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¿Recuerdos?

Summary:

En un principio Obito no entiende lo que pasa y no le importa, pero al crecer cree que está enloqueciendo, después que tiene visiones o que está recordando su vida pasada. Al final concluye que de alguna manera tiene visiones de su futuro o de una versión de lo que pasaría...

*Historia paralela desde la perspectiva de Obito

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La primera vez que pasa tiene ocho años y cree que solo fue una extraña pesadilla. No recuerda lo que soñó pero la sensación de culpa y miedo no desaparecen por lo que parecen eternos minutos.
Se avergonzó de haber gritado al despertar, se supone que si será un gran ninja no debe gritar asustado ni llorar. Igualmente no se quejó cuando su abuela secó sus lágrimas y le dijo en un intento de consolarlo que todo estaría bien. 

Cuando se dirige a la academia al otro día es como si no hubiera llorado como un bebé por una pesadilla y corre hacia dónde está Rin para comenzar su día con una gran sonrisa. Aunque algo lo insta a buscar a Kakashi con la mirada y se sorprende cuando se da cuenta que ese niño presumido no está. Rin, al contrario suyo, comienza a preocuparse e intenta tranquilizarla. Él solo suspira como si no entendiera por qué está nerviosa por la falta de ese niño a pesar que él también cree que es extraño que ese presumido falte, pero en su caso no piensa más allá y quiere concentrarse en sus clases porque quiere pedirle una revancha de su última pelea.

—Gai también faltó hoy— le señala Rin antes de que el maestro les pida silencio y siga con su clase.

Cuando pasan tres días y Kakashi y Gai siguen sin aparecer en la academia y no se los ve en la aldea Obito se acerca a su maestro para preguntar qué está pasando con Rin a su lado. 

—Se van a enterar de todos modos— suspira su maestro y los mira con aprensión haciendo que el miedo se extienda por Obito —El padre de Kakashi... Él murió hace unos días. Los Maito están dejando que se quedé con ellos mientras se normalizan sus asuntos.

Obito se despide de Rin luego de ello y corre a casa sintiendo pena por Kakashi porque, aunque no se lleven bien, las veces que lo vio con su padre no actuó como un presumido e insoportable idiota sino que lo vio actuar como un niño igual a ellos. Entoces, mientras corre sintiendo lastima por ese niño, es cuando sueña despierto por primera vez y casi se cae de cara al suelo por ello. 
Se vio caminando por el parque donde jugaba con los demás niños, entre ellos Rin y Kakashi, pero esta vez solo está Kakashi en ese lugar viendo hacia el lugar donde su padre siempre aparecía para llevarlo de vuelta a casa. Es extraño y no tiene tiempo de pensar antes de cambiar su rumbo e ir hacia ese lugar creyendo en que lo encontrará en ese lugar.

Se siente estúpido al llegar y no encontrar a nadie ahí, también estaba confundido por lo que hubiera hecho si Kakashi habría estado en ese lugar. Ese chico era muy orgulloso para aceptar consuelo alguno. Cuando llegó a su casa todavía se sentía extraño y antes de ir a dormir le cuenta a su abuela lo que pasó.

—¿Ese niño es tu amigo?

—A veces— pensó su respuesta y no estaba seguro de si estaba bien llamar amigo a alguien con quien pelea tan a menudo, pero a la vez también es alguien con quien pasa tanto tiempo y de vez en cuando se divierte así que no era un enemigo.

Su abuela resopló ante su respuesta perdiendo la seriedad por un momento.

—Escucha bien esto Obito, sea tu amigo o no, tienes que ser un buen compañero y ser amable con él porque acaba de vivir algo muy traumático.— ella pareció analizar sus palabras antes de volver a hablar ante la atenta mirada de Obito —Sakumo Hatake llevó a cabo el seppuku en su propia casa y fue su hijo quien lo encontró. Ese niño vio algo que no debería haber visto.

Obito sabía qué era el seppuku y volvió a sentirse mal por Kakashi. Y no era extraño que su abuela estuviera preocupada por un niño que ni siquiera conocía realmente luego de saber por lo que pasó, sabía que su abuela estaba en contra de que niños fueran expuestos a lo peor de la guerra y a situaciones traumáticas. Por esa razón él no era cercano a sus parientes, muchos creían en la exposición de esas situaciones para despertar el sharingan y su abuela no quería que lo expusieran. Razón por la cual también ella mantenía una relación tensa con el clan.

—Seré bueno con él— dijo decidido a ser un buen amigo, podía dejar a un lado sus peleas y el hecho de que su actitud lo irritaba. Al menos por un tiempo, porque todavía quería pelear con él y probar que podía ser mejor.

El problema en su plan de volverse un buen amigo fue que Kakashi no volvió a la academia, se había graduado sin decirle a sus compañeros unos días antes del suicidio de su padre. Además estaba sospechando que Kakashi lo evitaba a propósito a él más que a nadie ya que Rin le había comentado que logró hablarle algunas veces. 

Podía verlo de lejos de vez en cuando y sabía que al único a quien dejaba acercarse y con quién pasaba el tiempo era Gai. Y ese detalle lo hizo sentir ofendido, ese niño era molesto y aún así Kakashi lo prefería. 

Obito decidió tomarse más enserio su entrenamiento y estudios, ser dejado atrás no era algo que aceptara fácilmente.

Trabajó duro y logró graduarse finalmente en su segundo intento, estaba contento y orgulloso. Cuando le informaron el lugar y la hora dónde se reuniría por primera vez con su equipo estaba contento y expectante a más no poder.

Fue durante unas horas antes de tener que reunirse con su equipo y sensei que cayó en cuenta realmente de lo que estaba por pasar. Comenzaría su vida como un ninja finalmente.

Llegó tarde y para su grata sorpresa su equipo estaba conformado por Minato Namikaze como su sensei y como sus compañeros Rin y Kakashi.
Rin era la chica más linda y buena que había conocido, francamente estaba ilusionado de pasar más tiempo con ella. Y en cuanto a Kakashi, esperaba no llevarse tan mal con él porque su esfuerzo en gran parte fue porque quería ser su igual y ahora tendría la oportunidad de demostrarle que lo era.

Obito no podía evitar ayudar a los ancianos, creció viendo cómo su abuela no recibía ayuda alguna y no quería ser de esa forma así que sí, ayudaba a las personas como su abuela con sus compras o con lo que necesitaran. Su sensei entendió el por qué llegó tarde pero le pidió que fuera puntual y Rin fue compresiva y amistosa como siempre. Kakashi fue indiferente, no se enojó ni mostró interés alguno por su presencia.
A Obito... no le gustó su actitud.

Kakashi era diferente a como lo recordaba. Aún tenía esos aires de aparentar ser mejor que el resto, pero también había algo simplemente diferente y que no podía identificar en él. Era extraño, pero lo más extraño es que esperaba un recibimiento diferente de su parte. Había vuelto a tener esas pesadillas por la noche, solo que al volver a dormirse soñó con su primer encuentro con su equipo y Kakashi era uno de ellos. Él lo había regañado por su tardanza y sermoneado sobre la puntualidad. Y aunque fue molesto, esperaba que su sueño se cumpliera. Era un anhelo extraño, pero aunque se le hizo molesta su actitud en el sueño al despertar se sentía contento, como si hubiera revivido un momento apreciado.

Su sueño, para su sorpresa, sí se cumplió en parte. Minato era su sensei y sus compañeros de equipo resultaron ser Rin y Kakashi. Y tal vez debió comenzar a sospechar de sus sueños y pesadillas con más detenimiento, pero estaba tan contento de su comienzo en el equipo siete que dejó volar cualquier inicio de preocupación por aquello.

Y cuando Minato le pidió que se presentara formalmente primero no pudo evitar gritar, luego de decir su nombre, que se convertiría en el Hokage. Había mucha ilusión y alegría cuando expresó su sueño, quería ser el primero del clan Uchiha en convertirse en Hokage, demostrando a los miembros de su clan su valía. Instintivamente desvió su vista del rostro sonriente de Minato sensei hacía Rin para verla sonriendo y dándole ánimos para cumplir su objetivo. Sonrió más al ver que ella no lo miraba con burla como todos los de su clan al expresar su sueño, pero su sonrisa se congeló cuando sin pensarlo buscó a Kakashi con la mirada.

Él estaba sonriendo, lo sabía aunque no podía ver la parte inferior de su rostro por la rara máscara que siempre usaba. Y para su sorpresa sus ojos, su mirada alegre, transmitían una calidez que le llegó haciendo que se avergonzara un poco y desviara la mirada. Supo que no lo miró con burla.
Kakashi jamás lo había mirado de esa forma, es más, nunca creyó que ese niño tuviera muchas emociones a no ser que fueran dirigidas a su difunto padre o a los Maito.

Aún sonrojado por la vergüenza inesperada fijó su vista en Rin mientras ella se presentaba y les decía con determinación que esperaba ser una ninja médico como la legendaria Sannin Tsunade.
Y cuando fue el turno de Kakashi Obito superó su momentánea vergüenza anterior y volvió a mirarlo esperando algún sueño como el de ser Hokage o un ninja legendario, pero él dijo su nombre y simplemente dijo que tenía algunos objetivos y sueños que le gustarían cumplir sin entusiasmo alguno y sin revelar nada.

Y eso fue decepcionante.
Minato sensei también debió pensarlo porque ladeó la cabeza y sonriendo un poco le preguntó si no había un sueño que le interesaría cumplir con muchas ansias. Los tres miraron con atención a Kakashi cuando pareció concentrarse y pensar está vez realmente en su respuesta.

—¡Oh!— cuando abrió grandemente los ojos como si algo importante se le hubiera ocurrido todos quedaron expectantes ante lo que diría —Uno de mis sueños es conocer Jiraiya sama.

Bueno, Obito no esperaba eso y cuando estaba por preguntar por qué su sensei se le adelantó.

—¿Quieres ser entrenado por él? Seguro sabes que él fue mi maestro, entiendo por qué quieres ser entrenado por él. Es un gran maestro— sonrió alegre Minato ante su aparentemente gran sueño, hasta que Kakashi volvió a hablar.

—Maa... No, estoy conforme con usted como mi sensei.— se encogió de hombros como si ser entrenado por uno de los legendarios Sannin fuera algo innecesario —Quiero hablar con él de sus novelas y saber más sobre lo que lo inspira.

Obito pensó por unos segundos que era una broma, pero lo descartó enseguida por la mirada un tanto soñadora de Kakashi al decir aquello. En todo el tiempo que no trató con Kakashi definitivamente algo había cambiado en el niño, todavía no sabía si era algo bueno o malo, pero tuvo la necesidad de mantenerlo más observado que antes. Después de todo, ahora eran un equipo.

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Trabajar en equipo era difícil y Obito sabía que parte de la dificultad era culpa suya. No es que no se tomara en serio el entrenamiento y las misiones de bajo rango. Es solo que no podía evitar ayudar a los ancianos y tampoco podía controlar aún toda esa energía que por momentos le hacía sentir que se iba a desborda de su cuerpo de alguna forma. Concentrarse era algo extremadamente difícil a veces.

Y el exceso de energía era algo extraño cuando lo analizaba porque si no estaba entrenado con el equipo siete, lo hacía también por su cuenta en el bosque o estaba ayudando con los mandados y quehaceres de los adultos mayores  (no sólo los de su clan). Además que no lograba dormir las horas que se suponía que necesitaba, es más, hasta algunas noches no dormía para nada. Al parecer había heredado la hiperactividad de su madre, además de un control emocional bastante bajo. 

Los Uchiha eran personas muy emocionales. Amor y odio iban de la mano en muchas de las relaciones familiares y románticas, cualquier emoción podía ser llevada al extremo. Su madre fue un paso más allá y para la preocupación de su abuela, aunque quisiera no demostrarlo, él parecía también ir por ese camino.

Obito sabía por los comentarios de los demás ancianos del clan que su madre se había debilitado y no solo físicamente durando su embarazo por la depresión que le causó la perdida de su pareja. Ellos no se habían emparejado y sin esa unión nadie esperaba que llegara al extremo de  debilitarse tanto. Solo había aguantado hasta que llegó el momento de dar a luz a su hijo, pero hasta ahí llegó su lucha. Su abuela no le había dado detalles, solo dijo que durante el parto había habido muchas complicaciones y nadie pudo salvarla.

Obito nunca le confesó que sabía que mordió una cápsula de veneno en cuanto él lloró por primera vez a los pocos minutos de nacer.

Ella aceptó el rechazo del clan y su familia, también renunció a sus sueños y a su progreso como ninja. Todo para estar con el hombre que amaba y cuando lo perdió no pudo amar a nadie más lo suficientemente para querer seguir. Obito estaba consciente que su abuela, en cuanto más similitudes con su madre presentaba mientras crecía, tenía miedo de que él tuviera un final trágico al igual que ella. Que sus emociones lo dominaran lo suficiente para no ver más allá.

Obito a veces también temía que sus emociones lo superaran.

Pero una sonrisa y una actitud extremadamente positiva era su forma de evitar preocupar más a su abuela y ayudarse a sí mismo a no pensar tanto en lo que sus parientes más desdeñosos decían sobre él.

Aunque el ambiente tenso en los dominios de su clan y su hiperactividad no eran lo único que lo hacían desconcentrar, también estaban sus sueños que lo hacían despertar a mitad de la noche. Ya no podía ignorar que muchos de ellos al día siguiente o a los días se cumplían de alguna forma, no eran exactos, muchas situaciones sí sucedían pero no en el orden correcto o con las reacciones que recordaba. Así que Obito sabía que no eran confiables. Los más raros eran los que tenía cuando "soñaba despierto" y estos sí le preocupaban. No sucedían a menudo, en realidad sólo fueron cuatro veces en las que de la nada todo a su alrededor se desvanecía y veía a cosas como lo haría si estuviera durmiendo. Era como lo que creía que pasaría si fuera víctima de un genjutsu.

Y su última experiencia con esos sueños, que estaba comenzado a llamar de vez en cuando visiones, fue antes de la prueba en el bosque. Había terminado de dejar todas las bolsas que un anciano intentaba llevar por su cuenta a su hogar y se encontraba corriendo hacia el lugar dónde iniciarían el segundo examen cuando se detuvo tan de repente que no pudo evitar tropezar y rodar por el camino llenándose de pasto y tierra. Y mientras rodaba por el suelo tuvo esa extraña experiencia de soñar despierto. Había visto a Kakashi molesto esperando junto a una Rin preocupada, él le había gritado y regañado por su tardanza y Rin había suspirado aliviada e intentado aligerar el ambiente. No duró más de unos segundos y estaba seguro que pudo haber durado más si no fuera por el dolor en su rostro por terminar estrellándose de cara al suelo.

Creyendo que sabía lo que pasaría en cuanto llegara se preparó mentalmente para una reprimenda de su compañero, pero en cuanto llegó esa visión no se cumplió tal cual la soñó. Kakashi y Rin estaban junto al instructor que los haría comenzar la prueba terminando de beber algo que Kakashi trajo en un termo y por los envoltorios en una bolsa también habían comido algún tipo de pastelillos. Y cuando se rascó la nuca sonriendo aliviado por evitar una discusión con Kakashi y preocupar a Rin preguntó si habían dejado algo para él. El Jounin lo había mirado con una ceja levantada y Rin negó sonriendo un poco apenada.

—Los que llegan tarde no obtienen nada—  había sentenciado Kakashi viéndolo de reojo antes de tirar la bolsa en un cesto de basura que estaba a poca distancia.

Obito había resoplado y recordando con una gran sonrisa el dulce que el anciano le obsequió. Lo abrió y se lo metió a la boca antes de entrar al bosque. Kakashi lo había mirado fijamente y cuando él levantó una ceja esperando que dijera algo solo lo vio encogerse de hombros y lo escuchó murmurar algo de "aprender a la fuerza".

Y Obito ciertamente aprendió ese día a no comer nada mientras intentaba hacer el jutsu bola de fuego porque se ahogó con el caramelo y Gai, sin ser su intención, lo salvó dándole una patada que si bien lo noqueó también lo ayudó a volver a respirar.

Cuando acabó la prueba se encontró todo magullado y tan cansado que en cuanto llegó a casa saludó a su abuela y luego de decir que pasaron el segundo examen prácticamente se desmayó y despertó al otro día con los empujones de su abuela preguntando si no debía de haberse ido ya. 

Solo se había lavado el rostro antes de correr hacía donde ocurriría la última prueba. No recordaba haber soñado con nada, pero estaba seguro que sus compañeros seguro estaban esperando tranquilamente su llegada como el día anterior, no esperó ninguna reacción negativa de su parte. Después de todo era reconocido por llegar tarde o mejor dicho justo a tiempo. Así que la mirada reprobatoria y la postura de brazos cruzados de Kakashi lo tomó por sorpresa cuando lo tuvo a la vista.

—¡Llegas tarde Bobito!¡Otra vez!— le había gritado sin medir su tono y todas las personas cercanas y no tan cercanas a ellos se giraron para mirar la escena. Obito enrojeció de vergüenza por los murmullos y risas de los demás. Y cuando estaba por intentar dar una escusa falsa, porque esta vez francamente se había quedado dormido, Kakashi lo interrumpió picando su pecho con su dedo y mirándolo fijamente a los ojos con el ceño fruncido —¡Sin escusas Obito! ¡Tonto irresponsable, disculpate con Rin!

Solo en ese momento se dió cuenta que hacía falta la persuasión y amabilidad de Rin para evitar que Kakashi lo regañara como cada vez que lo hacía enfadar. Cuando él la vio sus ganas de dar escusas o enojarse por la escena que estaba montando Kakashi se desvaneció. Ella realmente estaba nerviosa por su tardanza.

—Lo siento— dijo enrojeciendo mientras miraba a sus dos compañeros y los comentarios de cómo era puesto en su lugar por un niño más pequeño llegaron a sus oídos. A Obito le constaba recordar que era mayor que Kakashi, pero el recordarlo solo lo hacía sentirse aún más avergonzado por sus acciones así que selectivamente borraba esa información cada vez que se la recordaban.

Minato sensei solo había agitado su cabello sonriendo por ver que se disculpó en vez de alentar una pelea como usualmente haría. Y supo por qué Rin estaba tan nerviosa por su tardanza cuando ella informó que también participaría de las peleas. 

Obito estaba al tanto de los entrenamientos de Rin y Kakashi con Gai, pero nunca la había visto pelear ni entrenar su taijutsu. Las veces que la acompañó terminó en peleas con Kakashi o Gai, así que dejaron de invitarlo a esos entrenamientos y solo lo incluían si harían algo que no tenía nada que ver con entrenar. Francamente estaba asustado y sintió ganas de vomitar ante la idea de dejar que alguien le hiciera daño. 

Rin noqueó a su oponente de un solo golpe y su mandíbula casi se dislocó de la impresión al abrir tanto la boca por lo que ella hizo, Kakashi a su lado solo resopló claramente divertido por su reacción.

Y cuando fue su turno estaba tan animado por los ánimos de Rin que miró expectante a Kakashi. Pero él se acercó y lo miró serio.

—Presta atención Obito, no te confíes porque Gai es tu oponente. Que él solo sepa taijutsu no lo hace un oponente débil así que no seas un idiota. Recuerda como te noqueó en el bosque, tonto.

Obito no estaba seguro de si Kakashi sabía cómo dar ánimos, pero claramente si sabía no lo estaba haciendo cuando se trataba de él. Molesto por el recordatorio de su derrota anterior fue a enfrentar a Gai, enrojeció cuando el idiota le preguntó quién era. Siempre hacía lo mismo o lo llama "Uchiha-kun" como si no recordara su nombre. 
Ante los gritos de Rin había mirado hacia las gradas y sonreído por su apoyo, también se sorprendió por el pulgar hacia arriba de Kakashi. Aunque seguro lo hacía porque Rin se lo pidió. 
Estaba envalentonado por el ánimo sincero de Rin y el querer demostrar a Kakashi que él era mejor que el idiota de su amigo cejón.

Gai lo volvió a noquear de un golpe. Obito ni siquiera llegó a verlo moverse.
Cuando despertó estaba con el ojo vendado y era el turno de pelear de Kakashi, aturdido por su derrota solo siguió a Rin y apoyó con un pulgar levantado a Kakashi al igual que él hizo antes por él. Aguantó las lágrimas lo más que pudo pero una que otra logró salir de sus ojos. 

Kushina, esquivando a los ninjas encargados de mantener el orden en el lugar, logró colarse en el área donde estaban y abrazarlos a los tres casi hasta asfixia evitando que advirtiera a Kakashi de decirle algo sobre su derrota.

—Obito— Minato lo había apartado un momento mientras Kushina seguía asfixiado a sus compañeros. Sus ojos se volvieron a aguar ante la idea de ver la decepción en su sensei —Estoy seguro que podrás hacerlo bien el próximo año, eres un chico inteligente y sé que aprenderás de tus errores. No vas a volver a subestimar a tus oponentes y aprenderás a concentrarte como se debe. ¡Tienes lo que se necesita para ser un gran ninja Obito, no te desanimes por un tropiezo en tu camino!

Obito dejó que algunas lágrimas salieran sin esforzarse por disimular, estaba aliviado por las palabras de Minato. 

Minato sensei, Rin y Kakashi eran importantes para él. Por esa razón no se sorprendió cuando al volverse tan cercanos comenzó a entrenar más por su cuenta para poder ser alguien capaz de proteger sus espaldas.
Para el momento en que Minato les habló de los exámenes Chunin, diciendo que sabía que estaban listos, sus emociones estaban a tope. Y ser el único de su equipo en no lograr ganar su pelea y desaprobar el examen final casi lo hizo querer renunciar por la vergüenza de no estar a la altura de sus propias expectativas.

Quería proteger a Rin y ser el igual en batalla que Kakashi, alguien de quien Minato sensei pudiera enorgullecerse. Las palabras de su sensei lo hicieron tener esperanza. 

Asistió a los entrenamientos que Minato impuso a sus compañeros para mejorar sus habilidades. Luchó por primera vez con Rin y se sorprendió por la fuerza bruta que ella poseía en sus manos, aunque con sus piernas su control era menor. Quedó en el suelo sin poder moverse por casi una hora cuando no se dió cuenta que Rin probó un paralizante con un senbon en él. Ella se disculpó luego aunque él solo se rió porque francamente el punto de la pelea era que ella practicará todas sus habilidades y Minato se lo recordó. También terminó en el suelo luego de su pelea con Kakashi, pero esta vez tenía plena movilidad de sus extremidades y sonrió vacilante cuando él no lo miró altivo y lo ayudó a ponerse de pie. Rin seguía viéndolo amistosa y sin nada de lástima y Kakashi también seguía tratándolo como antes. Sus compañeros no lo veían como un fracasado y sintió que podía seguir respirando tranquilo y seguir con determinación su entrenamiento.

Sabía que podía alcanzarlos y volverse un gran shinobi al que vieran con orgullo.

Kakashi y Rin habían aprobado los exámenes y ascendieron juntos al rango de Chunin.

Trabajó en su carácter y prestó atención para lograr mejorar con su trabajo en equipo en los entrenamientos con Minato y en las misiones. Estaba orgulloso por el éxito que lograron con su sincronización y comunicación. Los tres mejoraron increíblemente rápido. Por esa razón había querido participar en los entrenamientos que Rin mantenía con Kakashi y él rarito de Gai.

Obito había desarrollado una aversión por el chico de peinado raro y vestimenta graciosa. No lo soportaba y sabía que no solo era porque había perdido ante él varias veces, no lo soportaba porque Kakashi le dedicaba sonrisas relajadas y amistosas tratándolo como si ese ratito fuera el mejor chico del mundo. Obito sentía la necesidad de sacudir a su compañero y hacerlo entrar en razón, Gai podía ser mejor de lo que le daban crédito pero seguía siendo un ratito ante sus ojos y quería mantenerlo lejos para que no contagiara a Kakashi con sus excentricidades. 

Así que cuando Kakashi comenzó a comportarse raro luego de una misión difícil e ignoró sus preocupaciones, pero se iluminó al ver a Gai después de dar el informe al Hokage antes de poder controlar esa expresión supo que por culpa de Gai estaban perdiendo su compatibilidad como compañeros. 

Resultó que se estaba presentado con tan solo diez años, siendo el primero del equipo en hacerlo. Rin le había comentado cuando la acompañó que Kakashi, al igual que los Maito, creía que sería un Omega. Obito se rió y dijo que siendo tan molesto y mandón seguro sería un Alfa. No entendió por qué Rin se rió fuertemente ante lo que dijo.
Y su mandíbula amenazó con dislocarse por segunda vez en su vida cuando varios días después Minato los convocó y Kakashi apareció también, como si nada le hubiera pasado, y anunció que se presentó como un Omega.

Al poco tiempo, francamente, Obito olvidó ese detalle de su compañero porque él no vio ninguna diferencia en la personalidad y físico de Kakashi.

***

Pronto descubrió que fuera de las misiones y entrenamientos no podía controlar su carácter. Quería impresionar a Kakashi pero éste era difícil de vencer y sabía que perdía el control cuando seguía presionando en las peleas porque no quería darse por vencido a pesar de saber que no ganaría. Se volvía más bruto y agresivo con sus ataques, pero igualmente insistió en esos entrenamientos a pesar que sabía cómo terminaron sin Minato presente, porque cuando se ponía de esa forma ni Rin podía lograr que pararan. Usualmente Kakashi tenía que inmovilizarlo hasta que el cansancio hizo el resto o peor, si Gai estaba presente lo noquea sin vacilación alguna. Aún así siguió insistiendo en entrenar con Kakashi y cuando éste de negó y dijo que no volverían a hacerlo sin Minato presente para supervisarlo... por primera vez sintió un subidón de ira tan fuerte que más tarde lo dejaría asustado. Había tenido el impulso de atacar a Kakashi y no como parte de un entrenamiento o con un golpe amistoso. Fue un impulso que lo preocupó y avergonzó luego, pero que por suerte se aplacó cuando Kakashi volvió a hablar sin inmutarse por su comportamiento.

—Me hace sentir mal Obito— había dicho desviando la mirada ante lo que dijo y Obito se sorprendió por cómo sus hombros se encogieron un poco cuando habló. Kakashi jamás se había mostrado de esa forma, nunca dejó verse afectado por el miedo o preocupación —Cada vez que entrenamos por nuestra cuenta terminamos teniendo una pelea que se vuelve real. Solo buscas hacerme daño cuando te frustras y yo tengo que esforzarme por no sucumbir también. Y eso no se siente bien para mi... Me hace sentir realmente mal. Por eso no quiero entrenar de esa forma contigo sin que Minato sensei nos supervise.

—Lo siento mucho Kakashi, no me di cuenta que te estaba afectado de esa forma— logró decir aún aturdido por descubrir lo que causan sus arrebatos. Kakashi no lo había dicho directamente, pero entendió que por momentos había logrado asustar a su compañero por su forma de ser. Sabía que no le ganaría aún en una pelea y que Kakashi también lo sabía, pero eso no significaba que no tuviera las habilidades para hacerle un daño importante si no lo detenía a tiempo. —No volveré a insistir.

—Está bien, gracias por entender— Kakashi sonrió antes de volver a recuperar su postura habitual. —Puedes acompañarnos y ser compañero de entrenamiento de Rin. A ella no le harías daño.

Y dicho eso se encogió de hombros despreocupado y siguió su camino, sin darse cuenta que Obito se quedó en su sitio congelado por sus palabras. No le gustó que Kakashi creyera que a él sí le haría daño si tuviera la oportunidad sin remordimiento.

***

Logró aprobar los exámenes Chunin en su segundo intento, luego de más entrenamiento físico y también mental para dominar sus emociones desenfrenadas. 
Rin y Kakashi lo habían esperado y felicitado por su aprobacion. Había soñado con ese par haciendo exactamente lo que hicieron. Solo que Kakashi, al contrario de su sueño, esta vez lo saludo con una sonrisa que podía distinguir por cómo sus ojos se arrugan un poco en las esquinas y brillan mostrando simpatía. Las pocas veces que recibía ese tipo de mirada de su compañero su cara enrojecia porque jamás podía predecir cuándo sería visto de esa manera por él. Y cuando Rin le comentó en un susurro que quería verlo luego, su cara se había sonrojado aún más.

Se había enamorado de Rin desde el primer día de apertura en la academia. Ella era la niña más bonita y amable. Nadie además de su abuela lo había tratado con amabilidad y respeto. Fue inevitable el fijarse en ella cuando era la única que lo veía realmente como si fuera alguien digno de recibir atención. Rin era lo que escuchó nombrar por otros "su primer amor". 

Pero desde que comenzó a formar parte del equipo siete algo cambió. Ella seguía causándole una agitación en su pecho, pero para su vergüenza y preocupación, Kakashi también causaba ese tipo de perturbación en su corazón cuando lo veía sonriendo o lo invitaba a su casa donde se dedicaba a husmear en cada rincón para calmar sus nervios por estar en compañía de un Kakashi relajado y hasta hogareño.

Todo era muy confuso.

Pero aún así se animó pensando en que si Rin gustaba de él podría olvidar esa sensación rara que le causaba y que antes había pertenecido solo a su compañera. Había comprado un ramo de flores y llegado con varios minutos de antelación esperando que toda esa confusión se arreglara luego de confesarse a Rin y que ella le diera una oportunidad de cortejarla. 

Sus esperanzas se esfumaron cuando ella llegó con todos sus compañeros de su generación para planear darle un regalo a Kakashi por su ascenso a Jounin.

Tenían unos días antes de que fuera de conocimiento público ya que Kakashi lo mantuvo en secreto pero Minato y Kushina se lo dijeron a Rin. Durante esos días Kakashi estuvo insoportable durante los entrenamientos, tanto que Obito olvidó por momentos que había prometido no pelear de verdad con él. El último día de su entrenamiento, antes de que Minato les informara cuál sería esa gran misión que tendrían, Obito provocó a Kakashi para que hiciera el jutsu en el que falló por lo que parecieron horas y para su vergüenza Kakashi lo logró en su primer intento. Fue humillante y no huyó o sucumbió a sus ganas de llorar de frustración porque había logrado controlar mucho esa parte de su personalidad.

Cuando Kakashi se disculpó por su comportamiento y dijo que se encontraba nervioso y hormonal pero que lo sentía porque eso no era excusa para provocarlo y causar tensiones Obito se relajó y recordó que Kakashi era un Omega. No conocía a otro Omega masculino además de su sensei y compañero, pero tenía entendido que ellos pasaban por algunas cosas como las Omegas femeninas y las mujeres betas. Recordando algo hormonal por lo que pasaba su tía se lo comentó a Kakashi para que no se avergonzara. Pero debió ser muy bruto porque Kakashi claramente no entendió que quería ser amable y compresivo, lo llamó idiota y se alejó. Obito está vez no se enfadó, Kakashi no tenía la culpa de estar pasando por lo que creía que era la menopausia.

Más tarde se animó a hablar con su abuela cuando ella preguntó que era lo que lo tenía tan desanimado.

Fue vergonzoso contarle sobre cómo se enamoró de Rin y aún más vergonzoso confesar que aunque estaba seguro que amaba a Rin, en algún momento había comenzado a sentirse atraído por Kakashi y que él también despertaba sentimientos que pensó que solo sentiría por ella.

—Realmente ya no eres un niño pequeño— había dicho su abuela sonriendo un poco y él se sonrojó aún más —Todos tenemos un primer amor Obito y según mi experiencia rara vez ese amor florece y madura románticamente. Según entiendo amas aún a tu amiga, pero no de forma romántica. Estoy segura que como todo Uchiha estarás unido a ella por siempre porque nosotros amamos intensamente. Pero tú corazón ya decidió no evolucionar ese amor a algo más profundo.

—Oh...— atinó a exclamar sintiéndose expectante por lo que su abuela decía.

—Y al parecer ese chico no solo despierta tu espíritu competitivo. Te gusta y comenzó a hacer que tu corazón sienta afecto por él. No puedo decirte si es amor del tipo romántico, eres tú quien va a descubrirlo con el tiempo.— Obito se desplomó contra la mesa. Había esperado que ella lo iluminara más sobre todo este asunto confuso que lo atormentaba cada vez más —No te desanimes Obito. Seguro pronto aprenderás a entender lo que sientes, pero por favor se precavido y no actúes por impulso. Eres muy joven aún para actuar en consecuencia de estas emociones, aprende primero sobre ti mismo antes de involucrarte de esa forma con otros.

—Entiendo— asintió aún confuso pero sabiendo que ser impulsivo no lo ayudaría con este asunto. —Quien sabe, tal vez deje de gustarme de esa forma al igual que Rin y seamos mejores amigos solamente.

—Bien, como sea que tus sentimientos se definan estaré esperando que un día te cases usando tu cerebro y corazón. 

—¡Quién habló de matrimonio Obaa-chan! ¡Soy muy joven para pensar en eso!

—Si eres lo suficientemente grande para pensar en amar a alguien también lo eres para saber que no te crié para que trates a tu futura pareja como si fuera algo descartable. Si piensas en noviazgos debes saber que debes hacer un cortejo apropiado y con respeto, y es algo serio Obito. Los Uchiha no tenemos amoríos, esas cosas siempre terminan mal. Por ello están los cortejos para conocer mejor a quienes pretendemos y luego los noviazgos para confirmar nuestra elección mediante el compromiso. Y más importante, el matrimonio para no tener hijos ilegítimos que deban luchar por su identidad.

Obito sabía mejor que nadie a qué se refería su abuela. Su madre había sido impulsiva y todo fue un desastre. También él la pasó mal porque de pequeño no muchos quisieron aceptarlo como parte del clan y lo trataron como un bastardo. Fue injusto y no quería ser el causantes de algo así en otros. Pero igualmente resopló enrojecido, su abuela había ido muy lejos. Él solo estaba confundido por gustar de Kakashi. Nunca dijo nada de hacer algo al respecto y mucho menos llegar al matrimonio.

—Tengo que darle un regalo— interrumpió a su abuela cuando ella comenzó un monólogo de cómo esperaba que fuera su futura pareja y cuántos biznietos quería. Cuando paró de hablar y lo miró prestándole atención suspiró aliviado —A Kakashi, tengo que darle un regalo y no sé qué puedo darle. 

Contento con el desvío de la conversación no pensó mucho en aclarar qué tipo de regalo debía ser ni la ocasión. Solo asintió y dejó que su abuela lo guiara bajo la información de que el regalo era para su compañero de equipo, su amigo, posible enamorado y un Omega adolescente. Cuando tuvo el regalo envuelto y guardado en uno de sus bolsillos, supo que debió explicar más.

Pero igualmente lo llevó sabiendo que no tenía tiempo para conseguir nada más y que no podía llegar tarde. Ésta misión era importante después de todo y no solo por el ascenso de Kakashi. Sino porque Minato les informo finalmente que la misión del puente Kannabi podría ayudar a acabar con la guerra y fue asignada a ellos.

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Obito siente que está en las nubes desde que le entregó su obsequio a su amigo porque no lo vio como el ninja perfecto ni como el chico sabelotodo. Kakashi se vio... Lindo.

Estaba cubierto de tierra y ramitas, solo se habían podido lavar las manos y la cara después de todo, además la mitad de su rostro estaba vendado. También se le notaba el cansancio y su cabello estaba de un color gris oscuro y sucio por la falta de un lavado. No debería haberse visto para sus ojos "lindo". Pero lo fue y eso lo mantiene en las nubes por más tiempo del que quiera admitirlo.

Pasan los días y la guerra se perfila a favor de Konoha. El equipo siete es liderado por Kakashi y hacen un par de misiones, Obito mantiene la boca cerrada e intenta no causar problemas al notar que Kakashi hace un pequeño gesto nervioso antes de las misiones. Y captar ese gesto y lo que significa hace que se de cuenta de cuán atento está de cada aspecto de Kakashi.

Pero lo peor es que no estaba siendo tan disimulado como creía. Rin lo descubrió. Fue luego de un entrenamiento para curar una quemadura que obtuvo por un descuido, había estado observando cómo Kakashi estaba sentado contra un árbol leyendo uno de esos libros aburridos mientras ella curaba su herida. Para este punto observaba a su compañero como un halcón y apretó los labios sintiendo su corazón latir más rápido cuando Kakashi se rió totalmente absorto por lo que leía.

"Está bien... Kakashi puede ser lindo cuando está relajado." Pensó aceptando ese aspecto del otro chico.

—Deberías hablar directamente con él o ser más sutil con tu mirada si no estás listo Obito— Rin le susurró observando de reojo a Kakashi.

—¿Qué? ¿De qué hablas Rin?— se rió nervioso y comenzó a sentir su cara arder, también empezó a transpirar como si estuviera ejercitándose y no sentado sin hacer nada. Y para su horror su voz debió sonar alta y chillona porque Kakashi apartó la mirada de su libro para ver hacia ellos.

Obito podía prácticamente escuchar a su corazón latir y su cara parecía arder en llamas. Estaba nervioso por lo que todavía no estaba listo para comprender y asustado por ser atrapado y confesar lo que le pasaba. Pero Kakashi solo ladeó el rostro y luego de lo que parecieron horas cerró su libro para ponerse de pie.

—Maa... Ya debo irme, quiero terminar mi lectura en paz. Nos vemos mañana— saludó con la mano mostrándose despreocupado y caminando como si no hubiera nada raro con su comportamiento.

Obito pudo volver a respirar cuando ya no lo tuvo a la vista ni sentir su chacra.

—¡¿Qué fue eso Rin?!— gritó volviendo a sentir los nervios surgir y más cuando ella solo rió tapando su boca en un intento de reprimir su risa. —¿Me quieres matar?

—Lo siento, no quería exponerte pero no sabía que ibas a reaccionar así.

Obito se tapó la cara con sus manos por un momento para calmarse. Se calmó cuando se dió que era Rin, su amiga y la chica más amable y genial del mundo quién lo descubrió así que no tenía por qué entrar en pánico.

—¿Soy muy obvio?— decidió mirarla de nuevo. Rin no lo veía con burla así que terminó de relajarse de una buena vez.

—Yo siempre te estoy observando así que es fácil el darme cuenta... Pero sí, estás siendo cada vez más obvio.

—¿Y Kakashi se dió cuenta?— aceptó que sí, no era extraño que Rin lo descubriera. Ella había prometido siempre estar atenta para verlo llegar a cumplir su sueño de convertirse en Hokage y su propio sueño de ayudar junto con sus compañeros de equipo a acabar con la guerra.

—No, él es bastante inconsciente en ese sentido. Estoy segura que no se dió cuenta que yo gustaba de él y que si no le dices nada entoces no se dará cuenta de lo que sientes.

Y fue en ese momento qué recordó una de las razones por las que Kakashi le caía mal cuando lo conoció. Rin gustaba de Kakashi.
Su pecho se oprimió en pánico ante la posibilidad de que ella siguiera con eso. Si Rin se confesaba, si ella se convertía en su rival en este asunto...¡Él perdería! Estaba absolutamente seguro de eso porque era perfecta y tenía una relación mucho más cercana con Kakashi.

Los vio abrazarse, dormir prácticamente juntos y Kakashi le sonríe con facilidad. Hasta comparten ese gusto por leer libros aburridos de romances.

Y lo peor es que no podía odiar a Rin ni demostrar que no le gusta la situación porque es su amada amiga y quería lo mejor para ella y obviamente para Kakashi.

—¡Obito no llores!— la voz preocupada de Rin lo sacó de sus pensamientos pesimistas y lo hizo dar cuenta de la humedad en su rostro.

—¡No estoy llorando!— mintió levantándose y caminando rápido para no avergonzarse aún más frente a su amiga.

—Hey... No llores, no hay nada malo en que te guste Kakashi.

—Que no estoy llorando— se quejó aún sin querer que ella lo viera. Logró controlar sus lágrimas y sacó un panuelo para sonarse la nariz —Es una alergia.

—Esta bien...— obviamente no creía aquello pero no sé lo diría, Obito se sintió agradecido.

—Y sé que no hay nada malo en que me guste Kakashi— aclaró encogiéndose de hombros, cuando Rin no dijo nada y sintió su mirada perforando su espalda decidió decirle por qué se angustió de forma tan escandalosa —Pero si a tí también te gusta... Bueno, lo más seguro es que él guste de ti.

—Eso es poco probable— dijo Rin y él volteó a verla sorprendido —en realidad, es casi imposible. Formamos un lazo fraternal, ya no siento lo mismo por él y él nunca lo sintió. Me ve como una hermana. Es más, quiero hacer que él me llame Aneki o nee-chan, pero va a costarle porque estoy segura que me ve como una hermana menor aunque soy mayor.

—Entoces no te gusta y tú no le gustas a él— quiso aclarar recobrando la compostura.

—No de ese modo— dijo sonriendo un poco pero luego frunció el ceño un poco —Y si lo que quieres es gustarle podrías empezar dejando de llamar payaso a Gai, tampoco ayuda que te burles de sus libros. Obito ya no eres un niño pequeño así que no tienes escusa para tirar de las coletas de la niña que te gusta para llamar su atención.— ella pareció pensar en sus palabras porque se rió un poco —esa analogía no va con tu situación porque te gusta un chico y Kakashi no usa coletas. Pero entendiste lo que quise decir, ¿verdad?

—Sí— asintió avergonzado. Tenía que dejar de ser un tonto para que Kakashi no pensara en él como un niño molesto. —Pero sus libros si son aburridos y tontos.

—Que no te gusten no significa que sean tontos. No tienes que leerlos y fingir que son de tu agrado, sólo no menosprecies las cosas que le gustan.

—Dejaré de hacer eso, lo tengo— rodó los ojos porque aunque tenía que ser más agradable no creía que a Kakashi le afectara sus comentarios por sus gustos literarios.

—Y... Lo más importante: no te burles de su familia.

—¡Nunca me burle de su familia!

Y era cierto, él no recordaba haber insultado o hablado mal del colmillo blanco de Konoha. El padre de Kakashi era un héroe para él a pesar de lo que decían los demás sobre su final.

—Hablo de los Maito— aclaró Rin con los brazos cruzados —Ellos son su familia ahora, cuando dice que Gai es como un hermano para él lo dice en serio. Y el señor Maito es una figura de autoridad y paternal, lo respeta y quiere mucho.

—Ahh...— hizo una mueca. De todas las familias a las que pudo unirse Kakashi tuvo que ir con la más rara y ridícula de Konoha. —Eso será difícil...

Hace tiempo que dejó de mirar raro a Maito Dai, pero Gai era otra historia. Ese chico lo irritaba con su sola presencia.

—No tienes que estar celoso de Gai— Rin negó con la cabeza desaprobado su comportamiento.

—¡No lo estoy! Ese payaso...me cae mal por otra otras cosas— se defendió aunque pensó en qué tal vez sí eran celos pero aún así no iba a admitirlo en voz alta.

—Si tú lo dices...— resopló Rin. Obito hizo un puchero.

*
*
*

Su abuela un día lo esperó sentada en la sala de su casa con una cara seria asustandolo un poco.

Acababa de completar su entrenamiento cuando el Hokage pidió ver a su equipo y personalmente les asignó una nueva misión. Eso hizo que se diera cuenta que su equipo estaba siendo asignado a misiones como los equipos más avanzados, aunque sin un líder de más experiencia. El equipo siete, que pasó a llamarse "equipo Kakashi", se ganó una reputación y respeto entre los shinobis. Y darse cuenta lo hizo emocionarse, los tres lograron aquello juntos.

Pero su alegría se esfumó por la cara estoica de su abuela.

—¡Yo no hice nada!— se defendió nervioso antes de que ella le dijera lo que sea que hizo para que lo viera así. Aunque no parecía enojada y eso lo tranquilizó un poco.

Hace unos meses el médico de su abuela le dijo que tenía que usar un bastón para caminar, pero en vez de usarlo de apoyo para andar tranquila lo mantenía a su lado en la casa para picarlo con el cuando estuviera haciendo algo malo o que no le gustara.

—Sientate Obito— señaló la silla que quedaba frente a ella y suspiró haciendo caso a su abuela. Estaba cansado y quería darse un baño, tal vez dormir y luego darse un baño si era sincero, pero no quería hacer enojar a su Obaa-chan —Ya tienes trece años y sé que todavía no te presentaste, pero noté que estás más exaltado de lo normal y no me sorprendería que lo hicieras pronto. Y los demás también lo creen y por ello se ofrecieron a a hablar contigo de estas cosas, pero les recordé que tú eres mi nieto y es mi deber asegurar que tú estés informado de estas cosas para evitar eventos desafortunados.

Eso quería decir que se peleó de nuevo con los anciano del clan y sus tíos por él. También quería decir otra cosa y Obito hizo una mueca dándose cuenta.

—Ehh... No, abuela espera— ya sabía por qué tanta seriedad y a pesar de sentirse aliviado de no recibir un regaño y discurso sobre su comportamiento prefería eso o hasta un bastonaso a tener que recibir "la charla" de su abuela.

—Silencio Obito— ella apretó los labios y lo miró entrecerrando los ojos. Él suspiró y se dejó desplomar sobre la mesa molesto y avergonzado. No quería hablar sobre sexo, lo que pasaría durante y después su presentación o los malditos cambios por los que atravesaba actualmente. Pero su abuela comenzó a hablar y él solo cerró los ojos con el ceño fruncido esperando que el momento pasara rápido.

Y sí, estaba consciente de que su abuela sabía que él estaba atravesando por algo.

Su urgencia por lavar las sábanas y su futón cuando se levantaba era sospechoso y la ceja levantada de ella cada vez que lo veía en el patio lavando como si su vida dependiera de ello se lo hizo saber. También estaba el mal humor y susceptibilidad ante cualquier cosa, sí bien él era particularmente más emocional estaba siendo ridículamente más emocional en las últimas semanas. Y si eso no era poco para llamar la atención de su abuela, seguramente lo hizo el grito que pegó esta mañana cuando fue a orinar. Tenía un pequeño y casi imperceptible bulto en su pene y se asustó tanto que gritó a todo pulmón.

Sabía que había algo extraño con su miembro desde que despertó porque aunque tenía la evidencia en su ropa y sábana de que eyaculó dormido más de una maldita vez aún había estado con su miembro endurecido, pero no quería perder el tiempo esa mañana y lo había ignorando para lavarse rápido en el baño y correr para lavar sus sábanas. Fue luego de gritar y caer sobre su trasero en el piso del baño que se dió cuenta de lo que pasaba, pronto se iba a presentar y aparentemente sería un Alfa tal como su abuela y sus compañeros pesaban que sería. Él francamente lo había dudado aunque deseaba serlo, pero solamente porque Kakashi era un Omega y si él resultaba ser un Alfa tendría más posibilidades de gustarle. Su abuela le había gritado a través de la puerta del baño preocupada y él había logrado taparse a tiempo para evitar que ella lo viera desnudo. Fue rápido y sospechoso a más no poder pero logró que ella lo dejara a solas y él se cambió para comenzar su día, pero había buscado aquel espray que sus primos le habían dado en su último entrenamiento con ellos. Le habían dicho que pronto iba a comenzar a apestar a feromonas y que no lo querían en los entrenamientos así, le lanzaron ese espray luego.

Obito lo había dejado olvidado en su cuarto pero pensó que si su cuerpo ya se estaba preparando para su presentación entoces debía comenzar a usarlo para no incomodar a quienes podían olerlo. Y así había salido esa mañana y ahora en vez de estar bañándose o descansando para irse mañana durante la madrugada para cumplir su misión estaba sentado escuchando sobre el sexo secundario, feromonas y el control ante sus hormonas que debía tener.

—Ya estás pasando por muchos cambios y situaciones que sé que te avergüenzan, pero tienes que estar atento porque la presentación de un Alfa puede ser peligrosa. Tus hormonas te harán estar inquieto y territorial, así que si sientes algún síntoma de los que te hablé tienes que pedir permiso y ausentarte de tus deberes porque necesitas estar en un lugar que reconozcas como tuyo.

—Abuela... ya sé todo esto. Y sé que antes de la presentación todos los síntomas pueden aparecer semanas antes así que no puedo ausentarme cada vez que sienta algo raro— la interrumpió esperando no sentir el golpe de su bastón y cuando no sintió ningún dolor suspiró mirándola aún sintiendo su cara arder, porque aunque no le prestó atención realmente y se dedicó a hablar consigo en su mente analizando sus últimos días algunas cosas que ella dijo se filtraron en su mente.

—Ese niño que te gusta es un Omega, no sé si él usa algún bloqueador de olor cuando vas a su casa o salen a comer ramen...— Obito enrojeció más por la mención de Kakashi, se arrepentía de haberle dicho a su abuela que le gustaba su amigo porque lo mencionaba siempre de la nada —debes tener en cuenta que si él no usa nada para bloquear su aroma cuando sale contigo vas a sentir lo que sientes de una forma más intensa. Obito, esto es importante, así que presta atención—  miró su rostro nuevamente para que viera que estaba escuchando de verdad, esperanzado de que todo terminara rápido —Vas a sentir ciertos impulsos que tienes que controlar porque no puedes tocar ni besar a nadie sin su consentimiento por mucho que te sientes atraído.

—¡Eso ya lo sé!— dijo indignado. Él ni siquiera había pensado en animarse siquiera a decirle a Kakashi que le gustaba.

Si bien no recordaba qué soñaba, algo le decía que debía ser alguna cosa indecente con Kakashi y agradecía no recordar estos sueños porque no podría verlo a la cara luego. Casi que extrañaba ese extraño sueño de estar en una cueva o la pesadilla de la roca cayendo sobre él que había tenido repetidamente luego de la misión del puente Kannabi hasta que comenzó con esto y solo tuvo despertares vergonzosos. Los sueños que estaba seguro que involucran a Kakashi lo hacían sentir un pervertido mientras lavaba sus sábanas y ropa para deshacerse lo más rápido posible de la evidencia.

Pero cuando estaba consciente y despierto las únicas cosas que pasaban por su mente en momentos de debilidad eran que quería besarlo o tomar su mano. Y ni siquiera había pensado en bajar su máscara cuando se imaginaba dándole un beso porque nunca lo había visto sin esa cosa y sabía que Kakashi no mostraba la mitad de su rostro por alguna razón y no quería incomodarlo ni siquiera en su imaginación.

—Sé que lo sabes— su abuela frunció el ceño por su arrebato, pero suspiró luego viéndolo con cariño —Eres un buen niño y sé que igualmente serás un buen hombre. Pero tienes que estar preparado mentalmente para cuando sientas las feromonas de los demás y en especial de alguien que te gusta mucho porque será algo intenso. No quiero que hagas algo que te avergüence o haga que otros se incomoden y ofendan contigo. Por una buena razón los Alfas cuando se representan pasan unos días aislados de todo aquel que no es su familia.

Eso también lo sabía porque preguntó por qué uno de sus primos no entrenaba y ni siquiera salía de su casa aunque su presentación hubiese acabado hace tres días. Los alfas recién presentados eran propensos a la agresividad y son posesivos con quienes consideran suyos, algunos tardaban más que otros en controlar esos impulsos.

—Esta bien, voy a estar atento y aprenderé a controlar esas cosas...

Lo último que quería hacer era decepcionar a su abuela y avergonzarse frente a Kakashi y Rin. O peor, hacer que Kakashi se sintiera incómodo con su presencia y no volviera a dejarlo entrar a su casa o quisiera pasar el rato con él. Sabía que Kakashi no estaba interesado en él y por suerte en nadie más de la forma en que quería que estuviera, pero ellos crecerían y más pronto que tarde Kakashi también comenzaría a notar estas cosas y Obito deseaba ser él quién llegara a gustarle o aunque sea llamara su atención.

Obito esperaba que cuando la guerra terminara Kakashi se relajara un poco y comenzara a ver más allá de su preparación para las misiones. Rin le había dicho que no debía adelantarse ni desesperarse por la falta de interés de Kakashi en esos asuntos. Era visto como un amigo y lo dejaba entrar en su espacio personal como solo hacía con su familia y Rin, también sabía que se había ganado su confianza no solo como amigo sino como compañero ninja y eso significaba que le confiaba su vida. Eran cercanos y tenía la esperanza de que cuando la guerra terminara pudiera hacerle notar lo que sentía. Por mucho que le aterra el rechazo quería saber si tenía alguna posibilidad con él.

Ese día se acostó temprano para dormir cómodamente antes de su misión. Había otros equipos que trabajarían en esa zona, todos ya sabían que la guerra estaba acabando y era cuestión de tiempo para que la otra aldea cediera. Estaba convencido de que tenía una semana más antes de que su presentación ocurriera y esta misión no debía durar más que unos pocos días. Aquel bulto que lo asustó suele aparecer de siete a cinco días antes de que la presentación comenzara después de todo.
Solo iban para asegurar el perímetro para los otros equipo e interceptar a cualquier mensajero o espía. Estaba confiado de que todo saldría bien.

Obito se despertó llorando antes de que su despertador lo despertara. Estaba entumecido y las lágrimas caían de sus ojos sin control mientras intentaba sin éxito controlar su respiración. Recordaba estar rodeado de árboles y correr para luego escuchar un grito desgarrador que no supo si era suyo, todo era muy borroso y confuso pero recordaba estar cubierto de sangre y sentir algo horrible. Era dolor, como si algo muy apreciado le hubiera arrebatado. Pero había algo más: ira. Y aún despierto y sin recordar completamente lo que soñó esos sentimientos estaban presentes y se asustó.

"Eso... no puede ser una visión."

Había salido de su casa sin despedirse de su abuela, todavía preocupado por esa pesadilla que se negaba a catalogar como una visión. Hace tiempo que no las tenía y se consoló diciéndose que de las que tuvo muy pocas se cumplieron tal y como las soñó.
Sonrió cuando se encontró con su equipo y siguió las instrucciones de Kakashi sin quejarse ni comentar nada, pero estaba atento y más alerta de lo normal. Había dejado a un lado todo el asunto de su presentación y no se lo comentó a nadie. Pero cuando reconoció la zona en la que estaban cuando se separaron de los demás equipos como la que apareció en su sueño su estómago se revolvió y su corazón comenzó a latir más rápido.

Fueron emboscados y en algún momento dejó de escuchar la voz de Kakashi y olvidó para qué se había alejado de él. Sabía que algo andaba mal con su razonamiento pero sintió que su conciencia se alejaba cada vez más hasta que solo vio rojo.

No reconocía a nadie, los olores del bosque lo abrumaron y solo podía seguir luchando contra quién se ponía frente a él. Pudieron pasar horas o minutos, pero en algún momento todo su cuerpo dejó de moverse y sintió un dolor agudo recorrerlo por su intento de querer acabar con lo que sea que le impedía moverse hasta que alguien se puso sobre él y comenzó a apretar una zona de su cuello. El pánico y enfado por ser sometido de esa forma lo hicieron intentar luchar más hasta que lo vio y algo en su mente se aclaró. Esos ojos, esa cicatriz... Él lo conocía y sintió que se calmaba de repente.

