Chapter 1: Eye Contact
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La pequeña niña estaba corriendo por el patio de juegos, un simple área abierta en medio de la tierra, con grandes muros de metal grisáceo y verdoso, jugando con rocas y la propia tierra como únicos elementos didácticos. No había muchos otros niños, y los pequeños lagartos preferían tomar el sol a jugar con ella, y después de algunas mordidas, ya había aprendido a dejarlos en paz. Pero hoy había algo diferente. Después de inspeccionar solo por divertirse con algo en lo que "Shawow" se aparecía para estar con ella, había encontrado una caja, debajo de otra caja.
La caja de abajo temblaba y sonaban arañazos desde dentro.
Adora bajó y empujó la otra caja como pudo, con su menudo cuerpo apenas alcanzando a sobrepasar la caja de abajo. La caja de arriba se tambaleó conforme la niña rubia la empujaba, hasta que cayó por sí misma. La caja había estado llena de piedras y basura, y la caja de abajo se abrió de inmediato revelando a una bola de pelos, que siseaba y arañaba.
Era la cosa más linda que Adora hubiera visto en su corta vida. No había manera de que dejara ahí a la gatita. Se le acercó más y la gatita la arañó, pero tras las mordidas de los lagartos, esos arañazos no eran nada. Logró pasarle las manos bajo los brazos y la sacó de la caja, de donde apenas sobresalían sus orejas peludas y oscuras. Pero la pequeña gata se removió e hizo que Adora cayera de espaldas. Las dos se miraron sorprendidas por el golpe, pero Adora, en vez de gritar o golpear a la gata como la gente había venido haciendo, se rio y su risa era el sonido más agradable que había llegado hasta las orejas de la gatita.
Se acomodó sobre el pecho de la niña y empezó a ronronear, a lo que Adora soltó pequeñas risitas. Se incorporó un poco sobre los codos y miró con asombro inocente y regocijo los ojos bicolores.
¿Cómo era posible que estuviera recordando la primera vez que había mirado a Adora en la vida cuando la tenía entre sus brazos casi sin respirar?
Adora abría y cerraba los ojos, su mirada iba y venía en medio de la fiebre, sus ojos azules no la enfocaban, no la miraban. Nunca lo habían hecho, pero por lo menos brillaban y Catra podría disfrutar de su brillo. Ahora no tenía ni siquiera eso. La rubia se contraía contra su cuerpo en espasmos gracias al veneno de Prime, esas líneas verdes que le retorcían el estómago, no la dejaban descansar, ella solo quería poder estar con Adora y dejar que sus ojos siguieran brillando, aunque no fuera por ella. Pero tenía que ser tan necia. Se había tenido que enamorar de la persona más necia de Etheria.
No podía terminar así, cuando apenas estaban empezando, tal cual había dicho Shadow Weaber.
—¡Adora, tienes que despertar! ¡Dijiste que salvarías a todos!— Catra la estrechó contra su pecho y sollozó su nombre —¡Por favor! Despierta...—
Los ojos azules luchaban por atender a la voz que la llamaba, pero estando perdidos en la visión de lo que no podía ser, era muy difícil aceptar la realidad.
—Adora, por favor, despierta. No te atrevas a darte por vencida ahora—
Después de contemplar y renunciar a un futuro precioso, Adora por fin pudo hacer un esfuerzo mayor para mirar a sus hermosos ojos bicolores, esos a los que cada día durante tres años había extrañado.
Sintiéndose más cansada que nunca, no solo físicamente, sino espiritualmente… por fin, después de esto, el más grande sacrificio de todos, al menos se le permitirá descansar.
La voz de Catra la llamaba, sus lamentos. No, Adora no podía hacerle esto, no de nuevo. No podía rendirse y dejarla sola. Tenían tanto que hacer, tenía tanto que compesarle. Todo por lo que habían luchado juntas.
Adora abrió sus ojos.
—¿No lo entiendes? ¡Yo te amo, siempre lo he hecho?—
Adora la miró sorprendida. No podía creerlo. ¿Catra de verdad la amaba?
—¿Me amas?—
—Jaja… eres una idiota!—
—Sí… pero soy tu idiota— Adora la tomó por un hombro, y sus miradas chocaron después de tanto tiempo escondiéndose —Yo también te amo—
Catra no pudo más, amaba perderse en el brillo azul sin igual de sus ojos, pero ahora cerraba los propios para que sus labios sellaran la promesa de amor. Adora la miró sorprendida y dudosa un segundo antes de también dejarse llevar y corresponder a un beso que solo en sus más profundos sueños hubiera podido soñar.
Después de que todo implosionara y la magia fuera liberada, se siguieron mirando y besando.
Catra soltó una pequeña risita.
—¿De que te ríes?— Le preguntó suavemente.
—Creo que la magnífica She-ra tenía que salvar el universo o algo así— y siguió ronroneando juguetona.
—oh, Demonios!—Y Adora se levantó tambaleándose.
Catra la sostuvo solo un momento escondida en su pecho, en un abrazo repentino.
—¿Catra?—
—Solo promete que volverás—
Y los ojos de hielo encontraron a los heterocromaticos llenos de sentimientos y temores.
Sin dejar de mirarla, la tomó por la definida mandíbula y acercó sus frentes.
—Volveré… Volveré siempre a ti— La besó otra vez —Te amo— Eran palabras largamente esperadas ser dichas y ya nunca se detendría.
Chapter 2: Hand Holding
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Al fin te tengo entre mis manos, por favor, no te rindas, no cuando hemos llegado tan lejos. Te sostengo fuertemente solamente un segundo que quisiera que fuera eterno, porque segundos es todo lo que tenemos. Apenas siento tu respiración y no quisiera alejarme de ti ni un momento, pero aquí ni tú ni mis amigos están a salvo y necesito de verdad que estés segura en donde pueda cuidarte.
Es hora de hacer valer mis promesas. Sostener tus miedos y alejarte de ellos.
Respiro profundo y siento el poder surcar de nuevo mis venas. Lo necesito para protegerte.
Por favor, ésta vez, quédate.
No puedo seguir sin ti, no sabes todo lo que me has hecho falta, siempre te he extrañado. En cada momento. Cada día necesitaba de tu humor ácido que hacía que mis preocupaciones fueran tan pequeñas.
She-ra aparece otra vez y puedo sentir su magia llenándome. Se qué podré sacarte de aquí.
Su confianza y su fuerza sustituyen mis dudas y temores. Pelear contra los clones de Prime es hasta divertido y satisfactorio, después de sentirme tan impotente las últimas semanas, intentando pelear a todo, sin She-ra. Ahora, sospecho que en parte gracias a ti, ha vuelto y la puedo usar.
Logramos salir de la nave de Prime, y con una seguridad que no siento, le ordenó a Darla salir de ahí, rápido.
Bow está llorando, Glimmer parece consternada, trato de no hacer caso de sus emociones, pero algunas lágrimas logran abrirse paso a través de mi armadura.
—Catra, por favor… No te rindas—
Te sostengo de nuevo entre mis brazos, entre los fuertes y confiables brazos de She-ra, porque los brazos de Adora te han fallado tanto. Y hoy, ahora, es She-ra quien te trae de regreso.
—Hey, Adora—
No puedo, no puedo soltarte, tus palabras, tan comunes, tan cotidianas, ahora son tan grandes. Jamás había estado tan feliz de escuchar esas dos palabras.
Te encoges, me abrazas, te sostengo. Puedo oler de nuevo tu cabello. Poco a poco pareces reaccionar, me quedo a tu lado todo el tiempo necesario. Noto a los demás moviéndose a nuestro alrededor pero en este instante solamente existe tú para mí. Hasta el momento en que Bow me hace notar que estarías más cómoda en una habitación.
Te llevo conmigo a la habitación que te han preparado. Después de mucho ir y venir, conseguimos conectar un poco, pero de todos modos no permites que Entrapta te vea.
Cuando las naves de Prime nos rastrean y queda claro que es culpa de tu chip, no me queda más remedio que enfrentarte a Entrapta. Después de luchar y encogerte y mirarte tan asustada, haces algo que no esperaba.
Siento el calor de tu mano en mi muñeca, y como me acaricias mientras bajas para tomar mi mano. Siento que ha pasado toda una vida mientras siento el calor de tu mano en mi mano.
Ahora Entrapta esta intentando operarte y veo tu miedo, y tus ganas de hacerte valer, de demostrar que no estás aquí solo porque yo te traje, sino que tienes algo que ofrecer. Yo quisiera demostrarte a ti, que ya no tienes nada que ganarte. Que vales y eres querida por quien eres, no por lo que puedes hacer.
Así que hago lo mismo que tú. Te ofrezco mi calor tomando tus manos, quiero que te sientas segura, que sepas que estoy aquí apoyándote. Y puedo sentir como dejas de temblar.
Las semanas siguientes son duras, pero te tengo a mí lado, nos tenemos al fin juntas y puedo sentirme más segura y fuerte que en los últimos tres años.
Después de sentir que mi mundo terminaba sin ti a mi lado, ahora tenemos todo un futuro resplandeciente a nuestros pies. Y tú mano en la mía, es todo lo que necesito para saber que podremos con cualquier cosa que se nos ponga enfrente.
Chapter 3: Under The Rain
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Han pasado dos meses desde que terminamos con Prime y el Corazón de Etheria fue liberado, no hay amenazas en el horizonte y es tan difícil de verdad, estar en paz. Es decir, por un lado es magnífico no tener que temer por la vida de mis amigos, ni la seguridad de Catra. Hemos tenido tiempo de irnos ajustando, y Catra hace tanto por todos, ayuda a todos los que puede, es la primera en levantarse y la última en acostarse. Ha demostrado que puede cargar tanto peso como Scorpia y casi tanto como la nueva She-ra. Ya la conocen en todos lados y no sólo como la vieja comandante de la Horda, ella es lo mejor del mundo, puedo jurar que sí.
Han sido dos meses intensos de reconstrucción, viajes e incluso fiestas. La gente por fin se siente segura, y la amistad entre todos los reinos no ha hecho más que afianzarse. Es cierto que la idea de que ya no hay contra quien pelear, me cuesta mucho asimilarla, con las semanas me he dado cuenta que poco a poco me iré quedando sin objetivos, sin cosas que arreglar, gente a quien ayudar o salvar.
Primero todo lo que quería era llegar a ser comandante de la Horda, y creo que era implícito, pero ese camino nos hubiera llevado a Catra y a mí a usurpar a Hordak y Shadow Weaber, porque sólo así podríamos ser completamente libres y estar a salvo. Teniendo todo el control. Ahora he aprendido que no necesito tener el control, sino confianza y esperanza. La esperanza de que pase, lo que pase, te tendré a mi lado.
Han sido dos meses intensos, llenos de actividad, y apenas hemos tenido tiempo de distraernos en otras cosas. Sólo el tenerte a mi lado cada mañana es ya un gran cambio que cada día agradezco y siempre lo haré. Poder sostener tu mano cada que lo quiero o necesito es otra gran bendición, y poder compartir a tu lado las maravillas del mundo, las grandes y las pequeñas, como cada nuevo alimento que no habías podido probar. Amo cada momento a tu lado.
Hoy Bow y Glimmer están en Mystacor con Micah y Castaspella, Scorpia está con Perfuma en Plumeria, Seahawk tenía planeado algo para Mermista, y además… El día ha despertado lluvioso, una lluvia incesante, así que Glimmer nos ha llamado al dispositivo y dicho que nos podríamos quedar en casa, ya que todo lo urgente se ha atendido y podemos tomarnos un descanso. Catra reposa a mi lado, acurrucada como cuando era una gatita y dormía a los pies de mi cama en las barracas. Pero ahora lo hace a mí lado. Noto que su cabello le cae directamente por sobre los ojos, no me había dado cuenta de lo rápido que le ha crecido.
Con cuidado, salgo de la cama y voy a las cocinas a conseguir el desayuno.
Me despierto y no siento tu calor a mi lado, la sensación es abrumadora. No puedo ser tan débil. Extiendo la mano y siento tu lugar aún tibio, no debes de haberte marchado hace mucho. Recuerdo las palabras de la princesa flor, respira, respira, recuerda cosas que te hagan sonreír… pero pensar en Adora justo en este momento, cuando despierto y no está a mi lado, como cada mañana en la Horda después de que se marchó. Como cada despertar sin tiempo en la nave de Prime, no me ayuda. Empiezo a hiperventilar y temores de soledad y repudio me empiezan a llenar, Melog no está y solo me siento más pequeña y sola. Tengo que calmarme, si Adora me ve así…
Cada mañana despierto antes que ella, han sido dos meses largos, no puedo esperar a abrir los ojos y asegurarme de que esta a mi lado, que todo es real y no sólo más mentiras e ilusiones creadas por Prime en mi mente. Varias veces cada noche despierto para corroborar que su respiración calienta mi pelaje y que su mano me envuelve en un abrazo. ¿A dónde has ido, Adora? Ya no puedo soportar las lágrimas. Cada mañana me aseguro que este a mi lado, pero estoy tan cansada… me quede dormida. Tengo que mejorar.
La lluvia resuena en el exterior y mi cabeza solo piensa en un vortex de violencia y soledad. Ya no quiero la hoguera de la ira en mí. Sólo pido por el calor de su mano en mi mano. ¡Adora!
Caigo fuera de la cama, intentando contenerme, se que esto es una locura, una tontería, ella solo ha tenido que salir… Glimmer tuvo que haberla llamado. Pero no puedo, la soledad me oprime y termino siendo una bola en el suelo, solo con su almohada y su aroma como escudos y anclas contra esta oscuridad que me oprime.
Entro a la habitación y lo primero que veo es la temblorosa bola de pelos en el suelo. Dejo caer todo lo que sostengo para correr a su lado.
—¿Catra? ¿Qué pasa?— La sostengo fuerte contra mí y los recuerdos de su cuerpo roto en la nave de Prime acuden a mí, las lágrimas son imposibles de contener —Estoy aquí, estoy aquí, lo prometo, aquí estoy— Poco a poco su respiración se calma y deja de esconder su cara en mi almohada.
Cuando alza la mirada hasta mí, y veo sus ojos brillosos por las lágrimas sin derramar, no lo puedo creer. Que sea tan hermosa, que la tengo entre mis brazos, una vez más y siempre.
—Estoy aquí, Catra. No me iré—
—¿Dónde estabas?— Me dice con la voz quebrada, temerosa.
—Solo fui por el desayuno. Glimmer me llamó… Sabe que no te gusta la lluvia y dijo que hoy podíamos descansar—
—¿No te irás de nuevo?—
—Jamás— La abrazo, la aprieto contra mí y siento su pecho ronronear, solo con el sonido de la lluvia de fondo.
Junta su frente a la mía y empieza a marcarme, como cada mañana. Yo adoro sentir su pelaje tibio contra mi piel. Me hace cosquillas a veces.
—¿Todo bien, Catra?— Le digo en medio de una sonrisa.
—Ahora sí… Lo siento mucho, Adora. No quiero que pienses que soy debil...— Me dice sin verme a los ojos.
—Jamás, en toda mi vida he creído eso. Siempre has sido fuerte, y grandiosa, tan hábil y rápida, sin miedo a nada. Eres la persona más fuerte que conozco—
Decide no contestar y solo vuelve a abrazarme y la estrecho.
—¿Quieres regresar a la cama?—
Ahora tenemos la cama junto a la ventana, tal como la que tiene Glimmer en su habitación. La lluvia cae incesante fuera, y se que Perfuma agradece esta lluvia porque limpiará y nutrirá la tierra. Catra me asiente en medio del abrazo y la levanto y la llevo hasta allá sin esfuerzo.
Adora me lleva a la cama, y la vergüenza me corroe. Solamente había ido por el desayuno, para consentirme. Esta tontita que es la persona más dulce y amable del universo conmigo.
—Tengo que rescatar el desayuno ¿te importa?— Me dice en medio de una sonrisa juguetona. No puedo hablar, así que solo niego.
Veo que recoge con movimientos precisos una bandeja y las cosas volcadas sobre ellas.
—Por suerte, todo ha sobrevivido, y el té sigue caliente— Me dice con una sonrisa en su cara radiante, como sino me hubiera visto hecha un desastre hace solo un momento. Pero hace bien, su sonrisa me contagia, y siento el calor en mi pecho, muy a pesar de la lluvia y del clima fresco.
Trae hasta la cama las cosas y me empieza a servir, comemos en silencio el té y los panqueques.
—¿Sabes? Creo que la lluvia no es tan mala si así puedo estar en la cama contigo— Le digo después de desayunar y ahora solo estamos acostadas de nuevo, viendo y escuchando la lluvia caer fuera, con el mundo en quietud, en paz.
También puedo sentir la paz en mí.
—¿Me amas?—
—Eres una idiota— Y me rio.
Se ha convertido en un juego entre nosotras. Se que Adora quiere que la bese, y lo hago con el corazón ardiendo de amor.
Entre sus brazos, con sus manos sosteniéndome, con su olor rodeándome, me siento a salvo. Todos los temores se alejan y desaparecen. Cada paso, cada día, solo uno a la vez me obliga a recordar Perfuma. Porque cada paso, cada día, cada etapa, sé que estarás a mi lado.
Chapter 4: Indirect kiss
Summary:
Jugando, Adora y Catra terminan conociendo una nueva función de sus labios.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
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Adora y yo estamos jugando en la Zona del Terror, no hay mucho que podamos hacer, aun siendo cadetes, tenemos mucho entrenamiento y poco más. Las clases teóricas son tan aburridas, y además Adora me puede pasar sus tontos apuntes y explicarme en resumen todo lo que me pierdo por distraerme al jugar con su coleta o lo que sea que se me cruce.
Al fin salimos de la última tonta clase de este día, y tenemos el rato libre hasta la cena, por lo cual corro por los pasillos de metal hasta alcanzar nuestro lugar favorito en lo alto de la fragua. Tú apenas puedes seguirme pero estoy segura que lo haces, y al final me alcanzarás acá arriba.
Escucho tu aliento pesado cuando al fin logras alcanzar el lugar que he escogido yo como nuestro punto de encuentro recurrente. No puedo evitar mover mis orejas hacia ti, hace mucho que deje de intentar controlarlas, al igual que mi cola, cuando se trata de ti, es imposible.
—¡Eres tan lenta!—
—¡Solo lo dices porque tú puedes saltar el doble que yo!—
—Sigues siendo lenta en tierra—
—Ya, pero no puedes derribarme—
Y te lanzas contra mí, con la sonrisa de desafío que tanto hace latir mi corazón, y te respondo con una igual, y con los brazos levantados para tomar tus manos entre mis manos y contrarrestar tu empuje. Es como si estuviera planeado, sé el momento exacto en el que llegarás a mí y podremos forcejear juguetonamente, pero con la suficiente fuerza como para hacernos sudar. Eres más alta que yo pero eso no me importa porque puedo contrarrestarte en cualquier momento.
Seguimos jugando y luchando hasta que terminamos agitadas y nos sentamos a observar más allá de la sombra de humo de la Zona del Terror, hasta lo que parecen los inciertos comienzos de los Bosques Susurrantes, pero no puedo estar segura porque jamás nos han dejado traspasar estos muros.
Escucho tu corazón acelerado y un montón de emociones crecen dentro de mí sin que sepa nombrarlas, lo que me hace sentir ansiosa, como si tuviera que hacer algo, y como no sé lo que tengo que hacer, te molesto de nuevo, provocando tu sonrisa y las emociones solo crecen, ahora forcejeamos y rodamos sobre el suelo metálico y te quedas viendo mi adorno rojo. Dejas de hacer fuerza y puedo someterte, lo cual no te importa porque preguntas.
—¿Por qué ya nunca te quitas esta cosa?—
—¡Déjame en paz! No te incumbe—
Y antes de que me dé cuenta, vuelves a ejercer fuerza y ahora estás tú sobre mí. El juego y tus tontas palabras me habían distraído un poco de las emociones que me llenaban, pero contigo sobre mí, mirándome tan engreída y confiada, divertida y satisfecha de ti misma, hacen que me vuelva a llenar de extrañas sensaciones en mi estomago.
—Te dije que no podías derribarme— Me dices con una sonrisa arrogante.
Yo te respondo pateándote desde abajo y seguimos rodando tanto que en medio de una vuelta tu cabeza y mi cabeza golpean el muro que forma una de las chimeneas. Las dos soltamos un sonido de dolor y llevamos una mano a la frente, pero abro los ojos y la tuya está sangrando y tu abres los tuyos, te sorprendes y cada una nos arrojamos hacia adelante tratando de acercarnos, todo sucede muy rápido, demasiado.
Ahora tus labios chocan contra los míos y solo existe ahora esta sensación para mí. Se acaba tan rápido como empezó. Tu cara está toda roja, muy aparte de la sangre que cae rodeando tu nariz y chorreando por tu barbilla. Solo el fantasma de tus labios sobre los míos queda.
—¿Catra, Catra, estás bien?— Preguntas con tu voz llena de ansiedad. Yo solo puedo pensar en tus labios, y siento que la cara se me empieza a calentar, y veo como empiezas a preocuparte porque no te respondo.
—Sí, sí, no seas idiota, algo como esto no me va a hacer nada. ¡Pero mírate tú! ¡Shadow Weaber me va a matar si se entera que su amada Adora está sangrando por mi culpa!—
—¿Sangrando?— Y hasta ese momento que miras tu mano llena de sangre y la vuelves a pasar por tu frente y haces un verdadero desastre en tu cara, que hace solo un momento estaba roja por el toque de nuestros labios y no por la sangre, que por lo menos ya ha dejado de manar —¡Demonios!—
—Vamos, mejor te arreglamos eso antes de la cena, todavía hay tiempo—
—No te preocupes, estoy bien—
—Adora, estás sangrando, no estás bien— Te digo como si no entendieras la correlación entre sangrar y no estar bien.
Me miras de arriba a abajo y parece, que al igual que yo, recuerdas que estoy sentada sobre ti después de rodar varias veces y tu cara vuelve a ponerse colorada, pero no tanto como hace un momento… después de que nuestros labios se tocaran. Miras mis ojos y te das cuenta que yo me he dado cuenta que mirabas mis labios otra vez.
—Estoy bien, en serio, solo necesito limpiar esto e ir por la cena— Dices ya sin mirarme.
Suspiro y me quito de sobre ti, que es de todos modos un lugar habitual para mí para estar. Te ofrezco la mano para que puedas ponerte de pie, y bajamos con cuidado hasta las barracas donde te limpiamos y llegamos hasta el comedor donde están repartiendo las barras para la cena. No vuelves a decirme del contacto entre tus labios y mis labios, y yo tampoco digo nada.
Notes:
humm la verdad ni siquiera recordaba que no había actualizado aquí al mismo tiempo que FFN y Wattpad.
Retomemos un poco ésta cuenta XD
Carpe Diem, gays. Sorry, guys.
Chapter 5: Love Letters
Summary:
Sus obligaciones como Consejera Real, han dejado a Catra con una tarde libre, mientras Adora está trabajando fueras, así que decide revisar el escritorio de su novia para matar el tiempo.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Han pasado casi seis meses desde que empezamos la reconstrucción. Entre terapias, fiestas, reconstrucción, ayudar a Entrapta con Darla (de verdad que no entiendo en qué momento empecé a llamar así a la nave), días lluviosos y unas pequeñas "vacaciones", así las llamaron Bow y Glimmer, que se burlaron bastante de Adora por no poder relajarse, se han pasado como agua. Los días ahora son tan diferentes.
La mayoría de lugares ya no sufren por culpa de la guerra, ahora la gente parece solo estarse acostumbrando a la idea que ya no tiene que cuidarse de ataques hordianos, ni de los clones, que poco a poco han creado comunidades a todo lo largo de Etheria.
Días como hoy, me toca trabajar separada de Adora, al principio era una forma que inventó Perfuma para ayudarnos a funcionar separadas, empezando por solo unas horas al día, y no diario, lo cual a las dos nos generaba ansiedad, pero después del día que desperté volviéndome literalmente loca solo porque Adora no estaba conmigo, nos obligó a las dos a ver a la cara a ese problema. Así que poco a poco hemos logrado avanzar en ese tema.
Hoy tuve que atender reuniones con Brillitos mientras Adora está con Entrapta trabajando con Darla, para darle mantenimiento y mejores instalaciones, además de buscar adecuar cristales provenientes de la Roca Lunar para que use esa energía para volar, en vez de los cristales rosas. Así esperamos que Glimmer también tenga una fuente de magia en el espacio, para nuestro planeado pero retrasado viaje a regresar la magia al universo.
Las aburridas reuniones se terminaron hace unas horas, pero ya sé que cuando Adora va con Entrapta, la he perdido durante todo el día, y para entretenerme me he puesto a revisar sus viejas cosas. Encuentro una muñeca de trapo de She-ra, que ahora me sigue a todos lados, mientras la sostengo con las manos o atada con mi cola, juego con unos lapices, me entretengo revisando viejas anotaciones sobre su pared del escritorio y encuentro capa tras capa de notas, incluso un viejo diagrama de la disposición de las alianzas de las princesas para el baile de Frosta. Y abajo de un montón de pergaminos, encuentro un viejo libro con algunas fotos y dibujos, y una hoja pegada con celo me llama la atención.
"Querida Catra…"
Cuando acabo de leer la carta, estoy hecha un desastre. Hace semanas desde mi último quiebre, Melog se aparece silenciosamente a mi lado y maulla quedamente mientras me ofrece su cuerpo como soporte.
Simplemente no puedo… ¿Qué hubiera hecho si de alguna forma, Adora me hubiera entregado esto? Lo sé bien, solamente me hubiera reído y roto el papel en su cara si hubiera podido. Hoy, después de todo lo pasado, solo quisiera poder sostenerla y decirle lo herida, lo asustada, lo sola, lo confundida que estaba. Lo mucho que siempre la he amado.
"Querida Adora
Todo cuanto quisiera decirte, ya lo he hecho, pero no estás aquí y necesito decirlo, sacarlo de nuevo.
Quisiera que hubiera un modo de volver atrás y hacer solo una cosa diferente, amor, no haberte escuchado y haberte seguido tras la espada. Haber descubierto el mundo contigo. No quiero enfocarme en lo que no puedo cambiar, a pesar de todo. Por qué ahora te tengo aquí, realmente estás conmigo. Estamos juntas al fin.
Porque no puedo cambiar todo lo que paso, todo lo que hice, pero puedo hacer mucho por cambiar todo lo que vendrá, y solo me queda agradecerte por siempre elegir recordarme con lo bueno que había en mi, agradecerte profundamente que tú eligieras el amor y no el dolor.
Si tú también hubieras escogido el dolor… No sé dónde estaríamos ahora. Lo siento tanto, Adora.
Tú no cambiarías nada, y yo tampoco lo haría ahora.
Yo también te extrañaba, horriblemente, cada día, y eso dolía tanto. También me rompía el corazón. Y eso solo alimentaba mi fuego y mi determinación para hacerte sentir lo mismo, porque muy en el fondo, sabía que nunca habías dejado de quererme tampoco, y simplemente no podía con la idea de que habías elegido algo más sobre mí, sobre nuestros sueños. Esa es la pura verdad.
Solo tenía que decir eso… que te amo, y siempre agradeceré que eligieras rescatar lo bueno de mí en tu corazón, porque ahora creo que eso fue lo que me salvó al final.
Siempre tuya,
Catra"
Notes:
Voy a subir el resto de caps para ponerlo al corriente con FFN y Wattpad.
Carpe Diem.
Chapter 6: Sick Partner
Summary:
¿Alguna vez se han enamorado en un sueño?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Han pasado tres años desde que pudimos emprender el viaje por el universo… por nuestra galaxia para ser más exactos, para restaurar la magia allá donde se hubiera extinguido. Descubrimos algunos planetas con sus propias formas curiosas de magia, pero ninguno tan poderosa como lo es la magia Etheriana.
Ahora mismo estamos en un planeta sin magia, pero con tecnología avanzada para la delicia de Entrapta y Hordak, que nos han acompañado en esta expedición. A veces sigue siendo raro ver a Hordak, bueno… Feliz.
Justo ahora ellos y Bow están corriendo los escáneres y programas que han ido desarrollando para analizar el planeta y si es susceptible de recibir y desarrollar magia. Ahora ya casi es automático, pero siempre hay variables que les gusta analizar personalmente a los tres nerds.
Adora, Glimmer y yo estamos disfrutando mientras tanto de la playa y el clima cálido de este planeta. Melog y yo nos mantenemos bien lejos de la orilla, pero la humedad del ambiente tiene nuestro pelaje esponjado.
Con el tacto que caracteriza a Entrapta, ofreció raparme y casi la muerdo, pero ahora no me parece tan mala idea. Adora se ve increíble en su bikini blanco, solo por eso vale la pena estar atascada aquí con la humedad y el calor.
Las personas de este lugar son amables, están habituadas al tráfico espacial, pero están tan lejos del centro de la galaxia que Prime no les ha hecho caso. Y su tecnología no los habría ayudado en nada, porque casi toda está hecha para facilitarles la vida. Entrapta está tomando nota de todo para ver qué podemos implementar en Darla y en Etheria, como esos mini portales para transportar materia inanimada. La mayoría de sus avances son médicos, e incluso los más ancianos se ven relucientes.
Pasamos aquí casi una semana y ahora estamos en Darla, camino al siguiente planeta habitado que encontremos.
Estoy durmiendo junto a Adora en nuestra habitación, que es la vieja habitación de Mara, y siento agradable su calor junto a mí… hasta que empieza a sofocarme. Me despierto y me doy cuenta de su respiración superficial.
Está ardiendo en fiebre.
—¡Entrapta!— Irrumpo en la habitación y se está dando mimos con Hordak, pero no me importa —¡Adora! ¡ENTRAPTA!
—Catra, Catra, cálmate, ¿qué pasa?
—Entrapta, Adora está enferma, está ardiendo. Por favor— Adora jamás se enferma.
—Ya voy, Catra. Iré a revisar a Adora— Le dice a Hordak.
Mis gritos despiertan a Bow y Glimmer y en poco tiempo están tan preocupados como yo. En especial Bow. Ahora Adora está en la sala médica, llena de cables, tubos y sensores. No nos ve. No nos escucha. La fiebre la tiene delirando y no ha dejado de llorar. Sólo puedo imaginar las pesadillas que está sufriendo.
Entrapta al principio estaba maravillada, como siempre, por los nuevos datos. Ahora está sudando junto a Adora, y nos ha hecho a todos ponernos los trajes espaciales, como si fueran trajes de peligro biológico. Dijo que no necesita a nadie más enfermo. Es verdad… Incluso Melog se ha puesto el suyo.
La respiración también me está fallando a mí, no es fácil para mí asumir lo que está pasando. Adora literalmente tiene años de no enfermarse, y si no fuera ahora por el tubo insertado en su garganta, sus pulmones no podrían llenarse solos. Hordak trata de explicarnos, sin necesidad de usar un traje también, que Adora al ser una de los Primeros, es la última de su tipo, de su especie, y a nivel ínfimo, genético, no se parece en nada a los Etherianos, y además de eso, She-ra, que normalmente la protege, ahora la está condenando.
Sus poderes, su invulnerabilidad, está dificultando todo el trabajo de las lecturas de Entrapta. Estamos a la deriva en medio del jodido espacio porque Entrapta tiene todo el poder de procesamiento de Darla analizando toneladas de datos. Tarda casi un día en encontrar el bicho minúsculo que está matando a She-ra.
