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Cuando el tren viaja

Summary:

En la década de los años 60, en un mundo donde los trenes de vapor surcan los paisajes y los secretos se esconden tras los pliegues de los vagones, Wei Wuxian se embarca en un viaje desde Yiling con destino hacia Yunmeng Jiang, todo con la idea de llegar temprano al cumpleaños de su querida hermana, Jiang Yanli.

Sin embargo, antes de que Wei Wuxian pueda abordar su destino, es secuestrado por Lan Wangji y MianMian, todo con la finalidad de regresar al hijo menor de la familia Jin a su hogar en LanlinJin, siendo confundido con Mo Xuanyu.

¿Podrá Wei Wuxian llegar a tiempo al cumpleaños de su hermana, o la familia Jiang tendrá que ir a su rescate?

¡Solo el humo de las locomotoras y el sonido de los rieles tienen la respuesta!

Notes:

¡Saludos chicos!

Una nueva historia que tenía guardada en borradores hace tiempo.
Espero y les guste ❤️

Chapter 1: Capítulo 1

Chapter Text

02 de mayo
7:15 p.m.

Estimados pasajeros de Yiling:

Les ofrecemos éxito y que el próximo viaje sea de su agrado.

✓Próxima parada de Yiling con destino a Yunmeng Jiang.

....
...
..
.

Wei Wuxian había salido tarde del trabajo otra vez.

Sería la quinta promesa que rompería si no se daba prisa para llegar a la Estación Ferrovial Yiling. Había planificado salir temprano del trabajo con el objetivo de llegar a Yunmeng Jiang justo a tiempo para el cumpleaños de su Shijie. Jiang Cheng le recalcó hasta el cansancio que hiciera el mayor esfuerzo para estar juntos en su día especial. Jiang Yanli deseaba cenar en familia, y eso lo incluía a él.

Wei Wuxian aceptó el acuerdo a pesar de sus excesos de responsabilidades, teniendo como resultado, una promesa que le estaba costando cumplir. Para ese entonces, mirando el reloj de su muñeca, concluyó que tenía treinta minutos de retraso. Se apresuró con su maletín en mano para ingresar a la estación de tren, pagar su boleto, y correr hacia el panel indicado que lo llevaría a su tierra natal.

--¡Hey no! ¡Deténganlo! --Wei Wuxian no sabía qué estaba diciendo, pues, era obvio que un tren no podía ser detenido. 

El hermoso tren ya estaba cerrando sus puertas.

Un minuto más, y lo hubiera perdido si no fuese por la adrenalina de sus pies, y la contextura delgada de su cuerpo que le permitieron ingresar al vagón. Cuando el cierre ocurrió, estaba súper cansado por la carrera y se percató de la cantidad de personas en el interior. Recorrió su mirada por todos lados, y claramente no había un asiento disponible.

"Genial... No hay un lugar para sentarme" Pensó mientras se movía, pidiendo permiso para nadar entre los individuos y sujetarse de las columnas que prestaban estabilidad ante el movimiento. Tenía mucho calor. Muchos pensamientos nadaron por su mente ante la irritabilidad, pero fue uno de ellos que destacó: "Un momento, ¿Y el regalo?".

Tocó cada uno de los bolsillos de su chaleco beige, entrando en pánico al no encontrar el regalo de cumpleaños de su Shijie.

Su temor de haberlo perdido durante el trajín, le preocupó. Abrió su maletín entre la escasa disponibilidad de espacio, pidiendo disculpas de allá para acá cuando los otros pasajeros se le quedaban mirando, y tuvo un fresquito de alivio cuando consiguió el collar de perlas envuelto entre todos sus papeles.

Era un collar de perlas blancas muy deslumbrante que lo había creado con sus propias manos.

Los pasajeros a su alrededor se quejaron por la cantidad de espacio que el maletín abierto ocupaba; algunos lo miraron con desprecio, y otros simplemente criticaron en voz baja o le dieron la espalda. Lo cierto es que Wei Wuxian ignoró todo aquello al verse sumergido en el alivio con una amplia sonrisa.