No podía recordar quién era pero sentía que era suyo y debía calmarse para quitar esa mirada de pánico en aquellos ojos porque no debía asustarlo más. Pero en cuanto se relajó su vista se volvió negra y la inconsciencia lo recibió.

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Obito recuerda cada cosa que hizo durante la misión, pero es como si viera los recuerdos de otra persona a través de sus ojos. Se mantuvo horas en silencio y mirando hacia la nada repasando cada cosa que hizo.

Las enfermeras que lo revisaron observaron más de lo necesario las ataduras para evitar que se moviera de la camilla y la cuerda que le pusieron antes de traerlo al hospital para controlar su chacra, no eran tan buenas como las esposas o collares supresores de chacra pero estando tan débil esas cosas lo hubieran matado. No está seguro de cuánto tiempo lo tuvieron aislado y con una intravenosa pasándole medicamentos. Lo único que quería saber era cómo estaban Rin y Kakashi, pero a la vez temía la respuesta.

Había creído que estaban muertos y la imagen de Rin en el suelo pálida con Kakashi cayendo sobre ella como un peso muerto y sangrando fue algo que no olvidaría jamás. No había sentido su chacra y estaban inmóviles, solo pudo escuchar la risa de los ninjas que los rodeaban. El dolor en su pecho ante la vista que tuvo frente a él había sido demasiado fuerte, tanto que le arrebató el aire y luego sintió sus ojos punzar. Lágrimas habían caído y la venda que tenía en uno de sus ojos no impidió que la humedad se esparciera por su rostro, no trató de controlarse. Si hubiera tratado de secarlas se habría dado cuenta que eran lágrimas de sangre. Pero ese dolor y desesperación habían mutado en algo que nunca había sentido antes. La ira a la que tenía miedo de sentir fue un chiste comparado con lo que recorrió cada rincón de su cuerpo en ese momento, fue puro odio.

Había comenzado a moverse como si algo oscuro se hubiera apoderado de su cuerpo. Siempre tuvo el conocimiento de cómo acabar con sus enemigos y qué causaría más daño incapacitante, después de todo era un shinobi, pero nunca antes se había sentido así de vengativo y vicioso para causar el mayor dolor posible antes de que murieran y sabía que algo nuevo se había despertado con el latido agonizante de sus ojos. Fue una habilidad que en el momento usó guiado por el instinto. También había utilizado por primera vez el genjutsu y ahora sabía que era una habilidad impresionante, podía ver qué causaría más dolor y atraparlos en ello sin tener una noción de la realidad o el tiempo.

No tenía mucho conocimiento en ello a pesar de ser un Uchiha y en el hospital, cuando no quiso pensar en sus compañeros más muertos que vivos o en la masacre que dejó atrás, intentó concentrarse en analizar que pudo atrapar a esos ninjas instintivamente en un genjutsu pero a la vez que estuvieran conscientes de su entorno para que supieran que lo que los estaba asesinando era real.

Era mejor pensar en lo poco que sabía de los genjutsus que en cómo siguió atacando a pesar de que ya no podían moverse y que algunos ya estaban muertos. No pudo parar, los odiaba y quería destrozarlos por lo que hicieron. Al final tardíamente cuando su conciencia comenzó a aclararse del odio y solo sintió un dolor agudo por lo que creyó perder, fue que se percató que en algún momento había dejado de usar sus armas y jutsus. Fácilmente los restos que quedaban en ese sitio podían pensarse que era el resultado del ataque de un animal mas que de un ninja.

Cuando se había acercado a los cuerpos inertes de Kakashi y Rin con su pecho adolorido y las lágrimas comenzando a caer nuevamente fue que notó sin querer gracias al sharingan que Kakashi tenía un poco de Chacra, un nivel peligrosamente bajo. Su respiración se había acelerado ante el descubrimiento y se apuró a revisarlo. El pulso era débil y sabía que estaba muriendo lentamente por el agotamiento de chacra.

"-Kakashi... Voy a ayudarte." Su voz sonó extraña en ese entonces, como si hubiera estado en desuso por mucho tiempo. Rin le había dicho una vez que ante una emergencia podía intentar hacer una transferencia de chacra, pero tenía que ser muy precisa con la cantidad y la intensidad del flujo porque podía haber un rechazo y matar de forma dolorosa a quien se le hacía aquella transfusión. El chacra transferido de forma brusca y abundante podía dañar el sistema de chacra de forma irreparable. Por ello hacer aquello era un último recurso y se aconsejaba conseguir a un pariente cercano o al menos alguien que tuviera la misma afinidad de chacra.

Obito no quiso pensar en los esos detalles y se había concentrado en ser lo más cuidadoso posible al colocar su palma en el pecho de Kakashi. Solo necesitaba darle una pequeña cantidad, lo suficientemente para sobrevivir. Mantuvo su sharingan activo cuando comenzó lentamente a enviar su chacha a su mano y moldearlo para que no lastimara a Kakashi.

Había podido volver a respirar cuando la transferencia que hizo fue aceptada y Kakashi seguía débil e inconsciente, pero no moriría. Lo había dejado en el suelo con cuidado, boca abajo y girando su rostro para que pudiera respirar y miró el kunai en su espalda preocupado por no saber si lo mejor era quitarlo o no. Miró a Rin pensando que ella sabría exactamente qué hacer y en ese momento jadeó sorprendido porque ella tampoco estaba muerta. Pero había algo extraño en ella, su chacra era el de Rin y a la vez no. Kakashi al estar sobre ella había tapado la marca en su estómago y supo que lo que sea que pasó cuando él estuvo inconsciente fue muy malo.

Les había fallado, no pudo proteger sus espaldas y fue un estorbo que debieron cargar.
Supo que a pesar del agotamiento no iba a morir y el dolor era algo que todavía no llegaba a su cerebro así que podía seguir ignorando. Así que se había quedado sentado junto a sus compañeros de equipo concentrado en su entorno para atacar a cualquiera que se acercara para lastimarlos.

Ensangrentado, con su sharingan activo y rodeado de cadáveres fue como lo encontraron. Así que por supuesto entendió las precauciones que tomaron cuando los ayudaron a llegar al campamento donde estaba Minato para que él los trasladara de vuelta a Konoha.

Fue cuando el líder de su clan Uchiha entró a su cuarto que dejó de mirar hacia la nada temiendo malas noticias. Él no era alguien importante para su clan como para recibir su visita, a pesar de haber despertado su Sharingan seguía siendo parte de la línea menos favorecida de la rama familiar.

-Tus compañeros van a necesitar unos días de descanso- fue lo primero que le dijo luego de que lo mirara fijamente con su cara estoica y desinteresada, como siempre. -Tu ojo estará bien mientras lo cuides correctamente unas semanas. Las heridas de tu rostro también.- le informo de forma monótona, pero Obito notó una pizca de interés cuando nombró su ojo. A él poco le importaba el destino de su ojo dañado o las demás heridas, pero el sharingan era un asunto serio que justificaba la presencia del jefe del clan. Aunque su abuela era quien siempre intermedia entre sus interacciones con los demás ancianos o Fugaku -Me informaron que al ingresar al hospital tenías sangre seca que aparentemente salió de tus ojos...

-¿Dónde está mi abuela?- fue una interrupción que tal vez con menos inhibidores y calmantes en su sistema le hubieran hecho estremecer por la mirada reprobatoria que recibió.

-Ella tuvo un accidente doméstico, ya se encuentra fuera de peligro así que concéntrate en tu situación ahora. ¿Hubo algún cambio con tu sharingan que debas informarme?

-¿Tuvo un accidente...?- quiso moverse pero las ataduras le impidieron hacer cualquier movimiento. Su abuela lo visitaría en el hospital sin importar qué, así que no fue un simple accidente.

-Cálmate- pronunció Fugaku usando un tono de voz que se le pareció extraño e irritante, pero el cual lo hizo dejar de moverse y forzar sus ataduras -También estas pasando por tu presentación... Así que te llevaré de vuelta a tu casa. Te mantendrás encerrado hasta que termine y luego hablaremos seriamente sobre tu sharingan. Te harán preguntas sobre qué sucedió, vas a responder pero no dirás nada sobre tus ojos. ¿Entendiste?

-Quiero ver a mi abuela - dijo intentando no inmutarse por la expresión de enfado de Fugaku por no responder a su pregunta.

-Ella se quedará unos días en el hospital, cuando tu presentación termine regresará a casa. Por el momento no está en condiciones de lidiar contigo.- fue como si le dijera estorbo e inútil de forma sutil. Cerró los ojos asintiendo en silencio -Te darán un formulario para aceptar el alta sin la aprobación del médico, aunque están de acuerdo con que tu presentación terminará de forma menos agresiva en tu hogar creen que el cuidado de tus heridas serían mejor tratarlas aquí. Tus primos estarán esperando para escoltarte para evitar que causes más problemas. Recuerda no hablar de nada relacionado con tus ojos con nadie que no sea un Uchiha.

Asintió aún en silencio y dejó que su mente vagara para no pensar en que su abuela también estaba en el hospital y que por su culpa ella no podría volver a su casa hasta que todo el asunto de la presentación se acabara.

Antes de salir del hospital le habían aplicado un calmante pero no más inhibidores para que la presentación siguiera sin más dificultad. Había recibido la visita de Minato antes de abandonar el lugar, ya no podía negarse a recibir visitas cuando firmó su alta y contestó sin dar mayor detalle a sus preguntas.

Ignoró a sus primos que lo escoltaron y se quedaron fuera de su casa por orden de Fugaku para impedir que él saliera.

Fueron días donde tuvo fiebre y sintió cada músculo de su cuerpo tensarse de la nada, pero lo peor fue el caos de sentimientos que lo atacaban e impedían que descansara apropiadamente. Enfado, odio, dolor, miedo y angustia fue lo que lo dominó todos esos días. Logró limpiar sus heridas en algunos momentos y comprobó al finalizar su presentación que debía ser alguien muy sano porque increíblemente a pesar de sus cuidados deficientes no tuvo ninguna infección y su ojo no empeoró. Los olores de su hogar lo hicieron sentir que estaba en control los últimos días, su casa era su territorio.

Solo faltaba que su abuela volviera y todo estaría completamente bien en su hogar. Así que cuando salió y exigió el ir por ella no le sorprendió que a las pocas horas la trajeran con una silla de ruedas, sabían que no le haría daño pero quienes la traían se habían alejado rápidamente cuando él salió para hacerla entrar a la casa. Tardíamente había notado que hubo un gruñido casi animal suyo dirigido a esas personas. Al estar dentro de la casa percibiendo y reconociendo el aroma de su abuela cómo el que casi se desvanecía en el ambiente los últimos días se desmoronó y lloró sin control mientras balbuceaba disculpas y prometía ser mejor. Porque todos esos días encerrado y sin saber nada del las personas que eran importantes para él se dijo que debía ser mejor shinobi y nieto.
Su abuela lo había consolado en silencio mientras acariciaba su cabello.

Cuidó de su abuela y se encargó de cada cosa en su hogar. Sabía que podía salir y visitar a sus amigos pero decidió no hacerlo por miedo a sus miradas de decepción o el no lograr controlarse y llorar como un niño de nuevo. Rin probablemente estaría más enfadada por su ausencia que por lo sucedido, pero Kakashi... Él maduro más que ellos y a pesar de sel el menor del equipo ya contaba con un pensamiento crítico totalmente adulto. Él podría perdonar sus errores, pero no querría tenerlo trabajando a su lado otra vez. Así que intentó no afrontar ese momento por temor a qué pasaría y cuando salió del complejo para pedir permiso de ausencia al Hokage evitó deliberante el encontrarse con cualquier conocido.

Itachi arruinó su plan al poco tiempo.

El mocoso lo saludó como si fueran cercanos y le dijo que sus compañeros querían verlo. De alguna forma logró que él aceptara que les diera el permiso para visitarlo.

Había estado nervioso y asustado sobre la reacción de Kakashi y Rin. En las pocas horas que logró dormir tuvo incontables pesadillas de Kakashi muerto sobre el cuerpo también sin vida de Rin. También soñó con Kakashi prácticamente suplicando que dejara de luchar, jamás había pensado que vería la desesperación y miedo en su mirada siendo él la causa. Sentía mucha vergüenza por lo que pasó.

Cada vez que curó las heridas de su rostro revivió el pánico en la mirada de Kakashi cuando casi le rebana la cabeza con su Tanto.
Decidió mantener el rostro vendado aunque el médico que vino a revisar a su abuela le dijo que podía estar sin las vendas hace días.

Un día se despierta asustado por haberse quedado dormido sin querer y baja corriendo las escaleras para encontrar a su abuela dormida. El no dormir bien no solo se debía a las pesadillas sino que también por el miedo de que su abuela no despertara. Tardó en darse cuenta que Kakashi estaba en su casa, en la cocina más específicamente y mirándolo. Había estado confundido y sospechando que éste era uno de sus sueños cuando estúpidamente preguntó en voz alta si estaba soñando.

-¿Sueñas a menudo conmigo?- fue lo que contestó Kakashi bromeando y viéndose relajado.

Obito sintió que su corazón dejó de latir para luego acelerarse al percatarse que no estaba soñando y peor, captando la pregunta de Kakashi con un creciente pánico apoderándose de él antes de poder pensar lógicamente que por muy genio que fuera Kakashi no tendría forma de saber que sí, soñaba vergonzosamente mucho con él. Así que había gritado que no alarmado ante la idea de que supiera que no todos sus sueños eran lindos e inocentes.

Su abuela había despertado por su escándalo recordándole su falta de pantalones haciendo que huyera del lugar totalmente avergonzado por usar justamente ese día esa ropa interior tan infantil.

Las diversión a costa suya de Kakashi y su abuela lo hicieron olvidar que había estado aterrorizado de verlo hasta ese momento. Pero sus miedos volvieron con fuerza después de calmarse. Su abuela agregó a sus miedos los nervios por tener al chico que le gusta en su casa al preguntarle en voz baja si Kakashi todavía no sabía sobre sus sentimientos. Prácticamente le rogó que no mencionara nada sobre ese asunto con él tan cerca de ellos.
Y cuando comieron volvió a relajarse porque, más allá de por fin volver a comer algo que no estuviera quemado o con un aspecto sospechoso la comida de Kakashi era una de las cosas que más le gustaban. Y todo sabía mejor por el alivio de no haber recibido todo lo malo que se había imaginado de su parte, Kakashi no lo odiaba ni lo quería mantener lejos. Tenía una nueva oportunidad de hacer las cosas bien.

Seguía sintiéndose culpable por todo, pero también optimista para poder mejorar así que se concentraría en trabajar duro.

Ver a Kakashi con su campera mientras caminaban hacia la salida del complejo Uchiha hizo que su pecho se sintiera en calma y cálido por primera vez en días. Fue una sensación extraña que lo inquietó y pensó que se debía a que seguía inseguro con toda la situación así que quiso confirmar que si de verdad todo estaba bien. Ignoró a quienes los vigilaban y se armó de valor para volver a hablar sobre lo ocurrido.

-Kakashi...- toda calma y calidez se esfumó haciendo que los nervios lo dominaran por un momento. Cuando escuchó a Kakashi preguntar qué quería decirle porque tardó en seguir hablando su voz volvió -¿De verdad quieres que siga en el equipo y no estás molesto conmigo?- cuando asintió no pudo evitar suspirar y dejó de caminar. Quería ser lo más sincero posible -Estaba ocupado con mi abuela y tuve una discusión con el jefe del clan, pero podría haberlos visitado en el hospital porque mis heridas no me impedían moverme...

Cuando apenas había sentido que estaba en control de sus reacciones se había aventurados a comprar en las tiendas dentro del complejo. Fukaku lo había llamado y la conversación sobre su sharingan y todo el secretismo que debía tener hasta con su propia familia fue desagradable.

-También tenías que acabar con tu presentación. Lo entiendo y Rin también lo hará así que deja de lamentarte y sentir culpa.- Kakashi había rodando los ojos y comenzando a caminar de nuevo. Estaba por decirle que en ese caso él tampoco debía sentirse culpable por haberse defendido cuando volvió a hablar mientras caminaba -Lo olvidé, felicidades por presentarte al fin Alfa.

Su cerebro se incendió al escucharlo llamarlo "Alfa" tan casualmente. Su mente repitió su voz y casi se desvía en sus pensamientos antes de golpearse a su mismo con las palmas de sus manos para no avergonzarse.

-Lo que quería decir es que si realmente me quieren cerca... debo contarles algo que pasó con mi sharingan- habló en voz muy baja y nervioso por hacer algo prohibido por el jefe del clan, pero confiaba en sus compañeros y debían saber.

 

-Vendré con Rin mañana así nos cuentas todo cuando tu abuela esté descansando.

 

-Gracias, avisaré en la entrada para que puedan entrar sin problemas.- el alivio era notable en su tono pero no le importó.

 

-Esta bien, nos vemos luego Obito- habían llegado a la entrada, estaba por despedirse pero se tensó cuando de repente Kakashi se acercó demasiado y vio la mirada divertida que tenía. Estaba muy cerca de su rostro y no pudo moverse por miedo a hacer algo impulsivo si dejaba de estar tenso -Intenta usar pantalones cuando nos recibas.

 

Kakashi obviamente solo estaba bromeando amistosamente sin saber que casi le causó un infarto. Estaba claro que no tenía idea de que no lo veía solamente como su amigo.

 

*
*
*

 


Obito, después de tanto tiempo, volvió a despertar agitado y con su miembro erecto. No pasaba desde antes de la última misión y francamente no extraña despertar así. Estaba muy avergonzado por su reacción, su sueño ni siquiera fue escandaloso pero lo recordaba perfectamente. Kakashi no llevaba puesto su Hitai-ate y su flequillo caía libremente sobre sus pestañas, había estado en su cuarto sentado junto a su cama para despertarlo con su rostro muy cerca y clara diversión en su mirada cuando dijo "deberías levantarte, Alfa". Su sueño terminó por el sonido de su despertador.

 

Ignoró la mirada de su abuela cuando lo vio correr con su ropa y sábanas para lavar apurado.


Decide no dejar de usar el espray en su casa para evitar que sus feromonas sean olidas porque no puede controlarlas y teme revelar algo de más. Prácticamente estaba corriendo de un lado a otro en su cuarto limpiando y quitando cualquier evidencia de feromonas que delataran sus problemas matutinos y nocturnos. Su cuarto jamás estuvo tan limpio y ordenado.

Cuando Kakashi llega con Rin sabe que algo raro pasa con él, su mirada está apagada. Rin le preguntó en voz baja si él estuvo así el día anterior y cuando negó también preocupado ella solo suspiró molesta por no saber qué ocurría. En su cuarto quiere escapar para que no vean su rostro, se vio en el espejo y sabe que se ve muy mal. Aunque como ninja es esperable que tenga heridas visibles y feas, no había estado preparado para tener una en el rostro. Siente miedo de encontrar asco en la mirada de Kakashi, pero no hay nada más que curiosidad y luego soltó un comentario que lo hizo olvidar su miedo y se enfadó recordando al idiota de Gai.

Cuando Rin se va lo mira con una ceja alzada. Ella sabe que él no dijo o hizo algo para molestar a Kakashi pero aún así le advierte sin decir palabras que piense antes de hablar. El dolor cuando casi llamó payaso a Gai fue también una advertencia.

-¿Te pasó algo hoy?- no había estado seguro de preguntar pero la curiosidad ganó.

-Conocí a Jiraiya sama.

-¿Y eso no es bueno? Tu querías conocerlo por sus libros...- estaba confundido y más cuando Kakashi suspiró y se mostró miserable. Obito sintió una pizca de irritación al creer en que ese hombre lo molestó de alguna forma. Agradeció el usar el spray porque sus feromonas lo hubieran delatado -¿Fue un idiota contigo?

-No, es muy agradable.

-¿Entoces...?- Obito casi se cae de espaldas cuando Kakashi se quejó tapándose la cara con los brazos. Nunca lo vio así ni lo escuchó quejarse de ese modo -¿Estás llorando?

-Yo no lloro- y al menos en ese momento no lo estaba haciendo pero Obito se asustó ante la posibilidad y se tensó por el instinto que le gritaba el buscar una forma de consolarlo -Me dejó leer el manuscrito del libro que va a publicar pronto y me enviará una copia firmada antes de su publicación. Me sentí muy contento, tanto que olvidé todo lo malo que ocurre a mi alrededor. Pero luego fue como chocar contra una pared de realidad porque las últimas semanas fueron complicadas y por un momento me sentí muy alegre.- se notaba que él no tenía idea de cómo expresar lo que sentía y Obito entendía aquello porque él era igual -Es frustrante porque estoy contento pero también triste.

No esperaba que Kakashi le contara lo que le pasaba pero mucho menos el por qué de su estado. Entendió que Kakashi está básicamente frustrado por haber estado feliz y despreocupado de todo por un momento. Si no fuera porque realmente lo ve más triste que frustrado se hubiera reído y bromear sobre la situación para aliviar el ambiente.

-¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?- la risa que dejó escapar por su pregunta fue de sorpresa, él también esperaban que se burlara.

-¿Puedes robar el manuscrito?- había soltado con un tono divertido pero que mostraba que realmente ese manuscrito era algo que quería. Obito se sorprendió, sabía que leer novelas era un pasatiempo pero no creyó que era algo que le gustará tanto -No tienes que hacer nada Bobito. Con pasar unas horas en mi nido estaré bien y de vuelta a la normalidad... Pero gracias por preguntar.

Dejan de hablar y Kakashi se ve menos miserable pero aún decaído, pero cuando vuelve Rin y le da el ungüento los tres se ponen serios. Les cuenta que despertó el Mangekyo Sharingan pero que no va a usarlo a menos que sea necesario porque quedará ciego entre más lo utilice. Rin y Kakashi prometen guardar el secreto y buscar alguna solución para evitar la ceguera.

Al día siguiente decide dejar de estar recluido y luego de comprobar que su abuela estará bien por unas horas se va para hablar con Minato. Kushina sorpresivamente lo abrazó pero luego lo regañó por no haber dado noticias. Él se disculpa y luego promete mejorar, pidiendo a su sensei que lo ayude en cuanto pueda.

Camina por el pueblo sintiendo las miradas sobre su rostro hasta que escucha unos gritos cerca, un hombre de cabello blanco y largo está discutiendo en la entrada de los baños públicos. Obito se sorprende al reconocer a Jiraiya.

Iba a ignorar al hombre al que están vetando de ese lugar y segur su camino cuando se detiene y recuerda lo que dijo Kakashi ayer y cómo a pesar de no querer demostrarlo era obvio que el manuscrito de ese tipo era algo que quería muchísimo.

-Disculpe... ¿Usted realmente es Jiraiya, el legendario Sannin?

-¡Sí es, niño, pero es un pervertido así que no te le acerques sino quieres terminar como él!- uno de los empleados de los baños le gritó antes de cerrar las puertas.

Obito estaba tentado a seguir el consejo de ese hombre pero recuerda el estado deprimente de Kakashi y se aguanta las ganas, lo cual es difícil de hacer al escuchar cómo Jiraiya se alaba a si mismo y se pavonea mientras caminan juntos.

-Usted es escritor, ¿verdad?- decidió interrumpir un monólogo sobre sus razones para investigar en la sección de mujeres de los baños.

-¡Ha! ¿qué tengo aquí? ¿Eres otro jovencito fanático de...?

-No- cortó su alegría tajantemente y se puso nervioso antes de volver a hablar -Pero mi amigo sí lo es y dijo que usted lo dejó leer su manuscrito.

-Hablas del cachorro de Sakumo-san- Jiraiya sonrió de nuevo recordando a Kakashi. -Si no te gustan mis libros y no te caigo bien ¿qué es lo que quieres de mi muchacho?

-Su manuscrito, sé que es extraño que se lo pida pero...- Sabe que no podrá robarle al Sannin por muy tonto que le parezca el tipo así que decidió recurrir a pedírselo por algo a cambio. -Aunque sea por unos días por favor permítame tener su manuscrito, a cambio puede pedirme algo y haré todo lo posible para conseguirlo.

Estaba acostumbrado a ser formal con los adultos que podían darle algo que quisiera gracias a los ancianos del clan así que decidió comportarse de esa forma.

-¿Para qué lo quieres?- resopló Jiraiya no comprando su actitud de chico correcto y respetuoso.

-Quiero hacer sonreír a Kakashi- soltó frustrado antes de poder contenerse y sintió su cara arder por la risa del hombre, se rascó nervioso la nuca sin mirarlo a la cara -Él está triste y sé que su manuscrito lo haría muy feliz así que... Intentaré conseguir lo que sea que quiera si me lo presta aunque sea por hoy.

La carcajada que soltó Jiraiya lo hizo avergonzarse más y querer prenderlo fuego, pero se contuvo cuando él habló.

-Me recuerdas un poco a mí, mocoso. A tu edad hacía cualquier estupidez para impresionar y hacer reír a la chica que amo.

No esperaba que saliera con eso y parpadeó olvidando su vergüenza y enfado. Jiraiya se veía divertido pero no de forma burlona.

-¿Y cómo le fue?

-Ella nunca se interesó en mí de la forma en que quiero y tal vez no soy lo suficientemente valiente para confesarme apropiadamente.- Obito se sorprendió por su respuesta y Jiraiya sonrió sin mostrarse decaído.

-¿Pero... usted sigue sintiendo lo mismo?

-¡Pues claro! Ella es la mujer que amo- contestó como si su pregunta fuera estúpida -nunca voy a imponerle mis sentir ni forzarla a amarme, pero ella será siempre la dueña de mis sentimientos. Hace tiempo supe que jamás habría otra mujer en mi corazón.

-Eso es un poco... Doloroso - de repente se sintió mal por el hombre. Seguía pareciéndole un tonto y pervertido, pero era triste el estar enamorado de alguien tanto tiempo sabiendo que no te correspondería. Temió terminar como él, porque estaba seguro que Kakashi no sólo le gustaba sino que había sentimientos más complicados involucrados. -No quiero terminar como usted... sin ofender.

-¿Quieres darle mi manuscrito a ese niño para ganar puntos o algo así?- Jiraiya se estaba divirtiendo por su pedido y Obito resopló volviendo a sentir molestia.

-Claro que no, quiero conseguir el manuscrito porque quiero verlo feliz.- contestó tajante e ignorando como su cara se sintió caliente -No puedo estar tranquilo sabiendo que puede seguir estando triste, realmente quiero que se sienta bien aunque sea por un momento...

Se mordió la lengua para no agregar: "y si leer un libro que seguro es una mierda aburrida, pero que por alguna razón adora lo hace feliz entoces buscaré ese libro".

El golpe en su cabeza no lo esperaba y estaba por gritarle que era un viejo pervertido bueno para nada cuando notó con qué lo golpeó.

-Estas de suerte mocoso, mi obra maestra hará muy feliz a ese pequeño fan mío. Te dejaré entregárselo porque se nota que necesitarás muchísima ayuda para lograr llamar su atención. Recuerda mis palabras, ese Omega será una preciosidad cuando madure y vas a tener mucha competencia y lo siento muchacho, pero te pareces a mí solo en mis partes menos agraciadas... Así que ten, seré tu héroe ésta vez.- tomó el paquete comprobando que estuviera el manuscrito con el ceño fruncido. Definitivamente no quería ser como este hombre. -Y dile que no se preocupe, aún le enviaré lo que le prometí.

Iba a agradecerle su ayuda a pasar de no caerle bien su personalidad ni sus palabras, pero al levantar la vista ya se había ido.

Se va hasta la casa de Kakashi esperando que esté ahí y no con lo Maito. Sonríe ante la cara incrédula de Kakashi, pero luego se sonroja cuando lo deja pasar y lo sigue hasta su nido. El está usando bloqueador de olor pero Kakashi no y su hogar huele a Omega, es dulce y agradable. Su nido está compuesto por mantas y almohadas alrededor de un futón. Reconoce los aromas de los Maito, también el de Rin y se sorprende al notar dos almohadas del sillón de Kushina. Cuando le pregunta dice que las tomó prestadas sin permiso.

Obito jamás va a olvidar la expresión de felicidad de Kakashi y lo que sintió al verlo tan feliz. Fue como cuando le prestó su campera, se sintió bien y con una calidez extendiéndose de su pecho. Terminó aceptando que definitivamente no sólo le gustaba.

Antes de irse miró su campera colgada en el perchero, la dejó y vuelve a su casa sonriendo tontamente. Su abuela le pregunta esa noche después de cenar si Kakashi estaba mejor sorprendiéndolo.

-Puedo oler las feromonas de un Omega en ti, estoy adivinando que son suyas- la mirada astuta pero divertida de su abuela lo hizo retorcerse nervioso -No necesitas la charla de nuevo, ¿verdad?

-¡No!- gritó avergonzado y molesto alejándose de ella con un puchero antes de darse cuenta de que lo estaba haciendo y morderse el labio. Volvió con su abuela nervioso a regañadientes -¿No... le dijiste nada raro sobre mí cuando te visita?

Kakashi y Rin tenían permiso para entrar al complejo con la condición de que fueran directamente a la casa de Obito sin demorarse en ningún otro lado. Kakashi lo visitaba seguido y cuando él no estaba se queda con su abuela. Ella parecía disfrutar mucho la compañía de alguien que no fuera un pariente así que Obito nunca preguntó qué tanto hacían, pero ahora estaba un poco preocupado de lo que sea que su abuela pudiera decir sobre él.

Ella lo sacó de sus pensamientos dándole una palmada en el hombro para tranquilizarlo pero luego sonrió un poco.

-No, no le dije nada "raro" sobre tí.

No estaba convencido pero tampoco quería preguntar a Kakashi para comprobarlo así que lo dejó pasar confiando en que su abuela no lo avergonzaría... Mucho.

Con los entrenamientos y el ocuparse por completo de su hogar Obito no tiene tiempo de hacer nada. Además, está ansioso por volver a tener nuevas misiones. Sus ahorros ya se están acabando y no quiere volver a depender del dinero del clan. Tiene sus huertos en el jardín y compró unas gallinas a un buen precio, aunque gastó más de lo esperado para hacer un gallinero. No tener que comprar verduras y huevos será un alivio para su bolsillo. Así que con la misión que les asigna Minato, el nuevo Hokage, no puede evitar alegrarse a pesar de sus nervios por volver a estar junto a su equipo por su cuenta. Mira las espaldas de Rin y Kakashi al salir de la aldea y toma valor para correr junto a ellos decidido a no ser otra vez una carga.

¡No volveré a fallarles!

Chapter 5

Notes:

Publiqué el capítulo 5 en vez del 4, ahora ya están los dos ordenados ja

Chapter Text

La misión en el país de la hierba fue una tortura, Obito no podría describirlo de otra forma. No había enemigos cerca o tenían una tarea imposible de completar, pero los primeros días había estado tan ansioso por la posibilidad de ser atacado y que todo saliera mal como en la última misión que le era imposible disimularlo todo el tiempo. Y fue solo cuando notó que Rin estaba en el mismo estado de nerviosismo que él y que Kakashi los vigilaba a ambos que decidió sentarse durante la noche mientras acampaban y meditar un poco. No era un inconsciente ni tan tonto como todos suponían, así que en cuanto se permitió darse un momento para pensar se dió cuenta que Minato los había asignado a esta misión para verificar si podrían volver a cumplir con misiones.

Debían seguir atentos y no confiarse, pero Obito logró calmarse y empezar a ser más como él mismo. Su seguridad volvió y confió en que Kakashi podría guiarlos hasta que Minato creyera que tuvieron suficiente y les ordenará volver. Rin también comenzó a caminar con más confianza y dejó de tocar el lugar donde el sello que mantenía a la bestia de tres colas encerrado en ella. Kakashi dejó de mirarlos como si esperara que alguno tuviera un colapso y comenzó a relajarse.
Fue ahí que la tortura comenzó.

Todas las noches que acamparon habían utilizado pequeños espacios y dormido amontonados. Por los nervios Obito no se había detenido a pensar sobre la cercanía que habían compartido y que Kakashi era un abrazador cuando dormía.

Kakashi abrazaba a Rin cuando dormían, al parecer estaba acostumbrado a sostener algo al dormir y lo estaba lo suficientemente cómodo para agarrar a Rin cuando ya había llegado a dormirse profundamente. Rin se despertaba cuando eso pasaba pero volvía a dormir plácidamente cuando veía que era Kakashi. Obito no pudo hacerlo, cuando fue el turno de Rin de quedarse despierta y vigilar él se había recostado cerrando los ojos intentando no reaccionar de ninguna forma ante la calidez del cuerpo recostado a su lado. Había llegado al punto de desistir y decirle a ella que aprovechará las horas de sueño cuando Kakashi se movió dormido. Lo vio palmear el lado derecho antes de girar hacia su lado y sujetarle el brazo. Obito había jadeado sorprendido y abierto grandemente los ojos mirando como Kakashi fruncía el ceño moviéndose incómodo al apretar el brazo que había sujetado antes de relajarse y seguir durmiendo. Ya no podía ver su rostro porque se había acurrucado contra su cuerpo luego de decidir que era un cuerpo aceptable para abrazar.

Obito no pudo dormir y temió sufrir infartos de forma intermitente cada vez que Kakashi apretaba más su agarre o se acercaba cada vez más. Fue una tortura y cuando comenzaron a dormir en la posada no pudo más y se alejó disimuladamente ignorando las miradas divertidas de Rin al saber por qué no quería dormir con ellos. Logró disimular aún más cuando la invocación de Kakashi se hizo presente, el tener a ese perro faldero gruñendo y mirándolo altivo lo hizo concentrarse en esa pequeña bola de pelos hasta que recibieron la orden de volver a la aldea.

El buen ánimo de los aldeanos y como el tema festivo se concentró en la parte comercial y los parques lo hicieron sonreír hasta que sus mejillas dolieron. Le gustaba ver a toda la gente animada y uniéndose para hacer algo divertido, deseaba que todo esto fuera duradero y no volver a ver la incertidumbre por estar en guerra.
Con más ánimo del habitual se mantuvo corriendo de un rincón a otro por el pueblo ayudando a los ancianos con sus compras y haciendo mandados para su abuela. Cuando terminó algunos estudiantes de la academia también se le acercaban con preguntas y eso lo sorprendió, más aún al darse cuenta que además de los ancianos algunas personas lo saludaron. Eso último era muy extraño.

Él era bien conocido por los ancianos y en cuanto lo veían lo saludaban y le regalaban dulces aunque no necesitaran de su ayuda. Pero aún recordaba que cuando era pequeño y comenzó a ayudar fue visto con sospecha y tratado de forma precavida.
Él era un Uchiha y eso asustaba a la mayoría de las personas.

La simpatía de los ancianos era algo normal ahora, pero la de los demás no.
Por un momento se detuvo en el parque luego de ser prácticamente arrastrado por un grupo de niños de la academia para que los ayudara a entrenar. Mientras estaba en el parque pensó en que tal vez era tratado de buena manera por los aldeanos por la reputación que ganó por las misiones de su equipo, pero luego lo descartó porque había muchos Uchiha que hicieron mucho por la aldea y aún así eran mal vistos. Así que de lo único que estaba seguro luego de escapar de esos estudiantes fue que no le agradaban los niños. Algunos podían ser adorables pero eso no compensaba que también eran agotadores y pequeñas cosas molestas, francamente pensaba ir con Minato y disculparse porque estaba seguro que él fue igual o más molesto que esos niños con lo que pasó la tarde en el parque.

Él no pensaba ser un maestro de ningún grupo de genin, eso era de lo único que estaba convencido.

Todas sus preguntas fueron olvidadas en cuanto volvió al complejo y encontró a algunos de sus parientes bien vestidos para asistir al festival. Ya estaba atardeciendo y los faroles se prenderian pronto. Atenuó su sonrisa al saludar y correr para llegar con su abuela, ella estaba contenta desde que se había enterado del festival diciendo que desde hace muchos años que no asistía a uno. Había pedido una silla de ruedas para ella así podría pasar todo el tiempo que quisiera en el festival y planeaba que ambos tuvieran una buena experiencia.

—¡¿Obito dónde estabas?! Ya deberías estar preparado, ve a bañarte rápido— ni siquiera había terminado de cerrar la puerta cuando su abuela apareció con el ceño fruncido. Obito corrió por si ella estaba de muy mal humor por su tardanza e intentaba hacérselo saber con su bastón.

Su abuela había elegido un kimono negro con lindas flores bordadas, también tenía el cabello recogido. Ella se veía elegante y mantenía una leve sonrisa a pesar que estaba usando la silla de ruedas de la que había renegado. Obito estaba muy contento, tanto que ignoró a los parientes que no querían unirse a la celebración y miraban a los que sí con mala cara.

—Recuerda controlarte y no comer demasiados dulces— escuchó la advertencia de su abuela cuando llegaron a la parte comercial del pueblo donde muchas tiendas estaban iluminadas y decoradas para llamar la atención.

Obito había asentido distraído por los carteles y las cantidades de cosas deliciosas que veían. Siempre tuvo debilidad para concentrarse cuando había cosas brillantes frente a él y el aroma a comida y dulces hacía que sus sentidos se alocaran. Saludó sin problema a los comerciantes y platicó con los ancianos que usualmente ayudaba presentándolos a ella e ignorando la mirada perpleja de su abuela por lo integrado que estaba con esas personas. Hasta olvidó que usualmente sus parientes no se le acercaban y ahora tenía a un grupo de Uchiha junto a ellos, aunque ellos parecían incómodos y solo por la curiosidad seguían paseando por el lugar.

Fue luego de perder la cuenta de los dulces que probó que se preguntó cuándo se encontraría con sus amigos. Se había detenido antes de acercarse a una tienda de pequeños pasteles que se veían muy tentadores cuando pasó por un puesto de broches, cintas y adornos.

—¿También quieres comprar algo de este puesto?— su abuela lo miraba con una ceja alzada mientras disfrutaba de su dango.

—No, solo me pregunto si Kakashi estará usando mi regalo— sintió su rostro calentarse un poco al imaginarlo usando aquel kanzashi.

—Feromonas Obito— escuchó la advertencia y se sonrojó aún más. Había olvidado usar el spray cuando se levantó esa mañana y aunque se bañó más de una vez todavía hacía su trabajo a pesar de haberla usado la mañana anterior, pero con menos efectividad. Si se animaba mucho sus feromonas se hacían presentes de forma tenue. No era algo que las personas a su alrededor notaran a menos que estuvieran muy cerca, pero aún así no quería arriesgarse por si el spray fallara por completo.

—No se notan tanto— se defendió cuando sintió la mirada de su abuela aún sobre él.

Era una pelea habitual que tenían, ella le recordaba cada vez que podía que no debía depender de los inhibidores de olor y que tenía que aprender a controlar sus feromonas. Obito ignoró deliberadamente la mirada de ella mientras se alejaban de ese puesto y se acercan al de los pasteles.

Su vista igualmente se desvió de los dulces a los kanzashis que llevaban algunas mujeres beta y Omegas. Estaba ansioso ante la duda de si Kakashi se animaría a usarlo. Fue durante estos momentos que se percató que además de Minato y Kakashi no había otros Omegas masculinos en la aldea. Cómo Hokage Minato debía estar usando la vestimenta formal que todos los Hokages usaron. Pero Kakashi podría usar lo que quisiera y fue cuando vio a cada persona vistiendo kimonos o ropas no tradicionales pero aún así arregladas para la ocasión que se imaginó a Kakashi vistiendo algo lindo. Pero dudaba que él usara un kimono o ropas hechas para Omegas masculinos que usualmente usaban los hombres betas de rango bajo que salían o estaban casados con Alfas. Kakashi era alguien práctico y seguramente estaría por ahí con su ropa habitual de ninja.

Obito no sabía mucho de Omegas, mucho menos los masculinos, pero de lo poco que sabía Kakashi y Minato no se parecían en nada a lo que describía el libro que había leído hace un tiempo. Se preguntó si era porque ninguno creció con otros Omegas como ellos y de sus edades a su alrededor.
Había consultado con su abuela y ella le había dicho que de su generación recordaba haber conocido a cuatro Omegas masculinos pero que todos murieron en su juventud. Técnicamente hablando, Kakashi era el primer Omega masculino en nacer en Konoha después de varias generaciones. Minato había llegado a la aldea cuando tenía cuatro años junto a un grupo de huérfanos y refugiados. Su abuela le dijo en esa misma conversación que creía que seguramente eso no era cierto y que simplemente esos Omegas ocultaron su género secundario, comentando también que los métodos clandestinos para lograrlo eran tan extremos que el aroma podía borrarse por completo pero que también terminaban siendo infértiles. Ella había terminado la conversación diciendo que al ver cómo ahora sin importar el género secundario se podría ser un shinobi importante y hasta Hokage la discriminación que había en su tiempo y hasta hace una generación atrás podría bajar para que nadie se sintiera inferior.

Sinceramente Obito se sintió mal por quieres tuvieron que acabar con una parte de sí mismos para sentirse a salvo y capacitados para lograr sus objetivos.

"Kakashi siempre me pareció muy seguro de si mismo..." Se dijo frunciendo el ceño al intentar recordar algo que le hiciera creer lo contrario, pero nada le vino a la mente más que la imagen de un amanatto al sentir el aroma del almíbar.

Sea como sea, dudaba que Kakashi usara ropas tradicionales y hechas para los Omegas. Lo cual era una lastima porque estaba seguro que esas cosas se le verían bien.
Pensó distraídamente en aquello mientras seguía probando dulces sin controlarse en lo más mínimo.

—¡Obito veo que aprovechas al máximo los puestos!— Kushina lo había abordado cuándo estaba en uno de esos puestos y su abuela había comenzado a hablar con ella mientras Minato era saludado por cada persona que pasara cerca de ellos. —Ya puedo imaginarte corriendo de un extremo a otro de la aldea dentro de unas horas, pequeño tonto.

—Este niño no aprende...— se rió ante el comentario de su abuela y siguió comiendo sus dulces. Ella solo rodó los ojos y siguió charlando con Kushina, también con Minato cuando él se desocupaba. Obito sabía que ella estaba pasando un buen momento, porque sino estaría arrastrándolo de la oreja aunque estuviera en silla de ruedas.

Tal vez debería guardar estos para otro día... Se dijo mirando las bolsitas con golosinas mientras masticaba un pastelito glaseado. Pero rápidamente ese pensamiento se esfumó al ver a una niña con un taiyaki.

En el fondo de su mente sabía que estaba bajo la influencia de un subidón de azúcar, pero ya estaba lo suficientemente acelerado como para detenerse. Saludó animado a cada persona y habló rápido sin inmutarse por las caras confundidas porque apenas se le entendían las palabras por lo rápido que hablaba y cambiaba de rumbo la conversación. Pero los comerciantes estaban contentos por cómo gastaba su dinero así que lo dejaron hablar mientras atendían otros clientes.

Tan distraído por los ricos aromas, la iluminación y cada adorno que se cruzaba en su campo de visión que se olvidó dónde estaban su abuela con Kushina y Minato. Pero sonrió atesorando cada una de las bolsas con dulces que consiguió cuando los encontró fingiendo que no se había olvidado nada.

Estaba por dar una escusa muy poco elaborada por su tardanza cuando se dió cuenta de las presencias de Rin y Kakashi. Su boca no se abrió de par en par solo porque comenzó a masticar más rápido.

"Por Kami, Kakashi es... es tan bonito." En su mente estaba chillando y apenas contenía el impulso de acercarse para hacer algo, no estaba seguro de qué, pero sus manos apretaron las bolsas y se acercó controlando sus pasos para no correr o dar saltitos. "Él es lindo, hasta cuando parece medio muerto es lindo pero esto es... ¡Lo estoy mirando fijamente y él se dió cuenta! Habla...di algo ¿por qué mi boca no responde?. ¡Por Kami no te le quedes mirando cómo un bobo!

—Conseguí tantos dulces...— fue lo que logró decir y quiso golpearse a si mismo. Su abuela solo suspiró negando con la cabeza, pero notó como Kakashi resopló viéndose relajado. También se dió cuenta de tres cosas entonces, primero: ese perrito feo era lo único que arruinaba la apariencia de Kakashi. Segundo: la vestimenta con los colores claros y la falta del Hitai-ate hacían que Kakashi se viera más delicado y engañosamente inofensivo. Tercero: él estaba usando el kanzashi que le obsequió. Y por supuesto su boca decidió funcionar revelando el pensamiento —¡Sí te gustó!

La sorpresa por lo que gritó se esfumó rápidamente del rostro de Kakashi cuando se dió cuenta que todos a su alrededor lo miraron o más bien miraron el kanzashi. Si Obito no hubiera estado tan encantado por ver que su regalo de verdad le gustó se habría sentido más avergonzado.

—Ya te había dicho que me gustaba— aunque lo disimulaba muy bien Obito reconoció que estaba incómodo por la atención que estaba recibiendo.

Estaba tan contento que no se molestó por el golpe de Kushina y su tono burlón al hablarle. No podía dejar de mirar a Kakashi preguntándose si estaba poniendo alguna cara estúpida o sonriendo demasiado, pero se consoló diciéndose que seguramente no lo hacía porque nadie dijo nada. Volvió a prestar atención a su alrededor cuando Minato los llevó a un puesto donde estaba un fotógrafo que los miró como si fueran un grupo de revoltosos, Obito no le dió importancia ni reconoció que era el mismo hombre que les tomó la fotografía cuando formaron el equipo siete.

"Voy a tener otra foto de Kakashi" gritó en su mente contento y más porque dudaba que en el futuro cercano Kakashi usaría un atuendo así tan bonito y perfecto. No sabía si era su subidón de azúcar o qué pero hasta de a ratos lo veía más iluminado y con mariposas rodeándolo.

—Límpiate la baba— Rin lo codeó sonriendo y mirándolo encanta por la situación.

—No estoy babeando— masculló pero aún así pasando su mano por su boca por las dudas. Rin solo se rió alejándose de él para caminar junto a Kakashi.

No participó en ninguna conversación por miedo de hablar de más y decir algo ridículo. Se mantuvo ocupado masticando sus dulces para asegurarse de lograr no hablar. El momento fue perfecto, disfrutó comer de todo un poco y ver cómo todos a su alrededor de veían felices. Fue una gran noche y cuando escuchó a Rin decir que debía irse y luego Kakashi decir lo mismo sintió una punzada de decepción. Quería que todo esto durara más tiempo.

Tanto que prácticamente corrió antes de pensarlo y alcanzó a Kakashi, él lo había mirado un momento y comenzado a caminar con intención de seguir su camino juntos. Obito estaba seguro que estaba sonriendo como idiota pero no le dió importancia.

—Quiero de esas frutas azucaradas de las que habló Rin.— dió una escusa rápida aunque Kakashi no le preguntó por qué lo siguió. Esperaba que no se notará que le costaba no caminar más rápido y mantener las manos quietas.

Miró a su alrededor evitando perderse en los aromas que estaban en el aire. Pero se distrajo igualmente al darse cuenta de las miradas dirigida a Kakashi.

—¿Qué haces para bajar toda esa energía de más?

—Correr— contestó distraídamente a la pregunta de Kakashi frunciendo el ceño por el grupo de inuzucas que olfatearon el aire sin disimulo alguno —No me gusta cómo te están mirando los Inuzuca, parecen perros...

—Les llamo la atención porque mi madre fue parte de su clan.— ante ello dejó de mirar a ese grupo para ver a Kakashi sorprendido, jamás había escuchado aquello y miró la mascarilla que tenía preguntándose si por ello la usaba. Las personas de ese clan tenían rasgos caninos y sabía que el olfato de Kakashi era mayor al normal así que tal vez sus dientes eran como el de esas personas y se avergonzaba. —Solo hay que ignorarlos, no son los únicos que me miran raro. Tú también me miraste de esa forma y no me ofende.

Y así de rápido dejó de pensar en qué ocultaba con esa máscara. Sintió su cara calentarse y abrió los ojos alarmado por haberlo incomodado o revelado lo que sentía. Kakashi se rió pero no fue una divertida más bien parecía resignado y Obito no entendió muy bien pero no le gustó y decidió intentar explicar porque se le quedó viendo tanto.

—Eso fue porque no esperaba... No sé...— se maldijo mentalmente intentando ordenar sus palabras —¡Ya sabes! Eres lindo, eso ya lo tengo asumido pero hoy estás cómo... ¿Bonito? ¡Sí, eso es! No esperaba verte así y tampoco que llevaras puesto mi regalo. Me gusta cómo te queda por cierto. Estaba pensando que ese es mi color en realidad y no me di cuenta cuando te lo regalé. ¡Pero te queda bien! Cualquiera seguro te quedaría bien... Tal vez deberíamos conseguir más hoy o preguntarle luego a Rin porque vi que ella tiene varios en su departamento así que debe ser experta en esas cosas.

Había mirado hacia cualquier sitio menos a Kakashi para poder hablar lo mejor posible. Pero cuando miró a su lado orgulloso de haber logrado explicarse se dió cuenta que Kakashi se detuvo y estaba detrás de él. Corrió para estar a su lado confundido por la mirada sorprendida que tenía.

—Oh... Ya veo— lo escuchó decir luego de recobrar su expresión tranquila y comenzar a caminar.

Obito estaba preocupado pero se distrajo rápido al notar como esos inuzucas seguían mirando sin disimulo alguno. No sabía si su molestia fue tan clara o si hizo algo amenazante pero en cuando cruzó la mirada con uno de ellos esa persona dijo algo a los demás y dejaron de mirar. Sonrió levantando la barbilla y volvió a mirar a Kakashi notando que tenía los brazos cruzados y se dió cuenta que muchos traían puesto bufandas y abrigos.

—¿Tienes frío?

Se movió antes de pensarlo o esperar alguna respuesta. Se quitó su haori para colocarlo sobre los hombros de Kakashi congelandose en el acto al darse cuenta de lo que hacía. Estaba por disculparse y alejarse cuando vio cómo Kakashi miró la prenda y la acercó a su nariz olfateando con las cejas un poco levantadas. Su corazón se aceleró al verlo sonreír contento y jadeó sorprendido al sentir un aroma dulce como el almíbar pero también floral recordándole a la flor de azahar. Había pasado mucho tiempo escondido entre las ramas del único árbol de ese tipo en el recinto Uchiha cuando era pequeño oculto entre ese fresco aroma como para no reconocerlo.

No era la primera vez que olía el aroma de Kakashi, ya lo había sentido en su casa. Pero una cosa era olerlo en el ambiente y otra sentirlo cuando él lo dejaba salir porque estaba contento. Era más intenso y le afectaba, podía sentir las ganas de acercar su nariz a su cuello y también las ganas de hacer algo para que sonriera más.

—Puedo oler tus feromonas— dijo notando la mirada de Kakashi sobre él y alejándose despacio aún atontado por las feromonas que olió. —Son dulces... Me gustan las cosas dulces.

Se preocupó un poco cuando sintió que se le acumulaba saliva en la boca, no quería babear como Rin le dijo que hacía hace un rato atrás.

—Me di cuenta— Kakashi aún sonreía, podía notarlo a pesar de la máscara, pero no podía mantener la mirada en su rostro así que él también debía estar nervioso. —Gracias por esto, pero ya tengo que irme. Y tú también, deberías volver con tu abuela y dejar de comer cosas con azúcar.

"Definitivamente lo incomode..." Se dijo al verlo alejarse sin correr pero sí con pasos rápidos. Pero también recordando que a pesar de ello a Kakashi pareció agradarle mucho su aroma.

Las luces, los olores de todo a su alrededor y las burlas de Kushina cuando volvió con su abuela no lograron perturbarlo de su ensoñación. Se sentía estúpidamente feliz.

*
*
*

Algo cambió después del festival. Kakashi no lo trataba particularmente diferente pero estaba claro que ambos comenzaron a ser más consciente del género secundario del otro. Obito no quería incomodarlo y respetó cada sutil pedido del otro  para no invadir su espacio. No era como si las cosas se hubieran vuelto incómodas, solo eran diferentes de una forma que no sabía explicar.

—Estamos creciendo Obito, no al mismo ritmo que el otro pero estamos madurando.— terminó diciendo Rin cuando le comentó sobre los cambios que estaban pasando con Kakashi. —Aunque tú fuiste muy precoz.

—¿Eso es malo?— su abuela también había dicho lo mismo en alguna ocasión y frunció el ceño preocupado.

— No, todos tenemos nuestros tiempos. Mientras respetes el de los demás no hay problema— ella claramente le estaba advirtiendo sobre Kakashi y Obito sintió que se le erizaba la piel. No le gustaba cuando Rin sonreía de esa forma tan amable pero que a la vez hacia que sintiera que debía alejarse de ella. —Kakashi está notando que tú eres un Alfa y él un Omega, eres su amigo pero estoy segura que se está dando cuenta también que no lo ves de esa forma y esto es algo nuevo para él. No digo que le mientas si pregunta o que intentes esconder lo que sientes, pero intenta no abrumarlo. Todas estas cosas realmente son nuevas para él y te puedo asegurar que no maduró en ese sentido. Es un gran ninja e independiente desde una edad temprana, pero creo que en el fondo puede llegar a ser más infantil de lo que aparenta mientras que tú eres lo contrario. Pareces tonto, sin ofender, y un tanto inmaduro por cómo dejas al descubierto todo lo que sientes pero mentalmente hace tiempo que maduraste más de lo que crees.

—Puedo esperar a que él madure más para ser más claro sobre lo que siento— terminó diciendo al pensar en lo que Rin le dijo. No era como si quisiera confesarse de forma precipitada sólo porque estaba seguro que sus feromonas eran del gusto de Kakashi y que también le agradaba. —Se que no le gusto de esa forma... Pero también sé que él no piensa en esas cosas como nosotros.

Nunca pensó en Kakashi como alguien todavía infantil como aparentemente lo hacía Rin, pero sí como alguien despistado en cuanto a los sentimientos de quienes no eran su familia y la forma en la que era visto como persona.

Y él fue sincero, no pensaba confesarse y no solo porque sabía que Kakashi no era consciente de esas cosas sino porque también él no estaba listo. No quería ser impulsivo, no sabía desde cuándo pero pensaba en el asunto y no deseaba ser impulsivo esperando lo mejor. No era de sobreanalizar sus acciones cuando no estaba entrenando o cumpliendo una misión, pero desde hace tiempo medía sus palabras porque tenía claro que cada acción por más pequeña y tonta que fuera tenía consecuencias. Y este no era el momento para tirarse de cabeza para dar a conocer que se enamoró de su amigo, no sentía que fuera el momento y quería confiar en sus instintos.

