Chapter Text
El hombre hizo una mueca mientras presionaba sus labios, nos volteó a ver directamente a los ojos a Kohaku y a mí antes de exhalar un suspiro.
—Antes que nada, debo de decirles que la persona usuaria de ese bastón no fue la misma que me pidió hacerlo.
—Así que fue un encargo —mencioné.
El hombre me dio la razón por medio de un gesto— Y por ende, no puedo revelar información personal de mi cliente, es algo que tengo estrictamente prohibido.
—Comprendo. — Asentí.
Y entonces procedió.
—Como bien mencionas, el bastón no es solo un objeto de ornamenta, es un complemento terapéutico.
—¿Terapia? ¿Es decir un tratamiento? —Kohaku inquirió, estaba relacionada con aquellos términos debido a la condición de su hermana mayor, que pasaba la mayor parte del tiempo en cama recibiendo tratamiento.
—Aunque no es cien por ciento funcional.
—Porque la herida no es reciente, ¿cierto? —Yo también lo vi a los ojos — Ni tampoco esta tratada.
—Era cierto lo de conocer al paciente, ¿verdad? —se encogió de hombros — Sí, no es algo que haya sido tratado hasta donde me enteré y tampoco es una simple herida, en realidad fue una fractura mucho más estrepitosa. Un traumatismo persistente y un desencaje en los huesos de la cadera.
—Fractura de cadera, eh... Muy seguramente provocada por la caída desde un caballo o carruaje en movimiento —determiné.
El hombre volvió a sorprenderse —No tengo tantos detalles como para conocer la causa, pero podría ser eso, sí.
—¿Eso es muy grave? —Kohaku indago al notar nuestra seriedad.
—Imagina que con cada paso que avances tu pierna se arrastre y que nunca llegue a sentirse que conecte realmente con tu cuerpo —el hombre le indicó.
—Es por eso que él cojea —agregué—, además está el dolor, sus huesos se debilitan porque drenan vitaminas por la herida. Es como sentir dolor cada vez que se mueve.
Kohaku frunció el ceño y tendió una mueca.
El hombre suspiro —Es un mal terrible, mi esposa sufrió de lo mismo años antes de fallecer, fue muy doloroso verla sufrir en sus últimos días.
—Lo lamento —Kohaku respondió.
El hombre dijo eso con una mirada amarga, podía apostar que por ese hecho fue que empatizo con Gen, le tuvo lastima y por eso acepto el encargo, también, había aceptado contarnos por la misma razón.
—Pero mi esposa ya era una mujer mayor, ¿Saben? En cambio, ese joven apenas había cumplido los veinte años.
—¿Cómo supo su edad? —cuestioné.
—Venía escrita en el informe médico.
Abrí mis ojos.
Un informe, claro, ahí vendría todo lo relacionado a la condición de Gen. Era lo mismo que yo buscaba, pero tener acceso al historial médico de un noble no era fácil, si el cliente que el artesano mencionaba lo había conseguido, solo podía significar que era alguien con muchas influencias.
—Por eso hice lo mejor que pude, quería construir una herramienta que le sirviera, al menos para aligerar un poco su dolor, además quien lo solicitó también estaba muy desesperado, más que eso, arrepentido diría yo. Probablemente tuvo que ver con que terminará de esa forma. Pero... ¿Se imaginan cuanto dolor estaba soportando ese chico antes de darle ese bastón? Sin herramienta alguna.
Eso también llamó mi atención.
—¿Puedes decirme cómo lo hiciste?
—Es un mecanismo sencillo, tiene la forma base de un bastón, pero en su agarradera esta oculto un pequeño botón.
—¿Botón? ¿Y qué hace?
—Esta ahí para imponer peso del lado contrario al pie que cojea, de esa forma se crea un balance de fuerzas para amortiguar el impacto de la gravedad cuando el pie roza el piso. Así se disminuye el riesgo de caída y de cierta forma amortigua el cojeo.
—¿Cómo? No comprendo—Kohaku comentó.
—Es como si al bajar el pie hubiera un cojín, uno que compensa el desbalance que hay en cada pierna cuando cojea, como si recuperará la altura que le falta y lo pusiera al nivel del suelo normal.