El último planeta que visitamos tiene tanta tecnología médica porque su atmósfera estaba plagada de virus letales, y aunque hemos aprendido con los años a ser cuidadosos, y esterilizar a Darla antes y después de cada aterrizaje y a nosotros mismos, este tipo de inconvenientes se presentan eventualmente. Bow se ha enfermado gravemente cuatro veces, Glimmer una vez tuvo una "fiebre mágica" que la hacía teletransportarse aleatoriamente con cada estornudo, y antes de que una desgracia pasara, le pusimos el traje espacial por si decidía aparecer fuera de Darla.
Adora jamás tuvo esos problemas, y con She-ra es capaz de sobrevivir en el ambiente más hostil, como en aquel planeta lleno de lava y azufre. Entrapta y todos la creíamos invulnerable.
Ahora lleva dos días entubada, la fiebre no baja y Entrapta no ha dormido, parece a punto del colapso y no escucha a nadie. Está determinada a salvar a Adora. Yo la asisto como puedo, pero tampoco he dormido. No puedo, no puedo contra el ansia de dormir y despertar para descubrir… que la perdí de nuevo. No puedo.
No nos ve, no nos escucha. No me siente. Vamos de regreso al planeta de la playa, y Glimmer ha renunciado a toda su magia del viaje para que Darla pueda usar todo el combustible para llevarnos hasta allá. Una vez Adora esté bien, puede usar la piedra rúnica de su espada para recargar la veta de roca Lunar que ahora nutre a la nave.
Por favor, Adora, tienes que despertar.
—Tienes que dormir, Catra.
—No empieces, Brillitos. Yo voy a dormir cuando Adora despierte— Frunce los labios, pero no me insiste. No dormir un par de días es un juego para mí.
—Adora estará bien— Pero las dos vemos a través del cristal como su pecho apenas se mueve, y todo gracias al tubo en su garganta. La infección no cede, y Entrapta lo único que puede hacer es mantenerla a raya lo más posible. Está casi desnuda, rodeada de hielo y compresas frías.
Lo más inmediato es asegurarnos que siga respirando, pero Entrapta teme por el daño a largo plazo, o a otros niveles que una fiebre tan alta le pueda traer. Yo solo pido que abra los ojos.
Nos toma casi otro día completo regresar al planeta, y está vez nadie se quita el traje para bajar. Entrapta solo ha dormido a ratos, y jamás la había visto tan seria.
Bow es el que se dirige con aquellos que nos atendieron la primera vez. Sus médicos analizan los datos de Darla y su mirada es severa e inescrutable. No nos dan esperanzas, pero prometen hacer todo lo que esté en su mano. Yo me rompo.
Adora no ha estado consciente durante cuatro días, cuatro días que no he dormido y no he podido sentir el calor de su piel. No la ardiente maldición que la está matando desde dentro. Si tan solo pudiera transformarse, sé que She-ra la sanaría. Pero Entrapta ha dicho que si a este punto, instintivamente She-ra no ha despertado, es porque algo anda muy mal. El corazón de Etheria resplandece por momentos en su pecho.
No puedo. No puedo más. Más de 98 horas sin dormir me están causando estragos. Glimmer me mira como si me estuviera volviendo loca, y en una parte de mí se que es así. Si Adora no está, yo no tengo ningún motivo más. Melog es lo único que me mantiene a raya. No se separa de mí. Es lo único que me permite tener la compostura suficiente para entender que cuando se llevan a Adora en medio de más trajes herméticos, es para ayudarla y no para separarla más de mí.
Una infección general en la sangre me ha explicado Glimmer, o eso intenta. Entrapta los ayuda en todo lo que puede. Parece tan cansada como yo, pero ella es lo bastante inteligente para saber que si no duerme aunque sea un poco, no estará en las mejores condiciones para ayudar a Adora. Simplemente estoy aterrada de dormir. Aunque estoy más allá del cansancio, no podría dormir aunque mi vida dependiera de ello.
Solo soy un estorbo, una carga. Todo lo que sé hacer es romper y destruir. Nada de lo que yo tengo para ofrecer puede ayudar ahora a la persona por la que vivir vale la pena.
La gente no deja de entrar y salir de la habitación a donde se la han llevado, y yo estoy congelada en el suelo con Melog, ya ni siquiera la comida me baja por la garganta, ya no puedo contra todo esto.
Después de un día completo de este maldito problema, poco menos de un día etheriano, al fin hay buenas noticias. La fiebre ha empezado a bajar, lo que significa que la infección está disminuyendo y el cuerpo de Adora empieza a ganar la batalla. Eso es bueno, no dejo de repetirme. Hordak sustituye a Entrapta en la habitación y ella por fin se derrumba a descansar al lado de nosotros.
Casi otras doce horas después, aparece Hordak y nos dice que al fin, Adora puede respirar por sí misma. Pero sigue sin despertar. El primer alivio nos golpea tan fuerte, que tardamos en comprender que las cosas no están del todo bien. Bow es el primero en entender. La maldita fiebre.
Los médicos de éste planeta sin magia no entienden.
Adora no está en coma, está dormida. Pero no despierta. Aseguran que está soñando, pero no reacciona. Han recurrido hasta a pincharla para despertarla, pero sigue perdida.
Ahora es turno de Glimmer de trabajar. Su magia está al límite, así que no puede equivocarse. Yo siento que me voy a romper si cualquier otra cosa pasa. Si tan solo alguien me toca. Así de tensos tengo los músculos y los nervios.
Melog hace todo lo que puede por mantenerme en una pieza. Y sigo sin poder hacer nada.
Glimmer repasa los grimorios y libros de hechizos en la base de datos de Darla, no quiere cometer un solo error. No quiero presionarla, pero cada hora que pasa, siento más lejos a Adora. Y nadie piensa que sea buena idea que yo este cerca de ella. Ya llevo más de seis días sin dormir, y empiezo a ver cosas donde no las hay, y escuchar su voz cuando sé perfectamente que está muerta. Eres solo una bestia. Un estorbo. Una carga. Para She-ra, para la reina, para todos. NO dejas que ayuden a Adora. Escucho claramente una y otra vez en mi cabeza.
Después de casi seis horas de trabajo e investigación, Glimmer logra crear la runa que la va a ayudar.
—Por favor, necesito estar con ella.
—Catra, no has dormido en una semana. No has comido. No sabemos lo que pueda pasar, no creo que sea lo mejor que estés justo ahora con Adora— Me dice Bow con la voz más suave que tiene y me deshace.
—Por favor, solo déjame estar ahí dentro, no haré nada. Puedo controlarme. Melog puede ayudar. Por favor, Bow— Su mirada tiembla pero no cede.
—¿Qué harías si fuera Glimmer? ¡Por favor!— No quería lastimarlo, ni asustarlo. Solo así me permiten entrar con Glimmer, y debo quedarme al otro lado de la habitación, pero al menos puedo oler a Adora, ya sin los químicos en su cuerpo, y eso logra calmarme un poco. De verdad, solo parece dormida.
—Ahora vamos a trabajar.
Glimmer se pone tras la cabeza de Adora, y empieza a dibujar la runa más complicada que jamás he visto. Cierra los ojos y se concentra. Su cabello se agita cuando empieza a tensarse. La runa rosa brilla justo en medio de la cabeza de Adora y ella no hace nada. Glimmer se queda ahí parada varios minutos, y siento que voy a perder todo el pelaje por la espera.
Pasan los momentos, eternos, y cuando Glimmer al fin se separa de Adora, mi chica no parece haber cambiado en nada su estado.
—¿Qué pasa, por qué no despierta? ¿Glimmer?— Pregunto acercándome lentamente.
Las lágrimas caen por las mejillas de la reina. No puedo. No puedo.
—¡Dime qué pasa!— Le suplico en un susurro.
Bow y Entrapta entran.
—Adora está dormida. Muy profundamente. Todo lo que temían es cierto. Pude… Pude ver a She-ra… es algo más… Vi lo que hizo. La fiebre estaba causando daño físico y She-ra "encerró" y durmió a Adora para que su mente no sufriera, mientras ella mantenía a raya la infección. Adora está soñando… pero no lo sabe. No pude llegar a ella.
Glimmer no deja de llorar y me mira, pidiendo mi perdón. ¿Cómo puedo perdonarla si ella no ha hecho más que hacer todo lo que puede? Soy yo la que no puede hacer nada.
No puedo más. Lo ultimo que sé, es que la habitación da vueltas y todo se pone negro.
Me despierto apenas seis horas después. Tengo la mente solo un poco más clara, apenas mantengo el terror y el ansia a raya. En el tiempo que me he perdido, mis amigos no han dejado de luchar, de buscar una opción, y ha sido Bow quien ha dado con el más simple, y al mismo tiempo complicado y riesgoso plan de todos. Pero lo prefiero, a no tener nada más que la espera.
—¿Entonces… solo tengo que encontrarla y convencerla de despertar?
—Pero si no lo logras… Las dos se quedaran dormidas— Me dice Glimmer, procurando que entienda todo el riesgo. ¿Quedar atrapada para siempre dentro de la mente de Adora? Lo considero un riesgo menor.
Preparan todo. Me recuesto sobre una camilla al lado de Adora. Multitud de sensores nos atienden, ahora dentro de Darla, puesto que este planeta ya no tiene nada que pueda ayudarnos. Melog no está feliz con los riesgos que estoy tomando, pero por mucho que sea mi amigo-de-alma-enlazada, como él mismo lo llama, no se compara al lazo que tengo con Adora. Nada en el universo se puede comparar a lo que tenemos juntas.
Se que ella haría lo mismo por mí, y sé que alguna parte de ella, está esperando por mí.
Intento relajarme, y me concentro en su respiración pausada y regular para ayudarme a hacerlo, su olor me rodea, y el cansancio me empuja más y más hacia el sueño del cual tal vez no despierte. Pero si es contigo, no suena tan horrible.
Me despierto y no noto nada extraño, excepto que Adora no está junto a mí. Ni Glimmer, ni Melog.
En medio de otro ataque de pánico, reviso cada habitación de Darla y solo al asomarme fuera por el puente, puedo ver algo familiar también. Adora está corriendo y jugando con dos niños. En eso no hay nada de extraño. Bajo corriendo y la abrazo, y ella estalla en risas y frota sus mejillas contra mí. Soy yo la que debería de estar haciendo eso.
—Oh, Gatita! ¿Te pusiste sentimental? No importa, me gusta también corto— Me dice toda de corrido y quedo confundida —¡Niños!— Ella llama.
Mi sorpresa no deja de crecer. Es entonces que los dos niños con quienes la vi retozando se muestran, ninguno tiene más de siete años. Eso no es lo que me sorprende más. Los dos tienen orejas y cola, como yo. Uno tiene el cabello rubio de Adora, y su cola y orejas también son rubias. Sus ojos son dorados, igual a mi ojo izquierdo, parece. Su pelaje es más oscuro que el mío, solo un poco, pero muchas líneas corren por él, haciéndolo lucir más felino que yo de algún modo.
La otra es una niña, sus orejas son pardas, igual que su cabello, pero su cola y su pelaje son de un naranja suave, y hasta donde puedo ver, no tiene líneas en ella. Sus ojos son azules, uno más oscuro que el otro, y entonces me doy cuenta que combina mi ojo derecho y los ojos claros de Adora. ¿Entonces... Esto es con lo que Adora sueña? ¿Nuestra familia, de algún modo posible? ¿Cómo voy a despertarla de esto? Con el corazón oprimido, decido que tengo que intentarlo.
—Adora...
—Catra, ¿qué te parece si tomamos el almuerzo?— Y sin que al parecer lo notara Adora, había al otro lado del magnífico campo una mesa dispuesta con un lindo picnic por arte de magia.
No tengo corazón para negarme. Ciertamente ya no me siento cansada físicamente, no tengo nada de qué quejarme. Me siento increíble, como si pudiera vencer en fuercitas a Scorpia, pero toda la angustia, el dolor, la espera, seguían ahí, en fila tras el efímero alivio de escuchar a Adora, y de momento también muy atrás del shock de descubrir a los niños que Adora había ideado como nuestros hijos.
Y no tuve corazón el resto del día. Comimos, jugamos, corrimos, ronroneamos. Jamás había entendido el deleite de todo el mundo por mi ronroneo, hasta que sostuve a la pequeña Elizabeth contra mi pecho y la niña empezó a ronronear y le respondí de igual manera. Y Finn era todo lo que Adora era de niña. Impetuoso, ingenuo, creativo para los juegos. Nos guió a todos a una épica campaña contra la bestia voladora de un viejo castillo, que era Swift Wind, y al final de la tarde, compartimos el espectáculo de un pueblo que no entendí de donde apareció, pero Adora siempre había disfrutado ese tipo de eventos.
Fue un día de ensueño, incluso hasta el final, cuando Adora cargaba a Elizabeth y yo a Finn, dentro de los pasillos de una casa, razonablemente pequeña, para los estándares de alguien que había pasado sus últimos años entre las grandes y excesivas dimensiones de Luna Brillante.
Entramos en la habitación de los niños, profusamente decorada con dragones, unicornios, espadas, arcos, rayos y magia. Todo denotaba aventura. Las camas gemelas son cálidas y perfectas. Finn se sostiene de un peluche con forma de She-ra y Elizabeth se enrolla toda en su manta moteada y tejida. Yo solo espero que Adora no saque a platica que seguramente es un regalo de la "tía Casta" o me pondré a llorar.
Este es el día más perfecto que jamás podré imaginar o soñar, y ese es el maldito problema, ¿verdad? Adora está soñando, y ahora yo con ella. Pero es solo un sueño. Pero se siente tan real. Teniendo todo lo que ella quiere aquí, ¿cómo podría culparla por no despertar? Y soy tan egoísta… que podría dejarnos aquí y disfrutar de sus sueños, tanto como nuestros amigos puedan permitirlo, hasta que decidan que es suficiente o encuentren al fin una cura.
¿Cuánto se puede mantener un cuerpo a través de tubos?
No, no puedo permitirme caer a esos instintos. Adora jamás me lo reprocharía. Pero sé que ella lucharía para llevarme de vuelta con todos, con nuestros amigos, y ser felices todos.
Caminamos en silencio por los pasillos y llegamos a lo que debe ser la habitación soñada de Adora para nosotras. La cama gigante es incitadora. Adora empieza a desvestirse, sin ninguna segunda intención. Y yo me desvivo por su piel perfecta. No puedo retrasarlo más.
—Adora, por favor, ven conmigo— Y la llevo de la mano hasta la cama, donde la siento al lado de mí.
—oh— Se rie un poco —¿Quieres jugar un poco tú también, Gatita?— Me dice con esa estúpida sonrisa suya que me enamora.
Una pintura tras ella me llama la atención. Estamos las dos juntas, jamás me he visto a mí misma tan feliz, tengo el cabello largo de nuevo, y Adora lleva el suyo suelto por una vez. No estoy segura y al mismo tiempo estoy super segura, que es una pintura de nuestra boda. De la cuál hemos hablado pero entre viajes y otras cosas, no hemos realizado. ¿Adora quiere esto tanto? Yo también lo deseo, deseo ver ese día junto a ella, y el pensamiento me da fuerzas.
—No, tontita, lo que quiero justo ahora es que me escuches… Este día a tu lado… al lado de Finn y Elizabeth ha sido… mágico—
—Perfecto— Me responde con una sonrisa igual de perfecta —Cada día contigo, junto a ellos, es perfecto...— Parece perdida en sus pensamientos un momento —Casi como si fuera un—
—¿Sueño?— Adora siempre ha sido inteligente, y con el tiempo, ha aprendido a dudar.
—Sí— Me responde con la más suave de las sonrisas que pueda imaginar. Y el corazón se me rompe.
—Adora… ¿Y si todo esto fuera un sueño? ¿Quisieras despertar?— Me mira confusa y me suelta las manos, asustada. Se que parte de ella, alguna partecita, lucha por entender, porque sabe que las cosas deben ser demasiado perfectas.
—¿De qué estás hablando?
—¿Recuerdas el viaje donde te enfermaste, después de haber ido a la playa?
—Yo no...— La tomo de la mano otra vez.
—¿Cuándo fue la última vez que peleamos?
—No querías que Elizabeth se cortara el cabello— Casi me rio. Casi.
—No, Dora, nuestra última pelea fue porque yo no quería que Glimmer me metiera al agua con ustedes en la playa— Veo que ella lucha por recordar, y la claridad poco a poco se hace en su faz.
—¿Hace cuánto fue eso?
—Hace casi una semana
—¿Llevo dormida una semana?
—Algo así… Adora, estaba tan asustada, creí que no lo lograrías.
—¿Entonces qué está pasando?
—Estabas muy enferma… demasiado, y She-ra encerró tu mente para protegerte— Me mira no muy segura. No soy quien para explicarle. Esto es cosa de Trapta y Brillitos —No entendí muy bien esa parte, yo estaba asustada. ¡Adora, casi mueres!—
—Shh, shh. Tranquila, ¿Ahora está todo bien, verdad? ¿Glimmer logró mandarte aquí? ¿Estamos en casa?
—Sí, logró ponerme aquí, y no lo sé, estábamos en la nave… ¿Cómo funciona siquiera el tiempo aquí?
—No estoy segura. A veces parece haber pasado años. Una vida entera. A veces despierto… y no estoy segura de haber dormido o despertado del todo— Adora empieza a llorar —Lo siento tanto, amor. No quería asustarte, asustarlos a todos.
—¿Regresarás conmigo?
—Por supuesto, iré contigo a donde sea— Un brillo inesperado, de un sentimiento ominoso se deja ver en su mirada, antes de que se lleve una mano a la boca y voltee hacia la puerta.
—Lo siento tanto, Adora… Son maravillosos.
—¿Cómo sé que tú no eres un sueño también?
—Yo he venido por ti, puedes creerme ¿Por favor?
—No es justo...— Sigue llorando y yo con ella.
—Lo sé, bebé. Adora, yo me quedaré contigo donde decidas estar. Solo quería que tuvieras la opción… Nunca imagine que estos serían tus sueños.
—No siempre lo son— Me dice en medio de una sonrisa triste —Pero es casi todo con lo que puedo soñar últimamente… ¿Qué más podría pedir contigo a mi lado, con nuestros amigos?
—Buscaremos la manera, y ellos siempre estarán con nosotras— Le digo juntando mi frente con su frente, cerrando los ojos. Esto me duele horrible, así que ella debe sufrir igual.
—No creí que tú… Niños...
—¿Niños y la vieja basura hordiana no se llevan?
—¡No! Yo no lo quise decir así.
—Tranquila, lo sé… Si tú lo quieres, yo también, podemos intentarlo… Hacerlo real— Pero mis palabras solamente la hacen llorar más.
—¿Podemos verlos una vez más?— Pero sus ojos gritan "una última vez".
—Claro que podemos ¿Vamos?
La llevo todo el camino de regreso a la habitación de los niños de la mano. Ellos siguen dormidos, pacíficos, hermosos… Perfectos. Como un sueño. El corazón y todas las vísceras se me retuercen. Quiero protegerlos desesperadamente, y debo recordarme que solo son ideas y pensamientos dentro de la mente de Adora. Que nada puede herirlos aquí, y que en el momento en el que despertemos, ellos desaparecerán, para vivir solo en nuestros recuerdos.
Adora entra calladamente en la habitación, los besa suavemente, susurra palabras dulces.
Dejo de resistirme y me uno a ella. Acaricio el cabello suave y quebrado de Elizabeth, y beso la frente de Finn, que también tiene un pequeño peluche con forma de Melog en la cama a su lado.
Adora y yo regresamos a la habitación principal, no muy seguras de que hacer. Me siento cien años más vieja. Esto no debería ser tan complicado.
—¿Quizás si solo nos dormimos?
—¿Y esperar despertar de verdad?
—Puede ser un buen intento.
Me encojo de hombros y solo me meto a la cama, Adora se acomoda en mi pecho, entre mis brazos, y dejamos que la congoja nos lleve a dormir, si es que puedes dormir dentro de un sueño.
Siento que solo he cerrado y vuelto a abrir los ojos, pero sé que ha funcionado, porque todo el cuerpo me duele, tengo hambre y la garganta me arde. ¿Cuánto tiempo me fui yo también? ¿El día entero que pase con mi familia en el sueño más perfecto? Las lágrimas corren por mis mejillas reales.
—¿Catra, Adora?— Mi chica está intentando levantarse, pero debe de tener el cuerpo peor que yo, y no debe de hablar. Salto de la camilla y me pongo junto a ella.
—Calma, Glimmer, dale tiempo— Adora también es un desastre de lágrimas, pero se ve aliviada a cierto nivel al poder ver a Glimmer, que también es un mar de lágrimas. Las tres lo somos.
¿Glimmer estaba así de preocupada?
—Lo siento tanto, Adora, lo siento tanto— Dice en medio de un abrazo cálido y húmedo.
—¿Glim?— Dice Adora con voz rasposa.
—No hables. No debes hablar ahora. Estuviste entubada más de cinco días— Dice Bow apareciendo de ningún lado y uniéndose al abrazo. Él es pura alegría. Le lanzo una mirada inquisitiva a Glimmer.
—Yo también los vi… Eran hermosos— Ahora comprendo su tristeza.
—¿Cómo… Cuánto tiempo?—
—Solo unos minutos… Los sueños son extraños. Quise asegurarme de algún modo… Lo vi todo… Fue hermoso. No las hubiera culpado si hubieran preferido quedarse— Me dice Glimmer.
—No… No… — Adora intenta hablar pero no puede hacer eso justo ahora. Solo niega y nos abre de nuevo los brazos.
—No cambiaríamos esto por nada— Digo en vez de ella.
Notes:
Originalmente, estoy iba a ser solamente un poco de Adora enferma, sí, pero algo ligero, solo una fiebre leve, algo para obligarla a descansar y dejar que Catra la consintiera un poco.
En fin.
Chapter 7: Slow Dancing
Chapter Text
Han pasado ya diez años desde el último baile de las princesas y todos estamos muy emocionados. Es el primer evento formal y oficial del nuevo reino Escorpión. Scorpia y Perfuma estaban muy felices de poder lograr esto.
Tras años de reconstrucción y algunas tensiones, el viejo salón del horror luce magnífico, pero todos agradecimos en silencio cuando Perfuma logró convencer a Scorpia de que un cambio de nombre, a favor de todo el trabajo y la nueva era que empezaba para su reino, sería excelente. Ahora el salón del Horror es el salón Quimera, que a mí me encanta en lo personal, pero a Perfuma no le agradó tanto. Por lo menos puede hacer referencia a que se refiere a "ilusión*", de un modo más brilloso que "Horror".
Adora luce hermosa en su vestido blanco con detalles dorados y no hay nada más que disfrute de tenerla a ella entre mis brazos. El baile es increíble, todo el mundo está feliz, riendo y disfrutando. Scorpia resplandece en un vestido floreado y Frosta es la gran revelación del baile.
Acostumbrada a verla en su ropa más casual, casi la confundo con una versión más joven y curvilínea de Mermista, con su peinado alto y libre de sus abrigos usuales.
El Baile avanza y la noche se extiende. Todos nos divertimos juntos. Pero hay cosas que no puedo cambiar, aun con el paso de los años. Es bonito y agradable estar rodeada de literalmente todos mis amigos. Tanto que me sobrecargo. Debo de alejarme un rato de la muchedumbre. Me voy hasta uno de los balcones de la cámara principal del salón y respiro el aire fresco y limpio de la noche, sorprendida de caer en cuenta que esto solía ser el ambiente lleno de smog de la Zona del Terror.
No tengo ni dos minutos sola cuando escucho tus pasos avanzar hacia mí. Siento tu mano en mi hombro, tímida, pero un movimiento de mi cola te dice que está bien, y entonces siento tu caricia bajar por mi espalda hasta sostenerme por la cintura y siento tu barbilla en mi hombro, sonriendo.
—¿Qué pasa? Estoy segura de que Mermista no decía en serio lo de intercambiar parejas.
Sostengo su mano izquierda con mi mano derecha para profundizar el abrazo. Me río un poco ante la broma tonta de Mermista al verte esta noche.
—¿En serio? Y yo que ya estaba pensando en comprobar si todas las historias que Hawk contó serían verdad— Siento como se te cae la sonrisa de los labios, pero te sostengo fuerte y no puedes moverte.
—¡Hey!
—Es broma, Dora, obviamente.
—Humm… Debería poner más atención cuando Seahawk habla…
—La última vez estaba mortificando a Mermista contando como tuvieron un maratón de sex..
—Ya recordé por qué no le pongo atención— Se sopla un mechón de la cara, ya que la tengo atrapada —¿Pero qué pasa entonces?
—Nada… — Se acomoda lo suficiente para poderme ver de lado con una mirada acusatoria.
—No es nada, de verdad… Es demasiado.
—¿Necesitas un respiro?
—Tú sabes que amo estar con nuestros amigos, pero todavía es…
—Lo sé, tranquila. Puede ser desbordante tener a Scorpia, Seahawk, Swiftty, Entrapta, Bow… uf, creo que ahora yo también necesito un respiro— Y las dos nos reímos —Está bien, Gatita. Digo, incluso Hordak tiene que emborracharse para estar aquí. Tú no necesitas ninguna droga para estar con nosotros— Me dice orgullosa.
—Créeme que he pensando en aceptar el trago que me invito Lonnie.
—¿Siquiera sabemos que tiene?
—Creo que es mejor no preguntar
—Entonces… ¿Quieres que te de unos minutos, ya quieres irte?
—No quisiera irme tan pronto del baile de Scorpia.
—Scorpia está feliz de que hayas venido solamente, todo lo demás es extra. Ella lo sabe.
—Me gustaría que no pensara así.
—Todos saben que solo eres un poco reservada, amor. Ya nadie piensa que los odies.
—Humm, supongo que es el costo de estar rodeada de princesas.
—Eres tan tierna.
—No soy tierna— Pero la cola y las orejas esponjadas me traicionan.
Te ríes como si después de 7 años juntas esa broma siguiera siendo divertida, y te miro enamorada.
—Entonces te daré unos minutos, ¿está bien?— Me dice alejándose un poco de mí.
—Tú te puedes quedar conmigo todo lo que quieras— Y escuchamos como la música vuelve a inundar el lugar después de un descanso que se habían tomado los intérpretes. La estrecho de nuevo, pero esta vez de frente.
—Hasta que tú me quieras a tu lado.
—Entonces estaremos juntas mucho tiempo— Tus brazos envuelven mi cuello y los míos tu cintura, y empezamos a girar lentamente con la música suave.
Mis orejas me dejan escuchar el barullo que florece de nuevo en el interior y me alegro que por unos minutos podamos disfrutar a solas.
—Eso suena maravilloso.
Chapter 8: Forehead Kiss
Summary:
Otro día lluvioso.
Chapter Text
Adora y Catra están las dos en su habitación en Luna Brillante, disfrutando de otro día lluvioso, con solo abrazos, chocolate caliente y un sin fin de besos. Glimmer y Bow hacen lo propio en la habitación real.
—¿Cómo estás?— Pregunta Catra, cauta.
—Muy cómoda, ¿Y tú?
—Me refiero a lo que pasó en el viaje.
—Oh...— La mirada de Adora se pierde unos momentos y Catra la espera. Tiene poco que regresaron del viaje al espacio en el que Adora casi muere por una infección alienígena.
Catra se hunde más en el abrazo. La verdad es que no habían hablado mucho de lo que había pasado dentro del sueño.
—No lo sé… He intentado no pensar mucho en eso.
—Mientras estemos juntas, no tienes que preocuparte de nada, Adora.
—De eso estoy segura. Es solo que yo… Los vi crecer ¿Sabes? Nunca me había planteado realmente si tú y yo podríamos… Bueno, tener niños, una familia de ese tipo.
—¿Soñaste toda su vida, qué edad tenían?
—Era extraño. Un día de pronto teníamos a Finn, solo un cachorrito, mucho más pequeño que tú que cuando te encontré en la caja, y no tan peludo.
—¡Oye!— Catra se aleja e intenta golpear a Adora, pero solo en su intento de mantener las cosas lo más livianas posibles. Ella también tenía muchas dudas.
—Y creció, los días pasaban… A veces también aparecían todos los demás, con sus propios hijos a veces también, y otro día, de igual modo apareció Elizabeth, solo era una bolita de pelos. Pero siempre estabas tú— Siguió, mirándola con una sonrisa, feliz e inmensa.
—Suena increíble. Me alegra haber podido verlo contigo.
—¿Tú con qué sueñas?
—Sabes que nunca recuerdo lo que sueño.
—Te mueves demasiado para alguien que no recuerda lo que estuvo haciendo mientras intentaba violarme— Esta vez Adora sí tuvo que escapar de Catra.
—¡Solo fue una vez!— Le bufó —Y de verdad no recuerdo lo que estaba soñando— Le respondió la gata entre sonrojos y bufidos.
—Te creo, te creo. Ven aquí, mi bola de pelo.
Catra se deja arrastrar de nuevo al abrazo, viendo hacia la ventana, simulando estar molesta e ignorar a Adora. Pero no pudo hacer mucho cuando Adora le empieza a acariciar la base de las orejas y repartir suaves besos en su cabeza.
—¿Es en serio lo que dijiste?— Pregunta la rubia después de unos minutos.
—Todo lo que digo, lo digo en serio, ¿pero sobre qué?
—Sobre intentarlo— Catra se separa de su pecho y la mira directo a los ojos.
—Iré con Entrapta para que nos tome muestras y haga unos pequeños clones, ¿está bien?— Le dice con la cara más seria del mundo.
Adora estalla en una carcajada. Ella es a la única persona del mundo que Catra intenta hacer reír de verdad, los demás simplemente están cerca cuando hace algún comentario ingenioso o sarcástico.
—Creo que podríamos ir primero con los padres de Bow.
—Eso también es una opción.
—Que Entrapta sea nuestra última opción.
—Que no te escuche o se va a poner muy triste.
—Siento mucho privarla de los nuevos datos, pero sigo prefiriéndola lejos con agujas si no estoy enferma.
—Sabes que va a pedir estar al pendiente una vez se entere.
—Por eso no le vamos a decir.
—Va a ser el secreto mejor escondido de Etheria una vez lo sepan George y Lance.
—Oh, ellos no me preocupan. Me preocupa Micah… Y Bow.
—Entonces tendremos que distraerlos lanzándole la pelota a Glimmer. Ya necesitan pensar en un heredero.
—Eres una genio malvada.
—Muchas gracias.
No estaban seguras de a dónde las llevaría este camino, cómo o cuándo, pero sabían, estaban seguras, que lo recorrerían juntas.
Adora se perdió en la mirada bicolor y Catra empezó a ronronear, recordando con toda una mezcla de emociones, a los dos gatitos que le regresaban el ronroneo en el paraíso que Adora había soñado para ellas.
Adora besó en la frente al amor de su vida, y Catra la rodeó en un abrazo cálido que desembocó en más besos, y los besos en una llama que las llevó a las dos a suspirar el nombre de la otra como si de una plegaria se tratara.
Chapter 9: First Time No Sex
Summary:
Después de derrotar a Prime, regresan todos al castillo de Luna Brillante con ánimo de festejar, menos dos chicas de 20 años, muy cansadas de una vida en guerra.