Con suerte Kakashi un día lo vería como algo más que un amigo y si no lo hacía... Iba a doler pero eso no cambiaría lo que sentía. No lo forzaría ni lo pensaba acosar para que cediera a nada. Después de todo él era un Uchiha y cuando amaban lo hacían con intensidad y atesoraba ese sentimiento a pesar de todo.

Igualmente está optimista a pesar de todo. Vuelca todos sus nervios e incertidumbre en sus entrenamientos, tanto que olvidó completamente sus sueños raros. También estaba contento por el hecho de que los sueños que lo hacían sentir un pervertido ya no eran tan seguidos.

Se reprochó el haber bajado la guardia cuando un día se despertó preocupado al soñar a Kakashi vestido con un informe de anbu visitando una tumba que no tenía nombre. Y a partir de esa noche el mismo sueño se repitió una y otra vez. Él no quería darle importancia, Kakashi no era un anbu así que el sueño no tenía sentido y tampoco debía ser una visión. Eso no podía ser.
Fueron dos meses con ese tipo de sueños con él acechando a Kakashi y cada vez se preocupa más por la tumba sin nombre y la posibilidad de volverse un acosador.
Al menos en sus sueños aparentemente lo es.

Y un día, cuando corre al campo de entrenamiento para entrenar a solas con Minato sueña despierto después de tanto tiempo y ve a Kakashi hablando solo frente a una tumba, parece que no va oír nada al igual que ocurrió en sus sueños hasta que escucha por primera vez algo de lo que dice y es que Kushina está embarazada.

 

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Kakashi estaba tramando algo, Obito estaba seguro que había algo que ocultaba y quería exigirle que le dijera qué le pasaba. Aunque no lo hizo, se mordió la lengua evitando preguntar porque tenía el presentimiento que sería algo que no le gustaría escuchar y con sus constantes sueños que rogaba que no fueran visiones, temía constantemente que esa tumba en sus sueños un día apareciera en su vida con el nombre de un ser querido.

Rin lo llamó paranoico cuando se lo comentó y tal vez era cierto, pero desde que comenzó a soñar con Kakashi vistiendo el uniforme ANBU, viéndose miserable y hablando siempre frente a una tumba sin nombre había comenzado a sentirse ansioso cuando no sabía dónde se encontraban él y Rin.

—¡Concéntrate Obito!— el grito de su tío lo trajo de vuelta al presente. Ahora que ya no era un paria para su familia las obligaciones para con su clan habían aumentado de un día para el otro. Una de sus obligaciones era encargarse de los mocosos antes de que ingresaran a la academia y entrenar con los cercanos a la familia principal que ya estaban estudiando.

Obito no estaba seguro de qué sentir con ese cambio de rol en su clan. Estaba tan acostumbrado a estar entre enojado y triste cuando se trataba de su trato con ellos que otra emoción era difícil de sentir.

Su abuela siempre fue la excepción y la única razón por la cual recibió el apellido Uchiha. La regla siempre fue que si se casaban con alguien que no fuera un Uchiha debían abandonar el clan, usualmente eso ocurría con los de la tercera línea de sangre que eran considerados los más débiles y con una mínima posibilidad de despertar el sharingan. Su abuela no había sido una ninja, pero había pertenecido a la línea de sangre principal y lo más cercano a una sanadora en su tiempo, el cual fue en el periódico de los fundadores cuando se vio obligada a tratar con miembros de otros clanes al fundarse la academia y aprendió métodos de curación de otros clanes. Los Uchiha, en especial en esa época, veían a los sanadores y posteriormente a los médicos ninja como si fueran cobardes. Cuando lo escuchó de su abuela y luego lo leyó en los pergaminos de la historia de su clan se sorprendió y se percató que no había ningún médico ninja Uchiha, pero por suerte ya no veían como si fueran cucarachas a los ninjas como Rin y no tenían problemas en recibir o buscar ayuda de ninjas médicos.

Su abuela nunca se convirtió en una ninja porque ni siquiera se graduó de la academia y por lo tanto a pesar de ser prácticamente de la familia principal fue apartada con los de la tercera rama familiar y se casó con uno de ellos. Así que su madre nació siendo parte de la tercera línea de sangre y cuando se casó con alguien ajeno al clan se le quitó el apellido. Se suponía que Obito iba a recibir el apellido de su padre, pero al morir su madre él quedó sin familia inmediata y su abuela lo trajo a su casa exigiendo ser reconocido como un Uchiha. Ella no debía tener voz ni voto con nada relacionado con el clan, pero en su juventud  había salvado a más de un miembro de la familia principal que se negaba a recibir asistencia de los médico ninja de otros clanes y los ancianos no lo olvidaron. Así que Obito fue una excepción y lo aceptaron al menos de nombre como un Uchiha aunque fue llamado "bastardo" hasta que despertó el sharingan.
Los ancianos lo habían nombrado al aceptarlo y dejarlo al cuidado de su abuela, todavía no sabía si lo nombraron"Obito" porque esperaban que muriera pronto o porque su nacimiento fue el mismo día de la muerte de su madre.

Y cómo cometió el error de que todos se enteraran que poseía el Mangekyo Sharingan el líder del clan le otorgó responsabilidades que estaban destinadas a los miembros de la familia principal o como mucho los de la segunda línea de sangre como Shisui.
Él no era querido ni visto como un prodigio como su primo, pero era alguien "prometedor" para el clan e intentaban que alcanzará los nuevos estándares que tenían sobre él.

Pero tener que entrenar a los niños y estudiar como loco bajo la tutela de los ancianos cuando no debía cumplir con sus obligaciones con su equipo era una tortura. No soportaba a los niños por muy tiernos que fueran algunos y los ancianos... no había palabras para describir lo insufribles que eran.

Y lo peor era que si los mocosos no lograban algo al que le gritaban era a él.

—Es suficiente por hoy— dijo al grupo de mocosos frente a él que no tardaron en correr lejos como si los hubiera maltratado.

Miró de reojo a su tío que tenía el cabello totalmente gris por las canas encogiéndose de hombros antes de girar y comenzar a caminar hacia su casa, no iba a quedarse a escuchar sus críticas. No era su culpa que los niños no avanzaran, jamás pidió ser el sensei de nadie y no tenía idea de cómo enseñar a otros lo que él aprendió a prueba y error con más esfuerzo del que quería admitir.

—No debiste usar el Mangekyo Sharingan si querías seguir pasando desapercibido— evitó saltar o verse sorprendido al escuchar la voz de su primo. No había estado atento y por ello no lo había visto sentado entre las ramas de uno de los árboles que estaban cerca de su casa. —No eres muy inteligente, ¿verdad?

—¡Hey! ¿Desde cuándo tenemos tanta confianza?— frunció el ceño viendo cómo saltaba del árbol y caía perfectamente para caminar hace él.

—Vamos a entrenar juntos a partir de hoy— declaró sonriendo como si no lo hubiera insultado antes.

—¿Qué no te graduaste de la academia ya? ¿Por qué tengo que ser el niñero del prodigio del clan?— Shisui se había graduado antes de que la guerra acabara y estaba pasando de un escuadrón a otro desde que su grupo genin murió en una misión hace meses.

Obito no quería ser tan bocón ni molestarlo por esa razón, el chico parecía haber sobrellevado bien la perdida y seguía adelante, pero aún así a veces parecía estar mirando hacia la nada con una mirada extraña. No sabía qué pensar de él, así que lo evitaba e intentaba no exasperarse cuando estaban juntos porque el chico podría estar traumado y no quería ser él quien quebrara su acto de superación.

—Mas bien yo voy a ser tu niñero.— Aunque era difícil no gritarle cuando le hablaba con ese tono y sonrisa falsa. —Te ayudaré a pulir tu técnica y a controlar con mayor precisión tu sharingan.

—Largate de aquí mocoso— resopló dándole la espalda y caminando hacia su casa, tenía que hablar con su abuela sobre conseguir a alguien que se quedara con ella cuando él no estuviera. Aunque ya podía hacerse cargo de sus cosas debía conseguir ayuda de todos modos para que no se forzara de más y se hiciera daño por terca.

Él debía estudiar y entrenar para ser aprobado como Jounin. De solo pensar en seguir con su racha de fallar en el primer intento se sentía enfermo, pero se estaba esforzando para no dejarse llevar y hacerlo bien ésta vez. Quería demostrarse a su mismo que ya no era tan torpe y que tenía el nivel de habilidad que Minato aparentemente creía que tenía al decirle que debía presentarse al examen. Pero también quería impresionar a Kakashi, no iba a mentir, en parte estaba impulsado por la idea de impresionarlo.

—Quería hacerte un favor, pero si no quieres no voy a insistir. Mucha suerte con tu examen, primo.

No estaba tan desesperado como para ser entrenado por alguien de ocho años. Prodigio o no seguía siendo un mocoso para Obito.

Minato le había entregado algunos manuales para estudiar y ya tenía tiempo apartado en los campos de entrenamiento. Sería extraño estar en ese lugar sin Kakashi y Rin ya que siempre que entrenó por su cuenta fue en el bosque. Los campos de entrenamiento tenían trampas y dependiendo cuál el nivel de dificultad era mayor, jamás estuvo ahí sin apoyo pero ahora debía demostrar que podía hacerse cargo totalmente por su cuenta de cualquier imprevisto.

Cuando Kakashi hizo las pruebas no demostró estar nervioso o tener algún problema, en realidad si Minato no les informaba que había sido aprobado Obito no se hubiera dado cuenta que estuvo pasando por esto. Ahora sentía que no tenía tiempo suficiente para estudiar o entrenar y estaba nervioso por no saber exactamente cuál sería la prueba de campo. Supuso que esa era la suerte de los "prodigios" y "genios", él no lo era y por lo tanto estaba enloqueciendo por dentro a pesar que cada vez que alguien preguntaba se la pasa despotricando confianza.

Estaba tan concentrado en entrenar y no morir en el intento que cuando dormía estaba tan cansado mentalmente que no tuvo ningún sueño raro y por lo tanto olvidó verificar a sus compañeros de equipo. Pero su concentración se esfumó luego de una visita al hospital donde Rin lo atendió y se veía preocupada.

—No puede ser ¿me estoy muriendo?— lo dijo con un tono alarmado ligeramente falso, la cara de Rin mientras curaba sus heridas en su torso le hizo temer un poco que tuviera algo mal en él y ella acababa de darse cuenta.

—Claro que no Obito — sonrió negando con la cabeza antes de alejarse y dejar que se volviera a colocar su camiseta, aunque estaba chamuscada y cortada en varios sitios —Solo estaba preocupada por Kakashi y verte me hizo recordarlo.

Ahora, eso sí asustó a Obito.

—¿Kakashi se lastimó entrenando?— los entrenamientos de Kakashi estaban a otro nivel, él realmente se había esforzado desde una corta edad para intensificar sus entrenamientos.

Recordaba cuando les contó con un tono aburrido que escalaba el precipicio con una mano atada a la espalda de vez en cuando desde que tiene seis años y le hizo cuestionar su cordura, él debió notarlo porque aclaró que hace tiempo hacía ese entrenamiento con Gai como compañero. Como si eso fuera tranquilizador, Obito estaba seguro que ese chico había incitado a Kakashi con sus retos absurdos.

Pero volviendo al presente y pensándolo mejor se dió cuenta que últimamente los entrenamientos de Kakashi ya no eran tan extremos en realidad ya que se dedicaba a perfeccionar sus técnicas y estudiaba los pergaminos que Kushina le había entregado, por ello Obito no había estado tan preocupado cuando él desaparecía por un día o dos.

—No lo creo, vi a Gai y parecía despreocupado así que no debe estar mal.— si estuviera enfermo o lastimado Gai no podría disimularlo —Pero hoy hacen cuatro días que no lo he visto por ningún lugar. Estoy ocupada con el hospital, tengo muchas responsabilidades con los grupos genin y aprendices pero pude preguntar a nuestros amigos y ninguno lo vio. Y hoy pregunté a Kushina san y ella solo me dijo que Kakashi envió a Pakkun para hacerle saber que no estaría disponible para ningún entrenamiento o lecciones por un tiempo.

—Y no tuvimos ninguna solicitud de misión— pensó rápidamente en si hubo alguna misión que quisieran asignarle al equipo pero nada le vino a la mente. Desde la última Minato los había dejado libres para que él lograra prepararse para su examen y que Rin siguiera ganando experiencia en el hospital. —¿Creés que lo asignaron a una misión con otro equipo o tomó una en solitario?

Kakashi era Jounin hace tiempo y era reconocido como líder, estratega y rastreador. Ninguno lo había dicho en voz alta pero los tres sabían que su equipo seguía unido porque Minato lo quería así por Rin. Siendo una Jinchūriki era considerada un arma para la aldea, una que no debía pertenecerle a Konoha pero que fue considerada un "premio de guerra" ya que Kiri perdió al tres colas al intentar usarlo en contra de ellos. Rin ya estaba habituada a su condición y estaba recobrando el estilo de vida que ella había planeado, más o menos. Así que sí, era posible que a Kakashi lo asignaran a misiones con otros equipos ahora.

—Es probable— suspiró Rin, ella lo disimulaba mejor que él pero también era una mamá gallina que se preocupaba por sus compañeros y amigos. Se esforzaba mucho en no volverse una entrometida, lo cual era gracioso para Obito porque ella describía de esa forma a su madre y estaba encaminándose en convertirse en una versión joven de esa mujer.

—Voy a preguntarle a Minato sensei— decidió, aunque primero iría a interrogar a Gai. Él era un libro abierto cuando hablaba de Kakashi.

—Con suerte va a confirmar o negar que está en una misión pero no te dirá nada más— lo sabía y ambos también sabían que lo que de verdad quiso decir era que buscaría respuesta en la oficina del Hokage sin pedir permiso, lo cual si era descubierto terminaría en la cárcel y sería algo muy malo para él porque era la cárcel y peor, estaba a cargo de los Uchiha y lo destrozarían por ensuciar al clan si terminaba arrestado por revisar los documentos del Hokage.

Con el objetivo de buscar respuestas se fue del hospital decidido. Sabía que ellos no podrían seguir funcionando como una unidad por más tiempo, si no fuera por el ascenso de Obito la especialización que Rin había estado postergando en el hospital también habría causado que ellos tuvieran que trabajar con otros o al menos Obito tendría que haberlo hecho. Kakashi podría trabajar con otros pero por su nivel de habilidad era seguro que sería enviado en misiones en solitario.

Había esperado un aviso de antemano sobre ese cambio si estaba a punto de ocurrir. Pero debió predecir que Kakashi haría algo como esto pensando sinceramente que nadie se daría cuenta que de la falta de su presencia.

Obito había revisado algunos archivos luego de que Minato le dijera que Kakashi estaba haciendo algo confidencial y luego de no encontrar respuestas más específicas llegó a la misma conclusión que Rin. Kakashi debió de haberse unido a ANBU y no pensó que fuera necesario decirles a sus compañeros de equipo y amigos. Y no, no estaba enojado, estaba aterrado ante lo que podría significar la imagen recurrente de aquel sueño con esa tumba sin nombre.

Rin también estaba preocupada, pero intentaba no demostrarlo tanto y calmarlo. Él también pensaba que Kakashi tenía un habilidad natural para luchar y aplicar jutsus en el momento correcto con precisión, no era considerado un prodigio por nada, pero aún así el volverse un anbu no les agradaba. A pesar de que esos ninjas eran considerados la élite a Obito no le gustaba la perspectiva de vivir en las sombras de forma tan literal. Cómo ninja de Konoha también tenía inculcado el seguir a su Hokage en lo que sea que decidiera, pero también recordaba las palabras de Minato cuando les dijo que no podían cernirse a las reglas sin analizar la situación, asi que no seguía ciegamente órdenes.
Por lo poco que sabía de ellos comprendió que los anbu prácticamente vivían en su propia burbuja a la espera de las órdenes del Hokage, no interactuaban con otros ninja que no fueran anbu y no sabía si tenían un bloque de departamentos solo para ellos o qué, pero luego de que Rin lo comentará él también se dió cuenta que rara vez volvían a verlos en sus hogares o por la aldea si no era con la máscara. Eran como una pequeña comunidad de élite bien apartada del resto.

Así que él realmente no había pensado en volverse un ANBU desde que comprendió todo sin esa mirada idealista de un niño desesperado por destacar. Y no entendía por qué alguien como Kakashi quiso unirse siendo que a pesar de no ser el más charlatán y sociable era obvio que apreciaba la compañía de todos sus amigos y amaba pasar tiempo con su familia, por mucho que sus habilidades lo hicieran sobresaliente él no era alguien que viviría en las sombras y lo más aislado posible sin sufrirlo.

Pero al final no importó lo que él pensaba porque luego un par de intentos de emboscada logró con Rin interceptar a Kakashi. No hizo falta una aclaración, el verlo sin el Hitai-ate y el chaleco estándar de los ANBU fue suficiente respuesta. Y la escusa de Kakashi para no decirles que el equipo se disolvió y que él ahora era un ANBU fue que creyó que no notaría su desaparición y que iba a decirles todo hasta que él aprobara su examen.

Qué de verdad creyera que ellos no iban a notar su ausencia era estúpido y él debió llegar a la misma conclusión porque suspiró y se notó un poco avergonzado por todo.

—Esta bien, lo siento. No lo pensé realmente, solo no quería preocuparlos y distraerlos. Especialmente a ti Obito,  realmente necesitas concentración.

Su irritación se hizo presente de nuevo al escucharlo decir que lo ocultó especialmente por él. Sabía que era su ego herido por no ser considerado lo suficientemente fuerte de alguna forma para soportar una noticia. Aunque sabía que si se lo hubiera dicho hace días hubiera reaccionado de forma exagerada de inmediato.

—Y se supone que eres un genio, Bakashi...— masculló mirándolo molesto por la situación y consigo mismo por no tener aún el control de sus emociones. —¡Cómo voy a concentrarme si desapareces y tu nombre no está en ninguna de las asignaciones de misiones! Nadie nos quiso decir sobre tu paradero y Gai que habla de tí con cualquiera que lo escuché hasta del color de tu pijama no te nombró ni una vez en estos días y evitó responder cualquier pregunta. Somos tus compañeros. Pensé que nos veías como tus iguales...

Kakashi se mostró un poco sorprendido por sus palabras y luego dejó que se notara su incomodidad.

—Realmente no quería perturbar sus obligaciones y perjudicarlos, pero está claro que fue un error... Lamento haberlos preocupado y no informarles que nuestro equipo ya no seguirá activo.— fue una disculpa sincera y Obito la aceptó aunque no le gustara.

—Está bien, entendemos por qué no nos dijiste— sintió la mirada de Rin sobre él, pero se negó a mirarlos o decir algo. Ya había superado su tendencia a llorar hace tiempo (al menos en público) y para su horror sentía ese ardor en los ojos advirtiéndole que comenzaría a lagrimear pronto si no se controlaba. —Te ves cansado.

 

—Ustedes no se ven mejor...

 

—¿Gracias a quién será?— masculló intentando enojarse y no ponerse sentimental por el final oficial del equipo siete.

 

—Debo ir a descansar. Eh... Y no se preocupen si no me ven por un tiempo. 

 

—¿Ya te asignaron una misión? ¿De cuánto tiempo?— Rin habló sorprendida y Obito dejó de mirar puntos imaginaros para volver a verlos interesado por ese dato.

 

—No puedo hablar de ello— por supuesto que contestó eso y Rin asintió comprendiendo mientras él se cruzó de brazos resignando —No los veré por unos meses, pero nos reuniremos cuando termine ésta misión para ponernos al día. Rin, concentrate para ser la mejor ninja médico. Y Obito...

 

—Voy a ascender de rango— lo interrumpió tajante, sabiendo que no aguantaría más y que se avergonzaría a si mismo llorando o diciendo algo tonto si seguía aquí. Miró los ojos de Kakashi determinado por ser conciso —Trabajaré duro y seré el mejor Jounin de la aldea, así que preocúpate solo por tí.

 

Obito maldijo por dentro al ver que Kakashi dejó de verse decidido y conciliador para fruncir el ceño preocupado.

 

—¿Obito...?— parecía querer preguntar si su amistad se había roto o algo así y Obito aflojó los hombros un poco para dejar de verse tan rígido.
No quería que pensara que estaba enojado con él y complicar más las cosas porque realmente no quería que se alejara aún más de lo que haría.

 

—Todavía pienso que eres un idiota por ocultarnos todo esto pero está bien, lo superaré. No te preocupes.— intentó sonar sincero y no tan enojado o serio. Miró hacia el suelo un momento porque mirar fijamente el rostro de Kakashi y tener sus ojos fijos en los suyos era vergonzoso y este no era el momento para sonrojarse, exhaló aire decidido a irse antes de levantar la mirada y volver a verlo —Me esforzaré para estar a tu mismo nivel así que ten cuidado hasta que pueda alcanzarte.

 

Sintió la mirada divertida de Rin sobre él y se palmeó mentalmente porque eso sonó demasiado dramático. Pero parpadeó apretando los labios para evitar decir algo más cuando notó que la mirada de Kakashi pasó de la sorpresa a la contemplación, él nunca lo miraba con tanta atención y sintió su corazón acelerarse porque ésta era la primera vez que era visto de es forma.

 

Kakashi asintió sin decir nada más y hasta pareciendo casi tímido, lo cual era extraño porque Kakashi podía ser muchas cosas pero alguien tímido no, Obito descartó aquello como su mente intentando ver cosas dónde no las hay.

 

"Este uniforme hace que muestre más... y sin el hitai-ate su cabello se ve más bonito de esa forma." Pensó sin poder evitarlo y apretó los puños regañándose por el rumbo de su mente.

 

No supo si se despidió correctamente o no, pero para cuando se dió cuenta ya estaba en casa y encaminadas a su cuarto en silencio para no despertar a su abuela. Kakashi y Rin ya no irían a misiones con él, todo cambió definitivamente y estaba nervioso ante lo que les deparaba a los tres.

 


"Al menos Kushina no está embarazada..." Pensó al recordar que en los últimos sueños Kakashi hablaba sobre el embarazo de la pelirroja.
Se consoló diciéndose que aunque sus sueños premonitorios sí habían acertado en que Kakashi es ahora un ANBU no había muerto nadie cercano a ellos y Kushina no estaba embarazada, por lo tanto se dijo que no debía preocuparse tanto por esa tumba sin nombre. Sus visiones nunca se cumplían tal cuál las soñaba y algunas nunca ocurrieron.


Pero unos días después se enteró del embarazo de Kushina y ese miedo volvió.

Obito sintió un poco de pánico ante el acierto de dos cosas de ese maldito sueño. Y tal vez debía tomar más en serio el entrenar más el control de sus emociones porque luego de felicitar al Hokage por la noticia no pudo hacer nada contra la palidez de su rostro ni su expresión de preocupación.

—¿Qué sucede Obito?— Minato lo miraba con el ceño fruncido dejando atrás la sonrisa que había dejado mostrad al contarle que Kushina y él esperaban serían padres.

—Oh... no es nada Minato sensei, solo estoy muy cansado— mintió sonriendo y llevándose una mano a su nuca avergonzado. Acaba de ser oficialmente ascendido a Jounin y se suponía que debía tener un mejor control que este.

—Te esforzaste mucho para lograr este ascenso. Estoy orgulloso de ti— la sonrisa volvió a Minato y Obito se relajó un poco. Aunque ya no buscaba desesperadamente la aprobación de todos Minato aún tenía influencia en sus emociones cuando se sentía aprobado por él. —Muy bien, si estás tan cansado ya no alargaremos esto y te diré qué harás a partir de ahora.— se concentró en el momento, si bien no estaba emocionado por dejar el equipo con el que creció y se formó hasta ahora, estaba ansioso por trabajar con otros o irse a misiones en solitario y aprender más. Debía alcanzar a Kakashi después de todo y no lo haría si se mantenía estancado. —Quiero que lideres a un equipo. Ellos se encuentran casi en la misma situación en la que se encontraba tu equipo, solo que los tres son Chunin, pronto comenzarán a avanzar lo suficientemente para intentar ascender como tú y estoy seguro que los tres lo lograrán. Pero por el momento ellos funcionan como un equipo y todavía no tienen experiencias en misiones sin un líder Jounin y aún no quiero que lo hagan solos o separarlos.

"No... Por favor que no sean ellos." Suplicó en su mente pensando en el los equipos formados actualmente por tres Chunin y sin un líder Jounin.

Pero ninguna súplica cambió el hecho de que fue asignado al equipo Choza.

*

*

*

Aunque no lo admitiera en voz alta, por dentro aceptó que estar en el equipo Choza no era tan malo como había pensado.

Obito está seguro que Genma usa los senbon hasta como utensilios de cocina y aunque es sarcástico es el miembro del equipo que más le agrada. Luego está Ebisu del que sospechaba que es un pervertido de clóset o que lo será en un futuro, pero dejando eso a un lado también le agradaba.

Sonrió un poco recordando la vez que dijo lo mismo de Kakashi diciendo que su yo más joven fue un tonto por pensar así. Estaba claro que Kakashi no era un pervertido, alguien tan centrado en su camino ninja y que leía novelas tan sosas no podría serlo.

—Los nidos de Kakashi son muy cómodos, pero cuando salga de aquí voy a ir a la tienda de colchas. Quiero regalarle una nueva para incentivar sus juveniles instintos y que la agregue a su nido en su próximo calor.— Gai habló consigo mismo sacándolo de sus pensamientos.

Esto también fue algo inesperado, jamás pensó que Gai lograría hacer algo más allá de irritarlo. Pero todo este tiempo gracias a él logró saber más de Kakashi y mantenerse al tanto de cómo estaba.

—No deberías hablar sobre esas cosas Gai, son privadas.— Ebisu lo regañó haciendo que Gai lo mirara confundido.

—¿Por qué? Todo el mundo sabe que es un Omega y lo que hace es algo natural...

—No me imagino a Kakashi haciendo un nido y todavía no puedo creer que sea un Omega.— Genma movió el senbon en su boca mientras mantenía una mirada pensativa.

—¿Por qué?— Obito frunció el ceño y lo miró molesto. No entendía por qué casi todo el mundo decía lo mismo de Kakashi.

No era como si hubieran más Omegas masculinos que Minato y Kakashi para tener una comparación más amplia. Y aunque los hubiera tampoco se sentía bien el saber que estaban buscando supuestos rasgos Omega como si al no tenerlos lo tacharan como defectuoso.

—Porque se ve muy serio y superado como para necesitar caer en sus instintos— Genma ignoró su mirada irritada anterior y siguió caminando tranquilo. —Tranquilo galán, nadie está criticando a tu amorcito.

—¡¿De qué hablas idiota?!— enrojeció sin poder evitarlo haciendo que Genma sonriera burlón y que Ebisu suspirara acomodando sus anteojos. Buscó con la mirada a Gai pero ya estaba unos metros más adelante caminando sobre sus manos. Hoy tenían que entrenar y apartó uno de los campos de entrenamiento.

—Todos notamos como lo miras, es bastante penoso el verte a veces— Ebisu volvió a acomodarse sus anteojos —En la academia seguías como perro faldero a Rin, nadie sabe en qué momento dejaste de hacerlo y comenzaste a ver a Kakashi como un idiota enamorado. Es increíble que él no se dé cuenta.

—Hay una apuesta de cómo reaccionará cuando se de cuenta, así que dinos los detalles cuando ocurra así sabremos si ganamos.

Eso debía ser una broma, al menos eso esperaba porque sino no podría volver a ver a sus amigos a la cara cuando se reunieran a pasar el rato.

—No te preocupes Obito, también hay apuestas sobre Asuma y Kurenai— Genma le palmeó el hombro sonriendo aún de forma burlona.

—Aunque, como tú amigo, tengo que advertirte para que te prepares— Ebisu frunció el ceño llamando la atención de Obito —Leí mucho sobre el tema y por lo que observé entiendo que Kakashi también será parte de la estadística.— Obito lo miró sin comprender y cuando desvió la mirada hacia Genma notó que no era el único perdido aquí —En resumen y para que lo comprendas, las niñas y niños Omega o Betas de rango bajo usualmente y de forma inconsciente al crecer se sienten atraídos por personas que son iguales o muy parecidas a su padre o quién sea su figura paternal. Si tienen una buena relación buscaran un hombre o mujer que tenga las características que le gusten de quién es su referente de pareja ideal. Es tan interesante como funciona la mente... Pero desafortunado para ti en este caso.

—Sabia que eras un pervertido pero no que estabas tan mal, Kakashi no está enamorado de su padre— dijo arrugando la nariz y mirándolo con disgusto, entendió lo que quiso decir antes pero tampoco le creyó. Parecía una mentira mal elaborada de Ebisu sobre la teoría de atracción que inventó solo para molestarlo.

—¡Deja de decir que soy un pervertido!— Ebisu enrojeció al gritarle molesto y luego volvió a acomodar sus anteojos nervioso.

—Entoces si un día Kakashi comienza a salir con alguien esa persona se parecerá a...— Genma dejó de hablar mirando hacia dónde Gai ahora se encontraba haciendo ejercicios de flexibilidad y gritando sobre la juventud con mucha pasión en sus palabras.

Obito hizo una mueca. Gai era idéntico a Dai, aunque un poco más enérgico y exagerado en su forma de actuar.

—Sí, probablemente le atraigan las personas que se parezcan a los Maito.

—Entoces será soltero para siempre— dijo Genma mirándolo con falsa lastima mientras Ebisu asentía en silencio.

Obito se quedó sin palabras contemplando las contorsiones de Gai mientras se gritaba a sí mismo sobre su eterna juventud. Decidió que estos dos ya no le caen tan bien.

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Por primera vez en meses Obito se convenció de que no se convertiría en un acosador. Tal vez sus sueños decían lo contrario, pero él no se escondería detrás de los arbustos para ver a Kakashi hablar con tumbas por horas o en cual otro sitio.

Y con esa decisión en mente miró hacia sus compañeros de equipo suspirando. No se llevaban mal pero tampoco se podría decir que se llevaran exactamente bien. Durante las vigilancias y misiones todos se concentraban en cumplir con su deber, pero cuando no, la personalidad de Obito chocaba con la relajada y sarcástica de Genma y la excéntrica e interminable energía de Gai. En cuanto a Ebisu, él está a bien hasta que se ponía del lado de sus compañeros y ponía de los nervios a Obito.

Miró hacia arriba apreciando el poco cielo que podía divisar por las copas de los árboles. Ya no podía esperar para llegar a casa, tomar un baño y luego dormir hasta que fuera la hora de cenar. Estarían llegando justo después del mediodía a la aldea, se encontraban cerca y con suerte podrían dar el informe de misión sin mucha demora.

—Nos desviamos del camino— dijo Ebisu haciendo que dejara de mirar al cielo y los viera a ellos con el ceño fruncido.

—¿Desde cuándo?— preguntó mirando a su alrededor y reconociendo que estabas encaminándose hacia el lado sur de la aldea y no las puertas principales.

Hace varios kilómetros atrás habían estado discutiendo por algo que ya no recordaba porque se desvió a varios temas y cuando pararon habían continuado caminando en grupo pero manteniendo una mínima distancia.
Había un escuadrón en esa zona patrullando y si no se equivocaba Shisui estaba entre los integrantes. Se sonrojó ya sintiendo la vergüenza que sufriría si ellos los encontraban por aquí y el mocoso les contara a todos que se perdió.

—Yo estaba leyendo el itinerario que tendremos ésta semana— Ebisu se encogió de hombros guardando una libreta en el bolsillo de su pantalón luego de decir aquello. —Necesitamos más entrenamiento grupal así que voy a coordinar nuestros horarios.

—Yo no soy quién guía a este equipo— resopló Genma cuando las miradas cayeron sobre él y Obito suspiró viendo a Gai.

—Pensé que estábamos admirado el paisaje de nuestros hermosos bosques para reforzar el poder...

—Cállate— lo silencio Obito rodando los ojos.

Su escusa era igual o más estúpida que la de ellos así que se la guardó para sí mismo. A veces se olvidaba que se suponía que era quién lideraba y guiaba, antes de ser nombrado líder Jounin había usado su fuerza y habilidades bajo la guía de Kakashi. No se había esforzado por analizar las situaciones más allá del momento, sus ataques eran aprendidos y había confiado ciegamente en sus instintos y las órdenes de Kakashi sin arrepentirse porque las misiones resultaron en éxito desde que comenzó a trabajar así.

En un principio le costó mucho aceptar las órdenes de Kakashi y cuando por fin ya lo había hecho sin sentir ningún impulso de replicar o pensar antes de actuar se lo colocó en una nueva posición en la que tenía que hacer lo contrario. Así que sí, se distrajo solo siguiendo al equipo Choza sin notar que se desviaron unos buenos par de metros del camino.

—¡No te preocupes Uchiha-san todos cometemos errores, es parte del aprendizaje de la vida!— dijo Gai enérgicamente, casi haciendo que expulsara sus pulmones cuando le dió una palmada en la espalda de forma amistosa. —¡Tu juventud aún está verde...!

—¡Por qué tienes que ser tan denso con eso de la juventud!— se quejó alejándose de Gai para evitar ser sujetado por su brazo. —¡Y ya te sabes mi nombre así que usalo!

Ya se lo habían dicho muchas veces y aún así en algunas ocasiones lo nombraba "Uchiha-san" porque sabía que le molestaba la insinuación de que su nombre sea olvidado. Y si tenía alguna duda lo comprobó por la carcajada que soltó antes de alejarse de él.

Pero toda molestia o diversión se esfumó de todos cuando Gai de repente se lanzó hacia atrás y cayó de espaldas antes de girar y colocarse en una posición de pelea. Todos miraron la espada que casi le cortó el cuello  y Obito corrió para posicionarse en frente y ver al ninja, pero luego notó que no era el único porque comenzaron a a acercarse otros seis más.

—Son los espadachines de la niebla— dijo Ebisu en un tono bajo pero lo suficientemente alto para que él escuchara. Obito asintió reconociendo las descripciones que había leído de esos espadachines.

Él no tenía orden de atacar a esos individuos, es más, desde que se unió al equipo Choza tenía la orden de escapar si los veía cerca. Cuando estaba con Rin y Kakashi la lista de los ninjas que debían eliminar si tenían la oportunidad era bastante larga, pero ahora eso había cambiado y tenía que pensar en sus compañeros. Tenía que hacer que el resto del equipo tuviera una oportunidad de escapar sin problemas así que debía atacar y mantener la atención sobre él. Claramente interrumpieron el viaje de este grupo hacia el sur de la aldea y no los dejarían irse vivos de aquí.

—Quiero que escapen ahora mismo de aquí, yo me encargaré de ellos— le sorprendía que hubieran podido llegar tan cerca de la aldea sin ser detectados antes. Los espadachines parecían divertidos por su actitud y frunció el ceño con su sharingan activo mientras analizaba a quién atacar primero o solo lanzarse e improvisar. —¡Oigan, si no se largan de aquí van a arrepentiste malditos fenómenos!

Uno tenía la apariencia más rara que él otro y Obito solo los miró con desprecio. Debía intentar encargarse de todos ellos hasta que algún grupo de patrullaje de Konoha encontrara al equipo Choza.

—¡No vamos a dejarte Obito, a pesar de que puedes ser insoportable eres nuestro amigo y camarada!— Gai gritó decidido aunque los demás asintieron claramente inseguros de poder hacer algo con esos ninjas pero aún así reacios a escapar.

¡Estos idiotas! Se quejó en su mente sin poder gritarles para que hicieran lo que les ordenó. Él podría escapar con Kamui si llegara a ser necesario, pero no estaba seguro de poder lograrlo con todos sin decapitar o desmembrar a alguno por accidente. Pero ya era tarde, dos de los espadachines se lanzaron hacia ellos con una clara intención asesina. Uno de ellos era muy gordo y le sorprendió por un momento que fuera tan rápido mientras que el otro era tan flaco que parecía francamente que un viento fuerte podría derribarlo. Sea como sea no debían subestimarlos.

Claramente sus compañeros no tenían idea de sus habilidades porque avanzaron a la par de él para encargarse de los demás. Genma era más rápido en improvisar y mientras Gai era mejor en Taijutsu todavía no eran rivales para estos espadachines. Ebisu no tardó en retroceder intentando pensar qué hacer, no era el mejor del equipo a la hora de luchar pero sí para gritarles qué debían hacer y eso fue lo hizo. Obito sintió su corazón bombear cada vez más rápido y como sus ojos palpitaban dolorosamente, intentó resistir el impulso de dejar que su sharingan permitiera dar paso al Mangekyo.

"Te quedarás ciego" fue la advertencia que se repitió en su mente.

Pero su control se fue cuando Gai recibió un golpe y fue atrapado por Ebisu antes de poder haberse estrellarse contra un árbol. Genma todavía estaba tratando de no perder ninguna extremidad por los hilos que usaba el sujeto que parecía una escoba, aunque su atención se fue hacia una cosa verde que de acercó rápidamente por detrás de Genma y se contuvo de lanzarle un shuriken cuando distinguió que se trataba de Gai. Pero en cuanto el hombre escoba recibió una patada en la que se pudo escuchar cómo claramente unos huesos se rompieron Obito se dió cuenta que ese no era Gai sino que era Dai.

¡Mierda! Gritó en su mente al ver al padre del cabeza de cuenco y Kakashi. ¿Cómo los había encontrado y por qué estaba luchando si era un genin?

—¡Papá!— Gai gritó alarmado y levantándose con ayuda de Ebisu —¡¿Qué haces aquí? Esto es peligroso para un genin!

Obito suspiró para sus adentros fijando su vista en los espadachines dejando que el Mangekyo Sharingan se manifestara en sus ojos y viendo con mucha claridad como los espadachines que se mantenían al margen, porque no les importaba acabar con un grupito cualquiera o por simple desinterés, se pusieron en guardia y listos para ir en su contra.

Obito sonrió sintiendo su corazón bombear rápidamente y la adrenalina haciendo que se sintiera eufórico, no podía dejar que su equipo muriera y mucho menos que el padre de Kakashi también lo hiciera, así que no sintió más ese freno mental que lo hacía mantenerse a raya. A veces, en sus sueños más raros, se veía luchando de una forma despiadada y sintiéndose un poco como lo estaba haciendo ahora. Le causaba un poco de miedo el terminar siendo de esa forma, pero ahora no podía detenerse y avanzó rápidamente atrapando en un genjutsu al espadachín gordo antes de ir con él flacucho que estaba recomponiendo su postura y sujetando su espada que parecía una aguja gigante. Esquivó y cortó los hilos que para un ojo normal serían invisibles, no dudó en clavar su kunai en su cuello si detener su paso para ir contra el espadachín obeso. Pero cuando estaba cerca otro se le adelantó para intentar golpearlo con su espada que parecía más un mazo, se concentró en que parte de su cuerpo se volviera intangible para que el arma lo atravesara sin causarse daño alguno. Sonrió ante la cara sorprendida del espadachín y sin darle tiempo a que se alejara lo atacó con el mismo Kunai con suma precisión. Si bien se sentía como en esos sueños no podía ser tan sádico como causar daño mortal que harían agonizar a sus contrincantes, no quería ser como esa persona que aparecía en esos sueños.

Todavía le costaba controlar kamui, con el miedo que tenía de que sus ojos se volvieran inservibles evitaba entrenar con el Mangekyo Sharingan, pero aún así logró hacer que una de las espadas desapareciera junto con el brazo de su portador. Obito sonrió dejando que la intensión asesina fuera palpable en el ambiente y que su chacra se saliera un poco fuera de control, lo cual era extraño porque era como si pudiera ver que algo comenzaba a formarse a su alrededor. Fue en ese momento que detectó varias firmas de chacra acercándose y los espadachines restantes tomaron a su camarada herido y las espadas de los caídos para huir.

Limpió la sangre que había salido de sus ojos lo mejor que pudo dejando que los espadachines escaparan, no estaba seguro de lo que ocurrió con su chacra era normal o no. Los shinobis que los encontraron ayudaron a trasladar a sus compañeros heridos, él fue con ellos al hospital aunque solo tenía unos moretones y apenas unas cortada en la pierna. Obito miró al equipo y al señor Maito sin decir nada pero pensando en que ésta era la primera vez que se sintió totalmente responsable de otras personas más allá de Kakashi y Rin y que la responsabilidad era aterradora. Antes había compartido esa responsabilidad pero ahora realmente entendía lo que estaba incluido en su nuevo rango.

*
*
*

—El Mangekyo Sharingan es algo que no debes usar a la ligera, en la pelea con los espadachines tendrías que haber podido escapar de ellos sin la necesidad de usarlo. El sharingan era suficiente, deberías haber aprendido a usarlo a la perfección.

Recibir un sermón de un niño de ocho años no era algo que le hiciera gracias, pero sabía que el mocoso tenía razón así que solo lo fulminó con la mirada. Había ido al bosque en busca de hierbas medicinales para Rin, ella estaba muy ocupada y él con más tiempo libre ahora que había vuelto de su misión y Fugaku entendió que él era un pésimo maestro para los niños pequeños del clan. Aunque en vez de estar buscando el encargo de Rin estaba escribiendo una carta.

No esperaba encontrarse con Itachi y Shisui, en especial con Itachi quién se suponía que había ingresado a la academia y tendría que estar en este momento en ese lugar.

—¿Planean convertirse en magos o artistas?— preguntó juntando las cartas descartadas y guardando la que sí con cuidado. Estaba intentando que el mocoso no volviera a marcarle sus defectos porque su paciencia llegaba hasta cierto punto y con él había sido más que paciente.

Aunque tal vez hoy tenía varios grados más de paciencia y amabilidad porque estaba contento, muy contento, porque había recibido una carta de Kakashi. Ni la cara fea del perro faldero que le entregó la carta arruinó su día y mucho menos lo haría un mocoso.
Rin y su abuela habían dicho que era una notita y no una carta, podía entender su pensar, pero viniendo de Kakashi esa pequeña nota podría pasar hasta por un manuscrito. Así que él seguiría feliz y no escucharía a esas dos que claramente estaban celosas por no recibir ni una notita para decirles siquiera un "hola".

—No— contestó Itachi a su pregunta ladeando un poco el rostro con el ceño fruncido, tal vez pensando que era tonto. Obito se rió alborotando su cabello, él le caía bien  porque era muy serio pero no lo criticaba ni miraba con superioridad a pesar de ser un prodigio y tenía el plus de todavía ser adorable con su carita aún un tanto regordeta.

—¿Entonces por qué no estás en la academia? Si estás comenzado una etapa de rebeldía no voy a detenerte, de solo imaginar la cara de tu padre...— se rió imaginando la cara sufrida de Fugaku.

—Aprendo más por mi cuenta o con Shisui, la academia es aburrida— Itachi le sonrió levemente antes de mirar a su otro primo.

"Eso tiene más sentido que la rebeldía" asintió para sí mismo mirando a Shisui de reojo, al parecer el mocoso tenía las habilidades para ser un sensei que él no.

—La maldición de los prodigios, supongo que por eso Kakashi se graduó antes y parecía que tenía un palo en el culo cuando asistía a la academia.

Realmente era muy altivo y gruñón mientras asistía a clases. Recordaba que antes de ingresar a la academia habían jugado en el parque a patear la lata y a atraparse con los demás niños que iban a ese lugar. Kakashi parecía tener esa mirada de estar eternamente con sueño y tal vez se debía a que sí tenía sueño porque solo tenía cuatro años en ese entonces. Y al ingresar a la academia su mirada cambió a una desinteresada y altiva cuando los demás no lograban hacer lo que él sí con apenas cinco años cumplidos. Pero cuando volvieron a verse después de su graduación la mirada somnolienta volvió, al menos cuando no estaban luchando o en un momento crítico Kakashi parecía estar con sueño y hasta su forma de caminar era casi perezosa.

—¿Te gusta mucho tu amigo? ¿Significa que estás enamorado? ¿Él también lo está?— Itachi preguntó seriamente haciendo que lo mirara con los ojos bien abiertos como si lo hubiera atrapado haciendo algo malo.

—¿Qué? ¿Por qué preguntas eso?— se rió repentinamente nervioso sintiendo su cara calentarse ante la mirada en blanco del pequeño.

—Shisui me dijo que eres un poco tonto y que van a echarte del clan cuando te cases con Kakashi. ¿De verdad se van a casar?

—¡¿Qué?!— gritó haciendo que Itachi frunciera el ceño preocupado. Obito no sabía si enojarse por lo que dijo Shisui o sentirse alagado de que creyera que Kakashi algún día quisiera casarse con él.

—Si te casas con alguien ajeno al Clan vas a dejar de ser un Uchiha, todos lo saben— Shisui habló mientras empezó a hacer esos trucos con los kunai, sonriendo a Itachi cuando comenzó a imitar lo que hacía. —Tú mejor que nadie debería recordar eso.

Por su madre y el echo de que lo llamarán bastardo o "medio Uchiha" durante toda su niñez. Obito lo sabía bien, no necesitaba un recordatorio.

—Entonces soy un tonto para ti porque no me interesa mi futuro como miembro del clan— pensó en alguna otra cosa que causara que su primo fuera a veces un poco idiota con él. Shisui era uno de los pocos a los cuales podía hablarle sin esperar desprecio mal disimulado o molestia, pero a veces el mocoso se ponía intenso con sus palabras.

—No, creo que ser un tonto es probablemente un defecto de tu personalidad y ya no hay nada que hacer para cambiarlo así que solo nos queda aceptarlo— el mocoso lo dijo frunciendo ligeramente como si hablara en serio y seguramente lo hacía —Pero sí me parece estúpido que eches a perder años de esfuerzo para ser tomado en cuenta por nuestra familia y arriesgues el futuro de tus hijos sin pensarlo dos veces.

—¡¿Cómo que hijos? Te estás adelantando mucho!— le habían dicho que fue alguien precoz pero Shisui le estaba ganando.

Él todavía no podía pensar en la posibilidad de confesarse y ser correspondido, pero el mocoso ya lo había visualizado casado, expulsado del clan y hasta con hijos.

—Kakashi es un Omega así que si estás con él es muy probable que tendrán hijos en algún momento.— sonrió como si estuviera tratando con un idiota inconsciente mientras Itachi se mantuvo al margen —Harás que a tus hijos se les niegue el conocimiento e historia del clan, algo que necesitarán si despiertan el sharingan.

—Si llegara a pasar yo tengo el sharingan, creo que podría enseñarles a mis hipotéticos hijos lo que sé de nuestro dojutsu.

—Me temo que no será mucho. Además no eres un buen maestro, lo sabes.— Tenía razón pero igualmente le molestó que lo marcara así que se cruzó de brazos para evitar darle un golpe —Pero eso puede arreglarse.

—Mmm... ¿Sí?— entrecerró los ojos mirando con sospecha al mocoso, sentía como si estuviera siendo manipulado o a punto de ser víctima de una estafa pero aún así su curiosidad ganó.

—Sí— contestó antes de volver a mirar a Itachi y palmear su cabeza como si fuera un cachorrito bien portado —Tienes que irte, tu clon debe estar volviendo a casa y se darán cuenta que no eres tú cuando llegue al recinto.

Itachi asintió sin quejarse por ser obviamente echado del lugar, con dulzura pero echado al fin y al cabo. Se despidió cortésmente de ambos y Obito le sonrió palmeando su cabeza ligeramente cuando pasó a su lado, el cabello del niño era muy suave y le daban ganas de alborotarlo cuando lo tenía cerca.

—¿Entonces sí aceptas entrenar conmigo?— Shisui levantó las cejas un poco sonriendo como si hubiera ganado la lotería, Obito resopló asintiendo.

—No sé por qué el orgullo del clan se empeña en entrenar conmigo pero está bien, entrenemos.

Varias semanas después Obito no podía decir que se arrepentía pero tampoco que estaba a gusto con su decisión. Era parecido a volver a su época de genin cuando peleaba con Kakashi y éste barría el piso con él, ahora no estaba totalmente acabado y podía dar una pelea decente a Shisui pero aún así tenía que esforzarse y forzar más el sharingan. Itachi entrenaba con ambos cuando debería estar estudiando en la academia pero Obito nunca fue un gran seguidor de las reglas así que no se molestó en decirle al niño qué hacer o informarle al líder del clan que su primogénito pasaba parte del día en el bosque entrenando o viendo a sus primos pelear.

De cualquier forma, Obito había llegado a construir una rutina sin querer. Y entre sus entrenamientos con el equipo Choza, habían mejorado mucho y gracias ello se dió cuenta que él no era tan malo en su trabajo como líder Jounin. Minato lo había felicitado pero la felicidad de Obito al recibir un cumplido y felicitaciones de su sensei se empañaron por la preocupación al notar lo cansado que se veía, sabía que ser Hokage no solo era ser un ninja fuerte también había muchas responsabilidades y al parecer estaban pasándole factura a Minato. Evitó quejarse por seguir en el equipo Choza y preguntar cuándo vería a Kakashi, como cada vez que iba a su oficina, y se fue del lugar para seguir su rutina habitual cuando estaba en la aldea.

Todo iba muy bien, extrañaba a Kakashi y visitar a Rin en el hospital o en su departamento no era lo mismo. Entonces comenzó a pasar el rato con los demás graduados de su generación y descubrió que se divertía mucho cuando salía solo con Asuma, Genma y Anko. Asuma estaba desarrollando una etapa de rebeldía, como lo llamó su abuela cuando se lo comentó, y Anko lo alentaba divertida por ver la cara amargada del tercer Hokage. Genma seguía lanzando sus comentarios mordaces y Obito amaba ver cosas emocionantes aunque fuera producto de la amargura del tercero y por ello se unía a Anko en sus esfuerzos por hacer de Asuma alguien más liberal. No era como si estuvieran alentando a su amigo abandonar la aldea o convertise en un criminal.

Así que de beber en casa de Anko y hablar estupideces junto con ellos cuando no estaban ocupados se volvió una actividad regular.
Ni despertar con un grupo de serpientes buscando calor bajo su remera y contra la piel de su espalda lo hizo desistir de dejar de pasar por el departamento de Anko cuando Rin no estaba.

Genma había palidecido cuando despertó una madrugada con el mismo problema y Obito había sonreído porque ya le había perdido el asco a sentir la piel de las serpientes y despertar con ellas buscando calor contra su cuerpo. Aunque le había tenido que pagar mucho dinero a Anko para que no le contara a nadie que la primera vez que le pasó gritó en un tono muy agudo que no sabía que podía hacer. Por suerte había sido visto y escuchado solo por la invocadora de serpientes y tuvo que perder su dinero por el silencio de una sola persona.

Así que al estar adaptado a sus nuevas circunstancias y conforme con el ritmo de su vida le tomó por sorpresa cuando las visiones volvieron. Estaba corriendo hacia los campos de entrenamiento con casi una hora de retraso, no era su culpa que nadie más que él pareciera notar a los ancianos con bolsas más grandes que ellos mismos. Pero volviendo al asunto, le tomó por sorpresa el estar corriendo y que de golpe su visión se distorsionara provocando que casi se cayera de cara al suelo porque atinó a sujetar su cabeza por el dolor que vino después. Terminó de rodillas y solo concentrándose lo suficientemente para no dejar de respirar para no entrar en pánico cuando su vista no volvió a enfocarse y en cambio comenzó a "soñar despierto". Era como evocar un recuerdo grabado por su sharingan, y era un mal recuerdo. Un enorme zorro con nueve colas destruía todo a su paso y había varias personas curiosamente sin rostro entre escombros. Obito sintió su estómago revuelto y estaba más asustado por ver personas sin cara que por un zorro gigante destruyendo todo a su paso. Era extraño y estaba durando más de lo normal, pero lo peor era sentir como si ya no estuviera en su propio cuerpo y viera todo a través de otra persona... Una persona que disfrutaba lo que veía y que sentía mucho odio y satisfacción.
Para cuando su vista comenzó a enfocarse de nuevo se encontró con una mujer mayor que usualmente ayudaba. Ella parecía asustada y Obito ni siquiera había notado su mano sobre su hombro sacudiéndolo.

—¿Qué?— logró preguntar cuando notó que ella también había estado hablando.

—Que deberías ir al médico, niño te desplomaste.

—Oh... Sí, voy a ir luego—  y no estaba mintiendo, tal vez omitiría que a veces esas visiones se cumplían o al menos partes de ella. No, omitiría completamente lo de los sueños y visiones. Terminar con los Yamanaka investigando su mente no era algo que quisiera, así que solo iría para ver que el dolor no fuera por algo grave.

—Espero que sí lo hagas niño— ella pellizcó su cara aunque él ya no tenía las mejillas como cuando era niño —Y deberías usar las gotas para tus ojos porque están muy rojos.

Obito se sobresaltó dándose cuenta que estaba mirando a la mujer con su sharingan y se golpeó el rostro con ambas palmas de sus manos como reflejo para retirarlo. No sabía si la anciana no se había asustado porque no veía casi nada o porque lo conocía para saber que no le haría nada. Sea como sea le agradeció por haberse acercado a él para ver cómo estaba y siguió corriendo hacia los campos de entrenamiento, con más de una hora de retraso.

Él no sabía si realmente el Kyubi se veía de esa forma en la que vio antes, pero sabiendo que el embarazo de Kushina estaba a nada de acabar tuvo un mal presentimiento. Cuando terminó el entrenamiento fue al hospital y al no estar Rin disponible fue a ver al Hokage, no podía decirle que tenía un mal presentimiento y esperar que él hiciera algo al respecto pero fue de todas formas.

—Todavía no puedes ver a Kakashi y no voy a cambiarte de equipo— fue lo que dijo Minato luego de dejarlo pasar y saludarle. Obito se sonrojó un poco avergonzado por haberse quejado de más muchas veces olvidando que su sensei ahora era el Hokage y no debía tener tiempo para que su alumno lo molestara.

Pero su vergüenza se fue cuando miró con más atención a Minato y antes de pensarlo bien volvió a usar su sharingan. Ésta vez se deshizo de él sin golpearse y tardar mucho tiempo, no quería que los anbu que siempre debían custodiar al Hokage lo atacarán pensando que quería hacerle daño.

—¡Volvere otro día Minato sensei!— se despidió sin esperar respuesta antes de salir de la oficina.

No creía que su sensei evadiera su trabajo para descansar o pasar tiempo con su esposa, así que el clon que estaba leyendo y firmando papeles estaba ahí por otra razón. La única razón que se le ocurrió fue Kushina y el que Rin no estuviera disponible en el hospital y tampoco se encontrara en su departamento le hizo poner la piel de gallina. Intentó encontrarlos a través de sus chacras, pero a pesar que era mejor sensor de lo que admitía no pudo ubicarlos así que debían estar escondidos y solo le quedaba esperar.
Ahora el recuerdo del Kyubi destruyendo la aldea se asentó en su mente mientras caminaba en silencio e intentando estar atento a cualquier indicio de problemas. Y, aunque ya no tenía aquel sueño que lo hizo pensar que sería un acosador, la horrible idea de que las tumbas sin nombre a las que tanto le hablaba Kakashi tuvieran que ver con todo esto lo hicieron seguir su camino sin rumbo fijo.