 Ahora de vuelta a la vida, prestó mejor atención a sus alrededores.

Debía haber, aunque sea, un asiento vacío entre la multitud. No quería estar tres hora de pie hasta llegar a Yunmeng Jiang. Debía encontrar, por lo menos, un puesto ocupado por bolsos que podía pedir.

--Disculpe, permiso... 

Escabulléndose entre los pasajeros como una serpiente, divisó un puesto vacío en una esquina. No parecía tener dueño, estaba solo. Era extraño que no haya sido reclamado con anterioridad entre el mar de personas. Debía aprovechar la oportunidad.

Rápidamente ubicó su maletín en el asiento vacío al llegar, y estaba a punto de quitarse el chaleco beige, cuando, de repente, la voz de una mujer apareció:

--Disculpe jovencito. ¿Va a usar el asiento? 

--Sí, lo voy a usar --Wei Wuxian respondió muy seguro.

--Oh... --La anciana con un bastón en mano, y la otra sujetando una de las columnas, afligió su semblante con cierta decepción por haber perdido su oportunidad de sentarse-- Lamento haberlo molestado, joven.

Wei Wuxian suspiró.

¿Por qué tenía que pasarle estas cosas?

¿Justamente tenía que ser una viejita con bastón la que competía con él por un asiento?

--Vámonos, A-Yuan. Sigamos buscando otro lugar.

El niño de aproximadamente 5 años de edad se entristeció por haber perdido otra oportunidad de descansar. Para ese momento, Wei Wuxian apretó los puños al no querer sentirse mal por haber llegado antes. Si bien es cierto que le dolían los pies por estar parado muchas horas en su trabajo, se estaba cuestionando seriamente si quedarse con el asiento era lo adecuado.

De pronto, escuchó al pequeño gritar --¡Abuela! ¡Cuidado! 

Por poco la anciana se fue hacia adelante si no fuese porque Wei Wuxian la atajó con premura del brazo y la ayudó a restaurar el equilibrio. --Puede quedarse con el asiento.

--Oh no, señorito. No hay problema... 

--Le invito --Le señaló el lugar--. Es todo suyo.

Wei Wuxian estaba incluso dispuesto en llevarla hacia el asiento, y así lo hizo. La anciana no le cuestionó por más tiempo y, a su ritmo, tomó asiento, dejando el bastón entre sus piernas.

--¡Gracias sombrerero! --Gritó el niño entusiasmado mientras se sentaba junto a ella.

Wei Wuxian había olvidado que cargaba un sombrero consigo.

¡Qué mala educación!

Se lo quitó rápidamente para luego hacer una breve reverencia hacia la mujer como símbolo de cordialidad. Fue justo después que se despidió y, cuando se dio la vuelta junto con el maletín y sombrero en mano, maldijo por lo bajo su mala suerte. Lo positivo es que ya iba en camino a Yunmeng Jiang. Por lo menos iba a llegar un poco más temprano de lo que generalmente acostumbraba...

Casi siempre cuando viajaba hacia su tierra natal, se hacía de noche porque solía salir muy tarde del trabajo. Por lo general visitaba a su familia cada inicio o fin de mes en sus días libres. Hoy fue una excepción, había cambiado con un compañero de trabajo sus días libres para concordar con el cumpleaños de su hermana. Le suplicó a su supervisor salir temprano y, por lo visto, su insistencia dio sus frutos. Aunque, no había contado con que la Estación Ferrovial Yiling iba a estar colapsada. Estaba acostumbrado a que después de las 7 de la noche, no hubiera tantos pasajeros. Pero bueno, algo es algo ¿No?

Con ese pensamiento en mente "algo es algo" se calmó un poco.

 Aunque, mejor dicho, se resignó.

