Actions

Work Header

Empire of Lies

Summary:

En un mundo de poder, secretos y traiciones, oh Sehun se infiltra en la empresa de Kim Junmyeon bajo la identidad de "Hwang Sehun" para investigar la misteriosa muerte de su madre. Lo que no esperaba era enamorarse del propio Junmyeon, un CEO implacable y padre soltero de dos hijos. Mientras Sehun se debate entre su misión y sus sentimientos, ambos hombres deben enfrentar no solo los fantasmas de su pasado, sino también los obstáculos que sus familias enemistadas han dejado en su camino.

¿Podrán descubrir la verdad sin destruir lo que están empezando a construir juntos?

-Historia propia
- Pareja principal: Kim Junmyeon x Oh Sehun
-Mención de personajes secundarios

Advertencias

-Contenido + 18

Disponible en: Wattpad & AO3

Chapter 1: Introducción | Recuerdos del pasado

Chapter Text

 Flashback

 

La sala de juntas de la empresa Kim Corporation era un espacio moderno y elegante, diseñado para impresionar. Las paredes estaban adornadas con obras de arte contemporáneo, y un gran ventanal ofrecía una vista impresionante de la ciudad. En la mesa, cuatro personas se preparaban para una reunión que cambiaría el rumbo de sus vidas para siempre.


Kim Junghyun, un hombre en la cúspide de su carrera, se sentaba al final de la mesa, con una presencia imponente que exigía respeto. A su lado, su hijo, Kim Junmyeon, apenas había cumplido los veintisiete pero su mirada intensa y su postura erguida dejaban entrever una madurez más allá de sus años. Junmyeon había aprendido a lidiar con el peso de las expectativas familiares desde muy joven, sabiendo que el legado de su padre recaía sobre sus hombros.

Enfrente de ellos, Oh Seunghyun, un empresario astuto y pragmático, intercambiaba miradas con su esposa, Oh mina, cuya elegancia y calidez iluminaban la sala. Ella había sido la razón por la que Seunghyun había decidido asistir a esa reunión, con la esperanza de que su encanto pudiera suavizar las tensiones entre ambas familias.

Junmyeon observaba a la pareja con cautela. Las familias Oh y Kim tenían una historia de rivalidad, una enemistad que había crecido con los años. Aunque su padre había hablado de colaboración, Junmyeon sabía que la reunión era una mera formalidad; había un aire de desconfianza en cada palabra que se pronunciaba.

—Gracias por venir, Seunghyun–comenzó Junghyun, su voz firme y controlada–Espero que podamos encontrar un terreno común en nuestros intereses

—Es un placer, Junghyun–respondió Seunghyun, inclinando la cabeza con respeto–La sinergia entre nuestras empresas podría ser beneficiosa para ambos, pero la confianza es fundamental.

Mientras hablaban de cifras y proyecciones, Junmyeon sintió que la conversación se desvanecía en un murmullo. Su mente se desvió hacia recuerdos de su madre, que había fallecido cuando él era un adolescente. Se preguntó cómo habría reaccionado ella en ese momento, con su capacidad innata para suavizar tensiones y construir puentes entre las personas. La pérdida de su madre siempre había dejado un vacío en su corazón, y hoy, ese vacío parecía más profundo que nunca.

—Oh, Mina–interrumpió Junmyeon de repente, recordando la presencia de la esposa de Seunghyun. –¿Cómo están tus hijos? Deben de estar creciendo rápido.

Mina sonrió, un destello de orgullo iluminando su rostro

–Sí, él menor está terminando la carrera de economía y el mayor trabajando como contador en la empresa, No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo. Es un desafío, pero me encanta verlos aprender y crecer

—Debes estar muy orgullosa–dijo Junmyeon, forzando una sonrisa. Sin embargo, una parte de él se sentía distante. La conversación giraba en torno a los negocios, pero el recuerdo de su madre lo mantenía anclado en su pasado, y la rivalidad entre sus familias lo llenaba de inquietud.

A medida que la reunión avanzaba, la tensión en la sala se volvía palpable. Aunque las palabras eran corteses, había un subtexto de desconfianza que resonaba entre ellos. Las miradas furtivas y los gestos nerviosos eran señales de que la reunión no se desarrollaba tan suavemente como se esperaba.

Junghyun cambió de tema, hablando sobre una reciente expansión de la empresa Kim.

—Estamos viendo una oportunidad para crecer en el mercado internacional, Creo que podríamos necesitar la experiencia de Oh Company para maximizar nuestro potencial.

Seunghyun asintió, aunque su rostro mostraba una leve preocupación

—Estoy dispuesto a considerar cualquier opción, pero necesitaría ver números concretos antes de comprometernos.

—Por supuesto, puedo hacer que mi equipo prepare un análisis más detallado–respondió Junghyun, su tono firme.

pero Junmyeon podía ver la inquietud en los ojos de su padre. Había una línea muy fina entre el éxito y el fracaso, y él sabía que su padre no toleraba los errores.

Mientras la conversación continuaba, Junmyeon sintió una presión creciente en su pecho. Era como si una nube oscura se cerniera sobre la sala, y no podía evitar el presentimiento de que algo terrible iba a suceder. Sin embargo, intentó sacudirse la sensación, convencido de que era solo su imaginación.

La discusión se tornó más intensa cuando las diferencias sobre el enfoque estratégico comenzaron a surgir. Junghyun y Seunghyun intercambiaron palabras más cortantes, y Junmyeon sintió cómo el ambiente se volvía hostil. En un momento, Seunghyun se inclinó hacia adelante, sus manos golpeando la mesa.

—Si realmente quieres que esto funcione, necesitarás ser más transparente, No puedo confiar en una persona que oculta información.

—Y no puedo asociarme con alguien que no entiende el valor de la lealtad–, replicó Junghyun, su voz resonando con desdén.

Mina, sintiendo la tensión, trató de intervenir.

—Tal vez deberíamos tomar un descanso. Un café podría ayudarnos a despejar las mentes.

Pero antes de que pudiera proseguir, un estruendo ensordecedor resonó en la sala, interrumpiendo la conversación. Junmyeon se congeló, sus instintos alertas. El sonido provenía de la calle, un rugido de motores y gritos. La situación rápidamente se tornó caótica, y Junmyeon se puso de pie.

—¿Qué fue eso?–preguntó, su corazón latiendo con fuerza.

Seunghyun miró por la ventana, su rostro pálido.


—Algo ha sucedido afuera. Deberíamos... deberíamos ver.

Mientras todos se acercaban a la ventana, el ruido se intensificó, y de repente, un grupo de personas irrumpió en la sala. Hombres con máscaras y armados con armas, gritando órdenes y sembrando el pánico. El terror llenó la sala, y Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda.

–"¡Al suelo!" gritó uno de los intrusos.

Sin pensarlo, Junmyeon se lanzó al suelo junto a su padre y Mina. Seunghyun intentó proteger a su esposa, pero el caos era imparable. El tiempo parecía detenerse mientras el sonido de disparos resonaba en la sala.

Una ráfaga de disparos, y Junmyeon sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. El grito de Mina resonó en sus oídos mientras caía al suelo, la vida abandonando su cuerpo. El horror llenó el aire, y la sangre empapó la alfombra lujosa.

El tiempo parecía estirarse en una tortuosa agonía. Junmyeon no podía apartar la vista del cuerpo de Mina, la esposa de Seunghyun, inerte en el suelo. Su vida se había apagado en un instante, y el eco de su grito permanecía en su mente.

El caos continuó, y las voces se convirtieron en un murmullo distante. Junmyeon sintió que el aire se le escapaba, y el miedo lo envolvió. ¿Por qué había sucedido esto? ¿Por qué Mina había sido el blanco?

Finalmente, los intrusos se fueron, dejando atrás un rastro de destrucción. La sala se llenó de silencio, roto solo por los sollozos ahogados de Seunghyun. Junmyeon se arrastró hacia él, su mente aturdida por la confusión.

—Seunghyun... –comenzó, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

Seunghyun miró a su alrededor, los ojos llenos de desesperación.


—¡Mina! ¡No! ¡No puede ser! ¡Esto no puede estar pasando!"

El lamento de Seunghyun resonaba en la sala, un eco de dolor que tocó el corazón de Junmyeon. No sabía qué decir, cómo consolarlo. Había sido un accidente, un error trágico, pero el peso de la culpa se cernía sobre él.

—Tenemos que llamar a una ambulancia—, dijo Junmyeon, su voz temblorosa.

—¡Ya es demasiado tarde!–gritó Seunghyun, su dolor transformándose en rabia–¿Por qué? ¿Por qué tuvo que ser ella?

Junmyeon se sintió impotente, atrapado en un torbellino de emociones. Su mente se debatía entre el horror del momento y la confusión sobre lo que había sucedido. ¿Por qué habían atacado? ¿Era un error? Su cuerpo temblaba mientras los recuerdos de ese día trágico se grababan en su mente.

Con el paso de los minutos, la policía llegó y la sala se convirtió en un lugar de investigación. Las luces parpadeantes de las patrullas iluminaban el caos, y los gritos de los testigos llenaban el aire. Seunghyun fue llevado a un lado, mientras los detectives comenzaban a tomar declaraciones.

Junmyeon observaba en silencio, su corazón pesado. Su mirada se centró en el cuerpo de Mina, cubierto con una manta, y el dolor en su pecho se volvió insoportable. ¿quién mando a hacer esto? ¿Oh mina era el objetivo principal?

El día siguiente

 

La mañana del funeral de Oh Mina era fría y nublada, un reflejo sombrío del dolor que invadía a todos los que se habían reunido para despedirla. La iglesia estaba llena de flores blancas, simbolizando la pureza y la fragilidad de la vida, y el aire estaba impregnado de un silencio pesado, interrumpido solo por los sollozos suaves de quienes lloraban su partida.


Junmyeon se encontraba al lado de su padre, Kim Junghyun, en la parte trasera de la iglesia. A medida que el servicio comenzaba, su corazón latía con fuerza. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido, en cómo la vida de Mina se había apagado en un instante. Miró a su alrededor y vio a Seunghyun, que estaba sentado en la primera fila junto a sus dos hijos, con la mirada vacía y perdida.

El dolor era palpable, y el aire estaba cargado de una tensión que hacía difícil respirar.

A medida que el sacerdote comenzaba a hablar, Junmyeon no podía evitar sentirse como un intruso en su propio mundo. No conocía a Mina tan bien como lo hacía Seunghyun, pero la tragedia lo había golpeado de lleno. La vida podía ser cruel y caprichosa, y hoy, el sufrimiento de Seunghyun le recordaba lo frágil que era todo.

—Hoy nos reunimos para recordar a una madre, una esposa y una amiga–.comenzó el sacerdote, su voz suave pero firme. Oh Mina era una luz en la vida de todos aquellos que la conocieron. Su calidez, su bondad y su amor siempre serán recordados.

Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Seunghyun mientras el sacerdote hablaba de los recuerdos felices que compartió con Mina. Junmyeon sintió una punzada de dolor en su pecho. Deseaba poder consolarlo, pero sabía que su presencia solo traía más dolor. La rivalidad entre sus familias pesaba sobre ellos como una losa.

Cuando el sacerdote finalizó su discurso, Seunghyun se levantó para hablar. Con voz temblorosa, comenzó a recordar a su esposa.

—Mina fue la luz de mi vida. Sin ella, estoy perdido.


Se detuvo, tragando su dolor.

Nunca entendí por qué las cosas tienen que ser así, todo lo que quería era protegerla y, al final, no pude.

El silencio en la iglesia era abrumador. Todos estaban en shock, pero la vulnerabilidad de Seunghyun lo hacía aún más difícil de soportar. Junmyeon sintió una mezcla de tristeza y culpa, sabiendo que el destino había decidido de una manera cruel y trágica.

La ceremonia continuó, y cuando llegó el momento de despedir a Mina, Seunghyun se acercó al ataúd, dejando caer una rosa blanca. "Siempre estarás en mi corazón", murmuró antes de que su voz se quebrara por el llanto. "Te prometo que haré lo que sea necesario para que tu muerte no sea en vano."

Junmyeon sintió una oleada de emociones. Seunghyun era un hombre fuerte, pero el dolor de perder a su esposa lo estaba consumiendo. A pesar de la enemistad entre sus familias, no podía evitar sentir empatía por él.

Vio que sus hijos menores estaban junto a el llorando, no reconocía bien sus rostros así que con vergüenza y miedo a dañarlos más no se acerco a ellos para darles el pésame.

Una vez que la ceremonia terminó, todos se trasladaron al cementerio. La atmósfera se volvió aún más pesada a medida que el ataúd de Mina era bajado a la tierra. Las lágrimas caían libremente, y el frío penetrante parecía intensificar el sufrimiento de todos los presentes.

Junghyun permanecía estoico, pero Junmyeon podía sentir la tensión en su cuerpo. Sabía que, al final de todo esto, habría consecuencias. Su padre era un hombre de negocios, pero también era un hombre de orgullo. La rivalidad entre las familias Oh y Kim había existido durante años, y la muerte de Mina solo intensificaría ese conflicto.

Cuando la ceremonia en el cementerio concluyó, los dolientes comenzaron a dispersarse, pero Junghyun se acercó a Seunghyun. Junmyeon sintió un nudo en el estómago mientras observaba la interacción. Sabía que la conversación que estaban a punto de tener era crucial.

—Seunghyun–comenzó Junghyun, su voz fría y calculadora.–Lo siento por tu pérdida. Pero debo decirte que esto no puede quedar impune.

Seunghyun levantó la vista, sus ojos llenos de rabia.

—Qué quieres decir con eso? ¿De verdad crees que esto es un juego? ¡He perdido a mi esposa!

—Lo sé, y lamento tu pérdida–respondió Junghyun, manteniendo la compostura–Pero lo que sucedió en la reunión no puede ser olvidado. No puedes dejar que esto se convierta en una excusa para atacar a mi familia. Esto es un asunto de negocios, Seunghyun.

El aire se llenó de una tensión explosiva. Junmyeon se sintió atrapado entre ellos, incapaz de intervenir. La enemistad que había existido entre sus familias estaba surgiendo de nuevo, como un viejo fantasma que se negaba a ser olvidado.

—¿Qué tipo de monstruo eres?–,gritó Seunghyun, su voz temblando de ira– ¡acabo de perder a mi esposa y tu familia puede involucrado en esto!

—Esto no es un juego, Seunghyun– replicó Junghyun, apretando los dientes. Si permitimos que esto se convierta en una guerra, solo habrá más pérdidas, ¿por qué querría matar a tu esposa? ¡Sé lógico seunghyun!–dijo firmemente

Seunghyun lo miró con desdén.

—Siempre fuiste un hombre de negocios, Junghyun. Pero esto no se trata de negocios, Esto se trata de una vida perdida, y tú no tienes el derecho de dar excusas

—Y tú no tienes el derecho de amenazar a mi familia–,respondió Junghyun, la tensión alcanzando un punto crítico–Si quieres culpar a alguien, dirígete a quienes hicieron esto, Pero no te atrevas a señalarme a mí o a mi familia.

El aire se tornó pesado con la rabia y el dolor. Junmyeon sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía mientras sus padres intercambiaban palabras afiladas. Nunca había visto a su padre así, y una parte de él sabía que las cosas nunca volverían a ser las mismas.

Al final de la discusión, Seunghyun dio un paso atrás, su rostro pálido y lleno de dolor

—Esto no ha terminado, Junghyun. Nunca terminará, la sangre de mi esposa estará sobre tus manos.

Junghyun lo miró con frialdad

—Y a partir de este momento, tendrás prohibido acercarte a mi familia, No habrá más contacto entre nuestras dos familias...

Con esas palabras, Junghyun se dio la vuelta, dejando a Seunghyun detrás, su figura temblando de rabia y dolor. Junmyeon sintió que el peso de la historia de sus familias caía sobre él, un legado de enemistad y tragedia que nunca podría escapar.

La noticia de la enemistad entre los Kim y los Oh se extendió como un incendio forestal, marcando a ambas familias con la impronta del odio y la culpa. A partir de ese día, cualquier contacto entre ellos fue prohibido, y la brecha entre sus mundos se volvió insalvable. Mientras Junmyeon se alejaba del cementerio, sintió que el frío de la muerte y la tragedia lo envolvía. La vida de Mina se había apagado, y con ella, la posibilidad de reconciliación. La enemistad entre los Kim y los Oh había sido sellada con un juramento de odio, y Junmyeon se dio cuenta de que el pasado nunca dejaría de perseguirlo.

Fin del Flashback

 

Actualidad

Mansion de Junmyeon, 7:00 AM


Cinco años habían pasado desde el trágico accidente que cambió para siempre el rumbo de las familias Kim y Oh. Junmyeon, ahora un hombre de 33 años, se había convertido en el CEO de Kim Corporation, un cargo que había heredado de su padre, Kim Junghyun. Era un líder admirado y respetado en el mundo empresarial, conocido por su amabilidad y su capacidad para conectar con sus empleados. Sin embargo, bajo esa fachada de éxito y respeto, había secretos que lo mantenían despierto por la noche.

Desde su divorcio, Junmyeon había mantenido su vida personal alejada de la esfera pública, su revelación de que era Gay, y revelado el matrimonio arreglado entre la Familia Song y Kim causo un escándalo.

Pero amaba a sus dos hijos, Ningning y kun, eran su razón de ser. Cada mañana, se despertaba con la determinación de ser el mejor padre que pudiera ser.

Esa mañana, mientras se preparaba para un día de trabajo, Junmyeon se encontró en la cocina, donde Ningning y kun estaban jugando, esta semana le tocaba pasar con ellos.

El sonido de sus risas llenó la casa, y por un momento, sintió que todo estaba bien. Era en esos momentos que se daba cuenta de cuánto los amaba.

—¡Nadie puede hacer panqueques como papá!

proclamó Ningning con una sonrisa mientras kun asentía vigorosamente. Junmyeon sonrió, su corazón abriéndose un poco ante la alegría de sus hijos.

—¿Quieren panqueques antes de ir a la escuela?–preguntó, tratando de mantener el ambiente ligero.

¡Sí! gritaron al unísono, haciendo que Junmyeon se riera.

Sus hijos eran la viva imagen de su Madre, Victoria Song, con quien se había casado hace 3 años atrás, los recuerdos que tenía con la madre de sus hijos eran buenos pero en mayormente una mentira, ya que ninguno de ellos se amaban, ese matrimonio fue una tortura.

Pero eso ya paso...


Mientras preparaba el desayuno, su mente divagaba hacia la reunión que tendría más tarde. Un nuevo asistente iba a unirse al equipo, un joven llamado Sehun. La empresa había estado buscando un nuevo secretario para ayudarlo a manejar su carga de trabajo, y aunque Junmyeon prefería trabajar solo, sabía que era necesario.

Sin embargo, lo que realmente lo preocupaba era su decisión de mantener su vida personal y sus emociones lejos del trabajo. Era consciente de que el pasado podía afectar sus decisiones, pero sabía que debía poner en práctica todo lo aprendido en los últimos años.

Lunes , Kim corporation, 8:00 AM

Cuando llegó a la oficina, el ambiente era animado. Los empleados le sonreían y lo saludaban con respeto, algo que siempre lo hacía sentir bienvenido. Junmyeon se tomó un momento para disfrutar de la atmósfera antes de dirigirse a su oficina.

A medida que entraba, su asistente actual, una mujer llamada Wendy, le informó sobre el nuevo empleado

—Jefe kim, Hwang Sehun está aquí. Dijo que tiene algunas preguntas sobre sus funciones

—Bien, que entre–, respondió Junmyeon, sintiendo un ligero cosquilleo de nerviosismo en su estómago.

Sehun entró con un aire de confianza, aunque sus ojos mostraban una mezcla de determinación y vulnerabilidad. Junmyeon se dio cuenta de que el joven no se parecía a nadie que hubiera conocido antes en el entorno corporativo. Su presencia era intrigante, y aunque Junmyeon no podía saberlo en ese momento, ese encuentro sería un punto de inflexión en sus vidas.

—Hola, soy Hwang Sehun–, dijo el joven, extendiendo la mano.

—Kim Junmyeon–respondió, tomando su mano firmemente.–Bienvenido a Kim Corporation. Espero que estés listo para un desafío

—Lo estoy–contestó Sehun, mostrando una sonrisa genuina–He escuchado cosas buenas sobre ti y la empresa

Junmyeon sintió un ligero alivio. Tal vez trabajar con alguien nuevo no sería tan malo después de todo.

—Vamos a repasar algunas de las tareas que necesitarás realizar. La carga de trabajo puede ser intensa, pero estoy seguro de que te adaptarás rápidamente

Mientras revisaban los documentos y discutían sobre las responsabilidades, Junmyeon notó que había algo especial en Sehun. Era perspicaz, inteligente y, a pesar de su juventud, parecía tener una madurez que lo hacía destacar. Junmyeon se preguntó cómo un joven como él había llegado a este punto. Se sentía intrigado, pero había algo más: un pequeño destello de conexión que no podía ignorar.

—¿Tienes alguna pregunta sobre la empresa o sobre mí?–preguntó Junmyeon, queriendo abrir un poco más la conversación.

—Solo una–, dijo Sehun, inclinándose un poco hacia adelante – ¿Cuál es tu mayor desafío como CEO?

Junmyeon se detuvo por un momento, considerando su respuesta.

—Tratar de equilibrar mis responsabilidades como padre y como líder–admitió–A veces, las decisiones que tomo pueden afectar a más personas de las que imagino. Y eso puede ser abrumador

Sehun lo miró con atención, como si realmente entendiera lo que significaba llevar ese peso.

—Eso suena complicado. Pero creo que si puedes manejar tu vida personal, eso solo te hará un mejor líder

Junmyeon se sintió sorprendido por la sinceridad de Sehun

—Eso espero–respondió, sintiendo una chispa de conexión que se encendía entre ellos.

En ese momento, ambos hombres se dieron cuenta de que, a pesar de sus diferencias, había algo que los unía.

Sehun quien satisfecho y ya en conocimiento de sus responsabilidades se para y de despide de Junmyeon

—Un placer trabajar con usted señor kim–Sonríe mientras revela su mano esperando respuesta del Ceo–me pondré en marcha con mis tareas

—Estaremos trabajando, Tu escritorio está ahí, un gusto sehun–Estrecho la mano del hombre, sintiendo una electricidad en su cuerpo.

Sehun le dio un ultimo vistazo a Junmyeon y miro en donde se encontraba su escritorio, a unos metros de junmyeon, la oficina era enorme y lejos de los ojos de los empleados.

Sehun salió de la oficina de Junmyeon con una sonrisa que parecía inocente a primera vista, pero había un fuego oculto detrás de sus ojos. Había pasado la primera prueba con éxito, había ganado la confianza del CEO, y su plan estaba en marcha. Caminó por los pasillos de Kim Corporation con la seguridad de alguien que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Su misión había comenzado.

Kim Junmyeon, sería su mayor desafío. Sehun lo observaba, sabía que bajo esa fachada de amabilidad, profesionalismo y devoción como padre, había secretos oscuros esperando ser desenterrados. Junmyeon, a los ojos del mundo, parecía intocable: un hombre de éxito, un líder querido por sus empleados, un padre devoto. Pero Sehun sabía mejor. Nadie llega a esa posición sin tener algo que ocultar.

Mientras caminaba hacia el ascensor, Sehun repasaba mentalmente todo lo que sabía hasta ahora. Su sonrisa se ensanchaba a medida que se daba cuenta de que ya había comenzado a su plan. Junmyeon había bajado la guardia, confiando en él, permitiendo que Sehun se acercara más de lo que cualquier otra persona lo había hecho en mucho tiempo. Pero lo que Junmyeon no sabía era que Sehun no estaba ahí para ayudarlo, sino para destruirlo.

"Destaparé a los Kim", pensó Sehun mientras las puertas del ascensor se cerraban frente a él. "Voy a descubrir cada secreto que han ocultado, y el primero en caer será Junmyeon"

Cuando las puertas del ascensor se abrieron y Sehun salió al lobby, sus pensamientos ya estaban en su siguiente movimiento. No solo investigaría los negocios turbios de la familia Kim, sino que también desenterraría los misterios de la muerte de su madre. Aún sentía el dolor de esa pérdida, la furia de saber que alguien en esa sala de reuniones había sido responsable. Y aunque los Kim no habían sido culpados oficialmente, Sehun estaba convencido de que Junmyeon sabía más de lo que decía.

Con cada paso que daba, Sehun sentía cómo su odio crecía. La fachada amable de Junmyeon no era más que una máscara, y él estaba decidido a quitársela, revelando al verdadero monstruo que se escondía debajo. Su misión no era solo personal, era una venganza que había estado planeando por años.

Finalmente, salió del edificio, tomando una bocanada de aire fresco mientras miraba hacia las ventanas de la imponente Kim Corporation. Junmyeon, el CEO perfecto, el hombre que todos admiraban, pronto estaría a su merced. Sehun lo haría caer, y lo haría con una sonrisa en el rostro.

El juego había comenzado. Y él, Oh Sehun, no descansaría hasta ver a Junmyeon destruido.

 

La verdad, como siempre, aguardaba a ser revelada.

Chapter 2: Capitulo 1 | Inicio de una historia

Chapter Text

Martes, Kim corporation, 8:00 AM

"Hwang Sehun" se encontraba en la oficina de Kim Corporation, observando a su alrededor mientras intentaba adaptarse a su nuevo entorno. Las paredes estaban adornadas con logros y reconocimientos de la empresa; un recordatorio constante del éxito de Kim Junmyeon, el CEO. A pesar de la admirable reputación de Junmyeon, Sehun sabía que estaba aquí por razones muy distintas a las que la mayoría de los empleados podrían imaginar. Sehun siempre había sido paciente. No porque disfrutara la espera, sino porque sabía que las mejores jugadas se hacían con precisión. Años de planificación, de estudiar cada movimiento de la familia Kim, de observar desde las sombras, lo habían llevado a este momento. Y ahora, finalmente, el plan estaba en marcha.

 

Desde el accidente que le arrebató a su madre, la rabia se había asentado en su corazón. En lugar de dejar que esa ira lo consumiera, la había convertido en combustible. Cada día, cada paso, había sido una preparación para este momento: infiltrarse en Kim Corporation y desentrañar los secretos que ocultaban. Porque si había algo que Sehun sabía con certeza, era que los Kim tenían mucho que esconder.

 

Había pasado años asegurándose de que su coartada fuera perfecta. Le había dicho a su padre, Oh Seunghyun, que estaba haciendo una maestría. Sabía que su padre no haría preguntas, no después de que su relación se hubiera enfriado tanto. Sehun no quería que su padre estuviera involucrado en su plan. Era algo personal, algo que debía hacer por sí mismo. Se había mudado a un pequeño departamento a una hora de Kim Corporation, suficiente para no levantar sospechas, pero lo suficientemente cerca para tener acceso total a la empresa.

 

Sehun se había asegurado de mantener su perfil bajo desde el principio. Había adoptado una identidad de joven ambicioso pero reservado, alguien a quien nadie miraría dos veces. Sabía cómo ser invisible cuando lo necesitaba, cómo fundirse en el entorno sin llamar la atención. Ser un economista sin experiencia previa fuera de los negocios familiares había funcionado a su favor. Nadie esperaba demasiado de él, y eso era exactamente lo que quería.

Departamento de sehun, 19:00 PM

Mientras caminaba por su pequeño departamento esa noche, Sehun repasaba su plan en su mente. Kim Junmyeon, el "CEO perfecto", no tenía idea de que lo estaban cazando. Sehun había estado siguiendo a Junmyeon desde la distancia durante años. Sabía de su divorcio, de sus dos hijos, y había escuchado sobre su supuesta amabilidad y rectitud como líder. Era una imagen cuidadosamente cultivada, pero Sehun sabía que debajo de esa fachada había mucho más. Los secretos, las mentiras, las sombras que rodeaban a los Kim... todo estaba a punto de salir a la luz.

 

Sentado en su escritorio, Sehun revisó los documentos falsos que había presentado para su puesto en la empresa. Cada detalle había sido meticulosamente planeado. Desde su formación académica hasta las referencias falsas, todo encajaba perfectamente. Había asegurado el puesto, y ahora, con acceso total a Kim Corporation, podía empezar a hacer lo que había venido a hacer: destruir a los Kim desde adentro.

 

El primer paso era simple: mantener las apariencias. No podía permitirse ningún error, no al principio. Sabía que Junmyeon era inteligente, pero también sabía que la confianza era su punto débil. Había visto cómo el CEO había reaccionado en su primera reunión, confiando en él rápidamente, aceptando su presencia sin hacer demasiadas preguntas. Era lo que Sehun esperaba. Después de todo, ¿por qué Junmyeon sospecharía de él?

 

"Lo tengo justo donde quiero", pensó Sehun, mientras una sonrisa oscura se extendía por su rostro. Sabía que tenía que jugar su carta con cuidado. No podía apresurarse. Primero, ganarse la confianza de Junmyeon. Luego, poco a poco, empezar a desentrañar los hilos que mantenían unida la imagen perfecta de la familia Kim.

 

Sehun ya había comenzado a recopilar información. Documentos, contratos, correos electrónicos... cualquier cosa que pudiera darle pistas sobre lo que realmente sucedía en las entrañas de Kim Corporation. No se trataba solo de descubrir prácticas corruptas o negocios sucios. No. Se trataba de algo mucho más grande. Sehun estaba convencido de que los Kim habían estado involucrados en la muerte de su madre. Junmyeon podría haber sido el objetivo en aquel accidente, pero su madre fue quien pagó el precio. Y ahora, él pagaría el suyo.

 

—No habrá lugar donde esconderse, Junmyeon–murmuró Sehun para sí mismo, mientras la oscuridad de su apartamento lo rodeaba–Voy a desenterrar todo. Cada mentira, cada secreto que has ocultado. Y cuando termines de caer, no habrá nada ni nadie que te salve

 

Sabía que esta no sería una tarea fácil. Kim Junmyeon no era cualquier CEO. Era un hombre astuto, alguien que había mantenido su imagen pública impecable durante años. Pero nadie era perfecto. Todos tenían algo que ocultar, y Sehun estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para encontrar ese algo.

 

La misión de Sehun apenas comenzaba, pero en su mente ya podía ver el final. El día en que Kim Junmyeon caería de su trono, el día en que todos verían al verdadero Junmyeon, no al hombre perfecto que pretendía ser. Y cuando ese día llegara, Sehun estaría ahí, sonriendo mientras todo se derrumbaba a su alrededor.

 

"Este es solo el principio", pensó, mientras apagaba las luces de su apartamento. El juego había comenzado, y él estaba listo para jugar.

 

Sentado en su escritorio, Sehun revisó los documentos falsos que había presentado para su puesto en la empresa. Cada detalle había sido meticulosamente planeado. Desde su formación académica hasta las referencias falsas, Aunque no todo era falso..

 

Nombre: Hwang Sehun

Nacimiento: 12 de abril de 1994

Estudios: Graduado de la Universidad nacional de seoul.

Profesión: Administración de Empresas 

 

Falso; Sehun era Licenciado en Economia,  Si ponía que era su real profesión, ¿Que diría kim junmyeon? que hace alguien de alto rango como un simple secretario.

 

todo encajaba perfectamente. Había asegurado el puesto, y ahora, con acceso total a Kim Corporation, podía empezar a hacer lo que había venido a hacer: 

 

Destruir a los Kim desde adentro.

 

Miercoles, Kim corporation, 8:00 AM

Paso el otro día y se encontraba ya en la oficina, ya que junmyeon todavía no llegaba, tenía que ser precavido y analizar cada uno de sus pasos.

 

Mientras revisaba algunos documentos para realizar sus labores del dia, escuchó que la puerta de la oficina de Junmyeon se abría. El CEO apareció con una taza de café en la mano, su rostro iluminado por una sonrisa genuina. Sehun desvió la mirada, tratando de evitar el contacto visual, pero la voz de Junmyeon lo detuvo en seco.

 

—Buenos días, Sehun, ¿Te está yendo bien en tu segundo día– preguntó Junmyeon, acercándose con una calidez que sorprendió a Sehun.

 

—Sí, gracias. Estoy tratando de ponerme al día con todo–respondió, sintiendo cómo sus palabras salían más rápido de lo que hubiera querido.

 

—Si necesitas ayuda con algo, no dudes en decírmelo–insistió Junmyeon, tomando un sorbo de café–Estamos aquí para apoyarnos mutuamente

 

—Lo haré, gracias–murmuró Sehun, sintiendo una punzada de incomodidad. 

 

Sabía que no podía dejarse llevar por la amabilidad del CEO, pero había algo en su manera de ser que le hacía querer confiar en él, a pesar de su misión.

 

A medida que el día avanzaba, Sehun se sumergió en sus tareas. Intentó evitar a Junmyeon lo más que pudo, concentrándose en su trabajo y asegurándose de no ser una carga. Sin embargo, el destino parecía tener otros planes. En la hora del almuerzo, se encontró en la cocina de la oficina, donde Junmyeon estaba preparando un sándwich.

 

—¿Te gustaría unirte a mí, Sehun?–preguntó Junmyeon, sin ninguna duda en su tono–Siempre es más agradable almorzar con alguien

 

—Claro, eso suena bien–respondió, a pesar de que su corazón latía más rápido al darse cuenta de que no podía rechazar la invitación. Se acercó a la mesa donde Junmyeon había dispuesto su comida.

 

—¿Qué has pensado de la empresa hasta ahora?—preguntó Junmyeon mientras se sentaban juntos–Espero que no sea demasiado abrumador

 

—Es un lugar interesante, con mucha energía. Estoy emocionado por aprender más–dijo Sehun, esforzándose por sonar entusiasta. Era un desafío ocultar su verdadero objetivo detrás de la fachada de un empleado emocionado.

 

—Me alegra escuchar eso–.respondió Junmyeon, sonriendo mientras daba un mordisco a su sándwich–Kim Corporation tiene un gran equipo. Todos se apoyan mutuamente, y es importante que cada uno se sienta parte de esto

 

Sehun observó cómo Junmyeon hablaba con sinceridad, lo que hacía que fuera aún más difícil no dejarse llevar por su carisma. Aún así, se obligó a recordar que estaba allí por una razón. Este hombre, a pesar de su amabilidad, era parte de una familia que había marcado su vida de manera trágica. Debía ser cauteloso.

 

—¿Tienes alguna experiencia en este sector?

 

preguntó Junmyeon, rompiendo el silencio.

 

—Solo en el negocio familiar. He estado más involucrado en el área de administración , así que esto es un poco nuevo para mí–respondió Sehun, manteniendo el tono ligero–Pero estoy decidido a aprender

 

—Eso es bueno. Aquí valoramos la iniciativa y el deseo de aprender. Si necesitas algún consejo, estoy aquí para ayudarte–dijo Junmyeon con sinceridad.

 

La conversación fluyó, y Sehun se dio cuenta de que Junmyeon tenía un talento especial para hacer sentir a los demás cómodos. Pero mientras hablaban, también se sentía cada vez más en conflicto. La imagen de la familia Kim que había creado en su mente se desdibujaba un poco con cada palabra amable que intercambiaban.

 

Después del almuerzo, se dirigieron de nuevo a sus respectivas áreas. Sehun sabía que tenía que centrarse en su objetivo, pero una parte de él disfrutaba de los momentos de conexión con Junmyeon. A medida que el día continuaba, se dio cuenta de que su plan se volvía cada vez más complicado.

 

Al final de la jornada, Sehun estaba ansioso por regresar a casa y reflexionar sobre lo que había aprendido. Había obtenido algunos datos sobre proyectos, pero también había empezado a comprender a Junmyeon como persona. La relación que comenzaba a construir con él era inesperada, y eso lo llevó a preguntarse si estaba listo para las implicaciones de su misión.

 

Mientras se preparaba para salir, Junmyeon lo detuvo. 

 

—¡Sehun! ¿Tienes un momento?

 

—Claro, ¿pasa algo?–preguntó, sintiéndose un poco nervioso.

 

—No, solo quería agradecerte por tu buen trabajo hoy, Espero que mañana sigas aportando ideas. Y recuerda, mi puerta siempre está abierta, dijo Junmyeon, sonriendo de nuevo.

 

—Gracias, CEO Kim. Haré lo mejor que pueda,–respondió Sehun, sintiendo que el calor del momento podría derretir sus verdaderas intenciones.

 

Después de un largo día en Kim Corporation, Sehun salió de la oficina con una mezcla de emoción y frustración. La imagen de Junmyeon seguía ocupando su mente, con su sonrisa cálida y su actitud accesible. A medida que se alejaba de la empresa, no pudo evitar sentirse dividido entre su misión y la extraña conexión que comenzaba a desarrollar con el CEO.

Departamento de sehun, 19:00 PM

Una vez en su departamento, un espacio modesto pero cómodo que había elegido para mantener un perfil bajo, Sehun cerró la puerta con cuidado y se dejó caer sobre el sofá. Respiró hondo, tratando de despejar su mente de las interacciones del día. Era hora de concentrarse en su verdadero propósito.

 

Sehun sacó una carpeta llena de documentos y papeles que había recolectado durante su primer día. A primera vista, parecían ser simples informes de proyectos y datos sobre la empresa, pero sabía que había más de lo que parecía. Encendió su laptop y comenzó a revisar los archivos, su corazón latiendo con expectativa.

 

Con cada documento que abría, esperaba encontrar algo que le diera pistas sobre Kim Junmyeon o la familia Kim en general. Pero, para su sorpresa, todo parecía estar en orden. Las cifras eran correctas, los informes estaban bien elaborados y no había señales de irregularidades. Sehun frunció el ceño, sintiéndose cada vez más frustrado.

 

—¿Cómo es posible que todo esté tan limpio?–murmuró para sí mismo, mientras pasaba las páginas en busca de algo, cualquier cosa que pudiera sugerir que Junmyeon y su familia estaban involucrados en la muerte de su madre. 

 

Pero nada, Era como si estuviera buscando una sombra en una habitación iluminada.

 

Sehun se detuvo un momento y reflexionó. Su investigación había comenzado con un enfoque claro: descubrir la verdad detrás del accidente que había llevado a la muerte de Oh Mina, su madre. Pero a medida que se adentraba en los detalles de Kim Corporation, cada vez le parecía más difícil encontrar un hilo que lo llevara a donde necesitaba estar.

 

Recordó la conversación con Junmyeon sobre la empresa. "Todos se apoyan mutuamente", había dicho. En ese momento, había sonado genuino, y Sehun se preguntaba si podría haber una verdad más profunda detrás de esa amabilidad. Aun así, no podía dejar que sus sentimientos se interpusieran en su misión. Al abrir un documento que contenía la lista de los miembros de la junta directiva, algo llamó su atención. Había un par de nombres que se repetían en varios documentos, pero no podían decir mucho por sí solos. Sehun tomó nota de ellos, preguntándose si podrían ser relevantes más adelante.

 

Mientras revisaba los papeles, recordó lo que había escuchado sobre los Kim: una familia poderosa con conexiones que se extendían más allá del mundo empresarial. Tenía que seguir buscando, tenía que profundizar más en los secretos que envolvían a Junmyeon y su familia. Pero eso requeriría tiempo, paciencia y una estrategia más sutil.

 

"Quizás debería hacerme amigo de algunos empleados más", pensó, dándose cuenta de que tendría que ganar la confianza de la gente si quería que le contaran más. Los secretos no se revelarían con un simple escaneo de documentos. Tendría que infiltrarse más profundamente en el entorno de la empresa, y quizás, en la vida de Junmyeon.

 

Sehun se levantó del sofá y comenzó a caminar por su departamento, sintiendo una mezcla de determinación y ansiedad. Cada paso que daba lo acercaba más a su objetivo, pero también lo alejaba de la moralidad que había creído que regiría su camino.

 

El teléfono vibró en su bolsillo. Era un mensaje de su hermano, Kyungsoo.

 

—"¿Cómo va tu primer día? ¿Has encontrado algo interesante?" 

 

Kyungsoo, su hermano mayor, era el único que sabía sobre su plan, apoyo a su hermano desde el momento en que le comento pero tenía miedo en el fondo de que haga un movimiento en falso y lo descubrieran

 

Estarían muertos

 

Sehun sonrió de lado, sintiéndose un poco culpable por ocultar la verdad.

 

— "Todo bien. Estoy aprendiendo mucho. Aún no he encontrado nada relevante, pero seguiré buscando", respondió, eludiendo la pregunta.

 

—"Recuerda que estoy aquí si necesitas ayuda. No te metas en problemas", respondió Kyungsoo.

 

—"Lo sé. Solo quiero hacerlo bien", escribió Sehun, sintiéndose un poco más aliviado tras el intercambio. 

 

Pero las palabras resonaban en su mente: "hacerlo bien". ¿Era eso realmente posible mientras se adentraba en el oscuro mundo de secretos de los Kim?

 

Con un suspiro, Sehun volvió a sentarse frente a su computadora y continuó revisando los documentos. Pero a medida que la noche avanzaba, la frustración y el cansancio comenzaron a apoderarse de él. La falta de información lo estaba volviendo loco, y cada vez era más difícil mantener su enfoque en el objetivo.

 

Finalmente, se dio cuenta de que necesitaba descansar. Se despidió de la computadora y se preparó para dormir, sintiendo el peso de la tarea que tenía por delante. Su misión apenas comenzaba, y se prometió a sí mismo que no se detendría hasta desentrañar los secretos de la familia Kim.

 

Mientras se acomodaba en la cama, se encontró pensando en Junmyeon de nuevo. "¿Qué tan bien conoces a tu propia familia?" se preguntó. Se sentía como si estuviera a punto de descubrir algo que cambiaría su vida para siempre, pero primero tendría que enfrentar sus propios sentimientos y las consecuencias de lo que estaba a punto de hacer. El juego apenas comenzaba, y las piezas estaban en movimiento.

 

Mansión de Kim Junmyeon, 19:40 PM

 

La tarde se deslizaba suavemente por las ventanas de la casa de Kim Junmyeon, bañando la cocina en una luz cálida. Junmyeon se encontraba preparando la cena para sus hijos, sintiendo una mezcla de satisfacción y agotamiento. Con cada movimiento en la cocina, se esforzaba por crear un ambiente acogedor para Ningning y Kun, quienes estaban emocionados por la llegada de la hora de la comida.

 

Mientras revolvía la salsa en la estufa, su mente divagaba hacia su nuevo secretario, Hwang Sehun. Junmyeon se había sentido intrigado por él desde su primera interacción, aunque algo en Sehun le parecía frío. A pesar de su actitud reservada, había una determinación en sus ojos que no podía ignorar. "Quizás está nervioso por el nuevo trabajo", pensó Junmyeon, tratando de justificarse.

 

—¡Papá, ya tenemos hambre!–Kun gritó desde la mesa, rompiendo la concentración de Junmyeon. 

 

—¡Ya voy, ya voy!–respondió, riéndose mientras servía la comida en los platos–Con cuidado, colocó una porción generosa de pasta y verduras frente a sus hijos. 

 

—Espero que esto les guste–dijo, observando sus reacciones.

 

—¡Se ve delicioso!–Ningning sonrió, sus ojos brillando de emoción. Junmyeon sonrió de vuelta, sintiendo una calidez en su pecho al ver la felicidad de sus hijos. 

 

Mientras se sentaba con ellos, Junmyeon no pudo evitar que su mente regresara a Sehun. 

 

¿Qué pasaba por la cabeza de su nuevo secretario? Su actitud seria y algo distante lo intrigaba. "Quizás solo necesite un poco de tiempo para adaptarse", se dijo, aunque una pequeña voz en su interior le susurraba que había algo más profundo.

 

—¿Cómo te fue en la escuela hoy, mis pequeños?

 

preguntó, intentando desviar su atención de sus propios pensamientos. 

 

—Aprendimos sobre los planetas en ciencias. ¡Y también hicimos un dibujo del espacio– Kun explicó, moviendo las manos con entusiasmo –Yo dibujé un cohete gigante

 

—¿Y qué tal tú, Ningning?–Junmyeon sonrió, mirándola con cariño.

 

—Yo dibujé una luna sonriente y una estrella bailando–respondió ella con orgullo–Papá, ¡quiero que la veas después!

 

Claro que sí, estoy ansioso por verlo–, dijo Junmyeon, disfrutando de la energía de sus hijos. Mientras hablaban sobre sus días, su mente seguía regresando a Sehun. La dinámica en la oficina había cambiado desde su llegada, y él estaba comenzando a notar la diferencia. Sin embargo, también había una tensión subyacente, una especie de misterio que lo rodeaba.

 

La cena transcurrió entre risas y charlas animadas. Junmyeon se esforzaba por estar presente. 

 

Después de la cena, Junmyeon ayudó a sus hijos a limpiar la mesa y luego los guió hacia el sofá para disfrutar de un rato de película. Mientras veía a sus hijos reírse y disfrutar, sintió una punzada de tristeza. 

 

La vida no siempre había sido tan fácil para el, sus hijos llenaban el vacío que sentía por cumplir las expectativas de todos, ser el hombre "Perfecto"

 

¿Su vida no había sido fácil? No

 

Con la cabeza llena de pensamientos, Junmyeon encendió la televisión y se acomodó junto a sus hijos. La película comenzó y trato de evadir esos sentimientos que lo consumían. 

 

Los minutos se convirtieron en horas, y finalmente, cuando sus hijos se quedaron dormidos en el sofá, Junmyeon decidió que era hora de acostarlos. Mientras los acomodaba en sus camas, la imagen de Sehun seguía persistiendo en su mente.

 

"Mañana intentaré conocerlo mejor"– se dijo a si mismo

 

Junmyeon cerró la puerta de la habitación de sus hijos, sintiendo una mezcla de amor y tristeza. Caminó por el pasillo hacia su propia habitación, el eco de sus pasos resonando en el silencio de la casa. Cuando entró, la oscuridad lo envolvió, y se dejó caer en la cama, sintiendo el peso de sus pensamientos.

 

Con los ojos cerrados, su mente comenzó a viajar a un tiempo oscuro, dejo fluir su mente recordando sus errores y miedos...

 

Se sentía tan solo... Fingir alguien que no es 

 

Flashback:

 

El aire en la oficina de su padre era tenso y frío. Junmyeon se sentía pequeño, casi insignificante, frente a la imponente figura de su padre, quien se encontraba sentado tras su enorme escritorio. Las luces del lugar reflejaban su rostro, endurecido por la frustración. A su lado, estaba Victoria Song junto a su padre,  una mujer hermosa y elegante, cuya presencia le hacía sentir aún más atrapado.

 

—Papá, por favor...suplicó Junmyeon–su voz temblando. Se había arrodillado ante él, las manos juntas como si estuviera orando–No quiero casarme con ella, No puedo hacerlo...

 

—Por qué insistes en esta necedad, Junmyeon?–su padre respondió con desdén, sus ojos fríos como el acero—Esto es lo que la familia necesita. Un matrimonio con Victoria fortalecerá nuestros lazos y asegurará el futuro de la empresa.

 

—No es justo, papá. ¡Yo no amo a Victoria! ¡No puedo pasar el resto de mi vida con alguien a quien no amo!

 

Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos mientras se aferraba a la esperanza de que su padre pudiera entender su dolor.

 

Victoria era su amiga, con quien tiene una hermosa amistad, gracias a que sus padres se conocieron en un viaje a shanghai hace algunos años atrás convivieron y tuvieron varias cosas en común.

 

Victoria conocía tan bien a Junmyeon, sabia sus gustos, sus creencias, su amor por ella era inocente...

 

—¿Y qué hay de lo que yo quiero? ¿De lo que la familia necesita?

 

—No puedes seguir con esta obsesión, Junmyeon, no puedes ser un niño para –siempre respondió su padre, su voz firme y autoritaria– ¡Ya tienes 28 Años y no te has casado!

 

—Esto no es una obsesión. No se trata de ser un niño. Se trata de quién soy, ¡Sabes bien que soy gay papá! –Grito– Estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades, pero no de esta manera–rogó, sintiendo la angustia apoderarse de él.

 

Junghyun lo miró con desdén, incapaz de ver más allá de su propia visión de lo que debía ser su familia

 

—No me hagas repetirlo. Este matrimonio es un acuerdo que beneficia a ambos, No tengo que recordarte que la orientación de tu vida no importa. Debes hacer lo que es correcto para los Kims

 

Victoria quien derramaba lagrimas, trato de decir una palabra pero su padre la agarro del hombro, dándole entender que tenía que permanecer en silencio.

 

Las palabras de junghyun lo golpearon como una ola de frío. Junmyeon sintió cómo su corazón se rompía en mil pedazos. 

 

—¿Por qué no puedes aceptarme como soy? No puedo ser el hijo que quieres que sea. No puedo...

 

—Ya es suficiente–La voz de su padre resonó en la oficina, llenándola de un silencio helado –Vas a casarte con Victoria, no hay discusión, Como tu padre, es mi deber proteger el legado de esta familia, y tú lo harás por el bien de todos.

 

Junmyeon se quedó en silencio, derrotado, mientras su padre continuaba hablando de los beneficios del matrimonio. La desesperación lo inundó, y en ese momento, se dio cuenta de que estaba solo. Se arrodilló en el suelo, su corazón pesado, suplicando en silencio por la aceptación que nunca llegaría.

 

Fin del flashback

 

Junmyeon abrió los ojos, sintiendo las lágrimas deslizándose por sus mejillas. Se giró hacia el lado opuesto de la cama, tratando de ahogar el dolor que lo envolvía. Se sentía atrapado entre su deber hacia su familia y su verdadera identidad, una lucha que había marcado cada aspecto de su vida desde ese día. Aunque había logrado salir de ese matrimonio, la sombra de su pasado seguía acechándolo. La idea de vivir una vida dictada por las expectativas de otros le resultaba insoportable, y aún sentía el eco de la decepción de su padre resonando en su mente.

 

"¿Qué me ha pasado?", se preguntó, sintiéndose más perdido que nunca. Sabía que debía encontrar la manera de reconciliarse con su pasado, no solo por él, sino también por sus hijos, quienes merecían un padre que estuviera completo y libre de secretos.

 

Se sentó en la cama, las manos sobre las rodillas, y respiró hondo. Mañana sería un nuevo día, y aunque la vida no sería fácil, estaba decidido a enfrentar sus demonios. Al menos, por sus hijos, debía luchar por la verdad y la felicidad que tanto anhelaba.

 

Con un suspiro profundo, Junmyeon se recostó y cerró los ojos, tratando de dejar atrás el dolor del pasado. Sabía que el futuro aún tenía secretos que descubrir, y tal vez...

 

en algún lugar en ese camino, encontraría la paz que tanto deseaba.

 

 

Chapter 3: Capitulo 2 | Conociendo al enemigo

Chapter Text

Miercoles, Kim corporation, 8:30 PM

 

Junmyeon se levantó temprano al día siguiente, decidido a hacer que su nuevo secretario, Hwang Sehun, se sintiera más cómodo en la oficina. Había pasado la noche pensando en cómo mejorar la relación con él, ya que notaba la distancia que el joven mantenía. Mientras se preparaba para ir a la empresa, recordó el flash de frialdad en los ojos de Sehun durante sus interacciones previas, una barrera que aún no podía atravesar.

 

Llegó a la oficina, como siempre, con una sonrisa en el rostro. Sabía que como CEO, su presencia influía en la moral de sus empleados, y no podía permitirse que sus propios problemas personales afectaran su trabajo. Saludó a su equipo mientras caminaba hacia su despacho, haciendo una pausa breve cuando vio a Sehun sentado en su escritorio, concentrado en su trabajo.

 

—Buenos días, Sehun–saludó Junmyeon, intentando sonar relajado–¿Cómo te va?

 

Sehun levantó la vista brevemente de los papeles que estaba revisando

 

—Buenos días, señor Kim. Todo bien, gracias–Su tono era educado, pero distante, a pesar de estar frente a su jefe, mantenía una barrera emocional muy marcada, y no tenía intenciones de bajarla.

 

Junmyeon no dejó que eso lo desanimara. Sabía que Sehun probablemente estaba aún ajustándose a su nuevo entorno, y quería facilitar ese proceso. 

 

—Quería invitarte a tomar un café más tarde, si tienes tiempo. Solo para conocernos un poco mejor–ofreció con una sonrisa amigable.

 

Sehun dudó por un momento. Sabía que su misión en la empresa no era hacerse amigo de Junmyeon, sino descubrir los secretos de los Kim. Había planeado cada paso con cuidado, y acercarse más a su jefe podría complicar las cosas. Sin embargo, también sabía que no podía levantar sospechas tan temprano. Mantener un perfil bajo implicaba participar en estos gestos aparentemente inofensivos.

 

Se abriría un poco para no dar tanto misterio–Pensó

 

—Claro, señor Kim. Estaré disponible después del almuerzo–respondió Sehun, intentando no parecer demasiado frío. 

 

Aunque su mente estaba enfocada en su investigación, sabía que mantener una relación cordial con Junmyeon podría ser útil.

 

—Perfecto, entonces. Nos veremos más tarde, dijo Junmyeon con una leve inclinación de cabeza antes de entrar en su oficina.

 

A lo largo de la mañana, ambos trabajaron en sus respectivas tareas, cruzando palabras solo cuando era necesario. Junmyeon notaba la frialdad de Sehun, pero no dejaba de intentar crear un ambiente más relajado. Por su parte, Sehun se mantenía concentrado, aunque empezaba a darse cuenta de que Junmyeon no era tan inaccesible como había pensado. A pesar de sus motivos, no pudo evitar aflojar un poco su postura rígida. Junmyeon le resultaba amable, incluso simpático.

 

Cafeteria sweet toast, 17:00 PM

 

Después del almuerzo, tal como lo habían acordado, ambos salieron de la oficina y caminaron hacia una pequeña cafetería cercana. El ambiente en el lugar era cálido, con un aroma suave a café tostado llenando el aire. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, donde podían ver el ajetreo de la ciudad mientras la gente pasaba apresurada por las calles.

 

—Entonces, Sehun, cuéntame un poco más sobre ti– dijo Junmyeon, rompiendo el silencio mientras removía su café–Me gusta conocer bien a las personas con las que trabajo, y hasta ahora no hemos tenido muchas oportunidades de hablar

 

Sehun, aunque receloso, sabía que debía manejar la conversación con cuidado. 

 

—Bueno, no hay mucho que contar, he trabajado en algunas empresas más pequeñas antes de llegar aquí, me gusta mantener un perfil bajo, enfocarme en mi trabajo.

 

Junmyeon asintió, dándose cuenta de que obtener detalles personales de Sehun no sería fácil. 

 

—Eso es admirable, pero siempre es bueno tener algo más que el trabajo, es importante encontrar un balance.

 

Sehun miró su taza por un momento, sintiendo una leve incomodidad. 

 

—Supongo que sí, aunque nunca he sido del tipo que busca amistades en el trabajo.

 

—Lo entiendo. A veces, en este ambiente, es difícil confiar en las personas, Pero quiero que sepas que, al menos en esta empresa, me esfuerzo por mantener un entorno positivo,no quiero que mis empleados sientan que no pueden relajarse o ser ellos mismos.

 

Sehun lo miró brevemente a los ojos. Por un momento, vio a Junmyeon de una manera diferente, como alguien que realmente se preocupaba por su equipo, lo vio sincero...

 

Pero rápidamente reprimió esos pensamientos. No podía olvidar su misión, ni bajar la guardia. Junmyeon no era solo un jefe amable, era el hombre que probablemente guardaba los secretos más oscuros de su familia.

 

—Es bueno saberlo, señor Kim–respondió Sehun, manteniendo su tono neutral–Aprecio su esfuerzo por hacerme sentir cómodo.

 

Junmyeon sonrió

 

—Llámame Junmyeon-Hyung, no tenemos que ser tan formales fuera de la oficina

 

Sehun asintió, pero no dijo nada, la amabilidad de Junmyeon era desconcertante, como si no encajara con la imagen que había formado de él. Este hombre, que según su investigación debía estar implicado en el oscuro entramado de su familia, no parecía ser lo que esperaba.

 

—Entonces, ¿cómo te has estado adaptando al trabajo? ¿Algo que te haya parecido particularmente desafiante hasta ahora?–preguntó Junmyeon, intentando mantener la conversación ligera.

 

—Todo ha sido bastante manejable. Aunque, claro, siempre es un reto ajustarse a los ritmos de una nueva empresa– respondió Sehun, sin revelar mucho, Pero no tengo quejas.

 

—Eso es bueno de escuchar, Si alguna vez necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme– dijo Junmyeon, intentando transmitir genuina confianza.

 

Sehun solo asintió de nuevo, sintiendo que la conversación estaba llegando a un punto donde no podía evitar que el ceo perfecto, como le llamaban, intentara abrirse aún más. Sabía que si bajaba la guardia, se perdería en una relación que no podía permitirse. Mientras tomaba un sorbo de su café, Sehun no pudo evitar echar una rápida mirada a Junmyeon. A pesar de que intentaba mantener su enfoque en la misión, algo en el CEO capturaba su atención de una manera que no esperaba. Junmyeon, a sus 33 años, era un hombre que claramente se cuidaba. 

 

Tenía una presencia impecable y una apariencia pulcra. Su piel lucía suave, sus facciones bien definidas, y aunque no era lo que Sehun consideraría su "tipo", había algo innegablemente atractivo en él. El modo en que vestía, siempre perfectamente combinado, junto con su actitud calmada y amigable, le daban un aire de perfección que Sehun empezaba a notar más de lo que debía. Era extraño. No podía permitirse distraerse, y sin embargo, ahí estaba, fijándose en detalles que no tenían ninguna relevancia para su investigación.

 

"Es solo parte de la fachada"– se dijo a sí mismo.

 

Kim Junmyeon puede parecer un hombre perfecto, pero detrás de esa apariencia hay secretos oscuros, y yo estoy aquí para descubrirlos.

 

Al salir de la cafetería, ambos caminaron de regreso a la oficina en un silencio cómodo. Junmyeon notaba que, aunque Sehun seguía siendo reservado, la conversación había fluido un poco mejor que al principio. Algo en el joven empezaba a llamarle la atención, y aunque aún era difícil descifrarlo, Junmyeon se sentía cada vez más cómodo a su lado. Sehun no era como otros empleados, había algo más bajo su superficie, algo que no podía definir del todo, pero que le hacía querer conocerlo más.

 

Cuando llegaron a la oficina, cada uno retomó sus labores. A lo largo del día, intercambiaron palabras cortas, principalmente sobre el trabajo, pero Junmyeon empezaba a ver algo en Sehun que lo hacía bajar lentamente sus defensas. Tal vez era su eficiencia, o esa extraña mezcla de frialdad y seriedad que proyectaba. Fuera lo que fuera, Junmyeon no pudo evitar pensar que con el tiempo, Sehun podría llegar a convertirse en alguien en quien confiar.

 

Al caer la tarde, ambos terminaron sus tareas y se despidieron educadamente. Sehun fue el primero en retirarse, mientras que Junmyeon permaneció en la oficina unos minutos más, revisando algunos correos. Mientras organizaba sus cosas para salir, su teléfono vibró con la notificación de un mensaje. Era de su hermano, Minseok.

 

—Hermano, hay una fiesta esta noche en el bar de Kang, vendría bien salir un rato, sabes que has estado un poco apagado estos días.

 

Junmyeon suspiró, recordando lo agotado que se había sentido últimamente. La carga del trabajo, la responsabilidad de sus hijos y los recuerdos dolorosos de su pasado le pesaban más de lo habitual. Aunque no era del tipo que solía aceptar invitaciones a fiestas, especialmente cuando estaba emocionalmente agotado, tal vez esta vez le vendría bien distraerse.

 

Le respondió rápidamente a Minseok.

 

—Está bien, iré. Nos vemos allá

 

Guardó su teléfono y dejó escapar otro suspiro antes de salir de la oficina. No sabía si una fiesta era exactamente lo que necesitaba, pero sentía que algo tenía que cambiar. Estaba cansado de cargar con el peso de su fachada, de mantener siempre esa imagen perfecta para el mundo. 

 

Quizá esa noche, acompañado de su hermano, podría dejarse llevar por un rato, aunque solo fuera para olvidarse de todo, aunque solo fuera por unas horas.

 

 Mansion de Junmyeon , 19:00 PM

Junmyeon llegó a su casa agotado, pero con una ligera sensación de alivio al saber que podría distraerse un poco. Al entrar, fue recibido por la cálida sonrisa de Victoria, quien, como siempre, mostraba una actitud tranquila y madura. A pesar de su divorcio, ambos mantenían una relación respetuosa por el bienestar de sus hijos.

 

—No te preocupes, me quedo con los niños esta noche —le dijo Victoria, mientras recogía los juguetes esparcidos por el salón—. Te mereces divertirte un poco, Junmyeon.

 

Junmyeon sonrió agradecido. A veces olvidaba cuánto apoyo recibía de Victoria en estos momentos. Aunque su matrimonio había sido forzado y no habían funcionado como pareja, su vínculo era más fuerte de lo que muchos podían imaginar. Sabía que podía confiar en ella.

 

—Gracias, Victoria. De verdad necesito despejarme un poco —respondió, soltando un suspiro mientras se dirigía a su habitación para cambiarse.

 

Al entrar a su cuarto, abrió su armario y comenzó a elegir ropa para la noche. Optó por una camisa ajustada de color negro y un par de pantalones oscuros, algo casual pero elegante. Mientras se preparaba, no pudo evitar pensar en lo que había sido su vida en los últimos meses. La presión de ser el CEO, cuidar de sus hijos y lidiar con los recuerdos de su pasado lo estaban afectando más de lo que quería admitir.

 

Una vez listo, se echó un último vistazo al espejo. 

 

"Te ves bien", se dijo a sí mismo. Tomó su chaqueta y se despidió de Victoria y de sus hijos antes de salir.

 

Gangnam-Bar, 20:00 PM

 

el ambiente ya estaba cargado de energía. Las luces bajas y la música fuerte inundaban el lugar, y Junmyeon sintió cómo ese caos empezaba a aliviar la tensión que llevaba en los hombros. Apenas había cruzado la puerta cuando Minseok, su hermano mayor, lo saludó con una sonrisa amplia y un vaso en la mano.

 

—¡Ahí estás, jun! —exclamó Minseok, acercándose para darle un fuerte abrazo—. Vamos, hay que empezar a tomar. Esta noche es para relajarse.

 

Junmyeon no pudo evitar sonreír ante la energía de su hermano. Minseok siempre había sido la chispa en cualquier situación, y Junmyeon sabía que él también necesitaba distraerse un poco. Tomó el vaso que su hermano le ofrecía y juntos caminaron hacia la barra. Pronto, las bebidas comenzaron a fluir y, poco a poco, Junmyeon empezó a soltarse.

 

A pesar de que no solía salir mucho, siempre había tenido un espíritu divertido y, en sus días más jóvenes, incluso algo rebelde. Esta noche, ese lado suyo comenzaba a resurgir. Después de unas copas, la música lo envolvía y se sentía más ligero de lo que había estado en semanas.

 

Mientras se movía por el club con Minseok, sintió las miradas. No era algo que lo sorprendiera; a sus 33 años, seguía siendo un hombre extremadamente atractivo, y con la ropa que llevaba esa noche, resaltaba su figura de manera sutil, pero efectiva. Los hombres alrededor lo observaban, algunos de manera discreta, otros de forma más directa. Junmyeon notaba las miradas de deseo, pero simplemente sonreía para sí mismo. La atención no le era ajena. Sabía lo que proyectaba, y aunque solía mantenerse distante, esta vez no le molestaba. Era su momento de divertirse, de dejar que su otra faceta, esa que ocultaba tras su responsabilidad como CEO y padre, saliera por unas horas, recordando sus dias de juventud y noches de ensueño. 

 

Minseok, notando la atención que su hermano atraía, bromeó:

 

—Junnie , parece que no puedes pasar desapercibido ni aunque lo intentes. ¡Mira cómo te miran! —dijo entre risas, dándole un codazo suave.

 

Junmyeon soltó una carcajada, relajándose aún más. Sabía que al día siguiente tendría que volver a la realidad, pero por esa noche, decidió disfrutar la sensación de ser deseado, de dejar de lado su fachada perfecta y simplemente vivir el momento.

 

Un hombre alto y atractivo, con una sonrisa confiada, se acercó a Junmyeon en la pista de baile. Su presencia era imponente, y su mirada lo recorría con evidente interés. 

 

—¿Te gustaría bailar? —le preguntó el hombre, inclinándose ligeramente hacia él para que pudiera escucharle por encima de la música.

 

Junmyeon, sintiendo una oleada de confianza y desinhibición, lo miró de arriba abajo antes de responder con una leve sonrisa en sus labios.

 

—Claro —contestó, sin dudarlo.

 

No era algo que Junmyeon solía hacer, pero esa noche se permitía vivir en el momento, dejar que las cosas fluyeran. Después de todo, ¿por qué no? Se merecía un respiro, y no tenía que cargar con el peso de sus responsabilidades durante esas pocas horas.

 

El hombre lo tomó suavemente de la mano y lo guió hacia el centro de la pista. La música vibraba a su alrededor, y las luces del club parpadeaban al ritmo del bajo, creando una atmósfera intensa y casi hipnótica. Junmyeon dejó que su cuerpo se moviera al compás de la música, sintiendo la cercanía del extraño a medida que sus cuerpos se sincronizaban con los ritmos. Había algo liberador en el hecho de simplemente bailar, de dejarse llevar por el momento sin pensar en el mañana.

 

El hombre, claramente cómodo en la pista de baile, comenzó a moverse más cerca de Junmyeon, manteniendo un contacto sutil pero cada vez más palpable. A medida que las luces cambiaban de color, sus miradas se cruzaban una y otra vez. Junmyeon sentía las miradas de otros en la pista, pero no les prestaba atención. Por primera vez en mucho tiempo, se permitía dejar de lado las preocupaciones, el dolor y la carga emocional que solía llevar consigo. Las manos del hombre se movieron suavemente sobre la cintura de Junmyeon, pero él no se apartó. En lugar de eso, decidió seguir el flujo, permitiendo que la energía de la noche lo envolviera por completo. Era como si, por unas pocas horas, pudiera olvidar quién era, los problemas que lo perseguían, y simplemente disfrutar de la sensación de ser un hombre libre.

 

La música subía de intensidad, y ambos comenzaron a moverse con más ritmo, acercándose más, dejando que sus cuerpos hablaran por ellos. No había necesidad de palabras. Junmyeon sabía que todo quedaría ahí, en esa pista de baile. Pero, en ese instante, solo quería dejarse llevar por la atracción, por la energía eléctrica que crepitaba entre ambos.

 

Minseok, desde la barra, observaba la escena con una sonrisa en los labios, contento de ver a su hermano soltarse, aunque fuera por una noche.

 

La noche había avanzado, y la energía de la fiesta se trasladó a otro lugar más privado, más íntimo. Junmyeon y el hombre atractivo con el que había estado bailando se dejaron llevar por el momento, dejando que sus deseos los condujeran. Ambos sabían que no era algo duradero, que sólo era una noche para olvidar, para desahogarse y escapar de la realidad.

 

El hombre lo guió hacia un apartamento cercano, y aunque Junmyeon dudó por un breve momento al cruzar la puerta, decidió no pensar en las consecuencias. Se repetía a sí mismo que era solo una noche, que al día siguiente todo volvería a la normalidad. 

 

Los besos comenzaron en cuanto cerraron la puerta. No había espacio para las dudas o las palabras innecesarias. El hombre lo tomó con firmeza pero con suavidad, y Junmyeon permitió que las cosas siguieran su curso. No era la primera vez que hacía algo así, pero tampoco era algo común en su vida. Sin embargo, en esa noche, necesitaba liberar todo el estrés y la presión que había acumulado en los ultimos meses Se dejó guiar completamente por el hombre, que lo trató con cuidado, tomando el control de la situación. Los momentos que siguieron fueron intensos, una mezcla de pasión y necesidad, como si ambos estuvieran buscando algo que llenar en ellos mismos. Junmyeon, aunque distante en su día a día, dejó caer todas sus barreras en ese cuarto. Esa noche, fue pasivo en todo el sentido de la palabra, permitiendo que el hombre se encargara de todo.

 

El tiempo pareció perder sentido. Las luces de la ciudad brillaban a través de la ventana, pero dentro de ese espacio, el mundo exterior dejó de importar. Lo único que existía era el momento. Junmyeon sabía que, pase lo que pase, no mantendría contacto con ese hombre. Era solo una noche, algo fugaz que no tendría repercusiones. No preguntó su nombre ni quiso saber más detalles. 

 

No lo necesitaba

 

Cuando todo terminó, Junmyeon se quedó unos minutos en silencio, mirando el techo. Respiró profundamente, tratando de asimilar lo que acababa de suceder. El hombre a su lado no dijo mucho; ambos sabían que lo que había ocurrido quedaría en ese cuarto.

 

Finalmente, Junmyeon se levantó, vistió su ropa en silencio y sin prisa. Antes de salir, lanzó una última mirada al hombre, quien le devolvió una sonrisa tranquila, sin expectativas. Junmyeon simplemente asintió y se dirigió a la puerta.

 

Al salir a la calle, el aire fresco de la madrugada le golpeó el rostro. Caminó hacia su casa, sin prisa, pero con la mente clara. Sabía que no iba a volver a ver a ese hombre, y estaba bien con ello. Esa noche había sido solo eso: una noche de olvido, sin compromisos ni ataduras.

 

Minseok le mando mensaje, eran casi las dos de la madrugada

 

Junnie, ¿estás bien?

 

—Espero que estes disfrutando un buen polvo

 

—¡Cuentamelo todo, más tarde!

 

Jueves, Kim corporation, 8:00 AM

 

Al día siguiente, Junmyeon llegó a la oficina con un mejor estado de ánimo. La noche anterior le había brindado la liberación que tanto necesitaba. Entró al edificio con una sonrisa en el rostro, saludando a sus empleados con una calidez renovada. Había decidido que no dejaría que las preocupaciones lo dominaran. Su vida era más que sus secretos, y estaba listo para abrazar el día. Mientras tanto, Sehun continuaba con su plan meticulosamente elaborado. Había estado investigando a Junmyeon y a Kim Corporation, pero también había comenzado a abrirse un poco más hacia él. Aunque su objetivo principal seguía siendo descubrir la verdad detrás de la familia Kim, no podía evitar sentir una conexión creciente con su nuevo jefe. Junmyeon era amable, respetuoso y, aunque a veces un poco reservado, parecía genuinamente interesado en su bienestar.

 

Aquella mañana, después de revisar algunos documentos, Sehun notó que Junmyeon parecía más animado de lo habitual. Era una buena oportunidad para acercarse más y quizás conocer un poco más de su vida personal.

 

—Hey, Junmyeon-Hyung—comenzó Sehun, tratando de sonar casual—. ¿Tienes planes para el fin de semana?

 

Junmyeon levantó la vista de su computadora, sorprendido por la pregunta.

 

—No mucho, la verdad. Solo pasar tiempo con los niños. ¿Por qué preguntas? —respondió, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

 

—Pensé que podríamos hacer algo juntos. Tal vez un almuerzo o un café, para conocernos mejor —sugirió Sehun, sorprendiéndose a sí mismo por lo natural que sonaban sus palabras.

 

Junmyeon lo miró durante un momento, como si estuviera considerando la propuesta. Finalmente, asintió.

 

—Me parece una buena idea. Tal vez podríamos ir a ese café que está cerca del parque. He oído que hacen un buen latte —dijo, sintiéndose aliviado de poder abrirse un poco más.

 

Sin embargo, mientras ambos hablaban, una carpeta llena de documentos se deslizó del escritorio de Sehun, cayendo al suelo y esparciendo papeles por toda la oficina. Junmyeon se agachó rápidamente para ayudarlo, pero al hacerlo, su mano se encontró con la de Sehun, lo que provocó un breve pero electrizante momento de conexión.

 

Ambos se miraron, sus corazones latiendo un poco más rápido. Sehun se sintió repentinamente consciente de la cercanía de Junmyeon y de cómo, en ese instante, todo parecía perfecto. Era como si el tiempo se detuviera.

 

—Oh, lo siento —dijo Sehun, tratando de mantener la calma mientras recogían los papeles—. Debo ser un poco torpe.

 

Junmyeon sonrió, disfrutando de la casualidad del momento.

 

—No te preocupes. A veces las cosas simplemente se escapan de nuestras manos —respondió, su voz suave y amigable.

 

Ambos comenzaron a reírse, la tensión del momento disipándose rápidamente. Después de recoger todos los documentos, Junmyeon miró a Sehun con una expresión pensativa.

 

—Sabes, me alegra tenerte aquí como secretario. Creo que te estás adaptando bien a la empresa —dijo, sinceramente.

 

Sehun asintió, sintiendo que esas palabras significaban más de lo que parecían.

 

—Gracias. Estoy aprendiendo mucho. Es un lugar interesante para trabajar —contestó, sintiendo que el ambiente entre ellos se volvía más cálido.

 

Sehun estaba determinado a seguir con su plan, pero también se encontraba disfrutando de la compañía de Junmyeon más de lo que esperaba. Había algo en él que lo atraía, algo que despertaba en Sehun una curiosidad que iba más allá de su investigación.

 

Pasaron el resto de la mañana trabajando juntos, intercambiando ideas y bromas. Con cada risa compartida y cada mirada cómplice, la distancia que había entre ellos comenzó a desvanecerse.

 

Kim corporation, 18:00 PM

 

Al final del día, mientras se preparaban para irse, Junmyeon se volvió hacia Sehun.

 

—Entonces, ¿quedamos para el almuerzo el sábado? —preguntó, con un brillo en sus ojos.

 

Sehun sonrió, sintiendo que el plan de infiltrarse en Kim Corporation había tomado un rumbo inesperado.

 

—Sí, definitivamente. Será divertido —respondió, sintiendo que las emociones dentro de él empezaban a complicarse. 

 

A medida que se dirigían a la salida, ambos estaban ansiosos por lo que el futuro podría depararles, sabiendo que el fin de semana se acercaba y con él, una nueva oportunidad para conocerse mejor.

 

En el departamento de sehun

 

Sehun llegó a su departamento, su mente aún revuelta por el día que había tenido en la oficina. Había algo en Junmyeon que lo intrigaba y desafiaba su enfoque inicial. Sin embargo, no podía permitirse distraerse; su misión de desmantelar a la familia Kim seguía siendo su prioridad.

 

Al cerrar la puerta detrás de él, se dirigió rápidamente a su escritorio, donde había acumulado varios documentos y archivos que había recopilado durante su tiempo en la oficina. Sin embargo, fue en ese momento que su mirada se posó en un pequeño cajón que había traído consigo de la oficina de Junmyeon. Había algo en su interior que despertó su curiosidad.

 

Con cuidado, Sehun abrió el cajón y se encontró con varios pendrives de diferentes colores y tamaños. Su corazón se aceleró al pensar en las posibilidades. "¿Podrían contener información valiosa?" Había estado buscando alguna evidencia que lo llevara a descubrir la verdad sobre la familia Kim y, de repente, tenía en sus manos una oportunidad potencial.

 

Sin pensarlo dos veces, comenzó a revisar los pendrives. La mayoría parecían estar vacíos o contenían archivos inofensivos, como presentaciones de trabajo y documentos de la empresa. Sin embargo, uno en particular llamó su atención. Era un pendrive negro, que parecía un poco más antiguo que los demás. 

 

—Este podría ser el que necesito–murmuró 

 

Sehun conectó el pendrive a su computadora y, mientras los archivos comenzaban a cargarse, se dio cuenta de que no solo estaba buscando información sobre la empresa. 

 

Estaba a punto de descubrir más sobre Junmyeon, el hombre que había comenzado a admirar.

 

La pantalla iluminó su rostro en la penumbra del departamento mientras esperaba ansiosamente que los archivos se abrieran.

 

Cuando finalmente aparecieron, Sehun se quedó boquiabierto. No solo había documentos sobre la empresa y sus finanzas, sino también archivos personales.

 

Diarios, fotos y correos electrónicos, que revelaban momentos íntimos de la vida de Junmyeon. A través de esos documentos, Sehun pudo ver un lado de Junmyeon que nunca habría imaginado.

 

Las fotografías mostraban a Junmyeon de niño, sonriendo junto a su hermano en la playa, su madre abrazándolo con amor, y a sus propios hijos haciendo travesuras. Había imágenes de su vida familiar que parecían tan sinceras y cálidas, lo que contrastaba con la imagen del CEO respetado y un poco distante que había visto en la oficina. Sehun se dio cuenta de que cada imagen, cada palabra escrita, formaba un retrato de un hombre que había experimentado tanto dolor y felicidad.

 

Mientras exploraba los documentos, Sehun no pudo evitar sentir una punzada de culpabilidad. Sabía que su objetivo era desmantelar a la familia Kim, pero había algo en la vida de Junmyeon que lo hacía cuestionar su misión. ¿Era correcto utilizar esta información personal en su búsqueda de venganza?

 

A medida que profundizaba en el archivo, un correo electrónico llamó su atención. Se titulaba "Cosas que no puedo olvidar" y al abrirlo, Sehun se encontró con un mensaje conmovedor de Junmyeon, en el que hablaba sobre su madre fallecida de cancer y cómo la ausencia de ella había marcado su vida. En esas líneas, Sehun vio el dolor que Junmyeon había llevado durante años y entendió que su vida estaba llena de secretos que él mismo no había revelado.

 

Mientras se adentraba más en los archivos encontró las fotos de la boda de junmyeon, quien a vista se notaba la sonrisa falsa de felicidad que fingía, la carpeta estaba titulada: 

 

"El día en que morí"

 

Sehun sintió un nudo en su garganta mientras veía, Había pasado tanto tiempo pensando en vengar la muerte de su madre y desmantelar la vida de Junmyeon, que había olvidado que también había un ser humano detrás del CEO. Con un suspiro, Sehun desconectó el pendrive y lo guardó en el cajón, sintiendo que el peso de su misión había aumentado. A pesar de la información valiosa que había encontrado, no podía evitar preguntarse si sería capaz de seguir adelante con su plan. 

 

¿Podría separar sus emociones del objetivo?

 

Después de un rato de reflexión, Sehun tomó una decisión. Necesitaba más información, pero no solo de la familia Kim. Necesitaba conocer más sobre Junmyeon, el hombre que lo había intrigado tanto en tan poco tiempo. La mezcla de emociones y secretos lo envolvía, y sabía que, de alguna manera, su plan había cambiado.

 

Al final del día, Sehun se sintió dividido. Tenía el poder de desmantelar a los Kim, pero a qué costo. Sin embargo, había una chispa de curiosidad y empatía que había despertado en él, y eso lo empujó a querer entender más a Junmyeon, ¿Quien era realmente? antes de tomar decisiones irreversibles.

 

Estaba conociendo al enemigo...

 

Sabado, Cafeteria Blue bottle, 13:00 AM

Una tarde que Sehun había estado anticipando con cierta mezcla de nervios y cautela. Había invitado a Junmyeon a almorzar en una cafetería cerca del parque en Seúl, un lugar que había elegido estratégicamente por su atmósfera tranquila pero con suficiente gente como para mantener todo casual, habia anticipado la reunion ya que reviso en la agenda de su jefe que el viernes se ausentaria, así que planeo todo.

 

Cuando Junmyeon llegó, sonriendo ligeramente pero con esa calma habitual que lo caracterizaba, Sehun lo saludó y le indicó una mesa cerca de la ventana con vista al parque. El día era agradable, y la luz del sol bañaba el lugar, creando un ambiente cálido que invitaba a la conversación.

 

—Gracias por aceptar la invitación —dijo Sehun, mientras se sentaban.

 

—Claro, necesitaba un descanso. —Junmyeon sonrió suavemente, colocando su chaqueta en el respaldo de la silla—. Además, es bueno conocer mejor a mi secretario fuera de la oficina.

 

Sehun sonrió de vuelta, manteniendo su semblante relajado. Sabía que este almuerzo era una oportunidad para acercarse más a Junmyeon, no solo para su misión, sino también para desentrañar al hombre detrás de la imagen pública.

 

—Me alegra que hayas podido venir. —Hizo una pausa y agregó—El trabajo puede ser agotador a veces, así que pensé que un poco de aire fresco no nos haría daño.

 

Junmyeon asintió, relajándose en su silla mientras observaba el menú.

 

—Definitivamente. Y tú, ¿cómo te estás adaptando al trabajo? —preguntó, con esa amabilidad innata que siempre mostraba, como si realmente le importara la respuesta.

 

Sehun tomó un sorbo de su agua, fingiendo pensarlo.

 

—La verdad, ha sido... interesante —respondió, seleccionando sus palabras con cuidado—. No esperaba que todo fuera tan dinámico, pero me gusta. Me mantiene alerta.

 

—Eso es lo que siempre digo —Junmyeon dejó escapar una pequeña risa—. Kim Corporation nunca es aburrida. Siempre hay algo nuevo que resolver o alguien nuevo que conocer.

 

Sehun asintió, intentando mantener la charla ligera, pero sabiendo que cada palabra contaba. No podía revelar nada que delatara su verdadera intención allí.

 

—Y tú, Junmyeon-ssi —Sehun usó el honorífico formal, aunque más por costumbre que por respeto—. Debe ser difícil equilibrar todo. Siendo CEO y padre... me imagino que tu agenda está siempre llena.

 

Junmyeon sonrió suavemente, pero había un tinte de cansancio en su mirada. 

 

—Sí, no es fácil, pero uno se acostumbra. —Hizo una pausa, como si evaluara cuánto estaba dispuesto a compartir—. Mis hijos son lo más importante para mí, así que siempre trato de encontrar un equilibrio. Aunque a veces no es sencillo.

 

Sehun asintió, tomando nota de la vulnerabilidad que Junmyeon había mostrado. Era un pequeño atisbo del hombre detrás del título, y eso solo lo motivaba más a seguir adelante con su plan. Pero no podía evitar sentir un pequeño tirón de empatía.

 

—Debes ser un gran padre —comentó Sehun con un tono casual, aunque quería saber más sobre esa faceta de Junmyeon.

 

Junmyeon se rió suavemente, casi con un toque de melancolía.

 

—Hago lo que puedo. Creo que todos los padres tienen momentos en los que sienten que no están haciendo lo suficiente, pero... intento ser el mejor ejemplo para ellos.

 

—¿Alguna vez te sientes... abrumado? —preguntó Sehun, aprovechando la apertura para indagar más.

 

Junmyeon lo miró por un momento, sus ojos reflejando una mezcla de emociones. 

 

—A veces, sí. —Suspiró ligeramente—. Pero eso es parte de ser padre y CEO, supongo. —Luego, sonrió más ampliamente—. Pero no te preocupes, no vine aquí a hablar de mis problemas. ¿Y tú? ¿Qué te trajo a Kim Corporation?

 

Sehun había esperado esa pregunta, y ya tenía su respuesta lista, perfectamente ensayada.

 

—La oportunidad de trabajar en una de las empresas más grandes de Corea era demasiado tentadora como para dejarla pasar —dijo con una sonrisa tranquila—Además, necesitaba un cambio de aire, y Seúl siempre ha sido mi ciudad favorita. 

 

Junmyeon asintió, aceptando la respuesta sin sospechas.

 

—Es una buena razón. Creo que todos necesitamos cambios de vez en cuando.

 

La conversación continuó por un rato, tocando temas ligeros como los restaurantes que ambos frecuentaban, sus rutinas diarias y algunos recuerdos del pasado. Poco a poco, Sehun notaba que la barrera que mantenía con Junmyeon empezaba a aflojarse, aunque solo lo suficiente para que la charla fuera más cómoda. Junmyeon, por su parte, parecía disfrutar de la compañía, incluso si era un tanto reservada.

 

Luego de que terminaron sus comidas, Junmyeon sonrió.

 

—Me alegra que hayamos hecho esto, Sehun. Es bueno tener a alguien con quien charlar fuera de la oficina.

 

—Siento lo mismo —respondió Sehun, su sonrisa oculta detrás de su plan en marcha.

 

Pero eso era lo que él necesitaba... ¿verdad? 

 

Ganarse la confianza de Junmyeon para poder desmantelar todo lo que había construido.

 

Sin embargo, una pequeña parte de él empezaba a dudar si podría mantener esa fachada por mucho tiempo.

 

Después de terminar su almuerzo, Junmyeon y Sehun decidieron aprovechar la tarde y caminar por el parque cercano. Era un lugar tranquilo, lleno de árboles cuyas hojas empezaban a cambiar de color con la llegada del otoño. El ambiente fresco y relajado parecía perfecto para romper la rigidez de las conversaciones formales que solían tener en la oficina.

 

Caminaban lado a lado, a un ritmo relajado. Junmyeon, con las manos en los bolsillos de su abrigo, miraba de vez en cuando a Sehun, quien parecía menos tenso que de costumbre.

 

—Es agradable poder hacer esto de vez en cuando —comentó Junmyeon, mirando alrededor—. Cuando tienes hijos, los días libres suelen ser muy diferentes.

 

Sehun asintió, intentando no mostrar demasiada curiosidad, aunque el comentario lo había captado de inmediato.

 

—Me imagino. Debe ser agotador equilibrar tu vida como CEO y como padre.

 

Junmyeon sonrió suavemente, asintiendo.

 

—Lo es. Pero mis hijos lo son todo para mí. Ningning y kun... me dan la fuerza que necesito para seguir adelante.

 

Sehun no pudo evitar notar la sinceridad en las palabras de Junmyeon. Había algo genuino en su voz cuando hablaba de sus hijos, una vulnerabilidad que no había visto antes.

 

—¿Siempre quisiste tener hijos? —preguntó Sehun, interesado en seguir el tema, aunque manteniendo su tono casual.

 

Junmyeon suspiró ligeramente, mirando al cielo por un momento antes de responder.

 

—En realidad, no. No era parte de mis planes... no tan pronto, al menos. Pero las circunstancias me llevaron por ese camino, y ahora no me imagino la vida sin ellos.

 

Había sido obligado a tener hijos... 

pero ellos no tenían la culpa de sus errores.

 

Sehun sintió una punzada de curiosidad. Sabía, por los rumores y su investigación, que Junmyeon había estado casado con la modelo Victoria Song, pero parecía que había algo más detrás de la historia.

 

—A veces la vida nos sorprende —dijo Sehun, manteniendo el tono neutral.

 

Junmyeon lo miró de reojo y soltó una pequeña risa.

 

—Sí, exactamente. Supongo que... así es como funciona. Haces planes y luego todo cambia.

 

Sehun asintió, aprovechando la apertura para indagar un poco más.

 

—Debe haber sido difícil equilibrar todo después del divorcio. Mantener la empresa, ser un buen padre... ¿cómo lo logras?

 

Junmyeon caminó en silencio por un momento, como si estuviera evaluando qué tanto quería compartir.

 

—No fue fácil, no te voy a mentir. Hubo días en los que pensé que no lo lograría. —Junmyeon suspiró, pero sonrió suavemente—. Pero con el tiempo, aprendes a adaptarte, al final siempre tengo que ser el hijo "perfecto"

 

Sehun notó que Junmyeon parecía más abierto, quizás por el ambiente relajado o por la conversación fluida. Aunque su misión seguía clara en su mente, no pudo evitar sentirse un poco conmovido por lo que Junmyeon revelaba. 

 

No era solo un CEO frío y calculador; había mucho más detrás de esa fachada impecable.

 

—Me imagino que tu familia ha sido un gran apoyo en todo esto —dijo Sehun, queriendo cambiar ligeramente el rumbo de la conversación.

 

Junmyeon se rió suavemente, aunque no había humor en su risa.

 

—Mi familia es... complicada. Mi padre, especialmente.

 

Sehun levantó una ceja, intrigado.

 

—¿Complicada? —preguntó, animando a Junmyeon a continuar.

 

Junmyeon pareció pensarlo por un momento, antes de hablar de nuevo.

 

—Mi padre siempre ha tenido expectativas muy altas. Me presionó desde joven para seguir sus pasos y hacer lo que él creía que era correcto para mí. —Hizo una pausa, sus ojos revelando un pequeño atisbo de dolor—. No fue fácil, pero con el tiempo aprendí a complacerlo... o al menos intentarlo.

 

Sehun se mantuvo en silencio, sabiendo que había tocado un tema sensible. Esta era una de las piezas del rompecabezas que estaba buscando: la relación entre Junmyeon y su padre, el verdadero motor detrás de Kim Corporation.

 

Eran parecidos en varios aspectos...

 

Las exigencias de sus padres 

 

—Debe ser difícil vivir con ese tipo de expectativas —dijo Sehun, tratando de empatizar sin sonar demasiado invasivo.

 

Junmyeon asintió lentamente, mirando hacia adelante mientras seguían caminando.

 

—Lo es. Pero como dije antes, la vida te sorprende. A veces no tienes otra opción más que seguir adelante y hacer lo mejor que puedas.

 

Hubo un silencio cómodo entre ellos mientras continuaban caminando por el parque, ambos absortos en sus propios pensamientos. Sehun, por su parte, analizaba todo lo que Junmyeon había compartido. Sabía que estaba comenzando a conocer al verdadero Junmyeon.

 

Después de un rato, Junmyeon rompió el silencio, sonriendo ligeramente.

 

—Gracias por esto, Sehun. No suelo tener muchas oportunidades para hablar de estas cosas, es bueno desconectar por un rato.

 

Sehun lo miró, respondiendo con una sonrisa tranquila.

 

—Es un placer, Junmyeon-ssi. A veces, necesitamos estos momentos para recordar que somos algo más que nuestro trabajo.

 

Junmyeon asintió, con una expresión más relajada. Ambos continuaron caminando, pero Sehun no pudo evitar sentir que este almuerzo había sido un avance crucial. 

 

Junmyeon estaba empezando a confiar en él, y eso era exactamente lo que necesitaba.

 

No obstante, mientras caminaban, Sehun se dio cuenta de algo inesperado. A medida que pasaba más tiempo con Junmyeon, empezaba a verlo de una manera distinta. 

 

Había algo en la calma de Junmyeon, en su vulnerabilidad y su esfuerzo por mantenerse firme a pesar de las dificultades, que lo hacía cuestionar su plan, aunque fuera...

 

solo un poco

 

Al llegar al auto de Junmyeon, se detuvieron en la acera. El sol de la tarde iluminaba sus rostros mientras la brisa suave de otoño hacía ondear las hojas caídas a su alrededor. Junmyeon se volvió hacia Sehun, con una sonrisa que no podía ocultar, aún disfrutando del tiempo que habían pasado juntos.

 

—Gracias por hoy, Sehun —dijo Junmyeon, apoyando su mano en el capó del auto, como si fuera un gesto que le ayudara a mantener la conversación ligera—. No suelo salir mucho, pero esto ha sido agradable.

 

Sehun sonrió, intentando ocultar su sorpresa. No se esperaba que Junmyeon fuera tan sincero y abierto con él.

 

—Me alegra que te haya gustado. A veces necesitamos desconectar del trabajo, ¿no crees? —respondió, manteniendo un tono casual.

 

Junmyeon asintió, y por un momento, pareció perderse en sus pensamientos. Su mirada se desvió hacia el horizonte, donde los edificios de Seúl se alzaban como un recordatorio de la vida que llevaban.

 

—A veces me pregunto si realmente soy el tipo de persona que todos creen que soy. —Junmyeon lo dijo de forma tranquila, casi en un susurro, pero suficiente para que Sehun lo escuchara. 

 

Sehun se quedó un poco sorprendido por la sinceridad de Junmyeon. Era una pregunta profunda, más allá de lo que había anticipado en su charla casual.

 

—¿Te refieres a ser el "CEO perfecto"? —preguntó Sehun, tratando de mantener la ligereza en su voz.

 

Junmyeon se encogió de hombros, su expresión cambiando por un instante.

 

Había algo en su mirada que parecía revelar una lucha interna.

 

—A veces siento que tengo que llevar esa máscara para que los demás me acepten. Pero... no siempre es fácil ser esa persona. Hay días en los que me gustaría simplemente ser yo mismo, sin las expectativas de todos. —Se detuvo, mirando a Sehun a los ojos—. A veces, solo quiero que alguien me vea más allá del trabajo, más allá de lo que se espera de mí.

 

Sehun se sintió momentáneamente abrumado por la vulnerabilidad que Junmyeon le estaba mostrando. No era solo un CEO, sino un hombre que lidiaba con sus propios demonios, como todos los demás. 

 

La conexión entre ellos se estaba profundizando, y eso le hacía sentir tanto emoción como inquietud.

 

—Todos tenemos nuestras luchas, Junmyeon-ssi —dijo Sehun, sintiéndose más sincero de lo habitual. No quería que Junmyeon pensara que estaba allí solo para investigar—. A veces es difícil encontrar a alguien que realmente te entienda.

 

Junmyeon sonrió levemente, y por un instante, Sehun vio destellos de lo que podría ser una verdadera amistad. 

 

—Gracias por escucharme, Sehun. Espero que, en algún momento, podamos ser más que solo compañeros de trabajo. —Su mirada era intensa, casi como si intentara leer la reacción de Sehun—. Me gustaría seguir conociendo al verdadero Sehun, no solo al secretario que trabaja para mí.

 

Sehun se sintió atrapado en la sinceridad de Junmyeon. Era una invitación, y aunque su mente seguía centrada en su misión, una parte de él quería aceptar esa oferta.

 

—Quizás un día podamos compartir más —respondió, sintiendo un pequeño destello de conexión— Estoy seguro de que hay más en mí de lo que piensas.

 

Junmyeon sonrió, y por un momento, el ambiente entre ellos se volvió más cálido y menos tenso. 

 

—Espero que sí. —La expresión de Junmyeon se tornó más ligera—. Cuídate, Sehun. Nos vemos en la oficina.

 

Con un movimiento suave, Junmyeon se metió en su auto, y Sehun se encontró parado en la acera, observando cómo el vehículo se alejaba lentamente. 

 

Mientras miraba el coche de Junmyeon desaparecer entre el tráfico de Seúl, Sehun no pudo evitar reflexionar sobre lo que había pasado. 

 

Las palabras de Junmyeon resonaban en su mente. Era como si él supiera que había algo más, algo que Sehun aún no había revelado.

 

Sehun sacudió la cabeza, tratando de deshacerse de esos pensamientos. 

 

No podía permitir que sus emociones se interpusieran en su misión. Tenía un trabajo que hacer, y las conexiones personales solo complicarían las cosas. Pero mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia su departamento, no pudo evitar sentir que, tal vez, lo que estaba construyendo con Junmyeon era algo más que una simple amistad.

 

NO

 

Eso podía ser... 

Pero estaba empatizando con su persona 

 

Departamento de sehun, 17:45 PM

 

Sehun sintió un vacío profundo que lo envolvía. La soledad del lugar era abrumadora, y mientras dejaba caer su mochila al suelo, sus pensamientos volvieron a la conversación que había tenido con Junmyeon. A pesar de que estaban en caminos opuestos, había una conexión innegable entre ellos, una comprensión mutua de lo que era cargar con las expectativas de los demás.

 

Se sentó en el sofá, apoyando los codos en las rodillas y la cabeza en las manos. Recordó las palabras de Junmyeon sobre llevar una máscara, y se dio cuenta de que él también había estado haciéndose pasar por alguien que no era.

 

la relación con su padre, Oh Seunghyun, había sido un campo de batalla desde el día en que había revelado su verdadera identidad

 

Flashback

 

—¡No puedes estar hablando en serio, Sehun! —gritó su padre, el rostro enrojecido por la ira. Estaban en la elegante sala de su casa familiar, la luz del sol entrando por las ventanas, pero para Sehun, todo parecía sombrío.

 

—Lo estoy, papá. No puedo seguir ocultándolo. Soy gay, y no voy a cambiar por ti ni por nadie. —Sehun mantenía la voz firme, pero su corazón latía con fuerza, temiendo la reacción de su padre.

 

Oh Seunghyun se pasó una mano por el cabello, claramente frustrado. 

 

—Esto es una vergüenza para nuestra familia. Tenías que ser un ejemplo para tu hermano. ¡Kyungsoo no es como tú!

 

Sehun sintió una punzada en el corazón al escuchar el nombre de su hermano. Siempre había estado en la sombra de Kyungsoo, el hijo "perfecto", el que cumplía con todas las expectativas. 

 

El que no traía vergüenza a la familia.

 

—No estoy tratando de ser una vergüenza, solo estoy tratando de ser yo mismo —respondió Sehun, su voz temblando ahora—. Siempre esperaste que fuera un líder, que asumiera el control de la empresa familiar, pero nunca me dejaste ser quien realmente soy.

 

Su padre lo miró fijamente, los ojos llenos de decepción. 

 

—Entonces, si quieres ser así, no tienes lugar en el negocio familiar–suspiro antes de hablar–No puedo tener a un hijo que desprecia nuestra imagen. 

 

Sehun miraba a su padre con ojos llorosos 

 

—Cancelaré tu debut en la sociedad empresarial. No voy a permitir que la gente hable de nosotros, Solo a Kyungsoo le queda el camino.

 

Sehun sintió como si el suelo se desvaneciera bajo sus pies. La decisión de su padre lo hirió más de lo que jamás hubiera imaginado. Era como si todas las oportunidades, todos los sueños que había construido, se desmoronaran en un instante.

 

—¿Así que esto es lo que piensas de mí? —preguntó, con la voz rota—. ¿Que no merezco ser parte de la familia porque no soy lo que quieres que sea?

 

Seunghyun cerró los ojos por un momento, como si intentara encontrar las palabras correctas. —Quiero que seas feliz, Sehun, pero debes entender que hay ciertas expectativas que tienes que cumplir, No puedo dejar que nuestra reputación se vea afectada por tu... elección.

 

Sehun sintió una mezcla de ira y tristeza, su corazón luchando contra la realidad que se le presentaba.

 

Sabía que su padre lo quería, pero esa aceptación tenía condiciones, y él no podía conformarse con vivir bajo esas limitaciones. 

 

—Quizás no pueda cumplir con tus expectativas, papá —dijo, las lágrimas asomando en sus ojos—. Quizás sea el momento de que los dos nos alejemos un poco.

 

El silencio que siguió fue ensordecedor. Sehun sintió que se estaba alejando de su padre, de su hogar, de la vida que había conocido. Pero en el fondo, también sabía que tenía que ser libre, que no podía dejar que la opinión de su padre lo definiera.

 

Fin del Flashback

 

Por eso sehun no era muy conocido en la sociedad, estaba oculto.....

 

su padre lo obligo a ocultarse así que no tenía razones para pelear, si no lo veía suficiente, no entraría en el terreno empresarial. 

 

Sehun sacudió la cabeza, tratando de deshacerse de esos recuerdos dolorosos. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero el dolor de ser rechazado por su propio padre lo seguía persiguiendo. Al mismo tiempo, la conversación con Junmyeon resonaba en su mente, y la idea de que ambos luchaban contra expectativas imposibles lo mantenía despierto. 

 

Era un recordatorio de que no estaba solo en su lucha.

 

Con una profunda exhalación, Sehun se levantó del sofá y fue a la cocina, buscando un poco de agua.

 

No podía permitirse el lujo de distraerse demasiado. Su misión seguía en pie, y debía mantenerse enfocado. Pero a medida que pensaba en Junmyeon, en la conexión que empezaba a construir con él, Sehun no pudo evitar sentir que tal vez había más en juego de lo que había anticipado.

 

Lunes, Kim corporation, 8:00 AM

 

El lunes llegó con una frescura inusual que parecía prometer nuevos comienzos. En Kim Corporation, la atmósfera era palpable, llena de expectativas y un ligero zumbido de energía, Sehun entró en la oficina con un nuevo sentido de propósito. Después de varios días de trabajar juntos, la relación con Junmyeon había evolucionado, dejando atrás la formalidad inicial. Ahora, había una camaradería que florecía entre ellos, alimentada por la confianza que poco a poco estaban construyendo.

 

A medida que Sehun se acomodaba en su escritorio, no pudo evitar observar a Junmyeon desde la distancia. El CEO estaba en su oficina, hablando con un grupo de empleados, su presencia irradiante y llena de calidez. Era el tipo de líder que inspiraba a todos a su alrededor, pero también había algo más en su forma de ser que atraía a Sehun de una manera que no podía ignorar. Esa sensación de conexión parecía crecer, pero también era confusa. 

 

Sehun intentó concentrarse en los archivos que tenía sobre la mesa, pero sus pensamientos constantemente volvían a la figura de Junmyeon. Era un hombre atractivo, no solo por su apariencia, sino por la forma en que manejaba cada situación con calma y destreza. A veces, Sehun podía ver una vulnerabilidad en él, algo que lo hacía querer acercarse más y entenderlo. Sin embargo, la misión que había jurado cumplir lo mantenía a distancia.

 

—Hwang Sehun, ¿puedes venir un momento? —llamó Junmyeon desde la distancia, sacando a Sehun de sus pensamientos.

 

Sehun se levantó rápidamente, ajustando su corbata antes de dirigirse hacia el CEO. 

 

Al acercarse a el, notó el ambiente ligero que habían cultivado, Había menos formalidad y más fluidez en sus interacciones.

 

—Claro, señor kim. ¿Qué necesitas? —preguntó, con un tono formal, aunque sintió una pequeña corriente de nerviosismo al mirar a Junmyeon a los ojos.

 

Junmyeon sonrió, mostrando su dentadura blanca y perfecta.

 

—Solo quería revisar el informe que preparaste sobre el proyecto de la semana pasada. Escuché que hiciste un gran trabajo. 

 

Sehun se sintió complacido por el elogio.

 

—Gracias, me he estado familiarizando con los procedimientos y me parece que hay mucho potencial aquí. 

 

Junmyeon asintió, acercándose un poco más, lo que hizo que la tensión en el aire se volviera palpable. Sehun podía sentir su corazón acelerarse al estar tan cerca, Había algo en la mirada de Junmyeon que le hacía querer abrirse más, pero su deber y su misión lo mantenían en un tira y afloja emocional.

 

—Me alegra escuchar eso. Siempre estoy buscando nuevas perspectivas, especialmente de alguien como tú —dijo Junmyeon, su voz suave pero firme.

 

—¿Alguien como yo? —replicó Sehun, alzando una ceja, un poco intrigado.

 

—Sí, un nuevo punto de vista siempre es refrescante. —Junmyeon hizo una pausa, como si estuviera sopesando sus palabras—. A veces, los que llevan mucho tiempo aquí olvidan ver las cosas desde una nueva perspectiva. 

 

Sehun sintió que esa observación estaba cargada de significado.

 

¿Era Junmyeon consciente de la lucha interna que él estaba enfrentando?

 

La pregunta quedó suspendida entre ellos.

 

A lo largo de la mañana, la dinámica entre ellos continuó evolucionando. Sehun comenzó a notar pequeños gestos de Junmyeon que indicaban su creciente comodidad. Cuando pasaban tiempo juntos en reuniones, Junmyeon a menudo buscaba su opinión y no dudaba en tocar su brazo de manera casual mientras discutían ideas. 

 

Cada pequeño contacto enviaba chispas de confusión y deseo a través de Sehun, algo que no esperaba sentir por un hombre como él.

 

Estaba desviando su plan...

 

13:00 PM

Durante el almuerzo, Sehun y Junmyeon decidieron comer juntos. Se encontraron en la cafetería de la empresa, un lugar que estaba lleno de empleados que reían y compartían historias. Sehun observó a Junmyeon mientras hablaba con un grupo de trabajadores. El CEO era el centro de atención, pero también era genuino y accesible, algo que parecía atraer a todos.

 

—¿Siempre eres tan popular? —preguntó Sehun con una sonrisa cuando se sentaron en una mesa al fondo.

 

Junmyeon se encogió de hombros, pero una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro. 

 

—No siempre. La gente responde a la autenticidad, y creo que eso es lo que trato de ser. Aunque a veces puede ser difícil.

 

Sehun lo miró, recordando la conversación sobre las expectativas que ambos habían compartido. 

 

La autenticidad de Junmyeon lo intrigaba más, y quería descubrir más sobre el hombre detrás del CEO perfecto.

 

—Tú también lo haces bien, sabes —dijo Sehun, sintiendo que la tensión entre ellos se afianzaba con cada palabra. —No es fácil ser nuevo y ganarse la confianza de todos.

 

—Gracias, Creo que ambos hemos pasado por cosas que nos han hecho más fuertes, ¿no? —Junmyeon lo miró a los ojos, y Sehun sintió que se estaba abriendo, mostrando un poco de su verdadero yo. 

 

—Definitivamente —respondió Sehun, sintiendo que había un entendimiento entre ellos que iba más allá de lo superficial. 

13:40 

Cuando regresaron a sus respectivos escritorios, la atmósfera en la oficina había cambiado. 

 

Se sintieron más cercanos, y a la vez, había un murmullo de tensión no resuelta que flotaba entre ellos. A veces, Sehun se sorprendía al pensar en lo mucho que había llegado a confiar en Junmyeon, y eso lo llenaba de inquietud.

 

Durante el resto del día, Sehun trabajó concentrado, pero la mirada de Junmyeon siempre parecía estar en él. Cada vez que se cruzaban, Sehun podía sentir el calor en su rostro, un recordatorio de la conexión inexplicable que estaban forjando.

 

¿Era correcto acercarse más, o debería mantener la distancia por el bien de su misión?

 

Junmyeon estaba en su oficina, la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, iluminando el espacio con un brillo cálido. Se encontraba hablando por teléfono y de un momento a otro salió de la oficina a seguir en otro lugar la llamada.

 

Sehun, por otro lado, se quedó solo en el escritorio de Junmyeon, sintiendo cómo la curiosidad lo invadía mientras la puerta se cerraba detrás de él.

 

Con la computadora abierta, Sehun no pudo resistir la tentación. Se acercó con cautela, asegurándose de que Junmyeon estuviera lo suficientemente lejos. Sus dedos se movían ágilmente sobre el teclado, buscando archivos que pudiera utilizar para su investigación. La adrenalina bombeaba en sus venas; había estado esperando este momento durante meses.

 

Mientras revisaba los documentos, encontró una carpeta marcada como "Confidencial". Su corazón se aceleró. Había estado buscando respuestas sobre la familia Kim, y esto parecía ser la clave. Navegó dentro de la carpeta, sus ojos se iluminaron al ver un archivo titulado

 

"14/03/18 " 

 

La fecha lo golpeó como un balde de agua fría.

 

Era la fecha de la muerte de su madre

 

—Bingo... —susurró para sí mismo, sintiendo que se encontraba cerca de desentrañar el misterio que rodeaba la muerte de su madre. 

 

Sehun hizo clic en el archivo, pero su mente corría en mil direcciones a la vez. Si lograba acceder a esta información, podría descubrir si Kim Corporation tenía algo que ver con la tragedia de su familia. Las consecuencias de lo que estaba a punto de descubrir se extendían mucho más allá de su propia búsqueda de justicia; podrían cambiar la vida de Junmyeon y de su familia

 

pero no todo iba tan bien, pero un obstáculo se le presento

 

Tenía una maldita clave de acceso el archivo

 

—Maldita sea... —Sehun frunció el ceño, intentando recordar cualquier combinación que pudiera funcionar, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un escalofrío que recorrió su espalda. 

 

Sehun estaba completamente absorbido por la pantalla, su mente dando vueltas mientras intentaba recordar todo lo que había encontrado en los pendrives de Junmyeon. 

 

Había tomado nota de nombres, fechas y hasta algunas frases que parecían relevantes. Con cada intento fallido, su frustración crecía, pero su determinación lo mantenía en su lugar.

 

"Tal vez sea su fecha de nacimiento... o la de sus hijos," pensó mientras tecleaba. "O quizás el nombre de su madre."

 

Sin embargo, ninguna de esas combinaciones parecía funcionar.

 

Algo lo hizo mirar hacia la puerta, y fue entonces cuando vio a Junmyeon de pie en el umbral. Su mirada era seria y penetrante, lo que hizo que Sehun sintiera que el mundo se le caía encima.

 

—¿Qué estás haciendo, Sehun?–preguntó Junmyeon, su voz clara y autoritaria.

 

Hasta acá llego el, lo había jodido todo

Chapter 4: Capitulo 3 | Dos almas conociendose

Notes:

Hola!! Espero que les este gustando esta historia, espero sus kudos!! Gracias por leer

Chapter Text

Sehun sintió el peso de la mirada de Junmyeon sobre él. No era una mirada de enojo, pero había algo serio y penetrante en sus ojos. Notó que Junmyeon se acercaba lentamente, su rostro impasible, pero con una tensión palpable.

 

"Maldita sea" pensó Sehun mientras su mente trabajaba rápido para salir de la situación.

 

Junmyeon se detuvo justo frente a él, cruzando los brazos con una ceja ligeramente levantada. 

 

—Sehun–dijo con calma, pero con una autoridad que hizo que Sehun se tensara más–¿De verdad solo estabas buscando algo relacionado con el proyecto?

 

Sehun sabía que tenía que inventar algo convincente, y rápido. Su respiración se aceleró un poco, pero en cuestión de segundos, ideó una salida.

 

—Sí, en realidad —dijo, manteniendo su voz firme, como si nada estuviera mal—. Me di cuenta de que el archivo que estaba revisando está relacionado con el proyecto de la expansión en Busan, Pensé que, si lo revisaba, podría adelantar algo para que no tengamos que hacerlo mañana, pero... 

 

Sehun se detuvo, respiro, y siguió hablando.

 

tenia que sonar lo más creíble posible

 

—no estaba seguro de cuál era la contraseña, así que intenté algunas combinaciones–hablo nuevamente–Lo siento si pareció que estaba haciendo otra cosa.

 

Junmyeon frunció ligeramente el ceño, como si estuviera procesando la excusa, Sus ojos aún lo miraban detenidamente, pero poco a poco la seriedad en su rostro se suavizó.

 

—Busan, ¿eh? —Junmyeon murmuró mientras miraba de reojo la pantalla de su computadora y se acercaba a sehun—. No me había dado cuenta de que estabas interesado en ese proyecto en particular.

 

Sehun asintió rápidamente, aprovechando la oportunidad para escapar del aprieto.

 

—Sí, quiero asegurarme de estar al día con todo lo que pueda ayudar. Solo pensé que si tenía tiempo hoy, podría echarle un vistazo. 

 

Junmyeon lo miró por unos segundos más, en silencio, como si lo estuviera evaluando por última vez. Finalmente, suspiró.

 

—Está bien, Hwang. Solo asegúrate de no tocar archivos confidenciales sin mi permiso. Pero si realmente estás interesado en Busan, puedo explicarte más detalles mañana —dijo, su tono volviendo a la amabilidad que lo caracterizaba.

 

Sehun sonrió con una mezcla de alivio y nerviosismo, agradecido de haber esquivado la bala. 

 

—Por supuesto, gracias, señor Kim. No volverá a suceder– dijo con una leve inclinación.

 

Junmyeon asintió y se apartó, regresando a su escritorio, aparentemente satisfecho con la explicación. 

 

Pero Sehun sabía que había sido demasiado cercano esta vez.

 

Mientras volvía a su trabajo, su mente seguía revolviendo el caos de emociones, consciente de que la confianza de Junmyeon era un recurso valioso que debía manejar con mucho más cuidado.

 

Junmyeon observó a Sehun regresar a su escritorio, sus pasos medidos y su expresión neutral. 

 

—Hwang Sehun...—murmuró para sí mismo, una ligera sonrisa apareciendo en su rostro, Había algo en el joven que no terminaba de encajar, algo que lo hacía sospechar, aunque no podía señalar exactamente qué era.

 

¿Quién eres en realidad?

 

se preguntó en silencio, mientras dejaba caer su mirada sobre el archivo que Sehun había intentado abrir. Junmyeon conocía cada rincón de su propia empresa, cada documento confidencial. No había nada que se escapara de su control, y esa curiosidad de Sehun lo había puesto en alerta.

 

Pero al mismo tiempo, Junmyeon sacudió esos pensamientos de su mente. 

 

Había sido lastimado tantas veces antes, traicionado por aquellos en quienes confió plenamente. No obstante, había algo en Sehun que le hacía desear bajar la guardia, aunque fuera solo un poco. 

 

Quizás era la soledad

 

Esa sensación constante de caminar por el mundo solo, llevando el peso de sus secretos y el dolor de un pasado que no podía borrar.

 

"Confía en él" se dijo a sí mismo, como si intentara convencerse. Sehun era nuevo, frío en ocasiones, pero también eficiente, dispuesto a hacer bien su trabajo. ¿Acaso no podía merecer un poco de confianza? Junmyeon suspiró, sabiendo que esta decisión no era fácil, pero que deseaba confiar en alguien, aunque sea una vez más.

 

"No todos están aquí para lastimarte, Junmyeon," se recordó mientras se enfocaba nuevamente en sus tareas del día. Pero en el fondo, no podía dejar de preguntarse: ¿hasta qué punto podía confiar en su nuevo secretario? Y, más importante aún.... 

 

¿qué secretos podría estar ocultando?

 

Con el paso de los días, tanto Sehun como Junmyeon se enfocaron en el proyecto de Busan. Junmyeon, siempre meticuloso en su trabajo, había instruido a Sehun en cada detalle, asegurándose de que su nuevo secretario entendiera la magnitud y la importancia del proyecto. A pesar de su frialdad inicial, Sehun había comenzado a integrarse mejor en las tareas, y poco a poco, Junmyeon notaba que la dinámica entre ambos fluía con mayor naturalidad.

Martes, Kim corporation, 17:00 PM

Al otro día, sehun ya estaba al tanto del "proyecto busan" aunque ese no era su objetivo inicial, a algo importante podria llevarlo en el futuro, mientras revisaban los últimos avances del proyecto, Junmyeon levantó la vista de los documentos y miró a Sehun con una leve sonrisa.

 

—Sehun-ah , ¿qué te parece si vienes conmigo a la próxima reunión sobre el proyecto? —le dijo Junmyeon con ese tono amable que había comenzado a caracterizar su relación—. Creo que sería bueno que veas cómo manejamos las negociaciones con nuestros socios en Busan.

 

Sehun parpadeó sorprendido. No esperaba que Junmyeon lo invitara tan pronto a algo tan crucial, luego del incidente de la computadora . Esta era su oportunidad, una ventana perfecta para estar más cerca de las decisiones importantes y descubrir más sobre la familia Kim.

 

—Sería un honor, señor Kim —respondió Sehun, con una sonrisa profesional, aunque por dentro su mente ya empezaba a planear cómo sacarle provecho a esta nueva situación.

 

Junmyeon asintió satisfecho, sin dejar de notar el entusiasmo que parecía surgir en Sehun. "Tal vez solo necesitaba más confianza, es un buen chico" pensó para sí. Aunque todavía quedaba esa pequeña voz de duda en el fondo de su mente, Junmyeon decidió confiar en su instinto. Sehun estaba demostrando ser un buen aliado en el proyecto y, quién sabe, tal vez más adelante podría convertirse en una pieza clave dentro de la empresa.

 

—Perfecto. La reunión es hoy en la noche —continuó Junmyeon, regresando su atención a los papeles—. Asegúrate de estar preparado; los socios de Busan pueden ser un poco exigentes, pero si mantenemos nuestra postura, todo debería ir bien.

 

Sehun asintió nuevamente, aunque sus pensamientos ya se desviaban. Esta era la oportunidad que necesitaba. Con acceso directo a las reuniones y a los socios clave, podría adentrarse más en los secretos de la familia Kim y en lo que ocurrió aquel fatídico día, el 14 de marzo de 2018.

 

Mientras ambos continuaban trabajando en silencio, Sehun no podía evitar sentir cómo, poco a poco, estaba empezando a acercarse a su objetivo.

 

Restaurant, Dinasty kang, 20:00 PM

 

La noche llegó rápidamente, y Sehun se alistó para la reunión. Junmyeon le había mandado la dirección del lugar, un restaurante discreto pero elegante en una zona tranquila de la ciudad. Sabía que este encuentro no sería como los demás; era crucial para el proyecto de Busan, y aunque Sehun lo veía como una oportunidad más para avanzar en su investigación, por que estaba estancándose, no podía ignorar la tensión de la ocasión.

 

Cuando llegó al restaurante, el ambiente acogedor y sofisticado lo recibió. Las luces eran tenues, creando una atmósfera íntima, mientras los sonidos suaves de la música de fondo completaban el ambiente. Sehun avanzó entre las mesas, observando a las personas que ya estaban presentes, hasta que su mirada se detuvo en Junmyeon, quien conversaba animadamente con algunos de los socios de Busan.

 

Junmyeon, al ver a Sehun entrar, se quedó momentáneamente sin palabras....

 

Su secretario, vestido de manera impecable, con un aire de confianza y sofisticación, lucía... hermoso. 

 

Aunque nunca había pensado en su aspecto de esa manera, no pudo evitar sentir una ligera sensación en el estómago al verlo. "¿Es así como se ve todos los días?" pensó Junmyeon, sintiendo que, de alguna manera, no lo había notado antes.

 

Aunque no mentiría que los últimos días estaba dirigiéndole miradas.... Era atractivo, su tipo...

 

Sehun, por su parte, mantuvo su expresión seria y profesional mientras se dirigía hacia Junmyeon y los socios. Pero cuando sus ojos se cruzaron con los de su jefe, hubo un destello en los de Junmyeon, una leve chispa que Sehun no había visto antes. Aunque no dejó que eso lo distrajera, no pudo evitar notar la mirada más suave de Junmyeon sobre él.

 

—Hwang, me alegra que llegues a tiempo —dijo Junmyeon con una sonrisa, haciéndole un gesto para que se acercara—. Te presentaré a nuestros socios.

 

Sehun asintió y saludó cortésmente a las personas que estaban con Junmyeon. Manteniendo su postura profesional, se presentó con seguridad, aunque en el fondo, su mente seguía calculando, buscando cada detalle que pudiera resultarle útil. Pero, por primera vez en mucho tiempo, sintió algo inesperado: una pequeña parte de él se sintió incómoda con la manera en que Junmyeon lo miraba, casi como si estuviera viendo más allá de su fachada.

 

La reunión comenzó de manera tranquila, con discusiones sobre el progreso del proyecto, las expectativas de los socios y los próximos pasos a seguir. Junmyeon lideraba la conversación con soltura y elegancia, algo que siempre impresionaba a Sehun, aunque tratara de no admitirlo. Pero lo que más le sorprendía era la facilidad con la que Junmyeon lograba que todos se sintieran cómodos, manteniendo el control de cada palabra sin parecer autoritario.

 

Era un gran lider

 

Mientras la noche avanzaba, Sehun no podía quitarse de la cabeza una sola pregunta: ¿por qué sentía que Junmyeon estaba empezando a verlo de manera diferente?

 

Durante la cena, la conversación entre los socios fluía con facilidad, pero  Junmyeon no podía evitar mirar de reojo a Sehun. Sabía que su secretario no estaba completamente cómodo en ese tipo de reuniones, así que intentaba, de alguna forma, hacer que se sintiera más relajado. Sehun, siempre tan reservado y profesional, mantenía una postura seria, escuchando atentamente cada palabra, pero Junmyeon notaba las ligeras tensiones en su cuerpo.

 

En un momento, mientras todos discutían sobre los próximos pasos del proyecto Busan, Junmyeon dejó caer su mano sobre la mesa, y, casi sin darse cuenta, sus dedos rozaron los de Sehun. 

 

Fue un contacto breve, suave, pero lo suficientemente intenso como para que ambos se dieran cuenta. Junmyeon notó cómo Sehun se tensó ligeramente, como si no supiera cómo reaccionar.

 

—Perdón... —susurró Junmyeon en voz baja, alejando su mano despacio, pero con una pequeña sonrisa en los labios.

 

Sin embargo, había algo diferente en el gesto. No era solo una disculpa por el roce accidental, sino más bien una especie de invitación tácita, una señal de que quería que Sehun se sintiera más cómodo, más cercano. Sehun, por su parte, se esforzó en mantener la compostura. Había venido a esa reunión con un objetivo claro: avanzar en su investigación y encontrar el talón de Aquiles de Junmyeon. Pero este pequeño gesto, esa simple caricia, lo tomó por sorpresa. No estaba preparado para sentir una especie de calidez por parte de su jefe, y mucho menos para la confusión que le provocaba.

 

Trató de concentrarse en su plato y en la conversación que lo rodeaba, pero su mente seguía regresando a ese momento. 

 

¿Por qué Junmyeon era tan... atento? 

 

Se suponía que debía ser solo su jefe, el hombre al que debía destruir para descubrir la verdad sobre la muerte de su madre. Pero cada día que pasaba, esa imagen de Junmyeon como el "CEO perfecto" se desdibujaba, mostrando a alguien más humano, más vulnerable, e incluso, alguien capaz de tocarlo de esa manera, aunque fuera accidental.

 

Estaba empezando a caer más

 

Junmyeon, por su parte, siguió conversando con los socios, pero ahora con una leve sonrisa en los labios. No sabía por qué, pero tocar a Sehun, aunque fuese tan breve, le había hecho sentir algo distinto. Era como si su presencia lo calmara de alguna manera. Mientras la cena continuaba, no pudo evitar pensar en lo mucho que quería conocer a Sehun, más allá de lo profesional.

 

Sehun unos minutos después, recibió una llamada de su hermano y haciendo una reverencia se disculpo, salió del restaurante con discreción, asegurándose de no llamar la atención de Junmyeon ni de los otros socios. Una vez fuera, tomó su teléfono y contestó la llamada de Kyungsoo, quien sonaba serio desde el otro lado de la línea.

 

—¿Dónde estás? —preguntó Kyungsoo con un tono de voz frío pero preocupado.

 

—Estoy en una reunión de trabajo —respondió Sehun, alejándose aún más del bullicio del restaurante—. ¿Por qué llamas ahora?

 

—Papá pregunta por ti. Está empezando a sospechar. ¿Cuánto tiempo piensas seguir con esta mentira antes de que te descubra? —la voz de Kyungsoo era directa, cortante.

 

Sehun respiró profundamente, luchando contra la desesperación que comenzaba a crecer en su interior. Sabía que su padre, Seunghyun, no era alguien a quien se pudiera engañar por mucho tiempo. Pero el peso de la misión que se había impuesto era más fuerte.

 

—No lo sé... —murmuró Sehun—. No he encontrado nada aún. ¡Junmyeon está limpio, hyung! —Su voz temblaba ligeramente—. No hay nada que lo conecte con la muerte de mamá. Todos los archivos que he visto no muestran nada sospechoso.

 

Hubo una pausa en la línea. Kyungsoo no respondió de inmediato, pero Sehun podía imaginar la expresión de frustración en su rostro. Luego, su hermano mayor habló, esta vez en un tono más bajo.

 

—¿Estás seguro de eso? ¿O te estás dejando llevar por algo más?

 

Sehun tragó saliva, sintiendo un nudo formarse en su garganta. No podía negarlo más, ni siquiera a sí mismo. Junmyeon había empezado a despertar algo en él, algo que no estaba previsto en su plan.

 

—Estoy empezando a caer por él. —Sehun admitió en voz baja, con la mirada perdida en la oscuridad del estacionamiento—. No debería estar pasando, pero... Junmyeon no es el hombre que pensé que era.

 

Kyungsoo soltó un suspiro audible al otro lado de la línea.

 

—Esto es peligroso, Sehun. Tienes que recordar por qué estás ahí en primer lugar, no puedes perder el foco ahora —advirtió Kyungsoo con seriedad—. Papá nunca te lo perdonará si no terminas lo que empezaste.

 

Sehun apretó los labios, sintiendo el peso de las palabras de su hermano. Sabía que Kyungsoo tenía razón, pero no podía evitar sentirse dividido.

 

—Lo sé —murmuró Sehun—. Solo... necesito más tiempo.

 

Kyungsoo hizo una pausa antes de responder, esta vez en un tono más suave.

 

—Ten cuidado, Sehun. Si te descubren, no habrá vuelta atrás.

 

Sehun asintió, aunque sabía que Kyungsoo no podía verlo. Colgó la llamada y se quedó mirando el teléfono por un momento, sintiendo que su mundo se desmoronaba. ¿Cómo iba a seguir adelante cuando Junmyeon ya empezaba a ser algo más que una simple misión?

 

Sehun colgó la llamada, todavía con la mente llena de pensamientos contradictorios. 

 

Justo en ese momento, sintió una presencia detrás de él y se dio la vuelta para encontrarse con Junmyeon, quien había estado observándolo. Los socios de la reunión estaban a punto de marcharse y se acercaban para despedirse.

 

—¿Todo bien? —preguntó Junmyeon, su tono era cálido, pero Sehun notó una pizca de curiosidad en su mirada. 

 

—Sí, solo... una llamada de mi hermano —respondió Sehun rápidamente, intentando sonar casual, aunque su corazón latía más rápido. La atracción que empezaba a sentir por Junmyeon se intensificó en el momento en que sus miradas se encontraron. 

 

Junmyeon sonrió ligeramente, inclinando la cabeza de manera amigable. 

 

—Estaba a punto de despedirme de los socios. ¿Te gustaría unirte?—sugirió, extendiendo una mano hacia él.

 

Sehun se sintió arrastrado por esa invitación. Había algo en la forma en que Junmyeon lo miraba, un destello de interés que lo hacía sentir especial y al mismo tiempo vulnerable. 

 

—Claro —respondió, tratando de mantener la voz firme. 

 

Se unió a Junmyeon mientras se acercaban a los socios. La conversación se centró en temas de trabajo, pero Sehun no podía evitar robar miradas furtivas hacia Junmyeon. Su presencia era magnética; cada movimiento, cada sonrisa, parecía iluminar el lugar. Había algo en él que lo hacía querer acercarse más, a pesar de que sabía que estaba cruzando líneas peligrosas.

 

Al despedirse, uno de los socios se volvió hacia Sehun.

 

—Buen trabajo, Hwang. —dijo, estrechándole la mano—. Es un placer tenerte en el equipo.

 

Sehun sonrió, pero sus pensamientos seguían divagando hacia Junmyeon. Una vez que los socios se alejaron, el ambiente se volvió más íntimo entre ellos dos.

 

—No pensé que te gustara tanto el trabajo en equipo —bromeó Junmyeon, su voz ligera, pero con un toque de sinceridad.

 

Sehun se encogió de hombros, intentando restarle importancia. 

 

—No está mal... —dijo, antes de añadir—. Aunque, la verdad, estoy aprendiendo mucho más de ti que de cualquier reunión.

 

Junmyeon se detuvo por un momento, sus ojos fijos en Sehun. 

 

—Eso es bueno de escuchar. —dijo, una sonrisa genuina cruzando su rostro—. La verdad, me alegra que estés aquí. Eres un buen apoyo.

 

Sehun sintió su corazón saltar. Las palabras de Junmyeon lo hicieron sentir apreciado, algo que no había experimentado en mucho tiempo. 

 

—Gracias, Junmyeon. Estoy tratando de hacer mi parte. —respondió, sintiendo un impulso de acercarse más a él.

 

La distancia entre ellos parecía desvanecerse, y por un instante, Sehun se perdió en la profundidad de los ojos de Junmyeon. Había algo en su mirada que lo hacía sentir expuesto, pero también atraído. 

 

—¿Quieres salir a cenar algún día?—preguntó de repente Junmyeon, como si no pudiera contenerse más– Solo nosotros dos...

 

Sehun sintió que su estómago se revolvía. La invitación era un golpe directo a su fachada de distanciamiento. 

 

—Claro, me encantaría —respondió, sintiendo cómo sus palabras flotaban en el aire, la tensión entre ellos crecía, una mezcla de emociones que desafiaban su misión.

 

Junmyeon sonrió ampliamente, su expresión iluminándose. 

 

—Perfecto. ¡Lo arreglaremos pronto! —dijo feliz 

 

Sehun sintió un escalofrío recorrerle la espalda

 

Mientras Sehun lo miraba alejarse, su mente daba vueltas. La misión estaba cada vez más complicada, pero había algo irresistible en Junmyeon que lo mantenía anclado. ¿Estaba dispuesto a arriesgarlo todo por este hombre que, en muchos sentidos, parecía ser su opuesto? 

 

Era un dilema del que no podía escapar. La atracción era real, pero la verdad aún lo perseguía, y el tiempo se estaba agotando, Mientras Junmyeon esperaba a su chofer en la entrada del restaurante, Sehun se acercó, con una expresión de determinación en su rostro.

 

—¿Vas a esperar mucho más? —preguntó Sehun, cruzando los brazos sobre el pecho.

 

Junmyeon lo miró, sorprendido por la oferta que iba a salir de su boca.

 

—No, la verdad, estoy listo para irme. 

 

—¿Te gustaría que te llevara? —Sehun ofreció, una chispa de confianza brillando en sus ojos. A pesar de que sabía que su verdadera intención era obtener información, había algo en la idea de estar a solas con Junmyeon que lo emocionaba.

 

Junmyeon dudó por un momento, luego sonrió.

 

—Eso sería genial, gracias.—dijo, asintiendo con la cabeza mientras Sehun lo guiaba hacia su coche.

 

Ambos se acomodaron en el vehículo y Sehun arrancó el motor, El trayecto transcurrió en un ambiente tenso pero cómodo. Sehun encendió la radio, pero el murmullo de musica de la playlist favorita de sehun solo sirvió para acentuar la carga de lo no dicho entre ellos. 

 

—Así que, ¿estás listo para lo de Busan? —preguntó Junmyeon, tratando de romper el hielo mientras miraba por la ventana. 

 

Sehun asintió, robándole una rápida mirada.

 

—Sí, he estado revisando los informes y creo que estamos a un paso de concretar algo grande. —su voz era firme, pero su mente divagaba entre su misión y la atracción que sentía hacia Junmyeon.

 

Junmyeon se volvió hacia él, su interés genuino brillando en sus ojos. 

 

—Es bueno saber que tienes todo bajo control. Me alegra que estés aquí, realmente estás haciendo una diferencia.

 

Sehun sintió una mezcla de orgullo y vulnerabilidad al escuchar esas palabras. La admiración en la mirada de Junmyeon lo hizo cuestionar sus motivos. ¿Era solo un secretario para él o había algo más?

 

—Gracias, realmente aprecio eso. —respondió, sin poder evitar una sonrisa—. Estoy aprendiendo mucho de ti también.

 

Junmyeon frunció el ceño un momento, como si estuviera sopesando sus palabras.

 

—A veces creo que todos llevamos una máscara, ¿sabes? En el trabajo, en la vida... incluso con las personas más cercanas. —dijo, su voz suave, casi introspectiva.

 

Sehun sintió que su corazón latía con más fuerza. ¿Acaso Junmyeon también se sentía atrapado en su propia fachada? 

 

—Sí, y a veces, desearía poder quitarme la mía. —respondió Sehun, sintiendo que la confianza entre ellos se profundizaba. 

 

Junmyeon lo miró de reojo, un destello de comprensión cruzó sus ojos.

 

—¿Y qué es lo que oculta Hwang Sehun? —preguntó, su tono juguetón pero con una seriedad subyacente.

 

Sehun se rió levemente, pero no pudo evitar que su expresión se tornara seria. 

 

—Es complicado. No sé si estoy listo para compartirlo contigo.

 

No lo iba a compartir jamás 

 

Junmyeon asintió, la expresión en su rostro indicaba que lo entendía perfectamente.

 

—Lo respeto. Todos tenemos nuestras batallas.

 

La conversación se volvió más íntima, la tensión en el aire palpable mientras ambos compartían sus pensamientos y sentimientos. Junmyeon disfrutaba cada momento, sintiendo que la relación con Sehun se estaba volviendo más profunda, más significativa.

 

—¿Y tú, Junmyeon-ssi? —preguntó Sehun, su curiosidad fluyendo—. ¿Qué es lo que ocultas detrás de esa fachada perfecta de CEO? 

 

Junmyeon se detuvo por un momento, su mirada perdida en la carretera. 

 

—Mucho más de lo que imaginas. Pero quizás un día... —respondió, dejando la frase en el aire. Su voz se volvió más suave, casi un susurro—. Quizás un día me atreva a compartirlo.

 

Sehun sintió un nudo en el estómago. La invitación implícita de Junmyeon lo llenó de una mezcla de esperanza y ansiedad. Ambos sabían que había algo más entre ellos, algo que no podían ignorar.

 

El camino hacia la mansión de Junmyeon se sintió corto, pero lleno de significado. Mientras el coche se acercaba a la entrada, Sehun supo que la atracción entre ellos solo se profundizaría con el tiempo. 

 

Mansion de junmyeon, 22:00 PM

 

Sehun aparcó frente a la majestuosa mansión de Junmyeon, sintiendo cómo su corazón latía más rápido con cada segundo que pasaba. Rodeo el auto para abrir la puerta de junmyeon con una sonrisa, y Junmyeon salió del auto, dándole las gracias con un gesto amistoso.

 

—Gracias por el viaje, Sehun. Realmente lo aprecio.

 

—No hay de qué. Me alegra haber podido llevarte. —respondió Sehun, sintiendo una extraña calidez en el aire.

 

Junmyeon se detuvo un momento, como si quisiera decir algo más. Sehun lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de curiosidad y anticipación. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación lo tomó por sorpresa. Junmyeon se acercó un poco más, el aire entre ellos cargado de una tensión eléctrica.

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon, acercándose tanto que Sehun podía sentir su aliento cálido en la piel—. A veces es bueno dejarse llevar.

 

Antes de que Sehun pudiera reaccionar, Junmyeon se inclinó hacia él, acariciando su cabello con suavidad. El gesto lo sorprendió y lo dejó atrapado en el momento. 

 

—Eres un buen hombre, Sehun. —murmuró Junmyeon en su oído, su voz suave y sincera.

 

Sehun sintió un escalofrío recorrer su columna. El contacto, aunque inesperado, fue electrizante. Su mente luchaba entre la razón y el deseo, y el roce de la mano de Junmyeon en su cabello encendió una chispa que no pudo ignorar.

 

—Junmyeon-ssi... —susurró, sin saber cómo continuar. La cercanía hizo que sus corazones latieran al unísono, creando una atmósfera que ninguno de los dos esperaba.

 

Junmyeon se apartó un poco, pero no lo suficiente como para romper el vínculo que se había formado entre ellos. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Sehun pudo ver una mezcla de vulnerabilidad y confianza en el rostro de Junmyeon.

 

—No quiero que esto se interponga entre nosotros.—dijo Junmyeon, su tono más serio ahora, como si entendiera la complejidad de su situación.

 

Sehun asintió, sintiendo la presión del secreto que llevaba en su pecho. 

 

—Tienes razón. Es solo... es complicado.

 

Junmyeon sonrió, una sonrisa que mezclaba ternura y comprensión.

 

—Lo sé. Pero a veces es bueno no complicarse tanto.

 

Ambos se quedaron en silencio por un momento, la tensión aún palpable. Finalmente, Junmyeon dio un paso atrás, recuperando su compostura.

 

—Bueno, debo entrar, mis hijos deben estar esperando.

 

—Sí, claro. —Sehun dijo, tratando de sonar normal, aunque su corazón seguía acelerado por lo que acababa de suceder.

 

Junmyeon le dio una última mirada, una mezcla de promesa y misterio, antes de girarse y caminar hacia la entrada de su mansión. Sehun se quedó ahí, observándolo, sabiendo que ese momento había cambiado algo entre ellos. 

 

La conexión que había empezado como una simple amistad ahora parecía algo más profundo, algo que no podía evitar explorar, a pesar de la misión que lo había llevado allí en primer lugar.

 

A la mierda su plan, Kim junmyeon sería suyo

 

Junmyeon entró en su mansión sintiéndose algo desorientado, el eco de las palabras de Sehun resonando en su mente. Victoria lo recibió con una sonrisa cordial, pero su mente estaba nublada por lo que había escuchado. Después de un breve intercambio de palabras, ella se despidió, dejándolo solo en la entrada, los niños ya se habían dormido, y una calma inusual envolvía la casa. Agradeció la tranquilidad, pero el pensamiento de lo que había escuchado durante la cena lo persiguió. No pudo evitar ir al baño para aclarar su mente, pero también para escuchar más de esa conversación que lo había inquietado.

 

Flashback

 

Junmyeon había salido momentáneamente de la reunión, diciendo que necesitaba un momento. Mientras se lavaba las manos fuera del baño, su oído captó un fragmento de la conversación de Sehun con su hermano, Kyungsoo por teléfono. Sin querer, se quedó escuchando, la curiosidad superando su prudencia.

 

—¿Estás seguro de eso? ¿O te estás dejando llevar por algo más? —preguntó Kyungsoo, su voz resonando claramente.

 

Junmyeon sintió un nudo en el estómago. Algo le decía que esa conversación era importante. Se acercó un poco más a la puerta, intentando no hacer ruido.

 

Sehun tragó saliva, su voz sonando más vulnerable de lo que Junmyeon había imaginado. 

 

—Estoy empezando a caer por él. —Sehun admitió, su tono lleno de sinceridad—No debería estar pasando, pero... Junmyeon no es el hombre que pensé que era.

 

El corazón de Junmyeon se detuvo por un momento. ¿De verdad Sehun estaba sintiendo eso por él?

 

—Esto es peligroso, Sehun. Tienes que recordar por qué estás ahí en primer lugar. No puedes perder el foco ahora. —advirtió Kyungsoo con un tono serio, llenando a Junmyeon de un frío helado.

 

Junmyeon sintió como si el aire se le escapara. Recordó las sospechas que había tenido sobre Sehun desde el principio, su distancia, su manera de investigar. Pero la idea de que alguien como Sehun estuviera "cayendo" por él le provocaba una mezcla de alegría y temor.

 

—Lo sé. Solo... necesito más tiempo.—respondió Sehun, su voz casi un susurro.

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Qué significaba eso? ¿Sehun estaba realmente dividiendo su atención entre su misión y sus sentimientos? La confusión lo envolvió.

 

—Ten cuidado, Sehun. Si te descubren, no habrá vuelta atrás. —dijo Kyungsoo, y Junmyeon pudo oír la preocupación en su tono.

 

Junmyeon quien se oculto detrás de un árbol, sintió su corazón latir rápido.

 

Fin del flashback

 

Junmyeon se quedó parado en el baño, los pensamientos enredados en su cabeza. Decidió que no podía ignorar lo que había escuchado. Había algo más profundo entre ellos, algo que iba más allá de un simple trabajo. La tensión que sentía cada vez que estaban juntos no era solo química; era una conexión, y ahora más que nunca, sentía que debía ser cauteloso.

 

Finalmente, salió del baño y se dirigió a su habitación, sintiendo el peso de las decisiones que se avecinaban. Sabía que su vida estaba a punto de cambiar, y no estaba seguro de si estaba listo para ello.

 

Iba a empezar a averiguar...

 

¿Quién era realmente Hwang sehun? 

 

Mansion de junmyeon, 6:30 AM

 

Junmyeon despertó esa mañana sintiéndose inquieto. Había pasado toda la noche dando vueltas en la cama, intentando procesar sus sentimientos por Sehun y la complejidad de su situación. A medida que pasaban los días, la atracción que sentía por su secretario se volvía más intensa, y la idea de que Sehun pudiera corresponder esos sentimientos le daba una felicidad que no había experimentado en mucho tiempo. 

 

Sin embargo, esa felicidad estaba empañada por el miedo de descubrir quién era realmente Sehun y por qué estaba en su vida.

 

Mientras se preparaba para el día, Junmyeon no podía sacudirse la sensación de que había algo oculto tras la fachada amable de Sehun. Su instinto le decía que debía ser cauteloso. Después de todo, había tantas cosas en juego: su trabajo, su familia y, sobre todo, su corazón.

 

Decisión tomada

 

Kim corporation, 8:00 AM

 

Mientras conducía hacia la oficina, Junmyeon comenzó a formular un plan. Si iba a abrirse a la posibilidad de algo más con Sehun, necesitaba conocerlo de verdad. Así que, al llegar, se sentó en su escritorio y llamó a su asistente. 

 

—Hey, wendy.—comenzó, intentando sonar casual—. ¿Podrías hacerme un favor?

 

—Claro, ¿qué necesitas? —preguntó ella, un poco curiosa.

 

—Quiero que investigues sobre Sehun. —dijo, sintiendo una mezcla de culpabilidad y determinación. — Busca su historial laboral, sus conexiones y familia

 

Wendy lo miró con una ceja levantada, consciente de la preocupación en la voz de su jefe. 

 

—¿Estás seguro de que eso es necesario?—preguntó, escaneando su expresión—. Él parece un buen tipo Señor kim, no dejes que tus inseguridades te afecten...

 

—Lo sé, pero es mejor ser precavido. Hay demasiadas cosas en juego. —respondió Junmyeon, tratando de sonar firme, aunque sabía que sus sentimientos por Sehun lo complicaban.

 

Wendy asintió, sabiendo que no podría convencerlo de cambiar de opinión. 

 

—Está bien, haré lo que me pides. —dijo, tomando notas—. Pero debes saber que a veces la curiosidad puede llevar a descubrimientos que tal vez no quieras enfrentar.

 

Junmyeon sonrió débilmente, agradecido por la lealtad de su asistente. 

 

—Gracias, wendy. Solo... mantén esto entre nosotros, por favor.

 

Una vez que wendy se fue a realizar la investigación, Junmyeon se sintió un poco más aliviado, aunque el nudo en su estómago no desapareció. Decidió que, mientras tanto, se concentraría en su trabajo y trataría de acercarse más a Sehun, sin dejar de ser cauteloso.

 

Algo le decía que tenía secretos

 

Más tarde, cuando Sehun llegó a la oficina, Junmyeon lo saludó con una sonrisa más amplia de lo habitual, tratando de ocultar su ansiedad. 

 

—Buenos días, Sehun. —dijo, intentando sonar natural—. ¿Listo para otro día productivo?

 

Sehun lo miró con esa chispa en sus ojos que hacía que el corazón de Junmyeon diera un vuelco.

 

—Siempre, kim. ¿Qué tenemos en agenda hoy?

 

Junmyeon sintió cómo la tensión se aliviaba un poco mientras hablaban. A medida que se adentraban en su trabajo, no pudo evitar pensar en cómo las cosas estaban cambiando entre ellos, incluso mientras mantenía un ojo en su investigación sobre el hombre que lo estaba comenzando a cautivar.

 

El ambiente en la oficina estaba cargado de una tensión palpable. Junmyeon y Sehun intercambiaron miradas breves, ambos conscientes de lo que había sucedido la noche anterior, pero ninguno dispuesto a mencionarlo. Mientras revisaban los informes y documentos, Junmyeon se sintió impulsado a acercarse más a Sehun. La falta de contacto físico y la ausencia de intimidad en sus interacciones lo hacían sentir ansioso.

 

Finalmente, Junmyeon tomó una decisión. Se levantó de su escritorio y se acercó a Sehun, que estaba concentrado en su computadora.

 

—¿Te gustaría tomar un café? —preguntó, con una sonrisa que trataba de ocultar su nerviosismo.

 

Sehun levantó la vista, sorprendido por la invitación, pero la calidez en la mirada de Junmyeon lo hizo sonreír.

 

—Claro, suena bien.

 

Mientras Junmyeon se dirigía a la máquina de café, no podía evitar pensar en cómo había comenzado a sentirse cada vez más atraído hacia Sehun. La idea de que su secretario, con su mirada intensa y su sonrisa cautivadora, pudiera ser una parte importante de su vida lo emocionaba y asustaba al mismo tiempo.

 

Junmyeon preparó dos tazas de café y regresó a la oficina de Sehun, entregándole una. En ese instante, decidió romper la barrera de la formalidad y se sentó en el escritorio de Sehun, frente a él. 

 

Sehun lo miró, sin poder evitar sentirse un poco abrumado. Tenía a Junmyeon tan cerca que podía notar el suave aroma de su colonia y la forma en que su cabello caía ligeramente sobre su frente, sus ojos oscuros mirandolo de frente. Era un momento que se sentía casi íntimo.

 

—¿Te gusta el café negro? —preguntó Junmyeon, intentando mantener la conversación ligera, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho.

 

Que pregunta más tonta...  –Pensó junmyeon 

 

—Sí, es uno de mis favoritos. —respondió Sehun, sintiendo que su voz se tornaba más suave de lo habitual.

 

Junmyeon sonrió, notando cómo los ojos de Sehun se detenían en él, y una chispa de satisfacción recorrió su cuerpo. Era un momento frágil, lleno de tensión, en el que las palabras parecían innecesarias. Junmyeon se dio cuenta de que estaba disfrutando de la compañía de Sehun, pero también de la conexión que se estaba formando entre ellos. La forma en que Sehun lo miraba, casi como si intentara descifrar un rompecabezas, lo hacía sentir especial. Junmyeon se inclinó ligeramente hacia adelante, como si buscara un espacio más cercano, y de repente, la atmósfera se volvió electrizante. 

 

—Sabes,—comenzó Junmyeon, su voz un susurro—he estado pensando en lo que te dije el otro día sobre la reunión de Busan... Me gustaría que nos involucráramos más juntos en el proyecto.

 

Sehun lo miró a los ojos, sintiendo que la conversación había tomado un giro inesperado. Había algo más que el trabajo entre ellos, algo que ambos estaban empezando a reconocer.

 

—Estoy totalmente de acuerdo. —dijo Sehun, manteniendo el contacto visual. —Es un gran proyecto y creo que podríamos hacer un buen equipo.

 

Junmyeon asintió, su corazón latiendo más rápido. La cercanía entre ellos se sentía casi tangible. 

 

—Sí, un gran equipo.—repitió Junmyeon, sintiendo que sus palabras llevaban un significado más profundo.

 

Ninguno de los dos hablaban del proyecto

 

El silencio se extendió, y en ese instante, ambos parecieron olvidar el mundo exterior. Junmyeon se dio cuenta de que deseaba cruzar esa línea, de que quería que Sehun fuera más que solo su secretario. Pero la duda y el miedo a lo que podría significar esa conexión lo mantenían cauteloso.

 

Sehun, por su parte, estaba decidido. Había dejado de pensar en los planes y se enfocaba en el presente, en la posibilidad de hacer suyo a Junmyeon, cueste lo que cueste.

 

El café en sus manos se había enfriado, pero la tensión entre ellos estaba más caliente que nunca.

 

Sehun, sintiendo la necesidad de romper la tensión que había crecido entre ellos, se acercó un poco más a Junmyeon, sus manos posándose con cuidado en la cintura del CEO. La conexión fue eléctrica, y Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sus corazones latían al unísono, cada uno más consciente del otro que nunca.

 

Junmyeon se emocionó, como un adolescente enamorado de su primer amor. 

 

—Junmyeon-ssi —comenzó Sehun, su voz baja y profunda—, sobre lo que pasó anoche... Quiero hablar de eso.

 

Junmyeon tragó saliva, sintiendo que su respiración se aceleraba. No sabía si estaba listo para hablar de lo que había sucedido entre ellos, pero sabía que era un paso necesario. 

 

—Sí, yo también lo he estado pensando —respondió Junmyeon, su tono nervioso, pero con un toque de sinceridad. 

 

Sehun se inclinó un poco más, buscando la mirada de Junmyeon. En sus ojos había una mezcla de deseo y vulnerabilidad. 

 

—Lo que pasó fue... inesperado, —continuó Sehun—. No estaba preparado para sentir lo que sentí. Pero no puedo ignorarlo.

 

Junmyeon se sonrojó ligeramente. Las palabras de Sehun resonaban en su mente, y aunque había miedo, había también una chispa de emoción. 

 

—Para mí también fue inesperado, —dijo Junmyeon, sintiéndose cada vez más expuesto. —He estado tan concentrado en protegerme que no me di cuenta de que podía empezar a abrirme a alguien.

 

Sehun sonrió, sus manos permaneciendo en la cintura de Junmyeon, disfrutando de la cercanía. 

 

—Anoche, cuando me miraste, supe que había algo más. —Sehun dijo con suavidad—. No solo eres mi jefe, Junmyeon-ssi , eres... especial. Y me asusta un poco, porque no sé a dónde nos puede llevar esto.

 

Estaba siendo sincero, Sehun estaba enamorándose de el 

 

Junmyeon sintió que su corazón se llenaba de esperanza, pero también de miedo. La conexión que estaban formando era intensa, y él no quería que eso se desvaneciera. 

 

—Sehun, sé que esto es complicado, —respondió Junmyeon, mirándolo a los ojos. —Pero también sé que merezco ser feliz y que tú también. Tal vez deberíamos permitirnos explorar esto, sin presiones.

 

Sehun asintió, sintiendo un alivio en su pecho. 

 

—¿Así que estás dispuesto a intentarlo? —preguntó Sehun, buscando la aprobación de Junmyeon. 

 

—Sí, creo que sí.—Junmyeon sonrió, sintiéndose más seguro. —Quiero conocerte mejor, pero también quiero que estemos atentos a lo que pueda surgir.

 

—Perfecto. —Sehun le devolvió la sonrisa, sintiendo que habían dado un paso significativo. —Prometo que haré todo lo posible para no complicar las cosas.

 

Aunque todo era un caos, el seguía mintiendo 

 

Ambos estaban conscientes de que su camino podría estar lleno de obstáculos, pero había un entendimiento mutuo que les daba fuerzas. 

 

A medida que Sehun retiró sus manos de la cintura de Junmyeon, ambos sintieron que el aire a su alrededor estaba impregnado de nuevas posibilidades. Era un momento de transición, uno que les ofrecía la oportunidad de ser más que solo un jefe y su secretario. 

 

—Entonces, ¿qué te parece si seguimos con este café y nos damos la oportunidad de conocernos más?—propuso Junmyeon, sintiendo una renovada energía entre ellos.

 

—Me encantaría—respondió Sehun, agradecido de que ambos estuvieran dispuestos a dejar que su conexión floreciera. 

 

Mientras regresaban a la conversación ligera y amistosa, sabían que las puertas a lo desconocido estaban comenzando a abrirse.

Kim corporation, 18:00 PM

 

La tarde estaba cayendo sobre Seúl, y el sol comenzaba a ocultarse detrás de los rascacielos. Sehun y Junmyeon se miraron a los ojos, sabiendo que la conexión entre ellos iba más allá de una simple atracción. Se despidieron con una sonrisa cómplice, cada uno sintiendo el latido de su corazón un poco más acelerado por lo que estaba por venir. Sehun se dirigió hacia su auto, ansioso por el futuro que parecía prometedor.

 

Justo cuando se sentó en el asiento del conductor, su teléfono sonó. Al ver el nombre en la pantalla, sintió que el estómago se le encogía. 

 

Era su padre, Oh Seunghyun. 

 

No habían hablado en meses, y la última vez fue una discusión acalorada sobre su futuro. Sehun tomó una respiración profunda y contestó la llamada.

 

—Hola, papá.– suspiro después de decir esas palabras

 

—Sehun. ¿Cómo has estado? Hace tiempo que no sé de ti. 

 

—He estado ocupado con mis estudios. Ya sabes, eso de prepararme para el futuro.–tratando de sonar despreocupado

 

—¿Estudios? ¿Desde cuándo necesitas tanto tiempo para tus "estudios"? Siempre te he dicho que no es necesario perder el tiempo, que te enfoques en lo que realmente importa: el negocio familiar.

 

Sehun sabía bien que el día en que ponga un pie en el negocio familiar como tal, iba a ser limitado

 

No le creyo

 

—Lo sé, papá. Pero quiero hacer las cosas bien. Estoy aprendiendo, y pronto estaré listo para asumir mi parte en la empresa–mintiendi

 

—¿Y qué hay de tu hermano? Siempre parece estar un paso adelante. ¿No te gustaría seguir su ejemplo?

 

Sehun apretó los dientes, sintiéndose impotente. Su padre siempre había comparado su éxito con el de Kyungsoo, el hijo perfecto. Pero esa no era la razón por la que había cortado la comunicación. La verdad era que Sehun ya no quería seguir las expectativas de su padre.

 

—Papá, no tengo la intención de competir con Kyungsoo-HYUNG, Solo quiero encontrar mi propio camino–frustrado

 

—Espero que no estés olvidando lo que significa ser parte de esta familia. Recuerda, la reputación y el honor son lo primero. No quiero que mis contactos escuchen rumores sobre ti. Asegúrate de que todo esté en orden–con tono amenazante

 

Sehun sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Su padre estaba empezando a sospechar algo más. Se conocía bien su forma de pensar, y las palabras "rumores" lo llenaron de ansiedad. Sabía que no podía revelar nada sobre Junmyeon, pero también sabía que no podría seguir viviendo en las sombras de las expectativas de su padre 

 

—Lo prometo, papá. No te preocupes, todo está bajo control–hablo con presión 

 

—Mejor sea así. Cuídate, Sehun. Espero saber de ti pronto.

 

La llamada terminó y Sehun se quedó mirando la pantalla del teléfono, sintiendo el peso de las expectativas familiares sobre sus hombros. ¿Cuánto tiempo podría seguir con la mentira? La relación con Junmyeon empezaba a significar algo especial, pero ¿qué pasaría si su padre descubría la verdad? 

 

Con una mezcla de emociones, Sehun encendió el motor y condujo hacia casa, decidido a mantener a salvo lo que había comenzado con Junmyeon, aunque eso significara arriesgarse a la traición familiar.

 

¿Cuándo le diría la verdad? Lo más probable que pronto y espera no arruinarlo

 

Mansion de Junmyeon, 18:45 PM

 

La casa estaba en silencio, el eco de los recuerdos resonando en cada rincón. Junmyeon se sentó en el sofá, sintiendo la soledad del momento, pero también una chispa de emoción en su corazón. Sus hijos estaban con Victoria, y la tranquilidad del hogar le dio espacio para reflexionar sobre lo que había ocurrido recientemente. Sehun ocupaba sus pensamientos. Cada sonrisa, cada mirada cómplice que compartieron en la oficina lo llenaban de alegría. Era una sensación nueva, diferente a todo lo que había experimentado en años. Después de haber sido herido, y de haber vivido en una prisión emocional, ahora se sentía vivo.

 

Tomó su teléfono y comenzó a escribir un mensaje a Sehun, sus dedos danzando sobre la pantalla con una mezcla de nerviosismo y anticipación.

 

 

—Hola, Sehun. Solo quería decirte que me alegró mucho el día de hoy. Nunca pensé que podría volver a sentir algo así...

 

Junmyeon miró la pantalla, sintiendo el pulso acelerado en su pecho. Se sentía vulnerable al abrirse de esa manera, pero la honestidad era algo que quería construir con Sehun. 

 

¿Cómo respondería?

Esa era la pregunta que lo mantenía en vilo.

 

Mientras esperaba la respuesta, recordó cada momento compartido con él: las risas en la cafetería, las miradas furtivas en la oficina, y el roce inesperado de su mano en la cena y lo de hoy..

 

Sus manos en su cintura... 

 

Era una conexión que parecía trascender lo físico, una amistad que estaba floreciendo en algo más profundo.

 

Finalmente, presionó "enviar" 

 

y dejó el teléfono a un lado, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza. Por primera vez en mucho tiempo, deseaba que alguien lo amara de nuevo, y ese alguien era Hwang Sehun. La posibilidad de construir algo juntos lo emocionaba, pero también lo llenaba de ansiedad. ¿Sería capaz de abrir su corazón después de haber estado cerrado tanto tiempo?

 

Mientras la noche avanzaba, Junmyeon se sintió abrumado por el deseo sobre Sehun, preguntándose si él sentía lo mismo realmente. 

 

En ese instante, comprendió que lo que había empezado como una simple atracción podría convertirse en un amor que nunca imaginó volver a experimentar.

 

Pero el sentimiento de saber quién era realmente también lo abrumaba.

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando su teléfono vibró sobre la mesa. Con el corazón latiendo con fuerza, tomó el dispositivo y abrió el mensaje de Sehun.

 

— Hola junmyeon-ssi, Yo también estoy emocionado por el paso que dimos hoy, La verdad es que estoy deseando que tengamos nuestra primera cita. Creo que podríamos pasar un buen rato juntos, lejos del trabajo. ¿Te gustaría salir este fin de semana?

 

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Junmyeon mientras leía las palabras de Sehun. 

 

Era exactamente lo que necesitaba

 

La confirmación de que había algo real entre ellos, algo que valía la pena explorar. No pudo evitar imaginar cómo sería esa cita. Tal vez una cena tranquila, una caminata bajo las estrellas... La idea de pasar tiempo con Sehun lo llenaba de calidez.

 

 

—¡Me encantaría! Podríamos ir a ese restaurante italiano que siempre he querido probar. ¿Te parece bien?

 

Junmyeon envió el mensaje con una sonrisa, sintiendo cómo la tensión y la ansiedad que había acumulado en su pecho comenzaban a desvanecerse. La conexión con Sehun parecía estar evolucionando de una manera hermosa y emocionante.

 

Mientras esperaba la respuesta, se permitió soñar un poco. 

 

¿Y si esta vez las cosas salían bien?

 

Después de todo, merecía ser feliz, Se sentía vivo de nuevo y dispuesto a arriesgarse por lo que podía ser una relación significativa.

 

Unos minutos después, el teléfono vibró de nuevo.

 

—¡Perfecto! Me encanta la idea. Este fin de semana será especial. No puedo esperar para verte de nuevo... 

 

Junmyeon sintió un torrente de emoción al leer sus palabras. No solo se sentía aliviado, sino también emocionado por lo que estaba por venir. 

 

Finalmente había dejado atrás el dolor y la confusión. Había espacio para la felicidad, y Sehun parecía ser el indicado para compartirla.

 

—Yo tampoco puedo esperar. Hasta entonces, cuídate, Estoy deseando verte también... 

 

Mientras Junmyeon guardaba el teléfono, se sintió ligero, como si una nueva etapa estuviera comenzando. Era un paso hacia lo desconocido, pero estaba listo para el desafío. Con una sonrisa en el rostro, se dirigió a su habitación, sintiendo que la noche estaba llena de posibilidades.

 

Estaba enamoradose, Junmyeon estaba enamorado 

 

Sabado, Mansion de junmyeon, 20:00 PM

 

Unos dias después, luego de una semana ardua de trabajo, no hablaron más del tema pero empezaban a ser mas cercanos, hablando sobre sus hobbies, conociendo sus gustos y anecdotas de sus vidas universitarias, sehun ahora sabia que a junmyeon le gustaba los tulipanez y junmyeon conocia la rutina diaria de sehun en el gimnasio. 

 

El sol se había puesto, y las luces de Seúl comenzaron a brillar como estrellas en el horizonte. Sehun condujo hacia la mansión de Junmyeon con una mezcla de nerviosismo y emoción. 

 

Era su primera cita oficial, y quería que todo saliera perfecto. 

 

Al llegar sehun, se detuvo frente a la elegante entrada y tomó un profundo respiro. Sacó un ramo de tulipanes de su asiento trasero, las flores en tonos vibrantes eran la elección perfecta. Recordaba haber escuchado de el que Junmyeon adoraba esas flores, y pensó que sería un detalle que le alegraría el día.

 

Con el corazón latiendo con fuerza, Sehun tocó el timbre. Unos segundos después, la puerta se abrió y Junmyeon apareció, luciendo impresionante en una camisa blanca ajustada y unos pantalones oscuros, su pelo cayendo en sus hombros y con un brillo en sus ojos, Su rostro iluminado por una sonrisa genuina hizo que Sehun sintiera que había tomado la decisión correcta al invitarlo a salir.

 

Mierda... Se ve increíble–pensó sehun

 

—Hola, Junmyeon-ssi... —saludó Sehun, extendiendo el ramo hacia él—. Para ti.

 

Junmyeon miró sorprendido el ramo de tulipanes y su rostro se iluminó aún más. 

 

—Hola, Sehun, son hermosos. ¡Me encantan! —exclamó, tomando las flores con ambas manos, respirando su aroma fresco—. No tenías que hacerlo, pero me alegra que lo hicieras.

 

Junmyeon estaba emocionado, sus manos temblaron

 

Dios junmyeon ya eres grande–Pensó junmyeon

 

—Solo quise hacer algo especial para nuestra primera cita —respondió Sehun, sintiéndose aliviado por la reacción de Junmyeon.

 

Junmyeon sonrió mientras buscaba un jarrón para colocar las flores, y luego se dio la vuelta para enfrentar a Sehun, sus ojos brillaban de emoción.

 

—Estoy listo ¿vamos entonces al restaurant?—preguntó Junmyeon con una chispa de curiosidad.

 

—Si... Así como lo pediste, tus deseos son ordenes—Sehun respondió, sintiéndose cada vez más confiado.

 

—Acepto... Entonces, vamos —dijo Junmyeon mientras ambos se dirigían hacia el coche. La atmósfera entre ellos estaba cargada de expectativa, como si el mundo exterior hubiera desaparecido.

 

Mientras Sehun conducía, ambos comenzaron a charlar de manera más relajada, hablando de anécdotas divertidas de la oficina y compartiendo risas. 

 

—¿Sabías que una vez traté de hacer una presentación en PowerPoint para convencer a los socios de una nueva idea, y terminé poniendo la imagen de mi hermano y yo jugando tenis en la primera diapositiva? —Junmyeon se rió al recordar—. Fue tan embarazoso, todos se rieron.

 

Sehun rió junto a él, imaginando la escena. La confianza entre ellos creció a medida que compartían más sobre sí mismos.

 

—Creo que eso es lo que más me gusta de ti, Junmyeon —dijo Sehun, mirando hacia él, dejando el tono formal—. Siempre puedes reírte de ti mismo.

 

Junmyeon lo miró, sus ojos se encontraron en un momento que pareció detener el tiempo.

 

—A veces, hay que tomarse la vida con un poco de humor. ¿Y tú? ¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando? —preguntó Junmyeon, con genuino interés.

 

—Me gusta pasear, tengo un perro llamado vivi, con quien suelo pasear en las tardes, aunque últimamente he estado tan ocupado que no he tenido mucho tiempo. Pero me gustaría hacerlo más —respondió Sehun.

 

La conversación continuó fluyendo, cada vez más cómoda y natural, hasta que finalmente, llegaron al restaurante, un lugar acogedor con luces suaves y un ambiente íntimo.

 

Dolce Italia restaurant, 20:44 PM

 

Una vez dentro, Sehun miró a su alrededor, satisfecho con la elección. Guió a Junmyeon a una mesa junto a la ventana, donde podían ver la ciudad iluminada. Después de hacer sus pedidos, ambos comenzaron a hablar de sus vidas, descubriendo más sobre el otro.

 

A medida que avanzaba la cena, Sehun sintió que la tensión entre ellos se volvía palpable. La forma en que Junmyeon se reía, la manera en que sus manos a veces se rozaban, todo parecía indicar que había una atracción más allá de la amistad.

 

Finalmente, después de terminar el plato principal, Junmyeon se inclinó un poco hacia Sehun, su mirada seria.

 

—¿Sabes? —comenzó—. A veces siento que he estado perdido en mi vida desde que todo pasó, pero contigo... todo parece más fácil.

 

Sehun sintió su corazón acelerar. Era un momento sincero, uno que podía cambiar todo.

 

—Yo también lo siento, Junmyeon —admitió Sehun, sintiendo el impulso de acercarse un poco más—. Me alegra estar aquí contigo.

 

Junmyeon lo miró, y en ese instante, Sehun supo que había algo especial entre ellos. Sin pensarlo demasiado, Sehun tomó la mano de Junmyeon sobre la mesa, el contacto provocando un pequeño escalofrío.

 

—No sé hacia dónde nos llevará esto, pero estoy dispuesto a descubrirlo contigo —dijo Sehun con sinceridad.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo un calor en su pecho.

 

—Yo también, Estoy dispuesto a intentarlo.

 

Después de una cena deliciosa, Junmyeon y Sehun salieron a la terraza del restaurante. La noche estaba fresca, y las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, creando un ambiente mágico. Junmyeon se apoyó en la barandilla, observando el panorama, su mente aún procesando la conexión que había sentido durante la cena.

 

Sehun, que estaba un paso detrás de él, no pudo resistirse a la tentación. Se acercó con cuidado y lo abrazó por detrás, sus brazos rodeando la cintura de Junmyeon. El contacto era suave y cálido, y Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda.

 

—Es hermoso, ¿verdad? —murmuró Sehun, apoyando su mentón sobre el hombro de Junmyeon mientras ambos miraban el paisaje.

 

Junmyeon sonrió, disfrutando del momento. 

 

—Sí, es realmente hermoso, pero no tanto como estar aquí contigo.

 

Sehun sintió su corazón latir con fuerza ante esas palabras. Junmyeon no se dio cuenta de cuánto impacto tenían sus palabras en él. La tensión entre ellos era palpable, una mezcla de emociones que solo aumentaba con cada segundo que pasaban juntos. 

 

Con un ligero giro de su cabeza, Junmyeon buscó la mirada de Sehun. 

 

—A veces me pregunto si esto es real, como si estuviéramos en una especie de sueño.

 

Sehun aprovechó la oportunidad, inclinándose un poco más cerca y susurrando al oído de Junmyeon, su voz suave y seductora

 

—Si esto es un sueño, no quiero despertar, quiero quedarme aquí, contigo, por siempre.

 

El aliento de Sehun provocó un escalofrío en Junmyeon. Se sintió vulnerable, pero al mismo tiempo emocionado. Nunca había sentido una conexión tan intensa con alguien. Era como si todas las barreras que había construido alrededor de su corazón se estuvieran desmoronando poco a poco.

 

—Sehun... —comenzó a decir, pero la cercanía de él lo distrajo. Junmyeon se sintió atrapado en la profundidad de los ojos de Sehun, llenos de deseo y sinceridad.

 

—Dime —respondió Sehun, su voz casi un susurro, como si temiera romper el hechizo que los envolvía.

 

Junmyeon tomó una respiración profunda, sabiendo que estaba a punto de abrirse de una manera que nunca antes había hecho.

 

—Solo quiero que sepas que... estoy empezando a sentir algo por ti. Algo real. Y no sé si debería... —se detuvo, sintiendo la presión de la verdad.

 

Sehun giró a Junmyeon para que se enfrentaran. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, el mundo exterior desapareció. Todo lo que importaba era el momento, ellos dos y la conexión que estaban creando.

 

—No tengas miedo —dijo Sehun, acariciando suavemente la mejilla de Junmyeon con su pulgar—. Quiero lo mismo. Pero, sé que también hay riesgos. 

 

Junmyeon asintió, reconociendo la verdad de las palabras de Sehun. Pero no quería pensar en eso ahora. En este momento, solo quería disfrutar de la compañía de Sehun, de la forma en que su corazón latía más rápido por él.

 

—Vamos a dejar que las cosas fluyan —sugirió Junmyeon, sintiendo una oleada de coraje—. Por ahora, solo disfrutemos de esto.

 

Sehun sonrió, su mirada llenándose de ternura. 

 

—Estoy de acuerdo. Pero no puedo prometer que no te robaré un beso en algún momento.

 

Junmyeon se sonrojó, sintiendo un hormigueo en su estómago ante la insinuación de Sehun. 

 

—Bueno, si eso es lo que quieres, creo que podría permitirlo.

 

Ambos rieron suavemente, y la tensión en el aire se transformó en una energía palpable de expectativa. Con un movimiento audaz, Sehun se inclinó un poco más, su rostro acercándose al de Junmyeon.

 

—Entonces, ¿estás listo? —preguntó Sehun, su voz baja y suave, como si temiera romper la atmósfera.

 

Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba, y con un pequeño asentimiento, respondió:

 

—Sí, estoy listo.

 

Con eso, Sehun finalmente cerró la distancia entre ellos, sus labios encontrándose en un beso dulce y cauteloso, lleno de la promesa de lo que estaba por venir.

 

El beso entre Junmyeon y Sehun fue suave, un momento suspendido en el tiempo que pareció encapsular todo lo que habían estado sintiendo en los últimos días. Junmyeon sintió cómo su corazón se llenaba de una mezcla de emoción y alivio; por fin, había permitido que alguien se acercara a él de esa manera.

 

Al separarse, con sus frentes aún tocándose,las enormes manos de sehun en la cintura del mayor , junmyeon sintió que unas lágrimas de felicidad se deslizaban por sus mejillas. No eran lágrimas de tristeza, sino de liberación, de una conexión que había estado esperando durante tanto tiempo. 

 

—Junmyeon —susurró Sehun, su voz baja y suave, casi como un murmullo— Tengo tanto que decirte, tanto que compartir, Pero dame tiempo para abrirme contigo. Hay cosas que aún no he podido compartir.

 

Le diría pronto la verdad, no podía romper su corazón en pedazos... 

 

Junmyeon asintió, sintiendo que su corazón se ablandaba aún más ante la vulnerabilidad de Sehun. Sabía que ambos tenían historias complejas, y cada uno llevaba sus propias cargas. Pero en ese momento, estaba dispuesto a esperar lo que fuera necesario.

 

—Lo entiendo —respondió Junmyeon, limpiándose las lágrimas con la mano—. Estoy aquí para ti, Sehun. No tienes que apresurarte.

 

Sehun sonrió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros al escuchar las palabras de Junmyeon.

 

—Solo necesito que sepas que estoy comprometido contigo. No importa lo que haya pasado en el pasado; quiero construir algo contigo. Algo real.

 

Algo real.. Dejaría muy pronto de ser Hwang sehun

 

Junmyeon sintió un calor inundar su pecho. 

 

—Y yo quiero lo mismo. He estado tan solo, tan atrapado en el miedo y la tristeza. Nunca pensé que podría sentirme así de nuevo. 

 

Sehun tomó las manos de Junmyeon entre las suyas, un gesto sencillo pero lleno de significado. 

 

—Prometo que seré paciente. Te lo debo a ti y a mí mismo.

 

Junmyeon se sintió conmovido por la sinceridad en los ojos de Sehun. La tensión que había estado presente antes ahora se transformaba en un entendimiento mutuo. No había más máscaras, solo ellos y sus emociones, que poco a poco comenzaban a liberarse.

 

—Entonces, ¿qué haremos ahora? —preguntó Junmyeon, una sonrisa tímida asomándose en sus labios.

 

Sehun se inclinó un poco más, su aliento acariciando la piel del cuello de Junmyeon.

 

—Ahora, quiero que disfrutemos de esta noche. ¿Te gustaría que nos quedáramos aquí un poco más? 

 

Junmyeon miró hacia el horizonte, donde las luces de la ciudad brillaban como estrellas. Se sintió ligero, como si la carga que llevaba en su corazón se estuviera desvaneciendo. 

 

—Sí, me encantaría.

 

Ambos se quedaron en la terraza, abrazados, mientras el suave murmullo de la ciudad los rodeaba. La conexión que compartían se fortalecía con cada segundo, cada susurro y cada risa que intercambiaban. Junmyeon sabía que, aunque el camino hacia la verdad sería complicado, valdría la pena por lo que tenían.

 

Y en ese momento, bajo el cielo estrellado, ambos sintieron que habían dado un paso importante hacia un futuro lleno de posibilidades.

Chapter 5: Capitulo 4 | Amor en secreto

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El reloj marcaba las 22:00 PM 

 

El ambiente en la terraza era perfecto. La ciudad de Seúl brillaba a lo lejos, pero todo parecía estar en calma alrededor de Junmyeon y Sehun. Ambos se habían acomodado en una esquina acogedora de la terraza, con una pequeña mesa frente a ellos donde reposaba una botella de vino tinto a medio terminar. Junmyeon se recostó ligeramente contra Sehun, permitiendo que los brazos de él lo envolvieran con suavidad. La calidez del abrazo y los besos suaves que Sehun dejaba en su cuello, cada uno más prolongado que el anterior, lo hacían sentir completamente protegido. Era un tipo de conexión que no había experimentado en mucho tiempo.

 

 

—Me encanta este momento —murmuró Junmyeon, cerrando los ojos mientras la mano de Sehun le acariciaba lentamente la cintura.

 

—A mí también —susurró Sehun cerca de su oído, su voz baja y profunda. Luego, tomó la copa de vino y se la ofreció a Junmyeon—. Bebamos un poco más.

 

Junmyeon aceptó la copa, tomando un sorbo del vino. Sehun lo observaba con una mezcla de deseo y admiración, apreciando cada detalle de su rostro iluminado tenuemente por las luces suaves de la terraza.

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon, inclinando su cabeza hacia atrás para mirarlo—. No me he sentido así de relajado en... mucho tiempo, Me haces bien sehun.

 

Sehun sonrió, inclinándose para rozar sus labios con los de Junmyeon en un beso suave.

 

—Me alegra escucharlo —dijo contra sus labios, antes de deslizar sus manos más firmemente sobre la cintura de Junmyeon—. Porque no quiero que te sientas solo nunca más.

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras los dedos de Sehun dibujaban círculos suaves en su piel, por debajo de su camisa. A cada beso en su cuello, a cada roce de sus labios, el ambiente entre ellos se volvía más íntimo, más cargado de una tensión que ambos sabían hacia dónde los llevaría.

 

 

El vino, las caricias, la cercanía... todo los envolvía en una burbuja que los aislaba del mundo exterior.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, su voz entrecortada mientras Sehun lo apretaba un poco más fuerte.

 

—Shh —le respondió Sehun, acercándose de nuevo a su oído—. Esta noche es solo nuestra.

 

Junmyeon sintió cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho mientras Sehun lo abrazaba con más intensidad. La calidez del momento lo envolvía, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió verdaderamente vivo. Los recuerdos de las noches solitarias y la tristeza se desvanecieron, reemplazados por la conexión que había comenzado a construir con Sehun.

 

Sehun se inclinó hacia adelante y acarició el rostro de Junmyeon con suavidad, sus dedos recorriendo su mejilla y llegando hasta su barbilla. Con un gesto tierno, levantó su rostro, mirándolo a los ojos. Había algo en su mirada que prometía sinceridad y vulnerabilidad.

 

—Quiero que sepas algo —dijo Sehun, su voz grave llena de intención—. Estoy aquí porque realmente me importas, no solo por lo que me has contado de tu vida, sino por la persona que eres. Eres especial, Junmyeon, y quiero seguir conociéndote.

 

 

Como sehun podría mentir...

 

 

junmyeon de ahora en más seria su vida. 

 

Junmyeon sintió que su estómago se revolvía de emoción al escuchar esas palabras. Sehun estaba abriendo una puerta que había permanecido cerrada por mucho tiempo en su corazón.

 

—Gracias —respondió Junmyeon, sintiendo las lágrimas asomarse a sus ojos, pero rápidamente las contuvo. No quería que ese momento se convirtiera en uno de tristeza, sino en una celebración de lo que estaban construyendo juntos

 

—. También me importas, Sehun. No sé dónde nos llevará esto, pero quiero explorar lo que hay entre nosotros.

 

Con esas palabras, Junmyeon se inclinó hacia Sehun, uniendo sus labios en un beso más profundo, uno que prometía más que simple deseo; prometía conexión, un deseo genuino de ser parte del mundo del otro.

 

Sehun respondió al beso con la misma intensidad, dejando que sus manos se deslicen por la espalda de Junmyeon mientras lo acercaba más a él. Fue un momento cargado de pasión y ternura, cada uno saboreando la dulzura de esa conexión. La terraza se volvió un refugio donde las preocupaciones del mundo exterior parecían desvanecerse.

 

La noche había sido mágica, y ambos sabían que estaban dando sus primeros pasos hacia algo especial. 

 

 

En el camino a la mansion, 23:00 PM

 

Sehun condujo con una sonrisa en el rostro, sintiendo que el peso del mundo se desvanecía a su alrededor. La conversación, los abrazos, y el beso compartido seguían resonando en su mente, como un eco de felicidad.

 

—No puedo creer lo bien que ha ido todo —dijo Sehun, rompiendo el silencio mientras conducía—. Pensé que estaba nervioso, pero en realidad fue increíble.

 

Junmyeon sonrió, mirando por la ventana hacia las luces de la ciudad que pasaban rápidamente. 

 

—Sí, fue perfecto. Nunca había tenido una cita así. Me olvidé de todas mis preocupaciones.

 

Sehun le lanzó una mirada rápida, notando cómo la emoción brillaba en los ojos de Junmyeon.

 

—Quiero que esto siga así. Hay tanto que quiero compartir contigo.

 

—Yo también —respondió Junmyeon, sintiéndose cálido por dentro. —Quiero que hagamos más cosas juntos, explorar todo lo que nos perdimos.

 

Mientras se acercaban a la mansión, la tensión y la emoción llenaban el aire entre ellos. Aunque la noche estaba llegando a su fin, ambos sabían que era solo el comienzo de su viaje juntos. 

 

Al llegar a la entrada de la mansión, Junmyeon se giró hacia Sehun, su corazón latiendo con fuerza. 

 

—Gracias por esta noche. Realmente significó mucho para mí.

 

Sehun sonrió, sintiendo un impulso de acercarse más.

 

—No tienes que agradecerme. Yo debería ser quien te lo agradezca, me hiciste sentir especial.

 

Junmyeon bajó la mirada por un momento, sonrojándose un poco. Sabía que Sehun estaba siendo sincero, y eso lo hacía sentir vulnerable, pero a la vez emocionado.

 

—Te veo el lunes en la oficina, ¿verdad? —preguntó Junmyeon, tratando de mantener un tono casual, aunque la ansiedad burbujeaba en su interior.

 

—Claro, no puedo esperar para verte —respondió Sehun, su mirada intensa.

 

—Adiós sehun, cuidate...

 

Con un último intercambio de sonrisas, Junmyeon abrió la puerta y salió del auto, sintiéndose como si estuviera flotando. Se dio la vuelta para mirar a Sehun una vez más antes de entrar a la casa.

 

Sehun lo observó alejarse, sintiendo que su corazón se llenaba de esperanza. Mientras Junmyeon desaparecía tras la puerta, Sehun supo que había algo especial en su conexión, algo que valía la pena proteger.

 

 

Al entrar a la mansion, Junmyeon se sintió más ligero. La risa de sus hijos, que ya dormían, resonaba en su mente como una melodía reconfortante. Esa noche había sido solo para él, un recordatorio de que aún podía experimentar amor y felicidad.

 

Se tumbó en la cama, su mente llena de pensamientos sobre Sehun y lo que vendría después. Ambos estaban comenzando a construir algo nuevo, y aunque había desafíos por delante, Junmyeon se sentía listo para enfrentarlos.

 

 

Departamento de sehun, 23:45 PM

 

 

Sehun se recostó en el sofá, la suave iluminación de su departamento creando una atmósfera acogedora a su alrededor. Pero a pesar de la tranquilidad, su mente estaba en un torbellino. 

 

Todo salió bien...–pensó, recordando cada momento de la cita con Junmyeon. "estoy enamorando", reflexionó, sintiendo una mezcla de felicidad y ansiedad. 

 

Sin embargo, pronto la euforia se desvaneció, reemplazada por la sombra de una preocupación que no podía ignorar. "¿Cómo le diré la verdad?" Era la pregunta que lo atormentaba, una carga que se había acumulado desde el primer momento en que conoció a Junmyeon.

 

¿Cómo puedo explicarle que todo esto es parte de un plan que involucra a su familia?

 

Sehun cerró los ojos y trató de concentrarse en la felicidad que había sentido esa noche, pero las dudas seguían surgiendo. ¿Y si eso lo aleja de mí?,Se sintió culpable al pensar en cómo sus acciones podrían destruir todo lo que habían comenzado a construir juntos. 

 

El solo quería saber quien mato a su madre

 

 

"Junmyeon es diferente"

 

Esa idea resonaba en su mente. Desde el primer día, había notado su amabilidad y la forma en que se preocupaba por los demás, especialmente por sus hijos. Sehun no podía evitar admirar la forma en que Junmyeon manejaba su vida, a pesar de los obstáculos que enfrentaba. Pero ahora, también había comenzado a ver lo que había detrás de esa fachada: un hombre vulnerable que deseaba ser amado, un hombre que merecía saber la verdad.

 

 

¿Y si nunca llego a tener el valor de decírselo?–Se preguntó mientras giraba en el sofá

 

La idea de perder a Junmyeon lo aterraba, esa conexión que habían formado era tan pura y hermosa que la posibilidad de que se desmoronara lo llenaba de pánico. Junmyeon era un hombre hermoso y sensible, no podía hacerle daño, Quería darle todo el amor del mundo y hacerlo sentir deseado. 

 

No pudo evitar recordar como lo beso y agarro de su cintura, sus respiraciones juntas y su figura... 

 

Se levantó del sofá y comenzó a caminar de un lado a otro en su departamento, la frustración y la confusión acumulándose en su pecho. 

 

Quizás debería esperar un poco más– pensó. 

 

Pero en el fondo, sabía que no podía seguir viviendo en esa mentira. La honestidad era lo único que podía darle a Junmyeon lo que realmente merecía: la oportunidad de decidir por sí mismo si quería seguir adelante con él o no. Decidió que, cuando fuera el momento adecuado, se lo diría. Se prepararía para esa conversación, la más difícil de su vida. Y aunque no sabía cuándo ni cómo, estaba seguro de que era algo que debía hacer. 

 

 

Lo hará pronto, por el, por que merece saber la verdad. 

 

 

Lunes, Kim corporation, 8:00 AM

El lunes llegó rápido, y la rutina volvió a reclamar su lugar. Junmyeon apenas había pisado el edificio cuando se sumergió en una reunión sobre el lanzamiento del proyecto en Busan. Aunque las cosas estaban saliendo bien, la presión de los últimos detalles comenzaba a pasarle factura. Al terminar la reunión, fue directamente a su oficina, sintiendo la tensión acumulada en sus hombros.

Al entrar, Sehun ya lo estaba esperando. Se miraron brevemente, ambos intentando mantener la profesionalidad, pero la conexión entre ellos era palpable. Desde que comenzaron a salir, les resultaba difícil actuar con normalidad en la oficina. Las miradas de cariño que compartían y los pequeños gestos de afecto, aunque sutiles, los delataban.

 

Sehun, notando el cansancio en el rostro de Junmyeon, se acercó con una taza de café recién preparado. 

 

—Pareces agotado, ¿todo bien señor kim? —preguntó con suavidad, colocándose a su lado.

 

Junmyeon le sonrió, agradecido, tomando un sorbo del café.

 

—Es solo el proyecto de Busan, está casi listo, pero ya sabes cómo es —respondió, dejando que su mirada se suavizara mientras observaba a Sehun. Era imposible no sentir esa atracción entre ellos.

 

Ambos sabían que debían ser discretos, que no podían permitirse ser descubiertos en la oficina, pero cada vez era más difícil ignorar lo que sentían. Estaban solos en la oficina, y la tensión en el aire era evidente.

 

Junmyeon dejó la taza sobre el escritorio y caminó hacia la ventana, tratando de distraerse con la vista de la ciudad desde su rascacielos, Sehun lo siguió con la mirada, sus ojos llenos de una mezcla de deseo y ternura. 

 

No podía evitarlo; ver a Junmyeon así, tan vulnerable y tan fuerte al mismo tiempo, lo hacía sentir más conectado con él.

 

—¿Tienes algún plan para después del trabajo? —preguntó Sehun en un tono casual, pero con un trasfondo cargado de intención.

 

Junmyeon giró la cabeza ligeramente, encontrando los ojos de Sehun, y sonrió con complicidad.

 

—Quizás... podríamos vernos más tarde, en un lugar más tranquilo —respondió, sus palabras cargadas de promesa.

 

Por un momento, la oficina dejó de ser un lugar de trabajo. Sehun dio un paso hacia él, sin romper la mirada, como si estuviera a punto de cruzar un límite que ambos deseaban. 

 

—Me parece una buena idea —dijo Sehun, su voz baja y suave.

 

La tensión era palpable, pero en ese momento, no importaba. Estaban solos, y aunque apenas empezaban a salir, ambos sabían que lo que sentían era real.

 

Sehun, viendo lo agotado que estaba Junmyeon, decidió que no podía seguir viendo a su jefe tan tenso. Sin decir una palabra, se acercó lentamente detrás de él, colocando sus manos con suavidad sobre los hombros tensos de Junmyeon.

 

—Déjame ayudarte a relajarte un poco, estás demasiado estresado —susurró Sehun cerca de su oído, su voz suave y tranquilizadora.

 

Junmyeon, sorprendido al principio, iba a protestar, pero el calor y la firmeza de las manos de Sehun comenzaron a hacer efecto casi de inmediato. Sus hombros comenzaron a relajarse, y un leve suspiro escapó de sus labios.

 

—No deberías... estamos en la oficina —murmuró, aunque no hizo ningún esfuerzo por apartarse.

 

—No te preocupes, estamos solos, y lo necesitas —respondió Sehun con una sonrisa mientras sus manos empezaban a masajear con firmeza, aliviando la tensión acumulada en los músculos de Junmyeon.

 

El CEO cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por la sensación. Sentir las manos de Sehun sobre él, en un gesto tan íntimo pero lleno de cuidado, le hizo darse cuenta de cuánto había anhelado este tipo de contacto, el tipo de apoyo que no había sentido en mucho tiempo.

 

—Esto... realmente ayuda —admitió en voz baja, su tono más suave, vulnerable.

 

—Me alegra escucharlo. No quiero que estés tan agotado todo el tiempo —respondió Sehun, inclinándose un poco más cerca, mientras sus manos continuaban su trabajo. 

 

El ambiente entre ellos se cargaba de una mezcla de calma y tensión, esa energía que ambos compartían cuando estaban juntos.

 

El contacto entre ellos, aunque inocente a simple vista, tenía una profundidad que ambos entendían. Sehun no solo estaba tratando de aliviar el estrés físico de Junmyeon, sino que con cada toque, con cada suave apretón, parecía que estaba intentando decirle algo más, algo que no podía expresar con palabras aún...

 

 

Todavía no... Respetaría y calmaría sus deseos

 

Con cuidado, Sehun retiró sus manos de los hombros de Junmyeon, asegurándose de que el contacto fuera lo más suave posible. Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la conexión que acababan de compartir. Sin embargo, la realidad del trabajo les recordó que no podían dejarse llevar.

 

Junmyeon se giró y quedando frente a el, mirando a Sehun con una mezcla de gratitud y complicidad. 

 

—Gracias, realmente necesitaba eso —dijo, intentando mantener un tono profesional mientras su corazón aún latía más rápido de lo habitual.

 

—Siempre estoy aquí para ayudarte —respondió Sehun, devolviendo la mirada con una sonrisa discreta.

 

Aunque el ambiente de la oficina era serio, la atmósfera entre ellos era diferente, más cercana y personal.

 

Ambos comenzaron a repasar los documentos que necesitaban para el proyecto de Busan, pero el silencio entre ellos estaba cargado de significados. Sehun aprovechaba cualquier oportunidad para robarle miradas a Junmyeon, notando cómo una suave sonrisa siempre aparecía en sus labios cada vez que sus ojos se encontraban.

 

—¿Cómo te sientes con el avance del proyecto? —preguntó Sehun, rompiendo el silencio, consciente de que debían enfocarse.

 

—Siento que estamos cerca de lograrlo, pero me preocupa que haya imprevistos. —Junmyeon dejó caer la cabeza hacia atrás, pensativo—. Solo espero que todo salga bien.

 

—Confía en ti mismo, Junmyeon. Tienes todo bajo control —le dijo Sehun, tratando de animarlo. Sin embargo, su tono era más que eso; era un reflejo de su creciente admiración por el hombre frente a él.

 

Junmyeon lo miró con una mezcla de aprecio y emoción. Cada palabra de Sehun lo hacía sentir más fuerte, más seguro de sí mismo, y eso era algo que no había sentido en mucho tiempo.

 

—Tienes razón. Lo lograremos —dijo, sintiendo que la confianza que Sehun le transmitía era un impulso que no sabía que necesitaba.

 

 

Oficina de junmyeon, 17:00 PM

 

Cuando Junmyeon salió del edificio, el aire fresco de la tarde lo envolvió. Se apoyó en el costado de su auto, esperando a Sehun con una sonrisa en el rostro. La idea de salir a comer y pasear con él le llenaba de emoción. Finalmente, podía dejar atrás el estrés de la oficina y disfrutar de un tiempo más personal. No pasó mucho tiempo antes de que Sehun apareciera en el estacionamiento. Su expresión cambió al ver a Junmyeon esperándolo, una mezcla de felicidad y alivio. 

 

—Hola, Junmyeon —saludó, acercándose rápidamente y sonriendo con una calidez que hizo que el corazón de Junmyeon se acelerara.

 

—Hola, Sehun. ¿Listo para una aventura? —Junmyeon bromeó, y Sehun rió, sintiendo que el ambiente entre ellos se llenaba de una energía vibrante.

 

—Siempre estoy listo, especialmente si significa pasar tiempo contigo —respondió Sehun, guiñándole un ojo. 

 

Ambos se subieron al auto de Junmyeon, y mientras se dirigían a un restaurante cercano, la conversación se tornó más personal.

 

—He estado pensando en lo que me dijiste el otro día —comenzó Junmyeon, mirando a Sehun con curiosidad—. Sobre cómo te sentías en tu familia.

 

Ambos siguieron hablando el fin de semana, una llamada de dos horas, mensajes y fotos junto anecdotas...

 

 

Si alguien sabía pensaría que ambos ya eran pareja

 

Sehun se quedó en silencio un momento, agradecido de que Junmyeon quisiera conocerlo mejor. 

 

—Sí... Mi relación con mi padre siempre ha sido complicada. No fue fácil revelarle que soy gay —Sehun se detuvo, buscando las palabras adecuadas—. Él nunca ha sido muy abierto. Siempre esperó que fuera como su otro hijo, y eso ha sido un peso difícil de llevar.

 

—Lo siento, Sehun. Debe ser duro sentir que no puedes ser tú mismo —dijo Junmyeon, sintiendo una profunda empatía.

 

—Lo es —admitió Sehun—. Pero tener personas como tú a mi lado me hace sentir más fuerte. Nunca pensé que podría abrirme a alguien nuevamente.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo un calor reconfortante en su pecho. 

 

—Estoy feliz de que lo digas. Para mí también ha sido un desafío. Después de mi divorcio, me costó confiar en las personas. Pero contigo, siento que todo es diferente. 

 

—Yo también lo siento —respondió Sehun, y su mirada se encontró con la de Junmyeon, creando una conexión profunda entre ellos.

 

Al llegar al restaurante, ambos se bajaron del auto y entraron juntos agarrados de la mano, el ambiente era cálido y acogedor, con luces suaves y una decoración que invitaba a la conversación. 

 

 

Cosmic food, 19:00 PM

 

Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, y mientras esperaban sus pedidos, la charla fluyó naturalmente.

 

—¿Cuál es tu recuerdo más feliz de la infancia? —preguntó Junmyeon, tratando de conocer más sobre Sehun.

 

—Oh, eso es fácil. Recuerdo un viaje a la playa con mi familia. Construimos castillos de arena y jugamos en el agua todo el día —Sehun sonrió, sus ojos brillando al recordar—. Aunque también recuerdo que siempre quería hacer cosas diferentes a lo que mis padres esperaban de mí.

 

Sehun no iba a mentir sobre su infancia, deseaba ser totalmente sincero con el en aspectos sobre su niñez y adolesencia y proximamente... quien era actualmente. 

 

Junmyeon asintió, sintiendo que había un lado de Sehun que resonaba con su propia historia. 

 

—Yo tenía un recuerdo similar, siempre me gustaron las cosas creativas, pero mis padres querían que siguiera un camino más tradicional. A veces, uno siente que no puede ser auténtico —Junmyeon admitió.

 

—Sí, es complicado, ¿verdad? Pero creo que al final, lo que realmente importa es ser fiel a uno mismo —respondió Sehun, sintiendo que sus corazones estaban conectados a través de esas experiencias compartidas.

 

A medida que avanzaba la cena, el ambiente se tornó más íntimo, y la conversación se hizo más profunda. Junmyeon miró a Sehun, sintiendo que había una conexión genuina entre ellos. 

 

—Hablando de recuerdos, ¿quieres contarme sobre tu madre? —preguntó Junmyeon, notando una sombra de nostalgia en el rostro de Sehun.

 

Sehun respiró hondo, el corazón pesado con el recuerdo de su madre. 

 

—Mi madre era increíble —comenzó, su voz suave pero firme—. Siempre estaba ahí para mí, apoyándome en todo lo que hacía. Recuerdo que me leía cuentos antes de dormir y siempre me decía que podía lograr lo que quisiera si trabajaba duro.

 

Junmyeon sonrió, imaginando a una joven Sehun con su madre. 

 

—Eso suena hermoso. Me alegra que hayas tenido esos momentos con ella —dijo Junmyeon, sintiendo una punzada de tristeza por la pérdida de la madre de Sehun.

 

Sehun continuó, sintiendo que debía compartir más, a pesar de la sombra que lo acompañaba. 

 

—Pero también fue difícil. Ella luchó contra una enfermedad durante mucho tiempo. Nunca se rindió, pero al final, no pudo ganar la batalla. Su muerte me marcó de muchas maneras —Sehun se detuvo, mirando su copa de vino mientras recordaba esos momentos.

 

 

Mintió 

 

Junmyeon sintió un dolor en su pecho al escuchar la historia de Sehun. 

 

—Lo siento mucho, Sehun. Debe ser difícil lidiar con eso. 

 

Sehun asintió, sintiendo la tristeza invadirlo. Sin embargo, no podía evitar que la culpa también surgiera en su interior. 

 

Sabía que estaba sentado ahí, disfrutando de la compañía de Junmyeon, mientras que su verdadera intención al infiltrarse en su empresa había sido descubrir la verdad sobre la muerte de su madre. Esa mentira pesaba sobre él como una sombra oscura, amenazando con arruinar todo lo que estaban construyendo juntos.

 

—Sí, ha sido complicado. Pero también me hizo querer luchar por la justicia, por descubrir la verdad —admitió Sehun, dejando escapar una risa amarga—. Supongo que por eso estoy aquí, en esta empresa... tratando de entender lo que realmente sucedió.

 

Junmyeon lo miró, sintiendo la tensión en el aire. 

 

—¿Te refieres a la muerte de tu madre? —preguntó, sintiendo que había más detrás de las palabras de Sehun.

 

Sehun tragó saliva, sintiéndose atrapado. La tentación de contarle a Junmyeon la verdad era fuerte, pero también sabía que eso podría destruir todo lo que habían construido hasta ahora.

 

—Es un tema delicado. Solo quiero hacer lo correcto —dijo Sehun, eludiendo la pregunta.

 

Junmyeon frunció el ceño, sintiendo que había más en la historia de Sehun de lo que él estaba dispuesto a compartir. 

 

—Entiendo. Si alguna vez quieres hablar de ello, estoy aquí para escucharte —ofreció Junmyeon, deseando que Sehun se sintiera lo suficientemente cómodo como para abrirse.

 

Sehun sonrió agradecido, pero en su interior, luchaba con la confusión. 

 

—Gracias, Junmyeon. Eso significa mucho para mí —dijo, sabiendo que había una conexión especial entre ellos, pero también una barrera que él mismo había construido.

 

—Creo que tenemos algo en común, buscamos consuelo y tenemos recuerdos de nuestras madres...

 

—Concuerdo, he leído que tu madre murio hace años, ¿Verdad? –pregunto sehun

 

Aunque sehun sabia todo, queria escucharlo... 

 

—Así es... Mamá lucho contra el cancer un año entero y murio apenas cuando tenia los dieciocho años...

 

Junmyeon tomo algo de agua, mientras los recuerdos le venian a la mente y continuó:

 

—Tengo buenos recuerdos de ella pero, la extraño tanto a veces, no pudo conocer jamás a sus nietos...

 

Sehun agarro la mano de junmyeon y la acaricio, entendia y comprendia su dolor, ambos pasaron grandes perdidas, algo que los enlazaba, solo que en diferentes contextos, lo de su madre fue por que alguien queria acabar con su vida, mientras que la madre de jummyeon la vida la arrebato llevandola y sacandole el sifrimiento que pasaba en vida.  La cena continuó, pero mientras hablaban de otros temas y compartían risas, Sehun no podía evitar preguntarse cómo podría reconciliar sus sentimientos por Junmyeon con la verdad que llevaba escondida. En cada mirada y cada toque, sentía que se acercaba más a una decisión que no quería tomar, pero que eventualmente tendría que enfrentar.

 

 

21:00 PM

 

Cuando finalmente salieron del restaurante, el aire fresco de la noche les envolvió, y la química entre ellos era palpable.

 

Mientras caminaban por el pequeño parque, la atmósfera era tranquila, pero la tensión entre Sehun y Junmyeon era palpable. Sehun, sintiendo la calidez de la mano de Junmyeon entrelazada con la suya, miró a su alrededor, admirando las luces tenues que iluminaban el camino y la belleza del lugar. 

 

—Es un buen lugar para relajarse después de un día ajetreado —comentó Sehun, tratando de romper el hielo. 

 

Junmyeon sonrió, disfrutando de la conexión física y emocional que compartían. 

 

—Sí, me gusta venir aquí para despejar la mente. Es más tranquilo de lo que parece, ¿no crees? —dijo Junmyeon, girando ligeramente su cabeza para mirar a Sehun, sus ojos brillando con complicidad. 

 

—Definitivamente. A veces, solo necesitas un respiro, un espacio donde puedas ser tú mismo —respondió Sehun, sintiendo que las palabras se alineaban con su propia realidad. 

 

Ambos siguieron caminando en silencio por un momento, disfrutando de la presencia del otro. Sin embargo, la tensión en el aire crecía. Sehun no podía evitar robarle miradas a Junmyeon, sintiendo la atracción que ardía entre ellos. 

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon de repente, rompiendo el silencio—. Me alegra que hayamos decidido salir juntos. Creo que necesitaba a alguien como tú en mi vida.

 

Sehun sintió un pequeño latido en su pecho. 

 

—Yo también, Junmyeon. Creo que ambos estamos buscando algo más, algo real —contestó, sintiendo la sinceridad en sus palabras. 

 

Junmyeon lo miró fijamente, su expresión cambió ligeramente, volviéndose más seria. 

 

—Pero, ¿qué pasa cuando la realidad nos golpea? —preguntó, su voz un susurro cargado de significado. 

 

Sehun se detuvo, sintiendo el peso de la pregunta. 

 

—No lo sé —admitió—. Pero creo que hay cosas por las que vale la pena luchar. 

 

Junmyeon asintió, aunque un rayo de preocupación cruzó su rostro. 

 

—¿Te refieres a nosotros? —preguntó, un poco más vulnerable de lo que se había propuesto. 

 

—Sí —respondió Sehun, sintiendo que el momento era importante—. Aunque, la verdad es que estoy lidiando con algo en este momento... algo que podría complicar las cosas. 

 

Junmyeon frunció el ceño, sintiendo un pequeño nudo en el estómago. 

 

—¿Como qué? —inquirió, su tono mezclando curiosidad y preocupación. 

 

Sehun dudó. La verdad sobre su infiltración, sobre su madre y sus motivos, era un peso que lo ahogaba. 

 

—Solo... hay cosas que necesito resolver antes de avanzar. Pero eso no cambia lo que siento por ti, Junmyeon –confesó, buscando los ojos de Junmyeon, deseando que él entendiera la complejidad de sus emociones. 

 

Junmyeon lo miró con intensidad, sintiendo que había más detrás de las palabras de Sehun. 

 

—Te entiendo. Todos tenemos nuestro propio pasado que lidiar —dijo, buscando una manera de ofrecer apoyo sin presionar demasiado—. Lo importante es que estamos aquí, juntos, ¿no? 

 

Sehun sonrió, sintiendo un alivio al escuchar esas palabras. 

 

—Sí, juntos. Y quiero que eso signifique algo más, cuando llegue el momento adecuado —dijo, con una determinación renovada. 

 

Ambos continuaron caminando, la tensión entre ellos todavía palpable, pero ahora también impregnada de un sentimiento de esperanza. Sabían que había obstáculos por delante, pero la conexión que estaban construyendo era real y valía la pena explorarla. 

 

Cuando llegaron a un pequeño banco, se detuvieron. Junmyeon se sentó, tirando suavemente de la mano de Sehun para que lo acompañara. 

 

—A veces, solo necesitamos un pequeño empujón para abrirnos, ¿no crees? —dijo Junmyeon, mirando hacia el cielo estrellado, tratando de cambiar el tono de la conversación. 

 

—Sí, un empujón y alguien que realmente escuche —respondió Sehun, sintiéndose un poco más ligero. 

 

Junmyeon se volvió hacia él, sus miradas se encontraron y por un momento, todo lo demás desapareció. 

 

—Prometeme que, sin importar lo que pase, seremos honestos el uno con el otro. —dijo Junmyeon, la seriedad en su voz indicando que estaba hablando de algo más que simples palabras. 

 

Sehun asintió, sintiendo que ese compromiso era crucial. 

 

Estaba condenado, ya lo había mentido mucho... 

 

—Lo prometo. No quiero que haya secretos entre nosotros, no más. —dijo, el peso de la promesa resonando entre ellos. 

 

Sehun sintió cómo su corazón se aceleraba, y en un instante, la confusión y la ansiedad se desvanecieron.

 

La necesidad de conectar con Junmyeon era más fuerte que cualquier secreto que lo atormentara. Pero justo cuando estaba a punto de abrirse y contarle todo, el teléfono de Junmyeon sonó, interrumpiendo el momento. 

 

Junmyeon miró la pantalla y, al ver que era una llamada importante, se apartó brevemente. Sehun observó cómo la expresión de Junmyeon cambiaba, tomando un tono serio al contestar. 

 

—¿Sí? —dijo Junmyeon, su voz ahora formal. Sehun no podía escuchar la conversación, pero pudo notar cómo la tensión aumentaba en la línea. Junmyeon intercambió algunas palabras rápidas y asintió, tomando notas en su teléfono y se paro para continuar la llamada. 

 

Mientras tanto, Sehun sintió una mezcla de frustración y urgencia. Cuando Junmyeon terminó la llamada, su mirada era intensa, como si estuviera intentando procesar todo lo que acababa de escuchar. 

 

—Lo siento, Sehun, pero... —comenzó a decir Junmyeon, su voz aún un poco temblorosa por la conversación reciente. 

 

Antes de que pudiera terminar, Sehun se levantó, la adrenalina corriendo por su cuerpo. Sin pensarlo, tomó el rostro de Junmyeon entre sus manos y lo besó desesperadamente. 

 

Fue un beso lleno de pasión, como si estuviera tratando de sellar todos los secretos que lo mantenían atado. La suavidad de los labios de Junmyeon contra los suyos era un bálsamo, pero también una chispa que encendió su deseo. 

 

Junmyeon se quedó sorprendido por el gesto, sus ojos se abrieron de par en par, pero pronto se entregó al beso, correspondiéndolo con la misma intensidad. Sehun sentía el mundo desvanecerse a su alrededor, solo existían ellos dos en ese momento. Pero a medida que el beso se profundizaba, Sehun sintió un torrente de emociones, una mezcla de felicidad y miedo. Sabía que no podía seguir ocultando la verdad, pero cada vez que estaba con Junmyeon, la idea de romper su corazón se hacía más difícil. 

 

Finalmente, se separaron, ambos respirando pesadamente, sus frentes aún tocándose. Junmyeon tenía el rostro iluminado por una sonrisa, pero en sus ojos había un destello de confusión. 

 

—¿Qué fue eso? —preguntó Junmyeon, su voz baja, casi un susurro. 

 

Sehun tragó saliva, luchando contra las lágrimas que amenazaban con brotar. 

 

—No podía... No podía dejar que te fueras sin mostrarte lo que siento —respondió Sehun, su voz temblando ligeramente. 

 

—Pero, ¿qué estabas a punto de decirme antes de la llamada? —preguntó Junmyeon, su mirada buscando respuestas en la de Sehun. 

 

Sehun sintió que el nudo en su estómago se apretaba nuevamente. Era el momento de elegir: continuar con esta conexión que había empezado a florecer o desvelar la verdad que podría desmoronarlo todo. 

 

—Es solo que... —comenzó, pero la incertidumbre lo hizo detenerse. 

 

—Sehun, por favor. Confía en mí. —dijo Junmyeon, su voz ahora llena de sinceridad y anhelo—. Quiero saber lo que piensas. 

 

Sehun cerró los ojos por un momento, deseando que la verdad no fuera tan pesada. Pero la mirada de Junmyeon, llena de expectativas, lo hizo abrir los ojos nuevamente. 

 

 

—Junmyeon... Te amo 

 

 

Lo diría pronto, ahora no.

 

 

Mientras rogaba en su mente que Dios o alguien poderoso lo ilumine

 

y acabe con esta pesadilla de una vez.

 

Junmyeon quedó inmóvil por un segundo, sorprendido por las palabras de Sehun. Su corazón latía rápido mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Sonrió con ternura, sintiendo cómo una calidez se extendía en su pecho.

 

—Yo también te amo, Sehun —susurró Junmyeon, respondiendo con suavidad mientras lo abrazaba con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho de Sehun. Podía sentir el ritmo acelerado del corazón de Sehun bajo sus dedos.

 

Pero mientras se abrazaban, Sehun no pudo evitar el nudo de culpabilidad que se enredaba en su estómago, lo único que importaba era tener a Junmyeon cerca ahora.

 

El silencio entre ellos no era incómodo, sino lleno de emoción contenida. Junmyeon, aún en los brazos de Sehun, suspiró.

 

—¿Por qué siento que a veces te alejas y luego vuelves? —preguntó en voz baja, sin soltar el abrazo—. Como si hubiera algo más que no me estás diciendo.

 

Sehun sintió el peso de esa pregunta como un golpe, pero mantuvo la calma. Con una voz tranquila, dijo:

 

—Es solo... miedo. Miedo de perderte si sabes todo de mí.

 

Junmyeon levantó la cabeza, mirándolo a los ojos.

 

—No tienes que temer. Pase lo que pase, estoy aquí. —Le acarició suavemente la mejilla—. Solo quiero que seas honesto conmigo.

 

Sehun asintió, sus ojos brillando con la promesa de un amor sincero, pero con la sombra de su secreto aún oculto en su mente.

 

Mientras caminaban de la mano hacia la salida del parque, Sehun no podía dejar de pensar en la promesa que acababa de hacer. Se había dado un ultimátum: esa semana sería el momento en que le contaría todo a Junmyeon. Ya no podía soportar el peso de la mentira ni el miedo constante de ser descubierto. Había llegado demasiado lejos. Junmyeon, por su parte, estaba feliz, ajeno a la tormenta interna de Sehun. Le sonrió con calidez mientras subían al auto. A pesar de los momentos de duda y las preguntas que surgían en su mente, confiaba en que Sehun sería sincero con él.

 

—Gracias por acompañarme hoy —dijo Junmyeon mientras conducía hacia el departamento de Sehun—. Ha sido... perfecto. 

 

Sehun lo miró, notando la luz tenue de los faroles iluminando el rostro de Junmyeon. Su corazón se apretó con una mezcla de amor y culpa.

 

—Lo mismo digo —respondió Sehun—. No puedo imaginar estar en otro lugar que no sea contigo.

 

Junmyeon estacionó frente al edificio de Sehun y lo miró antes de que este saliera del coche. 

 

Se inclinó hacia él, plantándole un beso suave en los labios, prolongando ese momento de calma antes de la inevitable confesión.

 

—Nos vemos mañana —le dijo Junmyeon con una sonrisa tierna, y Sehun asintió, sabiendo que mañana sería un paso más hacia lo que no podía seguir evadiendo.

 

Cuando Sehun finalmente entró a su departamento, se apoyó en la puerta, cerrando los ojos y respirando hondo.

 

 

"Esta semana...", se recordó a sí mismo. 

 

Será ahora o nunca

 

 

En mansión de Junmyeon, 21:40 PM

 

Junmyeon llegó a su mansión después de un largo día, sintiéndose más relajado y tranquilo tras pasar tiempo con Sehun. Al entrar, escuchó las risas de sus hijos y notó una energía diferente en la casa. Cuando se adentró en la sala, vio a su hermano Minseok jugando con Ningning y kun. Pero lo que realmente lo sorprendió fue ver a su amigo, Baekhyun, sentado en el sofá, sonriendo ampliamente.

 

—¡Baekhyun! —exclamó Junmyeon con una mezcla de incredulidad y alegría—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Pensé que aún estabas en Suiza!

 

Baekhyun se levantó rápidamente, dándole un abrazo efusivo a Junmyeon.

 

—Sorpresa —dijo Baekhyun riendo—. Decidí volver antes de lo esperado. Extrañaba mucho todo, y bueno, sabía que no te esperarías verme por aquí.

 

Junmyeon aún estaba asimilando la sorpresa mientras se giraba hacia Minseok, quien se encogió de hombros con una sonrisa traviesa.

 

Byun baekhyun había sido su amigo desde la escuela, años ya de esa amistad, Sus padres eran accionistas de kim corporation e Dueños de la agencia de aerolíneas más grande de Corea del sur. Byun Airlines

 

—Baekhyun me escribió ayer, pero quería que fuera una sorpresa para ti —dijo Minseok—. Así que lo trajimos para que viera a sus sobrinos y te sorprendiera.

 

—Ha sido un día lleno de sorpresas, entonces —murmuró Junmyeon, todavía un poco aturdido pero feliz.

 

Baekhyun se acercó, observando a Junmyeon detenidamente.

 

—¿Qué tal ha estado todo por aquí? —preguntó, sus ojos brillando de curiosidad—. Me enteré de algunas cosas... ya sabes, rumores.

 

Junmyeon frunció el ceño con leve incomodidad, pero se relajó al recordar que Baekhyun siempre había sido un amigo cercano, alguien en quien podía confiar.

 

—Todo va bien. Aunque hay mucho que contar —respondió Junmyeon, sonriendo de nuevo—. Estoy realmente feliz de que estés de vuelta.

 

Baekhyun asintió y le dio una palmadita en la espalda.

 

—Entonces, espero escuchar todo... y claro, ver cómo va tu vida amorosa. Porque he oído que tienes a alguien especial.

 

Junmyeon se acomodó en el sofá junto a Minseok y Baekhyun, sintiendo que era el momento adecuado para compartir un poco más de su vida con ellos. Sus hijos estaban jugando en una esquina de la sala, lo que le dio algo de privacidad para abrirse.