Chapter 8

Notes:

Otra vez publicando dos capítulos juntos porque olvidé actualizar antes el anterior a este ja :')

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Luego de caminar toda la noche sin rumbo por la aldea, ya pasada la madrugada Obito se sintió extrañamente aliviado, como si una catástrofe hubiera sido evitada y por aquel recuerdo del zorro pensó que de alguna forma ese destino fue interrumpido. Sin entender su extraña sensación de alivio se dejó llevar por ello y se dirigió al complejo Uchiha.

Pero su calma se fue cuando ingresó al complejo, algo sí había ocurrido en el recinto de su clan. Obito había visto a los ancianos saliendo de la casa de Fugaku con caras aún más desdeñosas y molestas de lo normal. Esperando no ser el blanco de ese grupo había apurado sus pasos para escapar sin ser tan obvio, pero no fue lo suficientemente rápido en seguir su camino cuando el líder del clan lo detuvo con la mirada y le hizo una seña para que se acercara. Por suerte los ancianos solo lo miraron, con la misma mirada decepcionada y molesta con la que últimamente lo fulminaban, pero siguieron caminando lejos de ellos mientras conversaban en voz baja.

Obito no sabía qué esperar cuando Fugaku lo hizo caminar a su lado hacia el santuario Nakano en silencio, pero definitivamente no creyó que sería para bajar a un sótano que jamás había visto antes y observar una tabla de piedra partida a la mitad.

—Eh...— se movió incómodo en su sitio sin saber qué decir. Si bien no era el Uchiha más aplicado en las costumbres de su clan no quería faltarle el respeto a la deidad que veneraban en la parte superior de este templo, aunque en esta parte no había nada de Amaterasu.

—Esta tabla contiene el conocimiento de nuestro clan, solo los que hayan despertado el sharingan pueden verla— Obito levantó las cejas mirando con más atención la tabla, la piedra se había resquebrajado mucho en ambas partes luego de haberse partido en dos y lo escrito era difícil de entender. —Quienes lograron evolucionar el sharingan pudieron decifrar los mensajes ocultos para los ojos normales. Era mi intención mostrarte el sekihi, porque a pesar de todo tú lograste evolucionar el sharingan perfectamente hasta tener el Mangekyo y serías capaz de leer más que cualquiera de los ancianos y todos los demás Uchiha que visitaron este lugar antes.

—Oh... Qué honor, supongo. Pero no hay mucho que leer ahí...— sonrió un poco evitando la mirada que no vio pero pudo sentir sobre él. Pero cuando el silencio se volvió incómodo volvió a moverse en su sitio sin poder quedarse quieto y miró al líder del clan esperando que lo dejara irse.

—Ésto ocurrió anoche, sin razón alguna el sekihi se partió en dos y sus escrituras se volvieron ilegibles hasta para mí. Fue un suceso extraño, pero algo así ya había ocurrido antes. Hace unos años la piedra se marcó de forma inexplicable por la mitad y meses atrás, exactamente el día que nació mi hijo Sasuke, se resquebrajó y anoche esa marca dividió la piedra dejándola así.

—Que mal...— dijo sin saber qué decir y alejándose unos pasos de Fugaku cuando lo vio sonreír un poco. Ese hombre jamás sonreía, al menos no en público y mucho menos a la oveja negra de la familia así que no pudo evitar alejarse preocupado.

—Tal vez fue lo mejor— fue lo que dijo volviendo a su expresión estoica de siempre haciendo que Obito se relajara. Pero su relajación no duró mucho cuando notó el sharingan en los ojos de Fugaku para luego ver los tomoes moverse lentamente hasta darle forma al Mangekyo Sharingan haciendo que instintivamente Obito hiciera lo mismo —Durante un largo tiempo fue de conocimiento común que para obtener el Mangekyo Sharingan se debía sacrificar un ser amado para obtenerlo y por ello muchos portadores del sharingan, luego de llegar a perfeccionarlo hasta su límite, sacrificaron a quienes amaban en busca de ésto. Luego de formar una alianza con el clan Senju para formar Konoha esas prácticas dejaron de ser de conocimiento común y lo único que compartimos a nuestros descendientes es que usualmente los sentimientos de desesperación son los que hacen que el sharingan se manifieste.

—Lo sé, mi abuela ya me habló de ésto— dijo aún con su Mangekyo Sharingan activo, no tenía idea de que Fugaku hubiera logrado conseguir el suyo y por lo que estaba diciendo no le entusiasmaba el saber cómo ocurrió. Tampoco quería ser irrespetuoso pero no podía relajarse cuando estaba en un lugar oculto con el líder del clan, quién tenía sus propio dojutsu activo y nunca lo trató con una buena actitud.

Fugaku lo miró como si fuera un mosquito inofensivo antes de volver a mirar la piedra que ahora serviría como recuerdo de sus antepasados sin poder ser descifrada por nadie más.

—¿Sabes por qué los demás clanes nos temen tanto? La verdadera razón— Obito negó con la cabeza esperando que se lo dijera para poder irse y no por la curiosidad, hace tiempo había llegado a hacer las paces con la desconfianza de los no Uchiha. Más porque a él mayormente los aldeanos y ninjas de otros clanes ya no lo miraban de la misma forma que sus parientes. No sabía si era por confianza o qué, pero parecía como si no lo consideraran un Uchiha y no como un insulto. —Temen que haya un nuevo Madara entre nosotros, otro Uchiha poseedor del Mangekyo Sharingan que sea capaz de dominar a las bestias con cola.

Obito no sabía mucho sobre ese tal Madara más allá de lo que aprendió en la academia y eso era que fundó Konoha junto con el primer Hokage, pero siempre se mantuvo en la sombra de Hashirama y que luego pelearon hasta que Madara murió durante su última pelea. Y en los pergaminos que le hicieron leer los ancianos del clan solo decía que fue un desertor y una mancha en la historia del clan.

—No se ofenda Fugaku-san pero creo que la mayoría nos temen porque no saben mucho sobre nuestro dojutsu, al menos los más jóvenes solo sienten desconfianza por como nos miran los mayores y nada más temen a lo desconocido.— dijo intentando deshacerse de  la mala sensación que le estaba provocando este momento —No sé si con mis ojos puedo o si algún día podré controlar a las bestias, pero no soy Madara. ¿Es... Es por esa persona que los ancianos están tan interesados en mí?

Porque además de la decepción y molestia que podía ver en sus miradas también había notado que lo observaban detenidamente como si esperaran algo más. Ahora no estaba seguro si ese "algo" que esperaran que sucediera fuera bueno o malo.

—Esperaban que fueras el nuevo Madara— Obito frunció el ceño pero luego levantó una ceja notando que habló en pasado —Los convencí de que no lo serás, aunque no tuve que esforzarme mucho ya que te la arreglaste solo en no destacar ante ellos.— Obito asintió relajándose un poco, no muy seguro de estar contento por no alcanzar las expectativas de otras personas aunque éstas fueran los ancianos que siempre lo despreciaron. —Ya no ocultan que quieren tener un líder poderoso capaz de exigir el lugar que creen que merecemos. Aún te mantendrán en la mira pero ya no se interesan tanto en tí, pero sí en tus ojos y no son los únicos así que ten cuidado y si crees que vas a morir asegúrate de destruirlos porque no querrás que terminen en las manos de personas que no los merecen.

—Usted también los tiene— dijo tragando saliva nervioso, ya había escuchado que shinobis de otras aldeas intentarían robar sus ojos pero hasta ahora nadie había sido tan directo al decirle qué hacer si no lograba protegerse.

—Pero ellos no lo saben, nadie ademas de mi esposa y ahora tú saben que poseo el Mangekyo Sharingan. Y quiero que eso siga siendo así, si saben de lo que puedo ser capaz de hacer las protestas entre los miembros inconformes con la situación del clan aumentarán. Estoy intentando arreglar nuestra situación, pero no va a ser un trabajo fácil o rápido y si ellos saben de esto querrán ir por el camino más rápido, convencerán a los demás y pronto tendremos tantas disputas que las cosas se saldrán de control. Tienes razón, tú no eres el nuevo Madara y yo tampoco creo serlo. No quiero aterrorizar a mi propia gente para que me obedezca o causar un desastre en Konoha para mantener unido al clan. ¿Qué elegirías si estuvieras en mi lugar?

—Konoha... es mi hogar y las personas que amo son parte de este lugar— dijo sinceramente y sin pensarlo mucho, porque para bien o para mal era un Uchiha y sentía afecto hasta por los ancianos que lo despreciaban, pero no estaba seguro de que elegiría al clan por sobre sus amigos y compañeros que comenzó a ver instintivamente como parte de su manada. Además, su sueño de ser Hokage no se había esfumado a pesar que ya no lo gritaba y se lo decretaba al mundo. Ahora estaba esforzándose por convertirse en un ninja del que su familia y sensei pudieran enorgullecerse y en ser capaz de proteger su aldea pero en especial a quienes ama. —No puedo imaginarme el estar beneficiando a mi clan por sobre los demás, todos somos parte de Konoha y deberíamos trabajar juntos para ser iguales y respetarnos... ¡Pero yo no soy el líder así que no importa lo que piense!

Obito sonrió un poco pensando para sí mismo que no haría falta que comenzará a salir con alguien ajeno al clan para que lo expulsaran. Solo esperaba que su abuela no hiciera tanto escándalo si tuvieran que mudarse.

—Ya no eres tan...— Fugaku lo miró ladeado el rostro un poco y Obito notó que en algún momento sus ojos habían vuelto a su color normal así que él hizo lo mismo esperando que por fin pudiera irse —No me había dado pero te estás convirtiendo en alguien mesurado y más reflexivo de lo que esperaba.

—Que bueno, creo...— sonrió vacilante, casi sin poder aguantar más el estar tanto tiempo quieto en el mismo sitio.

—Estoy trabajando con el Hokage para mejorar la situación social del clan, será algo que tomará un tiempo pero espero lograrlo— Obito intentó disimular su asombro. Dejar que otra persona, sin importar que se tratara del Hokage, se metiera en asuntos del clan era algo muy inusual y explicaba que los ancianos estuvieran causándole problemas a Fugaku. —Tú eres ahora alguien que destaca fuera y dentro del clan, debes tomar tu situación con más seriedad y piensa que lo que hagas ayudará o perjudicará esta tarea de hacer del clan Uchiha uno respetado y no temido por los demás clanes y aldeanos de Konoha. Lo que hagamos a partir de ahora va a evitar que un día tengamos que elegir entre Konoha o el clan, recuérdalo.

—Entiendo— dijo después de un momento intentando reflexionar sobre lo que acababa de escuchar. Él no era el líder ni parte de la familia principal, pero por sus ojos los demás Uchiha lo miraban con más expectativas de las que querían admitir y fuera del clan sus compañeros shinobi, en su mayoría, lo respetaban ya no viendo el emblema Uchiha con desconfianza. Si no quería perjudicar lo que planeaban hacer Fugaku y Minato no debía arruinar los avances que hizo para sí mismo para que fuera reflejado en los demás Uchiha.

Salió del templo solo y dejando atrás al líder del clan que siguió aparentemente reflexionando el futuro del clan dentro de la aldea observando aquella piedra. Cuando llegó a su casa no habló con su abuela sobre aquella conversación y agradeció que ella no hiciera preguntas a pesar que con la mirada le demostró que sabía que algo sucedía.

Luego se enteró que esa noche el hijo de su sensei había nacido y no pudo evitar soñar con en aquel zorro destruyendo todo a su paso nuevamente.

***

Rin parecía a punto de desmayarse cuando fue a verla luego de días sin saber nada de ella. Ya estaba acostumbrado a no tener noticias de Kakashi más allá de los comentarios de Gai, no quería acostumbrarse a no poder ver a Rin también. Y no se lo reprochó solo porque jamás la había visto así de cansada, aunque también parecía contenta.

—Tengo un permiso para descansar, estoy libre del hospital y cualquier otra cosa por dos semanas— ella se veía particularmente orgullosa. Pero ambos sabían que volvería al hospital apenas se sintiera con su fuerza y chacra recuperados.

—Estuviste durante el parto— dijo alcanzando el ramen instantánea que hizo mientras ella se mantenía acostada en el futón. Había ingresado a su departamento para comprobar que no estuviera muriendo o enferma luego de comprobar que definitivamente estaba dentro, entró al no recibir respuesta a pesar que golpeó repetidamente su puerta. Se sorprendió al verla acostada y con algunas botellas de agua y barras de raciones de comida cerca. Antes de acostarse se había surtido de lo necesario porque talvez no podría levantarse después.

Obito había corrido a la tienda por comida a la que solo le hacía falta agregar agua caliente o calentarse un momento en el horno, no podía cocinar pero sí hacer eso y creía que era mucho mejor que esas barras. También había comprado algunas frutas y bebidas energéticas por si acaso. Estaba seguro que si Rin estuviera con agotamiento de chacra se hubiera quedado en el hospital así que supuso que solo era cansancio lo que la hizo estar en ese estado y no necesitaba supervisión profesional.

—Tuve que transferir mucho chacra constantemente para evitar complicaciones— terminó diciendo la castaña sin querer revelar información clasificada pero a la vez explicarle el por qué de su estado —Sabes que mis reservas son más grandes que antes pero casi me quedé sin nada y también estoy agotada por no haber podido descansar... Pero no quise quedarme en el hospital para que un colega me esté monitoreando porque sé que sano y recupero el chacra más rápido de lo normal.

—Así que... ¿De verdad no necesitas ir al hospital?— era un tanto irónico que quien le insistía en ir a hacerse chequeos o para que sanen correctamente las heridas superficiales se rehusara a que un médico la examinara. Pero se guardó el comentario sabiendo que debía deberse a su condición como Jinchuriki.

—Estoy mejor ahora, para mañana seguramente estaré totalmente recuperada— sonrió con confianza y Obito le creyó porque ella era la médica después de todo —Y ahora que te veo recordé que Kakashi va a tener más tiempo libre antes de que se le asigne otra misión así que tenemos que organizar algo. Los últimos meses pasaron muy rápido y mis colegas son geniales pero aún así extraño pasar tiempo juntos, supongo que no estaba tan lista para los cambios como pensaba...

Se veía un poco avergonzada por lo último que dijo y Obito resopló, él fue quien se dedicó a atosigar a Minato con sus quejas y dejó una mala impresión ante los ancianos del clan al no poder adaptarse más rápido a sus nuevas obligaciones.

—Deberíamos ir a Ichiraku ramen— Era algo del gusto de los tres así que la pasarían bien almorzando en ese puesto. —¿Crees que Kakashi prefiera pasar más tiempo con sus nuevos compañeros?

No miró directamente a Rin cuando hizo la pregunta porque se sentía de nuevo un niño pequeño al preguntar aquello y sabía, por la risa que escuchó, que ella pensaba igual.

—Los ANBU son unidos pero de una forma profesional, no creo que Kakashi se sienta particularmente cercano a alguien de ese rango a menos que forme un equipo más permanente y ese no es el caso ahora así que no.— contestó de todas formas aunque le causaba gracia la preocupación de Obito —Creo que Kakashi aún nos prefiere a nosotros.

—Sí, yo pienso lo mismo — dijo sonriendo un poco y empujando una botella de agua destapada a Rin. Ella rodó los ojos pero igualmente lo aceptó —Sé que él probablemente no puede perder el tiempo libre que le dan pero tú...

—No voy a quedarme toda la noche bebiendo y perdiendo dinero contigo— lo interrumpió frunciendo el ceño como si recordara algo desagradable y Obito ladeó el rostro sorprendido porque supiera aquello. —Las paredes son delgadas, no sabes cuántas veces quise subir y gritarles qué cierren la boca. ¿Cómo tienen energía para beber y jugar a las cartas con todo el trabajo que tienen?

—No exageres Rin— ahora él rodó los ojos y resopló por su preocupación. —No es como sí estuviéramos bebiendo todos los días o apostemos siempre. Solo pasamos el rato.

—Por las cosas que dicen dudo que no beban en exceso y ya jugué una vez con Anko y estoy segura que hace trampa con ayuda de sus serpientes.

—¡Esa maldita tramposa, ya sabía que no podía ganar siempre!— gritó indignado y avergonzado porque ni siquiera se le había pasado por la cabeza que ella usaba las serpientes para hacerles perder.

—De todas formas seguirás apostando con ella, ¿verdad?— Rin sonrió mirándolo con desgano y él no pudo mentirle así que asintió. Omitiendo la estafa y la perdida de dinero, no podía negar que la pasaba bien con ella y los demás. Pero frunció el ceño pensando en la conversación que había tenido con Fugaku hace unos días —Por Kami... ¿Cuánto dinero te hizo perder?

Obito resopló por la cara de Rin, aún cansada se veía lista para levantarse y ir hasta el departamento de Anko para exigirle que le devolviera el dinero que le ganó de forma fraudulenta.

—No es eso, es solo qué...— dudó un momento en decirle pero luego de ver la preocupación en ella no pudo evitar abrir la boca —Fugaku-san habló conmigo y en resumen, debo cuidar mi imagen porque aparentemente mi reputación determinará la reputación del resto del clan. Y no, no se trata de que los avergüenzo ni nada como lo que me dijeron antes. Es un tema serio Rin y parece que quiere que ayude a mejorar la situación...

—No creo que pasar tiempo con tus amigos haga que la gente te vea con sospecha y miedo— terminó diciendo Rin luego de pensar bien en sus palabras —No están haciendo nada malo más allá de las apuestas claro, pero no es algo grave, a menos que Anko esté planeando estafar a otras personas y ustedes la ayuden...

—¡Eso no va a pasar!

—Que bien, entonces no hay problema. Pero deben disminuir el consumo de alcohol, no quiero que se convierta en el método de afrontamiento de alguno de ustedes.

—Siempre piensas lo peor Rin— resopló más relajado.

Que hubiera logrado integrarse con los demás shinobis y hacer más amigos además del equipo genin al que fue asignado al graduarse de la academia se debía a su personalidad sociable. Si comenzaba a cambiar aquello seguramente lo describirían como un antisocial, levantaría sospechas y sería visto de la misma forma en la que veían a los demás Uchiha.

*

*

*

"Hey Obito... Minato Sensei me entregó tu carta hace un tiempo, pero tenía que concentrarme en la misión así que espero que no estés muy ofendido. Ahora que tengo un poco de tiempo libre me di cuenta que no respondí y me preocupó un poco, pero luego me dije "Mah... Mejor tarde que nunca." Pero como me sentí un poco culpable por tardar tanto en responder, en compensación no le escribiré una carta a Rin así puedes presumir como seguro quieres hacerlo.
Por cierto, lamento que Pakkun te mordiera, ya sabe que no debe hacerlo a menos que yo se lo diga. Y también dile a tu abuela que intentaré visitarla en cuanto me organice.
Podría escribir más cosas pero espero verte en persona pronto, así que que voy a ahorrar tinta."

—Su firma es un henohenomoheji— resopló su abuela cuando terminó de leer la carta y vio el pequeño dibujo que estaba donde usualmente uno firma o escribe una despedida.

—Sí, es raro pero con su nombre no me sorprende.— se rió volviendo a guardar la carta en el sobre sin intentar disimular que estaba contento —Rin estaba tan celosa, se podía oler la envidia a kilómetros de distancia...

—Obito— su abuela cortó lo que sea que iba a decir  así que solo soltó una carcajada. Amaba a Rin pero presumir que él sí recibió una verdadera carta de Kakashi había valido totalmente la pena la amargura momentánea de su mejor amiga. —Si van a verse debes controlarte un poco, no seas tan pegajoso.

—Ya sé— dijo rodando los ojos, había evitado decir que la única razón por la cual Kakashi tenía tiempo libre era porque su calor iba a comenzar pronto.

Su abuela habría intentado persuadirlo para no verlo porque pensaba que tenía debilidad por las feromonas del Omega, él también lo creía desde que comenzó a ser entrenado para no ceder ante las feromonas de los Omegas o reaccionar de mala manera con las de los Alfas. Ningún aroma o feromona Omega lo hizo querer reaccionar como lo hacían las de Kakashi.

Pero estaba seguro que Kakashi usaría bloqueadores de feromonas al estar tan cerca de su calor así que no estaba preocupado realmente. Pensó que a lo sumo estaría un poco pegajoso y complaciente con él, pero podría superar su vergüenza eventualmente si hacía algo vergonzoso que Rin o Kakashi le recordaran en algún momento.

Así que unos días después, cuando terminó literalmente arrastrándose por el suelo en buscas de hojas porque Kakashi le pestañeó un poco de forma adorable, confirmó que a pesar de no poder oler las feromonas reaccionaba como si las pudiera percibir.

No había esperado ayudar a construir un nido de hojas en medio del bosque mientras Rin lo miraba de forma burlona porque sabía que se estaba esforzado realmente en darle hojas del gusto de Kakashi, sus instintos estaban haciendo que actuara para complacerlo. Pero los tres estaban contentos, hasta habían bromeado ante de distraerse con el nido y se sintió bien pasar el rato juntos a pesar de haberse arrastrado literalmente por él y que Rin se lo echaría en cara en venganza de sus burlas por la carta.

Resistió el impulso de quejarse cuando Kakashi dijo que debía irse, aparentemente dándose cuenta que estaba más cerca de "sentirse en las nubes" de lo que creía antes. Cualquier queja o intento de que no se fuera había acabado en cuanto lo vio guardar la última hoja que le entregó en su libro haciendo que todos sus instintos gritaran que había complacido a su Omega. Y claro que sabía que Kakashi no era su Omega pero aún así su lado instintivo no escuchaba a su lado racional. Más aún cuando se dió cuenta que Kakashi se sentía cómodo con su presencia que se dejó llevar por sus propios instintos y no se estreso por comenzar su calor frente a él y bueno, también Rin. Pero el punto era que a pesar de que no se veían hace tiempo aún había confianza entre ellos como para dejarse ver en ese estado vulnerable.
Hasta había tomado su mano sin dudarlo haciendo que Obito casi chillara de emoción, pero se controló para no darle más municiones a Rin para que se burlara después.

Y ya en la casa de Kakashi tardó en soltar su mano, pero logró suprimir su impulso de ir a comprobar que la casa fuera segura y que tuviera comida suficiente antes de obtener el permiso para husmear por todo el lugar a pesar de no haber preguntado. Kakashi le había dicho que pensaba mudarse antes de darle rienda suelta e irse a su cuarto dejando que Obito se desplazara por la casa.

—¿Irás a los departamentos? Estarás más cerca— sonrió encontrando la cocina totalmente equipada y con ingredientes frescos. Sabía que Kakashi ya casi no pasaba tiempo en ésta casa y que no pasaba sus calores sin supervisión gracias a que los Maito lo cuidaban mucho durante ese tiempo. Supuso que se mudaría con ese par o iría a los bloques de departamentos para los shinobis.

—No, voy a ir a los terrenos de mi clan. Hay una manada de perros que necesitan mi atención y no voy a lograr hacerlo bien si no paso más tiempo en ese sitio.

Y así su buen ánimo y estado despreocupado se esfumó.

—¿Te estás mudando a un lugar que queda en medio de la nada? ¿Dónde si eres atacado nadie se dará cuenta porque estás tan lejos de todo y todos?— fue hasta su cuarto esperando que estuviera bromeando, pero por la expresión aún relajada dedujo que hablaba en serio  —¿Vas a vivir en una tienda o qué?

Y podía imaginarlo viviendo en una tienda en esos terrenos abandonados rodeado de perros salvajes.

—No está en medio de la nada— Kakashi no se veía para nada preocupado y claramente no entendía el por qué se preocupaba.

Y qué le dijera que viviría con los Maito en ese sitio o que hubiera personas habitando los alrededores no ayudó a que se relajara. Al final Kakashi solo se encogió de hombros y terminó el tema diciendo "Mah... Estaré bien" totalmente convencido de lo que haría.

Más tarde Obito hubiera querido decir que no insistió con sus dudas para no discutir y no porque se distrajo totalmente por las feromonas que estaban concentradas en el cuarto y que por ello también olvidó lo que dijo Gai sobre lo territorial que podría ser Kakashi con su nido. Ni siquiera supo qué dijo exactamente, pero en un momento estaban relajados y un segundo después el ambiente se volvió pesado y se sintió amenazado. Sus instintos estaban prácticamente haciendo que su cerebro trabajara rápidamente en busca de algo que lo hiciera congraciarse con el Omega frente a él que lo mirara como si fuera una amenaza que debía eliminar.

—Si tocas algo de mi nido no voy a morderte, te apuñalare las manos.

Ahh... Entendió el por qué de toda esta situación viendo de reojo las prendas que eran suyas y que le había prestado a Kakashi hace un tiempo.

—¡No iba a tocar nada!— gritó levantando las manos alejándose del nido para que le creyera  —Solo lo dije porque vi mis cosas...

—No son tus cosas — ahora definitivamente Kakashi lo veía como si en cualquier momento lo atacaría y Obito maldijo en su mente por haberlo puesto en este estado.

—Solo lo dije porque vi... cosas que antes eran mías— intentó apaciguarlo y sintió una gota de sudor caer por su frente arruinando su fachada de calma —y me preguntaba si te gustaría que tuvieran mis feromonas de nuevo.

Qué idiota soy ¿por qué dije eso?!" Se gritó a sí mismo esperando algún kunai intentando apuñalarlo, pero en cambio vio sorprendido como Kakashi se vio interesado y bajando la tensión en su postura y mirada.

—¿No te los vas a llevar?

Negó con la cabeza impresionado con que realmente quisiera sus feromonas en su nido. Lo vio moverse hasta quedar arrodillado y tomar la campera que le había prestado cuando fue a visitarlo por primera vez a su casa, se acercó aún precavido para no volver a hacerlo enojar. Agarró la prenda y descubriendo sus muñecas para dejar que sus feromonas la cubrieran comenzó a preguntarlas con su aroma. Sintió su cara incendiarse cuando Kakashi olisqueó la prenda y se relajó totalmente contento. Sonrió viéndolo concentrado en su nido y sintiéndose complacido consigo mismo por haberlo hecho sentir así.

—¿Necesitas algo más?— no pudo evitar preguntar cediendo un poco a sus instintos que le gritaban el buscar algo más para hacerlo aún más feliz. Pero Kakashi negó totalmente concentrado en el nido, aparentemente sus feromonas eran lo único que necesitaba de él y ya no le importaba mucho su presencia. Obito apenas pudo contenerse de reírse por su actitud —Me hiciste temer por mi vida por unos momentos Bakashi.

—Porque eres un idiota — fue lo único que dijo Kakashi al verlo contento y relajado dejando que notará que no hablaba en serio.

—¿Vas a estar bien hasta que lleguen Gai y tú papá? No puedo quedarme más tiempo.— decidió irse antes de hacer algo raro o intentar acampar en la entrada de la casa, cuando vio que asintió decidió no esperar más para irse, pero antes de ponerse de pie decidió mencionar la carta. Había olvidado comentarlo antes por haberse perdido en la tarea de buscar hojas para aquel nido improvisado.

No esperaba que Kakashi lo mirara como si le hubiera dicho un gran cumplido y que intentara abrazarlo. Obito sabía que si lo dejaba hacerlo no habría podido soltarlo luego, así que se alejó antes de que pudiera y le sonrió intentando no hacerlo sentir mal o peor... que se enojara de nuevo.

—Si te dejo hacerlo te vas a enojar mucho conmigo cuando no estés tan... hormonalmente borracho.— dijo pensando rápidamente en una escusa aceptable y poniéndose de pie pensando luego que eso que dijo era cierto.

Obito logró llegar a su casa en tiempo record luego de despedirse y catalogó este día como uno de los mejores de su vida hasta el momento. Y a pesar de que en mitad de la cena no pudo evitar que sus ojos se aguaran recordando que casi recibió un abrazo de Kakashi que rechazó, no dejó de pensar que fue un día estupendo.

Y no había pensado deliberadamente en Kakashi pasando tiempo en su nido, donde había feromonas suyas ahí, hasta que meses después dos cachorros con chalecos azules que tenían el dibujo de una cara hecha con caracteres del Henohenomoheji aparecieron en la puerta de su casa con una bolsa y una nota.

"Hey Obito, si no te parece muy raro deja tus feromonas en esas prendas. Y te advierto que Urushi y Buru tienen la orden de morderte en donde más te dolerá si no les devuelves mis cosas."

Y no le sorprendió ver su campera y haori en la bolsa que cargaba el cachorro más enorme que había visto en su vida, pero sí el encontrar una manta haciendo que luego de mirarla fijamente por más tiempo del que debería chillara sobresaltando a los cachorros. Sabía que esto era algo platónico por parte de Kakashi y que él era el único Alfa en su vida y al ser tan cercanos era lógico que buscara sus feromonas para ayudarle a sentirse seguro cuando estaba vulnerable durante sus calores, pero de todas formas no podía evitar emocionarse y sonreír. Esperaba no perder esa confianza que Kakashi sentía y que le dejara ayudarle de esta manera ya que no se verían tan a menudo.

—No me juzguen— les dijo a los ninken esperando que no dieran los detalles de su reacción cuando entregarán las prendas. Pero los cachorros solo lo miraron ladeando la cabeza como si no entendieran y se animó a acariciar sus cabezas aliviando de verlos contentos antes de abandonar su casa. Esos no se parecían a Pakkun y aparentemente no podían hablar, así que con suerte Kakashi no pensaría que era un pervertido ni nada parecido y le pediría de nuevo que impregnara más cosas para su nido con sus feromonas.

 

Notes:

Ahora sí, ésta historia alcanzó a la otra, así que voy a proceder a actualizar "Reiniciando"
Gracias a los que también leen la perspectiva de Obito!

Chapter Text

—¡Que no es porno!

Las risas de Anko y Kotetsu se escucharon por todo el establecimiento, hasta Aoba se rió más fuerte de lo normal. Obito se arrepintió de aceptar ir con ellos a la tienda de dangos, si no hubiera aceptado no tendría que haber escuchado las burlas de Anko por el rumor de que Kakashi y Rin estaban obsesionado con el porno. Pero había estado captando cada aroma dulce como un sabueso detectando una presa desde hace dos días y pensó que comer dangos harían que dejara de perderse en esos aromas a dulces.

Había vuelto luego de estar casi dos semanas a disposición del sobrino del Daimyo, lo cual fue... Interesante. Había creído que sería aburrido y hasta que sería como una tortura, pero más allá de tratar con muchas personas petulantes logró agradar a ese hombre de cara rara mientras lo escoltaba hacia el país del té. La misión debía durar unos pocos días, había un tratado que ese hombre tenía que tratar con el Daimyo de ese país y así fue, pero la misión se alargó cuando los consejeros propusieron la gran idea de pasarse por el pueblo de Biei y se desviaron de su camino. Él no conocía aquel pueblo en persona y lo único que había escuchado de ese lugar era que tenía las más bellas flores del país del fuego. Durante la última semana entendió que las flores a las que todos se referían eran Geishas y Oiran.

Obito no tuvo opción a la hora de interactuar con esas mujeres. No que le molestara, pero las geishas lo trataban como si él fuera alguien adinerado y respetable haciendo que se sintiera cohibido cada vez que le hablaban de forma tan formal. Y luego estuvieron las Oiran, que frente al Daimyo y los demás a quieres escoltaba se mostraban de lo más coquetas y seductoras, pero con él se veían divertidas por lo que pareció un eterno sonrojo que padeció y su tartamudez cuando algunas quisieron ver su reacción al seducirlo. Obito admitía que le parecieron bellas y mas que atractivas, pero no quería estar con alguien por dinero y cuando se los dijo intentando no ofenderlas solo se ganó un coro de risas y más atención. Las Oiran comenzaron a llamarlo "Otouto" y lo trataron como tal.

De alguna forma esas mujeres le hicieron confesar que estaba enamorado de su ex compañero de equipo, que no pensaba confesarse hasta ser lo suficientemente fuerte convirtiéndose en su igual y que no tenía la más mínima idea de cómo cortejar a alguien.

"—Otouto, no te preocupes. Tus Oneesan van a enseñarte a atraer a ese Omega"

De solo recordar los consejos sintió su cara calentarse y volvió su atención a los dangos. Kakashi no caería con esas tácticas, podría ser un Omega pero era una de las personas con más autocontrol y temple que conocía.

—Kakashi sacó ese libro mientras estábamos pasando el rato en casa de Rin, todos estábamos un poco pasados de copas pero distinguí la etiqueta y definitivamente era un libro erótico— Anko volvió con el tema sonriendo totalmente divertida y Obito la fulminó con la mirada. Gracias a que la misión de escoltar a sobrino del Daimyo se alargó no puedo estar para el cumpleaños de Rin, se suponía que él estaría y por ello su amiga había aceptado hacer una pequeña celebración en su departamento con esperanza de que Kakashi también estuviera presente. Claramente Kakashi si lo logró. —Y luego Rin se acercó a él y pensé que iba a regañarlo, ya sabes cómo es de doncella... ¡Pero salió corriendo a su cuarto y volvió con el mismo libro mostrándole una página como si fuera un libro con jutsus secretos pero solo era por...!

—¡Que no es porno!— volvió a gritar ganando muchas miradas y risas de sus supuestos amigos.

Obito estaba al tanto del dichoso libro gracias a que vio a Rin leyendo en su departamento cuando la visitaba y reconoció que se trataba del libro resultante del manuscrito de Jiraiya que había conseguido para Kakashi. Él jamás se interesó por averiguar el contenido porque asumió que se trataba de otra novela rosa de las que coleccionaba Kakashi, pero cuando prestó más atención y notó la etiqueta de la que hablaba Anko le había preguntado a Rin de qué se trataba.

"—Bueno... Es un romance maduro. Y tiene mucha acción." Fue lo que le había dicho Rin un poco sonrojada y riendo después por la cara que él hizo por esa respuesta.

—Como sea, no es asunto de ustedes así que dejen de andar hablando tonterías de mis compañeros de equipo.— intentó sonar firme para que dejarán en paz el tema pero no funcionó por las caras de esos tres.

—Hace tiempo que no son tus compañeros de equipo— comentó Kotetsu y Obito suspiró sin decir nada porque era cierto.

—Y nadie en esta mesa los está juzgando, idiota. Solo estamos sorprendidos porque Rin es siempre tan doncella y santurrona y Kakashi es siempre tan austero y serio.— Anko robó uno de sus dangos asintiendo para sí misma ante sus palabras. —Pero ahora que lo pienso no debería de haberme sorprendido, ya sabes lo que dicen de las personas que parecen ser inocentes o serías.

"Qué son los más pervertidos" pensó rodando los ojos y haciendo un gesto con la mano para que pararan de hablar sobre esto.

Está bien, él aceptaba que ese libro de Jiraiya era porno escrito y que aparentemente, por alguna razón que no entendía, fascinaba a Kakashi y a Rin. Pero eso no quería decir que ellos fueran unos pervertidos, así que iba a patear el trasero de quién se burlara o hablara mal de ellos por sus gustos literarios que ya no eran ocultos.

Hace tiempo que tenía el maldito impulso de proteger y proveer no solo a Kakashi sino que a Rin, su abuela y la familia de su sensei. Rin fue quien le dijo que se debía a sus instintos Alfa, los cuales le hacían verlos como parte de su manada y aparentemente también era la razón por la cuál tenía el impulso de discutir con Minato por cosas realmente estúpidas. Por suerte Minato no reaccionaba a la agresión de un Alfa adolescente más allá de seguirle la corriente en una discusión y calmarlo luego con palabras para que volviera a ser el mismo de siempre. Por suerte había controlado sus instintos cuando sintió el impulso de empujar o imponerse físicamente con Minato porque sino jamás hubiera podido mirar a la cara al Hokage nuevamente. Kushina se burló pesadamente de él cuando supo que no tenía idea de lo que estaba haciendo. Los Alfas forman manadas y él había estado haciéndolo sin darse cuenta y para colmo siendo el último en enterarse.

Y había dejado de liderar al equipo de Gai hace meses y sabía que se estaban preparándose para ascender a Jounin. Pero ese no era el punto, a lo que quería llegar era que había perdido a su contacto directo con Kakashi y debía esperar saber noticias suyas por medio de cartas de las que a veces recibía respuestas rápidas y otras debía esperar semanas. En su última carta le había dicho que esperaban verlo en la celebración de cumpleaños de Rin, sobre sus discusiones sin sentido con Minato de las cuales ahora sabía la razón y que estaba avergonzado por no haberse dado cuenta que todo se debía a su instinto de dominar.

"Bakashi se hubiera burlado de mí..." Pensó viéndole el lado positivo de perderse la pequeña celebración del cumpleaños de Rin.

Luego de despedirse de sus amigos procedió a seguir su camino a casa. No pudo evitar bostezar sin control ansiando llegar y poder dormir unas horas, su abuela seguro lo regañaría por esquivar un baño antes de descansar pero estaba lo suficientemente cansado como para dormirse a pesar de las quejas. La misión, a pesar de haber durado más de lo esperado, no contó con más contratiempos o siquiera tuvo que luchar. Pero la carga de feromonas Alfas y Omegas con las que tuvo que lidiar habían logrado que sintiera el mismo cansancio de una misión estándar, nunca había sido expuesto de esa forma. A pesar que las onee-san fueron agradables con él, una vez que dejaron de verlo como un posible cliente, sus dulces feromonas lo empalagaron. Los adultos de su clan lo habían expuesto a feromonas de Alfas y Omegas maduros de forma controlada para acostumbrarse y volverse gradualmente más tolerante a sus instintos, pero igualmente fue una sorpresa estar en ese ambiente donde las feromonas se exponían de tal forma.

De todas formas aquello ya no importaba porque ya había acabado con aquella misión y con suerte Minato no lo asignaría como escolta del Daimyo o sus parientes nuevamente en el corto plazo.

Sonrió a su abuela cuando llegó a casa y la vio tejiendo algo que seguramente sería deforme, pero que él le diría que está genial cuando estuviera terminado. Su sonrisa se esfumó y casi gritó cuando abrió la puerta de su cuarto para ver a cuatro ninken ocupando el lugar.

Akino estaba recostado sobre la alfombra junto a la cama ojeando una revista de chismes que había pedido prestada a su abuela antes de irse a su misión. La imagen de un perro con anteojos pasando páginas de una revista era extraña, pero supuso que si saben hacer jutsus podían leer y entender lo que leían. Luego estaban Bisuke y Guruko en su cama tomando una siesta. Y por último Uhei se encontraba sentado en la silla frente a su escritorio aparentemente leyendo, pero no eran revistas sino los intentos fallidos de la última carta que había enviado a Kakashi.

—Estos estaban en la basura, amigo— dijo adentrándose a su cuarto y mirando el cesto de basura junto a su escritorio, el ninken había sacado las cartas descartadas y las estuvo leyendo muy entretenido por el movimiento de su cola.

Obito bostezó sintiendo su cuerpo exigir lanzarse a su cama con perros o no en ella. Ésta era la primera vez que se encontraba con que los ninken ingresaron a su casa y por la falta de aviso de su abuela debieron hacerlo sin que ella se diera cuenta, seguro usando su ventana y esquivando las trampas que estaban en el techo y los alrededores. Pensó que tal vez debía cuestionar la forma en la que no le molestaba que los perros de Kakashi invadieran su cuarto, pero ya se estaba recostando sonriendo por estar de nuevo sobre su viejo colchón y tapándose con sus sábanas ignorando las quejas de los dos intrusos que volvieron a acomodarse en su cama y se durmió.

Los sueños de lluvias, charcos de sangre y una horrible niebla no dejando que viera su alrededor se habían vuelto habitual los últimos meses. Lo único que podía reconocer de esos sueños era que las vestimentas eran típicas de Kirigakure y el lugar no pertenecía a Konoha. Ésta vez soñó con lo mismo, sintiéndose contrariado por esa sensación de querer detener lo que causaba esa masacre porque no eran ninjas de Konoha y cuando se enfrentaba a ellos sentía todo menos compasión.

El sueño terminó cuando despertó de repente captando el aroma de un Beta con leves feromonas de Omega. Ya estaba familiarizado con ese aroma, pero no sentirlo dentro de su hogar. Se sentó en su cama notando que había transpirado mientras dormía, viendo a su alrededor notó que los ninken se habían ido dejando un sobre cerrado en su escritorio. Dos golpes contra su puerta lo hicieron despegar la vista de la carta que los ninken dejaron mientras dormía y gruñó molesto porque no estaba acostumbrado a tener otros aromas invadiendo ésta parte de la casa. Su abuela ya no subía las escaleras y a sus primos los veía fuera la casa.

—¿Qué quieres Shisui?— dijo frunciendo el ceño porque sonó más que molesto y usualmente controlaba su temperamento, hace tiempo que ya no sufría arrebatos. Y pensándolo bien, no tenía razón para sentirse tan molesto ahora mismo.

—Tu abuela estaba preocupada, te dormiste todo el día y está anocheciendo.— pudo escuchar el resoplido de Shisui a través de la puerta, pero estaba sorprendido por haber dormido tanto como para molestarse. —Le diré que estás comenzando tu etapa de celo y enviaré una nota al Hokage para que no te solicite unos días.

Obito parpadeó mirando fijamente la puerta y luego se miró a sí mismo preocupado. Temía volverse agresivo y completamente loco como le pasó en su presentación. Aunque más allá de la transpiración y el calor no se sentía como aquella vez.

—¡Espera! ¿Estás seguro que...?— gritó poniéndose de pie y caminando hacia la puerta cuando escuchó los pasos de su primo alejándose.

—¡Que no se te ocurra salir, tus feromonas ya están acaparando todo el piso superior aún con la puerta cerrada!— Y con ello se alejó de la puerta molesto porque eso fue una orden y este era su maldito territorio como para que un mocoso invadiera el lugar para ordenarle algo. Pero luego se palmeó el rostro gruñendo porque esa era una señal de que Shisui tenía razón. —Voy a pedirle a Itachi que ayude a tu abuela hasta que se te pase. Así que espera un momento para salir, recién debe estar comenzando así que aún puedes razonar con claridad.

Obito suspiró murmurando una afirmación antes de escuchar los pasos alejándose. Itachi no se había presentado aún y no lo sentiría como una amenaza ni una... tentación. Volvió a palmear su rostro con más fuerza, no veía a Shisui de esa forma y no quería hacerlo pero entendía la precaución del chico. Aunque Shisui todavía olía como un niño él no debía querer arriesgarse lo cual, ahora que Obito lo pensaba, teniendo en cuenta como le fue en su presentación era bastante justo que creyera que no le importaría y que se comportaría como un animal.

Él no sabía qué tan mal estaría durante su celo. Días antes de cumplir quince años, sin que él preguntara, algunos Alfas de su clan le dijeron que no recordaban mucho y otros que sí recordaban estar con sobreexcitación e hipervigilantes de su territorio. Lo único en lo que todos concordaban era en que mientras que nadie ingresada a su territorio todo estaría bien, porque él no intentaría salir por estar instintivamente cuidando de un lugar al que consideraba suyo y al no haber marcado a una pareja no la buscaría.

Su abuela también estaría a salvo y no solo por ya no oler como alguien fértil (y sí, se avergonzó de forma exagerada cuando dijeron eso) sino porque ella era un familiar directo y por lo tanto no podría atraer de esa forma a un Alfa con el mismo patrón de base de feromonas. Ningún familiar de primer o segundo grado de consanguinidad lo haría. Shisui en cambio nunca compartió el mismo patrón de aromas que el de su abuela o el suyo y por lo tanto aunque lo tratara como un primo cercano en realidad era uno de tercer o cuarto grado. A Obito se le revolvió el estómago ante la sola idea de verlo de esa forma y cerró los ojos concentrándose en su propio aroma. Suspiró cuando la mortificación por la situación comenzó a disminuir y pidió no volverse salvaje durante los próximos días.

Cuando terminó de revisar que las ventanas del piso superior estuvieran cerradas y que nada estuviera fuera de lugar bajó las escaleras para repetir el mismo proceso. Seguía sintiéndose acalorado pero su instinto de mantener su territorio seguro era lo que estaba dominando su mente. Durante su tercera inspección minuciosa su estómago hizo ruido y se dirigió a la cocina para calentar las guarniciones y el arroz, le dió la mayor parte de lo servido a su abuela sintiéndose contento cuando comenzó a comer. En el fondo de su mente reconoció que estaba complaciendo su instinto de proveer y cuidar a alguien que consideraba parte de su manada. Estaba tranquilo, lo cual era extraño al estar hipervigilante de su entorno y constatando que su abuela estuviera alimentada y cómoda.

El segundo día fue diferente. Ya al despertar sintió sus músculos más tensos y estaba acalorado. Sabía que en otra ocasión estaría asustado o por lo menos preocupado por los momentos en los que su conciencia se alejaba de él y parecía ver a través de sus ojos como si no tuviera control de sus acciones. No podía quedarse quieto y cuando escuchó el golpe en la puerta principal y vio después a Itachi entrar con una bolsa repleta de comestibles no pudo evitar empujarlo contra una de las paredes del genkan para olfatearlo. Su primo no olía a nada, lo cual era extraño y no le gustaba pero tampoco le causaba ganas de atacarlo. En otro momento hubiera pensado en que el chico se deshizo de cualquier rastro de aroma o feromonas ajenas antes de ir a su casa. Pero en ese preciso instante lo único que pudo hacer era mirar molesto y confundido a Itachi. Su abuela no se había acercado por precaución, no quería que los instintos de protección hicieran que Obito quisiera atacar a Itachi a pesar de no reconocerlo. Ante la falta de un aroma característico él debía verlo como un niño y uno sin marcas de olor por otro Alfa así que debería de estar bien. Al final, luego de unos minutos, Itachi pudo ingresar a la casa después de haber sido perfumado por las feromonas de Obito y se acercó aún cauteloso pero relajado para evitar que el ambiente volviera a volverse tenso.

Con el pasar de las horas Obito terminó tratando a Itachi de la misma forma en la que trataba a su abuela y lo instaló en el mismo cuarto que ella colocando un futón cerca de la cama. No prestó atención a las conversaciones que tenían y siguió con su tarea interminable de revisar cada rincón de su casa hasta que anocheció y fue al baño a lanzarse un poco de agua para sentirse menos acalorado.

El agua no ayudó y se estaba irritando porque la tensión en sus músculos parecía solo empeorar, caminó molesto en su cuarto antes de quitarse cada prenda y sentarse en el suelo un momento antes de recortarse para disfrutar un poco del alivio que le daba sentir el suelo frío. El alivio no duró mucho tiempo y pronto se encontró rodando lentamente por el suelo persiguiendo la sensación del frío contra su piel hasta que ya no le agradó y se subió a su cama gruñendo molesto.  No supo cuando se durmió, pero cuando se despertó lo hizo persiguiendo otra sensación agradable y cuando por fin pudo despertar totalmente estaba perdido de qué hora era o qué estaba pasando.
Poco le importó averiguar la hora o por qué estaba desnudo y con las sábanas amontonadas a sus pies cuando notó que había estado frotándose contra el colchón y que necesitaba más fricción para seguir obteniendo esa sensación placentera que lo despertó. No era ajeno a masturbarse, ya había perdido la vergüenza de hacerlo o el miedo irracional de ser atrapado en el acto, pero esta vez no podía lograr sentir una satisfacción como la que esperaba. Fue frustrante y la frustración lo llevó al enojo y enojarse lo condujo a terminar con varias cosas destrozadas dentro de su cuarto.

El cuarto día fue el peor, su cuarto era un desastre y los únicos momentos en los que no se sentía un animal enjaulado eran cuando revisaba la planta baja de la casa y constaba que el cachorro y su abuela estuvieran alimentados, cómodos y seguros dentro de su hogar. El problema era su maldita frustración sexual, era una tortura tocarse y pensar que al llegar a un orgasmo se sentiría bien para volver a comprobar que no era suficiente, que algo faltaba. Fue la primera vez que comenzó a pensar en Omegas e intentó recordar las feromonas que sintió días atrás. En un principio había pensado en Kakashi y olisqueó la última carta en busca de algún rastro de sus feromonas sin éxito, pero pensar en sus feromonas lo habían frustrado aún más porque las recordaba y no eran como las de las Omegas maduras con las que había pasado tiempo hace unos días.
Y también comprobó que que a pesar de su imaginación nada remplazaría a tener a una pareja y al final la frustración fue una cosa constante.

Así que el cuarto día terminó frustrado, sintiéndose una mierda cuando estaba más consciente y cansado por no poder descansar apropiadamente.

El quinto día ya no sintió que su pene lo estuviera controlando y pudo tomar un baño largo que hizo que sus músculos tensos se aflojaran un poco. Pudo pensar con más claridad y tuvo el pensamiento fugaz de que Fugaku no debía estar contento conque su primogénito estuviera en su casa perdiendo el tiempo. Luego se sintió aliviado porque, aunque se desquitó con los pocos muebles de su cuarto, no había sido tan agresivo ni salvaje como había temido ser cuando todo esto comenzó. Si estuvo y aún se encontraba molestamente cachondo y frustrado, pero no fue una bestia inconsciente que muchos pensaban que sería.

Días después, cuando por fin pudo salir de su casa sin querer volver cada cinco minutos para comprobar que todo estuviera bien, terminó en casa de Anko enterándose que Asuma pensaba irse de la aldea junto con un tal Chiriku que Obito no conocía en persona. Y luego de una despedida incómoda en la que nadie sabía qué decir a Asuma, todos felicitaron a Obito por ser oficialmente un hombre según las costumbres del clan Uchiha. Porque los Alfas y Omegas se consideraban adultos luego de haber pasado por su primer celo mientras que los Betas, sin importar si tenían o no influencia de las feromonas Alfa/Omega, usualmente se los consideraba adultos dependiendo la familia o clan entre los dieciocho y veinte años.

A Obito le parecía una ridiculez teniendo en cuenta que oficialmente para Konoha era un adulto desde que se convirtió en shinobi. Además, no sabía por qué todo el mundo sabía qué había pasado. Pero jamás se negaría a un regalo o dulces así que sonrió sinceramente cuando muchos ancianos lo felicitaron, aceptó los regalos y terminó en casa de Minato porque Kushina lo invitó a cenar para celebrar la ocasión.

—Y pensar que ya no eres un niño, mocoso— sintió el dedo de Kushina picando su frente cuando se quedó viendo los pasteles de arroz en el centro de la mesa con mucho anhelo —¿Qué te dijo Kakashi sobre tu gran plan avaricioso?

—¿Mi qué?— preguntó ya no aguantando más y alcanzando uno de los pasteles. Estaba haciendo un esfuerzo por no pasarse con su consumo de azúcar cuando estaba en la aldea, pero era difícil cuando dejaban algo así frente a su rostro.

—Ya sabes, tu primer intento de formar una manada. Elegiste puros Omegas y betas con feromonas Omegas, tu abuela es entendible pero los demás... Qué ambicioso de tu parte Obito.

—¡No sé de qué hablas y no quiero saber!— gritó olvidando los pasteles y mirando enrojecido a Kushina, quién obviamente se estaba divirtiendo. Él entendió completamente a qué quería llegar y no iba a hablar sobre el asunto jamás y mucho menos con ella.

—Aww... no te avergüences, sé que no quieres robarte a mi Minato y que no te interesamos en ese sentido.— escuchar eso lo hizo suspirar aliviado, todavía estaba avergonzado pero que ellos no se lo hubieran tomado en serio lo hacía sentir mejor. Al menos hasta que Kushina siguió hablando —Todos sabemos que te interesa Kakashi y que solo estás esperando el momento correcto de hacérselo saber. ¡Pero no esperes años, eso me va a desesperar 'ttbane!

Obito se hubiera quejado o escapado de la situación si no fuera porque la pelirroja prácticamente lo asfixió al tomarlo del cuello con su brazo mientras despotricaba sobre por qué debía confiar en ella para ayudarle mientas lo zamarreó de un lado a otro. Decidió no visitar a Kushina unos días para que ella olvidara su idea, por muy bien intencionada que era y quererla no confiaba mucho en los consejos de una mujer tan directa y agresiva.

Y camino a casa, luego de tomar un desvío, casi fue derribado por Buru cuando el Ninken corrió hacia él contento por encontrarlo. Obito no tenía idea de cuándo este perro terminaría de crecer, era una cosa enorme y a pesar de lo simpático que era sabía que esos enormes dientes no estaban de adorno. El Ninken lo hizo revisar unas de las bolsas que tenía sujetas a su cuerpo y sonrió contento al encontrar una caja envuelta perfectamente con una tela estilo furoshiki, tenía una pequeña nota y resopló rodando los ojos luego de leerla. Era una felicitación de Kakashi, diciendo que esperaba que pronto su cerebro madurara como su cuerpo lo hizo con el habitual dibujo del henohenomoheji como firma. Le dió unos dulces para perros que siempre llevaba en uno de sus bolsillos y sonrió ya deduciendo que tenía un bento y dulces hechos por Kakashi que compartiría con su abuela luego. Pensó en que ahora tenía que acostumbrarse a controlar todo esto de los celos, los libros que Rin y Minato le dieron ayudarían para que entendieran más cómo funcionaba esto, pero suspiró aliviado porque no era una gran cosa como temió que sería.

El problema comenzó recién al día siguiente cuando recibió una visita del jefe del clan para entrarle una pila de carpetas y su abuela, que estaba sentada a su lado, suspiró como si estuviera muy cansada de repente.

—No pensé que comenzarían a molestar con esto tan pronto— la escuchó decir y frunció el ceño alcanzado una de las carpetas y viendo la foto de una chica que obviamente era una Uchiha aunque no la reconocía, pero la siguiente sí la reconoció y comenzó a sentir que sudaba frío. Ya sabía de qué se trataba todo.

—Es mi deber entregarles las propuestas— fue lo que escuchó decir a Fugaku antes de que comenzara una conversación con su abuela y él solo mirara los archivos molesto.

—¿Por qué hay tantas? ¿Que no era la oveja negra de la familia hasta hace poco?— gruñó molesto alejando todo y mirando a Fugaku esperando que realmente no pensara comenzar a presionarlo con esto.

—Eso ya no importa— fue todo lo que obtuvo y no lo insultó ni se fue porque lo respetaban y no dejaría a su abuela sola lidiando con las propuestas de matrimonio que tenía esparcidas sobre la mesa. 

