepcionado?
—Estare atento. —termino su bebida.
—¿Gustas ir a la pista de baile? —le extendió la mano y se bajó de su silla.
—Cómo decir no. —y ofreció su mano y al mismo tiempo también se levantó de su silla.
Después de los tragos gratis, todos fueron al salón de baile que estaba al frente del escenario que antes estuvo iluminado por los reflectores. Ahora todas las luces estaban prendidas y varios bailaban las canciones que se escuchaban de los músicos al tocar. Eran alegres y movidas, y Angel recordó esos tiempos de antaño.
—¿Te gusta? —preguntó el Soberano.
—Es todo bellísimo. —sus ojos brillaban.
—Y todo este lugar es tuyo. Es nuestro. —sus ojos brillaban mientras veía a Angel.
Angel miro de reojo a Husk, admirando por dentro.
Aún tomados de la mano, se dirigieron a la pista de baile. Todos le dieron espacio a bailar a la pareja principal del Casino. Mientras los demás aún bailaban a su alrededor. Era un momento de felicidad, paz y emociones que salían al exterior.
Husk dijo que tenía que ir por algo y que lo esperará unos minutos. Angel no quería quedarse solo, pero lo bueno es que Cherri justo apareció.
—Creí que estabas bailando con el gatito. —habló Cherri mientras se acercaba a Angel.
—Salió hace unos segundos. Que bueno que estás aquí.
—En realidad Angie, Pentious me invito a bailar. No iba a aceptar pero es tan tonto que invito a todos a otro trago que me dio pena y acepté.
—Eres una idiota. —dijo Angel entre risas.
—Si, y bueno, te dejo. No quiero que otra vez invite a más personas por otro trago.
Cherri se fue de la escena. Y justo el entorno se apagó. La música empezó a ralentizar, era turno de una música más romántica. Reconoció la canción al instante. Fue la primera canción que cantó en el Casino y le vino nostalgia. Cerró los ojos y dejó a su mente divagar.
Luego sintió que alguien se le acercaba. Abrió sus ojos.
—¿Me concedes está pieza? —habló. Suspiró Angel. Y sin pensar tomó de sus manos.
Husk tenía sus manos entrelazadas con las de su amado. Lo llevó al centro de la pista de baile. Todos los demás seguían bailando con sus parejas en tono lento.
Llevó una de sus manos a la cintura de Nagel y otra tenía su mano. Dos de sus manos de Angel se posaron en sus hombros, otra estaba sujeta a su mano, y la otra apoyada en la mano que sujetaba su cintura. Mientras se movían al compás de la música. Si está era su sorpresa, pues acertó. Cayó rendido a sus pies. La música era lenta y llamativa. Mientras Angel tarareaba la canción.
—Amo cuando haces eso. Tararear. —su ronroneo empezó a sonar.
—Cuando cantaba esta canción, te la dedicaba a ti. —confesó Angel. Fue esa primera vez que la cantó en el Casino.
—¿Cuál de todas las partes? —preguntó el Soberano.
—Todas. Y aunque habia pasado poco tiempo del que me había salvado de las cadenas. Una parte de mí, sabía que me enamoraría de ti.
—Kiss me. Hold me. That feeling is holy. —cantó Husk al oído de Angel.
—Me encanta esa parte.
—Nobody's love me like you. —las mejillas de Husk acariciaron las de Angel. Y un leve ronroneo era dedicado a su pareja.
—Eres un sueño hecho realidad, Husk.
—Y tu eres el mío. El saber que te he deseado mucho antes de morir, lo hace mejor. Creo que soy un idiota con suerte.
—Que cursi. —dio risitas suaves para no matar el ambiente.
Husk lo apartó un poco para hacer girar a Angel y hacer que caiga sobre sus brazos. Angel solo se sujetó más fuerte a sus hombros. Pero confiaba en que no lo dejaría caer. Le dio un beso en sus labios, suave y ligero. Sus alas los cubrían de los demás. Era cálido tenerlo cerca. Luego lo volvió a poner de pie. Y las luces volvieron a encenderse, pero la música solo padecía como un piano suave.
Husk retrocedió unos pasos, soltando las manos a Angel. Y la araña quedó en dudas. Todo los demás quedaron en silencio y los veía a ambos. Todo hasta que Husk se hincó de un pie, y todos dieron un pequeño asombro en voz unisono. Angel se llevó las manos a su rostro.
—Eres lo que siempre he anhelado. Un deseo hecho realidad. Eres la persona más valiente, más intrépida, más hermosa y más inteligente que pude haberme conocido. Y sería un honor si tú...—metió una mano a su bolsillo y sacó una pequeña caja y la abrió frente a todos. —Si yo pudiera ser tu esposo. Amore Mio.
Angel solo soltaba pequeñas risitas mientras se cubría el rostro. Sus piernas temblaban y su cabeza estaba hecha un lío. Pero agarro valor para ver a Husk de frente y decir...
—Si. Si quiero ser tu esposo. Si puedes ser mi esposo.
Husk se levantó, tomó una de sus manos y le colocó el anillo. Mientras la multitud aplaudía. Ahora si sabemos de lo que hablarían los medios durante todo un mes.
Y mientras se daban un beso y un gran abrazo, Cherri empezó a tirar algunas de sus llamativas bombas por el escenario. Pero no eran bombas, eran como fuegos artificiales dentro del casino.
Angel veía el gran espectáculo, junto a su ahora prometido y a la gente expectante.
—Ahora entiendo porque no le dijiste a Cherri nada sobre los explosivos. —mencionó la araña.
—Queria que fuera una sorpresa. —dijo Husk.
—Me encantó la sorpresa. —y volvió a besar a su futuro esposo.
—Te amo.
—Y te amo a ti.
Husk lo tomó y cargo volando para ver el casino por fuera, mientras los demás seguían bailando por la música en el salón.
—Ahora esto, definitivamente será nuestro. —dijo Angel, refiriéndose al Casino.
—Siempre lo fue, Angel.
—Ahora solo pienso en como y dónde y cuando hacer la boda. ¡Llevaré un gran vestido! Pero una con unos pantalones vaqueros, y la falda será como un tipo capa abierta o algo así. Cherri será mi dama de honor y Fat Nuggets llevará los anillos, ¡tengo tantos planes!
—Dimelo y te lo daré. Será la boda soñada para ti.
—Y para ti también. Quiero que la disfrutes tanto como yo. Es nuestra boda.
—Cierto. —besó su frente. —Ahora si vamos a celebrar nuestro compromiso.
—¿Follamos toda la noche hasta el amanecer?
—Tu mismo dijiste que no sería nada sin sexo. Y que mejor que follar siendo prometidos.
—Llevame allí. —acaricio su pelaje y dio un beso dulce que el gato rápidamente aceptó.
Era una etapa nueva para el comienzo de sus vidas. Y tal vez no sea tan malo el Infierno si estaban juntos. Una nueva pareja se ha consolidado en el más allá. Y no habría final porque la muerte nunca les separaría.
Fin.
