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Summary:

A medida que trabajan juntos, Viktor se siente atraído por Jayce, pero su inseguridad y miedo a ser rechazado lo llevan a mantener sus sentimientos en secreto.

Sin embargo, cuando Jayce confiesa sus propios sentimientos a Viktor, este se siente abrumado y confundido.

Notes:

Está canción me acompañaba mientras escribía. Por si a alguien le interesa escucharla, les dejo el nombre.

 

Ruel – Dazed & Confused

 

https://youtu.be/Nel_hT0ZQHA?si=hwHGwkCw5wXuRivT

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Confundido

Chapter Text

Una ligera melodía se oía en el aire, el sonido del grafito escribiendo fórmulas sin parar. Iba a ser una larga noche para él, no había mucho que hacer igual, los prototipos previamente serían presentados mañana en la conferencia. Todo debía ser perfecto, el discurso ya planeado de Jayce también, su asistencia tras el telón como apoyo desde las sombras, como su co-fundador de la hextech.

—Nuestro sueño..—. Una sonrisa ligera se dibujó en su rostro, mientras recordaba las palabras que siempre le habían inspirado.

Esas palabras jamás se le borrarían de la mente. La mano de Jayce en su hombro, su confianza y cariño entre compañeros eran una muestra palpable de que ambos eran parte fundamental de todo lo que se iba logrando.

...

En ocasiones, se sumía en una profunda sensación de insuficiencia. Se sentía como una sombra comparado con el hombre del progreso, cuyo brillo parecía iluminar cada espacio que ocupaba. Su propia figura, débil y frágil, parecía una versión imperfecta de lo que debería ser. La cojera de su pierna derecha era un recordatorio constante de sus limitaciones. Se sentía como si solo inspirara lástima y compasión en aquellos que lo rodeaban.

El recuerdo de aquella celebración a la que fue arrastrado por Jayce aún lo hacía sentir incómodo. No había querido ir, había dejado claro su deseo de quedarse en el laboratorio, pero la mirada suplicante de Jayce lo había conmovido y, al final, se había visto obligado a acompañarlo.

Al llegar al evento, Jayce se vio obligado a atender a sus seguidores, dejándolo solo y expuesto a las miradas curiosas de los demás. Podía sentir el peso de sus ojos sobre él, como si lo estuvieran evaluando y juzgando. "¿Un habitante de Zaun? ¿Qué hacía él entre nobles?...", se imaginaba que murmuraban a su alrededor. La frustración y la vergüenza lo invadieron, y apretó su bastón con fuerza, deseando poder escapar de aquella situación incómoda.

...

—Vik—. La voz de Jayce sonó clara y fuerte, pero parecía llegar desde muy lejos. Viktor se sacudió, como si saliera de un trance, y se encontró con la mano de Jayce frente a sus ojos, moviéndose de un lado a otro. Había estado llamándolo, pero Viktor no había escuchado nada. Se sentía desconectado, como si su mente estuviera en otro lugar.

—Lo siento, estaba perdido en mis pensamientos—. Viktor se sacudió el recuerdo, con una voz ligeramente cansada.—¿Qué haces aquí?—.

Jayce sonrió y se acercó a Viktor. —No podía dormir. Y tú, ¿qué haces despierto a estas horas?—. Miró las notas y los dibujos que Viktor había estado trabajando antes.

Viktor se encogió de hombros. —No pude dormir. Estaba pensando en... en algunas cosas—. Su mirada se desvió hacia la ventana, donde el amanecer estaba empezando a iluminar el cielo.

Jayce se sentó en la silla frente a Viktor. —¿Estás bien? Pareces un poco... ausente—. Su voz era suave y preocupada.

Viktor asintió lentamente. —Sí, estoy bien. Solo...—. Su voz se desvaneció, y se sumió en sus pensamientos.

No tenía ganas de hablar de cosas innecesarias, así que desvío el tema.—Seguro que la señorita Mel no te dejaba dormir..—. Dijo con un tono ligeramente ácido.

Jayce se rió y negó con la cabeza. —No, no fue eso. Solo estuvimos hablando—. Viktor lo miró con una ceja levantada, y Jayce se sintió obligado a aclarar. —De verdad, solo hablamos. Nada más—.

Viktor se encogió de hombros y volvió a mirar su trabajo. Jayce se acercó más a su lado, y Viktor se sintió incómodo. —No te estoy pidiendo explicaciones, ¿Acaso pregunté?—. Dijo fríamente, tratando de mantener la distancia.

Pero Jayce no se rindió. Se inclinó un poco más cerca, su voz apenas un susurro. —Quería decirte algo, Viktor. Algo importante—. Viktor se sintió nervioso, sin saber qué esperar.

—¿Qué es?—. Preguntó, su voz baja y vacilante.

Jayce sonrió, su rostro iluminado por la luz suave del amanecer. —Me gustas, Viktor. Me gusta la forma en que trabajas, la forma en que piensas. Me gusta todo de ti—.

Viktor se sintió abrumado, sin saber cómo procesar todo lo que Jayce estaba diciendo.

Pero entonces, Jayce cambió de tono. —Quiero decir, me gusta trabajar contigo. Me gusta la forma en que nos complementamos. Me gusta estar aquí, en el laboratorio, contigo—.

Viktor se sintió aliviado, pensando que Jayce solo se refería a su relación laboral, pero aún así sintió una punzada.

—A mí... también me gusta estar contigo—. Murmuró bajo, seguro su voz sería pasada de alto.

Jayce sonrió, su rostro brillaba, y Viktor se sintió como si hubiera sido envuelto en un abrazo cálido y reconfortante.

—Me alegra escuchar eso—. Dijo suavemente, su aliento cálido en la oreja de Viktor.

Viktor se sintió estremecer, su corazón latiendo más rápido de lo usual. No sabía qué hacer, cómo reaccionar.

Con un movimiento brusco, empujó a Jayce lejos, su cara ardiendo de rubor. La confusión y la vergüenza se reflejaban en sus ojos. No podía pensar con claridad, no podía respirar. Con dificultad, Viktor se puso de pie, apoyándose en su bastón para mantener el equilibrio.

Y sin decir una palabra, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, su bastón golpeando el suelo con un ritmo irregular. Jayce lo llamó, pero Viktor no se detuvo.

La puerta se cerró detrás de él, y Jayce se quedó solo en el laboratorio, sin saber qué había pasado.