No encontró otro asiento vacío a lo largo de todo el vagón. Se quedó sosteniendo su maletín recostado en una de las paredes. Wei Wuxian suspiró por milésima vez en el día por su mala suerte. Parece que el destino no se cansaba de ponerle trabas. Bueno, qué más da... "Algo es algo... Algo es algo..."

Cuando se estaba dentro de una multitud, ya sea en un medio de transporte público o en un espacio cerrado, la mente humana tendía a estudiar cada uno de los presentes. Wei Wuxian ya se había familiarizado con la viejita y el niño. Por lo tanto,  observó a las otras personas que se encontraban en su entorno, y su mirada de repente cayó en un hombre que vestía elegante casualmente diagonal a su ubicación.

Aquel hombre llevaba una gabardina de color dorado compuesto de seis botones. En el lado superior izquierdo tenía bordado el símbolo de una Peonía. Su sombrero alto de color oscuro estaba bordado con líneas doradas, donde en la base tenía marcada siluetas de flores delicadas como una peonía. El cabello pasaba de los hombros, y su rostro ventajoso era de piel clara con pupilas distintivas.  Sus rasgos eran atractivos, donde parecía tener una sombra de sonrisa en la comisuras de sus labios.

De pronto, sus miradas se encontraron en breve.

Wei Wuxian fue el primero en apartar el rostro, pero no demasiado cuando se dio cuenta que fue aquel hombre quien terminó en esquivar el contacto visual directo, dando la impresión de haberse distraído con otra cosa que estuviera pasando por su mente.

Wei Wuxian se tomó su tiempo también para disimular. Decidió mirar el otro lado del asiento que acompañaba al hombre, y allí se encontró con una mujer que estaba leyendo un libro. Parecía vestir elegante como él, pero daba la impresión que ambos no se conocían.

Estaban sentados uno al lado del otro, pero la lejanía de sus cuerpos era muy obvia.

Así pasaron los minutos; Wei Wuxian los miró y luego observaba su reloj con un pisotón frecuente de su pie sobre el suelo. Se estaba impacientando. Debía calmar sus pensamientos antes de que le hicieran una mala jugada.

De pronto, sus ojos captaron el movimiento.

La mujer que estaba tranquila leyendo el libro al lado de aquel hombre, se levantó de su asiento junto con sus pertenencias. Wei Wuxian vio la oportunidad de sentarse. Le dolían las piernas, era una razón suficiente para ir hacia allá y ocuparlo, pero no quería ser poco caballeroso. Si la mujer regresaba, se iba a sentir decepcionada. Lamentablemente tuvo que reprimir su deseo de acaparar el puesto. Bajó el maletín beige hacia sus pies y luego enderezó su espalda para cruzarse de brazos, esperando el regreso de la mujer.

--Caballero --De pronto, escuchó decir, por lo tanto, se giró hacia el hombre-- Puede tomar asiento si así lo desea.

Wei Wuxian quedó en silencio.

¿Acaso ese hombre tan guapo lo estaba invitando a sentarse junto a él?

Al ver que la mujer no daba señales de aparición, tomó el aza del maletín y se aproximó hacia allá. Cuando se sentó, sus piernas tuvieron un gran alivio. Todo el día en el trabajo había estado de pie por horas. Correr, pagar el boleto, y tomar el tren, también lo habían fatigado. Dejó salir un suspiro de gran alivio.

Ahora podía descansar.

--Gracias --Le dijo--. Pensé que la señorita venía con usted.

--Oh, no --Respondió el hombre con mucha suavidad-- Vengo solo.

Wei Wuxian pudo ver una sonrisa en su rostro.

Fue imposible no prestarle más atención a sus rasgos faciales: La belleza natural indudablemente lo acompañaba. Se notaba que era extranjero. No estaba muy seguro si provenía de LanlinJin, aunque la peonía bordada en su gabardina era bastante obvia. Además, su elegancia... Podría decirse que venía de una clase social diferente, sin dejar de lado que era muy apuesto. Desconocía su altura, pero sus ojos de color caramelo (marrones claros), y su sonrisa cuidadosamente trabajada llena de empatía, le hizo entrar en un estado de confianza instantánea. 

