Work Text:
Carlos Alberto García Moreno y Carlos Alberto Mestre, conocidos cómo Charly García y Nito Mestre, estaban siendo una celebridad en la época de los 70's
Ellos brillaban en el escenario, tenían canciones que chocaban en tu pecho, resonaban en tu cabeza y ablandaban tu corazón. Era como llorar pero sin poder lagrimear ni desahogar cada uno de tus tristes pensamientos, todo mientras escuchabas la voz angelical de los jóvenes.
— García —llamó Mestre—, vamos a tener que salir a tocar en unas horas. No se que quieras hacer vos.
— ¿Vos te crees que puedo salir después de todo lo que hiciste?
Charly no paraba de llorar. Tenía moretones en las piernas y cortes en los brazos, casi no se podía levantar del piso. Buscaba confort en peluches que el mismo Nito le había regalado.
— Todo el día mariconeando. Parece que no haces otra cosa.
— Te la pasas denigrandome. Nunca te hice nada, sos el mismo abusivo de siempre.
Nito azotó a García en la cara, dejándolo tirado completamente en el suelo.
Charly respiraba de una manera desagradable, buscando como tomar aire mientras gotas de sangre caían de su nariz.
— ¿Ves lo que haces?— chilló Charly—Sos desagradable. No se porqué sigo buscando paz en un ser como vos.
— Sabes bien quien es el que provoca estas situaciones. Varias veces insistimos en dejar todo atrás, pero vos sos el que no quiere alejarse completamente de mi.
— Pensaba que cambiarías con el tiempo. Los del cole tenían razón, hasta con la plata tenes pensamiento de pobre.
Nito se enojó con lo que mencionó García. Pero no quiso dejarle más lastimaduras. Ya estaban por salir, no deberia dejarle más marcas visibles.
Nito agarró a Charly, teniendolo encima, caminó hasta la cama y lo tiró con violencia. García chillaba como si fuese un nene chiquito.
Empezó a sentir caricias calurosas de alguien al que detestaba sentir contacto, pero su cuerpo estaba con deseo de sentir un poco de cariño, sea de quien sea. Una de las manos tomaba su rostro, mientras que la otra acariciaba los brazos cortados, bajando a sus piernas débiles de tanto caer al suelo. Nito le daba varios besos delicados en su piel herida. Dolía, pero se sentía bien un poco de contacto físico sin que sean golpes o empujones.
Siguieron abrazos, caricias de pelo, besos en la boca y cuello. Cada movimiento de Nito a Charly eran dulces y suaves, como si lastimarlo no fuera algo casual en la vida de él.
Charly no decia ni una sola palabra, se quedaba inmóvil ante cualquier caricia de su pareja. No se quejaba, pero no queria estar ahí. Cada segundo sufría pensando en si lo volvía a dañar, si beso se transformaba en un golpe, si una caricia en la cabeza se convertía en un tirón de pelo.
Nito se colocó encima de su novio y le quitó los shorts cortos que traía.
— ¿Q-Qué haces?—gimió Charly
— Algo. Te puede gustar o no, no sabemos.
Charly pataleaba con tal de sacarlo, Nito intentaba dejar inmóvil a Garcia mientras él se desabrochaba el pantalón.
Ambos miembros chocaron, Charly no se sentia cómodo, pero no hacia nada para pararlo. Nito prosiguió manteniendo contacto sexual él, rozandose, masturbando ambos miembros al mismo tiempo, acariciando suavemente el glande de su pareja, etc. En uno de estos juegos, bajo y metió el pene en Charly. Se acostó sobre él y comenzo a moverse, subiendo ritmo entre cada embestida. García lloraba, rogando para que todo parase. Ambos gemían tan delicadamente, era tan horrible saber todo lo que estaba pasando en las cabezas de cada uno.
Cada movimiento era un dolor de cabeza para el pobre y joven pianista. No podía estar tranquilo. Una última embestida acabó con todo (y acabaron en él), y entró en paz mental por un rato largo.
— Viste, el problema no era yo— dijo Nito—, eras vos que necesitabas un poco de acción.
— No esperaba eso.
— No me interesa lo que querias o no.
Nito le dio un pico a Charly y lo levantó. Le preparó su ropa para el recital, y lo abrazo fuertemente.
Seguro todo volverá a ocurrir. Eso pensaba García, pero no quiere pensar más en Nito. Se vistió, se arregló los rulos y decidieron partir.
"Volverá a ocurrir." Se repetía en él.
Pobre de él, todo lo que sobrepensaba, pasaba.