Chapter Text
Estaban llegando a Luna Brillante después de por fin haber derrotado a Prime y que la nueva She-ra restaurara toda Etheria a un esplendor que nadie creía posible antes. Catra estaba insegura y tímida. Todas las princesas estaban en camino para allá y Adora era el centro de atención. Todos querían saludar y felicitar a la Gran Salvadora. Los únicos que no estaban ahí, pero se habían quedado igual de emocionados eran Hordak y Entrapta, que se habían dirigido a Dryl.
Scorpia le sonría sin ninguna sombra a la gata y ella se veía feliz de ver a su amiga con alguien como Perfuma, que apreciaba sus abrazos en toda su magnitud y su actitud amable y entusiasta.
El caballo volador parecía encantado de toda la atención y no dejaba de repetir que él supo todo el tiempo que She-ra había vuelto y los salvaría a todos.
Toda la gente, el ruido y la algarabía serían demasiado si no estuviera tan preocupada por cuándo repararan en ella de nuevo, más allá de Scorpia y la eventual broma de Glimmer de que ahora también era una princesa y la suspicaz mirada de la princesa acuática.
Cuando llegaron al fin al castillo, Adora se empezó a disculpar con todos, pero necesitaba su propio espacio. Y era entendible, acababa de salvar al universo y derrotar a un ente que se creía eterno, además de casi morir envenenada por los mismos Primeros… y de descubrir que Catra siempre la había amado.
Seahawk estaba empezando a organizar una fiesta en el castillo y muchas personas estaban secundando la idea y llamando a She-ra para que se les uniera.
—No, chicos, en serio me encantaría pero...
—¿Qué no ven que Adora necesita descansar?— Se impuso Glimmer.
—Seguro… quiere tiempo de calidad con su gatita— Disparó Mermista y Adora se sonrojó para gracia de todos. Catra no se sentía muy segura y solo encogió la cola.
Como nadie decía nada, Glimmer solamente tomó de la mano a Adora, fue con Catra, que estaba hasta atrás de todos y se teletransportó en medio de las risas de la gente.
—Agh, no los escuches, ya sabes cómo es Mermista. Oh, lo siento, Catra.
—No hay problema, Brillitos— Decía Catra sosteniéndose el estómago en el piso.
—¿Estás bien, Catra?
—Sí, Adora, dije que no hay problema.
Catra se incorporó ante la mirada preocupada de Adora y por fin prestó atención al lugar donde Glimmer las había llevado. Estaba claro que era el interior del castillo, ese que muchas veces quiso tirar abajo. Ahora se alegraba de no haberlo hecho. Todo era tan… Brillante. Ya sabía ahora que todo era muy redundante.
—Bueno, Bienvenida, Basura Hordiana, al castillo de Luna Brillante y las habitaciones privadas de la Princesa del Poder… Ya que justo ahora parece que una fiesta y todas las princesas van a invadir el resto del castillo, mañana podremos ver lo de tu propia habitación— Habló la reina con burlón decoro y una mueca muy parecida a la de Mermista.
—Gracias, Glimmer, yo me encargo desde aquí— Le dijo Adora, que seguía sonrojada.
—Esta bien, chicas, las veo después— Y les guiñó un ojo para después desaparecer.
—Yo… eh… ¿Disculpa?
—¿Todos tus amigos son así de sutiles?— Dijo Catra con una ceja levantada, y una mueca divertida.
—Sólo Mermista… La verdad es que no sé qué están esperando que pase.
Los pensamientos de Catra dejaron de vagar por otros lados, para caer en cuenta que lo que Adora estuvo diciendo sobre descansar era cierto. Escondió su desconcierto dando un paso al frente y cruzando los brazos.
—¿Entonces "tus habitaciones de la Princesa del Poder" son este pasillo? Pensé que te tenían en más estima por aquí.
—¡No, claro que no! Esta es mi habitación… pero de verdad, no es nada, Glimmer exagera— Adora se adelantó a abrir la puerta mientras seguía balbuceando —Bueno, sé qué es muy diferente a la Zona del Terror e incluso a las habitaciones de Capitanes de la Fuerza, pero todo por aquí es así de… grande y brillante y...
—Adora, tranquila, sé que esto no es como en casa… argh, la Zona del Terror— Desestimaba Catra con un movimiento de la mano, mientras entraba a la recámara de Adora por primera vez.
—Okey, okey… Por acá está el baño, por si quieres usarlo, en el armario… puedes usar lo que quieras si quieres cambiarte, el escritorio, ahm… la cáscada.
—¿Usan una cascada para bañarse?
—¡Yo dije lo mismo cuando Glimmer me trajo aquí!
—Okey… eso es demasiado.
—La verdad es que tarde un poco en comprender que es solo porque pueden y el lujo y las princesas.
—Y yo que creía que solo te estaba molestando cuando te decía que habías venido a parar a un lugar suave y brillante.
—De hecho, eras bastante acertada— Y las dos se rieron un poco nerviosamente.
Catra paseó un poco por la habitación, y Adora la dejo ser, dándole un poco de espacio mientras ella misma se quitaba la chaqueta y la colgaba en un perchero y empezaba a sacarse las botas, sin dejar de ver de reojo. Catra estaba explorando el espacio, apreciando las caídas de agua, las extrañas plantas y los pequeños ríos que cruzaban el suelo. El escritorio le llamó la atención y vio varias de las anotaciones de Adora, mapas y demás. También se estaba familiarizando con los olores, y esa era una escena tan usual para Adora que sonrió.
Recordaba a la pequeña gatita que había olfateado cada esquina de la barraca para infantes en donde dormía Adora, después cuando empezaron como cadetes, también la vio explorando y oliendo la nueva barraca.
Catra entonces se fijó en el catre de Adora. Eso seguramente no cuadraba con el resto de los elementos de la habitación. Se acercó con cuidado, medio abrazándose y se agarro tentativamente a un extremo de la cortina.
—Esto se ve muy familiar…
—Yo… —Adora se le acercó silenciosamente en calcetines —No podía dormir aquí sola… en un espacio tan amplio.
—Tampoco yo… después de que te fuiste, fue muy complicado. Al menos cuando fui Capitán, el cambio de ambiente ayudó un poco.
—La primer noche tuve que dormir con Glimmer, y después ellos empezaron a acampar conmigo aquí, hasta que me acostumbre a poder estar sola… pero al espacio jamás me acostumbre.
—¿Así que ya sabes lo que es dormir con una princesa?— Adora volvió a enrojecer y levantó las manos negando.
—No, no, yo nunca.
—¿O acaso con el chico flecha?— Le dijo Catra provocativa.
—Ppfff, claro que no, Bow es de Glimmer, ya viste— Le dijo más en confianza cuando se dio cuenta que estaba jugando.
—Ah, sí, eran tan obvios, me sorprendió que apenas en el viaje se dieran cuenta de verdad— La gata se sentó en el catre y con la cola, como sin querer, la golpeó al lado de ella dos veces.
Pero Adora tenía muy internalizados todos esos movimientos. Sabía que Catra podía comunicarse muy bien solo con la cola y las orejas. Un sistema que a lo largo de los años entre las dos se había cimentado. Cuando Adora se sentó al lado de ella, no sabía que le iba a derretir el corazón que todavía lo recordara.
—Habían pasado por muchas cosas… todo por aquí estaba muy tenso al final, en parte por culpa de Doppler Morfer.
—Lo sé… de verdad lo siento, Adora.
—No, no te preocupes. Estábamos en guerra, y Glimmer y yo teníamos nuestros propios problemas cada una. No éramos capaces de escucharnos, ella tenía su versión de lo que estaba pasando, de lo que Etheria necesitaba y Bow intentaba mediar… pero cuando surgió lo del Corazón de Etheria, solo queríamos pararlo y Glimmer quería usarlo contra la Horda.
Todo lo que estaba escuchando Catra, era como repetir lo que le había pasado a sí misma con Adora, y ya había escuchado la versión de Glimmer también y le daba toda la razón a Adora.
—Ella me dijo que haría lo que fuera para regresar y hacer las cosas diferentes— Lo que los ojos de Catra intentaban decir, Adora lo entendió.
—Las cosas son diferentes… Y ahora estamos juntas— La rubia la tomó en un abrazo y Catra también la estrechó, sumergida en su olor.
Se besaron inciertamente al principio, inseguras todavía. Ninguna corría peligro, ya no estaban a las puertas de una muerte inminente. Sus labios descubrieron un nuevo idioma poco a poco, así como sus manos y sus dedos, que empezaban a explorar más allá de sus rostros, sus brazos, el cuello, la cintura.
Cuando Adora empezó poco a poco a ponerse sobre Catra, la gata gimió y sus colmillos rozaron el labio de Adora, que se separó sorprendida de a dónde habían llegado y se rio nerviosa.
—¿Estás bien?— Le preguntó Catra y levantó la mano para tocar su barbilla y ver la herida.
—Solo me sorprendiste.
Adora bajó otra vez hasta los labios de Catra y cuando se empezaban a acomodar de nuevo, Catra giró su cadera para que Adora tuviera más espacio entre sus piernas y las dos cayeron al piso.
Se miraron un segundo y se rieron con ganas.
—¿Quieres… intentarlo otra vez?
—La verdad… estoy rendida— Se ayudaron a levantarse mutuamente —¿Podríamos solo… dormir juntas?— Catra sintió como se le calentaban las orejas pero su cola se movía en rápidas y pequeñas eses en la punta, lo que le indicaba a Adora lo emocionada que se puso.
—Como quieras, princesa.
Catra fue a ponerse una pijama de Adora que le quedó un poco grande y Adora solo se quitó la ropa y se cambió el top por una playera de tirantes. Catra pudo ver como los pechos de Adora se movían libremente a través de la delicada tela de la playera, lo que le hizo desviar la vista e irse a una esquina de la habitación.
La salvadora de Etheria se recostó en su catre morado y volteó buscando a su… su Catra, sonrió para sí misma cuando la vio con su playera que tuvo que enrollar un poco de las mangas.
—¿Vienes?— Mientras le ofrecía la mitad del angosto espacio y Catra se acomodaba sin decir ni una palabra.
Esto sí era nuevo para las dos. Nunca habían dormido abrazadas de este modo. Catra con la cabeza en el pecho de Adora, tan cerca que literalmente podía sentir con su oreja parte de la piel del pecho y parte de la tela y escuchar el constante latido de su corazón. Adora con un brazo bajo el cuello felino y acunando su espalda, para apegarla lo más posible a ella.
Sin pretender otra cosa, Catra empezó a ronronear fuertemente como no hiciera desde hace años. Adora la apretó más contra su corazón y la cola de la gata se enredó en el blanco tobillo. Adora la rodeó con su otro brazo y Catra quedo cubierta casi enteramente.
La guerrera lo único que quería era resguardarla desde ahora y para siempre. El sentimiento que la había asaltado al pie del precipicio del Corazón, se condensó ahora y la llenó hasta desbordarse en medio de lágrimas y besó con un sentimiento poderoso la coronilla de Catra, quien sintió todo lo que ese beso tan dulce quería transmitir, sin dejar de ronronear, empezó a acariciar con sus mejillas y frente todo el pecho, el cuello y la cara de su Adora.
—No sabes cuánto espere para esto.
—Lo único que siempre quise fue a ti.
—Aquí me tienes.
Durmieron abrazadas y entrelazadas, ya sin la incomodidad que las había asaltado en Darla, y a la mañana siguiente que Glimmer se apareció para molestarlas y despertarlas, las encontró igual de juntas y con la cara más pacífica que nunca hubiera imaginado, así que solo sonrió y se retiró. Una oreja de Catra tembló cuando el residuo brilloso de la teletransportación espolvoreó cerca y eso le dio cosquillas a Adora, que entre risitas abrió un poco los ojos, y al ver a Catra dormida entre sus brazos, solo se estiró para volver a estrecharla y seguir durmiendo.
Chapter 10: Promise rings
Summary:
Catra se entera de lo que es un compromiso como el matrimonio, y busca el token adecuado para Adora y ella misma.
Chapter Text
Habían pasado dos años desde el fin de la guerra, la reconstrucción era tema del pasado en la mayoría de los reinos y solamente en los lugares más afectados, como Salinas y la propia Zona del Terror, ahora mejor conocida como Nuevo Escorpión, era donde seguían las obras a gran escala.
Catra y Adora habían aprendido a trabajar separadas, y más que eso, a construir y mantener la certeza de su amor. Ya no necesitaban estar juntas para estar tranquilas, su unión era tan potente como la que cada una mantenía con su animal enlazado, aunque no pudieran sentir sus emociones a la distancia literalmente.
Así que después de dos semanas de no verse, estaban más que felices de poder compartir con sus amigos un momento del Escuadrón de Mejores Amigos. Adora estaba bastante entretenida solamente comiendo y haciendo vagos asentimientos en la cena, pero Catra había notado que Bow ahora compartía un arete con Glimmer y que varios sirvientes y guardias felicitaban a la pareja, y el entusiasmo de Micah parecía estar por los cielos.
Ya que no estaba segura de qué estaba pasando dejo pasar la situación y solo divertirse con sus amigos, haciendo nota mental de que tenía que preguntarles cuando no estuvieran en medio del comedor real.
—¿Cómo te fue con Huntara en el Desierto Carmesí?— Le preguntó Adora en la soledad de su habitación un rato después, mientras Melog dormía en su gran gatera a los pies de su cama. La rubia se estaba quitando su cinturón y el chaleco rojo que ocupaba ahora, dejando su pin en el tocador que habían añadido al mobiliario un tiempo después de que Catra se instalará con ella.
Catra estaba disfrutando de la cama, recostada después de pasar dos semanas en un catre de tela en el campamento del Desierto Carmesí en donde se había instalado junto a Lonnie para sus gestiones.
—Entrapta está más que feliz de trabajar para construir un sistema de riego, ya que no es muy práctico que Perfuma deba ir cada semana para fortalecer los cultivos con sus poderes. Lonnie se va a encargar de los detalles— Adora se estaba desatando el cabello y miraba a través del reflejo a la Gatita.
—Antes no te hubiera creído si me decías que estabas trabajando en equipo con Lonnie.
—Resulta que siempre fuimos amigas y yo no me daba cuenta.
—Pues me da mucho gusto que ahora sí lo veas.
Adora empezó a reptar por la cama hasta abrazar las piernas de Catra y usar su abdomen de almohada, mientras la gatita le acariciaba el cabello y empezaba a ronronear.
—¿Te diste cuenta de que todo el mundo estaba felicitando a Bow?
Aún después de dos años, Catra a veces se sentía fuera de lugar, y no era de extrañar, también había cosas que se le escapan a Adora. Cosas muy sencillas que a las otras personas les parecían comunes y olvidaban que los hordianos tenían otra realidad.
—Hmmm— Adora lo consideró un momento —La verdad es que solo sentí que Micah estaba muy emocionado.
—Y tú solo comiendo.
—Para la próxima, yo voy al Desierto y tú con Mermista, a ti te gustan más los mariscos y el pescado.
—¿Y para que puedas ver a gusto los brazos de Huntara?
—¡¿Qué, quién te dijo eso?!— La sonrisa divertida de Catra contrastaba mucho con la cara sonrojada de Adora.
—Eres tan predecible, Adora. Tú lo acabas de hacer— Adora la estaba viendo desde su vientre y Catra le sonrió arrogante desde arriba, y después de hacer una mueca resignada, Adora agachó la cabeza para esconderse entre sus brazos y el estómago de la gata.
—Solo porque me gusta competir con ella— Dijo con la voz ahogada por el pelaje de durazno.
—Y con esa mariposa en Elberon, y la princesa roja… Incluso con Scorpia eeh— Claro que Catra se había dado cuenta del especial gusto de Adora por las mujeres grandes y musculosas —Creo que hasta el rey ha caído en tu "competición"— Ahora sí, la princesa alzó el rostro para ver totalmente roja y sorprendida a la gata, boqueando como pez fuera del agua.
Catra no pudo más conservar su aspecto ligeramente indiferente y molesto. Estalló en carcajadas y Adora la miró indignada y todavía sonrojada.
—¡Catra! ¿CÓMO...? Yo… Agh!
—¡Solo admite que te gustan los músculos, Adora!
Ella rodó por la cama y se enredó en las mantas, lejos de la gata.
—No hasta que admitas que a ti te gustaba Scorpia en el Desierto Carmesí y te atrae Mermista.
Catra casi se ahoga con su propia saliva. No esperaba que Adora, la obtusa, se hubiera dado cuenta de esas cosas.
—A mí no me gusta nadie. Nunca.
Se sentó sobre la cama y Adora la miró desde su lugar, ya más tranquila. Al final, Catra no solo era su universo entero, su razón para despertar y ser feliz de encontrarla a su lado, su vida, su alma, era también su mejor amiga y siempre se habían molestado.
—Ajam, por eso Mermista es la única que tiene uno de tus dibujos en el Salón de la Perla— Catra la golpeó con la cola y la rubia se rio.
—Ese no era el punto aquí, Adora. ¿Te gustan o no las mujeres grandes y fuertes?
—Y a ti las mujeres que pueden transformarse en pez.
Estaban muy juntas, provocándose. Catra ya no tenía el físico más bien delgado de sus años de cadete, sino que había recuperado un poco más de la masa muscular que había desarrollado en sus últimos meses como Comandante de la Horda, en parte por una dieta mucho más rica en proteínas y en parte por el fetiche de su novia.
—Solo me gustan rubias que no saben atarse las agujetas y por eso solo usan botas— Adora se rio suavemente y disfrutó de sentir la presión de la cola de Catra enrollándose en su muslo.
Adora la tomó desde los hombros para pegarla un poco más a sí misma, y bajó por la zona exterior de los brazos y se detuvo sobre las líneas del pelaje. Catra, con sus manos sobre el pecho de Adora, dejaba notar sus bíceps sin aplicar fuerza.
—Y a mí me gustan los músculos con suave pelaje naranja— Y acarició y apretó los bíceps contrarios.
—Lesbiana idiota— Se burló amorosamente.
—Te voy a probar cuánto— Y con una media sonrisa, Adora fue a por los labios de durazno.
Se demostraron cuánto se habían extrañado entre suspiros y ronroneos toda la noche hasta que los músculos de ninguna pudo más.
Adora se había despertado temprano para salir a correr con Bow y Catra la había despedido todavía entre sueños con un beso y una sonrisa.
—Buenos días, Catra.
—Hey, Brillitos.
Una hora más tarde, la reina y su consejera compartían el desayuno mientras esperaban a que sus novios, los entusiastas de largas carreras matutinas, regresaran.
—Parece que tú y Adora tuvieron un gran reencuentro.
—No moleste tan temprano, majestad.
—Es solo que los guardias temían que estuvieran matando a algún pobre animal y tuve que aclarar que solo era un gato en celo.
Glimmer se escapó a tiempo de la zarpa de la gata en celo. Se reapareció del otro lado de la mesita de té entre risitas.
—Tienes suerte de que-
—¿De qué She-ra te dejara tan cansada que no puedes siquiera moverte?— Catra ya no dijo nada más y se refugió en su taza de té, con las orejas agachadas.
Glimmer lo dejó ser y también empezó a desayunar, en medio de miradas letales de un par de ojos bicolor. En cierto momento, mientras Catra le rendía el informe de las pláticas en el Desierto Carmesí, la gata se fijó en la corona, y que el arete de Glimmer tenía la misma forma de gota y recordó el de Bow.
—Por cierto, Chispitas, ¿Ahora Bow también es príncipe o alguna cursilería por el estilo?— Preguntó la gata como quien no le interesa, pero Glimmer sabía que Catra todavía se avergonzaba cuando tenía que preguntar por cosas que para los demás eran obvias o comunes.
—¿Por qué lo dices?— Le respondió mientras Catra bebía más de su taza, para darse cuenta que el té ya se le había terminado, y esta vez Glimmer escondió una risita.
—Noté que ayer los felicitaban y su arete.
—Oh, eso… No, quiero decir, no puedo creer que hayamos pasado esto por alto.
Catra suspiró molesta. Sabía que había otra cosa de princesas que se le había escapado. Glimmer continuó antes de que la gata pudiera enfocarse en su mal humor.
—Yo… Ayer le pedí a Bow que se casara conmigo… Lo había pensado un tiempo y ayer...Oh, fui tan descuidada— Arrancó con un nerviosismo que ya casi nunca expresaba —A Bow le encanta organizar todo, recoger y tener todo acomodado… Encontró el arete.
—¿Cazarse? ¿Lo querías cazar, con sus flechas o algo?— Glimmer se rio y olvidó sus nervios.
—No de ese cazar, sino de… Boda, casamiento.
—Déjame adivinar, es otro tipo de fiesta.
—Sí, pero este es el más especial de todos.
—¿Más que una coronación?
—Sí, porque todas las princesas, o príncipes, están seguros que en algún momento se celebrará la coronación, y no todos están seguros si algún día encontrarán a la persona indicada para casarse— Le dijo con toda la intención de la que era capaz, y una especie de entendimiento se iba abriendo paso por las facciones de Catra. Glimmer continuó.
—Cuando alguien está seguro de que ha encontrado a esa persona especial, a su persona especial, le propone matrimonio y hay una vieja costumbre en la que para simbolizar esa unión, se ofrece algo importante para ti, para que la otra persona siempre tenga algo tuyo cerca, y si acepta, ella también te dará algo… la otra persona. Es un intercambio.
—¿Entonces tuvieron su boda y no nos invitaron?— Dijo Catra indignada.
—NO. Eso solo es la propuesta, tranquila. La puedes hacer como quieras, en privado o en público, en una cita o solo como algo espontáneo. Si la propuesta salió bien, y se puede, las personas empiezan a usar el objeto intercambiado y los demás entonces se dan cuenta de la propuesta, por eso ayer la gente nos felicitaba. La boda es después, y de hecho, hay que empezar a organizarla… ¡Y claro que tú y Adora están invitadas!
Un semblante dulce llenaba la faz de Catra, y si acaso Glimmer no tuviera su propio gran amor, solo necesitaría esa visión para creer y confiar en el amor.
—Mis papás estaban casados, y los papás de Bow, y también Spinni y Netossa. Ellas intercambiaron sus collares— Vaya, ahora Catra entendía de un nuevo modo el mundo. De pronto, su semblante amoroso se ensombreció.
Catra no poseía nada en el mundo que pudiera significar lo suficiente para ofrecerlo a Adora como prueba de lo mucho que la amaba. Como promesa de que siempre la amaría y estaría con ella. En la Horda las pertenencias personales eran escasas, y lo mejor era no encariñarse a nada. Lo único que había significado algo, era su corona, pero se había perdido con Prime.
—¿Qué pasa?— Le preguntó Glimmer, inclinándose hacia la gata.
—Yo… No tengo nada. No tengo nada para ofrecerle a Adora— Ojos bicolores brillantes y acuosos se encontraron con las perlas violetas.
—Oh, Catra… Es sólo una costumbre. Puedes hacer algo tú misma… O encontrar algo, se que hay algunos habitantes de Salinas que pueden pasar días o meses buscando la roca o concha marina perfecta para ofrecerla— La sorpresa sacó de su desilusión a la gata.
—¿Una roca?
—Creo que simboliza construir su hogar juntos, la primer roca de cualquier construcción— Le dijo haciendo un ademán nervioso. Hacía demasiado tiempo que había estudiado las costumbres de los demás reinos, tal vez debería repasar. Pero tenía sentido para Catra, había visto a la gente celebrar cuando iban a empezar a construir casas u otros edificios, y también al finalizar.
Siguieron platicando, de la propia boda y lo que le gustaría a Glimmer, de lo que significaba para ella y la familia real, los aretes con forma de lágrima y lo feliz que estaría de que Catra aceptara ser su dama de honor. Catra le dijo a todo que sí. Su mente ya divagaba en qué podría hacer para proponerse a Adora.
Sabía que ellas no necesitaban tal cosa como un intercambio o una representación de su promesa, pero no quería privar a Adora de ninguna experiencia cursi ni romántica que el resto de princesas tarde o temprano iban a tener.
Primero pensó en una daga, la cuál seguía descansando bajo la almohada de Adora, pero no, porque nunca la sacaba de la habitación y quería que fuera algo que pudiera usar y llevar, y que esa tal Huntara y los demás vieran, sin lugar a dudas, que Adora era suya. Esa era una parte tentadora que no admitiría ni bajo tortura.
¿Una tiara? No, ya tenía la de She-ra. Un brazalete podría ser. Recordaba cuando usaba la espada como un brazalete. Quedaría como una opción. Al mismo tiempo, quería algo nuevo. Al menos para ellas o para Adora. Algo que todos pudieran ver, pero que al mismo tiempo no le supusiera un lastre a Adora, para su siempre lanzada novia. Unos aretes tampoco serían mala idea, pero a ella misma le molestaría tener algo colgando de la oreja, así que sería solo otra opción. Hasta que al despertar al otro día, tuvo la idea definitiva. Era una certeza en el corazón.
Bueno, uno de los conocimientos básicos y generales en la Horda era trabajar en las fraguas. Cualquier soldado debía de ser capaz de mantener trabajando la maquinaria para la guerra.
Ese día Catra solo dejo una nota a Adora indicando que iba a visitar a Entrapta.
Junto con Melog, salió rumbo a la Zona del Terror, a las ruinas que todavía se mantenían y logró encontrar su vieja barraca. Dedicó un momento a ver el dibujo de Adora rayado por sus propias garras y acariciarlo. Sí, esto era lo indicado. Con sus garras, cortó una buena plancha del metal y se la llevó.
—¿Entrapta?— Realmente había ido al criptocastillo, y por supuesto, ahora que todos tenían dispositivos y la princesa de Dryl entendía más de amistad, a todos les había dado una copia electrónica del mapa de su castillo. Entrapta casi siempre estaba en el laboratorio y allá la dirigieron en la entrada cuando arribó.
—Ella está en las minas hoy— Le dijo una grave voz en respuesta.
—Ah, hola, cara de murciélago. ¿Crees… que se quede mucho tiempo allá?
—No lo sé.
—Siempre tan animado, eh.
—¿Qué quieres aquí, Catra?
—Humm, solo quería pedirle a Entrapta su fragua un rato.
—¿Por qué no le pides a tu novia mágica que construya lo que necesites?
—No creo que lo entiendas, pero esto es algo que yo debo hacer.
Pero después de dos años, Hordak ya era capaz de entender muchas más cosas. Y a veces hasta de explicarlas a Entrapta. Tenía unas desconocidas habilidades sociales. Sólo que Catra y él nunca se habían llevado bien desde siempre.
—La fragua no está trabajando hoy, así que tardará un poco en calentarse. Quizás Entrapta regrese para cuando esté lista— Catra lo miró confundida —Deberías esperar en uno de los jardines hasta que esté listo. Te avisaré.
Extrañada, Catra solo asintió y fue a uno de los jardines que Perfuma había ayudado a instalar en el castillo para el disfrute de los sirvientes. Se entretuvo intercambiando impresiones con Melog. Se había acostumbrado tanto a él, que habían desarrollado todo un sistema de comunicación que más que ser un lenguaje, era el epítome del entendimiento mismo.
"Hablaban" con emociones, impresiones, colores, recuerdos e imágenes mentales más que con palabras o ideas bien articuladas.
Después de un rato, a su dispositivo llegó solamente una imagen de la fragua encendida. Se encaminó hasta allá y para su gusto privado, ya estaba Entrapta de regreso.
—Hola, Catra. Hordak me estaba diciendo que tienes intenciones de fundir algo. ¿Qué es? Necesito saber el material para fijar correctamente la temperatura de la fragua.
La verdad es que no estaba segura. Así que solamente le tendió la plancha de unos 30cm2 a la princesa. Por lo menos Hordak ya no se veía por ahí.
Entrapta miró el metal, y le dio vuelta e intentó doblarlo varias veces. No dijo nada sobre el dibujo arañado.
—Bien. Es el cobre común de la Zona del Terror. ¿No piensas hacer algo grande, verdad? Se pierde casi la mitad de la materia prima cuando quieres refinarlo.
—No… solo quiero hacer un anillo.
—¿Es para ti?
—No… Es para Adora.
—Genial, aquí tengo sus medidas. ¿Puedo preguntar para qué es?— Catra suspiró, ya sabía que no sería sencillo venir a esto con Entrapta, pero no dejaba de ser su mejor opción. ¿Y qué era eso de que tenía sus medidas?
—Va a ser un regalo… d-de propuesta.
—¡Oh! Me siento honrada de que eligieras mi forja para algo tan importante.
—Sí, sí, por supuesto, después de todo, somos amigas— Y durante todo el proceso de fundición Entrapta estuvo radiante y acribilló a preguntas a Catra, que intentó contestar a todo lo más objetiva y honestamente.
—Déjame recomendarte que mezcles tu mena con un poco de esto— Y Entrapta le mostró unas piedritas de un amarillo opaco.
—¿Qué es?
—Es oro nativo, algunos mineros han encontrado algunas menas últimamente. Solo hay que tratarlo un poco y será perfecto. Si logramos la combinación perfecta de tu mena con el oro, podremos crear el oro rosa del color de tu pelaje— Eso sería maravilloso, pero Catra no lo diría en voz alta. Solo su cola se movió más rápido y Melog fue a refregarse contra Entrapta, que le devolvió la caricia.
Cuando todo estuvo lista, muchos sentimientos embargaron a Catra al ver fundirse poco a poco el dibujo que alguna vez habían hecho dos niñas con miedo en el corazón y grandes sueños en la cabeza. Y la muestra de su rabia y dolor hacia la persona que solo quería a su lado. Fue una especie de liberación, saber que al calor de la forja esto se fundiría para transformarse en la muestra definitiva de su amor.
Después de trabajar toda la tarde bajo la supervisión de la princesa tecnológica, Catra estaba molida.
Llamó a Adora para decirle que Entrapta todavía la necesitaba y se quedaría esa noche en Dryl.
—Pero apenas regresaste anoche.
—Lo sé, pero esto es importante para Entrapta. Te prometo regresar mañana temprano.
—Está bien, Gatita.
—Descansa, Dora— Le dijo con un ronroneo.
Después llamó a Glimmer.
—¿Qué pasa, Catra?
—Ya tengo el objeto perfecto ¿Adora te ha dicho algo?
—Creo que apenas empieza a notar algo.
—¿Podrías no decirle nada hasta mañana que yo regrese?
—Por supuesto, pero esto te costará.
—Bien, Brillitos. Después me dices el costo. Tengo que volver con Entrapta.
—Suerte, Gata Montes.
Y la gata sólo se despidió con una sonrisa ladina.
Siguió trabajando hasta que Entrapta la mando a dormir, y al otro día temprano, le entregó dos pequeños estuches negros con forro interior purpura donde descansaban dos anillos. Eran de lo más sencillos y al mismo tiempo únicos. El que era para Adora, era un círculo liso con dos pequeñas orejas triangulares sobresaliendo, que hizo calentar las propias a la gata. El que era para Catra era también una rueda sencilla con una sola diminuta alita, con suficiente detalle para notar algunas plumas.
—Gracias, Entrapta. Son… perfectos— Además, como prometió, la aleación de cobre y oro, dio un oro rosado que según la refracción, era similar al color del pelaje de Catra.
—Yo sé que tú y Adora son como… Compañeros de laboratorio— Le dijo en la misma voz suave y baja que usaba siempre que le tocaba hablar de sentimientos.
—Sí. Como tú y Hordak— Le respondió Catra con el mismo sentimiento tímido y cálido —Muchas gracias otra vez, ya debo irme— Le dijo apenada.
—Estaré esperando la invitación para el experimento social.