--Gracias --Wei Wuxian respondió con una sonrisa--. Yo también vengo solo.

Espera... ¿Qué?

"¿Qué le importa a este hombre saber que vengo solo?" Wei Wuxian se cuestionó en su mente. No es que había resultado una mala contesta, pero definitivamente no daba chance para algo más profundo entre ellos, o mejor dicho, no parecía ser una contesta para alguien tan sofisticado como él. Quizás estaba cansado y no estaba en la disposición de socializar como normalmente acostumbraría.

El hombre no le respondió. Hubo un silencio que se tornó un tanto incómodo desde el punto de vista de Wei Wuxian. Allí, intentó no prestarle atención al mirar el otro lado de la ventana. Con su maletín sobre sus piernas, recordó a su Shijie y el hecho de que ya era una señorita. Iba a cumplir 25 años y todavía la seguía viendo como su hermanita mayor que lo ayudaba a protegerlo de los miedos de su niñez.

Una sonrisa se dibujó de pronto en sus labios. "Ya pronto estaré contigo, Shijie".

--¿Viajas con frecuencia en este tren? --Sus pensamientos dejaron de recordarla cuando el hombre a su lado regresó a iniciar una conversación.

Wei Wuxian asintió. --Por lo general.

--¿De verdad? Nunca te había visto en este vagón.

--Antes lo frecuentaba cuando viajaba todos los días. Ahora, solo viajo cada fin de semana.

El hombre asintió, dando la impresión que se había tragado su mentira.

Wei Wuxian no viajaba todos los fines de semana. De broma lo hacía los finales o inicios de mes, pero sentía que no debería dar tantos detalles.

--Ya veo --El hombre le respondió con suavidad--. Visitas mucho Qishan Wen por lo que me cuentas. Es un país muy bonito.

Wei Wuxian asintió dos veces, pero, de pronto, arqueó una ceja. --Disculpe ¿Qishan Wen? 

--Si. El tren se dirige hacia Qishan Wen.

Al escuchar el verdadero destino "Qishan Wen", Wei Wuxian se giró abruptamente hacia la ventana, especialmente hacia la vegetación que dejaban atrás. Abrió los ojos como dos canicas, y sus manos empezaron a sudar, entrando en un ataque de pánico. No supo exactamente cómo estaba reflejando el miedo en su rostro, pero el hombre a su lado se dio cuenta al evaluar su inusual comportamiento.

--¿Hay algún problema? 

--Este... ¿Este tren va directo hacia Qishan Wen? ¿Está seguro? ¿No será que está equivocado y va directamente hacia Yunmeng Jiang? 

--¿Yunmeng Jiang? --Ante la duda, el hombre sacó de su modesta gabardina un pequeño papel parecido a un boleto y lo desenvolvió.

"Destino de Yiling hacia Qishan Wen"

Wei Wuxian buscó su boleto entre los bolsillos de su chaleco beige, y lo encontró hecho una bolita --No, mire --Lo desenvolvió--. Yo tengo el destino de Yiling hacia Yunmeng Jiang. ¿No será que usted está equivocado? 

El hombre se puso pensativo. Ante la duda, se tomó la molestia de preguntarle al pasajero que tenía justo a su lado sobre el destino correcto del vagón.

--Este tren va directo hacia Qishan Wen.

Al oírlo, Wei Wuxian tembló en su interior de forma trágica. Escuchó al hombre a su lado agradecerle por el despeje de la duda, pero ¿Qué importaba? Si este tren iba directo hacia Qishan Wen, todos sus planes de llegar temprano a Yunmeng Jiang se caerían por las escaleras.

Estar presente en el cumpleaños de su Shijie ya no iba a ser posible. Si salió a las 7 p.m, llegaría a Qishan Wen dos horas y media después. Francamente sintió estar sufriendo un ataque de pánico y decepción en conjunto.

