Chapter Text
Jamás me dejó llamarlo de otra forma que no fuera ''padre'' y aun así fue difícil, solo éramos nosotros dos y eso que la mayor parte estaba al cuidado de sus trabajadores.
Y entonces llegó papá.
Es divertido jugar con él, le gusta causar travesuras conmigo, fastidiar a mi padre y tener aventuras por el que nosotros llamamos nuestro reino, donde según papá, vivió hace mucho tiempo y ahora es de ellos.
Se nota que fue hace mucho, todo está lleno de polvo, telarañas y algunos lugares casi se caen por lo viejos que están y mientras que mi padre tiene muchas oficinas blancas, papá tiene un enorme castillo que, según él, perteneció a su primer hijo, mi hermano que hace mucho tiempo se fue al ‘‘cielo de los huevitos’’.
Me siento triste cuando lo veo tan triste, y puedo notar como me mira, empiezo a entender por qué el también no me quería cuando me conoció, pero estar juntos tanto tiempo hizo que sonriera poco a poco, que bromeara con su voz tan chistosa y también jugarnos bromas entre nosotros.
A veces me trataba con delicadeza, como cuando subía a lugares altos y le decía que me atrapara o cuando tomaba mi arma y jugaba con criaturas peligrosas, pero también jugábamos rudo como cuando escapaba de él al robar sus lentes o luchábamos por algunos dulces.
Padre pasó de estar mucho tiempo alejado de mí a estar todo el tiempo que podía con nosotros ¡Los dos estaban felices y eso me ponía muy feliz!
¡Entonces descubrí que había más como yo!
Dolía por que me ignoraban muchas veces, pero eso no me desanimo, seguí haciendo bromas y llamando su atención, algo que al parecer los molestaba, les pregunte sobre eso a los conejitos que me cuidaban, ellos no supieron responderme.
Entonces una tarde le pregunté a papá sobre ellos y me arrepentí cuando vi la cara de papá, se miraba tan triste como cuando pregunté por mi hermano y no pudo ocultarlo de mí, me dijo que jamás les hablara de él, porque si no lo querrían para ellos y él no quería compartirme.
Yo tampoco quería.
Y así siguió, a veces teníamos aventuras divertidas en nuestra casa y otras yo iba a ese lugar dorado de los conejitos a hacer bromas, lo único malo es que si iba ahí papá no podía acompañarme, y no pregunte la razón por que sentía que sería otra respuesta triste y yo solo quería ver a papá feliz.
Entonces cosas pasaron, luces rojas se encendieron en las oficinas blancas y mi padre me pidió amablemente que regresara con papá, yo solo hice caso y volví a nuestra casa, donde él acomodaba cosas dentro de todos sus baúles, me sonrió y me dijo que lo ayudara, no pregunto por qué estaba ahí y yo tampoco dije nada.
Pasamos toda la tarde jugando y viendo todo lo que tenía, me regalo un par de cosas y yo tomé otras prestadas sin que viera, cuando se hizo de noche ambos hicimos una gran cena mientras esperábamos a mi padre, me gustaba cuando comíamos juntos por que siempre me contaba todas estas historias de otros mundos, parecían tan reales, especialmente esa muñeca que cantaba en un juego.
A mitad de una historia apareció padre y nos saludo a ambos antes de unirse a nosotros, el se miraba tranquilo y por eso papá también se quedó tranquilo.
Al terminar ambos me llevaron a mi habitación y me arroparon mientras me deseaban buenas noches, se miraban tan felices.
Es por eso por lo que no entiendo por qué el grito de papá me despertó, me levanté de la cama y camine hasta las escaleras, ahí pude ver a papá de espaldas, mi padre le decía algo de una cápsula, no entendí mucho la verdad.
−Tu me lo quitaste y ahora quieres quitarme otro ¿Qué no dijiste que querías hacerme feliz?−
¿Padre le quito algo? Pero si siempre le daba cosas, eso era muy maleducado de su parte, cuando regalas algo no lo puedes pedir de regreso.
Pero parece que padre se arrepintió de pedir su regalo de regreso y abrazo a papá, le susurro algo que no escuche y cuando lo vi, papá sonreía de nuevo y se secó las lágrimas.
Padre se rió.
Se rió.
Jamás lo había visto hacerlo, se nota que se amaban mucho como decía papá.
Yo solo volví a mi habitación a dormir, feliz de ver que mis papás se amaban tanto, y en mis sueños vi a unos conejitos tontos, un huevo desconocido y una muñeca gigante.