—Te aseguró que tendrás muchos datos nuevos.
La amistad es solo de aceptar y compartir.
Entrapta despidió a Catra y miró los dos anillos que había hecho del oro restante, con pequeña escritura de los Primeros. La misma del cristal rosa que los había unido. Pero ella no estaba tan segura. Siempre tan insegura cuando cosas emocionales estaban involucradas.
Catra llegó poco antes del mediodía a Luna Brillante, y se encontró a Adora practicando con la espada en los jardines del frente. Ella le sonrió desde lejos.
—¡Hola! Cómo te fue en Dryl?— Fue hasta ella y se besaron levemente.
—Estuvo bien, Trapta necesitaba unas muestras de algo.
—Que bueno que la pudiste ayudar— Se tomaron de la mano y empezaron a caminar hacia el castillo.
—Casi nunca entrenas acá…
—Perfuma enloquece si algo le pasa a los geranios jeje pero Entrapta llamó para avisarme que ya venías hacia acá y quise esperarte para verte lo antes posible— Le respondió con cálido aplomo.
Catra le acarició la espalda con la cola y le apretó la mano por toda respuesta.
Cuando llegaron a su habitación, Adora tenía listo el almuerzo y más se calentaba y enternecía el pecho de Catra, que por primera vez en mucho tiempo, estaba nerviosa y alegre por algo al mismo tiempo.
Comieron y platicaron amenamente un rato. Catra no se perdía ningún detalle de Adora. Cada movimiento de su mandíbula al masticar, cada refracción de la luz sobre su piel y la tela blanca de su playera de cuello alto, los tonos rubios de su cabello a la luz del día y los tonos castaños a la sombra. El brillo limpio de su mirada, sus pestañas claras, las pequeñas líneas tras sus ojos y en su nariz cuando le sonreía. La calidez de su piel cuando estiraba una mano para acariciarla entre platica y comida. Su apremio al ofrecerle cualquier cosa que le hiciera falta.
Poco a poco el nerviosismo abría paso a la convicción. El pequeño estuche pesaba menos y más al mismo tiempo en su bolsillo interior.
—Oye, y es verdad, hoy vi a un señor que venía de Thaymor felicitar a Bow de la nada cuando lo vio de pronto.
—Sí… Que curioso que lo menciones, ya le he preguntado a Glimmer que pasaba con eso.
—Ah, y ninguna me dijo nada, ni siquiera Bow cuando le pregunté— Adora puso una carita encantadora de cachorro regañado. Catra sabía que no tendría mejor momento.
—Yo les pedí que no te dijeran nada porque te lo quiero explicar yo— Ahora venía lo difícil —¿Sabes lo que es "casarse"?
—Creo que Spinnirela y Netossa están casadas, ¿Es algo de princesas?
—No, cualquiera se puede casar. Creo que los papás de Bow también están casados.
—Ah, es cierto. Alguna vez lo mencionaron… ¿Entonces Bow se casó y por eso lo felicitan?
—No exactamente, Dora— Catra suspiró un poco y extrajo la cajita negra que ya había preparado —Dos personas se casan, pero para que se casen, primero una de las dos debe "proponerlo"— Al menos así lo había entendido, y si estaba mal, Glimmer la pagaría.
—¿Entonces… Bow se va a casar con alguien y por eso lo felicitan?
—Sí, pero lo importante es con quién— Trató de decir con toda la paciencia del mundo —Bow y Glimmer se van a casar.
—oh, oh, Glimmer se propuso a Bow, ¿verdad? Había estado muy nerviosa hace unas semanas.
—Vaya, me sorprende que te dieras cuenta.
—No soy tan distraída.
—¿Entonces ya sabes qué es lo especial sobre casarse?
Adora lo ponderó un minuto. Spinni y Netossa. George y Lance. Creía que Angella y Micah también, porque alguna vez Angella se refirió a Micah como "mi esposo". Ahora Bow y Glimmer. ¿Qué tenían todos ellos en común? Siempre estaban juntos… Angella siempre habló con fervor y admiración de Micah, y él siempre se refería a ella como el amor de su vida. Amor. Todas esas parejas se amaban. Con intensidad y devoción. Casarse hablaba de amor. ¿Y la propuesta? Aquí es donde empezaba a perderse.
—Solo lo hacen personas que se aman...
—Y para demostrarlo, ofrecen algo… Una parte de ellos, algo especial— Le dijo Catra mientras al fin sacaba la cajita y se ponía a jugar con ella a la vista de Adora, que estaba hechizada por los dedos con garras bailando sobre la cajita de terciopelo —Yo… Lo siento, Adora. No tenía nada para darte, algo de mí, pero Glimmer dijo que estaba bien si yo misma lo hacía— Le dijo con cierto dolor en la voz, y miedo, solo hasta ahora el miedo al rechazo la estaba atacando. Durante todo el proceso no había pensado ni por un minuto que Adora la fuera a rechazar, y ahora que la tenía frente a ella, la duda la asaltaba. Vaya que había que ser cruel.
—Yo… Catra.
—Adora… Adora Rainbow Fist, ¿Te quieres casar conmigo?— Dijo Catra de un tirón, sin saber por que había usado el tonto nombre que ella misma le había puesto a Adora cuando tenían 4 años. Y abrió la cajita ante la mirada atónita de Adora. Literalmente tenía como diez años que no escuchaba su nombre "completo". Observó intensamente el anillo del cuál sobresalían dos pequeñas orejitas triangulares, con matices de reflejos y color que podrían pasar por el tono del pelaje de Catra.
—¡Sí, sí! Contigo quiero vivir todo, Catra. Ow, ¿de verdad tú lo hiciste?
—Entrapta me ayudó un poco— Adora tomó la cajita con reverencia y con una mirada a Catra, sacó el delicado aro. —Fui hasta la Zona del Terror ¿recuerdas nuestra litera?
—Por supuesto que sí… a veces todavía la extraño.
—Seguía ahí...— Genial, después de la respuesta de Adora, ahora se sentía un poco culpable —Le… Quité la parte donde nos habíamos dibujado.
—¿Entonces el anillo? ¿Lo fundiste?
—Creí que era una buena idea… era lo más cercano a tener algo de mí para darte, pero no podías ir por ahí con una placa de metal en el cuello o la espalda— Al final Catra bajó las orejas, esperaba que en cualquier momento Adora le reclamara por haber decidido por sí sola algo que era claramente de las dos —Quería que fuera algo fácil de llevar, que no te estorbe— Dijo con un hilo de voz.
—No podría haber escogido algo mejor, Catra, es perfecto— Adora se levantó y alcanzó a Catra, para abrazarla tiernamente —Ahora sabre que siempre llevo esa parte de ti conmigo, de la gatita que se acurrucaba conmigo y me daba su calor y me ayudaba a dormir. Si hubieras traído la litera completa, la llevaría a todos lados también, y que todos vean que soy tuya— Le dijo Adora, conocedora de las inseguridades de su novia. ¿De su esposa, ya estaban casadas? Se separaron y de la emoción, una lágrima rodó del ojo azul de Catra.
—¿Puedo… Puedo ponértelo?
—Adelante— Catra sostuvo con cuidado el anillo que Adora le ofrecía de vuelta.. Con sus ojos privilegiados, no tardó en darse cuenta que el grueso del anillo era el exacto para el cuarto dedo de la mano de su novia y la rubia le ofrecía la mano izquierda, así que ahí se lo puso, con las orejitas apuntando hacia la uña de Adora.
El anillo encajó como si estuviera hecho a la medida exacta y Catra sabía que tendría que agradecerle inmensamente a Entrapta por esto. Adora sintió que tenía que corresponderle de la misma manera. Catra había hablado de no tener nada personal, importante o especial que ofrecerle, y lo único que Adora atesoraba de esa manera, era su broche de ala. Miró su mano, encandilada por el anillo, que traía en sí mismo su historia con Catra, y que se había transformado para un nuevo inicio, una nueva etapa. No lo dudó ni un segundo.
Se quitó el broche y se lo ofreció simplemente a Catra.
—Catra Applesauce, ¿Te casarías conmigo?— Le dijo con una sonrisa feliz. Usando el nombre que ella le había dado a la bola de pelos que había sacado de esa caja.
—Sí, sí, idiota…
—Tu idiota.
—¿Para siempre?
—Para siempre.
Se besaron y se abrazaron, Catra reposó en su pecho y contempló el broche.
—No creo que deba aceptar esto, Adora.
—Ahora es tuyo… Para mí fue aceptación, aquí en Luna Brillante, era el símbolo de un nuevo comienzo, aunque fuera doloroso, y estaba aterrada, pero también era esperanza. Ahora es un nuevo comienzo para ti, y para mí. Juntas.
Adora lo tomó de la mano peluda y lo prendió sobre el pecho de la Gatita.
—¿Estás segura?
—Totalmente. Ahora siempre me llevaras contigo.
Adora podía ser muy elocuente.
Catra sacó la otra cajita y también se la mostró.
—Entrapta se emocionó e hizo los dos…
—¿Puedo?— Ella le asintió.
Tomó el anillo con la pequeña ala después de contemplarlo y con una sonrisa radiante, se lo puso en el mismo dedo a Catra. Creando un camino de corazón a corazón.
Pasaron el resto del día encerradas, amándose, entre mimos y suspiros.
Las lunas arrancaban destellos a los anillos, en las manos que acariciaban y tocaban, manos que adoraban y enredaban las sábanas.
Glimmer estaba dispuesta a molestarlas a la mañana siguiente, pero cuando vio los anillos, y el broche de ala prendido de la blusa de Catra su emoción pudo más. No se resistió un segundo y juntó a todas las princesas.
Entonces se organizó una gran fiesta de "anuncio de compromiso", y Adora y Catra aprendieron más cosas sobre el matrimonio y recibieron las felicitaciones de todos con orgullo y alegría.
Un año después, la boda de la Reina Glimmer y el Gran Maestre Bow, además de la Princesa del Poder y la Gran Consejera Real, se llevaba a cabo en las grandes y hermosas planicies de Plumeria.
—Yo, Adora Rainbow Fist, te tomo a ti, Catra Applesauce, como mi esposa y compañera, para hoy, mañana y siempre. En la luz y la oscuridad, en el miedo y la alegría.
—¿Qué? Esperen… — Exclamó Glimmer desde su propio lugar en el otro extremo de la plataforma levantada con varias raíces.
—Yo, Catra Applesauce, te tomo a ti, Adora Rainbow Fist, como mi esposa y compañera, para hoy, mañana y siempre. En la luz y la oscuridad, en el miedo y la alegría. Para sostenerte y apoyarte—
—¿Es en serio? ¿Nunca nos iban a decir si no se enteraban de lo que era una boda? ¿Sus nombres completos?— Pero nadie hacía caso a las palabras de Glimmer.
Chapter 11: Bath Time
Summary:
Pequeña relajación en Mystacor y pelaje esponjado.
Chapter Text
Tan solo un mes después de la caída de Prime, todos necesitaban un respiro. Acomodar a los clones, reubicar a la gente que Prime había controlado y movido fuera de sus entornos, reunir familias, reconstruir Salinas y multitud de pueblos y aldeas habían podido con la resistencia de los más fuertes. Pero parecía, y quizá solo parecía, que las cosas empezaban a caer por su propio peso en donde les correspondía.
La algarabía y la confianza estaban tomando fuerza en la gente, que con esperanza en el corazón y fe en sus princesas, ayudaban codo a codo a reedificar sus hogares y encontraban la empatía para tender la mano a cualquiera que lo necesitara.
Estamos disfrutando de un par de días para relajarnos en Mystacor, que a pesar de haber sido de los primeros lugares de haber caído en las manos de Prime, se recuperaron rápido ya que no sufrieron daños materiales.
"Vacaciones" las llaman Bow y Glimmer. Y se burlan constantemente de que Adora no sabe relajarse y les doy la razón, porque es verdad. Veo su cara de apenada disculpa por ser cómo es, pero la termino besando para sorpresa de todos, porque generalmente reservo mis cariños para cuando estamos a solas.
Mermista insiste en recordarlo constantemente a todos.
La verdad es que no me siento muy cómoda con su idea de relajación. Estamos en una especie de cueva llena de charcas de agua y nos han vestido con unas túnicas cortas. Casi de inmediato el pelaje se me esponja y Bow no deja de mirarme con esos ojos suyos de estrella que solo me ponen más de punta el pelaje, y Adora lo secunda. Solo por hacer algo, me meto al agua al lado contrario de Glimmer, poco a poco.
La verdad es que el agua caliente no está tan mal.
Poco a poco se me relajan los músculos y ya veo porque hacen estas cosas. No sabía que me podía sentir tan relajada, como si no tuviera huesos y me quedo dormida en el pecho de Adora después de un rato.
El problema es cuando salimos y estoy escurriendo. Por supuesto que ellos con su tonta piel sin pelo, solo necesitan un pequeña tela para quitar el exceso de agua.
—¡Listo!
Los ojos de Adora brillan con amorosa diversión.
—Si te ríes, Adora, vas a dormir con tu tonto caballo en el establo.
Ella se calma solo un poco y escucho a Glimmer mencionar algo acerca de quién lleva la espada en esta relación.
Me siento ridícula con el pelo y el cabello medio húmedos y en punta y ese es un sentimiento con el que nunca he lidiado bien, así que antes de hacer algo de lo que pueda arrepentirme, me voy a la habitación que la tía de Glimmer nos proporcionó. ¿Quién se iba a imaginar que los parentescos por sangre iban a tener tantos nombres?
Adora no tarda en aparecer detrás de mí, con una mueca preocupada y cuidadosa.
Chapter 12: Comb the hair
Chapter Text
Veo a Catra de pie en medio de la habitación abrazándose a sí misma. Ya no escurre, pero tiene el pelaje lo suficientemente húmedo como para que lo tenga esponjado y levantado.
—¿Estás bien? Bow dice que lo disculpes si fue demasiado.
Me voltea a ver y sé que no es lo que Bow haya dicho o hecho lo que la inquieta.
—No es eso… Me siento ridícula con el pelo así.
—Pero te ves tan...
—Adora, si lo dices, te voy a arañar la cara.
—Este… ¿por qué no nos sentamos un momento?
—Porque si me siento, voy a mojar todo.
Y agacha las orejas y veo como su cola se mueve muy poco entre sus piernas.
—Entonces ven— Y me siento en el suelo de piedra y le señalo el lugar entre mis piernas. Lo duda un momento, pero después sonríe un poco y viene hasta mí. —Tengo una idea— Entonces separo la mano de ella para invocar la espada y se me queda mirando intensamente y con algo de duda en la mirada. La espada brilla para convertirse en un cepillo de cerdas duras y finas.
—No se te ocurra hacer lo que creo que...— Pero su reclamo muere cuando la empiezo a acariciar en el nacimiento de la oreja izquierda.
—Sé que esto va a ayudar, déjame intentar— Me mira con engañosa traición en la mirada, pero empieza a ronronear y me deja seguir con lo que voy a hacer.
Bañar a Swift Wind me ha enseñado que un buen cepillado ayuda a secar pronto el pelaje y además a él le encanta. Espero que el de Catra no sea muy diferente y también le guste.
Con cuidado, le quito la parte de arriba de la túnica blanca que nos prestaron para meternos a las termas y se sonroja, pero seguimos sentadas en medio de la habitación en el piso. Tomo el cepillo por el mango y empiezo a pasarlo por los hombros y la parte exterior de los brazos de Catra, en el sentido del crecimiento del pelaje y poco a poco empieza a salir el pelo sobrante y aparte de agachar las orejas, no dice nada.
Sigue ronroneando, por lo que sé que se siente cómoda, o que incluso lo está disfrutando. Después de un rato, termino con sus brazos, los hombros y la espalda. Su pelaje brilla y está seco y en su lugar. Ya no se ve esponjosa.
—Voy a llevarte a la cama— Sin necesidad de hablar más, se cuelga a mi cuello y nos levanto a las dos.
Me mira con ojos llenos de amor y suavemente la coloco sobre la cama, ahora ya no se siente húmeda, pero por el ligero volumen del pelaje, sé que debe de sentirse fresca. El cabello se ha casi terminado de secar por si solo y solo en lo más profundo se siente húmedo y le ha hecho unos rizos que pocas veces le he visto. Me colma el corazón, es casi doloroso, pero de buena manera.
Termino de quitarle la ropa y me siento en la cama a su lado. No dejo de admirar su cuerpo desnudo y empiezo a cepillar todo el vientre y sobre su pecho, evitando intencionadamente sus senos. Me mira con una sonrisa que solo me da cuando estamos a solas. Mueve la cola tan pausadamente que se que está muy relajada. Bajo hacia sus muslos donde el pelaje es ligeramente más largo y paso el cepillo lo más suavemente que puedo para evitar lastimarla si hay cualquier nudo.
Catra se queda dormida antes de que termine y solamente me queda observar lo resplandeciente que se luce, quitarme mi túnica y meterme en la cama con ella. Con el calor de su pelaje y su cuerpo me basta.
Después de un rato, es Bow quién toca a la puerta para ver cómo estamos y llamarnos a cenar. Bow se sorprende y sonroja de ver a Catra con el cabello rizado y el suave volumen de su sedoso pelaje en una ligera túnica blanca que deja sus brazos y pecho al descubierto y pantalones negros con las rodillas rasgadas. Catra sonríe con suficiencia.
Chapter 13: Soul Mate
Summary:
De manera inesperada, Catra viaja a otra dimensión y se encuentra con otra versión de sí misma a lo lejos.
Chapter Text
Han pasado cinco años desde que derrotaron a Prime, y entre algunas revueltas en el Desierto Carmesí, una advenediza que quería el trono de Mermista y más de una fiesta fuera de control en Plumeria y Luna Brillante, además de problemas eventuales con los viajes al espacio, todo se desarrolla con calma y paz. Pero eso no significa que eventualmente no sucedan cosas que rompan con la rutina.
Por ejemplo, hoy Catra se despierta en medio de un callejón, con el cuerpo dolorido por la molesta pose en la que durmió el último pedazo de la noche sin saber, su nariz y oídos están sobre estimulados por la cantidad de olores y sonidos que llenan el ambiente, por un segundo parece que está de regreso en la Zona del Terror. El ruido constante de máquinas trabajando, el smog y el cielo opacado por grandes estructuras la llevan a rememorar tiempos menos felices. Adora. ¿Dónde está Adora? Se asoma a la boca del callejón y su ansiedad se ve interrumpida por el hecho de contemplar lo que sin duda es una gran ciudad pero muy diferente de todas las que ha visitado, tanto en Etheria como en el resto de su universo conocido.
Grandes edificios de piedra y cristal se alzan sobre ella, algunos árboles adornan las calles que puede alcanzar a ver a lo lejos, la gente pasa cerca de ella sin hacerle mucho caso y Catra tiene que regresar a lo práctico del problema. Todas las personas a su alrededor parecen Primeros, si es que se puede dejar llevar por la apariencia de Adora. Son rubios y de piel clara, no hay nada en su comportamiento que les haga parecer violentos. Todos caminan o corren tranquilamente sin reparar en ella. Ella necesita encontrar a Adora o saber qué es lo que está pasando.
Se da cuenta que solo trae su ropa de dormir, que parece ser tan universalmente simple que por lo menos eso se quita de su lista de preocupaciones, un suspiro aliviado de que por lo menos la noche previa estuviera Adora tan cansada que solo durmieron abrazadas. Así que tenemos a Catra, en short y blusa de tirantes grises, en medio de un callejón en una gran ciudad, sin saber cómo rayos ha venido a parar aquí. "Cuando vea a Entrapta, me va a conocer". La siguiente cosa que la alivia, es que se da cuenta que el brazalete de cerca de un palmo de grueso reposa en su antebrazo izquierdo como desde hace poco más de un año.
Es la siguiente mejora de Entrapta y Hordak en cuanto a comunicación y testeo interplanetario. Enciende el aparato y para su mucho alivio, funciona, pero muestra que no tiene red. En cuanto al resto de lecturas, está actualizado. Hacen unos frescos 16 grados en el clima, y Catra lo ajusta para empezar a escanear la zona y que le arroje más información. Observa un poco más su alrededor. Justo a su lado hay unas escaleras y sube por ellas.
Se asoma con cuidado a los interiores, y cuando encuentra un lugar vacío, se mete sin mucho tema y se sorprende ante la mirada incauta de un par de ojos amarillos. Su cola y la del otro ser se quedan quietas, no así las orejas de Catra que se mueven un poco nerviosamente. Nunca había visto un gato tan pequeño, si no cuando Melog se hace tan pequeño como para acostarse en su regazo tranquilamente.
Catra puede oler el ambiente y decir que ha habido personas ahí hace poco tiempo, pero ahora está vacío a excepción del gato atigrado mirándola, ahora con cierto interés, si es que sabe interpretar los movimientos de la cola contraria. El gato se levanta y estira tranquilamente, para bajar del respaldo del sillón donde estaba, para acercarse sin prisa a Catra. A Catra se le esponja la cola y el pelaje se le eriza, pero no se mueve, el gato le huele el tobillo y voltea a mirar con sus profundos ojos amarillos. El gato maúlla y Catra se da cuenta que es un espécimen joven, el gato vuelve a maullar y se echa a los pies de Catra con las patas hacia arriba y la Gatita se da cuenta que quiere que lo acaricie, pero no solo por la posición de confianza, si por que lo entiende. Al fin el pelaje se le aplaca y la cola también, se hinca al lado del gatito y empieza a acariciarle la panza, para el casi instantáneo ronroneo en respuesta.
—No te pareces a mi persona— Escucha maullar al gato —Ella no huele como nosotros.
—¿Sí? ¿Y ella te entiende cuando le hablas?— El gato vuelve a incorporarse y se refriega contra las piernas encogidas de Catra.
—No. Todas las personas son muy tontas para entender. Hay que entrenarlos mucho para que entiendan. Pero mi persona es buena— El gato empezó a lamerse descuidadamente una pata mientras le respondía —Tú tienes pelaje. Es extraño. Te pareces a la persona de un amigo. Incluso huelen parecido— Ante lo desconocido de la situación, Catra se deja confortar por la ligereza de su acompañante.
—¿En serio? De donde vengo, no hay muchas personas parecidas a mí— A Catra le gustaría saber si en este lugar hay más híbridos parecidos a ella. Pero por lo pronto, estaba estudiando su entorno.
Había elementos comunes que ella podía entender. Estaba la cocina, le llegaba el olor de comida preparada recientemente y a su estómago no le disgustaba la idea de probar algo. Fue hasta el refrigerador y lo abrió, encontrándose con una buena reserva de comida. Se preparó un desayuno ligero, oliendo todo cuidadosamente. El gato le pidió parte del jamón y ella se lo dio.
—Mi persona a veces comparte de esta comida conmigo, pero la mía es esa— Y señaló con la cola un pequeño bowl metálico en la encimera. Catra la olió interesada, pero aunque no olía mal, la textura era terriblemente seca y el sabor distaba mucho de ser su favorito.
Observó con cuidado las imágenes enmarcadas en las superficies y en las paredes. Ahora veía que había todo un género de personas iguales a Bow y Adora, y bueno, incluso a Glimmer, pero sus cabellos eran todos rubios o marrones, tal vez rojo, pero nada como el cabello literalmente brillante de Glimmer o de la tonalidad de agua iridiscente de Mermista. Este debía ser un planeta sin magia.
Siguió explorando, con el pequeño gato siguiéndola y haciendo charla casual. Le gustaba hablar de su persona y las cosas que hacían juntos, como tomar siestas, jugar con una figura que el sabía que no estaba viva, pero que a su persona le encantaba cuando se lo llevaba después de lanzarla. Catra miró en el pasillo otra de las imágenes enmarcadas y vio a una mujer joven y morena, cargando al felino en su hombro, visiblemente mucho más joven.
—¿Ella es tu persona?
—Sí, fue cuando me trajo aquí de la calle.
—¿Tú vivías en la calle?
—Muchos inmutables viven en la calle, y también algunas personas.
—¿Inmutables?— El gato la miró, se señaló así mismo con la cola y luego a ella. Vaya manera de nombrar a los gatos.
Catra encontró un baño y suspiró. Se alivió y se aseo un poco.
Después encontró la recámara de la mujer y asaltó su closet. Se puso unos leggins negros y una sudadera gris y guinda que le iba un poco grande, con un gran bolsillo frontal y el gorro negro le cubría bastante bien la larga melena y las orejas. La sudadera era lo bastante grande y floja como para cubrir el nacimiento de su cola, para cual había tenido que hacer un agujero a los leggins, y a su vez poder esconderla dentro. Encontró unas botas negras de agujetas que le iban un poco flojas, lo cual era genial para sus garras y se sintió más apta para moverse por el mundo exterior.
Seguía absorbiendo distraídamente la cháchara del gatito. Cuando se sintió cómoda, regresó a la cocina, limpió lo que ocupó y lamentó no tener nada con que pagar lo que había tomado. Esperaba después poder regresar el favor que se había tomado de su desconocida anfitriona.
Tomó una manzana y llenó una botella de agua. No sabía cuándo podría volver a comer y beber, así que prefería estar prevenida. Se guardó las cosas en el bolso frontal con cierres.
—¿Cómo te llamas?
—Mi persona me llama Leo.
—¿Tienes otro nombre?
—Mi mamá me llamaba de otro modo, pero no lo recuerdo— Dijo distraídamente. Catra no comentó nada más. No sabía que tan malo sería ponerse sentimental con el gatito.
Catra revisó su dispositivo de muñeca y encontró que ya había terminado de escanear toda la información que podía. Ahora le arrojaba la hora, además del clima, y podía ver su ubicación geográfica aproximada en el planeta. También le decía que la atmósfera no era tóxica, lo cual ya lo había podido deducir Catra, pero por un momento, temió enfermarse como Adora, era siempre una posibilidad.
Sobre la ubicación de Etheria o alguna comunicación, seguía sin tener nada. Ya no estaba tan nerviosa, pero quizás si podía encontrar un centro de comunicaciones en este planeta, podría mejorar su recepción. Después de años ayudando a Entrapta, ella también conocía un truco o dos. Pero tenía curiosidad de otra cosa.
—¿Dijiste que conocer a alguien parecida a mí?
—Sí. Es la persona de mi amigo Melog— Apesar de todos sus viajes, esta era apenas la segunda vez que Catra escuchaba ese nombre, y ahora estaba más intrigada.
Salió por donde había entrado y siguió al gato hasta el techo del edificio, saltaron algunos tejados para llegar a otro edificio y encontraron a un gato entre pardo y gris, mucho más corpulento que el gatito, con una gran cabeza y orejas casi redondas.
—Hola, Leo.
Los gatos se saludaron con un ligero choque de cabezas.
—Hey, Melog, esta persona se parece a tu persona ¿A qué huelen parecido?— El viejo gato pardo se estiró y se acercó a Catra, la olió y la miró con interés.
—Muy parecido— Concedió el felino.
—Me gustaría conocerla— Ahora Melog se sorprendió mucho más. En sus años de vida, nunca había conocido a una persona que los entendiera tan específicamente.
El brazalete de Catra emitió una notificación, y un pequeño compartimiento lateral se abrió, dejando ver una especie de joyería. El brazalete había terminado de analizar el idioma y ya tenía un traductor trabajando, el audífono se lo colgó Catra de la oreja derecha y siguió a los gatos hasta otro de los edificios y bajaron hasta el primero de los apartamentos por las escaleras de emergencia.
Desde la ventana y asegurándose de que no la vieran, Catra vio a la "persona" que se parecía a ella. Contuvo el aliento fuertemente. Con el cabello sostenido en una coleta descuidada, había su exacta copia preparando el desayuno en la pequeña cocina blanca y con toques de madera. Solo llevaba un pequeño short y una playera que le quedaba por lo menos dos tallas más grande, por lo que uno de sus hombros estaba desnudo. Catra podía verla perfectamente, no existían aquí ni su cola ni sus orejas, tampoco su pelaje, solo una piel morena y bronceada cuando Catra sabía que su propia piel era de un pálido rosa bajo las dos capas de pelaje que poseía.
Parecía estar tarareando algo con una voz dulce y baja. Catra sabía que podía cantar, pero era algo que no había compartido con nadie, ni siquiera con Adora, jamás. Los dos gatos la dejaron atrás y se metieron al departamento, para gran sorpresa de la morena, que se distrajo de su tarea para saludarlos y cargarlos entre besos y caricias tiernas. Melog no parecía tan contento con los mimos a diferencia de Leo. Gracias a eso, Catra pudo ver que sus ojos eran iguales, uno dorado y el otro azul. Era tan extraño. Y es cierto que olían parecido, quitando seguramente el elemento híbrido o animal de la otra mujer. Se veía joven, unos 23 o 24 años. Se veía tranquila y feliz.
Justo en ese momento, el brazalete de Catra empezó a sonar de nuevo, su cola y sus orejas se encresparon y subió de solo dos saltos hasta la azotea del edificio. La mujer morena había escuchado algo y se asomó a la ventana justo después de que Catra saltara, al ver nada pensó que seguramente sería otro gato. Abrió de par en par la ventana, aspirando el aire, que no era el más puro, pero se sentía bien y estaba fresco. Miró el reloj en la pared y sonrió para sí misma y regresó a seguir con sus tareas cantando en voz más fuerte para ella misma. Los gatos retozaron sobre la alfombra al sol.
Catra al fin tomó la llamada y pudo ver y escuchar a Adora a través de un holograma pequeño desplegado por el brazalete, aunque el sonido venía de su audífono.
—¿Catra? ¿Catra?¿Estás bien, Gatita?— Su voz sonaba ansiosa y preocupada. Seguía en pijama y tenía el cabello suelto sobre los hombros. Catra se relajó visiblemente al ver a su esposa.
—Estoy bien, tontita. Tranquila.
—Por el amor de Etheria, estoy tan contenta de verte— Catra sabía que Adora podía estar viendo una imagen holográfica de sí misma del otro lado de la comunicación.
—Estoy bien— Repitió y Adora se calmó visiblemente —¿Sabes donde estoy?
—No… Es decir, todavía no estamos muy seguros— Dijo un poco acusadoramente Adora, lo cual delataba lo nerviosa que estaba, porque casi nunca culpaba a nadie por lo que llegara a pasar.
—Está bien. Estoy bien— Volvió a decir. Suspiró y en medio de una sonrisa divertida y sarcástica habló —Puedes decirle a Entrapta que no voy a romper a Emily por esto.
—Oh, amor… es que...
—¿Por qué romperías a Emily por esto? Llevo horas trabajando en encontrar tu rastreador— Declaró Entrapta y apareció en pequeño detrás de Adora, obligándola a hacerse a un lado.
—¿Horas?
—¡Lo siento mucho, Catra!— Esta vez fue Glimmer quien se colgó del lado contrario sobre Adora.
—Esta vez no fue Entrapta, Catra… Glimmer estaba practicando sus hechizos y algo salió mal.
—Más vale que de verdad lo sientas, Chispitas— Catra se sobó el puente de la nariz. Magia, tecnología, solamente le traían dolores de cabeza —¿Por qué te ha tomado tanto tiempo, Trapta?
—Oh, es muy interesante. Glimmer estaba practicando su teletransportación extendida, no solo para poder llevar cosas que ella misma este tocando, si no más lejos, tratando de establecerlo en un hechizo y la magia se mezcló con uno de los miniportales y al parecer con los recuerdos de Glimmer y terminó enviándote a otra dimensión.