De forma desesperada, revisó su maletín en búsqueda de una solución precipitada. Tomó de su billetera para buscar más dinero. Una idea flash recorrió por su mente. Si llegaba a Qishan Wen, podía comprar el pasaje a Yunmeng Jiang que saldría a última hora. Tuvo en mente que podía llegar una hora después de la cena y echarle la culpa al retraso del tren por si necesitaba justificarse con sus tíos, especialmente con Mándame Yū.

Sin embargo, apenas abrió la cartera, su rostro se oscureció de la vergüenza y el terrible estatus de su suerte. Había gastado todo su dinero en el regalo de su hermana. El único billete disponible que le quedaba era el del boleto que tenía en su mano, ese boleto adquirido que ya no servía para nada por entrar en el tren equivocado. 

El boleto nunca tuvo la culpa.

La culpa la tuvo él por haber sido un descuidado.

--Maldita sea... --Fue inevitable no susurrar aquellas palabras en un tono de voz medio alto.

--¿Sucede algo? --Era de esperarse. El hombre a su lado lo había escuchado maldecir.

--No --Wei Wuxian cerró rápidamente el maletín--. Es solo que me equivoqué de tren. Ya no tengo dinero para comprar otro boleto --Su seriedad se percibía. Sin embargo, forzó una sonrisa que estuvo acompañada por dos carcajadas-- Solo al diablo y a mí le pasan estas cosas.

--Qishan Wen no está lejos de Yunmeng Jiang --El hombre alentó, regalándole una sonrisa como consuelo--. Mayormente agarro este tren para hacer escala en Qishan Wen y luego dirigirme hacia Jinlintai.

--¿Se dirige hacia LanlinJin? 

--Correcto. Se me hace más corto y rápido que ir directo de Yiling hacia LanlinJin.

-- ...

--¿Alguna vez has visitado Jinlintai? 

Wei Wuxian negó un tanto desconcentrado de la conversación cuando el montón de pensamientos inundaron su mente en búsqueda de una solución. --Solo he visto LanlinJin una vez en mi vida --Respondió, abriendo nuevamente su maletín para remover el desorden, tratando de encontrar dinero tirado en el fondo.

--Ya veo --El hombre tuvo la oportunidad de verlo remover sus cosas--. Con razón no te había visto antes. Tienes el acento y las costumbres de los habitantes de Yunmeng Jiang. Es agradable conocer personas de diferentes nacionalidades.

--¿Usted es de LanlinJin? --Preguntó Wei Wuxian mientras seguía hurgando entre sus cosas.

Un mísero levantamiento de uno de sus labios habló más que mil palabras. El hombre se tomó su tiempo para luego decir --Adoro LanlinJin, más, no soy originario de allá.

--¿Y por qué lo visita? ¿Trabaja allá? 

--Digamos que, visito a mi padre. Nada importante.

Wei Wuxian se resignó. Escuchó al hombre hablar sobre su motivo de ir a LanlinJin, pero su mente no tenía otra cosa en qué ocupar su atención que no fuera en la necesidad de resolver su inconveniente.

No tenía dinero.

¿Qué tenía qué hacer para comprar el boleto de retorno a Yunmeng Jiang?

Durante el camino no tuvo otra opción que esperar llegar a Qishan Wen y resolver este problema por sí solo. No tenía una forma de comunicarse con su familia. Desanimado, mantuvo una especie de conversación con el caballero a su lado que, parecía ser bastante compasivo. En ningún momento lo hizo sentirse incómodo o fastidiado. Al contrario, le brindó un poco de tranquilidad al distraerlo con temas de conversación interesantes.

Cuando llegaron a la Estación de Qishan Wen después de dos horas y media, Wei Wuxian no podía creer que eran más de las nueve de la noche. Todavía tenía que encontrar la forma de comprar otro boleto, así que lo mejor sería ir a exponer su caso y explicarle al área de control de boletos sobre su inconveniente. 