Tenía quince años desde hace unos pocos meses, lo último en lo que pensaba era en matrimonio.
Fugaku se fue recordándoles que debían entregarles sus respuestas a él primero y Obito miró los papeles sobre la mesa como si fueran sellos explosivos.

—¿Las vas a leer?— preguntó incrédulo cuando su abuela tomó una carpeta y comenzó a leer su contenido con seriedad.

—No importa que vayas a rechazarlas, hay que leerlas y saber de quién se trata cada una para poder dar una respuesta apropiada.

Y así pasó su mañana ese día, aliviado en parte porque su abuela no estaba pensando cómo los demás que creían que ya debía sentar cabeza. De todos modos nadie podía obligarlo a casarse si no quería. Dejó de sentirse molesto a medida que pasaban las horas y escribía guiado por su abuela las respuestas, pero toda seriedad y lo que quedaba de molestia se terminó cuando vio la última propuesta, la cuál era de Shisui.

En la foto el chico estaba haciendo una mueca rara y la propuesta era ridícula. Su abuela soltó una carcajada y le palmeó el hombro antes de ponerse de pie.

—No necesitás ayuda para contestar ésta— sonrió dejándolo para poder ir a hacerse un té.

Obito estaba de acuerdo, no necesitaba ayuda para responder. Claramente ésta era una ofrenda de paz para que volvieran a entrenar juntos porque Obito lo evitó desde que su celo acabó. Se había sentido incómodo y no sabía qué esperar del mocoso, no estaba seguro si Shisui realmente pensaba que podía volverse una especie bestia o un depravado como seguro pensó ese día que fue a su casa y le hizo saber que estaba comenzando su celo. No sabía si su relación con su primo se había arruinado ahora que había madurado como Alfa y no había querido comprobar si Shisui pesaba que ya no era seguro estar con él sin supervisión. Ahora tenía una respuesta y sonrió aliviado, quería a su primo y gracias a él había logrado ser unos de los mejores en genjutsu entre los miembros de su clan.

Lo único que esperaba era no recibir más propuestas de matrimonio y que los ancianos no comenzaran a molestarlo pronto con este asunto. Tenía que concentrarse en ser más fuerte y ser un gran shinobi como para lidiar con estas cosas.

Chapter Text

—Que perdedor— Anko lo miró con falsa decepción mientras Obito miraba su pobre colección de cartas y luego las de su contrincante.

¿Cómo podría haber predicho que un ninken sabe de poemas? Él no sabía mucho a decir verdad, pero Anko ofreció que jugaran Karuta luego de perder por tercera vez consecutiva jugando Shogi contra Uhei. 

Y sí, lo admitía, tal vez se lo merecía por querer usar una ventaja (que resultó no tener) contra un perro. 

Claramente confiaban en que, aunque Obito no sabía ningún poema, podría adivinar guiado por los dibujos y lo que decía parte del texto. Pero el Ninken claramente los embaucó y allá iba contento con una bolsita llena de Ryō que le ganó con las partidas ganadas de Shogi y por último el Karuta. Se preguntó fugazmente qué harían los ninken con el dinero antes de volviera a mirar a Anko.

—Me siento estafado— dijo ayudando a recoger las cartas del suelo para guardarlas en la caja y mirando luego la mesa con el tablero de Shogi del parque con el ceño fruncido.

—Deberías sentirte estúpido— Anko se rió con su caja de cartas ya en sus manos.

—Eso también— suspiró pensando que tal vez no debería apostar más porque claramente no tenía suerte ni jugando contra un perro, un perro ninja pero un perro al final. —¿Por qué tienes esto?

El Karuta era un juego de cartas que usualmente juegan los niños, nada que ver con los mazos de cartas que ellos utilizan a diario y que fueran poemas era algo que llamó su atención porque Anko sabía de poemas tanto como él, lo cual era nada.

—Tetsu me pidió ideas para entretener a los niños, ideas que sean aptas para la rama principal— lo dijo rodando los ojos hastiada y Obito suspiró guardándose cualquier comentario.

El clan más arraigado a viejas costumbres y tradiciones era sin lugar a dudas el Clan Hyuga. Él provenía del Uchiha y admitía que había diferencias y hasta discriminación entre los miembros de su familia si eran considerados medios-Uchiha, durante los primeros años de su vida fue blanco de burlas y desplantes que jamás olvidaría por no ser considerado un Uchiha real, pero nunca lo dañaron o lo trataron como un subordinado que si no acepta lo que le mandan sufrirá por un sello colocado en su frente. El ser expulsado del clan sonaba mucho mejor desde que se enteró del sello que tenía Tetsu en su frente.

Tetsu Hyuga era el compañero del equipo genin con el que Anko se formó bajo el liderazgo del Sannin Orochimaru. Y aunque el equipo se disolvió hace tiempo y Anko fue la única que continuó como aprendiz del Sannin seguía teniendo un contacto cercano con quienes fueron sus compañeros genin. Y el como Tetsu fue obligado a dejar sus obligaciones como ninja de Konoha para servir como niñero y guardia personal de los niños de la familia principal era algo que indignaba a Anko, tanto que a veces Obito temía que su amiga hiciera alguna estupidez.

Y tal vez él no era el más cercano a Tetsu pero también sentía bastante indignación cuando se veían. Tetsu no se mostraba hostil ni indiferente hacia él cuando salían juntos por Anko, pero había cierta distancia por ciertas rencillas sin sentido entre sus clanes que se seguían manteniendo a pesar del tiempo y que pertenecían a la misma aldea. Pero ellos podían coexistir sin arrastrar las diferencias entre sus clanes y aún más cuando había sake involucrado, así que tal vez se podría decir que tenía a un Hyuga como amigo.

—¿Irás con nosotros hoy?— Anko le preguntó y no necesitó que le aclarará a dónde. Él había vuelto de de su última misión y por el rango y tiempo que tardó tenía que tomarse cuatro días antes de pedir otra o hacer guardia.

—No debería perder más dinero...— dijo sabiendo que si veía una máquina tragamonedas seguramente se diría que jugaría un par de veces y luego se iría, pero se conocía lo suficiente para saber que seguiría porque esas malditas máquinas eran adictivas. Y tenía muy mala suerte con los juegos de azar y cualquier cosa que implique una apuesta. —
Y mi abuela quiere que me quede en casa ésta noche.

Eso no era mentira y sospechaba que se lo pidió porque sabía de sus andanzas por los bares y los locales donde perdía de forma impresionante o tal vez solo quería pasar tiempo con su nieto, no estaba seguro. Aunque sea la razón que sea ya le había dicho que iban a cenar juntos.

—Me sorprende que no te hayas mudado todavía — rodó los ojos no interesado en comenzar de nuevo a explicar que no planeaba dejar a su abuela, si bien pasaba mucho tiempo fuera de casa por sus obligaciones no dejaba de estar pendiente de la única familiar que lo cuidó y educó con amor. Ella no podía vivir sola y por orgullo o maña no aceptaba ayuda de sus parientes.

—Saludame a Tetsu, dile que juegue por mi— dijo sonriendo por el resoplido de Anko. Se alejó antes de que pudiera convencerlo de que los alcanzara luego de que su abuela se fuera a dormir.

Pasó más de tres meses en kiri y quería bañarse con agua caliente para quitarse esa sensación de fría humedad que se apegó a él durante su tiempo en Kirigakure. Fue una misión de infiltración exitosa y logró recopilar información sobre su fuerza militar actual, pero lo que no esperaba fue que esa aldea estuviera tan descontrolada y aprovechando aquello logró mantenerse esos tres meses antes de creer que era hora de irse. Aparentemente habría otro intento de golpe de estado en esa aldea pronto, por un lado los clanes con Kekkei Genkai estaban hartos del trato que tenían y por el otro los demás shinobis estaban cansados de tener un líder fuerte, pero sin capacidad para liderar. Había mucha corrupción y los consejeros del Mizukage actual francamente daban vergüenza. Esa aldea era un desastre y cuando acabó con su informe al Hokage no se sorprendió cuando Minato dijo que enviaría a un equipo Anbu para continuar su trabajo, contactando con los miembros que Obito sabía que no estarían reacios a trabajar para Konoha. Sería un trabajo lento y que tardaría en completarse si es que las cosas procedían como Minato quería. 

Obito no pudo evitar pensar en Kakashi, no tenía idea de las misiones que él hacía y aunque sabía que se iba por meses, si era uno de los Anbu asignado a Kiri serían más que unos meses de ausencia.
Aunque se guardó sus pensamientos para sí mismo mientras estuvo frente al Hokage, pero en cuanto se sintió más como si mismo con su ropa y en su hogar se lo dijo a su abuela.

Ella se durmió a mitad de su plática pero no se molestó porque había pasado su hora habitual de dormir así que la dejó descansar. Cuando entró a su cuarto limpió y guardó todas sus armas, se estiró y cumplió con su tiempo de meditación. Minato le dijo que hiciera aquello cuando comenzó a entrenarlo de nuevo luego de que se convirtiera en Hokage. No era fanático de la meditación, le costaba mucho lograrlo y muchas veces se quedó dormido. Ser despertado por el golpe de una lengua de un sapo no es una gran experiencia y él la vivió  más veces de las que le gustaba admitir.

Minato había estado tan orgulloso y feliz cuando le mostró el pergamino, platicando sobre su recuerdo de cuando su maestro Jiraiya le habló sobre la invocación de los sapos y que esperaba que él también compartiera esa invocación. Obito se había emocionado cuando comprendió lo que estaba intentando hacer Minato con la charla y la demostración del pergamino. 

Entrenó y trabajó junto con un sapo muy joven que cuando lo conoció era solo un poco más grande que su mano y que ahora era más alto que él. Gamasaki era alegre, pero serio y todo un guerrero si la situación lo ameritaba. Congeniaban perfectamente para usar jutsus de colaboración. Nada que ver con Gamabunta casi lo mató cuando intentó trabajar con él, el sapo le había dicho que era un pequeño idiota que le daba mala espina antes de permitirle entrenar con él hasta que conoció a Gamasaki.

Así que hace más de un año se había convertido en uno de los invocadores de sapos, pero... hace unos meses había encontrado la Cueva Ryuchi.

No lo había buscado, aunque sí sentía curiosidad porque las serpientes siempre le parecieron lindas o al menos las pequeñas, no se le había ocurrido ser un invocador de serpientes. En especial luego de convertirse en un invocador de sapos.
Pero había estado regresando a Konoha y se encontró con una pequeña serpiente blanca con manchas amarillas muy claras, antes de darse cuenta la serpiente se había escapado de su vista y tenía toda la intención de seguir su camino hasta que vio un sendero y sintió que algo lo atraía hacia ese lugar. 

Sabía cómo eran conocidos los invocadores de serpientes, Anko había bromeado con aquello. Pero los que encontraban la Cueva Ryuchi y eran atraídos hacia ese lugar tenían una fama aún peor. Crueles, codiciosos... no quería ser conocido de esa forma. 

Así que ese día se dió la vuelta y decidió hacer como si no hubiera encontrado nada hasta que vio a esa pequeña serpiente otra vez y se acercó sorprendido por cómo ella no se mostró amenazante o asustada.
Obito no planeaba ser invocador de serpientes, pero... le agradaba la pequeña Chie, quién le escribió su nombre con su cola sobre la tierra y visitaba de vez en cuando porque le parecía adorable. 

Meses después comenzó a replantearse su decisión y cuando le comentó a Anko por primera vez sobre cómo terminó en la Cueva Ryuchi ella había quedado impresionada y por primera vez captó un poco de admiración por parte de ella. Anko había aprendido la invocación de serpientes por Orochimaru y para su sorpresa le dijo que no todos los invocadores conocían ese lugar. Ella solo había aprendido y estudiado sobre las serpientes hasta entrenar y lograr hacer un contrato con algunas gracias a su sensei.

Anko casi lo golpeó cuando le dijo que no quería hacer un contrato con una serpiente. 

Por mucho que le agradara Chie y la trajera a su casa con Kamui un par de veces, porque su mirada de abandono cuando él se despedía lo hacía sentir mal, no significa que se convertirá en invocador de serpientes. Trabaja perfectamente con Gamasaki y podía solo tener a Chie como una mascota.

Y además, ya era extraño que siendo un Uchiha no tuviera un contrato con algún tipo de ave o al menos supiera sobre cetrería. Con los sapos al menos tenía la escusa de haberlo aprendido por su maestro, pero con las serpientes sería algo inusual.

Él ya resaltaba entre los miembros de su clan no solo por tener una invocación de sapos sino porque los Uchiha crían y trabajan con aves. Una serpiente era un peligro para los sapos y aves.
Pudo imaginarse llegar a casa y encontrar una masacre por parte de Chie con los cuervos y los polluelos de los alcoholes que están en el recinto. Así que tampoco podría ser una mascota para su hogar y tampoco una invocación.

Y todo empeoró cuando casi de un día para el otro y de forma alarmante Chie creció, creció y creció hasta superar en altura a Gamasaki. Ya no podía traerla a casa y mantenerla unos días escondida en su cuarto porque mataría de un infarto a su abuela si llegara a verla. Por ello fue que hizo una pequeña prueba y llevó a Chie a una parte alejada del bosque e invocó a Gamasaki.

El sapo había mirado a la serpiente como si fuera la cosa más horripilante que vio en su vida y luego comenzó a reclamarle a él que tuviera a un ser tan horrible como mascota.

—¡Sé que sapos y serpientes se llevan mal pero por favor Gamasaki, dale una oportunidad a Chie. Ella es adorable e inofensiva!— la mirada que recibió del sapo lo hizo sonreír nervioso y estaba por argumentar más para intentar que se llevaran bien cuando una voz en tono bajo y casi susurrante se escuchó a sus espaldas.

—Delicioso— Chie había sacado su lengua y siseado mientras miraba al sapo como si fuera su almuerzo y Obito gritó alarmado cuando Gamasaki se preparó para pelear.

No hay que explicar mucho para concluir con que esa reunió fue un desastre y reafirmó que él no podría ser un invocador de serpientes. 

Ni siquiera sabía que Chie podía hablar hasta ese momento y cuando le preguntó ella simplemente le dijo que él nunca le había pedido su opinión y por lo tanto nunca tuvo la necesidad de expresarse mediante el habla. También comprendió gracias a esa reunión que Chie no podía ser una mascota.

Obito estaba un tanto decaído desde esa fallida reunión. Gamasaki estaba ofendido con él y Chie lo hizo sentir un desgraciado sin corazón cuando le dijo que seguramente él iba a abandonarla cuando la dejó cerca de la cueva.

Anko solo lo había llamado idiota por no hacer un contrato con Chie y entrenarla. Y Rin que tendría que intentar llegar a una convivencia saludable entre Gamasaki y Chie antes de tomar una decisión definitiva. Kushina se había puesto un poco verde cuando le habló sobre Chie y se limitó a comentar que las serpientes le causaban escalofríos, aunque luego fue más útil y le dijo que a pesar de su aversión por esos animales no creía que fueran un mal augurio o seres sin corazón como muchos creían. Pero le dejó claro que si tenía intención de hacer un contrato con Chie debía comprobar antes si ella podría lograr ser una compañera que lo ayudaría de verdad y que no lo haría retroceder en su trabajo.

Por la cantidad de chacra él podría invocar a Gamasaki y a Chie juntos o por separado sin problema, pero él ya había aprendido a utilizar las habilidades de los sapos y tenía un estilo de pelea que los incluía si los necesita. Si ahora comenzaba a utilizar a Chie iba a tener que comenzar otra vez para ver qué tan compatible serían y eso solo sería posible después de comprobar si ella podría ser un animal de invocación. Para serlo debía contar con las habilidades para pelear, servir como mensajera o espiar. Y esta vez no tendría a Minato para guiarlo y ayudarlo porque él no era experto en serpientes.

Y Anko no era muy buena maestra, Obito solo había querido saber algunos cuidados que debían tener las serpientes y ella terminó divagando mientras volvía y se alejaba del tema de forma intermitente. Así que si de verdad comenzaba a evaluar a Chie estaría por su cuenta.

No iría con Orochimaru, por mucho que Anko se lo aconsejó él siempre sintió que había algo mal con ese hombre y el instinto de activar su Sharingan y ponerse a la defensiva cada vez que lo veía era demasiado fuerte. Y que Tetsu se tensara cada vez que escuchaba su nombre o que intentara cambiar el tema cuando Anko lo mencionaba solo había aumentado su desconfianza en el Sannin.

Por esa razón terminó en una tienda de libros en busca de alguno que le enseñara más sobre las serpientes. La mujer de la tienda le había mostrado distintos manuales sobre reptiles, alimentación de serpientes y su habitad. Todos destinados para aprender sobre una mascota de ese tipo. Y Obito ya había asumido que no podría mantener a Chie como mascota y no tenía la intención de convertirse en un invocador, pero aún así...

—Estos libros no te ayudarán— escuchó detrás de él y evitó por poco el saltar por la sorpresa.

Había estado totalmente concentrado en su lectura y al encontrarse cerca del parque no había prestado mucha atención a los sonidos. Estaba sentado en una de las bancas de ese lugar, habiéndolo elegido porque a los niños no le interesaban los libros que parecían manuales y sus parientes no van al parque con mucha frecuencia.
Pero le sorprendió no haberse dado cuenta que Kakashi estaba cerca y hace bastante tiempo por la mirada divertida que tenía. Usualmente detectaba destellos de su chacra cuando se encontraba en la aldea sin estar cumpliendo alguna guardia o trabajo para el Hokage. Que tuviera el Hitai-ate le hizo saber que Minato no pensaba asignarle ninguna misión lejos de aquí por al menos unas cuantas semanas y que estaría cumpliendo solo rondas por los alrededores a menos que fuera necesario.

Notó que estaba más alto desde la última vez que lo vio, que era hace casi dos meses atrás, y que se había cortado el cabello. Ya no parecía que tenía una escoba en la cabeza. Kakashi solo se rió cuando le dijo aquella comparación y le había dicho aquella vez que olvidaba cortarlo entre misiones y cómo naturalmente su cabello iba en contra de la gravedad y no se molestaba en peinarse apropiadamente en realidad no le molestaba. Y que la razón de que lo cortara de vez en cuando era porque era difícil ocultarlo en las misiones en las que no debía resaltar entre sus compañeros. Tener el cabello plateado no era muy discreto y aún menos cuando lo dejaba crecer sin control.

Salió de sus pensamientos y dejó de mirarlo fijamente cuando se sobresaltó porque Kakashi ladeó un poco el rostro levantando una ceja, haciendo que se diera cuenta que lo estaba mirando demasiado intensamente.

—Te ves bien— dijo de forma automática, ya ni siquiera se avergonzaba tanto de decirlo cada vez que lo veía porque era cierto y parecía que se habían vuelto las palabras mágicas para comenzar una conversación relajada —Oh... y solo tenía curiosidad, no estoy estudiando. 

Cerró el libro sonriendo un poco como si no lo hubiera estado prácticamente escudriñando hace un momento. Kakashi no parecía muy convencido pero terminó sentándose a su lado y agarrando el libro para ver su contenido.

—Mah... pensaba que estabas estudiando para poder cuidar a la serpiente que casi se comió a Gamasaki— se notaba que estaba sonriendo a pesar de la máscara y Obito lo miró frunciendo el ceño porque no pensó que alguien ajeno a quienes se lo comentó supiera sobre Chie. Y a Kakashi todavía no le había contado cuánto había crecido y que no podría mantenerla como mascota —Yugao me habló sobre una gran serpiente que luchaba contra tu invocación en el bosque prohibido. Ella quería saber si era algo que debía informar al Hokage o no.

—¿Y por qué sería de interés del Hokage?— preguntó sorprendido y un tanto a la defensiva por no haberse dado cuenta de que esa chica lo había visto ese día.

—Todo lo que suceda en la aldea es asunto del Hokage— se encogió de hombros despreocupado a pesar de que fue notable que su actitud se había agriado hace un momento. Obito se relajó cuando lo sintió acercándose lo suficientemente para rozar sus brazos —Y en especial si tiene que ver con su alumno estrella.

Ahora, eso terminó por relajarlo y hacerlo soltar una carcajada. 

—Tú eres su favorito— y hace tiempo Obito, al igual que Rin, había llegado a las paces con ese hecho. Los tres eran apreciados por quién fue su sensei pero recibieron diferentes tipos expectativas y cariño de su parte.

—Por supuesto que lo soy.— Obito rodó los ojos. A veces Bakashi dejaba salir un poco de arrogancia de su personalidad relajada. Pero al contrario de cuando eran mocosos apenas salidos de la academia no había una intención de intimidad o hacerlo sentir un idiota, así que no sentía ningún gramo de molestia. —¿La pequeña Chie ya no es pequeña o estás coleccionando serpientes?

—No tenía idea de que podía crecer tanto— Suspiró casi desplomándose contra el respaldo de la banca, mirando de reojo a Kakashi cuando resopló.

—¿Puedes razonar con ella?— asintió sin dudarlo y Kakashi le devolvió el libro —Si logras que no intente comer a Gamasaki entonces no debería haber problema para que haga un contrato de invocación contigo.

—No sé si sea una buena idea que tenga una serpiente. La pequeña Chie es genial y todo pero... 

—Lo harás bien, claramente ella te eligió y tienes afinidad por ambos animales. Y si alguien puede lograr que sapos y serpientes trabajen juntos y compartan al mismo convocador eres tú.

Obito resopló sintiendo su rostro calentarse un poco por la confianza que Kakashi dejaba escuchar en su tono de voz. Y también era reconfortante que no lo mirara con sospecha por su aparentemente afinidad con las serpientes. Había dudado cuando le escribió que hizo una amiga nueva y que se trataba de una serpiente llamada Chie. Pero cuando le había contestado al poco tiempo que no se sorprendiera si la pequeña Chie dejara de ser pequeña por su origen supo que Kakashi no prestaba atención a lo que se decía de los que tenían serpientes como invocaciones. Verlo en persona tratar el asunto con normalidad terminó por relajarlo.

—Siempre creí que Minato sensei haría que visitaras el Monte Myoboku para entrenar con los sapos— recordaba lo decepcionante que fue el ser abandonado ahí por Minato para estar bajo las enseñanzas de Gamabunta solo. Realmente había creído que Kakashi también sería entrenado en ese sitio. Pero Minato le había dicho, cuando fue a ver su progreso, que Kakashi no estaba interesado en otras invocaciones que no fueran sus ninken y que seguía instruyéndose con Kushina en todo lo relacionado con el sellado en sus tiempos libres. —O al menos que Jiraiya intentaría convencerte.

Sabía que el Sannin se mantenía en contacto con Kakashi y Rin desde hace tiempo. También que había solicitado la ayuda de ambos en una misión ultra secreta de investigación hace meses, pero Minato se había negado a enviarlos.

—Minato-san sabe que confío totalmente en mis ninken para servir de mensajeros o ayudarme en alguna pelea. Y no cuento con el chacra suficiente para invocar a los sapos que podrían hacer cosas que mis ninken no lograrían.— Obito resopló, la forma en la que Kakashi hablaba de su chacra lo hacía ver como si tuviera reservas de mierda cuando ambos sabían que no era así. Tal vez no eran enormes pero tampoco eran escasas —Y Jiraiya-sama me tomó como su discípulo pero no para enseñarme las artes ninjas.

La risa que soltó Kakashi cuando dijo aquello no le agradó a Obito y frunció recordando los pocos encuentros que tuvo hasta ahora con eses hombre. Entendió por qué a Minato no le agradaba mucho la idea de enviar a sus ex alumnos con el Sannin a sus misiones de investigación.

—¿Qué te está enseñando?— preguntó entrecerrando los ojos con sospecha, pero Kakashi solo lo miró con esa molesta sonrisa que hacía erizar a Obito de mala manera porque siempre como acto seguido le decía algo que lo avergonzaría o se burlaría de él. —¡Quiero saber!

Y así de rápido olvidó por un momento su drama con Gamasaki y Chie. La imagen en su cabeza de aquel del rostro de ese viejo pervertido burlándose de él lo amargó y alteró lo suficiente.

—Mah... no lo creo, te convertiste en alguien bastante pudoroso— Kakashi se encogió de hombros poniéndose de pie y alejándose del banco para mirarlo aún con su típica sonrisa de ojos. Obito lo siguió con el ceño fruncido —Te escandalizas con tanta facilidad Obito-kun...

—¡No es cierto!— mentía, sabía que la influencia de Minato para que se comportara de cierta manera frente a personas importantes y su clan, que era bastante conservador, habían hecho que fuera igual de mojigato que ellos. No podía evitarlo y sinceramente no era algo que le molestara, pero tampoco quería que se lo dijeran en la cara como si fuera algo malo.

—Ni siquiera puedes decir "tetas" en voz alta sin que parezca que te están torturando.— lo estaba provocando, lo sabía, y aún así no pudo evitar caer de cabeza contra la provocación.

—¡Sí puedo!— tal vez no participaba en las conversaciones en los bares cuando hablaban de los atributos de las chicas o de si los betas de rango bajo tenían traseros igual de buenos que el de las mujeres betas o omegas. Pero eso no significaba que no pudiera hacerlo, solo no quería. —Si me interesaran mucho definitivamente hablaría de las... de eso.

Se maldijo en su mente por sentir su rostro sonrojarse y se cruzó de brazos al no saber qué hacer con sus manos. No tenía idea de cómo terminó hablando sobre "tetas" con Kakashi de entre todas las personas.

—Mah... supongo que lo harías. ¿Pero no te gustan?— Kakashi caminaba con las manos en los bolsillos despreocupado, como si hablaran del clima. Obito lo envidió un poco por ello.

—Bueno, sí, pero no me encantan...— no era ciego y a pesar de que superó la etapa en la que cualquier cosa parecía lograr que se excita aún su mirada a veces captaba a las personas que eran de su "tipo" y sentía un poco de atracción física. Y fue toda una revelación descubrir que de hecho tenía un tipo de mujer y hombre que le atraían de esa forma. —¿A tí te gustan?

Quería saber si a Kakashi le gustaban las mujeres, pero no se atrevió a preguntar tan directamente. Su estómago se sintió de piedra ante la posibilidad de que le dijera que solo le atraían las mujeres.

—No me gustan las enormes pero tampoco las que parecen inexistentes— y por si no le quedaba claro llevó sus manos a sus pectorales para marcar el tamaño del que hablaba con un gesto. La expresión serena de Kakashi no concordaba con lo que hablaban mientras que Obito sentía que se estaba derritiendo —Aunque creo que el tamaño no me importa mucho porque ya van dos chicas que me parecieron muy atractivas y eran planas. Pero más allá del busto o si son lindas primero suelo comprobar que no son mujeres Alfa o Betas de rango alto.

Aquello lo dijo como si recién se diera cuenta y fuera un dato curioso. Obito solo asintió con la cabeza sintiendo que su corazón se rompía un poco.

—Oh... No tenía idea de que no te gustan los Alfas. Eres como Minato sensei, genial...— sí, definitivamente sintió que algo se estaba rompiendo y debía dar por terminada ésta conversación que no sabía por qué empezaron.

—No, no lo soy. A Minato-san no le atraen los Alfas sin importar su género. A mí sí me atraen los hombres Alfa, pero los betas no.— a Obito le sonó el cuello de lo rápido que giró el rostro para verlo sorprendido. Pero Kakashi estaba mirando hacia otro lado y se notaba que esa revelación sí lo avergonzaba un poco. 

Tal vez y hasta era la primera vez que lo admitía en voz alta porque, gracias a Rin, Obito tenía entendido hasta este momento que a Kakashi no le interesaba nadie más allá de sus personajes literarios favoritos. Rin tenía que actualizarse, aunque también estaba la posibilidad de que ella lo supiera y no se lo hubiera contado porque era una confidencia.

—Genial— sonrió sintiendo que volvía a la vida. —Yo creo que tengo preferencia por los Omegas porque me atraen los aromas dulces y tienen las feromonas más agradables.

Pero si se guiaba solo por la vista tenía que admitir que las mujeres que le atraían eran de baja estatura, de complexión delicada y cabello oscuro. Y los hombres que hasta ahora le parecieron atractivos también eran más bajos que él, no fueron necesariamente de complexión más delgada o delicada, tenían piel clara y en cuanto al cabello fue algo variado. Pero en lo que se fijaba en ambos géneros era en el trasero, no podía evitarlo, su vista era atraída hacia esa área del cuerpo de las mujeres o los hombres que lograban llamar su atención por su físico.

—Supongo que también me atraen los Alfas por sus feromonas— comentó volviendo a sonar como si estuviera hablando de algo sin mucha importancia. 

Obito frunció el ceño sintiendo que su pequeño pico de alivio bajaba, evitó gruñir instintivamente por poco y solo miró a Kakashi de nuevo cuando creyó que ya no revelaba cuánto le molestó la idea de otros Alfas dejando sus feromonas en Kakashi o en sus cosas.

—¿Dejaste que otros Alfas dejaran sus feromonas en tu nido?— preguntó de todos modos y de inmediato quiso golpearse a sí mismo. 

La pregunta había salido de su boca antes de que lo pensara mejor y por las cejas levemente levantadas de Kakashi era obvio que no esperaba que le preguntara aquello.

—Muchos de mis compañeros Anbu son Alfas y les confío mi vida sin dudarlo en cada misión, pero no quiero sus feromonas en mi nido— respondió luego de lo que pareció una eternidad mirando hacia el frente y Obito hizo un pobre intento de no sonreír satisfecho. Pero no lo logró y se ganó ser pellizcado en el brazo —Inflas el pecho como un pavo, te ves como un idiota. 

—Pero un idiota con buenas feromonas para tí, Bakashi.— sonrió ya sin intentar contenerse y vio a su alrededor notando a algunos aldeanos disfrutando del día. Apretó los puños llevando sus brazos hacia atrás para no ser tan obvio, había sentido el impulso de intentar agarrar la mano de Kakashi o atraerlo hacia él con su brazo. —Minato sensei quiere verme mañana temprano así que seguramente tendré alguna misión pronto, puedes enviar a los ninken hoy si quieres.

Quería perfumar a Kakashi con sus feromonas ahora mismo pero eso sería demasiado. No quería aprovecharse y dar una impresión equivocada a los demás y darle problemas a Kakashi. Quería hacer las cosas bien cuando dejara el clan, porque definitivamente iban a expulsarlo porque no pensaba casarse con otro Uchiha y quería vivir fuera del recinto en algún momento y dejar en claro que de casarse lo haría con quién quisiera. Pero todavía sentía que era su obligación el ayudar a restaurar el estatus del clan y todavía faltaba trabajo que hacer para que sus parientes se unieran aún más de lo que hicieron en el último tiempo con los demás habitantes de Konoha y Fugaku tenía razón, como lo veían a él verían a los demás Uchiha.

—Los enviaré hoy— dijo Kakashi haciendo que lo volviera a mirar notando justo a tiempo como desvió la mirada hacia el frente de nuevo. Obito ya había notado la anterior vez que se vieron que a veces Kakashi lo miraba con más detenimiento y que cuando se daba cuenta que fue notado hacía como si no lo hubiera estado haciendo. 

Había pensado que fue su imaginación pero ahora que sucedió de nuevo se preguntó si podría resultarle atractivo a Kakashi y si de verdad tendría alguna oportunidad de gustarle más allá de la amistad. 

En unos cuatro meses Kakashi cumpliría dieciséis años y tal vez dejaría de tener calores para ese entonces. No solo su aroma cambiaría sino que sentiría con más intensidad las feromonas de los demás y en especial la de los Alfas. Y aunque ya supiera sobre sus preferencias seguramente las nuevas circunstancias harían que Kakashi fuera más consciente de él y sus intenciones que estaban lejos de ser de pura amistad. Tenía un poco de miedo de ser rechazado cuando eso ocurriera.

Esa tarde Kakashi fue a su casa y pasó varias horas compartiendo un buen momento con su abuela y él. No había sucedido nada extraño y su abuela hasta había bromeado cuando él los dejó diciendo que esperaba estar viva para cuando se decidiera a hacer algún movimiento con Kakashi. Obito la ignoró y fue a su cuarto buscando tinta y papel para hacer un contrato de invocación con Chie si ella prometía no intentar comerse de nuevo a Gamasaki. Estaba decidido, si ella cooperaba, él iba a entrenarla y dejaría de ocultarla cuando estuviera lista para ayudarlo en batalla o como mensajera.

Los meses comenzaron a pasar, recibió más propuestas de matrimonio que rechazó y logró lentamente que sus invocaciones trabajarán juntos al menos durante los entrenamientos. Estaba contento, pero notó que Kakashi comenzó a contestar sus cartas de forma inusual y que cuando él preguntó dejó de responder. También había dejado de pasear por la aldea y no se veía con ninguno de sus amigos en común. Rin también lo había notado y cuando dijo que Gai no había dicho nada al respecto se preocupó. Eso no había sido una buena señal, si Gai no hablaba era porque el asunto era algo serio y eso lo hizo recordar su último encuentro en busca de alguna señal pero no recordó nada fuera de lo normal.

Y cuando el tiempo pasó de forma lenta y acorralaron a Gai para que les dijera qué estaba mal solo obtuvieron una respuesta alarmante de que Kakashi también se había alejado de su familia. Fue entonces que junto con Rin, Kurenai y Gai acosaron a Minato en su oficina para que sacará a Kakashi de Anbu. No tenían la certeza pero todos creían que ese lugar estaba acabando con Kakashi y que lo rompería, hasta argumentaron que en mal estado no le serviría a Konoha, pero Minato los despidió diciendo que ese asunto era entre él y Kakashi. 

Para empeorar las cosas los ancianos del clan eligieron ese momento para comenzar a involucrarse en sus asuntos para que considerara a alguien para comprometerse.
Y Anko también se estaba comportando extraño, más reservada y reacia a salir como siempre. Pero cuando salían y bebía un poco se comportaba de forma más agresiva y hasta llegaba a ser una imbécil. Todo se estaba poniendo de cabeza y había recibido la orden de regresar a Kirigakure otra vez, las negociaciones con los hombres que marcó como posibles aliados para Konoha habían fallado, por lo tanto debían desbaratar Kiri desde dentro y él debía liderar esa misión.

 

Chapter 11

Notes:

Hola, voy a ser sincera no releí el capítulo y por lo tanto está sin corregir jaja

Chapter Text

Obito odiaba la política, ya lo había pensado cuando Minato lo convenció de que lo mejor para su futuro era tener a la familia del Daimyo (y aún mejor al mismísimo Daimyo) de su lado si él seguía con sus intenciones de ser el próximo Hokage. Y le daba la razón, si un día un Uchiha fuera nombrado Hokage tendría que tener más apoyo del Daimyo que de los líderes de los clanes de Konoha o el consejo.
Pero usar sus habilidades para escoltar a esas personas cada vez que lo solicitaran era ridículo, si bien los escoltas para esas personas debían ser shinobis de élite, él era elegido como escolta personal y por lo tanto era lo que él mismo se catalogaba como un simple acompañante de viaje. Francamente, se sintió como si tuviera mas "vacaciones" de las que debería.

Pero luego de pasar cuatro meses en kiri se dijo que no volvería a quejarse de esas misiones y la estúpida política.

La anterior vez que lo asignaron aquí había cumplido los tres meses que se suponía que duraría la misión y no había esperado ser devuelto a éste lugar y además sin un tiempo definido. Y la situación de Kiri había sido mala durante su tiempo aquí pero actualmente era peor.

Estar rodeado otra vez de niebla casi las veinticuatro horas del día era una mierda para la vista. Él no estaba hecho para éste clima húmedo y el ambiente constantemente tenso no ayudaba. Sinceramente no creyó que seguiría en este lugar por tanto tiempo. Pero Minato estaba conforme con su progreso y eso significa que debía seguir aquí, que no sería remplazado y que tiene que concentrarse en su trabajo actual. Cualquier pensamiento ajeno a la misión era bloqueado de su mente porque una distracción podría hacer que en el mejor de los casos terminara muerto.

Con el fracaso de Zabuza en intentar matar a Yagura creó un caos en la aldea y había sido una ventaja para infiltrarse entre los civiles y a la vez entre las personas importantes de la parte opositora a Yagura. Fuguki fue de mucha ayuda para ello también.

Había tenido sus reservas al contactar con ese hombre. Después de todo era uno de los espadachines que atacaron a su equipo cuando lideraba al equipo Choza. Pero Tobi no tenía nada que ver con Konoha para Fuguki al igual que las otras personas con las que trataba. Y en realidad no sabía si importaría mucho si llegara a descubrirlo, él vendía información a las demás aldeas después de todo y probablemente terminaría siendo chantajeado. Es más, el bloqueo de las fronteras de Kiri fue en respuesta a la clara filtración de información que hubo hace meses y aunque la información seguía siendo vendida a otras aldeas aquella fuga de información era menor.

La guerra civil que se había desatado ya sin ninguna reserva luego del intento fallido de Zabuza ahora mismo estaba en un punto crítico. Miembros del consejo estaban muertos y el Daymio había cortado recientemente cualquier ayuda económica hasta que la paz volviera a la aldea, cosa que golpeó más a los civiles y clanes de menor prestigio.

El Mizukage estaba más centrado en mantener a cualquier traidor muerto y no miraba más allá de su objetivo de mantener a todos bajo su mandato, lo cual no estaba logrando y solo se estaba volviendo más brutal al respecto. Llegar hasta esa persona era difícil y aunque llegaran ninguno de los dispuestos a enfrentarlo tenían muchas posibilidades de ganar. Hasta ahora entre ese grupo de personas había observado de cerca a Mei Terumi, siendo parte de la parte opositora era quien tenía más posibilidades y con quién veía posibilidades de ser alguien abierta a negociar con Konoha si llegara a volverse la siguiente Mizukage. Mei era la líder actual del mayor grupo de opositores a Yagura y aunque estaba claro que había un tema de venganza personal en todo el asunto también le preocupaban las personas de su aldea. Ella probablemente estaría abierta a entablar algún tratado de paz mientras no hubiera desventajas para su gente.

Obito se mantuvo paciente, todo este tiempo había puesto bajo un genjutsu a uno de los miembros del consejo y dejó a uno de los sapos más pequeños escondido entre las pertenencias de ese hombre para mantenerse informado de una fuente cercana al Mizukage sobre cuales serían sus planes. Además con su influencia no fue difícil conseguir documentos que hicieran que Tobi se identificara como un shinobi de Kiri y pudiera deambular sin levantar sospechas una vez que comenzó a acercarse a sus objetivos.

Era una ventaja que la forma de graduarse y subir de rango en ésta aldea de basara en eliminar a tus compañeros, de este modo nadie estaba relacionado realmente con ningún compañero y solo se reconocían los que eran de élite. Los demás no valían la pena memorizar su nombre ni mucho menos su presencia.

Tobi era uno de aquellos que lograron sobrevivir a la graduación y seguir con vida, su historia era una bastante común entre los ninjas de aquí así que no llamaba la atención. Y que llevara una máscara no era algo que realmente lo hiciera resaltar, ni siquiera porque fuera una llamativa por su color anaranjado desgastado con rayas negras.

La verdad, Obito no pudo resistirse cuando la vio siendo exhibida en un pequeño pueblo pesquero antes de llegar a Kiri. Hubo otras máscaras más discretas, pero ésta había llamado su atención obligándolo a ingresar a la tienda y desaparecer con kamui, dejando dinero en donde antes se encontraba la máscara antes de que el dueño del lugar supiera que estuvo ahí.

Los habitantes de Kiri de todas formas eran tan... llamativos y extraños. Y aunque su cabello se estaba volviendo demasiado descontrolado y alterna entre la máscara Anbu y aquella anaranjada sin mostrar su rostro a nadie no ganaba más miradas de las que ganaría un tipo con la piel azulada y rasgos de tiburón. O tal vez su forma de verlos era de ese modo por ser extranjero y ellos pensarían lo mismo de los habitantes de Konoha. El punto era que no destacaba.

Pero a pesar de que no podía acostumbrarse al clima y que debía estar atento a cualquier señal de peligro, últimamente tenía que admitir que le estaba costando mucho mantenerse al margen.

Había entablado una relación con muchos civiles porque ellos eran más chismosos y propensos a hablar si se sentían en confianza, pero en realidad también tenía que admitir que fue porque tenía debilidad por los adultos mayores y los huérfanos que se agrupaban en casas que servían como refugios para los que quedaron atrapados en la guerra civil y no tenían forma de defenderse. Dijo que era parte de su tapadera y lo usó a su favor, pero la realidad es que no pudo ver a esos ancianos y pequeños lastimados y sin muchas posibilidades de sobrevivir por su cuenta. Eran habitantes de Kiri, pero también eran personas después de todo.

Con los shinobis no tuvo problemas para enfocarse en su misión, vio a sus objetivos como lo que eran y nada mas.

El problema era que estaba cansado de caminar sobre charcos de sangre cada vez más frecuentes cuando se acercaba a lo que antes fue la plaza principal de la aldea. Cansado de estar entre los shinobis que estaban en contra del orden activo y que intentaban sin éxito crear otro orden. No sentía simpatía por los ninjas de Kiri, pero tenía que admitir que admiraba la lealtad a su aldea negándose a ser exiliados y luchar por tener un Mizukage que no fuera un tirano contra sus propia gente. Así que estaba cansado de estar entre ellos, viéndolos luchar y perder sin poder hacer algo más. Porque si esto ocurriera en Konoha, si un Hokage se volviera en contra de los clanes y personas con Kekkei Genkai creando una masacre y permitiendo tantas atrocidades día tras día diciendo que era lo mejor para la aldea... Obito no se quedaría de brazos cruzados. Así que no, no podía simpatizar con los ninjas de Kiri, pero sí con la situación.

Pero Minato no le ordenó acabar con esta guerra civil, no tenía que intervenir. Solo informar lo más que pudiera de sus fuentes cercanas al Mizukage y de los shinobis a cargo del sector opositor. Nada de involucrarse de más.

Su determinación para cumplir sus órdenes ya había flaqueado cuando ayudó a los civiles a construir aquellas casas para que los más vulnerables tuvieran un refugio. Era lo correcto y no se arrepentía.

Así que no pudo ignorar cuando olió el aroma de un Omega en sus primeras etapas del celo, cerca del área donde todo era un sector abandonado y donde dejó una nota para el otro shinobi de Konoha que estaba infiltrado en Kiri. Las mujeres omega seguían siendo mayoría pero los omegas masculinos eran más comunes en kiri de lo que eran en Konoha, y al contrario de Minato y Kakashi los de aquí eran exactamente como los describían los libros que leyó. Pequeños, con rasgos suaves y en su mayoría hasta femeninos. Obito no había podido evitar mirar a más de uno más de la cuenta por lo extraño que se le hacían. Eran lindos y delicados, algo que pensó de niño que debía ser un omega pero luego de crecer con Minato y Kakashi como los únicos omegas masculinos en toda la aldea era extraño ver a otros e inevitable el no notar las diferencias.

Pero volviendo al aroma del Omega que sintió luego de dejar una nota escondida bajo tierra, fue difícil ignorarlo y no preocuparse. Los omegas civiles se casaban luego de su primer celo y los shinobis usualmente eran relegados a misiones de infiltración, solo los que fueron usuarios de algún Kekkei Genkai pasaban a otras misiones que implicarán luchar si o sí. Pero ya no quedaban muchos usuarios de Kekkei genkai así que la razón por la cuál un Omega vendría a un sitio en ruinas para pasar su celo era porque se trataba de un civil que quería evadir un matrimonio o un shinobi que no quería ser solo marcado por su casta como apto para misiones honey pot.

Si era la primera opción entonces no podía darse la vuelta y dejar a un civil no preparado para estar en esas malas condiciones en un momento tan vulnerable. Y si era la segunda lo dejaría en paz ya que sabría cómo cuidarse.

Cuando pudo distinguir que se trataba de una mujer Omega que claramente estaba entrando en pánico al ver que su precario refugio había sido descubierto casi creyó que se trataba de una civil, pero cuando notó su falsa postura sumisa luego de que el pánico fuera controlado y el kunai oculto entre lo que era un intento de nido retrocedió diciendo que no vio nada. Ella no lo persiguió ni atacó así que él siguió su camino.

Tobi pasó su día recolectando información, dando uno que otro comentario que se suponía que no debía decir a los shinobis que estaban preparando otro golpe y ayudando en los refugios. Pero fue al anochecer, cuando la niebla se hizo más espesa y la temperatura empezó a bajar, que recordó a la mujer en aquella choza en ruinas.

No pudo evitar recordar que no había nada más que aquel nido y una pequeña bolsa ninja estándar. Los supresores solo estaban a mano actualmente para los shinobis de élite que siguieron trabajando fielmente para el Mizukage. Y aunque Obito sabía que ella estaba en las mismas condiciones que estaría cualquiera Omega shinobi que no lograra tomar sus supresores a tiempo si su celo llegara en un lugar imprevisto y se suponía que estaban entrenados para resguardarse... aún así su mente siguió vagando más allá y se imaginó a sus conocidas Omegas y a Kakashi o Minato en esa situación.

Maldijo cuando recolectó mantas y suministros como si alguien le hubiera ordenado cumplir una orden particularmente odiosa. Calculó que el celo de la Omega debió seguir su curso natural y que sus feromonas serían más fuertes. Estaba entrenado para resistirse, pero aún así se colocó un parche bajo sus fosas nasales porque nunca estaba de más ser más precavido.

Esa noche dejó un clon en el refugio ayudando con los niños y se fue con aquellos suministros. Luego de haber dejado aquellas cosas esperó no arrepentirse cuando distinguió el rostro de la mujer como una de los miembros de la división de inteligencia/códigos.

"Bueno... Alguien no fue muy inteligente al elegir ese refugio" se dijo resoplando y esperando que esa mujer no le causara ningún inconveniente. No parecía muy atenta cuando fue a verla a causa de su celo pero a pesar de su estado vulnerable no debía olvidar que era una shinobi. Pero aún así siguió pensando que si alguno de sus conocidos omegas estuviera en esa situación le gustaría que recibieran ayuda y que nadie se aprovechara de la situación.

Tobi siguió con su vida en Kiri atento a cualquier indico de que aquella mujer pareciera en cualquier momento para complicar su misión. Pero eso no pasó y los días pasaron.

—Debes concentrarte en la misión— fue totalmente juzgado con la mirada por el sapo mensajero que se encontraba sentado en el suelo frente a él.

No había mucho espacio en el pequeño depósito del refugio donde comenzó a dormir con regularidad una vez que se volvió algo regular al ayudar. Todos compartían el mismo espacio para dormir pero a nadie le pareció extraño que él quisiera un lugar a solas. Jamás mostraba su rostro y siendo uno de los pocos ninjas que trataba de forma más cercana con estos civiles al parecer hizo que su forma de actuar reservada, pero a la vez muy amable con ellos, hiciera que su petición de que lo dejaran solo en aquel cuarto no causara desagrado o extrañeza.

—Estoy totalmente consciente de mi misión, no pongas en duda mi trabajo aquí— dijo sin ocultar su molestia. Tal vez estaba más familiarizado con su misión de lo que debería. Se había adaptado al clima, a la gente y a pasear por calles sangrientas con tanta naturalidad que a veces le sorprendía. —Solo quiero saber cómo está.

—Si quisiera que supieras cómo se encuentra habría contestado tus cartas.— el pequeño sapo le contestó desdeñosamente haciendo que lo mirara sin disimular que pensaba que sería muy fácil aplastarlo. Y tal vez por ello el pequeño sapo se alejó un poco de él.

Obito suspiró mirando hacia otro lado y controlando su mal humor. Era la primera vez que suprimía su celo y no estaba seguro si era normal o no que se sintiera tan sofocado y más irritable de lo normal.

—Solo averigua si le pasó algo, no te estoy pidiendo algo tan difícil— gruñó llevando una mano a su cabello nervioso.

Había mantenido a un lado en su mente el como hace meses las cartas de Kakashi se volvieron más cortas y faltas de detalles sobre su vida, jamás le hablaba de sus misiones y nada relacionado con los Anbu pero siempre le hacía saber sobre su familia y sus perros. Pero en las últimas había sido muy formal y esquivo con respecto a cómo le estaba yendo y todavía seguía sin contestarle desde que le preguntó de forma directa si le estaba pasando algo.

Obito no podía estar tranquilo sin saber nada de las personas cercanas a él. Siempre que aceptaba misiones muy lejos de Konoha y que fueran largas procuraba mantenerse en contacto no solo con Kakashi sino que con los demás. Sabía que estaba fuera del protocolo habitual, pero no podía mantenerse sereno sin saber que sus primos estaban bien y que se acercaban a su casa para ver cómo estaba su abuela. Necesitaba alguna confirmación de que Kushina, Naruto, Rin y Anko estaban a bien o si Minato seguía manejando los problemas con el consejo y en especial con el vejete de Danzo.

Y a pesar de estar donde estaba había logrado mantenerse al tanto de cada uno de ellos, excepto por Kakashi. Y no podía seguir ignorando su preocupación.

Así que a falta de respuestas, antes de poder contenerse, le pidió al sapo frente a él que fuera a investigar en la propiedad del Hatake qué sucedía.

—¿Esto es una "cosa Alfa"? Tu especie es tan rara— Obito rodó los ojos por el comentario pero relajándose un poco al no escuchar otra negativa —Cuando vuelvas a casa construye un estanque y pregúntale a ese chico si te deja fertilizar sus huevos y si acepta...

—¿Qué?— lo interrumpió dejando a un lado su preocupación y molestia por un momento sin darse cuenta. El sapo lo miró como si fuera un idiota, una mirada que usualmente le dirigía a diario cuando entrenaba en el monte Myoboku.

—Que le preguntes si puedes ser quien fertilice sus huevos, así tendrás más posibilidades de que sea tu esposa algún día.

—Kakashi no pone huevos, ni que fuera gallina— dijo luego de contener una carcajada. Sus hombros temblaron por contener la risa, no esperaba sentir ganas de reír y se sintió como si fuera hace una eternidad que lo hacía.

—Como sea... Cuando vuelvas a tu hogar asegúrate de que te vea como una potencial pareja. Porque creo que para los de tu especie muy guapo no eres y Gamasaki nos contó a todos que te vuelves más idiota de lo normal cuando lo tienes cerca así que seguro no debe pensar que eres muy inteligente. Solo te queda la fuerza a tu favor, pero siempre puede aparecer un macho más fuerte y ya ni eso vas a tener así que haste un favor y comienza a dejar de actuar solo como un amigo. Sino no te sorprendas si un día vuelves y otro macho fecundó los huevos.

—Que no pone huevos— dijo por decir, ya sin mucha gracia.

Ahora estaba inquieto no solo por la incertidumbre de no saber qué estaba mal con Kakashi sino también por la posibilidad de que se interesara en alguien más y ser para siempre solamente un amigo.

Pero al día siguiente, cuando Tobi debía seguir con su vida como un ninja de Kiri volvió a dejar a un lado cualquier preocupación ajena a a la misión. Quería volver a casa y con vida, así que debía mantenerse atento a su alrededor.

*

*

*

Cometió un error o mejor dicho cometió una serie de errores que culminó en un gran error. Minato iba a enloquecer cuando se enterara.

Si las demás aldeas supieran que Konoha intervino en Kirigakure de la forma en la que él lo hizo la guerra entre aldeas volvería a empezar.

Fue un reflejo el activar el Sharingan y atrapar al Mizukage en un genjutsu. No fue difícil y era un genjutsu inofensivo, uno que pasaría desapercibido, pero aún así Yagura seguía siendo un Kage y él lo estaba manipulando. Y ahora no podía deshacerse del genjutsu sin esperar la decisión de Minato.

Días atrás había hecho que lo asignaran como uno de los escoltas de uno de los escuadrones de códigos. Ellos tenían una tarea importante que hacer y el debía saber cuál era o guiarlos hacia el escuadrón liderado por Ibiki Morino para que él se encargara.
Y en el escuadrón estaba aquella Omega que ayudó con suministros, Miru se hacía pasar por una Beta de rango bajo y claramente lo reconoció a pesar de usar su mascara de Anbu y no la anaranjada que isaba cuando se conocieron por primera vez. Ella le dió un mínimo reconocimiento y fue agradable con él y con el chico tiburón que también los escoltaba, aunque con él había más familiaridad que Obito no pasó por alto.

Su primer error fue dejar que ella se acercara a él durante los descansos. La  mujer era muy sociable y amable, pero él solo la dejó acercarse para saber si ella sospechaba de él. Pero al convencerse de que ella solo estaba agradecida porque él guardara su secreto no la ignoró. Miru no se parecía a los ninjas con los que trataba normales en Kiri, parecía ser demasiado amable y blanda para pertenecer a éste lugar. No podía imaginarla pasando la graduación de la academia asesinando a sus compañeros luego de verla ser tan atenta con su escuadrón y con ellos solamente porque eran compañeros shinobis. Obito se dió cuenta que ella le agradaba, después de meses solo sintiendo simpatía por los civiles una ninja enemiga de su aldea le agradaba.

Y ese desliz lo hizo intervenir luego de que el escuadrón de Ibiki lograrán quedarse con él pergamino que unos de los ninjas de Kiri llevaba. Estaban escondidos luego de que escaparan cuando Kisame logró un ataque que les dió tiempo para huir. Y cuando el tipo tiburón los encontró Obito se preparó para escoltarlos de regreso a Kiri. Sabía que Ibiki no iría tras ellos porque había robado el pergamino. Así que el que Kisame atravesara con su espada a uno de los ninjas de su propia aldea lo sorprendió.

Todo fue muy rápido y actuó por reflejo cuando notó la clara intensión de acabar con todo el escuadrón. Ya había tratado con Kisame durante estos meses, sabía que tenía una cantidad absurda de chakra y que era el discípulo de Fuguki.

Era difícil luchar contra él y evitar usar el Mangekyō Sharingan para tener ventaja en la pelea le hizo agradecer el entrenamiento de Minato. No podía depender de sus ojos siempre.

—¡¿Por qué estás haciendo ésto?! ¡Ellos son nuestros compañeros!— le había gritado cuando intentó alcanzar al escuadrón que siguió su orden de huir.

—Mi misión es evitar cualquier fuga de información. Ese ninja de Konoha es Ibiki Morino y si logra llevarse a alguno de ellos se dará una gran filtración de información. Ellos saben mucho.— explicó como si no fuera la gran cosa su accionar y Obito sabía que ese era el resultado de las formas de entrenar y hacer que los ninjas de aquí se graduaran de la academia. —Es por el bien de la aldea. Esta también es tu misión Tobi, así que deja de interferir y cumple con ella.

—¡Mi misión es escoltar al escuadrón, lo que haces es incorrecto imbécil!— y ahí comenzó su siguiente error. Sus emociones lo dominaron. —¡¿Por el bien de la.aldea dices?! ¡Esa es una escusa de mierda y lo sabes imbécil!