 

—Bueno, hay mucho que contar —empezó Junmyeon, jugando con los dedos, un gesto nervioso que no pasó desapercibido para Baekhyun, quien lo miró con curiosidad—. Hace unas semanas, bueno un mes... conocí a alguien.

 

Minseok levantó una ceja, claramente intrigado.

 

—¿Alguien? —repitió, tratando de contener su sonrisa—. ¿Quién es? ¿Lo conocemos?

 

Junmyeon respiró hondo, aún no estaba listo para soltar todos los detalles, pero sabía que no podía guardarse todo. 

 

—Es alguien que trabaja conmigo. —Miró a su hermano y luego a Baekhyun, buscando la forma correcta de expresarse—. Hemos estado pasando mucho tiempo juntos, y bueno... las cosas están avanzando.

 

Baekhyun se inclinó hacia adelante, evidentemente emocionado.

 

—¿Y te gusta? —preguntó con una sonrisa traviesa—. ¿Es serio?

 

Junmyeon sonrió, recordando los momentos compartidos con Sehun, los abrazos, los besos, y sobre todo, la conexión que había crecido entre ellos.

 

—Sí, creo que me estoy enamorando —confesó en voz baja—. Es serio,es... diferente a todo lo que he sentido antes.

 

Minseok lo observaba en silencio, asimilando lo que Junmyeon acababa de decir. Aunque siempre había sido protector con su hermano menor, podía ver en los ojos de Junmyeon que esto era importante.

 

—Solo quiero asegurarme de que esta persona te trate bien —dijo Minseok con un tono protector—. Sabes que hemos pasado por mucho como familia, y no quiero verte herido.

 

Baekhyun, que siempre había sido más espontáneo, se rió suavemente.

 

—Vamos, Minseok, junmyeon es un hombre adulto. Estoy seguro de que sabe lo que está haciendo. Además, verlo así de feliz es algo que no había visto en mucho tiempo.

 

Junmyeon asintió, agradecido por las palabras de Baekhyun. Aunque sabía que la situación con Sehun aún era complicada debido a los secretos que ambos guardaban, no podía negar que, en este momento, el amor que sentía era real.

 

—Gracias, Baekhyun. —Junmyeon le sonrió a su amigo—. Y sí, me está tratando bien... muy bien. Estoy dispuesto a ver a dónde va esto.

 

Minseok finalmente sonrió también, relajándose un poco.

 

—Entonces, si estás feliz, eso es lo que importa. Pero ya sabes, si alguna vez necesitas a alguien que te cubra las espaldas, aquí estoy.

 

Junmyeon asintió, sintiendo el apoyo de su hermano y de Baekhyun.

 

Junmyeon sacó su teléfono del bolsillo y, después de dudar unos segundos, mostró una foto de Sehun a Minseok y Baekhyun. 

 

La imagen mostraba a Sehun sonriendo en una cena reciente que habían compartido. Había algo en su mirada y su postura que reflejaba la confianza y el misterio que tanto había atraído a Junmyeon.

 

—Este es Sehun —dijo, sonriendo mientras sus amigos miraban la foto—. Hwang Sehun.

 

Baekhyun se inclinó más para ver mejor y soltó un silbido de admiración.

 

—Bueno, tengo que admitirlo... ¡es guapo! Y tiene esa vibra de alguien serio, pero interesante —comentó con una sonrisa—. Definitivamente te combina, Jun.

 

Minseok, en cambio, frunció el ceño mientras observaba la foto más detenidamente. Había algo en el rostro de Sehun que le resultaba familiar, aunque no podía precisar exactamente qué era.

 

—Hwang Sehun... —murmuró, repitiendo el nombre en voz baja. Giró el teléfono en su mano, analizando la imagen desde diferentes ángulos—. No sé por qué, pero siento que lo he visto antes. Hay algo en él que no me termina de cuadrar...

 

Junmyeon, al escuchar las palabras de su hermano, sintió una leve punzada de nerviosismo. Aunque confiaba en Sehun y creía que su relación iba por buen camino, no podía evitar sentir que tal vez había cosas que aún no conocía de él.

 

—¿Crees que lo conoces de algún lugar? —preguntó, intentando sonar relajado, pero claramente interesado en la respuesta de Minseok.

 

Minseok asintió lentamente, pero su mirada se mantenía fija en la foto.

 

—No estoy seguro. Quizás lo vi en alguna reunión de negocios, o tal vez en un evento familiar. Su nombre me suena familiar, pero no sé exactamente de dónde. —Se encogió de hombros, intentando quitarle importancia al asunto, aunque la sensación persistía—. Puede que solo esté imaginando cosas. Pero si lo descubro, te lo haré saber.

 

Baekhyun observaba en silencio, notando la ligera tensión en el ambiente.

 

—Bueno, lo importante es que Junmyeon está feliz, ¿no? —dijo Baekhyun, intentando aliviar la situación—. Y si Minseok se acuerda, seguro será algo trivial.

 

Junmyeon asintió, aunque la inquietud que ahora rondaba en su mente era difícil de ignorar.

 

Junmyeon recordó que wendy tenía que pasarle información pero no le había más dicho nada, Capaz por que no había encontrado nada relevante y solo el estaba con problemas internos.

 

Oh... el era muy inteligente y mandó desaparecer su verdadera identidad.

 

Estar con Sehun, aunque todavía algo incierto, le daba la esperanza de que tal vez las cosas finalmente se estuvieran acomodando en su vida. Y aunque todavía había secretos en el aire, en ese momento solo quería disfrutar de la felicidad que sentía.

 

Junmyeon sonrió al escuchar las voces de sus hijos llamándolo. Ningning y kun eran su mundo, y siempre lograban distraerlo de cualquier preocupación. Se levantó del sofá, sintiéndose feliz de poder pasar tiempo con ellos.

 

—¡Ya voy, ya voy! —gritó mientras se dirigía a la cocina. Minseok y Baekhyun lo siguieron, sabiendo que la cena era una oportunidad perfecta para que la familia se reuniera.

 

Ningning, con su cabello en dos coletas, entró corriendo al comedor con una sonrisa en el rostro.

 

—¡Papá! Tengo hambre! —exclamó, levantando los brazos hacia él.

 

Junmyeon la levantó en brazos y le dio un beso en la mejilla. 

 

—¿Y qué quieres comer, pequeña? —preguntó mientras giraba para mirar a kun, quien estaba observando desde la mesa, haciendo pucheros.

 

—¡Pasta! —respondió kun, mientras se acercaba para unirse al abrazo familiar.

 

—Entonces, ¡pasta será! —dijo Junmyeon, sonriendo ampliamente. 

 

Baekhyun se acercó a la cocina y comenzó a ayudar a preparar la comida, mientras Minseok se encargaba de distraer a los niños.

 

—¿Y qué tal estuvo el día en la escuela? —preguntó Minseok, mientras trataba de hacer reír a kun al contarle un chiste sobre un dinosaurio.

 

Los niños comenzaron a reírse, disfrutando del momento, y Junmyeon no podía evitar sentirse agradecido por la calidez que emanaba de su familia.

 

—¿Y tú, papá? ¿Por qué no traes a tu amigo Sehun para que juegue con nosotros? —sugirió Ningning, sin perder la oportunidad de incluir a Sehun en su pequeño mundo.

 

Junmyeon sintió un ligero sonrojo en sus mejillas. 

 

—Bueno, tal vez algún día —respondió, evitando el tema mientras se concentraba en hervir la pasta. 

 

Baekhyun, que había escuchado la pregunta, sonrió con complicidad.

 

—Sehun debe ser muy afortunado de tener un lugar en tu vida, Jun. No todo el mundo tiene la suerte de ser parte de una familia tan genial como esta. 

 

Junmyeon miró a su amigo, apreciando su apoyo. Aunque la idea de presentar a Sehun a sus hijos lo llenaba de alegría y nervios, sabía que debía tomar su tiempo. 

 

Por ahora, quería disfrutar de la simple felicidad que le traían sus hijos y la calidez de su hogar. Mientras la cena se cocinaba y las risas llenaban la habitación, Junmyeon se sintió agradecido por esos momentos, no podía esperar a compartir su vida con Sehun, pero también sabía que debía hacerlo de la manera correcta. Con una sonrisa en el rostro, comenzó a servir la pasta, listo para disfrutar de una hermosa noche en familia.

 

 

Departamento de sehun, 22:00 PM

 

Sehun se encontraba en la cocina de su departamento, preparando café mientras hablaba con Kyungsoo por teléfono. Aunque la conversación era ligera, su mente estaba llena de pensamientos sobre Junmyeon.

 

—No sé, Kyungsoo. No creo que sea buena idea —dijo Sehun, tratando de contener la preocupación en su voz.

 

—¿Por qué no? —respondió Kyungsoo, un poco escéptico—. Si te hace feliz, eso es lo que importa, ¿no? 

 

—Sí, pero...— Sehun dudó, buscando las palabras adecuadas. —Es solo que no quiero que le pase lo mismo que a mamá. 

 

Kyungsoo respiró hondo, comprendiendo la carga emocional detrás de la preocupación de su hermano. 

 

—Escucha, Sehun. No somos como papá. Tú no eres como él. Si sientes algo por Junmyeon, debes seguirlo. 

 

Sehun se apoyó contra la encimera, mirando por la ventana.

 

—Es diferente. Estoy dentro de su empresa por razones... que no puedo ignorar.

 

—Lo sé, pero tú y Junmyeon tienen algo especial —insistió Kyungsoo—. ¿Te has visto cómo hablas de él? No puedes dejar que el pasado lo arruine todo, a pesar que no era tu objetivo principal. 

 

—Lo sé, pero si descubre mi verdadera identidad y por qué estoy ahí... No quiero hacerle daño. 

 

Kyungsoo hizo una pausa, pensando las palabras de su hermano. 

 

—Si lo amas, también tiene derecho a saber la verdad. Pero si decides estar con él, debes hacerlo por las razones correctas. No puedes vivir con mentiras.

 

Sehun sintió una punzada en el pecho. 

 

—Prometí que esta semana le diría la verdad. Pero cada vez que estoy con él, me olvido de todo. Solo quiero disfrutar de este momento. 

 

—Tienes que encontrar un equilibrio. No te presiones, pero tampoco te escondas. El amor no debería ser un secreto —dijo Kyungsoo, su tono se tornó más serio—. Solo asegúrate de que, al final, no te arrepientas de nada. 

 

Sehun asintió, aunque sabía que su hermano no podía verlo. 

 

—Gracias, hyung. Lo pensaré. 

 

—Siempre estoy aquí para ti, hermano. Solo asegúrate de estar seguro de lo que sientes. 

 

Después de colgar, Sehun se sintió más aliviado. Miró por la ventana, pensando en Junmyeon y en lo lejos que habían llegado desde su primera reunión. La conexión era innegable, pero la sombra de su pasado seguía acechando. 

 

 

Pasé lo que pasé no lo perdería, Junmyeon sería suyo. 

 

 

Martes, Kim corporation 8:30 AM

 

El día de la reunión había llegado, y la atmósfera en la oficina de Kim Corporation era palpable. Sehun y Junmyeon se sentaron al lado de los ejecutivos, ambos sintiendo la presión del momento. el proyecto Busan era una inversión significativa en tecnología de punta, destinada a crear una plataforma innovadora que permitiría la integración de inteligencia artificial a otras empresas y que se expandan en todo el pais, siendo la sede principal en busan, dando oportunidades de trabajo. El equipo había trabajado durante meses para presentar un sistema que no solo mejoraría la eficiencia energética de las empresas, sino que también ofrecería un control total a través de una aplicación intuitiva. Era un avance que prometía cambiar la manera en que la gente interactuaba con sus espacios, pero el riesgo financiero era considerable. La respuesta del consejo sería decisiva.

 

La reunión comenzó con una presentación dinámica que incluía gráficos impactantes y testimonios de expertos en tecnología que apoyaban el proyecto. Sehun, al estar tan cerca de Junmyeon, no podía evitar robarle miradas furtivas. 

 

La tensión entre ellos seguía creciendo, pero ambos sabían que tenían que mantener la concentración en el trabajo.

 

Después de la presentación, llegó el momento de las preguntas. Un miembro del consejo, conocido por ser particularmente crítico, levantó la mano y comenzó a interrogar al equipo sobre los posibles riesgos financieros de la inversión.

 

—¿Qué garantías tienen de que este proyecto generará el retorno de inversión esperado? —preguntó, ajustándose las gafas mientras miraba fijamente a Junmyeon.

 

Junmyeon, confiado pero consciente de la seriedad de la situación, respondió.

 

—Hemos realizado un análisis exhaustivo del mercado y hemos visto tendencias crecientes en la adopción de tecnologías sostenibles. 

 

Junmyeon miro al hombre y dio un respiro para continuar:

 

—Además, la colaboración con empresas emergentes en inteligencia artificial nos permite no solo ser competitivos, sino también innovar constantemente en nuestra oferta.

 

Sehun observaba a Junmyeon, admirando su habilidad para manejar la presión. Las palabras de su jefe no solo eran convincentes, sino que también llevaban consigo una pasión que Sehun había llegado a apreciar profundamente.

 

El consejo continuó haciendo preguntas, pero Junmyeon las abordó con claridad y firmeza. Después de una serie de discusiones, finalmente, el presidente del consejo miró a todos los presentes.

 

—Después de considerar todos los aspectos y las respuestas presentadas, tengo que decir que este proyecto tiene un gran potencial. Sin embargo, debo recordarles que las expectativas deben alinearse con la realidad del mercado. La aprobación final se dará en dos días. 

 

El ambiente se volvió tenso, pero el alivio de Junmyeon fue palpable. Sabía que, independientemente de la decisión del consejo, había puesto todo su esfuerzo en el proyecto. 

 

Sehun, sintiendo la tensión que había entre ellos, se inclinó hacia Junmyeon.

 

—Hiciste un gran trabajo, Jun. Estoy seguro de que tendrán una respuesta positiva —susurró, tratando de infundirle confianza.

 

Junmyeon sonrió, agradecido por el apoyo de Sehun. 

 

—Gracias, Sehun. Sin ti, no habría sido posible. 

 

La reunión concluyó, y mientras los demás se dispersaban, Junmyeon y Sehun se quedaron un momento más, intercambiando miradas que hablaban de cosas que aún no podían expresar abiertamente.

 

—¿Te gustaría salir a celebrar, independientemente del resultado de mañana? —preguntó Sehun, con un brillo de esperanza en sus ojos.

 

Junmyeon asintió, sintiendo que la conexión entre ellos se fortalecía cada vez más. 

 

—Me encantaría. Necesitamos una distracción después de todo esto.

 

Mientras Junmyeon y Sehun regresaban a la oficina, la ansiedad era palpable en el aire. Ambos sabían que al día siguiente recibirían la respuesta final sobre el proyecto Busan, un momento crucial que podría definir el futuro de la empresa y de sus propias carreras.

 

—¿Crees que funcionará? —preguntó Sehun, tratando de leer la expresión de Junmyeon mientras caminaban.

 

—Confío en el equipo y en el trabajo que hemos hecho, pero siempre hay un poco de incertidumbre —respondió Junmyeon, intentando mantener la calma a pesar de su nerviosismo.

 

Justo en ese momento, la puerta de la oficina se abrió y entró Kim Junghyun, el padre de Junmyeon. 

 

Era un hombre imponente, con una presencia que llenaba la habitación. Se detuvo un instante, observando a los dos hombres conversando animadamente.

 

—Junmyeon, te he estado buscando —dijo su padre, con una voz autoritaria que hacía eco en la oficina. Luego, su mirada se dirigió a Sehun—. Y tú debes ser Hwang Sehun. He oído hablar de ti.

 

Sehun se enderezó, sintiendo que la situación se volvía un poco más tensa. No pudo evitar que una oleada de incomodidad lo invadiera, ya que la mirada de Junghyun parecía analizarlo con detenimiento.

 

—Sí, señor. Es un placer conocerlo —respondió Sehun, intentando mantener una actitud profesional.

 

—El placer es mío —dijo Junghyun, aunque su tono era cauteloso—. Me parece que tu rostro me resulta familiar. ¿Has estado en alguna parte que yo conozca?

 

Sehun sintió que su corazón se aceleraba. La posibilidad de que su identidad fuera descubierta era un pensamiento aterrador. 

 

Sin embargo, intentó mantener la compostura.

 

—Creo que he aparecido en algunas publicaciones relacionadas con la universidad Nacional de Seoul, señor. No estoy seguro de a qué se refiere.

 

Junmyeon observaba la interacción entre su padre y Sehun, sintiendo la incomodidad en el aire. Sabía que su padre tenía una personalidad fuerte y que estaba muy involucrado en el negocio familiar. 

 

—Es posible —dijo Junghyun, pensativo—. De todos modos, he oído cosas buenas sobre ti, así que sigue así. Mi hijo tiene grandes expectativas para el futuro.

 

Sehun asintió, sintiendo un ligero alivio, pero la preocupación aún lo acechaba. Junmyeon, al notar la tensión, decidió cambiar de tema.

 

—Padre, ¿puedo preguntarte qué necesitas? —dijo Junmyeon, tratando de desviar la atención.

 

—Necesito discutir algunos asuntos sobre el próximo lanzamiento y tu participación en la reunión de mañana. Asegúrate de que estés preparado, hijo —respondió Junghyun, haciendo un gesto para que lo siguiera.

 

Junmyeon miró a Sehun, quien le devolvió una sonrisa nerviosa, antes de que su padre se alejara. 

 

—¿Estás bien? —preguntó Junmyeon, preocupado por la reacción de Sehun ante la repentina aparición de su padre.

 

—Sí, claro —respondió Sehun, aunque sus ojos delataban su inquietud—. Solo... es un poco intimidante.

 

Junmyeon sonrió, tratando de calmarlo. 

 

—Lo entiendo. Pero no te preocupes, mi padre es un poco... protector. Sabe que quiero hacer las cosas a mi manera, pero siempre tiene un ojo en mí.

 

Sehun suspiró, sintiéndose un poco más relajado. 

 

—Gracias por el apoyo, señor kim

 

Junmyeon salio de la oficina dandole una última mirada a sehun. acompañando a su padre.

 

Sehun se sentó en la silla más cercana, casi le dio un paro, tenía miedo de ser descubierto de esa manera. No había visto a kim junghyun en años, la última vez fue cuando fue el funeral de su madre. 

 

Respiró hondo y exhalo

 

 

Era igual a junmyeon... solo que junmyeon tenia el corazón más puro y el trato más tranquilo. 

 

Al final de la jornada, Junmyeon y Sehun se despidieron, prometiendo estar en contacto antes de la reunión al día siguiente. Mientras Sehun salía, no podía evitar sentir que la revelación de su verdadera identidad estaba cada vez más cerca, y la idea de perder a Junmyeon lo mantenía despierto por las noches.

 

 

Departamento de sehun, 19:00 PM

 

Sehun estaba en su departamento, rodeado del familiar olor a pizza y cervezas. Chanyeol, su amigo de toda la vida, había llegado y ya se acomodaba en el sofá mientras la televisión parpadeaba en un rincón.

 

—No puedo creer que no nos hayamos visto en tanto tiempo —dijo Sehun, mientras abría una cerveza y se la pasaba a Chanyeol—. ¿Cómo va la maestría?

 

chanyeol si estaba haciendo la maestría, no como el, su padre lo mataría si lo descubria... 

 

—Cansado, pero vale la pena —respondió Chanyeol, tomando un trago de su bebida—. Pero hablemos de ti. Dime qué ha estado pasando. Me dejaste en suspenso en tu último mensaje.

 

Sehun suspiró, tomando un momento para organizar sus pensamientos. Había sido un torbellino emocional desde que conoció a Junmyeon. 

 

—Bueno, conocí a alguien —dijo finalmente, sintiendo que una sonrisa involuntaria se dibujaba en su rostro.

 

—¿Alguien? ¿Como eh... alguien especial? —preguntó Chanyeol, arqueando una ceja.

 

Sehun asintió.

 

—Sí, es Kim Junmyeon. El CEO de Kim Corporation.

 

Chanyeol se quedó en silencio por un momento, su expresión cambiando de sorpresa a entusiasmo.

 

—¡Espera! ¿El mismo Kim Junmyeon que siempre aparece en las noticias?, ¿El que todos dicen que es un genio de los negocios y además ¿El hombre más joven en tener una fortuna?

 

 

—Sí, ese mismo. Y no solo eso... —Sehun bajó la voz, mirando alrededor como si temiera que alguien los escuchara—. He estado saliendo con él en secreto.

 

Chanyeol soltó una risa.

 

—¿En secreto? Eso es emocionante, hermano. ¡Cuéntame más! 

 

Sehun tomó un trago de su cerveza, recordando cada momento que había pasado con Junmyeon. 

 

—La semana pasada tuvimos una cita increíble. Fue en un restaurante, cenamos juntos, hablamos de todo y luego... nos besamos.

 

—¡No me digas! —exclamó Chanyeol, inclinándose hacia adelante con interés—. ¿Te estás enamorando, Sehun?

 

Sehun sonrió, sintiendo la calidez en su pecho. 

 

—Eso sí. Pero aquí está el problema... no le he contado la verdad sobre por qué estoy realmente en su vida.

 

Chanyeol frunció el ceño, viendo el conflicto en la cara de su amigo. 

 

—Eso es un gran problema. Si realmente te importa, tienes que ser honesto con él. 

 

—Lo sé, lo sé. Pero... tengo miedo. No quiero perderlo. —Sehun dejó caer la cabeza hacia atrás, frustrado—. Nunca me había sentido así por alguien. Normalmente, las cosas son solo diversión y pasión, y luego seguimos adelante. Pero esto es diferente.

 

—Tienes que dejar de ser un estupido —dijo Chanyeol con una sonrisa burlona

 

Tomo un sorbo de la cerveza y continúo: 

 

—Si lo amas, díselo. La honestidad es clave. Además, ¿desde cuándo Sehun se asusta de algo? Recuerda la última vez que te rompieron el corazón; no fuiste tú el que se echó para atrás.

 

Sehun se rió, recordando cómo Chanyeol había estado a su lado durante esa ruptura hace tres años. 

 

—Tienes razón. Solo... no sé cómo decirle que me infiltré en su empresa. ¿Qué tal si eso arruina todo?

 

 

Park Chanyeol era la otra persona en su vida que sabía sobre su plan, era su mejor amigo de la secundaria, ambos ingresaron juntos en la misma universidad, ademas... Heredero de una gran fortuna, compartian las mismas pasiones, la economia y sus secretos más oscuros. 

 

 

¿Como no lo iba a hacer saber? 

 

—Escucha —dijo Chanyeol, tomando un pedazo de pizza y mordiéndolo—. Él merece saber quién eres realmente. Tienen que ser un equipo en esto. Y si él no puede aceptar tu verdad, entonces aléjate un tiempo, le has mentido mucho... 

 

Sehun asintió, sintiendo un nudo en el estómago. 

 

—Solo espero que no lo rompa. No quiero ser el tipo que lo lastima.

 

—Entonces hazlo bien —contestó Chanyeol, dándole una palmadita en la espalda—. Ve a hablar con él. Dile la verdad y ve cómo reacciona. Puede que se sorprenda, pero si hay amor, debería poder superar esto.

 

Sehun tomó un profundo respiro, sintiendo un impulso de determinación.

 

—Tienes razón. Mañana, después de la reunión sobre Busan, hablaré con él. No puedo seguir escondiendo esta parte de mí.

 

Chanyeol sonrió, levantando su cerveza.

 

—Eso es lo que quiero escuchar. ¡A la valentía y al amor!

 

—¡A la valentía y al amor! —repitió Sehun, chocando su botella con la de su amigo. 

 

 

Mañana... Sería el día

Notes:

Hola!! Este capitulo era de ayer pero la pagina se cayo y no pude alzarlo,ahora me pondre al dia.

Chapter 6: Capitulo 5 | La verdad entre las sombras

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Jueves, Kim corporation, 10:00 AM

 

La sala de conferencias estaba llena de tensión. Los ejecutivos y accionistas de Kim Corporation estaban reunidos alrededor de una larga mesa, sus miradas fijas en los informes que Junmyeon y Sehun habían preparado. El reloj marcaba las tres horas de discusión, y el ambiente era cada vez más pesado, al reunión se pospuso un dia y estaban contra reloj, necesitaban ya respuestas. 

 

Los ejecutivos y accionistas empezaban a discutir algunos detalles

 

—Hemos revisado cada detalle del proyecto. Si Busan se ejecuta correctamente, podríamos aumentar nuestra participación en el mercado tecnológico en un 30%

 

—Es una inversión arriesgada. ¿Qué pasa si el desarrollo se retrasa? ¿Podemos soportar las pérdidas?

 

Junmyeon alzó la mano y empezó a dictar con sus palabras las dudas que tenían 

 

—Entiendo las preocupaciones, pero hemos desarrollado un plan sólido. Con los recursos adecuados y nuestro equipo de investigación, estamos seguros de que podemos cumplir con los plazos.

 

Uno de los accionistas aprovecho y hablo

 

—Además, los datos del mercado muestran una tendencia creciente en la demanda de esta tecnología. No podemos permitirnos quedarnos atrás. Debemos aprovechar esta oportunidad ahora.

 

Kim Junghyun, que había estado observando con atención, finalmente decidió intervenir.

 

—Este proyecto es clave para nuestro futuro. Confío en el liderazgo de Kim junmyeon, ¿Alguien más tiene algo que agregar?

 

Hubo un momento de silencio en la sala, donde todos intercambiaron miradas. Luego, Junmyeon se enderezó en su silla, sintiendo cómo la presión aumentaba.

 

Kim Junghyun intercambio una mirada con su hijo y le dio la palabra

 

—Si se aprueba este proyecto, no solo aseguraremos el éxito de Kim Corporation, sino que también establecemos una base sólida para futuras innovaciones. Estoy convencido de que podemos lograrlo.

 

Finalmente,  Otro de los accionistas levantó la mano.

 

—Estoy de acuerdo con el Joven Kim. La inversión en Busan es una apuesta que vale la pena. Estoy listo para votar a favor.

 

Los murmullos de aprobación comenzaron a circular entre los presentes. Junmyeon sintió que su corazón latía más rápido.

 

Kim junghyun se levanto y dio la pauta final

 

—Entonces, procedamos a la votación. Todos a favor del proyecto Busan, levanten la mano.

 

Las manos comenzaron a levantarse una tras otra, y la emoción de la sala aumentó con cada voto. Sehun observaba a Junmyeon de reojo, sintiendo cómo la tensión entre ellos se evaporaba lentamente.

 

Cuando el conteo finalizó, Kim Junghyun sonrió y miro a su hijo

 

Junmyeon miro a su padre buscando aprobación y asintió con su cabeza.

 

Lo quería a pesar de sus indiferencias y el dolor que causo en el pasado...

 

—El proyecto Busan ha sido aprobado. Felicitaciones a todos, Felicidades Junmyeon...

 

La sala estalló en aplausos, y Junmyeon no pudo evitar sonreír. Sehun se acercó a él, compartiendo la emoción de la victoria. Pero en el fondo, la carga de su secreto seguía pesando en su pecho, esperando el momento adecuado para salir a la luz.

 

Cuando ambos salieron de la sala de reuniones, el ambiente estaba impregnado de una mezcla de alivio y euforia. Se miraron, conscientes de lo que había significado ese momento y la ardua labor que habían compartido durante los últimos tres meses. Sin palabras, sabían que había llegado el momento de celebrar. A junmyeon se le fue el tiempo y pasaron tres meses desde que trabajaban juntos, era continuo que se olvidará de las cosas simples, la presión de ser el hijo "perfecto" y ser un buen lider lo consumian

 

Oficina de junmyeon, 11:30 AM

 

Al llegar a la oficina, Sehun cerró la puerta tras de ellos, asegurándose de que fueran solo ellos dos en ese espacio. La tensión acumulada a lo largo del día se disipó en un instante. Junmyeon, con una sonrisa radiante, se acercó a Sehun y lo abrazó, sintiendo el calor de su cuerpo.

 

–No puedo creer que lo hayamos logrado...

 

Sehun sonrió, sintiendo que su corazón latía con fuerza. 

 

—Esto es solo el comienzo, Jun. Nos merecemos celebrar–susurro en su oído 

 

Sin pensarlo, Sehun se inclinó hacia Junmyeon, capturando sus labios en un beso que comenzó suave, pero rápidamente se tornó más intenso. Junmyeon se dejó llevar, pasando sus manos por el cuello de Sehun mientras este lo acercaba más a él. Ambos se perdieron en ese momento, sus cuerpos moviéndose en una sincronía perfecta. Sehun empujó a Junmyeon suavemente hacia el sofá, donde se sentaron, sumidos en besos y caricias inocentes. 

 

Junmyeon se recostó, permitiendo que Sehun lo envolviera con su cuerpo. La sensación de sus labios, su aliento entrecortado y las manos de Sehun explorando su espalda lo hacían sentir vivo y deseado. Era como si el mundo a su alrededor desapareciera, dejándolos solo a ellos.

 

Junmyeon se recostó por el pecho de sehun abrazándolo 

 

—No puedo esperar para esta noche. Vamos a festejar a lo grande–emocionado habló el 

 

—¿Qué te parece una cena en ese lugar que tanto te gusta?

 

—Perfecto, pero antes... quizás un pequeño brindis.

 

Ambos rieron, disfrutando del momento. Junmyeon se separó un poco para buscar una botella de champán que habían guardado para esta ocasión especial. Mientras servía las copas, no podía evitar sonreír al pensar en lo lejos que habían llegado.

 

Después de brindar, sus copas se encontraron con un tintineo suave y lleno de promesas.

 

—¡Por nosotros, por Busan y por lo que viene! –exclamó jun

 

—¡Por nosotros y Busan!–exclamo sehun

 

Los dos se miraron intensamente, y mientras las copas de champán se vaciaban, el deseo crecía. Sehun tomó la mano de Junmyeon, llevándola a sus labios y plantando un beso suave en su piel. 

 

—Hoy es nuestro día. Vamos a hacerlo inolvidable....

 

La tarde transcurrió en un ambiente relajado, pero en cuanto se acercó la noche, tanto Junmyeon como Sehun empezaron a sentir una mezcla de emoción y tensión. 

 

Habían trabajado duro durante meses, y finalmente podían celebrar el éxito del proyecto Busan. Sehun, sin embargo, tenía otra cosa en mente. Sabía que no podía seguir postergando la conversación. Esta noche, tenía que decirle la verdad a Junmyeon, aunque temía las consecuencias.

 

Tres meses trabajando juntos, 3 meses de mentiras 

 

Cuando finalmente dejaron la oficina, se dirigieron al restaurante favorito de Junmyeon, un lugar elegante y privado, con una terraza que ofrecía una vista espectacular de la ciudad iluminada. Al llegar, Junmyeon se detuvo un momento para admirar el paisaje antes de sonreírle a Sehun.

 

Daol Charcoal Grill, 19:00 PM

 

—Este lugar siempre me trae buenos recuerdos —dijo Junmyeon, inhalando profundamente el aire fresco de la noche.

 

Sehun, nervioso, apenas podía concentrarse en las palabras de Junmyeon. Su mente estaba ocupada con lo que tenía que confesar, pero no quería arruinar la noche. Intentó relajarse, acompañándolo a la mesa que les habían reservado en la terraza, rodeada de luces tenues y música suave.

 

—Es perfecto para celebrar algo tan grande como lo que hemos logrado —respondió Sehun, esforzándose por mantener la conversación ligera.

 

Se sentaron, y mientras revisaban el menú, Junmyeon parecía contento, relajado, pero Sehun no podía dejar de sentir una creciente presión en su pecho. Mientras el camarero les traía el vino que habían pedido, Sehun supo que el momento estaba cerca. Necesitaba decirle la verdad antes de que fuera demasiado tarde. Tenía que ser honesto con Junmyeon, aunque temía que la verdad lo destruyera todo.

 

Justo cuando abrió la boca para comenzar, su teléfono vibró en su bolsillo. Lo ignoró al principio, pero luego vio en la pantalla el nombre de su padre: "Oh Seunghyun" El corazón de Sehun se aceleró.

 

—Disculpa un momento —dijo Sehun, levantándose de la mesa mientras su estómago se llenaba de una sensación desagradable.

 

Se alejó unos metros, lo suficiente para que Junmyeon no pudiera escuchar la conversación. Contestó el teléfono con la voz tensa.

 

—¿Papá?

 

Del otro lado, la voz de su padre era firme, pero cargada de sospecha.

 

—Sehun, ¿dónde estás? He estado intentando hablar contigo toda la semana.

 

—Estoy... estoy en una cena con mis amigos —mintió Sehun, aunque sabía que no podría engañar a su padre por mucho tiempo.

 

Seunghyun guardó silencio un momento antes de continuar con tono severo.

 

—No me mientas, Sehun. Sabes que odio las mentiras. He investigado, y sé que no has estado en la universidad. No estás estudiando como me dijiste.

 

Sehun sintió cómo su estómago se contraía aún más. ¿Su padre lo había descubierto?,  y ahora todo estaba a punto de desmoronarse.

 

—No te he mentido del todo... solo que las cosas han cambiado —intentó justificarse Sehun, pero Seunghyun lo interrumpió.

 

—¿Cambiado? ¿Cómo han cambiado? Estás involucrado en algo más, ¿verdad? —la voz de su padre sonaba más fría con cada palabra—. No te voy a presionar para que me lo digas ahora, pero sabes que eventualmente lo descubriré, tienes tiempo de decir la verdad

 

Sehun cerró los ojos, sabiendo que su padre no lo dejaría en paz hasta que obtuviera respuestas. Después de unos segundos de silencio incómodo, Seunghyun habló de nuevo.

 

—Escucha, Sehun. Sabes que siempre he esperado más de ti. Espero que no estés haciendo algo de lo que te arrepientas. No olvides de dónde vienes.

 

Con esas últimas palabras, su padre cortó la llamada, dejando a Sehun en un estado de confusión y ansiedad. 

 

Se quedó quieto unos instantes, mirando hacia el horizonte mientras intentaba calmarse. Sabía que no podía volver a la mesa como si nada hubiera pasado, pero tampoco quería arruinar la noche para Junmyeon.

 

Volvió despacio hacia la mesa, donde Junmyeon lo esperaba con una sonrisa tranquila.

 

—¿Todo bien? —preguntó Junmyeon, notando la expresión tensa de Sehun.

 

Sehun tragó saliva, asintiendo con una sonrisa forzada.

 

—Sí, todo bien. Solo asuntos familiares —respondió, sentándose de nuevo.

 

Junmyeon lo observó con una ligera preocupación, pero decidió no insistir. Sabía que Sehun no era del tipo que hablaba abiertamente sobre sus problemas familiares.

 

Algo estaba mal en el

 

La cena continuó, pero la mente de Sehun estaba en otra parte. El reloj seguía avanzando y, con cada minuto que pasaba, se sentía más atrapado. Quería decirle la verdad, quería liberarse de la carga de haber mentido a Junmyeon desde el principio, pero ahora la voz de su padre resonaba en su cabeza, recordándole las consecuencias de sus acciones.

 

Mientras Junmyeon hablaba sobre lo emocionado que estaba por el éxito del proyecto Busan y lo que significaba para la empresa, Sehun solo podía pensar en cómo esa felicidad podría desvanecerse en un instante si supiera la verdad. Junmyeon confiaba en él, creía en lo que tenían, y Sehun estaba a punto de destruir todo.

 

Después de un rato, Junmyeon se dio cuenta de que Sehun estaba distante, su mente claramente en otro lugar.

 

—Sehun... —dijo suavemente, inclinándose hacia él—, ¿qué es lo que pasa? Has estado extraño toda la noche.

 

Sehun respiró hondo, sabiendo que no podía seguir evitando la conversación.

 

—Junmyeon, yo... hay algo que necesito decirte. Algo que debí haber dicho desde el principio.

 

Junmyeon lo miró con preocupación, asintiendo lentamente, preparándose para lo que fuera que Sehun tenía que decir.

 

—Dime... —lo animó con voz suave.

 

Sehun abrió la boca para hablar, pero antes de que las palabras salieran, sintió que la ansiedad lo invadía por completo. Sabía que estaba a punto de perder todo lo que habían construido.

 

Estaba roto, cuando el fue el que empezo esta farsa...

 

Mientras Sehun se sentaba frente a Junmyeon, el peso de sus pensamientos se hizo abrumador. La presión en su pecho se intensificó y, a pesar de sus esfuerzos por mantenerse fuerte, las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos.

 

Junmyeon lo observó, preocupado por la repentina transformación en la expresión de Sehun. 

 

—¿Sehun? —preguntó Junmyeon con suavidad, extendiendo su mano hacia él—. ¿Qué está pasando? 

 

Sehun se cubrió el rostro con las manos, tratando de contener el llanto, pero fue en vano. Las lágrimas fluyeron, y la tristeza que había estado reprimida durante tanto tiempo finalmente encontró su camino hacia afuera. 

 

—No puedo, Junmyeon... —sollozó, su voz entrecortada por la emoción. 

 

Junmyeon se inclinó hacia él, su preocupación creciendo. Se levanto de su asiento y acercó tomando suavemente el brazo de Sehun, intentando confortarlo. 

 

—Está bien, está bien... —dijo Junmyeon, su voz era un susurro tierno—. Estoy aquí. Tómate tu tiempo. 

 

Sehun sintió que el calor del amor y la comprensión de Junmyeon lo envolvían, pero la culpa aún lo atormentaba. A pesar de que Junmyeon estaba a su lado, la verdad seguía siendo un monstruo al acecho en su mente. 

 

—No quiero perderte... —lloró Sehun, sintiendo cómo su corazón se rompía al pensar en las posibles repercusiones de sus acciones. —No quiero que me odies cuando sepas... 

 

Junmyeon, sintiendo la angustia de Sehun, se movió para estar más cerca, su mirada fija en él. 

 

—Sehun, ¿qué es lo que necesitas decirme? —preguntó con voz suave, limpiando las lágrimas de la mejilla de Sehun con su pulgar. —No importa lo que sea, podemos enfrentarlo juntos. 

 

Sehun cerró los ojos, sintiendo la calidez de la mano de Junmyeon sobre su piel. Era un refugio, pero también un recordatorio de lo que estaba a punto de arriesgar. La ansiedad lo consumía, y sus palabras parecían atorarse en su garganta.

 

—Junmyeon... —empezó, pero nuevamente el miedo lo dominó, y su voz se quebró—. Te mentí. 

 

Junmyeon lo miró intensamente, su corazón latiendo con fuerza ante la revelación. 

 

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, su preocupación creciendo aún más. 

 

Sehun tomó aire, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero la ansiedad lo ahogaba nuevamente. En lugar de eso, las lágrimas siguieron fluyendo, y la sensación de impotencia se intensificó. 

 

—No sé cómo decirte... —murmuró, sintiendo que la desesperación lo invadía. 

 

Junmyeon, viéndolo así, sintió una punzada en su corazón. Se acercó más, abrazando a Sehun, rodeándolo con sus brazos. 

 

—Está bien llorar. A veces, las palabras son difíciles de encontrar. Pero estoy aquí, y te escucharé cuando estés listo. 

 

El abrazo de Junmyeon era un bálsamo para el alma de Sehun, pero la carga de su secreto seguía siendo insoportable. Se sintió seguro en los brazos de Junmyeon, pero la presión de confesar lo carcomía por dentro. Finalmente, Sehun se dejó llevar por la vulnerabilidad, permitiéndose llorar sin restricciones en el pecho de Junmyeon.

 

—Te amo tanto, Junmyeon... —sollozó Sehun, sintiendo que cada palabra era un peso que debía soltar, aunque su corazón seguía lleno de temor—. No sé cómo pude llegar a este punto. 

 

Junmyeon lo abrazó más fuerte, sintiendo el dolor de Sehun. 

 

—Y yo también te amo, Sehun. Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos. Prometo que no te odiare. 

 

Promesas... 

 

Aun así, Sehun sintió que no podía seguir ocultando su secreto. Mientras su corazón latía con desesperación, sabía que debía encontrar la valentía para revelar la verdad antes de que fuera demasiado tarde.

 

Sehun se permitió un momento más en los brazos de Junmyeon, sintiendo cómo su corazón se calmaba poco a poco. Los suaves besos que compartieron se convirtieron en una cura para su angustia, cada caricia parecía recordarle que, a pesar de todo, Junmyeon lo amaba y estaba dispuesto a estar a su lado.

 

—Lo siento... —susurró Sehun, su voz aún temblorosa—. No quería que esto se convirtiera en un desastre. 

 

Junmyeon se separó ligeramente, mirándolo a los ojos con una expresión de ternura y preocupación. 

 

—No tienes que disculparte por sentirte así, Sehun. Lo que importa es que estás aquí ahora, y estoy aquí para ti. 

 

Sehun asintió, sintiendo el amor que emanaba de Junmyeon. Pero también sentía que cada segundo que pasaba sin confesar la verdad lo alejaba más de la libertad que anhelaba. 

 

—Es solo que... —Sehun vaciló, buscando las palabras adecuadas—. La situación es complicada, y no quiero arruinar lo que tenemos. 

 

Junmyeon acarició suavemente el rostro de Sehun, su pulgar recorriendo su mejilla con delicadeza. 

 

—A veces, la verdad puede ser difícil de escuchar, pero también es necesaria. Solo quiero que seas honesto conmigo. 

 

Las palabras de Junmyeon resonaron en la mente de Sehun, y el peso de su secreto se volvió aún más pesado. 

 

—Lo sé, y tienes razón... —dijo Sehun, sintiendo que su pecho se apretaba de nuevo—. Pero ahora mismo, solo quiero disfrutar de este momento contigo. 

 

Junmyeon le sonrió, un brillo en sus ojos que le daba fuerzas a Sehun. 

 

—Entiendo. Pero recuerda que estoy aquí, listo para escuchar cuando tú lo estés. 

 

Con un suspiro profundo, Sehun se sintió aliviado de tener a Junmyeon a su lado. Aun así, el remordimiento persistía, y sabía que no podía evitar la verdad por mucho más tiempo.

 

Ambos regresaron a la cena, las risas y las historias llenando el ambiente a medida que la tensión entre ellos se disipaba lentamente. Cada bocado que compartían parecía un pequeño paso hacia adelante, un recordatorio de lo que habían construido juntos. Sin embargo, en el fondo de su mente, Sehun no podía dejar de pensar en la bomba que tenía en su interior. 

 

Mientras hablaban, Sehun contempló el brillo de los ojos de Junmyeon. Era hermoso, perfecto, y se sintió más culpable por lo que estaba ocultando. 

 

La cena continuó, y aunque intentaron disfrutar el momento, la sombra de su secreto pesaba como una losa sobre los hombros de Sehun. A cada momento de alegría que compartían, sentía que se alejaba más de la verdad.

 

Finalmente, después de disfrutar de un postre que Junmyeon había elegido, la conversación tomó un giro más serio. 

 

—Sehun, ¿estás seguro de que todo está bien? —preguntó Junmyeon, su tono reflejando su preocupación—  Me pareces un poco distante. 

 

Sehun tomó aire, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. 

 

—Sí, solo... es que estoy pensando en muchas cosas. 

 

Junmyeon lo miró con comprensión, y Sehun sintió que el momento de la verdad se acercaba, pero una parte de él seguía luchando contra el impulso de hablar. 

 

—Quizás deberíamos hacer algo diferente. —propuso Junmyeon de repente, intentando cambiar la atmósfera—. ¿Qué te parece salir a caminar un poco por el parque después de esto? 

 

Sehun sonrió, agradecido por el intento de Junmyeon por animarlo. 

 

—Me encantaría, pero... —Sehun se detuvo, sintiendo el peso de su secreto de nuevo. 

 

Junmyeon, percibiendo su vacilación, tomó su mano. 

 

—Prometo que si necesitas hablar, lo haré. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti. 

 

Las palabras de Junmyeon lo reconfortaron, pero también lo empujaron más cerca del precipicio de la verdad. A medida que se levantaban de la mesa y salían del restaurante, Sehun sabía que debía encontrar una manera de enfrentar su miedo y ser honesto con Junmyeon. Pero por ahora, mientras caminaban juntos bajo las luces del parque, se aferró a la calidez de su mano, sabiendo que aún había tiempo para decidir. 

 

21:00 PM

El aire fresco de la noche envolvió a la pareja mientras caminaban, y por un momento, Sehun se permitió disfrutar de la compañía de Junmyeon, ignorando el peso de su secreto por un rato más. 

 

Sin embargo, su corazón seguía gritando la verdad que sabía que eventualmente tendría que confesar.

 

Departamento de Sehun, 22:00 PM

 

Cuando Sehun y Junmyeon llegaron al departamento de Sehun, la atmósfera estaba cargada de emociones. La cena había sido un éxito o eso trataba de covencerse, y los momentos que compartieron en el parque, llenos de risas y caricias, habían estrechado aún más su conexión y mejor por que estuvieron más de una hora besandose, abrazandose y calmando sus corazones...

 

Sehun sonrió mientras miraba a Junmyeon, deseando que esa noche nunca terminara. Junmyeon lo miró a los ojos, su expresión llena de ternura y anhelo. Se acercaron lentamente, como si el mundo a su alrededor se desvaneciera, y finalmente se encontraron en un beso profundo y apasionado.

 

Sus labios se movieron en perfecta sincronía, y el deseo que habían contenido durante la cena estalló en un torrente de emoción. Junmyeon envolvió sus brazos alrededor de Sehun, acercándolo más, como si no quisiera dejarlo ir.

 

—No quiero dejarte ir... —murmuró Junmyeon entre besos, su voz llena de una mezcla de deseo y vulnerabilidad.

 

—Yo tampoco —respondió Sehun, sintiendo el latido de su corazón resonar en su pecho. Pero, en el fondo de su mente, la verdad que aún no había compartido con Junmyeon se volvía más difícil de ignorar.

 

Junmyeon miró a Sehun, y su expresión cambió por un instante al ver la preocupación en su rostro.

 

—¿Qué pasa? —preguntó Junmyeon, frunciendo el ceño.

 

Sehun trató de forzar una sonrisa, pero era difícil mantener la fachada.

 

—Nada, solo... no puedo creer que todo esto esté sucediendo —dijo, intentando desviar la atención de su verdadero conflicto.

 

Junmyeon sonrió, pero Sehun notó que la preocupación aún persistía en sus ojos.

 

—Prométeme que si algo te preocupa, me lo dirás —dijo Junmyeon, su voz suave pero firme.

 

Sehun asintió, aunque su corazón se debatía entre el deseo de abrirse y el miedo a perderlo.

 

—Lo prometo —respondió, aunque sabía que era una promesa difícil de cumplir.

 

Ambos se quedaron allí, en la entrada del departamento, compartiendo miradas cómplices y sonrisas nerviosas. Después de unos momentos, Junmyeon finalmente dio un paso atrás.

 

—Debo irme, pero estoy deseando volver a verte.

 

—Yo también —respondió Sehun, sintiendo un nudo en el estómago. La idea de separarse lo llenaba de una ansiedad que no podía ignorar.

 

Con un último beso, se despidieron. Sehun cerró la puerta detrás de él y se apoyó contra ella, sintiendo el peso de la noche caer sobre él. Aún podía sentir los labios de Junmyeon en los suyos, la dulzura de su risa resonando en su mente.

 

Era Estupido, un débil...

 

Mansión de junmyeon, 23:40 PM

 

Junmyeon llegó a su mansión y se sintió aliviado al estar solo. Se quitó el abrigo y se acomodó en el sofá, disfrutando de la tranquilidad de la casa vacía. Sus hijos estaban con Victoria, y aunque los extrañaba, también le permitía tener un momento de paz para reflexionar.  Se recostó en el sofá, agotado pero lleno de emoción por el día que había pasado con Sehun. Abrió su teléfono, sonriendo al ver las fotos que se tomaron juntos esa tarde. Se veían felices, y por un momento, todo parecía perfecto. Apenas había pasado una hora desde que se despidieron, pero ya había empezado a extrañar a Sehun.

 

Un mensaje apareció en la pantalla. Era de Sehun.

 

— Ya te extraño... ¿Estás bien? :)

 

Junmyeon sonrió, sus dedos rápidamente tecleando una respuesta.

 

—También te extraño. Hoy fue perfecto... no puedo esperar para verte de nuevo.

 

La conversación fluyó con naturalidad, como si el tiempo que pasaron juntos nunca hubiera sido suficiente. Se enviaban pequeños detalles de lo que hacían, bromas, y hasta planes para su próxima cita. Junmyeon no podía evitar sentir una conexión profunda con él, como si por fin hubiera encontrado a alguien con quien pudiera ser completamente él mismo.

 

Junmyeon, todavía con una sonrisa en el rostro, decidió prolongar el momento especial. Se levantó del sofá y se dirigió al espejo del recibidor. Tomó algunas fotos de sí mismo, con una expresión juguetona, una sonrisa leve que capturaba lo feliz que se sentía. Luego, seleccionó las mejores y se las envió a Sehun.

 

— ¿Te gustaron estas? ;)

 

Sehun respondió casi de inmediato.

 

—Eres hermoso, jun... no sé cómo tuve tanta suerte de encontrarte.

 

Esas palabras hicieron que Junmyeon sintiera una calidez inexplicable en su pecho. Aunque le encantaba cuando Sehun lo llamaba jun esta vez sonaba diferente... más real, más profundo. Era como si en esas palabras hubiera una verdad oculta que él aún no conocía. Sin embargo, decidió no pensar demasiado y seguir disfrutando del momento.

 

Se envió otra foto, esta vez más relajado, simplemente sonriendo desde su sofá.

 

—Hoy fue realmente especial, Sehun. Gracias por hacerme sentir así.

 

Pero en cuanto mandó el mensaje, su teléfono vibró de nuevo, pero no era una respuesta de Sehun. Era una notificación de parte de wendy, su asistente.

 

El peso de la curiosidad cayó sobre él, y por un momento, sintió que su felicidad podía derrumbarse al abrirlo.

 

Junmyeon, con el corazón aún latiendo rápido por la felicidad de su noche con Sehun, sintió un nudo formarse en su estómago al ver la notificación en su pantalla. Era el mensaje de Wendy, el que había ignorado antes, pensando que no tenía nada urgente que atender. Pero ahora, la curiosidad y el temor comenzaron a invadirlo. ¿Por qué Wendy le había enviado esa información justo ahora? 

 

¿Y por qué no podía quitarse la sensación de que algo estaba mal?

 

Con manos temblorosas, deslizó su dedo para abrir el mensaje.

 

—Señor Kim... investigué lo que me pediste. Lo siento mucho, pero creo que debes ver esto de inmediato. El archivo está adjunto. Ten cuidado.

 

El corazón de Junmyeon se hundió. ¿Qué quería decir con "lo siento"? ¿Qué podría ser tan importante o tan terrible? Respiró hondo, intentando calmarse, pero el miedo seguía creciendo. 

 

Miró la pantalla por unos segundos, incapaz de mover el dedo para abrir el archivo. Pero tenía que hacerlo. No podía huir de lo que fuera que Wendy había descubierto.

 

Finalmente, tocó el archivo. Lo que apareció ante sus ojos fue como una bofetada que le robó el aliento.

 

La primera línea decía, en letras claras: 

 

"Oh Sehun."

 

Notes:

Hola, ¿Como están? Este cap tiene menos palabras ya que quiero desarrollar bien la clara revelación de sehun.

Quise profundizar los sentimientos de sehun, como el tiene su lado vulnerable y no es tan fuerte como lo demuestra.

Espero que les este gustando, comenten!! 🩷

Se vienen fuertes capítulos

Chapter 7: Capitulo 6 | Dulce venganza

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Oh Sehun

 

Sus ojos se abrieron de par en par. No... esto no podía ser real. Cerró los ojos con fuerza, esperando que al abrirlos, el nombre en la pantalla desapareciera. Pero ahí estaba, como un recordatorio implacable de la verdad que había ignorado. 

 

El nombre "Oh" resonó en su mente, conectándose lentamente con un recuerdo doloroso, un enemigo que él pensaba que nunca tendría que enfrentar tan de cerca.

 

Junmyeon dejó caer el teléfono en su regazo y se llevó las manos a la cara. Su respiración se aceleraba y su pecho comenzaba a doler. ¿Oh Sehun? ¿El hijo del hombre que tanto daño había hecho a su familia? ¿El hijo del enemigo de su padre?

 

Sehun, el mismo Sehun con el que había compartido sonrisas, besos, momentos íntimos, planes para el futuro. El hombre que le había prometido abrirse, contarle todo...

 

¿Y todo era una mentira?

 

Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, nublando su visión mientras intentaba procesar lo que acababa de leer. Se inclinó hacia adelante en el sofá, sosteniéndose la cabeza, como si el peso de esta verdad fuera demasiado para soportar. Todo lo que había construido con Sehun, toda la esperanza, el amor... ¿era falso? ¿Lo había utilizado?

 

No puede ser...–murmuró con voz quebrada. Su corazón se rompía en mil pedazos.

 

El hombre que creía que lo amaba... ¿había estado mintiendo desde el principio?

 

Junmyeon volvió a levantar el teléfono con manos temblorosas y siguió leyendo más información. El archivo contenía los detalles de la familia Oh, de los movimientos de Sehun, de su verdadera historia. Estaba claro que Sehun no era el hombre que decía ser. No había sido sincero en lo más mínimo, ni con su nombre, ni con su vida. Cada línea que leía le daba un golpe más fuerte que el anterior. Fotos de Sehun en algunas reuniones, menciones de su familia... la verdad era demasiado para asimilar. El aire en la habitación parecía escaso, y por un momento, Junmyeon sintió que no podía respirar.

 

Lágrimas comenzaron a correr por su rostro sin control, mientras sus pensamientos se arremolinaban. Recordaba cada momento que habían compartido, cada sonrisa que le había dado, cada caricia... ¿Habían sido todas mentiras? ¿Había sido un juego para Sehun? ¿Lo había manipulado desde el principio?

 

"¿Por qué...?", susurró entre sollozos, sin saber a quién dirigía esa pregunta. ¿Por qué él? ¿Por qué Sehun lo había elegido a él para infiltrarse? Y lo peor de todo... ¿por qué había llegado a amarlo, si todo lo que había entre ellos estaba basado en una mentira?

 

Su corazón dolía tanto que sentía que no podía soportarlo. El hombre que había empezado a amar, en quien había confiado, lo había traicionado de la manera más cruel.

 

Las lágrimas cayeron sobre la pantalla de su teléfono mientras se preguntaba qué iba a hacer. ¿Cómo podría enfrentarse a Sehun después de esto? ¿Cómo podría mirarlo a los ojos sin sentir que todo lo que había construido se había desmoronado? Se llevó las manos al pecho, tratando de calmar la tormenta de emociones que lo consumía, pero no había consuelo. El dolor y la confusión lo destrozaban.

 

Finalmente, dejó el teléfono a un lado y se dejó caer sobre el sofá, hundiéndose en sus propios sollozos. El amor que había sentido por Sehun, ese amor que apenas comenzaba a florecer, ahora parecía una broma cruel. Y mientras las lágrimas seguían cayendo, Junmyeon se dio cuenta de una cosa: por más que quisiera odiarlo, por más que quisiera sentirse traicionado... todavía lo amaba. Y ese era el peor castigo de todos.

 

¿Cómo había podido caer tan profundamente por alguien

que le había mentido desde el principio?

 

Junmyeon se hundió más en el sofá, la pesadilla de lo que acababa de descubrir girando en su mente. La imagen de Sehun, sonriendo, disfrutando de cada momento juntos, se mezclaba con la imagen de su madre, la mujer que había perdido de forma tan abrupta y cruel. ¿Cómo había sido posible que alguien tan igual a ella estuviera tan cerca de él sin que lo supiera? 

 

Las fotos que Wendy le había enviado eran escasas, la mayoría estaban difuminadas, tomadas en reuniones en las que Sehun aparecía de fondo. A pesar de la poca claridad, la similitud era innegable: Sehun tenía los mismos rasgos suaves, los ojos profundos y tristes de su madre. Era como mirar un reflejo del pasado, y eso solo intensificaba su dolor.

 

Junmyeon recordó el día que su madre murió. Las sirenas, el caos, el horror en su rostro mientras todo sucedía. Se sentía como si hubiera perdido parte de sí mismo ese día, y ahora, el hijo de la mujer que había sido su enemigo estaba frente a él, lleno de sonrisas y promesas. Sehun era el eco de su madre, un recordatorio constante del dolor que había llevado por años.

 

Sintió una oleada de rabia y tristeza mezcladas. Sehun no solo había cruzado la línea entre lo personal y lo profesional; había cruzado la línea de la vida de Junmyeon, acercándose a él como si todo estuviera bien, como si no hubiera una historia oscura que los uniera. Esa conexión que ambos creían haber construido ahora se sentía como una traición de dimensiones épicas.

 

Las lágrimas continuaban fluyendo mientras Junmyeon se preguntaba qué haría con esta nueva verdad. No podía enfrentarlo, no podía verlo a los ojos y pretender que nada había cambiado. Se sentía completamente destrozado, como si cada promesa hecha, cada momento compartido, ahora estuviera impregnado de engaño.  Las palabras de Wendy seguían resonando en su mente: "Ten cuidado." ¿Cómo podía tener cuidado con alguien que le había robado su corazón mientras escondía su verdadero yo? ¿Cómo podía haber sido tan ciego? 

 

Decidido a no permitir que la tristeza lo dominara, Junmyeon se incorporó y tomó un respiro profundo. Su mente, aunque nublada por el dolor, comenzó a trabajar. Si Sehun era el hijo de Oh Seunghyun, entonces había que investigar más. Tal vez podía encontrar una manera de confrontarlo, de entender por qué lo había hecho. 

 

Pero, sobre todo, Junmyeon necesitaba respuestas. No solo quería saber por qué Sehun había estado en su vida como un infiltrado, sino también por qué, después de todo, aún sentía ese amor tan intenso por él. 

 

Estaba roto en pedazos 

 

En ese momento, decidió que no podía dejarlo pasar. Aunque su corazón estaba roto, necesitaba hablar con Sehun, enfrentar lo que había descubierto. Pero no podría hacerlo en ese instante; el dolor aún era muy fresco, y el miedo de perderlo, aunque ya se sentía traicionado, era abrumador. 

 

Mientras se limpiaba las lágrimas, tomó su teléfono nuevamente, observando las fotos de ellos dos, las que había compartido con Sehun. Sonrisas, caricias, miradas cómplices. ¿Cómo había podido desvanecerse toda esa felicidad en cuestión de minutos?

 

Finalmente, se dio cuenta de que no podría tomar ninguna decisión en ese momento. Necesitaba tiempo. Tiempo para asimilar la verdad, para dejar que su mente se aclarara. No podía permitir que su rabia, su dolor o su amor nublaran su juicio. Tenía que ser inteligente, tenía que pensar en el próximo movimiento.

 

Junmyeon se quedó sentado en el sofá por un rato más, inmerso en sus pensamientos, sintiendo cómo el peso de la verdad lo oprimía. La incertidumbre lo llenaba, pero una cosa era segura: no podía dejar que esto lo venciera. Sehun había sido una parte importante de su vida, y si iba a enfrentarlo, lo haría con la cabeza en alto, con la verdad en la mano.

 

Finalmente, se levantó y se dirigió a su habitación. Sabía que la noche sería larga, llena de pensamientos y emociones encontradas, pero tenía que prepararse. Mañana, cuando la luz del día iluminara todo, se enfrentarían. Tendría que encontrar la manera de lidiar con su amor por Sehun y su necesidad de respuestas. Era hora de que la verdad saliera a la luz.

 

02:00 AM 

 

Junmyeon se quedó despierto, dando vueltas en la cama, su corazón latiendo con fuerza y su mente en un torbellino de emociones. La revelación sobre Sehun lo había dejado aturdido. Las horas pasaban lentamente mientras revivía cada momento que habían compartido, cada sonrisa, cada caricia, cada "te amo". Todo parecía un cruel juego de engaño. 

 

La traición se sentía como una puñalada en el corazón, y el dolor se convertía lentamente en algo más oscuro: 

 

el deseo de venganza...

 

Con cada minuto que pasaba, la idea de hacer sufrir a Sehun comenzaba a tomar forma en su mente. No era una solución sana, lo sabía. Sin embargo, la ira y el dolor que sentía parecían apoderarse de él, como un fuego que lo consumía desde adentro. Sehun había cruzado una línea que jamás debería haberse cruzado, y ahora Junmyeon no podía evitar imaginar cómo se sentiría si fuera él quien sufriera.

 

Junmyeon se levantó de la cama y se acercó a la ventana, mirando hacia el jardín. La luz de la luna iluminaba el espacio, creando sombras danzantes en el suelo. En la oscuridad, su corazón se sentía pesado, y el aire se le hacía denso. Necesitaba aire fresco, y aunque no tenía un plan concreto, sabía que debía tomar una decisión. 

 

Había un fuego en su interior que lo empujaba a actuar, a hacer algo que le diera una sensación de control.

 

¿Por qué, Sehun? se preguntó, en voz alta, mientras sus manos se aferraban al alféizar de la ventana. ¿Por qué me has mentido? ¿Por qué te acercaste a mí solo para aprovecharte de mi?

 

La idea de venganza no solo era un impulso, era una forma de lidiar con el dolor. Sehun había entrado en su vida, se había ganado su confianza y, en un abrir y cerrar de ojos, todo se había convertido en una gran mentira. 

 

Junmyeon se sintió un tonto por haber creído en él, por haberlo amado a pesar de las advertencias de su corazón.

 

Se sentó en el borde de la cama y se puso las manos en el rostro, intentando contener las lágrimas. "No puedo permitir que esto me destruya", se dijo. "No puedo dejar que me arruine." 

 

Sin embargo, cada palabra parecía perderse en el aire, incapaz de convencerlo de su propia fortaleza.

 

La noche se hacía más profunda, y en su mente, las imágenes de Sehun comenzaron a distorsionarse. La risa que solía llenarlo de alegría ahora se convertía en un eco de traición. Recordó cada abrazo, cada susurro, cada momento que lo había hecho sentir amado y seguro. Pero ahora, esos recuerdos eran armas de doble filo que le causaban más dolor que consuelo.

 

Se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación, su mente frenética buscando algún tipo de salida, algún camino que pudiera tomar. Pero la verdad era que aún no sabía cómo enfrentaría a Sehun, ni qué diría. Lo único que sabía era que no podía dejar que lo viera quebrarse. No podía darle la satisfacción de ver lo que había causado en él.

 

Sehun había entrado en su vida de manera tan sutil, casi mágica, y ahora, se sentía como si todo hubiera sido un espejismo. Junmyeon se prometió que, cuando llegara el momento de la confrontación, lo haría sentir lo que él había sentido. El dolor, la traición, la confusión... todo lo que estaba experimentando en ese momento. Sin un plan definido, Junmyeon se sintió atrapado en una tormenta de emociones. Era como si estuviera ante un precipicio, y cada paso que daba lo llevaba más cerca de la venganza, pero al mismo tiempo, sentía que podía perderse en el abismo de su propio dolor.

 

Con un suspiro profundo, finalmente se dejó caer sobre la cama, sintiendo el peso de la noche presionando sobre él. Se giró hacia el lado y miró el espacio vacío a su lado. La ausencia de Sehun se sentía abrumadora, pero también lo era la necesidad de protegerse de la herida que había causado.

 

"Haré que sufra", murmuró para sí mismo, y mientras las palabras salían de sus labios, sintió una mezcla de liberación y desasosiego. Había algo reconfortante en el acto de tomar una decisión, aunque fuera oscura. En ese momento, prometió que encontraría una manera de hacerlo, que no permitiría que Sehun escapara sin sentir el peso de su traición.

 

Las horas se deslizaron lentamente, y Junmyeon finalmente cerró los ojos, sabiendo que el camino hacia la venganza estaba frente a él. A pesar del caos emocional en su interior, sentía que tenía un nuevo propósito. Al día siguiente, cuando se encontraran, la historia cambiaría. La verdad saldría a la luz, y con ella, la promesa de hacer que Sehun entendiera lo que había perdido.

 

Viernes, 8:00 AM, Kim corporation 

 

El viernes llegó, y Junmyeon se despertó con un nudo en el estómago. Se preparó con cuidado, eligiendo su ropa con una precisión que no había sentido en días. Cada prenda que ponía era como una armadura, y a pesar de que su corazón seguía herido, su rostro mostraba una calma imperturbable. No podía dejar que Sehun supiera que había descubierto la verdad; necesitaba jugar su papel a la perfección.

 

Al llegar a la oficina, se sintió como si estuviera en un escenario, cada paso que daba lo acercaba a su venganza. La tensión en el aire era palpable, pero Junmyeon se mantenía sereno, saludando a sus empleados y revisando documentos con un aire de confianza.

 

Oficina de junmyeon, Kim corporation, 8:15 AM

 

Sehun llegó poco después, y cuando entró en la oficina, Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba. A pesar de todo lo que había aprendido, no podía evitar sentir un tirón de emoción al verlo. Sehun se acercó a él con una sonrisa, y por un momento, Junmyeon se sintió atrapado en sus ojos. Pero rápidamente recordó su propósito.

 

—Hola junmyeon... —dijo Sehun, su voz suave y melódica—. ¿Listo para una nueva jornada en la oficina?

 

Junmyeon sonrió de manera falsa, tratando de que su mirada no traicionara lo que sentía en su interior.

 

—Por supuesto. El proyecto Busan está en marcha, y tenemos mucho que hacer —respondió, manteniendo la voz neutral.

 

La conversación fluyó entre ellos como si nada hubiera cambiado, pero cada palabra de Sehun era un recordatorio de la traición. Mientras hablaban sobre los próximos pasos del proyecto, Junmyeon notó cómo Sehun intentaba captar su atención, como si no hubiera un abismo entre ellos.

 

—He estado pensando en algunas ideas para mejorar la presentación a los inversores —dijo Sehun, acercándose un poco más, su expresión llena de entusiasmo—. Creo que podríamos destacar más los beneficios de la tecnología que estamos implementando.

 

Junmyeon asintió, pero su mente estaba lejos.

 

—Sí, eso suena bien. Pero... —hizo una pausa, dejando que la tensión se acumulase—. ¿No crees que es un poco arriesgado modificar la estrategia ahora? Podría generar confusión entre los accionistas.

 

Sehun frunció el ceño, un destello de incertidumbre cruzó su rostro.

 

—No, creo que es una buena oportunidad para mostrarles nuestra creatividad. —Su voz era firme, pero Junmyeon pudo ver la pequeña chispa de nerviosismo en su mirada.

 

Mientras continuaban discutiendo, Junmyeon notó cómo la tensión iba aumentando entre ellos. Sehun estaba ansioso, tratando de entender la nueva dinámica entre ellos, pero Junmyeon no podía permitirse titubear. Cada sonrisa y cada gesto de amabilidad eran parte de un juego, y Sehun no tenía idea de las cartas que Junmyeon tenía en la mano.

 

Era un idiota

 

A medida que pasaba el día, Junmyeon mantuvo su fachada, actuando como si nada estuviera mal. Sin embargo, en el fondo, su corazón ardía con la necesidad de desenmascarar a Sehun. Se reían y compartían momentos, pero cada broma, cada gesto de cariño era un recordatorio del plan que estaba gestando.

 

El día avanzó y la tensión en la oficina se convirtió en un electrizante cóctel de emociones. Junmyeon se movía entre los escritorios con una sonrisa encantadora, asegurándose de mantener una actitud despreocupada. Sin embargo, en su interior, cada latido de su corazón recordaba el plan que estaba a punto de ejecutar. Era hora de desenmascarar a Sehun.

 

Con determinación, Junmyeon se acercó al escritorio de Sehun, quien estaba absorto en su trabajo, concentrado en los últimos detalles del proyecto Busan. Junmyeon dejó que una sonrisa juguetona iluminara su rostro mientras se inclinaba un poco más cerca.

 

—Oye, Sehun —dijo Junmyeon, su tono ligero y coqueto—. ¿Qué te parece si pasas el fin de semana conmigo? Tengo algunas ideas sobre cómo celebrar la aprobación del proyecto. 

 

Sehun levantó la vista, un destello de sorpresa brillando en sus ojos. La propuesta lo tomó desprevenido, y Junmyeon disfrutó del momento, sintiendo cómo su corazón se aceleraba, aunque por razones muy diferentes a las que él pensaba.

 

—¿En serio? —preguntó Sehun, con una mezcla de emoción y incredulidad—. ¿No tienes planes?

 

—Los planes son mucho más divertidos si te tengo a ti —respondió Junmyeon, guiñándole un ojo—. Podemos preparar una cena, hablar sobre el futuro del proyecto... y tal vez relajarnos un poco.

 

Sehun sonrió, claramente encantado por la invitación, aunque una pequeña nube de preocupación cruzó su rostro.

 

—Suena increíble, pero... ¿estás seguro? No quiero que interrumpas tus planes.

 

Junmyeon se inclinó un poco más cerca, la sonrisa en su rostro más seductora.

 

—Créeme, Sehun. Quiero pasar tiempo contigo —dijo, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Era como un juego peligroso, y le encantaba cada segundo.

 

—Está bien —aceptó Sehun, su sonrisa iluminando la habitación—. Acepto la invitación.

 

Esa respuesta fue suficiente para que Junmyeon sintiera un escalofrío de satisfacción. Mientras Sehun guardaba sus cosas, Junmyeon se dirigió a la salida, con la certeza de que la noche estaba destinada a ser una revelación.

En el camino a casa, 18:10 PM

 

Una vez fuera de la oficina, Sehun se unió a Junmyeon en el camino hacia el estacionamiento. La atmósfera era densa, cargada de anticipación y un aire de tensión que Junmyeon disfrutaba, aunque sabía que su venganza estaba a la vuelta de la esquina.

 

—¿Como te sientes? —preguntó Sehun mientras se acomodaban en el auto.

 

—Bastante bien. Un poco estresante, pero ahora que estoy contigo, todo parece mejor —respondió Junmyeon, tratando de sonar natural mientras encendía el motor. 

 

El auto comenzó a moverse, y Junmyeon se concentró en la carretera, sintiendo el nudo en su estómago crecer. Era un viaje corto, pero en cada momento, cada segundo, el deseo de venganza crecía más.

 

Sehun miraba por la ventana, absorto en sus pensamientos, pero de vez en cuando le lanzaba miradas rápidas a Junmyeon. Había una chispa de felicidad en sus ojos, una confianza que Junmyeon sabía que iba a desmoronar. Se sentía poderoso y vulnerable al mismo tiempo, una combinación explosiva que lo mantenía alerta.

 

Cuando llegaron a la mansión de Junmyeon, este se detuvo frente a la puerta, dándole a Sehun una sonrisa que ocultaba mucho más de lo que revelaba. Se bajaron del auto y Junmyeon comenzó a abrir la puerta.

 

—¿Listo para una noche divertida? —preguntó Junmyeon, su voz suave y seductora.

 

Sehun asintió, sonriendo de nuevo, sin saber lo que se avecinaba. Junmyeon lo guió dentro, el aire estaba cargado de tensión, y él podía sentir cómo su corazón latía con fuerza mientras avanzaban hacia la cena que cambiaría todo entre ellos.

 

El juego empezo... 

 

Mansion de junmyeon, 20:00 PM 

 

La cocina de la mansión de Junmyeon estaba llena de aromas y risas mientras él y Sehun cocinaban juntos. La luz suave de la tarde se filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. A pesar de la tensión que había en el aire, Junmyeon no podía evitar disfrutar del momento, aunque su mente estaba completamente centrada en su plan. Sehun se movía con destreza por la cocina, picando verduras y riendo ante las ocurrencias de Junmyeon, quien intentaba seguir el ritmo. Junmyeon había decidido preparar su platillo favorito, pero cada paso que daba lo acercaba a un conflicto interno. Cada sonrisa de Sehun y cada broma compartida evocaban recuerdos de la felicidad que habían creado juntos, pero también le recordaban la traición que había descubierto.

 

—¿Te parece bien así? —preguntó Sehun, sosteniendo una cebolla en su mano mientras miraba a Junmyeon con curiosidad.

 

—Perfecto —respondió Junmyeon, forzando una sonrisa. La forma en que Sehun se concentraba en la tarea, su rostro iluminado por la luz de la cocina, hacía que Junmyeon sintiera un tirón en su corazón.

 

Mientras Sehun se acercaba para dejar la cebolla en el tazón, Junmyeon no pudo evitar acercarse y darle un beso en la mejilla. La calidez de ese contacto, ese pequeño gesto de afecto, lo llenó de contradicciones. Sehun sonrió, su expresión encantadora como siempre, pero la sonrisa de Junmyeon era solo una máscara. La idea de lo que estaba por hacer lo mantenía alerta.

 

—Esto es divertido. Nunca había cocinado con nadie antes —dijo Sehun, su voz llena de alegría.

 

Junmyeon asintió, aunque en su interior se debatía entre el deseo de abrazar a Sehun y el impulso de llevar a cabo su venganza. Cada vez que se miraban, sentía la conexión que habían forjado, un lazo que se estaba debilitando a medida que se acercaba a la revelación.

 

Mientras continuaban cocinando, Junmyeon se acercó más a Sehun, casi involuntariamente. Sehun giró hacia él, y en ese instante, Junmyeon decidió dejarse llevar, capturando los labios de Sehun en un beso suave. La calidez de ese momento lo envolvió, pero la realidad de la situación lo golpeó como un balde de agua fría. ¿Cómo podía hacer esto?

 

Traicionaba a su corazón, su dolor... 

 

El beso, aunque dulce, se sintió como una traición a su propio corazón. Junmyeon se apartó, tratando de ocultar el tumulto de emociones que lo invadía.

 

—¿Qué te parece si hacemos una ensalada? —sugirió Sehun, tratando de cambiar el tema mientras miraba a Junmyeon con una mezcla de ternura y curiosidad.

 

—Sí, buena idea —respondió Junmyeon, luchando por recuperar la compostura. Comenzó a sacar los ingredientes para la ensalada, pero su mente estaba lejos.

 

¿Cómo podía traicionar a su corazón ? Amaba a sehun...

 

Mientras Sehun seguía hablando sobre los ingredientes y sus preferencias, Junmyeon se perdió en sus pensamientos, recordando cada detalle de su relación. Las risas, los abrazos, las miradas cómplices... Todo eso estaba a punto de cambiar.

 

La atmósfera seguía siendo ligera, pero Junmyeon sentía un peso en su pecho. Sabía que debía mantener la fachada, hacer que todo pareciera normal hasta que llegara el momento de confrontar a Sehun. Y, sin embargo, la idea de hacerlo lo atormentaba.

 

Después de un rato, mientras mezclaban la ensalada, Junmyeon sintió cómo el dolor comenzaba a apoderarse de él. La ternura de Sehun, la manera en que lo miraba con tanto cariño, lo hicieron sentir aún más culpable. ¿Qué tipo de persona era al usar esos sentimientos en su contra?

 

Sehun se acercó una vez más, esta vez para tomar un trozo de lechuga y llevarlo hacia los labios de Junmyeon, como un gesto de complicidad. Junmyeon sonrió, pero su mente seguía en conflicto. 

 

—Vamos, prueba esto. —Sehun lo instó, su voz suave y llena de alegría.

 

Junmyeon sintió que su corazón se partía. Con la boca llena de lechuga, Sehun se reía, y ese sonido, esa inocencia, lo hizo sentir una punzada de dolor. 

 

—Tienes razón, está delicioso —dijo Junmyeon, tratando de mantener la compostura.

 

Los momentos continuaron fluyendo, pero cada risa, cada roce de sus manos, lo llevaba más cerca del abismo. Sabía que la venganza estaba justificada, que Sehun había cruzado una línea al infiltrarse en su vida, pero a medida que pasaba el tiempo juntos, su amor también luchaba por salir a la superficie.

 

A medida que la cena se acercaba a su fin, Junmyeon supo que el momento de la verdad estaba cada vez más cerca. La mezcla de sentimientos se agolpaba en su interior, y, aunque intentaba disfrutar del tiempo con Sehun, la sombra de la traición lo seguía, recordándole que el amor que sentía debía ser reprimido.

 

—¿Estás listo para cenar? —preguntó Sehun, con una sonrisa sincera.

 

Junmyeon asintió, su mente aún trabajando para mantenerse enfocado en el plan. Esa noche se cenaría, pero lo que iba a suceder después lo transformaría todo. Era un juego, y él estaba decidido a ganarlo, sin importar el costo emocional que eso conllevara.

 

La cena transcurrió entre risas y un ambiente casi perfecto, pero ambos estaban conscientes de la tensión que se cernía sobre ellos. Sehun trataba de mantener su fachada, ocultando la ansiedad que lo invadía, mientras que Junmyeon luchaba por reprimir su deseo de abrazar la verdad y entregarse completamente a Sehun.

 

La venganza se acercaba...

 

Después de cenar, se dirigieron al sofá, el lugar donde tantas risas y confidencias habían tenido lugar. Junmyeon se sentó en un extremo del sofá, mientras Sehun se acomodaba a su lado. La conversación fluyó entre anécdotas y juegos, sus risas resonaban en la habitación, pero en el fondo de sus corazones, sabían que algo más estaba sucediendo.

 

Sehun, con su naturaleza juguetona, intentó hacer reír a Junmyeon al hacer una imitación de uno de sus compañeros de trabajo, pero la tensión se volvió palpable. Junmyeon lo miró a los ojos, y en un instante, la risa se convirtió en algo más profundo. Se acercó un poco más, el deseo y la necesidad de estar cerca de Sehun superando cualquier otra consideración.

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon, su voz suave pero firme—. Me alegra que estés aquí conmigo.

 

Sehun sonrió, pero había un brillo de inseguridad en su mirada. 

 

—A mí también, jun. Siempre es divertido estar contigo.

 

Fue entonces cuando Junmyeon decidió jugar. Se inclinó hacia Sehun, sus labios rozando los de él de una manera casual, como si fuera una simple caricia. Pero a medida que sus labios se encontraron, el roce se transformó en un beso más profundo, lleno de deseo. Sehun pareció sorprendido al principio, pero pronto se dejó llevar, abrazando a Junmyeon con fuerza.

 

Junmyeon sintió que su corazón latía con fuerza mientras lo acercaba más a él, sentándose en su regazo. El contacto físico lo hizo sentir vivo, aunque la parte de él que estaba decidida a vengarse seguía gritando en su mente. 

 

—¿Te gusta esto? —murmuró Junmyeon contra sus labios, mientras sus manos recorrían suavemente los hombros de Sehun, sintiendo la tensión en su cuerpo.

 

Sehun sonrió, con la respiración entrecortada por la intensidad del momento. 

 

—Claro que sí. No puedo evitarlo —respondió, tratando de mantener su voz firme, pero su nerviosismo era evidente.

 

El beso se intensificó, con Junmyeon acercándose aún más, jugando con la idea de que este momento era una trampa. Pero al mismo tiempo, no podía evitarlo. Sehun lo atraía, y por un instante, el deseo de venganza se desvaneció, dejando solo el impulso de acercarse más a él.

 

—No deberíamos hacer esto —dijo Sehun entre besos, su voz temblando con una mezcla de deseo y culpa.

 

—¿Por qué no? —preguntó Junmyeon, separándose un poco para mirarlo a los ojos, disfrutando del conflicto que se reflejaba en su rostro—. Es solo un momento entre nosotros.

 

Sehun vaciló, su mirada se oscureció con la ansiedad. 

 

—Es solo que... tenemos que ser cautelosos, no quiero que esto se complique.

 

Junmyeon sintió un golpe en su corazón. La verdad de las palabras de Sehun lo atravesó como una daga, recordándole que había más en juego. Sin embargo, no iba a retroceder ahora. La mezcla de sentimientos lo impulsaba hacia adelante, y él quería jugar su juego.

 

—No te preocupes por eso, Sehun —respondió, volviendo a besarlo con intensidad—. Solo disfruta del momento.

 

Sehun lo miró con una mezcla de deseo y duda, pero se rindió una vez más al calor del beso. Junmyeon lo mantuvo cerca, sintiendo la tensión en el aire, jugando con la idea de que estaba en control de la situación. 

 

Era un juego peligroso, y aunque su corazón seguía gritando por la traición, no podía resistirse a la conexión que compartían, el realmente deseaba a sehun, si no fuera por su venganza, habia deseado que ahí mismo lo haga suyo, lo marque y le susurre cuando lo amaba a el.

 

Cada beso, cada roce de sus cuerpos, lo acercaba más a la inevitable revelación. Junmyeon sabía que estaba caminando por una línea delgada, pero la adrenalina de la venganza y el amor se entrelazaban en su pecho, llevándolo a un lugar donde todo podía estallar en cualquier momento.

 

Sehun sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando Junmyeon se alejó un momento, sus ojos fijos en él con una intensidad que lo desarmaba. Junmyeon comenzó a desabotonar lentamente su camisa, la tela cediendo bajo sus dedos con un aire de desafío. Cada botón que se desabrochaba parecía deshacer un poco más la confianza que Sehun había tenido en su relación.

 

El corazón de Sehun latía con fuerza, una mezcla de fascinación y temor. No era el Junmyeon que había conocido, el que siempre había sido amable y sensible; este era un Junmyeon decidido, lleno de una sed de venganza que lo hacía aún más atractivo. 

 

Pero había algo en su mirada que también lo asustaba, como si detrás de esa fachada de confianza se escondiera un profundo dolor.

 

— jun... —murmuró, su voz apenas un susurro—. ¿Qué estás haciendo?

 

Junmyeon se detuvo un momento, mirando a Sehun con una mezcla de complicidad y determinación. 

 

—Quiero que veas quién soy realmente, Sehun —respondió, sus ojos chispeando con un brillo intenso—. No todo es como parece.

 

Sehun tragó saliva, sintiendo cómo el aire se volvía más denso entre ellos. 

 

A medida que Junmyeon dejaba caer la camisa, revelando su piel suave, Sehun no podía evitar admirar la belleza de su cuerpo. Era hermoso, pero a la vez, había una nueva chispa en su mirada que lo hacía sentir vulnerable. 

 

—Eres... —Sehun comenzó, pero las palabras se le atascaban en la garganta. 

 

—¿Hermoso? —completó Junmyeon, acercándose más, su respiración agitada—. Sí, lo soy. Pero también soy alguien que ha sufrido. 

 

Sehun se sintió atrapado entre la fascinación y el miedo. La forma en que Junmyeon se movía, cómo su confianza crecía a medida que se desnudaba, lo dejaba boquiabierto. 

 

— jun, esto... —Sehun intentó articular, pero su voz se rompió bajo el peso de la emoción.

 

Junmyeon lo miró intensamente, su corazón latiendo con fuerza mientras sus dedos recorrían la piel expuesta de su torso. 

 

—Lo que quiero que entiendas, Sehun, es que no soy solo un padre y un jefe. Hay más en mí. Quiero que me conozcas de verdad, aunque eso signifique enfrentar la verdad que ambos hemos estado evitando. 

 

Sehun estaba perdido en junmyeon y hizo caso omiso a sus palabras... 

 

Sehun sentía que el aire se volvía más pesado. A pesar de la atracción, una parte de él temía lo que estaba sucediendo. No quería perder a Junmyeon, pero también sabía que había una verdad oculta detrás de su comportamiento. 

 

Sin embargo, la mirada desafiante de Junmyeon lo mantenía cautivado, y no podía apartar la vista.

 

—¿Qué verdad? —preguntó Sehun, su voz llena de vulnerabilidad. 

 

Junmyeon sonrió de una manera que era tanto seductora como peligrosa. 

 

—La verdad sobre mí, sobre nosotros. Y sobre el juego que hemos estado jugando. 

 

Con esa última frase, Junmyeon se acercó aún más, sus labios a solo un susurro de distancia. La tensión en el aire era palpable, un tira y afloja entre la pasión y el miedo. Sehun quería acercarse, pero el temor a lo que significaba todo eso lo mantenía al borde.

 

—Junnie, espera... —dijo, sintiendo que su voz temblaba—. ¿Realmente quieres hacer esto?

 

Junmyeon se detuvo, el desafío en su mirada atenuándose por un instante. 

 

—¿Y tú? ¿Realmente quieres conocerme de verdad? 

 

Sehun se perdió en sus ojos, luchando entre la atracción que sentía y la verdad que sabía que estaba oculta en las sombras. El deseo de Junmyeon lo atraía como un imán, pero al mismo tiempo, había una parte de él que sabía que esta seducción tenía un propósito más oscuro, sehun lo agarraba de la cintura y friccionaban, ambos soltaban algunos quejidos, estaban bajo lujuria pero no era el objetivo principal de Kim junmyeon.

 

Este no era junmyeon... 

 

Entre besos y caricias, Junmyeon sintió cómo la atmósfera se volvía eléctrica. Se acercó a Sehun, su aliento cálido acariciando su piel. Con una sonrisa desafiante, susurró en su oído, cada palabra impregnada de un tono vengativo.

 

—¿Quieres que grite Hwang Sehun... o Oh Sehun en la cama? —preguntó, la voz suave pero cargada de una provocación intensa. 

 

Sehun sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no era solo por la cercanía de Junmyeon. Era el peso de las palabras, la revelación que amenazaba con desmoronarlo. La manera en que Junmyeon utilizaba su nombre lo hacía sentir expuesto, vulnerable, como si cada rincón de su ser estuviera a la vista.

 

—Jun... —intentó protestar, pero su voz se ahogó en el aire, atrapada entre el deseo y la culpa.

 

Junmyeon se apartó un poco, buscando los ojos de Sehun, disfrutando del conflicto que veía reflejado en su rostro. 

 

—Tú, que te has infiltrado en mi vida, que has jugado conmigo como si fuera un simple juego. ¿Por qué debería ser solo jun... para ti en este momento? —sus ojos chispeaban con una mezcla de ira y seducción—. ¿No te parece? Oh Sehun...

 

Sehun tragó saliva, sintiendo cómo su corazón se debatía entre la atracción que sentía por Junmyeon y la revelación de su verdadero yo, el hombre que había decidido vengarse de él de esta manera tan íntima. 

 

—Esto no es justo... —dijo, su voz temblando.

 

—¿Injusto? —replicó Junmyeon, acercándose de nuevo, sus labios casi tocando los de Sehun—. ¿Es injusto que te muestre quién soy realmente? Tú no me has dado piedad, Sehun. Has estado ocultando la verdad todo este tiempo. 

 

Junmyeon dejó que su cuerpo se presionara contra el de Sehun, sintiendo la reacción del hombre, provocando un gemido de sehun, el deseo mezclado con el miedo. 

 

—¿Qué te detiene, Sehun? —susurró, su voz llena de una dulzura irónica—. ¿Acaso temes que este junmyeon que ves, que te hace perder el control, también tiene su lado oscuro?

 

Sehun cerró los ojos por un momento, incapaz de articular una respuesta. La verdad lo golpeaba con fuerza, como una marea que amenazaba con arrastrarlo. 

 

—No... no estoy asustado de ti, Junmyeon. Estoy asustado de mí mismo —finalmente confesó, su voz un susurro quebrado—. Estoy asustado de lo que siento por ti. 

 

La risa suave de Junmyeon llenó el espacio, pero no era una risa de alegría; era la risa de alguien que había sido herido y que ahora estaba en control. 

 

—Así que no hay nada que temer, ¿verdad? —dijo, dejando que sus labios rozaran los de Sehun, creando un tira y afloja que lo mantenía a la vez deseoso y ansioso. 

 

—¿Realmente quieres esto? —preguntó Sehun, una mezcla de deseo y confusión en su mirada. 

 

—Quiero que sepas exactamente quién soy. Quiero que sientas el peso de la verdad, Sehun. —Junmyeon se apartó un poco, su mirada intensa—. Y esta noche, voy a hacer que lo entiendas, de la manera más profunda posible. 

 

A medida que sus palabras resonaban en la habitación, Sehun sintió que la presión aumentaba, la tensión en el aire palpable. No solo estaba jugando con sus sentimientos, sino que también estaba construyendo una trampa emocional de la que no podría escapar.

 

Junmyeon se acercó una vez más, sus labios casi tocando los de Sehun. 

 

—Así que dime, Hwang Sehun o Oh Sehun... ¿cuál prefieres? —preguntó con una sonrisa retadora, disfrutando de cada momento mientras se preparaba para que su corazón se rompiera en pedazos.

 

Sehun sintió que el tiempo se detenía, atrapado entre el deseo y la verdad, incapaz de predecir cómo terminaría esta noche.

 

Esto termino aca... Lo perdería todo. 

 

Notes:

Gracias por leer!! No se olviden de dejar kudos!!

Chapter 8: Capitulo 7 | Amame nuevamente

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Dulce venganza y dolorosa...

decía junmyeon en su mente 

 

—Así que no hay nada que temer, ¿verdad? —dijo Junmyeon, dejando que sus labios rozaran los de Sehun, creando un tira y afloja que lo mantenía a la vez deseoso y ansioso. Pero mientras disfrutaba del momento, Sehun sintió cómo las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, una mezcla de dolor y confusión que no podía contener.

 

—Jun, por favor... —rogó Sehun, su voz temblando con la súplica—. Déjame explicarte, déjame contarte la verdad...

 

Junmyeon le agarró el rostro con firmeza, obligándolo a mirar directamente en sus ojos, que ardían con un dolor profundo. La vulnerabilidad que había sentido con Sehun había desaparecido, reemplazada por una ira que lo consumía.

 

—¿La verdad? ¿Qué verdad podrías decirme que cambie lo que has hecho? —preguntó, su voz baja pero llena de veneno. A pesar de que aún deseaba a Sehun, el odio que sentía era innegable.

 

—No soy quien crees que soy... —Sehun intentó nuevamente, su corazón desgarrándose al ver la frialdad en la mirada de Junmyeon—. Vine aquí por razones que no podía explicar, pero no quería herirte. 

 

—¿Y ahora te preocupas por mí? —Junmyeon se burló, sus palabras cortantes—. ¿O es solo porque ahora ves el verdadero yo, el que tú mismo has engañado? 

 

Sehun sintió que el aire se le escapaba, la desesperación comenzando a invadirlo. Sabía que había cruzado una línea, que su infiltración había puesto en peligro todo lo que había construido con Junmyeon, pero aún no podía aceptar que su amor se basara en una mentira.

 

—Jun, yo... —intentó de nuevo, su voz llena de lágrimas—. Yo te amo. Nunca quise jugar contigo. Solo quise... 

 

Pero Junmyeon lo interrumpió, su voz temblando de rabia y dolor. 

 

—Amor. Esa palabra no significa nada ahora. ¿Cómo puedes amarme cuando has construido tu vida a mi alrededor con mentiras? ¿Cuántas veces has sonreído sabiendo que todo era un acto? 

 

Las lágrimas de Sehun cayeron libremente, dejando marcas en su rostro. Se sentía como un niño perdido, atrapado en una tormenta que él mismo había creado.

 

—No quiero que me mires así... —dijo, su voz rota—. Yo no te usé. Te prometo que te amo de verdad, aunque he fallado. 

 

Estaba desesperado

 

Junmyeon se soltó, dejando que sus manos cayeran a su lado. Había algo desgarrador en la expresión de Sehun, pero en su interior, la rabia seguía dominando. 

 

—¿Qué significa "de verdad" para ti, Sehun? —preguntó, cada palabra saliendo como un disparo—. ¿Es amar a alguien mientras te infiltras en su vida? ¿Mientras juegas con sus emociones? 

 

La sala se llenó de un silencio denso, donde el dolor de ambos se hacía tangible. Sehun no pudo más que mirar al suelo, incapaz de enfrentar la mirada acusadora de Junmyeon. 

 

—Eras diferente, Junmyeon. Me hacías sentir vivo. Nunca conocí a nadie que me hiciera sentir así. —La voz de Sehun se había vuelto más suave, más quebrada—. Pero me dejé llevar por mis propios demonios. 

 

—¿Y ahora? ¿Te dejarás llevar por ellos de nuevo? —Junmyeon no podía soportar la idea de que, a pesar de todo, todavía había una parte de él que quería creer en la sinceridad de Sehun.

 

—No, no otra vez. Prometo que esto es diferente. —Sehun levantó la mirada, los ojos húmedos de emoción—. Si me das la oportunidad, te demostraré que no soy quien crees. 

 

Junmyeon sintió un tirón en su corazón, un conflicto desgarrador entre el deseo de creerle y la traición que lo consumía. 

 

—Quizás no seas quien creo... pero eso no cambia el hecho de que has mentido. —Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo por las mejillas de Junmyeon—. No sé si puedo seguir adelante después de esto.

 

—Por favor, mi Amor... —imploró Sehun, extendiendo la mano hacia él, deseando tocarlo de nuevo, pero Junmyeon se apartó, un gesto que le atravesó el corazón como un cuchillo.

 

—No me llames así. Ya no soy el mismo. —Junmyeon se levantó, alejándose, tratando de recomponer su corazón roto—. Necesito tiempo. Necesito entender quién eres realmente.

 

Sehun lo vio alejarse, el dolor profundo marcando cada paso. Sabía que había arriesgado todo y ahora estaba a punto de perder lo más valioso que había encontrado. Y lo más desgarrador era que no había manera de retroceder en el tiempo.

 

El clima comenzaba a cambiar drásticamente, nubes oscuras cubrían el cielo y el viento aullaba con fuerza, como si la naturaleza misma estuviera reflejando el caos que se había desatado entre ellos. 

 

Junmyeon se colocó la camisa con manos temblorosas, sus lágrimas aún fluyendo, mientras el dolor en su pecho se intensificaba. No podía creer que la persona a la que había amado con todo su ser lo había traicionado de una manera tan profunda.

 

Sehun, incapaz de soportar la distancia emocional que se había creado, se dejó caer de rodillas frente a Junmyeon9desesperado. Sus ojos, inundados de lágrimas, estaban llenos de desesperación. 

 

—Jun, por favor... —suplicó, su voz quebrada resonando en el aire cargado de tensión—. Necesito que me escuches. No soy quien crees que soy, pero no de la manera en que piensas. Te juro que te amo, que nunca quise lastimarte.

 

Junmyeon se giró lentamente, enfrentándose a Sehun, su corazón latiendo con fuerza mientras el odio y el amor luchaban por dominarlo. La imagen de Sehun de rodillas, descompuesto, lo conmovía, pero el dolor de la traición aún lo mantenía a distancia.

 

—¿Cómo puedes decir que me amas después de lo que hiciste? —dijo Junmyeon, su voz temblando entre la rabia y el llanto. Se sintió tan vulnerable, pero no podía permitir que Sehun lo viera así—. Has construido tu vida sobre mentiras. ¿Y ahora esperas que te perdone porque estás de rodillas?

 

Sehun lo miró a los ojos, y en su mirada había un rayo de sinceridad que Junmyeon no podía ignorar, a pesar de su dolor. 

 

—Sé que no hay excusa para lo que hice, pero lo que siento por ti es real. No era solo una misión o un juego. Lo que vivimos... lo que compartimos... —se detuvo, buscando las palabras adecuadas—. Te necesito en mi vida, eres más que un objetivo para mí. 

 

Las palabras de Sehun resonaron en el corazón de Junmyeon, pero el nudo en su garganta le impedía aceptar la verdad detrás de ellas. En un momento de debilidad, sintió que el amor que había guardado con tanto recelo comenzaba a romper las barreras que había levantado. 

 

—No puedo... —dijo Junmyeon, su voz casi un susurro. Era un grito de guerra para su corazón. No podía permitir que Sehun lo acercara de nuevo—. No puedo confiar en ti después de esto.

 

Sehun bajó la cabeza, las lágrimas cayendo al suelo, como si cada gota fuera una súplica al cielo. 

 

—Te prometo que te contaré todo. La verdad completa, lo que realmente sucedió, por qué me infiltré en tu vida... No quiero perderte. 

 

La tormenta afuera comenzó a arremolinarse, relámpagos iluminando la habitación de manera intermitente, reflejando el conflicto interno que ambos estaban enfrentando. Junmyeon se sintió atrapado en una tormenta de emociones, el amor y el odio luchando por dominarlo.

 

—¿Y si no me gusta lo que escucho? —preguntó Junmyeon, su voz quebrándose—. ¿Y si la verdad es más dolorosa que la mentira?

 

Sehun se acercó un poco más, su vulnerabilidad visible. 

 

—Entonces lo aceptaré. Pero al menos dame la oportunidad de ser honesto contigo. Prometo que no me rendiré. No hasta que sepas que estoy aquí por ti y solo por ti. 

 

Junmyeon sintió que su corazón se rompía un poco más. Las palabras de Sehun eran un bálsamo, pero la herida seguía abierta, sangrando dolor y desconfianza. 

 

—No puedo... no puedo estar contigo y seguir sintiendo que me has traicionado. —Junmyeon respiró hondo, sintiendo el aire pesado y cargado de tensión—. Necesito tiempo para procesar esto.

 

Las nubes comenzaron a descargar su furia, la lluvia cayendo con fuerza sobre el mundo exterior, como un eco de las lágrimas que aún manaban de Junmyeon. La tempestad afuera contrastaba con el caos emocional que se libraba dentro de él.

 

Sehun, aún de rodillas, no se movió, como si supiera que este momento era crucial. 

 

—Lo entenderé, pero quiero que sepas que estoy dispuesto a esperar. Haré lo que sea necesario para demostrarte que no soy un monstruo. Te amo, Junmyeon, y no me iré sin pelear por ti.

 

Junmyeon sintió el peso de esas palabras, y por un instante, se vio atrapado en la posibilidad de que tal vez, solo tal vez, la verdad podría redimir a Sehun. Pero también sabía que no podía permitir que sus sentimientos lo cegaran. 

 

La tormenta afuera rugía con más fuerza, los truenos resonando como un eco de la confusión que asolaba el corazón de Junmyeon. A pesar de su ira y su dolor, sabía que no podía permitir que Sehun se fuera en medio de aquella tempestad. Por mucho que lo odiara en ese momento, no era capaz de poner en peligro su vida. 

 

Eso lo diferenciaba de aquellos que le habían causado daño.

 

Junmyeon respiró hondo, aún sintiendo el peso del dolor aplastando su pecho, y miró a Sehun con frialdad contenida.

 

—Quédate en la habitación de invitados. Está arriba, al final del pasillo —dijo en un tono firme pero contenido, tratando de mantener el control de sus emociones—. No quiero verte ni escucharte, ¿entendido? Quédate allí hasta que la tormenta pase. Y no me molestes.

 

Sehun, visiblemente devastado, asintió lentamente, sin decir nada. Sabía que intentar hablar más solo empeoraría la situación. Con un último vistazo lleno de culpa, se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras, su figura cada vez más lejana en la penumbra de la casa.

 

Junmyeon lo observó desaparecer en la oscuridad del pasillo superior, su corazón latiendo desbocado. La ira y el dolor seguían carcomiéndolo por dentro, pero al menos sabía que Sehun estaría a salvo. Luego, dejó que sus rodillas se doblaran, cayendo en el sofá, con el sonido de la lluvia golpeando las ventanas como un recordatorio constante de la tormenta que también se libraba dentro de él.

 

En la Habitación, de invitados, 22:00 PM

 

Sehun se dejó caer en la cama de la habitación de invitados, su cuerpo temblando de angustia y desesperación. Las lágrimas caían sin control, y por más que intentaba detenerlas, el dolor en su pecho solo aumentaba. Había arruinado todo. Había traicionado a la persona que más amaba, a su Junmyeon. No podía dejar de pensar en lo herido que estaba, en la forma en que lo había mirado con desprecio y dolor.

 

—Soy un idiota... —murmuró entre sollozos, sus manos temblorosas cubriéndose el rostro.

 

La ansiedad lo consumía, lo ahogaba, y en un arranque de odio hacia sí mismo, Sehun empezó a golpearse el pecho, cada golpe más fuerte que el anterior. 

 

—¡¿Por qué no le dije antes?! —gritaba, su voz rota por el llanto—. ¡¿Por qué te hice esto, Junmyeon?!

 

Cada golpe le dolía más, pero no tanto como el hecho de haber destrozado lo único que realmente le importaba en la vida. Se odiaba, odiaba haber sido tan cobarde, haber esperado tanto. Había tenido mil oportunidades de confesarle la verdad, pero su miedo, su propia ansiedad, lo había paralizado una y otra vez.

 

—Perdóname... —susurraba, abrazándose a sí mismo mientras sus lágrimas caían sin cesar—. Perdóname, Junmyeon... por favor...

 

Sehun se sentía roto, perdido en un torbellino de emociones. Sabía que no había forma de deshacer el daño que había causado, pero el dolor de haber lastimado a Junmyeon, a quien amaba con todo su ser, era insoportable.

 

Finalmente, el agotamiento emocional venció a Sehun. Con los ojos hinchados y la mente hecha pedazos, se dejó caer en la almohada, su cuerpo tembloroso por los sollozos que apenas podían contenerse. El peso de la culpa y el dolor seguían apretando su pecho, pero el cansancio le fue ganando lentamente. Las lágrimas aún corrían por su rostro mientras cerraba los ojos, y su respiración entrecortada se fue suavizando poco a poco.

 

Sehun cayó en un sueño inquieto, donde las imágenes de Junmyeon herido y lleno de rencor lo perseguían. Su cuerpo, a pesar de estar inmóvil en la cama, seguía tensionado, como si aún estuviera esperando el siguiente golpe de la realidad que había creado. Incluso en sus sueños, no podía escapar del dolor que sentía, y las lágrimas seguían cayendo de sus ojos cerrados, manchando la almohada con el rastro de su arrepentimiento.

 

Mientras la tormenta azotaba la mansión, el sonido de la lluvia y los truenos se mezclaba con el caos interior de Sehun, quien, aun dormido, no encontraba alivio.

 

Habitación de junmyeon, 03:00 AM

 

Junmyeon se recostó en el borde de su cama, con una cerveza en la mano y la mirada perdida en la oscuridad de su habitación. El sonido de la tormenta afuera parecía un eco de su propia tormenta interna. Dio un sorbo largo a la cerveza, sintiendo el líquido frío deslizarse por su garganta, pero no le trajo ningún alivio. Una risa amarga escapó de sus labios, entremezclada con las lágrimas que aún no dejaban de caer.

 

—Qué tonto... —murmuró para sí mismo, su voz apenas un susurro ahogado por el dolor.

 

Se recostó en el cabecero de la cama, soltando un suspiro mientras su mente volvía una y otra vez a la misma pregunta. ¿Cómo había sido tan ciego? Había confiado en Sehun, lo había amado con todo su ser, y ahora se daba cuenta de que había sido utilizado, engañado. 

 

El peso de la traición lo aplastaba, y con cada sorbo de cerveza, sentía que esa herida se hacía más profunda.

 

Pero a pesar del dolor, había una sensación más oscura, más profunda, creciendo en su pecho. La risa amarga que le brotaba no solo venía del dolor de la traición, sino del odio que empezaba a sentir hacia sí mismo por haber sido tan vulnerable. El Junmyeon que había sido capaz de amar tan intensamente parecía estar desvaneciéndose, reemplazado por alguien más frío, más calculador.

 

—Todo fue una mentira... —susurró, su voz apenas audible entre la tormenta.

 

Dio otro sorbo, apretando los labios, mientras las lágrimas seguían cayendo.

 

La noche avanzaba lentamente, con el sonido de la tormenta golpeando las ventanas de la mansión de Junmyeon. Estaba inmóvil en su cama, con la cerveza ya vacía a un lado, los ojos fijos en el techo. Cada trueno que resonaba en la distancia parecía hacer eco de sus pensamientos, aquellos que no lo dejaban en paz.

 

¿Y si le doy la oportunidad de explicarse?

 

La pregunta giraba en su mente, una y otra vez. Junmyeon cerró los ojos, apretando los puños con fuerza. Parte de él no quería saber la verdad, no quería escuchar las justificaciones de Sehun. ¿Para qué darle una oportunidad? Había sido traicionado, y la lógica le decía que era mejor cortar todo de raíz.

 

Pero otra parte, más profunda y más vulnerable, todavía albergaba una pequeña chispa de esperanza. Recordaba todos los momentos que habían compartido, las risas, los besos, la cercanía... 

 

No podía ser todo mentira, ¿verdad?

 

Se llevó una mano al pecho, sintiendo el peso del dolor, y dejó escapar un suspiro tembloroso. Había amado a Sehun con una intensidad que nunca había sentido antes. Y aunque el odio y la sed de venganza lo consumían, no podía evitar preguntarse si había algo más detrás de las mentiras de Sehun, algo que él no había visto.

 

¿Y si realmente me ama?

 

La duda lo atormentaba. Si le daba la oportunidad de hablar, tal vez Sehun tendría una razón, una explicación que pudiera cambiarlo todo. Pero también sabía que escuchar a Sehun significaba abrirse nuevamente al dolor, al riesgo de que todo lo que dijera solo confirmara sus peores temores.

 

Se pasó una mano por el rostro, cansado y sin poder encontrar una respuesta clara. La tormenta seguía rugiendo afuera, mientras Junmyeon luchaba con la decisión más difícil que había enfrentado en años.

 

¿Podré perdonarlo si tiene una razón... o ya es demasiado tarde?–susurro

 

Mientras la noche continuaba, Junmyeon sabía que esa respuesta tendría que llegar pronto.

 

Sábado, mansion de junmyeon, 7:00 AM 

 

La mañana siguiente llegó lentamente, el aire aún impregnado con el eco de la tormenta de la noche anterior. Sehun se despertó con los ojos pesados y rojos, la sensación del peso de la culpa colgando sobre él como una losa. Se sentó en el borde de la cama, observando su ropa desordenada en el suelo. Cada fibra de su ser estaba destrozada, y el remordimiento era insoportable. Con pasos vacilantes, se vistió, su ropa arrugada y su apariencia descuidada. No podía enfrentarse a Junmyeon después de lo que había sucedido, después de haberlo lastimado tanto. Lo que había comenzado como una mentira se había convertido en algo más complejo, algo que lo superaba, y ahora todo estaba al borde del colapso. El día estaba nublado, y la luz gris se colaba por las ventanas de la mansión mientras Sehun bajaba las escaleras lentamente, casi como si estuviera arrastrando sus pies. Cada paso que daba hacia la puerta lo llenaba de más angustia. Iba a irse, a marcharse sin mirar atrás, porque no podía soportar la idea de enfrentarse nuevamente a Junmyeon.

 

Pero justo cuando estaba a punto de cruzar el umbral, una voz familiar lo detuvo en seco.

 

—¿Así que simplemente te vas a ir?

 

La voz de Junmyeon era rasposa, herida. Sehun se detuvo, el corazón latiendo desbocado en su pecho. Lentamente giró la cabeza y lo vio. Junmyeon estaba de pie en lo alto de las escaleras, vestido con una bata de seda, su cabello despeinado y su expresión exhausta. Había rastros de dolor en su rostro, y Sehun supo de inmediato que Junmyeon no había dormido bien.

 

Sehun intentó decir algo, pero las palabras no le salían. Todo lo que había ensayado en su mente, todas las disculpas y explicaciones, se esfumaron al ver la mirada herida de Junmyeon.

 

Junmyeon bajó las escaleras lentamente, cada paso resonando en el silencioso salón. Se detuvo frente a Sehun, cruzando los brazos, y aunque su rostro intentaba mantenerse neutral, sus ojos revelaban el dolor que llevaba dentro.

 

—¿No tienes nada que decirme? —preguntó, su tono áspero y lleno de reproche—. Después de todo lo que ha pasado... ¿vas a irte sin darme una explicación?

 

Sehun bajó la mirada, incapaz de sostenerle la vista. Su respiración se aceleraba, el peso de la verdad era aplastante. Había querido confesar todo desde hace tiempo, pero ahora que estaba frente a Junmyeon, sentía que las palabras se le atascaban en la garganta.

 

—Yo... —empezó, pero su voz se quebró—. No sé por dónde empezar, Junmyeon.

 

—Empieza por la verdad —dijo Junmyeon con frialdad—. Sabes que lo sé todo. Oh Sehun... Hwang Sehun... ya no importa el nombre que uses. Quiero escuchar de tu boca por qué lo hiciste. 

 

Sehun cerró los ojos, sintiendo cómo el peso de la traición lo aplastaba más y más. La verdad era que sí, había comenzado todo con mentiras, con un propósito oculto. Pero en algún punto, todo se había torcido, y Sehun se había enamorado de Junmyeon de una manera que no había previsto, de una manera que jamás había creído posible. 

 

Junmyeon avanzó un paso más, su rostro ahora a centímetros del de Sehun. La proximidad de ambos hizo que el aire se sintiera denso, cargado de emociones no dichas.

 

—Mírame, Sehun —dijo Junmyeon, su voz rota—. Mírame y dime por qué. Dime si alguna vez fui algo más que un objetivo para ti.

 

Sehun lo miró, las lágrimas volviendo a acumularse en sus ojos. No podía soportar la mirada de Junmyeon, esa mezcla de dolor y odio que reflejaba lo que él mismo sentía por dentro. Quería abrazarlo, decirle que lo amaba, que todo había cambiado, pero sabía que eso no bastaría. No ahora.

 

—No... no fuiste solo un objetivo, Junmyeon. Yo... —Sehun respiró hondo, intentando calmarse, pero las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos—. Cometí muchos errores, y lo que hice estuvo mal. Pero... te amo. Te amo de verdad, y no sabes cuánto me duele haberte lastimado así.

 

Junmyeon observaba cada palabra que salía de la boca de Sehun, pero su expresión seguía siendo fría, impenetrable. A pesar de las palabras de Sehun, el dolor en su interior seguía latente, palpitante.

 

—Si me amas tanto —dijo Junmyeon con una sonrisa amarga—, entonces demuéstramelo. Dime la verdad de una vez por todas.

 

Sehun tragó saliva, la ansiedad lo estaba ahogando. Quería decirlo, quería confesarlo todo, pero no sabía si Junmyeon lo entendería, si había una manera de salvar lo poco que quedaba entre ellos.

 

Junmyeon dio un paso atrás, dándole un poco de espacio, pero sin apartar la mirada de él.

 

—Tienes la oportunidad de decirme la verdad, Sehun. No te estoy pidiendo nada más, solo eso —dijo, su voz temblando por la emoción contenida—. Lo que sea que quede entre nosotros... si realmente te importo... dímelo ahora.

 

Sehun lo miró a los ojos, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que esa era su última oportunidad, la última vez que Junmyeon le daría el beneficio de la duda. Pero las palabras seguían atoradas en su garganta. 

 

Finalmente, Junmyeon suspiró, y su voz fue apenas un susurro mientras daba media vuelta.

 

Sehun respiró hondo, su corazón latiendo con fuerza mientras veía la espalda de Junmyeon alejarse. No podía dejar que se fuera así, no después de todo lo que había pasado. Sabía que era el momento de contar la verdad, aunque le aterrara lo que vendría después. Con pasos decididos, aunque temblorosos, fue detrás de él, alcanzándolo en el comedor. Junmyeon no dijo nada, pero al ver que Sehun lo seguía, supo que finalmente algo cambiaría.

 

Ambos se sentaron en la mesa, el ambiente pesado, cargado de emociones no dichas. El silencio entre ellos era ensordecedor, un abismo que los separaba aún más. Junmyeon mantuvo la mirada fija en la mesa, sin siquiera levantar los ojos para ver a Sehun. El frío en su postura era palpable, como si hubiera construido un muro entre ellos que ahora parecía imposible de derribar.

 

Sehun, con el corazón latiendo dolorosamente en su pecho, se armó de valor. Sabía que tenía que empezar desde el principio, desde la raíz de todo el engaño. La culpa lo carcomía, y ver a Junmyeon tan roto, tan herido, lo destrozaba por dentro. No había otra salida que la verdad, aunque temía que esta los destruyera aún más.

 

—Junmyeon —comenzó, su voz apenas un susurro—. Voy a contarte todo. No te mereces más mentiras.

 

Junmyeon no dijo nada, pero sus manos se tensaron sobre la mesa. Sehun lo notó, y eso lo empujó a seguir. Su garganta estaba seca, y cada palabra que estaba por decir pesaba como una tonelada, pero no podía echarse atrás.

 

—Me infiltré en tu empresa, en tu vida... porque estaba buscando respuestas. Quería saber qué había pasado con mi madre, Oh mina

 

El nombre de su madre hizo eco en la habitación, y Sehun pudo sentir cómo la tensión en Junmyeon aumentaba. Aún así, Junmyeon permaneció en silencio, permitiéndole continuar.

 

—Hace cinco años, mi madre... murió en un accidente, o eso nos dijeron. Pero nunca pude creerlo. Mi padre, desde entonces, ha llenado mi cabeza con odio, diciéndome que tu familia, los Kim, estaban involucrados de alguna manera. Que fue su culpa.

 

Sehun hizo una pausa, intentando reunir el coraje para seguir. Las lágrimas amenazaban con volver, pero sabía que no podía detenerse. Junmyeon tenía que saberlo todo.

 

—He pasado los últimos cinco años lleno de odio. Mi padre me repetía una y otra vez que los Kim eran responsables de todo el dolor que habíamos sufrido. Que habías destruido nuestra familia. Y durante mucho tiempo... le creí.

 

Junmyeon finalmente levantó la cabeza, sus ojos llenos de una mezcla de dolor y confusión. Las palabras de Sehun lo golpeaban como un martillo, pero no decía nada. Esperaba más, necesitaba más. Sehun continuó, aunque cada palabra le costaba más esfuerzo que la anterior.

 

—Cuando me infiltré en tu empresa, lo hice para encontrar pruebas. Quería saber si realmente tenías algo que ver con lo que le pasó a mi madre. No sabía lo que encontraría, pero me llené de odio, de rabia. Creí que estaba haciendo lo correcto... al menos, eso me decía a mí mismo.

 

Junmyeon no pudo evitar soltar una risa amarga, llena de dolor y frustración.

 

—¿Y qué descubriste, Sehun? —preguntó con una voz rota—. ¿Que éramos el enemigo que tu padre te pintó?

 

Descubrió que Junmyeon era un hombre increíble...

 

Sehun negó con la cabeza, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas. No quería llorar, no ahora, pero el peso de la situación lo aplastaba.

 

—No... no encontré lo que esperaba. Me di cuenta de que todo lo que había creído, todo lo que mi padre me había dicho, estaba lleno de mentiras. Pero para entonces, ya estaba demasiado involucrado... contigo.

 

Junmyeon lo miraba, su expresión dura, pero había un atisbo de vulnerabilidad en sus ojos, como si quisiera creerle, pero no pudiera permitírselo del todo. Sehun sabía que esa era su única oportunidad para ser completamente sincero.

 

—Mi padre no sabe nada de esto, Junmyeon. Todo lo que hice, lo hice por mi cuenta. No podía decirle a nadie lo que estaba haciendo, ni siquiera a él. Estaba cegado por la ira, por el deseo de saber la verdad... pero al final, solo encontré algo que no esperaba.

 

—¿Y qué encontraste, Sehun? —preguntó Junmyeon con una frialdad que lo hizo estremecerse—. Porque parece que encontraste la manera perfecta de destruirme.

 

Sehun dejó escapar un sollozo ahogado, incapaz de contener más el dolor.

 

—Te encontré a ti —confesó, su voz temblorosa—. Encontré a alguien que nunca esperaba conocer, alguien que me hizo darme cuenta de que estaba equivocado, que todo lo que había creído era un error. Te conocí, Junmyeon, y todo cambió.

 

Junmyeon lo observaba, y aunque seguía herido, Sehun pudo ver un pequeño destello de comprensión en su mirada.

 

—No fue mi intención lastimarte —continuó Sehun—. No puedo perdonarme por lo que hice, pero... te amo. Me enamoré de ti, Junmyeon, de la persona que eres. No del hombre que mi padre pintaba como un monstruo. No del enemigo que había construido en mi cabeza.

 

Junmyeon apretó los labios, su mirada ahora más suave, pero aún llena de dolor.

 

—¿Y qué piensas hacer ahora? —preguntó en un susurro—. Porque después de todo esto, Sehun, no sé si queda algo que podamos salvar.

 

Sehun bajó la cabeza, sintiendo cómo su corazón se rompía en mil pedazos.

 

—Quiero arreglarlo, Junmyeon. Quiero demostrarte que lo que siento por ti es real. No puedo cambiar lo que hice, pero estoy aquí, dispuesto a hacer lo que sea necesario para que confíes en mí otra vez.

 

Junmyeon lo miró en silencio durante un largo momento. Finalmente, dejó escapar un suspiro tembloroso, cerrando los ojos por un instante como si intentara calmarse.

 

—Si realmente quieres arreglar esto, Sehun, hay una sola cosa que puedes hacer por mí —dijo lentamente, abriendo los ojos y mirándolo directamente—. Dime la verdad, toda la verdad. No más mentiras, no más secretos. Solo así podré decidir si queda algo que valga la pena salvar entre nosotros.

 

El silencio cayó sobre ellos nuevamente, pero esta vez, era diferente. Era una pausa cargada de esperanza, de posibilidad. Sehun sabía que no sería fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez, solo tal vez, podrían tener una oportunidad.

 

No podía perderlo...

 

Sehun respiró profundamente, sus manos temblorosas mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. Sabía que el daño que había causado era inmenso, pero también sabía que no podía rendirse. No con Junmyeon. No después de todo lo que habían vivido juntos. Sus ojos rojos e hinchados se levantaron para encontrar la mirada de Junmyeon, quien seguía observándolo con una mezcla de dolor y desconfianza.

 

—Voy a arreglar esto, Junmyeon —dijo con voz firme, aunque aún temblaba por dentro—. Haré lo que sea necesario para que vuelvas a confiar en mí. No puedo cambiar el pasado, no puedo borrar lo que hice, pero quiero demostrarte que lo que siento por ti es real.

 

Junmyeon no respondió de inmediato. Simplemente lo miró, como si intentara decidir si las palabras de Sehun eran suficientes. Su semblante seguía endurecido por la traición, pero en el fondo de sus ojos había una chispa, una pequeña esperanza que no se había extinguido por completo.

 

—¿Cómo piensas arreglarlo, Sehun? —preguntó Junmyeon con una mezcla de desafío y tristeza en su voz—. No se trata solo de palabras. Ya me mentiste demasiadas veces.

 

Sehun asintió, reconociendo la verdad en esas palabras. Las mentiras habían sido muchas, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por reparar lo que había destruido.

 

—Voy a ser honesto contigo, desde ahora. No más secretos. Te contaré todo lo que quieras saber, no solo sobre lo que hice, sino sobre mí, mi familia, todo. 

 

Sehun hizo una pausa, limpiándose sus lagrimas

 

—Quiero que entiendas que mi amor por ti es lo único que ha sido real en todo esto. No me importa lo que tenga que hacer, Junmyeon. Voy a luchar por ti, por nosotros.

 

Junmyeon lo observaba en silencio, sopesando sus palabras. Finalmente, soltó un suspiro largo, como si el peso de la decisión fuera demasiado.

 

—Está bien, Sehun —dijo en voz baja—. Te daré una oportunidad, pero solo una. Tienes que demostrarme que lo que dices es verdad. Y si fallas... si vuelves a mentirme, no habrá vuelta atrás.

 

Sehun asintió con determinación. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que no podía vivir sin Junmyeon. Haría lo que fuera necesario para recuperar su confianza y, con ello, su amor.

 

Por que a partir de ahora, Ya no existirán secretos. 

 

Notes:

Hola!! A partir de aqui, se vienen capitulos largos...

Chapter 9: Capitulo 8 | Adios secretos

Chapter Text

Mansión de Junmyeon 8:00 AM

 

—No fue mi intención lastimarte —continuó Sehun—. No puedo perdonarme por lo que hice, pero... te amo. Me enamoré de ti, Junmyeon, de la persona que eres. No del hombre que mi padre pintaba como un monstruo, No del enemigo que había construido en mi cabeza.

 

Junmyeon apretó los labios, su mirada ahora más suave, pero aún llena de dolor.

 

—¿Y qué piensas hacer ahora? —preguntó en un susurro—. Porque después de todo esto, Sehun, no sé si queda algo que podamos salvar.

 

Sehun bajó la cabeza, sintiendo cómo su corazón se rompía en mil pedazos.

 

—Quiero arreglarlo, Junmyeon. Quiero demostrarte que lo que siento por ti es real. No puedo cambiar lo que hice, pero estoy aquí, dispuesto a hacer lo que sea necesario para que confíes en mí otra vez.

 

Junmyeon lo miró en silencio durante un largo momento. Finalmente, dejó escapar un suspiro tembloroso, cerrando los ojos por un instante como si intentara calmarse.

 

—Si realmente quieres arreglar esto, Sehun, hay una sola cosa que puedes hacer por mí —dijo lentamente, abriendo los ojos y mirándolo directamente—. Dime la verdad, toda la verdad. No más mentiras, no más secretos. Solo así podré decidir si queda algo que valga la pena salvar entre nosotros.

 

El silencio cayó sobre ellos nuevamente, pero esta vez, era diferente. Era una pausa cargada de esperanza, de posibilidad. 

 

Sehun sabía que no sería fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez, solo tal vez, podrían tener una oportunidad.

 

Sehun respiró profundamente, sus manos temblorosas mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. Sabía que el daño que había causado era inmenso, pero también sabía que no podía rendirse. No con Junmyeon. No después de todo lo que habían vivido juntos. 

 

Sus ojos rojos e hinchados se levantaron para encontrar la mirada de Junmyeon, quien seguía observándolo con una mezcla de dolor y desconfianza.

 

—Voy a arreglar esto, Junmyeon —dijo con voz firme, aunque aún temblaba por dentro—. Haré lo que sea necesario para que vuelvas a confiar en mí. No puedo cambiar el pasado, no puedo borrar lo que hice, pero quiero demostrarte que lo que siento por ti es real.

 

Junmyeon no respondió de inmediato. Simplemente lo miró, como si intentara decidir si las palabras de Sehun eran suficientes. Su semblante seguía endurecido por la traición, pero en el fondo de sus ojos había una chispa, una pequeña esperanza que no se había extinguido por completo.

 

—¿Cómo piensas arreglarlo, Sehun? —preguntó Junmyeon con una mezcla de desafío y tristeza en su voz—. No se trata solo de palabras. Ya me mentiste demasiadas veces.

 

Sehun asintió, reconociendo la verdad en esas palabras. Las mentiras habían sido muchas, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por reparar lo que había destruido.

 

—Voy a ser honesto contigo, desde ahora. No más secretos, te contaré todo lo que quieras saber, no solo sobre lo que hice, sino sobre mí, mi familia, todo, No me importa lo que tenga que hacer, Junmyeon. Voy a luchar por ti, por nosotros.

 

Junmyeon lo observaba en silencio, sopesando sus palabras. Finalmente, soltó un suspiro largo, como si el peso de la decisión fuera demasiado.

 

—Está bien, Sehun —dijo en voz baja—. Te daré una oportunidad, pero solo una. Tienes que demostrarme que lo que dices es verdad. Y si fallas... si vuelves a mentirme, no habrá vuelta atrás.

 

Sehun asintió con determinación. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que no podía vivir sin Junmyeon. Haría lo que fuera necesario para recuperar su confianza y, con ello, su amor.

 

Junmyeon vertía el café en dos tazas, el aroma llenando el silencio incómodo que se cernía sobre ellos. Sehun estaba sentado en la mesa, mirando fijamente la superficie, sus pensamientos enredados. Sabía que el camino para arreglar las cosas sería largo y doloroso, pero necesitaba entender cómo Junmyeon había descubierto la verdad. 

 

La traición que ahora los distanciaba era como una grieta en el suelo bajo sus pies, lista para tragarlos si no encontraban una manera de cruzarla.

 

Junmyeon se acercó a él, con la taza de café humeante en una mano, y con la otra, sin decir una palabra, tomó el rostro de Sehun con una firmeza suave. Sus dedos eran cálidos contra la piel fría de Sehun, pero había un peso en ese toque que hacía que el aire en la habitación se volviera denso. Sehun levantó la vista y se encontró con los ojos de Junmyeon, que lo miraban con una mezcla de dolor y algo más, algo que Sehun no podía identificar del todo.

 

El era culpable de ver al amor de su vida así 

 

La tensión en el aire creció cuando Sehun finalmente reunió el coraje para hablar, aunque su voz salió más suave de lo que pretendía.

 

—¿Cómo te enteraste...? —preguntó, sus ojos buscando respuestas en el rostro de Junmyeon—. ¿Cómo supiste lo que hice?

 

Junmyeon mantuvo su mirada por unos largos segundos, como si estuviera considerando si responder o no. Finalmente, soltó un leve suspiro, su pulgar acariciando la mejilla de Sehun antes de apartarse lentamente.

 

—Wendy —respondió, su tono neutral, pero con una frialdad que hizo que el corazón de Sehun se encogiera—. Me envió un archivo con tu nombre, No tenía idea... hasta que vi tu verdadero apellido, le pedi que te investigara por que actuabas muy... extraño –confesó junmyeon

 

Sehun asintió lentamente, sintiendo cómo un nudo se formaba en su garganta. Había imaginado que algo así podría suceder, pero no estaba preparado para enfrentar lo que había hecho. No estaba preparado para la devastación en los ojos de Junmyeon. 

 

—Lo siento —susurró Sehun, incapaz de contener el peso de sus emociones—. Nunca quise que esto te dañara de esta forma...

 

Junmyeon apartó la mirada, llevándose la taza a los labios, pero sin beber realmente el café. Estaba procesando, intentando decidir si las disculpas de Sehun eran suficientes para mitigar la herida profunda que le había dejado la traición.

 

Junmyeon dejó la taza de café sobre la mesa y miró hacia la ventana, su mirada perdida en el gris nublado del día. Respiró hondo, reuniendo las fuerzas que quedaban dentro de él para enfrentar el torrente de emociones que lo inundaba. Finalmente, sin apartar la vista de la ventana, comenzó a hablar, su voz baja y cargada de nostalgia.

 

—Recuerdo a tu madre, Oh Mina —dijo, cada palabra saliendo con cuidado, como si cada una trajera consigo una avalancha de recuerdos—. Ella era una mujer amable, elegante... Nunca pensé que uno de sus hijos terminaría buscando venganza contra mi familia.

 

Sehun sintió un peso en su pecho al escuchar el nombre de su madre. Las palabras de Junmyeon resonaban con una tristeza que le partía el alma. Junmyeon estaba reviviendo momentos que probablemente él mismo había enterrado hace años.

 

—Yo la respetaba —continuó Junmyeon, volviendo su mirada a Sehun, sus ojos oscuros y llenos de dolor—. Nunca hubo mala sangre entre ella y nosotros, nos llevebamos bien, por eso... me cuesta creer que todo esto haya surgido de su muerte.

 

Sehun tragó saliva, recordando cómo su padre lo había llenado de odio hacia los Kim, haciéndolo creer que ellos tenían la culpa de lo ocurrido. Pero mientras escuchaba a Junmyeon, empezaba a ver cuán distorsionada estaba su percepción.

 

—Tu madre era alguien con quien se podía hablar, alguien que entendía el valor de las personas por quienes eran, no por el poder o la riqueza que tuvieran —Junmyeon continuó, su voz temblando un poco—. Nunca pensé que perderla causaría tanto rencor, y mucho menos que tú, su hijo, serías quien intentaría destruir lo que ella misma alguna vez apreció.

 

Su madre estaría decepcionada de el

 

Sehun no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Junmyeon había conocido a su madre de una manera que él mismo apenas recordaba. Su mente estaba llena de fragmentos, pero esas palabras lo hicieron sentir más culpable que nunca.

 

—Yo... —comenzó Sehun, su voz rota—. No lo sabía. Pensé que estaba haciendo lo correcto. Mi padre me llenó la cabeza de odio... 

 

Junmyeon apartó la mirada nuevamente, esta vez con una amarga risa escapando de sus labios.

 

—¿Crees que ella querría esto? —preguntó, pero no esperaba una respuesta. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, aunque las contenía con fuerza—. Yo nunca imaginé que el hijo de Oh Mina sería el que intentaría destruirme.

 

Sehun, incapaz de sostener la mirada de Junmyeon, bajó la cabeza. Sabía que las palabras no podían deshacer lo que había hecho, pero estaba dispuesto a todo por remediarlo.

 

Junmyeon respiró hondo, tratando de calmarse mientras el peso de lo que acababan de discutir seguía colgando en el aire. La tensión aún era palpable, pero algo había cambiado. Ahora, ambos estaban de pie en el borde de un precipicio emocional, pero con la voluntad de sanar y seguir adelante. Sehun, sentado frente a él, aún con las lágrimas secas en su rostro, levantó la mirada, con una resolución clara en sus ojos.

 

—Quiero arreglar esto —dijo Sehun con voz ronca—. Quiero protegerte, como debí haberlo hecho desde el principio. Pero sé que el primer paso es enfrentar lo que pasó... descubrir la verdad. 

 

Junmyeon asintió lentamente. Aunque el dolor aún lo recorría como una corriente, algo dentro de él empezaba a ceder. Sehun estaba dispuesto a cambiar, y por más que le doliera, Junmyeon también lo estaba.

 

—Ese archivo... —Sehun murmuró, refiriéndose a uno que había encontrado días atrás—. Vi un archivo en tu computadora. Tenía una fecha importante, la fecha de la muerte de mi madre, pero estaba protegido con contraseña. No pude abrirlo, pero sé que tiene algo que ver con lo que ocurrió ese día.

 

Junmyeon se quedó en silencio por un momento, sus pensamientos corriendo a toda velocidad. Recordaba bien ese archivo. Había estado guardado en su pendrive durante años, pero nunca había tenido la fuerza para abrirlo de nuevo. Era un contrato entre las dos empresas, una alianza que debía haberse firmado el día en que Oh Mina murió trágicamente. Un acuerdo que nunca se materializó debido al desastre que ocurrió aquel día. Sehun había desconfiado de él, de su familia, creyendo que ese archivo ocultaba la verdad sobre la muerte de su madre.

 

Junmyeon suspiró y se levantó. Caminó hacia su escritorio y sacó un pequeño pendrive de una gaveta. Lo sostuvo entre sus dedos, sabiendo que lo que estaban a punto de descubrir podía cambiar muchas cosas.

 

—Vamos a verlo juntos —dijo con voz firme—. Si de verdad queremos sanar, debemos enfrentar esto. La verdad es lo único que puede sacarnos de este agujero.

 

Sehun asintió con seriedad, con los ojos fijos en Junmyeon mientras este conectaba el pendrive a su computadora. El archivo apareció en la pantalla casi de inmediato, esperando la contraseña que lo protegía.

 

Junmyeon miró a Sehun, quien parecía inquieto pero determinado. Luego, con las manos temblorosas, empezó a escribir la contraseña... Finalmente sabía cual era

 

Era el día en que junmyeon se caso años atrás con victoria Song

y empezo su dolor dentro de jummyeon. 

 

25 de agosto del 2018

 

El archivo se desbloqueó, revelando un documento en su interior. Era el contrato que las dos empresas, Kim Corporation y Oh Corporation, debían firmar ese día fatídico. Junmyeon y Sehun se inclinaron hacia la pantalla, leyendo con atención. Las palabras eran frías y formales, como todos los acuerdos comerciales, pero la importancia de ese contrato era evidente. Si se hubiera firmado, ambas empresas habrían consolidado una alianza que cambiaría el curso de sus negocios y, posiblemente, sus familias.

Y la fecha que a sehun le dolia mirar: 

 

14 de marzo del 2018

 

Sin tan solo sus padres hubieran hecho las cosas bien desde el principio sin secretos

 

Oh mina hubiera sobrevivido 

 

Pero entonces, la tragedia ocurrió. Oh Mina murió antes de que pudiera firmar el contrato, y desde entonces, las dos familias habían estado en un estado de enemistad silenciosa, alimentada por el dolor y las sospechas.

 

—Es increíble pensar que todo esto... —Sehun murmuró, tocando ligeramente la pantalla—. Todo este odio, todo este rencor... vino de algo que nunca ocurrió. 

 

Junmyeon se quedó en silencio, sus pensamientos enredados en la maraña de emociones que lo invadían. Por primera vez, ambos estaban mirando la misma verdad. Este contrato, este simple acuerdo que nunca se firmó, había sido el catalizador de años de sufrimiento.

 

Pero algo más estaba escondido en esos detalles.

 

—Espera... —Junmyeon dijo de repente, su mirada afilándose al detectar algo extraño en el documento—. Aquí hay una nota de última hora, añadida por un abogado. Dice que la firma de tu madre fue pospuesta... debido a un "accidente técnico" en la oficina de kim corporation. 

 

Sehun frunció el ceño, sus ojos escaneando rápidamente las palabras que Junmyeon señalaba.

 

—Accidente técnico... —repitió Sehun, su voz tensa—. ¿Qué significa eso?

 

Junmyeon apretó los labios. Ambos sabían lo que esa frase sugería: algo había salido mal, algo que podría haber provocado un retraso crucial. Un accidente, tal vez algo más. Y lo peor de todo, la verdad seguía siendo un misterio.

 

—Nunca creí que todo esto fuera solo una coincidencia —dijo Sehun en voz baja—. Pero ahora no estoy tan seguro de qué es lo que realmente ocurrió. ¿Fue un accidente de verdad? ¿O hay algo más detrás?

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su columna. Durante años, había evitado pensar demasiado en ese día. La pérdida de Oh Mina, el colapso del acuerdo entre las empresas... todo había estado envuelto en una neblina de dolor. Pero ahora, al enfrentarse a la realidad con Sehun, comenzaba a darse cuenta de que tal vez ambos habían sido víctimas de algo más grande de lo que habían imaginado.

 

—No lo sé —admitió Junmyeon, sintiéndose más vulnerable de lo que había estado en años—. Pero vamos a descubrirlo juntos. No importa lo que sea. Tú y yo... lo resolveremos.

 

Sehun lo miró, sus ojos llenos de arrepentimiento pero también de determinación.

 

—Lo haremos. No me voy a rendir. Te prometo que vamos a encontrar la verdad y... vamos a sanar. —Sehun alzó una mano y tomó la de Junmyeon, su contacto firme pero suave—. No me importa cuánto tiempo nos tome. Lo siento tanto por haberte herido, pero no pienso retroceder ahora.

 

Junmyeon apretó suavemente su mano, sintiendo una chispa de esperanza en medio de todo el caos.

 

Ambos estaban mal

 

—Está bien —dijo, su voz apenas un susurro—. Vamos a descubrir qué pasó. Y vamos a arreglar esto... juntos.

 

El silencio que siguió a las palabras de Junmyeon fue pesado, pero había un entendimiento entre ellos. Un puente, aunque frágil, se había construido. Junmyeon observó a Sehun con un cansancio evidente en sus ojos, pero también con la resolución de no dejar que el pasado los destruya. Los dos habían cometido errores, pero ahora estaban juntos en su búsqueda de la verdad.

 

—Lo primero que necesitamos hacer —empezó Junmyeon, su voz aún cargada de la angustia de la noche anterior— es encontrar cualquier otro detalle que nos ayude a entender qué pasó ese día. Este contrato no es suficiente, pero al menos es un comienzo.

 

Sehun asintió, su mente ya trabajando a toda velocidad. Había pasado cinco años alimentando su rencor, creyendo que la familia Kim tenía algo que ver con la muerte de su madre. Ahora, saber que tal vez todo había sido un malentendido o, peor aún, un accidente encubierto por intereses corporativos, lo hacía sentir más perdido que nunca. Pero ya no estaba solo en esa lucha.

 

Junmyeon apagó la computadora y se levantó lentamente de su asiento. Sus movimientos eran torpes, como si aún no estuviera completamente decidido a seguir adelante. Pero el contacto de Sehun, su mano aún entrelazada con la suya, le dio la fuerza que necesitaba.

 

—No estoy listo para perdonar todo lo que pasó —admitió Junmyeon—. Pero sí estoy listo para descubrir la verdad contigo. Si lo que encontramos no cambia nada, si no hay respuestas... no sé si podré seguir adelante como antes.

 

Sehun se quedó en silencio, sabiendo que esas palabras eran su mayor temor. El riesgo de perder a Junmyeon para siempre estaba presente, pero no podía pensar en eso ahora. 

 

Si querían sanar, debían enfrentarse a la verdad, sin importar cuán dolorosa fuera.

 

—Yo tampoco sé qué encontraremos —dijo Sehun, con la voz cargada de emoción—. Pero lo que sí sé es que ya no te mentiré, junmyeon. No más secretos. Si seguimos juntos en esto, lo haremos con total transparencia. Te prometo que ya no hay nada más que ocultar.

 

Junmyeon se giró para mirarlo a los ojos, buscando alguna señal de duda en él, pero todo lo que vio fue a un hombre tan roto como él, dispuesto a todo por enmendar lo que había hecho. Por primera vez en días, algo dentro de Junmyeon se relajó, aunque solo fuera un poco.

 

—Está bien —respondió en voz baja—. Confío en ti, Sehun. Pero prométeme que, pase lo que pase, no volverás a herirme de esta forma.

 

Sehun asintió solemnemente.

 

—Lo prometo.

 

Junmyeon soltó un suspiro profundo, sintiendo el peso de la incertidumbre, pero también un pequeño atisbo de esperanza. Todavía tenían un largo camino por delante, y lo que encontraran podría separarlos o unirlos más que nunca.

 

—Bien —dijo Junmyeon, mientras se alejaba de la mesa para preparar más café—. Vamos a empezar. Reuniremos todo lo que podamos sobre ese día. Si hay algo que hemos pasado por alto, lo encontraremos.

 

Sehun observó a Junmyeon moverse por la cocina, notando su postura cansada pero determinada. Se preguntó cómo había sido capaz de engañar a alguien tan increíble. Ahora que sabía todo lo que había en juego, no podía permitirse fallar.

 

— jun...—lo llamó suavemente, deteniéndolo un momento—. No sé qué encontraremos, pero quiero que sepas que lo que sea, lo enfrentaremos juntos. No voy a dejar que te enfrentes a esto solo.

 

Junmyeon se detuvo, con la mirada fija en la cafetera, y luego, lentamente, giró su cabeza hacia Sehun. Un pequeño atisbo de una sonrisa triste apareció en sus labios.

 

—Eso espero, Sehun. Porque no podría hacerlo sin ti.

 

El silencio volvió a caer entre ellos mientras esperaban que el café estuviera listo. El sonido de la lluvia suave golpeando las ventanas era lo único que llenaba el aire, pero esta vez, ya no se sentía tan opresivo. Había mucho por resolver, muchas heridas que sanar, pero lo que ambos sabían ahora era que, por primera vez en mucho tiempo, estaban dispuestos a hacerlo juntos.

 

¿podrían volver a lo que eran? 

 

Sabían que la investigación requeriría paciencia y que cada pista que encontraran podría cambiar el rumbo de lo que creían saber. Junmyeon no podía evitar sentir una leve incomodidad cada vez que miraba a Sehun, recordando las mentiras y el engaño, pero también sabía que ahora tenían una misión compartida.

 

—Voy a contactar a Kyungsoo —dijo Sehun después de un rato, sacando su teléfono—. Él ha estado más involucrado en la empresa desde hace tiempo y puede que sepa algo que nosotros no. Tal vez él tenga acceso a más archivos o información relevante sobre ese día.

 

Junmyeon asintió, sin decir nada. Confiar en Kyungsoo no era algo que le viniera fácil, dado su historia con la familia Oh, pero en ese momento, cualquier ayuda era valiosa. Mientras Sehun marcaba el número de su hermano, Junmyeon se levantó para revisar algunos archivos antiguos que había guardado en su oficina en casa. No podía simplemente quedarse esperando.

 

—Hyung —dijo Sehun cuando su hermano respondió al otro lado de la línea—, necesito tu ayuda con algo. Es importante, y es sobre mamá.

 

El tono de Kyungsoo cambió de inmediato. Aunque no sabía los detalles de lo que estaba ocurriendo, siempre había sido protector con Sehun y la muerte de su madre seguía siendo una herida abierta para ambos.

 

—¿Qué sucede? —preguntó Kyungsoo, su voz firme pero cautelosa.

 

—Encontré algo, o más bien, Junmyeon y yo encontramos algo —empezó Sehun, consciente de que su hermano aún desconocía el hecho de que estaba con Junmyeon—. Tenemos un archivo que data del día en que mamá murió. Es un contrato entre la empresa Kim y la nuestra, Necesito que busques cualquier cosa que tengas sobre ese día. Algo que pueda ayudar a entender qué ocurrió realmente.

 

Kyungsoo guardó silencio por unos segundos. Sehun pudo imaginarlo procesando la información y decidiendo si debía confiar en Junmyeon o no.

 

—Está bien —respondió finalmente Kyungsoo—. Revisaré lo que tengo y te avisaré. Pero, Sehun, ¿estás seguro de que puedes confiar en él?

 

Sehun dudó por un momento antes de responder, recordando la traición que él mismo había cometido y el dolor que había causado. Pero también sabía que ahora estaban en esto juntos.

 

—Sí, Kyungsoo. Confío en él.

 

Pasaron algunas horas después de la llamada. Aunque Sehun y Junmyeon seguían trabajando en paralelo, había una distancia emocional entre ellos. Cada uno se sumergió en sus propios pensamientos, escudriñando los pocos archivos que habían logrado obtener. La verdad aún parecía lejana, pero ambos estaban decididos a encontrar respuestas, incluso si eso los separaba más en el proceso. 

 

Aunque distantes, ambos sabían que este era solo el comienzo.

 

Los archivos eran escasos y la información vaga, pero ambos sabían que cualquier pequeño detalle podía ser crucial. Sin embargo, conforme el día fue avanzando, también lo hacía el cansancio, tanto físico como emocional. Las heridas seguían presentes, pero la urgencia de encontrar respuestas los mantenía enfocados.

 

19:00 PM

 

Cuando Sehun, sintiéndose exhausto y con la mente aún nublada por el dolor, decidió que era hora de marcharse. Había sido un día largo, y aunque sentía que necesitaba estar cerca de Junmyeon, también sabía que ambos necesitaban espacio para procesar lo ocurrido.

 

—Me voy —dijo Sehun en voz baja, levantándose lentamente del sofá donde habían estado revisando los documentos.

 

No podía soportar ver al hombre que amaba 

lastimado por sus errores

 

Junmyeon, que estaba de pie cerca de la ventana, mirando hacia afuera sin realmente ver, apenas reaccionó al principio. La tormenta de la noche anterior había dejado el cielo cubierto de nubes grises, como un reflejo de sus propios sentimientos, Solo cuando escuchó los pasos de Sehun acercándose a la puerta fue que sus emociones lo sobrepasaron.

 

Antes de que Sehun pudiera dar el último paso hacia la salida, sintió los brazos de Junmyeon rodearlo por la espalda. Fue un abrazo repentino, lleno de la angustia acumulada en las últimas 24 horas. El cuerpo de Sehun se tensó al principio, sorprendido por el gesto, pero luego se relajó lentamente. 

 

—No te vayas... no así —susurró Junmyeon, su voz apenas audible contra la espalda de Sehun.

 

Sehun cerró los ojos, sintiendo cómo el peso de las palabras y las emociones de Junmyeon caían sobre él. Se quedó inmóvil, escuchando la respiración temblorosa de Junmyeon contra su espalda, el calor de su abrazo, y supo que, a pesar de todo lo que había pasado, Junmyeon aún lo amaba. Esa simple verdad lo golpeó con fuerza.

 

—Lo siento tanto, junmyeon...—dijo Sehun, su voz quebrada, pero no se dio vuelta. No podía mirarlo directamente a los ojos, no después de todo lo que había ocurrido.

 

—No quiero que te vayas todavía —insistió Junmyeon, aferrándose a él como si temiera que, si lo dejaba ir, todo lo que quedaba entre ellos se desmoronaría.

 

El silencio entre ambos lo decía todo. Estaban rotos, pero, por ahora, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar al otro ir completamente.

 

por que ambos en el fondo se amaban en medio de la traición que los empujo a la oscuridad. 

 

 

Chapter 10: Capitulo 9 | Dos almas

Chapter Text

Sehun se dio la vuelta lentamente, enfrentándose a Junmyeon, quien lo miraba con una mezcla de dolor y necesidad. Sus ojos, rojos e hinchados por el llanto de la noche anterior, lo observaban como si estuviera viendo algo frágil, algo que podría desaparecer en cualquier momento si no era tratado con cuidado. 

 

Lo lastimó tanto...

 

El silencio entre ellos era denso, lleno de todo lo que querían decirse, pero no podían expresar con palabras.

 

Junmyeon respiró profundamente y, con una voz suave pero cargada de emoción, le pidió a Sehun que se quedara.

 

—No te vayas... quédate conmigo, Sehun, eta noche —dijo, casi como una súplica.

 

Sehun, que había estado luchando internamente con su culpa y el dolor que le había causado a Junmyeon, simplemente asintió. No había palabras que pudieran expresar lo que sentía, pero sabía que quería estar allí, junto a él. Sabía que Junmyeon lo necesitaba, y él también lo necesitaba a él.

 

Junmyeon, decidido a no dejar pasar ese momento, se acercó lentamente a Sehun. Se puso de puntas y, con una delicadeza que contrastaba con el fuego que ardía en su interior, lo besó. 

 

Al principio, fue un beso suave, tímido, casi como si estuvieran probando las aguas de lo que quedaba entre ellos. Pero rápidamente se convirtió en algo más. Era un beso cargado de pasión, de años de dolor contenido, de todas las emociones que no habían sido dichas.

 

Junmyeon rompió el beso un momento, jadeando levemente, y con una mirada que lo decía todo, susurró:

 

—Llévame a la cama...

 

Sehun lo miró con una mezcla de sorpresa y deseo. No era una petición lujuriosa, sino una invitación a sanar juntos. Junmyeon le ofrecía su vulnerabilidad, y Sehun, aún con el corazón roto, la aceptó. 

 

Sin decir una palabra, tomó la mano de Junmyeon y lo siguió hasta su habitación.

 

Por primera vez, Sehun entraba en ese espacio íntimo. Había algo profundamente simbólico en ese acto, como si traspasar el umbral de esa puerta fuera una señal de que también estaba entrando en lo más profundo de Junmyeon. El ambiente era cálido, tranquilo, pero lleno de una tensión palpable.

 

Una vez dentro, Junmyeon empezó a sacarse lentamente su remera, dejando caer una prenda tras otra al suelo. Sehun lo observaba, con los ojos llenos de fascinación y algo de nerviosismo. 

 

Era la primera vez que veía a Junmyeon, había algo diferente en ese momento, algo más profundo. Cuando Junmyeon finalmente se quedó desnudo frente a él, Sehun no pudo evitar sentir una oleada de admiración. Su piel blanca contrastaba con la luz suave de la habitación, y su cuerpo bien formado era como una obra de arte. A pesar de todo el dolor que cargaba, Junmyeon seguía siendo hermoso, Sehun, sin decir nada, comenzó a desvestirse también, dejando que sus ropas cayeran al suelo junto a las de Junmyeon. Una vez que ambos estuvieron desnudos, no hubo prisa por hacer nada más que besarse. Era como si, en ese momento, el mundo exterior no existiera, y lo único que importaba era el otro.

 

Sehun besaba a Junmyeon con una mezcla de adoración y arrepentimiento. Cada beso en sus labios, su cuello, su pecho, era una disculpa silenciosa, una promesa de que intentaría reparar lo que había roto. Junmyeon, por su parte, se entregaba completamente a esos besos, sintiendo que, al menos por un momento, el dolor desaparecía.

 

Se tumbaron en la cama, envueltos en caricias y besos. Ninguno de los dos buscaba algo más allá del contacto. 

 

No era una noche para el sexo, sino para encontrar consuelo en la presencia del otro. Sehun besaba cada parte del cuerpo de Junmyeon, sus manos, su abdomen, su clavícula. 

 

Era como si estuviera redescubriéndolo, como si cada beso fuera una promesa de que no lo dejaría caer de nuevo.

 

—¿Por qué no nos conocimos antes? —susurró Sehun de repente, su voz llena de arrepentimiento. Había tanto que quería preguntarle, pero esa era la pregunta que más lo atormentaba.

 

Junmyeon lo miró, acariciando suavemente su rostro.

 

—No lo sé... tal vez las cosas habrían sido diferentes si lo hubiéramos hecho. Tal vez no estaríamos aquí, tratando de arreglar algo que ya estaba roto desde el principio.

 

—Pero podría haber sido diferente —insistió Sehun, acercando sus labios a los de Junmyeon nuevamente—. Si te hubiera conocido antes de todo esto, antes de las mentiras, antes de que mi vida se convirtiera en una búsqueda de venganza. Tal vez nunca te habría lastimado.

 

Junmyeon lo miró, su rostro suavizado por la tristeza y la comprensión.

 

—No podemos cambiar el pasado, Sehun. Lo único que podemos hacer es tratar de sanar juntos ahora. Eso es lo que quiero... sanar, contigo.

 

Sehun asintió, sus ojos llenos de lágrimas mientras lo besaba nuevamente, más suave esta vez, como si el amor que sentía por Junmyeon fuera la única verdad que importaba ahora.

 

Sehun continuó recorriendo el cuerpo de Junmyeon con sus labios, sus besos lentos y llenos de devoción. No podía dejar de admirar lo hermoso que era, cada centímetro de su piel parecía pedir su atención, y Sehun estaba más que dispuesto a entregársela. Con cada beso, sentía cómo el dolor se desvanecía, aunque solo fuera por un momento.

 

—Eres perfecto —murmuró Sehun, sus labios rozando suavemente el cuello de Junmyeon, haciendo que este cerrara los ojos por un instante.

 

—No lo soy... —respondió Junmyeon, casi con amargura, pero había una suavidad en su voz que indicaba que estaba empezando a creer, aunque solo fuera un poco, en las palabras de Sehun.

 

—Lo eres para mí —insistió Sehun, bajando lentamente hasta besar la clavícula de Junmyeon, deslizando sus manos por su pecho, sintiendo su respiración agitarse bajo su toque—. Siempre lo has sido, aunque no me haya dado cuenta antes.

 

Junmyeon lo miró, sus ojos llenos de una mezcla de emociones. Había dolor, había deseo, pero sobre todo, había una tristeza profunda que Sehun deseaba borrar. Bajó más, sus labios tocando suavemente el abdomen de Junmyeon, provocando un leve estremecimiento.

 

—¿Por qué me besas así... después de todo? —preguntó Junmyeon, su voz apenas un susurro, como si no pudiera entender por qué Sehun lo trataba con tanta ternura.

 

Sehun levantó la mirada, sus ojos llenos de arrepentimiento.

 

—Porque te amo. Y porque cada beso es una disculpa por lo que te hice. —Sehun volvió a subir, deteniéndose un momento en el pecho de Junmyeon, besando su piel con delicadeza—. Me odio por lo que te hice

 

—Entonces demuéstralo —susurró Junmyeon, dejando escapar un pequeño gemido cuando Sehun besó su cuello nuevamente, más apasionado esta vez—. Demuéstrame que me amas, que no fue solo una mentira...

 

Sehun se detuvo un momento, sus labios a solo centímetros de los de Junmyeon. Lo miró directamente a los ojos y, con la voz quebrada por la emoción, respondió:

 

—Te lo demostraré todos los días, hasta que me creas... hasta que este dolor desaparezca.

 

Junmyeon lo atrajo hacia sí, sellando sus labios en un beso profundo y lento, lleno de todas las emociones que ambos habían reprimido durante tanto tiempo. En ese momento, las palabras sobraban. Sehun besaba el cuerpo de Junmyeon con devoción, recorriéndolo como si fuera algo sagrado, y Junmyeon, por primera vez en mucho tiempo, permitió que sus muros cayeran, al menos por esa noche.

 

Sehun besó su vientre, sus manos acariciando suavemente su espalda mientras hablaba en voz baja.

 

—No merezco tu perdón, pero haré lo que sea para ganármelo. Junmyeon... haré lo que sea para que sepas cuánto te amo.

 

Junmyeon lo miró con los ojos llenos de lágrimas. No dijo nada, pero con un último beso lleno de cariño, supo que Sehun estaba decidido a enmendar lo que había roto.

 

Ambos se recostaron en la cama, la tensión de la noche se había disipado poco a poco, y ahora se encontraban en un espacio más íntimo, más reconfortante. Los besos seguían, suaves, cariñosos, cada uno cargado de un significado diferente. Sehun comenzó a besar el cuello de Junmyeon, bajando por su clavícula hasta su pecho, mientras Junmyeon, con los ojos cerrados, dejaba que el contacto físico le trajera una especie de paz.

 

—Tienes una piel tan suave... —susurró Sehun entre besos, acariciando lentamente el cuerpo de Junmyeon, admirando cada rincón. Cada toque era con delicadeza, como si Sehun quisiera grabar cada parte de él en su memoria. Junmyeon se estremecía, no tanto por el deseo, sino por la sensación de ser tocado de manera tan respetuosa, tan cuidadosa. Había algo diferente en cómo Sehun lo trataba esta vez.

 

Entre caricias, Sehun decidió romper el silencio, queriendo llenar el espacio entre ellos con más que besos.

 

—Sabes, cuando estudiaba economía, nunca pensé que terminaría involucrado en todo esto... en este tipo de vida —dijo con una sonrisa suave, mientras seguía acariciando el brazo de Junmyeon—. Siempre quise trabajar para la empresa de mi familia, pero no estaba seguro si era lo que realmente me apasionaba.

 

Junmyeon abrió los ojos y lo miró con atención, interesado en escuchar más sobre él, sobre la vida de Sehun antes de que sus caminos se cruzaran de una forma tan turbulenta.

 

—¿Estudiaste economía por tu familia? —preguntó Junmyeon suavemente, estirando la mano para acariciar el rostro de Sehun, intrigado por esa parte de su vida que nunca había conocido.

 

Sehun asintió.

 

—Sí, más que todo por ellos, en especial por mi padre —dijo, su voz algo distante—. Kyungsoo siempre fue el más cercano a la empresa, más involucrado en los negocios desde joven. Yo... siempre me vi como el menor, el que tenía más libertad de elegir, pero en el fondo sabía que terminaría allí, trabajando para la familia.

 

Junmyeon sonrió levemente al escuchar cómo Sehun hablaba de su hermano mayor. Había escuchado hablar de Oh Kyungsoo antes, pero nunca con tanto detalle. Acarició el cabello de Sehun, disfrutando de la tranquilidad que había en ese momento, la calma después de la tormenta.

 

Estaba conociendo al verdadero sehun

 

—Kyungsoo es tres años mayor que yo, tu edad, pero a veces actúa como si fuera mucho más. Siempre fue el más serio, el más responsable. —Sehun rió suavemente, recordando momentos con su hermano—. Siempre me cuidaba, incluso cuando no quería que lo hiciera. Creo que sentía una responsabilidad extra hacia mí, siendo el menor.

 

Junmyeon lo escuchaba atentamente, disfrutando de ese momento de conexión más allá del dolor, más allá de los malentendidos. Sentía que, finalmente, estaban empezando a conocerse de verdad, sin máscaras ni resentimientos.

 

—Siempre quise ser como él, pero también quería ser mi propio hombre, ¿sabes? —continuó Sehun, su voz un poco más baja, mientras acariciaba la cintura de Junmyeon—. Kyungsoo es fuerte, decidido, y yo... siempre me sentí como si estuviera a su sombra.

 

Junmyeon sonrió suavemente, notando el contraste entre Sehun y su hermano, algo que no había percibido antes. Acarició su mejilla y lo miró con ternura.

 

—Creo que eres increíble, Sehun. No necesitas ser como él —dijo Junmyeon con sinceridad, sus ojos reflejando la verdad de sus palabras.

 

Sehun se inclinó para besar a Junmyeon nuevamente, con dulzura, como agradeciéndole por esas palabras que tanto necesitaba escuchar. Mientras sus labios se encontraban una vez más, Sehun sintió que, por primera vez en mucho tiempo, estaba siendo visto, no como el hijo menor de la familia Oh, sino como Sehun, alguien con sus propios miedos, sus propias aspiraciones

 

—¿Y tú? —preguntó Sehun después de un rato, entrelazando sus dedos con los de Junmyeon—. ¿Siempre supiste que estarías al frente de Kim Corporation? ¿O hubo algo más que quisieras hacer?

 

Junmyeon suspiró profundamente, sus ojos vagando por la habitación mientras reflexionaba sobre la pregunta de Sehun. Los recuerdos de su familia, su hermano Minseok, y las decisiones que había tomado a lo largo de su vida volvieron a su mente, cada uno lleno de peso y significado.

 

—La verdad es que nunca pensé en estar al frente de Kim Corporation, al menos no de la manera en que terminó ocurriendo —comenzó Junmyeon, su voz tranquila pero cargada de una tristeza profunda—. Siempre supe que ser el hijo menor me colocaba en una posición de poca responsabilidad, Mi hermano, Minseok, era el primero en la línea. Él debía heredar la empresa.

 

—¿Qué pasó? —preguntó Sehun con curiosidad, apretando un poco más la mano de Junmyeon para darle apoyo.

 

Junmyeon dejó escapar una pequeña risa, aunque sin alegría. Sus ojos se volvieron un poco más brillantes, reflejando emociones reprimidas.

 

—Minseok decidió seguir su verdadero sueño. Quería ser diseñador de modas, algo que nuestro padre jamás pudo aceptar. Renunció a la empresa familiar para dedicarse a la alta costura. Al principio, fue una pelea constante. Mi padre lo presionaba para que regresara, para que cumpliera con lo que se esperaba de él. Pero Minseok no era como yo... él se rebeló, luchó por lo que realmente quería hacer con su vida.

 

Junmyeon hizo una pausa, recordando cómo su hermano se fue alejando de las expectativas de la familia. Aunque Minseok fue siempre amable, fue valiente al seguir su camino, algo que Junmyeon, en su momento, no pudo permitirse.

 

—Al final, mi padre no tuvo más opción que aceptarlo y apoyarlo, fue entonces cuando toda la responsabilidad cayó sobre mí —Junmyeon continuó, su voz más apagada—. De repente, fui yo quien debía estar al frente de la empresa, quien debía sacrificar mis propios deseos por el bien de la familia. 

 

Sehun lo miraba con intensidad, sus ojos llenos de empatía y comprensión.

 

—¿Y el matrimonio? —preguntó Sehun, sabiendo lo difícil que había sido para Junmyeon entrar en una unión arreglada que jamás deseó.

 

—El matrimonio fue parte de todo ese sacrificio —admitió Junmyeon, su voz ahora teñida de amargura—. La empresa estaba pasando por una crisis, y la única forma de mantenernos a flote fue mediante esa unión con los Song's,  No podía negarme...

 

junmyeon cerro los ojos y suspiro antes de continuar

 

—Mi padre me presionaba, y al final, acepté. Por el bien de la familia. Por la empresa, como los dos somos gays teniamos que dejar descendencia como parte del trato y fui yo quien se sacrifico y eligio ser padre, Todo lo que hice fue por esa maldita empresa.

 

Junmyeon cerró los ojos, respirando hondo para calmarse. A pesar del tiempo que había pasado, aún sentía el peso de las decisiones que no había tomado por sí mismo. 

 

Sehun, conmovido, lo miró a los ojos y le susurró con suavidad.

 

—No merecías cargar con todo eso solo, Junmyeon, pero ahora estás aquí, y no tienes que seguir llevándolo tú solo.

 

Junmyeon asintió lentamente, sintiendo por primera vez que tal vez, solo tal vez, podría empezar a liberarse de ese peso, Sehun miraba a Junmyeon, notando el peso emocional que aún cargaba, y decidió suavizar el ambiente con un cambio de tema.

 

—¿Sabes? A veces me olvido de que soy más joven que tú —comentó con una sonrisa ligera, buscando aligerar un poco la tensión. Junmyeon alzó una ceja, ligeramente sorprendido por el giro de la conversación.

 

—¿Ah, sí? —respondió Junmyeon, aún con un tono serio pero con una pequeña sonrisa que comenzaba a formarse en sus labios luego de horas de tristeza—. ¿Qué te hace pensar eso?

 

Sehun dejó escapar una risita suave, acercándose un poco más a él, buscando sus manos y entrelazándolas nuevamente. 

 

—Bueno, a veces siento que la forma en la que te cuido, la manera en que estoy pendiente de ti... me hace sentir mayor. O tal vez solo es que me preocupo demasiado —dijo Sehun, tratando de quitarle seriedad al tema.

 

Junmyeon soltó una risa suave, sacudiendo la cabeza. 

 

—No sé si es que te preocupas demasiado o si simplemente eres un viejo atrapado en el cuerpo de alguien más joven —bromeó, aunque aún había un toque de cansancio en su voz.

 

Sehun sonrió con más confianza, apreciando el pequeño destello de humor en Junmyeon. Acarició suavemente el dorso de su mano y se inclinó un poco más cerca, con una seriedad suave en sus ojos.

 

—Pero sabes... ser más joven no significa que no pueda ser alguien en quien confíes, alguien que esté a tu lado —dijo Sehun, con voz suave y sincera—. Sé que te fallé antes, sé que he hecho cosas de las que no estoy orgulloso, cosas que te han lastimado. Pero estoy dispuesto a todo para recuperarte, para volver a ganarme tu confianza. 

 

Junmyeon lo miró detenidamente, sus ojos escrutando los de Sehun en busca de sinceridad. No podía negar el dolor que aún sentía, pero también veía la honestidad en las palabras de Sehun. El silencio que siguió fue denso, pero no incómodo.

 

—¿Cómo piensas hacerlo? —preguntó Junmyeon, con voz baja pero curiosa—. ¿Cómo planeas recuperar mi confianza después de todo lo que ha pasado?

 

Sehun tomó aire, sabiendo que las palabras eran solo el comienzo, pero dispuesto a empezar por ahí.

 

—Poco a poco —respondió con firmeza—. No espero que las cosas cambien de la noche a la mañana, sé que necesitas tiempo para procesar todo, para curarte de lo que hice. Pero lo que sí quiero es que me permitas estar a tu lado mientras lo haces. No te estoy pidiendo que me perdones de inmediato, solo que me des la oportunidad de mostrarte que soy alguien en quien puedes confiar. 

 

Junmyeon no respondió de inmediato, pero su expresión cambió ligeramente, como si las palabras de Sehun comenzaran a asentarse en su mente.

 

—Y quiero que sepas —continuó Sehun— que lo que siento por ti es real. No fue parte de ningún plan, ni una estrategia para acercarme a ti. Si algo salió de todo esto... es que te encontré. Y no quiero perderte. 

 

Las palabras resonaron en el aire mientras Sehun acariciaba el rostro de Junmyeon con suavidad, buscando alguna señal de reciprocidad en él. Junmyeon suspiró, cerrando los ojos por un momento, intentando procesar lo que sentía.

 

—Y lo que más quiero —añadió Sehun— es hacer las cosas bien. Quiero que, cuando estemos juntos de nuevo, sea porque ambos lo decidimos. Quiero que confíes en mí, que volvamos a ser nosotros. No quiero apresurar nada. Quiero ser tu novio, Junmyeon, pero solo cuando tú lo sientas también. 

 

Junmyeon abrió los ojos, y aunque había dolor en ellos, también había algo más: la chispa de esperanza que Sehun buscaba. 

 

—¿Mi novio? —repitió Junmyeon, su tono entre incrédulo y melancólico.

 

Sehun asintió lentamente.

 

—Sí, pero no quiero que sea algo forzado. Quiero que lo construyamos poco a poco. Que reconstruyamos lo que una vez tuvimos, pero de una manera más honesta, sin secretos. 

 

Junmyeon observó el rostro de Sehun por un largo rato, buscando alguna señal de engaño o duda, pero no encontró nada más que sinceridad. Y eso le dio una pequeña esperanza de que, tal vez, las cosas podrían arreglarse, de que no todo estaba perdido.

 

Junmyeon podría volver a ser amado... 

 

—Está bien, Sehun —dijo finalmente, su voz apenas un susurro—. Vamos a intentarlo, pero no me hagas más promesas que no puedas cumplir.

 

Sehun asintió, conmovido por las palabras de Junmyeon. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a dar cada paso que fuera necesario para recuperar su confianza y, con suerte, su amor.

 

El ambiente en la habitación se sentía cálido y cargado de una energía íntima que ninguno de los dos había experimentado en mucho tiempo. 

 

Sehun y Junmyeon se miraron a los ojos, y en ese instante, el peso de los últimos días, de las mentiras y el dolor, parecía desvanecerse por un momento. Ambos sintieron esa conexión profunda que, a pesar de todo, seguía viva, Sehun miraba a Junmyeon con una mezcla de asombro y ternura, los ojos de su amante reflejando una vulnerabilidad que nunca antes había visto. Fue un momento que abrumó a Sehun: todo el dolor y las heridas del pasado parecían desvanecerse mientras se encontraban en esa burbuja de intimidad. Sin poder contenerse más, se inclinó hacia él y lo besó, comenzando con suavidad, como si cada movimiento fuera un baile delicado.

 

—Junmyeon... —susurró Sehun, mientras sus labios se encontraban con los de Junmyeon nuevamente. Sus besos eran un torrente de emociones, llenos de un deseo reprimido que ahora podía fluir libremente. 

 

Junmyeon respondió, dejándose llevar por la dulzura de esos momentos compartidos, los suaves suspiros escapando de sus labios mientras Sehun exploraba su cuerpo con sus manos.

 

—Esto se siente tan bien —murmuró Junmyeon entre suspiros, su corazón latiendo más rápido a medida que Sehun comenzaba a tocarlo con más confianza. Cada roce era un recordatorio de lo que habían perdido y lo que ahora estaban recuperando.

 

—Nunca debí haberte fallado —Sehun confesó, mientras sus manos acariciaban los muslos de Junmyeon, explorando cada centímetro de su piel. Su boca dejó un rastro de besos húmedos a lo largo de su cuerpo, sintiendo cómo la calidez del amor comenzaba a llenar el vacío entre ellos.

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ser tocado de esa manera, un placer que había estado ausente durante tanto tiempo.

 

—Sehun... —dijo, su voz temblando ligeramente—. No quiero que esto se convierta en una forma de compensar lo que pasó.

 

Sehun se detuvo por un momento, mirándolo a los ojos.

 

—No, por supuesto que no —respondió con sinceridad—. Quiero mostrarte que estoy aquí para quedarme, que mis sentimientos son reales y que no voy a lastimarte de nuevo.

 

Junmyeon sintió que su corazón se derretía ante la sinceridad de Sehun, y no pudo evitar sonreír mientras lo miraba. Se sintió seguro por primera vez en mucho tiempo, como si estuviera volviendo a casa.

 

—Me haces sentir tan amado —murmuró, mientras se dejaba caer hacia atrás, su cuerpo siendo abrazado por el cálido contacto de Sehun—. Eres el primero en tocarme de esta manera desde hace tanto tiempo.

 

—Y así quiero que sigas sintiéndote —dijo Sehun, guiando a Junmyeon para que se volteara, dándole la oportunidad de explorar su cuerpo también. A pesar de la timidez de ambos, la conexión era innegable. Sehun no podía evitar dejar que sus manos recorrieran el cuerpo de Junmyeon, cada toque lleno de cariño y deseo.

 

Mientras Sehun continuaba besándolo, la pasión comenzó a intensificarse, y los gemidos de Junmyeon se convirtieron en música para sus oídos. Sehun presionó su cuerpo contra Junmyeon, sintiendo la calidez de su piel y el latido de su corazón.

 

—Nunca pensé que volvería a experimentar algo así contigo —confesó Junmyeon, mientras se aferraba a la cama, disfrutando cada beso, cada roce de Sehun. Se sentía vivo nuevamente, como si cada caricia ayudara a sanar las viejas heridas.

 

—Yo tampoco —respondió Sehun, su voz llena de emoción—. Sabía que había algo especial entre nosotros, y me duele haberlo arruinado. Pero ahora, quiero aprovechar cada segundo contigo.

 

Sehun besó su cuello con delicadeza, sintiendo cómo Junmyeon se estremecía bajo su toque.

 

—¿Te gustaría que hiciéramos esto más a menudo? —preguntó Junmyeon, sintiendo que el amor comenzaba a florecer entre ellos nuevamente.

 

—Por supuesto, pero siempre con tu consentimiento —dijo Sehun, inclinándose para encontrar los ojos de Junmyeon, buscando su aprobación. El mundo exterior parecía desvanecerse mientras solo existían ellos en ese momento.

 

Junmyeon sonrió y se sintió amado de una manera que no había sentido en mucho tiempo.

 

—Prometo no apresurarte —murmuró Sehun, su aliento acariciando la piel de Junmyeon—. Solo quiero disfrutar de ti...

 

A medida que sus labios se encontraban de nuevo, el tiempo se detuvo. Ambos se sumergieron en el calor de la intimidad, besándose con ternura, cada roce de labios era como una promesa silenciosa de que, a pesar del dolor y las dificultades, estaban dispuestos a trabajar juntos para sanar.

 

—Gracias por quedarte —murmuró Junmyeon antes de dejarse llevar por el sueño, sus palabras llenas de una gratitud silenciosa. Sehun respondió con un beso suave en la cabeza de Junmyeon, abrazándolo más fuerte mientras el cansancio los envolvía a ambos.

 

No hicieron nada más esa noche, ni Necesidad de sexo.

 

Solo se mantuvieron enredados en los brazos del otro, sus cuerpos alineados como si encajaran perfectamente. Junmyeon se acurrucó contra Sehun, sintiendo su calor y la seguridad que le proporcionaba. Y aunque el dolor seguía presente, esa noche, al menos, lograron encontrar un poco de paz. Mientras ambos se quedaban dormidos, abrazados en una paz momentánea, una sombra en la ventana los observaba desde la distancia. Los dos amantes no notaron la presencia inquietante que los acechaba. 

 

La figura, oscura y casi imperceptible, llevaba consigo el peso de secretos aún más profundos. Unos que, si salían a la luz, podrían desmoronar todo lo que intentaban reconstruir.

 

Al final eran Dos almas que intentaban reconstruir lo roto que estaban

 

Domingo, Mansion de junmyeon, 8:00 AM

 

Junmyeon despertó lentamente, sus ojos adaptándose a la suave luz de la mañana que se filtraba por las cortinas. Se sentía cálido, envuelto en una sensación de seguridad y paz que hacía tiempo no experimentaba. 

Tardó unos segundos en recordar dónde estaba, hasta que sintió un peso familiar sobre él. El aroma de Sehun lo invadió, y su mente finalmente encajó todas las piezas. El cuerpo de Sehun lo rodeaba, un brazo fuerte y protector lo mantenía contra su pecho. El latido de su corazón, lento y constante, se escuchaba débilmente bajo su oreja.

 

Un estremecimiento recorrió su cuerpo. Aún no estaba del todo acostumbrado a estos momentos de calma con Sehun, momentos que parecían robados de un futuro que nunca imaginó poder tener con él. 

 

Lo amaba, aunque ese amor estaba teñido de dolor, traición y tantas dudas. sin embargo, ahí estaban, juntos, después de todo lo sucedido. 

 

Junmyeon suspiró. Sus pensamientos cambiaron abruptamente al recordar qué día era: Ningning y Kun, sus hijos, regresaban hoy. Llevaban unos días fuera con su madre, y aunque Junmyeon había disfrutado de esos días tranquilos para procesar todo lo que había sucedido con Sehun, ahora sentía un nudo de ansiedad al pensar en la llegada de sus pequeños. Era un reencuentro que había estado esperando con ansias, pero también una fuente de preocupación. 

 

¿Cómo iba a manejarlo todo?

 

Antes de que pudiera perderse en sus pensamientos, Sehun se movió detrás de él. El calor de su aliento acarició la nuca de Junmyeon, seguido de un suave beso que lo sacudió de sus preocupaciones. No pudo evitar sonreír. Sehun siempre sabía cómo devolverle al presente.

 

—¿Ya estás despierto?–murmuró Sehun, su voz ronca por el sueño.

 

Junmyeon asintió, pero no dijo nada. Simplemente se giró un poco en sus brazos para mirarlo mejor. Los ojos oscuros de Sehun lo observaban con una mezcla de ternura y algo más, algo que siempre hacía que su corazón diera un vuelco.

 

—Hoy vuelven los niños, ¿verdad?–dijo Sehun, leyendo el cambio en su expresión. Junmyeon asintió otra vez, sintiendo un pequeño nudo de tensión formarse en su pecho–Eso es bueno, Los extrañas

 

—Sí, los extraño...–respondió Junmyeon en voz baja. 

 

Había algo más en sus palabras, algo que no dijo en voz alta: estaba preocupado por cómo iba a introducir a Sehun en la vida de Ningning y kun. 

 

Ellos no sabían nada de lo que había pasado, de las revelaciones sobre Sehun y su conexión con la familia Oh. Eran solo unos niños, inocentes en medio de una historia llena de traiciones y secretos. Junmyeon no estaba seguro de cómo podrían reaccionar.

 

Como si percibiera su inquietud, Sehun lo besó suavemente en la frente y lo abrazó con más fuerza.

 

—No te preocupes por eso ahora–susurró.–Hoy es un buen día, disfruta de su regreso.

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo la ansiedad lo invadía. Sehun tenía razón, necesitaba disfrutar el momento, pero había algo que no quería dejar pasar.

 

—Debería prepararme para ellos–murmuró, aunque no hizo el esfuerzo de moverse. Algo en él estaba demasiado cómodo, demasiado seguro aquí, en los brazos de Sehun. 

 

Pero entonces lo sintió moverse, como si el simple hecho de mencionarlo fuera suficiente para separarlos.

 

—Claro, tienes que estar con ellos. Yo... debería irme pronto–Sehun comenzó a retirarse de la cama con lentitud, aunque sus manos aún recorrían la piel de Junmyeon, como si no pudiera dejarlo ir del todo.

 

El corazón de Junmyeon se encogió ante esas palabras. La idea de que Sehun se fuera, de que él y los niños volvieran a estar solos, le pesaba de una manera que no había anticipado. Su mente se llenó de imágenes de la casa vacía, de cómo solía ser su vida antes de que Sehun apareciera. Y ahora, el pensamiento de continuar sin él se le hacía insoportable.

 

Sin pensarlo dos veces, sus dedos se aferraron al brazo de Sehun, deteniéndolo antes de que pudiera levantarse por completo.

 

—No te vayas–murmuró, su voz apenas un susurro, pero cargada de emoción. Sus ojos buscaron los de Sehun, que lo miraba con sorpresa. Junmyeon tragó saliva y se obligó a continuar. 

 

—Quédate... quiero que estés aquí cuando lleguen, quiero que seas parte de esto, de mi vida, De nuestra vida.

 

Sehun lo observó en silencio durante unos segundos, como si no creyera lo que estaba escuchando. Luego, algo en su mirada cambió. Había una mezcla de gratitud y dolor en sus ojos, como si el simple hecho de que Junmyeon lo quisiera cerca después de todo lo que había pasado fuera un regalo inmenso.

 

—¿Estás seguro?– preguntó finalmente, su voz casi quebrándose, No quiero... no quiero hacerles daño, Jun, no quiero que me odien

 

Junmyeon sintió que su corazón se apretaba. Sabía que esto sería complicado, pero también sabía que no podía seguir viviendo con miedo. Si realmente querían avanzar juntos, no podían hacerlo con Sehun en las sombras, como si no fuera parte de su vida.

 

—Es difícil de explicar, Sehun, pero... te quiero aquí. No sé cómo será todo con ellos, pero quiero que empecemos de nuevo, Juntos... 

 

Las palabras quedaron suspendidas en el aire por un largo momento, hasta que Sehun se inclinó y lo llenó de pequeños besos por todo el rostro, bajando hacia su cuello, sus hombros. Cada beso era suave, lleno de una ternura que hacía que el corazón de Junmyeon latiera más rápido.

 

—No sabes lo que significa para mí escuchar eso–susurró Sehun contra su piel, antes de besar su clavícula–Haré lo que sea para estar a la altura, para ganarme su confianza, No los defraudaré, No te defraudaré.

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que las emociones lo inundaran. Aunque sabía que el camino por delante no sería fácil, en ese momento se permitió creer que todo podría mejorar. 

 

después de todo el dolor y las mentiras, tal vez había una nueva oportunidad para ambos.

 

Después del momento que compartieron, Sehun y Junmyeon se levantaron de la cama con una calma que hacía eco de la decisión silenciosa que habían tomado. Sin prisa, ambos se limpiaron y comenzaron a preparar todo para la llegada de los niños. 

 

La idea de que Sehun estuviera allí, formando parte de su rutina, hacía que Junmyeon se sintiera más liviano, como si finalmente estuviera permitiendo que algo nuevo y bueno entrara en su vida.

 

Mientras Sehun revisaba los ingredientes para el desayuno, Junmyeon se inclinó contra la encimera, observándolo. Había algo tranquilizador en verlo moverse con tanta naturalidad por su cocina, como si siempre hubiera pertenecido allí. Pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir una leve tensión en el aire. Victoria, su ex esposa y madre de sus hijos, estaba a punto de llegar con los niños, y él sabía que la introducción a Sehun no sería fácil.

 

Sehun, sin embargo, parecía calmado mientras encendía la estufa y comenzaba a batir los huevos.

 

— ¿Qué pasa por tu cabeza? – preguntó Junmyeon finalmente, incapaz de ocultar su inquietud.

 

Sehun levantó la vista y le sonrió, una de esas sonrisas que siempre lograban calmarlo.

 

—Nada que no podamos manejar, Jun. Estaré aquí, pase lo que pase – respondió Sehun mientras vertía la mezcla en la sartén. – Sé que será difícil para ella, pero lo importante es que tú estás de acuerdo con esto.

 

Junmyeon asintió, acercándose a Sehun y rodeándolo por la cintura desde atrás. Apoyó su cabeza en su hombro, buscando un momento de paz antes de lo que se avecinaba.

 

—Lo estoy – susurró. – Solo espero que ella lo entienda, y que no sea difícil para los niños.

 

—Lo entenderá – dijo Sehun, cubriendo las manos de Junmyeon con las suyas. – Y en cuanto a los niños, haremos lo que sea necesario para que se sientan cómodos.

 

Justo cuando terminaban de preparar el desayuno, escucharon el sonido de un auto estacionando frente a la casa. El corazón de Junmyeon dio un vuelco, y sin pensarlo, soltó a Sehun y se dirigió hacia la puerta principal. Apenas había girado el pomo cuando la risa infantil de Ningning y Kun llenó el aire, arrastrando con ella la última pizca de ansiedad que sentía.

 

– ¡Papá! – gritó Ningning, corriendo hacia él con los brazos abiertos. Junmyeon se agachó justo a tiempo para recibirla en sus brazos, y casi de inmediato Kun se unió al abrazo.

 

– ¡Mis pequeños! – exclamó Junmyeon, riendo mientras los apretaba contra él. Se sentía increíble tenerlos de vuelta en casa, sus pequeños cuerpos llenos de energía y amor. Besó sus cabecitas antes de ponerse de pie, viendo a Victoria acercarse desde el auto con una sonrisa suave en el rostro.

 

Victoria, siempre elegante y tranquila, se detuvo un momento al ver a Junmyeon y a los niños juntos. Su mirada se suavizó aún más, y al acercarse a él, lo saludó con un abrazo rápido.

 

—Hola, Jun – dijo ella en voz baja, retirándose para mirarlo a los ojos. – Están muy emocionados de estar de vuelta.

 

—Yo también los extrañaba – respondió Junmyeon, sonriendo antes de mirar hacia atrás, donde Sehun esperaba, un poco más alejado en la cocina. Sus miradas se encontraron por un momento, y Junmyeon supo que era el momento de presentarlos.

 

—Victoria, quiero que conozcas a alguien – dijo Junmyeon con una leve vacilación. Sehun, captando la señal, avanzó con pasos tranquilos hacia la entrada. – Él es Sehun, Oh sehun.

 

Victoria frunció el ceño por un segundo, como si intentara recordar algo, y luego sus ojos se abrieron un poco más al reconocer el apellido.

 

– ¿Oh... Sehun? – preguntó con cierta incredulidad, su mirada alternando entre Sehun y Junmyeon.

 

Junmyeon asintió lentamente, sin decir nada más. Sabía lo que estaba pasando por la mente de Victoria: la familia Oh, los enemigos de los Kim, la historia que ambos compartían. Pero antes de que pudiera decir algo, Victoria lo sorprendió.

 

– Oh – murmuró ella, bajando la mirada un momento antes de sonreír suavemente. – Bueno... encantada de conocerte, Sehun. Junmyeon me ha contado algo sobre ti.

 

Sehun inclinó la cabeza en señal de respeto y, con un tono suave, respondió:

 

– Igualmente, Victoria. Gracias por darnos la oportunidad de estar aquí.

 

Victoria lo miró un instante más, y Junmyeon podía ver la lucha interna en su expresión. Al final, ella respiró hondo y sonrió más abiertamente.

 

– Junmyeon, no he visto esa sonrisa en ti desde hace mucho tiempo – dijo en un tono tranquilo. – Lo nuestro siempre fue más una amistad que otra cosa, si Sehun es quien te hace feliz, entonces... les deseo lo mejor.

 

Las palabras de Victoria llenaron de alivio a Junmyeon, como un peso que finalmente se desvanecía. Siempre había temido que esta conversación fuera más difícil, pero la generosidad de Victoria, su comprensión, le recordaban por qué su matrimonio había funcionado tres años, por qué en primer lugar: porque siempre se habían respetado y cuidado como amigos, no como amantes.

 

—Gracias, Victoria – respondió Junmyeon sinceramente. – Eso significa mucho.

 

Antes de que pudieran seguir hablando, Ningning y Kun, que habían estado distraídos jugando cerca, finalmente se percataron de la presencia de Sehun. Ningning fue la primera en mirarlo con curiosidad.

 

– ¿Quién es él, papá? – preguntó, sus ojos grandes llenos de interrogantes.

 

Junmyeon sonrió, agachándose a la altura de sus hijos mientras Sehun se acercaba un poco más.

 

— Él es Sehun, es... un amigo mío – explicó Junmyeon con suavidad, sabiendo que por ahora era lo más sencillo de decir. – Vamos a pasar tiempo juntos, ¿de acuerdo?

 

Kun, siempre más directo, se acercó a Sehun y lo miró fijamente antes de sonreír.

 

— ¿Nos va a ayudar a hacer cosas divertidas? – preguntó con una inocencia que hizo sonreír a ambos adultos.

 

Sehun se agachó para quedar a la altura de los niños, y con una sonrisa cálida, respondió:

 

— Claro que sí. ¿Qué les gusta hacer?

 

Ningning, emocionada, empezó a contarle todas las cosas que le gustaban, desde pintar hasta jugar en el parque, mientras Kun asentía con entusiasmo. Junmyeon observó la escena, sintiendo una calidez indescriptible al ver cómo Sehun se integraba con sus hijos, haciéndolos sentir cómodos.

 

Victoria se acercó a Junmyeon, quien aún observaba con ternura la interacción entre Sehun y los niños.

 

— Se ven bien juntos – comentó ella en voz baja. Junmyeon la miró, agradecido, y asintió.

 

— Creo que todo va a estar bien – respondió, su voz cargada de esperanza.

 

Por primera vez en mucho tiempo, Junmyeon sintió que su vida estaba tomando un nuevo rumbo, uno lleno de posibilidades y amor. Aunque el camino no había sido fácil, y aún quedaban obstáculos por superar.

 

Y verdades por descubrir 

 

Con la despedida de Victoria, la atmósfera en la casa se relajó. Ningning y Kun, llenos de energía, empezaron a invitar a Sehun a jugar con ellos. Aunque al principio Sehun parecía algo tímido, pronto se dejó llevar por el entusiasmo de los pequeños, y juntos comenzaron a construir torres con bloques de juguete y a reírse cada vez que las derribaban.

 

Junmyeon observaba desde la cocina mientras preparaba los ingredientes para el almuerzo. Ver a Sehun con sus hijos le llenaba de una sensación cálida, una mezcla de alivio y algo que no había sentido en mucho tiempo: esperanza. 

 

Sehun se estaba integrando en su vida de una manera que no había esperado tan pronto, y ver la forma en que Ningning y Kun se reían con él le confirmaba que había tomado la decisión correcta al pedirle que se quedara.

 

Después de un rato, Sehun se acercó a la cocina, llevando a Ningning sobre sus hombros mientras kun corría tras ellos. Junmyeon sonrió, bajando la cuchara de madera con la que removía la sopa.

 

– Papá, ¡Sehun es muy fuerte! – exclamó Ningning, riendo mientras Sehun la bajaba al suelo con cuidado.

 

– Lo sé, es un buen amigo – respondió Junmyeon, su voz llena de cariño. Sehun le lanzó una mirada rápida, una mezcla de afecto y algo más, algo que indicaba que la conversación pendiente entre ellos aún flotaba en el aire.

 

Mientras los niños se entretenían con algunos juguetes en la sala, Sehun se acercó a Junmyeon. Sin decir nada, envolvió sus brazos alrededor de él por detrás, atrayéndolo hacia su pecho. Junmyeon se relajó instantáneamente, apoyando la cabeza en el hombro de Sehun, cerrando los ojos mientras disfrutaba del momento.

 

– Esto se siente bien – murmuró Junmyeon, dejándose llevar por la sensación de seguridad que le proporcionaba el cuerpo de Sehun contra el suyo.

 

– Lo es – respondió Sehun en un tono bajo, besando suavemente la mejilla de Junmyeon. Pero había algo en su voz, una tensión sutil que Junmyeon no pudo ignorar.

 

Sabían que aún quedaban cosas por hablar, asuntos que no podían simplemente dejar de lado. Aunque habían decidido seguir adelante juntos, la sombra del pasado aún los perseguía.

 

La verdad sobre la muerte de Oh Mina y la traición inicial de Sehun

seguían sin resolverse completamente.

 

Junmyeon suspiró, dándose cuenta de que no podía evitar esas conversaciones para siempre. Pero, por ahora, quería disfrutar del momento, de la calma antes de enfrentar todo lo que estaba por venir.

 

– Habrá tiempo para hablar de todo lo demás – susurró Junmyeon, volviéndose para mirarlo a los ojos. – Pero hoy... solo quiero estar contigo y con los niños.

 

Sehun asintió, una suave sonrisa iluminando su rostro.

 

—Yo también – dijo, apretando a Junmyeon un poco más cerca.

 

Ambos sabían que el pasado no se resolvería en un día, pero estaban juntos, y eso era lo que más importaba en ese momento.

 

Pasaron las horas, en donde sehun conocio más a los pequeños, ahora sabia que kun es más parecido a junmyeon por sus chistes y su forma de jugar, mientras que ningning tenia los mismos ojos de su padre y hacia los mismos gestos, solo que ningning era más seria a veces y kun era muy jugueton. 

 

A medida que el día comenzaba a oscurecer, el ambiente en la casa se tornaba más tranquilo. Ningning y Kun, después de horas de jugar y reír, finalmente comenzaron a mostrar signos de cansancio. Sus ojitos se cerraban lentamente mientras descansaban en el sofá, acurrucados entre las mantas que Junmyeon había traído para ellos.

 

Junmyeon, quien había estado observando a sus hijos con una sonrisa tierna, se levantó del sofá para arroparlos mejor. Sehun, sentado a su lado, observaba la escena con una sensación de calidez, pero también sentía una creciente necesidad de retirarse. Sabía que, aunque ese día había sido perfecto, él y Junmyeon aún tenían mucho por delante, y la realidad los esperaba fuera de esas paredes.

 

– Creo que ya es hora de que me vaya – murmuró Sehun en voz baja, rompiendo el silencio cómodo que se había asentado en la sala.

 

Junmyeon lo miró con una mezcla de tristeza y comprensión. Sabía que Sehun tenía razón. Aunque el día había sido una pequeña burbuja de paz, ambos debían volver a la oficina al día siguiente, y el peso de la investigación sobre la muerte de Oh Mina todavía colgaba sobre ellos como una sombra.

 

– Sí... mañana volveremos a la realidad – respondió Junmyeon, intentando mantener su voz estable, pero había algo más en su tono, algo que indicaba que no estaba listo para dejar que Sehun se fuera tan fácilmente.

 

Sehun se levantó del sofá con cuidado de no despertar a los niños. Se acercó a Junmyeon, colocando una mano suave en su mejilla, su mirada penetrando en los ojos del otro.

 

– Jun... – comenzó, su voz llena de una seriedad que parecía extraña después de un día tan tranquilo. – Antes de irme, necesito pedirte algo.

 

Junmyeon se tensó un poco, pero asintió, permitiendo que Sehun continuara.

 

– En la oficina... y con todo lo que sigue, necesito que sigas llamándome Hwang Sehun – dijo, su tono cargado de peso. – Hasta que descubramos la verdad sobre la muerte de mi madre, nadie puede saber quién soy en realidad. Al menos, no aún.

 

Junmyeon se tomó un momento para procesar lo que Sehun estaba diciendo. Sabía que la familia Oh y la familia Kim tenían una historia complicada, y la relación de Sehun con su verdadera identidad era algo que debía mantenerse en secreto por ahora. Aunque odiaba la idea de ocultar algo, comprendía la importancia de esa decisión.

 

– Lo haré – respondió finalmente, su voz llena de determinación. – Seguiremos adelante con esto juntos. Descubriremos la verdad sobre lo que le pasó a tu madre.

 

Sehun soltó un suspiro de alivio, agradecido de que Junmyeon lo entendiera tan bien. Sus labios formaron una pequeña sonrisa mientras se inclinaba hacia él, cerrando la distancia entre ambos.

 

– Gracias – susurró, justo antes de capturar los labios de Junmyeon en un beso suave, lleno de promesas silenciosas y emociones que aún no habían sido completamente expresadas. Junmyeon respondió con la misma intensidad, aferrándose a él como si el momento pudiera durar para siempre.

 

Cuando el beso terminó, Sehun se apartó lentamente, acariciando la mejilla de Junmyeon una vez más antes de dar un paso atrás. Sabía que tenía que irse, pero parte de él no quería dejar ese hogar, esa sensación de pertenencia que había encontrado en Junmyeon y en los niños.

 

– Nos veremos mañana – dijo Sehun, sonriendo con suavidad. Junmyeon asintió, observándolo mientras se dirigía hacia la puerta. Pero antes de que Sehun pudiera salir, Junmyeon lo detuvo con un último comentario.

 

– Sehun... aún queda algo – dijo Junmyeon en voz baja, pero lo suficientemente clara como para que Sehun se detuviera en seco. – Hay un secreto más, algo que todavía no hemos descubierto.

 

Sehun se giró lentamente, mirando a Junmyeon con una mezcla de curiosidad y preocupación.

 

– ¿A qué te refieres? – preguntó, su cuerpo tenso mientras esperaba la respuesta.

 

Junmyeon no dijo nada por un momento, pero luego respiró hondo y finalmente lo soltó.

 

– La muerte de tu madre... sé que hay algo más. Algo que no hemos visto. No puedo explicarlo, pero lo siento. Y hasta que no lo descubramos, no podremos dejar el pasado atrás.

 

Sehun lo miró fijamente, sus ojos reflejando la misma incertidumbre que Junmyeon sentía. Sabía que Junmyeon tenía razón. Aunque habían avanzado mucho, el misterio de la muerte de Oh Mina seguía siendo un enigma. Y hasta que no desentrañaran todos los secretos, ninguno de ellos podría descansar realmente.

 

– Lo descubriremos – prometió Sehun, su voz llena de una determinación renovada– Juntos.

 

Con esa promesa colgando en el aire, Sehun salió finalmente, dejando a Junmyeon con la tranquilidad de que, aunque el camino no sería fácil, estaban listos para enfrentarlo, uno al lado del otro.

Chapter 11: Capitulo 10 | Amor sin secretos

Chapter Text

Lunes, Kim corporation, 8:00 AM 

 

Oficina de Kim junmyeon 

 

El día en Kim Corporation comenzó con la misma rutina de siempre, pero Junmyeon sentía que había algo diferente en el aire. Como CEO, estaba rodeado de papeles, llamadas y reuniones, pero su mente no podía evitar divagar hacia Sehun y la conexión que estaban empezando a forjar. Mientras revisaba algunos informes en su oficina, la puerta se abrió de golpe, y Sehun apareció con una sonrisa radiante, como si el sol mismo hubiera decidido iluminar su camino. Aquel día, Sehun llevaba una camisa azul que resaltaba su figura, y su energía era contagiosa.

 

– Buenos días– exclamó Sehun, acercándose rápidamente a la mesa de Junmyeon.

 

Junmyeon levantó la vista, sintiéndose instantáneamente más ligero al ver la expresión de Sehun. Era como si todo el estrés del día anterior se disipara en un instante. 

 

– Buen día, Sehun– respondió Junmyeon, forzando un tono serio, aunque una sonrisa ya se dibujaba en sus labios.

 

Sin poder contenerse, Sehun dio un paso adelante y, antes de que Junmyeon pudiera reaccionar, lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia él. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, uno que hablaba de todas las promesas y secretos que aún tenían que descubrir. 

 

El beso fue corto, pero lo suficiente para que ambos sintieran la chispa que siempre había estado ahí, pero que ahora era más fuerte que nunca.

 

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraron entrecortadamente, mirándose con una mezcla de deseo y complicidad.

 

—No puedo creer que no hayamos hecho esto antes – murmuró Sehun, su voz aún cargada de emoción. 

 

Junmyeon sonrió, sintiéndose más vivo que en cualquier momento de los últimos meses.

 

—Tal vez deberíamos hacerlo más a menudo – sugirió Junmyeon, guiñándole un ojo. Pero rápidamente, el peso de la realidad regresó a su mente. – Pero, ¿estás listo para comenzar con la investigación sobre tu madre?

 

Sehun asintió, su expresión volviéndose seria. 

 

—Sí, he estado pensando en eso. Hay algunas cosas que me gustaría revisar en la oficina de mi padre. Tal vez podamos encontrar información que no hemos visto antes. 

 

Junmyeon se quedó pensativo un momento. Sehun tenía razón; su padre, Oh Seunghyun, tenía acceso a registros que podrían contener pistas sobre la muerte de Oh Mina. Pero también significaba navegar en un territorio complicado y potencialmente peligroso.

 

—Deberíamos ser cuidadosos. No quiero que termines en problemas por esto – dijo Junmyeon, sintiendo un profundo deseo de proteger a Sehun.

 

Sehun sonrió, y en su mirada había una chispa de determinación.

 

—Estoy dispuesto a correr el riesgo si eso significa descubrir la verdad sobre mi madre. No puedo seguir viviendo con preguntas sin respuesta.

 

Junmyeon lo admiró por su valentía y decisión, sintiéndose más comprometido que nunca a apoyarlo. 

 

—Entonces, ¿qué tal si empezamos por hacer un plan? Tal vez deberíamos hacer una lista de lo que queremos investigar y organizar nuestros pasos.

 

Sehun asintió, tomando una libreta de su bolso y comenzando a anotar ideas. 

 

—También deberíamos pensar en cómo vamos a manejar esto sin que nadie se entere. Necesitamos ser cautelosos, especialmente con mi padre. Podría pedir a Kyungsoo que indague en la oficina de mi padre. 

 

Junmyeon sintió un escalofrío al pensar en las implicaciones de todo eso, pero sabía que debían ser fuertes y astutos. 

 

—Empecemos por recopilar toda la información que tengamos sobre Oh Mina y luego busquemos registros antiguos. Tal vez podamos encontrar a alguien que la conociera bien, alguien que pueda darnos más información.

 

Ambos continuaron discutiendo sus ideas, sumergiéndose en el trabajo de manera que el tiempo se desvanecía a su alrededor, no solo estaban investigando un misterio doloroso, sino que también estaban construyendo algo hermoso entre ellos y empezando de nuevo a conocerse sin secretos de por medio. 

 

Junmyeon se sentó en su oficina, rodeado de documentos y archivos, con la determinación de descubrir todo lo que pudiera sobre la muerte de Oh Mina. Sabía que, como CEO de Kim Corporation, tenía acceso a una cantidad considerable de información.

 

estaba decidido a usarlo todo a su favor.

 

Mientras hojeaba papeles, su mente divagaba hacia Sehun, quien había salido un momento para hablar con su hermano mayor, Kyungsoo. Sehun había decidido pedirle ayuda para que buscara en la oficina de su padre, Oh Seunghyun, en busca de cualquier información relevante sobre su madre. Junmyeon sentía que, juntos, estaban comenzando a construir una red de apoyo para desentrañar el misterio que los rodeaba.

 

Pasaron algunos minutos hasta que Sehun regresó, su expresión era una mezcla de emoción y ansiedad.

 

—Kyungsoo hyung está dispuesto a ayudarnos – anunció Sehun, acercándose a la mesa de Junmyeon. – Me dijo que revisaría la oficina de nuestro padre esta tarde. Cree que podría haber documentos antiguos que no han sido digitalizados.

 

Junmyeon levantó la vista, sintiendo un alivio ante la decisión de Kyungsoo de involucrarse. Aunque sabían que Oh Seunghyun podría ser un obstáculo, también tenían aliados en el camino.

 

—Eso es genial. Cada pequeño detalle puede ser útil – respondió Junmyeon, mientras comenzaba a anotar ideas sobre los posibles enfoques de la investigación. – También he encontrado algunas cosas aquí en los archivos de Kim Corporation que podrían ser de interés. Parece que hubo una serie de inversiones en proyectos relacionados con la seguridad durante el período en que ocurrió la muerte de tu madre.

 

Sehun frunció el ceño, intrigado.

 

– ¿Seguridad? ¿Te refieres a seguridad pública o a algo más privado?

 

Junmyeon le pasó un documento que había estado revisando. Sehun lo leyó con atención, su expresión cambiando de confusión a comprensión.

 

– Esto podría ser importante. Si hubo inversiones en seguridad, tal vez haya algo que no se hizo bien... o algo que se cubrió – dijo Sehun, su voz empezando a llenarse de determinación.

 

Mientras los dos discutían los posibles significados de la información, Junmyeon sintió que su corazón latía con fuerza. Esta búsqueda no solo era por la verdad sobre la muerte de Oh Mina; era también un camino para unir sus vidas y sus historias, algo que ambos necesitaban después de las traiciones y los secretos.

 

Sehun, luego de un momento de reflexión, miró a Junmyeon con una intensidad que lo hizo detenerse.

 

– Gracias por estar a mi lado en esto, no sé qué haría sin ti – confesó Sehun, su mirada sincera.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo una oleada de calidez en su pecho.

 

– Siempre estaré aquí. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa. Y cuando descubrándose la verdad, será un nuevo comienzo para nosotros – respondió, sintiendo que cada palabra era genuina.

 

17:00 PM

 

La tarde caía suavemente sobre la ciudad mientras Junmyeon y Sehun entraban en una pequeña cafetería, un lugar acogedor con un aire familiar que parecía haber sido diseñado para las conversaciones íntimas y las confidencias. La decoración era cálida, con luces tenues y paredes adornadas con fotografías de la historia del lugar. A pesar de la tranquilidad que emanaba, la tensión del día pesaba sobre ellos mientras se preparaban para recibir a Kyungsoo. Se acomodaron en una mesa en la esquina, donde la luz del sol se filtraba a través de las ventanas. Junmyeon revisó su teléfono una vez más, ansioso por la llegada de Kyungsoo y la nueva información que traería consigo.

 

— Espero que tenga algo útil – murmuró Junmyeon, cruzando las piernas nerviosamente.

 

— Estoy seguro de que sí. Kyungsoo es bueno para encontrar cosas – respondió Sehun, tratando de calmar la inquietud de su pareja. La idea de descubrir la verdad sobre la muerte de su madre lo mantenía en un estado constante de alerta.

 

Después de unos minutos, Kyungsoo apareció en la entrada, con una sonrisa despreocupada y un aire de confianza que siempre lo caracterizaba. Aunque era el hermano mayor de Sehun, había una sensación de camaradería entre ellos que lo hacía parecer más como un compañero que un hermano protector. 

 

– ¡Hola! – saludó Kyungsoo, acercándose a la mesa y extendiendo la mano hacia Junmyeon. – Kim Junmyeon, un placer finalmente conocerte formalmente. He oído mucho sobre ti.

 

Junmyeon se levantó, estrechándole la mano con una sonrisa.

 

– El placer es mío, Kyungsoo. Sehun me ha hablado de ti.

 

Kyungsoo tomó asiento y pidió un café, mirando a ambos con curiosidad. 

 

– Así que, ¿están en eso? He encontrado algo que creo que puede ayudar – dijo, sus ojos brillando con entusiasmo. 

 

Junmyeon y Sehun intercambiaron miradas, llenos de expectativa. 

 

– ¿Qué tienes? – preguntó Sehun, inclinado hacia adelante, ansioso por escuchar.

 

Kyungsoo sacó una carpeta de su bolso, colocando documentos sobre la mesa. 

 

– He revisado algunos archivos antiguos de la empresa y también he hablado con un par de contactos que podrían tener información sobre lo que sucedió en el pasado. Aquí hay un resumen de lo que encontré. 

 

Sehun se inclinó hacia la carpeta mientras Junmyeon miraba con interés. 

 

– Parece que hay un testimonio de alguien que estaba presente la noche de la muerte de tu madre. También se mencionan reuniones entre tu padre y el padre de Junmyeon. 

 

– ¿Reuniones? – interrumpió Junmyeon, sintiendo que su corazón latía más rápido. 

 

– Sí, había un par de encuentros entre Oh Seunghyun y Kim Junghyun. No sé exactamente de qué estaban hablando, pero parece que había tensión entre ellos en ese momento – continuó Kyungsoo, su voz baja mientras hablaba de algo tan delicado. 

 

– ¿Tensión? – Sehun frunció el ceño. – ¿Tienes más detalles? 

 

Kyungsoo asintió, hojeando los documentos hasta encontrar una página específica. 

 

– Aquí, en este informe, hay una mención de una discusión sobre propiedades y algunos negocios conjuntos que no salieron como se esperaba. También se menciona a Mamá, pero no dice nada claro sobre lo que realmente sucedió – explicó, mirando a ambos con seriedad. 

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La conexión entre las dos familias era más compleja de lo que había imaginado, y ahora todo parecía estar interrelacionado. 

 

– ¿Y qué hay de los otros testigos? – preguntó Junmyeon. – Sabemos que solo hay cuatro personas que estaban allí ese día. 

 

– Sí, los únicos testigos son tú, Junmyeon, Kim Junghyun, Oh Seunghyun y Oh Mina. Pero uno de ellos no ha dicho toda la verdad – afirmó Kyungsoo, mirándolos a ambos con atención. 

 

Sehun frunció el ceño, sintiendo la gravedad de sus palabras. 

 

– ¿A qué te refieres? 

 

– Hay algo en el testimonio de Oh Seunghyun que no cuadra. He hablado con algunos abogados que estaban involucrados en el caso y mencionan que su versión de los eventos fue... inconsistente. Y cuando hablaron él, no parecía querer profundizar en algunos detalles – explicó Kyungsoo, su tono grave.

 

Junmyeon se sintió abrumado por la revelación. La idea de que su padre o el padre de Sehun pudieran estar escondiendo algo lo inquietaba. Era un punto de inflexión en su investigación.

 

– Entonces, ¿qué hacemos? – preguntó Sehun, su voz llena de determinación. – Necesitamos confrontarlos, averiguar qué ocultan.

 

– Debemos ser cuidadosos. Si hay algo que no quieren que descubramos, podrían intentar ocultarlo aún más – advirtió Kyungsoo, mientras tomaba un sorbo de su café. 

 

– Tienes razón. Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. La verdad necesita salir a la luz, sin importar lo que cueste – respondió Junmyeon, sintiendo la urgencia de la situación.

 

Mientras continuaban discutiendo su plan, la tensión en la mesa aumentaba. Sabían que estaban en el camino correcto, pero la idea de confrontar a los hombres que habían sido parte de sus vidas, y que tenían tanto poder, era aterradora.

 

– Tal vez deberíamos comenzar por hablar con tu padre, Junmyeon, si podemos obtener más información de él, eso podría abrir las puertas para investigar más a fondo – sugirió Kyungsoo, su mente ya trabajando en un plan.

 

Junmyeon asintió, su corazón latiendo con fuerza. 

 

– Sí, creo que es un buen punto de partida. Pero debo encontrar el momento adecuado para hacerlo. No quiero que se sienta atacado – respondió, su voz reflexiva.

 

Sehun miró a Junmyeon, sintiendo la conexión entre ellos fortalecerse. Aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbre, se sentía más seguro al tener a Junmyeon y Kyungsoo a su lado.

 

– Juntos podemos enfrentarlo. No importa qué secretos se escondan, los descubriremos – declaró Sehun, su voz llena de resolución. 

 

Kyungsoo sonrió, sintiendo la energía del grupo.

 

– Así es, y yo estaré aquí para ayudar en lo que necesiten. 

 

La conversación fluyó entre ellos mientras debatían sobre los siguientes pasos a seguir. El ambiente estaba cargado de tensión, pero también había un sentido de camaradería que les daba fuerza. Justo cuando Kyungsoo estaba explicando un posible enfoque para hablar con Kim Junghyun, el teléfono de Sehun vibró sobre la mesa.

 

Al mirar la pantalla, su corazón se hundió al ver el nombre de su padre:

 

Oh Seunghyun.

 

Se detuvo un momento, sintiendo una mezcla de nerviosismo y frustración. 

 

– No puedo creer que me llame justo ahora – murmuró, contemplando si debería contestar.

 

Kyungsoo y Junmyeon intercambiaron miradas. Ambos sabían que la relación de Sehun con su padre era tensa y complicada, sin embargo, el timbre insistente de la llamada lo llevó a responder, a pesar de su incertidumbre.

 

– ¿Hola? – contestó, intentando que su voz sonara neutral.

 

– Ah, Sehun. Qué bueno que respondes. ¿Cómo va todo? – la voz de Oh Seunghyun resonó al otro lado de la línea, cálida y educada, pero Sehun podía detectar un matiz de control que lo incomodaba.

 

– Todo va bien, papá – respondió Sehun, sintiendo la necesidad de mantener la conversación superficial. – Solo estoy ocupado con cosas...

 

Junmyeon lo miró, levantando una ceja en señal de advertencia. Sehun se sentía atrapado entre la verdad y la mentira, pero sabía que no podía permitir que su padre descubriera que trabajaba para Junmyeon.

 

– ¿Estás seguro de que no hay nada más en tu vida que estudiar? – preguntó Oh Seunghyun, su tono de voz un poco más profundo. – He estado escuchando rumores de que has estado... involucrándote en otros asuntos. 

 

Sehun se tensó, el sudor frío comenzó a formarse en su frente. 

 

– Rumores. Solo son rumores, estoy concentrado en mis estudios – mintió, sin poder evitar que su voz temblara un poco.

 

– Mmm, entiendo. Pero deberías tener cuidado. No quiero que te metas en problemas. He estado monitoreando algunas actividades, y es interesante lo que he encontrado – dijo Oh Seunghyun, dejando caer la palabra "monitoreando" con un peso que resonó en el aire. 

 

La advertencia de su padre lo hizo sentir expuesto, como si estuviera en el centro de una tormenta. Sehun miró a Junmyeon y Kyungsoo, ambos con miradas preocupadas.

 

– ¿A qué te refieres? – preguntó Sehun, intentando mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.

 

– Escuché que estabas viendo a un amigo de la familia Kim. ¿Es cierto? – Oh Seunghyun continuó, su tono de voz se volvía cada vez más autoritario. 

 

Sehun tragó saliva, su mente corría a mil por hora. Sabía que su padre estaba insinuando que había descubierto su relación con Junmyeon, y eso lo ponía en alerta. 

 

– No, solo estoy... – trató de explicar, pero Oh Seunghyun lo interrumpió.

 

– No tienes que mentirme, Sehun. Como tu padre, solo quiero lo mejor para ti. Pero debes entender que algunas conexiones pueden ser peligrosas. Es una familia poderosa, y no siempre están de tu lado. 

 

Sehun sintió cómo el aire se hacía más denso a su alrededor. Había una amenaza velada en las palabras de su padre, un recordatorio de que estaba siendo observado. 

 

– Estoy bien, papá. Estoy tomando mis decisiones, no necesito que me controles – respondió, la tensión en su voz ahora evidente.

 

– Claro, claro. Pero tú sabes que siempre estaré pendiente. Solo recuerda que tus decisiones pueden tener consecuencias. Especialmente con la familia Kim – dijo Oh Seunghyun, su tono ahora un tanto desafiante.

 

Sehun sintió que la ira comenzaba a burbujear en su interior. Sabía que su padre estaba utilizando la intimidación como herramienta, intentando establecer un control que él ya había intentado romper.

 

– No estoy en peligro, ni me estoy metiendo en nada que no deba, estoy enfocado en mi futuro, como siempre has querido – replicó Sehun, sintiéndose más firme.

 

– Espero que así sea, hijo. No quiero verte caer en una trampa. Piensa en tu familia y en lo que te he enseñado. La familia Kim no es alguien con quien debas jugar – concluyó Oh Seunghyun antes de colgar abruptamente.

 

La llamada terminó, y Sehun miró a sus compañeros, la angustia visible en su rostro. 

 

– Esto no es bueno – dijo Junmyeon, su voz baja pero firme. – Si tu padre ya sabe sobre nosotros, eso significa que está en control de la situación.

 

– Sí, y está tratando de intimidarme – respondió Sehun, sintiendo una mezcla de rabia y vulnerabilidad. 

 

Kyungsoo frunció el ceño, entendiendo la gravedad de la situación. 

 

– Tal vez deberíamos ser más cautelosos en nuestra investigación. Si nuestro padre tiene sus ojos en nosotros, puede complicar las cosas – sugirió, su mente trabajando rápidamente para encontrar una solución.

 

Junmyeon asintió, sintiendo cómo la situación se tornaba cada vez más tensa. 