—Estamos en el Faro, Entrapta ha logrado usar el viejo sistema del Corazón y de Light Hope para hacer un navegador interdimensional, como el que llevó a Etheria a Despondos— Añadió Adora.
Por eso el rastreador no podía comunicarse con Darla ni con Etheria. Estaba en otra jodida dimensión, no en otro planeta. Que también.
—Ahora que ya pudimos establecer comunicación y fijar tu ubicación, solo necesito ajustar uno de los miniportales y arreglar el hechizo de Glimmer para poder traerte de vuelta— Explicó Entrapta —No te alejes del punto actual para poder programar la apertura del portal— Catra asintió sin decir más. Con razón Adora se veía tan alterada.
—No tardaré en ir por ti, Catra.
—Okey, Adora. Te esperaré.
—Ahora debemos cortar la comunicación. Está gastando mucha más energía de lo previsto— Catra pudo ver a lo lejos a Scorpia lanzando sus rayos a una de las columnas del Faro, asintió y la imagen de Adora y Entrapta sonriéndole se apagó.
—Vaya con Brillitos… ¿Sus recuerdos?
Ahora podía respirar más tranquila, solo tenía que esperar. Así que se empezó a comer la manzana que llevaba, ya que no tenía que preocuparse de la duración de la batería de su dispositivo, desplegó la opción que la volvía invisible. Sin hacer ruido, volvió a bajar hasta el pequeño balcón donde podía ver a su contraparte, que ahora estaba arreglando la mesa para dos personas. Ya tendría oportunidad de pensar en la compensación que tendría que hacerle la reina.
Se sentó a esperar y observar.
No bien la otra Catra estaba terminando de servir la comida en los platos y servir el agua caliente en las tazas, la puerta del final de pequeño pasillo que daba directamente a la estancia se abrió y Catra contuvo el aliento de nuevo. Su cola y sus orejas se alzaron con anticipación y su contraparte se acercó a la rubia que llegaba en shorts y una sudadera, claramente regresando de correr. Era Adora. La misma Adora. Con su tonto poof en el cabello, el mismo olor de sudor fresco y sol y chocolate, su misma tonta sonrisa enamorada cuando vio a la versión de ella sin orejas peludas.
Se abrazaron, con ojos que solo miraban a ellas mismas, Adora bajó a besar a Catra y ella la aceptó solo un momento antes de hacerse para atrás, simulando estar molesta por el sudor y Adora solo la apretó más a su cuerpo y refregó su cara contra el cuello y cara de la otra Catra, que la felina ya había confirmado se llamaban igual.
—¡No, Adora!— Pero se estaba riendo —No tienes que ser tan idiota tan temprano.
—Cualquier cosa por hacerte reír, amor— Y ahora las dos se abrazaban de nuevo.
Catra sabía que ella ya estaría ronroneando con la cola rodeando a su Adora. Esta Adora, además parecía más suave, y no tenía ninguna cicatriz a la vista. No era seguro de decir, pero quizás aquí habían tenido una vida más sencilla, sin duda no marcada por la guerra, y tal vez tampoco por el abandono y el maltrato. Y estaban juntas.
Después del abrazo, se besaron suavemente una vez más.
—Ve a asearte, el desayuno ya está listo.
—Eres la mejor novia del mundo.
—Lo sé, Dora— Dijo con orgullo.
—Vuelvo enseguida— Y para el divertimento de la felina, una vez se dieron vuelta y se separaron, Adora le dio una inesperada nalgada a su Catra. Su Adora jamás haría algo así.
Miró con curiosidad la reacción de su contraparte y le gustó ver cómo sus mejillas se teñían de rosa y le sacaba la lengua a la rubia.
Adora regresó apenas cinco minutos después, con una toalla sobre sus hombros mientras se seguía secando el largo cabello suelto, con ropas igual de hogareñas. La escuchó reñir amorosamente a su novia por robar otra de sus playeras, y entre juegos y provocaciones desayunaron tranquilamente. Para Catra era como ver una de esas obras y representaciones que tanto le gustaban a Adora en los pueblos. Vio como ellas también tenían un dispositivo que desplegó un holograma sobre la pequeña mesa después de un pitido y miró a las contrapartes de Bow y Glimmer, igual de jóvenes y suaves, aunque aquí Glimmer llevaba el cabello más largo. Los escuchó platicar y molestarse entre ellos, tan felices todos. Se pusieron de acuerdo para llegar más tarde y se despidieron.
Después de un rato más de verlas ir y venir por el pequeño espacio, Catra comprendió mejor su dinámica. Las dos jugaron un rato con los gatos y se sentaron al sillón a ver una pantalla mientras se abrazaban y besaban sin prisas, en medio de suaves bromas.
Al fin, el brazalete de Catra volvió a sonar y solo le dio tiempo de saltar un tramo de escaleras antes de que Adora apareciera tras un portal que se abrió en medio del aire. Por suerte las cortinas de este piso estaban corridas. Catra desactivó su invisibilidad.
—¡Catra!.
—Ssshhh— Parpadeando en confusión, Adora se calló.
—¿Tenemos un momento?— Adora asintió.
Catra volvió a prender la invisibilidad y lo mismo en el dispositivo de Adora y la guió al piso de abajo.
—Quiero que veas esto— Susurró en su oído y sonrió ante el estremecimiento de su esposa.
Adora obedeció y miró al interior. Su contraparte y la Catra no-felina, seguían recostadas en su sofá y ahora se besaban con más hambre, lo cuál la hizo sonrojar después de pasar por la misma cara de pasmada sorpresa y confusión que Catra estaba segura de haber puesto. Una vez Adora se recuperó un poco, una sonrisa tierna se plantó en su cara.
—También las vi hablar con Bow y Glimmer.
—Yo sabía que no importa en dónde estemos… estaremos juntas.
Adora la jaló hacia sí y la abrazó como solo tenía un rato que Catra había visto al otro par hacerlo. Y como pensó, empezó a ronronear y su cola rodeó la cintura de su esposa, que iba en short y blusa de tirantes lilas, al igual que ella bajo la ropa robada. No importaba si era después de un salto interdimensional o solo una salida a correr, Catra siempre recibiría entre sus brazos a Adora, con todo el amor que las ataba, en esta vida o en otra, en otro espacio y tiempo. Porque así estaba escrito en sus destinos y sus almas.
Las dos voltearon sin separarse a ver una vez más el cuadro de sí mismas y comprendieron que cuando la otra Adora le quito su blusa a la otra Catra sobre su regazo, que era hora de irse.
El portal se abrió obedientemente a una indicación de Adora y Glimmer parecía tan aliviada que era casi cómico.
—Se que te debo una grande, pero estoy tan feliz de verte que podría besarte— Le dijo a la gata acercándose.
—Gracias, pero no gracias, Brillitos. Si no les molesta, solo quiero estar con mi esposa— Y Catra miró significativamente a Glimmer.
Sin esperar a nada más, dejando a Entrapta con su propio dispositivo y ojos brillantes, y a Scorpia con su cansancio, Glimmer las tomó de los hombros, las llevó a su habitación y se desapareció sin atreverse siquiera a dar una mirada de bromista reconocimiento. Y las dos empezaron ahí donde el otro par se había quedado, sabiendo que se estaban amando en más de una forma, en más de un universo.
Chapter 14: Bed Sharing
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Solo dos semanas después de su llegada oficial a Luna Brillante, Adora estaba exhausta. Pero era un cansancio bueno, del cual estaba muy agradecida. No era el cansancio que la había invadido después de perder a She-ra, intentando pelear contra una invasión alienígena con solo sus fuerzas y convicción. Ni el cansancio emocional que la había devastado después de que Catra se había ido en medio de la noche y en medio de sus ruegos, o el cansancio total y profundo que la había asolado cuando se dio cuenta que tendría que sacrificarlo todo para que otros, incluidos sus amigos, pudieran estar seguros.
Esto era puro cansancio físico. Aún se estaba acostumbrando a la nueva She-ra y a llevar en sus hombros el peso de tanta magia.
Los clones se habían rendido casi totalmente cuando comprendieron que Prime ya no existía y mostrarles las mismas verdades que le habían abierto los ojos a Hordak Copia, y solo unos pocos mantenían la resistencia y se valían de los robots y los drones para incrementar sus números.
Pero She-ra era todopoderosa y no representaban una amenaza. Después de pasarse el día combatiendo y ayudando a reconstruir y cualquier cosa que los etherianos necesitaran, Adora terminaba molida. Comía como nunca y ojeras oscuras se habían instalado en su rostro. Hasta que Catra había explotado.
—¡Necesitas parar, Adora!
—Tengo que ir...—
—¡No! No tienes qué. Ya hablamos de esto— Bow y Glimmer se miraron nerviosos entre sí. Ellos ya sabían lo necia que era Adora y por eso no trataron de disuadirla, pero realmente apenas estaban conociendo más en detalle a Catra, y no sabían que ella podía ser más necia que Adora misma.
—Pero Elberón...
—Elberón, Alwin, Thaymor, las Salinas, todos seguirán ahí en la mañana. Necesitas parar un momento.
Catra tenía el pelaje esponjado en su molestia, tratando instintivamente de parecer más grande, aunque solo se veía tierna y Bow tuvo mucho cuidado de no mencionarlo esta vez, porque Catra de verdad parecía dispuesta a sacar las garras.
—Catra tiene razón, Adora— Glimmer las miró todavía nerviosa.
—Eso sigue sonando tan raro...— Dijo Bow por lo bajo.
—Claro que tengo razón— Siseó.
—Solo hay que ayudar un poco— Intentó decir de nuevo Adora.
—He dicho que tienes que parar— Catra se volteó a Glimmer —No quiero que nadie nos moleste, Brillitos. Te hago responsable— Aunque Glimmer fuera la reina, no se atrevió a decir nada en contra de Catra.
Se llevó a Adora de la muñeca hasta su habitación, en donde ya tenían una cama lo bastante grande para las dos. La rubia se quedó sentada al borde del colchón en donde Catra al fin la dejó reposar. La cabeza le iba más lento de lo normal.
—No era necesario que le hablaras así a Glimmer.
—Tú me pones de los nervios, Adora. ¿Hasta cuándo vas a seguir con lo mismo? Tienes que descansar o no vas a poder ayudar a nadie después.
Adora sabía que Catra tenía razón. No podía seguir igual, pero le costaba tanto trabajo poder dejar de lado la idea de que no tenía que desgastarse hasta el límite de sus fuerzas.
Simplemente los últimos meses siempre habían sido así, después de perder a She-ra había intentado compensar del único modo que sabía, dando más de sí misma sin importar el cansancio, el dolor o la desolación interior que sintiera, es más, sin importar hasta la satisfacción que pudiera sentir al liberar o salvar a otro pueblo. Sus nervios estaban acostumbrados a estar totalmente tensos y ahora sentía alguna especie de picor o molestia que no la dejaba en paz si estaba sentada sin hacer nada, ni siquiera podía leer o concentrarse si quiera en una plática amena con sus amigos. Con la premura de no saber cuándo volverían a tener tiempo de comer, se había acostumbrado a comer lo más pronto posible y siempre en cantidades pequeñas, pues cada bocado que tomaba era uno menos para algún etheriano en peligro. Así que terminaba demasiado pronto de comer y su ansiedad incrementaba al darse cuenta que de nuevo lo había hecho. Quizás Catra tenía un punto importante.
—Lo siento, es que…No puedo quedarme quieta— Dijo de la manera más sencilla posible. Catra casi podía ver cómo se le encogían las orejas, si pudiera moverlas.
—No tienes que disculparte, tienes que descansar.
Catra también trabajaba sin descanso desde muy temprano y se dormía después de Adora, pero ella tenía otros motivos, su ansiedad se disparaba cuando no veía a Adora durante mucho rato, siquiera unos minutos bastaban a veces. Sabía que ahora tenía que darle su espacio para que pudiera relajarse, o al menos lo intentara, sin que hubiera nadie atosigándola alrededor. Así que respiro hondo y se preparó para dejarla reposar.
—Te dejaré un rato para que puedas descansar, si necesitas algo, llama por el comunicador.
Ahí sentada y teniendo a Catra cerca, Adora estaba siendo capaz de desconectar un momento y cuando escuchó y entendió lo que su novia le decía, su estrés se disparó de nuevo.
—No, no, yo te acompaño. Déjame ayudarte— Pidió poniéndose de pie.
—Adora, no. Tienes que descansar— Catra la tomó por los hombros y la empujó suavemente de regreso a la cama.
—No, Catra, por favor, no puedo descansar sabiendo que hay tanto por hacer y que tú estás afuera ayudando y yo…— Adora casi empezaba a llorar, por el cansancio, el estrés, la ansiedad.
—Tranquila, calma, calma… — La voz de Catra se volvió dulce y regresó con Adora a la cama y se arrodilló en el suelo para quedar a la misma altura —Lo estás haciendo bien, Adora. Eres tan buena. No tienes que preocuparte. Lo estás haciendo bien— Le aseguró Catra con voz firme y baja.
Adora la miró con brillo acuoso y sonrió levemente.
—¿En verdad?— Solo Adora, siendo She-ra, podría necesitar confirmación. Catra la conocía de toda la vida, y sabía que era eso por lo que Adora moría, lo necesitaba tanto como respirar.
—Sí, en verdad. Lo estás haciendo bien, tanto que te has ganado un descanso. Anda.
Después de obsequiarla con unos apretones cariñosos en sus hombros, Catra la presionó hacia abajo y Adora se dejó guiar hasta quedar recostada en la cama.
—Ahora quédate aquí y descansa. En serio, Adora, lo estás haciendo muy bien— Catra empezó a elogiarla dulce mientras le quitaba la chaqueta, las botas, los calcetines y la arropaba con cuidado bajo las sabanas —Eres la mejor, te lo prometo— Adora, fuertemente sonrojada, sentía como se derretía ante las palabras de Catra, y con las caricias gentiles que le prodigaba mientras la cuidaba.
Esto era tan extraño. Adora no recordaba que nadie la hubiera tratado con tanta calma y cuidado, Bow era delicado y también la procuraba, pero había algo muy diferente, y no solo que no fueran la misma persona. Glimmer también la cuidaba a su modo, un poco impaciente e impulsivo. Solo ahora en manos de Catra se sentía de verdad segura, resguardada… incluso ¿reverenciada? La combinación de cuidado, ternura, gentileza y cariño hablaban de algo más allá de la admiración que otros podrían profesarle. La cansada mente de Adora al fin cayó en cuenta de que tenía que ser amor.
No era el amor pulsante y casi doloroso que había descubierto recién entre las ruinas del Corazón, no. Era un sentimiento amable y profundo, que expresaba todo lo que Catra de verdad quería que Adora descansara y que se sintiera bien y relajada. Mientras Catra terminaba de acomodarla, alzó una mano y alcanzó una de sus mejillas, caricia en la que Catra se dejó envolver porque estaban a solas.
—¿Me amas?— La pregunta de Adora la tomó totalmente desprevenida, y se sintió en un pequeño deja vu para empezar a ronronear y mirar con todo ese amor a la densa de su novia.
—Por supuesto que sí, Adora. ¿Si no que estoy haciendo ahora? Te amo.
—Yo también te amo.
Y ahora sin miedo, incertidumbre y ansiedad, se besaron levemente, Catra tomó con sus manos el rostro de Adora y lo acunó, mientras Adora la sostenía de los bordes exteriores de su uniforme. Disfrutaron del contacto un momento más y Catra fue la primera en soltarse, recordando que su misión era que la rubia tomara un descanso. Necesitaba dormir.
—Ahora duérmete, tontita— Le sonrió y se dio la vuelta.
—Quédate conmigo— La rubia la tomó de la cola firmemente.
—¡Adora!— El tacto derritió a Catra de modos que no recordaba.
Su cola era muy sensible a la presión por el poco musculo y grasa que separaba la piel de los delicados huesos pero Adora sabía exactamente el nivel de presión que era disfrutable y el que ya era dañino, pero era mucho más íntimo que tomarla de la mano. Y Catra se había movido tan rápido que no le dejó otra opción. No quería que se fuera.
—Por favor— Pidió quedamente.
Catra se puso nerviosa, normalmente se irían a dormir hasta que las dos no pudieran más y Adora solo caería a la cama como un peso muerto y la gata podría acomodarse a su lado sin más y despertar constantemente para asegurarse que seguía a su lado, y cuando al fin fuera una hora adecuada, molestarla sobre sus ruidosos ronquidos. Catra no dormía de corrido toda la noche y de todos modos estaba teniendo el mejor descanso en años.
—Sin ti no puedo descansar— Declaró Adora, igual de bajo, porque estaba expresando algo que quería y sentía tan fuera de lugar.
—Adora…— Dejó la palabra al aire, y la rubia la soltó, Catra se arrepintió de inmediato —NO, no, está bien. No me molesta. Me tomaste por sorpresa, eso es todo— Le aseguró.
Aún con su sonrojo en las mejillas, Adora se encogió y se hizo a un lado, para dejarle espacio a Catra y levantó la sabana.
La felina le sonrió levemente y se quitó la ropa, quedando en sus interiores grises. Se acostó al lado de Adora y se miraron un momento. Esto era incomodo a cierto nivel. Después de dos semanas compartiendo cama de nuevo, todavía se estaban ajustando y más después de esa maravillosa primer noche donde ensayaron otra vez la postura abrazadas que habían experimentado en Darla. Catra sentía que ella estaba siendo la densa esta noche.
—Date vuelta— Pidió con cierto nerviosismo.
Adora, sin dejar su sonrojo en paz, hizo caso en silencio, le dio la espalda a Catra.
Ya sin sentir los orbes azules sobre ella, Catra se relajó un poco. Ella solo podía ser realmente suave con Adora y seguía explorando más esa parte de su personalidad que siempre había estado presente y que se había esforzado tanto por aplastar.
Abrazó con cuidado desde atrás a Adora, soltándole el cabello en el proceso, enredó sus piernas a las piernas con leggins y su cola envolvió la cadera y se asentó en el estomago de la rubia. Catra no tenía mucha experiencia abrazando, pero esto se sentía bien. Sentía el cuerpo contrario cálido y relajado junto a ella. Su ronroneó creció y se atrevió a besarle los hombros.
—¿Cómo te sientes?
—Creo que así puedo acostumbrarme a descansar.
—Eres tan pesada.
—Y tú eres muy suavecita.
—Ya duérmete, Adora.
—¿No te irás?
—Aquí estaré cuando despiertes. Lo has hecho muy bien— Repitió. Sintió como Adora contuvo el aliento para dejarlo salir lentamente un momento después y sentir como su trasero se apegaba más al propio vientre. Se le calentaron las orejas a la gata y Adora se atrevió a estirar su brazo, para acomodar el brazo de Catra bajo el suyo, y sostener su mano en medio del abrazo. Solo la quería tener más cerca, sentirla.
Catra retomó su ronroneo, hundió su cara entre el cabello de Adora y se dedicó a acariciar la piel que podía con su pulgar mientras se sostenían de la mano, hasta que sintió como poco a poco se relajaba hasta el sueño el otro cuerpo y ella misma pudo descansar.
Glimmer tuvo mucho cuidado de nadie las molestara.
Chapter 15: Birthday
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Unos meses después de Prime, todas las princesas estaban actuando un poco raras, al punto de que hasta Adora lo estaba notando. Y a Catra no le gustaba para nada. Todavía estaba un poco suspicaz y con algunas querellas surgiendo de repente, se ponía intensa. Era claro que todo mundo se seguía acostumbrando a un mundo sin guerra y sin invasión. Pero Catra no era una persona que se llevara bien con las sorpresas, así que en una tarde especialmente tranquila, acorraló a Bow.
—¿Qué está pasando, Flechitas?
—Yo eeh, no sé a qué te refieres.
—No juegues conmigo. Todas las princesas y tú han estado muy raritos últimamente. Hasta Adora se ha dado cuenta de que algo está pasando.
Bow estaba nervioso. No sabía qué hacer. Evadir a Catra no era lo mismo que evadir a Adora. La gata no se dejaba convencer con excusas baratas. No quería arruinar la sorpresa.
—No, no pasa nada… —La mirada de Catra le dio un escalofrío —…Malo— Rectificó.
—Escupe.
—Aah… Está bien. Pero no le tienes que decir nada a Adora— Remarcó el arquero. Catra solo lo miró pesadamente sin decir nada —Estamos organizando una fiesta sorpresa para Adora, ya casi es su cumpleaños, ¿recuerdas?
Por supuesto que Catra sabía que ya casi era su cumpleaños, en plural, no solo el de Adora. Pero eso en la Horda solo significaba un cambio de ropas y dependiendo de la edad, de barraca, por eso se habían asegurado de tener el mismo, muy a pesar de Shadow Weaver.
—¿Qué tiene eso que ver?— Se cruzó de brazos.
Bow sufrió otro de sus golpes de realidad Hordiana. Así como Adora, por supuesto que Catra tampoco conocía lo que representaban los cumpleaños.
—¡Catra, lo olvidé por completo! Cuanto lo siento— La tomó por los brazos y ella se echó para atrás.
—¿De qué hablas?
—Una de las celebraciones más importantes entre los amigos, es el cumpleaños de otro amigo.
—Más fiesta y azúcar. Debí haberlo pensado antes— A Bow le brillaron los ojos.
—¿Cuándo es tu cumpleaños?— La pregunta tomó por sorpresa a la felina. No quería dirigir la atención a ella. Solo estaba al pendiente por Adora.
—Humm… El mismo día que Adora…— Le respondió sin muchas ganas a Bow.
—¿Qué, en serio?
—No estamos seguras en realidad. Es el día que Shadow Weaver encontró a Adora y Adora lo escogió para mí también— A Bow se le rompía el corazón.
—¡Entonces esta será su primer fiesta de cumpleaños juntas!— Dijo con estrellas resplandeciendo en sus ojos, pasando muy rápido de un estado de ánimo al otro.
—Supongo que sí… No sabíamos que teníamos que celebrarlo.
—Eso nos dijo desde el primer día que la conocimos.
—¿Ese día que pude haber ido con ustedes también?
—Oh, no quería decirlo así, Catra.
—Está bien… A veces solo llegan esos pensamientos— Solo con los meses y ciertas pláticas con Adora, Perfuma y Scorpia, Catra empezaba a dejar de estar pendiente de cada una de sus palabras y actitudes para no mostrarse "débil", y Bow era de las pocas otras personas que podían solo callarse y escuchar, cosa que le ayudaba mucho a Catra a dejar salir las palabras que de otro mueren en su garganta antes de poder sacarlas, enterradas por las siguientes palabras de un interlocutor descuidado.
—Todo se ha terminado. ¿No quieres ayudarnos a organizar la fiesta?
—Suenas como Perfuma.
—Es que no vale la pena que te encierres en todo lo que no es. Ahora estamos todos juntos y podemos disfrutar de nuevas cosas, juntos— Bow le sonrió de nuevo, levantando una mano en gesto amistoso, Catra no se movió ni le retiró la mano, por lo que Bow se atrevió a posarla en su hombro —Estoy seguro que le encantaría a Adora que la sorprendas.
Catra le regresó una pequeña sonrisa al arquero y dejo que se la guiara hasta su cuarto, donde ya tenía lista la distribución de tareas. La fiesta se haría en Plumeria y todos estaban muy emocionados.
Tener de su lado a Catra significaba que era mucho más fácil distraer a Adora, sin necesidad de recurrir a tareas extrañas que hacían dudar a la rubia de las intenciones de sus amigos. Pero en general seguían tan ocupados que tenían que seguir trabajando en la reconstrucción y la distribución de comida y otros bienes.
También significó que Catra se enteró de las piñatas y las fiestas sorpresa en general. Además de que aparentemente tenía que regalarle algo a Adora.
Catra entró en un conflicto. Ella no era buena creando cosas, solo destruyéndolas. Observó a los demás: Bow estaba preparando una nueva figurita para el juego de guerra de mesa. Glimmer le había conseguido un nuevo adorno para el cabello para cuando tuvieran que asistir a eventos de alcurnia. Mermista haría el intento con una nueva chaqueta. Todos ya tenían sus regalos perfectos. Incluso el tonto caballo volador tenía una manzana tan perfecta escogida que daban ganas de morderla solo de verla colgando del árbol. Insistía que su regalo no era tanto la manzana, si no su fuerza de voluntad a resistirse a comerla él mismo.
Solo faltaba un día para la fiesta y Catra todavía no tenía un obsequio. Adora estaba tan cansada después de unas excavaciones en Dryl que su tiempo juntas hoy era dejarla tomar una merecida siesta en plena tarde. Catra miró sus manos y sus garras. Las armas de las que había estado siempre tan orgullosa le daban ahora sentimientos encontrados. Eran las mismas con las que había herido una y otra vez a su novia. Pero cuando eran más pequeñas, Adora disfrutaba de ver como Catra era capaz de trepar con sus garras enterradas en el frío metal de la Zona del Terror, y a ella sólo le quedaba agarrarse como pudiera y valerse de cuerdas y ganchos. Y Catra había aprendido a refrenar un poco su entusiasmo tallando pequeñas piedras en formas abstractas, a veces vagamente parecidas a sus compañeros de equipo, en especial a cierta rubia. Y lo que más le había gustado siempre a Adora hecho con sus garras, que ella supiera, el dibujo olvidado en su litera.
Al fin tenía una idea. Con cuidado, después de darle un beso a Adora que no la inquietó, Catra salió rumbo a los Bosques Susurrantes. Caminó sin rumbo un buen rato, hasta que Melog la encontró y empezó a hacerle compañía. El gato mágico maulló un poco después de unos minutos, su melena normalmente azul estaba coloreada más hacia el naranja, un poco magenta tal vez, los colores fluctuaban. Quizá reflejaban la ligera ansiedad, anticipación y miedo que sentía la gata.
—Lo sé, Melog. Pero no puedo calmarme, ¿Sí? Solo espero que le guste.
El gran gato restregó su cabeza contra el muslo de Catra mientras ella lo acariciaba. Después de un rato más de vagar, ahora junto a un río, Catra encontró la roca perfecta. Aplanada y con un área amplia. Adora no se despertó en toda la tarde y solamente se hizo bolita cuando empezó a sentir frío. Catra llegó un par de horas después a la habitación que compartían, entró por los balcones ayudada por Melog. Se enterneció un poco al ver a Adora arrebujada sobre la cama y ya solo envolvió rápidamente su regalo con materiales que encontró en el escritorio de Adora. Cuando terminó, despertó a la rubia.
—Vamos a cambiarte la ropa para que descanses, dormilona.
—Naahm, solo ven a la cama conmigoh— Balbuceó un poco la princesa del poder.
—Vamos, Adora, así pesas como doscientos kilos…
—Ven, Gatita… — Catra sabía que no tenía que haber dejado que Adora escuchara a Doppler llamarla Gatita.
—Por favor, coopera, rubia torpe… —Decía mientras intentaba sacarle los pantalones a su novia, pero Adora se enredaba, daba vuelta y si lograba sentarla, se le iba encima o se dejaba caer de nuevo entre risitas.
Casi parecía estar borracha.
Y eso que las bebidas buenas las traería apenas Lonnie desde el Desierto Carmesí para la fiesta.
Después de mucho batallar, y con la ayuda de Melog (Se puso atrás de Adora para hacer contrapeso) logró sacarle la playera y al fin se metió en la cama con ella. La rubia no tardó en abrazarla y fundirse con su pelaje. De verdad tenía que estar cansada. Catra tarareó para Adora hasta que sintió que su respiración era profunda de verdad y se quedó dormida entre sus brazos.
En la mañana siguiente, Glimmer se apareció y tuvo que aguantarse la risa cuando vio a Catra casi aplastada por la rubia.
—¿De qué te ríes, Brillitos?— Bufó la gata.
—Ow, Adora de verdad te ama.
—Cállate— Le respondió en voz baja, con la voz ligeramente dulce —Adora ha estado más cariñosa que de costumbre...— Catra estaba pensando que Adora estaba un poco más pendiente de ella porque su inconsciente, a diferencia de su poco desarrollado consciente, se daba cuenta de la trama que todos sus amigos estaban armando. Y le gustaba pensar que la buscaba más porque se sentía segura con ella.
—Ayúdame a salir de aquí ya.
Catra estaba literalmente enredada entre las mantas y Adora. Eran un taco de doble tortilla. Y las dos tortillas se habían pegado, llámese Adora con las mantas, y el relleno era Catra. Una pierna de Adora, envuelta en mantas, rodeaba a la gata desde el muslo, y a su vez estaban bajo otra manta. Catra estaba envuelta en una sabana que estaba atrapada bajo Adora y abajo de todo, estaba el brazo izquierdo de Adora y la gata podía sentir todo el torso de la rubia sobre su espalda. Pero Catra estaba cómoda y calentita. Si por ella fuera, se quedaría ahí ronroneando hasta que Adora se despertara.
Glimmer empezó por desenredar la pierna de Adora con cuidado para que Catra pudiera salirse de la prensa de los brazos de Adora por abajo. Glimmer estaba tan acostumbrada a ver a Adora y Catra en interiores que ni se molestó cuando vio a Catra aparecer con sus boxer y top.
—No creo que ni Seahawk sea tan encimoso.
—Te apuesto que es Mermista la que no lo deja en paz.
—¿Qué apuestas?
—Vas a tener que probar el brebaje de Huntara y Lonnie— Glimmer lo ponderó un segundo.
—Y tú vas a tener que dejar que Scorpia te dé tu abrazo de cumpleaños cómo ella quiera.
Oh. Una de las costumbres de cumpleaños que Catra había aprendido recientemente y de inmediato le advirtió a todo mundo que ella estaba fuera, y solo ante la mirada de cachorro aplastado de Scorpia le cedió el derecho de un abrazo de tres segundos. Sus orejas se erizaron un poco, pero sabía que Glimmer iba a perder.
—Hecho.
—Tenemos una apuesta, Basura Hordiana.
—Bien, déjame cambiarme para irnos.
Catra se alistó en unos minutos en los que Glimmer jugó con Melog, la verdad es que se supone que Catra ya estaría lista cuando ella apareciera, pero no había mucho problema. Catra, igual que Adora, había encargado a los sastres que le hicieran ropas tipo la Horda, había cosas que a lo mejor nunca cambiarían.
Cuando estuvo lista, tomó su obsequio y una muda para Adora, y lo puso sobre la cama, donde Adora la había sustituido por una combinación de mantas y almohadas. Glimmer no comentó nada y simplemente sostuvo la cama, Catra contuvo el aliento, Melog se subió a la cama y todos juntos desaparecieron. Después de tres años de teletransportaciones, Adora estaba tan acostumbrada como Bow, y Catra ya no sentía que perdía las tripas, pero todavía se resentía un poco. Aparecieron en el claro en Plumeria que ya estaba listo para la fiesta.
—¡Sorpresa!— Gritó todo el mundo y Catra juraría que a Adora casi le salía una cola del susto. Por lo menos no había sacado la daga de debajo de su almohada.
—¡¿Qué?! ¿Qué pasa? ¿Catra?
—Hola, dormilona.
—¡Buenos días, Adora! Bienvenida a tu fiesta de cumpleaños. Primer evento, desayuno en la cama— Bow se acercó con una bandeja de comida en las manos y un gorro en la cabeza.