Estaba harto de los ninjas de Kiri, del lugar, de todo. Y ver a uno de ellos asesinando a sus propios compañeros... intentando matar a una ninja como Miru, que a pesar de lo que se le enseñó era una verdadera compañera con ellos aún no siendo parte de su unidad, solamente para lograr el éxito de una misión le revolvió el estómago.

—Eres basura...— gruñó molesto —ellos no son tus enemigos, no son traidores ¡Tu eres el traidor! Matando a tus compañeros por el bien de una misión. No mereces ser llamado siquiera una escoria... Tú y toda la basura que sigue matando a sus propios compañeros para mantener el poder de alguien a quién no le importa su gente son unos imbéciles que no merecen llevar ese Hitai-ate en la frente. Son unos sucios traidores, unos mercenarios sin orgullo que usan la lealtad como una pobre escusa para justificar sus actos de traición.

Lo había echo dudar luego de despotricar aquello y retrocedió con la intención de alcanzar al escuadrón y dejarlo atrás. Si pierna palpitaba dolorosamente por un corte que no logró esquivar y sabía que estaba sangrando demasiado y debía tratar esa herida pronto Nantes de que se volviera un problema.

>—Un verdadero shinobi perderá su vida si es necesario por sus compañeros y el bien de la misión, pero no deberá dar la vida de sus compañeros por cumplir con una misión. Eso no lo haría un verdadero shinobi, eso solo lo haría una maldita escoria...— dijo ya dándole la espalda y observando el cadáver del ninja asesinado —Si intentas matar a alguno de nuestros compañeros frente a mí, te tratare como lo que eres: Un traidor que no merece estar entre nosotros.

Y dicho aquello lo había dejado atrás para que se encargara de sellar el cuerpo y llevarlo de regreso a la aldea. Cuando pararon a tomar un descanso dejó que Miru cambiara el vendaje de su pierna sorprendido porque ella no parecía odiar a Kisame como el resto, aunque si estaba asustada y preocupada por lo sucedido. Y fue en ese momento que Obito se dió cuenta de lo que hizo y se sintió en conflicto.

Hasta ese momento no se había cuestionado el confraternizar con los civiles, pero el hacerlo con Miru se sintió mal. Ella realmente lo veía como un compañero shinobi de su aldea, lo trataba con familiaridad y él por unos momentos se olvidó que no eran realmente compañeros. Se olvidó que no era parte de ellos. Ella no era como Anko o Rin. Ésta misión se estaba volviendo más difícil y no por las razones que creyó que lo serían cuando aceptó infiltrarse.

Al llegar a la aldea y dar el informe de la misión junto a Kisame no se sorprendió cuando el Mizukage parecía querer matarlos. Pero así como el mal humor de Yagura aparecía de esfumaba y en vez de intentar matarlos les ordenó encontrar a los traidores que seguían vendiendo información de la aldea. La orden fue clara y las consecuencias de no lograr encontrar a esos traidores también.

No fue una gran sorpresa que Kisame lograra identificar a su maestro como uno de los que vendían información de la aldea, lo que sí fue una sorpresa fue ver verdaderamente las emociones de chico tiburón. Se veía molesto pero a la vez asqueado y realmente cansado, como si llevara un gran peso sobre sus hombros.

Ese día le había tocado a Tobi ser quien escoltara al Mizukage y cuando vio a Kisame lanzar el cuerpo de Fuguki se sorprendió al ver que Kisame se quitaba el Hitai-ate de su frente.

—Él es el traidor que buscaba— había dicho Kisame al Mizukage y Obito vio la espada Samehada en su espalda. —Y ésta es la última misión que cumplo para usted Mizukage sama.

Obito no se esperaba aquello y por la mirada que recibió de Kisame, cuando sacó un kunai y cortó la banda marcándose a sí mismo como un Nukenin, supo que esto fue por sus palabras.

Y fue luego de ese acto que cometió su gran error.

Yagura lo felicitó por encontrar al traidor pero quería matarlo y Kisame no parecía dispuesto a defenderse contra quien fue su Mizukage. Obito se había interpuesto por reflejo y cuando estuvo frente a frente de Yagura su Sharingan se activo y antes de pensarlo mejor lo dejó bajo un genjutsu. Fue rápido y absurdamente fácil el cómo pudo hacerlo, haciendo que se cuestionara que ese enano fuera el más fuerte de su generación. Pero lo extraño fue que sintió una gran putada en su cabeza que lo hizo tambalearse, eso jamás le había pasado al usar el Sharingan para hacer un genjutsu pero sí antes o después de tener esas visiones que lo atacan con muy poca frecuencia desde hace un buen tiempo.

Aunque ese no era momento de preocuparse por saber qué visión tendría ahora o dentro de unos días. Se había girado para dejar de darle la espalda a Kisame luego de asegurarse de no tener el Sharingan activo.

—Es un genjutsu inofensivo, estará bien en unas horas— dijo preparándose ante cualquier ataque.

—No me importa. Ya no le debo lealtad alguna al Mizukage— Kisame volvió a colocarse su banda en la frente antes de girarse y caminar lejos de ellos, pero antes de desaparecer de su vista volvió a hablar —Tobi, si nos volvemos a ver espero no tener que matarte.

—Lo mismo digo cara de pez— dijo viéndolo desaparecer y luego observó el cadáver de Fuguki y al desmayado Mizukage en silencio. Debía seguir manteniendo a Yagura bajo un genjutsu una vez que despertara si no quería que su identidad como Tobi se viniera abajo y toda la misión se arribará aún más.

Así que cuando despertó y lo manejó como si fuera una marioneta supo cuánto había errado. Ésto no era solo infiltración, había atacado a un kage y estaba influyendo activamente en las decisiones de éste. Sí esto se volvía de conocimiento público sería un desastre.
Y la espera de la decisión de Minato se le hacía eterna.

Chapter 12

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El Mizukage estaba solo la mayor parte del tiempo, no se interesaba en su hijo que estaba siendo criado por una anciana de su clan ni en otras personas. Pero eso no significaba que nadie no notaría el sese a las ejecuciones, el muy posible retraso del "examen de graduación" de la academia y que los ninjas no rondaran por la aldea intentando asesinar a los opositores.

No había pasado más de una semana de su error que Mei Terumi convocó una reunión para averiguar qué estaba pasando con el Mizukage. Ya no eran tantos los que estaban intentando derrocar a Yagura, muchos habían muerto y otros se vieron obligados a huir pero ella seguía firme.

—Tú quédate— Mei a pesar de ser una mujer joven tenía la presencia y actitud de alguien mayor.

Y Obito ya la conocía lo suficiente para saber que intentaría matarlo si descubría que él era un infiltrado de Konoha que puso bajo un genjutsu al Mizukage. Ella no respetaba a Yagura, lo quería muerto, pero sí era leal a su gente y que alguien se atreviera a atacar dentro de su aldea a quién representaba a Kiri sería una ofensa que no dejaría pasar impunemente.

—No has dicho nada en semanas— ella acomodó su flequillo en un gesto que solo hacía cuando estaba inquieta sobre algo, y eso no era bueno, porque usualmente era cuando desconfiaba de alguna persona y Obito realmente no quería pelear. —No eres el más charlatán cuando estás con nosotros, pero sé que con los civiles eres bastante abierto para expresarte. Aunque cuando hablas aquí no hace falta que digas mucho ya que lo poco que dices siempre resulta en información valiosa y consejos acertados.

Mei, al igual que los demás, pensaban que él era uno de los pocos Anbu que estaban de su lado. Además de ser el sobrino de un miembro del consejo que fue ascendido hace pocos meses y que su tarea principal era mantener con vida a su supuesto tío, siendo uno de los pocos miembros del consejo que aún quedaban con vida y que se mantenía así por su poca relevancia y que era el acceso mas cercano a las decisiones de Yagura.

Por su fachada era normal que diera algún que otro consejo acertado. Por eso se dijo que no estuvo mal el ayudar indirectamente a que este grupo tuviera algunas victorias. Pero ahora había cometido un error y no quería hacer nada más que pudiera perjudicar a Konoha.

—No tengo nada que decir— habló sin revelar su propia inquietud. Ella tenía razón, en éste lugar siempre se mantuvo en las sobras a menos que tuviera algo que decir mientras que con los civiles se comportaba como un tonto y hablaba sin parar. —Pero intentaré saber qué está pasando y te lo informaré.

Mei no confiaba plenamente en él, estaba claro por su forma de verlo, pero aún así lo dejo ir sin cuestionarlo más y dándole una advertencia sobre la traición.

Obito se encargó de dejar un clon en los refugios para que no llamara la atención el cambio de su rutina y se mantuvo cerca. Si bien Yagura era susceptible al genjutsu no podía arriesgarse a qué se deshiciera de el y que todo se fuera a la mierda.

"Minato sensei debe estar muy enojado..." se lamentó manteniéndose en las sombras mientras se debatía el reforzar el genjutsu o no. El genjutsu no le causaría un gran daño, pero si lo mantenía por un largo periodo de tiempo a la larga dejaría secuelas y hasta podría llevarlo a una muerte bastante dolorosa si usa esta técnica por años. O al menos eso fue lo que le dijo Shisui cuando lo hizo aprender a utilizar su Sharingan como debía. Porque según el mocoso lo estaba haciendo muy mal.

Pero mientras veía a Yagura firmar papeles siguiendo sus deseos decidió esperar un poco y ver qué tanto podría mantenerlo bajo el genjutsu antes de tener que reforzarlo.

Total... ya se había equivocado. Mientras no interfiriera más y esperara las órdenes supuso que podría reparar el daño. ¿Qué más podría salir mal?

La respuesta a esa pregunta llegó no mucho después. Todo. Todo podría salir mal.

Tres días después Obito estaba convencido de que ésta sería la misión que no solo lo mataría, sino que arruinaría la estabilidad de su aldea. Sería recordado como el idiota que reinició la guerra.

—Estás siendo dramático, todavía puedes salvar ésta misión.— la voz baja y ronca de una de las pequeñas serpientes que usaba para vigilar al Mizukage cuando él no podía hacerlo en persona lo hizo gruñir molesto.

—¡Está muerto, no lo puedo revivir!— masculló señalando al cuerpo sin vida de Yagura en el piso. Lo que quedaba del cuerpo...

—De todos modos alguien iba a matarlo.— la pequeña serpiente se enrolló sobre el escritorio sin inmutarse por el desastre que la rodeaba.

—¡Pero ese "alguien" no debía ser yo!

El Mizukage estaba muerto, no había forma de solucionar eso. Y por ello Obito estaba histérico. O al menos estaba intentando convencerse de que estaba enloqueciendo por esto y no lo que lo llevó a perder el control del genjutsu y terminar luchando contra el pequeño hombre.

—Se lo merecía.

"Y eso que importa..."

Había matado a un Kage, en su propia aldea y en su maldita oficina. Konoha y Kiri no tenían un acuerdo de paz ni estaban remotamente en términos amistosos, pero con la guerra civil y el cierre total de Kiri no fueron engranajes para provocar ni participar en disputas con las demás aldeas. A Konoha le convenía que Kiri se destruyera por sí sola o que mantuviera su guerra civil por más tiempo. Y si se arreglaba la situación, iban a estar lo suficientemente desestabilizados y con una situación crítica tanto en política como en recursos y dinero que una alianza que convenciera a Konoha sería fácil de conseguir.

—¿Por qué eres tan dramático? Tobi fue quién lo mato y él es un ninja de Kiri.

—¡Pero...!— quiso protestar frustrado antes de darse cuenta que eso era cierto. La había cagado totalmente a los ojos de Minato y cualquiera que tuviera acceso a los detalles de su misión. Pero aquí nadie sabía quién era realmente, aún podría salvar la situación de su aldea y no comenzar otra guerra.

Porque aunque ésta vez no fuera adrede no podría vivir consigo mismo si en ésta vida también arruinaba la vida de todos sus conocidos. De solo recordar todos los recuerdos que llegaron a su mente sintió ganas de vomitar y su cabeza sufrió puntadas que nublaron su vista.

Fue una cosa que ocurrió gradualmente hasta que casi literalmente le explotó la cabeza. Pero había comenzado luego de usar el genjutsu contra Yagura, horas después las puntadas dolorosas en su cabeza habían vuelto pero acompañadas de recuerdos. Fueron variados y mezclados, los tuvo hasta que se volvieron más nítidos y completos. Y desde hace tres días fue que comenzó a temer el volverse loco.

Las "visiones", como antes la llamaba, se habían reproducido en su mente mostrándole los retazos faltantes que durante su niñez hicieron de esos episodios cosas sin sentido. La misión del puente Kannabi y lo que ocurrió con él después fue totalmente distinto a como sucedieron en su... ¿segunda vida? ¿Reencarnación? No tenía idea de cómo llamarlo. Igualmente no importaba cómo quisiera llamar a lo que estaba viviendo, la cuestión era que recordó cómo fue su niñez y su adolescencia, lo que hizo y lo que le hicieron. La cueva... Y luego a Rin.

La tumba sin nombre que Kakashi visitaba en sus visiones y que lo había atormentado hace un tiempo pertenecía a Rin. Y el solo recordarlo le hacía querer abandonar todo y volver a Konoha para comprobar que sus recuerdos de ahora, los de esta vida, eran reales.

Se repitió muchas veces que Rin no murió al ser atravesada por el chidori de Kakashi y Kakashi no tenía un Sharingan a causa de su supuesta muerte, él no le regaló su ojo pensando que iba a morir... Su regalo fue un kanzashi. Fue un regalo bonito y no uno sangrientamente traumante. Rin y Kakashi estaban bien, los tres estaban bien.

Y luego tuvo que recordar todo lo demás. La voluntad de Madara, las acciones que llevó a cabo en su nombre, el kyubi... y su papel en Kiri.

Ambos recuerdos se mezclaron, los de su vida pasada con los de la actual, llegando al punto en que no sabía si lo que estaba viviendo era real o no.

No pudo manejar tanta información, fue demasiado y por ello falló al seguir supervisando el genjutsu que tenía en Yagura. Se había salido de control y por ello se rompió, la pelea fue inevitable pero hizo uso de su ventaja sobre alguien debilitado mentalmente. Mentiría si decía que lamentaba su muerte, el hombre representaba todo lo que que Obito detestaba de alguien ocupando la posición de un Kage. Fue sanguinario con su propia gente, a quienes no solo representaba sino que debía proteger por el simple hecho de serlo. En ésta y en su anterior vida, aparentemente, su destino se repetía al morir por Obito.

Por suerte hace tiempo Yagura no mantenía a sus Anbu en su oficina, el tipo era lo suficientemente confiado para no pensar en necesitar ayuda en su propia oficina. Y los sellos para no permitir que el sonido saliera de este cuarto ayudó a que nadie se acercara. Aunque los únicos que estaban cerca eran dos asistentes y por lo que pudo observar estaban aterrorizados de ganarse la muerte como para dejar su trabajo. Probablemente hubieran hecho oídos sordos a cualquier ruido que escucharán de la oficina.

Tardó un momento en recomponerse y volver a mirar el cuerpo de Yagura ya más tranquilo.
Bueno, no tan tranquilo pero ya sin sentir que iba a enfermar o gritar.

Se miró a si mismo e hizo una mueca, la herida que Kisame le había hecho se abrió y podía sentí todo su muslo palpitar mientras sangraba. También estaba totalmente mojado y con sangre ajena escurriéndose hacia el suelo.

"Todavía... Todavía puedo manejar ésto." Se dijo mirando a la serpiente en el escritorio y luego a sí mismo pensando en sus opciones. Asintió para sí mismo tomando una decisión y luego le hizo una seña a la serpiente para que se fuera dejando una pequeña nube de humo.

Guardó la katana que no se había dado cuenta que aún sostenía en su mano.
Claramente se usaron jutsus típicos de Kiri y los cortes que produjo su katana era también comprobables con un arma de esta aldea.

"¿Hago una salida dramática?" Se preguntó sin pensar realmente en hacer algo estúpido. Debía salir, curar sus heridas y aguardar la llegada de algún mensaje de Mei esperando lo mejor. "Pensamientos positivos atraen buenas  situaciones o algo así..." No estaba seguro de si fue Rin o Minato quién le dijo algo parecido a aquello, pero intentaría estar lo más positivo posible.

Positivamente ante el caos que se desataría con la muerte del Mizukage.

La cara horrorizada de los aldeanos que lo vieron aparecer en el refugio le hizo dar cuenta de que se veía como su hubiera matado a alguien y luego de la conmoción que les causó aceptó ir hacia los túneles que ellos tenían pensado usar si llegarán a necesitar evacuar el lugar. Los túneles estaban conectados a las cloacas así que fue una experiencia totalmente olvidable para Obito, pero había conseguido un escondite nuevo y se felicitó mentalmente el haber sido bueno con esas personas.

Había esperado conseguir sus cosas y largarse de ahí para buscar un nuevo lugar dónde quedarse. Pero además de recuperar sus cosas consiguió provisiones médicas, comida y un lugar seguro. Y durante los días que se mantuvo oculto, dándole su informe al sapo que le comunicaba su desastre a Minato supo que los habitantes de Kiri ya sabían del asesinato de Yagura. Claramente quienes le traían cosas  sabían que tuvo algo que ver con la muerte del Mizukage o hasta sospechaban que fue el causante, pero no le dijeron nada sobre sus sospechas y en cambio le informaron sobre cómo estaban las cosas en la aldea.

Las cosas estaban mal.

Habían shinobis que buscando vengar al Mizukage atacaron la aldea en busca del grupo de opositores. Mei hizo que todos salieran de las sombras al poco tiempo al ver los estragos y la pelea fue literalmente un masacre entre ambos bandos. Y luego quedaron los que no estaban de ningún lado y se quedaron a un lado observando como sus compañeros se mataban entre ellos. Lo último no era una sorpresa teniendo en cuenta que eso era exactamente lo que veían cada vez que se producía la graduación de la academia.

No tenían un líder (cosa que no les sirvió de mucho antes si le preguntan a Obito) y lo que quedaba del consejo era un grupo de ancianos y nobles que asentían a lo que sea que escucharán de quién les diera mas miedo. El tercer Mizukage no estaba aportando mucho a la situación, en realidad parecía muy interesado a volver a su retiro y dejar las cosas en manos de alguien joven.

La lucha acabó cuando los opositores ganaron una gran ventaja y los fieles al orden de Yagura que quedaron aceptaron su derrota y fueron mantenidos en la prisión de Kiri a espera de que se decidiera sus destinos.

Obito se mantuvo esos días oculto. Sus heridas habían sanado excepto la de la pierna, esa se había infectado con lo que sea que Yagura le ponía a sus armas. Pero tenía que salir y asegurarse que todos creyeran que fue un shinobi de Kiri quién asesinó al Mizukage y no uno de Konoha. Minato ya le había dado la orden de salir de aquí y no podía irse antes de comprobar la situación de su propia aldea.

Salir de su escondite que olía a mierda fue una satisfacción que nunca antes sintió. Aunque no fue algo que sintieran quienes lo recibieron fuera del túnel, apestaba igual que las cloacas. Aceptó la bañera improvisada que construyeron para quienes vivían en el refugio y se bañó dos veces para intentar quitarse la peste.

Con su "tío" muerto no tenía un acceso directo con el consejo. Obito tuvo sentimientos encontrados con la noticia de su muerte, ese gordo tal vez era un inútil que no hizo nada por su aldea y aunque hubiera querido no habría logrado nada, pero lo eligió no solo por no ser un shinobi sino porque le parecía que era el menos malicioso. Luego supo que no era corrupto como los demás y que solo resultó un cobarde que heredó la posición y tenía más miedo de declinar y terminar ejecutado por ser un posible traidor a terminar muerto por los opositores. Hasta el final solo cumplió la misma función de una decoración en el consejo, como la planta en el escritorio de Minato.

Y fue una sorpresa encontrarse con Miru en el refugio. Ella no vestía su uniforme del escuadrón de inteligencia y parecía una civil inofensiva. Por un momento Obito creyó que lo estaba buscando porque sabía cuál era su identidad, pero se relajó cuando se le acercó y comenzó a hablar. Ella había estado ayudando a los aldeanos del refugio mientras él no podía y entendió que los medicamentos para tratar el envenenamiento e infección en su pierna fueron dados por ella. Lo cual también confirmó que sabía que Tobi fue quién acabó con el Mizukage porque sea cuál sea el veneno que utilizaba Yagura no era uno cualquiera así que necesitaba el antídoto correcto.

—Lamento la muerte de tu tío, tal vez te tranquilice saber que fue rápido.— Obito asintió y alcanzó las vendas que le dejaron junto con ropa para cambiarse. En vez de la máscara anaranjada estaba utilizando la de Anbu, pero no el uniforme. Solo vestía la camiseta y pantalones negros estándar de los ninjas de aquí, el haori morado que parecía nas negro por lo oscuro que era con rayas grises estaba atado descuidadamente y abierto dejando ver la camiseta. Hasta ahora en ningún momento había usado los calentadores a rayas que usaban casi todos los shinobis en las piernas y manos que llegaba hasta el codo, y no pensaba comenzar ahora, prefería usar las vendas. —Te están buscando.

—Bueno, me encontraste— resopló acomodando su katana, los kunai y demás cosas ya estaban en su lugar. Miru era tan competente como cualquier shinobi que sobrevivió a la graduación a pesar de que nunca la vio luchar ni mostraba una postura típica de alguien confiado en sus destrezas. Le lanzo un pequeño frasco que antes contenía la crema que usó en la herida de su pierna, ella lo atrapó y sonrió un poco —Y me ayudaste. ¿por qué?

—Solo ayudé a un compañero shinobi en problemas— era bueno que tuviera su máscara puesta sino ella hubiera visto la mueca que no pudo evitar hacer. Realmente no debió confraternizar con una shinobi de Kiri —Pero es hora de que te presentes en el edificio del Mizukage. No creo que logres escapar, la aldea está totalmente cerrada ahora.

—Subestimas mis habilidades— dijo sonriendo un poco y agradeciendo poder utilizar Kamui en estos casos. Su chacra estaba bien y ya no estaba afiebrado por la infección o el veneno.

—No lo hago, pero al menos que puedas desaparecer de la nada y aparecer a miles de kilómetros de la frontera no creo que logres llegar muy lejos.— y con eso entendió que la aldea no solo estaba cercada sino que había cazadores Anbu por los alrededores buscándola específicamente a él.

Había usado un henge para sacarse una foto de su cara descubierta para dejar en sus registros falsos de su paso por la academia y luego como espía y cazador Anbu, así que no lo reconocerían como Tobi si salia con la cara descubierta pero sí como Obito porque estaba en su libro bingo.

—No fue planeado y tampoco una orden de Mei— dijo como si decir que fue un asesinato espontáneo fuera mejor que decir que era planificado, aunque en realidad lo era si Mei todavía quería ganarse a los fieles a Yagura y los que se mantuvieron al margen.

Supuso que el que enviara a alguien más a hacer "su trabajo" no hablaría bien de ella como líder. Así que bien podría arreglar su imagen antes de deshacerse de Tobi, tenía mucha información sobre ella y sería lo mas conveniente para Konoha que se convirtiera en Mizukage.

"En ésta vida también debería ser Mizukage." Recordó a esa mujer ya mayor que se unió a los demás Kages por la guerra que el comenzó. "Ella lo hizo bien en su anterior vida, tal vez en ésta también..." sacudió la cabeza dejando a un lado cualquier recuerdo, no podía volver a hacer una estupidez por congelarse ante todo lo que hizo.

—Lo sé, lo dijo y no creo que mienta. Pero el consejo no quiere verte solo para confirmar lo que Mei afirmó.— Obito la miró atentamente. No era una sorpresa que lo que quedaba del consejo fuera remplazado tan rápido y sabía que el tercer Mizukage salió de su retiro para estar entre esas personas. Y aunque no tenía idea de quiénes conformaban ese grupo de personas, si Mei estaba ahí y era escuchada, debían ser personas con disposición a un cambio para la aldea. —Las cosas son complicadas ahora, pero no creo que quieran tu muerte...

No parecía muy convencida de lo que dijo pero de todas formas Obito asintió y la siguió. Miró a los Anbu que comenzaron a seguirlo cuando se hizo visible en las calles. Todo era un desastre, los aldeanos ya sean civiles o shinobis estaban limpiando los estragos de las luchas que tuvieron. Le llamó la atención que ningún Anbu se le acercará para llevarlo ante el consejo, solo lo vigilaron y cuando miró a Miru ella solo se encogió de hombros. Supuso que si no se resistía y de todos modos estaba yendo ante el concejo no creyeron que hiciera falta hacer un alboroto, aunque sabía que eso no podía ser cierto. Era demasiada libertad para el asesino de su Mizukage.

Su expediente decía que Tobi era experto en kenjutsu y genjutsu, mientras que su nivel de ninjutsu era promedio. Lo último lo había elegido así para justificar su falta de jutsus del tipo agua ya que dominaba solo dos. Y agradeció las clases con distintas armas a las que lo obligaron a asistir los ancianos y las clases que asistió luego con Hayate Gekko como si instructor por pedido de Minato.

—Buena suerte— Miru apoyó su mano en su antebrazo y le dio una mirada sincera para que supiera que de verdad esperaba lo mejor.

Obito estaba agradecido con ella, no sabía que tan mal estaba la herida en su pierna en un principio hasta que comenzó a tener fiebre y notó que empezó a infectarse de forma rápida. Si no fuera por ella seguramente no hubiera sanado tan rápido y si era encontrado en mal estado no hubiera tenido oportunidad de defenderse. Si ahora no intentaban matarlo en el acto lo llevarían a la cárcel y podía escapar por ese lugar, tendría que usar Kamui pero podría justificar su escape por sus conocimientos como Anbu de cada túnel y pasadizo luego de deshacerse de los guardias. El sapo que estaba en uno de sus bolsillos podía encargarse de romper cualquier sello o restricción de chacra.

El consejo tenía a un par de ancianos que no había visto antes y unos ninjas veteranos que se mantuvieron sin un bando durante toda la guerra civil. También estaba el tercer Mizukage sentado en el lugar de quién lideraba y Mei estaba parada no muy lejos.

Mei lo miró y no pasó por alto su mirada en su pierna, aunque no cojeaba debió notar que tiraba su peso hacia la otra pierna.

—Tobi, fuiste el último en ser visto en ésta habitación. Y también estabas asignado como guardia personal Anbu del Yondaime en las últimas semanas antes de su muerte. Solo tuvo contacto contigo.— por lo tanto, lo que quería decir el tercero es que aunque no hubo testigos él era el único al que podían culpar sin dudarlo —Además estoy seguro que si investigamos esos cortes confirmaremos que fueron hechos con tu espada.

—No lo niegas— resopló Mei mirándolo aún de forma calculadora. Pero no estaba acomodándose el flequillo y eso era una buena señal. Obito se encogió de hombros, algo no le gustaba de esta reunió pero estaba casi seguro que no querían matarlo.

—Mis acciones no fueron planificadas. Tuve un desacuerdo con el Yondaime Mizukage y actué por instinto.— mentir siempre fue más fácil cuando había un poco de verdad en lo que decía. Pero cuando notó todas las miradas sobre él suspiró dándose cuenta que querían más explicaciones de su parte—Aunque se trataba del Mizukage no pude encontrar ningún gramo de respeto o lealtad hacia él, en cambio sí lo siento por los shinobis y civiles de la aldea. El estado de Kirigakure es lamentable, ser conocidos como la aldea sangrienta no es motivo de orgullo, no al menos cuando ese apodo es producto del derramamiento de sangre de compañeros. Yagura no merecía ese puesto, sí era fuerte, pero sus intereses no eran a favor de Kirigakure. Deliberadamente fue egoísta y desleal con quieres debía guiar y proteger. Con la perdida de los biju, la falta de suministros de todo tipo y que el Daimyo cortó toda ayuda en estos momentos tendríamos que estar buscando una forma para que la aldea no se destruya más de lo que ya está.

Obito realmente creía que shinobis como Miru merecían algo mejor que un idiota que pensará solo en tener poder. Los aldeanos que vivían en refugios precarios también merecían volver a tener un hogar y no temer que los shinobis de su propia aldea los atacaran.

>—Lo único que espero ahora es que el próximo Mizukage sea alguien que mantenga sus intereses en donde deben estar y haga que ésta historia sangrienta en Kiri se acabe.

—Bien— fue todo lo que dijo el tercer Mizukage y Obito observó la aparentemente conversación silenciosa que estaba teniendo con el nuevo consejo.

"¿Bien? ¡¿Bien qué?!" Quiso preguntar pero cerró la boca frunciendo el ceño.

Mei camino hasta estar a su lado, le sonrió y Obito solo movió un poco la cabeza para que supiera que no la estaba ignorando.

—¿Realmente piensas que podríamos dejar atrás todo esta faceta sangrienta y mejorar?— Asintió sin dudarlo. Tal vez estar asegurando la estabilidad de una aldea enemiga no era su mejor movimiento pero sentía que se los debía luego de recordar lo que hizo en su anterior vida. Las cosas fueron muchísimo peor cuando él manipuló a Yagura para que fuera aún más sanguinario y egoísta con su gente. —Lograste hacer lo que hace tanto tiempo yo y muchos otros intentamos. Y no lo hiciste por motivos egoístas o simple venganza.

Él no diría que actuó sin esos motivos. Odiaba a Yagura.

—Ya hemos tomado una decisión— habló el tercero llamando su atención, el consejo asintió hacia los papeles pasaron hasta que terminaron en manos del tercero. —No voy a ponerme el sombrero de nuevo, pero ésta vez formaré parte del consejo. Y es costumbre que el consejo tome esta decisión junto con el Daimyo, pero en este caso primero hay que estabilizar la situación de la aldea antes de poder tener nuevamente el apoyo del Daimyo, así que la decisión recae solamente en nosotros. No contamos con algún Jinchurikis y con los siete espadachines de la niebla muertos solo los tenemos a ustedes como los más capacitados en fuerza y entrenamiento.

Obito asintió, el tercero tampoco le parecía una buena opción para liderar la aldea. El hombre no estaba tan viejo como para no haber aunque sea intentado hacer algo durante todo este tiempo. Y no conocía a los miembros del concejo pero sí a Mei y ella no era solo fuerte sino que muy competente para el cargo.

>—Y luego de escuchar lo que piensas y lo que esperas para todos los habitantes de Kirigakure creemos que lo mejor para la aldea será tenerte a tí, Shimizu Tobi, como el quinto Mizukage.

"¿Qué... mierda?" Parpadeó confundido. Cuando escuchó el apellido que uso de su "tío" se había congelado pero al escuchar su nombre salió de su aturdimiento rápidamente para mirar alarmado al consejo y luego a Mei.

"No..." Él no debía ni siquiera ser tomado en cuenta para el puesto, Mei había liderado toda la maldita resistencia al gobierno de Yagura. Ella era la maldita cara de todo el movimiento.

Tobi tenía que irse de aquí y convertirse en un Nukenin de Kiri, dejando ésta identidad para ser usada en otra ocasión o "matarlo" si ya no serviría. Ser nombrado Mizukage definitivamente no era su siguiente movimiento.

Notes:

Hola! Muy bien ahora sí un capítulo más de las desventuras de Obito y se pone al día con "reiniciando" volviendo a Konoha.

Y sí, por si quedaron dudas,
Obito recupera los recuerdos de su vida pasada mientras que Kakashi ya los perdió.

Y perdón pero no presté atención a los errores así que no sé si hay muchos o si son horrorosos jaja Gracias por seguir leyendo esta historia! 💕

Chapter 13

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

—No pueden hacer esto— logró soltar Obito en cuanto salió del aturdimiento por la noticia de que decidieron convertirlo en un Kage... de Kiri. De alguna forma el desconcierto no logró hacer que su voz temblara o hiciera alguna otra cosa que alertará qué tanto le horrorizó la propuesta. —No sería correcto.


Su mente empezó a funcionar rápidamente, enumerando las escusas que podría dar para no levantar sospechas por su negativa. Más aún cuando notó que a su lado Mei lo miró entrecerrando los ojos.

>—Si aceptara el puesto estaría enviando el mismo mensaje que Yagura. Hay que terminar con su legado de la aldea sangrienta, y al ponerme al frente siendo que asesiné al Mizukage estaría dando el mismo mensaje que él envió en cada graduación de la academia. Y no quiero contribuir con algo así. Ya no pueden continuar avalando esas costumbres. Yo no soy un candidato elegible para lo que se espera para el futuro de la aldea.

—Uhmm...— el tercero lo miró de forma desagradable antes de poder contenerse y dejar una expresión en blanco. Todos los presentes tomaron en cuenta sus palabras con seriedad y comenzaron a pensar detenidamente y murmurar entre ellos.

—¿Qué propones entonces?— un miembro del consejo lo miró y el resto también fijo sus ojos en él.

"Pienso que no deberían opinar nada más" pensó a pesar de sopesar su respuesta.

—Mei es la correcta para el puesto— dijo sin mirar a la mujer a su lado y sin titubear —Tiene el respeto de la mayoría de los shinobis y la simpatía de los civiles. Y lo que se necesita ahora es que no solo los shinobis se unan sino que todos los habitantes de la aldea. Ella cumple con los requisitos al ser una de las kunoichi más fuertes y respetables, es una líder. Además...— fuerza y respeto no era lo único necesario para el puesto —pensando en la siguiente generación es importante que vean que los poseedores de Kekkei Genkai son parte de la aldea también. Creo que ella es perfecta para demostrarlo. Y entre más rápido la aldea logre estabilidad el Daimyo aceptara enviar ayuda financiera y suministros que tanto se necesitan ahora.

Políticamente, Mei sería la mejor opción para tener de nuevo el favor del Daimyo.

Y... también era una ventaja para Konoha si las cosas tomaban el rumbo que Obito esperaba.

Mei podría ser muy orgullosa pero no era idiota, no buscaría pelea con Konoha o las demás aldeas. Mientras no invadieran su territorio no se pondría a la defensiva y hasta podría llegar a aceptar en algún momento algún tratado de paz.

Kiri bajo la guía de Mei prosperaría. Lograr la estabilidad sería algo moderadamente rápido. Pero la reconstrucción social y no solo material de la aldea era algo que seguro tomaría tiempo. Y durante ese tiempo con suerte se mantendrían alejado de conflictos.

Cuando Mei aceptó el puesto Obito pudo respirar más tranquilo. Ella no lo decepcionó al hacerse cargo de la conversación ya dejando de estar parado a su lado para dominar el lugar con su presencia.

Cuando salió de la oficina, sin ser esposado y sin tener ninguna intención asesina en su contra se sintió confundido. Pero no se detuvo ni cuando Miru lo alcanzó para caminar a su lado en silencio.

Siguió confundido porque no estaba siendo obligado a huir mientras ayudaba en el refugio y continuó igual de confundido mientras dejaba a Miru cambiar sus vendas y revisara sus heridas aun sin sanar. Todos sabían lo que había hecho. Y más de uno en el refugio le preguntó si él sería el nuevo Mizukage.

Fue desconcertante la decepción en esas personas. Realmente se había mezclado bien entre ellos.

Fue convocado por Mei varias veces esa misma semanas. Había esperando tener que huir por su vida pero eso no estaba ocurriendo y uno de sus sapos mensajeros le dijo que Minato lo quería de vuelta de inmediato.

—¿Vas a irte, verdad?— asintió como respuesta ante la pregunta de Miru.

Cuando fue el nombramiento de la nueva Mizukage fue oficial todos se reunieron para ver como el tercero le entregó el sombrero. No fue un ambiente tenso, pero sintió varias miradas sobre él y Mei también lo notó por como lo observó desde lejos. Por suerte ella no lo veía como una amenaza y no quería seguir derramando mas sangre de Kiri sin sentido.

>—Mei no querrá que te vayas.

Por supuesto que no. Había shinobis que querían a quien asesinó a Yagura como el Mizukage y entre los civiles él se volvió muy popular. Todos estos días él se mantuvo a su disposición para acomodarse en su nuevo puesto y haciendo que los civiles de los refugios hablaran bien de ella con los demás civiles.

—A la larga que me vaya será bueno para ella. Los que aún objetan ya no tendrán a nadie para nombrar en su lugar y dudo que busquen derrocarla siendo apoyada por la mayoría y que los civiles también estén viéndola de verdad como su Mizukage.

Ya no podía retrasar esto. Tenía que volver a casa. Solo esperaba que su mente aguantara. Sabía que estar frente a todos sus seres queridos que dañó sin vacilación alguna en su vida anterior lo haría querer alejarse.

Y sentía como si algo se hubiera resquebrajado en su cabeza desde que recibió todos sus recuerdos. No se sentía como él mismo y estar usando su máscara en este lugar ayudó a que esa disforia se incrementara.

Miró el cuarto en el que guardó sus cosas y luego tomó un pergamino para entregarle a la kunoichi que estaba cerca de él viendo cómo se preparaba para abandonar la aldea.

—Usalo para ayudar a los civiles— dijo cuando ella lo desenrolló y vio que le había entregado un poder para manejar la pequeña fortuna y propiedad que su "tío" le heredó.

Podía confiar en Miru, ella haría lo correcto. Cuando vio que asintió y guardó el pergamino el tomó su mochila y una caja mediana y plana para dársela también.

—Es mi máscara Anbu, dásela a Mei.

—Que tengas suerte Tobi, si te encuentras con Kisame saludalo de mi parte.

Y así acabó con su estadía en Kiri.

*

*

*

Estaba agotado tanto de forma física como mental. Ahora que no estaba bajo la presión del personaje que creó en Kiri y toda sus memorias que vinieron acompañadas con esa máscara... la realidad de lo que realmente fue en su anterior vida cayó sobre él para atormentarlo.

No tenía la paciencia para aguantar a Danzo con sus quejas. Ni siquiera podía verlo sin controlar su desprecio por el anciano. Nunca le cayó bien su actitud y siempre sintió que algo estaba mal con él. Pero ahora que sabía todo lo que hizo y que seguramente volvió intentar hacer en ésta vida sentía la necesidad de usar su Mangekyo Sharingan para enviar su cabeza a Kamui.

No podía hacer eso. No sin quedar como un loco y hacer que su clan pagará las consecuencias.

Y claro que tenía pleno conocimiento que él también hizo muchas cosas horribles contra su familia, Konoha y las demás aldeas. Con todas las naciones si quería ser más exacto. Reconocía que la maldición del odio lo había dominado y se había estancado en una venganza alimentada con el delirio de un mundo perfecto. Realmente no había visto nada mas allá de su dolor.

Le costaba ver a Minato y no sentirse culpable por todo lo que hizo en su anterior vida. Sentía ganas de vomitar cada vez que miraba los ojos de su sensei. Ver el orgullo y la alegría de tener a Obito frente a él una vez que las formalidades acabaron fue casi demasiado.

Pero a la vez no podía obligarse a intentar irse o mirar hacia otro lado. Por más que lo enfermara prefería ver la realidad aunque doliera porque de esa forma comprobaba que ésto era real.

Ésta vez hizo las cosas bien.

No era una marioneta de otra marioneta.

Todos estaban a salvo de la locura que lo invadió en su anterior vida.

"Yo provoqué tu muerte, la de Kushina... Le causé un gran daño a todos..." Era aterrador saber de qué era capaz, de lo que podía haber vuelto a hacer en ésta vida. "Ésta vez me aseguraré de que todos estén a salvo"

—¿Obito?— Minato lo sacó de sus pensamientos, haciendo que se diera cuenta de que se le había quedado viendo sin prestar atención a lo que estaba diciendo.

Por suerte Danzo y Hiruzen ya no se encontraban con ellos. Solo estaban los guardias Anbu ocultos en la oficina.

—Lo siento sensei, creo que estoy más cansado de lo que pensaba— sonrió levemente fingiendo estar apenado. Fue lo correcto al ver la mirada comprensiva de Minato antes de que le diera permiso para irse.

—Oh... Espera Obito. Casi lo olvido...— Minato lo hizo detenerse cuando estaba por abrir la puerta para poder irse a esconderse en su casa para poder poner todos sus pensamientos en orden —Sé que querías saber si Kakashi estaba bien y seguramente ya averiguaste su estado. Le ordené tomarse una semana libre para que ponga en orden sus asuntos y tome una decisión.

—¿Una decisión?— eso llamó su atención lo suficiente para que no se le revolviera el estómago al recordar cómo odió a Kakashi y se alegró cada vez que lo espiaba al comprobar que él también sufría.

Ésta era una de las cosas que más le costaba aceptar, no podía entender cómo tuvo el descaro en esta vida de anhelar la simpatía y el amor de alguien a quien le deseó tanto mal.

—Puedes preguntarle a él qué es lo que tiene que decidir. Si quiere contártelo lo sabrás, es asunto suyo después de todo. Yo solo puedo decirte que ahora está disponible y puedes intentar contactarlo en persona.

Asintió en silencio antes de irse. No debería buscar a Kakashi. Sus invocaciones ya se habían encargado de comunicarle que él se encontraba bien. Así que lo que sea que lo mantuvo en silencio y alejado de todos debía ser por un malestar mental y no físico.

Se repitió mientras se alejaba de la oficina del Hokage que no debía buscarlo, no estaba seguro de poder verlo a la cara y lograr disimular todo lo que pasaba por su mente como casi no logró hacerlo frente a Minato.

Pero los recuerdos de un Kakashi con uniforme Anbu, un adolescente demasiado flaco y con una mirada desprovista de cualquier sentimiento frente a todos y totalmente rota cuando pensaba que nadie podía verlo lo hizo detenerse.

¿Y si estaba cayendo en un espiral de depresión y auto desprecio como en su anterior vida? Anbu solo había empeorado la depresión de Kakashi. Y aunque en ésta vida él no estaba deprimido y solo... Tal vez la oscuridad de las misiones que se supone que solo los Anbu hacían estaba causando el mismo desenlace que en su anterior vida, repitiendo el patrón.

No tardó en detectar a Kakashi ya que al no estar de servicio activo como Anbu no intentaba esconder su chacra ni enmascararlo. Se dijo que solo le daría un vistazo, daría la misma escusa del cansancio que usó con Minato y se iría a casa a perderse por unas horas en el autodesprecio.

No tenía la intención de acercarse una vez que lo vio a través de la ventana de la sala de la casa de Kushina y Minato. Se veía bien... tal vez un tanto cansado, pero no se veía desahuciado ni con la mirada perdida.

Pero terminó entrando por la ventana de todos modos luego de notar a los Anbu viéndolo acechando. La sola idea de hacer lo que hacía antes, aunque no fuera con el propósito de comprobar que Kakashi estuviera mal, lo hicieron moverse.

Cayó rápidamente en el acto de comportarse despreocupadamente, como si nada malo le pasara. Kakashi no se dió cuenta de como su mente estaba atiborrada de recuerdos que lo atormentaban.

Cuando Kakashi señaló su pierna vendada sin disimular que estaba preocupado no pudo evitar comparar a este Kakashi con el de sus recuerdos de su anterior vida. El de ahora era más expresivo con quienes se relacionaba más allá de sus deberes como shinobi, hacía el intento de acercarse.

—Es solo un rasguño, no te preocupes — chocó la palma de su mano dos veces sobre el vendaje, arrepentido al instante por las puntadas de dolor que aunque pudo disimular en realidad sí que dolieron. Pero valió la pena al desviar la atención de Kakashi y que dejara de verlo preocupado —Te ves bien...

 

Casi se mordió la lengua luego de soltar aquello. Era ya una costumbre el decirle eso cuando se encontraban. Más aún cuando las últimas veces que se vieron creyó ver en algunos momentos que Kakashi realmente se detenía para verlo por momentos.

 

Pero ahora no se sentía animado en buscar ser visto como alfa. No se sentía merecedor ni siquiera de su amistad.

 

—Si te hace sentir mejor fui un idiota con todos— lo escuchó decir sacándolo de sus pensamientos antes de sentir como chocó su hombro contra él ligeramente.


Obito quería retroceder, no quería mancharlo con su suciedad. Se sentía asqueroso y no quería que Kakashi se viera infectado por toda la porquería que sentía cubriendo su cuerpo desde que obtuvo todos sus recuerdos en orden.

No pudo evitar dar unos pasos hacia atrás para evitar tocarlo. Pero cuando Kakashi volvió a verlo preocupado decidió dejar a un lado lo que sentía para más tarde.

—Lo sé, es normal que seas un poco idiota con todos de vez en cuando Bakashi...— logró decir sonriendo un poco. Su estómago volvió a revolverse por la forma cariñosa en la que usó ese apodo, no siempre fue usado con cariño.

Y aunque no se sentía merecedor de la amistad de Kakashi, de nadie... No podía alejarse realmente. No era tan inconsciente para no saber qué distanciarse los lastimaría. Así que decidió aguantar y hacer todo lo posible por no lastimar a ninguna de las personas que amaba. Y en éste momento tenía que hacerle saber a Kakashi que contaba con él.

>—Puedes buscarme y pedir lo que sea cuando lo necesites, cualquier cosa, ni siquiera tienes que explicarme nada. No te haré preguntas si no quieres hablar. Así que no desaparezcas de nuevo, me importas mucho Kakashi y lo sabes.

Necesitaba que lo supiera. Que estuviera consciente de que contaba con él en cualquier situación en la que necesitara apoyo.

Pero cuando Kakashi esquivó su mirada frunció ligeramente el ceño dándose cuenta que había estado muy serio cuando dijo aquello. Esperaba no estar comportándose tan raro.

—¿Kakashi?— terminó diciendo dudoso al darse cuenta que no lo miraba aún y se notaba que estaba un tanto nervioso.

 

—Mah... Obito, no hay necesidad de ponerse tan intenso.— dijo volviendo a verlo y sonriendo de una forma que Obito podía identificar como falsa. Eso lo hizo querer aclarar que no quería incomodarlo y arreglar lo que sea que hizo mal ahora, pero antes de poder decir algo Kakashi volvió a hablar  —Pero si lo que decías de pedirte lo que sea era en serio... entonces no te molestará que mis ninken te busquen más tarde con algunas cosas.


Y eso hizo que todos sus pensamientos intrusivos se detuvieran. Que toda su mente se detuviera. No esperaba seguir haciendo aquello para el nido del omega. Cuando su cerebro volvió a funcionar habló sin detenerse a pensar en qué contestar.

—¡Claro que no, no me molesta! Pero yo había pensado... Ya sabes, no lo mencioné antes porque pensé que ya no... ¿Entonces no...? asumí que ya no tenías... Y que por eso...

 

Maldita sea, contrólate!" Era vergonzoso como su mente cochina se imaginó para qué quería Kakashi su aroma. Cómo esos pensamientos eran más fuertes que los de autodesprecio era una vergüenza.

 

Por su edad ya tendría que haber acabado con los ciclos de calor y haber comenzado con los de celo. Por ello asumió que Kakashi había dejado de pedirle que perfumara mantas y prendas de su nido. Había estado un poco triste pero lo entendía, aunque tal vez lloró por ello un poco durante sus salidas a bares con Anko y los demás.

 

Los nidos para los omegas eran para sentirse seguros y protegidos. Cuando su abuela se lo explicó él había estado tan orgulloso de ser el alfa con el que Kakashi se sentía seguro cuando estaba vulnerable durante el calor. Pero estaba consiente que cuando comenzara a usar su nido para pasar su ciclo de celo no pediría que perfumara nada porque eso no lo calmaría, al contrario.

 

—¿Qué pensaste?— la pregunta lo hizo sentirse nervioso.

 

No quería revelar cuánto se la pasó pensando hace unos meses atrás en como sería cuando Kakashi por fin madurará completamente como Omega.

 

Sintió su cara vergonzosamente caliente al pensar en la posibilidad de que le pidiera que perfumara con sus feromonas cosas para el nido cuando estuviera en celo. Si un omega guardaba cosas así para esa ocasión no las usaría para buscar seguridad, sino para un tipo completamente diferente de consuelo.

 

—Olvídalo, envía a tus ninken cuando quieras— se rió palmeando despacio sus mejillas sonrojadas en un intento de que volvieran a su color normal. No lo estaba logrando.

 

—¿Estás seguro?—
Kakashi, por supuesto, se dió cuenta de lo que pensó. Ese brillo juguetón en su mirada se lo hizo saber aunque intentó verse despreocupado —Mah... Por un momento pensé que querías saber si ya dejé de tener calores.

 

—¡N-no, no te iba a preguntar!— pero quería hacerlo. Quería saber. Decidió hacerse el idiota y pescar información  —¿Pero...? No, olvidalo.

 

Kakashi se rió de él y Obito casi sonríe al escucharlo. No le importó que fuera porque se estaba por burlar de él, se sintió bien escucharlo reír.

 

—Obito-kun que atrevido...— dijo con tono burlón.

 

—¿Por qué?— dijo intentando sonar a la defensiva y sin luchar contra el ardor en su cara —No es justo, cuando me pasó a mí prácticamente toda la aldea se enteró y habló de ello.


Y luego vinieron las propuestas de matrimonio que seguía ignorando y dejando para que su abuela contestará por él.

—No es lo mismo Bobito, además te vi muy feliz aceptando regalos y felicitaciones para que te quejes ahora.— recordaba los regalos y como absorbió la atención como una esponja.

 

—¡Sí es lo mismo! y los regalos fueron lo mejor de todo el asunto así que no iba a rechazarlos— resopló de todas formas llevándole la contraria aunque también pensaba que no era lo mismo el celo de un Omega que el de un Alfa.

 

—No es lo mismo, idiota— a pesar del insulto Kakashi siguió usando un tono relajado y un tanto burlón —Si lo fuera no habría distinción entre géneros secundarios. Deberías saberlo Bobito-kun, los celos de un Alfa y un Omega son muy diferentes.

 

—Pero el objetivo es el mismo así que no importa, yo tengo razón Bakashi— fue una objeción muy mediocre, ni se estaba esforzando. Kakashi rodó los ojos seguramente pensando que era un idiota.

 

—Mah... Naruto argumenta mejor que tú lo que piensa.— se encogió de hombros y se alejó unos pasos de forma perezosa. Claramente perdió el interés por el tema, pero Obito no.

 

Quería aferrarse un momento más a éste momento para no volver a pensar en todos los recuerdos que lo atormentaban.

 

—¿Qué quieres que argumente? Durante el estro las hormonas se elevan tanto que afectan nuestro sistema nervioso y por ello nos domina el instinto— prácticamente estaba recitando lo que leyó luego de pasar por su celo. Fue un día vergonzoso en la biblioteca pública cuando pidió libros sobre el tema a la bibliotecaria porque estaba demasiado avergonzado para pedir información del tema a cualquier conocido —Sin importar si es un Alfa o un Omega los instintos van a dominar y aunque son distintos el objetivo es la reproducción. Así que da igual como nos haga actuar las hormonas al final querremos lo mismo... ¡¿Qué?! No me mires así.

 

La mirada altiba y burlona de Kakashi había detenido su explicación.

 

—Siento como si Rin estuviera susurrándote en el oído qué decir. — resopló acercándose y  Obito no se alejó —Aunque el objetivo sea el mismo, seguimos siendo diferentes. Un Omega va a estar más receptivo y vulnerable a las feromonas dominantes. Si rechaza a su pareja y ésta se impone con sus feromonas se someterá lo quiera o no. En cambio el Alfa puede rechazar al Omega si sus feromonas no le atraen. Por ello y más cuestiones se tratan distinto y las familias usualmente los resguardan.


Obito sintió su sangre hervir por un momento entendiendo a dónde quería llegar. La sola idea de qué alguien intentara aprovecharse cuando Kakashi se encontrara en un estado vulnerable le repugnaba.

"Si algún infeliz siquiera lo intenta..." Evitó gruñir por poco y apretó los puños un momento antes de poder controlar su temperamento.

—Nadie va a forzarte— Obito juró que se haría cargo de cualquiera que pensara hacerlo. —Y ya está bien, tu tienes razón.

 

No quería que Kakashi pensara en esas cosas. Ya debía haber estado preocupado por algo como para agregar ésto.

 

—Como siempre— dijo Kakashi contento con que le diera la razón.
Cuando le dió unas palmaditas en el hombro se obligó a no retroceder o aún peor intentar abrazarlo.

 

Pero no pudo aflojar sus músculos y se notaba que estaba un poco tenso. Sus instintos le pedían a gritos que hiciera algo para mantener seguro al omega.

 

"Kakashi no es una florecita indefensa y delicada" se reprochó aunque eso no quitaba que quería hacer algo para que estuviera más... Protegido.

 

—¿Vas a ir a algún lado antes de volver a tu casa?— preguntó de todas formas viendo cómo Kakashi lo miraba curioso —Si vas a enviar a tus ninken por mis feromonas más tarde entonces... podría perfumarte ahora, un poco. Solo si quieres.


Kakashi no parecía incómodo y eso lo hizo sentirse contento porque sabía que si fuera otro Alfa él se negaría de inmediato y lo miraría con desconfianza. Obito medio que esperaba que le dijera que no de todas formas.

Kakashi asintió. Aceptó ser perfumado con sus feromonas y Obito sintió que flotaba por unos segundos antes de quitarse las muñequeras que ayudaban que las glándulas más débiles de su cuerpo no dejarán escapar feromonas.

Kakashi se mantuvo relajado, casi como si disfrutara de lo que pasaba. Y Obito se sintió bien, más que bien. Tanto que su aroma se volvió diferente antes de terminar de dejar sus feromonas sobre la ropa de Kakashi.

Usualmente dejaba su aroma en quiénes consideraba familia, o más primitivamente su manada. Pero con Kakashi, con la poca frecuencia con la que se veían en persona siempre se contuvo por miedo de hacer lo que acaba de hacer. Sus feromonas no solo le decía a los demás que era cercano a un alfa, sino que estaba alertando a cualquiera que era suyo.

Pero Kakashi no podría distinguir la diferencia más allá de sentir que su aroma era un poco más picante o fuerte. Él no había madurado como Omega aún. No puede captar lo que las feromonas de los omegas y alfas que sí habían madurado querían decir con más claridad en sus instintos. Podía distinguir cuando estaban molestos o contentos, pero no el por qué o si había algo más oculto.

Obito estaba por disculparse y decirle el por qué cuando escuchó ligeros sonidos de pasos antes de que la voz de Naruto se hiciera presente y apareciera corriendo hacia él totalmente sucio.

—¡Naruto!— gritó sonriendo y agachándose para atraparlo entre sus brazos sin importarle lo sucio que estaba. Amaba a éste niño —¡Oh no, me equivoqué! ¡Éste no es Naruto, es un cerdito y hay que regresarlo al chiquero de donde se escapó!