 

– Tienes razón. No dejaré que mi padre me controle ni que me impida descubrir lo que realmente pasó.

 

La llamada de Oh Seunghyun había dejado una estela de inquietud en la pequeña cafetería. Junmyeon sentía cómo el miedo se apoderaba de él, la idea de que Sehun estuviera bajo la mirada crítica de su padre lo llenaba de angustia. 

 

Había construido una conexión tan hermosa con Sehun, y la última cosa que deseaba era que se desmoronara por la presión externa.

 

Sehun, por su parte, estaba experimentando una tormenta de emociones. La ansiedad y la rabia se entrelazaban en su interior mientras se preguntaba cuánto tiempo más podría ocultar su relación y las investigaciones que estaban llevando a cabo. Sentía que cada palabra de su padre era un recordatorio de que estaba siendo vigilado, y eso lo mantenía al borde de la desesperación.

 

¿Sería libre alguna vez? 

 

Sin poder contenerse más, Junmyeon se levantó de su silla y se acercó a Sehun, rodeándolo con sus brazos. Fue un gesto instintivo, lleno de amor y apoyo. En ese momento, el calor del abrazo disipó un poco la tensión acumulada, y Sehun pudo sentir la calidez de Junmyeon a su alrededor.

 

– No te dejaré que te pase nada – susurró Junmyeon, su voz temblando ligeramente, se sintió vulnerable pero también determinación. Sehun era importante para él, y no podía permitir que nada ni nadie los separara.

 

Sehun cerró los ojos, dejando que el abrazo lo envolviera. A pesar de las circunstancias difíciles, sabía que tenía a Junmyeon a su lado, y eso le daba fuerzas para seguir adelante. 

 

— No quiero que te preocupes por mí, no dejaré que mi padre me controle, y mucho menos que te haga daño – dijo Sehun, aferrándose a Junmyeon con fuerza, como si temiera perderlo. 

 

Kyungsoo observaba la escena desde su asiento, sintiendo que era testigo de algo profundo y hermoso. La conexión entre Sehun y Junmyeon era palpable; había amor en sus miradas, en sus gestos, era evidente que se cuidaban mutuamente, y aunque la situación era complicada, había un hilo de esperanza que podía llevarlos a algo bonito en el futuro.

 

—Ustedes dos son más fuertes de lo que creen – intervino Kyungsoo, su tono amigable. – No están solos en esto. Estoy aquí para ayudar, y juntos podemos encontrar la verdad. 

 

Junmyeon asintió, sintiendo una oleada de gratitud hacia Kyungsoo. A pesar de que la situación era tensa, la presencia de su hermano daba un sentido de unidad. 

 

—Gracias, Kyungsoo. Lo aprecio más de lo que imaginas – respondió Junmyeon, sin soltar a Sehun, sintiendo que su abrazo era un ancla en medio de la tormenta. 

 

Sehun se separó un poco, mirándolo a los ojos. 

 

—Haremos esto juntos, y no dejaremos que nadie nos detenga – afirmó, su voz llena de determinación. 

 

La tensión en el aire aún era palpable, pero algo había cambiado en la dinámica entre ellos. 

 

Habían pasado por tanto juntos en tan poco tiempo que el amor que sentían el uno por el otro se fortalecía. No podían permitir que las sombras del pasado los abrumaran; tenían que avanzar, juntos, mientras charlaban sobre sus próximos pasos, Kyungsoo no pudo evitar sonreír al ver cómo Sehun y Junmyeon se apoyaban mutuamente. Era claro que su conexión era especial, y aunque había desafíos por delante y kyungsoo al verlos podía imaginar un futuro donde su hermano y Junmyeon estuvieran juntos de una manera más significativa.

 

En el camino a casa, 22:00 PM  

 

Sehun condujo con la mirada fija en la carretera, el silencio cómodo llenando el espacio entre él y Junmyeon. El ambiente en el coche era relajado, pero ambos sabían que las tensiones que llevaban acumuladas no desaparecerían fácilmente. Habían decidido dejar la investigación por el día, pero el peligro seguía rondando, como una sombra que no los soltaba.

 

Al llegar a la mansión de Junmyeon, el cielo ya estaba oscuro. Sehun apagó el motor y giró hacia él, notando un ligero cambio en su expresión. Junmyeon estaba tenso, sus ojos reflejaban un nerviosismo que no era habitual en él.

 

— ¿Estás bien? – preguntó Sehun, inclinándose ligeramente hacia él.

 

Junmyeon asintió, pero el movimiento de su cabeza no fue del todo convincente. Sehun, sin embargo, no necesitaba palabras para entender lo que pasaba. Sabía que todo lo que habían descubierto en las últimas horas estaba pesando en la mente de Junmyeon, sumado al hecho de que su padre, Kim Junghyun o Oh seunghyun, parecían ocultar algo crucial sobre la muerte de Oh Mina.

 

Al salir del coche, Sehun dio la vuelta rápidamente y, sin previo aviso, acorraló a Junmyeon contra la puerta del auto. Sus ojos estaban fijos en los de Junmyeon, buscando algo más allá de la tensión. Quería verlo relajarse, al menos por un momento.

 

– Jun, mírame – dijo suavemente, inclinándose más cerca.

 

Junmyeon levantó la mirada, sorprendido por la intensidad en los ojos de Sehun. El deseo era evidente, pero también lo era el afecto profundo que Sehun sentía por él, Sin darle tiempo a reaccionar, Sehun lo besó con fervor, una mezcla de pasión y necesidad. Sus labios se movieron con urgencia, como si en ese beso intentara calmar todas las inseguridades y temores que ambos estaban enfrentando, Junmyeon se dejó llevar, sus manos encontrando su camino hacia el cuello de Sehun, tirando de él para acercarlo más. Era un momento de intimidad que necesitaban, algo que les permitía desconectarse, aunque fuera brevemente, de las presiones que los rodeaban.

 

Sin embargo, en medio de la intensidad del beso, Sehun se detuvo de repente. Su cuerpo se tensó, sus ojos se entrecerraron mientras miraba más allá del hombro de Junmyeon. Había algo, o alguien, moviéndose en la distancia.

 

– ¿Qué pasa? – preguntó Junmyeon, sin entender el cambio repentino en Sehun.

 

– Alguien nos está mirando – murmuró Sehun, su mirada fija en una figura que se escondía a lo lejos, entre los árboles.

 

Nuevamente esa figura los miraba, pero ahora sehun lo veía con sus ojos 

 

Junmyeon siguió su mirada, pero no alcanzó a ver nada antes de que Sehun se separara de él de golpe. Sin decir una palabra más, Sehun comenzó a correr hacia la figura que apenas se distinguía en la penumbra.

 

– ¡Sehun! – exclamó Junmyeon, alarmado, pero Sehun ya estaba en movimiento, con una determinación feroz en sus ojos.

 

El intruso, al notar que Sehun lo había visto, se dio a la fuga, corriendo rápidamente entre los árboles y hacia la carretera. Sehun lo siguió, sus pasos resonando en la noche mientras intentaba alcanzarlo. Pero a medida que corría, se dio cuenta de que el hombre era sorprendentemente rápido, demasiado para él.

 

– ¡Detente! – gritó Sehun, pero la figura no se detuvo. Al contrario, aceleró el paso y desapareció en la oscuridad antes de que Sehun pudiera acercarse lo suficiente.

 

Sehun se detuvo, jadeando mientras miraba frustrado hacia donde la figura había desaparecido. Sabía que algo no estaba bien. Nadie debería estar vigilándolos de esa manera, especialmente en un lugar tan privado como la mansión de Junmyeon. Respiró hondo y regresó lentamente hacia donde había dejado a Junmyeon, quien lo esperaba cerca del coche, visiblemente preocupado.

 

– ¿Estás bien? – preguntó Junmyeon, avanzando hacia él.

 

Sehun asintió, aún con la respiración acelerada.

 

—No lo pude alcanzar. El tipo es más rápido de lo que parece – respondió, pasando una mano por su cabello con frustración. – Pero estoy seguro de que nos estaba espiando.

 

Junmyeon frunció el ceño, sintiendo un nudo formarse en su estómago. La idea de que alguien los estuviera observando, probablemente con malas intenciones, lo inquietaba profundamente.

 

– ¿Crees que tiene algo que ver con la investigación? – preguntó Junmyeon, su voz baja y tensa.

 

Sehun lo miró a los ojos, sabiendo que la respuesta probablemente no sería algo que Junmyeon quisiera escuchar.

 

– No lo sé – admitió, apretando los puños. – Pero no es casualidad. Mi padre, tu padre, todos están conectados en esto. Y ahora... parece que alguien más está involucrado.

 

Junmyeon lo miró, sintiendo cómo el miedo volvía a invadir su pecho. No quería creer que el peligro los estuviera rodeando de nuevo, pero la realidad era clara. Estaban tocando puntos sensibles, y alguien no quería que llegaran a la verdad.

 

– Mañana seguiremos investigando – dijo Sehun, su voz más tranquila pero llena de determinación. – Pero esta noche, quédate tranquilo. No dejaré que te pase nada, Jun.

 

Junmyeon asintió, agradecido por la seguridad que Sehun le ofrecía. Ambos sabían que el camino que habían elegido no era fácil, pero estaban juntos en esto. Pase lo que pase, encontrarían la verdad, y no permitirían que las sombras del pasado los destruyeran.

 

Ambos caminaron hacia la puerta de la mansión, el ambiente aún cargado de tensión,

 

¿quien quería detenerlos o hacerles daño? 

 

aunque el ambiente seguía cargado de tensión, había una promesa tácita entre ellos: no dejarían que el miedo los controlara. A pesar de la incertidumbre y la sensación inquietante de que alguien los había estado observando, sabían que, de alguna manera, encontrarían la verdad juntos.

 

Cuando llegaron a la puerta, Sehun se detuvo, con las manos aún sobre los hombros de Junmyeon. Lo miró a los ojos, sus cejas fruncidas en preocupación.

 

– No me gusta dejarte solo después de lo que pasó – admitió Sehun, sin apartar la vista de él. – Algo no está bien, y no quiero que estés aquí sin mí.

 

Junmyeon sonrió suavemente, con una mezcla de cansancio y ternura. Colocó su mano sobre la de Sehun, apretándola con afecto.

 

– Estoy bien, Sehun – le aseguró con una voz tranquila. – La seguridad de la mansión está activada, y los niños están bien. No tienes que preocuparte.

 

Pero a pesar de las palabras de Junmyeon, Sehun no se sentía completamente aliviado. Sabía que Junmyeon era fuerte, que podía manejarse solo, pero el miedo de que algo o alguien estuviera merodeando no lo dejaba en paz.

 

– Si pasa algo, si ves cualquier cosa extraña, me llamas de inmediato, ¿sí? – insistió Sehun, mirándolo con seriedad.

 

Junmyeon asintió, acercándose para darle un beso suave en los labios, algo que pretendía calmar sus preocupaciones.

 

– Lo haré. Pero por ahora, solo vete a descansar. Mañana continuamos con esto.

 

Sehun suspiró, finalmente cediendo, aunque no del todo convencido. Sabía que Junmyeon tenía razón, pero eso no hacía que fuera más fácil dejarlo. Se acercó una vez más, abrazándolo con fuerza, como si de alguna manera, a través de ese abrazo, pudiera protegerlo de todo.

 

– Te amo – susurró Sehun contra su oído antes de soltarlo lentamente.

 

– Yo también te amo – respondió Junmyeon, sonriendo con dulzura.

 

Sehun le dio un último beso antes de alejarse, caminando hacia su coche con una sensación de inquietud que no podía sacudirse. Aún desde la distancia, miró hacia la mansión una última vez antes de subirse y conducir hacia su departamento.

 

Junmyeon lo vio irse, quedándose unos segundos más en la puerta antes de entrar en la mansión. La casa estaba tranquila, casi en completo silencio. 

 

Mansión de junmyeon, 22:30 PM

 

Al entrar, la nana de sus hijos lo recibió con una sonrisa cálida.

 

– Señor Kim, los niños ya están dormidos. Fue un día largo para ellos – dijo con suavidad, mientras le ofrecía una manta para que se tapara del aire frío de la noche.

 

Junmyeon asintió, sintiendo una ligera oleada de alivio al saber que Ningning y Kun estaban bien. Después del caos de los últimos días, al menos no tendría que preocuparse por ellos esa noche.

 

– Gracias, Minji. Puedes irte a descansar. Yo también me iré a la cama pronto – le dijo.

 

Minji le dedicó una última sonrisa antes de retirarse, dejándolo solo en la inmensa mansión.

 

Junmyeon suspiró, sintiendo cómo el cansancio del día empezaba a alcanzarlo. Sabía que mañana sería otro día intenso, lleno de investigaciones y más preguntas sin respuestas. Pero por ahora, tenía que aprovechar el silencio y la paz momentánea en su hogar.

 

Con un último vistazo a las puertas de las habitaciones de sus hijos, Junmyeon caminó hacia su propia habitación, dejando que la tranquilidad lo envolviera por completo.

 

Mientras Junmyeon se acomodaba en su cama, el silencio de la mansión lo envolvía, pero su mente seguía activa, llena de pensamientos que no podía apagar. La idea de Sehun lo hacía sonreír, a pesar de todo el caos que los rodeaba. Era extraño pensar cómo todo había cambiado. Hace unos meses, Sehun era un desconocido, una amenaza potencial, alguien que se había infiltrado en su vida con mentiras y secretos. Sin embargo, ahora, lo único que podía sentir era calidez al pensar en él.

 

Se giró en la cama, observando las sombras de la habitación, mientras su mente vagaba hacia un futuro que todavía no era tangible. "¿Cómo sería ser realmente novio de Sehun?" pensaba, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Ya habían compartido momentos íntimos, habían enfrentado juntos la traición, la verdad, el dolor... pero el amor, eso era algo que aún estaban aprendiendo a construir. Un amor forjado en las cenizas de mentiras y secretos familiares, pero que ahora estaba creciendo, con una sinceridad y devoción que lo sorprendía.

 

Junmyeon imaginaba un futuro en el que Sehun no tuviera que ocultar su verdadero nombre, en el que ambos pudieran caminar libremente, sin miedo a ser vistos o juzgados. ¿Cómo sería compartir las pequeñas rutinas del día a día? Despertar juntos, tomar café mientras los niños correteaban por la casa, sentirse cómodos y en paz sabiendo que estaban construyendo algo real. Sehun lo hacía sentir vivo, lo hacía sentir como si, por primera vez en mucho tiempo, alguien lo entendiera profundamente. Ambos estaban sanando, poco a poco, de las heridas que el pasado les había dejado. Junmyeon no era ajeno al dolor, ni al peso de los secretos familiares. 

 

Pero lo que Sehun había traído a su vida era diferente, Era un tipo de conexión que no había experimentado antes, una en la que, a pesar de todas las dificultades, había un sentido profundo de compañerismo.

 

"Nosotros... podríamos sanar juntos"– pensó Junmyeon

 

Cerrando los ojos lentamente. Aún tenían mucho por descubrir, muchas verdades ocultas que debían desenterrar. Pero, por primera vez en mucho tiempo, tenía esperanza. Porque a su lado estaba Sehun, y juntos eran más fuertes que los secretos que los rodeaban.

 

Junmyeon se permitió descansar, sabiendo que, aunque el camino fuera largo, no estaba solo.

 

Martes, Kim corporation, 8:00 AM 

 

Al día siguiente, Junmyeon llegó a Kim Corporation temprano, su mente aún llena de pensamientos inquietos sobre el misterio que lo envolvía. El ambiente en la oficina era rutinario, con el sonido de teclados y teléfonos que se mezclaban con el murmullo de las conversaciones de sus empleados. Pero para Junmyeon, había una presión constante, una sensación de que cada paso que daba lo acercaba más a una verdad que no estaba seguro de querer conocer del todo. Hoy no era un día cualquiera. Junmyeon tenía una reunión con su padre, Kim Junghyun. Aunque ya no estaba al mando de la empresa, su padre seguía involucrado en ciertos proyectos y asuntos corporativos. Pero lo que preocupaba a Junmyeon no tenía que ver con la empresa, sino con el pasado. Había algo que necesitaba saber. Algo que su padre le había ocultado durante años. Y aunque no sabía cómo empezar la conversación, no podía permitirse seguir con la duda.

 

Junmyeon respiró hondo antes de entrar a la oficina de su padre. Era un lugar familiar, lleno de recuerdos de su infancia y juventud, cuando veía a su padre como un hombre invencible, alguien que siempre tenía todas las respuestas. Pero con el tiempo, esa imagen había empezado a desmoronarse, especialmente después tantos sucesos trágicos y el dolor que causo a el en el pasado.

 

Al entrar, vio a Junghyun revisando unos documentos en su escritorio, con el ceño fruncido en concentración. Su padre levantó la mirada cuando lo escuchó entrar, ofreciéndole una leve sonrisa.

 

– Junmyeon, qué bueno verte. ¿Todo bien en la empresa? – preguntó con voz tranquila.

 

Junmyeon asintió, caminando hacia el escritorio, aunque no se sentó. Quería mantener la conversación informal, sin levantar sospechas, pero la presión en su pecho era innegable.

 

– Todo marcha bien, papá, pero no estoy aquí por eso – comenzó, su tono medido. Junghyun lo miró con curiosidad, dejando los documentos a un lado.

 

– ¿Ah, no? – preguntó Junghyun, sus ojos evaluando a su hijo. – Entonces, ¿a qué se debe esta visita?

 

Junmyeon tragó saliva, eligiendo sus palabras cuidadosamente. No podía ser directo, no podía cargarlo con una acusación. Necesitaba obtener información sin levantar alarmas.

 

– Estuve pensando... en el pasado – dijo, mirando alrededor de la oficina como si buscara inspiración en las paredes. – En cosas que han sucedido en nuestra familia. Y hay algo que nunca he podido entender del todo.

 

Junghyun lo observó en silencio, esperando a que continuara. Junmyeon se sintió expuesto bajo la mirada de su padre, pero debía continuar.

 

– El día de la muerte de Oh Mina... yo estaba presente – dijo, su voz firme aunque sentía su corazón acelerarse. – Pero... hay cosas que no recuerdo bien. Y siempre me ha dado la impresión de que hay algo que no me contaste.

 

Junghyun se quedó en silencio por un momento, su expresión neutra, como si estuviera procesando las palabras de su hijo. Finalmente, dejó escapar un suspiro, recostándose en su silla.

 

– Ese día fue complicado, Junmyeon – comenzó su padre, su tono serio. – No es algo que suelo discutir, ni siquiera contigo, porque no quiero que vivas con esos recuerdos, fue traumático para todos, no solo para ti.

 

Junmyeon sintió un nudo en el estómago. Sabía que su padre estaba evitando el verdadero tema, como siempre lo hacía cuando algo incomodaba. Pero no podía dejarlo escapar tan fácilmente esta vez.

 

– Lo sé, papá. Pero es que... han pasado años, y aún tengo preguntas sin responder, Cosas que no encajan. Y siento que si no lo hablo contigo, nunca voy a tener claridad – insistió, intentando mantener su tono calmado, aunque la presión en su pecho aumentaba.

 

Junghyun lo miró con más atención, evaluando si debía decir algo más. Junmyeon podía ver el conflicto en sus ojos, como si estuviera decidiendo hasta qué punto podía confiarle la verdad.

 

– ¿Qué es exactamente lo que quieres saber? – preguntó finalmente Junghyun, inclinándose hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio. Sus ojos ahora estaban fijos en los de Junmyeon, como si buscara alguna pista en su hijo.

 

Junmyeon tomó aire. Este era el momento. Tenía que formular la pregunta con precisión, sin que sonara como una acusación directa.

 

– Ese día... hubo muchas personas involucradas. Tú, el señor Oh Seunghyun, Oh Mina... – comenzó, manteniendo su voz controlada. – Y he empezado a pensar en la relación que teníamos con ellos. Sobre todo con la familia Oh. Después de todo lo que pasó, nuestra relación con ellos se fracturó completamente. 

 

Junghyun asintió lentamente, como si reconociera el peso de esas palabras.

 

– ¿Crees que la muerte de Oh Mina fue un accidente? – preguntó Junmyeon, tratando de que la pregunta sonara más inquisitiva que sospechosa.

 

La expresión de Junghyun se endureció ligeramente, pero no de la manera que Junmyeon esperaba. No había rabia en su rostro, sino una tristeza reprimida, como si ese tema hubiera estado enterrado por mucho tiempo, pero nunca olvidado.

 

– Lo fue – respondió Junghyun, su tono algo distante. – Un accidente muy desafortunado, pero a veces... las cosas simplemente ocurren. No hay mucho más que decir sobre eso.

 

Junmyeon frunció el ceño ligeramente. No había esperado una respuesta tan... plana. Sentía que su padre aún le ocultaba algo, pero no podía presionarlo demasiado, al menos no aún.

 

– ¿Tú lo crees realmente? – insistió Junmyeon, con una calma estudiada. – Porque yo no estoy tan seguro. Siento que algo no esta encajando. Y no puedo evitar pensar que hay algo más detrás de todo esto.

 

Junghyun lo miró fijamente por unos largos segundos, sus ojos oscuros revelando un cansancio que Junmyeon no había visto antes. Finalmente, su padre soltó un largo suspiro.

 

—No siempre puedes conocer toda la verdad, hijo – dijo Junghyun, su tono más suave esta vez. – Hay cosas que es mejor no desenterrar, para tu propio bien, Para el bien de todos.

 

Junmyeon se quedó en silencio, sintiendo cómo la tensión en su pecho se intensificaba. Sabía que había algo más. Sabía que su padre no estaba siendo completamente honesto con él. Pero no podía seguir empujando, no sin arriesgar que Junghyun se diera cuenta de que estaba investigando. 

 

Especialmente cuando él no sabía que Sehun, el hijo de Oh Seunghyun, trabajaba en la empresa.

 

– Lo entiendo, papá – respondió finalmente, forzando una sonrisa. – Solo quería asegurarme de que no hay nada más que deba saber.

 

Junghyun asintió lentamente, observándolo con una mirada que parecía decir más de lo que sus palabras permitían.

 

Junghyun se levantó lentamente de su silla, sus movimientos eran medidos, Junmyeon lo observó con una mezcla de expectación y cautela. 

 

Sin decir una palabra, su padre caminó hacia un archivador al otro lado de la oficina. Abrió uno de los cajones inferiores, sacando algunos documentos antiguos que parecían desgastados por el tiempo.

 

Cuando Junghyun regresó, colocó los documentos sobre el escritorio frente a su hijo. Junmyeon los miró con curiosidad, aunque no quiso mostrar demasiado interés, sabiendo que cualquier reacción desmedida podría levantar sospechas.

 

– Aquí tienes – dijo Junghyun, su tono neutral, aunque había algo en su mirada que revelaba una leve incomodidad. – No estoy seguro de qué es lo que esperas encontrar, pero si esto te ayuda a aclarar lo que tienes en mente, tómalos. Son algunas cosas relacionadas con la familia Oh, documentos de esa época. No he revisado esto en 5 años.

 

Junmyeon miró los papeles por un momento, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que estaba a punto de dar un paso importante en su investigación. Sin embargo, no mostró su emoción. Manteniendo la calma, tomó los documentos con ambas manos, asintiendo lentamente.

 

– Gracias, papá – respondió, su voz tan neutral como podía. – Lo revisaré. Aprecio que me hayas dado esto.

 

Junghyun volvió a su silla, observando a su hijo por unos momentos más antes de soltar un pequeño suspiro.

 

– No entiendo por qué de repente has empezado a hurgar en esto, Junmyeon – comentó, sus palabras casi suaves, pero cargadas de preocupación. – No quiero que te obsesiones con el pasado. A veces es mejor dejar las cosas como están.

 

Junmyeon se quedó en silencio unos segundos, asimilando las palabras de su padre. Sabía que Junghyun no estaba diciendo todo lo que sabía, pero también entendía que no podía presionarlo más, se notaba algo sincero pero incomodo a la vez.

 

Había obtenido algo valioso: los documentos.

Y eso sería su próximo paso hacia la verdad.

 

– Solo quiero estar en paz con lo que pasó – dijo Junmyeon, con la esperanza de calmar a su padre. – No me obsesionaré. Solo necesito entender ciertas cosas. Después de todo, tú siempre me enseñaste que la claridad es importante.

 

Junghyun lo miró detenidamente, como si evaluara sus palabras. Finalmente, asintió con un gesto breve, aunque su expresión seguía siendo una mezcla de incertidumbre y resignación.

 

– Haz lo que creas mejor, hijo mío– repitió, antes de volver a enfocar su atención en los documentos que estaba revisando anteriormente.

 

Junmyeon se quedó de pie por un momento más, observando a su padre, preguntándose cuántos secretos más podía estar escondiendo. Luego, con los documentos firmemente agarrados en sus manos, se giró y salió de la oficina, cerrando la puerta tras de sí.

 

Mientras caminaba por los pasillos de Kim Corporation, sintió una mezcla de emociones. Había obtenido una pista más, algo que podría ayudarlo a resolver el misterio de la muerte de Oh Mina. Pero también sabía que estaba jugando con fuego. Cuanto más se acercaba a la verdad, más peligrosas se volvían las cosas. 

 

¿Qué tan profundo llegarían sus descubrimientos?

¿Y qué más le estaba ocultando su padre?

 

Con los documentos en mano y la mente llena de preguntas, Junmyeon se dirigió a su oficina, sabiendo que tendría que reunirse con Sehun para revisar lo que había obtenido.

 

Oficina de junmyeon, 8:40 AM 

Junmyeon entró en su oficina con los documentos firmemente en las manos, su mente aún procesando la breve conversación con su padre. Sehun ya estaba ahí, inclinado sobre su escritorio, revisando algunos informes de la empresa. Cuando escuchó la puerta, levantó la vista y le ofreció una sonrisa, aunque en sus ojos había una mezcla de cansancio y determinación.

 

– ¿Qué conseguiste? – preguntó Sehun, levantándose de su silla y acercándose a Junmyeon, sus ojos posándose en los documentos que este traía.

 

Junmyeon suspiró, caminando hacia su escritorio y colocando los papeles sobre la superficie.

 

– Mi padre no me dijo mucho, pero me dio esto–dijo, desdoblando los documentos con cuidado

 

Tomo la taza de cafe que tenía cerca, aunque ya estaba fría y continuo

 

—Son registros antiguos relacionados con la familia Oh, tu familia.

 

Sehun frunció el ceño ligeramente, acercándose más para examinar los papeles. Ambos se sentaron uno al lado del otro, sus hombros casi tocándose mientras empezaban a leer. Sabían que cualquier fragmento de información, por más pequeño que fuera, podría ser clave para descubrir la verdad sobre la muerte de Oh Mina.

 

A medida que avanzaban en los documentos, encontraron registros financieros y detalles de una posible alianza entre Oh Company y Kim Corporation. Había correos electrónicos impresos y actas de reuniones que mostraban que, antes de la muerte de Oh Mina, ambas compañías estaban planeando una fusión, una alianza estratégica que uniría sus fuerzas. Sin embargo, había tensiones evidentes. Los documentos revelaban desacuerdos entre ambas partes, problemas que habían existido siempre antes de la trágica muerte.

 

– Mira esto – dijo Junmyeon, señalando un párrafo en uno de los documentos. – Esta es la reunión donde tu madre estuvo presente... la última antes de su muerte. Aquí, Oh Company y Kim Corporation estaban discutiendo los términos de la alianza, pero parece que algo no salió bien.

 

Sehun le lanzó una mirada a Junmyeon, su expresión endureciéndose. Sabía que había más en juego en esa reunión de lo que siempre le contaron.

 

– Sabía que la relación entre ambas compañías estaba tensa, pero no pensé que fuera tan malo – murmuró Sehun, sus ojos pasando rápidamente sobre el texto. – Según esto, la alianza nunca iba a suceder de verdad. Estaban usando la negociación como una fachada, pero los problemas entre nuestras familias ya estaban demasiado arraigados.

 

Junmyeon asintió, dándose cuenta de lo profundo que era el resentimiento entre las dos familias. La muerte de Oh Mina no solo destrozó una posible fusión, sino que también cerró cualquier puerta a una reconciliación.

 

Todo era un caos 

 

– La muerte de tu madre no fue solo un accidente trágico – susurró Junmyeon, sus dedos apretando los bordes del papel. – Fue el golpe final para algo que ya estaba roto.

 

Sehun se quedó en silencio por un momento, su mandíbula tensa mientras absorbía las palabras. La muerte de su madre había sido un evento devastador para él, pero ahora, al leer estos documentos, comenzaba a entender cuán profundamente entrelazado estaba todo con la rivalidad entre ambas familias.

 

– ¿Crees que alguien en la empresa de tu padre... o en la mía... podría haber tenido algo que ver con su muerte? – preguntó Sehun, su voz baja pero cargada de tensión.

 

Junmyeon lo miró con seriedad. La verdad era que no lo sabía con certeza, pero no podía ignorar las sombras de duda que habían empezado a formarse. Kim Junghyun, su padre, siempre había sido un hombre reservado, y ahora Junmyeon se preguntaba cuántas cosas más podría estar ocultando.

 

– No lo sé – respondió Junmyeon, exhalando profundamente. – Pero está claro que algo más pasó ese día, algo que nadie nos ha contado. Necesitamos averiguar qué fue, y quién estaba detrás.

 

– Seguiremos revisando esto – dijo Sehun, apoyando su mano en el hombro de Junmyeon, un gesto de apoyo en medio de la incertidumbre. – No dejaremos que nos detengan. Mi madre merece justicia.

 

Junmyeon lo miró, sus ojos llenos de la misma resolución. No solo estaban investigando la muerte de Oh Mina; también estaban tratando de sanar las heridas de sus propias vidas, de sus corazones. Sabían que este camino sería largo y peligroso, pero lo recorrerían juntos.

 

Mientras Sehun y Junmyeon seguían revisando los documentos, un par de hojas sueltas captaron la atención de Sehun. Eran registros bancarios que no parecían coincidir con los informes generales de la empresa. Sehun frunció el ceño mientras pasaba las páginas más rápido, buscando un patrón. A medida que revisaba, sus ojos se abrieron con sorpresa.

 

– Jun, mira esto – dijo Sehun, su voz llena de alerta. 

 

Junmyeon se inclinó más cerca, observando los números. Los documentos mostraban una suma considerable de dinero que había sido desviada de Oh Company en fechas cercanas a la muerte de Oh Mina. Los montos no solo eran grandes, sino que se habían transferido a cuentas extranjeras bajo nombres que no reconocían.

 

– Esto no tiene sentido – murmuró Junmyeon, analizando los registros. – ¿Por qué Oh Company estaría desviando fondos en secreto? Esto nunca se reportó, ni en las reuniones ni en los estados financieros que se compartían con nosotros.

 

Sehun se quedó en silencio, su mente trabajando a toda velocidad. Sabía que su padre, Oh Seunghyun, siempre había sido un hombre calculador y ambicioso, pero esta evidencia insinuaba algo más oscuro. Estas transferencias no solo eran sospechosas, eran ilegales, y ninguna otra persona más en la empresa de su familia tendría el poder de hacerlo, salvo su padre.

 

– ¿Podría ser mi padre el que haya estado detrás de esto? – preguntó Sehun, su voz baja pero tensa. – Esto no solo es malversación de fondos... esto es una traición a su propia compañía, y tal vez hasta a mi madre.

 

Junmyeon lo miró con seriedad, su propia mente conectando las piezas. La muerte de Oh Mina había sucedido en medio de negociaciones cruciales entre Kim Corporation y Oh Company. Si los fondos se habían desviado alrededor de ese mismo tiempo, ¿podría haber alguna relación entre el desvío y la muerte de Mina?

 

– Tal vez tu madre descubrió algo que no debía... – susurró Junmyeon, verbalizando el pensamiento que ambos parecían compartir. – Si ella se enteró de que tu padre estaba involucrado en algo turbio... eso podría haber sido la razón de su muerte.

 

Sehun apretó los puños, su rabia y ansiedad mezclándose en una tormenta interna. La posibilidad de que su propio padre pudiera ser el culpable no solo de arruinar la compañía, sino también de la muerte de su madre, era casi insoportable. Pero los números no mentían. Alguien en Oh Company había estado moviendo grandes cantidades de dinero en secreto, y la única persona con el acceso y la motivación parecía ser Oh Seunghyun.

 

– Si esto es cierto... – comenzó Sehun, luchando por mantener la calma – si mi padre está detrás de todo esto, no solo traicionó a mi madre, sino también a mí, a nuestra familia, a la empresa... a todo.

 

Junmyeon lo observó con preocupación. Sabía lo difícil que era para Sehun procesar esta nueva información. Sentía el dolor de Sehun como propio, pero también sabían que no podían detenerse. Habían llegado demasiado lejos para dar marcha atrás.

 

– Lo sé, Sehun – dijo Junmyeon en voz baja, tocando su mano suavemente. – Pero necesitamos pruebas concretas antes de hacer cualquier movimiento. Si tu padre está detrás de esto, tendremos que ser cuidadosos. No podemos enfrentarlo sin estar completamente preparados.

 

Sehun asintió, aunque su mente estaba llena de preguntas. Sabía que Junmyeon tenía razón, pero la rabia que sentía hacia su padre crecía con cada segundo que pasaba. No podía permitir que este hombre, su propio padre, saliera impune si de verdad había estado involucrado en algo tan monstruoso.

 

– Encontraremos la verdad – prometió Sehun, su voz firme aunque temblaba con la emoción contenida. – Y si mi padre es el responsable, se enfrentará a las consecuencias. No me importa quién sea.

 

Lo haría pagar por todo el daño

 

Junmyeon lo miró a los ojos, viendo la furia, el dolor y la determinación en ellos. Sabía que Sehun estaba listo para cualquier cosa, pero también sabía que este camino solo se volvería más peligroso cuanto más profundizaran.

 

El villano que estaban buscando podría estar más cerca de lo que jamás imaginaron.

 

Mientras Sehun y Junmyeon seguían inmersos en los documentos, el teléfono de Sehun vibró en su bolsillo. Sin prestar mucha atención, lo sacó y desbloqueó la pantalla, esperando ver algún mensaje rutinario. Pero lo que vio lo dejó helado.

 

El peligro los perseguía 

 

Un mensaje anónimo, sin número visible, con un archivo adjunto. Al abrirlo, Sehun se encontró con una serie de imágenes que le hicieron hervir la sangre. Eran fotografías de él y Junmyeon, juntos en cada cita que habían tenido. Desde las más inocentes, como caminando por el parque o compartiendo una comida, hasta una imagen de ambos en la mansión de Junmyeon, en un momento claramente íntimo, abrazándose y besándose con el deseo y el cariño que compartían. Al final del mensaje, una frase que destilaba amenaza:

 

—Si sigues por este camino, ambos perderán mucho más que su reputación. No hay secretos que puedan mantenerse ocultos para siempre

 

Sehun apretó tanto el teléfono que sus nudillos se pusieron blancos. La ira subió rápidamente por su cuerpo, como una ola imparable. Quien fuera que les hubiera enviado esto, había estado observándolos durante mucho tiempo. 

 

Alguien había estado acechando, esperando el momento perfecto para atacarlos, y ahora intentaban usar su amor en su contra. Pero lo que más le dolía era la invasión de su privacidad, el hecho de que alguien había capturado momentos que para él eran sagrados, y los estaba usando como una herramienta de chantaje.

 

– Jun... – Sehun comenzó, su voz temblando de furia. 

 

Junmyeon, al escuchar el tono de Sehun, dejó los papeles y lo miró con preocupación. Notó el brillo intenso en los ojos de Sehun, esa mezcla de rabia y vulnerabilidad que rara vez mostraba.

 

– ¿Qué pasa? – preguntó con seriedad, acercándose a él.

 

Sehun le entregó el teléfono sin decir nada, permitiendo que Junmyeon viera por sí mismo lo que había recibido. Junmyeon recorrió las imágenes con una creciente sensación de alarma, su corazón hundiéndose más con cada foto. Las palabras al final lo dejaron en shock. Era una amenaza clara, un aviso de que estaban siendo vigilados, y peor aún, que alguien estaba usando su relación para intentar manipularlos.

 

– No puede ser... – murmuró Junmyeon, su rostro palideciendo.

 

– ¿Quién demonios se atreve a hacer esto? – gruñó Sehun, comenzando a caminar de un lado a otro en la oficina, su furia aumentando con cada paso. – Nos han estado observando todo este tiempo, Junmyeon. Esto no es una coincidencia, Han estado esperando el momento justo para intentar destruirnos.

 

Junmyeon sentía su estómago retorcerse. Sabía que su relación con Sehun no sería fácil. Ambos provenían de familias con pasados complicados, de dos mundos que estaban en conflicto. Pero hasta este momento, no había comprendido plenamente hasta qué punto podían estar dispuestos a llegar para separarlos. Y ahora que tenían algo más entre manos, que estaban a punto de descubrir la verdad sobre la muerte de Oh Mina, las cosas solo se volverían más peligrosas.

 

Sehun se detuvo, mirándolo con determinación. 

 

– No voy a permitir que nos hagan esto, Junmyeon. No voy a dejar que nos separen.

 

Junmyeon tragó con dificultad, sus ojos buscando los de Sehun, queriendo ofrecerle alguna forma de consuelo. Pero la realidad era que la situación era grave. Si las imágenes se filtraban, no solo podrían destruir sus reputaciones, sino también las frágiles relaciones entre sus familias. 

 

Y aunque su amor estaba creciendo, cada vez más fuerte y más sólido, sabían que había verdades ocultas que ambos debían enfrentar.

 

– Esto va más allá de las fotos – dijo Junmyeon, intentando mantener la calma. – Nos están chantajeando para que dejemos de investigar. Quieren detenernos antes de que descubramos algo. 

 

Sehun asintió, ya pensando en los posibles sospechosos. ¿Podría ser su padre? ¿O tal vez alguien más involucrado en Oh Company, tratando de proteger sus secretos sucios? ¿O era alguien cercano a Junmyeon, en Kim Corporation? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que no dejaría que esa amenaza los intimidara.

 

– Si alguien piensa que puede usar esto en nuestra contra, están muy equivocados – dijo Sehun, su voz decidida. – No me importa quién sea, Jun. Estoy dispuesto a enfrentar a cualquiera por ti. Si eso significa ir en contra de nuestras familias, lo haré. 

 

Junmyeon sintió una oleada de emoción al escuchar esas palabras. Sabía que Sehun estaba hablando en serio, que su amor por él y recuperar su confianza lo impulsaba a luchar con todo. Pero también sabía que este era un terreno peligroso, y que debían tener cuidado.

 

Ambos estaban comprometidos a seguir juntos

 

– Sehun... – comenzó, pero Sehun lo interrumpió.

 

– No, No me importa lo que tengamos que hacer, No, voy a perderte, y no voy a dejar que nos separen. Vamos a seguir con la investigación, vamos a descubrir quién está detrás de esto y por qué. 

 

sehun se recostó en su silla tratando de calmarse

 

—Y si tenemos que enfrentarnos a nuestras familias para proteger lo que tenemos, lo haremos. 

 

Junmyeon lo miró, sintiendo que su corazón latía con fuerza. Sabía que Sehun estaba dispuesto a arriesgarlo todo por él, y eso lo llenaba de una profunda gratitud y amor. Pero también sentía el peso de la responsabilidad. No quería que Sehun sufriera más de lo necesario, y mucho menos que se enfrentara a su propio padre sin estar preparado. Ambos sabían que el camino que tenían por delante no sería fácil. Las amenazas, los secretos y las mentiras estaban empezando a salir a la luz, y el precio de la verdad sería alto. Pero también sabían que estaban juntos en esto, y que nada, ni siquiera las fuerzas más oscuras que intentaran separarlos, podrían destruir lo que habían comenzado a construir.

 

Junmyeon dio un paso adelante, tomando la mano de Sehun.

 

– Lo haremos juntos – prometió en voz baja. – Pase lo que pase.

 

Sehun, con el corazón aún latiendo con fuerza por la ira y la preocupación, tomó su teléfono y rápidamente comenzó a enviar mensajes a su contacto de confianza en seguridad. Quería rastrear el número del mensaje anónimo lo antes posible. No podían permitirse perder tiempo; tenían que descubrir quién estaba detrás de la amenaza.

 

Mientras tanto, Junmyeon se dirigió a su escritorio, buscando las grabaciones de las cámaras de seguridad de la mansión. Su mente estaba en ebullición, procesando la amenaza mientras revisaba las grabaciones. Sabía que el hombre que los había estado observando podría tener alguna conexión con el mensaje que acababan de recibir. Pero, a pesar de su urgencia, no podía encontrar nada que lo vinculara directamente a su hogar.

 

– Vamos, vamos... – murmuraba para sí mismo, adelantando las imágenes mientras revisaba las grabaciones del día anterior. Las sombras danzaban en la pantalla, pero hasta el momento, no lograba identificar a nadie.

 

Sehun finalmente recibió una respuesta de su contacto, quien le confirmó que estaban trabajando en el rastreo del número. Mientras esperaba más información, decidió unirse a Junmyeon en la revisión de las grabaciones.

 

– ¿Has encontrado algo? – preguntó Sehun, al entrar en la oficina de Junmyeon y encontrarlo absorto en la pantalla.

 

– Aún no, pero he revisado todas las grabaciones desde ayer. Solo he visto a los niños jugar y a la nana, pero nada que se relacione con el hombre que nos miraba – respondió Junmyeon, frunciendo el ceño.

 

Sehun se acercó y se inclinó para observar la pantalla. 

 

– Tal vez deberíamos revisar las grabaciones de más tiempo. Quizás el hombre estuvo cerca de la casa en días anteriores.

 

Junmyeon asintió, consciente de que el tiempo era esencial. Juntos, comenzaron a buscar a través de las grabaciones, retrocediendo varios días. Pasaron las imágenes de las interacciones cotidianas en la mansión, momentos ordinarios que parecían lejanos comparados con la amenaza que enfrentaban.

 

Al avanzar en la búsqueda, finalmente encontraron un fragmento que hizo que ambos se detuvieran. En la esquina de una de las grabaciones, una figura oscura se movía sigilosamente por la propiedad. Junmyeon y Sehun se acercaron, la tensión palpable en el aire.

 

– ¿Es él? – preguntó Sehun, señalando a la figura que parecía estar observando la mansión desde una distancia segura. La imagen era borrosa, pero podía ver que el hombre llevaba una chaqueta oscura, y su postura era cautelosa.

 

– Parece que sí... – dijo Junmyeon, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. – Pero no puedo distinguir su rostro.

 

– Espera, voy a intentar mejorar la imagen – dijo Sehun, buscando opciones en el sistema de seguridad.

 

Después de unos minutos de ajustes, lograron ampliar la imagen. La figura del hombre seguía siendo indistinta, pero a medida que la imagen se definía un poco más, Sehun se sintió inquieto.

 

– Hay algo familiar en su forma de caminar... – murmuró, su instinto le decía que podría haber visto a este hombre antes.

 

– Tal vez deberíamos compartir esto con Kyungsoo – sugirió Junmyeon. 

 

– Él conoce a mucha gente en la empresa y podría ayudarnos a identificarlo.

 

Justo cuando sehun estaba a punto de sacar su teléfono para llamar a Kyungsoo, recibió un mensaje de su contacto de seguridad. Rápidamente abrió el mensaje, su expresión cambiando de preocupación a alerta.

 

– Han rastreado el número – dijo Sehun, su corazón latiendo con fuerza. – Y hay algo que no me gusta...

 

Junmyeon levantó la vista, la incertidumbre en su mirada.

 

– ¿Qué dicen?

 

– El número está asociado con una línea desechable, pero las investigaciones muestran que está vinculado a una de las cuentas que se han estado utilizando para las transferencias de fondos en Oh Company. 

 

El estómago de Junmyeon se hundió al escuchar eso. Era una conexión directa entre el chantaje y la empresa. Si el mensaje anónimo provenía de alguien dentro de Oh Company, eso significaba que la amenaza era aún más seria.

 

– Eso significa que están intentando proteger sus secretos – comentó Junmyeon, su mente girando rápidamente. – ¿Podría ser alguien que trabaja para tu padre? 

 

Sehun asintió, su mirada endurecida. 

 

– Parece que sí. Están intentando asustarnos para que nos detengamos. No podemos permitir que esto nos detenga, Jun.

 

Ambos sabían que las piezas del rompecabezas estaban empezando a encajar, Con el tiempo en su contra y la presión aumentando, decidieron que la mejor opción sería confrontar a Kyungsoo y compartir toda la información que tenían hasta ahora.

 

18:00 PM

 

Mientras Sehun y Junmyeon se preparaban para salir de la oficina, Sehun no podía sacudirse la creciente ansiedad que lo invadía. El peso de la amenaza que enfrentaban era palpable, pero aún más intenso era su deseo de proteger a Junmyeon. Cada vez que sus miradas se cruzaban, el corazón de Sehun se llenaba de una mezcla de amor y miedo. Era un juego peligroso, y lo sabía. No podía permitir que Junmyeon se viera atrapado en el fuego cruzado de las disputas familiares y los secretos oscuros que amenazaban con destruir todo lo que habían comenzado a construir juntos.

 

Mientras caminaban hacia el auto, Sehun notó que Junmyeon parecía un poco distraído, sumido en sus propios pensamientos. Sehun se preguntó si Junmyeon también sentía la presión, si también estaba consciente del peligro que los rodeaba.

 

Había una sombra de duda en su mente, un temor profundo que lo acompañaba.

 

¿Qué pasaría si, en su lucha por descubrir la verdad sobre Oh Mina, se lastimaban mutuamente?

 

Sehun respiró hondo, recordando la razón por la que estaban en esta búsqueda. Tenía que luchar por él, por su madre, y por Junmyeon. Tenía que ser fuerte, no solo por su propio bien, sino también por la persona que había empezado a ocupar un lugar tan especial en su corazón. La idea de perder a Junmyeon lo aterrorizaba. Todo lo que había experimentado, el dolor de perder a su madre y la soledad que había sentido durante tanto tiempo, había desaparecido cuando Junmyeon entró en su vida. Ahora, la posibilidad de perderlo lo hacía sentir vulnerable de una manera que nunca había anticipado.

 

"Necesito ser más fuerte"— pensó, sus manos apretando el volante mientras conducía hacia el café donde se reunirían con Kyungsoo. En su mente, comenzó a planear cómo se lo diría. La idea de pedirle a Junmyeon que fuera su novio lo llenaba de emoción y temor al mismo tiempo.

 

¿Cómo le diría? ¿Cómo podría poner en palabras lo que sentía?

 

Quería que fuera suyo, que lo mirara no solo como un aliado en esta lucha, sino como alguien con quien compartir una vida llena de amor, confianza y alegría, Pero con la sombra de la amenaza acechando, Sehun no podía evitar preguntarse si era el momento adecuado. 

 

¿Y si no está listo? 

¿Y si las cosas se complican aún más?

 

Se cuestionaba mientras el tráfico se movía lentamente. En ese instante, recordó cómo se había sentido cuando Junmyeon lo había abrazado, cuando se habían mirado a los ojos y habían compartido un momento de intimidad que parecía hacer que todo fuera posible. Esa conexión era lo que Sehun deseaba conservar y fortalecer. Pero ahora, más que nunca, sentía que todo estaba en juego.

 

– ¿Sehun? – Junmyeon lo llamó, sacándolo de sus pensamientos. Sehun se dio cuenta de que había llegado al café y se detuvo frente a la entrada. Se volvió hacia Junmyeon, quien lo miraba con una mezcla de preocupación y ternura. – ¿Estás bien?

 

– Sí, solo... estaba pensando – admitió, sintiendo que necesitaba ser honesto. La conexión que compartían le daba la fuerza para abrirse. – Hay tantas cosas en juego. Y me preocupa lo que pueda pasar.

 

Junmyeon asintió, su expresión entendiendo la carga que ambos llevaban.

 

– Lo sé. Pero necesitamos mantenernos unidos. Lo que sea que enfrentemos, podemos resolverlo juntos. 

 

Esas palabras resonaron en Sehun como un faro de esperanza. La confianza que Junmyeon depositaba en él le recordaba que no estaba solo en esto. 

 

– Tienes razón. Lo haremos juntos – dijo, sintiéndose un poco más aliviado.

 

Por que al final del día solo se tenían ellos dos en esta lucha

entre la verdad y las mentiras que los rodeaban

 

Chapter 12: Capitulo 11 | Juntos, Parte 1

Notes:

Hola, como están? Quiero anunciar que este capitulo se divide en dos, como en la historia original en wattpad.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Llegaron a la cafetería y encontraron a Kyungsoo sentado en una mesa en la esquina, absorto en su teléfono. Cuando Sehun y Junmyeon se acercaron, levantó la vista y sonrió, pero la tensión en el aire era palpable. Ambos sabían que lo que iban a discutir no era fácil.

 

—Hola chicos—saludó Kyungsoo mientras se acomodaba en la silla—. He traído toda la información que pude encontrar.

 

Sehun se sentó junto a Junmyeon y se inclinó hacia adelante, intrigado.

 

—¿Qué tienes?

 

Kyungsoo sacó una carpeta llena de documentos y la colocó sobre la mesa.

 

—He estado investigando el número que recibiste, Sehun. Aún estamos en proceso de rastrearlo, pero parece que hay varios vínculos que apuntan a Oh Seunghyun.

 

El corazón de Sehun se hundió. 

 

—¿Estás seguro? No puede ser...

 

—Lo que tenemos hasta ahora —continuó Kyungsoo— son registros de llamadas y algunos movimientos de dinero que coinciden con fechas clave, incluyendo el día de la muerte de Mamá. Todo parece conectar de alguna manera con nuestro padre y kim corporation... 

 

Junmyeon frunció el ceño, sintiendo que la presión aumentaba. La idea de que Oh Seunghyun pudiera estar involucrado lo aterrorizaba. 

 

—Esto es muy serio. No solo estamos hablando de una simple investigación, sino de la reputación de Kim Corporation y de nuestras familias.

 

Sehun miró a Junmyeon, notando la preocupación en sus ojos. Sabía que, como CEO, Junmyeon tenía mucho en juego.

 

—Jun, ¿estás bien? —preguntó, sintiendo que su preocupación se intensificaba. La posibilidad de que Junmyeon pudiera ser lastimado o incluso ser parte de un escándalo lo mantenía alerta.

 

—Estoy bien —respondió Junmyeon, aunque su voz temblaba ligeramente—. Solo... no puedo evitar pensar en el proyecto Busan. Se anunciará en unos meses y he trabajado muy duro para que salga bien. Si esto llega a filtrarse, podría arruinar todo.

 

Kyungsoo asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. 

 

—Sí, el proyecto Busan es vital para la empresa. Si Oh Seunghyun tiene algo que ver con esto, podría ser un gran golpe para ti, Junmyeon.

 

Sehun sintió un escalofrío recorrer su espalda, la idea de que su padre pudiera perjudicar a Junmyeon y a su empresa lo enfurecía. 

 

—No puedo permitir que eso pase —dijo con determinación—. No dejaré que le hagan daño.

 

Kyungsoo se cruzó de brazos, pensativo

 

Estaban muchas cosas en juego

 

—Necesitamos más información. Si Oh Seunghyun está detrás de esto, tenemos que ser cuidadosos. Cualquier paso en falso podría poner a Junmyeon en una posición muy vulnerable.

 

Junmyeon se sentó erguido, tratando de mantenerse fuerte.

 

—Lo sé, pero no puedo quedarme de brazos cruzados. Este proyecto es importante no solo para la empresa, sino también para mi reputación. Tengo que ser proactivo.

 

—Y yo te apoyaré —dijo Sehun, sintiendo la necesidad de protegerlo.

 

Junmyeon no estaba solo en esto, y no iba a permitir

que la sombra de su padre lo alcanzara. 

 

Kyungsoo sacó un par de documentos y los distribuyó sobre la mesa. 

 

—Aquí hay más detalles sobre los fondos desviados. Hay una suma considerable que no se puede rastrear, y parece que se ha estado moviendo a cuentas offshore.

 

Tomo un sorbo de su cafe y luego continuo: 

 

—Es posible que Nuestro padre esté detrás de eso, pero necesitamos pruebas concretas.

 

Sehun examinó los documentos, su mente trabajando a mil por hora. Todo apuntaba a un patrón que no podían ignorar.

 

—Si podemos demostrar que el dinero proviene de Oh Seunghyun, tendríamos algo que usar en su contra.

 

—Y podríamos poner en riesgo nuestra posición —advirtió Junmyeon, mirando a ambos—. No podemos arriesgarnos a que esto se haga público antes de tener pruebas definitivas. 

 

Kyungsoo asintió.

 

—Exacto. Necesitamos ser astutos y cautelosos. La situación es delicada, y todos estamos involucrados. 

 

Sehun sintió la ansiedad y la rabia bullendo en su interior. 

 

—No dejaré que esto termine mal para ninguno de ustedes. Jun, tú eres el CEO, y esto podría afectarte más que a nadie, no quiero que te lastimen.

 

Junmyeon sonrió levemente, reconociendo el apoyo de Sehun. 

 

—Gracias, Sehun. Pero esto también me involucra a mí. He estado a cargo de Kim Corporation, y no puedo dejar que la reputación de la empresa se vea afectada.

 

La presión del momento aumentó, y el trío se quedó en silencio mientras reflexionaban sobre la gravedad de la situación. Sehun podía sentir el peso del mundo sobre sus hombros, especialmente cuando miraba a Junmyeon. Las emociones estaban a flor de piel, y la idea de perder a Junmyeon en todo este caos le provocaba una profunda angustia.

 

Finalmente, Sehun rompió el silencio.

 

—Sabemos que tenemos que actuar rápido. Si Oh Seunghyun está detrás de esto, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Debemos descubrir la verdad antes de que se convierta en un escándalo.

 

Kyungsoo asintió, tomando el mando de la conversación. 

 

—Podríamos intentar infíltrame en algunas de las reuniones de Oh Company, Papá no quiere que participe en algunas pero, Tal vez podamos obtener más información sobre el movimiento del dinero, puedo convencerlo de participar.

 

Junmyeon miró a Kyungsoo con una mezcla de preocupación y determinación. 

 

—Es arriesgado, pero tal vez sea nuestra mejor opción. No podemos permitir que esto se nos escape de las manos.

 

Sehun se sentía impulsado a actuar. No podía permitir que Junmyeon se enfrentara a esto solo, y la posibilidad de que Oh Seunghyun, su propio padre, intentara hacerle daño lo llenaba de furia. La idea de su padre manipulando la situación y causando problemas para Junmyeon era inaceptable.

 

—Haremos lo que sea necesario para proteger a Kim Corporation y a ti, Jun —declaró Sehun, su mirada fija en los ojos de Junmyeon—. No dejaré que te lastimen.

 

Mientras la conversación continuaba, Sehun sintió que la atmósfera se volvía más tensa, pero también más resoluta. La verdad estaba cerca, y aunque el camino por delante era incierto, sabía que juntos podían enfrentarlo. No solo estaban luchando por la verdad detrás de la muerte de Oh Mina, sino también por su futuro como pareja y la seguridad de la familia Kim. Con cada nueva pieza de información, la red se iba tejiendo, y Sehun estaba decidido a desentrañarla, sin importar el costo.

 

Dos Meses después

 

Dos Meses habían pasado desde que Sehun y Junmyeon decidieron pausar la investigación sobre la muerte de Oh Mina. La presión del proyecto Busan había tomado el centro del escenario, y ambos sabían que tenían que concentrarse en eso, ya que la presentación se realizaría en un mes, era el primer proyecto en solitario de junmyeon desde que fue nombrado CEO, y queria por una vez por todas que lo dejen de ver como "la sombra de su padre" o un "Nepobaby". 

 

Era viernes, y el aire en la oficina de Kim Corporation estaba lleno de un sentido de alivio y expectativa. Las tensiones habían disminuido, y la relación entre Sehun y Junmyeon había sanado notablemente, ambos recuperando la confianza y apoyandose mutuamente.

 

Junmyeon se encontraba en su oficina, revisando algunos documentos relacionados con el proyecto. Era un día soleado, y la luz que entraba por la ventana iluminaba su rostro. Mientras leía, no pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado su vida en las últimas semanas. Sehun había estado a su lado, apoyándolo y siendo un compañero confiable. La confianza que había perdido se había restaurado lentamente, y ya no sentía la sombra de las traiciones pasadas. Se sentía más ligero, como si un peso se hubiera levantado de sus hombros.

 

La puerta se abrió y Sehun entró con una gran sonrisa en su rostro. 

 

—¿Listo para el fin de semana? —preguntó mientras se acercaba a la mesa de Junmyeon.

 

Junmyeon levantó la vista, sorprendido por la energía de Sehun. 

 

—¿Fin de semana? Aún no hemos terminado todo lo que tenemos que hacer para el proyecto Busan.

 

—Lo sé, lo sé —respondió Sehun, haciendo un gesto con la mano—. Pero hemos trabajado duro toda la semana. Creo que te mereces un descanso, y yo también. Además, tengo un plan para nosotros.

 

Junmyeon frunció el ceño, intrigado.

 

—¿Un plan? ¿De qué se trata?

 

Sehun se sentó en la esquina de la mesa de Junmyeon, con una expresión juguetona en su rostro. 

 

—He reservado una cena en el hotel más famoso de Seúl, el hotel Four seasons, Quiero que pasemos un fin de semana juntos, lejos de toda esta locura de la oficina.

 

—¿Un hotel? —repitió Junmyeon, sintiéndose un poco abrumado por la idea—. Pero, ¿no es... demasiado?

 

—No, nunca es demasiado —dijo Sehun, sonriendo—. Solo es una cena y pasar juntos el fin de semana, Quiero que relajemos nuestras mentes y disfrutemos de la compañía del otro, además, hemos estado trabajando muy duro.

 

sehun agarro la mano de junmyeon y la apretó con la suya

 

—creo que ambos merecemos un poco de tiempo de calidad juntos junnie

 

Junmyeon sintió un calor agradable en su pecho al escuchar las palabras de Sehun. Sabía que había estado más estresado de lo habitual, y la idea de tomarse un tiempo para ellos dos le parecía reconfortante. 

 

—Bueno, eso suena bien —respondió con una sonrisa—. ¿Cuándo es la cena?

 

—Esta noche —dijo Sehun, su emoción palpable—. Así que asegúrate de vestirte bien y llevar tus cosas, Quiero que te veas increíble.

 

Junmyeon se sonrojó ligeramente, sintiendo un torbellino de nervios y emoción. 

 

—¿Vestirme bien? No sé si tengo algo adecuado para la ocasión...

 

—Te verás increíble con cualquier cosa que lleves —dijo Sehun, tomando la mano de Junmyeon y besándola, mirándolo a los ojos—. Solo quiero que disfrutes y te relajes. No tienes que preocuparte por nada.

 

—Está bien —contestó Junmyeon, sintiendo la calidez de la mano de Sehun sobre la suya—. Aprecio mucho que hayas planeado esto.

 

Sehun sonrió con satisfacción. 

 

—Todo es parte del plan. Además, quiero que sea una noche especial. Sabes que tenemos mucho que celebrar. Hemos sanado y crecido juntos, y eso es digno de celebración.

 

5 meses desde que se conocieron... 

También 3 meses que eran amantes

 

Junmyeon asintió, sintiéndose agradecido por la oportunidad de reconectar con Sehun. 

 

—Tienes razón, Hemos pasado por mucho, y me alegra que estemos bien, nuevamente...

 

—Exactamente —dijo Sehun, levantándose y dando un ligero golpe en la mesa—. Ahora, prepárate para esta noche. No quiero que lleguemos tarde. Quiero que tengamos una noche inolvidable.

 

Junmyeon se rió, sintiendo la emoción burbujear dentro de él.

 

—Está bien, está bien. Me aseguraré de estar listo.

 

Sehun le lanzó una mirada pícara. 

 

—Perfecto. Te prometo que será un fin de semana que nunca olvidarás.

 

No lo hará olvidar...

 

Mientras Sehun se alejaba, Junmyeon no pudo evitar sentirse emocionado por la cena. Había una mezcla de nervios y alegría en su interior. A medida que se preparaba para la cena, no podía dejar de preguntarse qué sorpresas le depararía la noche.

 

Departamento de Sehun, 20:00 PM

 

Sehun estaba en su departamento, su mente llena de pensamientos agitados mientras hablaba por teléfono con Chanyeol, su mejor amigo. La ansiedad lo consumía; esta noche era especial y, aunque lo había planeado con cuidado, no podía evitar sentir mariposas en el estómago. Tenía la caja con un anillo simple, pero hermoso, de oro en su bolsillo. Era un símbolo de lo que quería construir con Junmyeon, un compromiso que iba más allá de ser solo amantes.

 

—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres? —preguntó Chanyeol desde el otro lado de la línea, su voz tranquila contrastando con la tormenta de emociones que se agolpaban en la mente de Sehun.

 

—Sí, estoy seguro —respondió Sehun, tratando de sonar convencido—. He estado pensando en esto desde hace un mes, No quiero que sea solo una cita más, Quiero que sea mi novio de verdad.

 

—Entonces, ¿por qué estás tan nervioso? —Chanyeol rió suavemente—. ¡Eres Sehun! Tienes esto en la bolsa. Solo sé tú mismo.

 

—Lo sé, pero... —Sehun dudó, mirándose en el espejo mientras ajustaba su corbata—. No quiero arruinarlo. He pasado por tanto con Junmyeon, y no quiero que sienta que lo estoy presionando.

 

—Confía en ti mismo. Y más importante, confía en Junmyeon. Si ha superado todo lo que han pasado juntos, esto será solo otro paso en su relación.

 

Sehun se pasó una mano por el cabello, tratando de calmarse. Chanyeol tenía razón, pero la presión del momento era palpable. 

 

—Gracias, yeol. Solo... quiero que sea perfecto.

 

—Y lo será. Ahora, ¿tienes el anillo listo?

 

Sehun miró la caja ahora en su bolsillo, sintiendo el peso de la decisión que estaba a punto de tomar. 

 

—Sí, está aquí...

 

—Perfecto. Ahora respira, Sal a disfrutar de la noche.

 

—Gracias, Chanyeol. Te contaré cómo va todo.

 

Sehun colgó y tomó una respiración profunda, intentando reunir el valor que necesitaba. Se miró en el espejo una vez más: su traje negro bien ajustado le daba una apariencia elegante y sofisticada. Se sentía bien, pero el nerviosismo seguía presente. Tenía que recordar que Junmyeon también quería esto.

 

Finalmente, salió de su departamento con sus cosas y se dirigió a la mansión de junmyeon. El camino fue un torbellino de pensamientos; cada semáforo en rojo parecía una eternidad. Pero cada vez que pensaba en Junmyeon, una sonrisa se dibujaba en su rostro. Había algo tan genuino en él que Sehun no podía evitar sentirse esperanzado.

 

Mansion de Junmyeon, 20:20 PM

 

Junmyeon estaba de pie frente al espejo, dando los últimos toques a su apariencia. Su hermano Minseok lo ayudaba con la corbata, ajustándola con cuidado mientras le lanzaba miradas de complicidad. La luz del espejo iluminaba su rostro, y el traje azul que había elegido resaltaba su tez clara, haciéndolo lucir elegante y sofisticado. La combinación con el reloj que llevaba, clásico pero moderno, era perfecta. 

 

—¿Estás listo? —preguntó Minseok, dándole un ligero empujón en la espalda—. Sehun se va a volver loco al verte.

 

Junmyeon sonrió, aunque el nerviosismo comenzaba a apoderarse de él. 

 

—Sí, creo. Solo... ¿y si no le gusta lo que llevo puesto? 

 

Minseok se detuvo y se volvió hacia él, con una expresión seria. 

 

—Jun, si a Sehun no le gusta lo que llevas, está ciego. Te ves increíble. Además, no es solo lo que llevas puesto, es quién eres, Recuerda lo que significa esta cena.

 

Junmyeon asintió, intentando calmar sus pensamientos. Sabía que era una cena especial, que Sehun había hecho un esfuerzo por planearla. Las preguntas empezaban a invadir su mente: 

 

¿Le pedirá que sea su novio?  ¿Cómo se sentirá al respecto?

 

Se sentía emocionado, pero también temeroso de dar un paso tan significativo. Era un gran compromiso.

 

—¿Te imaginas que me pida ser su novio Hyung? —dijo Junmyeon, casi para sí mismo—. Podría ser un gran paso para nosotros.

 

Minseok sonrió, ajustando una última vez la corbata de su hermano.

 

—Sí, podría serlo. Pero recuerda que lo más importante es lo que sientes, no lo que él espera de ti. No te presiones demasiado.

 

Justo en ese momento, el sonido del timbre interrumpió sus pensamientos, Junmyeon se congeló, su corazón latiendo más rápido. 

 

—¿Es él? 

 

—Sí, ve a abrir —Minseok lo animó, empujándolo suavemente hacia la puerta—. Yo me encargaré de lo demás.

 

Junmyeon se acercó a la puerta, tomando una profunda respiración antes de abrirla. Al hacerlo, su corazón se llenó de alegría al ver a Sehun allí, parado en la entrada, vestido con un traje negro que lo hacía lucir increíblemente atractivo. Su cabello estaba cuidadosamente peinado, y sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y nerviosismo. 

 

—Hola jun —saludó Sehun, una sonrisa amplia iluminando su rostro. 

 

—Hola —respondió Junmyeon, sintiendo que su propio rostro se iluminaba. 

 

—Te ves... increíble —dijo Sehun, su mirada recorriendo a Junmyeon de arriba a abajo—. El azul te queda muy bien.

 

Sehun estaba hechizado, era precioso

 

Junmyeon sintió que su rostro se sonrojaba, agradecido por el cumplido. 

 

—Gracias, tú también. 

 

Minseok decidió que era un buen momento para retirarse, y con un guiño a su hermano, se alejó. Junmyeon sintió un alivio momentáneo al quedarse a solas con Sehun, pero la tensión seguía presente.

 

—Estaba pensando en lo que podría suceder esta noche —dijo Sehun, intentando romper el hielo.

 

Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba aún más.

 

—¿Cómo qué?

 

—No sé... tal vez algo especial —respondió Sehun, con una sonrisa que hacía que Junmyeon se sintiera un poco más seguro, pero también un poco más ansioso.

 

Ambos se miraron, y Junmyeon se dio cuenta de que el nerviosismo era mutuo. Su mente estaba llena de preguntas, pero lo más importante era que se sentía bien a su lado. 

 

—Listo para irnos? —preguntó Sehun, extendiendo su mano hacia Junmyeon. 

 

Junmyeon miró la mano de Sehun, sintiendo que era un símbolo de apoyo y amor. Sin pensarlo dos veces, tomó su mano y asintió.

 

—Sí, vamos. 

 

Mientras caminaban hacia el coche, el mundo exterior parecía desvanecerse. Todo lo que importaba era esa conexión entre ellos. Junmyeon estaba nervioso, pero también emocionado. Se sentía bien estar con Sehun, y sabía que esta noche sería significativa, sin importar cómo resultara todo. 

 

Se subieron al auto, y el viaje hacia el hotel estuvo lleno de conversaciones ligeras y risas. A medida que avanzaban, Junmyeon se sentía cada vez más cómodo, disfrutando del tiempo que pasaban juntos. Sin embargo, en el fondo de su mente, la pregunta seguía ahí:

 

¿Sehun le pedirá que sea su novio?

 

Mientras conducían, Sehun notó el brillo en los ojos de Junmyeon y no pudo evitar sonreír. Sabía que esta noche era importante, no solo para él, sino para ambos. 

 

—Estoy feliz de que hayamos planeado esto —dijo Sehun, rompiendo el silencio. —Siento que necesitamos un tiempo para nosotros, lejos de todo.

 

Junmyeon asintió, sintiendo que la carga del pasado comenzaba a desvanecerse. 

 

—Sí, es cierto, necesitamos momentos como este.

 

Finalmente, llegaron al hotel, y Sehun aparcó el coche. Ambos salieron y se dirigieron hacia la entrada, la tensión y la emoción llenando el aire. Junmyeon se sintió como si estuviera a punto de dar un salto al vacío, pero la calidez de la mano de Sehun en la suya le dio la fuerza que necesitaba.

 

—¿Listo? —preguntó Sehun, mirándolo con una mezcla de amor y nerviosismo.

 

—Listo —respondió Junmyeon, sintiendo que lo que fuera que sucediera esa noche, juntos podrían enfrentarlo. Con una última mirada compartida, entraron al hotel, dando un paso más hacia un futuro que ambos deseaban explorar.

 

 four seasons hotel, 21:00 PM

 

Al entrar al hotel, Junmyeon se sintió abrumado por la elegancia del lugar. Las luces suaves y la decoración sofisticada creaban un ambiente cálido y acogedor. Sehun lo condujo al mostrador de check-in, donde fueron recibidos por una recepcionista amable que sonrió al verlos.

 

—Bienvenidos. ¿Tienen una reserva? —preguntó.

 

—Sí, bajo el nombre de Oh Sehun —respondió Sehun, con una voz tranquila que escondía su ansiedad. 

 

La recepcionista consultó su computadora antes de confirmar la reserva.

 

—Perfecto. Aquí tienen las llaves de su habitación. También tengo una nota de que han reservado la terraza para una cena especial. La mesa está lista. Solo sigan a la izquierda y tomen el ascensor hasta el último piso.

 

Junmyeon asintió y tomó la llave que Sehun le entregó. Mientras se dirigían hacia el ascensor, no pudo evitar notar cómo Sehun lo miraba con una mezcla de admiración y nerviosismo. 

 

—¿Estás emocionado? —preguntó Junmyeon, intentando romper el hielo mientras esperaban que el ascensor llegara.

 

—Sí, un poco. Pero más que nada, estoy nervioso. Quiero que esta noche sea perfecta —admitió Sehun, su mirada fija en Junmyeon.

 

—Lo será —dijo Junmyeon con confianza, aunque su propio corazón latía con fuerza. Sabía que ambos estaban en la misma sintonía, esperando que esta noche marcara un hito en su relación.

 

El ascensor llegó y ambos entraron. Mientras subían, Junmyeon no pudo evitar mirar a Sehun. Había algo en él que siempre lo atraía, una mezcla de fuerza y vulnerabilidad que lo hacía irresistible.

 

Sehun era hermoso... y muy alto

 

Al llegar al último piso, las puertas del ascensor se abrieron y fueron recibidos por una vista impresionante. La terraza estaba adornada con luces tenues y mesas elegantemente dispuestas. Una suave brisa soplaba, llevando consigo el aroma de la comida recién preparada. Junmyeon se sintió como si estuviera en un sueño.

 

—Wow, esto es hermoso —exclamó, mirando alrededor.

 

Sehun sonrió, satisfecho con la elección. 

 

—Quería que fuera especial. Solo nosotros dos.

 

Caminaron hacia la mesa, donde un mesero les dio la bienvenida y los llevó a su lugar. La mesa estaba decorada con velas y flores frescas, creando un ambiente romántico. Junmyeon no pudo evitar sentirse agradecido por el esfuerzo que Sehun había puesto en esta noche.

 

—¿Qué te gustaría comer? —preguntó Sehun, mirando el menú.

 

Junmyeon se tomó un momento para revisar las opciones. 

 

—Todo se ve delicioso. Creo que voy a probar el salmón. 

 

—Buena elección, yo creo que optaré por la carne asada —dijo Sehun, mirando a Junmyeon con una sonrisa que iluminaba su rostro.

 

Cuando el mesero llegó para tomar sus pedidos, ambos hicieron sus selecciones y luego se quedaron mirándose. La atmósfera estaba cargada de anticipación, y el silencio entre ellos hablaba más que las palabras.

 

—Gracias por esto, Sehun, de verdad significa mucho para mí —dijo Junmyeon, sintiendo una oleada de gratitud.

 

—Quería hacer algo especial para nosotros, después de todo lo que hemos pasado, creo que merecemos disfrutar de momentos así —respondió Sehun, su mirada seria pero llena de calidez.

 

Las palabras de Sehun resonaron en Junmyeon, y sintió que el peso de sus preocupaciones comenzaba a desvanecerse. Sabía que estaban en un lugar complicado, pero esa noche se sentía como si estuvieran en un mundo aparte, donde solo existían ellos dos.

 

Mientras esperaban su comida, comenzaron a hablar de cosas triviales, compartiendo risas y anécdotas de su infancia. Sehun recordó cómo había sido su primer día en la escuela y cómo se había sentido perdido entre tantos niños. Junmyeon rió, compartiendo su propia historia de su primer día, donde había tratado de hacer amigos y había terminado subiendo a un árbol para impresionar a sus compañeros. A medida que la conversación fluía, la tensión y los nervios se fueron desvaneciendo, dejando solo la conexión entre ellos. Junmyeon no pudo evitar sentirse feliz al ver la forma en que Sehun sonreía, cómo sus ojos brillaban con emoción mientras hablaban. Esa conexión era lo que lo hacía sentir seguro.

 

Finalmente, el mesero trajo sus platos, y el aroma de la comida llenó el aire. Ambos comenzaron a comer, disfrutando de cada bocado. La comida era tan deliciosa como parecía, y Junmyeon se dio cuenta de que la compañía era aún mejor.

 

Mientras degustaban los platos, Sehun miró a Junmyeon con una expresión seria. 

 

—¿Sabes? Me he dado cuenta de que he estado guardando algo importante en mi corazón.

 

Junmyeon levantó la vista, sintiendo que su corazón latía más rápido.

 

—¿Qué es? 

 

—Es sobre nosotros. Sobre lo que siento —dijo Sehun, tomando una profunda respiración. Pero antes de que pudiera continuar, Junmyeon lo interrumpió.

 

—Sehun, espera. —Su voz era un susurro, lleno de emoción. —Quiero que sepas que también he estado pensando en nosotros. Y, aunque estoy nervioso, quiero explorar eso contigo.

 

Sehun sonrió, aliviado por la respuesta de Junmyeon.

 

—Eso es exactamente lo que quería escuchar. 

 

Ambos se miraron a los ojos, sintiendo una conexión intensa. Era como si todo en el universo hubiera convergido en ese momento. La tensión que había estado presente durante toda la cena se desvaneció, dejando solo la promesa de un futuro juntos.

 

Mientras continuaban cenando, Sehun sabía que estaba a punto de dar un paso significativo. La noche apenas comenzaba, y había muchas más sorpresas por delante. Se sintió decidido a hacer de esa cena un recuerdo inolvidable, uno que marcaría el comienzo de su nueva relación.

 

La cena había sido todo lo que Sehun había esperado y más. La comida, la compañía, el ambiente; todo se unía en una perfecta armonía que hacía que el mundo exterior pareciera distante e irrelevante. Tras terminar su plato principal, el mesero había destapado una botella de vino tinto que Sehun había elegido especialmente para la ocasión. Las copas estaban llenas y el aroma del vino se mezclaba con la brisa suave que soplaba en la terraza.

22:00  PM

 

Mientras brindaban, la vista desde la terraza se extendía ante ellos, iluminada por las luces de la ciudad que parpadeaban como estrellas. Junmyeon tomó un sorbo de su vino y miró hacia el horizonte, sintiéndose abrumado por la belleza del momento. 

 

—Es increíble, ¿no? —dijo Junmyeon, su voz llena de asombro.

 

—Sí, es hermoso, pero no tanto como tú —respondió Sehun, rodeando con un brazo los hombros de Junmyeon, atrayéndolo más cerca. Junmyeon sintió un calor agradable al contacto, y su corazón latía más rápido. Sehun lo observó, con una expresión suave y llena de admiración.

 

Sehun se inclinó hacia él, dejando un suave beso en su cuello, susurros cariñosos fluyendo de sus labios. 

 

—Estoy tan agradecido de estar aquí contigo, No tienes idea de lo que significas para mí.

 

Junmyeon sonrió, su corazón palpitando con emoción.

 

—Yo también, Sehun, estoy tan feliz de estar aquí contigo..

 

La atmósfera estaba cargada de intimidad y anticipación. Sehun se sentía nervioso, pero al mismo tiempo decidido. Había llegado el momento, y su corazón lo guiaba hacia la decisión que había estado meditando desde hacía semanas. Con cuidado, Sehun se movió frente a Junmyeon, tomando sus manos entre las suyas. La mirada de Junmyeon era inquisitiva, pero también llena de amor y confianza. Sehun sintió que el tiempo se detenía mientras miraba a los ojos de Junmyeon, buscando las palabras adecuadas.

 

Al fin era el momento adecuado

 

—Junmyeon... —comenzó, su voz un susurro tembloroso. —Desde el momento en que te conocí, sentí que había algo especial entre nosotros. Sabía que, a pesar de todas las dificultades y los secretos que nos rodeaban, había una conexión que no podía ignorar.

 

Junmyeon lo miraba fijamente, su expresión mezcla de curiosidad y emoción. 

 

—Cuando descubriste quién soy realmente, también encontraste la verdad detrás de todas mis mentiras, te hice daño, y aunque sabía que no era justo, tú decidiste darme otra oportunidad. Por eso, quiero que sepas cuánto significas para mí y lo agradecido que estoy por permitir que entre en tu vida nuevamente.

 

Sehun inhaló profundamente, sintiendo el peso de sus palabras. 

 

—Te prometí que te demostraría todos los días que mereces amor y felicidad, y quiero que me des la oportunidad de cumplir esa promesa, Quiero que sepas que estoy aquí para ti, en las buenas y en las malas.

 

Sacando lentamente la cajita que había estado guardando en su bolsillo, Sehun sintió un cosquilleo de nerviosismo. Era un momento que había esperado con ansias, y al mismo tiempo, había temido. Se abrió la tapa con cuidado, revelando un anillo sencillo pero elegante, hecho de oro, que brillaba a la luz tenue de las velas. 

 

—Junmyeon, —dijo Sehun, su voz entrecortada por la emoción—, quiero que seas mi novio. Quiero que construyamos un futuro juntos, que seamos un equipo en todo lo que enfrentemos, No quiero más secretos, no quiero más traiciones. Solo quiero ser el hombre que siempre esté a tu lado, apoyándote y amándote.

 

Las lágrimas comenzaron a brotar en los ojos de Junmyeon, y no pudo evitar cubrir su boca con la mano, abrumado por la intensidad de lo que escuchaba. 

 

—Sehun... —susurró, su voz temblando.

 

—Sé que no puedo borrar el pasado, pero estoy dispuesto a trabajar por nuestro futuro, te necesito en mi vida, y quiero que sepas que siempre lucharé por ti. 

 

Sehun se arrodilló en un gesto de sinceridad y amor, mirando a Junmyeon con una intensidad que le robó el aliento.

 

—Así que, Kim Junmyeon, ¿quieres ser mi novio? 

 

Las palabras resonaron en el aire, y Junmyeon sintió una mezcla de alegría y liberación. Las lágrimas fluyeron libremente por sus mejillas mientras asintió lentamente, incapaz de contener su emoción. 

 

—Sí, sí quiero. —Su voz era un susurro, lleno de amor y esperanza. 

 

Sehun sintió una oleada de alivio y felicidad. Se puso de pie y, con suavidad, colocó el anillo en el dedo de Junmyeon. El anillo encajó perfectamente, como si siempre hubiera estado destinado a estar allí. Ambos se abrazaron, la calidez de su amor envolviéndolos en un instante de pura felicidad.

 

Junmyeon se aferró a Sehun, sus lágrimas ahora eran de alegría. El peso de sus preocupaciones se desvaneció, y todo lo que quedaba era la promesa de un nuevo comienzo juntos. 

 

—Gracias por esto, Sehun. Nunca pensé que podría sentirme así de nuevo.

 

—Tú mereces esto y más —dijo Sehun, acariciando suavemente su cabello mientras se separaban para mirarse a los ojos. —Prometo demostrarte todos los días cuánto te amo.

 

—Lo sé —respondió Junmyeon, sonriendo a través de sus lágrimas. —Y estoy emocionado, gracias, por tanto...

 

Ambos se acercaron una vez más, sus labios encontrándose en un beso lleno de ternura y pasión. Era un beso que prometía un futuro lleno de amor, comprensión y la certeza de que juntos podrían enfrentar cualquier obstáculo.

 

Mientras se besaban bajo la luz de las estrellas, el mundo a su alrededor desapareció. No había más miedos ni secretos, solo la belleza del amor que habían elegido construir juntos. Ambos se abrazaron con fuerza, como si el mundo que los rodeaba se hubiera desvanecido en ese instante, junmyeon sintió cómo las lágrimas brotaban de sus ojos, una mezcla de felicidad y alivio inundando su corazón. 

 

Había pasado tanto tiempo sintiéndose perdido, atrapado en el dolor del pasado y la traición. Pero en los brazos de Sehun, todo eso se desvanecía. 

 

—No puedo creer que esto esté sucediendo —murmuró Junmyeon, su voz temblando mientras se aferraba a Sehun, buscando consuelo en su cercanía.

 

—Lo mereces, Junmyeon —respondió Sehun, su voz suave y firme. —Te prometo que te amaré más de lo que puedas imaginar

 

Junmyeon cerró los ojos, disfrutando del calor que emanaba de Sehun. Esa calidez lo envolvía como un manto, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió seguro. La angustia que había llevado en su corazón se evaporaba lentamente, reemplazada por un amor renovado que florecía entre ellos.

 

Nuevamente se permitía amar y ser amado

 

—Pensé que nunca volvería a sentirme así —dijo Junmyeon, su voz aún llena de emoción. —Ha pasado tanto tiempo desde que alguien me miró con tanto amor. 

 

—Nunca más te sentirás solo —le aseguró Sehun, apartando un mechón de cabello del rostro de Junmyeon. —Estaré a tu lado, siempre, Quiero ser la persona que te ayude a sanar y a recuperar todo lo que te quitaron. 

 

Sehun había estado a su lado, enfrentando los secretos y las sombras de sus respectivas familias. En ese momento, Junmyeon se dio cuenta de que habían recorrido un largo camino juntos, y aún les quedaba un viaje por delante. Pero ahora, sabían que no estaban solos.

 

Junmyeon se separó un poco, buscando la mirada de Sehun, y vio en sus ojos una sinceridad que lo desarmó. 

 

—Gracias por darme esta oportunidad, te prometo que también haré mi parte, quiero ser la persona que mereces.

 

—Y lo serás —afirmó Sehun, su mirada llena de fe y cariño.

 

—Construiremos algo hermoso juntos

 

A medida que se abrazaban nuevamente, Junmyeon se permitió llorar libremente, sintiendo el peso de los años de sufrimiento deshacerse con cada lágrima. En ese momento, no había más miedos ni dudas. Solo había amor, un amor que prometía sanar viejas heridas y crear nuevas memorias.

 

Sehun lo sostuvo firmemente, susurrando palabras de aliento y cariño, mientras Junmyeon se dejaba llevar por el torrente de emociones. Era como si toda la tristeza que había cargado durante años finalmente encontrara un camino hacia la luz. Se sentía amado de una manera que no había creído posible, y eso lo llenaba de esperanza.

 

Mientras se separaban una vez más, Junmyeon se dio cuenta de que este era solo el comienzo de su nueva vida juntos. El camino que tenían por delante no sería fácil, pero con Sehun a su lado, estaba listo para enfrentarlo todo. 

 

Había encontrado a alguien que no solo lo amaba, sino que también lo hacía sentir digno de ese amor.

Notes:

Disfruten!! Los proximos capitulos seran muy interesantes...

Chapter 13: Capitulo 12 | Juntos, Parte 2.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Una vez que las emociones se calmaron, Sehun y Junmyeon pidieron otra botella de vino, el deseo de celebrar su nuevo compromiso flotando en el aire como un perfume dulce. Se dirigieron a su habitación, donde se sentaron en el sofá, las luces tenues del lugar creando un ambiente íntimo y acogedor. El suave tintineo de las copas de vino se mezclaba con sus risas y susurros, llenando el espacio con una calidez palpable. Sehun se acomodó más cerca de Junmyeon, sintiendo el roce de su cuerpo. Había una tensión en el aire, algo electrizante que hacía que cada mirada y cada toque se sintieran significativos. Junmyeon tomó un sorbo de su vino, sus ojos reflejando una mezcla de emoción y vulnerabilidad.

 

—Así que... ahora somos novios —dijo Junmyeon, su voz suave pero llena de sorpresa, como si no pudiera creerlo del todo.

 

—Sí, lo somos —respondió Sehun, sonriendo ampliamente. —Y quiero que lo sepas: estoy listo para hacer esto bien. 

 

Junmyeon lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. 

 

Oh Sehun, es su novio

 

—No sé que va pasar en el futuro, pero quiero que estés a mi lado, a pesar de todo.

 

—Lo estaré —aseguró Sehun, su mirada intensa. —No importa lo que pase, siempre estaré aquí para apoyarte. 

 

La atmósfera se tornó más seria, pero la tensión que había entre ellos no era incómoda; era una mezcla de nerviosismo y emoción por lo que estaba por venir. Junmyeon respiró hondo, sintiendo cómo el amor que se había desarrollado entre ellos se transformaba en algo más profundo.

 

—Sehun, ¿cómo manejaremos todo esto? —preguntó, su voz casi un susurro. —No solo nuestra relación, sino todo lo que está pasando con nuestras familias y la investigación.

                                            

Sehun asintió, sabiendo que la realidad no podía ser ignorada. 

 

—Es complicado, lo sé. Pero creo que debemos comunicarnos abiertamente, Lo que más temo es perderte en este proceso.

 

—No quiero que eso pase —dijo Junmyeon, sus ojos brillando con sinceridad. —Tú eres una parte importante de mi vida ahora. 

 

La conversación fluyó con naturalidad, ambos compartiendo sus temores y esperanzas mientras la botella de vino se vaciaba lentamente. Sehun se inclinó hacia adelante, su expresión seria mientras miraba a Junmyeon.

 

—A veces siento que me quedo corto, que no estoy a la altura de lo que mereces —confesó, la inseguridad asomando por un momento. 

 

Junmyeon tomó su mano, acariciándola suavemente.

 

—Nunca te sientas así. Has estado a mi lado cuando más lo necesitaba, a pesar de todo lo que pasó

 

Sehun sonrió, sintiéndose renovado por las palabras de Junmyeon. Era en momentos como este cuando se daba cuenta de lo afortunado que era de tener a alguien que entendía su vulnerabilidad y lo aceptaba por completo.

 

—¿Sabes? —dijo Sehun, cambiando de tema—. Siempre he soñado con poder compartir mi vida con alguien especial, Nunca pensé que eso incluiría a alguien con una historia tan compleja como la nuestra.

 

—Yo tampoco —admitió Junmyeon, sintiendo cómo su corazón se llenaba de calidez—. Pero aquí estamos, dispuestos a enfrentarlo todo juntos. 

 

La tensión en el aire se transformó en una especie de calma. Había una promesa implícita en sus palabras, un compromiso de que harían lo que fuera necesario para protegerse mutuamente. En un instante de inspiración, Sehun se acercó un poco más y lo besó. Fue un beso dulce, lleno de la promesa de lo que vendría, un roce que les hacía olvidar el mundo exterior. 

 

Pero, como si el universo tuviera otros planes, el sonido del celular de Sehun rompió la burbuja de intimidad en la que estaban.

 

Con un suspiro de frustración, Sehun se apartó y miró la pantalla. Un mensaje anónimo había llegado de nuevo, el mismo número que ya les había causado tanto malestar. 

 

La imagen que acompañaba al mensaje lo hizo sentir un escalofrío recorrer su espalda: 

 

Era una foto de ellos dos en la terraza, justo en el momento en que Sehun le había pedido a Junmyeon que fuera su novio. El anillo brillaba en la luz de la noche, pero el mensaje que acompañaba la imagen era lo que realmente le quitó el aliento.

 

—Cometiste un grave error, nadie se atreve a desafiarme y salir ileso.

 

Sehun apretó los dientes, una ola de furia y protección surgiendo dentro de él. ¿Quién se creía? ¿Qué derecho tenía esa persona a amenazarlos de esa manera? La ansiedad comenzó a asomarse por la comisura de su mente, pero él se negó a dejarse llevar. Sin pensarlo, apagó su celular, decidiendo que no le importaba lo que ese desconocido tuviera que decir.

 

—Sehun, ¿estás bien? —preguntó Junmyeon, notando la tensión en su rostro. 

 

—Sí, solo un mensaje sin importancia —respondió Sehun, tratando de sonar despreocupado, aunque sabía que no era cierto. 

 

Junmyeon lo observó de cerca, su expresión llena de preocupación. 

 

—Sehun, si hay algo que te incomoda...

 

—No, en serio. No quiero que esto arruine nuestro momento —dijo Sehun, buscando reconectar con la alegría que habían compartido antes del mensaje. 

 

Junmyeon dudó, pero finalmente asintió, confiando en la determinación de Sehun. Sin embargo, la chispa de preocupación seguía presente en su mente. Era difícil ignorar la sensación de que estaban siendo observados, de que el peligro acechaba en las sombras. Sehun, sintiendo el peso de la situación, se acercó de nuevo a Junmyeon, intentando disipar la tensión que había crecido entre ellos. 

 

—Oye, ¿qué te parece si seguimos disfrutando de esta noche? No voy a permitir que esto nos arruine.

 

Junmyeon sonrió, agradecido por la intención de Sehun.

 

—Tienes razón, Hemos esperado tanto para llegar a este momento...

 

Nadie los separaría ahora

 

Sehun asintió, su mente aún agitada por las amenazas, pero decidido a mantener el enfoque en lo que realmente importaba: su amor. Con una mezcla de determinación y amor, se inclinó nuevamente hacia Junmyeon y lo besó, intentando que el mundo exterior desapareciera. El beso fue profundo, un recordatorio de lo que habían construido juntos. A pesar de la advertencia ominosa en su teléfono, Sehun se sentía seguro de que estaban destinados a estar juntos. La fuerza de su conexión era más poderosa que cualquier amenaza,Mientras sus labios se encontraban, Sehun prometió en su mente que protegería a Junmyeon, que haría lo que fuera necesario para mantenerlo a salvo. Cualquier peligro que se interpusiera entre ellos sería enfrentado juntos.

 

Junmyeon no pudo evitar sentir esa inquietud persistente en su pecho, pero al ver la mirada firme y determinada de Sehun, decidió dejar de lado sus preocupaciones, aunque fuera solo por esta noche, Aceptó la calma que le transmitía Sehun, Pero entonces, Sehun lo miró con deseo. Sus ojos, oscuros y llenos de una intensidad que Junmyeon conocía bien, lo hicieron olvidar todo por un momento. Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, Sehun lo tomó por la cintura y lo acercó con firmeza hacia él, y sus labios se encontraron en un beso que comenzó suave, pero que rápidamente se tornó más apasionado.

 

—No puedo esperar más, Junmyeon —susurró Sehun contra sus labios, apenas separándose un par de centímetros—. Te deseo... te he deseado desde el primer día que supe que estaba enamorado de ti. 

 

Junmyeon cerró los ojos un segundo, el deseo mezclándose con la calidez de las palabras de Sehun. Podía sentir cómo el corazón le latía más rápido, acelerado por el beso y las palabras susurradas al oído.

 

—Sehun... —Junmyeon intentó hablar, pero Sehun lo interrumpió suavemente con otro beso, esta vez más profundo, como si estuviera marcando ese momento entre ambos.

 

—Quiero hacerte mío, Junmyeon —murmuró Sehun contra su cuello, sus manos recorriendo la espalda de Junmyeon con lentitud, como si saboreara cada segundo—. Quiero que esta noche sea solo nuestra, prometerte que voy a estar a tu lado para siempre. 

 

Junmyeon, temblando bajo el toque de Sehun, dejó escapar un suspiro entrecortado. Había algo en la forma en que Sehun lo miraba, lo tocaba, que le hacía olvidar el mundo exterior, al menos por un momento. Era la intensidad, la devoción con la que Sehun estaba ahí para él.

 

—Quiero estar contigo, Sehun... —respondió Junmyeon finalmente, su voz temblando, pero segura—. Esta noche... solo tú y yo.

 

Sehun sonrió contra su piel antes de volver a besarlo, esta vez con más urgencia. Era como si todo el tiempo que habían pasado juntos hubiera llevado a este instante. 

 

No era solo deseo físico, era el anhelo de dos personas que habían sanado heridas profundas y finalmente podían estar juntos, sin más secretos, sin más mentiras. 

 

—Te lo prometí, ¿recuerdas? —dijo Sehun, mirándolo con una mezcla de ternura y deseo—. Te dije que te demostraría todos los días lo mucho que significas para mí... hasta que me creyeras.

 

Junmyeon sonrió, conmovido por esas palabras que tanto peso tenían para él. Había sido difícil confiar de nuevo, pero ahora, en los brazos de Sehun, sentía que todo había valido la pena.

 

—Lo sé y te creo, Sehun, te creo.

 

Con una mezcla de suavidad y deseo, Sehun comenzó a desabotonar la camisa de Junmyeon, deslizándola de sus hombros con delicadeza. Sus dedos recorrían la piel expuesta de su pecho, y cada caricia parecía un recordatorio de cuánto había anhelado este momento. Junmyeon lo miraba con los ojos llenos de confianza, sin apartar la vista de él ni por un segundo, permitiéndole despojarlo de sus ropas hasta quedar en boxers.

 

Junmyeon, sin decir palabra, comenzó a desvestir a Sehun también, sus manos temblando ligeramente al quitarle la camisa y deslizársela por los brazos, desabotonando su pantalón en conjunto, El calor entre ellos se hacía más intenso con cada prenda que caía al suelo. Los labios de Junmyeon volvieron a encontrar los de Sehun, su beso era suave al principio, pero rápidamente se volvió más urgente, más necesitado, Sehun lo levanto del sofa y acorraló contra la pared suavemente, atrapándolo entre su cuerpo y la superficie fría, besándolo con más intensidad, mientras sus manos recorrían su espalda y su cintura, trazando el contorno de su figura como si intentara memorizar cada parte de él. Los gemidos suaves de Junmyeon se escapaban entre besos, llenando el ambiente con una electricidad palpable.

 

—Te deseo tanto... —susurró Sehun, su voz grave y ronca contra los labios de Junmyeon. Lo alzó en sus brazos con facilidad, haciéndolo sentir seguro, sosteniéndolo con firmeza mientras lo llevaba hacia la cama.

 

Junmyeon rodeó con sus piernas la cintura de Sehun, sintiendo la proximidad, el calor que emanaba de él. Todo lo que existía en ese momento era el deseo creciente entre los dos, un deseo que habían contenido por tanto tiempo y que finalmente estaban dejando salir. Cuando Sehun lo recostó en la cama con cuidado, sus miradas se encontraron de nuevo, cargadas de emociones. Junmyeon, con los labios entreabiertos, lo miraba con una mezcla de deseo y vulnerabilidad. Sehun se inclinó sobre él, dejando una línea de besos por su pecho, mientras sus manos seguían recorriendo su cuerpo, apreciando cada curva, cada reacción de Junmyeon bajo su toque.

 

—Hazme tuyo, Sehun —susurró Junmyeon, con la voz apenas audible por la intensidad del momento— hazme sentir todo.

 

Sehun sonrió, besando sus labios una vez más, como si esas palabras fueran el último impulso que necesitaba para dejarse llevar completamente por el deseo que compartían.

 

Sehun comenzó a deslizar sus labios desde el cuello de Junmyeon, dejando besos húmedos y suaves en su piel. Cada contacto era una promesa silenciosa, un reconocimiento del deseo contenido entre ambos. Sehun bajó lentamente, trazando una línea de besos por su clavícula, su pecho, hasta llegar a su abdomen, sintiendo cada latido bajo sus labios, cada suspiro que escapaba de Junmyeon con cada roce. 

 

El cuerpo de Junmyeon reaccionaba con sensibilidad a cada beso, y sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas, sintiendo el calor de Sehun recorrerlo por completo. Era un placer lento y tortuoso, uno que Sehun parecía disfrutar tanto como él. Sus labios bajaban hasta sus muslos, besando la piel suave con dedicación, como si estuviera adorando cada parte de él. 

 

—Eres tan hermoso... —susurró Sehun, su voz cargada de deseo mientras sus manos acariciaban las caderas de Junmyeon, deslizando los pulgares en círculos sobre su piel.

 

Junmyeon, con la respiración entrecortada, sintió una oleada de sensaciones recorrer su cuerpo, y en ese momento supo que no podía contenerse más. Con un movimiento rápido, y en medio de una sonrisa traviesa, lo volteó, quedando él encima de Sehun. Sehun lo miró sorprendido, pero con una sonrisa cómplice en sus labios, como si no hubiera esperado menos de Junmyeon.

 

Ahora era el turno de Junmyeon de explorar. Con delicadeza, comenzó a besar el cuello de Sehun, notando cómo su respiración se aceleraba con cada beso que dejaba en su piel. Sehun cerró los ojos, entregándose completamente a las manos y labios de Junmyeon, que descendían por su pecho, dejando pequeños rastros húmedos por todo su camino. Junmyeon no tenía prisa, y eso lo hacía aún más irresistible. Los labios de Junmyeon se movían con paciencia, disfrutando de cada parte del cuerpo de Sehun. Besaba su abdomen, deteniéndose a escuchar los pequeños suspiros que escapaban de su boca, mientras sus manos acariciaban sus costados, delineando el contorno de su cuerpo. Sehun estaba completamente perdido en las sensaciones, sus dedos acariciaban el cabello de Junmyeon con dulzura, mientras su cuerpo respondía con intensidad.

 

—Junmyeon... —murmuró Sehun, su voz apenas un susurro, como si todo lo que pudiera hacer fuera pronunciar su nombre en ese momento de éxtasis.

 

Junmyeon se detuvo un instante, levantando la mirada hacia él con una sonrisa traviesa y llena de cariño, lamiendo sus labios con su lengua.

 

Luego, volvió a su tarea, besando con más profundidad, dejando un rastro de caricias ardientes por todo su cuerpo. Sehun se arqueaba ligeramente bajo el toque de Junmyeon, quien disfrutaba cada reacción, cada suspiro que lograba arrancarle. Junmyeon volvió a subir, hasta que sus rostros quedaron cerca de nuevo. Sus labios se encontraron una vez más, en un beso lento y cargado de emoción. Estaban cerca, tan cerca que podían sentir sus corazones latiendo al unísono, y en ese momento, no había nada más en el mundo que importara excepto ellos dos, con cuidado sehun saco lo boxers de su novio, dejándolo desnudo 

 

—Te amo, precioso... —susurró Sehun entre beso y beso, con los ojos entrecerrados, perdido en el momento

 

Con un cuidado casi reverente, Sehun volteó a Junmyeon, quedando nuevamente en la cama, con su cuerpo cálido y expuesto. 

 

Había una energía palpable en el aire, una mezcla de nervios y anticipación. Sehun se tomó un momento para admirar a Junmyeon, su piel iluminada por la suave luz de la habitación, la forma en que su respiración se aceleraba con cada caricia.

 

—Confía en mí, Jun —susurró Sehun, mientras su mano se deslizaba suavemente por el torso de Junmyeon, trazando cada línea y curva. 

 

—Confío en ti, Sehun —respondió Junmyeon, su voz apenas un susurro, pero cargada de certeza. Había una tranquilidad en el caos de sus emociones, una paz que solo Sehun podía darle.

 

Sehun se movió lentamente, sacando el lúbricante que oculto debajo de la almohada, vertió un poco en sus dedos y lo llevo a la entrada de su novio, preparando a Junmyeon con delicadeza, sintiendo cómo cada roce hacía que Junmyeon se estremeciera de placer. La sensación era abrumadora; hacía tanto tiempo que no compartía un momento así con alguien. Cada toque era un recordatorio de que finalmente estaba en el lugar correcto, con la persona que realmente lo amaba.

 

Mientras Sehun aplicaba el lubricante, sintió la necesidad de asegurarse de que Junmyeon se sintiera cómodo y deseado. 

 

—Te prometo que te haré sentir bien. Solo relájate y disfruta —dijo Sehun, sus ojos fijos en los de Junmyeon, buscando cualquier señal de incomodidad. 

 

Junmyeon asintió, sintiendo cómo la ansiedad se desvanecía poco a poco, reemplazada por una oleada de deseo. 

 

—No sabía que podría sentirme así de nuevo... —admitió Junmyeon, su voz temblando ligeramente mientras se dejaba llevar por las sensaciones que lo envolvían.

 

—Nunca dejaré que te sientas solo —respondió Sehun, su tono lleno de sinceridad. —Hoy es solo para nosotros. 

 

Junmyeon cerró los ojos, entregándose al momento, dejando que Sehun lo guiara. Había algo increíblemente reconfortante en la forma en que Sehun lo preparaba, cada movimiento lleno de cuidado y atención.

 

—Me haces sentir tan especial... —murmuró Junmyeon, dejando escapar un suave suspiro cuando Sehun continuó acariciando su piel.

 

—Porque lo eres, mi amor —respondió Sehun, acercándose un poco más, sus labios rozando suavemente el cuello de Junmyeon. —Eres todo lo que he deseado.

 

Sehun, sintiendo la necesidad de acercarse más a Junmyeon, comenzó a añadir un tercer dedo, sintiendo cómo su amante se adaptaba a su toque. La expresión de Junmyeon era un hermoso reflejo de placer, y Sehun no podía evitar sonreír al verlo disfrutar de cada momento. 

 

—¿Te sientes bien? —preguntó Sehun, sus ojos fijos en los de Junmyeon, buscando cualquier signo de incomodidad.

 

—Sí, solo... es tan diferente —respondió Junmyeon, su voz entrecortada, mientras se acomodaba más en la cama, buscando la sensación de Sehun. —Me gusta. 

 

Sehun se sintió aliviado al escuchar esas palabras. La confianza que Junmyeon le otorgaba era un regalo precioso. Continuó moviendo sus dedos con una mezcla de firmeza y suavidad, asegurándose de que cada movimiento fuera placentero.

 

—Solo quiero que disfrutes —susurró Sehun, aumentando gradualmente el ritmo mientras se concentraba en las reacciones de Junmyeon. 

 

La respiración de Junmyeon se volvió más pesada, y cada vez que Sehun lo tocaba en el lugar correcto, podía ver cómo la intensidad del placer lo envolvía. Era un espectáculo hermoso, ver cómo su amante se dejaba llevar, cómo cada caricia lo acercaba más a la euforia.

 

—Sehun... —Junmyeon arqueó la espalda, dejando escapar un gemido bajo. —No puedo esperar más... 

 

Sehun sintió una oleada de deseo y ternura. Sabía que estaban cruzando un umbral juntos, y cada momento los unía más profundamente. 

 

—Solo un momento más, quiero que estés completamente listo para mí —dijo Sehun, añadiendo un poco más de presión con sus dedos. La conexión entre ellos era intensa, y Sehun quería asegurarse de que Junmyeon se sintiera amado y deseado en cada paso del camino.

 

Junmyeon se mordió el labio, disfrutando de cada sensación, cada toque de Sehun. Había un fuego dentro de él que ardía con fuerza, una necesidad de estar más cerca de Sehun. 

 

—Está bien, estoy listo... por favor, no me hagas esperar más —dijo, sus ojos llenos de deseo y anticipación. 

 

Sehun sintió que su corazón se aceleraba al escuchar eso. Se movió más cerca, preparándose para llevar la intimidad a un nuevo nivel, Sehun tomó un momento para perderse en los ojos de Junmyeon, asegurándose de que cada parte de esta experiencia fuera especial. Con un suave toque de sus labios, lo besó, intentando transmitir todo su amor y deseo en ese beso. 

 

—Te quiero —susurró Sehun contra los labios de Junmyeon, antes de hacer su movimiento.

 

Con rapidez, se saco sus boxers y se coloco un poco de lubricante en su pene, con un leve empuje Sehun lo penetro lentamente, sintiendo cómo Junmyeon se ajustaba a él. Un gemido de placer escapó de los labios de Junmyeon, y Sehun se sintió embriagado por la conexión que estaban compartiendo.

 

—Es perfecto... —murmuró Junmyeon, sus ojos entrecerrados de placer mientras se adaptaba a la sensación. Sehun tomó eso como una señal para continuar.

 

Con cuidado, Sehun comenzó a moverse, cada movimiento lleno de ternura y deseo. Sus caderas se encontraban en un ritmo casi musical, uniendo sus cuerpos en una danza íntima. La vista de Junmyeon disfrutando lo llenó de un profundo amor y devoción; era un momento que había anhelado durante tanto tiempo.

 

—Junnie... —dijo Sehun, dejando escapar un suspiro mientras aumentaba la intensidad. —Te mereces todo esto y más. 

 

Junmyeon, con la respiración entrecortada, dejó que sus labios se torcieran en una sonrisa mientras miraba a Sehun. Su cuerpo respondía a cada movimiento, disfrutando de cada caricia.

 

—No puedo creer que esto esté sucediendo —respondió Junmyeon, sintiendo cómo las sensaciones se intensificaban a medida que Sehun continuaba. —Tú... eres todo lo que he querido.

 

La confesión de Junmyeon lo hizo sentir aún más conectado con él. Sehun se inclinó, sus labios buscando los de Junmyeon nuevamente, llenando el aire entre ellos con dulzura y pasión. Cada beso se sentía como una promesa de amor, una promesa de que ambos estaban dispuestos a luchar por lo que tenían. Sehun intensificó el ritmo, haciendo que cada movimiento fuera deliberado y significativo. Las caderas de Junmyeon se movían en respuesta, pidiendo más, y Sehun sintió cómo la pasión entre ellos crecía. Las palabras ya no eran necesarias; solo había lugar para el deseo y la conexión que compartían. Junmyeon se aferró a Sehun, sus dedos enredándose en su cabello mientras el placer lo envolvía. Cada empuje de Sehun lo hacía sentir más completo, más vivo. No podía recordar la última vez que se había sentido así, tan amado y deseado.

 

—Sehun... —gimió, su voz temblando de emoción. —No pares...

 

Las palabras alentadoras de Junmyeon empujaron a Sehun a moverse más rápido, más fuerte, mientras su cuerpo respondía a cada roce. Su propio deseo se intensificaba, sabiendo que estaba compartiendo este momento con el hombre que amaba.

 

—Mi amor, sigue así, más...— susurro Sehun, sin dejar de mirarlo a los ojos, era un momento perfecto, un instante de pura intimidad que nunca olvidarían. 

 

El ambiente de la habitación estaba impregnado de una mezcla de deseo y necesidad. Los suaves gemidos de Junmyeon resonaban en el aire, cada sonido era una sinfonía de placer que se entrelazaba con el roce de sus cuerpos. Sehun, sintiendo la urgencia de poseerlo por completo, se acercó aún más, dejando que la conexión entre ellos se profundizara, Junmyeon tapaba su boca, sus gemidos inundaban la habitación entera

 

—No te tapes la boca —susurró Sehun, su voz cargada de deseo mientras acariciaba el rostro de Junmyeon con una mano. —Quiero escucharte, quiero que sientas todo lo que estoy sintiendo.

 

Junmyeon, atrapado en la mezcla de placer y vulnerabilidad, sintió que sus mejillas se sonrojaban. La intensidad de las sensaciones lo envolvía por completo, y a pesar de su instinto de contener los ruidos, no pudo evitar dejar escapar un gemido más fuerte cuando Sehun aumentó el ritmo.

 

—Sehun... —jadeó, su voz apenas un susurro entre sus respiraciones agitadas. 

 

Sehun sonrió al escuchar su nombre, sintiendo que cada gemido de Junmyeon alimentaba su propio deseo. Era un sonido que lo impulsaba a ir más lejos, a descubrir cada rincón del cuerpo de su amante. Su determinación era clara: quería que Junmyeon supiera cuánto lo deseaba, cuánto significaba para él.

 

—Eres mío —declaró Sehun, su mirada fija en los ojos de Junmyeon. La pasión ardía entre ellos, y Sehun se sintió más poseedor que nunca. —Quiero todo de ti, y no voy a parar hasta que sepas cuánto te amo.

 

Junmyeon se mordió el labio, sus ojos brillando con emoción y deseo. Las palabras de Sehun resonaron en su corazón, llenándolo de calidez y seguridad. Nunca antes había experimentado algo tan intenso, y el hecho de que Sehun estuviera dispuesto a mostrárselo todo lo hacía sentir especial, Con cada movimiento, Sehun se aseguraba de que Junmyeon no solo disfrutara quería llenarlo de el, hacerlo tantas veces y que jamás se cansara de el.

 

—No puedo... —Junmyeon se quejó entre susurros, pero la verdad era que no quería que Sehun se detuviera. Quería que lo llevara al límite, que lo llenara con cada parte de él.

 

—Sí puedes, amor —respondió Sehun, dejando que sus labios acariciasen el cuello de Junmyeon mientras continuaba moviéndose con un ritmo constante. —Confía en mí

 

Las palabras de Sehun, llenas de aliento, hicieron que Junmyeon se sintiera poderoso. La mezcla de vulnerabilidad y fortaleza lo desarmó, y finalmente dejó de intentar contenerse. Dejó que los sonidos de placer fluyeran libremente, disfrutando de cada empuje, de cada roce. El ruido de la habitación se volvió aún más intenso, un testimonio de su deseo y entrega mutua. Era como si el mundo exterior hubiera desaparecido, y solo existieran ellos dos en ese espacio, creando recuerdos imborrables. Junmyeon se aferró a Sehun, sintiendo que todo lo que había experimentado antes se desvanecía, reemplazado por esta nueva realidad de amor y pasión. Sehun estaba allí, completamente presente, y eso le daba el coraje para dejarse llevar.

 

—No voy a detenerme —declaró Sehun con una sonrisa traviesa, observando cómo Junmyeon se perdía en el placer. — Todas las noches, deseando hacerte esto.

 

Sehun, sintiendo la urgencia y el deseo desbordar en cada parte de su ser, comenzó a aumentar la intensidad de sus movimientos. Con firmeza, levantó los muslos de Junmyeon sobre sus hombros, dejando su cuerpo completamente expuesto y vulnerable. La vista era jodidamente caliente, y se sintió orgulloso de ser el responsable de que su amante se sintiera así, sin vergüenza, pidiendo más.

 

—Dime que te gusta —susurró Sehun, mientras sus ojos se fijaban en el rostro de Junmyeon, que estaba lleno de placer.

 

—¡Sí, Sehun! —gimió Junmyeon, aferrándose a las sábanas, sintiendo cada embestida como un golpe de electricidad en su cuerpo. —¡Más, por favor!

 

Sehun sonrió, escuchando las súplicas de su novio, cada palabra lo motivaba a seguir adelante. Era como si estuvieran en un ciclo perfecto de deseo y pasión, cada uno alimentando la necesidad del otro.

 

—Eres tan hermoso cuando te entregas así, —dijo Sehun entre jadeos, disfrutando de cada momento. —Eres mío, y nadie más.

 

Junmyeon se dejó llevar por la intensidad del momento, sintiendo que estaba a punto de estallar. Cada embestida lo acercaba más al clímax, y con cada palabra de Sehun, su cuerpo respondía a esa conexión tan profunda que estaban creando.

 

—Sehun... estoy tan cerca... —murmuró Junmyeon, sintiendo cómo su cuerpo comenzaba a temblar. —No puedo aguantar más.

 

—Vamos, amor, Déjate llevar, Grita mi nombre —Sehun lo alentó, deseando escuchar lo que había estado esperando.

 

Con un último empuje, Junmyeon no pudo contenerse más. Gritó el nombre de Sehun con una mezcla de placer y liberación, el sonido llenando la habitación y resonando en los oídos de Sehun como una melodía perfecta. Al mismo tiempo, Sehun sintió que su propio clímax lo alcanzaba, y en un acto de entrega total, se corrió dentro de Junmyeon, dejando su liquido caliente dentro de el, compartiendo ese momento de intimidad profunda.

 

Ambos, exhaustos y sudorosos, quedaron tendidos en la cama, cada uno recuperándose de la tormenta de emociones que habían compartido. La habitación estaba impregnada de su amor y pasión, y en ese instante, Sehun sintió que, finalmente, pertenecían el uno al otro.

 

Con cuidado, Sehun salió de Junmyeon, dejándolo temblando y suspirando. Se dio cuenta de lo vulnerable que ambos eran, pero también de lo fortalecidos que se sentían juntos. 

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, acariciando suavemente el rostro de Junmyeon, que aún estaba perdido en la euforia del momento.

 

Junmyeon sonrió, aún con el aliento entrecortado. 

 

—Nunca me había sentido así... estoy tan bien... 

 

Sehun sintió un nudo en la garganta, la emoción envolviéndolo.

 

—Lo eres todo para mí, Jun, te amo...

 

Junmyeon lo miró a los ojos, sintiendo que esa conexión era más fuerte que nunca.

 

Era suyo, finalmente 

 

Sehun, sintiéndose pleno y lleno de amor, atrajo a Junmyeon hacia su pecho, disfrutando de la cercanía y del calor que emanaba de su cuerpo. A pesar de la sudoración y el desorden que dejaban atrás, en ese momento no había nada que pudiera arruinar la intimidad que compartían.

 

—Eres increíble —susurró Sehun mientras acariciaba el cabello de Junmyeon, sintiendo la suavidad de cada hebra entre sus dedos. Los ojos de Junmyeon brillaban con felicidad, y Sehun sintió que su corazón se llenaba de amor por él.

 

Después de unos momentos de tranquilidad, Sehun se dio cuenta de que era hora de limpiarse un poco. Con cuidado, se alejó de la cama, sintiendo la mirada de Junmyeon sobre él. Caminó hacia el baño, buscando una toalla limpia y algo de jabón. Mientras buscaba, pensó en cómo cada pequeño detalle, incluso los más mundanos, se sentía especial cuando estaba con Junmyeon.

 

Regresó con una toalla en la mano y un poco de gel de ducha, sonriendo al ver a Junmyeon todavía recostado en la cama, con una expresión de satisfacción en su rostro.

 

—Vamos a limpiarte —dijo Sehun, acercándose con la toalla. —No podemos quedarnos así todo el fin de semana.

 

Junmyeon rió suavemente, su voz aún cargada de emoción.

 

—No es que me desagrade estar así contigo, pero supongo que deberíamos limpiarnos.

 

Sehun se arrodilló junto a la cama y humedeció la toalla antes de aplicarle un poco de gel de ducha. Con cuidado, comenzó a limpiar el cuerpo de Junmyeon, sintiendo cómo su piel brillaba a la luz tenue de la habitación.

 

—Tienes una forma muy especial de hacerlo, —bromeó Junmyeon, su sonrisa iluminando su rostro.

 

—Solo trato de cuidar a mi novio —respondió Sehun, guiñándole un ojo. Mientras pasaba la toalla por el torso de Junmyeon, disfrutaba de la conexión entre ellos, de cómo se sentía estar así, en la intimidad.

 

Cuando terminó de limpiar su pecho, se inclinó hacia él y le dio un suave beso en los labios.

 

—Ahora, un poco más —dijo mientras continuaba limpiando suavemente sus brazos y su abdomen junto a su pene

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, disfrutando de la atención de Sehun. 

 

—No sabía que esto sería parte del trato de ser tu novio, —dijo con un tono juguetón.

 

—Oh, esto es solo el comienzo —Sehun sonrió, sin dejar de limpiar. —Voy a hacerte sentir especial todos los días, te lo prometo.

 

Una vez que se sintió satisfecho con la limpieza, Sehun tomó la toalla y se pasó por el rostro, limpiando cualquier rastro de sudor que quedara. Luego, se sentó en la cama junto a Junmyeon, ambos todavía sintiendo el eco de lo que había sucedido.

 

—Gracias —dijo Junmyeon, su voz suave y llena de emoción. —Por ser tú, por hacerme sentir amado.

 

—Siempre —respondió Sehun, tomando la mano de Junmyeon y entrelazando sus dedos. —Siempre estaré aquí para ti, no importa lo que pase.

 

Con cuidado, Sehun y Junmyeon se acomodaron en la cama, la suavidad de las sábanas contrastando con la intensidad de lo que acababan de experimentar. La habitación estaba bañada en una luz tenue, creando un ambiente cálido y acogedor que invitaba a la tranquilidad. Sehun rodeó a Junmyeon con su brazo, sintiendo el latido del corazón de su amante cerca de su pecho.

 

—No puedo creer... que ya somos novios —susurró Junmyeon, su voz suave como un murmullo. A pesar de la alegría que sentía, una sombra de preocupación se cernía sobre ellos.

 

Ambos sabían que su amor no solo significaba felicidad;

también representaba un riesgo, un peligro potencial para sus familias. 

 

Sehun asintió, acariciando el brazo de Junmyeon con ternura.

 

—Lo sé. Lo que tenemos es especial, pero también... complicado. 

 

—Es como si estuviéramos pecando... —dijo Junmyeon, mirándolo a los ojos. Había una mezcla de amor y temor en su mirada, y Sehun no pudo evitar sentirse abrumado por la conexión que compartían. —Pero no quiero que eso nos detenga. 

 

—Tienes razón. A veces siento que estamos en un juego peligroso, —confesó Sehun, sus pensamientos vagando hacia el mensaje anónimo que había recibido. La amenaza que contenía lo inquietaba. —Ese mensaje... no puedo dejar de pensar en él, Quién lo envió y qué significa realmente. 

 

Junmyeon frunció el ceño, consciente de la tensión en el aire.

 

—¿Era eso lo que te molesto?

 

—Si, no queria preocuparte...

 

—Pero no podemos permitir que eso nos lastime, mi amor...

 

Sehun se acercó un poco más, envolviendo a Junmyeon en su abrazo.

 

—Prometamos cuidarnos mutuamente, no dejaré que nada ni nadie te haga daño. 

 

—Lo prometo, —dijo Junmyeon, sintiendo una oleada de calidez en su pecho.

 

A pesar de los riesgos, sabía que habían tomado

la decisión correcta al seguir su corazón.

 

Mientras se acomodaban, Sehun, con una sonrisa pícara, cambió de tema. 

 

—Hablando de decisiones... creo que podría estar interesado en una segunda ronda, —dijo, sus ojos brillando con malicia.

 

Junmyeon se sonrojó, pero rápidamente se cubrió la boca con la mano, intentando reprimir una risa. 

 

—Eres incansable, ¿sabes eso? Pero... tengo sueño. 

 

Sehun frunció el ceño, fingiendo decepción.

 

—Vaya, y aquí pensé que lo haríamos toda la noche...

 

—Mañana, —prometió Junmyeon, con una sonrisa traviesa que hizo que el corazón de Sehun se acelerara. —Mañana tendrás toda la oportunidad de hacerme lo que quieras. 

 

—¿Eso es una promesa? —preguntó Sehun, una chispa de emoción en su voz.

 

—Lo es, —afirmó Junmyeon, sus ojos brillando con complicidad. La promesa de una nueva aventura al día siguiente los llenó de alegría. 

 

Con un suspiro de satisfacción, Sehun se acomodó en la cama, cerrando los ojos, la sensación de tener a Junmyeon a su lado lo hizo sentirse completo. 

 

Ambos comenzaron a dejarse llevar por el sueño, el cansancio de la noche comenzando a adueñarse de ellos. Las palabras de amor y promesas seguían resonando en sus mentes, llenando el aire de una dulzura que apenas podían expresar. 

 

Junmyeon se dio la vuelta, girando hacia Sehun, y se acurrucó contra su pecho. 

 

—Gracias por esta noche, —susurró, sintiendo la calidez del cuerpo de Sehun envolviéndolo. —Me siento... amado.

 

—Y siempre lo estarás, —respondió Sehun, besando suavemente la frente de Junmyeon. La dulzura de ese momento era algo que ambos habían anhelado durante mucho tiempo, era un refugio en medio de la tormenta.

 

A medida que la noche avanzaba y la oscuridad los rodeaba, ambos sabían que el camino que habían elegido no sería fácil, las sombras de sus familias y los secretos del pasado podrían intentar separarlos, pero esa noche, todo lo que importaba era el uno al otro.

 

Finalmente, el cansancio se apoderó de ellos, y las preocupaciones comenzaron a desvanecerse en el fondo de sus mentes. Junmyeon sintió que sus ojos se cerraban lentamente, sumido en un sueño tranquilo y reparador. La última imagen en su mente fue la de Sehun sonriendo, y con eso, se sintió seguro. Sehun, por su parte, no podía dejar de pensar en lo afortunado que era. A pesar de los peligros que acechaban, sabía que había encontrado algo valioso en Junmyeon, algo que merecía ser protegido y celebrado. Mientras el sueño lo envolvía, sintió que su corazón latía con fuerza, lleno de amor y determinación. La fuerza de su amor los impulsaría a seguir adelante, sin importar lo que viniera y así, se sumieron en un sueño profundo, listos para enfrentar el nuevo día.

 

sabiendo que estaban el uno para el otro desde ahora en adelante

Notes:

¿Que opinan? Les gusto? Les comento que los siguientes capitulos, serán de su agrado... La pareja esta muy enamorada y finalmente dieron ese paso. No olvides de dejar tus kudos !!

Chapter 14: Capitulo 13 | Burbuja de amor

Chapter Text

Sabado, Habitación del hotel 9:00 AM

 

La luz del sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación del hotel, bañando todo con un brillo cálido y dorado. El reloj marcaba las nueve de la mañana, y Sehun despertó lentamente, sintiendo el suave peso de Junmyeon en sus brazos. Una sensación de paz lo envolvió, algo que no experimentaba a menudo, pero que comenzaba a asociar con tener a Junmyeon a su lado. 

 

Miró hacia su celular, que había apagado la noche anterior, y lo encendió, viendo varias notificaciones. Entre ellas, los mensajes de Chanyeol se destacaban. Su mejor amigo, como siempre, estaba curioso por saber cómo había ido todo.

 

¿Y? ¿Le pediste? 

—¡Quiero detalles! 

—¿Qué tal el anillo? 

—Espero que haya salido bien, Sehun...

 

Sehun sonrió leyendo los menses, negando con la cabeza, y comenzó a escribir una respuesta mientras veía a Junmyeon dormir tranquilamente a su lado.

 

—Todo fue perfecto, hyung. Aceptó, Pasamos una noche increíble.

—pero te contaré más cuando te vea

—Gracias por tu apoyo, siempre.

 

Después de enviar el mensaje, dejó el teléfono sobre la mesa de noche y volvió a mirar a Junmyeon, observando cómo su pecho subía y bajaba con cada respiración. Decidió no despertarlo aún, así que se levantó con cuidado, tratando de no hacer ruido, y caminó hacia el teléfono del hotel para pedir el desayuno. Quería que la mañana fuera perfecta, un reflejo de lo especial que había sido la noche anterior.

 

Ambos estaban en la misma pagina 

 

Mientras esperaba el servicio de habitaciones, Sehun se apoyó contra el marco de la ventana, dejando que la calidez del sol lo alcanzara. Recordó cada detalle de la noche pasada con una sonrisa. Lo que habían compartido no solo fue físico, sino una conexión mucho más profunda, un entendimiento mutuo, una promesa de que no importaba lo que sucediera a su alrededor, ellos dos se enfrentarían al mundo juntos. Al escuchar un pequeño sonido proveniente de la cama, Sehun se volvió y vio que Junmyeon comenzaba a despertarse, sus ojos entrecerrados mientras intentaba orientarse. Sehun sonrió aún más al verlo despeinado y con esa expresión ligeramente adormilada.

 

—Buenos días —dijo Sehun en voz baja, acercándose a la cama y sentándose al borde. —¿Dormiste bien?

 

Junmyeon soltó un suave gemido y se estiró antes de mirarlo, una sonrisa perezosa en su rostro. 

 

—Con lo cansado que me dejaste, ¿qué crees? —bromeó, aunque su tono era suave, casi como si aún estuviera entre sueños.

 

Sehun rió, inclinándose para besarle la frente. 

 

—Bueno, pedí desayuno, así que podemos quedarnos aquí un rato más antes de salir a pasear

 

—Suena perfecto, —respondió Junmyeon, acomodándose en las almohadas, observando a Sehun con ternura. —¿Qué hora es?

 

—Apenas las nueve, tenemos tiempo, —respondió Sehun, levantándose un momento para recoger el teléfono que acababa de sonar. Era el servicio de habitaciones anunciando la llegada del desayuno.

 

Sehun caminó hasta la puerta para recibir la bandeja y la colocó en una pequeña mesa cerca de la cama. 

 

—Vamos, come algo, necesitamos energías para lo que sea que tengamos planeado hoy —dijo, sirviendo café para ambos.

 

Junmyeon se incorporó, aún un poco adormilado, y se acercó a la mesa, tomando el café que Sehun le ofrecía. 

 

—Gracias —susurró, tomando un sorbo y dejando que la calidez del líquido lo despertara por completo.

 

—¿Sabes? —dijo Sehun de repente, mientras tomaba una pieza de fruta. —Anoche pensé en lo mucho que hemos pasado juntos. Y estoy agradecido por cada momento, incluso los difíciles. —Hizo una pausa, mirándolo intensamente. —Agradezco hasta ahora por la oportunidad que me diste

 

Junmyeon lo miró, conmovido por las palabras. 

 

—Yo también lo siento así, Sehun, a pesar de todo, estamos aquí, no puedo pensar en nadie más con quien quiera estar y pasar el tiempo

 

Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la compañía mutua, del desayuno y de la calma que la mañana les ofrecía. La amenaza de la noche anterior aún estaba en el aire, pero por ahora, decidieron concentrarse en el presente, en el simple placer de estar juntos.

 

—Oye, —dijo Junmyeon, rompiendo el silencio, con una sonrisa juguetona. —¿Qué vamos a hacer hoy?, ¿Tienes algún plan?

 

Sehun se llevó una mano al mentón, fingiendo estar pensativo.

 

—Bueno, podríamos hacer muchas cosas... pero pensé que podríamos quedarnos aquí, relajarnos.

 

Se inclinó hacia él, con una chispa de picardía en los ojos. 

 

—Después de todo, dijiste que hoy podía hacer lo que quisiera, ¿no?

 

Junmyeon rió suavemente, recordando su promesa de la noche anterior. 

 

—Eres incansable, Oh Sehun.

 

—Solo contigo, Kim Junmyeon, —respondió Sehun, guiñándole un ojo antes de volver a su café, sabiendo que lo que vendría después sería tan especial como todo lo que ya habían compartido.

 

Sehun se inclinó hacia él, tomando su mano con suavidad y acariciándola. Mientras lo hacía, no pudo evitar que sus ojos se desviaran hacia los labios de Junmyeon, recordando cada beso que habían compartido. Su mente vagaba hacia la visión de Junmyeon bajo la luz de la mañana, con la bata ligeramente abierta, dejando ver parte de su piel. Era una imagen tentadora, y Sehun tuvo que luchar para no dejarse llevar por sus deseos en ese instante.

 

—¿Sabes? —dijo Sehun con una sonrisa traviesa, mirándolo intensamente. —Es difícil concentrarse en el desayuno cuando estás ahí, luciendo tan bien.

 

Junmyeon levantó una ceja, claramente divertido

 

—¿Qué estás insinuando?

 

—Estoy diciendo que me es muy difícil resistirme a ti, hyung. —Sehun se inclinó un poco más, sus labios casi rozando los de Junmyeon. —Eres... completamente irresistible.

 

Junmyeon soltó una suave risa antes de darle un beso rápido en los labios. 

 

—¿Ahora me dices hyung? 

 

—Hyung, Amor, como sea eres mi novio

 

Junmyeon rio con las ocurrencias de sehun y finalmente le contesto.

 

—Tal vez después de que termines tu desayuno podamos hacer algo al respecto.

 

Sehun se levantó de la mesa después de terminar su desayuno, dirigiéndose hacia el balcón, la vista era impresionante, el cielo despejado y el sol iluminando la ciudad. Al sentir la brisa fresca en su rostro, Sehun suspiró, disfrutando del momento de paz. No tardó mucho en sentir los brazos de Junmyeon rodeándolo desde atrás, abrazándolo con fuerza.

 

—Elegiste un buen lugar—murmuró Junmyeon, apoyando su cabeza en el hombro de Sehun.

 

Sehun asintió, sonriendo mientras cubría las manos de Junmyeon con las suyas. 

 

—Tengo buen gusto , No? 

 

Junmyeon dejó escapar una suave risa, y luego levantó su rostro para besar suavemente el cuello de Sehun. El contacto era delicado, pero estaba lleno de ternura y cariño. Cada beso que Junmyeon le daba en la piel lo hacía sentir más conectado a él, más seguro de que, a pesar de todo lo que podrían enfrentar, juntos serían capaces de superar cualquier obstáculo.

 

—Te amo —susurró Junmyeon contra su piel antes de depositar otro beso cerca de su mandíbula.

 

Sehun giró ligeramente su cabeza, logrando mirarlo a los ojos por encima del hombro. 

 

—Y yo a ti, amor. —Se inclinó y lo besó, con dulzura, saboreando el momento.

 

Mientras se besaban, el mundo alrededor de ellos parecía desvanecerse, la ciudad, la vida cotidiana, las preocupaciones que ambos tenían... todo se quedó en pausa. En ese instante, solo existían ellos dos, con sus brazos entrelazados y sus corazones latiendo al mismo ritmo.

 

—Podría quedarme así para siempre, —dijo Sehun cuando se separaron brevemente, todavía sosteniendo a Junmyeon cerca de él.

 

—A mí no me molestaría, —respondió Junmyeon con una sonrisa suave antes de inclinarse para darle un beso más en la mejilla. —Nunca me había sentido tan en paz, Sehun, nunca pensé que podría encontrar a alguien que me amara tanto...

 

Sehun apretó las manos de Junmyeon con fuerza, asegurándose de que sintiera lo mismo. 

 

—No vamos a dejar que nada ni nadie nos quite esto, hyung, si tengo que luchar por ti, lo haré.

 

Sehun, con una mirada intensa, se acercó a Junmyeon y lo acorraló contra la barandilla del balcón, haciendo que Junmyeon lo mirara sorprendido por un segundo. Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Sehun lo tomó por la nuca y lo besó con una pasión que hizo que Junmyeon se aferrara a sus brazos. El beso fue profundo, cargado de deseo, como si Sehun estuviera tratando de transmitir todo lo que sentía en ese instante. Junmyeon, quien al principio estaba un poco confundido, pronto se dejó llevar, correspondiendo con igual fervor. El calor entre ambos comenzó a intensificarse, y las manos de Sehun comenzaron a deslizarse por el cuerpo de Junmyeon, acariciando cada centímetro de su piel con dedicación.

 

Con un movimiento suave pero firme, Sehun desató la bata de Junmyeon, dejando expuesto su cuerpo ante la brisa matutina. Los dedos de Sehun trazaron lentamente la línea de su clavícula, bajando hasta su pecho, mientras sus labios nunca se apartaban demasiado de los de Junmyeon.

 

—Eres tan hermoso, —susurró Sehun entre besos, mientras sus manos seguían explorando la piel cálida de su amante.

 

Junmyeon dejó escapar un suspiro entrecortado, cerrando los ojos mientras disfrutaba de las caricias de Sehun. Cada toque era electrizante, y no podía evitar rendirse completamente ante él. Sabía lo que vendría, y su cuerpo ya respondía a la anticipación.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, con los ojos medio cerrados y los labios apenas separados, mientras las manos de Sehun seguían recorriendo su piel.

 

Sehun no respondió con palabras; en lugar de eso, inclinó su cabeza para besar el cuello de Junmyeon, dejando una serie de besos ardientes que hicieron que el cuerpo de Junmyeon se arqueara involuntariamente hacia él. Sus manos se movieron con más confianza, acariciando su cintura y deslizándose más abajo.

 

Junmyeon mordió su labio, disfrutando de cada segundo, mientras el deseo se apoderaba de ambos.

 

Sehun, con una sonrisa juguetona y los ojos brillando de deseo, guió a Junmyeon hacia la cama mientras continuaban besándose apasionadamente. Cada paso era más lento, como si quisieran saborear cada momento antes de lo inevitable. Las manos de ambos vagaban por todas partes, explorando la piel del otro con una mezcla de urgencia y adoración.

 

Cuando llegaron a la cama, Sehun hizo que Junmyeon se tumbara con suavidad, pero la pasión en sus movimientos fue innegable. Los labios de Sehun nunca se apartaron de los de Junmyeon, mientras sus manos deslizaban el cuerpo de su amante por las sábanas. Junmyeon, con el corazón latiendo rápidamente, dejó escapar un suave suspiro cuando Sehun comenzó a bajar, dejando besos ardientes en su cuello, luego en su pecho y finalmente en su abdomen.

 

—Eres increíblemente hermoso —susurró Sehun con la voz ronca, entre besos. Se detuvo un segundo para observar el cuerpo de Junmyeon, completamente entregado, antes de continuar su travesía de besos.

 

Cada beso que dejaba sobre la piel de Junmyeon parecía marcar un territorio, reclamándolo de manera silenciosa, pero intensa. Los boxers de Junmyeon fueron removidos con habilidad, como si Sehun supiera exactamente lo que estaba haciendo. Una vez que la tela desapareció, Sehun se tomó su tiempo para besar los muslos de Junmyeon, lentamente, asegurándose de que cada beso fuera profundo y lleno de promesas.

Junmyeon, con la respiración cada vez más pesada, cerraba los ojos mientras su cuerpo se estremecía bajo el toque de Sehun. Las caricias eran cuidadosas, pero intensas, y cada parte de su piel se sentía como si estuviera al borde de la ignición.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon con la voz quebrada por la mezcla de placer y deseo.

 

Sehun sonrió contra la piel de su muslo y siguió descendiendo, besando cada parte que alcanzaba con los labios. Su mirada se cruzó con la de Junmyeon un instante, una chispa de complicidad y deseo profundo, antes de que continuara su recorrido. La mañana apenas comenzaba, pero Sehun estaba decidido a hacerla inolvidable. Aprovecharía cada segundo para joder a Junmyeon, porque sabía que ambos se necesitaban.

 

—Voy a hacer que esta mañana sea perfecta para ti —le susurró con una voz llena de promesas

 

Mientras se inclinaba sobre él, dispuesto a explorar cada rincón de su cuerpo pero apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Junmyeon, con una agilidad que no había anticipado, lo volteó, dejándolo debajo. La sorpresa inicial se transformó en pura admiración y deseo mientras sentía el peso y la calidez de Junmyeon sobre él. 

 

Este nuevo lado de Junmyeon, más dominante y seguro de sí mismo, lo encendía de una manera inesperada.

 

Junmyeon, con una mirada decidida y una sonrisa traviesa en sus labios, se inclinó sobre Sehun, atrapando sus labios en un beso profundo, lleno de pasión. Sus manos comenzaron a deslizarse con habilidad bajo los boxers de Sehun, acariciándolo con firmeza. Sehun no pudo evitar soltar un jadeo mientras sentía el toque de Junmyeon, la electricidad recorriendo su cuerpo.

 

—¿Te gusta esto? —susurró Junmyeon con voz baja, mientras sus manos exploraban cada centímetro de su piel.

 

Sehun lo miró, completamente atrapado en el momento. Este Junmyeon, el que tomaba el control, lo fascinaba.

 

—Me encanta —murmuró Sehun, sus ojos brillando con deseo—. No sabía que tenías esto dentro de ti.

 

Junmyeon sonrió de manera pícara y bajó un poco más, dejando besos en el pecho y abdomen de Sehun, mientras sus manos continuaban trabajando con destreza. Sentía la respuesta de Sehun, su cuerpo tenso y al mismo tiempo rendido al placer. A cada beso, a cada toque, Sehun perdía el control un poco más, y adoraba esa sensación.

 

—Hay mucho que aún no sabes de mí —contestó Junmyeon, mientras deslizaba los boxers de Sehun, liberándolo por completo.

 

El aire entre ellos se llenaba de deseo y la tensión se hacía casi palpable. Sehun no podía creer lo que estaba experimentando. Junmyeon lo miraba como si fuera la única persona en el mundo, y esa intensidad lo volvía loco. Sehun, aún sorprendido por este cambio, no podía evitar sonreír entre jadeos.

 

—Me estás volviendo loco —susurró Sehun, sus manos ahora aferrándose a las sábanas, mientras Junmyeon continuaba con sus caricias y besos, disfrutando del poder que tenía sobre él.

 

—Ese es el plan —respondió Junmyeon, con voz baja y segura, mientras su boca y sus manos continuaban explorando a Sehun, llevando a ambos al borde de la locura.

 

Sehun no había imaginado que la mañana tomaría este giro, pero ahora, completamente entregado al placer y a la sorpresa que era Junmyeon, no quería estar en ningún otro lugar.

 

Junmyeon se inclinó hacia abajo, su mirada traviesa y llena de deseo mientras se acercaba al pene de Sehun. Con un suave aliento caliente, comenzó a besar la piel sensible alrededor, dejando un rastro de besos que hacían que Sehun se retorciera de placer.

 

—Junmyeon... —susurró Sehun, sintiendo cómo su cuerpo respondía instantáneamente al toque de su amante. La anticipación lo envolvía, y el corazón le latía con fuerza.

 

Con cuidado, Junmyeon tomó el miembro de Sehun en su mano, acariciándolo suavemente al principio, disfrutando de cada reacción que podía provocar en él. Luego, con un movimiento deliberado, tomó la cabeza de su miembro entre sus labios, haciendo una suave succión que hizo que Sehun se arquease hacia adelante, su cuerpo buscando más.

 

—Esto... es increíble —murmuró Sehun, sintiendo cómo cada caricia y cada movimiento de Junmyeon lo llevaban más cerca del éxtasis. La mirada de Junmyeon, concentrado y disfrutando de cada momento, lo volvía aún más loco.

 

Junmyeon continuó, alternando entre besos suaves y movimientos más intensos, asegurándose de que Sehun estuviera en la cima del placer. Sus manos estaban ocupadas también, acariciando los muslos de Sehun, presionando y provocando con cada toque.

 

—Eres tan delicioso —dijo Junmyeon, levantando la mirada para encontrarse con los ojos de Sehun, quien apenas podía contener sus gemidos.

 

La conexión entre ellos era palpable, una mezcla perfecta de deseo y intimidad, y sehun se dio cuenta de que Junmyeon estaba disfrutando de este momento tanto como él, le encantaba este Junmyeon

 

—Mi amor, no puedo... —empezó a decir, pero Junmyeon solo aumentó su ritmo, tomando más de él en su boca, mientras sus manos mantenían el control. Cada movimiento, cada caricia, lo llevaban más cerca de un precipicio que estaba ansioso por alcanzar.

 

Sehun sintió cómo su cuerpo respondía, la presión acumulándose en su interior, la combinación de los suaves labios de Junmyeon y sus hábiles manos lo llevó al borde. Sintió que estaba a punto de explotar, y apenas podía controlar los gemidos que salían de su boca.

 

—Junmyeon... ¡voy a...! —logró advertir antes de perderse en la sensación, gritando el nombre de Junmyeon mientras alcanzaba su clímax. Las olas de placer lo arrasaron, llenando el aire con su éxtasis.

 

Junmyeon no se detuvo. Con cada gemido y grito de Sehun, lo tomó todo, disfrutando del liquido de su amante sintiendo que también se entregaba a este momento de puro placer, Finalmente, cuando la intensidad disminuyó, Junmyeon se alejó un poco, dejando que Sehun se recuperara, mientras miraba a su amante con una mezcla de satisfacción y cariño. 

 

—¿Te ha gustado? —preguntó Junmyeon, sonriendo mientras se limpiaba los labios, su mirada llena de complicidad.

 

Sehun, aún respirando con dificultad, lo miró con una mezcla de asombro y adoración. 

 

—Eso fue... increíble. No sé si puedo volver a concentrarme en algo más. 

 

Junmyeon rió suavemente, acercándose para darle un beso tierno, disfrutando de la intimidad de ese momento compartido.

 

Con una determinación ardiente, Sehun se inclinó hacia el costado de la cama, buscando el lubricante que había guardado antes. Su corazón latía con fuerza al pensar en lo que estaba a punto de hacer. La noche anterior había sido solo el comienzo, y estaba decidido a no soltar a su novio hasta que lo haga tan feliz.

 

—Junmyeon —susurró mientras aplicaba el lubricante en sus dedos, sintiendo la emoción recorrer su cuerpo— Estoy a punto de llevarte a otro nivel.

 

Junmyeon miró a Sehun con sorpresa y expectativa, sus ojos reflejando tanto deseo como curiosidad. 

 

—¿Qué tienes en mente? —preguntó, su voz temblorosa por la anticipación.

 

Sehun sonrió, disfrutando de la emoción en el aire. Con cuidado, empezó a preparar a Junmyeon, insertando primero un dedo. La suavidad del lubricante facilitó el movimiento, y Sehun se tomó su tiempo, asegurándose de que Junmyeon se sintiera cómodo y disfrutara del proceso. Sus miradas se encontraban, y Sehun podía ver cómo el placer comenzaba a formarse en el rostro de su amante.

 

—Te ves tan deseable... —murmuró Sehun mientras añadía un segundo dedo, sintiendo cómo Junmyeon se adaptaba a él. 

 

Junmyeon soltó un suspiro profundo, sus caderas moviéndose ligeramente en respuesta. 

 

—Sehun... esto se siente... tan bien.

 

Sehun se sintió lleno de orgullo al escuchar esas palabras. Sabía que estaba haciéndolo sentir bien, y eso solo aumentaba su deseo. Agregó un tercer dedo, preparándolo aún más, asegurándose de que cada movimiento fuera meticuloso y considerado.

 

—Voy a hacerte sentir bien, mi amor —prometió, su voz cargada de deseo—. Quiero que sientas cada parte de mí.

 

Con suavidad, retiró sus dedos y se preparó para el siguiente paso. Se acercó a Junmyeon, acariciando su espalda y dejando un rastro de besos por su piel, luego, con una mezcla de anhelo y cuidado, lo volteó de espaldas, dejando a Junmyeon sorprendido y vulnerable ante él.

 

—¿Estás listo? —preguntó Sehun, buscando la confirmación en los ojos de Junmyeon.

 

Junmyeon asintió, su corazón latiendo con fuerza mientras sus ojos se llenaban de deseo

 

—Sí, estoy listo. Hazlo...

 

Sehun se acomodó detrás de él, abriendo sus piernas, sintiendo cómo el calor de su cuerpo lo envolvía. Aplicó un poco más de lubricante en su propio miembro, asegurándose de que todo estuviera listo. La conexión entre ellos era intensa, y no podía esperar para unirse a Junmyeon otra vez, Con cuidado, Sehun empujó suavemente, sintiendo cómo se abría camino dentro de Junmyeon. Ambos soltaron un suspiro al mismo tiempo, y Sehun se detuvo un momento, permitiendo que ambos se acostumbraran a la nueva sensación.

 

—Eres increíble —murmuró Sehun, sintiendo cómo su corazón se llenaba de amor y deseo al mismo tiempo—. Nunca dejaré de hacerte sentir así.

 

Con un suave movimiento de caderas, comenzó a penetrar más profundamente, disfrutando de la calidez y la suavidad de Junmyeon a su alrededor. La habitación se llenó de sonidos de placer, sus gemidos resonando en el aire mientras Sehun iba aumentando el ritmo.

 

—Sehun, más... —rogó Junmyeon, su voz temblorosa de deseo. 

 

Sehun no dudó, intensificando sus movimientos, dejando que cada empuje los llevara más lejos, sus caderas moviéndose deliberadamente, sus manos en la pequeña cintura de su novio,  su trasero apretándole su pene y devorándolo, Sehun se sintió completamente consumido por el momento.

 

—Eres mío —susurró Sehun, sintiendo la necesidad de dejar claro lo que significaba para él—. Solo mío.

 

Junmyeon sonrió, disfrutando de cada momento.

 

—Y tú eres mío —respondió Junmyeon, mirando sobre su hombro con una mezcla de desafío y ternura. 

 

Con cada empuje, la habitación se llenó de una energía electrizante, ambos entregándose a la pasión y el deseo, Sehun sintió que el placer se acumulaba dentro de él, y sabía que estaba a punto de alcanzar un nuevo clímax. Pero antes de llegar allí, se inclinó hacia Junmyeon, susurrando dulces palabras de amor y deseo en su oído.

 

—No te olvidaras... de esto—le prometió, aumentando la intensidad de sus movimientos.

 

Sehun se sintió completamente atrapado por el nuevo lado de Junmyeon que estaba experimentando. La forma en que se movía, cómo provocaba con sus caderas, era un espectáculo que lo dejaba sin aliento. Junmyeon había dejado de ser el hombre tranquilo y cauteloso que había conocido; ahora era un amante apasionado, y eso encendía aún más el deseo en Sehun.

 

—Junmyeon... —susurró Sehun, sintiendo cómo la intensidad del momento se multiplicaba. Su pecho se llenó de orgullo al ver a su amante en ese estado de puro placer y entrega.

 

Con cada movimiento, Junmyeon se aferraba a las sábanas, casi como si intentara mantener el control, pero era evidente que estaba tan perdido en la experiencia como Sehun. Sus caderas se movían al ritmo de Sehun, creando un vaivén perfecto que enviaba oleadas de placer a través de sus cuerpos, el más alto estiro el pelo del mayor, haciendo a junmyeon sentir increíble, sus rodillas dolían pero un dolor placentero.

 

—¡Oh, Sehun! —llamó Junmyeon, su voz llena de necesidad, casi mordiendo la almohada para contener sus gemidos—. No puedo... ¡esto se siente increíble!

 

Sehun sintió una oleada de satisfacción al escuchar eso. Era evidente que Junmyeon estaba disfrutando de cada momento, y cada susurro sucio que salía de sus labios era un recordatorio de que lo que estaban compartiendo era delicioso, y lo mejor.

 

Que el era el que le daba esa satisfacción 

 

—Eres tan lindo asi —dijo Sehun, mientras la adrenalina corría por sus venas. Junmyeon estaba lejos de ser el inocente que había conocido; había dejado salir su lado salvaje, y Sehun se sentía agradecido por ello.

 

Junmyeon levantó la cabeza, sus ojos llenos de deseo y desafío. 

 

—¿Te gusta lo que ves? —preguntó, provocador, mientras sus caderas y trasero se movían más rápido, acercándose a la cima del placer.

 

—Me encanta —respondió Sehun, sintiendo cómo el placer se acumulaba en su interior—. Nunca había visto a nadie como tú.

 

Las palabras se escaparon de su boca antes de que pudiera pensar en ellas, pero eran la verdad. Cada empuje, cada roce de piel contra piel, lo dejaba sin aliento, y no podía evitar dejarse llevar por la pasión que los rodeaba.

 

—Dame más, Sehun, quiero más de ti —rogó Junmyeon, su voz entrecortada mientras su cuerpo temblaba de placer. 

 

Había pasado tanto tiempo desde que se había sentido así, y ahora que estaba con Sehun, no podía imaginar volver atrás.

 

—Estás tan bello. —Sehun confesó, sintiendo cómo su propio deseo lo empujaba al límite. Era una locura, pero era real, y no quería que terminara.

 

Con cada movimiento, Junmyeon se dejaba llevar más y más, olvidando las preocupaciones del mundo exterior. Su cuerpo se entregaba por completo al placer, y cada vez que gritaba el nombre de Sehun, sentía que su corazón se aceleraba. Había algo tan liberador en dejarse llevar, y nunca había estado tan agradecido de estar en una situación así. Las sabanas estaban hechas un desastre, la habitación que hace unas horas estaba envuelta en un silencio ahora era un sin fin de sonidos sucios y revueltos de placer.

 

—Oh, Sehun... ¡no puedo aguantar más! —gritó, dejando que su cuerpo se moviera con una necesidad desesperada.

 

—Solo un poco más, Junmyeon... —murmuró Sehun, sintiendo que estaba cerca de su propio clímax. La conexión entre ellos era intensa, y sabía que no solo se trataba de la física; había algo más profundo, algo que los unía.

 

Junmyeon apretó los dientes, sintiendo cómo el placer lo arrastraba cada vez más cerca del borde. Sus manos se aferraban a las sábanas, y en cada empuje de Sehun, su cuerpo respondía con un deseo incontrolable, sus ojos lagrimeaban y sus labios hinchados de tanto morder 

 

—¡Sehun, por favor! —imploró, casi en un grito, mientras sus caderas buscaban más.

 

—Voy a darte mi amor—prometió Sehun, sabiendo que estaban a punto de alcanzar ese momento culminante juntos. 

 

Con una necesidad insaciable, Sehun sacó su miembro de Junmyeon, sintiendo cómo ambos temblaban por el deseo acumulado. En un movimiento firme y decidido, volvió a entrar en él, profundizando en su conexión. El calor de Junmyeon lo envolvió, cada empuje resonando en sus cuerpos, lo apretado que su novio estaba y el sudor que los envolvía.

 

todo era perfecto 

 

—¡Junmyeon! —exclamó Sehun, sintiendo cómo la euforia comenzaba a inundarlo mientras sus cuerpos se movían al unísono.

 

Junmyeon, sintiendo cada movimiento, dejó escapar un suspiro entrecortado. 

 

—¡Más, Sehun! ¡Por favor! —rogó, aferrándose a las sábanas, perdido en la sensación.

 

Sehun aumentó el ritmo, sintiendo cómo el clímax se acercaba rápidamente. La expresión de Junmyeon, entre la mezcla de placer y deseo, lo impulsaba a seguir. Cada gemido, cada movimiento de sus caderas, encendía una chispa en él que no podía resistir.  su voz suplicando por más, su pelo hecho un desastre entre los dedos de sehun, era donde quería estar

 

—Voy a... —gimió Junmyeon, sus ojos entrecerrados mientras se dejaba llevar por el placer. Estaba tan cerca, y la forma en que Sehun lo poseía solo aumentaba su euforia. —¡Sehun!

 

—¡jun! —gritó Sehun, sintiendo cómo se desbordaba dentro de él, una sensación indescriptible de pertenencia y euforia. 

 

Junmyeon también llegó a su punto culminante, su cuerpo temblando y mordiendo la almohada bajo la intensidad del momento. 

 

—Llename —gimió, sintiendo cómo el placer lo envolvía por completo,

 

Con unos últimos movimientos se libero dentro de el, Sehun lo sintió todo: el calor de Junmyeon a su alrededor, su liquido lleno de el, bajo la cama y abierto a el, Con cuidado salió de el, viendo como su novio estaba respirando exhausto, sus manos apretadas a las sabanas y sus ojos cerrados, mientras que estaba sucio de su escencia y temblando abajo de el. Ambos se quedaron allí, enredados, con sus cuerpos aún temblando por la intensa experiencia. La habitación estaba en silencio, salvo por sus respiraciones entrecortadas, y el mundo exterior parecía desvanecerse mientras se aferraban el uno al otro. En ese momento, sabían que se pertenecían mutuamente, y nada podría separarlos.

 

Un placer enorme para el

 

Desplomados en la cama y con las sábanas enredadas entre sus cuerpos, Sehun y Junmyeon se abrazaban mientras trataban de recuperar el aliento. Junmyeon lo apretaba con fuerza, aún sintiendo en su cuerpo los efectos de la intensidad de los momentos que habían compartido. Sehun, divertido, observó cómo las piernas de Junmyeon aún temblaban ligeramente y no pudo evitar bromear al respecto, con una sonrisa satisfecha.

 

—¿No me digas que ya estás cansado? —susurró Sehun, besando suavemente la frente de Junmyeon—. No sé si aguantaremos todo el fin de semana a este ritmo.

 

Junmyeon, entrecerrando los ojos y dándole un pequeño golpe en el pecho, respondió con una sonrisa cansada.

 

—Eres tú quien no se cansa nunca, parece... pero no me quejo —dijo, mientras ambos reían suavemente, sin separarse ni un momento—. Aunque ahora me toca descansar, definitivamente.

 

—Descansa todo lo que quieras, Jun. Estoy aquí, contigo. 

 

Ambos decidieron aprovechar el momento para descansar un rato más, abrazados en un silencio cómodo, sintiendo la calidez de sus cuerpos y el latido tranquilo de sus corazones. El reloj marcaba casi las once de la mañana, y no podían evitar pensar en lo surrealista que se sentía todo aquello. Para ellos, el mundo exterior había dejado de existir; solo estaban ellos dos, enredados entre sus brazos, sin otra preocupación más que disfrutar de la presencia del otro.

 

Después de un rato, Sehun notó que Junmyeon comenzaba a moverse ligeramente, como si estuviera despertando del pequeño descanso que habían compartido. Lo observó con ternura y deslizó una mano por su cabello, acariciándolo suavemente.

 

—¿Te parece si vamos a darnos una ducha? —preguntó Sehun, con una sonrisa de complicidad.

 

Junmyeon asintió, y juntos se levantaron, entre risas y miradas cómplices, dirigiéndose al baño. El agua caliente comenzaba a llenar el espacio, creando un ambiente acogedor y relajante. Una vez dentro de la ducha, Sehun tomó con suavidad una esponja y comenzó a limpiarlo con una delicadeza que contrastaba con la pasión que habían compartido antes.

 

—Déjame cuidar de ti, Jun —murmuró Sehun, mientras pasaba la esponja por los hombros y el pecho de Junmyeon, sus manos recorriendo cada rincón de su piel con cariño—. Me gusta verte así, relajado.

 

Junmyeon lo observó, dejando que la calidez del agua y las manos de Sehun lo envolvieran. Era un momento de intimidad diferente, uno que iba más allá de la pasión física. Sehun estaba ahí, dedicándole su tiempo y cuidado, recordándole que ese amor también podía ser tierno.

 

—Gracias, Sehun —susurró Junmyeon, entrecerrando los ojos mientras disfrutaba de cada caricia—. Es... increíble poder sentirme así contigo.

 

Sehun sonrió y continuó cuidándolo con esmero, aplicando un poco de champú en su cabello y masajeando suavemente su cuero cabelludo. Junmyeon suspiró al sentir la delicadeza de sus manos, dejándose llevar por la sensación de paz que le proporcionaba su toque.

 

—¿Sabes? —dijo Sehun con voz suave—. La primera vez que pensé en nosotros así, nunca imaginé que llegaría a sentir tanto por alguien. Pero contigo... todo es diferente.

 

Junmyeon lo miró con una mezcla de sorpresa y ternura, y extendió su mano para acariciar su rostro mojado.

 

—Yo tampoco pensé que volvería a abrir mi corazón,—respondió, sus palabras sinceras mientras lo observaba con ojos llenos de cariño—. Me siento seguro contigo, Sehun.

 

Después de un rato, se turnaron para lavar a Sehun también, Junmyeon esmerándose en devolver cada caricia y atención que había recibido. Al terminar, ambos se secaron y volvieron a la habitación, sintiéndose renovados y aún más unidos.

 

Mientras se vestían con ropa limpia y cómoda, Junmyeon le dedicó una sonrisa a Sehun, reconociendo lo especial que había sido aquel gesto de cuidado.

 

Ambos se vistieron con cuidado, disfrutando la tranquilidad que se sentía en el ambiente. Junmyeon, revisando su teléfono, intercambiaba mensajes con Victoria sobre sus hijos. Ella le había enviado fotos de Ningning y kun jugando, lo que hacía que una sonrisa suave apareciera en el rostro de Junmyeon. Sehun, al verlo tan embelesado y atento, no pudo resistir la tentación de rodearlo con los brazos desde atrás, descansando su barbilla en su hombro.

 

—¿Qué haría el mundo sin el gran jefe Kim, excelente padre y... —Sehun lo miró de reojo, en un tono juguetón— un amante increíble? —dijo, sonriendo con una mezcla de picardía y admiración.

 

Junmyeon se giró, su rostro se sonrojó, aunque intentó disimular su sorpresa.

 

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó con una risa nerviosa—. Sólo... hice lo que pensé que te gustaría.

 

—"Sólo hice lo que pensé que te gustaría" —repitió Sehun con tono burlón, riéndose suavemente—. Jun, fuiste todo menos inocente ahora, no me engañas, Jamás imaginé que me tendría que esforzar tanto para seguirte el ritmo. No fue la actuación de alguien que no tuviera experiencia.

 

Junmyeon soltó una pequeña risa, y de nuevo su rostro se sonrojó. No estaba acostumbrado a que lo halagaran de esa manera, y menos con tan poco disimulo. De alguna manera, el tono de Sehun lo hacía sentir halagado y divertido a la vez.

 

—Bueno, ¿qué esperabas? —respondió Junmyeon, acomodándose la camisa—. Ya soy padre de dos niños, no soy tan inocente como parezco.

 

Sehun sonrió ampliamente, entrelazando sus dedos con los de Junmyeon, sin dejar de mirarlo.

 

—Y dime, Jun... —bajó la voz, su tono era casi un susurro—. ¿Tengo que estar celoso de todos esos hombres con los que aprendiste? Porque... no voy a negar que sentí un poco de envidia.

 

Junmyeon rodó los ojos, aunque una leve risa se le escapó. No era la primera vez que alguien le hacía un comentario así, pero escuchar esos celos en la voz de Sehun lo hacía sentir especial, como si en verdad perteneciera a él de una forma que no había sentido antes.

 

—Esos hombres son insignificantes—respondió Junmyeon en tono serio, pero con una sonrisa en los labios—. Ahora estoy contigo, y contigo es con quien quiero estar.

 

Sehun dejó escapar una risa complacida, apretando la mano de Junmyeon con cariño. Se sentía dichoso de escuchar esas palabras, de sentir que, a pesar de los años que Junmyeon tenía sobre él, ahora era él quien llenaba su vida.

 

—Entonces, nada de inseguridades por la diferencia de edad también, ¿sí? —dijo Sehun, apoyando su frente en la de Junmyeon—. Me encanta que seas así, mayor que yo, y con esa madurez que te hace tan irresistible.

 

—Pero... ¿no te parece raro? —preguntó Junmyeon, en un tono un poco más vulnerable, observándolo con un brillo de duda en sus ojos—. Tres años pueden parecer poco, pero... tal vez soy demasiado maduro a veces

 

—Raro sería que me importara la edad cuando estoy contigo —respondió Sehun sin titubear, mirándolo a los ojos con intensidad—. Esa madurez es una de las razones por las que me gustas tanto. Además... —hizo una pausa, dejando que sus palabras fueran envolventes— hay muchas cosas que todavía quiero enseñarte. 

 

El tono juguetón y travieso de Sehun encendió algo en el interior de Junmyeon, que dejó escapar una risa sincera y divertida. No podía evitar sentirse cada vez más cómodo con Sehun, cada vez más atraído por esa mezcla de dulzura y picardía que lo caracterizaba. En ese instante, se dio cuenta de cuánto había cambiado su vida desde que lo conoció, y de cómo este amor le hacía sentir más vivo.

 

—Está bien, entonces —dijo Junmyeon, dándose por vencido, aunque con una sonrisa en su rostro—. Supongo que puedo acostumbrarme a tu manera de ser.

 

Ambos dejaron la habitación y decidieron salir a caminar por la playa privada del hotel, donde la brisa suave del mar y el sonido de las olas creaban un ambiente perfecto. Sehun tomó la mano de Junmyeon, disfrutando de la calidez de su piel y la forma en que sus dedos se entrelazaban con naturalidad. La mañana soleada hacía que el lugar pareciera aún más mágico, como si el mundo a su alrededor se hubiera detenido para permitirles disfrutar de esos momentos juntos.

 

—¿Qué te parece? —preguntó Sehun, mirando el horizonte. El mar se extendía ante ellos, brillante y azul, un espectáculo de colores que llenaba de alegría sus corazones.

 

—Es hermoso —respondió Junmyeon, observando cómo la luz del sol reflejaba en el agua, creando destellos que parecían diamantes danzando sobre la superficie. 

 

Mientras caminaban, la conversación fluía con facilidad. Ambos reían y jugaban como si fueran niños, corriendo a lo largo de la orilla, persiguiéndose y esquivando las olas que se acercaban. En un momento de juego, Junmyeon tropezó y cayó en la arena, riéndose. Sehun, que lo seguía de cerca, no pudo evitar caer sobre él, atrapándolo en un abrazo suave.

 

—Mira lo que hiciste, Jun —dijo Sehun entre risas, disfrutando de la cercanía. Observó a Junmyeon, sintiendo una mezcla de asombro y felicidad—. ¿Cómo este hombre pudo convertirse en mi novio?

 

Junmyeon, todavía riendo, miró a Sehun con sus ojos brillantes. La felicidad era palpable entre ellos, y la conexión que habían forjado a lo largo de las semanas se hacía más fuerte con cada momento compartido. 

 

Sin embargo, en medio de esa alegría, una pregunta le surgió a Junmyeon.

 

—¿Cómo fue que te enamoraste de mí? Sabías que éramos enemigos... —Su voz se tornó más seria, aunque sus ojos mantenían un brillo travieso.

 

Sehun se quedó pensativo por un momento, mirando al horizonte antes de volver la mirada hacia Junmyeon. 

 

—Al principio, era solo curiosidad —admitió—. Quería ver cómo caías, pensaba que podrías ser fácil de manipular, la idea de acercarme a ti como parte de un juego era atractiva. 

 

Sehun hizo una pausa para acercarse y acariciar el rostro de junmyeon

 

—Pero a medida que te conocía, algo cambió, Tu forma de ser, tu risa, la manera en que te importan los demás, incluso tus hijos... no pude evitar enamorarme de ti.

 

Junmyeon sintió un pequeño nudo en su estómago. Las palabras de Sehun resonaban en su corazón, y entendía que, a pesar de las circunstancias, el amor había florecido entre ellos de una manera inesperada.

 

—Yo... —comenzó Junmyeon, sintiéndose vulnerable–Cuando me di cuenta de que eras un Oh, me asusté. Todo lo que había conocido hasta ese momento me decía que debía alejarme de ti.

 

Junmyeon cerro sus ojos dejándose acariciar por los dedos de sehun

 

—Pero, ¿sabes qué? Te invitaba a comer a veces porque simplemente no podía resistir la atracción que sentía por ti. Cada vez que estaba contigo, mi corazón latía más fuerte, y lo último que quería era dejarte ir.

 

La confesión de Junmyeon lo tomó por sorpresa, y no pudo evitar sonreír. Se sentía agradecido de que, a pesar de los riesgos y las circunstancias, ambos habían luchado por su amor.

 

—Entonces, todo esto ha sido un gran riesgo, ¿no? —dijo Sehun, riendo suavemente. —Nos estamos desafiando a nosotros mismos y a nuestros pasados. Pero, honestamente, no te cambiaría por nada en el mundo.

 

Junmyeon asintió, sintiendo una conexión más profunda entre ellos. La confianza que habían construido a través de los momentos difíciles solo hizo que su relación se sintiera más real y significativa. 

 

—Prometo no dejarme llevar por nuestras familias —dijo Junmyeon, mirándolo a los ojos con seriedad.

 

—Prometido —respondió Sehun, sonriendo de una manera que hacía que su corazón se acelerara.

 

Ambos se levantaron de la arena, sacudiéndose el exceso y riendo. Luego, Sehun tomó la mano de Junmyeon nuevamente, guiándolo a un rincón más tranquilo de la playa, donde la brisa era más suave y podían sentarse juntos. Sehun se sentó en la arena y, a su lado, Junmyeon lo imitó. Se miraron por un momento, disfrutando del silencio y la paz que les rodeaba.

 

Junmyeon se inclinó hacia Sehun y le dio un suave beso en los labios, lleno de cariño y ternura. 

 

Sehun miró el anillo, que brillaba intensamente bajo la luz del sol, y luego al rostro de Junmyeon. En ese instante, se sintió abrumado por el amor que lo rodeaba.

 

—Es perfecto —dijo Sehun, acariciando la mano de Junmyeon—elegí el correcto para ti

 

Ambos se recostaron en la arena, mirando el cielo azul, mientras las nubes blancas se deslizaban lentamente. Sehun, sintiéndose aventurero, empezó a contarle historias divertidas sobre su infancia, haciendo reír a Junmyeon con sus travesuras y las locuras de su familia. Junmyeon, a su vez, compartió anécdotas sobre sus propios hijos, hablando con amor y ternura sobre cada uno de ellos. En un momento de espontaneidad, Sehun sacó su celular y comenzó a tomar fotos de Junmyeon, capturando su risa y la felicidad que irradiaba. Ambos se sentían como adolescentes, despreocupados y llenos de vida, disfrutando de la compañía del otro sin pensar en el mundo que los rodeaba.

 

—¡Sonríe! —dijo Sehun, apuntando su cámara a Junmyeon mientras este hacía una mueca divertida. 

 

La cámara capturó la esencia pura de su felicidad, con los ojos brillantes y una sonrisa que hacía que su corazón se acelerara.

 

—¿Qué tal esta? —Junmyeon hizo una pose exagerada, imitando a una estrella de cine, lo que hizo que Sehun se riera aún más. 

 

Después de un par de tomas divertidas, Junmyeon recordó que tenía que conectar con sus hijos. Se sintió emocionado al pensar en ellos y, sacando su teléfono, decidió hacer una videollamada a Victoria, su exesposa, para ver cómo estaban los niños.

 

El teléfono sonó unos segundos antes de que Victoria apareciera en la pantalla, con una sonrisa amistosa. 

 

—¡Hola, Jun! —saludó ella—. ¿Cómo están tú y Sehun?

 

—¡Hola, Victoria! Estamos en la playa, disfrutando un poco de sol y diversión. ¿Cómo están los niños? —preguntó Junmyeon, sintiendo una oleada de alegría al pensar en sus pequeños.

 

Victoria se apartó un poco para que los niños aparecieran en la pantalla. Ningning y Kun estaban sentados en el sofá, con juguetes esparcidos a su alrededor. Ambos sonrieron al ver a su padre.

 

—¡Papá! —gritaron al unísono, moviendo las manos emocionados.

 

Junmyeon sintió su corazón derretirse. 

 

—¡Hola, mis amores! ¿Están bien? —preguntó, inclinándose hacia la cámara.

 

—¡Sí! Estamos jugando con los bloques! —dijo Ningning, levantando un bloque colorido para mostrarlo a su papá. 

 

—¿Tio Hun? — Kun se asomó para mirar a la cámara—¿Dónde está?

 

El ya estaba siendo parte de la familia.... 

 

Junmyeon se hizo a un lado y le dio la oportunidad a Sehun de entrar en el cuadro. 

 

—¡Hola, chicos! —dijo Sehun con una sonrisa amplia, moviendo la mano para saludar.

 

—¡Hola, tio hun! —respondieron los niños, felices de verlo.

 

—Los extrañé mucho. ¿Qué están haciendo? —preguntó Sehun, sintiéndose igualmente emocionado por ver a los pequeños.

 

—Jugamos con los bloques, y mamá nos lleva a la piscina después —dijo Ningning, mientras Kun asentía vigorosamente.

 

—Eso suena muy divertido. Quiero jugar con ustedes la próxima vez —prometió Sehun, sintiendo la alegría de estar incluido en la vida de Junmyeon y sus hijos.

 

—¡Sí! —gritaron los niños juntos, emocionados por la idea. 

 

—Bueno, chicos, ¡díganle a papá que lo aman! —dijo Junmyeon, con la voz llena de ternura.

 

—¡Te amamos, papá! —gritaron, y Junmyeon sintió que su corazón estallaba de amor.

 

Después de algunos minutos de charla y risas, Victoria intervino.

 

—Chicos, es hora de que se preparen para ir a la piscina. Díganle adiós a papá y sehun.

 

—¡Adiós! —gritaron ambos, moviendo sus manos. 

 

—Nos vemos pronto, mis pequeños —dijo Junmyeon, sintiendo una mezcla de felicidad y tristeza al despedirse.

 

La videollamada terminó, y Junmyeon guardó su teléfono, sintiendo que había renovado su conexión con sus hijos. Sehun, que había estado observando con una sonrisa, se acercó a él.

 

—Se ven adorables. Es genial ver cómo te aman —dijo Sehun, notando el brillo en los ojos de Junmyeon.

 

—Lo son. Los amo con todo mi corazón. A veces me duele no estar con ellos todo el tiempo, pero saber que están bien y felices me hace sentir mejor —respondió Junmyeon, sintiendo la calidez del amor por sus hijos.

 

Sehun lo abrazó suavemente, dándole un apoyo reconfortante. 

 

—Tienes un gran corazón, Jun. Ellos tienen la suerte de tenerte como padre —dijo Sehun, sintiéndose aún más atraído por la profundidad de los sentimientos de Junmyeon.

 

Ambos se miraron, y la conexión entre ellos se sintió más fuerte. No solo estaban construyendo una relación entre ellos, sino que también estaban formando una conexión con los hijos de Junmyeon, lo que hacía que su vínculo fuera aún más significativo.

 

—¿Qué te parece si construimos un castillo de arena para ellos? —sugirió Sehun, emocionado por la idea. 

 

—¡Esa es una gran idea! Ellos estarían tan felices de verlo —respondió Junmyeon, sonriendo de nuevo, sintiendo que los niños eran parte de su felicidad.

 

Ambos se levantaron y comenzaron a recolectar arena, riendo y jugando en el proceso, inmersos en su mundo. La playa se convirtió en su lienzo, donde la arena se transformó en un castillo que representaba no solo su amor, sino también el compromiso que tenían de ser una familia, de una manera nueva y hermosa.

 

Sehun se sentía, querido y incluido en una familia 

 

Mientras trabajaban juntos, sintieron que el amor que compartían se entrelazaba con la alegría de ser padres. Junmyeon sabía que con Sehun a su lado, el futuro se veía brillante, lleno de posibilidades y momentos felices

 

Las olas del mar susurraban a lo lejos, ambos se recostaron en la arena, disfrutando de la calidez del momento, sabiendo que el futuro les tenía preparados muchos más desafíos, pero también muchas más alegrías juntos.

Chapter 15: Capitulo 14 | Pasion Ardiente

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

13:00 PM

 

Después de un rato de jugar en la playa, Sehun y Junmyeon decidieron que era hora de almorzar, se dirigieron al restaurante al borde de la playa, donde las olas susurraban suavemente y el aire estaba impregnado de la fragancia de la comida fresca. Se sentaron en una mesa con vista al mar, disfrutando de la compañía y de la deliciosa comida.

 

—Este lugar es increíble, Sehun. Gracias por traerme aquí —dijo Junmyeon, mirando a su alrededor con una sonrisa.

 

—Me alegra que te guste. Quería que la propuesta sea inolvidable... —respondió Sehun, mientras levantaba su vaso de jugo para hacer un brindis—. Por nosotros.

 

—¡Por nosotros! —dijo Junmyeon, chocando su vaso con el de Sehun.

 

Sin embargo, la atmósfera de felicidad fue interrumpida cuando el teléfono de Sehun vibró en la mesa. Al mirar la pantalla, vio que había recibido un mensaje anónimo del mismo número de la noche anterior. Se sintió un escalofrío recorrer su espalda.

 

¿Algún día sabrá quién es el que interrumpe su felicidad? 

 

Con una mezcla de curiosidad y preocupación, abrió el mensaje, sus ojos se agrandaron al leer las palabras amenazantes que aparecieron en la pantalla: 

 

—Sé lo que estás haciendo, No intentes cruzar la línea, o pagarás las consecuencias.

 

Sehun sintió cómo la rabia comenzaba a burbujear dentro de él. No solo estaban amenazando su relación con Junmyeon, sino que también estaban interfiriendo en su investigación sobre la muerte de Oh Mina. Sehun cerró el mensaje rápidamente, tratando de mantener la calma frente a Junmyeon, La noche anterior lo dejo pasar y ahora la rabia inundaba su ser, toda información contenía este ser de ellos y lo abrumaba. Ahora no envío ninguna imagen pero sabia de sus movimientos y de lo que estaban haciendo, era preocupante y difundia un miedo inexplicable en el. 

 

—¿Estás bien? —preguntó Junmyeon, notando que Sehun se había tensado. 

 

Sehun tomó una respiración profunda antes de responder.

 

—Sí, solo... un mensaje de kyungsoo, No te preocupes.

 

Junmyeon lo miró con una expresión de duda, pero decidió no presionar, regresaron a sus platos, pero Sehun no podía dejar de pensar en el mensaje. Mientras almorzaban, su mente divagaba sobre las implicaciones de esa amenaza. Era claro que alguien estaba tratando de amedrentarlo, de sabotear su relación y la investigación que habían estado llevando a cabo. Pero no podía permitir que eso sucediera.

 

—Sehun, ¿todo bien? —preguntó Junmyeon nuevamente, con preocupación. 

 

—Sí, estoy bien amor, olo estoy pensando en algunas cosas... —respondió, sintiéndose un poco culpable por ocultarle la verdad a Junmyeon.

 

Prometio no volver a mentirle pero no permitirá que su día se vea afectado por esa persona.

 

Junmyeon frunció el ceño, pero cambió de tema.

 

—¿Y qué piensas hacer después del almuerzo? Tal vez podríamos dar un paseo por la playa o simplemente relajarnos un rato.

 

Sehun se esforzó por sonreír, intentando dejar de lado el mensaje amenazante. 

 

—Eso suena perfecto. Me gustaría pasar más tiempo contigo, sin preocupaciones.

 

Junmyeon sonrió, feliz de que Sehun estuviera dispuesto a disfrutar del día. Sin embargo, la mente de Sehun seguía girando en torno a esa amenaza. Necesitaba actuar. No iba a permitir que nadie interfiriera en su relación con Junmyeon o en su búsqueda de la verdad sobre lo que había sucedido con Oh Mina.

 

Al terminar el almuerzo, Sehun tomó la mano de Junmyeon, sintiendo una oleada de determinación. 

 

—No vamos a dejar que nada arruine nuestro día, ¿verdad? —dijo, tratando de sonar optimista.

 

Junmyeon lo miró con ternura y asintió.

 

—Por supuesto. Vamos a disfrutar este tiempo juntos.

 

Sehun sonrió, pero en su interior, una tormenta de decisiones se gestaba. Sabía que tenía que encontrar la manera de lidiar con esa amenaza y proteger lo que había construido con Junmyeon, nadie iba a arruinar su amor ni su búsqueda de justicia.

 

Mientras caminaban por la playa, Sehun hizo un plan silencioso. Hablaría con Kyungsoo y juntos investigarían de dónde venían esos mensajes nuevamente. No se detendría hasta que descubriera quién estaba detrás de ellos y por qué querían interponerse en su vida. Su relación con Junmyeon era demasiado valiosa como para dejar que alguien la pusiera en peligro. Con cada paso que daban en la arena, Sehun se sintió más decidido. Estaba dispuesto a luchar por su amor y a descubrir la verdad, sin importar el costo.

 

Junmyeon frunció el ceño por un momento, pero no quiso insistir, así que cambió de tema.

 

—¿Deseas hacer algo?

 

Sehun le sonrió, dejando de lado por un rato la incomodidad que el mensaje le había causado.

 

—Estaba pensando en algo más tranquilo... ¿Qué tal si vemos una película en la habitación? Podemos acurrucarnos y darnos unos cuantos besitos–sugirió con una sonrisa cómplice.

 

Junmyeon rió, encantado con la idea. 

 

—Eso suena perfecto mi amor...

 

Suite Four seasons, 15:00 PM

 

Ambos llegaron a la habitacion y  decidieron ducharse para refrescarse después de la mañana en la playa. El agua relajó sus cuerpos, y se tomaron su tiempo en disfrutar de esa ducha juntos, entre risas y caricias suaves que les recordaban lo bien que se sentían el uno con el otro, Luego de vestirse, se acomodaron en la cama, escogieron una película ligera y, mientras esta avanzaba, el ambiente se llenó de pequeños gestos: besos tiernos, caricias en el rostro y risas suaves compartidas en la intimidad de su refugio, Poco a poco, el cansancio los fue venciendo. Sin darse cuenta, sus ojos comenzaron a cerrarse, y la película pasó a ser solo un susurro de fondo mientras caían en un sueño ligero, abrazados, sintiendo la calidez del otro.

 

19:00 PM

 

Sehun despertó de su siesta con un ligero estiramiento, sintiendo la calidez del cuerpo de Junmyeon a su lado. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que la luz del atardecer se filtraba por las cortinas, indicando que ya eran las siete de la noche. Se sintió algo sorprendido de que hubieran dormido tanto. Recordó que hoy era su última noche juntos antes de regresar a la realidad, y una punzada de tristeza le atravesó el pecho. Habían disfrutado de unos días perfectos, pero el tiempo siempre parece escapar cuando estás con alguien a quien amas.

 

Se giró hacia Junmyeon, quien comenzaba a despertar también, frotándose los ojos mientras una mueca de hambre cruzaba su rostro. 

 

—¿Tienes hambre? Yo si... —preguntó Sehun, sonriendo al ver a su novio en ese estado adormilado.

 

—Sí, un poco... ¿Qué te parece si pedimos sushi? —sugirió Junmyeon mientras se sentaba en la cama, estirando los brazos.

 

Sehun asintió con entusiasmo. 

 

—Perfecto. Me encanta el sushi.

 

Mientras Sehun llamaba para hacer el pedido, Junmyeon se levantó y fue al pequeño balcón para mirar la puesta de sol. La vista era impresionante, y una sensación de paz lo envolvió. Justo en ese momento, Sehun se acercó y lo abrazó por detrás, apoyando su cabeza en su hombro.

 

—Esta precioso el atardecer—murmuró Junmyeon, sintiendo la calidez de Sehun detrás de él.

 

—Me alegra compartir esta vista contigo —respondió Sehun, dando un suave beso en el cuello de Junmyeon. Este se sonrojó y giró para enfrentarlo.

 

Después de hacer el pedido, ambos se sentaron en la cama, conversando y compartiendo anécdotas sobre sus familias, junmyeon mencionó cómo sus hijos, Ningning y Kun, a menudo lo sorprenden con su curiosidad y sus preguntas sobre el mundo. 

 

—Son una mezcla de traviesos e inocentes, ¿sabes? —dijo Junmyeon, sonriendo. —A veces me pregunto cómo será su vida cuando crezcan.

 

—Lo harán bien —respondió Sehun, confiado. —Tú eres un gran padre, ellos están muy afortunados de tenerte.

 

Junmyeon sonrió, sintiéndose orgulloso. 

 

—Gracias, a veces dudo de mí mismo, pero trato de darles lo mejor.

 

—Lo haces, Jun —afirmó Sehun, tomando su mano y dándole un ligero apretón. —¿Y tú? ¿Cómo es tu familia contigo?

 

Junmyeon suspiró, recordando la complejidad de su familia, especialmente con su relación con Victoria. 

 

—Mi familia es algo complicada... mis padres siempre fueron estrictos, mamá siempre me consintio y jamás le importo que minseok hyung y yo fueramos gays, aunque si, no le gustaba la idea de que preferia estudiar artes que administración, quiero que mis hijos crezcan en un ambiente donde se sientan amados y aceptados. 

 

Sehun lo miró con comprensión. 

 

—Entiendo, Todos queremos lo mejor para los nuestros, y aunque a veces parece difícil, al final vale la pena, ¿no?

 

—Sí, definitivamente, Pero también quiero que mis hijos se sientan libres de ser quienes son, sin presiones, no me gustaría que pasen lo mismo que yo y que puedan elegir sus propias descisiones sin sentirse presionados.

 

—Teniendo a un padre tan amoroso y inteligente como tu, creo que serán más que felices siempre...

 

El sonido del timbre interrumpió su conversación, y Sehun se levantó rápidamente para abrir la puerta. Regresó con una bandeja repleta de sushi, y ambos se sentaron a disfrutar de la cena. Compartían piezas de sushi mientras se intercambiaban miradas cómplices y risas.

 

—Sabes, deberíamos hacer esto más a menudo —dijo Sehun mientras tomaba un rollo de atún.

 

—¿Qué, pedir sushi? —preguntó Junmyeon, entre risas.

 

—No, me refiero a pasar tiempo juntos como esto, sin preocupaciones, solo disfrutando de la compañía del otro —explicó Sehun, sonando un poco más serio.

 

—Mientras no haya trabajo y podamos escondernos de nuestros padres, si... —respondió Junmyeon, sintiéndose agradecido por esos momentos.

 

Ambos empezaron a cenar mientras se lanzaban miradas de amor y dándose de comer mutuamente, las risas no faltaron, mientras comían jugaban con los palillos y se robaban las piezas, disfrutando de un agradable momento. Después de cenar, Sehun sugirió aprovechar el jacuzzi privado que tenían en la habitación. Ambos se miraron con complicidad, sabiendo que esa sería una excelente manera de culminar su último día juntos. Mientras llenaban la tina, Sehun y Junmyeon se besaban y reían, disfrutando de la anticipación. El agua caliente comenzaba a llenarse, y pronto estarían sumergidos en la calidez del jacuzzi.

 

—Esto va a ser increíble —dijo Sehun, mirando a Junmyeon con un brillo en sus ojos.

 

—Sí, definitivamente es lo que necesitamos. —Junmyeon sonrió mientras se metía en el agua, sintiendo la calidez envolverlo. 

 

Sehun se unió a él, y ambos se acomodaron en el jacuzzi, disfrutando de la burbujeante calidez.

 

Mientras el agua los rodeaba, Sehun comenzó a acariciar suavemente los brazos de Junmyeon. Las burbujas de la tina daban una sensación lujosa, y pronto ambos estaban sumidos en una conversación íntima y divertida. 

 

—¿Te imaginas cómo sería nuestra vida si estuviéramos juntos siempre? —preguntó Sehun con un guiño. 

 

Junmyeon se mordió el labio, disfrutando de la pregunta. 

 

—Sería increíble, pero complicado a la vez....

 

Junmyeon respiro hondo y siguió 

 

—Bajo la mirada de nuestros padres sería un caos y una guerra para ambos...

 

—Lo sé, pero no creo que eso deba detenernos. Hay que luchar por lo que queremos —respondió Sehun, acercándose a Junmyeon y mirándolo intensamente a los ojos.

 

Junmyeon sonrió, sintiéndose afortunado de estar con alguien tan decidido

 

—Tienes razón. Y hoy, solo quiero disfrutar y estar contigo...

 

A medida que el agua caliente los envolvía, comenzaron a besarse de nuevo, con una intensidad que crecía cada vez más. Los besos se hicieron más profundos, más apasionados, y pronto ambos estaban abrazados en el agua, sus cuerpos flotando juntos en un espacio donde solo existían ellos, junmyeon se sentía orgulloso de ser el novio de Sehun. No solo por la conexión física que compartían, sino por cómo Sehun lo hacía sentir en todos los aspectos. Era alguien que lo veía como realmente era, y eso era invaluable.

 

—Sehun, realmente me haces feliz —confesó Junmyeon entre besos, mientras sus manos recorrían la espalda de Sehun.

 

—Yo también, Mi amor, eres todo lo que deseaba—dijo Sehun, con sinceridad.

 

Junmyeon se separó un poco, mirándolo a los ojos. 

 

—Tu también, Gracias por tanto sehunnie... 

 

Sehun sonrió y asintió.

 

Ambos se perdieron en el momento, entre risas, caricias y suaves susurros, abrazándose y besándose, olvidando por un instante el mundo exterior y las preocupaciones que los esperaban. Era su última noche juntos, y no pensaban desperdiciarla. Mientras las burbujas del jacuzzi estallaban a su alrededor, Sehun tomó la mano de Junmyeon y lo atrajo más cerca, dejando que el amor que compartían los envolviera completamente. Sehun, sintiendo la química palpable entre ellos, comenzó a acariciar el cuerpo de Junmyeon con manos expertas, trazando suaves líneas a lo largo de su piel húmeda. Cada caricia provocaba escalofríos en Junmyeon, quien se dejaba llevar por la sensación del agua caliente y el toque electrizante de Sehun. Los besos de Sehun eran intensos y apasionados, dejando marcas suaves en el cuello de Junmyeon, y este no pudo evitar cerrar los ojos, dejándose llevar por el placer.

 

—Hoy solo quiero que te olvides de todo —murmuró Sehun contra los labios de Junmyeon, su voz profunda y seductora. 

 

Junmyeon sintió un escalofrío de anticipación recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. No sabía lo que Sehun tenía planeado, pero estaba seguro de que sería inolvidable. Con un movimiento suave pero decidido, Sehun llevó a Junmyeon hacia la orilla del jacuzzi, donde el agua era menos. La luz tenue del atardecer iluminaba sus rostros de la gran ventana que tenían, y Junmyeon podía ver el brillo en los ojos de Sehun, lleno de deseo. Sin previo aviso, Sehun sacó el traje de baño de Junmyeon, dejándolo expuesto ante él. Junmyeon sintió un instante de sorpresa, pero la excitación rápidamente superó cualquier inquietud. 

 

—¿Qué estás planeando? —preguntó Junmyeon, su voz un susurro lleno de curiosidad y anticipación.

 

—Voy a hacerte olvidar todo —respondió Sehun, sonriendo con una mezcla de travesura y deseo. 

 

Sus manos recorrieron el torso de Junmyeon, sintiendo la firmeza de su cuerpo bien formado. Sehun siempre había admirado la figura de Junmyeon, con sus músculos tonificados y su piel suave, pero ahora, la sensación era aún más intensa al tenerlo tan cerca. Sehun se inclinó hacia adelante, capturando los labios de Junmyeon en un beso voraz, lleno de pasión. Mientras sus lenguas se entrelazaban, Sehun se dedicó a explorar cada rincón del cuerpo de Junmyeon con sus manos, disfrutando de cómo este se arqueaba bajo su toque. 

 

—Eres tan atractivo —murmuró Sehun, rompiendo el beso para dejar pequeñas marcas de besos en el cuello y los hombros de Junmyeon. 

 

Junmyeon sintió un torrente de calor subir por su cuerpo, cada caricia de Sehun encendía su piel. Se dejó llevar por la pasión, sintiendo que el mundo exterior desaparecía, y solo existía él y Sehun en ese instante.

 

Con determinación, Sehun empujó suavemente a Junmyeon hacia atrás, haciéndolo caer en la orilla del jacuzzi. Junmyeon quedó allí, recostado sobre el agua y el borde, sintiendo la frescura del líquido en contraste con el calor que emanaba de su cuerpo. Sehun se posicionó entre sus piernas, mirándolo a los ojos con una mezcla de deseo y ternura.

 

—Haré recordarte tu promesa de anoche—dijo Sehun, su voz un susurro seductor mientras se acercaba a Junmyeon.

 

Junmyeon sintió que su corazón latía con fuerza, la anticipación era electrizante. 

 

—Entonces, hazlo amor mio —retó, un brillo travieso en sus ojos.

 

Sehun sonrió y comenzó a besar de nuevo a Junmyeon, dejando que su pasión lo guiara. Sus manos continuaban explorando el cuerpo de su amante, mientras el agua del jacuzzi burbujeaba suavemente a su alrededor. Junmyeon se sentía vivo, como si todo lo que había pasado, todas las preocupaciones, se desvanecieran en el aire caliente de la habitación.

 

Sehun sintió una oleada de excitación recorrer su cuerpo al ver la mirada traviesa en los ojos de Junmyeon. Sabía que estaban a punto de cruzar un nuevo umbral en su relación, y la anticipación lo llenaba de adrenalina.

 

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Sehun, su voz apenas un susurro, mientras su mirada se posaba en los labios de Junmyeon.

 

—Nunca he hecho esto antes, pero quiero intentarlo contigo —respondió Junmyeon, sus ojos brillando con confianza y deseo. 

 

Sehun sonrió, encantado por la valentía de Junmyeon. Lentamente, se acercó más, sus labios rozando suavemente los de Junmyeon antes de profundizar el beso. La conexión entre ellos era intensa, Rompiendo el beso, Junmyeon, con un gesto audaz, lamió con descaro los dedos de Sehun, preparándolos para lo que vendría. Sehun lo observó, sorprendido y excitado, mientras Junmyeon se concentraba en su tarea. 

 

—Mmm, eso está bien —murmuró Junmyeon, sus ojos llenos de deseo y picardía. 

 

Sehun tragó saliva, sintiendo cómo su cuerpo respondía a cada movimiento de Junmyeon. 

 

—No puedo creer que estés haciendo esto —dijo, su voz cargada de asombro y anhelo.

 

Junmyeon sonrió con confianza. 

 

—Quiero sentirte dentro de mí, Sehun....

 

Sehun asintió, su respiración volviéndose más pesada. Con cuidado, sehun usó sus dedos, que estaban húmedos de saliva, para preparar la entrada de su novio, jun se sintió un poco inseguro, pero la mirada decidida de Sehun lo llenó de confianza.

 

—Esto se siente... diferente —dijo Junmyeon, mientras se acomodaba, su cuerpo temblando ligeramente por la mezcla de emoción y anticipación.

 

—¿Diferente como en bueno? —preguntó Sehun, mirando a Junmyeon con una mezcla de preocupación y deseo.

 

—Sí, muy bueno —respondió Junmyeon, un pequeño gemido escapando de sus labios mientras Sehun lo preparaba suavemente, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba y se ajustaba a la intrusión. 

 

—Solo quiero que te sientas bien, Jun —dijo Sehun, su voz llena de ternura y deseo a la vez.

 

—Confío en ti —contestó Junmyeon, sus ojos fijos en los de Sehun. El ambiente se sentía cargado de energía mientras ambos se perdían en la mirada del otro, preparándose para cruzar esa línea juntos. 

 

Sehun dejó escapar un suspiro de alivio y satisfacción al saber que Junmyeon estaba completamente entregado a él. Sin dejar de acariciar suavemente su cuerpo, continuó preparándolo con cuidado, asegurándose de que se sintiera cómodo.

 

—Estás tan húmedo... —comentó Sehun, sintiendo el calor que emanaba de Junmyeon. 

 

Junmyeon sonrió, disfrutando del momento.

 

—Solo por ti. 

 

Sehun sintió cómo el cuerpo de Junmyeon se movía bajo él, sus músculos tensándose mientras ambos se dejaban llevar por la pasión del momento. La conexión que compartían era más intensa que nunca, y cada movimiento, cada susurro, solo alimentaba su deseo,Con cuidado, Sehun agregó un tercer dedo, sintiendo cómo Junmyeon se acomodaba a su intrusión. 

 

—Estás tan apretado... —murmuró Sehun, su voz grave y cargada de deseo.

 

Junmyeon soltó un gemido ahogado, sus ojos cerrándose mientras se dejaba llevar por las sensaciones. 

 

—¡Por favor, Sehun!...No me hagas esperar más

 

Sehun sonrió, complacido por la urgencia en la voz de Junmyeon. Él también necesitaba ese contacto, esa unión. Con rapidez se saco su short de baño, con un movimiento firme y decidido, se ajusto en la entrada de su novio y finalmente entró en él, ambos soltaron un suspiro de placer al unirse por completo.

 

—Te sientes increíble —dijo Sehun, sintiendo cómo el cuerpo de Junmyeon lo envolvía. 

 

Junmyeon arqueó la espalda, aferrándose a los hombros de Sehun mientras lo miraba con esos ojos llenos de deseo. 

 

—Muevete... No seas gentil. 

 

Sehun no pudo evitar sonreír ante la demanda de Junmyeon.

 

—¿No estabas cansado? —bromeó, comenzando a moverse dentro de él, cada embestida provocando un profundo gemido de placer. 

 

—Mentía...—respondió Junmyeon, sus palabras llenas de picardía. 

 

Sus muslos se apretaban alrededor de la cadera de Sehun, casi como si quisieran mantenerlo cerca, como si temiera que lo soltase. Sehun sintió una oleada de satisfacción recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. Se movió con más fuerza, disfrutando del sonido de la piel de ambos chocando y los gemidos que escapaban de los labios de Junmyeon. 

 

—Dime cómo te sientes —susurró Sehun, inclinándose para besar el cuello de Junmyeon, dejando pequeñas marcas en su piel.

 

—Me siento... increíble. Mmh– Junmyeon se interrumpió, jadeando por la intensidad de las sensaciones que lo invadían

 

Sehun aumentó el ritmo, sus caderas chocando con las de Junmyeon con una fuerza que hacía que el agua del jacuzzi salpicara, los muslos de su novio lo apretaban y los sonidos de junmyeon pidiendo más lo incentivaban a continuar y sumergirse en el, jamás deseo tanto a alguien como a Kim junmyeon. 

 

—¡Sí! ¡Dame más! —Junmyeon estaba completamente perdido en el placer, sus uñas arañando la piel de Sehun mientras se dejaba llevar por cada embestida, su cuerpo respondiendo a cada movimiento de Sehun.

 

Sehun comenzó a susurrar palabras sucias al oído de Junmyeon, describiendo lo que haría con él, lo que deseaba hacerle en su próxima cita, provocando aún más gemidos del hombre que tenía debajo. 

 

—Eres tan perfecto, Jun —dijo, su voz temblando por la excitación—. No puedo creer que seas mío.

 

Junmyeon sintió una oleada de orgullo y deseo al escuchar esas palabras.

 

Ambos estaban en un ciclo de deseo y satisfacción, el mundo exterior desapareciendo mientras se concentraban el uno en el otro. La intimidad que compartían era una mezcla perfecta de amor y lujuria, y en ese momento, ambos supieron que no había vuelta atrás. Se pertenecían el uno al otro de una manera que iba más allá de lo físico; era una conexión que habían construido, una confianza que se había forjado en medio de los secretos y las dificultades de sus familias.

 

Sería su secreto más preciado 

 

Sehun salió de él, dejándolo temblando y suplicando por más. Con una sonrisa traviesa, disfrutó de la vista de Junmyeon, quien lo miraba con una mezcla de deseo y frustración.

 

—Por favor, Sehun... —susurró Junmyeon, su voz un hilo tembloroso. —No me dejes así.

 

Sehun, sintiendo el poder que tenía sobre su amante, decidió jugar sucio. 

 

—¿Quieres más, Jun? —preguntó, inclinándose para susurrar al oído de Junmyeon—. Nadie te joderá como yo lo hago y no vas a olvidarlo.

 

Junmyeon cerró los ojos, perdido en la mezcla de placer y provocación. Sehun volvió a entrar en él con un movimiento firme, provocando que Junmyeon soltara un gemido profundo. La sensación era intensa, y Sehun se sintió poderoso al tenerlo así, completamente a su merced.

 

—Eres tan hermoso cuando estás así de necesitado —dijo Sehun, su voz cargada de deseo. —No puedo evitarlo, Quiero que sepas que no hay nadie como yo. 

 

Con un movimiento preciso, Sehun comenzó a darle pequeñas nalgadas en el trasero de Junmyeon, cada golpe acompañado de un susurro provocativo

 

—Tú me deseas, ¿verdad? —preguntó, riendo suavemente—. Dímelo, Jun. Dímelo.

 

—Sí... Te deseo... —Junmyeon jadeó, la mezcla de dolor y placer haciéndolo sentir vivo. 

 

Sehun sonrió al escuchar su confesión, disfrutando de cada momento. 

 

—Eso es, cariño. Déjate llevar...

 

A medida que aumentaba el ritmo, Sehun comenzó a jugar con la intensidad de sus embestidas, a veces retirándose solo para volver a entrar con fuerza, haciendo que Junmyeon se aferrara a los bordes del jacuzzi. Las bofetadas en su trasero solo avivaban su deseo, y el fuego en su interior crecía cada vez más.

 

—¿Te gusta que te trate así? —preguntó Sehun, sintiendo cómo el cuerpo de Junmyeon reaccionaba a cada movimiento. —Eres tan sumiso...

 

—Sí, por favor... No pares. No pares, Sehun... —la voz de Junmyeon era un murmullo entrecortado de necesidad.

 

Sehun se dejó llevar, disfrutando de cada momento mientras Junmyeon se entregaba, sus caderas apretaban su espalda, sus labios mordidos, su espalda dolia de arañazos, era un hombre necesitado, un hombre que había dejado a un lado su seriedad habitual, y eso solo intensificaba la conexión que compartían. Con cada embestida, Sehun podía sentir el placer de Junmyeon aumentar, y él sabía que no podía detenerse. Quería llevar a su novio al límite, hacer que se rindiera ante él, y cuando Junmyeon lo miró con esos ojos llenos de deseo y súplica, supo que estaba logrando su objetivo.

 

—Voy a hacerte sentir bien, Jun. Estoy aquí para ti, solo para ti. —La promesa en la voz de Sehun resonó en el aire mientras continuaba, llevando a ambos al borde de un clímax que sabían que sería inolvidable.

 

Con cada embestida, Sehun aumentó la fuerza de sus movimientos, llenando el jacuzzi con el sonido de sus cuerpos chocando. Sus manos acariciaban el miembro de Junmyeon con firmeza, haciendo que este se retorciera de placer y sus ojos derranaran lagrimas y se sienta pequeño ante sehun, le encantaba. 

 

—Vamos, Jun, no te contengas —susurró Sehun, disfrutando de la forma en que el cuerpo de su amante reaccionaba a sus caricias. 

 

Junmyeon, a pesar de la vergüenza que sentía por las cosas sucias que estaban saliendo de su boca, no podía evitarlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas de placer y, aunque intentó taparse la boca para contener los gemidos, Sehun lo obligó a seguir gimiendo.

 

—No te calles, Jun. Quiero escuchar todo lo que tienes para decirme, me encanta así —le dijo Sehun, mientras sus embestidas se volvían más rápidas y profundas.

 

La sensación era abrumadora. Junmyeon sintió cómo su cuerpo se estremecía, cada golpe de Sehun provocando un placer intenso que lo hacía perder la razón. Las caderas de Junmyeon dolían, sus ojos llenos de lagrimas mientras su entrada era golpeada por sehun, pero el placer superaba cualquier incomodidad. Su cuerpo estaba al borde, y cada palabra que salía de sus labios solo lo hacía más vulnerable.

 

—Sehun... ¡por favor! —gimió, incapaz de contenerse más. Las palabras salían de su boca sin pensar, y su mente estaba nublada por el placer.

 

—¿Qué es lo que quieres, cariño? Dímelo —respondió Sehun, su voz cargada de lujuria mientras sus embestidas se volvían más rápidas, llevándolos a ambos al clímax.

 

—hun....Sehun...agh—Junmyeon apenas podía formar oraciones coherentes. 

 

Estaba tan perdido en el momento que sus pensamientos se desvanecieron, todo lo que podía sentir era a Sehun dentro de él, llevándolo a lugares que nunca había imaginado. Finalmente, el momento llegó. Con un último empuje profundo y fuerte, Sehun y Junmyeon alcanzaron el clímax juntos, sus cuerpos temblando en una ola de placer indescriptible. Junmyeon sintió que todo se desvanecía mientras se corría, su cuerpo temblando bajo la intensa sensación de liberación. Sehun lo siguió poco después, su propio placer estallando en un suspiro de satisfacción. Sehun se retiró de Junmyeon, observando cómo su líquido goteaba lentamente de la entrada de su amante, un espectáculo que lo llenó de satisfacción. La escena lo hacía sonreír; se sentía afortunado de poder compartir esos momentos tan intensos y personales con él. Sin pensarlo dos veces, Sehun se acercó y lo abrazó con fuerza, envolviendo a Junmyeon en un cálido refugio.

 

—Te amo... —susurró, dejando un suave beso en la frente de Junmyeon, quien, a pesar de la satisfacción que sentía, se sonrojó al recordar lo que acababan de hacer. Sabía que había dejado salir una parte de sí mismo que no había mostrado a nadie, y aunque le daba vergüenza, también sentía una extraña euforia.

 

Luego de unos minutos de descanso, ambos decidieron salir del jacuzzi. Con movimientos lentos, Sehun ayudó a Junmyeon a levantarse, asegurándose de que no se resbalara en el suelo mojado. Se sentía como un caballero, y la imagen de su novio aún sonrojado en su mente lo hacía sonreír.

 

Una vez en la sala, se pusieron sus batas, disfrutando de la frescura del aire en su piel. Sehun se acomodó en el sofá, y Junmyeon se deslizó en su regazo, sintiéndose seguro y protegido. Sehun tomó una botella de vino que habían dejado en la mesa y sirvió dos copas, una para cada uno.

 

—Salud —dijo Sehun, levantando su copa, y Junmyeon hizo lo mismo, aunque aún se sentía un poco avergonzado. Al chocarlas, el sonido del cristal resonó suavemente en la habitación, como un anuncio de la conexión especial que compartían.

 

—Salud —repitió Junmyeon, sonriendo tímidamente mientras tomaba un sorbo. El vino era ligero y dulce, y lo ayudó a relajarse un poco. 

 

Mientras bebían, Sehun no podía dejar de mirar a Junmyeon, quien estaba acurrucado en su regazo, jugando nerviosamente con las mangas de su bata. Había una mezcla de alegría y timidez en su expresión, y eso solo hacía que Sehun lo encontrara aún más atractivo.

 

—¿Te sientes bien? —preguntó Sehun, acariciando suavemente el cabello de Junmyeon, quien asentía, pero parecía que todavía no podía sacudirse la vergüenza.

 

—Es solo que... nunca pensé que haría algo así —confesó Junmyeon, girando un poco su rostro para encontrar la mirada de Sehun. Su voz era suave, casi un susurro, como si temiera que el mundo exterior los escuchara.

 

—¿Algo así? —Sehun sonrió, intentando hacerlo sentir más cómodo. —¿Crees que fue malo?

 

—No, no es eso —Junmyeon negó con la cabeza rápidamente. —Fue increíble, pero... era un poco inesperado, solo no soy ese tipo de persona, ya sabes.

 

—No tienes que serlo —dijo Sehun con sinceridad, dándole un ligero apretón en su brazo. —Solo tienes que ser tú mismo. Y me encanta cada parte de ti, incluso la parte que no sabías que tenías.

 

Junmyeon sonrió, sintiéndose reconfortado por las palabras de Sehun. A pesar de su timidez, se dio cuenta de que con él podía ser abierto y auténtico con el, La conexión que compartían era más profunda de lo que había imaginado. 

 

—Me gusta estar contigo —dijo Junmyeon finalmente, sintiéndose más seguro en su confesión. —No solo en la cama, sino en general. Me haces sentir siempre bien...

 

Sehun se sintió cálido al escuchar eso.

 

—Y yo me siento igual. Nunca pensé que encontraría a alguien como tú, especialmente con toda la locura de nuestras familias.

 

Junmyeon asintió, y un momento de comprensión mutua se estableció entre ellos.

 

Eran el uno para el otro

 

Con el tiempo, el ambiente se volvió más ligero. Sehun empezó a contarle a Junmyeon anécdotas graciosas de su infancia, provocando risas genuinas que resonaban en la habitación. Junmyeon se acomodó aún más en su regazo, dejando que el suave aroma de Sehun lo envolviera, disfrutando de cada palabra que salía de sus labios.

 

—Recuerdo una vez que traté de hacer un pastel para el cumpleaños de mi mamá —comenzó Sehun. —No tenía ni idea de cómo hacerlo, así que simplemente seguí lo que decía la receta. 

 

Bebio un sorbo de su vino y continuó: 

 

—El resultado fue un desastre, Al final, solo compré uno en la panadería, ¡y me descubrieron!

 

—Eso es muy gracioso —respondió Junmyeon, riendo mientras imaginaba a Sehun de joven, tratando de impresionar a su madre. —¿Y no te regañaron?

 

—No tanto como pensé, en realidad. Solo me dijeron que lo intentara de nuevo el próximo año, Y ese fue el último intento.

 

Por que nunca más la volvió a ver....

 

La conversación fluyó con naturalidad, y cada risa que compartían los acercaba más. Mientras el cielo se teñía de negro, dando a entender que ya era de noche. 

 

—¿Qué piensas que pasará cuando volvamos a la realidad? —preguntó Junmyeon de repente, una sombra de preocupación cruzando su rostro.

 

—Lo resolveremos —respondió Sehun, acariciando su mejilla. —Volveré a investigar 

 

Las horas pasaban como un susurro mientras Sehun y Junmyeon compartían risas y besos en el sofá, la botella de vino vacía a su lado. Las luces tenues de la habitación creaban un ambiente íntimo, y el suave sonido de las olas del mar se filtraba a través de la ventana abierta, acompañando su momento perfecto.

 

El reloj marcaba casi las 12 de la noche. 

 

La magia de la noche comenzaba a desvanecerse, y la realidad se asomaba lentamente, recordándoles que al día siguiente tendrían que enfrentar el mundo nuevamente. Junmyeon se sintió un poco melancólico al pensar la situación, pero su corazón se llenó de calidez al recordar que Sehun podría ser parte de su día con sus hijos.

 

—Mañana tengo que pasar el día con Ningning y kun —anunció Junmyeon, con una sonrisa que ocultaba su ansiedad. —Te invito a que vengas también.

 

—¿De verdad? —Sehun levantó una ceja, sorprendido. —¿Con tus hijos? ¿Y yo como su "amigo"?

 

—¡Exactamente! —Junmyeon se rió suavemente. –Ya te conocen, y creo que les gustaría verte más. Además, sería genial que pudieras pasar tiempo con ellos. 

 

Sehun sintió una mezcla de emoción y nerviosismo al mismo tiempo. Era un gran paso, pero también una oportunidad para acercarse más a Junmyeon y a su vida familiar.

 

—Me encantaría —respondió, dejando que una sonrisa se dibujara en su rostro. —son tan buenos niños...

 

Luego de un momento de silencio mientras Junmyeon estaba recostado en su pecho, se inclinó hacia Sehun, acercándose más, sintiendo el calor de su cuerpo. Sus labios encontraron el cuello de Sehun, dejando suaves besos que le provocaron escalofríos.

 

—Quiero disfrutar de ti una última vez esta noche —murmuró, su voz era un suave susurro lleno de deseo.

 

Sehun se quedó inmóvil, sintiendo cómo su cuerpo respondía a los delicados besos de Junmyeon. 

 

—No puedo resistirme a ti —dijo, atrapando la mirada de Junmyeon. —Siempre serás irresistible

 

Disfrutaría ser un amante, antes de volver a ser el padre y jefe de siempre...

 

Con un impulso, Junmyeon subió un poco más en el regazo de Sehun, acercándose aún más, deseando fusionarse con él. La intensidad de sus miradas se hizo palpable, y en ese instante, el mundo exterior desapareció, concentrandose solo en sehun, sus ojos marrones oscuros, sus facciones, sus labios, le encantaba todo de el, la forma en que lo miraba y lo hacia sentir tan bien... 

 

Sehun deslizó sus manos por la espalda de Junmyeon, sintiendo la suavidad de su piel a través de la bata. 

 

—¿Estás seguro? —preguntó, buscando la aprobación en los ojos de su novio.

 

—Por supuesto —respondió Junmyeon, decidido—Tu ya hiciste mucho por mi... 

 

Las manos de Junmyeon se enredaron en el cabello de Sehun mientras empezaba a besarlo, su cuerpo se movía más cerca. El deseo comenzaba a arder, y las caricias se volvían más intensas, como si cada toque fuera un intento de capturar el momento antes de que se desvaneciera. Ambos se quitaron las batas con un suave movimiento, dejando sus cuerpos al descubierto, brillando bajo la tenue luz de la habitación. La emoción llenó el aire, y el deseo palpable entre ellos se intensificó. Junmyeon se acomodó mejor en el regazo de Sehun, sintiendo el calor de su cuerpo y la conexión que compartían. Con un gesto decidido, comenzó a llevar el miembro de sehun, entrando en él con cuidado, sintiendo cada centímetro de su cuerpo mientras lo llenaba.

 

—Tú eres quien tiene el control esta noche —dijo Sehun, admirando la determinación en los ojos de Junmyeon. 

 

—Así es —respondió Junmyeon, una sonrisa traviesa en sus labios mientras comenzaba a moverse. 

 

Su cuerpo se sentía ligero y lleno de energía, disfrutando cada momento mientras tomaba el control de apoco, una vez dentro de el, Jun estaba apretado y empezo a saltar en el regazo de Sehun, su rostro iluminado por una mezcla de placer y deseo. Sehun no podía evitar sonreír al ver cómo su amante disfrutaba cada momento, las lágrimas de placer brillando en sus mejillas. Aunque su trasero dolía por la intensidad de las embestidas, la sensación era abrumadoramente placentera. 

 

—Eres tan grande... —murmuró Junmyeon, arrojando su cabeza hacia atrás mientras se movía con más fuerza, buscando esa conexión profunda que solo podía compartir con Sehun. 

 

La habitación estaba llena de sonidos sucios, el roce de sus cuerpos, sus gemidos y las palabras provocativas que intercambiaban. Sehun lo miraba embelesado. Nunca había visto a Jun así, desinhibido y descarado, pidiendo más con cada movimiento. Era como si se hubiera transformado en un amante completamente nuevo, uno que sabía exactamente lo que quería y que no temía tomarlo. La visión era hipnotizante.

 

—¡Sí, así! —exclamó Sehun, sintiendo cómo Junmyeon se lo tragaba completamente, su cuerpo ajustándose a cada embestida. —Nadie me ha hecho sentir así.

 

—Porque nadie puede hacerlo como yo —respondió Jun con un tono provocativo, disfrutando del control que tenía sobre él. Su risa era juguetona, pero sus ojos estaban llenos de deseo. 

 

Sehun se dejó llevar por el momento, disfrutando de la forma en que Jun lo montaba, su cuerpo moviéndose con una mezcla de desesperación y pasión. Cada vez que Junmyeon se bajaba, la intensidad aumentaba, y ambos se perdían en una espiral de placer que parecía no tener fin, El menor aferraba sus manos a las caderas de Jun, guiándolo más profundo...

 

Me va dejar seco—Pensó sehun sonriendo mientras lo sostenía 

 

La habitación resonaba con sus gemidos, la mezcla de placer y dolor los llevaba al borde de la locura. Junmyeon se inclinó hacia adelante, sus labios cerca del oído de Sehun, susurrando palabras sucias que lo volvían loco, sus manos tocando el pecho de sehun y besando su clavicula dejandole varias marcas...

 

—¿Te gusta ver cómo me lo como, hmm? —dijo, subiendo el ritmo mientras sus cuerpos se entrelazaban.

 

—Me fascina....—respondió Sehun, sin poder evitar sonreír mientras su cuerpo respondía a cada movimiento de Jun..