Adora miró a todos, todavía procesando el trauma de haber despertado como lo hizo después de una noche deliciosa arropada con Catra. Bow y Glimmer la miraban con una sonrisa alegre, Perfuma un poco apenada, igual que Frosta, Scorpia radiante y Catra cambió su expresión dulce al mirarla por una seria. Algo no estaba bien. No el hecho de haber despertado a Adora con una sorpresa o de manera intempestiva.
Ya había visto que era usual que Bow y Glimmer a veces la despertaran así y su ánimo siempre era alegre una vez pasaba la sorpresa. Solo por eso había accedido a que la despertaran de ese modo, porque a Adora no la molestaba. La misma Adora y Catra también le hacían bromas a veces a Glimmer y Bow muy temprano. Era algo natural entre el Escuadrón de Mejores Amigos.
—¿Cumpleaños...?
Adora dejó vagar su mirada de Bow, de quien su sonrisa había decaído un poco también, a todos los demás. Una sonrisa nerviosa empezó a crecer en su rostro, pero sus cejas fruncidas indicaban algo más. Hasta Swift Wind se quedó callado.
—¿Adora...?
Se rompió el hechizo.
Adora miró a Catra directamente, y sus ojos se abrieron con dolor, realización y pánico. Catra dejó su timidez o lo que sea que fuera que provocara se quedara atrás siempre que Adora estaba con el resto de princesas. Fue hasta Adora y Melog las hizo indetectables. Catra tomó en brazos a Adora y se alejó lo más que pudo en solo tres saltos, quedando escondidas entre algunos árboles frutales. Melog hizo un sonido pequeño y se recostó al lado de la rubia.
—Adora, Adora— Catra la llamó hasta los ojos azules se fijaron en los heterocromáticos de nuevo, pero su pánico no bajaba. —¿Qué ocurre? Solo fue una sorpresa, te juro que voy a despellejar a Glimmer, a ella se le ocurrió la idea… Lo siento, lo siento, te juro que pensé que no habría problemas, yo los dejé...— Empezó a decir atropelladamente.
Adora respiró profundo y de su expresión se fue poco a poco el pánico, el cual Catra todavía no entendía de dónde había venido. Los ataques de Adora normalmente tardaban mucho más en construirse. La gata la tomó de las manos y la rubia empezó a llorar casi en silencio.
—Adora, por favor, no llores… Lo siento tanto, si hubiera sabido que...
—¡No! ¡No, Catra, no! No es tu culpa...— Catra se quedó callada. Ahora ella tenía ganas de llorar —No es culpa de nadie ¿Sí? Yo… Es mi culpa… Lo olvidé por completo ¿Cómo pude...?— Adora se hincó en el suelo y cambió la posición de sus manos para ser ella ahora las que tomaba las de Catra entre las suyas.
—Por favor, Catra, perdóname. Lo olvidé por completo… Nuestro cumpleaños. Quería tanto celebrarlo contigo… y olvidé decírselo a Bow y los demás y ahora hice un desastre y seguramente todos creen que me volví loca y...
—Para ahí tu alicornio, Adora.
—Pero...
Catra le puso la cola sobre los labios y el gesto sorprendió tanto a la rubia que literalmente olvidó cómo hablar.
—Yo ni siquiera sabía que eso se podía celebrar hasta hace tres días. Todos ya saben que estás loca, así que eso no importa ya. Ahora… si ese era todo el problema, será mejor volver antes de que Bow piense que es su culpa… Ahora veo por qué son amigos...— Le dijo mientras se soltaba de su agarre, para con la mano izquierda sostener sus manos y con la derecha acomodarle cariñosamente un mechón de cabello detrás de la oreja, con la voz más firme, tranquila y amorosa que era capaz de hacer con un pequeño nudo en la garganta todavía.
Adora se secó las lágrimas y abrazó a Catra.
—Feliz cumpleaños, Catra. Gracias… Gracias por todo… — Catra se congeló y no pudo ni devolver el abrazo.
—Adora, por favor…
—Muero de hambre… ¿Crees que siga caliente el desayuno?... ¿Cuánto tiempo me dormí?
—Eres una idiota— Adora también sabía como distraer a su gatita, quien al fin le regresó el abrazo —Dormiste toda la tarde y la noche… Feliz cumpleaños, Dora.
Se ayudaron a levantar mutuamente mientras Melog les ronroneaba y se besaron. Adora se dio cuenta que estaba en pijama pero le restó importancia.
—Prometo compensarte por esto.
—Adora, solo no pierdes tu tonto puff del cabello porque lo tienes en la cabeza, no tienes que compensarme nada— Le dijo con una sonrisa mientras salían de regreso al claro y se daban cuenta que Bow ya estaba llorando porque seguramente había olvidado que a Adora le gustaban sus hotcakes con mermelada y no con cajeta, como él le había llevado.
Adora se disculpó con todos y la fiesta comenzó con el desayuno. La rubia se alegró de que hubieran pensado en su ropa y después de un rato, se cambió. Por la tarde llegaron Huntara y más y más personas. Más que una fiesta, era todo un carnaval, había juegos, concursos, justas entre los hordianos, piñatas y un montón de cosas que Catra no podía nombrar.
La rubia se enteró de la apuesta de la reina y la comandante y ayudó a emborrachar a Mermista y que soltara la verdad, pero ni así lo lograron… Hasta que descubrieron a Mermista y Seahawk muy románticos detrás de unos árboles y era la sirena la que estaba fuertemente apretada en el abrazo ya caída la noche. Aventó a Hawk en cuanto se dio cuenta, pero no pudo contra el abucheó de Glimmer, Frosta y Catra.
—Aquí está… —Dijo Lonnie mostrando una botella negra con tapa de corcho y un pequeño pañuelo rojo atado al largo, delgado y elegante cuello de la botella —...El rompecraneos XX— Anunció con voz ominosa.
Alguien le acercó un vaso a Lonnie, abrió la botella con deliberada lentitud y de igual modo derramó el líquido, solo hasta un cuarto del vaso.
—Oh, vamos. La reina de Luna Brillante puede con más de eso, ¿No es cierto, Brillitos?
Glimmer miró a la gata como si fuera a escaldarla y le asintió a la morena, que aunque no sabía de qué iba todo esto, asintió también, divertida.
—Lo que sea para nuestro más ilustre personaje— Se burló mientras vertía el líquido ambarino hasta la mitad del vaso —Hasta el fondo, majestad.
Bow estaba muy nervioso, casi detrás de Glimmer. Adora ahora también se veía un poco nerviosa. Cuando Lonnie ponía esa sonrisa es que algo muy malo iba a pasar. Kyle estaba igual de nervioso, también conocía esa sonrisa. Catra tenía una expresión muy similar a la de Lonnie.
—Glimmer, quizás…
Y antes de que Bow pudiera terminar su frase, la reina se bebió todo el contenido de un trago. Hizo una mueca de desagrado ante la bebida amarga y fría como hiel, pero más allá de eso… hasta tenía un sabroso regusto a manzana.
—¿Eso era todo?
Catra se veía decepcionada y Bow y los demás aliviados. Pero la sonrisa de Lonnie no disminuyó.
—Quizás es muy fuerte solo para los hordianos… ¿Más?
—Sírveme otra igual.
Vieron repetir la acción dos veces más a Glimmer en poco tiempo y ese brillo malicioso no se iba de la cara de Lonnie, ni de Huntara una vez se enteró. Así que Catra recuperó las esperanzas en haber ganado algo bueno con su pequeña apuesta. Por cierto, Seahawk y la sirena ya habían desaparecido de nuevo.
La fiesta siguió y todos le daban regalos a She-ra (alguien le intentó regalar un niño), y Adora estaba apilando todo en su cama. Después de un pequeño rato, y que Glimmer empezara a "parpadear" por todo el claro ante cualquier risita, se dieron cuenta que el Rompecraneos era de lenta quemadura.
La fiesta había sido todo un éxito. Adora estaba radiante de haber compartido tantas nuevas experiencias con sus viejos compañeros y con Catra. Y sabía que la gata también se lo había pasado muy bien cuando vio que dejó que Scorpia le diera un abrazo suave, pero de más de tres segundos. Adora había llegado a apreciar mucho a Scorpia también durante sus meses peleando contra las fuerzas de Hordiano Primero.
Pero después de todo un día de actividad, ya estaba cansada, además de que realmente no había parado en semanas. El trabajo no se detenía para She-ra. Logró que Glimmer las regresara con todo y cama a Luna Brillante en una pieza, antes de que la reina hipara y desapareciera y apareciera dos veces entre risitas, para después despedirse con una sonrisa soñadora y desaparecer de nuevo antes de que la pudieran detener.
—Creo que tuvimos que haberla detenido en el segundo vaso…
—Oh, vamos, Adora. No seas aguafiestas, ¿Qué es lo peor que puede pasar…?
—Okey. Pero deja le hablo a Bow para decirle que se fue de aquí en una pieza.
—Te preocupas demasiado.
Adora hizo su llamada y Bow le dijo que ya había visto a la reina acosando a Lonnie por más bebida, pero qué él se encargaría.
—¿Cómo te la pasaste?
—No estuvo tan mal.
—Te vi bailando al fuego con Seahawk.
A Catra se le erizó el pelaje al verse atrapada. Pero se defendió rápido.
—Ese pirata es el único de ustedes que entiende un poco de diversión.
—Casi prenden fuego a los huertos de Plumeria.
—Nada que la sirena y la florecita no arreglen en un santiamén con sus poderes de princesas.
La mirada de Adora era de divertida negación. Catra a veces era imposible.
—Dirás Mermista y Perfuma.
—Juste lo que dije.
—¿Entonces admites que te divertiste?— Adora la envolvió entre sus brazos fuertes y con una sonrisa ladeada besó el filo de su mandíbula.
—Dije que no estuvo tan mal… para ser un montón de princesas.
Catra se dejó hacer un momento entre los brazos de la rubia pero sabía que su novia estaba cansada. Entre besos y caricias hicieron una cama con todos los cojines que nunca usaban en el suelo y ahí durmieron abrazadas de nuevo.
El siguiente día lo utilizaron en abrir y descubrir todos los regalos que She-ra recibió. Era muy claro cuáles eran los regalos de la gente que de verdad conocía a Adora y cuáles sólo eran de gente que quería tener un gesto con ella. Había multitud de comida y dulces. Destacaba la manzana de Swiftty, que lucía apetitosa en serio. Una hermosa lavanda floreada que seguramente era de Perfuma, la nueva chaqueta que Mermista había mandado confeccionar, blanca y dorada, con unos detalles en rojo y azul, que Adora debía admitir era un cambio tentador. La nueva figurita de Bow, que moría por estrenar en un juego hoy a la noche. Una extraña reliquia de Micah. Un libro sobre leyendas de She-ra de los papás de Bow, transcrito a mano del original. Una multitud ingente de muñecas de She-ra y hasta dos o tres representaciones de Swiftty. Y así siguieron entre diversas sorpresas. Incluso un nuevo bastón desplegable con punta de hueso de parte de Huntara.
Las princesas no habían dejado de lado a Catra y de todas ellas había recibido también un presente o detalle. Scorpia le había obsequiado el primer pequeño peluche con forma de escorpión que había aprendido a coser. Perfuma le regaló una planta que solo con mucha voluntad era capaz de dejar de oler y que la hacía querer rodar en el suelo y restregarse contra la pobre planta. Melog estaba igual. Se había hecho diminuto, al punto de poderlo levantar con una sola mano, para poder enroscarse en la maceta sin dejar de ronronear. Bow le había dado su propia figurita, con su cabello corto todavía.
Solo cuando quedaron dos muñecas más de She-ra, Adora se dio cuenta del paquete más o menos grande envuelto con dos o tres piezas diferentes de papel.
—Todavía queda uno por abrir, Catra—Dijo tomando el paquete.
Catra, que estaba distraída con el colgante que le había dado Mermista, se quedó tiesa cuando vio a Adora sostener el paquete.
—Está pesado… y no tiene nota… —Dijo vagamente la rubia mientras desprendía el papel, para ver extrañada la piedra de río.
A Catra casi se le rompía el corazón ante la mirada desinteresada y un poco confusa de Adora, que empezaba a creer que tal vez fuera una broma de Rogelio, hasta que le dio vuelta y Catra se le acercaba lentamente. La sorpresa era la nueva expresión de Adora.
Sus hermosos ojos azules abiertos tan grandes como podía absorbían la imagen tallada en la piedra. Eran trazos toscos pero vividos y sencillos. Una curiosa, y hasta cierto grado cómica, imagen del Escuadrón de Mejores Amigos, plus Swift Wind y Melog, se podía ver en la cara más plana de la piedra. En las orillas de los ojos azules se juntaron pequeñas lágrimas de gusto y deleite.
—Catra… ¿Tú… tú lo hiciste?
—Yo… eh, no sabía que más podí-
—¡Me encanta! Gracias, gracias!
Adora la abrazó antes de que Catra pudiera hacer o decir otra cosa, sosteniendo la piedra con cuidado.
—¡Eres la mejor! Les va a encantar a los chicos también— Adora rodeó con sus manos la piedra y la puso en su pecho mientras besaba a Catra, quien movía la cola satisfecha —Vamos a mostrárselas… Te amo—
Y fue ahí cuando aprendieron que el Rompecraneos no se llamaba así por cómo ponía a sus víctimas incautas después de beberlo, si no por cómo se sentían al día siguiente. Y también aprendieron que molestar a Glimmer estando cruda representaba una seria amenaza a sus vidas pero valía la pena por cada carcajada.
Chapter 16: Hug
Summary:
Catra visita a una vieja amiga para hacer enmiendas, pero es torturada en el proceso.
Chapter Text
En algún momento entre la derrota de Prime y nuestras primeras vacaciones en Mystacor, me dí cuenta que con Adora y Scorpia no eran las únicas personas con las que necesitaba hacer enmiendas. Estuve en un lugar gris que se fue haciendo más oscuro conforme pasaba el tiempo y quien tuvo las agallas para enfrentarme fue Lonnie.
Pero Lonnie no es para nada como Scorpia. Estaba segura que ella no olvidaría cómo los traté, y en especial lo que le hubiera hecho a Kyle, no era ninguna sorpresa para mí que ellos estuvieran juntos, por algo desde un principio siempre me apoyé más en Adora. Éramos nosotras dos y ellos tres. Un equipo con dos secciones, y cuando Adora se fue, solo quedé yo y ellos. O eso pensaba. Ahora comprendo que me hubieran seguido sin tener que amenazarlos.
Cuando al fin logré juntar el coraje de ir con Lonnie y disculparme, la maldita me dejó hablar y hablar en su casa en el Desierto Carmesí, hasta que se me secó la lengua y empezó a carcajearse. Ya no sabía de qué más disculparme. Al principio ni siquiera quería recibirme.
Después de su risa y aplacarme un poco, se puso seria. Entendí que aunque estaba perdonada, ella necesitaba sacar las cosas también. Tuve que quedarme ahí callada mientras la escuchaba sacar toda la basura que yo metí en ella. Al final pudimos reírnos las dos de las bromas pesadas en los entrenamientos y lo nena que Kyle siempre ha sido, pero yo sin la tonta cara cariñosa.
—Pero mira, las dos tenemos algo más que una infancia de mierda en común— Me dijo Lonnie después de dejar de reírse de la vez que me queme la cola en la fragua.
—¿Y eso que sería?— Le dije con cara de pocos amigos.
—Nos gustan los rubios sin cerebro— Volvió a reírse.
—Al menos mi rubia no es una enclenque— y me golpeó el hombro, pero esta vez yo también me reí. Un poco.
No me había dado cuenta de lo risueña que Lonnie podía ser. Pero tuve que admitir que tenía razón.
Kyle y Rogelio llegaron después, cargando con esa cosa horrenda que había hecho Hordak. No entiendo como lo encuentran lindo. Supongo que cada quien tiene sus gustos. Se sorprendieron cuando nos vieron a las dos sentadas en su mesa destartalada y compartiendo un trago de cualquier cosa que Lonnie tuviera aquí. No me atreví a rechazar la bebida, pero está bastante decente.
Las disculpas con Rogelio y Kyle son más generales, no tan personales. Aunque debería de tener más palabras con Kyle, después de todo él fue uno de los pocos que me puso un alto. Sin tan solo hubiera escuchado… No. Debo de parar ahí, o al menos eso es lo que me dice Perfuma.
Al final es Rogelio el que se alza por sobre los demás y me mira fijamente. Se me encrespa la cola porque rara vez es tan intenso y después de un momento, me abraza y tengo que detenerme del impulso de arañarle la cara. Gruñe un poco y después de unos segundos me baja, solo para que ahora Kyle y Lonnie también me abracen y el lagarto sobre desarrollado nos envuelve, con todo y la cola incluida.
El grueso cuerpo de Lonnie se siente muy diferente del siempre escuálido cuerpo de Kyle, pero ambos son cálidos. Aún así no soporto mucho tiempo sentirme restringida, de cualquier manera.
—Okey, ya, es suficiente. Espacio personal— Trato de decir sin gruñir y Lonnie y Rogelio se ríen pero me sueltan, Kyle solo parece apenado.
El abrazo me sofoca mientras dura, y una vez que se ha terminado, ya lo extraño. No es sencillo estar tan jodida.
Platicamos un rato más. Les ofrezco venir a Luna Brillante o a Plumeria con Scorpia y varios otros hordianos, pero me cuentan que están bien aquí. Rogelio parece muy feliz con sus escamas y la arena. Y Lonnie quiere ayudar a asentar aquí también a otros hordianos y comparte la visión de Huntara de mejorar el Desierto Carmesí.
Entiendo y debo admitir que me resulta difícil pensar que ya no los veré más. No tanto.
Melog resuena en azul a mi lado. Creo que dejarme disculparme hasta por el rasguño que le hice la primera vez que jugó Adora, y yo corrí celosa, es lo mínimo que le debía a Lonnie. Me agrada que estemos en paz.
El abrazo ha sido extraño.
La única persona que puede abrazarme cuando quiera es Adora, aunque Glimmer y la sirena se burlen.
Es decir, ningún Hordiano, a excepción de Scorpia, está habituado a los abrazos. De verdad que ellos también han pasado por un duro camino.
Aunque poco a poco me acostumbro, un poco, a los abrazos. En parte, gracias a Bow y Perfuma. Principalmente Bow, siempre es respetuoso y cuidadoso. Siempre me pide permiso primero. Es Glimmer la que no sabe, igual que Scorpia y Adora, lo que es el espacio personal... No que me importe con Adora.
Sí.
Tal vez... Algunos abrazos, de vez en cuando, no estén mal.
Notes:
N.A.
Espero les agrade esta pequeña viñeta uwu
P. D. Llevó 8 mil palabras del capítulo de Adora no está y no es ni la mitad de lo que quiero plasmar XD espero poder subirlo pronto.
Carpe Diem
Chapter 17: Shared Hobbies
Summary:
Adora amaría recuperar uno de sus pasatiempos favoritos con Catra, pero sabe que su novia no se siente cómoda del todo con esa idea en especial.
Notes:
No me hagan caso, solo me aburrí de excel un rato.
A ver si puedo subir algo más al rato.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Han pasado los meses. Adora Y Catra han podido relajarse en las playas de Mystacor, tenido su primer fiesta de cumpleaños juntas, reconstruido y han aprendido de nuevo a comunicarse.
Catra sigue luchando contra sus ataques de ira y a admitir su necesidad de calidez, a ser vulnerable sin sentirse expuesta. A trabajar separada de Adora y saber que eso solo las hace más fuertes.
Adora va aprendiendo a fluir y dejar de intentar tener todo controlado. Asumiendo la idea de que puede y debe poner límites. Que está bien querer y necesitar. Que puede abrazar a Catra, no solo para confortar o consentir a la gatita, si no porque Adora misma lo desea.
Aun queda mucho trabajo por hacer.
El planeta entero resplandece con la magia liberada, y por primera vez en la vida, Adora, Catra, e incluso Glimmer, están llevando las cosas con calma. Bow también está aprendiendo a dejar atrás ese hábito de intentar siempre estar entero para todos. Una actitud que Catra fue la primera en puntuar, un día que lo comparó con Adora. Y al principio todos se habían reído, para que después Adora y Bow se quedaran mirando, recordando cosas.
Bow no se había dado cuenta que ese era uno de sus comportamientos adquiridos, al querer complacer a sus padres y tenerlos contentos, una parte de eso se había deslizado a sus demás relaciones, de forma sutil. Pero también ya lo estaba trabajando.
El Escuadrón de Mejores Amigos ya había implementado una rutina con los meses, tenían una pijamada una vez a la semana, y jugaban diferentes juegos de mesa, aunque el favorito de todos era el renombrado Guerra de Mesa, que poco a poco iban puliendo y mejorando. Catra había descubierto el ajedrez, y era bastante buena, solo Entrapta y Mermista lograban ganarle con facilidad, pero sus partidas contra Adora eran bastante reñidas.
Adora solía ejercitarse con Bow, y cuando estaban todos juntos, también con Scorpia y Huntara. Y había descubierto que le gustaba tomar siestas sobre la hierba, con Catra. Antes la gatita solía dormir en cualquier rincón medianamente cómodo en la Zona del Terror y Adora no podía compartir esos momentos con Catra, porque no estaba en su programación ir contra la rutina y no sabía cómo relajarse. Ahora podía hacerlo, y Catra ronroneaba para ella, contenta de poder compartir esos momentos de quietud y bonanza.
Con los constantes ir y venir del día a día, que aunque se lo tomaban con calma, implicaba viajar por todo Etheria, y Glimmer no siempre estaba por la labor de llevar a todo mundo teletransportándose. Entonces, al fin fue el momento de que Catra conociera todas las ventajas de viajar en Swift Wind, y decidió que prefería viajar con los cánticos de Seahawk, en su bote, y sobre el agua, que tener que volar en ese maldito pony. Para la mucha diversión de Adora.
Pero nadie se iba a reír de Catra, así que haciendo de tripas corazón, se subía al pony cantor y se aferraba a la espalda de Adora. Si Swift Wind no daba vueltas en el aire y se mantenía estable, Catra era capaz de despegar la frente de los hombros de Adora y asomarse un poco a ver los maravillosos horizontes que se desplegaban a su vista. Era un modo mágico de volver a conocer Etheria.
El lenguaje de su amor evolucionaba poco a poco gracias al paso de las semanas. Ya podían dormir juntas, seguras y cómodas en los brazos de la otra. Catra ganaba más y más confianza en ser ella quien iniciara un abrazo con su novia. Los besos tímidos, dulces y constantes, crecían a su propio ritmo. Esa primer noche juntas había sido maravillosa, y desde ahí se habían mantenido dentro de ciertos límites, que no había ninguna prisa por expandir. Todo llegaría.
Primero las caricias, sostener sus manos juntas otra vez, reencontrarse en los ojos ajenos en largas sesiones de besos. Catra debía de acostumbrarse a los actos de servicio de Adora, entendiendo que servirla, era su modo de amarla, procurarla y cuidarla, no implicaba que Adora sugiriera de ningún modo que Catra no fuera capaz de valerse por sí misma, lo que quería decir es que era tan valiosa para ella, que la amaba tanto, que la rubia solo quería consentirla.
Y Catra debía reconciliarse también, que bajo la ropa, muchas cicatrices de Adora eran causa directa de sus garras. Porque su lenguaje físico siempre fue duro, pero después de tres años luchando encarnizadamente, era un poco extraño.
La rubia, por su parte, debía aprender a ser paciente. Y ahora que lo único que tenía que hacer era esperar, podía hacerlo diligentemente.
De entre todas las actividades que compartían, había una en la que Adora extrañaba inmensamente a Catra, y era la que más estaba demandando de esa nueva paciencia. Siempre había amado pelear y entrenar con la gatita. Así era cómo habían aprendido a expresar confianza, cariño, certeza y cercanía, cuando ninguna otra demostración estaba permitida.
¿Cómo podía Catra entrenar otra vez con Adora, cuando eso implicaba golpearla y volver a verla como un objetivo, ver sus puntos flacos, superar sus defensas y atacar para ganar? Pelear contra Adora era algo que la Gatita no volvería a hacer en su vida.
Adora aporreaba los costales en la sala de entrenamiento de Luna Brillante, y algunas veces Catra iba a verla, o también entrenaba, por separado y solo compartían el tiempo. Hasta que un día, hubo algo diferente. La antigua Comandante de la Horda, no estaba del todo en el mood para entrenar largo y tendido, sin embargo, si tenía la oportunidad de ver a Adora en top y pantalones cortos sudando mientras pateaba y golpeaba, se iba a quedar muy calladita disfrutando de la vista. Hasta que la costumbre de toda una vida la empezó a molestar.
Adora no estaba apoyando bien los talones al patear, y además de que podía lesionarse, le quitaba estabilidad, por una parte, y la podían derribar fácil, y por otra, también le quitaba potencia a la siguiente patada porque inconscientemente el cuerpo gastaba energía en conservar el equilibrio y ya no fluía correctamente.
Al ver que Adora no se daba cuenta, y ya que Catra siempre había observado a la rubia, para molestarla, para cuidarla, para admirarla, para retarla y a veces hasta buscando errores a propósito (sí, mala época) suspiró, se levantó de la banca donde yacía junto a Melog y se acercó hasta la rubia pateadora que estaba terminando una nueva secuencia.
—Sin duda, ser toda una princesa te ha ablandado, Dora— Catra se plantó delante de ella, con esa sonrisa de suficiencia y los brazos cruzados, con la cadera ladeada y la cola en suaves ondas, que le generaban reacciones físicas inexploradas.
Adora terminó y respiró agitada frente a Catra, mientras una sonrisa le crecía por las mejillas. Se limpió el sudor que le caía por la frente con una de sus muñequeras.
—¿Y eso por qué sería ahora, Comandante?— Catra no se esperaba la replica provocativa y sus orejas temblaron, encajando el tono juguetón.
—Podría derrumbarte con la cola y las manos amarradas a la espalda— Contestó la gatita inclinándose hacia al frente, regresando la sonrisa coqueta de Adora.
—Ah. ¿Así que crees que puedes derribar a She-ra, Comandante?— Las orejas de Catra volvieron a temblar, con placer. Adora debía de tener las endorfinas a tope por el ejercicio. Pero esta Adora provocativa le gustaba. Se acercaron todavía más.
—Con un solo movimiento— Catra remarcó cada palabra, pronunciando cada una con deliberación.
Adora levantó una ceja, divertida e inquisitiva. Se echó un poco para atrás, como si estuviera considerando las palabras, cuando en realidad estaba saboreando el momento.
—Eso suena como un desafío— Y fue cuando Catra cayó en cuenta de lo que estaban haciendo. Adora vio la inseguridad repentina en las facciones de su novia, y sin romper el encanto, decidió que no le daría tiempo a la gatita de pensarlo demasiado, justo como le decía a ella misma todo el tiempo. —Vamos, Comandante. Será divertido si puedes derribar a She-ra— Y los ojos de Adora, literalmente brillaron como si fuera a transformarse y el pelaje de Catra se esponjó, pro diversas razones, la nueva She-ra le fascinaba, pero su competitividad salió a la superficie.
—¡Sin trampas, Adora!— Y la tomó de la mano para llevarla al centro del espacio de entrenamiento y se levantaron sus defensas, sin dejar de sonreir retadoras ambas.
—Ajá: ¿Un solo movimiento?— Adora volvió a levantar su ceja.
—Solo eso necesito— Respondió Catra segura de sí misma.
Se miraron. Adora no dejo que Catra desviara la mirada, estaban totalmente enfocadas una en la otra. Y a la tercera respiración, las dos se lanzaron. La rubia dio solo dos pasos, descalza sobre la duela, para fintar a la izquierda, pero seguía sin apoyar bien los pies, la sonrisa de Catra se ensanchó, sabía que Adora había recaído demasiado en She-ra, y ahora, solamente tuvo que agacharse con un movimiento circular y golpear en el talón, sin demasiado fuerza para que la rubia cayera de espaldas contra el suelo.
La princesa del poder se quedó en el suelo, recostada. No dudaba de la habilidad de combate de Catra. Pero de verdad estaba sorprendida. Un solo movimiento. Tal cual. La sonrisa de triunfo de Catra se borró. Llegó en cuatro patas cerca de Adora, la caída había sido fácil, ni siquiera con la fuerza para sacarle el aire, pero una ligera ansiedad estaba empezando a crecer en el pecho peludo.
—¿Dora? ¿Estás bien?— Preguntó con un hilo de voz.
—Sí, sí, estoy bien, solo… Wow ¡En serio solo necesitaste un movimiento!— Al fin Adora se sentó y miró un poco apenada a Catra. —Creo que tengo que entrenar más, entonces— Se rio un poco nerviosa. Catra resopló.
—No necesitas entrenar más, si no mejor, tontita. No estás apoyando bien los talones, y estás dejando abierto el lado izquierdo— Catra se sentó en mariposa al lado de Adora, mientras le acomodaba un cabello que se había salido de su lugar. —Confías demasiado en She-ra y has olvidado lo básico— Se ayudaron a levantarse mutuamente.
—Jaja creo que tienes razón. Con She-ra nunca tengo que preocuparme de esas cosas, es como si fuera… automático— Adora sabía que ésta era su mejor oportunidad —¿Entonces… ¿Entrenaras conmigo? ¿Cómo en los viejos tiempos?— Al incorporarse, más mechones se habían zafado de la coleta de la rubia, y ahora, con la cabeza inclinada, miraba entre pestañas y los mechones a Catra, que sintió como la respiración se le hacía pesada.
La rubia no buscaba ser sugerente, al contrario, estaba tratando de ser lo más liviana posible. Solo, de verdad, le encantaría retomar esa parte de su pasado con Catra. Siempre había sido divertido, y tenía algo de íntimo, entrenar y pelear juntas. Medirse, provocarse, empujarse a pelear mejor, a pensar más rápido, a conocer el cuerpo ajeno mejor que el propio para predecir sus movimientos, a no dejar de mirarse para leerse en silencio regocijante.
Y a través de la conexión de sus miradas, Catra empezó a recordar también esa parte. Una de las razones que hacían tan emocionantes los entrenamientos diarios de combate, la única asignación en la Horda que Catra jamás se perdía. No importaba el clima, que no hubiera dormido o comido, solo un castigo de Shadow Weaver la podía impedir de compartir tales momentos con Adora. Y ahora era ella misma quien se los estaba negando. Aunque sabía lo mucho que Adora también los disfrutaba. Ante el silencio creciente, la rubia abrió la boca de nuevo.
—Podemos intentar, ir despacio. Tal vez no quieras… pero de verdad, me gustaría intentarlo aunque sea solo una vez— Adora no la miraba directo a los ojos, si no que le había tomado una mano y estaba viendo como jugaba con sus dedos y garras. Catra se daba cuenta del gran avance que también llevaba la rubia.
—Sí, Adora. Yo… ¿Podemos hacerlo despacio? Yo también… Lo extraño— Adora volteó a mirarla a los ojos, como si acabara de anunciarle algo grandioso. Resplandecía, sin necesidad de She-ra. Un pequeño ronroneo creció en el pecho de Catra.
—Puedes decirme en donde estoy… fallando— Dijo la última palabra casi como un susurro.
—Está bien, solo ponte en guardia y…— Catra decidió no remarcar la palabra que uso Adora y simplemente tomarla para continuar el momento.
Melog las dejó entonces solas. Tenían toda la sala para las dos solas.