—¿Entonces lo ayuda a caminar como normalmente lo haría?
—Es lo que pretendí, aunque no sé si lo pude lograr al cien por ciento.
—¿Por qué?
—Nunca pude hacer una prueba con él presente.
—¿Entonces fabricaste ese objeto sin conocer absolutamente nada de su usuario final?
—Mi cliente nunca lo trajo consigo, dijo que quería hacerlo como un regalo, por ello toda la ornamenta de plata que le añadí después. Ese símbolo —indicó en el papel que yo había trazado—, fue bastante puntual con el hecho de que lo incluyera.
—¿Significa algo en particular?
—No lo sé, el cliente fue quien me prestó el sello para imprimirlo en la plata. Decía que entre más detalles tuviera mejor.
—No escatimó en costos.
De nuevo hizo una pausa—Los detalles eran buenos para un regalo, pero para que fuera totalmente funcional le insistí muchas veces en que lo trajera consigo y nunca se concretó aquella cita. Al final, se lo llevó envuelto en una caja.
—Por ello tu teoría—analicé. Las piezas cuadraban.
—Si no podía resolverlo, al menos quise ayudarle con eso. Caminando al mismo nivel en ambas piernas, únicamente debería de preocuparse por el dolor en los huesos, no era cien por ciento alentador, pero funcionaría.
—Sí, supongo que hiciste lo mejor que pudiste con lo que tuviste.
Una pausa nos rodeó a los tres con un ambiente pesado, hasta que la Leona volvió a interrumpir.
—¡Senku, tienes que ayudarlo! Debe de ser muy doloroso para él tener que vivir así.
Volteé a verla y dibujé una media sonrisa—¿Qué sucede? ¿Ahora tan de repente quieres que lo ayude? Antes me dijiste que estaba exagerando en hacerlo.
—¡Eso no fue lo que dije! —sus mejillas cambiaron suavemente de tono a un matiz más oscuro—Solo sigue siendo un extraño para mí y ciertamente no me da confianza, pero...—agachó la mirada— No creo que por eso este bien que siga sufriendo tanto, nadie debería sentir tanto dolor.
La mirada apagada de Kohaku logró conmover al artesano que asintió casi con la misma expresión lamentera—Es cierto, ese dolor, déjenselo a los viejos —el hombre me miró— ¿Dijiste que puedes ayudarlo?
—Es mi objetivo.
—Bien —afirmó antes de volver a adentrarse en su espacio detrás del mostrador—. Ya que tú parecer conocerlo, supongo que será mucho más certero, aunque el tiempo ha pasado, probablemente no haya remedio alguno.
—Es por eso que tenemos que agotar primero todas las posibilidades —Respondí. Mientras ambos veíamos que el viejo rebuscaba por entre sus cajones con una suave sonrisa.
—¿Eres un espíritu creativo y audaz, cierto? —pareció haber encontrado lo que buscaba y volvió hacia nosotros con unas cuantas hojas en la mano —Eso es bueno, entonces, puedo dejarlo en tus manos.
Miré el papel, parecía viejo.
Me lo extendió y lo tomé entre las hojas había una mucho más oscura que las otras, el viejo apuntó con su dedo en medio.
—¿Puedes verlo? —me dijo.
Pero la realidad era que yo no alcanzaba a distinguir nada, todo era realmente muy oscuro, como para percibir algún matiz.
—¡Oh sí, lo veo! Es muy pequeño.
Afortunadamente tenía a Kohaku, la mejor vista de todo el reino a mí lado.
—Es una radiografía que le tomaron al chico casi después de haber sufrido el accidente. La verdad es que no es muy certera por la época, esas máquinas apenas se habían instalado en los hospitales del reino en ese entonces, pero ayuda a darnos una idea del daño.
No despegué los ojos de la zona marcada.
—¿Este es el historial médico?
—Parte de él, fue lo único que mi cliente trajo consigo.
Desvié la vista ligeramente hacia una esquina que indicaba claramente que algunas páginas habían sido arrancadas, pero no tenía idea de por quién, si por ese hombre o por el dichoso cliente.
—¿Estás seguro?