 

Junmyeon seguía moviéndose, cada golpe resonando en su cuerpo, cada empuje llevando a ambos más cerca del clímax. Sehun lo miraba con adoración, admirando cómo su amante se dejaba llevar por el placer, completamente sumergido en el momento. Sehun apretó el trasero de Jun con fuerza, disfrutando de la suavidad de su piel bajo sus manos. Cada movimiento que hacía Junmyeon lo llevaba más al límite, y su deseo se intensificaba. 

 

—Eres tan perfecto, Jun —susurró Sehun, su voz cargada de celos. —¿Cuántos hombres han tenido la suerte de tenerte así? Nadie puede hacerlo como yo, ¿verdad?

 

Junmyeon, jadeando, respondió con una sonrisa traviesa.

 

—No, nadie puede. Pero eso no significa que no lo intenten...–Sonrió provocándolo 

 

Sehun lo miró con intensidad, sus ojos oscuros llenos de deseo. 

 

—Me encantaría verlos intentar. Pero sabes que solo yo te tengo de esta manera, ¿no? —empezó a moverse más rápido, hundiéndose en él con cada embestida, forzando a Jun a aferrarse más fuerte a su cuerpo.

 

—¡Sehun! —gimió Jun, sus caderas moviéndose en sincronía, queriendo que su amante lo llevase al extremo. —D-debes parar... —pero su voz traicionó su deseo, y los movimientos que realizaba decían lo contrario. 

 

—¿Parar? —Sehun sonrió con picardía, aumentando el ritmo. —No creo que puedas soportar más, ¿verdad? 

 

Junmyeon intentó contestar, pero sus palabras se convirtieron en un gemido profundo. 

 

—¡Sehun, por favor! —su cuerpo lo traicionaba, y a medida que la presión crecía, la línea entre placer y dolor se desdibujaba. —No puedo... 

 

—¿Vas a llorar? —preguntó Sehun con voz burlona, sintiendo cómo el cuerpo de Jun se movía desesperadamente. —Eres un mentiroso...

 

—¡Maldición, no pares! —gritó Jun, atrapado en la mezcla de sensaciones. Sehun se hundió más profundo, apretando el trasero de Jun mientras el placer lo consumía. 

 

La habitación estaba llena de sus gemidos, y Jun, en un momento de total abandono, sintió que estaba al borde. 

 

—¡Sehun, estoy a punto de...!

 

—¡Eso es, Jun! —lo motivó Sehun, su voz baja y oscura.– Correte para mi...

 

Con un último empuje, Junmyeon se corrió, el placer lo inundó, y su cuerpo se entregó, dejando que la oleada de sensaciones lo llevara a la inconsciencia. Sehun se detuvo, asustado por un momento al ver a su amante desmayarse. 

 

—¡Jun! —exclamó, preocupado, mientras lo sostenía en sus brazos. Pero luego notó que su pecho seguía subiendo y bajando, y la expresión en su rostro mostraba el éxtasis que acababa de experimentar. 

 

—Estás bien, cariño —dijo Sehun, susurrándole al oído mientras acariciaba su cabello. 

 

—No me asustes así... 

 

Después de unos segundos, Junmyeon comenzó a recobrar el sentido, abriendo los ojos lentamente. 

 

—¿Qué pasó...? —preguntó con una voz soñolienta, aún aturdido por el placer.

 

Sehun se rió suavemente, aliviado de verlo despertar. 

 

—Solo me hiciste el hombre más afortunado del mundo —dijo, con una sonrisa amplia en el rostro, sintiendo que la conexión entre ellos se había vuelto aún más intensa.

 

Después de ese momento tan intenso, Sehun se retiró de Junmyeon con suavidad, observando cómo su propio semen se derramaba, trazando un camino desde el cuerpo de Jun hasta el sofá. Junmyeon soltó un suave gemido, y ambos se miraron, compartiendo una sonrisa cómplice. Sehun se inclinó para besarlo nuevamente, despacio y con ternura, sellando ese instante de complicidad y amor entre ellos, aún entrelazados en el sofá, ambos decidieron levantarse, a pesar de la fatiga, y dirigirse a la cama. Sehun, aún preocupado por el momento en que Junmyeon había perdido el sentido, lo abrazó con fuerza y empezó a acariciar su cabello, ayudándolo a relajarse. Junmyeon, por su parte, se acurrucó en el pecho de Sehun, sintiéndose completamente protegido y amado.

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, mirándolo con una mezcla de ternura y seriedad. —Me asustaste un poco hace rato.

 

Junmyeon soltó una risa suave, tomando la mano de Sehun y acariciándola. 

 

—Fue... increíble. Me siento tan feliz, Sehun. Nunca había experimentado algo así.

 

Sehun sonrió y le dio un beso en la frente, antes de empezar a limpiar su piel con una toalla húmeda que tenía cerca. Con delicadeza, se aseguró de que Junmyeon se sintiera cómodo, cuidando cada detalle y acariciando su cuerpo con cariño. Ambos compartieron miradas llenas de afecto, dejando que ese momento íntimo hablara más que cualquier palabra.

 

Junmyeon, después de sentir el calor y el amor de Sehun en cada caricia, se quedó observando el anillo en su dedo. Una lágrima resbaló por su mejilla, y Sehun, al notarlo, se acercó preocupado.

 

—¿Por qué lloras, Mi amor? —preguntó Sehun, limpiando suavemente la lágrima con su pulgar.

 

—Es solo que... estoy tan feliz de ser tu novio, pensar que alguien como tú me eligió y me ama de esta manera... No puedo evitar emocionarme. Ha sido el mejor fin de semana de mi vida.

 

Sehun sonrió y lo abrazó, sintiendo su propia felicidad crecer al escuchar esas palabras.

 

—Tú eres el que me hace feliz, Jun, Nunca imaginé que podría sentir algo tan fuerte por alguien, Pero aquí estamos, y te prometo que siempre voy a cuidar de ti.

 

Después de un rato en silencio, ambos decidieron acostarse en la cama, y Junmyeon se acurrucó contra Sehun, sin querer separarse ni un centímetro. Conversaron en voz baja sobre el futuro, sus planes y los momentos especiales que querían vivir juntos. La noche se alargaba y, mientras hablaban, sus cuerpos empezaron a relajarse, hasta que, poco antes de la una de la madrugada, ambos se quedaron dormidos, abrazados y sintiéndose completos.

 

La noche había sido una celebración de su amor y un recordatorio de lo mucho que significaban el uno para el otro. Y allí, en la quietud de la madrugada, el anillo en el dedo de Junmyeon brillaba bajo la tenue luz de la habitación, como símbolo de la promesa que ambos se habían hecho.

 

Junto al desastre que se encontraba alrededor de ellos, recordando la Pasión Ardiente con la que se entregaron y el anhelo de no separarse el uno a otro de sus vidas. 

 

Notes:

Hola! FELIZ AÑO NUEVO!! En mi pais ya es 2025, les traigo unos capitulos de regalo, gracias por leer y espero que pasen un buen año y cumplan todas sus metas!! EXO IS BACK THIS YEAR

Chapter 16: Capitulo 15 | Familia

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Domingo, Habitación del hotel, 8:00 AM

 

El domingo por la mañana llegó con la calidez del sol filtrándose a través de las cortinas de la habitación de hotel. Junmyeon fue el primero en abrir los ojos, y su mirada cayó inmediatamente sobre Sehun, que dormía plácidamente a su lado. No pudo evitar sonreír, recordando cada momento del fin de semana, desde la propuesta hasta cada instante compartido. Con una mezcla de amor y satisfacción, se acercó a él para depositar un suave beso en sus labios. Sehun, sintiendo el roce, comenzó a despertarse, devolviéndole el beso con ternura. Ambos se quedaron abrazados durante unos minutos, disfrutando de esa calma matutina que solo ellos compartían. A las ocho de la mañana, sabían que debían prepararse para regresar a la realidad. Tenían que empacar sus cosas y pasar por la casa de Victoria a buscar a Ningning y kun. Junmyeon, sin embargo.

 

sintió un leve dolor al intentar ponerse de pie, recordando los intensos momentos de la noche anterior. Sehun, al notarlo, le ofreció su apoyo con una sonrisa cómplice.

 

—¿Estás bien, Jun? —preguntó Sehun, bromeando mientras le ayudaba a levantarse. —Creo que fui un poco... intenso.

 

Junmyeon soltó una risa, sonrojado

 

 —No te preocupes, valió la pena. Pero sí, quizá necesite un poco de descanso antes de empezar la semana.

 

Después de recoger todo y asegurarse de no dejar nada importante, ambos salieron de la habitación. No pudieron evitar reír al ver el pequeño desastre que habían dejado: las sábanas revueltas, las copas vacías de vino y algunos recuerdos esparcidos que les evocaban cada uno de esos momentos especiales. Antes de salir definitivamente, Sehun tomó una última foto de ambos frente al espejo, con Junmyeon sonriendo y mostrando el anillo, un recuerdo más de su primer fin de semana como novios oficiales.

 

En el trayecto a la casa de victoria 

 

El viaje hacia la casa de Victoria fue tranquilo. En el trayecto, Junmyeon tomó un analgésico para aliviar el dolor, intentando disimular el cansancio ante Sehun, aunque no le pasaba desapercibido. Al llegar, Victoria los recibió con una sonrisa amable. Ella sabía de la relación entre Junmyeon y Sehun, y había visto cómo el brillo en los ojos de Jun había vuelto desde que Sehun llegó a su vida. No podía estar más feliz de que su exesposo y buen amigo tuviera una segunda oportunidad para ser feliz.

 

—Felicidades a ambos, en verdad, se les ve muy bien juntos —dijo Victoria con sinceridad, mirando el anillo en el dedo de Junmyeon y sonriendo. —Nunca pensé que vería a Junmyeon tan enamorado.

 

Junmyeon sonrió, un poco apenado por el comentario, pero agradecido. 

 

—Gracias, Victoria. No sabes cuánto significa para mí... y para los niños.

 

—¡Oh, lo sé! —respondió ella, guiñándole el ojo. —Y hablando de los niños... Ningning y kun están en la sala. ¡Estaban ansiosos de verlos!

 

Los niños, al ver a su papá, corrieron emocionados hacia él, llenándolo de abrazos. Sin embargo, notaron que Junmyeon caminaba un poco más lento de lo normal. Kun, curioso, le preguntó:

 

—¿Estás bien, papá?

 

Junmyeon se agachó con una sonrisa y les dio un abrazo a ambos. 

 

—Claro, solo estoy un poco cansado, he tenido un fin de semana muy especial.

 

Ningning miró a Sehun y luego a su papá, sonriendo inocentemente. 

 

—¿Fue porque estabas con tio sehun?

 

Sehun y Junmyeon se miraron y rieron, incapaces de evitar la ternura de la niña. Junmyeon asintió, dándole un beso en la frente. Los niños estaban contentos de volver junto a su padre y Victoria, observando la escena, no pudo evitar sonreír. Cuando Junmyeon se levantó, notó que se tambaleaba un poco, y se preocupó.

 

—Jun, si necesitas descansar, no dudes en decírmelo, los niños pueden quedarse aquí hasta que te sientas mejor —sugirió Victoria, siempre atenta a su bienestar.

 

—Gracias, Victoria, pero estaremos bien —aseguró Junmyeon, tomando la mano de Sehun. —Quiero disfrutar el día con mis hijos... y con Sehun.

 

 

–Me pasé esta vez–pensó junmyeon sonrojado

 

 

Sehun rodeó a Junmyeon con su brazo y lo ayudó a caminar hacia el auto, junmyeon lo empujo divertido ya que no era para tanto, ambos cargaron las mochilas de los niños y les abrocharon los cinturones. Una vez que todos estuvieron acomodados, Junmyeon se recostó un poco en el asiento, intentando relajarse. Durante el trayecto, kun y Ningning no paraban de hablar y contarle a Sehun todas las cosas que habían hecho el fin de semana en casa de su mamá. En el trayecto de regreso, el auto se llenó de risas y voces emocionadas. Kun y Ningning no paraban de hablar, cada uno tratando de contarle a Sehun lo que habían hecho en casa de su mamá.

 

—¡Tío Sehun! ¡Mamá nos llevó al zoológico! —dijo Ningning, entusiasmada, girando en su asiento para mirarlo mejor.

 

—¡Y vimos un tigre enorme! —agregó Kun, abriendo los brazos tanto como podía para ilustrar el tamaño. —Casi tan grande como tú.

 

Sehun sonrió, encantado por el entusiasmo de los niños. 

 

—¿Tan grande? ¡Eso suena aterrador! ¿Y se acercaron mucho?

 

Ningning negó con la cabeza, aunque su expresión mostraba que ella hubiera querido hacerlo. 

 

—No nos dejaron, pero Kun quería subirse a la cerca, y mamá se enojó.

 

Junmyeon rió, conociendo la curiosidad de su hijo.

 

— Kun, ¿trataste de saltar la cerca?

 

—Solo un poquito... —respondió Kun, apenado, pero con una sonrisa traviesa.

 

—Bueno, la próxima vez que vayamos, Sehun y yo nos aseguraremos de que no escales ninguna cerca —dijo Junmyeon, divertido.

 

Kuny Ningning asintieron emocionados, felices con la idea de una próxima salida al zoológico. Al llegar a casa, los niños ya estaban llenos de ideas sobre qué hacer y jugar. Apenas entraron, comenzaron a lanzar propuestas con la misma energía con la que habían estado hablando en el auto.

 

 

Mansión de Junmyeon, 9:00 AM 

 

—¡Papá! Quiero que juguemos a los superhéroes —pidió Kun, aferrándose al brazo de Junmyeon. —Tú puedes ser el villano y el tío Sehun y yo te atrapamos.

 

—No, papá tiene que ser un superhéroe también —intervino Ningning, mirando a Sehun con ojos brillantes. —Podemos ser un equipo y vencer a los malos juntos, ¡como en las películas!

 

Sehun rió, mirándolos a los dos con ternura. 

 

—¿Qué te parece, Jun? ¿Nos unimos todos y hacemos equipo de superhéroes?

 

Junmyeon sonrió, contento de ver a los niños tan felices y cómodos con Sehun. 

 

—Por supuesto. ¿Listos para enfrentar cualquier villano que se cruce en nuestro camino?

 

Los niños gritaron emocionados, corriendo a la sala para prepararse para el juego. Sehun y Junmyeon se miraron y sonrieron, sabiendo que este sería un día agotador pero lleno de alegría. Junmyeon se quitó los zapatos y dejó el abrigo en el sofá mientras Sehun imitaba sus movimientos, preparándose para sumergirse en la aventura.

 

—¿Cómo empezamos? —preguntó Sehun, dirigiéndose a Kun y Ningning con seriedad fingida.

 

Kun tomó la iniciativa, poniéndose una toalla como capa. 

 

—Primero tenemos que entrenar, Tío Sehun, tú puedes hacer las pruebas de fuerza.

 

—¿Pruebas de fuerza? —repitió Sehun, alzando una ceja mientras lo miraba divertido. —¿Como levantar pesas?

 

—¡Sí! Pero... ¡Con papá! —dijo Ningning, señalando a Junmyeon y riendo. —Tienes que cargarlo en tus hombros, como si lo rescataras.

 

Junmyeon negó con la cabeza, fingiendo horror. 

 

—¡¿Cargarme a mí?! No estoy seguro de ser un peso ligero...

 

—Vamos, Junmyeon —Sehun sonrió, poniéndose en posición. —Haré mi mejor esfuerzo para no dejar caer a nuestro gran superhéroe.

 

Entre risas y bromas, Sehun tomó a Junmyeon por la cintura y, con cuidado, lo levantó un poco, haciéndolo reír. Los niños aplaudieron y vitorearon, encantados con la actuación de Sehun.

 

—¡Eres el mejor superhéroe, tío Sehun! —exclamó Kun.

 

 

Junmyeon reía en los brazos de sehun teniendo miedo que lo deje caer mientras lo sostenía y daba vueltas.

 

Pero jamás lo dejaría caer...

 

Después de un rato, todos terminaron jugando en la sala, donde inventaron toda una historia en la que debían salvar el mundo de un gran dragón imaginario que se había apoderado de la casa. Ningning y Kun asignaron roles a todos: Junmyeon era el líder del equipo, Ningning y Kun eran los encargados de distraer al dragón, y Sehun era el encargado de derrotarlo con su "superfuerza".

 

—¡Rápido, tío Sehun, el dragón está atacando! —gritó Kun, señalando la esquina de la sala donde el supuesto dragón estaba "acechando".

 

Sehun hizo una pose heroica y "lanzó" un puñetazo al aire, pretendiendo derribar al monstruo invisible. 

 

—¡No hay dragón que pueda con nosotros!

 

—¡Bien hecho, equipo! —exclamó Junmyeon, abrazando a sus hijos y a Sehun. —¡El mundo está a salvo!

 

Los niños celebraron el triunfo del "equipo de superhéroes" con gritos de alegría y risas, y después de tanta actividad, comenzaron a pedir comida.

 

 

—Papá, ¿podemos comer algo? —preguntó Ningning, mirando a Junmyeon con ojos grandes y brillantes.

 

—¿Qué les parece si hacemos el almuerzo juntos? —propuso Junmyeon, mirando a Sehun con una sonrisa de complicidad.

 

Los niños aplaudieron, emocionados con la idea de ayudar en la cocina. Ningning y Kun corrieron a la cocina, esperando instrucciones mientras su padre y sehun los seguían.

 

—Está bien, pequeños chefs, vamos a empezar con algo sencillo —dijo Junmyeon, buscando algunos ingredientes en el refrigerador.

 

—¿Qué vamos a cocinar, papá? —preguntó kun, tratando de asomarse para ver lo que Junmyeon sacaba.

 

—Podemos hacer espaguetis con albóndigas, ¿les gusta la idea? —sugirió Sehun, mirando a los niños. 

 

—¡Sí! —gritaron ambos al unísono.

 

Junmyeon y Sehun organizaron todo en la encimera, y mientras los ingredientes se alineaban, los niños esperaban con emoción para empezar y se lavaban las manos, Junmyeon les pasó un par de delantales pequeños que Victoria había dejado para ellos, y Ningning y kun se los pusieron con orgullo, listos para ser los ayudantes.

 

—Está bien, Ningning, puedes ayudarme a lavar las verduras —dijo Junmyeon mientras la guiaba hacia el fregadero.

 

—¿Y yo, papá? —preguntó Kun, ansioso por ayudar.

 

—A ti te tocará revolver la salsa después de que la pongamos a calentar —le indicó Sehun, poniéndole un gorrito improvisado de cocina para hacerle reír.

 

Mientras Ningning lavaba las verduras con mucha concentración, Junmyeon le mostró cómo hacerlo correctamente, supervisándola mientras reía de vez en cuando por la seriedad con la que ella seguía las instrucciones.

 

—Mira, así, pequeña chef —le indicó Junmyeon, ayudándola a enjuagar un tomate mientras ella imitaba sus movimientos.

 

Por su parte, Sehun comenzó a poner la salsa en una olla, y cuando estuvo lista, le dio una cuchara a Kun. 

 

—Muy bien, kun-ah, tu misión es revolverla despacito para que no se queme, ¿puedes hacerlo?

 

 Kun asintió con entusiasmo, tomando la cuchara con cuidado. 

 

—¡Sí, tío Sehun! Yo puedo hacerlo bien.

 

Mientras los niños ayudaban en sus pequeñas tareas, Junmyeon y Sehun comenzaron a preparar las albóndigas. Junmyeon amasaba la mezcla, mientras Sehun formaba las bolitas y las alineaba en una bandeja para cocinarlas. 

 

—Esto huele muy rico, papá —comentó Ningning, observando la comida con admiración.

 

Junmyeon le sonrió, acariciándole la cabeza. 

 

—Eso es porque estamos cocinando todos juntos, cuando cocinas con cariño, siempre sale mejor.

 

—¿Con cariño? —repitió kun, mirando a Sehun curioso. —¿Así como tu nos quieres papi?

 

Sehun sonrió y contesto a kun

 

—Exactamente, Kun. Cuando quieres a las personas, quieres hacer cosas especiales para ellas, como preparar un buen almuerzo.

 

Junmyeon le lanzó una mirada amorosa a Sehun y luego volvió a centrarse en su tarea. Después de un rato, las albóndigas estuvieron listas para poner en la sartén, y Sehun ayudó a los niños a alejarse un poco mientras las cocinaba para que no se acercaran demasiado a la estufa.

 

—Ahora viene la parte más divertida —anunció Junmyeon, mirando a los niños. —¿Quieren poner los espaguetis en la olla?

 

Ningning y Kun asintieron con entusiasmo, observando con ojos grandes cómo Junmyeon les daba algunos espaguetis y los guiaba para que los soltaran con cuidado en el agua caliente. 

 

Mientras la pasta y las albóndigas se cocinaban, Sehun y Junmyeon aprovecharon para charlar un poco mientras los niños se entretenían observando cómo el agua burbujeaba.

 

—¿Te imaginas cómo serían todos los días así? —le preguntó Junmyeon en voz baja, sonriendo mientras observaba a los niños.

 

Sehun asintió, devolviéndole la sonrisa. 

 

—Sí, sería perfecto. Es agotador, pero de alguna forma, verlos tan felices lo hace todo especial.

 

Mientras Junmyeon y Sehun se acercaron y compartieron un beso en la cocina, de pronto escucharon unas risitas en la puerta. Ningning y kun estaban de pie, observándolos con curiosidad, sus miradas llenas de una inocencia con mezcla de sorpresa y emoción.

 

—¿El tio Hun es tu novio, papá? —preguntó Ningning, inclinando la cabeza mientras miraba a Junmyeon.

 

Junmyeon y Sehun intercambiaron una mirada, ligeramente sorprendidos, pero Junmyeon respondió con calma. 

 

—Sí, cariño, Sehun y yo somos novios.

 

Kun sonrió ampliamente, como si hubiera descubierto un gran secreto. 

 

—¿Entonces tú lo quieres mucho, papá?

 

—Así es, Kun —respondió Junmyeon, asintiendo y sonriendo a Sehun. —Quiero mucho a Sehun, igual que los quiero a ustedes.

 

Los niños se miraron entre sí, procesando la respuesta, y luego se acercaron a su papá y sehun con una naturalidad que solo la infancia podía traer.

 

—Entonces... ¿eso significa que podemos jugar todos juntos más seguido? —preguntó Ningning, llena de entusiasmo.

 

Sehun rió y asintió.

 

 —Claro, eso significa que pasaremos mucho tiempo juntos.

 

Ningning y Kun se abrazaron, contentos, y luego comenzaron a hablar de todas las actividades que querían hacer con ellos. Aunque en sus primeros años recordaban los niños haber llorado al ver a sus padres separados, a medida que crecieron, habían entendido que mamá y papá ya no estaban juntos porque no se querían de la misma forma. Así, con esa inocencia de niños, aceptaban a Sehun en su vida, felices de ver a su padre sonreír.

 

 

Ellos no sabían la realidad que vivió su padre y el dolor que enfrento tantos años, si ellos no hubieran nacido seguiría viviendo en la profunda tristeza junto a los vicios…

 

 

Junmyeon y Sehun se miraron nuevamente, emocionados por ver la naturalidad con la que los niños aceptaban su relación, y el amor en sus miradas hizo que ese momento fuera aún más especial.

 

—Papá, ¿ya casi está listo? —preguntó ella, impaciente.

 

—Sí, falta poco, cariño. En cuanto estén los espaguetis, servimos y comemos, ¿les parece bien?

 

Los niños asintieron emocionados, y unos minutos después, finalmente, todo estuvo listo. Junmyeon y Sehun sirvieron los platos y ayudaron a los niños a llevar los suyos a la mesa.

 

—Este es el mejor almuerzo de todos —dijo Kun antes de empezar a comer.

 

—Eso es porque todos lo hicimos juntos —respondió Sehun, sonriendo mientras veía cómo los niños comían con gusto.

 

Durante el almuerzo, las risas y la conversación fluyeron naturalmente. Los niños contaban pequeñas anécdotas de sus juegos y de lo que planeaban hacer después, mientras Junmyeon y Sehun compartían miradas llenas de amor y complicidad, agradecidos de estar viviendo ese momento juntos. Finalmente, cuando terminaron de comer, los niños insistieron en ayudar con los platos, aunque su "ayuda" consistió más en chapotear con las burbujas del jabón que en lavar realmente.

Aun así, Junmyeon y Sehun se rieron, dejándolos jugar un poco antes de enviar a los niños a la sala a descansar.

 

Mientras los pequeños se acomodaban en el sofá, Sehun y Junmyeon terminaron de limpiar la cocina, y al ver la escena de sus hijos felices y relajados, sintieron una profunda paz. 

 

Junmyeon le apretó la mano a Sehun, con una sonrisa que reflejaba su felicidad.

 

 —Hoy ha sido un día increíble.

 

—Sí, lo ha sido —contestó Sehun, acercándose para darle un beso suave y disfrutar del pequeño pero valioso instante que compartían.

 

 

Las horas pasaban lentamente mientras la luz del sol se desvanecía, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. La casa de Junmyeon estaba llena de risas y juegos, pero también había un aire de melancolía que flotaba en el ambiente. Ambos sabían que el día siguiente traería consigo el regreso a la rutina y las responsabilidades, y la investigación sobre la muerte de Oh Mina aún estaba pendiente. Sin embargo, en ese momento, Junmyeon no quería soltar a Sehun.

 

Junmyeon miró a Sehun, quien estaba en el suelo con Ningning y Kun, jugando con unos bloques de construcción. La risa de los niños llenaba la habitación, y Sehun, con una sonrisa brillante en su rostro, parecía estar en su elemento. Cada risa de los pequeños resonaba en su corazón, haciéndolo sentir como si finalmente hubiera encontrado su lugar en el mundo. 

 

Había anhelado esta sensación durante tanto tiempo: ser parte de una familia, ser querido, y ahora lo estaba experimentando.

 

—¡Mira, Tio ! —exclamó Kun mientras levantaba una torre hecha de bloques. —¡Es un castillo!

 

—¡Es el castillo más alto que he visto! —respondió Sehun, aplaudiendo con entusiasmo. —¡Los héroes tienen que protegerlo de los dragones!

 

Junmyeon observaba la escena con una mezcla de felicidad y ternura. La forma en que Sehun interactuaba con sus hijos era hermosa; era natural, divertido y lleno de cariño. Junmyeon sentía que, a pesar de las sombras que los acechaban con la investigación y las tensiones familiares, había encontrado un rayo de luz en Sehun. 

 

Con un suspiro, Junmyeon se acercó y se sentó en el suelo, uniéndose al juego. 

 

—¿Puedo ser un héroe también? —preguntó con una sonrisa.

 

Ningning, que estaba en la parte opuesta, se giró hacia él, sus ojos brillando de emoción.

 

—¡Sí, papá! ¡Tú puedes ser el rey del castillo!

 

Junmyeon se rió y asintió, pero su mirada se deslizó hacia Sehun, quien lo miraba con ternura. Era un momento simple, pero lleno de significado. A pesar de que el mundo exterior seguía siendo complicado, allí, rodeado de sus hijos y de Sehun, se sentía completo.

 

Más tarde, cuando los niños decidieron ir a buscar algo de comer, Junmyeon y Sehun se encontraron a solas en el salón. La casa estaba en silencio, y por un momento, la preocupación por el trabajo y la investigación se desvaneció.

 

—¿Qué piensas hacer sobre mañana? —preguntó Sehun, con un tono suave mientras miraba a Junmyeon.

 

—No sé... —respondió Junmyeon, sintiéndose conflictuado. —La investigación sobre tu madre es importante, pero... no quiero separarme de ti.

 

Sehun sonrió, entendiendo el sentimiento.

 

 —Me siento igual, jamás pensé que podría encajar en una familia, pero ahora que estoy aquí, me gustaría disfrutar de ti y los niños...

 

Junmyeon sintió una oleada de emoción. La sinceridad en la voz de Sehun lo conmovió. 

 

—Lo que estás haciendo con los niños significa mucho para mí, nunca imaginé que podrías ser tan... maravilloso.

 

—No tengo muchas experiencias como esta, pero quiero aprender —dijo Sehun, acercándose un poco más. —Quiero ser una buena pareja para ti y un buen amigo para ellos.

 

Junmyeon asintió, sintiendo una conexión más profunda con Sehun en ese instante.

 

 —Siempre serás bienvenido en nuestra vida, Nunca dudes de eso.

 

Sehun sintió una calidez en su corazón al escuchar esas palabras. Era un sentimiento que nunca había experimentado antes: ser parte de algo tan significativo, de un amor que no solo lo incluía a él, sino también a los niños. En ese momento, se dio cuenta de que había encontrado su lugar en el mundo, un lugar donde se sentía amado y valorado.

 

Los niños regresaron rápidamente con una bandeja de galletas y jugo. Ambos se unieron a ellos, compartiendo risas y conversaciones despreocupadas, tratando de ignorar el peso de la realidad que se avecinaba. Junmyeon miró a Sehun mientras los pequeños hablaban emocionados sobre su día, y sintió que el amor que crecía entre ellos solo se fortalecía.

 

Después de un rato, mientras los niños estaban ocupados con sus galletas, Junmyeon se acercó a Sehun y le susurró. 

 

—No importa lo que pase mañana, quiero que sepas que te amo...

 

—Yo también —respondió Sehun, tomando la mano de Junmyeon con suavidad besando su anillo

 

Con esas palabras resonando en el aire, Junmyeon sintió que todo el estrés y la ansiedad se desvanecían un poco más. Sabía que tenían un camino complicado por delante, pero con Sehun a su lado, sentía que podrían enfrentarlo juntos.

 

8:00 PM

 

Esa noche, mientras los niños se preparaban para dormir, Junmyeon y Sehun se quedaron en el sofá, abrazados y hablando sobre sus esperanzas y sueños para el futuro. A pesar de las dificultades que enfrentaban, había una luz brillante que los guiaba. 

 

Finalmente, cuando los niños se acomodaron en sus camas y el silencio llenó la casa, Junmyeon miró a Sehun y le dio un suave beso.

 

 —Gracias por ser parte de esto. 

 

—Gracias a ti por darme la oportunidad —respondió Sehun, sonriendo.

 

La casa de Junmyeon estaba tranquila, con el suave sonido de la respiración de los niños que dormían en sus habitaciones. Sin embargo, una sensación de melancolía se apoderó de Junmyeon cuando miró a Sehun, quien estaba listo para irse. Ambos habían disfrutado de un fin de semana perfecto, lleno de risas, amor y complicidad, pero ahora debían regresar a la realidad. La investigación sobre la muerte de Oh Mina seguía latente, y ambos sabían que, a pesar de su conexión emocional, tenían que enfrentar los desafíos que venían.

 

Junmyeon se acercó a Sehun, sintiendo la familiaridad de su presencia.

 

 —Mañana nos veremos en la oficina —dijo con una sonrisa triste. —Tendremos que retomar las cosas como si nada hubiera pasado.

 

—Lo sé, pero... —Sehun hizo una pausa, mirándolo intensamente—. No quiero que eso afecte lo que tenemos, lo que vivimos este fin de semana fue real.

 

Junmyeon asintió, sintiendo un nudo en el estómago. 

 

—Sí, lo fue. Pero debemos mantener las cosas separadas, al menos por ahora. No podemos arriesgarnos a que alguien más descubra nuestra relación, especialmente cuando esa persona nos amenaza...

 

Sehun suspiró, comprendiendo la gravedad de la situación

 

—Entiendo, no quiero que nadie interfiera en lo que hemos construido. Pero... también no resuelvo quien esta detrás de nosotros

 

—Mañana seguiremos investigando, en la oficina, seremos los profesionales que todos conocen, pero cuando estemos juntos, seremos nosotros, un equipo—prometió Junmyeon, acariciando la mano de Sehun suavemente.

 

Sehun sonrió, reconfortado por las palabras de Junmyeon.

 

 —Tienes razón... Un equipo

 

Ambos se acercaron, y Junmyeon tomó el rostro de Sehun entre sus manos, mirándolo a los ojos.

 

 —No importa lo que pase, siempre estaré aquí para ti, esto es solo el comienzo mi amor

 

Sehun sintió un torrente de emoción.

 

 —Y yo para ti mi amor

 

Con una sonrisa, Junmyeon lo besó, un beso que contenía todo el amor y la promesa de un futuro juntos. Se sintió como si el tiempo se detuviera por un instante, y se olvidó de todo lo que había afuera. 

 

Al separarse, Junmyeon respiró hondo, sabiendo que era momento de decir adiós por ahora. 

 

—Te veré mañana —dijo, aunque su voz sonó más como una súplica que una afirmación.

 

—Hasta mañana, cariño. —Sehun sonrió, aunque su mirada revelaba lo mucho que le dolía dejarlo. 

 

Ambos se despidieron y Sehun salió de la casa, sintiendo el frío de la noche en su piel. Mientras caminaba hacia su coche, su mente estaba llena de pensamientos sobre lo que había compartido con Junmyeon. Sabía que la vida no sería fácil en el trabajo, y que volver a la identidad de Hwang Sehun era un recordatorio constante de los riesgos que corrían.

 

Al llegar a su coche, miró hacia la ventana de la casa de Junmyeon, donde podía ver la sombra de su pareja, aún de pie, observándolo. Se sintió agradecido por lo que habían construido juntos, y aunque el futuro era incierto, estaba decidido a luchar por él, junmyeon, por su parte, sintió una mezcla de emociones mientras veía alejarse a Sehun. La noche había sido mágica, pero ahora el regreso a la realidad era inevitable. Se dio la vuelta y se dirigió a las habitaciones de sus hijos, sonriendo al pensar en la alegría que habían compartido. Con el corazón lleno de amor y esperanza, sabía que mañana sería otro día en la lucha por su amor y su familia. 

 

Mientras Sehun conducía hacia su hogar, reflexionaba sobre el día siguiente en Kim Corporation. Tendría que asumir su papel oculto, pero en su mente, la imagen de Junmyeon siempre estaría presente. Ambos se comprometieron a continuar con su investigación sobre la muerte de Oh Mina y el proyecto de Busan, pero sabían que, más allá de eso, estaban construyendo algo mucho más significativo: una vida juntos.

 

Al final del día, no importaba qué obstáculos encontraran; lo que realmente importaba era que se tenían el uno al otro.

 

Lunes, Kim corporation, 8:00 AM

 

Era un lunes soleado en Seúl cuando Kim Junmyeon llegó a la oficina de Kim Corporation, la mente todavía centrada en las conversaciones del fin de semana con Sehun. A medida que caminaba por el pasillo, su mente divagaba entre la emoción de su nueva relación y la presión de su rol como CEO. Tenía una reunión crucial con los inversionistas para discutir el lanzamiento del Proyecto Busan, la mayor inversión en tecnología del país.

 

Junmyeon planeo durante 3 años junto a su padre este proyecto que beneficiará a todo Busan y la empresa, capacitando a gente y consiguiendo inversionistas que se interesara en el proyecto para llevar la inteligencia artificial en el mayor nivel y que puedan trabajar en conjunto. El proyecto se centraba en crear la mejor tecnología para que ayude a las empresas a perfeccionar sus habilidades y usarlos en el día a día y vender a otras empresas para que usen su licencia.

 

 

Junmyeon entró a la sala de conferencias, donde los inversionistas ya estaban acomodados, con papeles y laptops listos. Se sentó en la cabecera de la mesa, ajustándose la corbata mientras sonreía a los presentes.

 

—Buenos días a todos —saludó con confianza—. Espero que hayan tenido un buen fin de semana. 

 

Los presentes hicieron una reverencia y junmyeon prosiguió:

 

—Estoy ansioso por hablar sobre el lanzamiento del Proyecto Busan, por el que todos estamos expectantes 

 

Uno de los inversionistas, un hombre mayor con un aire de autoridad, se inclinó hacia adelante.

 

—Buenos días, Señor Kim. La presentación ha sido impresionante hasta ahora, pero me gustaría discutir un detalle crucial: ¿cuándo planeamos realizar el lanzamiento? Los mercados están cambiando rápidamente y no podemos darnos el lujo de retrasarnos.

 

Junmyeon asintió, consciente de la presión que se ejercía sobre él.

 

—Entiendo completamente. Después de revisar las proyecciones de mercado y los comentarios de nuestros asesores, estoy convencido de que el lanzamiento debería tener lugar a finales de este mes. Eso nos dará tiempo suficiente para preparar una campaña de marketing que realmente resalte nuestras innovaciones.

 

Otro inversionista, una mujer joven pero perspicaz, intervino.

 

—Pero, Señor Kim, ¿estás seguro de que podemos cumplir con los plazos? Hemos visto retrasos en otras divisiones debido a problemas de producción. Necesitamos garantizar que todo esté en su lugar antes de anunciarlo.

 

—Es un punto válido —respondió Junmyeon—He estado en comunicación constante con el equipo de producción y están trabajando horas extras para asegurarse de que todo esté listo.

 

—Quiero ser claro: no lanzaremos si no estamos preparados. La calidad es nuestra prioridad.— continuó junmyeon

 

Un silencio momentáneo se hizo en la sala, mientras los inversionistas reflexionaban sobre sus palabras. Finalmente, un hombre mayor con una gran experiencia en la industria, sonrió.

 

—Me gusta tu enfoque, Señor Kim. Estoy de acuerdo en que debemos fijar una fecha. Si estás seguro de que podemos cumplir, estoy a favor de lanzar a finales de mes. Pero necesitamos asegurarnos de que todos los detalles estén pulidos para entonces.

 

—Gracias —dijo Junmyeon, sintiéndose más seguro—. En cuanto salgan de aquí, me aseguraré de que el equipo esté al tanto de los plazos. La presentación se verá en grande, y será un gran paso adelante para nuestra empresa.

 

El inversionista mayor asintió con satisfacción.

 

—Perfecto. Entonces, ¿podemos cerrar esto con un plan de lanzamiento tentativo para el 28 de este mes?

 

Junmyeon miró a su equipo, quienes asentían con la cabeza.

 

 

El 28 de este mes era en dos semanas...

 

 

—Sí, así será. Vamos a hacer un anuncio oficial esta semana para que todos estén preparados. Estoy emocionado por lo que viene.

 

La reunión continuó con algunas preguntas y ajustes menores, pero la decisión estaba tomada. Junmyeon salió de la sala de conferencias sintiéndose aliviado y emocionado. Justo cuando pensaba en cómo compartir la buena noticia con Sehun, se encontró con su padre, Kim Junghyun, en el pasillo.

 

—¡Junmyeon! —llamó su padre con una sonrisa amplia—. Qué bueno verte. 

 

—Hola, padre —respondió Junmyeon, con una mezcla de alegría y nerviosismo—. ¿Cómo has estado?

 

—Bien, gracias. Solo he estado revisando algunos asuntos en la oficina. Pero, hablando de eso, he estado pensando en ti. No he tenido la oportunidad de verte en un tiempo y a mis nietos ¿Por qué no vienes a almorzar hoy? 

 

Junmyeon sintió un leve apretón en su pecho. Aunque siempre disfrutaba de la compañía de su familia, también le preocupaba la conversación que tendrían, especialmente con la situación actual en su vida personal. Evadiría toda conversación y estaría normal, a pesar de todo quería relajarse y estar con su familia, aunque le pese el sufrimiento del pasado. 

 

—Eso suena bien, papá —respondió—. Ha pasado un tiempo desde que todos nos reunimos.

 

Junghyun sonrió, sus ojos brillando con emoción.

 

—Así es. Minseok ha estado ansioso por verte y por ver a tus pequeños. ¿Te gustaría que le dijera que vendrás?

 

—Sí, por favor —dijo Junmyeon, recordando cómo Minseok siempre había sido un buen tío para sus hijos y para el, un vínculo importante en su vida.

 

—Perfecto —dijo Junghyun—. Entonces, nos vemos a las una

 

Junmyeon dudó un momento, aunque quería pasar tiempo con su familia, también había muchas cosas en su mente. La investigación sobre Oh Mina y su relación con Sehun pesaban sobre él. Pero finalmente decidió que sería bueno tener un descanso y una distracción.

 

O también poder infiltrarse en los documentos de su padre y encontrar algo más oculto.

 

—Está bien, papá. Una de la tarde suena perfecto —dijo, intentando sonreír.

 

—Genial, entonces —dijo su padre, dándole una palmada en el hombro—. Nos vemos más tarde.

 

 

Junmyeon hizo una reverencia y se dirigió a su oficina después de la conversación con su padre, con una mezcla de pensamientos revoloteando en su mente. Al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Sehun, quien lo esperaba junto al escritorio. Sin decir una palabra, Sehun se acercó y lo recibió con un beso suave, transmitiéndole un poco de calma. Junmyeon sonrió, sintiéndose más ligero.

 

—¿Cómo te fue? —preguntó Sehun, con una sonrisa que reflejaba una mezcla de interés y cariño.

 

Junmyeon suspiró y dejó su Ipad en el escritorio, recargándose un momento contra la silla.

 

—Fue... interesante, digamos. —Lo miró y continuó—. Mi padre me invitó a almorzar en su mansión. Quiere que lleve a los niños y que Minseok esté allí. Dice que quiere pasar tiempo en familia.

 

Sehun lo observó en silencio, notando cómo las emociones se mezclaban en el rostro de Junmyeon.

 

—¿Y tú cómo te sientes con eso? —preguntó, su tono suave pero firme.

 

Junmyeon pasó una mano por su cabello, dejando escapar una leve risa.

 

—Honestamente... No estoy seguro. Mi padre y yo siempre hemos tenido una relación complicada, pero la idea de estar en la mansión... y quizás poder investigar en su oficina, me da esperanza. Tal vez haya algo que pueda darnos más respuestas sobre... tu madre.

 

Sehun asintió lentamente, procesando las palabras de Junmyeon. Su mirada se volvió seria, como si tratara de imaginar lo que aquello significaba.

 

—Entonces, ¿estás pensando en aceptar la invitación solo para poder investigar?

 

Junmyeon lo miró a los ojos, con una expresión que denotaba tanto determinación como dudas.

 

—Sí y no. —Suspiró—. La verdad es que me preocupa cómo puedan sentirse los niños, pero... si hay algo allí sobre Oh Mina, quiero encontrarlo, Sehun. Es una oportunidad que no sé si volveré a tener.

 

Sehun acercó una mano al rostro de Junmyeon, acariciando su mejilla con suavidad.

 

—Lo entiendo. Pero, ¿crees que tu padre sospechará algo si te ve demasiado interesado en sus asuntos?

 

Junmyeon dejó caer su mirada hacia el suelo por un momento, meditando las palabras de Sehun.

 

—Tienes razón. No puedo arriesgarme a levantar sospechas. Pero si soy discreto... Si encuentro un momento adecuado, podría entrar a su oficina sin que se dé cuenta. 

 

Sehun sonrió levemente y tomó las manos de Junmyeon.

 

—Si hay alguien que pueda hacerlo sin levantar sospechas, eres tú. Eres más astuto de lo que te das crédito, Junmyeon.

 

Junmyeon rió suavemente, agradeciendo el apoyo de Sehun.

 

—Gracias. Aunque no sé si me gusta que me llames "astuto" —bromeó, entrelazando sus dedos con los de él—. Pero tienes razón, debo mantener la calma y hacer que parezca que solo estoy allí por el almuerzo familiar.

 

Sehun lo miró intensamente, con una mezcla de orgullo y cariño.

 

—Entonces... vas a ir, ¿verdad?

 

Junmyeon asintió, con una expresión de determinación en su rostro.

 

—Sí, iré. Y, quién sabe, tal vez minseok me pueda ayudar a no ser descubierto... 

 

Sehun se inclinó hacia él y le dio un suave beso en los labios, transmitiéndole el apoyo silencioso que ambos compartían.

 

—Confío en ti, Junmyeon. Solo... ten cuidado, ¿sí?

 

—Lo tendré —prometió, mirándolo con cariño—. No quiero ponerme en peligro, ni arriesgar todo. 

 

Sehun lo miró con una ternura especial.

 

—Recuerda que si no encuentras nada hoy, siempre habrá otra oportunidad para seguir investigando... 

 

Junmyeon sonrió, agradeciendo ese recordatorio.

 

—Es cierto. No estoy solo en esto —murmuró—. Gracias, Sehun.

 

Junmyeon sintió la calidez de las palabras de Sehun infundirle una renovada confianza. La mirada de Sehun transmitía una seguridad que pocas veces había sentido, y no pudo evitar sonreír.

 

—No tienes que agradecerme —le dijo Sehun, acariciando suavemente su rostro—. Solo quiero verte bien, amor , y que todo esto termine pronto para ambos.

 

Trayecto de ir a la mansión KIM, 12:30

 

Después de un último beso, Sehun lo acompañó hasta el estacionamiento, donde Junmyeon se despidió antes de dirigirse a buscar a Ningning y Kun a la escuela. 

 

Los niños salieron corriendo hacia él, con una alegría que siempre le llenaba el corazón.

 

—¡Papá! —gritaron los dos, mientras él se agachaba para recibirlos en un abrazo—¿Dónde nos vamos?— preguntó kun

 

—A casa del abuelo, Kun-ah —dijo Junmyeon, sonriendo al ver el entusiasmo en sus hijos—. El abuelo quiere vernos y pasar tiempo en familia. ¿Están listos?

 

—¡Sí! —respondieron ambos, subiendo al auto sin dejar de hablar entre ellos.

 

Durante el trayecto hacia la mansión de su padre, Junmyeon trató de mantener su mente tranquila. Sabía que aquella invitación podría ser una oportunidad para investigar, pero también estaba el deseo de tener un momento agradable en familia. Con los niños a su lado, respiró profundamente y decidió enfocarse en disfrutar el momento.

 

 Mansión KIM, 13:00 PM

 

Al llegar a la mansión, los recibieron los empleados, quienes saludaron con familiaridad a Ningning y Kun, que correteaban emocionados. Junmyeon se adentró en el vestíbulo y, al girar hacia la sala, se encontró con Minseok, quien estaba esperándolo con una sonrisa en el rostro.

 

—¡mi junnie! —lo saludó Minseok con un abrazo—. ¡Al fin llegas! —Lo miró de arriba a abajo con una expresión cómplice—. ¿Qué tal el fin de semana? ¿Y cómo está tu "novio"?

 

No había hablado con minseok desde el viernes, pues estuvo muy ocupado en los brazos de sehun... 

 

Junmyeon soltó una risa suave, sintiéndose más relajado al saber que podía hablar libremente con su hermano mayor.

 

—Digamos que ha sido... intenso, en el buen sentido —dijo Junmyeon, y levantó la mano para mostrarle el anillo que Sehun le había dado.

 

Los ojos de Minseok brillaron al verlo.

 

—¡Vaya! —exclamó en un susurro, observando el anillo con una sonrisa de orgullo—. Así que finalmente lo hizo, ¿eh? ¿Cómo fue?

 

Junmyeon rió al recordar aquella noche.

 

—Fue muy... él. Directo y sincero. Nada de pretensiones, solo nosotros dos. —Miró el anillo y volvió a sonreír— Fue especial hyung... Lo amo tanto

 

Minseok asintió, cruzando los brazos y mirándolo con satisfacción.

 

—Me alegra escucharlo, hermano. Te lo mereces, después de todo lo que has pasado... encontrar a alguien como Sehun que lucho por ti, no es fácil.

 

—Lo sé, Hyung. Me siento afortunado. Aunque —bajó la voz y miró hacia la puerta, asegurándose de que su padre no estuviera cerca—, aún hay muchas cosas complicadas, la investigación sobre la madre de Sehun no ha avanzado tanto como esperábamos, y eso pesa sobre nosotros.

 

Minseok frunció el ceño, escuchando con atención.

 

—¿Siguen buscando respuestas sobre su madre? —preguntó, manteniendo el tono bajo—. Pensé que tal vez habían encontrado algo estos días.

 

—Algo, sí... pero no lo suficiente, hay cabos sueltos que nos tienen inquietos. Por eso, al estar aquí, pensé que podría ser una oportunidad para revisar los documentos de papá, tal vez haya algo en su oficina que pueda ayudarnos a conectar las piezas.

 

 

Minseok sabía ya la verdad sobre quien era en realidad “Hwang sehun”, Junmyeon le había contado la verdad el mismo dia que lo descubrió a la noche. Minseok lo obligo a alejarse de el pero junmyeon era terco, quería tenerlo a su lado y saber la verdad. A los días cuando enfrento a sehun y terminaron juntos en la cama llorando y besandose, sabia que había fallado a su familia en especial a minseok quien fue el único que lo apoyo, baekhyun no sabía nada todavía pues tenía miedo de ser juzgado doblemente.

 

Al final de todo minseok lo apoyo aunque sabia que era un riesgo que salga con un enemigo de su familia, pero si eso hacía feliz a junmyeon, solo podia apoyarlo y dejarlo ser... 

 

 

Minseok asintió con un suspiro.

 

—Es arriesgado, Junmyeon-ah , si papá te descubre revisando sus cosas, no va a reaccionar bien.

 

Junmyeon asintió, consciente del peligro.

 

—Lo sé, pero no puedo quedarme sin hacer nada. Sehun merece respuestas. —Junmyeon miró a su hermano con determinación—. Si tú estuvieras en mi lugar, ¿no harías lo mismo?

 

Minseok sonrió levemente con un poco de preocupación 

 

—Claro que sí, mi jun. Haría cualquier cosa por la persona que amo. —Lo miró de nuevo, evaluando la situación—. Bien, si decides investigar, yo me encargaré de ayudarte a estar en guardia. 

 

Junmyeon suspiró de alivio, agradecido por el apoyo de Minseok.

 

—Gracias, hyung. No sé qué haría sin ti.

 

Minseok se acercó y le dio una palmada en el hombro.

 

—No tienes que agradecerme. Somos hermanos, y siempre te voy a apoyar. —Su mirada se suavizó—. Además, he visto lo feliz que eres con Sehun, solo quiero verte bien.

 

Junmyeon sintió que el peso de sus preocupaciones disminuía un poco, y sonrió.

 

—¿Sabes? Creo que nunca me habías dicho eso —bromeó, tratando de aligerar el ambiente—. Debe ser el poder del anillo.

 

Minseok rió suavemente.

 

—Tal vez sí. Aunque debo admitir que Sehun me cae bien, aunque no lo perdono como entro a tu vida pero se nota cuánto se preocupa por ti.

 

Junmyeon asintió, con una mezcla de gratitud y amor en sus ojos.

 

—Es... distinto a cualquiera. Y a veces, eso me asusta, hyung. Pero cuando estamos juntos, siento que, pase lo que pase, vamos a estar bien.

 

Minseok sonrió, dándole una palmada en la espalda.

 

—Eso es todo lo que necesitas, hermano. Confía en ese sentimiento. Ahora, ¿listo para el almuerzo? Recuerda que, si papá empieza a preguntar cosas, mantén la calma. 

 

 

Minseok miro si su padre se encontraba cerca y continuó: 

 

—Aquí estamos para pasar un buen rato en familia. Y si logras encontrar algo... ya sabes dónde encontrarme para contármelo.

 

Junmyeon asintió con una sonrisa, sintiéndose fortalecido por el apoyo de su hermano.

 

Junghyun llego y llamo a los hermanos que estaban hablando y se reunieron junto a los niños. El ambiente en el comedor era una mezcla de risas y charlas animadas, gracias a los niños, quienes llenaban la habitación con sus historias y ocurrencias. Ningning le contaba a su abuelo sobre un juego nuevo que había aprendido en la escuela, mientras Kun intentaba convencer a Minseok de que era el mejor en las escondidas. Junmyeon, sin embargo, se mantenía en silencio, apenas sonriendo, sintiéndose algo incómodo en la mesa familiar. No estaba acostumbrado a esos momentos, y la presencia de su padre lo mantenía alerta, aunque no quería admitirlo.

 

Junghyun, que hasta entonces parecía entretenido en la conversación de sus nietos, desvió la mirada hacia su hijo menor. Observó el brillo en la mano de Junmyeon, donde descansaba el anillo que Sehun le había dado. Con una ligera inclinación de cabeza, y sin dejar de mirarlo, decidió romper el silencio.

 

—Junmyeon, veo que llevas algo... nuevo —comentó, señalando el anillo con un gesto. Su voz era tranquila, pero había un toque de curiosidad y algo más, algo que hizo que Minseok tensara ligeramente la expresión.

 

Junmyeon, sintiendo la mirada de su padre, se aclaró la garganta antes de responder, evitando a toda costa darle demasiada importancia.

 

—Maldita sea el anillo–pensó algo arrepentido de haberse olvidado

 

—Sí, padre. —Hizo una pausa, intentando sonar casual— me lo regalo alguien... 

 

Junghyun arqueó una ceja, manteniendo una expresión neutral, aunque Junmyeon sabía bien que la pregunta no tardaría en llegar y contesto para evitar problemas

 

—Estoy saliendo con alguien, Padre...

 

— ¿Saliendo?—repitió Junghyun, con un tono que denotaba sorpresa mezclada con algo de incomodidad—. ¿Desde cuándo?

 

—Hace algunos meses —respondió Junmyeon, manteniendo la mirada fija en su plato por un momento antes de levantarla para mirar a su padre directamente—. No es algo de lo que hablo mucho, pero... es importante para mí.

 

Junghyun asintió, entrecerrando los ojos, como si intentara medir cada palabra de su hijo.

 

—No recuerdo que mencionaras nada de esto —dijo, en un tono que se esforzaba en parecer neutral, aunque había una leve tensión en su voz—. ¿Hay alguna razón para mantenerlo en secreto?

 

Junmyeon apretó la mandíbula por un momento, manteniéndose sereno.

 

—Padre, no es un secreto, simplemente... quería tomarme el tiempo de estar seguro antes de decírtelo. —Lo miró, sintiendo cómo la incomodidad aumentaba.

 

El silencio que siguió fue breve, pero suficiente para que el ambiente en la mesa cambiara ligeramente.

 

Minseok, notando la tensión, intervino para suavizar la situación.

 

—Bueno, Junmyeon es un adulto, padre, no tiene por qué contarte cada detalle de su vida —comentó Minseok, en un tono casual, sonriendo mientras observaba a su hermano.

 

Junghyun dirigió una mirada a Minseok, y aunque no dijo nada, su expresión dejaba claro que no le había gustado el comentario. Volvió a centrarse en Junmyeon, sin embargo, dejando caer la pregunta que parecía haber rondado en su mente.

 

—¿Es un hombre, verdad? —preguntó, directo, sin rodeos, con los ojos fijos en Junmyeon.

 

Junmyeon no pudo evitar tensarse ante la pregunta. Sabía que su padre siempre había tenido problemas para aceptar su sexualidad en el pasado al igual que la de minseok. Tomó aire antes de responder, sintiendo que Minseok le daba una leve palmada en el hombro, como un recordatorio de que no estaba solo.

 

—Sí, padre, es un hombre —dijo con calma, manteniendo la mirada firme.

 

Junghyun asintió lentamente, pero su expresión se volvió fría, casi severa.

 

—Pensé que habíamos hablado de esto en el pasado, Junmyeon.m, te dije lo que esperaba de ti, y aun así decidiste tomar tu propio camino. —Hizo una pausa—. Ahora, llevas un anillo y ni siquiera tienes la decencia de decirme quién es.

 

Junmyeon sintió una mezcla de frustración y tristeza. Sabía que su padre no cambiaría fácilmente, y aún así, esperaba al menos un poco de respeto.

 

—Padre, con todo respeto, mi vida ya no es algo que deba justificar ante ti —dijo, en un tono firme, aunque trataba de no sonar desafiante—. Tú me obligaste a casarme en el pasado, a construir una familia bajo tus términos, y yo lo hice. Pero ahora estoy tratando de ser feliz, a mi manera.

 

Junghyun guardó silencio, mirando a su hijo con una expresión que era difícil de descifrar.

 

—¿Hacer las cosas a tu manera, eh? —murmuró, su tono cargado de desaprobación—. Espero que entiendas que mis decisiones siempre fueron pensando en tu bienestar, en tu futuro. Pero veo que ahora tienes otras ideas sobre cómo debería ser tu vida.

 

Ningning, notando el cambio en el ambiente, miró a su padre con preocupación.

 

—Papi ¿estás bien? —preguntó con inocencia, ajena a la conversación que los adultos sostenían.

 

Junmyeon esbozó una sonrisa suave hacia su hija, tratando de aliviar la tensión.

 

—Sí, cariño. Todo está bien. —Le acarició la cabeza, y luego miró de nuevo a su padre—. Lo que quiero que entiendas, padre, es que esta vez, no voy a renunciar a mi felicidad.

 

Junghyun se recostó en su silla, soltando un suspiro.

 

—Si eso es lo que deseas... no tengo nada más que decir —respondió, en un tono que denotaba cansancio, aunque parecía resignado.

 

Kun rompió el silencio con su risa infantil, y Minseok, buscando aliviar el ambiente, le siguió el juego.

 

—Vamos, pequeños, cuéntenme, ¿qué han aprendido esta semana en la escuela? —preguntó con una sonrisa, logrando que Ningning y Kun se enfrascaran en una conversación alegre, compartiendo anécdotas con él y con su abuelo.

 

Junmyeon aprovechó el momento para quedarse en silencio, procesando la conversación con su padre. Aunque sabía que el tema de su relación era complicado para Junghyun, él no pensaba retroceder. Había sido demasiado tiempo sin pensar en sí mismo, y esta vez, iba a hacer las cosas a su manera, sin importar las opiniones ajenas.

 

El almuerzo había terminado, y la tensión en la mesa aún flotaba en el aire. Junmyeon a sus hijos jugando en el jardín con los perros de su padre, mientras él y Minseok se dirigían a la habitación. Necesitaba un momento a solas para organizar sus pensamientos y preparar su pequeño plan. Había un tema que le preocupaba profundamente y no podía sacudirse la inquietud que le provocaba su padre.

 

—Lo haré ahora–murmuró, apenas audible, mientras Minseok le seguía, sabiendo que la curiosidad de su hermano menor no tenía límites.

 

—¿Estás seguro de que es una buena idea? —preguntó Minseok, bajando la voz al entrar en la habitación—. No quiero que te metas en problemas.

 

—Tranquilo. Solo quiero buscar un par de documentos —respondió Junmyeon, sintiendo una mezcla de determinación y nerviosismo. 

 

Sabía que su padre era exigente y no le gustaba que invadieran su privacidad, pero la necesidad de descubrir la verdad sobre Oh Mina lo impulsaba. En su corazón, sabía que había algo oculto en la oficina de su padre.

 

Después de asegurarse de que los niños estaban distraídos, Junmyeon se adentró en la oficina de su padre con Minseok a su lado. El lugar era elegante, como todo lo que Junghyun poseía, y estaba decorado con un gusto exquisito. Los muebles eran oscuros y pulidos, y el olor a cuero se mezclaba con el aroma del café recién hecho. Pero en su mente, ese lugar representaba algo más:

 

 

El control de su padre.

 

La habitación le traía malos recuerdos ya que este fue el lugar en donde tuvo que rendirse con lagrimas y suplicando no ser obligado a casarse, algo que salió mal ya que termino cumpliéndose.

 

Minseok se quedó vigilando la puerta, asegurándose de que nadie se acercara, mientras Junmyeon se acercaba a la computadora de su padre. Se sentó en la silla y encendió la máquina, buscando cualquier pista que pudiera ayudarlo a entender lo que había sucedido con Oh Mina. Se sintió aliviado cuando notó que la contraseña era fácil de adivinar, un hábito de su padre que nunca cambiaba. Mientras navegaba a través de los archivos, Junmyeon comenzó a sentir la presión en su pecho aumentar. La información que encontraba era escasa, y tras varios intentos de encontrar algo útil, la frustración lo consumía. Los minutos pasaban, y aún no había encontrado nada que pudiera ayudarlo. 

 

—Maldita sea... —murmuró, casi al borde del llanto, mientras pasaba las páginas de un informe que no contenía la información que buscaba.

 

Justo cuando estaba a punto de rendirse, encontró una carpeta en un rincón de la pantalla. "Documentos legales" decía, y su corazón se aceleró. A medida que la abría, una serie de archivos se desplegaban ante él. Sin embargo, para su decepción, la mayoría de los documentos eran sobre transacciones comerciales y nada que pudiera relacionarse con lo que buscaba 

 

—¡Junmyeon! —lo llamó Minseok desde el pasillo, y su voz sonaba ansiosa.

 

—¿Qué? —respondió, distraído, sin levantar la vista de la pantalla.

 

—¿Estás bien? ¿Ya has encontrado algo? —preguntó Minseok, pero Junmyeon no lo escuchó, completamente inmerso en la búsqueda.

 

Cuando sus ojos se posaron en un archivo que decía "Oh Mina", sintió que su corazón latía con fuerza. Se apresuró a abrirlo, pero antes de que pudiera leer más, escuchó un ruido detrás de él, no le dio importancia ya que pensaba que era minseok.

 

—Ey Hyung , ¿estas seguro que papá usa esta oficina todavía?,  aquí no encuentro nada.

 

Se giró lentamente al no tener alguna respuesta , y su corazón se detuvo al ver a su padre, Junghyun, de pie en la puerta, observándolo con una mirada que era un torbellino de ira y desdén.

 

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Junghyun, su voz baja y peligrosa, mientras avanzaba hacia él.

 

como un puñetazo en el estómago. Sabía que estaba en una delgada línea y que cada palabra contaba.

 

–Mierda.... –Murmuro junmyeon. 

Notes:

Hola !! como están? hoy alzare tres capítulos. Prepárense para algunas lágrimas…

Chapter 17: Capitulo 16 | CAOS

Chapter Text

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Junghyun, su voz baja y peligrosa, mientras avanzaba hacia él.

 

Junmyeon se quedó paralizado, la adrenalina corriendo por sus venas. Intentó encontrar las palabras adecuadas, pero en su mente todo se había vuelto un caos. Su padre se acercó, y antes de que pudiera reaccionar, Junghyun le tomó el mentón con fuerza, obligándolo a mirarlo a los ojos.

 

—Sin mi permiso entras aquí —murmuró Junghyun, su voz firme y fría como el acero—. ¿Creías que no lo sabría?

 

Junmyeon tragó saliva, sintiéndose pequeño y vulnerable bajo la mirada intensa de su padre. El miedo lo invadió, pero también la determinación. Necesitaba salir de esta situación.

 

—Estaba buscando... —comenzó a decir, pero su padre lo interrumpió.

 

—¿Buscando qué? —preguntó, su voz baja y amenazante. Era un juego peligroso, y sabía que cualquier respuesta equivocada podría tener graves consecuencias.

 

—Solo... quería encontrar algunos documentos para el proyecto Busan —mintió Junmyeon, tratando de mantener la calma a pesar de la tensión palpable en la habitación. —No quería que te preocuparas.

 

Junghyun frunció el ceño, pero no estaba convencido. El silencio se volvió opresivo mientras la ira se acumulaba en la sala.

 

—Dime la verdad junmyeon—preguntó, directo al grano, sus ojos afilados como cuchillos—Por que has estado muy sospechoso estos días

 

Junmyeon sentía miedo bajo la atenta mirada de su padre mientras lo apretaba fuerte del mentón 

 

—¿Te estás involucrando con alguien de la familia Oh? 

 

Junghyun trato de contener la rabia y siguió hablando:

 

—La última vez que pediste información sobre Oh Mina, estabas muy interesado en saber más...

 

El corazón de Junmyeon se hundió. ¿Cómo podía el saberlo? La conexión con Sehun era algo que debía permanecer en secreto, y su padre, con su instinto de control, parecía tenerlo todo bajo vigilancia.

 

—No, padre, no estoy involucrado con nadie —respondió rápidamente, aunque sabía que la negación podría no ser suficiente—. Solo quería entender lo que sucedió, eso es todo.

 

Junghyun lo observó, y Junmyeon pudo ver el desprecio en sus ojos. La decepción que había causado en su padre lo golpeó con fuerza, como un puñetazo en el estómago. Sabía que estaba en una delgada línea y que cada palabra contaba.

 

—Si descubro que estás involucrado con alguien de esa familia... —susurró Junghyun, aferrando más fuerte el mentón de su hijo, su rostro muy cerca del de él, lo que hizo que Junmyeon sintiera su aliento caliente—. No te va a gustar lo que pasará, Junmyeon.

 

El miedo se apoderó de él, sintiéndose como un niño otra vez, acorralado y atrapado. Miró a su padre a los ojos, intentando transmitirle que había crecido y que ya no era el mismo de antes. No era el hijo sumiso que su padre había querido que fuera. Pero en ese momento, no podía encontrar las palabras adecuadas.

 

—No lo estoy... —murmuró, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con asomarse a sus ojos. La presión de su padre era como un peso en su pecho—. Estoy buscando documentos...

 

Junghyun lo soltó de repente, haciendo que Junmyeon casi se tambaleara hacia atrás. La ira aún brillaba en su mirada, pero había algo más: un rayo de preocupación que se escondía detrás de su fachada autoritaria.

 

—Asegúrate de que sea así, Junmyeon —dijo, antes de dar un paso atrás, alejándose, pero aún manteniendo la mirada fija en él—. Porque no dudaré en proteger lo que es mío.

 

Junmyeon sintió que el corazón le latía desbocado mientras su padre se alejaba. No podía permitir que las cosas terminaran así, no podía dejar que la tensión que había acumulado entre ellos los separara aún más. Se apresuró a seguir a Junghyun, tratando de encontrar las palabras adecuadas para calmar la situación.

 

—¡Espera, padre! —gritó, alcanzándolo en el pasillo. La ansiedad lo envolvía mientras se acercaba, su mente girando en torno a lo que había sucedido y a las implicaciones que su relación con Sehun podía tener—. Por favor, escúchame.

 

Junghyun se detuvo y se giró, su expresión una mezcla de sorpresa y desdén. 

 

—¿Qué más tienes que decirme, Junmyeon? —preguntó, su tono cortante—. ¿O es que todavía intentas ocultar algo? 

 

Junmyeon tragó saliva, consciente de que cada palabra contaba en ese momento. 

 

—No estoy involucrado con nadie de los Oh, de verdad, la Ultima vez estaba buscando respuestas sobre la causa del accidente, Eso es todo —su voz temblaba un poco, pero se esforzó por mantener la compostura.

 

—¿Respuestas? —repitió Junghyun, frunciendo el ceño—. ¿Y qué te hace pensar que las vas a encontrar? Ellos son la última gente de la que deberías estar buscando información. 

 

El miedo se instaló en Junmyeon. Recordaba las amenazas que había recibido Sehun, los mensajes que habían llenado de inquietud sus noches. La posibilidad de que Junghyun pudiera tener alguna conexión con eso lo aterrorizaba. 

 

¿Y si su padre había estado detrás de esas advertencias, tratando de proteger lo que él consideraba suyo?

 

—No estoy buscando ayuda, solo quiero entender —respondió, intentando mantener la calma en su voz—. No hay nada más que esto, padre. 

 

Junghyun lo miró fijamente, y Junmyeon sintió que el tiempo se detenía entre ellos. La mirada penetrante de su padre parecía atravesar su alma, y por un momento, se preguntó si realmente podía confiar en él. Sabía que su padre tenía una visión muy clara de lo que era una familia y de lo que se esperaba de él, pero no podía soportar la idea de que pudiera hacerle daño a Sehun.

 

—Solo quiero que estés a salvo, Junmyeon —dijo Junghyun, su tono de repente más suave, aunque todavía lleno de una advertencia implícita—. Hay cosas que no entiendes. La familia Oh no es digna de confianza.

 

—¿Por qué lo dices? —Junmyeon sintió una chispa de desafío encenderse dentro de él. —No puedes simplemente juzgarlos así.

 

—La familia Oh ha estado en el centro de muchos problemas —replicó Junghyun, con los ojos oscuros y serios—. La muerte de Oh Mina no fue un accidente posiblemente Y no quiero que te involucres más de lo que ya lo has hecho.

 

Junmyeon sintió que se le helaba la sangre. La insinuación de su padre le hizo temer que había algo más oscuro en juego.

 

—No estoy involucrado en nada, padre. Solo estoy buscando la verdad —su voz se volvió más firme, empujando hacia adelante—. No quiero que nadie más resulte herido.

 

—Tú no lo entiendes —respondió Junghyun, su voz de nuevo tensa—. La familia Oh no es solo una cuestión de negocios; hay emociones, rencores y lealtades en juego. Y si te acercas demasiado, podrías perder más de lo que estás dispuesto a sacrificar.

 

Lo que el no sabía es que ya estaba demasiado involucrado y posiblemente cerca de la verdad. 

 

Junmyeon no podía evitar pensar en Sehun. La idea de que su padre pudiera ser un peligro para él lo mantenía despierto por la noche. La situación se volvía cada vez más complicada y peligrosa, y su instinto le decía que debía actuar con precaución.

 

—No estoy buscando problemas —dijo, casi suplicante

 

Junghyun lo observó durante un largo momento, como si intentara leer su mente. Finalmente, su expresión se suavizó un poco, pero Junmyeon aún podía ver la desconfianza en sus ojos.

 

—Ten cuidado, Junmyeon, No quiero que te hagas daño por culpa de una idiotez–le advirtió, dándole la espalda y continuando su camino.

 

Junmyeon sintió que el peso de la advertencia se instalaba en su pecho. Mientras su padre se alejaba, no pudo sacudirse la sensación de que había algo más oscuro oculto detrás de sus palabras. La desconfianza hacia la familia Oh y su deseo de protegerlo podían ser solo la punta del iceberg. La verdad se sentía cada vez más esquiva, y la realidad de que su relación con Sehun podría atraer más problemas de los que había anticipado lo llenó de ansiedad.

 

Respiró hondo y se pasó una mano por el cabello, sintiéndose abrumado. No podía permitir que sus temores lo paralizaran. 

 

Necesitaba encontrar respuestas.

 

Junmyeon bajó las escaleras con pasos rápidos, sintiendo el peso de la mirada de su padre aún en su espalda. Sus manos temblaban, pero se esforzó por mantener la compostura. Al llegar al vestíbulo, vio a Minseok esperándolo, claramente preocupado y ansioso.

 

—¿Te descubrió? —preguntó Minseok en un susurro, sus ojos reflejando la inquietud que ambos compartían.

 

Junmyeon negó con la cabeza, pero su expresión era suficiente para revelar que las cosas no habían salido bien. 

 

—No exactamente —respondió con un tono áspero—. Pero sabe que estoy buscando algo. Él siempre sabe.

 

Minseok miró hacia el final del pasillo, donde la figura de su padre permanecía en la penumbra, observándolos como un halcón. Junghyun apenas podía escucharlos, pero la tensión entre ellos era palpable, como una amenaza constante. Junmyeon evitó mirarlo y en su lugar buscó a sus hijos, quienes jugaban en el jardín con los perros de la mansión, sin darse cuenta de la tensión que colgaba en el aire.

 

—Voy a llevármelos —dijo Junmyeon en voz baja, casi como una confesión—. No quiero quedarme aquí ni un minuto más.

 

Minseok asintió, entendiendo completamente. 

 

—Lo mejor es que te vayas, pero ten cuidado —le advirtió, bajando la voz aún más—. Sabes cómo es él... No le gusta cuando ocultamos cosas.

 

Junmyeon apretó la mandíbula, conteniendo la mezcla de miedo y resentimiento que sentía. Sabía demasiado bien lo que implicaban las palabras de su hermano. No había nadie en su vida que pudiera infundirle tanto miedo con una simple mirada como lo hacía su padre.

 

Se dirigió rápidamente hacia el jardín y llamó a Ningning y Kun. Ambos niños lo miraron con sorpresa, interrumpiendo sus juegos. Ningning lo miró, curiosa, con una ligera sonrisa, mientras Kun corría a sus brazos, sin notar el nerviosismo en el rostro de su padre.

 

—Papá, ¿ya nos vamos? Pero apenas llegamos —dijo Ningning, haciendo un puchero y aferrándose a la mano de uno de los perros.

 

—Sí, nos vamos ahora —respondió Junmyeon con un tono más firme de lo que pretendía, sin espacio para discusión. Los niños intercambiaron miradas, extrañados por la actitud de su padre. Normalmente, él era paciente y cálido, pero esta vez su voz sonaba extrañamente cortante.

 

—¿Podemos quedarnos un poquito más? —preguntó Kun, mirándolo con ojos grandes, llenos de súplica—. Queremos jugar con los perros de abuelo.

 

Junmyeon se agachó, respirando hondo para contener su impaciencia. No podía perder más tiempo en explicaciones. 

 

—No, tenemos que irnos ahora mismo. No es momento para discusiones —dijo en voz baja, con un tono que, aunque intentaba sonar calmado, transmitía su apremio.

 

Kun frunció el ceño, sorprendido y un poco herido, mientras Ningning retrocedía, desconcertada por el cambio en su padre. Pero ambos asintieron, aún sin comprender del todo la situación, pero entendiendo que no había margen para desobedecer.

 

Junmyeon se irguió y tomó las manos de ambos niños, guiándolos hacia la salida. Minseok los observaba desde la distancia, su rostro reflejando tanto apoyo como preocupación. Antes de que Junmyeon pudiera decirle algo, sintió el peso de una mirada helada sobre él. Al voltear, se encontró con los ojos implacables de su padre, observándolo desde el umbral del pasillo.

 

Junghyun no decía nada, pero el mensaje en su mirada era claro: él sabía que su hijo menor estaba ocultando algo. Había sido una constante en su relación, esa mirada que lo analizaba con una mezcla de desaprobación y control. Aunque Junmyeon se esforzara por mantener la calma, no podía evitar el miedo que esa mirada aún le provocaba.

 

Junmyeon contuvo la respiración y apretó las manos de sus hijos, acelerando el paso para salir lo antes posible de la mansión. Junghyun no intentó detenerlo, pero en sus ojos había una promesa silenciosa, una advertencia de que eventualmente descubriría qué estaba pasando. Sabía que Junmyeon ocultaba algo y estaba decidido a averiguarlo, aunque fuera por la fuerza.

 

Al llegar al auto, ayudó a los niños a entrar y se acomodó al volante, soltando un suspiro entrecortado. Por fin estaban lejos de la mirada vigilante de Junghyun, aunque el efecto de esa amenaza seguía pesando sobre él. Su padre siempre había esperado que Junmyeon fuera el hijo perfecto, el hijo sumiso que Minseok nunca quiso ser, y esa expectativa había forjado una relación asfixiante entre ambos. Encendió el motor y miró de reojo a sus hijos, quienes lo miraban con ojos curiosos y preocupados. Sabía que no era justo que ellos tuvieran que presenciar esa tensión, pero no podía hacer nada más. Su prioridad era sacarlos de la mansión y alejarlos de la influencia de su abuelo, por más que los niños aún no lo comprendieran.

 

—Papá... —murmuró Ningning, rompiendo el silencio mientras el auto avanzaba—. ¿Abuelo está enojado contigo?

 

Junmyeon tragó saliva, buscando las palabras adecuadas. No quería asustarlos más de lo que ya lo había hecho con su prisa, pero tampoco podía mentirles.

 

—No, cielo —respondió finalmente, intentando sonreír—. Sólo... sólo tuvimos una conversación importante.

 

Kun lo miró con sus grandes ojos llenos de inocencia y preocupación

 

—¿Entonces por eso estábamos apurados? —preguntó, con un tono que denotaba la simple curiosidad y inocencia de un niño.

 

Junmyeon asintió suavemente, y miró al frente, concentrándose en la carretera. Había logrado salir de la mansión, pero sabía que no estaba a salvo.

 

Junmyeon llegó a su mansión y, con una rapidez casi desesperada, dejó a sus hijos al cuidado de Minji, la nana que había estado con ellos desde que eran pequeños. La mujer lo miró con preocupación, pero él no tenía tiempo para explicaciones. Estaba exhausto, su mente aún procesando la confrontación con su padre, y el pánico que había sentido mientras se alejaba de la mansión lo acompañaba como una sombra. 

 

Tan pronto como dejó a los niños, volvió a subirse al auto. El motor rugió con fuerza, y el sonido le proporcionó un breve respiro de alivio. Sin embargo, esa sensación no duró mucho. A medida que avanzaba hacia Kim Corporation, empezó a sentir que algo no estaba bien. La calle parecía más vacía de lo habitual, y había un vehículo detrás de él que lo seguía de cerca. Su instinto le decía que había algo muy equivocado. El solo deseaba estar en los brazos de sehun y sumirse en el trabajo, pero no sentia que todo esgaba yendo bien en este momento... 

 

¿Estaba delirando? 

 

Con el corazón latiendo con fuerza, Junmyeon tomó su teléfono y marcó el número de Sehun. Lo marco tres veces antes, hasta que finalmente lo atendieran.

 

—Hola amor, ¿estás bien? —la voz de Sehun salió por el altavoz, llena de preocupación.

 

—No... no, estoy bien —respondió Junmyeon, sintiendo que la desesperación comenzaba a asfixiarlo—. Creo que me están siguiendo. Necesito llegar a la oficina, pero hay un coche detrás de mí que no me deja en paz.

 

Sehun respiró hondo, tratando de mantener la calma.

 

—Mantén la calma, por favor. Ire a la entrada, solo intenta llegar aquí, y estaré esperando.

 

Junmyeon asintió, aunque sabía que Sehun no podía verlo. En ese momento, la adrenalina recorría su cuerpo, y su mente se concentraba en una sola cosa: 

 

llegar a Kim Corporation. 

 

Sin embargo, a medida que tomaba las curvas, el coche detrás de él comenzó a acercarse, y Junmyeon sintió que la ansiedad se convertía en pánico.

 

—Junmyeon, ¿dónde estás? —Sehun insistió, su voz tensa—. Necesito que hables conmigo.

 

Junmyeon se esforzó por mantener la voz tranquila. 

 

—Voy en camino, pero... el coche está más cerca. Se está acercando demasiado.

 

Fue en ese momento cuando el otro auto hizo un movimiento brusco, intentando embestirlo. Junmyeon se dio cuenta de que su atacante estaba decidido a chocar su vehículo, Iban tras de el... con un grito de sorpresa, se inclinó hacia adelante y giró el volante con fuerza, esquivando el impacto. El corazón le latía con fuerza mientras esquivaba los vehículos que se interponían en su camino.

 

—¡Junmyeon! —la voz de Sehun resonó con miedo a través del teléfono—. ¿Qué está pasando?

 

—Están tratando de chocarme —gritó, mientras sentía el sudor frío resbalando por su frente—. ¡Debo llegar!

 

El auto atacante continuaba presionando, intentando embestirlo de nuevo. Junmyeon apretó los dientes y aceleró, sintiendo la velocidad cortante del viento. No podía dejarse atrapar, no podía permitir que ese hombre lo alcanzara. Con cada giro, con cada curva, la tensión aumentaba, y la sensación de ser cazado lo envolvía. Finalmente, después de una serie de maniobras y giros angustiosos, Junmyeon logró llegar a la entrada de Kim Corporation. El edificio era un símbolo de seguridad, un refugio de todo lo que había estado sintiendo. Cuando llegó a la puerta, Sehun estaba allí, esperando, su rostro una mezcla de preocupación y determinación. El auto paso de largo, siendo captado por las cámaras, sin haber logrado su objetivo, escapaba de la escena. 

 

Junmyeon salió del coche y corrio a lanzarse los brazos de Sehun, las lágrimas brotando de sus ojos. 

 

—Estaba tan asustado... —murmuró, su voz temblando mientras se aferraba a él.

 

—¿Estás herido? —Sehun le hizo preguntas, su voz era un suave murmullo que trataba de calmarlo mientras lo sostenía.

 

Junmyeon negó con la cabeza, incapaz de articular lo que había vivido. La adrenalina comenzaba a desvanecerse, pero la realidad de lo que había sucedido lo golpeó con fuerza. Había alguien dispuesto a hacerle daño.

 

—El auto... trató de chocar contra mí.

 

—Esto es grave–Sehun apretó los dientes, su mirada oscura y decidida—. Debemos hacer algo, ¡trataron de matarte junmyeon! 

 

Junmyeon soltó un sollozo y se apartó un poco, sintiendo que la rabia comenzaba a nacer en su interior. 

 

—¡No podemos dejar que esto continúe! ¡Debemos encontrarlo!

 

—Llama a seguridad, Ahora —ordenó Sehun, su tono se volvía más firme.

 

Junmyeon podía ver la determinación en sus ojos.

 

Junmyeon tomó su teléfono, temblando mientras marcaba el número de seguridad de la empresa. Una voz mecánica respondió, y él apenas pudo encontrar las palabras. 

 

—¡Necesito que rastreen un coche que me ha estado siguiendo! —exclamó, su voz resonando con urgencia—. Está cerca de las cámaras de vigilancia.

 

La voz al otro lado de la línea comenzó a hacer preguntas, pero Junmyeon apenas podía concentrarse. Sehun estaba a su lado, mirando hacia la calle, donde el auto que lo había atacado desaparecía entre la distancia. No podía dejar que eso pasara desapercibido.

 

—¡Apúrate Ahora, maldita sea! —gritó Junmyeon, haciendo que la persona al otro lado finalmente tomara acción. Sus órdenes se sintieron como un eco de su desesperación.

 

Mientras esperaba, el aire se volvió espeso con la tensión. Cada segundo que pasaba sin noticias era un segundo más de angustia. Sehun lo sostenía firmemente, y a pesar del miedo, Junmyeon sintió que su presencia era un ancla.

 

—Esto no puede quedar así —dijo Sehun, su voz baja pero feroz— Tienes que protegerte, Junmyeon, no dejaré que te hagan daño.

 

—No sé quién está detrás de esto —respondió Junmyeon, su voz era un murmullo quebrado— ¿Es mi padre? ¿O alguien más? Alguien que quiere lastimarte a ti también.

 

—Vamos a averiguarlo —Sehun le aseguró, su mirada se mantuvo en el horizonte, decidido— te prometo que lo descubriremos.

 

Finalmente, la voz de seguridad regresó a la llamada, informando que estaban revisando las grabaciones de las cámaras y que harían un seguimiento inmediato del vehículo. Junmyeon sintió un pequeño alivio, pero aún así, la sensación de pánico seguía pesando sobre él. 

 

—Mantente cerca de mí —dijo Sehun, notando la lucha interna de Junmyeon—. No dejaré que te pase nada.

 

Mientras se dirigían hacia la oficina, Junmyeon sintió la adrenalina aún fluyendo por sus venas, pero también la calidez de la determinación de Sehun. A pesar de todo, a pesar del miedo, sabía que no estaba solo. Pero la sombra del peligro seguía acechando, y él estaba decidido a luchar para proteger lo que amaba.

 

Junmyeon y Sehun subieron al ascensor, el silencio se llenó de la tensión palpable que ambos sentían. Cuando finalmente llegaron a la oficina, Junmyeon no pudo contener más su angustia. Se derrumbó en los brazos de Sehun, sintiendo que toda la adrenalina y el miedo acumulados durante el día se desvanecían. 

 

Oficina de junmyeon, 14:56 PM

 

El sofá en la oficina de Junmyeon era un refugio de alivio, pero también un recordatorio de todo lo que estaba en juego. Su corazón latía con fuerza, recordándole la confrontación con su padre y la amenaza que se cernía sobre él. Las palabras de su padre resonaban en su mente, su mirada dura y la sensación de que no podría escapar de su control.

 

—Todo está mal, Sehun —murmuró Junmyeon, su voz temblando mientras se aferraba a la camisa de Sehun—. Mi padre... me agarró en su oficina y ahora están tratando de matarme, no sé qué hacer.

 

Sehun lo abrazó con fuerza, sintiendo la desesperación de Junmyeon.

 

—¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? —preguntó, su voz un susurro tenso mientras lo sostenía.

 

Junmyeon respiró hondo, tratando de calmarse mientras recordaba la confrontación. 

 

—Me preguntó sobre mi relación con tu familia, y sabía que estaba ocultando algo, se dio cuenta de que no estaba solo, le preocupa que me involucre con alguien de la familia Oh.

 

La preocupación cruzó el rostro de Sehun. 

 

—No puedo creer que haya llegado a ese extremo. ¿Y si él está detrás de los mensajes amenazantes?, ¿Qué pasa si es tu padre quien quiere hacerte daño?

 

Junmyeon asintió, el miedo anidándose en su pecho. 

 

—Lo he estado pensando. Pero no sé si es él o si alguien más lo está haciendo, tal vez tu padre Sehun también esté involucrado, hay tantas preguntas sin respuesta.

 

Sehun se separó un poco, mirándolo a los ojos con una intensidad que le hizo sentir que podía encontrar la respuesta en su mirada. 

 

—Lo más importante es que necesitamos proteger a tus hijos, no podemos permitir que esto escale. 

 

Junmyeon sintió un nudo en el estómago al pensar en Ningning y Kun. 

 

—¿Qué pasaría si ellos se convirtieran en un objetivo? —su voz se quebró al pronunciar las palabras— No puedo permitir que a mis bebes les pase nada. 

 

Sehun lo abrazó de nuevo, esta vez con más fuerza. 

 

Mientras ambos se sentaban en el sofá, Junmyeon sintió que su mente se nublaba con la cantidad de preguntas sin respuesta. Kyungsoo, el hermano de Sehun, había estado buscando información sobre Oh Mina, y hasta ahora no había encontrado nada útil. ¿Por qué todo era tan confuso? 

 

—La verdad es que ni Kyungsoo ni yo hemos podido encontrar información sobre la muerte de Oh Mina. Hay un vacío que no podemos llenar —Junmyeon confesó, frustrado—. ¿Qué está pasando, Sehun? ¿Por qué no podemos resolver esto?

 

—No lo sé, pero tenemos que ser cuidadosos. La situación se está poniendo peligrosa. Necesitamos mantenernos unidos y ser cautelosos con a quién le hablamos —Sehun sugirió, su voz firme y decidida.

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda. Cada vez que pensaba en la posibilidad de que su padre estuviera involucrado en algo tan siniestro, el miedo se hacía más fuerte. Se llevó las manos al rostro, sintiéndose abrumado.

 

—No puedo seguir así. No sé cuánto más podré soportar.

 

Sehun se inclinó hacia él, tomando su mano. 

 

—Mira, no estás solo en esto. No puedo prometer que sea fácil, pero haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo, tienes que confiar en mí.

 

Junmyeon asintió, sintiendo la calidez de la mano de Sehun y la sinceridad en su voz. Era un alivio saber que no estaba solo en esta lucha, pero el peso de la situación seguía presionando sobre él. 

 

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó, su voz llena de determinación a pesar de la incertidumbre que los rodeaba.

 

Sehun se tomó un momento para pensar.

 

—Primero, debemos asegurarnos de que los niños estén a salvo, tal vez deberíamos hablar con Kyungsoo y averiguar qué ha encontrado, si hay algún rastro de la verdad sobre Oh Mina, tenemos que seguirlo.

 

Junmyeon y Sehun se sentaron en el sofá, la tensión en la habitación era palpable mientras esperaban que Kyungsoo regresara la llamada. Junmyeon se pasó las manos por el cabello, sintiendo la frustración acumularse en su interior. Sabía que cada segundo contaba, y que el peligro acechaba en cada esquina.

 

Finalmente, el teléfono de Sehun vibró. Miró la pantalla y vio que era Kyungsoo. Tomando una respiración profunda, contestó.

 

—¿Kyungsoo? —dijo Sehun, su voz tensa—. ¿Qué has encontrado?

 

—Sehun, lo lamento mucho, pero no he tenido suerte estos últimos dias. La información sobre mamá sigue siendo escasa. Pero hay algo que escuché que podría ser importante —la voz de Kyungsoo sonó a través del teléfono, su tono grave—. Oh Seunghyun, nuestro padre, va a asistir al lanzamiento del proyecto Busan de kim corporation. 

 

Junmyeon se tensó, intercambiando miradas con Sehun, ambos sorprendidos. 

 

—¿Estás seguro? —preguntó Junmyeon, su voz un susurro lleno de incredulidad.

 

—Sí, estoy seguro, es raro que él acepte ir a un evento como ese, especialmente porque suele evitar la atención pública. Pero ha oído que va a ser un evento grande y que su presencia ha sido confirmada —explicó Kyungsoo, su voz temblando ligeramente.

 

Sehun frunció el ceño.

 

—¿Por qué ahora? ¿Qué está planeando?

 

Kyungsoo suspiró. 

 

—No lo sé, pero si él está involucrado en esto, tenemos que averiguar por qué ha decidido presentarse, tal vez esté tratando de enviar un mensaje, o quizás tiene algo que ver con los mensajes

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrerle la espalda. 

 

—¿Crees que esto tiene algo que ver con nosotros? Con lo que estamos investigando?

 

—No tengo pruebas, pero es una posibilidad —respondió Kyungsoo—. Necesitan estar preparados, no sé si mi padre está al tanto de lo que ustedes están haciendo, pero si lo descubre, podría ser peligroso.

 

Sehun asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

 

—Hyung, tenemos que asegurarnos de que tú estés a salvo también, no podemos arriesgarnos a que nuestro padre te descubra.

 

—Lo sé, lo sé. Estoy siendo cauteloso, pero necesito que estén alerta —dijo Kyungsoo—. Si están en la misma línea, tal vez podamos investigar qué planes tiene para el evento de Busan, tal vez haya alguna pista sobre Oh Mina allí.

 

Junmyeon se mordió el labio, sopesando la información. 

 

—¿Hay alguna manera de que puedas obtener más detalles sobre la asistencia de nuestro padre? 

 

—Voy a tratar de averiguarlo —respondió Kyungsoo—. Pero no puedo acercarme a él en persona, tal vez haya alguna forma de que alguien más lo haga, o podría revisar los registros de invitados, déjenme ver qué puedo hacer.

 

Sehun asintió, sintiendo que el plan comenzaba a tomar forma. 

 

— Hyung, ten cuidado. No queremos que esto te ponga en riesgo.

 

—Entendido. Mantendré la comunicación en línea y trataré de no llamar la atención, nos veremos pronto. —Kyungsoo colgó, y Sehun y Junmyeon intercambiaron miradas de preocupación.

 

—Esto se está volviendo más complicado —murmuró Junmyeon, pasando la mano por su cabello una vez más— ¿Qué querrá Oh Seunghyun de este evento? ¿Por qué asistir?

 

—No lo sé, pero creo que tenemos que ir, tal vez sea nuestra oportunidad de descubrir lo que realmente está planeando —sugirió Sehun, su expresión decidida.

 

—¿Crees que será seguro? —preguntó Junmyeon, sintiendo una mezcla de miedo y emoción.

 

—No tenemos muchas opciones, si Papá está involucrado, debemos estar allí para ver cómo se desarrolla todo.—dijo Sehun, la determinación brillando en sus ojos.

 

Junmyeon sintió un hormigueo de nervios en su estómago. La idea de enfrentarse a su "Suegro" en un entorno público lo asustaba, pero al mismo tiempo, sabía que era su única oportunidad. 

 

—Está bien, si eso es lo que tenemos que hacer, lo haremos.

 

Sehun sonrió, sintiendo que había tomado la decisión correcta. 

 

—Perfecto. Vamos a reunir más información y planear cómo nos moveremos. No podemos dejar que este evento sea una oportunidad para que nuestro padre se aproveche de nosotros.

 

Mientras ambos empezaron a formular un plan, Junmyeon no pudo evitar sentir que el tiempo se estaba acabando. Había tantas incógnitas y cada día se sentía más amenazado por la figura de su padre y las sombras de su pasado. Pero al menos ahora tenía a Sehun a su lado, y eso le daba un poco de esperanza en medio de la incertidumbre.

 

—Hagamos esto por Oh Mina y por nosotros —dijo Junmyeon, sintiéndose decidido.

 

—No dejaré que esto termine mal para nosotros —respondió Sehun, apretando su mano en un gesto de apoyo.

 

Ambos sabían que el camino por delante estaba lleno de peligros, pero juntos estaban dispuestos a enfrentarlo, la lucha por la verdad y por su futuro había comenzado.

 

18:00  PM

 

El reloj marcaba las seis de la tarde cuando Sehun y Junmyeon dejaron la oficina. Ambos sabían que, después de la tensa conversación con Kyungsoo y la incertidumbre que ahora les rodeaba, sería mejor que no se separaran esa noche. Sin decirlo directamente, Sehun tomó la mano de Junmyeon y le hizo un suave gesto con la cabeza, indicándole que pasaran por su departamento para recoger algo de ropa antes de dirigirse a la mansión de Junmyeon.

 

No podía dejarle solo, luego de que este expuesto a tanto peligro

 

El viaje en auto estuvo en silencio, pero un silencio cómodo, el tipo de silencio que compartían dos personas que entendían el peso de todo lo que habían pasado, traiciones, miradas oscuras tratando de controlarlos, muerte a pocos metros de ellos y perjudicar malvadamente su relación.

 

Cuando llegaron al departamento de Sehun, Junmyeon sintió una punzada en el estómago. 

 

Departamento de Sehun, 18:30 PM 

 

Era su primera vez entrando, y no pudo evitar recordar que este lugar había sido el centro de los planes de Sehun en su contra, la base donde su ahora amante había iniciado aquella estrategia para acercarse a él y destruirlo. Aunque ambos habían dejado atrás ese oscuro inicio, el recuerdo seguía siendo amargo. Sehun abrió la puerta, y Junmyeon observó el espacio con curiosidad, notando la simplicidad del lugar, los tonos neutros y la organización meticulosa. Parecía tan poco personal, como si Sehun hubiera creado una especie de refugio para ocultar cualquier rastro de su verdadera vida y emociones. Mientras Sehun caminaba hacia el dormitorio, le dijo que se ponga comodo y junmyeon empezo a curiosear, en una de sus vistas, Junmyeon se acercó a una pequeña estantería que albergaba varias carpetas y documentos, todos organizados meticulosamente.

 

Aunque sabía que su curiosidad podía doler, sus ojos se detuvieron en una de las carpetas etiquetadas con su propio nombre. Recordó vagamente que Sehun le había confesado cómo lo había investigado, cómo había analizado cada detalle de su vida para acercarse. Sin poder evitarlo, abrió la carpeta y, en su interior, encontró recortes de artículos, informes de prensa y algunas fotos de él en eventos públicos. También había notas y anotaciones sobre su rutina diaria, los lugares que frecuentaba y algunas observaciones personales. Junmyeon sintió una punzada de tristeza. Aquella evidencia era un recordatorio de cómo había empezado su relación: 

 

con una mezcla de engaño y objetivos ocultos.

 

Sehun volvió a la sala y lo encontró observando los documentos, al ver la expresión en el rostro de Junmyeon, Sehun dejó escapar un suspiro.

 

—Sabía que esto te traería malos recuerdos —dijo Sehun, caminando hacia él con una mirada de arrepentimiento—. Hubiera querido deshacerme de todo esto hace tiempo, pero... no he tenido el valor.

 

Junmyeon cerró la carpeta lentamente y la dejó en su lugar. 

 

—No tienes que disculparte otra vez, Sehun. Ambos sabemos por qué empezó todo, y sabemos cómo terminó —respondió, con un tono más suave de lo que había anticipado.

 

Sehun se acercó y tomó la mano de Junmyeon. 

 

—Sí, pero eso no quita que me duela saber que hice algo que te lastimó, si pudiera borrar esos días, lo haría. 

 

Junmyeon esbozó una sonrisa triste.

 

—Tal vez, de alguna forma, todo eso fue necesario para que hoy estemos aquí, pero eso no significa que sea fácil recordar. Ver esto... —hizo un gesto hacia las carpetas—, me recuerda lo lejos que hemos llegado, pero también lo doloroso que fue.

 

—Sé que ahora es solo una parte de nuestro pasado, pero si quieres, podemos destruirlo todo —ofreció Sehun con determinación—. Ya no hay nada aquí que necesitemos recordar de esa época.

 

Junmyeon negó con la cabeza. 

 

—No, Sehun, no tienes que hacerlo... Quizás es importante conservarlo, no para lastimarnos, sino para recordar por qué estamos aquí, trabajando para construir algo nuevo a pesar de todo.

 

Sehun asintió, aunque no del todo convencido. Sin embargo, el gesto de comprensión en sus ojos revelaba que respetaba la decisión de Junmyeon.

 

—Bueno, será mejor que recoja mis cosas —dijo Sehun después de un momento, tratando de aligerar el ambiente—. No quiero hacerte esperar.

 

Junmyeon sonrió y se sentó en el sofá, observando cómo Sehun se movía rápidamente por el departamento, reuniendo ropa y otros objetos personales. A pesar del tinte amargo de los recuerdos que el lugar evocaba, el presente con Sehun lo hacía sentirse más seguro, como si juntos estuvieran construyendo algo que podía soportar las pruebas del pasado.

 

Una vez que Sehun terminó de empacar, se detuvo un momento frente a Junmyeon, observándolo con una mezcla de amor y vulnerabilidad.

 

—¿Puedo preguntar algo? —dijo Sehun, su voz suave.

 

—Claro —respondió Junmyeon, mirándolo con curiosidad.

 

—¿Alguna vez... te arrepientes de habernos dado otra oportunidad? —preguntó Sehun, con una sombra de duda en sus ojos.

 

Junmyeon negó lentamente, sus labios formando una pequeña sonrisa. 

 

—No, Sehun, Jamás me he arrepentido,  al contrario, creo que estar contigo es lo que más he querido. 

 

Sehun asintió, dejando que un suspiro de alivio escapara de sus labios. 

 

—Entonces, hagamos que cada día juntos valga la pena, no quiero que haya nada que vuelva a hacernos dudar el uno del otro.

 

—Estoy de acuerdo —respondió Junmyeon, apretando su mano—. Es lo que merecemos.

 

Ambos se dirigieron hacia la puerta, listos para regresar a la mansión de Junmyeon, donde pasarían la noche juntos. Subieron al auto de Sehun, y en el camino, Junmyeon miró por la ventana, dejando que el paisaje nocturno lo envolviera. A pesar de las dificultades y de las sombras del pasado, sentía que estar al lado de Sehun era donde debía estar. La noche se extendía por delante, llena de tranquilidad y promesas, una pausa necesaria en medio de la tormenta que había sido su vida últimamente.

 

En el trayecto de regreso, Sehun, con un gesto cálido y casi inconsciente, posó una mano en el muslo de Junmyeon, acariciándolo suavemente en un intento de reconfortarlo. Sin embargo, aquel toque, más allá de brindarle paz, comenzó a despertar un anhelo que no había sentido con tanta intensidad en mucho tiempo. Sentía la calidez de la palma de Sehun y la forma en que su pulgar trazaba pequeños círculos sobre su pantalón, enviando una corriente de electricidad que parecía ir más allá del simple consuelo. 

 

Junmyeon desvió la mirada hacia la mano de Sehun, notando la familiaridad y cercanía que compartían, pero al mismo tiempo, su mente se llenó de pensamientos contradictorios. Parte de él deseaba entregarse a esa sensación, permitirse caer en el deseo que apenas comenzaba a encenderse; pero otra parte, más profunda, lo hacía sentirse incómodo, incluso sucio. ¿Cómo podía sentir aquello cuando aún arrastraban tantos secretos y amenazas? Había demasiadas sombras persiguiéndolos, demasiado miedo a su alrededor. Y ahora, después de todo lo que había descubierto en la casa de su padre, de las amenazas y el peligro latente, sentirse deseoso, vulnerable, le parecía una debilidad que no se podía permitir.

 

Al notar el silencio, Sehun apartó la vista del camino y miró a Junmyeon, percibiendo la tensión en su rostro. Bajó la mano con delicadeza, sin decir nada, respetando el espacio que parecía necesitar. Pero aun así, el peso de las emociones quedó flotando entre ambos. 

 

Finalmente, Junmyeon rompió el silencio, con la voz baja y algo temblorosa: 

 

—A veces... siento que nada de esto debería estar pasando —admitió, sin atreverse a mirar a Sehun directamente—. Con todo lo que llevamos encima, con todo lo que aún desconocemos, sentir esto por ti... a veces me siento... egoísta, y, no lo sé... sucio, como si no lo mereciera.

 

Sehun lo miró con suavidad y dejó escapar un suspiro.

 

—Junmyeon... —murmuró—. No tienes por qué sentirte así. Todo lo que hemos vivido nos ha cambiado, pero... ¿acaso no merecemos encontrar algo de paz, aunque sea entre nosotros? 

 

Junmyeon lo miraba con amor... tratando de creer

 

—Si todo esto te hace sentir inseguro, lo entenderé, solo quiero que sepas que estoy aquí, no importa lo complicado que sea–contesto sehun

 

Junmyeon apretó los labios, intentando digerir sus palabras, dejando que la calidez de la mirada de Sehun disipara un poco la inseguridad que lo consumía.

 

—Tal vez solo... necesito tiempo, pero gracias por entender —dijo finalmente, dándose cuenta de que, aunque el miedo persistía

 

El resto del trayecto continuaron en silencio, pero esta vez, un silencio diferente. Junmyeon sabía que aún había mucho por resolver, tanto fuera como dentro de él. 

 

Al llegar a la mansión de Junmyeon, Sehun sintió una extraña inquietud, una sensación de ser observado lo recorrió como un escalofrío, con rapidez bajo sus cosas y miraba al rededor 

 

¿Estaba volviéndose loco?

 

—Vámonos adentro, ya–dijo agarrando la mano de junmyeon y estirándolo 

 

La seguridad de la mansión era mayor ahora, gracias a los guardaespaldas de alto rango que Junmyeon había dispuesto tras las recientes amenazas. Sin embargo, la tensión en el aire era palpable.

 

Mansion de Junmyeon, 19:00 PM

 

Al entrar, el aroma de la cena recién hecha llenó sus sentidos. Sus hijos, Ningning y Kun, estaban sentados en la mesa, risas y charlas llenaban la habitación. Minji, la nana, sonreía mientras servía a los niños.

 

—¡Papá, Tio hun! —gritó Ningning al verlos entrar—. ¡Les extrañamos!

 

—¡Sí! —añadió Kun—. ¿Cuánto tiempo más vas a quedarte con nosotros?

 

Junmyeon esbozó una sonrisa forzada mientras se acercaba a ellos. 

 

—No se preocupen, hoy Sehun se quedará a dormir con nosotros. 

 

Los ojos de los niños brillaron de emoción. Minji les sonrió y les preguntó si querían cenar con ellos, Aceptando y sirviendo dos platos más en la mesa, mientras Junmyeon Realmente trataba de sentirse bien. 

 

—Hoy conocimos más sobre el abuelo —dijo Ningning, y Junmyeon sintió un nudo en el estómago—. Dijo que siempre podemos ir a su casa y jugar con los perros. 

 

—Sí, pero... veces me asusta un poco. No sé, papi, él siempre tiene esa mirada seria. 

 

Junmyeon se quedó en silencio, sintiendo el peso de sus palabras. Su padre, Junghyun, era una figura temida y respetada, y eso lo abrumaba. No quería que sus hijos lo sintieran así, pero había una sombra en su corazón que lo recordaba todo demasiado bien.

 

El nunca dañaría a sus nietos ¿Verdad?

 

—El abuelo no siempre es así —trató de decir con voz firme—. Solo es un poco... estricto. Pero es bueno. Quiere lo mejor para ustedes.

 

Sehun observó en silencio, sintiendo la tensión creciente entre Junmyeon y sus hijos. Se percató de que Junmyeon se estaba hundiendo en pensamientos oscuros, así que decidió interrumpir. 

 

—¿Y qué más hicieron en el almuerzo?, ¿Comieron algo delicioso? 

 

Los niños comenzaron a hablar al mismo tiempo, emocionados, y Sehun sintió que la conversación se tornaba más ligera. Mientras tanto, Junmyeon no pudo evitar sentirse más distante, aunque anhelaba estar más cerca de Sehun. En el fondo de su corazón, deseaba estar en sus brazos, alejado del caos que lo rodeaba.

 

Después de la cena, mientras los niños se preparaban para dormir, Junmyeon se sentó en el sillón de la sala, mirando a Sehun que les leía un cuento. Sus hijos se acurrucaron a su lado, encantados por la historia. Junmyeon no podía evitar sonreír al ver la conexión que Sehun tenía con ellos, pero al mismo tiempo, el nudo en su estómago se hacía más grande. Las palabras de su padre, la persecución a su persona lo atormentaban. 

 

—¡Y colorín colorado! —terminó Sehun, cerrando el libro con una gran sonrisa—. ¡Y así termina la historia!

 

—¡Quiero escuchar otra! —protestó Kun, mientras Ningning asentía con la cabeza, aún medio dormido.

 

—No esta noche, pequeños, es hora de dormir —dijo Junmyeon, sintiendo una mezcla de ternura y tristeza.

 

Minji apareció y con una sonrisa agarro a los niños, y los llevo a la cama, apagando la luz suavemente y cerrando la puerta detrás de ella. Junmyeon se sintió aliviado al ver a sus hijos dormir, pero al mismo tiempo, el ambiente se volvió pesado al quedarse a solas con Sehun en la sala.

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, notando la preocupación en el rostro de Junmyeon. 

 

—Solo... un poco abrumado —respondió Junmyeon, incapaz de ocultar la tristeza en su voz.

 

Sehun se acercó y le tomó la mano, acariciando suavemente su piel.

 

—Estoy aquí contigo, no tienes que cargar con esto solo. 

 

—Lo sé, pero a veces me siento... necesito más de ti. No sé, el peligro, todo esto me está consumiendo —admitió Junmyeon, dejando escapar un suspiro.

 

Sehun inclinó la cabeza, observando a Junmyeon con ternura. 

 

—¿Qué tal si nos vamos a la habitación?, tal vez podamos encontrar un momento de paz ahí.

 

Junmyeon sintió cómo su corazón latía más rápido. A pesar de la situación, el simple hecho de estar cerca de Sehun le daba emoción . Asintió, y juntos se levantaron, caminando hacia su habitación.

 

Habitación de junmyeon...

 

Una vez dentro, la tensión que había estado acumulándose se liberó. Junmyeon cerró la puerta detrás de ellos, sintiendo la calidez de la habitación. Era un refugio en medio de la tormenta que acechaba afuera.

 

—He estado deseando esto —murmuró Sehun, acercándose un poco más. 

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

 

—Yo también —admitió, su voz apenas un susurro.

 

Sehun le sonrió, esa sonrisa que siempre lograba iluminar los rincones oscuros de su mente.

 

—No tienes que sentirte mal por querer estar conmigo, este momento es solo nuestro.

 

Junmyeon dio un paso hacia él, sintiendo la necesidad de estar más cerca.

 

—No quiero que esto se convierta en algo complicado entre nosotros. —Su voz temblaba ligeramente, pero el deseo lo empujaba a seguir adelante.

 

—Nunca lo será. Solo quiero que estemos juntos, no importa lo que pase afuera. —Sehun tomó la mano de Junmyeon, acercándolo a su pecho, donde podía sentir el latido de su corazón.

 

Ambos se miraron durante un largo momento, y Junmyeon sintió que el mundo se desvanecía. Era solo él y Sehun, y la conexión que compartían era más fuerte que cualquier miedo.

 

—Hazme sentir amado sehun.... 

 

Mientras el deseo aumentaba entre ellos, Sehun tomo a Junmyeon se dejaron llevar en un momento íntimo y profundo, con un anhelo que parecía callar las sombras alrededor. En cada beso, Sehun le mostraba a Junmyeon cuánto lo deseaba, cuánto lo necesitaba. No buscaban más que esa conexión que solo ellos podían entender, un escape de toda la presión y el miedo que les rodeaba. Sabia que su novio estaba abrumado y se encontraba en su mansion con sus hijos, no abusaría de eso y lo haría sentir bien sin llevarlo a donde el quisiera pero se aguantaría las ganas de hacerlo suyo nuevamente.

 

Sehun llevó a Junmyeon hacia la cama con movimientos apresurados, pero llenos de una ternura que los envolvía a ambos. Lentamente, cada prenda cayó al suelo, y Junmyeon, entregado en cuerpo y alma, se dejó llevar. En cada beso, Sehun dejaba una marca de su presencia, una afirmación silenciosa de que estaría ahí, pase lo que pase. Besó su cuello, bajando hasta el pecho, dejando marcas que declaraban, sin palabras, que Junmyeon le pertenecía a él.

 

—Así... así te quiero siempre, Jun —susurró Sehun con una mezcla de cariño y determinación, mientras sus labios exploraban cada centímetro de su piel. Junmyeon temblaba bajo el toque de Sehun, quien lo adoraba, notando el estremecimiento de su piel y los pequeños suspiros que escapaban de sus labios.

 

Mientras el ambiente estaba colmado de pasión contenida, el celular de Sehun vibró en la mesita de noche. Un mensaje. Sehun, a punto de ignorarlo, miró de reojo solo para asegurarse de que no era urgente, pero algo en su pecho se tensó al ver el mismo número desconocido. La pantalla mostraba solo el mensaje más una foto, pero no lo veía. 

 

—No importa cuántos guardias ponga tu novio, Sé exactamente dónde estás... y no tienes escapatoria.

 

La amenaza era clara y persistente, El estómago de Sehun se revolvió de rabia y miedo, pero no ahora. 

 

No podía dejar que la angustia los alcanzara en este instante. Ignoró el celular, tomando a Junmyeon con más intensidad, decidido a protegerlo incluso de sus propios temores. Sin decir una palabra, Sehun decidió concentrarse en Junmyeon, ignorando el miedo que le provocaba la amenaza y el peligro que acechaba.

 

Sehun descendió por el cuerpo de Junmyeon, besando sus caderas y disfrutando de la suavidad de su piel. Sus labios dejaban un rastro húmedo que contrastaba con el calor que emanaba de su cuerpo, y cada beso provocaba una reacción electrizante en Junmyeon. Sehun marcaba su piel con chupetones rojos, una firma de su posesión, de su deseo. La sensación de su boca sobre su piel hacía que Junmyeon se retorciera ligeramente, sintiendo cómo el placer lo envolvía y lo hacía olvidar, aunque fuera por un momento, las preocupaciones y el miedo del día.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, su voz entrecortada por el deseo y la necesidad. 

 

Su cuerpo reaccionaba de forma natural a cada caricia y beso. Sehun lo miró, notando cómo sus ojos brillaban con anhelo, y sonrió, decidido a llevarlo a otro lugar donde el caos no pudiera alcanzarlos.

 

Sehun se detuvo un momento en los muslos de Junmyeon, dejando que su lengua recorriese cada centímetro de su piel, sintiendo cómo el cuerpo de su novio temblaba bajo su toque. Luego, subió hacia sus pezones, donde jugó con su lengua, lamiéndolos y devorándolos, mientras Junmyeon contenía un gemido que amenazaba con escapar de sus labios. Las manos de Junmyeon abrazaban su espalda y sus dedos rasgaban a Sehun, aferrándose a él dejandole marcas y un breve dolor. 

 

—No me hagas sentir tanto... —murmuró Junmyeon, con la respiración entrecortada, y Sehun, al escuchar su súplica, no pudo evitar sonreír.

 

Sabía que, aunque Junmyeon intentaba contener sus gemidos, el placer era demasiado intenso. Sehun, en respuesta, se dedicó a dejar marcas más profundas, un recordatorio de que, a pesar de todo, estaban juntos en ese momento. Mientras el cuerpo de Junmyeon se erguía, Sehun subió por su cuello, dejando chupetones fuertes que lo hicieron arquear la espalda en un gesto involuntario. El deseo los envolvía, y aunque había sombras en sus corazones, en ese instante todo lo que importaba era ellos.

 

—Mírame —le ordenó Sehun con voz suave pero firme, obligando a Junmyeon a fijar la mirada en él. 

 

Junmyeon, aún lleno de deseo y confusión, se encontró atrapado en los ojos de Sehun, donde veía no solo pasión, sino también amor y devoción. 

 

—Te amo, Jun —confesó Sehun, y esas palabras resonaron en el aire, llenando la habitación de un calor que ahogaba cualquier otro sentimiento. La profundidad de su mirada lo decía todo, y Junmyeon sintió que su corazón se expandía, aliviando el peso de la ansiedad.

 

Sehun lo besó profundamente, devorando su boca con una desesperación contenida. Sus lenguas se encontraron en un baile íntimo, mezclando sus alientos, dejando un rastro de saliva que simbolizaba la conexión única entre ellos. Junmyeon se perdió en ese beso, dejando atrás el miedo y todo lo que rodeaba, entregándose por completo al amor que sentía por Sehun. Las manos de Sehun se aferraron a su rostro mientras continuaba besándolo, cada roce de sus labios era una promesa, En ese momento, el mundo exterior se desvaneció, y solo existían ellos dos, abrazados en la intimidad de su amor. La rabia seguía ardiendo en su pecho, pero la apartó, concentrándose en el deseo y la cercanía de su conexión con jun. nuevamente se movio y lo hizo

 

Unos momentos después 

 

Luego de esos momentos intensos de cercanía y deseo, Sehun y Junmyeon quedaron entrelazados, sus respiraciones sincronizadas mientras disfrutaban de la calidez y seguridad de sus abrazos. Junmyeon, aún enredado en los brazos de Sehun, descansaba la cabeza sobre su pecho, llenándolo de pequeños besos y caricias que parecían infantiles y dulces, un contraste con la intensidad de lo que acababan de compartir. Era su forma de aferrarse a él, de buscar consuelo en el amor que tanto necesitaba y sin necesidad del sexo hoy. 

 

Sehun acariciaba suavemente la espalda de Junmyeon, sus dedos recorriendo su piel en movimientos lentos y protectores. Quería que ese momento durara para siempre, alejados del miedo y la amenaza que acechaba fuera de esas cuatro paredes. Pero el peso del mensaje que había recibido hacía unos minutos no lo dejaba del todo, y aunque 

 

no quería preocupar a Junmyeon, sabía que era mejor que él supiera.

 

—Mi amor... hay algo que debo decirte —murmuró Sehun suavemente, sosteniéndolo con más fuerza, como si temiera que él pudiera desvanecerse en sus brazos.

 

Junmyeon levantó la cabeza, notando la seriedad en el rostro de Sehun. Su mirada se llenó de preocupación al instante, leyendo en su expresión que algo iba mal.

 

—¿Qué sucede amor? —preguntó con voz suave, aunque su corazón comenzó a latir más rápido.

 

Sehun respiró hondo, sus dedos jugueteando con un mechón de cabello de Junmyeon antes de soltar la verdad.

 

—Hace unos minutos... recibí otro mensaje del mismo número anónimo —dijo, notando cómo los ojos de Junmyeon se ensombrecían con preocupación—. No solo fue un mensaje, sino también una foto... de nosotros entrando a la casa. Nos estaban observando.

 

Junmyeon se tensó al escucharlo, sus manos aferrándose más fuerte a Sehun. La tranquilidad que había encontrado en esos minutos juntos se evaporó al instante, reemplazada por un sentimiento de miedo y vulnerabilidad. 

 

Había sido un día difícil: su confrontación con su padre, el extraño intento de choque en la carretera, y ahora esta amenaza.

 

—Ya es demasiado... —susurró, su voz temblando ligeramente, sehun pudo ver la angustia en su rostro, y lo atrajo hacia él, rodeándolo con sus brazos en un abrazo reconfortante.

 

—Lo sé, Jun, lo sé —murmuró, besándole la frente con ternura—. También tengo miedo, pero no dejaré que nada te pase, vamos a averiguar quién está detrás de esto, te lo prometo.

 

Junmyeon cerró los ojos, apoyando su frente contra la de Sehun. Ese día había sido demasiado para él, y la presión empezaba a desgastarlo. Sabía que debía mantenerse fuerte, por sus hijos, por él mismo, pero en ese instante, solo quería olvidar el peligro y las amenazas, y aferrarse a la seguridad que encontraba en los brazos de Sehun.

 

—No quiero vivir así, Sehun, no quiero tener que mirar por encima de mi hombro todo el tiempo, ni temer por mis hijos... ni por ti —admitió en un susurro, su voz quebrándose.

 

Junmyeon se dejó llevar por la desesperación, las lágrimas fluyendo sin control mientras el peso del mundo caía sobre sus hombros. Se sentía agotado, como si cada conflicto y cada amenaza que había enfrentado lo estuvieran consumiendo poco a poco. El deseo y la pasión que había sentido momentos antes se desvanecieron, reemplazados por un profundo desánimo que lo envolvía. ¿Cuándo podría ser verdaderamente feliz? Esa pregunta retumbaba en su mente, una y otra vez, llevándolo a la conclusión de que tal vez no merecía la felicidad. Sehun, al verlo llorar, sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. Lo abrazó con más fuerza, intentando ser el refugio que su novio tanto necesitaba. La culpa lo invadía, porque sabía que su investigación, su deseo de descubrir la verdad sobre Oh Mina y la familia Oh, era lo que había traído el dolor a Junmyeon. Era él quien había abierto esa caja de Pandora, y ahora, al verlo tan vulnerable y quebrantado, se preguntaba si valía la pena el precio que estaban pagando.

 

—Junmyeon... —susurró, tratando de contener sus propias lágrimas mientras acariciaba la espalda de su novio con suavidad— No quiero que sientas que esto es tu culpa, nunca quise lastimarte. 

 

—No sé si alguna vez podré ser feliz, Sehun, cada vez que creo que tengo algo bueno, algo hermoso, algo que vale la pena, todo se desmorona. Quizás no estoy hecho para eso —dijo Junmyeon entre sollozos, su voz ahogada por el llanto.

 

Sehun se separó un poco para poder mirarlo a los ojos. Vio el dolor reflejado en ellos, la desesperanza que lo consumía. 

 

—Mira, Jun... esto no va a ser fácil, y no tengo todas las respuestas, pero estoy aquí contigo, no importa lo que pase, tú eres mi prioridad, haré lo que sea necesario para protegerte, incluso si eso significa alejarme de mi propia familia. 

 

Las palabras de Sehun resonaron en la mente de Junmyeon, y aunque intentó aferrarse a la esperanza que traían, la tristeza aún lo invadía. ¿Cómo podía alguien como él, marcado por el pasado y lleno de inseguridades, ser la prioridad de alguien tan valioso como Sehun? 

 

Junmyeon deseaba creerle, pero la sombra de su padre, las amenazas, y el miedo por la seguridad de sus hijos lo mantenían atrapado en un ciclo de angustia. Se sentía solo, aunque Sehun estuviera justo frente a él. Era como si una parte de su corazón le gritara que no había esperanza.

 

Sehun, lleno de una mezcla de frustración y desesperación, se acercó a Junmyeon, tomando su rostro entre sus manos mientras sus labios se encontraban en un beso suave pero cargado de emoción. El beso era un intento de transmitirle todo lo que sentía, de brindarle consuelo en medio del caos. Pero incluso en ese momento, la rabia que lo invadía por no poder protegerlo del dolor era abrumadora.

 

Junmyeon, sin embargo, se apartó con un movimiento brusco, incapaz de soportar el peso de la tristeza que lo consumía. Se puso de pie, envuelto en su bata, sintiéndose expuesto y vulnerable, como si cada parte de su ser estuviera gritando por escapar de la tristeza que lo rodeaba.

 

—¡No, Sehun! —exclamó, con la voz entrecortada por las lágrimas—. No puedo seguir así, no puedo seguir fingiendo que todo está bien. 

 

Sehun lo siguió, bloqueando su camino. La desesperación en sus ojos se intensificó. 

 

—Junmyeon, no estoy aquí para hacerte sentir peor, solo quiero ayudarte, pero necesitas hablarme. 

 

—¿Hablar? —respondió Junmyeon con una risa amarga—. ¿Qué hay para hablar? Todo lo que hago es lastimarte a ti y a mí, tu familia, la mía, todo se está desmoronando. 

 

—No es solo tu culpa, y lo sabes, todos tenemos nuestro propio peso que cargar, pero no tienes que hacerlo solo —replicó Sehun, intentando mantener la calma, aunque sentía que su corazón se rompía cada vez que veía la angustia en el rostro de Junmyeon.

 

—¿Y qué hay de mí? —continuó Junmyeon, las lágrimas resbalando por sus mejillas—. ¿Qué pasará con mis hijos si esto se sale de control? No puedo arriesgar su seguridad, no puedo arriesgarte a ti. 

 

Sehun dio un paso adelante, sus manos firmes en los hombros de Junmyeon. 

 

—¿Y tú qué? ¿Te vas a sacrificar sin luchar? —Su voz era intensa, casi un susurro, lleno de una mezcla de amor y frustración—. No puedo soportar verte así, tienes que dejar de pensar que no mereces ser feliz. 

 

Junmyeon soltó un sollozo, y su mirada se desvió, avergonzado. 

 

—Sabes bien que soy inseguro sobre este tema

 

—No digas eso. —Sehun, con un tono más suave, se acercó un poco más, intentando transmitirle confianza—. Siempre he estado aquí, y siempre estaré, te prometo que juntos vamos a salir de esto. 

 

Pero Junmyeon sintió un nudo en el estómago, una sensación de desesperanza que no podía sacudirse. Se volvió, dirigiéndose hacia la ventana, observando el paisaje oscuro que se extendía frente a él. 

 

—Siempre terminamos así en mi habitación, discutiendo sobre lo que no podemos cambiar, terminamos mal en vez de hacer el amor  ¡Todo por las malditas mentiras! 

 

Sehun lo siguió, colocando una mano en su espalda, tratando de ofrecerle un poco de consuelo. 

 

—No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te veo sufrir, tienes que entender que eres importante para mí y trato de buscar respuestas mi amor 

 

Con un gesto de frustración, Junmyeon giró sobre sus talones, mirando a Sehun con una mezcla de tristeza y amor. 

 

—Te estoy arrastrando al peligro , y no quiero que caigas conmigo. 

 

—No me importa. —Sehun, decidido, dio un paso más cerca, atrapando a Junmyeon entre sus brazos—. No voy a dejar que te alejes de mí. 

 

Junmyeon sintió la calidez del cuerpo de Sehun, la forma en que lo rodeaba con seguridad. Pero al mismo tiempo, la culpa lo consumía. 

 

—¿Y si algo te pasa? ¿Y si nuestros padres descubren lo que estamos haciendo?

 

—¡No voy a dejar que eso suceda, por dios Jun! —Sehun lo interrumpió, su voz firme—. Si ellos intentan hacer algo, los enfrentaré. No te dejaré ir, Junmyeon, ¡Nunca!

 

Por un momento, la determinación en los ojos de Sehun calmó un poco las tormentas dentro de Junmyeon. Pero, a medida que se enfrentaba a su propio miedo y la desesperación de su situación, sintió que su corazón se rompía aún más. Se encontró abrazado a Sehun, su anhelo de amor y seguridad luchando contra la realidad cruel que enfrentaban.

 

—Estoy cansado, Sehun. —susurró, quebrándose en su abrazo—. Cansado de luchar. 

 

—Tenemos que seguir adelante mi amor—Sehun lo apretó con más fuerza, sintiendo el dolor de su novio y deseando poder aliviarlo.

 

Mientras las lágrimas continuaban cayendo, Junmyeon se permitió un momento de vulnerabilidad, aferrándose a Sehun, deseando que el amor que compartían pudiera ser suficiente para superar el CAOS que los rodeaba.

Chapter 18: Capitulo 17 | traición

Chapter Text

Martes, 7:00 AM 

 

Junmyeon despertó lentamente, entrelazado en sus sábanas, su cuerpo aún cálido y con una sensación de pesadez que le recordaba la noche anterior. Se estiró ligeramente, sintiendo un cosquilleo en su piel, un rastro que le recordó los labios de Sehun recorriendo cada rincón de su cuerpo. Sus manos inconscientemente rozaron algunas de las marcas que él le había dejado, cada una como un pequeño recordatorio de la intensidad con la que habían compartido sus emociones. Abrió los ojos y, al girarse, notó que estaba solo. Sehun no estaba en la cama. Un instante de pánico recorrió su mente, temeroso de que aquella tranquilidad momentánea hubiera desaparecido y que él se hubiese ido. Pero luego recordó cómo, después de la discusión y el desahogo, Sehun lo había acunado en sus brazos, besándolo y reconfortándolo hasta que finalmente se habían quedado dormidos, envueltos en un abrazo reconfortante y necesario.

 

Se levantó de la cama, acomodando la bata que estaba colgada en la silla junto a la cama y envolviéndose en ella, mientras se dirigía al pasillo, una inquietud le recorría el cuerpo, un ligero nudo en el estómago que no lograba disiparse. El peso de la incertidumbre y la ansiedad lo envolvía de nuevo, aunque el calor de la presencia de Sehun parecía estar cerca. Descalzo y en silencio, caminó hacia las escaleras y bajó al primer piso.

 

Al llegar a la cocina, encontró una escena que lo hizo detenerse en seco. Sus hijos, Ningning y Kun, estaban ya preparados y desayunando, mientras Minji los acompañaba. Los pequeños conversaban animadamente en chino, riendo y hablando sobre la escuela y sus amigos. Al otro lado de la cocina, Sehun estaba en la estufa, moviéndose con una facilidad y familiaridad que sorprendió a Junmyeon, como si ese fuera su hogar también.

 

Sehun, al notar su presencia, le dedicó una sonrisa suave, de esas que Junmyeon había llegado a amar en silencio, y que parecían iluminar la habitación. 

 

—Buenos días, Jun. Estaba preparando algo para ti–Su voz era suave, cariñosa, y eso ayudó a calmar un poco el caos de emociones en el corazón de Junmyeon.

 

Había sentido el miedo de perderlo

 

Pero, antes de que pudiera responder, los ojos de Junmyeon se dirigieron hacia sus hijos, quienes seguían hablando entre ellos, aparentemente ajenos a todo. Minji también le dedicó una mirada, aunque rápidamente desvió la vista, cubriendo una pequeña sonrisa en sus labios. Fue en ese instante cuando Junmyeon notó algo que lo hizo enrojecer 

 

profundamente:  las marcas en su cuello

 

El inicio de su clavícula y hasta en sus muñecas, pequeñas evidencias de la noche "apasionada" que había tenido con Sehun. Sus marcas fueron tan fuertes...

 

No se imaginaba lo peor que se vería de rojo carmesí si lo hubieran hecho ayer 

 

Sintió una ola de vergüenza apoderarse de él, y sin saber qué hacer, apretó la bata con fuerza, tratando de cubrirse. Sus hijos, aunque jóvenes, eran muy observadores, y no podía permitirse que lo vieran así. Minji, quizás adivinando sus pensamientos, le lanzó una mirada de complicidad y le hizo un pequeño gesto para que no se preocupara.

 

—Papá, tio hun está cocinando un desayuno muy rico–dijo Ningning, mirando a su padre con ojos brillantes y curiosos. Aunque estaba inmerso en sus propios pensamientos, la voz de su hija lo sacó un poco de su ensimismamiento.

 

—¿Sí? —Junmyeon sonrió, intentando mantener la compostura mientras hacía un esfuerzo por no mirar a Sehun directamente—Me alegra escuchar eso.

 

Kun, sin embargo, fue más directo, mirándolo con una expresión curiosa y inocente

 

—Papá, ¿por qué estás rojo? ¿Estás enfermo?

 

La pregunta tierna de Kun hizo que Junmyeon se riera nerviosamente.

 

—No, hijo, solo... estoy un poco cansado. —Intentó justificarlo, deseando no revelar más de lo necesario.

 

Minji, con una sonrisa enigmática, se acercó a los niños, distrayéndolos con preguntas sobre la escuela y sus tareas, lo que dio a Junmyeon la oportunidad perfecta para retirarse antes de que su sonrojo se hiciera más evidente. Aún sintiendo las miradas de Sehun y de Minji, se giró rápidamente hacia las escaleras, evitando encontrarse con sus ojos.

 

Una vez en su habitación, cerró la puerta detrás de él, apoyando la espalda contra ella y exhalando profundamente. Sentía el pulso acelerado, y una mezcla de vergüenza y alegría lo invadía. Había pasado mucho tiempo desde que alguien lo había hecho sentir tan vulnerable y amado a la vez.

 

Rápidamente se dirigió al baño, dispuesto a darse una ducha fría para despejar sus pensamientos y, sobre todo, ocultar las marcas que quedaban visibles en su piel. Observó su reflejo en el espejo y se dio cuenta de cuánto había cambiado. Las emociones que Sehun despertaba en él eran profundas, y aunque todo a su alrededor parecía desmoronarse, estar con él lo hacía sentir algo cercano a la paz. Encendió el agua y dejó que el chorro cayese sobre su piel, tratando de relajarse y dejar de lado, al menos por unos momentos, las preocupaciones que lo atormentaban. Mientras el agua recorría su cuerpo, repasó los momentos de la noche anterior, desde la intensidad de sus besos hasta la calma que sintió al caer dormido entre los brazos de Sehun.

 

Después de su ducha, salió del baño y se tomó un momento para aplicar un poco de maquillaje ligero, lo justo para cubrir las marcas que Sehun le había dejado en el cuello y las clavículas. No podía evitar sonreír, aunque su reflejo en el espejo le devolvía una expresión mezcla de vergüenza y felicidad.

 

Al finalizar, se vistió con uno de sus trajes preferidos, listo para enfrentar el día y ocultar cualquier rastro de las emociones intensas que había compartido con Sehun. Cuando regresó a la cocina, más calmado y renovado, encontró a Sehun esperándolo, con un plato de desayuno y una mirada cómplice que le hizo saber que había notado su pequeño momento de vergüenza, Junmyeon tomó asiento y, mientras Sehun se inclinaba un poco para servirle, murmuró suavemente solo para él

 

—Gracias... por todo.

 

Sehun le dedicó una sonrisa suave y le pasó el plato con un gesto cuidadoso, como si en ese pequeño acto le estuviera reafirmando su compromiso de estar a su lado.

 

Después de terminar el desayuno, Sehun tomó las llaves y, con un gesto cariñoso, guió a Junmyeon y a los niños hacia el auto. Los pequeños, emocionados, se despidieron de Minji y se subieron, llenando el ambiente con sus risas y pláticas sobre la escuela. Sehun, al volante, escuchaba atento y ocasionalmente lanzaba una sonrisa hacia Junmyeon, quien observaba a sus hijos con una mezcla de ternura y orgullo.

 

El trayecto a la escuela transcurrió tranquilo, con los niños hablando sin parar, y Sehun robando algunas miradas a Junmyeon a través del espejo retrovisor. Al llegar a la escuela, ambos se bajaron para despedirse de Ningning y Kun. Junmyeon los abrazó y les dio un beso en la frente a cada uno, mientras Sehun los observaba con una leve sonrisa, sintiendo la calidez de ese momento familiar. Los niños, finalmente, se despidieron de ambos y corrieron hacia la entrada del colegio.

 

Una vez que los niños estuvieron dentro, Sehun y Junmyeon regresaron al auto y se dirigieron hacia Kim Corporation. Mientras conducían, Sehun mantenía una mano sobre el volante y otra en el muslo de Junmyeon, un gesto sutil pero reconfortante que hacía que el CEO se sintiera acompañado, incluso en medio de la tensión que inevitablemente pesaba en el ambiente.

 

Finalmente, llegaron al imponente edificio de Kim Corporation. Sehun estacionó el auto y, antes de salir, se inclinó hacia Junmyeon, sus ojos llenos de una calidez que lo desarmaba cada vez. Sin decir nada, Sehun se acercó y le dio un beso suave, un breve momento de conexión antes de enfrentar juntos el día que les esperaba.

 

Ambos se bajaron del auto y caminaron juntos hacia la entrada del edificio. Sus pasos resonaban en la entrada de mármol, y aunque iban uno al lado del otro, mantenían una distancia profesional que cualquiera a simple vista podría considerar normal. Entraron al lobby, y el aire dentro del edificio, lleno de empleados y ejecutivos moviéndose de un lado a otro, trajo una especie de calma profesional. Junmyeon saludaba a algunos de los trabajadores, mientras Sehun se mantenía cerca, aunque en silencio.

 

Kim corporation, 8:00 AM

 

Una vez en el ascensor, Sehun sostuvo la puerta para Junmyeon, y ambos se acomodaron en el interior, rodeados de varias personas que iban hacia los diferentes pisos. Conversaciones sobre proyectos, reportes y reuniones llenaban el espacio, y ellos intercambiaron una mirada cómplice y discreta.

 

Sin embargo, un momento después, las puertas del ascensor se abrieron en uno de los pisos inferiores, y una figura familiar apareció. El aire pareció volverse más denso cuando Kim Junghyun, el padre de Junmyeon, entró en el ascensor. Su presencia imponente, con un porte serio y autoritario, hizo que varias personas en el ascensor se movieran ligeramente para hacerle espacio, reconociendo al jefe de la familia Kim, junmyeon sintió de inmediato cómo su corazón latía más rápido. No había esperado encontrarse con su padre en ese momento, y mucho menos en el limitado espacio del ascensor. Sehun, a su lado, notó la tensión en el rostro de su novio y se mantuvo firme, aunque internamente también sentía la ansiedad que la presencia de Junghyun provocaba.

 

El silencio en el ascensor se volvió casi asfixiante cuando Junghyun posó su mirada severa sobre Junmyeon. Su padre parecía analizar cada gesto, cada expresión, buscando algo que solo él entendía. Para Junmyeon, estar bajo la mirada de su padre era como volver a esos días en que cualquier pequeño error se convertía en un juicio implacable. La ansiedad lo invadió, y su respiración se volvió lenta, tratando de disimular su incomodidad.

 

A su lado, Sehun notó el leve temblor en los dedos de Junmyeon y, sin pensarlo dos veces, se inclinó hacia él, susurrando al oído con voz baja y reconfortante:

 

—Estás bien, Jun, estoy aquí contigo.

 

Esas palabras, casi inaudibles para los demás, fueron suficientes para que Junmyeon respirara un poco más tranquilo. Sehun mantenía su tono firme y sereno, protegiendo a Junmyeon del peso de la mirada de su padre. Era un recordatorio de que no estaba solo, que había alguien a su lado dispuesto a enfrentar esa tensión junto a él.

 

—Gracias, Sehun —murmuró Junmyeon con una sonrisa leve, apenas perceptible, pero llena de alivio.

 

Cuando el ascensor llegó finalmente a su piso, las puertas se abrieron, y Junmyeon y Sehun aprovecharon el momento para salir con rapidez. Al cruzar la puerta del ascensor, sintieron como si escaparan del denso ambiente que había creado la presencia de Junghyun, quien permanecía en el ascensor, observándolos hasta el último segundo.

 

Mientras caminaban juntos por el pasillo hacia la oficina de Junmyeon, ambos compartieron una mirada de alivio, sabiendo que, al menos por ahora, habían salido de la situación sin mayores enfrentamientos. Al llegar a la oficina, Junmyeon dejó sus cosas en el escritorio y se dio la vuelta justo cuando Sehun lo rodeó con sus brazos, atrayéndolo hacia su pecho. La calidez del abrazo le proporcionó un alivio inmediato. Sehun besó suavemente su cuello, dejando un rastro de ternura que hizo que Junmyeon cerrara los ojos por un momento, disfrutando de esa conexión que habían cultivado entre ellos.

 

—¿Cómo te sientes? —preguntó Sehun, con una voz suave y preocupada

 

Recordaba la noche anterior: la discusión que había dejado a ambos exhaustos, los temores compartidos y las lágrimas que había derramado Junmyeon mientras se aferraba a él.

 

—Mejor, supongo —respondió Junmyeon, sintiendo cómo su corazón se calmaba lentamente al estar en los brazos de Sehun—. Ayer fue... difícil, pero estoy aquí contigo, y eso ya es un gran alivio.

 

Sehun lo miró a los ojos, reconociendo la lucha interna que aún quedaba en su pareja. 

 

—No dejes que lo que pasó afecte nuestra concentración, tenemos que trabajar duro en el proyecto Busan. —Se inclinó un poco más cerca—. Y sé que podemos hacerlo juntos.

 

Junmyeon asintió, sintiéndose impulsado por la determinación que emanaba de Sehun. Ambos sabían que tenían pocos días antes de la presentación, y la presión de hacerlo bien era palpable, Se separaron un poco para poder acomodarse en sus respectivos escritorios, pero no antes de que Sehun le diera un último beso en la frente, un gesto pequeño pero significativo que recordaba a Junmyeon que no estaba solo en esto.

 

—Vamos a repasar los detalles del proyecto —sugirió Sehun, tomando su computadora portátil y abriendo los archivos relacionados con la presentación. 

 

Ambos se sumergieron rápidamente en el trabajo, pero había una ligereza en el ambiente, una conexión que hacía que todo pareciera más manejable.

 

Mientras revisaban los documentos, Junmyeon no podía evitar robarle miradas a Sehun, admirando cómo su rostro se iluminaba con cada idea que surgía. A pesar de la presión, el ver a Sehun tan concentrado le recordaba por qué se habían unido en primer lugar. Era un compañero leal, alguien que lo hacía sentir seguro incluso en medio de la tormenta.

 

—Mira esto —dijo Sehun, señalando una gráfica en su pantalla—. Creo que deberíamos resaltar estos puntos en la presentación. Son fundamentales para mostrar el impacto del proyecto.

 

—Tienes razón. —Junmyeon sonrió, sintiéndose inspirado por la pasión de Sehun—. Esto definitivamente puede ser un buen punto de partida. 

 

Cada pequeño avance se sentía como una victoria compartida, y mientras pasaban el tiempo, la tensión de la mañana se disipaba lentamente, dejando en su lugar una sensación de unidad y propósito. Con cada hoja que revisaban, cada gráfico que ajustaban, ambos sabían que el proyecto Busan no era solo un desafío profesional; era también una oportunidad para demostrar sus habilidades profesionales. 

 

Faltaban 1 semana para el lanzamiento 

 

Después de unas horas intensas de trabajo, Junmyeon y Sehun decidieron tomar un merecido descanso y se dirigieron a la cafetería del edificio. Escogieron una mesa apartada, en un rincón que les ofrecía cierta privacidad. Junmyeon necesitaba un respiro del ambiente tenso que había dominado la mañana, y la presencia de Sehun siempre le proporcionaba un sentido de calma.

 

Mientras compartían su almuerzo, la conversación fluía con naturalidad, alejándose de las preocupaciones del trabajo. Sehun hacía bromas sobre los extraños combinados que servían en la cafetería, y Junmyeon no podía evitar reír, sintiendo cómo la tensión se desvanecía poco a poco. Sin embargo, la atmósfera ligera se vio interrumpida por la llegada de Junghyun.

 

Junghyun, el padre de Junmyeon, entró a la cafetería con una actitud autoritaria, observando a su alrededor con mirada crítica. Sehun y Junmyeon intercambiaron una mirada rápida y decidieron que lo mejor era esconderse en las mesas alejadas, aunque eso solo aumentara su ansiedad. La última cosa que necesitaban era una confrontación con él en ese momento.

 

Algo en el aire se sentía diferente, más pesado, como si estuvieran al borde de una tormenta.

 

—¿Por qué hoy? —murmuró Junmyeon, sintiéndose abrumado—. Casi no ha estado por aquí en semanas. 

 

—No lo sé, pero quizás sea mejor que nos mantengamos alejados. —Sehun le dio una pequeña sonrisa reconfortante, pero Junmyeon podía sentir la misma inquietud que lo invadía a él.

 

Se escondieron tras la mesa, escuchando la conversación de Junghyun con otros empleados. La tensión era palpable, y Junmyeon sintió que su corazón latía con fuerza mientras intentaban evitar ser descubiertos. Cada palabra de su padre resonaba en sus oídos, y se preguntaba qué era lo que planeaba.

 

Junghyun había estado más distante últimamente, lo que hacía que se preguntara si su presencia en la oficina estaba relacionada con el proyecto Busan. El almuerzo avanzó y, a medida que se reían y compartían historias para distraerse, Junmyeon no pudo evitar mirar a su padre, que seguía hablando con otros ejecutivos de la empresa. Se sentía cada vez más inquieto, y la incomodidad crecía en su pecho. 

 

—¿Crees que notó que estamos aquí? —preguntó Junmyeon en voz baja, mirando a su alrededor con cautela.

 

—No lo creo —respondió Sehun, intentando calmarlo—. Está demasiado ocupado con sus propios asuntos.

 

Sin embargo, a medida que el tiempo avanzaba, la intuición de Sehun le decía que algo no estaba bien. La tensión en el aire era casi palpable, como si un peligro inminente se acercara sigilosamente. 

 

Sin que ellos lo supieran, la realidad se estaba acercando rápidamente,

el día que parecía normal en la oficina pronto se tornaría

en uno de los más complicados en sus vidas

 

Después de almorzar, Junmyeon y Sehun regresaron a la oficina, el ambiente aún impregnado de una tensión incómoda que ninguno de los dos podía ignorar. Sin embargo, estaban decididos a centrarse en el proyecto Busan, que se acercaba rápidamente. Al llegar a su espacio de trabajo, Junmyeon encendió su computadora y comenzó a revisar los informes que habían preparado.

 

—Bien, tenemos que concentrarnos en los puntos clave para la presentación —dijo Junmyeon, abriendo un documento con las notas que habían tomado—¿Qué te parece si comenzamos por repasar la estrategia de marketing?

 

—Me parece perfecto. —Sehun se inclinó hacia la pantalla, su mano rozando la de Junmyeon por un momento, un gesto pequeño pero significativo que lo llenó de calidez. —Creo que necesitamos destacar las ventajas del proyecto, especialmente cómo beneficiará a la comunidad local. 

 

Junmyeon sonrió, sintiéndose más relajado a medida que se sumergían en el trabajo.

 

—Además, podríamos incluir algunos gráficos para ilustrar el impacto positivo. 

 

—Buena idea. —Sehun tomó un lápiz y comenzó a anotar algunas ideas en una hoja—. También podríamos agregar un par de testimonios de la comunidad que ya ha sido impactada por proyectos anteriores. Eso podría darles más credibilidad.

 

Junmyeon asintió, sintiéndose más optimista. La conversación fluyó, y ambos comenzaron a crear una lista de tareas para asegurarse de que todo estuviera listo para la presentación. Sin embargo, en el fondo de su mente, la inquietud por el mensaje anónimo seguía presente. Después de un rato, cuando habían hecho un buen progreso, Sehun sintió que era el momento adecuado para compartir lo que había estado pesando en su corazón.

 

—Amor, hay algo de lo que quiero hablar contigo. —Su tono se tornó más serio, y Junmyeon lo miró, sintiendo un ligero escalofrío.

 

—¿Qué sucede? —preguntó Junmyeon, alarmado por el cambio en la atmósfera.

 

—He estado pensando en los mensajes anónimos–Sehun respiró hondo–Quiero ir a la policía y denunciarlo. 

 

Junmyeon frunció el ceño, un nudo formándose en su estómago. 

 

—¿Qué? No, no puedes hacer eso. ¿Y si te pasa algo?

 

—Escucha. —Sehun tomó las manos de Junmyeon entre las suyas, intentando infundirle seguridad—Estoy dispuesto a hacerlo, si eso significa que tengo que revelar mi identidad, lo haré.

 

Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba, el miedo inundándolo.

 

—Pero... ¿y si tu padre se entera? ¿Y si eso arruina todo? 

 

—No me importa. —La firmeza en la voz de Sehun sorprendió a Junmyeon—Me he dado cuenta de que seguir ocultándome no está ayudando a nadie, lo que me importa es protegerte a ti y a tus hijos. 

 

—Sehun, no quiero que te arriesgues. —Junmyeon intentó mantener la calma, pero la angustia era palpable en su voz—. Lo que están haciendo es peligroso. ¿Qué pasa si te lastiman?

 

—No va a pasar nada. —Sehun se inclinó hacia adelante, buscando la mirada de Junmyeon—Si me descubren, estoy dispuesto a enfrentar las consecuencias, pero no puedo quedarme así mientras alguien juega con nuestras vidas

 

Junmyeon tragó saliva, sintiendo el peso de la decisión que estaba tomando Sehun. 

 

—No puedo evitar preocuparme, este tipo está dispuesto a hacer lo que sea para mantenernos en silencio. 

 

—Lo sé. Pero al hacer esto, tengo la esperanza de que podamos deshacernos de este miedo de una vez por todas. —Sehun apretó las manos de Junmyeon, transmitiendo su determinación—. Y si tengo que dejar atrás a Hwang Sehun y asumir el nombre de Oh Sehun, lo haré. 

 

La sinceridad en los ojos de Sehun hizo que Junmyeon se sintiera abrumado. No solo era una declaración de valentía, sino también una manifestación de su amor. Junmyeon sintió que las lágrimas amenazaban con asomarse, pero las contuvo, recordando el caos que había estado persiguiendo.

 

—¿Y si esto no funciona? —preguntó Junmyeon, su voz temblando—. ¿Y si las cosas se complican aún más?

 

—No lo sé. Pero al menos no estaremos luchando en la oscuridad. —Sehun se acercó un poco más, su mirada llena de confianza—. Juntos, vamos a enfrentar esto, estoy aquí contigo, y no planeo irme. 

 

Junmyeon sintió un rayo de esperanza, aunque el miedo seguía acechando en su interior. 

 

—Está bien, si crees que esto es lo correcto, te apoyaré, pero necesito que tengas cuidado. 

 

—Lo prometo. —Sehun sonrió, una sonrisa que iluminó su rostro y calmó un poco la tormenta en el corazón de Junmyeon—. No voy a dejar que nada nos lastime. 

 

—También hay algo más que decirte. —Sehun tomó aire

 

Junmyeon lo miró, una mezcla de curiosidad y preocupación reflejada en sus ojos. 

 

—¿De qué se trata?

 

—He estado pensando en el caso de mi madre—Sehun sintió que su voz temblaba un poco, pero continuó—. La verdad es que me estoy sintiendo agotado. 

 

Respiro hondo y siguió tratando de no llorar: 

 

—Esta búsqueda ha traído tanto dolor, no solo para mí, sino también para ti. Verte llorar en mis brazos ayer fue un punto de quiebre para mí.

 

Junmyeon sintió un nudo en el estómago al recordar la intensidad de esa noche, el dolor que ambos habían compartido. 

 

—No debería ser así. Debemos encontrar respuestas, Sehun.

 

—Lo sé, pero... —Sehun vaciló, buscando las palabras adecuadas—. Estoy considerando rendirme, no porque no quiera descubrir la verdad, sino porque cada día que pasa, siento que estamos más en peligro.

 

—Esta investigación nos ha llevado a un lugar oscuro, y no sé cuánto más podemos soportar–continuó 

 

—¿Te estás diciendo que quieres dejarlo todo? —Junmyeon frunció el ceño, sintiendo una punzada de miedo en su corazón. No podía imaginar que Sehun se diera por vencido después de todo lo que habían pasado.

 

Ya que ha sido la razón por la cual sehun entro en su vida

 

—No quiero rendirme en mi corazón, pero estoy empezando a preguntarme si es lo correcto. —Sehun se pasó una mano por el cabello, sintiendo la frustración burbujear en su interior—. Me duele verte sufrir, no quiero que esto te cause más angustia, quizás sea el momento de dejarlo ir y vivir nuestras vidas.

 

Junmyeon se quedó en silencio, procesando las palabras de Sehun. Parte de él comprendía el deseo de su pareja de protegerlo, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir que rendirse significaba traicionar la memoria de Oh Mina.

 

—Sehun... Tu madre merece justicia, y yo también necesito respuestas. —Junmyeon se esforzó por mantener la calma, aunque el dolor lo amenazaba por dentro—. Pero también entiendo que debemos cuidar de nosotros mismos.

 

—Entiendo que es complicado. —Sehun tomó la mano de Junmyeon, apretándola con fuerza—. Estoy aquí para ti, y no quiero que te sientas obligado a seguir este camino solo por mí, debemos encontrar un equilibrio.

 

—Quizás deberíamos dar un paso atrás y reevaluar lo que tenemos. —Junmyeon sugirió, sintiendo que su corazón se llenaba de incertidumbre—. No quiero que tu vida se vea comprometida por esto. Y si eso significa que debemos dejar de investigar, podría estar de acuerdo con ello.

 

Sehun miró a Junmyeon, sintiendo que ambos estaban en la misma sintonía. La lucha interna en su corazón era abrumadora, pero sabía que juntos podían encontrar una solución. 

 

—Tal vez podamos enfocarnos en lo que tenemos aquí y ahora, vivir en el presente. —Sehun sugirió, sintiendo que esa era una idea que podría traerles un poco de paz.

 

Junmyeon asintió lentamente, sintiendo que la angustia se aliviaba un poco al tener a Sehun a su lado. 

 

—Sí, eso podría funcionar. Necesitamos priorizar nuestra relación, nuestra familia. 

 

Sehun sonrió, aliviado de que ambos pudieran compartir sus sentimientos y llegar a un entendimiento.

 

—No tengo la intención de dejar que esto arruine lo que hemos construido. Te necesito en mi vida, Junmyeon. 

 

Junmyeon sonrió, sintiendo el calor de las palabras de Sehun. 

 

—Y yo te necesito a ti. 

 

—Entonces, tomemos un descanso de todo esto. Si hay alguna nueva pista, la abordaremos juntos, pero por ahora, enfoquémonos en el proyecto Busan y en estar aquí el uno para el otro. 

 

Junmyeon se sintió aliviado por esa decisión. Aunque había un vacío en su corazón por no poder resolver el caso de Oh Mina, se dio cuenta de que su relación con Sehun era más importante que cualquier otra cosa.  Ambos continuaron trabajando en el proyecto, sintiéndose más ligeros y con un sentido renovado de propósito. Mientras las horas pasaban, Sehun y Junmyeon se sumergieron en su trabajo, pero a medida que el día se acercaba a su fin, también sentían la necesidad de descansar un poco. 

 

17:09 PM

 

Marcaban las cinco de la tarde cuando Sehun se acomodó en su silla, y Junmyeon, buscando un momento de intimidad, se dejó caer sobre las piernas de su novio, disfrutando de la cercanía.

 

—¿Sabes? Este es mi lugar favorito. —Junmyeon sonrió, apoyando la cabeza en el pecho de Sehun.

 

—¿Tu lugar favorito? —Sehun alzó una ceja, bromeando– ¿Así que no son las reuniones en la oficina?

 

—No, definitivamente no. —Junmyeon se rió suavemente—. Es estar aquí contigo, en este momento.

 

Sehun acarició el cabello de Junmyeon, sintiéndose completamente a gusto. 

 

—Me alegra que te sientas así.

 

—Sí, y en los besos que nos damos. —Junmyeon levantó la mirada y, con una sonrisa traviesa, lo besó suavemente.

 

Sehun respondió al beso, sintiendo que el mundo exterior se desvanecía. La conexión que compartían era palpable, y en ese instante, todo lo demás no importaba. Se sumergieron en la suavidad de sus labios, disfrutando de la calidez que llenaba el aire a su alrededor. 

 

Pero la paz se interrumpió cuando un fuerte golpe resonó en la puerta.

Ambos se separaron rápidamente, los corazones latiendo con fuerza.

 

—¿Quién será? —Junmyeon se levantó, sintiendo que la tensión en el aire crecía.

 

—No lo sé, pero espero que no sea alguien que interrumpa nuestro momento. —Sehun sonrió, intentando restar importancia a la situación.

 

Junmyeon se arreglo su traje y con pasos despacios se acercó a la puerta y, al abrirla, encontró a dos de los guardaespaldas de su padre, vestidos con trajes oscuros y miradas serias.

 

—Joven Kim, el Sr. Kim los solicita a usted y a Hwang Sehun en su oficina. —El tono de uno de los guardaespaldas era formal y directo.

 

—¿Ahora? —Junmyeon sintió que un escalofrío le recorría la espalda. La súbita llamada de su padre no auguraba nada bueno.

 

—Así es, señor. —El guardaespaldas hizo un gesto para que pasaran—Es una cuestión importante.

 

Sehun y Junmyeon intercambiaron miradas nerviosas. Junmyeon, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad, intentó mantener la calma. Quizás era solo una reunión sobre el proyecto Busan. No quería pensar en lo peor.

 

—Está bien, vamos. —Junmyeon se enderezó y siguió a los guardaespaldas, con Sehun a su lado.

 

Mientras se dirigían al ascensor, el aire se sentía denso. Junmyeon podía sentir la tensión acumulándose entre ellos, y el peso de la situación aumentaba con cada piso que subían. El ascensor se detuvo en el piso 24, el último. 

 

—¿Por qué crees que nos quiere ver? —Sehun rompió el silencio, mirando a Junmyeon con una expresión seria.

 

—No lo sé. Espero que sea solo sobre el proyecto. —Junmyeon intentó convencer a ambos, aunque un nudo de preocupación se formaba en su estómago.

 

El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron con un suave ping. Un pasillo largo y elegante se extendía ante ellos, iluminado por luces cálidas que acentuaban la modernidad de la oficina de su padre. 

 

Los guardaespaldas los llevaron por el pasillo hasta una puerta de vidrio con las iniciales "K.JH." grabadas en ella. Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba. 

 

—Estamos aquí. —Uno de los guardaespaldas golpeó suavemente la puerta antes de abrirla, indicando que debían entrar.

 

Junghyun estaba sentado detrás de su gran escritorio, revisando documentos, pero al notar la presencia de su hijo y Sehun, levantó la vista con un aire de autoridad.

 

—Junmyeon, Hwang Sehun. —Su voz era firme, y aunque sonaba cortés, había una nota de seriedad que no se podía ignorar. 

 

—Hola, padre. —Junmyeon entró, intentando mantener la compostura, mientras Sehun lo seguía de cerca, sintiendo la presión del momento.

 

—Siéntense. —Junghyun hizo un gesto hacia las sillas frente a su escritorio.

 

Junmyeon y Sehun se acomodaron, sintiendo el peso de la mirada de su padre, la tensión era palpable en el aire.

 

—He estado revisando el progreso del proyecto Busan. —Junghyun comenzó, sus ojos fijos en Sehun—La presentación se acerca, y tengo algunas preocupaciones que debo discutir con ustedes.

 

Sehun asintió, sintiéndose un poco más aliviado, aunque aún había una incomodidad en la atmósfera. —Estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que todo salga bien.

 

—Eso espero. —Junghyun se cruzó de brazos, observando a Sehun con desdén—. Pero he oído rumores de que la situación está más complicada de lo que debería. 

 

Junmyeon sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de su padre sonaban como un aviso.

 

—Estamos trabajando en ello. Han surgido algunos desafíos, pero estamos preparados.

 

—¿Desafíos? —Junghyun frunció el ceño—. Deben estar a la altura de las circunstancias. La reputación de la familia Kim depende de este proyecto. 

 

—Lo entiendo, padre. Pero también tenemos que ser realistas. —Junmyeon interrumpió, sintiendo que debía defender a Sehun—. Estamos haciendo lo mejor que podemos.

 

Sehun miró a Junmyeon, sintiendo la determinación de su novio. Sin embargo, sabía que Junghyun no estaba dispuesto a escuchar. 

 

—Espero que así sea. —Junghyun dijo, y su tono cambió ligeramente, como si hubiera estado conteniendo algo—. Quiero que ambos estén preparados para cualquier eventualidad. Esto no es solo un proyecto; es el futuro de nuestra empresa y de nuestra familia.

 

Junmyeon tragó saliva, sintiendo la presión del ambiente, se preguntaba si había más detrás de la petición de su padre, algo que no se estaba diciendo.

 

¿Por que no les hablo en su oficina? 

 

—¿Hay algo más, padre? —Sehun se atrevió a preguntar, buscando claridad en la situación.

 

—Sí, hay algo más. —Junghyun se reclinó en su silla, fijando su mirada en ambos—. Necesito que sepan que el éxito de este proyecto podría determinar el rumbo de sus carreras aquí en Kim Corporation. Y si fracasan, no dudaré en tomar decisiones difíciles.

 

Las palabras de su padre resonaron en la oficina, llenando el espacio con una tensión que se sentía casi tangible. Junmyeon y Sehun intercambiaron miradas, ambos sintiendo la presión que se cernía sobre ellos.

 

—No le fallaremos, padre. —Junmyeon aseguró, su voz firme a pesar de la ansiedad que lo invadía–Estamos comprometidos con el éxito del proyecto.

 

—Espero que así sea. —Junghyun finalizó, levantándose para mirar por la ventana, dejando a Junmyeon y Sehun en un silencio inquietante. 

 

Ambos sabían que esta reunión no era solo sobre el proyecto, y aunque se esforzaban por mantener la calma, había una sensación de que algo más oscuro se cernía sobre ellos. El ambiente en la oficina de Junghyun se volvió aún más pesado tras sus palabras. Mientras él se servía un vaso de whisky, la tensión aumentaba. Junmyeon, que aún no lograba comprender lo que sucedía, observó a su padre con una mezcla de confusión y temor.

 

—Siempre he querido lo mejor para ti, Junmyeon. —La voz de Junghyun sonaba serena, pero había un trasfondo oscuro en su mirada—Siempre quise que fueras el hijo perfecto, el orgullo de nuestra familia. 

 

Tomo un sorbo de su bebida y continuó:

 

—pero tú, en tu obstinación, has elegido un camino que no solo deshonra tu nombre, sino que también pone en peligro lo que hemos construido.

 

Junmyeon intercambió miradas con Sehun, ambos sintiéndose cada vez más confundidos.

 

¿A qué se refería su padre?

¿Qué era lo que realmente sabía?

 

Junghyun se acercó a Junmyeon, levantándolo de la silla con una mano firme, como si él fuera un niño al que había que disciplinar. Se detuvo frente a él, sus manos en los hombros de su hijo, y lo miró a los ojos con una intensidad que hizo que Junmyeon se sintiera vulnerable.

 

—Sabes que no me gusta ser desobedecido, Junmyeon. —Susurró en un tono amenazante, inclinándose hacia él, sus ojos oscuros fijos en los de su hijo—. Sé lo que has estado haciendo. Sé sobre Hwang Sehun.

 

El corazón de Junmyeon se detuvo por un momento. Se sintió atrapado, como si el aire se hubiera vuelto denso en sus pulmones. 

 

¿Cómo era posible que su padre supiera?

 

Sehun, al ver la expresión en el rostro de Junmyeon se acercó, confundido. 

 

—¿De qué está hablando, Sr. Kim? —preguntó, tratando de entender la situación, pero la tensión se volvió palpable en la habitación.

 

—Tú. —Junghyun se volvió hacia Sehun, su furia acumulándose—. Eres un engaño. Un Oh, como tu padre. Y te has infiltrado en la vida de mi hijo,  ¡imbecil!

 

En un movimiento rápido, Junghyun golpeó a Sehun en la cara, haciendo que este retrocediera, sorprendido. Sehun se tocó la mejilla, atónito por la agresión inesperada.

 

—¡¿Qué demonios te crees?! —gritó Junghyun, agarrando la camisa de Sehun con fuerza, su mirada destilando rabia—¿Engañaste a mi hijo? ¿Sabías que eras un Oh y no se lo dijiste? ¿Qué, acaso pensabas que podrías jugar con sus sentimientos?

 

Junmyeon, completamente en shock, dio un paso hacia adelante, pero la furia de su padre lo detuvo

 

—¡Papá, basta! No tienes idea de lo que estás diciendo.

 

—¿Y tú? —Junghyun dirigió su mirada helada hacia Junmyeon, su decepción evidente—. ¿Eres consciente de lo que has hecho? ¿Estás con un Oh? ¿Te ha engañado el?

 

—Yo sé toda la verdad—Junmyeon se armó de valor, pero su voz temblaba. La verdad estaba saliendo a la superficie, pero la ira de su padre era abrumadora —Pero Sehun no tiene nada que ver con lo que pasó, Él es diferente.

 

Junghyun, aún furioso, sacó un sobre de su saco. La mirada de Junmyeon se volvió a centrar en el objeto, sintiendo que un escalofrío le recorría la espalda. Con un movimiento brusco, su padre arrojó el sobre sobre la mesa.

 

—¿Diferente? —repitió Junghyun, abriendo el sobre con una mano temblorosa—. ¿Ves esto?

 

Junmyeon tragó saliva mientras su padre comenzaba a sacar fotografías, una tras otra, de él y Sehun en diferentes momentos. En todas las imágenes, se les veía juntos, riendo, compartiendo momentos felices, hasta la más reciente, donde habían entrado a la mansión de Junmyeon ayer, con sus manos entrelazadas.

 

—Recibí esto junto con una carta anónima. —La voz de Junghyun se volvió tensa y fría—Estás enredado con el hijo de mi enemigo, y yo no puedo permitir que eso continúe.

 

La carta que Junghyun sacó del sobre era simple, pero las palabras estaban llenas de veneno. Mientras la leía en voz alta, Junmyeon sintió que la sangre se le helaba en las venas:

 

Sr. Kim

Su hijo lo ha estado engañando, si nueva relación con Hwang Sehun no es más que un juego para él, un intento de socavar lo que ha construido. Sus intenciones son más oscuras de lo que imagina. Se está infiltrando en su vida, y pronto descubrirá que no hay lugar para un Oh en la familia Kim.

Oh sehun, es Hijo de Oh seunghyun. Protéjalo antes de que sea demasiado tarde...

 

"Por que un Oh Jamás debe estar con un Kim"

 

Atentamente: X 

 

La voz de Junghyun se tornó casi un susurro mientras concluía la lectura. 

 

—¿Entiendes ahora, Junmyeon? Has sido un ingenuo, te has dejado engañar por alguien que es lo peor de lo peor. ¡Estás en peligro!

 

Junmyeon sintió que las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, y antes de que pudiera decir algo, Junghyun lo empujó hacia atrás. Junmyeon se tambaleó, y el dolor y la confusión llenaron su mente.

 

—¡Papá! —gritó, sintiendo que el miedo lo invadía. Se estaba desmoronando.

 

Sehun, que había estado observando todo con furia contenida, se interpuso entre Junmyeon y su padre. 

 

—No lo toques —Su voz era firme, pero su mirada estaba llena de preocupación por Junmyeon—No tienes derecho a tratarlo de esa manera.

 

—¿Y tú qué sabes de derechos? Eres solo un Oh, un traidor. —La rabia en la voz de Junghyun era palpable, pero Sehun no se echó atrás.

 

—¡Soy más que eso! —gritó Sehun, el dolor y la furia emergiendo de su interior. —Y no voy a dejar que humilles a Junmyeon así, no se merece eso.

 

En medio del caos, Junmyeon sintió que estaba a punto de caer al suelo, el peso de las palabras de su padre aplastándolo. Pero antes de que pudiera arrodillarse ante su padre. Sehun lo atrapó en sus brazos, levantándolo y abrazándolo con fuerza.

 

—No, no, no. —Sehun murmuró, acariciando la espalda de Junmyeon, sintiendo cómo el temblor de su cuerpo se calmaba lentamente—No te arrodilles ante él, No lo mereces, No tienes que suplicarle nada.

 

—¡Él es mi padre! —Junmyeon protestó, sintiendo el dolor en su pecho crecer—Quiero que entienda.

 

—No puedes obligarlo a entender. —Sehun apretó a Junmyeon contra él, sintiendo cómo su corazón latía rápidamente, y lo sostuvo con fuerza, protegiéndolo de la rabia de Junghyun—. Tú vales más que esto, Junmyeon, no dejes que te haga sentir menos.

 

Junghyun, viendo la conexión entre ellos, sintió que la ira lo consumía. 

 

—¡Eres un tonto! —gritó, su voz resonando en la oficina—.Nunca te ha importado lo que he hecho por ti. ¡Siempre has elegido el camino incorrecto!

 

—No estoy eligiendo el camino incorrecto. —Junmyeon se liberó un poco de los brazos de Sehun, tratando de mirar a su padre a los ojos—Estoy eligiendo a Sehun porque lo amo, porque es una buena persona, no como tú, que solo ves a las personas como un juego

 

La mirada de Junghyun se tornó oscura.

 

—¿Y si te lastima? ¿Y si se convierte en una traición aún mayor?, ¡No quiero que te arruine la vida!

 

—No me arruinará la vida. —Junmyeon se mantuvo firme, pero el temor aún se reflejaba en su rostro—Eres tú quien no puede aceptar mi felicidad. 

 

Sehun apretó la mano de Junmyeon, alentándolo a seguir adelante, mientras que el ambiente se volvía cada vez más tenso. La verdad estaba sobre la mesa, pero Junghyun seguía sin querer escuchar. 

 

—Tu felicidad no vale el riesgo, Junmyeon. —Las palabras de su padre resonaron con una mezcla de amor y desdén. 

 

—¿Y el mío? —La voz de Sehun se hizo más dura

 

–¿Qué pasa con mi felicidad? Estoy aquí por Junmyeon, y haré lo que sea necesario para protegerlo, incluso si eso significa enfrentar a su propio padre.

 

El silencio que siguió fue ensordecedor, un campo de batalla donde el amor y la furia colisionaban. Junmyeon, aún en los brazos de Sehun, se sintió atrapado entre el amor por su novio y el dolor que su padre le estaba infligiendo.

 

La tensión era palpable

 

La atmósfera en la oficina se volvió irrespirable. Junmyeon, abrumado por la confrontación y la presión emocional, no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos. Se sentía horrible, como si estuviera atrapado en un tornado de emociones que lo empujaba de un lado a otro. En su corazón, el dolor y la confusión se entrelazaban, pero la firmeza en la voz de Sehun le daba una pizca de fuerza. Sehun, viendo cómo Junmyeon se desmoronaba, lo abrazó con más fuerza, sintiendo la tensión en su propio cuerpo crecer al ver a Junghyun con esa mirada de desprecio. Dirigió su furia hacia el padre de Junmyeon, decidido a proteger lo que amaba. 

 

—Tú no entiendes nada, Señor Kim. —Su voz era dura, impregnada de una rabia contenida que se acumulaba a cada instante—. Estoy aquí porque me infiltré en su vida para descubrir la verdad sobre la muerte de Oh Mina. No vine a jugar, vine a buscar justicia.

 

Las palabras de Sehun resonaron en la habitación, pero Junghyun permaneció impasible, su desdén casi palpable. 

 

—¿Y eso te da derecho a engañar a mi hijo? —inquirió Junghyun, su tono cortante como un cuchillo—. ¿Te crees mejor que nosotros solo porque intentaste hacerte pasar por alguien que no eres?

 

—Sí, Engañé a Junmyeon con mi identidad al principio, lo admito. —Sehun dejó escapar un suspiro, su mirada fija en Junmyeon, buscando en sus ojos la conexión que siempre habían compartido

 

—Pero eso fue antes de enamorarme de él señor kim, lo quiero en mi vida, y estoy dispuesto a luchar por eso. 

 

La furia de Junghyun se intensificó. 

 

—¡Tú no sabes nada sobre lo que es proteger a una familia! —gritó, y un destello de odio iluminó su mirada—Tu padre no sabe nada, ¿verdad? No tienes idea de lo que significa estar en este mundo. 

 

Sehun sintió que la rabia lo consumía.

 

—¡No hables de mi padre que ustedes son iguales! —gritó, dando un paso hacia adelante. 

 

Su cuerpo temblaba de furia, y en un impulso, intentó acercarse a Junghyun, pero la ira de Junghyun estaba al borde de explotar.

 

Junmyeon, sintiendo la tensión en el aire, se soltó de los brazos de Sehun y se interpuso entre ellos. 

 

—¡Basta! —exclamó, con una mezcla de miedo y determinación—No voy a dejar que esto se convierta en una pelea. 

 

Junghyun lo miró, su desprecio hacia Sehun palpable, y de repente, se fijó en el anillo que Junmyeon llevaba en el dedo, uno que simbolizaba su compromiso, su amor. La rabia y la frustración se acumulaban en su interior como un volcán a punto de erupcionar.

 

—Tienes que elegir, Junmyeon. —La voz de Junghyun se volvió fría y calculadora—. ¿Vas a elegir a tu familia, o a ese traidor? 

 

Junmyeon sintió que el mundo se detenía. La presión en su pecho se hacía insoportable, las lágrimas caían de sus ojos, pero su mirada se endureció, jamás creyó estar en esta posición

 

¿debía elegir su felicidad o seguir siendo un Kim?

 

—Elijo a Oh Sehun. —Su voz era clara, decidida, y cada palabra le daba más fuerza. 

 

La reacción de Junghyun fue inmediata. Su expresión se volvió furiosa, y levantó la mano como si fuera a golpear a su hijo, pero Junmyeon, con la furia de un hombre que finalmente había encontrado su voz, se plantó frente a él.

 

—¡No me toques! —gritó Junmyeon, sintiendo cómo la adrenalina lo impulsaba—. No te permitiré que me humilles más. Estoy cansado de vivir en tu sombra, de no ser el hijo que siempre has querido que sea.

 

—¿Bajo mi sombra? —La voz de Junghyun era un rugido, lleno de incredulidad y furia—. ¡Eres un hijo desobediente! ¡No mereces mi apellido!

 

Junmyeon se acercó a su padre, su voz un susurro intenso. 

 

—Estoy orgulloso de ser la decepción que nunca quisiste, estoy orgulloso de ser quien soy, y no me importa lo que pienses. 

 

El silencio que siguió fue ensordecedor. Junghyun observó a su hijo, su mente tratando de procesar la realidad de lo que acababa de escuchar. 

 

—Y, para que lo sepas, jamás he amado a alguien como amo a Sehun. —Junmyeon hizo una pausa, asegurándose de que su padre comprendiera el peso de sus palabras—. Y, puedo decirte padre, que el sexo con un Oh es increíble y nunca estuve tan satisfecho...

 

Las palabras fueron como un golpe en el estómago para Junghyun, quien, a pesar de su rabia, sintió cómo el odio y la repulsión crecían en su interior. 

 

—No puedes decir eso. —La voz de Junghyun temblaba, y su rostro se torcía con la mezcla de furia y asco—. No puedo creer que estés diciendo esto. 

 

Junmyeon, sin miedo, continuó:

 

—Odiabas que fuera gay, odiabas que alguien como Oh Sehun sea el que me tenga, pero eso es exactamente lo que eres, lo que eres, un hombre lleno de odio y prejuicios, que no puede aceptar que su hijo sea feliz con alguien que te repugna.

 

Junghyun apretó los dientes, furioso. 

 

—No voy a dejar que un Oh te posea, Junmyeon. 

 

—¿Poseerme? —Junmyeon sonrió con desprecio, el odio en su mirada era evidente—. Sehun no solo me posee, papá, sino que me ama y me cuida, A diferencia de ti, que siempre has tratado de controlar cada aspecto de mi vida.

 

La tensión en la habitación era palpable, el aire vibrante de emociones. Sehun, a un lado, sentía la lucha interna de Junmyeon, pero también la fuerza que emanaba de él. Sabía que estaban en un punto crítico, donde la vida de Junmyeon cambiaría para siempre.

 

—Te vas a arrepentir de esto. —La voz de Junghyun se hizo baja, casi un susurro amenazante—No dejaré que un Oh te arruine. 

 

Junmyeon respiró hondo, su mirada fija en la de su padre. 

 

—No me arruinará, me ha hecho más feliz de lo que jamás fuiste capaz de hacerme. —Hizo una pausa, su voz resonando en la oficina—. Y ya no tengo miedo de ti.

 

Junghyun miró a su hijo, su mente tambaleándose ante la revelación de que había perdido a Junmyeon, y que tal vez nunca lo había tenido realmente. La rabia y el odio lo consumían, pero también sentía una punzada de pérdida. 

 

—Te vas a arrepentir, Junmyeon. —La voz de Junghyun se volvió fría y calculadora—No permitiré que este traidor sea parte de nuestra familia. 

 

Junmyeon sintió el peso de las palabras de su padre mientras se giraba para escapar con Sehun. La súplica en la voz de Junghyun resonaba en su mente, pero ya no estaba dispuesto a dejar que el miedo lo controlara. Su padre lo había amenazado, le había hecho creer que no era lo suficientemente fuerte, pero en ese momento, con la mano de Sehun entrelazada con la suya, sintió que finalmente podía ser libre.

 

—¡Junmyeon, no hagas esto! —gritó Junghyun, su voz llena de desesperación y furia—¡Estás cometiendo un error que no podrás deshacer! No estás preparado para enfrentar las consecuencias de tu traición. La familia Kim no te protegerá por esto.

 

Junmyeon se detuvo un segundo, el miedo en los ojos de su padre le recordó lo que había soportado durante años. Pero su corazón palpitaba con una nueva determinación. Se giró brevemente para mirar a Junghyun, la angustia reflejada en su rostro. 

 

—No necesito tu protección si eso significa vivir bajo tu control. —Dijo, y apretó la mano de Sehun, un gesto que simbolizaba su decisión irrevocable—Debiste protegerme cuando más te suplique...

 

Con esas palabras, Junmyeon y Sehun comenzaron a correr. Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos, y la adrenalina les daba energía mientras atravesaban el vestíbulo de la oficina de Kim Corporation. No podían permitirse mirar atrás, sabían que Junghyun no se detendría ante nada para recuperar lo que consideraba "suyo". 

 

Al salir del edificio, el aire frío de la tarde les dio la bienvenida, y la luz del sol se reflejaba en los coches estacionados. Pero no había tiempo para descansar. Desde la distancia, escucharon el sonido de pasos apresurados y las órdenes de Junghyun resonando en el aire. Sus guardaespaldas habían sido llamados, y la situación se volvió peligrosa.

 

—¡Rápido! —gritó Sehun, tomando la delantera y guiando a Junmyeon hacia su auto, el porsche negro que estaba estacionado un poco más allá. Los dos hombres corrieron, su respiración entrecortada, pero el miedo a ser atrapados les empujó a moverse más rápido. Junmyeon no podía dejar de mirar hacia atrás, su mente llena de pensamientos oscuros sobre lo que su padre podría hacer.

 

Cuando llegaron al auto, Sehun abrió la puerta de un tirón, y ambos se lanzaron al interior. Sehun encendió el motor y, con un giro rápido del volante, salió del estacionamiento a toda velocidad, mientras Junmyeon miraba por la ventana, viendo cómo la figura de su padre se desdibujaba a lo lejos. 

 

—¡Están viniendo! —exclamó Junmyeon, dándose cuenta de que los guardaespaldas estaban detrás de ellos, conduciendo con determinación para interceptarlos. Su corazón se aceleró aún más. El miedo y la adrenalina lo consumían, pero no podía dejar que eso lo detuviera. 

 

Sehun apretó el acelerador, y el coche tomó velocidad en la carretera. Los dos hombres compartieron una mirada intensa, un momento de comprensión silenciosa. Tenían que escapar, no solo de Junghyun, sino de las expectativas y del control que habían mantenido sobre Junmyeon durante tanto tiempo.

 

—Confía en mí —dijo Sehun, su voz firme y decidida

 

Junmyeon asintió, sintiendo el coraje burbujear en su interior, no estaba solo, en ese momento, la conexión entre ellos era más fuerte que cualquier cosa que su padre pudiera intentar.  Mientras Sehun maniobraba hábilmente entre el tráfico, los guardaespaldas comenzaron a acercarse, y Junmyeon sintió que su corazón se hundía. Cada giro, cada cambio de dirección parecía traerlos más cerca. 

 

—¿A dónde vamos? —preguntó Junmyeon, su voz apenas un susurro, pero cargada de emoción. 

 

—A tu mansión. —La respuesta de Sehun fue clara y decidida. Sabía que allí estarían más seguros, aunque el enfrentamiento con su padre aún estaba por venir. 

 

La persecución se tornó frenética. Los coches zigzagueaban entre el tráfico, pero Sehun mantenía la calma, su mente enfocada en la única cosa que realmente importaba: 

 

mantener a Junmyeon a salvo. 

 

Mientras se acercaban a la mansión, junmyeon miró por la ventana, la familiaridad de su hogar contrastaba con el caos que había dejado atrás. La sensación de alivio lo invadió, pero sabía que la tormenta aún estaba lejos de terminar. 

 

Finalmente, llegaron a la mansión. Sehun frenó en seco frente a la entrada, y ambos salieron del auto, corriendo hacia la puerta. Junmyeon sintió una mezcla de ansiedad y alivio mientras entraban. La casa estaba tranquila, y sus hijos, Ningning y Kun, salieron corriendo hacia ellos. 

 

Mansión de Junmyeon, 18:40 PM

 

—¡Papá! —gritó Ningning, sus pequeños brazos levantándose en el aire, llenos de energía infantil. Kun lo siguió, su sonrisa radiante iluminando la habitación. 

 

Junmyeon se agachó, abrazando a sus hijos con fuerza, dejando que sus lágrimas cayeran mientras los envolvía. Era un momento de felicidad en medio de la tormenta, y por un breve instante, se permitió olvidar lo que había dejado atrás.

 

—¿Por qué estás tan cansado, papá? —preguntó Kun, su rostro lleno de curiosidad y preocupación.

 

—Es solo un largo día, cariño. —Junmyeon trató de sonreír, pero la preocupación aún lo acechaba, se sintió abrumado por la necesidad de proteger a sus hijos y por el peso de su elección.

 

Sehun se unió al abrazo, colocando su mano sobre la cabeza de Ningning. 

 

—Estamos bien, solo necesitamos un momento. —Su voz era suave y reconfortante

 

Las risas de sus hijos llenaban el aire, pero Junmyeon sabía que el desafío estaba lejos de haber terminado. Su padre no se detendría hasta que tuviera lo que quería. 

 

—Vamos, vamos a sentarnos —dijo Sehun, guiando a Junmyeon y a los niños hacia la sala de estar—. Necesitamos pensar... 

 

Junmyeon asintió, sintiendo que el peso del mundo se deslizaba de sus hombros por un momento. Mientras se acomodaban en el sofá, rodeados por el amor y la inocencia de sus hijos, sabía que tenían que encontrar una solución. La batalla con Junghyun estaba lejos de ser la última palabra, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera.

 

Por que la traición que cometió sería inolvidable para su familia entera y legado

Chapter 19: Capitulo 18 | Legado manchado

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mansion de junmyeon, 19:00 PM

 

Junmyeon estaba exhausto, su mente luchaba por procesar la magnitud del caos en el que estaba atrapado. Los eventos recientes lo habían dejado al borde de la desesperación, todo lo que había construido dentro de Kim Corporation, todos los años de sacrificio y lealtad a la familia, ahora parecían estar colapsando frente a sus ojos. A pesar de la compañía y el apoyo de Sehun, la sensación de traición y abandono lo inundaba.

 

Con una expresión de desolación, Junmyeon tomó su teléfono y marcó el número de Minseok, su hermano mayor. Escuchar la voz de Minseok al otro lado de la línea le ofreció un momento de calma, pero esa tranquilidad duró poco. Sabía que no solo él estaba en peligro, sino también Minseok, quien había mostrado su apoyo en medio del conflicto con su padre. Minseok siempre había sido un hermano leal, alguien en quien confiar. Sin embargo, las palabras de Minseok hicieron que la realidad se sintiera más aplastante.

 

—Junmyeon, no puedo ayudarte —le dijo Minseok, con un tono de amargura y tristeza—Padre está decidido a eliminar cualquier vínculo contigo, estoy bajo su vigilancia, y parece que ya no confía en ninguno de nosotros. 

 

Hizo una pausa y continuó:

 

—No solo está desvinculándote a ti, sino que posiblemente también esté planeando hacer lo mismo conmigo por haberte ayudado.

 

Junmyeon sintió una punzada de dolor en el pecho al escuchar eso. Había tenido la esperanza de que Minseok pudiera ser su apoyo, su aliado. Sin embargo, comprendió que cualquier intento de acercarse a su hermano podría ponerlo en un peligro aún mayor. 

 

Ambos hermanos guardaron silencio durante unos segundos, dejando que la gravedad de la situación se asentara en la llamada.

 

—Lo siento, mi junnie, Me duele tener que despedirme por ahora, pero sabes que siempre estaré aquí para ti. Intentaré mantenerme en contacto, en secreto, para evitar que padre lo descubra y mientras sigo investigando. —Minseok trató de tranquilizar a su hermano, aunque su propia voz temblaba con la angustia de no poder hacer más.

 

—No tienes que disculparte hyung —respondió Junmyeon, esforzándose por contener las lágrimas—. Entiendo... y agradezco que hayas estado de mi lado todo este tiempo, intentaré manejar esto solo.

 

—Apenas papá se calme o me saque de la mansión, me uniré a ti y lo dejaré atras, investigaré lo que pueda....

 

—Te agradezco tanto hyung, Te quiero tanto... 

 

Ambos hermanos se despidieron con una tristeza palpable, y Junmyeon colgó el teléfono, sintiéndose aún más atrapado y aislado. El dolor de perder el apoyo de Minseok se sumaba al peso de la traición de su padre, y la presión de estar a punto de ser expulsado de Kim Corporation. 

 

Aunque aún tenía el proyecto Busan como último compromiso con la empresa

sabía que después de eso, su lugar en la compañía se esfumaría.

 

Sehun, que había estado observando la conversación desde cerca, se acercó a él con una mirada de compasión. Sin decir una palabra, lo abrazó, permitiéndole a Junmyeon descargar su tristeza y frustración en su hombro. En ese momento, Sehun también sintió la intensidad de la situación y decidió tomar cartas en el asunto.

 

Minutos después, Sehun se apartó un momento para hacer una llamada a su propio hermano, Kyungsoo. Sabía que, al igual que Minseok, Kyungsoo estaba en una posición delicada. Pero necesitaba entender si su padre, Oh Seunghyun, tenía conocimiento de su implicación con Junmyeon y, especialmente, de los planes de su padre en contra de ellos.

 

—Hyung, necesito tu ayuda —le dijo Sehun, con voz firme—. Las cosas están mal, peor de lo que imaginábamos. Junmyeon está siendo expulsado de su familia, y su padre está decidido a arruinarlo. Necesito saber si el nuestro sabe algo, si está al tanto de lo que estoy haciendo o de mi relación con Junmyeon.

 

Hubo un silencio breve antes de que Kyungsoo respondiera. 

 

—He estado vigilando a padre de cerca, y no parece saber nada todavía. Pero su comportamiento es extraño... sospecho que podría estar preparándose para algo

 

Su padre no se había pronunciado desde la ultima vez, solo mensajes cortos diciéndoles que se cuide y no ande en malos pasos

 

—Voy a hacer todo lo posible para asegurarme de que no se entere de nada por ahora, pero tenemos que ser cuidadosos.

 

La respuesta de Kyungsoo ofreció a Sehun una mezcla de alivio y preocupación. Al menos, por ahora, su padre estaba en la oscuridad, pero el riesgo seguía latente. Junghyun no era el único que podía actuar en su contra, y si Oh Seunghyun llegaba a enterarse de la implicación de Sehun con la familia Kim, podría enfrentarse a consecuencias aún más graves.

 

—Gracias, Hyung . De verdad, lo aprecio, trata de mantenerte alerta y de mantenerme informado. 

 

Sehun miro a junmyeon un momento, se encontraba con lágrimas, abrazando su cuerpo, se sentía horrible.

 

—No quiero que te arriesgues demasiado, pero cualquier información que puedas conseguir será crucial —le dijo Sehun, sintiendo un peso de gratitud hacia su hermano.

 

—No te preocupes, haré lo que sea necesario para ayudarte —respondió Kyungsoo con determinación—Pero ten cuidado, Sehun, lo  que estás haciendo no es solo peligroso para ti, ahora están jugando con algo mucho más grande.

 

Al finalizar la llamada, Sehun regresó junto a Junmyeon, quien lo miraba con una mezcla de agradecimiento y vulnerabilidad. Ambos sabían que estaban en medio de una tormenta de la que podría no haber escapatoria, pero también entendían que, pase lo que pase, enfrentarían esto juntos.

 

—Junmyeon, una vez que termine el proyecto Busan, podrías considerar dejar la empresa... tomar distancia de todo esto —sugirió Sehun, con una seriedad que hacía eco de la situación.

 

Junmyeon asintió lentamente. Había estado pensando en esa posibilidad desde que todo comenzó a desmoronarse. Su amor por Kim Corporation, por su legado, ya no era suficiente para compensar el sacrificio personal y emocional que estaba haciendo. Sabía que su padre nunca aceptaría su relación con Sehun, y que cada día que pasaba en la empresa solo aumentaba la posibilidad de que ambos se vieran destruidos por las rivalidades familiares.

 

—He decidido que eso es lo mejor, no puedo seguir viviendo bajo la sombra de mi padre y sus expectativas —dijo Junmyeon, tomando la mano de Sehun—. Cuando termine el proyecto Busan, renunciaré, me iré de Kim Corporation y comenzaré algo nuevo.

 

Sehun asintió, admirando la valentía de Junmyeon. Sabía cuánto le dolía alejarse de todo lo que había construido, pero también reconocía que era la única manera de encontrar la paz. Ambos estaban atrapados en una red de lealtades y traiciones, pero con esta decisión, Junmyeon estaba dando un paso hacia su libertad.

 

20:00 PM

La noche comenzó a caer, y el silencio que se asentaba entre ellos era una mezcla de esperanza y miedo. Junmyeon miró a Sehun, encontrando en sus ojos la fortaleza que necesitaba para seguir adelante. Era consciente de que los días siguientes serían duros, de que su padre no se quedaría de brazos cruzados, y de que aún tenían enemigos en las sombras. Ambos subieron a la habitación en silencio. Junmyeon caminaba con la cabeza gacha, sus pensamientos atrapados entre la tristeza y la resignación. Había sido un día agotador, y el peso de todo lo que había perdido parecía oprimirle el pecho con cada paso que daba. Sehun, a su lado, lo observaba preocupado, sabiendo que lo que más necesitaba ahora era apoyo, aunque quizás sin palabras.

 

Minji, la nana, los recibió en el pasillo con una bandeja en las manos, preocupada por el estado de Junmyeon. Sin decir mucho, les ofreció una comida caliente y una pequeña sonrisa alentadora, y luego se retiró para encargarse de que Ningning y Kun no los molestaran. Minji entendía que era una noche difícil para su jefe y respetaba el espacio que necesitaban.

 

Dentro de la habitación, Junmyeon dejó la bandeja en la mesa sin apenas mirarla, apenas podía pensar en comer con el nudo que tenía en el estómago. 

 

Sin decir una palabra, fue a su escritorio, sacó un cigarrillo de un cajón y, tras un segundo de duda, lo encendió. Hacía años que no fumaba desde el nacimiento de sus hijos, pero en ese momento, la sensación de la nicotina quemándole la garganta le daba una distracción, una forma de evadir el dolor. 

 

Junmyeon se acercó a la ventana, sintiendo la brisa fría de la noche acariciar su rostro, Sehun lo observaba desde atrás, sintiendo cómo su corazón se quebraba al ver a su amante en ese estado. Dio una calada profunda, dejando que el humo llenara sus pulmones mientras sus ojos miraban perdidos a través de la ventana.

 

Junmyeon miraba por la ventana mientras el humo de su cigarrillo se disipaba en el aire, sus pensamientos consumidos por la preocupación y la tristeza. Sehun, observándolo en silencio, se acercó con calma y, suavemente, besó el cuello de Junmyeon, sus labios moviéndose con una ternura que intentaba aliviar esa tormenta interna.

 

—Jun... —susurró Sehun, tomando su mano con suavidad y quitándole el cigarrillo de entre los dedos—No necesitas esto, dejame ayudarte, por favor.

 

Junmyeon lo miró, sus ojos cansados y llenos de una tristeza que parecía demasiado profunda. Sin decir una palabra, Sehun apagó el cigarrillo y lo tomó por la mano, llevándolo hacia la cama. Se sentaron juntos, y Sehun comenzó a desabotonar lentamente el abrigo de Junmyeon, deslizándolo con delicadeza de sus hombros. Luego lo abrazó, fuerte pero con la suavidad de alguien que quiere proteger.

 

—Sehun... —Junmyeon exhaló, dejando que algunas lágrimas cayeran mientras apoyaba su cabeza en el pecho de Sehun—. No sé cuánto más podré soportar esto, todo es... demasiado.

 

—Lo sé —contestó Sehun, acariciando su cabello—. Lo sé, amor, pero estamos juntos en esto, ¿sí? No tienes que llevar todo el peso solo.

 

Sehun dejó un beso en la frente de Junmyeon, y después otro, descendiendo hasta su mejilla, en un intento de borrar las lágrimas que se deslizaban por su rostro. Junmyeon cerró los ojos, dejándose llevar por esos gestos, intentando que cada caricia calmara el dolor que sentía.

 

—Estaba pensando en una solución —murmuró Sehun de repente, y Junmyeon abrió los ojos, sorprendido—Hablaré con nuestros padres. Terminaré esta guerra, de una vez por todas.

 

—¿Qué? —Junmyeon lo miró alarmado, el miedo y la angustia reflejándose en sus ojos—¿Estás loco? ¿Sabes lo que harían nuestros padres? No les importamos, Sehun, no nos escucharán... Solo... nos verán como una broma.

 

—Lo sé, pero no puedo seguir viendo cómo te destruyen, Junmyeon, Estoy dispuesto a arriesgarme, porque ya no soporto que esta guerra nos haga daño a nosotros

 

Junmyeon suspiró, sintiendo el peso de esas palabras. La idea de enfrentar a sus padres le provocaba un miedo casi insoportable, pero al mismo tiempo, parte de él quería creer en esa posibilidad, en que quizás, aunque fuera un riesgo, esa charla podría cambiar algo.

 

—No estoy seguro... —susurró—. Pero... no quiero que te pongas en peligro por mí, Sehun, no podría soportarlo si algo te pasara.

 

—No me pasará nada. —Sehun le tomó el rostro con ambas manos, sus ojos llenos de determinación–Junmyeon, haré lo que sea necesario para proteger lo que tenemos, 6si para eso tengo que enfrentarme a ellos, lo haré. 

 

Junmyeon asintió lentamente, aunque seguía habiendo una preocupación profunda en su mirada. Él sabía que Sehun no abandonaría esa idea, y temía lo que eso pudiera desatar. Miró a Sehun, que le sonreía con una convicción que casi lograba tranquilizarlo, y fue entonces cuando sintió la urgencia de tomar medidas para proteger a sus hijos.

 

—Amor... —comenzó, su voz temblando—. He estado pensando en mandar a Ningning y Kun a China con Victoria, estarán más seguros allá, lejos de toda esta locura.

 

El rostro de Sehun se tensó, claramente incómodo con la idea, pero sostuvo la mirada de Junmyeon.

 

—¿Quieres realmente separarte de ellos? —preguntó en voz baja—. Jun, sabes que esa distancia también te va a doler... 

 

Junmyeon bajó la vista, sintiendo una mezcla de dolor y desesperación. Sabía que Sehun tenía razón; estar lejos de sus hijos le rompería el corazón. Pero también sabía que no podía ponerlos en riesgo.

 

—Preferiría vivir con ese dolor —respondió, con la voz temblorosa— que tener que preocuparme todos los días de que les pase algo, ellos son... mi todo, Sehun, no soportaría que sufrieran las consecuencias de mis decisiones.

 

Sehun lo abrazó de nuevo, esta vez con más fuerza, como si intentara protegerlo de todas las amenazas que los rodeaban.

 

—Junmyeon, te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para que ellos también estén seguros, no quiero que tengas que tomar una decisión tan difícil, pero si eso te hace sentir más tranquilo, entonces estoy contigo. Solo... prométeme que pensarás en todas las opciones antes de tomar una decisión definitiva.

 

Junmyeon asintió en silencio, cerrando los ojos mientras se dejaba envolver por la calidez de Sehun. Estar en sus brazos le daba la seguridad que tanto necesitaba, aunque solo fuera un respiro en medio de la tormenta.

 

—Lo prometo —dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

 

Sehun volvió a dejar suaves besos en su frente, en su nariz, en sus mejillas, hasta que finalmente, sus labios se encontraron de nuevo, en un beso lento y reconfortante que parecía tener el poder de calmar, al menos por un momento, todas las ansiedades que ambos llevaban dentro.

 

Sehun observó a Junmyeon con el corazón roto mientras lo obligaba, con mucho cuidado, a cenar. Junmyeon estaba tan exhausto, sus ojos rojos e hinchados, y su piel tan pálida que Sehun apenas podía mirarlo sin sentir un nudo en la garganta. El olor a cigarro todavía persistía en el aire, y el silencio que los rodeaba solo profundizaba la angustia de Sehun. Cada bocado que Junmyeon tomaba parecía una lucha, como si la vida misma le pesara más que nunca.

 

—Come, Jun... por favor, Tienes que hacerlo —dijo Sehun, su voz quebrada, mientras lo observaba con ojos llenos de desesperación. Pero a pesar de sus esfuerzos, la tristeza no desaparecía.

 

Junmyeon levantó la mirada hacia Sehun, y por un momento, ambos se quedaron en silencio, como si las palabras no pudieran expresar lo que realmente sentían. Junmyeon no dijo nada, simplemente comió un par de bocados más, pero su mirada estaba vacía, como si ni siquiera tuviera fuerzas para seguir adelante.

 

Sehun lo observaba en silencio, sintiendo una presión en el pecho. 

 

¿Cómo había llegado a esto?

 

Si él nunca hubiera infiltrado en Kim Corporation, Junmyeon no estaría así. Él nunca lo hubiera visto caer tan bajo, nunca hubiera tenido que enfrentarse a su propio padre de esa manera. Si él no hubiera estado tan ciego por la venganza y el odio que sentía hacia su familia, Junmyeon habría estado en paz, rodeado de su familia, sin tener que luchar por sobrevivir a la guerra que ellos mismos habían desatado.

 

Cada pequeño gesto de Junmyeon, cada doloroso movimiento, se sentía como un golpe directo al alma de Sehun. Él había causado todo esto. Si nunca se hubiera acercado a Junmyeon, si nunca hubiera formado parte de su vida, nada de esto habría pasado. 

 

Pero lo amaba

 

Y eso solo hacía que la culpa fuera más insoportable.

Lo había amado desde el principio, pero quizás el precio de ese amor era demasiado alto.

 

Junmyeon dejó el tenedor a un lado después de comer un poco más y, con un suspiro pesado, cerró los ojos, sintiendo la fatiga que se había acumulado en su cuerpo. Sehun, al verlo, no pudo evitar que su corazón se rompiera un poco más. 

 

—Está bien, ya basta, Jun... descansa. —Sehun le acarició la cabeza con ternura, aunque las lágrimas le quemaban la garganta.

 

Junmyeon no respondió, pero su respiración se hizo más tranquila. Pronto, el agotamiento lo alcanzó por completo, y en pocos minutos, Junmyeon estaba profundamente dormido. Sehun lo observó en la cama, deseando con todo su ser que pudiera protegerlo de toda la miseria que lo rodeaba. 

 

Con mucho cuidado, Sehun se levantó y salió de la habitación, dejando que Junmyeon descansara, al menos por un momento, sin la carga del mundo sobre sus hombros. La soledad lo invadió cuando la puerta se cerró suavemente detrás de él, y la angustia que había estado conteniendo desde que todo comenzó finalmente lo alcanzó.

 

Sehun caminó a través de la mansión en silencio, sin saber a dónde ir, hasta que, por fin, llegó al estudio de junmyeon. Necesitaba hablar, necesitaba desahogarse con alguien que entendiera lo que sentía, alguien que no lo juzgara. Con manos temblorosas, agarró su teléfono y marcó el número de Chanyeol, su mejor amigo. La llamada se conectó después de un par de tonos, y la voz de Chanyeol sonó al otro lado, alarmada.

 

—¿Sehun? ¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas tan tarde? —preguntó Chanyeol, su voz llena de preocupación.

 

Sehun respiró profundamente antes de hablar, su voz temblando mientras se ahogaba en su propia culpa.

 

—Hyung, necesito hablar contigo, no sé qué hacer. —La voz de Sehun sonaba rota, más cansada de lo que jamás había estado—. Todo esto... todo lo que ha pasado con Junmyeon... es mi culpa.

 

Hubo un largo silencio del otro lado de la línea. Chanyeol sabía lo que Sehun había hecho al infiltrarse en la empresa de los Kim, pero jamás había escuchado a su amigo tan devastado.

 

—¿Por qué es tu culpa? —preguntó Chanyeol, con una calma que solo los amigos cercanos pueden ofrecer—. Sehun, todos sabemos por qué lo hiciste, y es normal que te sientas así, pero no puedes cargar todo el peso de lo que sea que está pasando ahora. 

 

Sehun no pudo evitar sollozar suavemente al escuchar las palabras de su amigo. No quería oír razones. No podía dejar de pensar en Junmyeon, con los ojos llenos de lágrimas, sus ropas sucias, su salud quebrada por la presión. Todo había cambiado desde que él había tomado esa decisión, y no podía escapar de la sensación de que estaba destruyendo a la única persona que realmente le importaba.

 

—Chanyeol, si nunca hubiera entrado en esta maldita empresa, si nunca me hubiera infiltrado en la vida de Junmyeon, él no estaría así, todo esto... su dolor, su sufrimiento... lo causé yo. 

 

—Si no hubiera querido vengarme, si no hubiera querido descubrir la verdad sobre la muerte de mi madre, Junmyeon estaría bien, el no tendría que estar pasando por todo esto, no tendría que haber enfrentado a su padre, no tendría que estar eligiendo entre su familia y el amor. 

 

Chanyeol lo escuchó en silencio, dejando que su amigo desahogara toda la culpa y la desesperación que sentía. Después de unos momentos, Chanyeol habló con una voz suave pero firme.

 

—Sehun, todos hacemos lo que creemos que es lo correcto en el momento. Y no me malinterpretes, yo sé que cometiste un error al meterte en esto, pero no puedes culparte por todo lo que sea que esta pasando ahora, Tú lo amas, y eso es lo que importa. 

 

Sehun apretó los dientes, sintiendo el dolor intensificarse.

 

—Pero no quiero que lo siga sufriendo, Chanyeol, el no merece esto, lo amo tanto que no sé si podré vivir con esto. 

 

—Lo sé, sehun, lo sé. Pero lo importante es que ahora sabes lo que tienes que hacer, 5ienes que estar allí para él, Sehun. Y si tienes que enfrentarte a tus padres para que esto termine, hazlo.

 

Sehun sollozaba mientras lo escuchaba

 

—Al final de todo, ustedes dos son dueños de sus vidas y no pueden arrebatarles lo que sienten...

 

Sehun cerró los ojos, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que quizás había algo de esperanza en medio de todo este caos. Junmyeon no estaba solo, y él tampoco lo estaba. 

 

—Gracias, Chanyeol. —La voz de Sehun era apenas un susurro. Ya no se sentía tan perdido.

 

—Ya sabes que siempre estaré aquí para ti, tonto. Ahora ve a descansar, porque mañana será otro día difícil.

 

Sehun colgó el teléfono, y por un momento, se quedó en silencio, respirando profundamente, como si fuera la primera vez que podía pensar con claridad. Cuando volvió a la habitación de Junmyeon, lo vio dormido, con una expresión de paz que no había tenido en todo el día. Sehun se acercó y se tumbó a su lado, abrazándolo con fuerza, como si fuera la última oportunidad que tendría de protegerlo.

 

Miercoles, 7:00 AM

 

La luz suave de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación donde Sehun y Junmyeon yacían abrazados, aún adormecidos, envueltos en las sábanas blancas. El frío de la madrugada ya había desaparecido, pero el calor de sus cuerpos entrelazados seguía siendo el único refugio en medio de la tormenta emocional que ambos enfrentaban. Sehun despertó primero, los ojos pesados de sueño y su cuerpo aún lleno de cansancio. Miró a Junmyeon, quien aún permanecía dormido en su pecho, con una expresión de paz que no había tenido en días. Sehun acarició suavemente el cabello de Junmyeon, sintiendo una mezcla de ternura y tristeza. 

 

¿Cómo podía todo estar tan roto?

¿Cómo podían estar tan mal después de todo lo que habían pasado?

 

Junmyeon despertó lentamente, parpadeando varias veces como si intentara despejar las pesadillas que aún lo atormentaban. Cuando sus ojos se encontraron con los de Sehun, su expresión se suavizó, aunque la tristeza seguía residiendo en sus profundidades.

 

—Buenos días... —dijo Junmyeon, con la voz rasposa por el sueño y la falta de descanso. Su rostro parecía tan cansado como se sentía.

 

Sehun sonrió con dulzura, a pesar de que su propio corazón parecía hecho pedazos.

 

—Buenos días–Le acarició el rostro, sintiendo el peso de los últimos días sobre ellos. No sabían cómo seguir adelante, pero al menos tenían el uno al otro.

 

Ambos se levantaron y se dirigieron hacia el baño, el sonido del agua cayendo desde la ducha llenando la habitación. La rutina parecía tan normal, pero los dos sabían que no lo era. El peso del futuro y el dolor de lo que estaban enfrentando se sentía en cada paso que daban.

 

Después de ducharse y vestirse, bajaron a la cocina, donde Minji ya había preparado el desayuno. Ningning y Kun, estaban sentados en la mesa, conversando animadamente sobre la escuela, pero al ver a su padre entrar, notaron el cambio en su expresión. Algo estaba mal, algo no era como antes.

 

—Papá, ¿estás bien? —preguntó Ningning, con sus pequeños ojos llenos de preocupación. Ella siempre había sido perceptiva, capaz de ver más allá de las sonrisas forzadas.

 

Sehun sonrió tristemente a los niños mientras se sentaba a la mesa, el corazón apesadumbrado por la carga que Junmyeon llevaba. Los niños estaban tan llenos de vida, tan ajenos al sufrimiento de los adultos que los rodeaban. Kun, miraba a su padre con ojos grandes y curiosos, pero Ningning, parecía captar el dolor de Junmyeon, como si hubiera algo que no podía comprender por completo, pero que le dolía igualmente.

 

Junmyeon se sentó lentamente, sintiendo el peso de las miradas de sus hijos. Estaba intentando sonreírles, pero su rostro no lo acompañaba. Ningning, con la inocencia de una niña pequeña, intentó consolarlo.

 

—Papá, todo va a estar bien, ¿verdad? —dijo con una voz suave, pero llena de una sinceridad que hizo que Junmyeon no pudiera evitar sentirse abrumado.

 

Sehun observó a Junmyeon, preocupado por él. Sabía lo difícil que era para él mantener la compostura frente a los niños. Junmyeon siempre había sido un padre dedicado, pero ahora parecía estar luchando por no derrumbarse frente a ellos.

 

—Claro que sí, cariño —respondió Junmyeon con un hilo de voz, intentando tranquilizar a su hija, aunque las lágrimas estaban a punto de brotar. No podía contenerse más, el dolor era insoportable, y con las palabras de Ningning, el muro que había estado construyendo se desplomó.

 

Las lágrimas comenzaron a caer, y Junmyeon abrazó a sus hijos con fuerza. Ningning y Kun, aunque pequeños, sintieron la angustia de su padre y lo rodearon con sus pequeños brazos, tratando de consolarlo como solo los niños podían hacerlo. Junmyeon los apretó contra su pecho, deseando poder protegerlos de la tristeza y la oscuridad que ahora los envolvía.

 

—Lo siento... lo siento mucho... —susurró Junmyeon entre sollozos. No podía evitar sentirse como si estuviera fallando como padre, fallando como protector.

 

Sehun observaba la escena desde la distancia, su corazón desgarrado. Los niños estaban siendo tan fuertes, tan comprensivos para su edad, y Junmyeon los abrazaba con desesperación, como si fuera la única forma en la que pudiera aferrarse a algo. 

 

Minji, la nana, estaba parada en el umbral de la cocina, observando la escena con ojos llenos de preocupación. Se acercó a Sehun, que miraba a Junmyeon con una expresión vacía, y le habló en voz baja.

 

—Joven Sehun... estoy preocupada, el señor no está bien, no sé qué hacer para ayudarlo. —La ansiedad en la voz de Minji era palpable.

 

Sehun asintió lentamente, sabiendo que la situación se había vuelto más grave de lo que quería admitir. Junmyeon no estaba solo en su dolor, pero Sehun no sabía cómo aliviar la carga que su amado llevaba.

 

—Lo sé, Minji... lo sé. —Sehun dejó escapar un suspiro y se acercó a Junmyeon, poniendo una mano sobre su hombro, en un intento de brindarle algo de consuelo.

 

—Papá... ¿vas a estar bien? —preguntó Kun, mirando a Sehun y a Junmyeon con curiosidad, pero también con una preocupación que solo los niños podían mostrar.

 

Sehun sonrió débilmente a los niños y les acarició el cabello, intentando transmitirles algo de calma.

 

—Papá va a estar bien, chicos, no tienen que preocuparse —respondió, aunque su corazón no podía mentirles. Todo estaba tan incierto, tan lleno de sombras que parecía imposible que estuvieran "bien".

 

Después de un rato, Junmyeon se levantó de la mesa y con un suspiro, intentó recomponerse. Aún le quedaba por hacer, aún tenía responsabilidades que no podía eludir. 

 

—Tenemos que llevarlos a la escuela —dijo Junmyeon, limpiándose las lágrimas, sintiendo el peso de la necesidad de seguir adelante, aunque no tuviera fuerzas.

 

Sehun asintió con una mezcla de resignación y determinación. Necesitaban enfrentarse a la realidad, y aunque la tristeza y la ansiedad los envolvían, no podían dejar de luchar.

 

Después de dejar a los niños en la escuela, los dos se dirigieron a Kim Corporation. La reunión estaba programada para primera hora, y aunque sus corazones estaban llenos de dolor y miedo, sabían que debían continuar. No podían permitirse rendirse. El trayecto en el auto fue silencioso, ambos inmersos en sus propios pensamientos. Sehun deseaba que las cosas pudieran ser diferentes, que el futuro no estuviera tan lleno de incertidumbre. Pero por ahora, solo quedaba avanzar.

 

Al llegar a las puertas de Kim Corporation, Sehun se detuvo un momento antes de entrar y miró a Junmyeon con una mezcla de ternura y preocupación.

 

—¿Estás bien, Jun? —preguntó suavemente, observando los ojos cansados de su pareja.

 

Junmyeon intentó sonreír y asintió, aunque apenas podía ocultar el agotamiento en su rostro.

 

—Sí, estoy bien... solo es un día más —respondió, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos.

 

Sin decir más, Sehun se inclinó y lo besó, un toque suave pero firme, como si en ese beso tratara de transferirle su fuerza. Luego entraron juntos al edificio, caminando hombro con hombro hacia la sala de conferencias donde se llevaría a cabo la reunión para el proyecto Busan.

 

Kim corporation, 8:00 AM 

 

La sala de conferencias estaba repleta. Los altos ejecutivos, gerentes de proyecto y personal clave ya se encontraban allí, esperando ansiosamente el inicio de la presentación que marcaría una de las etapas cruciales del proyecto Busan. Junmyeon, como CEO, se encontraba al frente, mientras Sehun ocupaba su lugar como su secretario, a su lado. A pesar de su postura segura y profesional, Sehun podía sentir la tensión y el agotamiento en cada uno de los movimientos de Junmyeon.

 

Su padre, Kim Junghyun, estaba sentado en la mesa principal, observando a su hijo con una mezcla de frialdad, no hizo ningún esfuerzo por ocultar su mirada escrutadora, evaluando cada palabra y cada gesto de Junmyeon.

 

—Gracias a todos por estar aquí hoy —comenzó Junmyeon, aclarando su garganta antes de seguir–Como saben, el proyecto Busan es una de nuestras mayores apuestas y hemos trabajado arduamente para llevarlo hasta este punto...

 

Mientras hablaba, su voz era firme, aunque notoriamente más apagada que de costumbre. 

Todos en la sala intercambiaban miradas; aunque nadie decía nada, la preocupación era evidente. A pesar de su esfuerzo por mantenerse sereno, Junmyeon no lograba ocultar el leve temblor en sus manos ni el cansancio que teñía su rostro. Pero él continuaba, decidido a cumplir con su deber.

 

—La propuesta de inversión ha sido sólida, y la proyección para el primer trimestre apunta a resultados que superarán nuestras expectativas iniciales...

 

La voz de Junmyeon comenzó a desvanecerse por momentos, sehun lo observaba con el ceño fruncido, notando cómo Junmyeon respiraba con más dificultad y cómo apretaba los dedos contra la mesa, intentando controlar el mareo que empezaba a invadirlo. 

 

Pero no podía parar; faltaba 1 semana para el lanzamiento 

 

—Como parte de la estrategia, hemos decidido...

 

De repente, Junmyeon hizo una pausa, parpadeando varias veces mientras trataba de enfocarse en los documentos frente a él. La habitación parecía moverse a su alrededor, y cada vez le resultaba más difícil mantener la concentración.

 

—Kim... —susurró Sehun, apenas audible, preocupado al ver cómo su respiración se hacía más errática.

 

Pero Junmyeon levantó una mano para indicar que estaba bien, decidido a terminar. Forzó una sonrisa hacia la audiencia y, tambaleante, intentó apoyarse en el respaldo de su silla.

 

—Como decía, el plan a largo plazo es...

 

De pronto, sus palabras se cortaron abruptamente, y los documentos que sostenía cayeron al suelo. El rostro de Junmyeon perdió color y su visión comenzó a nublarse por completo. En un último intento por mantenerse de pie, alzó la mano para alcanzar la silla, pero sus dedos no encontraron su objetivo. Sintió cómo sus piernas cedían y, antes de que pudiera reaccionar, todo se volvió oscuro.

 

El CEO de Kim Corporation se desplomó en el suelo

dejando a todos en la sala en un estado de shock absoluto.

 

—¡Junmyeon! —gritó Sehun, arrodillándose rápidamente junto a él mientras el caos estallaba a su alrededor.

 

—¡Dios mío, el Señor Kim se ha desmayado! —susurraban algunos de los ejecutivos en la sala, con el pánico reflejado en sus rostros.

 

Kim Junghyun se levantó de inmediato y, con una expresión de preocupación inusitada, se acercó a su hijo.

 

—¿Junmyeon...? ¿Junmyeon, estás bien? —preguntó, extendiendo la mano hacia él.

 

Pero antes de que pudiera tocarlo, Sehun se interpuso, apartándolo con firmeza.

 

—¡No se acerque! —exclamó Sehun, su voz llena de rabia contenida mientras miraba al hombre con desdén—. Esto... esto es por su culpa.