Adora se acomodó el cabello en una nueva coleta y se puso en guardia. Catra empezó a acomodarle los hombros, los brazos, recordándole la correcta manera de plantar el pie completo, separar un poco más los pies entre sí, levantar los hombros y los puños para subir la defensa. Y en cada toque se escondía una caricia. En cada palabra de corrección, una reafirmación.
Repasaron un rato las poses básicas y Adora en poco tiempo corrigió los vicios que había ido acumulando, y le enseñó a Catra los nuevos movimientos que había aprendido de Huntara y la guardia de Luna Brillante.
La incomodidad que las había invadido al aprender a compartir cama otra vez, se vio secundada aquí, y del mismo modo, re aprendieron lo que ya sabían y descubrieron lo que había cambiado, porque a la luz de su amor declarado, todo adquiría nuevos matices.
Cuando Adora estuvo segura que Catra no la tiraría de un solo movimiento de nuevo, propuso una nueva sesión de sparring. La gatita se sentía más en confianza y en control, y aceptó.
Se separaron, se pusieron en guardia, el mundo desapareció y empezaron a danzar. Sus miradas y respiraciones estaban conectadas. Se sonreían, y en cada golpe conectado, iba un halago. Poco a poco recuperaban confianza y ritmo. Giraban, se retorcían, y reían. Era una demostración más de su lenguaje de amor.
Bow entró al gimnasio porque las estaba buscando para almorzar y no pudo más que admirar el espectáculo. Adora, con la cara roja y sudada de las horas de arduo ejercicio. Catra con la melena revuelta y el pecho agitado. Las dos con una sonrisa salvaje e íntima. Glimmer se apareció a los pocos minutos y Bow le hizo señas para que se callara y fuera con él. Los dos disfrutaron de la danza interminable. Poco a poco el lugar se fue llenando, pero princesa y comandante no se enteraban.
Catra se lanzó con los brazos y piernas al frente para caer sobre Adora completamente, Adora conocía muy bien ese movimiento, así que aflojó las rodillas y se dejó caer con Catra encima, las dos rodaron entre risas y al fin terminaron en el suelo agitadas y ligeras. Se miraron sorprendidas entre sí cuando les llegó la admiración de su público, y se rieron más.
Notes:
N.A.
A esta serie de One Shot todavía le quedan 8 caps. A ver cuánto me tardo en acabarlos.
Como siempre, gracias por leer uwu
De verdad espero que les agrade.
Chapter 18: Fight n' Apologize
Summary:
Catra sufre por cumplir las exigencias de Adora, y todo termina con muchos besos y... ¿pescado?
Notes:
Hola!
Claramente esta no era mi idea para este cap. No puedo alegar nada en mi defensa. En fin, los veo abajo.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Catra estaba muy nerviosa. Seguramente se había equivocado de nuevo. Adora se enojaría con ella. Ni siquiera tenía ganas de enfrentarla. Se le retorcía el estómago solo de pensarlo. Llevaba dos minutos completos observando el picaporte de su habitación en Luna Brillante, considerando la opción de tal vez emprender un viaje de algunos meses. Quizás podría tomar prestada a Darla y desaparecer al otro lado de la galaxia. También podía pedirle a Glimmer que la teletransportara a Isla Bestia, sonaban como unas vacaciones interesantes, habían retrasado durante demasiado tiempo su limpieza. Incluso podría ir a visitar a Doppler Morfer a ese bar subacuático donde hacía sus espectáculos. Aunque sea unos días. Glimmer se apareció a su lado y Catra saltó y siseó, esponjando todo el pelo. Casi tiraba todo lo que traía entre los brazos. Glimmer se rio.
—¿Es que nunca piensas entrar?
—¿No te das cuenta de lo que puede pasar?— Murmuró de manera exagerada la gata.
—Vamos, no puede ser tan malo— Dijo la reina, incrédula.
—¡Entrapta nunca nos advirtió de estos efectos secundarios!— Susurró otra vez Catra.
—Esta vez estoy con Entrapta. No puedo creer que tampoco supieran esto. La educación en la Horda de verdad apestaba— Se burló Glimmer.
—N-tt- Cállate, Chispitas. Nos educaban para mantener un ejército… NO para… Hacerlo crecer— Dijo en voz baja al final, sintiendo como se le calentaban las orejas. Y Glimmer se rio más.
—Eso es un modo de pone-
—¡Catra! ¡Caaatra! ¿Estás ahí fuera? ¡Puedo oírte murmurar con Glimmer!— La voz feroz y molesta de Adora se escuchó fuerte y clara incluso a través de la gruesa puerta. Glimmer sintió un sudor frío bajando por su espalda. Ahora entendía un poco a Catra.
¿Quién iba a decir que la dulce, bobalicona, alegre y siempre dispuesta a servir Adora se iba a convertir en… alguien tan exigente y gruñona una vez empezaran su camino a la maternidad?
—Es toda tuya— Le susurró ahora Glimmer a Catra y se desapareció en medio de un puff brillante.
—¡Eres una maldita cobarde y traicionera, Glimmer!— Susurró al pasillo vacío.
—¡Catra!— Volvió a llamar Adora, y la gata sintió como su cuerpo reaccionaba al llamado de un Oficial al mando.
Pero no estaba lista para enfrentar a su esposa. No después de haberse equivocado y traerle pastel de fresa en vez de frambuesa. Catra tampoco había dormido mucho, tratando de compartir tanto como pudiera con Adora. Había sido una cosa mínima. Pero aparentemente, además de las hormonas, Adora estaba sufriendo una sobre estimulación de sus sentidos. Ahora tenía los brazos llenos de diferentes postres, plantas relajantes, e incluso catnip. En este punto probaría lo que fuera.
Una de las principales desventajas que tenían, es que nadie estaba seguro del tiempo de gestación, y algunos posibles efectos secundarios adicionales, como el aumento de los sentidos de Adora. Catra no sabía su especie con certeza. Adora era la única de su tipo. Y al final, habían recurrido a Entrapta para cumplir la añoranza de la rubia.
Catra respiró profundo, se acomodó las cosas en un brazo y al fin abrió y entró.
Adora estaba en la cama, recargada en un montón de almohadas, con el vientre apenas abultado. No había crecido mucho, pues apenas iban nueve semanas.
La consejera principal de la Alianza de Princesas se acercó con cuidado hasta la princesa del poder y dejó las cosas en una mesita auxiliar. Adora miraba todo con ojo crítico.
—¿Conseguiste las galletas de salvado con chocolate encima?— Ya empezaban mal.
Catra no las había conseguido, pero sí compró los ingredientes y ya tenía al personal de la cocina preparándoselas bajo amenaza de exilio.
—Estarán listas muy pronto, Dora— Dijo con voz baja y en vez del ceño fruncido que esperaba recibir, un puchero acuoso fue su recompensa.
—Gatita, quiero mi chocolate— Suplicó Adora con ojos de cachorro.
—T-te traje barras, y estas otras galletas y pastel. No, no, amor, por favor, no llores. Te aseguró que estarán listas en unos minutos— Catra estaba desesperada. Nada, nada en todos sus años de lucha, de guerra, de abusos, de pérdida, viajes espaciales, princesas, bailes, viajes a otras dimensiones, la habían preparado para una Adora sobre hormonada con sentidos de gato sobredesarrollado.
—Pero dijiste que traerías mis galletitas cubiertas de chocolate— Adora estaba a punto de ponerse a llorar. —No puedo creer que no puedas cumplir solo eso— Dijo la rubia después de unos momentos con cierto reproche lloroso.
—Iré por ellas en un momento, te prometo que estarán pronto— Catra se acomodó en la cama para arropar a Adora y acariciarle el cabello, sin hacer caso del dolor de su corazón.
Era de verdad difícil lidiar con esta nueva Adora. Con los años había aprendido a dejar todo eso atrás y Adora siempre era cuidadosa de sus palabras, más amable, paciente y amorosa con el paso del tiempo. Así que ya no estaba acostumbrada a lidiar con estos ataques verbales. También se había suavizado.
La rubia rechazó las caricias de Catra, haciéndose a un lado y la gatita aceptó la silenciosa negativa. Se quedó ahí sentada un momento sin entender del todo porque ella también quería llorar de pronto.
—Ahora regreso, Adora— No podía seguir ahí en ese instante, así que se puso de pie, su mano se extendió para otra caricia, pero la retiró. Salió de la habitación y la rubia solo la pudo ver marchar, sintiéndose doblemente mal.
Volteó a ver todo lo que estaba en la mesita a su alcance: los magníficos postres, las deliciosas galletas, tres tipos de pastel diferentes, caramelos y las hojas sueltas de catnip. Sabía que a Catra le gustaban y por eso mismo le disgustaban. Y pese a eso seguía cuidando la planta de hierba gatera que Perfuma le había regalado en su primer cumpleaños fuera de la Zona del Terror. Las lágrimas rodaron libremente por su rostro. Era insoportable. Ella misma no se aguantaba y estaba tan cansada de todo esto.
Había hecho llorar a Bow y hasta a Scorpia. Adora no tenía idea de que tenía todas esas palabras dentro. Pensamientos aleatorios que alguna vez la habían asaltado, salían ahora sin filtros o palabras ácidas si estaba de malas sin razón. En los ratos que estaba a solas, que eran pocos, realmente todos sus amigos estaban al pendiente de su estado, pensaba en eso. Se sentía mal y sentía que de nada servía disculparse después.
Entrapta ya les había explicado, bastante asombrada de que no lo supieran, que las personas embarazadas sufren de un torrente de hormonas y que los síntomas pueden variar, pero una de las generalidades era el mal humor o cambios muy bruscos de ánimo, náuseas, los incontrolables antojos que asaltaban a Adora a todas horas. El cansancio y sueño.
Melog apareció por la ventana y Adora se dio cuenta de que su melena estaba de un color azul oscuro, no el suave color cielo que normalmente tenía. Catra debía sentirse mal, y con razón. Adora se acarició el vientre que apenas se empezaba a abultar, por sobre la tela de su pijama, y solo deseaba que todo valiera la pena. Casi quería terminar con esto solo por hacer sentir mal a Catra. El gatito espacial llegó hasta ella y le empezó a restregar la cabeza contra el vientre. Estaba a casi la mitad de su tamaño regular. Adora le acarició detrás de las orejas y Melog la recompensó con fuertes ronroneos.
Catra contuvo las ganas de llorar y se cuadró cuando llegó hasta las cocinas, donde el personal del castillo estaba afanado con la cena, pero aquel que había sido el personal privado de Entrapta, estaba dedicado en cuerpo y alma a satisfacer todas las exigencias en postres que She-ra pudiera soñar. Adora ya era una glotona de por sí, y aunque le gustaban los postres, prefería guisados, sopas y pastas. Ahora se nutría casi a pura ración de chocolate, postres y pastel.
Solo esperó un poco a que las galletas se terminaran de hornear para ver como las adornaban con una capa de chocolate amargo, chocolate blanco, chispas y algunas otras con menta también.
Otra vez estaba frente a la puerta, con la bandeja llena de galletas. Respiró hondo y entró. Ya había enfrentado el fin del mundo y de la realidad. Podía lidiar con su esposa embarazada. La que le daría una personita para hacer crecer su familia. Un regalo inconmensurable.
Adora seguía en la cama. Melog descansaba entre sus piernas extendidas, ronroneando suavemente y la rubia intentaba retomar la lectura de un viejo manuscrito de los Primeros que los papás de Bow le habían regalado. Esperaban que vinieran un poco de información sobre el caso.
Cuando la puerta se abrió, vio a Catra con una sonrisa amable en su rostro, pero las líneas de sus ojos expresaban precaución. Adora empezó a llorar. No quería que Catra tuviera que ser precavida a su alrededor. No quería llorar, y lloró con más vigor.
—Ya están listas, preciosa. No llores, por favor— Las lágrimas también amenazaban los ojos heterocromáticos. Adora le abrió los brazos entre sollozos. —Aquí estoy, bebé. Aquí tienes tus galletas, justo como las querías.
Catra se arrodilló al lado de su cama y puso la bandeja sobre el regazo de su esposa y le respondió el abrazo lo mejor que pudo. Adora iba a hablar para agradecerle y al inspirar le llegó el aroma de todo el chocolate, y aunque hace un momento, moría por sus galletas de salvado recubiertas con chocolate, una náusea intolerable la llenó.
—No… Catra ¡Quítalas! ¡Quítalas!— Salió de la cama lo más pronto que pudo, con Catra todavía confundida, apenas sosteniendo la bandeja y el pobre Melog rodando por la cama.
Adora fue hasta el baño y Catra escuchó un sonido que ya se había vuelto habitual. Dejó las galletas sobre la cama y corrió con Adora, le sostuvo el cabello fuera de la cara y le acariciaba la espalda en suaves círculos ascendentes y descendentes mientras las arcadas pasaban. Frunció la nariz sin puntuar el olor.
—Está bien, bebé, está bien. Deja que salga todo— Trataba de sonar tranquilizante.
Adora terminó de vomitar y después de dedicarle una mirada de disculpa a Catra, fue hasta el lavabo para enjuagarse la boca y lavarse la cara. Catra se acercó hasta ella y la abrazó por atrás, apoyando la cabeza en el hombro contrario. Se miraron a los ojos a través del espejo. Había preocupación, cariño y precaución en los ojos azul y amarillo. Unas ligeras ojeras adornaban los ojos azules por la falta de sueño continuo. Había una súplica muda en las orbes azules.
—¿Quieres volver a la cama?— Preguntó en voz suave Catra, su esposa solo le asintió, apenada —Bien, deja te llevo— Ante la sorpresa de Adora, la gatita la tomó con facilidad en brazos y la depositó en la cama con suavidad.
Catra alejó todo el chocolate de Adora y la princesa del poder se sintió mal de nuevo.
—Catra, perdón. No quise decir aquello— Empezó Adora. —Eres la mejor, tan paciente conmigo, y consigues todo, y yo estoy insoportable. No sé cómo me toleras… Yo lo siento tanto, en serio— Las lágrimas la volvieron a asaltar.
—No, no, bebé. No tienes que disculparte de nada. Está todo bien. Yo sé que no lo dices en serio. Que son los cambios que estás atravesando. Yo te amo, Adora, por todo lo que estás haciendo por nuestra familia— Catra le regaló suaves besos en los labios y las mejillas, recogiendo las lágrimas y arropando a Adora, acarició con cuidado el vientre y Melog maulló quedamente a su lado. —Tienes que tomártelo con calma. Haremos esto juntas ¿Sí?
—Gracias, Catra. A veces esto me asusta tanto. Pero lo deseo mucho, y quiero que todo salga bien.
—Todo irá de maravilla. Mañana temprano iremos con Entrapta para el chequeo y verás que todo va muy bien— Catra al fin se metió en la cama con ella y la abrazó más estrechamente. Adora se acomodó en el pecho de su esposa.
—¿De verdad lo crees?— La gatita le asintió entre besos. Acariciaba la cabeza de Adora y le repartía más besos.
—Sí. Ya lo verás.
Se quedaron en silencio unos momentos, mientras la seguridad de Catra contagiaba a Adora.
—Siento lo de las galletas…
—No tienes que disculparte por nada, amor.
—...
—¿Qué pasa?— Catra le levantó la barbilla pero Adora tenía desviada la mirada, con un ligero puchero y un sonrojo. —Adora, me puedes pedir lo que quieras. Te prometo que lo traeré para ti.
—Es que…
—Dime— La voz de Catra era suave.
—Ahora quiero pescado empapelado con camarones… y tal vez unos ostiones— Catra parpadeó. Adora no era especial amante de la comida del mar, esos eran más gustos de la gata. ¿Y dónde iba a conseguir ostiones a estas horas de la tarde?
—Okey, te los traeré. Lo conseguiré— Catra salió de la cama y se despidió con otro beso.
Empezaba a temer que le debería demasiados favores a demasiadas princesas.
—¡Con salsa de ají, por favor!
Catra corrió al cuarto de Glimmer y no le importó que estuviera en una sesión de besitos con Bow.
—¡Glimmer, necesito ir con Mermista!
—¡Yo nunca firme para esto, gata!
—¡Es tu mejor amiga la que quiere camarones y ostiones!
—¡Es tu esposa!
—¡Solo por eso te estoy pidiendo ayuda, Chispitas!
—Aargh. Biiien. Vamos— Y Glimmer se llevó a Catra a Salinas, sin dejar decir ni Hola a Bow, sin el menor decoro tampoco por la sesión apasionada que también habían estado compartiendo Seahawk y Mermista.
Todos en Salinas corrieron a conseguir el platillo para la Princesa del Poder, para que su hijo no saliera con cara de pez.
§ ~ § ~ § ~ §
En el chequeo con Hordak y Entrapta de la semana 16, fue cuando la princesa científica les pudo confirmar con 86.7% de certeza que el embarazo duraría entre otras 13 y 15 semanas más, gracias al estado del desarrollo del feto. Y que serían las felices madres, no de un bebé, sino de dos. Aparentemente Adora tenía en sus genes la predisposición para tener gemelos.
Notes:
N.A.
Primero que nada, no ofrezco disculpas por ningún motivo.
Segundo, este es solo uno de mis muchos headcanon de las formas en que estás dos pueden tener hijos.
Una fertilización in vitro con unos de los óvulos fecundado por el otro. Esto esta siendo estudiado, no es muy viable todavía, pero yo creo que en otros 15 o 20 años dos mujeres serán capaces de concebir sin intervención de espermatozoides. Es un tema muy interesante :p
Tercero, como siempre espero que le haya gustado uwu
Cuarto. Tenía la intención de terminar esta serie para mañana, el aniversario, pero todavía faltan 6 capítulos y todavía no se si habrá lemon, snusnu, smut o como quieran decirle jaja Así que traeré los que pueda, porque al fin termino mi jornada social de estos meses y por fin! terminé los dichosos reportes que obviamente, mi jefe no va a usar siempre...
Mata nee!
Carpe Diem
Chapter 19: Watching The Sunset
Summary:
Han pasado muchos años, y parece que ya todo esta en su lugar, pero Catra sabe que todavía le quedan deudas por saldar. Con esto en mente, trabajo arduamente para poder devolver a Glimmer la única cosa que no ha podido.
También vemos a donde llegó el experimento de la fertilización.
Notes:
Hola, Hola!
Aquí estamos con otro cap de la serie. ¿podré terminar los otros en lo que queda de 15?
No lo sé, pero al menos están saliendo uwu
Enjoy! Ojalá les guste el tema, aunque poco tiene que ver con el título XD
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Después del desastre que causara Glimmer con sus hechizos de teletransportación sustentados por la Roca Lunar, y que Entrapta junto a Hordak y Bow lograran poner a trabajar el sistema de Light Hope, sin Light Hope, se convirtió en uno de los proyectos principales de los geeks.
Después de conocer el planeta con grandes avances tecnológicos con los miniportales, Entrapta y Hordak los habían implementado en todos los reinos pertenecientes a la Alianza y en muchos otros que lo habían solicitado posteriormente. Eran portales muy pequeños, capacitados para transportar materia inanimada. Una cosa curiosa es que podían transportar carne, pero no plantas, siempre terminaban fritas sin llegar a teletransportarse. Funcionaba como un excelente servicio de paquetería y mensajería.
Sin embargo, después de que se vieron obligados a mejorar a pasos agigantados por el viaje interdimensional de Catra gracias a los hechizos de Glimmer, se dieron cuenta que la tecnología de los miniportales, combinada con ciertas runas, podría ser otra revolución. Gracias a sus estudios continuos y a la ayuda de Mystacor, después de otro año, lograron crear portales espacio temporales estables. Las comunicaciones con otros planetas que habían visitado y que habían formado parte de la Rebelión contra Prime se volvió más intensa y una red de portales se empezó a construir, aunque no todos los planetas tenían las condiciones mágicas para mantener estos portales rúnicos. Y nadie quería tener algo que ver con las tecnologías de la Horda Galáctica.
Catra y Adora se habían tomado las cosas con calma, como ya era su nueva costumbre, con respecto a los sueños de Adora de tener una familia más grande. Buscaron diferentes opciones, las ponderaron todas, y cuando decidieron que su mejor opción era recurrir a la ciencia, Entrapta estaba extasiada. Hordak también se había emocionado de recuperar su investigación sobre los clones, al menos la parte biológica, para ayudar al desarrollo de esta nueva tecnología. Fue un proceso largo que requirió de generar nuevos conocimientos y de estudiar a fondo todo el cuerpo de Catra y Adora, desde la genética a la fisiología. Pero tiempo era ahora todo lo que tenían, y no había prisa alguna.
La creación y estandarización de portales, el desarrollo de un tipo de fertilización nuevo, hacer mejoras en Darla y viajar por el espacio eran las principales actividades de Entrapta, pero Catra le pidió realizar un proyecto más personal y en secreto.
Después de que conociera en otra dimensión a otra versión de sí misma y de Adora, y fuera rescatada gracias al "sistema de navegación interdimensional" que los Primeros habían dejado atrás, y de molestar a Glimmer con compensaciones absurdas, se dio cuenta que si había una pequeña oportunidad de que Angella de verdad se hubiera quedado atrapada entre dimensiones, este era el mejor accidente que le hubiera podido pasar en la vida.
—¿Entonces… crees que sea posible?— Catra estaba sentada a solas con Entrapta, disfrutando de mini pastelitos con té, en sus cámaras privadas de Dryl. La princesa se tomó de la barbilla y comenzó a ponderar.
—Si no tuviéramos la tecnología que tenemos ahora, y todos los nuevos conocimientos, jamás me habría atrevido a trabajar con portales otra vez— Puntualizó primero que nada Entrapta. —No se guardaron ningunas de las lecturas que logré tomar durante la realidad del portal, pero yo tomé nota de todo lo que pude recordar cuando regresamos a la normalidad— Una pequeña parte de la mente de Catra, quería preguntar, para empezar, que tipos de medidas había registrado Entrapta para saber que la realidad, no era la realidad.
Solo que ahora no era el momento para esas tecnicidades. Después le podría preguntar sobre eso. Las orejas se le encogieron ante su respuesta, expectante. No era un "no" todavía.
—De cualquier modo, no tuve tiempo de hacer todos los análisis que me hubiera gustado— Sacó la pequeña tableta, de un modelo más estilizado, con la que trabajaba cuando no estaba cerca de sus computadoras o Darla. —Recuerdo explicarle a Adora, Bow y Glimmer que la espada era el vórtice donde convergía todo, por eso era necesario retirarla. He corrido diferentes escenarios cuando las ideas me llegan, pero todos terminan igual. El que retira la espada, no tiene tiempo también de salir. El portal se colapsa en sí mismo en el instante en que la espada es retirada. En este caso, la reina Angella. Pero ella es un ser inmortal, pero no porque el tiempo no pase por ella, si no gracias a una excelente regeneración celular, y a su poder mágico— Entrapta quería que Catra entendiera bien todo lo implicado.
—Gracias a los avances que hemos hecho con los portales, es posible afirmar que hay un "entre", algo en medio del tiempo y el espacio, que es lo que nos permite "doblarlo" y viajar de un lugar a otro sin ninguna alteración perceptible de tiempo. Es diferente al proceso que logra Glimmer, ella realmente es muy veloz, pues su poder es la luz, es capaz de moverse igual de rápido, lo que es de hecho una teletransportación. Los portales trabajan bajo principios muy distintos aunque obtengamos el mismo resultado básico. Hordak y yo hemos decidido no trabajar con los portales fuera de esta dimensión porque no hay ninguna razón de peso para hacerlo… No creía que hubiera una— Le confesó la princesa a la gatita. —Catra, sí creo que sea remotamente posible que la reina Angella siga atrapada en un "entre" o en otra dimensión. Pero estamos hablando de infinitos universos. No es práctico, ni seguro, intentar abrir un portal interdimensional sin estar seguras que ese será el correcto— El tono de Entrapta y sus palabras lograron desinflar a la comandante de Luna Brillante.
Ni siquiera la perspectiva de nuevos datos había atraído a Entrapta. Pero si en la rápida mente de la científica, existía la posibilidad, Catra no se podía dar por vencida.
—Pero pudiste traerme de vuelta, ¿no es así? O sea, lo intentaron, fueron al castillo de Cristal y me buscaron— Aunque las orejas de Catra seguían encogidas, su cola se movía con emoción.
—Pero no abrimos diferentes portales para hacerlo. Primero logramos crear un algoritmo para buscar la señal de tu brazalete a través del tejido interdimensional. Y fue algo relativamente sencillo porque conozco la composición exacta de esa señal. Que lográramos rastrearte incluso en otra dimensión fue una grata sorpresa del alcance de nuestros brazaletes— Explicó Entrapta, mostrando su propio brazalete, en gris, y el dorado en la muñeca de Catra.
Los brazaletes eran principalmente comunicadores, funcionaban con una configuración de microbots y eran capaces de recibir energía hasta de los impulsos nerviosos de su huésped si hacía falta. Tenían la función de navegadores espaciales, la ubicación de los diferentes portales disponibles en la galaxia, un traductor y otras funciones igual de interesantes.
Entrapta desplegó unos hologramas y Catra reconoció un mapa de Etheria.
—Nosotros nos podemos ubicar en el espacio gracias a dos simples coordenadas. Si queremos la ubicación en el espacio-tiempo de algún lugar, necesitamos una tercer coordenada— Ahora desplegó un mapa de la galaxia, con la posición de Etheria —De ese modo evitamos el mayor desfase temporal posible… pero necesitamos una cuarta si queremos generar una ubicación interdimensional— Ahora no tenía algo para mostrar.
—Tu negativa sigue siendo que no sabes dónde o cómo buscar a la reina, no la apertura de un portal interdimensional per se— Catra había enfrentado retos más grandes.
—Exacto. Existe la posibilidad de que la reina esté en algún lugar, y dadas nuestras actuales circunstancias, si supiéramos relativamente su ubicación, no sería un problema abrir un portal y traerla de vuelta— La pelimorada le dio otro sorbo a su tacita de té.
Catra se echó para atrás en su asiento. Necesitaba pensar. Debía de haber un modo de rastrear a la reina sin tener que abrir el portal. Con ella, en aquella situación, Entrapta tenía algo muy específico para buscar. Ahora no sabían qué ni cómo.
—¿Puedes decirme cómo es que terminé yo en otra dimensión para empezar? Ya sé que Glimmer estaba practicando sus hechizos de teletransportación, pero ella estaba en una sala de entrenamiento en Mystacor y yo en Luna Brillante cuando paso— Pidió la gatita con los ojos cerrados.
—La magia a veces es difícil de predecir, y en especial con hechizos que apenas están siendo probados. Glimmer quería teletransportar algo de tu habitación a la sala de entrenamiento en Mystacor. Glimmer tiene una conciencia espacial muy diferente a la nuestra, gracias a su habilidad, y hace esto sin realmente pensarlo, es casi como un instinto, un deseo. Estaba pensando en ti y en Adora, para pensar en el "espacio" de su ubicación y entonces llevarse algo… Sus recuerdos, su magia rúnica, el hechizo nuevo, se mezclaron para llevarte a esa otra dimensión, cerca de otra versión de ti, dentro de millones de posibilidades— Entrapta estaba muy feliz de compartir cualquiera de sus teorías.
Los pensamientos de Glimmer, más su magia, eran lo que la había conectado a otra dimensión.
Ese día con Entrapta, no había sacado nada en concreto, más que necesitaba encontrar primero una forma de buscar a la reina sin tener que ir abriendo portales interdimensionales dimensión por dimensión. Entonces recordó otro incidente que involucraba a Glimmer, su magia y una ubicación desconocida.
Un día, unas semanas después, Catra y Glimmer se habían quedado a terminar el papeleo después de una reunión sobre economía en la Alianza, que ahora incluía también al Reino Estrella y al Desierto Carmesí como aliado independiente y no vasallo de Luna Brillante. La reina se estiró y Catra ahogó un bostezo.
—Creo que la reunión fue muy buena. Los cambios en el tratado ayudarán mucho a la Alianza— Comentó la reina distraídamente.
—Sí… Oye, Brillitos, estaba pensando y recordé esa vez que me encontraste en medio de los Bosques Susurrantes— Glimmer de inmediato supo de qué hablaba Catra.
—Oh… Lo siento mucho, Catra. Sabes que nos estabas hum, bueno, ganando— Dijo en un susurro —Y yo necesitaba hacer algo para darle la vuelta y… de verdad lo siento— Terminó.
—No te estoy acusando, Glimmer. Solo me dio curiosidad saber cómo me encontraste aquella vez. No habíamos visto a ninguna princesa cerca de esa cueva— Catra la tranquilizó presionando su cola alrededor del antebrazo de la reina, un gesto íntimo que con los años se había vuelto más fácil de compartir. Pero el ánimo de Glimmer no mejoró. ¿Era posible que tantos años después todavía hubiera cosas que sacar?
—Fue… Gracias a Shadow Weaver— Las orejas de Catra se encogieron instintivamente. Con razón Glimmer no parecía querer hablar de eso. Al final ella también había sufrido la manipulación de la bruja —Me convenció de usar a Adora como distracción, y usar un hechizo de búsqueda. Yo estaba muy emocionada porque era el primer hechizo de verdad que lograba realizar. Ya sabíamos que no estabas trabajando desde la Zona del Terror, pero no teníamos idea de dónde te escondías. Es un hechizo muy simple— Vaya. Catra no tenía idea de eso. Ya en su momento Doppler Morfer había puntuado que había sido algo inesperado.
Obviamente no estaba en la línea natural de pensamiento de la reina el usar a su mejor amiga de carnada. Alguien tuvo que sugerirlo para que la idea germinara.
—¿Sabes que no tienes que disculparte por nada de eso, verdad? Eran otras circunstancias… Estábamos en guerra… Y claro que yo les estaba ganando, si solo eran un montón de princesas— Dijo Catra en tono juguetón y conciliador. La reina al fin la miró directamente con una sonrisa pequeña.
—Y ya que lo dices… ¿Cómo lograste escapar de la cueva a tiempo?— Ahora era el turno de Catra de apenarse. Desvió la mirada y se rascó la barbilla.
—Doppler Morfer… Fluterina se enteró que no estabas en el castillo y fue a buscarme— Explicó llanamente.
—Ya había olvidado a Fluterina…— La comandante y la reina siguieron platicando.
Ahora que Catra sabía de los hechizos de búsqueda, se dedicó a comprenderlos. Ella jamás practicaría magia, pero la teoría estaba disponible para cualquiera. Había diferentes hechizos de búsqueda, algunos necesitaban algo que estuviera conectado a lo que se buscaba, otros solamente necesitaban visualización, y había otros más complejos cuando tampoco se sabía que era lo que se estaba buscando.
Catra regresó con toda esta información con Entrapta, y discutieron largo rato. No sería tan complicado crear un sistema de runas, que apoyaran el sistema de navegación interdimensional del Castillo de Cristal y buscar. Dedicaron mucho tiempo a recopilar toda la información sobre ese tipo de hechizos, tener las mejores opciones, diseñar el sistema de runas y después conectarlo con el sistema digital. Cuando al fin lograron tenerlo a punto, ahora necesitaban a un hechicero que pusiera a trabajar la parte mágica. Catra quería que esto fuera perfecto, no quería involucrar a Micah o Glimmer, ni a Castaspella hasta que tuvieran una certeza del 100%. No querían que tuvieran esperanzas que a lo mejor después no se cumplían.