--¿Ya se va? --El hombre de compañía apareció justo en su lugar cuando le vio las intenciones.

Wei Wuxian lo volteó a ver. No se había percatado de lo bajo que era hasta ahora que lo vio de pie. Allí, se animó en decir --Por ahora me quedaré en Qishan Wen para resolver mi inconveniente. Gracias por su compañía --No entró en detalles. Cómo siempre, sonrió como muestra de estar "bien".

--De acuerdo. Iré a comprar el boleto hacia LanlinJin. Fue un placer conocerlo, caballero --Se quitó el sombrero en señal de despedida.

Wei Wuxian no estaba para nada acostumbrado a que se dirigieran a él con tanto respeto. Lo más común era un saludo de manos y ya, pero sabía que este hombre era de una clase social diferente, y de seguro poseía comportamientos sofisticados poco usuales en la gente común y corriente.

--¿Puedo pedirle un favor? --Wei Wuxian preguntó, donde el hombre alzó su mirada hacia él con sombrero en mano-- ¿Puede prestarme un poco de dinero y luego se lo pago? Es que, no tengo una forma de regresar a Yunmeng Jiang y necesito llegar hoy.

El hombre pestañeó ante su descarada petición. Dio un paso hacia atrás mientras se colocaba nuevamente el sombrero sobre su cabeza. Para ese entonces, Wei Wuxian esperó un tanto ansioso su respuesta. --¿Y bien? ¿Me ayudará? 

Después de unos minutos en silencio, el hombre alegó --Bueno... Si tanta es la urgencia. ¿Sería tan amable en hacerme compañía? 

--¿Hacerle compañía? --Wei Wuxian alzó una ceja.

¿Hacerle compañía?

¿Qué significaba eso?

Su sexto sentido le dijo que tuviera cuidado. Sabía que no debía pedirle dinero a un extraño. Sin embargo, se le estaba agotando las opciones. Para ese entonces, el hombre asintió con una suave sonrisa. --¿Le gustaría hacerme compañía hacia el Control de boletos? 

Caminaron hasta llegar al área de la compra de boletos. Por ser más de las 9 de la noche, a Wei Wuxian le sorprendió un poco que la estación de Qishan Wen estuviera lleno como un mediodía cualquiera. Se quedó al lado del hombre de dorado mientras hicieron una breve cola en la espera de su turno.

--Dos boletos con destino a LanlinJin y Yunmeng Jiang, por favor --Pidió el hombre a su lado.

--Hay un viaje que inicia justo ahora hacia Yunmeng Jiang y ya no tenemos asientos disponibles --Dijo la cajera--. Tendrá que esperar el último que sale a las 10 de la noche a más tardar. Eso, si no se presenta retrasos.

Wei Wuxian se desesperó. Iba a llegar demasiado tarde si tomaba ese viaje. --¿No tiene un puesto disponible para el que va saliendo justo ahora? Así sea uno pequeño.

--Lo lamento. Están agotados --Respondió la mujer.

El hombre a su lado tomó la palabra --¿Absolutamente todos? --La chica asintió-- ¿Qué hay de la sección de primera clase? 

La señorita verificó entre su papeleo de boletos registrados, y encontró una posibilidad. --Solo nos quedan dos puestos vacíos en primera clase. Estos boletos suelen ser más costosos que el boleto clásico. ¿Lo desean? 

--Perfecto. Deme uno, y otro con destino hacia LanlinJin, por favor.

Wei Wuxian vio la situación y no le gustó para nada.

¿Primera clase?

¡Esos boletos eran exorbitantemente costosos!

No quería exagerar, pero ¿Cómo le pagaría a este hombre un boleto de esos lo más pronto posible?

--Gracias, muy amable. Feliz noche --El hombre se retiró con una sonrisa tranquila mientras salían de la cola.