—Si realmente tienes contacto con el chico, no te será fácil probar de primera mano tus avances, pero necesitaras esta guía primero. Yo pude hacer muy poco con esta información, espero que tú puedas usarla de mejor forma y que de verdad apoyes a ese muchacho, aunque sea simplemente aliviando un poco más su dolor.
—Lo haré.
El hombre volvió a sonreír— Solo pude quedarme con eso, espero te sirva es toda la información que te puedo dar. Y por favor, mantenlo como un asunto confidencial.
—Se lo agradecemos —Kohaku dijo emocionada, con una suave reverencia.
Yo simplemente lo miré a los ojos, aunque nunca supe de que color eran, si supe que estaban llenos de brillo por el querer innovar para el bien, justo como los de Kaseki, o como los de mi padre alguna vez.
No debía de fallarle—Confíe en mí —le dije.
Luego de ello, salimos de la tienda y volvimos a casa.
—¿Y qué es lo qué harás? ¿Cómo vas a ayudarlo? —Kohaku realmente se había entusiasmado.
—Primero tomaremos el bastón del artesano como un primer prototipo, para ayudarlo a avanzar deberíamos de crear otro. El mecanismo que el viejo implementó es funcional, así que hay que llevarlo al siguiente nivel.
—¿Ocuparás a Kaseki?
—También tengo que usar herramientas más especializadas, supongo que iré a trabajar con Xeno.
—¿Hay alguna forma en la que pueda ayudarte?
La miré de re ojo. Kohaku era impulsiva la mayor parte del tiempo, pero también de un muy grande corazón, pero sus intenciones no eran las más fáciles de leer, por lo menos para mí, al ver esa expresión curiosa y media sonrisa curveada, como la de un gatito, no podía negarme a no incluirla en mis planes, aunque algo dentro de mí me decía que al hacerlo, eventualmente Gen y ella podrían tener un choque.
—Sí, toma esto —le ofrecí a radiografía—, necesito que utilices tu vista privilegiada y me consigas una réplica de solo los huesos que están marcados ahí.
Ella hizo una mueca.
—¿Qué pasa? —pregunté por su actitud.
—¿De verdad necesitas eso? ¿No solo puedes verlo por ti mismo y ya? Si no quieres que te ayude solo dilo directamente.
Di un respingo.
No era eso, realmente necesitaba su ayuda, pero sí me ponía en su lugar, en verdad sonaba a un pedido bastante absurdo. A veces olvidaba como debía tratar las necesidades de mi condición con los demás sin lo engorroso que sería contarles la verdad.
—Kohaku, en verdad necesito tu ayuda —respondí y por un momento vi sus ojos un poco más brillantes.
—Bueno. —Ella infló ligeramente sus mejillas.
Y mientras nuestra pequeña platica se daba, Chrome quien nos vio llegar corrió hasta nosotros con una sonrisa.
—¡Senku! Kaseki ya me contó que tienes un nuevo proyecto entre manos. ¿De qué se trata?
A él también le sonreí—También necesitaré de tu ayuda Chrome.
Entonces puse manos a la obra. Kaseki me ayudó a fabricar unas cuantas piezas dentro de su taller y yo las llevé a mi espacio en los laboratorios para trabajar con ellas, intentaba armar un prototipo novedoso, algo completamente al bastón que ese cliente misterioso le había regalado a Gen.
Mi idea realmente no era simplemente ayudarlo a disminuir su dolor, mi objetivo real era curarlo.
Una carrera contra el tiempo sí, pero eso lo hacía aún más emocionante.
Pasó una semana, en la sesión acordada con Gen no dije nada, pretendí que fuera una sorpresa, aunque naturalmente pudiera necesitar de su cooperación para hacer algunas pruebas de refinamiento, yo también quería hacerle un regalo.
No éramos lo suficientemente cercanos aún, pero debía de reconocer que ya me había ayudado él a mí bastante, debía de buscar alguna forma de regresarle el gesto y quizá con ello, se abriría un poco más al punto de que pudiera mostrarme su rostro.
La idea me motivo a seguir trabajando.
A pesar de que no era particularmente un as en cuestión mecánica, para mí, la parte de la construcción era la más complicada, principalmente por la similitud entre las piezas.