 

Kim Junghyun se detuvo, sorprendido ante la reacción de Sehun. Sin decir más, Sehun se inclinó y, con una delicadeza que contrastaba con su expresión endurecida, levantó a Junmyeon en sus brazos. La mirada protectora de Sehun no dejaba lugar a dudas de que no permitiría que nadie, ni siquiera el padre de Junmyeon, se acercara en ese momento.

 

Los murmullos se hicieron más intensos mientras Sehun, con Junmyeon en brazos, caminaba rápidamente hacia la salida de la sala de conferencias.

 

—Por favor, avisen al personal médico —dijo Sehun con voz tensa al pasar junto a uno de los asistentes.

 

Bajó por los pasillos sin detenerse, ignorando las miradas de curiosidad y preocupación de los empleados que observaban el inusual espectáculo. Con cada paso, Sehun sentía cómo el miedo crecía dentro de él, jamás había visto a Junmyeon en un estado tan vulnerable, y la sensación de impotencia lo carcomía por dentro.

 

Finalmente, llegaron a la enfermería, donde la enfermera de turno se apresuró a ayudarlo a recostar a Junmyeon en una camilla. Sehun se quedó a su lado, sujetando su mano con fuerza mientras los médicos de la empresa, comenzaban a examinarlo.

 

—Por favor, despierta... —susurró, acariciando suavemente su rostro, como si su toque pudiera aliviar el dolor que sabía que Junmyeon estaba llevando en silencio.

 

Uno de los médicos se acercó a Sehun después de revisar a Junmyeon.

 

—Parece que está en un estado de agotamiento extremo, su presión está muy baja, y su cuerpo ha llegado a un límite peligroso de estrés —explicó el médico con voz tranquila, aunque su expresión reflejaba la gravedad del asunto.

 

Sehun cerró los ojos un momento, sintiendo una mezcla de furia y tristeza. ¿Cómo había llegado Junmyeon a este punto? Sabía que la presión de la empresa, el proyecto Busan, y los problemas familiares lo habían estado afectando, pero nunca pensó que el costo sería tan alto. El sonido de las puertas de la enfermería cerrándose de golpe resonó en los pasillos vacíos de Kim Corporation, dejando a Sehun y Kim Junghyun afuera, de pie, uno frente al otro. 

 

Sehun apenas pudo estar a su lado, ya que tenían que revisar bien al CEO , La tensión era palpable, como si el aire estuviera cargado de electricidad, junghyun observó, nervioso, el lugar donde su hijo había sido llevado, pero su expresión no mostraba preocupación, solo una frialdad que parecía venir de años de resentimientos no resueltos. Sehun, incapaz de contener la rabia, dio un paso hacia él, sus ojos llenos de furia, pero también de dolor, no podía creer lo que acababa de suceder, ni mucho menos que Junghyun hubiera mostrado el más mínimo signo de preocupación por Junmyeon ahora, después de todo lo que había hecho en el pasado.

 

—¿Ahora te preocupas por él? —preguntó Sehun, su voz baja pero llena de veneno. Junghyun no respondió de inmediato, pero la mirada que le lanzó fue tan fría como siempre.

 

Sehun lo miró con desprecio, incapaz de mantenerse en silencio.

 

—Ayer lo persiguió, lo grito , casi lo golpea y lo desvinculaba de los Kim... ¿Y hoy vienes aquí, fingiendo que te importa? ¿Qué clase de padre eres, eh?

 

Junghyun le dedicó una mirada fulminante, sus ojos chisporroteando con desdén.

 

—¿Y tú qué sabes de ser padre, Oh Sehun? —gruñó, apretando los dientes. No podía soportar la presencia de Sehun, recordándole constantemente a su padre, Oh Seunghyun, el hombre que había arruinado tantas vidas, incluida la suya.

 

Sehun avanzó un paso más, la rabia ahora completamente desbordada.

 

—¿Sabes qué es lo que me enoja Señor Kim? —preguntó con furia, su voz ya sin control—Es que tú odias a mi padre tanto, que me odias a mí por ser como él. Pero te olvidas de algo,yo no soy mi padre, yo no te traicioné, yo no me metí en tu vida y te destrocé. ¡Yo no soy él! 

 

Junghyun frunció el ceño, mirando a Sehun como si fuera un enemigo. Su odio por Seunghyun siempre había sido más grande que cualquier otra cosa, y veía a Sehun como una extensión de aquel hombre que tanto despreciaba.

 

—No eres más que un reflejo de él, un hijo de su sangre, no puedo ni verte, Oh Sehun —respondió Junghyun, apretando los puños con tal fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. 

 

La ira que sentía por el hombre frente a él no tenía límites, la sola idea de que Sehun, con su presencia y su nombre, pudiera acercarse a su familia era insoportable.

 

Sehun se rió amargamente, casi con tristeza.

 

—¿De verdad crees que me importa lo que piensas de mí? —preguntó con dureza—¿Crees que porque me odias, me voy a alejar de Junmyeon? ¿Crees que voy a dejarlo solo después de todo lo que hemos pasado juntos? ¿Porque tú me odias a mí y me ves como a tu enemigo?

 

La mirada de Junghyun era más dura que nunca, pero Sehun no se detuvo.

 

—¡Escúchame bien!, Junmyeon es mi responsabilidad ahora, y no permitiré que nadie, ni siquiera tú, lo destruya más de lo que ya lo has hecho–dijo, avanzando un paso más hacia él, desafiándolo con la mirada. El odio de Junghyun era palpable, pero Sehun no retrocedería. No lo haría.

 

Junghyun apretó los dientes, y la rabia explotó en su pecho, en un movimiento rápido, levantó una mano, como si fuera a golpearlo, pero Sehun no mostró temor. Ambos se miraron a los ojos, dispuestos a ir hasta el final.

 

—¡Cálmate, Kim Junghyun! ¿Me vas a pegar? —gritó Sehun, aún con la voz llena de ira—. ¡Es suficiente! No vas a hacerle más daño a Junmyeon, no lo voy a permitir, ysi eso significa que tengo que quedarme entre tú y él, lo haré.

 

Sehun respiraba con dificultad, pero no bajó la guardia. Su mente era un torbellino, las palabras de Junghyun retumbaban en su cabeza, y la ansiedad por el estado de Junmyeon lo consumía. Pero también había una verdad a la que no podía escapar: el odio de Junghyun por su padre lo había marcado, y esa rabia seguía viva, trasladada directamente a él.

 

Junghyun lo miró, despectivo.

 

—No sabes nada, Sehun, no tienes ni idea de lo que tu familia le ha hecho a la mía —respondió, su voz cargada de veneno—. ¿Quieres saber por qué me molesta tanto tu existencia? Porque tu padre, Seunghyun, destruyó todo lo que yo tenía, quiso quitarme mi legado, y tú eres su imagen, eres como él en todo, y no me importa lo que digas.

 

Sehun lo miró con más intensidad.

 

—¿Y si te pregunto, Kim Junghyun? ¿Y si te pregunto si tú fuiste el que mató a mi madre, Oh Mina? —preguntó con los ojos llenos de furia, su voz ahora cargada de reproche. Las palabras salieron de su boca como una explosión, como una verdad que había estado retenida demasiado tiempo.

 

El silencio cayó como un peso sobre ellos. Junghyun, al escuchar su nombre, se tensó visiblemente, sus ojos se estrecharon en una mezcla de sorpresa y enojo. No podía creer que Sehun le hiciera esa pregunta, no podía creer que lo acusara de algo tan atroz. Pero, al mismo tiempo, algo en su interior se removió, como si una parte de él quisiera salir de esa oscuridad que lo había acompañado todos estos años.

 

—No hables de cosas que no entiendes, Oh Sehun —dijo Junghyun con voz tensa, casi amenazante—No sé nada de lo que hablas, pero jamás permitiré que me acusen de algo tan bajo.

 

Sehun lo observó detenidamente, notando la evasión en sus palabras, la culpa no dicha que flotaba en el aire. La pregunta estaba ahí, suspendida en el ambiente, tan densa como la rabia de los dos hombres.

 

—Si no tienes nada que ocultar... ¿por qué no me miras a los ojos? —le dijo Sehun, su voz temblando de ira y dolor—Si no tienes nada que ver con la muerte de mi madre, ¿por qué te pones tan nervioso? 

 

Junghyun tragó saliva, su rostro ahora completamente rígido. Sin más palabras, dio un paso atrás, dejando a Sehun con la sensación de que había tocado algo demasiado profundo. Algo que Junghyun no quería, ni podía, enfrentar.

 

—Tú y yo sabemos que uno de ustedes dos tuvo algo que ver con su muerte, y tengo mis sospechas —dijo Sehun, sin apartar la mirada—No me sorprendería que fueras tú Señor kim, eres capaz de todo cuando se trata de tu "preciada" familia.

 

La mirada de Junghyun se tornó asesina, y sus manos temblaron, como si estuviera conteniéndose para no cruzar la línea. Sus labios se tensaron en una línea fina, y apenas controló el impulso de golpear a Sehun.

 

—Tu lugar no es aquí, Sehun, nunca lo ha sido —dijo Junghyun con un odio apenas contenido—. Los Oh siempre han sido un cáncer para los Kim, y tú no eres la excepción, no soporto verte aquí, en mi empresa, con mi hijo.

 

Sehun dio un paso adelante, quedando a centímetros de Junghyun, sus ojos oscuros y desafiantes.

 

—Si realmente quieres proteger a Junmyeon, deberías empezar por darte cuenta de que no necesita que lo apartes de todo, necesita que dejes de controlarlo, yo lo amo, y voy a estar a su lado le guste o no.

 

Junghyun bufó, lanzando una mirada de puro odio.

 

—¿Amor? —repitió con sarcasmo—No tienes ni idea de lo que significa eso, es un manipulador que ha usado a mi hijo para tus propios fines, no eres más que un intruso.

 

Sehun sintió cómo su propia rabia crecía, como una tormenta que amenazaba con desbordarse.

 

—Tú nunca has visto a Junmyeon como una persona, solo lo has visto como un trofeo para tus propios logros, como algo que puedes moldear a tu antojo y lo hiciste sumiso, pero él no es tuyo, y no voy a permitir que sigas envenenando su vida.

 

Los ojos de Junghyun destellaron, pero antes de que pudiera responder, la puerta de la enfermería se abrió. Ambos se giraron de inmediato, rompiendo el tenso enfrentamiento.

 

La enfermera salió, mirándolos a ambos con una expresión de desaprobación antes de dirigirse a Sehun.

 

—El señor Kim está despierto y preguntó por usted–anunció la enfermera, con un tono de seriedad—Por favor, puede entrar.

 

Sehun apenas había dado un paso hacia la enfermería cuando sintió la mano de Junghyun en su brazo, deteniéndolo, el agarre era firme, una clara advertencia de que no tenía intención de dejarlo pasar sin antes imponer su autoridad.

 

—No tienes nada que hacer aquí, Oh Sehun —dijo Junghyun, su voz baja pero cargada de desprecio.

 

Sehun lo miró con una mezcla de ira y determinación, liberándose del agarre con un movimiento brusco, se negó a dejarse intimidar, especialmente en un momento como este.

 

—Junmyeon me necesita. —Su respuesta fue fría, pero su voz reflejaba el peso de su preocupación—Y no voy a dejarlo solo solo porque tú lo digas.

 

Sin esperar respuesta, Sehun entró en la habitación, dejando a Junghyun en el umbral, tenso y frustrado. Dentro, Junmyeon estaba recostado en la camilla, con los ojos cerrados y conectado a un suero que goteaba lentamente. Parecía tan frágil, su piel más pálida de lo habitual, y Sehun sintió una punzada en el pecho al verlo así.

 

Al escuchar la puerta, Junmyeon abrió los ojos lentamente. Una pequeña sonrisa de alivio apareció en su rostro al ver a Sehun, y extendió la mano débilmente hacia él.

 

—Sehun... —susurró, apenas audible.

 

Sehun se acercó de inmediato, tomando la mano de Junmyeon con cuidado, como si temiera lastimarlo más. Su mirada estaba llena de preocupación y ternura.

 

—Estoy aquí, Mi amor. —Apretó suavemente su mano, transmitiéndole todo el apoyo que podía en ese simple gesto—Todo va a estar bien.

 

En ese momento, el doctor se acercó para hablar con ambos, aunque dirigió sus palabras principalmente a Sehun, quien claramente se había convertido en el principal apoyo de Junmyeon.

 

—El señor Kim ha estado bajo mucho estrés y su cuerpo está debilitado —explicó el doctor en tono profesional—Necesita descanso, tanto físico como mental, y alguien que lo cuide de cerca para evitar que sufra otra recaída, va tener que tomar vitaminas y medicamentos para no debilitarse. 

 

Sehun asintió, comprendiendo la seriedad de la situación. Observó a Junmyeon, quien, a pesar de su debilidad, parecía relajado en su presencia, como si la cercanía de Sehun fuera todo lo que necesitaba para sentirse seguro, en este momento no les importaba ser descubridos por los doctores, al final del dia, eran sus últimos días aquí... 

 

Pero la tranquilidad se rompió en cuanto Junghyun entró a la habitación, el padre de Junmyeon se acercó lentamente, observando a su hijo con una expresión indescifrable, aunque había algo en sus ojos, quizá una mezcla de dolor y preocupación, su orgullo seguía impidiéndole demostrarlo abiertamente. Junmyeon miró a su padre con frialdad, apenas levantando la cabeza de donde descansaba sobre el pecho de Sehun, sehun sintió cómo la mano de Junmyeon temblaba ligeramente, y sin pensarlo dos veces, lo rodeó con el brazo, permitiéndole que se refugiara en él.

 

Junghyun notó el gesto y frunció el ceño, su molestia evidente. Aun así, trató de mantener la compostura.

 

—Junmyeon... —empezó, pero su voz se apagó al ver la indiferencia de su hijo, quien no hizo el menor esfuerzo por responder.

 

Junmyeon giró el rostro hacia Sehun, rehusándose a enfrentar a su padre, y se hundió aún más en su abrazo, como si buscara refugio en él. Aquel gesto, lleno de rechazo, era como una daga para Junghyun, quien permaneció en silencio, sin saber cómo reaccionar.

 

—No tienes por qué esforzarte en fingir que te importa, Señor Kim —dijo Sehun con voz firme, sin apartar la vista de Junmyeon, acariciándole el cabello suavemente—. Tu hijo ya sabe lo que realmente piensas de él... y de nosotros.

 

Junghyun apretó los puños, intentando controlar el enojo que hervía en su interior. Se sentía atrapado entre su propio orgullo y el dolor de ver a su hijo herido, tan dependiente de alguien a quien él jamás aceptaría.

 

—Junmyeon, lo único que quiero es protegerte, eres mi hijo, y me preocupa lo que este... —hizo una pausa, lanzando una mirada cargada de odio a Sehun—Lo que este hombre pueda hacerte, no quiero que te lastime.

 

Junmyeon finalmente alzó la vista, aunque se mantuvo aferrado a Sehun.

 

—¿Protegerme? —Su voz era apenas un susurro, pero cada palabra estaba llena de amargura—. ¿Así llamas a todo lo que has hecho últimamente? Desvincularme de la familia, amenazarme... no necesito tu "protección", padre.

 

La expresión de Junghyun se tornó amarga, como si las palabras de su hijo lo golpearan en lo más profundo. Pero no podía rendirse. No quería mostrar debilidad frente a Sehun.

 

—Todo lo que hago, lo hago por el bien de la familia–respondió con firmeza—Aunque tú no lo veas, aunque ahora no lo entiendas.

 

Junmyeon negó suavemente, apoyando de nuevo su cabeza en el hombro de Sehun.

 

—Si de verdad me importaras, papá... aceptarías que quiero a Sehun, y dejarías de actuar como si él fuera mi enemigo —dijo, cerrando los ojos con cansancio.

 

La tensión en la habitación era palpable, y por un instante, Junghyun pareció incapaz de responder. Sehun no lo apartó de la escena, pero dejó claro, con su presencia inamovible, que estaba dispuesto a proteger a Junmyeon de cualquier cosa... incluso de su propio padre. Junmyeon permanecía aferrado a Sehun, su cuerpo casi temblando. La presencia de su padre solo lograba aumentar la ansiedad que sentía, y aunque intentaba mantenerse firme, su debilidad y el agotamiento emocional eran evidentes. No podía evitar recordar cada momento de rechazo, cada palabra hiriente y la frialdad con la que su padre lo había tratado últimamente.

 

Finalmente, respiró hondo, tratando de reunir la fuerza que le quedaba. Sin levantar la vista, susurró:

 

—Papá... por favor, vete.

 

Las palabras, aunque suaves, fueron como una sentencia, junghyun, sorprendido por el tono de voz de su hijo, abrió la boca como si fuera a decir algo, pero la miraba de Junmyeon, aunque debilitada, era firme. Era una petición clara, y por primera vez, Junghyun sintió que su hijo lo alejaba definitivamente.

 

—¿Junmyeon...? —murmuró, intentando acercarse, pero al ver el miedo en los ojos de su hijo, se detuvo. Su rostro mostraba una mezcla de confusión, dolor y orgullo herido.

 

Sehun, viendo el esfuerzo de Junmyeon por mantenerse fuerte, apretó suavemente su hombro, sosteniéndolo y brindándole apoyo. Su mirada hacia Junghyun era implacable, transmitiéndole que haría lo que fuera necesario para proteger a Junmyeon.

 

—Creo que has escuchado lo que él ha dicho —dijo Sehun con voz baja pero firme, su tono casi desafiante—Veté

 

Junghyun tragó saliva, intentando mantener su compostura, ver a su hijo tan débil, en los brazos de Sehun, y aún así rechazándolo, era más de lo que había imaginado, pero su obstinación no le permitían ceder, junghyun los miró a ambos una última vez. El orgullo y la amargura lo hacían sentirse traicionado, pero la expresión de Junmyeon y el modo en que Sehun lo sostenía dejaban claro que su presencia no era bienvenida.

 

Con una última mirada fría hacia Sehun, Junghyun se dio media vuelta y salió de la habitación sin decir otra palabra, cerrando la puerta con un sonido sordo que resonó en la enfermería. En cuanto se quedaron solos, Junmyeon soltó un suspiro tembloroso y se hundió un poco más en los brazos de Sehun. La tensión se desvanecía lentamente, pero las lágrimas contenidas comenzaron a aparecer en los ojos de Junmyeon.

 

Sehun lo abrazó con suavidad, acariciando su cabello.

 

—Ya está, Junmyeon —susurró en su oído, su voz llena de ternura—. Estoy aquí, y no voy a irme a ningún lado.

 

Junmyeon cerró los ojos, permitiéndose relajarse en el abrazo de Sehun, sintiendo que, al menos por ahora, estaba en un lugar seguro.

 

Después de una hora, Sehun se vio obligado a dejar la enfermería para regresar a la oficina. Sabía que Junmyeon necesitaba descanso, pero el trabajo seguía y no podía abandonar sus responsabilidades, por lo que tenía que continuar con lo que Junmyeon había planeado para el día. Al caminar por los pasillos de Kim Corporation, algunos empleados lo miraban con curiosidad y comenzaban a susurrar entre ellos.

 

—¿Has oído? El CEO se desmayó. —Una voz femenina comentó con tono escandaloso, apenas disimulando el murmullo.

 

—¿De verdad? ¿Y qué pasó? —respondió otra, un poco más baja. —Dicen que estaba agotado, pero parece que hay algo más, estaba tan pálido... 

 

—No puede ser, ¿tú crees? —se escuchó una tercera voz, incrédula—. Yo digo que es por todo lo que ha estado pasando últimamente, el proyecto Busan, la presión de la empresa, y todo lo de su familia... Hay que ver cómo se recupera.

 

—Es padre de dos hijos, seguro le cansa todo–Hablo otra persona

 

Los murmullos se intensificaban a medida que Sehun caminaba por los pasillos, escuchando fragmentos de las especulaciones. Podía notar las miradas curiosas y las voces susurrantes, pero no les prestó atención. Cuando finalmente llegó a la oficina de Junmyeon, la tensión no había desaparecido. Sehun se sentó en la silla de su novio, mirando las pilas de papeles y documentos que debía revisar y procesar, no estaba acostumbrado a hacer el trabajo administrativo de Junmyeon, pero sabía que era necesario, mientras recorría los informes y analizaba los planes del proyecto Busan, no podía evitar preguntarse qué estaba sucediendo en su vida, su mente, por un lado, estaba centrada en el bienestar de Junmyeon, pero por otro lado, sentía una creciente sensación de incomodidad. Todo esta yéndose abajo, y el miedo más grande era que Kim junghyun lo acuse con su padre. 

 

Su teléfono vibró sobre la mesa. El número era familiar, pero hacía semanas que no recibía noticias de esa persona. 

 

Seunghyun, su padre, estaba llamando.

 

Sehun miró el teléfono durante un par de segundos, dudando si responder, su padre no era alguien con quien quisiera hablar en este momento, especialmente después de todo lo que había sucedido. Pero algo en su interior le decía que no podía ignorarlo. Decidió contestar.

 

—¿Que pasó, padre? —la voz de Sehun fue fría y directa, sin muchas ganas de mantener una conversación.

 

—Hola Sehun —la voz de su padre sonó calmada, incluso educada, lo que hizo que Sehun se sintiera aún más incómodo—. ¿Cómo estás? He estado ocupado, pero quería hablar contigo después de tanto tiempo. 

 

Sehun apretó los dientes, sabiendo que había algo extraño en la forma en que su padre lo estaba tratando. Las semanas de silencio, el hecho de que lo llamara justo ahora, cuando las cosas con Junmyeon se estaban complicando... todo era sospechoso.

 

—No necesito que me llames, ¿por qué ahora?–Sehun preguntó, su tono tajante. Sentía una creciente ansiedad en su pecho, pero intentó ocultarlo. 

 

—Es solo que he estado pensando en todo lo que sucedió —continuó Oh Seunghyun, como si estuviera hablando sobre algo trivial—. Estaba esperando que fueras a terminar tus estudios, y ahora que ya lo hiciste... creo que es hora de que hablemos cara a cara, necesito explicarte algunas cosas.

 

El tono calmado y distante de su padre solo aumentó la incomodidad de Sehun. ¿Por qué ahora? ¿Por qué había esperado tanto para contactarlo? Se suponia que "Hoy" era la fecha que indicaba la universidad para terminar la maestría, su padre seguro lo estaba controlando o era Una total coincidencia....

 

—¿Qué cosas necesitas explicarme? —Sehun no pudo evitar mostrar su desconfianza. Estaba harto de que su padre jugara con sus emociones, y ahora todo se sentía aún más sospechoso.

 

—No te preocupes por eso, hijo —respondió su padre, con tono indulgente—. Solo quiero que nos sentemos, en persona, hay temas familiares que debemos discutir, tú y yo necesitamos hablar como padre e hijo.

 

El silencio se hizo presente por unos segundos, mientras Sehun evaluaba las palabras de su padre. Algo no cuadraba. ¿Qué tipo de conversación necesitaban tener ahora? ¿Por qué le decía que debía verlo en persona, después de tanto tiempo sin contacto? 

 

—¿De qué se trata, padre? —Sehun preguntó, esta vez con un tono más desafiante. Estaba cansado de los misterios que rodeaban a su familia.

 

—Lo sabrás cuando nos veamos —respondió su padre con voz enigmática—Te espero en mi oficina esta noche. A las 8. No te retrases.

 

Sehun guardó silencio, el nudo en su estómago creciendo. ¿Qué quería su padre de él ahora? ¿Qué tenía planeado?

 

—Nos vemos —dijo Sehun, desconcertado y preocupado.

 

Colgó la llamada sin añadir más, mirando el teléfono con desconfianza. Algo no estaba bien. Todo esto parecía estar relacionado con la investigación sobre Oh Mina, el misterio que él y Junmyeon intentaban resolver. Pero ahora, de repente, su padre quería verlo. ¿Era una trampa? ¿Un intento de manipularlo de nuevo? Mientras pensaba en ello, la sensación de incomodidad no hizo más que crecer. Sabía que tenía que ir, pero también entendía que cualquier cosa podía ocurrir allí. 

 

La pregunta era:

 

¿estaba listo para enfrentarse a la verdad de lo que su padre quería de él?

 

Notes:

Hola! Nuevo capitulo! A partir de los siguientes capitulos, nuestra segunda pareja favorita va aparacer... espero que les guste!!

Chapter 20: Capitulo 19 | Amor en ruinas

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Kim corporation, 12:00 PM

 

El reloj avanzaba lentamente mientras Sehun permanecía sentado en su escritorio, con la mente más ocupada por las palabras de su padre que por cualquier otra cosa. Todo lo que había sucedido en las últimas horas lo tenía al borde de la ansiedad. La llamada de su padre había sido inesperada, y aunque intentaba mantener la calma, un nudo en su estómago no dejaba de crecer. No podía evitar sentirse atrapado entre su familia y su vida con Junmyeon. La conversación con Oh Seunghyun, un hombre cuyo único propósito parecía ser manipularlo y usarlo para sus propios fines, le rondaba constantemente en la cabeza.

 

Junmyeon estaba en la enfermería de la empresa descansando, como había dicho el doctor. El jefe de Sehun estaba recibiendo su suero y comenzaba a sentirse mejor, pero aún se notaba débil, después de todo lo que había pasado, Sehun no quería dejarlo ni por un segundo. Si Junmyeon había estado tan cerca de perder el conocimiento en una reunión tan importante, entonces su bienestar era lo primero.

 

Al mediodía, el doctor le comunicó que Junmyeon podría recibir el alta y que ya podría irse a casa. Las palabras llegaron como un respiro para Sehun, quien estaba impaciente por ir a su lado.

 

Sehun no perdió tiempo, salió de la oficina y se dirigió directamente a la enfermería, donde Junmyeon estaba descansando, aún con una expresión fatigada en su rostro. A pesar de estar descansando, no parecía del todo tranquilo. La preocupación por el futuro de la empresa y la presión familiar seguían pesando sobre sus hombros. 

 

—Junmyeon... —Sehun susurró con una suave sonrisa, al entrar en la habitación.

 

Junmyeon abrió los ojos lentamente y lo miró, esbozando una sonrisa tenue al verlo. Aunque todavía se sentía agotado, tener a Sehun cerca lo calmaba.

 

—¿Cómo te sientes? —preguntó Sehun, acercándose a la cama.

 

—Mejor... —Junmyeon respondió, su voz más suave de lo normal. Intentó sentarse, pero Sehun lo ayudó rápidamente.

 

—El doctor dijo que te daban el alta, ¿quieres irte a casa? –Sehun preguntó mientras le arreglaba la almohada para que estuviera más cómodo.

 

Junmyeon asintió débilmente, pero una sombra de preocupación cruzó su rostro.

 

—Sí, pero tengo que seguir al tanto de todo, la reunión de hoy... el proyecto Busan... no puedo fallar. —Sus palabras fueron entrecortadas, como si la presión estuviera regresando. 

 

Sehun le acarició el cabello, tratando de tranquilizarlo.

 

—No te preocupes por eso ahora, mi amor, te recuperarás bien, el trabajo puede esperar. 

 

Junmyeon lo miró con gratitud, pero también con cierto sentimiento de culpabilidad. Sabía que no podía evitar la responsabilidad que pesaba sobre él, pero apreciaba la preocupación de Sehun. Finalmente, con la ayuda de Sehun, se puso en pie y se dirigieron a la salida de la enfermería.

 

Mientras caminaban hacia el estacionamiento para ir a casa con los niños, Sehun pensaba en cómo abordar la conversación que había estado evitando. Sabía que era algo importante, algo que no podía seguir ocultando. Su padre había pedido verlo, y esa era una cita que no podía ignorar, aunque su intuición le decía que no traería nada bueno.

 

En el camino, Sehun finalmente decidió que era el momento de contarle a Junmyeon lo que sucedía.

 

—Amor, tengo algo que contarte. —Su tono de voz era serio, casi temeroso. Junmyeon lo miró de reojo, notando que la atmósfera había cambiado.

 

—¿Qué pasa? —preguntó Junmyeon, ahora con un poco más de atención. Sehun dejó escapar un suspiro.

 

—Mi padre me llamó hace un rato —comenzó, su voz tensa. Junmyeon frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien. 

 

—¿Tu padre? —repitió Junmyeon, sorprendida, al escuchar el nombre de Oh Seunghyun. Había estado un tiempo sin saber nada de él, y la idea de que Sehun volviera a estar en contacto con su padre lo incomodaba.

 

Sehun asintió, concentrado en la carretera mientras conducía hacia la mansión.

 

—Sí. Hace semanas que no sé nada de él, pero me llamó hoy—Sehun apretó el volante con más fuerza mientras pensaba en las palabras que su padre le había dicho. —Me pidió que lo viera... que quisiéramos hablar sobre "temas familiares". 

 

La manera en que Sehun dijo "temas familiares" hizo que Junmyeon lo mirara fijamente, claramente desconcertado. 

 

—¿Temas familiares? ¿De qué está hablando? —preguntó Junmyeon, mientras su mente empezaba a hacer conexiones entre el misterio de la muerte de Oh Mina y la llamada de Seunghyun. Algo no cuadraba.

 

Sehun respiró profundamente antes de responder.

 

—No lo sé, no me dio detalles, Solo dijo que era hora de que nos viéramos, y que necesitaba hablar conmigo en persona. —Sehun se inclinó hacia adelante, sintiendo un mal presagio. —Lo que no entiendo es por qué ahora, después de todo lo que ha pasado.

 

Junmyeon frunció el ceño, claramente preocupado por la tensión que emanaba de Sehun.

 

—Esto no me gusta... —dijo Junmyeon, con una leve mueca en su rostro. —Sabes que no es normal que tu padre quiera hablar contigo, no ahora, No cuando todo lo que ha sucedido entre ustedes siempre es discusiones, ¿Qué quiere realmente?

 

Sehun no lo sabía. Pero tenía la extraña sensación de que su padre estaba jugando un juego, y no estaba seguro de si estaba dispuesto a seguir participando en él.

 

—Voy a ir a verlo, pero no sé qué esperar. No sé si quiero saber lo que tiene que decir.–La verdad era que Sehun temía que la conversación fuera una trampa. 

 

Un intento más de manipularlo, como siempre lo había hecho.

 

Junmyeon, aunque débil, le tomó la mano con firmeza.

 

—Sea lo que sea, no lo enfrentes solo. Si te veo tan tenso es porque me importa, Sehun. —Su voz se volvió más suave, y Sehun sintió un consuelo inmediato en sus palabras.

 

—Lo sé, Junmyeon. Lo sé... —Sehun respiró hondo, intentando calmarse antes de llegar a la mansión.

 

Pero algo en su interior no dejaba de inquietarlo.

 

¿Qué quería realmente su padre de él?

¿Qué estaba pasando tras las sombras, y cómo afectaría esto su futuro con Junmyeon?

 

Después de un rato de manejar por las calles tranquilas, Sehun finalmente llegó a la mansión de Junmyeon, donde los niños, Ningning y Kun, estaban esperando con ansias. En cuanto los vio, sus rostros se iluminaron y corrieron hacia él.

 

Mansión de junmyeon, 12:45 PM

 

—¡Papá, Tio hun! —gritó Kun, abrazando a Sehun con fuerza.

 

Ningning se unió al abrazo, pero luego miró a su papá, que estaba un poco más atrás, caminando con pasos más lentos debido a la debilidad que aún sentía.

 

—Papá, ¿cómo te sientes? —preguntó Ningning, preocupada por Junmyeon, mientras tomaba su mano. La niña de cuatro años había estado muy pendiente de él desde su regreso.

 

Junmyeon sonrió débilmente, pero su voz sonaba cálida y suave.

 

—Estoy mejor, cariño. Solo necesito descansar un poco. No te preocupes, ¿sí?

 

—Pero papá, te cuido yo. —Kun hizo una carita seria y se acercó, abrazando a su papá por las piernas. —¡Yo cuidaré de ti! Prometido.

 

Junmyeon se inclinó y acarició su cabeza con una sonrisa. Sentir la calidez y el cariño de sus hijos lo reconfortaba. Sehun, viendo la interacción, no pudo evitar sonreír también. Era tan obvio lo mucho que los niños amaban a su papá.

 

—¿Y tú, Ningning? —le preguntó Junmyeon, mirando a su hija. —¿Vas a cuidarme también?

 

Ningning asintió con firmeza.

 

—Sí, papá, te voy a dar mucha comida y también voy a ayudarte con todo. ¡Te haré sopa! —dijo ella, con un brillo de determinación en sus ojos.

 

Junmyeon rió suavemente, sintiéndose aún más reconfortado por el cariño de sus pequeños.

 

—Estoy seguro de que lo harás muy bien, mi amor–Le acarició la cabeza con ternura. —Gracias, mis amores 

 

Sehun observó la escena, sabiendo que Junmyeon necesitaba este tipo de apoyo. Los niños, a pesar de ser tan pequeños, tenían una comprensión impresionante de cómo hacer sentir a su padre mejor. Luego, con los niños en su compañía, Sehun ayudó a Junmyeon a caminar hacia la mesa del comedor, donde ya estaba preparada una comida especial que Minji había preparado.

 

La comida estaba deliciosa, como siempre, y se sentaron juntos alrededor de la mesa, comenzando a comer mientras los niños charlaban animadamente.

 

—Papá, ¿me ayudas con la sopa? —Kun le pidió, mientras levantaba su cuchara, tratando de no derramar el caldo por todos lados.

 

—Claro corazón. —Junmyeon se inclinó para servirle más sopa en su tazón, ningning, viendo esto, hizo lo mismo con su propio plato, sonriendo feliz de estar ayudando a su papá.

 

Sehun observaba con cariño cómo Junmyeon interactuaba con los niños, sintiéndose afortunado de estar a su lado en esos momentos. Aunque el día había comenzado con tanta tensión, ver la felicidad de los niños y la conexión entre ellos era un recordatorio de lo que realmente importaba.

 

—Papá, yo te voy a dar el jugo. —Ningning levantó su vaso, con la esperanza de que su papá aceptara. Sehun se dio cuenta de que la niña estaba tratando de seguir el ejemplo de su hermano y cuidar de su padre.

 

Junmyeon asintió, tomando el vaso de jugo con una sonrisa cálida. Los niños realmente estaban pendientes de él, cuidándolo en cada momento. Era una hermosa muestra de cómo, a pesar de la incertidumbre que se cernía sobre su vida, su familia siempre estaba allí para apoyarlo.

 

Mientras tanto, Sehun terminó su comida, aunque la conversación estaba algo centrada en los niños, Sehun observaba a Junmyeon, atento a cualquier signo de que no se sentía bien. Aunque Junmyeon se esforzaba por mantener una apariencia tranquila y fuerte, Sehun notó que había algo en su postura que aún mostraba signos de agotamiento.

 

—¿Cómo te sientes ahora? —le preguntó Sehun en voz baja, mirando fijamente a Junmyeon–¿Necesitas descansar un poco más?

 

Junmyeon sonrió levemente.

 

—Estoy bien, solo... un poco cansado. —Hizo una pausa y miró a los niños. —Pero verlos tan felices me hace sentir mejor.

 

kun, con una sonrisa traviesa, se acercó a su papá y le tomó la mano.

 

—Papá, ¿sehun va a dormir con nosotros hoy la siesta? —preguntó con inocencia, mientras tomaba su plato vacío.

 

Junmyeon miró a Sehun y asintió suavemente.

 

—Si Sehun no tiene ningún problema, claro que sí–Miró a Sehun con una sonrisa cansada pero genuina.

 

Sehun, a pesar de tener que regresar al trabajo, sintió que era importante estar cerca de Junmyeon. La reunión con su padre era tarde así que estaba despreocupado, lo que realmente necesitaba Junmyeon ahora era un poco de descanso y paz junto a su familia. 

 

—No me importa amor, Si los niños quieren que estemos juntos, no tengo ningún problema. —Sehun respondió con sinceridad.

 

Los niños, al escuchar esto, comenzaron a saltar de alegría, especialmente Kun, que se acercó a Sehun para darle un abrazo.

 

—¡Qué bien! Papá y Sehun juntos. —Kun saltó y aplaudió.

 

Junmyeon rió suavemente, mientras veía cómo Sehun se hacía cargo de la situación. Después de todo lo que habían pasado, el hecho de que Sehun estuviera allí para apoyar a su familia lo hacía sentir más tranquilo.

 

En ese momento, Sehun decidió que se tomaría el resto del día libre. No quería que Junmyeon se sintiera solo ni incompleto. Mientras los niños seguían hablando sobre lo que iban a hacer por la tarde, Sehun observó a Junmyeon, decidido a hacer todo lo posible para que ese día fuera más fácil para él.

 

—Entonces, ¿qué tal si pasamos la tarde con los niños? —dijo Sehun, con una ligera sonrisa. —Puedo quedarme con ellos mientras tú te tomas un buen descanso.

 

Junmyeon asintió, contento de que Sehun estuviera dispuesto a hacerlo.

 

—Me parece una excelente idea. —Dijo Junmyeon, cerrando los ojos por un momento, sintiendo que el agotamiento comenzaba a vencerlo. 

 

Así, rodeados de la calidez de la familia, Sehun y Junmyeon pasaron un almuerzo tranquilo, con los niños cuidando a su papá mientras Sehun se encargaba de todo lo que necesitara.

 

15:00 PM

 

La tarde pasó entre risas, abrazos y la tranquilidad que solo la familia podía ofrecer. Después de almorzar, los niños fueron los primeros en saltar de sus sillas y correr hacia la habitación de su padre, emocionados por la idea de descansar con su papá. Junmyeon, aunque todavía algo agotado, se recostó en la cama, arrullado por la calidez de su hogar. Ningning y Kun, como siempre, se acomodaron a su lado, mientras Sehun se aseguraba de que todo estuviera en orden.

 

A pesar de la paz que los rodeaba, Sehun no podía evitar sentir una tensión en su pecho. Su mente seguía regresando a la llamada que recibió de su padre, y aunque intentaba no mostrarlo, no podía evitar estar preocupado. Sabía que su padre, Oh Seunghyun, probablemente estaba detrás de algo más grande, algo que podría complicar aún más su relación con Junmyeon. Pero ahora, en ese momento, estaba decidido a dejar esas preocupaciones atrás. Junmyeon necesitaba descansar, y los niños necesitaban sentir el calor de la familia.

 

Sehun se tumbó junto a Junmyeon, con Ningning y Kun acurrucados entre ellos, junmyeon sonrió suavemente al sentir el cariño de los pequeños, pero también se dio cuenta de que Sehun no podía dejar de mirar al techo, perdido en sus pensamientos.

 

—¿Te pasa algo? —le susurró Junmyeon, con una voz baja, pero cargada de preocupación.

 

Sehun, al escuchar la suavidad de su voz, se giró para mirarlo. Aunque Junmyeon estaba descansando, sus ojos reflejaban una preocupación similar a la suya. Sehun suspiró antes de responder.

 

—Es solo... mi padre. Quiero estar aquí, pero no puedo dejar de pensar en lo que me dijo. —Sehun pasó una mano por su cabello, rascándose la nuca con un gesto nervioso. —Quiero protegerte, Junmyeon, pero tengo miedo de que mi padre sepa más de lo que crees.

 

Junmyeon lo miró fijamente, sus ojos cargados de comprensión.

 

—Sehun, no tienes que preocuparte. Estoy aquí contigo, y no dejaré que nada te pase. —Le acarició la mejilla, intentando calmarlo. —Si tu padre quiere hacer algo, lo enfrentaremos juntos...

 

Las palabras de Junmyeon, cargadas de confianza, hicieron que Sehun se sintiera un poco más aliviado. A pesar de todo lo que estaba ocurriendo, tener a Junmyeon a su lado lo hacía sentir más fuerte. Besó suavemente su frente, dejando que el silencio llenara la habitación por un momento. Los niños, ya acostados entre ellos, comenzaban a quedarse dormidos, sus respiraciones tranquilas llenaban el ambiente.

 

Sehun miró a Junmyeon una vez más, su corazón latiendo con fuerza.

 

—Me alegra que estés descansando. —Sehun le susurró, bajando un poco la voz para no despertar a los niños. —Te mereces un poco de paz.

 

Junmyeon sonrió levemente, su mano buscando la de Sehun para apretarla suavemente.

 

—Lo sé, gracias por estar aquí. —Junmyeon cerró los ojos, dejándose llevar por la tranquilidad que lo rodeaba.

 

Mientras los niños dormían plácidamente a su lado, Sehun continuó acariciando suavemente la cabeza de Junmyeon, besando su mejilla una vez más, tratando de transmitirle todo el amor y apoyo que sentía en ese momento.

 

El tiempo pasó lentamente, y aunque Sehun todavía sentía el peso de la incertidumbre sobre lo que le esperaba con su padre, en ese instante, todo lo que importaba era estar allí, junto a Junmyeon, rodeados por el amor de sus hijos. Con los niños dormidos y Junmyeon descansando, Sehun finalmente logró relajarse un poco, esperando que, cuando despertaran, todo estuviera bien. 

 

Por ahora, lo único que podía hacer era mantener la calma y enfrentarse a lo que viniera, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo.

 

19:30 PM 

 

Sehun había pasado horas junto a Junmyeon y los niños, y a pesar de la calma que encontró en su hogar, no pudo evitar sentirse tenso. El reloj marcaba la hora en la que debía ir a ver a su padre. Sabía que algo no estaba bien, que esa llamada de su padre había sido solo el principio. Necesitaba enfrentarse a él, pero al mismo tiempo, el miedo lo consumía. No solo por lo que su padre podría decir, sino también por lo que ya había descubierto.

 

Con el corazón acelerado, Sehun se levantó, dejó a Junmyeon descansando, abrazado a sus hijos, y se arregló para salir. Se sabía que no podía posponer más el encuentro, aunque temía que las palabras de su padre pudieran destruir la frágil paz que había logrado construir con Junmyeon, con cuidado dejo las sabanas y se arreglo para ir junto a su padre, deseaba que fuera breve la reunión y volver junto a junmyeon y la tranquilidad de la mansión. 

 

Mientras en el camino hacia la mansión de los Oh, sus pensamientos no dejaban de atormentarlo. Su relación con Junmyeon no había sido fácil, y ahora la situación estaba aún más complicada. Sabía que su padre no aprobaría nunca esa relación, y que haría lo posible por separarlos. Pero lo que más le preocupaba era el hecho de que si su padre estaba detrás de todo lo que había estado ocurriendo, de las amenazas y de las fotos comprometedoras. Sehun estaba decidido a enfrentarlo, pero el miedo le nublaba el juicio. Sentía ansiedad y apretaba el volante, con el presentimiento que podría derrumbarse todo lo que los dos estaban construyendo, habían pasado por tanto para que algo más arruine lo que les costo tener la confianza mutua.

 

Algo que empezó mal, ¿podría terminar bien? 

 

Mansión OH, 20:00 PM 

 

Cuando llegó a la mansión, los empleados lo recibieron con cortesía, hace meses había dejado atrás este lugar el que había considerado "Hogar" en el que creció a base de mentiras y tristezas provocadas por el señor que tenia como padre, un lugar al que no consideraba seguro, desde la muerte de su madre y todo el dolor que le causaron a lo largo de los años. Pero notó que algo en el ambiente estaba tenso. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras lo guiaban a la oficina de su padre. En el pasillo, justo antes de llegar a la puerta, Kyungsoo, su hermano mayor, apareció corriendo, como si intentara detenerlo.

 

—¡Sehun, no entres! —gritó Kyungsoo, su voz llena de preocupación.

 

Sehun lo miró, sintiendo el peso de la advertencia en las palabras de su hermano. Sin embargo, no entendía nada. 

 

—¿Que pasa, Hyung? — preocupado, pregunto ya que no sabía lo que pasaba 

 

Kyungsoo, viendo la determinación en los ojos de su hermano, intentó frenarlo una vez más.

 

—¡No entiendes! Lo que está pasando aquí no es solo tu padre. Es... —Kyungsoo no pudo terminar la frase, ya que en ese momento, un guardaespaldas apareció de la nada, interrumpiéndolos.

 

El hombre era alto y de aspecto imponente. Sin mediar palabras, empujó suavemente a Kyungsoo, separándolo de Sehun.

 

—No puedes detenerlo, Joven Oh —dijo el guardaespaldas con voz firme. —Su padre ya lo espera.

 

Antes de que Sehun pudiera protestar, el guardaespaldas lo tomó por el brazo y lo guió hacia la oficina. El corazón de Sehun latía a mil por hora, su mente llena de pensamientos y preguntas que no lograba resolver, miraba atrás tratando de ubicar a su hermano pero lo llevaron a otro lado, alejándolos. 

 

Cuando finalmente entró en la oficina, la escena que vio fue como una patada al estómago. Allí, en una de las sillas, sentado con aire triunfante, estaba Oh Seunghyun, su padre. Y junto a él, en una posición tan incómoda como inesperada, estaba...

 

Kim Junghyun, el padre de Junmyeon.

 

Sehun se quedó inmóvil por un segundo, con el rostro lleno de incredulidad. No sabía si sentir ira, confusión o miedo. Junghyun, el hombre que tanto había odiado y que había hecho todo lo posible para deshacer la relación con Junmyeon, ahora estaba allí, colaborando con su padre, como si fueran aliados, ya que toda su vida, estaban en guerras por poder y dinero, Algo no encajaba aquí. 

 

—¿Qué... qué está pasando aquí? —Sehun preguntó, su voz temblorosa, llena de frustración y desdén.

 

Seunghyun levantó la cabeza, su rostro serio pero con un atisbo de desdén en sus ojos.

 

—Sehun, bienvenido, por fin llegas. —Su voz era gélida y desafiante. —Pensé que te tomarías más tiempo para llegar a la verdad, pero me alegra que ya estés aquí.

 

Sehun apretó los puños, notando cómo la furia comenzaba a hervir dentro de él. No podía creer lo que estaba viendo. Su padre y Kim Junghyun, dos personas que siempre habían sido enemigos, ahora estaban sentados como si compartieran un mismo objetivo.

 

—¿Qué significa esto? ¿Por qué está el Señor Kim aquí?–Sehun preguntó, su voz llena de incredulidad.

 

Junghyun levantó la vista, sin inmutarse ante la acusación en los ojos de Sehun.

 

—No te hagas el tonto, Sehun. ¿Acaso no ves lo que está pasando? —dijo Junghyun, su tono cargado de desprecio. —Este no es el momento para juegos, o que tú y mi hijo... están haciendo es un juego peligroso.

 

—¿A qué te refieres? —Sehun replicó, su ira creciendo a medida que las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar.

 

Seunghyun, sin perder la calma, se levantó lentamente de su silla, acercándose a Sehun con paso firme, sehun podía sentir la tensión en el aire, una tensión que crecía con cada palabra que su padre pronunciaba.

 

—Todo lo que has estado haciendo, todo lo que has estado buscando... —Seunghyun comenzó, con voz grave y peligrosa–lo has hecho porque no has entendido la verdadera amenaza. 

 

Sehun tragó saliva, su mente girando a mil por hora. No podía creer lo que estaba oyendo.

 

Todo este tiempo

Todas esas veces que sintieron miedo y ansiedad 

Era su maldito padre todo este tiempo

 

—¡Eres tú! ¡Tú eres el que está detrás de todo esto! Las fotos... los mensajes amenazantes... ¡Todo fue idea tuya! —Sehun gritó, su voz llena de rabia.

 

Seunghyun no se alteró, simplemente lo miró con desdén.

 

—Así es, tú y ese chico Kim están jugando con fuego, no entiendes lo que está en juego, pero yo sí, Y si no sabes cuándo parar, te voy a enseñar.

 

El odio entre padre e hijo era palpable. Junghyun, por su parte, no hacía más que mirar la escena con una calma aterradora.

 

—¿Sabes lo peor de todo esto, Sehun? —dijo Junghyun, con una sonrisa amarga–Que tu padre tiene razón. estás metido en algo que no comprendes, y no lo lograrás si sigues con esta relación.

 

Sehun, sintiendo que todo lo que había conocido se desmoronaba ante él, levantó la mano, señalando a su padre.

 

—¡Esto va a terminar! Yo no voy a permitir que me sigas controlando—Sehun gritó, su tono desafiante.

 

Pero antes de que pudiera hacer más, Oh Seunghyun lo empujó con fuerza, lanzándolo contra la pared, sehun, atónito, miró a su padre, quien lo observaba con una frialdad escalofriante.

 

—Lo que no entiendes, hijo, es que el juego ya ha comenzado. Y tú... tú estás perdiendo.

 

La tensión en la oficina era insoportable. Sehun, aún respirando agitadamente, miraba a su padre, quien no mostraba ni una pizca de remordimiento. A pesar de las palabras hirientes que había recibido, lo peor estaba por venir. Seunghyun estaba furioso, y en su furia, no pensaba en lo que estaba haciendo. Solo quería que su hijo, aquel que tanto había traicionado, sufriera. Seunghyun, con un gesto cargado de desprecio, caminó hacia su hijo y lo agarró con fuerza de la camisa. Los ojos de Sehun reflejaban el dolor y la confusión. El hombre que había sido su figura paterna ahora lo miraba con tal odio que ni siquiera era capaz de reconocerlo. 

 

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hiciste, Sehun?! —gritó Seunghyun, su voz cargada de rabia–Me mentiste todo este tiempo. ¡Me engañaste a mí, y a todos! 

 

Sehun apretó los dientes, luchando por no ceder ante la ira de su padre. No había mucho que pudiera decir. Las mentiras habían sido necesarias, las manipulaciones eran parte del juego. Pero ahora, cuando lo miraba a los ojos, entendía que todo eso había llegado a su fin. Había cruzado una línea que nunca podría deshacer.

 

—Papá... —empezó, pero su voz se rompió, pues Seunghyun lo agarro con su brazo presionando su cuello. 

 

—¡No me llames así! —Seunghyun lo soltó con rabia y lo empujó hacia el suelo, viendo cómo su hijo caía al piso con un golpe sordo. —No eres mi hijo, Sehun. ¡Eres solo un traidor! Un idiota que se metió en una relación con ese... con Junmyeon. ¡Un Kim!

 

Sehun se levantó con esfuerzo, el dolor recorriéndole el cuerpo, pero lo que más le dolía era lo que su padre acababa de decir. "No eres mi hijo". Esa frase le quemó en el pecho, como si todo su ser se estuviera desintegrando. Sin embargo, lo que más lo desgarraba era la forma en que su padre lo trataba. Esa ira no era solo por el engaño, sino por su amor hacia Junmyeon, por haber sido incapaz de seguir los dictados de su propio padre, por ser quien realmente era.

 

Junghyun, por otro lado, estaba observando la escena con una mezcla de repulsión y preocupación. A pesar de que su relación con Sehun había sido tensa, no podía soportar ver a un padre tratar a su hijo de esa manera. Sabía que Sehun había cometido un error, pero lo que estaba presenciando ahora le parecía una crueldad inmensa. La rabia de Seunghyun era palpable, pero no podía evitar preguntarse cómo había llegado a esto.

 

—¡Basta! —exclamó Junghyun, haciendo un paso hacia adelante, aunque sabía que su presencia no cambiaría mucho. No soportaba ver a Sehun de esa forma. —¡No puedes seguir tratándolo así! 

 

Seunghyun no lo miró. Estaba demasiado consumido por su ira para prestar atención a lo que Junghyun decía. Miraba a Sehun con tal desprecio que a Junghyun le dio un escalofrío. De repente, no solo veía a un padre furioso, sino a un hombre que había dejado que su odio nublara cualquier vestigio de humanidad que pudiera haber tenido. 

 

—¡¿Qué vas a hacer, Sehun?! ¡¿Vas a seguir con ese Kim?! —Seunghyun gritó, su voz tan fuerte que reverberó en las paredes de la oficina. —¿Qué piensas hacer con tu vida? ¿te creíste astuto, eh ?

 

Sehun, de rodillas en el piso, mirando a su padre, apenas podía sostenerse. Las palabras de Seunghyun lo golpearon como una ráfaga de viento gélido. Sabía que nada de lo que podía decir lo haría cambiar de opinión, pero algo en su interior lo instaba a resistir.

 

—Lo que haga con mi vida, no te importa, lo que importa ahora es que nunca más voy a dejar que tú o cualquiera más me controle. Junmyeon... él es lo único que me importa ahora —dijo Sehun, con voz firme pero temblorosa.

 

Seunghyun se acercó con paso pesado, su mirada era de furia pura. Levantó la mano y con un golpe seco, lo abofeteó. La fuerza de la bofetada hizo que Sehun cayera de nuevo, pero no se quedó en el suelo. Se levantó una vez más, con la cabeza erguida. A pesar del dolor, no iba a ceder.

 

Pero antes de que la situación pudiera intensificarse aún más, Junghyun avanzó y, esta vez, no iba a quedarse callado.

 

—¡Esto es suficiente! —gritó Junghyun, su tono autoritario. —¡No puedes seguirlo tratando como si fuera un perro! ¡Es tu hijo, Seunghyun! ¡Aunque no te guste lo que ha hecho, no puedes arrastrarlo por el suelo como si fuera basura!

 

Seunghyun lo miró, su rostro pálido de furia. En su interior, no podía aceptar lo que Junghyun estaba diciendo, pero las palabras calaron hondo. En el fondo, Seunghyun sabía que su hijo estaba actuando por amor, incluso si no lo comprendía. Y aunque Junghyun no podía soportar ver a Sehun en la misma habitación, sentía que la crueldad de su enemigo iba demasiado lejos. 

 

—No sé qué hacer con este niño —dijo Seunghyun, su voz ahora más cansada. —Ha hecho su elección, pero no voy a permitir que destruyan mi legado solo porque él decidió ser un tonto. 

 

Junghyun cerró los ojos, apretando la mandíbula con fuerza. Sabía que Seunghyun estaba atrapado en su orgullo y su deseo de control, pero no podía dejar de pensar en lo que esto significaba para Junmyeon, su propio hijo. Seunghyun lo estaba destruyendo, y no podía quedarse de brazos cruzados.

 

Seunghyun, aunque herido en su orgullo, no podía evitar sentirse derrotado. Miró a Sehun por última vez, sus ojos llenos de desdén, y luego se giró hacia Junghyun.

 

—Lo que pase con Sehun y Junmyeon no me importa más, Haz lo que quieras, Junghyun. 

 

La oficina estaba cargada de tensión y odio, el aire denso con la sensación de un conflicto irreparable entre padre e hijo. Sehun, de rodillas en el suelo, con su rostro marcado por las huellas de la ira de su padre, se levantó con esfuerzo. Sabía que no podía quedarse en esa posición por mucho más tiempo. Las palabras de su padre, esas palabras llenas de desprecio y frustración, lo estaban devorando por dentro. Sin embargo, en lo profundo de su ser, algo había cambiado. Ya no era el mismo chico que había sido manipulable, fácilmente moldeado por su padre y por su historia. Ahora, estaba dispuesto a luchar 

 

por lo único que realmente le importaba:

 

Kim Junmyeon

 

—¡Déjenme en paz! —gritó Sehun, su voz llena de desesperación. Caminó hacia Junghyun, "su suegro", con una mezcla de suplica y determinación en sus ojos. —Yo solo quiero a Junmyeon, quiero estar con él, vivir mi vida con él, por favor señor Kim, entiéndame.... 

 

Junghyun lo miró en silencio. Sus ojos, aunque llenos de una comprensión amarga, no mostraban compasión. Sabía que Sehun, "su yerno", estaba atrapado en un torbellino emocional, pero también sabía que no podía permitirle que se alejara de la familia sin consecuencias. No podía dejar que las heridas del pasado siguieran dañando el futuro de su hijo, pero tampoco podía ignorar lo que estaba sucediendo entre ellos.

 

—¿Qué quieres que haga, Sehun? —preguntó Junghyun, su voz grave. —Tu padre tiene razón, el daño está hecho, lo que haces con Junmyeon... no solo lo estás arrastrando a él, también lo estás arrastrando a tu familia, a todos. ¡¿Sabes lo que le estás haciendo?!

 

Sehun, casi sin poder soportarlo, se acercó más. Estaba casi rogándole que lo entendiera, que viera lo que él veía. Lo único que quería era estar con Junmyeon, dejar de lado todo el odio, las diferencias entre las familias, todo lo que los había separado.

 

—¡Por favor! ¡Solo quiero estar con él!–exclamó, ahora frente a Junghyun, con lágrimas en los ojos–Él no tiene la culpa de nada. ¡Ninguno de los dos lo tiene! ¡No sigan peleando por cosas del pasado! 

 

Pero Junghyun, en su dolor y frustración, no podía encontrar una respuesta fácil. Estaba dividido, por un lado, quería proteger a su hijo, a Junmyeon, de cualquier daño que Sehun pudiera causarle, pero por otro lado, su propio corazón le decía que, aunque no comprendiera completamente la relación de su hijo con Sehun, no podía seguir viendo a dos personas que se amaban destrozándose por un conflicto que ni siquiera ellos habían creado.

 

Fue entonces cuando la voz de Seunghyun, que hasta ese momento había permanecido en silencio observando la escena con una sonrisa fría, se hizo oír de nuevo. Su tono era calculador, como si ya hubiera decidido qué hacer.

 

—¿Por qué siguen insistiendo en esto? —dijo Seunghyun con frialdad. —La única forma en que esto puede solucionarse es si dejan todo atrás. Si continúan, si siguen con su guerra, si insisten en estar juntos... perderán todo lo que alguna vez tuvieron. Sus apellidos, su poder, su protección... todo. 

 

Sehun le miraba con sus ojos vidriosos, apunto de llorar, estaba en la desesperación mientras escuchaba a su padre hablar

 

—Pero si terminan con esta relación... estarán a salvo... endrán lo que necesitan para seguir con sus vidas sin que nadie les haga daño. 

 

Sehun lo miró con furia, reconociendo la manipulación que se escondía en las palabras de su padre. Esa solución, aunque parecía atractiva en principio, era solo una forma de controlarlo, de someterlo una vez más a su voluntad. No podía permitir que su vida fuera controlada de nuevo por las reglas y decisiones de un hombre que lo había traicionado una y otra vez.

 

—¿Es eso lo que piensas? —Sehun lo encaró, su tono desafiante–¿Que me quede callado y me alejo de Junmyeon, simplemente porque me lo pides?

 

Seunghyun no se inmutó, su expresión tan fría como el acero. Pero en sus ojos brillaba algo de indiferencia, como si ya lo hubiera dado todo por perdido, como si su hijo ya no fuera más que una pieza en un juego que solo él comprendía.

 

—Es lo que te estoy ofreciendo–La voz de Seunghyun era más baja ahora, pero aún cargada de desprecio. —Elige bien, Sehun, la guerra entre los Oh y los Kim no se puede resolver con un simple gesto de amor, hay cosas que no pueden cambiarse. 

 

—Kim Junmyeon no es la excepción. Él es un Kim. Y tú, Sehun, eres un Oh, no importa cuánto te empeñes en creer que esto se puede solucionar... al final, todo será destruido–continuó oh

 

Sehun sintió que la rabia lo invadía. Las palabras de su padre resonaban en su mente, pero él no quería escuchar más, no quería ser parte de esa guerra interminable entre familias que había causado tanto sufrimiento, tanto dolor, en medio del aviso de su padre, decidió enfrentarse

 

—¡Tú no entiendes nada! —gritó, con los ojos inyectados en ira. —¡Seguro es tu culpa que mi madre esté muerta! ¡¡TÚ LA MATASTE!! ¡Eras tú quien la decías amar! ¡Te has pasado la vida destruyendo a los Kim, y por tu culpa no podemos vivir tranquilos! ¿Por qué crees que los Kim y los Oh nunca podremos llevarnos bien? ¡Porque tú siempre estuviste en medio de todo!

 

La atmósfera se congeló en el momento en que Sehun pronunció esas palabras. Todos en la habitación se quedaron en silencio, mientras Seunghyun miraba a su hijo, desconcertado, como si esas palabras lo hubieran golpeado con una fuerza inesperada. 

 

Junghyun, al escuchar lo que Sehun había dicho, no pudo evitar tensarse. Sabía que Sehun tenía razón en cierta parte, pero no podía soportar que los Kims y los Oh siguieran enfrentándose de esa forma. 

 

Seunghyun se quedó quieto durante unos segundos, su mirada fija en Sehun. Pero pronto, su expresión se transformó en algo más oscuro, algo que hacía tiempo que no se veía. Sus ojos brillaban con furia, pero también con una tristeza profunda, como si, por fin, se hubiera dado cuenta de la magnitud de sus propios errores.

 

—¿Qué dices, hijo? —dijo Seunghyun, su voz ahora mucho más baja, casi temblorosa. —¿Tú crees que yo maté a tu madre?, ¿Qué sabes de lo que ocurrió realmente?

 

La pregunta quedó flotando en el aire, mientras Sehun, con los ojos llenos de odio, respondía con la verdad que había guardado dentro de sí durante tanto tiempo.

 

—Sé que no vi lo que sucedió pero fue tu odio, tu egoísmo lo que la mató. Todo lo que hiciste por poder, todo lo que destruiste por tu ambición. ¿Qué te queda ahora, padre?

 

El silencio volvió a invadir la habitación. La respuesta no estaba clara para ninguno de los presentes, pero todos sabían que las heridas del pasado nunca desaparecerían por completo. Sin embargo, Sehun no se rendiría. No podía.

 

Los recuerdos de su madre, de su muerte, le volvían a la mente, nítidos y dolorosos. Y ahora, frente a él, su padre lo desmentía, le decía que todo lo que había creído hasta ahora era mentira. Esa sensación de traición lo estaba devorando por dentro.

 

—¡Sí, lo creo! —gritó Sehun, su voz rota por la furia y la desesperación. —¡Fuiste tú quien mató a mi madre! ¡Siempre la odiaste!, ¡Nunca te importó nada más que tu poder, tu maldito poder!

 

Seunghyun lo miró fijamente, su rostro inexpresivo, como si las palabras de su hijo no lo afectaran en lo más mínimo. Pero algo cambió en sus ojos. Era una mezcla de ira y algo más profundo, algo más sombrío, como si una verdad incómoda estuviera a punto de salir a la superficie.

 

—¿Eso es lo que piensas? —dijo Seunghyun, con una voz mucho más baja, casi vacía. —¿Tú realmente crees que yo la maté? ¿Qué sabes de lo que ocurrió ese día? ¿Sabes lo que me obligaron a hacer, lo que tuve que soportar para proteger a mi familia?

 

Sehun se acercó a él, su rabia no disminuía. No podía entender cómo su padre podía seguir negando la verdad, cómo podía seguir mintiendo, aunque fuera tan evidente. Estaba a punto de explotar.

 

—¡No me hagas reír, Padre! —dijo Sehun, con los dientes apretados. —Sé lo que pasó. ¡Estabas detrás de su muerte, y todo porque ella se interpuso en tus planes! ¡La mataste y lo sabes!

 

Seunghyun dio un paso atrás, como si las palabras de su hijo lo hubieran alcanzado de una manera inesperada. Por un momento, hubo un silencio denso, cargado de tensión. Seunghyun parecía vacilar, como si algo en su interior estuviera a punto de quebrarse, pero rápidamente recobró su compostura.

 

—No soy yo quien mató a tu madre, Sehun. —La voz de Seunghyun cambió, se volvió aún más fría, más calculadora. —Fue Junghyun, el estaba involucrado, él también tiene las manos manchadas de sangre. Si alguien es culpable de todo esto, es él.

 

Las palabras de Seunghyun cayeron como una bomba en la habitación. Sehun se quedó paralizado, sin saber cómo reaccionar. No esperaba esa acusación. Junghyun, que hasta ese momento había permanecido en silencio, apenas podía creer lo que acababa de escuchar. Su rostro se contorsionó por la incredulidad, y sus ojos brillaron con una furia que no había mostrado hasta ahora. El miedo, el dolor y la ira se mezclaban en su interior. No sabía si lo que su viejo amigo le estaba diciendo era verdad o simplemente una forma de manipulación, pero no iba a quedárselo callado.

 

—¿Qué estás diciendo? —dijo Junghyun, con voz baja pero llena de amenaza. —¿Me acusas de algo tan monstruoso?,  ¿Crees que yo fui capaz de matar a alguien? ¡A tu esposa, a la madre de tus hijos! , Eso es lo que estás sugiriendo, Seunghyun?

 

Seunghyun lo miró, y en sus ojos brillaba una mezcla de desdén y algo más. Parecía que la verdad, por fin, estaba saliendo a la luz, pero de una forma que ninguno de los dos esperaba.

 

—No estoy sugiriendo nada, Junghyun. —Seunghyun contestó, su voz ahora cargada de veneno. —Yo sé lo que vi, sé lo que pasó, tú tenías más que suficiente motivo para deshacerte de ella, ambos teníamos nuestras razones, pero tú... tú fuiste el que dio el paso definitivo.

 

Junghyun, al escuchar esto, dio un paso adelante, sus ojos llenos de ira. No podía creer lo que estaba diciendo, no podía aceptar esa acusación.

 

—¡Cállate! —gritó Junghyun, su voz desgarrada por la rabia. —Nunca, jamás, haría algo así. ¡Nunca mataría a Oh mina!, ¡Eso fue lo último que quise hacer!, ¡Si alguien tiene las manos manchadas de sangre aquí, ese eres tú!

 

La pelea entre los dos hombres se intensificó. Sehun, que se encontraba en medio de todo, sentía que su mundo se desmoronaba. Ya no podía soportar más las mentiras, las manipulaciones y las acusaciones. Lo único que quería era la verdad, aunque fuera dolorosa, aunque fuera cruel.

 

—¡Basta ya! —gritó Sehun, su voz destrozada por la tensión. —¡Lo único que quiero es saber la verdad! ¡Y ahora no me importa lo que piensen los dos, ni lo que me digan! ¡Ni Junmyeon ni yo vamos a ser parte de esta guerra, se acabó!

 

Junghyun y Seunghyun se miraron fijamente, el odio entre ellos palpable. La historia de su enemistad, la historia de los Kim y los Oh, ahora estaba más clara que nunca. Nadie quería ceder, nadie quería admitir sus pecados, sus errores. Y el precio que pagaban por ello era más alto de lo que ninguno de ellos había imaginado.

 

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Junghyun rompió el silencio, su voz llena de furia, pero también de una tristeza profunda que le dolía en el alma.

 

—¿Sabes, Sehun? La única verdad que importa ahora es que tu madre está muerta, y ninguno de los dos, tú ni yo, podemos traerla de vuelta, pero si quieres seguir adelante con Junmyeon, si quieres vivir tu vida con él, tendrás que hacerlo sin el respaldo de los Oh ni de los Kim. 

 

—Porque aquí, entre nosotros, ya no hay más oportunidades para la reconciliación–continuó junghyun, mirando con odio a seunghyun 

 

Las palabras de Junghyun resonaron en la mente de Sehun, quien, a pesar de todo el odio y la confusión, sabía que no podía retroceder. Sehun comenzó a llorar con fuerza, Las lágrimas caían sin control, como si todo lo que había guardado dentro de él, toda la ira y el dolor, finalmente encontraran una salida. Estaba abrumado por la culpa, la culpa de haber comenzado todo esto. De haberse infiltrado en la familia Kim, de haberse acercado a Junmyeon bajo una falsa identidad, de haber puesto en peligro todo lo que él había querido proteger. 

 

Si no hubiera hecho todo eso, si no hubiera estado tan obsesionado con la venganza... nunca hubiera conocido a Junmyeon. Nunca lo hubiera amado, y ahora, Junmyeon estaba atrapado en una guerra que ni siquiera había comenzado por su propia voluntad.

 

Sehun cayó de rodillas, con las manos en el rostro, sollozando, incapaz de calmarse. Todo parecía haber llegado a su fin. Habían destruido tantas vidas, empezando por la de su madre, y ahora también estaban destruyendo la de Junmyeon, a quien había prometido proteger. Lo que le hizo más daño era saber que Junmyeon nunca tendría una vida tranquila, que su amor los llevaría a un final doloroso.

 

—Lo siento... —susurró, con la voz quebrada. —Lo siento tanto, Junmyeon... Si tan solo no hubiera comenzado todo esto..., no quería que te lastimaran, no quería que esto llegara tan lejos...

 

—Eso es lo que tienes que hacer, hijo —dijo Seunghyun, con voz fría, pero algo vacía. —Renuncia a todo esto. No hay lugar para ti en el mundo de los Kim, no hay lugar para ti con ese hombre, ya has hecho demasiado, es hora de que aceptes lo que te corresponde.

 

Sehun levantó la mirada, los ojos llenos de dolor, no podía creer lo que estaba escuchando. 

 

¿Esto era lo que su padre quería para él?

 

¿Que renunciara a todo lo que había construido con tanto esfuerzo?

 

¿Que dejara de luchar por lo que amaba solo porque él pensaba que era lo mejor? 

 

Sehun sintió que la tristeza lo estaba ahogando, y todo lo que había planeado, todo lo que había imaginado para su futuro, se desmoronaba en un instante.

 

Seunghyun lo miró fijamente, y aunque su rostro mostraba indiferencia, por dentro sentía una extraña satisfacción al ver que su hijo, finalmente, comprendía la magnitud de lo que había hecho. Al mismo tiempo, algo en su corazón se retorcía. Sabía que la decisión que estaba tomando Sehun no era solo una rendición, sino una consecuencia inevitable de todas las malas decisiones que había tomado.

 

Junghyun, quien había estado observando en silencio, sintió una punzada de dolor en su pecho al ver el sufrimiento. A pesar de todo el odio que le había tenido a Sehun, ahora no podía evitar sentir compasión por él. Sabía que Sehun estaba pasando por una tormenta emocional que ningún joven debería enfrentar, y aunque sus diferencias no se resolvían, veía que Sehun estaba dispuesto a sacrificar todo por amor, incluso cuando eso significaba perderlo todo. 

 

—Sehun... —dijo Junghyun, su voz más suave, casi lamentosa. —No sé si estás tomando la decisión correcta, tú mismo te estás destruyendo, no quiero verte sufrir más, pero si haces esto, Junmyeon también sufrirá, y tú lo sabes...

 

Sehun no podía responder. Las palabras de Junghyun le golpearon en el pecho como un martillo. Él sabía que si aceptaba lo que su padre quería, si renunciaba a Junmyeon y todo lo que había construido con él, su vida sería vacía. 

 

—Jun es mi adorado hijo, mis nietos pueden sufrir las consecuencias y sabes que el es muy sensible, no quiero verlo sufrir nuevamente–Continuó 

 

Pero también sabía que, al mismo tiempo, no quería arrastrar a Junmyeon a un abismo sin fin de peleas, conflictos y secretos familiares. Si su amor por él iba a destruirlo, entonces tal vez tenía que sacrificarse, dejarlo ir por el bien de ambos.

 

—Te voy a dar una opción —dijo Seunghyun, interrumpiendo el silencio pesado que se había instalado en la habitación. —Vas a dejar a Junmyeon, vas a salir de Kim Corporation, y vas a trabajar en Oh Company conmigo. 

 

Sehun se volteo y miro a su padre con lagrimas

 

Ya estaba perdido...

 

—Vas a ser parte de lo que siempre debiste ser, Vas a ser un Oh, no un Kim. Vas a estar a salvo, y Junmyeon... él también podrá vivir tranquilo, es la única forma en la que todos podremos seguir adelante.

 

Las palabras de su padre golpearon a Sehun como una bofetada. Estaba derrotado, no sabía si podría cumplir con esa promesa, si podría vivir sin Junmyeon a su lado. Pero, en ese momento, se dio cuenta de que la guerra entre los Oh y los Kim nunca terminaría. Quizás la única forma de sobrevivir era huir, alejarse de todo, de todos, y vivir una vida en la que Junmyeon pudiera estar a salvo.

 

Con el corazón destrozado, Sehun miró a Junghyun, su "suegro", y luego a su padre, un padre que nunca había mostrado un poco de amor, pero que ahora parecía dispuesto a "salvarlo". Era una ironía amarga. 

 

—Lo haré... —susurró, derrotado. —Voy a dejarlo todo, Renunciaré a Kim Corporation, Si eso significa que Junmyeon estará a salvo, entonces... es lo que haré.

 

Junghyun no dijo nada. Solo se quedó observando a Sehun, su corazón lleno de tristeza, sabía que su hijo, Junmyeon, no sería fuerte cuando se enterara de todo esto. El dolor que causaría en él sería devastador, y no podía evitar sentir que el amor de Sehun y Junmyeon estaba condenado desde el principio.

 

Seunghyun se acercó lentamente a Junghyun, su rostro tenso y sus ojos fríos. El ambiente en la habitación se volvió aún más pesado mientras Seunghyun susurraba al oído de su viejo enemigo, sin dejar de mirarlo a los ojos.

 

—No quiero volver a verlos juntos, Sé muy bien la clase de pasión que mantienen, y eso ya es suficiente–Las palabras de Seunghyun fueron como cuchillos afilados, lanzadas con una calma peligrosa–Si vuelvo a ver algo que me desagrade, no será solo Sehun quien pague las consecuencias, ¿Entendido?

 

Junghyun lo miró con el mismo desprecio con el que siempre había mirado a Seunghyun. No había miedo en su mirada, pero había una preocupación profunda. A pesar de todo lo que había dicho, de las palabras duras que Seunghyun había escupido, sabía que las amenazas no eran vacías. Seunghyun tenía la capacidad de destruir todo a su paso, y eso lo aterraba. 

 

—De mi hijo no vas a escuchar nunca más, así que sácate su nombre de tu boca como te refieres a el–protesto junghyun, protegería a su hijo hasta el final

 

Junghyun le lanzó una última mirada a Sehun, quien estaba visiblemente devastado, sabía que su hijo, Junmyeon, no sería capaz de soportar la carga emocional que esto le iba a traer, Junghyun, con la voz rasposa, y una mezcla de rabia y preocupación en su mirada, le habló a Sehun.

 

—Tienes veinticuatro horas–dijo, sin mostrar compasión alguna– veinticuatro horas para terminar con Junmyeon, después de eso, no quiero que haya más contacto, ni más historias que puedan hacernos daño. Y no te atrevas a ponerme a prueba. 

 

Sehun lo miró sin decir una palabra, su rostro una máscara de desesperación. Pero dentro de él, algo estaba cambiando. El dolor, la rabia, el amor, todo se estaba acumulando en su pecho, y aunque estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para proteger a Junmyeon, esa amenaza de venticuatro horas lo hundió aún más en la tristeza.

 

Junghyun salió de la habitación sin mirar atrás, dejando a Sehun solo con sus pensamientos y el peso de una decisión que no sabía si podría tomar. 

 

Seunghyun se detuvo en el umbral de la puerta al ver a su hijo arrodillado, llorando con desesperación. Un nudo de furia y frustración se formó en su estómago al ver la debilidad de Sehun, un hijo que, a sus ojos, había traicionado todo lo que se esperaba de él. La mirada de Seunghyun se endureció, y el veneno que había estado acumulando durante días se liberó en su voz cuando habló, con una calma inquietante.

 

—Mírate, Sehun. ¿Así es como te presentas ante tu propio padre? —dijo, su tono grave, sin piedad–¿De rodillas, llorando por una relación estúpida que te ha puesto en este estado?, ¡Te he dado todo, y lo has tirado todo por el amor de un hombre que nunca va a estar a tu altura!, ¡Un hombre que, a pesar de todo lo que has hecho por él, no te va a salvar!

 

Seunghyun avanzó hacia su hijo, el sonido de sus pasos pesando como un castigo en el aire. Estaba furioso, pero no solo por lo que había hecho Sehun, sino también por la vergüenza que sentía de su propia sangre. Le costaba aceptar que su hijo se había rebajado a este punto, a este nivel de humillación por amor.

 

—Nunca debí permitir que esto llegara tan lejos —dijo, tomando a Sehun por el brazo con una fuerza cruel—. ¿Crees que puedes seguir haciendo lo que quieras, como si fueras libre de tomar tus propias decisiones?, ¿Qué has logrado con todo esto?, ¿Te has ganado a Junmyeon? ¿Y qué más? 

 

Sehun, entre sollozos, levantó la cabeza, pero no dijo nada. Sabía que las palabras no cambiarían nada, que ya no había vuelta atrás. Lo único que le quedaba era el dolor y la rabia que sentía por la injusticia de todo esto.

 

—Has perdido tu lugar, tu futuro, todo lo que podría haberte dado–Seunghyun lo empujó hacia el suelo, haciendo que Sehun se cayera de nuevo– ¿Qué te ha dejado todo esto, hijo?

 

Seunghyun lo observó un momento, su corazón endurecido por el resentimiento y la decepción, y luego, con un gesto de desdén, giró sobre sus talones para alejarse. Pero antes de hacerlo, lanzó una última amenaza que hacía temblar el aire.

 

—Termina con esa relación, o serás una verguenza no solo para mí, sino para todos los que te rodean. Y créeme, no estaré aquí para salvarte esta vez. —Su voz retumbó, fría y definitiva—Si te atreves a desafiarme, las consecuencias serán mucho peores de lo que puedes imaginar.

 

Con esas palabras, Seunghyun salió de la habitación, dejando a Sehun deshecho en el suelo, sin fuerzas para levantarse, rodeado por la oscuridad de un futuro que parecía ya irremediable. La presión de la decisión que tenía que tomar lo aplastaba, pero, aún en su desesperación, algo en su corazón le decía que no podía dejar ir a Junmyeon, no podía traicionarlo, no podía renunciar al amor que había encontrado. 

 

Pero a qué costo, su relación estaba en una cuerda floja y no tenía formas para resolverlo, estaba en ruinas y su amor estaba condenado al sufrimiento, desde el día en que se conocieron...

Notes:

Hola! Lo siento por no actualizar, estaba de examenes pero ya estoy libre. DISFRUTEN!!

Chapter 21: Capitulo 20 | Dejar ir

Chapter Text

Sehun estaba arrodillado en el suelo, sus manos temblaban con su rostro lleno de lágrimas, le costaba respirar, se sentía en un episodio de ansiedad, se sentía devastado, roto por dentro, el hecho de haber sido lastimado, juzgado y amenazado por su propio padre y su "suegro" estaba jugando con su mente.

 

¿Todo esto es mi culpa?

 

¿Esto es el final? 

 

¿Debo soltar a junmyeon?

 

Kyungsoo llegó corriendo a la oficina de su padre, su corazón latiendo con fuerza al escuchar los gritos provocados por su hermano. Al entrar, se encontró con la escena devastadora: su hermano menor, Sehun, estaba arrodillado en el suelo, el rostro pálido y lleno de lágrimas, con el labio partido y marcas en los brazos. La expresión de dolor y desesperación en el rostro de Sehun hizo que Kyungsoo sintiera una mezcla de rabia y tristeza profundas.

 

—Sehun... —murmuró con preocupación, acercándose rápidamente para ayudarlo a levantarse—Ven, vamos a mi habitación, te voy a curar, tienes que calmarte.

 

Sin decir una palabra, Sehun asintió débilmente y se dejó guiar por Kyungsoo, apoyándose en su hermano mientras intentaba contener las lágrimas y querer correr detrás de su padre y pelear nuevamente. Sus piernas temblaban y cada paso parecía un esfuerzo enorme. Kyungsoo lo miraba de reojo, sintiendo cómo la rabia hacia su padre crecía al ver a Sehun en ese estado.

 

Al llegar a la habitación de Kyungsoo, lo sentó en la cama y comenzó a sacar del botiquín algunas vendas y desinfectante. Mientras Kyungsoo limpiaba cuidadosamente las heridas de Sehun, este apenas podía contener el dolor en su corazón.

 

—Sehun, ¿qué ha pasado? —preguntó Kyungsoo en voz baja, aunque en el fondo ya sabía la respuesta. 

 

La brutalidad de su padre era algo que no le sorprendía ya que desde chicos fueron disciplinados con golpes para ser "firmes y derechos", algo que recordaba continuamente en su infancia pero ver a su hermano menor así le dolía.

 

Sehun se quedó en silencio unos instantes, tratando de controlar el nudo en la garganta antes de hablar, finalmente, las palabras salieron en un susurro, con la voz rota.

 

—Me dijo... me dijo que si quiero proteger a Junmyeon, tengo que terminar con él, que no puedo volver a acercarme a él... —Las lágrimas caían silenciosas por sus mejillas mientras apretaba los puños con fuerza— No puedo hacerlo, hyung, no puedo dejar a Junmyeon solo... él es... él es todo para mí. 

 

Kyungsoo dejó escapar un suspiro profundo, sintiendo cómo el dolor de su hermano se le contagiaba, le pasó una mano por el cabello para reconfortarlo y luego colocó una venda en una de las heridas del brazo de Sehun.

 

—Escúchame, Sehun —dijo con firmeza, mirándolo a los ojos—. Sé lo que significa Junmyeon para ti, pero sabes cómo es nuestro padre, y no se detendrá hasta que consiga lo que quiere, si te ha dicho que te alejes de Junmyeon, no se detendrá hasta verlo hecho... ¿pero tú qué quieres hacer?

 

Sehun bajó la mirada, mordiéndose el labio con desesperación. No quería rendirse, pero también sabía que su padre era capaz de cualquier cosa. Había intentado ser fuerte, pero se sentía completamente impotente frente a las amenazas de Seunghyun y el dolor de tener que alejarse de su amor.

 

—No sé... —dijo Sehun, con la voz rota—. No sé qué hacer, hyung. Quiero estar con él, quiero protegerlo, pero... no quiero que sufra por mi culpa.

 

Kyungsoo le apretó el hombro con firmeza, dándole un apoyo silencioso.

 

—Entonces, tienes que encontrar la forma de enfrentarte a padre, de alguna manera. Si te rindes ahora, le estarás dando exactamente lo que quiere —le dijo con seriedad—. No será fácil, pero Junmyeon merece estar con alguien que esté dispuesto a luchar por él. No dejes que padre te haga creer que no puedes hacer nada.

 

Las palabras de Kyungsoo parecieron darle un poco de fuerza a Sehun, quien lo miró con gratitud. Sin embargo, el dolor y la incertidumbre aún se reflejaban en sus ojos.

 

—Hyung... —susurró—, si... si decido quedarme a su lado, ¿qué pasará si padre me lo arrebata? No quiero verlo lastimado, no quiero que sufra como yo...

 

Kyungsoo lo miró con empatía, comprendiendo el miedo de su hermano. Sabía que Sehun estaba en una encrucijada difícil, atrapado entre el amor y el deber, entre su familia y su felicidad. Después de un momento de silencio, Kyungsoo decidió ser honesto.

 

—Sehun, no tengo todas las respuestas, no sé cómo terminará esto, pero sí sé que tienes a alguien que te ama tanto como tú lo amas a él, y si hay alguien que pueda hacer frente a padre, eres tú. 

 

Kyungsoo empezo a curar las heridas de sehun, mientras sehun seguía soltando lágrimas, sus manos temblaban aunque si respiración ya se encontraba mejor, su garganta dolía, jamás había alzado la voz hasta este día. 

 

—Así que, aunque tengas miedo, no pierdas de vista lo que quieres, —Continuó Kyungsoo, con un leve toque de esperanza en su voz.

 

Sehun asintió lentamente, comprendiendo las palabras de su hermano. Sabía que la situación no iba a mejorar de la noche a la mañana y que seguir con Junmyeon implicaba riesgos, pero también sabía que rendirse sería traicionar sus propios sentimientos.Después de unos momentos, Sehun se dejó caer sobre los hombros de Kyungsoo, aferrándose a él como si fuera su último refugio.

 

—Gracias, hyung... —susurró entre lágrimas—Gracias por no dejarme solo.

 

Kyungsoo le dio unas palmaditas en la espalda, consolándolo en silencio. Aunque él también tenía miedo de las represalias de su padre, estaba dispuesto a estar al lado de su hermano en todo momento, ayudándolo en lo que fuera necesario para que encontrara su propio camino.

 

Sehun estaba tumbado en la cama, las heridas dolían menos que el peso en su corazón, cuando su teléfono vibró con un mensaje. Al desbloquear la pantalla, sus ojos se iluminaron al ver el nombre de Junmyeon.

 

Junmyeon:

 

—Mi amor, ¿Cómo estás?

 

—Te extraño...

 

—¿Cuándo vuelves?

 

—¿Vendrás a dormir hoy? 

 

Adjunta una foto de sí mismo, sonriente y relajado, con su pijama un poco desabotonada, la luz de la habitación resaltaba sus facciones, y Sehun sintió un golpe de emociones al ver esa imagen. Su pecho dolía al pensar en la distancia que, de algún modo, debía imponer para proteger a Junmyeon, aunque cada fibra de su ser deseaba estar a su lado.

 

Con rapidez contesto, su novio estaba hermoso y le dolía no poder verlo esta noche, Su corazón dolía más que las heridas que tenía en el cuerpo, estaba roto su alma no podría seguir si lo dejaba. 

 

¿Cómo podría sobrevivir sin el? 

 

—Estoy bien, mi amor, pero creo que pasaré la noche en la mansión de mi padre, me retrasé un poco y ahora estoy exhausto...

 

Kyungsoo lo observaba desde el otro lado de la habitación, notando cómo Sehun luchaba por mantener una expresión serena mientras escribía el mensaje. Pero Kyungsoo podía ver el dolor detrás de cada palabra, podía ver la manera en que Sehun apenas contenía las lágrimas mientras tipeaba.

 

—Me alegra que estés bien, aunque te extrañaré esta noche, te veré mañana, entonces, no te preocupes, descansa bien.

 

—Te amo... 

 

La calidez de las palabras de Junmyeon hacía que Sehun se sintiera todavía más vulnerable. Sabía que Junmyeon lo extrañaba, y la simple imagen de su rostro había encendido en él un deseo profundo, no solo físico, sino emocional. Necesitaba a Junmyeon más de lo que se atrevía a admitir.

 

—Te extraño más de lo que te imaginas...

 

—Descansa bien, Mi amor 

 

Sehun se llevó una mano al rostro, sintiendo cómo algunas lágrimas escapaban sin poder controlarlas. Kyungsoo observó cómo su hermano intentaba mantener la compostura, y se acercó, colocándole una mano en el hombro para reconfortarlo.

 

—Hyung... —susurró Sehun con la voz rota—No sé cómo podré dejarlo ir.

 

Kyungsoo se acerco a el con rapidez y lo apretó un poco más fuerte, transmitiéndole apoyo en silencio, mientras Sehun miraba la pantalla una vez más, queriendo aferrarse a esas últimas palabras de Junmyeon como un ancla en medio de la tormenta que lo envolvía. se quedó en silencio, observando a su hermano mientras intentaba absorber el peso de la realidad, sabía que Sehun estaba destrozado, y que en poco tiempo tendría que enfrentarse a algo aún más difícil: 

 

dejar la vida que había construido junto a Junmyeon, para volver a una casa que no sentía su hogar. 

 

Sehun tendría que despedirse de la paz que encontró en los brazos de Junmyeon y regresar a la fría mansión Oh, bajo la sombra implacable de su padre. Kyungsoo, viendo la expresión quebrada de su hermano, se sentó a su lado en la cama y lo atrajo hacia él, ofreciéndole el poco consuelo que podía darle.

 

—Sehun, lo siento mucho —susurró, acariciando su hombro mientras Sehun se aferraba a él— Esto no debería ser así... no deberías tener que elegir entre tu felicidad y la aprobación de nuestro padre.

 

Sehun solo asentía, con la mirada perdida y los ojos vidriosos. El peso de las últimas horas parecía hundirlo cada vez más, y Kyungsoo lo rodeó con un abrazo, tratando de transmitirle calma.

 

—No tienes que ser fuerte ahora, ¿sí? Solo... déjalo salir, Sehun, es mejor que descanses un poco. Tal vez mañana tengas una idea de cómo enfrentar esto.

 

—¿Cómo puedo descansar, hyung? —murmuró Sehun, la voz temblando—. Siento que si cierro los ojos, todo lo que tengo se desmoronará. No quiero dejarlo, no quiero que piense que ya no lo amo...

 

Kyungsoo lo sostuvo con fuerza, y aunque su propio corazón se rompía al verlo así, intentó calmarlo con palabras suaves.

 

—Junmyeon es fuerte... Pero tú también lo eres, Sehun. Esta noche intenta descansar. Te prometo que, pase lo que pase, no estarás solo.

 

Finalmente, Sehun dejó que sus lágrimas cayeran y se aferró a su hermano como cuando era niño, cuando Kyungsoo era su protector en cada conflicto. Exhausto y adolorido, cerró los ojos, permitiéndose un momento de vulnerabilidad mientras Kyungsoo lo ayudaba a recostarse y lo arropaba con cuidado.

 

—Descansa, Sehun. Yo estaré aquí, no te dejaré solo en esto —le aseguró Kyungsoo.

 

Y, mientras la tensión de su cuerpo se disolvía lentamente, Sehun comenzó a quedarse dormido, refugiado en la presencia de su hermano, ambos se arroparon juntos y entregaron sus cuerpos al sueño con la esperanza de que la mañana le trajera alguna respuesta alguna salida a la tormenta en la que se encontraba.

 

Jueves, Mansión OH, 8:00 AM 

 

La mañana siguiente llegó con un peso aún más abrumador que la noche anterior. Sehun despertó lentamente, el cuerpo aún adolorido y marcado por la experiencia de la víspera. El sol atravesaba las cortinas, pero en su interior solo había oscuridad. No importaba lo que hiciera, no podía dejar de pensar en Junmyeon, en lo que había sucedido, y en el abismo al que se estaba enfrentando. Su relación con él, sus sueños, todo eso estaba en peligro por culpa de su padre, y no sabía cómo seguir adelante.

 

Kyungsoo, como siempre, se había ido temprano al trabajo. En su corazón, Sehun sabía que su hermano lo apoyaba, pero las circunstancias lo habían arrastrado a una encrucijada que solo él podía resolver. O tal vez, ya no quedaba nada que resolver. Pensó que tal vez debería de dejar de intentar, de luchar, de seguir adelante... pero algo en su pecho se lo impedía. El amor por Junmyeon seguía allí, tan fuerte como siempre, y si había algo que nunca podría cambiar, era eso. Se levantó de la cama, sus piernas temblando al intentar ponerse de pie, su cuerpo estaba agotado, y la idea de enfrentar a su padre, y de alguna manera renunciar a lo que más quería, lo consumía, no podía ni siquiera imaginar lo que Junmyeon estaría pensando, estaba tan lleno de dudas y de dolor que se sintió casi incapaz de hacer cualquier cosa que no fuera escapar de todo. 

 

Al llegar al gran comedor de la mansión, no pudo evitar notar lo vacía que estaba la casa, la mansión Oh nunca le había gustado. Aunque había nacido y crecido allí, siempre lo había sentido como un lugar frío, distante. No extrañaba nada de ese lugar. No era su hogar. Su hogar estaba con Junmyeon, con los niños, con las pequeñas alegrías que compartían juntos. Ese era el lugar donde Sehun podía ser él mismo, sin máscaras ni secretos. 

 

El desayuno estaba servido sobre la mesa, pero Sehun no tenía apetito, tampoco tenía la energía para siquiera sentarse y comer. Su mente estaba completamente absorbida por la situación en la que se encontraba, el lugar en el que estaba atrapado. Con un suspiro pesado, se dejó caer sobre una silla, mirando la comida sin realmente verla.

 

¿Qué haré ahora?

 

Pensó para sí mismo, Había prometido a su padre que seguiría sus órdenes, pero no sabía cómo enfrentar ese sacrificio. ¿Cómo podía renunciar a su vida con Junmyeon, a la felicidad que finalmente había encontrado? El corazón le dolía por la sola idea de dejarlo atrás. 

 

La vida en la mansión Oh nunca le había parecido tan vacía, todo lo que había logrado en su vida había sido por su padre, y aún así, parecía que nunca sería suficiente. Sehun pensaba en cómo había comenzado este viaje. Si no se hubiera infiltrado en la vida de Junmyeon, nunca lo habría conocido, y nunca habría tenido que enfrentar este dilema. Pero también se dio cuenta de que jamás habría experimentado el amor tan profundo que ahora sentía por él.

 

¿Cómo podía dejarlo ir?

 

pensaba mientras se servía una taza de café, aunque ni siquiera lo disfrutaba.

 

Era una paradoja: Sehun no deseaba este camino, no deseaba esta guerra, pero ahora se encontraba en medio de ella. Había hecho promesas, había cometido errores, y ahora las consecuencias lo arrastraban sin misericordia.

 

¿Era su karma por haberlo mentido en los meses anteriores? 

 

Un dulce karma que lo ha mantenido con dolor desde el día que se perdió en esos ojos llenos de inocencia, un hombre que jamás tuvo la culpa de haber lastimado a su familia. Un hombre que lo enseño a amar y a valorar más su alrededor, estar en un ambiente lleno de amor y no de ataduras como acostumbraba a su "Hogar" La mansión Oh.

 

Después de un rato de estar sentado en silencio, se levantó, sabiendo que debía ir a ver a Junmyeon más tarde, como si todo lo demás pudiera esperar. A pesar de la situación, no podía dejar de pensar en él, en la necesidad de verlo, de estar a su lado.

 

Sobrevivir...

 

pensó, repitiendo la palabra en su mente, esa era la única opción que le quedaba, sobrevivir a lo que estaba por venir, sobrevivir a la decisión que pronto tendría que tomar.

 

Mansión de Junmyeon, 9:00 AM 

 

Junmyeon salía del gym que se encontraba en el primer piso de  la mansión, se detuvo mirando por la ventana mientras pensaba en todo lo que había ocurrido. El dolor de lo sucedido con Sehun en los últimos había dejado atrapado entre la preocupación por su seguridad y el amor que aún sentía por él. En ese momento, la puerta se abrió, y Victoria entró, con la intención de llevarse a los niños para que Junmyeon pudiera descansar. 

 

—¿Cómo te sientes? — preguntó Victoria mientras se acercaba.

 

Junmyeon suspiró y dejó caer los hombros

 

— Estoy agotado, Victoria. No sé qué hacer. Mi padre...Sehun... todo esto me está superando.

 

Victoria lo miró preocupada.

 

—¿A qué te refieres con que te está superando?

 

Junmyeon se había guardado todo lo que pasó en los últimos días, ni Victoria, ni Baekhyun sabían lo que paso detrás de lo "Lindo y agradable" que tenía su relación, tenía miedo de preocuparlos, sin embargo, no podía dejar de pensar en el bienestar de sus hijos. 

 

—Padre nos descubrió, Victoria. Me descubrió a mí y a Sehun... todo lo que hemos estado haciendo, y ahora, tengo miedo de que quiera sacarme de Kim Corporation, sacarme de la familia. 

 

Victoria se acerco a su lado, su rostro mostrando una mezcla de preocupación y tristeza. 

 

—Sabes que si te saca, serás libre de su control ¿Por qué estas tan preocupado?

 

—Por los niños victoria... ¡Sabes que si les pasa algo jamás me perdonaría!–Alzo un poco la voz

 

Junmyeon miro a victoria fijamente, sus ojos estaban vidriosos a punto de derramar lágrimas con lo que iba a decir:

 

—Quiero mandar a los niños a china con sus abuelos y contigo

 

— Junmyeon, sabes que esto es grave. Pero, ¿de verdad crees que deberías ir tan lejos? Quiero decir, ¿mandar a los niños a China? No sé si eso es lo más adecuado, y no me gusta nada la idea.

 

— ¡No quiero que nada les pase a Ningning y Kun!–Junmyeon dijo, alzando la voz ligeramente–Lo mejor para ellos es alejarse de todo esto, de este caos. Si mi padre está dispuesto a destruirnos, no quiero que mis hijos estén en el medio.

 

Victoria frunció el ceño. 

 

— Pero, ¿China? ¿De verdad crees que es lo mejor? Ellos son pequeños, Junmyeon, necesitan estar cerca de ti, no puedes separarlos de ti de esa manera, no sin pensarlo mejor.

 

Junmyeon se pasó una mano por el rostro, visiblemente frustrado. 

 

— Lo sé, lo sé... pero no quiero que nada les pase, necesito tiempo para pensar en todo esto y ver cómo puedo salir de esta situación. Si les envío con ustedes, al menos estarán a salvo... 

 

Victoria suspiró, con la mirada fija en él. 

 

— Estás asustado, lo entiendo, pero no puedes tomar decisiones apresuradas. ¿Qué pasará cuando ellos te pregunten por qué los enviaste tan lejos?, ¿Cómo les vas a explicar todo esto? 

 

— No lo sé... — Junmyeon respondió, mirando al vacío. — Pero si mi padre me está presionando, y si el escándalo con Sehun sale a la luz... no puedo arriesgarme a que algo les pase a ellos también.

 

Victoria agarro su brazo y caminaron juntos hacia el sofa, agarro sus manos y lo miraba con sus ojos llenos de comprensión. 

 

— Escucha, Junmyeon, sé que estás pasando por mucho, y entiendo por qué te sientes así, pero necesitas pensar las cosas con calma, no es justo que tomes decisiones tan grandes sin considerar lo que realmente es mejor para ellos... y para ti.

 

Junmyeon cerró los ojos, dándose un respiro.

 

— Tienes razón... lo sé. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras mi vida se desmorona.

 

— Lo sé, Junmyeon. Pero por favor, no hagas nada que después puedas lamentar, no tomes decisiones precipitadas solo porque te sientas impotente en este momento, piensa bien en lo que vas a hacer, por ti y por tus hijos.

 

Junmyeon la miró mientras victoria se levantaba y salía. Se acosto, completamente agotado. A pesar de las palabras de Victoria, su mente seguía llena de preocupaciones. Lo peor de todo era que aún no sabía nada de Sehun. La idea de estar separado de él lo destrozaba, pero también sentía que si no hacía algo, todo se le escaparía de las manos.

 

¿Qué haré ahora? 

 

pensó, mientras se sentaba en el borde del sofa , la cabeza entre sus manos.

 

¿Por qué me tiene que pasar esto?

 

¿Por qué no puedo ser feliz?"

 

Se sentía atrapado en un torbellino de emociones que no sabía cómo manejar. La tristeza lo envolvía con cada paso que daba por la mansión, y parecía que no habría solución a la tormenta que se desataba en su vida. El peso de la culpa, el miedo por sus hijos, la amenaza de perderlo todo... todo lo que más amaba parecía desmoronarse en sus manos. 

 

"Nunca debí enamorarme, nunca debí meterme en esto..."

 

pensó, pero las palabras no ayudaban a calmar el dolor que sentía en su pecho, el pensamiento de estar tan cerca de perder a Sehun lo destrozaba, y la preocupación por lo que su padre pudiera hacerle a su familia lo mantenía tenso, incapaz de descansar.

 

Mientras Junmyeon daba vueltas por la mansión, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Ningning y Kun, sus mellizos, habían regresado después de jugar, con la energía habitual de los niños pequeños. Al ver a su padre en el estado en que se encontraba, abrazado a sí mismo, ambos se miraron con preocupación, no comprendían bien qué estaba pasando, pero notaron que algo no estaba bien.

 

— Papá, ¿estás bien? — preguntó Ningning, con su voz suave pero llena de inocencia. Kun se acercó a su lado, también mirando a su padre con curiosidad.

 

Junmyeon los miró, tratando de disimular su dolor, pero no pudo evitar que una lágrima se deslizara por su mejilla. Su corazón se rompió al ver las caras preocupadas de sus hijos. 

 

"No quiero que vean esto, no quiero que sientan lo que estoy sintiendo..."

 

— Todo está bien, Mis amores — dijo Junmyeon, forzando una sonrisa, aunque el dolor era evidente en sus ojos. — No se preocupen, no estoy peleando con mamá, solo estoy un poco cansado.

 

Victoria, que había estado en la cocina, salió para ver si todo estaba en orden, al ver a Junmyeon abrazando a los niños, se acercó y les sonrió, aunque sabía que la situación no era tan simple. 

 

— ¿Por qué no se sientan con papá en el sofá? — sugirió Victoria con una voz suave. — Voy a preparar algo para que todos coman, ¿les parece?

 

Los niños asintieron y corrieron al sofá mientras junmyeon a pasos lentos lo seguía, Ningning y kun se acomodaron a su lado, abrazándolo, sin entender bien lo que sucedía, pero sin duda percibían que algo no estaba bien. Ningning, con su ternura característica, se abrazó a su papá y le acarició la cabeza, buscando consolarlo a su manera.

 

— Papá, no llores, todo estará bien — dijo Kun, con la sinceridad de un niño pequeño. Junmyeon, al escuchar las palabras de su hijo, sintió una punzada en el pecho. La pureza de sus palabras, llenas de amor incondicional, lo hicieron sentirse aún más perdido.

 

— Gracias, mis pequeños — susurró Junmyeon, tratando de mantener la calma. No quería preocuparlos más, pero no podía evitar sentir que los estaba fallando.

 

Los mellizos se acurrucaron más cerca de él, como si pudieran absorber su tristeza. Junmyeon los abrazó con fuerza, como si en ese momento todo lo que necesitaba fuera sentir la calidez de sus hijos cerca de él, eran lo único que le quedaba claro en su vida, lo único que no le había sido arrebatado. 

 

Pero quería ser fuerte, debía ser fuerte, si pudo hace años atrás cuando eran unos bebes, tenía que ser fuerte y ser un héroe para ellos. Era padre y también un amante lleno de dolor.

 

Mientras tanto, Victoria continuaba en la cocina, pero su mente también estaba ocupada. Sabía que Junmyeon estaba atravesando un momento muy difícil, y aunque intentaba no mostrarlo, su preocupación por él no podía ocultarse. Sabía que el dolor de su exesposo era profundo, pero también sabía que no podía intervenir más de lo que ya lo había hecho. La decisión de Junmyeon estaba tomada, aunque no sabía si estaba bien o mal. 

 

Junmyeon, mientras tanto, sentía el calor de sus hijos y les daba un beso en la frente a cada uno. Aunque en su interior estaba roto, los abrazó con más fuerza, deseando que todo fuera más sencillo para ellos. 

 

"No puedo dejar que ellos sufran. No puedo perder a Sehun. No quiero seguir perdiendo lo que más amo..."

 

En ese instante, los mellizos, con su pureza, seguían aferrándose a él, sin comprender del todo lo que ocurría. Pero Junmyeon sabía que tenía que ser fuerte por ellos. Tenía que encontrar la manera de no desmoronarse, aunque su mundo estuviera cayendo a pedazos.

 

Se quedó en el sofá con ellos durante un largo rato, buscando consuelo en su amor, sintiendo el abrazo de sus pequeños como el último refugio en medio de la tormenta que lo rodeaba.

 

15:00 PM

 

Victoria entró al salón con una expresión cansada pero aún sonriente, lista para llevar a los niños. El día había sido largo, y aunque su trabajo de modelo era gratificante, sabía que la vida familiar siempre había sido un desafío para ella. Al ser tan joven, en sus 30, y estar en la cima de su carrera, las demandas del trabajo la mantenían constantemente ocupada. Las pasarelas, los viajes y las fotos llenaban su vida, pero, a menudo, sentía la culpabilidad de no estar lo suficiente para sus hijos.

 

Los mellizos, Ningning y Kun, eran conscientes de que su madre era famosa, pero también sabían que esa fama venía con un alto precio: el tiempo con ellos. Aunque nunca les faltó cariño de Victoria, el vacío de no tenerla a diario los tocaba de manera diferente. De vez en cuando, se preguntaban si su madre estaría más cerca si su trabajo no fuera tan exigente.

 

Hoy, mientras su madre los preparaba para irse con ella, los niños se veían preocupados, observando a su padre, Junmyeon, en el sofá. Sabían que algo no estaba bien, que él no era el mismo de siempre. Junmyeon estaba cansado, agotado, como si todo el peso del mundo estuviera sobre sus hombros. Ningning se acercó a él, mirando su rostro preocupado.

 

— Papá, ¿por qué sigues tan triste? — preguntó Ningning, con su voz suave pero llena de esa preocupación que solo los niños tienen. Kun también se acercó, frotándose los ojos, aún medio dormido de la siesta que se había tomado con su padre un rato antes.

 

Junmyeon intentó sonreír, pero no pudo evitar que sus ojos se humedecieran un poco. No quería preocupar a los niños más de lo necesario, había estado derramando muchas lagrimas en los últimos días pero la tristeza lo envolvía, y no podía esconderla completamente.

 

— Estoy bien, chicos, solo necesito descansar un poco — dijo, su voz temblando ligeramente. 

 

Kun, como siempre, no se conformó con una respuesta vaga. Con su pequeña manita, tocó la frente de su padre, y sintió el calor que emanaba de él.

 

— Papá, estás caliente, ¿tienes fiebre? — dijo Kun, mirando a su madre con una expresión de incomodidad. Ningning también lo miraba, un poco asustada, sin saber cómo reaccionar.

 

Victoria, que había estado observando en silencio, se acercó y acarició suavemente la cabeza de Ningning.

 

— Vamos, chicos, ya es hora de irnos... — dijo victoria con una sonrisa tranquila, aunque su corazón también sentía el nudo de la situación. — papi necesita descansar, y nosotros iremos a mi casa por unas dos semanas, pero él estará bien, ¿de acuerdo?

 

Ningning se aferró más a su padre, con la mirada fija en él, casi como si no quisiera separarse. Kun también, apretando la mano de su madre, miró a Junmyeon y luego a su madre, sintiendo la tensión en el aire.

 

— Pero no quiero ir, mamá — dijo Ningning con una pequeña lágrima en los ojos. — ¿Por qué papá se ve tan mal? No quiero dejarlo solo.

 

Victoria suspiró, sintiendo un peso en su corazón. Sabía que era difícil para los niños, pero entendía que necesitaban un respiro también. 

 

— Lo sé, mi amor — respondió suavemente, abrazando a Ningning y a Kun por un momento. — Pero papá está en buenas manos, y ustedes también necesitan descansar un poco. ¿Qué les parece si volvemos a ver a papá dentro de dos semanas? 

 

Los niños no estaban completamente convencidos, pero sabían que no podían hacer mucho más, su padre era un hombre ocupado pero era con quien pasaban más tiempo, Ningning, con los ojos brillando de lágrimas, abrazó a su padre una última vez.

 

— Papá, te quiero mucho, por favor, cuídate, prometemos ser buenos con mamá — dijo en voz baja, mientras Kun asentía con un gesto serio.

 

Junmyeon los abrazó con fuerza, sin poder evitar que las lágrimas comenzaran a deslizarse por su rostro. Quería ser fuerte para sus hijos, pero la idea de separarse de ellos, sobre todo en este momento tan difícil, lo destrozaba.

 

— Los quiero muchísimo, mis pequeños, prometí ser fuerte para ustedes, y lo haré — dijo, su voz quebrándose. 

 

Victoria miró a Junmyeon, sabiendo que ambos pasaban por un momento complejo, pero comprendiendo que sus hijos necesitaban esa pausa también. Con un suspiro resignado, Victoria tomó la mano de los niños y los guió hacia la puerta.

 

— Vamos, mis amores, nos vamos con mamá, pero papá estará bien — dijo, intentando que su tono fuera alegre, aunque sabía que ninguno de ellos estaba completamente convencido.

 

Junmyeon acompaño a la puerta mientras veía , a sus hijos irse, mientras su corazón se rompía más por dentro. 

 

¿Cómo les explico esto? 

 

¿Cómo les explico que no sé si todo estará bien cuando regrese?

 

Con una sonrisa despidió a sus hijos, mientras victoria arrancaba el auto y sus niños lo despedían desde lejos alzando sus manitos, sabiendo que estarán con su madre cuidándolos en un lugar seguro lejos de la locura que se avecinaba entre las dos familias por rencores y odio jamás perdonados. 

 

19:00 PM

 

La mansión de Junmyeon estaba en silencio, exceptuando el suave sonido de la lluvia golpeando las ventanas. Había sido un día largo y agotador para él. Desde la partida de los niños, el vacío se había hecho más presente. El dolor por la situación con Sehun lo seguía atormentando, pero había intentado mantenerse ocupado, hacer tareas pequeñas, todo para no caer en la desesperación. Sin embargo, su mente siempre volvía a Sehun. A la falta de mensajes, al temor de lo que podría estar ocurriendo.

 

Junmyeon estaba en pijama, recostado en el sofá, envuelto en una manta, buscando consuelo en su propio calor. Miró el teléfono varias veces, pero no pudo traer consigo el valor para llamar o enviar un mensaje. Sentía que algo estaba mal, pero no se atrevía a preguntar.

 

Y justo cuando la tarde se desvanecía en la noche, y el reloj marcaba las 19:00 p.m., la puerta principal se abrió, y una figura conocida apareció en el umbral.

 

Era Sehun.

 

Junmyeon no lo pensó dos veces. Se levantó rápidamente, el corazón latiendo más rápido, y en cuanto Sehun estuvo dentro, corrió hacia él sin decir palabra. En un instante, sus brazos lo rodearon, apretándolo contra su pecho, buscando la seguridad que tanto necesitaba.

 

— Te extrañé tanto... — murmuró Junmyeon, Le dio un beso en la mejilla, luego en la frente, y finalmente, en los labios, como si intentara reclamar todo el tiempo perdido.

 

Sehun, a pesar de estar abrumado por la tensión que llevaba dentro, lo abrazó de vuelta, El calor de Junmyeon, el suave aroma a su piel, lo tranquilizó por un momento. Estaba allí, con él, y por un segundo, todo parecía volver a la normalidad.

 

Sin embargo, no podía ignorar el hecho de que aún no le había dicho la verdad. Las heridas en su rostro, las pequeñas marcas visibles que le había dejado su padre, no eran nada comparado con el peso que llevaba en su corazón. Sehun sabía que Junmyeon se estaba preocupando, que su rostro no pasaba desapercibido para él, pero no estaba listo para revelar lo que había sucedido. No quería que su amor, su relación, se viera arrastrada por la guerra de familias, no podía perder a Junmyeon.

 

— ¿Estás bien? — preguntó Junmyeon, apartándose ligeramente de él, para mirarlo de cerca, buscando algún signo de dolor. El rostro de Sehun no estaba como lo recordaba. Había algo distinto, algo en su mirada que lo hizo fruncir el ceño. 

 

Sehun, con su sonrisa forzada, evitó responder directamente, sin querer preocupar a Junmyeon aún más.

 

— Sí, estoy bien, solo... un día difícil — dijo, mientras acariciaba suavemente el cabello de Junmyeon. Intentaba parecer tranquilo, pero las palabras se le atascaban en la garganta. 

 

Junmyeon lo miró, sabiendo que algo no estaba bien. Podía ver las pequeñas marcas en su rostro, las que no podía ignorar. Pero aún así, no preguntó más, sabiendo que Sehun no estaba listo para compartirlo. En su lugar, lo abrazó una vez más, apretándolo con fuerza, sin querer soltarlo. 

 

— Lo siento por no haber estado más cerca — susurró Junmyeon. — Pero te prometo que todo estará bien, estoy aquí para ti, mi amor. 

 

Sehun, con el corazón apesadumbrado, cerró los ojos y suspiró. No quería hacerle daño a Junmyeon, pero sabía que debía enfrentar la realidad. Sin embargo, por ese momento, todo lo que quería era disfrutar de la cercanía de él, olvidar los problemas y, por unos minutos, ser simplemente ellos dos. 

 

— Gracias — murmuró Sehun, besando su cabeza. — Gracias por estar aquí.

 

Junmyeon sonrió, pero su preocupación seguía ahí, latente. La incertidumbre sobre qué había pasado, sobre lo que Sehun estaba ocultando, lo envolvía. Pero, por ahora, lo único que quería era disfrutar de su presencia, aunque en el fondo, sentía que algo más se acercaba, algo que cambiaría todo.

 

Sehun aún no estaba listo para hablar de lo que había sucedido, pero el amor y el miedo lo mantenían atado a la idea de proteger a Junmyeon. 

 

La verdad podía esperar... por ahora.

 

Sehun y Junmyeon se acomodaron en el sofá, cubriéndose con una manta gruesa, buscando consuelo y calidez en el cuerpo del otro. El ambiente en la mansión estaba en silencio, solo interrumpido por el suave sonido de la lluvia golpeando las ventanas, el día había sido largo y agotador para ambos, pero en ese momento, lo único que necesitaban era estar juntos, aunque ambos sabían que las sombras de la incertidumbre seguían acechando.

 

Junmyeon se acurrucó más cerca de Sehun, descansando su cabeza en su pecho, los dos estaban cómodos, pero aún tensos por todo lo que había sucedido en los días anteriores. Sehun lo rodeó con un brazo, acariciando suavemente su espalda, buscando transmitirle algo de calma.

 

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Sehun, mirándolo con cuidado. Aunque Junmyeon había insistido en que estaba bien, Sehun sabía que no era así. Había algo en sus ojos, una preocupación que no podía esconder.

 

Junmyeon le sonrió, aunque sabía que esa sonrisa no era completamente honesta. Al menos no por completo. Había estado luchando contra su propia ansiedad y miedo durante todo el día, tratando de seguir adelante con la idea de que todo se resolvería eventualmente. Pero ver a Sehun tan distante, sin compartir lo que realmente pasaba, le hacía sentirse más solo de lo que quería admitir.

 

— Un poco cansado, pero bien... más ahora que estás aquí — respondió Junmyeon, recostándose más cómodamente en los brazos de Sehun. — ¿Y tú? ¿Cómo te fue el día?

 

Sehun sonrió levemente, aunque su mente seguía ocupada con todo lo que había ocurrido. Había estado debatiéndose entre lo que sentía y lo que debía hacer. El peso de la carta de renuncia que había escrito aún lo agobiaba, pero sabía que no podía seguir trabajando en Kim Corporation, si quería salvar su relación con Junmyeon y dejar atrás la guerra entre sus familias, tenía que dar un paso importante, pero, por ahora, no se atrevía a compartir esa decisión con él.

 

— He estado... pensando — dijo Sehun, acariciando la nuca de Junmyeon con suavidad. — No hice mucho hoy. Estuve en casa, escribiendo un par de correos, pero lo único en lo que realmente he estado pensando es en... lo que está pasando con nosotros. 

 

Junmyeon lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de curiosidad y preocupación, sabía que Sehun estaba lidiando con algo, pero no podía entender del todo qué era. Su intuición le decía que la distancia emocional de Sehun no era solo por las circunstancias externas, sino que había algo más. Algo que lo mantenía apartado.

 

— ¿Qué estás pensando, Sehun? — le preguntó suavemente, acariciando el rostro de él, buscando algo de claridad. 

 

Sehun suspiró, apretando los ojos por un momento mientras se debatía internamente. Necesitaba explicarle, necesitaba ser honesto, pero no sabía si era el momento adecuado. No quería perder lo que tenían, y, sin embargo, sentía que seguir ocultándole la verdad podría ser más destructivo que revelársela.

 

Mientras tanto, Junmyeon se acomodó un poco más sobre él, sintiendo el calor de su cuerpo y cerrando los ojos. Sehun aprovechó la oportunidad para besarlo suavemente en el cuello, dejando que sus labios recorrieran su piel, buscando aliviar un poco la tensión entre ellos, los besos eran suaves, llenos de cariño, como si trataran de restablecer la conexión que parecía haberse roto en los días anteriores. Junmyeon suspiró ante el contacto de Sehun, cerrando los ojos y relajándose en sus brazos, la sensación de sus labios en su cuello lo hizo sentir seguro por un momento, alejado de los problemas que lo acechaban, los dos se quedaron en silencio por un rato, solo disfrutando del contacto físico, como si el mundo exterior no existiera. 

 

Sin embargo, la mente de Sehun no podía descansar, a medida que sus labios recorrían el cuello de Junmyeon, su pensamiento regresaba una vez más a la carta que había escrito antes, la carta en la que renunciaba a Kim Corporation y a todo lo que había estado haciendo en secreto durante todo este tiempo. La decisión era inminente, pero aún no sabía cómo decírselo a Junmyeon.

 

Sehun tomó una respiración profunda, sintiendo el peso de las palabras que tenía que decir. A pesar de la cercanía y el amor que compartían, la verdad seguía siendo un veneno en su garganta, y lo que había estado ocultando durante todo este tiempo lo consumía por dentro, no podía seguir viviendo en esa mentira. Sabía que Junmyeon merecía saberlo, y aunque su corazón se rompiera, también entendía que al final esto era lo mejor para los dos.

 

Con manos temblorosas, Sehun tomó las de Junmyeon entre las suyas, sus dedos acariciando con delicadeza la piel suave de su novio, junmyeon lo miraba con el corazón en la garganta, notando el cambio en el comportamiento de Sehun. Había algo en sus ojos, una mezcla de dolor y determinación, que lo hizo sentir una punzada en el pecho. 

 

Junmyeon no dijo nada, simplemente esperó, sabiendo que lo que fuera que Sehun tuviera que contarle no era algo que pudiera ignorar. Su corazón latía con fuerza, preguntándose qué tan grave podría ser.

 

Sehun besó con suavidad el anillo de Junmyeon, el gesto cargado de cariño y pesar, había algo profundo en el simple acto, como si ese anillo representara todo lo que había soñado, todo lo que había construido con Junmyeon. Algo que estaba a punto de desmoronarse, por lo menos, en el corto plazo, junmyeon lo observó en silencio, notando cómo el brillo de los ojos de Sehun empezaba a apagarse por la carga de la verdad que aún no había compartido.

 

— Jun... — comenzó Sehun, su voz temblorosa. — Te he mentido, te he mentido desde el principio, desde que todo esto empezó, no solo a ti, sino a mí mismo. Yo... no puedo más. 

 

Junmyeon frunció el ceño, pero se quedó en silencio, esperando que Sehun continuara.

 

— Desde el momento en que empecé a trabajar para ti, desde que empecé a estar cerca de ti, mi vida cambió. Pensé que podía seguir con esto, que podía engañar a todos, que todo iba a salir bien, pero me equivoqué... No puedo seguir con esto.

 

Sehun soltó las manos de Junmyeon por un momento, y con una lentitud dolorosa, se arrodilló frente a él. Junmyeon no comprendía, no entendía lo que estaba pasando, pero podía sentir la creciente desesperación en los gestos de Sehun. Algo grave estaba a punto de suceder, y lo sabía. 

 

Con la mirada fija en Junmyeon, Sehun sacó un sobre de su bolsillo, uno que llevaba horas guardando, temeroso de mostrar, la carta de renuncia que había escrito y que había intentado evitar pensar en ella durante tanto tiempo. La miró un par de segundos, y luego la extendió hacia Junmyeon, el silencio llenó el espacio entre ellos, pesado, denso. Junmyeon no la tomó de inmediato, sino que miró a Sehun con una mezcla de confusión y temor.

 

— ¿Qué es esto, Sehun? — preguntó Junmyeon, su voz quebrada, temerosa.

 

— Es mi renuncia a Kim Corporation — respondió Sehun, su voz firme, pero llena de dolor. — He decidido dejarlo todo atrás. ya no quiero trabajar para ti, no quiero seguir siendo parte de ese mundo. 

 

Junmyeon sintió una punzada de incredulidad. Sabía lo importante que era Kim Corporation para Sehun en los últimos meses, Era donde comenzó todo, Sehun había trabajado tan duro para llegar a donde estaba junto a el, ¿Por qué lo haría? ¿Por qué tomaría esa decisión si no era por algo más grande?

 

Sehun bajó la cabeza, sintiendo el peso de lo que tenía que decir.

 

— Jun, mi padre y el tuyo... ellos se reunieron conmigo — dijo, sus palabras cayendo como gotas pesadas. — Y me dijeron que si quería protegerte, si quería verte feliz... sin más dolor, sin más sufrimiento... tenía que elegir. 

 

Trato de calmarse y continuó: 

 

—Tenía que elegir entre ti y mi familia, y me dijeron que si seguía adelante con esto, con nuestra relación, tendríamos que separarnos. 

 

El aire se hizo denso. Junmyeon lo miraba, sus ojos llenos de incredulidad, no podía creer lo que estaba escuchando, el hecho de que los dos padres, que habían sido enemigos durante tanto tiempo, se unieran para manipularlo de esta forma, para presionar a Sehun a tomar una decisión entre su amor y su familia, lo desbordaba. Su respiración se hizo entrecortada, y sintió un nudo en el estómago.

 

— Sehun, ¿estás diciendo... que ellos te obligaron a hacer esto? — preguntó Junmyeon, su voz quebrada, tratando de entender, de asimilar lo que Sehun le estaba diciendo.

 

Sehun asintió lentamente, sintiendo el dolor en su pecho.

 

— Sí, Jun. Ellos... me dijeron que, si no lo hacía, el daño sería mucho mayor, que si no terminaba contigo, te harían daño, te destruirían. Y... no quiero eso. No quiero que su odio nos destruya. No quiero que te lastimen. 

 

Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Sehun mientras sus palabras se volvían más difíciles de pronunciar. Sabía que lo que estaba haciendo era una traición, pero también sabía que no podía arriesgarse a perder a Junmyeon de la peor manera posible.

 

Junmyeon, por su parte, estaba en shock. No podía creer lo que escuchaba. La traición, el dolor, todo lo que había luchado para construir con Sehun se desmoronaba frente a él. Sentía el nudo en su garganta apretándose, la angustia inundando su pecho. ¿Por qué? ¿Por qué Sehun tendría que ser el que hiciera este sacrificio?

 

— No... — susurró Junmyeon, sintiendo el corazón destrozado. — ¿Por qué, Sehun? No me hagas esto... no me dejes. 

 

Sehun intentó acercarse a él, pero Junmyeon lo detuvo con una mano, negándose a permitir que Sehun lo tocara.

 

— Lo siento... — dijo Sehun entre sollozos, incapaz de evitar el dolor que sentía en su pecho. — Lo siento tanto, pero si te quedas conmigo, no quiero que sigas sufriendo, no puedo soportar verte sufrir por mi culpa.

 

Junmyeon se levantó rápidamente del sofá, el dolor y la rabia llenándolo. Miró la carta de renuncia que Sehun había dejado sobre el sofa, y aunque su corazón deseaba que todo esto fuera un mal sueño, la realidad era mucho más dura de lo que podía aceptar.

 

— Entonces, ¿esto es lo que quieres? ¿Que terminemos? — preguntó Junmyeon, con la voz temblorosa, llena de dolor. 

 

Sehun no pudo responder, las lágrimas corrían por su rostro mientras veía cómo Junmyeon comenzaba a alejarse de él. Ya no había vuelta atrás, la verdad estaba fuera, y aunque su amor seguía siendo profundo, no podía luchar contra las fuerzas que lo obligaban a separarse de él.

 

Sehun observó a Junmyeon alejarse, su corazón latiendo más rápido de lo que creía posible, sentía como si el mundo entero se hubiera detenido en ese instante, como si todo lo que había sido su vida hasta ahora se estuviera desmoronando frente a él, capa por capa, y no pudiera hacer nada para evitarlo. 

 

Junmyeon se detuvo frente a la ventana, mirando al vacío, su respiración se aceleraba, y sentía como si una pesada nube de desesperación se hubiera asentado sobre él. No entendía cómo todo había llegado a este punto, el que había creído en su amor, que había entregado tanto de sí mismo, ahora veía cómo ese amor se desvanecía, cortado por las palabras de Sehun, que se sentían como una traición, aunque sabía que no lo era en realidad. 

 

"¿Por qué?", pensaba Junmyeon, pero no podía encontrar una respuesta. Su corazón estaba roto, y la confusión lo invadía como un río desbordado.

 

Sehun observaba desde la distancia, sintiendo la presión de la angustia llenándole el pecho. Quería acercarse a Junmyeon, abrazarlo, prometerle que todo iba a estar bien, que encontrarían una forma de salir de esta situación, pero sabía que no podía. Sabía que había tomado una decisión que, aunque dolorosa, era la única opción para proteger a Junmyeon, la idea de que algo malo le pudiera suceder a él lo consumía, y el sacrificio parecía inevitable.

 

— Junmyeon... — susurró, levantándose lentamente. Sus piernas temblaban, y su voz apenas se escuchaba. — Te amo, sabes que lo hago. Pero no puedo arriesgarme a perderte por completo.

 

Junmyeon no respondió de inmediato, pero su postura rígida y el dolor en su silueta lo decía todo. No había necesidad de palabras para expresar lo que sentía. Todo lo que había creído se estaba desmoronando, y aunque trataba de ser fuerte, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.

 

— No es justo, Sehun... — murmuró Junmyeon, sin volverse a mirarlo. — No es justo que tengamos que elegir no es justo que nos separen por algo que no podemos controlar. 

 

Sehun cerró los ojos, su pecho apretado, y caminó hacia él con paso vacilante. Cada paso le dolía, y sin embargo, no podía dejar que Junmyeon se marchara así, sin una última palabra, sin un último intento por resolverlo.

 

— Sé que no es justo. Yo tampoco lo quiero, Jun... Pero no puedo arriesgarme. 

 

El dolor en su voz era palpable, y Junmyeon, al escuchar esas palabras, se giró finalmente para mirarlo, sus ojos llenos de lágrimas que ya no podía contener.

 

— ¿Entonces todo lo que hemos vivido, todo lo que hemos compartido, se va a acabar por esto? — la pregunta salió de su boca sin pensarlo, la desesperación y la tristeza clara en sus palabras. 

 

Sehun no pudo responder de inmediato, en su mente, la lucha era constante. Quería abrazarlo, decirle que todo iba a estar bien, pero no podía mentirle. Sabía que si no hacía lo que su familia le pedía, la vida de Junmyeon estaría en peligro. No podía arriesgarlo.

 

Junmyeon dio un paso atrás, sintiendo cómo su corazón se quebraba con cada palabra que no se decía. 

 

— No me pidas que lo entienda, Sehun, no quiero entenderlo, quiero que me digas que todo esto es una pesadilla, que vamos a encontrar una salida juntos, pero ya no sé si puedo seguir creyendo en esto... en nosotros.

 

Sehun sintió su corazón desgarrarse al escuchar esas palabras, al ver el dolor puro en los ojos de Junmyeon. Sabía que había fallado, y la culpa lo consumía, sin embargo, no había otra opción. El silencio llenó la habitación, pesado y denso.

 

— Te prometo que si pudiera, te haría mío de nuevo sin que nada nos detuviera. Pero esto... esto no es algo que podamos controlar. La familia, la empresa, todo... nos está arrastrando a esto.

 

Junmyeon cerró los ojos, temiendo que, en ese momento, Sehun estuviera tomando la decisión equivocada. Pero, ¿qué podía hacer? ¿Qué podía decir para convencerlo de que no todo estaba perdido? ¿Qué podía hacer para que Sehun no lo dejara ir?

 

— Entonces... ¿esto es el final? — preguntó, su voz rota, su pecho presionado por la angustia.

 

Sehun levantó la cabeza, con los ojos rojos, y se acercó a Junmyeon con cautela, como si temiera que cualquier movimiento fuera el último. 

 

— No quiero que esto sea el final... — dijo con firmeza, pero la tristeza aún envolvía sus palabras. — Pero si esta es la única manera de protegerte, entonces... tengo que hacerlo. 

 

Junmyeon miró profundamente en los ojos de Sehun, buscando una señal de que podía confiar en que todo mejoraría, pero en sus ojos solo vio dolor, y lo que más le dolió fue que, a pesar de todo el amor que compartían, a pesar de todas las promesas no dichas, lo único que se les ofrecía era una separación forzada.

 

Las lágrimas de Junmyeon no dejaban de caer. Su rostro estaba lleno de dolor, de desesperación, y sus palabras, cargadas de angustia, casi se ahogaban en su propio llanto.

 

— Por favor, Sehun... — susurró, su voz quebrada. —No me dejes, no quiero perderte... no puedo... no quiero vivir sin ti.

 

Sehun, de pie frente a él, no podía soportar el sufrimiento en sus ojos. Quería abrazarlo, decirle que todo iba a estar bien, que podrían escapar juntos y dejar todo atrás, pero sabía que no era tan fácil, y, aunque su corazón gritaba por quedarse con Junmyeon, la realidad era más fuerte que cualquier sentimiento que pudiera tener. 

 

Junmyeon dio un paso hacia él, sin importarle las heridas que todavía sentía en su alma, sin importarle que su cuerpo temblara por la presión de la situación. Se arrodilló frente a Sehun, tomando sus manos con desesperación.

 

— Sehun...— la palabra salió entre sollozos. — Tú y yo... podemos huir juntos, deja todo atrás, olvida a tus padres, a la empresa... a todo, te amo, y no quiero que esto termine así... No puedo soportarlo, no quiero vivir en un mundo sin ti.

 

Sehun cerró los ojos, su pecho a punto de explotar. Sus manos temblaban, y aunque su corazón se rompía con cada palabra de Junmyeon, sabía que no podía hacer lo que su amor le pedía. Las consecuencias de huir, de dejar todo, los perseguirían a ambos, y el riesgo de perderse para siempre era real. Además, no quería arrastrar a Junmyeon a una vida de constantes miedos y peligros. 

 

—No quiero perderte, Junmyeon...— susurró, su voz temblorosa. — Te amo más de lo que jamás podrías imaginar, pero si te llevo conmigo, si intentamos huir... podría pasar algo terrible, algo que ni tú ni yo podríamos soportar... No puedo ser el causante de más dolor en tu vida.

 

Junmyeon no podía aceptar esas palabras. Las sentía como cuchillos atravesando su pecho, pero seguía aferrándose a la esperanza, al sueño de una vida juntos, lejos de todo lo que los separaba.

 

— ¿Entonces quieres que lo dejemos así?— preguntó, la voz quebrada por la tristeza. — ¿Vas a dejarme ir? Después de todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos compartido... ¿quieres que se acabe aquí?

 

La angustia se reflejaba en su rostro, y sus ojos buscaban una respuesta en Sehun, una señal de que aún había esperanza, de que aún había una forma de escapar de todo esto, juntos.

 

Sehun, incapaz de soportar el dolor que causaban sus propias palabras, se dejó caer de rodillas frente a Junmyeon, tomando su rostro entre sus manos, besando su frente con suavidad. 

 

Junmyeon intentó detener el llanto, pero su corazón estaba roto, y las palabras de Sehun lo devastaban más de lo que podía soportar. Dejó que sus lágrimas siguieran cayendo, sin poder controlarlas, mientras sus manos se aferraban a las de Sehun con desesperación.

 

— No quiero vivir sin ti, Sehun...— sus palabras salieron como un susurro, apenas audibles. — Lo que más deseo es estar a tu lado, pero si esto es lo que tienes que hacer para protegerme... entonces... haré lo que tú digas...

 

Su voz se apagó al final, y el dolor de saber que todo lo que habían construido, toda la felicidad que habían compartido, estaba desmoronándose ante sus ojos lo hizo sentir vacío. 

 

Sehun cerró los ojos, sintiendo el peso de la culpa aplastándole. Nunca había querido que las cosas llegaran a este punto, nunca había deseado que Junmyeon sufriera por su decisión, pero todo lo que podía hacer ahora era protegerlo, aunque eso significara alejarse de él.

 

La tensión entre Sehun y Junmyeon se hizo insoportable en el momento en que ambos se miraron a los ojos, sus rostros aún húmedos por las lágrimas. Se aferraban el uno al otro, sus cuerpos temblorosos con cada suspiro entrecortado, sintiendo el peso de una despedida que ni siquiera querían reconocer como real.

 

Sehun acarició el rostro de Junmyeon, sus dedos temblando al recorrer cada línea de su piel, lentamente, sus labios se encontraron en un beso suave, casi desesperado, como si ese contacto fuera lo único que pudiera sostener el frágil lazo entre ellos. Sin decir nada, Sehun lo rodeó con sus brazos. 

 

Pero junmyeon con dolor se alejo de sus brazos y se levanto yendo su habitación, dejando a sehun solo en la gran sala, dandole un dolor en el pecho todo el daño que les estaba causando, esta guerra.

Chapter 22: Capitulo 21 | Corazones Ocultos

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Sehun fue corriendo a la habitación de tras de el, subia la escaleras con prisa, tratando de no caerse, al entrar miro a su novio que estaba de espaldas, Sin embargo, cuando Sehun intentó hablar, algo en su voz se rompió. La mirada de Junmyeon reflejaba una mezcla de rabia y tristeza que pronto se transformó en palabras.

 

—No puedo creer que estés dispuesto a rendirte así, Sehun— dijo Junmyeon con un tono lleno de amargura. —Después de todo lo que hemos pasado, ¿de verdad piensas que dejarme es la única opción?

 

Sehun se quedó en silencio, incapaz de responder de inmediato, pero el dolor y la frustración comenzaron a arder en su pecho.

 

—¡No es tan fácil como lo pintas, Jun!— contestó, alzando la voz por primera vez. — No entiendes... mi padre, tu padre... están dispuestos a hacernos la vida imposible si seguimos juntos. ¡Quiero protegerte, pero a veces pienso que no te importa!

 

Junmyeon lo miró, incrédulo y herido, sus labios temblando mientras trataba de contener el dolor. Dio un paso hacia Sehun, sin dejar de mirarlo fijamente.

 

— ¿Protegerme? — susurró con una mezcla de rabia y tristeza. — ¿Crees que me estás protegiendo? Al dejarme ahora, lo único que estás haciendo es abandonarme, ¡Eres un cobarde, Oh sehun! prefieres dejarme antes de enfrentar lo que sea que nuestros padres quieran hacer, ¡tu mismo me decís que no me rinda y sigamos adelante peleando!

 

Las palabras de Junmyeon atravesaron a Sehun como cuchillos, y sintió que algo dentro de él se rompía, dando paso a un torrente de emociones contenidas. Sabía que su novio esta dolido, pero la lucha que llevaban hace meses estaba acabando con ellos. 

 

— ¡No sabes nada, Junmyeon!— gritó, dejando que la rabia lo invadiera. — ¡No sabes cuánto me duele esto, cuánto deseo quedarme a tu lado! Pero ¿de qué sirve? Al final, solo estamos cavando nuestra propia tumba.

 

Junmyeon sintió que el dolor lo ahogaba. Dio un paso más hacia Sehun, su rostro lleno de lágrimas y su corazón latiendo desesperadamente.

 

— Entonces, si es así, si realmente no quieres estar conmigo, mírame a los ojos y dime que no me amas,— dijo en un tono desafiante, aunque cada palabra era un reflejo de su propio sufrimiento. — Dímelo, Sehun, dime que no me amas, y prometo que te dejaré ir.

 

Sehun apretó los puños, su mirada llena de confusión y desesperación, sabía que no podía hacer lo que Junmyeon le pedía. No podía mirarlo y mentir, porque su amor por él era lo único verdadero en su vida, pero al mismo tiempo, sabía que seguir juntos solo les traería más dolor. No pudo evitar romper a llorar mientras intentaba hablar, sus palabras quebradas por el llanto.

 

— No puedo...— susurró, su voz rota. — No puedo decirlo, Junmyeon... porque te amo... te amo más de lo que jamás podrás entender.

 

Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba, y, sin pensarlo, lo empujó levemente, un acto desesperado que reflejaba la ira y el dolor que sentía en ese momento.

 

— ¡Entonces luchemos por nosotros!— exclamó, su voz cargada de desesperación. — ¡Haz algo, pero no me pidas que me quede aquí, esperando a que me abandones!, ¿Por qué te rindes?

 

Sehun lo miró, sus ojos llenos de lágrimas, y de pronto, todas las barreras que había construido se desmoronaron. Se sentía vulnerable, atrapado entre lo que deseaba y lo que temía, sabía que huir no era una opción, pero tampoco podía enfrentar la idea de perder a Junmyeon.

 

— No sé cómo hacerlo, Jun, — susurró, su voz temblorosa. — No sé cómo luchar por nosotros sin hacerte daño, estoy perdido, y no quiero arriesgarme a perderte... pero tampoco quiero verte sufrir por mi culpa.

 

Junmyeon lo miró en silencio por un momento, y luego, sin pensarlo dos veces, lo abrazó con fuerza, como si ese abrazo fuera lo único que pudiera salvarlos a ambos. Sehun se dejó envolver en el abrazo, sintiendo cómo el peso de todo lo que había pasado comenzaba a caer sobre él.

 

—No puedo hacer esto sin ti— murmuró Junmyeon, su voz suave pero firme. — No quiero vivir en un mundo donde no estés, si significa que tenemos que enfrentarnos a nuestras familias, lo haré, pero no me pidas que te deje ir sin luchar por ti.

 

Sehun, aún con lágrimas en los ojos, asintió levemente, sintiendo una chispa de esperanza surgir en su pecho. Quizá, solo quizá, había una forma de seguir adelante juntos. Sabía que el camino sería difícil, pero en ese momento, con Junmyeon a su lado, sintió que podría encontrar la fuerza para intentarlo.

 

El silencio se llenó de una tensión cálida y profunda cuando Sehun, con los ojos aún brillando por las lágrimas, se inclinó hacia Junmyeon y lo besó con una mezcla de desesperación y ternura, era un beso cargado de todo lo que sentía, de todas las palabras no dichas y de todas las promesas rotas. Ambos se dejaron llevar por ese momento, sus manos recorriendo sus rostros, sus cuerpos, como si quisieran memorizar cada detalle, aferrándose a la cercanía que tanto anhelaban.

 

Sehun, tomando a Junmyeon de la cintura, lo atrajo más cerca, sintiendo el calor de su piel y el latido de su corazón contra el suyo. Era una conexión que iba más allá de las palabras, un refugio que solo podían encontrar el uno en el otro. Cayeron sobre la cama, sin soltarse, sus respiraciones entrelazándose y sus corazones latiendo al mismo ritmo.

 

En un momento, se detuvieron. Junmyeon, con los ojos húmedos y el rostro enrojecido, lo miró profundamente, como si quisiera ver más allá del dolor y las dudas, le acarició el rostro, sus dedos temblorosos por el peso de lo que estaban a punto de hacer, y Sehun sintió cómo su corazón se aceleraba ante la intensidad de aquella mirada.

 

— Jun...— murmuró Sehun, susurrando entre sus labios entreabiertos. — déjame hacerte el amor... 

 

Junmyeon asintió, pero antes de responder, tragó el nudo que tenía en la garganta y susurró:

 

— pero necesito que me prometas algo...— Hizo una pausa, con los ojos aún llenos de lágrimas–Prométeme que no me dejarás, que no me abandonarás.

 

Sehun lo miró con intensidad, su propio corazón palpitando con una mezcla de dolor y esperanza, con suavidad, tomó el rostro de Junmyeon entre sus manos y lo besó una vez más, dejando que aquel beso fuera su promesa, su forma de asegurarle que, sin importar lo que sucediera, estaba dispuesto a luchar.

 

— Te lo prometo, Jun,— susurró al separarse solo un poco, sus labios rozando los de él mientras hablaba. — Voy a estar contigo, no importa lo que pase

 

Junmyeon lo abrazó con fuerza, sus manos recorriendo la espalda de Sehun, como si quisiera fusionarse con él, cada beso era un susurro de amor, un grito silencioso contra todo lo que los separaba, pero al mismo tiempo, había un miedo palpable en el aire. Sabían que, incluso si esa noche se entregaban el uno al otro por completo, las sombras de sus familias, de sus pasados, seguirían acechando, siempre presentes.

 

El tiempo no tenía significado. Cada caricia, cada roce de piel, se sentía más intenso que el anterior, como si el destino los hubiera unido con fuerza en ese momento, para demostrarles que su amor era real, que no importaba cuánto los separara el mundo, ellos siempre encontrarían una forma de estar juntos.

 

Sehun acarició suavemente la mejilla de Junmyeon, su pulgar trazando círculos lentos sobre su piel. Junmyeon, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, respondió a su toque con una suavidad que reflejaba todo el amor que sentía por él. Las palabras eran innecesarias entre ellos, solo se comunicaban a través de gestos, miradas y besos.

 

El deseo de estar cerca de Junmyeon era tan intenso que parecía quemar su piel, y con cada gesto, cada toque, sentía que se entregaba más y más a él. Con cuidado, Sehun acarició el rostro de Junmyeon, sus manos temblorosas mientras le deslizaba un mechón de cabello detrás de la oreja. Lo miró a los ojos, buscando esa conexión que solo ellos dos compartían, y en un susurro suave, le dijo:

 

— Confía en mí... quiero que estemos juntos en esto, no importa lo que pase.

 

Junmyeon, con los ojos brillando de emoción, asintió sin palabras, dejando que su cuerpo hablara por él. La intensidad del momento los envolvía por completo, y mientras sus labios se encontraban nuevamente en un beso profundo, Sehun, con delicadeza, comenzó a despojar a Junmyeon de su ropa, cada prenda que caía al suelo representaba un pequeño paso hacia la libertad que ambos ansiaban, pero también hacia el dolor que ambos sabían que llevarían con ellos, incluso si se entregaban por completo.

 

Sehun no apresuraba los movimientos, cada gesto era cuidado, lleno de amor y de una necesidad tan profunda que le era difícil describir. Mientras le besaba el cuello, la clavícula, y sus manos recorrían suavemente la piel de Junmyeon, sentía cómo todo el peso de su amor, de sus temores y de sus inseguridades, se desvanecía. Solo existían ellos dos.

 

Junmyeon gemía suavemente, correspondiendo con igual intensidad, sus manos también explorando el cuerpo de Sehun, buscando sentir su cercanía, como si de alguna forma pudieran hacer que el mundo dejara de ser un problema, al menos por un momento.

 

— Te quiero...—murmuró Junmyeon, su voz temblorosa pero firme, mientras sus dedos acariciaban la piel de Sehun.

 

— Yo también... — respondió Sehun, besando su pecho, perdiéndose en cada rincón de su cuerpo, sin dejar espacio para dudas. 

 

Ambos se entregaban en ese abrazo silencioso, como si pudieran encontrar consuelo en los brazos del otro. El deseo era palpable, pero también lo era la necesidad de estar juntos, de aferrarse a lo único que realmente podían controlar: su amor.

 

Mientras Sehun continuaba besando y acariciando a Junmyeon, sintió que su mundo se reducía a esa habitación, a ese instante. Nada importaba más que la conexión que compartían, la pasión que los unía, y la promesa tácita de que no importarían los obstáculos, al menos 

 

no en ese momento.

 

Sehun continuó besando suavemente los muslos de Junmyeon, cada beso lo acercaba más a la fragilidad y la belleza de la persona que tenía frente a él, cada vez que veía a Junmyeon cerrar los ojos, sus labios ligeramente entreabiertos, sintiendo su respiración entrecortada, se preguntaba cómo podía siquiera imaginar la idea de dejarlo. 

 

"¿Cómo podría terminar con este ángel?"

 

pensó Sehun, mientras veía a Junmyeon aferrarse a las sábanas, su cuerpo tenso y su expresión mezcla de placer y vulnerabilidad. El amor que sentía por él, la conexión tan profunda, hacía que cualquier pensamiento de separación fuera absolutamente inconcebible.

 

Sehun levantó la cabeza y miró a Junmyeon, el rostro iluminado por la suave luz de la habitación, sus ojos llenos de deseo y al mismo tiempo de una paz tan pura que hacía que Sehun casi se olvidara de todo lo que estaba pasando a su alrededor. Era como si en ese momento, en esa cama, nada importara más que el amor que compartían, como si las familias, las amenazas, y todo el caos desaparecieran por completo.

 

— Te amo tanto— susurró Sehun, casi perdiéndose en su propio suspiro, sin dejar de acariciar la piel de Junmyeon. — Eres todo para mí.

 

Junmyeon, con los ojos brillando de emoción, sonrió débilmente, una sonrisa que mostraba tanto dolor como esperanza. Sabía lo que Sehun sentía, y aunque el miedo lo consumía por dentro, no podía evitar entregarse por completo a ese momento. 

 

— No me dejes...— murmuró Junmyeon, su voz quebrada por el deseo, por la angustia, por todo lo que sabían que podría pasar, pero también por el amor que no querían dejar ir. 

 

Sehun lo miró, casi con miedo de que esa sonrisa se desvaneciera, de que esa mirada llena de confianza se convirtiera en tristeza, no podía, no podía dejarlo. 

 

¿Cómo podría hacerle esto?

 

pensaba, mientras besaba nuevamente el torso de Junmyeon, dejándose llevar por el deseo de estar tan cerca de él como fuera posible, como si esa cercanía pudiera borrar todo el miedo que sentían, pero al mismo tiempo, cada movimiento estaba impregnado de la dulce contradicción de su realidad: el amor y el dolor, la pasión y la desesperación.

 

— No quiero que te vayas, Sehun...— susurró Junmyeon, abrazándolo más fuerte, aferrándose a él como si su vida dependiera de eso. Y en cierto modo, lo hacía.

 

Sehun se quedó quieto por un momento, incapaz de responder de inmediato. Miró los ojos de Junmyeon, los ojos del hombre que amaba, y sintió una paz abrumadora mezclada con una tristeza profunda. 

 

¿Cómo podía seguir adelante con lo que le pedían? 

 

¿Cómo podía dejarlo ir, cuando su amor por Junmyeon lo consumía tan intensamente?

 

La incertidumbre sobre el futuro seguía presente, pero, al menos por ahora, todo lo que sentía era la necesidad de mantener a Junmyeon a salvo, de no dejarlo ir, aunque eso significara tomar un riesgo incalculable.

 

Sehun no podía evitar la desesperación que sentía al ver las lágrimas en los ojos de Junmyeon. Mientras lo volteaba, besando su espalda con suavidad pero también con una pasión que no podía contener, sus manos recorrían el cuerpo de su amado, abrazándolo por detrás, como si quisiera fusionarse con él, para nunca separarse. El calor de su cuerpo y el aroma de su piel eran todo lo que Sehun necesitaba para olvidarse, y perderse en el esta noche.

 

Junmyeon sollozaba, sus lágrimas cayendo en la almohada mientras sentía cómo los besos de Sehun recorrían su espalda, cada caricia un recordatorio de lo que podría perder, el miedo lo consumía, la idea de que todo aquello pudiera terminar pronto lo hacía temer lo peor. 

 

¿Cómo podría vivir sin Sehun?

 

¿Cómo podría dejarlo ir cuando su amor por él era tan grande?

 

Sehun lo abrazó con más fuerza, acariciando suavemente su piel mientras lo sostenía contra su pecho, intentando tranquilizarlo con sus palabras. 

 

— Te prometo que no te dejaré...— susurró Sehun, con una dulzura en su voz que trataba de calmar a Junmyeon.

 

Cada palabra que pronunciaba estaba llena de amor y de un deseo profundo de hacerlo sentir seguro, de transmitirle que lo que sentían el uno por el otro era más fuerte que cualquier amenaza que pudiera aparecer.

 

Junmyeon, aún con lágrimas en los ojos, se dejo abrazar en los brazos de Sehun como si fuera la única forma de mantenerse anclado a la realidad, de no hundirse en la angustia de perderlo. Sentía el calor de su abrazo, su cuerpo tan cercano al suyo, y eso lo hacía sentir algo de consuelo, aunque el miedo seguía latente en su pecho. El amor entre ellos era tan intenso, tan real, que Sehun no podía imaginar un futuro sin él. Aunque la situación que enfrentaban era compleja, aunque las sombras de sus familias acechaban sobre ellos, lo único que realmente importaba en ese momento era lo que sentían el uno por el otro.

 

Junmyeon, con el corazón aún acelerado por el miedo, se dio la vuelta y levantó lentamente la mano de Sehun y lo llevo tocando su rostro, como si buscara asegurarse de que estaba ahí, de que no iba a irse. 

 

— No sé qué haría sin ti...— dijo entre sollozos, mientras las palabras salían de su boca con un dolor silencioso. — No puedo perderte, Sehun, no...

 

Sehun lo besó en la frente, con ternura, sus manos deslizándose por su cabello mientras lo abrazaba aún más fuerte.

 

luego de unos besos y calmarlo, se acercó despacio, su mirada fija en los ojos de Junmyeon mientras le mostraba dos de sus dedos, acariciándolos suavemente con una ternura que solo compartía con él. En ese momento, sus gestos eran pausados, cuidadosos, como si cada movimiento estuviera cargado de todo el amor y respeto que sentía por Junmyeon. Le pidió en voz baja, con palabras susurradas y cargadas de cariño, que le ayudara.

 

Junmyeon, aún con los ojos llenos de una mezcla de emociones, asintió. Con delicadeza, tomó la mano de Sehun y llevó los dedos a sus labios, manteniendo el contacto visual. Su respiración era lenta y profunda, tratando de calmarse, de concentrarse solo en el momento que compartían, en la conexión que siempre había sentido tan pura y especial entre ellos.

 

Mientras los labios de Junmyeon rozaban suavemente los dedos de Sehun, ambos intercambiaron una mirada llena de complicidad y afecto, sabia que ambos compartían una pasión muy fuerte y disfrutarían...

 

hasta que sea el dia en que se volvieran a ver

 

La saliva del mayor mojaba completamente sus dedos y luego de unas lamidas los retiro, sehun se inclino besando la frente de junmyeon y susurrándole palabras de amor. Sehun miró a Junmyeon con ternura, asegurándose de que se sintiera cómodo, con cuidado abrio sus piernas y Lentamente, empezó  introducir su dedo, dándole tiempo para adaptarse. Notó cómo Junmyeon se aferraba a las sábanas, su rostro relajándose poco a poco, dejando de lado la tristeza y el miedo que lo habían acompañado hasta hace poco.

 

—¿Estás bien? —susurró Sehun, su voz suave y preocupada.

 

Junmyeon abrió los ojos y asintió, con una pequeña sonrisa entre sus labios.

 

—Sí, Sehunnie... contigo siempre estoy bien —murmuró Junmyeon, mirándolo con esos ojos llenos de confianza y amor que siempre lograban que Sehun sintiera que lo era todo para él.

 

Sehun no pudo evitar sonreír de vuelta, aliviado de verlo disfrutar y confiado en sus brazos. Con cuidado, movió su mano y lo acarició suavemente, buscando darle toda la tranquilidad que pudiera.

 

—Eres el hombre más hermoso–le susurró al oído, su voz cálida y sincera, mientras besaba su cuello suavemente.

 

Junmyeon cerró los ojos, dejándose llevar por el momento y sintiendo la seguridad en las palabras de Sehun. Las caricias suaves y el tono amoroso de Sehun le hacían olvidar el peso que había sentido sobre sus hombros, al menos por ahora.

 

—Te creo, Sehun, —respondió Junmyeon en un susurro, entrelazando sus dedos con los de él y permitiéndose disfrutar cada segundo, —Te amo...

 

Sehun continuó sus movimientos, con una delicadeza que solo reservaba para él, y observó cómo Junmyeon se relajaba más, entregándose por completo al momento que compartían. Cada gesto, cada suspiro, hacía que Sehun supiera que lo único que deseaba en ese instante era verlo feliz, deseándolo y haciéndole olvidar todo lo malo del mundo, viendo cómo Junmyeon reaccionaba dejándose llevar por completo en cada suspiro y cada movimiento de su cuerpo. La urgencia en los ojos de Junmyeon y la manera en que movía la cintura le dejaban claro cuánto lo deseaba, cuánto ambos necesitaban ese momento de conexión para alejar el dolor que los había estado persiguiendo.

 

—Sehun, por favor... —susurró Junmyeon, su voz apenas un suspiro, con los ojos llenos de deseo y algo más profundo que hacía que el corazón de Sehun latiera más rápido.

 

—Te prometo que esta noche solo somos tú y yo... nada más importa, Jun, —le susurró, acariciando su rostro y dedicándole una mirada llena de amor.

 

Sehun tomó un momento para calmar su respiración y prepararse, sus ojos fijos en Junmyeon, buscando en su mirada la misma mezcla de amor y confianza que siempre lo llenaba de valor. Con un gesto suave, Junmyeon asintió, permitiéndole avanzar, y Sehun sintió que el mundo entero se detenía en ese instante.

 

Con cuidado, guiado por la ternura y la pasión que sentía, Sehun humedeció su miembro con el pre-semen que salía de el, lubricándose con ello y la mirada de deseo de su novio, le permitio entrar Junmyeon cerró los ojos y exhaló suavemente, sus manos apretando las sábanas mientras su cuerpo se ajustaba al de Sehun. La intimidad de ese momento no solo era física; era el consuelo que ambos necesitaban para sanar sus corazones heridos.

 

—Jun... —susurró Sehun, inclinándose hacia él para besarlo y transmitirle todo el amor que no podía expresar solo con palabras—Eres perfecto...

 

Junmyeon lo miró con los ojos llenos de lágrimas y emoción, y, a pesar de la tristeza que aún se aferraba a su corazón, en ese momento ambos se sintieron completos. Sehun entrelazó sus dedos con los de Junmyeon, sintiendo cómo la calidez de su piel lo anclaba a la realidad, a ese momento en el que podían dejar de lado el dolor y centrarse solo en su amor. Comenzó a moverse despacio, adaptándose a cada uno de los suspiros de Junmyeon, quien, con un leve gemido, cerró los ojos y dejó que el placer lo inundara. Se movían en un ritmo sincronizado, sus cuerpos y almas buscando el alivio que tanto anhelaban, dejando de lado, aunque fuera solo por esa noche, los miedos y la incertidumbre.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, apretando las manos de su novio—No sabes cuánto te amo

 

Sehun sonrió y se inclinó para besarle la mejilla, luego los labios. 

 

—Yo también mi amor... —murmuró, y comenzó a moverse con un poco más de intensidad, cuidando cada gesto, cada movimiento, como si estuviera grabando el momento en su memoria.

 

Junmyeon arqueó su espalda y, sin dejar de mirarlo, susurró: 

 

—No pares, Sehun... te siento tan cerca.

 

Ambos comenzaron a moverse al unísono, acelerando el ritmo poco a poco, dejándose llevar por la pasión que los envolvía. Sus manos seguían firmemente entrelazadas, como si el contacto físico fuera la única manera de expresar el amor y el deseo que compartían en ese momento, los suspiros y gemidos escapaban de sus labios sin vergüenza, resonando en la habitación y creando una atmósfera que solo les pertenecía a ellos dos. Sehun bajó una de sus manos para acariciar el rostro de Junmyeon, y sus ojos se encontraron de nuevo.

 

—Eres... perfecto, Jun —dijo Sehun en un susurro profundo, lleno de admiración y deseo.

 

Junmyeon sonrió, entrecortado por la intensidad del momento, y se inclinó hacia él, besándolo con fuerza.

 

—Tú haces que lo sea, Sehun.

 

Sehun aumentó el ritmo, observando cómo Junmyeon se aferraba a él, sus ojos llenos de deseo y ese brillo suplicante que hacía que se le olvidara cualquier temor de lastimarlo. Aunque recordaba que Junmyeon había estado débil hace apenas unos días, ¿cómo podría negarle algo cuando lo miraba de esa forma? Cada gesto, cada suspiro de Junmyeon lo invitaba a seguir, a entregarse completamente.

 

—¿Más? —susurró Sehun con una sonrisa, inclinándose para rozar sus labios, preguntándole en voz baja si realmente quería que siguiera con esa intensidad.

 

—Sí, por favor... no te detengas —respondió Junmyeon con voz entrecortada, aferrándose aún más fuerte a él. Sus ojos, brillantes y llenos de emociones, decían mucho más que sus palabras.

 

Sehun lo miró por un segundo, grabando en su mente ese momento, y decidió complacerlo. Aumentó la fuerza de sus movimientos, siempre atento a cada reacción de Junmyeon, queriendo asegurarse de que cada segundo fuera perfecto para él. El ritmo se volvió más firme, y Junmyeon arqueó su espalda, perdiéndose completamente en el momento.

 

—Sehun... eres... increíble —murmuró Junmyeon entre jadeos, y dejó escapar un suspiro largo mientras sus manos se aferraban a las sábanas, cada fibra de su ser rendida a las sensaciones.

 

Sehun se inclinó para besar su cuello, su hombro, dejando un rastro de besos lentos, queriendo hacerle sentir cuánto lo amaba. 

 

—Junmyeon, no sabes lo feliz que me hace verte así... —susurró cerca de su oído, sin dejar de moverse con esa mezcla de pasión y cuidado.

 

Sehun continuó, perdido en el momento y en los ojos de Junmyeon que lo miraban con una mezcla de pasión y entrega. Levantó las piernas de su novio, apoyándolas en sus hombros, y observó cómo su cuerpo reaccionaba con cada movimiento. Junmyeon gemía su nombre entre respiraciones entrecortadas, sus palabras saliendo apenas como susurros. 

 

—Sehun... más, por favor... —pidió Junmyeon, sin poder contenerse. 

 

Con una sonrisa, Sehun obedeció, profundizando cada movimiento, sintiendo cómo se acercaban juntos al límite. La habitación parecía vibrar, llena de su energía, de su amor y deseo. El sonido de la cama resonaba junto con sus suspiros y jadeos, mientras Sehun buscaba hacer de esta noche un recuerdo inolvidable, grabando en cada segundo la intensidad de sus sentimientos.

 

—Jun... eres todo para mí —le susurró Sehun, entre pausas, mientras dejaba un rastro de besos sobre su piel. 

 

Junmyeon respondió rodeándolo con sus brazos, tirando de él más cerca, buscando cerrar esa distancia y expresar lo que las palabras no podían. En ese instante, cualquier otro pensamiento desapareció; solo existía el deseo de ambos de estar juntos, de olvidar, al menos por esta noche, las dificultades que les rodeaban.

 

Con el tiempo, el ritmo se volvió más urgente. Ambos se acercaban rápidamente al clímax, y la intensidad llenaba el ambiente. Sehun se retiró un momento, ganándose un jadeo de protesta de Junmyeon, mientras veía como su novio abría más las piernas, pero al instante volvió a entrar, haciéndolo gritar de placer. 

 

—¡Sehun! —exclamó Junmyeon, completamente perdido en el momento, su cuerpo moviéndose al unísono con el de Sehun. 

 

—Shh... —susurró Sehun, acallando a Junmyeon con un suave roce de sus labios. 

 

La presión aumentaba, el ambiente se cargaba de emociones y deseo, los muslos de junmyeon apretaban a su alrededor, amaba ver como el pequeño cuerpo de su novio recibía todo de el, agarro su cintura con fuerza y lo empezó a mover más rapido, complaciendo a su novio. 

 

Hasta que con unos movimientos más hasta que finalmente, juntos, alcanzaron el clímax en un estallido de emociones, Al final, ambos se quedaron abrazados, sus respiraciones calmándose poco a poco, sus corazones latiendo al mismo ritmo. La habitación, antes llena de sonidos y movimiento, quedó en un profundo silencio,  Sehun lo observó con ternura, viendo a Junmyeon respirando pesadamente, el sudor cubriendo su piel y el rastro de sus liquidos marcado en su cuerpo. Aún entre lágrimas, Junmyeon lo miraba con una mezcla de tristeza y devoción, y al notarlo, Sehun salio de el y se acercó suavemente, limpiando las lágrimas de su rostro.

 

Se deslizó a su lado en la cama y lo envolvió en un abrazo, presionándolo contra su pecho, deseando que ese instante durara para siempre. Junmyeon, aún exhausto, no pudo evitar que las lágrimas volvieran a sus ojos mientras se acurrucaba en los brazos de Sehun, como si estuviera buscando refugio en su calor.

 

Después de unos momentos en silencio, Sehun, con voz suave, comenzó a hablarle.

 

—Junmyeon, —murmuró—, ya casi se cumple el plazo de 24 horas... —su voz tembló, pero continuó con determinación—Ese es el tiempo que tu padre me dio para... para terminarlo. —Al mencionar esas palabras, la expresión de Junmyeon se tornó aún más sombría, pero Sehun lo sostuvo, evitando que se dejara caer nuevamente en la desesperación.

 

—Pero escúchame, Jun, tengo una idea. —Susurró Sehun, sosteniéndolo del rostro y mirándolo a los ojos con intensidad—¿Y si fingimos? Fingimos que terminamos, que ya no estamos juntos, d esa forma, ellos pensarán que he cumplido con su exigencia, que ya no somos nada.

 

Junmyeon frunció el ceño, confundido y ansioso.

 

—¿Fingir? ¿Crees que no lo notarán?, sabes que nos vigilan... —dijo con voz rota, pero había una chispa de esperanza en su mirada. 

 

La posibilidad, aunque mínima, de seguir adelante y luchar juntos

era algo que le daba un pequeño respiro en medio del caos.

 

Sehun asintió, acariciándole el cabello con suavidad mientras continuaba su plan.

 

—Sé que será difícil y que no podremos vernos tanto, ni hablar de la misma forma... pero podremos encontrar la manera de mantenernos en contacto, de escondernos de ellos hasta que tengamos un plan. —Su voz se volvió más baja, y añadió—: Y mientras tanto, voy a buscar la forma de enfrentarlos, de enfrentarnos a ambos padres y encontrar una salida a esta locura.

 

Junmyeon lo miró, su expresión de miedo y tristeza suavizándose mientras asimilaba la propuesta, apretó la mano de Sehun y asintió levemente, aunque todavía dudaba.

 

—Sehun... si fingimos que terminamos... ¿y si... y si ellos hacen algo? —su voz era apenas un murmullo

 

—No quiero que te hagan daño, no quiero que te aparten de mí para siempre.– continúo junmyeon

 

Sehun sonrió con ternura, y con sus dedos limpió una lágrima que rodaba por la mejilla de Junmyeon.

 

—Te prometo que no voy a dejar que eso pase, solo confía en mí, Jun, esto solo será una pequeña mentira

 

El silencio llenó la habitación mientras ambos procesaban lo que significaría llevar a cabo este plan, tendrían que actuar con frialdad, cortar la comunicación, vivir en secreto, y dejar de lado cualquier muestra pública de su amor, aunque ambos sabían que por dentro seguirían conectados, esperando el momento en que pudieran volver a estar juntos libremente.

 

—Nos mintieron años de nuestras vidas, hagamos lo mismo –continuó sehun

 

Finalmente, Junmyeon asintió, aún temeroso, pero con una renovada determinación en sus ojos.

 

—Está bien—murmuró, su voz todavía quebrada—Fingiré... pero tienes que prometerme que no me dejarás realmente. 

 

Sehun lo abrazó con fuerza, sus labios acariciando su frente mientras asentía, con la misma promesa sellada en su corazón.

 

—No te dejaré, Jun, aunque todos crean que lo hice, volveré por ti en días... 

 

Sehun miraba a Junmyeon con una mezcla de ternura y dolor, en el silencio de la habitación, mientras el suave resplandor de la luna entraba por la ventana, Junmyeon, con su cabeza apoyada en su pecho, le daba pequeños besos en el cuello, como si quisiera que ese momento se alargara lo más posible. Sehun sentía la calidez de su cuerpo, la suavidad de sus labios y el delicado roce de sus manos en su piel. 

 

—Te lo pido, Sehun... antes del lunes, antes del día del proyecto Busan.

 

Su voz sonaba más firme de lo que Sehun esperaba, y aunque estaba lleno de miedo y ansiedad, Junmyeon no dejaba de mirarlo con una intensidad que solo podía provenir de alguien que amaba profundamente. 

 

—No quiero que estés más atrapado en esta mentira, no quiero que sigas viviendo entre sombras.

 

Sehun cerró los ojos, tomando un profundo respiro, el lunes estaba demasiado cerca, y con ello, el día del proyecto Busan. Sabía que no solo se jugaba su futuro, sino también su relación con Junmyeon, si lo perdía, no sabía cómo seguiría adelante. Pero si lo mantenía a su lado, enfrentando todo lo que viniera, ¿cómo podría garantizar que estarían a salvo de la manipulación de sus familias?

 

—Lo haré, Jun. Lo prometo, haré todo lo que esté en mis manos para que el lunes sea el último día que tengamos que vivir con esta mentira. —Su voz era baja, pero llena de convicción. Cada palabra que pronunciaba parecía sellar un compromiso más profundo con Junmyeon, un compromiso que no se rompería fácilmente.

 

Junmyeon se inclinó hacia él, besándolo suavemente en los labios, como si quisiera transmitirle toda su fe en él a través de ese simple gesto, cuando se separaron, Junmyeon sonrió levemente, aunque las lágrimas seguían rondando en sus ojos.

 

—Sé que lo harás, sé que luchas por nosotros, aunque el mundo esté en contra. —Lo miró, con la mirada cargada de amor, y de alguna manera, de aceptación, de aceptación de lo que tendría que hacer, aunque su corazón doliera en cada paso que diera. —Solo quiero que sea pronto, Sehun, no quiero seguir fingiendo, no quiero que esto nos destruya.

 

Sehun asintió, sintiendo el peso de sus palabras y del compromiso que había asumido, pero también con la sensación de que Junmyeon tenía razón, no podían seguir viviendo de esa manera, tenían que enfrentarse a la verdad, aunque eso significara arriesgarlo todo, pero el amor que sentían el uno por el otro era más fuerte que cualquier obstáculo que pudieran encontrar.

 

—Antes del lunes, Jun... —Sehun apretó suavemente las manos de su novio, asegurándose de que ambos entendieran la gravedad de lo que estaba en juego. —Te lo prometo. Haremos que todo termine, no importan las consecuencias, no importa lo que venga después. Lo que importa es que estemos juntos, de una vez por todas.

 

Junmyeon cerró los ojos, descansando su cabeza nuevamente en el pecho de Sehun, por un momento, se quedó en silencio, escuchando los latidos de su corazón, sintiendo cómo su mundo giraba solo en torno a él. Todo lo demás parecía desvanecerse, como si estuviera a salvo en ese instante, en los brazos de Sehun.

 

—Te amo, Sehun... —dijo con voz suave, pero llena de sinceridad.

 

Sehun sonrió, y lo besó de nuevo, esta vez con más profundidad, como si quisiera sellar esa promesa, ese pacto que ambos habían hecho entre susurros y miradas intensas, a pesar del miedo y la incertidumbre, estaban juntos, y eso era lo único que realmente importaba.

 

—Yo también te amo, Jun, y pronto, todo esto será solo un mal recuerdo. —Sehun, aunque sin saber cómo, sentía que la fuerza de ese amor sería suficiente para superar cualquier adversidad. 

 

Junmyeon suspiró con alivio, sintiendo que, por primera vez en días, podía relajarse un poco. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con Sehun a su lado, creía que podrían enfrentarlo, después de todo, ¿qué era el miedo comparado con el amor que compartían? 

 

—Antes del lunes, Sehun. —Susurró una vez más, como un recordatorio, pero también como una promesa compartida.

 

Sehun solo asintió, abrazándolo con más fuerza, decidido a hacer que todo fuera posible.

 

4:00 AM 

 

Con el corazón roto y los ojos llorosos, Sehun se levantó cuidadosamente de la cama, asegurándose de no despertar a Junmyeon, quien aún estaba profundamente dormido en sus brazos, el rostro de su novio estaba sereno, como si estuviera viviendo una dulce calma en medio de la tormenta que estaba por desatarse, su respiración era tranquila, su cuerpo se movía suavemente con cada latido del corazón, pero Sehun sabía que todo eso iba a cambiar, salía que en ese mismo instante, su mundo se estaba desmoronando alrededor de ellos, y no podía evitar sentirse como si estuviera arrastrando a Junmyeon hacia un futuro lleno de incertidumbre.

 

Con la poca fuerza que tenía se levanto y se dirigió a al tocador de junmyeon, agarro el papel más cercano y un bolígrafo que se encontro ahi, con una mano temblorosa, Escribió la nota con rapidez, su mente claramente centrada en lo que tenía que hacer. A medida que la tinta se traspasaba por el papel, un dolor crecía en su pecho. No podía mirarlo a los ojos para decirle la verdad, para decirle que se estaba alejando por un tiempo, que el control de su padre era tan grande que no podía arriesgarse a mantener cualquier contacto con él, incluso si eso significaba perderlo.

 

Tras escribir la nota, Sehun se quedó mirando el mensaje un largo rato, cerró los ojos, sabiendo que ese era el momento que había temido desde el principio. Volvió a mirar a Junmyeon, quien seguía en su sueño profundo, y suspiró.

 

—Te lo prometo, Jun... —murmuró en voz baja, como si esas palabras pudieran calmar el caos que sentía por dentro, el nudo en su garganta seguía ahí, creciendo más y más, sabía que esa despedida temporal los cambiaría a ambos, pero sentía que era la única manera de proteger lo que más quería.

 

Con un último vistazo a su novio, Sehun se vistió rápidamente, con los movimientos rápidos y automáticos de alguien que está actuando por instinto, no por deseo, se puso su ropa con rapidez, tratando de no hacer ruido, de no despertar a Junmyeon. Necesitaba salir antes de que las dudas pudieran invadir su mente, necesitaba irse para tomar el control de la situación antes de que todo se desmoronara por completo.

 

Cuando terminó de vestirse, su corazón latía con fuerza en su pecho, tomó una última mirada a la habitación, a la cama que compartieron, al lugar donde sus corazones habían encontrado consuelo en medio de tanta oscuridad, lo amaba tanto, y se sentía tan perdido, pero sabía que debía irse, que necesitaba hacerlo para seguir adelante con su plan.

 

Sehun sacó su teléfono y, con manos temblorosas, borró todos los rastros de Junmyeon, sabía que, si su padre llegaba a revisar su teléfono o sus mensajes, cualquier indicio de contacto con él podría hacer que todo fuera más complicado, había aprendido esa lección a la fuerza, y aunque su alma se rompía en pedazos, no podía arriesgarlo, tenía que desaparecer, de forma momentánea, para que la verdad no saliera a la luz.

 

Sus dedos rozaron la pantalla una vez más, eliminando cada mensaje, cada foto, cada rastro de su vida con Junmyeon, era como si estuviera borrando parte de sí mismo, y el dolor era insoportable, pero lo hizo, con la esperanza de que todo valdría la pena a largo plazo, solo tenía que mantenerse fuerte, resistir el dolor, y esperar el momento en que podrían estar juntos de nuevo, sin la sombra de sus familias sobre ellos.

 

Con una última mirada a Junmyeon, Sehun salió de la habitación, cerró la puerta con cuidado, asegurándose de no hacer ruido, como si no quisiera dejar una huella de su partida, caminó por el pasillo de la casa, sintiendo el peso de cada paso que daba. Cada segundo lejos de él lo destrozaba, pero sabía que debía hacerlo, el tiempo que pasaran separados, con sus familias alejándolos de la verdad, era una pena que Sehun estaba dispuesto a pagar. Porque, al final, todo lo que quería era estar con Junmyeon.

 

Bajó las escaleras rápidamente y salió por la puerta principal, donde su auto estaba estacionado en el camino de entrada mientras los guardias lo escoltaban, el motor rugió al encenderse, y Sehun condujo rápidamente por las calles oscuras, sin saber a dónde lo llevaría todo esto. La angustia lo envolvía mientras sus lágrimas caían sobre el volante, mojando sus manos, pero mantenía su mirada fija en el camino, con la esperanza de que todo el dolor valdría la pena.

 

Al llegar a su departamento, sehun apagó el auto y se quedó un momento allí, respirando profundamente, con las manos sobre el volante, tenía que prepararse para lo que estaba por venir, pero las dudas seguían siendo una constante en su mente. ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Realmente podría lograr que Junmyeon estuviera a salvo? ¿Podría hacer todo lo que había prometido sin destruir lo que ambos amaban,Con determinación, salió del auto, cerró la puerta con un suave golpe y se dirigió a la entrada de su departamento.

 

Se detuvo un momento antes de entrar, mirando la ciudad que se extendía ante él, todo estaba tan quieto, tan en paz, pero dentro de él todo estaba en caos, sabía que hoy era un día crucial, su futuro con Junmyeon dependía de lo que hiciera en las próximas horas, y aunque el miedo seguía presente, también lo estaba la esperanza.

 

Mansion de Junmyeon, Viernes, 7:00 AM 

 

La luz del amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación en tonos cálidos. Junmyeon parpadeó lentamente al despertar, sintiendo el peso del sueño aún sobre él, pero algo era distinto. Al moverse, notó el espacio vacío a su lado. Su corazón se encogió de inmediato;

 

Sehun ya no estaba allí.

 

Se quedó tendido unos segundos, tratando de asimilar la sensación de soledad, su cuerpo aún llevaba las marcas de la noche anterior, los leves arañazos en su espalda y hombros, las mordidas que se sentían sensibles al roce de las sábanas, sentía el rastro de Sehun en cada parte de su piel, especialmente en la tibia humedad entre sus piernas. A pesar de la calidez de esos recuerdos, el espacio frío a su lado le hacía sentir un vacío abrumador.

 

Con una mano temblorosa, tocó el lugar de la cama donde Sehun había estado, aún imaginando su figura y el calor de su cuerpo, pero ya solo quedaba el frío de las sábanas, cerró los ojos, intentando aferrarse al consuelo que le había dado la noche pasada, habían compartido palabras, miradas, promesas silenciosas de amor y protección. Ahora, todo se sentía como un susurro lejano.

 

Respiró profundamente, sus dedos encontrando un pequeño trozo de papel en la mesita junto a la cama, era una nota, algo que Sehun le había dejado antes de marcharse. Con cuidado, la desdobló y leyó las palabras escritas con letra rápida, pero llena de cariño:

 

Mi amor

 

Sé que esto puede dolerte, pero necesitas entender que estoy tomando esta decisión por nosotros, por nuestro futuro. Te prometí que lucharía, y lo haré. Hoy mismo, cuando estés en el trabajo, recibirás algo de mí, lo que sigue no será fácil, pero me estás dando el coraje que necesito para hacer lo que se debe hacer, estoy dejando todo atrás para que estemos juntos, pero por ahora, esto es lo único que puedo hacer para mantenerte a salvo.

 

Te amo más que nada en este mundo, y por eso estoy tomando esta decisión. Ten paciencia, te prometo que todo esto terminará, por favor, confía en mí, no importa lo que pase.

 

Te lo prometo, Jun, te lo prometo...

 

Con todo mi amor,

Sehun.

 

Las palabras de Sehun lo golpearon con una mezcla de dolor y esperanza, él sabía que esto era necesario, que este sacrificio de tener que fingir era parte de la estrategia para liberarse del control de sus padres, sin embargo, leer la nota y sentir la ausencia de Sehun hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas, acarició el papel, imaginando que estaba tocando a su amado a través de esas palabras, como si en esas letras pudiera encontrar su presencia.

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que una sola lágrima rodara por su mejilla, no quería llorar más, sabía que debía ser fuerte, y aunque el dolor era inevitable, confiaba en que este sacrificio daría fruto, ambos estaban decididos a no dejarse vencer, a desafiar lo que fuera necesario por su amor, si esto significaba fingir, él lo haría, manteniendo la esperanza de que pronto podrían estar juntos sin miedo.

 

Con cuidado, dobló la nota y la guardó dentro de su cartera, como un pequeño recordatorio de la promesa de Sehun. Se levantó lentamente, sintiendo la ligera molestia en su cuerpo, un testamento de la intensidad de la noche que habían compartido, fue al baño y dejó que el agua tibia limpiara su piel, eliminando el rastro físico de Sehun, aunque cada marca y cada caricia seguía grabada en su memoria.

 

Mientras se vestía, Junmyeon se miró en el espejo, su reflejo le mostraba un rostro marcado por el cansancio y los rastros de llanto de la noche anterior, pero en sus ojos había una chispa de determinación, no dejaría que el dolor lo consumiera. Todo esto era por un bien mayor. Pronto, ambos podrían dejar atrás los juegos y mentiras, y enfrentar a sus familias con la verdad.

 

Ya preparado para ir al trabajo, respiró profundamente y salió de su Mansion, caminó por el pasillo, dejando que el silencio de la mañana lo envolviera, a cada paso, se recordó a sí mismo que debía mantener su frente en alto y su corazón firme, aunque estuviera fingiendo la ruptura, sabía que en su interior, Sehun seguía allí, apoyándolo y dándole la fuerza necesaria para enfrentar lo que viniera.

 

Al llegar al edificio de Kim Corporation, adoptó una expresión serena y profesional, evitando cualquier señal de debilidad. Aunque su corazón aún dolía, el pensamiento de que Sehun regresaría a él le daba el valor para enfrentar la jornada.

 

8:00 AM, Oh company 

 

Sehun y su padre, Oh Seunghyun, cruzaron la entrada del enorme edificio de Oh Company, la atmósfera en el lugar era tensa y llena de expectativa; nadie en la empresa sabía realmente qué esperar de aquella presentación inusual. Oh Seunghyun, conocido por su estricta reserva y su autoritario liderazgo, había mantenido la identidad de su hijo en el más absoluto secreto durante años, y esa misma mañana había decidido finalmente revelarla.

 

La sorpresa se reflejaba en cada rostro que Sehun podía observar mientras caminaba al lado de su padre por el pasillo principal. Sabía que, de un momento a otro, iba a convertirse en el centro de atención de cada mirada, de cada comentario y de cada susurro entre los empleados, y no se equivocaba, apenas cruzaron las puertas del salón de conferencias, donde el personal de alto rango y los jefes de equipo los esperaban, comenzaron a escucharse murmullos y pequeñas exclamaciones de sorpresa.

 

Seunghyun lo presentó con voz firme, como si cada palabra estuviera cuidadosamente calculada. 

 

—Les presento a mi hijo, Oh Sehun, quien a partir de hoy se integrará a nuestra empresa en el puesto de asistente personal de dirección, será mi mano derecha en cada decisión y operación de esta empresa, y estoy seguro de que su trabajo contribuirá a fortalecer los cimientos que todos aquí hemos trabajado en construir.

 

La declaración fue concisa, pero el impacto fue inmediato, los murmullos crecieron en intensidad, y aunque la mayoría de los empleados se mantuvo profesional, las miradas de sorpresa e incluso de escepticismo eran evidentes, no era solo que Seunghyun tuviera un hijo del que prácticamente nunca fue presentado en el mundo empresarial; también se trataba de que, de la noche a la mañana, ese hijo estuviera siendo colocado en una posición cercana al poder absoluto de la compañía, era un movimiento estratégico, casi una declaración de guerra para los más ambiciosos.

 

Sehun, por su parte, mantenía una expresión serena, aunque su incomodidad era evidente para aquellos que sabían leer su lenguaje corporal. Su mandíbula estaba tensa y sus manos, ocultas en los bolsillos, estaban apretadas, no estaba feliz, nada en aquella situación lo hacía sentir en paz, sentía que estaba atrapado, obligado a jugar el papel de "hijo ideal" que su padre esperaba, cuando en realidad todo lo que quería era liberarse de las cadenas de su familia y vivir su vida al lado de Junmyeon, lejos de las intrigas y expectativas que ahora lo rodeaban.

 

Después de la breve presentación, Seunghyun dejó que Sehun dijera algunas palabras, miró a la multitud, intentando aparentar una confianza que no sentía.

 

—Es un honor para mí unirme a Oh Company y aprender de todos ustedes —dijo, forzando una leve sonrisa— Espero poder contribuir al crecimiento de esta empresa y trabajar codo a codo con el equipo para lograr grandes cosas.

 

Las palabras eran vacías para él, pero Sehun sabía que cualquier comentario fuera de lugar, cualquier mirada de rebeldía o señal de inconformidad, podía tener consecuencias severas, seunghyun era un hombre de pocas oportunidades, y Sehun estaba consciente de que ahora mismo estaba bajo la estricta supervisión de su padre.

 

Cuando terminaron los discursos, Seunghyun invitó a Sehun a recorrer el edificio y a conocer a algunos de los empleados clave de cada departamento. A medida que pasaban por los distintos equipos, Sehun podía escuchar los susurros y comentarios que comenzaban a generarse a su alrededor.

 

—¿Ese es el hijo del presidente? Ni siquiera sabía que tenía uno más —murmuró una empleada al pasar.

 

—Dicen que lo escondió todos estos años, qué raro que justo ahora decida mostrarlo al mundo —comentó otro, con tono suspicaz.

 

—Seguramente lo preparará para sucederlo, se ve muy joven para tener experiencia en el negocio —agregó alguien más, con un tono casi desdeñoso.

 

Sehun mantenía la cabeza en alto, resistiéndose a mostrar cualquier emoción que pudiera interpretarse como inseguridad. Sin embargo, cada comentario que escuchaba era como una pequeña espina que se clavaba en su interior, sabía que los chismes y las críticas serían inevitables; estaba entrando en un mundo en el que no tenía amigos ni aliados, un ambiente que lo recibiría con escepticismo y duda.

 

Al final del recorrido, su padre lo llevó a la oficina que ocuparía como asistente, era una habitación amplia, decorada con elegancia, aunque sin el lujo excesivo que se esperaría de una empresa de la magnitud de Oh Company. Seunghyun lo miró con un gesto severo antes de hablar.

 

—Quiero que te hagas cargo de varios proyectos en curso. A partir de hoy, tendrás la responsabilidad de demostrarme que eres digno de esta posición, cualquier error, cualquier debilidad, será interpretado como una falla de carácter, ¿entendido?

 

Sehun asintió, sin levantar la mirada hacia él.

 

—Sí, señor —respondió en voz baja.

 

Cuando Seunghyun se retiró, Sehun se sentó en su nueva oficina, dejando que el silencio lo envolviera por un momento. El peso de la situación era abrumador, y solo una persona ocupaba sus pensamientos: Junmyeon. Recordó la nota que le había dejado esa madrugada, las palabras que le había escrito con el corazón en la mano. 

 

Miró su teléfono, sabiendo que lo habían reiniciado y que cada llamada, mensaje o correo que recibiera o enviara sería monitoreado, la única opción que tenía era mantener la calma, actuar con cautela y esperar el momento adecuado para ejecutar su plan. No podía arriesgarse a perderlo todo ahora.

 

Mientras trataba de organizar sus pensamientos, un empleado tocó a la puerta, sehun lo invitó a pasar, y el hombre, de unos cincuenta años y con una expresión seria, le entregó una carpeta con documentos importantes.

 

—El presidente Oh me pidió que le entregara estos papeles para su revisión, son los informes del último trimestre y algunos proyectos en curso, si necesita ayuda, estaré a su disposición —dijo, con un tono respetuoso, pero su mirada reflejaba una cierta duda sobre la capacidad de Sehun.

 

—Gracias, los revisaré —respondió Sehun, intentando parecer seguro.

 

Afuera, los rumores continuaban, y los empleados se mantenían alerta a cualquier señal de debilidad en el nuevo "heredero". Pero Sehun estaba decidido a resistir.

 

Cuando el empleado salió y la puerta se cerró, Sehun respiró hondo y sacó su teléfono, con rapidez y discreción, abrió la conversación encriptada con Chanyeol, su único aliado en ese momento, sehun había planeado este movimiento cuidadosamente en una breve conversación que ambos tuvieron en la madrugada, sabiendo que, en cuanto comenzara su nuevo rol en Oh Company, la vigilancia sobre él sería implacable, por eso, necesitaba mantener un canal de comunicación seguro con Junmyeon, y Chanyeol era la única persona en quien podía confiar para conseguir los medios.

 

Flashback

 

Eran casi las 5:00 am y el ambiente en el pequeño apartamento de Sehun estaba impregnado de tensión. Sehun había llamado a Chanyeol en cuanto regresó de la casa de Junmyeon, la voz seria de Sehun dejó claro que la situación era crítica, y Chanyeol, siempre dispuesto a ayudar a su amigo apenas despierto, lo escuchaba con atención a través de la llamada

 

—Necesito dos celulares desechables —dijo Sehun sin rodeos—. Uno para mí y otro para que llegue, de forma anónima, a la oficina de Kim Corporation, tienen que ser números nuevos, completamente seguros, y necesito que lo hagas sin dejar rastro.

 

Chanyeol asintió, aunque su amigo no lo veía, entendiendo la urgencia en la voz de su amigo.

 

—Lo tengo cubierto, conozco un contacto que puede conseguirlos sin problema, tendrás ambos teléfonos en unas horas, Sehun, pero... ¿estás seguro de que esto es lo que quieres? Sabes que no va a ser fácil mantener esta doble vida.

 

Sehun exhaló, tratando de poner en palabras lo que sentía, miro el telefono pensando, y su determinación fue evidente en sus ojos.

 

—Es la única forma, junmyeon y yo... —Sehun dudó un segundo, pero luego apretó los labios, decidido—. Lo amo, Chanyeol, no voy a perderlo solo porque mi padre quiere manipularnos, necesito poder hablar con él, tengo algo en mente. 

 

—Entonces, no te preocupes, tendrás los teléfono en unas horas, te entregaré el tuyo y el de Junmyeon llegará a su oficina en un paquete anónimo, nadie lo sabrá, pero asegúrate de usarlo solo cuando sea seguro.

 

Fin del flashback

 

Chanyeol le había enviado un mensaje confirmando que los teléfonos ya estaban listos, el paquete para Junmyeon también estaba en camino, y Chanyeol se había asegurado de que llegaría de manera segura y discreta, sehun solo tenía que esperar unas horas más para recibir el suyo y luego coordinar la entrega del otro en Kim Corporation.

 

Su mirada se dirigió a la ventana de su oficina, donde la ciudad se extendía bajo el cielo matutino, la distancia que ahora lo separaba de Junmyeon parecía enorme, pero este nuevo plan le daba esperanza, aunque tuvieran que fingir una ruptura y cortar la comunicación visible entre ellos, sabía que, con los celulares desechables, podrían mantenerse en contacto en secreto y seguir avanzando en su investigación sobre la muerte de Oh Mina, la idea de que pronto podría escuchar la voz de Junmyeon lo reconfortaba.

 

Mientras esperaba, Sehun revisó los documentos que su padre le había asignado, aunque su mente estaba en otro lugar, la imagen de Junmyeon descansando en sus brazos esa madrugada volvía a él con fuerza, y recordaba cada detalle: el calor de su piel, la forma en que sus ojos brillaban a pesar de las lágrimas, y el dolor en su corazón cuando tuvo que salir de su lado, ese recuerdo era ahora su fuente de fortaleza. 

 

Pasadas una hora, su teléfono vibró con un mensaje de Chanyeol.

 

—Paquete entregado en tu departamento, el otro está en camino a Kim Corporation, buena suerte

 

El alivio inundó a Sehun, tenía en sus manos la oportunidad de mantener viva su relación con Junmyeon, y más importante aún, de seguir adelante con el plan para desenmascarar a sus padres y revelar la verdad.

 

Miró su reloj, contando los minutos para que el paquete llegara a la oficina de Junmyeon.

 

Kim corporation, 10:00 AM 

 

Junmyeon estaba sentado en la mesa de la sala de reuniones de Kim Corporation, con la mirada fija en los papeles frente a él, aunque no lograba concentrarse, la reunión estaba llena de inversores satisfechos, cada uno de ellos discutiendo sobre los planes del lanzamiento del proyecto Busan, su cuerpo cansado, sus ojos rojos por las lágrimas que había derramado en silencio, todo parecía en su contra, estaba atrapado en un mundo lleno de mentiras, y la única verdad que le importaba estaba lejos de él. 

 

— Señor Kim, todo está listo para el lanzamiento, ¿verdad? — preguntó uno de los inversionistas, con una sonrisa en su rostro.

 

Junmyeon asintió mecánicamente, su mente distante, su padre, Kim Junghyun, observaba la escena con atención, notando el aire apagado de su hijo, algo que no pasaba desapercibido para él. 

 

— Todo está en orden, señor Kim — dijo otro inversionista, mostrándole a Junmyeon un gráfico actualizado sobre las ganancias esperadas. Junmyeon apenas miraba los números; su cabeza estaba llena de odio hacia su padre

 

—Señor Kim, ¿Se encuentra bien? — preguntó uno de los ejecutivos más cercanos a él, notando la palidez de su rostro.

 

Junmyeon levantó la mirada, sus ojos llenos de pesar. 

 

— Sí, estoy bien, solo un poco cansado — respondió de manera vacilante, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos.

 

La reunión continuó, pero Junmyeon no estaba presente en su mente, estaba atrapado en la tristeza que no podía compartir con nadie, la tristeza de saber que Sehun, el único que realmente le importaba, estaba en otro lugar, bajo la influencia de su propio padre, Oh Seunghyun.

 

Al finalizar la reunión, Junmyeon se levantó rápidamente de su silla, buscando escapar del lugar, no quería enfrentarse a su padre, no quería escuchar más sobre lo que él y Seunghyun le habían hecho, pero antes de que pudiera encerrarse en su oficina, Junghyun entro empujando la puerta con fuerza y se acercó a él con su típica expresión seria.

 

— Junmyeon, necesito hablar contigo — dijo Junghyun, su tono autoritario. Junmyeon sintió que una pesada carga se acumulaba en su pecho. No quería escuchar lo que su padre tenía que decir, no ahora. No podía soportarlo más.

 

— No tengo nada que hablar contigo — respondió Junmyeon, intentando evitarlo, pero su padre lo agarró del brazo con fuerza, forzándolo a mirarlo.

 

— No me hagas perder la paciencia, Junmyeon — dijo Junghyun, con una mirada penetrante. — Sé que estás débil, pero es hora de que dejes de hacerte el rebelde.

 

— Tú y yo sabemos que este "rompimiento" con Sehun no fue por tu voluntad, pero debes dejar de ser tan terco, lo que te estoy pidiendo es por tu propio bien.

 

Junmyeon trató de zafarse de su agarre, pero su padre lo apretó con más fuerza, haciendo que su respiración se acelerara. Junmyeon cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo la ira y el dolor se mezclaban en su interior.

 

— ¿Por mi propio bien?, ¿Desde cuándo has hecho algo por mi bien, padre? — dijo, sus palabras llenas de rabia y desprecio. Sabía que el nunca entendería lo que estaba sintiendo, nunca lo había hecho.

 

Junghyun suspiró, como si fuera la reacción esperada.

 

— No me hagas hacer algo de lo que luego te arrepentirás, Junmyeon, sé que el dolor por Sehun es fuerte, pero este es el camino correcto, es hora de que aceptes tu lugar en esta familia y dejes de pensar en tus sentimientos egoístas.

 

Junmyeon lo miró con furia, pero sabía que no podía enfrentarse a su padre de la manera en que realmente quería. La distancia entre ellos era demasiado grande, y su poder, imparable. Sin embargo, no podía dejar de sentir que todo lo que su padre decía era una mentira. Junghyun no lo entendía, no entendía lo que Sehun representaba para él.

 

— No quiero seguir este camino, padre. No quiero seguir tus órdenes — murmuró Junmyeon, su voz quebrada.

 

Pero su padre no lo escuchaba, en un movimiento brusco, Junghyun empujó a Junmyeon hacia la pared, y antes de que pudiera reaccionar, lo obligó a arrodillarse frente a él, una posición que le era familiar pero profundamente humillante.

 

— Te estoy dando una última oportunidad, Junmyeon, ponte en tu lugar — dijo Junghyun, mirando con desdén a su hijo mientras éste se encontraba en el suelo. — Esta es tu familia, tu responsabilidad, si no puedes cumplir con tus deberes, entonces no mereces ser parte de ella.

 

Las palabras de su padre golpearon a Junmyeon como una losa. 

 

¿Cómo había llegado a este punto? 

 

¿Cómo había permitido que su vida se redujera a lo que su padre y Seunghyun deseaban? 

 

Pero en el fondo, él sabía que la única forma de salvar lo que quedaba de su relación con Sehun era seguir adelante, por ahora, junmyeon, aunque su cuerpo temblaba de rabia y dolor, asintió lentamente, con la cabeza baja, sabiendo que no podía rebelarse en ese momento.

 

— Está bien, padre — dijo en voz baja, tragándose su orgullo y su dolor. — Haré lo que me pidas.

 

Junghyun, satisfecho con su respuesta, levantó su rostro con una sonrisa fría y cruel.

 

— Así me gusta, ya es hora de que dejes de pensar como un niño y empieces a actuar como el hombre que la familia Kim necesita.

 

Con esas palabras, Junghyun se dio la vuelta y salió de la oficina, dejando a Junmyeon solo, los sollozos comenzaron a inundar su pecho, pero Junmyeon se los tragó rápidamente, sin dejar que nadie los escuchara, searrodilló en el suelo, agotado tanto física como emocionalmente.

 

Con un suspiro pesado, Junmyeon se levantó lentamente, se sacudió la ropa, como si de alguna manera pudiera despojarse de la sensación de suciedad que lo invadía por dentro, se miró en el espejo de su oficina, intentando recomponerse, no podía permitir que los demás notaran su debilidad, la imagen del hombre fuerte y capaz que todos veían tenía que mantenerse intacta, al menos por fuera, pero por dentro, sentía que su mundo se estaba derrumbando.

 

Con una expresión seria, se sentó frente a su escritorio, miró la pantalla de su computadora y comenzó a revisar algunos documentos, era una rutina en la que intentaba perderse, pero todo lo que veía, todo lo que leía, Había momentos en los que se sentía completamente impotente, como si estuviera siendo manejado por los hilos invisibles de su padre y Oh Seunghyun. 

 

¿Sería este su destino?

 

¿Sería siempre el hijo obediente, el que nunca podría elegir su propio camino?

 

Pero por ahora se concentraría, ya que faltaban 3 días para el proyecto busan, 3 días para destapar la verdad. 

Notes:

Hola! Como están? Esta terminando el fanfic y estoy editando por eso la tardanza, de regalo hoy, tres capitulos! Espero que disfruten... No olvides dejar kudos

Chapter 23: Capitulo 22 | Escondido del enemigo

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Unas horas más tarde, cuando Junmyeon estaba a punto de reunirse con algunos de los altos ejecutivos para afinar detalles del lanzamiento, su teléfono comenzó a vibrar en su escritorio, cuando miró la pantalla, su corazón dio un vuelco. El mensaje no era de Sehun, pero sí algo que lo dejó inquieto. La notificación le indicaba que su teléfono había sido restablecido a los ajustes de fábrica. Toda la información, los contactos, los mensajes... 

 

todo había desaparecido.

 

La frustración lo invadió al instante, su primer impulso fue pensar que su padre estaba detrás de esto, para asegurarse de que no pudiera contactar a nadie, especialmente a Sehun. No podía permitir que algo tan simple como un teléfono perdido le impidiera seguir adelante. La paranoia lo invadió por un momento, pero rápidamente se recompuso. 

 

— No puedo perder el control — murmuró para sí mismo, tenía que ser más astuto. Tenía que encontrar una manera de llegar a Sehun, aunque su acceso a la tecnología ahora fuera limitado. 

 

No importaba cuánto tratara su padre de controlarlo;

él encontraría la manera de escapar, de luchar por lo que era suyo.

 

Decidió que lo primero era centrarse en el trabajo, no podía dejar que su padre tuviera más control sobre él. Junmyeon, decidido a seguir con sus obligaciones, hizo un esfuerzo por retomar su concentración. Era imposible dejar de pensar en Sehun, pero no podía permitir que su situación personal interfiriera en sus responsabilidades.

 

Los minutos pasaban, Junmyeon continuaba atendiendo correos y llamadas, luchando contra la sensación de vacío que lo acompañaba. Sabía que tenía que hacer algo, que su tiempo estaba corriendo. El proyecto Busan ya estaba en su etapa final y su padre no dejaría que nada interfiriera en su éxito, por que este es el proyecto que definiría su status y el éxito que deseaba llegar para dejar de ser la sombra de su padre. 

 

12:00 PM

 

Cuando todos los ejecutivos y empleados se habían ido de la sala de juntas, Junmyeon se dirigió a su oficina nuevamente,Miró su teléfono, todavía en su mano, sin saber qué hacer. No podía conectarse con Sehun, ni siquiera mandar un mensaje de texto. La sensación de impotencia se apoderó de él nuevamente, pero se negó a rendirse. Había algo dentro de él que le decía que, tarde o temprano, Sehun lo encontraría. Podía sentirlo.

 

Junmyeon empezaba a sentir hambre, un golpe suave en la puerta de su oficina lo hizo detenerse. Sorprendido, miró su reloj. Ya había pasado la hora habitual del almuerzo, pero se acercó a la puerta sin dudar.

 

— ¿Quién será? — murmuró para sí mismo mientras abría la puerta.

 

Al otro lado de la entrada, se encontraba un hombre vestido de negro, con un gorro y una mascarilla que cubría gran parte de su rostro. No podía verle bien los ojos, pero algo en la postura del hombre lo hacía sentirse familiar, el extraño extendió una mano y le entregó un paquete pequeño, de tamaño compacto, pero de aspecto inusual. Junmyeon frunció el ceño, desconociendo al hombre.

 

— ¿De parte de quién? — preguntó con tono serio.

 

El hombre no dijo mucho, simplemente dejó escapar unas palabras antes de retirarse.

 

— Hwang te manda esto. — Y, sin añadir nada más, giró sobre sus talones y se alejó.

 

Junmyeon lo miró fijamente mientras el hombre se alejaba, sintiendo una extraña mezcla de ansiedad y alivio. "Hwang... ¿Sehun?" Pensó, la conexión fue inmediata, pero nunca se habían encontrado cara a cara, solo había visto fotos de él en alguna ocasión, pero ahora podía sentir que el ambiente estaba cargado de algo importante. ¿Sería Park Chanyeol, el amigo cercano de Sehun? No tenía dudas de que era él, aunque no sabía por qué el paquete llegaba en ese momento ni qué contenía.

 

Con el paquete en la mano, Junmyeon regresó rápidamente a su escritorio, cerrando la puerta tras él, se sentó, la ansiedad y la curiosidad empezaron a tomar control sobre su cuerpo. Sus manos temblaban levemente mientras lo desenvuelvía. El paquete era sencillo, de cartón marrón y con una cinta que lo aseguraba. Al abrirlo, lo que encontró le hizo acelerar su respiración, era un celular desechable, completamente nuevo, con una nota enrollada junto a él.

 

Junmyeon abrió la nota con cuidado, leyendo las palabras que lo hacían sentir un nudo en el estómago.

 

"Mi amor

 

Esta es la única manera en que puedo comunicarme contigo sin que ellos nos descubran. Usa este celular solo para hablar conmigo, Lo que quiero es salir de todo esto. Necesito que confíes en mí, por favor. Este es un plan, Jun, uno que quiero que sigas. Lo haré todo para que podamos estar juntos al final, pero por ahora, debemos actuar con cautela.

 

A las nueve de la noche, te llamaré a este número, lo que hablemos allí será entre nosotros, sin secretos ni mentiras. no quiero perderte, pero si lo hago, que al menos no me quede con la duda de que lo intentamos todo.

 

Te amo, siempre."

 

Junmyeon tragó saliva, mirando la nota por unos segundos más, tratando de procesar todo lo que acababa de leer. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero las reprimió con rapidez, no podía dejar que su debilidad se interpusiera, al menos no ahora.

 

Miró el celular desechable, la sensación de angustia y alivio chocando en su pecho, por fin, había algo que le mostraba que Sehun estaba decidido a luchar por ellos, que había cumplido su palabra, Su corazón latía con fuerza, y aunque todo seguía siendo incierto, la esperanza había encontrado una grieta por donde filtrarse.

 

Tomó el celular en sus manos, se lo acercó al pecho, y lo abrazó suavemente, quería sentir la presencia de Sehun, aunque fuera de esta forma, a través de un objeto tan simple pero tan lleno de significado, cerró los ojos y respiró profundamente, sintiendo que por fin había algo que lo conectaba con él. A pesar de todo, la realidad no cambiaba. El proyecto Busan debía lanzarse, las expectativas de su padre y la presión de Kim Corporation seguían siendo una losa sobre sus hombros. 

 

Pero, por primera vez en días lleno de dolor,

Junmyeon encontró algo que lo motivaba, que lo impulsaba a seguir adelante.

 

Y poder pronto ser libre...

 

Se sentó nuevamente en su silla y comenzó a revisar sus correos, tratando de mantener la calma, no podía dejar que todo lo que estaba viviendo lo afectara demasiado. Ya tendría tiempo de hablar con Sehun, de planear lo que vendría después. Pero ahora, lo único que importaba era llegar a la noche.

 

Oh company, 12:30 PM

 

La reunión en Oh Company avanzaba sin contratiempos, los socios e inversores hablaban animadamente sobre las nuevas estrategias y proyectos en marcha. Sehun estaba sentado al lado de su padre, manteniendo la fachada de un hijo obediente y profesional, tomaba notas y asentía en los momentos adecuados, mientras su mente divagaba en los planes que había trazado más temprano, aunque intentaba no delatarse, sentía constantemente la mirada de Oh Seunghyun sobre él, como si estuviera buscando algún signo de insubordinación.

 

Cuando la reunión terminó, los socios comenzaron a levantarse y abandonar la sala, sehun se quedó en su asiento, sabiendo que su padre querría hablar con él. Y, como esperaba, Seunghyun se acercó, colocándose frente a él con su habitual semblante frío y autoritario.

 

—Hiciste un buen trabajo en la reunión —comentó, aunque su tono carecía de cualquier emoción, era más una afirmación mecánica que un elogio. 

 

—Gracias, padre —respondió Sehun, manteniendo la voz tranquila, sin dejar entrever nada más. 

 

Seunghyun lo observó durante unos segundos, como si estuviera evaluándolo, y luego señaló hacia la puerta. 

 

—Acompáñame a mi oficina. 

 

Sehun lo siguió sin rechistar, caminaba detrás de él por los pasillos, ajustándose la corbata y preparando su mente para lo que pudiera venir. Sabía que cualquier interacción con su padre era un juego de ajedrez: cada palabra y movimiento debía ser calculado. 

 

Una vez dentro de la oficina, Seunghyun se sentó detrás de su enorme escritorio de madera, mientras Sehun permanecía de pie frente a él. 

 

—¿Qué tal tu primer día aquí? —preguntó Seunghyun con indiferencia, aunque su mirada seguía fija en su hijo, como si intentara descubrir algo más allá de las palabras. 

 

—Ha sido interesante —respondió Sehun, manteniendo su expresión neutra—Estoy aprendiendo mucho sobre la estructura de la compañía y las operaciones. 

 

Seunghyun asintió brevemente y cruzó los brazos sobre el escritorio. 

 

—Espero que eso sea cierto, no puedo tolerar ningún error, especialmente ahora que estás bajo mi supervisión directa. 

 

Sehun apretó los dientes, pero se obligó a asentir. 

 

—No habrá errores, lo prometo. 

 

El silencio se extendió por unos segundos, sehun sabía que tenía que aprovechar ese momento para obtener algo de información sin levantar sospechas. Su mente trabajaba rápido, y finalmente decidió arriesgarse con una pregunta que llevaba tiempo queriendo hacer. 

 

—Padre, hay algo que siempre he querido preguntarte —comenzó, cuidando su tono para que sonara casual. 

 

Seunghyun lo miró con una ceja levantada. 

 

—¿Qué es? 

 

Sehun tomó aire, fingiendo estar más nervioso de lo que estaba en realidad. 

 

—El diario de mamá... ¿todavía lo tienes? 

 

El cambio en la expresión de su padre fue casi imperceptible, pero Sehun lo notó, había algo detrás de esos ojos fríos, aunque desapareció tan rápido como había llegado. 

 

—Sí, lo tengo —respondió Seunghyun, con la misma indiferencia que siempre. 

 

El corazón de Sehun dio un vuelco, no esperaba una respuesta tan directa, se apresuró a ocultar su sorpresa y asintió lentamente. 

 

—Me gustaría leerlo algún día... solo para sentirme más cerca de ella. 

 

Seunghyun entrecerró los ojos, evaluándolo una vez más. 

 

—Ese diario no es algo que necesites leer, Sehun, tu madre dejó cosas que son mejor olvidar. 

 

Aunque su padre no levantó la voz, el mensaje estaba claro: el diario estaba fuera de su alcance, pero ahora Sehun sabía que aún existía y que estaba en poder de su padre, esa información era crucial, y tendría que encontrar la forma de conseguirlo, sin importar los riesgos.

 

—Entiendo, padre —respondió con calma, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto. 

 

Seunghyun lo observó un momento más antes de dar por terminada la conversación. 

 

—Puedes retirarte. 

 

Sehun salió de la oficina con un aire tranquilo, pero por dentro su mente estaba en ebullición. Ahora que confirmó sus sospechas, tenía que encontrar ese diario. Sabía que, de alguna manera, contenía las respuestas que necesitaba sobre su muerte. y Iría tras ella para continuar su plan, siendo la parte más importante.

 

Además, estaba seguro de que su padre lo había mantenido oculto

durante todos estos años por una razón importante. 

 

Mientras caminaba de regreso a su propia oficina, Sehun tomó una decisión: esa noche, cuando la mansión estuviera en silencio, buscaría el diario. Si su padre no quería que lo leyera, entonces había algo en esas páginas que no quería que él supiera. Y no descansaría hasta descubrir qué era.

 

Al dirigirse al ascensor para ir a almorzar, escuchó pasos familiares detrás de él.

 

—¿Kyungsoo? —preguntó, sorprendido al ver a su hermano. 

 

Kyungsoo asintió, lanzando una mirada rápida alrededor para asegurarse de que nadie los observaba con demasiada atención, cuando estuvieron solos en el ascensor, Kyungsoo habló en voz baja.

 

—Quería asegurarme de que estuvieras bien —dijo, y en su mirada había una mezcla de seriedad y preocupación— Has estado tan callado desde que regresaste, sabes cómo es nuestro padre... Si estás pensando en hacer algo que pueda enfurecerlo...

 

Sehun suspiró, entendía las reservas de su hermano; después de todo, ambos conocían demasiado bien la manera en que Oh Seunghyun manejaba su influencia y autoridad.

 

—Vamos a hablarlo durante el almuerzo —murmuró Sehun, y Kyungsoo asintió en silencio.

 

Ya en la cafetería del edificio, encontraron una mesa en un rincón discreto, donde podían hablar sin riesgo de ser escuchados. Tras pedir sus alimentos, Kyungsoo se inclinó hacia Sehun, sus ojos escudriñándolo.

 

Oh company, cafeteria, 12:30 PM

 

—¿Cómo estás realmente? —le preguntó, dejando ver la genuina preocupación que sentía por su hermano menor.

 

Sehun dudó por un momento, pero finalmente decidió ser honesto, su hermano era una de las personas en las que confiaba su vida entera. 

 

—No terminé con él —admitió en voz baja— Junmyeon y yo... estamos fingiendo, solo para que nuestro padre no se entere, Hyung, no pienso dejarlo, no después de todo lo que hemos pasado.

 

Kyungsoo lo miró con una mezcla de alivio y sorpresa, sabía lo importante que era Junmyeon para Sehun, y aunque le preocupaba el riesgo que ambos corrían, no podía negar la alegría que sentía al saber que su hermano no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.

 

—Me alegra oír eso, Sehun —murmuró, apoyando su mano en el hombro de su hermano—. Pero tienes que ser cuidadoso, sabes cómo es nuestro padre, si descubre que todo esto es una mentira, hará cualquier cosa por separarlos de verdad...

 

Sehun asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Cada paso que daba debía ser calculado, cada movimiento, preciso, sabía que enfrentarse a su padre era un desafío colosal, pero también sabía que no podía perder a Junmyeon. No después de todo el esfuerzo que ambos habían puesto en su relación y de lo mucho que se necesitaban mutuamente.

 

—Lo sé, hyung —respondió, mirando a Kyungsoo con determinación—. Por eso necesito que me ayudes, he empezado a organizar un plan para mantenernos en contacto sin que mi padre se entere. 

 

Kyungsoo lo miró en silencio, asimilando las palabras de su hermano, sabía que aquello no sería fácil, que las consecuencias podrían ser graves si las cosas no salían bien, sin embargo, también entendía lo que significaba amar y luchar por esa persona especial. Después de unos segundos, asintió.

 

—Haré lo que sea necesario para ayudarte, Sehun, pero ten cuidado, esto podría salir muy mal si no tomas todas las precauciones, nuestro padre siempre tiene ojos en todas partes.

 

Sehun apretó la mano de su hermano en señal de agradecimiento, saber que tenía el apoyo de Kyungsoo le daba la seguridad que necesitaba para seguir adelante. Ahora, más que nunca, sentía que su plan podía funcionar, y que pronto podría ver a Junmyeon sin necesidad de esconderse.

 

Sehun bajó la voz, inclinándose hacia Kyungsoo mientras almirzaban Había algo más que necesitaba discutir con su hermano, algo que requería no solo su apoyo, sino también su habilidad para mantenerse calmado en situaciones críticas.

 

—Hyung —dijo con seriedad, mirando a Kyungsoo a los ojos— necesito tu ayuda esta noche.

 

Kyungsoo frunció el ceño, claramente preocupado por el tono que usaba su hermano.

 

—¿Qué tienes en mente, Sehun?

 

Sehun suspiró y miró alrededor para asegurarse de que nadie los escuchara, la cafetería estaba llena de empleados, pero su mesa estaba lo suficientemente apartada como para que su conversación pasara desapercibida.

 

—Quiero infiltrarme en la oficina de nuestro padre en la madrugada —confesó, su voz apenas un susurro—. quiero buscar algo relacionado con nuestra madre... algo que explique lo que realmente pasó con ella o que pueda incriminarlo., estoy seguro de que hay documentos, algo que ha estado escondiendo todo este tiempo.

 

Kyungsoo dejó caer su tenedor en el plato y lo miró con incredulidad.

 

—¿Estás loco, Sehun? —susurró, manteniendo su voz baja pero llena de preocupación— Padre tiene cámaras en todas partes, y si te atrapan... no puedo imaginar lo que haría. Y peor aún, si descubre que estás planeando algo, podrías perderlo todo.

 

Sehun apretó los labios y asintió, completamente consciente de los riesgos. Pero su determinación no flaqueaba.

 

—Lo sé, hyung, sé que es arriesgado, pero necesito hacerlo, no puedo seguir viviendo bajo su control sin pelear. Junmyeon y yo no podemos ser libres si no resolvemos esto primero. 

 

Sehun miro a su alrededor y se acercó más a el: 

 

—Todo está conectado: la muerte de nuestra madre, el odio que tiene contra los Kim, todo, si puedo encontrar algo en su contra, podríamos usarlo para enfrentarlo.

 

Kyungsoo se pasó una mano por el rostro, claramente conflictuado. Sabía que Sehun no cambiaría de opinión, pero también sabía que su hermano menor no podía hacerlo solo.