Una vez lejos de la multitud, le informó a Wei Wuxian que lo acompañaría hacia su panel correspondiente. Si se había equivocado una vez, era mejor evitar que lo hiciera ahora que le había brindado el boleto. Cuando llegaron a la estación correcta con destino a Yunmeng Jiang, el atardecer se había perdido. Las luces rojas del tren escarlata y los faroles luminosos a su alrededor era lo que le daba brillo al hermoso anochecer.

El hombre de dorado le entregó su boleto correspondiente. --Que tenga un excelente viaje, caballero.

--De verdad no sé cómo agradecerle. Le prometo que le pagaré todo el dinero lo antes posible. Más bien, ¿Podría facilitarme su número de correspondencia? 

El hombre se río. 

Mientras le dictaba su número de correspondencia, el silbido del tren avisó estar listo para partir. Wei Wuxian terminó de escribirlo torpemente en su mano. --Perfecto. Lo estaré llamando para entregarle el dinero. Muchas gracias --Cuando se distanció con prisa hacia la puerta del tren, de repente volteó hacia él para gritar-- ¡Por cierto! ¡Me llamo Wei Wuxian! ¿Y usted?

--Meng-Yao --Le contestó con una sonrisa en sus labios.

--¡Gracias, Meng- Yao! ¡Hasta luego!  

El tren cerró la puerta al momento de despedirse. Meng-Yao lo vio partir cuando las riendas del ferrocarril aceleraron la marcha. En ese instante, se quedó un rato mirando hacia esa dirección mientras otras personas a su alrededor también se quedaban en el mismo plan de él, despidiendo a sus seres queridos con la mano en alto.

Desde muy en lo profundo en su corazón, Meng-Yao pensó que ese chico era muy peculiar y divertido. "Se parece mucho a él" terminó por pensar en su hermano menor.

Cuando el tren dejó de verse, decidió caminar de retorno hacia su estación correspondiente. Sin embargo, de manera inesperada, un guacamayo dorado con tornes azules llegó volando.

Al divisarlo, le extendió uno de sus brazos para que aterrizará sobre éste.

Cuando observó que traía en sus patas un mensaje enrollado, lo desenroscó con mucha delicadeza y luego lo abrió:

"Saludos, A-Yao.
Disculpa por lo que estoy apunto de decirte, pero Mo Xuanyu volvió a escapar. 

Esta vez no mencionó hacia dónde iría. Jin GuangShan mandó a todos sus hombres en su búsqueda. A raíz de eso, me pidió que te dijera que llegues pronto a Jilintai para que le entregues explicaciones sobre tu viaje.

Me adelanté y mandé a Wangji en su búsqueda. Mi tío también está contribuyendo en calmar a tu padre mientras llegas.
Espero pronto saber de ti"

Zewu-Jun.

Cuando dejó de leer, soltó un profundo suspiro que lo obligó a doblar el papel con tranquilidad. 

Por su mente imaginó la "posible razón" por el cual Mo Xuanyu volvió a escapar otra vez. Ya había sucedido muchas veces en el pasado. No era la primera vez que escapaba de LanlinJin y su Padre se volvía loco debido a su falta de autoridad.

Lo curioso de ahora es que, Mo Xuanyu se había ido sin decir hacia dónde. Eso era nuevo.

A pesar de que era nuevo, no le sorprendía las decisiones precipitadas de su hermano menor. Vivir con su padre todo el día, todos los días, a cualquier hora, daba ganas de alejarse y nunca más regresar.

Mo Xuanyu era el hijo menor de la familia Jin. 

Se convirtió en su hermano menor con el paso de los años. 

Desde que se fue a vivir con ellos a una edad muy temprana, toda su vida había sido sobreprotegido por su Padre, hasta el punto de convertirse en el ejemplo perfecto de un hijo mimado, malcriado y desobediente.

Para variar, allí no radicaba el problema, el problema era que su Padre no era capaz de resolver nada sin su ayuda.