Eran los hechiceros más capaces y versátiles y su conexión con la reina era poderosa, por lo que la lógica los indicaban como la mejor opción. Pero Entrapta la dejó tomar la decisión. Todavía tenían una opción viable. Solo a este punto, es que Catra le contó a Adora lo que estaba haciendo junto a Entrapta. La llevó al Castillo de Cristal y le mostró todos los cambios que habían hecho, con las pequeñas Elizabeth y Charlotte, las gatitas gemelas de año y medio de edad, en brazos. Ambas con suave orejitas y cola peludas. Elizabeth era toda castaña, con ojos azules, y líneas oscuras adornaban su pelaje en su rostro regordete y toda la parte exterior y anterior de su cuerpecito. Charlotte era idéntica, a no ser de la mitad izquierda de su rostro, que estaba cubierto del mismo pelaje casi negro de las orejas y la cola de Catra, donde además tenía el ojo amarillo del heterocromatismo de su madre. Entrapta estaba fascinada por el quimerismo de la hija de Catra. Las madres no podían estar más felices de sus hijas.
Las gatitas veían todo con grandes ojos asombrados, apuntaban y balbuceaban. Casi igual que Adora.
—¿Entonces con todo esto… podríamos encontrar a Angella?— Preguntó Adora fascinada a su esposa y a Entrapta.
—Estoy segura en un 78%— Adora lo intentaría solo con el 1% de Entrapta.
Aunque la princesa del poder no era una hechicera como tal, podía aprender a usar las runas, y se puso a estudiar diligentemente para lograr el hechizo. Catra y Entrapta habían optado por combinar dos tipos de hechizos de localización. El que necesitaba algo relacionado a lo que se buscaba, y aquel que Glimmer había usado para encontrar a Catra, solamente concentrándose en la imagen de lo que quería localizar. Catra había robado algunas pertenencias de Angella de las cámaras privadas del antiguo rey. Y Adora podía pensar intensamente en la mujer que consideraba de verdad una madre.
Fue otro proceso que tomó meses de desarrollo. Ajustar y calibrar el sistema completo con los nuevos datos que arrojaba. Y además, lograron "ventanas" y asegurarse que fuera la Angella correcta. Adora comprendía cabalmente las razones de Catra para no querer involucrar a la familia real y guardó el secreto. Hasta que un día lo lograron. La encontraron.
En un "entre" entre Despondos y la realidad. En una dimensión de sombras dentro de otra dimensión de sombras. Entrapta sabía que existía la posibilidad de que tuvieran éxito, pero sentía que fue relativamente sencillo. Se guardó esos comentarios para Hordak solamente.
—Hola, Catra… Ah, papá. ¿También te llamaron a ti?— Glimmer se apareció en una de las muchas salas de Luna Brillante.
—¿Y no vas a saludar a tu tía?— Castaspella estaba en el suelo, jugando con las gatitas, de ahora casi dos años, y Adora.
—¿Tía Casta? ¿Es el cumpleaños de alguien y lo olvidé?— Glimmer se preocupó más cuando vio llegar también a Bow, con su largo cabello rizado atado en una coleta, igual que Micah.
—¡Glim, Glim!— Elizabeth le estiraba los brazos a la reina para que la cargara y Glimmer le sonrió y la cargó, haciéndole cosquillas en el pechito descubierto. Y fue recompensada con el pequeño ronroneo.
—No, Glimmer. Todo está bien. Solo… tenemos una sorpresa, para todos. Catra les tiene una sorpresa para todos— Anunció Adora. Catra estaba detrás de todos, bastante nerviosa. Traía su pantalón negro y la blusa de botones roja también, y jugaba con el pin de ala prendido a su pecho. Ese que había sido de Angella y le había dado a Adora y después había recibido ella misma.
—¿Sorpresa?— Glimmer estaba confundida pero más relajada y una sonrisa se empezaba a formar en su rostro. Era raro que Catra organizara una sorpresa, pero las veces que lo hacía, siempre era algo para recordar.
Adora le tendió una mano a su esposa, y le entregó a Charlotte. La gatita con quimerismo le sonrió a su madre y Catra ganó la certeza que le faltaba.
—Glimmer… Micah, Castaspella. Yo no sé cómo empezar… Todos ustedes han sido… Me han enseñado lo que es una familia de verdad. Encontraron el modo de perdonarme por todos mis errores, incluso cuando eso significó perder— Todos los presentes se pusieron sentimentales de inmediato.
—Catra… No tienes que hacer nada. Tú lo has dicho, somos familia— Le respondió Glimmer, todavía sosteniendo a Elizabeth en brazos.
—No tengo qué, pero quiero hacerlo. Todos ustedes solo me han dado a ganar, tantas cosas, y yo les hice perder algo precioso— Catra podía sentir el amor quemando dentro de ella. Tantos tipos de amor. Con su hija en brazos, solo podía imaginar el dolor que debió sentir Angella de saber que tendría que dejar sola a su hija. A las dos, si había entendido bien el alcance de su relación con Adora. —Y ahora quiero que lo recuperen… La encontramos— Glimmer y todos los demás las veían sin acabar de comprender las palabras. No querían.
La reina apretó más a la gatita en sus brazos. No podía ser.
—Encontramos a la reina Angella— Al fin anunció sin rodeos Catra, con una confianza que no sentía del todo.
Bow abrazó a su esposa con ojos brillantes y Casta hizo lo mismo con su hermano una vez se levantó. Adora abrazó a su esposa por los hombros sin dejar de ver a los demás. Las dos gatitas ronroneaban en brazos y por un momento eso fue lo único que se escuchó. Las dos creaban un puente entre dos amigas que alguna vez habían sido enemigas y ahora una sostenía a la hija de la otra, sin dudar por un segundo que daría la vida por ese bebé.
—¿Cómo… Dónde?— Glimmer se acercó a Catra y volteó a la puerta y a las ventanas como si Angella fuera a aparecer repentinamente.
—En el castillo de Cristal… Entrapta está allá. Todo está listo. Pero te necesitamos— Dijo Catra.
—Vengan, vengan todos— Los llamó Glimmer. Todos fueron a su encuentro y en un gran abrazo, desaparecieron en medio de chispas para llegar a la cámara principal del Castillo de Cristal.
Glimmer le entregó a Elizabeth a Adora y corrió a abrazar a una sorprendida Entrapta, que jamás terminaría de acostumbrarse a las muestras inesperadas de afecto físico. Pero recibió el abrazo con gusto.
—Gracias, gracias, Entrapta. ¿Qué tengo que hacer, que falta?— Glimmer tenía lágrimas brillantes en sus ojos, estaba emocionada, aunque seguía sin entender del todo.
—Solo necesitamos que te coloques dentro de ese círculo de runas, y nos dejes acceder a tu conexión con la Roca Lunar para utilizar su energía para abrir un portal. Todo lo demás está listo— La reina buscó las miradas de su padre y su tía y ambos la animaron con un asentimiento.
La reina hizo lo que le pidieron y no perdieron más el tiempo. Otro círculo de runas se encendió y Entrapta monitoreaba todo con ayuda de Catra. Hordak había considerado que lo mejor sería que él no estuviera presente en ese momento.
Toda la habitación se empezó a cimbrar y rayos aleatorios convergían en el segundo círculo de runas. Las gatitas estaban abrazadas cada una fuertemente a sus madres, con ojos asustados y llorosos. Catra habría preferido que Scorpia las cuidara, pero si algo llegaba a salir mal, Adora las quería tener cerca para protegerlas. Aunque Entrapta aseguraba que todo sería estable.
Micah y Castaspella se acercaron al círculo de runas, que cada vez brillaban más y la energía que liberaba se estaba volviendo más intensa. Crearon un escudo con su magia y después de esperar otros largos segundos, al fin la abertura se estabilizó y en medio de un resplandor cegador, apareció Angella, desplegando sus alas y flotando en medio de la habitación. Entrapta inició la secuencia de apagado. Glimmer tuvo que retenerse, hasta que su propio circulo de runas dejó de brillar y todos se quedaron en silencio.
—Angie ¡Angie! ¡Angella!— Micah fue el primero en llamar a su esposa.
Los reyes se encontraron en medio de un abrazo enternecedor y se besaron. Angella estaba exactamente igual que siempre, y el cabello de Micah ya era casi todo gris. Glimmer no pudo esperar un momento más y se teletransportó al lado de sus padres y los abrazó. Bow y Castaspella se acercaron con reserva cariñosa.
—Mamá, mamá. No lo puedo creer ¿estás aquí de verdad?— Era demasiado para Glimmer.
Angella los abrazó a los dos. Y después a todos. Adora le había entregado a Elizabeth a Entrapta, después de apagar todo, y ahora la gatita jugaba con sus mechones y la Princesa del Poder corrió a los brazos de la verdadera madre que conociera.
—Angella… Lo siento tanto, tanto. No pude detenerte— Adora lloraba al lado de Bow y Glimmer y los demás, mientras Catra se quedaba atrás con Entrapta, las dos calladas y tratando de hacerse pequeñas. Estaban felices pero el peso del tiempo transcurrido las apenaba en cierto grado.
—Oh, Adora… Fue mi elección. No fue tu culpa. Ven aquí… hija— Y Adora la abrazó tan fuerte.
Después de los sentidos abrazos, más lágrimas y besos, Angella se dirigió a las dos al fondo.
Glimmer quiso dar un paso al frente, pero solo con un movimiento de la mano, Angella la frenó.
—Catra de la Horda y Entrapta de Dryl— Saludó formalmente el ser angelical. Ni siquiera la visión de las bolitas de pelo parecía afectar a Angella. Catra jamás la había visto de cerca. —Solo tengo una cosa que decirles a las dos: Gracias por todo— Y una sonrisa gentil y cálida iluminó su rostro hermoso y sereno.
Ninguna de las dos sabía bien qué hacer. Catra terminó arrodillándose con Charlotte en brazos.
—Su Majestad, se los errores que he cometido. Y aceptaré cualquier decisión que tome— Entrapta tenía su máscara abajo y ella no decía nada.
—Te conozco bien, Catra. También sé los errores que has cometido… y todos los aciertos. Todo lo que has hecho por mi familia. Gracias a ti, mi hija pudo vivir, crecer, casarse, reencontrarse con su padre. Como madre, no puedo pedir nada más. Y creo que puedes entenderme ahora— Dijo sonriendo, y señalando al final a la pequeña gatita. Extendió los brazos a la todavía arrodillada Catra, que la miraba incrédula, y Charlotte entendió el gesto mucho más rápido que su madre, y también tendió los brazos a esta mujer desconocida. Una risita ansiosa se le escapó a la bebé.
—Glim, Glim— Sin duda asociaba a la madre con su hija. Catra se puso de pie, y dejo que Angella cargara a la bebé.
—¿Cómo…?
—Eso no lo sé, pero pude ver muchas de las cosas que pasaron… todos estos años— Dijo la vieja reina, alzando la voz para que pudieran escucharla todos, que se habían acercado hasta donde estaban Catra y Entrapta. —Estuve con ustedes a cada paso.
Angella ya no pudo retener las lágrimas. Todo el amor, mezclado con el dolor, de los largos años pasados atrapada, poder ver sin compartir, verlos luchar sin poder ayudar. Solo hasta que se dio cuenta de lo que Catra estaba haciendo, fue que empezó a luchar con todas sus fuerzas por poder influir, hacer algo, darles alguna pista, lo que sea. Y su voluntad y su magia influyeron en los resultados para bien.
No es que se diera realmente cuenta del paso del tiempo. En realidad no estaba segura de cuántos años habían pasado. Tampoco es que viera todas las cosas, todo el tiempo, pero debía admitir la dolorosa verdad conforme se daba cuenta de los cambios en todos. El tiempo no perdonaba, solo a ella, ella que siempre había tenido sino solo tiempo.
—Y para ustedes solo tengo gratitud— Volvió a decirles a Entrapta y Catra.
Todos convergieron en un gran abrazo, sobrecogidos por la emoción. Glimmer los llevó hasta el castillo, justo al salón del trono, donde un radiante atardecer los recibió a todos.
Ver la maravilla y el regalo de Etheria sin guerra, resplandeciente por la magia liberada, estar en su hogar de nuevo, rodeada de toda su familia, solo podía desbordar el corazón del angel. Abrazó a todos una vez más, y sin bebé alguno en brazos, Angella sorprendió con un estrecho abrazo a Catra y luego a Entrapta.
Todos mirando un atardecer tan hermoso, solo podía augurar más cosas buenas por venir.
Los guardias se encargaron de correr la voz.
Notes:
N.A.
Bueno, de los cinco caps que faltan... que al principio había contado 25, pero no, son 24 jaja
Bueno, de los que faltan, el siguiente tendrá un lime y el último cerrará con un lemon! así que por allá vamos. Verán cambiar la clasificación.
Gracias por seguir al pendiente uwu
Carpe Diem
Chapter 20: Pet Names
Summary:
Catra todavía no está del todo cómoda con tantas demostraciones de amor a su alrededor, pero descubre que Adora siempre tiene un nuevo nivel de "densa".
Notes:
Hola!
Les platico que no sabía bien a que se refería esto, pero aunque se puede usar su traducción literal de "nombre de mascotas", según el contexto, en realidad son sobrenombres cariñosos.
Ligero lime.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Los meses se han ido como agua.
Catra y Adora han crecido mucho individualmente y como pareja también.
Pero hay una cosa que ha empezado a molestar a Catra.
Con las "repentinas" declaraciones que sucedieron después de terminar la guerra, el ambiente estaba lleno de amor y parejitas.
Por suerte para Catra, la dinámica básica del Glimbow, como lo había llamado Scorpia, no había cambiado mucho. Solo que ahora podías ver al maestro arquero y la joven reina besándose detrás de alguna columna o compartiendo abracitos después de la jornada del día.
El problema venía con todo el resto de sus amigos. Muy acaramelados amigos. Demasiado. Scorpia y Perfuma eran la pareja más empalagosamente alegre y torpemente romántica del mundo entero. Seahawk era solo un nivel abajo menos romántico, y por suerte Mermista lo controlaba. Spinnirela y Netossa estaban más que decididas a compensarse mutuamente por las semanas separadas por el chipeo. Incluso Hordak y Entrapta se podían poner empalagosos.
Y allá a donde fuera, veía amor, amor, dulces y flores.
Y literal escuchaba amor todo el día. Es decir, parecía que de pronto todos habían perdido sus nombres. Todos eran "amor esto, amor lo otro".
Solo Lonnie parecía compartir su disgusto por todas esas palabras y motes. Hasta que la escuchó decirle "Cariño" a Rogelio una vez, para el completo sonrojo de la otra cuando se vio sorprendida, pero ya no ocultó para nada cuando llamó a Kyle "Bebé". Catra quería vomitar.
Y si todo el mundo había sucumbido a las trampas y las mieles del amor, en forma de ridículos sobrenombres. ¿Dónde la ponía eso con respecto a Adora? ¿Era una mala novia por no llamarla cariñosamente "amor", "bebé", "cariño", "cielo", "mi luna", "osita", "mi vida"? Arg. Ya ni quería pensar en todas las variantes que había escuchado a lo largo de las semanas.
Glimmer, más que Adora, fue la que la empezó a molestar. Porque a lo mejor no le daba exactamente ese tipo de motes a Adora. No, un "idiota", "tontita", "rubia", "torpe", "Princesa", y a veces un suave "Dora", era lo que salía de los labios gatunos. Quizás Catra tendría que admitir que entendía un poco toda esa fiebre por los motes.
La rubia torpe, por su parte, llevaba semanas cortándose de llamar algo así a Catra. Porque para empezar ¿Estaban juntas? Es decir, ¿juntas… juntas? ¿Se podía "estar con alguien" sin ser novios? Porque ninguna lo había dicho o puntualizado formalmente. Y obviamente a Adora no se le ocurriría jamás besar a nadie del mismo modo que podía besar a Catra, a su "Gatita" como la había empezado a llamar mentalmente al escuchar a Doppler Morfer hacerlo, pero entonces estaban Kyle, Lonnie y Rogelio… ¿Si entonces a Catra quisiera integrar a alguien más? No, no, mala Adora. Obviamente a Catra nunca se le pasaría eso por la cabeza. Justo en el Corazón le había confesado que siempre la había amado, sólo a ella. Eso debía ser suficiente.
Largas jornadas de trabajo. Largas siestas en los jardines de Luna Brillante. Convivir con sus amigos. Reconstruir, en todo sentido, reconstruir y redescubrir su relación. Volver a conocerse y asombrarse. Eso era maravilloso. Y suficiente… la mayoría del tiempo.
Catra y Adora estaban juntas y a solas en su habitación. Habían estado platicando, recostadas en la cama, mientras caía una suave lluvia en el exterior. Hasta que Catra empezó a jugar con el cabello suelto de la rubia, besarle en el cuello y a trazar dibujos sobre la piel con la punta de sus garras.
Con el regreso a sus entrenamientos de combate juntas, la intimidad física había crecido más, pues se sentían seguras de sus cuerpos entre ellas. Catra en especial había ganado mucha certeza. Se estaba reconciliando con su cuerpo y su forma de interactuar con Adora.
Solo en interiores, tenía mucha piel para explorar hoy. Adora se deshacía en espasmos entre sus manos y sus besos. Catra ya estaba con medio cuerpo sobre la rubia, besándole los hombros, viéndola entre pestañas, con una sonrisa pagada de sí misma que también estaba inundada de amor. Adora solo se sostenía la cara, llena de pena y deseo. Quizás hoy… Sentía crecer el calor dentro de ella. Ligeros gemidos se escaparon de sus labios y el nombre de Catra no dejaba de acompañarlos.
Catra se sentía tan… poderosa en estos momentos. Adora siendo un desastre gimiente bajo sus garras. Una masa derretida bajo sus besos. Pero su deseo no aceleraría las cosas, había soñado con esto durante tanto tiempo, que quería tomárselo con toda la calma del mundo. En cada sesión de besos descubren algo. Quizás ahora podría ir algo más lejos. Sin dejar de ver a Adora, se sacó el top, sentada sobre ella.
Los ojos azules la veneraron un momento delicioso, y después se apresuró a ponerlas en igualdad de condiciones. Los pechos suaves de Adora, coronados en pezones duros y rosados, aguardaban por la lengua húmeda que los haría temblar. Catra empezó por acariciarlos y mesarlos con cuidado y cariño, para después pellizcar con las garras retraídas. Con un pezón entre sus dientes, y el otro entre sus dedos, Adora sentía que iba a explotar.
—Wow, Catra… ¡Catra!— Adora volvió a taparse la boca pero no podía quedarse quieta, sintiendo la cola de Catra jugar entre sus muslos. —OH… Cat-Gatita!— La respiración de Adora tuvo oportunidad de normalizarse y la mente de aclararse. Entonces volvió a cubrirse la cara, cuando se dio cuenta de lo que había dicho. Y se puso mucho más roja de lo que ya estaba.
—¿Qué?— Dijo Catra en verdad shockeada.
—¡Lo siento!— Murmuró Adora sin descubrirse el rostro, con la voz ahogada todavía más por sus manos.
—¿Me dijiste… Gatita?— Catra solo estaba estupefacta.
—¡Lo siento!— Repitió. Esta vez solamente descubriéndose los ojos —No quería… No podía pensar bien.
—Adora, está bien— Catra puso sus manos sobre las muñecas de la rubia, presionando un poco para que se destapara ya la boca también.
—¿No estás molesta?— La rubia despegó las manos de su rostro, pero no las quitó del todo de entre las dos.
—¿Por qué lo estaría?— Catra se acomodó mejor sobre el estómago de Adora.
—Es que… no te gustan esas cosas… Además… tú y yo— Los ojos azules se abrieron demasiado, cayendo en cuenta de algo —¿Tú… y Doppler…?— No, Catra ni siquiera la dejaría terminar esa línea.
—¡No! ¡Para nada! ¡Con nadie! Por favor, Adora sabía que podías ser torpe pero este es otro nivel— La gatita trató de hacerlo sencillo —...Doppler Morfer solamente se toma demasiadas libertades— Gruñó por lo bajo.
—¿Puedo… Puedo llamarte así… también?— Preguntó con nervios, escondiéndose todavía un poco tras sus puños.
Catra la miró con esa mueca sorprendida siempre que Adora la tomaba desprevenida con su repentina timidez o ternura, encogió las orejas en placer y sonrió, dulce y gentil.
—Sí, claro que sí, tontita— Le susurró entre ronroneos. Ya tampoco le costaba tanto trabajo dejar salir esa parte suave con Adora, aunque fuera de estas cuatro paredes todavía fuera impensable. Su chica al fin dejo de esconderse detrás de sus puños y la miró con ojos soñadores y amorosos, sonrojada y feliz. Catra no podía creer a veces cómo es que no se había dado cuenta con certeza de lo fácil que era comprobar todo lo que Adora la amaba —¿Además… tú y yo, qué, Dora?
—Ah… Eso… uh, bueno…— La rubia desvió la mirada, más sonrojada otra vez —Me estaba preguntado… Si estamos… Ya sabes, solo nosotras… juntas… como, juntas-juntas— Catra volvió a parpadear, sorprendida más allá del shock.
—Adora ¿Si sabes que eres mi amor…?— Ahora la que se tapó la boca fue Catra. Y esa tonta sonrisa coqueta de Adora solo empeoraba el asunto.
—Oh, ¿Así que soy tu amor? Eso es taaan embarazoso para ti— ¿Cómo podían cambiarse los papeles tan rápido? Antes de que Catra pudiera reaccionar y escaparse, Adora dobló las piernas y se incorporó, abrazando a la gatita, torso con torso.
Con una mano le apretaba la espalda y con la otra le empezó a acariciar tras una oreja.
—¡No, no! ¡Eso es trampa, Adora! ¡Eres una tramposa!— Pero ya se deshacía bajo las caricias de su amor y su calor.
—Dilo— Pidió Adora.
La gatita era ahora el desastre tembloroso.
—Dilo otra vez— Ordenó suavemente la rubia, fuera de todo juego o broma. Con el deseo ferviente en la voz.
—¿Adora… qué?— Las uñas rascando dulcemente en su espalda, no la ayudaban a pensar. Sentir los senos lechosos contra sus pezones, tampoco.
—Dilo. ¿Qué soy para ti?
—Eres… Eres mi amor…— Adora la estrechó más fuertemente y empezó a besarle los hombros y el cuello, acariciando con su nariz en el proceso —Eres mi único amor… Siempre lo has sido. Solo tú, amor.
—Y tú el mío, Gatita… Mi amor— Las palabras eran pura miel y ambrosía entre sus labios.
Catra se acomodó sobre Adora y la tomó de las mejillas para besarla fuerte y dulce, gentil y duro.
…Quizás los sobrenombres cariñosos eran mejor de lo que Catra había pensado.
Notes:
N.A.
Quedan 9 horas y cuatro caps XD
Bueno, sigamos adelante.
Carpe Diem
Chapter 21: Future
Notes:
Hola! otra vez!
Bueno, definitivamente fue un buen avance estos días, y creo que estoy satisfecha con como salieron los caps.
Todavía le quedan 3 a la serie, y ahora que se acabo el boom y el finde, no sé cuándo podría traerlos de nuevo.
Al menos podemos ver este futuro.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Catra y Adora estaban radiantes, ambas con trajes blancos con detalles dorados. Catra incluso estaba usando zapatillas blancas también. Estaban terminando de arreglarse en lo que todavía era su habitación en el castillo de Luna Brillante, aunque ahora ya tenían su propio chalet en las inmediaciones de los Bosques Susurrantes más cerca al castillo.
Ahí, entre la quietud y la calma, habían criado a sus gatitas, que en estos momentos deberían de estar causando desastres en el castillo, junto con los hijos de sus amigos.
Era una ocasión muy especial.
No todos los días cumples 15 años de matrimonio con el amor de tu vida, y además compartes la fecha con tus mejores amigos en el universo. Parecía que toda Etheria estaba de fiesta.
También habían pasado cinco años desde que habían rescatado a Angella desde el portal, y justo ahora debía de estar cuidando de alguno de sus nietos junto a Micah. Esa Glimmer. Justo al día siguiente de haber recuperado a Angella, cuando se estaba preparando toda una fiesta para celebrar, la reina les anunció a todos que tenía dos meses de embarazo. Bow era un desastre de emociones desbordadas, y aunque George y Lance tenían como veinte nietos ya, reaccionaron tan emocionados como Angella y Micah. La vida simplemente no podía ser mejor.
Parecía que la fiebre de los bebés no iba a parar por un tiempo.
Antes que Catra y Adora tuvieran a sus gemelas, Mermista y Seahawk ya habían tenido a su primogénito, que era una copia exacta de Mermista, a no ser que toda su personalidad era la desbordante energía de su padre. Era el mayor de todos los jóvenes príncipes y princesas que habían llegado. Y justo tres meses después, Seahawk volvía a encestar, y así igualaron a Catra y Adora. Otro niño vio la luz en Salinas. Tristán, Morgan… y dos años después se les uniría la pequeña Ligeia. Había una broma general de que Tristán había sido concebido en Nuevo Escorpión durante el baile de Scorpia.
Cuando las gemelas tenían solo dos meses, Spinnirela y Netossa se acercaron a Catra y Adora, y desde entonces se habían sometido dos veces al proceso, siendo la primera en probarlo Spinni, y Netossa probarlo en sí misma dos años después. Breeze y Redretta eran las pequeñas princesas nacidas de su unión. Breeze tenía los mismos poderes de su madre, controlar los vientos le era natural, y hasta el momento, Redretta no había mostrado habilidad mágica alguna.
Perfuma y Scorpia no habían tardado en unírseles, y tenían no dos, sino tres niñas, y Scorpia parecía decidida a seguir haciendo crecer a su familia. Simplemente era feliz con un bebé entre sus brazos. Y la pequeña Lily, la menor de sus tres hijas, ya tenía 3 años. Flora, la mayor, tenía 7 años y Lauren, 5. Y aunque las tres tenían colas igual que poderosas que la de su madre, y fuertes exoesqueletos en los hombros y algunas crestas que Scorpia no tenía, solo Lily compartía sus pinzas con la actual regente de Nuevo Escorpión.
Hasta ahora los únicos que no tenían hijos propios eran Entrapta con Hordak, y Frosta, que llevaba ya una relación larga y estable con un noble de las Nieves, pero todavía no hablaban de boda.
Quizás era, porque mientras todos ya tenían parejas estables, y habían empezado a tener hijos con tranquilidad, a Frosta le tocó vivir otra época agitada. Solo un año después de rescatar a Angella, un distante planeta, que había estado peleando también contra la Horda, se había dedicado a robar y adaptar su tecnología para usarla ahora para sí mismos. Pronto los planetas afectados por estos nuevos invasores, a pesar de estar a muchos años luz de Etheria, pidieron ayuda a la Rebelión y la propia She-ra.
El conflicto no llegó a estar jamás ni cerca de Etheria, pues Adora no lo permitiría, y gracias al sistema de portales, tenían una movilidad mayor de la que tuviera Horde Prime en su momento. Y le permitía tener a sus gatitas a salvo, lejos del peligro, sin dejar de verlas por mucho tiempo. Y por supuesto que con las estrategias de Catra, luchando a su lado, no había modo de que perdieran. Aunque tuvieron algunas peleas feas entre ellas. Toda la campaña se extendió durante dos años etherianos. Y Frosta había sido la princesa que siempre había estado al frente.
Ahora pintaba maravillosos años por venir de nuevo. Y todo lo que viniera, lo enfrentarían juntas.
Adora le tendió la mano a Catra, y ella se la recibió. Después de un beso suave, salieron al fin con rumbo al Salón del Trono, enfiestado para su reafirmación de votos. Glimmer estaba hermosa con un vestido largo y lila. Las alas de luz que un día la envolvieron en su coronación, ahora resplandecían tras ella. Ahora una parte de su cabello caía largo por su hombro derecho, sosteniendo el peinado con una elegante y apretada trenza, que la misma Angella le arregló.
Donde normalmente estaban los tronos, ahora estaba el sencillo y magnifico arco de flores blancas y violetas que presidía a los das dos parejas. Todos estaban guapisimos. Mermista con su traje oscuro y Seahawk con chaqueta y túnica café y azul. Scorpia y Perfuma iban combinadas en rosado y blanco. Hordak había dejado su negro habitual, por un traje de túnica gris muy elegante, con una flor morada que Perfuma le había dado para combinar con el traje púrpura de Entrapta.
Frosta y su novio, Jack, iban combinados en los colores azules y grises del Reino de las Nieves. Y todos los niños eran un festival de colores. Excepto dos.
Elizabeth y Charlotte iban enteramente de blanco, en dos bonitos vestidos con holanes y vaporosas faldas, con las salvajes melenas castañas sostenidas con una trenza a modo de diadema.
Cada una sostenía un cojín violeta, solamente un poco más oscuro que las flores sobre ellas. Y en cada cojín, descansaba un par de cajitas.
Catra y Adora, vieron orgullosas a sus hijas, y después voltearon a ver a Bow y Glimmer, al lado de ellas, mientras ellos veían a sus propios hijos, Elliot, el pequeño de 4 años, sostenido por George y Lance, y Olivia, de solo dos años, por Micah y Angella. Ante el aclaramiento de garganta de la gran hechicera, voltearon al frente por fin.
—Hoy estamos todos reunidos aquí, para celebrar la unión y el amor. El amor que se ha mantenido durante quince años, que ha atravesado guerras, despedidas y reencuentros, y que ha florecido con la muestra más grande de compromiso entre aquellos que se aman— La voz de Castaspella llenaba el recinto con dulzura y magia.
Entre risitas, las niñas presentaron los cojines, de donde cada pareja tomó sus anillos correspondientes, para ponerlos en el dedo anular de su compañero.
Los anillos, se habían popularizado entre los Etherianos desde que She-ra y su compañera los utilizaran.
—Yo, Adora Rainbow Fist, te elijo a ti, Catra Applesauce, como cada mañana, para despertar contigo. Para sostener tus deseos y acompañarte durante el tiempo que nos quede juntas— A sus 38 años, Adora no podía ser más hermosa. Catra juraba que cada día lo era más.
—Yo, Catra Applesauce, te escojo a ti, Adora Rainbow Fist, como mi compañera, para todos los momentos, buenos y malos, que vengan por delante. Para amarte y adorarte cada día que nos quede juntas— Con las manos entrelazadas y el amor brillando en todo el ambiente, escucharon los votos de sus amigos. Tan simples y poderosos como los propios.
Notes:
N.A.
Solo puedo decir, que sí, a mí también me ha cambiado la vida este show, y me ha abierto los ojos a muchas cosas y experiencias nuevas.
Que siempre regresaré a su historia y descubriré algo más, porque las historias no son contadas jamás dos veces igual.
Fue muy duro pelear contra mi cabeza para traer lo más que pudiera estos días y créanme que con sus votos y lecturas, ayudaron mucho. Ahora solo me centraré en lo que se logró y no en lo que se pudo haber hecho.
Lo disfrute mucho :3
AlexRD on Chapter 9 Mon 02 May 2022 08:50PM UTC
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AlexRD on Chapter 11 Wed 04 May 2022 05:55AM UTC
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AlexRD on Chapter 17 Thu 12 May 2022 11:47PM UTC
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MoonGrey on Chapter 17 Fri 13 May 2022 09:53PM UTC
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Sigmasochist on Chapter 18 Sun 12 May 2024 01:17AM UTC
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gijipaw on Chapter 18 Fri 17 May 2024 07:33PM UTC
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0Elgatopintodelarchivodevapor0 on Chapter 18 Sun 19 May 2024 12:48AM UTC
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