 

—¿Y qué esperas encontrar? —preguntó finalmente, con un tono más suave, como si intentara comprender los motivos de Sehun.

 

—No lo sé con certeza —respondió Sehun, mirando a su hermano con sinceridad—. Pero padre tiene que tener algo, cartas, documentos, algo que explique qué pasó con mamá, estoy seguro de que lo guarda en su oficina, porque no confía en nadie más para manejar ese tipo de cosas.

 

Kyungsoo dejó escapar un largo suspiro. Había un momento de silencio entre ellos mientras consideraba las palabras de Sehun.

 

—Está bien —dijo finalmente, aunque su tono era reticente— Te ayudaré, pero bajo una condición.

 

Sehun levantó la mirada, esperanzado.

 

—Lo que sea, hyung.

 

—Tienes que ser extremadamente cuidadoso, y si las cosas se complican, tienes que salir de ahí de inmediato. No quiero que te arriesgues más de lo necesario. ¿Entendido?

 

Sehun asintió rápidamente.

 

—Entendido. Gracias, hyung.

 

Kyungsoo negó con la cabeza, aunque una leve sonrisa apareció en sus labios.

 

—A veces pienso que eres demasiado terco para tu propio bien —murmuró, aunque había un atisbo de orgullo en su voz—. Dime cómo planeas hacerlo.

 

Sehun se inclinó hacia él, bajando aún más la voz mientras le explicaba su plan.

 

—Esta noche, después de la medianoche, esperaré a que todos en la mansión estén dormidos, padre tiene reuniones hasta tarde, así que no debería volver a su oficina después de eso, me colaré desde el ala oeste, donde no hay tantas cámara

 

Kyungsoo alzó una ceja.

 

—¿Y si tiene alarmas? Sabes que padre no deja nada al azar.

 

—Ya lo pensé, revisé el sistema de seguridad de la mansión cuando llegué, la oficina no tiene alarma independiente; confía en las cerraduras electrónicas, mientras no active las cámaras del interior, estaré bien, Si padre se da cuenta de que no estoy en mi habitación, tienes que distraerlo.

 

Kyungsoo lo miró con seriedad, evaluando cada palabra, sorprendido también por la información que le dio.

 

—Está bien, pero recuerda lo que te dije: si las cosas se complican, te largas, nada de hacerse el héroe, ¿entendido?

 

—Entendido —aseguró Sehun, agradecido por el apoyo de su hermano.

 

Kyungsoo tomó un sorbo de su bebida, claramente todavía nervioso por lo que planeaban hacer, pero dispuesto a ayudar.

 

—¿Y después de eso? —preguntó, cambiando ligeramente el tema—. ¿Qué harás con lo que encuentres? ¿Cómo piensas usarlo contra padre?

 

Sehun miró su plato por un momento antes de responder.

 

—No lo sé exactamente, todo dependerá de lo que encuentre, pero si hay algo que pueda incriminarlo o darle a Junmyeon y a mí una ventaja, lo usaré.

 

Kyungsoo asintió, aunque la preocupación seguía reflejada en sus ojos.

 

—Espero que sepas lo que estás haciendo, Sehun, quiero que seas feliz, y si Junmyeon es parte de eso, entonces te apoyaré, pero por favor, ten cuidado.

 

Sehun sonrió, reconfortado por las palabras de su hermano.

 

Mansión de Junmyeon, 18:00 PM

 

Junmyeon llegó a la mansión con el ánimo agotado después de otro largo día en la oficina, sus pasos resonaban en los pasillos silenciosos mientras caminaba hacia la sala principal, donde ya lo esperaban su hermano Minseok y su mejor amigo Baekhyun. Había pedido a ambos que lo acompañaran esa noche, la soledad se le estaba haciendo insoportable, y con la espera hasta las nueve para llamar a Sehun, necesitaba rodearse de personas que lo apoyaran, aunque sabía que tendría que confesarles algo que podría cambiar sus relaciones para siempre.

 

Al entrar, vio a Baekhyun y Minseok sentados en los sofás, con expresiones de curiosidad y algo de preocupación. 

 

—Por fin llegas —dijo Baekhyun, levantándose para saludarlo— ¿Qué pasó? Sonabas raro por teléfono. 

 

—Estoy bien, solo necesitaba hablar con ustedes —respondió Junmyeon con una sonrisa débil. 

 

Se sentó en un sillón frente a ellos, tomando aire para prepararse, baekhyun lo observaba con sus ojos llenos de curiosidad, mientras Minseok, que ya estaba al tanto de gran parte de la situación, mantenía una expresión neutral pero alerta. 

 

—Jun, no nos hagas sufrir, ¿qué está pasando? —preguntó Baekhyun, cruzando los brazos. 

 

Junmyeon jugueteó con sus manos, su mirada fija en el suelo, sabía que no podía seguir ocultándole la verdad a Baekhyun, especialmente porque, a pesar de todo, confiaba en él. 

 

—Tengo que contarte algo, Baekhyun... algo que debí decirte hace mucho tiempo. 

 

Baekhyun frunció el ceño, inclinándose hacia adelante. 

 

—¿Qué cosa? 

 

Junmyeon levantó la mirada, sus ojos reflejando la culpa que sentía. 

 

—Se trata de mi relación, ya sabes que hace meses que estoy saliendo con alguien... pero nunca te dije quién era. 

 

Baekhyun se encogió de hombros, intentando aligerar el ambiente. 

 

—Bueno, Me dijiste que se llamaba Hwang sehun, ¿Hay algo más que debería saber? 

 

Junmyeon tragó saliva, sabiendo que esa pregunta iba a ser respondida de la peor manera posible. 

 

—Baek... mi novio es Oh Sehun. 

 

El silencio que siguió fue aplastante, baekhyun parpadeó varias veces, procesando lo que acababa de escuchar, mientras Minseok cerraba los ojos, como si anticipara el caos que estaba por venir. 

 

—¿Oh Qué ? —Baekhyun finalmente rompió el silencio, su voz más alta de lo habitual. 

 

—Oh Sehun, el hijo de Oh Seunghyun —repitió Junmyeon con un hilo de voz. 

 

Baekhyun se puso de pie, sus ojos abiertos como platos. 

 

—Espera un momento. ¿Me estás diciendo que llevas meses saliendo con el hijo del hombre que quiere destruir a tu familia? ¿Y no pensaste en decírmelo? 

 

Junmyeon asintió lentamente, sin atreverse a mirarlo a los ojos. 

 

—No quería involucrarte, Baek, era algo... complicado. 

 

Baekhyun se llevó las manos a la cabeza, caminando de un lado a otro por la habitación. 

 

—Complicado es quedarse corto, Junmyeon. ¡Esto es una locura! ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Soy tu mejor amigo! 

 

Minseok intervino, con una calma que contrastaba con la furia de Baekhyun. 

 

—Yo lo supe hace tiempo, pero tampoco me lo contó de inmediato, esto es algo que ha estado manejando solo, y con razón. 

 

—¿Con razón? —repitió Baekhyun, girándose hacia él— ¿Tú sabías esto y no me dijiste nada? 

 

—No quería ponerte en peligro, igual que Junmyeon —respondió Minseok—. Hay muchas cosas en juego aquí, Baekhyun. 

 

Baekhyun dejó escapar un suspiro exasperado antes de volverse hacia Junmyeon. 

 

—Está bien, supongamos que entiendo por qué no me dijiste nada, pero, ¿qué se supone que debo hacer con esta información ahora? 

 

Junmyeon finalmente se puso de pie, enfrentándolo con una mirada determinada. 

 

—No quiero que hagas nada, Baek, solo quería que supieras la verdad, pero hay algo más... 

 

Baekhyun alzó una ceja, cruzando los brazos. 

 

—¿Más? 

 

Junmyeon asintió, su voz temblando un poco. 

 

—Sehun y yo no hemos terminado. 

 

Minseok, que hasta ese momento había permanecido tranquilo, frunció el ceño, claramente sorprendido. 

 

—¿Qué? Pensé que la ruptura era parte del acuerdo. 

 

—Lo es, pero es una farsa —admitió Junmyeon, mirando a su hermano— Fingimos separarnos para que nuestros padres no sospechen, pero seguimos juntos, tenemos un plan para enfrentarlos y descubrir la verdad sobre la muerte de la madre de Sehun. 

 

Baekhyun soltó una risa incrédula, llevándose las manos a la cara. 

 

—Esto no puede ser real, ¿les descubrieron? Jun, ¿tienes idea del peligro en el que te estás metiendo? 

 

—Lo sé —dijo Junmyeon con firmeza—. Pero no puedo dejarlo, Baek, lo amo, y estoy dispuesto a luchar por él. 

 

Baekhyun se dejó caer en el sofá, todavía procesando todo lo que había escuchado. 

 

—Esto es demasiado para mí, pero... si de verdad crees que vale la pena, entonces supongo que no tengo más opción que apoyarte. 

 

Junmyeon sintió un alivio inmenso al escuchar esas palabras, se acercó y le puso una mano en el hombro. 

 

—Gracias, Baek, significa mucho para mí. 

 

Minseok, aunque todavía preocupado, asintió. 

 

—Está claro que tienes tu decisión tomada, solo espero que tengas cuidado, Junnie, Ambos sabemos de lo que es capaz nuestro padre. 

 

Junmyeon lo miró con seriedad. 

 

—Lo sé, Minseok, pero ya no puedo vivir bajo su control, esto tiene que terminar. 

 

Los tres se quedaron en silencio por un momento, cada uno reflexionando sobre lo que les esperaba. Aunque el camino por delante era incierto y peligroso, Junmyeon se sentía más fuerte sabiendo que contaba con el apoyo de su hermano y su mejor amigo, ahora solo tenía que esperar a que llegaran las nueve para poder escuchar la voz de Sehun y sentirse un poco más completo. 

 

Unos minutos después... 

 

Baekhyun seguía mirando a Junmyeon, sus pensamientos claramente aún nublados por la revelación, no podía dejar de procesar todo lo que había oído: el hecho de que Junmyeon estuviera saliendo con Sehun, el hijo de la familia enemiga, lo dejaba completamente descolocado, la sorpresa no solo era por la relación en sí, sino por todo lo que implicaba: el peligro, las mentiras, el engaño... no podía entender cómo Junmyeon había cargado con todo esto en silencio.

 

Minseok, que estaba en la cocina, preparaba algo sencillo para la cena mientras escuchaba la conversación, pero su mente también estaba ocupada, aunque ya sabía lo que Junmyeon le había contado, escuchar todo de nuevo, especialmente lo relacionado con la farsa de la ruptura, le preocupaba, sabía lo que significaba vivir bajo el control de su padre, y ahora, al enterarse de lo que Junmyeon estaba dispuesto a hacer, no podía evitar sentirse algo más tenso.

 

Junmyeon, por su parte, estaba ansioso, nervioso, incluso inquieto, miraba constantemente el reloj en su muñeca, esperando que las manecillas finalmente se alinearan con las nueve, necesitaba hablar con Sehun, sabía que eso aliviaría su carga, que escuchar su voz sería un consuelo, una pequeña dosis de normalidad en medio de tanto caos. Pero no podía evitar sentirse angustiado, la situación con su familia, los secretos, el peligro... todo parecía un enredo sin solución, y a pesar de su determinación, sentía el peso sobre sus hombros.

 

Minseok, al parecer, se dio cuenta de que Junmyeon no estaba completamente presente, aunque no le sorprendía. Sonrió con algo de tristeza mientras seguía preparando la cena. 

 

—¿Cómo están los niños? —preguntó casualmente, cambiando el rumbo de la conversación mientras miraba a Baekhyun. 

 

Junmyeon, un poco distraído , se giró hacia Minseok y suspiró. 

 

—Siguen en casa de Victoria, les mande ahí ya que estuve muy ausente con ellos, no quería lastimarlos. 

 

Minseok dejó de cortar los ingredientes y se volvió hacia Baekhyun, su rostro serio, seguía procesando la información. 

 

—Victoria sabe todo, Baek, está protegiéndolos, pero también sabe lo que está en juego, es la única que entiende lo que está pasando y, sinceramente, los niños están a salvo con ella. 

 

Baekhyun frunció el ceño, pensativo. 

 

—Lo que me sorprende es que ella se haya mantenido tan calmada con todo esto, es extraño. 

 

Junmyeon los miró desde donde estaba sentado, una mirada distante, como si sus pensamientos estuvieran en otro lugar, en otro tiempo. 

 

—Victoria nunca ha sido una persona impulsiva, sabía lo que estaba pasando incluso antes de que yo lo supiera, siempre ha sido la más racional de los dos.

 

Baekhyun, aún atónito, miró a Junmyeon y lo observó detenidamente, tratando de entender la profundidad de la situación. 

 

—No puedo creer que tu vida haya estado envuelta en todo, ¿estuviste bien estos días? esto... esto es mucho más grande de lo que parece.

 

Junmyeon respiró hondo, cerrando los ojos por un momento, y luego dejó escapar una sonrisa triste. 

 

 

—Sí, Baek, lo es, estos días estuve mal y no pude estar completamente en mis bebes... y lo peor es que, aunque intento actuar con lógica y pensar que estoy haciendo lo correcto, a veces me siento completamente perdido.  

 

Minseok lo observó por encima del hombro, mientras volvía a cortar unas zanahorias.  

 

—Todos estamos perdidos, Jun, no hay forma de escapar de lo que está pasando, pero, por lo menos, sabemos que estamos en esto juntos, Quiero que sepas que siempre estaremos para ti...

 

Baekhyun se inclinó hacia adelante, mirando a Junmyeon con una mezcla de preocupación y empatía.  

 

—Si jun, no dejaremos que nada te pasé, no queremos verte así, ya pasaste por suficiente dolor en el pasado....

 

Junmyeon sonreía débilmente y asentía, Baekhyun igual estaba inseguro y dijo:

 

—Pero, ¿qué vas a hacer con Sehun? No me malinterpretes, quiero que seas feliz, pero... ¿todo esto realmente vale la pena?  

 

Junmyeon se quedó en silencio por unos segundos, la pregunta de Baekhyun resonando en su mente, no era una pregunta fácil de responder, claro que había momentos en los que todo esto parecía más una pesadilla que una historia de amor, pero la idea de estar sin Sehun era aún más insoportable.  

 

—Lo que siento por él es real —respondió finalmente, su voz firme, aunque con un toque de vulnerabilidad— Y sí, todo esto es peligroso, pero yo... yo no quiero vivir sin él.  

 

Baekhyun suspiró, sintiéndose abrumado por la carga emocional de la conversación, no quería juzgar a su amigo, pero la situación lo superaba. 

 

—Entiendo, solo espero que todo esto no termine mal para ti, no soportaría volver a verte mal y que vuelvas a los vicios... 

 

La tensión en el aire era palpable, pero Junmyeon intentó relajarse un poco al ver que su hermano y su amigo no lo estaban juzgando, aunque era difícil, al menos no estaba completamente solo en esto, ellos lo querían mucho y odiaban no haber podido ayudarlo cuando lo obligaron a casarse y no pudo escaparse, siendo ello lo que obligo a el a hacerse adicto a fumar, pero fue salvado por otras personas. 

 

La llegada de sus hijos a su vida... 

 

Y ahora, ya siendo mayores y más inteligentes, harían lo que sea para verlo feliz. 

 

De repente, Junmyeon miró el reloj nuevamente, las manecillas indicaban que faltaban apenas diez minutos para las nueve. Su corazón dio un salto.  

 

—Ya casi es hora... —murmuró para sí mismo, casi sin darse cuenta.  

 

Baekhyun, notando su nerviosismo, se acercó.  

 

—¿Tiene que hacer esa llamada a las nueve? ¿Sehun?  

 

Junmyeon asintió, mirando a su amigo con una sonrisa tensa.  

 

—Sí, necesito hablar con él, tengo que saber que todo estará bien.  

 

Minseok, por su parte, ya había terminado de preparar la comida y se acercó para ponerla en la mesa.  

 

—Haz lo que necesites hacer, Jun, pero recuerda que esto no es solo tu batalla, estamos contigo.  

 

Junmyeon se levantó y se dirigió hacia la mesa, donde el teléfono estaba descansando sobre una de las sillas. El sonido de su respiración se volvió más pesado, pero con cada paso que daba, sentía que la ansiedad comenzaba a calmarse, aunque no sabía qué iba a suceder después de esa llamada, al menos podía estar en paz con su decisión.  

 

Se sentó en la silla y miró la pantalla de su celular, el número estaba guardado, todo estaba listo.  

 

Solo quedaba esperar el sonido familiar de la llamada entrante, el sonido que lo conectaría con la única persona que realmente lo entendía en medio de todo el caos.

 

Mansion oh, 20:00 PM 

 

La mansión Oh estaba más silenciosa que de costumbre esa noche, el gran comedor, con su lujosa decoración, brillaba bajo las luces cálidas, pero la tensión flotaba en el aire mientras Sehun, Kyungsoo y su padre, Oh Seunghyun, cenaban, los tres estaban sentados alrededor de la gran mesa, cada uno en su lugar asignado, mientras el sonido de los cubiertos contra los platos llenaba los vacíos que las palabras no lograban llenar.

 

Sehun mantenía su postura rígida, casi imperceptible en su actitud distante, su mirada se deslizaba entre su padre y su hermano, pero su mente estaba en otro lugar. El teléfono desechable que había dejado en su bolsillo vibraba de vez en cuando, recordándole que aún tenía mucho por hacer, mucho por descubrir, pero mientras estuviera en la mansión Oh, bajo la vigilancia de su padre, no podía arriesgarse a ser demasiado evidente.

 

Tenía que mantener las apariencias, mantener la calma.

 

Seunghyun, por su parte, parecía estar disfrutando del control absoluto que tenía sobre sus hijos, había algo en su mirada, un brillo sutil de poder, mientras discutía los planes de expansión de Oh Company y cómo el lanzamiento del proyecto Busan de Kim Corporation sería una amenaza directa para su propia empresa, junmyeon, el maldito Junmyeon, había logrado atraer a muchos inversionistas, algo que Seunghyun no podía ignorar. De alguna manera, ese hombre le irritaba profundamente. 

 

—El proyecto Busan de Kim Corporation —dijo Seunghyun mientras cortaba un trozo de carne—, es impresionante, pero me molesta cómo ese maldito Kim ha logrado hacer que tantos inversionistas pongan sus ojos en su empresa, ese hombre es más peligroso de lo que parece, inteligente, sí, pero muy peligroso. 

 

Sehun se tensó en su asiento, pero no mostró ninguna señal externa de su molestia, sabía que su padre disfrutaba de cada palabra que decía, y aunque estaba harto de escuchar su veneno sobre Junmyeon, se obligaba a mantenerse en silencio, miró a Kyungsoo, que parecía igualmente incómodo con la conversación, pero su hermano sabía cómo manejar estos temas con calma. Kyungsoo no estaba tan involucrado emocionalmente como Sehun, y eso le daba una ventaja en momentos como estos. 

 

—Es un hombre muy inteligente, eso es cierto —respondió Kyungsoo con tono neutral, mientras continuaba comiendo como si nada de esto le afectara—. No subestimes a Kim Junmyeon, su habilidad para liderar su empresa y atraer capital es impresionante. 

 

Seunghyun lo miró con una sonrisa burlona, como si fuera una lección que necesitaba dar a sus hijos. 

 

—Impresionante, sí, pero solo es un hombre vacio, y todo eso lo ha hecho mientras se mete en la cama con varios hombres–Dijo mientras se servia una copa de vino 

 

—¿Quién se toma en serio a alguien así? Se casó porque no le quedó más opción, por esa mierda de ser gay y ahora, se hace el CEO increíble, ¿qué clase de hombre es ese?

 

El aire en la mesa se volvió denso, como si todo el peso de las palabras de Seunghyun hubiera caído sobre ellos, sehun apretó los dientes, su ira burbujeando por dentro, pero no dijo nada, su padre sabía que Junmyeon había sido víctima de su propio deseo, y a través de sus ojos, lo veía como un hombre débil. Sehun sentía una rabia insostenible hacia su padre, que tan fácilmente podía hablar de Junmyeon con desprecio, sin tener idea de lo que significaba para él. 

 

Kyungsoo, siempre el mediador, se apresuró a intervenir, no porque quisiera defender a Junmyeon, aunque en parte si, era el novio de su hermano, sino porque sabía que la tensión entre los dos estaba creciendo demasiado rápido. No estaba dispuesto a permitir que las cosas llegaran más lejos.

 

—Padre —dijo Kyungsoo, levantando la mirada—, no creo que sea necesario que hablemos de esa manera. cada quien tiene sus propios motivos y decisiones. Junmyeon no es un hombre que necesite tu aprobación, y lo que haga en su vida privada no tiene nada que ver con sus capacidades como líder. 

 

Sehun vio a su hermano, un suspiro escapó de su pecho, aunque no quería darle la razón a su padre, entendía la necesidad de su hermano de mantener las cosas en calma, pero él no podía seguir callado, no esta vez. 

 

—No entiendo por qué te metes tanto en la vida de Junmyeon, padre —dijo Sehun, finalmente rompiendo el silencio, pero con la voz controlada, a pesar de la rabia que le recorría el cuerpo—. ¿Qué importa lo que haga en su vida personal? ¿No te parece que lo único que importa es su capacidad para manejar Kim Corporation? 

 

Seunghyun lo miró, y en sus ojos brilló un destello de irritación, como si no esperara que su hijo le hablara de esa manera, su rostro se endureció, pero se limitó a responder con calma, como si quisiera demostrar que aún mantenía el control de la situación.

 

—A ti te gusta justificarlo, ¿verdad, Sehun? —dijo con desdén—. Te has metido con él, y por lo que he escuchado, es más sumiso que tú. ¿Te has vuelto tan débil como él? 

 

La mención de esa última palabra hizo que Sehun tuviera que luchar para mantener la compostura y no pelear contra su padre, sabia que lo estaba provocando a propósito, por que era el hombre el cual amaba. 

 

—No es tu problema —respondió Sehun, con los puños apretados bajo la mesa—. Lo que sea que haya hecho en su vida privada no cambia lo que somos, ni lo que él es, y no vas a cambiar mi opinión sobre él. 

 

Kyungsoo, que había estado observando la interacción, notó que las cosas se estaban intensificando demasiado, así que trató de intervenir antes de que la situación se saliera de control.

 

—Basta —dijo Kyungsoo con firmeza—. No vamos a discutir más sobre esto, lo importante es que el proyecto Busan está en marcha, y ambos debemos centrarnos en lo que importa, posicionar a Oh company en un proyecto nuevo. 

 

Sehun asintió en silencio, agradecido de que su hermano interviniera, pero no pudo evitar sentirse destrozado por las palabras de su padre. Cada vez que se sentaba a esa mesa, sentía que todo lo que hacía, todo lo que era, era desvalorizado por su progenitor, y lo peor de todo era que su padre no tenía ni idea de lo que estaba sacrificando por estar con Junmyeon.

 

Seunghyun, aparentemente satisfecho con haber causado un poco de malestar, terminó su cena y se levantó, dando por concluida la conversación. Sin embargo, sehun no pudo evitar pensar en lo que su padre había dicho, y la rabia se acumuló en su pecho, como una espina que no podía sacar. 

 

Sabía que su misión estaba cada vez más cerca de culminar, pero también sabía que las decisiones que tomara ahora tendrían un impacto profundo en su vida y en su relación con Junmyeon, sin embargo, lo único que podía hacer era mantener la calma, esperar su momento, y cuando todo estuviera listo, enfrentarse a su padre y a todo lo que representaba, sin importar lo que fuera necesario.

 

Aún quedaba mucho por hacer, y Sehun sabía que, tarde o temprano, todo se revelaría.

 

Mansión de junmyeon, 21:00 PM 

 

El sonido del teléfono desechable rompió el silencio que se había instalado en la mesa mientras Junmyeon cenaba con Baekhyun y Minseok, el pequeño aparato vibró sobre la mesa a la hora que había dicho en punto. Junmyeon, con una ligera sonrisa nerviosa, extendió la mano para tomarlo, cuando vio el número en la pantalla, su corazón dio un vuelco, y un suspiro escapó de sus labios.

 

Era Sehun.

 

Baekhyun y Minseok intercambiaron una mirada furtiva, ambos notaron la tensión y la sonrisa en el rostro de Junmyeon, pero ninguno de los dos dijo nada, sabían lo que ese teléfono significaba.

 

Junmyeon presionó el botón para aceptar la llamada y llevó el teléfono a su oído. Al instante, la voz de Sehun, suave pero segura, llegó a sus oídos, haciendo que una oleada de calma lo envolviera.

 

—Hola, mi amor —dijo Sehun con ternura, aunque su voz aún llevaba la carga de la misión que tenía por delante— ¿Cómo estás? 

 

Junmyeon sonrió al escuchar esas palabras, su corazón palpitando un poco más rápido, aunque la situación era peligrosa, la voz de Sehun era su refugio, y no podía evitar sentir la paz que le proporcionaba escucharle. 

 

—Te he echado de menos —respondió Junmyeon, su voz suave, y sintiendo cómo su pecho se llenaba de una calidez reconfortante—. Aquí todo sigue igual... tratando de sobrellevar este peso. 

 

Sehun, al otro lado de la línea, se quedó en silencio por un momento, sintiendo que la conexión emocional entre ellos se profundizaba aún más, no solo era la carga de sus familias lo que los unía, sino también el amor que, aunque complicado, seguía creciendo.

 

—Lo sé, mi amor —respondió Sehun, su tono protector pero cargado de cariño— Yo también te extraño mucho, pero pronto podremos estar juntos sin tener que escondernos, sin todo este caos, lo prometo. 

 

Junmyeon suspiró, abrazando el teléfono con más fuerza como si pudiera acercarse a él de alguna manera. 

 

—Lo espero con todo mi corazón —dijo en voz baja, casi en un susurro, luego, sin poder evitarlo, agregó—: ¿Y cómo va tu plan? 

 

Sehun hizo una breve pausa, sabiendo lo que Junmyeon quería decir, en la mansión Oh, estaba comenzando a preparar todo para lo que se venía: encontrar respuestas sobre la muerte de Oh Mina, su madre, y la verdad que tanto necesitaba descubrir. 

 

—Voy a infiltrarme en la oficina de mi padre esta noche —explicó Sehun con determinación, pero su tono seguía siendo suave y cuidadoso, como si no quisiera preocupar a Junmyeon más de lo necesario

 

— Aprovechando que estoy viviendo ahí, voy a buscar el diario de mi madre, sé que debe haber algo que nos dé una pista sobre lo que ocurrió. 

 

Junmyeon sintió un nudo en el estómago al escuchar lo que Sehun iba a hacer, sabía que el peligro estaba latente, pero confiaba plenamente en él. 

 

—Sehun... ¿es seguro? —preguntó Junmyeon con preocupación, su voz titubeando, a pesar de la determinación de Sehun, el temor por su seguridad era palpable en sus palabras. 

 

—Tranquilo, mi amor —respondió Sehun, su voz cálida pero firme—. No voy a hacer nada que me ponga en riesgo, lo prometo, solo necesito un poco de tiempo para conseguir algo de información, apenas lo tenga, te llamaré en la madrugada, necesito que estés atento. 

 

Junmyeon se mordió el labio, sintiendo una mezcla de ansiedad y esperanza, quería que todo saliera bien para Sehun, pero también no podía evitar preocuparse. 

 

—Te lo prometo que estaré esperando —dijo Junmyeon, casi como un susurro. Luego, más suave, agregó—: Ten cuidado. 

 

Sehun sonrió al escuchar esa preocupación en la voz de Junmyeon, lo conocía bien, sabía que su amor por él era puro y genuino, y por eso le dolía tener que ponerlo en peligro de alguna manera. 

 

—No te preocupes, cariño, voy a estar bien, estoy más preocupado por ti —dijo Sehun, su tono ahora un poco más serio—. No quiero que te sigas exponiendo a todo esto, cuídate mucho, ¿sí? 

 

Junmyeon cerró los ojos, sintiendo cómo una lágrima traicionera rodaba por su mejilla, se sentía tan atrapado entre el amor que sentía por Sehun y las exigencias de su familia, pero al mismo tiempo, esas palabras de Sehun, tan llenas de cariño y protección, le daban fuerzas para seguir adelante. 

 

—Yo también te quiero, Sehun —dijo Junmyeon, con la voz quebrada pero sincera—. Gracias por estar a mi lado en todo esto. 

 

Sehun, al escuchar esas palabras, se sintió reconfortado, sabía que tenía a Junmyeon detrás de él, apoyándolo en todo lo que hacía, y esa conexión, a pesar de las adversidades, era lo que más valoraba. 

 

—Nos vemos pronto, mi amor, mantente fuerte, ¿sí? Y recuerda que todo esto tiene un propósito, lo conseguiremos. 

 

Junmyeon sonrió, aliviado por escuchar esas palabras de esperanza, sabía que tenían un largo camino por recorrer, pero al menos no lo caminaba solo. 

 

—Te espero, Sehun, te amo. 

 

Sehun colgó la llamada con una ligera sonrisa en el rostro, sabiendo que su misión estaba clara, pero también sentía la necesidad de regresar a la seguridad de Junmyeon, de acabar con todo este sufrimiento, por ahora, solo quedaba esperar, pero sabía que el momento de reunirse sería inevitable. 

 

En la mesa, Baekhyun y Minseok observaron todo en silencio, baekhyun no pudo evitar sentir una mezcla de emociones al escuchar la conversación entre Junmyeon y Sehun, aunque comprendía el amor que se tenían, el peligro era algo que le preocupaba profundamente, miró a Minseok, quien permanecía callado, pero su mirada mostraba que compartía la misma preocupación. 

 

Junmyeon dejó el teléfono sobre la mesa con una sonrisa triste en su rostro, mientras sus ojos brillaban de una emoción compleja, no necesitaba que le dijeran nada más, ya había hablado con Sehun, y todo lo que sentía ahora era una mezcla de esperanza, amor y una incertidumbre que aún no podía quitarse. 

 

Baekhyun, observando a su amigo, suspiró. 

 

—¿Entonces? —preguntó, rompiendo el silencio—¿Qué te dijo Sehun? ¿Cómo está? Porque, sinceramente, sigo sin entender cómo estás tan tranquilo después de todo esto. 

 

Minseok, que acababa de regresar con un vaso de agua, se acomodó en un sillón cercano, a diferencia de Baekhyun, ya estaba más acostumbrado a las complejidades de la relación de Junmyeon con Sehun, pero aún estaba preocupado. 

 

—Sehun está bien —dijo, aunque su voz llevaba un matiz de preocupación que no podía ocultar—. Está en la mansión Oh, con su padre y Kyungsoo, me dijo que su padre está vigilándolo de cerca, es obvio que sospecha de algo, pero Sehun está siendo cuidadoso. 

 

Baekhyun lo observó con incredulidad, sus cejas alzándose mientras procesaba esa información.  

 

—¿Cuidadoso? Jun, está viviendo con el hombre que probablemente sea responsable de la muerte de su madre, el mismo que no dudaría en destruirte si descubre lo que ustedes dos están haciendo. ¿Cómo puedes estar tan... tranquilo? 

 

—No estoy tranquilo, Baekhyun —respondió Junmyeon, su tono más serio ahora—. Cada vez que pienso en él, me preocupo, pero también sé que Sehun es inteligente, Él me aseguró que está manejando esto con cuidado. 

 

—¿Y qué más te dijo? —preguntó Minseok, apoyando un brazo en el respaldo del sillón mientras lo miraba fijamente— Porque puedo ver que hay algo más. 

 

Junmyeon asintió lentamente, su mirada desviándose hacia las llamas de la chimenea antes de responder, su hermano lo conocía muy bien. 

 

—Me contó que planea infiltrarse en la oficina de su padre esta madrugada —dijo finalmente, su voz apenas un susurro— Quiere encontrar el diario de su madre o cualquier información que pueda usar contra él, y me pidió que estuviera atento. Si encuentra algo, me llamará de inmediato. 

 

Baekhyun se levantó de golpe, incapaz de contener su reacción.  

 

—¡¿Está loco?! —exclamó, mirando a Junmyeon como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar— ¿Cómo puedes permitir que haga algo tan peligroso? Estamos hablando de un hombre que es capaz de cualquier cosa. 

 

Junmyeon lo miró con calma, pero sus ojos reflejaban la misma preocupación que sentía Baekhyun.  

 

—Lo sé, Baekhyun —dijo con firmeza—. Sé que es peligroso, pero también sé que Sehun necesita hacer esto. No puedo detenerlo, y tampoco quiero hacerlo, es algo que tiene que resolver, no solo por nosotros, sino por él mismo. 

 

Baekhyun dejó escapar un suspiro frustrado y volvió a sentarse, pasándose una mano por el cabello.  

 

—No sé cómo haces para soportar todo esto, Jun, si yo estuviera en tu lugar, no tendría esa calma.  

 

—No es fácil —admitió Junmyeon, dejando caer los hombros—. Pero confío en él, Siempre lo he hecho, y si él cree que esta es la forma de avanzar, entonces yo lo apoyaré. 

 

Minseok, que había estado observando la interacción en silencio, finalmente intervino.  

 

—Jun, entiendo que confíes en Sehun, pero Baek tiene razón, esto no es solo un riesgo para él, sino también para ti, si su padre descubre lo que están haciendo, no va a detenerse hasta destruirlos a ambos.  

 

—Lo sé —respondió Junmyeon, su voz firme—. Pero también sé que no podemos detenernos ahora, hemos llegado demasiado lejos, y Sehun... Sehun está haciendo todo esto no solo por él, sino por nosotros, no puedo darle la espalda. 

 

Hubo un silencio pesado en la habitación, roto solo por el crepitar de la chimenea, baekhyun miró a Junmyeon con una mezcla de frustración y preocupación, mientras Minseok parecía perdido en sus pensamientos. 

 

Finalmente, Baekhyun habló de nuevo, su voz más suave esta vez.  

 

—¿Y qué harás si algo sale mal? —preguntó, mirándolo fijamente—. ¿Qué harás si Sehun no regresa?  

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, como si el solo pensamiento de esa posibilidad fuera demasiado doloroso.  

 

—No voy a pensar en eso —dijo con determinación—Porque sé que Sehun va a regresar, Siempre lo hace.  

 

Minseok se levantó y colocó una mano en el hombro de su hermano, ofreciéndole un gesto silencioso de apoyo.  

 

—Entonces, esperaremos contigo, Jun —dijo con calma— Y si Sehun necesita nuestra ayuda, estaremos aquí. 

 

Baekhyun asintió a regañadientes, aunque todavía parecía preocupado.  

 

—Está bien, pero, por favor, prométeme que si esto se complica, no dudarás en pedirme ayuda.  

 

Junmyeon lo miró y le dio una pequeña sonrisa.  

 

—Lo prometo.

 

Y aunque intentaron retomar la conversación, la preocupación por Sehun seguía presente, flotando en el aire como una sombra que ninguno de ellos podía ignorar, mientras junmyeon este a salvo, apoyarían a sehun desde la distancia mientras ambos

 

Trataban de esconderse del enemigo 

Notes:

Hola! Como están? 1/3 de los capitulos que corregí estos dias...
YA ESTAMOS LLEGANDO AL FINAL! Gracias por leer y dejar kudos!!

Chapter 24: Capitulo 23 | Presos de la verdad

Notes:

Este capitulo contiene: Escenas de secuestro y lenguaje agresivo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Sábado, Mansión OH, 3:00 AM 

 

La noche estaba completamente en silencio, salvo por el suave crujido de las maderas viejas de la mansión Oh y el leve sonido del viento golpeando las ventanas, era la hora exacta que Sehun y Kyungsoo habían estado esperando: las 3 de la madrugada, el cambio de guardias en la seguridad de la casa, los hermanos no habían dormido, apenas intercambiando palabras mientras repasaban una y otra vez el plan en sus cabezas, todo tenía que salir bien. Si fallaban, no solo ellos estarían en peligro, sino también Junmyeon y todo lo que intentaban proteger.

 

Con pasos cuidadosos, descendieron por las escaleras desde sus habitaciones, sehun iba al frente, sosteniendo una linterna pequeña que apenas iluminaba el camino, kyungsoo lo seguía, observando cada esquina, asegurándose de que no hubiera nadie, al llegar a la oficina de su padre, Sehun se detuvo un momento para escuchar, tdo estaba en calma, la puerta estaba cerrada, pero no con llave, como habían esperado, habían apagado las cámaras y cualquier señal de alguna alarma los llenaba con preocupación. 

 

—Vamos, no tenemos mucho tiempo —susurró Sehun, abriendo la puerta con cuidado. 

 

La oficina de Oh Seunghyun era tan imponente como él, los muebles oscuros, las estanterías llenas de libros antiguos y documentos perfectamente organizados, y la enorme mesa de caoba en el centro, todo emanaba una energía intimidante, sehun sintió un escalofrío al entrar, pero no dejó que lo detuviera, cerró la puerta detrás de ellos y encendió la linterna, enfocándola hacia la mesa.

 

—El escritorio primero —respondió Sehun, dirigiéndose hacia la mesa de su padre, comenzó a revisar los cajones, sacando papeles y documentos en busca del diario de su madre.

 

El tiempo parecía avanzar más rápido de lo normal, cada segundo que pasaba los hacía sentir más tensos, como si la sombra de su padre pudiera aparecer en cualquier momento, finalmente, después de varios minutos de búsqueda, Sehun encontró lo que estaban buscando. Allí, oculto entre otros documentos, estaba el diario de Oh Mina, su corazón dio un vuelco al verlo.

 

—Aquí está —murmuró, levantando el diario con cuidado, kyungsoo se acercó rápidamente, sosteniendo la linterna para que pudieran leer.

 

Sehun abrió el diario y comenzó a pasar las páginas, la caligrafía de su madre era delicada y elegante, como la recordaba, había entradas sobre su día a día, sobre sus pensamientos y sentimientos, pero una en particular llamó su atención. La fecha era cercana al tiempo en que murió, con cuidado empezaron a leer: 

 

08 de marzo del 2018

 

"Querido diario, hay una próxima reunión con Kim Corporation, y he descubierto que mi esposo planea aceptar una alianza entre ambas empresas. Parece que Kim Corporation está enfrentando dificultades financieras, y esta alianza es estratégica para ambas partes, pero algo me preocupa... Seunghyun ha estado actuando extraño últimamente, y no sé si puedo confiar completamente en sus intenciones, no quiero desconfiar de el, aunque ha hecho cosas malas en el pasado, ha cambiado por nosotros y nuestros hijos, deseo que vengan cosas buenas" 

 

El estómago de Sehun se revolvió mientras leía esas palabras, podía sentir la desesperación de su madre a través de la tinta, pero justo cuando intentaba pasar a la página siguiente, se detuvo abruptamente, faltaban dos hojas. 

 

—¿Qué demonios...? —murmuró, pasando los dedos por los bordes rasgados del papel—. Faltan páginas. 

 

Podría su padre...

estar ocultando algo ¿Más oscuro?

 

Kyungsoo se inclinó para mirar mejor, su expresión endureciéndose. 

 

—Tienen que estar en algún lado —dijo con firmeza— Esto no puede ser una coincidencia, SAbemos que nuestro padre oculta cosas, Tal vez... están en la caja fuerte. 

 

Sehun levantó la mirada hacia su hermano, y luego ambos voltearon hacia el lado derecho de la oficina, allí estaba la caja fuerte, incrustada en la pared detrás de un cuadro, sehun sintió cómo su pulso se aceleraba mientras caminaban hacia ella. 

 

—Esto va a ser complicado —murmuró Kyungsoo, colocando la linterna en el suelo para que iluminara mejor el panel numérico—. Intenta tú primero. 

 

Sehun comenzó a probar diferentes combinaciones, primero el cumpleaños de su madre, luego el suyo, el de Kyungsoo, cada intento fallido hacía que la presión aumentara. 

 

—¿Y si es algo más simbólico? —preguntó Kyungsoo, mirando a Sehun con el ceño fruncido—. ¿Algo que realmente signifique algo para él? 

 

Sehun se detuvo por un momento, cerrando los ojos mientras pensaba, entonces, de repente, lo supo, la fecha de la muerte de su madre. Era algo que su padre nunca olvidaría. 

 

"14 de marzo del 2018"

 

Con dedos temblorosos, introdujo la fecha, hubo un clic, y la puerta de la caja fuerte se abrió lentamente. Ambos hermanos contuvieron la respiración mientras miraban adentro.

 

Había dinero en efectivo en varias denominaciones, Dólares, wones, Euros, llaves de algún lugar desconocido, y otros documentos que parecían importantes. Pero al fondo, cuidadosamente dobladas, estaban las dos páginas que faltaban del diario de su madre.  

 

—Ahí están... —susurró Kyungsoo, alcanzándolas con cuidado.  

 

Sehun tomó las páginas en sus manos, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad, quería leerlas de inmediato, pero sabía que no tenían tiempo. 

 

—Guárdalas, ya las leeremos después —dijo Kyungsoo, cerrando la caja fuerte con rapidez.  

 

En ese momento, un ruido proveniente del pasillo los hizo congelarse, Pasos, alguien se acercaba.  

 

—Apaga la linterna —susurró Sehun con urgencia, apagándola de inmediato.  

 

Ambos se ocultaron detrás del escritorio, conteniendo la respiración mientras los pasos se hacían más cercanos, el sonido se detuvo justo frente a la puerta de la oficina.

 

Sehun podía sentir su corazón latiendo con fuerza en sus oídos, si los descubrían, todo estaría perdido, los segundos parecían eternos mientras esperaban. Finalmente, después de lo que parecieron horas, los pasos se alejaron. 

 

—Eso fue demasiado cerca... —susurró Kyungsoo, su voz apenas un aliento. 

 

Sehun asintió, tomando un momento para calmarse antes de levantarse lentamente. 

 

—Vámonos, ya tenemos lo que necesitamos. 

 

Ambos salieron de la oficina con el mismo sigilo con el que habían entrado, el diario y las páginas adicionales escondidos cuidadosamente. No sabían exactamente qué descubrirían al leerlas, pero una cosa era segura:

 

estaban cada vez más cerca de la verdad. 

 

Con el mayor cuidado posible, Sehun y Kyungsoo regresaron a la habitación de Sehun, evitando cualquier ruido que pudiera delatarlos, cerraron la puerta con suavidad y colocaron un seguro, ambos sabían que estaban jugando con fuego, si su padre se enteraba de lo que habían hecho, las consecuencias serían catastróficas. Sehun encendió una pequeña lámpara de escritorio que apenas iluminaba la habitación y sacó las páginas que habían encontrado en la caja fuerte. 

 

—Vamos a pegar las hojas —dijo Kyungsoo, sacando una cinta adhesiva de uno de los cajones del escritorio. 

 

Con manos firmes, aunque tensas, pegaron cuidadosamente las páginas faltantes en el diario de su madre, completando las palabras que había escrito antes de su muerte. Sehun pasó los dedos por las hojas, observando la letra elegante de Oh Mina, había algo en esos trazos que transmitía tristeza, urgencia, y un profundo amor hacia ellos. 

 

—¿Estás listo? —preguntó Kyungsoo, tomando asiento a su lado. 

 

Sehun asintió. Sabía que las palabras que estaban a punto de leer podían cambiarlo todo. Tomó aire y comenzó a pasar las páginas, deteniéndose en las nuevas entradas.

 

09 de marzo del 2018

 

"Querido diario, hoy he escuchado una conversación que me preocupa profundamente. Parece que Seunghyun ha decidido aceptar la alianza con Kim Corporation. Al principio pensé que era un movimiento positivo, pero he descubierto que tiene intenciones ocultas. Planea desviar fondos de Kim Corporation hacia nuestras cuentas privadas y usar ese dinero para expandir el imperio Oh, dejando a Kim Corporation al borde de la quiebra. Su estrategia es fría y calculada, como siempre. Pero esta vez, hay algo diferente. Hay una crueldad en su voz que nunca antes había percibido con tanta claridad.  He comenzado a recolectar información para detenerlo. Sé que esto es peligroso, pero no puedo quedarme de brazos cruzados. Si este plan se ejecuta, muchas personas saldrán perjudicadas, no solo los Kim. Me preocupa que esta obsesión de Seunghyun termine por destruirnos a todos."

 

Espero estar haciendo lo correcto...

 

Sehun hizo una pausa para mirar a Kyungsoo, cuyo rostro estaba tenso con una mezcla de furia y preocupación. 

 

—¿Qué clase de hombre hace algo así? —susurró Kyungsoo. 

 

—Un hombre que no tiene escrúpulos —respondió Sehun, apretando los dientes mientras daba vuelta al dorso de la página.

 

10 de marzo del 2018

 

"Querido diario, he escuchado más sobre Kim Junmyeon, el hijo menor de Kim Junghyun. Parece que pronto asumirá el cargo de CEO en Kim Corporation. Es un hombre joven, apenas unos años mayor que mi hijo sehun, creo que tiene la edad de kyungsoo... Todos los que lo conocen dicen que es sincero y de buen corazón. He tenido la oportunidad de hablar con él en varias ocasiones, y puedo decir con certeza que es alguien en quien se puede confiar. Su padre, Junghyun, tiene una reputación complicada, pero Junmyeon parece ser diferente.

Estoy considerando entregarle la información que he reunido sobre los planes de mi esposo, sé que esto lo pondrá en peligro, pero también creo que es la única forma de detener a Seunghyun. Kim Junmyeon es nuestra única esperanza. espero que dios escuche mis suplicas de que no pase nada malo, deseo que seunghyun deje su egoísmo y el deseo de tener más poder y ser una familia normal"

 

Sehun sintió un nudo en el pecho al leer las palabras de su madre, era como si hubiera sentido una conexión especial con Junmyeon incluso antes de que sus caminos se cruzaran realmente. La idea de que su madre quisiera proteger a Junmyeon, sabiendo que eso significaría arriesgar su propia vida, lo llenó de emociones encontradas.  

 

Kyungsoo colocó una mano en el hombro de su hermano.  

 

—Sigue leyendo —dijo, con la voz ronca.  

 

Ambos pasaron a la otra página, nerviosos

 

11 de marzo del 2018 

 

"Querido diario, creo que mi esposo ha comenzado a sospechar de mí. Hoy me preguntó si había estado revisando sus documentos, y aunque intenté mantener la calma, no estoy segura de haberlo convencido. Tengo miedo. No por mí, sino por el joven Kim, estoy casi segura de que Seunghyun planea hacerle algo para asegurarse de que no pueda interferir con sus planes. No puedo permitir que eso ocurra, tengo que encontrar la manera de advertirle sin que Seunghyun lo descubra.  

Junghyun, por favor, protege a tu hijo. Él no merece cargar con las consecuencias de nuestros errores, Dios haz que todo salga bien y encuentre consuelo en buscar la verdad."

 

Sehun dejó escapar un suspiro tembloroso y cerró el diario por un momento. El peso de las palabras de su madre lo golpeaba como una tormenta.  

 

—Ella sabía... Sabía que papá estaba dispuesto a destruir a Junmyeon si era necesario —dijo, apretando los puños.  

 

—Y también sabía que nosotros seríamos diferentes a él —respondió Kyungsoo con seriedad— Es por eso que escribió esto, quería supiéramos la verdad algún día

 

Sehun asintió, volviendo a abrir el diario para asegurarse de que no faltaba nada más. Pero antes de que pudiera seguir revisando, ambos se congelaron al escuchar un sonido en el pasillo. 

 

Pasos

 

Kyungsoo apagó rápidamente la lámpara, y Sehun cerró el diario, escondiéndolo debajo de la cama. Se miraron, susurrando apenas. 

 

—¿Crees que nos descubrieron? —preguntó Kyungsoo. 

 

—No lo sé, pero no podemos arriesgarnos —respondió Sehun, señalando hacia la puerta con un movimiento de la cabeza. 

 

Los pasos se detuvieron justo frente a la puerta. Por un momento, el mundo pareció quedarse en completo silencio, sehun contuvo la respiración, preparándose para lo peor, después de unos segundos que parecieron eternos, los pasos continuaron, alejándose lentamente. 

 

Ambos hermanos soltaron el aire que habían estado conteniendo. 

 

—Eso estuvo demasiado cerca —susurró Kyungsoo. 

 

—Demasiado —respondió Sehun, sentándose en el borde de la cama mientras trataba de calmar su pulso acelerado— Pero tenemos lo que necesitamos, ahora, lo siguiente será entender todo esto. 

 

—Primero tenemos que mantenernos con vida —añadió Kyungsoo, mirando hacia la puerta como si esperara que los pasos regresaran en cualquier momento. 

 

—Hyung, es Hora que te diga mi plan... 

 

Ya era hora, de poner fin a esto

 

Kyungsoo miró a Sehun en silencio, procesando las palabras de su hermano mientras el ambiente a su alrededor se sentía denso, cargado de tensión, no era una sorpresa que Sehun estuviera dispuesto a tomar decisiones drásticas, pero la magnitud de lo que estaba proponiendo lo dejó en shock. Un secuestro...

No solo uno, sino el secuestro de dos de los hombres más poderosos de Seúl, los que estaban en el centro de todo lo que había causado el sufrimiento de su familia.

 

Sehun estaba decidido, su mente afilada como una navaja, planeando cada detalle con precisión.  

 

— ¿Secuestrar a Kim Junghyun y Papá? —preguntó Kyungsoo con incredulidad, pero sin hacer un juicio inmediato. Había aprendido a no subestimar las decisiones de su hermano.  

 

Aunque sonaba loca la idea 

 

Sehun asintió, su mirada fija, determinada, pero con una leve sombra de duda que solo Kyungsoo podía detectar.  

 

—Sí. —Su voz estaba baja, pero cargada de una furia controlada. —Lo haré, Kyungsoo, es lo único que puedo hacer para acabar con esta guerra, de una vez por todas, si los tengo a ambos, obligados a hablar, si los tengo en mis manos, no podrán mentir ni esconderse más. 

 

Kyungsoo miraba serio a su hermano, estaba en shock en con todo lo que le decía 

 

—Necesito que me digan la verdad sobre lo que sucedió con mi madre, y lo que están tramando con Kim Corporation, no podemos esperar más.  

 

Kyungsoo estaba en silencio, mirando a su hermano, estudiando cada palabra, sabía lo que eso implicaba, no solo estaba cruzando una línea peligrosa, sino que también pondría en riesgo a su familia, incluso a Junmyeon, aunque no lo dijeran en voz alta. Secuestrar a dos personas tan poderosas no era solo una amenaza a su vida, sino también a todo lo que habían construido hasta ahora.  

 

—¿Pero cómo vas a hacerlo? —preguntó Kyungsoo, aún procesando la magnitud de lo que su hermano sugería.  

 

Sehun caminó hacia la ventana, mirando hacia la oscuridad del exterior. Su mente ya estaba en movimiento, pensando en cada detalle, en cada paso que tendría que tomar.  

 

—Tenemos la hacienda en las afueras de Seúl, allí estarán a salvo, fuera de la vista de los demás. —Sehun se giró hacia Kyungsoo, su expresión era seria. —Voy a necesitar a algunas de las personas de confianza de Junmyeon, guardaespaldas de él, para asegurarme de que no se les ocurra nada en el camino. 

 

Kyungsoo asintió, comprendiendo que este plan era peligroso, pero también entendiendo que Sehun estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para terminar con todo esto.  

 

—Hyung, me ayudarás a conseguir a nuestro padre, lo voy a secuestrar también, por supuesto, será lo más difícil, porque él sabe cómo juego, pero tú serás mi carta escondida.  

 

—¿Y Junmyeon? ¿Qué le vas a decir?  

 

Sehun se quedó en silencio por un momento, sabiendo que esa era la parte más difícil.  

 

—Le diré la verdad —respondió con firmeza. —No puedo mentirle más, tendrá que ser parte del plan, pero lo haré parecer como si también lo estuvieran secuestrando, es lo único que puedo hacer para que él no se ponga en riesgo lo vamos a terminar de una vez por todas.  

 

Kyungsoo estaba a punto de responder cuando escuchó el tono grave en la voz de su hermano, como si estuviera dispuesto a asumir todas las consecuencias de lo que estaban a punto de hacer.  

 

—Va a ser complicado, pero lo haré. —Sehun se acercó más a su hermano, mirándolo directamente a los ojos. —Este plan tiene que funcionar, nadie más puede salir lastimado, Kyungsoo, solo necesitamos la verdad.  

 

—Lo sé. —Kyungsoo asintió, tomando un respiro profundo. —Te ayudaré, Sehun, sabes que siempre lo haré, incluso si esto significa cruzar esa línea.  

 

Sehun sonrió, aunque su rostro seguía siendo sombrío, sabiendo que estaba a punto de sumergirse en algo mucho más grande de lo que había anticipado.  

 

—Vamos a hacerlo, ahora mismo, comenzamos a prepararlo todo. —Sehun miró el reloj. —Tengo que hablar con Junmyeon primero, necesito asegurarme de que sepa todo.

 

Kyungsoo observó a su hermano con preocupación, pero también con una comprensión profunda,sabía que Sehun había llegado al punto de no retorno. La guerra contra su propio padre, contra Oh Seunghyun, no podía terminar de otra manera.  

 

Mientras Sehun pensaba en los próximos pasos, una sensación de incomodidad se instaló en el aire, sabía que nada sería igual después de esto, una vez que comenzara a mover las piezas, las consecuencias no serían fáciles de manejar, pero estaba dispuesto a arriesgarlo todo.  

 

—Cuando todo termine, Sehun, ¿qué harás? —preguntó Kyungsoo, curioso pero también preocupado por su hermano.  

 

Sehun miró hacia el horizonte, como si pudiera ver el futuro en la oscuridad que se extendía fuera de la ventana.  

 

—Lo que sea necesario para arreglar esto, para estar con Junmyeon, para que se sepa la verdad. —Sehun se giró y le sonrió a su hermano, aunque su expresión estaba teñida de un dolor profundo. —Y si hay que romper la guerra entre nuestras familias, lo haré, no me importa lo que pase, Hyung, no voy a dejar que mamá haya muerto en vano.  

 

Con esas palabras, ambos hermanos sabían que estaban al borde de un precipicio, sehun estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para obtener la verdad. Pero la verdad, como siempre, era un arma peligrosa.

 

—Lo haremos, quiero justicia para mamá.–Dijo kyungsoo en voz baja 

 

Mansion de Junmyeon, 4:00 AM 

 

El teléfono de Junmyeon vibró suavemente sobre la mesa de noche, interrumpiendo el silencio de la habitación. Era un número que reconocía bien, y aunque la preocupación en su pecho era grande, una parte de él se sintió aliviado al saber que Sehun estaba al otro lado de la línea. Junmyeon se incorporó lentamente, con la voz ronca del sueño, mientras se ajustaba el teléfono al oído.

 

—Sehun... —dijo con voz baja, intentando despejar la niebla del sueño y la ansiedad que se había acumulado en su pecho. 

 

Sehun no esperó mucho para responder, la tensión era palpable en su voz, un indicio de que las palabras que estaba por decirle no serían fáciles.

 

—Mi amor... lo siento por despertarte a esta hora, necesito hablar contigo... sobre lo que vamos a hacer. 

 

Junmyeon sintió cómo su corazón aceleraba al escuchar las palabras de Sehun, sabiendo que algo importante estaba por venir. Mientras Baekhyun y Minseok se levantaban y se acercaban con cautela, conscientes de que la conversación que se estaba gestando podría ser crucial, Junmyeon respiró hondo antes de hablar.

 

—Estoy aquí, Sehun... ¿qué pasa? —dijo, intentando mantener la calma a pesar de la ansiedad que sentía en su estómago.

 

Sehun hizo una pausa, como si estuviera organizando sus pensamientos antes de seguir adelante con lo que iba a contarle, junmyeon pudo escuchar el leve suspiro de su novio al otro lado de la línea, como si estuviera dudando, pero luego, con firmeza, Sehun continuó: 

 

—Tengo un plan, Junmyeon... un plan para acabar con todo esto, para ponerle fin a la guerra, pero necesito tu ayuda... necesito que confíes en mí, aunque lo que te diga ahora pueda sonar completamente loco.

 

Junmyeon sintió una mezcla de miedo e incertidumbre al escuchar esas palabras. No estaba seguro de lo que Sehun quería decir, pero su voz le transmitió una sensación de urgencia que no podía ignorar.

 

—Te escucho, Sehun... ¿qué tienes en mente?

 

—Vamos a secuestrar a tu padre... y a mi padre, los secuestraremos a los dos, los llevaremos a una hacienda que tenemos en las afueras de Seúl, y los obligaremos a hablar. Necesitamos que nos digan la verdad sobre todo, lo que pasó con mi madre, el dinero desviado de Kim Corporation, la alianza entre nuestras familias... todo. 

 

La voz de Sehun se tornó más grave, la presión de lo que estaba proponiendo palpable en cada palabra. 

 

—Lo haremos parecer un secuestro de ambas familias, lo haremos ver como si fuera una acción organizada, algo que no puedan controlar.

 

Junmyeon se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Sehun acababa de decir. La idea de secuestrar a dos de los hombres más poderosos de Seúl lo dejó atónito, pero al mismo tiempo, no podía negar que la desesperación por descubrir la verdad y acabar con la guerra lo impulsaba a pensar en lo imposible.

 

—¿Secuestrar... a mi padre y a tu padre? —preguntó Junmyeon, su voz temblando ligeramente, no tanto por miedo, sino por la incredulidad de la propuesta. 

 

—Sehun, eso... eso es una locura—Continúo 

 

Sehun dejó escapar un suspiro, sabiendo que la idea no sería fácil de aceptar.

 

—Lo sé, es una locura... pero es lo único que podemos hacer para terminar con esta guerra. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir las respuestas que necesitamos. —Su voz se volvió más suave, más tierna.

 

—Y te prometo que después de esto, Junmyeon, todo estará bien, adie más saldrá lastimado, pero necesito que tú... que tú confíes en mí. 

 

Junmyeon cerró los ojos, sintiendo una mezcla de amor y miedo, sabía que no podía rechazar a Sehun, no después de todo lo que habían pasado. Aunque la propuesta le aterraba, también comprendía la desesperación detrás de ella. 

 

—¿Cómo planeas hacerlo? —preguntó, su voz ahora más firme, decidido a enfrentar la situación de manera lógica, aunque todo estuviera fuera de lo común.

 

Sehun le explicó con calma el siguiente paso: 

 

—Voy a hacer que tú, Junmyeon, le digas a tu padre que un inversionista anónimo está interesado en el proyecto Busan, que tiene la intención de invertir mucho dinero en él, y que están buscando una reunión urgente, hazlo parecer convincente.

 

Sehun hizo una pausa, como si estuviera calculando los detalles. 

 

—El objetivo es que tu padre acepte la reunión y que vaya a esa propiedad que es de mi familia, donde todo sucederá, una vez que lleguen allí, los "secuestraremos", no pueden sospechar nada.

 

Junmyeon respiró profundamente, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba ante la idea de mentirle a su padre, no era algo fácil de hacer, pero por Sehun... por terminar con todo esto, estaba dispuesto a intentarlo.

 

—Lo haré, Sehun. Pero te advierto... si algo sale mal, no me lo perdonaré.

 

—Nada saldrá mal, Junmyeon, te prometo que todo saldrá bien, sólo confía en mí. —La voz de Sehun era suave, pero llena de determinación. —Voy a asegurarme de que esto termine de una vez por todas. 

 

Junmyeon asintió lentamente, su mano temblando mientras sostenía el teléfono, la idea de secuestrar a su propio padre lo perturbaba, pero también sabía que había llegado al punto en que las palabras y los secretos ya no eran suficientes, las familias necesitaban enfrentarse cara a cara con la verdad.

 

—¿Cómo podemos ayudarte, Sehun? —preguntó Minseok, quien había estado escuchando la conversación desde el principio. —¿Qué necesitas de nosotros?

 

—Estamos dispuestos a ayudar sehun-ah —Hablo también baekhyun acercándose al celular desechable.

 

Junmyeon miró a Minseok y a Baekhyun, quienes habían permanecido a su lado, completamente inmersos en el caos de los acontecimientos. A pesar de la locura de la situación, Junmyeon sintió un profundo agradecimiento por tenerlos a su lado.

 

—Voy a necesitar sus guardaespaldas, para que me ayuden a hacer todo esto parecer legítimo, también, Minseok hyung... tú estarás conmigo para asegurar que todo salga bien, Baek-hyung tú te encargarás de coordinar todo desde fuera, de asegurarte de que el resto de las piezas encajen. —sehun hablo con firmeza relatando cada punto. —Vamos a hacer esto juntos.

 

Minseok y Baekhyun asintieron al mismo tiempo, sin dudarlo, aunque sehun no podía verlos, sus rostros mostraban una preocupación palpable.

 

—Lo haremos por nuestro jun, pero tienes que estar preparado para cualquier cosa. —Minseok le dio un pequeño golpe en el hombro a su hermano, una muestra de apoyo silencioso. 

 

Junmyeon asintió, sintiendo que el peso de la situación se hacía más grande con cada segundo, sabía que lo que estaban a punto de hacer cambiaría todo, y no sabía si estaba listo para las repercusiones de sus acciones. Pero no había vuelta atrás. 

 

—Vamos a hacerlo. —La determinación en su voz era clara, a pesar de las dudas que seguían latentes. —Es hora de que todo salga a la luz.

 

Con esas palabras, el plan estaba sellado, ya no había marcha atrás, la guerra entre las dos familias estaba a punto de llegar a su fin, aunque el precio de la verdad aún era incierto.

 

La conversación con Sehun dejó a Junmyeon en un estado de shock y determinación. Al escuchar lo que Sehun había planeado, sus pensamientos y emociones se mezclaron, pero al final, lo que más pesaba sobre él era la necesidad de poner fin a la guerra entre sus familias. Mientras el teléfono permanecía en su mano, con los ecos de la conversación resonando en su mente, Junmyeon sentía que su vida estaba a punto de cambiar de una forma irreversible.

 

—Necesito que se encarguen de todo, que organicen la logística, mis guardaespaldas estarán conmigo, pero también voy a necesitar que coordinen con los de Sehun, todo tiene que parecer real, quiero que todo salga bien, que nadie salga herido. —Junmyeon se inclinó hacia adelante, mirando a ambos con determinación. —Debemos asegurarnos de que esto termine de una vez por todas.

 

Minseok y Baekhyun intercambiaron miradas, conscientes de que esto no sería algo fácil de ejecutar, pero también sabían que Junmyeon no tomaría esta decisión a la ligera, si él lo decía, lo harían. Sin dudarlo.

 

—Lo haremos, Jun. No te preocupes. —Minseok se levantó de su cama y caminó hacia Junmyeon, dándole una palmada en el hombro en señal de apoyo. —Confía en nosotros, vamos a asegurarnos de que todo esté listo.

 

Baekhyun asintió con firmeza.

 

—Sí, Jun, mo estás solo en esto, ya nos encargaremos de que todo salga bien.

 

Junmyeon los miró a ambos, agradecido por tenerlos a su lado en ese momento tan crucial, sabía que el plan era arriesgado, pero también entendía que no había otra opción si quería terminar con la guerra que había marcado la vida de ambas familias durante tanto tiempo.

 

Bajaron todos juntos a la planta baja, donde los guardaespaldas de Junmyeon los esperaban, los hombres, que conocían bien al menor de los Kim, lo saludaron con respeto, aunque sus miradas reflejaban una mezcla de curiosidad y cautela por lo que estaba por venir, junmyeon sabía que sus hombres confiaban en él, pero esta vez la situación era diferente, más peligrosa que nunca.

 

—Escúchenme, por favor. —La voz de Junmyeon resonó en la sala, y todos los guardaespaldas se volvieron hacia él, prestando atención al líder de la familia. —Sehun, mi novio y yo tenemos un plan para poner fin a la guerra entre nuestras familias. Es una acción arriesgada, pero es lo único que podemos hacer para obtener respuestas. 

 

Junmyeon hizo una pausa, dejando que las palabras calaran hondo.

 

—Vamos a organizar un secuestro simulado, mi padre y el de Sehun van a ser llevados a una hacienda apartada, queremos que todo parezca real, que ellos crean que están siendo secuestrados, pero no vamos a hacerles daño, lo que necesitamos es la verdad. 

 

Los guardaespaldas intercambiaron miradas, evaluando la seriedad de la situación, junmyeon podía ver que algunos de ellos dudaban, pero ninguno dijo nada, sabían que en su trabajo, las órdenes de su líder siempre eran las más importantes.

 

—Necesito que estén listos para cualquier cosa, esta noche será crucial, y no podemos dejar que nada salga mal. —Junmyeon los miró uno por uno, asegurándose de que entendieran la magnitud de la misión. 

 

—Quiero que sigan mis órdenes al pie de la letra, si algo sale mal, nos aseguraremos de que nadie más salga herido. Pero todo depende de ustedes. 

 

Finalmente, uno de los guardaespaldas, el más veterano, asintió con respeto.

 

—Lo entendemos, señor Kim, estaremos listos.

 

Junmyeon asintió, aliviado de saber que contaba con su equipo para llevar a cabo el plan, sin embargo, aún había algo más que debía hacer, sehun había mencionado a su mejor amigo Chanyeol, quien debía formar parte del grupo de secuestradores, Junmyeon debía coordinar eso también.

 

Minutos después, Junmyeon se retiró a una habitación privada, donde tomó su teléfono y marcó el número de Sehun, la llamada se conectó rápidamente.

 

—Sehun, todo está listo, mis guardaespaldas están preparados, pero hay algo más que necesito coordinar: Chanyeol, ¿Puedes asegurarte de que él se encargue de ser el líder de los secuestradores?

 

Sehun, al otro lado de la línea, sonrió al escuchar el tono resuelto de Junmyeon, sabía que su amor estaba comprometido con la causa y que, juntos, podrían lograrlo.

 

—Claro, Jun. Me aseguraré de que Chanyeol se encargue de eso, 

 

Junmyeon asintió, agradecido, pero también consciente de lo que vendría después, todo dependía de que este plan tuviera éxito.

 

—Gracias, Sehun, estoy confiando en ti, no quiero que nada salga mal. —Junmyeon respiró hondo, sintiendo cómo el peso de la situación recaía sobre él una vez más.

 

—Y prometo, después de todo esto... no volveré a dejarte solo. Nunca más. 

 

Sehun sonrió con ternura al escuchar esas palabras, aunque su voz contenía una leve tristeza.

 

—Lo sé, mi amor, Lo sé, te lo prometo, todo terminará bien, después de esto, podremos estar juntos sin más secretos, sin más mentiras, solo nosotros. 

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que esas palabras lo llenaran de esperanza, sabía que la verdad, por fin, estaba al alcance de sus manos, yno iba a dejar que nada ni nadie lo separara de Sehun otra vez. 

 

—Te amo, Sehun. —La sinceridad en su voz era clara, una promesa que trascendía todo lo que habían pasado.

 

—Y yo a ti, Jun. —Sehun respiró hondo, decidido. —Lo haremos juntos.

 

La conversación terminó, y Junmyeon guardó su teléfono con determinación, el plan estaba en marcha, esta noche cambiaría todo. La guerra terminaría, y las familias finalmente tendrían que enfrentarse a la verdad.

 

06:00 AM 

 

La luz de la mañana comenzaba a colarse por las ventanas de la mansión Kim, pero el ambiente dentro de la casa estaba lejos de la serenidad que ofrecía el amanecer, en el gran salón, Junmyeon y su equipo se reunían con las instrucciones precisas de Sehun resonando en sus mentes. Nadie había dormido; todos sabían que este sábado marcaría un antes y un después en la historia de sus familias. Junmyeon estaba sentado a la cabecera de la mesa, con el rostro serio y los ojos ligeramente enrojecidos por la falta de descanso, frente a él, Minseok y Baekhyun inspeccionaban las armas sin carga, todo era real, tanto en peso como en apariencia, pero eran provisionales y no dispararían balas, aun así, la tensión era palpable.

 

—Recuerden —dijo Junmyeon, con voz firme pero calmada—, todo debe parecer real, no quiero que nadie sospeche que esto es un montaje. Si algo falla, esto podría costarnos más que la verdad. 

 

Baekhyun levantó la mirada, sosteniendo una de las pistolas con cuidado.

 

—No te preocupes, Jun, hemos ensayado esto una y otra vez en nuestra cabeza, será perfecto, además, ¿quién podría sospechar de dos tipos como nosotros? —Intentó bromear para aliviar el ambiente, pero su sonrisa no llegó a los ojos.

 

Minseok, más serio, asintió mientras ajustaba el cargador falso de su pistola.

 

—Jun tiene razón, esto no es un juego, si alguno de ellos sospecha algo, podríamos estar en problemas, y lo que está en juego... es demasiado importante. —Se volvió hacia Junmyeon, su mirada reflejando una mezcla de confianza y preocupación. —¿Qué hay de los hombres de tu padre?, ¿Crees que ellos seguirán las instrucciones sin cuestionarlas?

 

Junmyeon respiró hondo y asintió.

 

—Mis guardaespaldas son leales a mí, no a mi padre, pero deben actuar como si fueran hombres de su confianza, especialmente durante el traslado, fingiremos que están cumpliendo órdenes directas de Junghyun.

 

Hizo una pausa, mirando a cada uno de los presentes. 

 

—Lo más importante es que nadie pierda la calma, una sola señal de nerviosismo podría arruinarlo todo.

 

Los guardaespaldas de Junmyeon, que estaban de pie alrededor de la sala, escuchaban con atención. A pesar de su experiencia en situaciones de alta presión, era evidente que este "trabajo" era diferente, algunos de ellos cruzaban miradas, evaluando la situación, pero ninguno expresó objeciones.

 

Uno de ellos, el más veterano del grupo, dio un paso adelante.

 

—Señor Kim, todo está claro, seguiremos sus órdenes, actuaremos con naturalidad, como si esta reunión fuera solo una más de tantas. —Hizo una pausa antes de añadir—. Pero, con todo respeto, espero que usted y el señor Oh estén seguros de que esto es lo correcto. 

 

Junmyeon lo miró, entendiendo la preocupación detrás de sus palabras, su corazón estaba en juego, pero también lo estaban sus vidas y su futuro.

 

—Lo entiendo, y agradezco su honestidad. —Junmyeon se levantó, cruzando las manos detrás de la espalda mientras recorría la sala con la mirada. —No les pediría esto si no creyera que es nuestra única opción, mi padre y el señor Oh han escondido la verdad durante demasiado tiempo, y esa verdad está destruyendo a ambas familias. Hoy... todo cambiará.

 

El silencio que siguió fue solemne, casi reverente. Después de unos segundos, el veterano asintió y volvió a su posición entre los demás.

 

Baekhyun fue el primero en romper el momento, levantándose con un gesto decidido.

 

—Entonces, ¿cuál es el plan para fingir que secuestramos a Junmyeon? —preguntó, intentando inyectar un poco de humor en la situación.

 

Junmyeon esbozó una leve sonrisa, aunque su rostro seguía cargado de tensión.

 

—Sehun ya me dio las indicaciones, primero, me reuniré con mi padre alrededor de las 16:00 en la oficina para hablar sobre el supuesto inversionista, los guardaespaldas de Sehun y los míos estarán allí, fingiendo ser hombres leales a él. Minseok, Baek, ustedes ya estarán en la propiedad, preparando todo para nuestra llegada. Cuando estemos en el lugar, los "secuestradores" entrarán y se encargarán de llevarnos a los cuatro: mi padre, el señor Oh, Kyungsoo y yo

 

Baekhyun asintió, y Minseok añadió:

 

—¿Qué hay de Sehun?, ¿Dónde estará durante todo esto?

 

Junmyeon dudó por un momento antes de responder.

 

—Sehun estará en contacto constante con Chanyeol, quien liderará a los secuestradores, el estará supervisando todo desde afuera. No puede arriesgarse a ser reconocido por su padre, al menos no todavía.

 

Un murmullo recorrió la sala mientras los presentes digerían la información, todos sabían que lo que estaban a punto de hacer no era solo arriesgado; 

 

era prácticamente una locura. 

 

Pero también entendían que esta locura era la única forma

de terminar con la guerra entre los Kim y los Oh.

 

9:00 AM

 

El reloj marcaba las 9:00 de la mañana cuando finalmente se levantaron de la mesa para comenzar con los preparativos. Baekhyun y Minseok salieron primero, dirigiéndose a la hacienda donde todo se llevaría a cabo. Los guardaespaldas de Junmyeon revisaron una última vez los vehículos y el equipo que necesitarían para el traslado. Junmyeon se quedó solo por un momento en el salón, mirando por la ventana hacia los jardines de la mansión, sabía que lo que estaba a punto de hacer era un riesgo enorme, pero también sabía que no podía dar marcha atrás.

 

Sacó su teléfono y envió un mensaje rápido a Sehun: 

 

—Todo está listo de nuestro lado, Confío en ti, terminará hoy, lo prometo.

 

El resto del día transcurrió en un vaivén de preparativos y nerviosismo.

Cada detalle fue revisado una y otra vez.

 

15:00 PM

 

Cuando finalmente llegó la tarde, Junmyeon se encontraba en su habitación, ajustó el cuello de su camisa, alisando la camisa perfectamente ajustado a su cuerpo que había elegido para esa tarde, Oscuro, elegante, pero con un aire peligroso que parecía intencional, Su reflejo en el espejo le devolvió una mirada decidida, aunque sus manos temblaban ligeramente al pasar por su reloj nuevamente, Sabía que debía mantener una imagen impecable, confiada, aunque el caos reinara en su mente.

 

Bajó las escaleras de la mansión, cruzándose con algunos de sus guardaespaldas que ya estaban al tanto del plan, lo escoltaron hasta el auto, donde se acomodó en el asiento trasero, respirando hondo para calmar los nervios. 

 

Era ahora o nunca. Sacó su teléfono y envió un mensaje rápido a su padre:

 

—Padre, ¿almorzamos juntos? Tengo algo importante que discutir contigo, Estaré en la casa en media hora.

 

Junghyun respondió casi al instante:  

 

—No tardes, Junmyeon, estoy ocupado, pero puedo darte un momento.

 

Junmyeon cerró los ojos un segundo, aferrándose a la calma antes de que el vehículo arrancara hacia la residencia Kim.

 

Mansion Kim, 15:30 PM 

 

Al llegar a la mansión de su padre, Junmyeon fue recibido por el mayordomo, quien lo condujo al comedor donde Junghyun ya estaba sentado. Su presencia era imponente como siempre, con esa mirada afilada que no dejaba pasar ningún detalle, Llevaba un traje gris oscuro, y aunque no había necesidad, mantenía la postura rígida de un hombre que jamás bajaba la guardia.

 

—Llegas justo a tiempo —comentó Junghyun mientras los sirvientes comenzaban a colocar los platos en la mesa— Supongo que lo que tienes que decir es lo suficientemente importante como para interrumpir mi día. 

 

Junmyeon sonrió con calma, tomando asiento frente a él.

 

—Siempre es un buen momento para almorzar contigo, padre. —Su tono era ligero, casi casual, mientras tomaba el vaso de agua que le ofrecieron. Aunque detrás de esa máscara, su mente trabajaba frenéticamente, buscando el momento adecuado para abordar el tema.

 

El almuerzo comenzó con una conversación banal, centrada en los avances del proyecto Busan y algunos problemas menores en otras áreas de la empresa. Junmyeon sabía que tenía que preparar el terreno antes de soltar la bomba.

 

—El proyecto Busan está atrayendo mucha atención —comentó Junmyeon mientras cortaba un trozo de carne—. Los inversionistas están más interesados que nunca, incluso hemos recibido una propuesta... interesante. 

 

Junghyun levantó la mirada, evaluando a su hijo con esa mezcla de orgullo y escepticismo que siempre lo caracterizaba.

 

—¿De qué se trata? —preguntó con calma, aunque su tono dejaba claro que esperaba algo importante.

 

Junmyeon dejó los cubiertos a un lado, apoyando las manos sobre la mesa mientras lo miraba directamente a los ojos.

 

—Un inversionista anónimo quiere reunirse para discutir una inversión significativa en el proyecto Busan. Es... inusual, lo sé, pero al parecer están dispuestos a ofrecer una cantidad considerable, la suficiente como para garantizar el éxito del proyecto sin comprometer nada a largo plazo.

 

Junghyun frunció el ceño, su expresión endureciéndose.

 

—¿Un inversionista anónimo? No me gusta esa idea, Junmyeon, no confío en acuerdos que vienen sin un rostro. ¿Por qué justo ahora,? Faltando 2 días

 

Junmyeon ya esperaba esa reacción, su padre nunca aceptaba nada sin cuestionarlo primero, pero él estaba preparado.

 

—Entiendo tus reservas, padre, pero no es la primera vez que tratamos con inversores de este tipo, recuerda el caso de la empresa tecnológica hace unos años. Fue un riesgo, pero terminó siendo uno de nuestros mejores movimientos. 

 

Junmyeon tomo un sorbo de su copa y continuó : 

 

—Además, he investigado un poco sobre ellos, son confiables. 

 

Junghyun no parecía completamente convencido, tomó un sorbo de su vino antes de responder.

 

—Eres demasiado confiado, Junmyeon, no olvides que no todos tienen nuestras mejores intenciones en mente. Especialmente ahora, con la atención que está recibiendo Busan, ¿Qué garantías tenemos de que esto no es una trampa?

 

Junmyeon mantuvo la calma, aunque su corazón latía con fuerza, sabía que convencer a su padre no sería fácil, pero también sabía cómo manejarlo.

 

—Si fuera una trampa, no arriesgarían tanto capital, padre, además, quieren reunirse en un lugar neutral, lejos de cualquier distracción, quieren discreción, y eso habla de alguien que entiende el valor de la privacidad en los negocios. 

 

Hubo un silencio tenso mientras Junghyun lo observaba detenidamente. Finalmente, asintió, aunque su expresión seguía siendo seria.

 

—Muy bien, pero quiero estar presente en esa reunión, si hay algo sospechoso, lo sabré al instante. 

 

Junmyeon respiró internamente aliviado, aunque mantuvo su expresión neutral.

 

—Por supuesto, la reunión está programada para esta tarde, me pareció mejor actuar rápido antes de que pierdan el interés. 

 

Junghyun lo miró con suspicacia.

 

—¿Esta tarde?, ¿Por qué no mencionaste esto antes? 

 

Junmyeon sonrió ligeramente.

 

—Quería asegurarme de que todo estuviera en orden antes de traértelo, además, pensé que preferirías discutirlo en persona. 

 

Junghyun no respondió de inmediato, pero terminó su almuerzo en silencio antes de levantarse de la mesa.

 

—Muy bien, Junmyeon, espero que sepas lo que estás haciendo. 

 

—No te decepcionaré, padre.

 

El ambiente en la Hacienda de los Oh estaba cargado de tensión, incluso antes de que Oh Seunghyun llegara. Sehun había estado ahí desde temprano, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.

 

Junto a los guardaespaldas fieles a Junmyeon, permanecían atentos a cada movimiento, mientras que los aliados de Sehun, incluyendo a Chanyeol, estaban terminando los últimos preparativos, la fachada estaba lista, pero el riesgo era enorme. Cualquier error podría ser desastroso. Minseok y baekhyun practicaban sus movimientos, pudieron entablar rápidamente apoyo entre los cuatro, y poder organizarse para destapar la verdad, sabían que esto podía traer varias consecuencias pero...

 

Todos deseaban ser libres

de las garras de sus familias

 

Hacienda OH, 15:35 PM

 

Sehun supervisaba los preparativos finales, la casa estaba ubicada en un área remota, rodeada de bosques que garantizaban total privacidad, en su interior, varios hombres trabajaban en silencio, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Chanyeol, quien había asumido el papel de líder del supuesto secuestro, se acercó a Sehun con una sonrisa de confianza.

 

—Todo está listo, las entradas están aseguradas, y nuestros hombres están en posición. ¿Estás seguro de esto? —preguntó, cruzándose de brazos.

 

Sehun lo miró con determinación.

 

—Es la única forma de llegar a la verdad, Chanyeol. Si esto falla, no habrá otra oportunidad. 

 

Chanyeol asintió, aunque su expresión se volvió seria.

 

—Entendido, pero esto no será fácil, si uno de ellos sospecha algo, podríamos estar en problemas. 

 

—Por eso debemos ser precisos —respondió Sehun, su voz baja pero firme—. No habrá margen de error, junmyeon está haciendo su parte, y Kyungsoo también, cuando ambos lleguen con sus padres, todo debe desarrollarse según lo planeado. 

 

Chanyeol observó a su amigo por un momento antes de darle una palmada en el hombro.

 

—Entonces vamos a hacerlo bien. 

 

Mientras tanto, Kyungsoo tenía su propia misión, su papel era crucial: convencer a su padre de ir a la propiedad con una excusa lo suficientemente convincente. No sería fácil. Oh Seunghyun no era un hombre fácil de engañar. Kyungsoo lo sabía mejor que nadie. Aun así, estaba preparado.

 

Mansion OH, 15:00 PM 

 

Eran casi las tres de la tarde, y Kyungsoo caminaba por los pasillos de la mansión con una carpeta en mano. Su rostro reflejaba la calma de alguien que estaba acostumbrado a moverse en el mundo de los negocios, pero internamente, cada paso estaba calculado, llegó a la oficina de su padre y golpeó dos veces antes de entrar. 

 

Oh Seunghyun estaba sentado tras su enorme escritorio de madera oscura, revisando documentos mientras hablaba por teléfono. Al ver a Kyungsoo, levantó una mano, indicándole que esperara, kyungsoo asintió y tomó asiento frente a él, dejando la carpeta sobre la mesa.

 

Unos minutos después, Seunghyun terminó la llamada y le dedicó una mirada inquisitiva a su hijo.

 

—¿Qué es tan urgente, Kyungsoo? Espero que sea algo importante. 

 

Kyungsoo se inclinó ligeramente hacia adelante, adoptando un tono profesional.

 

—Padre, ha surgido un problema inesperado con el contrato de asociación con la filial japonesa, parece que uno de los términos de exclusividad que se negociaron está siendo cuestionado por un tercero, si esto no se soluciona rápidamente.

 

Kyungsoo trato de sonar lo mas creíble posible: 

 

—podríamos perder la oportunidad de expandirnos en el mercado de Tokio.

 

Seunghyun frunció el ceño, claramente molesto, el mercado japonés era uno de los pilares estratégicos de Oh Company, y cualquier problema relacionado con esa expansión era un asunto serio.

 

—¿Por qué no se informó de esto antes?, ¿Quién está a cargo de esa negociación? —preguntó con irritación.

 

Kyungsoo mantuvo su tono sereno.

 

—He estado siguiendo el progreso personalmente, por eso vine directamente a ti, el problema surgió esta mañana cuando recibimos un comunicado de la otra parte, parecen preocupados por la cláusula de exclusividad que mencioné. 

 

—¿Y qué sugieres que hagamos? —preguntó Seunghyun, apoyándose en su silla mientras lo observaba detenidamente.

 

Kyungsoo deslizó la carpeta hacia él.

 

—Hay una solución que podría tranquilizarlos: una reunión privada con nuestro equipo estratégico, he preparado una propuesta que podría convencerlos de continuar con el acuerdo, pero necesitamos discutirla antes de enviarla. 

 

Seunghyun hojeó la carpeta rápidamente, su ceño aún más fruncido.

 

—Esto parece manejable, pero ¿por qué necesitas mi presencia?, Esto es algo que el equipo legal debería resolver.

 

Kyungsoo dejó escapar un leve suspiro, fingiendo algo de frustración.

 

—Eso sería lo ideal, pero están pidiendo una confirmación directa de tu parte para avanzar, creo que tienen dudas sobre el compromiso de la empresa en este asunto, y tu presencia podría tranquilizarlos, además, la reunión debe ser discreta, por eso he sugerido nuestra propiedad en las afueras de Seúl, es un lugar neutral y privado. 

 

Seunghyun pareció considerar la idea por un momento. Finalmente, asintió, aunque con algo de reticencia.

 

—Está bien, pero esto mejor no sea una pérdida de tiempo, Kyungsoo, organiza todo para que podamos resolver esto de una vez.

 

Kyungsoo asintió, ocultando el alivio que sentía. Había logrado convencerlo, ahora todo dependía de lo que sucediera en la propiedad.

 

—Todo estará listo, padre, la reunión está programada para las cinco de la tarde, he organizado el transporte y los documentos necesarios, solo necesitamos tu confirmación final antes de proceder. 

 

Seunghyun hizo un gesto con la mano, restando importancia al asunto.

 

—Haz lo que tengas que hacer, estaré listo.

 

17:00 PM

 

Kyungsoo terminó de coordinar los últimos detalles con el equipo de transporte y se aseguró de que los guardaespaldas infiltrados estuvieran en posición, cuando llegó la hora, regresó a la oficina de su padre para acompañarlo al auto. Seunghyun estaba esperando en el vestíbulo, luciendo impaciente.

 

—¿Está todo listo? —preguntó con un tono áspero.

 

—Sí, padre, el vehículo está esperando. 

 

Ambos salieron del edificio, escoltados por los guardaespaldas, mientras avanzaban hacia la propiedad, Kyungsoo mantuvo una conversación superficial con su padre, asegurándose de que no sospechara nada. Seunghyun, por su parte, parecía más preocupado por los posibles problemas con el contrato que por el lugar al que se dirigían.

 

Finalmente, llegaron a la entrada de la propiedad, los guardaespaldas abrieron las puertas, y Kyungsoo observó cómo la tensión en el rostro de su padre aumentaba al reconocer el lugar.

 

—¿Por qué aquí? —preguntó Seunghyun, su tono cargado de sospecha.

 

Kyungsoo mantuvo la calma.

 

—Es discreto y seguro. Además, es un lugar que conocemos bien. 

 

Seunghyun no respondió, pero su mirada reflejaba desconfianza, aun así, siguió adelante, entrando en la propiedad junto a Kyungsoo, una vez dentro, todo estaba en marcha, el plan comenzaba.

 

La sala de la hacienda estaba silenciosa, solo el leve crujido de las botas de los guardaespaldas al moverse rompía la quietud. Kyungsoo y Seunghyun se sentaron en los sofás de cuero que adornaban la habitación principal, todo parecía normal, incluso rutinario, como si realmente estuvieran allí para una reunión de negocios, un par de guardaespaldas permanecían junto a la puerta, mientras otros se encontraban estratégicamente distribuidos alrededor de la sala, seunghyun observaba el lugar con una expresión inescrutable, aunque la tensión era palpable en sus movimientos. 

 

Kyungsoo, por otro lado, mantenía una máscara de calma, pero su mente trabajaba a toda velocidad, todo estaba perfectamente planeado, pero eso no quitaba el peso que sentía en el pecho, si algo salía mal, el riesgo sería inmenso. Miró a su padre de reojo, intentando calcular sus reacciones. 

 

—¿Cuánto tiempo más vamos a esperar? —preguntó Seunghyun con irritación, revisando su reloj por tercera vez en los últimos minutos.

 

—No mucho, estoy seguro de que recibirán la propuesta en cualquier momento —respondió Kyungsoo con voz serena.

 

Seunghyun no respondió, pero su ceño fruncido dejó claro que no le gustaba perder el tiempo, kyungsoo aprovechó el momento para mirar de reojo a uno de los guardaespaldas que estaba junto a la puerta, este asintió imperceptiblemente, una señal que confirmó que todo estaba listo.

 

De repente, se escuchó un ruido sutil, como si algo metálico hubiera caído en el piso de madera del pasillo, seunghyun levantó la cabeza de inmediato, sus ojos estrechándose con sospecha.

 

—¿Qué fue eso? —preguntó, girándose hacia Kyungsoo.

 

—Probablemente uno de los guardaespaldas —respondió Kyungsoo con indiferencia, aunque por dentro su corazón latía con fuerza, sabía que el momento estaba a punto de llegar.

 

Antes de que Seunghyun pudiera decir algo más, la puerta de la sala se abrió de golpe, un grupo de hombres enmascarados entró, sus pasos firmes y coordinados. Portaban armas falsas, pero su actitud amenazante era completamente convincente, los guardaespaldas infiltrados, siguiendo el plan, retrocedieron como si también estuvieran sorprendidos, dejando a Seunghyun completamente desconcertado.

 

—¡¿Qué demonios está pasando aquí?! —exclamó Seunghyun, poniéndose de pie de inmediato.

 

Uno de los hombres enmascarados, el más alto del grupo, avanzó hacia el centro de la sala, era Chanyeol, pero su voz profunda y autoritaria estaba disfrazada.

 

—Siéntense y mantengan la calma —ordenó, apuntando directamente a Seunghyun con su arma. 

 

Seunghyun miró a Kyungsoo, esperando que su hijo explicara lo que estaba sucediendo, pero Kyungsoo también fingió sorpresa, se levantó rápidamente, alzando las manos en un intento de calmar a los "secuestradores".

 

—Esperen, esto debe ser un malentendido, nosotros no tenemos nada que ver con ustedes —dijo Kyungsoo, su tono convincente.

 

Chanyeol no lo dejó terminar. Dio un paso más cerca y, con un movimiento brusco, agarró a Kyungsoo por el brazo, empujándolo contra el sofá.

 

—¡Silencio! Ustedes dos vienen con nosotros. 

 

—¿Qué quieres decir con "nosotros dos"? —replicó Seunghyun, su tono desafiante mientras miraba a los hombres con desdén.

 

En ese momento, dos de los secuestradores avanzaron y lo sujetaron por los brazos. Seunghyun intentó resistirse, pero los hombres eran fuertes y no mostraban piedad.

 

—¡Suéltenme!, ¿Saben quién soy?, ¡Esto es un error gravísimo! —gritó, su voz llena de rabia.

 

Kyungsoo, por su parte, continuó con su actuación, forcejeó un poco mientras uno de los hombres lo sostenía, pero no lo suficiente como para parecer una amenaza real, miró a su padre con aparente preocupación.

 

—Padre, por favor, cálmate, esto podría empeorar las cosas —dijo, fingiendo desesperación.

 

Chanyeol se acercó más, inclinándose hacia ellos con una sonrisa fría que se adivinaba bajo su máscara.

 

—Ustedes dos vendrán con nosotros, hay personas que quieren respuestas, y ustedes las tienen.

 

—¿Respuestas? —espetó Seunghyun, aún tratando de soltarse—. ¡No tengo tiempo para esto! , ¡Hagan su maldito trabajo y pidan el rescate que quieran!

 

Chanyeol ignoró el comentario y señaló a los otros hombres.

 

—Amarren sus manos, no queremos que intenten algo estúpido. 

 

Los infiltrados aprovecharon este momento para dar un paso adelante y "desarmar" a los demás guardaespaldas que no estaban en el plan, todo fue rápido y preciso, lo que hizo que la escena pareciera aún más real, en cuestión de segundos, tanto Seunghyun como Kyungsoo tenían las manos atadas detrás de la espalda.

 

Mientras los conducían fuera de la sala hacia la parte trasera de la propiedad, Seunghyun no dejaba de maldecir y gritar, exigiendo ser liberado. Kyungsoo, por su parte, mantenía un perfil más bajo, actuando como alguien que estaba intentando procesar lo que estaba sucediendo, pero en su mente, sabía que la verdadera prueba aún estaba por venir.

 

Cuando finalmente llegaron a una habitación preparada específicamente para esta parte del plan, Sehun observaba desde las sombras. Su rostro estaba tenso, y aunque todo parecía ir según lo planeado, no podía evitar sentir la presión de la situación. 

 

Este era solo el comienzo, pero cualquier error podría costarles mucho más que la verdad.

 

La tarde caía lentamente, y el auto que transportaba a Junmyeon y a su padre avanzaba por un camino rodeado de árboles, la atmósfera dentro del vehículo era tensa; Se habían atrasado algunos minutos ya que tardaron en amarrar a Oh seunghyun, se rehusaba a colaborar y sehun no podía con lo terco que era su padre, atrasando más su plan. 

 

Junghyun no dejaba de observar a su hijo con una mirada inquisitiva, mientras Junmyeon mantenía la vista fija en la carretera, intentando actuar con calma, aunque su corazón latía con fuerza. 

 

—¿Por qué esta reunión tuvo que ser en un lugar tan apartado? —preguntó Junghyun, rompiendo el silencio. Su tono era suspicaz, pero no directamente acusador.

 

Junmyeon respiró hondo antes de responder, consciente de que debía sonar convincente.  

 

—Es la solicitud del inversor, padre. Son... particulares, quieren discreción, y este lugar es seguro, además, saben de nuestra situación con el proyecto Busan y quieren aprovechar la oportunidad.  

 

Junghyun no parecía del todo convencido, sus ojos afilados escudriñaban a Junmyeon como si intentara leer sus pensamientos.  

 

—¿Por qué ahora?, Este tipo de ofertas no son comunes, y menos en medio de las tensiones que estamos enfrentando.  

 

Junmyeon sonrió de manera casi imperceptible, como si quisiera aliviar la incomodidad de su padre.  

 

—Precisamente por eso, padre, es una oportunidad única, y creo que deberíamos escuchar lo que tienen que decir.  

 

Junghyun bufó, girando su mirada hacia la ventana.  

 

—Espero que no sea una pérdida de tiempo, Junmyeon, ya tengo suficiente con la incompetencia de ciertos empleados.  

 

Junmyeon apretó ligeramente el volante, recordando todas las veces que su padre había menospreciado sus esfuerzos, pero no respondió, sabiendo que mantener la calma era crucial para que el plan funcionara.  

 

El auto se detuvo frente a la propiedad, los guardaespaldas abrieron las puertas y ambos hombres bajaron, la propiedad parecía desierta, lo que hizo que Junghyun frunciera el ceño.  

 

—¿Dónde está el inversor? —preguntó, mirando alrededor con desconfianza.  

 

Junmyeon se encogió de hombros con aparente inocencia.  

 

—Dijeron que llegarían en cualquier momento, quizá ya estén dentro.  

 

Ambos caminaron hacia la entrada, flanqueados por los guardaespaldas infiltrados, Apenas cruzaron la puerta principal, el aire se cargó de tensión, Antes de que Junghyun pudiera procesar lo que estaba pasando, varios hombres enmascarados aparecieron, apuntándoles con armas.  

 

—¡Al suelo!, ¡Ahora mismo! —gritó uno de los hombres, su voz grave y autoritaria. Era Baekhyun, quien había ensayado cada línea para hacer que la actuación fuera perfecta.  

 

Junghyun se detuvo en seco, su rostro endureciéndose por el desprecio.  

 

—¿Qué es esto?, ¿Una broma? —preguntó con frialdad, sin moverse.  

 

Baekhyun dio un paso adelante, apuntando directamente a la cabeza de Junghyun.  

 

—Dije que al suelo, No me hagas repetirlo.  

 

Junmyeon levantó las manos con aparente miedo, intentando calmar la situación.  

 

—Por favor, no nos hagan daño, podemos... negociar.  

 

Baekhyun lo miró con desprecio, su actuación impecable.  

 

—Cállate, tú eres el primero que va a pagar por esto.  

 

—¡Cuidado con cómo hablas a mi hijo! —rugió Junghyun, dando un paso hacia Baekhyun. 

 

Pero antes de que pudiera avanzar más, uno de los "secuestradores" lo sujetó por los brazos, obligándolo a retroceder.  

 

Baekhyun se giró hacia Junghyun, su mirada fría tras la máscara.  

 

—Tienes agallas, viejo, pero aquí no eres nadie, ambos van a venir con nosotros, hay cuentas pendientes que saldar.  

 

Junghyun intentó resistirse, pero los hombres lo sujetaron con fuerza, mientras tanto, Junmyeon fue "obligado" a arrodillarse, con las manos detrás de la cabeza, los guardaespaldas infiltrados fingieron intentar intervenir, pero fueron "neutralizados" rápidamente, añadiendo más realismo a la escena.  

 

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Junghyun con furia, su voz resonando en la sala.  

 

—Eso no te importa —respondió Baekhyun, acercándose para amarrar sus manos.  

 

El ambiente estaba cargado de tensión cuando los "secuestradores" comenzaron a escoltar a los Kim hacia una habitación trasera, sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando las puertas de esa habitación se abrieron y Junghyun vio a Oh Seunghyun y Kyungsoo, quienes también estaban amarrados y con expresiones igualmente tensas.  

 

—¿Qué significa esto? —exigió Junghyun, sus ojos pasando de Seunghyun a los hombres enmascarados.  

 

Seunghyun levantó la mirada, su rostro una mezcla de sorpresa y furia.  

 

—¿Kim Junghyun?, ¿Qué Mierda haces aquí?  

 

Baekhyun interrumpió antes de que alguien pudiera responder.  

 

—¡Silencio! Ustedes dos no están aquí para pelear entre sí, están aquí para responder.  

 

El odio entre los dos hombres era palpable, incluso en medio de la confusión. Ambos se miraban como si quisieran arrancarse la garganta, pero la situación no les dejaba otra opción más que obedecer.  

 

Baekhyun empujó a Junmyeon hacia una silla, atándolo con rapidez, pero no con fuerza excesiva, luego hizo lo mismo con Junghyun, aunque con un poco más de rudeza para aumentar la tensión.

 

La puerta se abrió de golpe, y un hombre alto y robusto irrumpió en la habitación, su presencia era imponente, con una máscara negra que cubría su rostro y una chaqueta oscura que contrastaba con las luces bajas, en su mano llevaba un arma, apuntándola hacia todos con la calma de alguien que ya había pasado por situaciones como esa muchas veces.

 

Su mirada era feroz, y su actitud fría como el hielo. Aunque su rostro estaba oculto, su postura lo delataba: Chanyeol, el "secuestrador" que había sido parte del plan desde el principio.

 

Kyungsoo, al ver la entrada de Chanyeol, hizo un esfuerzo por mantener su compostura, su expresión estaba llena de desesperación, y su cuerpo tenso, como si la situación lo estuviera consumiendo, sabía que todo era parte del plan, pero aún así la intensidad del momento le hacía sentir que podía quebrarse en cualquier instante. No quería arriesgarse a que los demás notaran su complicidad.

 

Chanyeol caminó hacia Seunghyun primero, su mirada feroz y despectiva fija en el hombre mayor, sin mediar palabra, levantó el arma y la apuntó hacia él, su voz profunda y cortante.

 

—¿De verdad creías que podrías esconderte para siempre, Oh Seunghyun? —preguntó, casi burlándose, su tono de voz era agresivo, pero al mismo tiempo calculado, como si estuviera disfrutando del poder momentáneo que tenía sobre los demás—. Pensaste que podrías hacer lo que quisieras, pero aquí estamos, ahora no puedes escapar.

 

Seunghyun, sorprendido por la brutalidad del trato, intentó mantener su arrogancia, aunque el sudor comenzaba a perlar su frente, no estaba acostumbrado a perder el control.

 

—¿Quién diablos eres tú para hablarme así? —dijo, gruñendo, pero la incomodidad era evidente en su voz. Se sentía vulnerable, una sensación que no le gustaba para nada.

 

Chanyeol se acercó un paso más, y sin previo aviso, le dio un golpe seco en el rostro, haciéndolo tambalear en su silla.

 

—No tienes ni idea de con quién estás tratando, estás aquí por una razón, si no te importa tu vida, al menos piensa en la de tus hijos —dijo, su tono lleno de amenaza.

 

Junmyeon, que había estado observando todo desde su silla, algo en su interior lo hizo mantenerse firme, sabía que todo era parte del plan, Chanyeol  lo tenia todo claro: todo debía parecer real, su mirada se cruzó con la de Chanyeol por un segundo, y sin decir una palabra, ambos entendieron que seguían en su papel, la complicidad entre ellos era evidente, aunque nadie más lo supiera.

 

Chanyeol dio otro paso atrás, esta vez mirando a Junmyeon, su mirada se endureció, pero no fue tan feroz como con Seunghyun. A pesar de que el plan era tratar a Junmyeon con un poco más de respeto para que no sospecharan, aún mantenía una actitud desafiante.

 

—Así que el hijo de Junghyun decidió entrar en este juego. ¿Qué esperabas, Junmyeon?, ¿Qué nos miraras con esa cara de niño inocente? —su voz era baja pero cargada de desprecio.

 

Junmyeon, a pesar de estar atado, no cedió, su rostro mostraba una calma calculada, como si cada palabra de Chanyeol fuera solo un eco distante.

 

—No sé qué es lo que esperas de mí, pero no me vas a intimidar —dijo Junmyeon, con firmeza, aunque su tono era suave, la seguridad que emanaba de él era inconfundible. 

 

Sabía que no podía mostrar debilidad, y por eso, todo lo que Chanyeol dijera no iba a alterarlo, esta era la parte más peligrosa del plan, pero él confiaba en Chanyeol, sabía que el actor clave en este momento era él.

 

Chanyeol lo observó por un largo momento, como si evaluara cada palabra, cada gesto. No podía evitar sentir una cierta admiración por la forma en que Junmyeon mantenía su compostura, incluso cuando las circunstancias parecían desesperadas.

 

—Tienes agallas, Junmyeon —murmuró Chanyeol, en un tono casi amigable, antes de girarse de nuevo hacia Seunghyun, esta vez su mirada no era tan amenazante, pero sí cargada de desdén, parecía disfrutar del caos que estaba causando.

 

Kyungsoo, que hasta ese momento había mantenido el silencio, finalmente rompió la tensión. Su voz salió temblorosa, como si estuviera a punto de perder el control.

 

—¿Por qué...?, ¿Por qué están haciendo esto? —preguntó, su cuerpo visiblemente tenso. La desesperación se reflejaba en sus ojos, pero no era auténtica. 

 

Todo era parte del espectáculo

 

Chanyeol giró hacia él, y una sonrisa torcida apareció en su rostro. La forma en que se acercó a Kyungsoo, caminando lentamente, hacía que la atmósfera se volviera aún más pesada.

 

—¿Por qué? —repitió, como si la pregunta fuera absurda. Luego, se agachó para estar cara a cara con Kyungsoo. —Porque esto no es un juego, chico, si quieres salvar a tus seres queridos, mejor mantén la boca cerrada y deja que nosotros hagamos el trabajo.

 

El gesto intimidante hizo que Kyungsoo se removiera incómodo en su silla, pero no dijo nada más, sabía que Chanyeol tenía razón, que su papel era crucial en todo esto, tenía que seguir fingiendo, por el bien de todos.

 

Finalmente, Chanyeol se alejó de ellos, y su mirada pasó por cada uno de los hombres en la habitación. Su rol de secuestrador era claro: mantener el control, sembrar miedo y confusión, y asegurarse de que todos en la sala supieran que no había salida.

 

—Esto es solo el comienzo —dijo con voz grave. Y con esos últimos comentarios, salió de la habitación tan rápido como había llegado, dejando a los cuatro hombres en un silencio tenso.

 

Sabía que todo se había salido según lo planeado, pero el peso de lo que estaba ocurriendo comenzaba a sentirse aún más pesado. Todo iba a estallar en cualquier momento.

Notes:

2/3 capitulos de hoy!

Chapter 25: Capitulo 24 | Anhelada libertad

Notes:

Este capitulo contiene: Escenas de secuestro y lenguaje fuerte y obseno, escenas de pelea y sangre.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

La tensión en la habitación se sentía pesada, como si el aire mismo fuera denso y difícil de respirar, chanyeol ya había salido, dejándolos a todos con la incómoda sensación de que estaban atrapados en una trampa sin salida, Oh Seunghyun, se encontraba al borde de la desesperación, y su mente no dejaba de dar vueltas sobre una sola pregunta: 

 

¿Quién les estaba haciendo esto?

 

No era solo un secuestro cualquiera, la manera en que todo estaba siendo orquestado, la precisión y el cálculo con el que se había realizado, le daba la sensación de que estaba siendo manipulado por fuerzas mucho más grandes que él, pero eso no era lo único que lo tenía enojado. Junghyun y él, los dos viejos rivales, nunca habían podido soportarse, pero ahora que estaban atrapados juntos, las viejas rencillas parecían salir a flote.

 

En cuanto Junghyun vio a Seunghyun, su paciencia se desvaneció por completo, la animosidad entre los dos había sido cultivada durante años, y en ese momento, todo se desbordó, se giró hacia él con una mirada fulminante.

 

—¿Qué demonios estás haciendo aquí, Seunghyun? —exclamó Junghyun, su voz grave y cargada de desprecio. Su mirada atravesaba a Seunghyun como si lo quisiera matar solo con verla.

 

Seunghyun, alzando una ceja, respondió con desdén:

 

—¿Yo?, ¿Qué estás insinuando, Junghyun? No sé ni por qué estamos aquí, pero si tengo que escuchar tus quejas una vez más... —Seunghyun se interrumpió, sonriendo irónicamente—. Ya sabes cómo son estos juegos.

 

Junghyun apretó los dientes y se inclinó hacia adelante, luchando contra las cuerdas que lo mantenían inmóvil, sus ojos brillaban con furia, y su tono no dejó lugar a dudas de lo mucho que detestaba a Seunghyun.

 

—Esto es ridículo, nunca quise llegar a esto, ¡pero lo has arruinado todo! —bramó, mientras su pecho subía y bajaba con rapidez.

 

—¿Y tú qué esperabas, Junghyun? —Seunghyun se recostó en su silla, mirando al techo, como si no le importara nada de lo que ocurría—. Que todo seguiría siendo perfecto después de todo lo que hiciste... Tienes mucho que explicar, viejo.

 

—Siempre he sabido que los Kim no tienen ni idea de lo que es la lealtad, pero lo de tu hijo, No sé si es una bendición o una maldición que hayas tenido a Junmyeon como hijo, pero por lo menos nunca los metí en esta guerra. –continúo seunghyun

 

Las palabras de Seunghyun hicieron eco en la habitación, nunghyun no podía dejar que alguien hablara mal de su hijo, especialmente cuando se trataba de alguien como Seunghyun, a quien despreciaba con cada fibra de su ser. A pesar de la situación en la que se encontraban, sus ojos se llenaron de furia.

 

—¿En serio sigues resentido?, ¡Ya se separaron!, Fue estupido tu hijo por haber creído que mi hijo tenía información de tu esposa

 

Junghyun estaba tan furioso que sus puños se apretaron, aunque no podía hacer nada más que gritar. El odio entre los dos hombres estaba tan arraigado que en ese momento, parecían dos bestias a punto de desatarse, Junmyeon al escuchar el comentario de Seunghyun sobre él, sentía una rabia contenida, pero sabía que ahora no podía perder la calma, no podía mostrar vulnerabilidad, no delante de ellos, no mientras estaba atrapado.

 

A su lado, Kyungsoo no pudo evitar sentir cómo la situación se estaba saliendo de control. Su cuerpo estaba rígido, y su rostro mostraba una preocupación que solo Sehun habría podido leer, sin embargo, el joven tenía claro cuál era su papel en todo esto: 

 

seguir fingiendo desesperación. Aunque por dentro, sus pensamientos no dejaban de saltar entre la ansiedad por la situación y el deseo de que todo terminara rápidamente.

 

Mientras tanto, Junmyeon y Kyungsoo intercambiaron una mirada furtiva, sabiendo que el caos que se estaba desatando era parte de su plan. Junmyeon, con la mirada fija en el suelo, susurró en voz baja, pero con firmeza:

 

—Lo siento, Kyungsoo, esto es más complicado de lo que pensaba.

 

Kyungsoo solo asintió, sin cambiar su expresión, en su interior, luchaba por mantener el control de la situación. sabía que en el momento en que todo se desbordara, la verdad de su complicidad quedaría al descubierto.

 

Las voces de Seunghyun y Junghyun seguían elevándose, cada uno acusando al otro, cada uno soltando frases llenas de odio. Junghyun no entendía cómo el hijo de su viejo enemigo había dejado que su hijo menor se involucrara con alguien como sehun 

 

Para él, todo eso era impensable.

 

—¡No te atrevas a hablar de Junmyeon como si fuera una mera pieza en tu juego, Seunghyun! —gritó Junghyun, los ojos ardiendo de furia. —¡Junmyeon no tiene culpa de nada!, ¡Lo que pasa con tu hijo, Sehun, es tu propio problema!, Si tu hijo no tuviera la cabeza tan vacía, jamás habría comenzado a involucrarse con los Kim, y todo esto sería diferente.

 

Seunghyun con su rostro enrojecido por la rabia. Se giró hacia Junghyun, apretando los dientes mientras le lanzaba una mirada asesina.

 

—¡Mi hijo tiene la cabeza más que clara, Junghyun!, ¡Él no tiene la culpa de lo que has hecho tú!, ¡Eres tú el que has metido a nuestros hijos en este maldito conflicto!, ¡Eres tú el que lo has arruinado todo! —gritó, su voz profunda y cargada de ira.

 

En ese momento, Junmyeon no pudo soportarlo más, aunque todo lo que estaba ocurriendo era parte del plan, sus palabras le estaban doliendo, especialmente porque Sehun estaba en medio de todo esto, decidió intervenir, aunque fuera solo para evitar que los dos hombres continuaran con su absurda pelea.

 

—¡Basta! —gritó Junmyeon , su voz fuerte y autoritaria. Sus ojos brillaban con una intensidad que sorprendió a los demás. —¡Esto no va a resolver nada!, Lo que estamos haciendo aquí es intentar averiguar quién nos está manipulando, ¿entendido?

 

Kyungsoo aprovechó la pausa en la pelea para mirarlo con una mezcla de alivio y admiración, junmyeon había logrado imponer su voz en medio del caos, lo cual era justo lo que necesitaban.

 

Seunghyun y Junghyun, al ver la determinación en los ojos de Junmyeon, se calmaron por un segundo, pero la tensión seguía siendo palpable. Ambos estaban al borde de la explosión, pero sabían que no podía ser ahora. 

 

Sin embargo, aún quedaba una pregunta sin respuesta: ¿Quién estaba detrás de todo esto? Y mientras los dos hombres se calmaban nuevamente, resoplando con rabia, la sensación de que el verdadero enemigo aún estaba por aparecer, como una sombra acechante, comenzó a invadir el ambiente.

 

El ruido de los gritos de Seunghyun y Junghyun seguía retumbando en la pequeña habitación empezando otra discusión , donde las dos figuras de poder parecían perder el control a medida que la tensión aumentaba, pero la situación estaba a punto de volverse más caótica. En un instante, Baekhyun y Minseok irrumpieron en la habitación, fingiéndose secuestradores, con sus máscaras y trajes oscuros, armados con actitud amenazante.

 

—¡Vamos, muévanse! —ordenó Baekhyun con una sonrisa forzada en el rostro mientras avanzaba hacia Kyungsoo y Junmyeon, apretando sus cuerdas para asegurarse de que no pudieran escapar. Su tono era autoritario, pero algo en sus ojos indicaba que todo era parte del plan.

 

Kyungsoo, quien había estado fingiendo desesperación hasta ese momento, no dudó en seguir el guion, se levantó rápidamente, sus ojos mostrando una mezcla de miedo y frustración mientras miraba a Seunghyun y Junghyun, quienes seguían gritándose el uno al otro.

 

—¡No los toquen! —gritó Seunghyun, el rostro contorsionado por la furia. —¡¿Qué están haciendo con mi hijo?! , ¡Suéltalo!

 

—¡Basta! —gritó también Junghyun, su tono aún más desesperado. —¡¿Qué les han hecho?!, ¡¿Por qué los están llevando?!

 

Ambos padres, desesperados, intentaron ir tras sus hijos, pero la fuerza de Baekhyun y Minseok, junto con el rápido movimiento de los guardaespaldas que fingían ser secuestradores, les impidió seguirlos. En medio de la confusión, Kyungsoo y Junmyeon fueron apartados, llevados por los dos "secuestradores" hacia otro cuarto, los ruidos y las voces de los dos hombres seguían escuchándose, pero a medida que la distancia aumentaba, se iban volviendo más y más apagados.

 

Cuando finalmente llegaron a una sala más alejada, los hombres de Chanyeol y los guardaespaldas que fingían ser parte del plan los esperaban, observándolos con una mezcla de disimulo y concentración.

 

—Bien, aquí estamos —dijo Chanyeol, quitando las cuerdas de los muñecas de Junmyeon y Kyungsoo con una destreza que solo un experto podría tener. 

 

Ambos estaban sorprendidos, pero no dejaban que se notara. Esto era parte del plan, y aunque sus corazones latían rápidamente por la ansiedad, todo debía seguir como estaba previsto.

 

Junmyeon, al liberarse de las cuerdas, exhaló profundamente, aliviado por el breve descanso, kyungsoo, por su parte, también comenzó a relajarse, aunque su mirada no dejaba de recorrer la habitación, sabía que Seunghyun y Junghyun aún estaban fuera de control, y su única misión era asegurarse de que todo saliera bien, para finalmente descubrir quién estaba detrás de todo esto.

 

Mientras tanto, junmyeon se encontró mirando a Chanyeol, quien estaba frente a él con una actitud tranquila pero vigilante, había algo en la forma en que Chanyeol lo observaba que hizo que se sintiera un poco más relajado.

 

Junmyeon, sintiéndose algo incómodo por la situación, finalmente rompió el silencio:

 

—Así que... ¿es este el "plan"? —dijo, un toque de humor negro en su voz, tratando de aliviar un poco la tensión. 

 

Sabía que todos los implicados en el plan tenían roles que cumplir, pero aún así no dejaba de sentirse extraño al estar aquí, con tantas personas involucradas.

 

Chanyeol le dedicó una sonrisa amistosa, aunque su rostro estaba parcialmente cubierto por la máscara, luego sacandosela por ahota, Él también había sentido la incomodidad en el aire, pero sabía que debían seguir adelante.

 

—Este es el plan —respondió Chanyeol con firmeza— Pero las cosas no saldrán como esperas hasta que lleguemos al final.

 

Junmyeon asintió, entendiendo, pero entonces, un sentimiento inesperado se apoderó de él, el pensamiento de Sehun lo invadió, como una corriente eléctrica que lo hacía temer y anhelar al mismo tiempo, estaba a punto de ver a Sehun nuevamente, pero las circunstancias eran tan extrañas que su emoción se veía opacada por la tensión del secuestro.

 

Finalmente, Kyungsoo también se relajó un poco y se acercó a Junmyeon, asegurándose de que todo estuviera bajo control, los dos permanecieron en la sala en silencio, esperando el siguiente paso.

 

El aire en la sala se volvió denso, cargado de una tensión palpable , no pasaron muchos minutos cuando la puerta de la sala se abrió con brusquedad, el aire se cargó de tensión de inmediato, en el umbral de la puerta apareció una figura conocida, su silueta era inconfundible, aunque su rostro estaba parcialmente oculto por la luz tenue del lugar

 

Sehun apareció finalmente 

 

Los ojos de Junmyeon brillaron en cuanto lo vio, y su corazón dio un vuelco, sehun caminaba con paso lento y seguro, sus ojos fijos en Junmyeon con una mirada profunda, cargada de emociones contenidas, la habitación estaba llena de miradas expectantes, pero a él no le importaba, lo único que importaba era Junmyeon, su novio. Esa conexión que ambos compartían, que aunque la situación fuera tensa, seguía siendo inquebrantable.

 

Kyungsoo, que estaba sentado cerca de Junmyeon, observaba con una ligera sonrisa en sus labios, sabiendo que este momento era lo que ambos necesitaban después de todo el tormento que habían vivido. Baekhyun y Minseok, también en la sala, se mantenían en silencio, con las manos detrás de la espalda, aguardando el momento en que todo el plan llegara a su fin.

 

Chanyeol, quien había sido parte del proceso, se mantenía en su puesto, mirando con atención, pero sin perder la oportunidad de notar lo que estaba por suceder, los guardaespaldas fingían estar vigilantes, pero sus ojos también estaban fijos en la escena que se desarrollaba, el paso de Sehun se sintió como si el mundo alrededor de ellos se detuviera, junmyeon, aún sentado, observaba cómo Sehun se acercaba lentamente, su respiración acelerándose al verlo.

 

Con una sonrisa que parecía desafiar la gravedad, Junmyeon no pudo evitar romper el silencio:

 

—Entonces... ¿me vas a secuestrar tú ahora? —bromeó, su voz llena de una ligera ironía, pero también con ese toque juguetón que solo Sehun podía sacar de él.

 

Sehun, sin perder el ritmo, dejó escapar una pequeña risa, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y deseo reprimido. Sabía lo que quería, y ahora, frente a todos, no pensaba detenerse.

 

—Otro día, cariño —respondió, con una sonrisa traviesa. Dio un paso más hacia él, su mirada fija en los ojos de Junmyeon, como si en ese momento solo existieran ellos dos. —Aunque, en este momento, hay otras cosas que me gustaría hacerte... —sus palabras fueron suaves, pero llenas de una intensidad que dejaba poco a la imaginación.

 

La broma, aunque ligera, estaba impregnada de algo más profundo, algo que solo ambos sabían, no había duda de que la tensión entre ellos era más que evidente, y los demás, por más que intentaban no mirar, no podían evitar notar el cambio en el ambiente, la atmósfera había cambiado por completo, de la frialdad a la calidez de un amor separados por una guerra.

 

Junmyeon podía sentir el deseo que emanaba de Sehun, pero también la necesidad urgente de estar con él, después de todo lo que habían pasado, sehun, al acercarse aún más, rodeó con suavidad la cintura de Junmyeon, este, sorprendido por el contacto tan directo, levantó la mirada para encontrar los ojos de Sehun llenos de una mezcla de pasión y ternura.

 

—No sabes cuánto te he extrañado —susurró Sehun, mientras su rostro se acercaba al de Junmyeon.

 

En ese momento, no importó el hecho de que estuvieran rodeados de personas, junmyeon dejó escapar un suspiro al escuchar esas palabras, sus labios apenas separándose cuando Sehun lo abrazó con fuerza, el abrazo era intenso, lleno de un deseo reprimido por mucho tiempo, un deseo de estar cerca del otro, de no volver a separarse.

 

Fue solo un instante, pero para ellos fue todo, junmyeon se dejó llevar, sus brazos rodeando el cuello de Sehun, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba al contacto tan cercano, los dos sabían que este reencuentro era necesario, que sus emociones no podían seguir siendo ocultadas, que ya era hora de dejarse llevar por todo lo que sentían el uno por el otro.

 

Entonces, sin previo aviso, Sehun inclinó su cabeza hacia Junmyeon, buscando sus labios, el beso que compartieron fue instantáneo, feroz, como si todo estaba por acabarse. 

 

El ambiente en la sala se había relajado ligeramente. 

 

Junmyeon estaba cómodamente sentado en las piernas de Sehun, jugando con los dedos de su novio mientras conversaban con los demás. Chanyeol, Baekhyun y Minseok estaban sentados alrededor de ellos, planeando los últimos detalles del próximo paso. La tensión entre las familias estaba llegando a su punto más alto, y el desenlace estaba cerca.

 

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Baekhyun, mirando a Sehun con seriedad. 

 

Aunque el plan estaba claro, no dejaba de ser arriesgado. Enfrentar a los dos líderes, Junghyun y Seunghyun, en esta situación podría explotar de maneras inesperadas.

 

Sehun asintió con calma, pasando un brazo alrededor de Junmyeon para sostenerlo más cerca, su mirada estaba fija en el vacío, como si ya estuviera ensayando lo que iba a decir.

 

—Es ahora o nunca —respondió con firmeza. Luego miró a Junmyeon, quien le devolvió una mirada de apoyo y confianza. —Tengo que hacerlo, ellos necesitan saber que todo este tiempo han estado jugando con fuego... y que, finalmente, alguien les puso un alto.

 

Chanyeol se acomodó en su asiento, cruzando los brazos mientras observaba la interacción entre la pareja. Aunque llevaba años de amistad con Sehun, nunca había visto este nivel de determinación en él, había algo más profundo en todo esto, algo personal.

 

—Bueno, entonces será mejor que hagamos una entrada memorable —dijo Chanyeol con una sonrisa, buscando romper un poco la tensión.

 

Minseok, siempre el más pragmático, agregó: 

 

—Solo recuerda que no importa cuánto se enojen, ellos todavía tienen poder, esto no termina aquí.

 

Sehun asintió, lo sabía, pero ahora mismo, lo que importaba era enfrentarlos.

 

Cuando todo estuvo listo, el grupo se levantó de sus lugares, sehun, con una máscara puesta y una postura decidida, salió de la sala, dejando a los demás esperando su señal, junmyeon, aunque confiaba en el plan, sentía un nudo en el estómago, no era fácil enfrentarse a sus propios padres, y mucho menos en una situación tan extrema, pero esta vez, no era un niño indefenso, esta vez, estaba listo.

 

En la habitación donde estaban Junghyun y Seunghyun, el ambiente era un caos. Ambos hombres seguían atados, intercambiando acusaciones como si eso fuera a liberarles.

 

—¡Esto tiene que ser obra tuya, Oh Seunghyun! —gritó Junghyun, fulminándolo con la mirada. —No sería la primera vez que haces algo tan bajo.

 

Seunghyun bufó, indignado. 

 

—¿Yo? Por favor, Junghyun, si alguien aquí tiene enemigos suficientes para planear algo tan elaborado, ese eres tú.

 

La discusión no parecía tener fin, y ambos seguían perdiéndose en su propio odio mutuo, de repente, la puerta se abrió de golpe, y una figura alta y enmascarada entró con pasos firmes.

 

Sehun.

 

El silencio llenó la habitación de inmediato, ambos hombres se giraron

hacia él, sorprendidos por la entrada abrupta.

 

—Señores, espero que hayan disfrutado de nuestra hospitalidad hasta ahora —dijo Sehun, su voz modulada para sonar más grave, con un toque de ironía. Caminó con calma hacia el centro de la habitación, observándolos detenidamente como si fueran presas atrapadas. 

 

—Supongo que se estarán preguntando quién tuvo el descaro de hacer algo así, ¿no?

 

Ni Junghyun ni Seunghyun respondieron de inmediato, había algo en su tono que los hacía sentirse incómodos, vulnerables, incluso cuando no podían identificarlo del todo.

 

—Bueno —continuó Sehun, extendiendo los brazos con teatralidad— permítanme resolver ese misterio.

 

Lentamente, llevó ambas manos a su máscara, retirándola con cuidado, el rostro que apareció debajo era inconfundible.

 

—¡¿Sehun?! —exclamaron ambos al unísono, el shock evidente en sus rostros.

 

Junghyun frunció el ceño, procesando lo que acababa de ocurrir. 

 

—¿Tú...?, ¿Tú hiciste todo esto?

 

Seunghyun, por su parte, parecía paralizado, incapaz de aceptar que su hijo estaba detrás de este complot.

 

—¿Cómo te atreves...?

 

Sehun levantó una mano, interrumpiendo cualquier respuesta, su mirada estaba fija en ambos, pero especialmente en su padre 

 

—¿Cómo me atrevo? —repitió con frialdad, dando un paso más cerca. —Tal vez porque estoy cansado de sus juegos, de sus mentiras, de cómo han usado a todos a su alrededor para su propio beneficio.

 

Junghyun quiso replicar, pero en ese momento, otra figura entró en la sala. Junmyeon, con la cabeza en alto y una expresión desafiante, su mirada se cruzó con la de su padre, y por un instante, el tiempo pareció detenerse.

 

—Junmyeon... —murmuró Junghyun, pero su voz se quebró al ver la firmeza en los ojos de su hijo.

 

Junmyeon no dijo nada al principio, caminó lentamente hacia su padre, deteniéndose justo frente a él, su presencia era imponente, y aunque Junghyun había pasado años controlándolo, ahora parecía pequeño frente a él.

 

—¿Sabes cuánto he esperado este momento? —preguntó Junmyeon, su voz baja pero cargada de emoción contenida.

 

Junghyun intentó responder, pero antes de que pudiera decir algo, Junmyeon dio un paso más cerca.

 

—Toda mi vida, tú te has asegurado de que yo no tenga poder, de que siempre sea el hijo sumiso, el que no puede tomar decisiones por sí mismo, Pero ya no.

 

De un gesto, Junmyeon ordenó a uno de los guardaespaldas que estaba detrás de él, el hombre se acercó y forzó a Junghyun a arrodillarse. 

 

Junghyun luchó al principio, pero finalmente cedió, más por el peso del momento que por la fuerza,Seunghyun, desde su lugar, observaba la escena con asombro y confusión.

 

—¿Qué demonios está pasando aquí? —exigió, mirando a su hijo. —¿Sehun?

 

Sehun cruzó los brazos, mirando a su padre con una mezcla de lástima y desaprobación.

 

—Esto es lo que pasa cuando tus decisiones destruyen a quienes se supone que debes proteger.

 

Junmyeon, por su parte, se inclinó ligeramente hacia su padre.

 

—¿Cómo se siente, papá? —susurró, con una frialdad que sorprendió incluso a Sehun. —¿Cómo se siente estar en el suelo, donde siempre quisiste que estuviera yo?

 

El silencio que siguió fue ensordecedor, junghyun bajó la mirada, incapaz de sostener la de su hijo, por primera vez, parecía darse cuenta del daño que había causado, aunque no estaba listo para admitirlo.

 

Mientras tanto, Junmyeon se enderezó, sintiéndose más libre que nunca, sehun lo observaba con admiración, sabiendo que este era un momento que ambos recordarían para siempre, finalmente estaban en control de sus propios destinos, seunghyun seguía sentado en su lugar, incapaz de procesar lo que acababa de descubrir. Su propio hijo, Sehun, no solo había planeado el secuestro, sino que ahora estaba liderando todo este enfrentamiento. Una mezcla de rabia, vergüenza y confusión lo consumía. Sin embargo, su atención se desvió rápidamente hacia lo que estaba ocurriendo frente a él.  

 

En el centro de la sala, Junmyeon se alzaba sobre su padre, Junghyun, quien permanecía arrodillado frente a él, su postura rígida y su rostro humillado contrastaban con el aire de confianza y desafío que Junmyeon emanaba. Este no era el CEO amable y bondadoso que todos conocían, este era otro lado de él, uno que Sehun jamás había visto, y que ahora no podía apartar de su mente.  

 

Junmyeon se inclinó ligeramente, mirando a su padre directamente a los ojos. Su voz, aunque baja, estaba cargada de una ira contenida que llevaba años acumulándose.  

 

—Toda mi vida me trataste como si no fuera suficiente. —El tono de Junmyeon era peligroso, casi cortante. Caminó lentamente alrededor de su padre, como un depredador acechando a su presa. —Como si ser yo mismo fuera un crimen.  

 

Junghyun no respondió de inmediato, mantenía la mirada fija en el suelo, sus manos apretadas en puños mientras luchaba por contener su orgullo herido.  

 

—No tengo nada que decirte, Junmyeon —murmuró finalmente, con la voz apagada pero firme.  

 

Junmyeon soltó una risa seca, llena de sarcasmo.  

 

—¿De verdad?, Porque yo tengo muchas cosas que decirte, padre. —Se inclinó más cerca, hasta que su rostro quedó a pocos centímetros del de Junghyun. 

 

—Por años, me obligaste a ser el hijo perfecto, el que nunca podía cometer errores, el que debía cargar con el peso de esta maldita empresa y de tu ego.  

 

Sehun, apoyado contra la pared, observaba en silencio, la intensidad en la voz de Junmyeon era algo que nunca había experimentado antes, había conocido su fortaleza, su ternura, incluso su frustración, pero este lado vengativo era completamente nuevo, aunque una parte de él se preocupaba, otra no podía evitar sentirse fascinada.  

 

—¿Y sabes qué es lo más irónico? —continuó Junmyeon, enderezándose mientras cruzaba los brazos. —Que, a pesar de todas tus exigencias, de todos los sacrificios que me impusiste, aún así te atreviste a decirme que no era suficiente.  

 

Junghyun levantó la cabeza, su rostro endurecido por el orgullo.  

 

—Lo hice porque quería lo mejor para ti.  

 

Esa declaración fue suficiente para desatar la furia contenida de Junmyeon, dio un paso hacia adelante, inclinándose hasta quedar cara a cara con su padre.  

 

—¡No me vengas con eso! —exclamó, su voz temblando por la emoción. —No querías lo mejor para mí, querías lo mejor para ti, querías un hijo que siguiera tus reglas, que te hiciera lucir bien frente a tus socios, que encajara en tu maldita idea de perfección.  

 

Sehun sintió un escalofrío al escuchar esas palabras, aunque sabía que Junmyeon había tenido problemas con su padre, no había comprendido la magnitud de la opresión que había sufrido.  

 

Junmyeon empezó a caminar de un lado a otro, sus emociones desbordándose.  

 

—¿Sabes lo que es crecer sintiendo que nunca serás suficiente? —preguntó, aunque no esperaba respuesta. —Que todo lo que eres, todo lo que amas, está mal porque no encaja en la visión de tu padre.  

 

Junghyun apretó los dientes, pero permaneció en silencio, la figura altiva del líder de Kim Corporation parecía haber desaparecido por completo.  

 

—Primero fue Minseok hyung —continuó Junmyeon, mirando de reojo a su hermano, quien estaba apoyado en una de las paredes, observando con una mezcla de tristeza y orgullo. —Lo trataste como si fuera una vergüenza, simplemente porque tuvo el valor de vivir su vida como quería.  

 

Minseok bajó la mirada, aunque no dijo nada, sabía que este momento no era suyo; era de Junmyeon.  

 

—Y cuando él se fue, decidiste volcar toda tu frustración en mí. —Junmyeon se detuvo frente a su padre, señalándolo con el dedo. —Me obligaste a casarme con alguien que no amaba, a tener hijos cuando no estaba listo, y a cargar con una empresa que nunca quise dirigir.  

 

Sehun sintió que su corazón se hundía al escuchar esas palabras, sabía que Junmyeon amaba a Ningning y Kun, pero ahora entendía que su nacimiento había sido una decisión impuesta, no deseada.  

 

—Y aún así, aquí estoy —dijo Junmyeon, con la voz más baja pero no menos intensa. —Soy el CEO que tú querías, el hombre que carga con todo, pero también soy algo más, soy alguien que ya no tiene miedo de ti.  

 

La habitación quedó en silencio, salvo por la respiración pesada de Junmyeon, incluso Seunghyun, que hasta ahora había estado más concentrado en su propio hijo, estaba impresionado por lo que acababa de presenciar.  

 

Finalmente, Junghyun levantó la mirada, su rostro marcado por una mezcla de emociones.

 

 

Orgullo, vergüenza, ira... y algo más, algo que ninguno en la sala podía identificar del todo.  

 

 

—¿Y qué esperas lograr con esto? —preguntó con voz áspera. —¿Hacerme sentir culpable?  

 

Junmyeon negó con la cabeza, una sonrisa amarga cruzando sus labios.  

 

—No, papá, la culpa es algo que tú nunca sentirás, esto no es por ti, es por mí. —Hizo una pausa, inhalando profundamente. —Por primera vez en mi vida, estoy tomando el control.  

 

Sehun no pudo contenerse más, se acercó lentamente, colocándose detrás de Junmyeon y apoyando una mano en su hombro, el gesto parecía calmar a su novio, quien giró ligeramente la cabeza para mirarlo, los ojos de Sehun estaban llenos de admiración y apoyo.  

 

Junghyun, sin embargo, no podía ocultar su desdén, su mirada se oscureció al ver a Sehun, como si su presencia fuera una afrenta personal.  

 

—¿Y tú? —espetó, dirigiéndose al joven. —¿Qué papel juegas en todo esto?  

 

Sehun sonrió, su habitual calma regresando a su rostro.  

 

—Yo soy el hombre que ama a tu hijo, Y también soy el que te tiene aquí, arrodillado, porque ya era hora de que aprendieras que el poder no lo es todo.  

 

Junghyun apretó los dientes, pero no respondió, sabía que cualquier cosa que dijera solo empeoraría la situación.  

 

Seunghyun, que había permanecido en silencio durante todo este intercambio, finalmente habló: 

 

—Esto es una locura. —Su voz era baja, casi resignada. Miró a Sehun, sacudiendo la cabeza. —No sé en qué momento te convertiste en alguien capaz de hacer algo así.  

 

Sehun giró su mirada hacia su padre, sus ojos ahora fríos y calculadores.  

 

—Me convertí en esto porque tú me enseñaste, padre, tú me enseñaste a no confiar en nadie, a hacer todo lo necesario para obtener lo que quiero, así que, en cierto modo, deberías sentirte orgulloso.  

 

La ironía en sus palabras no pasó desapercibida, y Seunghyun no supo cómo responder.  

 

Junmyeon, por su parte, se giró completamente hacia Sehun, dejando a su padre detrás, sehun lo miró con una leve sonrisa, sus ojos llenos de orgullo y algo más, algo más profundo.  

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, bajando la voz para que solo él pudiera escucharlo.  

 

Junmyeon asintió, colocando una mano en el pecho de Sehun.  

 

—Lo estoy ahora.  

 

La tensión en la sala era tan espesa que podía cortarse con un cuchillo, sehun permanecía de pie en el centro, con los ojos fijos en los dos hombres atados frente a él. Junghyun, el orgulloso patriarca de los Kim, seguía arrodillado, su rostro endurecido por la humillación, a su lado, Seunghyun, respiraba agitadamente, su postura rígida. Ambos hombres, enemigos de toda la vida, estaban ahora enfrentados, no solo entre sí, sino también ante la verdad que Sehun estaba decidido a desenterrar.

 

En sus manos, Sehun sostenía el diario de su madre, Oh Mina, un objeto que parecía irradiar la presencia de la mujer incluso después de su muerte. Abrió una página marcada, sus ojos recorriendo las palabras con rapidez antes de levantar la mirada hacia los dos hombres.

 

—Esto no se trata solo de venganza —dijo, su voz resonando en la sala. —Se trata de la verdad, y hoy voy a obtenerla.

 

Junmyeon, que estaba a un lado, observaba a Sehun con una mezcla de preocupación y admiración. Aunque había conocido la determinación de su novio, verlo en este papel, enfrentándose a los hombres más poderosos que ambos habían conocido, le daba una nueva perspectiva sobre él. 

 

Sehun levantó el diario, señalando una de las páginas con énfasis. 

 

—Aquí está escrito, con la letra de mi madre. —Se volvió hacia Seunghyun, su padre. —Ella sabía que estabas planeando algo grande, algo sucio, pero no lo terminó de detallar aquí.

 

Seunghyun apretó los dientes, su mirada intentando mantenerse fría. 

 

—¿Y qué esperas obtener de esto, Sehun?, ¿Un cierre? Te diré algo: nada de lo que encuentres te traerá paz.

 

Sehun se inclinó hacia él, sus ojos brillando con rabia. 

 

—No busco paz, busco justicia.

 

El joven gimió mientras se enderezaba, alejándose unos pasos para calmarse antes de girarse hacia Junghyun.

 

—¿Y tú? —preguntó, apuntándolo con el diario. —¿Qué hiciste esa noche?, ¿Qué sabes del archivo que mi madre preparó?

 

Junghyun levantó la cabeza, una risa amarga escapando de sus labios. 

 

—Oh Mina era astuta, lo admito, más astuta de lo que cualquiera de nosotros pensaba.

 

Junmyeon, sorprendido por el cambio de tono de su padre, dio un paso hacia adelante. 

 

—¿Qué quieres decir con eso?

 

Junghyun lo miró directamente, sus ojos llenos de una mezcla de desprecio y algo más oscuro.

 

—Que yo obtuve ese archivo.

 

Un silencio sepulcral cayó sobre la sala. Sehun apretó los puños, su corazón latiendo con fuerza.

 

—¿Tú lo tuviste? —preguntó, su voz cargada de incredulidad. —¿Por qué no dijiste nada?

 

Junghyun rió con amargura. 

 

—¿Por qué lo habría hecho? Ese archivo no era nada más que la evidencia de que tu padre, Seunghyun, estaba planeando desviar fondos de mi empresa para llevarla a la quiebra, Iba a ser su jugada maestra, ¿verdad?

 

La mirada de todos se dirigió hacia Seunghyun, cuyo rostro se endureció aún más. 

 

—Eso es mentira —dijo con firmeza. —Yo no tenía intención de destruir Kim Corporation, era una alianza estratégica, algo que tú nunca entendiste porque siempre fuiste un paranoico.

 

Junghyun bufó, su expresión burlona. 

 

—¿Paranoico? Claro, porque confiar en alguien como tú es una invitación al desastre, mina lo sabía, por eso preparó ese archivo, por eso trató de advertirme.

 

Sehun sintió que su cabeza daba vueltas, la conversación se estaba convirtiendo en un campo de batalla de acusaciones y mentiras. Levantó la mano, exigiendo silencio.

 

—¡Basta! —gritó, su voz cortando la discusión. —Esto no responde la verdadera pregunta.

 

Miró a ambos hombres, sus ojos ardiendo con determinación. 

 

—¿Quién mató a mi madre?

 

El aire se volvió insoportablemente pesado, Seunghyun y Junghyun se miraron el uno al otro, sus expresiones endureciéndose.

 

—Yo no la maté —dijo Seunghyun finalmente, con voz baja pero firme.

 

Junghyun soltó una carcajada seca.

 

—Por supuesto que dirías eso.

 

Sehun dio un paso hacia Junghyun, inclinándose hacia él. 

 

—¿Y tú?, ¿Tienes algo que confesar?

 

Junghyun lo miró con frialdad, su mandíbula apretada, finalmente, exhaló con fuerza, como si la conversación lo estuviera agotando. 

 

—Yo no la maté, pero puedo decirte esto: su muerte fue el resultado de la verdad que ella descubrió.

 

Junmyeon frunció el ceño, avanzando para colocarse junto a Sehun.

 

—¿Qué quieres decir con eso?

 

Junghyun desvió la mirada, evitando los ojos de su hijo. 

 

—Esa noche, Mina me entregó el archivo, me dijo que tenía pruebas suficientes para hundir a Seunghyun, estaba decidida a enfrentarlo, a exponerlo.

 

Seunghyun interrumpió, su voz llena de frustración. 

 

—¡Eso es mentira!, Mina nunca me habría traicionado de esa manera.

 

Junghyun se giró hacia él, su expresión oscura. 

 

—¿De verdad crees que no lo haría?, Mina era leal a la verdad, no a ti.

 

El caos verbal continuó, los dos hombres lanzándose acusaciones mientras Sehun intentaba procesar lo que escuchaba. Finalmente, Junmyeon alzó la voz, exigiendo silencio.

 

—¡Esto no nos está llevando a ninguna parte!

 

Sehun, respirando profundamente para calmarse, levantó el diario nuevamente. 

 

—Mi madre escribió esto para que la verdad no muriera con ella. —Miró a ambos hombres, su voz temblando ligeramente. —Y yo no voy a detenerme hasta encontrarla.

 

De repente, algo hizo clic en la mente de Junmyeon. 

 

—Espera... si el archivo llegó a ti —dijo, dirigiéndose a su padre—, ¿qué hiciste con él?

 

Junghyun guardó silencio por un momento antes de responder, su voz apenas audible. 

 

—Lo escondí.

 

La revelación cayó como una bomba.

 

—¿Lo escondiste? —repitió Junmyeon, incrédulo. —¿Por qué?

 

Junghyun levantó la mirada, sus ojos llenos de una mezcla de culpa y desafío. 

 

—Porque no quería que esa verdad saliera a la luz, no quería que nuestra familia fuera destruida por una guerra corporativa.

 

Sehun apretó los puños, su rabia volviendo a arder. 

 

—Así que preferiste proteger tu empresa en lugar de buscar justicia para mi madre.

 

Junghyun no respondió, lo cual fue respuesta suficiente, aunque seguía ocultando algo. 

 

El aire en la sala se tensó aún más cuando Junghyun habló, su voz cargada de frustración y furia, los ojos de Sehun brillaban con rabia, mientras se mantenía firme en su posición, el diario de su madre aún en sus manos.

 

Junghyun, completamente harto, no pudo contener más sus pensamientos y su odio hacia los hombres que tenía frente a él.

 

— Esto no hubiera pasado si nunca te hubieras infiltrado en Kim Corporation —dijo, su voz rota de desesperación, mirando directamente a Sehun. —Y mucho menos si tú y Junmyeon no se hubieran metido en una relación.

 

Sehun sintió cómo el aire se le escapaba de los pulmones, cada palabra de Junghyun más venenosa que la anterior, la rabia que sentía por el desprecio hacia él y Junmyeon lo invadió por completo.

 

Antes de que pudiera responder, Seunghyun intervino, su voz como un látigo, cortante y llena de ira.

 

— ¡No tiene la culpa! —gritó, mirando con furia a Junghyun. — ¡Conocemos bien a Kim junmyeon! , pudo fácilmente seducir a mi hijo... —Las palabras de Seunghyun salieron como dagas, y no podía ocultar el desprecio que sentía por Junmyeon. 

 

—Seguro que Sehun le salió tan fácil como todos los demás. ¡Seguro que sabes cómo abrir bien las piernas kim junmyeon!

 

La sala quedó en silencio, el grito de Seunghyun retumbó en las paredes, como si todo a su alrededor se hubiera detenido, sehun se quedó congelado por un momento, pero cuando las palabras de su padre calaron, el odio y la furia lo invadieron de inmediato.

 

— ¡Basta, padre! —gritó, su voz llena de indignación, la rabia emanando de él como una tormenta. — ¡No tienes derecho a hablarle así a Junmyeon!

 

Seunghyun no se detuvo, como si sus palabras no pudieran ser contenidas, su rostro estaba más rojo de la ira, sus ojos destellaban con odio.

 

— ¡Es la verdad! —añadió, su tono despreciativo lleno de veneno. — ¿Acaso crees que un hombre como él merece a un hijo como tú? Un hombre que juega con todos los demás, que se mete con quien sea... No me sorprende que sedujeras a mi propio hijo y lo, llevaras a la cama 

 

Sehun, con el pecho levantado y el corazón a mil, no pudo contener más su ira, se dio un paso hacia adelante, un grito de frustración y rabia brotando de su garganta antes de lanzar un golpe directo a Seunghyun, que lo recibió con un choque sordo, el impacto resonó por toda la sala, y todos los presentes se quedaron atónitos.

 

La sala quedó sumida en un shock total. Kyungsoo, Baekhyun, Minseok y Chanyeol apenas se atrevían a respirar, observando cómo la furia de Sehun se desbordaba.

 

Kyungsoo, sin poder evitarlo, murmuró a Baekhyun:

 

— Esto es... increíble. No pensé que llegaría tan lejos.

 

Chanyeol se frotó la nuca, incómodo.

 

— Nunca había visto a Sehun tan furioso, creo que nunca nadie lo había tocado de esa manera.

 

Minseok simplemente apretó los dientes, observando a Junmyeon que ahora avanzaba hacia Sehun, sus manos levantadas como si quisiera detenerlo, pero con una calma y una determinación que sorprendieron a todos.

 

Junmyeon, respirando agitada, se acercó rápidamente a Sehun, colocándose frente a él, sus ojos brillaban con una mezcla de angustia y cariño por el hombre que había estado luchando por el, Sabía que este tipo de confrontaciones eran inevitables, pero verlo tan alterado, tan fuera de sí por algo tan cruel, lo desgarraba por dentro.

 

— Sehun... —susurró, tomando su rostro entre sus manos con suavidad. — No vale la pena...

 

Sehun cerró los ojos, sus manos aún temblando de la ira, pero sintió la calidez de Junmyeon sobre su piel, la ternura con la que lo tocaba, era la primera vez que veía a Junmyeon tan calmado en medio de tanto caos, y eso lo hizo detenerse.

 

Junmyeon, viendo que las emociones de Sehun no cesaban, se inclinó hacia él, sus labios tocando con suavidad los de Sehun, buscando calmarlo, el beso fue suave al principio, un intento de traerlo de vuelta, de detener el torbellino en su mente.

 

— Te prometo que todo esto terminará, no dejes que sus palabras te hieran, yo estoy aquí... —murmuró, con su aliento acariciando los labios de Sehun.

 

Sehun cerró los ojos con fuerza, permitiéndose perderse en el beso de Junmyeon, en su calidez, en su apoyo. Sabía que las palabras de su padre no significaban nada, pero la rabia seguía burbujeando dentro de él, aunque Junmyeon lo estaba calmando con su amor.

 

Cuando se separaron, Sehun respiró profundo, sus ojos llenos de pesar.

 

— Lo siento, Junmyeon... no quería... —comenzó a decir, pero Junmyeon lo interrumpió, poniendo un dedo sobre sus labios.

 

— Shhh... no tienes que disculparte, yo entiendo. —Su mirada fue profunda, sincera. — Yo también he estado bajo esa presión, pero ahora no es el momento. 

 

Mientras tanto, los demás observaban, con un silencio sepulcral. Seunghyun estaba en shock, aún dolido fisicamente y humillado, donde el golpe de Sehun lo había alcanzado. Junghyun, aún de rodillas, miraba todo con desdén.

 

— Esto es ridículo. —dijo Junghyun, su voz cargada de desdén. — Un montón de teatro

 

Seunghyun, con una mueca de dolor, finalmente levanto la mirada y miró a su hijo.

 

— Esto no va a quedar así, Sehun, nadie te va a permitir esto.

 

Pero Sehun ya no prestaba atención a su padre, junmyeon lo había calmado por un momento, y la única prioridad ahora era salir de ese lugar, dejar atrás esa confrontación, y empezar a pensar en cómo continuar con la batalla.

 

La noche estaba oscura, los ojos de Sehun brillaban con una furia controlada mientras apuntaba hacia la esquina de la habitación, donde una pequeña cámara de seguridad grababa todo.

 

— Esto está siendo grabado —dijo Sehun, su voz calmada pero peligrosa. — Y si no revelan la verdad, si no dicen quién mató a mi madre, voy a mandar esta grabación a todos los medios.

 

Las palabras de Sehun resonaron en la sala como un trueno. Cada uno de los presentes sintió el peso de lo que acababa de decir. Junghyun, aún de rodillas, dejó escapar una risa amarga, mientras que Seunghyun intentaba mantener la calma, a pesar de que la ansiedad lo estaba carcomiendo por dentro. 

 

Nadie había planeado que las cosas llegaran a este punto, nadie había considerado que la verdad pudiera salir a la luz de esta manera.

 

Los murmullos comenzaron, las miradas se cruzaron, y la tensión en el aire aumentaba con cada segundo que pasaba.

 

— ¿Qué más quieres, Sehun? —preguntó Junghyun, aún desafiante pero con una creciente preocupación en su tono. — ¿Qué más quieres que te digamos?

 

Sehun no respondió, en cambio, sus ojos se fijaron en Junghyun con tal intensidad que parecía que podía perforar su alma, el hombre arrodillado empezó a sentirse incómodo bajo esa mirada penetrante, como si estuviera a punto de explotar. Sehun no iba a ceder, no importaba cuánto tardaran, iba a conseguir la respuesta que tanto necesitaba.

 

Fue entonces cuando Junghyun, con un destello de desesperación, pidió que lo desataran.

 

— ¡Desátenme! —gritó con furia, su rostro deformado por la rabia y el miedo. — ¡Desátenme, malditos! Necesito decir algo!

 

Nadie se movió, sehun seguía observando en silencio, mientras Junghyun luchaba contra las cuerdas que lo mantenían atado, su mirada se desvió hacia Seunghyun, quien observaba la escena con los ojos desorbitados, como si no pudiera comprender lo que estaba sucediendo.

 

Junghyun se dio cuenta de que nadie iba a ceder, y su ansiedad aumentó. Su mente trabajaba rápidamente, buscando alguna forma de salvarse, de liberar ese peso que lo oprimía, fue entonces cuando, con una desesperación creciente, gritó:

 

— ¡rompan mi reloj! ¡Mi reloj de mano! ¡Rompanlo, y ahí tendrán la respuesta! ¡Hagan lo que sea, pero rompanlo!

 

Sehun se quedó en silencio, procesando lo que había dicho. Al principio pensó que era una maniobra para desviar la atención, pero algo en el tono de Junghyun lo hizo dudar, de alguna manera, ese reloj tenía una importancia crucial, y Sehun sabía que si lo rompían, podrían obtener la respuesta que tanto buscaban.

 

¿Qué tenía que ver el reloj de su padre con la muerte de Oh Mina?

¿Por qué insistía tanto en que lo rompieran? 

 

Sehun se dirigió a junghyun y saco su reloj, observándolo de cerca, notando que sus manecillas no funcionaban, marcaban las 14:03 horas...

 

La fecha en que su madre murió 

 

Luego de observar el reloj bañado de oro con rapidez se dirigió a la mesa y la tiro a la mesa el reloj, haciéndose pedazos, salían las manecillas, engranajes y algo más ,un prendrive mini, ajustado perfectamente en el centro. 

 

— Baekhyun —dijo Sehun, su voz decidida—, ve a por una computadora, necesito que lo hagas ahora.

 

Baekhyun, que había permanecido en un estado de shock hasta ese momento, reaccionó con rapidez, se dirigió hacia el fondo de la sala, buscando una computadora que podría ser clave para desvelar la verdad, mientras tanto, Seunghyun miraba con desesperación, cada vez más visiblemente alterado, sabía que algo importante iba a salir a la luz, pero no podía hacer nada para evitarlo.

 

Junmyeon, que había estado observando todo en silencio, se sentó en una silla cercana, confundido, su mente trataba de entender qué estaba pasando. 

 

Sehun agarro el pendrive pequeño mirándolo de cerca y con varias dudas, Pero antes de que pudiera hacer una pregunta, Baekhyun volvió con la computadora en la mano, claramente nervioso.

 

— Aquí está, Sehun —dijo Baekhyun, dejando el dispositivo sobre la mesa. 

 

Todos, excepto Junghyun y Seunghyun, se acercaron para ver qué contenía, el sonido de la respiración de todos en la sala era lo único que se escuchaba, mientras Baekhyun comenzaba a teclear rápidamente para abrir el archivo.

 

Junghyun miró con creciente furia, como si estuviera a punto de estallar, sus ojos brillaban con odio y rabia, no podía creer que todo esto estuviera sucediendo, que su destino dependiera de un maldito archivo. 

 

Se salvaría a si mismo...

 

Seunghyun lo miraba, completamente perdido, su rostro empapado en sudor. Intentaba mantenerse firme, pero sus nervios estaban al borde de estallar. 

 

No podía soportarlo más.

 

Finalmente, la computadora mostró lo que tanto temían: el archivo oculto de Oh Mina.

 

El título del documento estaba claro: 

 

"Para Junmyeon".

 

Sehun se inclinó hacia adelante, sus ojos escudriñando cada palabra que aparecía en la pantalla, las palabras de su madre lo atravesaron como una daga.

 

"Querido Junmyeon

 

Si estás leyendo esto, es porque ya sabes lo que está pasando. He descubierto algo terrible, Mi esposo, Seunghyun, ha escuchado sobre el plan que tenía para enviar este archivo a ti. Él sabe lo que descubrió y lo que planeo hacer con la información. Te adjunto cada uno de los archivos en donde seunghyun había hecho transacciones y grabaciones hablando con los bancos para solicitar su ayuda y desviarlos fácilmente a su cuenta, e n uno se los audios he escuchado a Seunghyun hablando con los sicarios, y lo que han planeado es... matarte, Junmyeon.  T ú eres el objetivo, el hombre que debe morir esa noche, por favor, escapa antes de que sea demasiado tarde. Lleva este archivo contigo y hazlo público tan pronto como estés a salvo, si en el futuro se resuelve, espero que estes bien, si me pasa algo, por favor, haz una linda amistad con mis hijos, ambos tienen buen corazón y fortaleza a diferencia de su padre.  El archivo contiene todo lo que necesito para exponerlo, y mi muerte no será en vano pero por favor, quédate a salvo."

 

Atentamente:

 

Oh mina

 

Postdata: Felicidades por tu proximo ascenso a CEO, lo harás increíble...

 

El archivo dejó a todos en estado de shock absoluto, sehun no podía creer lo que estaba leyendo, Oh Mina, su madre, había sido la verdadera víctima, pero lo que realmente lo devastaba era la revelación de que:

 

Junmyeon era el objetivo 

todo este tiempo

 

Su novio había sido el verdadero objetivo de la conspiración, su madre lo había protegido hasta el último momento, sabiendo que su vida estaba en juego, junmyeon quedó completamente paralizado, con la mente en blanco. Las palabras de Oh Mina resonaron en su mente, y se dio cuenta de que todo lo que había pasado, todo lo que había sufrido, era parte de un plan mucho más grande.

 

Junghyun dejó escapar una carcajada, aunque era una risa amarga y vacía, llena de rabia.

 

— ¡Sí! ¡Te lo dije! ,Todo fue por poder, Junmyeon, todo fue por mantener el control, ¡por asegurarme de que estuvieras bajo mi control! 

 

Todos miraban a junghyun, quien reía, junmyeon tenia sus ojos bajó lagrimas junto a los demás, todo era impactante

 

—¿Por que crees que te hice casarte y tener herederos?, ¡Para protegerte, para que tuvieras el poder que necesitabas para sobrevivir!, Pero nunca entendiste que todo lo que hice fue por ti.

 

Sehun dio un paso adelante, la ira ardiendo en su interior, junghyun estaba hablando como si hubiera hecho todo eso por Junmyeon, pero no había nada que pudiera justificar lo que había hecho, no podía soportarlo más.

 

— ¡Tú! —gritó Sehun, apuntando a Junghyun con furia. — ¡Tú nos has condenado a todos!, A mi madre, a Junmyeon, a mí... a todos!

 

Seunghyun, viendo que la situación se estaba descontrolando, intentó intervenir, su rostro estaba pálido, sus ojos llenos de desesperación.

 

— ¡Basta, basta! —gritó. — ¡No entiendo qué está pasando!

 

Pero en ese momento, Junghyun estalló en un grito lleno de furia.

 

— ¡Lo hice por ti, por tu futuro!, ¡Porque me importabas, maldito! —Su voz era casi un rugido, un grito desgarrador de rabia y resentimiento. — ¡Nunca entendiste nada, Junmyeon!, ¡ Siempre fuiste un maldito tonto, un niño al que solo le importaba hacer las cosas bien!, ¡Eras mi creación más perfecta y lo echaste a perder!

 

La tensión en la sala alcanzó su punto álgido, nadie se movía, todos esperaban la siguiente palabra, el siguiente grito, la siguiente revelación.

 

La ansiedad estaba a punto de explotar en una oleada imparable.

 

La atmósfera de la habitación estaba cargada de una tensión insoportable, junmyeon permanecía paralizado, con la mirada vacía, sin poder procesar lo que acababa de descubrir. Su corazón latía con fuerza, y las lágrimas seguían deslizando por su rostro, como una corriente que no podía controlar. 

 

La revelación lo había golpeado con tal intensidad que ni siquiera pudo reaccionar de inmediato, todo lo que había creído sobre la muerte de Oh Mina, Una mujer que respetaba y admiraba, todo resultaba ser una mentira, una verdad distorsionada que había quedado oculta durante tantos años.

 

Sehun estaba de pie a su lado, la rabia brillando en sus ojos mientras las lágrimas caían silenciosamente de sus mejillas, sentía que el aire le faltaba, que algo dentro de él se estaba rompiendo, la verdad había llegado tarde, pero de una forma tan desgarradora que ni siquiera podía pensar con claridad. Oh Mina, la mujer que había sido su madre, había muerto porque Junmyeon era el verdadero objetivo, los sicarios se habían equivocado, y eso había costado la vida de la mujer que los había amado y cuidado, pero todo eso estaba a punto de salir a la luz.

 

Kyungsoo, de pie cerca de su hermano, no podía creer lo que escuchaba, sus ojos estaban enrojecidos de tanto llorar, y su corazón se sentía pesado como una piedra. El dolor de perder a su madre era indescriptible, pero ahora entendía por qué había sucedido todo, oh Mina había intentado proteger a Junmyeon, pero a costa de su propia vida. Sehun y Kyungsoo compartían ese dolor de manera profunda, pero era una angustia distinta, una que se entrelazaba con el hecho de que su padre había estado detrás de todo esto.

 

Los demás, como Baekhyun, Minseok, y Chanyeol, observaban la escena con la boca abierta, aterrados por lo que estaban escuchando. Nadie sabía cómo reaccionar, todos estaban atrapados en una mezcla de confusión, rabia, y terror por lo que se estaba revelando. 

 

Junghyun observaba todo esto con una mezcla de satisfacción y desdén. La verdad finalmente había salido a la luz, y no podía evitar sentirse un poco satisfecho por ver a todos tan desbordados por lo que acababa de decir, pero su mente, fría y calculadora, pronto regresó al pasado, cuando había sido testigo del último momento entre Oh Mina y Junmyeon.

 

Flashback. 

 

hace cinco atras años...

 

La reunión en la que todo había comenzado estaba siendo tensa desde el principio, las negociaciones entre Oh Seunghyun y Kim Junghyun estaban llenas de desconfianza, como siempre. Ambos hombres se sentaban al final de una larga mesa de madera oscura, con Oh Mina sentada junto a su esposo, Seunghyun, y un joven Junmyeon junto a su padre. El ambiente estaba cargado de tensión, mientras los dos líderes de las empresas intercambiaban palabras envenenadas, cada uno buscando obtener el control de los acuerdos, sin ceder ni un centímetro, pero, en medio de esa tensa calma, algo estaba a punto de ocurrir. 

 

Oh Mina, que siempre había sido astuta y sabia, había comenzado a percatarse de lo que estaba pasando. Había estado observando a su esposo, Seunghyun, y su comportamiento extraño durante las últimas semanas. Algo no cuadraba, y lo que más temía, estaba a punto de ocurrir.

 

Sabía que Seunghyun había descubierto el plan que ella había estado preparando en secreto: el plan para enviar la información crucial a Junmyeon, el archivo que había preparado para él contenía toda la verdad sobre las maquinaciones de Seunghyun, sobre sus planes para destruir a Kim Corporation y tomar el control de todo el mercado. 

 

Oh Mina había escuchado las conversaciones de su esposo con los sicarios, quienes ya habían sido contratados para matarlo, había un plan, pero el objetivo no era ella; el objetivo era Junmyeon, y eso lo había descubierto demasiado tarde.

 

En la reunión, Oh Mina había tenido una sensación de urgencia, mientras todos discutían sobre el futuro de las empresas, ella empujo la pierna de junghyun, llamando enseguida su atención, los dos se habían mirado brevemente, y Oh Mina había hecho un gesto con la mano, indicándole que se acercara.

 

Sin que nadie más lo notara, Oh Mina hizo algo que cambiaría todo, en un movimiento rápido, deslizó un pequeño sobre debajo de la mesa, cuidadosamente, de manera que nadie lo viera. 

 

Junghyun captó el gesto y, sin dudarlo, se agachó para recoger el sobre, lo metió rápidamente en su zapato, donde sabía que estaría seguro por un tiempo.

 

Seunghyun, que no había notado nada, siguió discutiendo con Junghyun sobre los detalles del acuerdo, sin sospechar que en ese momento su esposa le había entregado la última carta. Oh Mina había fallado en su intento de entregar el archivo a Junmyeon, pero lo había hecho llegar a alguien que, en ese entonces, había sido el único en quien podía confiar.

 

Aunque sabía que el plan de Seunghyun era arriesgado, ella confiaba en que, si alguien podía exponerlo, era Junghyun, Kim sabia que ese archivo tenia que entregar a junmyeon, no entendía muy bien que se trataba, pero estaba al pendiente que su hijo se llevaba bien con la mujer que tenía al frente.

 

Así que supuso que era algo de ellos pero como Junmyeon estaba concentrado en la reunión supuso que mina no quiso molestar, sin saber lo que en realidad contenía eso. 

 

Cuando junghyun toco el brazo de junmyeon para pasarle el archivo, llamando su atencion, estando bajo la mirada de mina, casi agarrando el sobre

 

Las cosas no salieron como ella esperaba...

 

En ese mismo momento, los asesinos enviados por Seunghyun se infiltraron en el lugar, tomando posiciones y preparándose para lo peor, oh Mina sabía que su vida estaba en peligro, pero su mayor temor era que Junmyeon no pudiera escapar a tiempo. Seunghyun, como siempre, estaba inmerso en sus negocios, completamente ajeno a la amenaza inminente. En un instante de distracción, uno de los asesinos disparó, y el disparo falló. El caos se desató en ese momento, y Oh Mina fue la que pagó el precio. 

 

Su muerte fue rápida y silenciosa, un trágico error que nadie pudo haber anticipado. Junghyun, que había visto todo, no pudo hacer nada. Solo observó cómo la mujer que había intentado salvar en ese entonces a su hijo.

 

Había muerto

 

La sala se sumió en un silencio mortal cuando Junghyun recordó aquel día, la desesperación que había sentido al ver a Oh Mina morir, la culpa que lo había perseguido, pero también la sensación de que, en alguna parte, todo estaba por cumplirse, la información que Oh Mina había confiado en él, la que ella había planeado enviar a Junmyeon, finalmente estaba a punto de salir a la luz, pero a un alto costo.

 

Fin del flashback

 

Ahora, en la sala donde todo se había desmoronado, las palabras de Junghyun seguían resonando en la mente de todos, los gritos y la furia de Seunghyun no podían deshacer lo que ya se sabía, el reloj de la vida de Oh Mina había dado su último giro, y Seunghyun no tenía escapatoria. La verdad sobre sus crímenes estaba al alcance de todos. Seunghyun estaba acabado, no solo su carrera estaba en ruinas, sino que su vida misma se desmoronaba a su alrededor, el escándalo era inevitable, y las autoridades ya estaban en camino, en ese instante, Seunghyun sintió el peso de su destino aplastarlo. La cárcel lo esperaba, y no había forma de escapar.

 

Kyungsoo y Sehun no podían dejar de llorar, los dos hermanos, unidos por el dolor de la pérdida de su madre, compartían una angustia indescriptible, el horror de descubrir que Oh Mina había muerto no por un accidente, sino por un plan calculado, los había marcado para siempre, las lágrimas caían, pero era más que dolor: era un grito silencioso de frustración, de impotencia, de amor perdido y de rabia contenida.

 

Junmyeon miró a Sehun, quien también se encontraba devastado, y por un momento, la tristeza se hizo más profunda que la furia, pero también había algo más: la necesidad de sanar, de descubrir la verdad, de liberar a Oh Mina de la mentira que había rodeado su muerte. 

 

Y, tal vez, de alguna manera, sanar también a ellos mismos.

 

La atmósfera se tornó tensa cuando Sehun se acercó lentamente a su padre, Seunghyun, con una furia contenida. Cada paso que daba resonaba como un eco de la ira que llevaba años acumulando, una rabia alimentada por las mentiras y el sufrimiento, su respiración estaba entrecortada, y sus ojos brillaban con una determinación feroz, no importaba cuánto costara, Sehun estaba dispuesto a hacer que su padre pagara por todo lo que había hecho.

 

—Sehun... —dijo Seunghyun en un tono bajo, cargado de veneno, pero no era suficiente para detener a su hijo. 

 

Sehun ni siquiera lo miró, el odio que sentía por él era tan grande que no necesitaba responderle.

 

Con una mirada de desprecio, sehun continuó avanzando, ya no quedaba lugar para las palabras, y aunque Seunghyun intentó hablar, no hubo ningún consuelo en sus palabras. Sehun sabía que su padre ya no merecía ninguna misericordia.

 

De repente, se escuchó un leve ruido, y Minseok y Baekhyun se acercaron rápidamente para levantar a Junghyun, quien, a pesar de sus ataduras, estaba comenzando a desmoronarse ante el peso de la verdad, sabían que Junghyun debía ser el segundo en entregarse lo arrastraron fuera del lugar, confiando en que se enfrentaría a su destino.

 

Mientras Sehun se quedaba allí, observando a su padre, se sentía como si estuviera a punto de estallar, sabía que todo estaba a punto de acabar, pero también entendía que Seunghyun seguiría buscando alguna manera de destruir lo que quedaba de él, y de Junmyeon, luego de unos minutos todos comenzaban a salir, el sonido de las sirenas de la policía comenzó a llenar el aire, sehun se quedó quieto por un segundo, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo, la justicia finalmente estaba cerca, pero lo que no había anticipado era lo que sucedería después.

 

En un instante de distracción, Seunghyun logró soltarse de las ataduras que lo mantenían en su lugar con su navaja que siempre guardaba, la fuerza con la que corto fue increíble, y sus ojos, llenos de furia y desesperación, brillaban como los de un animal herido, alguien que fue humillado, que habían arrebatado todo lo que construyo en sus años de carrera. 

 

Cuando Seunghyun vio que la puerta estaba abierta y que todos se estaban alejando, actuó con rapidez, levantándose con pasos rapidos, de un salto y alcanzando a Junmyeon, quien, desconociendo la amenaza, aun con lágrimas y cansado, caminaba distraído detrás de Baekhyun y Minseok.

 

Seunghyun lo agarró con fuerza, sujetando su muñeca de forma violenta y empujándolo hacia él. La reacción fue tan rápida que nadie alcanzó a reaccionar a tiempo. Sehun, al escuchar el ruido, giró bruscamente y vio lo que sucedía. 

 

Su corazón dio un vuelco cuando vio a Seunghyun sujetando a Junmyeon de manera peligrosa.

 

En sus manos, Seunghyun había sacado a relucir una navaja, que conocía perfectamente, que pertenecía a su padre, este lo acercaba lentamente al cuello de Junmyeon.

 

—Kim Junmyeon... —la voz de Seunghyun era baja, temblorosa pero cargada de veneno, su mirada se llenaba de una ira salvaje que había estado oculta durante tanto tiempo

 

—Este es el destino que te esperó todo este tiempo, el destino de morir, has estado jugando con fuego, Junmyeon... Y ahora vas a arder.

 

Junmyeon sintió el frío metal del cuchillo presionando contra su cuello, y su corazón dio un vuelco, la desesperación se apoderó de él mientras luchaba por zafarse, pero las manos de Seunghyun lo mantenían con una fuerza brutal. Con cada intento de liberarse, el cuchillo se acercaba más y más...

 

—Sehun, por favor... —dijo Junmyeon, sus ojos llenos de lágrimas mientras miraba a Sehun con desesperación—. Te amo... haz justicia a mina y a mis niños...

 

Sehun miraba la escena con horror, su mente en shock, pero algo dentro de él se despertó con fuerza, la visión de Junmyeon atrapado en las garras de su padre lo hizo reaccionar con una violencia inesperada. Aunque sabía que tenía que salvarlo, no podía evitar que una ola de ira lo invadiera.

 

—¡Suéltalo! —gritó Sehun, corriendo hacia Seunghyun, con los puños apretados, deseando golpearlo hasta que se derrumbara. Pero Seunghyun no lo dejó, la única reacción fue una risa amarga que le salió de la garganta, como si todo lo que había hecho hasta ese momento fuera una especie de juego para él.

 

—No puedes salvarlo, Sehun... su destino ya está sellado, ninguno de nosotros puede escapar de lo que hemos hecho. —Seunghyun miró a Junmyeon con una sonrisa torcida—. A Junmyeon nunca le fue permitido vivir, no en este mundo.

 

El cuchillo afilado empezó a cortar ligeramente el cuello de Junmyeon, saliendo gotas de sangre, haciendo que su respiración se entrecortaba, sabía que no quedaba tiempo, que su vida estaba a punto de acabarse en manos de este hombre cruel que, durante años, había jugado con su destino, pero lo que más le dolía era la mirada de Sehun, esa expresión en su rostro, la mezcla de miedo y dolor, le desgarraba el corazón.

 

—Junmyeon... —dijo Sehun, sus ojos llenos de lágrimas, pero también de furia—. ¡Te prometo que te sacaré de aquí! No te va a pasar nada. ¡Te lo juro! ¡No lo permito!

 

Junmyeon miró a Sehun, intentando sonreír a pesar del terror que lo consumía, sehun estaba dispuesto a todo, dispuesto a pelear hasta el final, y eso era lo único que Junmyeon necesitaba escuchar.

 

—Te amo... —susurró Junmyeon, como un último suspiro, antes de que el cuchillo de Seunghyun presionara más fuerte contra su piel.

 

El sonido de la puerta que se abría de golpe los interrumpió, en un abrir y cerrar de ojos, la policía entró en la sala, y el caos se desató, seunghyun intentó resistirse, pero la policía, entrenada para actuar en situaciones como esa, no tardó en neutralizarlo,sehun aprovechó la oportunidad para lanzarse hacia su padre, golpeándolo con toda la fuerza que pudo reunir, pero en lo más profundo de su ser, sabía que lo que estaba haciendo no cambiaría lo que ya estaba hecho, seunghyun era el responsable de la muerte de Oh Mina, de los años de sufrimiento de Sehun y Junmyeon.

 

Junmyeon, temblando, finalmente se soltó de las garras de Seunghyun, quien ya estaba siendo sometido por la policía, sehun lo abrazó con fuerza, sin decir nada, solo asegurándose de que estuviera a salvo, de que nada le pasara.

 

—Te tengo... —susurró Sehun mientras lo apretaba contra él, con los ojos llenos de lágrimas.

 

Junmyeon, en medio del caos y la confusión, sólo podía cerrar los ojos y dejarse llevar por el abrazo de Sehun, el único consuelo que quedaba.

 

Ambos amantes, Finalmente eran libres... 

Notes:

Curiosidades y extras!

- Junghyun realmente ama a junmyeon, a su primer hijo, no tanto ya que fue el primero en ir contras las reglas y escapar a francia, manipulo a jun desde los 17/18 años ya que esa edad que el tenia murio su madre (madre de junmyeon y minseok) y fue facil para el corromperlo y hacerlo sumiso, asi que junmyeon es su favorito a pesar de todo. Amaba a jun y siempre creyo que su hijo menor siempre estaría a sus pies

- junmyeon siempre quiso la aprobación de su padre, lo queria de verdad y hasta el final penso que iba a cambiar.

-seunghyun si apreciaba a sehun, era el más parecido a mina pero su favorito era kyungsoo, por que el era heterosexual, siempre fue homofobico con sehun, mina aceptaba la sexualidad de sehun y con ella sehun salio del closet.

Son cosas que pensaba agregar pero la descarte para no desviar mucho la trama

 

3/3 Gracias por leer! Nos vemos en unos dias para el final !

Chapter 26: Capitulo 25 | Libres

Notes:

hola!! les traigo ya el uno de los ultimos capitulos

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Domingo, Hacienda de los Oh , 01:00 AM 

 

La madrugada había llegado lentamente, pero la pesadez del momento hacía que el tiempo pareciera más largo de lo que realmente era, eran la una de la mañana y lo único que se podía escuchar era el sonido del viento y la sirena de los coches patrulleros estacionados fuera de la propiedad, los agentes de la policía se encargaban de tomar declaraciones a todos, separándolos en pequeños grupos para evitar que se interrumpieran entre sí, las luces brillaban fuertemente, iluminando la oscuridad y haciendo que la escena pareciera más surrealista de lo que ya era.

 

Dentro de la hacienda, el aire estaba cargado de tensión, la calma que había seguido a la tormenta parecía inalcanzable, pero al menos la verdad había sido revelada, y eso brindaba una pequeña paz a todos los presentes, junmyeon estaba en los brazos de Sehun, envuelto en una manta que apenas cubría su cuerpo, sehun lo sostenía con firmeza, como si fuera lo único que pudiera hacer por él en ese momento, sus ojos no podían dejar de observar el vendaje alrededor del cuello de Junmyeon, donde Seunghyun había apretado el cuchillo con tal fuerza que había dejado marcas no tan profundas pero lo tuviero que anestesiar y coser, aunque no podía hacer nada más por él físicamente, su abrazo era la única forma de mostrarle todo lo que sentía, cada beso que le daba en la frente, en la mejilla, en la mano, era un gesto de cariño y protección.

 

Junmyeon, a pesar del dolor y la conmoción, encontraba consuelo en los brazos de Sehun, sabía que estaba a salvo ahora, su vida había sido puesta en peligro una vez más, pero al menos estaba con la persona que amaba, la situación aún parecía una pesadilla, pero la calma, aunque frágil, comenzaba a formarse alrededor de ellos,sehun no podía dejar de abrazarlo, cada vez que Junmyeon suspiraba o movía ligeramente su cabeza, Sehun lo apretaba más cerca de él, temeroso de que algo pudiera arrebatarlo de nuevo.

 

—Todo está bien, amor, estoy aquí, no dejaré que te pase nada —le susurraba Sehun, sin poder despegar los ojos de su rostro.

 

La piel de Junmyeon estaba pálida, pero estaba respirando con normalidad, aunque de vez en cuando se le escapaba un sollozo. Las emociones seguían a flor de piel, y la adrenalina de lo sucedido comenzaba a desvanecerse, dejándolos vulnerables.

 

Minseok, quien había sido testigo de todo, observó en silencio desde un rincón mientras los otros tomaban sus declaraciones, sus ojos se movían rápidamente entre Junmyeon y Sehun, sabiendo que, aunque la verdad ya estaba sobre la mesa, el dolor de la revelación todavía iba a requerir tiempo para ser procesado.

 

Finalmente, se acercó a ellos, caminando despacio, con una mirada grave pero tierna.

 

—Junmyeon... —dijo con voz suave, su tono cargado de preocupación, pero también de alivio—. Necesito verte... —Extendió sus brazos, invitando a su hermano a un abrazo.

 

Sehun los observó, comprendiendo que era el momento para que Minseok se acercara, no podía ser el único sostén de Junmyeon todo el tiempo, y lo sabía, con una leve sonrisa, Sehun dejó que Minseok tomara a su hermano, junmyeon, aunque cansado, se permitió ser abrazado por su hermano mayor, los dos se quedaron en silencio por unos momentos, mientras Minseok le acariciaba la espalda y besando su frente, aliviando su tensión, los dos hermanos compartían una conexión que solo el tiempo había fortalecido, y ahora, más que nunca, necesitaban uno al otro.

 

—Lo siento, mi jun... —dijo Minseok en un susurro, sin poder evitar las lágrimas, a tensión que había vivido ese día se desbordaba, y todo lo que había sufrido su familia parecía alcanzar su punto culminante.

 

Sehun, desde su lugar, observaba cómo los hermanos se abrazaban, la sensación de pérdida y dolor era palpable, y al mismo tiempo, también lo era la esperanza. Oh Mina había sido la clave de todo esto, aunque su madre ya no estaba, "su sacrificio" no había sido en vano, la verdad al fin había salido a la luz, y Seunghyun y Junghyun tendrían que enfrentarse a las consecuencias, la justicia, aunque tardía, finalmente llegaba.

 

Cuando los hermanos se separaron, Kyungsoo se acercó con pasos rápidos, había estado callado durante todo el proceso, pero su presencia no pasó desapercibida, su rostro estaba marcado por la tristeza, pero también por el alivio de saber que la verdad finalmente estaba fuera.

 

Sehun lo miró de reojo, sintiendo un peso en su pecho que no sabía cómo describir, aunque su madre había sido una víctima en todo esto, Kyungsoo era su hermano. En este momento, necesitaba estar con él.

 

—Hyung... —dijo Sehun, acercándose a él y abrazándolo con fuerza, los dos se quedaron así por un momento, en completo silencio, las palabras sobraban. 

 

Sabían que todo lo que habían vivido durante años había sido parte de un plan más grande, pero ahora que todo se había resuelto, no quedaba más que el dolor de la pérdida.

 

Kyungsoo soltó una risa baja, cargada de tristeza y alivio al mismo tiempo.

 

—Sehun... Finalmente, tenemos respuestas, mamá descansará en paz. —Sus palabras eran un susurro, pero llenas de la verdad que ambos compartían. 

 

Los dos hermanos, a pesar de su dolor, sabían que Oh Mina ahora tenía justicia, aunque su ausencia siempre quedaría marcada en sus vidas.

 

El ambiente en la sala era pesado, pero la presencia de Sehun y Kyungsoo brindaba una sensación de unión que los demás también compartían. Baekhyun, quien había estado observando todo en silencio, se acercó a ellos con una mirada seria.

 

—Sehun, Kyungsoo, junmyeon... —comenzó, con una suavidad en su voz que rara vez se escuchaba en él—lo que hicieron fue muy valiente—Hizo una pausa y miró hacia donde Junmyeon y Minseok se encontraban

 

— Pero al menos sabemos que la verdad ha salido a la luz, y debemos hacer que Oh seunghyun a la cárcel

 

En ese momento, el sonido de las sirenas de la policía y las luces intermitentes fuera de la propiedad se convirtió en el recordatorio de lo que acababa de suceder, sin embargo, dentro de la casa, una calma parcial se había instalado, un respiro entre todo el caos que habían vivido.

 

La calma efímera que había envuelto la escena tras el caos se desvaneció tan pronto como los primeros flashes de cámaras rompieron la oscuridad de la madrugada los reporteros, alertados por el movimiento policial y los rumores que circulaban, comenzaron a aglomerarse frente a la entrada de la propiedad, gritando preguntas y buscando cualquier declaración que pudieran conseguir, la confusión y el cansancio se mezclaron con el murmullo incesante de las voces que exigían respuestas.

 

Junmyeon, aún débil y apoyado nuevamente en Sehun, sintió cómo los guardaespaldas intentaban formar un muro protector a su alrededor, pero los periodistas eran implacables, sus cámaras apuntando directamente hacia él, cegándolo con la luz de los flashes. Las preguntas eran constantes y cada vez más agresivas, como un torrente que no cesaba.

 

—¡Kim Junmyeon, ¿es cierto que su vida estuvo en peligro esta noche?

 

—¿El proyecto de Busan corre peligro después de esta crisis?

 

—¡¿Es cierto que ha tenido relaciones con varios hombres influyentes para encubrir el caso?!

 

Cada palabra golpeaba a Junmyeon como una bofetada, el rostro que intentaba mantener sereno comenzó a quebrarse poco a poco. Sehun, al escuchar las preguntas, apretó la mandíbula, sintiendo cómo la rabia se acumulaba en su pecho.

 

—¡Basta ya! —gritó un guardaespaldas, empujando a los reporteros hacia atrás para crear algo de espacio.

 

Mientras tanto, los flashes se enfocaron en Sehun y Kyungsoo, quienes estaban cerca, uno de los reporteros logró abrirse paso entre la multitud, apuntando su micrófono directamente hacia Sehun.

 

—Oh Sehun, ¿qué tiene que decir sobre los crímenes de su padre, Oh Seunghyun?

 

—¿Ha estado trabajando en Kim Corporation para infiltrarse en los secretos de la empresa?

 

—¡¿Es cierto que está involucrado sentimentalmente con el CEO Kim?!

 

Las últimas palabras parecieron cortar el aire, sehun sintió la sangre hervir en sus venas mientras su mirada se endurecía, antes de que pudiera responder, Kyungsoo intervino, su voz firme pero contenida.

 

—¡Mi hermano no tiene nada que decirles!, ¡Dejen de acosarlo! —gritó, intentando proteger tanto a Sehun como a sí mismo. Pero los reporteros no se detuvieron.

 

—Kyungsoo, como hijo de Oh Mina, ¿qué siente ahora que su madre finalmente tiene justicia?

 

—¿Qué opina de las acciones de su padre?, ¿ fue complice con el en los crímenes?

 

—¿Cómo afectará esto a su futuro profesional?

 

Kyungsoo sintió el peso de las preguntas como un golpe en el pecho, apenas había tenido tiempo para procesar la verdad y el dolor de la pérdida de su madre y ahora estaba siendo expuesto frente a un mar de cámaras y micrófonos.

 

Baekhyun y Minseok, quienes estaban cerca, intercambiaron miradas rápidas antes de actuar, aambos se movieron para bloquear a los periodistas, intentando desviar la atención hacia ellos mismos, baekhyun, siempre rápido de pensamiento, levantó las manos.

 

—¡Se acabó!, ¡Ninguno de ustedes tiene el derecho de hacer estas preguntas en este momento! —dijo con un tono firme que logró callar a algunos.

 

Pero los periodistas seguían presionando, especialmente hacia Junmyeon, quien apenas podía mantenerse de pie.

 

—¡Sr. Kim!, ¿Cómo va a enfrentar esta crisis con la junta directiva de Kim Corporation?

 

—¿Planea renunciar tras este escándalo?

 

Junmyeon, que había estado luchando por mantenerse sereno, sintió que las palabras lo alcanzaban, sus manos comenzaron a temblar, y sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas, pero antes de que pudiera responder, Sehun levantó la voz, su tono cargado de furia.

 

—¡Déjenlo en paz!, ¡Ya basta de sus preguntas ridículas! —exclamó, colocándose frente a Junmyeon, como un escudo humano.

 

Los reporteros no retrocedieron, sino que se enfocaron aún más en Sehun.

 

—Entonces, ¿admite que está involucrado sentimentalmente con Kim Junmyeon?

 

—¿Qué tiene que decir sobre el papel de su padre en este asunto?

 

—¿Cómo piensa limpiar su nombre después de esta noche?

 

El caos era absoluto, y los guardaespaldas luchaban por controlar la situación, chanyeol, quien había permanecido en silencio hasta ese momento, se acercó rápidamente para ayudar, su gran estatura y su actitud intimidante lograron detener a algunos de los periodistas más agresivos.

 

—¡Basta!, Esto no es un circo, ¡déjennos pasar! —gruñó, abriendo camino hacia los vehículos estacionados fuera.

 

Finalmente, los guardaespaldas lograron rodear al grupo y comenzaron a guiarlos hacia los autos, junmyeon fue prácticamente cargado por Sehun, quien no lo soltó ni por un segundo, los reporteros seguían gritando preguntas desde lejos, mientras los flashes continuaban cegando a todos.

 

Dentro del auto, el silencio fue aplastante al principio, junmyeon estaba sentado junto a Sehun, quien le sostenía la mano con fuerza, ambos estaban exhaustos, física y emocionalmente, Kyungsoo, en el asiento trasero, observaba a su hermano menor con una mezcla de preocupación y alivio junto a minseok, sabían que las horas que seguían serían igual de difíciles, pero al menos estaban juntos.

 

—¿Estás bien? —murmuró Sehun, mirando a Junmyeon.

 

Junmyeon asintió lentamente, pero sus ojos seguían perdidos, como si no pudiera procesar todo lo que había sucedido. 

 

En el interior del primer auto, el silencio reinaba entre los ocupantes, pero las emociones eran una tormenta invisible, cada uno estaba atrapado en sus pensamientos, con miradas fijas en la carretera que los llevaba a la estación de policía. Afuera, las luces intermitentes de los patrulleros que los escoltaban iluminaban el camino, recordándoles que esto estaba lejos de terminar.

 

Sehun sostenía con fuerza a Junmyeon entre sus brazos, aunque no pronunciaban palabra, sus gestos hablaban por ellos, sehun acariciaba la nuca de Junmyeon con dedos temblorosos, mientras este apoyaba la cabeza en su pecho, buscando un refugio que sólo él podía ofrecerle, los besos suaves que Sehun depositaba en la frente y las mejillas de Junmyeon eran su forma de consolarlo, de transmitirle que estaba ahí, que no lo soltaría.

 

—Todo estará bien —susurró Sehun, con voz baja pero firme, como si intentara convencerlo, y tal vez también a sí mismo.

 

Junmyeon no respondió de inmediato, sus ojos estaban hinchados por las lágrimas que aún se negaban a caer, cerró los ojos y asintió ligeramente, aferrándose al abrigo de Sehun como si fuera lo único que lo mantenía anclado.

 

En el asiento trasero, minseok no apartaba la vista de su hermano menor, su ceño estaba fruncido, reflejando una preocupación que no intentaba ocultar, la imagen de Junmyeon tan vulnerable lo golpeaba más de lo que quería admitir, si mente se llenaba de recuerdos: Junmyeon, siempre tan seguro, tan dispuesto a cargar con el peso del mundo sin quejarse. 

 

 

Pero ahora lo veía quebrado, y la culpa lo asfixiaba.

 

 

—No debimos llegar a esto —murmuró Minseok, más para sí mismo que para los demás.

 

Kyungsoo, sentado a su lado, escuchó las palabras y suspiró profundamente, su mente estaba igual de nublada, atrapada en una maraña de pensamientos sobre lo que acababan de descubrir y lo que les esperaba. 

 

La figura de su padre, sus crímenes, el peso de ser un Oh... todo lo perseguiría siempre.

 

—Ser un Oh nunca ha sido fácil —dijo Kyungsoo de repente, rompiendo el silencio entre ellos.

 

Minseok lo miró de reojo, sin decir nada, kyungsoo continuó, con la mirada perdida en la ventana.

 

—Por mucho que intentemos escapar de lo que hizo nuestro padre, siempre nos recordarán por él, por su nombre, lor sus crímenes, por todo.

 

Minseok apretó los labios, quería decir algo, pero no encontraba las palabras adecuadas, finalmente, puso una mano en el hombro de Kyungsoo, un gesto silencioso de comprensión.

 

01:30 AM

 

Baekhyun y Chanyeol, que estaban sentados en el otro auto detrás de ellos, compartían una atmósfera similar, apenas se conocían, pero las horas que habían pasado juntos esa noche los habían unido de maneras inesperadas, chanyeol, con su imponente figura, parecía siempre seguro de sí mismo, pero ahora estaba inquieto, moviendo las piernas constantemente y tamborileando los dedos contra el asiento.

 

—¿Crees que nos arrestarán? —preguntó, rompiendo la tensión.

 

Baekhyun, que estaba mirando por la ventana, se giró para enfrentarlo, su expresión era cansada pero tranquila.

 

—No lo sé. Tal vez, técnicamente lo que hicimos fue ilegal... secuestrar a alguien, aunque fuera por la verdad, no deja de ser un crimen.

 

Chanyeol asintió lentamente, pasando una mano por su cabello desordenado.

 

—Supongo que hicimos lo correcto, ¿no?, Al menos ahora sabemos la verdad, al menos Junmyeon-hyung y Sehun saben lo que pasó.

 

Baekhyun lo miró durante unos segundos antes de suspirar. 

 

—Sí, pero la verdad no siempre viene sin consecuencias, solo espero que esto no los destruya a todos.

 

Por un momento, ambos se quedaron en silencio, compartiendo el peso de lo que acababan de vivir, aunque apenas se conocían, había un entendimiento tácito entre ellos, baekhyun, siempre elocuente, apreció el apoyo silencioso de Chanyeol en un momento en que las palabras eran difíciles de encontrar.

 

En el primer auto, el chofer habló finalmente, rompiendo el silencio.

 

—Estamos a cinco minutos de la estación, prepárense.

 

La noticia hizo que todos en el auto se tensaran, sehun apretó a Junmyeon un poco más fuerte, sintiendo cómo el cuerpo de su novio temblaba ligeramente.

 

—Estoy contigo, Jun, no importa lo que pase, no te dejaré solo —susurró.

 

Junmyeon finalmente alzó la mirada hacia él, sus ojos todavía llenos de miedo y cansancio, sehun lo besó suavemente en los labios, un gesto que prometía mucho más de lo que las palabras podían expresar.

 

—Lo sé, Sehun, gracias por estar aquí —respondió en un susurro.

 

Minseok, observando la escena desde atrás, sintió que su corazón se apretaba, quería decir algo, pero sabía que no era el momento, lo único que podía hacer era apoyar a su hermano cuando más lo necesitara.

 

 

Estación de policia metropolitana de Seoul.

02:00 AM 

 

Finalmente, llegaron a la estación de policía, los patrulleros se detuvieron frente a la entrada, y los agentes comenzaron a descender, escoltando a todos hacia el interior, las luces de las cámaras todavía brillaban en la distancia, pero los reporteros fueron mantenidos fuera por un cordón policial, aún así, sus gritos y preguntas podían escucharse claramente.

 

—¡Sehun!, ¡Junmyeon!, ¿Qué tienen que decir sobre lo ocurrido esta noche?

 

—¿Planean dar una conferencia de prensa?

 

—¿Qué sucederá con Kim Corporation después de esto?

 

Los guardaespaldas y los policías formaron un camino para que el grupo pudiera entrar al edificio, sehun, sosteniendo la mano de Junmyeon, lo guió con cuidado, manteniendo su mirada al frente y evitando las cámaras, sabía que lo peor aún no había terminado, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera, kyungsoo y los demás siguieron de cerca, sus expresiones una mezcla de cansancio, preocupación y determinación.

 

La noche aún era larga, y las preguntas apenas comenzaban.

 

Los minutos parecían eternos en la estación de policía, uno a uno, los involucrados pasaban por los interrogatorios, y la tensión crecía en cada rincón del edificio, las preguntas de los oficiales eran directas y rápidas, pero el peso de la verdad que cada uno debía contar parecía hacer más difícil cada palabra, junmyeon, aunque protegido por Sehun, todavía se sentía vulnerable, kyungsoo se mantenía en silencio, luchando con sus propios demonios mientras esperaba su turno, minseok, más calmado que el resto, observaba a su hermano, preocupado por cómo podría enfrentar toda la verdad.

 

Finalmente, llegó el turno de Sehun.

 

Lo hicieron entrar en una pequeña sala de interrogatorios, un espacio frío y vacío donde las luces brillaban de manera incómoda, sehun no miraba a su alrededor, estaba acostumbrado a las interrogaciones, pero esta era diferente, junmyeon estaba a su lado, esperando fuera, y eso le daba algo de consuelo, sabía que tenía que ser honesto, y su corazón latía con fuerza al pensar en todo lo que iba a contar.

 

El oficial que lo interrogaría se sentó frente a él, con una libreta en la mano, listo para tomar nota.

 

—Hwang Sehun —comenzó el oficial, mirando la libreta y su identificación falsa—. Sabemos que tienes información vital sobre los eventos que ocurrieron esa noche, comienza desde el principio, ¿Cómo te involucraste con Kim Corporation?

 

Sehun respiró hondo, su mente viajando al pasado, recordó aquellos días en los que, como un "joven asistente", se infiltró bajo el nombre de Hwang Sehun, recordaba cómo había planeado cada paso, desde la manera en que cambió su identidad hasta cómo se acercó lentamente a Junmyeon.

 

—Mi nombre no es Hwang Sehun —comenzó, mirando fijamente al oficial—. Mi verdadero nombre es Oh Sehun, y soy hijo de Oh Seunghyun.

 

Hubo una pausa en la sala mientras el oficial tomaba nota, y Sehun se permitió un breve momento para respirar, Continuó: 

 

—Hace cinco años, mi madre, Oh Mina, fue asesinada, nadie sabía la verdad, no hasta hoy, mi padre, Oh Seunghyun, me había dicho que ella había muerto en un accidente, provocado por Kim corporation, pero siempre sospeché que había algo más, algo que él me ocultaba, así que decidí investigar, sin que él lo supiera.

 

El oficial levantó una ceja, sorprendido por la revelación, pero Sehun no se detuvo.

 

—Me infiltré en Kim Corporation bajo una nueva identidad, como Hwang Sehun, le dije que estaba estudiando una maestría, pero en realidad todo lo que quería era descubrir qué había pasado con mi madre, quería averiguar quién era el verdadero responsable de su muerte.

 

Sehun apretó los puños sobre la mesa, su rostro endurecido por la ira que aún sentía al recordar lo que había pasado.

 

—Para eso me acerqué a Kim Junmyeon, inicialmente, él fue solo una pieza del rompecabezas, tenía que ganarme su confianza, sin que él sospechara que yo estaba buscando respuestas, pero... no esperaba enamorarme de él, no esperaba que mi vida cambiara de esa manera.

 

El oficial lo observó en silencio, consciente de que Sehun no estaba mintiendo, su voz se quebró un poco cuando continuó:

 

—Junmyeon... se convirtió en alguien muy importante para mí, pero mi misión no había terminado, mi único objetivo era descubrir la verdad. Durante meses, trabajé a su lado, recopilando información y, al mismo tiempo, profundizando nuestra relación, a medida que me acercaba a él, comenzaba a darme cuenta de lo mucho que me importaba, sin embargo, mi lealtad seguía estando con mi madre.

 

Hubo una nueva pausa en la sala, el oficial observó la confusión y el conflicto en el rostro de Sehun, reconociendo que estaba hablando desde un lugar de dolor profundo.

 

—Kim Junghyun, el padre de Junmyeon, quien fue una de las personas que estuvo ese día, no había querido declarar ese día del accidente, algo que me pareció raro desde ese entonces. 

 

Sehun apretó los dientes, su respiración más pesada.

 

—Nunca entendí por qué mi madre, siendo tan valiente, no había logrado salvarse, ¿Por qué no pudo dejarme una pista más clara?, Pero finalmente descubrí que ella había dejado todo escrito en un archivo que debía entregarse a kim junmyeon, Fue entonces cuando entendí lo que había pasado esa noche.

 

Sehun hizo una pausa, mirando al oficial a los ojos con una intensidad que no se podía negar.

 

—Mi madre... ella descubrió que mi padre quería matar a Junmyeon, ella había planeado mandarle el archivo antes de morir, pero mi padre la interceptó,  Yo... nunca supe la verdad hasta que lo descubrí todo.

 

Su voz se quebró en ese momento, y no pudo continuar por unos segundos.

 

—Junmyeon es el verdadero objetivo de todo esto, Y mi padre lo sabía, mi madre había descubierto el plan, y al intentar salvar a Junmyeon, se sacrificó por él, pero, al final, los asesinos fueron tras ella, y apuntaron mal con la pistola ese día, mi madre murió por culpa de mi padre, y ahora, después de todo este tiempo, por fin entiendo la verdad.

 

Sehun respiró profundamente antes de continuar

 

— Y esa es la razón por la que todo esto comenzó, nunca quise que Junmyeon sufriera, pero, en ese momento, mi deber era la verdad.

 

El oficial observó el rostro de Sehun, buscando cualquier signo de mentira, pero no encontró nada, sehun no estaba mintiendo. El dolor era demasiado palpable, y sus palabras fueron un grito de desesperación que ya llevaba años guardado.

 

Finalmente, el oficial levantó la mirada de la libreta.

 

—Entonces, todo este tiempo... ¿Usted se infiltró en Kim Corporation sin que su padre lo supiera?, ¿Por qué nunca lo reveló?

 

Sehun tragó saliva, su expresión tensa pero decidida.

 

—Porque si mi padre se enteraba, jamás habría sabido la verdad, no podía permitir que él fuera el que controlara todo, todo lo que quería era hacer justicia para mi madre, ahora... finalmente se hace justicia.

 

El oficial anotó la respuesta, y el interrogatorio continuó, pero Sehun ya sabía que había dicho todo lo que debía decir. 

 

Los interrogatorios ya habían llegado a su punto máximo de tensión, en la pequeña sala donde Sehun se encontraba, las pruebas que había entregado caían una tras otra, como piezas de un rompecabezas que por fin comenzaba a encajar, los policías observaban con incredulidad y asombro, apenas creyendo lo que escuchaban, la historia de Sehun y cómo se había infiltrado en Kim Corporation para descubrir la verdad sobre la muerte de su madre, Oh Mina, comenzaba a tomar forma, pero lo que sorprendía más aún era el impacto de los detalles que Sehun había proporcionado. 

 

Entre los papeles que había entregado, estaban los mensajes anónimos que su padre, Oh Seunghyun, le había enviado a Sehun cuando este comenzó a acercarse a Junmyeon, amenazas veladas que le indicaban que estaba siendo vigilado, y cómo, a través de un tercero, se sacaban fotos de cada uno de sus movimientos, sehun no había sabido qué hacer con esa información, hasta ahora.

 

—¿Entonces tu padre... te vigilaba? —preguntó uno de los oficiales, mirando los mensajes con detenimiento.

 

Sehun asintió lentamente, sus ojos llenos de rabia y frustración.

 

—No solo me vigilaba, también a Junmyeon, mi padre nunca me dio un respiro, todo lo que hacía estaba bajo su radar, cada conversación que tenía con él, cada movimiento que hacía en la oficina... Todo estaba siendo monitoreado, sabía que tenía que actuar con cautela, pero no tenía opción, tenía que seguir investigando.

 

El oficial observó los mensajes más detenidamente y luego se inclinó hacia su compañero, intercambiando miradas llenas de asombro.

 

—Esto es enorme... —murmuró uno de ellos, dejando escapar un suspiro.

 

Sehun dejó que las palabras de los oficiales se desvanecieran mientras él se sumergía en sus propios pensamientos, revisando la historia nuevamente en su mente.

 

Sehun saco de su bolsillo el pendrive que le había entregado junghyun, donde contenía la información que debió llegar a junmyeon ese día.

 

—Este archivo... tiene la clave, mi madre intentó entregárselo a Junmyeon antes de su muerte, sabía que él era el próximo objetivo, el principal. 

 

El oficial se quedó boquiabierto ante la revelación, jamás habían escuchado un caso como este, y todo lo que sehun les estaba contando, no solo cambiaba la historia que conocían, sino que los ponía en un dilema profundo, la implicación de un asesinato tan calculado, con tantas personas involucradas, parecía demasiado grande para ser cierto.

 

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó el oficial, con una mirada cautelosa.

 

Sehun cerró los ojos por un momento, sintiendo el dolor profundo que había estado cargando por tanto tiempo, había llegado hasta este punto, pero la verdad aún lo desgarraba por dentro.

 

—Porque mi madre me dejó algo... —dijo, sacando de su bolsillo un pequeño diario. 

 

El mismo diario que había encontrado entre las cosas de su madre después de su muerte, hasta cinco años despues, con manos temblorosas, lo abrió y comenzó a leer algunas de las anotaciones escritas por Oh Mina en los días previos a su muerte.

 

La sala se quedó en silencio mientras Sehun leía en voz baja, pero con una tensión palpable en el aire. Los policías esperaban ansiosos, sintiendo cómo las palabras de Oh Mina comenzaban a tomar vida.

 

—"Hoy me preguntó si había estado revisando sus documentos, y aunque intenté mantener la calma, no estoy segura de haberlo convencido, tengo miedo. No por mí, sino por el joven Kim, estoy casi segura de que Seunghyun planea hacerle algo para asegurarse de que no pueda interferir con sus planes, mo puedo permitir que eso ocurra, tengo que encontrar la manera de advertirle sin que Seunghyun lo descubra."

 

Sehun tragó saliva, notando cómo el dolor en su pecho aumentaba mientras leía esas palabras, las palabras de su madre que, en su último esfuerzo, había intentado salvar a Junmyeon. Sin éxito. 

 

Oh Mina... Fue demasiado tarde para ella... 

 

—Mi madre nunca pudo entregar este archivo a Junmyeon, ella sabía que mi padre quería matarlo, pero en lugar de eso, se enfrentó a la muerte por intentar salvarlo, siendo una victima, lo único que logró fue que los asesinos se equivocaran y la mataran a ella, mi madre murió por error, lo que no sabía nadie, es que Junmyeon era el objetivo original.

 

Un pesado silencio llenó la sala mientras los oficiales procesaban esta información, cada palabra que Sehun decía no solo les dejaba atónitos, sino que les mostraba la magnitud del caso, esto no solo implicaba a un asesino, sino a una conspiración de proporciones gigantescas que había sido llevada a cabo por el hombre que Sehun había llamado "padre", los que habían estado jugando con la vida de tantas personas ahora estaban expuestos.

 

El oficial se levantó y, después de algunos segundos, se dirigió a Sehun con una mirada seria.

 

—Esto cambia todo... —dijo, y luego miró a su compañero—. Vamos a necesitar un equipo más grande para procesar todo esto, este no es un caso que podamos manejar de manera ordinaria.

 

Mientras los oficiales se retiraban para hacer llamadas y coordinar acciones, Sehun se quedó sentado allí, con la cabeza baja, no quería ni podía ver lo que quedaba de su familia. Oh Seunghyun había caído, pero el precio había sido demasiado alto.

 

En ese momento, el teléfono del oficial sonó, y él se giró rápidamente, tomó la llamada y habló por unos momentos con una voz grave. Al colgar, su expresión era más seria que nunca.

 

—Esto es oficial, nos han dado acceso a los archivos de Oh seunghyun, y lo que hemos encontrado en sus registros es aún más escalofriante de lo que pensábamos hay pruebas de que él estaba aliado con carteles de sicarios y varias transacciones depositadas a ellos. 

 

El oficial volvió su mirada a Sehun, reconociendo el valor de lo que él había hecho al llevar esta información a la luz.

 

—Lo que nos estás diciendo cambia el rumbo de este caso, gracias a ti, ahora sabemos la verdad.

 

Sehun asintió, un leve suspiro escapando de sus labios. A pesar de todo lo que había hecho, la sensación de justicia aún no lo alcanzaba, la pérdida de su madre y el impacto de todo lo que había hecho le pesaban más que nunca.

 

Sehun salió de la sala, sintiendo el peso de todo lo que acababa de revelar, aunque había logrado poner en evidencia la verdad, una sensación amarga lo envolvía, junmyeon estaba a punto de ser interrogado, y la presión lo invadía. 

 

Cuando sus ojos se posaron sobre Junmyeon, su corazón se apretó, junmyeon estaba siendo arrastrado por dos policías, con la mirada cansada y el rostro tenso, aunque el procedimiento era necesario, Sehun no podía evitar sentirse impotente, todo lo que había hecho, toda la verdad que había revelado, había sido por él, por salvarlo, y ahora, Junmyeon debía pasar por lo mismo.

 

Sehun se acercó, sus pasos decididos pero lentos, un nudo en su garganta se hizo más grande cuando vio a Junmyeon voltear hacia él, junmyeon sonrió, una sonrisa cargada de gratitud pero también de tristeza.

 

—Te lo debo todo... —dijo Junmyeon, su voz ronca y entrecortada, Apesar de lo sucedido, había algo en su mirada que revelaba cuánto apreciaba a Sehun, cuánto lo necesitaba en ese momento.

 

Sehun lo miró fijamente, sintiendo que su pecho latía con fuerza, quiso decirle tantas cosas, pero las palabras parecían escapar de él. En lugar de hablar, sehun simplemente se acercó más y envolvió a junmyeon en un abrazo, rodeándolo con los brazos como si no pudiera soltarlo.

 

—Lo siento mucho... —murmuró Sehun, sus palabras cargadas de arrepentimiento y amor. Su rostro se hundió en el cabello de Junmyeon, y por un momento, el tiempo pareció detenerse, apesar de que estaban en una situación tan difícil, sehun solo deseaba que, por un instante, pudieran encontrar consuelo el uno en el otro.

 

Los policías que los rodeaban los observaron en silencio, sin interrumpir, sabían que, en medio de toda la tensión, estos dos hombres necesitaban ese momento de tranquilidad, después de todo lo que habían pasado, merecían un respiro.

 

Finalmente, uno de los oficiales que estaba cerca de ellos habló en voz baja:

 

—Es hora de que Kim Junmyeon pase a la siguiente sala, tiene que declarar.

 

Con un último suspiro, Sehun dejó ir a Junmyeon, aunque lo hizo de mala gana, lo observó mientras lo llevaban hacia la sala de interrogatorios, a medida que se alejaba, Sehun sentía cómo una pesada nube de ansiedad lo envolvía nuevamente, sabía que Junmyeon sería fuerte, pero aún así, el peso de las acusaciones y el dolor del pasado pesaban sobre él como una carga insostenible

 

La sala de interrogatorios estaba impregnada de un silencio pesado.

 

donde el tiempo parecía desmoronarse en cada segundo que pasaba, junmyeon se encontraba sentado frente a un oficial, con las manos entrelazadas y la mirada perdida en el escritorio, sabía que era hora de enfrentarse a la verdad, de contar todo lo que había sucedido, aunque le doliera.

 

Los recuerdos llegaron como una avalancha, y con ellos, una mezcla de emociones que lo hacían sentir vulnerable, sabía que tenía que hablar, que no podía seguir ocultando nada, ni siquiera lo más doloroso, sehun, el hombre que amaba, había estado en su vida desde el principio, aunque de una manera muy distinta a la que él creía.

 

—Kim Junmyeon, ¿sabías que Sehun estaba investigando sobre la muerte de Oh Mina? —preguntó el oficial, mirando su cuaderno con atención.

 

Junmyeon suspiró, sabiendo que no podía mentir más. Sentía que la verdad tenía que ser liberada, aunque su corazón palpitara con fuerza.

 

—Sí —dijo finalmente, su voz un susurro. —Lo supe... algo tarde, pero lo supe.

 

El oficial lo observó en silencio, esperando a que Junmyeon continuara.

 

—Cuando Sehun apareció en mi vida, yo no sabía quién era, solo que era un hombre que me cautivó desde el principio, su encanto, su presencia, todo en él parecía sacarme de mi zona de confort, pero también había algo en él que me ponía a la defensiva, no podía dejar de pensar que él esconde algo, algo importante.

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, dejando que las palabras fluyeran, necesitaba contarlo todo, aunque el dolor lo ahogara.

 

—Lo descubrí cuando, después de un tiempo, sehun se infiltró en mi vida... en mi trabajo, empecé a sospechar que algo no estaba bien, que había algo más detrás de esa fachada que me mostró al principio, él era... diferente, me hizo confiar en él, pero al mismo tiempo, sentía que había algo oscuro que me rodeaba.

 

El oficial asintió, como si comprendiera el conflicto interno que Junmyeon había experimentado, Junmyeon continuó:

 

—Fue cuando decidí investigar, yo mismo mandé a investigar a Sehun, quería saber quién era realmente, lo que estaba buscando, y fue entonces cuando descubrí su verdadera identidad... No era un simple hombre que trabajaba para Kim Corporation, era el hijo de Oh Seunghyun, mi enemigo, el hijo de la mujer que murió hace años frente a mi,. 

 

El oficial levantó una ceja, sorprendido.

 

—¿No sabías quién era cuando lo conociste? —preguntó, incrédulo.

 

Junmyeon negó lentamente con la cabeza.

 

—No... no lo sabía, sehun nunca debutó en el mundo empresarial por su sexualidad y su padre lo ocultaba, cuando supe quién era, cuando comprendí  su verdadera misión, lo enfrenté, le pregunté por qué me había engañado, y fue entonces cuando todo cambió, él me dijo que estaba buscando la verdad sobre la muerte de su madre, que había sido asesinada, y que su padre había estado involucrado.

 

Junmyeon apretó los puños, su voz temblando.

 

—Yo... yo lo traté como un enemigo al principio, estaba molesto, dolido, pero algo en él me hizo dudar, su angustia, su dolor, porque en ese momento entendí que él, igual que yo, estaba buscando respuestas, y me hizo pensar en mi propia historia, en mi propia familia, ¿Realmente quería ser como mi padre, ser cómplice de todo esto?, ¿O debía tomar una decisión que cambiara mi vida para siempre?

 

Junmyeon hizo una pausa y dejó que las palabras calaran hondo.

 

—Cuando Sehun me confesó que había estado investigando, que él no había tenido nada que ver con la muerte de Oh Mina, y que su único deseo era hacer justicia... yo... no pude evitarlo, comencé a sentir que, tal vez, nuestro destino no estaba sellado, que, tal vez, lo que había comenzado como una mentira podría convertirse en algo más grande, algo más real.

 

Junmyeon se pasó una mano por el rostro, sintiendo que el peso de la verdad caía sobre sus hombros. Era tan difícil de asimilar, tan doloroso.

 

—Entonces, decidí ayudarlo, nos unimos en la investigación, buscando la verdad sobre lo que había pasado con Oh Mina, ya medida que íbamos descubriendo más cosas, más me fui enamorando de él, de su lucha, de su coraje, de todo lo que había hecho para descubrir lo que le habían hecho a su madre. Pero también me di cuenta de algo más...

 

Junmyeon suspiró profundamente, mirando al oficial con los ojos llenos de lagrimas, recordando la traición que hizo al principio de su historia

 

—Me enamoré de mi enemigo, me enamoré de Oh sehun.

 

El oficial se inclinó hacia adelante, sorprendiendo por la confesión de Junmyeon.

 

—Entonces, todo lo que sucedió... ¿fue por esa razón? —preguntó, observando cuidadosamente la reacción de Junmyeon.

 

Junmyeon asintió lentamente.

 

—Sí, todo... todo lo que hicimos juntos, las decisiones que tomamos, las mentiras que nos dijimos a nosotros mismos... al final, todo estaba relacionado con lo que sentíamos el uno por el otro, sabíamos que lo que hacíamos estaba mal, que estábamos cruzando límites, Estábamos buscando justicia, aunque el costo fuera tan alto.

 

Junmyeon miró al oficial, su voz llena de convicción.

 

—Nunca pensé que algo tan oscuro me llevaría a esto, pero fue lo que pasó. Sehun y yo, en medio de todo este caos, encontramos un propósito, y eso... eso no lo cambiaría por nada en el mundo.

 

El oficial quedó en silencio, tomando notas en su cuaderno, sabía que las palabras de Junmyeon eran cruciales, pero también había algo más en su tono, una sinceridad que no podía ignorar, junmyeon no estaba mintiendo, y su confesión reflejaba una verdad más grande de lo que cualquier otra persona podría entender.

 

Finalmente, el oficial habló de nuevo.

 

—Gracias por tu honestidad, Junmyeon, esto es algo que tenemos que considerar mientras avanzamos con la investigación.

 

 

Estación de policía metropolitana de Seoul.

05:00 AM 

 

La mañana siguiente llegó y con ella, una sensación de pesadez que envolvía el ambiente, después de horas de declaraciones y revisiones exhaustivas, el grupo finalmente fue liberado de la sala de interrogatorios, junmyeon, sehun, kyungsoo, baekhyun, minseok, y el resto de los involucrados estaban todos reunidos en el vestíbulo de la estación de policía. La tensión aún flotaba en el aire, pero había una sensación de alivio, como si una etapa de este doloroso proceso estuviera por concluir, sin embargo, esa alivio se vio empañado cuando un oficial se acercó con un sobre en las manos.

 

Con una expresión grave, el oficial se acercó a ellos, entregando la hoja con la multa a Junmyeon, la expresión de todos cambió instantáneamente al ver la cifra, dieciocho millones de wones, el dinero parecía una broma cruel, para alguien como Sehun, Junmyeon, o incluso Kyungsoo, la cifra no era nada que no pudieran pagar en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, no era solo una cuestión de dinero, sino una carga pesada que simbolizaba los errores cometidos, la manipulación, y todo lo que había sucedido, nadie lo dijo en voz alta, pero todos lo pensaron:

 

esta multa representaba el precio de un plan que había salido terriblemente mal, de una traición a la confianza de las personas más cercanas.