 

Se comportó de forma juguetona, amando ver la sonrisa brillante de Naruto. Aunque le dolió ver como el niño lo adoraba, inconsciente de cuánto lo dañó en su vida pasada. Obito quería abrazarlo con fuerza.

 

—¡Te dije que los dejaras solos, ya no te daré más ramen 'ttebayo!

 

Y no podía olvidar lo que le hizo a Kushina, a quien veía como una hermana mayor. Se obligó a concentrarse en el momento para evitar alejarse de ellos. Hizo un par de payasadas para Naruto, el niño era el más empático de todos y seguro se daría cuenta que hay algo mal con él.

 

—Gracias por ofrecerte a bañar a Naruto, Obito-Kun— logró escuchar haciendo que terminara de jugar con el niño  —Ahora, Naruto, se un buen niño y deja que tu querido oniichan te lave bien el cabello.

 

—¡Sí!— gritó Naruto contento y Obito quiso gritar frustrado, no pensaba quedarse más tiempo. Quería llegar a casa para poder desahogarse con privacidad para no preocupar a nadie.

 

—Kushina-san... Estoy cansado, llegué solo hace unos momentos de mi misión...— fue un pobre intento para poder escapar.

 

Kushina descartó su escusa al decir implícitamente que solo vino a su casa para ver a Kakashi. Era cierto, pero no por las razones que ella pensaba.

 

Por esa razón terminó en el baño dándose una ducha rápida luego de dejar a un Naruto limpio en la bañera jugando con sus juguetes. Tardaron mucho así que no le sorprendió ni ubicar a Kakashi en la casa Uzumaki.

 

Y luego de llevar a Naruto a su cuarto para vestirlo se fue al cuarto de invitados. La pequeña amenaza amarilla lo siguió. Se vistió con ropa que dejó olvidada aquí de las veces que se quedó a dormir luego de que se hiciera muy tarde después de alguna cena y Naruto insistiera en que se quedara. No ocurría seguido, pero aún así luego de vestirse se sintió una basura por estar tan cómodo en la casa de quienes arruinó su vida.

 

"Ésta es la vida que debieron de haber tenido, yo les arrebaté ésto"

 

Necesitaba irse a casa, donde su abuela lo esperaba. Su abuela quien siempre lo amó y cuidó a pesar de que su familia lo repudiaba y por ende a ella también. No podía entender cómo pudo olvidarla, cómo pudo concentrarse nomás en su primer amor y no pensar en las demás personas que creyeron en él y que lo amaron. Fue... realmente débil para caer en las redes de ese maldito anciano.

 

—¿Estás triste Oniichan?— escuchó la voz de Naruto y contuvo la respiración al sentir que abrazaba sus piernas regresando su mente al presente.

 

—Un poco, pero no te preocupes— sonrió antes de levantarlo y salir de la habitación.

 

Kushina levantó una ceja en cuanto lo vio y él no pudo mirarla a los ojos, pero se acercó para entregarle a Naruto. Pero el enano no lo soltó, se aferró como una garrapata y eso ganó un resoplido de Kushina.


—Siéntate un momento, enseguida va a dormirse. Después de bañarse siempre le da sueño y cómo jugó hoy con el pequeños Ino-Shika-Cho gastó mucha energía.

Obito asintió caminando con Naruto en brazos hasta dejarse caer en el sofá. Cerró los ojos fingiendo descansar para así no tener que mirar a Kushina.

—Ya estás en casa Obito, puedes relajarte— la escuchó decir y se mordió el labio evitando decir algo cuando sintió que se sentó a su lado en el sofá. —Todo está bien.

Obito negó. No lo estaba. Se sentía atrapado de nuevo con sus pensamientos, con sus recuerdos. No quería recordar nada. Quería ser el Obito de siempre.
Se sentía falso, como si hubiera estado fingiendo ser algo que no es...

>—Obito, tienes que calmarte. Lo que sea que pasó durante la misión tienes que dejarlo atrás. Concéntrate en nosotros, en todos los que son importantes para tí.

Suspiró concentrándose en las palabras de Kushina y dándose cuenta que en algún momento ella comenzó a acariciar su cabeza.

Cuando abrió los ojos vio que aún sostenía a Naruto, solo que el niño ahora dormía. Aspiró y exhaló como le habían enseñado a hacer para controlar sus emociones, nunca funcionó bien para él. Pero ahora tenía que funcionar porque no podía descontrolarse.

Tenía personas que amaba y debía proteger. Gente que tenía que quitar de Konoha para mantener a salvo a esas personas. Si enloquecía y perdía el control no mantendría a salvo a nadie.

—Ahí va, ¿ya estás mejor?

"No" pensó pero asintió de todos modos. Porque tenía que estar bien, no debía perderse en sus pensamientos.

Tenía una vida real, esta era su segunda oportunidad y no podía desperdiciarla perdiéndose en lamentos. Tenía que cuidar todo lo que consiguió hasta ahora y más aún a quienes eran importantes para él.

Notes:

Hola! Y ahora ya está unida la historia narrada desde la perspectiva de Obito con la segunda parte de reiniciando... 💕

El capítulo no lo revise muy bien, así que perdón si hay partes raras ja gracias por seguir leyendo esta historia!!

Chapter 14

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Obito no estuvo orgulloso cuando se dió cuenta que su noche de autocompasión duró hasta más allá de la mañana siguiente.

Esa misma mañana solo había hecho una pausa para revisar las alacenas y hacer una lista de lo que necesitaba comprar, para luego de volver del mercado encerrarse en su cuarto por un par de horas y continuar atormentándose.

Para cuando no pudo seguir oculto salió con los ojos hinchados para almorzar con su abuela. Tenía ya toda la intención de fingir enfermedad o una alergia para justificar su estado... Pero terminó lagrimeando de nuevo en medio de ese almuerzo al ver la preocupación de su abuela.

Se disculpó sin aclarar que lo hacía porque (gracias a los recuerdos que recuperó) podía recordar cómo ella murió en el patio de su casa sola y posiblemente con dolor. Nunca buscó su tumba para darle sus respetos y agradecerle por todo lo que hizo por él o llevarle aunque sea unas miserables flores.

No podía mirarla a los ojos y tampoco podía quedarse encerrado en su cuarto sin preocuparla aún más. Tenía muchas obligaciones y nunca estuvo más entusiasmado de cumplirlas como cuando salió de su casa.

Los ancianos saludándole con sonrisas cariñosas, los niños que iban a la academia mirándolo como si fuera uno de sus modelos a seguir, sus compañeros shinobi saludándole... Todas esas miradas causaron que sintiera que la confianza que ganó en los últimos años fuera como una farsa.

No sabía cuánto tiempo podría seguir reprimiendo lo que pasaba por su cabeza. No cuando tenía grabado cada recuerdo tortuoso de forma inmortalizada con el sharingan.

Y su cabeza seguía palpitando de vez en cuando, se sentía como si tuviera mucho más de lo que su cerebro pudiera retener.

Nunca podría olvidarlo, siempre podía volver a repetir las escenas en su memoria con la misma nitidez.

Cuando vio a unos ninken con el símbolo del clan Hatake en sus collares y con chalecos que indicaban que eran parte del hospital pensó inevitablemente en Rin y Kakashi.

No se había tomado el tiempo para pensar en cómo todo se redujo a aferrarse al recuerdo de la persona que fue su primer enamoramiento durante su infancia. Pero mientras estuvo encerrado en su cuarto había pensado en ello.

Él amaba a Rin, pero su amor no había florecido en el sentido romántico mientras crecían. Siempre sería importante para él y nunca le sería indiferente su presencia. Por ello quería evitarla hasta poder controlarse, porque si la veía sería doloroso e inevitablemente recordaría su muerte.

La culpa porque ella fue elegida por Madara para poder manipularlo era muy grande.

Rin había muerto en su anterior vida tan joven y él se estancó en ese momento. Arrastrando a todos por su dolor. Pero en ésta vida nadie quedó estancado en su niñez, él creció no solo notando la presencia de Rin.

Su abuela era su hogar, su lugar seguro. Minato, Kushina y Naruto eran parte de sus pilares al verlos como familia de una forma que sus parientes jamás serían. También construyó lazos de amistad con otras personas como Anko, Shisui, Asuma y hasta Gai... Y además sus sentimientos por Kakashi pasaron de esos "no lo soporto, es un engreído, pero quiero llamar su atención" a sus primeros "creo que me gusta" y después "lo quiero mucho, me importa" para ahora mismo ser un rotundo "estoy enamorado de él, lo amo".

Y eso último era aterrador. Porque siempre le resultó aterrador el tener sentimientos tan fuertes, pero ahora, teniendo la certeza de lo que era capaz si las cosas se salen de control ese miedo aumentó.

Pero también llegó a la conclusión de que no podía fingir que esos sentimientos no existían.

De alguna forma tenía que desahogarse sin revelar que fue una pieza fundamental que casi acabó con todos. Tampoco podía dejarse llevar por su miedo, tenía que aprender a controlarlo. Y seguía pensando que alejarse de todos no era una opción.

Pero necesitaba un poco de distancia, solo un poco.

Tenía que tomarse un tiempo para no cometer una estupidez. Suficiente desliz fue el marcar a Kakashi con su aroma y feromonas como lo hizo con aquel mensaje implícito de "es mío". Sabía que si lo veía pronto intentaría hacerlo de nuevo, porque sentía cada emoción de forma tan potenciada ahora que estaba de nuevo en Konoha.

Y ver a Kakashi causaba que sus instintos gritaran por mantenerlo a salvo y compensarlo por cualquier daño que le haya causado.

Así que no se quejó cuando Minato envió a un Anbu a buscarlo y luego le informó que no lo enviaría a más misiones por el momento pero que tampoco lo mantendría sin hacer nada.

Nunca estuvo tan agradecido de que Kushina no pudiera cerrar la boca y le contara a Minato sobre su colapso. Porque por la mirada con la que lo recibió el Hokage era obvio que estaba preocupado por su estado.

—Creo que lo mejor será mantenerte aquí por un tiempo.

Esta era la escusa perfecta para tomar un poco de distancia de todos y mantener su mente ocupada. Obito no pensaba negarse aunque tuviera la opción, cosa que no tenía.

—Sensei... ¿Cuánto tiempo durará ésto?

Aunque esperaba que no fuera algo muy duradero. Su cuerpo estaba acostumbrado a las actividades de un shinobi activo. Estar entre papeleo y aguantar a los viejos del consejo más de lo que ya lo hacía sería una tortura. Pero sería una tortura más blanda en comparación de repetir sus recuerdos de forma desorganizada y sin control cuando no tenía algo en lo que concentrarse.

—Ser asistente del Hokage no es un castigo Obito— sonrió Minato notando su preocupación. Obito resopló aflojando un poco su postura e intentando verse menos tenso —Vas a poder aprender más sobre los deberes de un Hokage, considéralo como un entrenamiento para tu futuro.

"Oh..." Ese era uno de sus grandes sueños, algo en lo que estaba trabajando desde niño para alcanzar en algún momento. No sabía si quería hacerlo ahora...

>—... Solo será por un corto periodo. No puedo tenerte en las sombras por mucho tiempo después de todo. Pero quiero que sigas siendo mi asistente cuando sean las negociaciones con el Raikage.

Y con eso también confirmaba que su preocupación no podía ser solo por ser su sensei. También procedía por su puesto como Hokage al ser Obito el estudiante que lo representaba dentro y fuera de la aldea.

Minato había apostado por él para mostrarlo ante todos como su futuro candidato si debía dejar su puesto. Y aunque no se lo dijo sabía que probablemente todos sus esfuerzos para ayudarlo a sobresalir entre sus estudiantes seguramente se debía a qué Kakashi no debió mostrar ni un gramo de interés en el puesto y que Rin estaba decidida a ser directora del hospital y la superior de los ninjas médicos.

No era secreto para nadie que ser parte del equipo siete ya te colocaba entre los posibles candidatos. Y aunque se esperaba que el que siguiera a Minato fuera uno de los Sannin, era obvio que Obito estaba sobresaliendo entre los shinobis y ante el Daimyo. Porque para llegar a ese puesto no solo se tiene que sobresalir como shinobi ya sea en fuerza como en inteligencia, también tenía que ser conveniente políticamente.

Si Obito la cagaba ahora dejaría a Minato mal parado entre los miembros del consejo y los jefes de los clanes. Además de arruinar cualquier posibilidad de convertirse en Hokage algún día.

Salió de la oficina sintiéndose un poco entumecido. No sabía si era correcto seguir construyendo su camino para ser un Hokage. Pero también creía que esta vez estuvo haciendo las cosas bien... Así que tal vez no sería tan malo si seguía trabajando para lograr ese sueño.

*

*

*

Obito se sintió estúpido por creer que ser asistente del Hokage sería... no "fácil", pero sí algo que podría hacer sin problemas. Creyó que había dejado atrás sus problemas para terminar de leer un texto sin cambiar palabras o saltarse sin querer algunas líneas.

Para pasar sus exámenes y ascender tuvo que leer mucho y entender lo que leía. También había sido acosado por Fugaku y los ancianos del clan para aprender a fondo la historia del clan. Así que sí, tuvo que leer mucho y hasta pasó mucho tiempo usando diccionarios para entender los documentos antiguos escritos con palabras que ya no eran utilizadas.

Pero de ese tiempo de obligada lectura diaria ya había pasado mucho y los viejos hábitos habían vuelto. Terminó más de una vez golpeando su frente contra el escritorio que le dejaron en un costado de la oficina de Minato. Ganó también uno que otro golpe de Shikaku cuando llegaba a la oficina y lo veía dormitando sobre los documentos que debía revisar.

Obito se encontró preguntándose de nuevo si cumplir su sueño de ser Hokage era buena idea. Pero no por no sentirse apto para el puesto o por su complejo de culpa por sus recuerdos, sino porque las pilas de documentos y pergaminos eran interminables.

Admiraba a Minato por leer todo y no dejar nada sin revisar. Casi no acumulaba papeleo. Obito no podía decir lo mismo y seguramente Minato no esperaba algo mejor porque le asignó los documentos que no causarían un colapso ni guerra.

Pero éste trabajo estaba cumpliendo su objetivo. Estaba logrando controlar sus pensamientos y no activar su sharingan sin querer. El dolor de cabeza ahora era por tanto leer y no por la lluvia de recuerdos. Y ya no sentía que sus emociones estaban desbordadas.

Así que durante sus viajes al mercado no intentó evitar a sus conocidos. De a poco comenzó a saludarlos sin tener que esforzarse en concentrarse en el ahora y no en aquellos recuerdos.

Pero por alguna razón algunas personas como Izumo y Kotetsu lo miraban de forma extraña. No exactamente de mala manera sino que... Extraña. Y lo más raro era que le levantaban el pulgar como una forma de felicitarlo por algo que no tenía idea de qué sería.

Lo entendió no mucho después cuando escuchó a algunas personas charlando en el mercado. Sí tenía que adivinar seguro esas mujeres y hombres debían estar en sus treinta, casados y con hijos. Civiles además, aunque recordaba a uno de los hombres como esposo de una Chunin.

Usualmente prestaba atención a los chismes, no podía evitarlo, pero siempre trató de no ser tan obvio al hacerlo. Ésta vez fue muy obvio y se acercó cuando supo que todo el cuchicheo era sobre Kakashi.

—Es claro que estuvo mal que dejaran a ese chico bajo el cuidado de ese hombre tan extraño. Seguramente le hubiera ido mejor por su cuenta...

—Claramente no tuvo a nadie que le enseñara qué está bien y qué no.

—...Mira que andar paseándose de esa forma, dejándose marcar sin que haya una relación. Todos saben que los Uchiha no se mezclan con los que no son de su clan.

—Hatake-san es muy joven... Tal vez no se dió cuenta...

—Sí es joven, pero si ya deja que los alfas lo usen...

Obito entendió perfectamente a dónde querían llegar y se acercó a ese grupo de personas sin pensarlo dos veces. Podía sentir una vena palpitando en su frente.

Y aunque intentó no gritarles las groserías que quería y no elevó la voz no pudo evitar corregir su postura. Dejó fácilmente su habitual forma de andar como alguien relajado a una que decía que claramente les puede patear el culo sin problemas y remordimiento.

—No deberían hablar tan a la ligera sobre otras personas. En especial cuando no saben nada...

Dos de las mujeres del grupito de chismosos se alejaron tartamudeando que debían seguir con sus compras, claramente asustadas por su tono de voz y su mirada. Ni siquiera hizo falta que les hablara mal o gritar para hacer que se encogieran y cerraran la boca asintiendo.

Obito entonces entendió que a qué se debían las miradas y los pulgares arriba que recibió.

Francamente, no había pensado en qué pensarían los demás luego de haber perfumado de esa forma a Kakashi. Tampoco que habrían muchas especulaciones sobre todo el asunto y se volviera un tema de conversación para muchos.

Terminó cerrándole la boca a algunos mientras estuvo en el mercado y luego al caminar de regreso a su casa cuando acabó su trabajo. Pero ya no pudo evitar ser grosero e imponerse como el "típico Alfa" mostrando los dientes y gruñendo con los que eran shinobis. Aunque claramente ellos se lo estaban buscando al ser unos imbéciles.

Y luego no le sorprendió cuando prestó más atención a sus parientes y notó algunas miradas interrogativas y unas cuantas de desaprobación.

Aquí no hubo pulgares arriba por su supuesta hazaña.

Lo que sí le sorprendió fue no recibir tantas miradas de desaprobación. En realidad parecía que la mayoría estaba especulando pero manteniendo sus pensamientos para sí mismos. Lo cual era raro, siempre fue fácil para todos decirle lo que pensaban, sin importar si eran de la primera, segunda o tercera rama familiar.

Aunque su relación con todos cambió al dejar de ser la oveja negra y el bastardo que no merecía ser un Uchiha las viejas costumbres no se perdían.

Era extraño que nadie del clan lo estuviera criticando de frente. Así que, guiado por su curiosidad, se acercó voluntariamente a un grupito que seguramente volvía de entrenar.

Reconoció a uno de ellos. Kenji solo era mayor por dos años, pero durante su infancia fue uno de los primos que se ensañó en su contra para hacerlo sentir una basura. Actualmente apenas y se hablaban, pero las pocas veces que no tuvieron opción fue cordialmente frío. El idiota odiaba que Obito dejara de ser un paria.

Pero al ser Kenji de la tercera rama familiar los Uchiha mayores lo hicieron callar con tan solo una advertencia hace mucho tiempo sin problemas. Así que él y su grupito no volvieron a molestar y se mantenían alejados. Obito sonrió de repente animado, sabiendo que estaba siendo un poco imbécil al acercarse a alguien que lo despreciaba pero que no podía decirle nada.

Kenji apenas podía disimular su expresión. Aún así se detuvo para no ser maleducado con el ex paria Uchiha. Obito sabía que su primo hervía por dentro al verlo, porque a pesar de ser de la tercera rama familiar como él logró sobresalir para ser uno de los Uchiha importantes del clan.

"No te rías... No te burles..." Pensaba sin borrar su sonrisa antes de saludar a sus queridos primos.

Fue difícil no ser un imbécil cuando el cabecilla del grupo de niños que lo molestaba a diario tuvo que mirar hacia arriba para poder verlo a los ojos. También creía que era despreciado por este Uchiha en particular por su altura. Y es que los hombres del clan Uchiha no eran conocidos por ser altos.

Y Obito no solo sobresalía entre sus pares por tener la piel mas morena sino también por su altura. Además, aunque hubo y hay algún que otro Uchiha que supera el metro setenta y cinco, lo cierto era que sus estructuras musculares los hacían ver flacuchos.

Obito actualmente medía un metro ochenta y siempre fue morrudo. De niño lo era más desviándose por el lado de la gordura por los postres que no dejaba de comer, pero ahora era por músculos bien proporcionales con su altura.

Así que sí, Obito resaltaba entre los hombres de su clan no solo como shinobi. Y al contrario de su yo de niño que estaba acomplejado por no ser tan pálido, entre otras cosas, ahora le gustaban sus diferencias.

—Obito-kun, a pasado un tiempo desde la última vez que te vimos.

"Seguro estabas muy alegre de no ver mi cara"

—Sí, regresé hace poco tiempo.

—Y no perdiste el tiempo ¿No?— ese fue Yuna, diciendo aquello con un tono divertido pero sin ser malicioso.

Yuna era más joven que todos sus primos presentes y cuando se convirtió en genin Obito había comenzado a dejar su estatus de paria. El chico no guardaba un odio juvenil sin superar ni envidia, la diferencia de edad fue lo único que hizo que nunca hablaran hasta ahora.

Cállate— le gruñó Kenji al más joven mientras otro le dió un codazo.

—¿A qué te refieres?— preguntó ya sabiendo cuál le daría información de lo que pensaban en el Clan.

—Bueno... todo el mundo dice que marcaste a Hatake Kakashi. ¿Es cierto? Mi hermana dice que no hay que hablar de eso, pero todo el mundo lo está haciendo y están esperando ver qué sale de esa unión o si te van a echar del clan.

—Tu hermana tiene razón, no deberías estar hablando sobre eso.— resopló mirando de reojo a los demás. Más de uno seguro está apostando que lo echarán del clan. —Pero no es cierto, no marqué a Kakashi. Y nunca haría algo así a la ligera con él o con cualquier otro Omega.

Porque por lo que entendía no estaban hablando solo de marcarlo con sus feromonas como suyo. Sino que además especulaban que se unieron o que al menos hizo más mientras lo perfumó de la forma que hizo. Así que esperaban un posible nuevo bastardo o que él se uniera formalmente y ver qué decidían los ancianos y el jefe del clan.

Sintió su piel erizarse ante la posibilidad de que su abuela escuchara éstas cosas. La había estado evitando lo más que podía porque le costaba verla y no ponerse sentimental.

Ella lo había sermoneado más de una vez sobre controlar sus impulsos y no hacer nada sin pensarlo antes. En especial se lo recalcó cuando se trataba de Kakashi, porque sabía de su enamoramiento y no quería que se pasara de la raya al potenciar sus instintos alfas con su interés.

Definitivamente su abuela se enfadaría si se enteraba de su pequeño desliz o escuchaba los chismes del pueblo y las especulaciones del clan.

Se despidió de sus primos y fue especialmente condescendiente con su querido primo Kenji. Hasta sugirió que debían entrenar juntos recibiendo un asentimiento como respuesta. Eso no pasaría.

******

Un palmazo contra su oreja lo sacó de sus pensamientos mientras estaba en la entrada de su casa quitándose las sandalias para entrar.

—¡¿Pero que mier... a-abuela?! ¡¿Por qué?!

Para alguien que no logró tener aptitud para ser shinobi y estaba en la tercera edad (hasta necesitaba un bastón cuando recorría largas distancias) logró ser muy sigilosa para acercarse.

—¡Tú sabes bien por qué mocoso desvergonzado! ¡¿Creíste que no me enteraría?! ¡Vivimos entre chismosos!

Era increíble como se sintió un mocoso en cuestión de segundos. Cualquier molestia por todo por lo que estaba pasando o la actitud se algunos aldeanos al hablar mal de Kakashi casi se esfumó al mirar la mirada furiosa de su abuela.

>—¡Tuve que enterarme por Naoki, ese viejo tonto! ¡¿Cómo pudiste ser tan descuidado?!

—¡No es lo que parece abuela! ¡Solo me emocioné un poco más de lo que debía cuando lo perfumé con mis feromonas, no fue ni intensión...!

No terminó diciendo: "Marcarlo posesivamente para alejar a otros alfas" porque sería mentira. Y si algo había aprendido era a no intentar mentirle a su abuela. Ella lo descubría al instante como si tuviera en su poder algún jutsu del Clan Yamanaka.

—¡¿Siquiera sabe que lo marcaste de esa manera?!— No llegó a contestar antes de recibir otro palmazo, este fue contra su brazo —Ese chico todavía no madura como Omega, ser perfumado no tiene el mismo significado para él que para un alfa como tú. ¿Sabes todo lo que dicen sobre él ahora?

—Lo sé... Son solo mentiras y estupideces de gente sin nada mejor que hacer.— Obito suspiró pensando que con suerte muchos dejarían de esparcir sus tonterías luego de que él los hiciera callar. —Y Kakashi no es de prestar atención a las habladurías. No le importa lo que piensen sobre él.

Kakashi no es alguien que pasea habitualmente por el pueblo cuando no tiene nada que hacer. Pero cuando lo hace siempre está enterrando su cara en algún libro (y por suerte, según Obito, no solo leía esa serie de libros pervertidos de Jiraiya) mientras no esté acompañado por un conocido al que quiera prestarle atención.

Y Obito estaba seguro que Kakashi tenía una audición selectiva. Porque al contrario suyo, que no podía evitar escuchar y prestar mucha atención a cualquier cosa que dijeran los demás, Kakashi no lo hacía si no tuviese nada que ver con las cosas que le gustaban e intereses.

—Ya sé que él no es como nosotros y su familia tampoco son de darle importancia a lo que digan sobre ellos— Obito agradeció en silencio que su abuela estaba menos enojada y no parecía ya querer darle más manotazos —Pero él es jefe de un clan. Y no pienses que por ser uno que ya está al borde de extinguirse no tiene peso. Hay tierras bajo su nombre y por ser quién es tiene derecho a votar al igual que los demás jefes de clanes. Su posición es importante y por lo tanto los demás jefes de clanes y cualquier miembro del consejo que esté interesado en los clanes estará atento a sí merece tener ese título o no. Y si pierde el título, aunque pase a su padre o hermano adoptivos por ser oficialmente agregados a su clan puede ser muy fácil que encuentren alguna razón para quitárselos. ¿Entiendes por qué es importante que no llame la atención de mala manera?

—No pueden quitarle su título por algo así. ¡Ni siquiera es cierto todo lo que dicen!

"Eso sería extremadamente estúpido e injusto" pensó indignado ante la posibilidad de que pudiera pasar.

—Por algo así no, pero te aseguro que debe haber algún carroñero interesado que puede usar esto como base para buscar más razones para hacer que el consejo piense que él no debería ser jefe de un clan.— resopló la anciana antes de encaminarse hacia dentro de la casa para buscar un asiento —¿Sabés cuántos Omegas lograron heredar? Nadie sabe qué serán hasta que lleguen a la pubertad y no tengo idea cómo es el clan Hatake, pero hasta el momento ningún clan le heredó el título a un omega. En nuestro Clan tuvimos una heredera hace unas generaciones atrás, pero en cuanto se presentó y resultó ser una Omega fue descartada y su hermano pasó a ser el heredero.

—Pero desde que Minato sensei se volvió Hokage el trato a los Omegas mejoró...— recordaba haber leído sobre esa mujer Uchiha debido a que debió estudiar a fondo la historia de su Clan. Y entendía qué quería decir su abuela.

>—Además es uno de los estudiantes del cuarto Hokage. Las acciones y los rangos como shinobis de sus tres estudiantes afectan también su posición. Así que si hay alguien interesado en hacer que el Hokage se vea mal ante el consejo o hasta el Daimyo puede usar a cualquiera de ustedes en su contra. Ya que haya desertado uno de los Sannin durante su mandato es malo. Si uno de sus estudiantes es degradado de su posición como jefe del clan también se reflejará en el Hokage.

—Maldita política...— masculló recordando cómo tuvo que mejorar no solo sus habilidades shinobi sino concentrarse en verse bien para el Daimyo. Tener al señor feudal de tu lado era necesario, pero aún más en su caso porque ser un Uchiha le recordaba al Daimyo y a su consejo a Madara.

—Puede ser, pero tú estarás metido en la política de la aldea y del Clan por mucho tiempo así que no te quejes tanto.— Obito estaba por quejarse pero recibió un palmazo en el hombro y decidió moverse rápidamente para no estar sentado tan cerca de su abuela —¡Y por eso mismo no puedes andar marcando con tu aroma a un Omega sin que lo estés cortejando! ¡O peor aún que marques como tuyo a un Omega sin que él lo sepa como ya lo hiciste!

—¡Abuela cálmate, no lo volveré a hacer!— gritó alejándose un poco más por si ella dejaba su asiento para alcanzarlo. Por suerte para él este día no estaba usando su bastón.

—¡Por supuesto que no lo volverás a hacer! ¡A ti seguro hasta te aplaudieron pero con él es todo lo contrario! ¡¿En qué pensabas?! ¡Y no me vengas con que a Kakashi no le importa lo que otros piensen de él!

—¡Nadie me aplaudió!— pero la mayoría lo miraba como si hubiera echo algo grandioso, especialmente los shinobis jóvenes. Aunque recibió algunas malas miradas de personas mayores. Solo los ancianos lo trataron con normalidad —¡Y no lo hice por lo que crees! ¡Todo lo que dicen no es cierto! ¡Yo solo...! Ya sabes... No fue por algo eh... ¡Sabés lo que quiero decir!

"No fue por algo sexual" quería decir pero decir cualquier cosa relacionada con sexo a su abuela le hacía morderse la lengua y enrojecer sin control.

Su abuela rodó los ojos negando con la cabeza al verlo así y si no estuviera aún enojada se hubiera burlado de él.

>—Solo estuve muy preocupado por no tener noticias suyas y lo extrañaba mucho, cuando lo vi hablamos un poco pero seguía un poco preocupado por él... Así que cuando me dió permiso para perfumarlo con mis feromonas me emocioné de más... No fue por lo que todos piensan, fue porque quería que supieran que él me tiene a mí y que le pateare el cu...— se detuvo no queriendo "hablar mal" frente a su abuela y decidió continuar sin exaltarse—... Que lo voy a respaldar. Quería que supiera que estoy cerca para respaldarlo ante cualquiera.

—Que lindo...— masculló sin verse para nada impresionada, pero luego sonrió un poco dejando de verse molesta —¿Por qué no empiezas a cortejar a Kakashi ya?

—¿Qué?— Obito se sintió perdido un momento antes de sentirse nervioso por el cambio de dirección de la conversación.

—Sé que todavía no huele como un Omega maduro, pero eso ya debe estar por cambiar. Además no va a ser mal visto porque eres el único alfa que lo anda rondando, todos piensan que estas interesado desde que eras un niño y con tu demostración de machito Alfa no sería una gran sorpresa que comenzaras un cortejo apropiado.

—A Kakashi no le interesan esas cosas aún abuela y no estoy listo para algo así, yo... No quiero arruinar nuestra amistad.

—¡No espero que te cases con él mañana Obito o que empieces un cortejo formal, pero haz algún movimiento al respecto! ¡Si sigues así yo estaré ya en las tierras puras para cuando intentes algo!

—¡No digas eso!— gritó horrorizado por la mención de de su muerte —¡Y lo digo enserio, no estoy listo para recibir un muy posible rechazo y no quiero incomodar a Kakashi con mis sentimientos!

—¡Hay por favor... ¿por qué te rechazaría?! Solo empieza a mostrarte no solo como su amigo, haz que se interese en verte como algo más. Instintivamente ya te elige, solo falta que también lo haga su corazón. Intenta hacer pequeños movimientos para tantear como reacciona, pero no seas irrespetuoso.

Se parecía a los consejos que recibió de sus invocaciones. Sin la mención de impregnar huevos en un estanque como mencionaron los sapos o comerse a la competencia y luego estimular a Kakashi hasta que aceptara tener a sus crías como sugirieron las serpientes. Prefería el concejo de su abuela.

—Está bien, voy a intentar ver si puedo gustarle como algo más que su amigo... Muy sutilmente.

—¡Muy bien!— cualquier rastro de enfado se esfumó y le sonrió muy animada, eso hizo sonreír a Obito. Amaba ver feliz a su abuela —Y ya te lo he dicho antes pero te lo repito: quiero ver a mis biznietos estando viva y no desde el más allá.

—¡Deja de decirme eso!— gritó antes de irse a su cuarto ya no queriendo conversar más sobre el asunto.

Obito se sorprendió un momento después al darse cuenta que cualquier rastro de angustia era muy bajo y no tenía ya el impulso de mantenerse encerrado en su cuarto lo más que pudiera. Aún se sentía inquieto, pero ahora era por una razón diferente.

Notes:

Hola! Tuve un pequeño problema de organización con mis estudios así que no tuve cabeza para actualizar los fanfic 😅

En teoría ya tengo el capítulo nuevo de Reiniciando, pero no me convence la cantidad de palabras. Muy probablemente corte el capítulo y también tiene algo que no me convence para publicarlo todavía 😫  pero igual ya estoy trabajando en ello.

Gracias por leer hasta aquí, espero actualizar pronto...

Chapter 15

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Obito tenía toda la intención de disculparse con Kakashi, no le había mentido a su abuela para aplacar su enojo. Pero no tenía planeado hacerlo esta noche o presentándose en su casa sin invitación.

Había visto a Kushina caminando sin estar acompañada por Naruto y su curiosidad lo llevó a acercarse para preguntar por el niño. No había visto a la Uzumaki desde que él lloró como un niño en su casa y lo recordó demasiado tarde, ella ya lo había visto acercándose como para retroceder.

"—¡Vamos juntos!" Le había gritado muy contenta Kushina luego de decirle que había dejado a Naruto con Kakashi.

Kushina se veía deslumbrante, se notaba que había disfrutado mucho su día a solas y estaba lista para volver por su alborotador favorito. Obito se alegró al verla tan contenta, no se había dado cuenta que ella estaba un poco agotada.

Estuvo tan entretenido escuchando a Kushina parlotear sobre todas las cosas que hizo que solo cuando llegaron a la propiedad Hatake recordó todos los rumores y especulaciones que hubo después de que lo marcó con sus feromonas.

"—Kakashi no está enojado contigo y Dai-san tampoco, hablé un poco con él y no estaba preocupado."

Eso ya lo sabía pero haber escuchado a Kushina confirmarlo lo hizo relajarse. De todas formas iba a disculparse. Aunque a Kakashi no le importe lo que digan, él se sentiría perseguido si no lo hacía.

Así que fue inesperado el encontrar que Kakashi en realidad sí estaba enojado con él...

Obito no sabía qué hacer, quería disculparse, pero a la vez cualquier discurso que preparó se esfumó de su mente en cuanto se dió cuenta de la hostilidad palpable del Omega hacia él y solo para él. Porque solamente a Obito miraba de reojo con el ceño fruncido.

Se movió por inercia siguiendo a Kushina en todo momento, participando en la conversación entre ella y Dai. Todos se habían dado cuenta de la reacción de Kakashi al tenerlo cenando en su casa, pero ninguno dijo nada al respecto.

Obito quería irse y dejar sus disculpas para otro día. Pero la mirada de Kushina lo había detenido cuando notó sus intenciones de huir. Cuando era niño esta situación lo hubiera hecho decir alguna estupidez producto de los nervios y causado alguna pelea.

Actualmente esta incomodidad lo estaba orillando a querer parecer menos intimidante y buscar el perdón del Omega. Y no le gustaba sentirse así, era incómodo, no sabía cuánto de lo que sentía era producto de sus instintos Alfa. Pero independientemente de si era por sus instintos o no, todo estaba intensificado porque se trataba de Kakashi. Sus sentimientos por el Omega lo hacían más sensible a lo que él sintiera.

Y ahora lo estaba volviendo loco. Porque inevitablemente se sentía culpable ante la posibilidad de que todo loque se dijo en realidad sí afectó a Kakashi. No creía que hubiera otra razón para que estuviera siendo tan inusualmente intenso con su mirada cuando normalmente es un chico relajado.

La conclusión fue que Obito la había cagado en grande y que Kakashi no volvería a confiar en él de forma personal.

Toda la cena transcurrió con esa sensación de su mirada sobre él y su palpable molestia. Obito no había querido mirarlo por costumbre, a Kakashi no le gusta que vieran su rostro descubierto y solo comía cuando sabía que nadie lo miraba. Pero si le hubiera devuelto la mirada le habría transmitido que sí captó el mensaje. Kakashi no lo quería en su casa, por un momento de debilidad había arruinado su amistad y cualquier posibilidad de lograr algo más...

Pero al final de la cena Obito notó que en algún momento Kakashi había dejado de fulminarlo con la mirada y aunque estaba con el ceño levemente fruncido se veía mas cómodo con su presencia.

Cuando lo vio irse a dejar los platos sucios en el fregadero junto con Dai casi se desplomó sobre la mesa. Ahora que Kakashi estaba más relajado se sentía más capaz de hablar con él y disculparse para intentar arreglar las cosas. Odiaba la idea de que todo se volviera incómodo entre ellos.

Vio a Kushina dejar a Naruto dormido no muy lejos de donde se encontraban, siendo rodeado por algunos ninken como si él niño necesitara vigilancia. Quería preguntarle a la pelirroja si tenía algún consejo. Así de desesperado estaba por el desplante que obtuvo de Kakashi durante casi todo momento desde que ingresó a la casa. Pero se contuvo porque Dai regresó solo y se sentó en su sitio.

El mayor de los Maito no parecía molesto con él a pesar que debió escuchar todo lo que se dijo de su hijo. Aunque casi no iba a la aldea desde que se asentó en las tierras que Kakashi heredó para ayudarlo con todo y entrenar a los niños que vivían cerca Dai no estaba aislado.

—Lamento mucho la actitud de Kakashi. No quiero justificar su actitud poco juvenil, pero está pasando por algunas cosas.

"¿Por mi culpa?" Quiso preguntar pero Kushina se sentó en ese momento sonriendo despreocupada.

—Los adolescentes pueden ser tontos a veces ttebane...— dijo Kushina antes de encogerse de hombros —Cuando yo lo era estaba enojada todo el tiempo, a veces con razón, pero otras veces solo porque era más fácil estar enojada que aceptar emociones más delicadas. ¡Estoy segura que hice llorar a muchos Anbu en esa época!

"No solo en esa época"
Obito no lo dudaba, desde que estaba tan cerca del Hokage sabía cómo los guardias ANBU esperaban no ser asignados a cuidar de Kushina. Pero sí dudaba de que la actitud se Kakashi se debiera a que es un adolescente que se levantó con el pie izquierdo hoy.

Aunque cuando Kakashi volvió con una bandeja con té y el que le entregó a él fue uno dulce sintió un poco de esperanza de que tal vez exageró. Y cuando lo escuchó pronunciar su nombre no se avergonzó por mirarlo esperanzado de que todo estaría bien entre ellos y que no había arruinado su amistad.

Kakashi se veía relajado, pero se notaba que estaba decidido a algo. Obito no sabía a qué, pero le sonrió de todas formas alentándolo a hablar. Dai y Kushina también se animaron al ver que la actitud de Kakashi había cambiado.

—¿Piensas en casarse algún día?

"¿Eh?"  La pregunta lo desconcertó tanto que solo parpadeó y luego se cuestionó si realmente escuchó esa pregunta.

—¿Eh?— No pudo contestar nada inteligente en cuánto notó que sí, definitivamente Kakashi le preguntó de la nada si pensaba casarse algún día.

Y luego remató ésta situación con otra pregunta al no recibir una respuesta suya.

—¿Aceptarías concertar un omiai?

"¿Esto es...?" Su mente se aceleró para darle sentido a las preguntas de Kakashi. Pero sus nervios le ganaron y no lo pensó demasiado.

"¿Es... Por su reputación? ¿Realmente es muy importante para él?"

Su mente no llegó muy lejos para buscar algún otro motivo para haber recibido esas preguntas. Su conclusión fue que todo se debía a las estupideces que decían producto de la forma en la que marcó con sus feromonas a Kakashi.

Y basado en su conclusión las preguntas y la actitud anterior de Kakashi se debían a qué quería que él se hiciera responsable. Muy responsable... Y eso lo llenó de nervios. Friendo sus neuronas como para tener alguna otra explicación...

"¡¿Esto está pasando?!

"¡Esto está pasando!"

"¡¿Qué hago?!"

Su mente era un caos. Casarse era algo que deseaba hacer en el futuro... La simple mención de hacerlo ahora o concertar un matrimonio le estaba causando una mezcla de vértigo y pánico. Lo sintió incorrecto, que haría algo malo si su boca se habría para contestar que sí aceptaría concertar un Omiai con Kakashi.

Él quería hacerlo, algún día, pero en circunstancias en las que no se sintiera presionado. Y especialmente si Kakashi correspondía sus sentimientos. Lo cuál en este momento no era el caso.

Pero si tenía que hacerlo ahora... Obito comenzó a mentalizarse en ganarse el amor de Kakashi.

Maldición... Está bien, lo haré!"

No todos los matrimonios comenzaban con amor. La vida de los miembros de un clan y shinobis los llevaban a casarse por otros motivos. Pero Obito vio a muchas parejas casadas amarse a pesar de sus comienzos fríos y calculadores. Así que aunque sintiera que se estuviera saltando varios pasos pensó en que sí, podía hacerlo.

No sería el primero en casarse de ésta forma y siendo tan joven...

Y en especial se convenció cuando su mente voló más allá y le proporcionó la imagen de Kakashi y él viviendo juntos... Y de pronto todo ya no le pareció una locura. Su pánico se esfumó para ser remplazado por lo que producía su muy activa imaginación... Hasta que una palma chocó contra su espalda haciendo que recordara que no estaba solo con Kakashi.

—¡No te asustes muchacho, esto no es una emboscada!— le gritó Dai antes de soltar una carcajada y trayéndolo al mundo real de nuevo.

—Kakashi-kun, Obito... es muy soso y casi igual de lento que Minato. Y creo que el matrimonio es algo que todavía no está en sus planes, algo normal porque es muy joven. Así que no lo espantes— era obvio que Kushina se estaba conteniendo con mucho esfuerzo para no reírse.

Fue en ese momento que sus neuronas comenzaron a funcionar lentamente de nuevo. Haciendo que se diera cuenta cuánto se perdió en sus pensamientos sin detenerse a pensar que podría estar malinterpretando la situación.

—¡No me asusté! Solo me sorprendió un poco el tema...— pudo decir avergonzado y con la voz estrangulada. Se sintió estúpido por haber pensado que estaba siendo acorralado para casarse.

Kakashi jamás le haría algo así.

—No me había dado cuenta de cuánto crecieron. Me hacen sentir un poco vieja. ¡Pero así es la vida dattebane!— Kushina lo ignoró. No pudo mantenerse serena por más tiempo y tomó con su brazo a Kakashi con cariño, así que seguramente lo estaba asfixiando —Seguro Minato y Dai-san te advirtieron de las propuestas que recibirás dada tu posición y por eso quieres saber qué piensa Obito. Después de todo al ser mayor ya pasó por ésto y tiene experiencia. Pero tienes que saber que ya estuvimos charlando y nos haremos cargo de cualquier pretendiente molesto.

 

Kakashi asintió y Obito sintió que su ceño se fruncía antes de poder controlar su expresión.

 

"¿De qué propuestas hablan? ¿Y por qué nadie me habló de esto?" Pensó y rápidamente se amonestó porque nadie tenía la obligación de hablar sobre esos asuntos con él.

 

Aunque sí se sintió un poco decepcionado de que Kakashi nunca le mencionara ésto. Porque si estaba preguntando sobre casamiento y arreglos matrimoniales significaba entonces que era un asunto que le importaba.

 

Pero se calmó mientras Kushina y Dai hablaban sobre el asunto. Estaba claro que nadie pensaba imponer las tradiciones ni expectativas que otros tuvieran sobre un Omega como Kakashi.

 

"Tal vez quería hablar de esto conmigo y por eso estaba tan raro."

 

Porque Kakashi siempre fue una persona reservada. Así que podía ser posible que pedir un concejo fuera algo muy estresante para él.

 

—...¡Claro que sí, es tan emocionante ttbane!— Kushina estaba contenta por lo que sea que dijo Dai y cuando soltó por fin a Kakashi, que parecía estar sufriendo por el agarre mortal de la pelirroja, lo vio alejarse con cuidado de ella. Se encaminó hacia donde Naruto dormía acompañado de los ninken.


Obito sonrió relajado, ya olvidándose se su vergüenza por haberse equivocado tan mal antes. Se enfocó en disfrutar ahora que estaba seguro que nadie en éste lugar lo odiaba o planeaba "obligarlo" a aceptar un matrimonio.

—Es increíble que se durmiera tan temprano y que lo hiciera voluntariamente. Siempre hace un alboroto...— dijo en voz baja para no despertar a Naruto antes de sentarse sobre uno de los cojines que estaban cerca del niño. Cuando Kakashi lo miró decidió charlar un poco antes de disculparse de una buena vez y no estancarse en el asunto  —Pensé que estabas molesto conmigo.

 

—Mah... ¿por qué lo estaría?— Kakashi no parecía incómodo y se encogió de hombros. Obito se preguntó si realmente no se dió cuenta de cuán intenso fue durante toda la noche al verlo actuar así.

 

—Bueno, ya sabes...— intentó controlar el movimiento de sus manos, a veces aún se le hacía difícil quedarse quieto —Que te marcara con mis feromonas de esa forma el otro día hizo que muchos hablaran. Así que creí que estabas molesto conmigo.

 

Obito tragó saliva esperando que no le dijera que en realidad sí estaba molesto con él. Lo entendería si lo estaba. Pero Kakashi solo levantó una ceja como si no viera el problema o si se estuviera enterando en éste momento de que era el tema principal de los chismes por el momento.

 

—No me afectan esos chismes.—  terminó diciendo Kakashi, como si fuera obvio.

 

Y en realidad lo era porque lo conocía lo suficiente para saber que los comentarios de extraños serían ignorados por él.

 

—Eso es bueno, supongo...— pero de todas formas a Obito sí le importaba, no podía evitarlo y de solo recordar las cosas que escuchó frunció el ceño. Suspiró porque era difícil no controlar su mal temperamento cuando se trataba de alguien que le importaba —Pero no me gusta que digan tantas estupideces sobre tí, fue muy molesto y grosero de su parte. Así que, aunque no te moleste, lo siento de todos modos porque fue mi culpa.

 

Kakashi se veía sorprendido y Obito no entendió por qué. ¿Acaso creía que le daría igual que hablarán mal de él? Pero luego dejó de mirarlo y cambió su expresión, no pudo distinguir si estaba incómodo o preocupado por algo.

 

—Eh... De todos modos, no volveré a perfumarte de esa forma. — quiso sonar relajado pero tal vez no lo logró, solo quería acabar con el silencio que se estaba formado entre ellos —No quiero causarte problemas.

 

Porque aunque a Kakashi no le importara no podía olvidar lo que su abuela le dijo. Pero lo siguiente que escuchó lo hizo dejar de lado las advertencias de su abuela.

 

—Puedes volver a hacerlo— ofreció Kakashi encogiéndose de hombros, como si fuera algo que no le importara —Pude oler tus feromonas en Rin y en Naruto, no creo que sea desagradable o un problema que hagas lo mismo conmigo.

 

Obito evitó suspirar aliviado o sonreír como idiota cuando se dió cuenta que Kakashi estaba intentando hacer que sonara como si fuera algo sin importancia, pero notó de todos modos que sí le importaba.

 

Controló su emoción para evitar que su imaginación tomara fuerza de nuevo y lo hiciera divagar como idiota. Éste era el momento en el que debía aclarar por qué las personas pensaron que hicieron más que solo perfumarse con sus feromonas.

 

Debía aclarar que él no lo hizo solamente actuando como su amigo.

 

—No fue lo mismo...— intentó explicar pero no pudo hacerlo. Kakashi seguramente haría preguntas y Obito quería confesar sus sentimientos... pero aún sentía ese temor al rechazo y se avergonzó por sus inseguridades. —Pero si de verdad no te molesta quiero hacerlo de nuevo. Aunque controlaré mis feromonas para que no sea tan notorio.


Terminó diciendo, convenciéndose de que si no se pasaba de la raya entonces estaría bien porque a Kakashi no le desagradaba.

—¿Tuviste problemas por los rumores?— fue una pregunta cargada de curiosidad y fue hecha cómo una ocurrencia tardía.

Obito aguantó las ganas de reírse sin gracia alguna. Luego de que su abuela se enfadara con él fue citado por el jefe del clan para que supiera que los ancianos estaban mas que descontentos con su forma de actuar. Luego se le entregó otra vez una pila de propuestas de matrimonio aceptables.

Y, como aparentemente los ancianos pensaron que Fugaku no fue lo suficientemente claro con él, fue interceptado más de una vez para que le recordaran que debía casarse dentro del clan para asegurar que el Kekkei Genkai tuviera más posibilidades de despertar en sus descendientes.

—No, bueno, nada fuera de lo habitual— resopló recordando todos los discursos que recibió —los ancianos del clan me regañaron y recordaron que soy un Uchiha, como si pudiera olvidarlo, y me dieron un discurso de que debo enfocarme en las omegas y betas del clan. Si escucho a alguno de ellos volver a decirme "a tu edad ya estaba casado y con hijos dignos del legado del clan" voy a desaparecer en kamui por un largo tiempo.

No estaba bromeando. Odiaba que todos los que nunca se interesaron positivamente en él de repente quisieran educarlo o guiarlo por el bien del Clan.

—Vi las propuestas matrimoniales que recibiste.— soltó de repente Kakashi, haciendo que los ancianos del clan se esfumaran de su mente.

Obito frunció el ceño confundido por lo que dijo y porque Kakashi estaba fallando en no demostrar que estaba inquieto.

>—¿Aceptarás alguna de esas propuestas? Puedes gritarme luego por husmear en tus cosas.

Esta noche definitivamente Kakashi estaba actuando extraño. Y Obito comenzó a atar cabos y analizar todo lo que sucedió desde que llegó a esta casa.

—¿Por eso estabas siendo raro conmigo?— preguntó incrédulo cuando llegó a esa conclusión.

—Mah... Usualmente dicen que soy raro, así que podría decirse que estaba actuando "normal".— Kakashi se encogió de hombros, pero una vez más notó que estaba fingiendo el estar tan tranquilo.

 

"¿Realmente le importa...?" Negó con la cabeza ante el intento de su mente de dejarse llevar.

 

A Kakashi podría importarle todo el asunto de los pedidos de matrimonio de su clan, pero no de la forma en la que Obito quería. Su preocupación podría ser puramente por amistad y no porque estaba celoso. Así que dejó su interés personal a un lado.

 

Se concentró en que si esto era algo que le preocupaba a Kakashi debía aclarar sus dudas e intentar no volver raras las cosas entre ellos.

 

—Bakashi... Para ser un genio a veces puedes llegar a ser más idiota que yo— decidió usar su apodo para insultarlo y quitar esa inseguridad que le quedaba muy mal, no le gustaba verlo así. Prefería que fuera molestarme presumido o falsamente desinteresado —Nadie va a hacer que acepte casarme con alguien que no quiera, no lo haré ahora ni nunca. Con quién decida estar no es asunto del clan por mucho que quieran que lo sea. No soy tan voluble como lo era antes para obtener la aprobación de mis parientes.

 

Y era cierto. Sabía que en algún momento tendrían que decidir si Obito debía seguir perteneciendo al clan o no. Él podría ser muy devoto en su trabajo para hacer que sus parientes no sufrieran el mismo destino que en su anterior vida, pero no les debía nada a ellos. A la única persona dentro del clan a quien le debía respeto era a su abuela. Así que no volvería jamás a trabajar duro en agradarles e intentar pertenecer.

 

Y cuando captó un leve rastro de las feromonas de Kakashi delatando que estaba feliz por su respuesta evitó sonreír por poco, olvidándose de cualquier otra persona. Podrían ser sus instintos o su enamoramiento, pero supo que sería débil ante Kakashi de una forma vergonzosa.

 

—Tienes... Suerte de que no pueda enojarme contigo, al menos no mucho.— decidió decir, concentrándose en no decir nada estúpido que delatara cómo su corazón latía un poco más rápido de lo normal al ver a Kakashi relajado y aún complacido con él —Pero esas propuestas eran privadas, no vuelvas a abrir documentos sellados por el clan que encuentres en mi casa.

 

Eso último lo agregó para que Kakashi no creyera que podía salirse con la suya solo porque eran amigos.

 

—Esta bien— pero Kakashi claramente no tomó en serio su advertencia por la diversión en su mirada  —Aunque no deberías dejar documentos importantes en el genkan, cualquiera podría leerlos.

 

Obito rodó los ojos sabiendo que no debía sorprenderse si lo atrapaba haciendo exactamente lo que le pidió que no hiciera recién y luego suspiró mirándolo con el ceño fruncido.

 

—No cualquiera. Son muy pocas las personas a las que permito ingresar cuando no estoy presente. No solo porque no quiero a cualquiera entrando y saliendo de mi territorio, sino porque mi abuela está ahí y no quiero a nadie que la incomode o altere rondando cuando yo no estoy para protegerla.— aclaró esperando no revelar demasiado con esto. Kakashi era importante para él y francamente era la persona más feliz del mundo cuando sentía algún rastro de las feromonas Omegas en la entrada de su casa o en la cocina y sala donde pasaba de vez en cuando él tiempo con su abuela. —Solo no lo hagas de nuevo.

 

Pudo divisar de reojo cuando miró a Naruto que Kakashi se movió en su sitio tal vez entendiendo la seriedad de sus palabras. Porque Obito le estaba entregando su confianza cada vez que le permitía entrar en su casa, su territorio, este o no presente en el lugar. Y debía saber ya que nadie más que él podía hacer eso sin poner nervioso o alterar algún instinto Alfa.

 

—Husmear en tu casa estuvo mal... No va a volver a pasar— dijo de forma estoica y monótona. Como si él disculparse y sentirse culpable por algo fuera demasiado para él.

 

Obito se sintió un poco culpable por verlo así, sabía que Kakashi no manejaba muy bien las emociones y socialmente no era el mejor. Pero estaba haciendo el intento, sin sacar algún libro para ocultarse de la situación incómoda como usualmente haría.

 

—¿Eso fue una disculpa?— Obito decidió que lo mejor sería no hacer de todo algo aún más incómodo. Sonrió burlón porque sabía que hacer enojar a Kakashi haría que dejara de verse tan incómodo. —Aww... Bakashi ésta es otra cosa en la que sigues sin ser bueno. Pero está bien, es entendible, dicen que los genios pueden ser bastante torpes...

 

Y sus burlas funcionaron al verlo dejar de verse tan lamentable. Ésta vez sonrió sincero al mirarlo. Pero su sonrisa se fue cuando Kakashi se acercó más hasta quedar  sentado frente a frente.

 

"¿Qué está haciendo?" Se preguntó confundido.

 

Las feromonas Omegas fueron tan claras para él que supo que Kakashi lo estaba haciendo a propósito. Más aún cuando las dulces feromonas lo alertaban de estar frente a un Omega angustiado...  Porque pudo ver en la mirada de Kakashi que no estaba para nada angustiado. Así que estaba manipulando sus feromonas de esa forma por alguna razón.