Estaba trabajando con metal y era un material que no tenía distintivo alguno, en la luz la reflejaba y en la sombra la absorbía, era un gran contrincante que admitía; de no ser porque Xeno llegó al rescate, el proceso de armado me hubiera tomado mucho más tiempo.
—Dr. Senku, veo que esta ocupado con algo. ¿Un nuevo medicamento? Últimamente lo veo ir y venir del laboratorio. —Fue su forma de saludar desde el marco de la puerta.
Volteé a verlo—Ah, no. Es algo, mucho más técnico diría... —expresé mientras trataba de ajustar un tornillo a una tuerca y el objeto de la nada salió volando por los aires con un salto fugaz que aterrizó hasta los pies de Xeno.
—¿Piezas de metal? —cuestionó recogiendo la tuerca —¿Esta tratando de construir algo Dr. Senku? Aquí, ¿En el laboratorio?
—Sí bueno, tiene fines médicos.
Pareció que capté su atención con ello y entonces avanzó hacía mí para analizar todo el material que tenía esparcido sobre la mesa. Lo miró de lado a lado y depositó lo que había recogido, con la punta de sus uñas a mi costado.
—Pero que cosas tan elegantes tenemos aquí...—vaciló.
—Es un prototipo.
—¿Para qué exactamente?
—Soporte de cadera.
Por un segundo sus ojos se hicieron más grandes—¿Por qué el interés tan repentino en un área tan selecta?
—Por qué...—Seguí forcejeando con ambas piezas— Será mi pase de entrada al palacio.
—¿Su visita con el emperador? Las clases con ese patrocinador suyo están dando frutos, ¿No es así?
—Aún no concretamos una cita, es solo el primer prototipo.
—¿Y esa confianza?
—Funcionará al diez mil millones por ciento. —Le sonreí.
Él me devolvió el gesto y luego de rozar con el filo de sus uñas algunas de mis notas separó los labios una vez más—Dr. Senku, ¿Me recuerda el nombre de su patrocinador?
La pregunta me causo algo de ruido.
Nunca antes le había dicho el nombre de mi patrocinador a Xeno, simplemente le había informado que aquel baile a donde me obligó a asistir resultó ser un éxito, pero por el otro lado, no había una razón lógica para ocultárselo, ¿Cierto?
—Asagiri Gen.
Su mueca cambio milimétricamente.
—¿Lo conoces?—cuestioné sin dejar de verlo, una arruga en su frente se desvaneció cuando giró para verme directamente a los ojos.
—En absoluto —Dijo bastante sereno—. Pero es bueno que haya encontrado a alguien dispuesto a financiar sus intereses Dr. Senku, aunque todavía no sabría decir si esto bastará para convencerlo. ¿Por qué apostarlo todo a una prótesis?
Suspiré por el esfuerzo—El nuevo emperador es un entusiasta que cree en la juventud e igualdad de oportunidades, seguramente una causa altruista como ayudar a personas heridas, llamará su atención de inmediato. —Rasqué mi oído— Y entonces iremos a las grandes ligas. Además será bueno que tenga el sello de los laboratorios, tal vez Tsukasa incluso pueda financiarnos posteriormente.
Xeno imitó mi expresión—¡Pero que plan tan elegante! Es cierto, es lo más conveniente, pero...¿Eso es todo?
Tragué saliva—Lo es. —Y dejé, resignado, las piezas con las que me peleaba en la mesa.
Xeno amplió su sonrisa—Muy bien, entonces no le quitó más su tiempo Dr. Senku, yo también depositaré mi confianza en que lo logre y si es que necesita mi ayuda, también puede buscarme.
—Sí, claro —volví mi mirada a la mesa.
—Ah, y por cierto— antepuso su puño cerrado ante mi vista y luego de un parpadeo lo extendió, mostrándome un tornillo diferente—. Creo que este le resultará más útil.
Sonreí cuando lo tomé—Bien.
No voy a mentir, el proyecto me entusiasmaba, la reacción de Gen y el poderlo ayudar me impulsaba a continuar, pero el apoyo de todos, fue lo que realmente me dio confianza.
Una semana más, solo una semana tendría para acabarlo y darle la noticia a Gen. Era muy emocionante.