 

—Kim Junmyeon —dijo el oficial con tono grave—, por el secuestro falso y las armas que se utilizaron en la operación, deberán enfrentar una multa considerable, aunque se ha determinado que eres inocente junto a los demás, en cuanto a las intenciones de asesinato y conspiración, serán involucrado en el proceso debido a tu participación en el engaño. 

 

El policia fijo su mirada en sehun, quien era el mayor involucrado en esto, el que empezó todo

 

—Además, Oh sehun, tendrás que enfrentar cargos por el uso de documentación falsa.

 

El golpe fue fuerte, junmyeon se quedó sin palabras por un momento, completamente atónito, sabía que sus manos no estaban completamente limpias en este asunto, pero no se esperaba que las consecuencias fueran tan severas.

 

—Sabemos que Sehun es el principal responsable de la conspiración, pero eso no te exime de tu participación, tienes una parte en todo esto, y como líder de Kim Corporation, tus decisiones también fueron influyentes, a pesar de que no planeaste el secuestro, se considera que estuviste involucrado, y como tal, deberás enfrentar las consecuencias legales.

 

Junmyeon respiró profundamente, tratando de procesar lo que le decían, la ansiedad y la preocupación se apoderaban de él, pero intentaba mantenerse firme.

 

—¿Y qué pasará con mi padre, Kim Junghyun? —preguntó con una voz grave, sabiendo que la sombra de la implicación de su propio padre también pesaba sobre la situación.

 

El oficial asintió, marcando una pausa en su discurso.

 

—Tu padre está bajo investigación, no fue quien mató a Oh Mina, pero al no entregar el archivo que tenía en su posesión, el que contenía las amenazas de muerte dirigidas hacia ti, Junmyeon, se le considera cómplice. 

 

Todos estaban escuchando al oficial, analizando palabra por palabra.

 

—Es evidente que él estaba al tanto de lo que pasaba, y no cumplió con su deber de protegerte, aunque no se le puede acusar directamente de asesinato, las circunstancias apuntan a una grave negligencia.

 

Junmyeon se sintió aún más abrumado. Kim Junghyun, su propio padre, quien siempre había sido su protector en el mundo empresarial, ahora estaba en el centro de todo esto. El archivo que había recibido de Oh Mina, ese documento que contenía las amenazas que podrían haberlo salvado, y que no fue entregado a tiempo, ahora lo implicaba en un acto de complicidad que Junghyun jamás podría justificar.

 

El oficial continuó con una noticia que solo empeoró las cosas.

 

—Como consecuencia, junghyun no podrá participar en el proyecto Busan, y todo su futuro profesional quedará en suspenso mientras la investigación sobre él avance. Kim Corporation, ósea tu, deberá medidas internas, sin embargo, has demostrado ser inocente en gran parte de los cargos relacionados con la conspiración, y por eso solo tú serás quien participe en el proyecto Busan.

 

Junmyeon sintió una mezcla de alivio y dolor al escuchar esto, por un lado, se sentía agradecido de que no se le hubiera prohibido por completo el seguir adelante con el proyecto, algo que había estado esperando con ansias, pero por otro lado, la situación de su padre lo destrozaba por dentro, Junghyun había cometido un error fatal, y eso significaba que su propia empresa y su futuro ahora dependían de una decisión que no había sido tomada por él, sino por su familia. Había sido víctima de sus propios lazos sanguíneos y de su deseo de proteger a su padre, incluso cuando la verdad estaba en sus manos.

 

—No entiendo —susurró, mirando al oficial—. Mi padre... ¿no tendrá consecuencias?, ¿No va a pagar por lo que hizo?

 

El oficial lo miró fijamente, con una expresión que no intentaba consolarlo.

 

—La ley no lo considera directamente culpable de la muerte de Oh Mina, pero sí de ser cómplice. Él está siendo investigado y enfrentará las consecuencias legales de no haber entregado el archivo, no podemos hacer nada por él ahora.

 

Chanyeol, que había permanecido al margen en todo el asunto, observó la multa en las manos de Junmyeon y alzó la vista, una expresión decidida cruzando su rostro.

 

—Yo me encargaré de esto —dijo Chanyeol con una calma que sorprendió a todos.

 

Junmyeon frunció el ceño, confundido.

 

—¿Cómo? —preguntó, su voz cargada de incredulidad.

 

Chanyeol se adelantó, extendiendo la mano para tomar la hoja de la multa, su mirada era tranquila, casi despreocupada, y todos sabían que algo estaba ocurriendo, chanyeol no era solo el amigo de Sehun y Junmyeon; su familia tenía una influencia mucho mayor que eso.

 

—Déjame hacerlo —insistió Chanyeol, con firmeza.

 

Se giró hacia el oficial que los había entregado el sobre.

 

—Yo me haré cargo del pago de la multa, no quiero que esto cause más problemas de los que ya tenemos, y me aseguraré de que el caso se cierre rápidamente.

 

Las palabras de Chanyeol cayeron sobre todos como una sorpresa, aunque Sehun y Junmyeon sabían de la riqueza de Chanyeol y de su estatus, lo que no sabían era el alcance real de la influencia de su familia, chanyeol no solo era un empresario exitoso, sino también el hijo del alcalde, su familia no solo tenía dinero, sino poder político.

 

Kyungsoo, quien había estado en silencio observando la escena, no pudo evitar mostrar una leve expresión de asombro.

 

—Chanyeol, ¿quieres decir que vas a...?

 

Chanyeol asintió sin titubear.

 

—Sí, mi padre tiene suficientes recursos para terminar este caso de inmediato, como hijo del alcalde, puedo influir para que se cierre la investigación y la multa se pague sin que cause más repercusiones, solo necesito unas horas.

 

La explicación de Chanyeol no necesitaba más detalles, en ese momento, todos comprendieron el poder que su familia poseía, y cómo el hecho de que Chanyeol fuera hijo del alcalde podría ser el factor decisivo para resolver este lío legal que aún colgaba sobre ellos.

 

Sehun miró a Chanyeol con una mezcla de agradecimiento y sorpresa, aunque sabía que Chanyeol no era ajeno a este tipo de situaciones, nunca había considerado que sería el que se encargaría de pagar por todo esto, el hecho de que estuviera dispuesto a resolverlo por ellos sin pensarlo dos veces le hacía sentirse un poco aliviado, aunque también culpable.

 

—Chanyeol, no necesitamos que hagas esto... —comenzó Sehun, aunque sabía que su amigo ya había tomado la decisión, pero Chanyeol levantó la mano, interrumpiéndolo.

 

—Lo haré porque puedo, y porque sé que este tipo de cosas no deberían haberte afectado de esta manera —respondió Chanyeol, mirando a Junmyeon y luego a Sehun. Chanyeol parecía genuinamente molesto por la situación, pero su tono seguía siendo cálido, como si lo que estaba haciendo fuera algo natural para él.

 

Minseok suspiró, aliviado de que al menos una parte de todo este caos pudiera resolverse rápidamente.

 

—Gracias, Chanyeol —dijo Minseok, mientras un suspiro de alivio escapaba de sus labios. Aunque no era ajeno a las conexiones de su hermano menor para resolver , la oferta de Chanyeol lo sorprendió de todos modos.

 

Junmyeon, quien había estado mirando la multa en sus manos durante todo este tiempo, finalmente levantó la mirada y sonrió levemente, aliviado por la intervención de Chanyeol,  siempre había sido un amigo leal de sehun, pero este gesto de generosidad lo hizo sentir aún más agradecido.

 

—Lo haré —reiteró Chanyeol, su tono firme y decisivo, sin dar espacio a más objeciones, le dio un toque de confianza a todos, como si la situación estuviera bajo control nuevamente.

 

Mientras tanto, el oficial que había entregado la multa asintió con seriedad y comenzó a registrar los detalles de la transacción, chanyeol se dirigió rápidamente a hacer una llamada a su padre. Sehun, Junmyeon, y los demás esperaron en silencio, aunque con el alivio de que el dinero, a pesar de ser una suma grande, no era un problema real para ellos.

 

A medida que el tiempo pasaba y Chanyeol arreglaba todo con su padre, las sombras de la noche comenzaron a disiparse, finalmente, el día llegó para poner fin a un proceso que había dejado a todos al borde de un colapso emocional. Habían enfrentado acusaciones graves, traiciones dentro de la familia, y secretos que amenazaban con desmoronarlo todo, pero con la ayuda de Chanyeol y el poder de su familia, el caso se cerraría con un par de llamadas y gestiones que tomaron solo unos minutos. 

 

Domingo, Estación de policia metropolitana de Seoul.

06:00 AM 

 

El sol comenzaba a salir lentamente por el horizonte, bañando la ciudad con un cálido resplandor dorado, después de una noche interminable en la estación de policía, el grupo finalmente pudo salir, aunque el cansancio pesaba en cada uno de ellos. 

 

Junmyeon, al frente, estaba escoltado por sus guardaespaldas, mientras Sehun y los demás lo seguían de cerca. A pesar de su agotamiento, los flashes de las cámaras y las preguntas insistentes de los reporteros seguían acosándolos desde la distancia.

 

—Señor Kim, ¿es cierto que usted sabía de los planes desde el principio? 

 

—Señor Kim , ¿cómo piensa que esto afectará el proyecto Busan? 

 

—¿Qué tiene que decir sobre la multa millonaria? 

 

Las preguntas eran agresivas, pero los guardaespaldas de Junmyeon hicieron su trabajo, asegurándose de que ninguno de los reporteros se acercara demasiado. Sin mirar atrás, todos se subieron rápidamente a los autos que ya los esperaban y, en cuestión de minutos, partieron rumbo a la mansión de junmyeon  

 

El trayecto fue silencioso, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Cuando finalmente llegaron, el sol ya había subido por completo, bañando los jardines de la mansión con su luz matinal. Junmyeon se bajó del auto primero, seguido por Sehun y los demás, la noche había sido agotadora, y todo lo que deseaban ahora era descansar.

 

—Síganme —dijo Junmyeon en un tono bajo mientras entraban a la casa.

 

 

Mansión de Junmyeon, 06:30 AM 

 

La mansión estaba en calma, el personal apenas comenzaba sus labores del día, junmyeon los guio a los cuartos de invitados uno por uno. 

 

—Baekhyun, Chanyeol, este será su cuarto —dijo mientras abría una puerta. 

 

—Gracias, hyung —respondió Baekhyun, entrando con una sonrisa cansada. 

 

Junmyeon continuó con Minseok y Kyungsoo, asegurándose de que cada uno tuviera un lugar cómodo para descansar. 

 

—Si necesitan algo, solo avisen a minji. 

 

Finalmente, solo quedaron Junmyeon y Sehun en el pasillo, ambos se miraron en silencio por unos segundos antes de dirigirse a su habitación, una vez dentro, Junmyeon cerró la puerta detrás de ellos y dejó escapar un largo suspiro, como si todo el peso de la noche finalmente lo golpeara.

 

—No puedo creer que todo esto haya terminado... —dijo Junmyeon mientras comenzaba a desabotonarse la camisa. 

 

Sehun lo observó con una mezcla de ternura y agotamiento, se acercó a él, rodeándolo con sus brazos por la cintura.

 

—No ha terminado del todo —respondió en voz baja, apoyando la barbilla en el hombro de Junmyeon— pero al menos ahora podemos respirar un poco. 

 

Junmyeon se giró en sus brazos, acariciando su rostro con suavidad.

 

—Gracias por todo, Sehun, no sé cómo habría soportado esto sin ti. 

 

—Amor... —Sehun lo miró a los ojos, susurrando—. Lo hice porque te amo, porque quería que finalmente fueras libre de todo esto... de tu padre, de mi familia, de los secretos. 

 

Junmyeon sonrió levemente y le dio un beso suave en los labios antes de apartarse para quitarse la camisa por completo, luego, ambos comenzaron a desvestirse, dejando caer las prendas al suelo una por una. 

 

Cuando finalmente se acostaron juntos en la cama, el calor de sus cuerpos desnudos les ofreció una sensación de seguridad que hacía mucho tiempo no sentían, junmyeon apoyó la cabeza en el pecho de Sehun, escuchando los latidos de su corazón.

 

—¿En qué piensas? —preguntó Junmyeon mientras acariciaba lentamente el brazo de Sehun. 

 

—En lo afortunado que soy de tenerte aquí, conmigo, después de todo lo que pasó... pensé que te perdería —confesó Sehun, besando suavemente el cabello de Junmyeon y acariciando la venda en su cuello de su herida. 

 

—Yo también lo pensé... —respondió Junmyeon con un suspiro. Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos— ¿Sabes?, Cuando me enfrenté a tu padre esta noche, solo podía pensar en ti, en cuánto te amo. 

 

Sehun cerró los ojos un momento, como si las palabras de Junmyeon lo envolvieran por completo.

 

—Amor... nunca dejaré que algo te pase, lo prometo. 

 

—Lo sé, pero también prometo cuidarte, ambos hemos sufrido mucho, Sehun, merecemos ser felices juntos, sin miedos. 

 

Sehun asintió, tirando de Junmyeon hacia un abrazo más estrecho, sus labios encontraron los de Junmyeon en un beso lento y reconfortante, lleno de amor y promesas no dichas.

 

—¿Sabes algo? —preguntó Sehun después de unos minutos en silencio, jugando con los dedos de Junmyeon. 

 

—¿Qué? 

 

—Por primera vez en años, siento que mi madre puede descansar en paz. Saber la verdad... aunque fue doloroso, me liberó y eso es gracias a ti. 

 

Junmyeon le acarició la mejilla, dejando un suave beso en su mandíbula.

 

—Ella estaría orgullosa de ti, Sehun, de todo lo que hiciste por ella, pero ahora es momento de vivir para nosotros, ¿no crees? 

 

Sehun sonrió, tirando de Junmyeon para acurrucarlo aún más contra su pecho.

 

—Sí... Para nosotros. 

 

Pasaron un rato más hablando, entre besos y caricias, compartiendo sus esperanzas para lo que se vendría, por primera vez en mucho tiempo, ambos se permitieron soñar con un mañana sin el peso del pasado, sin los secretos ni las mentiras que los habían atormentado. 

 

Eran libres, y lo único que importaba ahora era estar juntos... 

Notes:

Espero que estén disfrutando!!, nuestra pareja favorita, ¿Será al final feliz?

Chapter 27: Capitulo 26 | inicio de una nueva historia

Notes:

Hola! Nuevo capitulo... mañana lanzo el ultimo... y luego los especiales...

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Lunes, Hotel Celestia, busan, 16:00 PM

 

El lunes amaneció con un cielo despejado en Busan, como si el día quisiera corresponder a la importancia del evento. Junmyeon estaba en el centro de todo el movimiento en el lujoso Hotel Celestia , el más exclusivo de la ciudad de Busan y sede del lanzamiento del proyecto que marcaría un antes y un después en Kim Corporation, Desde el día anterior, el equipo completo había llegado en avión gracias a las influencias de baekhyun y se habían instalado para asegurarse de que todo saliera a la perfección. 

 

En su habitación en el piso más alto, Junmyeon estaba rodeado por su equipo personal, un grupo de estilistas, asistentes y coordinadores que ajustaban cada detalle. El discurso estaba casi listo, pero él seguía repasándolo, moviéndose nerviosamente frente al enorme espejo de cuerpo completo mientras Minseok, que lo había acompañado al viaje, estaba a un lado revisando correos electrónicos.  

 

—No te pongas tan tenso, Jun. Sabes que esto será un éxito —le dijo Minseok sin apartar la vista de la pantalla de su laptop.  

 

Junmyeon dejó el papel en la mesa y suspiró profundamente.  

 

—Lo sé, Hyung, pero no puedo evitarlo, el proyecto es más que un simple evento, es una declaración de que puedo manejar la empresa. Es mi oportunidad para demostrar que no soy solo "el hijo de Kim Junghyun".  

 

Minseok asintió lentamente, sabía lo importante que esto era para su hermano menor, especialmente después de todo lo que había sucedido en las últimas semanas, la presión sobre Junmyeon era inmensa, pero también estaba convencido de que su hermano podía manejarlo.  

 

Mientras Junmyeon practicaba el inicio de su discurso una vez más, la puerta de la habitación se abrió de repente, aparecieron Baekhyun y Chanyeol, vestidos con ropa casual pero impecable, ambos con sonrisas relajadas que parecían romper el ambiente tenso del lugar, los dos hombres de la misma edad, habían congeniado bien y empezaron a ser amigos, algo que sorprendió a junmyeon al verlo pasar juntos. 

 

—¡Jun! —exclamó Baekhyun mientras se acercaba rápidamente y dejaba una bolsa en el sofá—. No puedes encerrarte aquí todo el día.  

 

Junmyeon los miró, aliviado de ver caras conocidas y un poco menos formales en medio del caos.  

 

—¿Qué hacen aquí?, Pensé que no llegarían hasta la noche.  

 

—Oh, vamos —respondió Baekhyun, sentándose en uno de los sillones de la habitación—. No nos perderíamos esto por nada del mundo, además, alguien tiene que asegurarse de que no te explotes de tanto estrés antes del evento.  

 

Chanyeol se rió, cruzando los brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta.  

 

—Baek tiene razón, Te ves como si no hubieras dormido en días.  

 

Junmyeon suspiró nuevamente, pero esta vez con una leve sonrisa.  

 

—Es que no he dormido bien luego de ayer, pero todo tiene que salir perfecto.  

 

—Bueno, estamos aquí para distraerte un poco. —Baekhyun sacó de la bolsa que había traído un pequeño paquete y lo colocó en la mesa—Compramos algo en el camino, sé que te encanta el té de jazmín.  

 

—No tenías que hacerlo... —dijo Junmyeon con un tono agradecido mientras se sentaba junto a Baekhyun.  

 

—Claro que sí,,porque si no te obligamos a tomarte un descanso, seguirás aquí hasta que te dé un ataque de nervios —respondió Baekhyun, sirviéndole una taza.  

 

Chanyeol se acercó y le dio un suave golpe en el hombro.  

 

—Además, este no es solo un gran día para Kim Corporation, es un gran día para ti, ¿Te das cuenta de lo lejos que has llegado, hyung?  

 

Junmyeon bajó la mirada a la taza de té en sus manos.  

 

—Gracias, chicos, de verdad, Me hace bien tenerlos aquí.  

 

—Es lo menos que podemos hacer —dijo Baekhyun con una sonrisa— Pero, por cierto, ¿dónde está Sehun? Pensé que estaría contigo hoy.  

 

El nombre de Sehun hizo que el ambiente cambiara ligeramente, Junmyeon tomó un sorbo de té que enseguida preparo, antes de responder.  

 

—Sehun no pudo venir, tiene asuntos que atender con la investigación, Me dijo que estaría aquí si pudiera, pero lo entiendo, es mejor que no se exponga demasiado por ahora.  

 

Chanyeol asintió con seriedad.  

 

—Tiene sentido, papá dijo que se cerraría el caso las seis recién ... No debe ser fácil para él, Pero estoy seguro de que estaría orgulloso de verte hoy.

 

—Lo sé —respondió Junmyeon con una sonrisa triste–Solo desearía que pudiera estar aquí.  

 

Baekhyun le dio una palmada en la pierna.  

 

—Lo estará, de una manera u otra. Ahora, relájate un poco y confía en que todo saldrá bien.  

 

Con la compañía de Baekhyun, chanyeol y minseok, Junmyeon se permitió bajar la guardia por un momento, dejando que la calidez de sus amigos disipara algo del estrés que lo había estado consumiendo, aunque el día sería largo y lleno de desafíos, se sentía un poco más preparado para enfrentarlo.

 

Hotel celestia, Sala de eventos, Busan, 17:00 PM

 

El salón principal del Hotel Celestia estaba abarrotado; empresarios, periodistas, líderes de opinión, e incluso algunas figuras políticas locales, llenaban cada rincón del espacio decorado con elegancia, las mesas estaban dispuestas con una combinación de azul y plateado, colores que representaban la innovación y la confianza, pilares fundamentales de Kim Corporation. En el centro del escenario, una enorme pantalla proyectaba el nombre del ambicioso proyecto: 

 

"HORIZON: Un Futuro de Conexión" 

 

La tecnología que sustentaba el proyecto era un avance revolucionario diseñado para transformar la forma en que las empresas funcionaban. HORIZON no era solo un producto; era una plataforma multifuncional que combinaba inteligencia artificial, aprendizaje automático, y automatización para optimizar los procesos empresariales en tiempo real. Desde la gestión de inventarios hasta la creación de estrategias personalizadas para marketing, HORIZON prometía ser una herramienta clave para cualquier negocio en el siglo XXI. Además, el modelo de negocio basado en licencias permitiría a empresas de todos los tamaños acceder a esta tecnología sin la necesidad de desarrollarla desde cero.

 

Junmyeon, vestido con un traje negro impecable, permanecía detrás del escenario mientras el maestro de ceremonias daba la bienvenida al evento. Su corazón latía con fuerza, aunque su preparación había sido impecable, no podía evitar sentir el peso de la reciente controversia que lo rodeaba. La prensa había estado hambrienta de respuestas sobre lo ocurrido en Seúl, y aunque el evento de esa tarde debía centrarse en el lanzamiento de HORIZON, temía que las preguntas incómodas desviaran la atención del proyecto.

 

En una esquina del salón, Minseok, Baekhyun y Chanyeol seguían atentos cada detalle, asegurándose de que todo estuviera bajo control. Desde su asiento, Minseok notaba la tensión en el rostro de su hermano menor.

 

—Lo hará bien —dijo Minseok en voz baja, más como un mantra para sí mismo que como una declaración a los demás.

 

Baekhyun, siempre el más optimista del grupo, asintió con una sonrisa.

 

—Junmyeon nació para esto, la prensa puede intentar desviarlo, pero nadie entiende mejor este proyecto que él.

 

Chanyeol, con su altura y presencia imponente, cruzó los brazos.

 

—Si la prensa intenta algo, será mejor que estén preparados para enfrentarse a sus guardaespaldas.

 

Aunque hablaba con seriedad, sus palabras provocaron una risa breve en Baekhyun.

 

Cuando finalmente el maestro de ceremonias lo presentó, Junmyeon respiró profundamente y subió al escenario, los aplausos resonaron en el salón, pero él apenas podía distinguirlos por el ruido de sus propios pensamiento, se posicionó detrás del podio, ajustó el micrófono y dejó que su mirada recorriera la sala antes de comenzar a hablar.

 

—Buenas Tardes a todos, es un honor tenerlos aquí en este evento tan especial para Kim Corporation.

 

La calidez en su voz pareció calmar un poco el ambiente, y continuó:

 

—Hoy presentamos algo que no solo refleja el arduo trabajo de nuestros equipos, sino también nuestra visión para el futuro, horizon no es simplemente un producto tecnológico; es un puente hacia la modernización de las empresas en todo el mundo.

 

Una diapositiva apareció en la pantalla detrás de él, mostrando las principales características de HORIZON:

 

—Imaginemos una pequeña empresa que desea competir con gigantes del mercado —continuó Junmyeon—. Hasta ahora, la falta de recursos tecnológicos avanzados ha sido una barrera para muchas de estas empresas, pero con HORIZON, democratizamos la innovación, ofrecemos una herramienta accesible y escalable que les permitirá competir, crecer y prosperar.

 

Los murmullos de aprobación comenzaron a llenar el salón, la presentación técnica era clara y poderosa, y la pasión de Junmyeon por el proyecto era evidente.

 

—Además —añadió, mientras en la pantalla se proyectaban estadísticas clave—, el modelo de negocio basado en licencias garantiza que cualquier empresa, independientemente de su tamaño, pueda acceder a esta tecnología sin incurrir en costos exorbitantes de desarrollo, nuestro objetivo es simple: hacer que la tecnología sea un aliado, no un obstáculo.

 

Algunos periodistas levantaron la mano para interrumpir con preguntas, pero Junmyeon los contuvo con un gesto tranquilo.

 

—Sé que tienen muchas preguntas, y les prometo que habrá tiempo para responderlas, pero primero, permítanme explicarles por qué creo que HORIZON es el proyecto más importante de mi carrera.

 

Hizo una pausa breve, mirando a la audiencia con una expresión más seria.

 

—Estos últimos años han sido desafiantes, tanto para mí como para Kim Corporation, hemos enfrentado dudas, obstáculos, y momentos difíciles. Pero siempre hemos creído en una cosa: la innovación es el motor del progreso,  HORIZON es la culminación de esa creencia.

 

Los aplausos estallaron en el salón, y por un momento, Junmyeon sintió cómo el peso de sus preocupaciones comenzaba a disiparse, pero apenas terminó de hablar, una periodista alzó la voz desde la primera fila:

 

—Señor Kim, ¿cómo puede asegurar que HORIZON no se verá afectado por los recientes escándalos que involucran a su familia y a otros miembros de Kim Corporation?

 

El silencio se apoderó de la sala, Junmyeon sostuvo la mirada de la periodista, su postura impecable, aunque internamente podía sentir el nudo en su estómago.

 

—Es una pregunta válida —respondió, manteniendo un tono profesional—. Los desafíos personales que hemos enfrentado recientemente no afectan la integridad ni la calidad de nuestro trabajo, kim Corporation está compuesto por un equipo de profesionales dedicados que han trabajado incansablemente para hacer realidad HORIZON. 

 

—Este proyecto no es el esfuerzo de una sola persona; es el resultado de un compromiso colectivo con la excelencia...

 

Otra mano se levantó, y esta vez fue un periodista más joven quien preguntó:

 

—¿Cree que su padre, Kim Junghyun, debería haber sido parte de este evento considerando su participación en los recientes acontecimientos?

 

Junmyeon tomó aire y contestó con firmeza:

 

—Mi padre no forma parte del evento porque HORIZON es una nueva etapa para Kim Corporation, una etapa que yo lidero, reconozco las circunstancias difíciles que hemos enfrentado, pero quiero que este momento sea un símbolo de cambio y progreso.

 

Los murmullos volvieron, pero esta vez más positivo, la seguridad de Junmyeon estaba ganando terreno, alo lejos, Minseok observaba con orgullo mientras su hermano enfrentaba el escrutinio con una dignidad admirable.

 

La presentación continuó con un demo en vivo de HORIZON, mostrando cómo la plataforma podía analizar datos y ofrecer soluciones en cuestión de segundos, la demostración dejó a la audiencia impresionada, mientras se mostraba los planos para la construcción de las oficinas de horizon en busan, siendo la mayor inversión de kim corporation valuada en cuatrocientos millones de dolares.

 

El salón estaba lleno de aplausos cuando Junmyeon concluyó la demostración técnica y construcción del proyecto 

 

"HORIZON: Un Futuro de Conexión"

 

El ambiente era una mezcla de admiración y respeto por el esfuerzo titánico que había significado desarrollar la plataforma. Sin embargo, cuando parecía que todo había terminado, Junmyeon levantó nuevamente el micrófono, indicando que aún tenía algo importante que decir. El público, que comenzaba a dispersarse, se detuvo, las cámaras de la prensa volvieron a enfocarlo, y las voces murmurantes desaparecieron en cuestión de segundos, munmyeon se posicionó en el centro del escenario, esta vez dejando a un lado las cifras y los datos técnicos, ahora iba a hablar desde el corazón.

 

—Antes de finalizar, quisiera tomarme un momento para agradecer —comenzó, con una sonrisa serena—. Este proyecto, no habría sido posible sin el apoyo de personas que han marcado mi vida y me han dado la fuerza para llegar hasta aquí.  

 

La pantalla detrás de él proyectó imágenes de los momentos más destacados del desarrollo del proyecto: reuniones, ideas plasmadas en pizarras, avances técnicos, y el equipo trabajando arduamente en cada detalle. Sin embargo, la voz de Junmyeon se volvió más personal mientras hablaba.  

 

—En primer lugar, quiero dedicar este proyecto a mis hijos, Kim Yizhuo (ningning) y Kim Kun, aunque son muy pequeños para entender todo lo que está sucediendo aquí hoy, quiero que sepan que todo lo que hago, lo hago pensando en ellos, son mi mayor inspiración, mi luz en los días más oscuros y mi mayor motivación para seguir adelante.  

 

Las imágenes en la pantalla cambiaron a una foto de Junmyeon con sus hijos, sonriendo en lo que parecía ser una tarde tranquila en casa. Los murmullos de ternura llenaron el salón, y algunos incluso notaron cómo la voz de Junmyeon parecía temblar ligeramente.  

 

—En segundo lugar, quiero dedicar este logro a mi madre —dijo, con un tono cargado de emoción—. Ella ya no está con nosotros, pero su amor, sus valores y su fé en mí me acompañan todos los días, mamá, este proyecto es un reflejo de los principios que me inculcaste, y sé que estarías orgullosa de ver hasta dónde hemos llegado.  

 

La pantalla mostró una foto antigua de un Joven Junmyeon y su madre, la calidez en la imagen dejó en claro cuánto significaba para él.  

 

—También quiero agradecer a mi hermano, Kim Minseok, no solo ha sido un pilar en mi vida, sino que también ha sido un ejemplo constante de fortaleza, integridad y apoyo incondicional. Minseok-hyung , gracias por siempre estar ahí para mí, incluso en los momentos más difíciles.  

 

Desde su asiento, Minseok sonrió con discreción, evitando cualquier muestra exagerada de emoción, pero los ojos ligeramente brillosos delataban el orgullo y el cariño que sentía por su hermano.  

 

Junmyeon hizo una pausa, y el silencio en el salón se sintió más pesado, como si las palabras que estaban por venir fueran las más significativas de todas. Respiró hondo y continuó:  

 

—Por último, quiero agradecer a una persona muy especial que me acompañó durante este proyecto. —Su voz era firme, pero su mirada reflejaba una mezcla de emociones difíciles de describir— Alguien que llegó a mi vida en un momento inesperado y que, sin saberlo, se convirtió en mi fuerza para seguir adelante.  

 

El público se inclinó hacia adelante en sus asientos, curioso por saber a quién se refería, junmyeon sonrió ligeramente, como si estuviera recordando algo privado, un momento solo suyo.  

 

—A esa persona, quiero decirle que si está viendo esto, espero que sepa cuánto significa para mí, su apoyo, incluso en las circunstancias más difíciles, me dio la confianza para creer en mí mismo y en este proyecto, HORIZON no solo es un símbolo de innovación, sino también de los lazos que se crean cuando confías en alguien completamente.  

 

Algunos rostros en la audiencia se volvieron hacia los demás, intentando adivinar quién podría ser esa persona, pero Junmyeon continuó sin dar nombres concretos, aunque en su mente no había duda:

 

Esas palabras eran para Sehun  

 

—Eres una de las razones por las que estoy aquí hoy, y quiero que sepas que siempre estaré para ti, así como tú estuviste para mí.  

 

En la pantalla, aparecieron imágenes de Sehun trabajando como asistente de Junmyeon al principio del desarrollo de HORIZON revisando documentos y participando en reuniones, aunque para muchos era simplemente un miembro más del equipo en ese entonces, ahora, para Junmyeon, significaba mucho más.  

 

El público aplaudió con entusiasmo, y aunque no todos entendían el peso completo de esas palabras, era evidente que Junmyeon hablaba desde lo más profundo de su ser, en ese instante, las cámaras captaron las miradas emocionadas de Minseok, Baekhyun y Chanyeol, quienes sabían exactamente a quién estaban dirigidas esas palabras.  

 

Junmyeon se inclinó en una pequeña reverencia hacia el público.  

 

—Gracias a todos por estar aquí y ser parte de este momento tan especial, con su apoyo, estoy seguro de que HORIZON marcará un antes y un después en la industria tecnológica.  

 

Cuando bajó del escenario, los aplausos lo envolvieron como una ola. A pesar de las dudas iniciales, el evento había sido un éxito rotundo, pero en el fondo de su mente, lo único que deseaba era ver la reacción de Sehun. 

 

¿Había visto la transmisión? 

¿Había entendido el mensaje?  

 

Junmyeon sonrió para sí mismo, sintiendo cómo el peso de las últimas semanas finalmente comenzaba a disiparse, em ese momento, no importaban las controversias ni los obstáculos. Lo único que importaba era que, de alguna manera, ambos habían encontrado el camino hacia la paz y la felicidad juntos.  

 

Cuando Junmyeon dejó el escenario, Minseok, Baekhyun y Chanyeol lo esperaban en el vestíbulo trasero.

 

—¡Lo hiciste increíble, Jun! —exclamó Baekhyun, abrazándolo con entusiasmo.

 

—Estoy impresionado, la prensa intentó desviarte, pero te mantuviste firme —añadió Chanyeol, dándole una palmada en el hombro.

 

Minseok, más reservado, simplemente lo abrazó.

 

—Papá puede haber cometido errores, pero tú estás demostrando que puedes llevar esta empresa a nuevos horizontes, estoy orgulloso de ti.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud. A pesar de los desafíos, había logrado superar el día, y ahora HORIZON tenía el potencial de cambiar no solo a Kim Corporation, sino también a la industria empresarial en general.

 

El bullicio de la prensa y el entusiasmo de los inversores llenaban el gran salón del hotel celestia, donde Junmyeon posaba para las cámaras junto a su equipo, apesar del cansancio acumulado por el evento, mantenía una sonrisa tranquila, agradeciendo a los fotógrafos y ajustándose el traje mientras los inversores y trabajadores se turnaban para salir en las fotos con él, el ambiente era una celebración de su éxito, pero, en el fondo, su mente estaba dispersa, pensando en cómo este logro marcaría el futuro de su familia.

 

De pronto, un murmullo en la multitud llamó su atención, la gente comenzaba a mirar hacia la entrada del salón con curiosidad y sorpresa, junmyeon no entendía qué estaba sucediendo hasta que vio a Victoria, su ex esposa, de pie al final de la alfombra roja que conducía hacia él, a su lado, sosteniendo las manitas de Ningning y Kun, estaban sus hijos. 

 

Los ojos de Junmyeon se abrieron de par en par, y un torrente de emociones lo invadió, durante los últimos días, habia alejado a sus hijos para protegerlos, y no esperaba verlos ese día, especialmente en medio de un evento tan importante, pero ahí estaban, mirándolo con sonrisas emocionadas, y antes de que pudiera procesarlo del todo, Ningning soltó la mano de Victoria y comenzó a correr hacia él. 

 

—¡Papá! —gritó Ningning con su vocecita alegre mientras corría con los brazos abiertos. 

 

—¡Papá!, ¡Papá! —le siguió Kun, tambaleándose un poco al tratar de alcanzar a su hermana. 

 

Junmyeon no dudó un segundo, se inclinó, dejando de lado cualquier formalidad, y abrió los brazos para recibirlos, ningning llegó primero, lanzándose contra él, y Junmyeon la alzó en el aire, girando con ella mientras reía, apenas había terminado de levantarla cuando Kun llegó, extendiendo sus manitas hacia su padre. 

 

—¡Aquí está mi campeón! —exclamó Junmyeon, alzando a Kun también y abrazando a ambos niños con fuerza, sus pequeñas cabezas descansando sobre sus hombros. 

 

La gente alrededor, incluidos los fotógrafos, observaba la escena con ternura, las cámaras, que hasta hace unos minutos estaban enfocadas en el éxito empresarial de Junmyeon, ahora capturaban el lado más humano y cálido del CEO. El hombre que acababa de presentar uno de los proyectos más revolucionarios del mercado tecnológico estaba ahora arrodillado en el suelo, riendo y dejando que sus hijos lo llenaran de besos y abrazos.

 

—¿Qué hacen aquí, mis bebes? —preguntó Junmyeon mientras acariciaba el cabello de Ningning y Kun, su voz suavizándose. 

 

—¡Vinimos a verte, papá! —dijo Ningning, con los ojos brillantes—. Mamá dijo que hoy era un día especial y que queríamos felicitarte. 

 

—¡Sí, queremos estar contigo! —añadió kun, agarrándose fuerte del cuello de su padre. 

 

Junmyeon se inclinó y besó las mejillas de ambos, sintiendo cómo su corazón se llenaba de felicidad. 

 

—Ustedes hacen que cualquier día sea especial, mis amores, gracias por venir. 

 

Victoria, que había avanzado unos pasos, sonrió al ver la escena, cuando Junmyeon levantó la mirada hacia ella, le hizo un pequeño gesto con la cabeza, como si quisiera decirle: 

 

"Sabía que esto te haría feliz". 

 

Junmyeon, con Kun en un brazo y Ningning en el otro, se puso de pie y se acercó a Victoria. 

 

—Gracias por traerlos —le dijo sinceramente. 

 

—No podía dejar que se perdieran esto, Junmyeon —respondió Victoria, cruzándose de brazos—. Han estado hablando de ti todo el día, así que pensé que era justo traerlos para que pudieran ver lo increíble que eres. 

 

Junmyeon sonrió, agradecido. 

 

—Eso significa mucho para mí, de verdad. 

 

Los niños seguían aferrados a su padre, y Ningning tiró de la corbata de Junmyeon con curiosidad. 

 

—Papá, ¿qué es todo esto?, ¿Por qué hay tantas cámaras? 

 

—Bueno, princesa, hoy presenté un proyecto muy importante en el que he estado trabajando mucho tiempo, se llama HORIZON y ayudará a muchas personas a mejorar sus vidas. 

 

Kun, con los ojos llenos de asombro, preguntó: 

 

—¿Es como un superhéroe? 

 

Junmyeon rió suavemente. 

 

—Algo así, Corazón, pero ustedes son mis verdaderos superhéroes, Me dan la fuerza para hacer todo esto. 

 

Ningning y Kun se miraron entre sí y luego abrazaron a su padre con más fuerza. 

 

—¡Eres el mejor papá! —exclamó Ningning. 

 

La emoción de ese momento era palpable, incluso los inversores y trabajadores que se habían quedado cerca se veían conmovidos. Baekhyun y Chanyeol, que habían estado observando desde una esquina, sonrieron ampliamente al ver cómo los hijos de Junmyeon lo llenaban de amor. 

 

—Esos niños son adorables —susurró Chanyeol. 

 

—Definitivamente tienen su encanto —respondió Baekhyun, cruzando los brazos y apoyándose contra una mesa—. Aunque creo que se parecen más a Victoria. 

 

—No digas eso muy fuerte, podrías herir el orgullo de Junmyeon —bromeó Chanyeol, y ambos rieron por lo bajo. 

 

Mientras tanto, Junmyeon se dio cuenta de que los niños comenzaban a llamar la atención de los periodistas nuevamente, y decidió llevarlos a un rincón más tranquilo del salón. Allí, se sentaron en un sofá, con sus hijos en su regazo, mientras Victoria se unía a ellos, abrazando a junmyeon con un brazo. 

 

—Papá, ¿podemos quedarnos contigo esta noche? —preguntó Ningning, mirando a su padre con ojos esperanzados. 

 

Junmyeon acarició su mejilla y sonrió. 

 

—Por supuesto que sí, esta noche celebraremos juntos, solo nosotros. 

 

Victoria, que estaba sentada cerca, asintió. 

 

—Eso les hará bien, se lo han ganado, y tú también, Junmyeon. 

 

Junmyeon miró a Victoria con gratitud y luego volvió a centrarse en sus hijos. 

 

—Vamos a hacer algo especial esta noche, pediremos su comida favorita y veremos una película juntos, ¿Qué les parece? 

 

—¡Sí! —gritaron Ningning y Chenle al unísono, emocionados. 

 

Junmyeon rió y los abrazó una vez más, sintiendo cómo todo el estrés y las preocupaciones de los últimos días se desvanecían en ese instante, sentía que tenía todo lo que necesitaba: el amor de su familia, el éxito de su proyecto, y, en su corazón, la certeza de que Sehun también estaría orgulloso de él.

 

Deseaba con sus fuerzas verlo...

 

Salon privado V.I.P,  hotel Celestia , 20:00 PM

 

La noche había caído sobre Busan, y después de un día repleto de eventos, presentaciones y reuniones, Junmyeon se encontraba en una sala privada, rodeado de su familia, amigos, la atmósfera era más tranquila en comparación con el bullicio del evento anterior. Ningning y Kun jugaban y reían junto a sus tíos y amigos, mientras que Junmyeon, al fin en un ambiente más relajado, disfrutaba de la compañía de su hermano Minseok y de los que consideraba sus más cercanos amigos. Victoria, sentada a su lado, le sonreía, como si también se sintiera tranquila al ver que Junmyeon podía relajarse un poco después de todo lo sucedido.

 

El ambiente estaba cargado de risas y charlas suaves, acompañados de una comida que reflejaba lo más gourmet de la región, la mesa estaba llena de platos exquisitos, y en un rincón, un pequeño pastel decorado con el logo de Kim Corporation esperaba para ser cortado y compartido con todos los presentes, junmyeon había hecho una pausa en su jornada para disfrutar este tiempo con los niños y aquellos que habían sido una parte importante de su vida, pero, por un momento, sus pensamientos vagaban hacia Sehun.

 

Sehun, su novio, su compañero, su enemigo y su salvación... ¿Dónde estaría en este momento? Aunque Junmyeon sabía que Sehun tenía otros compromisos con la policia, no podía evitar sentir que algo faltaba, no había podido verlo todo el día, ni siquiera haberle dado un abrazo en medio de tanto ajetreo.

 

Mientras tanto...

 

Sehun estaba al tanto de todo, aunque su presencia en el evento era cuidadosamente discreta, había llegado a Busan una hora antes del evento, su presencia en la ciudad tenía un solo objetivo:

 

Junmyeon.

 

A pesar de todo lo que habían pasado, de las tensiones con su padre y de las amenazas que aún acechaban, Sehun no podía dejar de pensar en cómo podría estar a su lado en este momento tan crucial, sabía que el éxito del evento significaba mucho para Junmyeon, y más aún, significaba un paso hacia un futuro lleno de promesas y esperanzas. Sin embargo, lo que Sehun no sabía era que había algo más planeado para él esa noche.

 

Baekhyun y Chanyeol, que también habían estado al tanto del cansancio de Junmyeon y de la preocupación constante por su novio, decidieron intervenir para darle una sorpresa, ellos sabían lo mucho que Junmyeon necesitaba ver a Sehun y lo importante que era para ambos poder compartir ese momento, por lo que trazaron un pequeño plan. Chanyeol, con su carácter juguetón, estaba más que dispuesto a ayudar, mientras que Baekhyun se encargaba de los detalles logísticos.

 

El plan era sencillo: cuando llegara el momento de hacer el brindis por el éxito del proyecto, Chanyeol taparía los ojos de Junmyeon, dándole la oportunidad de sorprenderse aún más cuando viera a Sehun, lo que no sabían era que Sehun, por su parte, ya se encontraba en el lugar, pero se mantenía oculto de la vista de los demás, para evitar que la prensa lo descubriera. A pesar de los múltiples papeles que lo hicieron firmar, las declaraciones ante la policía, y todo lo que estaba sucediendo alrededor, él no podía perderse la oportunidad de estar cerca de Junmyeon, aunque fuera en secreto.

 

La velada estaba transcurriendo con calma, junmyeon, sentándose entre Minseok y Victoria, observaba a sus hijos jugar mientras el resto de los invitados conversaban animadamente, no podía evitar pensar que esta era la parte de su vida que más valoraba: su familia, su éxito, pero sobre todo, el amor de Sehun, quien, a pesar de las circunstancias difíciles, siempre había estado a su lado.

 

En un momento, Baekhyun se levantó y levantó su copa, haciendo un gesto para llamar la atención de todos. 

 

—¡Chicos, un brindis por el éxito de este proyecto! —dijo con una sonrisa.

 

Junmyeon, que aún estaba medio distraído mirando a sus hijos, alzó la copa sin pensar mucho en lo que sucedía, era un gesto automático después de todo el trabajo del día. 

 

Chanyeol, con una sonrisa traviesa, se acercó por detrás y, con una mano rápida, tapó los ojos de Junmyeon. 

 

—¡Sorpresa! —exclamó Chanyeol en tono de broma, logrando que todos los demás se callaran, expectantes.

 

Junmyeon se sobresaltó, pero antes de que pudiera preguntar qué sucedía, un murmullo de sorpresa recorrió la sala, la última vez que había escuchado un sonido similar había sido cuando las cámaras captaron la emoción del público en el evento de presentación, no pudo evitar sentir un latido fuerte en su pecho, preguntándose si todo estaba a punto de desmoronarse, o si, tal vez, su mente le jugaba una broma.

 

—¿Chanyeol?, ¿Qué estás haciendo? —preguntó Junmyeon, riendo nerviosamente mientras trataba de remover las manos de su amigo de sus ojos.

 

De pronto, un familiar olor a flores llegó a sus narices, un ramo de tulipanes blancos y rojos apareció en su vista al abrir los ojos, y la emoción se disparó en su pecho, abrio bien los ojos pensando que era un sueño, y no...

 

Allí estaba: Sehun, con una sonrisa suave en el rostro, vestido con ropa elegante, pero sencilla, los ojos fijos en él con una mezcla de ternura y amor.

 

—Sehun... —murmuró Junmyeon, casi en un susurro, mientras los ojos de todos los presentes brillaban con sorpresa.

 

Junmyeon salto del sofa y corrio a los brazos de sehun abrazándolo fuerte, sin ganas de soltarlo, tenerlo asi, siempre junto a el y para el.

 

La sala se quedó en silencio por un momento, pero fue un silencio cargado de emoción, ningning y Kun, al ver a su padre abrazando a Sehun, se acercaron rápidamente, uno tras otro, y Junmyeon los levantó, colocándolos en sus brazos, para abrazarlos todos juntos.

 

Sehun no dudó ni un segundo y se acerco para abrazar a los niños, riendo suavemente mientras les acariciaba el cabello.

 

—Gracias por todo, niños. —Sehun les sonrió con calidez. —¿Cómo están?

 

—¡Papá y Sehun juntos! —exclamó Ningning con alegría.

 

Kun, un poco más tímido, miró a Sehun con sus grandes ojos y luego sonrió. 

 

—Papá, Sehun es como un superhéroe, ¿verdad? —dijo con inocencia.

 

Junmyeon, con una sonrisa sincera, los abrazó más fuerte. 

 

—Sí, es mi superhéroe. —Sus palabras resonaron con amor, mientras se volvía hacia Sehun.

 

El hombre lo miró con suavidad, sin poder evitar sonreír, el cansancio de todo el día, las dificultades, los problemas con su padre y la policía, todo desapareció en ese momento.

 

Sehun miró a Junmyeon con una expresión seria pero llena de amor. 

 

Era un amor que había sobrevivido a las sombras, a los secretos

y que ahora, más que nunca, brillaba con fuerza.

 

La sala estaba tranquila ahora, después del inesperado pero hermoso reencuentro entre Sehun y Junmyeon, ambos se habían abrazado con una intensidad que reflejaba todo lo que habían pasado, todo lo que habían superado, sehun no podía dejar de sonreír, y Junmyeon, a pesar del cansancio del día, sentía su corazón latir más rápido. Los niños jugaban cerca de ellos, riendo y correteando, pero en ese momento, para Junmyeon y Sehun, el mundo entero parecía detenerse.

 

Ambos se dirigieron al sofá, donde Junmyeon se acomodó primero, dejando que Sehun se sentara a su lado, sehun, sin pensarlo, se acercó y lo abrazó de nuevo, con ternura, junmyeon se acomodó en sus brazos, respirando hondo y sonriendo de forma relajada, sintiendo una paz que no había experimentado en mucho tiempo.

 

Sehun no podía dejar de mirar a Junmyeon, su rostro, tan lleno de emoción y gratitud, lo dejaba sin palabras, a pesar de todos los problemas, las amenazas, la presión del proyecto y la relación tensa con sus familias, Sehun había llegado a este punto. Y en ese punto, estaba junto a Junmyeon, el hombre que amaba, el hombre con el que había formado una conexión más fuerte que cualquier obstáculo.

 

—Gracias, Sehun... por estar aquí. —Junmyeon susurró mientras cerraba los ojos, disfrutando del calor de su abrazo.

 

Sehun acarició su cabello y le dio un pequeño beso en la frente.

 

—Te escuché, Amor, Todo lo que dijiste en el discurso... y no sabes cuánto significó para mí, siempre estaré aquí para ti, como tú lo estuviste para mí.

 

Junmyeon sonrió suavemente, abriendo los ojos para mirar a Sehun.

 

—Te vi allí, en el fondo, escuchando mi jun.. —Sehun suspiró, sintiendo una mezcla de alivio y felicidad. —Es todo tan surrealista, nunca imaginé que estaríamos aquí, ahora, después de todo lo que ha pasado.

 

Junmyeon sonrió y lo besó en la mejilla, suave pero lleno de amor.

 

—Yo tampoco lo imaginé, pero... — jun hizo una pausa, mirando los ojos de sehun con una sinceridad que tocaba lo más profundo de su corazón. —Aquí estamos y  sinceramente, no cambiaría nada de lo que hemos, todo nos ha llevado a este momento.

 

Sehun sintió el corazón latir más rápido, y sus palabras le llegaron como un bálsamo para el alma, sin duda, su relación había sido difícil, pero ahora, con Sehun a su lado, todo parecía valer la pena.

 

A lo lejos, los niños seguían jugando, pero de vez en cuando se asomaban para mirar a su padre. 

Victoria, Baekhyun, Chanyeol y Kyungsoo, quienes estaban cerca, observaban a la pareja con sonrisas en sus rostros, el ambiente en la sala estaba lleno de risas y amor, todos disfrutando de la tranquilidad después de tanto ajetreo.

 

Minseok, sentado cerca de ellos, levantó su copa para brindar con todos.

 

—Por Junmyeon, por el éxito de Kim Corporation, y por esta hermosa pareja –Sonrio levantando su copa. —Lo que más me alegra es que finalmente los veo felices, especialmente mi junnie.. 

 

Chanyeol levantó su copa también, con una sonrisa cómplice hacia Baekhyun.

 

—¡Por ellos! —dijo Chanyeol, haciendo que todos los presentes brindaran.

 

El sonido de las copas chocando llenó el aire, pero, al mismo tiempo, se mezcló con las risas de los niños y el susurro suave de los abrazos que Junmyeon y Sehun se seguían dando.

 

Victoria observaba a su alrededor y sonrió, aunque su relación con Junmyeon había sido compleja, nunca había dudado de la importancia de sus hijos para él. Verlo finalmente feliz, rodeado de gente que lo amaba y apoyaba, le daba una tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo.

 

—Estoy feliz de verlos tan unidos. —Victoria comentó con una sonrisa a Minseok. —Finalmente, después de todo lo que han pasado, se lo merecen.

 

Baekhyun, sentado cerca de Junmyeon y Sehun, les dio un pequeño toque en el brazo.

 

—Sabes, Jun, cuando todo esto comenzó, jamás pensé que el hombre tan centrado en el trabajo que conocí se convertiría en el hombre que me mostraría lo que realmente significa amar. —Baekhyun sonrió de forma juguetona, pero sus palabras eran sinceras. —Te veo más feliz que nunca.

 

Junmyeon rió suavemente, mirando a Sehun con una sonrisa llena de amor.

 

—Nunca imaginé que sería capaz de amar a alguien tan... complicado y prohibido—Junmyeon se inclinó un poco hacia Sehun, su sonrisa iluminando su rostro. —Pero aquí estamos.

 

Sehun besó la frente de Junmyeon, sintiendo cómo todo el estrés y las tensiones del día desaparecían. 

 

—No importa lo que venga, Junmyeon, lo enfrentaremos juntos, siempre juntos. —Sehun susurró, haciendo que Junmyeon lo mirara con una mirada llena de ternura mientras besaba el anillo que le había regalado.

 

La sala estaba llena de risas y alegría, la luz suave de las lámparas iluminaba los rostros sonrientes, y el ambiente festivo de la celebración se mantenía vivo con los niños corriendo de un lado a otro, ningning y Kun se habían encariñado con todos, especialmente con Chanyeol y Kyungsoo, quienes no podían dejar de sonreír cada vez que los niños se acercaban para jugar o pedirles que los alzaran, las risas de los pequeños, combinadas con las bromas de los adultos, creaban una atmósfera cálida y acogedora.

 

—Te veo tan feliz —dijo Junmyeon, tomando la copa de vino de la mesa y dándole un sorbo mientras miraba a Sehun.

 

—Es difícil no estar feliz cuando tengo al novio más hermoso—Sehun le sonrió, acariciando la mano de Junmyeon, su mirada llena de amor. —Es como si finalmente todo tuviera sentido en mi vida

 

Junmyeon asintió y le devolvió la sonrisa, fue en ese instante que la puerta principal se abrió de golpe, 

 

y....

 

la figura familiar de Kim Junghyun, su padre, entró en la habitación. 

 

La atmósfera de la sala se tensó de inmediato, los niños, que habían estado riendo y jugando, se detuvieron por un segundo, sorprendidos por la presencia de un hombre que, aunque no les era completamente ajeno, no era una figura que les causara comodidad. Junmyeon, al ver a su padre, apretó la copa en sus manos.

 

Junghyun avanzó con paso firme, mirando a todos los presentes sin pronunciar palabra alguna, sin embargo, Junmyeon podía sentir la mirada crítica y fría de su padre clavándose sobre él, como siempre lo hacía.

 

—Junmyeon —dijo Junghyun, su tono arrogante como siempre— Pensé que después de todo esto, al menos merecías una felicitación adecuada por el éxito del proyecto. 

 

Junmyeon se mantuvo en silencio, sus ojos brillando con una furia contenida, mientras sentía la mirada inquisitiva de su padre sobre él. El silencio que se había instalado en la sala fue pesado, casi palpable, los amigos de Junmyeon se intercambiaron miradas incómodas, y todos, incluso los niños, percibieron la tensión que había invadido la habitación.

 

Victoria, que estaba cerca, tomó a Ningning y Kun en sus brazos, señalando a los niños para que salieran de la sala.

 

—Vamos a dar una vuelta por el jardín, ¿qué les parece? —dijo con una sonrisa, intentando suavizar el ambiente y alejando a los niños de la situación tensa.

 

Mientras salían al jardín, Junmyeon se levantó de su asiento y enfrentó a su padre con una postura rígida y desafiante.

 

—¿Qué quieres, padre? —dijo Junmyeon con voz baja pero firme, controlando la rabia que comenzaba a burbujear en su interior.

 

Junghyun observó a Junmyeon con desdén, sus ojos fríos, en la forma en que su hijo lo miraba, sabía que las cosas habían cambiado entre ellos, ya no era el hijo sumiso que aceptaba sus órdenes sin cuestionarlas, ya no era el hijo que se arrodillaba ante él.

 

—Solo quiero ver a mis nietos y felicitarte, Junmyeon —respondió Junghyun con tono desdeñoso, dando un paso hacia él. —No esperaba que me trataras así, especialmente después de todo lo que hice por ti.

 

Junmyeon, al escuchar las palabras de su padre, apretó los dientes y mantuvo su postura desafiante, sintió cómo la rabia comenzaba a invadir su pecho, pero esta vez, no iba a ceder.

 

—¿Hiciste algo por mí?, ¿De verdad lo crees? —preguntó Junmyeon, mirando a su padre con desprecio. —Si hubieras hecho algo por mí, me habrías dado ese archivo, el archivo que podría haber evitado todo este sufrimiento, me hubieras ayudado antes, pero elegiste quedarte callado, proteger tu orgullo y dejar que todo esto me aplastara.

 

Junghyun frunció el ceño, intentando avanzar hacia él, pero Junmyeon dio un paso atrás.

 

—No tienes derecho a hablarme de esa manera —dijo Junghyun con voz grave, su arrogancia evidente. —Soy tu padre, y tú solo eres un hijo ingrato que no sabe lo que es la lealtad.

 

Junmyeon sintió una mezcla de repulsión y dolor al escuchar las palabras de su padre, durante toda su vida había intentado ganarse su aprobación, intentar hacer que su padre lo viera como algo más que una herramienta para sus propios intereses, pero ya no podía seguir viviendo bajo su sombra.

 

—Ya no soy tu hijo sumiso —dijo Junmyeon con firmeza, dando un paso al frente, desafiando la figura imponente de su padre. —Ya no te tengo miedo, y nunca más me dejaré manipular por ti.

 

La tensión en la sala aumentó aún más, y Sehun, que había estado observando todo desde el sofá, se levantó lentamente, no podía quedarse de brazos cruzados mientras su novio enfrentaba a su propio padre, se acercó a Junmyeon y lo apoyó, colocando su mano sobre su hombro en señal de apoyo.

 

Junghyun los observó con furia, pero no se atrevió a decir nada en ese momento, en su mente, nunca había pensado que algún día perdería el control sobre Junmyeon, pero estaba claro que la situación había cambiado.

 

Junmyeon, sintiendo el apoyo de Sehun, respiró profundamente, su cuerpo temblando ligeramente por la adrenalina, pero esta vez, no iba a retroceder.

 

—¿Y qué vas a hacer ahora, Junghyun? —Junmyeon desafió, alzando la cabeza con orgullo. —¿Vas a seguir exigiéndome que me arrodille?, ¿Vas a seguir diciéndome que soy un fracaso al igual que hiciste con minseok?

 

Junghyun avanzó un paso más, alcanzando el espacio que había entre ellos, intentó colocar su mano sobre el hombro de Junmyeon, pero este lo detuvo inmediatamente, empujándolo hacia atrás con fuerza, el contacto le había resultado repulsivo, no iba a dejar que su padre lo tocara nunca más.

 

—¡No me toques! —gritó Junmyeon, su voz retumbando en las paredes. —¡Nunca más!

 

Las palabras salieron de su boca como un rugido de liberación, su cuerpo temblaba de rabia, pero no estaba dispuesto a mostrar debilidad ante el hombre que había gobernado su vida durante tanto tiempo, junghyun, sorprendido por la reacción de su hijo, parpadeó unos segundos, sin saber qué hacer ante la resistencia que nunca había esperado. Se detuvo por un momento, evaluando a Junmyeon como si fuera un extraño. 

 

Años de dominio absoluto, de control psicológico, parecían desmoronarse frente a él.

 

—¿Crees que puedes desafiarme, Junmyeon? —dijo Junghyun, su tono más bajo, pero aún cargado de autoridad. —Todavía soy tu padre, a mi me debes todo.

 

Junmyeon se mantuvo firme, sus ojos no dejando de mirar los de su padre, la furia que sentía dentro era casi tangible, pero no iba a retroceder.

 

—No te debo nada —respondió con frialdad, su voz cargada de desprecio. —Todo lo que tengo, lo he logrado por mí mismo, ¿Sabes qué? No te debo nada, ni siquiera un poquito de respeto, y ahora, ni siquiera te voy a dejar pisotearme como solías hacerlo.

 

Junghyun, sintiendo la presión de la situación, intentó avanzar una vez más, pero esta vez, Junmyeon no retrocedió, de hecho, dio un paso más hacia su padre, despojándose de cualquier miedo o sumisión que alguna vez sintió hacia él.

 

Con una fuerza renovada, junmyeon empujó a su padre con tal violencia que Junghyun, desconcertado, perdió el equilibrio y terminó de rodillas frente a él, la escena fue tan impactante que todos los presentes, quienes habían estado observando la discusión desde el inicio, se quedaron en completo silencio, nadie esperaba ver esto.

 

Junghyun, por segunda vez , se vio obligado a mirar a su hijo desde abajo, esa imagen, esa sensación de humillación, era algo que nunca había experimentado, durante toda su vida, él había sido el que mantenía el control, el que ponía a sus hijos en ese lugar, el que dictaba las reglas, pero ahora, Junmyeon le había quitado esa ventaja. 

 

Ahora, Junghyun no podía hacer nada más que arrodillarse ante su hijo.

 

—Te arrepentirás de esto, Junmyeon —dijo Junghyun entre dientes, su tono lleno de ira y frustración.

 

Junmyeon, sin mostrar un ápice de remordimiento, lo miró con frialdad.

 

—No me voy a arrepentir —respondió con calma, su voz llena de determinación—. Y sabes qué, te voy a sacar de mi vida de una vez por todas, no quiero que te acerques a mí ni a mi familia y mucho menos a la empresa.

 

Sehun, que había estado observando en silencio todo el desarrollo de la escena, no pudo evitar sonreír de orgullo, era la primera vez que veía a Junmyeon tan fuerte, tan resuelto, y sentía que todo lo que habían pasado juntos, todas las pruebas que habían superado, lo habían llevado hasta este momento, sehun estaba convencido de que Junmyeon había crecido, se había transformado en una versión más fuerte y más segura de sí mismo, su amor por él solo aumentaba con cada segundo.

 

Junmyeon, viendo a su padre arrodillado ante él, dio un paso atrás, su rostro implacable.

 

—Ya basta, Junghyun, has hecho demasiado daño durante todos estos años, no solo a mí, sino a toda nuestra familia, es hora de que pagues las consecuencias de tus actos, apartir de hoy, ya no serás más parte de Kim Corporation, te sacaré de la junta directiva, y perderás todo tu poder sobre mí y sobre la empresa.

 

Las palabras de Junmyeon resonaron en la sala con fuerza. Su decisión era clara, no iba a permitir que su padre siguiera teniendo influencia sobre su vida ni sobre su futuro, se había mantenido callado demasiado tiempo, soportando el peso de un legado que no quería cargar, ahora, todo eso iba a cambiar.

 

Junghyun levantó la cabeza, mirando a su hijo con incredulidad y furia, quería gritar, quería hacerle entender que aún tenía poder sobre él, que no podía simplemente deshacerse de él así como así, pero sabía que ya no tenía nada, junmyeon lo había vencido, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

 

—¡Esto no se queda así! —exclamó Junghyun, levantándose con dificultad, intentando recuperar algo de su dignidad. —¡Te lo juro!

 

—Ya basta —dijo Junmyeon, su voz firme y decidida— No quiero oír más, esto ha terminado.

 

Minseok, quien había estado observando la escena en silencio, finalmente dio un paso hacia su padre, no era necesario decir nada más, su mirada lo decía todo, con una mano en el hombro de Junghyun, Minseok lo empujó suavemente hacia la puerta, indicándole que era hora de irse.

 

—Sal de aquí, Ahora —dijo Minseok con voz baja pero llena de autoridad. —No eres bienvenido en esta familia.

 

Junghyun, derrotado, no dijo ni una palabra más, solo dio un último vistazo a sus hijos antes de marcharse, sabiendo que ya no tenía lugar en su vida.

 

La puerta se cerró tras él con un ruido sordo, y el silencio invadió la sala nuevamente, junmyeon, después de todo lo ocurrido, respiró hondo, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba poco a poco, el peso que había estado cargando durante tantos años finalmente se desvaneció.

 

Sehun, que no había dejado de mirarlo, se acercó a Junmyeon y lo abrazó con fuerza, sintiendo una inmensa satisfacción al ver la valentía que había mostrado, junmyeon se acurrucó en sus brazos, dejándose llevar por un sentimiento de alivio que nunca antes había experimentado.

 

—Lo lograste, Jun —susurró Sehun, acariciando su cabello.

 

Junmyeon permaneció en los brazos de Sehun, sintiendo una mezcla de emociones que lo abrumaba, había logrado enfrentar a su padre y marcar un límite que por años había sido una fantasía lejana, pero, a pesar de la fuerza que había mostrado, algo en su interior lo carcomía, miró a Sehun, buscando consuelo en su mirada, pero las palabras de Junghyun aún resonaban en su cabeza.

 

El silencio se rompió con un suspiro tembloroso de Junmyeon, quien apartó la vista hacia el suelo, su pecho se sentía pesado, como si el orgullo de su victoria estuviera siendo reemplazado rápidamente por una culpa insidiosa que no podía ignorar.

 

—Lo hice arrodillarse —murmuró, más para sí mismo que para Sehun, pero lo suficientemente alto como para que su novio lo escuchara.

 

Sehun frunció el ceño, sosteniendo el rostro de Junmyeon con ambas manos para que lo mirara. 

 

—Jun, no pienses así, no fuiste cruel, Le diste lo que merecía, nada más, tú no eres como él —dijo con firmeza, su tono suave pero lleno de convicción.

 

Junmyeon negó con la cabeza, apartándose de las manos de Sehun y dando un paso atrás, sus ojos estaban llenos de lágrimas contenidas, un reflejo de la tormenta que lo sacudía por dentro.

 

—Pero lo hice, Sehun —respondió con voz rota. —Lo hice arrodillarse, como él me hizo a mí tantas veces, ¿Qué clase de persona soy si repito las mismas acciones que tanto odié?

 

Sehun dio un paso hacia él, extendiendo una mano para alcanzarlo, pero Junmyeon retrocedió nuevamente, su mente estaba inundada de recuerdos de las veces en que había estado de rodillas frente a su padre, soportando sus palabras hirientes y su mirada llena de desprecio, ahora, al ver a Junghyun en esa misma posición, no pudo evitar sentirse como si se hubiera convertido en una versión de lo que más despreciaba.

 

La culpa era un peso insoportable.

 

—No soy mejor que él... —susurró Junmyeon, su voz apenas audible.

 

Antes de que Sehun pudiera decir algo, Junmyeon se dejó caer de rodillas, como si necesitara expiar el sentimiento de culpa que lo consumía, pero antes de que sus rodillas tocaran el suelo, Sehun reaccionó con rapidez, se arrodilló frente a él, atrapando su cuerpo en un abrazo firme y seguro, impidiendo que Junmyeon siguiera castigándose.

 

—¡No! —exclamó Sehun, su voz llena de una mezcla de sorpresa y firmeza. —No te atrevas a hacer esto, Jun. No tienes que arrodillarte ante mí ni ante nadie, nunca más.

 

Junmyeon, con lágrimas corriendo por sus mejillas, intentó apartarse, pero Sehun lo sostuvo con más fuerza, asegurándose de que no se escapara.

 

—Jun, mírame —pidió Sehun, con una ternura que contrastaba con la urgencia en su tono. —Mírame, mi amor

 

Junmyeon levantó la vista lentamente, encontrándose con los ojos de Sehun, que lo miraban con amor incondicional. Había algo en esa mirada que empezó a calmar la tormenta dentro de él.

 

—No estás repitiendo sus errores —continuó Sehun, acariciando suavemente la mejilla de Junmyeon con el pulgar. —Le devolviste un poco del dolor que te causó, sí, No fue por maldad ni por control, fue por justicia, hay una gran diferencia.

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que las palabras de Sehun calaran en su mente y su corazón, sintió cómo el peso en su pecho comenzaba a aligerarse, aunque la culpa no desaparecía por completo, sehun lo abrazó nuevamente, sosteniéndolo como si fuera lo más valioso en el mundo.

 

—Eres una persona increíble, Jun, y no tienes que cargar con esto solo —susurró Sehun, dejando un beso en la frente de su novio.

 

El momento fue interrumpido por risas y voces infantiles que venían desde el pasillo, ningning y Kun entraron corriendo a la sala, seguidos de Victoria, quien trataba de mantener el orden pero no podía evitar sonreír ante la energía de los pequeños.

 

—¡Papá! —gritó Ningning mientras corría hacia Junmyeon con los brazos abiertos.

 

Kun no se quedó atrás, tropezando ligeramente en su carrera hacia su padre, junmyeon apenas tuvo tiempo de ponerse de pie y secarse sus lagrimas antes de que ambos niños se lanzaran a sus brazos, llenando el ambiente de risas y alegría.

 

—¡Mamá nos mostro las estrellas! —dijo Ningning emocionada, refiriéndose al evento.

 

—¡sii papi, el cielo esta hermoso! —añadió Chenle, abrazándolo con fuerza.

 

Junmyeon sintió cómo su corazón se llenaba de calidez al escuchar las palabras de sus hijos, los levantó en brazos, sosteniéndolos con una sonrisa genuina que iluminó su rostro, por un momento, todo lo demás desapareció, y lo único que importaba eran ellos.

 

Sehun observó la escena con una sonrisa suave, sus ojos llenos de amor por Junmyeon y admiración por la manera en que siempre priorizaba a sus hijos. Ningning y Chenle, al notar la presencia de Sehun, lo miraron curiosos.

 

—¡Tío Sehun! —exclamó Ningning, extendiendo los brazos hacia él.

 

Sehun se rió y extendió sus manos hacia la niña, quien rápidamente saltó de los brazos de Junmyeon para abrazarlo, kun, no queriendo quedarse atrás, hizo lo mismo.

 

—¡Oigan, no lo cansen tanto! —bromeó Junmyeon, aunque no pudo evitar reír al ver cómo sus hijos se aferraban a Sehun con tanto entusiasmo.

 

Victoria, observando desde la distancia, sonrió con ternura, era un momento tan puro y lleno de amor que parecía curar cualquier herida que pudiera haber quedado abierta.

 

Baekhyun, Chanyeol, Minseok y Kyungsoo, que también estaban presentes, miraban la escena con sonrisas en sus rostros. Incluso Kyungsoo, quien solía ser reservado, no pudo evitar sentirse conmovido por la conexión entre Sehun y los niños, luego de la incomodidad que junghyun irradio hace unos minutos en la sala.

 

—Creo que los niños ya decidieron quién es su favorito —bromeó Baekhyun, cruzándose de brazos mientras observaba cómo Sehun jugaba con Ningning y kun.

 

—Es difícil competir con alguien como Sehun —añadió Chanyeol, riendo.

 

Junmyeon, por primera vez en horas, se permitió reír abiertamente, dejando que la felicidad del momento llenara cada rincón de su ser y soltando la tristeza que quería abrumarlo, Aunque aún quedaban cosas por resolver y heridas por sanar, en ese instante, todo parecía estar bien.

 

Sehun miró a Junmyeon por encima de la cabeza de los niños y le dedicó una sonrisa cálida, como si quisiera recordarle que siempre estaría a su lado, apoyándolo en todo momento. Junmyeon, respondiendo a la sonrisa, supo que no estaba solo y que, con Sehun y sus hijos a su lado, podía enfrentar cualquier cosa que viniera.

 

Hotel celestia, Busan, 23:00 PM

 

Las luces de la ciudad resplandecían en la distancia, reflejándose en las tranquilas aguas del mar que se extendía más allá del horizonte, en la habitación, los amigos y familiares comenzaron a despedirse con abrazos y palabras cálidas, dejando el espacio en calma para que Junmyeon y Sehun finalmente pudieran estar a solas.

 

Junmyeon, sosteniendo la mano de Sehun, lo guió hacia la suite que había sido preparada para él durante el evento, pero que ahora sentía que pertenecía a ambos, cerró la puerta tras de sí y dejó escapar un suspiro profundo, como si todo el peso de las últimas semanas estuviera finalmente evaporándose.

 

—Es extraño, ¿no? —dijo Junmyeon mientras miraba alrededor de la elegante suite, decorada con detalles lujosos y minimalistas. —Pensar que después de todo lo que pasó, ahora podemos estar aquí, juntos, sin sentir que tenemos que escondernos.

 

Sehun, que lo observaba con una mirada cálida, se acercó y envolvió a Junmyeon en un abrazo desde atrás, apoyando su barbilla en su hombro. 

 

—No es extraño, es lo que merecemos —murmuró, dejando un suave beso en su mejilla. —Hemos pasado por tanto, Jun, pero lo logramos. 

 

Junmyeon sonrió, girándose para encontrarse con los ojos de Sehun antes de tomarlo de la mano nuevamente, juntos caminaron hacia el amplio balcón que daba una vista espectacular de la ciudad y el mar, el viento nocturno era fresco, pero no frío, y el sonido distante de las olas les brindaba una serenidad que ambos necesitaban.

 

Sehun se apoyó en la barandilla, mirando hacia el horizonte, mientras Junmyeon se acurrucaba a su lado, apoyando la cabeza en su hombro. Por un momento, ninguno de los dos dijo nada, dejando que el silencio hablara por ellos, pero no era un silencio incómodo; era un silencio lleno de significado, un reflejo de todo lo que habían superado juntos.

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon después de unos momentos, su tono más ligero. —Por primera vez en mucho tiempo, me siento libre, libre de mi padre, de su control, de mis propias inseguridades, y gran parte de eso es gracias a ti.

 

—No, Jun, es gracias a ti —respondió Sehun con firmeza. —Fuiste tú quien se enfrentó a él, tú quien tomó el control de tu vida y tu futuro, yo solo estuve aquí para recordarte lo increíble que eres.

 

Junmyeon rió suavemente, apoyando la frente contra el pecho de Sehun mientras se abrazaban, permanecieron así durante un largo rato, dejando que el tiempo pasara sin preocuparse por nada más, fiinalmente, Junmyeon levantó la vista, con una chispa de diversión en sus ojos.

 

—Entonces, ¿esto significa que ahora esta suite es nuestra? —preguntó sehun, arqueando una ceja.

 

Junmyeon rió, asintiendo.

 

—Claro que sí, aunque, técnicamente, todo lo tuyo es mío ahora, ¿No es así?

 

Sehun fingió ofenderse, golpeando suavemente el brazo de Junmyeon antes de reír también, sehun lo atrajo hacia sí, abrazándolo nuevamente mientras ambos miraban hacia el horizonte, disfrutando de la tranquilidad de la noche.

 

Junmyeon y Sehun seguían en el balcón, abrazados mientras las luces de Busan brillaban ante ellos, la noche avanzaba, y aunque el cansancio comenzaba a hacer acto de presencia tras un día largo y lleno de emociones, ninguno de los dos quería romper el momento de paz que compartían.

 

Junmyeon miró a Sehun con ternura, acariciando su brazo de manera distraída mientras una pregunta rondaba su mente, finalmente, decidió hablar.

 

—Sehun, ahora que todo esto terminó... —dijo, su voz suave pero cargada de curiosidad. —¿Qué piensas hacer con tu vida?

 

Sehun levantó la mirada hacia el cielo por un momento antes de suspirar y bajar la vista hacia Junmyeon.

 

—He estado pensando mucho en eso últimamente —admitió, su tono reflexivo. —Mi vida ha estado tan enfocada en la venganza, en descubrir la verdad sobre mi madre, que no tuve tiempo de pensar en mí mismo, en lo que realmente quiero hacer. 

 

se detuvo, mientras apretaba más a du novio, tratando de protegerlo de lo invisible : 

 

—Ahora que todo ha terminado... siento que estoy un poco perdido.

 

Junmyeon frunció el ceño con preocupación, sosteniendo las manos de Sehun entre las suyas.

 

—Eso es completamente normal, amor, después de todo lo que has pasado, tomarte un tiempo para descubrir qué es lo que realmente quieres está bien, no tienes que apresurarte.

 

Sehun sonrió, agradecido por el apoyo de Junmyeon.

 

—Kyungsoo me sugirió que lo ayude a reorganizar Oh Company —continuó Sehun, su tono algo indeciso. —La empresa está hecha un desastre después de todo lo que mi padre hizo, creo que necesita a alguien que lo apoye, pero honestamente.

 

Sehun abrazo con fuerza a su novio y continuó: 

 

—no sé si quiero involucrarme demasiado, esa empresa me hizo mucho daño, es un recordatorio constante de todo lo que mi padre destruyó, de cómo nos manipuló a Kyungsoo y a mí.

 

Junmyeon asintió, comprendiendo perfectamente el conflicto interno de Sehun.

 

—Tiene sentido, pero ayudar a Kyungsoo no significa que tengas que comprometerte completamente con la empresa, podrías apoyarlo de manera temporal, mientras decides qué hacer a largo plazo.

 

Sehun pareció considerar las palabras de Junmyeon antes de asentir lentamente.

 

—Tal vez eso haga, no quiero dejar a Kyungsoo lidiando con todo solo, además, siempre he tenido interés en la economía y en cómo manejar recursos de manera eficiente, podría enfocarme en eso mientras trato de encontrar mi lugar.

 

Junmyeon sonrió, una chispa de emoción brillando en sus ojos.

 

—¿Sabes?, Si en algún momento sientes que estás listo para dar un paso más en tu carrera, me encantaría ofrecerte un puesto en Kim Corporation, podrías trabajar en el área de economía, estoy seguro de que tu talento sería un gran aporte para la empresa.

 

Sehun lo miró con sorpresa antes de soltar una risa suave.

 

—¿En serio?, ¿Me estás ofreciendo un trabajo ya?, Apenas hemos salido de todo este caos.

 

—No te estoy presionando, Sehun. —Junmyeon apretó suavemente las manos de Sehun. —Solo quiero que sepas que las puertas están abiertas para ti cuando estés listo, sé que tienes un talento increíble, y sería un honor trabajar contigo de nuevo, pero esta vez sin secretos ni mentiras entre nosotros.

 

Sehun miró a Junmyeon con una mezcla de admiración y gratitud.

 

—¿Sabes algo?, Nunca pensé que alguien pudiera creer en mí de esta manera. —Se inclinó hacia Junmyeon, rozando sus labios en un beso suave. —Gracias, Jun, por confiar en mí, incluso cuando yo mismo dudaba de lo que era capaz.

 

Junmyeon sonrió contra los labios de Sehun antes de apartarse ligeramente para mirarlo a los ojos.

 

—Siempre creeré en ti, Sehun, Lo has demostrado una y otra vez. Eres fuerte, inteligente, y tienes un corazón enorme, sé que encontrarás tu camino, y cuando lo hagas, estaré a tu lado para apoyarte.

 

Sehun lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo sus palabras llenaban un vacío que había sentido durante mucho tiempo, permanecieron así por unos momentos, dejando que la tranquilidad de la noche envolviera sus pensamientos.

 

Después de un rato, Sehun rompió el silencio.

 

—¿Cómo crees que sería trabajar juntos de nuevo? —preguntó con un toque de humor en su voz. —La última vez que lo hicimos, no fue precisamente bajo las mejores circunstancias.

 

Junmyeon soltó una risa suave, recordando aquellos días en los que Sehun era su asistente y, sin saberlo, su enemigo.

 

—Bueno, esta vez las cosas serían diferentes, para empezar, ya no tendría que desconfiar de ti. —Le guiñó un ojo. —Además, creo que trabajar contigo sería increíble, tienes un don para resolver problemas y pensar fuera de la caja, podríamos formar un gran equipo.

 

Sehun sonrió, sintiéndose animado por la idea.

 

—Tal vez lo considere, Jun, pero primero, creo que necesitamos un descanso, ambos lo merecemos.

 

—Definitivamente —asintió Junmyeon. —Tal vez podamos tomarnos unas vacaciones después de todo esto. Llevar a los niños a algún lugar tranquilo, lejos de las cámaras y las preguntas incómodas de la prensa.

 

—Eso suena perfecto. —Sehun lo abrazó nuevamente, apoyando su barbilla en el hombro de Junmyeon. —Contigo y con los niños, cualquier lugar sería perfecto.

 

 

Mientras la brisa soplaba en ellos, y hablaban de un futuro no lejano, compartían el calor que emanaba en ellos, luego de tanto odio que los rodeaban, podían empezar un nuevo capitulo.

 

El inicio de una nueva historia sin enemigos ni guerras que los separen... 

Notes:

NUEVAMENTE! Quiero aclarar algunas cosas que no desarrolle por que me parecian relleno pero podia dejar pasar de la trama

—Horizon llame al proyecto por mi canción favorita de Taemin, en una parte dice "cause better days, cause better days come", interpretando la letra que vendran días mejores días y podrá salir de eso que lo amarra a junmyeon de su padre y podra mirar el horizonte sin preocuparse, siendo así el proyecto, dandole la libertad que necesitaba y poder ser al fin libre.

– Jun habla mayormente en coreano con sus hijos, sus hijos son mestizos, chino/coreanos.

–Victoria y sehun tienen la misma edad, 30 años, siendo el patron de junmyeon en la historia, pero como sabemos, vic es su mejor amiga y nunca aclaré pero es su alma gemela... con quien compartio sus 20's y haberles dado a sus hijos...

–los Song's son una familia de renombre en shanghai, donde victoria y jun se conocieron, y sus padres les obligaron a casarse para ocultar la sexualidad de jun y tambien evitar la banca rota de kim corporation ademas junghyun queria proteger a Junmyeon, su hijo favorito.

—Chanbaek va aparecer en el especial un poco...

Chapter 28: Capitulo FINAL | Imperio de mentiras

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Sehun con cuidado comenzó a besar a Junmyeon lentamente, dejando que el momento los envolviera, sus manos, firmes pero cuidadosas, deslizaban el traje de Junmyeon por sus hombros, dejándolo caer al suelo, su boca descendió al cuello de su novio, dejando besos cálidos que hacían que Junmyeon cerrara los ojos y se aferrara a sus brazos con suavidad.

 

—Eres tan hermoso... —murmuró Sehun contra su piel, su voz baja y cargada de deseo.

 

Junmyeon lo miraba, sus mejillas ligeramente sonrojadas, pero no apartó la mirada cuando Sehun lo arrastraba y empujó con delicadeza hacia la cama, el colchón crujió bajo su peso mientras Sehun se inclinaba sobre él, retomando los besos con más pasión, ambos estaban perdidos en el momento, sus respiraciones mezclándose, sus manos explorando, junmyeon empezó a desabotonar el pantalon de sehun con desesperación 

 

Pero entonces, un sonido inesperado rompió la atmósfera: un suave golpeteo en la puerta. 

 

Junmyeon abrió los ojos de inmediato, mientras Sehun levantaba la cabeza con una mezcla de frustración y confusión.

 

—¿Papá? —se escuchó la pequeña voz de Ningning desde el otro lado de la puerta, seguida por la de Kun— Queremos dormir contigo...

 

Junmyeon miró a Sehun, su rostro dividido entre el deseo y la ternura, sehun soltó un suspiro, su frente apoyándose contra el hombro de Junmyeon mientras ambos trataban de recomponerse.

 

—No puedo decirles que no... —susurró Junmyeon con una sonrisa apenada, acariciando el cabello de Sehun.

 

Sehun se dejó caer a su lado en la cama, soltando una risa resignada mientras Junmyeon se levantaba para abrir la puerta y sehun cerraba su pantalón. Los pequeños entraron corriendo, abrazando a su padre mientras lo miraban con ojos llenos de amor. Ningning traía su peluche favorito, y Kun llevaba su osito.

 

—¿Podemos quedarnos aquí, papá? —preguntó Ningning con voz dulce, mirando también a Sehun con curiosidad.

 

Junmyeon asintió de inmediato, levantándolos en brazos y llevándolos a la cama, sehun los miraba con una sonrisa suave, entendiendo perfectamente que, aunque deseaba más tiempo a solas con Junmyeon, sus hijos siempre serían la prioridad.

 

—Bueno, parece que tenemos nuevos compañeros esta noche —bromeó Sehun, acomodándose mientras los niños se acurrucaban entre ellos.

 

Luego de unos minutos, junmyeon dejo a sus hijos al cuidado de sehun, su novio, vestido con su pijama gris, estaba sentado en la cama con los pequeños Ningning y Kun. Ambos niños estaban acurrucados junto a él, cada uno abrazando sus peluches, ningning tenía un conejo blanco gastado pero querido, mientras que Kun apretaba con fuerza un oso marrón con una bufanda roja. La habitación estaba tranquila, con la suave luz de la lámpara en la mesita iluminando el espacio mientras Junmyeon se duchaba en el baño adyacente. 

 

—¿Quieren que les lea algo? —preguntó Sehun, mirando a Ningning, quien lo observaba con ojos grandes y brillantes.

 

—No, queremos hablar contigo —respondió la pequeña, su voz cantarina, kun, siempre curioso, asintió con entusiasmo y se acercó más.

 

Sehun sonrió, sintiendo un calor en el pecho al ver la confianza de los niños, aunque todavía era un poco nuevo para él estar en esta dinámica familiar, su cariño por ellos crecía con cada interacción. 

 

—¿De qué quieren hablar? —preguntó, acomodándose mejor en la cama, su tono era suave, casi como si temiera romper el momento.

 

Kun fue el primero en responder, ladeando la cabeza con curiosidad. 

 

—¿Siempre vas a estar con papá? —preguntó, sus ojos inocentes mirando directamente a Sehun.

 

La pregunta lo tomó por sorpresa. Sehun parpadeó, tratando de ordenar sus pensamientos. 

 

—Eso espero, Kun-ah. Quiero estar con él... y con ustedes también, si me dejan. 

 

Ningning inclinó la cabeza, abrazando su conejo con fuerza mientras lo miraba con una mezcla de seriedad y ternura.

 

—Nos gustas mucho, siempre haces que papá sonría, antes, no lo hacía tanto...

 

—Es cierto... Papá lloraba y se ponía triste siempre antes –contestaba kun

 

El corazón de Sehun se apretó ante esas palabras, sabía que Junmyeon había pasado por mucho, y el hecho de que los niños notaran su influencia lo conmovía profundamente. Tragó el nudo en su garganta y les sonrió, alargando una mano para acariciar la cabeza de cada uno.

 

—Gracias pequeños, Eso significa mucho para mí, ustedes hacen que yo quiera ser mejor todos los días. 

 

Kun se movió un poco, mirando a su hermana antes de dirigirse a Sehun otra vez.

 

—Papá siempre dice que eres muy especial, entonces.... ¿Tú también eres nuestro papá? 

 

La pregunta fue como un golpe inesperado, sehun quedó sin palabras, mirando a los dos niños que lo observaban con una mezcla de curiosidad y algo más profundo: aceptación. Ningning lo miró, inclinándose hacia él.

 

—¿Podemos llamarte papá? —preguntó, su voz baja pero firme.

 

—Te queremos mucho papá sehun...–contestó de inmediato kun

 

Sehun sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas al instante No lo había anticipado, y la emoción lo golpeó como una ola, miró a los dos niños, tan inocentes, tan llenos de amor, y sintió que su corazón se desbordaba.

 

—¿De verdad quieren eso? —preguntó, su voz quebrándose mientras trataba de no llorar frente a ellos.

 

—Sí —respondió Ningning con una pequeña sonrisa— Eres bueno con nosotros y haces feliz a papá. 

 

Kun asintió con entusiasmo, aferrándose a su oso.

 

—¡Sí, papá Sehun! 

 

Sehun no pudo contenerlo más, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras reía suavemente, incapaz de procesar completamente la magnitud del momento. Los pequeños lo miraron con curiosidad, y Ningning se inclinó para limpiarle una lágrima con sus dedos diminutos.

 

—¿Por qué lloras pa? —preguntó inocente

 

—Es porque estoy feliz... muy feliz —dijo Sehun, abrazándolos con cuidado, los dos niños se dejaron envolver en sus brazos, sus pequeños cuerpos cálidos contra el suyo.

 

—Te queremos mucho, papá Sehun —murmuró Kun mientras apoyaba la cabeza contra su pecho.

 

Sehun cerró los ojos, dejando que ese momento se grabara en su memoria, nunca había imaginado que algo así sucedería, había llegado a la vida de Junmyeon con secretos y conflictos, pero ahora, estaba aquí, amado por su familia y sus hijos llamandolo "Papá" En ese momento, la puerta del baño se abrió, y Junmyeon salió envuelto en una bata blanca, secándose el cabello con una toalla. Se detuvo en seco al ver la escena frente a él: Sehun abrazando a Ningning y Kun, lágrimas en sus mejillas y una sonrisa que irradiaba felicidad. 

 

—¿Qué pasó? —preguntó, acercándose con preocupación.

 

Sehun levantó la cabeza, todavía con los ojos vidriosos, su voz era suave pero llena de emoción cuando respondió:

 

—Ellos... me llamaron papá. 

 

Junmyeon parpadeó, sorprendido, sus ojos se movieron entre Sehun y sus hijos, quienes ahora lo miraban con sonrisas cómplices, su corazón se llenó de calidez, y una sonrisa suave apareció en su rostro.

 

—¿De verdad? —preguntó, arrodillándose junto a ellos en la cama.

 

—Sí —dijo Ningning, mirando a su padre biológico. —¿Está bien, papá? 

 

Junmyeon asintió, sus ojos también brillando con lágrimas contenidas, extendió una mano para acariciar la cabeza de su hija y luego la de su hijo.

 

—Claro que sí, cariño. Está más que bien. 

 

Sehun soltó una pequeña risa al escuchar la respuesta de Junmyeon, y este se inclinó hacia él, plantando un beso suave en sus labios.

 

—Te lo dije —susurró Junmyeon, apoyando su frente contra la de Sehun— Ellos te adoran tanto como yo. 

 

—Y yo a ellos —respondió Sehun, abrazándolo también.

 

La habitación estaba bañada por una luz tenue, ningning y Kun se habían quedado profundamente dormidos entre Junmyeon y Sehun, sus pequeños cuerpos envueltos en mantas suaves mientras abrazaban sus peluches con firmeza, junmyeon, acostado de lado, observaba a sus hijos con una expresión serena, su mano descansaba sobre la de Ningning, mientras sentía la respiración tranquila de Kun a su lado, al otro lado, Sehun estaba recostado, mirándolo con una sonrisa suave que iluminaba su rostro. 

 

Sehun extendió una mano hacia Junmyeon, tocando sus dedos con delicadeza, fue un gesto simple, pero lleno de significado, junmyeon giró la cabeza para mirarlo, sus ojos oscuros reflejando gratitud y amor, era un momento de calma después de tantas tormentas.

 

—¿Estás bien? —susurró Sehun, manteniendo su voz baja para no despertar a los niños.

 

Junmyeon asintió, respirando profundamente antes de responder.

 

—Sí. Creo que... nunca me había sentido tan en paz. 

 

Sehun sonrió, inclinándose un poco hacia adelante para rozar los labios de Junmyeon en un beso breve y delicado.

 

—Me alegra escucharlo, te lo mereces, Jun, Tú y estos pequeños. 

 

Junmyeon dejó escapar una risa suave, observando a sus hijos nuevamente, su corazón estaba lleno, aunque no podía evitar que una pequeña parte de él reflexionara sobre el camino que los había llevado hasta allí, las heridas del pasado aún dolían, pero la felicidad que había encontrado con Sehun y sus hijos era un bálsamo que sanaba lentamente esas cicatrices.

 

—¿Sabes? —murmuró Junmyeon, volviendo su atención a Sehun. —Nunca pensé que esto fuera posible, no después de todo lo que pasó... no después de cómo empezó todo entre nosotros. 

 

Sehun bajó la mirada por un momento, recordando esos primeros días, había llegado a la vida de Junmyeon lleno de mentiras, impulsado por una misión que, en su momento, parecía justificada, pero el amor que había encontrado en el proceso había transformado todo. Su propósito inicial se había desmoronado ante la fuerza de sus sentimientos, y aunque sabía que había herido a Junmyeon, también sabía que había hecho todo lo posible por enmendar sus errores.

 

—Tampoco lo pensé —admitió Sehun con honestidad. —Cuando te conocí, solo veía a un enemigo, alguien que, en mi mente, representaba todo lo que había perdido. Pero luego... me di cuenta de que no eras eso, eras mucho más. 

 

Junmyeon tragó con dificultad, su pecho apretándose ante las palabras de Sehun, lo miró fijamente, su mano buscando la de él para entrelazar sus dedos.

 

—Y tú... tú me enseñaste a ser libre, Sehun, me diste la fuerza para enfrentar a mi padre, para tomar decisiones por mí mismo, para amar sin miedo. 

 

—Amor... —Sehun comenzó, su voz temblando ligeramente.

 

—No, déjame decirlo —interrumpió Junmyeon, apretando su mano con fuerza. —Sé que lo nuestro no fue perfecto al principio, fue complicado, caótico y... doloroso, pero aquí estamos, juntos...

 

Sehun asintió lentamente, sus ojos brillando con lágrimas contenidas, miró a los niños, que dormían profundamente, ajenos a la intensidad de la conversación que sus padres estaban teniendo, luego volvió su mirada a Junmyeon.

 

—Algún día, ellos sabrán todo —dijo en voz baja. —Sabrán cómo comenzó todo, sabrán la verdad sobre nuestras familias, sobre lo que ocurrió... y sobre cómo luchamos para llegar hasta aquí. 

 

Junmyeon asintió, su expresión serena pero determinada.

 

—Cuando llegue ese día, les contaremos todo, pero por ahora, solo quiero que sepan que son amados, que tienen una familia que los protegerá siempre. 

 

Por que jamás lastimarían a sus hijos como sus padres lo hicieron...

 

Sehun se inclinó nuevamente, presionando un beso en la frente de Junmyeon antes de susurrar:

 

—Y que tienen dos padres que harían cualquier cosa por ellos. 

 

Ambos permanecieron en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la compañía del otro mientras el mundo exterior se desvanecía, sehun acarició suavemente el cabello de Kun, observando cómo el niño murmuraba algo en sueños antes de acomodarse nuevamente contra Junmyeon.

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon después de un rato, su tono más relajado. —Es un poco irónico, ¿no?, dos enemigos, en medio de una guerra de familias, encontrando el amor es como si todo estuviera destinado a ser, a pesar de todo. 

 

Sehun rió suavemente, asintiendo.

 

—Es una historia que nadie creería si no la viviera, pero aquí estamos, y no cambiaría nada de lo que tenemos ahora. 

 

Junmyeon lo miró fijamente, con una intensidad que hizo que el corazón de Sehun latiera más rápido. 

 

—Yo tampoco, porque todo lo que vivimos nos trajo hasta aquí. 

 

Sehun apretó su mano una vez más antes de responder:

 

—Y yo no sería el hombre que soy ahora si no fuera por ti mi amor

 

Ambos se miraron en silencio, compartiendo una conexión que iba más allá de las palabras, estaban agradecidos por el presente y esperanzados por el futuro, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier cosa, ninguno de los dos había planeado enamorarse, y mucho menos bajo esas circunstancias, pero habían encontrado algo real, algo que valía la pena proteger. 

 

Finalmente, Junmyeon dejó escapar un suspiro, mirando a sus hijos nuevamente.

 

—Creo que es hora de dormir —dijo con una sonrisa suave.

 

Sehun asintió, ayudándolo a acomodar a Ningning y Kun entre ellos antes de apagar la luz, en la oscuridad, con sus hijos profundamente dormidos y Junmyeon acurrucado a su lado, Sehun finalmente sintió que había encontrado su hogar, no en una casa ni en un lugar, sino en las personas que lo rodeaban. 

 

Eran una familia y aunque el camino hasta allí había estado lleno de dolor y sacrificios, no lo cambiarían por nada en el mundo. Juntos, construirían un futuro lleno de amor, verdad y felicidad.

 

Dos Semanas después 

 

Lunes, Hotel celestia, Busan, 12:00 PM

 

Junmyeon caminó por el pasillo del hotel con pasos pesados, su cuerpo estaba exhausto, y la presión de las últimas semanas pesaba sobre sus hombros. Había sido un periodo intenso: reuniones interminables, entrevistas con la prensa y llamadas constantes con inversionistas. 

 

Aunque el éxito del proyecto en Busan lo llenaba de orgullo, su cuerpo pedía un descanso urgente. 

 

Finalmente, llegó a la puerta de su suite, sjs guardaespaldas lo saludaron con una ligera inclinación antes de abrir la puerta, jjnmyeon suspiró al cruzar el umbral, el aire fresco del interior lo recibió, pero su mente aún estaba atrapada en la vorágine del trabajo, dejó caer su maletín junto a la entrada y comenzó a desabotonar su chaqueta, dejando atrás la fachada impecable que mantenía frente al mundo exterior.

 

Cuando entró en la habitación principal, se detuvo al ver a Sehun sentado en el borde de la cama, esperándolo. Vestía una camisa blanca suelta y pantalones cómodos, pero lo que más destacaba era la cálida sonrisa que adornaba su rostro, esa sonrisa, pensó Junmyeon, era todo lo que necesitaba en ese momento.

 

—Bienvenido, señor Kim —bromeó Sehun, poniéndose de pie y acercándose a él. 

 

Junmyeon rodó los ojos, pero una sonrisa cansada se dibujó en sus labios. 

 

—Muy gracioso, señor Oh, ¿Desde cuándo tengo un mayordomo personal?

 

Sehun lo recibió con un abrazo, envolviéndolo con sus brazos y apoyando la barbilla en su hombro, junmyeon dejó escapar un suspiro, relajándose instantáneamente en el calor de su pareja.

 

—No soy tu mayordomo, pero pensé que necesitarías algo de cuidado, te ves agotado.

 

—Es porque lo estoy —admitió Junmyeon, dejando caer su frente contra el hombro de Sehun. —Hoy fue especialmente duro, y tengo otra reunión en tres horas... 

 

Sehun se apartó lo suficiente como para mirarlo a los ojos. 

 

—Entonces deja que te ayude a relajarte un poco, ven, siéntate. 

 

Junmyeon lo siguió hasta el sofá que estaba junto a la ventana, sehun lo hizo sentarse y luego se colocó detrás de él, posando sus manos en los hombros tensos de Junmyeon. 

 

—No tienes que hacer esto, Sehunnie —murmuró Junmyeon, aunque ya sentía cómo sus músculos comenzaban a relajarse bajo el toque firme pero cuidadoso de Sehun.

 

—No tengo que hacerlo, pero quiero hacerlo, tú haces tanto por todos amor, déjame cuidar de ti por un rato.

 

Junmyeon cerró los ojos y dejó escapar un suspiro largo mientras las manos de Sehun trabajaban en su cuello y hombros, aliviando la tensión acumulada. 

 

—Eres increíble en esto, ¿Dónde aprendiste? —preguntó con voz somnolienta.

 

—Tengo mis secretos, pero si quieres la verdad... —Sehun se inclinó un poco, susurrando en su oído

 

—lo busqué en internet antes de que llegaras. 

 

Junmyeon soltó una risa suave, sintiéndose más ligero que en días. 

 

—Eres un tonto...

 

Los minutos pasaron en silencio, con Junmyeon disfrutando del masaje mientras la luz del medio día llenaba la habitación, el cansancio seguía presente, pero de alguna manera se sentía más soportable con Sehun a su lado.

 

—¿Qué harías sin mí? —bromeó Sehun mientras terminaba el masaje y rodeaba el sofá para sentarse junto a Junmyeon. 

 

Junmyeon lo miró, una chispa de humor iluminando sus ojos cansados.

 

—Probablemente me habría desmayado en alguna reunión, así que sí, probablemente estoy en deuda contigo.

 

Sehun sonrió y tomó las manos de Junmyeon entre las suyas.

 

—Sabes que siempre estoy aquí para ti, ¿verdad?, No importa lo que pase, no estás solo.

 

Junmyeon asintió, sintiendo que su pecho se llenaba de gratitud. A veces se olvidaba de lo mucho que significaba tener a alguien que realmente entendiera todo lo que enfrentaba.

 

—Gracias, Sehun, de verdad. 

 

Sehun lo miró con ternura antes de inclinarse y depositar un beso suave en su frente. 

 

—De nada, amor. Ahora, ¿quieres comer algo antes de tu reunión?, Puedo pedir servicio a la habitación.

 

—Eso suena bien , pero primero necesito una ducha rápida, me siento como si hubiera cargado el peso del mundo sobre mis hombros todo el día.

 

—Eso es porque lo hiciste., Anda, ve, yo me encargo de pedir la comida.

 

Junmyeon se levantó y se dirigió al baño, lanzando una última mirada a Sehun antes de cerrar la puerta, mientras el agua caliente caía sobre él, no pudo evitar pensar en lo afortunado que era de tener a Sehun en su vida, no solo como pareja, sino como alguien que lo entendía completamente.

 

Suite del hotel celestia, Busan, 13:00 PM

 

Cuando salió del baño, con el cabello húmedo y envuelto en una bata, encontró a Sehun sentado en la cama, hojeando un menú del servicio a la habitación.

 

—Pedí tu sopa favorita —anunció Sehun, levantando la mirada con una sonrisa. —Y también algo dulce para después, porque sé que lo necesitas.

 

Junmyeon se acercó y se sentó a su lado, dejando caer la cabeza en su hombro. 

 

—Eres perfecto, ¿lo sabías?

 

—Lo sé, Pero es bueno escucharlo de vez en cuando.

 

Junmyeon y Sehun estaban sentados en la mesa del comedor de su suite, disfrutando de una comida tranquila, el bullicio del mundo exterior parecía lejano en ese momento, pero no tanto como para que el estrés desapareciera por completo, junmyeon se veía cansado, pero intentaba mantener una conversación ligera con Sehun, quien lo observaba con preocupación. 

 

—Deberías tomarte unas vacaciones, Jun, lo digo en serio —dijo Sehun, dejando su tenedor en el plato. —No puedes seguir a este ritmo para siempre. 

 

Junmyeon dejó escapar un suspiro mientras jugaba con los cubiertos.

 

—Lo sé, Sehunnie, créeme, lo sé, extraño a Ningning y a kun más de lo que puedo describir, pero no puedo permitirme detenerme ahora, el proyecto Busan está en marcha, y la prensa... 

 

Sehun lo interrumpió, mirándolo con firmeza. 

 

—La prensa siempre tendrá algo que decir, Junmyeon, ¿Y tus hijos?, ¿Cuánto tiempo más vas a estar lejos de ellos? 

 

Junmyeon bajó la mirada, visiblemente afectado por las palabras de Sehun. 

 

—No es como si quisiera estar lejos de ellos, ¿Crees que no me duele? 

 

—No estoy diciendo eso —Sehun suavizó su tono, colocando una mano sobre la de Junmyeon. —Solo digo que mereces un descanso, todos lo hacemos, incluso tú. 

 

Junmyeon sonrió con cansancio y apretó la mano de Sehun.

 

—Tal vez después de cerrar un par de acuerdos más. 

 

El tema quedó en el aire mientras terminaban de comer, la conversación fue ligera después de eso, pero Sehun no podía quitarse de la mente lo agotado que Junmyeon lucía. 

 

Después del almuerzo, ambos decidieron relajarse en la habitación, junmyeon, vestido con su nuevo traje, se dejó caer sobre la cama, sehun lo siguió, inclinándose sobre él con una sonrisa. 

 

—Creo que puedo ayudarte a olvidarte del trabajo por un rato —murmuró Sehun, comenzando a desabotonar la camisa de Junmyeon. 

 

Junmyeon lo miró, su rostro relajándose por primera vez en días. 

 

—Eso suena como una idea maravillosa. 

 

Sehun se inclinó y lo besó suavemente, dejando que el momento se intensificara lentamente, sus manos se movieron con delicadeza, deslizando la camisa de Junmyeon hacia atrás, los suspiros llenaron el silencio de la habitación, ambos perdiéndose en el calor del momento, ambos sobre la cama estaban devorándose pero Justo cuando Sehun comenzó a desabotonar su propia camisa...

 

el sonido del teléfono de Junmyeon rompió el ambiente íntimo, ambos se detuvieron, respirando profundamente mientras el dispositivo seguía vibrando sobre la mesita de noche. 

 

—Ignóralo —dijo Sehun, volviendo a besar a Junmyeon. 

 

Pero Junmyeon se apartó, algo preocupado. 

 

—Podría ser importante. 

 

Sehun se recostó con frustración mientras Junmyeon alcanzaba el teléfono, en la pantalla apareció el nombre de Wendy, su secretaria. 

 

—¿Sí, Wendy? —respondió Junmyeon con voz profesional, como si no estuviera a medio desvestir. 

 

Sehun se levantó de la cama, ya molesto, y comenzó a abotonarse de nuevo la camisa mientras Junmyeon escuchaba atentamente lo que decía Wendy. 

 

—Entendido, haré los arreglos, Gracias, Wendy. —Junmyeon colgó y dejó escapar un suspiro pesado. 

 

—¿Qué pasó? —preguntó Sehun, cruzando los brazos. 

 

—Agregaron una nueva reunión en mi agenda, es dentro de una hora. 

 

Sehun lo miró con incredulidad. 

 

—¿Otra reunión?, ¿Cuántas más necesitas para darte cuenta de que estás sobrecargándote? 

 

Junmyeon se levantó de la cama, acomodándose la camisa. 

 

—No es algo que pueda evitar, Sehun, estas reuniones son esenciales para el futuro de la empresa. 

 

—¿Y qué hay de nosotros? —preguntó Sehun, su tono subiendo ligeramente. —¿Qué hay de ti, Junmyeon? Apenas hemos tenido tiempo juntos en semanas, y ahora ni siquiera podemos disfrutar de un momento sin que te interrumpan. 

 

Junmyeon se giró para enfrentarlo, con la misma frustración reflejada en su rostro. 

 

—No es como si quisiera esto, Sehun, pero es mi responsabilidad, No puedo simplemente dejar todo por... 

 

—Por mí, ¿verdad? —lo interrumpió Sehun. —Eso es lo que estás a punto de decir. 

 

Junmyeon cerró los ojos, exhalando con fuerza. 

 

—No dije eso. 

 

—Pero lo piensas. 

 

El silencio entre ellos se volvió tenso, junmyeon tomó su saco del perchero y lo colocó sobre su brazo. 

 

—No tengo tiempo para discutir esta estupidez, Volveré después de la reunión. 

 

—Claro, vete Kim junmyeon, Como siempre. 

 

Junmyeon se detuvo en la puerta, girándose para mirar a Sehun, había algo en su expresión, una mezcla de cansancio y arrepentimiento, pero no dijo nada, simplemente salió de la habitación, dejando a Sehun solo. 

 

Sehun se dejó caer sobre la cama, con las manos cubriendo su rostro, había tratado de mantenerse tranquilo, pero ver a Junmyeon consumir cada parte de sí mismo por el trabajo lo estaba volviendo loco, no era solo por ellos; estaba preocupado por la salud de Junmyeon, tanto física como emocional. 

 

Por otro lado, Junmyeon caminaba por el pasillo hacia el elevador, sintiendo el peso de la discusión en su pecho, sabía que Sehun tenía razón, pero no podía permitirse detenerse ahora, había trabajado demasiado para llegar a este punto, y cualquier pausa podía poner en peligro todo lo que había construido. 

 

Mientras ambos lidiaban con sus pensamientos, la distancia entre ellos se sentía más grande que nunca. Sehun miraba por la ventana, preguntándose cuánto tiempo más podrían continuar así. 

 

Sala de reuniones, Hotel celestia, Busan, 15:00 PM

 

Junmyeon salió de la habitación dejando atrás la discusión con Sehun, su mente estaba llena de pensamientos encontrados, pero lo único claro era la sensación de incomodidad en su pecho, aunque no quería admitirlo, sabía que Sehun tenía razón, había estado ignorando sus necesidades, las de Sehun y, en última instancia, las de su relación.

 

La reunión comenzó puntualmente, pero Junmyeon apenas pudo concentrarse, los asistentes presentaban gráficos y hablaban de estadísticas, pero su mente seguía en la suite, con Sehun, lo veía sentado en el sofá, con esa expresión de frustración que lo había desarmado completamente.

 

Uno de los directores presentes lo sacó de sus pensamientos.

 

—Señor Kim, ¿qué opina de los términos para la inversión extranjera?

 

Junmyeon parpadeó un par de veces antes de responder, fingiendo una seguridad que no sentía.

 

—Creo que debemos revisar nuevamente los términos, no podemos apresurarnos con decisiones de esta magnitud.

 

El resto de los asistentes asintió, y la reunión continuó, sin embargo, Junmyeon no pudo evitar la sensación de que estaba fallando, no solo en el trabajo, sino también en su vida personal.

 

Al final de la reunión, mientras los demás recogían sus documentos y preparaban sus cosas, uno de los directores más veteranos, el señor Han, se acercó a él con una sonrisa comprensiva.

 

— Señor Kim , te ves más agotado de lo habitual.

 

Junmyeon suspiró, ajustando el nudo de su corbata. 

 

—Han sido semanas complicadas, el proyecto en Busan, la prensa, y... otras cosas.

 

El señor Han lo miró con sabiduría. 

 

—El trabajo siempre estará aquí, Junmyeon, pero las personas importantes en tu vida no siempre esperarán.

 

Junmyeon levantó la vista, sorprendido por la precisión de las palabras del hombre.

 

—Gracias, señor Han, aprecio su consejo.

 

—Cuida de ti mismo, Kim, nadie puede liderar tu imperio si no está en su mejor estado.

 

Junmyeon asintió, guardando esas palabras en su mente mientras salía escoltado por sus guardaespaldas, caminando con varias cosas en su mente, Cuando llegó a su suite, el silencio fue lo primero que lo recibió, no había rastro de Sehun, y el vacío en la habitación pareció hacerlo más consciente de su ausencia.

 

Suite del hotel celestia, Busan, 17:00 PM

 

Se deshizo de su saco y corbata, dejándolos caer sobre una silla cercana, el agotamiento físico y emocional finalmente se hizo presente mientras se dirigía al baño, una ducha caliente era lo único que podía aliviar la tensión acumulada. El agua corrió por su piel, relajando sus músculos, pero no su mente, pero sus pensamientos seguían girando en torno a Sehun, a su discusión y a la realidad de lo que estaba descuidando.

 

—¿Qué estoy haciendo? —murmuró para sí mismo, cerrando los ojos bajo el chorro de agua caliente

 

Luego de varios minutos reflexionando y relajándose en la ducha salio, puesto con su bata, su pelo goteaba y de sentia con una energía un poco más renovada.

 

El sonido de la puerta abriéndose hizo que Junmyeon, aún con la bata húmeda alrededor de su cuerpo, se girara con sorpresa. En el umbral, Sehun apareció con una sonrisa tímida y cargando un ramo de flores en una mano y una caja de pastel en la otra. 

 

—¿Qué haces aquí? —preguntó Junmyeon, su voz un susurro entre el agotamiento y la incredulidad. 

 

—No quería dejar que este día terminara mal. —Sehun avanzó hacia él, dejando el ramo sobre la mesa más cercana. 

 

Sus ojos reflejaban determinación mientras decía:

 

—Hoy cumplimos cuatro meses juntos y ocho desde que nos conocimos, Mi amor... 

 

Junmyeon sintió que su pecho se apretaba, las emociones reprimidas durante la larga jornada parecieron liberarse al ver a Sehun, tan atento, tan decidido a no dejar que su relación se desmoronara por culpa del estrés y las obligaciones.

 

Por eso estaba tan enojado... Era su aniversario 

 

—Sehun... —Junmyeon suspiró, llevándose una mano al rostro. —No sé qué decir. 

 

—No tienes que decir nada, solo déjame recordarte por qué estamos juntos, por qué esto vale la pena. 

 

Junmyeon se acercó, aceptando el pastel que Sehun había traído, lo colocó en la mesa junto a las flores y luego envolvió sus brazos alrededor de Sehun, descansando su cabeza en su hombro. 

 

—Lo siento tanto, He estado tan ciego. 

 

—Y yo tan impaciente —admitió Sehun, acariciándole la espalda con suavidad. 

 

Ambos permanecieron así por un momento, en silencio, dejando que el peso de la discusión anterior se desvaneciera. 

 

—Hablemos, Jun —dijo Sehun finalmente, separándose solo lo suficiente para mirarlo a los ojos. —No podemos seguir así. 

 

Junmyeon asintió, tomando asiento en el sofá mientras sehun se sentaba a su lado. 

 

—Sé que he estado obsesionado con el trabajo, es como si todo dependiera de mí, como si no pudiera permitirme fallar. 

 

—Pero no estás solo. —Sehun tomó sus manos, entrelazándolas con las suyas. —Entiendo que ser CEO no es fácil, pero también necesitas tiempo para ti, para nosotros, para tus hijos. 

 

—Lo sé. —Junmyeon apretó los labios, mirando sus manos unidas. —A veces siento que, si bajo la guardia, todo se desmoronará. 

 

—No lo hará, eres brillante, Junmyeon, Lo que has construido no desaparecerá solo porque te tomes un respiro. 

 

Junmyeon respiró hondo, asintiendo lentamente.

 

—Tienes razón, debo aprender a poner límites, no solo por mí, sino por las personas que amo. 

 

—Y yo debo aprender a ser más comprensivo. —Sehun sonrió con suavidad. —No soy más parte del mundo empresarial, pero puedo ser paciente y apoyarte mejor. 

 

—Gracias, Sehun. —Junmyeon levantó la mirada, sus ojos brillando con emoción. —No sé qué haría sin ti. 

 

—Lo bueno es que no tendrás que averiguarlo. 

 

Ambos rieron suavemente, sintiendo cómo la tensión entre ellos se desvanecía, reemplazada por una sensación de calma y amor renovado.

 

Sehun abrió la caja del pastel, revelando un diseño sencillo pero cuidadosamente decorado, encendió una pequeña vela en el centro, y luego se lo presentó a Junmyeon. 

 

—Pide un deseo, CEO Kim. 

 

Junmyeon rió ante el tono juguetón de Sehun, pero cerró los ojos, concentrándose por un momento, aunque no dijo en voz alta lo que deseaba, su corazón sabía que solo quería paz y felicidad para ambos, soplando la vela, abrió los ojos para encontrar a Sehun observándolo con una sonrisa. 

 

—¿Qué pediste? 

 

—No te lo diré. —Junmyeon alzó una ceja. —Sabes que no se cumple si lo digo. 

 

—Bien, entonces espero que ese deseo incluya más momentos como este. —Sehun cortó un pedazo del pastel y lo ofreció a Junmyeon. 

 

—Definitivamente lo incluye. 

 

Ambos compartieron el pastel y una botella de vino que Sehun también había traído, era un momento tranquilo, sin lujos ni extravagancias, pero estaba lleno de significado, a veces solo tenia que dejar las preocupaciones y disfrutar con el hombre que amaba y por el que había luchado tanto por tenerlo a su lado. 

 

Suite del hotel Celestia, Busan, 20:00 PM

 

La botella de vino, estaba vacía descansaba sobre la mesa junto a la caja de pastel, ahora con solo unas migajas restantes, junmyeon y Sehun estaban recostados en la cama, sus cuerpos relajados tras el dulce sabor del postre y el ligero calor del alcohol que fluía por sus venas.  

 

Sehun, sin dejar de mirarlo, deslizó un mechón del cabello de Junmyeon detrás de su oreja.  

 

—¿Sabes lo lindo que te ves ahora mismo?  

 

Junmyeon rió suavemente, apoyando su cabeza en la almohada. 

 

—No es justo, no puedes decir esas cosas cuando estoy demasiado cansado para responderte adecuadamente.  

 

—¿Demasiado cansado? —replicó Sehun con una sonrisa traviesa, inclinándose sobre él. —Dame cinco minutos, y veremos si sigues pensando lo mismo.  

 

Junmyeon entrecerró los ojos, fingiendo duda, pero no tuvo tiempo de responder antes de que los labios de Sehun capturaran los suyos en un beso lento y profundo, los dedos de Sehun trazaron el contorno de su mandíbula antes de moverse hacia su cuello, presionando suavemente.  

 

—Sehun... —murmuró Junmyeon entre besos, su voz llena de advertencia pero también de rendición.  

 

—Shh, no tienes que pensar en nada ahora.  

 

Sehun bajó sus manos, desatando con cuidado la bata de Junmyeon, dejando su torso al descubierto, sin romper el contacto visual, comenzó a besar su clavícula, avanzando lentamente hacia sus hombros y su pecho.  

 

El calor en la habitación aumentaba con cada caricia y beso, y Junmyeon se dejó llevar por la sensación, olvidando momentáneamente el estrés que lo había acompañado durante semanas, pero justo cuando Sehun comenzó a besar sus muslos con una mezcla de ternura y deseo, el sonido agudo del teléfono rompió el momento.  

 

Sehun se detuvo, cerrando los ojos con frustración. 

 

—No puede ser...  

 

Junmyeon suspiró, estirándose hacia la mesita de noche donde el dispositivo vibraba insistentemente, Echó un vistazo a la pantalla y frunció el ceño.  

 

—Es Wendy.  

 

Sehun rodó sobre su espalda, dejando caer la cabeza en la almohada mientras exhalaba ruidosamente. 

 

—¿Otra reunión?  

 

Junmyeon respondió la llamada con un tono algo tenso. 

 

—¿Sí, Wendy?  

 

La voz de su secretaria sonaba animada, pero firme: 

 

—Señor Kim, lamento molestar a esta hora, pero acabo de recibir confirmación de tres reuniones importantes para el resto de la semana, necesitamos reprogramarlas para encajar en su agenda.  

 

Junmyeon cerró los ojos, sintiendo el peso de la responsabilidad regresando de golpe, pero entonces miró a Sehun, quien ahora lo observaba con una mezcla de resignación y ternura, de repente, algo hizo clic en su mente.  

 

—Wendy —interrumpió, su voz más firme esta vez. —Quiero que canceles todas las reuniones de esta semana.  

 

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea. 

 

—¿Todas, señor?  

 

—Sí, citaré razones de salud, por favor, informa a los involucrados y reprograma todo para la próxima semana.  

 

Wendy dudó un momento antes de responder. 

 

—Entendido, señor Kim, espero que se recupere pronto.  

 

Junmyeon colgó antes de que pudiera agregar algo más, dejando el teléfono de vuelta en la mesita, giró la cabeza para encontrarse con la mirada sorprendida de Sehun.  

 

—¿"Razones de salud"? —repitió Sehun, arqueando una ceja.  

 

—¿Acaso no te parezco lo suficientemente agotado? —bromeó Junmyeon, inclinándose hacia él. —Además, ¿qué puede ser más importante que pasar tiempo contigo?  

 

—Eso es todo lo que quería escuchar. —Sehun sonrió antes de atraerlo de nuevo a su lado, esta vez asegurándose de que nada ni nadie los interrumpiera.  

 

Sehun tomó el rostro de Junmyeon entre sus manos, acariciando su mandíbula con los pulgares mientras lo besaba, primero con suavidad, pero pronto el beso se profundizó, era un movimiento sincronizado, un lenguaje que solo ellos entendían, sehun dejó que sus manos se deslizaran por la bata de Junmyeon, empujándola lentamente hasta dejar sus hombros al descubierto nuevamente, junmyeon lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de amor y expectación, no dijo nada, pero la forma en que su pecho subía y bajaba con cada respiración decía más de lo que las palabras podían expresar. Sehun bajó la mirada, observando cómo la bata se deslizaba por completo, dejando expuesto el cuerpo que tanto había extrañado. 

 

—No sabes cuánto te he deseado estos días —murmuró Sehun, su voz baja y cargada de emoción. 

 

Junmyeon dejó escapar una risa suave, aunque su propia respiración ya empezaba a traicionarlo.

 

—yo también mi amor... te necesito... 

 

Sehun sonrió mientras se inclinaba hacia adelante, dejando un camino de besos desde la clavícula de Junmyeon hasta su pecho. Cada beso era lento, dedicado, como si quisiera memorizar cada centímetro de su piel, las manos de Sehun se movieron a lo largo de los muslos de Junmyeon, masajeándolos con cuidado mientras sus labios seguían explorando. 

 

El calor en la habitación parecía aumentar con cada segundo. Junmyeon cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones. Era raro que pudiera desconectarse por completo, pero con Sehun, siempre parecía más fácil, cuando sintió los labios de Sehun presionar contra la parte interior de sus muslos, dejó escapar un suave suspiro, sus dedos buscando algo a lo que aferrarse en las sábanas. 

 

—Sehun... —murmuró, su voz temblando ligeramente. 

 

Sehun levantó la cabeza, observándolo con una mirada intensa. 

 

—Estoy aquí, Amor, todo el tiempo del mundo es para ti esta noche. 

 

Sehun se inclinó sobre Junmyeon, sus labios devorando los de su novio con una pasión contenida que finalmente podía liberar, los suspiros de Junmyeon llenaban el espacio entre besos, y la calidez de sus cuerpos se fundía en un deseo compartido que llevaba semanas acumulándose, sehun dejó un último beso en sus labios antes de separarse apenas unos centímetros, mirándolo con una mezcla de amor y picardía.  

 

—Espera aquí un segundo —murmuró, y con rapidez buscó en la mesita de noche hasta encontrar el pequeño tubo de lubricante.  

 

Cuando regresó, Junmyeon lo estaba observando, con las mejillas sonrojadas y los labios ligeramente hinchados por los besos, había algo en su mirada que lo hacía parecer vulnerable y travieso al mismo tiempo.  

 

—¿Qué pasa? —preguntó Sehun, alzando una ceja, aunque su sonrisa no desaparecía.  

 

Junmyeon desvió la mirada por un momento, visiblemente nervioso, sus dedos jugaron con la esquina de la sábana antes de volver a mirarlo.  

 

—Es solo que... —empezó a decir, su voz suave— estaba pensando en algo.  

 

Sehun se acercó más, sus manos recorriendo los muslos de Junmyeon con delicadeza. 

 

—¿En qué estás pensando, amor?  

 

El mayor tomó aire, claramente luchando por encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, se decidió:  

 

—¿Te parece si... si jugamos un poco? Como antes, cuando éramos el señor Kim y el asistente hwang...

 

El corazón de Sehun dio un pequeño salto, la idea lo tomó por sorpresa, pero al mismo tiempo le encantó, una sonrisa cargada de emoción y curiosidad apareció en su rostro.  

 

—¿De verdad quieres eso? —preguntó, inclinándose para rozar los labios de Junmyeon con los suyos.  

 

Junmyeon asintió, aunque no pudo evitar apartar la mirada con un poco de timidez. 

 

—Sí... pero solo si tú quieres, aunque... Ahora eres Oh sehun 

 

—Oh, señor Kim —dijo Sehun, cambiando de inmediato su tono a uno más formal y juguetón, mientras sus manos subían lentamente por el abdomen de Junmyeon—. Si es lo que usted desea, yo estoy aquí para servirle.  

 

Junmyeon dejó escapar una risita nerviosa, sus mejillas aún más rojas, pero claramente disfrutando del cambio de dinámica a este juego de roles. 

 

—Bien, joven Oh —respondió, intentando mantener su habitual tono serio, aunque su voz temblaba ligeramente— Pero hazlo bien, ¿entendido?  

 

Sehun inclinó la cabeza, su expresión adoptando un aire de respeto burlón. 

 

—Siempre lo hago bien, señor Kim.  

 

Sin más preámbulos, Sehun dejó que sus manos recorrieran con más confianza el cuerpo de Junmyeon, con mordia sus muslos, marcandolo, Los suspiros de Junmyeon se mezclaban con pequeños gemidos ahogados, pero intentaba mantener su papel.  

 

—Joven Oh... —murmuró Junmyeon, mordiendo su labio para evitar un gemido más fuerte—, asegúrate de no... de no desobedecer mis órdenes.  

 

Sehun dejó escapar una pequeña carcajada mientras inclinaba su rostro para besar la clavícula de Junmyeon y bajar a uno de los pezones de su novio y lamerlo... 

 

—¿Cómo podría desobedecerlo, señor Kim?, usted es mi prioridad.  

 

Sehun deslizó sus manos con cuidado por las caderas de Junmyeon, sus dedos largos y precisos explorando con una mezcla de ternura y deseo, los suspiros del CEO llenaban la habitación, una melodía suave que encendía a Sehun aún más. La vulnerabilidad de Junmyeon, mezclada con su confianza, lo tenía completamente atrapado.

 

—Señor Kim, debo decir que me gusta verlo así —susurró Sehun con voz ronca, sus labios rozando el lóbulo de su oreja mientras deslizaba su primer dedo con delicadeza—. Tan dispuesto a dejar que su joven asistente lo complazca.

 

Junmyeon, recostado en las almohadas, lo miró con los ojos entrecerrados, pero una sonrisa cargada de confianza se dibujó en su rostro.

 

—Joven Oh, solo estoy asegurándome de que hagas bien tu trabajo, eres tú quien tiene que esforzarse para impresionarme.

 

Sehun rió suavemente, dejando un beso en su clavícula antes de mover el dedo con más intención, observando cada reacción en el rostro de Junmyeon.

 

—¿Es esto suficiente para impresionarlo, señor? —preguntó, añadiendo un segundo dedo con cuidado, sus movimientos lentos pero seguros.

 

Junmyeon dejó escapar un gemido bajo, mordiendo su labio para no sonar demasiado entregado, sin embargo, su respuesta salió entrecortada.

 

—E-estás... estás mejorando, joven Oh, p-pero no te confíes.

 

Sehun alzó una ceja, divertido por la resistencia de Junmyeon a rendirse tan pronto, se inclinó para besar su abdomen, dejando un rastro de calor en su piel.

 

—Entonces seguiré intentándolo, señor Kim.

 

Los movimientos de Sehun se volvieron más rítmicos, más intensos, mientras añadía un tercer dedo con el mismo cuidado. Junmyeon arqueó ligeramente la espalda, aferrándose a las sábanas mientras sus suspiros se volvían más audibles.

 

—Joven Oh... —jadeó Junmyeon, sus palabras cargadas de anhelo—. Deja de jugar y... hazlo.

 

Sehun detuvo sus movimientos por un momento, alzando la mirada hacia él con una sonrisa traviesa.

 

—¿Qué fue lo que dijo, señor Kim?, No lo escuché bien.

 

Junmyeon lo fulminó con la mirada, aunque su expresión estaba teñida de deseo.

 

—Te di una orden, joven Oh, ¿Necesitas que te la repita?

 

Sehun se inclinó sobre él, sus labios rozando los de Junmyeon mientras respondía con un tono juguetón.

 

—Claro que no, señor, pero quiero asegurarme de hacerlo a la perfección.

 

Con eso, retiró sus dedos con cuidado y puso un poco de lubricación en su pene, su mirada fija en el rostro de Junmyeon asegurándose de que estuviera completamente cómodo, cuando finalmente se delineo su dureza dentro de su novio, solto un suspiro y comenzó a moverse, ambos dejaron escapar suspiros al unísono, como si toda la tensión acumulada durante las semanas pasadas se desvaneciera en ese momento.

 

—¿Esto es lo que quería, señor Kim? —susurró Sehun, sus labios apenas rozando el cuello de Junmyeon mientras sus movimientos eran lentos y medidos.

 

Junmyeon dejó escapar un gemido bajo antes de responder, su voz cargada de placer.

 

—Sí... esto es exactamente lo que quería...

 

Sehun aumentó ligeramente el ritmo, sus manos aferrándose a las caderas de Junmyeon mientras lo guiaba.

 

—¿Sabe, señor Kim? —dijo entre jadeos—. Creo que debería tomar más descansos de su apretada agenda, parece que el trabajo no lo está tratando bien.

 

Junmyeon dejó escapar una risa ahogada, su mano subiendo para acariciar el rostro de Sehun.

 

—Y tú pareces demasiado confiado, joven Oh, no olvides que todavía soy tu jefe.

 

Sehun inclinó la cabeza, dejando un beso en su frente antes de murmurar contra su piel:

 

—Siempre serás mi jefe, pero esta noche... —Su voz se volvió más grave, sus movimientos más intensos—, esta noche, quiero que solo seas mío.

 

Junmyeon no pudo evitar aferrarse a las sabanas, mientras sus cuerpos se sincronizaban a la perfección, los gemidos y suspiros llenaban la habitación, y el juego de roles que habían iniciado se disolvió en una conexión pura, donde solo importaban ellos dos, sehun se inclinó sobre Junmyeon, sus movimientos seguros pero llenos de ternura mientras el calor entre ambos aumentaba. Su mirada no se apartaba de su novio, observando cada pequeña reacción, cada gemido que escapaba de sus labios, cada movimiento que revelaba cuánto lo disfrutaba.  

 

—Jun... mírame —susurró Sehun, su voz suave pero con una nota de autoridad que hizo que Junmyeon levantara la mirada, sus ojos brillantes por el placer y la emoción.  

 

Junmyeon, respirando con dificultad, trató de mantener su atención en Sehun, pero su cuerpo temblaba bajo él, sis manos se aferraron a las sábanas, buscando algo a lo que anclarse mientras sentía cómo todo su ser se entregaba por completo.  

 

—S-Sehun... —jadeó, sin poder formar una frase coherente.  

 

Sehun sonrió, sus manos viajando por el cuerpo de Junmyeon, delineando cada curva, cada línea, como si estuviera memorizando cada detalle.  

 

—Eres tan increíble, tengo al novio más hermoso... 

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, dejando que las palabras de Sehun lo envolvieran, cuando volvió a abrirlos, susurró con una sonrisa débil:  

 

—¿Estás seguro de que esto no es solo un sueño, joven Oh?  

 

Sehun se detuvo un instante, inclinándose para besar sus labios con suavidad, como si esa fuera la única respuesta que necesitaba darle.  

 

—Si esto es un sueño, no quiero despertar nunca —respondió Sehun, dejando un beso en la frente de Junmyeon antes de aumentar ligeramente el ritmo, provocando un gemido más alto de su novio.  

 

Junmyeon arqueó la espalda, su cuerpo respondiendo instintivamente al de Sehun mientras sus dedos finalmente soltaron las sábanas para aferrarse a los hombros de su amante.  

 

—Eres tan molesto... —susurró con una sonrisa que no pudo contener, aunque su tono estaba lleno de cariño—. Siempre tienes que tener la última palabra, ¿no?  

 

Sehun rió suavemente, inclinándose para morderle el cuello con suavidad antes de murmurar contra su piel.  

 

—¿Acaso no es por eso que te enamoraste de mí, señor Kim?  

 

Junmyeon lo fulminó con la mirada, aunque sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y deseo.  

 

—Deja de hablar y sigue haciendo lo que estabas haciendo.  

 

—Sí, señor Kim —respondió Sehun, disfrutando del papel que tanto le emocionaba a Junmyeon, con cuidado, sus movimientos se hicieron más profundos, más seguros, mientras el cuerpo de Junmyeon se rendía por completo al suyo.  

 

Los gemidos y suspiros llenaban la habitación, una sinfonía que ambos parecían haber ensayado en secreto. Sehun inclinó la cabeza hacia el oído de Junmyeon, susurrando:  

 

—¿Te sientes bien, Jun?, ¿Así de bien como te mereces?  

 

Junmyeon asintió con fuerza, apenas logrando formar las palabras entre jadeos.  

 

—Sí... sí, Sehun. Eres... perfecto.  

 

Las palabras llenaron de orgullo a Sehun, quien dejó un beso lento y profundo en los labios de Junmyeon mientras ambos se movían al unísono, sus cuerpos comunicándose sin necesidad de más palabras, Cuando finalmente alcanzaron el clímax, el tiempo pareció detenerse. Sehun se dejó caer con cuidado a un lado de Junmyeon, jalándolo contra su pecho mientras ambos recuperaban el aliento.  

 

El CEO, todavía temblando ligeramente, enterró su rostro en el cuello de Sehun, dejando un suave beso antes de murmurar:  

 

—Te odio un poco por hacerme sentir así... tan sucio.  

 

Sehun sonrió, acariciando el cabello de Junmyeon con ternura.  

 

—No, no me odias, me amas... y yo te amo a ti.  

 

Junmyeon levantó la cabeza, mirándolo con una mezcla de diversión y afecto.  

 

—No puedo creer que alguien como tú se haya convertido en lo más importante de mi vida.  

 

Sehun se inclinó, dejando un beso en su frente antes de responder:  

 

—Y no puedo creer que alguien como tú haya decidido amarme, después de todo lo que hice.  

 

Junmyeon suspiró, recostándose nuevamente contra él.  

 

La habitación quedó en silencio, solo interrumpido por sus respiraciones sincronizadas, sehun acarició la espalda de Junmyeon, susurrando:  

 

—¿Entonces puedo seguir llamándote señor Kim de vez en cuando?  

 

Junmyeon rodó los ojos, aunque no pudo evitar sonreír.  

 

—Solo si prometes que también serás mi joven Oh.  

 

—Trato hecho.  

 

Junmyeon se recostó contra el cabecero de la cama mientras bebía un poco de agua, tratando de recuperar el aliento, sj pecho subía y bajaba lentamente, y sus ojos brillaban con una satisfacción que pocas veces dejaba ver. A su lado, Sehun observaba cada movimiento, sus propios labios curvándose en una sonrisa satisfecha mientras se pasaba una mano por el cabello desordenado. 

 

El silencio entre ellos no era incómodo, sino cómodo y cargado de algo más:

 

un deseo que aún no se apagaba del todo. 

 

—¿Sabes? —comenzó Sehun, rompiendo la calma con un tono suave pero travieso—. No puedo creer que después de todo lo que pasó, ahora estés aquí, conmigo, así... 

 

Junmyeon lo miró de reojo, dejando el vaso en la mesita de noche antes de responder con un toque de ironía en su voz: 

 

—¿Así cómo?, Exhausto, sin aliento y con marcas tuyas en todo mi cuerpo. 

 

Sehun rió suavemente, inclinándose hacia él para dejar un beso en su hombro desnudo. 

 

—No escucho ninguna queja en eso, señor Kim. 

 

—Porque no las hay, joven Oh. —Junmyeon sonrió, aunque trató de mantener un aire de superioridad mientras giraba para mirarlo directamente, sus ojos, sin embargo, traicionaron la calma que intentaba proyectar, revelando un deseo renovado que empezaba a arder en su interior. 

 

Sehun se inclinó hacia él, sus manos acariciando suavemente la cintura de Junmyeon mientras sus ojos se mantenían fijos en los suyos. 

 

—Amor, si sigues mirándome así, no responderé por lo que pase después. 

 

—¿Y quién dijo que quiero que respondas por ello? —replicó Junmyeon con una sonrisa traviesa antes de moverse para sentarse en el regazo de Sehun, sus piernas rodeándolo mientras lo miraba con un aire desafiante. 

 

El cambio tomó a Sehun por sorpresa, pero solo por un segundo, sus manos se posaron instintivamente en la cintura de Junmyeon, sosteniéndolo con firmeza mientras el CEO comenzaba a moverse lentamente, provocándolo con movimientos suaves pero llenos de intención. 

 

—¿Qué estás haciendo, señor Kim? —preguntó Sehun, su voz ronca mientras sus dedos se apretaban ligeramente alrededor de su cintura. 

 

—Solo... descansando un poco. —Junmyeon inclinó la cabeza, acercándose a su oído para susurrar con un tono que hizo que todo el cuerpo de Sehun se tensara—. ¿Acaso no te gusta cómo me relajo? 

 

Sehun soltó una risa baja, inclinándose hacia adelante hasta que sus frentes se tocaron. 

 

—Eres un hombre peligroso, ¿lo sabías? 

 

Junmyeon no respondió, en lugar de eso, sus manos se deslizaron hasta el cuello de Sehun, acariciándolo mientras seguía moviéndose lentamente sobre él, la fricción era suficiente para que ambos comenzaran a respirar más rápido, y sus miradas se encontraron, cargadas de emoción y deseo. 

 

—Sehun... —murmuró Junmyeon, su voz apenas un susurro—. No puedo evitarlo, contigo, siempre quiero más. 

 

Sehun lo miró fijamente, su expresión suavizándose ante la honestidad de esas palabra, una de sus manos subió para acariciar la mejilla de Junmyeon, su pulgar rozando suavemente su piel mientras sus ojos se llenaban de una mezcla de amor y anhelo. 

 

—Yo también, Jun, siempre quiero más de ti. 

 

Sus labios se encontraron en un beso lento pero intenso, sus cuerpos acercándose aún más mientras el ambiente en la habitación volvía a llenarse de esa electricidad que solo ellos podían crear, los movimientos de Junmyeon sobre el regazo de Sehun se hicieron más decididos, más firmes, mientras sus manos se aferraban a sus hombros como si temiera perderse en la intensidad del momento. 

 

Sehun, incapaz de resistirse más, dejó que sus manos exploraran el cuerpo de Junmyeon, acariciándolo con una mezcla de reverencia y deseo, cada movimiento, cada caricia, cada susurro era una promesa silenciosa de cuánto significaban el uno para el otro. 

 

Sehun lo miraba con adoración, sus pupilas dilatadas y su respiración ya pesada.  

 

—Junmyeon... —susurró su nombre como si fuera una oración, una promesa—. ¿Estás seguro?  

 

Junmyeon respondió con una sonrisa suave, inclinándose hacia él y dejando un beso en la comisura de sus labios.  

 

—Siempre estoy seguro contigo, Sehun.  

 

Sehun dejó escapar un suspiro, su pecho subiendo y bajando con rapidez mientras sentía el calor del cuerpo de Junmyeon contra el suyo, Con cuidado, Junmyeon tomó el frasco de lubricante, presionando un poco más en su palma antes de aplicarlo en el pene de sehun, Sus ojos se encontraron, y en ese intercambio de miradas había una mezcla de confianza, amor y deseo que los dejó sin aliento.  

 

—Eres hermoso, ¿lo sabes? —dijo Sehun, sus dedos deslizándose por las caderas de Junmyeon mientras lo miraba como si fuera lo único que importaba en el universo—. Cada parte de ti.  

 

Junmyeon se ruborizó ligeramente ante sus palabras, pero no se detuvo, se colocó sobre él, guiándolo con cuidado, dejando escapar un suspiro profundo cuando finalmente lo sintió todo su gran tamaño, dentro de él.  

 

—Sehun... —gimió suavemente, inclinándose hacia adelante para aferrarse a sus hombros—. Se siente...  

 

—Perfecto —terminó Sehun por él, sus manos subiendo para sostener su cintura mientras lo ayudaba a moverse lentamente—. Como tú, Jun, perfecto.  

 

Junmyeon comenzó a moverse con lentitud, sus caderas trazando un ritmo pausado mientras ambos se miraban fijamente. No había necesidad de apresurarse; cada movimiento, cada toque, estaba lleno de significado.  

 

—Te extrañé tanto, Sehun —murmuró Junmyeon, su voz temblorosa mientras cerraba los ojos, perdiéndose en las sensaciones—. Estas semanas sin ti... necesitandote... 

 

Sehun se inclinó hacia él, colocando una mano en la base de su espalda para acercarlo más.  

 

—Lo sé mi amor...me encantas...

 

Los movimientos de Junmyeon se hicieron más firmes, más decididos, mientras buscaba más, mientras quería sentir todo de él, sehun, incapaz de resistirse, empezó a moverse en sincronía, guiándolo con sus manos mientras sus labios encontraban los de Junmyeon en un beso desesperado.  

 

—Te amo —susurró Sehun contra su boca, sus palabras entrecortadas por el ritmo de sus cuerpos—. Eres todo para mí.  

 

Junmyeon abrió los ojos, mirándolo fijamente mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.  

 

—Yo también te amo, Sehun, nunca pensé que sentiría esto por alguien, pero tú... tú me haces querer más, querer todo contigo.  

 

Sehun levantó una mano para limpiar la lágrima de su rostro, dejando un beso suave en su frente antes de mirarlo con intensidad.  

 

—Entonces, tómatelo todo, Jun, todo lo que soy, todo lo que tengo, es tuyo.  

 

Las palabras de Sehun parecieron encender algo más profundo en Junmyeon, quien dejó escapar un gemido bajo antes de inclinarse hacia él, atrapando sus labios en un beso apasionado, sus movimientos se hicieron más rápidos, más desesperados, y el aire a su alrededor se llenó de sus suspiros y murmullos.  

 

—Sehun... no pares, por favor, no pares —suplicó Junmyeon, sus manos aferrándose a sus hombros mientras sentía el calor arremolinarse dentro de él, saltando encima de el...

 

—Eres tan hermoso... —murmuró Sehun, con la voz entrecortada, mientras lo observaba moverse sobre él

 

su piel brillando con el reflejo tenue de las luces de la habitación, sus manos firmes se aferraban a la cintura de Junmyeon, guiándolo y apoyándolo para intensificar el ritmo, mientras su novio saltaba encima suyo y lo hacía gritar

 

—Sehun... no te detengas —gimió Junmyeon, inclinándose hacia adelante para sostenerse de los hombros de su novio, sus uñas dejando marcas leves en su piel. —a-ah que rico, mierda...

 

—Jun, mírame —pidió Sehun, jadeando suavemente, con los ojos clavados en los de él. —Quiero verte cuando llegues...

 

Junmyeon obedeció, abriendo sus ojos oscuros llenos de deseo mientras sus movimientos se volvían más rápidos, sentía su cuerpo temblar con cada contacto, cada roce, mientras sus palabras empezaban a desmoronarse en sonidos incoherentes, junmyeon se aferraba a sehun y este lo masturbaba para que tenga su climax.

 

—Eres mío, Junmyeon. ¿Lo sabes? —Sehun agarró su trasero con firmeza, sus dedos hundiéndose suavemente en la carne mientras lo empujaba hacia él. —Solo mío.

 

—Solo tuyo... siempre tuyo, Sehun —contestó Junmyeon, con voz temblorosa, inclinándose hacia adelante para capturar sus labios en un beso desesperado. 

 

Sus lenguas se entrelazaron con la misma intensidad que sus cuerpos, compartiendo el aire como si fuera lo único que los mantenía vivos, el ritmo aumentó, los sonidos en la habitación se volvieron más intensos y ambos comenzaron a hablar más alto, incapaces de contener la pasión que los desbordaba.

 

—¡Sehun! —exclamó Junmyeon, sus caderas moviéndose de manera frenética, sintiendo cómo el calor lo consumía por completo. —¡No puedo... es demasiado...! Eres enorme, A-AH DIOS SI, AHI!, sehunnie ahi, más fuerte... 

 

—Dámelo todo, Jun, correte en mi... —susurró Sehun, su voz ronca mientras sentía cómo su novio comenzaba a tensarse dentro de él. 

 

La vista era suficiente para volverlo loco: Junmyeon con los labios entreabiertos, los ojos cerrados con lagrimas y su cuerpo entregándose completamente a él.

 

Con rapidez agarro el pene de junmyeon necesitado y empezó a masturbarlo nuevamente, empezando a salir de el jun gemido ahogado escapó de los labios de Junmyeon mientras alcanzaba su clímax doblemente, su cuerpo temblando contra el de Sehun, este no tardó en seguirlo, con un jadeo profundo mientras lo sostenía con fuerza, enterrándose profundamente dentro de él mientras ambos se corrieron, derramando su amor. 

 

Por un instante, el tiempo pareció detenerse, y todo lo que importaba era el sonido de sus respiraciones pesadas y el latido acelerado de sus corazones.

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, recostándose contra su pecho mientras su cuerpo seguía temblando. —No sé qué haría sin ti.

 

—No tienes que saberlo, porque nunca voy a dejarte. —Sehun envolvió sus brazos alrededor de él, besando su frente con ternura. —Eres mi todo, Jun. 

 

Sehun respiraba profundamente mientras salia de su novio y lo ayudaba a recostarse con cuidado sobre las sábanas desordenadas, pesar del calor y la intensidad que aún palpitaban entre ellos, había una ternura palpable en cada uno de sus movimientos. Se inclinó hacia su novio, que tenía los ojos cerrados y el pecho subiendo y bajando de manera irregular, mientras el sudor perlaba su frente.

 

—¿Estás bien, Jun? —preguntó Sehun con voz suave, acariciando su mejilla con el dorso de la mano. 

 

—Estoy... más que bien —respondió Junmyeon con un hilo de voz, su sonrisa débil pero satisfecha, abrió los ojos lentamente para encontrarse con la mirada amorosa de Sehun. —Aunque siento que mis piernas no me van a responder en días. 

 

Sehun dejó escapar una risa baja, inclinándose para besar su frente. 

 

—Eso es porque te entregaste demasiado. —El tono de Sehun era juguetón, pero la calidez en su voz era inconfundible. —No me quejo, por cierto, fue... increíble, estas llenó de mi... 

 

Junmyeon lo miró con una mezcla de adoración y cansancio, alzando una mano temblorosa para acariciar el rostro de Sehun. 

 

—Siempre es increíble el sexo contigo...

 

La sonrisa de Sehun se suavizó, y con cuidado, se levantó de la cama, junmyeon lo observó mientras él buscaba una toalla húmeda y una botella de agua que había dejado en el minibar cercano, al regresar, se sentó junto a su novio y empezó a limpiarlo con delicadeza, pasando la toalla por su cuerpo con movimientos lentos y meticulosos. 

 

—No tienes que hacer esto... —murmuró Junmyeon, sintiendo un leve rubor en sus mejillas al notar la concentración de Sehun. 

 

—Claro que sí, quiero cuidarte —replicó Sehun, sin apartar la vista mientras limpiaba los rastros de su conexión más íntima. 

 

Al llegar a sus muslos, fue especialmente cuidadoso, observando cómo su semen aún goteaba en Junmyeon, al igual que su abdomen, limpiaba con cariño el miembro de su novio, satisfecho, Su pecho se llenó de orgullo y ternura al ver lo vulnerable que era su novio en ese momento. 

 

Junmyeon cerró los ojos, dejándose consentir, mientras un suspiro escapaba de sus labios. 

 

—Eres demasiado bueno conmigo, Sehun. 

 

—No es demasiado, amor, Tú te mereces todo esto y más. —Sehun terminó de limpiarlo y se inclinó para dejar un beso en su frente, luego en su nariz, y finalmente en sus labios. 

 

Después de asegurarse de que Junmyeon estuviera cómodo, Sehun le ofreció la botella de agua, ayudándolo a sentarse un poco para que pudiera beber. 

 

—Vamos, toma un poco, no quiero que te deshidrates. 

 

Junmyeon aceptó el agua, bebiendo pequeños sorbos mientras Sehun lo sostenía con cuidado  cada movimiento del más joven estaba cargado de amor y devoción, y Junmyeon no pudo evitar mirarlo con admiración. 

 

—¿Cómo puedes ser tan perfecto? —preguntó Junmyeon de repente, con una sonrisa suave en los labios. 

 

Sehun alzó una ceja, fingiendo modestia. 

 

—No sé de qué hablas, yo solo soy un hombre que ama a su novio. 

 

Junmyeon rió suavemente, recostándose nuevamente mientras Sehun dejaba la botella a un lado y se acomodaba junto a él. 

 

—Un hombre muy arrogante, querrás decir. 

 

—Arrogante y tuyo —respondió Sehun con una sonrisa de suficiencia, rodeando a Junmyeon con un brazo y acercándolo a su pecho. —¿Sabes?, cada vez que estamos juntos así, me doy cuenta de cuánto te amo. 

 

Junmyeon alzó la cabeza para mirarlo, sus ojos brillando con emoción. 

 

—Yo también te amo, Sehun, nunca pensé que alguien pudiera hacerme sentir así... tan completo. 

 

Sehun no respondió de inmediato, em cambio, lo abrazó más fuerte, besando la parte superior de su cabeza y cerrando los ojos, estar con Junmyeon era todo lo que había deseado, y no necesitaba más. 

 

El cuarto estaba envuelto en una atmósfera cálida y tranquila, la intensidad de los momentos anteriores había dejado a ambos agotados, pero la energía que llenaba la habitación no era otra que la del amor y la complicidad que compartían, junmyeon y Sehun estaban tendidos uno junto al otro, sus cuerpos entrelazados, cubiertos apenas por una sábana ligera, las marcas en sus pieles y el brillo en sus ojos hablaban de todo lo que habían compartido esa noche.

 

Junmyeon suspiró, recostando su cabeza en el pecho desnudo de Sehun mientras jugaba distraídamente con los dedos del más joven.  

 

—Esto nos hacía falta —murmuró con voz suave, rompiendo el silencio entre ellos.  

 

Sehun sonrió, inclinándose para besar la frente de Junmyeon, dejando sus labios un poco más de lo necesario, como si quisiera grabar ese momento en su memoria.  

 

—Definitivamente nos hacía falta, tres semanas, Jun, tres semanas sin poder tenerte así... pensé que me volvería loco.  

 

Junmyeon levantó la mirada, encontrándose con los ojos oscuros y cálidos de Sehun, una sonrisa juguetona se formó en sus labios.  

 

—¿Tres semanas?, pareces muy dramático, Oh Sehun, o fue tanto tiempo, fueron dos semanas... 

 

Sehun soltó una carcajada baja, apretándolo un poco más contra su cuerpo.  

 

—Tal vez para ti no, señor ocupado, pero para mí... cada día sin ti se sintió como una eternidad.  

 

Junmyeon rió suavemente, moviendo su rostro para darle un beso corto en los labios.  

 

—Eres un exagerado.  

 

—Y tú me amas así. —Sehun respondió con seguridad, inclinándose hacia él para robarle otro beso.  

 

Sehun dejó que sus labios vagaran suavemente por el rostro de Junmyeon, dejando pequeños besos en sus mejillas, su mandíbula y su cuello, junmyeon suspiró, dejándose mimar, pero levantó una mano para detenerlo cuando los labios de Sehun comenzaron a descender por su clavícula.  

 

—Sehun...  

 

—¿Sí? —respondió él, aunque no detuvo del todo sus caricias.  

 

—Estoy agotado.  

 

Sehun levantó la cabeza, observándolo con una mezcla de diversión y preocupación.  

 

—¿Eso significa que no habrá una tercera vez esta noche?  

 

Junmyeon rodó los ojos, aunque no pudo evitar reír ante la expresión de Sehun.  

 

—Eso significa que tendrás que esperar hasta mañana, mi cuerpo necesita un descanso, especialmente mis piernas. —Junmyeon hizo una mueca dramática, ganándose otra risa de Sehun.  

 

—¿Mañana? —Sehun fingió pensarlo por un momento, acariciando el costado de Junmyeon con delicadeza. —Supongo que puedo esperar... pero solo porque tú lo pides.  

 

Junmyeon lo miró con una ceja levantada, claramente divertido.  

 

—Qué considerado de tu parte.  

 

—Siempre lo soy, ¿no lo crees? —Sehun dejó un beso más en su frente antes de recostarse completamente, abrazando a Junmyeon contra su pecho.  

 

Ambos quedaron en silencio por un momento, dejando que sus respiraciones se sincronizaran mientras el cansancio se asentaba en sus cuerpos, junmyeon cerró los ojos, sintiendo el ritmo constante del corazón de Sehun bajo su oído.  

 

—Gracias por esto —susurró Junmyeon, rompiendo la calma.  

 

—¿Por qué agradeces? —preguntó Sehun, su voz baja y suave.  

 

—Por siempre hacerme sentir amado, incluso cuando estoy agotado o no puedo darte todo lo que quisieras.  

 

Sehun lo miró con ternura, inclinándose una vez más para besar la parte superior de su cabeza.  

 

—No tienes que agradecerme por eso, Jun, hacerte sentir amado es lo que más me importa en este mundo. Y lo de "no darme todo"... —Sehun dejó escapar una risa—, créeme, me diste el mejor sexo de mi vida

 

Junmyeon sonrió, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban ligeramente.  

 

—Mañana, mi amor, te lo prometo.  

 

—Voy a contar las horas, entonces. —Sehun sonrió, aunque su tono era juguetón, había un toque de sinceridad en sus palabras.  

 

Ambos quedaron en silencio otra vez, compartiendo miradas y caricias suaves, la noche aún era joven, pero ninguno de los dos tenía prisa. Simplemente estar juntos, hablar y sentirse conectados era más que suficiente, finalmente, Junmyeon bostezó, y Sehun no pudo evitar reír.  

 

—Creo que es hora de que duermas, señor Kim.  

 

Junmyeon asintió, acomodándose más cerca de Sehun.  

 

—Buena idea, pero recuerda, mañana tendrás tu recompensa.  

 

Sehun rió suavemente, ajustando la sábana sobre ellos antes de apagar las luces.  

 

—No lo olvidaré, Jun, buenas noches.  

 

—Buenas noches, Sehun.

 

Dos días después 

 

Junmyeon salió de la entrevista, una sonrisa sutil en su rostro mientras saludaba a los reporteros que lo rodeaban, los flashes de las cámaras iluminaron su figura, y por un momento, parecía que el mundo entero estaba pendiente de él. Había logrado mucho, tanto en su carrera como en su vida personal, y el futuro se veía más brillante que nunca, la gente lo admiraba, no solo por su éxito profesional, sino también por su fortaleza para superar los obstáculos.

 

Había reprogramado su agenda ya que, decidió terminar todo en esta semana y luego dedicarse unos meses a su familia,  Con una ligera inclinación de cabeza, Junmyeon llegó hasta su auto, donde los guardaespaldas estaban apostados cerca, vigilando con atención, en ese momento, vio a Sehun acercándose, con su típica sonrisa traviesa, pero algo más en su mirada, los ojos de Sehun brillaban con una mezcla de amor y orgullo. Junmyeon no pudo evitar sonreír al verlo.

 

— ¿Cómo estuvo la entrevista? — preguntó Sehun mientras se acercaba, justo cuando Junmyeon iba a abrir la puerta del auto.

 

— Bien, todo bajo control— respondió Junmyeon, asintiendo con la cabeza. — Todo está marchando según lo planeado en Busan.

 

Ambos se subieron al auto, y el chofer arrancó, la ciudad se desvaneció a medida que avanzaban, pero por un momento, todo lo que importaba era ese pequeño espacio dentro del auto, donde se sentían libres, en la pequeña pantalla de la televisión del coche, las noticias comenzaron a mostrar las últimas actualizaciones, y las cámaras capturaron una vez más la imagen de Junmyeon y Sehun juntos.

 

— ¿Lo ves? — dijo Sehun, mirando la pantalla con una sonrisa. — Estamos en todas las noticias.

 

Junmyeon no pudo evitar reír, sus ojos fijos en la pantalla mientras escuchaba las palabras del reportaje.

 

— Kim Junmyeon, el exitoso CEO de Kim Corporation, está expandiendo su imperio con el proyecto Busan, una de las inversiones más grandes del país...

 

— ¿Te acuerdas cuando decías que no podías hacer todo esto?— comentó Sehun, mirándole con una ligera burla en su tono.

 

Junmyeon suspiró, mirando a Sehun con una mezcla de nostalgia y gratitud.

 

— Sí, me acuerdo, pensaba que no podría cargar con todo esto, pero ahora... ahora siento que todo tiene sentido, todo lo que he pasado me ha llevado hasta aquí.

 

Sehun sonrió con ternura, y aunque Junmyeon no lo dijo, sabía que había algo más en esa declaración, no solo era sobre su éxito profesional, sino también sobre la paz que finalmente había encontrado en su vida personal. Junmyeon había pasado por tantas luchas internas, pero ahora todo parecía estar encajando, como piezas de un rompecabezas que por fin cobraban forma.

 

La pantalla de la televisión cambió, mostrando una noticia relacionada con ellos, se mostraban juntos en el evento de la conferencia de prensa de Kim Corporation, con una imagen en la que ambos parecían completamente felices.

 

— Junmyeon... — comenzó Sehun, dándole una mirada cómplice, como si quisiera decirle algo más.

 

Junmyeon lo miró fijamente, su corazón latiendo más rápido con la cercanía de Sehun, la forma en que sus ojos se encontraban sin palabras, como si pudieran entenderse sin hablar.

 

— Dime, Amor — respondió Junmyeon, aunque ya sabía lo que venía, había algo en la atmósfera, algo más que un simple diálogo.

 

Sehun, con una sonrisa que mezclaba emoción y picardía, habló con voz suave pero clara.

 

— Señor Kim... ¿cómo le fue en su día? — preguntó con un tono formal, casi como si aún fuera junmyeon su jefe, aunque la complicidad en su voz desmentía cualquier intento de parecer distante.

 

Junmyeon arqueó una ceja, como si no lo esperara, pero la sonrisa que asomó en su rostro delataba que lo estaba disfrutando.

 

— Oh, ¿así que ahora soy el Señor Kim, eh? — dijo Junmyeon, un brillo travieso en su mirada. — Y a mí que me habías dicho que no ibas a seguir tratándome como jefe...

 

Sehun se rió, una risa suave y genuina que hizo que Junmyeon sintiera mariposas en el estómago.

 

— Solo por un momento, Señor Kim. Es divertido recordar cómo solían ser las cosas antes...— Sehun le sonrió, jugando con la situación. — ¿Y qué tal el día de hoy, Señor Kim?, ¿Todo bajo control?

 

Junmyeon se rió, disfrutando de ese momento tan ligero y libre.

 

— Todo está bajo control, Sehun, pero si sigues tratándome de esa manera, no me voy a poder contener. — Junmyeon le dio una mirada de desafío, sabiendo muy bien lo que significaba.

 

Sehun, que había estado jugando, lo miró ahora con más seriedad, aunque todavía con esa sonrisa juguetona.

 

—¿No es eso lo que quieres? — preguntó con voz suave.

 

Junmyeon lo observó durante un par de segundos, el aire entre ellos cargado de tensión, por fin, con una mirada intensa, Junmyeon respondió en voz baja:

 

— No sé si quiero seguir siendo el Señor Kim... o si quiero ser simplemente Jun. — Y sin decir más, se acercó a Sehun, acortando la distancia entre ellos hasta que sus labios se encontraron.

 

El beso fue suave al principio, casi cauteloso, como si ambos estuvieran probando si la otra persona realmente estaba allí, si lo que sentían era real, pero pronto, la suavidad dio paso a algo más urgente, junmyeon se acercó más a Sehun, sus manos buscando su rostro, acariciándolo con ternura, sehun respondió de inmediato, sus manos viajando hasta la cintura de Junmyeon, atrayéndolo hacia él con fuerza.

 

El mundo exterior desapareció por completo, no importaba que el coche avanzara por las calles de la ciudad, ni las luces que parpadeaban por las ventanas, solo importaba lo que sentían en ese instante, en ese pequeño espacio de tiempo donde ambos podían ser ellos mismos, sin máscaras, sin inseguridades.

 

Sehun, sin separarse, susurró entre los besos.

 

— Amor— su voz estaba cargada de emoción. — Te amo...

 

Junmyeon, respirando entre los besos, no pudo evitar sonreír mientras continuaba besándolo con más pasión.

 

— Yo también te amo, mi amor... — sus palabras eran un susurro, pero el sentimiento era más grande que todo lo demás.

 

Finalmente, después de lo que parecieron horas, ambos se separaron, quedando en un silencio cómodo pero cargado de emociones, sehun, todavía con una sonrisa en su rostro, miró a Junmyeon con dulzura.

 

—¿Qué vamos a hacer ahora? — preguntó, su tono lleno de ternura.

 

Junmyeon se recostó contra el asiento, mirando por la ventana durante un momento, pero su sonrisa nunca desapareció.

 

— Vamos a vivir, Sehun... vamos a vivir como siempre debimos.

 

El coche avanzaba, las luces de la ciudad parpadeaban a su alrededor, pero dentro de aquel pequeño espacio cerrado, Junmyeon y Sehun compartían un silencio que hablaba más que mil palabras, era un silencio lleno de comprensión, de promesas calladas y de la certeza de que, a pesar de todo lo que habían atravesado, su amor era lo único que realmente importaba.

 

Y, a medida que el coche avanzaba hacia su destino, Junmyeon y Sehun supieron que este era solo el comienzo de su verdadera historia. Una historia que, al final, sería de amor, redención y libertad.

 

Esta vez, construirían su propio imperio. 

Uno hecho de amor y verdad, sin mentiras...

 

FIN

Notes:

Hola, como están? finalmente llegamos al final!!

Quiero agradecerles a cada uno de ustedes por leer esta historia, la planee durante dos años y al fin me anime a escribirla.

Si no saben, les digo, hay tres capitulos especiales! Asi que, en estos dias lo corrijo y voy subiendo...

Nos vemos!

Chapter 29: Especial 1 | Una vida juntos

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mansion Kim-Oh

 

2 Meses después

 

Era una mañana tranquila, el tipo de calma que Junmyeon y Sehun habían deseado desde hacía mucho tiempo, después de meses de incertidumbre y luchas emocionales, sus vidas finalmente estaban comenzando a estabilizarse, el sol iluminaba la amplia sala de estar de la mansión, donde una atmósfera cálida y hogareña se sentía en cada rincón. Los mellizos, Ningning y Kun, jugaban con bloques de construcción en la alfombra, riendo entre ellos mientras Vivi, el perrito de Sehun, dormía plácidamente junto al sofá. 

 

Junmyeon estaba recostado en el sofá, con una taza de café en la mano, mientras Sehun tenía un brazo alrededor de sus hombros, sosteniendo el control remoto con la otra mano. Era uno de esos raros momentos en los que podían relajarse, sin preocuparse por el trabajo o los problemas del pasado, desde que habían decidido vivir juntos, la casa se había llenado de una energía nueva, una mezcla perfecta de familia y amor. 

 

–Me encanta cuándo estas relajado–comentó Sehun, girando la cabeza para mirar a Junmyeon, su tono lleno de calidez. 

 

Junmyeon dejó la taza en la mesita de centro y lo miró, sus labios curvándose en una suave sonrisa. 

 

–Lo necesitaba luego de meses... 

 

Sehun se inclinó para depositar un beso en su frente, mientras Vivi, como si entendiera el momento, alzó la cabeza y soltó un pequeño ladrido antes de acomodarse nuevamente. 

 

Los días recientes habían sido una mezcla de nuevas experiencias y ajustes, sehun había vendido su antiguo departamento, ese lugar que había sido testigo de sus primeras mentiras, de los inicios de su plan de venganza, Luego del proyecto busan empezo la mudanza a su nuevo hogar e incluso borrado rastros de los archivos en contra de jummyeon y toda su información recolectada en sus primeros meses de venganza, Ahora, todo eso parecía pertenecer a otra vida, vivir en la mansión de Junmyeon había sido un cambio significativo, pero también una decisión que fortaleció su relación. Habían comprado una cama matrimonial más grande, compartido el armario, e incluso adaptado un espacio especial para Vivi, que ahora se había convertido en parte de la familia.

 

De repente, el sonido de la televisión llamó la atención de ambos, la programación regular fue interrumpida por una noticia de última hora. En la pantalla apareció el rostro serio de una presentadora, con un cintillo en la parte inferior que decía: 

 

"Oh Seunghyun enfrentará 50 años de prisión. Nuevos hallazgos en el caso de Oh Mina." 

 

Junmyeon y Sehun se tensaron de inmediato, intercambiando miradas antes de volver la atención a la pantalla. Ningning y Kun, ajenos a lo que ocurría, seguían jugando, pero Vivi, como si sintiera la tensión en el aire, se movió hacia los pies de Sehun. 

 

La voz de la presentadora resonó en la sala. 

 

–En una noticia que ha conmocionado al mundo empresarial y judicial, Oh Seunghyun, prominente magnate y ex- CEO de Oh Company, ha sido condenado a 50 años de prisión tras revelarse su implicación en numerosos crímenes, incluyendo su participación indirecta en el asesinato de su esposa, Oh Mina. 

 

Sehun sintió que el aire se le escapaba de los pulmones, aunque había esperado este momento durante años, escuchar esas palabras en voz alta era algo completamente diferente. Sus manos se apretaron alrededor del brazo de Junmyeon, quien colocó su mano sobre la de él, ofreciendo un apoyo silencioso. 

 

La reportera continuó:

 

–El caso, que permaneció sin resolver durante cinco años, dio un giro inesperado cuando los investigadores encontraron pruebas que vinculaban a Oh Seunghyun con la contratación de sicarios que acabaron con la vida de Oh Mina, siendo ella victima, Los responsables directos, identificados como Kang Jihoon y Lee Sungbae, también han sido arrestados y enfrentarán largas sentencias. Según las autoridades, nuevas pruebas surgieron gracias a la colaboración del hijo del mismo Oh, la recopilación de documentos que incriminaban al señor Oh. 

 

Junmyeon miró de reojo a Sehun, notando cómo su mandíbula estaba apretada y su mirada fija en la pantalla. Había un torbellino de emociones en él: alivio, ira, tristeza... todo mezclado en una tormenta interna que era imposible de describir con palabras. 

 

–Finalmente –murmuró Sehun, su voz apenas un susurro. 

 

Junmyeon acarició su mano, tratando de traerlo de vuelta al presente. 

 

–Es justicia, Sehun, finalmente, todo está saliendo a la luz. 

 

Sehun asintió lentamente, pero su mirada seguía perdida. Por años había soñado con este momento, con ver a su padre caer, pero ahora que estaba sucediendo, no podía evitar sentir un vacío. La mujer que había perdido, su madre, nunca volvería. Nada podía cambiar eso. 

 

La voz de la presentadora llenó nuevamente el espacio. 

 

–El juicio también reveló detalles escalofriantes sobre los motivos detrás del crimen, según las pruebas presentadas, Oh Mina había descubierto irregularidades financieras y éticas en Oh company contra Kim corporation, lo que llevó a una confrontación con su esposo, este, temiendo que sus acciones salieran a la luz, ya que Oh mina decidió entregar información al actual ceo de Kim corporation, decidió silenciarlo de la manera más cruel pero fallando el tiro y apuntando a ella llevándola a la muerte.

 

Sehun dejó escapar un suspiro tembloroso, y Junmyeon lo abrazó con fuerza. Ningning y Kun, al escuchar el cambio en el tono de sus padres, dejaron de jugar y caminaron hacia el sofá. Ningning fue la primera en hablar, con esa curiosidad e inocencia que solo un niño podía tener. 

 

–¿Qué pasa, papá?, ¿Por qué estás triste? 

 

Sehun parpadeó, mirando a su hija, y luego a Kun, quien también lo observaba con atención, por un momento, no supo qué decir.

 

¿Cómo podía explicarles algo tan complejo? 

 

Pero antes de que pudiera responder, Junmyeon tomó la palabra. 

 

–Es algo de adultos, Ningning, pero no te preocupes, todo está bien...

 

Los niños asintieron, aunque no parecían del todo convencidos. Sehun sonrió ligeramente, intentando tranquilizarlos, y extendió los brazos para que ambos se acercaran. 

 

–Vengan aquí. 

 

Ningning y Kun subieron al sofá, acomodándose a ambos lados de su padre, mientras Junmyeon se inclinaba hacia ellos, envolviendo a su pequeña familia en un abrazo colectivo, aunque las heridas del pasado todavía dolían, en ese momento, Sehun supo que tenía algo que su padre nunca había podido destruir: amor, apoyo, y una verdadera familia. 

 

Junmyeon lo miró a los ojos y le susurró, para que solo él pudiera escucharlo. 

 

–Estamos juntos en esto, siempre. 

 

Sehun asintió, dejando que las palabras de Junmyeon calmaran su corazón, por primera vez en mucho tiempo, sintió que finalmente podía dejar atrás el pasado. 

 

El abrazo en el sofá fue cálido, lleno de amor y comprensión. Sehun sintió cómo las pequeñas manos de Ningning y Kun se aferraban a él, y, por un momento, olvidó todo lo que acababan de escuchar en las noticias. Estaba rodeado de las personas que más amaba, y eso era suficiente para llenar su corazón, cuando Junmyeon finalmente rompió el abrazo, sugirió con una sonrisa: 

 

–¿Qué les parece si vamos a la piscina?, Hace calor, y estoy seguro de que Vivi también quiere jugar un rato afuera. 

 

Los niños saltaron emocionados, lanzando gritos de alegría mientras corrían hacia las escaleras. 

 

–¡Piscina!, ¡Piscina! –gritó Kun, mientras Ningning lo seguía de cerca. 

 

Sehun se rió al ver la energía inagotable de los niños, mientras Junmyeon se levantaba, estirándose con una mezcla de cansancio y felicidad. 

 

–Amor encárgate de inflar los salvavidas y preparar las toallas –le dijo Junmyeon a Sehun, con ese tono cariñoso y de confianza que había desarrollado en los últimos meses. 

 

Sehun asintió y se inclinó para darle un beso rápido en la mejilla antes de dirigirse al patio trasero. 

 

Junmyeon subió las escaleras detrás de los niños, quienes ya estaban revolviendo sus cajones en busca de sus trajes de baño. Ningning encontró primero el suyo, un pequeño traje rosa con dibujos de estrellas, mientras kun se esforzaba por alcanzar el suyo, que estaba en un estante más alto. 

 

–Papá, ¡ayúdame! –dijo kun, mirando a Junmyeon con ojos suplicantes. 

 

–Claro, mi pequeño –respondió Junmyeon, tomando el traje y entregándoselo. 

 

Mientras ayudaba a Ningning a ponerse su traje, Junmyeon no pudo evitar sonreír al ver lo emocionados que estaban. Este tipo de momentos eran lo que más valoraba, desde que Sehun había llegado a sus vidas, todo se sentía más completo, más feliz. 

 

Una vez que los niños estuvieron listos, bajaron corriendo las escaleras, seguidos de Junmyeon, quien cargaba una bolsa con protector solar, juguetes para la piscina y un par de toallas extra. Afuera, Sehun ya había inflado los salvavidas y acomodado las tumbonas junto a la piscina. Vivi corría de un lado a otro, moviendo la cola con entusiasmo mientras ladraba, como si también compartiera la emoción de los niños. 

 

–¿Todo listo? –preguntó Junmyeon mientras colocaba las cosas junto a las tumbonas. 

 

Sehun levantó los salvavidas con una sonrisa. 

 

–Todo listo, ¿Quién está listo para nadar? 

 

–¡Yo, yo, yo! –gritaron los mellizos al unísono, levantando las manos. 

 

Junmyeon los ayudó a colocarse los salvavidas mientras Sehun probaba la temperatura del agua. 

 

–Está perfecta –dijo Sehun, volviendo a mirar a su familia, su mirada se detuvo en Junmyeon por un momento, notando cómo el sol resaltaba sus facciones, haciendo que su piel brillara bajo la luz, sehun sintió una calidez en el pecho, una sensación de hogar que nunca antes había experimentado. 

 

Cuando todos estuvieron listos, los niños fueron los primeros en saltar al agua, chapoteando y riendo mientras Sehun y Junmyeon se unían a ellos. 

 

–¡Mira, papá Sehun! –gritó Ningning mientras intentaba flotar sobre su espalda. 

 

Sehun sonrió ampliamente al escucharla, aún no podía acostumbrarse a que los mellizos lo llamaran "papá", pero cada vez que lo hacían, sentía una mezcla de orgullo y felicidad que era imposible de describir. 

 

–¡Muy bien, princesa! –respondió Sehun, aplaudiendo mientras ella lograba mantenerse flotando. 

 

Kun , por su parte, estaba concentrado en perseguir a Vivi, quien corría alrededor de la piscina ladrando alegremente. 

 

–¡Voy a atraparte, Vivi! –decía Kun entre risas, aunque Vivi parecía disfrutar siendo más rápido 

 

Kun seguía corriendo tras Vivi, sin éxito, pero con una risa contagiosa que llenaba el patio. Ningning, por su parte, había encontrado una pequeña pelota de agua y la lanzaba al aire mientras chapoteaba con entusiasmo.  

 

Sehun, quien estaba de pie al borde de la piscina, sonrió al observar la escena. Levantó los brazos dramáticamente antes de dar un gran salto al agua.  

 

–¡Cuidado, aquí viene papá Sehun! –gritó mientras caía, provocando una gran salpicadura que empapó a todos.  

 

Los niños chillaron de emoción mientras Junmyeon levantaba los brazos para protegerse, aunque su sonrisa delataba que no estaba molesto. Vivi ladró desde el borde, moviendo la cola con entusiasmo.  

 

–¡Sehun! –exclamó Junmyeon, fingiendo molestia mientras se quitaba las gotas de agua de la cara.  

 

Sehun emergió del agua riendo, pasando una mano por su cabello mojado.  

 

–¿Qué? Es verano, cariño, todos debemos disfrutar del agua. –Le guiñó un ojo y luego nadó hacia el borde, extendiendo una mano hacia Junmyeon.  

 

Junmyeon negó con la cabeza, aunque la sonrisa en sus labios era imposible de ocultar.  

 

–No voy a entrar así –respondió, aunque sabía que no tardaría en ceder.  

 

Sehun se apoyó en el borde, mirándolo con esa mezcla de diversión y ternura que siempre hacía que el corazón de Junmyeon latiera más rápido.  

 

–Vamos, Junmyeon, Te prometo que no te tiraré.  

 

Junmyeon lo miró con escepticismo, pero comenzó a desatar el cinturón de su bata. Lentamente, dejó que la tela cayera al suelo, revelando su figura impecable. Aunque ya habían estado juntos incontables veces, Sehun nunca dejaba de maravillarse por la belleza de Junmyeon.  

 

–Eres hermoso –murmuró Sehun, sus ojos recorriéndolo sin disimulo.  

 

Junmyeon soltó una pequeña risa, aunque sus mejillas se tiñeron de un suave color rosado.  

 

–Deja de mirarme así, los niños están aquí.  

 

–No puedo evitarlo –respondió Sehun con sinceridad, acercándose al borde para tomar la mano de Junmyeon.  

 

Junmyeon se dejó guiar, y Sehun lo ayudó a entrar al agua con cuidado. El contacto del agua fría hizo que Junmyeon se estremeciera ligeramente, pero Sehun rápidamente lo envolvió en sus brazos, acercándolo lo suficiente como para que sus cuerpos se tocaran.  

 

–¿Mejor así? –preguntó Sehun, su voz suave y llena de cariño.  

 

Junmyeon asintió, apoyando la cabeza en el hombro de Sehun.  

 

–Mucho mejor.  

 

Sehun aprovechó el momento para inclinarse y besar a Junmyeon, un beso lento y lleno de amor que parecía detener el tiempo. El sonido de las risas de los niños, el ladrido de Vivi y el suave chapoteo del agua desaparecieron por un instante, dejando solo a los dos, envueltos en su pequeño mundo.  

 

Pero, como siempre, los niños no tardaron en interrumpir.  

 

–¡Guerra de agua! –gritó Ningning, apuntando con su pistola de agua directamente a Sehun y Junmyeon.  

 

Kun no se quedó atrás, uniéndose al ataque con una segunda pistola que había encontrado entre los juguetes de la piscina.  

 

–¡Ríndanse, papás! –exclamó kun, disparando chorros de agua con precisión sorprendente.  

 

Sehun y Junmyeon se separaron rápidamente, riendo mientras intentaban esquivar los ataques.  

 

–¡Oh, no, nos han descubierto! –dijo Sehun, alzando las manos en señal de rendición antes de lanzarse hacia los niños con una sonrisa traviesa.  

 

–¡No pueden atraparme! –gritó Ningning, nadando rápidamente hacia el otro lado de la piscina mientras Kun se quedaba para enfrentarse valientemente a Sehun.  

 

Junmyeon, mientras tanto, se unió a la diversión, tomando una de las pistolas de agua y aliándose con Ningning.  

 

–¡No te preocupes, Ningning, yo te protegeré! –dijo Junmyeon, disparando agua hacia Sehun mientras reía.  

 

La piscina se convirtió en un campo de batalla lleno de risas y salpicaduras, vivi corría alrededor, ladrando emocionado cada vez que alguien lanzaba agua en su dirección. Los niños no podían dejar de reír, y Sehun y Junmyeon, aunque estaban empapados, se sentían más felices que nunca.  

 

–¡Te tengo! –gritó kun , subiendo a los hombros de Sehun y tratando de disparar con su pistola desde lo alto.  

 

–¡Eres un traidor, kun! –bromeó Junmyeon, apuntando hacia ellos mientras Ningning reía a carcajadas desde el agua.  

 

–¡No, soy un espía! –respondió kun con orgullo, disparando un chorro directo al rostro de Junmyeon.  

 

El juego en la piscina continuó entre risas y chapoteos interminables, sehun se unió con entusiasmo al equipo de kun para desafiar a Junmyeon y Ningning en una guerra de agua, pero pronto el cansancio empezó a ser presente en los pequeños. Ningning bostezó primero, su energía comenzando a disminuir, mientras kun, siempre competitivo, trataba de seguir jugando, pero su estómago gruñó lo suficientemente fuerte como para interrumpir su misión de ganar la guerra acuática. 

 

–¡Papá, tengo hambre! –exclamó Ningning, nadando hacia Junmyeon con una expresión de súplica. 

 

kun asintió desde los brazos de Sehun, todavía intentando mantener su papel de espía, pero claramente más interesado en el almuerzo que en continuar el juego. 

 

–Está bien, pequeños guerreros, creo que es hora de salir –dijo Junmyeon, nadando hacia el borde y extendiendo los brazos para ayudar a Ningning. 

 

Sehun asintió, acomodando a kun en su brazo mientras lo llevaba fuera del agua. 

 

–Yo me encargo del almuerzo –anunció Sehun con una sonrisa, sacudiéndose el agua mientras caminaba hacia la cocina. 

 

Junmyeon tomó las toallas y comenzó a secar a los niños con cuidado, ningning se acurrucó contra él, disfrutando de la calidez de la toalla, mientras kun, aunque menos demostrativo, también se dejó mimar por su papá. 

 

–Han jugado mucho hoy, ¿eh? –dijo Junmyeon, secando el cabello de Ningning. 

 

–¡Sí, fue muy divertido! –respondió Ningning, bostezando de nuevo mientras abrazaba la toalla con fuerza. 

 

–Papá Sehun es el mejor para las guerras de agua –murmuró kun, sus ojos medio cerrados mientras Junmyeon le secaba la espalda. 

 

Junmyeon sonrió con ternura, la relación de los niños con Sehun había florecido de manera natural, aunque al principio había sido una transición, ahora era claro que para Ningning y Chenle, Sehun no era solo "papá Sehun", sino una parte esencial de su familia. 

 

Se sentía en un sueño...

 

Una vez que los niños estuvieron secos y vestidos, Junmyeon los llevó al comedor, donde Sehun ya estaba ocupado en la cocina, había preparado algo sencillo pero reconfortante: sándwiches de jamón y queso con una pequeña ensalada de frutas al lado. 

 

–¡Esto huele delicioso! –exclamó Ningning, subiendo rápidamente a su silla. 

 

Kun se sentó más despacio, mirando el plato con curiosidad antes de sonreír satisfecho. 

 

–Papá Sehun siempre sabe qué nos gusta –dijo, comenzando a comer con entusiasmo. 

 

Sehun apareció con una bandeja de jugos, sirviendo a cada uno mientras observaba la escena con una sonrisa, ver a los niños tan felices y cómodos le llenaba el corazón de una calidez indescriptible, era una sensación que nunca había conocido antes de estar con Junmyeon y los mellizos. 

 

–¿amor, y tu? –preguntó Sehun, mirando a Junmyeon mientras tomaba asiento a su lado. 

 

–Perfecto, gracias –respondió Junmyeon, colocando una mano en la pierna de Sehun por debajo de la mesa, un gesto sutil pero lleno de significado. 

 

La comida transcurrió entre risas y conversaciones animadas. Ningning compartió historias sobre su último día en la guardería, mientras Kun describía con detalle cómo Vivi había "ganado" la guerra de agua, según él. Sehun y Junmyeon los escucharon con atención, intercalando comentarios y risas. 

 

Sin embargo, justo cuando los platos estaban casi vacíos, Ningning levantó la mirada, su expresión repentinamente curiosa. 

 

–Papis , ¿cómo se conocieron? –preguntó, inclinando la cabeza con una sonrisa traviesa. 

 

Kun se detuvo, su tenedor en el aire, y también miró a sus padres con curiosidad. 

 

Junmyeon y Sehun intercambiaron una mirada rápida, ambos algo sorprendidos por la pregunta. No era un tema que hubieran discutido antes con los niños, y por una buena razón:

 

la verdad detrás de su primer encuentro no era exactamente un cuento de hadas. 

 

–Bueno... –comenzó Junmyeon, tratando de encontrar las palabras adecuadas. 

 

Sehun, por su parte, soltó una pequeña risa nerviosa antes de intervenir. 

 

–Nos conocimos en el trabajo –dijo, optando por la verdad más sencilla y comprensible. 

 

–¿En el trabajo? –repitió Ningning, frunciendo el ceño como si estuviera analizando la respuesta. 

 

–Sí, en Kim Corporation –explicó Junmyeon, mirando a Sehun con una mezcla de complicidad y humor. 

 

–¿Y qué pasó? ,¿Cómo se hicieron novios? –preguntó kun, siempre el más directo de los dos. 

 

Sehun rió, tomando un sorbo de su jugo mientras pensaba en cómo responder. 

 

–Fue... un poco complicado al principio –admitió, mirando a Junmyeon, quien asintió suavemente. 

 

–Pero nos dimos cuenta de que nos gustábamos mucho –añadió Junmyeon, sonriendo mientras miraba a Sehun con cariño. 

 

–¿Y quién se lo dijo primero? –preguntó Ningning, su tono lleno de emoción. 

 

–Eso es un secreto –respondió Sehun, guiñándole un ojo, lo que provocó risas en los niños. 

 

Aunque la respuesta fue simple, fue suficiente para satisfacer su curiosidad, al menos por ahora. Ningning y kun retomaron su conversación sobre la piscina mientras Sehun y Junmyeon intercambiaban una mirada de alivio y una sonrisa. 

 

Después de limpiar la mesa juntos, Sehun y Junmyeon acompañaron a los niños a la sala para jugar un rato antes de la siesta. Vivi se acurrucó en el sofá mientras Ningning y kun construían torres de bloques en el suelo. Sehun y Junmyeon se sentaron en el sofá, observando a los niños con una sensación de completa satisfacción. 

 

Sehun tomó la mano de Junmyeon, entrelazando sus dedos mientras miraba a su familia con gratitud. 

 

–No puedo creer que esto sea real –murmuró, lo suficientemente bajo como para que solo Junmyeon lo escuchara. 

 

–Es real, Sehun –respondió Junmyeon, apoyando la cabeza en el hombro de su pareja. 

 

14:00 PM

 

El ambiente de la casa estaba tranquilo después de un día lleno de risas y juegos, ningning y kun dormían profundamente en sus habitaciones, agotados después de tantas emociones, mientras Vivi estaba acurrucado en su cama cerca del sofá, la tarde se había teñido de una luz cálida y dorada que se filtraba por las ventanas, bañando la sala de estar en un resplandor acogedor.  

 

Junmyeon y Sehun, finalmente solos, se acurrucaron en el sofá, junmyeon se acomodó entre los brazos de Sehun, descansando la cabeza en su pecho mientras este acariciaba distraídamente su cabello, era uno de esos momentos de paz que ambos valoraban profundamente, especialmente ahora que junmyeon se tomo vacaciones luego de busan junto a sehun, que todavía no deseaba involucrarse en nada...

 

Todavía

 

–No sé cómo puedes hacer que todo parezca tan sencillo –murmuró Junmyeon, cerrando los ojos mientras disfrutaba del calor de Sehun.  

 

–¿Sencillo? –repitió Sehun con una ligera risa–Créeme, no hay nada sencillo en tratar de mantener la paz cuando los niños están en modo guerra.  

 

Junmyeon rió suavemente, apretándose un poco más contra Sehun.  

 

–Tienes razón –dijo–. Pero incluso cuando las cosas son complicadas... contigo siempre se sienten más manejables.  

 

Sehun no respondió de inmediato. En cambio, inclinó la cabeza y besó la frente de Junmyeon, dejando que el momento hablara por sí mismo, después de un rato de silencio cómodo, Sehun miró hacia el sofá con una sonrisa nostálgica.  

 

–¿Sabes?, Este sofá tiene mucha historia –dijo de repente, su tono divertido pero también pensativo.  

 

Junmyeon levantó la mirada, intrigado por el comentario.  

 

–¿Historia?, ¿Qué quieres decir?  

 

Sehun sonrió, aunque había un dejo de melancolía en su expresión.  

 

–Fue aquí donde me descubriste –dijo, pasando los dedos por los costados del sofá– Mi verdadera identidad.  

 

El ambiente se tensó ligeramente, no por incomodidad, sino por la carga emocional del recuerdo, junmyeon se enderezó un poco, mirando a Sehun con atención.  

 

–Sí... fue aquí –respondió en voz baja.  

 

–¿Recuerdas cómo pasó? –preguntó Sehun, ladeando la cabeza con curiosidad.  

 

Junmyeon suspiró, asintiendo mientras sus dedos jugueteaban con la tela del sofá.  

 

–Lo recuerdo perfectamente –admitió–. Fue una noche difícil... para los dos.  

 

Sehun dejó escapar una risa seca.  

 

–Difícil es poco decir –murmuró–. Todo lo que estaba construyendo... toda mi estrategia, mi plan... todo se desmoronó.  

 

Junmyeon lo miró, y sus ojos se suavizaron al ver el dolor aún presente en el rostro de Sehun.  

 

–No eras el único que tenía un plan, Sehun –confesó Junmyeon, su voz cargada de culpa.  

 

Sehun arqueó una ceja, intrigado por la dirección de la conversación.  

 

–¿Qué quieres decir?  

 

Junmyeon tomó una profunda respiración, como si estuviera reuniendo el valor para hablar.  

 

–Aquella noche... –comenzó, su voz apenas un susurro–. Cuando te descubrí, cuando me di cuenta de quién eras realmente... estaba listo para usarte.  

 

La confesión dejó a Sehun en silencio, no era algo que no hubiera sospechado antes, pero escucharlo directamente de los labios de Junmyeon añadía un peso inesperado.  

 

–¿Usarme?, ¿Cómo? –preguntó finalmente, su tono cauteloso pero no acusador.  

 

Junmyeon apartó la mirada, incapaz de sostener la intensidad de los ojos de Sehun.  

 

–Había una parte de mí que quería vengarme –admitió–. Todo lo que había pasado, todo lo que descubrí de ti... Pensé que tal vez, al seducirte, al ganarte y después usarte, podría hacerte sentir lo que yo sentí.  

 

El silencio que siguió fue ensordecedor, sehun no apartó los ojos de Junmyeon, pero su rostro estaba sereno, como si procesara cada palabra con cuidado.  

 

–Entonces... –comenzó, su voz baja y medida–. ¿Eso significaba que, incluso sabiendo quién era yo, ibas a seguir adelante esa noche?  

 

Junmyeon lo miró nuevamente, y esta vez no hubo evasión en sus ojos.  

 

–Sí –dijo con firmeza, aunque su voz estaba teñida de arrepentimiento– Estaba tan lleno de rabia y dolor... que pensé que era lo correcto, acostarme contigo y tener sexo para vengarme...

 

Sehun dejó escapar un suspiro profundo, llevándose una mano a la nuca mientras procesaba la confesión. Junmyeon lo observó con atención, buscando algún indicio de lo que podría estar sintiendo, pero la expresión de Sehun era inescrutable.  

 

Finalmente, Sehun habló:  

 

–¿Y qué cambió?  

 

Junmyeon sonrió tristemente, su mirada fija en las manos de Sehun.  

 

–Cambiaste tú –dijo simplemente– Cuando te vi, cuando vi lo vulnerable que realmente eras... me di cuenta de que estaba equivocado, No eras el enemigo.  

 

Sehun la miró con atención, sintiendo cómo su pecho se apretaba ante la sinceridad en las palabras de Junmyeon.  

 

–Me di cuenta de que ambos éramos víctimas –continuó Junmyeon– Tú, buscando respuestas. Yo, buscando justicia, y en medio de todo eso... estaba el amor que empezábamos a construir... 

 

Sehun permaneció en silencio por un momento antes de extender la mano y tomar la de Junmyeon entre las suyas.  

 

–Junmyeon –dijo suavemente, su voz llena de emoción– No sé qué hubiera hecho si me hubieras abandonado esa noche.  

 

Junmyeon apretó los labios, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas.  

 

–Y yo no sé qué hubiera hecho si lo hubiera hecho, Sehun –admitió, su voz quebrándose ligeramente–Me habría perdido la vida que tenemos ahora, a ti, a los niños, a todo. 

 

Sehun sonrió levemente, levantando la mano de Junmyeon para besarla con ternura.  

 

–No importa lo que pasó –dijo–. Lo importante es que estamos aquí, juntos.  

 

Junmyeon asintió, dejando que una lágrima solitaria rodara por su mejilla, sehun la atrapó con el pulgar, inclinándose para besar suavemente su frente.  

 

Sehun permaneció en silencio por un momento, procesando las palabras de Junmyeon. Finalmente, apretó su mano con suavidad, atrayéndolo un poco más hacia él.

 

–Eso cambia muchas cosas –dijo, su voz suave pero firme– Siempre pensé que esa noche fue el final... pero en realidad, fue el comienzo.

 

Junmyeon asintió, sus ojos llenándose de lágrimas no derramadas.

 

–Fue el comienzo –repitió, su voz temblando ligeramente– Porque a partir de ahí, decidimos sanar juntos.

 

Sehun inclinó la cabeza, besando suavemente la frente de Junmyeon antes de murmurar:

 

–Gracias por detenerme esa noche, por no dejarme ir.

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que el peso de las emociones los envolviera.

 

–Y gracias a ti –susurró–. Por quedarte.

 

El sofá se había convertido en un refugio cálido, donde Sehun y Junmyeon se acurrucaron después de su conversación. Cubiertos con una suave manta, sus cuerpos encajaban perfectamente el uno contra el otro, dejando que la tranquilidad llenara el espacio, la charla había sido intensa, cargada de emociones, pero también liberadora, ahora, el silencio que compartían era pacífico, un recordatorio de cuánto habían crecido como pareja.  

 

Poco a poco, el cansancio comenzó a ganarles, la charla, la comodidad del sofá y la calidez del abrazo mutuo los llevaron a un sueño tranquilo, los rayos del sol que entraban por la ventana parecían querer abrazarlos también, llenando la habitación con una luz suave.  

 

Pasaron las horas en un letargo plácido, hasta que, de repente, unos llantos desgarradores rompió la calma.  

 

17:00 PM

 

–¡Papás! –gritó Ningning desde el pasillo, su voz llena de lágrimas.  

 

–¡Tengo hambre! –se unió kun, sollozando detrás de su hermana.  

 

Junmyeon y Sehun se despertaron de golpe, ambos sobresaltados, sehun, con el corazón latiendo a mil por hora, se enderezó rápidamente mientras Junmyeon hacía lo mismo, con el cabello algo alborotado y una expresión de confusión en el rostro.  

 

–¿Qué pasa? –preguntó Junmyeon, aún medio dormido, mientras intentaba localizar el origen del llanto.  

 

Los niños corrieron hacia ellos, con lágrimas corriendo por sus mejillas y expresión de completo desamparo. Ningning fue la primera en saltar al sofá, aferrándose al brazo de Sehun, mientras kun se abrazaba a Junmyeon con fuerza.  

 

–¡Tengo hambre! –repetía kun, entre sollozos– Y queremos ver caricaturas, pero no sabemos cómo prender la tele.  

 

Sehun dejó escapar un suspiro de alivio al darse cuenta de que no era nada grave, pero su corazón seguía latiendo acelerado por el susto.  

 

–Oh, cielos –murmuró, acariciando el cabello de Ningning–. Nos asustaron muchísimo.  

 

Junmyeon también relajó sus hombros, abrazando a kun para tranquilizarlo.  

 

–Lo siento, mis amores –dijo, dándole un beso en la frente– ¿Por qué no nos despertaron antes?  

 

kun se encogió de hombros, aún con lágrimas en los ojos.  

 

–No queríamos molestar... pero luego nos dio hambre y...  

 

–Y no sabíamos qué hacer –añadió Ningning, secándose las lágrimas con la manga de su pijama.  

 

Sehun intercambió una mirada con Junmyeon, y ambos rieron suavemente al darse cuenta de la situación. Aunque habían tenido un pequeño susto, no podían evitar sentir ternura por la honestidad de los niños.  

 

–Bueno, ya estamos despiertos –dijo Sehun, levantándose del sofá y cargando a Ningning en sus brazos–. Vamos a preparar algo rápido para comer, ¿les parece?  

 

Junmyeon asintió, poniéndose de pie con kun aún abrazado a él.  

 

–Y después vemos esas caricaturas que tanto quieren, ¿de acuerdo?  

 

Los niños asintieron con entusiasmo, sus lágrimas comenzando a desaparecer al saber que sus padres estaban allí para resolver todo.  

 

Sehun se encargó de preparar algo sencillo mientras Junmyeon acomodaba a los niños en el comedor. Ningning y kun no dejaban de hablar sobre su caricatura favorita, emocionados por la promesa de verla después de comer.  

 

–¿Qué les parece si hacemos un picnic en la sala? –sugirió Sehun mientras ponía palomitas, en un plato grande– Podemos comer mientras vemos la tele juntos.  

 

Los niños gritaron de emoción, olvidando por completo su reciente llanto.  

 

–¡Sí, papá! –dijeron al unísono, mirando a Sehun con ojos brillantes.  

 

Una vez que todo estuvo listo, Sehun llevó los sándwiches y un poco de jugo a la sala, mientras Junmyeon ayudaba a los niños a acomodarse en la alfombra frente a la televisión.  

 

–Aquí tienen –dijo Sehun, sirviendo las palomitas en platos individuales–. Y ahora, ¿cuál es esa caricatura que tanto querían ver?  

 

Ningning tomó el control remoto y, con algo de ayuda de Junmyeon, puso su programa favorito, llamado "Bluey" Pronto, las risas de los niños llenaron la habitación mientras los cuatro disfrutaban de su "picnic" improvisado.  

 

Mientras comían , los niños se acurrucaron junto a sus padres en el sofá, viendo un episodio tras otro de su caricatura favorita. Ningning se acomodó en el regazo de Sehun, mientras Kun se abrazaba a Junmyeon, ambos claramente felices de estar juntos.  

 

Sehun miró a Junmyeon por un momento, una sonrisa suave en su rostro.  

 

–¿Sabes? –dijo en voz baja, para no interrumpir a los niños– Este es el tipo de hogar que siempre soñé tener.  

 

Junmyeon lo miró, sorprendido por el comentario, pero sonrió, tomando su mano y entrelazando sus dedos.  

 

–Y yo siempre soñé con alguien como tú para compartirlo –respondió, su voz llena de sinceridad.  

 

Ambos se miraron durante unos segundos, compartiendo un momento silencioso pero lleno de significado. Era un recordatorio de todo lo que habían superado juntos, y de todo lo que aún les esperaba como familia.  

 

Al fin tenían la paz y el hogar que tanto deseaban 

 

La noche había caído y la mansión de Junmyeon se encontraba en una quietud agradable, después de un día lleno de risas, juegos y momentos en familia, Sehun y Junmyeon finalmente lograron acostar a los niños, quienes estaban profundamente dormidos, agotados por las emociones del día. Junmyeon, con una sonrisa tierna en el rostro, había acariciado el cabello de Ningning mientras la arropaba, y luego se ocupó de kun, quien abrazaba su osito favorito mientras caía en un sueño profundo.

 

–Descansan bien, ¿verdad? –dijo Sehun desde la puerta, observando cómo Junmyeon cerraba con cuidado las puertas de los cuartos de los niños.

 

–Sí –respondió Junmyeon en voz baja, volviendo hacia él–. Es increíble cómo en tan poco tiempo nos hemos acostumbrado a esta rutina, me siento... feliz.

 

Sehun le sonrió, sintiendo lo mismo. Había sido un viaje lleno de altos y bajos, pero ahora, en este momento, sentía que finalmente estaban en un lugar de paz y estabilidad. Juntos, habían formado una familia. Juntos, habían encontrado un hogar.

 

Tomados de la mano, ambos se dirigieron hacia su habitación, una habitación que ahora no solo era el lugar donde dormían, sino también el espacio donde compartían sus sueños, sus risas y, sobre todo, su amor.

 

Habitación Kim-Oh

 

La ducha fue rápida pero reconfortante. Sehun y Junmyeon se bañaron juntos, disfrutando de la cercanía mientras el agua caía suavemente sobre ellos, no era un momento de pasión desbordada, sino de una conexión tranquila y profunda, de un simple pero poderoso recordatorio de lo que habían construido juntos. El silencio entre ellos era cómodo, lleno de entendimiento y confianza y lleno de besos tiernos y caricias reconfortantes, cuando terminaron de ducharse, ambos se pusieron sus pijamas y se sentaron en la cama, sin prisas, disfrutando de la tranquilidad de la noche, junmyeon se acomodó contra los cojines, mirando a Sehun con una expresión de curiosidad.

 

–¿Tienes algo en mente? –preguntó Junmyeon, al notar que Sehun parecía pensativo, casi nervioso.

 

Sehun sonrió, pero no dijo nada, en lugar de responder, se acercó a la mesa junto a la cama, donde había dejado algo. Tomó una pequeña caja y, con las manos algo temblorosas, la abrió frente a Junmyeon.

 

–Esto es para ti –dijo Sehun, entregándole la caja.

 

Junmyeon miró la caja con una ligera expresión de sorpresa, la abrió lentamente, y dentro encontró un hermoso collar de oro, la cadena era fina pero elegante, y el dije que pendía de ella estaba cuidadosamente diseñado, con un detalle que lo hizo sonreír de inmediato: una pequeña figura de un corazón entrelazado con un lazo, simbolizando el vínculo que ambos compartían.

 

–Es hermoso –susurró Junmyeon, tocando suavemente el collar, casi con reverencia.– ¿Es para mí?

 

Sehun asintió, con los ojos brillando de cariño.

 

–Es para ti, quiero que lo lleves siempre, Junmyeon, es mi forma de mostrarte cuánto te aprecio... y cuánto te amo.

 

Junmyeon se sintió conmovido por el gesto, sehun siempre había sido una persona reservada cuando lo conoció , pero a lo largo de los meses, su amor y sinceridad era más clara que nunca, junmyeon tomó el collar y, con una sonrisa llena de cariño, lo puso alrededor de su cuello.

 

–Gracias, Sehun –dijo Junmyeon, sintiendo una calidez profunda en su pecho.

 

Sehun sonrió y le dio un suave beso en la mejilla y en su mano, donde se encontraba el anillo que le regalo hace meses atrás, y luego, con una expresión de misterio en el rostro, sacó una carpeta de debajo de la almohada.

 

–Tengo otra sorpresa para ti –dijo, su voz algo temblorosa.

 

Junmyeon lo miró con curiosidad

 

¿Qué más podría sorprenderle esta noche?

Ya lo tenía todo junto a el...

 

Sehun, con una sonrisa nerviosa, se arrodilló frente a Junmyeon, sosteniendo la carpeta con las manos.

 

–Sr. Kim –comenzó, mirando a Junmyeon con seriedad, pero con un destello de emoción en los ojos–. Espero que acepte mi currículum.

 

Junmyeon frunció el ceño, confundido al principio, pero luego una sonrisa lenta comenzó a formarse en su rostro al comprender lo que Sehun estaba haciendo, la carpeta que Sehun había sacado era su currículum, y al mirarlo ahora, Junmyeon entendió que Sehun estaba tomando una decisión importante, una que cambiaría el rumbo de su vida.

 

–¿Qué es esto, Sehun? –preguntó Junmyeon, su voz llena de una mezcla de sorpresa y curiosidad.

 

Sehun no contestó de inmediato, en cambio, abrió la carpeta y le mostró a Junmyeon una serie de documentos que confirmaban su decisión, había una carta oficial con el membrete de Kim Corporation, y varios papeles que detallaban su aceptación en el equipo de economía de la empresa.

 

–Hace meses me ofreciste un puesto en el equipo de economía de Kim Corporation –dijo Sehun, mirando a Junmyeon con una intensidad inconfundible–Sabía que era lo correcto, pero no me sentía listo, estaba atrapado en mi propia venganza... en mi propio dolor. Pero ahora, después de todo lo que hemos vivido juntos, sé que quiero ser parte de tu mundo, Junmyeon. 

 

Sehun se detuvo, tratando de no temblar al hablar:

 

—Quiero ayudar a que Kim Corporation crezca, pero más importante aún, quiero construir un futuro contigo. Quiero que esta sea mi verdadera oportunidad para demostrarte que puedo ser más que el hijo de Oh Seunghyun, quiero ser alguien que te haga sentir orgulloso.

 

Junmyeon lo miró en silencio, la emoción creciendo en su pecho. Sehun, al igual que él, había atravesado momentos dolorosos, pero lo que ahora le ofrecía era la prueba de que ambos habían dejado atrás sus sombras del pasado, el hecho de que Sehun quisiera estar allí, en el mismo equipo que Junmyeon, trabajando juntos para construir un futuro, le llenaba el corazón de una alegría indescriptible.

 

–Sehun... –dijo Junmyeon con la voz algo entrecortada por la emoción. –Nunca imaginé que esto sucedería, Sabía que tenías el potencial, pero no sabía si algún día lo verías también.

 

Sehun lo miró fijamente, sus ojos llenos de una determinación y amor que dejaban claro que, en ese momento, todo lo que importaba era su relación y el futuro que construirían juntos.

 

–Lo veo ahora, Junmyeon –respondió, sonriendo con sinceridad. –Te amo, y este es mi compromiso, no solo como tu novio, sino como tu socio y compañero.

 

Junmyeon, emocionado, no pudo evitar levantarse de la cama y abrazar a Sehun con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su corazón. En ese abrazo, se sentía seguro, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier cosa.

 

La noche se llenó de una quietud profunda después de que Sehun y Junmyeon compartieran su momento especial, junmyeon, aún abrazado por Sehun, sintió una extraña sensación de paz, se sentía más seguro que nunca de que ambos estaban tomando las decisiones correctas. Habían pasado por muchas pruebas, pero ahora estaban juntos, con una familia, un hogar y un futuro compartido.

 

–Entonces, acepto tu currículum, Sr. Hwang Sehun o Oh Sehun... –Junmyeon sonrió con un toque juguetón mientras miraba a Sehun, que, con una ligera sonrisa, aún se encontraba arrodillado frente a él, tan nervioso como la primera vez que lo vio.

 

Sehun levantó la mirada, sin perder la sonrisa, y en su voz se notaba la seguridad de sus palabras. 

 

–Oh Sehun, cariño... –respondió, abrazándolo con ternura después de pronunciar esas palabras que no solo eran un nombre, sino una afirmación de quién era él y qué lugar había elegido en la vida de Junmyeon.

 

La habitación estaba bañada en una luz suave, el aire cálido de la noche permitía que los dos compartieran ese momento de intimidad que no solo se trataba de amor, sino de aceptación y compromiso mutuo, sehun se acomodó junto a Junmyeon en la cama, recostándose con él, mientras la conversación continuaba en una dirección más profunda y significativa.

 

–Sabes, cariño, aunque Oh Company es gigante, no tengo ningún afecto por esa empresa –comenzó Sehun, con una expresión pensativa mientras giraba hacia Junmyeon, dejando atrás la sonrisa juguetona y adoptando una mirada más seria

 

– Mi padre, siempre trató de forjarme un camino allí, pero yo nunca quise ser parte de su mundo, no tengo amor por lo que representa esa compañía, ni por lo que hizo por mí. Aunque Kyungsoo ahora está a cargo de algunas de sus operaciones, no quiero que mi hermano siga en ese ciclo.

 

Junmyeon escuchaba atentamente, entendiendo que Sehun siempre había estado atrapado entre las expectativas de su padre y su propio deseo de forjar su camino. La verdad sobre Oh Company siempre había estado enredada en secretos, traiciones y el dolor de la familia OH, para Sehun, esa empresa era un recordatorio constante de su pasado oscuro.

 

–Lo sé, Sehun –respondió Junmyeon, acariciando su cabello con suavidad–. Pero no todo está perdido, puedes ayudar a Kyungsoo desde otro lugar, sin tener que estar atado a ese legado, tal vez, juntos, podríamos hacer algo aún más grande.

 

Sehun, aunque tranquilo, sintió una chispa de esperanza en las palabras de Junmyeon, pero fue la siguiente revelación de Junmyeon lo que realmente cambió su perspectiva por completo.

 

–Tengo una sorpresa para ti, Sehun –dijo Junmyeon, con una sonrisa misteriosa que iluminaba su rostro. 

 

Sehun frunció el ceño algo confundido y curioso

 

–Voy a adquirir Oh Company, nos vamos a convertir en los principales inversionistas y, de paso, ayudar a Kyungsoo, la empresa será nuestra, yo me haré cargo de todo y ayudaré a tu hermano a recuperar lo que alguna vez fue suyo.

 

Sehun lo miró, atónito, sin poder creer lo que escuchaba, el golpe de esa noticia lo dejó sin palabras por un momento, junmyeon, tan calmado y sereno, lo miraba con una expresión decidida, como si la decisión ya estuviera tomada.

 

–No... ¿cómo? –Sehun apenas podía procesarlo. –¿Vas a tomar el control de Oh Company?

 

Junmyeon asintió, pero en sus ojos había una claridad inquebrantable, sabía que este era un paso crucial para asegurarse de que el legado de la familia Oh fuera transformado, para que Sehun y Kyungsoo pudieran liberarse del peso de su padre, Seunghyun.

 

–Sí –respondió Junmyeon con firmeza– Esta empresa fue una maldición para ti y Kyungsoo, pero también es una herencia que no podemos dejar caer, tenemos que reponerla, pero no a través de los métodos de tu padre...

 

Junmyeon se sentó en el regazo de sehun dándole un beso en su frente mientras continuaba: 

 

—Yo seré el mayor inversionista, y juntos haremos que Oh Company sea un lugar donde se construya algo más, algo bueno.

 

Sehun, aún en shock, comenzó a comprender lo que Junmyeon estaba diciendo, lo que parecía ser una bendición para su familia, una oportunidad para poner fin a los oscuros secretos de su padre y recuperar lo que realmente les pertenecía. En ese momento, Sehun no solo vio a Junmyeon como su pareja y confidente, sino como la persona que estaba dispuesto a sacrificar todo para ofrecerle un futuro mejor, un futuro lleno de justicia.

 

–Pero... ¿por qué, Junmyeon?, ¿Por qué tomarías una empresa tan corrupta? ,Sabes lo que esa compañía representa... –Sehun no podía dejar de preguntar, preocupado por las implicaciones de tomar el control de algo tan poderoso.

 

Junmyeon suspiró, mirando a Sehun con una expresión tranquila pero llena de convicción.

 

–Porque este es un nuevo comienzo, porque sé que podemos hacer algo diferente, sé que Kyungsoo necesita ayuda, él ha estado luchando con las expectativas de esa empresa y con la sombra de tu padre durante años. Si vamos a ser responsables de su legado, debemos hacerlo de la manera correcta.

 

Sehun, por primera vez en mucho tiempo, sintió que todo lo que había experimentado en su vida estaba alcanzando un punto de inflexión. Había estado huyendo de Oh Company, pero ahora Junmyeon le mostraba que no se trataba de escapar, sino de tomar el control y dar un giro a lo que había sido parte de su familia durante tanto tiempo.

 

–Si esto es lo que quieres, si crees que es lo mejor... –dijo Sehun, con una sonrisa llena de gratitud y admiración por la valentía de Junmyeon–. Entonces lo haremos, te apoyaré en todo.

 

Junmyeon sonrió con una sonrisa llena de amor y esperanza, aunque las dudas siempre rondaban su mente, sabía que este era el momento, juntos, Sehun y él, podían reescribir la historia de Oh Company, juntos, podrían tomar algo que había sido el núcleo del sufrimiento y la traición, y convertirlo en una fuente de prosperidad y justicia.

 

Sehun soltó una risa suave, un tanto sarcástica, mientras abrazaba a Junmyeon con fuerza, disfrutando del momento. La idea de lo que estaba por venir, de cómo todo se estaba dando vuelta para ellos, lo hacía sentir una mezcla de satisfacción y alivio.

 

–Seguro que mi suegro querría morir al enterarse de esto –dijo jun con una sonrisa que reflejaba su satisfacción por el giro del destino. –El hombre que hizo todo lo posible por verme caer, ahora debe estar mordiéndose las uñas al ver cómo me he convertido en el inversionista principal de su empresa.

 

Sehun sonrió, dándole un beso suave en los labios antes de descansar su cabeza en el pecho de junmyeon. Habían recorrido un largo camino, y ahora todo parecía encajar perfectamente, como un rompecabezas finalmente completo.

 

—Tú si sabes cariño como vengarte... 

 

–La venganza se sirve de la mejor manera –respondió Junmyeon, peinando a sehun mientras sus palabras llenaban el aire de un tono de satisfacción. –Tomamos lo que nos pertenecía, lo que siempre debimos tener ahora... somos dueños de su legado.

 

Sehun cerró los ojos, disfrutando de la calidez de Junmyeon en sus brazos, pero al mismo tiempo sintiendo que el peso de los años de sufrimiento y secretismo comenzaba a desvanecerse, todo lo que había vivido hasta ahora, todo lo que había hecho, estaba llevando a un futuro completamente diferente, uno que se sentía libre y lleno de posibilidades.

 

–Y yo me quedé con lo que él jamás quiso que me acercara... –murmuró Sehun, riendo ligeramente. –Me quedé con su peor pesadilla: su enemigo, su peor error, el hombre al que intentó destruir y del que pensó que nunca podría haber algo más que odio. 

 

Junmyeon no pudo evitar sonreír ante la certeza con la que Sehun lo decía, seunghyun, su propio padre, había intentado destruirlos a ambos, pero lo que él no había visto era lo que su hijo y Junmyeon podían construir juntos. El amor, la confianza y la determinación los habían llevado hasta aquí.

 

Eso era algo que ni siquiera el poder de Seunghyun podría destruir.

 

–Al final, todos los intentos de tu padre fueron en vano –comentó Junmyeon. –Lo que él quería destruir, lo hemos reconstruido con nuestras propias manos, y no solo eso, hemos logrado convertirlo en algo aún más grande.

 

Sehun asintió, disfrutando del momento, pero su mente no podía evitar pensar en los detalles que quedaban por resolver. Una pregunta rondaba su mente desde que Junmyeon no mencionaba a su padre, Kim Junghyun, y el futuro de la familia Kim.

 

–¿Y qué pasa con tu padre, Junmyeon? –preguntó Sehun, sin apartar la vista de los ojos de Junmyeon, que lo miraba con una expresión tranquila pero llena de determinación. –¿Qué vas a hacer con él ahora que está fuera de la junta directiva de Kim Corporation?

 

Junmyeon se enderezó un poco, colocando su mano sobre el hombro de Sehun, y sonrió, dejando en claro que había tomado una decisión firme.

 

–Ya lo he sacado de la junta directiva –respondió con seguridad–. No tiene más nada que ver con Kim Corporation, ahora está fuera, definitivamente fuera de cualquier poder que tuviera en nuestra familia, ya no tiene acceso a nada de lo que hemos construido ni a lo que es nuestro. 

 

Junmyeon toco su collar, dandole seguridad, ya no tenía miedo...

 

—Y, además, voy a poner una orden para que no se acerque a nadie de la familia Kim, no quiero que se cruce en el camino de mis hijos, ni que interfiera en nuestra vida de nuevo.

 

Sehun sintió una mezcla de admiración y respeto por la forma en que Junmyeon había manejado la situación. Sabía que, a pesar de todo lo que había pasado entre ellos, Junmyeon era un hombre que siempre luchaba por lo que consideraba correcto, por lo que su familia merecía y esa determinación ahora lo había llevado a tomar el control completo de su vida, de su empresa y de su familia.