 

Pero aunque sabía que no era cierto aún así ese truco funcionaba. Sus instintos gritaban que hiciera algo para hacer sentir mejor al Omega. Y más aún cuando Kakashi se encogió un poco de hombros y agachó su cabeza haciendo que su flequillo tapara su mirada.

 

Se veía... Tal como describían a los omegas en los libros que leyó sobre ellos. Pequeño, frágil, lindo... Definitivamente manipulando.

 

—Obito...— y su voz sonó baja y tan suave. Se sintió como si estuviera siendo guiado hacia un lugar peligroso. Uno al cual iría con mucho gusto.

 

"Estoy perdido..." Aceptó sintiendo lástima por sí mismo.

 

Ya sabía que tenía una debilidad por Kakashi, pero ésto lo hizo saber que esa debilidad era enorme. Su mirada de cachorrito, su voz, todo en él era tan perfecto.

 

—Realmente quería disculparme antes, pero si no lo hice bien entonces fue inútil ¿Verdad?— habló en el mismo tono de voz y se encogió un poco más mientras volvió a desviar la mirada de cachorro a sus rodillas antes de volver a mirarlo de nuevo con sus hermosos ojos de forma tan, pero tan adorablemente lastimera que Obito se sintió apuñalado en el corazón  —Lo siento mucho ¿Me perdonas Alfa?

 

"Alfa... Me llamó Alfa" repitió en su mente sabiendo que eso fue todo. Su corazón latió sin control y dejó que sus instintos tomaran un poco el control al hacer que sus feromonas respondieran a las de Kakashi.


—Maldición... S-sé lo que estás haciendo— porque esto era porque se burló de su disculpa. Pero de todos modos ya estaba más que afectado por su forma de actuar y las feromonas.

Quería consolarlo, abrazar y hacer cualquier cosa para hacer sentir seguro y feliz al Omega. Así que además de hacer que sus feromonas fueran lo más acogedoras posible, antes de darse cuenta, su mano terminó sobre la cabeza de Kakashi y frotó su cabello suavemente.

"Es tan suave..." Pensó sorprendido.

A pesar de no estar levantado por la banda para la cabeza que usaba su cabello siempre se veía un tanto "estático" así que creyó que le daría electricidad estática cuando lo tocara.

Cuando las feromonas Omegas comenzado a hacerle saber que estaba contento y complacido con la situación Obito no se alejó. Kakashi ya no estaba jugando con él y eso lo hizo peor. Porque a penas podía contenerse al ver cómo sonrió sin contenerse y cerró los ojos inclinándose hacia su mano complacido por el contacto. Estás fueron acciones sinceras, ya no estaba actuando. Kakashi se sentía realmente cómodo con Obito.

 

—Aww... Eres débil ante las feromonas de alguien tan torpe— dijo aún sonriendo y alejándose un poco.

 

—Eso no fue justo Bakashi— logró decir controlándose de a poco.

 

Kakashi se encogió de hombros viéndose totalmente complacido por haberlo manipulado antes de que ambos notaran que alguien se acercaba.

 

—¡Hora de irnos Obito! ¡Ya es muy tarde, ttbane!— dijo Kushina sonriendo antes de golpearlo con la palma de su mano en la nuca. Cómo hizo su abuela solo que con mucha más fuerza antes de verla tomar a Naruto en sus brazos.

 

Obito supo por qué lo golpeó así, debió estar llenando el lugar con sus feromonas. Pero de todos modos masculló que estaba loca.

 

La noche parecía que terminaría de buena forma. Obito sabía que estaba sonriendo como idiota y que Kushina planeaba burlarse durante todo el camino, pero todo cambió cuando una mujer Anbu apareció buscando a Kakashi.

 

Esa mujer no reveló nada, pero de todas formas cuando Kakashi se fue junto con ella supo que algo grave había ocurrido. No perdió el tiempo al dejar a Kushina y a Naruto en la casa Uzumaki para ir con el Hokage para saber cuál era el problema.

 

Y cuando Minato le dijo que el problema era nada menos que Orochimaru traicionando a la aldea sintió su sangre hervir de rabia.


Había estado tan ocupado intentando no enloquecer por sus recuerdos abarrotados y convivir con todo lo que hizo en su anterior vida que dejó de lado lo que los demás hicieron....

Danzo no era el único problema del que debía prestar atención y deshacerse.

Los recuerdos que recuperó eran demasiados... Para poder recordar algo en específico debía concentrarse mucho y era doloroso.

Hasta hace muy poco su cabeza parecía que explotaría y lograr bloquear la mayoría de ellos de su cabeza fue un alivio. Pero Orochimaru no era cualquier persona, él era un verdadero peligro.

Y sabiendo aquello fue difícil contenerse cuando escuchó a Minato decirle a Hiruzen que envió a los mejores escuadrones de rastreo Anbu. El equipo de Kakashi sería uno de escuadrones.

Una parte de él quería salir y acompañar a Kakashi o hasta hacerse cargo de esa misión él solo. Pero se contuvo. No podía cegarse por sus sentimientos. Sabía que Kakashi y su equipo eran capaces de este tipo de misiones.

Además, luego de tomarse un momento para pensar, recordó que Orochimaru al huir de la aldea había tenido un altercado con el tercero. No estaba seguro de cuánto de lo que ocurrió en su anterior vida volvería a ocurrir en ésta. Habían muchos cambios... Pero aún así sabía que los Anbu asignados al tercer Hokage no era el escuadrón de Kakashi.

Así que resistió el impulso de dejarlo todo para ir detrás de Kakashi. En cambio decidió usar un método de precaución, por si en ésta ocasión las cosas no sucedieran como las recordaba.

Invocó a unas serpientes que aceptaron hacer un contrato con él. Casi todas eran pequeñas, pero Aki era de gran tamaño. No tanto como su innovación principal, pero lo suficiente para luchar contra la invocación de Orochimaru si era necesario.

Aki podría darle tiempo para escapar a Kakashi si lo necesitaba.

Y más tranquilo sabiendo que si su invocación no podía con la situación podría saberlo e ir hacia ese lugar se concentró en las órdenes que le dió Minato.

Notes:

Hola! Debí actualizar antes... sinceramente lo olvidé, perdón ja

El punto de vista de Obito está atrasado, pero ya va a alcanzar a la otra historia o al menos eso espero. En la mente de Obito, él ya se casó y se convirtió en padrastro de los perros de Kakashi jajaja

Gracias por seguir leyendo y comentar a quienes comentan aunque tarde o olvido contestar (perdón por eso último) voy a estar por actualizar alguna de las otras historias pronto! 💕

Chapter 16

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Obito comenzó a aceptar que tal vez los dolores de cabeza serían parte de su vida por el camino que eligió seguir. Los jefes de los clanes más influyentes tuvieron una reunión con el Hokage y la tensión era muy fuerte. Y era su deber acompañar a Minato. Decir que todos estaban indignados con la situación era poco.

Las cosas se tornaron desagradables durante esos momentos. No hubo gritos pero aún así la tensión, los comentarios afilados y el desagrado mal contenido de muchos era suficiente para hacer de esa reunión una muy agitada.

Lo único de lo que estaba seguro Obito era que quería decapitar a Danzo. Cada vez que abría la boca era para meter cizaña.

—Claramente faltó un liderazgo más duro. Konoha está en decadencia desde el anterior mandato...— lo escuchó decir haciendo que apretara los puños fuertemente. No quería exaltarse y darle más municiones al anciano —La deserción de Orochimaru será de conocimiento de las demás aldeas shinobi en cuestión de horas, es inevitable ya la fuga de esa información. Él no solo es uno de los tres sannin, también es el alumno del tercer Hokage y logró burlarse de él durante años. ¿Qué piensas hacer al respecto Minato?

Obito frunció el ceño por la forma tan despectiva y altanera en la que ese viejo se dirigía siempre a Minato.

—Daré la orden de regresar de inmediato a Lady Tsunade y a Jiraiya. En éste momento hay que mostrar un frente unido ante las demás aldeas... Por ello les pido su colaboración a ustedes, líderes de los clanes principales, para no causar más caos del que ya hay en éste momento.

Cómo era de esperarse el clan Hyuga y el suyo fueron los que más quejas presentaron. Pero aún así aceptaron junto con los demás no causar ningún alboroto público.

Obito tenía dolor de cabeza y no sabía si se debía a que se forzó a recordar todo lo relacionado con la fuga de Orochimaru o por estar en aquella oficina tragándose sus comentarios.

Acompañó a Fugaku fuera de la torre del Hokage luego de recibir una orden silenciosa de Minato para que lo dejara a solas con Danzo.

—Tuvimos muchas pérdidas durante la guerra y la mayoría de los cuerpos que no logramos recuperar eran de los shinobis más jóvenes.

—Fugaku...— ya sabía hacia donde quería llegar con esto.

—No me importa lo que quiera Minato, si esa serpiente profanó a los nuestros debe morir. No vamos a dejar pasar ésto Obito, los Uchiha no lo vamos a olvidar. Lo apoyaremos por el momento por el bien de la aldea... para no retroceder con el progreso que logramos hasta ahora. Pero si piensa otorgarle el perdón a ese traidor nuestro apoyo se acabará.

Asintió esperando que su clan no peleara por el acuerdo que Fugaku hizo para mantener todo tranquilo entre los clanes y el Hokage. Los Uchiha estaban saliendo del "exilio" impuesto por ellos mismos desde la época de la fundación de la aldea y por los demás aldeanos por los prejuicios que los rodeaban.

Un retroceso ahora podría dar pie a algo a lo que Obito le revolvía el estómago.

"La masacre... Yo ayudé, pero quién trabajó por años para eso fue..."

—Danzo— lo nombró sin ningún honorífico al verlo caminar hacia él por el pasillo.

Sabía que la única razón por la que ese hombre se acercaba de esta forma sería para poder decirle algo. De otra forma lo ignoraría y jamás se lo cruzaría en los pasillos.

—Uchiha Obito, oí muchas cosas prometedoras sobre ti. Pero nada compensa los errores que cometiste en tu última misión, claramente ser blando fue algo heredado de tu maestro.

Obito sonrió levemente y dió unos pasos más cerca del anciano. Notó a pesar de la falta de expresión y movimiento del anbu que acompañaba a Danzo que esa cercanía le preocupó.

—Al único a quién le debo explicaciones sobre las misiones es al Hokage. Y usted no lo es, nunca lo fue y jamás lo será— quiso reír por el desagrado en el anciano por lo que dijo. Pero no le dio tiempo a que le exigiera respeto o alguna estupidez parecida que no merecía de su parte —Y debería agradecer esa "debilidad" de la que tanto se queja. Si no fuera por aquello ya me hubiera encargado de quitar cada raíz podrida de Konoha sin importar qué tanto me ensucie.

—Ten cuidado con...

—El Hokage me está esperando— lo interrumpió dejando claro que Minato era mucho más importante que él. Estaba por alejarse cuando inevitablemente su vista se dirigió al brazo vendado y oculto de Danzo. —El clan Uchiha va preguntar... dónde colocó Orochimaru los sharingan que robó. Voy a disfrutar arrancando cada ojo...

No se molestó en ocultar su asco antes de alejarse sin ver la cara de ese hombre. Hizo una nota mental para mantener a Shisui vigilado, si algo llegaba a pasarle Obito no iba a contenerse.

Él no fue cercano a su primo en su anterior vida. No tenía recuerdos residuales del mocoso, solo personas mencionando su nombre y lo especial de su mangekyo sharingan. Pero en esta vida eran cercanos, Shisui a pesar de ser menor lo ayudó a entrenar y fortalecer su manejo del sharingan. Su primo se convirtió en un pariente al que de todo corazón consideraba como un familiar.

Mataría al anciano antes de permitir que pusiera sus asquerosas manos sobre él.

Cuando volvió a ingresar a la oficina suspiró aliviado al ver que el Hokage se encontraba solo. O más bien casi solo, sus guardias Anbu estaban ocultos en la oficina, pero ellos no hablarían así que Obito hizo como si no supiera que estaban escuchando todo.

—Danzo quiere que renuncie y al parecer creé que el concejo pensará igual que él en la siguiente reunión.— Minato no se veía preocupado por lo que dijo. Pero si tenía una tensión por todo lo que estaba pasando que ahora no disimulaba. Obito no lo juzgaría.

—Hokage... No es buena idea que siga manteniendo a los Anbu de Raiz bajo las órdenes de Danzo. Los intereses de ese hombre ya no son exclusivamente para proteger a Konoha— dijo aunque dudara que alguna vez ese hombre se guiara por su creencia de hacer todo por el bien de la aldea —él solo aspira el poder. Y estoy seguro que tuvo algo que ver con que la clandestinidad de los experimentos de Orochimaru pasara desapercibida por tanto tiempo.

—Yo también pienso lo mismo. Ya sospechaba que había ocultado algo más que su fuerza militar Anbu. Pero excluirlo del concejo y sus beneficios por unas sospechas no fue posible, más aún cuando Hiruzen lo respaldó.

—Es peligroso que siga teniendo poder.

—Lo sé— suspiró masajeando su frente antes de mirarlo. —Mis Anbu de confianza están trabajando no solo para capturar al traidor, sino para conseguir cualquier prueba que incrimine a cualquiera que haya facilitado la traición de Orochimaru.

"Kakashi..." No pudo evitar pensar en él y tal vez fue muy obvio porque Minato le sonrió.

—Él sabe cuidarse, es uno de los shinobi más competentes y tiene un gran su escuadrón.

Obito sabía perfectamente las habilidades de Kakashi a pesar de no contar con el sharingan como en su anterior vida. Pero no podía evitar preocuparse.

Esperaba que Aki estuviera haciendo bien su trabajo al rastrear y proteger a Kakashi en caso de que hubiera algún encuentro con Orochimaru.

—Mas bien deberías preocuparte por Mitarashi— volvió a hablar Minato haciendo que Obito frunciera el ceño.

—Anko no traicionaría a Konoha— no lo hizo en su anterior vida y a pesar de los cambios que ocurrieron en esta nueva vida sabía que ella era leal a la aldea y que jamás hubiera mirado hacia otro lado ante los experimentos que él Sannin hacía con los niños y adultos de la aldea. —Y tampoco me traicionaría a mí.

Porque Anko es su amiga, una de las más cercanas y la conocía más que muchos de sus amigos. Ella podía tener una personalidad un tanto retorcida para algunos asuntos, pero nunca hubiera aceptado y seguir viendo a la cara a Obito si hubiera sabido como su maestro le quitaba el sharingan a los Uchiha con los que lograba experimentar.

—Eso lo sabremos pronto— concluyó Minato dando a entender con su tono que Anko sería interrogada sin excepción —Y aunque no sea una traidora el sello en su cuello me preocupa.

Obito apretó los labios para evitar maldecir... había pasado por alto esa marca. No tenía control total sobre sus recuerdos de su vida pasada así que no lo había tomado en cuenta.

>—No te preocupes Obito. Haré que Kushina se encargue de estudiarlo cuando Mitarashi deje de ser considerada un peligro. Y también pienso hacer que Jiraiya le eche un vistazo cuando regrese.

Obito asintió aunque se sentía impotente por no poder ayudar a su amiga. Pero se concentró en ser de ayuda para Minato.

Francamente pensaba en ocuparse de Orochimaru en estos momentos sería inútil. Sí de alguna forma ésta vez lograran capturarlo y regresarlo a la aldea y terminara siendo ejecutado por sus crímenes esa serpiente lograría revivir. No estaba seguro pero probablemente Anko no era la única con aquella marca de maldición. Debían encontrar una forma de eliminar esos sellos.

"Hay que mantener a Kabuto en Konoha..." Recordó a ese tipo, sin él pensó que Orochimaru no hubiera durado tanto tiempo.

Ese chico había superado a su maestro y sería desagradable tenerlo como enemigo. Y aunque no podía recordar cuando fue que Orochimaru lo convenció de irse con él esperaba estar a tiempo para alejarlo del Sannin. Aunque supuso que era demasiado tarde para alejarlo de raíz. No estaba seguro si Danzo ya había visto su potencial y puesto sus creencias en él... sería difícil hacer que ese chico dejara a un lado el odio hacia Konoha sería difícil si ese fuera el caso.

Era de madrugada para cuando pudo ir a preguntar si habían algún avance con el interrogatorio de su amiga. Quería verla para comprobar que Anko estuviera bien. Pero lo único que consigo ver fue a Tetsu siendo retirado del lugar por el hermano del jefe de su clan Hyuga.

Eso enfureció a Obito.

No era justo que Tetsu se librara de todo tan rápido por la influencia de su clan. Así que en vez de seguir su camino de vuelta a la oficina del Hokage retrocedido y exigió ver a Anko. Sus exigencias, por supuesto, fueron ignoradas.

—¡No van a conseguir nada revolviendo su cerebro, Anko no es una traidora y no tuvo nada que ver con las porquerías que hizo su maestro!— gritó a un Yamanaka que no le daba ninguna información y tampoco lo dejaba ver el estado de Anko —¡Que no tenga a un Clan respaldando su inocencia no significa que esté sola y que puedan jugar con su memoria!

—¿Y quién va a respaldarla? ¿Tú?— alguien más salió a tratar con él cuando fue obvio que no se iría.

Obito gruñó molesto y miró sin ocultar que estaba desconforme con el trato diferente con Anko y Tetsu.

—Por supuesto que voy a respaldarla— respondió sin dudarlo a Ibiki. Fueron muy pocas las ocasiones en las que tuvo que tratar con él y entendía por qué muchos lo trataron con cautela.

—Espero que esa afirmación no se te regrese de mala manera Uchiha Obito— resopló Ibiki poco impresionado por su actitud —El interrogatorio de Mitarashi ha terminado. Así regresa con el Hokage y sigue con tu trabajo.

—Quiero verla— frunció aún más el ceño al ver una leve sonrisa por su pedido.

—A menos que tengas un permiso del Hokage las visitas están prohibidas.

Y dicho aquello Ibiki le dio la espalda y se alejó. Obito retuvo sus impulsos y dándole una última mala mirada al Yamanaka que seguía en el lugar regresó a la oficina del Hokage.

Nara Shikaku estaba con Minato con una expresión sería y muy atenta, muy poco común en el hombre usualmente pasaba de estar cansado a fastidiado cuando estaba en esa oficina.

—Hacerse cargo de Raíz va a ser un trabajo largo y francamente no creo que se logre con éxito, habrá muchas rebeliones con esos Anbu por la lealtad que le tiene a Danzo. Pero junto con Inochi cumpliremos esta tarea lo mejor que podamos Hokage-sama.

 

—Sean discretos y preparen todo mientras alejo del concejo a Danzo. En cuanto sea apartado ustedes comenzaran su tarea de desarticular Raíz.

 

Obito fue a su sitio en silencio mientras revisaba documento tras documento. Había que mantener un registro de todo y mantenerse comunicado constantemente con los jefes de los clanes para mantener el orden. Así que él fue el encargado de hacer aquello.

 

Mientras Minato se mantuvo en contacto con el concejo de Daimyo que ya estaba al tanto de la situación de la aldea.

 

Para cuando se dió cuenta ya estaba amaneciendo y Obito estaba a punto de pedirle a Minato que lo dejara sumarse a la búsqueda con los Anbu. No estaba hecho para estar detrás de un escrito y ser diplomático, al menos no aún...

 

Pero se abstuvo de quejarse porque debía ser un apoyo para Minato y no darle más problemas. Dejaría sus quejas y su pedido de volver a su trabajo como shinobi para otro día. Más temprano que tarde dejaría claro que estaba listo para dejar atrás el honor de ser asistente del Hokage.

 

Estaba informando cómo se estaban comportando los clanes cuando golpearon la puerta y supo que se trataba de un escuadrón Anbu. Ya había llegado un halcón con un pergamino que avisaba que el tercer Hokage estaba siendo tratado en su hogar por un ninjas médicos. Sus heridas eran menores y sanaría rápido, que Hiruzen fue herido debía mantenerse en secreto.

 

Así que con ese aviso sabían que al menos un escuadrón ya había regresado a la aldea. Y casi suspiró aliviado al ver a Kakashi entrar a la oficina. Aunque su alivio se esfumó mientras lo escuchó relatar de forma monótona los hallazgos que su equipo encontró en los laboratorios que revisaron y luego como se enfrentó a Orochimaru...

 

—Mientras tanto ocurriría aquello ordené a Cat mantenerse como respaldo y me enfrenté a nuestro objetivo. No logré hacer un daño significativo. Y al principio de la pelea fue dañado por una serpiente que escondía un sello explosivo, lo cual Orochimaru adjuntó como algo hecho por el tercero. El alcance de la explosión logró alcanzarme, intenté seguir luchando mientras Cat luchaba contra las invocaciones del objetivo. A pesar de nuestros esfuerzos logró superarnos y no pudimos seguir con la misión de recuperación del objetivo una vez que él invocó a la serpiente conocida como "Manda" para que luchara contra una serpiente que lo atacó mientras luchaba conmigo, impidiéndonos avanzar también. Al no poder completar la misión decidí asegurar al tercero y los hallazgos del laboratorio.

 

Sintió su pulso acelerarse y aguantó las ganas de gruñir frustrado. No entendió por qué Kakashi decidió enfrentarse solo contra Orochimaru. Sabía que los Anbu estaban preparados para enfrentarse a enemigos del nivel de un Kage, pero si formaban parte de un escuadrón se suponía que él escucharon debía manejarse como su fueran uno solo para ganar contra un oponente del nivel de un Kage o Sannin.

 

—¿Hay algo más que debas informarme?— preguntó Minato a Kakashi. Lo vieron negar en silencio como respuesta y Obito frunció el ceño preocupado por la tensión en la postura de Kakashi.

 

Debía invocar a Aki para ver si estado, ella debía estar bien porque sino alguna de las demás invocaciones lo hubieran alertado. Y por lo que escuchó ella cumplió su misión, pero necesitaba saber los detalles.

 

—Pueden irse equipo Ro, pero esto no se acabó. Pronto serán enviados como equipo de búsqueda, quiero que encuentren cada escondite que Orochimaru tenga dentro y en las cercanías de la aldea. Y luego de que las negociaciones con Kumogakure acaben tendrán la tarea de encontrar cualquier rastro de Orochimaru.

 

Y luego de que Minato los despidiera todos se fueron en silencio.

 

No pudo alejar su vista de Kakashi mientras se alejaba. Inevitablemente recordó al Kakashi de su anterior vida y pudo notar algunas diferencias. El Kakashi actual, con el que creció y maduró, no se veía tan desgarbado por su crecimiento durante la adolescencia, tampoco tan pálido y se notaba que se estaba alimentando bien. Y lo más notable era que no estaba encerrado en si mismo, no estaba hundiéndose en la oscuridad sin control...

 

"Le está yendo bien en esta vida" concluyó a pesar de que sabía que nada era color de rosa, pero esta vez no estaban solos luchando contra sus demonios.

 

—Minato sensei...— dijo llamando su atención porque usualmente cuando agregada "sensei" era porque iba a pedirle algo o darle una opinión personal —Kakashi no debe permanecer como Anbu por más tiempo.

 

No era por menospreciar las habilidades de Kakashi, pero las circunstancias ya no eran las mismas y ambos sabían que para sobrevivir en Anbu tenían que tener cierto perfil.


—No interfieras en sus asuntos Obito, Kakashi sabe lo que es bueno o no para él.

Obito asintió a regañadientes y siguió con su trabajo. Y entre entrega de pergaminos y avisos acosaba a la división de inteligencia y tortura. No podía dejar a un lado a Anko y darles la idea de que nadie la respaldaba realmente.

Se había mantenido tan absorto en sus tareas que se sorprendió cuando una de sus serpientes salió del cuello de su camiseta para mirarlo fijamente y recordarle que debía hablar con Aki. Minato no se había inmutado por la aparición de esa pequeña y solo le hizo un gesto para que saliera un momento si lo necesitaba.

Ambos estaban cansados y entraban sus respectivas camas. Aunque evitó demostrar su cansancio, seguramente Minato se sentía peor porque no había podido ver a su esposa e hijo.

No se había ido muy lejos, aún tenía que estar detrás de los clanes para apaciguarlos y que no molestaran a Minato. El Hokage ya tenía las manos llenas con el consejo molesto por su decisión de quitar a Danzo de su autoridad, Minato los estaba manteniendo a raya pero aún así se hacían escuchar.

Pero, como logró que el Daimyo apoyara su decisión y que pensara en una restructuración del concejo de la aldea, los ancianos se estaban midiendo para no ser parte de esa muy posible reestructuración.

Obito hubiera querido no estar junto a Minato mientras tuvo la última reunión con el Daimyo ya que obtuvo una invitación, que claramente no podía rechazar, para ir como intermediario del Hokage a la capital para "tratar asuntos importantes". Minato se había disculpado por ello y le dijo que el Daimyo aún le recordaba que hubiera preferido que Jiraiya fuera el Hokage así que aún tenía que hacer malabares para obtener su aprobación para algunas cosas. Pero en sus últimas reuniones también preguntaba por el Uchiha agradable, el que no es espeluznante.

A Obito no le había dado gracia la descripción. Pero no iba a quejarse, tener el favor de Daimyo era bueno.

Cuando llegó al techo de la torre, no sin antes ir a molestar a los Yamanaka que no le dejaban ver a Anko, se sorprendió al ver a su invocación con el ojo herido.

—¿Tú vista está bien?— tocó lo más gentil posible el párpado del ojo cerrado e hinchado de Aki sintiéndose culpable. Había asumido que ella había salido ilesa de su misión cuando sus serpientes mensajeras le habían informado que esperaría a que él estuviera desocupado. —¡¿Oh mi adorable Aki qué te hicieron?!

Tal vez no muchos describirían como adorables a las serpientes, más aún a las que eran del tamaño de Aki o su invocación principal Chie. Sus colmillos tenían el largo para atravesar una cabeza humana y sus ojos eran intimidantes. Pero para Obito sus chicas eran hermosas y adorables, aunque no tanto cuando estaban tentadas en comer a sus compañeros sapos.

—Me veo ruda...— siseó Aki rodeándole y dejando que él acariciara su cabeza como su estuviera acariciando un gato enorme. —Manda intentó comerme, Amo. Pero cumplí mi misión y le di tiempo de escapar a tu hembra...

—¡Ya dije que dejen de llamar de esa forma a Kakashi!— negó con la cabeza, desde que había cometido el error de pedir concejo a sus invocaciones ellas comenzaron a referirse de esa forma cuando mencionaban a Kakashi. Suspiró dejando pasar el asunto para no desviarse del tema principal —Gracias Aki, hiciste un gran trabajo.

—Lo sé... Pero Amo, deberías advertirle a tu hembra que no use su cuello de carnada. Tengo entendido que los Omegas son marcados por los Alfas en ese lugar. Y que aunque no estén maduros si son mordidos en ese lugar pueden hacer que se sientan inclinados a buscar a quién lo marcó cuando maduren. También rechazar instintivamente a otros Alfas hasta que el efecto se vaya, si no es que reciben una marca definitiva de quién lo marcó antes de que madurara como Omega...

—¡¿Qué hizo qué?!— gritó horrorizado a te la idea de que Orochimaru lo marcará o le pusiera una marca de maldición.

—Orochimaru estaba muy atraído por morderlo y usó ese interés para intentar dañarlo. Casi lo logra pero si no intervenía era muy probable que terminara siendo marcado.

—¡Se volvió loco! ¡¿Cómo se le ocurre hacer algo así?! Claramente iba a ser mordido... ¡Ese fue un movimiento muy estúpido!

Obito se quejó hablando consigo mismo en voz alta mientras su invocación lo rodeaba cada vez que se alejaba para despotricar al alrededor de frustración. No sabía si era el cansancio acumulado por ser el que se llevaba últimamente la peor parte de los insultos de los jefes de los clanes, en especial del de los Hyuga, o que lo que lo hizo explotar fue algo relacionado con Kakashi.

Cuando se desahogó se sentó en el suelo del techo siendo totalmente ocultado por la serpiente que lo rodeaba. Aspiró y exhaló aire varias veces como le habían enseñado para controlar su mal humor. No tuvo mucho efecto ese ejercicio pero de todos modos lo hizo hasta que se controló un poco y hizo las señas antes de invocar a un pequeño sapo mensajero. El cuál casi se desmayó al ver que lo invocó sobre el cuerpo de una serpiente.

—Lleva ésta nota a la casa de Kakashi. Puedes entregársela a su familia si él no se encuentra ahí.

Y dicho aquello el pequeño sapo se fue y luego se despidió Aki. Cuando regresó se desquitó con quienes mantenían a Anko en aislamiento antes de ir con Minato. Al no lograr disimular lo que pasaba por su cabeza terminó contándole al Hokage lo que su invocación le dijo. Y luego de recibir una reprimenda por haber puesto a una de las serpientes a seguir a Kakashi, Minato dijo que cuando todo se calmaran un poco hablaría con Kakashi.

Sobre qué no lo aclaró, pero con suerte haría que Kakashi no volviera a ofrecer su cuello a sicópatas para poder cumplir una misión.

No estaba seguro de si Minato lo sepultó con más pergaminos y documentos para mantenerlo distraído que y dejara de pensar en Orochimaru intentado marcar a Kakashi o porque se estaba quedándose más ciego que él con tantos símbolos y letras y ya no estaba distinguiendo lo que leía. Porque eso era lo que le estaba ocurriendo a Obito y por suerte Shikaku lo notó haciendo que después de lo que fue una eternidad ambos dejarán la torre para ir a sus respectivas casas.

"Espero que Shisui haya estado cuidando a mi abuela... Mis gallinas... Mi casa... Cómo extraño mi cama."

Había pasado mucho más tiempo en misiones, soportado estar sin dormir por días y estar en sitios horrendos. No sabía por qué lo agotaban más todo el asunto diplomático en la aldea y los trabajos de oficina.

Ya estaba relajando su postura y mentalizando el dormir lo más que pudiera para alejar el dolor de cabeza y recuperar energías para seguir ayudando al Hokage cuando... reconoció a un ninken corriendo hacia el cuando estaba cerca del distrito Uchiha.

"No seré un idiota..." Se dijo cuando el ninken se alejó luego de darle el mensaje que Kakashi estaba en su casa.

Notes:

Hola! Voy a intentar actualizar mis historias todos los fines de semana. No serán en orden pero ojalá lo logré...

Chapter Text

Obito se movió incómodo en su sitio. Claramente escuchó a Kakashi quejarse luego de que Dai le avisara que él había llegado. El señor Maito lo había dejado en la sala con los ninken como compañía luego de dejarlo pasar.

Y luego de escuchar aquel quejido se concentró en cualquier otro sonido para no escuchar la conversación entre ellos.

Sabía que habían sellos en la casa que impedían que el ruido y conversaciones no fueran escuchado por fuera, pero dentro de la casa todo se escuchaba claramente. Especialmente para oídos entrenados como los suyos.

Aparentemente su destino era ser el invitado no deseado de Kakashi.

—¡Kakashi vendrá en un momento! ¿Quieres un poco de té? ¡Te haré un té!— El señor Maito no le dijo que Kakashi quería que se fuera, así que se sentó aceptando el té aunque no tuvo opción de negarse —¡y también hay dulces! Kakashi y Gai me hablaron de tu profundo amor juvenil por las cosas dulces.

Obito apenas pudo agregar algo a la conversación. El señor Maito estaba muy entusiasmado por la visita, lo cuál fue agradable. Comió los pasteles y el té que le ofreció muy agradecido mientras lo escuchaba. Dai estaba bien informado, a Obito le encantaban los dulces.

Y esas delicias hicieron que se distrajera un momento y olvidara la incomodidad.

Pero su tranquilidad duró poco al ver a Kakashi. Solo que estaba vez no era por sentirse de nuevo un invitado no deseado o enfadado al recordar lo que su serpiente le contó... sino por cómo se veía Kakashi.

Se veía bien, muy bien.

Tuvo que hacer una doble toma, intentando con todas sus fuerzas no ser un pervertido o rarito por mirar de más.

Kakashi, cuando no estaba vestido con el uniforme jounin o Anbu, era muy diferente. No era como si fuera irreconocible, pero verlo con ropa que obviamente se le hacía cómoda y sin esa rigidez que intentaba disimular con su andar perezoso era siempre un espectáculo para Obito.

Y aunque esa remera suelta que traía sobre la camiseta sin mangas se veía bastante gastada y su pantalón corto definitivamente también debía ser viejo, porque era demasiado corto, se veía particularmente bonito. En especial con su cabello aún húmedo y despeinado.

Mientras el señor Maito parloteaba sobre el trabajo de sus estudiantes Obito a penas podía contestar algo coherente. Se le hacía difícil no notar lo cerca que estaba de Kakashi, lo bien que olía y que agradable era a la vista el verlo todo relajado y con un estilo más hogareño.

"Soy un idiota..." Se recriminó por no poder evitar distraerse por solo verlo tan de cerca y de esa forma.

Pero de todos modos terminó observándolo disimuladamente y recordando al Kakashi de su vida pasada. Había una diferencia muy notable entre ese Kakashi con el de ahora. Y por primera vez se preguntó si fue un beta en su anterior vida.

Tenía recuerdos de cuando lo seguía obsesivamente y Kakashi era más alto y desgarbado durante la adolescencia. Ahora no era un enano, pero definitivamente no era tan alto como el de sus recuerdos.

Y Rin no se lo había dicho a Kakashi, pero le había comentado a Obito que ella no creía que fuera a haber un gran crecimiento de altura en el Omega.

"Es más... Delicado ahora" se dijo notando sus rasgos a pesar de su mascarilla facial y su ropa suelta. Pero rápidamente se enfocó en su conversación con Dai.

"No viniste a admirarlo, concéntrate idiota"

Por suerte la conversación no duró mucho tiempo luego de que Kakashi llegara. Obito intentó controlar su temperamento y también enfocarse en el asunto que lo trajo aquí y no en la apariencia de Kakashi.

Pero la costumbre ganó y su boca se abrió para pronunciar automáticamente "te ves bien".

No veía a Kakashi muy seguido y se le había hecho costumbre decirle que se veía bien, siempre tenía el impulso de decirle algún cumplido, pero las veces que se encontraban en persona solo le salía decir aquello.

Pero como no estaba muy contento con él agregó : "...y cansado." Porque no quería que pensara que estaba como visita amistosa.

Pero cuando notó una sonrisa en Kakashi por lo que dijo supo que debió dormir aunque sea una hora, el cansancio no ayudaba a mantenerse sereno como quería ser.

—¿Cómo se encuentra el ojo de tu invocación?

 

—Estará bien, se acortó un poco su visión y le quedará una cicatriz. Pero dice que se verá más ruda y eso le gusta— contestó ya que no quería dar vueltas. Kakashi claramente sabía que esa invocación era suya  —También dijo que Orochimaru mostró interés en tí y que quiso morderte. ¿Logró hacerlo?


Aki le hubiera dicho si ese hubiera sido el caso, pero necesitaba que Kakashi le confirmara que no fue mordido. Eso haría aflojar un poco la tensión que sentía desde que su serpiente le contó todo lo sucedido.

—Mah... Tienes que buscarte mejores informantes.

Inhaló y exhaló lo más tranquilo posible. Repitiéndose que no debía enojarse por el tono despreocupado de Kakashi, como si todo fuera un juego para él.

Racionalmente sabía que Kakashi se tomaba las cosas con seriedad, era un shinobi después de todo, y que está era solo era su forma de ser cuando no estaba cumpliendo una misión... Pero aún así en estos momentos quería agarrarlo de los hombros y agitarlo para que le contestara su pregunta.

 

—Esto es importante, Kakashi. ¿Logró morderte?

Se felicitó por controlarse a pesar que podía sentir su sangre prácticamente hirviendo. Siempre pensó que Fugaku exageraba por entrenarlo para controlar su temperamento, ahora podía ver que tal vez tenía razón en enfocarse mucho en eso.

 

—Pasar mucho tiempo con Ibiki en la división de interrogación y tortura no te hace bien Obito.— No reaccionó, si reaccionaba solo le daría cuerda a Kakashi para seguir esquivando el tema. —¿Desde cuándo te ocupas de los interrogatorios?

 

—No es un interrogatorio— aclaró sabiendo que ya estaba entendiendo que estaba siendo serio ahora mismo y que no quería dar más rodeos.

 

—Maa... se siente como uno— dijo ya sin mucha fuerza para seguir intentando provocarlo. —No me mordió.¿Contento?

"" sintió que la tensión abandonaba su cuerpo. Evitó sonreír aliviado, aunque seguro se notaba que estaba a gusto con su respuesta.

>—Mi turno. ¿Desde cuándo envías a tus invocaciones a espiarme?

Esa pregunta no le agradó. Eso lo hizo pensar en el comportamiento que tuvo en su anterior vida. La forma en la que lo acechaba para escuchar sus conversaciones en el cementerio o cuando lo veía por horas cuando no tenía nada mejor que hacer para comprobar que estuviera pasándola mal de alguna manera.

—No soy un acosador— soltó más para sí mismo que para contestarle a Kakashi.

Y eso fue un error. Acababa de entregar una munición en bandeja de plata a Kakashi. Podía verlo por cómo su mirada se iluminó al ver qué podía molestarlo con algo.

—Mmm... No lo sé Obito, creo que acechar a una persona te convierte en un acosador— suspiró tomando una actitud perezosa —Mah... Tengo un imán para los acosadores. Me pregunto por qué.


Estaba por repetir que él no era un maldito acosador y justificarse de alguna forma por enviar a su invocación cuando lo último que escuchó se repitió en su mente.

—Espera, ¿Cómo que acosadores? ¿De quién hablas?

"¿Y por qué siempre soy el último en enterarme de todo?" Quiso preguntar pero se contuvo.

—¿A demás de...?— lo señaló sin terminar la pregunta. Claramente divertido por haber tocado un nervio con eso de acosador.

—¡Yo no te estoy acosando!— gritó haciendo a Kakashi sonreír —No te estoy acosando— repitió rápidamente más calmado.

Sabía que Kakashi lo molestaría con lo de ser un acosador por un tiempo. Era inevitable.

"Si supieras..."

Se calmó pero ya me era imposible mantenerse sereno como en un principio. Necesitaba saber qué estaba pasando.

—Si te están siguiendo dentro de la aldea debiste decírselo a sensei. ¿Por qué no lo hiciste? ¿Y desde cuándo está pasando?

—Mah... No te preocupes Obito— Kakashi claramente por su tono y postura planeaba seguir burlándose y provocándolo —estaba pensando en decirle al Hokage que tengo a un idiota siguiendo mis pasos en misiones que no deberían ser interrumpidas por sus invocaciones y mucho menos contar con espectadores.

—¡No estaba hablando de mí!

Contrólate!" Se gritó en su mente al igual que gritó en voz alta sin querer.

—Ahh...Te referías al otro acosador.

—¡Sí!

Maldito idiota!" Se dijo sintiendo su cara calentarse y no de vergüenza. "Mierda. Mierda. Mierda..."

Sabía que este era el momento en que debía levantarse e irse, no dejarse llevar por lo que decía Kakashi y mucho menos por su propio temperamento. Pero...

—Que bueno que aceptes lo que eres, el primer paso está hecho. Podrás encontrar ayuda...

—¡Basta!— gritó mirándolo molesto. No quería escucharlo bromear con algo así. Aún podía sentir el miedo por la idea de que Orochimaru pudiera haberlo herido de gravedad o hasta marcarlo como para ahora supiera que alguien lo acosaba —Solo dime quién es.

Kakashi no parecía muy impresionado por verlo molesto. Pero pudo notar que dejó de verse tan relajado, algo que usualmente no le gustaría. Ahora estaba más preocupado por saber quién estaba acosando a su Omega.

—No, es asunto mío.— terminó contestando sin ningún rastro de vacilación en su voz —Además todo está controlado. No soy un pequeño y dulce genin.

Obito frunció el ceño al verlo levantarse para llevar la bandeja que estaba sobre la mesa a la cocina. Eso fue extraño, de alguna forma parecía como si estuviera huyendo. Lo cual no era propio de Kakashi, así que solo pensó que estaba cansado de molestarlo y quería que se fuera de su casa.

Obito suspiró pensado otra vez en que sí, ya era momento de que se fuera antes de dejarse llevar y decir algo de lo que se arrepentiría.

—Kakashi, le diré a sensei lo que me dijiste.— le informó para que supiera que no lo olvidaría —Y él ya sabe lo que hice y... no lo volveré a hacer.

Eso no era exactamente cierto. Y estaba seguro que Minato le diría nuevamente que no se metiera en los asuntos de Kakashi.

—No suenas muy arrepentido.

—¡Porque no lo estoy!— Y era cierto no lo estaba.

Sintió el gruñido salir de él justo después de levantar la voz de nuevo. Y supo que debió irse hace tiempo para no explotar frente a Kakashi. Pero ya era demasiado tarde.

Quería que supiera lo estúpidamente arriesgado que fue al ofrecer su cuello como carnada. Que no solo podría haber causado una dependencia instintiva en buscar a Orochimaru cuando su glándula de apareamiento acabara de madurar. Podría haber terminado con una marca de maldición, como una futura marioneta o recipiente de ese hombre.

—¡Maldita sea Kakashi tienes un maldito equipo, todos son Anbu como tú! ¡Ellos no son solo tu responsabilidad, son tus compañeros y también es su deber cuidar tu espalda, no puedes alejarlos cuando el objetivo es alguien del nivel de un Kage!— porque estaba seguro que Kakashi consciente o inconsciente no quiso arriesgar a todo su equipo con Orochimaru, que debió querer cumplir la misión sin arriesgar por completo a todo el equipo.

Y ese comportamiento no era aceptable, no para un Anbu.

Sentía su corazón latir rápidamente entre más despotricaba ya sin saber qué decir. En el fondo sabía que no solo estaba alterado por Kakashi. La idea de que Anko estuviera en mal estado y pensara que no tenía a nadie para respaldarla lo atormentaba. También que Danzo intentara algo en contra de su Clan o las personas que le importan por cómo le habló. Todo se estaba mezclando y frustrando su mente.

Y también sus instintos les estaban jugando una mala pasada.

Porque no podía saber desde qué momento su mente comenzó a pensar en Kakashi como su Omega de una forma muy posesiva y empezó a acercarse a él, invadiendo su espacio personal. Quería ver su cuello, comprobar que no había ninguna marca que no fuera suya en él.

La sola idea de que alguien se atreviera a intentar marcarlo le revolvía el estómago. Todo el trabajo que le costó controlar sus instintos y temperamento se fue a la basura de un segundo a otro.

—¡No estas escuchando nada!

Y que Kakashi estuviera lavando las tazas como si fueran lo más importante del mundo, ignorándolo, no ayudó.

No le gustaba que su Omega lo ignorara en estos momentos. Así que se acercó aún más. Lo suficiente como para poder estar cerca de su cuello y si quisiera poder olerlo para comprobar que no tuviera el aroma de otro Alfa en él o perfumarlo con su propio aroma. O morderlo.

"¿Qué estoy haciendo...?" La idea de morderlo lo hizo darse cuenta de cuánto se había desviado de la razón por la que vino en primer lugar a hablar con él. No estaba aquí para marcar su dominio.

—Es difícil escucharte cuando estás apestando todo el lugar.

Eso lo hizo dejar de mirar su cuello y notar que lo estaba mirando de reojo, completamente atento a sus movimientos. Kakashi no estaba asustado ni tan preocupado cómo debía estarlo por la forma en la que estaba prácticamente sobre él. Pero sí era obvio que no le gustaba lo que estaba haciendo.

Y fue en ese momento en que se dió cuenta de que sus feromonas estaban acaparando el lugar. Cualquier emoción negativa se esfumó y solo se concentró en ventilar el lugar y alejarse de Kakashi para darle espacio.

Cualquier otro Omega estaría temblando y enseñando el cuello sumiso, pero aparentemente el entrenamiento Anbu sí daba frutos. Pero de todos modos su comportamiento y la posibilidad de causar que Kakashi ahora relacionara su aroma como algo peligroso lo asustó.

—¡Lo lamento tanto, no me di cuenta que mis feromonas estaban saliendo! ¿Por qué no me dijiste? No importa, no debí hacerlo. Tendría que controlarme, solo... Lo lamento mucho Kakashi. Perdón...

Y solo ver a Kakashi moverse, dejando la taza que estaba más que reluciente, y luego suspirar lo hizo cerrar la boca.

—En el botiquín del baño hay parches supresores, ponte algunos.— lo escuchó decir antes de hacer un gesto con la mano como si espantara un insecto molesto.

Obito era el insecto. Y de forma automática se dirigió al baño para poder colocarse esos parches para suprimir su aroma. Estaba completamente avergonzado por su forma de actuar.

Se mojó el rostro con agua fría tentado con la idea de ahogarse. También quería escapar para no tener que ver la cara de Kakashi y comprobar que ya no era visto como un amigo de confianza, como un Alfa confiable. Pero se contuvo y regresó con él.

Estaba nervioso y quería dar muchas escusas para explicar su comportamiento, pero al final decidió no alargar más este momento incómodo para ambos. Porque probablemente Kakashi, a pesar de no verse afectado por sus feromonas, debía estar incómodo.

—Lo siento... Aunque no por lo que dije porque es cierto, pero sí lamento gritarte y...

—Apestar mi casa— terminó por él y asintió a regañadientes esa forma de referirse a sus feromonas. Se lo merecía.

Y estaba por despedirse y dejar claro que quería hablar cuando estuvieran ambos más tranquilos, para no acabar en malos términos, cuando notó un ligero cambio en la postura de Kakashi.

También su expresión dejó de ser falsamente calmada. Algo le estaba molestando y Obito se mordió el labio aguantado sus ganas de querer consolarlo de alguna forma. Definitivamente eso sí sacaría una mala reacción de Kakashi.

—¿Por qué te estás disculpando?

Esa pregunta lo desconcertó. Y solo habló sin pensar al ver que esperaba una respuesta.

—¿Porque es lo correcto?

— ¿Si hubieras hecho lo mismo en casa de Anko o de Genma también te disculparías?

—Por supuesto— dijo sin dudar, haciendo que Kakashi ladeara un poco la cabeza analizando su respuesta.

Al parecer ahora era su momento de ser interrogado.

—¿Por qué envías a tus invocaciones a espiarme?

"Porque quiero protegerte" quiso decir pero exilió sus deseos al fondo de su mente.

—Lo dices como si lo hiciera las veinticuatro horas todos los días desde hace años y solo fueron dos veces—quería dejar en claro que no era un acosador, pero por la mirada de Kakashi esa no era la respuesta que quería —Estaba preocupada cuando supe lo que pasó con Orochimaru. No sabía si sería tu escuadrón el encargado de buscarlo y... te conozco. Sé que no arriesgarías a tu equipo, pero que tampoco darías marcha atrás en una misión. Así que envié a Aki como respaldo por si lo necesitabas.

Lo cual fue un movimiento acertado y no se arrepentía en lo absoluto.

—Dijiste que fueron dos veces.— remarcó aquello esperando que se explicada más. Lo cuál Obito hizo porque sentía que se lo debía.

—Y... la primera vez fue cuando te apartaste de todos. Me encontraba lejos y me estaba volviendo loco no saber si estabas bien y que nadie pudiera decírmelo. Pensé lo peor y necesitaba confirmar que estabas bien.— Kakashi asintió más relajado pero aún había algo que le inquietaba.

—¿Reaccionaste así porque soy un omega?

Obito se sorprendió un poco por la pregunta y si era sincero en parte sí reaccionaba más porque se trataba de un Omega, pero no cualquier Omega, sino uno por el que tenía sentimientos muy fuertes. Porque se traba de Kakashi: Su amigo y la persona de la cuál estaba enamorado.

—Reaccioné de esa forma porque me preocupé mucho. Ya sabes que eres muy importante para mí.

Siempre sería importante para él ya sea que un día correspondiera sus sentimientos o no.

Y cuando Kakashi desvió la mirada asintiendo en silencio pareció entender que realmente hablaba en serio cuando decía que era una persona muy importante para él.

—Y sería de la misma forma si fueras un beta o hasta un alfa. También querría saber que estás bien si no tengo noticias tuyas y que tengas un respaldo en caso de que algo salga mal al luchar contra alguien mundialmente conocido como uno de los shinobis más fuertes— continuó seguro que aunque no fuera un Omega seguiría siendo el mismo Kakashi que tanto le importaba.

Eso último hizo que Kakashi dejara por terminado el tema. Al parecer ya había aclarado la duda que tenía.

—Mah... entiendo. Eres una persona con un corazón sangrante— se encogió de hombros al decir aquello y se encaminó hacia la sala —Eso te va a meter en problemas un día.

Obito sabía que ya había abusado mucho y que debía irse pero volvió a sentarse. Él también quería aclarar una duda.

—¿Estamos bien entonces?

—Mah... No soy rencoroso— Eso fue un alivio aunque no le duró mucho al ver la mirada seria de Kakashi —Pero no lo vuelvas a hacer. Soy un shinobi y siempre estuve consciente de los riesgos y la clase de vida que tendría por el camino que elegí.

—Kakashi...— El problema no fue que sea un shinobi y estaba por decirlo pero fue interrumpido.

—Entiendo que te preocupes por mí, yo también lo hago por tí, Gai y los demás. Pero debes confiar en mis habilidades y en que no tomaré ninguna misión que sobrepase mis capacidades.

—Intentaré controlarme— decidió decir sabiendo que no llegarían a un acuerdo sobre lo que pasó durante la misión de Kakashi. Ambos eran tercos.

Distinguió que le sonrió a pesar de la mascarilla y no pudo evitar devolverla la sonrisa. Y cómo Kakashi no le pidió que se fuera y parecía relajado con su presencia, ahora que habían llegado a un acuerdo, decidió quedarse un momento para tomar un poco de valor y preguntarle si quería salir con él cuando las cosas se calmarán en la aldea. Los dos solos, para dar un paseo e ir a comer ramen o otra cosa, tal vez ir a un restaurante...

Quería tantear el terreno, saber si a Kakashi le interesaba un poco el salir con él en lo que indudablemente sería una cita.

Acarició los perros que estaban cerca para intentar calmar sus nerviosos. No estaba seguro de si era buena idea preguntar eso luego de lo que pasó hoy. Pero tampoco estaba seguro de cuándo tendría la oportunidad de estar a solas con él para preguntarle.

Pero el grito de Gai anunciando que estaba en casa lo hizo mantener la boca cerrada. No tardaron mucho en verlo frente a ellos con demasiada energía para el gusto de Obito.

—¡Qué alegría volver a mi hogar para encontrar a mi hermano y eterno rival alimentando su lazo de amistad con quién también es mi querido amigo Obi...!

"Oh..." A veces olvidaba que Gai es Beta de rango alto. Y por lo tanto también podía percibir feromonas.

Y claramente él captó las feromonas de un Alfa invadiendo su casa de forma dominante y opresiva contra un Omega que consideraba su hermano.

Percibir aquello hizo que cortara abruptamente su discurso para olfatear y luego mirarlo con más agudeza y frunciendo el ceño. Solo cuando Kakashi lo nombró dejó de mirarlo con claras intenciones de darle una patada para expulsarlo de su casa.

—¿Están peleando?— preguntó mirando solo a Kakashi atentamente, sin la agudeza con la que había mirado a Obito.

—No— resopló Kakashi quitando importancia a todo -—Estamos bien.

—Uhmm...— Gai no parecía muy convencido.

—Papá fue a buscar verduras, pero ya se está tardando.—  Kakashi comentó aquello sin intentar convencer a Gai de que todo estaba bien.

—¡Oh sí, pude verlo en los huertos charlando con Sakiko-san y su esposo Aoki-san!— le contestó sonriendo.

Obito no perdió la mirada que le dedicó Gai. Claramente no le importaba que Kakashi le dijo que todo estaba bien entre ellos. Las feromonas que aún estaban en el ambiente decían todo lo contrario.

—Ya debería irme— Obito decidió no causar más problemas por hoy —Cuidate mucho Kakashi y mantenme al tanto por favor.

—Tú también— Kakashi francamente se veía bien con ropa casual. Obito negó para que no lo acompañara a la puerta, eso solo haría aumentar las ganas de Gai de decirle de una forma muy "poco juvenil" que se alejara de Kakashi como claramente quería hacer.

—Nos vemos luego Gai— de todos modos, aunque sabía que ahora no era visto con buenos ojos por él lo saludó amistoso.

"Creo que sí soy un imbécil..." Se dijo sabiendo que estaba tentando su suerte al subestimar a Gai sabiendo de lo que era capaz.

—¡Date un momento para tener un merecido descanso Obito, recuerda que también es importante mantener el cuerpo sano para disfrutar de la eterna juventud!

Eso lo hizo resoplar divertido. A pesar de sus palabras estaba seguro que cosas no muy amistosas pasaron por la mente de Gai hace un momento.

Pudo saludar agitando la mano al señor Maito cuando estuvo fuera de la casa, también saludando a las personas que estaban en los huertos.

Había notado que los vecinos de Kakashi ingresaban a los terrenos Hatake sin restricciones. Y por lo que escuchó de Dai sabía que estaban trabajando en las tierras y que los niños entrenaban aquí. Fue agradable ver que las cosas por aquí parecían estar en orden y eran pacíficas.

No como en su Clan que estaban intentando cambiar sus políticas internas. No ayudaba que otra vez estaban divididos por lo sucedido con Orochimaru.

Obito los esquivó para poder darse un momento para descansar y volver al trabajo. Había muchas cosas que hacer aún.

Y Minato lo había regañado por otra vez meterse en los asuntos de Kakashi... Está vez había hecho enojar a su sensei haciendo que se sintiera como un mocoso estúpido. Pero todo parecía estar volviendo a su orden de a poco.

Se esperaba que Tsunade y Jiraiya volvieran a la aldea para ayudar con la imagen de la aldea. Y acababa de ser oficializado la destitución de Danzo como miembro del concejo. El proceso de Inochi y Shikaku para tomar el control de Raíz junto con el comandante Anbu estaba dando comienzo.

Fue entonces que Obito recordó la pregunta que quería hacerle a Kakashi.

Su abuela le había aconsejado dejar de esperar más. Mientras que Rin le había dicho que esperara a que acabarán las negociaciones con el Raikage para que ambos estuvieran con la mente despejada y pudieran concentrarse en lo que quería hacer. Pero cuando Kushina le dijo que se dejara de dar vueltas y ser un cobarde se decidió.

La próxima vez que viera a Kakashi lo invitaría a salir en una cita. Y dejaría en claro que no se lo preguntabas como amigo, sino como un pretendiente amoroso, como un Alfa...

Pero la próxima vez que vio a Kakashi sus planes, como aparentemente siempre, se fueron a la mierda.

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