 

–Entonces, ya está todo claro –dijo Sehun, besando suavemente la frente de Junmyeon. –Seunghyun no tendrá nada que ver con nosotros, nos hemos liberado de su sombra, de su influencia y ahora podemos construir nuestro futuro sin más miedos, sin más secretos.

 

Junmyeon se acomodó en la cama, mirando el techo por un momento antes de volverse hacia Sehun, quien lo observaba en silencio, esperando a que hablara. El aire en la habitación estaba impregnado con la calma que ambos necesitaban después de todo lo que habían vivido, pero ahora, de alguna manera, Junmyeon sentía la necesidad de compartir algo más profundo con Sehun, algo que llevaba guardado en su interior.

 

–Sehun –comenzó, su voz suave pero cargada de reflexión– hablando de mi padre, en todo lo que viví bajo su control, y en cómo afectó mi vida, mi capacidad de tomar decisiones, quizás... quizás sea el momento de ir al psicólogo.

 

Sehun se inclinó un poco hacia él, sorprendiendo a Junmyeon con su sinceridad, pero también con su comprensión, había visto lo que Junmyeon había pasado, cómo su vida había estado marcada por el control y la manipulación de su propio padre, Kim Junghyun, sehun sabía que, aunque todo parecía estar bien ahora, las cicatrices del pasado seguían siendo profundas. Y para Junmyeon, enfrentarlas de manera abierta era un paso necesario hacia la sanación.

 

–No es fácil –dijo Sehun, acariciando suavemente el cabello de Junmyeon–, pero creo que es un paso importante, no solo para ti, sino para todos los que te rodean, tienes que sanar, Junmyeon.

 

Junmyeon asintió lentamente, un leve suspiro escapando de sus labios, el peso de lo que había vivido durante tanto tiempo comenzaba a desmoronarse, y ahora que se sentía más fuerte, más seguro en su relación con Sehun, sentía que era el momento adecuado para empezar a reconstruir lo que su padre había destrozado. Pero lo que no esperaba era que Sehun, sin dudarlo, estuviera dispuesto a apoyarlo en cada paso del camino.

 

–Voy a ir –dijo finalmente Junmyeon, tomando la mano de Sehun con una firmeza que reflejaba su determinación. –Tengo que hacerlo, he vivido demasiado tiempo pensando que podía manejar todo esto solo, pero sé que no puedo, tengo que sanar las heridas que me dejó, tengo que aprender a ser mejor, no solo para ti y para nuestros hijos, sino para mí mismo. 

 

—Quiero ser mejor... en todo.

 

Sehun sonrió, dándole un beso en la frente antes de abrazarlo, sabía que, para Junmyeon, este era un paso crucial, había crecido bajo la sombra de un padre controlador y manipulador, y ahora, al tomar la decisión de buscar ayuda, estaba tomando el control de su vida de una manera más profunda y significativa que nunca antes.

 

–Estaré contigo en cada paso del camino –le susurró Sehun, su voz llena de ternura y compromiso. –Te amo, Junmyeon y todo lo que hagas para sanar, para ser la mejor versión de ti mismo, lo haré contigo, siempre.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo una profunda gratitud por tener a alguien como Sehun a su lado, no solo lo amaba, sino que lo admiraba por su apoyo incondicional, sabía que nunca había sido fácil, pero ahora, después de todo lo que habían enfrentado juntos, Junmyeon sentía que estaba listo para seguir adelante.

 

–Y Minseok también lo va a hacer –comentó Junmyeon, cambiando ligeramente de tema, pero sin dejar de estar concentrado en su propio proceso de sanación. –Él también tiene que sanar, pasó por lo mismo que yo, y aunque ahora está en París, trabajando en su desfile de modas, también está lidiando con las consecuencias de todo lo que Junghyun nos hizo, no sé si está listo para enfrentarlo, pero... si yo puedo, él también puede.

 

Sehun asintió, comprendiendo la situación. Minseok, el hermano mayor de Junmyeon, siempre había sido un hombre reservado y callado, pero Sehun conocía la dureza con la que había tenido que vivir bajo el control de su padre, sehun sabía que los ecos del pasado todavía resonaban en su vida, siendo el primero de los kim's en sufrir y ser rechazado ante Kim junghyun. 

 

–Minseok-hyung es fuerte –dijo Sehun, con una mirada pensativa. –Y ha logrado mucho por sí mismo, a pesar de todo lo que pasó con el, si alguien puede superar esas cicatrices, ese es él. Pero, como tú, tiene que darse permiso para sanar.

 

Junmyeon asintió, sintiendo una extraña paz al hablar de su hermano. Aunque Minseok había elegido irse a París y seguir su carrera en la moda, Junmyeon sabía que esa distancia no significaba que todo estuviera bien. Sabía que, en el fondo, su hermano también estaba luchando con sus propios demonios, aquellos que su padre les había dejado, pero lo que más le importaba era que, ahora, ambos tenían la oportunidad de sanar, de ser mejores y de vivir sus vidas de una manera que nunca antes habían creído posible.

 

–Sé que Minseok está bien por ahora –dijo Junmyeon, dejando escapar una sonrisa triste pero cálida. –Pero quiero que sepa que, si decide volver, aquí lo recibiremos con los brazos abiertos, él también merece sanar, y no va a estar solo. Yo, tú, los niños, todos estaremos para él.

 

Sehun apretó suavemente la mano de Junmyeon, entendiendo la profundidad de sus palabras, aunque Minseok y Junmyeon habían vivido bajo el control de su padre durante años, ahora, juntos, como pareja y como familia, podían reconstruir lo que se había perdido, sabía que el camino hacia la sanación sería largo, pero también sabía que lo que más importaba era que ya no estaban solos, se tenían los unos a los otros, y eso era todo lo que realmente necesitaban.

 

–Estamos juntos en esto, Junmyeon –dijo Sehun, con una sonrisa que iluminó su rostro. –Juntos podemos con todo. Y aunque Hyung esté en París ahora, sé que volverá cuando esté listo, y cuando lo haga, estará aquí con nosotros, como la familia que siempre ha sido.

 

La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el suave susurro de la brisa que entraba por la ventana entreabierta, junmyeon y Sehun se encontraban acostados, abrazados con fuerza, como si el uno fuera el refugio del otro. A pesar de todo lo que había sucedido en sus vidas, de los años difíciles, de las cicatrices que se habían quedado marcadas, finalmente se sentían completos, todo lo que habían buscado en sus vidas, la aceptación, el amor verdadero, lo habían encontrado en los brazos del otro, y no solo eso, ahora también compartían una familia que los amaba, que los aceptaba, a pesar de todo.

 

Junmyeon, con su rostro ahora sereno pero marcado por la emoción, miraba a Sehun con una mezcla de gratitud y adoración. La calma que se había apoderado de él era algo que no sentía desde hacía mucho tiempo, después de todo lo que había sufrido, después de haber sido el hijo de un hombre que lo manipuló y controló, después de un matrimonio fallido y de la soledad que había cargado durante años, ahora, por primera vez en mucho tiempo, sentía que finalmente podía respirar.

 

El beso de Sehun, dulce y lleno de promesas, había sido el ancla que lo había mantenido firme en este momento. Con cada toque, con cada roce, sentía cómo todas las inseguridades y los miedos que había tenido durante tanto tiempo se desvanecían, ya no era el hombre que había sido, el que se había sentido perdido y roto, ahora era un hombre amado, valorado, con una familia que lo aceptaba, con un compañero que lo comprendía sin reservas.

 

Sehun, por su parte, sentía una paz que jamás había experimentado, había pasado tantos años buscando un propósito, buscando una identidad que fuera más que la del hijo de Oh Seunghyun, el hombre al que siempre se le había exigido ser perfecto, sehun había tenido que luchar toda su vida por encontrar su lugar, por escapar de la sombra de su padre, por ser él mismo, por amar a quien amaba sin tener que esconderse. Y ahora, con Junmyeon a su lado, y con los niños que lo llamaban papá, Sehun finalmente sentía que había encontrado su hogar, un hogar que no dependía de títulos, de expectativas o de un apellido, un hogar basado en el amor y la aceptación mutua.

 

Junmyeon, al ver la paz en los ojos de Sehun, sintió una oleada de emoción, no solo por él mismo, sino por todo lo que habían logrado juntos, había sido un viaje largo y, en muchos momentos, doloroso, pero lo habían superado. 

 

Habían pasado de ser dos personas rotas a convertirse en algo mucho más fuerte:

 

una familia.

 

–Te amo –dijo Junmyeon, su voz llena de gratitud y cariño mientras acariciaba suavemente el rostro de Sehun.

 

–Te amo –respondió Sehun, abrazándolo más fuerte, como si temiera que en algún momento todo eso pudiera desvanecerse. 

 

Junmyeon lo miró fijamente, y en sus ojos brilló algo nuevo, una resolución profunda, había aceptado su pasado, lo había entendido, pero lo había dejado atrás, lo que realmente importaba ahora era el futuro, un futuro que compartía con Sehun, con sus hijos, con la familia que habían formado, no era solo el amor lo que los mantenía unidos. Era la decisión de seguir adelante, juntos, sin importar lo que hubiera sucedido antes.

 

–Mi amor, este es nuestro hogar, Y aquí es donde quiero quedarme, aquí es donde pertenezco.

 

Sehun sonrió, besándolo suavemente. 

 

–Y aquí es donde yo quiero estar, Junmyeon, siempre, no importa lo que pase, no importa lo que venga. estaremos juntos, luchando, amándonos, viviendo nuestra vida.... 

 

Junmyeon dejó escapar una leve risa, una risa genuina, que llenó la habitación de calidez, era un sonido que nunca había imaginado escuchar, una risa que provenía de un lugar profundo, un lugar de sanación y amor. Había pasado por tanto dolor, por tanto sufrimiento, pero ahora entendía algo que nunca había comprendido antes: el amor, verdadero y puro, no se trataba de perfección, se trataba de estar ahí el uno para el otro, en los momentos buenos y malos, apoyándose mutuamente, sin reservas.

 

–Te amo tanto, Sehun –dijo Junmyeon, abrazándose a él una vez más, como si no pudiera dejarlo ir.

 

Sehun lo abrazó con fuerza, sin decir nada más, porque las palabras no eran necesarias, sabían lo que sentían el uno por el otro, sabían que habían encontrado algo que nunca dejarían ir.

 

La noche cayó suavemente sobre ellos, y en el silencio de la habitación, ambos se quedaron dormidos en los brazos del otro, sabiendo que, al fin, tenían el hogar que siempre habían deseado, um hogar lleno de amor, de aceptación, de paz, un hogar donde podían ser ellos mismos, sin miedo a ser juzgados, sin miedo a no ser suficientes. Porque ahora, por primera vez, eran exactamente lo que siempre habían querido ser: 

 

una familia, unida y fuerte, dispuesta a enfrentar cualquier cosa que la vida les trajera.

 

Y en ese hogar, bajo las estrellas y envueltos en su amor, sabían que lo más importante no era el pasado, sino el futuro, un futuro que compartirían, siempre juntos, llevándolos a experimentar nuevamente una vida llena de felicidad sin mentiras.

Notes:

Primer capitulo del especial!

Chapter 30: Especial 2 | Te pertenezco

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Unos meses después 

 

Jueves , Kim corporation, 9:00 AM

 

El imponente edificio de Kim Corporation estaba tan lleno de actividad como siempre, el ritmo frenético de la empresa reflejaba el liderazgo eficiente de su CEO, Kim Junmyeon, quien había consolidado la reputación de la empresa en el mercado durante el último año, juntando la empresa de Oh company junto a kim corporation y manejarlas adecuadamente.

 

Sin embargo, las cosas eran diferentes ahora; no solo en la empresa, sino también en su vida personal. 

 

Junmyeon y Sehun habían oficializado su relación hace unos meses, y aunque esto había traído felicidad a sus vidas, también había generado ciertos cambios en la dinámica laboral. Sehun, quien ahora trabajaba como analista financiero junto a un equipo especializado, no era recibido con el mismo entusiasmo que antes.

 

Cuando su identidad era bajo Hwang sehun

 

Era Jueves por la mañana, y la sala de reuniones de Kim Corporation estaba llena, en las pantallas del salón, los gráficos y proyecciones del último trimestre se desplegaban mientras los asistentes tomaban notas y discutían estrategias, Junmyeon presidía la reunión con su característica autoridad, sentado en la cabecera de la mesa. A su derecha, Sehun revisaba sus notas, listo para presentar las proyecciones económicas del próximo semestre, había trabajado arduamente en este informe con su equipo, y aunque sabía que algunos empleados lo veían con desdén, estaba decidido a demostrar su valía. 

 

—Entonces, comencemos con las proyecciones de crecimiento para el próximo semestre —anunció Junmyeon con su tono firme y profesional, mirando alrededor de la mesa— Señor Oh, ¿puedes compartir el informe? 

 

Sehun asintió, levantándose con confianza. 

 

—Por supuesto, señor Kim. 

 

Algunos empleados intercambiaron miradas al escucharlo referirse a Junmyeon de manera tan formal, pero Sehun ignoró las murmuraciones, activó la presentación en la pantalla principal y comenzó. 

 

—Como pueden ver, hemos analizado los indicadores clave de los últimos seis meses, incluyendo la fluctuación en los mercados internacionales y el impacto de las nuevas regulaciones, basándonos en esto, proyectamos un crecimiento del 12% en los ingresos netos para el próximo semestre, siempre y cuando mantengamos el enfoque en las divisiones tecnológicas y renovables. 

 

Sehun señalaba los gráficos mientras hablaba con claridad y precisión, respondiendo preguntas de los asistentes. 

 

—¿Cómo planeas manejar el riesgo asociado con la inflación y la posible desaceleración del mercado internacional? —preguntó uno de los directores del equipo financiero, su tono ligeramente crítico. 

 

Sehun no se inmutó. 

 

—Esa es una excelente pregunta, nuestro plan incluye la diversificación de mercados y la expansión hacia regiones emergentes, como el sudeste asiático, donde hemos identificado oportunidades significativas, además, estamos ajustando nuestra estrategia de costos para mitigar cualquier impacto negativo. 

 

Junmyeon observaba a Sehun con una leve sonrisa de orgullo, aunque su relación personal era fuerte, junmyeon siempre había dejado claro que en la oficina, la competencia debía ser justa, sehun no había recibido ningún trato especial, y ahora estaba demostrando que merecía estar ahí. 

 

Cuando Sehun terminó su presentación, el silencio inicial en la sala fue reemplazado por murmullos de aprobación, incluso aquellos que habían sido críticos comenzaron a asentir, reconociendo la solidez de su análisis. 

 

—Gracias, Señor Oh —dijo Junmyeon, volviendo a tomar el control de la reunión—. Este es exactamente el nivel de preparación que necesitamos para mantener nuestra posición en el mercado. 

 

Sehun asintió, regresando a su asiento mientras los demás continuaban discutiendo las estrategias propuestas, mientras, reunión continuó con un ritmo fluido, Junmyeon, siempre firme y profesional, guió la discusión hacia los temas pendientes, manteniendo el enfoque en los objetivos estratégicos de la empresa.  

 

—Antes de concluir, hay un tema más que debemos abordar —dijo Junmyeon, mirando directamente al equipo de economía—. Tenemos una nueva tarea que será crucial para el desarrollo de la división tecnológica en el próximo trimestre.  

 

Los murmullos entre los empleados cesaron de inmediato, mientras Junmyeon desplegaba en la pantalla un cronograma detallado.  

 

—El equipo de economía tendrá la responsabilidad de analizar y estructurar un plan financiero que garantice la inversión en los nuevos proyectos de software, será un trabajo arduo, pero necesario para mantener nuestro crecimiento.  

 

Algunos miembros del equipo de economía intercambiaron miradas incómodas, era evidente que la asignación no les emocionaba, no tanto por el volumen de trabajo, sino porque sabían que implicaría colaborar estrechamente con sehun, quien ya se había convertido en un punto de división entre ellos.  

 

Junmyeon notó las reacciones, pero mantuvo su expresión neutral.  

 

—Sé que esto representa un desafío adicional, pero confío en que este equipo tiene la capacidad para manejarlo con éxito, el Señor Oh será el encargado de liderar la coordinación del análisis, así que asegúrense de trabajar en conjunto.  

 

El anuncio cayó como una bomba en la sala, aunque nadie dijo nada en voz alta, la incomodidad era palpable. algunos asintieron de manera automática, otros apenas disimularon su descontento.  

 

—Entendido, señor Kim —dijo finalmente uno de los analistas, con un tono que intentaba sonar profesional pero dejaba entrever cierta reticencia.  

 

Junmyeon asintió, cerrando el tema con su típica autoridad.  

 

—Perfecto, Espero los primeros reportes para el viernes.  

 

Sehun permaneció en silencio, consciente de las miradas que algunos de sus compañeros le dirigían, sabía que no todos estaban felices de trabajar con él, y mucho menos bajo su dirección, pero había aprendido a ignorar los comentarios y demostrar su valía con resultados.

 

—Eso es todo por hoy, gracias a todos por su tiempo.  

 

Los empleados comenzaron a recoger sus cosas y salir de la sala, algunos todavía murmurando entre ellos. Sehun se quedó atrás, esperando a que todos se fueran antes de acercarse a Junmyeon.  

 

—Sabes que esto no les cayó bien, ¿verdad?, ¿Por qué me elegiste? —dijo Sehun en voz baja, mirándolo con una mezcla de frustración y resignación.  

 

Junmyeon lo miró con una leve sonrisa de comprensión.  

 

—Mi amor, amas tu carrera, además eres talentoso, sería bueno que demuestres con este trabajo, las relaciones personales en el lugar de trabajo siempre generan tensiones, pero no puedes dejar que eso te afecte.  

 

Sehun suspiró, pasándose una mano por el cabello.  

 

—No me afecta tanto como antes, pero a veces siento que nunca me verán como algo más que "el novio del jefe".  

 

Junmyeon colocó una mano en su hombro, apretándolo suavemente.  

 

—Es cuestión de tiempo. Sigue haciendo tu trabajo como lo has hecho hasta ahora, al final, lo único que importa son los resultados, no las opiniones de los demás.  

 

Sehun asintió, aunque la incomodidad seguía ahí.  

 

—Supongo que tienes razón.  

 

Junmyeon sonrió, inclinándose ligeramente hacia él.  

 

—Siempre la tengo, ahora, ve a trabajar en ese plan, tienes mucho por hacer...

 

Sehun soltó una risa suave, sintiéndose un poco más ligero.  

 

—Entendido, señor Kim.  

 

Junmyeon lo observó salir de la sala con una mezcla de orgullo y preocupación, sabia que la posición de Sehun no era fácil, pero confiaba en que su resiliencia y talento hablarían por sí mismos con el tiempo. 

 

Sehun caminó con paso firme hacia la oficina compartida por el equipo de economía, aunque la reunión había terminado, la tensión aún se sentía en el aire. Extrañaba los días en los que trabajaba directamente como asistente de Junmyeon, en una atmósfera mucho más controlada y personal, ahora, rodeado de compañeros que apenas disimulaban su desprecio, el ambiente se sentía frío, casi hostil. Ademas su reputación no estaba del todo limpia y muchos lo juzgaban, si no era por su capacidad de trabajo, era por la forma en que aparecio en esta empresa, al final la investigación de Oh mina se hizo viral y toda la empresa sabia que se infiltro y engaño al ceo, su actual pareja... 

 

Equipo de economía, 10:00 AM

 

Al llegar, saludó con un leve asentimiento, pero nadie respondió, los demás habían comenzado a trabajar en el proyecto, enfocándose en sus pantallas y papeles como si Sehun no existiera. 

 

"No importa" pensó, mientras dejaba su portafolio sobre el escritorio y encendía su computadora. Había aprendido a lidiar con esto en los últimos meses, aunque no dejaba de ser incómodo, sabía exactamente lo que pensaban de él: 

 

el novio del jefe

 

el heredero caído en desgracia de Oh Company 

 

el hombre que llegó hasta aquí gracias al CEO 

 

 

Sin embargo, no todos en la oficina compartían esa actitud. 

 

—¡Sehun-ssi! —la voz exageradamente animada de Kim Yeji resonó en la oficina mientras se acercaba a él con una sonrisa deslumbrante— ¿Necesitas algo?, ¿Un café, tal vez? 

 

Sehun alzó la mirada y negó suavemente. 

 

—No, gracias, Yeji, estoy bien. 

 

Ella pareció ignorar su respuesta y se inclinó un poco hacia él, apoyándose en el borde de su escritorio. 

 

—Bueno, si necesitas algo, cualquier cosa, ya sabes que puedes pedírmelo, estoy aquí para lo que necesites. 

 

El tono empalagoso de Kim Yeji provocó que algunos compañeros levantaran la vista, rodando los ojos con evidente fastidio antes de volver a sus tareas, sehun suspiró internamente, intentando concentrarse en su pantalla mientras Yeji continuaba parloteando. 

 

Kim yeji era una joven recién graduada que fue admitida en el departamento de economía por su increíble historial académico y graduarse con honores, aunque para sehun era su "pequeño" dolor de cabeza...

 

—Sabes, pensé que tu presentación fue increíble, ¿verdad? Tanta confianza, tanta preparación, me sorprende que algunos aquí no puedan reconocer tu talento. —Hizo una pausa y añadió en un tono más bajo— Aunque yo siempre he sabido que eres increíble. 

 

Sehun le dedicó una sonrisa cortés, pero breve, antes de que pudiera responder, el licenciado Kang, un hombre mayor y sereno, intervino desde su escritorio cercano. 

 

—Yeji-ssi , déjalo trabajar, sé que admiras su presentación, pero todos tenemos cosas que hacer. 

 

Yeji hizo un puchero, pero finalmente se alejó, murmurando algo sobre cómo estaba siendo amable, sehun le lanzó una mirada agradecida al licenciado Kang, quien respondió con un asentimiento tranquilo antes de volver a sus propios documentos. 

 

A pesar de que la mayoría del equipo parecía indiferente o incluso hostil hacia Sehun, Kang jimin y Kim Yeji eran las únicas excepciones. Kang era profesional y justo, tratando a todos por igual, mientras que Yeji, aunque demasiado efusiva, al menos le ofrecía algo de interacción humana. 

 

Sehun abrió los archivos relacionados con el proyecto y comenzó a trabajar, revisando los datos y ajustando las proyecciones financieras, sabía que liderar este proyecto era una oportunidad para demostrar su capacidad, pero la falta de cooperación de sus compañeros hacía que todo fuera más difícil de lo necesario. 

 

—Licenciado Oh —dijo Kang después de un rato, rompiendo el silencio en la oficina—, ¿puede revisar esta parte del presupuesto?, Creo que hay un par de cifras que no cuadran. 

 

—Claro —respondió Sehun, levantándose y caminando hacia el escritorio de Kang. 

 

Mientras revisaban los números, Sehun no pudo evitar notar cómo algunos de los otros empleados los observaban de reojo, con expresiones que iban desde la curiosidad hasta la irritación. 

 

—¿Algo más que podamos ajustar aquí? —preguntó Kang, ignorando por completo a los observadores. 

 

—No, creo que esto está bien, pero sería bueno incluir una nota para justificar esta proyección en el informe final. 

 

Kang asintió, satisfecho. 

 

—Buena idea, lo añadiré. 

 

Sehun regresó a su escritorio, sintiéndose un poco más animado. Aunque la mayoría del equipo lo ignoraba o lo despreciaba, era reconfortante tener al menos un colega con quien podía trabajar de manera profesional. 

 

Sin embargo, Yeji no tardó en volver, esta vez con dos tazas de café. 

 

—Te traje esto de todos modos —dijo con una sonrisa brillante, colocando una taza en su escritorio—Sé que dijiste que no querías, pero pensé que te vendría bien. 

 

—Gracias, Yeji —dijo Sehun, intentando sonar agradecido a pesar de que no quería el café. 

 

Ella se quedó cerca, observándolo como si esperara algo más, pero antes de que pudiera decir algo, uno de los otros analistas, un hombre llamado Jiho, soltó un suspiro exagerado. 

 

—Algunos de nosotros estamos tratando de trabajar aquí, Kim Yeji, ¿Podrías dejar de molestar al favorito del jefe y hacer tu parte del trabajo? 

 

El comentario fue directo y lleno de sarcasmo, provocando una risa contenida en algunos de los otros empleados. Yeji, visiblemente molesta, se giró hacia Jiho. 

 

—Al menos yo estoy siendo amable, no todos aquí tienen que ser tan groseros, ¿sabes? 

 

Sehun decidió intervenir antes de que la situación escalara. 

 

—Está bien Yeji, gracias por el café, Y Jiho, si tienes algún problema con mi trabajo, podemos discutirlo directamente. 

 

La firmeza en su tono sorprendió a Jiho, quien desvió la mirada y fingió estar ocupado con su computadora. 

 

El resto del día transcurrió en un incómodo silencio. Aunque Sehun continuó trabajando en el proyecto con determinación, sabía que ganarse el respeto de este equipo llevaría tiempo.

 

Si es que alguna vez lo lograba...

 

Sehun observó cómo el incómodo silencio se extendía por la oficina tras su comentario. Jiho, aún molesto, seguía ignorándolo ostensiblemente mientras los demás empleados parecían atrapados entre el deseo de seguir trabajando y la incomodidad de la situación.  Tomando un profundo respiro, Sehun decidió que no podía permitir que la tensión afectara el desempeño del equipo. Al fin y al cabo, su trabajo era liderar el proyecto, y no dejaría que las actitudes personales de otros lo detuvieran.  

 

—Muy bien, escuchen todos —dijo, levantándose de su asiento y caminando hacia la pizarra de cristal que ocupaba una de las paredes de la oficina

 

—Necesitamos organizarnos para completar esta fase del proyecto a tiempo, y eso significa que debemos repartir las tareas de manera eficiente.  

 

Algunos empleados lo miraron de reojo, pero no respondieron. Sin embargo, Sehun mantuvo la calma y comenzó a escribir en la pizarra, delineando las áreas clave del proyecto y los objetivos específicos que debían cumplirse.  

 

—Tenemos que centrarnos en tres cosas principales esta semana —continuó—: optimizar los datos financieros, preparar un informe preliminar para el CEO y coordinar con el equipo de marketing para asegurarnos de que nuestras proyecciones estén alineadas con la estrategia general de la empresa.  

 

El licenciado Kang, siempre profesional, asintió y se inclinó hacia adelante para tomar notas.  

 

—Sehun-ah, ¿puede detallar un poco más sobre los datos financieros que debemos optimizar? —preguntó Kang, levantando la mano como si estuviera en clase.  

 

Sehun agradeció la intervención, era mucho más fácil manejar la situación cuando al menos una persona estaba dispuesta a cooperar.  

 

—Por supuesto —respondió, girándose hacia Kang con una leve sonrisa— Nuestra prioridad aquí es revisar las tendencias de los últimos tres meses y compararlas con los datos históricos de la empresa, quiero identificar cualquier inconsistencia en los costos operativos y proponer ajustes que puedan mejorar el margen de ganancias en un 5%.  

 

Mientras hablaba, notó que algunos empleados comenzaban a prestar más atención, aunque aún no parecían totalmente convencidos. Jiho, por su parte, continuaba escribiendo en su teclado sin levantar la vista.  

 

—Licenciada Kim —dijo Sehun, dirigiéndose a Yeji, quien rápidamente enderezó la espalda como si estuviera esperando que la llamaran—, tú serás la encargada de coordinar con marketing, asegúrate de que reciban nuestras proyecciones a tiempo y revisa cualquier discrepancia antes de enviármelas.  

 

—¡Claro que sí! —respondió Yeji con entusiasmo, ignorando las miradas molestas de algunos compañeros.  

 

Sehun volvió su atención al resto del equipo.  

 

—El resto de ustedes se centrará en preparar el informe preliminar, Quiero que sea lo suficientemente sólido como para que el jefe pueda usarlo en la reunión de accionistas de la próxima semana, trabajemos en esto como un equipo.  

 

Aunque no hubo una respuesta inmediata, algunos empleados comenzaron a moverse, revisando documentos y abriendo carpetas en sus computadoras, kang se levantó para abordar a Sehun.  

 

—Sehun-ah, puedo ayudar a supervisar el informe si es necesario.  

 

—Eso sería de gran ayuda, Kang, gracias.  

 

Kang asintió y volvió a su lugar, mientras Sehun tomaba asiento nuevamente, revisando sus propios datos. Sabía que ganarse el respeto de este equipo no iba a suceder de un día para otro, pero al menos sentía que había logrado un pequeño progreso.  

 

Equipo de economía, 11:00 AM

 

Mientras el equipo trabajaba, Sehun se levantó y comenzó a caminar entre los escritorios, revisando el progreso de cada uno. Aunque algunos lo ignoraban o murmuraban entre ellos, él seguía profesional y centrado, ofreciendo comentarios útiles donde era necesario.  

 

—park Jiho —dijo al detenerse junto al escritorio del analista—, he notado que tus proyecciones están basadas en los datos del trimestre anterior, ¿Has considerado incluir los cambios en los costos operativos de este mes?  

 

Jiho finalmente levantó la vista, su expresión mostrando una mezcla de molestia y resignación.  

 

—No lo había considerado.  

 

—Es importante incluirlos —dijo Sehun con firmeza, pero sin tono confrontativo—. Los cambios son significativos y podrían afectar nuestras conclusiones, si necesitas ayuda con los cálculos, puedo revisar los datos contigo.  

 

Jiho asintió, aunque de mala gana, y Sehun continuó su camino.  

 

—Kang, ¿cómo va el desglose de costos?  

 

—Bastante bien, estoy encontrando algunas inconsistencias que podrían explicarse por las variaciones en los costos de transporte, planeo incluir un análisis detallado en el informe.  

 

—Perfecto, asegúrate de destacarlo, El jefe estará interesado en saber qué áreas necesitan ajustes.  

 

Mientras tanto, Yeji lo seguía con la mirada, claramente impresionada por su dedicación.  

 

—Sehun-ssi, ¿quieres que revise algo más con marketing? —preguntó, levantándose de su asiento.  

 

—Por ahora, asegúrate de que tengan todas las cifras correctas, si surge algún problema, avísame de inmediato.  

 

Yeji asintió con entusiasmo y regresó a su escritorio.  

 

Aunque el progreso era lento y las actitudes de algunos compañeros seguían siendo difíciles, sehun sentía que estaba logrando mantener al equipo enfocado en su trabajo. Sabía que, con el tiempo, sus resultados hablarían por sí mismos y demostrarían que estaba allí por mérito propio, no solo por ser quien era fuera de la oficina, si no por el trabajo el cual le dedicaba. Cuando terminó de revisar todo, se sentó en su escritorio, observando a los demás trabajar en silencio. A pesar de todo, estaba orgulloso de su desempeño y determinado a seguir avanzando, sin importar cuán complicado fuera el camino.

 

Equipo de economía, 12:00 PM

 

En la oficina, el aire acondicionado mantenía el ambiente fresco mientras los teclados resonaban en la habitación semivacía. La mayoría de los empleados habían salido a almorzar, dejando a Sehun, Kang, y Yeji trabajando en sus respectivas tareas. Yeji, siempre atenta, aprovechó la oportunidad para acercarse a Sehun con un sandwich de verduras en la mano.

 

—Sehun-ssi, pensé que tal vez necesitarías un pequeño descanso, este sandwich es mi favorito, espero que te guste —dijo, con una sonrisa brillante.

 

Sehun, levantando la vista de su monitor, negó con cortesía.

 

—Gracias, Yeji, pero estoy bien, tengo que terminar esto antes de la próxima reunión.

 

Yeji no se dio por vencida fácilmente, se inclinó un poco más hacia él, colocando la comida en su escritorio.

 

—Pero un descanso no te hará daño, llevas horas trabajando sin parar.

 

El licenciado Kang, sentado al fondo, levantó la mirada momentáneamente, pero volvió a concentrarse en sus papeles sin decir nada.

 

Sehun suspiró, intentando no parecer grosero.

 

—De verdad, estoy bien, pero gracias por pensar en mí.

 

Yeji, aunque claramente decepcionada, no se rindió, al moverse para regresar a su escritorio, tropezó ligeramente con uno de los cables del suelo.

 

—¡Oh! —exclamó, perdiendo el equilibrio.

 

Antes de que pudiera caer, Sehun reaccionó rápidamente, extendiendo sus brazos y sujetándola justo a tiempo. Yeji terminó atrapada contra su pecho, sus manos descansando ligeramente en su camisa mientras trataba de estabilizarse.

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, soltándola con cuidado.

 

Yeji se sonrojó visiblemente, mirando hacia arriba con una expresión que parecía una mezcla de vergüenza y satisfacción.

 

—S-sí, lo siento mucho, qué torpe de mi parte...

 

Antes de que Sehun pudiera responder y recomponerse , la puerta de la oficina se abrió de golpe, y la figura impecable de Kim Junmyeon apareció en el umbral. Su presencia era inconfundible: traje perfectamente ajustado, cabello peinado con precisión, y una expresión neutral que solo aquellos que lo conocían bien podrían interpretar como algo más.

 

—Señor Oh —dijo Junmyeon con voz firme, sus ojos pasando rápidamente de Sehun a Yeji, quien aún estaba demasiado cerca de su novio para su gusto—Necesito hablar con usted un momento.

 

Sehun, ajeno al cambio sutil en el tono de Junmyeon, se apartó de Yeji y asintió.

 

—Claro, señor Kim.

 

Junmyeon entró a la oficina, sus pasos precisos resonando en el silencio, sehun notó que llevaba una invitación digital en su celular, aunque no podía imaginar de qué se trataba.

 

—Recibimos una invitación especial para esta noche–dijo Junmyeon, entregándole su celular a Sehun—Es el cumpleaños de Minseok hyung, y la fiesta será en un bar, Espero que esté preparado.

 

Sehun tomó el celular, pero antes de poder responder, Yeji intervino.

 

—Señor Kim, ¿se refiere a Minseok Kim, el hermano del CEO?, Qué interesante, no sabía que era su cumpleaños, ¡Amo sus diseños!

 

La atención de Junmyeon se desvió hacia ella, y aunque su expresión seguía siendo cortés, había una tensión sutil en su mandíbula.

 

—Así es, licenciada Kim, es un evento familiar.

 

Yeji asintió, claramente interesada, pero Junmyeon ya no le prestaba atención, sus ojos volvieron a Sehun, evaluándolo con detenimiento.

 

—Espero verlo abajo a las cinco para discutir nuestra estrategia para la noche —dijo, su tono volviéndose más formal de lo necesario.

 

Sehun asintió, ignorando la incomodidad en el ambiente.

 

—Por supuesto, señor Kim, estaré allí.

 

Junmyeon dio un pequeño asentimiento antes de dirigirse a la puerta, sin embargo, antes de salir, giró la cabeza hacia Sehun.

 

—Y, señor Oh, no olvide quién representa esta noche, es importante.

 

Con esas palabras, salió de la oficina, dejando a Sehun ligeramente desconcertado y a Yeji con una sonrisa nerviosa.

 

—Sehun-ssi, parece que su jefe tiene grandes expectativas para usted esta noche —dijo Yeji, intentando romper el hielo.

 

Pero Sehun no respondió, concentrándose nuevamente en su trabajo, había algo en la mirada de Junmyeon que no podía quitarse de la cabeza, aunque no sabía exactamente qué era...

 

Kim corporation, 17:00 PM

 

El reloj marcaba las cinco de la tarde cuando Sehun terminó de revisar el último informe, soltó un suspiro profundo, satisfecho por haber finalizado la primera parte del proyecto asignado. Aunque aún quedaba mucho por hacer, se sintió aliviado de haber avanzado significativamente. 

 

Se levantó de su escritorio y se dirigió a la puerta, recogiendo sus cosas, mientras se preparaba para salir, el licenciado Kang se despidió de manera amable. 

 

—Buen trabajo hoy, señor Oh, hasta mañana. 

 

—Gracias, licenciado Kang, nos vemos mañana. 

 

Yeji, por supuesto, no perdió la oportunidad de intervenir, con su tono siempre empalagoso. 

 

—Sehun-ssi, espero que tenga una buena noche, descansa, ¿sí? 

 

Sehun simplemente asintió, ofreciéndole una sonrisa cortés antes de salir de la oficina, caminó hacia el ascensor, sintiendo cómo el agotamiento del día comenzaba a pesarle, al llegar al estacionamiento, Sehun se detuvo por un momento al notar un auto familiar esperándolo. El imponente porsche negro reluciente estaba estacionado bajo una luz tenue, y dentro del vehículo estaba Junmyeon, quien ya parecía listo para la noche. 

 

Cuando Sehun se acercó, no pudo evitar quedarse de pie por un instante, admirándolo, junmyeon estaba vestido impecablemente, como siempre, pero había algo diferente en su apariencia, Llevaba pantalones negros ajustados que acentuaban su figura esbelta, y una camisa azul oscuro abierta lo suficiente como para dejar entrever su clavícula, su cabello largo estaba peinado hacia atrás con precisión, y un maquillaje ligero resaltaba sus facciones de manera sutil pero impactante. 

 

Sehun sonrió para sí mismo. 

 

¿Cómo podía tener tanta suerte?

 

Subió al auto y cerró la puerta con cuidado, su sonrisa aún presente. 

 

—Te ves increíble, Mi amor... 

 

Junmyeon giró la cabeza para mirarlo, pero su expresión era distante, casi fría. 

 

—Gracias, señor Oh. 

 

El tono de Junmyeon era formal, casi como si estuvieran en una reunión de trabajo, sehun frunció el ceño, desconcertado por la respuesta. 

 

—¿Está todo bien? Pareces... distante. 

 

Junmyeon no respondió de inmediato, en su lugar, encendió el motor y comenzó a conducir fuera del estacionamieno, sus ojos fijos ahora en la carretera delante de el

 

—Estoy bien —respondió finalmente, aunque su tono carecía de calidez. 

 

Sehun no estaba convencido, observó a su novio mientras conducía, notando la tensión en sus hombros y la forma en que apretaba el volante con más fuerza de lo necesario. 

 

—Junmyeon, ¿estás seguro? Si hay algo que te molesta, podemos hablarlo. 

 

Junmyeon negó con la cabeza, manteniendo su mirada fija al frente. 

 

—No es nada importante, Sehun, solo estoy cansado. 

 

Aunque Sehun quería insistir, decidió no presionarlo más en ese momento, sabía que Junmyeon podía ser reservado cuando algo lo perturbaba, pero también confiaba en que eventualmente le diría qué sucedía. 

 

En el camino a casa... 

 

El viaje hacia la mansión de Junmyeon fue mayormente silencioso, con solo el sonido del motor y el suave murmullo de la música en la radio llenando el espacio, sehun intentó romper el hielo con comentarios ligeros sobre el trabajo y la reunión de la tarde, pero Junmyeon solo respondía con monosílabos. 

 

Finalmente, Sehun decidió cambiar de enfoque. 

 

—Entonces, ¿qué tipo de fiesta será?, ¿Formal?, ¿Informal? 

 

Junmyeon respondió sin apartar la vista de la carretera. 

 

—Es en un bar VIP, no necesitas traje, pero algo elegante estaría bien. 

 

Sehun asintió, agradecido por la información, aunque no podía ignorar la frialdad en la voz de Junmyeon. 

 

Cuando llegaron a la mansión, Junmyeon estacionó el auto y salió rápidamente, dejando a Sehun siguiéndolo. Subieron juntos al dormitorio principal, donde Sehun comenzó a buscar su ropa para la noche. 

 

Mansión KIM-OH , 19:00 PM

 

—¿Qué opinas de esto? —preguntó Sehun, sosteniendo una camisa blanca ajustada y un par de pantalones oscuros. 

 

Junmyeon asintió sin mucho interés. 

 

—Está bien. 

 

La indiferencia de Junmyeon comenzaba a irritar a Sehun, pero se obligó a mantener la calma, mientras se cambiaba, trató de encontrar la manera de abordar el tema sin provocar una discusión. 

 

Finalmente, mientras ajustaba los puños de su camisa, habló con un tono más directo. 

 

—Amor , sé que algo te molesta, lo he notado desde que llegaste a la oficina, ¿Vas a decirme qué pasa? 

 

Junmyeon, quien estaba sentado en la cama revisando su teléfono, levantó la vista y lo observó por un momento. 

 

—¿De verdad quieres saber? 

 

—Por supuesto que quiero saber. 

 

Junmyeon soltó un suspiro antes de levantarse y caminar hacia él. 

 

—No me gustó lo que vi esta tarde, Sehun, esa mujer, Kim Yeji... 

 

Sehun parpadeó, sorprendido por la confesión. 

 

—¿Yeji?, ¿Qué hizo ella? 

 

—No me importa si fue un accidente o no, la forma en que estaba cerca de ti, cómo se cayó en tus brazos... —Junmyeon hizo una pausa, frunciendo el ceño ligeramente—. Me molestó. 

 

Sehun miró a su novio, incrédulo pero también divertido. 

 

—¿Estás celoso? 

 

Junmyeon cruzó los brazos, claramente incómodo con la idea. 

 

—No es celos, Sehun, es... precaución. 

 

Sehun sonrió y dio un paso hacia él, colocando sus manos suavemente en los hombros de Junmyeon. 

 

—Jun, sabes que no tienes nada de qué preocuparte, no importa lo que haga o diga Yeji, o cualquier otra persona, tú eres el único para mí. 

 

Junmyeon bajó la mirada, pero Sehun pudo ver que sus palabras estaban surtiendo efecto. 

 

—Solo... no me gusto verla cerca de ti, eso es todo. 

 

—Lo entiendo, y haré lo posible para que no te sientas así, pero, por favor, confía en mí, ¿sí? 

 

Junmyeon asintió, aunque su expresión seguía siendo seria. 

 

—De acuerdo. 

 

Sehun le dio un pequeño beso en la frente antes de regresar a terminar de arreglarse. 

 

—Ahora, cambiemos el tema bebe, tenemos una fiesta a la que asistir, y quiero asegurarme de que mi novio luzca tan increíble como siempre –contesto jun

 

Junmyeon dejó escapar una pequeña sonrisa, aunque aún se podía notar un leve rastro de incomodidad, pero Sehun sabía que, con un poco de tiempo, su Junmyeon volvería a relajarse.

 

Junmyeon observó a Sehun mientras este terminaba de arreglarse, tratando de ignorar la pequeña punzada de inseguridad que aún persistía en su pecho, sehun siempre había sido un hombre atractivo, incluso cuando intentaba pasar desapercibido. Era imposible no notarlo, y eso a veces resultaba complicado para Junmyeon, especialmente cuando veía a otras personas fijándose en él, como Yeji.  

 

Mientras Sehun ajustaba los últimos detalles de su camisa blanca, Junmyeon dio un paso adelante y tomó una chaqueta negra que combinaba perfectamente con el conjunto.  

 

—Déjame ayudarte con esto —dijo Junmyeon, levantando la chaqueta para que Sehun se la pusiera.  

 

Sehun sonrió, aceptando la ayuda.  

 

—Gracias, ¿Cómo me veo?  

 

Junmyeon ajustó los hombros de la chaqueta, asegurándose de que quedara perfectamente, luego dio un paso atrás para observarlo con detenimiento, sehun lucía impecable, con un estilo que irradiaba confianza y elegancia.  

 

—Estás... increíble —admitió Junmyeon, dejando escapar un pequeño suspiro.  

 

Sehun alzó una ceja, notando la sinceridad en su tono.  

 

—¿Eso es un cumplido o un recordatorio de por qué estás celoso?  

 

Junmyeon le lanzó una mirada de advertencia, pero no pudo evitar que sus labios se curvaran en una ligera sonrisa.  

 

—Es un cumplido, pero también es un recordatorio de que tienes que ser consciente de lo que provocas en la gente.  

 

Sehun rió suavemente, acercándose para tomar las manos de Junmyeon entre las suyas.  

 

—Lo único que quiero provocar es a ti, Junnie...  

 

Junmyeon negó con la cabeza, tratando de no dejarse afectar por las palabras de Sehun, aunque el rubor en sus mejillas lo delató.  

 

—Deberías terminar de arreglarte, no quiero llegar tarde.  

 

Sehun, sin soltarlo, lo miró fijamente antes de hablar con un tono más serio.  

 

—¿Sabes?, A veces me gustaría que te vieras como yo te veo.  

 

Junmyeon lo miró, confundido.  

 

—¿A qué te refieres?  

 

—Eres increíblemente guapo, Junmyeon, y no solo físicamente, aunque eso es un hecho, también eres inteligente, amable, y tienes una presencia que intimida y fascina a todos los que te rodean, si alguien debería estar celoso aquí, ese soy yo.  

 

Junmyeon parpadeó, sorprendido por la intensidad de las palabras de Sehun, aunque era normal en el

 

—No digas tonterías, Sehun.  

 

—No son tonterías, es la verdad.  

 

Antes de que Junmyeon pudiera responder, Sehun lo tomó por la cintura y lo acercó más a él.  

 

—¿Quién diría que mi novio tiene talento para estilista? —comentó Sehun.  

 

—Tengo muchos talentos, señor Oh, este es solo uno de ellos–sonrió un poco, relajandose.

 

Cuando finalmente estuvieron listos, Sehun tomó la mano de Junmyeon y lo guió hacia el auto.  

 

—Vamos, no quiero que Minseok hyung piense que no valoramos su invitación.  

 

Junmyeon asintió, aunque no pudo evitar sentir una pequeña sonrisa en sus labios, era difícil permanecer molesto cuando Sehun lo trataba con tanta devoción, aunque la inseguridad persistia en la mente de junmyeon todavia pero no pensaba arruinar la noche

 

BAR VIP , Seoul, 20:00 PM

 

Junmyeon podía sentir las miradas de la gente al entrar al bar VIP, pero hizo su mejor esfuerzo por ignorarlas. No era la primera vez que se sentía así, después de todo, ser el CEO de Kim Corporation venía con su propio conjunto de miradas, tanto de admiración como de curiosidad. 

 

Sin embargo, esta vez, las miradas no eran solo por su posición, sino también por la compañía que llevaba, la gente no podía dejar de observar la relación entre él y Sehun, una pareja que, ya que estaba formalmente anunciada en el público, era más que evidente. A medida que avanzaban por el salón, Junmyeon notó que Sehun, como siempre, caminaba a su lado con una sonrisa relajada, pero había algo en su mirada que delataba su preocupación, sabía que Sehun odiaba sentirse observado, especialmente en lugares tan públicos como este luego de su revelación como hijo del ex ceo de oh company, pero también estaba consciente de que a pesar de eso, no dejaba de sostener su mano con firmeza, como si el mundo exterior no pudiera separarlos. 

 

Finalmente, llegaron a la mesa donde Minseok, Baekhyun y Chanyeol los esperaban, minseok, con su sonrisa cálida, se levantó al verlos y abrió los brazos para recibir a su hermano menor, junmyeon, como siempre, no pudo evitar correr hacia él, cayendo en sus brazos como el niño que todavía era para Minseok, a pesar de ser un hombre de éxito, CEO de una gran corporación, su hyung Había vuelto de parís luego de unos meses de sanación y enfocarse en el trabajo siendo un exito su desfile de modas. 

 

—¡Junnie! —dijo Minseok, rodeándolo con fuerza, abrazándolo como si no hubiese pasado el tiempo. 

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, dejando que su hermano lo sostuviera, en ese abrazo, no era el CEO Kim, sino el hermano menor, el pequeño que siempre había sido protegido por su familia. 

 

—Te extrañé, hyung, feliz cumpleaños—susurró Junmyeon. 

 

Minseok sonrió y le dio un beso en la frente. 

 

—Gracias bebé, te veo bien, estás mejor y te extrañe también. 

 

Junmyeon sonrió, pero su mirada se desvió hacia Sehun, que estaba detrás de él, observando la escena con una mezcla de orgullo y cariño, sabía que Sehun entendía la relación que tenía con su hermano y que, a pesar de todo lo que habían vivido, Minseok siempre sería su familia, su refugio. 

 

Cuando finalmente se separaron, Minseok volvió a sentarse y Junmyeon le cedió su lugar, pero antes de hacerlo, abrazó a Baekhyun, quien se había levantado para saludarlo. 

 

—¡jun, qué gusto verte! —dijo Baekhyun, dándole un abrazo enérgico, mientras Chanyeol sonreía de fondo. 

 

—¡Igualmente, Baekkie! —respondió Junmyeon, sonriendo ampliamente. La conexión entre Baekhyun y Chanyeol era algo que había visto crecer desde el principio. 

 

Ambos habían sido amigos cercanos, luego del ataque a Junghyun y Seunghyun, algo cambió y se conocieron mejor en el paso de los meses, habían encontrado consuelo en el otro y, aunque nunca lo habían dicho abiertamente, todos sabían que se habían convertido en pareja. 

 

Siendo una pareja igual de poderosa, Byun y Park

 

Junmyeon y sehun no podían evitar sentirse felices por ellos, sabía que Baekhyun y Chanyeol se complementaban perfectamente, como si el destino los hubiera unido para que pudieran sanar juntos, no fue fácil para ninguno de los dos superar lo que había pasado luego de esa noche, pero su amor había sido un ancla, un refugio en medio de la tormenta. 

 

Baekhyun y Chanyeol intercambiaron una mirada cómplice antes de abrazar a Sehun, quien estaba algo más distante en ese momento, junmyeon los observó y se dio cuenta de lo lejos que había llegado cada uno de ellos, todo había cambiado, pero de alguna manera, todos seguían siendo una familia, aunque la definición de familia nunca había sido tan amplia y compleja. El ambiente en la mesa era cálido, con risas y bromas mientras todos se ponían al día, sin embargo, Junmyeon no podía evitar sentir una ligera ansiedad en su pecho, como si algo faltara, había algo en la atmósfera que le parecía incompleto. 

 

Fue entonces cuando la puerta del bar se abrió nuevamente, y Junmyeon levantó la mirada, pensando que sería otro de los invitados, pero esta vez, se encontró con una figura familiar. 

 

—¡Hyung! —exclamó Sehun, levantándose rápidamente de su asiento. 

 

Kyungsoo, el hermano de Sehun, había llegado, junmyeon observó a Kyungsoo acercarse con una sonrisa que, aunque tranquila, no podía ocultar su felicidad por estar allí, desde que había comenzado a pasar más tiempo con Sehun, Junmyeon había aprendido a apreciar la relación cercana que Sehun tenía con su hermano, a pesar de todo el caos que paso en la familia y lo rota que podía haberse vuelto. 

 

—Junmyeon, ¿como estás?—saludó Kyungsoo, acercandose a abrazar a su cuñado 

 

—¿No tenías otros planes hoy? —preguntó Sehun, sonriendo mientras se sentaba a su lado. 

 

Kyungsoo rió suavemente y se encogió de hombros, luego de separarse de junmyeon

 

—La familia es lo primero. 

 

El ambiente en la mesa se relajó aún más con la llegada de Kyungsoo, y Junmyeon sintió una especie de alivio al ver cómo todos se integraban tan naturalmente, no solo era el trabajo y los negocios lo que los unía, sino algo más profundo, una conexión genuina entre ellos. 

 

Minseok levantó su copa en un brindis, y todos lo siguieron. 

 

—Por la familia, porque, aunque nuestras vidas hayan cambiado tanto, siempre estaremos aquí, juntos. 

 

Sehun miró a Junmyeon y, sin decir una palabra, levantó su copa también, mirando a los ojos de su novio. Junmyeon sonrió, comprendiendo el mensaje sin necesidad de palabras. 

 

—Por la familia —dijo Junmyeon, sintiendo una calidez en su pecho que no podía describir. 

 

La conversación continuó mientras la noche avanzaba, con risas y anécdotas compartidas entre ellos. Junmyeon observaba a su alrededor, viendo cómo las relaciones se habían formado, cómo el tiempo había sanado muchas heridas, y cómo todos, a pesar de todo lo que había sucedido, estaban allí, unidos por algo mucho más grande que cualquier desafío o tragedia. 

 

La noche seguía avanzando entre risas y juegos, minseok había sugerido un reto de shots que rápidamente se convirtió en el centro de atención en la mesa, las botellas de licor pasaban de mano en mano, y las risas estallaban cada vez que alguien fallaba un reto o decía algo fuera de lugar.  

 

Junmyeon, sin embargo, no estaba tan participativo como de costumbre, aunque sonreía de vez en cuando y lanzaba comentarios para mantener las apariencias, Sehun no podía dejar de notar la tensión que aún había en sus gestos, era evidente que la escena con Yeji en la oficina aún rondaba en su cabeza, y Sehun, aunque había intentado explicarse, sabía que no bastaba con solo palabras.  

 

—¡Junmyeon! —gritó Baekhyun, visiblemente animado por el alcohol—. Tú siempre pierdes en estos juegos, ¡Vamos, inténtalo esta vez!  

 

Junmyeon dejó escapar una risa nerviosa y negó con la cabeza.  

 

—Paso por ahora, estoy más para observar.  

 

—¿Observar? —bromeó Baekhyun, levantando una ceja—. Eso no es divertido.  

 

Antes de que Sehun pudiera intervenir, Junmyeon se puso de pie con un movimiento decidido.  

 

—Si tanto quieres diversión, ven conmigo —dijo Junmyeon, extendiendo la mano hacia Baekhyun.  

 

Baekhyun lo miró sorprendido, pero rápidamente aceptó su mano.  

 

—¿Vamos a bailar? —preguntó, levantándose de su asiento emocionado.  

 

Junmyeon solo asintió y lo llevó hacia la pista de baile, dejando a Sehun en la mesa con Minseok, Chanyeol y Kyungsoo, la ausencia de Junmyeon a su lado dejó un vacío palpable, y los demás notaron la distancia entre la pareja, que solía ser inseparable y extremadamente cariñosa en cualquier contexto.  

 

—¿Qué está pasando? —preguntó Minseok en voz baja, dirigiéndose a Sehun mientras observaba a su hermano bailar con Baekhyun.  

 

Sehun suspiró y dejó su copa sobre la mesa, no tenía sentido ocultarlo, sabía que ellos notarían la tensión.  

 

—Jun está molesto —admitió, cruzando los brazos con cierto nerviosismo—. Hoy, en la oficina, una compañera intentó... bueno, hubo una situación incómoda, no pasó nada, pero Junmyeon entró justo en el momento equivocado.  

 

—¿Yeji, esa niña que me hablaste? —preguntó Kyungsoo, inclinándose hacia él con curiosidad.  

 

—Sí, una de mis compañeras de trabajo, es demasiado amigable conmigo, y creo que Junmyeon lo tomó a mal, sé que confía en mí, pero verlo así me rompe el corazón.  

 

Chanyeol, siempre más relajado, dio una palmada en la espalda de Sehun.  

 

—tonto,  tienes que arreglar eso, Hyung puede ser el ceo más poderoso, pero cuando se trata de ti, es completamente diferente, hazlo sentir como el único que importa.  

 

Sehun asintió, agradeciendo el consejo, sabía que Chanyeol tenía razón, junmyeon siempre había sido inseguro en ciertas cosas, especialmente cuando se trataba de su relación, aunque confiaba en Sehun, los pequeños detalles a veces lo desestabilizaban, y eso era lo último que Sehun quería.  

 

—No puedo dejarlo así —murmuró Sehun, poniéndose de pie.  

 

—Eso es lo que quería escuchar —dijo Minseok con una sonrisa cómplice— Ve a recuperarlo.  

 

Sehun asintió y dirigió su mirada hacia la pista de baile, donde Junmyeon y Baekhyun reían mientras se movían al ritmo de la música, respiró hondo, tratando de calmar la mezcla de emociones que lo invadía, era el momento de recordarle a Junmyeon que, para él, no había nadie más en el mundo.  

 

En la pista de baile...

 

Junmyeon giraba junto a Baekhyun, riendo ante las ocurrencias de su amigo, baekhyun sabía exactamente cómo animarlo, y aunque Junmyeon seguía sintiendo una ligera molestia en su pecho, la distracción estaba funcionando.  

 

—¿Por qué tan serio, CEO Kim? —bromeó Baekhyun, girándolo con un movimiento exagerado.  

 

—Solo... cosas del trabajo, nada importante —respondió Junmyeon, aunque su tono no convenció a Baekhyun.  

 

—Sí, claro, ¿O será que tu novio tiene algo que ver?–preguntó, arqueando una ceja.  

 

Junmyeon frunció el ceño, pero antes de que pudiera responder, sintió una mano firme en su cintura, se giró rápidamente, encontrándose con los ojos oscuros de Sehun.  

 

—¿Puedo robarte a mi novio, Baekhyun? —preguntó Sehun con una sonrisa suave, aunque su mirada estaba fija en Junmyeon.  

 

Baekhyun rió, levantando las manos en señal de rendición.  

 

—Todo tuyo, Oh Sehun, Cuídalo bien.  

 

Baekhyun se retiró, dejándolos a solas en medio de la pista, junmyeon intentó apartar la mirada, pero Sehun no se lo permitió, acercándose más y envolviendo sus brazos alrededor de su cintura.  

 

—Jun, mírame —pidió Sehun en voz baja.  

 

Junmyeon levantó la mirada lentamente, encontrándose con los ojos sinceros de Sehun.  

 

—Lo siento si te hice sentir inseguro hoy —dijo Sehun, su voz apenas un susurro entre el ruido de la música— No hay nadie más para mí, Jun, solo tú.  

 

Junmyeon tragó saliva, intentando mantener su fachada fría, pero no pudo evitar que sus emociones se reflejaran en sus ojos.  

 

—No es inseguridad, Sehun. Es... no sé, es difícil ignorar ciertas cosas.  

 

—Lo sé —respondió Sehun, inclinándose para hablar directamente en su oído— Pero déjame demostrártelo esta noche, déjame recordarte lo mucho que te amo.  

 

El corazón de Junmyeon latió con fuerza, y finalmente permitió que una pequeña sonrisa se formara en sus labios.  

 

—Más te vale —murmuró, dejando que Sehun lo tomara de la lo tomara de la cintura y empezaran a bailar

 

Sehun apretó con suavidad la cintura de Junmyeon, atrayéndolo más cerca mientras se movían al ritmo de la música, la pista estaba llena, pero para ellos, el resto del mundo se desdibujaba, los movimientos de Sehun eran fluidos y seguros, guiando a Junmyeon con cada paso, por momentos, inclinaba la cabeza y dejaba pequeños besos en la frente y la mejilla de su novio, asegurándose de que Junmyeon sintiera cada gesto lleno de amor y devoción. 

 

Junmyeon, al principio rígido por los nervios y la incomodidad residual de la tarde, comenzó a relajarse, poco a poco, permitió que la música y la cercanía de Sehun lo envolvieran, la mano de Sehun subió por su espalda hasta detenerse en la nuca, donde sus dedos juguetearon con su cabello, esa caricia, tan íntima, lo hizo sonreír involuntariamente. 

 

—¿Qué haces? —preguntó Junmyeon en un murmullo apenas audible entre el estruendo de la música. 

 

—Solo recordándote que eres mío, y que no hay nada ni nadie más para mí —respondió Sehun, acercándose para hablar directamente en su oído. 

 

El aliento cálido de Sehun contra su piel envió un escalofrío por la espalda de Junmyeon, sehun lo sabía; podía sentir cómo el cuerpo de su novio reaccionaba a cada palabra, a cada caricia, no había forma de que Junmyeon siguiera molesto después de eso. 

 

Sehun bajó la mano que descansaba en la nuca de Junmyeon, trazando lentamente su espalda hasta llegar a su cintura nuevamente, lo acercó aún más, si es que eso era posible, y comenzó a mover las caderas al ritmo de la música, pegándose a él de una manera que hacía que todo se sintiera más personal, más privado, a pesar de la multitud que los rodeaba. 

 

—Sehun... —susurró Junmyeon, su voz temblorosa pero sin reproche. 

 

—Dime, amor —respondió Sehun, sin dejar de moverse, sus ojos fijos en los de su novio. 

 

—Esto no es justo —murmuró, aunque su expresión se suavizaba. 

 

—¿No es justo? —repitió Sehun, inclinando la cabeza con una sonrisa traviesa—. ¿Por qué? 

 

—Porque me haces sentir demasiado feliz cuando quiero estar molesto contigo. 

 

Sehun soltó una risa baja, genuina, que hizo que Junmyeon finalmente se rindiera, sehun bajó la cabeza y lo besó, un beso lento y profundo que, a pesar de la música alta y la multitud, logró robarle el aliento a Junmyeon. 

 

La gente a su alrededor seguía bailando, ajena a su momento, aunque algunos los miraban con curiosidad y admiración, pero Junmyeon no podía concentrarse en nada más que en los labios de Sehun y la manera en que su cuerpo encajaba perfectamente con el suyo. 

 

Cuando el beso terminó, Sehun no se apartó demasiado, mantuvo su frente apoyada contra la de Junmyeon, sus manos aún firmemente sujetas a su cintura. 

 

—Junmyeon, nunca dudes de lo que siento por ti, ¿Entendido? 

 

Junmyeon asintió lentamente, sus ojos brillando con emoción contenida. 

 

—Lo entiendo, mi amor, entiendo. 

 

La música cambió, y ahora una canción más lenta comenzaba a sonar, aunque no era común que alguien bailara algo tan íntimo en un bar, Sehun aprovechó la oportunidad. 

 

—¿Bailas conmigo? —preguntó con suavidad. 

 

—Ya estamos bailando —respondió Junmyeon con una pequeña risa. 

 

—Me refiero a bailar de verdad, como en las películas. 

 

Junmyeon rodó los ojos, pero permitió que Sehun lo guiara nuevamente, esta vez, los movimientos eran más lentos, más calculados, junmyeon apoyó la cabeza en el hombro de Sehun, cerrando los ojos por un momento y dejándose llevar por la sensación de estar en los brazos de la persona que más amaba. 

 

—¿Sabes? —dijo Junmyeon después de unos minutos—. A veces pienso que no merezco todo esto. 

 

—¿Qué? —Sehun lo apartó suavemente para mirarlo a los ojos—. ¿Por qué dirías algo así? 

 

Junmyeon se encogió de hombros, su mirada desviándose hacia un punto indefinido en la pista. 

 

—Porque tú eres... tú. Perfecto, joven, guapo, lleno de vida, y yo soy... 

 

—El hombre más increíble que he conocido —interrumpió Sehun, tomando el rostro de Junmyeon entre sus manos—. Junmyeon, tú eres todo para mí, nunca pienses que no mereces esto, porque si alguien tiene suerte en esta relación, soy yo. 

 

Junmyeon no pudo evitar sonreír, sintiendo cómo su corazón se llenaba de calidez. 

 

—Eres demasiado bueno conmigo, Sehun. 

 

—Solo trato de devolverte todo lo que me das, Junnie, créeme, aún estoy lejos de alcanzar todo lo que mereces. 

 

La música continuaba, pero para ellos, el tiempo parecía haberse detenido, sehun inclinó la cabeza y volvió a besar a Junmyeon, esta vez más suave, más dulce, como si estuviera sellando todas las promesas que había hecho esa noche. 

 

Cuando se separaron, Junmyeon lo miró con una mezcla de amor y gratitud. 

 

—Gracias, Sehun. Por ser tú. 

 

—Siempre seré yo, Jun, para ti, siempre. 

 

Y con eso, continuaron bailando, dejando que el resto del mundo se desvaneciera a su alrededor.

 

Junmyeon y Sehun volvieron a la mesa tomados de la mano, el ambiente entre ellos mucho más relajado, las risas y la música fluían mientras el grupo compartía otra ronda de shots, junmyeon, que solía preocuparse por cada detalle de su vida, esa noche no tenía nada de qué ocuparse, ya que sus hijos estaban con Victoria, completamente felices y cuidados, podía permitirse disfrutar.  

 

y ser libre como merecía...

 

Sehun y Junmyeon no tardaron en desatarse por completo, entre beso y beso, sus amigos se reían, burlándose cariñosamente de lo pegajosos que eran, baekhyun les lanzó una servilleta.  

 

—¡Por favor, cálmense!, Algunos estamos tratando de mantener el alcohol en el estómago —bromeó Baekhyun, aunque su sonrisa delataba lo mucho que disfrutaba verlos tan felices.  

 

—No podemos evitarlo —respondió Sehun con una sonrisa traviesa, mientras daba otro beso en el cuello de Junmyeon.  

 

—¡Bueno, ya basta! —intervino Kyungsoo con un tono exasperado pero divertido—. Si van a seguir así, al menos háganlo con un poco de clase.  

 

Chanyeol, que estaba más relajado de lo habitual gracias a la cantidad de alcohol que había consumido, alzó su copa.  

 

—Creo que es hora de subir la apuesta, ¿Qué tal un juego?  

 

—¿Un juego? —preguntó Junmyeon, arqueando una ceja mientras tomaba un sorbo de su trago.  

 

—Verdad o reto —anunció Baekhyun con un brillo malicioso en los ojos.  

 

El grupo se animó al instante, aunque Junmyeon soltó un suspiro.  

 

—Esto suena peligroso —dijo, mirando a Sehun.  

 

—¿Tienes miedo, señor Kim? —le susurró Sehun al oído, con un tono provocador.  

 

Junmyeon le dio un ligero codazo, pero una pequeña sonrisa apareció en su rostro.  

 

El juego comenzó de manera ligera. Kyungsoo fue el primero en elegir verdad, y Baekhyun, siempre directo, no perdió la oportunidad de preguntar:  

 

—¿Alguna vez te has enamorado de alguien en secreto?  

 

Kyungsoo, visiblemente incómodo, bebió de su vaso antes de responder con sinceridad.  

 

—Sí, de alguien de mi oficina, pero eso ya es cosa del pasado.  

 

La siguiente fue la oportunidad de Chanyeol, que escogió reto. Baekhyun, como era de esperarse, fue aún más atrevido.  

 

—Quiero que le des un beso a alguien que no sea yo.  

 

Chanyeol soltó una carcajada.  

 

—Eso no será posible, porque no quiero.  

 

—¿Así que me amas tanto? —preguntó Baekhyun con una sonrisa orgullosa, mientras Chanyeol simplemente lo besaba frente a todos, ganándose algunos aplausos y silbidos.  

 

—Parecen adolescentes enamorados —comentó Kyungsoo, rodando los ojos.  

 

Cuando llegó el turno de Junmyeon, escogió verdad, claramente evitando un reto que pudiera salir de control.  

 

—¿Qué es lo más salvaje que has hecho en una relación? —preguntó Baekhyun, con una expresión llena de malicia.  

 

Junmyeon se ruborizó de inmediato, sus ojos buscando la mirada de Sehun, quien lo observaba con curiosidad.  

 

—Eh... prefiero no responder —dijo finalmente, bebiendo de su vaso para evitar las preguntas inquisitivas.  

 

—Eso no vale —protestó Chanyeol— Si no quieres responder, entonces tienes que aceptar un reto.  

 

Junmyeon frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir algo, Baekhyun ya había ideado un castigo.  

 

—Quiero que le hagas un baile sexy a Sehun aquí mismo.  

 

El rostro de Junmyeon se puso rojo como un tomate, mientras Sehun sonreía ampliamente.  

 

—¿Estás seguro de que quieres que haga esto aquí? —preguntó Junmyeon, tratando de mantener la calma.  

 

—Reglas son reglas, Junmyeon —dijo Baekhyun con un tono canturreante.  

 

Junmyeon suspiró, se puso de pie y, entre risas y gritos de ánimo, se acercó a Sehun, moviéndose al ritmo de la música con una sensualidad que dejó a todos boquiabiertos, aunque al principio estaba visiblemente incómodo, pronto se dejó llevar, disfrutando de las expresiones de asombro de sus amigos y de la mirada hambrienta de Sehun.  

 

—Creo que este juego ha alcanzado su punto máximo –dijo Kyungsoo, tratando de no mirar demasiado.  

 

La noche seguía avanzando entre risas, juegos y conversaciones, aunque todos estaban claramente enfocados en celebrar a Minseok, era imposible no notar cómo Junmyeon y Sehun acaparaban parte de la atención. Su reconciliación era palpable, y las miradas cargadas de amor y deseo que compartían eran imposibles de ignorar. 

 

Mientras los demás seguían con el juego de verdad o reto, Sehun y Junmyeon se habían quedado ligeramente al margen, inmersos en su propio mundo, besándose. 

 

Mientras tanto, Minseok, el verdadero homenajeado de la noche, estaba disfrutando de la dinámica entre todos, aunque no era del tipo de persona que buscaba ser el centro de atención, le encantaba ver a su hermano menor feliz. 

 

—Baekhyun, es tu turno otra vez —dijo Minseok, retomando el juego mientras le pasaba la botella de licor al menor. 

 

Baekhyun, que ya estaba un poco ebrio, sonrió ampliamente. 

 

—Verdad. 

 

Kyungsoo fue quien lanzó la pregunta esta vez, con un tono travieso. 

 

—¿Cuál ha sido tu cita más desastrosa? 

 

Baekhyun se llevó una mano a la frente, riéndose ante el recuerdo. 

 

—Hace años, salí con alguien que insistió en que fuéramos a un restaurante vegano, yo no tengo problema con eso, pero pedí algo que resultó ser... terrible. Y para rematar, la persona en cuestión decidió hablarme durante toda la cena sobre cómo los horóscopos rigen nuestras vidas. 

 

—¿Y qué hiciste? —preguntó Chanyeol, curioso. 

 

—Lo soporté, pero nunca volví a contestar sus mensajes —respondió Baekhyun, haciendo reír a todos. 

 

El juego continuó con Chanyeol, que esta vez eligió reto. 

 

—Te reto a que llames a tu mamá y le digas que Baekhyun y tú están comprometidos —dijo Kyungsoo, sonriendo ampliamente. 

 

Chanyeol, aunque dudó al principio, finalmente sacó su teléfono y cumplió el reto, causando una reacción divertida en su madre, que obviamente se dio cuenta de que era una broma pero se mostró encantada de escuchar la noticia. 

 

Cuando el turno llegó a Kyungsoo, eligió verdad nuevamente. 

 

—¿Alguna vez te has enamorado de alguien en esta habitación? —preguntó Baekhyun, causando un silencio momentáneo. 

 

Kyungsoo, imperturbable como siempre, tomó un trago antes de responder. 

 

—No, pero si lo hubiera hecho, no lo diría aquí, ademas no soy gay... 

 

Los demás soltaron una carcajada ante su respuesta, y el juego continuó con más risas y retos cada vez más atrevidos. 

 

Mientras tanto, Junmyeon seguía pegado a Sehun, sus dedos acariciando su cuello mientras reía suavemente con los comentarios de los demás. 

 

—Jun, creo que has bebido suficiente por esta noche —dijo Sehun, aunque no había verdadero reproche en su voz. 

 

—No he bebido tanto —protestó Junmyeon, aunque sus mejillas sonrojadas lo delataban. 

 

Sehun dejó escapar un suspiro, dejando un beso en la frente de su novio. 

 

—¿Sabes que todos nos están mirando, verdad? 

 

—¿Y qué? —preguntó Junmyeon, sonriendo antes de besarlo nuevamente. 

 

El grupo no pudo evitar reír ante la escena. 

 

—Deberíamos celebrar tu reconciliación con un brindis —dijo Minseok, levantando su copa. 

 

—¡Por los señores Kim y Oh! —añadió Baekhyun, ganándose otro codazo de Chanyeol. 

 

Junmyeon y Sehun simplemente se miraron, sonriendo ante el cariño y las bromas de sus amigos, a pesar de los altibajos de la noche, sabían que estaban rodeados de personas que realmente los apreciaban

 

Bar VIP, 3:00 AM 

 

La noche estaba llegando a su fin, las luces del bar seguían parpadeando con intensidad, pero la energía del grupo había comenzado a disminuir, eran las tres de la mañana, y el cansancio finalmente los alcanzaba, minseok, siempre precavido, había reservado un hotel de lujo cerca para que ninguno de ellos tuviera que conducir en su estado.  

 

Junmyeon, apoyado contra el pecho de Sehun mientras salían del bar, parecía haber alcanzado un punto donde el alcohol lo hacía más expresivo que de costumbre. Había estado susurrando cosas en el oído de Sehun durante todo el trayecto, y aunque su tono parecía juguetón, sus palabras tenían un trasfondo intenso que hizo que Sehun se sonrojara.  

 

—Quiero que esta noche seas mío —murmuró Junmyeon, entrecerrando los ojos mientras pasaba un dedo por la línea de la mandíbula de Sehun.  

 

Sehun, claramente sorprendido, apenas logró responder, pero sostuvo a su novio con firmeza mientras Minseok coordinaba la llegada de todos al hotel, una vez en la recepción, cada pareja o grupo recibió las llaves de sus habitaciones. Minseok se aseguró de que todos tuvieran lo que necesitaban antes de despedirse con Baekhyun y Chanyeol, quienes también habían reservado una suite y kyungsoo una habitación para el solo. 

 

Suite Kim-Oh, Hotel Ezeiza, 3:30 AM

 

Cuando Sehun y Junmyeon llegaron a su habitación, el silencio envolvió el ambiente, interrumpido solo por los murmullos bajos de Junmyeon.  

 

—Jun, estás borracho —dijo Sehun, sentándolo en el borde de la cama mientras buscaba un vaso de agua y los remedios para la resaca que Minseok, previendo la situación, había enviado con ellos.  

 

Junmyeon lo observaba con los ojos entreabiertos, una sonrisa traviesa dibujada en su rostro.  

 

—¿Y qué si lo estoy? —respondió, inclinando la cabeza mientras sus dedos jugaban con los botones de su camisa—. No estoy tan mal como crees, sé perfectamente lo que estoy diciendo, Sehun.  

 

Sehun regresó con el vaso de agua y los remedios, arrodillándose frente a él para que los tomara.  

 

—Bebe esto primero —dijo en un tono suave, colocando el vaso en sus manos— No quiero que te sientas mal mañana.  

 

Junmyeon obedeció, aunque sus ojos nunca dejaron de fijarse en los de Sehun, había algo en su mirada, una mezcla de deseo y ternura, que hacía que el corazón de Sehun latiera con fuerza.  

 

—Amor... —dijo después de unos momentos, colocando el vaso vacío sobre la mesa cercana—. No quiero esperar más, quiero sentirte conmigo...

 

Sehun se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar lo que estaba escuchando, sabía que Junmyeon tenía razón, que no estaba completamente fuera de sí, había una claridad en sus palabras que dejaba en evidencia sus verdaderos sentimientos.  

 

—Jun, no quiero que te arrepientas mañana —respondió Sehun, levantándose para sentarse a su lado—. Te amo más de lo que puedo expresar, pero no quiero hacer nada si no estás seguro y borracho

 

Junmyeon rió suavemente, inclinándose para tomar el rostro de Sehun entre sus manos.  

 

—No me arrepentiré —dijo con firmeza, sus dedos acariciando la piel de su novio—. Te amo, Sehun, quiero que seas tú, solo tú, como siempre. 

 

Sehun dejó escapar un suspiro, sintiendo cómo su resistencia comenzaba a desmoronarse, había algo en la forma en que Junmyeon lo miraba, algo que le aseguraba que no estaba tomando esta decisión a la ligera.  

 

—Está bien —murmuró finalmente, acariciando la mejilla de Junmyeon con suavidad—. Pero antes quiero que tomes un poco más de agua y descanses un rato, quiero que estés seguro de que esto es lo que quieres.  

 

Junmyeon asintió, confiando plenamente en las palabras de Sehun, había esperado toda la noche para este momento, y aunque el cansancio y el alcohol pesaban en su cuerpo, no había duda en su corazón.

 

Sehun lo ayudó a recostarse en la cama, cubriéndolo con las mantas mientras le acariciaba el cabello.  

 

—Descansa un poco, amor, estoy aquí contigo —susurró, dejando un beso en su frente.  

 

Junmyeon cerró los ojos por unos momentos, dejando que la calidez de las palabras de Sehun lo envolviera. Sabía que, pase lo que pase, estaba en las manos de alguien que lo amaba más que a nada en el mundo.

 

Sehun sabía que si iban a hacerlo necesitaba algo...

 

Así que con cuidado dejo a su novio que se recompusiera y salio de la habitación.

 

Cerró la puerta de la habitación detrás de él, dejando a Junmyeon descansando sobre la cama mientras pensaba en lo que tenía que hacer, había una mezcla de emociones corriendo por su mente: amor, deseo y, sí, un poco de nerviosismo, no quería que nada saliera mal esa noche. Sabía que Junmyeon lo deseaba, pero también sabía que debía asegurarse de que todo fuera perfecto para ambos.

 

Con ese pensamiento en mente, salió de la suite y se dirigió al auto donde tenía su mochila con sus pertenencias, Cuando abrió la puerta, volviendo de afuera,  el aire cálido del interior lo envolvió, junto con una vista que hizo que su corazón diera un vuelco.  

 

Junmyeon estaba sentado en la cama, apoyado contra los cojines, descalzo y vestido únicamente con su camisa azul que parecía demasiado grande para su figura, sus piernas estaban cruzadas, y su cabello despeinado caía ligeramente sobre su frente, dándole un aspecto relajado pero terriblemente atractivo, sus ojos estaban un poco más claros ahora, como si el descanso y el agua hubieran ayudado a despejar su mente.  

 

—Te tardaste, Sehun —murmuró Junmyeon, con un pequeño puchero que rápidamente se convirtió en una sonrisa.  

 

Sehun se quedó en el lugar por un momento, simplemente observándolo, preguntándose cómo había tenido tanta suerte de tener a alguien como Junmyeon en su vida.  

 

—Tenía que asegurarme de que todo estuviera perfecto para ti —respondió finalmente, cerrando la puerta detrás de él y dejando el tubo de lubricante en la mesita de noche y tirando la mochila.

 

Junmyeon inclinó ligeramente la cabeza, observando los movimientos de Sehun mientras este se acercaba a la cama.  

 

—¿Todo listo, entonces? —preguntó en un tono suave, con una chispa de diversión en sus ojos.  

 

—Todo listo —aseguró Sehun, sentándose en el borde de la cama y tomando la mano de Junmyeon entre las suyas.

 

Junmyeon lo observó fijamente, sus dedos jugando con los de Sehun mientras el silencio se asentaba entre ellos.  

 

—Sehun... —comenzó, su voz más seria ahora—. Sé que he estado un poco... raro esta noche, el alcohol y todo lo demás, pero quiero que sepas que esto no es solo por impulso, es porque confío en ti más que en nadie y el sexo contigo es increible...  

 

Sehun sintió un nudo formarse en su garganta.  

 

—Jun, no tienes que explicarlo, lo sé. Y yo... quiero que esta noche sea especial para ti, para nosotros y hacerte sentir bien...

 

Junmyeon asintió, sus mejillas enrojeciéndose ligeramente mientras bajaba la mirada, había algo tan vulnerable y honesto en su expresión que Sehun sintió un deseo aún más profundo de cuidarlo y amarlo de todas las formas posibles.  

 

Con movimientos lentos y cuidadosos, Sehun subió a la cama, inclinándose para capturar los labios de Junmyeon en un beso suave pero cargado de promesas, junmyeon respondió de inmediato, rodeando el cuello de Sehun con sus brazos y atrayéndolo más cerca. Sehun lo sostuvo con firmeza por la cintura mientras lo levantaba ligeramente para llevarlo al baño, con cuidado llegaron y lo sento en la encimera del baño. Junmyeon dejó escapar una pequeña risa nerviosa, sus piernas rodeando instintivamente la cintura de su novio. 

 

Había algo en la manera en que Sehun lo miraba, en cómo sus manos recorrían cada parte de su piel con devoción, que hacía que su corazón latiera más rápido.

 

—Jun, eres perfecto —murmuró Sehun, dejando un rastro de besos suaves desde la mandíbula de Junmyeon hasta su clavícula, saboreando cada segundo de su cercanía.

 

Junmyeon, todavía ligeramente sonrojado por el alcohol, dejó caer la cabeza hacia atrás, dejando que Sehun tomara el control de la situación. Aunque el CEO era quien solía tomar las decisiones importantes en su día a día, en momentos como este, no había nada más cómodo que ceder ante Sehun, permitiéndole mostrar cuánto lo amaba.

 

—Lo siento —murmuró Junmyeon de repente, su voz casi un susurro, mientras sus dedos se enredaban en el cabello de Sehun. 

 

—¿Por qué te disculpas? —preguntó Sehun, levantando la mirada y sosteniéndole la barbilla con suavidad. 

 

—Por... lo que pasó antes, por ser tan inseguro —admitió Junmyeon, con un leve puchero que Sehun encontró adorable. 

 

Sehun negó con la cabeza, inclinándose para besar a Junmyeon nuevamente, más profundamente esta vez, como si quisiera borrar cualquier duda de su mente. 

 

—No tienes que disculparte por nada, amor, es normal sentir eso a veces, pero quiero que recuerdes algo: tú eres todo para mí, no hay nadie más. Nunca lo habrá. 

 

Junmyeon lo miró, con los ojos brillando por las emociones y, quizá, también por el cansancio acumulado. Asintió lentamente, dejando que las palabras de Sehun se asentaran en su corazón mientras este comenzaba a deslizar los botones de su camisa, uno por uno, con una mezcla de paciencia y deseo. 

 

La camisa cayó al suelo, dejando al descubierto el pecho de Junmyeon, cuya respiración se aceleró al sentir las manos de Sehun explorándolo con cuidado, sehun se detuvo por un momento, admirándolo, como si fuera una obra de arte que necesitaba memorizar. 

 

—Eres tan hermoso, Jun —susurró, inclinándose para besar su cuello, provocando pequeños suspiros que escapaban de los labios de su novio. 

 

Junmyeon no se quedó atrás, sus manos comenzaron a desabrochar la camisa de Sehun, revelando la piel algo bronceada y los músculos perfectamente definidos que siempre lograban dejarlo sin palabras, lo miró con una sonrisa traviesa antes de dejar caer la camisa de Sehun al suelo, junto a la suya. 

 

—Tú también eres increíble, ¿lo sabes? —dijo Junmyeon, recorriendo el pecho de Sehun con las yemas de los dedos, deteniéndose en los pequeños detalles que adoraba de su novio. 

 

Sehun dejó escapar una risa suave mientras continuaba deslizándose hacia abajo, despojando lentamente a Junmyeon de lo último que llevaba puesto, sus boxers negros, sus movimientos eran lentos, cuidadosos, casi reverenciales, como si estuviera desenvolviendo el regalo más preciado de su vida. 

 

Cuando finalmente ambos estuvieron completamente desvestidos, Sehun tomó un momento para observarlo una vez más, acariciando suavemente la mejilla de Junmyeon. 

 

—¿Estás seguro de esto, Jun? —preguntó con seriedad, queriendo asegurarse de que su novio estuviera cómodo y completamente de acuerdo. 

 

Junmyeon asintió, sosteniendo la mano de Sehun contra su rostro y cerrando los ojos por un momento. 

 

—Estoy seguro, Sehun, siempre lo estoy contigo. 

 

Ese fue todo el permiso que Sehun necesitó, lo levantó de la encimera con facilidad,

 

Sehun lo levantó con firmeza, sus manos sosteniendo la delicada cintura de Junmyeon mientras lo volteaba frente al espejo que tenían justo enfrente, junmyeon jadeó suavemente, apoyando sus manos en el borde del mueble del lavabo mientras Sehun se colocaba detrás de él, inclinándose para besarle con ternura en la nuca, dejando un rastro de caricias en su piel expuesta.

 

—Mírate, Jun —murmuró Sehun contra su oído, su voz baja y cargada de emoción—. Quiero que veas lo perfecto que eres, lo único que necesito en mi vida.

 

Junmyeon levantó la mirada lentamente, encontrándose con sus propios ojos reflejados en el espejo, su rostro estaba ligeramente ruborizado, y había algo en la intensidad de los ojos de Sehun que lo hacía sentir completamente vulnerable y, al mismo tiempo, amado como nunca antes, no pudo evitar morderse el labio, nervioso pero emocionado.

 

—Sehun... —susurró, con un tono que mezclaba deseo y timidez.

 

Sehun sonrió contra su piel, bajando lentamente las manos por sus costados hasta rodearlo con delicadeza. Sus dedos trazaron líneas invisibles sobre su abdomen antes de volver a subir, recorriendo cada centímetro con devoción.

 

—Quiero que recuerdes esto, Jun, quiero que sepas que nadie más puede hacerme sentir como tú, eres mi vida

 

Junmyeon dejó caer la cabeza hacia adelante, cerrando los ojos mientras disfrutaba de las atenciones de su novio. Pero Sehun no se lo permitió, sujetándolo suavemente por la barbilla y levantándole el rostro para que volviera a mirarse en el espejo.

 

—No desvíes la mirada, amor, quiero que veas lo que veo yo, quiero que entiendas cuánto significas para mí —le dijo con firmeza, aunque su tono seguía siendo dulce.

 

Junmyeon tragó saliva, sus ojos comenzando a brillar con una mezcla de emociones, podía sentir cómo las manos de Sehun lo exploraban con paciencia y cuidado, como si cada movimiento estuviera diseñado para recordarle que él era lo más importante en su vida.

 

—Eres demasiado bueno conmigo, Sehun —logró decir entre suspiros.

 

Sehun negó suavemente, inclinándose para presionar un beso en el hombro descubierto de Junmyeon antes de mirarlo fijamente a través del espejo.

 

—No es ser bueno, Jun, es amarte, es mostrarte que no hay nadie más, que siempre serás tú.  

 

Las palabras de Sehun calaron hondo en el corazón de Junmyeon, quien se dejó llevar por la sensación de ser amado y deseado. Las manos de Sehun se movieron con precisión, tocándolo en los lugares exactos que sabía que lo hacían estremecer, alternando entre caricias suaves y besos cálidos que le arrancaban pequeños gemidos y estremeciendose por el contacto intimo entre ellos dos...

 

Mientras el calor entre ambos aumentaba, Sehun se tomó el tiempo de asegurarse de que Junmyeon se sintiera cómodo en todo momento. Su paciencia y atención eran una prueba más de lo mucho que lo valoraba, incluso en los momentos más íntimos.  

 

Finalmente, Junmyeon giró el rostro para buscar los labios de Sehun, capturándolos en un beso profundo y apasionado que parecía borrar cualquier inseguridad o duda que pudiera haber quedado, entre besos y caricias, sehun continuó mostrándole cuánto lo amaba, dejando claro que él era, y siempre sería, el único en su vida, continuó tocándolo con una mezcla de ternura y pasión, deleitándose con cada estremecimiento y pequeño gemido que arrancaba de los labios de Junmyeon, lo abrazó con fuerza desde atrás, envolviendo su cuerpo cálido en una caricia que decía más de lo que cualquier palabra podría expresar, su amor por Junmyeon era absoluto, y esta noche quería demostrárselo de todas las maneras posibles.

 

Con cuidado, Sehun soltó el abrazo momentáneamente y alcanzó el lubricante que trajo, No pudo evitar una pequeña sonrisa al recordar lo surrealista de ir desesperado al auto, pero en ese momento no importaba nada más que Junmyeon.

 

—Amor, quiero que estés cómodo, que disfrutes tanto como yo —murmuró Sehun mientras comenzaba a prepararlo con delicadeza, observando cada reacción de su novio para asegurarse de que no sentía incomodidad.

 

Junmyeon suspiró suavemente, apoyándose más contra el pecho de Sehun mientras se agarraba al borde del lavabo con ambas manos. Sus mejillas estaban encendidas, y aunque había algo de nerviosismo en su expresión, confiaba completamente en Sehun.

 

—Eres demasiado cuidadoso conmigo, amor —susurró Junmyeon, girando un poco la cabeza para mirarlo con ojos llenos de afecto—. Pero me gusta...

 

Sehun sonrió y dejó un suave beso en su hombro desnudo antes de seguir con lo que hacía, sus movimientos eran pacientes y meticulosos, asegurándose de que Junmyeon se sintiera cómodo y preparado para lo que venía. Mientras lo hacía, no podía evitar hablar en voz baja, queriendo llenar el ambiente de palabras que reafirmaran lo que sentía.

 

—Me gusta cuidarte… —murmuró Sehun contra su piel, dejando besos suaves a lo largo de su cuello—. Me encanta verte así, amor, confiando en mí, dejándote llevar…  

 

Junmyeon cerró los ojos por un momento, entregándose a las sensaciones. El calor de las manos de Sehun sobre él, el sonido de su respiración contenida, el leve temblor de sus propios dedos aferrados al lavabo… todo lo hacía sentir al borde.  

 

Sehun deslizó la otra mano por su abdomen, sintiéndolo tensarse bajo su toque. Sus labios se curvaron en una sonrisa contra la nuca de Junmyeon antes de elevar la mirada al espejo frente a ellos.  

 

—Mírate, bebé… —susurró con un deje de admiración—. Eres precioso.  

 

Junmyeon entreabrió los ojos con esfuerzo, sintiendo su rostro arder más cuando se vio reflejado. Su cabello algo desordenado, los labios entreabiertos, las marcas en su piel dejadas por los besos de Sehun… Y detrás de él, Sehun mismo, con los ojos oscuros de deseo, sujetándolo con posesividad.  

 

—Sehun… —susurró su nombre, una mezcla de timidez y anhelo.  

 

Sehun sostuvo su mirada en el espejo y sonrió, deslizando la mano que tenía en su abdomen más abajo, presionando justo donde sabía que lo haría estremecerse.  

 

—Quiero que veas lo hermoso que eres cuando te dejo así —susurró contra su oído—. Todo para mí, solo para mí.  

 

Junmyeon jadeó suavemente, aferrándose más fuerte al borde del lavabo, sabiendo que Sehun estaba a punto de llevarlo a ese punto donde solo existían ellos dos.

 

Con esas palabras, Sehun movió su mano libre para guiarse mientras se posicionaba cuidadosamente, quería que todo fuera perfecto, que Junmyeon se sintiera amado y cuidado en cada momento, con cuidado agarro su pene y lo introdujo entrabdo en él, lo hizo con una lentitud reverente, dándole tiempo a Junmyeon para ajustarse mientras lo sostenía con fuerza, como si nunca quisiera dejarlo ir, Junmyeon dejó escapar un gemido bajo, inclinando la cabeza hacia adelante mientras sentía cómo Sehun llenaba cada espacio de su cuerpo. Sus manos se aferraron al borde del lavabo, y aunque la vergüenza seguía presente, se mezclaba con una oleada de placer y una profunda conexión emocional que lo hacía sentirse completamente en casa, la mano firme en la cadera del otro lo mantenía en su lugar, dándole el tiempo necesario para ajustarse.  

 

Junmyeon se aferró con fuerza al lavabo, su pecho subiendo y bajando en respiraciones temblorosas mientras su cuerpo se estremecía ante la sensación de Sehun llenándolo por completo. Un sonido ahogado escapó de su garganta, avergonzado por lo expuesto que se sentía.  

 

—S-Sehun... —jadeó con la voz temblorosa, sus mejillas ardiendo mientras evitaba mirarse en el espejo.  

 

Sehun, con los ojos clavados en la imagen reflejada, dejó un beso en su hombro antes de susurrar con voz ronca:  

 

—Mírate, bebé… mírate siendo tan bueno para mí.  

 

Junmyeon negó con la cabeza, su vergüenza aún latente, pero Sehun simplemente sonrió contra su piel y comenzó a moverse, lento, profundo, asegurándose de que sintiera cada centímetro deslizándose dentro de él.  

 

—Eres tan jodidamente apretado, Jun —murmuró, su tono lleno de adoración y lujuria—. Te sientes tan bien.  

 

Junmyeon dejó escapar un gemido más fuerte, su espalda arqueándose involuntariamente ante la sensación embriagadora.  

 

—A-Ahh... no digas eso...  

 

Pero su cuerpo lo traicionó, apretándose instintivamente alrededor de Sehun con cada palabra sucia que escapaba de sus labios. Sehun soltó una risa baja y placentera, su agarre en las caderas de Junmyeon volviéndose más firme mientras aumentaba la profundidad de sus embestidas.  

 

—¿No quieres que diga lo increíble que se siente follarte? —susurró contra su oído, su lengua arrastrándose por la piel caliente de su cuello—. ¿O lo hermoso que te ves así, todo abierto para mí?  

 

Las manos de Junmyeon, que al principio se aferraban al lavabo con timidez, ahora comenzaban a moverse con más seguridad, deslizándose ligeramente sobre la superficie fría mientras el calor en su cuerpo aumentaba. Había algo en la situación que lo hacía sentir expuesto, vulnerable, pero también intensamente desead, Con cada movimiento de Sehun, Junmyeon sentía cómo la vergüenza inicial se disipaba, reemplazada por una sensación de poder y placer. Sus ojos, que al principio evitaban el espejo, ahora se alzaron lentamente, y lo que vio reflejado lo dejó sin aliento:

 

Sehun lo sujetaba con firmeza, con los ojos oscuros de deseo mientras lo devoraba con la mirada. Su propia imagen—sonrojado, con los labios entreabiertos y la piel brillando por una fina capa de sudor—le provocó un escalofrío de placer.  

 

—Dios... —susurró, estremeciéndose—. Sehun-ah…  

 

El sonido de su voz suplicante hizo que Sehun gruñera, acelerando el ritmo, perdiendo el control poco a poco.  

 

—Eso es, bebé —jadeó, deslizando una mano hasta su erección, comenzando a masturbarlo con el mismo ritmo profundo con el que se movía dentro de él—. Dime lo que quieres.  

 

Junmyeon soltó un gemido alto y desesperado, su cabeza cayendo hacia atrás contra el hombro de Sehun. Ya no le importaba nada más que el placer insoportable que recorría su cuerpo.  

 

—M-Más… —rogó con voz rota, sus manos deslizándose por el lavabo en busca de apoyo—. Más fuerte, Sehun, mierda, dame más.  

 

Sehun maldijo por lo bajo, la súplica de Junmyeon encendiendo algo primitivo en él. Apretó su agarre en la cadera del otro y comenzó a embestir con más intensidad, asegurándose de alcanzar el punto exacto que hacía que Junmyeon se retorciera y gimiera sin control.  

 

—Así…? —preguntó, su voz ronca contra su piel—. ¿Así de fuerte te gusta?  

 

Junmyeon gritó de placer, sus uñas arañando la superficie del lavabo.  

 

—Sí, sí, mierda— jadeó sin pudor alguno—. ¡mier-da, Sehun, me encanta!  

 

El espejo frente a ellos estaba completamente empañado, su imagen distorsionada por el calor sofocante de sus cuerpos. Sehun se inclinó sobre él, besándolo con desesperación mientras su mano en su erección aumentaba el ritmo.  

 

—Te amo tanto... —susurró Junmyeon, su voz quebrándose mientras más lágrimas escapaban de sus ojos—. Tanto, Sehun... 

 

Sehun sintió cómo su corazón se llenaba al escuchar esas palabras, su mano subió hasta el rostro de Junmyeon, limpiando suavemente una de las lágrimas que caían mientras seguía moviéndose, cada vez más lento, más profundo, buscando prolongar el momento.

 

El calor entre ellos era casi abrumador, pero ninguno quería detenerse. Junmyeon comenzó a moverse más, buscando más contacto, más conexión. Sus gemidos se hicieron más fuertes, más desesperados, mientras sus manos buscaban algo a lo que aferrarse, se apoyo más en el lavado dejándose a merced de sehun, desesperado que lo tome.

 

—Eres tan hermoso así, amor —susurró contra su oído, su tono lleno de adoración—. No sabes cuánto me haces perder la cabeza.

 

—Sehun... no pares... —rogó, su voz quebrándose en medio de un gemido.

 

—Vas a correrte para mí, bebé? —susurró, su voz un hilo de lujuria—. Quiero verte romperte por mí.  

 

Junmyeon gimió con fuerza, sintiendo que su cuerpo se tensaba, su punto de éxtasis al alcance.  

 

—S-Sehun... no pares— suplicó, su voz temblorosa y entrecortada—. ¡Estoy... estoy-ahh!  

 

Con un grito ahogado, alcanzó el clímax, su cuerpo sacudiéndose violentamente mientras el placer lo atravesaba por completo. Su esencia manchó el lavabo, su respiración entrecortada mientras sus piernas temblaban sin control, sehun jadeó al sentir cómo el cuerpo de Junmyeon lo apretaba con fuerza, y con un último gemido grave, se dejó ir dentro de él, su agarre en su cadera lo manteniendo firmemente contra él mientras se vaciaba por completo.  

 

El sonido de sus respiraciones pesadas llenó la habitación, el único testigo de su desenfreno siendo el espejo cubierto de vapor.  

 

Sehun depositó un beso en el hombro desnudo de Junmyeon antes de susurrarle al oído, con una sonrisa satisfecha:  

 

—Mírate, bebé… dime que no te encantó.  

 

Junmyeon, aún recuperando el aliento, sonrió levemente, su rostro aún sonrojado por el placer.  

 

—Cállate… —susurró con voz débil—. Y… bésame.  

 

Sehun rió suavemente antes de cumplir su petición, envolviéndolo en un beso profundo y lento, mientras su cuerpo aún temblaba por la intensidad del momento compartido.

 

Luego de minutos se retiró lentamente, asegurándose de no lastimarlo, y observó cómo su semen se deslizaba fuera del cuerpo de Junmyeon. Había algo profundamente íntimo y hermoso en ese momento, algo que lo hizo sonreír mientras acariciaba suavemente las caderas de su novio. Sin embargo, al ver cómo Jun respiraba aún entrecortado, decidió no presionarlo. 

 

—¿Estás bien, amor? —preguntó en voz baja, inclinándose para dejar un beso cálido en su mejilla. 

 

Junmyeon asintió débilmente, su rostro todavía sonrojado y con un brillo de sudor que lo hacía ver tan atractivo como vulnerable. Su voz tembló un poco cuando habló, todavía sintiendo el calor de lo que acababan de compartir. 

 

—S-Sí... solo necesito un momento... 

 

Sehun lo abrazó con cuidado, presionando su cuerpo sudado contra el de él, buscando darle el consuelo que necesitaba. Su mano se deslizó por la espalda de Jun, masajeándolo ligeramente mientras ambos se quedaban en silencio por un momento. Sentir el corazón de Junmyeon latiendo contra su pecho le recordaba cuánto lo amaba, cuánto significaba para él. 

 

—Eres tan hermoso, Jun —murmuró Sehun con ternura—. Y mío, solo mío. 

 

Junmyeon dejó escapar una pequeña risa tímida, escondiendo el rostro en el cuello de Sehun para no mirarlo directamente. Todavía sentía algo de vergüenza por lo intenso que había sido todo, pero las palabras de Sehun lo reconfortaban. 

 

—No digas eso... me haces poner nervioso... 

 

—¿Nervioso? —Sehun sonrió, inclinándose para susurrar cerca de su oído—. Después de lo que hicimos, ¿todavía puedes sentirte nervioso? 

 

Junmyeon se separó lo suficiente para darle un leve golpe en el pecho, aunque sus ojos brillaban con cariño. 

 

—Tú siempre sabes cómo ponerme nervioso... 

 

Sehun rió suavemente, inclinándose para besarlo otra vez, esta vez con lentitud y ternura. Luego, lo levantó con cuidado en brazos, ignorando los suaves murmullos de protesta de Junmyeon, y lo llevó hasta la cama. 

 

—Vamos, amor, descansa un poco, no quiero que te esfuerces demasiado. 

 

Junmyeon asintió, permitiendo que Sehun lo acomodara en la cama, cuando su espalda tocó las sábanas, dejó escapar un pequeño suspiro, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba, sehun se inclinó sobre él, cubriéndolo con una manta ligera antes de deslizarse a su lado

 

—Gracias, Sehun —susurró Junmyeon, girando la cabeza para mirarlo—. Por siempre cuidarme... 

 

Sehun sonrió, acercándose para acariciar su mejilla con ternura. 

 

—Siempre lo haré, Jun. Te amo más de lo que puedo decir. 

 

Junmyeon lo miró fijamente por un momento antes de hablar con un tono que era a la vez tímido y juguetón. 

 

—Si me amas tanto... ¿te molestaría si... pedimos otra ronda? 

 

Sehun parpadeó sorprendido antes de soltar una risa baja. 

 

—¿Otra ronda? —repitió, arqueando una ceja mientras se inclinaba más cerca de él—. ¿No estabas agotado hace un momento? 

 

Junmyeon desvió la mirada, mordiéndose ligeramente el labio inferior. 

 

—Es que... no puedo evitar querer más de ti. 

 

Las palabras encendieron algo en Sehun, quien se inclinó para besar a Jun con más pasión, sus labios se movieron lentamente al principio, pero pronto el beso se volvió más profundo, más intenso. Sus manos comenzaron a explorar nuevamente el cuerpo de Junmyeon, acariciando su cintura y bajando hacia sus muslos con una mezcla de deseo y ternura. 

 

—Eres increíble, Jun —murmuró entre besos—. Y si esto es lo que quieres, entonces no te negaré nada. 

 

Junmyeon dejó escapar un pequeño gemido, sus brazos rodeando el cuello de Sehun mientras lo atraía más cerca. Su cuerpo ya empezaba a reaccionar nuevamente, su piel sensible al tacto de Sehun, que sabía exactamente cómo hacerlo sentir amado y deseado. 

 

Sehun, asegurándose de que Junmyeon estuviera completamente cómodo, lo giró suavemente para que quedara debajo de él. Sus movimientos eran lentos, cuidadosos, mientras sus labios se movían de la boca de Junmyeon hacia su cuello, dejando un rastro de besos húmedos que le arrancaban pequeños suspiros. 

 

—Voy a hacerte sentir como el único hombre en el mundo, amor —susurró Sehun, sus ojos llenos de amor mientras lo miraba directamente. 

 

Junmyeon, todavía un poco avergonzado, asintió, permitiendo que Sehun tomara el control. Sus manos se aferraron a los hombros de Sehun mientras el calor entre ellos volvía a crecer, llenando la habitación con una atmósfera de intimidad y amor que parecía envolverlos completamente. 

 

 Sehun no perdió más tiempo, tras acomodarlo con cuidado en la cama, se colocó entre las piernas de Junmyeon, observando cada detalle de su rostro, sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios hinchados por los besos anteriores, y sus ojos, brillando de deseo, lo miraban con una mezcla de vergüenza y anticipación.  

 

—Mío —murmuró Sehun, inclinándose para capturar su boca en un beso profundo, húmedo y dominante, saboreándolo sin dejarle espacio para el aire.  

 

Junmyeon gimió en sus labios, sus manos temblorosas deslizándose hasta su espalda, arañándolo con desesperación. Sehun lo tenía completamente atrapado bajo su cuerpo, y la diferencia de tamaño entre ellos solo hacía que su dominio fuera más evidente.  

 

—No puedo creer que me hayas ignorado toda la noche —susurró Sehun contra sus labios, su voz grave y cargada de algo oscuro y travieso—. Pero está bien... voy a recordarte quién manda aquí.  

 

Junmyeon apenas tuvo tiempo de procesar sus palabras antes de sentir las manos de Sehun en sus caderas, levantándolo con facilidad y acomodándolo exactamente como quería, con un movimiento fluido, entró en él, lento, tortuosamente lento, obligándolo a sentir cada centímetro llenándolo por completo.  

 

—A-ah... Sehun... —gimió Junmyeon, su espalda arqueándose al máximo mientras sus piernas se tensaban alrededor de la cintura del más joven.  

 

—Shh, amor... —susurró Sehun, inclinándose para morder suavemente su mandíbula—. Esto es un castigo, ¿recuerdas? No vas a correrte tan fácil.  

 

Y con esas palabras, Sehun comenzó a moverse, su ritmo era calculado, un vaivén profundo y pausado que lo mantenía al borde, sin dejarlo llegar al alivio que tanto necesitaba, cada embestida era acompañada de un beso húmedo en su cuello, un susurro provocador o una nalgada firme que hacía que Junmyeon soltara gemidos desesperados.  

 

—¿Así que te gusta cuando te castigo? —preguntó Sehun, su voz ronca mientras observaba cómo Junmyeon apenas podía sostener su mirada—. Mírame, amor, quiero ver tu carita cuando te hago mío.  

 

Junmyeon obedeció con dificultad, sus pupilas dilatadas y su boca entreabierta, temblando con cada nueva embestida que lo hacía aferrarse más fuerte a los hombros de Sehun.  

 

—M-mucho... Sehun, por favor... —jadeó, sintiendo su cuerpo arder por la mezcla de placer y frustración.  

 

Sehun sonrió con satisfacción, moviéndose más rápido, su pelvis chocando contra la de Junmyeon con fuerza, llenando la habitación con el sonido de piel contra piel y los gemidos entrecortados del mayor.  

 

—¿Por favor, qué? —preguntó, deslizando su mano por el abdomen de Junmyeon hasta sujetar su erección—. Dímelo, amor.  

 

Junmyeon sollozó por la intensidad, su espalda arqueándose aún más cuando sintió la mano de Sehun envolviéndolo con firmeza.  

 

—¡Por favor, más! No te detengas... —suplicó, sintiéndose completamente rendido bajo su toque.  

  

Sehun sonrió con satisfacción al verlo tan sometido bajo él, tan completamente suyo, como recompensa, dejó caer una nalgada más fuerte en su muslo, disfrutando de la manera en que el mayor se estremecía y gemía con cada golpe.  

 

—Eso pensé —susurró, inclinándose para besar su mandíbula antes de subir sus piernas sobre sus hombros, doblándolo aún más para que lo sintiera hasta lo más profundo.  

 

Junmyeon jadeó fuerte, sus uñas clavándose en las sábanas cuando sintió el cambio de ángulo, sehun lo tenía completamente abierto para él, su erección palpitando entre sus cuerpos, ignorada a propósito mientras el más joven aumentaba la velocidad de sus embestidas.  

 

—Mírate, amor… —jadeó Sehun, recorriendo con la mirada la imagen perfecta de Junmyeon completamente sometido debajo de él, su piel sudorosa, sus labios entreabiertos y sus ojos vidriosos de placer—. Tan hermoso, tan mío.  

 

Junmyeon apenas pudo responder, solo pudo gritar su nombre cuando Sehun golpeó justo en el punto exacto que lo hacía ver estrellas.  

 

—Ah… ¡Sehun! Ahí… justo ahí… —jadeó, su cuerpo estremeciéndose violentamente con cada embestida.  

 

Sehun lo complació sin dudar, sujetándolo con más fuerza mientras se movía con más dureza, su pelvis chocando contra la piel sensible de Junmyeon una y otra vez, arrancándole gemidos rotos que llenaban la habitación.  

 

Pero eso no era suficiente para Sehun, no cuando su novio estaba tan completamente a su merced, tan perdido en él, sin detener su ritmo, deslizó una mano hasta la entrepierna de Junmyeon y comenzó a masturbarlo con firmeza, sincronizando el movimiento con sus embestidas.  

 

—¿Te gusta esto, amor?, ¿Te gusta sentirte así de lleno, tan bien te estoy follando? —susurró contra sus labios, su voz sucia y provocadora.  

 

Junmyeon sollozó con fuerza, su cuerpo sacudido por el placer.  

 

—¡Sí! Ah… Sehun… me encanta… por favor… más… —balbuceó, su cabeza cayendo hacia atrás mientras se aferraba a los brazos del más joven con fuerza, como si fuera lo único que lo mantenía cuerdo.  

 

Sehun soltó una risa oscura, su propia respiración errática mientras sentía el cuerpo de Junmyeon apretarse aún más a su alrededor.  

 

—Dime lo que quieres, amor, dímelo bien.  

 

Junmyeon apenas podía pensar, su cuerpo demasiado sensible, demasiado al límite.  

 

—Q-quiero correrme… por favor… —suplicó con voz temblorosa, sus piernas temblando sobre los hombros de Sehun.  

 

—Aún no —negó Sehun, ralentizando sus movimientos a propósito, disfrutando de la manera en que Junmyeon sollozaba frustrado—. No hasta que yo lo diga.  

 

Junmyeon gimió con desesperación, su cuerpo temblando por la necesidad.  

 

—¡Por favor, Sehun!, ¡No aguanto más!  

 

Esa súplica desesperada fue todo lo que Sehun necesitó para llevarlos al límite se inclinó, besándolo con fuerza, mordiendo su labio inferior mientras aceleraba sus embestidas y sus caricias al mismo tiempo.  

 

—Córrete para mí, amor —ordenó con voz ronca—. Ahora.  

 

Y como si esas palabras fueran un detonante, Junmyeon gritó su nombre al correrse con fuerza entre sus cuerpos, su orgasmo arrasándolo por completo, haciéndolo estremecerse y retorcerse bajo el cuerpo dominante de su amante, sehun jadeó fuerte al sentirlo apretarse con tanta intensidad a su alrededor, su propia liberación siguiéndolo segundos después, con un último empujón profundo, se vino dentro de él, derramándose hasta el fondo mientras gemía su nombre contra su cuello.  

 

Ambos quedaron temblorosos, sus cuerpos cubiertos de sudor y jadeando pesadamente mientras la intensidad del momento se desvanecía poco a poco. Sehun no se movió de inmediato, prefirió quedarse sobre él, dejando besos suaves en su mandíbula y cuello, acariciando sus muslos con ternura.  

 

—Mío… siempre mío… —susurró contra su piel, besándolo con más suavidad esta vez, su posesividad ahora teñida de cariño.  

 

Junmyeon, aún sintiéndose flotando, solo pudo asentir, aferrándose a Sehun con la poca fuerza que le quedaba, su corazón latiendo fuerte mientras sonreía débilmente.  

 

—Siempre tuyo… Sehun.

 

El cuerpo de Junmyeon temblaba ligeramente mientras intentaba recuperar el aliento, sus piernas cayendo de los hombros de Sehun de manera perezosa, completamente agotado. Sehun, aún sobre él, lo abrazó con cuidado, sosteniéndolo para que no sintiera el vacío de su ausencia tan rápido.  

 

Con un movimiento suave, salió de él, tomando un momento para admirar cómo su semen se deslizaba lentamente del cuerpo de Junmyeon nuevamente, la imagen provocó una sensación de orgullo en Sehun, quien no pudo evitar sonreír al darse cuenta de cuánto había disfrutado su novio.  

 

—Te ves tan hermoso así, amor... —murmuró, inclinándose para dejar un beso en la frente sudada de Junmyeon.  

 

El mayor apenas podía responder, su pecho subía y bajaba con fuerza mientras trataba de recuperar el aliento, sus piernas permaneciendo abiertas mientras sus manos se aferraban débilmente a las sábanas, sehun, siempre atento, notó cómo el cuerpo de Junmyeon seguía reaccionando, pequeños espasmos recorriendo sus músculos y un leve gemido escapando de sus labios.  

 

—Shh, amor, estoy aquí... —susurró Sehun, llevando su mano con cuidado hasta el miembro de Junmyeon, que todavía se contraía ligeramente, indicando que su cuerpo no había terminado por completo.  

 

Sehun lo acarició con ternura, sus dedos moviéndose lentamente para ayudarlo a liberar lo que quedaba. Junmyeon jadeó suavemente, su cabeza cayendo hacia atrás mientras permitía que Sehun lo guiara.  

 

—A-mor... —susurró, su voz apenas audible.  

 

—Estoy aquí, amor, déjate llevar —respondió Sehun, inclinándose para besar su mejilla mientras continuaba.  

 

Junmyeon tembló una vez más, su cuerpo alcanzando un pequeño clímax final mientras gemía de manera entrecortada, su respiración era errática, pero había una clara expresión de alivio y satisfacción en su rostro.  

 

Sehun esperó pacientemente hasta que Junmyeon dejó de temblar antes de limpiar su cuerpo con cuidado, se levantó brevemente para buscar una toalla húmeda y tibia, asegurándose de que cada rincón de Junmyeon quedara limpio y cómodo.  

 

—Siempre me aseguro de que estés bien, amor, siempre —le dijo mientras lo limpiaba, dejando pequeños besos en su abdomen y piernas, lo que provocó un leve rubor en las mejillas del mayor.  

 

Junmyeon no podía hablar todavía, su mente nublada por el cansancio y el placer, pero sus ojos hablaban por él, mirando a Sehun con una mezcla de gratitud y amor que era imposible de ocultar.  

 

Sehun terminó de limpiarlo y luego se subió a la cama junto a él, envolviendo su cuerpo en un abrazo cálido.  

 

—Nunca más tendrás que estar celoso, Jun —murmuró contra su cabello, dejando un beso suave en su frente—. Soy tuyo, solo tuyo.  

 

Junmyeon suspiró, acurrucándose más cerca de Sehun mientras murmuraba algo inaudible, sehun lo abrazó más fuerte, sus manos acariciando su espalda en movimientos lentos y reconfortantes.  

 

La habitación quedó en un silencio tranquilo, con solo el sonido de sus respiraciones sincronizándose mientras el cansancio los envolvía, sehun continuó dejando pequeños besos en el rostro y el cabello de Junmyeon, recordándole que lo amaba y que siempre estaría ahí para él.  

 

Junmyeon, aunque agotado, no pudo evitar sonreír ligeramente antes de cerrar los ojos, dejándose llevar por el calor y la seguridad que solo Sehun podía darle, junmyeon se quedo dormido, ambos enredados el uno con el otro, sintiéndose más unidos que nunca, como si nada en el mundo pudiera separarlos.

 

—Feliz aniversario mi amor... Te amo–Susurro sehun.

 

Aunque no sabia si su novio lo había escuchado, cerró feliz los ojos teniendo

la esperanza de continuar su día en las próximas horas.

 

Por que hoy era su aniversario de un año juntos como novios.

 

Notes:

Hola a todos, como están? Luego de algunos cambios, al fin actualización, alzare la ultima parte pronto, gracias por leer!

Chapter 31: Especial 3 | Sí, Acepto.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

3 Años después 

 

Mansión Kim-Oh

 

La mansión Kim-Oh, iluminada por una cálida luz dorada, estaba llena de risas, conversaciones animadas y el aroma a una exquisita cena preparada especialmente para la ocasión. Los niños, Ningning y Kun, correteaban entre los invitados con sus risas inocentes llenando el espacio, era una reunión aparentemente casual, con amigos cercanos y familiares sentados alrededor de la enorme mesa decorada con flores blancas y velas elegantes.  

 

Kyungsoo, siempre observador, charlaba en voz baja con Baekhyun, mientras este último intentaba mantener a Chanyeol lejos de otro vaso de vino. Victoria estaba sentada junto a Minseok, ambos comentando lo rápido que habían crecido los niños, teniendo ya ocho años, Sin embargo, nadie sospechaba que aquella cena tenía un propósito mucho más especial.  

 

Junmyeon estaba radiante esa noche, vestía un traje sencillo pero impecable, su cabello castaño ligeramente despeinado, y una sonrisa brillante adornaba su rostro. Pero lo que más destacaba era el anillo que llevaba en el dedo anular de su mano izquierda: un diamante perfectamente cortado, rodeado de pequeños detalles en oro blanco, que capturaba la luz de las velas como si fuera una pequeña estrella. Era imposible no notarlo.  

 

Pero lo tenía bien oculto mientras 

 

Sehun, por su parte, estaba sentado junto a Junmyeon, con una mirada que hablaba de amor y orgullo, aunque era más reservado, sus ojos no dejaban de buscar los de Junmyeon, como si estuviera reafirmando todo lo que sentía por él.  

 

Finalmente, cuando el postre llegó a la mesa y las conversaciones se calmaron un poco, Sehun se levantó, sosteniendo una copa de vino en la mano.  

 

–Antes de que sigamos disfrutando de esta deliciosa comida –empezó con una sonrisa–, Junmyeon y yo tenemos algo que queremos compartir con ustedes.  

 

La atención de todos se centró en ellos de inmediato, los niños, que habían estado jugando cerca, se detuvieron y se acercaron corriendo a la mesa, ningning se subió al regazo de Junmyeon mientras kun se quedaba de pie junto a Sehun, sosteniéndole la mano con una sonrisa traviesa.  

 

Junmyeon, visiblemente emocionado, se levantó junto a Sehun, dejando que todos vieran el anillo en su dedo, un murmullo de sorpresa recorrió la mesa.  

 

–Sehun me propuso matrimonio hace unos días –anunció Junmyeon, con la voz temblorosa pero llena de felicidad.  

 

Baekhyun fue el primero en reaccionar, soltando un grito ahogado antes de ponerse de pie para abrazar a Junmyeon.  

 

–¡Sabía que esto pasaría!, ¡Lo sabía!  

 

Victoria, aunque sorprendida, sonrió ampliamente mientras aplaudía.  

 

–Me alegra tanto por ustedes –dijo con sinceridad.  

 

Kyungsoo y Minseok también se acercaron para felicitarlos, aunque con menos efusividad que Baekhyun, sin embargo, el ambiente se llenó de alegría y abrazos.  

 

–¿Cómo fue? –preguntó Chanyeol emocionado, siempre el más curioso.  

 

Junmyeon se rió ligeramente y miró a Sehun, dejando que él contara la historia.  

 

–Primero, hablé con nuestros hijos –dijo Sehun, mirando a Ningning y Chenle con una sonrisa llena de ternura–. No podía tomar una decisión tan importante sin su aprobación.  

 

–¡Y nosotros dijimos que sí! –interrumpió Kun con entusiasmo, ganándose las risas de todos.  

 

Ningning asintió, mirando a su padre con una mezcla de orgullo y emoción.  

 

–Le dijimos a papá Sehun que lo apoyábamos, porque tú, papá Junmyeon, mereces ser feliz siempre.  

 

Junmyeon, incapaz de contener la emoción, abrazó a sus hijos con fuerza, sus ojos brillando con lágrimas.  

 

–Me sorprendiste completamente –admitió Junmyeon, mirando a Sehun– Nunca pensé que lo harías así.  

 

Sehun tomó la mano de Junmyeon y la apretó suavemente.  

 

–Lo planeé durante meses, la verdad, estaba nervioso, pero al final supe que no había nada que temer, porque te amo más que a nada en este mundo.  

 

Baekhyun suspiró dramáticamente.  

 

–¡Esto es mejor que cualquier drama romántico que haya visto!  

 

–¿Y cuándo es la boda? –preguntó Minseok, siempre práctico.  

 

Junmyeon y Sehun intercambiaron miradas antes de que Junmyeon respondiera:  

 

–Aún no hemos decidido una fecha exacta, pero queríamos que todos ustedes fueran los primeros en saberlo.  

 

Victoria levantó su copa, con una sonrisa cálida.  

 

–Entonces brindemos por ustedes, por su amor, y por la hermosa familia que han construido.  

 

Todos levantaron sus copas, incluso los niños con sus jugos, y brindaron entre risas y palabras de felicitación.  

 

La velada en la mansión Kim-Oh estaba llena de calidez y emoción, tras anunciar su compromiso, todos los amigos y familiares no podían dejar de felicitar a Junmyeon y Sehun, quienes se miraban con la misma intensidad de siempre, aunque esta vez con una felicidad aún más evidente. Entre bromas y preguntas, Baekhyun, el más impaciente del grupo, no pudo evitar insistir: 

 

–¡Cuenten cómo pasó!, ¿Cómo fue la propuesta?, ¡Quiero todos los detalles! 

 

Victoria, que estaba sentada con una copa de vino en la mano, asintió con una sonrisa curiosa. 

 

–Sí, también quiero saberlo, sobre todo porque sé que Sehun no es del tipo que nos deja intrigados.

 

Junmyeon rió suavemente mientras apretaba la mano de Sehun. 

 

–Bueno, es una historia larga... pero es tan especial que, claro, la contaremos. 

 

Sehun tomó aire, sonriendo de lado mientras recordaba aquel día. 

 

–Todo empezó hace unas semanas, Jun y yo teníamos una reunión con un inversionista importante para Oh Company, como siempre, Junmyeon manejó la negociación con una habilidad que me sigue impresionando, y yo no podía dejar de admirarlo durante toda la reunión. 

 

Junmyeon rodó los ojos, aunque se veía divertido. 

 

–Esa es una exageración, fue una negociación como cualquier otra. 

 

–No para mí –corrigió Sehun con suavidad, ganándose un suspiro enamorado de Baekhyun. 

 

Sehun río y continuó:

 

–La cuestión es que, después de la reunión, le sugerí que nos quedáramos en el hotel donde ocurrió todo. 

 

–¿Todo qué? –interrumpió Chanyeol, confundido. 

 

–Donde me pidió que fuera su novio hace tres años –explicó Junmyeon, con un leve rubor en las mejillas. 

 

Kyungsoo arqueó una ceja, intrigado. 

 

–¿Así que elegiste el mismo lugar? Muy simbólico. 

 

Sehun asintió, apretando la mano de Junmyeon con ternura. 

 

–Lo llevé al mismo hotel, reservé la misma suite y preparé todo para que fuera perfecto, solo que esta vez no le dije nada, le propuse que nos quedáramos allí durante el fin de semana, aprovechando que Ningning y kun estaban con Victoria. 

 

Junmyeon lo miró con cariño, recordando cada detalle de aquel día. 

 

–Al principio pensé que solo era una manera de relajarnos después de tanto trabajo, me pareció un gesto lindo, pero no sospeché nada. 

 

–Eso era exactamente lo que quería –admitió Sehun, riendo nerviosamente al recordar su ansiedad. 

 

Flashback

 

1 Semana atrás

 

Hotel four seasons, 20:00 PM

 

La noche era fresca, y la terraza del hotel estaba decorada con las mismas luces cálidas que Junmyeon recordaba de hace tres años. Para él, volver a ese lugar evocaba una oleada de emociones y recuerdos que le hacían sonreír mientras seguía los pasos de Sehun, quien caminaba unos pasos delante, con las manos en los bolsillos y una aparente calma que ocultaba su nerviosismo.

 

Habían decidido quedarse en el hotel tras una reunión con un inversionista clave para Oh Company, una oportunidad en la que Junmyeon había jugado un papel fundamental como uno de los principales inversionistas, la negociación había sido exitosa, gracias en gran parte al talento innato de Junmyeon para leer a las personas y anticiparse a sus movimientos. Pero esa reunión no era la razón por la que Sehun había insistido en quedarse el fin de semana en aquel lugar, el restaurante del hotel, ubicado en el primer nivel, había sido el escenario de una cena tranquila, ambos disfrutaron de una comida exquisita, acompañada por una botella de vino blanco cuidadosamente seleccionado por Sehun. La conversación fluyó naturalmente, aunque Junmyeon notó que Sehun estaba más callado de lo habitual. 

 

–¿Estás seguro de que estás bien? –preguntó Junmyeon mientras dejaba su copa de vino sobre la mesa, mirándolo con genuina preocupación. 

 

Sehun, quien llevaba toda la cena intentando calmar sus pensamientos, sonrió con suavidad. 

 

–Sí, estoy bien. Solo... pensando en muchas cosas. 

 

–¿Algo del trabajo? –preguntó Junmyeon, arqueando una ceja. 

 

–No exactamente –respondió Sehun, desviando la mirada por un momento antes de regresar sus ojos oscuros a los de Junmyeon. No podía decirle la verdad, al menos no todavía. 

 

Junmyeon decidió no presionar, sabía que, si era algo importante, Sehun lo compartiría en su momento, sin embargo, no podía evitar notar que había algo diferente en su comportamiento: esa mezcla de ansiedad y emoción que intentaba disimular sin éxito. 

 

Cuando terminaron de cenar, Sehun tomó la iniciativa de guiar a Junmyeon hacia la terraza, ,a noche estaba despejada, y desde allí se podía ver toda la ciudad iluminada, un contraste perfecto con el cielo estrellado. Junmyeon caminaba a su lado, disfrutando del aire fresco y del silencio cómodo que compartían. 

 

Al llegar al área de la terraza que Sehun había reservado exclusivamente para ellos, Junmyeon se detuvo, reconociendo el lugar de inmediato, la pequeña área estaba decorada de manera similar a como lo había estado aquella noche, tres años atrás, cuando Sehun le pidió que fuera su novio, las luces colgantes emitían un brillo cálido, y la vista de la ciudad añadía un toque mágico a la atmósfera. 

 

–¿Recuerdas este lugar? –preguntó Sehun en voz baja, rompiendo el silencio. 

 

Junmyeon miró a su alrededor antes de asentir con una sonrisa nostálgica. 

 

–Por supuesto que lo recuerdo, fue aquí donde me pediste que te diera una oportunidad... y no me arrepiento de haberlo hecho. 

 

Sehun rió suavemente, aunque su corazón comenzaba a latir con más fuerza, dio un paso hacia él, tomando sus manos con cuidado. 

 

–Para mí, este lugar siempre será especial, aquí empezó todo, mi amor, aquí fue donde cambiaste mi vida. 

 

Junmyeon lo miró fijamente, con una expresión de cariño y curiosidad, aunque no lo decía en voz alta, algo dentro de él comenzaba a intuir que esta noche no era como cualquier otra. 

 

Sehun respiró hondo, tratando de calmar los nervios que lo consumían, había planeado este momento durante semanas, meses incluso, cuidando cada detalle para asegurarse de que fuera perfecto, había elegido personalmente el anillo, un diseño elegante y exclusivo con un diamante impecablemente cortado, rodeado por pequeños detalles en oro blanco que representaban la unión y el amor eterno, había hablado con Ningning y Kun antes de dar este paso, porque quería su aprobación y sabía lo importante que era para Junmyeon. 

 

Y especialmente con minseok hyung, siendo la clara representación de un padre para junmyeon. 

 

Era el momento que espero por meses...

 

–Junmyeon –comenzó, con la voz temblorosa pero firme–, han pasado tres años desde que te pedí que confiaras en mí, desde ese día, has sido mi refugio, mi mejor amigo y el amor de mi vida, cada momento contigo ha sido un regalo, y quiero seguir compartiendo todo contigo... 

 

Junmyeon sintió cómo su corazón comenzaba a acelerarse, su intuición se confirmó cuando vio a Sehun sacar una pequeña caja de terciopelo negro de su bolsillo. 

 

–Oh, Dios... –susurró, llevándose una mano a la boca mientras las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos. 

 

Sehun se arrodilló frente a él, abriendo la caja para revelar el anillo que había elegido con tanto cuidado, el diamante brilló bajo la tenue luz de las lámparas, reflejando la emoción que ambos sentían en ese momento. 

 

–Kim Junmyeon, eres todo lo que siempre soñé y mucho más, fuiste mi fuerza para seguir adelante cuando estaba perdido en mi venganza y viniste a salvarme,  enamorándome con tu sonrisa y amabilidad, cayendo profundamente enamorado de ti, quiero pasar el resto de mi vida contigo, amándote, cuidándote y enfrentando juntos todo lo que venga, ¿Te casarías conmigo mi amor? 

 

Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Junmyeon mientras asentía repetidamente, aunque apenas podía hablar debido a la emoción. 

 

Finalmente, logró decir, con la voz entrecortada: 

 

–Sí... sí, claro que sí. 

 

Sehun sonrió con alivio y felicidad mientras se levantaba para colocar el anillo en el dedo de Junmyeon. Al hacerlo, ambos sintieron cómo el mundo desaparecía a su alrededor, dejando solo el amor que los unía. 

 

Sehun sostuvo a Junmyeon entre sus brazos, sintiendo cómo el cuerpo de su prometido temblaba ligeramente mientras ambos lloraban de felicidad, junmyeon enterró el rostro en el pecho de Sehun, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Sus brazos rodearon la cintura de Sehun, aferrándose a él como si quisiera que ese momento durara para siempre.  

 

–No puedo creerlo... –murmuró Junmyeon, su voz entrecortada por la emoción– Voy a casarme contigo.  

 

Sehun rió suavemente, besando la parte superior de su cabeza mientras acariciaba su espalda con ternura.  

 

–Tampoco puedo creer que dijeras que sí, aunque te confieso que estuve aterrorizado todo este tiempo pensando en cómo reaccionarías.  

 

Junmyeon se separó lo suficiente para mirarlo a los ojos, con sus mejillas húmedas por las lágrimas pero con una sonrisa radiante en los labios.  

 

–¿Hace cuánto tiempo planeabas esto? –preguntó, su voz cargada de curiosidad y emoción.  

 

Sehun soltó un suspiro tembloroso, llevando una mano al rostro de Junmyeon para secar las lágrimas que aún caían por sus mejillas.  

 

–Hace meses –confesó, su tono lleno de sinceridad–Fue algo que comencé a pensar seriamente desde que cumplimos nuestro primer aniversario como novios, supe que quería pasar el resto de mi vida contigo, pero quería que todo fuera perfecto.  

 

Junmyeon arqueó una ceja, su mirada mezclando ternura y sorpresa.  

 

–¿Meses?, ¿Todo este tiempo guardaste el secreto?  

 

Sehun asintió, entrelazando sus manos con las de Junmyeon.  

 

–Y no fue fácil, créeme, pero quería que cada detalle estuviera pensado, porque tú mereces lo mejor.  

 

Junmyeon lo abrazó nuevamente, escondiendo su rostro en el cuello de Sehun mientras sus manos subían para acariciar suavemente su rostro y su cabello.  

 

–Eres increíble, ¿lo sabías?, No sé cómo tuve tanta suerte de encontrarte.  

 

Sehun sonrió contra su cabello, depositando un beso allí antes de continuar.  

 

–Antes de proponerte matrimonio, había algo que necesitaba hacer... algo importante.  

 

Junmyeon levantó la cabeza ligeramente para mirarlo con curiosidad.  

 

–¿Qué cosa?  

 

Sehun tomó aire, como si estuviera reuniendo valor para contarle.  

 

–Hablé con Minseok hyung

 

El nombre de su hermano mayor hizo que Junmyeon parpadeara con sorpresa.  

 

–¿Minseok?  

 

–Sí –confirmó Sehun, apretando suavemente las manos de Junmyeon entre las suyas–  tu padre ya no es parte de tu vida y que probablemente no querrías involucrarlo en esto. Así que pensé que, como tu hermano mayor, Minseok sería la persona indicada para pedirle tu mano.  

 

Junmyeon se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Sehun acababa de decirle, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas nuevamente, pero esta vez no eran solo de emoción, sino también de gratitud.  

 

–¿Fuiste a hablar con Minseok? –preguntó en voz baja, como si todavía no pudiera creerlo.  

 

Sehun asintió, su mirada fija en los ojos de Junmyeon.  

 

–Sí. Quería demostrarte cuánto respeto todo lo que significa tu familia para ti, minseok fue muy amable conmigo, me dijo que confiaba plenamente en mi capacidad para cuidarte y hacerte feliz, y que estaba contento de que tú hubieras encontrado a alguien que te ame tanto.  

 

Junmyeon soltó un pequeño sollozo, cubriéndose la boca con una mano mientras las lágrimas volvían a rodar por sus mejillas.  

 

–Oh, Sehun...  

 

–Eso no es todo –agregó Sehun, tomándolo nuevamente por sorpresa– También hablé con Ningning y Kun.  

 

Junmyeon abrió los ojos, sintiendo que su corazón se llenaba aún más de amor por el hombre frente a él.  

 

–¿Hablaste con ellos?  

 

–Por supuesto –dijo Sehun, sonriendo con ternura–. Ellos son una parte importante de ti, Jun, y no podía dar este paso sin hablar con ellos primero. Les conté lo mucho que te amo y lo que significas para mí, les expliqué que quería pedirte matrimonio, pero que necesitaba saber si ellos estaban de acuerdo, porque también son parte de nuestra familia.  

 

Junmyeon rió entre lágrimas, impresionado por el nivel de detalle que Sehun había puesto en todo esto.  

 

–¿Y qué dijeron?  

 

–Ningning fue la primera en hablar –recordó Sehun, riendo suavemente–. Me miró directamente a los ojos y me dijo: "Si haces llorar a papá, te vas a arrepentir".  

 

Junmyeon no pudo evitar reírse, imaginando perfectamente a su hija diciendo esas palabras.  

 

–Eso suena a Ningning.  

 

–Kun, en cambio, fue un poco más tranquilo –continuó Sehun–. Me preguntó si realmente estaba seguro de que quería casarme contigo, y cuando le dije que sí, me dio un abrazo y me dijo que estaba feliz por nosotros.  

 

Junmyeon lo abrazó con fuerza nuevamente, incapaz de contener la oleada de emociones que lo embargaban.  

 

–No puedo creer que hayas hecho todo esto...  

 

–Lo haría una y mil veces por ti –respondió Sehun, su voz cargada de amor–. Quiero que sepas que no solo te estoy eligiendo a ti, sino también a todo lo que amas, ningning y Kun son parte de mi vida tanto como tú, y haré todo lo posible para que todos seamos felices juntos.  

 

Junmyeon levantó la cabeza para mirarlo, sus ojos brillando con lágrimas y amor.  

 

–Te amo tanto, Sehun.  

 

–Y yo a ti, Jun –respondió él, inclinándose para capturar sus labios en un beso suave pero lleno de emoción.  

 

La noche continuó con ambos abrazados bajo las estrellas, hablando sobre su futuro juntos y soñando con el día en que finalmente se convertirían en esposos. La terraza del hotel, que ya tenía un significado especial para ellos, se convirtió en el escenario de un nuevo capítulo en su historia de amor, una historia que, a pesar de los obstáculos, seguía siendo tan pura y apasionada como el día en que comenzó.

 

Fin del flashback

 

Todos estaban lagrimeando al escuchar la noche de la propuesta, sabían que enfrentaron tantas cosas a lo largo de los años para estar juntos finalmente, era una historia de lucha y superación entre ellos dos. 

 

Más tarde, cuando la cena había terminado y los invitados estaban relajados, Junmyeon se encontró a solas con Sehun en el jardín de la mansión, bajo las estrellas, Sehun abrazó a Junmyeon por la espalda, apoyando su barbilla en su hombro.

 

–¿Estás feliz? –preguntó Sehun en voz baja.

 

Junmyeon giró ligeramente para mirarlo, sus ojos reflejando las estrellas.

 

–Más de lo que puedo expresar con palabras.

 

Sehun sonrió y lo besó suavemente, sabiendo que ese momento, como tantos otros que compartían, sería uno que recordarían por siempre, y pronto sería su hermoso y amado esposo.

 

4 Meses después 

 

La vista Palms, California, Estados Unidos.

 

17:00 PM

 

La tarde de verano en La Vista Palms, un hermoso viñedo en California, estaba pintada de tonos cálidos que daban un aire mágico al lugar, el cielo se extendía despejado, con el sol empezando a descender, dejando una suave luz dorada que iluminaba el escenario, todo estaba preparado para la boda legal de Sehun y Junmyeon, un momento que no solo celebraría su amor, sino que también sería un símbolo de unión y libertad para ambos.

 

La ceremonia se llevaba a cabo en un jardín rodeado de olivos y viñedos. El altar, decorado con flores blancas y lavanda, se encontraba bajo un arco de madera envuelto en hiedra, había un aire íntimo en el ambiente; solo unos pocos seleccionados estaban presentes. Entre los invitados estaban sus amigos más cercanos: Kyungsoo, Minseok, Baekhyun, Chanyeol, Victoria, y, por supuesto, Ningning y kun, quienes no podían ocultar su emoción. Vivi, el perro de Sehun, también estaba ahí, luciendo un pequeño lazo en su collar.

 

Sehun estaba de pie en el altar, vestido con un elegante traje blanco con detalles en negro, nervioso pero feliz. Su cabello estaba perfectamente peinado, y en sus ojos se reflejaba una mezcla de ansiedad y anticipación. Cada pocos segundos se ajustaba la chaqueta o respiraba profundamente, mientras sus amigos y familiares contenían las risas al verlo tan inquieto. Kyungsoo, que estaba a su lado, le susurró:  

 

–Relájate, no va a dejarte plantado.  

 

Sehun le lanzó una mirada nerviosa, pero terminó soltando una pequeña risa, sabía que Kyungsoo tenía razón, pero el momento era tan importante que no podía evitar sentirse al borde del colapso, todo lo que había soñado estaba a punto de hacerse realidad.  

 

Mientras tanto en la suite de junmyeon...

 

Detrás de escena, Junmyeon terminaba los últimos detalles con la ayuda de Minseok, vestía un traje blanco perla, perfectamente ajustado a su figura, con un toque de plata en el chaleco que resaltaba la calidez de su piel, su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás, y una pequeña sonrisa adornaba sus labios mientras intentaba calmar sus propios nervios.  

 

–¿Estoy bien? –preguntó Junmyeon, girándose hacia su hermano mayor.  

 

Minseok, quien lucía un traje sobrio pero elegante, lo miró con cariño.  

 

–Estás perfecto, Jun, sehun va a quedarse sin palabras.  

 

Junmyeon respiró profundamente, sosteniendo el anillo de novios, que llevaba en las manos, tratando de dejar de lado ya que no lo usaría más... 

 

 

Por que sería su esposo

 

 

–¿Crees que está nervioso hyung?  

 

Minseok soltó una pequeña risa.  

 

–Por supuesto que lo está, pero eso solo significa que te ama más de lo que puede manejar mi jun

 

La música comenzó a sonar en el jardín, un suave tema instrumental de Lana del rey, "Young and Beautiful" que marcaba el inicio de la ceremonia, junmyeon suspiró y trato de calmar sus nervios, no era la primera vez que se casaba pero esta vez sería con el amor de su vida, el hombre el que amaba y lucho por el a pesar de todos los obstáculos que atravesaron.

 

Ningning y Kun, vestidos con pequeños trajes blancos a juego, se adelantaron con Vivi, llevando los anillos en una pequeña almohada de terciopelo, los invitados sonrieron al ver a los niños, que caminaban con una mezcla de seriedad y emoción. Vivi, por su parte, seguía a los niños obedientemente, ganándose algunas risas y suspiros entre los asistentes, sehun miró a sus hijos con ternura, pero su atención se desvió rápidamente hacia el inicio del pasillo, donde finalmente apareció Junmyeon, de la mano de Minseok.  

 

El corazón de Sehun se detuvo por un momento, junmyeon estaba radiante, como si la luz dorada del atardecer hubiera sido hecha especialmente para él, cada paso que daba hacia el altar parecía cargado de significado, y Sehun no podía apartar la vista, los murmullos entre los invitados se desvanecieron mientras todos quedaban hipnotizados por la escena, junmyeon estaba precioso, un ángel para el, sus ojos brillaban demostrando la emoción que sentía, junmyeon le dedico una sonrisa a medida que se acercaba junto a su hermano mientras sehun asentía estando hipnotizado al ver a su futuro esposo.

 

Cuando Junmyeon y Minseok llegaron al altar, Minseok se detuvo, miró a Sehun directamente y, con una sonrisa sincera, colocó la mano de su hermano en la de Sehun.  

 

–Cuídalo bien sehun... –dijo en voz baja, aunque lo suficiente para que ambos lo escucharan.  

 

Sehun asintió, incapaz de decir una palabra, su mirada se encontró con la de Junmyeon, y ambos compartieron una sonrisa llena de amor y promesas no dichas.  

 

El oficiante comenzó la ceremonia, sus palabras resonando con calma y solemnidad.  

 

–Hoy estamos aquí reunidos para celebrar la unión de dos almas que han encontrado el amor y el hogar en el otro.  

 

Mientras el oficiante hablaba, Junmyeon y Sehun apenas podían concentrarse, sus miradas estaban fijas, comunicándose sin necesidad de palabras, ninguno podía evitar recordar los momentos que los habían llevado hasta este día: las dificultades, las risas, los abrazos en los días grises, y la certeza de que, a pesar de todo, habían encontrado su felicidad en el otro.  

 

Cuando llegó el momento de los votos, Sehun fue el primero en hablar, tomó la mano de Junmyeon y, con una voz que temblaba ligeramente por la emoción, comenzó:  

 

–Kim Junmyeon, hace años prometí amarte, respetarte y protegerte. Hoy, frente a nuestras familias, amigos y las personas que más queremos, renuevo esa promesa, prometo ser tu apoyo en los días difíciles, tu compañero en las victorias y el lugar al que siempre puedas regresar, eres mi todo, y no puedo imaginar una vida sin ti.  

 

Junmyeon sonrió con lágrimas en los ojos, sus manos temblando ligeramente mientras sostenía las de Sehun. Cuando llegó su turno, tomó aire antes de hablar:  

 

–Oh Sehun, desde el momento en que entraste en mi vida, lo cambiaste todo, me mostraste que el amor puede ser hermoso y darme la oportunidad de dejarme querer por ti, prometo amarte con todo lo que soy, compartir contigo mis sueños y construir un futuro juntos. Eres mi amor, mi mejor amigo y mi hogar.  

 

Los invitados se limpiaron discretamente las lágrimas mientras ambos intercambiaban anillos. Ningning y Kun observaban emocionados desde sus asientos, orgullosos de ver a su papá y a Sehun dando ese paso tan importante.  

 

El oficiante al ver a la pareja, mientras firmaban los papeles, anunció:

 

—Oficialmente les declaro, Esposos, pueden besarse...

 

y Sehun no perdió tiempo en inclinarse para besar a Junmyeon. 

 

Fue un beso lleno de amor y pasión, y los aplausos y vítores de los invitados llenaron el aire mientras la pareja se abrazaba con fuerza.  

 

Al caminar juntos por el pasillo como recién casados, rodeados de flores y risas, Sehun susurró al oído de Junmyeon:  

 

–Te amo, esposo mío.  

 

Junmyeon rió suavemente, entrelazando sus dedos con los de Sehun.  

 

–Y yo a ti, para siempre.  

 

Esa noche, bajo el cielo estrellado de California, Junmyeon y Sehun comenzaron un nuevo capítulo en su historia, rodeados de amor y la certeza de que habían encontrado a su otra mitad.

 

1 Semana después 

 

Four Seasons Hotel, Seoul, 19:00 PM

 

La noche en Seúl estaba iluminada por las luces vibrantes de la ciudad, pero dentro del  hotel Four seasons, donde todo había comenzado para Junmyeon y Sehun, el brillo provenía del amor y la alegría que llenaban el ambiente. Era la boda significativa que ambos habían decidido celebrar en Corea, un evento diseñado para compartir su felicidad con aquellos que habían sido parte de su viaje, desde familiares y amigos cercanos hasta socios importantes de sus empresas, algunos fueron mientras que otros no ya que no estaban de acuerdo con lo que la pareja mostraba ya que no eran "Una familia tradicional". 

 

El salón principal del hotel estaba decorado con elegancia minimalista, manteniendo la esencia de ambos. El blanco y el dorado predominaban, con arreglos florales de rosas y orquídeas en cada mesa, acompañados de velas que creaban un ambiente cálido y sofisticado. Había cerca de 100 invitados, entre los cuales destacaban grandes nombres del mundo empresarial, inversionistas, empleados clave de Kim Corporation y Oh Company, así como amigos que habían sido testigos de los altibajos de su relación.

 

Junmyeon, ahora conocido como:

 

"Kim-Oh Junmyeon"

 

Su apellido que usaría en ocasiones especiales como esta 

 

Estaba radiante, vestía un traje blanco impecable, con un chaleco dorado que resaltaba su figura esbelta y elegante, diseñado por minseok, Su cabello oscuro estaba ligeramente despeinado, dándole un aire relajado pero sofisticado. A su lado, Sehun lucía igual de impresionante con un traje negro de corte clásico, complementado por una corbata blanca y detalles dorados que armonizaban con el atuendo de Junmyeon.

 

Aunque esta boda no incluía una ceremonia tradicional, el ambiente era igualmente significativo, este evento era mucho más que una fiesta: era la culminación de años de lucha, amor y reconciliación entre sus familias, que alguna vez fueron rivales. Ambos habían trabajado arduamente para transformar las heridas del pasado en un futuro lleno de esperanza y unidad.

 

Los niños, Ningning y Kun, se movían entre las mesas con una energía contagiosa, saludando a los invitados y asegurándose de que todos estuvieran disfrutando. Ningning llevaba un vestido blanco con detalles plateados, mientras que kun lucía un pequeño traje negro con un moño dorado. Ambos estaban felices de ver a su papá y a Sehun celebrando su amor de una manera tan especial nuevamente pero en su país natal. 

 

—Papá jun se ve muy bonito–habló a kun susurrando y fijandose en su padre, quién estaba deslumbrante

 

—Papi siempre fue bonito ning, esta muy feliz con papá sehun, sonríe mucho estos días–contestó a su melliza, viendo igual a su padre jun y a su otro papi

 

 

El evento comenzó con una breve bienvenida de Sehun y Junmyeon

 

Junmyeon tomó el micrófono, su voz calmada pero cargada de emoción: 

 

–Buenas noches a todos, gracias por acompañarnos en este día tan especial, esta celebración no es solo para nosotros, sino también para todos ustedes, quienes han sido parte de nuestra vida, quienes nos han apoyado y quienes están aquí hoy, compartiendo nuestra felicidad. 

 

Sehun continuó, con una sonrisa traviesa en el rostro. 

 

–Y también quiero agradecer a mi esposo, Kim-Oh Junmyeon, por aceptar ser mi compañero en esta vida. Aunque puedo ser un poco terco a veces... –dijo, ganándose algunas risas de los invitados– ...siempre has sido mi luz en los días más oscuros. 

 

Los aplausos llenaron la sala mientras Junmyeon tomaba suavemente la mano de Sehun, ambos intercambiando una mirada llena de amor., luego, la música comenzó a sonar, marcando el inicio de la cena y el tiempo para socializar. 

 

Las mesas estaban llenas de una variedad de platillos exquisitos, que iban desde cocina tradicional coreana hasta opciones internacionales. Los invitados disfrutaban de cada detalle, desde el menú cuidadosamente seleccionado hasta las conversaciones amenas que se daban en cada rincón. 

 

Victoria, la exesposa de Junmyeon, estaba presente, luciendo un vestido azul que resaltaba su elegancia natural. Aunqu e su relación con Junmyeon había sido más amistosa toda su vida que romántica, estaba feliz de verlo tan enamorado, se acercó a la pareja en algún momento de la noche, brindando por su felicidad. 

 

–Nunca había visto a Junmyeon tan feliz –dijo, levantando su copa de champán. 

 

Kyungsoo, el hermano de Sehun, se mantenía cerca de la pareja, asegurándose de que todo estuviera en orden. Aunque siempre había sido el más reservado, no podía ocultar una pequeña sonrisa al ver a su hermano menor tan pleno. 

 

–Supongo que valió la pena todo el drama –comentó en voz baja, ganándose una risa de Junmyeon. 

 

Baekhyun y Chanyeol, inseparables como siempre, fueron el alma de la fiesta. Baekhyun, con su carisma natural, no tardó en subir al escenario para ofrecer un pequeño discurso. 

 

–Quiero decir algo sobre Junmyeon y Sehun –comenzó, haciendo una pausa dramática–. Nunca había visto a dos personas más tercas... pero también más enamoradas, ustedes son la prueba de que el amor puede superar cualquier obstáculo, incluso rivalidades familiares y diferencias de personalidad. 

 

El discurso de Baekhyun fue seguido por una ovación, mientras Chanyeol lo abrazaba, riendo por las lágrimas que amenazaban con caer. 

 

A medida que avanzaba la noche, los invitados se dirigieron a la pista de baile, donde la música animada llenó el espacio. Junmyeon y Sehun compartieron su primer baile como esposos en Corea, una canción suave que parecía encapsular su viaje juntos. Junmyeon apoyó su cabeza en el hombro de Sehun mientras se movían al ritmo de la música, y por un momento, el mundo exterior dejó de existir. 

 

—Te amo mi amor–susurro sehun, besando la sien de junmyeon

 

—Yo tambien, esposo mío...

 

Unas horas después...

 

Salon de eventos, Four seasons, Seoul, 23:00 PM

 

Junmyeon se apoyó contra la pared del pasillo, sus bebes jugaban con baekhyun y chanyeol asi que no estaba muy preocupado pero se quedo observando la sombra que se movía en la distancia, por un momento, pensó que tal vez su mente estaba jugando con él, pero esa figura parecía demasiado familiar. Era alguien que, aunque lo hubiera evitado por años, aún lograba invadir sus pensamientos: 

 

Su padre, Kim junghyun

 

El corazón de Junmyeon dio un vuelco al verlo, y por un instante, todo lo que había logrado construir con Sehun, sus hijos y sus amigos, parecía desmoronarse en ese momento de confrontación silenciosa, se sentía en paz con su vida, con su amor, con su familia, pero esa figura en la sombra, esa presencia fría y distante, traía consigo toda la carga del pasado.

 

Sin decirle nada a Sehun, quien estaba descansando, Junmyeon se excusó discretamente, sabía que no quería preocuparlo, pero algo dentro de él le decía que debía enfrentar a su padre, a pesar de los años de ausencia, la figura de su progenitor seguía marcando su vida. Decidió que no podía seguir viviendo con esa sombra sobre su cabeza.

 

Caminó hacia el área del hotel más alejada, donde la figura se desvanecía hacia una esquina solitaria, cuando se acercó más, vio a su padre, Kim Junghyun, de pie junto a una ventana, mirando las luces de la ciudad. Su rostro seguía tan inquebrantable como siempre, pero por un momento, Junmyeon pensó ver una pequeña grieta en su semblante.

 

–Padre... –dijo Junmyeon, con la voz baja, pero firme.

 

Kim Junghyun se giró lentamente, en sus ojos no había la calidez que Junmyeon había esperado, solo un hielo distante, pero algo más estaba presente: un reconocimiento. No dijo nada por un momento, simplemente observó a su hijo, como si intentara descifrar quién era ahora.

 

–Junmyeon... –dijo al fin, su voz grave, pero cargada de algo que no era claro para el joven Junmyeon–Supongo que esperabas que no viniera.

 

Junmyeon dio un paso más adelante, su pulso aún acelerado, había invitado a su padre en secreto, sin que Sehun supiera, sabía que, si se enteraba, Sehun lo habría detenido, y por un momento, Junmyeon no quería ese conflicto. Quería cerrar este capítulo en privado, quería ser capaz de mirar a Sehun a los ojos sin la sombra de su pasado nublando su felicidad.

 

–No sé por qué lo hice, pero no pude dejarlo pasar, sé lo que me hiciste, todo lo que me hiciste, pero aún así, te invité,tal vez por un pequeño sentimiento de esperanza que, quizás, en algún lugar, puedas sentir algo de lo que alguna vez fue... padre. –Las palabras salían con dificultad, como si estuviera arrancando cada una de ellas de lo más profundo de su ser.

 

Junghyun observó a su hijo en silencio por un largo momento, no podía esconder el resentimiento, pero tampoco podía negar la realidad de que, en algún punto de su vida, Junmyeon había sido su mayor orgullo, el hombre que había creado, que había llegado a ser tan exitoso, que había reconstruido su vida lejos de su sombra. Un suspiro salió de su pecho.

 

–Siempre creí que el mundo debía ser gobernado con poder y control, pero ahora veo que... no todo es así. –dijo, más para sí mismo que para Junmyeon. No lo miraba a los ojos, pero parecía que las palabras que pronunciaba tocaban una fibra de arrepentimiento que ni él mismo había considerado. 

 

–Te fallé, Te fallé, Junmyeon, Y sé que nada de lo que diga lo arreglará.

 

Junmyeon sintió una mezcla de rabia y alivio, años de frustración y dolor habían culminado en ese momento. Parte de él deseaba que su padre se arrepintiera de verdad, que se disculpara de corazón, pero también sabía que no podría obtenerlo. Este momento no era para que su padre cambiara, sino para que Junmyeon pudiera finalmente encontrar la paz.

 

–Eso no lo cambia todo –dijo Junmyeon, con voz firme, pero sin gritar–. Pero no te odio, y aunque nunca me diste lo que necesitaba, ahora sé que, por primera vez, soy capaz de vivir sin tu sombra sobre mí.

 

Junmyeon se quedó en silencio, observando a su padre, mientras sus palabras flotaban en el aire. Era extraño escuchar algo tan cercano a una expresión de cariño de parte de Kim Junghyun, el hombre que había sido su peor enemigo durante toda su vida, el mismo que le había dado todo, pero a su manera, y que luego le había arrebatado mucho de lo que había sido su esencia.

 

—Estoy orgulloso de ti–dijo Junghyun, y por un instante, Junmyeon no pudo procesar lo que había escuchado. 

 

Estas palabras, que nunca llegaron a salir de la boca de su padre durante todos esos años de sufrimiento, por fin se manifestaban. 

 

—Si tu madre estuviera viva, estaría feliz por ti–.continuó Junghyun, su voz ligeramente quebrada. 

 

Por un momento, Junmyeon sintió que el aire se le escapaba de los pulmones, las lágrimas lo invadieron, pero hizo todo lo posible por contenerlas, nunca había escuchado esas palabras de su padre, no desde la muerte de su madre, y la idea de que, incluso después de tanto tiempo, su madre, a través de las palabras de su padre, seguía estando presente, lo hizo tambalear emocionalmente.

 

Junghyun había sido un hombre duro, implacable en su vida, y Junmyeon lo sabía mejor que nadie, pero ahora, de alguna manera, parecía estar admitiendo, aunque de una forma no completamente abierta, que había fallado y que, de alguna manera, estaba tratando de redimir algo de su error.

 

El silencio se prolongó unos segundos, junmyeon quería hablar, pero las palabras parecían no ser suficientes para expresar todo lo que sentía. La mezcla de rabia, tristeza, alivio, y una ligera esperanza lo embargaban.

 

Justo cuando las palabras estaban por salir de su boca, Junmyeon sintió una mano firme sobre su hombro, se giró, y allí estaba sehun, con su mirada protectora y su postura inconfundible, aunque su rostro reflejaba preocupación, sus ojos también denotaban una calma que solo Sehun podía transmitirle en momentos como este. Sin decir una palabra, Sehun miró a Junghyun, y luego se centró en Junmyeon, con esa seguridad y confianza que le transmitía siempre. 

 

–¿Estás bien? –preguntó Sehun, con voz baja pero firme. Junmyeon asintió, sintiendo la fortaleza de su presencia como un ancla en ese mar de emociones encontradas. 

 

No necesitaba más, solo que Sehun estuviera allí

 

Junghyun observó la escena en silencio, era claro que su presencia no solo había alterado a Junmyeon, sino que también había tocado algo en Sehun, durante unos segundos, parecía que los tres estaban atrapados en ese momento suspendido en el tiempo, hasta que finalmente Junghyun rompió el silencio, con un tono más suave.

 

–Sé que no tengo derecho a hablar de lo que debería haber hecho... o de lo que nunca hice por ti, Junmyeon. –Junghyun hizo una pausa, como si tomara una respiración profunda, antes de continuar. –Pero quiero que sepas que, si algo pudiera cambiarse, si pudiera retroceder, lo haría. Te fallé. Pero, en algún lugar, quiero creer que te di algo... algo que te ayudó a llegar tan lejos.

 

Junmyeon no sabía qué responder, ,a rabia seguía allí, pero las palabras de su padre lo hacían dudar, durante tanto tiempo había deseado escuchar eso de él, pero ahora que lo escuchaba, sentía que ya no tenía sentido seguir buscando esa validación. Al menos, no de su parte. 

 

–Gracias –respondió Junmyeon finalmente, su voz temblorosa, pero decidida. –Lo escucho, y aunque no cambie lo que pasó, al menos ya no siento que todo esto haya sido en vano, no acepto, pero también sé que ahora mi vida está en otro lugar, he encontrado paz.

 

Sehun apretó la mano de Junmyeon con fuerza, como si estuviera dándole el último empujón para liberarse del peso de esos años de sufrimiento. La mirada de Sehun a Junghyun era tranquila, pero al mismo tiempo, mostraba un tipo de seguridad que solo se obtiene al saber que lo más importante ya está asegurado: su amor por Junmyeon.

 

Después de un largo silencio, Junghyun pareció entender, dijo algo que, aunque breve, encerraba un mundo de sentimientos que ninguno de los tres estaba dispuesto a verbalizar completamente.

 

–Te deseo lo mejor, no espero tu perdón, Junmyeon, pero espero que encuentres lo que mereces... y que la vida te brinde paz.

 

La sorpresa de Junmyeon llegó cuando, antes de retirarse... 

 

Junghyun se arrodilló Frente a él.

 

Con una humildad que nunca había demostrado antes, el hombre que lo había hecho sufrir durante tanto tiempo, se inclinó como una especie de despedida. Junmyeon sintió que el suelo temblaba bajo sus pies, la emoción de aquel gesto era más que palabras, más que cualquier disculpa.

 

–Me iré ahora, pero espero que la vida nos vuelva a reunir, algún día. –Junghyun se levantó, y antes de irse, sus ojos se encontraron con los de Junmyeon. 

 

Sin previo aviso, Junghyun se acerco y besó la frente de su hijo, un gesto que Junmyeon nunca habría imaginado, el beso no era el amor paternal que siempre había deseado, pero sí era un reconocimiento. El reconocimiento de lo que Junmyeon había logrado, de lo que había sido capaz de construir, y tal vez, en ese beso, Junghyun estaba diciendo adiós a su antiguo hijo, el hijo que él había conocido, y saludando al hombre que ahora tenía frente a él.

 

Finalmente, Junghyun se dio la vuelta y comenzó a alejarse, caminando sin mirar atrás, junmyeon se quedó allí, con el peso de todo lo que acababa de ocurrir. No sabía si debía sentir alivio o tristeza, pero sabía una cosa con certeza:

 

El pasado, por fin, estaba en su lugar. Ahora, solo quedaba mirar hacia adelante.

 

Sehun, que había permanecido en silencio, se acercó a él, junmyeon lo miró y, por primera vez en mucho tiempo, sonrió con sinceridad, su vida estaba aquí, con Sehun, con los niños, con su familia, no necesitaba el perdón de su padre para avanzar, porque había encontrado algo mucho más valioso: el amor incondicional de su propia familia. 

 

–Te amo, Junmyeon –dijo Sehun, en voz baja, sin que hubiera más necesidad de explicaciones. Las palabras ya no eran necesarias.

 

Junmyeon asintió, tomando la mano de Sehun con fuerza. 

 

–Lo sé, y eso es todo lo que necesito.

 

Y mientras el sonido de la música de la fiesta seguía de fondo, los dos se alejaron, dejando atrás no solo a Junghyun, sino también cualquier sombra que hubiese quedado de esa relación rota, juntos, con sus hijos, sus amigos, y el amor que los unía, todo lo demás parecía irrelevante. Lo único que importaba era el futuro que iban a construir.

 

Suite Kim-Oh, Four seasons hotel, 04:00 AM

 

Junmyeon y Sehun apenas cruzaron la puerta de la suite que habían reservado para pasar la noche tras la celebración, la fiesta había sido perfecta, rodeados de personas que los amaban y celebraban con ellos, pero nada se comparaba con la intimidad de ese momento, una vez dentro, Sehun empujó suavemente a Junmyeon contra la puerta, atrapándolo entre sus brazos. Sus labios se encontraron en un beso profundo, cargado de deseo y de una pasión contenida que parecía haber crecido con cada segundo que pasaron juntos esa noche.

 

Junmyeon respondió con la misma intensidad, aferrándose a la camisa de Sehun mientras sentía que sus rodillas se debilitaban. 

 

–No puedo esperar más –susurró, con la voz apenas audible, entre jadeos y besos que no parecían tener fin.

 

Sehun sonrió contra sus labios, sus manos ya recorriendo el costado del cuerpo de Junmyeon, deslizándose por la tela del traje perfectamente ajustado que había llevado durante la ceremonia.

 

–No tienes idea de cuánto te deseo –respondió, su voz baja y cargada de emoción. 

 

Sus dedos encontraron el nudo de la corbata de Junmyeon y comenzaron a deshacerlo con movimientos rápidos pero torpes, como si la urgencia del momento no le permitiera ser meticuloso, junmyeon dejó escapar una risa suave y le tomó las manos, deteniéndolo por un momento.

 

–Con calma, Sehun. Tenemos toda la noche –dijo, aunque sus ojos brillaban con la misma ansiedad que el menor estaba mostrando. 

 

Sin embargo, antes de que pudiera terminar de hablar, Sehun volvió a tomar el control, esta vez quitándole la corbata de un tirón y lanzándola al suelo sin preocuparse por dónde caía.

 

–He esperado toda mi vida por ti, no voy a desperdiciar ni un segundo –murmuró Sehun antes de besar nuevamente a Junmyeon, esta vez con más desesperación. 

 

Las manos de Sehun no se quedaron quietas; recorrieron la espalda de Junmyeon, deslizando la chaqueta del traje hasta que cayó al suelo. Junmyeon, que también estaba impaciente, comenzó a desabotonar la camisa de Sehun, exponiendo poco a poco su piel. Sus dedos rozaron el pecho del menor, dibujando líneas imaginarias que hicieron que Sehun temblara bajo su toque.

 

–Eres tan perfecto –susurró Junmyeon, sus ojos recorriendo cada centímetro de piel que iba descubriendo. Había algo casi reverencial en la forma en que lo miraba, como si todavía no pudiera creer que ese hombre era suyo, que se habían prometido pasar el resto de sus vidas juntos.

 

Sehun lo empujó suavemente hacia la cama, sin dejar de mirarlo. Sus manos bajaron hasta el cinturón de Junmyeon, desabrochándolo con rapidez. 

 

–No, tú eres el perfecto –respondió, mientras lo ayudaba a deshacerse del pantalón, junmyeon rió suavemente al sentir la impaciencia en los movimientos de Sehun, pero esa risa se convirtió rápidamente en un jadeo cuando las manos del menor recorrieron sus muslos con firmeza.

 

Junmyeon cayó sobre la cama, sus ojos clavados en Sehun, que se deshacía de su propia ropa con la misma urgencia, cuando por fin estuvo desnudo frente a él, Junmyeon sintió que su corazón se aceleraba, no era solo el deseo lo que lo consumía en ese momento, sino el amor abrumador que sentía por el hombre que estaba frente a él. 

 

–Ven aquí, esposo mío–dijo, extendiendo una mano hacia Sehun, que no tardó en unirse a él sobre la cama. Sus cuerpos se encontraron, piel contra piel, y el calor que emanaba de ambos parecía llenar todo el espacio. 

 

Sehun atrapó nuevamente los labios de Junmyeon, pero esta vez el beso fue más lento, más profundo, como si quisiera grabar cada sensación en su memoria, las manos de Sehun continuaron explorando el cuerpo de Junmyeon, trazando cada línea y cada curva con una adoración que no necesitaba palabras, junmyeon respondió de la misma manera, sus dedos perdiéndose en el cabello de Sehun mientras sus labios se movían por su cuello, dejando suaves besos que hicieron que el menor cerrara los ojos y se entregara completamente al momento.

 

El tiempo pareció detenerse mientras ambos se entregaban el uno al otro, mo había prisa, solo el deseo de conectar de la manera más íntima posible. Los suspiros y jadeos llenaron la habitación, mezclándose con las suaves caricias y los besos que intercambiaban. Era como si estuvieran intentando expresar todo lo que sentían con cada toque, con cada mirada.

 

–Te amo –susurró Sehun, su voz temblando ligeramente, sus ojos se encontraron con los de Junmyeon, que lo miró con tanta intensidad que Sehun sintió que su corazón se detendía por un momento.

 

–Y yo a ti, Sehun. Siempre –respondió Junmyeon, sus palabras cargadas de emoción.

 

Sehun, con una mezcla de urgencia y devoción, se separó momentáneamente de los labios de Junmyeon para buscar rápidamente el lubricante en la mesita de noche, su respiración era pesada, sus ojos oscuros por el deseo mientras volvía a posar su mirada sobre su esposo. Junmyeon yacía debajo de él, con las mejillas sonrojadas y los labios entreabiertos, su pecho subiendo y bajando al ritmo de su respiración agitada, el mayor lo miraba con los ojos llenos de amor y confianza, lo que hacía que el corazón de Sehun latiera aún más rápido, en ese momento, no podía evitar pensar que se había casado con el hombre más hermoso, el único que había logrado derribar sus muros y mostrarle lo que significaba amar de verdad.  

 

–Eres precioso–susurró Sehun, inclinándose para dejar un suave beso en la frente de Junmyeon, antes de bajar por su cuello, dejando pequeñas marcas que sabían que al día siguiente recordarían.  

 

Junmyeon cerró los ojos y soltó un suspiro tembloroso, arqueando ligeramente la espalda al sentir las manos firmes de Sehun empezar a prepararlo con cuidado, los dedos del menor se movían con delicadeza dentro de el pero también con seguridad, buscando que Junmyeon se sintiera cómodo en todo momento.  

 

–Sehun... –murmuró Junmyeon, su voz llena de deseo mientras lo miraba con los ojos entreabiertos.  

 

Sehun lo observó con una sonrisa cálida, inclinándose para susurrar contra su oído. 

 

–Quiero que te sientas bien, que recuerdes esta noche para siempre.  

 

Junmyeon mordió su labio inferior, sus manos aferrándose a los hombros de Sehun mientras sentía cómo cada caricia y movimiento lo hacía perderse más en el momento. La conexión entre ambos era inquebrantable, y se sentía como si el mundo entero hubiera desaparecido, dejándolos solos en su propia burbuja de amor y pasión.  

 

Los suspiros de junmyeon resonaban en toda la habitación, mientras sehun tenia tres de sus dedos dentro de el, para disfrutarlo esta noche.

 

Cuando Sehun terminó de prepararlo, se inclinó nuevamente para dejar un beso suave en los labios de Junmyeon. 

 

–¿Estás listo?  

 

Junmyeon asintió sin decir una palabra, su mirada diciendo más de lo que cualquier palabra podría expresar. Sus manos se aferraron a las caderas de Sehun, instándolo a continuar, mientras una sonrisa temblorosa se dibujaba en su rostro.  Sehun se empujó lentamente dentro de él, dejando escapar un gemido ronco al sentir la calidez que lo envolvía. El cuerpo de Junmyeon se arqueó instintivamente, sus piernas rodeándolo con desesperación, apretándolo más contra él.

 

—Dios, Junnie… estás tan apretado —jadeó Sehun, su voz rasposa, los ojos fijos en el rostro enrojecido de su esposo.

 

Junmyeon gimió, aferrándose a los hombros del otro con dedos temblorosos. Sus labios estaban entreabiertos, y sus ojos, húmedos, lo miraban como si lo necesitara para sobrevivir.

 

—Muévete... por favor... hazme tuyo, Sehunnie... no aguanto más —suplicó, la voz rota por la necesidad.

 

Sehun gruñó, perdiendo el poco control que tenía. Comenzó a moverse, lento al principio, hundiéndose hasta el fondo con cada embestida, haciéndolo gemir más fuerte.

 

—Te amo así... desesperado por mí —murmuró contra su cuello, dejando una mordida húmeda antes de lamer la piel marcada.

 

—Ah... sí, sí, más fuerte —jadeó Junmyeon, su espalda arqueándose de nuevo al sentir cómo lo llenaba por completo—. Sehun, me vuelves loco...

 

El ritmo se volvió más frenético, más rítmico, el sonido de sus cuerpos chocando resonando en la habitación como una sinfonía sucia y perfecta. El sudor cubría sus pieles, resbalando por sus pechos y espaldas mientras Sehun lo embestía más rápido.

 

—Eres mío, joder... mírate, recibiéndome como si no pudieras vivir sin esto —gruñó Sehun, clavando los dedos en las caderas de Jun, marcándolo.

 

Junmyeon gritó ahogado cuando Sehun dio una embestida profunda y precisa, justo en ese punto que lo hacía temblar y una nalgada que resonó en toda la habitación. 

 

—¡Ahh! S-Sehun, me vas a romper... —sollozó entre jadeos, mordiendo sus propios labios por la intensidad.

 

—Romperte es lo que quiero, cariño, quiero que no puedas caminar mañana —susurró Sehun, dándole otra nalgada que hizo estremecer todo el cuerpo de Junmyeon—. Escúchame... ¿quién te folla así, eh?

 

—T-tú... sólo tú... nadie me hace sentir así —gimió Jun, con la voz temblando mientras sus ojos se humedecían más.

 

Sehun bajó su torso, cubriéndolo completamente mientras lo embestía con más fuerza, más necesidad, lo besó, metiéndole la lengua en la boca con el mismo ritmo que lo llenaba abajo. Jun se lo devolvía con desesperación, devorándolo.

 

El cuarto estaba lleno de sonidos de piel contra piel, de gemidos y susurros apasionados. La intensidad entre ellos era como una tormenta imparable, y ambos estaban al borde de perder el control. Sehun inclinó su cuerpo sobre Junmyeon, envolviéndolo en un abrazo mientras continuaba moviéndose dentro de él, sus labios buscando cualquier parte de la piel de Junmyeon que pudieran alcanzar.

 

—Sehun... lléname... por favor —rogó, su cuerpo temblando, los músculos apretándose.

 

—Dilo otra vez —gruñó él, sin parar sus movimientos.

 

—Lléname... quiero sentirte... dentro, todo, hasta que no pueda sacarte —gimió Junmyeon, su voz un hilo cargado de lujuria.

 

Fue suficiente. Sehun empujó con fuerza, gruñendo cuando lo sintió apretarse alrededor de él, junmyeon gritó su nombre mientras se corría entre sus cuerpos, temblando, con el pecho subiendo y bajando violentamente.

 

—Mierda, Jun... —Sehun lo llenó segundos después, enterrado hasta el fondo, temblando mientras soltaba su clímax dentro de él con un gemido gutural.

 

Sehun lo siguió momentos después, hundiéndose profundamente dentro de él mientras soltaba un gruñido bajo, su cuerpo tensándose antes de relajarse por completo. Se dejó caer suavemente sobre Junmyeon, abrazándolo mientras ambos intentaban recuperar el aliento, sus corazones latiendo al unísono. Sehun se deslizó fuera del cuerpo de Junmyeon con cuidado, observando cómo un rastro de su semen comenzaba a escurrir de su interior, sus ojos se detuvieron un momento en las marcas rojizas que habían quedado en el trasero de su esposo, una mezcla de satisfacción y deseo todavía ardiendo en su pecho, sabía que había sido intenso, pero amaba la forma en que Junmyeon se entregaba por completo a él, sin reservas, sin límites.

 

Junmyeon estaba abajo de el, su pecho subiendo y bajando mientras trataba de recuperar el aliento, sus mejillas seguían enrojecidas y sus labios estaban ligeramente entreabiertos, dejando escapar pequeños suspiros que Sehun encontraba irresistibles. Pero no podía ignorar que Junmyeon aún no había alcanzado su segundo clímax, y el leve temblor de su cuerpo le indicó que todavía lo necesitaba.

 

Sehun se inclinó, dejando un beso suave en su frente antes de susurrar:  

 

–No hemos terminado, mi amor, Quiero que llegues otra vez...  

 

Junmyeon giró ligeramente el rostro para mirarlo, sus ojos brillantes por el placer y el cansancio. 

 

–Sehun... no tienes que...  

 

–Claro que sí –lo interrumpió Sehun con una sonrisa traviesa. –Eres mi esposo ahora, y quiero asegurarme de que siempre estés satisfecho.  

 

Antes de que Junmyeon pudiera responder, Sehun se acomodó entre sus piernas y tomó con delicadeza su miembro todavía erecto. Junmyeon dejó escapar un jadeo al sentir los dedos de Sehun envolviéndolo, su toque firme pero cargado de ternura.  

 

–Relájate mi amor–murmuró Sehun, dejando un suave beso en el muslo interno de Junmyeon antes de inclinarse más para rozar su lengua contra la punta sensible de su miembro.  

 

Junmyeon soltó un gemido ahogado, su cuerpo estremeciéndose ante la sensación cálida y húmeda de la boca de Sehun. Apenas pudo formar palabras cuando sintió cómo Sehun lo tomaba por completo, su lengua moviéndose con habilidad, explorándolo y llevándolo a un nivel de placer completamente nuevo.  

 

–Sehun... –jadeó, sus manos aferrándose a las sábanas con fuerza.  

 

Sehun lo miró desde abajo, sus ojos oscuros y llenos de deseo mientras mantenía un ritmo constante, succionando con intensidad pero sin perder la ternura. De vez en cuando, dejaba que su lengua dibujara círculos en las partes más sensibles, arrancando gemidos más fuertes de Junmyeon.  

 

Las manos de Junmyeon temblaban, tratando de encontrar algo a lo que aferrarse mientras su cuerpo se entregaba por completo a las atenciones de Sehun. El menor no dejaba un solo rincón sin explorar, sus labios y lengua trabajando en perfecta sincronía para llevar a Junmyeon al borde del abismo.  

 

–Eres increíble... –murmuró Junmyeon entre gemidos, su voz temblorosa mientras sentía cómo el calor en su abdomen crecía cada vez más.  

 

Sehun sonrió contra su piel, aumentando ligeramente el ritmo mientras una de sus manos subía por el muslo de Junmyeon, acariciándolo con ternura, quería que este momento fuera especial, que su esposo sintiera todo el amor que él estaba dispuesto a darle. Junmyeon arqueó la espalda, sus caderas moviéndose involuntariamente hacia Sehun mientras su cuerpo se acercaba al clímax. El menor lo sintió, y no se detuvo; si acaso, redobló sus esfuerzos, usando su lengua y labios para intensificar las sensaciones.  

 

El cuerpo de Junmyeon se tensó, sus gemidos volviéndose más fuertes y descontrolados hasta que finalmente llegó, un grito escapando de sus labios mientras todo su cuerpo temblaba con el clímax, sehun no se apartó, dejando que su esposo se liberara completamente mientras lo sostenía, succionando suavemente hasta que Junmyeon comenzó a relajarse.  

 

Con cuidado, Sehun se incorporó y se lamio los labios, disfrutando el semen de su esposo, dejó un beso suave en el vientre de Junmyeon antes de deslizarse a su lado, abrazándolo mientras ambos trataban de recuperar el aliento.  

 

–Eres demasiado... –murmuró Junmyeon con una sonrisa cansada, girándose para acurrucarse contra el pecho de Sehun.  

 

–Solo quiero cuidar de ti –respondió Sehun, acariciando el cabello de Junmyeon mientras lo envolvía con sus brazos.  

 

Sehun dejó un suave beso en la frente de Junmyeon mientras ambos descansaban en la cama, sus cuerpos aún entrelazados después del intenso momento que acababan de compartir. El cuarto estaba iluminado solo por la tenue luz de la luna, y el silencio era interrumpido únicamente por sus respiraciones, ahora más calmadas.

 

–¿Estás bien, amor? –preguntó Sehun en voz baja, acariciando con delicadeza el cabello despeinado de Junmyeon.

 

Junmyeon, aún con la piel ruborizada y el pecho subiendo y bajando lentamente, sonrió y asintió mientras sus manos se deslizaban suavemente por el torso de Sehun.

 

–Estoy más que bien... pero si sigues así, no sé si sobreviviré hasta nuestra luna de miel en Suiza –bromeó, su voz temblorosa pero cargada de diversión.

 

Sehun soltó una risa baja y acarició la espalda desnuda de su esposo, sus dedos trazando líneas suaves que provocaban pequeños escalofríos en Junmyeon.

 

–¿Quién dijo que iba a dejarte descansar, amor? –respondió Sehun con una sonrisa traviesa, inclinándose para besar la curva de su hombro.

 

Junmyeon soltó una risita, aunque un estremecimiento recorrió su cuerpo al escuchar el tono en la voz de Sehun. Era una mezcla de promesa y desafío que, inevitablemente, le provocó un cosquilleo en el estómago. Giró su rostro hacia él, y sus ojos se encontraron, conectando en una mirada que hablaba más de lo que las palabras podían expresar.

 

Sehun tomó esa conexión como una invitación. Sin previo aviso, lo volteó con suavidad pero firmeza, colocando a Junmyeon boca abajo sobre las sábanas. Junmyeon dejó escapar un jadeo sorprendido, seguido de una risa ligera.

 

–Sehun... –comenzó, pero sus palabras se interrumpieron cuando sintió las manos grandes de su esposo aferrarse a sus caderas, levantándolas ligeramente para colocarlo en una posición aún más provocativa.

 

–Shh... –susurró Sehun contra su oído, dejando un beso húmedo en la base de su cuello. –Déjame mostrarte cuánto te amo. 

 

Junmyeon mordió su labio inferior, su cuerpo reaccionando instantáneamente al tono grave y seductor de Sehun. Sentía el calor acumulándose nuevamente en su vientre, y no podía evitar sentirse completamente sumiso ante su esposo. Sabía que lo estaba provocando, y eso era exactamente lo que quería. 

 

–No te contengas, cariño –murmuró Junmyeon, girando un poco la cabeza para mirarlo por encima del hombro. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa traviesa mientras añadía en un susurro casi inaudible:

 

–Hazme tuyo otra vez... 

 

Esa declaración fue todo lo que Sehun necesitaba para perder el poco control que le quedaba. Se inclinó sobre Junmyeon, besando la línea de su espalda mientras sus manos exploraban cada centímetro de su piel, asegurándose de que su esposo sintiera todo el amor y deseo que él estaba dispuesto a darle, sehun buscó rápidamente el lubricante que habían dejado en la mesita de noche, vertió una cantidad generosa en sus dedos y comenzó a prepararlo con cuidado, aunque sus movimientos eran más rápidos esta vez, cada gemido que escapaba de los labios de Junmyeon hacía que la paciencia de Sehun se desmoronara un poco más. 

 

–¿Así, junnie? –preguntó Sehun, su voz ronca mientras se inclinaba para besar el lóbulo de su oreja. 

 

Junmyeon no pudo responder con palabras; en su lugar, soltó un gemido ahogado, aferrándose a las sábanas mientras sus caderas se movían instintivamente hacia atrás, buscando más contacto. 

 

–Por favor, Sehun... –murmuró, su voz temblorosa y cargada de necesidad. 

 

 

Sehun sonrió contra su piel, pero no perdió más tiempo, con cuidado pero decidido, se posicionó y entró en él nuevamente, arrancando un grito entrecortado de los labios de Junmyeon. Ambos gemían al unísono, sus cuerpos encontrando un ritmo que pronto se volvió intenso y apasionado. 

 

Junmyeon, completamente entregado al momento, dejó escapar una serie de gemidos y palabras entrecortadas, muchas de ellas groserías que normalmente no habría dicho, pero que ahora escapaban de sus labios sin filtro de lo sensible que estaba. 

 

–¡Sehun... más rápido! –jadeó, sus manos aferrándose con fuerza a las sábanas mientras las embestidas se volvían más fuertes y profundas. –¡Oh, Dios... sí! 

 

Ambos gemían como si se estuvieran deshaciendo, los cuerpos pegados, el sudor pegándoles la piel, cada movimiento haciendo eco en el aire cargado de sexo. Sehun empujaba con fuerza, sus caderas chocando contra el culo de Junmyeon, haciéndolo rebotar contra él una y otra vez.

 

–¿Te gusta cómo te follo, bebé? –gruñó Sehun contra su oído, su voz ronca, cargada de deseo–. ¿Te gusta sentirme así, tan adentro?

 

Junmyeon apenas podía formar palabras, los jadeos le cortaban el aire mientras se aferraba con fuerza a las sábanas.

 

–Sí... sí, más... ¡más fuerte, por favor! –gritó entre gemidos, arqueando la espalda para ofrecérselo todo.

 

–Mírate... –susurró Sehun, dándole una nalgada sonora–. Tan abierto para mí, tan mojado por dentro... estás temblando, amor.

 

–¡Porque me vuelves loco! –gritó Junmyeon, jadeando como si no pudiera respirar–. No pares, no te detengas nunca...

 

Sehun gruñó, tomándolo con ambas manos de las caderas y tirando de él hacia atrás con fuerza, clavándose más profundo con cada embestida.

 

–Tú eres mío, ¿me oyes? –le mordió el cuello mientras hablaba–. Nadie te toca, nadie te folla como yo lo hago.

 

–¡Soy tuyo, solo tuyo! –chilló Junmyeon, su cuerpo sacudiéndose cada vez que Sehun golpeaba ese punto dulce que lo hacía ver estrellas–. Mierda... Sehunnie...

 

Eso fue suficiente para que Sehun perdiera cualquier rastro de contención. Sus movimientos se volvieron más rápidos y fuertes, sus manos agarrando las caderas de Junmyeon con fuerza mientras ambos se movían en perfecta sincronía. El cuarto se llenó de gemidos y jadeos, el sonido de piel contra piel amplificando la intensidad del momento. Junmyeon estaba completamente perdido en el placer, su mente nublada mientras sentía cómo el clímax se acercaba próximamente.

 

El aire del cuarto estaba cargado, cada respiro, cada gemido, un eco que se entrelazaba con el sonido de sus cuerpos moviéndose al unísono. Sehun tenía las manos firmemente apoyadas en las caderas de Junmyeon, sosteniéndolo mientras lo embestía con fuerza, una pasión cruda y desesperada que ninguno de los dos intentaba contener.  

 

–Amor... –jadeó Junmyeon, su voz entrecortada mientras sus uñas se hundían en las sábanas debajo de él. –¡Más fuerte... no pares, por favor!  

 

Sehun dejó escapar una risa baja y oscura, una que solo usaba en momentos como este, cuando sentía que tenía todo el control. Sus ojos recorrían el cuerpo de su esposo con adoración y deseo, deteniéndose en cada curva, en cada marca que dejaban sus manos en la piel suave de Junmyeon.  

 

–¿Así te gusta, amor? –preguntó Sehun, su voz ronca mientras ralentizaba los movimientos, dejando que Junmyeon sintiera cada centímetro de él antes de salir completamente.  

 

Junmyeon soltó un gemido de protesta al sentir el vacío repentino. Intentó moverse, buscar el contacto, pero Sehun lo detuvo, apoyando una mano firme en la base de su espalda mientras usaba la otra para presionar suavemente su miembro contra el trasero de Junmyeon.  

 

–Mira cómo te tengo... –susurró Sehun, sus ojos oscuros observando cómo el líquido de su liberación anterior goteaba lentamente. Frotó contra él, disfrutando de los suaves quejidos de su esposo, quien ahora estaba completamente rendido debajo de él. –Estás tan hermoso así, amor.  

 

–Por favor, entra... te necesito... –suplicó Junmyeon, su voz quebrada por el deseo, moviendo ligeramente sus caderas en un intento de provocarlo.  

 

Sehun sonrió, complacido con la desesperación en el tono de su esposo. Sin más preámbulos, se posicionó nuevamente y empujó con firmeza, llenándolo por completo de un solo movimiento.  

 

El cuarto se llenó con el sonido húmedo y crudo de piel contra piel, de gemidos rotos, de respiraciones entrecortadas. Sehun bajó una mano hasta el abdomen de Junmyeon, lo acarició y luego la deslizó más abajo, pellizcándole los pezones antes de atraparlo por completo con la palma, jugando con su erección.

 

–Te estás apretando tanto, bebé... estás tan cerca –susurró, mordiendo su hombro.

 

–¡No... no puedo más... me voy a correr! –gimió Junmyeon, la voz temblándole de necesidad.

 

Junmyeon no podía pensar en nada más que en el placer abrumador que recorría su cuerpo. Sus palabras se volvieron ininteligibles, un torrente de gemidos, jadeos y ocasionales groserías que nunca imaginó decir en voz alta.  

 

–¡Maldita sea, Sehun! –gritó, sus caderas moviéndose hacia atrás para encontrarse con cada una de las embestidas. –¡No pares... no pares!  

 

La emoción de la noche, de ser esposos, de finalmente pertenecer el uno al otro de todas las maneras posibles, impulsaba a Sehun a ir más allá. Sus movimientos se volvieron aún más intensos, y cada vez que golpeaba en el lugar correcto, Junmyeon gritaba, su cuerpo completamente rendido a su esposo.  

 

–Amor, hoy te voy a dejar sin piernas –murmuró Sehun con una sonrisa traviesa, inclinándose para besar la espalda sudada de Junmyeon antes de darle otra nalgada.  

 

Junmyeon soltó un jadeo ahogado, su cuerpo temblando mientras sentía cómo Sehun lo llevaba al límite una vez más.  

 

–Si... ahi... Si... –susurró Junmyeon, su voz apenas audible entre los gemidos.  

 

–Mi amor... –respondió Sehun, su voz cargada de posesividad mientras aumentaba la intensidad de sus movimientos.  

 

Junmyeon se aferró a las sábanas, su cuerpo entero temblando mientras el placer lo abrumaba. En ese momento, no había nada más en el mundo que Sehun, su amor, su esposo, quien lo hacía sentir más vivo de lo que jamás había sentido.  

 

–¡Sehun, me voy a correr! –gritó Junmyeon, su voz temblorosa mientras sentía cómo su clímax se acercaba rápidamente.  

 

Sehun se inclinó sobre él, lamiendo su oreja antes de hablar con una voz gruesa y caliente.

 

—Hazlo, amor… —gruñó—. Hazlo mientras te lleno otra vez… te quiero chorreando por dentro...

 

Con un grito brutal, Jun se vino, temblando como una hoja, sus piernas cediendo bajo el cuerpo. Sehun lo sujetó, siguió embistiendo unas cuantas veces más antes de gemir contra su piel y correrse dentro, profundamente, dejando escapar un rugido ronco mientras su cuerpo se sacudía contra el de él

 

Ambos se quedaron quietos por un momento, sus cuerpos entrelazados mientras trataban de recuperar el aliento. Sehun dejó un suave beso en el cuello de Junmyeon antes de salir lentamente, observando con fascinación cómo el líquido se deslizaba por las piernas de su esposo.  

 

Junmyeon, todavía jadeando, giró la cabeza para mirarlo, una sonrisa cansada pero satisfecha en sus labios.  

 

–Eres un desastre, amor... –murmuró con una risa suave, aunque no pudo evitar estremecerse cuando Sehun deslizó una mano por su espalda para limpiar los rastros de su pasión.  

 

–Mi desastre, cariño–respondió Sehun con una sonrisa, inclinándose para besar su frente antes de acostarse a su lado y envolverlo en un abrazo. 

 

–¿Listo para la segunda ronda?  

 

Junmyeon dejó escapar una risa suave, aunque su cuerpo temblaba ligeramente al escuchar las palabras de Sehun.  

 

–Deja algo para la luna de miel, cariño... o no podré caminar mañana –bromeó, aunque la forma en que sus ojos brillaban dejaba claro que no estaba completamente en contra de la idea.  

 

Sehun lo miró con adoración antes de inclinarse para besar sus labios.  

 

–No puedo evitarlo, amor, eres mi esposo, y quiero aprovechar cada momento contigo.  

 

Finalmente, Junmyeon suspiró y se separó un poco, aunque todavía mantenía una mano sobre el pecho de Sehun.

 

Sehun deslizó sus dedos por el cabello suave de Junmyeon, dejando suaves besos en su frente antes de mirar hacia abajo, donde sus manos descansaban juntas. Los anillos dorados en sus dedos brillaban tenuemente bajo la luz de la luna, reflejando su unión, no solo como esposos, sino como sobrevivientes de una historia compleja. 

 

–Nunca imaginé que estaríamos aquí –susurró Junmyeon, rompiendo el silencio con una voz suave, casi como si temiera que hablar en voz alta pudiera romper la magia del momento. 

 

Sehun sonrió, su mirada cálida pero intensa. 

 

–¿En una cama después de una noche increíble o como esposos? –preguntó en tono de broma, aunque su voz tenía un matiz de sinceridad. 

 

Junmyeon dejó escapar una risa suave, dándole un ligero golpe en el pecho. 

 

–Ambas, supongo –admitió, su voz cargada de honestidad. –Con todo lo que pasamos, con las mentiras, las traiciones, las heridas... Pensé que nunca llegaríamos aquí. 

 

Sehun bajó la mirada, sus ojos centrándose en el rostro cansado pero radiante de Junmyeon. 

 

El silencio volvió, esta vez cargado de una emoción profunda. Ambos sabían cuánto les había costado llegar hasta allí. Habían comenzado atrapados en una red de engaños, cargando con el peso de sus familias y los secretos del pasado. Pero, de alguna manera, habían logrado superar todo eso. Habían desafiado a sus propios miedos, sus dudas, y habían encontrado algo puro en medio de todo el caos. 

 

Sehun apretó suavemente la mano de Junmyeon, inclinándose para besar sus labios con ternura. 

 

–Nunca volveré a dejar que nada te haga daño –murmuró contra sus labios, su voz firme con la promesa. –Te amo, Junmyeon. 

 

Junmyeon sonrió, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. 

 

–Y yo te amo, Sehun, siempre lo haré. 

 

El mundo exterior seguía existiendo, con sus problemas, desafíos y secretos aún por resolver, pero en ese momento, en esa habitación, solo existían ellos dos. Junmyeon se movió ligeramente, acomodándose para mirar a Sehun mejor, su mano acariciando suavemente el rostro de su esposo. 

 

–¿Crees que todo esto valió la pena? –preguntó en un susurro, su voz cargada de curiosidad y vulnerabilidad. 

 

Sehun asintió sin dudar. 

 

–Cada mentira, cada momento difícil, cada lágrima, todo valió la pena si eso significaba terminar aquí contigo –dijo, su mirada intensa. –Tú eres mi verdad, Junmyeon. 

 

Junmyeon sintió que su corazón se llenaba de una calidez indescriptible, una que borraba cualquier duda que aún pudiera tener. Se inclinó hacia adelante, capturando los labios de Sehun en un beso suave pero profundo, sellando sus promesas de amor y lealtad. 

 

Cuando se separaron, Junmyeon dejó caer su cabeza nuevamente en el pecho de Sehun, su cuerpo completamente relajado. 

 

–¿Qué crees que nos espera ahora? –preguntó, su voz soñolienta pero curiosa. 

 

Sehun dejó escapar una pequeña risa, abrazándolo más cerca. 

 

–Nuestra luna de miel, para empezar –respondió, besando suavemente la frente de Junmyeon. –Y después... todo lo que queramos construir juntos. 

 

Junmyeon cerró los ojos, dejando que las palabras de Sehun lo envolvieran, por primera vez en mucho tiempo, sentía que todo estaba bien, que el futuro era brillante, lleno de posibilidades. 

 

–¿Crees que lo lograremos? –preguntó de repente, su voz apenas un susurro.

 

Sehun frunció ligeramente el ceño, sorprendido por la pregunta.

 

–¿A qué te refieres?

 

–A nosotros, a mantener esto que hemos construido, a protegernos de todo lo que aún pueda venir.

 

Sehun tomó su rostro entre las manos, obligándolo a mirarlo a los ojos.

 

–Junmyeon, hemos superado cosas que habrían destruido a cualquiera, si logramos salir de todo eso más fuertes, no hay nada en este mundo que pueda separarnos.

 

Junmyeon sonrió, sintiendo cómo sus dudas se desvanecían ante la seguridad de Sehun.

 

–Tienes razón –dijo, asintiendo suavemente.

 

–Siempre la tengo –bromeó Sehun, lo que provocó una risa suave de Junmyeon.

 

La pareja se quedó así, enredados el uno con el otro, mientras la luna seguía iluminando la habitación. Sus anillos brillaban con un resplandor tenue, recordándoles no solo la promesa que habían hecho, sino también todo lo que habían sacrificado para llegar hasta aquí. El imperio de mentiras sobre el que se habían conocido ya no existía. En su lugar, habían construido algo verdadero, algo que no podía romperse, el pasado seguía siendo una sombra que ocasionalmente los alcanzaba, pero ya no les causaba miedo. Porque ahora tenían un futuro juntos, un camino que recorrerían lado a lado. 

 

Esa noche, mientras ambos se rendían al sueño, sus anillos brillaban a la luz de la luna, un recordatorio constante de lo lejos que habían llegado y de lo que aún estaba por venir. En ese momento, no eran el CEO Kim Junmyeon ni el heredero Oh Sehun, ni los hombres atrapados en un pasado lleno de secretos y traiciones. 

 

Eran simplemente Junmyeon y Sehun: esposos, amantes, compañeros de vida y eso era suficiente.

 

Sabado, Cementerio de seoul, 10:00 AM

 

El aire fresco de la mañana les envolvía mientras Sehun y Junmyeon salían del coche, el suave murmullo de las hojas caídas al viento era el único sonido que los acompañaba. El cementerio, rodeado de una calma solemne, parecía la última parada de un largo viaje, un viaje que había comenzado con secretos, traiciones y dolor, pero que ahora, en ese preciso momento, parecía encontrar un cierre inesperado.

 

Sehun miró a Junmyeon, sus ojos aún reflejando la mezcla de agotamiento y satisfacción de la noche anterior. Habían sellado su compromiso no solo con palabras, sino con una promesa hecha frente a una vida llena de sombras. Junmyeon, a su lado, parecía aún más sereno de lo habitual, el peso de los años que había cargado sobre sus hombros al fin parecía aligerarse, aunque sus ojos brillaban con una tristeza suave que nunca se iría completamente.

 

–Vamos – dijo Sehun, su voz apenas un susurro, como si no quisiera romper la paz que envolvía el lugar.

 

Junmyeon asintió, sosteniendo las flores y las comidas que habían comprado en el camino, caminaban lado a lado, un paso decidido y a la vez cargado de la historia de todos esos años. Al llegar frente a la tumba de Oh Mina, el corazón de Sehun latió con fuerza. Allí estaba ella, la mujer que había dado inicio a toda su vida, a todas sus decisiones, a todas las vueltas del destino que lo habían llevado hasta Junmyeon.

 

Junmyeon se agachó primero, colocando las flores con delicadeza, su mirada fija en la piedra fría que marcaba el final de una vida que había sido tan crucial en la suya.

 

– Lo hicimos – susurró Junmyeon, su voz quebrada por la emoción, sin mirar a Sehun.

 

Sehun se quedó quieto por un momento, su mirada fijada en la tumba, como si intentara alcanzar alguna señal, alguna respuesta del alma que reposaba allí. Pero lo que encontró fue una paz profunda, una paz que había estado buscando durante años, aunque no era el tipo de paz que se puede tocar, sino la que se siente cuando finalmente se entiende el dolor.

 

El aire era fresco, pero no helado. El viento, en su forma más suave, acariciaba las mejillas de Sehun y Junmyeon, como si intentara reconfortarlos. Ambos permanecían de pie frente a la tumba, con las flores recién colocadas descansando sobre el mármol frío, junto a la comida que habían traído como una ofrenda respetuosa. 

 

Oh Mina

 

1969- 2018

"Madre, esposa y amiga"

 

Sehun tragó con dificultad, sintiendo un nudo en la garganta. Su madre. Esa mujer cuya muerte lo había definido, cuya ausencia había sido un vacío que lo empujó a buscar respuestas, aunque esas respuestas estuvieran enterradas en el dolor. Ahora estaba aquí, no como un niño lleno de rabia y rencor, sino como un hombre que había encontrado el amor, la verdad y la paz.

 

– Mamá... – empezó, su voz temblorosa. Se aclaró la garganta y volvió a intentarlo. – Mamá, nos casamos. 

 

Junmyeon, a su lado, tomó aire, sintiendo cómo las palabras de Sehun resonaban en su propio pecho, no había sido fácil llegar hasta allí. Habían enfrentado traiciones, secretos y años de lucha, pero a pesar de todo, estaban juntos.

 

– Lo logramos – continuó Sehun, su mirada fija en la tumba. – A pesar de todo, estamos aquí, juntos, hicimos justicia por ti, mamá, encontramos la verdad. 

 

Junmyeon se agachó lentamente, pasando una mano sobre el mármol frío, como si quisiera establecer una conexión física con la mujer que, de alguna forma, los había unido. Una lágrima resbaló por su mejilla, pero no se molestó en limpiarla. 

 

– Señora Oh – dijo en voz baja, con una suavidad que parecía casi reverente. – Usted fue el inicio de todo, no sé si algún día imaginó lo importante que sería para mí, pero gracias a usted conocí al hombre que amo.

 

Sehun lo miró, sus ojos llenos de una ternura que no podía poner en palabras. Colocó una mano sobre el hombro de Junmyeon, dándole el apoyo que sabía que ambos necesitaban.

 

– Nunca creí que... – Sehun respiró hondo, cerrando los ojos un momento. – Nunca quise creer que fue papá quien acabó con tu vida. Pero descubrimos la verdad, mamá. Y con ella, encontramos algo más, encontramos una carta... tu carta.

 

Junmyeon alzó la mirada hacia Sehun, sus ojos brillando por las lágrimas que luchaba por contener, sehun tomó aire y continuó, dirigiéndose a la tumba como si su madre pudiera escucharlo.

 

– Era para Junmyeon – explicó. – La escribiste hace años, y nunca llegó a sus manos... hasta hace 3 años, en ella dijiste: "Si me pasa algo, por favor, haz una linda amistad con mis hijos".

 

La voz de Sehun se quebró al repetir las palabras de su madre, su emoción inundando cada sílaba, junmyeon, incapaz de contenerse, dejó escapar un sollozo mientras sus manos temblaban ligeramente.

 

– Más que una amistad – susurró Junmyeon, dirigiéndose a la tumba, sus palabras cargadas de una sinceridad y un amor profundo. – Lo siento, señora Oh, pero... hice algo más, su hijo no solo es mi amigo, Lo hice mi esposo.

 

Sehun lo miró con los ojos llenos de lágrimas, pero también de un amor tan puro que parecía iluminar el momento. Junmyeon, aún arrodillado frente a la tumba, apretó los labios para contener el llanto, pero no pudo evitar que sus lágrimas cayeran, empapando sus mejillas.

 

– Si usted estuviera aquí... – continuó Junmyeon, su voz apenas un murmullo. – Estoy seguro de que estaría orgullosa, porque su hijo... su hijo es increíble. Es fuerte, valiente, y tiene un corazón que me salvó.

 

Sehun no pudo más y se arrodilló junto a Junmyeon, abrazándolo con fuerza. No necesitaban palabras para entenderse; el dolor y la gratitud que compartían en ese momento hablaban más fuerte que cualquier frase.

 

El viento sopló nuevamente, más fuerte esta vez, pero no con una rudeza incómoda, sino con una calidez inesperada. Parecía abrazarlos, envolverlos en un manto de consuelo que ninguno de los dos esperaba. Ambos sintieron esa brisa, y aunque ninguno dijo nada al respecto, compartieron una mirada que decía todo:

 

no estaban solos.

 

Sehun volvió a mirar la tumba, esta vez con una sonrisa pequeña, apenas perceptible, pero llena de significado.

 

– Gracias, mamá – dijo en voz baja. – Gracias por guiarme hasta él.

 

Junmyeon apoyó su cabeza en el hombro de Sehun, cerrando los ojos mientras las lágrimas seguían cayendo.

 

– Gracias por dármelo a él – susurró, su voz temblando.

 

El viento siguió soplando, acariciando las flores que habían dejado. Ambos permanecieron allí por un largo rato, hablando con Mina, contándole sobre sus planes, sobre cómo enfrentaron a Oh Seunghyun, cómo descubrieron la verdad y cómo, a pesar de todo, lograron construir una vida juntos. Había algo en ese momento, algo intangible, que los hizo sentir como si Mina realmente estuviera escuchándolos, como si su espíritu estuviera allí, sonriendo y aprobándolos.

 

Dándoles su bendición al amor que formaron 

 

El camino hacia la tumba de Kim Yoona fue silencioso, pero no incómodo, sehun sostenía la mano de Junmyeon mientras avanzaban por los senderos del cementerio. Habían visitado a Mina, y ahora era el turno de Junmyeon de enfrentarse a su propio pasado. Sehun no dijo nada, sabía que las palabras sobraban. En cambio, le ofreció su apoyo a través de ese contacto firme y reconfortante.

 

Cuando llegaron, Junmyeon se detuvo frente a la lápida. Las letras grabadas en el mármol parecían relucir a la luz tenue de la tarde:

 

Kim Yoona  

1968 - 2009

 

"Madre, Esposa y amiga"

 

Junmyeon cerró los ojos un momento, dejando que una mezcla de emociones lo invadiera. Era extraño cómo el tiempo no aliviaba ciertos dolores. Su madre había muerto hacía casi dos décadas, pero estar frente a su tumba siempre era un recordatorio de todo lo que perdió cuando apenas estaba empezando a vivir. 

 

Se agachó lentamente, dejando las flores que había traído sobre el mármol, sehun permaneció de pie, dándole espacio. Sabía que este era un momento que Junmyeon necesitaba enfrentar por sí mismo.

 

Junmyeon acarició las letras grabadas en la piedra, como si con ese gesto pudiera tocar una parte de ella.

 

– Mamá... – comenzó, su voz suave pero cargada de emoción. – Han pasado tantos años... Y aún me pregunto cómo sería mi vida si todavía estuvieras aquí.

 

Una lágrima resbaló por su mejilla, pero no intentó detenerla. Este era un lugar donde podía permitirse ser vulnerable, donde no había necesidad de máscaras.

 

– Me casé – dijo con una sonrisa tenue, que no tardó en desvanecerse al recordar lo irónico que era todo. – Me casé dos veces, mamá, pero la segunda con alguien que tú no hubieras esperado, lo hice con el hijo de nuestro mayor enemigo. 

 

Junmyeon dejó escapar una risa amarga, como si estuviera imaginando la reacción inicial de su madre ante esa revelación.

 

– Lo sé, suena absurdo – continuó. – Pero Sehun... él no es como su padre, es diferente, me ama de una manera que nunca creí posible, y yo lo amo a él. 

 

Sehun, al escuchar su nombre, bajó la mirada hacia Junmyeon. Había algo en su voz que lo conmovía profundamente. Quería intervenir, decirle algo a Yoona, pero decidió esperar. Este momento era de Junmyeon.

 

– Me alejé de papá – admitió, su tono más serio ahora. – No fue fácil, pero tú siempre dijiste que debía elegir mi felicidad, incluso si eso significaba desafiar lo que otros esperaban de mí. Espero que, donde sea que estés, lo entiendas. 

 

Junmyeon apretó los labios, tratando de contener un sollozo. Había tanto que quería decirle, tantas cosas que deseaba compartir con ella. Respiró hondo, buscando las palabras que realmente reflejaran lo que sentía.

 

– No pudiste verme terminar la universidad – dijo, su voz temblando ligeramente. – Ni verme casarme, ni conocer a tus nietos, pero te prometo, mamá, que ellos sabrán quién eres. Les hablaré de ti, de lo fuerte y maravillosa que eras. 

 

Sehun, incapaz de mantenerse al margen, se acercó y colocó una mano en el hombro de Junmyeon. El contacto fue suficiente para darle la fuerza que necesitaba para continuar.

 

– Soy feliz, mamá – susurró Junmyeon, mirando la lápida como si esperara que su madre pudiera escuchar cada palabra. – Después de tantos años, después de todo el dolor... soy feliz. 

 

Sehun se agachó junto a él, y después de un momento de duda, tomó la palabra.

 

– Señora Kim – dijo, con una mezcla de nervios y respeto. – Soy Sehun, el hombre que se casó con su hijo, no sé si hubiera aprobado nuestra relación, pero puedo prometerle algo: cuidaré de Junmyeon, siempre. 

 

Junmyeon lo miró, sus ojos llenos de gratitud y amor. No necesitó decir nada; el gesto de Sehun hablaba por sí mismo. Ambos se quedaron allí, en silencio, permitiendo que la paz del momento los envolviera.

 

El viento sopló nuevamente, suave pero constante, como si la naturaleza quisiera envolverlos en un abrazo invisible. Junmyeon cerró los ojos, dejando que esa sensación lo reconfortara. 

 

– Gracias, mamá – susurró finalmente. – Por darme la fuerza para ser quien soy. 

 

Sehun lo ayudó a levantarse, y ambos se quedaron un momento más frente a la tumba antes de comenzar a caminar de regreso al coche, caminaron lado a lado por el cementerio, el crujido del pasto bajo sus pies era lo único que rompía el silencio. A medida que avanzaban, el viento suave se sentía diferente, como si la carga que habían llevado durante tantos años se hubiese desvanecido. 

 

El cielo, nublado al principio, empezaba a despejarse, dejando que los rayos del sol iluminaran tímidamente el paisaje del día. Era como si el universo mismo quisiera bendecir ese momento. 

 

Junmyeon levantó la mirada al cielo, sintiendo el calor del sol en su rostro. Por primera vez en mucho tiempo, su pecho no pesaba con el recuerdo del pasado. Sehun caminaba junto a él, y aunque no decía nada, Junmyeon sabía que estaba pensando lo mismo. Ambos habían llegado al final de un camino lleno de dolor, dudas y pérdida, y lo que les quedaba ahora era el comienzo de algo completamente nuevo. 

 

Junmyeon detuvo sus pasos de repente, haciendo que Sehun se girara hacia él con curiosidad. 

 

– ¿Estás bien? – preguntó Sehun, su tono preocupado pero suave. 

 

Junmyeon lo miró, y por un momento no respondió. Sus ojos, brillantes y llenos de emociones, estaban fijos en los de Sehun. 

 

– Sí – respondió finalmente, con una sonrisa sincera que parecía iluminar todo a su alrededor. – Más que bien. 

 

Sehun alzó una ceja, como si no terminara de creerle. 

 

– ¿Seguro? – insistió. – Porque si necesitas más tiempo, podemos quedarnos un poco más... 

 

Junmyeon negó con la cabeza, dando un paso más cerca de Sehun. 

 

– No, Sehun – dijo, colocando una mano en su pecho. – Ya no hay nada más que decir, lo hicimos, sanamos. 

 

Sehun se quedó quieto, procesando las palabras de Junmyeon. Él también lo sentía. Esa paz que había buscado por tanto tiempo, ese cierre que había creído imposible, ahora era real. 

 

Junmyeon suspiró y miró a su alrededor, como si quisiera asegurarse de que el mundo seguía girando, pero ahora de una manera más ligera. 

 

– ¿Sabes? – dijo Junmyeon, su tono más relajado. – Nunca pensé que llegaría a este punto, pensé que siempre me sentiría incompleto, como si algo faltara. 

 

Sehun lo observó en silencio, dejando que continuara. 

 

– Pero ahora... ahora tengo todo lo que necesito – continuó Junmyeon, su voz quebrándose apenas. – Te tengo a ti, Sehun. 

 

Sehun sintió un nudo en la garganta, pero en lugar de hablar, extendió una mano para acariciar el rostro de Junmyeon, sus dedos rozaron su mejilla con delicadeza, y luego dejó caer su mano hasta tomar la de él. 

 

– Siempre voy a estar contigo – dijo Sehun, con una seguridad que resonó en el aire. – No importa qué pase, no importa qué tan difícil sea el camino. Estoy aquí, Junmyeon. 

 

Junmyeon cerró los ojos un momento, dejando que las palabras de Sehun calaran profundamente, cuando los abrió de nuevo, había una luz en ellos, una chispa de felicidad que hacía mucho tiempo no se veía. 

 

– Y yo estoy contigo – respondió Junmyeon, apretando la mano de Sehun. – Para siempre. 

 

Sehun sonrió, y sin pensarlo dos veces, tiró suavemente de Junmyeon hacia él. Lo envolvió en un abrazo cálido, uno que parecía contener todas las promesas que no necesitaban ser dichas. Junmyeon apoyó la cabeza en el pecho de Sehun, cerrando los ojos mientras el sonido rítmico de su corazón lo tranquilizaba. 

 

El viento sopló una vez más, pero esta vez no traía frío, sino una calidez reconfortante. Era como si el pasado, con todo su dolor y sufrimiento, se hubiera desvanecido en el aire, dejando espacio solo para el presente. 

 

Sehun se separó ligeramente, solo lo suficiente para poder mirarlo a los ojos. 

 

– ¿Sabes qué es lo mejor de todo esto? – preguntó, con una sonrisa traviesa en los labios. 

 

Junmyeon lo miró, arqueando una ceja. 

 

– ¿Qué cosa? 

 

Sehun se inclinó hacia él, sus narices apenas rozándose. 

 

– Que ahora puedo besarte cuando quiera – susurró. 

 

Junmyeon rió, un sonido claro y genuino que hizo que el corazón de Sehun latiera aún más rápido. 

 

– Entonces, ¿qué estás esperando? – respondió Junmyeon, su voz suave pero desafiante. 

 

Sehun no necesitó más invitación. Cerró la distancia entre ellos, presionando sus labios contra los de Junmyeon en un beso lleno de todo lo que no podían expresar con palabras. Fue un beso lento, tierno, pero al mismo tiempo cargado de una intensidad que solo ellos podían entender. 

 

Cuando finalmente se separaron, sus frentes permanecieron juntas, y ambos sonreían como si fueran las únicas dos personas en el mundo. 

 

– Te amo – dijo Sehun, su voz apenas un susurro. 

 

– Y yo a ti – respondió Junmyeon, su tono igual de suave. 

 

Se quedaron allí un momento más, el mundo a su alrededor parecía desvanecerse. No importaban los errores del pasado, las traiciones, ni las pérdidas, lo único que importaba era que ahora estaban juntos, listos para enfrentar lo que fuera que el futuro les deparara. 

 

Finalmente, Sehun tomó la mano de Junmyeon una vez más y lo guió hacia la salida del cementerio. 

 

– ¿Qué sigue? – preguntó Junmyeon mientras caminaban. 

 

Sehun lo miró, sus ojos brillando con emoción. 

 

– Lo que nosotros queramos – respondió. 

 

Y con esa promesa, ambos dejaron atrás las tumbas, el pasado y el dolor, caminando juntos hacia un futuro lleno de esperanza y amor, Mientras se alejaban, el viento sopló una última vez, llevándose consigo los ecos de un pasado lleno de secretos y traiciones. 

 

En ese momento, supieron que el imperio de mentiras que había dominado sus vidas finalmente había llegado a su fin.

 

FIN

Notes:

Hola!! me tarde pero acá esta el final, del especial, estaba con la universidad...

Muchísimas gracias por leer cada capitulo, comentar y darle kudos, estoy más que agradecida con este proyecto que me tomo dos años desarrollarlo.

Empire of lies, esta disponible ahora en AO3 y Wattpad

Nuevamente agradezco a EXO por ser mi inspiración y darme felicidad a través de sus músicas y a ustedes por apoyar mi historia, nos vemos en la próxima!!

Gracias